SERMONES

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Detente a lo largo del camino… ¡y deléitate!

2 de agosto del 2010 - Por Meche López-Miranda

Al final del día una mujer le contaba con entusiasmo a su amiga las cosas maravillosas que había visto desde la mañana. Le contó de la misteriosa neblina que se posó sobre el lago. Habló del concierto que disfrutó gracias al canto de las aves, de la lluvia que le refrescó la frente. Le relató cómo se fortalecieron sus músculos al subir una alta colina y trepar sobre grandes rocas. Como si eso fuera poco, continuó contando la mujer, aspiró el olor de las flores silvestres a lo largo del camino y observó la labor de las abejas extrayéndoles su néctar.

La otra amiga, por su parte, le compartió cuán difícil había sido su jornada. Se quejó del fastidio de la niebla y la lluvia. Lamentó los molestosos ruidos del ambiente y los grandes obstáculos a los cuales se enfrentó que la agotaron y frustraron. Apenada por la dura experiencia de su amiga la mujer le preguntó por cuál duro camino había pasado hoy. Al comparar cuidadosamente sus trayectorias se dieron cuenta de que habían atravesado exactamente por los mismos lugares.

¿Con cuál de estas amigas te identificas tú? ¿Permites que una actitud de queja y descontento contamine tu visión de los sucesos de la vida? O por el contrario ¿ves claramente las oportunidades para deleitar tu corazón a lo largo del camino? Es muy cierto el dicho popular de que las cosas se ven del color del lente a través del cual se miran. Dependiendo del nivel de contentamiento que tenemos en nuestro corazón así aprovecharemos o rechazaremos los pequeños placeres que Dios en su misericordia nos regala cada día. He mirado con el lente de la amiga negativa más de lo que quisiera admitir. Pero me he determinado a contrarrestar los efectos del afán y de los contratiempos inevitables de la vida. Me he dado cuenta de que es mi decisión decidir cada mañana si voy a decir: “¡Qué día tan pesado me espera”!, o si voy a declara como el rey David en el salmo 118, “¡Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en El!

La verdad es que prácticamente ningún día es perfecto. Así que si estamos esperando que todo marche como queremos vamos a perder muchas oportunidades para nutrir el gozo de nuestro corazón y de los corazones de los que nos rodean. Diariamente le pido a mi Señor que forme en mí un corazón que desborde en contentamiento para no despreciar, ni ignorar ninguna de Sus bendiciones. Me he propuesto detenerme a lo largo del camino sólo con el propósito de deleitarme en Sus multiformes maravillas. Mi querida amiga, ¿me acompañas a hacer lo mismo?

En esta semana medita y examina tu corazón en base a la verdad universal de Proverbios 17:22:

El corazón alegre constituye buen remedio;
Mas el espíritu triste seca los huesos.

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Tres actitudes - perserverar, compartir y orar

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Hechos Capítulo 2, quiero comenzar en el versículo 42. Recordemos que estamos estudiando el libro de los Hechos y que no es solamente un libro lo que estamos estudiando, estamos usando el libro de los Hechos para estudiar muchos textos, muchos temas de la Biblia, muchos principios espirituales que son parte de nuestra vida. El libro de los Hechos es simplemente un trampolín, un punto de partida hacia las demás enseñanzas. Así que no se sienta como que estamos demasiado limitados porque estamos solamente estudiando el libro de los Hechos. Al contrario, esto es parte de conocer las cosas bien a fondo y sacarle máximo provecho a la Escritura. Así que vamos a tomar, yo creo que en realidad, aunque hay una división, no sé si en su Biblia está, comenzando en el versículo 43 hasta el 47, en realidad el versículo 42 debiera estar metido ahí también junto con los demás versículos finales porque hacen parte de una totalidad, de una idea que quiere proyectar el escritor. Dice el versículo 42:

“…Y perseveraban en la doctrina de los Apóstoles en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones…”

Cuatro cosas que dice que los primeros cristianos enfatizaban y se mantenían en eso como parte central, fundamental de su vida como iglesia, como comunidad. La doctrina de los Apóstoles, la comunión unos con otros, el partimiento del pan y las oraciones. Entonces el versículo 43 dice:

“… y sobrevino temor a toda persona y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles…”

Recuerden, nos está dando un reporte, un resumen de lo que era la vida de las cosas que caracterizaban a esa comunidad de fe, y por extensión, nosotros creemos que también debe caracterizar nuestra vida como iglesia. Esos son los elementos que deben caracterizar la vida de León de Judá también y la vida de cada persona que está integrada a esta iglesia.

“… sobrevino temor a toda persona y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas y vendían sus propiedades y sus bienes y los repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el final de toda esa vida y de toda esa forma de vivir, dice, y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Como ustedes ven, hermanos, aquí tenemos un retrato de la vida de los primeros creyentes. El domingo pasado vimos a Pedro aprovechando una oportunidad para predicar un sermón que conmovió a las personas que lo escucharon. Como resultado de ese sermón 3000 personas se convirtieron al Señor. Pedro los llamó a arrepentirse, es decir, cambiar de forma de vivir, cambiar de forma de pensar, reconocer que habían pecado, crucificando al Hijo de Dios que ahora, por medio de su resurrección, Dios había mostrado que efectivamente era el Mesías del cual hablaban los profetas, los animó a bautizarse como una señal de arrepentimiento y también los animó a abrir sus vidas y recibir el don del Espíritu Santo.

Y decíamos que esas son tres cosas que son importantes, en cualquier experiencia de conversión de un hombre o una mujer que entra al Evangelio: arrepentimiento, cambio de corazón y de mente, bautizarse, porque es un acto de obediencia al Señor y vemos que los primeros cristianos le daban mucha importancia al bautismo y que de hecho bautizaban a la gente inmediatamente que se convertían, desde que podían los pasaban por las aguas del bautismo.

El bautismo no salva, recuerde eso, el bautismo no salva pero sí es una expresión de algo muy poderoso que se da en nuestra vida y es uno de esos sacramentos, es una de esas ordenanzas que hacemos muy bien en nosotros obedecer. Y también, no quedarse solamente con esas dos cosas, sino pasar a pedirle al Espíritu Santo que se activara dentro de ellos, que vivir una vida llena del Espíritu Santo, recibir la presencia del espíritu, el bautismo del espíritu, los dones del espíritu, para poder vivir una vida verdaderamente sobrenatural.

Hemos estado enfatizando a través de todas estas enseñanzas que el Espíritu Santo es tremendamente importante a la vida del creyente, que tenemos que vivir una vida llena del espíritu, una vida vital, una vida gozosa, una vida de poder, no podemos vivir una vida simplemente a la merced de las circunstancias, viniendo a la iglesia como si fuera una rutina, es una vida vital, es una vida llena de fuerza y de poder. Tenemos que cultivar.

Pablo le dice a Timoteo, “te aconsejo que avives el fuego del don de Dios…”. La misma palabra, el don del Espíritu Santo, “…el don de Dios que está en ti…” No podemos simplemente conformarnos, ok, bueno yo ya tengo el don del espíritu y ahora vivir una vida toda rutinaria. No, hay que siempre estar atizando el fuego, hay que estar siempre asegurándose de que el fuego tiene combustible para poder hacer lo que tiene que hacerse.

Entonces, esos tres elementos y exhortaba a la persona a convertirse al Evangelio. Y entonces, el resultado de todo ese sermón dice, que se convirtieron como 3000 personas y uno se pregunta, bueno, y qué le pasó a esa gente? Porque está apenas comenzando la predicación del Evangelio, es apenas una iglesia virgen, una iglesia bebé, es la primera vez que se predica en realidad de una manera multitudinaria después que Cristo asciende, un sermón que inicia la vida evangelística de la iglesia en el mundo, en la historia.

Qué pasó con esas 3000 personas más los pocos discípulos que ya conocían a Jesús durante el tiempo del ministerio terrenal de Jesucristo? Bueno, dice que estas personas tenían un cierto estilo de vida, y cómo se caracterizaba ese estilo de vida? Bueno, primeramente perseveraban en la doctrina de los Apóstoles. Dos palabras aquí bien importantes, perseveraban. Eso quiere decir que se mantenían enfocados. La palabra proscareontes en griego, que se traduce perseveraban, quiere decir como que estaban enfocados seriamente, se dedicaban a, le daban mucha atención y energía a eso que estaban haciendo. Y a qué perseveraban? Dice, en la doctrina de los Apóstoles. La palabra didaqué es la palabra que se traduce doctrina en español. En qué perseveraban ellos? En la doctrina de los Apóstoles.

A qué se refiere la doctrina de los Apóstoles? Se refiere a la enseñanza de los Apóstoles. Y cuál era esa enseñanza? Bueno, los principios que Cristo les instruyó cuando estaba en la tierra acerca de él como el Señor, su muerte expiatoria en la cruz, su ascenso al cielo, su venida algún día, un Dios que los amaba, acerca del Espíritu Santo. Eran los elementos de la fe cristiana que los Apóstoles eran los que, al iniciarse la fe cristiana, eran los que estaban diseminando esa.

Siempre recuerden, la enseñanza bíblica no es algo que uno se inventa. La enseñanza bíblica que forma parte de nuestra fe nos viene a través de esta Escritura. Los libros que fueron escritos por los Apóstoles, los profetas de Dios, los escritores de Dios, no es una doctrina hecha por nosotros, es una doctrina que nosotros hemos recibido y que no tenemos derecho a cambiar.

Hay cosas de la Biblia que a mí no me gusta. Yo se lo confieso. Hay que cosas que si yo pudiera controlar, yo lo hubiera escrito diferente. Yo lo hubiera hecho diferente y me haría la vida más fácil a mí como pastor y como predicador, pero ¿Saben qué? Yo no tengo derecho a cambiar ni una letra de esa palabra. Yo tengo que sujetarme a ella. Yo tengo que vivir por ella. Yo tengo que dedicarme a conocerla, indagarla, aprenderla y entonces a obedecerla, porque yo sé que viene de Dios a través de sus Apóstoles y profetas, viene de Dios a través de esos seres escogidos que él dejo que la registraron en su palabra. Y yo lo que tengo que hacer es perseverar en ella, en la doctrina.

Y ¿Saben qué, León de Judá? nosotros tenemos que hacer lo mismo como iglesia. Tenemos que perseverar en la doctrina. Tenemos que dedicarnos a conocerla. Por qué nosotros tenemos clases de discipulado? Por qué instruimos a los niños en sus clases ahora mismo, por ejemplo, allá arriba? Por qué está usted escuchando este sermón? Por qué estamos escogiendo un pasaje de la Biblia para exponerlo de la manera en que lo estamos haciendo? Por qué me tomo yo trabajo para dilucidar y extraer estos principios y enseñarles en una manera práctica y aplicarlos a la vida? Porque tenemos que perseverar en la doctrina.

Nosotros queremos una iglesia instruida en la palabra. Nosotros no queremos una iglesia solamente basada en emociones, ¿sabe? No podemos dedicarnos solamente a que nos den escalofríos y supuestos actos milagrosos y solamente eso, y palabras. No, hay que dedicarle tiempo a conocer la palabra, enseñar la doctrina. Conoces tu la doctrina bíblica? Si alguien te pregunta por qué tu crees en Dios? Por qué tu crees que Cristo es el Hijo de Dios? Quién era Abraham? Por qué tuvo Cristo que morir en la cruz del calvario? El bautismo salva o sino por qué es importante? Por qué hay que arrepentirse? Qué es el bautismo del Espíritu Santo? Por qué el Espíritu Santo es importante? Por qué Cristo es Dios y no simplemente una creación más de Dios? Preguntas que son partes de la doctrina de la Biblia. Y tu y yo debemos aprenderla para poder vivir vidas adecuadas, vidas efectivas.

Por eso es que yo te animo en el nombre del Señor Jesucristo, aprende de la Biblia, estudia la palabra y persevera en ella. No te salgas de ella. No trates de jugar con ella. No, persevera en la enseñanza de la palabra de Dios. Entonces, esta gente perseveraba en la doctrina que había recibido de parte de los Apóstoles que eran los que los pastores, eran los indoctrinadores de esa nueva comunidad. Pero no solamente se quedaron allí. Hay iglesias que solamente es palabra, palabra, palabra, Biblia, Biblia, Biblia, y ¿Saben qué? Cuando una gente viene a la iglesia quiere compañerismo, quiere amistad, quiere un sentido de familia.

Qué cosa más desalentadora que usted viene a una iglesia, primera vez a visitar, nadie lo mira, nadie lo saluda, usted se sienta al lado y es totalmente invisible. La persona que está a su derecha, a su izquierda ni siquiera se percatan de que usted llegó. Si usted está predicando, no le traen un poquito de te para que la garganta… gracias, hermana. Cuantas veces usted ha ido a una iglesia y se siente como que guau, mejor me hubiera quedado en mi casa. A nadie le importa que usted llegue, no le dan la bienvenida, no le hacen sentirse a gusto, no hay sonrisa, no hay alegría, no hay un saludo al final del servicio. Todo el mundo comienza a saludarse y se buscan por allá y usted ahí como perdido completamente, no importa y se va a su casa todo triste, cabizbajo porque nadie le amó. Y usted viene semana tras semana y se siente… y desgraciadamente debemos decir probablemente ha pasado y pasará aquí en nuestra iglesia, gracias a Dios mucha gente me dice, esta es una iglesia amorosa. Yo le doy gloria a Señor por eso. Podemos hacer un mejor trabajo, sabe?

De dónde yo saco eso? Dicen que estaban en la comunión unos con otros. Comunión, la palabra coinonía. Usted ha oído la palabra coinonía? Cuántos han oído esa palabra alguna vez? Coinonía quiere decir, compañerismo, comunión, familia, comunidad, compartir junto, coinonía. Una palabra muy bíblica. Y yo le tengo que pedir al Señor cada día, Padre, haznos más y más una iglesia amorosa.

Oiga, que bueno sería si la Ciudad de Boston conociera León de Judá como una iglesia amorosa, que nadie se siente extraño. Como el nombre de la serie “Where everybody knows your name” de la barra esa aquí en Boston. Cómo se llama la barra? Shear. Donde todo el mundo conoce tu nombre, esa serie, la recuerdan?

Y que bueno es una iglesia donde todo el mundo conoce tu nombre. Tenemos que esforzarnos. Somos una comunidad grande, diversa, hay dos servicios, para más fragmentación todavía, un grupo en inglés, podríamos ser una iglesia anónima, donde nadie conoce tu nombre. Pero Dios nos libre de eso.

Hermanos, permítanme hacer un llamado pastoral, en esta mañana. Vamos a hacer esfuerzos por ser una iglesia de amor. Y usted es parte de ese milagro. Quizás usted se siente como que no, son los ujieres y los pastores quienes tienen que darle el saludo a la gente, yo soy un miembro solamente. A mí que me saluden. Señores, si tu tienes a alguien allí, te sentaste al lado, viniste por la mañana, saluda a esa persona. Si no lo conoces, preséntate. Si se ve como que está un poquito perdido, es un visitante, más razón para asegurarte de que lo saludes. Cuando le damos la bienvenida a los visitantes identifícalos y al final del servicio ve y dale un saludo, sobretodo si están cerca de ti, que nadie se vaya sin recibir un cálido saludo. Y vamos a esforzarnos por tener vida de familia también. Invitémonos unos a otros a nuestras casas, llamémonos por teléfono. Todo eso lo que hace, esa comunión, esa coinonía posible. No nos conformemos.

Que lindo es cuando miramos, si pudiéramos ver una radiografía de la vida social de León de Judá, viéramos como una red de relaciones bien enmarañada donde todo el mundo está relacionado unos con los otros, nos amamos, nos conocemos, nos tratamos, nos respaldamos. Cuando yo fui a visitar con Gregory esta semana a la hermana María que estaba enferma en el hospital Mass General, en ese momento cuando salíamos del elevador, con quién me encuentro? Con Maira Rodríguez que iba a entrando al elevador que había estado visitando a la hermana María. Y la hermana Dilma y Marvin nos dijeron, varios hermanos, nos sentimos tan respaldados porque muchos hermanos han orado por nosotros y han estado visitando a mi mamá. Que lindo eso. Comunión, vamos a esforzarnos por ser una comunidad, no solamente gente de la palabra, muy lindo eso, pero la palabra es… la iglesia cristiana tiene que ser de toda una iglesia de amor, una iglesia de afecto, ayudémonos unos a otros, respaldémonos unos a otros y expresémonos amor unos a otros.

Perseveraban en la doctrina, en la comunión unos con los otros, en el partimiento del pan. Eso es raro, en el partimiento del pan. Es una expresión, no es que solamente comían pan, yo creo que el escritor quiere decir en compartir juntos comida, comer juntos. Es una expresión un poquito elusiva y difícil de entender, qué quiso decir Lucas con esa expresión? Algunos piensan que quiere decir el ágape del cual habla Primera de Corintios, Capítulo 11, el que yo leo cuando estoy celebrando la santa cena. El Señor Jesucristo dijo, cada vez que os reunís haced esto en memoria de mí, cada vez que coméis del pan haced esto en memoria de mí.

Vemos aquí, quizás, el comienzo de una tradición, que luego llegó a ser la eucaristía, o la santa cena de la iglesia, donde los cristianos se reunían para comer juntos y para recordar el sacrificio de Jesús en la cruz, y que llegó a ser todo un rito muy bello que era una celebración de la pascua, en la cual el cordero pascual, Jesucristo, se había entregado su sangre para salvación de la humanidad. No estamos seguros, parece que aquí se refiere, era una ocasión social con ciertas connotaciones espírituales.

Pero yo extraigo de aquí algo muy importante y es que: que lindo es cuando, sí, comemos juntos y compartimos juntos. A veces tenemos esas comidas allá abajo para levantar fondos, gloria a Dios por el aspecto financiero, pero también a mi me encanta la idea de que mis hermanos están ahí abajo comiendo juntos. Saben qué cuando usted come con alguien es como que se da algo bien importante, es un grado de intimidad mayor, cuando se comparte comida juntos.

Y yo les animo, en el nombre del Señor a invitarse unos a otros también, en nuestros países antes…, yo no sé cuantos de ustedes, pero la gente comía y se reservaba un plato para la vecina. Por su risa sé que muchos entienden a qué me refiero, no? Y ahí iba el plato, la vecina con el plato a cruzar el callejón, o lo que sea, vecina, aquí le traigo un plato de comida, un poquito de arroz, frijoles, un pedacito de carne, si podían.

Pero la idea era expresarse cariño. Había pobreza, muchas veces, y cuantas veces a cuantos nos salvó un plato de comida que trajo la vecina, quizás era la única comida que tenía. Que lindas esas experiencias, no? Eso se ha perdido en las ciudades anónimas y en las iglesias grandes, se pierde ese sentido de compañerismo, pero compartir el pan juntos es bien importante. Invite a alguien a su casa. Su casa no tiene que ser un palacio, ni todo tiene que estar absolutamente perfecto. La Biblia dice que no nos olvidemos de la hospitalidad. Recuerdan? Es un valor cristiano muy sólido: la hospitalidad. Hay gente que su casa es su castillo y lo cierran como con 40 candados para que nadie entre. Y cuando llegan del trabajo se refugian, corren, prenden el televisor y se sientan allí a adorarlo con un plato de comida y que nadie venga a su casa, porque es su refugio, no?

Hermanos, nuestra casa tiene que ser lugares también de hospitalidad. Tenemos que practicar la hospitalidad como un valor cristiano, sabe? Invite a alguien a su casa. Hay gente solitaria, hay gente que tiene sus familias en sus países, necesita gente que los invite. Compartan, invítense unos a otros, compartan el pan y hágalo como una muestra de amor cristiano. No tiene que ponerse muy religioso allí y parecer como que están celebrando la eucaristía. No, coman juntos, oren juntos, adoren al Señor y celebren el amor cristiano. Que cosa más linda que es esa. Y yo creo que el Señor recibe eso y le agrada, no? Amén. Eso es parte de ser una comunidad vital, así que visite a hermanos sobretodo a aquellos que quizás no le pueden reciprocar también con una invitación a su casa después. Y extienda el amor cristiano de esta manera.

Doctrina, comunión y esa comunión se expresaba prácticamente en compartir hospitalidad unos con los otros, y finalmente en las oraciones. Otra cosa que suena rara, participaban juntos en las oraciones, a qué se refiere? Bueno, yo me imagino que está hablando de tiempos juntos de adoración. Los judíos, y recuerde que esta es una comunidad que está saliendo del judaísmo. Ellos todavía se consideran judíos con el adicional elemento muy importante de que creen que ya el Mesías, ellos saben quién es el Mesías, que es Jesús, pero son judíos.

Todavía, lo que hoy en día es la iglesia evangélica o la iglesia cristiana católica o lo que sea, no ha llegado a su plena expresión. Esta gente todavía está como medio judíos y medio cristianos pero están todavía asumiendo una identidad cristiana. Entonces, probablemente estas oraciones las hacían en el templo judío, se reunían, algunos creen que en un lugar ahí en el templo que se llamaba el pórtico de Salomón, uno de esos espacios, porque el templo era grandísimo, y ahí se reunían esos primeros cristianos a hablar juntos de la Biblia, a orar juntos y llegaban al templo en el tiempo de las oraciones formales del templo. Pero ahí vemos algo, que es el inicio de la vida de adoración del pueblo de Dios que hoy en día es venir el domingo, por ejemplo, a la iglesia a adorar al Señor, venir el miércoles, ir a una casa para uno de estos grupos de células, los hombres se reúnen los martes en la noche para adorar juntos, los sábados por la mañana para orar como estuvimos aquí ayer por la mañana. Perseveraban en las oraciones unos con otros.

Que lindo es, hermanos, que nosotros entendemos algo que es bueno venir a la casa del Señor y adorar juntos, orar juntos. No solamente orar sino que perseveraban en la oración que incluía la oración. Cuando venimos al templo de Dios, venimos a cantar, orar, leer la palabra, dar nuestros diezmos, meditar en la palabra de Dios, todas estas cosas caracterizan una vez redondeada de adoración. Es importante venir a la casa del Señor. Mucha gente dice, yo puedo adorar a Dios dondequiera porque él está dondequiera. Eso es cierto, pero que bueno es cuando el pueblo de Dios así como estamos nosotros en comunión unos con los otros. Lea este momento, no venga así… lea este momento, entienda lo que estamos haciendo. Que raro es esto?

Si usted fuera un marciano viniendo de Plutón, de un planeta de esos y ve esto, no le parecería extraño? Lo que pasa es que nosotros lo hacemos tanto que ya es algo normal. Pero que cosa más rara. Gente de toda la ciudad se citan para venir a un lugar, sentarse y hacer una cantidad de musarañas y de cosas raras juntos. Eso es bello, eso es algo maravilloso, extraordinario, nunca pierda el sentido de misterio de lo que usted está haciendo, nunca piense que lo mismo es sentarse en su casa con un plato de cereal mirando el televisor, un predicador con una corbata de 700 dólares, y que usted cree que eso hace de sustituto de venir a la casa de Dios, de ser esfuerzo, de vestirse lo mejor que usted puede, venir a la iglesia, adorar con sus hermanos, gozar de coinonía juntos, y presentar nuestra adoración en vivo al Señor, eso es importante. Nunca pierda ese aspecto de su vida, mi hermano, mi hermana.

El Apóstol Pablo advierte a los creyentes, dice, “no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre…”, algunos se quedan en su casa por allá. Estoy demasiado cansado, demasiado deprimido, demasiado molesto. Venga a la casa del Señor y adore el Señor. Persevere en la oración, juntos unos con los otros. Eso es parte de una vida cristiana balanceada. Yo creo que no se puede ser un cristiano fidedigno, verdaderamente sin gozar de la comunión de los santos. Eso es esencial, no hay cristianos llaneros solitarios, no lo hay. Los cristiano somos una comunidad por definición y tenemos que ser parte de esa comunidad dondequiera que vayamos tenemos que buscar una comunidad de creyentes.

Termino con esto. Lo que ven aquí en el resto es más bien una elaboración de todo esto que yo acabo de decir. El resultado final de todo esto, gracias Enrique, qué pasa en el versículo 43? Dice, “…sobrevino temor a toda persona…”

La palabra temor en el griego original es fobos, de donde viene la palabra fobia o miedo. No es que sobrevino miedo de esta gente, fue como un asombro lo que sucedió en toda la comunidad, fue como un sentido de guau, algo importante está pasando entre esta gente. Al ver estas miles de personas, en el segundo sermón de Pedro, se convirtieron 5000. Imagínense en una ciudad pequeña, relativamente pequeña de apenas unas decenas de miles Jerusalén, que se conviertan 3000 y después 5000, y que se hable de un hombre que murió y resucitó y que ahora su pueblo, su gente está predicando la palabra y que ven a esta gente viviendo una vida ejemplar, adorando juntos, comiendo juntos, amándose unos a otros, apoyándose unos a otros, sobrevino un temor. Los periódicos comenzaron a escribir, algo extraño está pasando en Jerusalén. El reportaje, sí, yo me convertí y conocí a Cristo y mi vida cambió. Otro por allá, sí, yo estaba enfermo y Dios me sanó. Otro por allá, fulanita vendió su casa y repartió dinero a todos los pobres. Guau! La gente está asombrada, no sabe que decir. Un sano sentido como que guau, Dios está en la ciudad, algo raro está pasando, Dios se está moviendo en medio Dios de su pueblo, guau! Muchos quizás que recuperaron un sentido de lo sagrado, dijeron, bueno, yo tengo que examinar mi vida también, estaré yo viviendo una vida como Dios quiere? Sobrevino temor.

Que pasa cuando una iglesia vive la vida cristiana en una forma ejemplar, como esta gente? ¿Saben qué? El mundo se da cuenta. Yo creo que, más adelante, en el versículo 47 en el final dice:

“… y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos…”

Mire que interesante. El resultado fue, primero, asombro en la gente; sano temor de Dios. Yo creo que por qué la gente no respeta más las cosas del Evangelio? Yo creo que la culpa mayormente es de la iglesia, no es de la gente, es que los cristianos no estamos viviendo la vida que Dios nos llama a vivir.

Cuando la iglesia se pone de pie comienza a vivir como Dios manda, nos amamos, nos arrepentimos de nuestros pecados, cambiamos de vida, oramos al Señor, adoramos al Señor, la gracia del Señor se manifiesta. Dios hace milagros y señales y prodigios, como vemos aquí. Estamos juntos, compartimos las cosas, el Espíritu Santo se manifiesta, vivimos con alegría y sencillez de corazón, como dice ese pasaje, mire, ¿Saben qué? La gente comienza a venir solo, sin que se les invite y se entregan su vida al Señor.

Por qué la sociedad no está experimentando un mayor efecto del Evangelio? Es que nosotros nos falta autenticidad, no estamos viviendo la vida cristiana como Dios quiere. O como iglesia, asumamos nosotros la responsabilidad de ser una iglesia vital, una iglesia llena del Espíritu Santo, una iglesia generosa, una iglesia de amor unos con los otros. Y yo creo yo sé que ya mucha gente en esta comunidad latina sabe que existe una iglesia que se llama Congregación León de Judá, para gloria del Señor, para gloria exclusiva de Dios.

Gregory y yo fuimos a una cita con un miembro de la iglesia que está tomando consejería con un psicólogo, un psiquiatra hispano, aquí en la comunidad, estuvimos el jueves, el viernes, jueves. Este hombre es un profesional, un excelente psicólogo, de paso, y yo creo que es un hombre temeroso de Dios. ¿Saben qué? Ahí yo me di cuenta, él conoce nuestra iglesia, conoce a nuestro ministerio y tiene mucho respeto por nuestra iglesia. Gloria a Dios por eso, porque podemos dar buen testimonio y la gente sabe que hay gente que ama a Dios y que están sirviendo a Dios como Dios quiere. Y esos son trabajos evangelísticos, lo que pasa es que poco a poco va viniendo al Evangelio.

Ahí mismo cuando entrábamos a la clínica una señora estaba sentada ahí en una silla de espera, cuando nos vio, se levantó con una gran sonrisa: yo asisto a su iglesia pastor hace poco, escuchamos su programa en la radio y yo estoy asistiendo a su iglesia. Que lindo eso. Que hermoso cuando una comunidad se da a conocer por la genuinidad de su vida y genera buen testimonio en la comunidad y como que el Señor está trayendo la gente.

Yo creo que no hay que retorcerse para que la gente conozca a Jesucristo, lo que hay que hacer es vivir la vida cristiana a diario, mantener buena higiene espiritual y cuando una iglesia vive la vida cristiana como se supone que la viva, todos los días, de día en día, suavemente sin mucha agonía, ni nada, Dios añade los que han de ser salvos, van viniendo ellos solos. Y también uno hace sus esfuerzos, como hemos hecho esta semana, gloria a Dios.

Pero Dios va añadiendo la vida, y si León de Judá se une a la iglesia que está a tres cuadras, y esa iglesia se une a la iglesia que está a cinco cuadras, y esas tres iglesias se unen a otra que está por allá, por el otro lado de Roxbury y esa se unen a tres o cuatro que están en el Southend, y otras se unen a los que están en Randolph, o en Queency o en Brighton o en Cambridge, óigame, qué pasaría, hermanos si esta ciudad se llenara de iglesias, de comunidades viviendo auténticamente la vida cristiana como describe aquí? Sería la gloria de Dios en la tierra, los demonios tendrían que salir huyendo y gritando, aullando saldrían, se escucharían mientras van metiéndose al hoyo de donde vinieron. Porque la vida de Dios se manifiesta en medio de su pueblo, nuestra comunidad.

Así que yo le pido, Señor, ayúdanos a nosotros a ser una iglesia auténtica, una vida guau! Puntos de hoy: who did this? Tremendo. Gracias. Eso es el comienzo de una traición? Ojalá que así fuera.

Perseveraban en la doctrina, esfuerzo para hacer una iglesia de amor, compartir el pan, hospitalidad y oraciones, comunión, comunidad, coinonía entre hermanos, autenticidad, vivir una vida cristiana auténtica.

Hermanos, si León de Judá hace eso, si usted y yo lo hacemos, no hay fracaso posible. Dios va a hacer cosas extraordinario en medio de nosotros. Amén. Que lindo es saber que ahora mismo hay hermanos en inglés recibiendo su sermón, aquí en español, quien sabe si un día lo tendremos en chino y en creole, en portugués. Gloria a Dios, eso va a ser la gloria de Dios en la tierra. Amén.

Gloria al Señor. Que bueno. Coinonía, comunidad, compartir unos con los otros, amarnos, apoyarnos a pesar de nuestras diferencias. Si hay una necesidad acudir todos allí al lugar de encuentro para llenar esa necesidad. Yo le doy gracias al Señor.

Levántese un momentito y reciba un pedacito de esta enseñanza, algo que le toque a usted, algo que le toque su corazón en esta mañana, recíbalo en el nombre de Jesús. Yo sé que hay cosas que a mí me toca recibir. Donde está la parte que Dios me está llamando a ejecutar en este día en mi vida? Yo pido que el Señor Jesucristo haga real esta vida del espíritu en León de Judá, en esta comunidad, una iglesia de amor, una iglesia de perdón, compasión, misericordia, afecto fraternal, entrega a los valores del Reino de Dios, todas esas cosas buenas.

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Cuando llegue el Lunes a tu vida

26 de julio del 2010 - Por Gloria Marroquín

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmo 5:3

Mientras pagaba la cuenta en una tienda de la ciudad de Boston, la persona que me atendía no podía disimular lo disgustaba que se encontraba, parecía estar muy contrariada, como si estar ahí, en ese día a esa hora y en ese lugar fuera el castigo más grande que pudiera recibir. Traté de iniciar una conversación diciéndole, que la temperatura estaba muy agradable, a lo cual me contestó, lo mucho que detestaba los días lunes, siempre había sido el día que a ella más le disgustaba. A lo cual le respondí, fíjese que el lunes es uno de mis días favoritos. “No veo por qué”, dijo ella, “pues a mí me parece que son muy pesados, y me ponen de muy mal humor”. Porque he aprendido, le respondí, que ese día es un día que hizo Dios, que es una nueva oportunidad, un nuevo comienzo de semana, un nuevo reto, un día de trabajo donde mi tiempo será recompensado en forma especial. En cambio, en este día, mucha gente no tendrá un trabajo donde ir, muchos estarán postrados en una cama con alguna enfermedad, deseando mejorarse y poder ganar para el sustento de su familia o en alguna prisión sin poder salir, para estar en cualquier otra parte. Muchos estarán buscando la oportunidad de conseguir un trabajo, tal vez más pesado o difícil que el que nos toca hacer y darían cualquier cosa por una oportunidad nueva hoy y nosotros que la tenemos, no lo vemos así. A la verdad debemos de dar gracias a Dios y pedir por aquellos que no tienen un trabajo. Ella me escuchó en silencio y poco a poco su expresión fue cambiando, los músculos de su cara se suavizaron en una tímida sonrisa mientras decía, “nunca lo había visto de esa manera, creo que hay mucha razón en eso”.

Mientras me alejaba pensaba, Dios danos un corazón agradecido, que no nos olvidemos de dar gracias, porque recibimos las cosas, casi sin prestar atención, sin escuchar la voz de Dios que en medio del vaivén del mundo nos regala sus milagros y su gran misericordia.
¿Qué haremos cuando venga el lunes a nuestra vida? Ese tiempo difícil donde no tenemos deseos de agradecer ni de ver que bendición encierra, cuando las circunstancias son tan y tan negativas que no vemos nada bueno y solamente deseamos quejarnos y criticar. Vamos a presentarle a Dios nuestra queja en oración, a buscar su consejo en su Palabra, vamos a cambiar nuestra actitud, ver las opciones que nos presenta Dios.

¿Qué haremos cuando llegue el "Lunes" a nuestra vida?

Oración:
Padre Celestial, queremos ser un pueblo agradecido, que obremos bien, que bendigamos a los demás, con una vida que cada día se presente ante tu trono de gracia para buscar consejo y presentar nuestras cargas. Que como el profeta podamos testificar “Jehová es Bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.” Nahúm 1:7

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Tres pasos - arrepentimiento, bautismo, y recibir el Espiritu Santo

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Vamos al Capítulo 2, versículo 36, el sermón del Apóstol Pedro, el día de Pentecostés. Dice el Apóstol Pedro:

“… Sepa pues, ciertísimamente toda la casa de Israel que a este que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis le ha hecho Señor y Cristo. Y al oír esto, dice el 37, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: varones hermanos, qué haremos? Y Pedro les dijo: arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo, porque para vosotros es la promesa y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para cuántos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba diciendo: sed salvos de esta perversa generación…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Como le decimos, estamos haciendo un recorrido cuando podemos del Libro de los Hechos. Ustedes recordarán que la última vez que estuvimos hablando aquí, hablamos del pasaje anterior en el cual vimos, que cuando se manifestó la presencia del Espíritu Santo, cuando cayó el Espíritu Santo sobre esos discípulos que estaban reunidos, ellos comenzaron a profetizar y a hablar en lenguas comprensibles para esos judíos que venían de diferentes países y que estaban allí en Jerusalén precisamente para celebrar el festival del Pentecostés.

Y al ellos ver la conmoción y ver estos discípulos exaltados en el poder del Espíritu Santo y me imagino que ese era un gran festín, estaban embriagados con la presencia del Señor, mucha gente que no tenía experiencia previa con este tipo de manifestaciones, pensaron que estaban borrachos. Y el Apóstol Pedro aprovechó esa oportunidad para aclarar, no, esta gente no está embriagada, esta gente no está borracha, es temprano en la mañana, lo que pasa es que tienen la llenura del Espíritu Santo y entonces Pedro aprovecha y va al libro de Joel, uno de los profetas judíos y les muestra que allí en el libro de Joel, en el Capítulo 2, había una profecía donde decía que en los postreros tiempos Dios derramaría de su espíritu sobre toda carne.

Entonces Pedro les aclara y les dice, eso que profetizó el profeta Joel es lo que ustedes están viendo en este momento. Es el cumplimiento de esa profecía. Y queremos aclarar aquí de nuevo y enfatizarles que esta profecía de Joel es muy profunda porque en realidad es una profecía que se ha cumplido ya dos veces y todavía le falta una tercera vez para cumplirse. La primera vez que se cumplió en el mismo tiempo del profeta Joel, en un tiempo de sequía espiritual, un tiempo de tristeza para el pueblo de Israel, y donde Joel llamó a los judíos en ese tiempo a convocar una solemne asamblea, humillarse, pedir bendición de Dios y que Dios vendría y sanaría la tierra y traería prosperidad y que después de eso derramaría de su espíritu.

Y entonces la segunda vez que se cumplió esa profecía fue precisamente en el tiempo de Pentecostés, cuando Pedro dirigido por el Espíritu Santo, discierne que esa profecía no era solamente para aquel tiempo, sino también para el tiempo en que estaban viviendo, en que Dios ahora estaba derramando de su espíritu en una manera más universal, más abundante, más abarcadora porque antes, como decíamos, los dones del espíritu estaban reservados para los profetas, para los sacerdotes y para los reyes. Pero el Señor había dicho que él derramaría su espíritu sobre toda carne. Y Pedro dice, eso es lo que está pasando aquí.

La tercera vez que se ha de cumplir esa profecía es cuándo? En los últimos tiempos, en los postreros días, como dice Joel. Yo creo que los tiempos que estamos viviendo, donde habrá una gran manifestación de los dones del espíritu. Y quiero enfatizar eso, y re enfatizarlo porque es importante para que nosotros podamos discernir los tiempos que estamos viviendo.

Y el profeta Joel dijo que en esos tiempos también muchos clamarían al Señor. Dice que todos los que clamaren al nombre del Señor serán salvos. Nosotros creemos que va a haber una gran cosecha de almas en los últimos tiempos. Creemos también que, como dice esa misma profecía, el pueblo de Israel, sería reunido de todos los países a donde había sido disperso como lo fue en el año 1948, Israel pasó a ser una nación después de dos mil años de no existir como nación. Y los judíos han estado viniendo de todas partes de la tierra, de la India, en la India se han encontrado judíos perdidos durante siglos y siglos que han reconocido su trasfondo hebreo. En Etiopía, yo cuando estuve la última vez en Jerusalén visité un centro comunitario donde hay etíopes, es una comunidad grandísima que han sido traídos de Etiopía, que habían retenido sus costumbres judías durante siglos. En la China se han encontrado judíos. En África del Sur se han encontrado descendientes de judíos. En la India hay toda una población que ya está casi despareciendo completamente de judíos que trazan su linaje a los tiempos de siglos y siglos atrás. Y esa gente ha estado viniendo. Esa profecía dice que junto con ese derramamiento sería el recogimiento de las naciones.

Y habla también del día de Jehová que es un día de grandes conmociones naturales, manifestaciones sobrenaturales en el cielo y en la tierra, en el mar, que es el gran día de Jehová, y todo esto estaba bullendo ahí en el espíritu del Apóstol Pedro mientras él expresaba este primer sermón bajo la unción del Espíritu Santo.

Entonces, ahora Pedro, después de decir esto, en los versículos anteriores, lleva el evento de Pentecostés hacia la figura de Jesús. En el versículo 32 Pedro dice:

“… a este Jesús resucitó Dios, a ese mismo Jesús que ustedes crucificaron y que lo había entregado, y dice en el versículo 23, … a este entregado por el determinado consejo, y anticipado conocimiento de Dios, ustedes lo prendieron y lo mataron por manos de inicuos, crucificándole. Y ese mismo Jesús que ustedes crucificaron Dios lo ha levantado y lo ha hecho Señor y Dios, Señor y Cristo.

Versículo 36 dice: “… sepa pues ciertísima toda la casa de Israel que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis Dios le ha hecho Señor y Cristo…”

En otras palabras, después de hacer ese recorrido en la Escritura profética, y también va al libro de los Salmos para mostrar que Cristo, ese hombre resucitado del cual hablaba David, en el libro de Salmos, era Jesús también. Y qué interesante que Pedro, una y otra vez va a la Escritura para interpretar lo que está pasando en ese momento de unción pentecostal.

Yo decía esta mañana a los hermanos, que es importante que nosotros conozcamos la Biblia, hermanos, para que cuando vengan momentos en nuestra vida como este, que nosotros podamos acudir a la palabra de Dios para interpretar lo que está pasando en nuestra propia vida. Que importante es que cuando estamos pasando por tiempos de crisis, o momentos de celebración, porque Dios nos ha dado una victoria o cuando hay una oportunidad de hablarle a alguien de la palabra de Dios, que nosotros tengamos dentro de nosotros la palabra porque nos las hayamos memorizado, porque la leamos continuamente, porque estemos familiarizados con esos grandes temas de la Escritura, con los personajes de la Escritura, con los grandes eventos de la Escritura, con los grandes temas de la Escritura y podamos acudir a ellos en los momentos en que necesitamos acudir a ellos.

Pedro en este momento conocía la Escritura y va al libro de Joel, al libro de los Salmos, e ilumina lo que está pasando a la luz de la palabra de Dios. Y también decimos que siempre toda cosa en nuestra vida, toda experiencia sobrenatural, toda palabra profética, tiene que caber dentro de la revelación divina.

Si la palabra de Dios no afirma lo que estamos experimentando y viendo, entonces no es de Dios. Cuántos dicen amén a eso? Están ahí, todavía o el calor ya me los durmió? Están ahí? Están vivos y están ahí, como dice una hermana predicadora? Amén. Es importante, hermanos, que siempre la palabra sea el fundamento de todas las cosas que nosotros hacemos y experimentamos.

Y que a la larga todo apunte hacia Jesús, por eso es que Pedro, después de hablar de lo que ha pasado, gira la predicación hacia Cristo, y dice, esto que nosotros estamos experimentando es porque Dios ha hecho a Cristo Señor y Cristo y le ha dado el poder para manifestar eso que ustedes están viendo.

En otras palabras, es importante también que nosotros dirijamos la mirada de la gente hacia Jesús, porque en él, en Cristo es donde está el poder para transformar las vidas. Y yo creo que el nombre de Jesús tiene un poder extraordinario, la figura de Jesús tiene el poder para romper cadenas. Hay gente que está atada, muchas veces, espiritualmente, y cuando usted les habla de Jesús, del nombre de Jesús aclara su mente, o los confronta de manera que huyen, porque a mucha gente no le gusta conocer el nombre de Jesús porque están endemoniados, están bajo presión demoníaca.

Pero cuando usted habla en nombre de Jesús las aguas se dividen, hay claridad. Y Pedro, dirígela visión de esta gente hacia Jesús, les dice, lo que está pasando aquí es muestra de que Cristo es el Señor, Cristo es el rey.

Y un detalle que me interesó de estos pasajes también, es el hecho de que Pedro no titubea en confrontar a la gente que está predicándole con el hecho de que ellos han pecado, con el hecho de que ellos crucificaron a Cristo.

En el versículo 23 dice que ustedes prendieron y mataron por manos de inicuos a Cristo y lo crucificaron. Y en el versículo 36 dice, sepa pues, toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Es importante, hermanos, que nosotros seamos claros cuando predicamos el Evangelio y que con una gran humildad, y con una gran gracia, incluyéndonos nosotros también como pecadores que somos, le recordemos a la gente también que todos estamos bajo pecado, y que sin Cristo estamos condenados a la condenación eterna.

Hoy en día hay mucha gente que dice que las iglesias no deben hablar de pecado, no deben mencionar ni siquiera la palabra pecado, que hay que hablarle a la gente de cosas lindas y atractivas y resolver sus necesidades y decirles que Dios les ama y que Dios les sana, y que Dios les prospera, pero no les hablemos de que tienen que cambiar su estilo de vida, no les hablemos de que están bajo pecado y que necesitan recibir a Cristo como Señor y salvador.

Y yo creo que eso es cambiar la Escritura. Yo veo siempre que en la palabra de Dios los cristianos, los predicadores sean claros. El Apóstol Pablo en Romanos dice: “… por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios…”.

Ahora, que bueno que nosotros nos quedamos allí en decir, no, tu has pecado, sino que también decimos, pero en Cristo Jesús hay perdón de pecados, en Cristo Jesús hay salvación. Siempre acompañe cualquier tipo de señalamiento de pecado con una palabra de sanidad y de bendición y de esperanza. Necesitamos siempre, sí, si abrimos la herida, asegurémonos de poner también ungüento sobre la herida, y ese ungüento es Cristo Jesús. Siempre, nuestra palabra esté sazonada con sal, siempre nuestra predicación emita la gracia y la simpatía de Cristo Jesús.

El modelo para evangelizar a la gente yo lo veo cuando Cristo le predica a la mujer samaritana. Que linda combinación! El Señor le recuerda a la samaritana, sí, tu tienes una vida pecaminosa, has tenido 5 maridos y el que tienes ahora ni siquiera es tu marido también. Pero le dice también que Dios la ama y que tiene un propósito para su vida. Y dice, yo, el que habla contigo, soy el Cristo. Y esa mujer que nadie quería saber de ella, de momento, recibe a Jesús como el enviado de Dios y se va a su aldea y se convierte, yo diría, en la primera evangelista que registra el Nuevo Testamento y trae a su aldea al conocimiento de Cristo. Por qué? Porque el Señor combinó esa claridad, él le dijo, sí, ustedes adoran, los samaritanos adoran a Dios en su lugar pero nosotros los judíos, lo adoramos y conocemos al Padre. Y él aclara, ustedes tienen un culto que no es el verdadero, pero también le dice, pero el que habla contigo, yo soy el verdadero objeto de toda adoración. Y entonces la bendice y ella se va gozosa y así tenemos que hacer nosotros.

Sí, yo creo que a la gente hay que hablarle acerca del pecado, porque el pecado es real, pero también entonces le hablamos acerca de Cristo Jesús en el cual hay misericordia y perdón. Entonces, es interesante, yo creo que cuando nosotros combinamos, hermanos, ese balance de una llamada al arrepentimiento y al reconocimiento de los pecados con una palabra de esperanza y de gracia y de restauración por medio de Jesucristo la gente generalmente va a reaccionar positivamente.

Y eso es lo que pasa aquí en el versículo 37 dice, que al oír las palabras del Apóstol Pedro se compungieron de corazón. En otras palabras, sintieron la penetración de esa flecha que era necesaria para desangrar esa herida, sacar esa sangre mala de pecado que estaba en ellos. Se compungieron, se entristecieron, reconocieron su pecado y entonces preguntaron lo que cada uno de nosotros debe preguntar, cuando somos confrontados con la verdad de Dios. Cada vez que usted lee la palabra si hay algo que la palabra le señala, si alguien le confronta con una verdad de la palabra, usted sabe lo que tiene que hacer? No ofenderse, ni cerrar su corazón, sino hacer lo que esta gente hizo. Varones, hermanos, qué haremos?

Cuando la palabra de Dios llega a tu vida, cuando la verdad de Dios llega a tu vida en cualquier manera, no rehúyas de ella, no te cierres a ella, no la rechaces, tu tienes que preguntar, Señor, qué quieres que yo haga? Siempre lee la Biblia con esa pregunta en mente, cómo puedo yo ajustar mi vida a esa palabra que Dios me está trayendo? El cristiano que vive así su vida cristiana, siempre va ir creciendo, creciendo, creciendo, porque cada día Dios le va a recordar algo más y algo más y será un hombre, una mujer que siempre estará en perpetuo estado de desarrollo.

Varones, hermanos, qué haremos? Estamos claros, sí, hemos pecado, hemos ofendido a Dios, entregando a este hombre que verdaderamente no reconocimos, era y es el Hijos de Dios. Y Pedro, entonces ahí les da la savia, ahí les da el aceite, el ungüento, ahí les da el vino que va a sanar su herida. Y Pedro les dice, arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Yo digo que aquí tenemos tres cosas, hermanos, tres cosas que constituyen la esencia misma de la experiencia de conversión de cada creyente. Toda persona que verdaderamente vaya a pasar por unas etapas de verdadero acercamiento a Dios por medio de Cristo, necesita incluir estos tres elementos.

El primer elemento es arrepentimiento, el segundo elemento bautismo en agua, y el tercer elemento es recibir el don del Espíritu Santo. Déjeme dilucidar cada uno de ellos brevísimamente.

Él dice arrepentíos, toda confrontación con Cristo Jesús y sus reclamos tiene que incluir arrepentimiento. Cuando estamos sin Cristo estamos perdidos en nuestros pecados y maldades, dice la palabra. Nuestra mente está turbia, nuestro entendimiento está contaminado con toda la maldad del enemigo y entonces cuando nos confrontamos con el Evangelio tenemos que arrepentirnos. Arrepentirse quiere decir cambiar de rumbo. La palabra que se incluye en el griego original del cual se traduce arrepentíos y arrepentimiento es la palabra meta noia, que quiere decir cambiar de mente. Meta es cambiar, de ahí la palabra metamorfosis, en el griego. Y noia es la palabra que se usa para mente, en el griego original. Entonces meta noia quiere decir un cambio de mentalidad. Esa es la palabra que nosotros llamamos arrepentimiento.

Y que linda manera de expresar las cosas. Cuando tu te arrepientes de tus pecados lo que tu haces es cambiar de mente. El Apóstol Pablo, de hecho, en el libro de Romanos dice, no os conforméis a este siglo, sino transformaos. Por qué? Por medio de la renovación de vuestra mente, de vuestro entendimiento.

Entonces, lo que nosotros tenemos que hacer es cambiar de manera de pensar, cambiar la modalidad con que nosotros procesamos la vida. Eso es arrepentimiento. Yo les llamo a ustedes y a mi propia persona, hermanos, a ir cada día renovando nuestra mente. Ser un pueblo en perpetuo estado de arrepentimiento, cambio de manera de pensar, cambio de manera de ver la vida, cambio en la manera en que relacionamos unos con los otros, cambio en la forma en que tratamos a nuestros cónyuges, cambio en la forma en que le hablamos a nuestros hijos, cambio en la forma en que nos divertimos, cambio en la forma en que nos vestimos, cambio en la forma en que gastamos nuestro dinero, cambio en la forma en que nosotros invertimos nuestro tiempo, cambio en la forma en que vemos la adoración al Señor, cambio en la proporción que le dedicamos de nuestras energías y de nuestro tiempo a las diferentes cosas que hacemos en la vida.

Eso es arrepentimiento. Yo creo que arrepentimiento es algo sí que se da en un momento dado, cuando reconozco que yo estoy sumido en pecados y que necesito la gracia que solo Cristo puede ofrecer, y me prometo a mí mismo, cambiar de forma de vivir y de pensar.

Pero también arrepentimiento es algo que se debe dar cada día en nosotros. No creen ustedes? Que cada día hay cosas de las cuales yo me tengo que arrepentir. Cada día hay algo que yo he hecho y haré que no está conforme a la voluntad de Dios y tengo que venir ante el Padre y decir, Señor, me arrepiento. Y tengo que confesar mi pecado, y tengo que mejorar. Es perpetuo arrepentimiento. Mucha gente se estanca en la vida cristiana porque no se arrepienten más frecuentemente. Continuamente tenemos que estar trayendo nuestra necesidad de perdón delante de Dios. Y el arrepentimiento tiene que ser algo que no rehuyamos de ello, sino que lo cultivemos con gozo, porque tenemos un Padre que cuando nos arrepentimos inmediatamente dice, te perdono, y me olvido de lo que hiciste.

La palabra dice que “… si vuestros pecados fueren rojos como la grana, vendrán a ser como blanca lana. Y dice, y no me acordaré más de sus pecados, los echaré al fondo del mar…”

Que bueno es cuando uno reconoce sus pecados y en vez de quedarse allí como nadando en su propia culpabilidad, se siente libre porque ya sabe que su padre nos perdonó. Y ahora entonces nos prometemos ser mejores y seguir adelante. Tenemos que cambiar de forma de actuar. El llamado a la santidad y al arrepentimiento es algo muy importante en la vida cristiana.

El segundo elemento, Pedro dice aquí en su sermón, bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo. Es interesante aquí para perdón de los pecados, yo quiero aclarar algo acerca de eso. Primeramente, ayer tuvimos el gran gozo de bautizar 30 hermanos, gloria a Dios. Estuvimos allá en Hopkinton y nos gozamos en entrar a las aguas bautismales a 30 hermanos y no se nos hundió ninguno de ellos, no se nos ahogó nadie. Gloria a Dios. También hay que darle gracias a Dios por eso. Que lindo. Y si usted ha conocido a Cristo recientemente y no lo ha hecho todavía, prepárese porque queremos también bautizarlo a usted. Un hermano me pidió que lo hundiera dos veces y yo tuve que hacerlo. Parece que necesitaba bastante purificación. No sé si eso está en algún libro de teología, pero yo lo hice de todas maneras. Y él sabrá ya con su Dios lo que hace con eso.

Amén. Pero el bautismo es necesario. El bautismo es una ordenanza del Señor, dice, bautícese en el nombre de Jesucristo, es decir, es algo que hacemos por obediencia. Bautizarse quiere decir dar muestra pública de lo que Dios ya ha hecho en nuestras vidas y en nuestros corazones. El bautismo es uno de los sacramentos que nosotros hacemos para dar expresión al morir al mundo, y eso es lo que hacemos cuando nos sumergimos en el agua, estamos como muriendo al mundo. Es un acto muy simbólico. Usted en un momento está sumergido en el agua y entonces cuando usted sale del agua está saliendo simbólicamente a una vida nueva, resurrección en Cristo Jesús. Que lindo símbolo ¿verdad?

Y tenemos que practicar. Ahora, qué dice, y bautícese para arrepentimiento de pecado. Yo quiero aclarar algo, hermanos, como es que dice, para el perdón de los pecados. Yo no creo que el bautismo perdona los pecados, el que perdona los pecados es Cristo Jesús. Amén. Y aceptar a Cristo como Señor y salvador. Yo creo que si una persona acepta a Cristo y no tiene oportunidad de bautizarse y se muere, esa persona se va al cielo de todas maneras, como todo y zapatos. Eso no tiene nada que ver. Pero sí, es como una expresión de arrepentimiento y de perdón de los pecados, porque es clara, la Escritura dice que solo Cristo salva, ni la circuncisión, ni el bautismo ni ninguna otra cosa externa puede salvarnos, solo Jesús y su sangre. Pero sí el bautismo es algo muy importante y mucha gente como que descuida eso.

Si usted ha recibido como Señor y salvador, no se ha bautizado, yo le recomiendo, a través de la historia la iglesia ha creído que el bautismo tiene una gracia especial. Y cuando uno se bautiza por fe uno recibe una bendición especial. Y usted no quiere perderse esa vitamina extra, así que busque del Señor en ese sentido.

Otra cosa bien interesante es que la iglesia primitiva bautizaba a los nuevos conversos inmediatamente. Que interesante. Hoy en día nosotros los pasamos a través de una clase de discipulado y los metemos ahí un rito hasta que finalmente creemos que están bien cociditos y entonces los bautizamos. Y eso tiene su mérito, no se crea, porque mucha gente entra a los caminos del Señor, hoy en día, donde hay tanta superficialidad en las cosas de Dios. La gente pasa aquí al frente cree que con levantar la mano, ya le meten un sello en la cabeza y ya son cristianos y están salvos. La vida cristiana es algo dinámico, usted vive continuamente la vida cristiana. Y es por eso que es importante que la gente conozca lo que ha creído y por qué ha creído antes de bautizarse. Pero también, es bien clara la Escritura que los primeros creyentes y la forma más escritural de bautizar a la gente es muy pronto después que se convierten.

Recuerdan al eunuco? Que cuando Felipe, el evangelista, le predicó el Evangelio pasaron por un charco de agua y el eunuco dijo, bueno, mira, aquí hay agua, que impide que yo me bautice? Vamos ‘pa ‘lante le dijo Felipe. Esa es la traducción Miranda de la Biblia. Metamos mano, y lo bautizó ahí mismo y el hombre se fue feliz por su camino.

Y está el carcelero de Filipos que cuando se convirtió esa misma noche, antes de cenar ya lo estaban metiendo en el agua. Ahora, yo me pregunto dónde bautizaron al carcelero? Un pedacito de trivia, porque yo no creo que a las 12 de la noche se fueron por ahí en el medio de la oscuridad, a buscar un charco por ahí para bautizar al pobre carcelero y su familia. No, yo creo que ellos cogieron una batea, la llenaron de agua y lo metieron ahí como pudieron y lo bautizaron de esa manera.

Cuántos saben lo que es una batea? Es una palabra muy dominicana. Se me salió lo dominicano. Eso es como una vasija grande de agua, y ahí lo metieron al pobre hombre. Yo creo que no tenemos que andar con tantos miramientos, lo importante es que haya fe. Yo creo que si usted lo único que tiene es una ollita de agua, pues vamos a echarle el agua al pobre hombre por la cabeza, o la mujer, y que se bautice. Lo importante es la fe con que recibimos esos elementos.

Pero dice, bautícese para perdón de pecado. Así que: arrepentimiento, bautismo y el tercer elemento que vemos aquí, muy interesante, dice: y recibiréis. Ahí no hay nada intermediario, ni que quizás, posiblemente, si Dios está de buen humor. No dice, y recibiréis el don del Espíritu Santo. A qué don se refiere? Bueno, el don es el regalo de Dios, la caída del Espíritu Santo. Recuerde que Pedro está hablando en el contexto de Pentecostés. Ese mismo don, dice Pedro, que nosotros hemos recibido también es para ustedes.

¿Saben qué, hermanos? Es muy importante que a los cristianos siempre se les recuerde que además de recibir a Cristo como Señor y salvador pueden recibir la entrada, la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, el bautismo del Espíritu Santo. Porque es que Dios hace las cosas completas y cuando él nos llama también nos equipa. Y cuando él nos da nueva vida en Cristo Jesús nos da también la capacidad para servirlo, para obedecerlo y para vivir una vida victoriosa y vencer al diablo que va a querer también sacarnos del camino que Dios nos ha encomendado. Y para eso Dios ha provisto algo, una unción especial, una dotación especial, una capacitación especial, el regalo del Espíritu Santo.

Todo creyente que está en Cristo Jesús tiene el Espíritu Santo. Ahora, yo animo a todo creyente también a buscar como ese activamiento de la unción del Espíritu Santo en su vida. Eso es lo que los pentecostales llamamos el bautismo del Espíritu Santo. Yo veo gente que son muy imperfecto en muchas maneras, pero han tenido ese encuentro frontal con el Espíritu Santo y esa presencia del espíritu en sus vidas les da un sello especial, tienen algo diferente, vienen las pruebas, las dificultades pero ellos se mantienen firmes, testifican con entusiasmo de Cristo como Señor y salvador, viven una vida apasionada para con Dios, sirven al Señor en diferentes maneras, evangelizan a otros, hablan con convicción de que Cristo es el Señor. Yo creo que eso viene de esa presencia del Espíritu Santo.

Por eso es que tenemos que pedirle al Señor, Señor, bautízame con tu Espíritu Santo, lléname con tu Espíritu Santo. Usted puede hacer eso, simplemente como reclamando lo que es suyo. Esa es una posesión suya. Si la palabra dice, para los que están lejos y los que están cerca, para todos cuantos nuestro Señor llamare. Es decir, hermanos, que todos nosotros podemos acudir y tener eso, es simplemente reclamarlo y decir, Señor, yo recibo tu Espíritu Santo.

Y entonces busque esa unción realizándose en su vida. Una vez que usted aspire la presencia del Espíritu Santo y la activación del poder de Dios en su vida, entonces, éntrese a vivir una vida sobrenatural. Crea que Dios está dentro de usted, que los dones del Espíritu Santo van a comenzar a manifestarse, comience a orar, comience a profetizar, comience a evangelizar, abra su boca y adore al Señor con vitalidad y con entusiasmo y abra su boca y hable en otras lenguas también. Ya está dentro de usted, comience con una o dos palabras que Dios ponga en su espíritu y Dios irá abriendo más y más ese caudal hasta que usted pueda fluir plenamente en los dones del Espíritu Santo.

Yo creo que mucha gente no fluye en el espíritu, no porque no lo tengan ya dentro de ellos, sino porque no han aprendido simplemente a comenzar a dar pasos de fe, como un bebé comienza titubeante y se cae, y vuelve y se levanta, y tiene accidentes y se ve un poco gracioso y hasta ridículo caminando y nos reímos de él, pero después sus pies se van afirmando hasta que corre inclusive y es un gran atleta. Así pasa, comience con lo que usted tiene a la mano, y diga, yo tengo el bautismo del Espíritu Santo, porque lo reclamé, lo pedí, y eso es para mí, para mi vida. Y entonces comience a vivir esa vida apasionada cristiana. De pasos de fe, use.

La Biblia dice, te pido que avives el fuego del don de Dios que está en ti. Muchos cristianos están mendigándole al Señor, dame, dame, dame y Dios dice, pero si ya lo tienes, menso, ya está ahí dentro de ti. Úsalo ahora. Aviva el fuego del don que está dentro de ti. Pero sí, te pido, vive una vida pentecostal y no dependas de tu propia fuerza ni de tu propia integridad, sino depende de la unción del espíritu, la gasolina que Dios ha puesto dentro de ti.

Póngase de pie. Me quedan 15 segundos, todavía. Gloria a Dios, parece que había una unción especial en esta mañana. Hermano, deja que la palabra del Señor hable a tu vida en este día y agarra algo de lo que yo he predicado en esta tarde porque es para ti. Si necesitas arrepentirte de algo ahora mismo porque estás practicando en tu vida, toma de eso. Si hay algo que tienes que cambiar en tu vida, entrégaselo al Señor. Si Dios te confronta con algo, recíbelo y has lo que tienes que hacer. Si Dios te está llamando a bautizarte físicamente prepárate para hacerlo. Si Dios te está llamando a buscar una unción fresca del Espíritu Santo en tu vida, no esperes más. Rechaza la idea de que ya tu tienes todo lo que necesitas y ábrete a la idea de que Dios quiere darte alas para que surques los aires como el águila.

Y Dios quiere darte poder y autoridad. No te conformes con una vida mediocre, una vida convencional, sino abre tus ojos a la idea de que Dios quiere que tu seas un gigante espiritual, que tu seas un gran guerrero, una guerrera espiritual, un hombre, una mujer de santidad, un hombre, una mujer de dominio propio, un hombre, una mujer de pasión evangelística, un hombre, una mujer generoso, generosa para con el Reino de Dios y todas sus necesidades, un hombre en perpetuo, una mujer en perpetuo estado de santificación y de creciente entrega a las demandas y expectativas del Reino de Dios; un hombre, una mujer en perpetuo estado de crecimiento sabiendo que tienes un Dios que quiere sanar tus heridas, un Dios que no quiere que tu vivas en enfermedad, un Dios que no quiere que tu vivas en depresión, un Dios que no quiere que tu vivas esclavo del pecado y de las fantasías, y de las ataduras que hacen daño a tu vida.

Dios te llama a ser un hombre, una mujer libre y a celebrar la sanidad que tu has recibido a través de Cristo Jesús. Quítate ese manto mojado y frío de depresión, de dependencia de alguna sustancia, de baja autoestima, de resentimiento y creo que el Señor le está hablando a algunos de ustedes ahora mismo, de paso. El Señor te dice, quítate el manto feo y opresivo del pasado porque yo te quiero dar vestiduras nuevas. Así como vestía Josué y le quité sus vestiduras viles y le puse vestiduras blancas y le puse mitra sobre su cabeza, y vara de autoridad en su mano, así yo también te digo ahora, hijo mío, hija mía, quítate el manto de impureza, quítate el manto de opresión, quítate el manto del pasado, quítate el manto de pecado y asume las vestiduras nuevas que yo pongo sobre ti y toman en tu mano mi palabra de autoridad con la cual yo te envío para que venzas al enemigo porque yo te he dado poder y te he dado autoridad, para que no vivas debajo de las circunstancias, sino sobre las circunstancias, dice el Señor, para que no vivas bajo la opresión del diablo, porque yo lo he sujetado a mi buena voluntad para con mis hijos y vivas por encima de todo ataque del diablo y seas victorioso en toda situación que tu confrontes.

Y pongo esa mitra sobre tu cabeza porque es una mitra de reinar y de ejercer autoridad y de andar con elegancia en el mundo en el cual yo te he puesto, señalando que tu eres uno de esos redimidos que yo he comprado con la sangre de mi Hijo.

Así que recibe todo lo que yo he puesto en tus manos y no andes como un mendigo, no andes como un pobre que no tiene nada, porque tu eres un hijo de un rey, tu eres una hija de un rey, tu eres realeza espiritual y yo he puesto grandes cosas en ti y tengo grandes propósitos para tu vida, tengo grandes visiones para ti, tengo grandes planes para ti y te he de usar, te he de usar, y te he de usar, pero te llamo, ponte la ropa que yo he designado para ti y vístete según la posición que tu ocupas, no camines más como un pordiosero, no camines más como una mendiga, no camines más como un ciudadano común un corriente, porque tu eres real sacerdocio, tu eres nación santa, tu eres un pueblo escogido por Dios para que anuncies las virtudes de aquel que te ha llamado de las tinieblas a su luz admirable, dice el Señor.

Así que, mi hermano, mi hermana, has un viro, un viraje de 180º ahora mismo, si ibas en la dirección opuesta, ahora camina directamente hacia el propósito de Dios en tu vida. Eso es arrepentimiento, cambiar de dirección, moverse de los caminos de las tinieblas y de la opresión del diablo a los caminos de liberación y de buenas obras y dar fruto para gloria del Señor. Recibe la buena voluntad de tu Padre, recibe la bendición de Dios, recibe el llamado de Dios para tu vida en esta tarde, y sabe que Dios tiene buenos propósitos para ti, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús.

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Como orar?

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Hoy quisiera enfocarme en algo que tiene que ver con el tema de la oración. Y si pudiesen ir conmigo al libro de Lucas, capítulo 11, hay algo que quisiera hacer referencia aquí a este verso. Voy a estar en Lucas, capítulo 11 y en Mateo, capítulo 6. Y tal vez usted dirá, como que guau, el tema de la oración está quemado como quien dice, pero no, no, no; el tema de la oración siempre es vital, muy importante.

Esto no pasa de onda ni de moda. Lucas, capítulo 11, verso 1. Yo estoy leyendo la edición Dios habla hoy, así que me pueden seguir. Me gusta mucho la versión, Dios habla hoy. Dice, una vez, Jesús estaba orando en un lugar y cuando terminó uno de sus discípulos le dijo, ‘Señor, podrías enseñarnos a orar así como Juan le enseñó a sus discípulos,’ y Jesús les dijo, ‘digan cuando…’ No, no, no lean el resto.

Él dijo, cuando oren, digan… Miren, aquí hay algo que yo creo es bien importante. Y lo primero que estoy viendo es que si usted tiene que preguntar algo, muchas veces es importante que usted le pregunte a un experto en esa área que usted está preguntando, ¿verdad? Si usted quiere saber de computadoras a quién le tiene que preguntar… A un Bill Gates o un Steve Jobs, o algo así, le tiene que preguntar a ellos.

Si usted quiere saber algo acerca de… estoy tratando de pensar. Ah, si quiere preguntar algo de ciclismo, pregúntele a Lance Armstrong, a mí no. Si usted quiere saber algo en el área de música, ¿a quién le puede preguntar? ¿A quién? A Bethoven, bueno, búsquelo siete pies bajo tierra o yo no sé donde esté ahora, pero, vamos más cercano no tan contemporáneo. ¿A quién le pueden preguntar? ¿Dónde está Quique? Se me pierde Enrique. Lo ve que está allá adentro, no, okay. Allá arriba, claro que sí a Arturo también. Oh, es más, si usted quiere saber de sonidos y audiovisual, otro experto también, allí está Bruno, a él también le pueden preguntar.

Si usted quiere saber acerca de cómo cocinar, al estilo, voy a mencionar distintos estilos. Voy a comenzar con el estilo dominicano, mire aquí tiene bastantes personas a las que le puede preguntar. Si quiere aprender a cocinar al estilo colombiano, ¿a quién le podemos decir? Colombianos, aquí, yeah? Miguel, claro, Tú eres un experto en la cocina. Si quieren preguntarle cómo se cocina algo en Costa Rica, ¿con quién vamos a hablar? Allí está Berta, allí está también Antonio. Le podemos preguntar a ellos. De Puerto Rico, yo sé que hay otros que no soy yo. Así que…

Ahora, pero cuando viene el tema de la oración, aquí es donde yo veo un ejemplo donde los discípulos de Jesús fueron al experto, fueron al Maestro a preguntar acerca de la oración. No se pusieron a hablar entre ellos, sino que fuero directamente al recurso de información. Y aquí es donde yo veo, mis hermanos, que había algo en el estilo de orar de Jesús, que les cautivó la atención a sus discípulos de tal forma que los provocó a ellos a ir en un momento donde Jesús, y decirles… ¡Chicos! Thank you. Les provocó a ellos decirles en un momento, ‘Jesús, necesitamos que nos enseñes a orar como Tú oras, nosotros queremos aprender a orar como Tú oras.’

Y aquí es donde yo veo que hay algo que es bien importante. Aquí hay algo bien importante, porque el asunto es que… Eso me lo hace Lucas a cada rato… Así… Diana, no te apures, yo estoy totalmente familiarizado con esa escena, así que me voy por un lado y se van por otro, pero yo estoy bien claro, mis hermanos, que hay algo en lo que Jesús estaba haciendo que los discípulos dijeron, guau, hay algo distinto aquí y yo quiero aprender como él lo hace.

Y miren lo que me llama la atención de lo que les dijo Jesús, cuando Jesús dice, bueno, “cuando ustedes oren háganlo de esta forma....” Miren, qué interesante, porque esa frase es bien importante. Él no dijo, si quieren oren de esta forma. Él dijo, cuando oren, háganlo de esta forma. En otras palabras, Jesús estaba asumiendo de que sus discípulos iban a tener… ¿qué? El tiempo para orar.

Y aquí fue donde yo me di cuenta de que esto es algo tan revelador y no es que yo esté diciendo, guau, yo no sabía que tenía que sacar tiempo para… Pero, más bien en esas palabras de Jesús, porque Jesús cuando nos enseña a orar es porque nos está diciendo, bueno, si Tú quieres orar es porque tienes el tiempo para hacerlo. Miren, cómo estoy diciendo esto. Si quieres orar, si quieres hablar conmigo es porque tienes el tiempo para hacerlo. Y mi pregunta básica hoy es, ¿le estamos sacando el máximo a nuestro tiempo de oración? ¿Le estamos sacando el máximo a nuestro tiempo de oración?

Y, miren mis hermanos, yo voy a hacer una confesión aquí delante de todos ustedes y de todo el mundo en el Internet, yo no le estoy sacando el máximo a mi tiempo de oración. ¿Por qué? Porque no tengo tiempo a veces, o no hago el tiempo, mejor dicho. Déjame decírtelo así. No hago el tiempo como debería hacerlo. Yo sé que muchos de nosotros cuando estamos orando, sí, yo oro en mi casa y cosas así, fácil, cuando me voy a acostar a dormir, yo me arrodillo y oro y allí estoy cinco minutos y después de cinco minutos, el cansancio es tanto que uno se queda dormido.

Entonces decimos que usamos la oración como una anestesia para poder dormir bien. O si no, cuando nos invitan a venir al tiempo de oración a las cinco de la mañana, es como que, ¡Ay, pero levantarme tan temprano! Cuando usualmente el mejor sueño se coge a las cinco de la mañana y hay veces que se hace difícil, y de cuatro sábados en la mañana vengo uno cada… fill in the blank. Mensual, okay, me entendió, gracias, uno mensual.

So, el asunto es, mis hermanos, que aquí el aspecto del tiempo es clave. Y el asunto es que el mismo Jesús en su ejemplo, él sacaba tiempo para orar. Y no es que Jesús no tenía, como quien dice, una agenda vacía. Jesús tenía una agenda bastante llena, pero aún en su agenda, él sacaba ese tiempo para hablar con papá… hablar con su papá, hablar con su padre. Y él nos estaba dejando ese ejemplo a nosotros también. Mis hermanos, yo sé, y aquí nos montamos todos en el mismo barco, las circunstancias de la vida pueden ahogar ese tiempo de oración.

Hay veces que uno se preocupa tanto por los afanes y los quehaceres del diario vivir, que mire, yo entiendo que muchas veces es difícil, es duro sacar ese tiempo; sacar ese tiempo es un sacrificio, es un esfuerzo, o hay que sacrificar, horas de sueño o hay que sacrificar horas para llegar al trabajo, o hay que sacrificar tiempo que compartir con la familia por hacer esto o aquello o lo otro. Requiere tiempo, pero si yo no saco ese tiempo hay algo que nos estamos, hay algo que no, sí, que lo estoy diciendo por todos… Hay algo que nos estamos perdiendo. ¿Y qué es eso que nos estamos perdiendo?

Vayan conmigo a Mateo, un momentito, Mateo, capítulo 6. Solamente algunas observaciones que quiero hacer aquí desde el verso 5 en adelante, porque cuando digo que hay que sacarle el máximo a ese tiempo de oración, es poder aprovechar bien el tiempo. No significa que el tiempo tiene que ser una hora entera, que yo pase orando delante de la presencia del Señor, o dos horas, o tres horas. Sino que el más mínimo tiempo que yo pueda sacar, aunque sean cinco o diez, o quince minutos, pero que sean cinco, diez o quince minutos bien intencionados, bien significativos pero que yo le estoy sacando el máximo a ese tiempo.

Miren como dice el verso 5, “y cuando ustedes oren…” Es más, Jesús está haciendo el énfasis, “y cuando oren,” en otras palabras, cuando saquen el tiempo para orar, “no seamos como los hipócritas a quienes les gusta orar de pie en la sinagoga y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio.”

Ahora, déjame hacer una nota al calce aquí. Porque no significa que si nosotros estamos aquí en la iglesia en público, no significa que estamos siendo hipócritas, no es eso, al contrario cuando estamos aquí en la iglesia nosotros fomentamos el hecho de que todos podamos orar, porque esa oración que estamos haciendo aquí es para bendecir unos a los otros, para llamar la presencia de Dios aquí en este lugar, invocar su presencia y pedirle que Él se mueva en medio de la iglesia.

So, ese tipo de oración, a la cual nosotros practicamos es una totalmente distinta a la que Jesús está hablando aquí. Porque lo que Jesús está enfatizando es la gente que habla más bien por un sentido, o que ora, no que habla… sino, gente que ora más bien con un sentido de altanería y egoísmo y vanagloria, como quien dice, mírame aquí qué bien oro con toda esta palabrería de… las últimas palabras del Diccionario de la Real Academia Española y nadie puede orar con la elocuencia que yo lo hago.

Ese tipo de espíritu, yo creo que es el espíritu… entiendo que es el espíritu que Jesús dice, mira no lo hagas así, porque eso es una forma falsa, no es genuino. Allí estás queriendo aparentar algo que no eres, o estás queriendo ofrecer algo que no tienes. Y no estoy diciendo que uno no aprenda a hablar bien, obviamente con Dios, pero el asunto es que también Dios se enfoca en las palabras que uno habla con sencillez. Miren cómo dice, el verso 7, voy a brincar el verso 6.

Dice el verso 7, “pero al orar no repitan ustedes palabras inútiles como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les va a hacer Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.” Miren esto, aquí yo quiero parar un momento, mis hermanos, porque a mí el Pastor Gilberto, cuando él estuvo predicando ciertos miércoles atrás me hizo reflexionar en esto.

Él estaba hablando de el ejemplo de muchas veces la gente que viene, “Oh, Santo Dios, Aleluya!” Y tienen que adornar su oración con esta palabra así, miren a mí me cayó el baño de agua. Yo oro en la misma forma, y me embollo y estoy allí, “Santo Señor, Aleluya, y Tú vives y tienes poder y me salen todas estas palabras que son como quien dice, bien, repetitivas.

Pero el asunto es que muchas veces el uno quedarse en esas palabras bien repetitivas, uno le está perdiendo el son y el ton a lo que la oración verdaderamente quiere hacer. No se ha dado cuenta usted que hay algunas personas que cuando están orando tienen la frase, “Santo Padre” y “Santo Padre” esto y “Santo Padre” aquello, y “Santo Padre” lo otro, y todo esto es “Santo Padre” y “Santo Padre” y la mayor parte de la oración se va en “Santo Padre”. ¿Han escuchado eso o yo soy el único que ha escuchado eso? Okay. Ya me estaba asustando yo como que, estoy yendo a otra iglesia o algo así.

Pero uno oye eso y, mis hermanos, la cosas es que eso se convierte en una muletilla, eso es como le dicen, una muletilla, que hay que, como quien dice, para que la oración se más larga y más llena y más poderosa, pues tengo que decir estas cosas para que Dios me oiga un poquito más o para que la gente grite, “¡Gloria a Dios, Aleluya!” Pero no necesariamente es así.

Saben, hay veces que la oración que Dios más escucha es la oración que es más una conversación. Cuando tratamos de definir oración, ¿qué es lo que siempre decimos? Es una conversación con Dios. Sentarme yo con Dios a hablar con Él y expresarle mi sentir. Por eso es que Jesús cuando está diciendo, miren cómo Jesús dice, en el verso 6: “pero cuando Tú ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en lo secreto.” O sea, eso está implicando una conversación bien sencilla entre dos personas, y esto aquí es donde yo veo que está la belleza de la oración. Porque hay veces que yo pienso en lo que Jesús dice, como que queremos adornar y elaborar nuestra oración en una forma tan religiosa, dominguera, con un vocabulario bien bíblico, bien proper, y como que esta es la forma, esta es la fórmula en la cual Dios me va a escuchar a mí.

Pero mira, no, hay veces que el mero hecho que uno se siente en una silla y que uno pueda decir, ‘Señor, no puedo más.’ Ya eso se convierte en una oración. Es decir, el mero hecho de que yo pueda venir y sentarme y mirar las estrellas una noche y yo quedarme así atónito, es decir, ¡guau Dios, la verdad es que Tú eres increíble! Tú que hiciste todo eso, si Tú estás en control de todas esas cosas que están allá arriba, cómo no vas a estar en control del dolor de muela que yo tengo, por decir un ejemplo.

Y yo entiendo que hay veces que la oración se pone intensa. ¿Cuántas veces una conversación entre dos personas no se pone intensa? Que uno está hablando entre dos personas y el argumento se puede poner medio intenso, mira, hay veces que uno expresa esa intensidad en esa conversación con Dios. Pero el asunto es que estamos hablando en una forma tan libre con Él. Y si yo veo lo que dice la segunda parte del verso 6, “y tu Padre que ve lo que haces en secreto te dará tu premio.” Y la versión de ustedes dice, te dará tu premio en público.

Miren esto, o sea, no te creas como que para que Dios me recompense en público me voy de aquí, me voy a mi casa, me encierro en el cuarto y vamos a orar porque yo quiero ver mi recompensa en público Oiga si usted procede con la oración así yo creo que su recompensa se va a quedar en privado y se va a quedar en privado en Dios porque ni usted la va a ver. O sea, no procedamos en la conversación. Ahora sé yo, ahora sé yo que yo voy a hablar con Blanca que se está riendo aquí y yo voy a hablar con Blanca porque yo quiero que ella me dé 10 dólares para yo poder llegar a mi casa hoy. Y voy a empezar a hablar y le voy a dar la vuelta a Blanca solamente porque quiero 10 dólares. Solo estoy esperando aquí en público, ahora, los 10 dólares.

Mis hermanos, allí es donde yo veo que está la sencillez de cómo Jesús nos enseña a orar. Tal vez los discípulos estaban esperando que Jesús les diera una cátedra en la oración. Estas son las palabras apropiadas para usar para dirigirse al Padre, para dirigirse al Rey de Reyes, al Señor de Señores… no vengas con palabras así, porquerías del bajo mundo, no, no, no, no. Te estás dirigiendo al creador del universo, tienes que hablarle así con este tono de voz porque si no pones ese tono de voz no te va a escuchar Dios. Si le hablas así pues no te va a escuchar.

No, esa es otra cosa porque a veces hasta el tono de voz nos cambia cuando estamos orando. ¡Dios! Hasta con eco y todo. O sea, Dios escucha ese corazón sencillo. La oración del justo, Dios la escucha, mis hermanos. Esa oración suave que muchas veces hasta se susurra. ¿Qué fue lo que pasó con Ana, la mamá de Samuel? Ella estaba hablando entre labios pero su oración estaba siendo tan intensa que Dios la escuchó. Es más, miren, ¿saben qué? Hay veces que hasta yo mismo cuando estoy en una conversación con otra persona, en una consejería o algo, hay veces que la gente se asombra de por qué yo no termino orando al final de esa consejería.

Y sabes lo que yo siempre le respondo a esa persona, mira, yo creo que esta conversación fue una conversación delante de Dios, también. Que tal vez lo único que tengo que decir, amén, que Dios se encargue de todo pero la persona espera que yo le imponga manos y que la unja con aceite y reprenda al diablo y allí es donde se da la consejería.

No, mira, hay veces que una mera conversación. Yo lo creo, cuando… antes de que la persona llegue a mi oficina, allí estoy, “Señor, esta conversación es delante de ti, toma control, guíanos y que Tú te encargues de hacer lo que tienes que hacer.” Y nos sentamos, hablamos, lloramos, reímos, nos hacemos chiste y todo. Aún los chistes, Dios se ríe con nosotros de los chistes también. Los que sean buenos, porque Dios tiene sentido del humor. Si el chiste no es bueno, no se va a reís. Se tenían que reís allí ustedes.

Miren, mis hermanos, quiero dejarlos con este pensamiento. Yo creo que en esa enseñanza que Jesús le estaba dando a sus discípulos era una enseñanza de mantener un corazón sencillo delante de Él. Si ustedes se quieren llevar algo esta noche, llévese eso. Cuando usted saque su tiempo para hablar con Dios, mantenga su conversación con Él sencilla. No se preocupe por adornarla, de ponerle sabores, de ponerle sonidos, si usted quiere poner música de fondo, ponga música de fondo pero su oración hágala sencilla delante de Él.

Y Él que lo está escuchando a usted, Él se va a encargar de darle su respuesta. No tan solamente en público sino también en privado, como Él quiera hacerlo en su vida. Él se va a encargar de darle su respuesta. Así que yo solamente quiero animarlos con esto, es más voy a terminar así: Hay veces que Dios los va a poner en situaciones y yo no sé a quién le caiga esta gota pero, hay veces que Dios los va a poner a algunos de ustedes en situaciones que podrá parecer algo medio, como ¿qué pasó? Si yo le estoy pidiendo algo bueno y me sucede esto y hay veces que Dios tiene que ponernos en esas situaciones que aparentemente podrán ser negativas pero si no caemos en esas situaciones no vamos a poder prestar atención o sacar el tiempo para conectar con Él.

Yo, en mis vacaciones me tuve que enfermar de cama por dos días para prestar atención. “Señor en mis vacaciones, ¿por qué? ¿Por qué me tengo que enfermar?” Pero, por eso les estoy predicando, aprendí mi lección muy bien.

Así que, mis hermanos, no se sorprendan si hay algún… digo, no estoy deseando ningún mal sobre su vida, conste. Quiero aclarar eso. Pero no se sorprenda si aún cuando usted esté tratando de sacar ese tiempo, si usted ve que aún llegan situaciones que puedan parecer un poco adversas, mire, no vaya como quien dice, en contra de Dios rápido. ¡Ah! Pero Señor, ¿por qué Tú permites esto? Porque tal vez la respuesta que usted va a recibir es, lo permití porque necesito sacar tiempo contigo. Necesito que bajes tus revoluciones para verdaderamente Tú y yo poder conectar.

Así que hablemos, hablemos con Dios. No adornes tu vocabulario, déjalo sencillo, keep it simple, directo al grano. Dígale, “Señor, mira aquí está.” Si tus lágrimas no te dejan hablar, pues mira, deja que tus lágrimas hablen por ti, porque Dios entiende el lenguaje de las lágrimas también, pero el mero hecho es que estamos manteniéndolo sencillo y que estamos siendo intencionales en sacar ese tiempo. ¿Cuándo? No sé, yo no te voy a dar una receta, mira la mejor hora para orar es a las cinco de la mañana. Para algunos esa pueda ser la alternativa, para otros tal vez, la mejor hora para orar es en el trabajo al medio día cuando se cogen su lunch break que se meten en ese cubículo allí donde nadie los molesta, esa es su mejor hora para orar. Para otros tal vez su mejor hora para orar es cuando los niños se acuestan a dormir, que entonces usted puede, como quien dice, aunque sea separar media hora y sentirse, okay, Dios, one on one. Maintenance check, let’s talk.

Proceda con Dios, proceda con Dios. Y obviamente no nos olvidemos estos tiempos congregacionales también, esto es tiempo no solo para hablar con Dios. Cuando usted viene aquí los miércoles, usted tiene su tiempo para quedarse allí a solas en su silla y hablar con Dios como también tiene tiempo para unirse con otro hermano, con otra hermana, y hablar juntos con Dios a interceder unos por otros en favor de… Así que el tiempo está allí, solamente tenemos que estar bien alertas de… y recordar la sencillez en nuestras palabras.

Así que, mis hermanos, los dejo con eso, no dejemos que las vacaciones del verano nos coman el tiempo de… nuestro tiempo – nos coman el tiempo de nuestro tiempo de oración con Dios. Pero entienden la imagen, ¿verdad? Okay. Estoy volviendo de vacaciones todavía. El miércoles que viene voy a hablar más claro.

Mis hermanos, vamos a ponernos de pie, vamos a terminar. Terminar. Vamos a concluir nuestro tiempo hoy. ¡Guau! Y tengo tiempo todavía, Dios mío. Okay. No, tengo diez minutos, ¿sí? Tenemos diez minutos para hablar con Dios, así que ¿por qué no? ¿Por qué no?

Amado Dios, ¡qué lindo fue verte en los rostros de cada una de estas personas, Señor! Qué lindo es saber que Tú buscas a que nosotros te hablemos, que Tú anhelas que nosotros hablemos contigo. Y, Señor, te dejamos saber que nosotros anhelamos el escucharte a ti hablar a nuestras vidas. Tal vez, si escuchamos tu voz no lo podríamos resistir. Pero, Señor, anhelamos escucharte, Dios, a través de tu palabra, a través de la palabra de otras personas a nuestro alrededor.

A través de la naturaleza, Señor, al medio nuestro. A través de una palabra predicada, una palabra cantada, a través del silencio queremos escucharte. Así que, Señor, como dijeron muy bien los discípulos, nosotros también lo decimos. Enséñanos a orar cada día, más y más. Enséñanos a saber lo que significa verdaderamente entrar en una conversación directa contigo, sin distracciones, una conversación bien intencionada, una conversación que aunque sea de cinco minutos, pero son cinco minutos que llenan ese espacio que solamente Tú puedes llenar.

Y que nosotros podamos llenar ese espacio que está en tu corazón también. Que Tú anhelas, y que nosotros podamos alegrar tu vida, Señor, cuando podemos hablar contigo. Dios, yo te pido por cada uno de mis hermanos y hermanas aquí esta noche, te ruego Jesús que en sus agendas como puedan ser cualquier de ellas, Señor, llenas o medio llenas, yo te ruego que por favor nos ayudes a ser bien intencionales con nuestro tiempo, Señor. Y poder verdaderamente apartar esos momentos, Señor, en que podamos hablar contigo.

Provee esas oportunidades, Señor. Donde quiera que sean esas oportunidades, pero ábrelas. Señor, sea en el tráfico, sea mientras estamos cocinando, sean cuando estemos hablando con una persona o sea que estemos caminando por el parque solos o sea que estemos disfrutando con la familia, Señor. Sea cual sea la oportunidad, permite que siempre podamos ser bien intencional con usar nuestro tiempo y separar la porción que Tú mereces en ese día.

Enséñanos también a cómo orar, a cómo usar nuestras palabras, Señor, que no estemos repitiendo cosas que no tienen son ni ton, Señor. Y que sí sepamos usar nuestras palabras en los momentos específicos, estratégicos donde verdaderamente invoquen tu presencia, Señor, en medio de nuestras vidas, en medio de la reunión congregacional. Ayúdanos a estar bien pendientes de eso, Señor. Que no oremos como se dice por allí, a lo papagayo, sino que oremos siempre conscientemente, Señor, de lo que está saliendo por nuestras bocas.

Porque nuestras bocas reflejan lo que está en el corazón, y si el corazón está hablando a lo papagayo, pues entonces, hay problemas. Llena nuestros corazones de conversaciones contigo, Señor. Yo declaro tu bendición sobre cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche. Llénalos con bien, su familia, sus hogares, sus trabajos, mi Dios, que ellos puedan salir de aquí con un sentido de paz que solamente Tú puedes dar.

Renueva nuestras vidas en el descanso de esta noche y que mañana si así Tú lo permites, Señor, podamos echarle mano a todo lo que venga en el día. Lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesús. Amén y amén.

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Sal de la tierra

19 de julio del 2010 - Por Raquel De Jesús

Vosotros sois la sal de la tierra; Mateo 5:13a

¿Cuántas veces hemos escuchado este términos y nos ha gustado? Pero ¿sabemos cuáles son las implicaciones de ser sal de la tierra? En Santo Domingo donde yo nací, me pongo a pensar en cuando mi mama estaba cocinando y una de las primeras cosas que hacia al preparar el sazón era agarrar las piedras enteras de sal y echarlas en el pilón y comenzar majarlas hasta que quedaran en granitos tan pequeñitos que parecía polvo.

Cuantas veces no nos hemos sentido como una de esas piedras de sal que hemos sido machacadas y machacadas una y otra vez y cuando pensamos que el proceso termino entonces viene el cocinero y encuentra que todavía hay en nosotras aun un pedacito que no ha sido pulverizado y comienza el proceso nuevamente.

Muchas veces le hemos dicho al Señor que queremos ser sal de la tierra pero para que la sal sea usada tiene que primeramente ser pulverizada antes de este proceso no puede ser usada. Hay procesos de pruebas que parecen que nunca van a terminar o que simplemente parecen que van a terminar con lo que somos y tal vez ese es el propósito que salgamos transformados a una nueva vida. Una nueva vida que pueda ser usada por el Señor y que pueda usar esos procesos y esas pruebas por los cuales ha atravesado no solo para publicar sus heridas sino para levantar a otros que en el camino van atravesando por el mismo proceso de ser pulverizados. No desmayemos que el que la buena obra empezó El es fiel en completarla.

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Iglesia, levántate y evangeliza!

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Capítulo 26 en el Libro de los Hechos comenzando con el versículo 14. No se de su versión, yo estoy leyendo de la versión Reina Valera antigua y los Editores de mi Biblia comienzan esta porción Bíblica con el título: Pablo relata su conversión. ¿Cuántos de nosotros tenemos una Biblia que tiene un título así? Y ustedes reconocerán, especialmente los que han estado en el Señor por un tiempo o los que han estado leyendo el Libro de los Hechos, van a conocer esta historia.

Esta historia es relatada bastantes veces en el Libro de los Hechos, y por una razón. Y los que no la conocen; Pablo está en camino a Damasco. En ese momento lo conocía como Saulo. Él era un enemigo de la verdad, un enemigo de cristianos, su misión en la vida era terminar con todo lo que era ser cristiano. Iba a Damasco con cartas de autoridad para arrestar, detener y aún a lo largo la gente que él arrestaba y detenía se entendía que esa gente: hombres, mujeres, jóvenes, niños lo iban a matar, lo iban a apedrear.

Pues iba a Damasco con el propósito de matar a esta gente y de momento al mediodía se le aparece esta luz del Cielo. Lo tumba de su caballo, los que están a su alrededor ven esta misma luz. Esta impactó a Pablo y él relata en esta historia –en el versículo 14-: ‘Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba y decía en lengua hebrea: "Saulo, Saulo, ¿por qué les persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” Y entonces dije: “¿Quién eres señor?” y el Señor le dijo “Yo soy Jesús, a quien tú persigues.”

“Pero levántate y ponte sobre tus pies porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti. Librando de tu pueblo y de los gentiles a quienes ahora te envío”. Y digan todos: ¿Para qué? “Para que abras sus ojos”. ¿Para qué? “Para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios”. ¿Para qué? “Para que reciban por la Fe que es en mi, perdón de pecados y herencia entre los santificados".

Gloria a Dios. Vamos a la presencia del Señor, mis hermanos. Señor nosotros te damos gracias por el tiempo en el que tú nos has permitido vivir. Gracias, Señor, que Tú nos has permitido nacer y vivir para ver lo que nuestros ojos… “Benditos son los ojos que ven”, que verán lo que Tú has preparado para Tu iglesia en este tiempo. Y para esta región. Señor, sopla sobre esta palabra. Queremos ver transformación de vidas. Señor, ya este edificio que se está edificando como un faro de luz en este vecindario.

Padre, queremos que desde ya Tú estés llamando corazones y que desde ya este lugar esté lleno de familias enteras que a la vez que a la vez vengan a conocerte como Rey y Señor, arrodillados allí buscando Tu rostro. Padre, comenzando desde hoy, desde esta tarde, aquí sopla sobre esta Palabra. Vivifícala, Señor. Padre, que el poder de la verdad de Tu salvación, Jesús, inunde nuestros corazones y que Tú seas exaltado sobre toda carne, Jesús. En el nombre de Jesús, Amén.

Mis hermanos, esta sí es la historia de la conversión de Pablo pero desde ahora les digo mis hermanos, al leer esta encomienda que el Señor le comparte a Pablo, Pablo nunca se olvidó de lo que el Señor le dijo en ese camino. Pablo nunca se olvidó de la misión que el Señor le delegó. Mis hermanos, aunque esas palabras fueron dirigidas a Pablo, podemos tomar la libertad hoy y estar muy seguros de que también el Señor está dirigiendo la misma misión, está delegando el mismo encargo a nosotros como su iglesia.

Pablo compartió esta historia, una y otra vez y lo compartió con sus discípulos; con Tito, con Timoteo, esto se convirtió en su misión y la razón por la que ellos ministraban. Y por generaciones, la iglesia, vivió para agradecer el corazón de Jesús, para cumplir con la encomienda de Jesús. Y mis hermanos, yo le doy gracias al Señor por los tiempos en que estamos viviendo. Como compartía el Pastor Gregory, la semana que viene, será una semana extraordinaria.

Viene un grupo de misioneros, entrenados, mis hermanos para trabajar con niños específicamente. Y son misioneros que el Señor ha traído a Boston, ha traído a esta ciudad y escogieron a la Congregación León de Judá, gracias a Dios, de cuantas Congregaciones pudieron escoger en esta ciudad. Todas muy aptas, todas ungidas del Espíritu Santo. Gloria hacia el Señor que contactaron a esta Iglesia, al Pastor Gregory y nuestro vecindario para esta obra de evangelismo viendo alguna de las esquinas más tenebrosas de esta ciudad: Ramsey Park, Villa Victoria, las calles que nos rodean.

Y allí ellos estarán ministrando directamente a niños y a sus padres. Y yo le pido al Señor que el viernes que viene, este humilde templo, este humilde lugar esté repleto de gente que no tienen ni siquiera idea de cómo ellos llegaron aquí, con sus niños oyendo la Palabra de Dios, tal vez por primera vez. Y viniendo ellos, ya mis hermanos, han hecho caminatas de oración, han repartido folletos, estamos orando aún, deseamos sus oraciones. Pero ellos vienen con este propósito.

Si eso no fuera suficiente… el viernes pasado tuve el privilegio de compartir en una reunión con el Pastor Sámano, el Pastor Gilberto de aquí de la Congregación León Judá y el Pastor Joshua Malten que es el Pastor que dirige la operación de Teen Challenge, el ministerio de Teen Challenge aquí en Boston. Yo no dudo si eso no es el Pastor Sámano, ahora mismo, diciendo Amén, llamándome, Gloria a Dios. El Pastor Sámano y yo, el Pastor Joshua salimos de allá como niños, sonriendo.

Imagínate, tres Pastores Pentecostales, hablando de evangelismo en Boston e imaginándonos maneras en que cientos de hombres de nuestra iglesia colaboren con Teen Challenge. ¡Imagínese! Los hombres del ministerio de hombres de nuestra iglesia caminando estas calles acompañados con brigadas de Teen Challenge, tomado posesión de Blackstone Park; tomando posesión de Ramsey Park y allí anunciando la Palabra de Dios. Y por cierto el día 31 de julio, el último sábado de este mes, habrá un gran rally también auspiciado por Teen Challenge en Ramsey Park.

Y ya nosotros estamos orando que el Señor haga milagros de evangelismo aquí. El Señor nos ha llamado a evangelizar. El Señor nos ha llamado a compartir su Palabra con las mismas razones que el Señor lo comparte con Pablo. Él le dice “¿Sabes? Yo te voy a sacar de dentro de tu pueblo. Te voy a rescatar de entre ellos para enviarte de nuevo a ellos y a los gentiles. Te voy a enviar a ellos". ¿Para qué? Es una serie de " ¿Para qué?" Pero esa serie de "Para qué" terminan en esta realidad.

¿Vamos a ver si estamos de acuerdo? Cuando yo veo eso, el Señor le está diciendo a Pablo “Te envío a ellos, a tu pueblo” y todos tenemos un pueblo, tenemos hermanos, tenemos padres, tenemos colegas en el trabajo, tenemos esposos, esposas, tenemos hijos, tenemos seres queridos. “A tu pueblo y a los gentiles”. La gente desconocida a tu alrededor que quizás hasta son hostiles al evangelio. Ahí yo te he enviado a ellos para una razón y solo una razón: para que ellos sean transformados.

En otras palabras, para cambiar la cultura. Para crear entre ellos una cultura que esté en sintonía con el corazón y el deseo de Jesucristo. Para que la oración apostólica de Jesús, el Reino de Dios, se establezca sobre la Tierra. Y eso, mis hermanos, por lo menos en esta iglesia, eso es lo que nosotros queremos decir cuando usamos la palabra “avivamiento”. Ver a nuestro alrededor una cultura que se asemeje al corazón de Dios, una cultura que esté en sintonía con los propósitos de Cristo para esta área, para esta ciudad.

Hermanos, les confieso que sí hay un debate teológico en estos días. Hay algunos hermanos que se identifican por lo menos como evangélicos pero han puesto en tela de juicio aún la necesidad de evangelizar. Y no se sorprendan si oyen o leen mensajes así, está bien. Y son predicados por hermanos que yo los conozco, yo los amo, yo recibiría palabra de ellos aparte de esto. Good men and women of God. Buenos ministerios, el Señor los usa. Yo no dudo de esto.

Pero en esto tenemos una diferencia, yo creo, clave. Porque en estos mensajes que algunos llamarían ‘The emerging church movement' se predica que tal vez el llamado de la iglesia no es cambiar la cultura que eso es demasiado confrontativo y radical. Tal vez lo que el Señor prefiere es que la iglesia esté entretejida en la cultura. O sea, y es cierto, estamos en este mundo aunque no somos de este mundo; no nos vamos a despegar de este mundo. Pero la diferencia está en esto: ¿con qué propósito?

Y ellos dirían: tal vez el propósito es coexistir. ¿Cuántos no han visto aún ese afiche en Cambridge, en Somerville y aquí? “Coexist” Y tal vez la gente llegará a Dios a través de osmosis, a través de los buenos testimonios y de las buenas obras. Eso está bien. Sí, hermanos, nuestras palabras sin un testimonio que lo respalde no vale nada. Pero yo quisiera, hermanos, que fuera tan fácil como eso. Es más, yo no puedo leer la Palabra de Dios y no puedo leer esta Palabra sin ver claramente que querámoslo o no lo queramos el Evangelio es confrontativo.

El Evangelio es directo. No hay debate en la Palabra acerca de esto. El Señor usó esta Palabra “Te envío para que se conviertan”. Esas son palabras muy directas, no hay debate en la Palabra. Y ¿sabes qué? Tampoco hay debate en las calles, tampoco hay debate en el pueblo que nos rodea. Compartimos esto hace poco. No hace mucho el Alcalde de la ciudad junto con el comisionado del Departamento de Policía de la ciudad, junto con el Departamento de Salud, junto con Representantes del Sistema escolar de Boston. Imagínate.

Toda esa gente reunidos en una reunión en la Sede Central del Departamento de la Policía y entre ellos Pastores. Muy específicamente Pastores. Pastores de iglesias de nuestro alrededor, ministros. Y uno oye estos Directores de estas agencias, estos políticos sin ningún problema, sin ninguna duda diciéndole a la iglesia '¿A dónde han estado?' Ellos, paganos, diciéndonos 'Póngase de pie, Levántense’ que hay jóvenes de 14 años -true story- matándose por una mirada que ellos perciben que sea inadecuada en una parada de bus en Boston. Eso aconteció hace tres semanas.

Y ellos juntaron a los Pastores, a los ministros de esta ciudad con un mensaje increíble: “Te necesitamos. Salgan a las calles, hagan lo que ustedes hacen. Hace tiempo que no lo hacen. ¡Salgan!”. Como dijo un director de una Agencia sin Fines de Lucro: ‘La cultura” –dicho por una persona que no es cristiana- si hay debate entre los cristianos, entre la gente a nuestro alrededor, ya no hay debate. Ella dice: “La cultura tiene que cambiar”.

Mis hermanos, ellos están diciendo “Iglesia, levántate y ponte sobre tus pies”. Y esto es lo triste porque, francamente, después de muchos años de esta misma gente diciéndonos "No oren en el nombre en ese nombre. No prediquen en ese nombre. ¡Por favor! No coexistamos”. Ahora que estamos en un aprieto ellos dicen: “Salgan en el nombre de Jesús. Digan ‘Padre, Hijo y el Espíritu Santo si quieren’. Vayan. Do what you have to do. Tú sabes lo que tienes que hacer”.

Ya no hablemos más: ¡Caminen, caminen! El problema es que después de muchos años, una iglesia, yo vi esto entre estos ministros, no saben siquiera como comenzar. How do you do this? ¿Cómo se hace eso? Yo como que me recuerdo una vez hasta evangelizar. Pero una iglesia acobardada después de muchos años ahora tomar las calles de nuevo. Jesús ¿qué hacemos? Yo veo la respuesta de Jesús aquí. Yo oigo al Señor diciéndonos: “León de Judá levántate. León de Judá ponte sobre tus pies". Pero Señor, ¿a hacer qué? ¿Qué digo?

Tú eres testigo, se tu testigo, tú eres un ministro. Se tu testigo de lo que yo te he revelado. Hermanos, la Palabra declara que algunos de nosotros son llamados a Pastor, otros a evangelistas, otros a profetas, otros a maestros. Pero, mis hermanos, aparte de su llamado, todos nosotros somos llamados a ser testigos de Jesucristo. Tú eres testigo de Jesucristo. Es más, uno no puede ser un testigo de segunda mano. En sí, el evangelizar quiere decir que no estamos hablando de algo que nosotros oímos de otra parte, o que leímos una vez o que alguien nos contó.

El ser testigo implica una experiencia personal que usted tuvo. Usted tuvo esta experiencia con un Cristo que vino a tu encuentro en el camino y usted está relatando por más primitivo que sea, por más simple que sea usted está relatando lo que usted vio, lo que usted oyó, lo que usted sintió, lo que usted experimentó en su presencia. Usted está relatando la historia de ese Jesús frente al cual usted se arrodilló en un momento de crisis y esa es su historia. Esa es su historia, mi hermano.

Pablo nunca olvidó su historia. Mira que cosa. Al estudiar el Libro de Hechos, usted verá que la historia de la conversión de Pablo usted la lee en Hechos Capítulo 9 pero usted descubre que también está relatado en Hechos Capítulo 22. Pablo aprovechó en momento en que él estuvo delante del Sanedrín, en Hechos Capítulo 22. En ese momento de su defensa legal a donde estaba en tela de juicio si era vivir o morir, él aprovechó ese momento para compartir esta historia relatada prácticamente palabra por palabra de la misma manera en que está relatada en Hechos Capítulo 9.

Ahora, en Hechos Capítulo 26, frente del Rey Agripa, está compartiendo la misma historia. Jesús convenció. ¿Qué te dice esto? Primeramente, me dice a mí que de todas las cosas que experimentó Pablo en su vida esto lo impactó y él nunca se olvidó de esto. Este es un hombre que pudo predicar de la manera que él quiso predicar. Un hombre entrenado tanto en la cultura griega y romana como a la vez empapado de las Escrituras. El hombre pudo predicar del tema que le daba la gana predicar pero siempre, siempre, siempre regresaba a su historia.

¿Por qué? Mis hermanos, podrán debatir teología, pero nadie, nadie puede negar tu historia. Nadie puede negar lo que Jesús hizo por ti. Nadie puede borrar los hechos que Dios hizo por ti. Yo estaba caminando por el camino, como Pablo, de momento el Señor me iluminó con su luz. Yo estaba equivocado y caminando en un camino en un camino que no iba bien y de momento el Señor me convirtió, me cambió de camino. Llenó mi vida de paz. Y me dio significancia, me perdonó mis pecados, me sanó mis heridas, sanó mis relaciones, abrió mis ojos.

Me devolvió el sentido de risa y de paz. Tengo una paz indescriptible, eso lo hizo un día con Cristo. Y así como Jesús tiene imborrablemente en sus manos y en sus pies las marcas de su cruz, tú también tienes tus marcas y el Señor lo ha permitido así. ¿Saben? Yo no soy perfecto, pero un día, el Señor me libró de esto. Un día el Señor me sanó de esto. Es poderoso. Tu historia. Hermanos que se bautizan este sábado, cada uno de ustedes, cada uno de ustedes, sin excepción, cada uno de ustedes tiene su historia.

Y no se olviden de lo que Dios, de lo que Jesús ha hecho por ti. Hay en poder en esa historia que el Señor ha plantado en ti. Y sabemos que eso es dinámico. El Señor le dice a Pablo “No es meramente lo que te he revelado. Pero de las distintas maneras en que te apareceré". Y mientras usted está caminando en el Señor y disfrutando de su Palabra, conociéndolo, obedeciéndolo, integrándote a Él, ¿no has visto tú una revelación o dos del Señor en el camino? ¿No ha visto usted como el Señor contestó su oración en el momento que usted estaba entregado a lo que iba a hacer?

En el momento de aprieto y “pum” el Señor apareció con su provisión y salvación. ¿Cuántos aquí tienen un testimonio así? ¿Cuántos aquí? El Señor es mi provisión. El Señor es mi sanidad, el Señor escuchó mi oración. Este pobre clamó y el Señor inclinó su oído y oyó mi clamor y me rescató del lago cenagoso. Ese es tu testimonio y como nunca se necesita ese testimonio. We need your story. Se necesita esa historia de salvación y de rescate. No lo archives. No lo archives. No te olvides de eso.

Con cada día que pase, si es meramente para agradecerle a Dios, no te olvides de lo que Él ha hecho por ti. ¿Por qué? Porque no es poca cosa a lo que nos ha llamado el Señor. Si esta iglesia está siendo efectiva en su llamado de evangelismo lo que el Señor ha encomendado que nosotros hagamos, los objetivos, the outcomes, los resultados que espera el Señor de la iglesia no es poca cosa. El Señor, su corazón, se quebranta al ver esta cultura y esta sociedad y Él comparte eso con Pablo.

Él abre su corazón a Pablo y le deja por lo menos estos tres objetivos, estas tres metas. No es poca cosa. Lo primero que Él le dice a Pablo es esto: “Yo te envío para que seas testigo, para que les digas lo que vista ahorita. Para que compartas lo que tú oíste de mi". ¿Para qué? Y lo primero que Él dice en el versículo 18 es: "Para que abran sus ojos". ¿Ven ahí? 'Para que abran sus ojos. Para que se conviertan de las tinieblas a la luz'. Hermanos, los ciegos no distinguen entre las tinieblas y la luz. Necesitan a alguien que de, a alguien que sí puede distinguir entre las tinieblas y la luz.

Necesitan a alguien que los puedan, alguien que los pueda guiar como a Ananías, que pueda poner mano sobre ellos para que la escama caiga de sus ojos y para que ellos vuelvan a ver. Para que vean la luz. ¿Saben? El Señor advirtió a su iglesia hablándonos a nosotros a través de los años. Al principio, al comenzar el sermón del Monte, una de las primeras advertencias del Señor es esto: 'Vosotros sois la luz del mundo'. Vosotros. Mateo 5:14. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

Interesante nota de historia. Historia de Nueva Inglaterra. El Gobernador Jonathan Winthrope aún antes de desembarcar, en el año 1630, su nave “El Arabela” todavía estaba anclado en la bahía de Boston y él ni siquiera había bajado. Aún antes de salir de su cabina, a solas con el Señor, él escribió un pacto. Hizo esta declaración y le dijo al Señor: “Señor, esa península a donde nosotros vamos” –no era muy prometedor Boston en esos días. Boston era solamente una península de un milla y media. A través de los años hemos estado añadiendo terreno, ha crecido. Dios ha bendecido a Boston.

Selami y Boston se fundaron en el mismo año. ¿Se dan cuenta? Y antes de él desembarcar para traer ese pueblo a este bosque lleno de peligros y mucha lucha y trabajo, él le hizo esta promesa al Señor. Él le dijo: “Señor, esta ciudad, que ni siquiera existe será una luz asentada sobre un monte”. Esas palabras usted las puede encontrar ¿saben donde? En una placa de bronce sobre una verja frente del Boston Common. Entre el Boston Common y la casa Estatal como si fuera un testimonio eterno y frío.

A la Casa Estatal, al gobierno de Massachusetts, al Gobernador y los Senadores y los que dirigen este país, este estado. Esa tabla de bronce le testifica aún ahora ese silencio: esta ciudad es un monte, es una luz, una ciudad fundada sobre un monte con ese propósito. Esa es nuestra herencia mis hermanos. Y el Señor nos advierte: ‘Si eso no acontece, si se enciende una luz y se pone debajo de un almud, no se enciende la luz, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa'.

Y eso es lo que ha pasado en Boston, mis hermanos. La Iglesia en Boston, con “i” mayúscula, la Iglesia de Jesucristo en Boston ha escondido su luz bajo un almud y eso ha provocado unas tinieblas que han descendido palpablemente sobre Boston. No hay quien distinga entre las tinieblas y la luz. No hay manera de distinguir. ¿A quién se le ocurre que un joven de 14 años mate por matar? Eso no aconteció 10 o 20 años atrás. Eso es nuevo. ¿Por qué? Porque no hay un eje moral.

El Señor ve a ese joven y estoy seguro que si buscáramos la opinión de Jesús: ese muchacho es una oveja sin pastor. Sin que alguien le diga: “joven esto es luz, esto es tiniebla. Esto es vida esto es muerte”. En Gloucester, ¿Quién ha visto esto? Un grupo de jovencitas haciendo un pacto para ver cual de estas jóvenes de high school saldrá embarazada primero. ¿Por qué cree que nosotros necesitamos un "Vale esperar"? ¿Por qué cree que nosotros necesitamos un ministerio de niños?

¿Por qué cree que se necesita un ministerio de jóvenes? ¿Dónde está la luz allí? No hay credibilidad. Aún los mismos maestros que intentan distinguirle la luz de la verdad no lo pueden hacer. Porque es claro, es evidente, que aún a ellos les falta la luz y la verdad. Ciegos dirigiendo a ciegos. Ciegos criando a nuestros niños. Ciegos levantando a nuestros jóvenes.
Ciegos ofreciéndose como mentores a nuestros jóvenes sin poder distinguir la luz de las tinieblas. ¡Oh, Samuel! ¿Cual es la luz? My friend, mi amigo, aquí está.

“Lámpara es a mis pies, tu palabra y lumbrera a mi camino”. La palabra de Dios revelado por el Espíritu Santo, soplado sobre ella para que sea una palabra viva y eficaz esa es la luz y por eso mis hermanos, el Señor insiste y pide. Si nosotros nos vamos a meter en este terreno, Él insiste que nosotros vivamos, también, aferrados incondicionalmente a la luz del Señor. Por eso es que nosotros nos encontramos en nos encontramos en los enredos que nos encontramos, mis hermanos.

Por eso en una comunidad, rodeado de una comunidad que se opone a muchas de las mismas cosas de las cuales nosotros defendemos, creemos que el matrimonio -esto es raro aquí ahora en Massachusetts- como bíblicamente es entre un hombre y una mujer. Cuarenta años atrás, no problem, hoy somos radicales. Hoy eso es tiniebla. Hoy somos excepcionales. Pero si queremos ser la gente capaz de guiar a otros tenemos que tener nuestras lámparas encendidas y aceite en nuestra lámparas.

Como declara el Apóstol Pedro en su Primera Carta –Primera de Pedro, capítulo 2 versículo 9, muchos de nosotros lo conocemos de memoria- ‘Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó -¿de dónde te llamó? ¿De donde te sacó? y ¿te metió donde?- a su luz admirable’. Para anunciar las virtudes del que me sacó, ese que me sacó de las tinieblas. Sus virtudes.

Yo no se lo que tú has oído de Dios, pero yo lo conozco, ¿Tú lo conoces? Yo lo conozco porque Él habló esta mañana. Él es bueno, Él es bondadoso, es generoso, es misericordioso. Yo no se que opinión tú tienes. Yo lo conozco, yo te puedo decir, de primera persona: Él escucha la oración del justo. Él es bueno, Él es poderoso. Él puede hacer milagros en tu vida si tú le das la oportunidad. Anunciad virtudes de un Dios que nos sacó de tinieblas.

Don't forget your shadows. No te olvides las tinieblas. No para habitar allí pero para que nunca, nunca, nunca, nunca, nunca te olvides que tú una vez conociste tinieblas, que una vez tú no tenías respuesta, que una vez, tú eras como ellos no tenías quien te guiara, que una vez no tenías a quien orar; que una vez no sabías la diferencia entre lo bueno y lo malo, las tinieblas y la luz, la vida y la verdad. Y ahora tenemos por sentados, estamos en su luz admirable.

¡Eso lo hizo Jesús contigo! ¡Él lo hizo contigo! Eso es gran cosa, mi hermano. Sure, there's more to do! ¡Hay trabajo que hacer! Pero, my God! ¡Que bueno estar en la luz admirable! Y eso lo tienes tú. ¡Lo tienes tú! Lo tiene tu hogar, lo tienen tus hijos, lo tienen tus nietos, lo tienen tus tataranietos hasta la tercera, la cuarta, la quinta, la séptima generación. Dale Gloria a Dios que ya las tinieblas no tienen que ver nada más contigo, con tus hijos, con la generación que te siga. La tuya es una generación ¡de luz! It is light.

En tu genealogía hasta ese momento en la rama que venía había tinieblas pero “¡pum!” nace un gran rayo de luz en tu árbol familiar; fruto brotando de ese árbol. Nace vida. Forever, forever hasta que el Señor regrese en Gloria. Una viña de vida brota de ese momento en el árbol familiar. Gloria a Dios. Gloria a Dios para siempre. Él dice que salimos de las tinieblas a su luz admirable y la potestad de Satanás a Dios.

Mis hermanos, nadie fue más claro que Jesús en su ministerio terrenal para enfatizar que estamos… esto es guerra espiritual. Eso es guerra espiritual. Él lo dijo cuando los discípulos se acercaron a Jesús después de salir por todos sus vecindarios como el Señor nos ha llamado a hacer declarando ¡Guau! Ahora Jesús vimos mudos y sordos, testificando grandeza. Vimos cojos levantarse y danzar en adoración a Ti Vimos muertos resucitar, vimos demonios salir saltando de cuerpos y dejándolos libres.

Yo les digo: ‘¿Sabes? En esos momentos yo vi al diablo, yo vi a Satanás caer como rayo del Cielo. Hay autoridad. En esa historia tuya, es más que una historia, es más que meramente una historia. Esa historia tuya es nada menos que exaltar el nombre de Jesucristo. Esa historia tuya es una bomba atómica que Satanás no quiere que se comparta, que quiere como nada más que se detenga. Eso es guerra. Por toda la palabra es así, se dice así. El mismo Pablo en Efesios Capítulo 6 nos añade, nos advierte.

¿Saben? Nuestra lucha no es contra nuestro vecino, el que se opone a ti en Villa Victoria o en Ramsey Park. Nuestra lucha no es contra tu jefe del trabajo, nuestra lucha no es contra tu esposo, tu amigo o tus hijos. Nuestra lucha es contra potestades y principados y nos dice: “Párate firme. Mantente firme. Aférrate. Ármate con la armadura de Dios". Asegúrate que estás armado de la verdad, de la justicia. Que estás, que tienes en tu mano la espada de la fe. Asegúrate que estás revestido.

En la Primera Carta de Juan, él declara muy claro a que vino Jesús. Yo te voy a decir a que vino Jesús. Jesús vino para destruir las obras del diablo. Así de claro. Primera de Juan, Capítulo 3. Él vino para destruir las obras del diablo. Mis hermanos, vale esperar. Nosotros a través de ese ministerio estamos tratando de destruir todas las obras del diablo. En el futuro tratar de revestir a esos jóvenes y convertirlos a un futuro que se asemeje a un futuro al que el Señor quiere para ellos.

Igual Berk, igual Alpha. Pero ¿sabes qué? Yo creo que el Señor, ¿no está usted cansado mi hermano de estar limpiando la telaraña? Es tiempo de buscar la araña, ¿no? Es tiempo de buscar esa araña. Es tiempo de ¡pisar la araña! Es tiempo de pisarla. Un día de estos lo veremos encadenado y echado en el lago de fuego. Pero ese día solamente vendrá a través de una iglesia revestida del poder del Espíritu Santo. Y, mis hermanos, no hay opción. Esta es la razón por la que nuestro Pastor se ha detenido en el Libro de los Hechos.

¿Por qué tantas semanas en el Libro de los Hechos? Porque al Señor despertar en nuestro Pastor su llamado Apostólico y el llamado de esta iglesia y el llamado de la iglesia de Jesucristo en esta era, en estos días, es necesario volver al manual y ver como el Espíritu Santo se movía en la iglesia. Como estos hombres buscaban la llenura del Espíritu Santo, como fueron sus obras respaldadas por el Espíritu Santo; como es que nace la Palabra con el poder y la autoridad del Espíritu Santo.

Mi hermano, hay una razón por la que nos ha hecho tan difícil entrar en Villa Victoria. Eso sería la cosa más fácil del mundo. Son latinos, son nuestros vecinos. ¿Por qué esta iglesia después de 20 años es una frontera para nosotros? I’ll tell you why. Yo te digo por qué. Yo viví en Villa Victoria. Yo tenía un apartamento en Villa Victoria, yo te digo también como testigo de allí: hay estructuras que no respetan a nada y a nadie menos la sangre de Jesucristo. Hay estructuras en ese lugar que no respetan sino un pueblo revestido del poder del Espíritu Santo.

Por mejor que usted testifique será por testimonio del poder de Dios, ese pueblo vendrá a conocer al Señor. El Apóstol Pablo escribió de una comunidad semejante. Cuando Pablo testificó, predicó en Corintios ¿no cree usted que habían estructuras diabólicas allí? Esto es Corintios, mis hermanos. Él no iba a llegar con tres puntos y un poema y creer que esta gente dado a prostitución y dado a avaricia y dado a mercantilismo, comercialismo, dado a Satanás en tantos niveles de momento se iban a entregar al Señor.

Es más, el Señor le tuvo que aparecer a Pablo en un sueño y decir: 'Mira, no te des por vencido aquí', le dijo a Pablo. 'No te des por vencido aquí. Yo tengo mucha gente aquí. Sigue predicando aquí. Tú estás haciendo más efecto de lo que piensas'. ¿Te ha pasado así? ¿Has pensado que tal vez tú estás predicando a las paredes? ¿Qué no está teniendo efecto? A Pablo le pasó esto. El mismo Señor tuvo que revelarse a él y decirle 'Mi hermano, mantente fiel. Predica la Palabra del Señor. Yo estoy contigo'.

Y Pablo le escribe. 'Ni mi palabra, ni mi predicación' –Primera de Corintios Capítulo 2, Versículo 4- 'fue con palabras persuasivas de humana sabiduría sino con demostración del Espíritu y del poder porque vuestra Fe no está fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios'. En la mayoría de los casos nosotros hemos venido al Señor a través de un momento de crisis. No se si eso fue así con usted. En la mayoría de los casos venimos al Señor con líos que de momento necesitamos que Él arregle y rápido.

Y en ese momento lo que necesitamos es una demostración del poder de Dios. Y eso se hace más importante cuando nosotros pensamos en la tercera prioridad de Jesús. Él dice, también ahora esto es Capítulo 26 versículo 18, regresando a ese versículo, Él le dice a Pablo: "Para que reciban por la fe que es en mi perdón de pecados y herencia entre los santificados". Pecados. Esa palabra del siglo diecinueve, por lo menos.

Una palabra totalmente desclasificada y fuera de moda. Especialmente en el mundo occidental, especialmente en los Estados Unidos y en Europa. No es la costumbre hablar de pecado. Aún en las iglesias usar esa palabra “pecado” ¡tan fuerte! ¿verdad? ¡Tan feo! Aún esa palabra. Es fea esa palabra: pecado. Hay razones porque es fea. Un consejo: no subestimen, mis hermanos. No subestimes la carga del pecado sobre una vida. No subestimes el efecto de lo que es vivir bajo una mancha de pecado o el gozo que es recibir las nuevas que no tenemos que vivir así; que hay una solución, que podemos ser libres.

Pecado. Este es el punto. Este es el blanco. Hermanos, dirijan sus rifles espirituales allí. Pecado. La frontera entre la luz y la verdad. Pecado. Lo que le da a Satanás la autoridad de hacer lo que a él le da la gana de hacer con nuestra sociedad, con nuestras instituciones, con nuestros hijos, con nuestros jóvenes. Pecado. Y qué cosa que la única solución a este problema de pecado está en la fe en Jesucristo. Está en la sangre de Jesucristo. Cuando uno llega a reconocer eso, ¡qué fácil se pone la cosa!

Una intervención de parte del Señor y de momento uno traspasa las tinieblas a la luz. De momento Satanás pierde su autoridad porque declara la Palabra que el acta y el decreto que Satanás tenía contra ti, dice la Palabra que “fue clavada sobre la Cruz del Calvario y ya no tiene autoridad sobre ti”. Ya él no te lo puede sacar en cara aunque fuera esta mañana o treinta años atrás, fue grabada en la Cruz y pierde su autoridad. Y si eso no fuera suficiente, y ese es el corazón latente de Dios, ese ser querido, esa alma que usted ve perdida, el Señor lo ve y lo que Él ve es un hijo, una hija por el cual Él ha preparado una herencia.

¿Sabe? El Señor está loco por entregárselo como el padre del hijo pródigo. Está loco por entregarle la herencia que Él le tiene guardada desde antes de nacer el mundo a estos chicos. Usted se puede ahora imaginar este mundo como lo ve Jesús. Un ejército, toda una generación de jóvenes levantándose conociendo su herencia en el Señor y creciendo bajo la Gracia de Jesucristo. Can you imagine that? Tu familia viviendo Su herencia, la herencia que el Señor desde antes de usted nacer, desde antes de nacer el mundo, su familia compartiendo esa herencia.

Sentado a la mesa con el Señor. Compartiendo su Gloria. My God! ¡Qué tremendo sería! El Señor anhela que esta iglesia se levante, que la iglesia de Jesucristo… Porque ¿sabes qué? Si usted está oyendo en el Internet lo que distingue una iglesia efectiva de una iglesia no tan efectiva en Perú, en Venezuela, en Brasil, en Guatemala, en la República Dominicana, en Ecuador, en Colombia, en Puerto Rico, en Orlando, en Inglaterra, en Alemania, en el Polo Norte; lo que distingue una iglesia efectiva y una iglesia que existe pero no está haciendo mella en su cultura es una iglesia que puede dirigirse al enemigo del pecado a su alrededor y plantar la bandera de Jesucristo de una forma palpable.

Y ver esta generación convertirse a Cristo. Convertirse a Cristo. Hacer una decisión de que ahora mi vida pertenece a Cristo. Y si usted hace esa decisión su vida cambiará, la vida de sus familiares cambiará, la vida de sus hijos nunca será igual, la vida de su vecindario no será igual. Y a lo largo ¿sabe lo que ha hecho por el hecho de que usted ha venido al Señor y le eres fiel? Has cambiado la cultura. No me diga a mí que la cultura no puede cambiar. Estoy mirando una cultura cambiada. Estoy mirando una evidencia detrás de la otra, un testimonio tras el otro.

Yo estoy viendo testigos que dudan que una cultura no puede cambiar, no te conoce y no sabe lo que Dios ha hecho en ti. My Goodness! ¿Qué es una iglesia sino es una cultura cambiada en la imagen de Cristo? Antes no éramos pueblo pero ahora somos real sacerdocio, nación santa, pueblo escogido por Dios para anunciar las virtudes de aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable.

Iglesia de Jesucristo levantémonos y pongámonos de pie. Pido que los músicos me acompañen en este momento. Oh, God! I thank you Lord. Oren conmigo, mis hermanos. Señor, nosotros no esperábamos, tal vez, muchos de nosotros no esperábamos encontrarnos aquí en esta ciudad, en esta iglesia, digamos tal vez, en este edificio, en este momento de nuestras vidas. Era otro camino que teníamos, era otra cosa, era otro destino, era otra jornada. Padre no sabíamos lo que estábamos haciendo, no sabíamos como vivíamos, no teníamos idea lo que era la luz, lo que era la tiniebla, lo que era la vida, lo que era la verdad. Estábamos muertos, todo eso era desconocido.

Señor, nos recordamos de eso y te damos gracias por encontrarnos en el camino. Te damos gracias, Señor, por revelarte a nosotros. Te damos gracias, Señor. You are a good God. We thank you Jesus. Thank you my Jesus for that day. Thank you Jesus for that long night. Thank you dear God that you had mercy. Thank you, Jesus! Thank you, Lord God that we have something to share, that we've seen your Glory, that we've seen the Revelation of Your presence, that we know who You are because You in your Grace and in your Mercy you revel Your beauty.

The beauty of Your one and only living Son of the most I’ve got. We rebelled against you Jesus because we didn't know what we were doing. We didn't know who You were, we didn't know how beautiful You were but You are a God of Mercy. You are a God of Love. You are a God who's good. You've made us along the way. You have Mercy on us Jesus and you flooded us with Your lights. Nos inundaste con Tu luz. Nos inundaste con Tu verdad, nos rescataste de nuestro camino. Nos dirigiste en camino de verdad.

Nos convertiste en hijos de luz y viviremos, viviremos, viviremos agradecidos Señor Jesús. Viviremos agradecidos. Padre, una vida puede pasar como la flor que se marchita. Señor, la hierba que se seca. Pero podemos vivir toda una eternidad agradecidos de Ti Ahora, Padre, revístenos de poder, revístenos de poder. Señor, cada alma aquí, como una saeta en Tu alforja. Cada alma aquí como una saeta lista para ser enviada a donde Tú has marcado al blanco que Tú tienes para cada vida, cada hombre, cada mujer, cada hijo, cada hija aún de los labios de los bebés y de los que maman. De allí, Señor, salga palabra profética.

God is saying that we may not know what hit them, that He may not know what hit them, Jesus. A mighty army prepared as a bride for You, Jesus. Prepared as a bride for You, Master, that you would see pride on it, Jesus. That you may use us as You see fit for the Glory of your Holy name. Do it, Master.

Quiero que hagas esto. Primeramente, tomo este momento, si hay alguien aquí que no ha dicho: “Señor, yo te quiero en mi vida y te recibo". Tal vez lo hiciste pero no estás seguro, pero no te acuerdas. Si usted dice: 'Samuel yo no tengo una historia así como tú dices. No me acuerdo haber tenido este encuentro que tú describes. Pero yo lo quiero. Yo quiero eso lo que que acabas de compartir". Si ese eres tú, yo te invito a levantar tu mano en alto. Si ese eres tú, Gloria a Dios.

Si quieres recibir a Cristo de una forma pública que es lo que el Señor quiere que hagas contigo, te invito ahora en nombre de Jesús. Amen. Si usted ha levantado su mano para ese propósito le invito a que pase al altar y públicamente recibas al Señor como tu Salvador. Oraremos por ti y de aquí en adelante, de este momento en adelante tu vida no será igual. Glory God. Glory God. Glory God. Praise the Lord. Praise the Lord. Amén. Gloria a Dios. ¿Alguien más antes de orar por esta hermana preciosa? Démosle un aplauso al Señor. Permítenos orar por usted, mi hermana. Padre, Gracias por esta bella hermana. Yo declaro Tu cobertura sobre su vida. Yo declaro el Cielo abierto sobre ella, yo declaro un velo rasgado, yo declaro acceso a Tu Trono, yo declaro Tus verdades abiertas delante de ella. Yo declaro este cuerpo que ella trae a aportar es Templo del Espíritu Santo y Tú mora en ella. La bendecimos, la cubrimos, Señor. Cúbrela con la sangre del cordero.

Declaramos, Señor, el poder de Satanás cancelado en su vida y en la vida de su alrededor. Padre, la lámpara que Tú enciendes en su corazón en esta tarde, Tú tendrás aceite suficiente, Señor para que esa lámpara siga prendida hasta que ella te lo entregue en Gloria. Tú eres su sanador, Tú tienes compasión de ella y eres su sanador. Su sanador. En nombre de Jesús. Amén. Los demás hermanos antes de despedirnos les tenemos una asignación.

Cierren sus ojos por un momento. Solamente porque quiero que se concentren ahora. Yo no se donde está esta persona pero hay alguien en tu vida que tu amas y que todavía está en el otro lado de la frontera y el Señor te ha dado autoridad. Hermanos, tú eres el evangelista primordial asignado para esa vida. No se si es tu hermano, tu hermana, tu madre, tu esposo, tu colega en el trabajo, tu vecino. No se donde se encuentra esta persona. Yo quiero que te enfoques en una persona que ha resistido la luz de Jesucristo pero tú estás allí.

I know who I am praying for. I know who I am praying for. I hope they watch it. I know who I am praying for. Toma un momento e intercede. Intercede. Tú eres un testigo. Hay autoridad en tu corazón. Intercede por esa vida. Levántalo, nómbralos, nómbralos, nómbralos ante este Altar. Place that name here. Entrégaselos al Señor. Pide sabiduría, pide unción, pide unción, pide unción. Pida la Palabra. La autoridad de Jesús está sobre ti, la autoridad de Jesús está en ti, sobre ti.

Tú tienes lo que ellos necesitan y el Señor lo ha plantado en ti. Nómbralos delante del Señor, nómbralos, entrégaselos al Señor. Espíritu Santo persíguelos, Espíritu Santo ve a su encuentro, Espíritu Santo ve a donde están, ve a su lecho. Hazles la vida imposible, Maestro hasta el día que ellos se entreguen a ti. Señor, yo te traigo mis seres queridos, Maestro. Te traigo lo que más amo, Maestro. Pido que Tu luz sea derramada y que Tus promesas sean cumplidas.

Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa dice el Señor. Tú y tu casa dice el Señor. Tú y tu casa dice el Señor. Mas yo y mi casa serviremos a Jehová. Yo y mi casa serviremos a Jehová. Señor, Tú lo prometiste. Padre lo traemos delante de Ti Nos paramos porque es promesa tuya. Te creemos, Señor. Tantas cosas, tantas promesas que Tú has cumplido, Señor. Cumple esta, Señor.

Lord God! Bring them to peace, bring them to victory, bring them to life, bring them to your presence, Jesus. Bring them to your Glory, bring them. Tráelos, trails. Tráelos, Jesús. Tú los amas. Maestro, de la misma manera que te encontraste conmigo. De la misma manera que te encontraste en mi camino, de la misma manera que me iluminaste. De la misma manera. Ilumínalos. Tráelos a Ti, Señor.

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Eres testigo del poder de Dios en tu vida?

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El Señor es el Señor de nuestras vidas y es nuestro salvador. Quiero invitarles a abrir sus Biblias en el libro de Hechos, capítulo 1, versículo 8. Es un texto muy evangélico, muy pentecostal, así que el que no se lo sepa de memoria, tenemos que meterlo en una centrífuga de pentecostalismo. Así que no quiero preguntar quién no se lo sabe, quiero preguntar quién se lo sabe de memoria? Ah? Sino, parece que vamos a tener que meter a toda la iglesia en…

Hay una cosa importante, probablemente mucho tiempo hemos hablado de esto, pero yo quiero invitarles a tomar detalle en una parte, en un aspecto de este versículo y luego nos vamos a trasladar a otra historia en el libro de Juan, porque quiero ilustrarle a través de esa historia, el efecto de este versículo. Aunque este versículo es para estos tiempos, es para los que tienen ese poder del Señor adentro, que explota, que está como un volcán a punto de hacer erupción. Lo bueno es que haga erupción ya.

Dice, Hechos, capítulo 1, versículo 8 dice:

“… pero recibiréis poder, poder, poder… diga poder, diga poder, dígale a su hermano que está al lado, recibirás poder. Cuando haya venido sobre vosotros, quién? Quién? Quién? El Espíritu Santo y me seréis testigos. Diga testigos. No testigos de Jehová, por si acaso. Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra…”

Interesante porque no empieza por lo último de la tierra y termina en Jerusalén. Empieza en Jerusalén y termina en lo último de la tierra. Alguno que se quieren a lo último de la tierra primero, y todavía no han ni siquiera dado sombras en Jerusalén. Pero es interesante. Aquí yo quiero invitarlos a que podamos analizar este versículo un poquito. Y hay tres aspectos importantes en este versículo.

Dice la primera declaración es una declaración de que somos dependientes del Espíritu Santo. Es necesario que la iglesia del Señor entienda que somos dependientes del Espíritu Santo. No solo en lo teórico, no solo en la lectura, sino en la acción, en hechos concretos, en experiencias espirituales, poderosas. Cualquier persona que no sea dependiente del Espíritu Santo es una persona que está expuesta a que el enemigo haga y deshaga con él. Así que dígale al Señor, Señor, yo quiero ser dependiente del Espíritu Santo. Quiero depender cada día.

La segunda declaración es que al ser dependientes del Espíritu Santo recibimos, recibimos, recibimos poder. O sea, ahora usted va a empuñar su mano así, y cuando diga poder, usted va a hacer poder. Recibimos poder. Recibimos poder. Imagínese que le está dando un piñazo a alguien. Recibimos poder. A quién le dio? A ver? A quién le dio? No, no, no se metan en problemas familiares. Yo no me meto en eso. Ni con la suegra, ni con el suegro, ni nadie.

Al recibir y al recibir el poder del Espíritu Santo, aquí es donde yo quiero detenerme, obligadamente al recibir el poder del Espíritu Santo obligatoriamente somos testigos, somos testigos de las maravillas que él ha hecho en nosotros y puede hacer en el que está a nuestro alrededor, el que está aquí en Jerusalén, el que está en Samaria, el que está en Judea, y hasta lo último de la tierra.

Y aquí quiero detenerme. Quiero enfocarme en este tercer punto. Como evangélicos estamos saturados probablemente de mucha teología acerca del Espíritu Santo, y probablemente sabemos más del Espíritu Santo de lo que el mismo Espíritu Santo sabía de él mismo. Hasta inventamos algunas cosas, intentamos algunos pasitos espirituales, algunos vocabularios espirituales. Inventamos algunos hábitos del espíritu y que muchas veces son producto de nuestras emociones, muchas veces son producto de nuestras inquietudes naturales como seres humanos.

Pero quiero invitarlos a ir más allá. Quiero invitarlos a que hoy día usted comience a declararse un testigo del poder de Dios en su vida. Romanos capítulo 1, versículo 16 dice:

“… porque no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios…”

Hay una conexión. El Evangelio habla de Cristo y el Espíritu Santo viene a establecer lo que Cristo vivió en este mundo para nosotros. Así que cuando usted sienta esa palabra del Espíritu Santo en su vida, va a sentir que hay una convicción de poder sobre usted que lo va a obligar a ser testigo de las maravillas del Señor.

Alguien puede ser testigo? Alguien tiene algún testimonio de lo que el Señor ha hecho en su vida? Alguien el Señor lo sanó? A alguien el Señor lo libró de alguna cosa? A alguien el Señor milagrosamente le proveyó de algo? A alguien el Señor lo sacó de alguna situación personal? Hay testigos del poder del Señor aquí? Pueden levantar la mano aquellos que son testigos del poder del Señor. Puede mirar a su lado, mire a su alrededor con la mano levantada, con personalidad, y diga, yo soy testigo del poder del Espíritu Santo en mi vida. Así es.

Y debemos declararlo con convicción. Debemos declararlo con autoridad. Debemos declararlo sin miedo a que el enemigo quiera avergonzar a los hijos de Dios, porque el enemigo no puede avergonzar a los hijos de Dios que andan caminando con el poder del Espíritu Santo.

Pero definamos un poquito lo que es ser testigo. Según alguna definición, el testigo es el que ha estado presente o ha visto algunos acontecimientos. Usted ha visto algún acontecimiento que le permita ser testigo del poder del Señor? Sí? Está seguro?

También es una persona que declara, mira esta es la que me gustó a mí, hechos relevantes. Yo soy un convencido de que las cosas que Dios hace son relevantes. Yo soy un convencido de lo que Dios hace no es nada así nomás. Por muy simple que parezca a la mente humana, o a la vista del hombre, Dios hace cosas relevantes. Y esas cosas relevantes tienen que ver con un relieve, con algo que sobresale de lo normal. Y usted sobresale de lo normal porque usted es un fruto del poder de Dios, activo en estos tiempos.

Se dice que hay tres clases de testigos: los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto; los que han visto mal, pero creen haber visto bien; y los que no han visto nada y aseguran haberlo visto todo. Cuál de esos es usted? Espero que ni uno. Vale más un testigo de vista que diez de oídas.

Es interesante la capacidad de un testigo, en la Biblia encontramos testigos presenciales del poder de Dios. Y aquí quiero invitarles al libro de Juan, capítulo 4. Romanos, capítulo 3, versículo 23 dice:

“… La fe viene por el oír y el oír, no oír cualquier cosa, oír la palabra de Dios..”

Y es interesante porque aquí se habla de la mujer samaritana. Hay un diálogo entre Jesús y la mujer samaritana. Y aquí podemos sacar muchas enseñanzas. En estos días hablé con un pastor que sacó todo un manual de evangelismo de este capítulo, que lo enseñó en tres días de 6 cada día, imagínense, 18 horas, solo para enseñar el capítulo 4 del libro de Juan, para enseñarle a su iglesia una metodología de evangelismo, una mentalidad de evangelismo. Y aquí hay algo que nosotros tenemos que empezar a entender. Versículo 39:

Después que Jesús habló con la mujer y declaró sobre ella algunas verdades. Cuántos conocen esta historia? O quieren que leamos completo el capítulo? No lo vamos a leer completo. Versículo 39. Acuérdense de Hechos capítulo 1, versículo 8, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. Okay? Y me seréis testigos. Aquí vino el Cristo poderoso a encontrarse con una mujer no tenía por dónde, a los ojos naturales representar ser testigo del poder de Dios. Versículo 39 dice:

“… y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en el…. En qué? en él por la palabra de quién? De la mujer que daba testimonio…

Miren, el impacto que tuvo esta mujer al hablar con Cristo, al abrir su corazón. ¿Saben qué? cuando nosotros nos presentamos en diferentes lugares, en la ciudad, con nuestros amigos, qué interesante sería que nuestros amigos, nuestra familia recibieran un impacto de nuestras palabras que el Señor ponga en nuestro corazón para hablar del plan de salvación que Dios tiene para la vida del ser humano.

Hablamos del juego, hablamos de la telenovela, hablamos de lo que dijo la vecina, hablamos de lo que le pasó a la tía, pero no hablamos de lo que realmente Cristo hace y puede hacer en nuestra vida y en la vida de otros.

La mujer samaritana no fue a decir, miren, saben, me encontré con un hombre judío que me pidió agua. Ella no fue a decir eso. Ella fue a hablarle a su pueblo de lo que este hombre había declarado sobre el corazón de ella y ella había creído en el poder de la palabra del Señor. Ella se había transformado en un testigo de la palabra poderosa, transformadora y restauradora del Señor.

Muchos de nosotros solo somos evangélicos. No nos alcanza para ser testigo. Nos falta entender, o nos falta creer que realmente Dios ha depositado en nosotros una autoridad, un poder tan grande para declarar las maravillas que Dios hace y hará, que él es el mismo según Juan capítulo 14:6

“…. Yo soy el mismo ayer, hoy y siempre…”

Hay una verdad, la palabra de Dios no pasa, no pasa de moda. La palabra de Dios sigue siendo tan poderosa como en los días en que Jesús estuvo caminando en Galilea. Nosotros le hemos quitado autoridad a la palabra del Señor diciendo, que estos tiempos hay tanta gente que cree tantas cosas, mejor los respetamos a todos y así no nos hacemos problema.

Hasta la iglesia ha caído en ese camino. Y yo quiero invitarle hoy día a que salga dispuesto a ser testigo del poder del Señor. La mujer samaritana reflejó este acontecimiento. Versículo 40:

“… Entonces vinieron los samaritanos a quién vinieron? A él, a Jesucristo, y le rogaron que se quedase con ellos, y se quedó allí dos días. El Señor permanece hasta cuando…, él está al lado nuestro hasta cuando es necesario para que su poder se haga realidad.

Versículo 41, dice, “… y creyeron algunos pocos, y creyeron muchos más por la palabra de él..” fíjese, que la mujer samaritana con su testimonio llegó hasta ahí, pero cuando Jesús realmente entró en la vida de este pueblo, muchos más fueron transformados por el poder.

A mi me encanta el último capítulo del libro Juan, en su versículo dice: “y aún mayores cosas vosotros haréis…”

Si el Señor tuvo poder, caminó la tierra haciendo milagros, hablando y transformando corazones, conductas, hábitos, transformando la vida de las personas, mire usted donde se pare usted puede ser un revolucionario de la palabra del Señor, donde esté. Deje de estar callado, deje de ser un cristiano de la policía secreta del Evangelio, y comience a identificarse como un hombre o una mujer que es pertenecedora al ejército del Señor.

Versículo 42: “… y decían a la mujer, yo no creemos solamente por lo que tu has dicho, y aquí hay un misterio enorme… ya no creemos solamente por lo que tu has dicho, porque nosotros mismos, ya ellos mismos, se transformaron en testigos presenciales de hechos relevantes, directamente con la palabra de Jesús.

Ya no necesitaban que la mujer les dijera cuántas cosas el Señor estaba haciendo, ellos mismos ya se habían hecho testigos del poder de Dios. Y ¿saben qué? a la iglesia hoy día le falta esa convicción de que son testigos poderosos del poder de Dios. A usted y a mí nos falta caminar con personalidad en la calle y decir, y hablar, y demostrar que dentro de nosotros hay un poder que no todos tienen y que usted puede, es la voluntad del Señor, desarrollarlo cuando el Señor se lo pida.

Se acuerda de este camino de Pedro y Juan, cuando iban al templo y estaba el paralítico ahí sentado, el ciego, y pasa la sombra, solo la sombra. Dice que la sombra de Pedro pasaba y muchos eran sanados. Yo creo que la sombra de nosotros se nos esconde de nosotros, no quiere ni andar con nosotros la sombra, de tanta vergüenza que le damos. Se imagina, la sombra de Pedro, toda orgullosa, y yo voy aquí al lado de Pedro, y la de nosotros, nosotros la andamos buscando. Dónde estará mi sombra? Pregúntele a su sombra por qué no anda con usted. Yo creo que su sombra sabe mucho más de por qué usted no es testigo del Evangelio de Cristo.

No, no me haga caso. En Lucas, capítulo 24, versículo 48 y 49: “…. Todas las cosas que Jesús hizo significan que somos testigos de su poder y él nos recomienda ser investidos, vestidos, transformados, revestidos por el Espíritu Santo. Lucas, capítulo 24, versículo 48 y 49.

En Hechos capítulo 22, versículo 12 y 16, hay otra experiencia de testimonio, la sanidad de Pablo. Cuando Pablo relata su sanidad. Podemos seguir buscando en la palabra ejemplos de personas que fueron tocados por el poder de Dios y comenzaron a ser testigos de las maravillas hacia otros.

Usted es testigo del poder de Dios en su familia? Sus hijos le creen cuando usted levanta sus manos al cielo? Su esposa le cree cuando usted cierra sus ojos y se pega esa llorada bien buena? Su esposo le cree? Entre la familia hay capacidad de mirarse y llorando y siendo ministrados y ministrar el nombre del Señor? Es testigo del poder de Dios en su familia? Es testigo del poder de Dios con sus familiares, con los que están un poquito más alejados? Es testigo del poder de Dios con sus vecinos? O cuando ya se junta con su vecino, ya vengan las coronas, y vengas las cervezas, total, al borracho más borracho, dice Pablo.

Es necesario en estos tiempos, donde las definiciones cuestan. Usted va por el mundo y usted habla con alguien y hoy día tiene una posición y mañana tiene otra. Y los cristianos estamos en la misma. Muchas veces no somos de una misma posición. Cambiamos de acuerdo a como alumbre el sol o depende como cambie la luna, o nuestro estado de ánimo. El Señor no está buscando esos testigos, está buscando testigos relevantes del poder de Dios, que sean capaces de levantarse y aunque sea mordiendo el piso, no volver a caerse.

El Evangelio del Señor hoy día necesita hombres y mujeres que no andan haciendo escusas, simplemente porque, no, yo no aguanté, cedí a la tentación y ya. Soy hombre, soy mujer, soy ser humano. Usted es hijo de Dios. Usted es hijo de Dios. Y representa los valores del reino. Cuando usted camina, el Reino de Dios camina con usted. Usted se imagina la impresión de un reino? Usted puede imaginarse en su cabeza lo que es un Reino. No se imagina a la Reina Isabel con su corona y toda sentadita ahí, apena moviéndose. Esos reinos de hoy día no valen. El reinado de Inglaterra no vale. El reinado de España no vale. Los tienen ahí para no quitarles el poco salario que tiene esa gente.

Cuando usted camina en la calle, en downtown, aquí por vía Victoria está caminando aquí en los proyectos, y usted siendo testigo del poder de Dios, usted no está caminando solo. Está el Reino de Dios caminando con usted. Y en el Reino de Dios hay sanidad. En el Reino de Dios hay provisión. En el Reino de Dios hay abundancia. En el Reino de Dios hay justicia. En el Reino de Dios hay paz. En el Reino de Dios hay salud. En el Reino de Dios hay bienestar. En el Reino de Dios está el shalom de Dios operando de diferentes maneras, Jehová rafa, Jehová giré. Dios todopoderoso, es el Señor transformador de la vida.

Lo que pasa es que usted y yo no vemos al reino, y como no lo vemos, no creemos que está con nosotros. Pèro donde usted camina, el Reino de Dios se mueve con usted. Donde está tu testimonio? Es un testimonio válido? Es un testimonio que está siendo presencia? Eres un testigo fiel del poder del Señor? Crees que el Evangelio de Cristo es poder para transformar al que cree? Tu crees que el Señor transforma al que cree?

Para el que cree todo es posible y nada es imposible para Dios. Esta palabra ha sido un impacto en mi vida. Esta pequeña palabra de testigo en este versículo donde lo he leído cientos de veces, toda mi vida he escuchado este versículo, y el Señor me llevó a esta expresión de testigo. Si realmente soy un hijo de Dios transformado por la sangre de Jesús estoy obligado a ser testigo verdadero, un testigo relevante, no hoy día testigo y mañana mejor escondo la mano. No, todos los días estoy obligado a ser testigo del poder de Dios.

En palabra, en conducta, en pensamiento, si eres una persona que tiene un negocio, en lo justo de tu negocio, en la responsabilidad, si eres un trabajador en lo responsable de tu trabajo, puedes ser testigo de que eres un hombre o una mujer lavado por la sangre de Jesús.

Ahí demuestras el poder del Espíritu Santo. Puedes hablar en lenguas. Yo creo eso. Puedes danzar. Yo creo eso. Y puedes levantar las manos, y puedes llorar, y puedes decir, el domingo estuvo el servicio bonito, y el miércoles estuvo bonito, pero la verdad de las cosas es que aquí adentro no somos testigos. Los testigos se demuestran allí afuera, cuando tu caminas, cuando el diablo te confronta, cuando estos gigantes se levantan cada mañana contigo a desafiar tu fe, a desafiar lo que el Señor ha puesto sobre ti.

Así que no tengas miedo, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y serás testigo, y serás testigo. Ya nadie más se reirá de ti, tu comenzarás a rescatar a otros, de las manos, de las garras del enemigo. Cierra tus ojos.

Que le parece si nos ponemos de pie en una actitud de reconocer, de reflexionar acerca de lo que realmente estamos planteando como hijos de Dios. Quiero invitarle a tener un tiempo de oración con su palabra, quiero invitarle a que pueda a ser sincero y honesto con el Señor, quiero invitarle que pueda abrir su corazón y su mente. Nunca es suficiente lo que hacemos, nunca, ninguno de nosotros por mucho que estemos en el pastorado, ya es suficiente con lo que hemos hecho, al contrario, cada día necesitamos ponernos más ahí, cubrirnos con el manto del Espíritu Santo para ser testigos fieles.

Quiero invitarle que su abra su boca y comience a declarar delante del Señor que quiere ser un testigo fiel. Señor, queremos ser testigos fieles del poder tuyo. Cuan grandes cosas tu has hecho, cuan grandes cosas, Señor, tu haces en medio nuestro cada día, Señor, son grandes, Señor, tus maravillas. Cada día, Señor, son grandes tus obras. Cada día, Señor, son grandes las cosas, tus milagros. Necesitamos ser una iglesia, Dios, que sea fiel testigo de lo que tu has hecho en nuestra vida.

Señor, enséñanos a ser responsables con tu Evangelio, una responsabilidad que nos lleve, Señor, a hablarle a otros de lo maravilloso que tu has sido para nuestra vida. Saca nuestro secularismo, saca nuestro humanismo, saca nuestra liberalidad de nuestra mente, y pon tus pensamientos, pon tus emociones, pon los deseos de tu corazón en nosotros, Señor.

Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

Señor, si en algo hemos fallado, si en algo hemos ofendido, Señor, el maravilloso nombre de Jesús, perdónanos, Señor, y enséñanos a ser testigos poderosos, porque grandes cosas aún tienes para nosotros.

Gracias, Señor. Gracias, Señor. Gracias, Señor por este tiempo. Gracias, Señor, por estar en tu casa de oración. Gracias, Señor, porque hoy día ha sido un día que tu creaste para nuestra vida, para orarte, para bendecirte, para dejar nuestras cargas delante de ti y para rendirte todo honor y toda gloria, y toda majestad, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Dele un buen abrazo a su hermano, bendígalo.

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De regreso a la vida

12 de julio del 2010 - Por Miriam Carrasquillo

“Y estas señales seguirán a los que creen... sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Mr. 16:17-18).

Quisiera compartir una experiencia que tuvo un impacto incalculable en mi vida cristiana. A Dios le plació que fuese testigo de su poder sanador y su gran misericordia para con los míos.

Recuerdo años atrás se nos notifico que a mi hermana le quedaba poco tiempo de vida, a causa de a una enfermedad que se le había desarrollado. Mi hermana no había cumplido aún los 27 años de edad, y era madre de dos criaturas cuando fue diagnosticada. De acuerdo a los doctores, todo su sistema inmunológico se había debilitado. Sus músculos, piel, y órganos se endurecerían, en un proceso lento y agonizante, que al final la dejarían sin vida. El diagnostico fue “Escleroderma”.

Toda mi familia fue profundamente impactada con esta noticia. Para mi madre y mi anciana abuelita esta noticia fue devastadora. Una enfermedad que no conocíamos, que nunca habíamos oído hablar de ella. Teníamos temor por no saber a que nos estábamos enfrentando.
Pero como una familia cristiana que somos por generaciones, empezamos a pedirle a Dios misericordia, sin cuestionarlo, solo suplicándole su favor. No sabíamos cual sería su última voluntad, pero confiábamos en su promesa de que todo lo que pasa en nuestras vidas obra para bien, de acuerdo a su palabra (Romanos 8:28).

Mientras la enfermedad avanzaba, nosotros también avanzábamos en la oración y el ayuno, sin darnos por vencida, confiando en la misericordia de Dios. Todos sabíamos que El podía tornar esta tragedia en bendición.
Recuerdo que en una ocasión mi hermana me pidió que le acompañara a una conferencia de Escleroderma, que su Doctora le había recomendado. En dicha conferencia vimos muchas personas desfiguradas por la enfermedad, muchas de ellas en sillas de ruedas por lo avanzado de su estado. Salimos de aquel lugar totalmente compungidas, atemorizadas, con un sin número de emociones encontradas, que no sabíamos que hacer, o decir. Recuerdo que mientras esperábamos la persona que nos recogería, entre lágrimas le dije a mi hermana: nosotras le servíamos a un Dios poderoso. El es el dueño y Señor de nuestras vidas, El tendrá la última palabra en tu enfermedad. Le dije con una convicción sobrenatural: Dios te va a sanar. Sin embargo, en aquel momento todo indicaba lo contrario porque ya en su cuerpo se podían notar las huellas de la enfermedad.
Los médicos le habían recetado un sin número de medicamentos los cuales ella no quiso tomar, porque sabía que los efectos secundarios podrían ser peor que la enfermedad misma.

Pero sin darnos cuenta... sin un momento específico, sin saber cómo, ocurrió el milagro. Lentamente la enfermedad se detuvo - La gloria sea a Dios.
De los 2 a 3 años que le daban de vida ya han pasado 18 años. Los médicos no se explican que sucedió porque incluso ella no tomaba medicamentos para poder atribuirle su sanidad.

Dios para confirmar que El había hecho la obra completa, le concedió otro hijo a mi hermana, confirmando así que todo su organismo estaba en buen estado.
Nuestro Padre Eterno quiso mostrar su poder y su gran misericordia entre nosotros, y en el proceso aumentarnos la fe.

Oración:
Señor, te pedimos muestres tu poder y tu gran misericordia en aquellos que estén pasando por situaciones similares en estos momentos. En Jesús tu hijo. Amén.

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Celebrar la vida como Jesús la celebró

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Esto que los jóvenes hayan compartido, para mí, ha sido algo espectacular, porque conecta tan y tan bien con lo que yo quiero compartir con ustedes hoy. Y lo que quiero hablarles tiene que ver acerca del hecho de poder celebrar la vida como Jesús la celebró.

Muchas veces nosotros nos enredamos tanto en los asuntos del diario vivir, en el ajetreo de las cosas, y hay veces que nos olvidamos de poder verdaderamente celebrar esos aspectos más básicos, los detalles más chévere, más chulos de la vida que el Señor quiere que nosotros celebremos.

Por ejemplo, hoy yo celebro precisamente esto, nosotros nos reímos al escuchar a Gabriela hablando con su acento bien dominicano, bien marcado, pero que lo habla con una genuinidad tan de ella, eso es algo que yo lo celebro. Una muchacha que antes era bien tímida y que no decía nada, y mírenla ahora con el valor que coge el micrófono y que puede comenzar a compartir estas cosas, es así con todos los demás muchachos.

Y en la misma forma, hermanos, yo celebro lo que Dios hace en cada uno de nosotros. Y nosotros todos, tenemos que aceptar el llamado y el reto de vivir como Jesús vivió y de poder celebrar en la forma que Jesús vivió también.

Quiero que vayan conmigo al libro de Efesios, capítulo 5. Ese va a ser, como quien dice, mi base para salir de ahí. Oye Fernando, tienes el video ready? Ponlo un segundo nada más que les quiero dar un taste a la gente? Cuantos están esperando esto? Cuantos están esperando ver algo así ahorita? Todos. Ok, pues quítalo porque quiero que estén pendiente al mensaje ahora. Ya. Ya.

Mis hermanos, allá en España, estamos orando por ustedes, nos gozamos por ustedes y que Dios haga como él quiera en este juego, así que ahí vamos.

Pero miren, Efesios, capítulo 5, verso 1, cómo dice, yo creo que todos lo podemos leer aquí al unísono, conmigo, vamos, dice:

“Sed pues imitadores de Dios como hijos amados”

Dile a la persona al lado tuyo, oye, tienes que ser un imitador de Dios. Y claro está, cuando habla acerca de imitar a Dios, esto es lo que verdaderamente representa es imitar a Jesús. En Jesús nosotros tenemos el ejemplo perfecto que nosotros podemos imitar. Nadie de nosotros puede imitar a Dios, es difícil imitar a Dios. Dios es muy grande, demasiado inmensurable para poderlo imitar a él. Ahí sí que nosotros nos quedamos cortos. Y en la naturaleza de Jesús definitivamente está la naturaleza de Dios, pero la forma en que Jesús vivió cuando estuvo aquí en la tierra, nos dejó un ejemplo para nosotros saber cómo vivir e imitar y emular el ejemplo que él nos dio a cada uno de nosotros.

Y hay cosas que yo quisiera compartir hoy con ustedes, mis hermanos, esta mañana yo les confieso, esta mañana yo estaba bien pendiente a mis notas y sentí que me perdí en un momento. Yo estoy más acostumbrado a hablar así, de mi corazón, así que voy a seguir mi corazón ahora. No voy a creer que estoy en un servicio de los miércoles y les voy a hablar así desde mi corazón. Yo hablo siempre hablo de mi corazón, pero, entienden por dónde voy?

El asunto es este, mis hermanos, cuando yo pienso en nuestra vida como discípulos de Jesús, un discípulo se define porque sabe cómo imitar a su maestro, sabe cómo imitar a su líder, y hace todo lo posible por vivir a la altura de lo que ese maestro quiere para ellos, como discípulos. Y en la vida de Jesús ciertamente Jesús siempre mantuvo una vida bien balanceada. Él estaba muy claro concerniente a cuál era su misión en la vida, en su vida aquí en la tierra. Él sabía que su misión era expandir el Reino de Dios aquí en la tierra, predicar el Evangelio, restaurar al caído, sanar enfermos, liberar a los poseídos. Esa era parte del propósito de Jesús, pero la otra parte también tenía que ver con esa conexión, del uno a uno, con la gente.

Jesús siempre buscaba tiempo para compartir con personas a su alrededor, personas que tal vez él conocía y compartía con ellos, pero también Jesús sacaba su tiempo y su oportunidad para compartir con aquellas personas que no necesariamente conocía. Y hoy yo entiendo que más que nunca el Señor nos está llamando a nosotros a que como iglesia podamos emular ese ejemplo de Jesús, de poder sacar esos momentos donde nosotros podamos celebrar de la vida, como él también la celebró, celebrar lo que él está haciendo en nosotros, en uno individualmente, lo que él hace en otras personas también, y también de celebrar otras cosas.

Y aquí es donde yo quiero dirigirles, mis hermanos. Miren, en la Biblia hay muchos ejemplos de cómo Jesús celebró, cómo Jesús celebró con distintas personas. Miren por ejemplo, esto me voy a hacer más referencia al libro de Lucas, hay muchas referencias en el libro de Lucas. Pero miren, en Lucas, capítulo 5 está la historia de cuando Jesús se encuentra con Leví, el publicano, que también es conocido como Mateo. Cuando Jesús ve a Mateo él le dice, yo quiero que tu me sigas, y él le siguió pero qué es lo que dice el texto después? Lo que el texto dice fue:

“… a Leví fue a su casa y preparó un banquete para Jesús y todas sus amistades y allá se fue Jesús con todos sus discípulos, y qué fue lo que hizo? Compartió el pan con ellos. El problema era que él estaba en presencia de todos los publicanos y cobradores de impuestos, que en aquel entonces para los fariseos, ellos eran considerados como personas pecadoras. So, qué fue lo que pasó? Empezaron a criticar a Jesús. Ven acá, qué es lo que tu te crees? Estás aquí comiendo con este chorro de pecadores y tu te crees ser un maestro, un rabino, cómo va a ser eso posible?

Más sin embargo, Jesús estuvo allí. Jesús decidió, sacó su tiempo para compartir intencionalmente con esas personas y celebrar lo que estaba sucediendo en medio de ellos. Si yo les doy otro ejemplo, se recuerdan de la hija de Jairo? Yo digo esto, porque yo creo que Jesús tenía un poquito de latino en su corazón también. Todo estaba envuelto con comida y nosotros todo lo resolvemos con comida también. Pero miren, cuando Jesús resucita a la hija de Jairo, todo el mundo estaba diciéndole a los padres, no, mira, no molestes al maestro ya, la niña murió, no lo molestes. Y qué era lo que Jesús decía? Está durmiendo, y qué pasó? Se burlaron de Jesús. Jesús entró al cuarto, toca la niña, la levanta y cuando sale qué es lo primero que le dice a los padres? Denle de comer. Vamos a comer. Hay hambre, ella tiene hambre y yo también, así que vamos a comer.

Otro ejemplo que también les puedo mencionar, qué pasó con los 5 mil que estuvieron escuchando a Jesús mientras él estuvo predicando en el monte? De repente los discípulos vieron a Jesús y le dicen, Jesús, tienes que mandar a estas personas a irse, ya se está haciendo tarde, aquí no hay nada para ofrecerles. O sí? Mira, qué idea más buena, vamos a hacer un barbecue aquí en esta loma ahora mismo. Y se le ocurrió hacer a Jesús un barbecue con 5 panes y dos peces.

Si yo les doy otro ejemplo: yo no sé cuantos de ustedes conocen el término de ser un cachetero. Algunos de ustedes sabe lo que es ser un cachetero? Si les explico, un cachetero es esa persona que dondequiera que lo inviten a comer, esa persona va. Y otra dimensión de ser un cachetero es que no necesariamente lo tienen que invitar, la persona se invita sola a comer. Eso es lo que yo hacía durante mis años de seminario aquí cuando yo empecé. Yo era un cachetero y lo confieso. A mí me invitaban y yo, sí, yo no decía que no, yo sí, allá voy. Y habían veces que también… como se dice en dominicano, lambón. Qué otro grupo tengo aquí por si acaso? Como se dice cachetero y lambón en Guatemala, cómo se dice eso? Comilón, así se dice. Ok, pues. Yo lo confieso yo fui cachetero, yo fui lambón y fui comilón. Y hay veces que todavía me queda un poquito de eso, así que cuidado si me invita a comer a su casa.

Pero el asunto es, mis hermanos, que Jesús yo pienso que Jesús tenía un poquito de eso. Qué fue lo que pasó cuando se encontró con Zaqueo? Qué fue lo que le dijo a Zaqueo cuando lo vio trepado en el árbol, qué le dijo? Zaqueo, ¿saben qué? baja de ese árbol porque hoy yo voy a comer en tu casa. Ni lo invitó y allá fue a comer a la casa de Zaqueo.

Pero ustedes más o menos están siguiendo la idea de lo que yo les estoy mencionando, mis hermanos. Yo creo que Jesús tenía esta jovialidad, donde él disfrutaba y aprovechaba cualquier oportunidad para conectar con la gente, sea que lo hubiesen invitado, o que él mismo se estuviera invitando, había algo, y aquí es donde quiero, como quien dice, right the point, había algo de cada una de esas oportunidades de celebrar con la gente, en cada una de esas oportunidades lo que terminaba era en vidas transformadas. Dondequiera que Jesús se metía, sea que le invitaran o que él mismo se invitara terminaba en transformación de vida.

Zaqueo, qué fue lo que terminó haciendo? Fue tan tocado por el espíritu que terminó dando todo lo que él tenía, devolviendo todos los taxes que él había robado, lo terminó devolviendo todo. Mateo que era otro cobrador de impuesto, que fue lo que terminó siendo? Se convirtió en uno de los discípulos de Jesús y lo siguió a dondequiera que iba.

Con la hija de Jairo, obviamente de muerte a vida, transformación total, igualmente con todos los que estaban allí. Yo creo que Dios nos llama a nosotros a poder hacer lo mismo, mis hermanos. Dios quiere, Jesús quiere que nosotros emulemos ese ejemplo. Y ¿saben qué? yo quiero compartir con ustedes algunos tips de cómo hacer esto. Les voy a dar mis tips de cachetero.

Así que síganme, apunta por ahí, pero está basado en el ejemplo de Cristo Jesús, claro está. Miren, el primero que les voy a decir, para usted celebrar la vida sea espontáneo, sea espontáneo. La espontaneidad es clave. Una cosa es usted planificar un evento para celebrar con alguien una boda o una graduación, o que sacó la licencia y ahora tiene carro, lo que sea, que se compró una casa. Esas son cosas que usted las puede planificar, pero cuando las cosas son espontáneas, mis hermanos, eso da como una dimensión totalmente distinta, porque ya aquí entra el sentido de familiaridad que uno tiene con la gente.

Miren, yo les voy a dar un ejemplo, para que se rían un poquito: hace dos semanas atrás, un sábado yo hice el sábado de 4 de julio, el fin de semana del 4 de julio, yo hice un barbecue en casa con el equipo de alabanza y de oración de los miércoles, y estábamos mientras lo estábamos planificando estábamos intercambiando opiniones de qué íbamos a hacer, qué comida íbamos a traer y cosas así. y entonces de repente, a uno de los muchachos se le ocurrió, yo había dicho que iba a traer una piscina chiquita para los nenes chiquitos, con chorrito y todo esto, y alguien dijo: ah, nosotros nos podemos meter en la piscina también, y yo dije, es muy chiquita, no cabemos ninguno de nosotros. Entonces una persona salió y dice, qué tal si hacemos una guerra de globos de agua. Ah, fantástico! Ese fue el show del día. Mis hermanos, imagínense ustedes este chorro de adulto, corriendo por todo el patio de mi casa, tirándose globos de agua. Yo quiero que usted se imagine eso, y yo era el primero que yo empecé. Yo empecé tirando la primera bomba. Yo quiero que usted se imagine este panorama del tipo de celebración que se estaba llevando a cabo en ese lugar. Yo no sé si Enrique está por ahí, pero miren, miren lo que pasó con Enrique. Enrique, te lo dije que te iba a coger de punto, así que miren esto.

Yo quería darle a Enrique una bienvenida propia desde México, yo te dije, yo te voy a bombardear a ti y estaba ahí tirándole bombas de agua, pero qué pasó? En una él me cogió de improviso a mí, y saben con qué me bautizó él? Con una Pepsicola y no de lata, trajo el padrino entero y me lo vació a mí encima. Y cualquier otra persona hubiese dicho, guau, qué falta de respeto, vaciarle una soda encima al pastor! Pero ¿saben qué? yo me eché a reír tanto y tanto que yo busqué una cubeta de agua entera y sin que él se diese cuenta, yo lo bauticé a él, y eso fue el dime y direte de toda la tarde, porque entonces buscamos la manguera, y ya no eran bombas de agua, ahora era con cubo. La piscina de los nenes se vació, porque todo el mundo empezó a buscar cubos y tirarnos cubos unos al otro. Eso fue el chiste de la tarde.

Pero en medio de eso, mis hermanos, se formó una amistad tan y tan bonita, que para el viernes pasado, mi hermana Vanessa, de repente, el jueves, ella tiró un email el jueves y sale y dice: oiga, algunos de ustedes estaría disponible para venir a casa el viernes por la tarde? Y de repente, empezaron a intercambiar todos estos emails y miren, no les voy a negar, por un minuto, yo en mi cabeza, yo me dije, caramba, pero si ya compartimos el fin de semana pasado, no es suficiente. Ahora tenemos que compartir este fin de semana otra vez, pero en mi espíritu el Señor me dio una convicción tan y tan fuerte, que yo sentí como que el Señor me hubiese hecho, pa…pa… esta es tu familia, compártete con ellos.

Y miren mis hermanos, yo fui de los primeros que respondí, yo creo, lo voy a llevar a Lucas, porque yo estaba pensando, yo estoy solo con Lucas, quién me va a cuidar a él? Si me quedo con él tengo que jugar con él y nadie me lo va a poder cuidar, y de repente el Señor me dice, manos de más vas a tener allí para cuidar a Lucas, así que no te preocupes.

Y miren, mis hermanos, fue algo tan y tan bonito, de repente llegar allí el viernes por la tarde, encontrarnos y relajarnos, mis hermanos, hacer chistes unos con otros. Anthony, yo no sé si te diste cuenta de los niños, pero, hasta Anthony, nosotros somos de los que si nos dan así, cogemos así. Anthony estaba escribiendo un… y de repente, él escribió algo con una letra x, en vez de decir expresó, escribió espresó, y eso se convirtió en el chiste de todo los niños. Todo el mundo cuando escribió un email reemplazaba todas las eses con x. así que imagínense ustedes leyendo esos emails, pero todo lo hacemos en un espíritu de amor, porque sabemos que hay una amistad que nos une, hay una hermandad que nos une y eso es algo digno de celebrar, eso es algo de celebrar, mis hermanos, y la espontaneidad en esto es clave, es crucial.

Y no tan solamente eso, sino que el segundo punto, requiere intencionalidad. Fuiste muy espontáneo, hermano, definitivamente. … me tiró un globo de agua en la cabeza que nos explotó y lo sentí completo ahí. So, el punto número uno sería ser espontáneo. Ahí tienes, un cachetero tips para el verano.

El punto número dos del cachetero tip, sea intencional, mi hermano y mi hermana, uno tiene que ser intencional cuando uno hace esto. Si usted no es intencional, si no hay un sentido de genuinidad en esto, la gente lo va a oler, la gente sabe cuando uno está queriendo hacer algo así, como superficial, por cumplir con algo. Pero mire, mi hermano, cuando usted lo hace de todo corazón, porque usted quiere compartir con estas personas, que tal vez usted no los conoce bien, y quiere conocerlos bien y uno fomenta ese tipo de camaradería entre uno y los otros, mira, cuando llegue el momento de pisarnos los callos, va a doler, pero después de pisarnos los callos nos podemos volver a reír otra vez. Porque sabemos cómo celebrar lo que Dios está haciendo en nuestras vidas.

Así que miren, sea espontáneo, sea intencional, número dos, celebre lo que Dios está haciendo en otras personas. Por más pequeño que eso pueda ser, por más pequeño que haya sido el logro que esa persona haya logrado alcanzar, celébrelo. Aaah, me corté el pelo. Mira, celebre que se cortó el pelo. Oooh, mira que me dieron mis papeles de residencia. Celebre eso con la persona. Logré comprar una casa. Celebre eso con la persona.

Nosotros tenemos que aprender a fomentar ese sentido de celebración unos con los otros, mis hermanos. Yo sé que para algunos, ¿saben qué? yo sé que para algunos esto es bien difícil, porque tal vez las circunstancias de la vida le han dado tan y tan duro que se hace difícil el poder celebrar, poder encontrar algo bueno que se pueda celebrar. Pero con más razón aún yo me atrevo a decir que aquí es donde viene la fe, aquí es donde viene la fe. Porque si yo me dejo llevar por todas esas cosas que yo tengo de frente a mí, no voy a poder ver lo que Dios está haciendo en medio de todas las cosas. Y cuando yo me apoyo en la fe, cuando yo dependo completamente de Dios entonces yo puedo encontrar una razón para poder celebrar, no tan solamente lo que Dios está haciendo en usted, sino también celebrar lo que Dios está haciendo en mí. Porque yo no puedo celebrar lo que está haciendo en otros si no puedo celebrar lo que Dios está haciendo en mí.

Y miren, hay veces que uno viene de trasfondos que son un poquito pesimistas, donde no se fomentaba ese sentido de celebración, donde yo podía llegar a mi casa y enseñar mi examen, mira, saqué A de 100 puntos y lo único que me decían era, ah, que bien, me voy, tengo que ir a trabajar. Y eso había veces que troncha uno, y no es que yo estoy culpando el núcleo donde yo nací, pero es que no se fomentaba eso. Y ahora yo, en el contexto en el cual yo me encuentro ahora, yo me he visto tantas veces que fácilmente yo puede hacer caer en eso así de, ah, me dicen, mira logré hacer esto. Ah, mira que chévere y por ahí lo sigo.

Pero el celebrar requiere que yo pueda decir, mira, esta persona está reconociendo algo importante y yo tengo que reconocer eso también. Y para yo poder reconocer eso, yo tengo que reconocer lo que Dios está haciendo en mí. Y hay veces que nosotros nos tenemos que dar un poquito de amor a nosotros mismos y poder saber y reconocer, mira, que a pesar de las circunstancias hay algo que Dios está haciendo en nosotros.

Yo no sé, esto podrá sonar bien simplista, pero el mero hecho de que yo me pueda levantar cada día, que pueda respirar, vestirme y salir adelante y hacer cosas, emprender cosas, estar con la familia, estar con la iglesia, estar con personas que yo no conozco, esas son razones para celebrar. Porque es la oportunidad de vida que Dios da. Y si usted no puede celebrar eso, pues, caramba, entonces, yo me digo, mira, pues, tenemos que prestar mas atención en esos aspectos más sencillos de la vida, lo que Dios está haciendo en medio de nosotros. Pero tiene que suceder primero en mí para entonces después proyectarlo en el otro o en la otra.

Y eso ¿saben qué? me da gracia porque esto sucede mucho en la dinámica de parejas, de matrimonios también. Y hago esto como un paréntesis, mis hermanos, ¿saben qué? Como pareja tenemos que aprender a afirmar y a reconocer y celebrar lo que Dios está haciendo en nuestro cónyuge. Yo no sé si usted puede decirle amén a eso, pero tenemos que aprender a hacer eso y ser intencionales con esto aún más.

Esta semana pasada yo estuve escuchando un podcast de consejería matrimonial y estaba escuchando a un predicador que decía que para el hombre era como, estaba hablando de un survey que se hizo, una encuesta que se hizo de qué era más importante para el hombre o para la mujer y da a entender que para el hombre es más importante poderse sentir respetado, que amado por parte de su esposa. Entendieron? Para el hombre es más importante sentirse respetado que amado, y a la esposa entonces es todo lo contrario, es más importante poderse sentir amada que respetada.

Podrá sonar como algo irónico pero ok, así fue como Dios nos hizo los cables en nuestro cerebro. Pero el mero hecho de poder reconocer eso significa entonces que cuando uno está en la relación conyugal, uno tiene que aprender a cómo valorar esos aspectos del cónyuge. Es bien interesante porque este predicador decía que por qué muchas veces el esposo pasa tanto y tanto tiempo en el área de trabajo y no en su casa, porque cuando están en el trabajo todo el mundo está validando lo que él hace. El jefe le dice, muy bien el trabajo, nos ayudaste a ganar tanto ingreso y están ahí validando, sus colegas de trabajo le dicen, guau, muy bien, tremendo trabajo. Entonces no hacen más que llegar a la casa, aaah, muchacho, que si esto, que si hay que lavar platos, que si hay que comprar carne. Y es toda una lista de cosas que hay que hacer. Y la validación no está ahí. Y obviamente se da por el otro lado también. Muchas veces a la mujer en su área de trabajo, muchas mujeres profesionales hoy día son muy bien validadas en su trabajo, y cuando llegan a la casa, su esposo es como un cero a la izquierda que no proyecta ese tipo de validación y reconocimiento y celebración de la vida de esa persona.

Y al yo escuchar estas cosas, mis hermanos, yo me pongo a pensar, guau, esto es bien importante y bien revelador. Porque yo entonces tengo que hacerme la disciplina de poder validar a esa persona que Dios me ha permitido compartir mi vida con ella, y ella conmigo, y de podernos afirmar el uno al otro en ese aspecto. El problema es que cuando uno está de pelos parados, como quien dice, molesto con la persona, pues, uno no quiere hacer ese tipo de confirmación. Pero ahí es donde está el meollo de todo. Ahí es donde está el meollo de poder emular, como Cristo, de poder celebrar emular el ejemplo de Cristo, de celebrar como Cristo celebró.

Jesús muchas veces no demostró el hecho de que celebrar dependía de si estaba en el mood de hacerlo o no. Jesús siempre buscaba la oportunidad de hacerlo. Y aquí es donde está ese sentido, mis hermanos, que nosotros también tenemos que buscar celebrar, reconocer y afirmar lo que Dios está haciendo en esas personas más queridas que están cercanas a nosotros, que aunque si tal vez hubo una disputa o algo, pero el mero hecho que después que eso pasó, podamos aplicar el contexto bíblico, mira, en tu enojo, no te acuestes con ese enojo, que tu enojo no dure todo el día. Busca reconciliarte con esa persona, busca sanar lo que sucedió con esa persona.

Y yo les digo, mis hermanos, yo reconozco la dificultad de esto, pero es lo que Dios quiere que nosotros hagamos, que podamos celebrar todas esas cosas.

Por último, cuando usted celebre, esté bien alerta de cualquier cosa que pueda distraer, esté bien pendiente de lo que pueda funcionar como distracción en medio de todo ese sentido de la espontaneidad, en medio de esa celebración de compartir con otro. Miren por qué lo digo: hay un ejemplo en la Biblia con Jesús también, cuando el fariseo Simón lo invitó a su casa a comer otra vez. Otra comida, ahí está, y en medio de esta comida se presenta la historia de una mujer que llegó y empezó a enjugar los pies de Jesús con sus lágrimas, los empezó a limpiar con sus lágrimas. Las personas que estaban allí comenzaron a malinterpretar lo que estaba sucediendo, y comenzaron a pensar de Jesús, guau, si este fuera profeta de verdad sabría qué tipo de mujer es ella, y no estaría dejando que ella lo toque así. Más sin embargo, como Jesús estaba en sus cabales correctos, él entendió lo que estaba pasando.

Yo recuerdo que hubo una vez que el pastor Roberto estuvo predicando acerca de ese pasaje y me estuvo muy particular porque él en un momento dijo, que esa misma escena podría haber resultado como algo muy sensual, el que una mujer se le acercara a los pies de un hombre y empezara a lavarlos con sus lágrimas, tocarlos, besarlos. Eso podría ser una escena bien sensual que fácilmente se puede malinterpretar por muchos. Más sin embargo, el mero hecho de que Jesús sabía lo que estaba sucediendo, él no dejó que las malinterpretaciones siguieran a otro nivel, porque él sabía la transformación que se estaba dando en esa mujer.

Y ¿saben qué, mis hermanos? Yo uso a esto como un ejemplo porque muchas veces, y esto hay veces que se da tal vez en las reuniones de los singles, que se dan aquí en la iglesia, pero también se da en otros contextos, aún con parejas casadas también. Muchas veces cuando uno está compartiendo con otras personas del sexo opuesto, si uno está hablando demasiado con alguien, y alguien que está mirando de afuera no entiende, va a empezar r a pensar como que oye, esta está hablando mucho con este muchacho, pero él está casado. Y uno empieza a pensar así con un sentido de malicia que Dios lo reprenda.

Y miren, yo estoy hablando a calzón quitado aquí, mis hermanos, porque yo sé que son situaciones que se presentan. Aún yo, como pastor, yo me cuido mucho de esto. Cada vez que yo hablo con una fémina yo siempre trato de mantener mi distancia, mi respeto, porque yo sé que muchas veces las interacciones que uno pueda tener se pueden malinterpretar, cuando uno quiere que sea de esa forma. Y eso pasa tanto de hombres a mujeres como de mujeres a hombres también.

Y por eso es que yo estoy diciendo, que en este sentido de celebración cuando uno está en ese tipo de contexto, que las cosas pueden ser un poco más, como que se relaja, como uno que baja sus defensas, que no necesariamente tenemos que estar ahí como pastor con una corbata, sino que trato de compartir más con la gente, one on one. Yo creo que uno tiene que estar bien pendiente de esto, porque sí obviamente hay gente que está dolida y que muchas veces pueden malinterpretar las acciones que uno tengo. Pero es bien importante que uno sepa estar en su mentalidad correcta y no dejar que ese tipo de distracción vaya a evitar el sentido de celebración que Dios quiere hacer. Porque al uno afirmar lo que Dios está haciendo en esas otras personas, uno nunca sabe cómo Dios pueda tocar y bendecir a esa otra vida, a esa otra persona en el trato que Dios está haciendo con cada uno de ellos y ellas.

Cuál ha sido mi cura con esto, mis hermanos? Yo me aplico siempre, lo que le dice Pablo a Timoteo en el capítulo 5. Pablo en el capítulo 5 le dice a Timoteo, mira, no reprendas al anciano si no exhórtale como a padre. A los más jóvenes trátalos como a tus hermanos, a las ancianas como si fueran madres, y a las jovencitas como hermanas con toda pureza.

Ese verso, mis hermanos, yo me tomo esa medicina todos los días, todos los días. Yo vengo de un trasfondo donde si se hubiese dado esa escena con Jesús, que se hubiese acercado una mujer y me empiece a besar los pies y algo así, yo vengo de un trasfondo donde alguien hubiese pensado, guau, esa tigresa lo que quiere es un canto mío o algo así, o viceversa, si hubiese sido un hombre a una mujer. Y uno muchas veces tiene que pelear con eso de no pensar con esa mentalidad tergiversada, por así decirlo, sino uno poder proceder con cordura, proceder con pureza, de saber que las mujeres están aquí, mira, yo las trato como si fueran mis hermanas, con su debido respeto, con su debida categoría, nos relajamos, nos reímos, hacemos chistes, pero siempre está ese respeto presente porque Dios lo quiere así.

Y a los hombres también los trato con su debido respeto. Nos reímos, relajamos, gozamos, nos hacemos chistes, si escribimos con la x o con la s pero el asunto es que siempre está esa categoría, ese respeto, esa ética moral bajo la cual Dios quiere que nosotros procedamos. Y yo creo, mis hermanos, que esto es todo parte de ese sentido de la celebración. Dios quiere, Dios anhela que nosotros seamos una iglesia que celebra, que celebra la vida, que sí celebramos esos momentos de oración, que hay que hablar en lenguas, que hay que brincar en el espíritu, que hay que reírnos, que hay que gozar en el Señor, que hay que ayunar, que hay que participar de la iglesia, pero mira, también sea espontáneo, vamos a jugar volley ball, tira el frisbee, mójate con globos de agua si hace calor, no le tires un padrino de Pepsi, por favor a nadie, porque después uno se queda pegajoso. Pero entienden lo que estoy diciendo, mis hermanos, esa idea de uno poder ser espontáneo con la familia de fe, que Dios nos permite tener.

Yo creo que eso es lo más bello de nosotros, que tenemos una familia aquí, más allá de nuestra familia de sangre, aquí estamos en una familia que nos une la sangre de Cristo Jesús. Y eso es algo digno de celebración. Ahora, en esta época de verano que tal vez todos los fines de semana usted va a tener barbecue, mire, no se olvide de su familia de fe, comparta con su familia de fe, invite o si encuentra algunos cacheteros como yo por ahí, pues mire, tire bastante carne en el grill.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar, mis hermanos. Saben, yo termino con este pensamiento, mis hermanos. Yo tengo gente que me…. con otros cacheteros. Me cambiaron el tema de mi mensaje por completo. Miren, hermanos, miren esto, yo sin duda alguna, yo personalmente yo estoy buscando de imitar a Jesús en todos los aspectos, y se me ha hecho bien difícil, mis hermanos, yo no lo puedo negar. Es difícil muchas veces porque la naturaleza de uno se opone a las cosas que el Señor quiere que nosotros verdaderamente hagamos e implementemos con otros. Pero yo no les puedo negar que las veces que me he tirado a hacer lo que el Señor Jesús pide de mí, yo he logrado disfrutar los resultados de esas acciones. El yo saber que tengo una familia aquí que podemos disfrutar, que podemos reírnos, que aunque tal vez no hablemos en dos o tres semanas pero que cuando nos encontramos fue, guau, nos hablamos ayer, por así decirlo, porque está ese sentido de unidad y familiaridad. Y eso es algo que es todo permisible por la gracia y la misericordia de Dios viviendo en nosotros.

Si el Señor quiere que nosotros crezcamos en nuestra dinámica adoración, en nuestro fervor con el Señor, él quiere que nosotros crezcamos en eso, en nuestra devoción a Dios, que apartemos tiempo para orar a solas, para estudiar la palabra, que apartemos tiempo para hacer eso en nuestras reuniones congregacionales, pero mire, el Señor también quiere que nosotros compartamos el pan, nosotros vayamos, salgamos, mira, vamos a caminar por un parque o algo así y hablemos de España y Netherlands hoy, o algo así, hable de otra cosa. Eso nutre, eso recarga.

Cuantas veces Jesús no se fue aparte a un monte a orar y como que a recargar sus baterías, a enfocarse de nuevo en lo que tiene que hacer para entonces venir y seguir conectando con la gente. A mí me gusta mucho esa escena, termino con esto, en el libro de Juan, cuando Jesús por última vez se le aparece a sus discípulos que ellos estaban pescando. Cuando ellos llegan a la orilla ya Jesús tenía como quien dice, un barbecue con peces listos y entonces le pregunta a ellos, hey, qué pescaron ustedes? Tráiganlo, vamos a tirarlo aquí y vamos a compartir el pan. Vamos a compartir un pedazo de pez. Ya se me acabó el tiempo. 5 minutos más. Vamos a compartir el pan, mis hermanos, Dios quiere que hagamos eso. Dios quiere que fomentemos ese sentido de unidad, de celebración, de celebrar lo que está haciendo en cada uno de nosotros. Así que yo te animo a que cuando tu salgas de aquí, salgas con ese sentido de ‘yo quiero celebrar lo que Dios está haciendo en mí’, aunque tal vez no lo veo con todo detalles por las distintas cosas que me puedan estar abrumando, pero que yo pueda celebrar lo que Dios está haciendo. Porque cuando yo conozco lo que Dios está haciendo en mí, entonces puedo celebrar lo que Dios hace en otros.

Tu puedes ayudar a otros a poder sacar sus ojos de las presiones que tienen alrededor y poderlos ayudar a celebrar otras cosas. Se espontáneo cuando hagas eso. Se intencional. Se genuino, se genuina. Y mira, lo más importante de todo esto es que en cada una de esas interacciones se va a dar una oportunidad de transformación, transformación en tu vida y en la vida de otros, porque el Señor Jesús es el ingrediente que nos une a todos.

Así que Padre, yo oro ahora mismo basado en estas palabras que acabo de compartir, Señor, yo te pido que esta iglesia cada día más y más, Señor, podamos fomentar entre nosotros ese sentido de poder celebrar tu gracia, tu misericordia, tu bondad, tu amor en medio de cada una de nuestras vidas. Gracias te doy, Señor Jesús, por esta familia de fe con la cual tu me permites compartir. Si hay alguno aquí en el día de hoy, Señor, que tal vez no ha logrado como encajar, como conectar con personas, mi Dios, que pueda sentir esa familiaridad, Padre, yo te pido que tu proveas las oportunidades, las herramientas, los medios para que esas personas puedan conectar con este cuerpo en el cual tu nos has permitido vivir.

Señor, aquellas personas que son buenos hospedadores, Señor Jesús, personas que tienen ese don de motivación, de ánimo, de afirmación, usa a esas personas para contagiar a otros. Y si hay alguna persona, Señor, que se le hace difícil celebrar por lo duro que ha sido la vida con ellos o con ellas, yo pido tu sanidad sobre sus mentes, sus corazones y su espíritu, Señor, para que ellos se puedan abrir a ese don de celebración que tu quieres que todos nosotros tengamos.

Padre, que nuestra cara de ogros se pueda cambiar en cara de felicidad, de gozo, que trasmitan tu energía a otros, Señor Jesús. Y que aprendamos a administrar bien el tiempo, Señor, nuestro tiempo aparte contigo, en nuestra parte, nuestro tiempo como iglesia, y nuestro tiempo de poder celebrar, de poder jugar, de podernos divertir, Señor, y celebrar la vida como tu la celebras.

Pido tu bendición sobre tus hijos y tus hijas. A medida que vamos de aquí hoy, vamos a ir con tu gracia y con la bendición de tu espíritu, Señor, y con tu amor en medio de cada uno de nuestros corazones. Gracias una vez más, Señor Jesús. A ti te damos toda la gloria y toda la honra, en el nombre de Jesús. Amén y amén.

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Compra la verdad y no la vendas!

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Quiero rápidamente entrar un pequeño pensamiento, una reflexión que Dios me dio ahora, regresando de California. En el avión venía pensando una de las cosas más importantes en la vida es poder nosotros estar seguros de lo que Dios nos ha dado. Y a veces hermanos, por falta de conocimiento el diablo nos roba el terreno espiritual y a veces, hermanos, no es que el diablo tenga poder o autoridad para robarnos, es que nosotros le damos la oportunidad por falta de conocimiento.

Cuántos dicen amén a esto? A cuántos les ha pasado esto, que han bajado la guardia y han perdido una bendición? Sean sinceros. No más poquitos, que bueno que aquí no hay mucha batalla. Pero yo le digo a los hombres todos los martes y todos los sábados, si no hay batalla… y dejen el violín, dónde, hermano Manuel? En la casa.

Hermanos, voy a pedirles que abran su Biblia a Proverbios 23:23 y entrar rápidamente a esta reflexión. Y si ustedes me ayudan voy a tratar de ser corto, como un buen pentecostal voy a decir corto tres veces, y eso quiere decir, que ya me voy a acabar. Proverbio 23:23, quiero que lo digan conmigo, vamos a decir tres versículos y si nada más aprendemos en esta tarde, van a ser estos tres versículos. Primero Proverbios 23:23. Ya lo tienen? Digan amén.

Pero dice la palabra de Dios, todos juntos:

“… Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia no la menosprecies..”

Dígalo a su hermano, es tiempo de comprar la verdad. In English it says, “buy the truth and sell it not…” Compra la verdad y no la vendas.

Por allá en Juan 8:32 hay otra Escritura si usted quiere sígala, márquela porque esta va a ser el siguiente versículo que quiero que aprendamos en esta tarde. 8:32, un versículo muy conocido, todos Juan 8:32, es muy cortito que lo podemos todos aprender en esta tarde. Todos díganlo conmigo:

“…Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres…”

You shall know the truth and the truth….

Juan 17:17 será el último versículo y entraremos, hermanos, inmediatamente en esta reflexión. Juan 17:17, dice:

“…Santifícalos en la verdad, tu palabra es la verdad…”

A ver vamos a decir los 3 juntos: Proverbios 23:23, qué dice:

“Compra la verdad y no la vendas y la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia…”

Juan 8:32 dice: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”

Y Juan 17:17: “Santifícalos en la verdad, tu palabra es la verdad”

Praise the Lord. En esta tarde quisiera dejar una reflexión titulada, Compra la verdad y no la vendas. Dígale a su hermano, compra la verdad y no la vendas.

Buy the truth and sell it not.

Qué cosa es verdad? Óigame bien, en el lenguaje humano, hay dos tipos de verdad. La verdad absoluta y la verdad abstracta. La verdad abstracta es la verdad teórica o sabia o humanamente que es correcta, que es una verdad teórica, que tiene teoría, tiene ciencia detrás. Pero hay una verdad absoluta, esa es pura, es santa y de esa verdad yo quisiera, o una de ellas, hablar porque, hermanos, una de las cosas que como hijos de Dios tenemos que nosotros comprender, que el enemigo de nuestras almas, su trabajo es de tratar de quitarnos la posición que Dios nos ha dado. Y él trabajo overtime. Trabaja horas extras. Cuántos dicen amén a esto? Él no duerme. Él anda buscando una oportunidad para robarnos esta posición que Dios nos ha dado, porque él la perdió, él un día la tenía pero la perdió. Y él ya no la puede regresar a tenerla, pero gracias a Dios que nosotros por la misericordia de Dios, Dios nos ha dado una grande posición.

Y esa posición se encuentra en Juan, capítulo 1, versículo 12 que lo dice más claro este Evangelio, este versículo, donde dice:

“… más todos los que le recibieron, y quienes creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios…”

Les dio la potestad de qué? de ser hijos de Dios. Saben lo que están diciendo, hermanos? Hijos de quién? Hijos de Dios. Debíamos de estar felices que hemos creído en su nombre, hemos conversado con nuestra boca, hemos creído en nuestro corazón y hemos pasado de ser creación de Dios a qué? a ser hijos de Dios. Esta posición es tan elevada. Es una verdad absoluta que Dios nos ha hecho sus hijos. No lo merecíamos, cuántos dicen amén a esto? Pero por la misericordia de Dios, Dios nos hizo sus hijos.

Y allá en Primera de Juan, 3:1 dice: “… mirar cuál amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios…”

Y hermanos dice; “… y por esto el mundo no nos conoce porque no le conoce a él..”

Ser un hijo de Dios implica que tenemos ciertos privilegios y derechos y bendiciones. Yo estoy seguro que todos los que hemos experimentado lo que es tener un padre, una madre, en casa, el privilegio más grande es saber que un padre, una madre, demuestra su amor hacia sus hijos. Cuántos dicen amén a esto?

A veces, hermanos, esta verdad absoluta de que somos hijos de Dios, el diablo busca la manera de hacerte pensar que tu ya no eres hijo de Dios o que no mereces ser hijo de Dios, que no tienes derecho de ser hijo de Dios, porque lo que haya pasado en tu vida, o por lo que estás pasando. Pero quiero en esta tarde de una vez más decirte que tu eres hijo, hija de Dios, no importa lo que estés pasando, no importa la necesidad que tengas, tu sigues siendo hijo de Dios. Y tu Padre es Dios. Dije que tu Padre es Dios, y si tu Padre es Dios, tienes bendiciones que no se pueden contar con las manos ni con los pies.

Una de las cosas más importante es que nadie nos vaya a quitar ese privilegio de ser hijos de Dios. Y a veces, hermanos, las circunstancias de la vida, para poder entender más estas Escrituras, en la parábola del hijo pródigo se explica claramente lo que es la posición de ser un hijo de Dios.

El hijo menor estaba en la casa de quién? De su padre. Y él gozaba de las bendiciones de la casa de su padre, pero un día algo lo hizo pedir su herencia, algo le hizo pensar que él no estaba bien ahí en la casa de su padre, que se fuera a buscar divertimiento, que se fuera a buscar algo para llenar el vacío que él sentía según él, en aquella época.

Y ahí en el capítulo 15 de San Lucas nos explica claramente que este hombre se fue y malgastó toda la herencia, se quedó sin nada. A veces nos tenemos que quedar sin nada para recordar que somos hijos de Dios. Pero qué bueno es que allí a veces como aquel hombre, que ya había gastado todo, que estaba trabajando para sobrevivir, dicen que él miraba esa comida que le daba a los cerdos con deseo de comérsela. Ya no había nada peor que él ver esa comida sucia y querer desearla comer. Porque él había dejado su posición en la casa de su padre.

Allá en una Escritura en Apocalipsis dice, reten lo que tienes para que ninguno tome tu corona. Tu tienes una posición, una bendición especial. Y, hermanos, yo quiero en esta tarde solamente dejarte esta grande enseñanza de que nosotros tenemos una verdad absoluta que somos hijos e hijas de Dios. Y eso nos debe motivar a seguir buscando más de ese amor de Dios, seguir buscando más de esa presencia de Dios en nuestras vidas, porque el amor de Dios lo podemos sentir cuando estamos cerca de él.

Nuestros hijos, cuando se acercan a nosotros y los acariciamos, que hermoso es cuando un niño siente las caricias de su padre. Cuántos se acuerdan? Los míos ya están grandes, mi baby ya tiene, pesa 300 libras, pero ese Arón, allí donde lo ven, a veces , hermanos Orlando, así como el tuyo que está chiquito, a veces vengo y le comienzo a sobar la cabecita así como ayyy, él comienza a sentir las caricias. Por qué? porque es su papá que lo está bendiciendo.

Sabes que Dios te quiere bendecir en esta tarde? Te quiere acariciar, te quiere hacer sentir su amor en tu vida. Dije que él te quiere hacer sentir sus caricias. Muchas veces, hermanos, el diablo nos roba la bendición. Pero que hermoso es cuando llegamos con ese deseo, así como Arón, a veces estoy ahí en el carro, Omar, y le rasco un poquito y han de ver, él está grande ya no necesita a papá ni a mamá, pero de repente como que esas caricias lo hacen recordar que papá está allí para apoyarlo.

Cuantos saben que papá está aquí para apoyarnos? Cuántos saben que papá está aquí para levantarnos? Aquí está papá para sanarnos. Aquí está papá para darnos nuevas fuerzas. A veces necesitamos nosotros, hermanos, pelear por nuestra posición para que nadie nos vaya a quitar de nuestras vidas.

Yo quisiera decirles algo muy importante: como hijos de Dios tenemos ciertos derechos y yo les voy a decir que cuando usted va a casa de su papá, usted puede pedir lo que quiera. Yo veo a la hermana Davie allí con su mamá, ya veo que está bien chequeada, ella está bien contenta, tiene una sonrisa de oreja a oreja, aunque Wilson está por allá escondido pero yo sé que también a Wilson le gusta la presencia, porque ahí está mamá.

Yo no sé si ya la hermana Ema le hizo unos seviches de esos que hace ella, no sé si le hizo algo, y no me invitó pero quiero decirle que la mamá, el papá cuando ofrece… Levi puede pedirle a mamá lo que quiera porque es su mamá. El primer derecho como hijos de Dios es que nosotros tenemos derecho porque Dios nos ha hecho sus hijos. El que pide, recibe.

Muchas veces, hermanos, este derecho… y hay gente que le ha metido mucha técnica, lo ha hecho muy teológico eso. Es simplemente ir, es fácil, el que pide recibe. Algunos le ponen allí otras cosas, otra teología, y otras logias, y otras cosas, le ponen mucho adorno, pero que hermoso es cuando uno puede llegar a la casa del Papá y decirle, Papá, te necesito, necesito una bendición, quiero una bendición, me siento solo, necesito que toques mi vida. Y viene Papá a bendecirnos, tenemos derecho de pedir porque Cristo nos ha comprado con su sangre.

Cuántos dicen amén a esto? Ese derecho es tan explícito y tan directo, es una autoridad dada, es algo absoluto. Yo estoy seguro, cuando yo voy a casa de papá, y ahora me tocó ver a mi papá casi de 80 años, y cuando yo voy a casa no es que pido si puedo abrir la nevera, porque es casa de papá. Yo llego y abro la nevera a ver si hay algo ahí que me gusta, y si hay, no le digo, papá, puedo comer? Puedo agarrar una soda o puedo agarrar eso? Por qué? porque es la casa de papá.

Cuantos traen una necesidad en esta tarde? Levante su mano para que Papá lo vea. Todos traemos, pero a veces no sabemos pedir y ustedes saben que yo viajo mucho y he escuchado de todo tipo de oraciones, he escuchado oraciones elocuentes, palabras catedráticas y karatecas y yo no sé qué más. Una vez fui y un hermano que mencionó a Dios solo una vez pero le dijo Altísimo, majestuoso, buenísimo, tantísimo y tanto que duró cinco minutos cuando llegó Dios.

Pero hermanos, ahí llegó otro hermano que no sabía, no tenía mucha educación pero el vino y dijo, Papá, te necesito. Papá, te necesito. Papá, te necesito. Papá, te necesito. Porque a veces le ponemos mucha crema a los tacos, a las empanadas le ponemos mucho Padre santo que estás en los cielos, ayúdame por favor, tu sabes y le hacemos con eco… ooooooh, Señoooooor, pero que hermoso cuando llega un hijo de Dios y sabe que Papá lo ama, que no tiene que poner apariencia, que puede llegar a su presencia, puede levantar sus manos, puede levantar su voz y sentir a su Dios.

Alguien diga gloria a Dios. Hay que aprender hasta a pedir, hermanos, a veces no recibimos porque no sabemos pedir. Le pedimos tanto a Dios que dice, qué quiere mi hijo? What? Una vez estaba yo en una iglesia y venía un hermano y pedía, dámela, Señor, dámela, Señor, dámela, y yo pensé que era la promesa del Espíritu Santo. Y oraba, Señor, séllalo, séllalo, y un día me llega ahí con una novia y dijo, pastor, ya me la dio el Señor. Ojalá no haya aquí eso. Pero contestó el Señor ¿verdad?

Pero ¿saben qué? hermanos, es que Dios quiere que le pidamos con corazón. Muchas veces no importa si usted necesita una compañera o compañero, todos digan amén, los que quieren una. Dios bendiga. Los que necesitan no digan gloria a Dios. Hay que pedir. Es un derecho. Usted es hijo de Dios, pero pida como un hijo. Muchas veces decimos, Señor, tu sabes mi necesidad. Llega el orgullo. A veces le sacamos la vuelta porque no queremos decir la verdad. Pero cuántos saben que ya Dios ve el corazón? Antes que pidamos él ya sabe lo que necesitamos.

Yo siempre le decía a mi mamá que era bruja porque cuando llegaba me decía, mijo, quieres unos taquitos? Amén. Quieres unas flautas? Amén. Quieres una carne asada? Amén. Porque mamá ya sabía lo que me gustaba. Cuantos saben que ya Dios conoce nuestro corazón? Oh, hermanos, y saben lo que toca el corazón de Dios cuando sus hijos pueden levantar sus manos en las buenas y en las malas, y decir, quiero alabar mi Dios, yo necesito sentir su presencia. Yo necesito que él me bendiga. Pero a veces llegamos antes de alabar a Dios, con la lista, Señor, necesito trabajo nuevo, necesito pantalones nuevos, carro nuevo, y hermanos, nunca le decimos gracias Papá. Gracias porque tu me salvaste por gracia y yo no lo merecía esto. Pero tu me salvaste, me escogiste antes de la fundación del mundo, moriste en la cruz por mí, yo quiero alabar, te quiero glorificar, te quiero dar honra porque tu me salvaste.

Hay que aprender a pedir, es un derecho. Número dos, quiero tocar es que tenemos entrada a la casa de Papá. Allá en Hebreos dice que tenemos entrada al lugar santísimo. Antes, en el Antiguo Testamento solo el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo una vez al año, pero nosotros sí podemos entrar los miércoles, los domingos, los lunes, los martes, los jueves, los viernes, los sábados. Cuantos saben que podemos entrar a la casa de Papá?

Estoy hablando del tabernáculo espiritual, no las 4 paredes. A veces llegamos aquí pero no estamos aquí. Que usted pueda entrar al lugar santísimo, tiene entrada libre. Cuando Cristo dice consumado es, si rompió el velo, y aquel lugar que estaba cerrado solamente para el sumo sacerdote, ahora tenemos entrada.

Dígale a su hermano, tu tienes entrada al lugar santísimo. You can go to the holies of holies. Y luego dice, que hermoso que podamos entrar, no tenemos que pedir permiso. No necesitamos un secretario, no necesitamos a San Antonio que toque la puerta. Nosotros tenemos entrada para dónde voy? Voy a ver a Papá. Voy a entrar al lugar santísimo porque allí está Papá. Yo necesito una bendición de Papá, yo tengo que entrar.

Pero ¿saben qué? el diablo dice que tu no eres digno, tu no lo mereces, para qué cantas, para qué oras, para qué vas a la iglesia. Pero hermanos, yo le quiero decir al diablo, mentiroso. Yo tengo entrada al lugar santísimo. Soy hijo de Dios. Puedo entrar. Y no tengo que ni tocar.

Algunos tocan mucho y después buscan al mediador, mejor, a lo mejor la madre porque está un poquito más cerca. No, hermano, usted no necesita la madre de Jesús, usted puede entrar directamente al lugar santísimo. Es hijo e hija de Dios. Si usted lo cree denle un aplauso fuerte a Cristo.

Número 3: Dios nos ha dado potestad de pedir, de entrar, número 3, dígale a su hermano, de caminar o andar en el espíritu. Somos hijos de Dios. Hermanos, cuántos saben que Dios camina con nosotros? La Biblia dice que caminó con Dios y Dios lo llevó. Cuantos están caminando con Dios? Algunos Dios los está jalando. A ver tu que estás distraído, ven para acá. Caminar con Anthony es una cosa, caminar junto, o quien lo vaya siguiendo, pero que hermoso es cuando yo camino con él, estoy con él. Estoy con él. Lo voy a levantar. Cuantos saben que Dios camina con nosotros? Y dentro de nosotros, con nosotros. Y Anthony Dios lo ama aunque está allí fallito, Dios lo ama. Por qué? porque él está caminando, él es hijo de Dios y porque él es hijo de Dios es mi hermano, hermana Vanessa. Este es mi hermano, porque tenemos el mismo Padre, y si él sufre yo sufro, si él se goza, yo me gozo. Porque estoy caminando con él y él conmigo. Y Dios con nosotros.

Alguien diga gloria a Dios. Hay que caminar. Usted es hijo de Dios, no necesita preocuparse, Dios camina con usted y usted camina con él en el espíritu. A allá en Romanos, Pablo lo dice más claro, que tenemos que andar. Ahora no hay ninguna condenación, allá en Romanos 8, para los qué? Los que están en Cristo. Cuántos están en Cristo en esta tarde? A ver mueva su mano si usted está en Cristo, y Cristo está en usted? Eso es hermoso, hermanos. Es una comunión íntima.

Número 4, ya voy a terminar. Donde está el hermano Enrique? Es la segunda que voy a terminar, pero ya faltan dos más. Puedes comenzar Enrique. Quiero terminar pero quiero terminar diciendo esto: número 4, tenemos el derecho de gozarnos. Óigame bien, muchos todavía no han aprendido a gozarse, por eso en su vida siempre andan amargados, siempre andan frustrados, no hay una sonrisa. No me vengan que se pinte uno allí, como el payaso, trae una sonrisa pintada pero adentro anda llorando. Pero el hijo de Dios tiene derecho de gozarse, tiene el derecho de gozarse. Y el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Y yo me puedo gozar, se vale reír, se vale también gozarse en el Señor.

Mucha gente que toman esto muy serio, hermanos. Y hasta ponen la carita de… Ese hermano anda bien almidonado, no se puede ni mover, está bien stiff. Oh, pero cuando el que sabe gozarse, ahora que estaba viendo el mundial, miraba unos fanáticos que echaban maromas, Omar, cuando le hacía gol, se acercaban y echaban maromas, se gozaban, y decía yo, que bueno que ese hombre se sabe gozar, porque su escuadra está jugando. No hacen ni un gol y echaban maromas.

Y nosotros a veces venimos a la iglesia todos… esa hermana se está gozando. Gózate hermana. Ahora, hay que aprender a gozarnos. Saben que reír también sana el alma? Ya por 30 años he querido cambiar y no cambio, hago peor, porque he aprendido a gozarme. Yo me estoy gozando en esta tarde, porque soy hijo de Dios. Cuantos son hijos de Dios? Voltee a su hermano, dele una cachetada para que se sonría. A veces, hermanos, hay gente que no sabe gozarse, y no sabe que es un derecho en las buenas y en las malas, usted se puede gozar aunque ande en el valle de sombra de muerte, por qué? y él ha cambiado nuestro lamento. Algunos no saben ni danzar.

Oh, pero cuando están jugando los Celtics y perdieron los Seattle, ya están llorando. Pero qué, porque también al Señor se sirve con cuerpo, alma y espíritu. La familia de Dios. La palabra comprar es adquirir, tu buy is tu purchase, to get something.

En Isaías 55, que lo voy a leer y con esto voy a terminar. Mucha gente dice, pero cuánto cuesta para comprar la verdad. Mucha gente le pone precio, pero quiero decirte que Cristo ya pagó el precio por nosotros. No fue con oro ni con plata, fue la sangre preciosa de Jesucristo que compró la verdad absoluta para ti y para mí. Me gusta como el profeta Isaías lo dice, y se ponen de pie porque ya quiero terminar.

A todos endientes venid a las aguas y a los que no tienen qué? Venid, qué cosa? Comprar sin dinero, porque Cristo ya pagó el precio. Voltee a su hermano y dígale, somos hijos de Dios. Turn tu your neighbor and tell him, We’re children of God. Somos hijos de Dios.

Esto me emociona a mí saber que soy hijo de Dios, saber que Papá está en el cielo, en la tierra y en todo lugar. Venía en el avión de San José, California, a South Lake City y venía por la ventana viendo, hermana Vanessa, miraba las nubes y de repente en mi corazón sentí algo tan hermoso, dije es mi Papá hizo todo esto. Este avión Dios le dio la sabiduría, la inteligencia. Me sentí orgulloso. Esto es de mi Papá. Y Pablo lo dijo, aba Padre, todos digan aba Padre. Es como decir, Daddy en inglés. Papito.

Que hermoso cuando un hijo de Dios conoce su posición! Y sabe que esa posición nada ni nadie se la puede quitar. Las luchas, las pruebas… cuántos saben de luchas y pruebas? Levanten sus manos si usted conoce las… esa déjelas a un lado. Pero usted es hijo e hija de Dios. La verdad absoluta es que pase lo que pase en su vida, usted tiene una posición muy elevada. Somos la familia de Dios. A todos los que le recibieron y creyeron en su nombre les dio potestad de qué? de ser hijos de Dios.

Cuantos ya recibieron a Cristo en su vida? Y si tu no lo has hecho, hoy lo puedes hacer. Si usted todavía no ha aceptado a Cristo, hoy puede pasar de ser creación de Dios a ser hijo o hija de Dios. Habrá alguien en esta tarde que no haya aceptado a Cristo?

Yo tengo que tirar la red. Que Dios quiere que tu también seas hijo o hija de Dios. Voltee a su hermano y diga, es tiempo de no vender la verdad. Voltea a su hermano y dígale, es tiempo de no vender la verdad. It’s time not to sell the truth.

Dios te bendiga hermana. Hoy tu eres una hija de Dios. Otra hermana, mi familia está creciendo, madre. Blanca, véngase a ayudar a esta hermana, Cármen, Ángela. Oh, hermanos, this is beautiful.

Yo quisiera, siento en mi espíritu decir esto: la posición de ser hijo o hija de Dios nos da derechos pero también nos da responsabilidades. Y hay que retener lo que tenemos. Esa verdad que Dios nos ha dado, venga lo que venga, hay muchas doctrinas falsas que se están predicando, pero que hermoso es cuando nosotros sabemos en quién hemos creído y sabemos que Papá está con nosotros en las buenas y en las malas.

Oh, hermanos, óigame bien, como que Papá me dice, uno de tus hermanos trae un peso muy fuere en el corazón. Quién es ese hermano? Un hombre que está pasando por algo muy duro en su vida. Papá me dice, ora por tu hermano. Dónde está ese hombre? Quiero ministrar rápidamente. Un peso muy fuerte, está pasando por algo muy duro en tu corazón, Dios te bendiga. Vamos a ayudar, es nuestro hermano, Dios te bendiga. Dios te bendiga, mi hermano. Yo siento a Dios aquí en este lugar.

Quiero ministrar a alguien más, hay una hermana que se siente muy sola, tu lloraste hoy en este día, el espíritu me está mostrando. Estabas llorando porque te sentías muy sola como que si nadie se interesara en tu vida. Pero quiero decirte que Papá te trajo hoy para decirte que él te ama y que tienes una familia. Dónde estás amiga o hermana? Yo quiero orar por ti. No te sientas sola. Dios te bendiga mi hermana. Alguien ayúdeme a orar, hermanos. Es la familia de Dios y este hombre es mi hermano, él está llorando porque Dios lo está tocando. Tu eres mi hermano, hermano. Lo que tu sientes, yo lo siento por eso Dios te ha llamado en esta tarde. Oh hermanos esto está tremendo.

Quiero orar por una persona más y ya voy a parar, pero siento en mi corazón que una de mis hermanas también está por hacer una decisión y no sabía, no ibas a venir ahora, Jesús. No se preocupen, es el espíritu de Dios. Esa es la presencia de Dios. Alguien que quiere hacer una decisión y Dios quiere ayudarte a hacer esta decisión.

Hermanos, nadie se mueve, también los miércoles Dios sana y salva, también los miércoles Dios libera. No nomás los domingos. Dios te bendiga, hermana. Mi hermana siente que ella tiene que hacer una decisión. Óigame bien, aquí está otra hermana. Necesito ayuda hermanas. Estas son tus hermanas, acá viene otra. Hermanos, somos la familia de Dios, aquí están tus hermanas, tus hermanos, ayudémoslos.

Señor, tu hija, mi hermana, ….. toca tu… alguien dele gloria a Dios. Que Papá está en la casa. Dios te bendiga. Espíritu Santo sopla. Toca a mi hermana, ayúdala Señor. Es mi hermana, te pido la bendición. Sopla.

Nadie se mueva porque el espíritu me dice que hay más. Algunos de ustedes vinieron, no sabía lo que iba a pasar, pero Dios hizo cita contigo porque te ama tanto Papá, voy a traer a mi hija, mi hijo para mostrarle que lo amo. Dios bendiga. Mire hermano, qué hermoso. Mi hermana, en el nombre de Jesús. Hay poder en Jesús. No te duermes, just put him there.

Súbanse para allá para alabar a Dios. Papá está aquí. Pasen para arriba, vamos a cantar, ya vamos a terminar. Toda familia, levanten sus manos hacia el cielo y dígale gracias Papá. Quiero orar por alguien que está muy enfermo, trae dolor, siento mucho dolor aquí al lado derecho. Donde esa persona que trae mucho dolor al lado derecho? Dios te bendiga hermana, Dios te quiere sanar. Cuantos saben que Dios también sana a sus hijos? ¡Aleluya!

Dios ya hizo lo que tenía que hacer. Hermana, Dios te va a sanar este dolor. Donde te duele? Ahí es donde dijo Dios. Ayude a la hermana, alguien ayude. Alguien dele un aplauso a Cristo, hermanos. Somos hijos de Dios. Dios sana. Dios sana. Compra la verdad. Esta es la verdad. Cante algo porque yo siento a Papá aquí en este lugar. Levanta tus manos y deja que la presencia de Dios invada tu corazón.

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Estableciendo nuestras prioridades

5 de julio del 2010 - Por Fanny Rodríguez

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1Corintios 13:13

En un día de verano, contemplaba unos niños que estaban jugando y construyendo un castillo de arena. Trabajaban arduamente, trayendo agua para humedecer la arena, usaban baldes y vasos para formar las torres y sus cúspides. Con sus deditos formaban puertas y ventanas; fueron muchas las horas que pasaron entretenidos en este proyecto. En la tarde empezó a subir la marea, ya te imaginarás lo que pasó, una ola destruyó completamente el castillo ante sus ojos. Me entristecí y esperé ver a los niños buscar a sus papas llorando, pero no fue así. Salieron corriendo por la playa, riéndose y gritando.

Ahora entiendo como el Señor nos llama a ser como niños, ellos no se preocuparon por lo que habían construido sino por seguir gozando. Cuantas cosas nos preocupan a nosotras y nos quitan la paz. Estamos afanadas por construir una carrera profesional, una vida financiera que nos permita vivir holgadamente y otras tantas cosas que de por si no son negativas pero nos consumen todo nuestro tiempo, nuestro pensamiento y nuestros esfuerzos. La palabra de Dios nos advierte que todo esto pasará, pero lo único que no perecerá es el amor. Te haz preguntado: ¿Que estoy sembrando en mis hijos? Les estás dando tu tiempo y cuidado estas alimentando tu hogar y tu matrimonio con lo único que no perece, el amor. Toma tiempo diariamente para encontrar en la Palabra a solas con el Señor sabiduría y guía.

Oración: Señor gracias porque tu palabra es lumbrera a mi camino, perdona las veces que olvido que tu eres lo primero en mi vida, que la familia que me haz dado es para nutrirla con el amor que recibo de tí. Ayúdame a ser un vaso moldeado por ti que pueda derramar de tu amor de continuo y que los afanes por las cosas de este mundo no nublen las prioridades en mi vida. Lléname diariamente de tu presencia para que otros te puedan ver a través de mí. Amén.

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Borracho en el Espíritu Santo?

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Vamos al libro de los Hechos, en el capítulo 2. Como recordarán muy bien estamos atravesando cuando el Señor nos da permiso y nos permite dentro de todas las demás cosas que hacemos aquí en las predicaciones, regresando al libro de los Hechos y tomando temas de allí que nos ayudan a forjar lo que llamamos esa mentalidad sobrenatural, esa mentalidad pentecostal, espiritualmente profunda que Dios quiere que nosotros tengamos, basada en su palabra.

Y aquí en el capítulo 2, en el versículo 14 retomamos la historia que dejamos hace unas dos ó tres semanas atrás, donde vimos el día de pentecostés cuando desciende el Espíritu Santo sobre esos discípulos que estaban reunidos, posiblemente en el aposento alto, algunos dicen que quizás estaban aún en el templo ese día y que no fue en el aposento alto necesariamente.

Si usted lee el texto no está totalmente claro al respecto, pero ya que siempre hemos dicho que fue en el aposento alto, pues para qué cambiar ahora, ¿verdad? Vamos a dejarlo así, fue en el aposento alto. Pero es posible que fuera en otro lugar también.

Ahora, vimos cómo en ese pasaje los elementos del viento, de las lenguas y del fuego, eran parte de lo que Dios quería expresar acerca de cómo sería la manifestación del ministerio del Espíritu Santo en la vida de su pueblo, un ministerio de poder, de sanidad, de manifestaciones sobrenaturales, de comunicación directa con Dios, de acceso universal de todos los creyentes a los dones del Espíritu Santo, todas esta cosas. Y ahora retomamos la historia aquí en este pasaje donde Pedro se pone en pie y dice:

“… que alzó la voz y les habló a la multitud, y vamos a ver de dónde viene esa multitud, y les dijo, ‘Varones judíos y todos los que habitáis en Jerusalén esto os sea notorio y oíd mis palabras, porque estos que ustedes ven aquí no están ebrios, es decir, no están borrachos, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día, las 9 de la mañana. Más esto es lo dicho por el profeta Joel y en los postreros dice Dios, y cita ahora el Libro de Joel, derramaré de mi espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñarán sueños. Y de cierto sobre mi siervos y mis siervas en aquellos días, derramaré de mi espíritu y profetizarán y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo, el sol se convertirá en tinieblas, la luna en sangre, antes que venga el día del Señor grande y manifiesto, y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo. Varones israelitas, entonces aquí entran…”

No lo voy a leer todo, entra aquí en un pasaje donde habla acerca del ministerio de Jesucristo y voy a tocarlo un momentito más adelante, el llamado de Cristo a ser mesías y a ser Señor. Y entonces más adelante en el versículo 32, vamos a acelerar un poquito la lectura, dice:

“…A este Jesús resucitó Dios, todavía estamos en el sermón de Pedro, a este Jesús resucitó Dios de lo cual todos nosotros somos testigos, así que exaltado por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo ha derramado esto, que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos pero él mismo dice, dijo el Señor a mi Señor, siéntate a mi diestra hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies…”

Y aquí está la conclusión absoluta y certera: “… sepa pues, ciertísimamente, toda la casa de Israel que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Amén. Amén. Qué pasó aquí? Vimos lo siguiente, el Espíritu Santo se derrama, hay un estruendo que levanta toda la comunidad, se crea un revuelo alrededor de los discípulos. La gente se acerca, es un día de un festival inmenso, es una época donde gente de todos los países donde hay judíos esparcidos, en todos los países de la tierra, han venido a Jerusalén a hacer un peregrinaje para celebrar precisamente esa fiesta muy importante que es la fiesta de los nuevos frutos, de la nueva cosecha, que se llamaba pentecostés. Era un festival judío religioso.

Hay gente de todas las naciones. Hay un estruendo. La gente acude al lugar donde están esta gente teniendo unas manifestaciones muy interesantes. De momento esta gente comienza a hablar, se sabe que no son estudiosos, no son eruditos, no han estudiado idiomas y sin embargo están hablando con perfecto acento, cada uno de los diferentes idiomas de las tierras donde están estos judíos, y por eso pueden ellos reconocer el idioma de esas tierras donde ellos viven. Y hay un gran revuelo, entonces Pedro aprovechando la oportunidad para explicar lo que está pasando se pone de pie y comienza este texto que acabamos de leer.

Y cómo comienza Pedro su sermón? De paso, este es el primer sermón que registra la Biblia y probablemente el primer sermón que fue predicado bajo la nueva época, digamos así, del Evangelio ya después que Cristo muerte, resucita y asciende al cielo. Es el primer sermón podríamos decir, de la era cristiana. Por eso es que es tan importante ese sermón.

Y entonces, miren lo primero que Pedro aclara. Dice: “… porque éstos no están borrachos, no están ebrios, como ustedes suponen…” Qué había pasado aquí? Uno se pregunta, por qué Pedro se siente impulsado a hacer esta primera aclaración? Lo primero que dice, señores, esta gente no están borrachos como ustedes piensan. Yo me pregunto, yo traté de visualizar qué estaba pasando allí? Probablemente había unas manifestaciones raras, porque si hubiera sido solamente que estuvieran hablando en una forma muy ordenada, en secuencia, un idioma tras otro, la gente hubiera dicho, guau, esto es algo absolutamente… No, pero estaban pensando que esta gente estaba borracha. Por qué? Porque yo creo que había otras manifestaciones allí entre ellos. Yo me imagino que algunos estaban…

Ha oído usted hablar de alguna persona que ha sido bautizada en el Espíritu Santo y hay que arrastrarlas como si estuvieran borrachos? Se ríen como locos, están que no coordinan sus movimientos, borrachos en el Espíritu Santo. Esto es algo que se ha dado mucho en los últimos tiempos también. Y sabe que hay gente que se escandaliza acerca de ellos. Y dicen, no, eso no puede ser de Dios porque Dios es un Dios de orden. Quizás estaban todos glorificando. Dice que profetizaba, yo creo que la Biblia usa eso en términos de que estaban glorificando a Dios exaltadamente. Algunos adoraban al Señor y decían, tu eres grande, tu eres poderoso. Otros, Cristo Jesús tu has sido enviado para salvar a la humanidad, gloria a Dios.

Usted ha ido a un culto de esos pentecostales donde esto es un sal para fuera, todo el mundo está adorando al Señor, alabando al Señor. Dice el corito, unos cantaban, otros oraban, pero todos alababan al Señor. Había una fiesta en ese momento. El Espíritu Santo había descendido y estos judíos con su rutina, con su religión muerta, seca, al ver esa exuberancia, pensaron, no, esta gente se le volaron los fusibles de los sesos, están locos, están ebrios. Están borrachos. Y Pedro dice: no señores.

Por qué será que la gente que no tiene costumbre de discernir el Espíritu Santo siempre piensa que los que tienen el Espíritu Santo están borrachos, o están fuera de orden. Usted recuerda a Elí el sacerdote, cuando Ana, llorando, derramando su corazón ante Dios clamando por un hijo y decía Elí allí, esta mujer discierne tu ron. Yo no creo que tenían ron en ese tiempo, pero lo que fuera, tu vino, contrólate, esta es la casa de Dios.

Cuando la gente no tiene experiencia con el Espíritu Santo muchas veces interpreta la exuberancia que viene por medio de la visitación del espíritu con borrachera, con desorden. Recuerdan a Mical, la esposa de David, cuando David lleno del espíritu se quita la ropa y se queda en calzoncillo y danza entre las cámaras de televisión y de internet y todo eso. Y allá está Mical, la hija de un rey, con su nariz puesta para arriba, mirando a su esposo y dice en qué lío yo me he metido casándome con este hombre. Está loco. Míralo ahí como si fuera un cualquiera, danzando frente a la comunidad.

Por qué? porque la gente que no tiene experiencia en el Espíritu Santo no entiende muchas veces, y cuando el Espíritu Santo se manifiesta, a veces pasan cosas raras. Y yo creo que toda mentalidad sobrenatural, toda gente que tiene experiencia en los dones del espíritu tiene que reservar un espacio para cosas raras. Escuche cómo lo estoy diciendo. No todo va a ser bien ordenadito, todas las botellas de Coca Cola puestas en línea, una en frente de otra. Va a haber a veces un poquito de desorden. Y lo digo con cautela porque voy a matizar eso un poquito más, para que no se me salgan tampoco del corral las vacas.

Pero yo creo que sí, nosotros tenemos que saber que a veces Dios hace cosas raras cuando el Espíritu Santo visita, los cables del cerebro como que se salen un poquito de su lugar y hay manifestaciones un poquito raras. Y nosotros tenemos que aprender a discernir esas cosas.

Entonces Pedro les aclara, señores, esta gente no está borracha, miren la hora, son las 9 de la mañana. Las licorerías todavía están cerradas, habrá dicho él. Pero quería aclarar eso, porque yo creo que nosotros tenemos que saber, sí, yo creo en el orden, yo creo en la disciplina y creo que no se predica lo suficiente acerca del orden en la adoración. Y ustedes saben que muchas veces me han visto intervenir para mantener el orden. Porque yo creo que cuando una iglesia se abre las manifestaciones del Espíritu Santo también tiene que haber orden, tiene que haber coordinación, tiene que haber autoridad, tiene que haber un réferi que no deje que los muchachos se jalen los moños unos a otros, porque a veces en la manifestación del espíritu, pues, la gente se cree que esto es un, ok, como chivo sin ley, como dice Gregory muchas veces. No, tiene que haber también un balance.

Yo creo que una cosa y la otra, hay una tensión allí que tenemos que mantener. Pero yo creo que la persona que tiene experiencia en el Espíritu Santo no se escandaliza por la mayoría de las cosas que ve. Hay gente que pierde la comunión de cualquier cosa. Una hermanita comienza a danzar un pasito allí y ya de una vez, es como si se rompe en de cualquier cosa. No, uno tiene que, hey, amén, amén, usted siga con lo suyo y no se preocupe.

Ahora, habiendo dicho eso, aprovecho para decir, hermanos, que también cuando uno adora, uno tiene que tener cuidado de lo que están alrededor de uno también. Si usted lee Primera de Corintios, capítulo 14, no es como que tampoco, pues yo estoy teniendo mi fiesterita aquí y los demás por allá ellos, que se la bandeen como puedan, no? Si no les gusta eso es problema de ellos. Yo estoy aquí adorando a mi Dios. No, no, uno tiene que siempre tener conciencia de los demás. Eso lo dice el Apóstol Pablo porque somos un cuerpo.

Entonces si yo estoy desentonando demasiado con mi adoración, el Padre entiende, no se crea, él no me va a castigar porque yo aguanté un poquito en mi adoración por consideración a los hermanos. No, al contrario, el Padre me va a alabar porque estoy ejerciendo misericordia, compasión.

Muchas veces en una iglesia como la nuestra viene mucha gente de diferentes trasfondos, tenemos el Internet donde nos ven miles de personas. No es lo mismo usted ver a través de una cámara de dos dimensiones a gente que usted ni siquiera saben a dónde están a veces, haciendo cosas raras, que si usted los conoce, los ama, es parte de ellos.

Es decir, que todas estas cosas hay que tener un balance en la vida. Yo digo, hermanos, mire, si usted siente que tiene que en algún momento de la adoración que pegar un grito, yo no le digo, no lo pegue, pero váyase al baño, corra y métase una toalla en la boca o algo, o simplemente hágalo lo más inobtrusivamente posible y exprese su adoración, pero considere a los que están alrededor de usted también. Hay un balance en la vida.

Ahora, yo creo también, que en un momento de exhuberancia donde todos estamos adorando al Señor, glorificándolo, que lindo es la alabanza libre al Señor, un cántico nuevo, cuando se oye una adoración por acá de una manera, otra por allá, alguien se arrodilla, unos danzan, eso es la gloria de Dios en la tierra. Yo creo en la libertad de la adoración también. Pero también considerándonos unos a otros, dice la palabra del Señor.

Yo lo que busco es ese balance, esa tensión. Cuando usted me ve a mí poner orden en un tiempo de adoración, no diga, no, el pastor es un sangrigordo, el pastor mata el espíritu, no, vea al pastor simplemente teniendo un corazón pastoral y considerando a todas sus ovejas, no solamente una o dos. Y eso es lo que yo quiero que Dios nos lleve más y más.

Quería aprovechar ese momento para sacarme eso de allí, esa espinita. Y son momentos en que podemos instruir a la iglesia porque por eso fue que Pedro aquí dice, no están ebrios, no están locos. No, es la manifestación del Espíritu Santo.

Ahora, dónde va Pedro para probar, dónde va Pedro para señalar que lo que está pasando es de Dios? Al profeta Joel. Va a la palabra, va la Biblia que ellos tenían disponible en su tiempo que era el Antiguo Testamento, lo que llamamos el Antiguo Testamento. Y allí Pedro encuentra un pasaje, iluminado por el Espíritu Santo, en el libro de Joel, un famoso pasaje que yo estoy seguro que toda esa gente en una manera u otra, había escuchado acerca de ese pasaje. Y yo sospecho también inclusive que el mismo Jesucristo, en realidad yo creo que Jesús hablándole a los discípulos en su ministerio terrenal, acerca del mover del Espíritu Santo les había dicho, cuando venga el Espíritu Santo lo que va a pasar allí, se va a parecer. Está basado en lo que el profeta Joel había profetizado cientos de años antes.

Ahora, en este momento Pedro queriendo explicarle a la gente y aprovechando esa oportunidad, les habla acerca del libro de Joel. Y qué importante es, hermanos, que nosotros aprovechemos oportunidades para hablar de Dios. Esta gente estaba confundida, había confusión, había revuelo en el aire, y Pedro dijo, esta es mi oportunidad para predicar acerca de Jesús, esta es mi oportunidad para sensibilizar a la gente acerca de las cosas del Evangelio.

Hermanos, nosotros tenemos que estar preparados cuando Dios nos abre una puerta para pasar por ella. Quizás en tu trabajo, quizás en tu vecindario, tu vas a tener una oportunidad en algún momento, alguien va a venir con un problema matrimonial, alguien te va a pedir un préstamo porque está sin trabajo, alguien está teniendo una crisis de salud, y esos son momentos preciosos en que tu puedes apropiadamente aprovechar ese momento para decir, ¿saben qué? Está bien, tu necesitas un préstamo, ok, aquí lo tienes, pero me gustaría orar por ti para que el Señor bendiga tus finanzas. Puedo orar para que el Señor te consiga un trabajo? Puedo orar por ti para que Dios te sane o sane a tu hijo? Y esos son momentos preciosos en que nosotros podemos…, Dios abre puertas y nosotros tenemos que estar preparados.

Lo que Samuel decía de que ahora hay una crisis aquí en la ciudad de Boston, muchos jovencitos matándose unos a otros, es una situación muy difícil, muchas gangas, pero estas gangas, como decía él, no tienen cabeza, simplemente son gratuitas reuniones de muchachos matándose unos a otros y la policía no sabe cómo bregar con ellos. Las escuelas están con el grito al cuello y están diciéndole a la iglesia, miren, hagan su trabajo, salgan por las calles, prediquen el Evangelio. Entonces nosotros tenemos que aprovechar esos momentos.

Las crisis de los hombres son nuestra oportunidad. Nosotros somos como la gente que trabaja en la funeraria. Las crisis de la gente son…. Yo creo que es un poquito mejor para nosotros que ellos. Pero la idea es que lo que a veces es un momento para la sociedad, son los momentos en que la iglesia le puede decir, mire, Dios tiene una respuesta. Cristo puede resolver los problemas y tenemos entonces que aprovechar.

Pedro aprovecha esa oportunidad y le dice, miren, lo que dice el profeta Joel. Ahora, aquí hay algo bien importante. Ese texto de Joel, como yo compartí esta mañana, es un texto clave, es un texto que yo diría que está preñado, por así decirlo, si podemos ir un momentito a ese libro de Joel, y yo quiero aprovechar porque ¿saben qué? El pastor Fumio Taku, quien vino el domingo pasado, este hermano japonés nos habló acerca de Israel, nos habló acerca de los últimos tiempos y este texto de Joel precisamente es un texto que tiene que ver con una manifestación que se habría de dar dos veces en la historia.

Si usted lee el libro de Joel, allí el profeta Joel, dice eso precisamente. Dice:

“… Y después de esto, versículo 28, capítulo 2:28, después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones, y también sobre los siervos y las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días…”

Cuáles son aquellos días? Aquellos días son los últimos tiempos. Aquellos días son tiempos que se están acercando ahora y en los cuales nosotros estamos entrando. La cosa con esta profecía, es como yo digo, se cumple dos veces. Pedro, iluminado por el Espíritu Santo, discernió que Joel estaba hablando precisamente de ese tiempo que ellos, Pedro y sus discípulos, y la gente que estaba alrededor de ellos, estaba viviendo. Ese derramamiento del Espíritu Santo Pedro le dice, es lo que el profeta Joel dijo originalmente que había de pasar, que Dios iba a derramar de su espíritu en una forma general sobre toda carne.

Qué había pasado antes? Que el Espíritu Santo era algo muy reservado solamente para gente muy escogida de Dios, los profetas, que eran ungidos con aceite, los reyes, que tenían una misión muy exaltada que lleva a cabo y necesitaban el espíritu de Dios, se ungían con aceite, y los sacerdotes que eran consagrados con aceite para recibir la unción del Espíritu Santo. El resto de la nación se la tenían que bandear como ellos podían, no tenían acceso al espíritu y Dios dijo, no, llegará el día en que yo voy a derramar de mi espíritu. El chofer de camiones va a poder recibir mi espíritu y no solamente el sumo sacerdote. La ama de casa que cocina y lava sus platos y mantiene a su familia recibirá el Espíritu Santo. El médico lo recibirá pero también lo recibirá el obrero que trabaja en construcción. La secretaria en su trabajo podrá recibir el Espíritu Santo, yo lo derramaré sobre los ancianos, pero ¿saben qué? También lo voy a derramar sobre los jóvenes, lo voy a derramar sobre la dueña de la casa, pero también sobre la sierva, la que trabaja para ella. Ya mi Espíritu Santo lo daré sin medida, dice, y eso fue lo que sucedió en Pentecostés.

Cuando en esa nueva economía que Cristo hace posible y cuando Dios derrama de su Espíritu Santo, Dios abrió la puerta para cualquier cristiano pudiera tener acceso a los dones del Espíritu Santo. Diga gloria a Dios.

Entonces Pedro dice, ¿saben qué? Lo que ustedes ven aquí ahora son 120 pero como vemos más adelante, él dice, cualquiera que reciba a Cristo como Señor y salvador, podrá tener acceso a esta maravilla que ustedes ven también, porque Dios dijo, yo derramaré mi espíritu sobre toda carne. Lo haré, lo distribuiré, es como antes, quién podía tener una computadora? Solamente una persona con mucho dinero. Quién podía tener un carro? Una persona que era muy rica. Hoy en día cualquiera tiene un carro aunque esté destartalado pero lo tiene, 4 ruedas, un guía, lo que sea, porque se ha ido diseminando. Un celular, lo mismo, también. Un laptop, antes era algo muy… solamente un grupo de personas muy selecta y asimismo… entonces Dios dijo, ¿saben qué? Hoy en día no solamente los grandes, no solamente los profesionales de la religión, sino todos podrán disfrutar de mi Espíritu Santo. Y entonces por eso, dice aquí, pero ¿saben qué? Recuerde algo, el contexto original de este capítulo de Joel se refiere a los últimos tiempos, los tiempos que nosotros estamos viviendo.

Miren lo que dice aquí: “… y derramaré mi espíritu en aquellos días, versículo 29 y 30, y daré prodigios en el cielo, en la tierra, sangre y fuego, columnas de humo, el sol se convertirá en tiniebla, la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo, porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación.

Usted ve, cuando el Espíritu Santo se derrama en Pentecostés no hay esas señales. El sol no se oscurece, la luna no deja de dar su resplandor, no hay sangre y fuego como dice aquí, no hay prodigios espantosos, pero dice la Biblia que en los últimos tiempos, cuando dice aquí en aquellos días, sí, habrá.

Hermanos, yo les digo, yo no sé si será en tu tiempo y en el mío, yo creo que sí, pero nosotros vamos a ver grandes manifestaciones en los cielos y en la tierra. Dios manifestará su poder en el cosmos, lo manifestará en el mar, lo manifestará en la tierra. Vemos ya manifestaciones de cómo la tierra se está como revelando contra la humanidad en tantas diferentes maneras, temblores de tierra, cataclismos inmensos, cosas raras que están pasando.

Hebreos capítulo 12 dice que en los últimos tiempos Dios conmoverá los cielos y la tierra. Todo lo que pueda ser conmovido será conmovido. Yo creo inclusive, que esto que está pasando en el Golfo de México, este petróleo que no saben cómo parar completamente es parte de esos mensajes de Dios que han ido viniendo. La crisis económica sin precedentes que está viviendo el mundo y que ha vivido esta nación y tantos países de la tierra. El 9-11 todas estas cosas han sido un cataclismo tras otro, una cosa terrible tras otra y como que todo se va acelerando y estas son manifestaciones que irán creciendo.

Ahora, en ese tiempo también de grandes manifestaciones y cataclismos habrá una segunda visitación del Espíritu Santo. Yo creo que lo se dio en Pentecostés va a quedarse corto para la manifestación última de este poder del espíritu. Porque lo que dice aquí Joel es que en los últimos tiempos Dios derramará de su espíritu sobre las naciones. Yo creo que la iglesia de Jesucristo puede mirar hacia adelante porque yo creo que los mejores tiempos para la iglesia de Cristo están adelante. Yo espero grandes manifestaciones del poder de Dios, grandes conversiones, grandes manifestaciones de unción sobre la iglesia y nosotros tenemos que estar deseando esos tiempos, pidiéndole al Señor, Señor, envía tu poder, envía tu manifestación porque Cristo no va a venir sin que antes haya esa visitación de poder.

Dos cosas van a pasar, va a haber grandes cataclismos pero también grande unción sobre la tierra. Millones de personas, yo creo, van a llegar a conocer a Jesús y van a clamar a Dios. Ahora, hay algo interesante también en este pasaje que Pedro usa y es…, yo quiero que mire esto también porque empalma con lo que decía el pastor Fumio. Yo creo que nosotros como cristianos, tenemos que estar muy atentos a lo que está pasando en Israel. Cómo sabemos nosotros que esto que Dios prometió de esa visitación de su Espíritu Santo sin precedentes se va a dar todavía en este tiempo sobre la tierra.

Miren lo que dice en el capítulo 3, versículo 1, dice: “… porque he aquí, en aquellos días, ese mismo tiempo en que el Espíritu Santo va a ser derramado con gran poder sobre la tierra, como lo fue en el día de Pentecostés, he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén reuniré a todas las naciones y las haré descender al valle de Josafat y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo y de Israel, mi heredad, a quien ellos esparcieron entre las naciones y repartieron mi tierra…”

Usted ve lo que dice aquí, esa visitación del Espíritu Santo en los últimos tiempos que se dio en Pentecostés, que se dice que será en los últimos días estará acompañada por un par de cosas, número 1, el regreso de los judíos a su tierra. Y también un gran evento donde todas las naciones Dios las va a reunir. Dice la Biblia que en los últimos tiempos muchas naciones se van a juntar para ir en contra de Israel. Israel se verá en el peor momento de toda su historia, y miren que Israel ha pasado por tiempos terribles, el cautiverio babilónico, el exilio, ataques muchas veces, pero el trago más amargo todavía le espera a Israel en estos tiempos precisamente.

Recuerden lo que dijo el pastor Fumio que estos rabinos ortodoxos que declararon que hemos entrado en los tiempos que se parecen mucho a la guerra de Gog y Magog, que es una guerra que habla en el Antiguo Testamento que será cuando muchas naciones se unan para ir contra Israel y atacarlo. Esas naciones creerán que lo están haciendo por su propia iniciativa, pero será Dios mismo moviendo esas naciones, enemigas de su pueblo, para llevarlas a un lugar, algunos creen que es el valle de Meguido, es un valle, si usted ha ido por el área de Israel, usted va a ver hay un valle inmenso, un lugar muy, muy grande que es el valle de Meguido, y allí dice la palabra que Dios va a reunir estas naciones. Estas naciones van a ir contra Israel y en el momento más terrible de su historia, cuando parece que no hay salida, dice la Biblia, que los judíos clamarán a Cristo, a Jesús y lo reconocerán como su Mesías. Dios abrirá sus ojos, ellos clamarán a Jesús y Dios visitará su pueblo y esas naciones van a ser destruidas completamente.

Dice Dios que él las reunirá en el valle de Josafat y hará juicio con ellas. Por qué? Porque Dios, hermanos, todas estas naciones que han perseguido a Israel, todas estas naciones que se han ensañado contra el pueblo judío, que han perseguido al pueblo hebreo y esas naciones que al final de los tiempos desatarán su odio y perseguirán a Israel Dios les está guardando sus deudas, y un día Dios dirá, bueno, es el tiempo ahora de arreglar cuentas. Y las reunirá para enjuiciarlas. Por eso es que hay dos cosas, el corazón de Dios es apasionadamente pro Israel, hermanos, aunque Israel es un pueblo rebelde y Dios los castiga y los disciplina, pero Dios ama a su pueblo, entonces en este tiempo que nosotros estamos viviendo, esos son los días.

Fíjese, cómo sabemos nosotros que estamos en esos días? Porque en aquel tiempo haré volver a la cautividad de Judá y de Jerusalén. Qué quiere decir eso? Vendrán de todas las naciones los judíos de nuevo como han hecho en las últimas décadas. Se reunirán de nuevo. Dios se reunirá estas naciones.

Dios que esas naciones esparcieron a Israel entre las naciones y repartieron mi tierra. Ahí hay algo bien revelador y es lo siguiente, hermanos, los judíos nadie tiene derecho de repartir la tierra de Israel, entienda esto. Dios le dio cada pulgada de ese territorio a su pueblo y los dones de Dios son irrevocables. Esa tierra pertenece al pueblo de Dios. Dios no ha cambiado su intensión con respecto a esa tierra.

Yo digo que ni los judíos mismos tienen derecho a dar un pedacito de esa tierra para ganar paz. Sabe lo que pasa asimismo? Hay un pueblo palestino y yo creo que son gente excelente, yo no tengo nada contra el pueblo palestino, pero tampoco podemos decir que Israel puede cometer un pecado para cubrir otro pecado. Es decir, esa gente necesita un lugar donde estar, pero Israel no puede entregar tierra y hacer de esa nación palestina otra nación separada y coger a Jerusalén como se quiere hoy en día, y dividir a Jerusalén, darle una parte a los musulmanes, palestino, y otra parte que se quede con el pueblo de Dios, porque la idea es eso, de que la parte oriental de Jerusalén, yo he estado allí, hay muchos árabes que viven allí en esa parte, que esa parte se divida y se le entregue a una nueva nación palestina, y que la otra parte se quede Israel con ella.

Hermanos, el que conoce Israel, Israel es del tamaño de Rhode Island, `más pequeño que New Jersey, es un pedacito de tierra solamente. Estos judíos han sido tirados de todas las partes del mundo, han sido perseguidos y han regresado a su tierra ancestral, que Dios les entregó, lo sabemos por su palabra. Esos judíos tienen derecho a tener su tierra.

Yo no se qué se va a hacer con el pueblo palestino. Yo diría que tendrían que convertirse en ciudadanos judíos, porque eso es lo que son asimismo. Muchos de los palestinos son ciudadanos judíos pero lo que pasa es que los palestinos quieren la destrucción de Israel, y quieren una nación aparte, y quieren estar tirándole bombas a Israel, y no reconocen a Israel como nación. Israel no puede entregarles esa tierra.

Y los hombres han querido repartirse la tierra. Hoy en día, Estados Unidos está pidiendo que Israel entregue parte de Jerusalén, y no se puede. Dice aquí claramente, Dios no quiere que su tierra sea repartida. Repartieron mi tierra, echaron suertes entre mi pueblo. Entonces entendemos esto, hermanos, que este tiempo del cual habla el Apóstol Pedro aquí en Hechos, se está refiriendo a dos cosas: una visitación muy poderosa del Espíritu Santo que se daría en ese tiempo en que él estaba, pero también en nuestro tiempo, pero también en los últimos tiempos habrá otro derramamiento, la Biblia habla de la lluvia temprana y la lluvia tardía. La lluvia temprana fue la lluvia que cayó del Espíritu Santo en el libro de los Hechos. Pero habrá una lluvia tardía al final de los tiempos que será para la última gran cosecha de almas antes de que Cristo venga. Y entonces en ese tiempo, esa visitación del Espíritu Santo, esa lluvia tardía del espíritu estará acompañada de una gran cosecha de almas como la hubo el día de Pentecostés, la reunión del pueblo de Israel, un ataque terrible contra la nación judía, y un Dios que se levantará con poder para defender a su pueblo y para consumar la historia y que Cristo venga por segunda vez y todo haya terminado.

Así que tenemos que estar concientes de todas estas cosas para poder leer los tiempos que están sucediendo. Ahora, concluyo con esto. Después que el Apóstol Pedro declara todas estas cosas hasta el versículo 21, él orienta su predicación a una sola cosa y dice, hermanos, lo que ustedes ven aquí, este derramamiento del Espíritu Santo que ustedes están viendo es producto de que ha habido un cambio en el mundo del espíritu. Dios ha tomado a ese hombre que ustedes crucificaron, ese profeta que ustedes vieron que hacía señales y prodigios, dice aquí en el versículo 22, entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como ustedes mismos saben, y Pedro les dice, lo que ustedes ven, esta nueva distribución del Espíritu Santo se debe a que Dios tomó a ese hombre que ustedes crucificaron y que fue entregado por el consejo determinado y el conocimiento anticipado de Dios.

Por qué está diciendo Pedro esto aquí? Está diciendo, en última instancia ustedes no fueron los que mataron a Jesús. Dios fue su voluntad que así fuera. Dios sabía que esto iba a suceder y era el plan de Dios. La iglesia primitiva siempre dijo lo mismo, Cristo tenía que padecer, Jesús tenía que ir a la cruz, Jesús tenía que ser sepultado. Esto era parte del plan de Dios. Y entonces dice, ustedes prendieron a Jesús, lo mataron por manos de inicuos, crucificándole. A ese Jesús Dios lo levantó, una vez que los dolores de la muerte fueron quitados de él, porque era imposible que fuese retenido por ella.

Qué está haciendo Pedro aquí? Está dando en clave una esencia de lo que es el Evangelio. Cuando usted le predique a alguien el Evangelio predíquele acerca del hecho de que Dios envió a su hijo, porque amaba a la humanidad y Dios entendía que tenía que haber un derramamiento de sangre porque la sangre era lo que justificaba ante Dios, era el sacrificio que Cristo hizo posible, que Cristo murió en la cruz por los pecados suyos y que Dios lo levantó de entre los muertos y que Dios ahora, por medio de ese Cristo puede darle reconciliación a esa persona. Ese es el Evangelio, eso es lo que nosotros tenemos que predicar. Esa es la base del Evangelio. Eso es todo, usted no tiene que ser demasiado sofisticado, predíquele a Cristo en carne, predíquele a Cristo crucificado, predíquele a Cristo resucitado, y predíquele a Cristo bautizando con el Espíritu Santo. Eso es todo. Y entonces dígale, te gustaría recibir ese paquete completo gratis? Y recíbelo ahora y tienes salvación.

Entonces, los versículos 25 al 28, lo que él hace es simplemente mencionar cómo el salmista David decía algo proféticamente acerca de la resurrección de Jesús, que habría de venir. Entonces, mire, el versículo 32, aquí Pedro como que lleva su sermón ya a aterrizar. Los ha llevado a través de una secuencia de cosas, les ha dicho el profeta Joel profetizó acerca de esto, habló de lo que ustedes están viendo aquí. También nos habla a nosotros diciendo, esto también va a suceder en los tiempos en que ustedes están viviendo. Habló acerca de que todo eso era posible porque Cristo había sido crucificado y había resucitado de los muertos.

Entonces, mire el versículo 33, “… así que exaltado por la diestra de Dios habiendo recibido del padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís…”

Lo que ustedes están viendo aquí, señores, es porque el Padre le dio al Hijo la potestad de bautizar con el Espíritu Santo. Qué vemos aquí? La Trinidad trabajando en concierto unos con los otros. El Padre tiene el derecho absoluta potestad, exalta a su Hijo y dice, este es mi Hijos amado en quien yo tengo contentamiento. Escúchenlo a él. Le da al Hijo la potestad, le transfiere al Hijo la potestad de distribuir el Espíritu Santo sobre los que creen en él, y entonces el Espíritu Santo se mueve con poder. La Trinidad trabajando para que la humanidad sea salvada, perfecta coordinación.

Si alguien le dice que la Trinidad no existe, dígale, y qué pasa aquí? El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, los 3 trabajando para edificación de su iglesia, para el avance de los propósitos de Dios sobre la tierra.

Y Pedro les dice, eso que ustedes están viendo es producto de todas estas cosas. Termina con el versículo 36, pido a los músicos que pasen por aquí rápidamente, por favor, versículo 36. Pedro termina con una sentencia muy, muy seria y dice:

“… Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, era como un anuncio real, como algo casi gubernamental que se estaba declarando allí. Dios le estaba dando a una nación una notificación que venía de parte de otra nación, la nación celestial. El Reino de Dios le decía a la casa de Israel, sepa ciertamente toda la casa de Israel que a éste Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo…”

¡Aleluya! Y eso es lo que nosotros, hermanos, tenemos que hacer con la humanidad. Tenemos que decirle a la gente, hermana, quiere pasar simplemente a adorar, amén, pase por acá. Quiero terminar esto, un momentito, porque no tenemos tiempo para hablar. Siéntese por favor, hermanos, sí, gracias.

Quiero terminar esto más bien aquí. Discúlpeme. Pero hablando acerca de eso, la importancia de nosotros tener cierto orden. Quiero terminar con este mensaje bien esencial: cuando nosotros le notifiquemos a la gente acerca del Evangelio, tenemos que concluir con una cosa, el Padre ha hecho a Jesús Señor, lo ha hecho salvador. El Señor en su persona une todas las cosas. Nosotros venimos a Cristo y lo primero que hacemos es reconocemos su señorío, reconocemos su autoridad, reconocemos su gobierno sobre nuestra vida, le anunciamos a la humanidad. Tenemos que recibir a Cristo, sí, él nos salva, pero también él viene a ser señor, a ser gobernador de nuestras vidas. Él lo ha hecho Señor y lo ha hecho Cristo. Dios estableció sobre su Hijo ese manto de autoridad y nosotros tenemos que apuntar a la humanidad hacia Jesús.

La próxima vez que yo predique yo quiero tomar el resto de este pasaje y quiero mostrarles a ustedes cómo en la mente del Apóstol Pedro, o cuando él termina su sermón, él une tres cosas: aceptar a Cristo como Señor y salvador, ser bautizado en las aguas, y también recibir el bautismo del Espíritu Santo. Estas tres cosas están unidas una con la otra y nosotros tenemos que ir mirando ya hacia eso, como iglesia, de siempre anunciarle a la gente, sí Jesús te salva, bautízate también. El bautismo no salva de pecados, pero sí es algo que nosotros tenemos que hacer, debemos hacer y busca la unción del Espíritu Santo, busca el bautismo del Espíritu Santo. Eso es parte importante también de la experiencia cristiana.

Así, hermanos, mediten en estas cosas. Entiendan que Dios ha enviado a su Espíritu Santo y que en este tiempo estamos en un tiempo bien claro, miremos mucho el reloj de Israel, miremos mucho lo que está pasando allí porque Dios tiene grandes cosas que quiere hacer también a través de esta nación.

Vamos a ponernos de pie. Te damos gracias, Señor. Te damos gracias por tu palabra, Señor, en esta tarde. Gracias porque tu has enviado a Jesús para ser el que nos bautiza con su santo espíritu. Gracias porque no solamente fue para un tiempo hace 2000 años sino que todavía la mejor porción, el mejor vino está reservado para este tiempo.

La lluvia tardía todavía está por venir, Señor. Y nosotros queremos estar atentos a esa visitación. No queremos perdérnosla, Señor. Permite que nuestra iglesia pueda estarse preparando para esa gran visitación de tu espíritu, Señor, en los últimos tiempos de la cual habló Joel y que tu iniciaste hace dos mil años en el día de Pentecostés.

Y pedimos también por la nación de Israel, Padre, porque este es el tiempo que tu estás acelerando un proceso paralelo allá también, trayendo a ese pueblo a su tierra nativa y también naciones que están levantándose poco a poco en contra de tu pueblo también. Pero gracias, Padre, porque tu también tienes eso ya preparado y estás trabajando en tu iglesia, aquí entre nosotros también para una gran cosecha de almas, como la hubo el día de Pentecostés. Nosotros también, Señor, queremos ser parte de esa cosecha, como Pedro lo fue ese día de tu visitación.

Te bendecimos Señor en esta tarde. Queremos que tu nombre sea glorificado, Señor. Ayúdanos a ser entendidos, ayúdanos a amar a tu nación, amar a tu pueblo Israel, Señor, pedimos tu bendición sobre esa nación. Así como la pedimos sobre esta nación en la cual nosotros estamos también, Padre. Sabemos que estamos en tiempos significativos y queremos discernir los tiempos, queremos discernir lo que tu estás haciendo y alinearnos a lo que tu quieres que nosotros hagamos como pueblo tuyo, Padre. Alabamos y glorificamos tu nombre. Gracias, Señor Jesús. En el nombre de Jesús oramos. Amén. Amén.

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Prepárate para tu cita eterna

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Como siempre, el Señor es perfecto en todas sus cosas y acabamos nosotros de orar por un hombre que acaba de perder su hijo, y vamos a seguir orando por Tom y por su hijo. Pero, fíjate, el Señor me puso una palabra en esta mañana que se trata de la fragilidad de la vida y lo largo que es la eternidad. Y nadie… ¿quién quiere perder un hijo? Y, parte del choque de perder un hijo es el hecho de que, por lo menos nosotros pensamos, nadie debe morir de tale dad. Y yo me imagino, no conozco a Tom ni conozco a su hijo, pero you me imagino un joven en la flor de su vida con toda su vida delante, con planes y propósitos. Pero ahora con una larga eternidad delante.

Y Dios nos invita, vamos a pensar en eso, en la promesa que Dios nos ha dado, y la preparación para ese día. Y les invito a abrir el Libro de Hechos, capitulo 24. Hechos, capítulo 24, comenzamos a leer desde el versículo 14, 15 y el 16 de Hechos, capítulo 24. Aquí el Apóstol Pablo está compareciendo delante de… él está detenido, ha estado detenido él en Cesaría por dos años o estará detenido, perdón, en Cesaría por dos años después de comparecer delante de este rey – delante de este gobernador, Félix. Vinieron desde Jerusalén los líderes del Sanedrín para traer ciertos cargos contra Pablo, y fíjate en su defensa – a propósito, como alguien que era un abogado, Pablo era un tremendo abogado, ¡en verdad! El hombre sabía defender sus derechos en la corte, conocía sus derechos como un ciudadano romano y como un judío y fariseo, y él pudo desmentir todos los cargos contra él y probar su falsedad, menos una.

Él abiertamente admitió este cargo, es el único cargo que él admitió delante de esta corte y delante de este gobernador y le dice, “Pero esto te confieso que según el Camino…” Lo habían acusado de ser un cristiano y un líder entre los cristianos. “… que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo a Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la Ley y los Profetas están escritas, teniendo esperanza en Dios la cual ellos también abrigan: de que ha de haber resurrección de los muertos, así de los justos como de injustos. Por luego él añade, y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante de Dios y ante los hombres.”

Ahora, hermanos, primeramente, dos cosas que podemos ver acerca de él, este evento, llamado por distintos nombres, el Tribunal de Cristo, el Tribunal del Gran Trono Blanco, no estoy aquí para entrar en detalles de teología pero sí dos cosas podemos sacar inmediatamente del versículo 15 y versículo 16, acerca de este evento.

Primeramente, mis hermanos, yo les puedo decir con certeza, esto es una verdad incontrovertible bíblicamente. En toda la palabra de Dios se afirma que el ser humano tendrá tarde o temprano una confrontación con su Creador. La Creación conocerá su Creador, compadeceremos delante del trono de Dios, esto está en el Antiguo Testamento, vemos esto en el Libro de Génesis, vemos esto en los Salmos y en los Proverbios, en Eclesiastés escribe de esto, los Profetas escribían de esto. En el Nuevo Testamento es más declamatorio acerca de esto, está regado por todo el Nuevo Testamento.

Jesús fue tal vez el que predicó más que todos acerca de el hecho de que nosotros estaremos delante de un rey, que el Señor iba a evaluar, él en un instante habló de una separación en ovejas y cabritos, de separar algunos para su izquierda, otros para su derecha, él fue muy explícito en los cuatro evangelios acerca de esto. El Libro de los Hechos, ya tenemos aquí el Apóstol Pablo hablando de esto. Aparece en Romanos, aparece en ambos libros – ambas Cartas a los Corintios, aparece en el Libro de Hebreos, aparece en el Libro de Judas, aparece en los dos libros de el apóstol Pedro… Apocalipsis.

Mis hermanos, si ustedes se estremecieron al ver Avatar, no han visto nada. El Apocalipsis es esto en tres dimensiones. Se trata de esto nada más, it’s coming, es inevitable. ¡Qué bueno saber esto de antemano!

Pues, número uno, mis hermanos, nosotros vamos a ver a nuestro rey y estaremos delante de él, ahora esto es lo que nosotros creemos y lo que nosotros enseñamos, los justos y los injustos tendrán dos días muy distintos. Los injustos conocerán tal vez este rey por primera vez y lo único que sucederá entre ellos y este rey es que ellos se vean inevitablemente obligados de reconocerlo, este es mi rey. Y este es el punto, toda rodilla se doblará delante de él, toda lengua confesará que él es rey, that is it. Y hasta allí llegó su relación con este rey. Nosotros los justos tendremos otro tipo de día, y si usted ha tomado su clase de discipulado, y si usted ha llegado a nivel tres, usted bien se acuerda que seremos evaluados. Eso es más bien una evaluación y sabe, nada se evalúa que no tiene valor.

El Señor que valora tanto, que Él detiene toda la operación del cielo para detenerse contigo y su vida, y evaluarla. Interesantemente el pastor Omar, en un momento en la oración, intercediendo por este pueblo él pidió delante del Señor Padre, confesemos, confesamos que te hemos ofendido… y lo digo automáticamente, con nuestros pensamientos, con nuestros hechos, con lo que decimos, we have ofended you with our words, with our deeds and with our thoughts y hermanos, esto es… si usted quiere saber qué es lo que será evaluado, sepa eso. Cúbrase de esas cosas, y estás bien. That’s it.

Todo se trata de nuestras palabras, de nuestros pensamientos y de nuestros hechos. Lo que hacemos, lo que decimos y lo que pensamos. Eso es lo que será evaluado. Ahora, hermanos, si esto es tan obvio y si el Señor es tan enfático sobre esto, ¿no crees tú que estaríamos constantemente preparándonos para esto?

Y esto es lo triste, porque lo segundo que vemos nosotros, lo segundo que puedo ver de esta escritura y en nuestra experiencia es que la mayoría de nosotros no pensamos en esto. Francamente, si fuéramos honestos, dice el Apóstol Pablo en el versículo 16, “y por esto…” Al saber usted que este día va a llegar. Al saber yo que ese día va a llegar, ¿cómo usted termina esa frase “y por esto…”? “Y por esto…”

Vendrá un día en que nuestros pensamientos, nuestros hechos, nuestras palabras serán evaluadas por nuestro creador, so what? Y por esto dice el Apóstol Pablo, encarcelado, mira este símbolo de un hombre en cadenas delante de este gobernador. Él era el ùnico hombre libre y tranquilo en todo este tribunal. Y dice, “por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.”

Hermanos, espero no escandalizarlos, y eso lo vemos en nuestro diario vivir, y por eso el Señor en su misericordia nos trae esto, yo me cubro bajo esta carpa. ¿Si estuviéramos nosotros constantemente pensando en esto nos daríamos las libertades que a veces nos damos?

¿Nos atreveríamos pensar lo que a veces pensamos? Nos atreveríamos decir lo que a veces decimos? ¿Nos atreveríamos? Y, mis hermanos, eso es tal vez el ángulo tal vez más negativo en que se puede contemplar esto. El otro ángulo es esto, hay un ángulo muy positivo y es esto: yo comparto con mi clase de discipulado cuando llegamos a este punto, es más ni siquiera cuando llegamos a este punto, cuando llegamos a una clase acerca de la mayordomía del tiempo. ¿Por qué nos importa medir nuestro tiempo, distinguir lo importante de lo urgente? ¿Qué ironía que en los materiales de discipulado, esa es la clase que sigue la clase acerca de la visión, Omar. Y yo le digo a estos hombres, ¿sabes qué? La distancia entre el hombre que eres y el hombre que Dios te ha llamado a ser, se mide en tiempo.

Dios nos ha dado a todos cierto tiempo – un ejemplo, unos años atrás un hermano, tal vez un año atrás, un hermano tomando la clase de discipulado llego ese tiempo… Hay una sección en donde nosotros escribimos nuestro propio funeral y qué van a decir de nosotros en nuestro propio funeral. ¿Qué quisiéramos que dijeran de nosotros en nuestro funeral? ¿Cuántos hicieron eso, se acuerdan de ese ejercicio? ¿Cuántos todavía lo tienen? ¿Cuántos se están acercando a que su gente diga eso de usted? Yo todavía estoy en ese proyecto, gracias a Dios, y Dios ha sido misericordioso con nosotros.

Porque no es lo que dirían de nosotros, es lo que quisiéramos que dijeran de nosotros y después que ellos comparten qué quisiéramos que ellos dijeran de nosotros, entonces yo me atrevo a hacerles esta pregunta, mis hermanos, ahora… entre nosotros, de verdad, ¿qué diría tu vecino de ti? De verdad, qué diría, eso es… No, como ustedes pueden imaginar, no nos detenemos mucho en ese punto pero se asustan en esto, ellos inmediatamente, es obvio que para llegar a ser ese hombre se cruza una jornada medida por tiempo.

El detalle es que no sabemos qué tiempo tenemos. Y uno de estos hermanos comenzando esta jornada, casi a la mitad del curso de discipulado, descubrieron que él tenía un cáncer muy agresivo, Terminal y faltando unas semanas –unas semanas- antes del examen final del discipulado, en diciembre de ese año, él falleció. Pero Dios le dio unas semanas y en ese tiempo que el Señor le dio, si usted ve este hombre trabajando, es más, esa proclamación que él hizo fue su mapa, él inmediatamente… en el hospital se casó con su esposa, él quería hacer eso hace tiempo, lo llegó a hacer, se reconcilió con sus hijos… porque cuando nosotros llegamos a esa jornada, fíjate lo que… en nuestra ancianidad, no es como si estuviéramos llegando a un fin, es como si estuviéramos caminando una larga jornada y de momento llegamos a la costa, y no es que llegaste a nada, es todo lo contrario.

Hemos llegado a un gran mar, un gran océano delante de nosotros, oímos sus ondas y vemos su viento y no hay un horizonte y allá el Señor nos está llamando, eso es lo que nos espera delante de nosotros, la verdadera jornada, todo lo demás ha sido puro entrenamiento.

Ahora, sabiendo esto mis hermanos, ¿qué hacemos? Buenas noticias, yo tengo las preguntas del examen ya. Ya tenemos las preguntas de ese examen… ese examen que tendremos delante del Señor ya usted tiene las preguntas, son dos nada más, mira si esto es fácil: Primero, ¿quién fuiste? O si te llegara a preguntar hoy, ¿quién eres? Segundo, ¿qué hiciste?

¿Quién fuiste? ¿Qué hiciste?

¿Por qué comenzamos con quién fuiste? Sabe, la gente que no piensan bien en esto, que no se preparan, que no conocen la esperanza delante de esto… las cosas locas que nosotros hacemos para dejar un legado, ¿cuántos…? No hay un edificio en una universidad que no tenga el nombre de alguien, un donador. ¿Por qué? Porque esa persona desesperadamente quería asegurar que su nombre fuera honrado y recordado y amado. Hospitales, monumentos, calles, queremos dejar una granja a nuestros niños y sus nietos… Saben, nos preocupamos tanto de eso, sin pensar que si te preocupas… si nos preocupamos de la obra de Dios en nosotros, participar en la obra redentora de Dios en nosotros… Mira, hermano, si hay buen árbol dará buen fruto. Si hay buen árbol, dará buen fruto… Si nos preocupamos por el árbol que somos, no nos tenemos que preocupar por el fruto.

Lo que pasó a Samuel, ese día me preocupo porque yo sé que no soy perfecto, no he sido perfecto… No he sido la madre perfecta, el padre perfecto, el trabajador perfecto, el jefe perfecto, el amigo perfecto, el hijo perfecto no lo he sido. ¿Sabes lo que celebra la palabra de Dios, lo que dice la palabra de Dios de la senda del justo?

Interesantemente la senda del justo no es medio día, todo el día con una constancia. Dice la palabra, que la senda del justo… “mas la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Lo que honra a Dios es que estemos en aumento, que estemos participando en la obra redentora y santificadora y de perfección en nuestras vidas.

Hermanos, esto en verdad, los cambios más radicales en nuestras vidas a veces comienzan con los gestos más sencillos. La semana pasada tuve el privilegio de estar en un grupo de oración. El miércoles en la noche con un grupo de hermanos americanos, no carismáticos ni nada pero un grupo de un puñado de hombres buscando el rostro de Dios; y uno de estos jóvenes que se reunió allí, en una de las oraciones, aún en ese sentido fue una de las oraciones más sinceras que yo he oído.

Y su oración fue algo así: Dios yo prefiero los Red Sox a ti, yo prefiero tantas cosas locas, yo prefiero, oh God, I confess I love the Red Sox more than you, I love – I love my gameboy more than you, also silly things… prefiero mis juegos electrónicos pero quiero… Oye esto: yo quiero darte a ti más que eso, más que eso. Start with that. Maestro, yo deseo desearte. Deseo desearte, tengo hambre por tener hambre de ti. In pursuit of God. I hunger the hunger for you.

Esta misma noche, delante de la presencia del Señor, como declaró el predicador el domingo pasado predicando el libro de Ezequiel, pídele al Señor un corazón de carne. Start with that! Señor, quiero tu corazón, quiero tu corazón, quiero desearte, quiero aprender a amar como tu, amar tu presencia, veo que otros lo hacen, veo que otros lo han crecido, y tú has prometido dármelo. Una oración así mis hermanos, derrite el corazón de Dios.

Y comienza una obra milagrosa y cuando llegamos a la pregunta, ¿qué hiciste? Si usted está armado, si el Señor está trabajando en nuestros corazones, y ya el Señor está perfilando, alijando, perdón, nuestras asperezas. Tal vez esa palabrita que usted decía todos los días, solamente lo dice una vez a la semana. Tal vez esa cosita que le ofendía al Señor, usted ni siquiera se acuerda como usted paró de hacerlo, pero por el amor de Dios en ti ha crecido tanto y tu búsqueda de Él se ha convertido tanto en la meta de su vida.

Usted ni siquiera se está dando cuenta cuando o cómo dejó usted este hábito o esta manera de pensar, o esta manera de hablar pero como el Cristo en ti ha crecido tanto y tú te identificas tanto con su corazón y Él con el tuyo, bueno… lo comienzas a imitar, lo comienzas a imitar, y cuando llegamos a la parte, ¿qué hiciste? Sabes, el cielo es muy diferente que la Tierra, a propósito, el cielo es muy diferente que la Tierra y las cosas que nosotros contamos como significantes: “Oh, Master, I had a wing of the hospital named after me… Señor, yo tuve una ala del hospital que nombraron…”

Mis hermanos, hojarasca u oro… nos vamos a sorprender. Dice la palabra que habrán sorpresas en el cielo, y los primeros que nos sorprenderemos somos nosotros de lo que Dios celebra y lo que deja de celebrar.

Sabe, unos años atrás cuando me despedí de mi último trabajo y algunos de mis colegas estaban diciendo distintas cosas de cómo nosotros interactuamos, las cosas que más les significaron a esta gente… ni siquiera yo me di cuenta que cuando mi mamá murió, Samuel me dejó una tarjeta, I forgot all about that. Ni siquiera me había acordado de eso, pero sabe lo que yo pensé en los cientos de oportunidades que yo tuve para hacer más cosas así, tomar más momentos así, sencillamente… ¿qué hiciste? Será seguido de las preguntas, ¿a quién amaste? ¿a quién serviste?

¿A quién amaste? ¿A quién serviste?

Usted se va a sorprender, mientras usted está creciendo enamorado de Dios y por pura obediencia del Espíritu Santo, tú ama. Toma su momento y amas y el Señor te va a dirigir cómo, cuándo y quién y a cuál extremo amar. Lo que dice la palabra, el Señor celebra al que le da el vaso de agua a un visitante porque Él celebra actos insignificantes y totalmente olvidables de amor, invisibles a todos menos a Él.

Hermanos, somos evaluados porque usted vale mucho oyó. Nadie nos toma más en serio, el Señor toma nuestros pensamientos en serio porque te valúa y te valora, tu vida es lo que se estará celebrando delante de su trono ese día.

Vamos a ponernos de pie. Por favor. Enrique, yo quiero más de ti… Tomemos un momento, mis hermanos, y yo les voy a invitar a que si no lo ha hecho, por lo menos esta semana, cierre sus ojos por un momento y transpórtese, tú estás delante de la presencia del Señor… ahora yo te voy a decir algo, eso será precioso. Para eso fuimos hechos, ese es tu hogar, that’s home. Por fin estamos en casa, Dios en toda su luz y majestad, Jesucristo sentado en su trono, gobernando, ya por fin, todo como tenía que ser… Justicia total, recta, por toda una eternidad, everything is as should be.

Jesús entronado, gobernando, tú su hijo delante de su presencia a donde perteneces con invitación. Ahora delante de su presencia, gracias a Dios podemos hacer esto aquí, vamos a tomar esta oportunidad y decirle, Señor, esto es precisamente lo que queremos, queremos desearte sobre todo. Queremos Señor, que al fin del día, traer nuestros libros delante de ti, equilíbralos en esta noche. Equilibra nuestros libros.

Señor, no queremos cuenta contigo, no queremos cuenta con nuestros hermanos. Padre, queremos Señor, que nos dé tu corazón, que nos instruya en amor y que seamos, Maestro, faros, señalando ese día precioso que nos espera, Maestro. Te amamos.

Seguimos orando por Tom, Padre, que cuando él llegue a la orilla del mar, cuando llegue su día, él te vea a ti y que Él sepa lo que está delante de él, y que es bueno y vale la pena esperarlo en el nombre de Jesús.

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Busquemos de Dios

28 de junio del 2010 - Por Betsy Behan

"Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente"
1 Crónicas 16:11

Cuando buscamos de Dios
la carga es más ligera, el camino más corto
las cadenas son rotas.
Cuando buscamos de Dios
él nos dirige, su gracia nos decora
el ambiente tiene aroma de rosas.
Cuando buscamos de Dios
su gozo es melodía, su espíritu nos llena,
sentimos su presencia
cuando buscamos de Dios

El domingo pasado el servicio en mi iglesia "Congregación León de Judá" fue diferente, el Señor nos habló de una manera especial. El está llamando a la "oración", a buscarlo en "espíritu y verdad". El nos está hablando de muchas maneras, y una de ellas es por medio de la naturaleza, de la cual él tiene total control "es obra de sus manos". Todo lo que está pasando son señales que deben cumplirse, y no debemos tener temor, pero si "buscar de Dios" “busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores” (salmo 34:4).

Mi esposo y yo serviríamos como ujieres en el servicio en inglés, pero el Señor cambió el programa, y celebramos los dos servicios juntos, bueno los tres porque la presencia de Dios era tal que los servicios en español e inglés siguieron corridos con el de la tarde. El Señor usó a mi pastor para que así fuera, se sentía una visitación especial; particularmente yo por un momento me sentí como sedada ~ fue una experiencia diferente.

Es un llamado general. Mi madre me comentó que también en su iglesia celebraron un servicio-retiro, el cual culminó en la tarde, y el Señor ministró de manera especial. Estoy segura que muchas otras iglesias estaban unidas en el espíritu. Amados prestemos atención al mensaje que Dios nos está mandando, y recordemos que él nos ama, él es bueno. "busquemos de Dios".

Amado Dios: nos entregamos a ti, nos doblegamos ante ti para que se haga tú voluntad en nuestras vidas. Nos humillamos y buscamos más de ti Señor. Amén.

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo
Sus pensamientos, y vuélvase a Jehová,
El cual tendrá de el misericordia, y al Dios
nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Isaías 55:6-7

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La iglesia y el pueblo de Israel

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Nuestro predicador de esta mañana es nacido en el Japón, originalmente vino a los Estados Unidos a los 13 años. Su nombre es Fumio Taku y ha sido pastor. Es también administrador de empresas, graduado de Yale University. Tiene una maestría en administración de empresas. Ha vivido en Israel por varios años donde dirigió una Compañía israelí y también asistió y ayudó en una congregación mesiánica allí en Jerusalén y en Israel. Es un hombre que ama a Israel muchísimo. Es presidente también de una organización que se llama Cristianos y Judíos unidos a favor de Jerusalén. Es un gozo tener al pastor Fumio con nosotros. Digan todos, bienvenido Fumio.

Buenos días todos. Mis amigos y mis hermanos. Es bueno estar aquí hoy. Como ha mencionado el pastor Miranda, nací en Japón y fui criado en una típica familia japonesa. Nunca escuché la palabra Dios mencionada jamás en mi familia. Somos una familia muy secular, y no tenía absolutamente nada que ver con el cristianismo. No tenía nada que ver con los judíos. No tenía nada que ver con los latinos tampoco. Pero aquí estoy, todo por los milagros de Dios. Verdaderamente Dios reina en nuestras vidas, no es así? Y él dirige nuestros pasos.

Lamento decirles que mi esposa no está aquí hoy conmigo. No pudo reunirse con nosotros, pero hace muchos años fue a través de sus oraciones y sus testimonios que yo llegué a recibir a Cristo en mi vida. Si hay alguna persona aquí cuya esposa o esposo no ha recibido a Cristo todavía, no se de por vencido.

He tenido esta oportunidad de dirigir esta organización que se llama Cristianos y Judíos unidos a favor de Israel. Es una organización compuesta de judíos y cristianos que aman a Israel. Y estamos parados brazo con brazo a favor de Israel. Israel como la tierra bíblica y nacional para el pueblo judío, y sostenemos a Jerusalén como la ciudad indivisible que Dios tiene para el pueblo de Israel, su capital indivisible.

Estuvimos tan bendecidos de tener al pastor Roberto, Delmi Martínez, y muchos de ustedes en esa marcha en Boston a favor de Israel que tuvimos hace unas semanas. Todos los amigos judíos, y los rabinos judíso que son amigos nuestros, los que estuvieron allí fueron tan impactados en su corazón sabiendo que ustedes y otros cristianos estaban allí sosteniendo y apoyándoles.

Como cristianos somos estudiantes de las Escrituras. Como sabemos la Biblia fue escrita hace miles de años, y sin embargo hoy en nuestros días, si uno prende el televisor, o abren un periódico frecuentemente uno todavía lee noticias acerca de los judíos, Israel. Parecería que todos los conflictos del mundo dan vueltas siempre alrededor del mismo tema: Israel.

Hace tres semanas se reportó que el Consejo Rabínico de Judea y Samaria, un grupo oficial de judíos y rabinos ortodoxos en Israel hizo una declaración, que el reciente incidente de la Flotilla de Gaza, algo que sucedió hace poco, una protesta bien fuerte que hubo contra Israel, fue un esfuerzo por hacer una especie de protesta invasiva que venía de Turquía para entrar en Gaza, donde están los palestinos en esa parte de Israel. Esos rabinos hicieron una declaración oficial que esa situación se parecía muy cercanamente a la guerra que predice el libro de Apocalipsis de Gog y Magog, y otros libros proféticos, y esa es una de esas guerras que se dará en el fin de los tiempos, como dice en el libro de Ezequiel, capítulo 8:38 y 39, y Zacarías, capítulo 12 también habla de esta guerra de Gog y Magog, y en esa declaración los rabinos decían que todas las naciones del mundo se agolparán contra Israel. Pero, dicen ellos, al final de ese conflicto se dará la redención final del pueblo de Israel.

Ahora, como cristiano no podría estar más en acuerdo con ellos, estoy totalmente de acuerdo. De hecho, el tiempo del fin está cerca. En nuestros días el tiempo de la venida de nuestro Mesías Jesucristo está bien cercano y el tiempo de la redención final del pueblo de Israel también está muy cercano.

Quiero compartir con ustedes en esta mañana de la palabra de Dios, esa parte del pueblo de Dios que es el pueblo de Israel, el corazón de Dios para ellos y relación entre la iglesia, nosotros como iglesias, y el pueblo de Israel. Me alegro de estar entre gente que sabe que como pueblo cristiano se supone que amemos a Israel.

Voy a comenzar mi enseñanza esta mañana yendo a tres versículos primeramente. Vamos primeramente a Éxodo 24, versículo 12. Y después voy a ir a Juan 14:15 y 17 y Segunda de Corintios capítulo 3.

Éxodo 24:12: “…Entonces Jehová dijo a Moisés, sube a mí al monte y espera allá y te daré tablas de piedra y la ley y mandamientos que he escrito para enseñarles. Y se levantó Moisés con Josué, su servidor, y Moisés subió al monte de Dios…”

Ahora vayamos a Juan, capítulo 14, versículo 15 hasta el 17: “…. Si me amáis guardad mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y él os dará otro consolador para que esté con vosotros para siempre. El espíritu de verdad, el cual el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero ustedes conocen ese espíritu porque ese espíritu mora con ustedes y estará en ustedes…”

Vamos a Segunda de Corintios, capítulo 3, versículo 2: “… Nuestras cartas sois vosotros escritas en nuestros corazones conocidas y leídas por todos los hombres , siendo manifiesto que sois carta de Cristo, expedida, escrita por nosotros, escrita no con tinta, sino con el espíritu de Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón…”

Ahora, hablemos entre nosotros como cristianos un momento. En Segunda de Corintios, capítulo 3, versículo 2, Dios nos describe lo que es caminar como un creyente en Jesucristo, qué es lo que constituye, cómo se camina como un creyente. Como una persona que ha recibido salvación a través de Cristo Jesús, no por nuestras propias obras, sino por las obras de Dios a través de Cristo Jesús, esa salvación que ustedes han recibido por fe. Como cristianos Dios nos instruye que hemos recibido las palabras mismas de Dios, de Jesucristo, directamente a nuestros corazones, que Dios había escrito en sus corazones de carne las palabras de Cristo: quién es Dios, por ejemplo, lo que él ha hecho por ti, todas las promesas que Dios tiene para ti, su poder, su fuerza, so gozo, su amor, su misericordia, su bondad, todas esas cosas han sido impresas en sus corazones. Y estas palabras de Jesús, nos dice Dios, tienen que ser manifestadas, expresadas, a través del Espíritu Santo, por medio del Espíritu Santo.

Como cristianos, nos dice la palabra, se espera que no solamente que sepas quién es Dios, o quién tu eres en Cristo Jesús, sino también se espera que tu camines en el amor, en le poder, en la misericordia de Dios, en tu conducta expreses estos valores, no por tu fortaleza personal, sino por la unción, por el poder del Espíritu Santo. Ya sea que estemos hablándoles o encontrándonos con nuestros amigos judíos, o hablando con algún conocido amigo de África, de Sudamérica, de Asia, donde sea, no importa quién sea esa persona, dice la palabra que Jesús murió por nosotros, aún cuando estábamos pecando en contra de él. Fue un amor incondicional el que nosotros recibimos de parte de Dios.

Y se supone que nosotros amemos a los demás con ese mismo amor incondicional que muestra Jesús. Debemos orar por otros y orar para que sus cuerpos sean sanados por medio del poder del Espíritu Santo. Tenemos que venir en contra de cualquier espíritu demoníaco que esté atando a una persona y en el nombre de Jesús orar por ellos. Como cristianos hemos venido a ser el pueblo de Dios, como cristianos hemos venido a ser embajadores de Cristo Jesús. Y como dice la palabra, ya no vivimos nosotros sino que Cristo vive en y a través de nosotros.

Así que aquí en Segunda de Corintios, en este texto, Dios nos instruye, nos revela quién se supone que seamos como cristianos, pero no podemos terminar allí solamente. Regresemos un poco al tiempo de los corintios, cuando fue escrita esta carta. Esta carta fue escrita por Pablo, más o menos en el año 50 ó 55 dc, estamos hablando de unos 20 años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, muy cercana a la vida y muerte de Jesús. Piense en eso un momentito, qué estaba usted haciendo hace 20, 25 años, en su propia vida, no hace tanto tiempo, ¿verdad?

Pongamos que esta sea la congregación de los corintios, el tiempo es el año 53 dc, hace solamente 20 años que Jesús murió y se levantó de los muertos. Quizás algunos de ustedes conozcan a gente que estuvo allí en ese momento, quien sabe si algunos de ustedes estuvieron allí en el mismo día de Pentecostés cuando vieron a 120 recibir poder de lo alto en el bautismo del Espíritu Santo.

Ahora, Pablo era un judío creyente, Jesús era un mesías judío, ahora esta congregación corintia comenzó cuando Pablo, ese plantador de iglesias judío, llegó a esta ciudad se encontró y conoció a una pareja llamada Aquila y Priscila. Estas dos personas se convirtieron en los primeros dos conversos en Jesús en la ciudad de Corinto y Pablo fue entonces a la sinagoga, la iglesia judía local, ahí en esa sinagoga donde se nos dice que los judíos locales y también algunos gentiles creyentes estaban allí orando en esa sinagoga, y Pablo llegó a ella. Y Pablo comenzó a enseñarles acerca de Jesucristo y de la salvación en él.

Y Pablo usó las Escrituras originales, es decir lo que llamamos hoy en día el Antiguo Testamento de las Escrituras judías que tenían disponibles en ese tiempo, y el libro de Hechos, capítulo 18 registra lo que pasó en esa ocasión en la ciudad de Corinto, cuando Pablo llegó allí; ahí se nos dice que a pesar de que la mayoría de los judíos que estaban en la sinagoga cuando Pablo predicó, rechazaron a Jesús, Crispas que era el líder de la sinagoga, como el pastor de la sinagoga en ese momento, sí aceptó a Jesús como su mesías, junto con toda su casa, su familia y varios otros judíos también de esa sinagoga y algunos gentiles también conversos judíos que también estaban allí en ese momento.

Así que aquí estamos en la ciudad de Corinto hace dos mil años atrás piensen muchos de ustedes son judíos de hecho, y muchos de ustedes son gentiles que han estado asistiendo a la sinagoga, y muchos de ustedes son paganos como era yo antes de conocer a Jesucristo. Y entonces aquí estamos. Y cuando Pablo escribe estas palabras a esa congregación mixta de judíos, de inconversos, de paganos, es una congregación mixta, como se pueden imaginar, ustedes si hubieran estado en ese momento cuando se lee esta carta, tendrían una comprensión mucho más cabal, más profunda de las palabras de Pablo que la que hoy tenemos a dos mil años de distancia, porque usted habrá crecido como judío, habría sido educado en una sinagoga. Usted se imagina en esa congregación las enseñanzas judías y los ritos y costumbres judías le habrían sido muy familiares a esa gente de ese tiempo.

El problema es que para nosotros hoy en el Siglo XXI, a dos mil años de distancia de esas palabras, nosotros nos hemos, como cristianos, nos hemos separado de nuestras raíces judías originales y verdaderamente no entendemos las conexiones entre nosotros como cristianos e Israel, como nación. No entendemos cabalmente cuánto verdaderamente Dios ama a su pueblo en Israel, cómo Dios ha establecido un pacto inviolable con su pueblo Israel y cómo a través del pueblo de Israel Dios hizo llegar la palabra suya a nosotros. Y fue a través del Mesías de Israel, Jesús, que nosotros recibimos salvación. Y es a través del pueblo de Israel que Jesús vendrá a la tierra otra vez, y acerca de lo que dijeron esos rabinos de los cuales me refería al principio, de que se daría entonces la redención final del pueblo de Israel.

Ahora, miren de nuevo en Segunda de Corintios 3, versículo 2, dice allí en la segunda sección: “…no en tablas de piedra, versículo 3, sino en tablas de carne del corazón…”

Pablo dice aquí claramente que la ley de Dios entonces había sido escrita no en tablas de piedra, como originalmente en el Antiguo Testamento, sino en tablas de carne, en el corazón humano. Cuando él escribió estas palabras él no estaba hablando solamente de que las Palabras de Dios no se deben entender solamente con los sentidos físicos, con la mente, sino que la palabra de Dios tiene que ser interpretada por medio del espíritu. Porque es nuestro espíritu el que el Espíritu Santo de Dios le da testimonio a nuestro espíritu.

Pero, no solamente eso, Pablo se estaba refiriendo a promesas específicas dadas al pueblo de Israel por profetas de la antigüedad. Ahora, nosotros hablamos acerca de esto de recibir la salvación de Jesús, de caminar por el espíritu de Dios, y de recibir lo que Cristo dijo de que este es el nuevo pacto en mi sangre, a veces nosotros pensamos que esa palabra de Jesús del pacto de sangre, de que este es mi carne molida por ustedes, como que estas cosas eran habladas solamente a nosotros los gentiles, no a los judíos. Pero no es así.

Esta promesa de la cual estamos hablando fue y ha sido dada a un pueblo judíos, hebreo, al pueblo de Israel. Vaya conmigo a Jeremías, capítulo 31:31

“… He aquí que vienen días, dice el Señor, en los cuales haré nuevo pacto…”

Esa palabra nuevo pacto, en el hebreo original brit hadasha, esa es la misma palabra, la misma expresión que Cristo usó es mí brit hadasha, en otras palabras este es el nuevo pacto en mi sangre, la misma palabra que Cristo usa cientos de años después.

De nuevo leamos, “… en los cuales días haré un nuevo pacto con quién? Con la casa de Israel y con la casa de Judá, un nuevo pacto con Israel y con Judá, no como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto…”

Así que Dios habló a través de Jeremías al pueblo de Israel, diciéndoles, “yo haré con ustedes un nuevo pacto”, no como el pacto que ustedes originalmente, les decía, recibieron cuando salieron de Egipto, ese pacto en el Monte Sinaí, tablas de piedra, cuando Moisés recibió esas tablas de piedra y recibió allí la palabra de Dios, sino que este nuevo pacto, declara el Señor, yo haré con la casa de Israel después de estos días, y oigan esto, yo pondré dentro de ellos en su corazón yo escribiré mi ley, dice.

Oyeron eso? En su corazón yo voy a escribir mi ley. Y luego declara, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y entonces dice, y entonces ellos me conocerán. Quizá usted no se recuerde, pero cuando leímos Juan 14:17, hace unos minutos atrás, leímos que cuando venga el Espíritu Santo, dice el Señor Jesucristo, ustedes me conocerán porque el Espíritu Santo estará con ustedes y en ustedes. Y más adelante el Señor habló a través de Jeremías, dice, perdonaré sus iniquidades y sus pecados y no me acordaré más de ellos.

Así que aquí vemos en Juan y en Corintios que lo que Dios le había prometido a los judíos dos mil quinientos años antes, o 500 años antes de que Cristo muriera y resucitara de entre los muertos, Dios ya había dado a través del profeta Jeremías, esa promesa al pueblo de Israel que recibirían un nuevo pacto, ese brit hadasha, a través del cual él decía, ustedes, los judíos, me conocerán como su Dios, para que entonces la palabra de Dios sean escritas no en tablas externas de piedra, sino adentro en sus corazones, para que sus pecados sean perdonados y ya no sean tomados en cuenta jamás.

Esa es la restauración final del pueblo de Israel. Ahora, no solamente Jeremías sino también otro profeta, el profeta Ezequiel. Era un contemporáneo, vivía en el mismo tiempo que Jeremías, Dios le había dado a Ezequiel ese mismo mensaje. Si uno busca en Ezequiel, capítulo 36, versículo 24 al 28. Esto es lo que Dios le dijo al pueblo de Israel:

“… Yo os tomaré de las naciones, de todas las tierras y os traeré a vuestro país. Luego esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis limpios de vuestras iniquidades, de todos vuestros ídolos os limpiaré, os daré un corazón nuevo, pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne…”

Recuerden, ese corazón de carne al cual nos hemos estado refiriendo. Y entonces Dios dice a través de Ezequiel, le dice a los judíos:

“… y pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos… Y dice en el versículo 28, … ustedes me serán por pueblo y yo les seré por Dios…”

Así que una vez más a través de Ezequiel, Dios le prometió al pueblo de Israel que un día ellos recibirían su espíritu, el espíritu de Dios, que estuviera dentro de ellos. Eso de lo cual nosotros hablamos como cristianos, que el espíritu de Dios habita dentro de nosotros. Pablo dice en Primera de Corintios, capítulo 6 versículo 19:

“… que tu cuerpo, mi cuerpo, nuestros cuerpos han llegado a ser templos del Espíritu Santo, el mismo Espíritu Santo de Dios está sobre nosotros y dentro de nosotros, y que esa promesa que el mismo espíritu de Dios vendría a morar dentro de nosotros fue dada al pueblo de Israel hace miles de años atrás, 2500 hace Dios les dio esa misma promesa a ellos.

Ahora, si le ponemos mucha atención a lo que estudiamos en Ezequiel, Dios añadió otra pieza de información, que ese nuevo pacto que él iba a hacer con el pueblo de Israel, iba a tener lugar cuando Dios los trajera otra vez a su país de todas las naciones, que sabemos muy bien sucedió en el año 1948, después de 2000 años de estar esparcidos.

Ahora, tenemos que tener en cuenta que estoy hablando de las promesas de Dios al pueblo de Israel, ha tenido usted alguna vez una experiencia en la cual Dios le da una palabra, una visión, un sueño? Y uno se pregunta, caramba, me pregunto qué querrá decir esto, Señor? Y un tiempo después Dios le da otra visión la cual le da un poco más de entendimiento de la visión anterior.

Ahora, acabamos de leer aquí en Ezequiel, capítulo 36 acerca de esta promesa de Dios a Israel, y en Ezequiel 37, en el próximo capítulo vemos que Ezequiel describe otra visión adicional que él tiene, la cual da un poco más de iluminación y entendimiento sobre el primer evento al cual se refiere en el capítulo 36. Es una famosa visión, muchas veces se describe como la visión del valle de los huesos secos. Es un capítulo larguísimo, así que no lo voy a leer todo, pero quiero que lo lean en sus casas. Pero déjenme relatarles acerca del capítulo: Dios le dio una visión a Ezequiel acerca de un valle. Todo lo que podía verse eran huesos secos por dondequiera, y Dios le habló a Ezequiel y le pregunta a Ezequiel, profeta, tu crees que estos huesos pueden revivir? Y Ezequiel contesta, bueno, solamente tu lo sabes. Era diplomático el hombre.

Y Dios le dice a Ezequiel, profetiza sobre esos huesos secos y diles, revivan, vivan y Ezequiel vio que esos huesos se juntaban y formaban hombres, y pudo ver ese gran número de hombres levantarse y ponerse de pie. Pero estaban rígidos, no tenían vida, no tenían movimiento, no se movían porque no había aliento de Dios en ellos todavía.

Ahora, la palabra aliento en hebreo es ruac que también quiere decir, no solamente aliento, sino también espíritu. Ruac es el espíritu, el aliento de Dios. Así que Ezequiel le dice, pero Señor, no hay espíritu, no hay aliento, no hay vida en ellos, y le dijo, profetiza al ruac, al viento, al aliento, ven, espíritu, entra en ellos para que vivan. Y el aliento de Dios entró en esos seres inertes y tomaron vida y se convirtieron en un ejército poderoso.

Esto describe en más detalle exactamente aquello de lo cual venimos hablando, que cuando el pueblo de Israel regrese a su tierra y comiencen a formarse juntos en una nación, como los huesos secos, pero todavía la restauración final como esos huesos que están sin vida, todavía está por venir. El espíritu de Dios todavía, el aliento de Dios todavía no ha entrado en esa nación, en ese valle, y se espera que nosotros oremos para que el espíritu de Dios caiga y entre en ellos para que tomen vida y vengan a ser, para que la promesa de Dios para el pueblo de Israel sea realizada plenamente.

Ahora, como vemos esta es la promesa para el pueblo de Israel, entonces dónde encajamos nosotros, los gentiles? Cuál es nuestro lugar? Pensábamos que el nuevo pacto era solamente para nosotros, los gentiles, la iglesia gentil. Pensábamos como que era algo nuevo que Dios había hecho, completamente nuevo. Siempre estuvo en el plan de Dios, desde los tiempos de antaño. Así que cómo encajamos nosotros en todo ese plan de Dios?

Quiero ahora que vayan conmigo a otro profeta, Isaías esta vez. Isaías capítulo 49 en el versículo 6. Isaías era otro profeta de Dios enviado a la nación de Israel y esto es lo que Dios habló a Isaías para el pueblo de Israel,

Dice Dios, “…poco es para mí que tu seas mi siervo…”

Ahora, este siervo al cual se refiere aquí es el Mesías para el pueblo de Israel, ese Mesías que nosotros adoramos como nuestro Señor Jesucristo, que viene de nuevo, aquel Mesías a quien el pueblo judío actualmente todavía está esperando que llegue. Dice:

“… por que tu eres mi siervo para levantar las tribus de Jacob y para que restaures el remanente de Israel. También te di por luz de las naciones para que seas mi salvación hasta los postrero, lo último de la tierra…”

Casi 3000 años atrás Dios habló estas palabras, estas promesas tanto al pueblo de Israel como también a nosotros, los gentiles, que cuando venga el mesías de Israel él iba a hacer dos cosas: iba a trabajar, a esforzarse para restaurar la tribu de Jacob, levantarla de nuevo, esa es la promesa de la cual hemos estado hablando, y que un día pronto esa promesa va a realizarse. Que cuando el Mesías, Jesús, regrese de nuevo y que el espíritu de Dios caiga sobre su pueblo, que ellos recibirán este brit adasha y que ellos entonces serán restaurados, la tribu de Jacob, Israel. Y a la misma vez Dios también le asignó al Mesías Jesucristo una segunda misión, dice aquí, que él será luz a las naciones, para que la salvación de Dios alcance hasta los fines mismos, los extremos de la tierra.

Ahora, recuerden lo que dijo Jesús: dijo a través de sus 120 discípulos, quédense allí en el aposento alto y esperen porque pronto el Espíritu Santo caerá, vendrá sobre ustedes para que reciban poder de lo alto, para que me sean testigos en Judea, Samaria y aún los extremos, los fines de la tierra, como dice la tierra, como dice aquí; luz a las naciones hasta los extremos de la tierra. Jesús también dijo, en Mateo 24, que cuando ese mensaje de las buenas nuevas llegue hasta los fines de la tierra, entonces vendría el fin.

Y cuántos de ustedes aquí creen que el mensaje del Evangelio ya casi ha llegado hasta el final de la tierra? Estamos bien cerca. Así que lo que Jesús le dijo a las naciones gentiles, creyentes gentiles, que nosotros se supone que vayamos hasta los fines de la tierra con el mensaje de salvación de Jesucristo, ya casi eso se ha cumplido plenamente.

A la misma vez, esa promesa que Dios le dio al pueblo de Israel que ellos regresarían de nuevo a su tierra, que serían de nuevo levantados como una nación establecida, y como esos rabinos de los cuales hablamos al principio, ellos declararon que pronto la restauración del pueblo de Israel está ya a las puertas, está cercana.

Ven ustedes, este es el plan de Dios? Desde los tiempos antiguos Dios había declarado a través del pueblo de Israel las palabras de Dios, el plan de Dios y el Mesías del Señor. Salvación de Dios, brit hadasha, el nuevo pacto, y que nosotros, los gentiles, hemos recibido esa bendición de Dios a través del Mesías Jesucristo que vino de Israel. Y estamos casi llegando al final y ahora ha llegado el tiempo para no solamente nosotros ir hasta los fines de la tierra, sino para regresar al pueblo de Israel, orar por ellos, amarlos, pararnos junto a ellos en apoyo, gozarnos con ellos mientras esperamos ya la inminente venida del Mesías Jesucristo para verlos a ellos recibir restauración.

Ahora, vayan conmigo a Zacarías, capítulo 12, este es el versículo final al cual voy a estar yendo hoy, versículo 3.

Dice aquí, “… en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella…”

Versículo 9 “… y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén…”

Estos son esos mismos versículos que esos rabinos de los cuales yo me refería al principio estaban usando para concluir, sí, definitivamente este es el tiempo en que las naciones van a estar juntándose para venir contra Israel. De hecho, no tengo tiempo para ir en todo el detalle, pero si ustedes estudian otros versículos en el libro de Ezequiel, aquí se nos dice que esas naciones que van a venir en contra de Israel, serán capitaneadas, dirigidas por el pueblo del norte que vendrá por las partes de Rusia, en alianza con los ejércitos de Persia, que están alrededor de Siria, junto con todas las demás naciones islámicas árabes, musulmanas, y que esas naciones se juntarán para venir en contra de Israel.

Y por eso es que nosotros lo podemos ver, según las profecías, y también esos rabinos ortodoxos pueden ver el mismo tipo de mensaje, que este tiempo de Gog y Magog y esa guerra final están cercanas. Pero escuche lo que dice en el versículo 10, y dice:

“…Y derramaré sobre la casa de David, es decir, judíos, y sobre los moradores de Jerusalén espíritu de gracia y de oración y mirarán a mí a quien traspasaron…”

A quién traspasaron los judíos? A Cristo Jesús. Esto fue escrito cientos de años antes y casi 2500 años antes de este momento.

Y aquí estamos ahora actualmente, el tiempo está cerca. La palabra de Dios está siendo cumplida aquí ante nuestros propios ojos. Atravesando miles de años Dios habló estas promesas al pueblo de Israel y Dios declaró estas promesas a ti y a mí, y esas promesas se están cumpliendo hoy.

Escúchenme bien, Dios nunca miente, las promesas y las palabras de Dios nunca fallan. El amor de Dios nunca te fallará. Dios nunca te dejará no importa lo que seas, quién seas, dónde estés, el Señor Jesucristo nunca te ha de abandonar. Él estará contigo hasta el final mismo de los tiempos.

Si uno prende las noticias y ve las noticias financieras del tiempo, sobre guerras y rumores de guerras en este tiempo y todas las demás cosas y temas con todas las demás cosas que quizás le estén pasando a sus vecinos y a sus familiares, uno se dice a uno mismo, qué les va a pasar a mis seres queridos y a mí en el día de mañana?

Recuerde, Dios quien expresó palabras de promesa y que las ha cumplido en nuestras vidas a través de muchos años, es una cosa muy sencilla que él puede venir y él estará contigo, te va a ayudar en los eventos de tu vida, donde tu te encuentras. Como yo les dije a ustedes, yo no soy nadie, yo nací en Japón, no tenía absolutamente ninguna idea de quién era Dios, y a través de mis seres queridos yo llegué a recibir a Jesucristo. El Dios todopoderoso que creó los cielos y la tierra y en el camino, el peregrinaje espiritual mío he hecho tantos errores, le he fallado a él, a mi familia y a mí mismo tantas veces, fui por acá cuando él me decía ve por allá. En un momento me llegué a desesperar y decir, Dios dónde estás? Pero saben algo, aún cuando nos apartamos de él, él nunca se apartó de nosotros. ¡Aleluya! ¡Aleluya!

Dios no te abandonará. Y Dios no abandonará al pueblo de Israel. Y Dios no abandonará al pueblo judío. La palabra de Dios llegará a cumplirse. ¡Aleluya! Gracias al Señor. Un aplauso al Señor. Amén, amén, amén.

Hermanos simplemente ya poniendo una pequeña nota a lo que dice Fumio. Si ustedes preguntan, bueno, cuál es la posición de la congregación León de Judá concerniente a el estado y el pueblo de Israel actualmente? Yo espero que todos entiendan que nuestra posición como iglesia es como decía Fumio, nosotros amamos al pueblo de Israel. Yo sé que Israel es un pueblo desobediente, un pueblo rebelde, sabemos que la nación de Israel actualmente es una nación secular, sin embargo, como decía Fumio, las promesas de Dios son incondicionales, se cumplen. Nosotros pecamos y abandonamos pero Dios nunca deja de cumplir sus promesas.

Hermanos, yo diría que una congregación, un cristiano que conoce las Escritura, un cristiano que conoce las profecías como Fumio las ha tejido en esta mañana, frente a nosotros, no puede abandonar a Israel en este tiempo. Nosotros tenemos que expresar apoyo por Israel en un tiempo en que todo el mundo está criticando y atacando a Israel, y cuando yo creo que un espíritu antisemítico está ahora levantándose de nuevo en las naciones, y donde yo veo aún evangélicos en esta nación comenzando a tirar críticas contra el pueblo de Israel.

Es decir, que la posición de un creyente que representa a nuestra iglesia y su posición, debe ser, nosotros respaldamos al pueblo de Israel. Hermanos, yo entiendo que la situación con respecto a los palestinos es bien complejo y yo sé también que Israel ha cometido sus errores. Que nación confrontando una situación tan compleja no cometería errores peores. Lo que yo sé es que Dios le ha dado esa tierra al pueblo judío, ni aún los judíos mismos tienen derecho a entregar una sola pulgada de esa tierra a nadie. Esa tierra Dios se la dio a su pueblo, Israel. Y Cristo viene por segunda vez a ocupar esa tierra.

Estudien las Escrituras y usted entenderá por qué nosotros estamos tan apegados a defender esa nación y a ese pueblo de Israel. Que Dios los bendiga. Y estudiemos las Escrituras en este tiempo más y `más cada día.

Señor, te damos gracias por este tiempo tan especial. Se han enseñado muchas cosas aquí y nuestra mente ha sido puesta en prueba, pero nosotros pedimos que tu selles tus enseñanzas y que nos des entendimiento, y nos des iluminación acerca de tu palabra para que podamos caminar por ella y estar preparados para los tiempos que vienen.

Pedimos por tu pueblo Israel, que venga el día de su redención, que vengan el día en que tu Espíritu Santo caiga sobre ellos y sus ojos espirituales sean abiertos y puedan mirar hacia su mesías y bendecir a aquel que traspasaron y entregar sus vidas y su nación a Cristo Jesús.

Pedimos en el nombre de Jesús. Amén, amén. Gloria al Señor.

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Edificando nuestra fe

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Vamos a la palabra del Señor, mis hermanos, yo voy a seguir elaborando más o menos en esta línea de temática. Yo he estado hablando acerca de cómo podemos crecer más, afincarnos más a nuestra relación con Jesús, cómo podemos llegar a conocerle más, cómo podemos llegar a desarrollar más nuestra vida de fe. Y hoy tengo una persona que me sugirió un texto por email.

Óigame, déjenme hacer un paréntesis, by the way, me voy a atrever a hacer esto. Porque hay veces que yo entro con en un bloqueo mental y como que no me sale temática para predicar. Estoy haciendo una confesión aquí. Fíjese, usted va a decir, cómo va a ser usted pastor, se supone que fluya… No, no, fluye, pero hay veces que saben cómo me fluye? Cuando la gente me habla de textos bíblicos que han estado leyendo, estudiando, reflexionando en ellos. O situaciones de vida que muchas veces la comparten, esos pueden ser cápsulas que me pueden ayudar a yo poder seguir elaborando esta línea de mensajes. Así que yo le digo, no se sienta mal sin en algún momento usted me dice, oiga pastor, yo he estado reflexionando en este texto, se lo voy a sugerir para ver, entonces se convierte en mi meditación semanal, por así decirlo.

Así que el mensaje de hoy fue sugerido por una persona y está en Segunda de Pedro, capítulo 1. Vamos a ese libro, Segunda de Pedro, capítulo 1, y yo he titulado este mensaje, “Edificando nuestra fe”. Cómo podemos edificar nuestra fe, cómo podemos edificar aquello en lo cual nosotros hemos creído, que obviamente estamos hablando de nuestras relación en el Señor Jesús, que cuando nosotros declaramos con nuestra boca, con nuestro corazón, mira, Señor, tu eres mis salvador, tu eres mi Señor, yo entrego mi vida, quiero vivir por ti, tu eres el que va a dirigir mis pasos de ahora en adelante, tu eres el que va a ser, como quien dice, tu vas a gobernar mi vida. Cuando nosotros hacemos eso hay un sentido de fe que nos permite a nosotros movernos en esa dirección.

Y miren cómo dice Segunda de Pedro, la segunda carta de Pedro, en el capítulo 1, voy a empezar leyendo en el verso 3. Dice:

“… Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder…” – y aquí hay mucha palabra que va a sonar bien dominguera, por así decirlo, así que lo voy a romper poco a poco.

“… nos han sido dadas por su divino poder mediante el conocimiento de aquel, esto es Jesús, que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas…”

Tenemos promesas en nuestra vida “…. Para que por ellas lleguemos a ser partícipes de la naturaleza, la realidad divina de Dios, habiendo nosotros huido de todo lo que hay en el mundo a causa de la concupiscencia…”

Y aquí es donde viene el meollo de las cosas, en el verso 5. “… por lo tanto ustedes también, pongan toda diligencia en esto mismo. Añadid a su fe virtud, a la virtud conocimiento, al conocimiento dominio propio, al dominio propio paciencia, a la paciencia piedad, a la piedad afecto fraternal, y al afecto fraternal amor…”

Déjenme leer esto en otra versión que a mí me gusta mucho, la versión Dios habla hoy. Yo no sé cuántos de ustedes conocen la versión Dios ha habla hoy, pero se las voy a leer. Miren cómo dice:

“… y por esto ustedes deben esforzarse…” – me gusta esa palabra más todavía, “…. Ustedes deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta, a la buena conducta entendimiento, al entendimiento dominio propio, al dominio propio la paciencia, a la paciencia la devoción, y a la devoción el afecto fraternal, y al afecto fraternal el amor…”

Miren, yo quiero que ustedes imaginen que yo tengo una pizarra bien grande aquí delante de mí y que voy a pintar en esta pizarra, voy a hacer unos escalones en esta pizarra. Y yo voy a comenzar con el primer escalón que nos está diciendo este texto que es la fe. La fe en qué? estamos hablando, como bien decía ahorita, estamos hablando de la fe en el Señor Jesús, en las cosas que él ha hecho, las cosas que él ha iniciado en cada uno de nosotros.

Yo me atrevo a decir, me atrevo a poner mi cabeza en un picador, que si usted está aquí en esta noche es porque en algún lugar recóndito en su mente, en su espíritu, en su corazón, usted sabe que hay un Dios. Y usted tiene fe en ese Dios. Tal vez usted no será una persona muy devota de venir todos los domingos a la iglesia, o cosas así, o que viene a la iglesia pero que la iglesia no entra en usted, pero usted sabe en algún lugar en su corazón, que hay un Dios, y que hay un Dios que está actuando, obrando en medio de la sociedad, del mundo en el cual vivimos. Y nosotros tenemos fe en esto. Esa fe es el inicio de todas las cosas, es el inicio de una nueva vida en Cristo Jesús y esa fe nos lleva al final al cual todos nosotros nos estamos dirigiendo, que es el amor.

Y aquí lo voy a explicar. Tenemos nuestro primer escalón que es la fe. El segundo escalón que nos dice cuál es? En la versión que ustedes tienen dice virtud, pero la virtud en el lenguaje original en el cual esto se escribe, virtud aquí quiere decir buena conducta, que es lo que estaba leyendo en esta otra versión, quiere decir buena conducta. A qué se refiere esto de buena conducta? Significa a excelencia de vida moral, una vida moral que es ejemplar, una vida moral que se pasa por encima de otras. En otras palabras, es vivir de acuerdo al ejemplo del mismo Cristo Jesús, es vivir de acuerdo al ejemplo que Jesús plasmó para con nosotros. Ese Jesús que al final de su vida a los mismos que le decían, te vamos a seguir por toda tu vida, ellos mismos lo estaban escupiendo y diciéndole barbaridades y lo llevaron a la cruz, y después se arrepintieron de todas sus faltas.

Pero ese mismo Jesús que se mantuvo fiel con aquellos que comieron, durmieron con él pero que también lo negaron, esa es la vida moral, la buena conducta. Si lo digo en un lenguaje más de calle, es como trasmitir buena onda con la gente, …. con la gente . La gente siente que tu pasas buena onda cuando tu estás con ellos? La gente puede decir eso de ti, que cuando hablan contigo dicen, ah, Clarisa es bien buena onda. Me gusta hablar con ella. O sino, allá con Gladys, y ven a Gladys, ah, Gladys es bien buena gente. O sino a Mauricio, ah, Mauricio, ese es la sonrisa nada más me hace reír a mí ya. Es buena onda.

Vieron lo que yo digo, es ese sentido de conducta que usted tiene una vida ejemplar, por así decirlo. Y claro está, miren cómo este pasaje lo está diciendo, que nos está sugiriendo, que estas son cosas que nosotros tenemos que estar trabajando constantemente en añadirle a nuestra vida. Obviamente porque ninguno de nosotros le llega ni a la uña de los pies del ejemplo de Cristo Jesús, por eso es que tenemos que estar trabajando en añadirle, en trabajar en eso, en cómo yo veo el ejemplo de la conducta de Cristo, y cómo yo estoy funcionando para entonces decir, ok, me falta, tengo que seguir trabajando, tengo que seguir añadiendo.

Pero ese sentido de fe, de que yo tengo una relación con Cristo Jesús y que si quiero seguir su ejemplo, tengo que imitar esa buena conducta y tengo que hacer todo lo posible por añadir lo que necesita esa buena conducta.

A esa buena conducta, qué se le añade después? Conocimiento, entendimiento. Entendimiento de qué? de álgebra, entendimiento de relaciones interpersonales, entendimiento de cómo se puede resolver el problema del stock market, o algo así? no, estamos hablando sí de entendimiento de la palabra, pero sobre todas las cosas entendimiento de cuál es la voluntad de Dios. Es buscar entender cuál es la voluntad de Dios no tan solamente en nuestras vidas, sino también en aquellos que están a nuestro alrededor. Buscar qué lo que Dios quiere hacer, que es lo que Dios se trae entre manos, es vivir con un constante sentido genuino deseo de estar cada vez que yo me levante, es como que, ok, God, what’s new today? You tell me. Qué hay de nuevo hoy, Dios? O sea, que tu te tienes en tu mano? Qué tienes entre manos hoy? Qué hay ahí que tu sabes que yo no sé pero que tengo que estar pendiente para poder conocer qué es lo que tu quieres?

Y miren, esto se puede dar en muchas formas, mis hermanos, porque por un lado Dios te puede hablar a ti con respecto a cuál es la voluntad de Dios de que él tiene para contigo, pero a través de ti cómo él puede cumplir su voluntad también en la vida de otros. Entender eso, cuál es la voluntad de Dios.

Y entonces ese conocimiento hay que añadirle qué? dominio propio. Cuántos de ustedes pueden decir que se saben dominar bien? Cuántos de ustedes pueden controlar bien sus impulsos, sus pensamientos, sus emociones, que si yo le pellizco usted no ve a dar un cantazo a mí para atrás? Ese no es el dominio propio del cual se refiere aquí.

Miren esto, es bien interesante, este dominio propio se refiere al hecho de que si yo estoy entendido de cuál es la voluntad de Dios, el dominio propio lo que implica es que yo reconozco esa obra de Dios a través de su Espíritu Santo en mi vida, y entonces yo me someto a ese trato de Dios. Ahí es donde se ve bien marcado el dominio propio del cual está hablando esta palabra. De que Dios está haciendo una acción y yo no me revelo en contra de la acción de Dios sino que me sujeto, me domino mi impulso de rechazar eso, sino que me someto a lo que Dios está haciendo y lo resisto, lo aguanto, lo vivo, me lo trago, aunque a veces pueda ser una medicina amarga, pero me lo trago. Porque de alguna forma u otra cuántos de ustedes aquí pueden confirmar que a veces las medicinas más malas que nos dan son las que más rápido nos curan, ¿verdad? Así muchas veces es Dios. Hay veces que te da una medicina con sabor a cherry o uva, pero hay veces que te da una medicina que sabe a sábila, vamos a dejarlo ahí.

Miren, pero es bien inteligente, yo le añado esto de dominio propio, otra cosa: sabe a qué también se refiere esto del domino propio? Es bien interesante y yo me puse a pensar en esto. Dominio propio con respecto a nuestro orgullo. Porque si estamos pensando que lo sabemos todo y si yo me considero que soy un sabelotodo, sabes cuál es la tentación más grande? De yo empezar a mirar a otra persona por encima del hombro. Yo sé más que tu. Tu quieres consejo, ven donde mí. Yo te voy a dar el consejo en todo lo que tu quieras, si yo lo sé. Yo sé cuál es la voluntad de Dios para tu vida. Tiene que haber un sentido de dominio propio también en ese sentido, de que yo me crea entonces un sabelotodo.

Quién es el perfecto ejemplo bíblico de esto? Jesús es el sabelotodo, ese sí se las puede echar de que las sabe todas. Pero una persona en la Biblia que tenía ese problema de que se creía que lo sabía todo, por la magnificencia de las revelaciones que Dios le daba a él, más sin embargo, Dios le dio un aguijón. Quién es esa persona? Pablo. Ese hombre tenía que practicar mucho dominio propio de no creerse que era la gran popeya, sino de poder decir, ah, tengo que pensar de mí con cordura. Ahí hay un sentido de dominio propio, de yo poder controlar ese sentido humano de quererme sentir que soy mayor que, o superior que otra persona, y mantenerme entonces a un nivel donde yo pueda ver a esa persona equitativamente a mí, pero a la misma vez reconocer que lo que Dios está haciendo en él o en ella es particular de esa persona, y lo que Dios está haciendo en mí es otra cosa. Me siguen por dónde voy?

Conocimiento, dominio propio, y al dominio propio hay que añadirle qué? la favorita de todos ustedes. Díganlo a coro. Paciencia. Vamos a decirlo en inglés. Patience. Vamos a decirlo en chino. En italiano? Paciencia. Cómo se dice en caboverdiano? Pasensa. Así se dice en portugués también? Lo practicamos otro día.

Miren, paciencia, paciencia para qué? yo me hago esta pregunta, paciencia para qué? por un lado esa paciencia tiene que ver con un sentido de perseverancia, no es necesariamente paciencia de que tengo que ser paciente con fulano o mengano o sutana, sino paciencia en el sentido de perseverancia. Por qué? porque esta obra de Dios coge tiempo. Dile a la persona al lado tuyo: esto coge tiempo. It takes time. So, be patient. Sé paciente. Cógelo suave contigo mismo, contigo misma. Dile a la persona: cógelo suave.

Eso es lo que quiere decir esta palabra, uno tiene que ser paciente. ¿Saben qué? hay veces que cuando uno ve que uno no está viviendo como quien dice, a la altura de lo que Dios quiere, uno como que, y cuándo me va a salir esto? Cuándo voy a hacer esto? Cuando voy a hablar de la forma que tengo que hablar? Cuándo voy a actuar de la forma que tengo que actuar? Por qué sigo peleando con las mismas páginas todo el tiempo?

Mira, cógelo suave. Digo, no te duermas en tus laureles tampoco. Eso no significa eso, sino que uno pueda entender como que, mira, hay una obra que Dios está haciendo en mí, y como bien dice Pablo de nuevo, aquel que la buena obra empezó, él la va a completar. No soy yo, mira como dice, él la va a completar. No soy yo, no eres tu, no me trates de arreglar a mí, digo, tu puedes intentar colaborar con Dios pero no me vas a arreglar tu a mí, Dios es el que me va a arreglar a mí. Tu puedes plantar la semilla, tu puedes regar la semilla, pero quién da el crecimiento? Dios.

Tenemos que ser pacientes, mis hermanos. Hay que ser pacientes con nosotros mismos. Mira, no lo cojas fuerte. Dios va un paso contigo. Tu trabajo es conocer la voluntad de Dios de a qué paso él va contigo para tu poder caminar al mismo paso con Dios en tu vida.

A la paciencia hay que añadirle qué? Piedad. Sabe cómo se traduce esa palabra? La palabra en el griego original es eusebia. Saben por ahí yo había visto al hermano Miguel Eusebio. Cuántos de ustedes aquí se llaman Eusebio o Eusebia? Tengo alguna Eusebia aquí. No lo quieres decir porque no se oye tan bien. Pero en griego es un nombre precioso. Se ve poético. Saben lo que significa la palabra eusebia? Significa devoción, y en este sentido significa devoción a Dios. Una persona que es piadosa, es una persona que tiene un sentido de devoción con Dios.

Y devoción lo que significa es conexión tu a tu, tu y yo. Ese sentido de devoción con Dios es una persona que no necesita estar en este templo para saber que está en comunión con Dios. Es una persona que cortando los tomates encima del counter de la cocina, sabe que ya ahí está consciente de la presencia de Dios. Es más, cortando ese tomate, puede estar diciendo, estoy tocando algo que hizo Dios. Y ya ahí se ve un sentido de devoción, de yo reconocer que hay alguien mayor que yo en ese momento.

El mero hecho de cuando usted se toma un vaso de agua, estoy hablando de cosas tan simples y sencillas como eso, el Creador de esa agua, imagínate que tu te estás tomando a Dios, porque hay algo de Dios en esa agua. Hay un elemento, hay algún átomo de Dios en las partículas que forman esa agua. Y tu estás tragándote a Dios. Y que rico sabe cuando tiene hielo en un día tan caliente!

El mero hecho de cuando tu estás hablando con otra persona, tu puedes reconocer que hay algo de Dios en esa otra persona. Ahí está tu devoción. Que estás pasando por algún achaque en la vida, te duele la espalda porque tienes un disco herniado o algo, y te levantas por la mañana y es como que lo menos que eso te va a causar es recordarte de Dios. O te puede recordar a un Dios que te puede sanar la espalda, enderezártela de nuevo y tu estás consciente, tienes un sentido de devoción. Y ahí tu devoción se convierte en un, ay Dios, por favor quítame ese dolor! Ahí tu devoción se ve muy bien marcada.

Pero está ese sentido de devoción. Mira cómo va creciendo ese sentido de fe. Vamos viendo esta progresión. A mi sentido de fe, de conocer al Señor, el Señor pide que yo pueda tener una buena conducta. En medio de esa buena conducta yo puedo añadirle a eso el conocimiento de cuál es la voluntad de Dios, cómo Dios quiere que yo viva esa conducta, cómo Dios quiere que la viva con otros. Y a ese conocimiento añadirle un sentido de dominio propio, de no creerme la gran popeya o la última Coca Cola en el desierto, sino poder decir, Señor, hay una obra que tu estás haciendo en mí y yo me quiero someter a eso, sujeto mi voluntad, aplico ese dominio propio a lo que tu estás haciendo en mi vida. A ese dominio propio yo puedo, Señor, dame paciencia, dame perseverancia, porque yo sé que hay veces que va a ser difícil, hay veces que las pruebas de la vida van a querer distraerme, van a querer quitarme el enfoque de ti, se me va a aparecer algo o alguien que me va a querer sacar mi enfoque para otro lado, pero dame paciencia, dame perseverancia. Ayúdame a esperar en ti, de lo que tu estás haciendo, lo que tu empezaste, tu lo vas a completar. Y si mi caigo, Señor, ayúdame a levantarme de nuevo y seguir adelante.

Y a esa paciencia le añadimos entonces el sentido de qué? De piedad, de devoción. Mira el mero hecho de yo haber orado así, ya ahí se demuestra devoción. La devoción de yo poder decir, Señor, mi vida es tuya, mi vida te pertenece, te reconozco en todo, mira, voy a reunirme con el médico, Señor, cuando le vea la cara a ese médico, yo te quiero ver a ti. Señor, voy en el tráfico y estoy ahí esperando en el toll y alguien se le cayeron los chavos, y está formando una línea, y hay que esperar que la persona se levante y recoja chavito por chavito para podérselo dar a la persona, y uno esperando ahí en medio del calor, Señor, ayúdame a reconocer que aún en medio de esto, tu estás ahí. Ahí está mi devoción a Dios.

Ay, llego aquí a la iglesia y me paro, Señor, ¡Aleluya! Ahí se ve muy bien demostrada la devoción a Dios, pero eso no es todo. Cuando tu llegas a tu casa, que te vayas a preparar para irte a dormir, te estás preparando, quitándote las chancletas, ah, Señor, te quitas los espejuelos, los pones en la mesa, Señor, gracias y te quedas así dormido. Esa es tu devoción a Dios. Empiezas a hablar en lenguas en tu sueño y ahí demuestras tu devoción a Dios.

Y a la devoción a Dios qué hay que añadirle? Me faltan dos ingredientes más para terminar este sancocho. Añádele qué? Afecto fraternal. Ágape. El afecto fraternal lo tengo que conectar con el amor, es el ingrediente final. En el amor se encierran todas las cosas, sabías esto? Esto yo lo enseño mucho en mi clase de nivel 4 de discipulado. Yo empiezo con esto y termino con esto: si usted quiere saber dónde se encierra el fruto del espíritu, los dones del Espíritu Santo, se encierra todo en el amor, todo es por amor, y para el amor. Y cuando digo, para el amor, digo para Dios y por Dios. Todo se encierra ahí.

Mire, si usted le da un vaso de agua a alguien en la calle, pero lo da sin amor, y lo da a regañadientes, no sirve de nada. Si usted se le acerca a alguien aquí y le quiere dar un consejo, mire, dele el consejo, pero si no se lo da con un sentido de amor, meaning, dárselo con un sentido de que le haga sentido a la otra persona y que esa otra persona pueda ver la obra de Dios en él o en ella. Pero si no hay amor ahí, no va a servir de nada.

Y ese amor obviamente hay que mostrarlo a través del afecto fraternal. Miren, ustedes quieren saber cuál es la voluntad de Dios para muchos de nosotros? Te podemos llevar con la gente que tenemos a nuestro alrededor. Y esto es una de las partes más difíciles de nuestra vida cristiana, se me olvidó algo que yo iba a hacer…

Yo iba a empezar con esa pregunta. Yo iba a empezar haciendo una entrevista y me embollé tanto… Yo iba a empezar a preguntar, de su vida cristiana qué es lo más difícil? Porque yo estoy seguro que la mayoría de ustedes hubiesen dicho, tener que relacionarme con otra persona. Eso es por estadística, la mayor parte de la gente dice que una de las partes más difíciles de su vida cristiana es tener que llevar a cabo una relación genuina con otra persona, sean en el ministerio o en la iglesia o donde sea. Hay muchas otras cosas, pero, anyway, se me fue el tiempo de hacer eso.

Pero el asunto es, mis hermanos, que esa parte del afecto fraternal es clave. Ese amor ágape de nosotros verdaderamente podernos demostrar ese cariño, ese entusiasmo por ver la vida de la otra persona llegar a cumplir el propósito que Dios tiene para él o para ella, eso es lo que Dios quiere. Acaso son algunos de los mandamientos que el mismo Jesús nos enseñó? Acaso él nos dijo amarás a tu Dios con toda tu mente, con toda tu alma, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas. Y después qué es lo que nos dice? Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Mira a la persona que está al lado tuyo, ese es tu prójimo. Y tal vez tu me vas a decir, ay, sí, amar a esa persona que tengo al lado mío es fácil. Yo lo conozco, yo la conozco. Hey, amar a esa persona es lo más dulce que hay, es como un trip, cherrie pie, esta persona es bien chévere, yo puedo amar a esa persona. Pero sabes qué? el mismo Jesús dice, hey, si tu amas a esa persona de qué vale. Si aquellos que no me conocen demuestran el mismo amor el uno por el otro, aquí el fuego verdaderamente quema cuando tu puedes demostrar ese amor por las personas que te quieren pisar los callos. Ahí es donde uno verdaderamente puede demostrar ese amor de Dios obrando en uno. Y ahí es donde está uno de los retos más grandes de cada uno de nosotros como cristianos. Sabe por qué, mis hermanos?

Miren lo que dice este texto, voy ya terminando, el verso 8 dice:

“..si ustedes poseen todas estas cosas y las desarrollan, ni su vida será inútil, ni habrán conocido en vano al Señor Jesucristo, pero el que no las posee es como un ciego o corto de vista, ha olvidado que fue limpiados sus pecados pasados. Por eso, hermanos, ya que Dios los ha llamado escogidos procuren que esto arraigue en ustedes pues haciéndolo así, nunca caerán…”

Estaba leyendo de la versión Dios habla hoy. Miren esto que es importante, mis hermanos, estos ingredientes de los cuales hemos hablado van a hacer que su sancocho sepa tan y tan bueno, que cuando usted se lo coma, usted va a decir, este sancocho puede revivir un muerto y literalmente que lo puede hacer. Ustedes han escuchado esa expresión ¿verdad? Cuando una de sus madres o sus abuelas hacen una sopa, qué es lo que dicen? Ah, esto está que revive a un muerto! ¿Verdad? Si usted está enfermo, qué es lo que le preparan? No le preparan un plato de arroz y habichuelas con chuleta? Le preparan un caldo de pollo para que lo reviva o algo así.

Pues, este sancocho, el cual Dios nos está dando a través del Apóstol Pedro puede revivir precisamente eso. Muertos en espíritu literalmente, personas que están cegadas porque no han logrado comprender cuál es el propósito de la voluntad de Dios en su vida. Cuando nosotros practicamos esto, aunque se nos haga duro, aunque se nos haga difícil, pero si lo practicamos, lo vivimos y continuamos desarrollándolo y lo comunicamos, y lo expresamos a otros como Dios intenciona, mira, esa vida que está en ti, se le va a pegar a otro u otra, en alguna forma u otra.

Puede ser que se le pegue a través de ti o puede ser también que tu pongas la semilla y que otra persona le toque regarla y Dios en su momento va a permitir que esa semilla crezca y de su fruto. Pero el llamado que nosotros tenemos, mis hermanos, es edificar nuestra fe. Llévate eso esta noche: edifica tu fe.

A tu fe añádele tu buena conducta. A esa buena conducta añádele qué? Conocimiento, conocer la voluntad de Dios en tu vida. A ese conocimiento añade ese dominio propio, sométete, sujétate a lo que Dios está haciendo en ti. A eso añádele ese sentido de perseverancia, sepa que no lo vas a definir ni lo vas a resolver todo de un cantazo, coge tiempo, coge golpes, coge jalones de pelo, coge sentarte con otra persona que te pueda corregir aunque no te guste, pero que te lo diga. Coge tiempo, coge tiempo.

A la paciencia añádele ese sentido de devoción a Dios, regocíjate en lo que Dios está haciendo en ti, en todos los momentos de tu vida. A eso añádele el afecto fraternal. Mira, no dejes que estos momentos se vayan desapercibidos. Busca la oportunidad para reunirte con tus hermanos, hermanas, comparte, ríe, goza, llora.

Un anuncio no pagado, este sábado vamos a ir a correr bicicletas, si usted quiere ir a correr bicicletas, hable conmigo al final del culto para que tenga un buen tiempo por allá. Ok? Cierro el paréntesis.

Al afecto fraternal añádele el amor. Con estos ingredientes, mis hermanos, yo sé que nuestra vida cristiana va a ser una más fructífera, llena y plena, no tan solamente para nosotros sino para con otros a nuestro alrededor.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Gracias Señor. Gracias Dios. Padre yo te doy las gracias por tu palabra. Gracias porque tu palabra es viva, tu palabra es eficaz, tu palabra Señor, llena nuestro ser. Y mi Dios, yo te suplico que estas cosas que se han hablado en esta noche, que perseveren en nuestros corazones, Jesús, permite que esta palabra traiga un sentido de vida, traiga un sentido de dirección, que traiga un sentido de verdad a nosotros para saber cómo alinearnos cada vez más a ti, Señor y acercarnos cada vez más a ti, Padre.

Yo te pido que tu bendigas a cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche, a medida que ellos se van preparando para salir y regresar a sus casas. Padre, que ellos puedan salir de aquí con un sentido de tu presencia bien claro en medio de sus corazones, ese sentido de piedad, de devoción a ti, Señor, de sensibilidad a tu espíritu, esté bien claro y bien atenuado en ellos. Y Padre, que podamos regocijarnos los unos con los otros.

Yo pido tu bendición sobre cada cual que tu nos des un sueño profundo, reparador en esta noche y que mañana, si así tu lo permites, nos des la oportunidad para practicar precisamente estas cosas de las cuales hemos hablado hoy. Te damos toda la gloria y todo el honor solamente a ti porque tu lo mereces. Por tu Hijo Jesús oramos y te damos las gracias. Amén y amén. Gracias Señor. Gracias Dios.

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Dios siempre nos consuela

21 de junio del 2010 - Por Carmen Ray-Calvo

De engaño y de violencia redimirá sus almas y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. Salmo 72:14

Somos una familia numerosa nos tratamos con mucho amor y respeto mutuo.

En Mayo 20, 1996 mi hermano más joven al cual tratamos todos como si fuera hijo de cada uno, Murió de un ataque al corazón de forma brusca. Que mañana tan triste; llenó nuestros corazones de tristeza y dolor. Fui a mi Biblia buscando una palabra de consuelo porque eso era algo tan inesperado y sorpresivo que no sabía cómo enfrentarlo. Oré y le pedí al Señor que me diera una palabra de consuelo. Abrí mi Biblia y al hacerlo mis ojos se fijaron en el versículo ya citado, tan pronto lo leí sentí que el Señor me dijo “Esto es para tí” Oré para que él me ayudara y me diera las fuerzas para consolar a mi mamá (ya anciana) y a mis hermanos. El Señor se manifestó tan bello no solo conmigo sino en todos nosotros para consolar a muchos que venían a consolarnos. Antes de irnos a la funeraria reuní a toda mi familia nos tomamos de la mano y oré al Señor para que nos diera paz, fuerza y sostén para enfrentar esta situación que es tan real pero que a la vez nos cuesta abrazarla.

En el cementerio hasta mi mamá habló de la vida de mi hermano e hizo un llamado a los presentes a buscar al Señor. Solo Dios puede hacer esto en el corazón del hombre y la mujer que ha puesto en él su confianza.

Oremos por las personas que han perdido seres queridos y aún no conocen al Señor como su único refugio.

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Por tus hijos

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Les invito a ir al Libro de Deuteronomio, es uno de esos libros que a veces no leemos mucho en el Antiguo Testamento, pero tiene mucho que enseñarnos. Parte del Pentateuco, es el último libro en realidad de los primeros cinco libros de la Biblia que son los libros que se le asignan a Moisés, como que fueron escritos por Moisés y relata toda la historia temprana del pueblo hebreo en su peregrinaje por el desierto y las leyes, mandamientos y principios que recibieron de parte de Dios.

Mientras se fortalecían y se fundamentaban como una nación nueva que Dios estaba fundando. Y en esos libros Dios establece los principios espirituales por los cuales deben vivir como nación. Y ahí en el Capítulo 11, vamos al versículo 13 antes -inclusive- porque yo creo que da un contexto de lo que yo quiero hablar que es sobre todo como criar hijos saludables espiritualmente e intelectualmente. Que reflejen esos valores que Sarah Gautier nos hablaba en esta mañana y que ella refleja como una joven muy especial.

Cómo producir hijos así que reflejen el fruto del Espíritu Santo, la vitalidad, la belleza del Reino de Dios. ¿Qué se requiere? Ya vimos algunas de las cosas ahí mismo en el testimonio de ella. Pero ahí en el versículo 13 se pone en contexto lo que se nos dice comenzando con el versículo 18. Y esto está en el contexto de una serie de mandamientos y principios que Dios les encomienda al pueblo hebreo que siga siempre en su vida como nación y como cultura.

Entonces en el Versículo 13 del Capítulo 11 de Deuteronomio Dios le dice: “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy”, es decir los mandamientos que yo les estoy dando y si ustedes los obedecen. “Amando a Jehová vuestro Dios porque eso es lo principal". Del amor a Dios viene todo lo demás. Cuando amamos a nuestro Padre Celestial, entonces desde ese amor que le tenemos a Dios salen los mandamientos, sale la obediencia.

¡Qué bueno es cuando la obediencia nace del amor y no de la obligación! ¿Verdad que sí? Entonces le dice: “Amando a Jehová vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón”. Qué importante que sirvamos a Dios con todo nuestro corazón. Dios no se conforma con un pedacito de nuestro corazón, Dios no se conforma simplemente con un ratito que le damos por allí, Dios no se conforma simplemente ‘bueno es domingo así que tengo que ir a la iglesia. Voy a ir para eso de cumplir’. ¡No!

Dios quiere todo nuestro corazón. Una y otra vez: “Amarás a Jehová con todo tu corazón”, el primer mandamiento. “Toda tu alma, todas tus fuerzas, toda tu mente". "Con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma". Ahora ¿qué pasa? Si nosotros funcionamos de esa manera, si como iglesia, como nación, como pueblo latino aquí en Estados Unidos, si nosotros obedecemos los mandamientos de Dios cuidadosamente, si amamos a Dios y lo servimos con todo nuestro corazón y nuestra alma dice: “Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo: la temprana y la tardía y recogerá tu grano, tu vino y tu aceite”.

Dios le hablaba a una comunidad agrícola, una comunidad para la cual la lluvia era absolutamente esencial porque ellos obtenían prácticamente todo su sustento de la tierra. Entonces para ellos el que hubiera lluvia era absolutamente esencial. Pero el principio es valedero para el Siglo XXI También. Hoy nosotros compramos nuestros vegetales y todo viene en lata o en congelado o envuelto en plástico de alguna parte que nosotros no sabemos. Pero en principio lo que Dios les estaba diciendo era: ‘Si ustedes se comportan de esta manera yo los voy a bendecir y los voy a prosperar y no va a faltar nada de lo esencial en su vida’.

Yo pensaba en esto y quizá un poquito de helado, pero ¿por qué no? Yo creo que hoy en día con el problema inmigratorio tan fuerte que tenemos y el deseo de que se haga algún tipo de reconocimiento justo para la gran situación que existe con 12 millones y pico de inmigrantes que hay en esta nación que necesitan recibir su documentación y regularizar sus vidas y que tiene que haber alguna solución a ese problema. Los gobernantes y los departamentos de un país generalmente, no necesariamente, tienen en su corazón hacer justicia.

A veces en lo que están pensando es en los intereses, el cabildeo, los negocios, la presión, quien vota, quien no vota, etc. La política, ¿no? Yo creo que una de las cosas que va a poner presión, aparte de lo que estamos haciendo que es muy importante: peticiones, esfuerzos, llamar a la nación a tomar consciencia, pero una de las cosas más importantes que el pueblo latino puede hacer sin quitarle a todas esas cosas es precisamente poner presión espiritual sobre los gobernantes. Orar.

De nuevo, no estoy diciendo que no hagamos las otras cosas, pero que clamemos a Dios para que cambie el corazón de los gobernantes, para que pongan un sentido de misericordia, de justicia, de gracia y que ellos sientan la necesidad. Que Dios cambie la mente cauterizada de muchos que piensan en los intereses solamente y traiga un cambio de corazón a esta nación y que puedan ver la bendición que son estos inmigrantes en esta nación y como traen valores espirituales y morales y éticos que enriquecen a esta nación. Que haya un cambio.

Cuando –yo creo mucho en eso de obrar, trabajar, esforzarnos para cambiar la realidad- pero también vivir vidas que hagan descender la bendición de Dios. Yo creo que si la comunidad latina cada día se entrega más a Jesucristo y busca de Dios y ama a Dios, instruidos por una iglesia latinoamericana, latina, que refleja la gracia, el amor, la misericordia, los valores del reino de Dios y los enseña, los discípula, los instruye en una vida ética, espiritual, consagrada a Jesucristo; Hermanos no hay gobierno de este mundo que pueda resistir.

Porque Dios es el dueño de toda la Tierra y Él hace lo que Él quiere. Él cambia corazones, Él transforma vidas, Él mueve… Dice la Palabra que ‘el corazón del rey es como agua en las manos de Dios’. Él dirige el corazón del rey por donde Él quiere. La Biblia dice también que oremos por nuestros gobernantes para que tengamos vidas apacibles y ordenadas. Así que yo creo que una de las armas más poderosas que tiene el pueblo de Dios latino aquí en Estados Unidos es orar por sus gobernantes, que Dios toque sus corazones.

Vivir vidas impecables, vivir vidas productivas, trabajar. Callarle la boca a los que acusan a nuestra comunidad de estar sorbiéndole dinero y recursos a esta iglesia y mostrar que no, que nosotros bendecimos esta nación con nuestro trabajo; que nosotros aportamos inclusive impuestos, que nosotros hacemos trabajos que nadie más quiere hacer permitiendo que los precios de muchas cosas sean más bajos.

Porque si tuvieran que pagarle lo que se supone que se le pague a los trabajadores, los precios de las carnes, los precios de tantas cosas subirían. El cuidado de los ancianos, trabajos en los hospitales que nadie quiere hacer, buena comida sabrosa que hacen en los restaurantes de muchas partes de aquí de Boston. Yo voy al bar italiano, a veces, y cuando oigo en la cocina, lo que oigo son cocineros salvadoreños, guatemaltecos allí cocinando. Y ¡qué buena comida italiana hace esa gente! Y se benefician de los talentos y los dones que nosotros le añadimos.

Ese saborcito ahí de ese chichen parmesana no es de la sazón italiana, ¡no! ese es una cosita ahí que le echó el chef ese salvadoreño de su país, ¿no? Por eso sabe tan rico eso. Es chistoso, pero es cierto, ¿no? Uno va a esos restaurantes y no dejan que hablen los cocineros ni los que atienden porque hablan español casi todos y entonces tienen que aparentar que bueno, si es un restaurante italiano se supone que sean italianos. Pero no, son latinos. Nosotros contribuimos en muchas cosas.

Pero, hermanos, lo que quiero decir es que apartándome así un poquito del tema, pero estaba pensando en lo que decía Patty esta mañana. Yo creo, hermanos, que el poder mas grande que tiene, tenemos nosotros en este tiempo, sin quitarle a los esfuerzos que tenemos que hacer es eso de vivir vidas; que Dios nos permita como iglesia y como iglesias mostrar el poder transformador que tiene el Evangelio. Mostrar familias creciendo, bendiciendo sus comunidades, trabajando duro, comprando sus casa, contribuyendo.

Siendo los mejores trabajadores en las fábricas y en los lugares donde trabajamos, levantando y criando hijos saludables que reflejan el gozo y la salud espiritual, emocional de un niño que está creciendo bebiendo de la palabra de Dios. Cuando la gente vea eso no podrán decir nada menos que ‘¡Guau! Nosotros queremos que esta gente se quede y nos bendigan y no se vayan de este país’. Así que yo creo que esa es una de las cosas bien importantes que nosotros tenemos que hacer, ¿no?

Me vino eso a la mente porque eso cambia la situación, la oración. Una vida justa, una vida que ama al Señor. Dios hará entonces que “la lluvia de nuestra tierra, la temprana y la tardía venga y recogeremos nuestro grano y nuestro vino y nuestro aceite. Y daré también hierba en tu campo para tu ganado y comerás y te saciarás. Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe y os apartéis y sirváis a dioses ajenos y os inclinéis a ellos". Eso es lo que tenemos que hacer: guardar nuestro corazón como comunidad.

Ahora, fíjense, en el contexto de eso: de vidas saludables, de un hogar saludable que ama a Dios, que sirve al Señor; un padre, una madre, un esposo, una esposa que están sirviendo al Señor amando a Dios, reflejando los mejores valores del reino de Dios; que le da a Dios su lugar, una comunidad que sirve al Señor; en ese contexto, entonces se supone que nosotros transfiramos lo que nosotros hemos experimentado en nuestras vidas -con respecto a nuestro Dios- se lo transfiramos, ¿a quién? a nuestros hijos, a nuestras generaciones sucesivas.

No podemos nosotros esperar hijos que amen a Dios si nosotros no amamos a Dios primero. No podemos esperar hijos que reflejen la salud y la vitalidad del reino de Dios si nuestros hogares no son un reflejo del reino de Dios. Si nuestro comportamiento, nuestra personalidad, nuestro amor por Dios no es algo que ellos pueden ver día a día. Por eso es tan importante que entendamos esto porque muchas veces cuando pensamos: ‘bueno, instruya al hijo en su camino y no se apartará de él cuando sea grande’.

Bueno, pensamos eso quiere decir que yo tengo que estarle leyendo la cartilla todos los días y hablándole de Dios y predicándole un sermón pequeño cada día antes que se vaya para la escuela. Bueno, eso es importante, hay que orar con nuestros hijos, hay que hacer muchas cosas con nuestros hijos. Pero yo creo que lo que el Señor puso en mi corazón esta mañana es que una de las cosas más importantes es asegurarnos de que antes de nosotros hablarle a nuestros hijos con la palabra verbal, nosotros le hablemos a nuestros hijos con el amor a Dios que ellos vean en nosotros.

Un hogar donde se reflejen los valores del reino de Dios. Ahora, no quiero perder lo que dice la Palabra, ¿no? En el versículo 18 después de animarlos a obedecer cuidadosamente los mandamientos y amar a Dios con todo su corazón y su alma, Él dice: "Por tanto pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma y las ataréis como señal en vuestra mano y serán por frontales en vuestros ojos y las enseñaréis a vuestros hijos”. ¿Usted ve allí la secuencia y la relación entre una cosa y la otra?

Primero, nosotros ponemos la palabra de Dios en nuestro corazón y nuestra alma, la atamos como una señal en nuestra mano. De paso, los judíos tomaron esto muy literalmente y hoy en día tienen los ‘efialtes’, yo no recuerdo como se llama eso. Pero ellos tienen un aparato que se amarran aquí en el codo y algo que se ponen aquí, también, en la frente. No se cuantos los han visto. Es como un objeto que ellos usan, que tomaron en serio eso y se lo amarran de una manera bien elaborada para algunos de sus ritos en recordatorio.

Pero yo no creo que eso era lo que implica aquí. Dios estaba simplemente haciendo como un símbolo de que la Palabra tenía que estar tan pegada de ellos que era como si ellos se la amarraran en sus manos y la pusieran en su frente como para que todo el mundo lo vea. La frente es señal de la mente, yo diría que la mano, el brazo es señal de la acción, la obra. Entonces la Palabra de Dios tiene que estar tan pegada a nosotros cada día. Nosotros tenemos que ser estudiantes de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene que ser ‘nuestro pan de cada día’.

Yo le digo siempre a los cristianos: ‘estudien la Palabra de Dios’. Nos gozamos de que doscientas, ¿Cuántas personas se graduaron? Doscientas veinticinco personas celebraron la graduación de discipulado el viernes aquí en León de Judá. Denle un aplauso al Señor aunque sea para despertarse un poquito. Doscientos veinticinco miembros de esta Congregación están tomando estudios sostenidos de diferentes temas de la Palabra de Dios y diferentes niveles de estudio de la Biblia.

Yo quisiera que pudiéramos decir quinientos. Yo se que ya muchos han estudiado y se han graduado, esto es lo que tenemos ahora, la clase presente. Pero yo le animo, hermano, hermana, padre, madre, usted necesita la Palabra de Dios, como nunca los padres y las madres necesitamos sabiduría para educar a nuestros hijos. ¿Sí o no? Porque vivimos en una cultura que es hostil, no solamente contraria, sino que yo diría hostil a los valores del Reino de Dios.

Es que estructuralmente no es que la gente es que es mala y odian a Dios y odian su Palabra y se han comprometido a ir en contra de la Palabra. No, es que los valores de la cultura, su estructura misma, educativa, gubernamental, los valores de los medios de comunicación, todo. Los principios que fundamentan y rigen esta cultura son contrarios a la Palabra de Dios y al reino de los Cielos y entonces los padres y las madres necesitan educar a los hijos, en el contexto, como nunca, de una generación –yo diría- maligna y perversa, como dice la Biblia.

Yo le doy gracias a Dios hasta cierto punto porque, quizás no debiera decirlo, no lo voy a decir porque no voy a atemorizar a mis hermanos. Hermanos, ustedes, los nuevos padres, los que están levantando hijos en este tiempo necesitan mucho de Dios. Es difícil ser padre y criar hijos temerosos de Dios que reflejen la belleza del reino de Dios, pero ¿saben qué? No es imposible. No es imposible. Se puede, porque los primeros cristianos en el Siglo Primero tenían el reino pagano de Roma y de la adoración a los dioses y a los demonios alrededor de ellos.

Y eran una minoría, mínima, pequeñísima y pudieron levantar a sus hijos en medio de eso. ¿Por qué no nosotros en el Siglo XXI? Es el mismo Dios, es la misma Palabra, es el mismo Espíritu. Así que padre toma ánimo pero prepárate y fortalécete en el Señor. Come todo lo que tú puedas de la palabra de Dios. Estudia los principios del Reino de Dios. Ora mucho y asegúrate de que tu vida refleje la vitalidad del reino de Dios. Porque tú no vas a poder en realidad, producir hijos, bueno va a ser difícil, que tú produzcas hijos que te superen a ti espiritualmente.

Si lo hacen van a ser porque, bueno, coman de un pan y beban de un agua que les vendrá después. Más allá de lo que tú les puedas dar a ellos. Eso pasa también porque cuando vienen al Reino de Dios se reciben nutrientes. Pero generalmente lo que Dios quiere es que los padres bendigan a sus hijos con su espiritualidad y entonces como producto de esa leche y ese pan que ellos han comido de sus padres sean inclusive mejor que sus padres más adelante. Pero nosotros necesitamos tener una vital extraordinaria en este tiempo.

Yo creo que ya los tiempos de que padres nominalmente religiosos, evangélicos, produzcan hijos que amen al Señor, yo creo que pasaron. Estamos en un tiempo en que producir un hijo que ame a Dios es contra la corriente. Es un forcejeo contra el diablo mismo que quiere arrebatarnos a nuestros hijos. Y por eso necesitamos ser atletas espirituales, por eso necesitamos ser guerreros espirituales, por eso tenemos que llenarnos de la Palabra de Dios. Come de la Palabra de Dios.

En ella están los principios que te van a ayudar a ser un hombre, una mujer, un padre, una madre que pueda bendecir a tus hijos con buen consejo, buen ejemplo, buena vida, buena nutrición espiritual para tus hijos. Yo les animo en el nombre del Señor a seguir esta secuencia que yo veo en la Palabra del Señor. Primero, ama tú a Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, escribe su ley en tu frente y átala alrededor de tu mano. Llénate de la enseñanza y de la instrucción de la Palabra de Dios, Refleja una vitalidad rebosante espiritualmente hablando.

Entonces transmítele a tus hijos el exceso de tu vida espiritual que al rebosar tu amor por Dios, ese rebosar de tu copa, ellos beban de ella y también puedan crear el mismo tipo de hombre, de mujer que tú eres. Es importante esa secuencia de las cosas. Dice: “Las enseñareis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas para que sean vuestros días y los días de vuestros hijos tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los Cielos sobre la tierra".

¡Qué lindo ese consejo del Señor! Que nuestras casas estén saturadas de los valores del Reino de Dios. 'Escribe en los postes y en tus puertas'. De nuevo, los judíos han tomado esto literalmente y si alguien de aquí se ha mudado a un apartamento que pertenecía a un judío ortodoxo; yo viví en Brooklyn cuando niño, muchos años y estaba en un área donde vivían los judíos ortodoxos. Yo recuerdo el primer apartamento donde nosotros vivimos en Williamsburg, Nueva York, en Brooklyn, que los dinteles de las puertas, los postes de las puertas tenían unas cositas de metal clavadas.

Un día yo saqué uno de ellos y había un rollito adentro que era un texto de la Biblia en hebreo. Porque ellos toman eso en serio y clavan en los postes de sus puertas esas señales religiosas. Ahora lo que Dios estaba diciendo es ‘Mira, que tu casa esté saturada de la Palabra de Dios’. Y yo digo, hermanos, esa es la cosa más importante que nosotros tenemos que hacer porque eso fue lo que Dios puso en mi corazón. Aparte de las intervenciones específicas y deliberadas, activas que nosotros tenemos que hacer: enseñar la Palabra a nuestros hijos, todas esas cosas muy buenas.

Yo creo que la manera más poderosa de nosotros hablarle a nuestros hijos es a través de la atmósfera que nosotros elaboramos en nuestro hogar. Lo que se da minuto tras minuto, día tras día. Es como la suma neta de todo lo que se da en el hogar en el curso de una semana por ejemplo, que al final de la semana cuando se vea lo negativo y lo positivo, que el balance sea abrumadoramente positivo a favor del Reino de Dios. Y ¿Por qué lo describe en esa manera?

Porque en un hogar hay de todo. Se dan a veces argumentos y conflictos, claro que sí. Ninguno de nosotros es perfecto como padre, como esposa, como hermano, como amigo, como miembro de una congregación. En una casa se oye de todo, pasa de todo. En el curso de una semana hay momentos buenos, momentos malos, hay diferentes cosas que suceden, hay agonía, angustia, ansiedad, muchas cosas. Pero también debe haber mucho amor, mucho perdón, mucha Palabra de Dios, mucha buena música sonando, muchos buenos programas en la televisión, mucha Biblia abierta, leyéndose, muchos objetos cristianos: cuadros y revistas y conversaciones.

Entonces cuando al final de la semana cuando se coja todo eso, la humanidad caída nuestro y nuestro pecado y los valores cristianos y los momentos nobles y hermosos y bíblicos y cuando lo que hagamos y lo movamos al final lo que quede sea positivamente a favor del Reino de Dios. ¿Usted entiende la diferencia? Porque ningún hogar es un dechado de virtudes, ningún hogar es perfecto, ningún matrimonio es perfecto, ningún padre es perfecto. Pero lo que tenemos que asegurarnos es que el balance sea abrumadoramente a favor del Reino de Dios. Siempre.

¿Qué tipo de hogar nosotros estamos elaborando? El hogar es como un libro abierto donde los niños, los hijos sin saberlo están leyendo continuamente mensajes. Cada día, cada intervención, cada conversación, cada gesto, cada discusión que se resuelve con violencia o con amor, cada ofensa que recibe perdón o recibe venganza, cada silencio que se ofrece como una muestra de paciencia o un golpe de espada. Todo eso junto los niños lo están viendo continuamente. Los niños se percatan de todo, hermanos. Los niños son una esponja que absorben y leen el medio ambiente.

Subconscientemente su personalidad está siendo impactada por cada cosa que se da en un hogar. Y como cristianos tenemos que asegurarnos que nuestro hogar enseñe, que nuestro hogar sea un libro que nuestros hijos puedan leerlo con sus entrañas, con las células de su cuerpo, con su subconsciente y que les esté siempre emanando y emitiendo mensajes de amor, del fruto del Espíritu Santo, de lealtad al Reino de Dios y que ellos absorban eso. Porque esa enseñanza, esa lectura va a ser mucho más importante que cualquier lectura verbal que tú le des a ellos.

La lectura de vida, la lectura de tu casa. ¿Qué tipo de hogar nosotros estamos proveyendo para nuestros hijos? Óigame, es difícil hoy en día porque hay tantas oportunidades para llenar nuestro hogar de violencia, películas de todo tipo, entretenimientos indebidos, sonidos destructivos que crean ansiedad en nuestros hijos y agresividad. No, no, tenemos que eximirnos de muchas cosas. Hay cosas que a nosotros nos encantaría ver, decir, experimentar en nuestras casas que nosotros debemos decir ¡No! porque dañaría el libro que mis hijos están leyendo.

Viciaría, contaminaría el aire que ellos están respirando y por lo tanto no tengo libertad para hacer eso. ¿Sabe padre? Eso me recuerda otra cosa que: tú te debes a tus hijos y no a ti mismo. Claro, te debes a Dios primeramente, al Reino de Dios, por eso te tienes que mantener saludable y amar a Dios por sobre todas las cosas. Pero tú tienes un deber sagrado que tú has contraído desde el día que tú trajiste esos hijos al mundo. Una de las cosas de esta cultura que es contraria a la Palabra de Dios es que la mujer es dueña de su propio cuerpo.

Yo no veo eso en la Biblia. Dios es el dueño del cuerpo de una mujer. Por eso es que ¿sabes? la industria del aborto está fundamentada en ese forcejeo entre quien es el dueño del cuerpo, ¿Dios o la mujer o el hombre? Yo no soy dueño de mi cuerpo, tú no eres dueño de tu cuerpo. Dios es dueño de tu cuerpo. Y si hay una vida dentro de ti, yo creo que ahí, los derechos de propiedad se ponen mucho más complicados. Ya tú no puedes hacer lo que a ti te da la gana con tu cuerpo porque ahí hay algo que es soberano y pertenece a Dios también.

Y eso pasa cuando sacamos esos hijos al mundo no se crea que ya liberamos nuestra responsabilidad, entonces comienza la responsabilidad verdadera. Porque hay muchos padres que no entienden esto. Yo creo que cuando uno entiende la sagrada responsabilidad que es tener un hijo o una hija y que nosotros ahora tenemos que desvivirnos por ellos, amarlos, serles ejemplo, alimentarlos, vestirlos, mostrarles apoyo. Infundir en ellos una sensibilidad cristiana, noble. Entonces entendemos que ser padre es un asunto de 24 horas al día.

Ya nosotros no nos podemos dar el privilegio de agradarnos a nosotros mismos solamente. Por es, mucha gente: ‘Ya no estoy enamorado de mi esposa, ya no la quiero, así que me voy a divorciar porque ya no la amo'. Y ¿qué de los hijos que tú trajiste al mundo? ¿Qué de ellos?, ¿Qué deber tú tienes para con ellos de que tengan un hogar saludable, sano con un padre y una madre que les enseñen el carácter completo de la vida humana? Hombre, mujer, tú tienes que pensar en eso también antes de hacer tu decisión.

No es solamente lo que tú egoístamente sientes o no sientes. Tú eres un ente moral, una entidad ética. Tus decisiones no se deben solamente a lo que tú sientes o no sientes sino a unas decisiones morales que están por encima de ti. Y esa criatura que es parte de tu vida y tú eres parte de ella, refleja lo que tú eres, ahora tiene un derecho sobre tu vida y sobre tus decisiones. Y si tú respetas eso vas a ser bendecido, si no lo respetas va a haber juicio y condenación sobre tu vida, toda tu vida. A menos que no te arrepientas y la misericordia de Dios intervenga.

Pero a los padres jóvenes y a los padres que tienen todavía su hogar: no te dejes llevar por las emociones solamente al hacer tus decisiones. ¡No! Tú tienes una sagrada responsabilidad con esas criaturas que Dios permitió que entraran al mundo a través de tu intervención. Y tú tienes que vivir 24 horas al día pensando: ¿cómo puedo yo bendecir a esta criatura? ¿Cómo puedo yo ser como mi Padre Celestial para esta criatura? Esto quiere decir que ahí vuelvo a mi pensamiento original: lo que tú comes, lo que tú vistes, lo que tú ves en la televisión, tus conversaciones, tus conversaciones con tu esposa.

Tus decisiones morales cada día, a donde tú sales para divertirte. Todo eso está condicionado por tu condición de padre o madre. Y tú tienes que decir, ¿cómo esto afecta a mis hijos? ¿Cómo afecta a mi hogar? ¿Cómo afecta lo que yo vea, lo que yo permita? Porque yo soy un padre 24 horas al día y esa es mi gran misión: una madre en la Tierra. Y yo se que lo que yo diga o haga va a afectar a mis hijos. Por eso es tan importante, hermanos, ¡trabajemos sobre nuestros matrimonios!

Yo espero que nadie se sienta a través de esto, no sé, el amor de Dios se refleja a través de mis palabras. Yo no estoy condenando, ¿no? No quiero arrojar carga sobre usted, al contrario, lo que quiero es darle sano consejo de la Palabra de Dios y animarnos como Congregación, como comunidad espiritual a cuidar nuestros matrimonios y asegurarnos que nuestros matrimonios sean parte de ese libro del hogar que nuestros hijos vean y sean bendecidos y formados a través de él. Porque, de nuevo, eso es parte del privilegio sagrado. Yo no creo que haya un privilegio más grande que el privilegio de ser padre o madre.

Entonces una de las cosas que yo tengo que hacer es trabajar sobre mi matrimonio, para que matrimonio refleje, los hijos ven a papá y a mamá y la relación que tienen les va dar un sentido de seguridad y estabilidad o de “no sabemos que va a pasar. Si mañana mi casa va a estar aquí o si va a desaparecer uno de los elementos más importantes de él: mi papá o mi mamá; o si vamos a tener que mudarnos a otro sitio; si nuestro estilo de vida va a cambiar; si vamos a tener comida o no, mañana. Si voy a tener una mamá que va a estar llorando todo el tiempo o una mamá alegre".

Todas esas cosas los niños las procesan en una forma subconsciente y por eso es que nuestros matrimonios tienen que transmitirle a nuestros hijos estabilidad, paz, seguridad. Que ellos sepan que aunque papá y mamá tengan una pelea o lo que sea, eso no va a significar que papá va a desaparecer del mapa mañana y mi hogar se va a desmoronar. ¡No! Nuestros hijos necesitan saber: "¡No! Yo tengo un hogar estable". Que ellos puedan ver los valores del Reino de Dios, por ejemplo el perdón.

Si tú quieres un hijo que sea perdonador y gentil y lleno de gracia para con los demás, asegúrate de que tu matrimonio refleje gracia, amor, perdón, paciencia, reconciliación. Ahora si los hijos ven un matrimonio donde una ofensa lo que crea es otra ofensa; cuentas largas que se mantienen; una ofensa y crea una reacción negativa. Entonces ¿qué pasa? Ellos aprenden esto y en sus vidas van a reflejar ese mismo tipo de comportamiento. Ahora si tú quieres que tu hijo se aun hijo perdonador, amable, paciente para con los demás, que vea lo bueno en los demás antes de que lo malo asegúrate que tu matrimonio refleje eso.

Por eso, les digo, ser padre es un asunto de 24 horas al día. Es más, yo diría, que antes que padre o madre tú eres un pastor, una pastora de tus hijos y de tu hogar. Y un pastor, una pastora tiene que estar continuamente, esa es su condición, uno no se quita el sombrero de pastor y se convierte en civil. ¡No! Uno es pastor o pastora 24 horas al día y nuestras congregaciones reflejan lo que nosotros somos. Nuestros hijos van a reflejar lo mismo. Tú no te quitas jamás el sombrero de padre o madre. Eso está ahí. Tu matrimonio tiene que reflejar eso.

Tu hogar tiene que reflejar eso, los valores, los sonidos, los olores, los objetos, la atmósfera de tu casa tiene que reflejar los valores del Reino de Dios y tus hijos tomarán su guión, su directrices por eso. Así que el Señor te llama. Cultiva tu hogar. Yo creo que esa es la Palabra de Dios para nosotros esta mañana: Cultiva la atmosfera de tu casa. Cultiva tu matrimonio, cultiva tu vida. Asegúrate de que tu espiritualidad sea rebosante, tu compenetración con la Palabra de Dios sea intima e impecable.

Tu integración de los valores del Reino de Dios sea lo más completa posible y que tu ames a Dios por encima de todas las cosas. Que tu vida sea, tu eres un misionero, una misionera sobre la tierra. Tu gran privilegio viene de ser un hombre, una mujer con una misión y esa misión conlleva grandes responsabilidades y serias consecuencias si no la desempeñas como tú debes. Así que abraza en esta mañana el privilegio de ser un misionero, una misionera de Dios con el privilegio de levantar hijos e hijas que reflejen los mejores valores del Reino de Dios.

Cuida tu casa, cuida tu hogar, cuida tu atmósfera, cuida tu espiritualidad. Y yo añadiría a los que no son padres biológicos, mira, hay muchos jovencitos ahí afuera que necesitan un mentor, una mentora, un padre. Esta es una generación que necesita padres y madres desesperadamente, necesita mentores. Hay muchos jóvenes ahí, como Sarah, por ejemplo que ha decidido ser una mentora de estos niños y que está rindiendo un gran servicio a su congregación y a su comunidad.

Yo creo que muchos de ustedes tienen una gran oportunidad también de bendecir a jovencitos y jovencitas mentoreándolos, siendo ejemplo para ellos, amándolos, saludándolos. Hay muchos jovencitos que caminan en los pasillos de esta Congregación continuamente y tú eres un misionero. Asegúrate que como adulto que tú eres, ellos vean una cara sonriente, una mano afable. Saluda a esos jovencitos y bendícelos. Si hay un nieto o una nieta o un sobrino o una sobrina, un niño que vive en tu edificio y Dios te da la oportunidad de tener una influencia –aunque sea una vez- una intervención positiva en su vida y dejarle una semilla allí positiva, no te eximas de hacerlo.

Bendice esa generación. Comparte tu tiempo generosamente y se ejemplo donde quiera que tú vayas, se un instrumento de la gracia de Dios, 24 horas al día y abraza el privilegio de ser padre o madre. No temas, no temas. Papá o mamá en este tiempo donde tú estas, o madre soltera, no temas, Dios está contigo. Dios te dará los recursos. Asegúrate de pegarte a esa electricidad divina, asegúrate de ser un transmisor de la vitalidad del reino de Dios y no te preocupes que Dios siempre será más poderoso que los demonios de este mundo. Ora por tus hijos. Haz guerra espiritual a favor de ellos, llénate de la Palabra de Dios.

Transmíteles el consejo de la Biblia, úngelos con aceite, cuida de tu hogar, conviértelo en un libro que lo cuente, que hable en múltiples maneras de los valores del Reino de Dios y entonces encomiéndate al Señor. Y si al final del día no hiciste todo lo que debías hacer o si cometiste errores en el pasaje, perdónate a ti mismo. Eso es parte de lo que Dios nos habló esta mañana, perdónate a ti mismo. No vivas abrumado por lo que no hiciste. Ya eso es leche derramada que no puedes seguir condenándote a ti mismo si ya Dios te perdonó.

Ahora mira hacia el futuro y haz lo que puedas dentro de lo que tienes por delante y asegúrate que tu presente y tu futuro reflejen lo que tú eres ahora: un hijo o una hija de Dios. Olvídate del pasado. Si al final del día cometiste un error, perdónate a ti mismo, pídele perdón a Dios, pídele perdón a tu hijo o a tu hija. Reconcíliate y prométete que mañana vas a tratar de hacerlo mejor. Eso es todo. No vivas cargado de culpabilidad, porque eso no conviene tampoco. Tenemos un Dios.

Ese sí que sabe perdonar, ese sí que sabe tolerarnos y Él se compromete a caminar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo para que seamos buenos padres y buenas madres. Así que Dios te bendice en esta mañana. Declaramos sobre esta congregación, sus familias, sus hogares la bendición del Reino de Dios, lo nutriente del Reino de Dios: prosperidad, hijos saludables, generaciones bendecidas. Una congregación, una familia ejemplar, que le hable al mundo de que con Cristo se puede, con Cristo hay victoria, con Cristo nuestros hijos van a ser gigantes espirituales.

Con la Palabra de Dios van a llegar a donde tienen que llegar. Vamos a ponernos de pie un momentito y recibir esa gracia de Dios en nuestras vidas, en nuestras familias. Gloria al nombre del Señor. Dios nos llama en esta mañana a gozarnos en lo que Él nos da. Abracemos el llamado de la Palabra de Dios. Gracias Padre porque Tú no nos has llamado a desempeñar una labor imposible. Tú has dicho: "Yo estoy con vosotros". Ayúdanos a abrazar los valores del Reino de Dios.

Ahora mismo los recibimos, nos llenamos de ellos. Yo bendigo a mi Congregación, sus familias, sus hogares, los que están aquí y los que no están aquí. Declaro sobre ellos los nutrientes del Reino de Dios. Gracias porque nuestros hijos aún cuando ahora mismo estuvieran descarriados, Tú los traerás de nuevo a tus caminos, Señor. Los amarramos al Reino de Dios. Aleluya. Sí, Señor. Gracias Dios. ¡Oh, Señor! Gracias porque Tu palabra no regresa a Ti vacía. Tú has dicho: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa".

Nosotros hoy nos comprometemos a servirte, amarte, honrar tú Palabra, vivir vidas conforme a los valores del Reino de Dios y la carga te la dejamos a Ti, Señor, en este día. No importa que senderos nuestros hijos atraviesen, sabemos que llegarán a la meta. Llegarán al lugar donde tienen que llegar y serán salvos. Y serán hombres y mujeres que teman Tu nombre y que busquen de Ti, Señor. El proceso te lo dejamos a Ti Tú conoces, Señor, las peripecias de su peregrinaje espiritual, pero Tú tienes la última palabra.

Bendice a mis hermanos y hermanas. Que hoy reciban nuevas fuerzas Señor. Declaro hogares alegres, hogares despejados, hogares sin contaminación, hogares donde reine Jesucristo. Hogares donde la palabra de Dios habite abundantemente, hogares donde la alabanza sea el distintivo, hogares donde Satanás no sepa como entrar porque no hay nada que se parezca a él. Hogares donde hombres y mujeres quebrantados, quebrados por la Palabra de Dios manifiesten el carácter de Jesucristo.

Señor trabaja en los matrimonios, en nuestra iglesia, en las casas. Señor trabaja en los recuerdos del pasado, los errores cometidos, trabaja en las heridas que tienen nuestros hijos, trabaja en las heridas que tienen los padres, Señor. Envía tu Espíritu, Señor, envía tu aceite, envía tu ungüento, envía tu vino que traiga salud y sanidad a ellos. Bendecimos este hogar y bendecimos nuestra comunidad latina. Padre, levántate una iglesia que sea una iglesia madre, una iglesia consejera, una iglesia anciana, una iglesia apostólica, Señor. Una iglesia que cubra a nuestra comunidad con su cobertura espiritual, Señor.

Permite que esta iglesia pueda ser un refugio para muchas familias, Señor, en esta comunidad y levántate un pueblo ejemplar, Señor. Un pueblo pastoral, un pueblo misionero, Señor, que reconozca su llamado 24 horas al día. Yo bendigo esta comunidad, Señor. Te doy gracias por ella, gracias. Gracias en el nombre poderoso de Jesús oramos. Amén y amén. Gloria a Dios. Hermanos, denle gloria al Señor.

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Mentalidad específica, una nueva manera de pensar (Parte 1)

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Nosotros estamos aquí en esta mañana porque precisamente queremos mejorar nuestro desempeño como líderes, queremos mejorar nuestro desempeño como congregación, como iglesia, como ministerios a los cuales pertenecemos, queremos exaltar o levantar el nivel de nuestro liderazgo, y queremos también vivir una vida de excelencia, porque después de todo estos principios se aplican a la manera en que nosotros vivimos nuestra vida. Y de ahí, entonces, se desprenden las demás implicaciones de esa mentalidad de la cual yo quiero hablar.

Mi propósito en esta mañana es alertarnos a todos nosotros a la importancia de un tipo de pensamiento, lo que yo llamaría una mentalidad, algunos dirían un modelo mental, otros dirían, una perspectiva, otros lo llamarían como una postura de vida; una forma de abordar las situaciones de la vida, los retos de la vida, los problemas, los retos del ministerio. Puede referirse desde cómo solucionar los problemas de mi vida emocional, las heridas del pasado, cómo enfocar los problemas estructurales que hay en mi matrimonio, cómo ser un mejor profesional, cómo ser una mejor ama de casa.

Esta mentalidad a la cual yo quiero referirme es como una forma operacional, es una forma de dirigirse hacia cualquier situación, yo lo llamaría un lente interpretativo y eso yo sé que son palabras un poquito complejas, pero no hay manera más sencilla. Porque eso es lo que es una mentalidad, es un modelo mental, es un instrumento que tu usas para todo lo que tu haces. Es como el motor de un carro que ese motor está metido allí, y ese motor tiene que estar involucrado en todo lo que hace ese carro, sea para ir a la iglesia, sea para hacer un viaje de 500 millas, sea para ir al supermercado, ese motor y el sistema operativo de ese carro, se usa para todos los movimientos de ese carro.

Entonces yo me quiero referir precisamente a una forma de pensar y de abordar las cosas, alertarnos de la importancia de esa manera de pensar y de vivir. Una manera de pensar que se adecue, que se ajuste a nuestras aspiraciones como iglesia, como individuos. Necesitamos un modo de operar que sea apropiado para el mundo en que vivimos, siglo XXI, con todas sus complejidades tecnológicas, multi culturales, competencia frenética, procesos acelerados en todas las áreas, tiempo corto para hacer todas las cosas. En ese siglo XXI en que la iglesia opera y que nuestras vidas se mueven, necesitamos una forma de hacer las cosas, una manera de interpretar el mundo y de abordar los problemas del resto de la vida, que sea al nivel del complejo mundo en que vivimos, y de las cosas que nosotros como iglesia de Cristo a nivel universal y también como congregación León de Judá insertados en la ciudad de Boston, queremos lograr.

Se requiere, en otras palabras, un paradigma, es una palabra, de nuevo, muy linda y muy compleja. Se requiere un paradigma, una mentalidad, una manera de acercarnos a los retos y problemas de la vida que nos lleve al éxito, a la excelencia, a la efectividad en las cosas que emprendemos.

Un pensamiento adicional: la mayoría de los cristianos que conozco no poseen, no despliegan esa mentalidad de la cual yo quiero hablar. Sobretodo en el mundo carismático pentecostal al cual nosotros nos afiliamos. Generalmente si usted no se ha sometido a través de su vida a un rigoroso régimen de estudio y preparación académica en alguna universidad elite, probablemente usted no haya tenido la oportunidad de incorporar esa forma de abordar las situaciones de la vida a la cual yo me refiero. Pero no se preocupe, usted puede adquirir y desarrollar esa mentalidad si usted sabe cuáles son las cualidades que la caracterizan y cómo se puede adquirir. Y de paso, ese el trabajo de toda una vida, eso es simplemente cuando usted dice, ok, yo entiendo lo que es, tengo una idea, voy a comenzar a pensar en esos términos, voy a dar pasos de bebé, me voy a enfocar en eso toda mi vida, voy a entender de qué se trata, y voy a rigurosamente a través de toda mi vida, ir desarrollando esa mentalidad.

Por ejemplo, el uso de este aparatito, dondequiera que voy últimamente hablo acerca de él, el iphone. Por eso lo estoy usando aquí, porque he visto su utilidad, incorpora tantas cosas y he dicho, tengo que aprender a usarlo, porque eso va con esta idea que uno tiene. Una de las cosas de este tiempo es el uso de la tecnología, la concentración de recursos. Aquí está todo, esto es una computadora pequeña, pero tiene de todo. Y también representa este mundo tecnológico en el cual nosotros nos movemos que tenemos como cristianos que aprender a movernos en él.

Entonces, esto, yo quiero cultivar todos los diferentes aspectos que se refieren a esa mentalidad y esto es uno de ellos. Entonces, pues, estoy determinado a aprender a usar esto. Y he hecho un pacto con el Señor de dominar este aparatito, el ciento por ciento, si es posible porque representa este estilo de vida que yo veo cada día más y más, que necesito para ser un líder efectivo en este tiempo.

Entonces, es algo que tiene que ser toda tu vida. Tu entiendes lo que es, alineas todas tus acciones, decisiones a esa manera de pensar, en tu matrimonio por igual; tengo un problema matrimonial, ok, cómo lo desmonto en sus partes constituyentes. Cómo establezco una estrategia día a día para resolverlo. Qué cosas tengo dejar, qué cosas tengo que adquirir, qué diálogo tengo que tener con mi esposa, qué viajes al pasado tengo que hacer para analizar de dónde vienen esos problemas, etc. Y entonces usted persigue una estrategia para destruir ese monstruo. Porque esa mentalidad le enseña y así usted enfoca cualquier cosa de la vida en esa dirección.

Esa mentalidad le podría dar diferentes nombres a lo que me estoy refiriendo. Ningún nombre que yo le diera, ninguna etiqueta le hace plena justicia a lo que me estoy refiriendo. Cada uno solo nombra un aspecto de esa mentalidad. Ahora, juntos, los diferentes nombres que le podemos dar, delimitan una zona, un universo de actitudes y prácticas que juntos llevan a la excelencia y al desarrollo del individuo.

Podemos referirlo en diferentes maneras, son como los pixeles, los puntos… usted ha visto un periódico que si usted lo analiza desde más cercano, usted ve, esta es la mentalidad específica… usted ha visto las fotos de un periódico? Si usted lo analiza de lleno lo que son, son puntitos grises, negros, de diferentes cosas y esos puntitos juntos crean desde afuera una imagen.

Bueno, así yo quiero esta cosa más bien como puntitos y trazar lo que es el perfil de esta mentalidad. Cada uno de esos nombres nombra un aspecto. Juntos delimitan una zona, un universo de actitudes y prácticas que llevan a la excelencia y al desarrollo personal.

Algunos nombres que yo podría darle a esto: mentalidad específica, mentalidad sistémica, método científico, pensamiento estratégico, también yo llamaría mentalidad de hormiga. Búsquese Proverbios 30, 24 al 28, donde el escritor de Proverbios iluminado por el Espíritu Santo alaba la hormiga, el conejo, la langosta y otro insecto más. Cosas pequeñas, organismos pequeños pero que si usted mira lo que tienen en común todos, son una forma sistémica de pensar, una forma estratégica de pensar. Planifican, estructuran, ven a largo plazo, sus necesidades dejan que determinen sus acciones, piensan en una forma concreta, estratégica, y por eso el escritor alaba al conejo y alaba la hormiga porque camina en cuadrillas, por ejemplo.

Es decir, la idea es que… y la araña, esa es la cuarta que habita en palacio de príncipe. Usted ha visto la estructura de una telaraña? Es la cosa más compleja y más poderosa, más fuerte que hay. Es tremendo.

Es decir, que estos seres planifican y por eso la Biblia los alaba. No alaba al caballo corcel lleno de fuerza y de vigor, no, no, animales pequeñitos que por su capacidad para planificar y pensar estratégicamente, sistémicamente adquieren una capacidad mucho más allá de su aparente fortaleza.

Pensamiento estratégico, mentalidad de hormiga, mentalidad de eficiencia, podría ser. Todos estos nombres, pensamiento científico, si los desmontáramos en su implicaciones podríamos ver que se refieren a un universo de actitudes y formas de obrar en la vida.

Sin esa actitud, sin esa mentalidad a la cual yo me estoy refiriendo, hacia los retos y tareas de la vida, no se va muy lejos. No importa cuántas buenas intenciones, cuánto esfuerzo y pasión, ni siquiera cuánta unción usted tenga como siervo y sierva de Dios… ah, yo tengo la unción de Dios, yo puedo hacer…

Mire, la unción sirve para ciertas cosas, pero no para todo. Se necesita a la unción añadirle otras cosas importantes. En el pasaje de Lucas, capítulo 16, 1 al 9, el Señor Jesucristo nos alerta a la necesidad de pensar en esta forma eficiente, específica, estratégica, planificadora, a la cual yo me estoy refiriendo.

Es el pasaje conocido del mayordomo infiel. Usted sabe la historia: este mayordomo, un empleado de una corporación, digamos, se descubre que está engañando a su jefe, está sustrayendo dinero ilegítimamente de los fondos de la empresa. Sabe que lo han descubierto, sabe que le espera que lo despidan o que lo metan a la cárcel y él entonces qué hace? A la luz de su situación actual, comienza a pensar, que voy a hacer? Entonces él dice, qué haré porque mi amo me quita la mayordomía, cavar no puedo, mendigar me da vergüenza. Ah, ya sé lo que haré, para que cuando se me quite la mayordomía me reciban en sus casas las personas ricas y poderosas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero, cuánto le debes a mi amo? Él dijo, cien barriles de aceite. Y le dijo, toma tu cuenta, siéntate pronto y escribe 50. Después le dijo al otro, y tu cuánto debes? Y él dijo, cien medidas de trigo. Él dijo, toma tu cuenta y escribe 80. Mire aquí la reacción, entonces, es Jesucristo implícitamente a través del amo alabando a este hombre y qué fue lo que alabó. Alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente.

De hecho, la palabra sagazmente es fronismos, de donde viene la palabra frenético, frenología, frenesí. Es una palabra muy interesante, se refiere al sistema nervioso, al cerebro. Cuando dice sagazmente, y es interesante que la Biblia habla de esa palabra sofronismos, por ejemplo, o sofronen, refiriéndose como a una forma científica de ver las cosas. Donde dice, por ejemplo, ninguno piense más altamente de sí que lo que debe pensar sino que piense de sí con cordura. La palabra cordura es esa palabra, sofronen, que se refiere como al cerebro. Es decir, la estructura electrónica, la estructura nerviosa, neurológica misma del ser humano. No se refiere tanto a sabiduría, entendimiento, intuición. Se refiere como una forma específica, científica, sistémica de pensar.

“…Alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente porque los hijos de este siglo…”

Digan todos, este siglo. A qué se refiere? La gente de la cultura, del tiempo y el espacio, la gente metida en el mundo, la gente que solo piensa en el ahora y el aquí, la gente que vive solamente para este mundo y no se preocupa de lo eterno.

“… los hijos de este siglo son más sagaces… -otra vez la palabra sagaz, la misma palabra esta sofrenen o fronismos-… son más sagaces en el trato que sus semejantes que los hijos de la luz…”

Cuáles son los hijos de la luz? Usted sabe, nosotros.

“…. Y yo os digo ganad amigos por medio de la riquezas injustas para que cuando estas falten os reciban en las moradas eternas….”

Es interesante eso de la riqueza injusta. Yo diría las riquezas injustas para mi son precisamente todas las cosas que este mundo provee: la tecnología, su forma de pensar. Nosotros tenemos que aprender a usar las herramientas de este mundo, santificarlas y usarlas para el avance del Reino de Dios. Eso es bien importante, las riquezas injustas.

Dios siempre toma hombres como Moisés, lo mete en Egipto, un sistema impuro, pagano, mundano, lo entrena y después lo saca, lo mete 40 años a enfriarse en el desierto y entonces después lo pone a hacer lo que tiene que hacer.

A Pablo lo entrena en el mundo fariseo con todos sus formas de pensar teológicas, estructural, organizada, una universidad altamente desarrollada, y después lo saca, lo tumba del caballo, lo pone ciego por un tiempo, lo bautiza con el Espíritu Santo, lo pone a enfriarse unos años fuera de todo y después lo llama aparte a Pablo y Bernabé para la obra para la cual yo les tengo determinado, y lo envía entonces a uno de las misiones más poderosas de toda la tierra: desarrollar su iglesia y desarrollar el sistema teológico de la iglesia, dos terceras partes del Nuevo Testamento. Pero primero lo pone en el mundo contrario, le imbuye, le mete, le inyecta ciertas características que no se encuentran en el mundo del espíritu y entonces le entra el espíritu y lo saca.

Entonces, esa es la idea de riquezas injustas. Qué vemos aquí, hermanos? El Señor nos alerta a la necesidad de pensar en una forma. El Señor no alaba al siervo infiel por su malicia, entiéndanme, no lo alaba por su falta de honestidad. No, lo alaba por su forma de pensar. Este hombre, qué hizo? Vio sobriamente, analizó su realidad sobriamente, escuetamente, realísticamente. No dijo, ah, bueno, mi amo quizás me perdona. No, él dijo: Hey, estoy en problemas, me van a botar.

No idealizó, vio la realidad tal como era. Vio su situación. Evaluó sus alternativas: Cavar, no puedo, yo no tengo molleros, si me meto ahí a trabajar en construcción, me destruyen. Mendigar, no sé ni siquiera cómo hacerlo, soy un hombre que me doy tanta importancia a mí mismo que no podría hacerlo. Evaluó alternativas. Entonces, ah, dijo, determinó dónde residía su fortaleza. Mi fortaleza reside en mi astucia, mi capacidad para planificar, mi mente. Entonces, qué hizo? Determinó un plan específico de acción. Ah, ya sé lo que voy a hacer. Voy a hacer esto.

El escribió, posiblemente, en su computadora, cuatro diferentes cosas. Analizó, vio los records de su corporación, y entonces llamó, cogió su rollotext, vio en su iphone su lista de contactos y determinó un plan específico de acción. Ejecutó su plan inteligentemente. La ejecución es una los distintivos de esta forma de pensar. Yo veo cantidad de gente que me dice, Pastor, que bueno sería hacer esto. Y tienen unos planes geniales. Yo les digo, bueno, pues, ejecútelo. Yo conozco gente que son unos genios estrategiando, pensando, concibiendo cosas pero póngalos a ejecutar, dígales te espero aquí mañana a las cinco de la tarde… ah, no, no tengo tiempo, estoy demasiado cansado… Le meten un cuento y no se aparecen. O van una o dos veces, y después ahí terminó todo. O conciben unas grandes ideas, unas grandes estrategias, van tres, cuatro veces pero cuando se ponen las cosas difíciles ahí se quedó todo. No ejecutan. La ejecución es uno de los distintivos más grandes del liderazgo.

No me venga con discursos tremendos, ni con poemas, ni con grandes despliegues de energía personal. Yo quiero ver cuando se acabe el polvo, si usted está ahí todavía. Yo adoro la gente que lleva 20 años en la iglesia, sirviendo, trabajando, llueve, truene, ventee, los reconozcan o no, le besen la mano o no. Están ahí, firmes, firmes. Ejecución. Él ejecutó su plan, lo llevó a cabo.

Pensó en el futuro, pensó a largo plazo, fue específico en sus determinaciones. Sobretodo pensó lúcidamente, específicamente, sobriamente, fríamente. Planificó y llevó a cabo una estrategia.

Esa mentalidad, esa forma de conducta, esa forma de proceder fue lo que el Señor dijo, este hombre hay que alabarlo, no lo alabemos por su falta de honestidad, pero alabémoslo por su forma de actuar, de proceder en la vida, de proceder ante un reto, una crisis, una tarea, una situación.

Es ese tipo de mentalidad, hermanos, ese tipo de mentalidad sistemática, de pequeñas acciones, ubicadas exactamente donde tienen que ubicarse. Cartuchos de dinamita puestos en el lugar donde la roca se va a partir, que nosotros tenemos que adoptar como iglesia, como cristianos, como siervos, como líderes de diferentes ministerios. Se tomaría demasiado tiempo describir en todos sus aspectos esta mentalidad a la cual yo me refiero. Estoy simplemente como delimitándola, poniendo puntitos alrededor de ella, como digo.

Interesantemente Jesús dice algo aquí que es muy revelador. Dice que esa mentalidad de eficiencia, detalle, planificación, especificidad y estrategia, es característica de quién? De los hijos de este siglo. El hombre secular, la gente racional no espiritual, los que están sumergidos en el tiempo y en el espacio, en el mundo, no en la eternidad, aquí, su vida depende de este mundo, los asuntos temporales, no los espirituales. Los hijos de Dios, los creyentes, los ungidos, los hijos de la luz.

El Señor dice, los que son sagaces en su trato con sus semejantes, los que saben hacer las cosas, los que llevan a cabo las grandes tareas de la vida, no son los evangélicos, no son los pentecostales llenos del Espíritu Santo y de los dones de la unción de Dios. No, son los inconversos, los paganos, los que están allá afuera en el mundo. Y eso es como un indictment, como dice en inglés, es una acusación contra nosotros del Hijo de Dios. Yo creo que el Señor dijo con un sentido de ironía y de profunda tristeza.

Reveladoramente el Señor extrae esta parábola del mundo de los negocios. Es una parábola que elabora una situación financiera. Es ese mundo de los negocios, el mundo de la corporación el que mejor representa esa mentalidad de planificación, especificidad, y estrategia; hasta cierto punto, yo critico ese mundo muchísimo y creo que no es tan eficiente como él piensa que es. Pero en un sentido sí lo es, por eso el Señor siempre usa situaciones de negocios para ejemplificar este tipo de cosas.

Ese es el mundo que controla todos los demás mundos de la cultura. Es el mundo de las corporaciones, siempre ha sido así, incluyendo el mundo militar, el mundo gubernamental, cultural, científico, académico. Piense en una persona como Bill Gates, con su filantropía de billones de dólares, The Gates Foundation, creo que se llama. Piensen en Warren Buffet, que le dio billones de dólares a esa fundación de Bill Gates también y piensa dar todo su dinero cuando se muera a esa filantropía. Piense en Richard Branson. Si usted piensa en esas grandes filantropías que hoy en día, el Rockefeller Foundation, The Ford Foundation, de dónde vienen? Del mundo de gente negociante.

Piense en el siglo XVI, el Renacimiento, los Medici, quién propició? Gente como Miguel Ángel y Raphael y otros. Quién es responsable en última instancia por el gran desarrollo de la cultura en Italia en el siglo XVI, en el Renacimiento? Los grandes comerciantes que tenían la idea también, ok, voy a usar mi dinero para desarrollar la cultura. Siempre ha sido así.

Pero es el dinero lo que controla todo lo demás: la filantropía, las universidades, el mundo cultural, todo sale de allí, del dinero.

Entonces la mentalidad operativa del mundo del comercio, la mentalidad que ellos usan para llevar a cabo sus operaciones, le da acceso a ese mundo del dinero a todas las demás cosas. Esa mentalidad que el mundo corporativo usa, le da acceso, a su vez, y poder y control sobre todos los demás mundos de la cultura.

Entonces la conclusión es esta: concluimos, no es el dinero lo que da poder, hermanos. Hay quien dice, oh, el que tiene dinero tiene poder. No. Lo que da poder es la manera de pensar y operar, es el modus operandi, la metodología, lo que da acceso al dinero.

Si tu tienes la metodología y el modus operandi, ese paradigma la cual yo me refiero, tu puedes tener acceso potencialmente a todas las demás cosas. Lo que verdaderamente produce poder, control, e influencia es una forma de operar, una forma de acercarse uno a las situaciones de la vida.

Donde reside esa forma de pensar, donde usted la encuentra, allí estará el poder, la influencia, la excelencia, la efectividad, el impacto, el control. Donde está esa forma de pensar, en cualquier grupo, cualquier institución, cualquier movimiento a largo plazo social, cultural, político, donde reside esa forma de pensar, ahí usted va a ver progreso, efectividad y logros.

Ahora, esta verdad que yo estoy delimitando aquí es eminentemente aplicable al Reino de los Cielos. Dios quiere que su Iglesia, con i mayúscula, y su iglesia con i minúscula, aquí en León de Judá, aprenda y cultive esta manera de pensar, y que se aplique a ella, -esto es importante,- sin descuidar la dimensión del espíritu. Porque si la descuidamos entonces estamos perdidos.

No, yo no me refiero a una cosa o la otra, sino a una cosa y la otra. Esa manera de actuar y trabajar no nos es cómoda o natural, -lo que yo me estuve refiriendo hace un momento atrás- porque está en aparente conflicto. Digan por favor, aparente.

Esa mentalidad que yo estoy delineando, estratégica, intelectual, científica, como usted lo quiera llamar, no nos es cómoda porque nosotros creemos o está en aparente conflicto con otra mentalidad a la cual también nos llama la palabra. Esa otra mentalidad yo la llamaría, mentalidad sobrenatural o mentalidad espiritual. Ese es otro tipo de mentalidad. Y nosotros pensamos que es como instintivamente nosotros sentimos como que hay una contradicción y entonces por eso…. Nos es incómodo pensar en esa manera porque la mentalidad sobrenatural o espiritual a la cual nosotros nos suscribimos como creyentes y sobre todo como carismáticos pentecostales, sentimos como que está en conflicto con la otra que yo acabo de describir.

Esa mentalidad sobrenatural que estoy describiendo depende, no de la razón, ni del esfuerzo que yo estoy aludiendo, que es importante, ni de la inteligencia, ni de la estrategia, sino de qué? De recursos espirituales, de los dones del Espíritu Santo, de la unción, la oración, el ayuno, la santidad, la intervención divina, la alabanza. Ve? Entonces, por una parte, yo estoy diciendo, no, usted tiene que esforzarse, estudiar, planificar, ejercer disciplina, ejecutar. Y entonces la mentalidad sobrenatural le dice; no, tu tienes que…. Levanto mis manos cuando tengo mil problemas…. Y entonces viene la unción y usted sale adelante y navega con las alas de bendición, etc., y viene la solución. Usted ve?

Esa mentalidad sobrenatural como que compite con esa otra mentalidad de esfuerzo sistemático, de repetición de cosas pequeñas, de persistencia, de acumulación de presión sobre una realidad, hasta que explota. Por una parte dice, no, no, encomienda tu causa al Señor, y él te prosperará. Entonces, otros te dicen, no, trabaja duro, esfuérzate, mete mano.

Un texto clásico de esto es Zacarías, capítulo 4, versículo 6, yo diría que es el texto clásico de este tipo de mentalidad donde:

“… entonces respondió y me habló diciendo, ‘Esta es la palabra de Jehová acerca de Zorobabel, que dice no con ejército ni con fuerza, sino con mí espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos…”

Usted ve la mentalidad sobrenatural? No es con estrategia, no es con sistemas tecnológico, no es con computadora ni iphones, es con mi espíritu. Así que llénate de mi espíritu y tu vas a tener éxito en la vida y vas a hacer las cosas que tu necesitas hacer. Ora mucho y vas a tener éxito. Esa es la mentalidad sobrenatural. Es la mentalidad que está en el coro de Marcos Barrientos, ‘no es con fuerza ni poder’.

Dice, “….no es con fuerza ni poder, más con su santo espíritu, las armas de la guerra no son de este mundo, son fuertes en Dios....”

Fíjese, “…..no son de este mundo, son fuertes en Dios. El poder de su amor son la fuerza mayor, adorando a Cristo en unidad, victoria en su nombre nos da su verdad….”

No es lo que tu haces, sino alinearte con la fuerza de Dios, la verdad de Dios, eso es lo que te da…. Entonces usted ve la aparente contradicción. Por una parte Cristo nos dice esencialmente, procedan y piensen como los hijos de este mundo y por otra parte nos dice, las almas de ustedes no son de este mundo. Entonces, ve la contradicción?

Nosotros subconscientemente identificamos esa aparente contradicción estructural y la resistimos, porque nos afiliamos naturalmente más con el mundo del espíritu. Y entonces cuando nos dicen, no, aprende inglés, aprende a usar una computadora, aprende a usar email, viaja a Europa, si quieres ser un gran músico, un gran artista y métete con la cultura de hace siglos y aprende. Cántate un himno ahí que parece que no dice mucho, pero que tiene unción, mejor que un coro con 5 baterías y 7 saxofones. Entonces, hay un forcejeo estructural allí.

Por eso no vemos más el cultivo de esa mentalidad estratégica de negocios, empresarial que el Señor y toda la Escritura recomienda que adoptemos. Secretamente, inconscientemente, los hijos de Dios saturados del paradigma sobrenatural, la resistimos porque nos interesa más la mentalidad sobrenatural y milagrosa.

Irónicamente, hermanos, esto es bien importante, por eso hoy en día, en el mundo moderno, la iglesia de Jesucristo se mueve al margen del poder y la influencia, en un mundo paralelo pero separado al mundo donde se distribuye el bacalao, donde se hacen las grandes decisiones.

Obama hace sus decisiones y no le importa lo que piensen los evangélicos, él los manipula y prepara como hace, perdóneme si usted… yo diría lo mismo de otras personas, yo no soy… pero la verdad es esa…. La gente de este mundo, Kerry o quien sea, Obama, se preparan décadas antes, cuando están en Harvard, en esos sitios, y dicen, yo puedo llegar a ser presidente, ah, pero necesito aparecer evangélico porque sin el voto evangélico o afro americano yo no voy a llegar. Entonces se convierten por allí un día, ven la luz, perdonen si yo… estoy aquí entre gente de confianza. Preparan su resumé, van a una iglesia por un tiempo y cuando llega el momento de correr para la presidencia ya tienen el carné evangélico, pero cuando llegan al poder se olvidan de todo lo que nos prometieron. Nos manipulan porque piensan estratégicamente.

Nosotros estamos, oh, nuestro salvador, buscamos cualquier razón para darle el voto: ah, bueno, es evangélico, pues, dice que es evangélico, dónde está su actitud, su postura, su fuerza motriz? Ese mundo nos manipula, pero no nos…. Ellos hacen lo que les da la gana. Las universidades no se percatan de lo que piensan o desean los evangélicos.

Nosotros producimos, tenemos toda una industria de cine, una industria de libros, nosotros tenemos más best sellers que el mundo secular, tenemos artistas mejores que el mundo secular, pero no impactamos. Vivimos en un mundo paralelo.

Eso es lo me intrigó acerca de ese libro que, de paso, a todos los que puedan leerlo, se los sugiero altamente, pero no para que le crea, sino para que lo pueda criticar efectivamente, “To change the culture”. Aludí a él hace poco, de James Davison Hunter. Es un libro muy interesante, él dice eso, precisamente. Ahora, su conclusión es que por eso es que no debemos tratar de cambiar la cultura. Me parece diabólica esa conclusión, personalmente. Y el mundo evangélico sofisticado, intelectual va en esa dirección más y más. Pero yo creo que tenemos que saber lo complejo que es cambiar la cultura, y entonces operar en esa manera.

El caso es que los evangélicos nos movemos en un mundo paralelo. No afectamos el mundo de los negocios, política, cultura, intelecto, ciencias sociales, ciencia dura, porque no hemos aprendido a usar esa estrategia que el Señor, y toda la Escritura en realidad, recomienda que adaptemos. Secretamente, inconscientemente, los hijos de Dios saturados del paradigma sobrenatural, la resistimos por esa razón. Y por eso nos vemos en ese mundo paralelo, pero separado, aislado del mundo del poder, la influencia, la excelencia en el área de la ciencia, letras, negocios, gobierno, finanzas, leyes.

Lo que nosotros hacemos es tirarles piedras por encima de la valla que ellos tienen. Les tiramos piedras, los criticamos, arremetemos contra él, desarrollamos universidad evangélicas, desarrollamos una industria de publicación evangélica, desarrollamos best sellers evangélicos, desarrollamos películas evangélicas, y tenemos algunos líderes evangélicos en posiciones de influencia, fundaciones, think tanks evangélicos pero no afectamos el mundo donde se hacen las decisiones, que determina las guerras, las distribución de los bienes, la cultura, eso no lo afectamos, porque no hemos aprendido a usar esa mentalidad.

Producimos muchas cosas, muchos objetos culturales, pero no penetramos en el mundo élite, donde se hacen las grandes decisiones. Ese mundo está reservado para el hombre secular, quien tiene el monopolio, prácticamente de esa manera estratégica de pensar.

En realidad, me atrevo a decir, hermanos, que hasta que la iglesia de Jesucristo, los siervos de Dios no cultivemos, y no aprendamos a emplear este tipo de manera de pensar y operar, no lograremos conquistar el mundo para Cristo, desarrollar iglesias de excelencia, producir líderes sobresalientes, o pensadores de influencia. No lograremos influir sobre la cultura y discipular las naciones como Cristo nos ha comisionado a hacer. Para eso necesitamos aprender a ejercer este tipo de forma de pensar en nuestra vida personal, individual, así como en nuestro involucramiento en cualquier área del ministerio.

Ahora, en este punto de mi desarrollo, lo lógico sería describir con más lujo de detalles, punto por punto, en qué consiste esa mentalidad estratégica empresarial, y cuáles son los elementos específicos que la componen. Pero en realidad requeriría una segunda conferencia. Lo que quiero aquí es simplemente dibujar sus contornos y describirla a groso modo, a vuelo de pájaro, y lo próximo sería entrar en detalle sobre eso, quizás en otro momento.

Voy a tomar otro texto de la Escritura, muy cercano al primero para probar, número uno, lo bíblico, de mi punto de vista, quiero apuntalar eso para que usted pueda abrazarlo; lo bíblico que es lo que yo estoy diciendo. Número dos, lo urgente que es que aprendamos a pensar así, y número tres, lo necesario de esta mentalidad para conquistar el mundo que Dios quiere que lo hagamos en este tiempo estratégico de la historia.

Vaya a Lucas 19, donde tenemos aquí la parábola de otro siervo inútil y también de siervos fieles y útiles que ilustra la importancia de la mentalidad empresarial, estratégica para conquistar el mundo. Aquí tenemos otro texto donde, dice:

“…oyendo esas cosas prosiguió Jesús y dijo una parábola por cuanto estaba de Jerusalén y ellos pensaban que el Reino de Dios se manifestaría inmediatamente…”

Los discípulos creían que el Reino de Dios iba a venir, Dios lo va a instalar, va a bajar una gran plataforma, un platillo volador, con todo lo que se necesita, y el Reino de Dios va a ser instalado en la tierra, de la noche a la mañana. Y el Señor dijo, no, no es así, mis hermanos, ustedes tienen que fajarse, tienen que sudar, tienen ustedes que meter mano, tienen que establecer sistemas, desarrollar gobiernos, estrategias, entrenar líderes, establecer institutos, escuelas, seminarios, escribir grandes libros y ponerse y leudar toda la masa. No es así, simplemente, Cristo viene y ya todo está listo. No, hay una tarea. Ellos pensaban que iba a ser así, y no, no es así. Entonces para eso les dio una parábola, y dijo:

“… Un hombre se fue a una casa, un hombre noble, Cristo, se fue a un país lejano a recibir un reino y volver, y llamó a diez siervos suyos, -ponga ahí empleados, ministros, líderes religiosos-, les dio diez minas …, -ponga ahí dones, talentos, habilidades- y les dijo, negociad… –esa palabra es bien clave. Este pasaje depende de dos cosas, palabras claves y una atmósfera que se desarrolla-… negociad entre tanto que vengo… -esa es la forma de operar, negociando-… pero sus conciudadanos le aborrecían, etc….

“….Entonces dice, aconteció que vuelto él después de recibir el reino, -diga ahí, segunda venida-…. Mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales le había dado el dinero… -ponga ahí, el juicio que no es para salvación sino para ver qué hiciste tu con tu dinero, qué hiciste tu con los dones que te di, cómo usaste tu tu tiempo, cómo usaste tu los recursos que yo te infundí-… para saber lo que había negociado cada uno… -negociado, otra vez la misma palabra-

“… Vino el primero diciendo, Señor, tu mina ha ganado diez minas….. usted sabe la historia, cada uno le dijo yo he rendido lo que me diste, lo he multiplicado cinco, diez, uno. Había uno que dijo, Señor, tenía miedo, pensé demasiado en las consecuencias, no usé mis talentos. Tenía miedo de ti. Y me dejé llevar por las emociones y el temor, no pensé estratégicamente y el dueño de la firma le dice, estúpido, porque aunque sea no metiste el dinero en un banco para que me diera un uno por ciento, yo no sé cuanto da hoy día, uno por ciento es muy poco, pero aunque sea para que no estuviera metido debajo del colchón. Por qué no pensaste aunque sea como un negociante un poquitito?

Nótese que la parábola se refiere a la acción de la iglesia en el mundo en lo que Cristo viene por segunda vez. Es un contexto escatológico el que está aquí. Nótese también la atmósfera y tonalidad el mundo de los negocios, el mundo militar, el mundo organizativo que hay en esta parábola. Les doy esto, los pongo en línea, les digo esto es lo que tienen que hacer, les delego autoridad y responsabilidad, dentro de un tiempo vuelvo, quiero que me den un reporte, cuánto ganaron. Hay una mentalidad de negocios clara, establecida.

Nótese que hay órdenes específicas, se espera rendimiento sin escusas, se espera ganancia, se espera eficiencia en la forma de operar. Vemos aquí principios como descentralización, delegación, visión, organización, pensar a largo plazo, etc. no hay mucho sentimentalismo, oren, busquen la unción de Dios, declaren la bendición del Espíritu Santo y entonces vengan y hagan lo que tengan que hacer. No, fájense a trabajar. No hay mucho sentimentalismo, espiritualidad, misericordia, en esta parábola. Lo que hay más bien es sobriedad, eficiencia, planificación, negocio, estrategia. Es la mentalidad del mundo de los negocios.

En el contexto de esta cultura que Cristo nos ha dicho, conquístenmela, yo les doy dones, úsenlos para un propósito. El Señor no quiere escusas, lo que el Señor quiere rendimiento. En su ministerio no me venga con historias tristes. Se me quedó esto, se me olvidó esto, que la gente es dura. No, no, ejecute, hágalo, ese es problema suyo. Por qué no está trabajando pregúnteselo. No le eche la culpa a los demás. Mire hacia adentro y busque una solución. Esa es la atmósfera que hay aquí.

La clave en esta parábola está en la palabra ‘negociad’. Es la palabra pragmateusase, una palabra que a mí me encanta, pragmateusase, de donde viene la palabra pragmático, práctica, pragmatismo, praxis. Se refiere al mundo de los negocios, a la acción repetida, sistemática, persistente, disciplinada, minuciosa y específica para obtener resultados claros, medibles, previamente determinados, como se hace en el mundo de las instituciones seculares, las finanzas, los negocios. Esa palabra pragmateusase es la palabra que dice negociad.

En otras palabras, trabajen en una forma sistemática en lo que yo regrese. Trabajen con una mentalidad corporativa, trabajen pensando específica, pragmáticamente, sean pragmáticos. Por qué estamos aquí hoy? Precisamente, no estamos aquí para… tuvimos un momento de oración porque es importante, pero es para que se remangue la camisa y trabaje duro, aburridamente.

De hecho, una de las grandes marcas, es la capacidad para disciplinar las emociones y trabajar sobre cosas pequeñas, aburridas, pero importantes. Eso caracteriza el movimiento del hombre en su modalidad estratégica.

La obra de la iglesia universal, así como de cada congregación, así como de cada siervo o sierva, en su vida personal ministerial, debe conducirse con esa misma mentalidad y según esa misma metodología pragmática.

Y terminando, voy a tomar, un solo ejemplo más de la Escritura para desglosar algunos de los elementos constituyentes. No los puedo hacer todos, pero quiero que ahora hacemos un case story pequeñito, minúsculo de algunos de los elementos constituyentes de este tipo de mentalidad, porque quiero dejarla plantada ahí en su espíritu y en su mente. Esa mentalidad empresarial estratégica, cómo funciona en la realidad, cómo se desempeña en la realidad. Vamos a Nehemías capítulo 2, versículos 4 al 16.

Nehemías, en la Escritura, para mí, es el caso clásico del pensador estratégico, el líder científico, el líder que se traza una meta y la ejecuta. Todo el libro de Nehemías es un libro que usted debe leerlo y bebérselo. No lo estudie tanto aquí, sino deje que Nehemías se le meta dentro de usted y que lo posea.

Ahora, mire, qué vemos aquí. Nehemías, un día está leyendo el periódico en la internet y descubre en NPR, o en New York Times, el website, que en Jerusalén hay una destrucción tremenda, los muros están destruidos, la gente está en vergüenza, no hay defensas, el prestigio, todo eso estaba implicado en la destrucción de los muros, la economía está hecha un desastre, la gente está desmoralizada. Y él entiendo, si edifico los muros, los muros son para protección, podemos desarrollar la ciudad, porque cuando la gente esté con los muros entonces se va a mudar a Jerusalén, entiende que el prestigio está implicado en esto. Yo creo que todas estas cosas estaban en la mente de Nehemías.

Por qué se concentró en los muros? Porque los muros eran lo esencial, era el pivoting point, era el punto de leverage. Esa intervención en particular permitiría muchas otras intervenciones, porque Nehemías es un pensador estratégicos y por eso piensa. Entonces, qué hace él? Sabemos la historia, ora, porque siempre… digo, no hay competencia entre lo sobrenatural, ayuna, busca unción de Dios, busca claridad, clama al Señor, se desarma ante Dios, y entonces se seca los ojos, se da un buen baño y ya sabe lo que tiene que hacer, y entonces va ante el rey, y dice: Señor, ábreme una puerta. Y un día él está allí, está un poco demacrado, quien sabe si él mismo se puso un poquito de polvo gris para verse demacrado, para ver si el rey me pregunta qué es lo que tengo que hacer. Entonces, versículo 4 dice:

“…. Me dijo el rey… -después que le dice, oye, qué te pasa, estás triste? Estás enfermo?-… me dijo el rey, qué cosas pides?

Usted ve cómo piensa el mundo? Dice, bueno, está bien, te ves mal, pero qué es lo que tu necesitas? Qué puedo yo hacer? Cómo vamos a resolver ese problema?

“….. Qué cosa pides? … -así es que piensa el hombre secular-… entonces por un instante él oró…”

Yo creo que Nehemías en medio segundo dijo, Señor, guau, aquí está el momento. Qué hago? No se puso, rey, vengo mañana, y le voy a decir…. No, él había pensado ya, él había estrategiado ya. Él lo que dijo es, Señor, me encomiendo a ti. Y punto. Cuando usted ora, cuando usted vive una vida de unción, usted no necesita ser tan espiritual. La unción está dentro de usted, está desarrollada a través de sus poros.

Yo creo que mientras más espiritual usted es, menos espiritual parece. Mientras usted más sobrenatural es, menos tiene que depender del ‘así dice el Señor’, y de los ángeles que te hablen, porque la unción, la revelación está dentro de ti y tu vives la unción, tu eres profético. T u mente está santificada, tu mente está penetrada con los paradigmas, patrones de pensamiento de la Escritura. Tu lees continuamente, la vida de Escritura se ha metido y se ha desgranado dentro de ti. Tu no pareces ser muy espiritual, pero tu eres un ninja espiritual. Tienes unas estrellitas por allí que tu se la tiras al gigante y lo destruye. Los otros andan con unas bazucas gigantes y por eso los identifican y les pegan un tiro, y los neutralizan enseguida.

La gente espiritual no parece ser espiritual, porque su espiritualidad la desarrolla donde cuenta. Entonces, Nehemías está allí, se encomienda y entonces dice al rey:

“… Si le place al rey, tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré…”

Ese es el mision vision statement de Nehemías. Quiero ir a Jerusalén y quiero reedificarla, punto. Una visión bien, bien clara.

“… Entonces el rey me dijo, -y esto es interesante acerca de la mentalidad de Nehemías-… y la reina estaba sentada junto a él….”

Por qué dice eso? Porque Nehemías es un hombre que piensa. El libro de Nehemías es bien detallistas. Ese detalle que la reina estaba sentada junto a él, como me pone exactamente la escena, porque a él le encantan los detalles. Bien específico en su forma. Eso es lo que me convence de que este es un libro verdadero y real. Es que es bien detallista. Y entonces dice:

“…. Y entonces el rey me dijo, cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?...”

El rey quiere saber, apúntenme allí, él dice que se va el 20 de junio y regresa el 10 de septiembre. Te quiero aquí ese día. Cuánto durará tu viaje? No, bueno, está bien… vete para allá y entonces trabaja lo que puedas y entonces cuando tu puedas regresa. No, cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?

“…. Y agradó al rey enviarme después que yo le señalé el tiempo…”

Entonces fíjese esto, “… además dije al rey, si le place al rey, número uno, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso; y carta para Asaf, guarda del bosque del Rey, para que me den madera para enmaderar las puertas y para el muro de la ciudad y la casa en que yo estaré…”

Este hombre había pensado en todo, detalles, la parte gubernamental, legal, los permisos que necesito, mi casa donde voy a estar, la madera que necesita. Yo creo también él ahí metió, clavos y las herramientas, todo eso démelo. Recursos. Él pensó en todas estas cosas. Y entonces se fue a trabajar, y lo último es interesante, esa escena, en le versículo 11 en adelante.

Él llega a Jerusalén y después de estar allí 3 días… para qué? para descansar, relajarse, reponerse del viaje destructivo que eran esos viajes, de donde él salió para Jerusalén, se repone porque se necesita tiempo de descanso. La mentalidad estratégica piensa y factura todas esas cosas: vida familiar, vida devocional, vida matrimonial si la tiene o lo que sea. Todo eso lo desarrolla, lo piensa y entonces:

“… Me levanté de noche… -una noche calladito se levanta, se lleva un grupo de allegados, gente estratégica, sus líderes más cercanos. …. y unos pocos varones conmigo y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén. ..”

La mentalidad estratégica primero concibe las cosas, las planifica, las madura por dentro y entonces las va soltando en momentos apropiados.

“…. ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba, y entonces Nehemías hace un reconocimiento estratégico, camina. Él no depende de su imaginación o de la oración. No, él quiere kick the tires. Él quiere darle una patada a las gomas a ver si funcionan antes de comprar el carro. Entonces se va, analiza, visita este sitio y toma nota. Ah, mira, aquí hay estos muros. El muro A, B, C, D, 1, D2, 5, 3, que se yo qué? Desarrolla una visión estratégica. Ve la realidad, la señala, le pone etiquetas sobre ella.

“… y salí de noche por la puerta del valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta de Muladar, observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, sus puertas consumidas. Pasé luego a la puerta de la Fuente, al estanque del Rey, pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. Y subí de noche por el torrente, observé el muro y di la vuelta y entré por el….”

Para qué nos interesa esto? Es un hombre pensador estratégico, específico. Da detalles. Él tomó nota de todas estas cosas. Él tiene que ir a esos lugares y ver lo que está pasando. Entonces, finalmente él, en el versículo 17, después de hacer su reconocimiento, tomar sus notas, ver la realidad, desarrollar una estrategia, entonces va al pueblo, va los que tienen el dinero, los recursos, los cuerpos para trabajar, les da un reporte, les infunde visión, les dice lo que está pasando. Les diagnostica su realidad, dice, estamos en deshonra. Miren cómo les habla:

“… les dije: vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, sus puertas consumidas por el fuego. Venid y edifiquemos el muro de Jerusalén y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré como la mano de Dios había…”

Les infunde esperanza. Les dice, yo no soy un cualquiera, tengo la autoridad del rey, tengo el permiso, tengo la encomienda de él.

“… Y dijeron, levantémonos y edifiquemos…”

Tiene la solución porque él usó una forma estratégica de pensar, sistemática, juntó a la gente, su liderazgo contagió a los demás.

Nosotros tenemos que desarrollar la capacidad para contagiar a los demás con nuestra visión y decirles cosas claras, específicas y mantenernos en ella. Y eso entonces le dio el éxito que él necesitaba.

Léase el capítulo 3 después, no tengo tiempo, y usted verá cómo las tareas de dividieron. Este grupo tomó este pedazo del muro; este otro grupo tomó el otro pedazo; este otro grupo tomó el otro pedazo. Hubo oposición, hubo dificultades porque todo proyecto grande tiene dificultades, oposición, cosas inesperadas, tragos amargos. Había gente que los persiguieron, querían destruir su unción, pero él siempre en todo momento hizo lo que tenía que hacer.

Concluyo, póngase de pie y ya el tiempo… deme 10 segundos. Póngase de pie un segundito. Conclusión: en el mundo complejo y retador en el cual vivimos dominados por la tecnología, el conocimiento, el multi culturalismo y la competencia feroz, los cristianos requerimos como nunca las destrezas y conocimientos que nos permitan desarrollar vidas y ministerios de excelencia, eficiencia y productividad.

Esto es clave: se requiere que cultivemos un tipo de mentalidad que no nos viene naturalmente pero que es absolutamente esencial si queremos montar una maquinaria que conquiste el mundo para Cristo. Esa mentalidad estratégica, específica y científica no contradice la mentalidad sobrenatural. Más bien la complementa y enriquece. Debemos estudiar en qué consiste esa forma de pensar y operar. Debemos determinar cuáles son sus componentes constituyentes y lanzarnos a cultivarla día a día.

Finalmente, debemos hacer de ella una filosofía de vida, una visión personal, que determina cada una de nuestras acciones y decisiones cada día de nuestras vidas. Que el Señor les bendiga.

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