Compra la verdad y no la vendas!

TRANSCRIPT

Quiero rápidamente entrar un pequeño pensamiento, una reflexión que Dios me dio ahora, regresando de California. En el avión venía pensando una de las cosas más importantes en la vida es poder nosotros estar seguros de lo que Dios nos ha dado. Y a veces hermanos, por falta de conocimiento el diablo nos roba el terreno espiritual y a veces, hermanos, no es que el diablo tenga poder o autoridad para robarnos, es que nosotros le damos la oportunidad por falta de conocimiento.

Cuántos dicen amén a esto? A cuántos les ha pasado esto, que han bajado la guardia y han perdido una bendición? Sean sinceros. No más poquitos, que bueno que aquí no hay mucha batalla. Pero yo le digo a los hombres todos los martes y todos los sábados, si no hay batalla… y dejen el violín, dónde, hermano Manuel? En la casa.

Hermanos, voy a pedirles que abran su Biblia a Proverbios 23:23 y entrar rápidamente a esta reflexión. Y si ustedes me ayudan voy a tratar de ser corto, como un buen pentecostal voy a decir corto tres veces, y eso quiere decir, que ya me voy a acabar. Proverbio 23:23, quiero que lo digan conmigo, vamos a decir tres versículos y si nada más aprendemos en esta tarde, van a ser estos tres versículos. Primero Proverbios 23:23. Ya lo tienen? Digan amén.

Pero dice la palabra de Dios, todos juntos:

“… Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia no la menosprecies..”

Dígalo a su hermano, es tiempo de comprar la verdad. In English it says, “buy the truth and sell it not…” Compra la verdad y no la vendas.

Por allá en Juan 8:32 hay otra Escritura si usted quiere sígala, márquela porque esta va a ser el siguiente versículo que quiero que aprendamos en esta tarde. 8:32, un versículo muy conocido, todos Juan 8:32, es muy cortito que lo podemos todos aprender en esta tarde. Todos díganlo conmigo:

“…Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres…”

You shall know the truth and the truth….

Juan 17:17 será el último versículo y entraremos, hermanos, inmediatamente en esta reflexión. Juan 17:17, dice:

“…Santifícalos en la verdad, tu palabra es la verdad…”

A ver vamos a decir los 3 juntos: Proverbios 23:23, qué dice:

“Compra la verdad y no la vendas y la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia…”

Juan 8:32 dice: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”

Y Juan 17:17: “Santifícalos en la verdad, tu palabra es la verdad”

Praise the Lord. En esta tarde quisiera dejar una reflexión titulada, Compra la verdad y no la vendas. Dígale a su hermano, compra la verdad y no la vendas.

Buy the truth and sell it not.

Qué cosa es verdad? Óigame bien, en el lenguaje humano, hay dos tipos de verdad. La verdad absoluta y la verdad abstracta. La verdad abstracta es la verdad teórica o sabia o humanamente que es correcta, que es una verdad teórica, que tiene teoría, tiene ciencia detrás. Pero hay una verdad absoluta, esa es pura, es santa y de esa verdad yo quisiera, o una de ellas, hablar porque, hermanos, una de las cosas que como hijos de Dios tenemos que nosotros comprender, que el enemigo de nuestras almas, su trabajo es de tratar de quitarnos la posición que Dios nos ha dado. Y él trabajo overtime. Trabaja horas extras. Cuántos dicen amén a esto? Él no duerme. Él anda buscando una oportunidad para robarnos esta posición que Dios nos ha dado, porque él la perdió, él un día la tenía pero la perdió. Y él ya no la puede regresar a tenerla, pero gracias a Dios que nosotros por la misericordia de Dios, Dios nos ha dado una grande posición.

Y esa posición se encuentra en Juan, capítulo 1, versículo 12 que lo dice más claro este Evangelio, este versículo, donde dice:

“… más todos los que le recibieron, y quienes creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios…”

Les dio la potestad de qué? de ser hijos de Dios. Saben lo que están diciendo, hermanos? Hijos de quién? Hijos de Dios. Debíamos de estar felices que hemos creído en su nombre, hemos conversado con nuestra boca, hemos creído en nuestro corazón y hemos pasado de ser creación de Dios a qué? a ser hijos de Dios. Esta posición es tan elevada. Es una verdad absoluta que Dios nos ha hecho sus hijos. No lo merecíamos, cuántos dicen amén a esto? Pero por la misericordia de Dios, Dios nos hizo sus hijos.

Y allá en Primera de Juan, 3:1 dice: “… mirar cuál amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios…”

Y hermanos dice; “… y por esto el mundo no nos conoce porque no le conoce a él..”

Ser un hijo de Dios implica que tenemos ciertos privilegios y derechos y bendiciones. Yo estoy seguro que todos los que hemos experimentado lo que es tener un padre, una madre, en casa, el privilegio más grande es saber que un padre, una madre, demuestra su amor hacia sus hijos. Cuántos dicen amén a esto?

A veces, hermanos, esta verdad absoluta de que somos hijos de Dios, el diablo busca la manera de hacerte pensar que tu ya no eres hijo de Dios o que no mereces ser hijo de Dios, que no tienes derecho de ser hijo de Dios, porque lo que haya pasado en tu vida, o por lo que estás pasando. Pero quiero en esta tarde de una vez más decirte que tu eres hijo, hija de Dios, no importa lo que estés pasando, no importa la necesidad que tengas, tu sigues siendo hijo de Dios. Y tu Padre es Dios. Dije que tu Padre es Dios, y si tu Padre es Dios, tienes bendiciones que no se pueden contar con las manos ni con los pies.

Una de las cosas más importante es que nadie nos vaya a quitar ese privilegio de ser hijos de Dios. Y a veces, hermanos, las circunstancias de la vida, para poder entender más estas Escrituras, en la parábola del hijo pródigo se explica claramente lo que es la posición de ser un hijo de Dios.

El hijo menor estaba en la casa de quién? De su padre. Y él gozaba de las bendiciones de la casa de su padre, pero un día algo lo hizo pedir su herencia, algo le hizo pensar que él no estaba bien ahí en la casa de su padre, que se fuera a buscar divertimiento, que se fuera a buscar algo para llenar el vacío que él sentía según él, en aquella época.

Y ahí en el capítulo 15 de San Lucas nos explica claramente que este hombre se fue y malgastó toda la herencia, se quedó sin nada. A veces nos tenemos que quedar sin nada para recordar que somos hijos de Dios. Pero qué bueno es que allí a veces como aquel hombre, que ya había gastado todo, que estaba trabajando para sobrevivir, dicen que él miraba esa comida que le daba a los cerdos con deseo de comérsela. Ya no había nada peor que él ver esa comida sucia y querer desearla comer. Porque él había dejado su posición en la casa de su padre.

Allá en una Escritura en Apocalipsis dice, reten lo que tienes para que ninguno tome tu corona. Tu tienes una posición, una bendición especial. Y, hermanos, yo quiero en esta tarde solamente dejarte esta grande enseñanza de que nosotros tenemos una verdad absoluta que somos hijos e hijas de Dios. Y eso nos debe motivar a seguir buscando más de ese amor de Dios, seguir buscando más de esa presencia de Dios en nuestras vidas, porque el amor de Dios lo podemos sentir cuando estamos cerca de él.

Nuestros hijos, cuando se acercan a nosotros y los acariciamos, que hermoso es cuando un niño siente las caricias de su padre. Cuántos se acuerdan? Los míos ya están grandes, mi baby ya tiene, pesa 300 libras, pero ese Arón, allí donde lo ven, a veces , hermanos Orlando, así como el tuyo que está chiquito, a veces vengo y le comienzo a sobar la cabecita así como ayyy, él comienza a sentir las caricias. Por qué? porque es su papá que lo está bendiciendo.

Sabes que Dios te quiere bendecir en esta tarde? Te quiere acariciar, te quiere hacer sentir su amor en tu vida. Dije que él te quiere hacer sentir sus caricias. Muchas veces, hermanos, el diablo nos roba la bendición. Pero que hermoso es cuando llegamos con ese deseo, así como Arón, a veces estoy ahí en el carro, Omar, y le rasco un poquito y han de ver, él está grande ya no necesita a papá ni a mamá, pero de repente como que esas caricias lo hacen recordar que papá está allí para apoyarlo.

Cuantos saben que papá está aquí para apoyarnos? Cuántos saben que papá está aquí para levantarnos? Aquí está papá para sanarnos. Aquí está papá para darnos nuevas fuerzas. A veces necesitamos nosotros, hermanos, pelear por nuestra posición para que nadie nos vaya a quitar de nuestras vidas.

Yo quisiera decirles algo muy importante: como hijos de Dios tenemos ciertos derechos y yo les voy a decir que cuando usted va a casa de su papá, usted puede pedir lo que quiera. Yo veo a la hermana Davie allí con su mamá, ya veo que está bien chequeada, ella está bien contenta, tiene una sonrisa de oreja a oreja, aunque Wilson está por allá escondido pero yo sé que también a Wilson le gusta la presencia, porque ahí está mamá.

Yo no sé si ya la hermana Ema le hizo unos seviches de esos que hace ella, no sé si le hizo algo, y no me invitó pero quiero decirle que la mamá, el papá cuando ofrece… Levi puede pedirle a mamá lo que quiera porque es su mamá. El primer derecho como hijos de Dios es que nosotros tenemos derecho porque Dios nos ha hecho sus hijos. El que pide, recibe.

Muchas veces, hermanos, este derecho… y hay gente que le ha metido mucha técnica, lo ha hecho muy teológico eso. Es simplemente ir, es fácil, el que pide recibe. Algunos le ponen allí otras cosas, otra teología, y otras logias, y otras cosas, le ponen mucho adorno, pero que hermoso es cuando uno puede llegar a la casa del Papá y decirle, Papá, te necesito, necesito una bendición, quiero una bendición, me siento solo, necesito que toques mi vida. Y viene Papá a bendecirnos, tenemos derecho de pedir porque Cristo nos ha comprado con su sangre.

Cuántos dicen amén a esto? Ese derecho es tan explícito y tan directo, es una autoridad dada, es algo absoluto. Yo estoy seguro, cuando yo voy a casa de papá, y ahora me tocó ver a mi papá casi de 80 años, y cuando yo voy a casa no es que pido si puedo abrir la nevera, porque es casa de papá. Yo llego y abro la nevera a ver si hay algo ahí que me gusta, y si hay, no le digo, papá, puedo comer? Puedo agarrar una soda o puedo agarrar eso? Por qué? porque es la casa de papá.

Cuantos traen una necesidad en esta tarde? Levante su mano para que Papá lo vea. Todos traemos, pero a veces no sabemos pedir y ustedes saben que yo viajo mucho y he escuchado de todo tipo de oraciones, he escuchado oraciones elocuentes, palabras catedráticas y karatecas y yo no sé qué más. Una vez fui y un hermano que mencionó a Dios solo una vez pero le dijo Altísimo, majestuoso, buenísimo, tantísimo y tanto que duró cinco minutos cuando llegó Dios.

Pero hermanos, ahí llegó otro hermano que no sabía, no tenía mucha educación pero el vino y dijo, Papá, te necesito. Papá, te necesito. Papá, te necesito. Papá, te necesito. Porque a veces le ponemos mucha crema a los tacos, a las empanadas le ponemos mucho Padre santo que estás en los cielos, ayúdame por favor, tu sabes y le hacemos con eco… ooooooh, Señoooooor, pero que hermoso cuando llega un hijo de Dios y sabe que Papá lo ama, que no tiene que poner apariencia, que puede llegar a su presencia, puede levantar sus manos, puede levantar su voz y sentir a su Dios.

Alguien diga gloria a Dios. Hay que aprender hasta a pedir, hermanos, a veces no recibimos porque no sabemos pedir. Le pedimos tanto a Dios que dice, qué quiere mi hijo? What? Una vez estaba yo en una iglesia y venía un hermano y pedía, dámela, Señor, dámela, Señor, dámela, y yo pensé que era la promesa del Espíritu Santo. Y oraba, Señor, séllalo, séllalo, y un día me llega ahí con una novia y dijo, pastor, ya me la dio el Señor. Ojalá no haya aquí eso. Pero contestó el Señor ¿verdad?

Pero ¿saben qué? hermanos, es que Dios quiere que le pidamos con corazón. Muchas veces no importa si usted necesita una compañera o compañero, todos digan amén, los que quieren una. Dios bendiga. Los que necesitan no digan gloria a Dios. Hay que pedir. Es un derecho. Usted es hijo de Dios, pero pida como un hijo. Muchas veces decimos, Señor, tu sabes mi necesidad. Llega el orgullo. A veces le sacamos la vuelta porque no queremos decir la verdad. Pero cuántos saben que ya Dios ve el corazón? Antes que pidamos él ya sabe lo que necesitamos.

Yo siempre le decía a mi mamá que era bruja porque cuando llegaba me decía, mijo, quieres unos taquitos? Amén. Quieres unas flautas? Amén. Quieres una carne asada? Amén. Porque mamá ya sabía lo que me gustaba. Cuantos saben que ya Dios conoce nuestro corazón? Oh, hermanos, y saben lo que toca el corazón de Dios cuando sus hijos pueden levantar sus manos en las buenas y en las malas, y decir, quiero alabar mi Dios, yo necesito sentir su presencia. Yo necesito que él me bendiga. Pero a veces llegamos antes de alabar a Dios, con la lista, Señor, necesito trabajo nuevo, necesito pantalones nuevos, carro nuevo, y hermanos, nunca le decimos gracias Papá. Gracias porque tu me salvaste por gracia y yo no lo merecía esto. Pero tu me salvaste, me escogiste antes de la fundación del mundo, moriste en la cruz por mí, yo quiero alabar, te quiero glorificar, te quiero dar honra porque tu me salvaste.

Hay que aprender a pedir, es un derecho. Número dos, quiero tocar es que tenemos entrada a la casa de Papá. Allá en Hebreos dice que tenemos entrada al lugar santísimo. Antes, en el Antiguo Testamento solo el sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo una vez al año, pero nosotros sí podemos entrar los miércoles, los domingos, los lunes, los martes, los jueves, los viernes, los sábados. Cuantos saben que podemos entrar a la casa de Papá?

Estoy hablando del tabernáculo espiritual, no las 4 paredes. A veces llegamos aquí pero no estamos aquí. Que usted pueda entrar al lugar santísimo, tiene entrada libre. Cuando Cristo dice consumado es, si rompió el velo, y aquel lugar que estaba cerrado solamente para el sumo sacerdote, ahora tenemos entrada.

Dígale a su hermano, tu tienes entrada al lugar santísimo. You can go to the holies of holies. Y luego dice, que hermoso que podamos entrar, no tenemos que pedir permiso. No necesitamos un secretario, no necesitamos a San Antonio que toque la puerta. Nosotros tenemos entrada para dónde voy? Voy a ver a Papá. Voy a entrar al lugar santísimo porque allí está Papá. Yo necesito una bendición de Papá, yo tengo que entrar.

Pero ¿saben qué? el diablo dice que tu no eres digno, tu no lo mereces, para qué cantas, para qué oras, para qué vas a la iglesia. Pero hermanos, yo le quiero decir al diablo, mentiroso. Yo tengo entrada al lugar santísimo. Soy hijo de Dios. Puedo entrar. Y no tengo que ni tocar.

Algunos tocan mucho y después buscan al mediador, mejor, a lo mejor la madre porque está un poquito más cerca. No, hermano, usted no necesita la madre de Jesús, usted puede entrar directamente al lugar santísimo. Es hijo e hija de Dios. Si usted lo cree denle un aplauso fuerte a Cristo.

Número 3: Dios nos ha dado potestad de pedir, de entrar, número 3, dígale a su hermano, de caminar o andar en el espíritu. Somos hijos de Dios. Hermanos, cuántos saben que Dios camina con nosotros? La Biblia dice que caminó con Dios y Dios lo llevó. Cuantos están caminando con Dios? Algunos Dios los está jalando. A ver tu que estás distraído, ven para acá. Caminar con Anthony es una cosa, caminar junto, o quien lo vaya siguiendo, pero que hermoso es cuando yo camino con él, estoy con él. Estoy con él. Lo voy a levantar. Cuantos saben que Dios camina con nosotros? Y dentro de nosotros, con nosotros. Y Anthony Dios lo ama aunque está allí fallito, Dios lo ama. Por qué? porque él está caminando, él es hijo de Dios y porque él es hijo de Dios es mi hermano, hermana Vanessa. Este es mi hermano, porque tenemos el mismo Padre, y si él sufre yo sufro, si él se goza, yo me gozo. Porque estoy caminando con él y él conmigo. Y Dios con nosotros.

Alguien diga gloria a Dios. Hay que caminar. Usted es hijo de Dios, no necesita preocuparse, Dios camina con usted y usted camina con él en el espíritu. A allá en Romanos, Pablo lo dice más claro, que tenemos que andar. Ahora no hay ninguna condenación, allá en Romanos 8, para los qué? Los que están en Cristo. Cuántos están en Cristo en esta tarde? A ver mueva su mano si usted está en Cristo, y Cristo está en usted? Eso es hermoso, hermanos. Es una comunión íntima.

Número 4, ya voy a terminar. Donde está el hermano Enrique? Es la segunda que voy a terminar, pero ya faltan dos más. Puedes comenzar Enrique. Quiero terminar pero quiero terminar diciendo esto: número 4, tenemos el derecho de gozarnos. Óigame bien, muchos todavía no han aprendido a gozarse, por eso en su vida siempre andan amargados, siempre andan frustrados, no hay una sonrisa. No me vengan que se pinte uno allí, como el payaso, trae una sonrisa pintada pero adentro anda llorando. Pero el hijo de Dios tiene derecho de gozarse, tiene el derecho de gozarse. Y el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Y yo me puedo gozar, se vale reír, se vale también gozarse en el Señor.

Mucha gente que toman esto muy serio, hermanos. Y hasta ponen la carita de… Ese hermano anda bien almidonado, no se puede ni mover, está bien stiff. Oh, pero cuando el que sabe gozarse, ahora que estaba viendo el mundial, miraba unos fanáticos que echaban maromas, Omar, cuando le hacía gol, se acercaban y echaban maromas, se gozaban, y decía yo, que bueno que ese hombre se sabe gozar, porque su escuadra está jugando. No hacen ni un gol y echaban maromas.

Y nosotros a veces venimos a la iglesia todos… esa hermana se está gozando. Gózate hermana. Ahora, hay que aprender a gozarnos. Saben que reír también sana el alma? Ya por 30 años he querido cambiar y no cambio, hago peor, porque he aprendido a gozarme. Yo me estoy gozando en esta tarde, porque soy hijo de Dios. Cuantos son hijos de Dios? Voltee a su hermano, dele una cachetada para que se sonría. A veces, hermanos, hay gente que no sabe gozarse, y no sabe que es un derecho en las buenas y en las malas, usted se puede gozar aunque ande en el valle de sombra de muerte, por qué? y él ha cambiado nuestro lamento. Algunos no saben ni danzar.

Oh, pero cuando están jugando los Celtics y perdieron los Seattle, ya están llorando. Pero qué, porque también al Señor se sirve con cuerpo, alma y espíritu. La familia de Dios. La palabra comprar es adquirir, tu buy is tu purchase, to get something.

En Isaías 55, que lo voy a leer y con esto voy a terminar. Mucha gente dice, pero cuánto cuesta para comprar la verdad. Mucha gente le pone precio, pero quiero decirte que Cristo ya pagó el precio por nosotros. No fue con oro ni con plata, fue la sangre preciosa de Jesucristo que compró la verdad absoluta para ti y para mí. Me gusta como el profeta Isaías lo dice, y se ponen de pie porque ya quiero terminar.

A todos endientes venid a las aguas y a los que no tienen qué? Venid, qué cosa? Comprar sin dinero, porque Cristo ya pagó el precio. Voltee a su hermano y dígale, somos hijos de Dios. Turn tu your neighbor and tell him, We’re children of God. Somos hijos de Dios.

Esto me emociona a mí saber que soy hijo de Dios, saber que Papá está en el cielo, en la tierra y en todo lugar. Venía en el avión de San José, California, a South Lake City y venía por la ventana viendo, hermana Vanessa, miraba las nubes y de repente en mi corazón sentí algo tan hermoso, dije es mi Papá hizo todo esto. Este avión Dios le dio la sabiduría, la inteligencia. Me sentí orgulloso. Esto es de mi Papá. Y Pablo lo dijo, aba Padre, todos digan aba Padre. Es como decir, Daddy en inglés. Papito.

Que hermoso cuando un hijo de Dios conoce su posición! Y sabe que esa posición nada ni nadie se la puede quitar. Las luchas, las pruebas… cuántos saben de luchas y pruebas? Levanten sus manos si usted conoce las… esa déjelas a un lado. Pero usted es hijo e hija de Dios. La verdad absoluta es que pase lo que pase en su vida, usted tiene una posición muy elevada. Somos la familia de Dios. A todos los que le recibieron y creyeron en su nombre les dio potestad de qué? de ser hijos de Dios.

Cuantos ya recibieron a Cristo en su vida? Y si tu no lo has hecho, hoy lo puedes hacer. Si usted todavía no ha aceptado a Cristo, hoy puede pasar de ser creación de Dios a ser hijo o hija de Dios. Habrá alguien en esta tarde que no haya aceptado a Cristo?

Yo tengo que tirar la red. Que Dios quiere que tu también seas hijo o hija de Dios. Voltee a su hermano y diga, es tiempo de no vender la verdad. Voltea a su hermano y dígale, es tiempo de no vender la verdad. It’s time not to sell the truth.

Dios te bendiga hermana. Hoy tu eres una hija de Dios. Otra hermana, mi familia está creciendo, madre. Blanca, véngase a ayudar a esta hermana, Cármen, Ángela. Oh, hermanos, this is beautiful.

Yo quisiera, siento en mi espíritu decir esto: la posición de ser hijo o hija de Dios nos da derechos pero también nos da responsabilidades. Y hay que retener lo que tenemos. Esa verdad que Dios nos ha dado, venga lo que venga, hay muchas doctrinas falsas que se están predicando, pero que hermoso es cuando nosotros sabemos en quién hemos creído y sabemos que Papá está con nosotros en las buenas y en las malas.

Oh, hermanos, óigame bien, como que Papá me dice, uno de tus hermanos trae un peso muy fuere en el corazón. Quién es ese hermano? Un hombre que está pasando por algo muy duro en su vida. Papá me dice, ora por tu hermano. Dónde está ese hombre? Quiero ministrar rápidamente. Un peso muy fuerte, está pasando por algo muy duro en tu corazón, Dios te bendiga. Vamos a ayudar, es nuestro hermano, Dios te bendiga. Dios te bendiga, mi hermano. Yo siento a Dios aquí en este lugar.

Quiero ministrar a alguien más, hay una hermana que se siente muy sola, tu lloraste hoy en este día, el espíritu me está mostrando. Estabas llorando porque te sentías muy sola como que si nadie se interesara en tu vida. Pero quiero decirte que Papá te trajo hoy para decirte que él te ama y que tienes una familia. Dónde estás amiga o hermana? Yo quiero orar por ti. No te sientas sola. Dios te bendiga mi hermana. Alguien ayúdeme a orar, hermanos. Es la familia de Dios y este hombre es mi hermano, él está llorando porque Dios lo está tocando. Tu eres mi hermano, hermano. Lo que tu sientes, yo lo siento por eso Dios te ha llamado en esta tarde. Oh hermanos esto está tremendo.

Quiero orar por una persona más y ya voy a parar, pero siento en mi corazón que una de mis hermanas también está por hacer una decisión y no sabía, no ibas a venir ahora, Jesús. No se preocupen, es el espíritu de Dios. Esa es la presencia de Dios. Alguien que quiere hacer una decisión y Dios quiere ayudarte a hacer esta decisión.

Hermanos, nadie se mueve, también los miércoles Dios sana y salva, también los miércoles Dios libera. No nomás los domingos. Dios te bendiga, hermana. Mi hermana siente que ella tiene que hacer una decisión. Óigame bien, aquí está otra hermana. Necesito ayuda hermanas. Estas son tus hermanas, acá viene otra. Hermanos, somos la familia de Dios, aquí están tus hermanas, tus hermanos, ayudémoslos.

Señor, tu hija, mi hermana, ….. toca tu… alguien dele gloria a Dios. Que Papá está en la casa. Dios te bendiga. Espíritu Santo sopla. Toca a mi hermana, ayúdala Señor. Es mi hermana, te pido la bendición. Sopla.

Nadie se mueva porque el espíritu me dice que hay más. Algunos de ustedes vinieron, no sabía lo que iba a pasar, pero Dios hizo cita contigo porque te ama tanto Papá, voy a traer a mi hija, mi hijo para mostrarle que lo amo. Dios bendiga. Mire hermano, qué hermoso. Mi hermana, en el nombre de Jesús. Hay poder en Jesús. No te duermes, just put him there.

Súbanse para allá para alabar a Dios. Papá está aquí. Pasen para arriba, vamos a cantar, ya vamos a terminar. Toda familia, levanten sus manos hacia el cielo y dígale gracias Papá. Quiero orar por alguien que está muy enfermo, trae dolor, siento mucho dolor aquí al lado derecho. Donde esa persona que trae mucho dolor al lado derecho? Dios te bendiga hermana, Dios te quiere sanar. Cuantos saben que Dios también sana a sus hijos? ¡Aleluya!

Dios ya hizo lo que tenía que hacer. Hermana, Dios te va a sanar este dolor. Donde te duele? Ahí es donde dijo Dios. Ayude a la hermana, alguien ayude. Alguien dele un aplauso a Cristo, hermanos. Somos hijos de Dios. Dios sana. Dios sana. Compra la verdad. Esta es la verdad. Cante algo porque yo siento a Papá aquí en este lugar. Levanta tus manos y deja que la presencia de Dios invada tu corazón.