SERMONES

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Declarar lo que Dios ha declarado

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Hoy tenemos algo muy especial y es poder participar del ministerio del Apóstol Héctor Torres, su esposa Miriam, que está con nosotros también. Para muchos de nosotros él no necesita mucha introducción porque o hemos leído algunos de sus libros o hemos escuchado de su trabajo muy estratégico en el área de la intercesión, de la guerra espiritual. Él ha sido usado por Dios a través de los años para levantar la conciencia en el pueblo de Dios de la necesidad de la intercesión, de cómo a través de la guerra espiritual y de la declaración del señorío de Cristo, nuestras ciudades pueden ser ganadas para el Señor.

Sabemos que no estamos involucrados en una batalla meramente religiosa, ni siquiera social, económica. El Apóstol Pablo dice, ‘nuestra lucha no es contra sangre y carne sino contra principados, potestades’. Es decir, debajo de todo deseo de ver nuestras ciudades transformadas hay una guerra espiritual que tiene que ser llevada a cabo. Si el hombre fuerte no es atado su casa no puede ser desalojada, o puede ser tomada.

Y entonces, el Apóstol Torres ha sido usado por el Señor para levantar ese nivel espiritual, esa conciencia en el pueblo de Dios de la necesidad de orar, de ayunar, de clamar, de hacer guerra espiritual, de declarar el señorío de Cristo. Y Dios lo ha usado mucho al nivel también de esta misma nación, no solamente entre los hispanos, él de paso es, confirmé esta mañana, de nacionalidad colombiana, así como su esposa también.

Él es de Bogotá y ella, ¿usted es de Bogotá, hermana también? Los dos son de Bogotá. Y como decía, aquí tenemos un grupo bastante grande. ¿Cuántos son colombianos? Digan amen aquí. Ok. Hay por ahí, los escuchan así que hay colombianos. Los colombianos están celebrando de tener hoy 2 dignos representantes de ellos. Yo sé que tienen algo muy especial para nosotros y yo decía, Dios lo ha usado a él para no solamente impactar el mundo hispano, sino también el mundo norteamericano. Él es perfectamente bilingüe y como van a ver quizás, es una gran bendición.

Yo sé que Dios tiene palabra, nuestros hermanos brasileños lo han traído y nos gozamos de estar participando con ellos también en esta mañana del ministerio de pastores brasileños, nuestro hermano Edson Porto que es un querido amigo nuestro también ha estado muy involucrado en su venida.

No es la primera vez que él viene a Boston, de paso, pero es la primera vez que él viene a León de Judá. Y estamos honrados con su presencia. Denle un gran aplauso de bienvenida al Apóstol Héctor Torres. De paso, Dios le bendiga. Él trae libros y otros recursos que ustedes también van a poder disfrutar de ellos más adelante. Ese es mi celular y yo les pido disculpas. No sé qué me pasó. Nunca, jamás suena mi celular, excepto hoy, para avergonzarme. Amen. Eso nos mantiene humildes, y eso es bueno. Un poquito más Señor. Amen.

Así que damos la bienvenida al pastor y Apóstol Héctor Torres. Y como decía, hay grabaciones de diferentes tipos de él que van a estar disponibles de este lado, al salir, así que usted se lo puede llevar, su ministerio, sus palabras. Estamos gozosos de tenerle hermano. Bienvenido a la casa del Señor y a nuestra iglesia aquí, un placer.

Muchísimas gracias, Apóstol Roberto, es una bendición estar aquí con ustedes. Gloria a Dios. Para mi esposa y para mí es un gran honor estar aquí en esta tremenda congregación que Dios está usando en esta ciudad, este ministerio, ese es el suyo, el mío tiene menos. ¡Aleluya! ¡Aleluya!

Dios nos ha dado el privilegio de viajar alrededor del mundo, hemos estado por la gracia de en 5 continentes, 47 naciones, más de 300 ciudades del mundo, pero Dios está haciendo algo hoy día que es maravilloso.

En la Biblia dice, en Abacuk 1:5 “Mirad entre las naciones y ved y asombraos porque haré algo en vuestros días que aunque se os contare no lo creeréis...”

Estamos viendo en nuestro continente, en Latinoamérica, un mover de Dios sin comparación, increíble. En la ciudad de Bogotá, Colombia, la capital de las mega iglesias de Latinoamérica, los pastores de Argentina, donde hubo un gran avivamiento espiritual van a Bogotá para ver cómo funciona las mega iglesias. Tenemos iglesias de 120 mil, de 100 mil, de 50 mil, de 40 mil. En Bogotá una iglesia pequeña es una iglesia de 500 miembros, y así literalmente estamos viendo lo que Dios está haciendo en naciones como Guatemala, donde el 48% de la población son creyente. Estamos viendo comunidades como Almolonga, Guatemala, donde 9 y medio de cada diez personas son creyentes. Santiago de Atitlán, 7 de cada 10 personas son creyentes. En Cajamarca, Perú, 9 de cada 10 personas son creyentes.

De modo que estamos viendo algo poderosamente increíble lo que Dios está haciendo y probablemente el despertar espiritual mayor en el mundo en este momento está en le continente Africano y en el continente Latino americano. Gloria sea al Señor.

De modo que pudiera compartir muchas cosas con ustedes. No tenemos literalmente ni el tiempo para poder hacerlo y creo que el Señor me ha dado una palabra específica para esta congregación, por eso voy a ser obediente.

Pero sí vamos a tener algunos de nuestros materiales disponibles, como dijo el pastor Roberto. Tenemos el video de transformaciones. No sé cuántos de ustedes han tenido el privilegio de ver el video de transformaciones. Levante la mano quienes le han visto. ¡Aleluya! Bueno, los que no le han visto también serán salvos, como dijo el hermano Alberto Motesi. Es un video que habla sobre la comunidad de Cali, Colombia, almolonga, Guatemala, Quiambú, Kenia, Emmet, California, que han sido instrumentos de Dios para cambiar al mundo entero.

Basado en este video de transformaciones se originó un mover espiritual de oración en Sudáfrica en la Ciudad del Cabo. En Sudáfrica, un pastor y un hombre de negocios vieron que si Dios podía hacer algo en una comunidad como Cali, Colombia, que estaba involucrada en el Cartel de Cali, la ciudad del índice del sida más alto en Latinoamérica, la capital de la salsa y la fiesta de Latinoamérica, y si Dios podía hacer algo allá, también podía hacerlo en Ciudad del Cabo. Y en base de lo que vieron en el video de transformaciones, de lo que Dios estaba haciendo en la ciudad de Cali, Colombia, ellos convocaron a la iglesia en ciudad del Cabo en Sudáfrica a oración y se sorprendieron porque en la primera convocación encontraron más de 45000 personas que fueron a orar.

Al año siguiente 13 ciudades de la nación de Sudáfrica se unieron a la oración. Al año siguiente 22 naciones al sur del Sahara en el continente africano, y más de 25 millones de personas se unieron para orar en el mismo día entrelazados por televisión, por satélite, por radios. Y al año posterior todas las 52 naciones del continente africano incluyendo Egipto, Argelia, Moroco y todas las naciones musulmanas, también los creyentes se unieron a orar en ese día de oración.

De ahí surgió una visión de oración por el mundo entero. En la ciudad de Pataya en Tailandia, tuvimos una reunión continental y hubo un reto a tener lo que hoy día se llama el día mundial de oración. Para serles breve quiero decirles que el año pasado en el día de Pentecostés, el domingo de Pentecostés, tuvimos a 204 naciones del mundo. En el mundo hoy día existen solamente 223, bueno ya hoy día 24 porque acaba de haber hace un mes que surgió una nación nueva, 204 naciones de las 224 naciones del mundo se unieron para clamar a Dios y más de 500 millones de creyentes se unieron para pedir a Dios una visitación de Dios.

Creo que Dios está haciendo algo maravilloso. Jamás en la historia de la iglesia ha existido un mover de oración como el que estamos viendo hoy día. Jamás en la historia de la iglesia hemos visto el crecimiento y multiplicación de la iglesia como el que estamos viendo hoy día. Dios está haciendo cosas maravillosas.

Y para nosotros los que estamos en esta nación, quiero decirles que Dios te trajo a esta nación con un propósito de que tu seas un instrumento de bendición, que tu seas un instrumento de transformación. Quiero decirte que todos nosotros somos instrumentos de transformación y portadores de esperanza. Gloria a Dios. ¡Aleluya!

Algunas de las palabras proféticas que hemos escuchado en Argentina, en Bolivia, en Colombia, en Venezuela y aquí mismo en los EEUU es que el próximo despertar espiritual en esta nación vendrá a través de la iglesia latinoamericana e iberoamericana, incluyendo a los brasileños. De modo que nosotros tenemos una parte intrínseca de lo que Dios quiere hacer en esta nación, y es creo por esta razón que hay un movimiento que está generándose de persecución y de agresión literalmente a nosotros los hispano parlantes que hemos emigrado a esta nación.

Para Dios no hay fronteras. Gloria sea al Señor. Para Dios no hay límites. ¡Aleluya! Y algunas de las leyes, puede decirte de las leyes gubernamentales que tienen las naciones, no son leyes que concuerdan con la palabra de Dios. Podríamos decir que en los EEUU está la ley del aborto, pero bíblicamente el aborto no es algo en lo cual Dios concuerda. Entonces, podemos de cierta manera pensar que hay algunas leyes anti inmigrantes que verdaderamente no están con el corazón de Dios. El corazón de Dios es, él dice a su pueblo, “tratad a los extranjeros que están en medio de vosotros como si fuesen unos de ustedes mismos, puesto que vosotros habéis sido anteriormente inmigrantes”.

Saben que la nación de Israel emigró toda en su totalidad, los hebreos, a Egipto. Gloria a Dios. En la Biblia tenemos la historia de varias personalidades bíblicas que fueron, entre comillas, mojados, entre ellos Moisés y Jesucristo, de modo que gloria sea al Señor porque hubo una inmigración por consecuencias, muchos de nosotros los latinos estamos acá porque hubo alguna persecución política en naciones como Guatemala, El Salvador, en fin, otros emigraron acá por cuestiones económicas, pero literalmente ninguno inmigró acá si Dios no lo trajo. Amen.

Porque estamos acá, cualquiera que sea la razón que nosotros pensamos que estamos en esta nación, en el propósito de Dios, él usó esas circunstancias para traernos a esta nación y ser instrumentos de bendición. Amen. Así lo hizo con un joven llamado José, otros de los mojados de la Biblia, que fue llevado por mercaderes a Egipto, vendido como esclavo, fue aprisionado injustamente pero que en todo el proceso de su vida, en cada área negativa de su vida hallamos una poderosa escritura que dice, ‘pero Dios estaba con él’. Amen. ¡Aleluya!

El Señor trasladó a Felipe para que fuera ministrarle al egipcio y no tuvo que pagarle pasaporte ni nada de esas cosas, fue algo así, digamos... Dios puede hacer algunas cosas que nosotros no pensamos que pueden hacer, pero cualquiera que sea la circunstancia por la cual estamos acá, sabemos que Dios tenía un plan y propósito para nosotros en este lugar. Amen.

Somos instrumentos de bendición. Dios te trajo a esta ciudad, Dios predeterminó que estarías acá con un propósito. Amen. ¡Aleluya!

No se por qué estoy acá porque este no es mi mensaje, pero el Señor me está poniendo algo aquí en el corazón en Hechos, Capítulo 17 versículo 24 dice:

“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas...”

Es decir, Dios no habita en templos hechos por manos humanas. Este edificio sin los creyentes es simplemente un edificio. No es templo de Dios. El templo de Dios está aquí, tú y yo somos el templo del Espíritu Santo. Amen. De modo que el verdadero templo de Dios es cuando dos o más creyentes se unen para buscar el rostro de Dios, para hacer cualquier cosa en el nombre de Jesús. Dios no habita en templos hechos por manos humanas y nos dice que no es honrado por manos de hombres como si necesitase de algo.

Dios no te pide que le des porque él necesita. Él te pide que des para que seas bendecido. Amen. Gloria sea al Señor. Y dice que “...él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”. Todo lo que tu tienes, tu trabajo, tu automóvil, tu apartamento, tu casa, tu televisión, todo lo que tu tienes, Dios te lo dio y no es tuyo, es de Dios. Porque la Biblia dice, “... de Jehová es la tierra, su plenitud, sus moradores y todo lo que hay en ella.” Amen.

De modo que lo que estás vistiendo, la ropa que tu tienes, la corbata tan bonita que tiene, le pertenece al Señor. Dice que él es quien a todos vida y aliento y todas las cosas. Y escuche muy bien, “... y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres...”

Es decir, delante de Dios no hay diferente entre el angloparlante, el afro americano, el indígena norteamericano, el asiático, el latinoamericano, todos somos de una misma sangre y venimos de una misma familia. Amen. De modo que para Dios no hay acepción de personas y nosotros tenemos que superar la manera en que pensamos, la manera en que vivimos, la manera en que operamos, para pensar de sí mismo lo que Dios piensa de nosotros. Amen.

Y entonces ya acá, que él “....ha hecho de una sangre todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra....” Y acá es la parte importante que dice, “... y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitación...”

Otra versión dice, “... él predeterminó el orden de los tiempos y el lugar de tu morada..”

Cuando tu estabas en el vientre de tu madre, él te entretejió y él ya estaba planificando que te iba a enviar a la ciudad de Boston. Amen. Porque en el salmo 139 dice que “.. todos los días de tu vida están escritos en el libro de Dios..” Amen.

De modo que Dios así lo predeterminó. Tu vives en estos tiempos porque Dios así lo predeterminó. Tu vives en donde vives porque Dios así lo predeterminó. Las circunstancias de la vida, las circunstancias del mundo te llevaron y te trajeron a este lugar, pero tu viniste a este lugar porque Dios así lo predeterminó. Amen.

Y Dios te trajo para que seas instrumento de bendición. Esta es la promesa que Dios le dio a nuestro padre Abraham, diciendo, “... bendiciendo te bendeciré...” ¡Aleluya! “... y en ti serán benditas todas las naciones de la tierra....” ¡Aleluya!

De modo que nosotros somos instrumentos de bendición. Y dice que “.. Dios predeterminó el orden de los tiempos y el lugar de nuestra morada para que busquemos a Dios...” ¡Aleluya!

Dice acá, en el versículo 27, “... para que busquen a Dios si en alguna manera palpando puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros....”

¿Cuántos saben que Dios está cerca? Dios está tan cerca de ti como tu oración. Gloria sea al Señor. Y si tú eres creyente, Dios está tan cerca de ti como dentro de tu corazón. Porque la Biblia dice que Cristo en nosotros es la esperanza de gloria. Amen. De modo, tu vives donde tu vives porque Dios así lo predeterminó. ¡Aleluya! Y vives en estos tiempos porque Dios así lo predeterminó.

Tal vez, dice la Biblia, para tiempos como estos fuisteis llamados. ¡Aleluya! Yo creo que Dios va a usar a nuestro pueblo iberoamericano, latinoamericano para que seamos instrumentos de bendición donde en un tiempo pasado nos enviaron misioneros que llevaron la palabra de Dios, que llevaron el Evangelio de las buenas nuevas a nuestras tierras, que pagaron el precio y que derramaron su sangre en nuestras tierras, para depositar palabra.

 

Hoy día, amados míos, nosotros estamos devolviendo esa bendición porque Dios está trayendo a nuestros inmigrantes, a nuestros hombres y mujeres de Dios de todo el continente para que nosotros ahora seamos misioneros en un campo de misiones como hay aquí en los EEUU hoy día. Gloria a Dios.

¿Cuántos lo creen? Tú eres un misionero de Dios en esta ciudad y en esta nación. ¡Aleluya!

Ahora, no sé por qué este mensaje, esto no es lo que el Señor me había dado, pero yo estoy obedeciendo.

Dice acá que “....él predeterminó el orden de los tiempos y el lugar de su morada para que busquen a Dios...” ¡Aleluya!

Hay tres maneras de buscar a Dios. Podemos buscar a Dios, primeramente tenemos que buscar cómo conocerle. Segundo, tenemos que buscar cómo servirle. Y tercero tenemos que buscar a Dios en oración, buscar su rostro continuamente. Amen.

Diga, ‘para que busquen a Dios’. Ahora, tal vez algunos de ustedes vinieron a este país y no eran creyentes cuando conocieron a Cristo acá en esta nación. ¿Cuántos de ustedes pueden decir, ‘ese soy yo’? Yo vine acá y no era creyente pero conocí al Señor acá. Gloria a Dios. Qué lindo. Gloria al Señor.

Ahora, puede que tu hubieras conocido al Señor en tu país pero el Señor te trajo acá, porque aquí había un propósito y él tenía que le buscases a él en esta nación, entonces muchos vinieron acá como inconversos y aquí conocieron al Señor. ¡Aleluya!

Ahora, también la Biblia que una vez que le conocemos tenemos que buscar cómo servirle. Qué lindo es el salmo 37 18 dice “.. conoce Jehová los días de los perfectos...” Dígale a la persona que está a tu lado ‘tu eres perfecto delante de Dios’. ¡Aleluya!

Qué lindo es saber eso porque Dios nos perfeccionó. ¡Aleluya! Porque cuando habla de los perfectos acá está hablando de aquellos que han sido perfeccionados por la sangre de Cristo. ¡Aleluya!

El salmo 139 nos dice algo maravilloso, dice, “.. Oh Jehová, tu me has examinado y conocido. Tu has conocido mi sentarme y mi levantarme, has entendido desde lejos mis pensamientos, has escudriñado mi andar y mi reposo y todos mis caminos te son conocidos....”

No creas que estás sorprendiendo, no creas que el Señor se sorprende porque estás en Boston, que el Señor diga, ‘uy, ¿qué hace esa hermana en Boston si yo la quería en Nueva York? No, amados míos.

Dice, “... todos mis caminos te son conocidos, dice el versículo 4, pues aún no está la palabra en mi lengua y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda...”

Para que tengan cuidado los chismosos, que el Señor sabe lo que está diciendo. Dice que la palabra no está en mi lengua y he aquí Jehová, tú lo sabes todo, dice, detrás y delante me rodeaste...” Gloria sea al Señor.

“... y sobre mí pusiste tu mano, tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí...”

Qué tremendo. Gloria sea al Señor. En el versículo 16 dice, “... mi embrión vieron tus ojos y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que luego fueron formadas sin faltar una de ellas....”

Una de mis versiones favoritas, la versión Nakar Colunga dice, y otra versión de la Biblia de las Américas dice, “... y en tus libros están escritos todos los días de mi vida sin faltar uno...”

Qué tremendo, gloria a Dios. A algunos predicadores los he escuchado decir que cuando una persona se entrega Cristo, su nombre es escrito en el libro de la vida. Yo creo que eso está incorrecto, basado en lo que yo veo en la Biblia. Yo creo que Dios no quiere que nadie perezca, más que todos lleguen al arrepentimiento.

Jesucristo derramó su sangre por los pecados de todo el mundo. Dios no quiere que nadie perezca, de modo que yo creo que el plan y propósito de Dios es que todo el mundo sea salvo, por lo cual, en los planes de Dios todo el mundo, ya Cristo pagó el precio por todos, de modo que todo el mundo va a tener la oportunidad de ser salvo.

Más bien lo que la Biblia dice es que no quiero que borres mi nombre del libro de la vida. ¡Aleluya! Y yo creo que lamentablemente muchas personas tienen oportunidades de conocer a Dios durante su vida, se les presenta la palabra, se les presenta el Evangelio, tienen oportunidades donde pueden ver la mano de Dios, pero su corazón endurecido, el cual Satanás endurece, porque la Biblia dice que Satanás endurece nuestro corazón y ciega nuestros ojos para que no veamos la luz del Evangelio. Entonces la persona muere a último momento sin conocer a Cristo. Entonces yo creo que Cristo derrama lágrimas porque su nombre tiene que ser borrado del libro de la vida.

Ahora, dice acá en el salmo 37 28, “... por Jehová son ordenados los pasos del hombre y él aprueba su camino...” ¡Aleluya!

Por Jehová son ordenados los pasos del hombre y él aprueba su camino. Después de este servicio voy a hablar con Dios allá adentro y voy a decirle, ‘Señor, por qué me sacó de lo que yo tenía que predicar para ... pero bueno, aquí estamos.’

Entonces la Biblia dice que Dios te trajo para que busques a Dios. Lo primero que tenemos que buscar cómo conocerle. Una vez que conoces a Dios como tu Señor y salvador, el Señor dice que busques cómo servirle, porque Dios no te alcanzó para que seas calentador de bancas, para que seas observador, para que seas un fanático, un fan, un aficionado del equipo, sino para que seas parte del equipo. ¡Aleluya!

El futuro de tu ciudad, el futuro de tu nación, el futuro de tu negocio, el futuro de tu vida, el futuro de tu familia está en tu boca y en lo que tu haces y declaras para Dios. Amen. Gloria sea al Señor.

Dice, “.. Para que busquen a Dios ¡Aleluya!, si de alguna manera palpando puedan hallarle...”

Entonces, una vez que conoces cómo servir a Dios, hay la última manera de buscar a Dios que es buscar a Dios en oración. La palabra nos dice en el Libro de Jeremías, en el Capítulo 29, y el versículo 13, bueno, voy a leerles Jeremías 29:7 para que vean el contexto de lo que la palabra está diciéndonos aquí a través del profeta Jeremías.

Jeremías 29:4 dice, “... Así ha dicho Jehová de los ejércitos...”

¿Quién ha dicho? Jehová de los ejércitos. “... Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia...”

Es decir, aquí está hablando el Señor al pueblo de Dios que fue llevado en la cautividad. Dice que “... edificad casas y habitadlas, y plantad huertos y comed fruto de ellos,....”

Literalmente nosotros también hemos sido traídos o fuimos traídos a este lugar para Dios y el propósito que Dios tiene para aquí que te arraigues, que plantes, que tomes firmeza.

“... edificad casas y habitadlas, plantad huertos y comed frutos de ellos, casaos y engendrad hijos e hijas...”

Gloria a Dios. “... dad mujeres a vuestros hijos, dad maridos a vuestras hijas para que tengan hijos y multiplicaos ahí y no os disminuyáis...”

¿Cuántos saben que hay muchos que están alarmados porque nos estamos multiplicando? ¡Aleluya! La iglesia angloparlante está creciendo, por lo que nosotros llamamos, por relocación en vez de reproducción. Ellos se están relocalizando. El que no le gusta una iglesia se va para la otra, pero no están ganando almas, pero los latinos estamos multiplicándonos de dos maneras: en reproducción genérica y en reproducción de personas. Amen. Gloria sea al Señor.

por eso dicen que ahora somos la minoría más grande de los EEUU y en algunos estados del sudeste de los EEUU están temerosos de que pronto serán la mayoría. El estado de Arizona, uno de ellos, el estado de Texas, el estado de California. El 80 % de los estudiantes en el condado de Los Ángeles son hispano parlantes. ¡Aleluya!

En San Antonio, Texas, más del 55% de la población son hispano parlantes. Para el año 2010 se estima que en Phoenix, Arizona, más del 50% de las personas serán hispano parlantes. ¡Aleluya! Estamos reconquistando. Gloria sea al Señor. ¡Aleluya!

Pero hay propósito de Dios. Dios te trajo para que seas instrumento de bendición. Dice acá, “.. multiplicaos y no os disminuyáis...” Amen

Y luego el versículo 7 dice, “... procurad la paz...”

Diga paz. Cuando la Biblia en el Antiguo Testamento habla de paz, la palabra paz es literalmente el término hebreo shalom. Y la palabra shalom en el hebreo significa lo siguiente, ‘plenitud, totalidad, integridad, salud, bienestar, seguridad, solidez, tranquilidad, prosperidad, perfección, descanso, armonía. ¡Aleluya!.

De modo que la Biblia dice, “... procurad la paz, procurad la salud, el bienestar, la seguridad, la integridad, la tranquilidad, la prosperidad, la perfección, el descanso y la armonía de la ciudad a la que os envié.

Somos instrumentos de bendición. ¡Aleluya! Y Dios te llamó para que procures todo esto y la paz no simplemente habla de la ausencia de discordia, o de agitación pero viene de la raíz hebrea, shalom, que significa o representa mucho más que la ausencia de violencia. Representa la plenitud, la totalidad de lo que el ser humano busca y necesita. Amen.

De modo que tu y yo somos instrumentos de Dios para suplirle al ser humano lo que necesita. Gloria sea al Señor.

Entonces, hallamos eso, “.,.. procurad la paz de la ciudad a la que os hice transportar... –otra versión dice a la que os envié-“

Dile a la persona que está a tu lado, ‘ ¿a dónde te envió Dios?’ ¡Aleluya!

Dice, “..Procurad la paz de la ciudad a la que os envié y rogad por ella a Jehová..”

Como decimos en Colombia y en Latinoamérica, ‘más claro no canta un gallo’. Dios te trajo para que clames por esta ciudad, para que clames por esta región, para que clames por esta nación, para que busques su rostro pidiendo por la ciudad porque cuando tú eres instrumento de bendición para tu ciudad, todo lo que tu haces será bendecido. Bendiciendo te bendeciré y en ti serán benditas las naciones de la tierra.

Lamentablemente hoy encontramos muchos de nuestros compañeros hispano parlantes iberoamericanos, latinoamericanos que vienen y lo único que tiene de sus labios es maldición. Este país es no sé qué, no sirve para nada, ta ta ta ta, aquí hay algo, aquí hay lo otro.

Amados míos, somos instrumentos de bendición y no de maldición. Por cierto la palabra bendecir es una palabra compuesta del castellano antiguo que era la palabra el bien decir, que fue abreviada para decir bendecir. Y la palabra bendecir o el bien decir originalmente en su contexto castellano significaba el declarar lo que Dios ha declarado.

Y la palabra maldecir era lo contrario, el declarar algo contrario a lo que Dios ha declarado. De modo que tu y yo estamos llamados a declarar lo que Dios ha declarado. Por eso la Biblia nos dice que si alguno habla, hable conforme a lo que Dios ha dicho. ¿Cuántos de ustedes hablan? Levante la mano los sordomudos. Si levantaron la mano son sordomudos.

Entonces, somos instrumentos de bendición y no de maldición. La palabra bendecir significa declarar lo que Dios ha declarado. La palabra maldecir es declarar algo contrario a lo que Dios ha declarado.

Por eso la Biblia dice en el libro de Santiago, “.. si alguien desea tener días buenos...”

¿Cuántos desean tener días buenos?

“.... y vivir en paz.....” ¿Cuántos quieren vivir en paz? Escuche lo que dice Santiago:

“... si alguien quiere tener días buenos y vivir en paz, refrene su lengua....”

Póngale un frenillo. Si alguien quiere ver días buenos, refrene su lengua. ¡Aleluya! Y luego dice Santiago;

“... porque la lengua es un miembro perverso. Con esa lengua bendecimos al Dios creador de todas las cosas y maldecimos a los hombres hechos a su imagen y semejanza....”

Y luego dice, “... ¿Cómo podemos hacer estas cosas? –dice Santiago- eso no debe ser así..”

¿Por qué? Porque Dios nos llamó a ser instrumentos de bendición. Hablar algo contrario a lo que el mundo dice pero conforme a lo que Dios ha declarado.

Entonces, nos dice acá “... rogad por ella, Jehová, clamad por ella Jehová, buscad su rostro por ella, Jehová, porque en su shalom tendréis vosotros shalom; en su prosperidad, prosperáis, en su salud, tened salud, en su bienestar, tenéis bienestar, en su tranquilidad, disfrutad tranquilidad; en todo esto, todo lo que pasa u ocurre en nuestra comunidad, ¡Aleluya! nos beneficia directamente a mí y a mis hijos. ¡Aleluya! amen

Entonces, dice acá, “... porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, está hablándole Dios a su iglesia, no está hablando individualmente, aunque podemos tomarlo personalmente. Pero cuando Dios habla generalmente habla corporativamente. Estos son los planes que Dios tiene para el pueblo hispano, para el pueblo creyente, para los que ha traído a esta ciudad.

“... yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, iglesia cristiana en Boston, son pensamientos de shalom...”

Es decir, Dios tiene pensamientos de shalom para ti, de plenitud para ti, de totalidad, de salud, de bienestar, de seguridad, de solidez, de tranquilidad, de prosperidad, de descanso, de armonía. Esos son los planes que Dios tiene para ti.

“...Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no desgracia o no de mal, dice otra versión, para daros el fin que esperáis...”

Ahí está la clave. Para daros el fin que esperáis. Mi pregunta es, ¿qué fin esperas tú de Dios? ¿Qué estás esperando de él? La Biblia dice que él quiere darte el fin que tu esperas. Para daros el fin que esperáis.

Un amigo mío llamado Alberto Motesi, y no sé cuántos de ustedes han oído de Alberto Motesi, probablemente el evangelista más poderoso en toda Latinoamérica hoy día, pastor de presidentes. Yo fui el director ejecutivo de la Sociedad Evangelísitica de Alberto Motesi.

Él dijo algo que me impactó muchísimo una vez. Le escuché decir, ‘dime el tamaño de visión y te diré el tamaño de tu Dios’. Voy a decirlo de nuevo porque no voy a tomar ofrendas después de esto: ‘Dime el tamaño de tu visión y te diré el tamaño de tu Dios’. Si tu visión es pequeña, tu Dios es pequeño; si tu visión es grande, tu Dios es grande, más si tu visión es de lo imposible, tienes el Dios de lo imposible. ¡Aleluya!

Qué tremendo. Dime el tamaño de tu visión... Y lamentablemente nuestro paradigma, nuestra mentalidad de pobreza, de necesidad, de incapacidad, de inhabilidad, de falta de empuje de autoestima, todo esto nos ha llevado a nosotros, a los hispano parlantes, a los hispano americanos, a creer que tal vez Dios no nos ama lo mismo que a otros, que tal vez nosotros no tenemos las capacidades que otros tienen.

Amados míos, ante Dios no hay acepción de personas. Todos somos iguales delante de Dios y tu buscas tu porvenir y tu declaras tu porvenir y tu tienes visión de lo imposible y Dios va a poder hacer cosas imposibles. ¡Aleluya! Dios es un Dios que hace cosas extraordinarias a través de personas ordinarias.

Dile a la persona que está a tu lado, ‘eres una persona ordinaria’. Óigame, por favor, no se enoje, porque hoy día la palabra ordinario significa que lo compraste en Kaymart o en Walmart o hasta en Target. Pero si tu quieres algo tienes que ir a comprarlo a Dillards o a Macy’s.

Amados míos, la palabra ordinario significa que es igual a los demás, que no hay diferencia. Y ante Dios todos somos ordinarios, pero de calidad ordinaria. Dígale ‘soy calidad ordinaria’.

Es como in inglés se dice, es un oximoron, es decir es una palabra que como que no concuerda. ¡Aleluya!. Mi papá decía, ‘Griten, pero pacito’. ¡Aleluya!

La Biblia dice que corramos la carrera despacio. ¡Aleluya! ¿Cómo puedes correr despacio? Bueno, está bien. De todas maneras somos instrumentos para ser instrumentos de bendición, somos gente ordinaria, gente igual, no hay nadie diferente, tu y yo somos lo mismo. Tal vez Dios me usa de una manera pero Dios puede usarte de otra. Yo necesito de ustedes y ustedes necesitan de mí, necesitamos mutuamente unos de los otros.

La Biblia dice que la iglesia crece y se edifica cuando toda juntura suple conforme a su dádiva. Tu tienes algo que Dios te dio. Hay una dádiva que Dios te dio. Hay una habilidad que Dios te dio. Hay un talento que Dios te dio. Y es que Dios nos necesita en su iglesia, no para que te sientes en la banca el domingo, para que cantes 4 coritos, para que des un diezmo que muchas veces no lo das, ¡Aleluya! Y para que vayas y te olvides de todo. Dios te llamó a ser un instrumento de Dios para que trabajes con Dios, para que hagas lo que te ha llamado, y para que suplas conforme a tu dádiva. Amen.

¡Aleluya! Entonces, la Biblia nos dice que Dios usó a gente ordinaria como tu y yo, para que hicieran cosas extraordinarias. Y Dios quiere que nosotros seamos instrumentos de obras extraordinarias. ¡Aleluya!

Nos dice la Biblia, yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, pensamientos de paz y no de desgracia para daros el fin que esperáis.

Si tu tienes buenas esperanzas, la Biblia dice, el Apóstol Pablo dice, ‘yo sé, yo tengo la seguridad, yo estoy totalmente persuadido, dice él, yo sé que a través de la oración y la ministración del Espíritu Santo esto resultará en mi liberación conforme a mi anhelo y esperanza.’

¿Qué esperanza tienes tú en Dios? ¿Qué fe tienes tu en Dios?

Hebreos 1:6 dice que, él es el galardonador. Si tu vienes a él debes creer que él es y que él es el galardonador de los que le buscan. Amen. ¡Aleluya!

Entonces, Dios te va a dar el fin que tu esperas. ¿Y qué es lo que tu esperas? ¿Ser deportado? ¿Qué es lo que tu esperas? ¿Trabajar de secretario?

Amados míos, la voluntad de Dios es que estés cabeza y no por cola, que esté por encima y no por debajo. El Señor desea bendecir toda la obra de tus manos, todas las promesas que Dios le dio al pueblo hebreo son nuestras y aún nosotros tenemos mejores y mayores promesas porque somos partícipes de un nuevo y mejor pacto hecho en nuevas y mejores promesas. ¡Aleluya!

Dice acá, ‘para daros el fin que esperáis’. Dice el Capítulo 29, versículo 12 de Jeremías, “... entonces me invocaréis, vendréis, lloraréis a mí y yo os oiré...”

Oh, qué tremendo. El salmista dice, ‘Jehová oirá cuando yo a él clamare...’

¿Cuántos saben que Dios te escucha? ¡Aleluya! Si tu oras, él te escucha. Jehová oirá cuando yo a él clamare, dice entonces “...me invocaréis, vendréis, lloraréis a mí y yo os oiré..” Y luego dice, “... y me buscaréis y me hallaréis..”

¡Aleluya! ¿Qué dijimos de buscar? En oración, “me buscaréis y me hallaréis porque me buscaréis de todo vuestro corazón y seré hallado por vosotros...”

La palabra me buscaréis, la palabra buscaréis ahí, es una palabra que alude a una urgente búsqueda, a una desesperación muy grande por ver una visitación o un cambio de Dios.

Es un anhelo ferviente de ver lo que Dios puede hacer y de hecho es que alude a algo similar, por ejemplo, tu tienes que estar en el trabajo mañana a las 8 y media de la mañana. Son las 8 y 20 de la mañana y no encuentras las llaves del auto, tienes una reunión con el jefe que te va a dar una promoción si estás ahí a tiempo para el empleo, y no encuentras las llaves. Y desesperadamente buscas debajo de la cama, en la mesa, en la cocina, pones a toda la familia, a la esposa, a los hijos, busquen por todas partes a buscar la llave. No sabe que están en el auto, se le quedaron allá. Pero, hay un afán, hay una inquietud, hay una urgente necesidad y todo el mundo se moviliza para eso.

Amados míos, esta es la pasión que busca acá. Esto es lo que dice acá, entonces afanosamente me buscaréis y me hallaréis porque me buscaréis de todo vuestro corazón y seré hallado por vosotros, dice Jehová. ¡Aleluya!

¿Y qué dice también? Y además dice, “... y haré volver vuestra cautividad...” Gloria a Dios.

¡Aleluya! es un Dios que escucha la oración. Dice entonces me buscaréis y me hallaréis. En Oseas, Capítulo 10 y el versículo 12 dice:

“...Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia, haced para vosotros barbecho porque es el tiempo de buscar a Jehová hasta que venga y os enseñe rectitud....”

¡Aleluya! Es el tiempo, dice, es el tiempo. Es el tiempo de buscar a Jehová. ¡Aleluya! Es el tiempo de sembrar y de segar. Es el tiempo de cosechar. Es tiempo de buscar a Jehová hasta que él venga y nos enseñe justicia. Gloria sea al Señor.

En Lamentaciones 3:25 dice lo siguiente: “.. bueno es Jehová a los que en él esperan y al alma que le busca....”

Diga busca. ¡Aleluya! La palabra esperan ahí literalmente en el hebreo significa expectativa y esperanza. Aparece 50 veces en el Antiguo Testamento. Es la raíz sustantiva de una expectativa, por eso dice la palabra, que él nos dará conforme a nuestro anhelo y esperanza. ¡Aleluya!

Conforme a mi anhelo y esperanza, dice, literalmente aquí diría, bueno es Jehová a los que tienen expectativa, a los que esperan, a los que tienen esperanza, al alma que le busca.

Bueno es Jehová. Gloria a Dios. Versículo 26 “.. bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová...”

Y la palabra salvación, ¡Aleluya!, Literalmente es lo mismo que la palabra shalom. ¿Sabías tu que la palabra shalom en el hebreo tiene el mismo significado que la palabra salvación en el Nuevo Testamento. La palabra soterium en el Nuevo Testamento significado salud, bienestar, prosperidad, tranquilidad, armonía, gozo, paz. No habla simplemente de la salvación del alma, por eso la Biblia dice que cuando tu hablas de salvación en el Nuevo Testamento estás hablando de salud, de prosperidad, de bienestar, de libertad, de paz de gozo, de paz de entendimiento, de todas estas cosas.

Bueno es Jehová a los que en él esperan. La Biblia dice, “... díganlo los redimidos de Jehová que él es bueno y grande es su misericordia....”

Diga, grande es su misericordia. Qué tremendo, grande es su misericordia. Primera de Crónicas 16:11, dice lo siguiente:

“...Buscad a Jehová y su poder...” Buscad a Jehová y su poder. Y luego dice, “... Buscad su rostro continuamente, haced memoria de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios, y de los juicios de su boca....”

Que tremendo. Gloria a Dios. Qué tremendo es buscar al Señor, que es buscar su rostro. Dice, “... para que busquen a Dios si en alguna manera palpando puedan hallarle aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros...”

Diga, el Señor está cerca, está tan cerca como tus labios. Es lo que el Señor está. Tu y yo somos instrumentos de bendición y Dios nos trajo a este lugar para que seamos instrumentos de bendición en esta comunidad. ¿Cuántos lo creen? ¡Aleluya!

Es lo que Dios ha dicho. Entonces, por eso la Biblia nos exhorta y nos dice que debemos depositar dentro de nuestro corazón todo lo que Dios ha declarado. Tengo conmigo para venta mi último libro, se llama “El consejo de Elifaz”.

Es un libro poderoso que habla sobre 8 principios para una vida de éxito, prosperidad y tranquilidad. Uno de los Capítulos habla del poder de la oración, el requisito de la fe, lo recomiendo altamente. Es un libro, está en tapa dura, muy lindo para regalarle a los inconversos porque fue un libro escrito en el mismo estilo de La oración, de Javes o el libro Su mejor vida ahora, de Joel Austin. Claro que es mejor que los dos naturalmente.

Pero en el libro de Job, por cierto el libro de Job es el libro más antiguo de la Biblia, fue el primer libro escrito cronológicamente. Y en el libro de Job hallamos a un hombre llamado Elifaz que viendo la situación en que se encontraba Job le dio un consejo que en cuanto al consejo, fue un consejo poderosísimo, un consejo sin comparación, pero que hallamos que Dios reprende ese consejo. Pero Dios no lo reprende por su contenido sino por el espíritu detrás de su mensaje.

¿Cuántos saben que tu puedes decir la misma cosa pero con un diferente espíritu? Y si tu dices una cosa con un espíritu de gracia y de misericordia y de bendición, es muy diferente a decir exactamente la misma cosa en un espíritu de juicio, condenación y esto. Y esa es la razón por la cual Dios condena el consejo de Elifaz.

Pero acá en la Biblia dice que cuando Elifaz le dice a Job, le dice, “... Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz y por ello te vendrá bien en todo...”

Qué tremendo. La palabra dice, vuelve ahora en intimidad con Dios, vuelve a tener intimidad con Dios. Intimidad ... viene a través de la meditación de su palabra o la oración delante de Dios en nuestra privacidad. Porque la palabra intimidad es el conocimiento más profundo y mutuo entre dos personas o entre dos seres. De hecho es que la relación de intimidad entre marido y mujer concibe o genera, o da a luz. Ese es el propósito de la intimidad, concebir, de engendrar.

Y cuando tu tienes intimidad con Dios vas a concebir lo que Dios desea darte, vas a engendrar las promesas de Dios. Y por eso dice, vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás shalom. ¿Cuántos quieren tener shalom? Shalom, prosperidad, bienestar, salud, totalidad, excelencia, perfección, todas esas cosas, vuelve ahora en intimidad con Dios y tendrás shalom y por ello te vendrá bien en todo.

¿Cuántos quieren que le venga bien en todo? ¡Aleluya! Entonces, si tu quieres tener el shalom de Dios, si quieres que te vaya bien en todo, tienes que dedicarle tiempo de calidad a Dios.

En una relación es imperativo que haya tiempo de intimidad, es imperativo que haya tiempo de comunicación. ¿Qué clase de matrimonio sería si un marido y mujer viven y nunca se hablan? Si él viene y la visita cada 30 días. No, eso no es relación y esa es la relación que nosotros llevamos con Dios muchas veces. Estamos tan ocupados haciendo todo menos lo que Dios nos ha llamado a hacer que no tenemos tiempo para Dios.

Cuando yo fui vicepresidente de varias instituciones bancarias del Banco de América, del Citibank de Nueva York, trabajé 7 años en la bolsa, enseñaba yo un taller a los supervisores que se llamaba “Too busy for business”. Era que muchas veces los supervisores y los gerentes bancarios estaban tan ocupados que nunca podían generar negocio y que no tenían tiempo para sus clientes. Y eso era contraproducente.

Igualmente nos pasa a nosotros, tal vez estamos tan afanosos en las cosas, muchas veces en las cosas de Dios, que se nos olvida el Dios del ministerio. Estamos tan ocupados en el ministerio que se nos olvida la razón por el ministerio.

Dice, vuelve ahora en intimidad con Dios y tendrás paz y por ello te vendrá bien en todo. Y luego dice, ‘toma ahora...’

Diga, ahora. ¿Cuándo? Ahora. Toma ahora la ley de su boca y pon sus palabras en tu corazón.

Diga, ahora. Hay varias palabras en la Biblia que hablan del pasado. Otras que hablan del presente, y otras que hablan del futuro. Pero en la Biblia encontramos algunas palabras que son eternas y constantes, que no tienen cambio. La palabra ahora, la palabra jamás, la palabra siempre, la palabra eterno, la palabra nunca, no tienen cambio. De modo que fue ahora, en los tiempos de Job, hace miles de años, fue ahora en los tiempos de Cristo, fue ahora en la época de la reforma protestante, es ahora en el siglo XXI. Por eso el Señor te está hablando.

Dile a la persona, Dios te está hablando. Dice ahora, “.... vuelve ahora o toma ahora...” diga, ahora, “.... vuelve ahora y toma ahora la ley de su boca y pon sus palabras en tu corazón. ¿Por qué? Porque la Biblia tiene más de 20 mil promesas de bendición para los hijos de Dios.

Y si tu no sabes cuáles son las promesas de Dios para ti como ciudadano del Reino, entonces nunca vas a poder reclamar lo que es tuyo, nunca vas a poder declarar lo que es tuyo, nunca vas a poder tomar posesión de lo que Dios ya te ha dado. Por eso es imperativo que depositemos la palabra de Dios en nuestro corazón. ¡Aleluya!

La Biblia dice, ‘toma ahora lo ley de su boca y pon sus palabras en tu corazón’. Dice, “... si te volvieres al omnipotente.... – es decir, cuando buscas al Señor y la palabra volver ahí es como cuando una novia mira su novio con ojos enamorados, cuando un niño coge la mano de mamá o de su papá y se afianza a ellos, es buscarle, así estar cerca, un proceso como de seguridad.

“... si te volvieres al omnipotente serás edificado y alejarás de tu tienda la aflicción....”

Y la palabra tienda en los tiempos de Job la gente vivían en el desierto, eran moradores del desierto y todo lo que hacían lo hacían dentro de toldas o tiendas o carpas. ¡Aleluya! Pablo, él cocía tiendas, hacía tiendas, y la Biblia habla de extiende tu tienda, La Biblia habla de ser bienaventurada será tienda de los justos...

De modo que tiendas será donde moraban, donde estaba su familia, tiendas era donde negociaban, tiendas eran donde adoraban y servían a Dios. De modo, que en tiendas, por eso dice que alejarás de tu casa, alejarás de tu negocio, alejarás de tu empresa, alejarás de tu congregación, alejarás de tu ciudad, alejarás la aflicción.

¿Cuántos quieren alejar la aflicción? ¡Aleluya! Gloria a Dios. Toma ahora la ley de su boca y pon sus palabras en tu corazón, si te volvieres al omnipotente serás edificado y alejarás de tu tienda la aflicción.

Qué tremendo. Proverbios 11 dice, “... la casa de los impíos será asolada pero florecerá la tienda de los rectos...”

¡Aleluya! Florecerá la tienda de los rectos. Gloria a Dios. Qué tremendo. ¡Aleluya! Gloria sea al Señor. Qué tremendas promesas tenemos muchas veces nosotros que no sabemos.

En Números 24:5 dice, “... cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, y tus habitaciones, oh Israel....” La Biblia dice, “... levanta estacas, extiende tu tienda porque te extenderás a la derecha y la izquierda....” ¡Aleluya!

Esa palabra es una palabra profética para esta congregación. Vendrá una extensión a la derecha y a la izquierda. ¡Aleluya! La Biblia en Isaías 60, “... los pequeños serán miles y el menor un pueblo fuerte. ¡Aleluya! Dios va a levantar miles acá y Dios va a levantar un pueblo fuerte, gloria a Dios. Gloria a Dios. Lo declaramos. ¡Aleluya!

Y dice, entre otras cosas, versículo 27, no tengo tiempo para todo esto, porque nunca me dijeron a qué horas termino, pero ¿cuánto me dan? 15 minutos. Levanten la mano los que me dan 15 minutos. 15, 30, 45, gloria a Dios. Tenemos bastante tiempo.

Dice el versículo 27 “... orarás a él y él te oirá y tu –escuche esta es la parte que no nos gusta- y tu pagarás tus promesas....”

Tus votos, tu pagarás tus votos. Y luego dice algo muy interesante, versículo 28, una de las Escrituras más poderosas que yo encuentro en toda la Biblia, dice “... y todo lo que declares, ¿cuánto? Todo, ¿la mitad, algunas cosas, lo bueno, lo malo? Todo lo declares te será establecido y sobre tus caminos resplandecerá la luz.”

Todo lo que declares te será establecido. Qué tremendo. Proverbios 18:20, y 18:21 tiene una tremenda declaración porque Proverbios 18:21todo el mundo lo conoce, dice que la muerte y la vida están en el poder de la lengua y el que la ama comerá de su fruto.

¿Y qué quiere decir eso? Que tú eres instrumento de bendición o de maldición. Lo que tu declaras es una bendición o una maldición. Todo lo que sale de tu boca es bendición o maldición. ¡Aleluya!

Por cierto, bendición no tiene nada que ver con finanzas ni con darle a alguien porque nosotros vamos a bendecir, vamos a darle esto. No, eso se llama caridad, misericordia, ofrenda, todo lo que quieras llamarlo pero no es bendición. Para que sea bendición tiene que ser hablado, dice con la boca bendices y con la boca maldices, es lo que dice la Biblia. Por eso bendición es el bien decir, y maldición es el mal decir.

Entonces, maldición o bendición proceden de la boca y dice acá en Proverbios 18:20, “... del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre...”

¿Cuántos quieren estar llenos? Ya mi esposa está diciendo, yo creo que para hoy queremos rodizzio brasileño, dice, pero del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre. Lo que tu hablas es lo que comes. La muerte y la vida están en el poder de la lengua y el que la ama comerá de su fruto. Por eso la Biblia dice, refrena tu lengua.

Y dice, “... se saciará del producto de sus labios...” Gloria a Dios.

Entonces, el poder de nuestras palabras es asombroso. Por eso en el libro de Job dice, “... cuán poderosas son las palabras rectas...” Gloria a Dios.

Tu tienes que comenzar a hablar y a bendecir lo que Dios te ha dicho para que bendigas y hables. Y entre más depósito de las promesas de Dios tengas, más puedes declarar, porque todo lo que declares te será establecido. Amen.

La Biblia dice que lo que has depositado en el corazón habla la boca. Dice, “.. del buen fruto del corazón, sale buen fruto. Del mal fruto del corazón sale mal fruto...” Dice el Señor a los fariseos “serpientes y víboras, cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos..”

Pero nosotros somos buenos. Gloria que Dios. Porque por la boca del hombre ¿qué pasa? El hombre es justificado o por la boca del hombre el hombre es condenado.

Entonces la Biblia nos exhorta a depositar las promesas de Dios en nuestro corazón, a declarar las promesas de Dios en nuestro corazón, a ser instrumentos de bendición. ¡Aleluya! Yo creo que uno de los conductos más poderosos del poder y autoridad que encontramos en la palabra de Dios es lo que tu declaras, es el poder de atar y desatar está en tu boca. Amen

Entonces, toda la creación existe por lo que Dios dijo. La Biblia dice que él creó todas las cosas con el poder de su boca. Y la Biblia dice que él es quien llama las cosas que no son como si fuesen. Amen.

Terminamos ya en un minuto. Toma ahora la ley de tu boca y pon sus palabras en tu corazón. Amen.

Entonces nos dice, Proverbios 4:20 al 24, sabes que Dios escribió una carta específicamente para ti. ¿Cuántos son hijos de Dios? Levante la mano el que es hijo de Dios. Dice ahí en Proverbios 4:20 al 24, dice:

“Hijo mío, -es decir, Dios te está hablando. Dile a la persona que está a tu lado, ‘Dios te está hablando’- “Hijo mío, esté atento a mis palabras, inclina tu oído a mis razones, no se aparten de tus ojos. Guárdalas en medio de tu corazón porque son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo...”

Y luego él nos dice, “sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida o de él mana la muerte, dice, y aparte de ti la perversidad de la boca y aleja de ti la iniquidad de los labios...”

Jesucristo dijo, ‘no solo de pan vive el hombre, más de toda palabra’. ¿De cuánta palabra? De toda palabra que sale de la boca de Dios. Y además Jesucristo dijo, ‘las palabras que yo os he hablado son vida y son espíritu.’ Amen. Gloria a Dios.

Cuida lo que tu dices porque nosotros como latinos aprendemos a hablar lo negativo. Hay una mentalidad negativa. Decimos caballo viejo ande o no ande. Amados míos, caballo viejo póngalo a pasear y cómprese uno nuevo. En nuestro idioma decimos ‘mejor malo conocido que bueno por conocer.’ No, amados míos, lo malo nunca es mejor que lo bueno, lo conozcas o no lo conozcas. ¡Aleluya!

Tenemos que aprender a declarar lo que Dios ha declarado. Amen. ¡Aleluya! Tenemos que ser instrumentos de bendición. Qué lindo es que aún el nuevo nacimiento comienza con estas cosas. Este concepto comienza en lo que tu declaras y crees con tu corazón.

Concluyo con esto: Romanos 10, versículos 8 al 10, dice lo siguiente: “ Más que dice, cerca de ti está la palabra en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos, que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás salvo, porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”

Recuerde que la palabra salvación significa bienestar, prosperidad, salud, armonía, tranquilidad, gozo, excelencia.

“.... porque con el corazón se cree para justicia y con la boca se confiesa para salvación...”

Pues, la Escritura dice “todo aquel que en él creyere no será avergonzado...”

Hebreos 11, dice “aquel que viene a él debe creer que él es, que es el galardonador de los que le buscan...”

Póngase de pie por favor en esta mañana. Quiero que todos cierren sus ojos por un momento. No se cuántos de ustedes me están escuchando a través de algún programa radial o televisivo, Internet, algunos a los cuales se les está traduciendo en este momento o algunos que tal vez van a escuchar este mensaje posteriormente. La Biblia dice, mira, yo he puesto delante de ti hoy, hoy, no mañana, hoy delante de ti, dice Dios, he puesto la vida y el bien, la muerte y el mal.

Dios te da la opción de escoger vida y bien o muerte y mal. Él dice, yo te mando hoy. Él no te pide, él te manda. Es una orden de Dios. Yo te mando hoy que ames a Jehová, tu Dios, que andes en sus caminos, que guardes sus preceptos y estatutos. ¿Para qué? Para que vivas y seas multiplicado y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual te llevó, como lo es Boston.

Dice, ‘mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y dejares extraviar, si a los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy, contra vosotros que os puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición’. Pero él dice, escoge pues la vida para que vivas tu y tus hijos, amando a Jehová, tu creador, atendiendo su voz, siguiéndole a él porque él es vida para ti y prolongación de tus días para que puedas habitar la tierra que Dios juró a tus padres.

Jesucristo dijo ‘las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida’. Ahí por un momento si tu estás aquí por primera vez o tal vez has venido anteriormente y has escuchado, te ha gustado la música, la alabanza, has sentido una presencia de Dios, pero nunca has hecho un compromiso definitivo con Dios de abrirle las puertas de tu corazón para que él habite dentro de ti, para que esté contigo, para que llegues a ser parte de la familia de Dios, este es el momento en que escoges vida y bendición, o muerte y maldición.

Pero Dios dice, escoge pues la vida para que vivas tu y tus hijos. Si hay alguien que me esté escuchando en este momento que sepa que tiene que hacer esta decisión, quiero que levantes tu mano rápidamente. Yo quiero unirme contigo, y quiero hacer una oración contigo. Alguien que quiera decir, ‘yo quiero hacer esta confesión de fe, yo quiero recibir a Cristo como mi Salvador’.

Allá arriba hay alguien que yo veo. ¡Aleluya! Creo que todos conocen al Señor. Vamos a terminar con esto. Por favor abre tus ojos, agarra la mano de la persona que esté a tu lado, mira a la persona en los ojos, grupos de dos nada más, grupos de dos nada más, y la persona que esté a tu lado delante o detrás, como sea, ¡Aleluya! Mírale a los ojos y dile lo siguiente como promesa de bendición de Dios, dile lo siguiente:

“Jehová es tu guardador, Jehová es tu sombra, tu mano derecha. Jehová te guardará de todo mal. Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre, si anduvieres en medio de la angustia, él te vivificará. Jehová cumplirá su propósito en ti porque la misericordia de Jehová es para siempre y él no desampara la obra de sus manos. Y el Dios de paz, el Dios de paz, el Dios de shalom, en breve aplastará, oiga aplástelo, aplastará. El Dios de paz en breve atropellará, destrozará, machacará, aplastará a Satanás bajo tus pies. Te lo declaro. Te lo profetizo. Lo establezco. Recíbelo y lo verás en tu vida.” Amen. Amen, amen. Gloria a Dios. ¡Aleluya! Gloria a Dios.

¡Aleluya! Gloria al Señor. ¡Aleluya! Hemos oído absolutamente un declaración muy clara, la importancia de lo que declaramos con nuestra boca, lo que albergamos en nuestro corazón. Somos gente de profecía, somos gente que declaramos con nuestra boca las cosas que Dios quiere hacer. Asegurémonos de que nuestras confesiones siempre sean confesiones positivas, confesiones fundamentadas en la palabra, en el espíritu de Dios.

Tengamos cuidado de lo que nosotros declaramos con nuestra boca, y lo que albergamos sobre todo en nuestros corazones porque tenemos gran poder. ¡Aleluya! Gracias Señor, Gracias Dios. Gracias por tu llamado en este tarde, Señor, a ser gente de una palabra fundamentada en ese buen propósito que Dios tiene para nuestras vidas. Declaramos, Señor tu buen propósito, lo recibimos, oh Dios y caminamos en ello.

Gracias Señor por tu palabra. Es palabra tuya, no palabra de hombre y así lo recibimos. Gloria a tu nombre. Gracias Señor. Denle un gran aplauso al Señor en esta mañana. Amen.

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El don de discernimiento

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Quiero compartir con ustedes una palabra de enseñanza que compartí ya con nuestros hermanos esta mañana. Estamos, como ustedes saben, para nuestros visitantes sobretodo, haciendo un recorrido a través de el Capítulo 12 de la Primera carta a los Corintios.

Y nos estamos enfocando, particularmente en los versículos donde se lista una serie de dones, dones que son como hemos dicho, una provisión especial que Dios hace para su pueblo para las necesidades de su pueblo. Dones son regalos, provisiones de Dios para el pueblo de Dios.

Hemos estado haciendo un estudio detenido de cada don. Hemos analizado como ustedes saben, la palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento, la fe, el don de la fe, el don de la sanidad, el don de hacer milagros u obras de poder, el domingo antepasado analizamos el don de la profecía, el don profético. Y hoy nos toca hablar de otro don que es el don de discernimiento de espíritus.

Digan conmigo la palabra discernimiento. En el griego original la palabra que se traduce discernimiento en español es ‘diacrise’ y quiere decir dividir, separar, juzgar, discriminar, balancear y pesar, sopesar cuidadosamente algo. Es la idea de discernir entre una cosa y la otra y determinar la composición verdadera de algo. Es la palabra discernimiento.

Entonces, la palabra dice aquí en el Capítulo 12, versículo 10 que “... a otros del cuerpo de Jesucristo el Espíritu Santo decide proveerles discernimiento de espíritus....” ‘diacrises neumaton’. Neumaton, la palabra es espíritu en el griego original.

Y los dones son necesarios para que la iglesia pueda conducir su vida en una forma bíblica, balanceada, espiritual, provechosa. Y cada uno de estos dones es como un nutriente que el cuerpo de Cristo necesita para su crecimiento, para su formación y para su salud espiritual.

Dios da los dones para que la iglesia pueda tener todo lo que necesita para llevar a cabo las tareas, y para llevar a cabo la vida diaria de la iglesia, para llevar a cabo las tareas del evangelismo, para llevar a cabo las tareas de la enseñanza y del mantenimiento del pueblo de Dios. Y por eso Dios da los dones.

Son, digamos, provisiones sobrenaturales de parte del Espíritu Santo para que los hijos de Dios puedan llevar a cabo las tareas que Dios les asigna. Y yo quiero analizar un poquito este don de discernimiento de espíritus. Así como analizamos el don de la profecía, el domingo antepasado.

Quiero decirles primeramente, hermanos, que no podemos decir con absoluta seguridad, exactamente qué había en la mente del Apóstol Pablo cuando él menciona este don. Hay muchos esfuerzos por tratar de definir exactamente qué quiso decir el Apóstol Pablo con discernimiento de espíritus.

Desgraciadamente él no definió en qué consistía ese don, ni tampoco hay otros usos en el Libro de los Hechos, por ejemplo, o en los Evangelios, como hay con el don profético, o con el don de sanidad, o con el don de milagros, que nos enseñe precisamente a qué se refería el Apóstol Pablo con el discernimiento de espíritus.

Pero, sí podemos por una especie de proceso analítico ir a través de la Escritura e ir elaborando, lo que yo puedo llamar, una teología del don de discernimiento de espíritus. Y yo con su tolerancia y paciencia y su atención voy a estar analizando algunos textos bíblicos y creo que al final vamos a tener una muy buena idea de a qué se refería el Apóstol Pablo, aunque nunca voy a decir con ciento por ciento de seguridad, que yo tengo el monopolio de lo que es el discernimiento de espíritus.

Yo creo que estas cosas hay que abordarlas con mucha humildad y con mucha sobriedad acerca de lo que se refiere la palabra. Pero yo sí sé algo hermanos, cuando una iglesia como la nuestra se abre a los dones del espíritu y se abre al mover sobrenatural del Espíritu Santo, el don de discernimiento de espíritus se hace muy importante. ¿Por qué? Porque hemos dicho ya muchas veces que en el mover de los dones puede haber también a veces error, puede haber a veces carnalidad, puede haber a veces excesos, puede haber falsedad y puede haber hasta en ocasiones, intervención demoníaca. Y eso se ha visto a través de toda la historia.

La historia de los dones siempre también ha estado poblada de ciertos errores y ciertos excesos, desde los tiempos primitivos uno ve eso. Por eso el Apóstol Pablo escribió el Capítulo 14 de Primera de Corintios donde trata de corregir algunos excesos y algunos errores que había en medio de esta iglesia pentecostal como era la iglesia de Corinto, y trata de calibrar bien exactamente cómo se deben manejar los dones.

Cuando una iglesia se abre a las manifestaciones espiritual, tiene que haber autoridad espiritual, tiene que haber madurez espiritual en la iglesia, tiene que haber vigilancia y tiene que haber gente que examine las manifestaciones que se están dando para determinar si verdaderamente esas manifestaciones vienen de Dios o vienen de la carne, o vienen del enemigo. Y por eso se necesita el discernimiento de espíritus.

Por eso yo creo que no es coincidencia que después de la mención de dones de sanidades, de milagros y de profecías, se mencione el don de discernimiento de espíritus. Porque el don de discernimiento de espíritus es como la corte jurídica que determina si esas manifestaciones son de Dios o son de alguna otra fuente no legítima. ¿Por qué? Porque muchas veces aún las sanidades pueden venir de fuentes que no son divinas.

¿Cuántos saben a qué me estoy refiriendo? ¿Sabe usted que Satanás es capaz de sanar a gente que va a curanderos? Todas las culturas del mundo se sabe que el diablo invita a la gente para que venga a él para ser sanadas. Hay curanderos, hay espiritistas, hay chamanes, hay diferentes tipos de personajes en todas las culturas del mundo. En la cultura centroamericana lo hay, en el Caribe ni se diga, lo hay en cantidad; en los países nórdicos también los hay; en África, en los aborígenes de Australia y Nueva Zelanda en todas partes del mundo hay personas que pretenden hacer todas las cosas que los dones del espíritu hacen: adivinar, profetizar, hablar en lenguas, hacer milagros y hacer sanidades.

Y por eso es importante que el pueblo de Dios cuando se abre a las cosas espirituales tenga el discernimiento de parte de Dios para saber cuando hay una manifestación sobrenatural, de qué origen emana. Y por eso tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, ayúdanos y danos discernimiento como iglesia para mantener siempre claro’. Porque las iglesias tienen que protegerse.

Yo, una vez creo que usé la comparación de, digamos la electricidad. La electricidad es maravillosa, ilumina, es de gran bendición, pero los electricistas saben que cuando van a bregar con electricidad será mejor que breguen con mucho cuidado. ¿Si o no? Usted los ve que se ponen sus botas de goma y apagan todos los switches habidos y por haber, y se aseguran de que no se vayan a carbonizar con un cable eléctrico suelto por allí. Hay que adoptar protección y asimismo pasa con los dones del espíritu. Hay que cuidarse.

Las iglesias tiene que tener entendimiento. Cuando usted navega las cosas del espíritu, usted tiene que aprovisionarse de todo el aparato protector para asegurarse de que usted navegue bien, porque el diablo es capaz de duplicar cualquier tipo de manifestación espiritual y la carne también puede producir sus propias manifestaciones. Emocionalmente también la gente puede entrar en un trance o en una especie de hipnosis y hacer cosas y a veces las mismas emociones de la gente produce ciertas manifestaciones que no son de Dios necesariamente y a menos que una iglesia no se fortalezca en el discernimiento puede perderse.

Entonces, yo creo además de eso, hermanos, que en todo momento nosotros estamos navegando ambientes espirituales. Cuando estamos en la calle, cuando estamos en el trabajo, aún en la casa, necesitamos discernimiento de Dios para poder hacer decisiones que tienen que ver con las cosas del espíritu. La palabra que se traduce discernimiento es ‘diacrisis’, en el Nuevo Testamento, diacrisis y el verbo es diacrino, que quiere decir dividir, quiere decir separar una cosa de la otra.

Y el pueblo de Dios necesita la capacidad, hermanos, en la vida normal comun y corriente, la capacidad para discernir continuamente, esto es de Dios o es de mi carne. Un padre necesita discernir el espíritu de sus hijos. Un supervisor en un trabajo necesita discernir a veces los ambientes en que se está moviendo. La persona que está en el mundo necesita, y sobretodo el creyente, el hijo de Dios, necesita discernimiento espiritual en general.

Yo no creo que cuando el Apóstol habla de discernimiento de espíritus se está refiriendo, como piensan muchos, solamente a poder discernir entre un espíritu de muerte o un espíritu de lujuria, o un espíritu de avaricia, o un espíritu de odio, o lo que sea, algunos piensan que ese es el don de discernimiento de espíritus. Yo creo que es más profundo que eso y más abarcador que eso inclusive.

Yo creo que todo creyente necesita una medida de discernimiento en su vida y yo espero elaborar esto más afondo. Miren por ejemplo, el rey Salomón cuando comienza su carrera gubernamental, Dios se le acerca y le dice ‘Pídeme lo que tu quieras’. ¿Y qué le pide el rey Salomón? Un hombre joven, inexperto y con un gran gobierno que llevar a cabo y una gran multitud de gente que él necesita dirigir. ¿Qué le pide al rey Salomón a Dios?

Miren lo que dice exactamente, versículo 9 de Primera de Reyes, Capítulo 3, dice: “...da pues a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo...”

Eso es lo que le pide Salomón. A Dios le agradó de paso, que Salomón le pidiera discernimiento para poder discernir entre lo bueno y lo malo. ¿Usted ve? Usted necesita sabiduría y discernimiento espiritual para poder discriminar entre lo bueno y lo malo. Y ¿saben qué? Muchas veces la diferencia entre lo bueno y lo malo va a ser mínima y usted no va a poder a veces determinar simplemente a ojo y va a necesitar algo, un discernimiento que venga de las entrañas de su espíritu que le indique a usted por dónde usted debe irse. Uno necesita ese oído afinado del espíritu y Salomón entendió que necesitaba esa sabiduría especial.

Estoy hablando ahora del discernimiento espiritual, el discernimiento de espíritus al nivel de la vida del pueblo de Dios. Mire en Filipenses, Capítulo 1. Vamos a examinar algunos textos porque yo quiero montar una especie de presentación cumulativa acerca de este don, y espero que ustedes estén bien. ¿Están despiertos, están conmigo? Amen. Díganme de vez en cuando, recuérdenme que están ahí, ok, porque sino yo voy a seguir hablando y hablando y me voy a olvidar de que tengo aquí un pueblo que me está escuchando.

Filipenses Capítulo 1, versículos 9 y 10, dice aquí el Apóstol Pablo orando por los filipenses, dice:

“....Y esto pido en oración que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento....”

Las palabras que usa el Apóstol Pablo que se traducen ciencia y conocimiento son ‘epignesei’ y ‘aiestesei’, que son más bien queriendo decir, conocimiento e inteligencia, ¿para qué?

“.... para que aprobéis lo mejor a fin de que seáis sinceros y reprensibles para el día de Cristo....”

Pablo pide que el pueblo de Filipos, la iglesia filipenses sea dotada por Dios, no solamente de amor, sino que también a ese amor se le añada otra cualidad más sutil, que es el conocimiento y la inteligencia.

Yo creo que hay un balance entre el amor y el conocimiento. Hay mucha gente que ama pero no sabe amar, ¿si o no? Hay mucha gente que cree que amar quiere decir permitirle a la gente que haga todo lo que quiera, no poner límites, no hablar la verdad, no ofender. Y eso es una falsa concepción del amor. La persona sabia, madura, sabe que el amor muchas veces lleva confrontación, que requiere disciplina, que requiere verdad, que requiere justicia, y que reuniré también estudio. Porque el amor solo es una cualidad vana, es más bien emoción, en sentimentalismo, es romanticismo barato, pegajoso, pero amor unido con conocimiento y sabiduría, es sólido, es como que ese amor entonces tiene una vara de acero, una columna vertebral que le da forma y le da fortaleza.

Y nosotros como cristianos tenemos que pedirle al Señor, ‘Padre, aparte del amor por ti, aparte de la pasión por tus obras, aparte del amor por los demás, dame sabiduría, dame inteligencia para yo poder discernir entre lo bueno y lo malo, para yo poder entender los misterios del espíritu, para yo poder manejarme maduramente en los asuntos de la vida cristiana. ¿Cuántos pueden decir amen a eso?

Váyase ahora a otro pasaje, miren Hebreos Capítulo 5. Es un pasaje muy profundo también y allí en el versículo 11y estamos hablando aquí siempre, y acercándonos más y más al centro de la meditación esta. Estamos hablando de discernimiento, de capacidad para dividir las cosas morales, las cosas espirituales, para discernir la actitud y el espíritu que está en las personas y el espíritu también que está en el mundo y en los aires, todas estas cosas. En el versículo 11, Hebreos 5 dice, el escritor de hebreos le habla a sus lectores:

“.... Acerca de esto tenemos mucho que decir y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír....”

El escritor no está muy contento con los hebreos, han sido tardos, han sido lentos para entender y escuchar, dice:

“.... porque debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros fundamentos de las palabras de Dios...”

¿Conoce usted gente así que llevan años y años en el Evangelio, pero como que nunca crecen? Que se hagan quedado atrás, que debieran ser Apóstoles, debieran ser ancianos espirituales de su congregación, debieran ser maestros y consejeros, debieran estar siendo usados grandemente por Dios y entender las profundidades de la palabra del Señor, pero se han quedado como niños ahí en la superficie. Y hay que como siempre volver a enseñarles, siempre volver a instruirlos porque no evolucionan, no se desarrollan, son torpes en las cosas del espíritu, cometen los mismos errores, dicen las mismas palabras siempre, están siempre siendo batuqueados por el diablo a diestra y a siniestra y siempre están con una magulladura u otra, porque el diablito les pegó un batazo en la vuelta de la esquina. No tienen capacidad para defenderse y para navegar adecuadamente las cosas del espíritu.

Y el Apóstol escritor dice: “.... habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido....”

En otras palabras, tenemos que volver a enseñarles las cosas rudimentarias de la vida cristiana, cuando ya debiéramos estar hablando más profundas como las cosas de las cuales estamos hablando hoy. Dice:

“... y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia porque es niño...”

¿A quién le da usted la leche en el biberón? A los bebés, porque su sistema digestivo no puede digerir cosas más sólidas, entonces hay que darles las cosas bien ralas, bien sencillitas y así pasa con tanto pueblo que lo único que quieren escuchar en la predicación es algo que ellos puedan decir, ‘Gloria a Dios, ¡Aleluya!’ y mover la cabeza y danzar, pero se van a la casa sin haber recibido comida sólida y la iglesia tiene que recibir enseñanza sólida.

Desarrolle gusto, hermano, por las cosas sólidas del espíritu, porque es ahí donde uno aprende. Entonces, mire aquí, aquí está el versículo clave, dice:

“... pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso....”

Es decir, por la experiencia, esa gente que está asistiendo a las clases de discipulado, que están sirviendo al Señor, que están visitando a los enfermos, que están buscando más y más de Dios, que están leyendo libros espirituales edificantes, que están involucrados en conversaciones sólidas espirituales, que por el hecho de estar continuamente con la espada en la mano haciendo esgrima espiritual, desarrollan una capacidad más profunda, desarrollan un entendimiento de las cosas de Dios, pueden discernir entre una cosa y la otra como un soldado puede discernir entre diferentes terrenos de guerra, diferentes situaciones. Un músico puede discernir entre una tonalidad menor y una mayor, porque el uso, la práctica los ha hecho discernidores.

Y el Apóstol que escribe Hebreos dice: “.... para los que para el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento, ‘diacrisin’, el discernimiento del bien y del mal...”

Eso es lo que Dios quiere para nuestras vidas, y eso es lo que tu tienes que estarle pidiendo al Señor continuamente, ‘Padre, hazme un hombre, hazme una mujer que tenga discernimiento espiritual, que yo pueda en cualquier situación del espíritu moverme con sabiduría divina, que aunque yo no tenga un entendimiento intelectual, pero que mis sentidos espirituales estén tan aguzados y tan afinados que yo pueda entender las cosas del espíritu y saber lo que tengo que hacer en cualquier situación de la vida’.

Eso es lo que el Señor quiere. Por eso es que el Apóstol Santiago dice, “... si alguno tiene falta de sabiduría, ¿qué tiene que hacer?, pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche y le será dada.....”

Si usted me dice a mí, ‘Pastor, ore para que el Señor me de un Landrover del año 2008’, yo no estoy seguro si usted lo va a recibir, pero si usted me dice a mí, ‘ore para que Dios me de sabiduría’, y usted ora también para que Dios le de sabiduría, yo le aseguro que Dios se la va a dar, porque la palabra dice, “.... y le será dada...”

Porque Dios quiere que usted tenga discernimiento, Dios quiere que usted sea una persona sabia. Si usted le pide al Señor y usted se ejercita en ese don, Dios le va a dar cada vez más y más, y Dios quiere que sus sentidos sean ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Dios quiere dar a su iglesia discernimiento en lo espiritual, discernimiento de espíritus.

Otro pasaje maravilloso con respecto al discernimiento, y yo espero que usted esté aprendiendo más y más, porque vamos a ir al final de esto. Primera de Corintios, Capítulo 2, versículos 10 al 16, que monta otra pieza más en este armazón. Dice el Apóstol Pablo aquí:

“.... Pero Dios –hablando de la sabiduría oculta que Dios da- Mire, vamos al 7 primero, dice:

“....más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria....”

Hermano, cuando usted entra en la economía del Evangelio usted se mueve en un ámbito espiritual, usted se mueve ya entre ángeles y demonios, entre palabras sublimes y una economía muy profunda y esa sabiduría divina, Dios se la ha legado a su pueblo. Usted está manejando una matemática y una ciencia para la cual usted necesita unos instrumentos especiales, y eso es lo que la Biblia llama discernimiento espiritual. Y esa sabiduría Dios se la da.... eso es lo que nosotros manejamos. Entonces en el versículo 10 dice:

“...Pero Dios nos las reveló a nosotros por el espíritu porque el espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. ¿Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en él?....”

Usted ve, muchas veces la Biblia usa la palabra espíritu para referirse a nosotros. ¿Cuántos saben que usted es un espíritu? Yo soy un espíritu, lo que pasa es que, ¿saben qué? Yo soy un espíritu que tengo un envase físico, pero lo que yo soy verdaderamente, es un espíritu. ¿Sabe eso? Vea un cuerpo muerto y usted va a ver ahí simplemente un envase. A mi siempre, como digo, me impacta cuando veo el cuerpo de una persona que en la vida me fue familiar y yo veo algo allí que es raro, como que le falta algo, le han sorbido algo. Eso que le falta a ese muñeco de barro, se llama su espíritu. Esa es su verdadera personalidad. Nosotros somos espíritus y la Biblia habla del Padre de los espíritus, que es Dios.

Entonces cuando habla de discernimiento de espíritus en Primera de Corintios, Capítulo 12, yo creo que está refiriéndose a espíritus divinos, espíritus demoníacos, espíritus humanos y Dios quiere que en cualquier tipo de espíritu con el cual usted tenga encuentros, usted pueda discernir con qué está bregando. Y aquí habla del espíritu del hombre que está en él y el único que conoce lo que está en el espíritu del hombre es el espíritu del hombre mismo. Y dice:

“... Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios sino el espíritu de Dios y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios....”

Pero vamos ahora al versículo 14, dice aquí:

“...Pero el hombre natural....., -¿quién es el hombre natural? El hombre puramente carnal, intelectual, biológico, y ese hombre natural dice- ..... no percibe las cosas que son del espíritu de Dios.....”, no puede entenderlas.

Usted puede ser un profesor de la universidad de Harvard o de Yale y ser un experto en física nuclear, pero si usted no cree en Dios, si usted no es una persona del espíritu usted jamás podrá penetrar en las cosas espirituales. Una viejita pentecostal que nunca ha estudiado sabrá mucho más del espíritu que esa persona. Porque las cosas del espíritu se disciernen con el espíritu y usted no tiene que ser un genio intelectual para entender las cosas del espíritu.

Entonces las cosas naturales se entienden naturalmente pero las cosas del espíritu se disciernen espiritualmente. Dice, “... las cosas que son del espíritu de Dios el hombre natural no las percibe porque para él son locura y no las puede entender, ¿por qué? Porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas....” –es la misma palabra juzgar aquí ‘anacrine’, es la misma palabra de ‘diacrises’ que quiere decir precisamente discernir- “......el hombre espiritual discierne todas las cosas, pero él no es juzgado de nadie....”

¿Saben qué? La persona del espíritu, el creyente en Dios, la persona que se mueve en las cosas del espíritu tiene una doble ventaja, que puede moverse en el mundo natural pero también puede moverse en el mundo espiritual. El hombre natural, el hombre que solamente piensa en las cosas de la carne y las cosas del intelecto y de la materia, solamente puede penetrar en el mundo biológico natural físico, pero rebota cuando trata de entrar en el mundo espiritual porque no tiene los instrumentos para hacerlo. Solamente puede navegar en un solo ámbito, el ámbito natural.

Pero la persona espiritual que tiene la mente de Cristo, como dice el Apóstol Pablo, se puede meter en el ámbito natural y también puede bucear en el ámbito espiritual. Diga gloria a Dios. La persona que tiene la mente de Cristo puede ser un gran pensador, una persona intelectualmente dotada, pero se quita su sombrero natural, se pone su sombrero espiritual y también se mete en las cosas del espíritu. Gloria a Dios que nosotros no tenemos que limitarnos a un solo ámbito, podemos nadar en los dos. Podemos discernir cosas sutiles en el mundo natural de la ciencia, filosofía, política, economía, antropología, pero también podemos entrar en el mundo del espíritu y discernir con un radar espiritual las cosas que están pasando.

Dios quiere eso para ti. Dios quiere dotarte con una capacidad para entender las cosas del espíritu y tu no tienes que haber estudiado grandes conocimiento, tu no tienes que ser una persona teológicamente desarrollada, esos dones Dios los ha dado para que su pueblo pueda ser sabio en las cosas espirituales.

Hermanos, en el nombre del Señor yo les pido, pídanle al Señor dones de discernimiento espiritual. Pídele al Señor que te enseñe cómo discernir las cosas del espíritu para que seas una persona sabia y entendida en esa dimensión. Déjenme detenerme un segundito aquí.

Bajen su cabeza ahora mismo y pídale al Espíritu Santo ahora mismo, como dice la palabra, que le dé, hermanos, algunos somos torpes, déjenme decirles, necesitamos que Dios nos abra, nos destape el entendimiento, eso solamente se da por medio de un proceso espiritual. Yo en el nombre de Jesús ahora mismo pido que nuestras mentes sean abiertas, nuestro entendimiento sea abierto.

Padre, quita la tapa espiritual, quita la neblina que cubre nuestro entendimiento y yo declaro sobre tus hijos discernimiento de espíritus, Padre. Yo destruyo toda neblina, todo velo que cubre el entendimiento de tus hijos, Padre. Queremos ser una iglesia sabia, queremos ser una iglesia discernidora, Señor. Queremos poder movernos sagazmente en la zona del espíritu. Tu eres el Dios sabio, el Dios entendido, el Dios discernidor, Señor, danos la mente de Cristo. Danos el logos que rige el universo y que podamos movernos en las cosas del espíritu, en el nombre de Jesús. Yo vengo contra toda tiniebla en el entendimiento de tu pueblo y desato el don de discernimiento de espíritus, el don de sabiduría en medio de los tuyos, Señor. Y que esta iglesia sea una comunidad entendida en las cosas del espíritu para gloria de tu nombre, en el nombre de Jesús. Amen y amen.

Denme solamente un par de minutos más. He hablado de discernimiento de espíritus como algo que nos ayuda genéricamente, generalmente a navegar las sutilezas del mundo espiritual, a discernir lo espiritual, divino, lo espiritual humano, y lo espiritual demoníaco.

Ahora, ¿saben qué? Ese mismo discernimiento se necesita en el seno de la iglesia para interpretar las manifestaciones específicamente ahora sobrenaturales del espíritu. Y vayan conmigo a Primera de Juan, Capítulo 4, estoy acelerando todo lo que puedo, fíjese que usted y yo necesitamos discernimiento también específicamente para poder saber quién es de Dios y quién es del diablo, qué mensaje viene de Dios y qué mensaje viene de la carne.

Primera de Juan, Capítulo 4, versículo 1 dice: “... Amados no creáis a todo espíritu – eso está hablándole a los cristianos, dice - .... no creáis a todo espíritu...”

¿Ve, discernimiento de espíritus? Dice, no creáis a todo espíritu. Se está refiriendo a lo que se da en el medio de la vida de la iglesia. Hermanos, no se deje embobar por todo lo que usted ve y oye y lee porque dice la palabra, que en los últimos tiempos se levantarán falsos profetas, falsos maestros, dice que habrá deseo, habrá comezón en el corazón de la gente por las cosas espirituales, y dice que el diablo amontonará maestros para que le den a la gente todo lo que quieran oír, inclusive habrá doctrinas de demonios que estarán en curso en la vida moderna y yo creo que si hay un tiempo en la historia donde eso se hace real, es en este tiempo, donde usted, no solamente hay un canal cristiano, hay decenas de canales cristianos. No hay solamente uno o dos, o tres predicadores en la radio o en la televisión, hay cientos de predicadores.

Hay una multitud de libros disponibles hoy en día y usted no sabe cuándo dejó el budismo y entró en el cristianismo y cuándo dejó el cristianismo y entró en el hinduismo, y cuando dejó el hinduismo y entró en el espiritismo, porque son tan sutiles a veces las barreras entre una cosa y otra. Y la Biblia dice, no le crea a todo espíritu, aún hay personas que se pararán en un púlpito o en la televisión o en la radio, y dirán ‘Estoy predicando en el nombre de Jesucristo’ y harán milagros y esas personas no son de Dios y usted tiene que saber discernir si es Dios o no es de Dios.

Dice la palabra que un día vendrán ante el Señor Jesucristo y le dirán ‘Señor, no profetizamos en tu nombre, no sanamos enfermos en tu nombre’, y el Señor les dirá, ‘apartaos de mí, hacedores de maldad, no os conozco’.

Hermanos, se pueden hacer milagros, escúchenme, y no necesariamente venir de Dios. Y hay mucha gente que está siendo sutilmente envuelta por predicación que no es espiritualmente legítima y el pueblo de Dios necesita pedirle al Señor discernimiento de espíritus para saber dividir esa línea finita.

Yo mismo necesito discernimiento de mi propio espíritu, porque muchas veces mi carne estará hablando y yo no me daré cuenta y pensaré que es Dios que está hablando. Y tengo que pedirle al Señor, ‘Padre, ayúdame, cuídame porque yo hablo muchísimo.’

Dice la palabra de Dios que donde hay muchas palabras hay también mucha necedad, ¿sabe? Y los predicadores que usamos tantas palabras tenemos muchas oportunidades estadísticamente de decir tonterías y errores y de enamorarnos de nuestra propia retórica. Necesitamos discernimiento de espíritus para conocernos a nosotros mismos. Y ustedes necesitan discernirme a mí también, porque muchas veces yo puedo estar diciendo algo, y usted basado en la palabra va a entender, ‘espérate, el pastor como que hoy en día se le cruzaron los cables un poquito. Yo voy a dejar eso allí, lo voy a poner en remojo y ver qué me dice el espíritu.’

Yo le doy a usted ese derecho o mejor dicho, se lo reconozco, yo no tengo derecho a darle ese derecho, se lo reconozco, porque es suyo, del Señor. Eso es señal de una iglesia madura más bien, una iglesia donde uno sabe que no le puede meter a la gente gato por liebre porque tienen sus sentidos desarrollados por el uso y por la práctica. Eso es importantísimo hoy en día.

El Apóstol Juan dice, ‘no creáis a todo espíritu sino que probad los espíritus’. Eso quiere decir que midan los espíritus, pónganlos a prueba, sométanlos a escrutinio. ¿Y cuál es el escrutinio al que debemos someter a un espíritu? La palabra de Dios. Si no concuerda con la palabra de Dios no se vista, que no va.

El Apóstol Pablo dice, ‘Si yo o aún un ángel de luz os predicaremos un Evangelio diferente al que habéis recibido, sea anatema’, porque el Evangelio una vez dado a los santos, que es esta palabra, no puede ser violado.

Y por eso es que el pueblo de Dios necesita tener conocimiento de la palabra. Esta palabra es su rifle, esta palabra es su arma y es como que, de paso, tengo que ponerle un tape, porque ya se me está cayendo.... por el uso. Pero saben, hermanos, mire, a un soldado se le enseña a usar su rifle y a desmontarlo y montarlo y si tiene que desarmarlo, desarmarlo y volverlo porque se le ensució, se le mojó, lo que sea, el rifle es su arma, su garantía, humanamente hablando de seguridad, y tiene que conocerlo de la a la z. Asimismo es la palabra de Dios, esa es su espada, ese es su rifle. Usted necesita conocerla para poder discernir.

Una persona no puede desarrollar discernimiento espiritual si no conoce la palabra de Dios. Hay mucha gente que se contentan solamente con venir a la iglesia e ir de predicador en predicador, de programa en programa, de retiro en retiro y de espectáculo en espectáculo, y creen que con eso van a recibir...... Así no se recibe discernimiento, se recibe haciendo esgrima espiritual con la palabra de Dios, estudiándola, analizándola, orando sobre ella, ayunando y pidiéndole al Señor discernimiento espiritual. Eso es lo que le va a garantizar a usted que usted va a poder escaparse.

En los últimos tiempos, dice la palabra, que si Dios no acortara los últimos tiempos nadie se salvaría, porque son tiempos peligrosos y usted necesita, y yo necesito el discernimiento del espíritu.

Por eso dice, ‘no creáis a todo espíritu sino probad los espíritus si son de Dios porque muchos falsos profetas han salido por el mundo....’

Si eso fue cierto hace dos mil años cuando se escribió, es más cierto en el siglo XXI. Han salido muchos falsos profetas y necesitamos discernimiento de espíritus para poder entender entre una cosa y la otra. Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios. Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios.

Aquí hay algo, no tenemos tiempo para entrar en todo detalle. Eso se ha llamado la prueba Juanina, de Juan. Hay muchos espíritus que pueden parecer que son de Dios pero pregúnteles, confiesa que Cristo vino en la carne, y se atragantan, porque la confesión de que Cristo vino en la carne es demasiado poderosa para un espíritu que no sea de Dios verbalizarla.

Pero yo les digo, hermanos, que muchas veces aún eso no es suficiente. La Biblia dice que juzguemos por su fruto, dice, por su fruto los conoceréis. Todo habla acerca de esa necesidad de discernir, discernir, discernir del espíritu porque hay tantas maneras en que podemos ser engañados.

Yo le voy a pedir a los músicos que pasen por aquí, por favor. No los voy a abrumar con mucho más. Lo voy a dejar allí. Lo que quiero es, hermanos, enfatizarles a ustedes y a mi persona y a toda nuestra iglesia la necesidad de ser gente discernidora del espíritu.

Hoy en día, es un tiempo en que el conocimiento es absolutamente necesario. Los expertos en economía y en negocios dicen que nosotros vivimos en una economía basada en conocimiento, knowledge based economy. Hoy en día, la persona que no conoce de computadoras, que no conoce de economía o de administración o de electrónica, o de sistemas, o de planificación estratégica, está en desventaja, porque todo el mundo hoy es conocimiento.

Yo fui la semana pasada a la Oficina de Servicios de Inspecciones a llenar un permiso de construcción, una cosa que necesitamos hacer aquí, y hasta hace poco uno tenía que hacerlo con una hoja, y me dijeron ‘ya no hay hojas, tiene que ir a la computadora ahra y llenarlo. Gracias a Dios que no pasé una vergüenza y pude hacerlo, pero yo me pregunto cuántos contratistas pueden ir a una computadora y llenar ahí una solicitud de un permiso en una computadora.

Estamos en un tiempo en que el conocimiento rige la humanidad. Hay que conocer cosas y ¿saben qué? Eso es aún más cierto que nunca en el ámbito del espíritu porque el hombre se ha puesto mucho más complejo, la vida humana se ha puesto mucho más compleja y peligrosa y los demonios tienen más experiencia que nunca en el arte del engaño y de la seducción. Y el pueblo de Dios necesita conocimiento, discernimiento, sabiduría, capacidad para dividir aún su propio espíritu, saber cuándo hay psicología y cuándo hay energía del espíritu, cuándo el diablo está diciendo algo y cuándo es Dios que lo está diciendo.

¿Recuerdan al Apóstol Pedro? En un momento le dice a Jesucristo, cuando Cristo dice, ‘¿saben ustedes quién soy? Y Pedro dice, ‘sí, tú eres el Cristo, el Hijo de Dios’, y Jesús le dice, ‘bienaventurado Pedro que eso no te lo dijo nadie, sino el Espíritu Santo te lo reveló.’ Y ¿saben qué? Un momentito después ese mismo Pedro que en un momento le dice a Cristo, ‘tú eres el Hijo de Dios,’ cuando el Señor dice, ‘Es necesario que el Hijo del hombre padezca y que sea entregado, y que sea enterrado y que resucite al tercer día’, ese mismo Pedro que hace un momentito le profetizó al Señor positivamente, ahora, comienza a decirle al Señor, ‘No te dejes crucificar. No dejes que eso te pase.’

¿Y qué le dice el Señor? Le dice, ‘apártate de mí, Satanás, porque siempre pones tu mira solamente en las cosas de los hombres’.

El Señor pudo discernir en ese momento que el que estaba hablando no era el Espíritu Santo, sino ahora era el espíritu demoníaco queriendo intimidar a Jesús para que no fuera a la cruz, en una sola persona, en poco tiempo, un espíritu divino y un espíritu diabólico.

Gloria a Dios que había allí alguien que tenía discernimiento de espíritu, el Señor Jesucristo. Quiera el Señor que nosotros tengamos ese mismo discernimiento, hermanos, porque cada día va a haber oportunidades para nosotros usar discernimiento y necesitamos ese radar del espíritu que nos ayude.

Hermanos, seamos sabios en el caminar cristiano y pidámosle al Señor, ‘Padre, dame sabiduría, dame discernimiento espiritual en todas las cosas’. Eso es lo que yo deseo para usted hermano y lo deseo para mi propia vida.

Vamos a ponernos de pie y vamos a pedirle al Señor que nos ayude a caminar con sabiduría, con discernimiento espiritual, que seamos gente ávida de la sabiduría que viene de la mente de Dios. Líbranos del mal, Señor, guárdanos en tu mano y derrama ese discernimiento, ese conocimiento, esa inteligencia, esa sabiduría espiritual, ese discernimiento de espíritus, Señor, que necesitamos para todos los momentos de la vida.

Yo declaro, Padre, que esta energía corre en medio de tu pueblo, queremos, necesitamos este recurso, Padre. Envía una doble porción de tu discernimiento a nuestras vidas. Te necesitamos, Padre. Te damos gloria y honra. Gracias, Señor en el nombre de Jesús. Y nosotros decimos, Amen. Dios les bendiga mis hermanos, gloria a Dios.

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Una fé violenta

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Libro de Marcos, Capítulo 10, versículo 46. Obviamente nuestro pastor principal, el Dr. Roberto Miranda no está con nosotros este domingo, volverá a estar con nosotros el domingo que viene. Pero, hermanos, mientras buscamos esta cita bíblica, Marcos Capítulo 10, comenzando con el versículo 46, mientras los buscamos, hermanos, les quiero dirigir a otra cita, pero esta no es en una Biblia.

Hermanos, yo no se cuánto ustedes han buscado el Internet, para un mensaje o el mensaje, pero hay un mensaje que predicó el pastor Roberto el día 2 de diciembre, y hermanos, si usted no estuvo ese día, aún si usted estuvo ese día 2 de diciembre, yo les recomiendo, hermanos, que vayan y busquen ese mensaje. Es uno del.... hermanos, siempre el Señor usa al Pastor Roberto, pero hay mensajes, hermanos, que son en su carácter profético linderos que marcan una nueva etapa de la iglesia, que inician algo en los profético y desatan un poder increíble sobre la vida de la iglesia, y el mensaje que el pastor predicó el día 2 de diciembre del 2007 es uno de esos mensajes, que he titulado el don de fe.

Fue uno de los mensajes que inició esta serie acerca de los dones del espíritu, al cual el pastor ha estado predicando todos estos meses, desde de diciembre. Fue uno de los mensajes que lo inició. Yo no sé si ustedes se acuerdan, como unos tres o cuatro semanas atrás, que en otro mensaje del pastor Roberto, que él declaró que él preparándose para predicar esa mañana buscó por el Internet, tropezó con uno de sus propios mensajes y él mismo fue bendecido por ella. Él hablaba de este mensaje, y entre nosotros, hermanos, este mensaje es como un sub-tema, un andamio que ha levantado toda esta serie y que es un tema que está detrás de toda esta serie acerca de cómo el Señor usa los dones del espíritu aún en este día en la iglesia, y hasta que Cristo venga, estará usando su iglesia, usando vidas, transformando vidas en una forma especial, pero comienza con la fe.

Declaró el pastor, en esa mañana, “.... porque muchas veces Dios nos está dotando de fe pero nosotros no nos atrevemos a creerle al Señor y dejamos que una cantidad de obstáculos se interpongan en nuestro camino...”

Él declaró “... hay principios que operan y su usted se pega a esos principios usted recibe la fe y recibe el poder de Dios a través de la fe y Dios tiene que respetar esos principios porque Dios es un Dios de principios, y si usted opera conforme a principios de fe....”

Fíjate, el hermano Gonzalo, y hermanos francamente nosotros aquí no nos combinamos, no llamé a Gonzalo, no le dije de qué iba a predicar, de qué se trataba, pero mucho de la alabanza y la adoración trató, de nuevo, resaltó el tema de la fe en esta mañana e incluso Gonzalo trajo un ejemplo precisamente uno de los ejemplos que trajo el pastor Roberto el día 2 diciembre, acerca de la mujer del flujo de sangre. Hermanos, es porque hay una consistencia y una coherencia en la palabra del Señor.

Y dice, “.... y si usted opera conforme a principios de fe, mire hermano, yo creo que Dios va a bendecir, Dios va a honrar su fe....”

Y hermanos, yo llamaría esa fe de la cual predicaba el pastor, una fe violente. Es así. Si usted está aquí en esta mañana, si el Señor lo ha convocado para estar con nosotros o si nos has sintonizado al Internet y estás oyendo este mensaje, es porque el Señor con su gracia le ha dotado con un nivel de fe.

Es más, la palabra declara que es imposible, declara en el Libro de Hebreos que es imposible agradar a Dios sin fe. ¿Por qué? Ese mismo versículo declara que es necesario, lo básico, es esencial. No hay manera que aún te acerques, al Señor, no hay manera ni siquiera hermanos, que usted esté aquí atento a este mensaje o que usted en cualquier momento de su vida, que le ore a un Dios invisible, intocable, por lo menos por maneras naturales, es imposible que usted se acerque a ese Dios sin primero que él existe, que hay un Dios, que no estás orando a un vacío, pero hay un Dios poderoso que está sentado en un trono, con autoridad, listo para oírte, listo para recibir tu oración, listo para extender su cetro hacia a ti, como el rey se lo extendió a Ester, Y recibirte en su presencia.

Y al acercarte a la presencia de ese Dios poderoso, es necesario creer que él es galardonador de aquellos que lo buscan. En otras palabras, que vale la pena. Hay algo en ti, hermanos, por lo menos en la básico, tiene que haber algo en ti, si estás aquí, o si me estás oyendo desde donde sea, que te dice, ‘¿sabes qué?’ Tal vez las cosas no me han ido como quisiera que me vayan, tal vez no he vivido de la manera que yo quisiera que viviera, tal el rollo de mi vida no me ha ido como yo quisiera, pero esto yo sí creo, aún sus familiares más resistentes al Evangelio a veces te echan esto, ¿no? Yo creo en un Dios. Y yo creo que Dios es bueno. Y hay algo en ti que te dice, ‘yo creo en un Dios y que vale la pena buscarlo, vale la pena traer mis oraciones a él, vale la pena buscar su presencia.’ Esto es esencial.

Hermanos, hay una diferencia entre esa fe básica y una fe que produce resultados poderoso en nuestras vidas, que resultan en transformaciones, que resultan en milagros, que resultan en derramamientos de dones, que resultan en muros desaparecerse, que resultan en victorias.

Hermanos, y estás aquí porque estás esperando eso de parte del Señor. Pero sepan algo, hermanos, el Señor también tiene una agenda, el Señor nos bendice, el Señor se mueve entre nosotros, como declaraba es himno, el Señor hace milagros porque sobre su vida, su vida, el drama de su vida es una esquina de una gran batalla que se está librando en el mundo espiritual. Usted es un soldado que lo ves tal vez es el tumulto de la batalla a su alrededor, pero no se da cuenta que sobre esto, esta es la manera, el drama de su vida, y la operación de Dios en su vida, sus angustias, sus pruebas, sus necesidades, todas las cosas que tu derramas delante del Señor, y todo lo que usted desea de parte del Señor, es parte de un patrón gigantesco y lo que Dios ve de la perspectiva de Dios, él lo que ve detrás de cada oración detrás de cada lucha, detrás de cada alma que pasa el altar, él ve una cosa: que el Reino de Dios está avanzando, que el Reino de Dios está comenzando a quitar poco a poco autoridad de Satanás sobre esta tierra y afirmándose más y más y más sobre una tierra que necesita este Dios poderoso y almas que claman por él.

Jesús declaró, ‘el Reino de los Cielos se hace fuerte, sufre violencia y los violentos, la arrebatan...’ Es más, hermanos, esa palabra clave ‘sufre violencia el Reino de Dios’, son los violentos que la arrebatan.

Hermanos, esto fue una palabra muy particular, muy adrede que el Señor use esta palabra. La palabra en el griego original ‘biazo’, es la misma palabra que usaban los griegos para describir el sonido que la marea hacía cuando golpeaba contra la playa. Ese sonido insistente y para nosotros que somos del Caribe o vivíamos cerca del mar especialmente en puro febrero, estamos extrañando esas escenas del mar.

Pero, hermanos, Dios ve otra cosa. Esta palabra lo que declara es que el mar está conquistando poco a poco esa playa. Con cada vez que el mar golpea contra esa playa centímetro, por centímetro el mal está conquistando, conquistando poco a poco, poco a poco, insistentemente, consistentemente, conquistando la tierra. Eso es lo que el Señor está haciendo a través del Reino de Dios y eso es lo que el Señor está haciendo a través del drama de su vida.

Hay un propósito tras el drama de su vida. Hay un propósito tras su lucha en oración, su sala de oración es un campo de batalla adonde los principios del reino están en juego. Hermanos, el Señor toma su victoria y su lucha de una forma muy personal, a él le importa que usted gane esa batalla, a él le importa que usted sea bendecido, a él le importa que usted disfrute de la victoria porque con cada vez que un hijo de Dios se acerca a él, más terreno le quitamos a Satanás, más sube la marea de la palabra.

No es por nada que el profeta declaraba, ‘se llenará la tierra de la gloria de Jehová como las aguas cubren el mar’.

Ahora, cómo es que se desata esa fe. ¿Por qué es? ¿Ustedes se han dado cuenta, hermanos, que Dios no es una máquina vendedora, no es una máquina de vender Coca Cola, usted no le echa a Dios una peseta y pum..... o un dólar y pum... ahí está su bendición? Padre, necesito un milagro financiero, pum.... ahí está. Padre, necesito una sanidad milagrosa, pum..... Necesito esta respuesta, pum.....

Hermanos, la razón para eso es que al Señor le interesa mucho más el proceso por el cual él nos está llevando que aún el resultado. Al Señor le importa más la persona, el guerrero, que él está creando en nosotros que aún la bendición que nosotros pudiéramos recibir a través de nuestra oración. Esto es un proceso. Y el proceso vale aún mucho más que la petición que nosotros levantamos al Señor.

Y yo creo que un ejemplo bíblico, uno de los ejemplos bíblicos que más me ha inspirado, que me sigue inspirando acerca de esta guerra espiritual, es esta persona, el ciego Bartimeo, que vemos Marcos, Capítulo 10, versículo 46. Hablábamos, hermanos, igual podríamos aplicar esto a la mujer del flujo de sangre, así como lo hizo el pastor o la mujer sirio fenicia, también.

Hermanos, todas estas personas vivían por estos principios del cual declaraba el pastor, y si nosotros conocemos estos principios, y los ponemos en práctica, esto dará contexto para su drama, esto aumentará nuestra fe y nos hará mucho más efectivos en nuestras intercesiones, en nuestra oración y nos hacen más efectivos guerreros en el campo de batalla del Señor que es lo que más le interesa al Señor.

Y me gusta el hecho, hermanos, en la Biblia Reina Valera, por ejemplo, comienza este relato con un título que le dieron los editores de la Biblia Reina Valera a este relato. Esto no lo escribió el Apóstol Marcos, esto lo escribieron los editores, pero dice aquí:

El ciego Bartimeo recibe la vista.

¿Saben por qué me gusta? Por la ironía. Es como si esto ni siquiera comienza a describir la batalla que se libró para que este ciego recibiera esta bendición. De una forma muy conclusa declara esto, sin decirnos toda la resistencia que tuvo este hombre que superar para llegar al punto de recibir su vista.

Y hermanos, lo que vamos a hacer en este momento es desempaquetar esta batalla poco a poco y aprender tras cada faceta y cada obstáculo que este hombre contra el cual este hombre luchó, nosotros en el nombre de Jesús y declaro en el nombre de Jesús que esos mismos obstáculos caerán en su vida y la misma victoria que el Señor le dio a este hombre en el nombre de Jesús, nos dará a nosotros en este día.

Hermanos, yo veo el primer obstáculo en el primer versículo que comienza:

“...Entonces vinieron a Jericó y al salir de Jericó él, o sea Jesús, y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando..”

Hermanos, ¿qué veo ahí? Yo veo el primer obstáculo y para muchos esto es un obstáculo determinante e insuperable, y es el obstáculo del tiempo. Como así, dice la palabra, por lo menos en la versión de la Epístola de Marcos, declara que el Señor salía de Jericó. Al salir de Jericó. ¿Qué le dice eso a usted? ¿Sabe lo que me dice eso a mí? Que ya la campaña había terminado, ya el evangelista estaba rumbo al aeropuerto, ya los músicos estaban guardando sus instrumentos y lo que Jesús iba a hacer en Jericó, uno podría concluir, ya lo hizo. Hizo cosas grandes en Jericó en esos días. Saqueo, tuvo su encuentro con Dios en ese momento, fue en ese día que él lo tuvo. Y uno diría, bueno, ya el tiempo del Señor ha pasado.

A propósito, acerca del papel de estos obstáculos. Hermanos, como declaró el pastor, el día 2 de diciembre, y yo resalto hermanos, esta fe crece de la manera que cualquier cosa que vale la pena sobre esta tierra crece, y es a través de resistencia. Si usted es un estudiante universitario y quiere crecer, no hay quien escape el dolor del estudio. El pueblo de Dios que ha estudiado discipulado puede decir amen. Eso de ensayar y fallar y tratar de nuevo y seguir, y no darse por vencido, pero uno sigue, y dale, y dale, y dale hasta que su ‘C’ se convierte en una ‘B’ y su ‘B’ se convierte en una ‘A-‘ y tú eres transformado. Y lo que usted recibe es mucho más que meramente una A en su clase. Usted recibe la capacidad de luchar académicamente y su vida es estirada.

Si usted comienza una clase de inglés como segundo idioma, y usted se da y contra viento y marea usted llega a esa clase, o llueve, estoy mirando a la hermana Elizabeth, porque yo le doy gloria a Dios, ustedes son unos luchadores, ¾ parte de la clase llegó el miércoles pasado aún con unos vientos y un agua tremenda.

Hermanos, por qué el curso es tan importante. Hermanos, no es por la clase, es por usted. Usted está aprendiendo a luchar. Usted está aprendiendo a sobrellevar todas las resistencias y los obstáculos.

Es igual en gimnasio, hermanos. Dígame cualquier hermano que está ahora tratando de rebajar las libras con las cuales nos bendijeron en las navidades, no es tan fácil que eso se derrita, ¿verdad? Que lindo sería, y hermanos, no se dejen engañar por las pastillitas o los anillos mágicos, nada de eso resultará. Por el sudor de tu frente, dice el Señor, caerán esas libras, por el sudor. Requiere, hermanos, es el mismo principio, el principio de la resistencia.

Y es a través de la resistencia que el Señor estira nuestra fe, es el mismo principio que gobierna todo crecimiento, gobierna nuestro crecimiento espiritual. En este caso, el primer obstáculo que este hombre se vio obligado a resistir, era el obstáculo que le dice, ‘bueno, ya tu tiempo pasó. Es tarde ya. Tu tiempo para este milagro pasó, ya Jesús se va, la próxima vez que venga Jesús tal vez.....’.

Yo diría que la mayoría de la gente que confrontaron este obstáculo, se quedaron allí. Hay tantos que se quedan allí, hay tantos que dicen, ‘tal vez para otro Dios los podrá bendecir bajo estas situaciones, pero eso no se aplica a mí. Mi caso es demasiado avanzado, mi dolor es demasiado profundo, este matrimonio es un caso perdido, mis finanzas son un caso perdido, mi salud es un caso perdido, es tarde ya para mí. Es tarde ya para mí.

Sepan, hermanos, que eso es una mentira de Satanás. Uno, y dos, hermanos, lo primero que tenemos que aprender de este hermano es que al ver él la oportunidad de agarrar del Señor un milagro, una bendición, él luchó y él lo conquistó.

¿Saben por qué? Uno nunca sabe, y esto sí, ahora siempre sale algo del pentecostal en el predicador pentecostal. Usted no sabe si es su última oportunidad y en el caso de Jericó, así fue. ¿Saben qué? Este hombre fue sabio porque Jesús por lo menos, Jesús nunca jamás regresó a Jericó en su ministerio terrenal.

La palabra registra que al salir él de Jericó él iba rumbo a Jerusalén. En el próximo Capítulo describe la entrada triunfal, dentro de una semana, Jesús lo crucificarían, dentro de 40 días él iba a resucitar al tercer día de la tumba y luego ascender al cielo. Por lo menos en la tierra, un día él regresará en toda gloria, en toda pompa, como rey de reyes a Jericó, pero ese Jesús evangelista en la carne, jamás regresó a Jericó. ¿Y qué si este hombre hubiese pensado, ‘bueno, la próxima vez entonces. No quiero molestar a Jesús en este momento, no quiero hacer el ridículo.’

Hermanos, nunca es tarde. Nunca es tarde, es más, declara, le digo a usted, le declaro a usted como declaró el salmista, hoy, es el día de la salvación. Hoy, usted sabe de hoy. Nosotros sabemos que el Señor está aquí hoy, nosotros sabemos como declarábamos ahora que el Señor se mueve entre su pueblo hoy. Nosotros sabemos que hay unción para recibir gracia de parte del Señor, hoy. Sabemos que el Señor tiene autoridad para su vida, hoy, y estás escuchando la palabra de Dios en este momento, hoy. Hoy es tu día. It’s today. Es hoy.

Hermanos, cuando el Señor te da, cuando el espíritu te da testimonio que es tu día, aprovéchelo. Y este hombre, como un buen guerrero la aprovechó. Ese es el primer principio, la fe violenta aprovecha las oportunidades. La fe violenta es una fe presente, lista para aprovechar las oportunidades que nos da el Señor.

Segundo, hermanos, la fe violenta requiere la visión suficiente de ver más allá de la realidad negativa que le rodea. O sea, su fe se mueve de lo esencial a lo violento en el momento que usted comienza a tener una visión de lo que Dios puede hacer en su vida si solo te tocara, si tan solo el Señor se moviera a tu favor, si tan solo el Señor se recordara de ti y extendiera su mano y te bendijera.

¿Sabe? Este hombre ciego es uno de los hombres... yo lo admiro, porque yo lo veo como uno de los hombres que más visión tiene toda la palabra. Que ironía no. Un ciego con visión. ¿Por qué yo digo esto? Para poder él aún clamar al Señor, era necesario que él viera los ojos del espíritu, los ojos del corazón de los cuales el Apóstol Pablo declaraba, y yo hermanos, yo también, el nombre de Jesús, yo le pido al Señor que en este día él abra los ojos de su entendimiento y que el nombre de Jesús el Señor comience a revelarle qué puede ser su vida si tan solo el Señor se moviera a su favor, qué puede ser su vida si tan solo el Señor te extendiera el milagro que tú pides, qué puede ser su vida si usted recibiera en este día una dotación especial del poder y la fe del Señor, ¿qué puede ser? Se puede imaginar lo que sería su vida. Se puede imaginar qué cambios haría Dios, se puede imaginar usted como su vida puede cambiar si tan solo el Señor te visitara.

Este hombre lo veía. Sabe, él tenía mucho contra lo cual luchar. ¿Cuál era su realidad, su papel? Era el ciego mendigo, imagínese eso en su tarjeta de negocios. El mendigo ciego. Su pueblo Jericó, y Jericó tenía una reputación, mis hermanos, no muy buena. En cada pueblo, hermanos, esté donde esté, en la nación que uno esté, ¿qué hace uno? Primero antes de salir al mercado o algo, uno le pregunta a uno, ¿y por acá es seguro? Y muchos te dicen, saben si el buen huésped te dice, ‘ni te metas, pastor, por esa esquina o ese vecindario, ni siquiera, nos dijeron en algunos países, ni siquiera la policía se atreve a meterse allí. Y Jericó era un lugar así, que las calles, especialmente este vecindario de Jericó, las calles que daban entrada y salida a Jericó estaban poblados por ladrones y mendigos, entre ellos, Bartimeo. No era un lugar muy deseable. Ese era su pueblo, y su propio nombre, hijo de Timeo, hijo de inmundicia es lo que eso representa en el hebreo, hijo de suciedad. Imagínate.

¿Quién eres tú? Oh, yo soy el hijo de estiércol, yo soy el hijo de suciedad, mendigo de Jericó. Gusto en saludarle. Eso era su realidad. Pero ahora al oír que Jesús pasaba por allí, para él alcanzar su bendición tuvo que ver algo en su corazón que decía, ‘tal vez Dios no me hizo para esto. Tal vez esto no es mi fin, tal vez esto no representa el propósito de Dios para mi vida. Tal vez yo se que yo veo cosas negativas, yo se que no tengo nada que me recomienda, yo se que todo anda mal pero hay algo dentro de mí, no entiendo por qué, pero hay algo que me revela el Espíritu Santo que me dice que es posible que mi vida cambie, es posible que las cosas anden mejor, es posible que si tan solo Dios me visitara todo puede cambiar’.

Hermanos, pídanle ahora esa visión al Señor. En los momento, hermanos, que ustedes se vean atrapados, en los momentos en que el enemigo se levanta para deprimirte, en el momento que el enemigo te convence que su vida es una causa perdida, sepan, hermanos, que ustedes están rodeados en este momento, a su alrededor, esta iglesia está poblada de casos perdidos, sepa, casos, hermanos, que al ellos entrar por las puertas se veían imposibles, matrimonios imposibles de sanar, los veo juntos en el nombre de Jesús, adorando al Señor, más de uno, más de uno; alcohólicos, casos perdidos, yo los veo sirviendo en su juicio cabal. Es más, sirviendo como voces proféticas en su pueblo. Casos perdidos.

¿Quiere un caso perdido? Yo veo gente aquí que ni siquiera de acuerdo a los doctores, ni siquiera tienen derecho a vivir, con un diagnóstico imposible. Yo veo a mi hermanos, Wojtek, que en el nombre de Jesús está aquí porque él apeló a una autoridad mucho más alta y sublime que la realidad médica que estaba definiendo su vida.

Hermanos, pídale esa visión al Señor. ¿Padre, cómo puede mi vida cambiar? Y este hombre sabía que su vida podía cambiar y también sabía que la única respuesta para cambiarle esta vida era Jesús. Y la fe violenta, también hermanos, se basa en esto. Hermanos, no es por fuerza de su voluntad, no es porque lo merezcamos, hay una parte que nosotros jugamos, y ¿sabe lo que es? Clamar a Jesús. Esa es su parte, apelar a Jesús, rendirte a Jesús y decir, ‘Jesús, si hay una manera de salir de este lío, eres tú.’

Hermanos, eso era lo que este hombre estaba declarando cuando él gritaba a toda voz, ‘Jesús, hijo de David ten misericordia de mí’. Hermanos, y aún cuando lo mandaban a callar, con más empuje, con más ánimo, con más energía gritaba aún más, oh sí, Jesús, hijo de David, aquí estoy. Ten misericordia de mí, no me pases por alto.

¿Sabe por qué él estaba declarando dos cosas? Podemos aprender dos cosas de ese clamor. Primeramente, hermanos, no tienen que ser muy elocuentes. En este clamor Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí, él estaba declarando todas estas cosas a la vez. Él reconoció quién era Jesús, el Mesías, él reconoció su autoridad, él reconoció su misericordia, su poder, también él reconoció que esto no es un momento para jugar de religión de costumbre.

¿Usted necesita algo de parte del Señor? Usted necesita un milagro, usted quiere, estamos en serio que el Señor desate esta fe sobre nuestras vidas. Usted desea que Dios se mueva en su vida de una forma milagrosa, entonces, hermanos, si ese el lugar a dónde usted está le tengo una revelación, ya no es tiempo entonces, si esa es su situación, no es tiempo para jugar de religión de costumbre, no es tiempo de alabar al Señor de una forma casual.

Hermanos, si esa es su lucha, es tiempo de hacer cosas extraordinarias que tal vez te incomodan, tal vez te humillan. Pero, hermanos, es el tiempo de experimentar nuevos horizontes en la alabanza y la adoración al Señor, y dejar que el Señor nos humille y declarar, sabe, tú eres mi redentor, mi salvador, yo soy el mendigo. Yo necesito de ti, y si para eso tienes que gritar, grite, si para eso tienes que saltar, salte. Si para eso tiene que levantar sus manos por primera vez en su vida, levanto mis manos. Si para eso tienes que ir al altar por primera vez en su vida, atrévase. Si para eso tienes que llegar a cada una de las noches del ayuno en oración, Padre, si la primera vez que me hundo como Naamán en las aguas del Jordán no veo la sanidad, me hundiré la segunda vez. Si la segunda vez no veo que mi piel es como la de un niño, me hundo la tercera vez. Si la tercera vez no resulta, me hundo la cuarta vez. Si la cuarta vez no veo nada, hasta que yo no vea el milagro, hasta que yo no vea tu liberación seguiré gritando ‘ten misericordia de mí’.

Olvídate de lo que está a tu alrededor, de tus costumbres, de lo que aprendiste. Mira, el Señor, uno de los propósitos del Señor con esto es reducir su religión a una cosa sencilla que depende de una relación entre tu Padre Celestial que te ama y te quiere bendecir y un hijo que lo necesita en todo y por todo. Y el Señor está reduciendo nuestra religión a esa realidad.

Y, hermanos, aquí declara que muchos le reprendían para callarse, en el versículo 48. Hermanos, parte de este proceso, no se sorprendan, que si usted recibe resistencia. Esta gente que estaba alrededor de él, en vez de animarlo lo que hacían era decirle, ‘Cállese, qué está haciendo el ridículo...’

Hermano que me está escuchando de dónde sea, en su iglesia de la tradición que sea, el momento que su pastor allá le oiga diciendo, ‘Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí’ tal vez te quiera echar de la iglesia, entonces búsquese usted una iglesia donde mitad de la iglesia está clamando de esa manera. No tengas pena.

Hermanos, la gente y las circunstancias te recorrerán de tu lugar. Usted llegó, tuvo un encuentro con Dios, yo he visto muchos casos así. Tuvimos un encuentro genuino con el espíritu de Dios pero se sube al mismo coche, con una llanta casi por caerse del carro, van al mismo apartamento y esta vez ven una nota de parte del dueño que le faltan ciertos días para la renta, va y entra y encuentra la misma guerra. Y usted dirán, ‘¿y dónde está ese Jesús?

Hermanos, hay circunstancias que te recordarán de tu lugar. Hay circunstancia que te recordarán que eres el mendigo del camino y te dirán tu no tienes el derecho de esperar nada de parte del Señor; que te recordarán de la futilidad de esperar algo bueno de parte del Señor. Hermanos, ¿saben qué? Yo les receto, hermanos, la actitud de este ciego. Busca aún con más afán al Señor.

Hermanos, esto no se trata de ti, esto se trata de él, esto se trata del dador de los milagros. Hermanos, de la manera que usted encuentre, hermanos, en ese momento usted abre hoy, esta tarde, la puerta de su apartamento, o usted llega a ese trabajo o usted llegue a donde llegue, adonde quiera que sea su campo de batalla y hermanos, de una forma proactiva declare una y otra vez a voz alto, si es necesario, ‘Señor tu eres bueno, tu eres bueno, tu eres bueno. Yo espero tu galardón. Yo te busco porque sé que tu existes y yo espero tu galardón de tu parte. Tu eres bueno y para siempre es tu misericordia.’

Hermanos, esa era el arma más poderosa que tenía el pueblo de Israel. El arca del pacto, hermanos, no era la esperanza de ellos. El arma poderosa de Israel era la alabanza. Un ejército raro, con un batallón de sacerdotes en la vanguardia, adelante con banderas que declaraban que su general era el león de la tribu de Judá, con yofares, trompetas que sonaban y soldados se supone, que declaraban con cada paso ‘bendito sea Jehová que es bueno y para siempre su misericordia. Bendito sea Jehová’.

Hermano, esa es tu arma también. Esa es tu arma también. Y ¿sabes qué? El Señor te escucha. Así como el Señor se detuvo, dice la palabra del Señor, “... entonces Jesús, deteniéndose mandó llamarle, llamaron al ciego diciéndole, ‘Ten confianza, levántate, te llama...’.

Hermanos, ven cómo ellos cambian su tono. ‘...Ten confianza, te llama. Él entonces arrojando su capa se levantó y vino a Jesús..’

Hermanos, enfócate en él. Tarde o temprano lo primero que vas a hacer, va a ser el Señor, aún antes de sanarte, aún antes de traerte la bendición que usted le busca, él te va a admitir a su presencia. El Señor pedirá audiencia contigo, te reconocerá entre la multitud, te llamará por nombre, te señalará y buscará intimidad contigo. Entre toda esa multitud, ese hombre para Jesús era especial. Ese hombre para Jesús era.... es más, ¿por qué? Ese hombre se paró, no en la crítica que estaba a su alrededor, no se dejó influenciar por ellos, no se dejó influenciar por sus circunstancias negativas, pero algo de la palabra del Señor resonaba en él y él oía esas promesas sublimes que declaraban, ‘¿saben qué? La palabra declara, ‘clama a mí, te responderé y te enseñaré cosas grandes que tu no conoces.’ Eso se me aplica a mí.

Él declaraba, como declaraba la palabra del Señor, el que a mí se acercare, jamás, jamás lo echaré fuera. Párate sobre esas promesas. No escuche la crítica, no escuche las circunstancias, escucha las promesas del Señor. Llénate de las promesas del Señor, vive clamando y parándote sobre las promesas del Señor.

Entonces el Señor le hace una pregunta que parece un poco, ¿no es obvio esto? Respondió Jesús, le dijo, “...¿qué quieres que te haga?...”

¿Cómo respondería usted? Hello, Jesús.... Hello, ¿quién es el ciego aquí? Jesús, tu.... yo... ¿no es obvio Señor lo que necesito? Saben, hermanos, yo veo dos cosas aquí. Lo primero que yo veo es esto: el Señor le encanta que nosotros comencemos a pronunciar con nuestros labios el cambio que nosotros deseamos de parte de Dios. ‘Señor, yo sé lo que dice Mecha que era, pero en el nombre de Jesús yo pido Padre que tu tomes control sobre mis finanzas en el nombre de Jesús. Padre, tu ves ese muchacho, tu ves ese hijo rebelde, Señor, tu no has terminado con él, en el nombre de Jesús yo te lo encomiendo, Maestro. Sánalo, sana su mente. Yo declaro un joven, Padre, yo declaro un joven que te ama, que crecerá en tu presencia. Señor, yo sé lo que me... este es el diagnóstico que me dio el doctor, ¿qué opinas tu, Jesús? Sáname.

Que usted comience a confesar, es más, escríbelo, hermano, escribe la visión que acabas de declarar, ¿qué cambio quieres tú de parte del Señor? Ponlo allí. Señor mi esposa y yo no hemos hablado ni siquiera en cinco años, pero yo declaro en el nombre de Jesús que tu nos unirás de nuevo, que tu sanarás toda herida...’

Hermanos, el Señor es grande y el Señor es gentil y cuando toda esta multitud estaba mandando a callar a este hombre, Jesús fue el único que le prestó atención y que se molestó en oírlo. El Señor te toma en serio. A el Señor le encanta oír tu necesidad. Tal vez fue la primera vez en la vida de este hombre, que alguien le preguntó a él qué era lo que él quería. El Señor respeta tu dignidad porque eres una criatura de él y él tienen propósitos contigo.

La palabra declara, ‘Señor, quiero recobrar la vista, Maestro...’

Y eso me da a entender, que este hombre tal vez fue vidente, hubo un tiempo en que este hombre veía. Tal vez tu estás aquí por eso mismo. Tal vez usted se acuerda un tiempo en que usted veía mejor. Tal vez se recuerda un tiempo a dónde Dios se movía tal vez con más poder en su vida. Tal vez usted está aquí porque está siendo animado por recuerdos de un pasado y creerás que tal vez, también para usted su tiempo ha pasado.

Hermanos, Dios le recobró la vista a este hombre, pero ¿saben qué? Los planes para Dios eran más grande que eso, y es así para ti. El Señor no solo le recobró la vista a este hombre, pero ¿saben lo que declara la palabra? Declara que este hombre lo siguió en el camino.

Pongámonos de pie y pido que los músicos me acompañen. Ahora, escuchen esto, hermanos, porque este es el punto que creo que más importa que nosotros recibamos. Usted sabe lo que usted desea de su Dios, usted sabe el milagro que usted desea de su Dios, pero ¿sabe qué? Para Dios su necesidad, su petición, su oración, su lucha para él, es meramente la antesala para algo más grande todavía que tiene Dios para ti. Y la cosa es esta hermanos, es imposible que usted vea esto ahora en nuestra naturaleza.

Hermanos, es imposible que nosotros veamos la gloria que hay para nosotros, pero cuando el Señor te vea a ti, cuando vea a tu hermano que está alrededor, cuando vea aunque sea la primera vez que llegue y llegue ese hombre, y Dios solo sabe por lo que él ha pasado, el Señor ve ese hombre, ve esa mujer y él ve oro, oro encerrado en una mina de carbón, y es su vida.

Y Dios cuando ve su vida, tal vez el espejo te diga que eres carbón, pero dentro de ti el Señor ve un tesoro. Y el Señor tiene una gloria reservada para ti. Dice la palabra que ojo no ha visto, oído no ha oído, corazón no ha contemplado lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman. El propósito de Dios para tu vida es mucho más allá que meramente que abra tus ojos y recobres la vista y que te de la bendición que busques.

Dice la palabra que él siguió a Jesús en el camino, ¿camino hasta dónde? Yo sé que eso es una proyección de parte mía, permítanme. Pero el Señor iba en ese momento camino a Jerusalén. Lo que esperaba a Jesús en ese momento era la entrada triunfal y dice la palabra que en Jerusalén a las puertas de Jerusalén, había unos locos que gritaban a toda voz, ‘Este es el Hijo de Dios, bendito el que viene en el nombre de Dios. Hosanna, hosanna, al Hijo de David...’

¿Saben qué? Mis hermanos, yo estoy convencido que uno de los que más gritaba ese día era ese hombre. Hermanos, yo me imagino ese hombre entre esa multitud, el Señor lo movió de una calle perdido como una alfombra a unos que era un heraldo de la gloria de Dios, un anunciador de la entrada triunfal.

Hermanos, es incomparable. Dice el Apóstol Pablo que jamás podemos nosotros... jamás podemos reconciliar nuestras luchas con la gloria venidera. Hermanos, Dios está forjando algo en ti. Dios está haciendo algo grande en ti y tu proceso de dolor y búsqueda y lucha es parte de su proceso de glorificar su nombre en ti.

Hermanos, lo que eres en los ojos del Señor es indescriptiblemente bello y resplandeciente. Y el nombre de Jesús Dios quiere desatar esa gloria, ese poder, esa belleza, esa energía, ese potencial que hay en ti y que estalle sobre esta ciudad, sobre esta iglesia, sobre su familia, eres una bomba nuclear espiritual a punto de estallar. Dios conoce la combinación a lo explosivo que hay dentro de ti. Satanás te teme las manos de un Dios poderoso ejercitando una fe poderosa porque él sabe que él ni siquiera tiene autoridad de pararte a las puertas del infierno.

El Reino de Dios va avanzando, va avanzando el Reino de Dios. Milagro tras milagro, transformación tras transformación, vida tras vidas, va avanzando. Con cada gloria a Dios que elevemos al Señor, con cada ‘Cristo me sanó’, que gritamos al Señor, con cada Jesús es mi redentor y yo esperaré a él y no me fatigaré, con cada acto de fe, pierde autoridad Satanás sobre tu vida, sobre esta iglesia, sobre esta región. ¡Aleluya!

Padre, queremos lo que te hemos pedido, pero queremos más, Maestro. Queremos más. Padre, hemos oído tu voz, hemos oído tu invitación y sabemos que tu cruz roza nuestra realidad, Señor reconocemos que tu estás aquí como declarábamos ahora, que tu presencia es poderosa y decimos, Señor, ábrenos los ojos, ábrenos los ojos. Padre, que podamos ver la obra que tu has comenzado en nosotros, que podamos ver, Señor, el propósito por el cual tu nos has creado, que podamos discernir, Maestro, qué es lo que tu quieres a lo largo con nosotros. Y Señor, sí necesitamos de ti. Padre, tu pueblo necesita milagros y en el nombre de Jesús yo pido, Padre, que tu nos des una dotación especial de fe.

Padre, yo declaro, Señor, que tu pueblo está listo para recibir, Señor, la unción necesaria para tener la libertad que ellos anhelan, para tener la sanidad que ellos anhelan, para tener la victoria que anhelamos, Maestro, pero más allá, Padre, cumple tus propósitos en tu pueblo, Señor.

Padre, has con nosotros lo que tu deseas Maestro y úsanos, úsanos, Padre, úsanos para avergonzar a Satanás, úsanos, Maestro, para abrir las puertas de la prisión, las puertas del ceol, para sacar cautivos, Señor, santo, úsanos Señor para avanzar tu Reino. Glorifícate, glorifícate, Maestro en el nombre de Jesús. Dale gloria a Dios. Dale gloria a Dios. Dale gloria a Dios. Dale gloria a Dios.

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El don de profecía

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Palabra del Señor. Primera de Corintios, Capítulo 12, ya se lo saben de memoria, me imagino, ¿verdad? Ya ponen el dedo ahí con los ojos cerrados y bumm.. la Biblia se abre a Primera de Corintios, Capítulo 12.

Me ha tomado un poco más de tiempo de lo que anticipaba ir a través de este Capítulo pero es porque hay tanta sustancia, y tanto que aprender. Y yo creo que lo que estamos haciendo entre otras cosas es estableciendo los cimientos para el uso apropiado y la comprensión debida de los dones del Espíritu Santo, y cómo nuestra iglesia se ha de mover en ellos.

De esta manera, yo creo que ustedes también pueden escuchar mi corazón como pastor principal de la iglesia acerca de cómo yo creo que estos dones funcionan, y también pueden, yo creo, que discernir el gran respeto, la reverencia que tenemos por los dones del Espíritu Santo. Y me curo en salud diciendo que lo que ustedes van a escuchar hoy, pensando lo que compartí esta mañana en el servicio de las 9 acerca del don de la profecía, no está en absoluto diseñado como para descorazonar a nadie o desanimar a nadie en el uso de ninguno de los dones, sino todo lo contrario, más bien, proveer sanas estructuras dentro de las cuales podamos dejar que estos dones se manifiesten.

Y nuestro deseo es todo lo contrario, es animar al pueblo de Dios a aprovechar y a usar y a moverse dentro de los dones sobrenaturales, todos son sobrenaturales, que Dios ha escogido para bendecir a su pueblo. Y como hemos dicho anteriormente, recuerden que cada don tiene una función específica y cada don está dado por Dios para la edificación del pueblo de Dios, es para edificar al pueblo.

Y recuerden también que hay diferentes dones, algunos de los cuales, yo creo, que ni siquiera han sido mencionados en los diferentes pasajes en Primera de Corintios 12, en Efesios 4, creo que es, en Romanos también, hay otros dones creo que es el Capítulo 12. Hay diferentes dones y esta es una lista de dones que podríamos llamar como abierta, clara, obviamente de índole sobrenatural, espectacular, pero hay otros dones que no son tan espectaculares, tan llamativos, podríamos decirlo así, pero que son muy, muy útiles y pienso por ejemplo en el don de la consejería.

¿Cuántos han leído jamás que haya el don de la consejería en la Biblia? Yo no he encontrado descrito el don de la consejería, sin embargo siempre he dicho, que es uno de esos dones que se necesitan en una forma extraordinaria en el tiempo que vivimos, en el siglo XXI. ¿Por qué? Porque en el mundo, y aún en la iglesia, hay mucha necesidad de sanidad emocional, hay muchos problemas de las emociones, hay muchas familias en dificultad, hay personas con problemas de depresión crónica, de ansiedad, de fobias, de diferentes tipos, de enfermedades psicosomáticas de toda índole, y hay mucha presión que trae la vida urbana, que trae el proceso inmigratorio, que trae el desajuste de las generaciones y todas estas cosas crean una gran necesidad de gente dotada por Dios para traer una palabra de sabiduría, una palabra de instrucción, una palabra de consejería y de sanidad emocional.

Y de paso, este viernes, se inició una serie de enseñanzas aquí en León de Judá por medio de un grant, un dinero del gobierno federal que conseguimos a través de Copani, con ayuda de León de Judá, es un dinero específico para entrenar, imagínese, el gobierno nos está pagando para entrenar consejeros laicos, cristianos para matrimonios. ¡Qué bendición! Hay como unas 60 personas de diferentes iglesias de toda esta área de la ciudad que escogidos por sus pastores, incluyendo varios pastores, como 6 ó 7 pastores que están tomando también clases que están dando gente de nuestra iglesia, mi esposa, Meche, la pareja de Luis y Ada Valles, y es una bendición tremenda. Yo di una de las presentaciones introductorias el viernes en la noche...

¿Y por qué hacemos esto? Porque creemos que Dios está distribuyendo dones de consejería, se necesitan esos dones, y estamos tratando de identificar por un proceso espiritual quiénes son esas personas en las iglesias y entrenarlas, darles conocimientos sólidos, bíblicos, pero también intelectuales, académicos y soltarlos en sus iglesias para que se levanten iglesias con una sensibilidad pastoral, con una sensibilidad de cuidado pastoral, que es tan importante.

Pero yo creo que ese es un don que Dios está levantando hoy en día, y se necesita gente con un corazón pastoral para dar consejería y que estén dotados por el Espíritu Santo, el mismo espíritu que da el don de sabiduría, de ciencia, de milagros, de sanidad, de interpretación de lenguas, de lenguas, de profecía, con esa dotación ministrándole al pueblo de Dios, y también a los inconversos.

Esta misma mañana vino una señora de fuera y dijo, ‘Yo supe que aquí en la iglesia dan consejería y a mi me gustaría, me mandaron aquí porque... y yo la remití a los hermanos Valles y asumo que ella fue allí y pudo hablar, porque hay mucha necesidad en el mundo y eso es necesario, es absolutamente necesario, y eso es algo evangelístico también.

Muchos de los dones son dados para ayudar a la iglesia en la predicación del Evangelio. Bueno, yo creo que una iglesia que da buena consejería, basada en la Escritura por medio de gente dotada por el Espíritu Santo, es una iglesia que va también a presentar una imagen muy atractiva del Evangelio.

Ahora bien, para los hermanos que nos visitan, para los hermanos que quizás han estado fuera de esta serie por una razón u otra, hemos estados discutiendo los diferentes dones que Dios da según los enlista el Apóstol Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 12. Y ya como ustedes saben, los que estaban aquí y estaban despiertos cuando yo estaba predicando, sabrán que hemos hablado acerca de la palabra de sabiduría, hemos hablado acerca de la palabra de conocimiento, gnoseos, ciencia; hemos hablado acerca de la fe que Dios da para propósitos sobrenaturales; hemos hablado de los dones de sanidades; hemos hablado también del don de milagros, el domingo pasado.

Y hoy vamos a hablar, si usted tiene allí su Biblia, en el Capítulo 12, versículo 10, acerca del don siguiente que señala Pablo que es el don de profecía. Es un don muy bello y de gran utilidad para el pueblo de Dios, y es un don misterioso.

¿Cuántos de ustedes habrán visto en algún momento en medio de un servicio, una persona levantarse, o en un momento de adoración exaltada y una persona levantarse o pasar al púlpito con el permiso del pastor, y pronunciar una palabra en nombre del Señor que tiene un origen evidentemente sobrenatural. Es una palabra como que está declarando algo que viene directamente de Dios sobre la iglesia. Y la persona muchas veces puede hacerlo en una forma natural, como diciendo, hermanos, siento en mi espíritu que Dios me dice tal y tal cosa para esta congregación. O puede a veces ser en una forma un poco más misteriosa, así dice Jehová, yo estoy con vosotros, etc. y lo que sea, en una forma como más formal, más Antiguo Testamento, digamos así.

Y muchos se han preguntado, bueno ¿qué es eso que está pasando allí, qué está sucediendo? Esto ..... algunos pensarán como que esto es adivinación o algo por el estilo y no saben bien qué se está haciendo.

Yo quiero en esta tarde tomar un tiempo para hilar fino, por así decirlo, e instruir a nuestros hermanos acerca de cómo nosotros vemos el don profético, y cómo creemos, según la Biblia, que ese don se debe administrar, por así decirlo, y manejar en el poder del Espíritu Santo.

Y quiero ser, como muy sistemático, porque escribí unas cosas aquí porque quiero ser bien estructural y organizado en la forma en que le voy a presentar estar verdad del Señor. Primeramente vayamos a una definición. El Apóstol Pablo dice aquí:

“... a otro el hacer milagros, a otro profecía....”

¿Qué es profecía, qué es el don profético? Escuchen esta definición, para mi el don de profecía es la habilidad especial que Dios le da a miembros del cuerpo de Cristo para recibir y comunicar un mensaje inmediato de parte de Dios. Voy a añadir algo más, pero para que ustedes no.... no elaborar demasiado para que tengan tiempo de procesar esa parte, lo voy a repetir.

El don de profecía es la habilidad especial que Dios le da a miembros del cuerpo de Cristo para recibir divinamente, del trono de Dios y comunicar un mensaje inmediato –esa palabra es importante, un mensaje salido del horno, salido del corazón de Dios, salido de la boca de Dios- de parte de Dios –y aquí viene la segunda parte- a un individuo, -porque puede ser, ¿cuántos han recibido a veces una palabra de alguien para usted personalmente?- .... un individuo, a un grupo de personas..... – porque la palabra profética se puede dar, por ejemplo, en el contexto de un lindo tiempo donde un grupo de hermanos allí reunidos pueden, de hecho inclusive, desarrollar más el don profético en un ambiente controlado, pequeña escala, inofensivo hasta cierto punto, y entonces puede ser en el contexto de un grupo también,- .... o a una iglesia, a una comunidad total, a una congregación.

Es decir, “.......a un individuo, un grupo de personas, una iglesia para un propósito específico....”

¿Y cuáles pueden ser algunos de esos propósitos que cumple una palabra profética? Por ejemplo, puede ser para confrontación, porque yo creo que hay una dimensión que tiene el don profético de confrontar y vemos, por ejemplo, en la Escritura que muchas veces los profetas de Dios confrontaron al puede de Israel con una palabra, ya fuera porque habían abandonado la adoración de Jehová, y se habían ido detrás de otros dioses, habían permitido que la injusticia cundiera en la sociedad y que el pobre fuera descuidado, los ricos se beneficiaran injustamente.

El profeta Amos, por ejemplo habló mucho acerca de la justicia social. Vemos por ejemplo, en Isaías, en los primeros sobretodo 39, 40 Capítulos hay mucha confrontación y mucha demanda del pueblo de Dios de que vuelvan a los caminos del Señor, etc. Entonces puede ser para confrontación y hay un lugar en la vida del pueblo de Dios, aún en la predicación y otras cosas, para hablar palabras fuertes también. Muchas veces queremos solamente que la predicación sea pasándole la mano a la gente por la espalda y por la cabeza, pero hay veces que la palabra de Dios confronta y es más cortante que toda espada de dos filos. ¿Cuántos dicen amen? ¿Verdad?

Entonces, la profecía puede ser para confrontación, pero también puede ser para edificación. El Apóstol Pablo habla de para edificar, para consolar, para exhortar. La edificación puede ser a través de una comunicación de doctrina, inclusive de parte de Dios, y vamos a añadir más adelante acerca de eso, de doctrina, en qué sentido, pero puede ser una palabra de corrección en las prácticas que está teniendo en la iglesia, que es edificar. Puede ser para fortalecer los cimientos espirituales de la iglesia, pero de todas maneras, es para edificar y fortalecer y apuntalar bien la vida de una congregación y puede ser también para consolación.

Tenemos palabra de los profetas, ‘.... consolaos, pueblo mío...’. Y qué maravilloso es, en el mismo libro de Isaías, por ejemplo, la segunda parte del libro de Isaías siempre me ha tocado porque es una palabra de ánimo en medio de palabras también de confrontación.

Yo pienso también en las palabras de Jeremías al pueblo de Israel cuando se encuentran en Babilonia, exiliados por su mal comportamiento y allí están deprimidos y se sienten como que Dios los ha abandonado y que ya no quiere saber de ellos y que por eso los ha botado de su tierra, y se están desesperando y deprimiendo y el Señor les envía palabra a través de Jeremías. En Jeremías 29 se encuentra esa carta de amor de parte de Dios. El Señor les dice:

‘...Hijos míos, no se depriman en la tierra donde se encuentran porque al cabo de 70 años yo los voy a sacar de esa tierra y los voy a volver a regresar a su tierra nativa. Y mientras tanto no decaigan en su ánimo y tampoco decaigan en el número de ustedes, sino que tengan a sus hijos en casamiento y compren casas y hagan hortalizas, y coman del bien de la tierra. Y no solamente eso, sino que también oren por la paz de la ciudad donde ustedes se encuentran porque en la paz de la ciudad también ustedes encontrarán su paz....’

¿Cuántos de nosotros los inmigrantes echamos pestes de que estamos en Boston y que el frío y que la nieve, y que ya estoy loco por irme de este país, y esto y lo otro? Mire, en vez de estar refunfuñando allí, bendiga la ciudad donde usted se encuentra. Amen. En vez de estar echando pestes de la gente y de lo mala que están y pidiendo que Dios envíe fuego y destruya, pida bendición para el presidente, aunque no le guste y se tenga que ..... Señor, bendícelo, por favor... pero bendígalo en el nombre del Señor, porque la palabra dice que oremos por nuestros gobernantes.

Y el Señor los consuela y les dice, hey, sean una gente de bendición, no solamente aguanten allí con los dientes apretados, sino que bendigan a la ciudad también y oren por ese Nabucodonosor, quien fuera que estaba en el poder, que solo el nombre dice que no es una buena gente, pero oren por él aunque sea, ¿verdad? Porque hay una palabra en ese caso de consolación de ánimo.

La profecía también puede ser para dar dirección. Hay momentos en que el pueblo de Dios necesita... están en una encrucijada y no sabe a dónde ir y se necesita la palabra de Dios que venga para canalizar. Vemos muchos casos en el Antiguo Testamento, también, donde el pueblo de Dios no sabía qué hacer ante un enemigo poderoso que venía y se levanta una palabra profética en medio de la congregación, y dice: ‘Así dice el Señor, la batalla no es de ustedes, sino es mía. Párense firmes, adórenme y yo traerá una gran victoria este día’. Y el pueblo de Dios escucha a los profetas y es bendecido, viene gran victoria, viene gran liberación y el pueblo entra y recoge despojos hasta la saciedad. Porque hubo palabra de dirección.

Dios quiere darle dirección a su pueblo por y eso a veces levanta una palabra profética. Y nosotros tenemos que estar ansiosos muchas veces de recibir una palabra que nos de dirección, puede ser para dar instrucciones también, que es la misma cosa, en cierto sentido. Yo les decía a los hermanos, yo me he beneficiado a través de los años en mi ministerio de impresiones proféticas que Dios ha dado a mi vida, de palabra profética a través de otros o también a través de impresiones que él me ha dado a mi para dirigir y guiar mi vida.

Les hablaba a los hermanos, cuando yo estaba en la universidad de Harvard en mi segundo año, recibí una grabación que me envió una señora que es una de las pocas personas que yo digo que verdaderamente, yo puedo decir con toda seguridad que es una profetiza de Dios, la hermana Rosa, ahora no recuerdo su apellido, de Puerto Rico, Brooklyn. Nosotros nos criamos, si. Esa hermana me envió un cassette, en esos tiempos los cassettes era el último grito de la moda tecnológica, imagínese cuántos años tendré yo. Oren por mí, hermanos.

El caso es que ella me envió un cassette donde había una palabra allí de que Dios me había llamado al ministerio y todavía yo creo que ese cassette está en alguna parte por ahí que yo lo tengo. Ya estará lleno de moho me imagino, pero está por ahí en algún sitio. Y esa palabra tocó mi corazón y yo creí esa palabra, la escuché. Era un tiempo que Dios estaba obrando en mi vida, el caso es que Dios comenzó a moverse. Ahí es que yo comencé a asistir a lo que hoy en día es congregación León de Judá, en el año 1982. Y estuvimos 6 meses en el South End, y de ahí nos movimos Cambridge, donde Dios nos proveyó un edificio precioso y estuvimos 15 años. Yo todavía era laico en ese tiempo, y el pastor Juan Vergara fundó la iglesia, y en noviembre del 82 nos movimos a la ciudad de Cambridge.

Yo les decía a los hermanos, y quizás he compartido esto con ustedes, pero lo comparto ahora a la luz de lo que estoy diciendo, que cuando yo me paré, en el curso de esos 6, 7 meses, esta gente era gente de fe, me hicieron maestro de escuela dominical, imagínense. Era gente que creía que Dios puede hacer cualquier cosa, y entonces... Mary y Chago conocen de ese tiempo que estuvieron por allá. El caso es que, pero esto fue un poquito antes de que ustedes llegaran, de hecho, y Meche.... no nos habíamos casado. Es más, Meche ni siquiera era evangélica. Imagínense eso, hermanos, si ha pasado tiempo. Pero era mi prometida, ya nos íbamos a casar. Y yo me paré al frente en un púlpito con unas 15 personas, más o menos, la primera vez que teníamos escuela dominical allí, y yo sentí clamor una carga que descendió sobre mi espíritu y yo no soy persona muy mística, ¿sabe? Pero Dios a veces, de vez en cuando, se equivoca y me habla. Yo no se qué es lo que pasa con él pero...

El caso es que fue descendió sobre mí una impresión que me cubrió como una cortina. Y en mi mente, yo interpreté lo que sentía como de esta manera, que el Señor me decía, ‘Esta iglesia se ha plantado para que tu la pastorees’. Y yo les digo, hermanos, con toda honestidad, yo no tenía el menor deseo de ser pastor, ni la sospecha de que Dios me quería pastoreando, de todas las cosas que yo me veía haciendo, jamás en el pastorado. El caso fue que yo recibí eso, lo compartí con Meche, que también tuvo en su propia manera, una palabra similar a la mía, que le decía que ella iba a ser esposa de un pastor, que yo no creo que ella quería eso en ese tiempo. Ya Dios ha obrado en su vida y se ha resignado, la pobre, ya a la situación.

Pero el caso fue que, de nuevo, fue apenas en noviembre del 82 y un año y pico después, un año y medio, un poquito más quizás, el pastor Vergara anunció que se tenía que regresar a Puerto Rico con su esposa, tenían unos compromisos allá, pero ya Dios había estado obrando en mi vida. Esa palabra que yo había recibido, la palabra de la hermana Rosa Ramos, se llamaba ella, todas estas cosas, porque a veces la palabra profética lo que hace es como que te da un marco interpretativo dentro del cual vivir tu vida y tu ministerio.

Hay palabras que yo he recibido en mi vida que todavía me orientan como una brújula, y son como puntos de referencia que siempre están allí persiguiéndome y que siempre están como determinando alguna de mis acciones. Algunas de esas palabras no se han cumplido todavía, pero yo las recibí cuando niño, inclusive, las recuerdo en mi espíritu. Y esas palabras guían a uno, traen instrucción.

El nosotros venir aquí a Boston fue una palabra también así instructiva. Bueno, el caso, es larga la historia, cuando el pastor Vergara anunció que se iba me dejaron a mí, de nuevo, otra obra de fe que hizo en la congregación, ayudándolos como laico mientras yo continuaba con mis estudios doctorales. Y el Señor continuó hablando a mi vida esa palabra, ¿no? Y ya entonces con el trabajo pastoral informal, Dios fue confirmando el llamado y la congregación también escuchó el llamado de Dios sobre mi vida y me ofrecieron que si yo quería ser su pastor. Y yo acepté, porque ya esas palabras habían estado trabajando en mi espíritu, en el espíritu de mi esposa, y ya como que ayudaron para que el proceso que yo estaba viviendo de observar la vivencia fuera informado por la palabra que Dios había implantado en mi espíritu y todo eso se juntó de manera que ya para el año 1986 yo me estaba ordenando como pastor y los pobres ustedes, han tenido que sufrirme por 23 años y sufrir mis experimentos en el pastorado.

Pero así es que Dios obra. La palabra profética trae dirección. La palabra profética trae instrucción. La palabra profética puede traer confirmación de algo que tu has sentido y también puede ser una palabra de comisión, para comisionar a una persona en el ministerio.

Piensen en Samuel cuando llega a la casa de David y lo unge porque Dios ha enviado a Samuel para que unja a David como rey sustituto de Saúl. Y entonces Dios, a través de Samuel, unge a David y se desata una cadena de eventos inmediatamente porque es lo que pasa. La palabra profética muchas veces desata, vamos a hablar acerca de eso un poquito más adelante. Muchas veces desata circunstancias, desata llamados, desata dones, por medio de la palabra ungida y autorizada por el Espíritu Santo.

David recibe esa unción, Samuel se va por su camino, pero inmediatamente comienza la realidad de David a configurarse según esa palabra. Un día va a visitar a sus hermanos en los campos de guerra a llevarles unos quesos y unas galletas ‘salt in crackers’ allá y allí escucha a Goliat retando al pueblo de Dios, maldiciendo al Dios de Israel. David se llena del Espíritu Santo, porque ya tiene la imprenta de Dios, la palabra profética corriendo dentro de él, confronta ustedes saben la historia, al gigante, le tumba la cabeza, atrae la atención del presidente de la nación. Entra enseguida a un plano muy alto político militar del país y entonces tiene que huir. Está muchos años huyendo de Saúl, pero la palabra profética lo está persiguiendo. Y ¿qué pasa? Finalmente, al cabo del tiempo, David es instalado como rey según la palabra profética que Samuel había desatado.

Porque muchas veces las palabras proféticas se toman mucho tiempo para cumplirse. Y nosotros tenemos que aprender a, como dijera yo, a proteger la palabra profética que Dios ha puesto en nuestros corazones y a guardarla allí. No dejes que nadie te arranque.... Una palabra que Dios dio, porque haya pasado el tiempo, no dejes que nadie te la arranque, no dejes que la duda se la coma tampoco, no dejes que vengan los cuervos y la arranquen de tu corazón o de tu sensibilidad. Mantén esa palabra, ámala, échale aire para que se sople, busca formas de desarrollarla, ora sobre ella y ámala y ora para que el Señor la haga una realidad. Porque puede tomarse a veces muchos años, una vez que una palabra es dada.

Pero el caso es que todas estas son funciones del don profético, es una habilidad especial que Dios da a miembros del cuerpo de Cristo para recibir y comunicar un mensaje inmediato de parte de Dios a un individuo, un grupo de personas, una iglesia, para un propósito específico que puede ser confrontación, edificación, consolación, dirección, instrucción o comisión, comisionar a alguien.

Entonces habiendo dicho eso, ya tienen suficiente, ¿quieren irse para la casa o tenemos tiempo para un poquito más? Esa es la definición de lo que es la profecía. Déjenme darles unas notas aquí que son puntales acerca del don de profecía.

Número uno: La profecía existe porque Dios es un Dios que habla y comunica su verdad en la historia.

Dios es un Dios comunicador. Dios es un Dios que habla. Dios es un Dios que habla continuamente, de hecho, Dios no simplemente dio su revelación general, la Biblia, y luego se acostó en algún planeta del universo a esperar a que todas las cosas sucedieran para entonces continuar su trato con la humanidad. Dios ha continuado hablando, Dios es un Dios comunicador. Dios es Dios gregario. Dios es un Dios social. Ahí tenemos la Trinidad, que es la sociedad más hermosa y más armoniosa del universo. Pero a Dios le encanta comunicarse con sus criaturas también.

Entonces, Dios está continuamente hablando y Dios quiere comunicarse contigo y conmigo en situaciones de la vida, darnos instrucciones, compartir su corazón para con nosotros, animarnos en tiempo de prueba y necesidad y darnos consejos para la vida. Entonces, eso es lo que hace la profecía.

La profecía es un pan sacado del horno del corazón de Dios para una necesidad específica, para ponerlo así en esa forma metafórica. La profecía existe porque Dios es un Dios que habla y que comunica a su pueblo.

En segundo lugar, la profecía suplementa la revelación general de Dios, pero es inferior a ella. Dios..... ¿cuál es la revelación general de Dios ? La Biblia, hay por lo menos una persona que está atenta aquí. Es la revelación general de Dios, es una revelación que Dios ha dado para toda la humanidad y esa palabra fue emitida hace siglos atrás, pero esa palabra también necesita ser como actualizada, puesta al día, aplicada a situaciones específicas. Y Dios ha provisto, entre otras cosas, la profecía, muchas veces para suplementar.

Yo les decía a los hermanos, el sistema de gobierno de los Estados Unidos proveyó una constitución que es inviolable, está allí, es un documento absolutamente fijo y firme, pero los que fraguaron la constitución proveyeron también provisiones para enmiendas constitucionales que permiten que la constitución respire y se expanda y se contraiga según las diversas necesidades históricas que surgen en el curso de la vida de la nación norteamericana. Entonces, las enmiendas han sido como ajustes.

Y yo creo que en un sentido parcial eso es lo que hace la profecía. La profecía trae ajustes de parte de la boca de Dios para gente específica, congregaciones específicas, generaciones específicas. Por ejemplo, para mí, yo creo que cuando Martín Lutero, el gran reformados de la iglesia comenzó su ministerio en el siglo XVI él era una voz profética en un tiempo en que la iglesia había perdido su visión, había perdido su derrotero, se habían enmarañado en el mundo y la política, y el diablo había metido a la iglesia en un fango de política, de materialismo, de corrupción, de falta de visión, y el pueblo perecía, Dios levanta una voz profética para que enderece otra vez la iglesia y para que su revelación no fuera malgastada y entonces provee una influencia profética en ese tiempo.

Entonces, la palabra profética suplementa, pero es inferior, recuerde eso siempre. Cualquier palabra profética que usted reciba tiene que estar de acuerdo con la palabra de Dios, y si no mándese corriendo y deje ese profeta falso lo más lejos de usted posible, o repréndalo en el nombre del Señor, porque cualquier cosa que contradice la palabra de Dios está fuera de lugar. La palabra de Dios es soberana, sobre toda revelación, toda enseñanza, toda doctrina, todo lo que se comparta al pueblo de Dios. Por eso es importante que nosotros conozcamos la palabra para saber cómo discernir lo que es de Dios y lo que no es de Dios, sobretodo en un tiempo, como dice la palabra, que en los últimos días se multiplicarán los maestros y la gente tendrá una inquietud de oír y se amontonará gente dándole a los oyentes lo que quieren oír, que inclusive es falso, para su perdición. Y por eso se necesita mucho discernimiento espiritual, inclusive desde el púlpito mismo, aún lo que yo digo como su pastor, hermanos, sométanlo al escrutinio de la palabra de Dios. Porque uno a veces le puede chispotear algo ahí en el cerebro y después uno dice, guau,... y uno no darse cuenta.

Se necesita gente madura, estamos en tiempos peligrosos. De la televisión, de la radio, se escuchan cosas que no son de Dios y que desvían al pueblo de Dios y tenemos que preguntarnos, ¿eso que estoy escuchando está conforme a la palabra de Dios? Inclusive, ese espíritu que está emanando de esa persona, ¿es conforme al espíritu de Dios? Porque la Biblia dice que según su fruto los conoceréis. Hay veces que hay una persona que va a estar predicando, está más o menos bien, pero algo en tu espíritu dice, como que yo no se, hay algo allí.... y escucha esa voz, somete a oración y no te abalances demasiado rápido porque hoy en día se cuecen habas dondequiera, hermanos, es peligros hoy en día, así que se necesita.... La Biblia es una revelación general de Dios suplementada por la profecía, la cual es inferior a ella.

Tercer lugar, la Biblia es revelación universal para todos los tiempos. La profecía es específica, para un tiempo específico. La palabra de Dios es valedera desde el siglo I hasta el siglo XXI. ¿Cuántos dicen amen a eso? Es universal para todo el mundo. Nadie puede decir esa palabra no me aplica a mí, yo me voy a salir de ella, es aplicable para todos tiempos. Ahora, la profecía es más específica, es para una persona, para una congregación, para una generación, para un tiempo específico, y siempre, de nuevo, la revelación de Dios es más alta, más amplia, más abarcadora que la palabra profética.

En cuarto lugar, la Biblia es incuestionable. La profecía debe ser juzgada. No toda profecía es de Dios. Si la Biblia dice, hermanos, que Jesucristo caminó sobre las aguas, créelo y no hagas preguntas. Yo digo que si la Biblia dice que Cristo caminó sobre las aguas, yo digo, ni los tenis se le mojaron cuando caminaba sobre las aguas porque yo creo lo que dice la palabra del Señor. Si la Biblia dice que la ballena se tragó a Jonás, yo digo, gloria a Dios, yo se que así fue, aunque no he visto una ballena jamás tragarse un hombre, pero hay... una ballena fácilmente sí podría tragarse un hombre.

Pero el caso es que la Biblia es incuestionable. Ahora, la profecía debe ser discernida y juzgada. Y si tu oyes un profeta por allí que se molesta porque la gente está diciendo, ¿será esto de Dios o no? Vamos a someterlo al consejo de Dios, etc, esa persona, yo díría, que si no es falso profeta está muy mal dirigida. Porque yo mismo, no debo ofenderme de que ustedes sometan mi predicación al escrutinio de la palabra de Dios. Yo creo que ese es su derecho y es su deber, inclusive, y los animo a hacerlo.

Cualquier persona que diga que tiene el don profético debe estar sujeta al escrutinio y al juicio de la congregación y ser humilde al respecto. Y la congregación debe usar su juicio y enseguida que alguien comienza a profetizar todas esas antenitas como Mi marciano favorito, uuuuuuuu, comienza a levantarse y la gente a discernir, ¿esto es de Dios o no? ¿Qué dice la palabra del Señor, qué sentimiento está emitiendo esa persona, está siendo de edificación o de fortalecimiento para la iglesia? Todas estas cosas, y eso es parte del proceso profético, hermanos, eso es de Dios. La Biblia es incuestionable, la profecía debe ser discernida, debe ser evaluada.

En quinto lugar, la Biblia no contiene error, pero la profecía puede tener error. Inclusive una persona puede estar correcta en lo profético en un 70%, pero hay un 30% de la carne que se le metió allí en la profecía, y uno tiene a veces que discernir.

Por eso el Apóstol Pablo dice, ‘examinadlo todo, en conexión con la profecía, y retened lo bueno’. Y de nuevo los profetas o las personas que sienten que tienen un llamado profético deben ser humildes al respecto también y estar concientes de que hay fragilidad humana que interviene muchas veces con el don profético, con el mover profético de Dios y deben someter su revelación profética con mucha delicadeza, humildad, y un carácter tentativo delante de la persona o de la iglesia a la cual están.....

Muchas veces yo creo que las personas con dones proféticos padecen de cierto orgullo espiritual y creen que porque son sometidos al escrutinio pastoral o lo que sea, como que se le está subestimando o que la persona no es ungida, etc. y a veces demandan demasiado para en realidad lo que es el estado actual de la profecía en nuestro tiempo.

Así que la Biblia no contiene error, pero la profecía puede contener y contiene error en muchas ocasiones.

Sexto lugar, la profecía es tanto declarar como predecir. En inglés hablan de ‘forthtelling’ y ‘foretelling’. Hay una dimensión de la profecía que es más como declarar, puede ser declarar un hecho, por ejemplo, los profetas renovadores que hablaron contra la injusticia no están prediciendo, va a suceder esto.... Mucha gente cree que la profecía es como la adivinanza, es como la adivinación, que es simplemente predecir el futuro. No necesariamente, hay profetas que no hicieron ningún acto milagroso, ni tampoco predijeron nada acerca del futuro pero se limitaron a declarar cosas, a denunciar injusticias, a corregir los defectos que había en la vida del pueblo de Dios, pero nunca se movieron en profecía predictiva.

Así que la profecía puede ser declarar la verdad de Dios a un pueblo. Ahora, también tiene una dimensión que es predecir el futuro, algo que va a suceder en una iglesia, en la vida de una persona, en una comunidad.

Daniel, por ejemplo, es un profeta que todavía sus predicciones están... hay algunas que todavía faltan por cumplirse. Hay una dimensión.... Juan en el Libro de Revelación, o de Apocalipsis se movió en ese aspecto predictor de la profecía, pero no toda profecía predice el futuro, puede ser simplemente una declaración de una verdad de Dios.

Séptimo lugar, estoy viendo los suficientemente rápido, hermanos, o quieren que vaya más rápido todavía. La palabra profética a veces predice lo que va a suceder, escuche esto, esto es lo que yo llamo su función pasiva, predecir lo que va a suceder pero también libera, esto es muy profundo, libera en el tiempo y el espacio lo que Dios quiere que pase.

Por ejemplo, un ministerio, un don, una sanidad, un milagro. En otras palabras, la profecía, muchas veces puede simplemente limitarse a traer la voluntad de Dios al conocimiento de las personas y a declarar algo que Dios quiere que se sepa, pero en ocasiones también, la palabra profética puede adquirir una dimensión de desatar en el mundo del tiempo y el espacio ciertas cosas que Dios quiere que sucedan o que se desaten en la vida de una persona.

Por ejemplo, Pablo habla a Timoteo y le dice, ‘te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti, por medio de la imposición de mis manos..’

Pablo habla de que quiere ir a Roma y comunicarles algún don a los romanos porque el hombre, la mujer de Dios provista por el don profético puede declarar cosas en la vida de una persona que comienzan a desatar el destino de ese individuo.

La palabra profética puede ser como una llave que abre cosas en el mundo del tiempo y del espacio y que Dios honra en el cielo. Cuando Elías dice, ‘Vive Jehová, ante cuya presencia estoy, que no lloverá sobre Israel excepto por mi palabra...’ inmediatamente se trancan los cielos, y cualquier nubecita que hubiera por allí huye rápidamente y se va a otro país. Se cierra el mundo climatológico sobre Israel, en el sentido de lluvia, porque la palabra profética obra sobre la realidad.

Cuando Pablo le dice al mago falso Elimas, ‘ahora mismo, por mi palabra, vas a quedar ciego por oponerte al Evangelio y no vas a ver por unos días...’ y Elimas queda totalmente ciego inmediatamente. La palabra profética actuó.

Yo he visto en mi ministerio casos muy escogidos que Dios me ha dado una palabra para una persona y al cabo del tiempo, esa persona viene y me dice, ‘Pastor, todo lo que usted dijo comenzó una serie de cosas en mi vida que fue exactamente como usted dijo...’ Y yo di la palabra en el sentido de así que, al yo declarar esa palabra yo sabía que Dios iba a comenzar una serie de eventos, que lo que yo estaba diciendo se iba a hacer realidad en la vida de esa persona, por eso lo estaba diciendo. Porque la palabra de Dios emitida en el don de la profecía desata cosas.

Cuando Samuel unge a David y le dice, ‘tu vas a ser rey de Israel’, esa palabra comienza enseguida a configurar el mundo de afuera y de adentro de David para que se cumpliera lo que él declaraba. Entonces, puede liberar en el tiempo y el espacio lo que Dios quiere que pase.

En octavo lugar, hay una diferencia entre el don de profecía, escuche esto, entre el don de profecía y el oficio del profeta. Todos pueden profetizar, pero no todos pueden ser profetas.

Es decir, todo cristiano puede, usado por el Espíritu Santo y en un momento dado, ser tomado por Dios y dar una palabra profética, una palabra de edificación a la iglesia, una palabra de consejo a alguien en el espíritu, pero eso no quiere decir que esa persona sea un profeta o una profetiza.

Ahora, todo profeta, toda profetiza se mueve en el don de profecía. No es la misma cosas. Es como el don de sanidad: todo creyente puede ser usado por Dios en un momento dado para proferir una palabra de sanidad, u orar por alguien y esa persona ser sanada, pero eso no quiere decir que esa persona se mueve en el don de sanidad. ¿Usted entiende?

El profeta, la profetiza de Dios es una persona muy escogida. Yo creo que son muy pocos los profetas que caminan sobre la tierra en este tiempo. Es un oficio que Dios escoge a una persona para que se mueva en una forma especial.

Por ejemplo, muy pocos en el Nuevo Testamento profetas se señalan. El único que claramente es designado como profeta en el Nuevo Testamento es Agabo, en el Capítulo 19. No se le ocurra llamar a su hijo Agabo, por favor. Es caso es que, si hay alguien, perdónenme, me cubro en salud, pero Agabo es el único.... dice que Agabo tenía 4 hijas, imagínese, que profetizaban, dice que profetizaban. No eran profetizas, pero a él se le llama profeta. Entonces, todos podemos profetizar, dice el Apóstol Pablo, pero no todos somos profetas o profetizas, recuerde eso bien. Son dos cosas diferentes.

En noveno lugar, el don de profecía existe para informar, aconsejar, advertir a una persona, a una congregación de parte de Dios. Es una forma de proveerle dirección actual, al día al pueblo de Dios. Eso ya lo hemos cubierto.

Número diez, la profecía puede ser una ayuda para la evangelización o para la vida diaria del pueblo de Dios. Vemos allí por ejemplo, con esto de Elimas, este mago falso, Pablo le está predicando allí a un oficial del imperio romano que está interesado en el Evangelio y el pobre Pablo está allí hablándole a este oficial que tiene interés en las cosas del Evangelio, y está ávido de escuchar, y aquí está este mago que se le está yendo el dinero, el negocio que tenía con este hombre, contradiciendo a Pablo y continuamente oponiéndose a lo que Pablo está diciendo hasta que Pablo exasperado, y tomado por el Espíritu Santo le dice, ‘Oh, hijo del diablo, parece que había sido enseñado por Yiye Ávila, hijo del diablo, que te opones a las cosas de Dios, ¿cuándo dejarás de oponerte? Y ahora yo declaro que vas a quedar ciego y no vas a ver por unos días’, y enseguida caen tinieblas sobre los ojos de Elimas y hay que llevarlo guiado y el oficial romano al ver esto cree en el Señor Jesucristo y entrega su vida al Señor. ¿Por qué? Porque los dones son dados, entre otras cosas, para ayudar a la iglesia en el trabajo de la evangelización.

El Apóstol Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 14, versículos 24 y 25, hablando de hecho, correctivamente del don de profecía, dice aquí, ‘Pero si todos profetizan, hablando en el contexto de la iglesia, ... pero si todos profetizan y entra algún incrédulo o inconverso por todos es convencido....’

¿Qué pasa? Si hay una iglesia donde el don profético se está moviendo con genuino poder, viene una persona inconversa, dice cuando hay esa palabra profética por todos, es como si todo el mundo estuviera como dirigiéndose a él, ‘..... por todos es convencido, por todos es juzgado, lo oculto de su corazón se hace manifiesto y así postrándose sobre el rostro adorará a Dios declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros....’

Es una de las cosas bellas, cuando el don profético se está moviendo en una forma genuina, en el pueblo de Dios la gente inconversa viene y es impactada. ¿Cuántas veces usted ha escuchado a alguien ir a una iglesia y decir, ‘el pastor era como si me estaba leyendo mis emails y quién le dijo al pastor que yo estaba pasando por esto, esto o lo otro’. Nada, el Espíritu Santo usó la palabra profética a través de la predicación para redargüir y tocar el corazón de alguien, y eso es un impacto tremendo sobre la vida de la persona, porque el don profético sobre todo es eso, para impactar a la gente incrédula y traerla al conocimiento del Señor Jesucristo.

Voy a añadir algo importante aquí, voy el punto número 11, ya voy casi terminando. Personalmente, hermanos, yo he observado que la profecía puede ser de gran bendición pero también muy peligrosa y dañina si no se maneja con madurez y sobriedad. Puede ser de gran bendición pero así puede ser dañina también. ¿Por qué?

Número 1, porque hay gente que muchas veces cree que tiene el don de profecía pero no lo tiene. Hay que gente que se equivoca. ¿Cuántas gentes son pastores pero no tienen el llamado pastoral? Y lo que hacen es hacer desastre muchas veces. O cojear allí todo el tiempo y sus iglesias no son bendecidas, porque se equivocaron del llamado.

Así hay personas que creen que tienen el don profético, pero no lo tienen y muchas veces lo que hacen es hacer daño, usando algo que no tiene el respaldo del Espíritu Santo.

En segundo lugar, puede ser dañina porque hay gente inestable emocionalmente que ejerce el don y lo pone en desprestigio y también hace daño.

Uno de los grandes misterios que yo he visto a través de mi tiempo en el pastorado y observando otros medios cristianos, es que hay veces que los dones sobrenaturales, como que atraen en una manera muy rara a personas que tienen ciertas debilidades estructurales en sus emociones. Y por alguna forma extrañísima, que eso data de hecho, yo he visto eso a través de la literatura medieval, a través de la antropología, hay una extraña confluencia entre la inestabilidad emocional y el mover espiritual. Es que la persona que tiene como una partecita de su mente abierta a la neurosis, como que también por ahí se filtra un poco de lo espiritual. Yo no se, eso es una rareza muy larga de explicar, y la aventuro con mucho temor y temblor.

Pero el caso es que a veces la locura puede abrir acceso a lo sobrenatural, hermanos, eso es así. Estoy hablando aquí en términos psiquiátricos, psicoterapéuticos así que olvídense, no se meta demasiado en ese abismo. Lo que quiero decir es que muchas veces hay personas en las congregaciones que tienen cierta inestabilidad emocional, se mueven en el don profético, y como no tienen la madurez, la solidez personal adecuada, pueden causar daño. Por eso es tan importante que siempre en las iglesias donde se mueve el Espíritu Santo haya autoridad pastora, que haya ancianos espirituales, que haya gente madura estabilizando.

Y los profetas deben siempre ceñirse a la autoridad pastoral en el contexto de la iglesia. Es una de las grandes controversias a través de la iglesia que muchas veces el don profético no quiere ceñirse al don pastoral, porque dicen, hey, yo no voy a respetar a este pastorcito aquí, si yo tengo revelación de parte de Dios. No, cada uno en su lugar. En la iglesia el pastor guía, los ancianos rigen. Dios les ha dado a ellos la autoridad gubernamental de presidir sobre la iglesia y los dones tienen que ceñirse en forma jerárquica a esa autoridad pastoral.

¿Cuántos pueden decir amen aunque no estén convencidos de lo que estoy diciendo? Es importante, ¿por qué? Porque muchas veces el don profético se puede mover en una forma inestable y se necesita gente sobria, bíblicamente instruida que pueda mantener el orden y corregir los excesos, como hace Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 14.

Ahora bien, a veces la profecía se puede ejercer, también, esto es otra razón por la cual también puede ser dañina, se puede ejercer en forma desordenada y excesivamente y hacer daño a visitantes, a nuevos creyentes y aún a gente madura en la iglesia.

Por eso Pablo dice, ‘mira si ustedes se ponen todos ahí a hablar en lenguas, un lenguaraje tremendo, todo el mundo, cada uno por allá saltando, uno por aquí.... dice, viene un inconverso y dirán, ‘esta gente está loca, hay que llevarla al manicomio a todos’. Ese es el Apóstol Pablo hablando, si no me cree busque Primera de Corintios, Capítulo 14.

Muchas veces el uso de los dones tiene que ceñirse a la razón, a la estética, al orden, a la efectividad evangelísticas. Los dones no son fines en sí mismos, hermanos. Hay que preguntase ¿qué bendición está trayendo el uso del don? Si no está trayendo bendición, póngalo a un lado, hermano, el don no es nada excepto si es de bendición al pueblo de Dios.

El Apóstol Pablo dice que un día todos los dones terminarán y lo único que quedará será el amor, porque lo demás ya no será necesario.

Yo amo los dones, pero no los idolatro. Y las iglesias no deben idolatrar los dones. Hay iglesia pentecostales carismáticas que rayan en la brujería, perdonen la palabra que es un poco pesada, o en la magia, porque idolatran los dones, y hay como un ambiente de magia en el aire, y siempre como que se está esperando en qué momento va a decir alguien algo y si no sale, pues, lo fabrican o lo que sea, porque hay esa cosa.... ¿usted entiende?

Y no, mire, si Dios quiere hablar, habla. Gloria a Dios, estamos abiertos, lo recibimos, lo bendecimos, lo reverenciamos si viene de Dios, y si no gloria a Dios tenemos la palabra del Señor, tenemos la adoración que declara las verdades de Dios. No siempre tiene que batearse un jonrón, no siempre tiene uno que salir por allí cojeando porque el culto fue una cosa tremenda, estrafalaria. A veces puede ser bien suave, bien lindo, bien tranquilo y gloria a Dios, hubo la misma manifestación del Espíritu Santo.

Pero a veces las iglesias como que crean una cuestión, una excesiva apreciación de los dones. Los dones hay que ponerlos en su lugar adecuado, en su lugar relativo.

Pablo dice, ‘mire, yo hablo en lenguas más que todos ustedes, pero prefiero hablar en la iglesia una palabra que sea de bendición al pueblo, que mil palabras que la gente no entienda.’ ¿Por qué? Porque Pablo era un hombre sazonado ya en las cosas del espíritu. Él lo había visto todo, había sido usado por Dios en todas las cosas. Había visto ya los excesos de las congregaciones y ya estaba curado de espanto y ya él sabía lo que valía y lo que era verdadero y lo que no.

Y eso pasa, con la experiencia uno va adquiriendo, y uno dice, mira, ok, se le cayó el moño a todas hermanas de la iglesia, pero se convirtió alguien. La iglesia creció en santidad. Hubo alguna revelación fundamental. Hubo edificación. Hubo palabra de doctrina, salieron los hermanos más fortalecidos. Y generalmente la respuesta es no, no, no, no. Entonces de qué sirvió todo ese despliegue de sobrenaturalidad.

Pablo dice, no, tiene que haber edificación, tiene que haber bendición, tiene que haber gloria a Dios, tiene que haber doctrina, tiene que haber algo. Eso es lo que condiciona el uso de los dones, hermanos, es que haya edificación.

Dice que los dones son dados para edificación, entonces, perdónenme si sueno un poquito, ya usted sabe, uno se entusiasma y se cree lo que está diciendo desde aquí arriba. Quisiera matizarlo un poco más, pero ustedes me entienden, ¿no?

A veces la profecía equivocada puede llevar a decisiones dañinas. Cuántas personas han sido mal dirigidas porque han recibido una palabra. Mira, dice el Señor que te cases con fulanito porque ese es el hombre que Dios ha escogido por ti. Y allí va esa pobre hermana, como un corderito llevado al matadero a casarse, y después tiene que estar allí arreglando el Señor los desajustes que se dieron, ¿no?

Yo creo, una de las cosas más peligrosas es lo que yo llamo la profecía directiva. Múdate a esta ciudad, cásate con fulanito, divórciate de fulanita, coge esta profesión, compra este carro, esa marca. Tenga mucho cuidado. O el niño va a salir varón, ¿cuántas veces he oído? Oh, ese es un varón. Dios te dice que el niño es varón y después sale más hembrita que Marlene Dietrich o algo por el estilo.

Tenemos que tener cuidado, hermanos, sobretodo cuando usted de una palabra, cuando usted sienta del Señor dar una palabra directiva, dígalo con humildad y con sencillez de corazón porque el record profético no es tan bueno. Y yo creo que hay que a veces decir las cosas como son. Entonces no venga usted como si hay record de ciento por ciento de exactitud, no lo hay.

Y si usted le va a dar a alguien que puede determinar una parte significativa de su destino, y de su vida, delo con el cuidado y el respeto y la humildad adecuada. Y dígale, mira, yo siento del Señor, decirte esto, pero busca confirmación de parte de Dios. Y estoy cumpliendo con mi deber, pero solamente hago eso, así que ahora órale al Señor para que te confirme lo que yo estoy diciendo. ¿Usted entiende? En vez de ofenderse porque la persona de una vez no salta a hacer lo que usted dice que haga. Hay que ser humildes, hermanos. Eso es bíblico y eso es conforme al corazón de Jesucristo.

A veces profetas inmaduros, finalmente una nueva razón por la cual hay que tener cuidado, a veces profetas inmaduros pueden caer bajo engaño diabólico y llevar en error a toda una congregación.

Los Mita en Puerto Rico, una iglesia que comenzó pentecostal a rajatabla, una iglesia muy pentecostal, donde Dios aparentemente se movía pero ¿qué pasó? Con el tiempo, la pastora, la persona que dirigía comenzó a pensar que Dios, el espíritu de Dios estaba sobre ella, que ella era la diosa Mita y cuando vino a ver esa mujer desarrolló una de las herejías más grandes que hay en toda Latinoamérica. Y cuando se murió ella, para corregir la siguiente dijeron que Dios había pasado a su esposo.

Y estos son errores. ¿Cuántas veces hemos visto a través de la historia ministerios que han comenzado bien, han comenzado llenos del espíritu de Dios pero poco a poco ha crecido una raíz de amargura, de orgullo, de venialidad, de dinero, de sensualidad y el diablo, poquito a poquito se ha ido metiendo en el corazón de esa persona y tornando su influencia en algo que ha destruido muchísimas vidas, congregaciones enteras, Jim Jones y otros por el estilo. Quizás comenzaron bien, pero terminan en error porque se dejaron llevar por otros espíritus.

Y por eso, hermanos, es que yo señalo estas cosas, no porque yo esté en contra de la profecía, sino todo lo contrario, porque la respeto tanto y porque quiero proveer una sana imagen de lo que es la profecía.

Habiendo dicho todo esto, yo digo lo que dice, Primera carta a salonicenses, Capítulo 5, versículos 19 al 21, el Apóstol Pablo dice:

“... no apaguéis el espíritu, no menospreciéis la profecías, examinadlo todo, y retened lo bueno....”

Nuestra iglesia nunca, nunca con la ayuda del Señor apagará el espíritu. Muchos movimientos de avivamiento a través de la historia han sido apagados por gente racionalista que no sabían manejar el mover sobrenatural de Dios y han matado y han apagado el espíritu a través de la historia.

Yo amo el mover del espíritu y quiero más de eso, y por eso estoy tomando toda esta semana para predicar acerca de los dones del Espíritu Santo. Y yo digo, nunca apaguemos el espíritu, nunca menospreciemos la profecía.

¿Por qué Pablo dice eso? Porque yo creo precisamente que pasaba lo que pasa en estos tiempos, donde ha habido tanto error a veces alrededor del tema de la profecía que ya la gente lo subestima, y dice, ‘ah, esos son cuentos de hadas, son cosas de viejas’. Y Pablo dice, ‘no, no menosprecien las profecías, retengan lo bueno de ellas, examínenlo todo y lo bueno reténganlo.’

En otras palabras, en el mover profético hay muchas nueces muy ricas, entonces lo que tenemos que hacer es examinarlo todo y retener aquello que es de Dios y lo demás lo ponemos a un lado. Mucha gente cuando ven un poco de error en el mover profético lo tiran todo de una vez a la basura, en vez de buscar lo bueno y retener eso. Eso es sano consejo de la palabra de Dios.

Hay tantas otras cosas que yo quiero decir, hermanos, voy a pedir a los músicos que pasen por acá rápidamente. Déjenme terminar con algún, así rápidamente, lo voy a leer solamente mientras los músicos pasan por aquí.

Quiero terminar con algo así bien positivo, prescriptivo. Yo he puesto como muchos puntales alrededor, y espero que lo que quede es mi gran reverencia por el mover profético de Dios y que yo creo en la profecía.

Si tu te vas a mover y vas a ejercer el don, si tu crees que Dios te está llamando a un mover profético:

Primero, profetiza naturalmente, profetiza en palabras comprensibles para la persona. No tienes que adoptar un tono demasiado dramático. Hay veces que la palabra puede fluir en una forma natural. Profetice naturalmente.

Sujétate a tu pastor. Yo agradezco cuando la gente se somete a mi autoridad pastoral. Yo tengo una responsabilidad delante de Dios de proteger a esta congregación y a veces tengo que juzgar, a veces las personas vienen y quieren como imponerse sobre mí para que yo los deje profetizar y si yo.... yo estoy, hermanos, yo estoy en el.... digamos delante Dios, yo le digo a la gente, mira, yo me hago responsable delante del Señor.

Yo creo que si yo estoy impidiendo que algo se de por amor a mi congregación Dios va a entender si yo me equivoco, y él va a darme gracia. El pastor tiene una posición muy poco envidiable, donde tiene que concertar muchas diferentes cosas. Yo amo a la gente humilde que cuando siente una palabra profética, viene a donde mí y me la comunica y entonces me dan a mi la libertad para yo darle curso o no.

Y si no siguen tan amigos conmigo como si nada hubiera pasado. Ese es el don profético. Esa es la humildad que se debe tener.

Profetiza con humildad, no creas que porque tu tienes un don profético eres la última Coca Cola en el desierto. Y profetiza en una forma sencilla y somete tu profecía al juicio de la gente y entonces retírate. Ya tu cumpliste con tu deber, ahora deja eso en las manos de Dios y de la persona que está recibiendo.

Profetiza con corazón pastoral. Discierne el momento, discierne el tema, discierne la persona, discierne la situación, discierne la congregación, hay revelaciones, hay palabras proféticas que Dios te va a dar, que si tu las anuncias ante una gran multitud vas a avergonzar a alguien o vas a dividir un matrimonio, o vas a crear problemas para el pastor, o vas a dejar una congregación toda dividida y confundida. Eso no es de Dios. La palabra de Dios no trae confusión.

Entonces, hay que discernir. Si tu crees que una persona está endemoniada, no se lo digas de frente a 500 personas, si ya estuvo endemoniada probablemente mucho tiempo, unos minutos más que espere a que termine el servicio, para que tu se lo digas personalmente no le va a hacer ningún daño. Espera el momento, pero a veces nosotros sentimos algo y queremos anunciarlo para que la gente vea nuestra unción profética. Eso es de la carne, eso no es de Dios.

Profetiza con corazón pastoral. La profecía tiene que ser pastoral y misericordiosa y de gracia y madura y sabia, y sobria, y busca bendecir y levantar, no busca atropellar.

Crece en tu conocimiento bíblico y en tu madurez espiritual. Mientras tu más conozcas de la palabra y mientras más maduro tu seas en el espíritu, más vas a poder manejar ese sublime don que Dios ha puesto en tus manos, de la profecía.

Mucha gente son muy proféticos, pero son muy inmaduros y entonces hacen daño, tienen un arma muy fuerte, y como no la saben usar le vuelan la cabeza a medio mundo y de vez en cuando pues, pegan en el corazón. Pero mucho mejor que tu crezcas. El que tu seas profeta no te exime de crecer en el conocimiento de la palabra de Dios y también crecer en el fruto del Espíritu Santo. Eso va a bendecir tu don más que empobrecerlo.

Cultiva el fruto del espíritu. Mucha gente se enamora del don del espíritu, pero no cultivan el fruto del espíritu y un don usado en el fruto del espíritu es bellísimo, tiene una belleza especial.

Cuidado con el orgullo espiritual. Cuidado con las profecías directivas. Háganla con una forma tierna y tentativa y discierne lo que es circunstancial de lo que es divino y espiritual. Porque muchas veces lo que estamos viendo es psicología y no es revelación divina. Vemos una persona, con una ropa mal vestida, y decimos, ‘oh, Dios dice que estás en necesidad financiera’. Bueno, cualquier psicólogo puede ver eso y decir, es cierto, ¿no? A veces lo que tenemos es más bien perspicacia psicológica y lo llamamos profecía. Entonces, tenemos que tener cuidado, discernir verdaderamente que lo que estamos diciendo lo estamos diciendo en el espíritu.

Hermanos, voy a terminar porque los niños parece que ya me están diciendo, ‘Pastor, es hora de que usted termine’. Me tomo tiempo porque es un tema bien complejo y es un tema bien importante y es un tema que necesita claridad y que el pueblo de Dios está viviendo un tiempo muy peligroso y yo se que Dios va a moverse más y más en medio de nosotros y tenemos que proveer una buena chimenea para el fuego que Dios está trayendo. Amen, para que no se nos queme toda la casa, sino que haya bendición y calor para el pueblo de Dios.

Gracias por ser pacientes y que estas palabras se queden en sus corazones. Amamos el don profético. Amamos la manifestación del poder de Dios. Queremos que Dios se mueva más en medio de su pueblo, queremos proveer sanos canales dentro de los cuales corra la energía divina. Recibe esa palabra del Señor en esta mañana.

Ponte de pie un momento, mi hermano, mi hermana, y si tu sientes del Señor que Dios te está llamando a ejercer el don profético ahora mismo dile, ‘Padre, yo recibo tu unción espiritual, yo quiero que tu me uses y estoy abierto’.

Y si Dios pone en ti un impulso y tu sientes que Dios está hablando y que quiere comunicar algo a través de ti a una persona, hazlo con humildad, hazlo con amor, hazlo con sencillez de corazón y dile, mire, de lo que tengo te doy, como dijo Pedro, ‘No tengo oro ni plata pero lo que tengo te doy. Tengo algo que Dios ha puesto en mi corazón y lo voy a compartir contigo y espero que te sea de bendición. Ora y pide confirmación de parte de Dios.’

Usa tu don, ejerce tu don, ejercita tu don y ve creciendo en uso y en sabiduría y en experiencia y atrévete más y más hasta que tu don entre en una plena manifestación.

Padre, en el nombre de Jesús yo pido que por esta palabra predicada tu pueblo, Señor, reciba ánimo y deseo de moverse más en lo sublime de tu poder sobrenatural, Señor. Declaramos la soltura del don profético en el corazón, en el espíritu de tu pueblo, Señor. Te damos gracias, porque tu eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Te damos gracias, Señor, porque hay profetas en nuestro medio. Te damos gracias, porque hay palabra profética que ha sido de bendición a esta iglesia y a nuestras vidas, Señor.

Te damos gracias porque tu has tenido misericordia de nosotros y no has mirado nuestra bajeza, Señor, sino que con tu amor incomprensible, has dado estos dones para edificación de este pueblo, y le damos la bienvenida, Señor y pedimos que tu desates ese don en el corazón y el espíritu de tus hijos, en el nombre de Jesús, más de unción, Señor, más de tu mover profético, más revelación clara y cristalina, Padre.

Anhelamos escuchar de ti, Señor. Queremos tratos contigo, queremos intimidad contigo, Padre. Queremos todo lo que venga de ti, lo recibimos y lo ponemos a correr en la vida de tu pueblo, en el nombre poderoso de Jesús, y nosotros decimos, Amen, que el Señor sea con ustedes, mis hermanos, su gracia les bendiga grandemente.

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El don de milagros

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Quiero invitarles a ir a la palabra de Dios en Primera de Corintios, Capítulo 12.

Para los que nos visitan y otros quizás, les quiero recordar, o anunciar que estamos haciendo un recorrido a través de los dones del espíritu. No se si usted se ha criado en un ambiente pentecostal carismático, o quizás no tiene mucha experiencia en cosas de la iglesia en general. Pero lo dones, lo que se llama dones en español son provisiones de poder de parte de Dios para su pueblo, para que su pueblo pueda llevar a cabo las tareas que Dios le ha encomendado que lleve a cabo, tareas de evangelismo, por ejemplo, tareas de sanar a los enfermos, tareas de traer palabra fresca de parte de Dios a una persona, a una nación, a una comunidad, tareas como respaldar los reclamos de Jesús como el Hijo de Dios por medio de obras que muestren que a través de su nombre se están haciendo cosas que de otra manera no se podrían hacer. Y también son muestras de la misericordia y el amor de Dios en situaciones de necesidad donde no puede haber una provisión natural pero Dios puede proveer algo sobrenatural para atender a esa necesidad y por lo tanto suelta su poder para que esa situación pueda ser resuelta. Y esos son los dones, carismata se dice en el griego original, es un don, un regalo de Dios, una provisión divina para que alguien pueda llevar a cabo la obra de Dios aquí en la tierra, es algo sobrenatural.

El Apóstol Pablo ..... Primera de Corintios, Capítulo 12 señala 9 dones que yo creo personalmente que no son todos los dones que hay. Hay muchos otros dones, y de hecho hay otras listas de dones en la Biblia, por ejemplo en Romanos, en Efesios, hay otros dones también que no son tan espectaculares como estos que él menciona aquí, dones de servicio, dones de enseñanza, dones de repartir, dones de dirigir, y son otro tipo de dones. Pero aquí hay unos dones que son como dones claramente sobrenaturales y estos son algunos de los que el Apóstol Pablo está señalando, y los estamos discutiendo con ustedes para su instrucción, para que nosotros entendamos que estas son cosas que están disponibles para todo hijo de Dios y para toda iglesia que esté abierta a su distribución y a su curso en la vida cristiana.

Muchas veces estos dones no operan en nosotros porque no creemos que son para nosotros, se nos ha dicho que ya esos dones desaparecieron de la tierra, se piensa que, bueno, eso es para los cristianos súper espirituales, eso es para la gente que ayuna 3 días por semana y es absolutamente perfecta, y para gente que lleva mucho tiempo en el Evangelio y entonces todas estas cosas impiden.... o simplemente no se nos ha dicho que la vida cristiana es una vida de poder sobrenatural, de moverse en el nivel sobrenatural y que esas cosas están allí para todo cristiano, para todo aquel que cree, para todo aquel que puede creer que Dios todavía es el mismo ayer, hoy, por los siglos y entonces como no tenemos esa mentalidad, pues, los dones se quedan adormecidos en nosotros, se quedan en mero potencial, pero no los estamos usando, no los estamos desarrollando.

Y ustedes recordarán lo que le dice el Apóstol Pablo a Timoteo, ‘te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti’.

Si yo fuera pentecostal tipo Yiye Ávila les diría ahora mismo, ‘dile a tu hermano, aviva el don de Dios que está en ti’. Amen. Pero te lo puedes decir a ti mismo. Mírate así y ‘aviva el fuego del don de Dios que está en ti’ y úsalo, ejercítalo, pídale al Señor que lo desarrolle, cree que eso es para ti.

Entonces por medio de estos sermones yo estoy tratando de desarrollar el conocimiento de cómo opera cada uno de estos dones y desarrollar en nosotros ese apetito y esa sensibilidad al mover sobrenatural de Dios en la vida de cada uno de nosotros.

El Apóstol Pablo recordarán que aquí mismo en Primera de Corintios 12, comienza diciendo, ‘No quiero hermanos que ignoréis acerca de los dones espirituales....’

Dios no quiere que nosotros estemos ignorantes acerca de cómo funcionan los dones del Espíritu Santo. Entonces ya hemos señalado varios de estos dones, en el versículo 8 ahí mismo de Primera de Corintios 12, dice:

“,,, porque a éste, -es decir, a uno en la iglesia le es dada por el espíritu..- dice, pero a cada uno le es dada la manifestación de espíritu para provecho porque a éste es dado por el espíritu palabra de sabiduría..... – que hemos discutido esa palabra de sabiduría -.

Les refrescamos que esos sermones están disponibles en el Internet en record para que ustedes lo puedan escuchar cuando quieran también.

“... palabra de sabiduría, a otro palabra de conocimiento o ciencia..... – como se traduce al español, pero es gnoseos, que la idea es conocimiento -,..... según el mismo espíritu, a otro fe por el mismo espíritu y a otro dones de sanidades por el mismo espíritu.....”

Ese fue el último don que discutimos, el don de sanidad y dijimos que ese don está en operación, por eso cuando nosotros oramos aquí uy decimos, Padre, sana a tus hijos, bendice, y declaramos sanidad y salud es porque creemos que ese don todavía está en función y creemos que Dios todavía está en el negocio de sanar a los enfermos. Amen. Y tenemos que usar ese don y tenemos que ejercitarlo para que crezca y se desarrolle en nosotros.

Entonces ahora, en el versículo 10, el Apóstol Pablo dice, “... a otro el hacer milagros, y también dice, y a otro profecía...”

Ojalá que yo pueda rápidamente tomar estos dos dones y desarrollarlos un poco más. Miremos primeramente el don de milagros. ¿Qué es el don de milagros? Primeramente déjenme decirle que en español dicen la palabra milagros, pero en el griego original, cuando el Apóstol Pablo escribió en el original griego, en su propia pluma, digamos o a través de una persona a quien él le estaba dictando estas cosas; él no escribió la palabra milagros, esa es una palabra que se ha traducido así, pero la expresión cuando Pablo lo escribió ‘energemata dunameon’. Energemata, ¿qué palabra hay allí? Energía, y quiere decir ‘obras o inversiones de energía’, y ‘dunameon’, de la palabra sale dinamita, una persona dinámica es una persona enérgica, fuerte, poderosa. Entonces ‘energemata dunameon’ quiere decir ‘obras o acciones de poder’.

Obras de poder en general, obras de poder. Eso es lo que es un milagro. Es una obra poderosa de parte de Dios. Un milagro es una intervención soberana de parte de Dios sobre las leyes de la naturaleza. Es como que Dios por momento congela las leyes que él mismo ha declarado sobre el universo, leyes físicas, leyes biológicas, leyes electrónicas y químicas, y dice a un lado.

Por un momento ahora, I’m going to make an executive decisión here, voy a hacer una decisión ejecutiva, y por un momento voy a poner en paro la ley de la naturaleza y voy a imponer mi poder para una obra de misericordia. Entonces Dios viola la ley natural e impone su poder sobrenatural. Esa es la mejor manera que yo puedo poner.

En otras palabras, un milagro es una obra poderosa de Dios por medio de un instrumento humano, o no solamente humano, puede ser soberano, soberanamente Dios hacer una obra él mismo directamente. Pero generalmente es, aquí en este contexto, es una obra soberana y poderosa de Dios, una intervención sobrenatural de parte de Dios a través de un instrumento humano que viola las leyes de la naturaleza y generalmente para un propósito misericordioso, un propósito de amor. Esa es la mejor definición que yo podría dar acerca de un milagro.

Y hermanos, yo puedo decir que esas obras poderosas de Dios todavía están en función en el siglo XXI. ¿Cuántos creen eso? Amen. Creemos en un Dios poderoso, sino no estuviéramos aquí en esta mañana. Muchos de nosotros somos manifestaciones del poder de Dios. Dios ha quebrantado cadenas en nuestras vidas. Amen.

Anoche mismo en el servicio en inglés, que de paso, les digo, visiten ese servicio en inglés, patrocínenlo, hablaba un joven polaco, Woytek se llama él, no recuerdo su apellido ahora mismo. Él ha estado con nosotros 3 años Woytek llegó al servicio español de la iglesia y siempre se sentaba allá atrás los miércoles, hace tres años. Y yo me decía, ¿qué hace este bendito polaco aquí que no habla ni siquiera una palabra de español, en un servicio de oración? Sentado allá sin hablar ni papa de español, pero Woytek venía allí deprimido y alcohólico allí a llorar a veces con la cabeza baja, quebrantado. Después yo supe que Woytek –digo todas estas cosas porque él ha dado su testimonio varias veces y anoche dio un testimonio más completo-.

Woytek venía de una tradición católica, de una tradición más bien religiosa, no eera un católica practicante. Me dice que visitaba de vez en cuando una iglesia católica, pero que eso no había llenado su vida por cualquier razón que fuera. Pero el caso es que después yo supe que Woytek había sido diagnosticado un par de años atrás, hace 3 años de eso, así que tiene 5 años con Parkinson’s disease, una enfermedad terrible degenerativa, que al final es la muerte y una muerte prematura y él la contrajo esa enfermedad en una etapa muy joven de su vida. Wytek tiene apenas treinta y tantos de años, quizás, lo mucho 40 ahora, es decir, pero la contrajo bien temprano en su edad en su vida. Es una enfermedad incurable, degenerativa y totalmente destructiva.

Bueno, Woytek conoció al Señor, Woytek fue creciendo en el Señor. Yo he visto como Dios ha ido quebrantando su alcoholismo, destruyendo eso completamente en su vida. Eso es un milagro, es una obra de poder. ¿Cuántos creen que es así? Amen. Porque él no lo hizo a través de ninguna otra manera, excepto su vida siendo fortalecida.

Dios trató también con su depresión, eminentemente deprimido. Era un hombre que tenía un muy buen trabajo, no pudo seguir trabajando. Tenía que tomar pastillas continuamente en su vida, ya Woytek si pasaba unas cuantas horas sin tomar su pastilla, totalmente se volvía un vegetal prácticamente. Y Woytek fue creciendo en fe y de vez en cuando se paró aquí al frente para darle gracias al Señor. Oramos por él varias veces y declaramos vida sobre Woytek.

El caso es que anoche él testificaba. Woytek se ve mucho, mucho mejor, pero es un cambio radical en su vida. Yo nunca hubiera pensado que Woytek iba a estar allí hablando de paso demasiado anoche en el.... pero testificando de la abundancia de su corazón y de lo que Dios había hecho en su vida. Yo me quedo sorprendido viendo la obra.

Pero ¿saben qué? Dios hizo una intervención.... aquí es interesante algo, porque muchas veces Dios obra y su milagro, y yo creo que, saben lo que yo les he dicho que... yo creo que a veces nosotros no vemos esos milagros absolutamente claros, cristalinos que vemos en la Escritura porque el mover de Dios en este tiempo está complicado por una cantidad de cosas; falta de fe de parte del pueblo de Dios, pecaminosidad, falta de consagración de parte del pueblo de Dios, muchas cosas que han contristado el corazón del Señor.

Pero yo creo que Dios quiere restaurar sus milagros en maneras claras y poderosas, pero Dios todavía obra milagrosamente a veces en formas matizadas, no tan fuertes, no tan claras, pero de maneras verdaderamente milagrosas todavía.

Y yo creo que a veces Dios hoy en día permite, por ejemplo, sanidades graduales. Sabe que un milagro no tiene que ser instantáneamente, un milagro se puede ver gradualmente, una sanidad.

O muchas veces Dios puede, yo creo, a veces hacer un milagro sacando una respuesta de donde no parecía haber ninguna para que una persona sea sanada, y porque él no lo hace directamente, no me pregunte a mi.

El caso es que Woytek descubrió a través del Internet un nuevo procedimiento experimental médico, que no se había probado en ninguna parte del mundo. Y en una manera milagrosa yo creo, Dios permitió que él fuera el primero en que se le permitiera pasar por esa operación experimental.

Y ¿saben qué? Los médicos están, porque hay otras personas que están tomando el mismo procedimiento y él ha superado por muchísimo a cualquiera de las otras personas que están tomando ese nuevo experimento y Woytek ha hecho un cambio que los médicos dicen que es absolutamente milagroso. Ellos no pueden explicar cómo es que Woytek ha sanado tan rápidamente de una enfermedad que es prácticamente incurable y que es una condena a la muerte.

Y yo creo que ahí vemos, yo quisiera poder decir, no, Dios simplemente lo tocó y lo sanó soberanamente, pero yo creo que Dios usó medios humanos y circunstanciales para llevar a cabo una obra milagrosa en la vida de este hombre, y Dios ha hecho milagros al restaurar su depresión, al restaurar su alcoholismo, al restaurar su condena de muerte y tantas otras cosas maravillosas, al tocarlo con su espíritu. Y también ir propiciando sanidad en la vida de él y milagros en la vida de él.

Y al yo hablar de esto, hermanos, miren algo bien importante acerca de los milagros. Fíjese cómo yo estoy relatando esto. Yo lo estoy relatando con matices, yo no estoy aquí diciendo, y Dios sanó a Woytek y ya Woytek está milagrosamente recuperado de su enfermedad. Yo estoy diciendo que Dios usó también a los médicos por los usó.

¿Sabe algo que a mi me molesta a veces de nosotros los pentecostales y carismáticos? Que a veces exageramos un poco. ¿Cuántos dicen amen a eso? ¿Si o no? Esas son exageraciones evangelásticas, así se llaman. Yo creo que, hermanos, Dios no necesita que nosotros lo ayudemos.

Mire, si Dios hizo un milagro y fue de un tamaño no muy grande, pues diga, mira, fue de este tamaño, pero no lo ponga de este tamaño queriendo ayudar a Dios, porque muchas veces ¿saben qué? desprestigiamos los milagros de Dios, porque a veces nos adelantamos y decimos cosas que Dios no ha hecho o no ha respaldado y no hablamos con los matices adecuados y ¿saben qué? en vez de ayudar, hace daño, porque genera incredulidad en la gente. Y entonces después cuando ven lo contrario de lo que usted dijo o que no era tan grande como usted le decía, dicen, a no, esta gente estaba mintiendo, y así son todos unos mentirosos, así que no hay milagros.

Yo prefiero decir las cosas tales y como son y dejar entonces las cosas al Señor. ¿Pueden decir amen a eso? Seamos honestos, seamos claros. Mire, si Dios lo sanó de un resfriado no diga que lo sanó de cáncer, diga que lo sanó de resfriado. Si tenía un dolor de cabeza pequeñito, no diga, oh, lo sanó de una migraña que se le estaba explotando el cerebro y se le estaban saliendo los sesos por los oídos y..... no, diga las cosas como son. Y seamos sobrios en el hablar, hermanos, seamos sobrios en lo que reclamamos y tengamos cuidado muchas veces.

Eso no quiere decir que tenemos falta de fe, todo lo contrario, tomamos tan en serio al Señor, y tomamos tan en serio a las cosas de Dios que no nos atrevemos a hacer cosas que puedan dañar los procesos de Dios y traer mal testimonio a los demás.

Y esa es una de las cosas acerca de los milagros y del mover sobrenatural. Dios quiere un pueblo que sea sobrio y que entienda que no podemos idolatrar los milagros. Otras de las cosas de las cuales yo me quejo de nosotros los pentecostales, es que muchas veces nos dejamos deslumbrar por los milagros y le damos más importancia a los milagros y a las lenguas y a las profecías y ya las convertimos en casi como sustituto de Dios y de la palabra y ya si no se da un milagro, los fabricamos. Y si en el servicio no se le cayó el moño, pues no había bendición. Y entonces todo el tiempo tiene que ser un relajo y una fiesta porque sino el espíritu no se movió, eso es una exageración, hermanos, Dios se mueve, Dios hace milagros en muchas maneras en la vida del hijo de Dios.

A veces los milagros de Dios son bien sutiles, pero son poderosos también de todas maneras. A veces Dios hace cosas en una congregación en un día particular, no parece que hubo ningún milagro, pero Dios sanó a alguien.

.... hablan las cosas con matices. Cuando uno escribe una tesis, por ejemplo, o hace un trabajo erudito, se supone que uno siempre añada matices, que uno provea la versión contraria, que uno deje saber que lo que usted está escribiendo es simplemente una opinión, que usted se contradiga a sí mismo para que los otros sepan que usted no está totalmente seguro de lo que está diciendo, que hay otras ideas posibles, que si usted tiene algún interés personal en eso, usted lo diga para que la gente sepa cómo tomar sus declaraciones. Todas estas cosas, estos matices, que el mundo secular exige de las personas cuando están declarando alguna verdad, y ¿saben qué? nosotros los evangélicos, que debiéramos ser mucho más exigentes que el mundo secular, no tenemos la misma integridad en ese sentido y muchas veces exageramos las cosas, decimos cosas que no se dieron, inventamos cosas y todo esto lo que hace es que trae desprestigio al Señor, en vez de.... si nosotros habláramos claro, con matices, con seguridad y dijéramos las cosas como son, ¿quién sabe si Dios hasta haría más todavía? Y más gente creería por la integridad del pueblo de Dios, seamos gente íntegra. No tratemos de hacer el trabajo de Dios. Dios no necesita mi ayuda ni la suya, hermano, y no tenga temor de decir las cosas como son.

Hay muchas cosas que yo no las digo, ni las hago porque le tengo tanto respeto a los milagros de Dios, no es porque tengo falta de fe sino porque ya he visto tantas veces cosas que decimos que después no se dan que yo prefiero mejor respetar al Señor, y no es que me falte fe, entiéndame bien. Porque yo entiendo que a veces uno tiene que declarar por fe las cosas. Yo comprendo esa parte, yo creo que a veces uno tiene que decir las cosas por fe y creer que Dios las está haciendo y eso es cierto también, pero hay que tener cuidado, hay que tener un balance, por muchas veces decimos, Dios me sanó y a los 6 días usted ve que la persona está por allí rengueando con el mismo bastón que tiró al frente en el servicio, ahora lo cogió otra vez y nadie se está dando cuenta pero ahí lo tiene otra vez. Entonces la gente ve eso, guau, pero si Dios sana, o ¿lo sanó o no lo sanó o es que tiene otra enfermedad y ahora hay que sanarlo de nuevo?

Entonces yo creo que tenemos que tener cuidado, hermanos, ¿usted entiende? Porque tenemos una gran nube de testigos alrededor de nosotros y tenemos que darle cuenta a otras personas, tenemos que edificarnos unos a otros. Es decir, hay que tener un balance en la vida, es todo lo que yo estoy pidiendo y todo lo yo creo que Dios pide, sobriedad. Digan sobriedad, hay que ser sobrio en las cosas del Señor. A veces queremos ayudar a Dios y Dios no necesita ayuda.

Yo digo, mira, si Dios es bien responsable y bien poderoso para él fortalecer y respaldar su propio poder si él quiere. Si él no lo hace eso es problema de él, no mío. Yo no me tengo que echar encima los asuntos de Dios y los misterios de Dios, ¿para qué? Yo soy un mero, una hormiguita ante ese.... ni una hormiga, no soy ni un átomo siquiera en comparación con la infinitud de Dios. Así que seamos humildes, seamos sobrios, tengamos cuidado cómo hablamos, pensemos en los demás alrededor de nosotros, pensemos en el futuro, pensemos también en el presente y todas estas cosas, pensemos en el contexto y seamos sobrios. Manejemos los asuntos del espíritu en una forma adecuada.

Entonces, los milagros, específicamente estas obras de poder de las cuales se habla aquí, de nuevo es una intervención soberana de Dios que se sobre impone a las leyes de la naturaleza para un propósito definido.

Miren por ejemplo algunos milagros, específicamente obras de poder en la Escrituras: Jesús caminando sobre el mar, eso es un milagro. Hay que diferenciar de paso, entre una obra de sanidad y un milagro porque Pablo aquí como que diferencia, aunque muchas veces es tan difícil. A veces la palabra milagro se puede usar, y la Biblia a veces la usa en una forma general, genérica, para referirse a cualquier tipo de obra milagrosa de Dios, incluyendo sanidades. Les podría mostrar textos pero no tenemos tiempo ahora mismo para prendernos en eso.

Pero a veces se habla de milagros como una obra general de Dios, sanidad, provisión, liberación de un demonio, todo esto. Pero aquí específicamente dice, “.... obras de poder por el mismo espíritu....” y es fácil identificar ese tipo de obra poderosa de Dios en la Escritura, que no es de sanidad, no es hablar en lenguas, no es liberar de un demonio, no es profecía, es simplemente una imposición de Dios sobre la naturaleza.

Jesús caminando sobre el mar, las leyes de la física dice que uno no puede caminar sobre el mar porque la solidez de los átomos y de las moléculas de agua no permiten este tipo de impenetrabilidad que tienen por ejemplo, las moléculas de un pedazo de madera. Entonces cuando Jesús caminó sobre el mar estaba imponiendo una ley divina sobre una ley física y él podía caminar sobre el mar, no solamente lo hizo él sino que le extendió su poder a Pedro para que también él pudiera caminar sobre el mar. Interesantemente, fíjese que los milagros están también muy unidos a qué otro don, al don de fe. ¿Qué le pasó a Pedro cuando dudó? Dice que cuando comenzó a ver el mar y las olas y el viento y el rugido de la tormenta, dijo en su mente, óyeme, pero no se supone que un ser humano pueda hacer esto, qué está pasando, y comenzó a dudar y comenzó a hundirse. ¿Por qué? Porque ahí estaba operando también... había una porción de fe. El don milagros está unido, como el don de sanidad a fe y muchas veces estos dones operan... no podemos dividirlos así tan tajantemente porque muchas veces hay dones que operan juntos. Hay veces que en un milagro puede haber sanidad, fe, profecía, cantidad de diferentes dones operando juntos. Yo les puedo mostrar eso también.

Pero así milagros puros, por ejemplo, Jesús caminando sobre el mar, Jesús aquietando la tormenta. La lógica nos dice a nosotros que una tormenta no es un ser, no es una entidad conciente que puede negociar con un ser humano, que uno le dice, mira, por qué no te calmas porque estás haciendo mucho ruido; y dice, ah, ciertamente. Perdóneme, uuuuy, y se calla. No, una tormenta no opera de esa manera. Una tormenta no tiene conciencia, es una fuerza ciega. Sin embargo, Jesús con su poder milagroso le dice a la tormenta, ‘Calla, enmudece’, huuuu, enseguida el mar se suaviza, cesa el viento, los rayos se aquietan y todo se hace calmado. ¿Qué pasó allí? Una imposición de poder, la autoridad de Cristo se impuso sobre la ley de la naturaleza y ejecutó un milagro.

Otro milagro, Jesús cambia el agua en vino. Las leyes de la naturaleza dicen que eso no es posible así tan fácilmente, se podría hacer de otra manera, quizás cogiendo un poco de uvas magulladas o algo así y se podría hacer una mezcla rara de vino que yo no creo que sabría tan buena después de todo, pero yo no se, como nunca he probado eso, así que no sabría decirle. Pero, de nuevo, Jesús cambió el agua en vino. Tráigame agua y declaró el poder transformador y cambió los átomos, cambió las moléculas del agua en vino, y no cualquier vino, no era Maniyevish de 35 centavos por galón, no. Esto era chatonnais du pap 1826. No esto era un vino de primera, tanto así que cuando lo probó el catador de vino de la boda dijo, óyeme, pero ustedes si las traen, eh. Generalmente da el buen vino al principio cuando la gente todavía está que sabe lo que se está tomando, pero ustedes lo hicieron al final. Qué interesante, dijo el catador. No, es que Jesús había..... y Jesús no hace porquería, Jesús no hace basura, cuando él hace algo lo hace bien. Así que Jesús cambió el agua en vino.

Y así tantos otros, uno de los milagros que a mi más me gusta en la Escritura es el milagro que hizo Eliseo en Primera de reyes, Capítulo 6. Es un milagro tan lindo y tan sencillo y elegante en un sentido que me gusta mucho ese milagro porque ustedes recuerdan que estaban los hijos de los profetas. Era como una escuela de profetas, interesante, una escuela de profetas, podemos hablar acerca de eso un poquito más adelante, pero están edificando un seminario, una casa para los hijos de los profetas, para estos profetas en entrenamiento y están construyendo la casa y esa casa está cerca de un río, y ¿qué pasa? Que a uno de los constructores, de los que está trabajando como voluntario se le cae el hacha adentro del río. Y ¿saben qué? Imagínense en estos tiempos, un pedazo de metal, un hacha, usted va ahí a Home Depot y la compra o un martillo usted lo compra por 3,50. Quizás se les cae con el primer clavitazo que de pero 3.50 le puede costar. Pero el metal se consigue hoy en día y es barato, no cuesta tanto, pero en aquel tiempo, estamos hablando en la era del hierro a lo máximo quizás, históricamente hablando, un hacha era extremadamente costosa porque el metal no era tan disponible, no era tan fácil, es decir que fue una pérdida tremenda que este hombre se le cayera ese hacha en el agua.

Y él va donde el profeta, y que bueno es ir a Dios cuando tu necesitas un milagro. Que bueno es ir donde está la unción de Dios. Gracias a Dios que él no fue a llorarle a la persona, porque el hacha era prestada inclusiva, gracias a Dios que él no fue a don psiquiatra para que lo consolara ahora de ese trauma tan grande que él tenía que se le había perdido el hacha. No, él fue al profeta de Dios y le dijo... ‘profeta, se me ha caído el hacha y era prestada ese hacha Dios mío, ¿qué voy a hacer ahora? Y le dice, ‘no te preocupes, dice Eliseo y dice, ‘mira, coge un palo’. Eliseo corta un palo y lo echa al agua. Que cosa más interesante. Lo echó al agua y ¿qué pasó? El hacha flotó y entonces dijo, ‘ok, tómala’, ffff, se metió su revolver y siguió.... ‘y devuélvesela a su dueño’.

Que interesante, no. A veces Dios obra, es interesante estas cosas, los milagros y las profecías y las cosas obran a través de instrumentos simbólicos. Yo creo que una de las cosas, y muy interesante que nosotros tenemos que recordar, hermanos, como pueblo profético, pueblo sobrenatural, pueblo que cree en obras milagrosas de parte de Dios, es que tenemos que aprender también a usar los símbolos.

Por eso es que es tan lindo cuando uno levanta manos, se arrodilla, danza, se ríe en el espíritu, pasa al frente. Uno dice, bueno, que importa, yo me puedo quedar ahí en mi silla y estoy tan cerca del trono de Dios como si estuviera aquí adelante, porque yo no se si el trono de Dios está arriba, abajo, al este, al oeste, así que me voy a quedar ahí sentado y menos problema.

Pero ¿saben qué? El acto ese de usted salirse de su silla, orientar su mente hacia el Señor, dar un paso de la conciencia y de la voluntad, incomodarse, ponerse en público su acción, eso denota compromiso, denota fe, denota creer en Dios. Eso es como que activa, en un sentido, el poder de lo sobrenatural. Los símbolos ayudan mucho a desarrollar la fe. Por eso yo respeto mucho esas tradiciones católicas, ortodoxas griegas, que tratan mucho más con los símbolos que nosotros los evangélicos, porque hay un poder en eso.

Ahora, lo que pasa es que muchas veces los símbolos se pueden convertir simplemente en una cuestión vana, ya dejamos de ver el símbolo y lo que representa o lo idolatramos o lo que sea, pero los símbolos son muy buenos.

Entonces, el profeta Eliseo tiró ese pedazo de madera en el agua para que flotara el hacha. El Señor usó eso por ejemplo, en una ocasión para sanar a un ciego, hizo saliva con lodo, imagínese, si lo hiciera Benny Hinn lo tildarían de ocultista y de brujo. Pero el Señor cogió saliva y tierra y ungió los ojos con sus dedos del ciego y el ciego pudo ver. ¿Por qué el Señor hizo eso si muchas veces había dicho simplemente... con Bartimeo le dijo simplemente ‘se sano’? Y Bartimeo vio. Uno no sabe por qué, porque muchas veces el Espíritu Santo dirige a las personas a hacer diferentes cosas raras.

Cuando uno está moviéndose en el mundo de lo espiritual y de lo milagroso pueden suceder cosas muy raras y muy interesantes muchas veces, y uno tiene que tener a veces ese discernimiento de Dios de hacer cosas que son raras y diferentes, por eso es que la persona que crea que Dios solamente se puede mover con elegancia, con guantes blancos, muy elegante, muchas veces no va a ver el mover de Dios. Por eso en muchas iglesias nunca se moverá el poder del Espíritu Santo porque esa gente quiere como que Dios siempre se mueva en una forma predecible, controlable y elegante. Y muchas veces Dios escoge hacer cosas que les tumba el orgullo y la idolatría, la razón a la gente, y para humillarlos hace cosas completamente raras y contrarias a la razón y a la elegancia para que sepan que él es soberano que él hace lo que a él le da la santa gana.

Recuerdan el milagro de Naamán, el sirio, del cual yo hablé antes. Naamán vino a Israel queriendo ser sanado y el profeta le dijo, ‘bueno, ve, tírate ahí en el Jordán 7 veces y ya...’ Y Naamán se ofendió porque en su país había ríos mucho mejores que el Jordán y por qué mejor mandó un ángel que me tocara con una varita mágica como convenía a mi dignidad de general militar. Y Dios quería humillarlo. Dios quería mostrarle que él no es nadie. Dios quería mostrarle que él no puede obligar a Dios a hacer nada y Dios quería que él se hiciera como un niño y creyera lo que Dios le había dicho.

Y muchas veces los milagros de Dios no se dan en nuestra vida porque tenemos orgullo intelectual, tenemos orgullo personal también. Hay gente que no levantan la mano ni que usted busque una grúa para levantársela porque no quieren que nadie los vea. No derraman una lágrima ni que usted le inyecte, no se, agua de sal en los ojos, porque no, eso, si me ven llorar me van a ver que soy débil, no cantan, no abren la boca porque no quieren humillar su orgullo en un servicio y Dios quiere que se quebrante esa dureza antes de él poder hacer el milagro que quiere hacer en tu vida.

Hay que humillarse, por eso yo creo que Dios muchas veces no hace las obras transformadoras, milagrosas en nuestra vida, es porque todavía estamos duros, estamos tiesos, estamos orgullosos. Queremos que Dios haga las cosas como nosotros deseamos y hay orgullo secreto en nosotros, ¿sabe? Hay congregaciones enteras que están llenas de orgullo espiritual y por eso Dios no puede obrar porque Dios... dice que al altanero mira de lejos, pero al humilde, dice, que lo levanta y lo exalta. La condición principal para que el milagro de Dios se opere en tu vida es humildad, es creerle a Dios, no ponerle precondiciones a Dios, estar abierto a todo lo que Dios quiere hacer.

Si Dios te pide que te pongas de cabeza, ponte de cabeza. Si Dios te dice que salte, dile, cuán alto y cuánto tiempo me quedo en el aire antes de bajar. Pero no estés poniéndole pre condiciones a Dios. Y se como un niño.

El Señor Jesucristo dijo, a menos que no os hagáis como niños no veréis el reino de los cielos. Y el problema con el hombre moderno es que es demasiado sofisticado, demasiado lúcido, demasiado crítico, demasiado seguro de sus esquemas racionales, intelectuales, filosóficos, científicos. Estamos enfermos de lucidez y necesitamos que Dios nos meta una jeringuilla y nos desangre y nos saque cantidad de intelectualismo y seguridad de nosotros mismos para que podamos entonces recibir y ver los milagros de Dios en nuestra vida.

A veces Dios no va a operar milagros hasta que no nos ha molido como el polvo, ¿sabe? A veces Dios no va a hacer las cosas grandes y poderosas que quiere hacer en nuestras vidas hasta que no nos ha dado 7 bofetadas y nos ha puesto a llorar que se nos salen los mocos de la nariz. ¿Sabe? Si, Señor, perdonen lo gráfico de la palabra. A veces Dios tiene que vaciarnos antes de poder hacer las obras de poder que él tiene en nosotros. A veces tiene que coger un cucharón y raspar todo lo que está dentro de nosotros y cuando ya nos tiene como una gelatina, que no sabemos si somos de izquierda o de derecha entonces dice, ‘Ahora voy a trtar contigo, ahora voy a hacer mi obra de poder en tu vida’.

Muchos de nosotros todavía estamos peleando con Dios, forcejeando con Dios. Hay cosas adentro que no se han quebrado, hermanos, y me estoy refiriendo ahora mismo, ahora estoy profetizando a muchos aquí, ahora estoy hablando profecía en el nombre de Jesús. Y hay muchos de nosotros que no podemos recibir porque no somos como niños, no nos hemos quebrantado. Estamos demasiado concientes de nuestra imagen social, estamos muy concientes de lo que somos, valemos, conocemos y tenemos. Estamos muy concientes de nuestra apariencia social, estamos muy concientes de lo que hemos sido en el pasado y que ahora cambiar es demasiado tarde y qué va a decir mi mujer si me ve llorando, me va a perder el respeto, mis hijos... etc. o si me ven cantando o levantando mano, van a decir, ‘este se volvió loco, o lo que sea’. Y entonces Dios está diciendo, ‘hasta que no se rompa ese brazo torcido que está allí duro, yo no te voy a bendecir y voy a hacer la obra de poder que yo quiero hacer en tu vida’.

Tenemos que ser humildes. El Señor le está diciendo al pueblo de Dios, ‘Se humilde, quebrántate, baja la cerviz, dobla el cuello y déjate formar por mi’. Quebrántate, haz cosas que no quieres hacer. Di cosas que no quieres decir. Permite que vengan pensamientos a tu mente que tu no quieres pensar. Haz transacciones que te resultan desagradables, y cuando las hagas y te quebrantes entonces yo voy a hacer que mi poder corra a través de ti.

El Señor Jesucristo ha dicho ‘si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto.’ Hasta que el grano no se quebranta no puede dar frutos, ¿sabe? Si un grano de frijoles o habichuelas se queda entero, la energía y vida que está adentro de su corteza nunca va a producir fruto, nunca va a salir una matita de frijoles que de más de un frijol. El frijol se estará allí muy contentito, porque mira que lindo frijol soy, coloradito, durito, brillante, pero Cristo dice, ‘Frijol, si tu quieres tener muchos más frijoles tienes que meterte a la tierra, pudrirte, romper tu corteza, volverte nada, mezclarte con la tierra para que pueda salir una mata que de mucho fruto, muchos frijoles, para que muchos coman de ti’.

Nosotros tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, qué áreas de mi vida..’ Voy a pedir que los músicos pasen por aquí, ‘... ¿qué áreas de mi vida todavía no se han quebrantado, qué áreas de mi sistema todavía necesitan la infusión de tu gracia, qué cortezas hay todavía intactas.?

Oh, mis hermanos, déjenme decirles el camino hacia la salud emocional y la sanidad espiritual es a través del quebrantamiento y del desangramiento. El Señor me pone a decirte eso y a muchos de nosotros también que quizás nos sentimos emocionalmente débiles, estamos tristes, estamos quebrantados, estamos ansiosos, pero el Señor te dice, ‘Hijo, hija, yo necesito que tu te rompas delante de mi, que tu llores delante de mí, que tu me entregues ese tesoro que no me quieres entregar porque dice, ‘eso es mío y eso sí yo no lo voy a compartir contigo.’

Y Dios dice, ‘Yo necesito eso y hasta que tu no te quebrantes, hasta que tu no te humilles, hasta que tu no me entregues eso que tu tanto amas, hasta que tu no me des esa parte de tu personalidad que tu tanto proteges y que tan aferrado estás a ella, yo no te puedo bendecir porque si no te quebrantas no puede correr mi poder a través de ti.’

Hay hombres demasiado hombres y mujeres demasiado mujeres aquí ahora mismo y hay personas que tienen demasiada sangre roja, y necesita ser desangrado para que la gracia de Dios pueda correr porque el poder de Dios se perfecciona, ¿dónde? En la debilidad, es cuando el Señor te dice, ‘Bástate mi gracia, si tu eres un renacuajo de todas maneras, reconócelo. Humíllate, arrástrate y llega hasta mi trono de gracia y sabe que eres un siervo inútil que no vales nada, excepto lo que yo pongo en ti.’

Y cuando tu te quebrantas, hermanos, hay áreas en todos nosotros que necesitan ser quebrantadas y para que el poder de Dios, el poder milagroso Dios e Dios pueda fluir en nuestras vidas, tenemos que entregarle esas cosas al Señor. hay que humillarse, hay que darle las cosas que amamos, hay que soltar lo que más queremos, hay que decir ‘Padre, mi configuración mental, emocional, personal, temperamental, todo te lo doy a ti, mi relación con mi esposa, con mis hijos, mis derechos, mis prioridades, mis privilegios, mis expectativas, lo que yo me he ganado a través de la vida, que la gente se supone que me de y que me debe, todo lo pongo a tus pies. Todo es tuyo, yo no tengo nada, yo no merezco nada. Ahora, haz de mi lo que tu quieres.

Ahí comienza el poder de Dios a correr en tu vida. Ahí comienzan las sanidades, ahí comienzan las restauraciones, ahí comienza la reedificación, ahí comienza el poder de Dios a correr a través de ti, ahí comienzan los milagros en la vida del creyente. Por eso Dios nunca bendecirá a un hombre o una mujer, nunca usará a un hombre o una mujer hasta que no le haya quebrantado, humillado y enseñado que él no vale nada delante de Dios.

Y mientras más rápido reconozcamos ese gran hecho, más fácil Dios se moverá dentro de nosotros, más poderosamente Dios nos usará, más veremos la obra de poder de Dios en nuestras vidas. Quebrántate.

Ese es lema, el tema de este sermón: quebrántate para que el poder de Dios pueda correr en tu vida. Vamos a ponernos de pie un momentito.

Gloria al Señor. Y yo quiero invitar a cualquier persona que en esta mañana está aquí, ha escuchado este mensaje y siente de Dios, si usted no ha conocido a Jesús todavía como su Señor y salvador, si usted no ha conocido a Cristo como su Señor y salvador, el Señor quiere que usted se humille delante de él y diga, ‘Señor, yo te necesito y yo quiero recibirte en esta mañana’. Y que usted invite a Jesús y usted le diga, ‘Señor, yo no puedo vivir sin ti, yo necesito que tu mores dentro de mi. Yo necesito tu espíritu santo haciendo obras en mi vida’.

Y yo quiero invitarte en esta mañana que recibas al Señor Jesús y le entregues tu vida a él y hagas un pacto de nueva relación con él. Si quieres levantar tu mano ahí donde tu estás dile al Señor Jesús, ‘te recibo’.

Aquellos que no han recibido a Jesús, un momentito solamente, para que si tu no lo has hecho antes, si tu quieres recibir a Cristo como tu salvador en esta mañana yo te invito a pasar aquí adelante. Si tu has levantado tu mano, pasa por acá, ven un momentito y queremos orar por ti, y si alguien te quiere acompañar que venga contigo también, alguien que te trajo, un amigo, o alguien que está al lado tuyo.

Venga por acá y vamos a orar por usted en esta mañana y vamos a ponerle en las manos del Señor y vamos a entregar su vida a Cristo. Nadie es demasiado fuerte y demasiado orgulloso para recibir a Jesús y para pedirle ayuda al Soberano del universo. Lo he tenido que hacer y lo haría ahora mismo de ponerme allí donde están ustedes y pedirle al Señor Jesucristo que toque mi vida y me llene, me sane, me transforme, me quebrante, si ya me está quebrantando, me ha quebrantado en el pasado y yo entiendo eso, que para que Dios me pueda usar más y más, de vez en cuando tiene que romperme, romperme, abrir huecos en mi espíritu, cavar hondo, sacarme cosas que yo no me puedo sacar a mi mismo.

Él tiene que operar sobre mi para que su poder pueda crecer. No hay nada como cuando un hombre, una mujer, camina humildemente delante de su Dios y delante de su prójimo. Óigame cuando uno camina humildemente delante de Dios el diablo no sabe qué hacer con uno. Mientras más nos humillamos, más alto nos ponemos.

La palabra dice, ‘humíllate bajo la poderosa mano de Dios y él te exaltará en su momento’ dice la palabra. Dios está feliz de ver a este pueblo aquí delante. Yo les animo, hermanos, caminen humildemente delante de Dios. Que lindo cuando un joven, una joven se humilla delante del Señor, como estos jóvenes que están aquí. Camina tu vida humildemente delante del Señor. Pídele a Dios que te ayude, que te ilumine. Obedece su palabra y explora, busca sus tesoros como buscarías un tesoro material y el Señor siempre te va honrar, siempre te va a bendecir, siempre te va a respaldar, siempre te va a cubrir, siempre te va a sacar de tus aprietos, siempre te va a enderezar cuando cometas un error, siempre te va a defender y nunca te dejará. Aunque te equivoques él te levantará otra vez y te dirá, ‘no te preocupes, vamos a seguir trabajando’ porque eres humilde.

Dice que al corazón contrito y humillado Dios nunca desprecia, nunca rechaza. Ojalá que todos aquí, todos, podamos decir, ‘Señor, yo me humillo, humíllame más’.

Si usted cree eso, levante su mano y dígale, ‘Señor, humíllame más’. y dígalo con temor y temblor porque eso cuesta, pero si Dios tiene que quebrantarlo más, amen, él es un experto cirujano. Él quebranta huesos que están mal formados y los vuelve a poner exactamente como debían estar. Él reconfigura y recalibra nuestra personalidad de manera que ningún psiquiatra, ningún sociólogo, ningún antropólogo lo puede hacer y pone las partes de nuestro ser en perfecta armonía para que funcionen como él ha querido que funcionen.

Y así yo te pido en el nombre de Jesús recuerda eso siempre. Mientras más te humilles delante de tu Dios, mientras más le entregues a Dios, mientras más sacrifiques por tu Dios , más serás bendecido.

Yo siento claramente el poder de Dios hablando a tu vida.

I just want to say that in English, that you know, the more you humble yourself before the Lord, the more powerfully God can do in your life, the more you lower yourself before the Lord, the greater your exaltation shall be, the higher the Lord will move you. And many times God in his severe mercy will allow us to be humbled because he wants to bless us and because he wants to take us to a higher level.

And so, if we submit ourselves to him and allow him to do his precious, humbling, breaking work in our lives, he will bring us to a higher level of power, of communion with him, of knowledge of his word and of use. So we will be more useful for his kingdom and the power of God, the miraculous interventions of God will become so much more real, more evident, more abundant in our lives as we give ourselves to him and we humble ourselves and we let him break us and lead us to higher levels of understanding and relationship with him.

So we praise you God.

Te adoramos Señor en esta mañana, nos humillamos delante de ti, Señor, y gracias porque tu nos dices claramente si ustedes quieren que mi poder se mueva a través de sus vidas y en sus vidas, humíllense delante de mi, quebrántense delante de mi, búsquenme como busca el minero el diamante en las entrañas de la tierra. Clamen a mi de mañana y de noche, búsquenme de madrugada. Incomódense por mi y yo responderé y acudiré a ustedes y les bendeciré y les daré mucho más de lo que ustedes jamás se atrevieron a pensar que yo podía dar.

Nos humillamos, Padre, como congregación y nos humillamos como individuos. Yo, como pastor principal de esta iglesia, me humillo delante de ti, Señor y te pido que sigas haciendo tu obra en mi vida y en la vida de cada uno de mis hermanos para que esta iglesia, Señor, traiga agrado a tu corazón y que podamos entregarte todo lo que tu nos pides, Señor.

Ahora mismo te damos una carta blanca, una página en blanco, Padre, y nuestra firma está al final, escribe lo que tu quieras, Padre. Escribe lo que tu quieras en esa carta, Señor, en esa página. Haz de nosotros lo que tu quieras, Padre, porque sabemos que lo que tu haces siempre es bueno y para nuestra bendición.

Yo bendigo a estos hombres, mujeres y jóvenes que están aquí delante de ti y pido que llenes sus corazones con tu paz y que puedan caminar contigo, Padre. Quebrantamos toda maldad sobre sus vidas, todo fracaso, Señor, todo reclamo falso del enemigo sobre sus vidas y declaramos bendición y prosperidad y declaramos la presencia de tu espíritu dentro de ellos y a ti damos toda la gloria y toda la honra.

Gracias Padre porque tus milagros se mueven en la dimensión de la humildad, de la infancia mental, Señor, del creerte a ti con inocencia. Haznos como niños, Señor y manifiesta tu poder, y manifiesta tu vida en nosotros. Te adoramos y te bendecimos, Señor. Te damos gracias. Yo bendigo a este pueblo, lo bendigo a todo este pueblo, Padre, allá en los balcones también, donde estén, en el lugar más recóndito de este sitio, los bendigo y declaro sobre él tu gracia, Padre, en este día.

Gracias por hablarnos, gracias por ministrarnos, Señor, queremos ser dóciles delante de ti, queremos ser humildes delante de ti, queremos ser dóciles, Señor, delante de ti, queremos ser dóciles delante de ti, Padre. Te amamos, te amamos, Señor. Gracias, ¡Aleluya! Les bendigo, mis hermanos con la gracia y la paz del Señor. Sean bendecidos en el nombre de Jesús.

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