El don de milagros

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Quiero invitarles a ir a la palabra de Dios en Primera de Corintios, Capítulo 12.

Para los que nos visitan y otros quizás, les quiero recordar, o anunciar que estamos haciendo un recorrido a través de los dones del espíritu. No se si usted se ha criado en un ambiente pentecostal carismático, o quizás no tiene mucha experiencia en cosas de la iglesia en general. Pero lo dones, lo que se llama dones en español son provisiones de poder de parte de Dios para su pueblo, para que su pueblo pueda llevar a cabo las tareas que Dios le ha encomendado que lleve a cabo, tareas de evangelismo, por ejemplo, tareas de sanar a los enfermos, tareas de traer palabra fresca de parte de Dios a una persona, a una nación, a una comunidad, tareas como respaldar los reclamos de Jesús como el Hijo de Dios por medio de obras que muestren que a través de su nombre se están haciendo cosas que de otra manera no se podrían hacer. Y también son muestras de la misericordia y el amor de Dios en situaciones de necesidad donde no puede haber una provisión natural pero Dios puede proveer algo sobrenatural para atender a esa necesidad y por lo tanto suelta su poder para que esa situación pueda ser resuelta. Y esos son los dones, carismata se dice en el griego original, es un don, un regalo de Dios, una provisión divina para que alguien pueda llevar a cabo la obra de Dios aquí en la tierra, es algo sobrenatural.

El Apóstol Pablo ..... Primera de Corintios, Capítulo 12 señala 9 dones que yo creo personalmente que no son todos los dones que hay. Hay muchos otros dones, y de hecho hay otras listas de dones en la Biblia, por ejemplo en Romanos, en Efesios, hay otros dones también que no son tan espectaculares como estos que él menciona aquí, dones de servicio, dones de enseñanza, dones de repartir, dones de dirigir, y son otro tipo de dones. Pero aquí hay unos dones que son como dones claramente sobrenaturales y estos son algunos de los que el Apóstol Pablo está señalando, y los estamos discutiendo con ustedes para su instrucción, para que nosotros entendamos que estas son cosas que están disponibles para todo hijo de Dios y para toda iglesia que esté abierta a su distribución y a su curso en la vida cristiana.

Muchas veces estos dones no operan en nosotros porque no creemos que son para nosotros, se nos ha dicho que ya esos dones desaparecieron de la tierra, se piensa que, bueno, eso es para los cristianos súper espirituales, eso es para la gente que ayuna 3 días por semana y es absolutamente perfecta, y para gente que lleva mucho tiempo en el Evangelio y entonces todas estas cosas impiden.... o simplemente no se nos ha dicho que la vida cristiana es una vida de poder sobrenatural, de moverse en el nivel sobrenatural y que esas cosas están allí para todo cristiano, para todo aquel que cree, para todo aquel que puede creer que Dios todavía es el mismo ayer, hoy, por los siglos y entonces como no tenemos esa mentalidad, pues, los dones se quedan adormecidos en nosotros, se quedan en mero potencial, pero no los estamos usando, no los estamos desarrollando.

Y ustedes recordarán lo que le dice el Apóstol Pablo a Timoteo, ‘te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti’.

Si yo fuera pentecostal tipo Yiye Ávila les diría ahora mismo, ‘dile a tu hermano, aviva el don de Dios que está en ti’. Amen. Pero te lo puedes decir a ti mismo. Mírate así y ‘aviva el fuego del don de Dios que está en ti’ y úsalo, ejercítalo, pídale al Señor que lo desarrolle, cree que eso es para ti.

Entonces por medio de estos sermones yo estoy tratando de desarrollar el conocimiento de cómo opera cada uno de estos dones y desarrollar en nosotros ese apetito y esa sensibilidad al mover sobrenatural de Dios en la vida de cada uno de nosotros.

El Apóstol Pablo recordarán que aquí mismo en Primera de Corintios 12, comienza diciendo, ‘No quiero hermanos que ignoréis acerca de los dones espirituales....’

Dios no quiere que nosotros estemos ignorantes acerca de cómo funcionan los dones del Espíritu Santo. Entonces ya hemos señalado varios de estos dones, en el versículo 8 ahí mismo de Primera de Corintios 12, dice:

“,,, porque a éste, -es decir, a uno en la iglesia le es dada por el espíritu..- dice, pero a cada uno le es dada la manifestación de espíritu para provecho porque a éste es dado por el espíritu palabra de sabiduría..... – que hemos discutido esa palabra de sabiduría -.

Les refrescamos que esos sermones están disponibles en el Internet en record para que ustedes lo puedan escuchar cuando quieran también.

“... palabra de sabiduría, a otro palabra de conocimiento o ciencia..... – como se traduce al español, pero es gnoseos, que la idea es conocimiento -,..... según el mismo espíritu, a otro fe por el mismo espíritu y a otro dones de sanidades por el mismo espíritu.....”

Ese fue el último don que discutimos, el don de sanidad y dijimos que ese don está en operación, por eso cuando nosotros oramos aquí uy decimos, Padre, sana a tus hijos, bendice, y declaramos sanidad y salud es porque creemos que ese don todavía está en función y creemos que Dios todavía está en el negocio de sanar a los enfermos. Amen. Y tenemos que usar ese don y tenemos que ejercitarlo para que crezca y se desarrolle en nosotros.

Entonces ahora, en el versículo 10, el Apóstol Pablo dice, “... a otro el hacer milagros, y también dice, y a otro profecía...”

Ojalá que yo pueda rápidamente tomar estos dos dones y desarrollarlos un poco más. Miremos primeramente el don de milagros. ¿Qué es el don de milagros? Primeramente déjenme decirle que en español dicen la palabra milagros, pero en el griego original, cuando el Apóstol Pablo escribió en el original griego, en su propia pluma, digamos o a través de una persona a quien él le estaba dictando estas cosas; él no escribió la palabra milagros, esa es una palabra que se ha traducido así, pero la expresión cuando Pablo lo escribió ‘energemata dunameon’. Energemata, ¿qué palabra hay allí? Energía, y quiere decir ‘obras o inversiones de energía’, y ‘dunameon’, de la palabra sale dinamita, una persona dinámica es una persona enérgica, fuerte, poderosa. Entonces ‘energemata dunameon’ quiere decir ‘obras o acciones de poder’.

Obras de poder en general, obras de poder. Eso es lo que es un milagro. Es una obra poderosa de parte de Dios. Un milagro es una intervención soberana de parte de Dios sobre las leyes de la naturaleza. Es como que Dios por momento congela las leyes que él mismo ha declarado sobre el universo, leyes físicas, leyes biológicas, leyes electrónicas y químicas, y dice a un lado.

Por un momento ahora, I’m going to make an executive decisión here, voy a hacer una decisión ejecutiva, y por un momento voy a poner en paro la ley de la naturaleza y voy a imponer mi poder para una obra de misericordia. Entonces Dios viola la ley natural e impone su poder sobrenatural. Esa es la mejor manera que yo puedo poner.

En otras palabras, un milagro es una obra poderosa de Dios por medio de un instrumento humano, o no solamente humano, puede ser soberano, soberanamente Dios hacer una obra él mismo directamente. Pero generalmente es, aquí en este contexto, es una obra soberana y poderosa de Dios, una intervención sobrenatural de parte de Dios a través de un instrumento humano que viola las leyes de la naturaleza y generalmente para un propósito misericordioso, un propósito de amor. Esa es la mejor definición que yo podría dar acerca de un milagro.

Y hermanos, yo puedo decir que esas obras poderosas de Dios todavía están en función en el siglo XXI. ¿Cuántos creen eso? Amen. Creemos en un Dios poderoso, sino no estuviéramos aquí en esta mañana. Muchos de nosotros somos manifestaciones del poder de Dios. Dios ha quebrantado cadenas en nuestras vidas. Amen.

Anoche mismo en el servicio en inglés, que de paso, les digo, visiten ese servicio en inglés, patrocínenlo, hablaba un joven polaco, Woytek se llama él, no recuerdo su apellido ahora mismo. Él ha estado con nosotros 3 años Woytek llegó al servicio español de la iglesia y siempre se sentaba allá atrás los miércoles, hace tres años. Y yo me decía, ¿qué hace este bendito polaco aquí que no habla ni siquiera una palabra de español, en un servicio de oración? Sentado allá sin hablar ni papa de español, pero Woytek venía allí deprimido y alcohólico allí a llorar a veces con la cabeza baja, quebrantado. Después yo supe que Woytek –digo todas estas cosas porque él ha dado su testimonio varias veces y anoche dio un testimonio más completo-.

Woytek venía de una tradición católica, de una tradición más bien religiosa, no eera un católica practicante. Me dice que visitaba de vez en cuando una iglesia católica, pero que eso no había llenado su vida por cualquier razón que fuera. Pero el caso es que después yo supe que Woytek había sido diagnosticado un par de años atrás, hace 3 años de eso, así que tiene 5 años con Parkinson’s disease, una enfermedad terrible degenerativa, que al final es la muerte y una muerte prematura y él la contrajo esa enfermedad en una etapa muy joven de su vida. Wytek tiene apenas treinta y tantos de años, quizás, lo mucho 40 ahora, es decir, pero la contrajo bien temprano en su edad en su vida. Es una enfermedad incurable, degenerativa y totalmente destructiva.

Bueno, Woytek conoció al Señor, Woytek fue creciendo en el Señor. Yo he visto como Dios ha ido quebrantando su alcoholismo, destruyendo eso completamente en su vida. Eso es un milagro, es una obra de poder. ¿Cuántos creen que es así? Amen. Porque él no lo hizo a través de ninguna otra manera, excepto su vida siendo fortalecida.

Dios trató también con su depresión, eminentemente deprimido. Era un hombre que tenía un muy buen trabajo, no pudo seguir trabajando. Tenía que tomar pastillas continuamente en su vida, ya Woytek si pasaba unas cuantas horas sin tomar su pastilla, totalmente se volvía un vegetal prácticamente. Y Woytek fue creciendo en fe y de vez en cuando se paró aquí al frente para darle gracias al Señor. Oramos por él varias veces y declaramos vida sobre Woytek.

El caso es que anoche él testificaba. Woytek se ve mucho, mucho mejor, pero es un cambio radical en su vida. Yo nunca hubiera pensado que Woytek iba a estar allí hablando de paso demasiado anoche en el.... pero testificando de la abundancia de su corazón y de lo que Dios había hecho en su vida. Yo me quedo sorprendido viendo la obra.

Pero ¿saben qué? Dios hizo una intervención.... aquí es interesante algo, porque muchas veces Dios obra y su milagro, y yo creo que, saben lo que yo les he dicho que... yo creo que a veces nosotros no vemos esos milagros absolutamente claros, cristalinos que vemos en la Escritura porque el mover de Dios en este tiempo está complicado por una cantidad de cosas; falta de fe de parte del pueblo de Dios, pecaminosidad, falta de consagración de parte del pueblo de Dios, muchas cosas que han contristado el corazón del Señor.

Pero yo creo que Dios quiere restaurar sus milagros en maneras claras y poderosas, pero Dios todavía obra milagrosamente a veces en formas matizadas, no tan fuertes, no tan claras, pero de maneras verdaderamente milagrosas todavía.

Y yo creo que a veces Dios hoy en día permite, por ejemplo, sanidades graduales. Sabe que un milagro no tiene que ser instantáneamente, un milagro se puede ver gradualmente, una sanidad.

O muchas veces Dios puede, yo creo, a veces hacer un milagro sacando una respuesta de donde no parecía haber ninguna para que una persona sea sanada, y porque él no lo hace directamente, no me pregunte a mi.

El caso es que Woytek descubrió a través del Internet un nuevo procedimiento experimental médico, que no se había probado en ninguna parte del mundo. Y en una manera milagrosa yo creo, Dios permitió que él fuera el primero en que se le permitiera pasar por esa operación experimental.

Y ¿saben qué? Los médicos están, porque hay otras personas que están tomando el mismo procedimiento y él ha superado por muchísimo a cualquiera de las otras personas que están tomando ese nuevo experimento y Woytek ha hecho un cambio que los médicos dicen que es absolutamente milagroso. Ellos no pueden explicar cómo es que Woytek ha sanado tan rápidamente de una enfermedad que es prácticamente incurable y que es una condena a la muerte.

Y yo creo que ahí vemos, yo quisiera poder decir, no, Dios simplemente lo tocó y lo sanó soberanamente, pero yo creo que Dios usó medios humanos y circunstanciales para llevar a cabo una obra milagrosa en la vida de este hombre, y Dios ha hecho milagros al restaurar su depresión, al restaurar su alcoholismo, al restaurar su condena de muerte y tantas otras cosas maravillosas, al tocarlo con su espíritu. Y también ir propiciando sanidad en la vida de él y milagros en la vida de él.

Y al yo hablar de esto, hermanos, miren algo bien importante acerca de los milagros. Fíjese cómo yo estoy relatando esto. Yo lo estoy relatando con matices, yo no estoy aquí diciendo, y Dios sanó a Woytek y ya Woytek está milagrosamente recuperado de su enfermedad. Yo estoy diciendo que Dios usó también a los médicos por los usó.

¿Sabe algo que a mi me molesta a veces de nosotros los pentecostales y carismáticos? Que a veces exageramos un poco. ¿Cuántos dicen amen a eso? ¿Si o no? Esas son exageraciones evangelásticas, así se llaman. Yo creo que, hermanos, Dios no necesita que nosotros lo ayudemos.

Mire, si Dios hizo un milagro y fue de un tamaño no muy grande, pues diga, mira, fue de este tamaño, pero no lo ponga de este tamaño queriendo ayudar a Dios, porque muchas veces ¿saben qué? desprestigiamos los milagros de Dios, porque a veces nos adelantamos y decimos cosas que Dios no ha hecho o no ha respaldado y no hablamos con los matices adecuados y ¿saben qué? en vez de ayudar, hace daño, porque genera incredulidad en la gente. Y entonces después cuando ven lo contrario de lo que usted dijo o que no era tan grande como usted le decía, dicen, a no, esta gente estaba mintiendo, y así son todos unos mentirosos, así que no hay milagros.

Yo prefiero decir las cosas tales y como son y dejar entonces las cosas al Señor. ¿Pueden decir amen a eso? Seamos honestos, seamos claros. Mire, si Dios lo sanó de un resfriado no diga que lo sanó de cáncer, diga que lo sanó de resfriado. Si tenía un dolor de cabeza pequeñito, no diga, oh, lo sanó de una migraña que se le estaba explotando el cerebro y se le estaban saliendo los sesos por los oídos y..... no, diga las cosas como son. Y seamos sobrios en el hablar, hermanos, seamos sobrios en lo que reclamamos y tengamos cuidado muchas veces.

Eso no quiere decir que tenemos falta de fe, todo lo contrario, tomamos tan en serio al Señor, y tomamos tan en serio a las cosas de Dios que no nos atrevemos a hacer cosas que puedan dañar los procesos de Dios y traer mal testimonio a los demás.

Y esa es una de las cosas acerca de los milagros y del mover sobrenatural. Dios quiere un pueblo que sea sobrio y que entienda que no podemos idolatrar los milagros. Otras de las cosas de las cuales yo me quejo de nosotros los pentecostales, es que muchas veces nos dejamos deslumbrar por los milagros y le damos más importancia a los milagros y a las lenguas y a las profecías y ya las convertimos en casi como sustituto de Dios y de la palabra y ya si no se da un milagro, los fabricamos. Y si en el servicio no se le cayó el moño, pues no había bendición. Y entonces todo el tiempo tiene que ser un relajo y una fiesta porque sino el espíritu no se movió, eso es una exageración, hermanos, Dios se mueve, Dios hace milagros en muchas maneras en la vida del hijo de Dios.

A veces los milagros de Dios son bien sutiles, pero son poderosos también de todas maneras. A veces Dios hace cosas en una congregación en un día particular, no parece que hubo ningún milagro, pero Dios sanó a alguien.

.... hablan las cosas con matices. Cuando uno escribe una tesis, por ejemplo, o hace un trabajo erudito, se supone que uno siempre añada matices, que uno provea la versión contraria, que uno deje saber que lo que usted está escribiendo es simplemente una opinión, que usted se contradiga a sí mismo para que los otros sepan que usted no está totalmente seguro de lo que está diciendo, que hay otras ideas posibles, que si usted tiene algún interés personal en eso, usted lo diga para que la gente sepa cómo tomar sus declaraciones. Todas estas cosas, estos matices, que el mundo secular exige de las personas cuando están declarando alguna verdad, y ¿saben qué? nosotros los evangélicos, que debiéramos ser mucho más exigentes que el mundo secular, no tenemos la misma integridad en ese sentido y muchas veces exageramos las cosas, decimos cosas que no se dieron, inventamos cosas y todo esto lo que hace es que trae desprestigio al Señor, en vez de.... si nosotros habláramos claro, con matices, con seguridad y dijéramos las cosas como son, ¿quién sabe si Dios hasta haría más todavía? Y más gente creería por la integridad del pueblo de Dios, seamos gente íntegra. No tratemos de hacer el trabajo de Dios. Dios no necesita mi ayuda ni la suya, hermano, y no tenga temor de decir las cosas como son.

Hay muchas cosas que yo no las digo, ni las hago porque le tengo tanto respeto a los milagros de Dios, no es porque tengo falta de fe sino porque ya he visto tantas veces cosas que decimos que después no se dan que yo prefiero mejor respetar al Señor, y no es que me falte fe, entiéndame bien. Porque yo entiendo que a veces uno tiene que declarar por fe las cosas. Yo comprendo esa parte, yo creo que a veces uno tiene que decir las cosas por fe y creer que Dios las está haciendo y eso es cierto también, pero hay que tener cuidado, hay que tener un balance, por muchas veces decimos, Dios me sanó y a los 6 días usted ve que la persona está por allí rengueando con el mismo bastón que tiró al frente en el servicio, ahora lo cogió otra vez y nadie se está dando cuenta pero ahí lo tiene otra vez. Entonces la gente ve eso, guau, pero si Dios sana, o ¿lo sanó o no lo sanó o es que tiene otra enfermedad y ahora hay que sanarlo de nuevo?

Entonces yo creo que tenemos que tener cuidado, hermanos, ¿usted entiende? Porque tenemos una gran nube de testigos alrededor de nosotros y tenemos que darle cuenta a otras personas, tenemos que edificarnos unos a otros. Es decir, hay que tener un balance en la vida, es todo lo que yo estoy pidiendo y todo lo yo creo que Dios pide, sobriedad. Digan sobriedad, hay que ser sobrio en las cosas del Señor. A veces queremos ayudar a Dios y Dios no necesita ayuda.

Yo digo, mira, si Dios es bien responsable y bien poderoso para él fortalecer y respaldar su propio poder si él quiere. Si él no lo hace eso es problema de él, no mío. Yo no me tengo que echar encima los asuntos de Dios y los misterios de Dios, ¿para qué? Yo soy un mero, una hormiguita ante ese.... ni una hormiga, no soy ni un átomo siquiera en comparación con la infinitud de Dios. Así que seamos humildes, seamos sobrios, tengamos cuidado cómo hablamos, pensemos en los demás alrededor de nosotros, pensemos en el futuro, pensemos también en el presente y todas estas cosas, pensemos en el contexto y seamos sobrios. Manejemos los asuntos del espíritu en una forma adecuada.

Entonces, los milagros, específicamente estas obras de poder de las cuales se habla aquí, de nuevo es una intervención soberana de Dios que se sobre impone a las leyes de la naturaleza para un propósito definido.

Miren por ejemplo algunos milagros, específicamente obras de poder en la Escrituras: Jesús caminando sobre el mar, eso es un milagro. Hay que diferenciar de paso, entre una obra de sanidad y un milagro porque Pablo aquí como que diferencia, aunque muchas veces es tan difícil. A veces la palabra milagro se puede usar, y la Biblia a veces la usa en una forma general, genérica, para referirse a cualquier tipo de obra milagrosa de Dios, incluyendo sanidades. Les podría mostrar textos pero no tenemos tiempo ahora mismo para prendernos en eso.

Pero a veces se habla de milagros como una obra general de Dios, sanidad, provisión, liberación de un demonio, todo esto. Pero aquí específicamente dice, “.... obras de poder por el mismo espíritu....” y es fácil identificar ese tipo de obra poderosa de Dios en la Escritura, que no es de sanidad, no es hablar en lenguas, no es liberar de un demonio, no es profecía, es simplemente una imposición de Dios sobre la naturaleza.

Jesús caminando sobre el mar, las leyes de la física dice que uno no puede caminar sobre el mar porque la solidez de los átomos y de las moléculas de agua no permiten este tipo de impenetrabilidad que tienen por ejemplo, las moléculas de un pedazo de madera. Entonces cuando Jesús caminó sobre el mar estaba imponiendo una ley divina sobre una ley física y él podía caminar sobre el mar, no solamente lo hizo él sino que le extendió su poder a Pedro para que también él pudiera caminar sobre el mar. Interesantemente, fíjese que los milagros están también muy unidos a qué otro don, al don de fe. ¿Qué le pasó a Pedro cuando dudó? Dice que cuando comenzó a ver el mar y las olas y el viento y el rugido de la tormenta, dijo en su mente, óyeme, pero no se supone que un ser humano pueda hacer esto, qué está pasando, y comenzó a dudar y comenzó a hundirse. ¿Por qué? Porque ahí estaba operando también... había una porción de fe. El don milagros está unido, como el don de sanidad a fe y muchas veces estos dones operan... no podemos dividirlos así tan tajantemente porque muchas veces hay dones que operan juntos. Hay veces que en un milagro puede haber sanidad, fe, profecía, cantidad de diferentes dones operando juntos. Yo les puedo mostrar eso también.

Pero así milagros puros, por ejemplo, Jesús caminando sobre el mar, Jesús aquietando la tormenta. La lógica nos dice a nosotros que una tormenta no es un ser, no es una entidad conciente que puede negociar con un ser humano, que uno le dice, mira, por qué no te calmas porque estás haciendo mucho ruido; y dice, ah, ciertamente. Perdóneme, uuuuy, y se calla. No, una tormenta no opera de esa manera. Una tormenta no tiene conciencia, es una fuerza ciega. Sin embargo, Jesús con su poder milagroso le dice a la tormenta, ‘Calla, enmudece’, huuuu, enseguida el mar se suaviza, cesa el viento, los rayos se aquietan y todo se hace calmado. ¿Qué pasó allí? Una imposición de poder, la autoridad de Cristo se impuso sobre la ley de la naturaleza y ejecutó un milagro.

Otro milagro, Jesús cambia el agua en vino. Las leyes de la naturaleza dicen que eso no es posible así tan fácilmente, se podría hacer de otra manera, quizás cogiendo un poco de uvas magulladas o algo así y se podría hacer una mezcla rara de vino que yo no creo que sabría tan buena después de todo, pero yo no se, como nunca he probado eso, así que no sabría decirle. Pero, de nuevo, Jesús cambió el agua en vino. Tráigame agua y declaró el poder transformador y cambió los átomos, cambió las moléculas del agua en vino, y no cualquier vino, no era Maniyevish de 35 centavos por galón, no. Esto era chatonnais du pap 1826. No esto era un vino de primera, tanto así que cuando lo probó el catador de vino de la boda dijo, óyeme, pero ustedes si las traen, eh. Generalmente da el buen vino al principio cuando la gente todavía está que sabe lo que se está tomando, pero ustedes lo hicieron al final. Qué interesante, dijo el catador. No, es que Jesús había..... y Jesús no hace porquería, Jesús no hace basura, cuando él hace algo lo hace bien. Así que Jesús cambió el agua en vino.

Y así tantos otros, uno de los milagros que a mi más me gusta en la Escritura es el milagro que hizo Eliseo en Primera de reyes, Capítulo 6. Es un milagro tan lindo y tan sencillo y elegante en un sentido que me gusta mucho ese milagro porque ustedes recuerdan que estaban los hijos de los profetas. Era como una escuela de profetas, interesante, una escuela de profetas, podemos hablar acerca de eso un poquito más adelante, pero están edificando un seminario, una casa para los hijos de los profetas, para estos profetas en entrenamiento y están construyendo la casa y esa casa está cerca de un río, y ¿qué pasa? Que a uno de los constructores, de los que está trabajando como voluntario se le cae el hacha adentro del río. Y ¿saben qué? Imagínense en estos tiempos, un pedazo de metal, un hacha, usted va ahí a Home Depot y la compra o un martillo usted lo compra por 3,50. Quizás se les cae con el primer clavitazo que de pero 3.50 le puede costar. Pero el metal se consigue hoy en día y es barato, no cuesta tanto, pero en aquel tiempo, estamos hablando en la era del hierro a lo máximo quizás, históricamente hablando, un hacha era extremadamente costosa porque el metal no era tan disponible, no era tan fácil, es decir que fue una pérdida tremenda que este hombre se le cayera ese hacha en el agua.

Y él va donde el profeta, y que bueno es ir a Dios cuando tu necesitas un milagro. Que bueno es ir donde está la unción de Dios. Gracias a Dios que él no fue a llorarle a la persona, porque el hacha era prestada inclusiva, gracias a Dios que él no fue a don psiquiatra para que lo consolara ahora de ese trauma tan grande que él tenía que se le había perdido el hacha. No, él fue al profeta de Dios y le dijo... ‘profeta, se me ha caído el hacha y era prestada ese hacha Dios mío, ¿qué voy a hacer ahora? Y le dice, ‘no te preocupes, dice Eliseo y dice, ‘mira, coge un palo’. Eliseo corta un palo y lo echa al agua. Que cosa más interesante. Lo echó al agua y ¿qué pasó? El hacha flotó y entonces dijo, ‘ok, tómala’, ffff, se metió su revolver y siguió.... ‘y devuélvesela a su dueño’.

Que interesante, no. A veces Dios obra, es interesante estas cosas, los milagros y las profecías y las cosas obran a través de instrumentos simbólicos. Yo creo que una de las cosas, y muy interesante que nosotros tenemos que recordar, hermanos, como pueblo profético, pueblo sobrenatural, pueblo que cree en obras milagrosas de parte de Dios, es que tenemos que aprender también a usar los símbolos.

Por eso es que es tan lindo cuando uno levanta manos, se arrodilla, danza, se ríe en el espíritu, pasa al frente. Uno dice, bueno, que importa, yo me puedo quedar ahí en mi silla y estoy tan cerca del trono de Dios como si estuviera aquí adelante, porque yo no se si el trono de Dios está arriba, abajo, al este, al oeste, así que me voy a quedar ahí sentado y menos problema.

Pero ¿saben qué? El acto ese de usted salirse de su silla, orientar su mente hacia el Señor, dar un paso de la conciencia y de la voluntad, incomodarse, ponerse en público su acción, eso denota compromiso, denota fe, denota creer en Dios. Eso es como que activa, en un sentido, el poder de lo sobrenatural. Los símbolos ayudan mucho a desarrollar la fe. Por eso yo respeto mucho esas tradiciones católicas, ortodoxas griegas, que tratan mucho más con los símbolos que nosotros los evangélicos, porque hay un poder en eso.

Ahora, lo que pasa es que muchas veces los símbolos se pueden convertir simplemente en una cuestión vana, ya dejamos de ver el símbolo y lo que representa o lo idolatramos o lo que sea, pero los símbolos son muy buenos.

Entonces, el profeta Eliseo tiró ese pedazo de madera en el agua para que flotara el hacha. El Señor usó eso por ejemplo, en una ocasión para sanar a un ciego, hizo saliva con lodo, imagínese, si lo hiciera Benny Hinn lo tildarían de ocultista y de brujo. Pero el Señor cogió saliva y tierra y ungió los ojos con sus dedos del ciego y el ciego pudo ver. ¿Por qué el Señor hizo eso si muchas veces había dicho simplemente... con Bartimeo le dijo simplemente ‘se sano’? Y Bartimeo vio. Uno no sabe por qué, porque muchas veces el Espíritu Santo dirige a las personas a hacer diferentes cosas raras.

Cuando uno está moviéndose en el mundo de lo espiritual y de lo milagroso pueden suceder cosas muy raras y muy interesantes muchas veces, y uno tiene que tener a veces ese discernimiento de Dios de hacer cosas que son raras y diferentes, por eso es que la persona que crea que Dios solamente se puede mover con elegancia, con guantes blancos, muy elegante, muchas veces no va a ver el mover de Dios. Por eso en muchas iglesias nunca se moverá el poder del Espíritu Santo porque esa gente quiere como que Dios siempre se mueva en una forma predecible, controlable y elegante. Y muchas veces Dios escoge hacer cosas que les tumba el orgullo y la idolatría, la razón a la gente, y para humillarlos hace cosas completamente raras y contrarias a la razón y a la elegancia para que sepan que él es soberano que él hace lo que a él le da la santa gana.

Recuerdan el milagro de Naamán, el sirio, del cual yo hablé antes. Naamán vino a Israel queriendo ser sanado y el profeta le dijo, ‘bueno, ve, tírate ahí en el Jordán 7 veces y ya...’ Y Naamán se ofendió porque en su país había ríos mucho mejores que el Jordán y por qué mejor mandó un ángel que me tocara con una varita mágica como convenía a mi dignidad de general militar. Y Dios quería humillarlo. Dios quería mostrarle que él no es nadie. Dios quería mostrarle que él no puede obligar a Dios a hacer nada y Dios quería que él se hiciera como un niño y creyera lo que Dios le había dicho.

Y muchas veces los milagros de Dios no se dan en nuestra vida porque tenemos orgullo intelectual, tenemos orgullo personal también. Hay gente que no levantan la mano ni que usted busque una grúa para levantársela porque no quieren que nadie los vea. No derraman una lágrima ni que usted le inyecte, no se, agua de sal en los ojos, porque no, eso, si me ven llorar me van a ver que soy débil, no cantan, no abren la boca porque no quieren humillar su orgullo en un servicio y Dios quiere que se quebrante esa dureza antes de él poder hacer el milagro que quiere hacer en tu vida.

Hay que humillarse, por eso yo creo que Dios muchas veces no hace las obras transformadoras, milagrosas en nuestra vida, es porque todavía estamos duros, estamos tiesos, estamos orgullosos. Queremos que Dios haga las cosas como nosotros deseamos y hay orgullo secreto en nosotros, ¿sabe? Hay congregaciones enteras que están llenas de orgullo espiritual y por eso Dios no puede obrar porque Dios... dice que al altanero mira de lejos, pero al humilde, dice, que lo levanta y lo exalta. La condición principal para que el milagro de Dios se opere en tu vida es humildad, es creerle a Dios, no ponerle precondiciones a Dios, estar abierto a todo lo que Dios quiere hacer.

Si Dios te pide que te pongas de cabeza, ponte de cabeza. Si Dios te dice que salte, dile, cuán alto y cuánto tiempo me quedo en el aire antes de bajar. Pero no estés poniéndole pre condiciones a Dios. Y se como un niño.

El Señor Jesucristo dijo, a menos que no os hagáis como niños no veréis el reino de los cielos. Y el problema con el hombre moderno es que es demasiado sofisticado, demasiado lúcido, demasiado crítico, demasiado seguro de sus esquemas racionales, intelectuales, filosóficos, científicos. Estamos enfermos de lucidez y necesitamos que Dios nos meta una jeringuilla y nos desangre y nos saque cantidad de intelectualismo y seguridad de nosotros mismos para que podamos entonces recibir y ver los milagros de Dios en nuestra vida.

A veces Dios no va a operar milagros hasta que no nos ha molido como el polvo, ¿sabe? A veces Dios no va a hacer las cosas grandes y poderosas que quiere hacer en nuestras vidas hasta que no nos ha dado 7 bofetadas y nos ha puesto a llorar que se nos salen los mocos de la nariz. ¿Sabe? Si, Señor, perdonen lo gráfico de la palabra. A veces Dios tiene que vaciarnos antes de poder hacer las obras de poder que él tiene en nosotros. A veces tiene que coger un cucharón y raspar todo lo que está dentro de nosotros y cuando ya nos tiene como una gelatina, que no sabemos si somos de izquierda o de derecha entonces dice, ‘Ahora voy a trtar contigo, ahora voy a hacer mi obra de poder en tu vida’.

Muchos de nosotros todavía estamos peleando con Dios, forcejeando con Dios. Hay cosas adentro que no se han quebrado, hermanos, y me estoy refiriendo ahora mismo, ahora estoy profetizando a muchos aquí, ahora estoy hablando profecía en el nombre de Jesús. Y hay muchos de nosotros que no podemos recibir porque no somos como niños, no nos hemos quebrantado. Estamos demasiado concientes de nuestra imagen social, estamos muy concientes de lo que somos, valemos, conocemos y tenemos. Estamos muy concientes de nuestra apariencia social, estamos muy concientes de lo que hemos sido en el pasado y que ahora cambiar es demasiado tarde y qué va a decir mi mujer si me ve llorando, me va a perder el respeto, mis hijos... etc. o si me ven cantando o levantando mano, van a decir, ‘este se volvió loco, o lo que sea’. Y entonces Dios está diciendo, ‘hasta que no se rompa ese brazo torcido que está allí duro, yo no te voy a bendecir y voy a hacer la obra de poder que yo quiero hacer en tu vida’.

Tenemos que ser humildes. El Señor le está diciendo al pueblo de Dios, ‘Se humilde, quebrántate, baja la cerviz, dobla el cuello y déjate formar por mi’. Quebrántate, haz cosas que no quieres hacer. Di cosas que no quieres decir. Permite que vengan pensamientos a tu mente que tu no quieres pensar. Haz transacciones que te resultan desagradables, y cuando las hagas y te quebrantes entonces yo voy a hacer que mi poder corra a través de ti.

El Señor Jesucristo ha dicho ‘si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto.’ Hasta que el grano no se quebranta no puede dar frutos, ¿sabe? Si un grano de frijoles o habichuelas se queda entero, la energía y vida que está adentro de su corteza nunca va a producir fruto, nunca va a salir una matita de frijoles que de más de un frijol. El frijol se estará allí muy contentito, porque mira que lindo frijol soy, coloradito, durito, brillante, pero Cristo dice, ‘Frijol, si tu quieres tener muchos más frijoles tienes que meterte a la tierra, pudrirte, romper tu corteza, volverte nada, mezclarte con la tierra para que pueda salir una mata que de mucho fruto, muchos frijoles, para que muchos coman de ti’.

Nosotros tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, qué áreas de mi vida..’ Voy a pedir que los músicos pasen por aquí, ‘... ¿qué áreas de mi vida todavía no se han quebrantado, qué áreas de mi sistema todavía necesitan la infusión de tu gracia, qué cortezas hay todavía intactas.?

Oh, mis hermanos, déjenme decirles el camino hacia la salud emocional y la sanidad espiritual es a través del quebrantamiento y del desangramiento. El Señor me pone a decirte eso y a muchos de nosotros también que quizás nos sentimos emocionalmente débiles, estamos tristes, estamos quebrantados, estamos ansiosos, pero el Señor te dice, ‘Hijo, hija, yo necesito que tu te rompas delante de mi, que tu llores delante de mí, que tu me entregues ese tesoro que no me quieres entregar porque dice, ‘eso es mío y eso sí yo no lo voy a compartir contigo.’

Y Dios dice, ‘Yo necesito eso y hasta que tu no te quebrantes, hasta que tu no te humilles, hasta que tu no me entregues eso que tu tanto amas, hasta que tu no me des esa parte de tu personalidad que tu tanto proteges y que tan aferrado estás a ella, yo no te puedo bendecir porque si no te quebrantas no puede correr mi poder a través de ti.’

Hay hombres demasiado hombres y mujeres demasiado mujeres aquí ahora mismo y hay personas que tienen demasiada sangre roja, y necesita ser desangrado para que la gracia de Dios pueda correr porque el poder de Dios se perfecciona, ¿dónde? En la debilidad, es cuando el Señor te dice, ‘Bástate mi gracia, si tu eres un renacuajo de todas maneras, reconócelo. Humíllate, arrástrate y llega hasta mi trono de gracia y sabe que eres un siervo inútil que no vales nada, excepto lo que yo pongo en ti.’

Y cuando tu te quebrantas, hermanos, hay áreas en todos nosotros que necesitan ser quebrantadas y para que el poder de Dios, el poder milagroso Dios e Dios pueda fluir en nuestras vidas, tenemos que entregarle esas cosas al Señor. hay que humillarse, hay que darle las cosas que amamos, hay que soltar lo que más queremos, hay que decir ‘Padre, mi configuración mental, emocional, personal, temperamental, todo te lo doy a ti, mi relación con mi esposa, con mis hijos, mis derechos, mis prioridades, mis privilegios, mis expectativas, lo que yo me he ganado a través de la vida, que la gente se supone que me de y que me debe, todo lo pongo a tus pies. Todo es tuyo, yo no tengo nada, yo no merezco nada. Ahora, haz de mi lo que tu quieres.

Ahí comienza el poder de Dios a correr en tu vida. Ahí comienzan las sanidades, ahí comienzan las restauraciones, ahí comienza la reedificación, ahí comienza el poder de Dios a correr a través de ti, ahí comienzan los milagros en la vida del creyente. Por eso Dios nunca bendecirá a un hombre o una mujer, nunca usará a un hombre o una mujer hasta que no le haya quebrantado, humillado y enseñado que él no vale nada delante de Dios.

Y mientras más rápido reconozcamos ese gran hecho, más fácil Dios se moverá dentro de nosotros, más poderosamente Dios nos usará, más veremos la obra de poder de Dios en nuestras vidas. Quebrántate.

Ese es lema, el tema de este sermón: quebrántate para que el poder de Dios pueda correr en tu vida. Vamos a ponernos de pie un momentito.

Gloria al Señor. Y yo quiero invitar a cualquier persona que en esta mañana está aquí, ha escuchado este mensaje y siente de Dios, si usted no ha conocido a Jesús todavía como su Señor y salvador, si usted no ha conocido a Cristo como su Señor y salvador, el Señor quiere que usted se humille delante de él y diga, ‘Señor, yo te necesito y yo quiero recibirte en esta mañana’. Y que usted invite a Jesús y usted le diga, ‘Señor, yo no puedo vivir sin ti, yo necesito que tu mores dentro de mi. Yo necesito tu espíritu santo haciendo obras en mi vida’.

Y yo quiero invitarte en esta mañana que recibas al Señor Jesús y le entregues tu vida a él y hagas un pacto de nueva relación con él. Si quieres levantar tu mano ahí donde tu estás dile al Señor Jesús, ‘te recibo’.

Aquellos que no han recibido a Jesús, un momentito solamente, para que si tu no lo has hecho antes, si tu quieres recibir a Cristo como tu salvador en esta mañana yo te invito a pasar aquí adelante. Si tu has levantado tu mano, pasa por acá, ven un momentito y queremos orar por ti, y si alguien te quiere acompañar que venga contigo también, alguien que te trajo, un amigo, o alguien que está al lado tuyo.

Venga por acá y vamos a orar por usted en esta mañana y vamos a ponerle en las manos del Señor y vamos a entregar su vida a Cristo. Nadie es demasiado fuerte y demasiado orgulloso para recibir a Jesús y para pedirle ayuda al Soberano del universo. Lo he tenido que hacer y lo haría ahora mismo de ponerme allí donde están ustedes y pedirle al Señor Jesucristo que toque mi vida y me llene, me sane, me transforme, me quebrante, si ya me está quebrantando, me ha quebrantado en el pasado y yo entiendo eso, que para que Dios me pueda usar más y más, de vez en cuando tiene que romperme, romperme, abrir huecos en mi espíritu, cavar hondo, sacarme cosas que yo no me puedo sacar a mi mismo.

Él tiene que operar sobre mi para que su poder pueda crecer. No hay nada como cuando un hombre, una mujer, camina humildemente delante de su Dios y delante de su prójimo. Óigame cuando uno camina humildemente delante de Dios el diablo no sabe qué hacer con uno. Mientras más nos humillamos, más alto nos ponemos.

La palabra dice, ‘humíllate bajo la poderosa mano de Dios y él te exaltará en su momento’ dice la palabra. Dios está feliz de ver a este pueblo aquí delante. Yo les animo, hermanos, caminen humildemente delante de Dios. Que lindo cuando un joven, una joven se humilla delante del Señor, como estos jóvenes que están aquí. Camina tu vida humildemente delante del Señor. Pídele a Dios que te ayude, que te ilumine. Obedece su palabra y explora, busca sus tesoros como buscarías un tesoro material y el Señor siempre te va honrar, siempre te va a bendecir, siempre te va a respaldar, siempre te va a cubrir, siempre te va a sacar de tus aprietos, siempre te va a enderezar cuando cometas un error, siempre te va a defender y nunca te dejará. Aunque te equivoques él te levantará otra vez y te dirá, ‘no te preocupes, vamos a seguir trabajando’ porque eres humilde.

Dice que al corazón contrito y humillado Dios nunca desprecia, nunca rechaza. Ojalá que todos aquí, todos, podamos decir, ‘Señor, yo me humillo, humíllame más’.

Si usted cree eso, levante su mano y dígale, ‘Señor, humíllame más’. y dígalo con temor y temblor porque eso cuesta, pero si Dios tiene que quebrantarlo más, amen, él es un experto cirujano. Él quebranta huesos que están mal formados y los vuelve a poner exactamente como debían estar. Él reconfigura y recalibra nuestra personalidad de manera que ningún psiquiatra, ningún sociólogo, ningún antropólogo lo puede hacer y pone las partes de nuestro ser en perfecta armonía para que funcionen como él ha querido que funcionen.

Y así yo te pido en el nombre de Jesús recuerda eso siempre. Mientras más te humilles delante de tu Dios, mientras más le entregues a Dios, mientras más sacrifiques por tu Dios , más serás bendecido.

Yo siento claramente el poder de Dios hablando a tu vida.

I just want to say that in English, that you know, the more you humble yourself before the Lord, the more powerfully God can do in your life, the more you lower yourself before the Lord, the greater your exaltation shall be, the higher the Lord will move you. And many times God in his severe mercy will allow us to be humbled because he wants to bless us and because he wants to take us to a higher level.

And so, if we submit ourselves to him and allow him to do his precious, humbling, breaking work in our lives, he will bring us to a higher level of power, of communion with him, of knowledge of his word and of use. So we will be more useful for his kingdom and the power of God, the miraculous interventions of God will become so much more real, more evident, more abundant in our lives as we give ourselves to him and we humble ourselves and we let him break us and lead us to higher levels of understanding and relationship with him.

So we praise you God.

Te adoramos Señor en esta mañana, nos humillamos delante de ti, Señor, y gracias porque tu nos dices claramente si ustedes quieren que mi poder se mueva a través de sus vidas y en sus vidas, humíllense delante de mi, quebrántense delante de mi, búsquenme como busca el minero el diamante en las entrañas de la tierra. Clamen a mi de mañana y de noche, búsquenme de madrugada. Incomódense por mi y yo responderé y acudiré a ustedes y les bendeciré y les daré mucho más de lo que ustedes jamás se atrevieron a pensar que yo podía dar.

Nos humillamos, Padre, como congregación y nos humillamos como individuos. Yo, como pastor principal de esta iglesia, me humillo delante de ti, Señor y te pido que sigas haciendo tu obra en mi vida y en la vida de cada uno de mis hermanos para que esta iglesia, Señor, traiga agrado a tu corazón y que podamos entregarte todo lo que tu nos pides, Señor.

Ahora mismo te damos una carta blanca, una página en blanco, Padre, y nuestra firma está al final, escribe lo que tu quieras, Padre. Escribe lo que tu quieras en esa carta, Señor, en esa página. Haz de nosotros lo que tu quieras, Padre, porque sabemos que lo que tu haces siempre es bueno y para nuestra bendición.

Yo bendigo a estos hombres, mujeres y jóvenes que están aquí delante de ti y pido que llenes sus corazones con tu paz y que puedan caminar contigo, Padre. Quebrantamos toda maldad sobre sus vidas, todo fracaso, Señor, todo reclamo falso del enemigo sobre sus vidas y declaramos bendición y prosperidad y declaramos la presencia de tu espíritu dentro de ellos y a ti damos toda la gloria y toda la honra.

Gracias Padre porque tus milagros se mueven en la dimensión de la humildad, de la infancia mental, Señor, del creerte a ti con inocencia. Haznos como niños, Señor y manifiesta tu poder, y manifiesta tu vida en nosotros. Te adoramos y te bendecimos, Señor. Te damos gracias. Yo bendigo a este pueblo, lo bendigo a todo este pueblo, Padre, allá en los balcones también, donde estén, en el lugar más recóndito de este sitio, los bendigo y declaro sobre él tu gracia, Padre, en este día.

Gracias por hablarnos, gracias por ministrarnos, Señor, queremos ser dóciles delante de ti, queremos ser humildes delante de ti, queremos ser dóciles, Señor, delante de ti, queremos ser dóciles delante de ti, Padre. Te amamos, te amamos, Señor. Gracias, ¡Aleluya! Les bendigo, mis hermanos con la gracia y la paz del Señor. Sean bendecidos en el nombre de Jesús.