SERMONES
El don de discernimiento
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Quiero compartir con ustedes una palabra de enseñanza que compartí ya con nuestros hermanos esta mañana. Estamos, como ustedes saben, para nuestros visitantes sobretodo, haciendo un recorrido a través de el Capítulo 12 de la Primera carta a los Corintios.
Y nos estamos enfocando, particularmente en los versículos donde se lista una serie de dones, dones que son como hemos dicho, una provisión especial que Dios hace para su pueblo para las necesidades de su pueblo. Dones son regalos, provisiones de Dios para el pueblo de Dios.
Hemos estado haciendo un estudio detenido de cada don. Hemos analizado como ustedes saben, la palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento, la fe, el don de la fe, el don de la sanidad, el don de hacer milagros u obras de poder, el domingo antepasado analizamos el don de la profecía, el don profético. Y hoy nos toca hablar de otro don que es el don de discernimiento de espíritus.
Digan conmigo la palabra discernimiento. En el griego original la palabra que se traduce discernimiento en español es ‘diacrise’ y quiere decir dividir, separar, juzgar, discriminar, balancear y pesar, sopesar cuidadosamente algo. Es la idea de discernir entre una cosa y la otra y determinar la composición verdadera de algo. Es la palabra discernimiento.
Entonces, la palabra dice aquí en el Capítulo 12, versículo 10 que “... a otros del cuerpo de Jesucristo el Espíritu Santo decide proveerles discernimiento de espíritus....” ‘diacrises neumaton’. Neumaton, la palabra es espíritu en el griego original.
Y los dones son necesarios para que la iglesia pueda conducir su vida en una forma bíblica, balanceada, espiritual, provechosa. Y cada uno de estos dones es como un nutriente que el cuerpo de Cristo necesita para su crecimiento, para su formación y para su salud espiritual.
Dios da los dones para que la iglesia pueda tener todo lo que necesita para llevar a cabo las tareas, y para llevar a cabo la vida diaria de la iglesia, para llevar a cabo las tareas del evangelismo, para llevar a cabo las tareas de la enseñanza y del mantenimiento del pueblo de Dios. Y por eso Dios da los dones.
Son, digamos, provisiones sobrenaturales de parte del Espíritu Santo para que los hijos de Dios puedan llevar a cabo las tareas que Dios les asigna. Y yo quiero analizar un poquito este don de discernimiento de espíritus. Así como analizamos el don de la profecía, el domingo antepasado.
Quiero decirles primeramente, hermanos, que no podemos decir con absoluta seguridad, exactamente qué había en la mente del Apóstol Pablo cuando él menciona este don. Hay muchos esfuerzos por tratar de definir exactamente qué quiso decir el Apóstol Pablo con discernimiento de espíritus.
Desgraciadamente él no definió en qué consistía ese don, ni tampoco hay otros usos en el Libro de los Hechos, por ejemplo, o en los Evangelios, como hay con el don profético, o con el don de sanidad, o con el don de milagros, que nos enseñe precisamente a qué se refería el Apóstol Pablo con el discernimiento de espíritus.
Pero, sí podemos por una especie de proceso analítico ir a través de la Escritura e ir elaborando, lo que yo puedo llamar, una teología del don de discernimiento de espíritus. Y yo con su tolerancia y paciencia y su atención voy a estar analizando algunos textos bíblicos y creo que al final vamos a tener una muy buena idea de a qué se refería el Apóstol Pablo, aunque nunca voy a decir con ciento por ciento de seguridad, que yo tengo el monopolio de lo que es el discernimiento de espíritus.
Yo creo que estas cosas hay que abordarlas con mucha humildad y con mucha sobriedad acerca de lo que se refiere la palabra. Pero yo sí sé algo hermanos, cuando una iglesia como la nuestra se abre a los dones del espíritu y se abre al mover sobrenatural del Espíritu Santo, el don de discernimiento de espíritus se hace muy importante. ¿Por qué? Porque hemos dicho ya muchas veces que en el mover de los dones puede haber también a veces error, puede haber a veces carnalidad, puede haber a veces excesos, puede haber falsedad y puede haber hasta en ocasiones, intervención demoníaca. Y eso se ha visto a través de toda la historia.
La historia de los dones siempre también ha estado poblada de ciertos errores y ciertos excesos, desde los tiempos primitivos uno ve eso. Por eso el Apóstol Pablo escribió el Capítulo 14 de Primera de Corintios donde trata de corregir algunos excesos y algunos errores que había en medio de esta iglesia pentecostal como era la iglesia de Corinto, y trata de calibrar bien exactamente cómo se deben manejar los dones.
Cuando una iglesia se abre a las manifestaciones espiritual, tiene que haber autoridad espiritual, tiene que haber madurez espiritual en la iglesia, tiene que haber vigilancia y tiene que haber gente que examine las manifestaciones que se están dando para determinar si verdaderamente esas manifestaciones vienen de Dios o vienen de la carne, o vienen del enemigo. Y por eso se necesita el discernimiento de espíritus.
Por eso yo creo que no es coincidencia que después de la mención de dones de sanidades, de milagros y de profecías, se mencione el don de discernimiento de espíritus. Porque el don de discernimiento de espíritus es como la corte jurídica que determina si esas manifestaciones son de Dios o son de alguna otra fuente no legítima. ¿Por qué? Porque muchas veces aún las sanidades pueden venir de fuentes que no son divinas.
¿Cuántos saben a qué me estoy refiriendo? ¿Sabe usted que Satanás es capaz de sanar a gente que va a curanderos? Todas las culturas del mundo se sabe que el diablo invita a la gente para que venga a él para ser sanadas. Hay curanderos, hay espiritistas, hay chamanes, hay diferentes tipos de personajes en todas las culturas del mundo. En la cultura centroamericana lo hay, en el Caribe ni se diga, lo hay en cantidad; en los países nórdicos también los hay; en África, en los aborígenes de Australia y Nueva Zelanda en todas partes del mundo hay personas que pretenden hacer todas las cosas que los dones del espíritu hacen: adivinar, profetizar, hablar en lenguas, hacer milagros y hacer sanidades.
Y por eso es importante que el pueblo de Dios cuando se abre a las cosas espirituales tenga el discernimiento de parte de Dios para saber cuando hay una manifestación sobrenatural, de qué origen emana. Y por eso tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, ayúdanos y danos discernimiento como iglesia para mantener siempre claro’. Porque las iglesias tienen que protegerse.
Yo, una vez creo que usé la comparación de, digamos la electricidad. La electricidad es maravillosa, ilumina, es de gran bendición, pero los electricistas saben que cuando van a bregar con electricidad será mejor que breguen con mucho cuidado. ¿Si o no? Usted los ve que se ponen sus botas de goma y apagan todos los switches habidos y por haber, y se aseguran de que no se vayan a carbonizar con un cable eléctrico suelto por allí. Hay que adoptar protección y asimismo pasa con los dones del espíritu. Hay que cuidarse.
Las iglesias tiene que tener entendimiento. Cuando usted navega las cosas del espíritu, usted tiene que aprovisionarse de todo el aparato protector para asegurarse de que usted navegue bien, porque el diablo es capaz de duplicar cualquier tipo de manifestación espiritual y la carne también puede producir sus propias manifestaciones. Emocionalmente también la gente puede entrar en un trance o en una especie de hipnosis y hacer cosas y a veces las mismas emociones de la gente produce ciertas manifestaciones que no son de Dios necesariamente y a menos que una iglesia no se fortalezca en el discernimiento puede perderse.
Entonces, yo creo además de eso, hermanos, que en todo momento nosotros estamos navegando ambientes espirituales. Cuando estamos en la calle, cuando estamos en el trabajo, aún en la casa, necesitamos discernimiento de Dios para poder hacer decisiones que tienen que ver con las cosas del espíritu. La palabra que se traduce discernimiento es ‘diacrisis’, en el Nuevo Testamento, diacrisis y el verbo es diacrino, que quiere decir dividir, quiere decir separar una cosa de la otra.
Y el pueblo de Dios necesita la capacidad, hermanos, en la vida normal comun y corriente, la capacidad para discernir continuamente, esto es de Dios o es de mi carne. Un padre necesita discernir el espíritu de sus hijos. Un supervisor en un trabajo necesita discernir a veces los ambientes en que se está moviendo. La persona que está en el mundo necesita, y sobretodo el creyente, el hijo de Dios, necesita discernimiento espiritual en general.
Yo no creo que cuando el Apóstol habla de discernimiento de espíritus se está refiriendo, como piensan muchos, solamente a poder discernir entre un espíritu de muerte o un espíritu de lujuria, o un espíritu de avaricia, o un espíritu de odio, o lo que sea, algunos piensan que ese es el don de discernimiento de espíritus. Yo creo que es más profundo que eso y más abarcador que eso inclusive.
Yo creo que todo creyente necesita una medida de discernimiento en su vida y yo espero elaborar esto más afondo. Miren por ejemplo, el rey Salomón cuando comienza su carrera gubernamental, Dios se le acerca y le dice ‘Pídeme lo que tu quieras’. ¿Y qué le pide el rey Salomón? Un hombre joven, inexperto y con un gran gobierno que llevar a cabo y una gran multitud de gente que él necesita dirigir. ¿Qué le pide al rey Salomón a Dios?
Miren lo que dice exactamente, versículo 9 de Primera de Reyes, Capítulo 3, dice: “...da pues a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo...”
Eso es lo que le pide Salomón. A Dios le agradó de paso, que Salomón le pidiera discernimiento para poder discernir entre lo bueno y lo malo. ¿Usted ve? Usted necesita sabiduría y discernimiento espiritual para poder discriminar entre lo bueno y lo malo. Y ¿saben qué? Muchas veces la diferencia entre lo bueno y lo malo va a ser mínima y usted no va a poder a veces determinar simplemente a ojo y va a necesitar algo, un discernimiento que venga de las entrañas de su espíritu que le indique a usted por dónde usted debe irse. Uno necesita ese oído afinado del espíritu y Salomón entendió que necesitaba esa sabiduría especial.
Estoy hablando ahora del discernimiento espiritual, el discernimiento de espíritus al nivel de la vida del pueblo de Dios. Mire en Filipenses, Capítulo 1. Vamos a examinar algunos textos porque yo quiero montar una especie de presentación cumulativa acerca de este don, y espero que ustedes estén bien. ¿Están despiertos, están conmigo? Amen. Díganme de vez en cuando, recuérdenme que están ahí, ok, porque sino yo voy a seguir hablando y hablando y me voy a olvidar de que tengo aquí un pueblo que me está escuchando.
Filipenses Capítulo 1, versículos 9 y 10, dice aquí el Apóstol Pablo orando por los filipenses, dice:
“....Y esto pido en oración que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento....”
Las palabras que usa el Apóstol Pablo que se traducen ciencia y conocimiento son ‘epignesei’ y ‘aiestesei’, que son más bien queriendo decir, conocimiento e inteligencia, ¿para qué?
“.... para que aprobéis lo mejor a fin de que seáis sinceros y reprensibles para el día de Cristo....”
Pablo pide que el pueblo de Filipos, la iglesia filipenses sea dotada por Dios, no solamente de amor, sino que también a ese amor se le añada otra cualidad más sutil, que es el conocimiento y la inteligencia.
Yo creo que hay un balance entre el amor y el conocimiento. Hay mucha gente que ama pero no sabe amar, ¿si o no? Hay mucha gente que cree que amar quiere decir permitirle a la gente que haga todo lo que quiera, no poner límites, no hablar la verdad, no ofender. Y eso es una falsa concepción del amor. La persona sabia, madura, sabe que el amor muchas veces lleva confrontación, que requiere disciplina, que requiere verdad, que requiere justicia, y que reuniré también estudio. Porque el amor solo es una cualidad vana, es más bien emoción, en sentimentalismo, es romanticismo barato, pegajoso, pero amor unido con conocimiento y sabiduría, es sólido, es como que ese amor entonces tiene una vara de acero, una columna vertebral que le da forma y le da fortaleza.
Y nosotros como cristianos tenemos que pedirle al Señor, ‘Padre, aparte del amor por ti, aparte de la pasión por tus obras, aparte del amor por los demás, dame sabiduría, dame inteligencia para yo poder discernir entre lo bueno y lo malo, para yo poder entender los misterios del espíritu, para yo poder manejarme maduramente en los asuntos de la vida cristiana. ¿Cuántos pueden decir amen a eso?
Váyase ahora a otro pasaje, miren Hebreos Capítulo 5. Es un pasaje muy profundo también y allí en el versículo 11y estamos hablando aquí siempre, y acercándonos más y más al centro de la meditación esta. Estamos hablando de discernimiento, de capacidad para dividir las cosas morales, las cosas espirituales, para discernir la actitud y el espíritu que está en las personas y el espíritu también que está en el mundo y en los aires, todas estas cosas. En el versículo 11, Hebreos 5 dice, el escritor de hebreos le habla a sus lectores:
“.... Acerca de esto tenemos mucho que decir y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír....”
El escritor no está muy contento con los hebreos, han sido tardos, han sido lentos para entender y escuchar, dice:
“.... porque debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros fundamentos de las palabras de Dios...”
¿Conoce usted gente así que llevan años y años en el Evangelio, pero como que nunca crecen? Que se hagan quedado atrás, que debieran ser Apóstoles, debieran ser ancianos espirituales de su congregación, debieran ser maestros y consejeros, debieran estar siendo usados grandemente por Dios y entender las profundidades de la palabra del Señor, pero se han quedado como niños ahí en la superficie. Y hay que como siempre volver a enseñarles, siempre volver a instruirlos porque no evolucionan, no se desarrollan, son torpes en las cosas del espíritu, cometen los mismos errores, dicen las mismas palabras siempre, están siempre siendo batuqueados por el diablo a diestra y a siniestra y siempre están con una magulladura u otra, porque el diablito les pegó un batazo en la vuelta de la esquina. No tienen capacidad para defenderse y para navegar adecuadamente las cosas del espíritu.
Y el Apóstol escritor dice: “.... habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido....”
En otras palabras, tenemos que volver a enseñarles las cosas rudimentarias de la vida cristiana, cuando ya debiéramos estar hablando más profundas como las cosas de las cuales estamos hablando hoy. Dice:
“... y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia porque es niño...”
¿A quién le da usted la leche en el biberón? A los bebés, porque su sistema digestivo no puede digerir cosas más sólidas, entonces hay que darles las cosas bien ralas, bien sencillitas y así pasa con tanto pueblo que lo único que quieren escuchar en la predicación es algo que ellos puedan decir, ‘Gloria a Dios, ¡Aleluya!’ y mover la cabeza y danzar, pero se van a la casa sin haber recibido comida sólida y la iglesia tiene que recibir enseñanza sólida.
Desarrolle gusto, hermano, por las cosas sólidas del espíritu, porque es ahí donde uno aprende. Entonces, mire aquí, aquí está el versículo clave, dice:
“... pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso....”
Es decir, por la experiencia, esa gente que está asistiendo a las clases de discipulado, que están sirviendo al Señor, que están visitando a los enfermos, que están buscando más y más de Dios, que están leyendo libros espirituales edificantes, que están involucrados en conversaciones sólidas espirituales, que por el hecho de estar continuamente con la espada en la mano haciendo esgrima espiritual, desarrollan una capacidad más profunda, desarrollan un entendimiento de las cosas de Dios, pueden discernir entre una cosa y la otra como un soldado puede discernir entre diferentes terrenos de guerra, diferentes situaciones. Un músico puede discernir entre una tonalidad menor y una mayor, porque el uso, la práctica los ha hecho discernidores.
Y el Apóstol que escribe Hebreos dice: “.... para los que para el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento, ‘diacrisin’, el discernimiento del bien y del mal...”
Eso es lo que Dios quiere para nuestras vidas, y eso es lo que tu tienes que estarle pidiendo al Señor continuamente, ‘Padre, hazme un hombre, hazme una mujer que tenga discernimiento espiritual, que yo pueda en cualquier situación del espíritu moverme con sabiduría divina, que aunque yo no tenga un entendimiento intelectual, pero que mis sentidos espirituales estén tan aguzados y tan afinados que yo pueda entender las cosas del espíritu y saber lo que tengo que hacer en cualquier situación de la vida’.
Eso es lo que el Señor quiere. Por eso es que el Apóstol Santiago dice, “... si alguno tiene falta de sabiduría, ¿qué tiene que hacer?, pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche y le será dada.....”
Si usted me dice a mí, ‘Pastor, ore para que el Señor me de un Landrover del año 2008’, yo no estoy seguro si usted lo va a recibir, pero si usted me dice a mí, ‘ore para que Dios me de sabiduría’, y usted ora también para que Dios le de sabiduría, yo le aseguro que Dios se la va a dar, porque la palabra dice, “.... y le será dada...”
Porque Dios quiere que usted tenga discernimiento, Dios quiere que usted sea una persona sabia. Si usted le pide al Señor y usted se ejercita en ese don, Dios le va a dar cada vez más y más, y Dios quiere que sus sentidos sean ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Dios quiere dar a su iglesia discernimiento en lo espiritual, discernimiento de espíritus.
Otro pasaje maravilloso con respecto al discernimiento, y yo espero que usted esté aprendiendo más y más, porque vamos a ir al final de esto. Primera de Corintios, Capítulo 2, versículos 10 al 16, que monta otra pieza más en este armazón. Dice el Apóstol Pablo aquí:
“.... Pero Dios –hablando de la sabiduría oculta que Dios da- Mire, vamos al 7 primero, dice:
“....más hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria....”
Hermano, cuando usted entra en la economía del Evangelio usted se mueve en un ámbito espiritual, usted se mueve ya entre ángeles y demonios, entre palabras sublimes y una economía muy profunda y esa sabiduría divina, Dios se la ha legado a su pueblo. Usted está manejando una matemática y una ciencia para la cual usted necesita unos instrumentos especiales, y eso es lo que la Biblia llama discernimiento espiritual. Y esa sabiduría Dios se la da.... eso es lo que nosotros manejamos. Entonces en el versículo 10 dice:
“...Pero Dios nos las reveló a nosotros por el espíritu porque el espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. ¿Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en él?....”
Usted ve, muchas veces la Biblia usa la palabra espíritu para referirse a nosotros. ¿Cuántos saben que usted es un espíritu? Yo soy un espíritu, lo que pasa es que, ¿saben qué? Yo soy un espíritu que tengo un envase físico, pero lo que yo soy verdaderamente, es un espíritu. ¿Sabe eso? Vea un cuerpo muerto y usted va a ver ahí simplemente un envase. A mi siempre, como digo, me impacta cuando veo el cuerpo de una persona que en la vida me fue familiar y yo veo algo allí que es raro, como que le falta algo, le han sorbido algo. Eso que le falta a ese muñeco de barro, se llama su espíritu. Esa es su verdadera personalidad. Nosotros somos espíritus y la Biblia habla del Padre de los espíritus, que es Dios.
Entonces cuando habla de discernimiento de espíritus en Primera de Corintios, Capítulo 12, yo creo que está refiriéndose a espíritus divinos, espíritus demoníacos, espíritus humanos y Dios quiere que en cualquier tipo de espíritu con el cual usted tenga encuentros, usted pueda discernir con qué está bregando. Y aquí habla del espíritu del hombre que está en él y el único que conoce lo que está en el espíritu del hombre es el espíritu del hombre mismo. Y dice:
“... Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios sino el espíritu de Dios y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios....”
Pero vamos ahora al versículo 14, dice aquí:
“...Pero el hombre natural....., -¿quién es el hombre natural? El hombre puramente carnal, intelectual, biológico, y ese hombre natural dice- ..... no percibe las cosas que son del espíritu de Dios.....”, no puede entenderlas.
Usted puede ser un profesor de la universidad de Harvard o de Yale y ser un experto en física nuclear, pero si usted no cree en Dios, si usted no es una persona del espíritu usted jamás podrá penetrar en las cosas espirituales. Una viejita pentecostal que nunca ha estudiado sabrá mucho más del espíritu que esa persona. Porque las cosas del espíritu se disciernen con el espíritu y usted no tiene que ser un genio intelectual para entender las cosas del espíritu.
Entonces las cosas naturales se entienden naturalmente pero las cosas del espíritu se disciernen espiritualmente. Dice, “... las cosas que son del espíritu de Dios el hombre natural no las percibe porque para él son locura y no las puede entender, ¿por qué? Porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas....” –es la misma palabra juzgar aquí ‘anacrine’, es la misma palabra de ‘diacrises’ que quiere decir precisamente discernir- “......el hombre espiritual discierne todas las cosas, pero él no es juzgado de nadie....”
¿Saben qué? La persona del espíritu, el creyente en Dios, la persona que se mueve en las cosas del espíritu tiene una doble ventaja, que puede moverse en el mundo natural pero también puede moverse en el mundo espiritual. El hombre natural, el hombre que solamente piensa en las cosas de la carne y las cosas del intelecto y de la materia, solamente puede penetrar en el mundo biológico natural físico, pero rebota cuando trata de entrar en el mundo espiritual porque no tiene los instrumentos para hacerlo. Solamente puede navegar en un solo ámbito, el ámbito natural.
Pero la persona espiritual que tiene la mente de Cristo, como dice el Apóstol Pablo, se puede meter en el ámbito natural y también puede bucear en el ámbito espiritual. Diga gloria a Dios. La persona que tiene la mente de Cristo puede ser un gran pensador, una persona intelectualmente dotada, pero se quita su sombrero natural, se pone su sombrero espiritual y también se mete en las cosas del espíritu. Gloria a Dios que nosotros no tenemos que limitarnos a un solo ámbito, podemos nadar en los dos. Podemos discernir cosas sutiles en el mundo natural de la ciencia, filosofía, política, economía, antropología, pero también podemos entrar en el mundo del espíritu y discernir con un radar espiritual las cosas que están pasando.
Dios quiere eso para ti. Dios quiere dotarte con una capacidad para entender las cosas del espíritu y tu no tienes que haber estudiado grandes conocimiento, tu no tienes que ser una persona teológicamente desarrollada, esos dones Dios los ha dado para que su pueblo pueda ser sabio en las cosas espirituales.
Hermanos, en el nombre del Señor yo les pido, pídanle al Señor dones de discernimiento espiritual. Pídele al Señor que te enseñe cómo discernir las cosas del espíritu para que seas una persona sabia y entendida en esa dimensión. Déjenme detenerme un segundito aquí.
Bajen su cabeza ahora mismo y pídale al Espíritu Santo ahora mismo, como dice la palabra, que le dé, hermanos, algunos somos torpes, déjenme decirles, necesitamos que Dios nos abra, nos destape el entendimiento, eso solamente se da por medio de un proceso espiritual. Yo en el nombre de Jesús ahora mismo pido que nuestras mentes sean abiertas, nuestro entendimiento sea abierto.
Padre, quita la tapa espiritual, quita la neblina que cubre nuestro entendimiento y yo declaro sobre tus hijos discernimiento de espíritus, Padre. Yo destruyo toda neblina, todo velo que cubre el entendimiento de tus hijos, Padre. Queremos ser una iglesia sabia, queremos ser una iglesia discernidora, Señor. Queremos poder movernos sagazmente en la zona del espíritu. Tu eres el Dios sabio, el Dios entendido, el Dios discernidor, Señor, danos la mente de Cristo. Danos el logos que rige el universo y que podamos movernos en las cosas del espíritu, en el nombre de Jesús. Yo vengo contra toda tiniebla en el entendimiento de tu pueblo y desato el don de discernimiento de espíritus, el don de sabiduría en medio de los tuyos, Señor. Y que esta iglesia sea una comunidad entendida en las cosas del espíritu para gloria de tu nombre, en el nombre de Jesús. Amen y amen.
Denme solamente un par de minutos más. He hablado de discernimiento de espíritus como algo que nos ayuda genéricamente, generalmente a navegar las sutilezas del mundo espiritual, a discernir lo espiritual, divino, lo espiritual humano, y lo espiritual demoníaco.
Ahora, ¿saben qué? Ese mismo discernimiento se necesita en el seno de la iglesia para interpretar las manifestaciones específicamente ahora sobrenaturales del espíritu. Y vayan conmigo a Primera de Juan, Capítulo 4, estoy acelerando todo lo que puedo, fíjese que usted y yo necesitamos discernimiento también específicamente para poder saber quién es de Dios y quién es del diablo, qué mensaje viene de Dios y qué mensaje viene de la carne.
Primera de Juan, Capítulo 4, versículo 1 dice: “... Amados no creáis a todo espíritu – eso está hablándole a los cristianos, dice - .... no creáis a todo espíritu...”
¿Ve, discernimiento de espíritus? Dice, no creáis a todo espíritu. Se está refiriendo a lo que se da en el medio de la vida de la iglesia. Hermanos, no se deje embobar por todo lo que usted ve y oye y lee porque dice la palabra, que en los últimos tiempos se levantarán falsos profetas, falsos maestros, dice que habrá deseo, habrá comezón en el corazón de la gente por las cosas espirituales, y dice que el diablo amontonará maestros para que le den a la gente todo lo que quieran oír, inclusive habrá doctrinas de demonios que estarán en curso en la vida moderna y yo creo que si hay un tiempo en la historia donde eso se hace real, es en este tiempo, donde usted, no solamente hay un canal cristiano, hay decenas de canales cristianos. No hay solamente uno o dos, o tres predicadores en la radio o en la televisión, hay cientos de predicadores.
Hay una multitud de libros disponibles hoy en día y usted no sabe cuándo dejó el budismo y entró en el cristianismo y cuándo dejó el cristianismo y entró en el hinduismo, y cuando dejó el hinduismo y entró en el espiritismo, porque son tan sutiles a veces las barreras entre una cosa y otra. Y la Biblia dice, no le crea a todo espíritu, aún hay personas que se pararán en un púlpito o en la televisión o en la radio, y dirán ‘Estoy predicando en el nombre de Jesucristo’ y harán milagros y esas personas no son de Dios y usted tiene que saber discernir si es Dios o no es de Dios.
Dice la palabra que un día vendrán ante el Señor Jesucristo y le dirán ‘Señor, no profetizamos en tu nombre, no sanamos enfermos en tu nombre’, y el Señor les dirá, ‘apartaos de mí, hacedores de maldad, no os conozco’.
Hermanos, se pueden hacer milagros, escúchenme, y no necesariamente venir de Dios. Y hay mucha gente que está siendo sutilmente envuelta por predicación que no es espiritualmente legítima y el pueblo de Dios necesita pedirle al Señor discernimiento de espíritus para saber dividir esa línea finita.
Yo mismo necesito discernimiento de mi propio espíritu, porque muchas veces mi carne estará hablando y yo no me daré cuenta y pensaré que es Dios que está hablando. Y tengo que pedirle al Señor, ‘Padre, ayúdame, cuídame porque yo hablo muchísimo.’
Dice la palabra de Dios que donde hay muchas palabras hay también mucha necedad, ¿sabe? Y los predicadores que usamos tantas palabras tenemos muchas oportunidades estadísticamente de decir tonterías y errores y de enamorarnos de nuestra propia retórica. Necesitamos discernimiento de espíritus para conocernos a nosotros mismos. Y ustedes necesitan discernirme a mí también, porque muchas veces yo puedo estar diciendo algo, y usted basado en la palabra va a entender, ‘espérate, el pastor como que hoy en día se le cruzaron los cables un poquito. Yo voy a dejar eso allí, lo voy a poner en remojo y ver qué me dice el espíritu.’
Yo le doy a usted ese derecho o mejor dicho, se lo reconozco, yo no tengo derecho a darle ese derecho, se lo reconozco, porque es suyo, del Señor. Eso es señal de una iglesia madura más bien, una iglesia donde uno sabe que no le puede meter a la gente gato por liebre porque tienen sus sentidos desarrollados por el uso y por la práctica. Eso es importantísimo hoy en día.
El Apóstol Juan dice, ‘no creáis a todo espíritu sino que probad los espíritus’. Eso quiere decir que midan los espíritus, pónganlos a prueba, sométanlos a escrutinio. ¿Y cuál es el escrutinio al que debemos someter a un espíritu? La palabra de Dios. Si no concuerda con la palabra de Dios no se vista, que no va.
El Apóstol Pablo dice, ‘Si yo o aún un ángel de luz os predicaremos un Evangelio diferente al que habéis recibido, sea anatema’, porque el Evangelio una vez dado a los santos, que es esta palabra, no puede ser violado.
Y por eso es que el pueblo de Dios necesita tener conocimiento de la palabra. Esta palabra es su rifle, esta palabra es su arma y es como que, de paso, tengo que ponerle un tape, porque ya se me está cayendo.... por el uso. Pero saben, hermanos, mire, a un soldado se le enseña a usar su rifle y a desmontarlo y montarlo y si tiene que desarmarlo, desarmarlo y volverlo porque se le ensució, se le mojó, lo que sea, el rifle es su arma, su garantía, humanamente hablando de seguridad, y tiene que conocerlo de la a la z. Asimismo es la palabra de Dios, esa es su espada, ese es su rifle. Usted necesita conocerla para poder discernir.
Una persona no puede desarrollar discernimiento espiritual si no conoce la palabra de Dios. Hay mucha gente que se contentan solamente con venir a la iglesia e ir de predicador en predicador, de programa en programa, de retiro en retiro y de espectáculo en espectáculo, y creen que con eso van a recibir...... Así no se recibe discernimiento, se recibe haciendo esgrima espiritual con la palabra de Dios, estudiándola, analizándola, orando sobre ella, ayunando y pidiéndole al Señor discernimiento espiritual. Eso es lo que le va a garantizar a usted que usted va a poder escaparse.
En los últimos tiempos, dice la palabra, que si Dios no acortara los últimos tiempos nadie se salvaría, porque son tiempos peligrosos y usted necesita, y yo necesito el discernimiento del espíritu.
Por eso dice, ‘no creáis a todo espíritu sino probad los espíritus si son de Dios porque muchos falsos profetas han salido por el mundo....’
Si eso fue cierto hace dos mil años cuando se escribió, es más cierto en el siglo XXI. Han salido muchos falsos profetas y necesitamos discernimiento de espíritus para poder entender entre una cosa y la otra. Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios. Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios.
Aquí hay algo, no tenemos tiempo para entrar en todo detalle. Eso se ha llamado la prueba Juanina, de Juan. Hay muchos espíritus que pueden parecer que son de Dios pero pregúnteles, confiesa que Cristo vino en la carne, y se atragantan, porque la confesión de que Cristo vino en la carne es demasiado poderosa para un espíritu que no sea de Dios verbalizarla.
Pero yo les digo, hermanos, que muchas veces aún eso no es suficiente. La Biblia dice que juzguemos por su fruto, dice, por su fruto los conoceréis. Todo habla acerca de esa necesidad de discernir, discernir, discernir del espíritu porque hay tantas maneras en que podemos ser engañados.
Yo le voy a pedir a los músicos que pasen por aquí, por favor. No los voy a abrumar con mucho más. Lo voy a dejar allí. Lo que quiero es, hermanos, enfatizarles a ustedes y a mi persona y a toda nuestra iglesia la necesidad de ser gente discernidora del espíritu.
Hoy en día, es un tiempo en que el conocimiento es absolutamente necesario. Los expertos en economía y en negocios dicen que nosotros vivimos en una economía basada en conocimiento, knowledge based economy. Hoy en día, la persona que no conoce de computadoras, que no conoce de economía o de administración o de electrónica, o de sistemas, o de planificación estratégica, está en desventaja, porque todo el mundo hoy es conocimiento.
Yo fui la semana pasada a la Oficina de Servicios de Inspecciones a llenar un permiso de construcción, una cosa que necesitamos hacer aquí, y hasta hace poco uno tenía que hacerlo con una hoja, y me dijeron ‘ya no hay hojas, tiene que ir a la computadora ahra y llenarlo. Gracias a Dios que no pasé una vergüenza y pude hacerlo, pero yo me pregunto cuántos contratistas pueden ir a una computadora y llenar ahí una solicitud de un permiso en una computadora.
Estamos en un tiempo en que el conocimiento rige la humanidad. Hay que conocer cosas y ¿saben qué? Eso es aún más cierto que nunca en el ámbito del espíritu porque el hombre se ha puesto mucho más complejo, la vida humana se ha puesto mucho más compleja y peligrosa y los demonios tienen más experiencia que nunca en el arte del engaño y de la seducción. Y el pueblo de Dios necesita conocimiento, discernimiento, sabiduría, capacidad para dividir aún su propio espíritu, saber cuándo hay psicología y cuándo hay energía del espíritu, cuándo el diablo está diciendo algo y cuándo es Dios que lo está diciendo.
¿Recuerdan al Apóstol Pedro? En un momento le dice a Jesucristo, cuando Cristo dice, ‘¿saben ustedes quién soy? Y Pedro dice, ‘sí, tú eres el Cristo, el Hijo de Dios’, y Jesús le dice, ‘bienaventurado Pedro que eso no te lo dijo nadie, sino el Espíritu Santo te lo reveló.’ Y ¿saben qué? Un momentito después ese mismo Pedro que en un momento le dice a Cristo, ‘tú eres el Hijo de Dios,’ cuando el Señor dice, ‘Es necesario que el Hijo del hombre padezca y que sea entregado, y que sea enterrado y que resucite al tercer día’, ese mismo Pedro que hace un momentito le profetizó al Señor positivamente, ahora, comienza a decirle al Señor, ‘No te dejes crucificar. No dejes que eso te pase.’
¿Y qué le dice el Señor? Le dice, ‘apártate de mí, Satanás, porque siempre pones tu mira solamente en las cosas de los hombres’.
El Señor pudo discernir en ese momento que el que estaba hablando no era el Espíritu Santo, sino ahora era el espíritu demoníaco queriendo intimidar a Jesús para que no fuera a la cruz, en una sola persona, en poco tiempo, un espíritu divino y un espíritu diabólico.
Gloria a Dios que había allí alguien que tenía discernimiento de espíritu, el Señor Jesucristo. Quiera el Señor que nosotros tengamos ese mismo discernimiento, hermanos, porque cada día va a haber oportunidades para nosotros usar discernimiento y necesitamos ese radar del espíritu que nos ayude.
Hermanos, seamos sabios en el caminar cristiano y pidámosle al Señor, ‘Padre, dame sabiduría, dame discernimiento espiritual en todas las cosas’. Eso es lo que yo deseo para usted hermano y lo deseo para mi propia vida.
Vamos a ponernos de pie y vamos a pedirle al Señor que nos ayude a caminar con sabiduría, con discernimiento espiritual, que seamos gente ávida de la sabiduría que viene de la mente de Dios. Líbranos del mal, Señor, guárdanos en tu mano y derrama ese discernimiento, ese conocimiento, esa inteligencia, esa sabiduría espiritual, ese discernimiento de espíritus, Señor, que necesitamos para todos los momentos de la vida.
Yo declaro, Padre, que esta energía corre en medio de tu pueblo, queremos, necesitamos este recurso, Padre. Envía una doble porción de tu discernimiento a nuestras vidas. Te necesitamos, Padre. Te damos gloria y honra. Gracias, Señor en el nombre de Jesús. Y nosotros decimos, Amen. Dios les bendiga mis hermanos, gloria a Dios.
Una fé violenta
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Libro de Marcos, Capítulo 10, versículo 46. Obviamente nuestro pastor principal, el Dr. Roberto Miranda no está con nosotros este domingo, volverá a estar con nosotros el domingo que viene. Pero, hermanos, mientras buscamos esta cita bíblica, Marcos Capítulo 10, comenzando con el versículo 46, mientras los buscamos, hermanos, les quiero dirigir a otra cita, pero esta no es en una Biblia.
Hermanos, yo no se cuánto ustedes han buscado el Internet, para un mensaje o el mensaje, pero hay un mensaje que predicó el pastor Roberto el día 2 de diciembre, y hermanos, si usted no estuvo ese día, aún si usted estuvo ese día 2 de diciembre, yo les recomiendo, hermanos, que vayan y busquen ese mensaje. Es uno del.... hermanos, siempre el Señor usa al Pastor Roberto, pero hay mensajes, hermanos, que son en su carácter profético linderos que marcan una nueva etapa de la iglesia, que inician algo en los profético y desatan un poder increíble sobre la vida de la iglesia, y el mensaje que el pastor predicó el día 2 de diciembre del 2007 es uno de esos mensajes, que he titulado el don de fe.
Fue uno de los mensajes que inició esta serie acerca de los dones del espíritu, al cual el pastor ha estado predicando todos estos meses, desde de diciembre. Fue uno de los mensajes que lo inició. Yo no sé si ustedes se acuerdan, como unos tres o cuatro semanas atrás, que en otro mensaje del pastor Roberto, que él declaró que él preparándose para predicar esa mañana buscó por el Internet, tropezó con uno de sus propios mensajes y él mismo fue bendecido por ella. Él hablaba de este mensaje, y entre nosotros, hermanos, este mensaje es como un sub-tema, un andamio que ha levantado toda esta serie y que es un tema que está detrás de toda esta serie acerca de cómo el Señor usa los dones del espíritu aún en este día en la iglesia, y hasta que Cristo venga, estará usando su iglesia, usando vidas, transformando vidas en una forma especial, pero comienza con la fe.
Declaró el pastor, en esa mañana, “.... porque muchas veces Dios nos está dotando de fe pero nosotros no nos atrevemos a creerle al Señor y dejamos que una cantidad de obstáculos se interpongan en nuestro camino...”
Él declaró “... hay principios que operan y su usted se pega a esos principios usted recibe la fe y recibe el poder de Dios a través de la fe y Dios tiene que respetar esos principios porque Dios es un Dios de principios, y si usted opera conforme a principios de fe....”
Fíjate, el hermano Gonzalo, y hermanos francamente nosotros aquí no nos combinamos, no llamé a Gonzalo, no le dije de qué iba a predicar, de qué se trataba, pero mucho de la alabanza y la adoración trató, de nuevo, resaltó el tema de la fe en esta mañana e incluso Gonzalo trajo un ejemplo precisamente uno de los ejemplos que trajo el pastor Roberto el día 2 diciembre, acerca de la mujer del flujo de sangre. Hermanos, es porque hay una consistencia y una coherencia en la palabra del Señor.
Y dice, “.... y si usted opera conforme a principios de fe, mire hermano, yo creo que Dios va a bendecir, Dios va a honrar su fe....”
Y hermanos, yo llamaría esa fe de la cual predicaba el pastor, una fe violente. Es así. Si usted está aquí en esta mañana, si el Señor lo ha convocado para estar con nosotros o si nos has sintonizado al Internet y estás oyendo este mensaje, es porque el Señor con su gracia le ha dotado con un nivel de fe.
Es más, la palabra declara que es imposible, declara en el Libro de Hebreos que es imposible agradar a Dios sin fe. ¿Por qué? Ese mismo versículo declara que es necesario, lo básico, es esencial. No hay manera que aún te acerques, al Señor, no hay manera ni siquiera hermanos, que usted esté aquí atento a este mensaje o que usted en cualquier momento de su vida, que le ore a un Dios invisible, intocable, por lo menos por maneras naturales, es imposible que usted se acerque a ese Dios sin primero que él existe, que hay un Dios, que no estás orando a un vacío, pero hay un Dios poderoso que está sentado en un trono, con autoridad, listo para oírte, listo para recibir tu oración, listo para extender su cetro hacia a ti, como el rey se lo extendió a Ester, Y recibirte en su presencia.
Y al acercarte a la presencia de ese Dios poderoso, es necesario creer que él es galardonador de aquellos que lo buscan. En otras palabras, que vale la pena. Hay algo en ti, hermanos, por lo menos en la básico, tiene que haber algo en ti, si estás aquí, o si me estás oyendo desde donde sea, que te dice, ‘¿sabes qué?’ Tal vez las cosas no me han ido como quisiera que me vayan, tal vez no he vivido de la manera que yo quisiera que viviera, tal el rollo de mi vida no me ha ido como yo quisiera, pero esto yo sí creo, aún sus familiares más resistentes al Evangelio a veces te echan esto, ¿no? Yo creo en un Dios. Y yo creo que Dios es bueno. Y hay algo en ti que te dice, ‘yo creo en un Dios y que vale la pena buscarlo, vale la pena traer mis oraciones a él, vale la pena buscar su presencia.’ Esto es esencial.
Hermanos, hay una diferencia entre esa fe básica y una fe que produce resultados poderoso en nuestras vidas, que resultan en transformaciones, que resultan en milagros, que resultan en derramamientos de dones, que resultan en muros desaparecerse, que resultan en victorias.
Hermanos, y estás aquí porque estás esperando eso de parte del Señor. Pero sepan algo, hermanos, el Señor también tiene una agenda, el Señor nos bendice, el Señor se mueve entre nosotros, como declaraba es himno, el Señor hace milagros porque sobre su vida, su vida, el drama de su vida es una esquina de una gran batalla que se está librando en el mundo espiritual. Usted es un soldado que lo ves tal vez es el tumulto de la batalla a su alrededor, pero no se da cuenta que sobre esto, esta es la manera, el drama de su vida, y la operación de Dios en su vida, sus angustias, sus pruebas, sus necesidades, todas las cosas que tu derramas delante del Señor, y todo lo que usted desea de parte del Señor, es parte de un patrón gigantesco y lo que Dios ve de la perspectiva de Dios, él lo que ve detrás de cada oración detrás de cada lucha, detrás de cada alma que pasa el altar, él ve una cosa: que el Reino de Dios está avanzando, que el Reino de Dios está comenzando a quitar poco a poco autoridad de Satanás sobre esta tierra y afirmándose más y más y más sobre una tierra que necesita este Dios poderoso y almas que claman por él.
Jesús declaró, ‘el Reino de los Cielos se hace fuerte, sufre violencia y los violentos, la arrebatan...’ Es más, hermanos, esa palabra clave ‘sufre violencia el Reino de Dios’, son los violentos que la arrebatan.
Hermanos, esto fue una palabra muy particular, muy adrede que el Señor use esta palabra. La palabra en el griego original ‘biazo’, es la misma palabra que usaban los griegos para describir el sonido que la marea hacía cuando golpeaba contra la playa. Ese sonido insistente y para nosotros que somos del Caribe o vivíamos cerca del mar especialmente en puro febrero, estamos extrañando esas escenas del mar.
Pero, hermanos, Dios ve otra cosa. Esta palabra lo que declara es que el mar está conquistando poco a poco esa playa. Con cada vez que el mar golpea contra esa playa centímetro, por centímetro el mal está conquistando, conquistando poco a poco, poco a poco, insistentemente, consistentemente, conquistando la tierra. Eso es lo que el Señor está haciendo a través del Reino de Dios y eso es lo que el Señor está haciendo a través del drama de su vida.
Hay un propósito tras el drama de su vida. Hay un propósito tras su lucha en oración, su sala de oración es un campo de batalla adonde los principios del reino están en juego. Hermanos, el Señor toma su victoria y su lucha de una forma muy personal, a él le importa que usted gane esa batalla, a él le importa que usted sea bendecido, a él le importa que usted disfrute de la victoria porque con cada vez que un hijo de Dios se acerca a él, más terreno le quitamos a Satanás, más sube la marea de la palabra.
No es por nada que el profeta declaraba, ‘se llenará la tierra de la gloria de Jehová como las aguas cubren el mar’.
Ahora, cómo es que se desata esa fe. ¿Por qué es? ¿Ustedes se han dado cuenta, hermanos, que Dios no es una máquina vendedora, no es una máquina de vender Coca Cola, usted no le echa a Dios una peseta y pum..... o un dólar y pum... ahí está su bendición? Padre, necesito un milagro financiero, pum.... ahí está. Padre, necesito una sanidad milagrosa, pum..... Necesito esta respuesta, pum.....
Hermanos, la razón para eso es que al Señor le interesa mucho más el proceso por el cual él nos está llevando que aún el resultado. Al Señor le importa más la persona, el guerrero, que él está creando en nosotros que aún la bendición que nosotros pudiéramos recibir a través de nuestra oración. Esto es un proceso. Y el proceso vale aún mucho más que la petición que nosotros levantamos al Señor.
Y yo creo que un ejemplo bíblico, uno de los ejemplos bíblicos que más me ha inspirado, que me sigue inspirando acerca de esta guerra espiritual, es esta persona, el ciego Bartimeo, que vemos Marcos, Capítulo 10, versículo 46. Hablábamos, hermanos, igual podríamos aplicar esto a la mujer del flujo de sangre, así como lo hizo el pastor o la mujer sirio fenicia, también.
Hermanos, todas estas personas vivían por estos principios del cual declaraba el pastor, y si nosotros conocemos estos principios, y los ponemos en práctica, esto dará contexto para su drama, esto aumentará nuestra fe y nos hará mucho más efectivos en nuestras intercesiones, en nuestra oración y nos hacen más efectivos guerreros en el campo de batalla del Señor que es lo que más le interesa al Señor.
Y me gusta el hecho, hermanos, en la Biblia Reina Valera, por ejemplo, comienza este relato con un título que le dieron los editores de la Biblia Reina Valera a este relato. Esto no lo escribió el Apóstol Marcos, esto lo escribieron los editores, pero dice aquí:
El ciego Bartimeo recibe la vista.
¿Saben por qué me gusta? Por la ironía. Es como si esto ni siquiera comienza a describir la batalla que se libró para que este ciego recibiera esta bendición. De una forma muy conclusa declara esto, sin decirnos toda la resistencia que tuvo este hombre que superar para llegar al punto de recibir su vista.
Y hermanos, lo que vamos a hacer en este momento es desempaquetar esta batalla poco a poco y aprender tras cada faceta y cada obstáculo que este hombre contra el cual este hombre luchó, nosotros en el nombre de Jesús y declaro en el nombre de Jesús que esos mismos obstáculos caerán en su vida y la misma victoria que el Señor le dio a este hombre en el nombre de Jesús, nos dará a nosotros en este día.
Hermanos, yo veo el primer obstáculo en el primer versículo que comienza:
“...Entonces vinieron a Jericó y al salir de Jericó él, o sea Jesús, y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando..”
Hermanos, ¿qué veo ahí? Yo veo el primer obstáculo y para muchos esto es un obstáculo determinante e insuperable, y es el obstáculo del tiempo. Como así, dice la palabra, por lo menos en la versión de la Epístola de Marcos, declara que el Señor salía de Jericó. Al salir de Jericó. ¿Qué le dice eso a usted? ¿Sabe lo que me dice eso a mí? Que ya la campaña había terminado, ya el evangelista estaba rumbo al aeropuerto, ya los músicos estaban guardando sus instrumentos y lo que Jesús iba a hacer en Jericó, uno podría concluir, ya lo hizo. Hizo cosas grandes en Jericó en esos días. Saqueo, tuvo su encuentro con Dios en ese momento, fue en ese día que él lo tuvo. Y uno diría, bueno, ya el tiempo del Señor ha pasado.
A propósito, acerca del papel de estos obstáculos. Hermanos, como declaró el pastor, el día 2 de diciembre, y yo resalto hermanos, esta fe crece de la manera que cualquier cosa que vale la pena sobre esta tierra crece, y es a través de resistencia. Si usted es un estudiante universitario y quiere crecer, no hay quien escape el dolor del estudio. El pueblo de Dios que ha estudiado discipulado puede decir amen. Eso de ensayar y fallar y tratar de nuevo y seguir, y no darse por vencido, pero uno sigue, y dale, y dale, y dale hasta que su ‘C’ se convierte en una ‘B’ y su ‘B’ se convierte en una ‘A-‘ y tú eres transformado. Y lo que usted recibe es mucho más que meramente una A en su clase. Usted recibe la capacidad de luchar académicamente y su vida es estirada.
Si usted comienza una clase de inglés como segundo idioma, y usted se da y contra viento y marea usted llega a esa clase, o llueve, estoy mirando a la hermana Elizabeth, porque yo le doy gloria a Dios, ustedes son unos luchadores, ¾ parte de la clase llegó el miércoles pasado aún con unos vientos y un agua tremenda.
Hermanos, por qué el curso es tan importante. Hermanos, no es por la clase, es por usted. Usted está aprendiendo a luchar. Usted está aprendiendo a sobrellevar todas las resistencias y los obstáculos.
Es igual en gimnasio, hermanos. Dígame cualquier hermano que está ahora tratando de rebajar las libras con las cuales nos bendijeron en las navidades, no es tan fácil que eso se derrita, ¿verdad? Que lindo sería, y hermanos, no se dejen engañar por las pastillitas o los anillos mágicos, nada de eso resultará. Por el sudor de tu frente, dice el Señor, caerán esas libras, por el sudor. Requiere, hermanos, es el mismo principio, el principio de la resistencia.
Y es a través de la resistencia que el Señor estira nuestra fe, es el mismo principio que gobierna todo crecimiento, gobierna nuestro crecimiento espiritual. En este caso, el primer obstáculo que este hombre se vio obligado a resistir, era el obstáculo que le dice, ‘bueno, ya tu tiempo pasó. Es tarde ya. Tu tiempo para este milagro pasó, ya Jesús se va, la próxima vez que venga Jesús tal vez.....’.
Yo diría que la mayoría de la gente que confrontaron este obstáculo, se quedaron allí. Hay tantos que se quedan allí, hay tantos que dicen, ‘tal vez para otro Dios los podrá bendecir bajo estas situaciones, pero eso no se aplica a mí. Mi caso es demasiado avanzado, mi dolor es demasiado profundo, este matrimonio es un caso perdido, mis finanzas son un caso perdido, mi salud es un caso perdido, es tarde ya para mí. Es tarde ya para mí.
Sepan, hermanos, que eso es una mentira de Satanás. Uno, y dos, hermanos, lo primero que tenemos que aprender de este hermano es que al ver él la oportunidad de agarrar del Señor un milagro, una bendición, él luchó y él lo conquistó.
¿Saben por qué? Uno nunca sabe, y esto sí, ahora siempre sale algo del pentecostal en el predicador pentecostal. Usted no sabe si es su última oportunidad y en el caso de Jericó, así fue. ¿Saben qué? Este hombre fue sabio porque Jesús por lo menos, Jesús nunca jamás regresó a Jericó en su ministerio terrenal.
La palabra registra que al salir él de Jericó él iba rumbo a Jerusalén. En el próximo Capítulo describe la entrada triunfal, dentro de una semana, Jesús lo crucificarían, dentro de 40 días él iba a resucitar al tercer día de la tumba y luego ascender al cielo. Por lo menos en la tierra, un día él regresará en toda gloria, en toda pompa, como rey de reyes a Jericó, pero ese Jesús evangelista en la carne, jamás regresó a Jericó. ¿Y qué si este hombre hubiese pensado, ‘bueno, la próxima vez entonces. No quiero molestar a Jesús en este momento, no quiero hacer el ridículo.’
Hermanos, nunca es tarde. Nunca es tarde, es más, declara, le digo a usted, le declaro a usted como declaró el salmista, hoy, es el día de la salvación. Hoy, usted sabe de hoy. Nosotros sabemos que el Señor está aquí hoy, nosotros sabemos como declarábamos ahora que el Señor se mueve entre su pueblo hoy. Nosotros sabemos que hay unción para recibir gracia de parte del Señor, hoy. Sabemos que el Señor tiene autoridad para su vida, hoy, y estás escuchando la palabra de Dios en este momento, hoy. Hoy es tu día. It’s today. Es hoy.
Hermanos, cuando el Señor te da, cuando el espíritu te da testimonio que es tu día, aprovéchelo. Y este hombre, como un buen guerrero la aprovechó. Ese es el primer principio, la fe violenta aprovecha las oportunidades. La fe violenta es una fe presente, lista para aprovechar las oportunidades que nos da el Señor.
Segundo, hermanos, la fe violenta requiere la visión suficiente de ver más allá de la realidad negativa que le rodea. O sea, su fe se mueve de lo esencial a lo violento en el momento que usted comienza a tener una visión de lo que Dios puede hacer en su vida si solo te tocara, si tan solo el Señor se moviera a tu favor, si tan solo el Señor se recordara de ti y extendiera su mano y te bendijera.
¿Sabe? Este hombre ciego es uno de los hombres... yo lo admiro, porque yo lo veo como uno de los hombres que más visión tiene toda la palabra. Que ironía no. Un ciego con visión. ¿Por qué yo digo esto? Para poder él aún clamar al Señor, era necesario que él viera los ojos del espíritu, los ojos del corazón de los cuales el Apóstol Pablo declaraba, y yo hermanos, yo también, el nombre de Jesús, yo le pido al Señor que en este día él abra los ojos de su entendimiento y que el nombre de Jesús el Señor comience a revelarle qué puede ser su vida si tan solo el Señor se moviera a su favor, qué puede ser su vida si tan solo el Señor te extendiera el milagro que tú pides, qué puede ser su vida si usted recibiera en este día una dotación especial del poder y la fe del Señor, ¿qué puede ser? Se puede imaginar lo que sería su vida. Se puede imaginar qué cambios haría Dios, se puede imaginar usted como su vida puede cambiar si tan solo el Señor te visitara.
Este hombre lo veía. Sabe, él tenía mucho contra lo cual luchar. ¿Cuál era su realidad, su papel? Era el ciego mendigo, imagínese eso en su tarjeta de negocios. El mendigo ciego. Su pueblo Jericó, y Jericó tenía una reputación, mis hermanos, no muy buena. En cada pueblo, hermanos, esté donde esté, en la nación que uno esté, ¿qué hace uno? Primero antes de salir al mercado o algo, uno le pregunta a uno, ¿y por acá es seguro? Y muchos te dicen, saben si el buen huésped te dice, ‘ni te metas, pastor, por esa esquina o ese vecindario, ni siquiera, nos dijeron en algunos países, ni siquiera la policía se atreve a meterse allí. Y Jericó era un lugar así, que las calles, especialmente este vecindario de Jericó, las calles que daban entrada y salida a Jericó estaban poblados por ladrones y mendigos, entre ellos, Bartimeo. No era un lugar muy deseable. Ese era su pueblo, y su propio nombre, hijo de Timeo, hijo de inmundicia es lo que eso representa en el hebreo, hijo de suciedad. Imagínate.
¿Quién eres tú? Oh, yo soy el hijo de estiércol, yo soy el hijo de suciedad, mendigo de Jericó. Gusto en saludarle. Eso era su realidad. Pero ahora al oír que Jesús pasaba por allí, para él alcanzar su bendición tuvo que ver algo en su corazón que decía, ‘tal vez Dios no me hizo para esto. Tal vez esto no es mi fin, tal vez esto no representa el propósito de Dios para mi vida. Tal vez yo se que yo veo cosas negativas, yo se que no tengo nada que me recomienda, yo se que todo anda mal pero hay algo dentro de mí, no entiendo por qué, pero hay algo que me revela el Espíritu Santo que me dice que es posible que mi vida cambie, es posible que las cosas anden mejor, es posible que si tan solo Dios me visitara todo puede cambiar’.
Hermanos, pídanle ahora esa visión al Señor. En los momento, hermanos, que ustedes se vean atrapados, en los momentos en que el enemigo se levanta para deprimirte, en el momento que el enemigo te convence que su vida es una causa perdida, sepan, hermanos, que ustedes están rodeados en este momento, a su alrededor, esta iglesia está poblada de casos perdidos, sepa, casos, hermanos, que al ellos entrar por las puertas se veían imposibles, matrimonios imposibles de sanar, los veo juntos en el nombre de Jesús, adorando al Señor, más de uno, más de uno; alcohólicos, casos perdidos, yo los veo sirviendo en su juicio cabal. Es más, sirviendo como voces proféticas en su pueblo. Casos perdidos.
¿Quiere un caso perdido? Yo veo gente aquí que ni siquiera de acuerdo a los doctores, ni siquiera tienen derecho a vivir, con un diagnóstico imposible. Yo veo a mi hermanos, Wojtek, que en el nombre de Jesús está aquí porque él apeló a una autoridad mucho más alta y sublime que la realidad médica que estaba definiendo su vida.
Hermanos, pídale esa visión al Señor. ¿Padre, cómo puede mi vida cambiar? Y este hombre sabía que su vida podía cambiar y también sabía que la única respuesta para cambiarle esta vida era Jesús. Y la fe violenta, también hermanos, se basa en esto. Hermanos, no es por fuerza de su voluntad, no es porque lo merezcamos, hay una parte que nosotros jugamos, y ¿sabe lo que es? Clamar a Jesús. Esa es su parte, apelar a Jesús, rendirte a Jesús y decir, ‘Jesús, si hay una manera de salir de este lío, eres tú.’
Hermanos, eso era lo que este hombre estaba declarando cuando él gritaba a toda voz, ‘Jesús, hijo de David ten misericordia de mí’. Hermanos, y aún cuando lo mandaban a callar, con más empuje, con más ánimo, con más energía gritaba aún más, oh sí, Jesús, hijo de David, aquí estoy. Ten misericordia de mí, no me pases por alto.
¿Sabe por qué él estaba declarando dos cosas? Podemos aprender dos cosas de ese clamor. Primeramente, hermanos, no tienen que ser muy elocuentes. En este clamor Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí, él estaba declarando todas estas cosas a la vez. Él reconoció quién era Jesús, el Mesías, él reconoció su autoridad, él reconoció su misericordia, su poder, también él reconoció que esto no es un momento para jugar de religión de costumbre.
¿Usted necesita algo de parte del Señor? Usted necesita un milagro, usted quiere, estamos en serio que el Señor desate esta fe sobre nuestras vidas. Usted desea que Dios se mueva en su vida de una forma milagrosa, entonces, hermanos, si ese el lugar a dónde usted está le tengo una revelación, ya no es tiempo entonces, si esa es su situación, no es tiempo para jugar de religión de costumbre, no es tiempo de alabar al Señor de una forma casual.
Hermanos, si esa es su lucha, es tiempo de hacer cosas extraordinarias que tal vez te incomodan, tal vez te humillan. Pero, hermanos, es el tiempo de experimentar nuevos horizontes en la alabanza y la adoración al Señor, y dejar que el Señor nos humille y declarar, sabe, tú eres mi redentor, mi salvador, yo soy el mendigo. Yo necesito de ti, y si para eso tienes que gritar, grite, si para eso tienes que saltar, salte. Si para eso tiene que levantar sus manos por primera vez en su vida, levanto mis manos. Si para eso tienes que ir al altar por primera vez en su vida, atrévase. Si para eso tienes que llegar a cada una de las noches del ayuno en oración, Padre, si la primera vez que me hundo como Naamán en las aguas del Jordán no veo la sanidad, me hundiré la segunda vez. Si la segunda vez no veo que mi piel es como la de un niño, me hundo la tercera vez. Si la tercera vez no resulta, me hundo la cuarta vez. Si la cuarta vez no veo nada, hasta que yo no vea el milagro, hasta que yo no vea tu liberación seguiré gritando ‘ten misericordia de mí’.
Olvídate de lo que está a tu alrededor, de tus costumbres, de lo que aprendiste. Mira, el Señor, uno de los propósitos del Señor con esto es reducir su religión a una cosa sencilla que depende de una relación entre tu Padre Celestial que te ama y te quiere bendecir y un hijo que lo necesita en todo y por todo. Y el Señor está reduciendo nuestra religión a esa realidad.
Y, hermanos, aquí declara que muchos le reprendían para callarse, en el versículo 48. Hermanos, parte de este proceso, no se sorprendan, que si usted recibe resistencia. Esta gente que estaba alrededor de él, en vez de animarlo lo que hacían era decirle, ‘Cállese, qué está haciendo el ridículo...’
Hermano que me está escuchando de dónde sea, en su iglesia de la tradición que sea, el momento que su pastor allá le oiga diciendo, ‘Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí’ tal vez te quiera echar de la iglesia, entonces búsquese usted una iglesia donde mitad de la iglesia está clamando de esa manera. No tengas pena.
Hermanos, la gente y las circunstancias te recorrerán de tu lugar. Usted llegó, tuvo un encuentro con Dios, yo he visto muchos casos así. Tuvimos un encuentro genuino con el espíritu de Dios pero se sube al mismo coche, con una llanta casi por caerse del carro, van al mismo apartamento y esta vez ven una nota de parte del dueño que le faltan ciertos días para la renta, va y entra y encuentra la misma guerra. Y usted dirán, ‘¿y dónde está ese Jesús?
Hermanos, hay circunstancias que te recordarán de tu lugar. Hay circunstancia que te recordarán que eres el mendigo del camino y te dirán tu no tienes el derecho de esperar nada de parte del Señor; que te recordarán de la futilidad de esperar algo bueno de parte del Señor. Hermanos, ¿saben qué? Yo les receto, hermanos, la actitud de este ciego. Busca aún con más afán al Señor.
Hermanos, esto no se trata de ti, esto se trata de él, esto se trata del dador de los milagros. Hermanos, de la manera que usted encuentre, hermanos, en ese momento usted abre hoy, esta tarde, la puerta de su apartamento, o usted llega a ese trabajo o usted llegue a donde llegue, adonde quiera que sea su campo de batalla y hermanos, de una forma proactiva declare una y otra vez a voz alto, si es necesario, ‘Señor tu eres bueno, tu eres bueno, tu eres bueno. Yo espero tu galardón. Yo te busco porque sé que tu existes y yo espero tu galardón de tu parte. Tu eres bueno y para siempre es tu misericordia.’
Hermanos, esa era el arma más poderosa que tenía el pueblo de Israel. El arca del pacto, hermanos, no era la esperanza de ellos. El arma poderosa de Israel era la alabanza. Un ejército raro, con un batallón de sacerdotes en la vanguardia, adelante con banderas que declaraban que su general era el león de la tribu de Judá, con yofares, trompetas que sonaban y soldados se supone, que declaraban con cada paso ‘bendito sea Jehová que es bueno y para siempre su misericordia. Bendito sea Jehová’.
Hermano, esa es tu arma también. Esa es tu arma también. Y ¿sabes qué? El Señor te escucha. Así como el Señor se detuvo, dice la palabra del Señor, “... entonces Jesús, deteniéndose mandó llamarle, llamaron al ciego diciéndole, ‘Ten confianza, levántate, te llama...’.
Hermanos, ven cómo ellos cambian su tono. ‘...Ten confianza, te llama. Él entonces arrojando su capa se levantó y vino a Jesús..’
Hermanos, enfócate en él. Tarde o temprano lo primero que vas a hacer, va a ser el Señor, aún antes de sanarte, aún antes de traerte la bendición que usted le busca, él te va a admitir a su presencia. El Señor pedirá audiencia contigo, te reconocerá entre la multitud, te llamará por nombre, te señalará y buscará intimidad contigo. Entre toda esa multitud, ese hombre para Jesús era especial. Ese hombre para Jesús era.... es más, ¿por qué? Ese hombre se paró, no en la crítica que estaba a su alrededor, no se dejó influenciar por ellos, no se dejó influenciar por sus circunstancias negativas, pero algo de la palabra del Señor resonaba en él y él oía esas promesas sublimes que declaraban, ‘¿saben qué? La palabra declara, ‘clama a mí, te responderé y te enseñaré cosas grandes que tu no conoces.’ Eso se me aplica a mí.
Él declaraba, como declaraba la palabra del Señor, el que a mí se acercare, jamás, jamás lo echaré fuera. Párate sobre esas promesas. No escuche la crítica, no escuche las circunstancias, escucha las promesas del Señor. Llénate de las promesas del Señor, vive clamando y parándote sobre las promesas del Señor.
Entonces el Señor le hace una pregunta que parece un poco, ¿no es obvio esto? Respondió Jesús, le dijo, “...¿qué quieres que te haga?...”
¿Cómo respondería usted? Hello, Jesús.... Hello, ¿quién es el ciego aquí? Jesús, tu.... yo... ¿no es obvio Señor lo que necesito? Saben, hermanos, yo veo dos cosas aquí. Lo primero que yo veo es esto: el Señor le encanta que nosotros comencemos a pronunciar con nuestros labios el cambio que nosotros deseamos de parte de Dios. ‘Señor, yo sé lo que dice Mecha que era, pero en el nombre de Jesús yo pido Padre que tu tomes control sobre mis finanzas en el nombre de Jesús. Padre, tu ves ese muchacho, tu ves ese hijo rebelde, Señor, tu no has terminado con él, en el nombre de Jesús yo te lo encomiendo, Maestro. Sánalo, sana su mente. Yo declaro un joven, Padre, yo declaro un joven que te ama, que crecerá en tu presencia. Señor, yo sé lo que me... este es el diagnóstico que me dio el doctor, ¿qué opinas tu, Jesús? Sáname.
Que usted comience a confesar, es más, escríbelo, hermano, escribe la visión que acabas de declarar, ¿qué cambio quieres tú de parte del Señor? Ponlo allí. Señor mi esposa y yo no hemos hablado ni siquiera en cinco años, pero yo declaro en el nombre de Jesús que tu nos unirás de nuevo, que tu sanarás toda herida...’
Hermanos, el Señor es grande y el Señor es gentil y cuando toda esta multitud estaba mandando a callar a este hombre, Jesús fue el único que le prestó atención y que se molestó en oírlo. El Señor te toma en serio. A el Señor le encanta oír tu necesidad. Tal vez fue la primera vez en la vida de este hombre, que alguien le preguntó a él qué era lo que él quería. El Señor respeta tu dignidad porque eres una criatura de él y él tienen propósitos contigo.
La palabra declara, ‘Señor, quiero recobrar la vista, Maestro...’
Y eso me da a entender, que este hombre tal vez fue vidente, hubo un tiempo en que este hombre veía. Tal vez tu estás aquí por eso mismo. Tal vez usted se acuerda un tiempo en que usted veía mejor. Tal vez se recuerda un tiempo a dónde Dios se movía tal vez con más poder en su vida. Tal vez usted está aquí porque está siendo animado por recuerdos de un pasado y creerás que tal vez, también para usted su tiempo ha pasado.
Hermanos, Dios le recobró la vista a este hombre, pero ¿saben qué? Los planes para Dios eran más grande que eso, y es así para ti. El Señor no solo le recobró la vista a este hombre, pero ¿saben lo que declara la palabra? Declara que este hombre lo siguió en el camino.
Pongámonos de pie y pido que los músicos me acompañen. Ahora, escuchen esto, hermanos, porque este es el punto que creo que más importa que nosotros recibamos. Usted sabe lo que usted desea de su Dios, usted sabe el milagro que usted desea de su Dios, pero ¿sabe qué? Para Dios su necesidad, su petición, su oración, su lucha para él, es meramente la antesala para algo más grande todavía que tiene Dios para ti. Y la cosa es esta hermanos, es imposible que usted vea esto ahora en nuestra naturaleza.
Hermanos, es imposible que nosotros veamos la gloria que hay para nosotros, pero cuando el Señor te vea a ti, cuando vea a tu hermano que está alrededor, cuando vea aunque sea la primera vez que llegue y llegue ese hombre, y Dios solo sabe por lo que él ha pasado, el Señor ve ese hombre, ve esa mujer y él ve oro, oro encerrado en una mina de carbón, y es su vida.
Y Dios cuando ve su vida, tal vez el espejo te diga que eres carbón, pero dentro de ti el Señor ve un tesoro. Y el Señor tiene una gloria reservada para ti. Dice la palabra que ojo no ha visto, oído no ha oído, corazón no ha contemplado lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman. El propósito de Dios para tu vida es mucho más allá que meramente que abra tus ojos y recobres la vista y que te de la bendición que busques.
Dice la palabra que él siguió a Jesús en el camino, ¿camino hasta dónde? Yo sé que eso es una proyección de parte mía, permítanme. Pero el Señor iba en ese momento camino a Jerusalén. Lo que esperaba a Jesús en ese momento era la entrada triunfal y dice la palabra que en Jerusalén a las puertas de Jerusalén, había unos locos que gritaban a toda voz, ‘Este es el Hijo de Dios, bendito el que viene en el nombre de Dios. Hosanna, hosanna, al Hijo de David...’
¿Saben qué? Mis hermanos, yo estoy convencido que uno de los que más gritaba ese día era ese hombre. Hermanos, yo me imagino ese hombre entre esa multitud, el Señor lo movió de una calle perdido como una alfombra a unos que era un heraldo de la gloria de Dios, un anunciador de la entrada triunfal.
Hermanos, es incomparable. Dice el Apóstol Pablo que jamás podemos nosotros... jamás podemos reconciliar nuestras luchas con la gloria venidera. Hermanos, Dios está forjando algo en ti. Dios está haciendo algo grande en ti y tu proceso de dolor y búsqueda y lucha es parte de su proceso de glorificar su nombre en ti.
Hermanos, lo que eres en los ojos del Señor es indescriptiblemente bello y resplandeciente. Y el nombre de Jesús Dios quiere desatar esa gloria, ese poder, esa belleza, esa energía, ese potencial que hay en ti y que estalle sobre esta ciudad, sobre esta iglesia, sobre su familia, eres una bomba nuclear espiritual a punto de estallar. Dios conoce la combinación a lo explosivo que hay dentro de ti. Satanás te teme las manos de un Dios poderoso ejercitando una fe poderosa porque él sabe que él ni siquiera tiene autoridad de pararte a las puertas del infierno.
El Reino de Dios va avanzando, va avanzando el Reino de Dios. Milagro tras milagro, transformación tras transformación, vida tras vidas, va avanzando. Con cada gloria a Dios que elevemos al Señor, con cada ‘Cristo me sanó’, que gritamos al Señor, con cada Jesús es mi redentor y yo esperaré a él y no me fatigaré, con cada acto de fe, pierde autoridad Satanás sobre tu vida, sobre esta iglesia, sobre esta región. ¡Aleluya!
Padre, queremos lo que te hemos pedido, pero queremos más, Maestro. Queremos más. Padre, hemos oído tu voz, hemos oído tu invitación y sabemos que tu cruz roza nuestra realidad, Señor reconocemos que tu estás aquí como declarábamos ahora, que tu presencia es poderosa y decimos, Señor, ábrenos los ojos, ábrenos los ojos. Padre, que podamos ver la obra que tu has comenzado en nosotros, que podamos ver, Señor, el propósito por el cual tu nos has creado, que podamos discernir, Maestro, qué es lo que tu quieres a lo largo con nosotros. Y Señor, sí necesitamos de ti. Padre, tu pueblo necesita milagros y en el nombre de Jesús yo pido, Padre, que tu nos des una dotación especial de fe.
Padre, yo declaro, Señor, que tu pueblo está listo para recibir, Señor, la unción necesaria para tener la libertad que ellos anhelan, para tener la sanidad que ellos anhelan, para tener la victoria que anhelamos, Maestro, pero más allá, Padre, cumple tus propósitos en tu pueblo, Señor.
Padre, has con nosotros lo que tu deseas Maestro y úsanos, úsanos, Padre, úsanos para avergonzar a Satanás, úsanos, Maestro, para abrir las puertas de la prisión, las puertas del ceol, para sacar cautivos, Señor, santo, úsanos Señor para avanzar tu Reino. Glorifícate, glorifícate, Maestro en el nombre de Jesús. Dale gloria a Dios. Dale gloria a Dios. Dale gloria a Dios. Dale gloria a Dios.
El don de profecía
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Palabra del Señor. Primera de Corintios, Capítulo 12, ya se lo saben de memoria, me imagino, ¿verdad? Ya ponen el dedo ahí con los ojos cerrados y bumm.. la Biblia se abre a Primera de Corintios, Capítulo 12.
Me ha tomado un poco más de tiempo de lo que anticipaba ir a través de este Capítulo pero es porque hay tanta sustancia, y tanto que aprender. Y yo creo que lo que estamos haciendo entre otras cosas es estableciendo los cimientos para el uso apropiado y la comprensión debida de los dones del Espíritu Santo, y cómo nuestra iglesia se ha de mover en ellos.
De esta manera, yo creo que ustedes también pueden escuchar mi corazón como pastor principal de la iglesia acerca de cómo yo creo que estos dones funcionan, y también pueden, yo creo, que discernir el gran respeto, la reverencia que tenemos por los dones del Espíritu Santo. Y me curo en salud diciendo que lo que ustedes van a escuchar hoy, pensando lo que compartí esta mañana en el servicio de las 9 acerca del don de la profecía, no está en absoluto diseñado como para descorazonar a nadie o desanimar a nadie en el uso de ninguno de los dones, sino todo lo contrario, más bien, proveer sanas estructuras dentro de las cuales podamos dejar que estos dones se manifiesten.
Y nuestro deseo es todo lo contrario, es animar al pueblo de Dios a aprovechar y a usar y a moverse dentro de los dones sobrenaturales, todos son sobrenaturales, que Dios ha escogido para bendecir a su pueblo. Y como hemos dicho anteriormente, recuerden que cada don tiene una función específica y cada don está dado por Dios para la edificación del pueblo de Dios, es para edificar al pueblo.
Y recuerden también que hay diferentes dones, algunos de los cuales, yo creo, que ni siquiera han sido mencionados en los diferentes pasajes en Primera de Corintios 12, en Efesios 4, creo que es, en Romanos también, hay otros dones creo que es el Capítulo 12. Hay diferentes dones y esta es una lista de dones que podríamos llamar como abierta, clara, obviamente de índole sobrenatural, espectacular, pero hay otros dones que no son tan espectaculares, tan llamativos, podríamos decirlo así, pero que son muy, muy útiles y pienso por ejemplo en el don de la consejería.
¿Cuántos han leído jamás que haya el don de la consejería en la Biblia? Yo no he encontrado descrito el don de la consejería, sin embargo siempre he dicho, que es uno de esos dones que se necesitan en una forma extraordinaria en el tiempo que vivimos, en el siglo XXI. ¿Por qué? Porque en el mundo, y aún en la iglesia, hay mucha necesidad de sanidad emocional, hay muchos problemas de las emociones, hay muchas familias en dificultad, hay personas con problemas de depresión crónica, de ansiedad, de fobias, de diferentes tipos, de enfermedades psicosomáticas de toda índole, y hay mucha presión que trae la vida urbana, que trae el proceso inmigratorio, que trae el desajuste de las generaciones y todas estas cosas crean una gran necesidad de gente dotada por Dios para traer una palabra de sabiduría, una palabra de instrucción, una palabra de consejería y de sanidad emocional.
Y de paso, este viernes, se inició una serie de enseñanzas aquí en León de Judá por medio de un grant, un dinero del gobierno federal que conseguimos a través de Copani, con ayuda de León de Judá, es un dinero específico para entrenar, imagínese, el gobierno nos está pagando para entrenar consejeros laicos, cristianos para matrimonios. ¡Qué bendición! Hay como unas 60 personas de diferentes iglesias de toda esta área de la ciudad que escogidos por sus pastores, incluyendo varios pastores, como 6 ó 7 pastores que están tomando también clases que están dando gente de nuestra iglesia, mi esposa, Meche, la pareja de Luis y Ada Valles, y es una bendición tremenda. Yo di una de las presentaciones introductorias el viernes en la noche...
¿Y por qué hacemos esto? Porque creemos que Dios está distribuyendo dones de consejería, se necesitan esos dones, y estamos tratando de identificar por un proceso espiritual quiénes son esas personas en las iglesias y entrenarlas, darles conocimientos sólidos, bíblicos, pero también intelectuales, académicos y soltarlos en sus iglesias para que se levanten iglesias con una sensibilidad pastoral, con una sensibilidad de cuidado pastoral, que es tan importante.
Pero yo creo que ese es un don que Dios está levantando hoy en día, y se necesita gente con un corazón pastoral para dar consejería y que estén dotados por el Espíritu Santo, el mismo espíritu que da el don de sabiduría, de ciencia, de milagros, de sanidad, de interpretación de lenguas, de lenguas, de profecía, con esa dotación ministrándole al pueblo de Dios, y también a los inconversos.
Esta misma mañana vino una señora de fuera y dijo, ‘Yo supe que aquí en la iglesia dan consejería y a mi me gustaría, me mandaron aquí porque... y yo la remití a los hermanos Valles y asumo que ella fue allí y pudo hablar, porque hay mucha necesidad en el mundo y eso es necesario, es absolutamente necesario, y eso es algo evangelístico también.
Muchos de los dones son dados para ayudar a la iglesia en la predicación del Evangelio. Bueno, yo creo que una iglesia que da buena consejería, basada en la Escritura por medio de gente dotada por el Espíritu Santo, es una iglesia que va también a presentar una imagen muy atractiva del Evangelio.
Ahora bien, para los hermanos que nos visitan, para los hermanos que quizás han estado fuera de esta serie por una razón u otra, hemos estados discutiendo los diferentes dones que Dios da según los enlista el Apóstol Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 12. Y ya como ustedes saben, los que estaban aquí y estaban despiertos cuando yo estaba predicando, sabrán que hemos hablado acerca de la palabra de sabiduría, hemos hablado acerca de la palabra de conocimiento, gnoseos, ciencia; hemos hablado acerca de la fe que Dios da para propósitos sobrenaturales; hemos hablado de los dones de sanidades; hemos hablado también del don de milagros, el domingo pasado.
Y hoy vamos a hablar, si usted tiene allí su Biblia, en el Capítulo 12, versículo 10, acerca del don siguiente que señala Pablo que es el don de profecía. Es un don muy bello y de gran utilidad para el pueblo de Dios, y es un don misterioso.
¿Cuántos de ustedes habrán visto en algún momento en medio de un servicio, una persona levantarse, o en un momento de adoración exaltada y una persona levantarse o pasar al púlpito con el permiso del pastor, y pronunciar una palabra en nombre del Señor que tiene un origen evidentemente sobrenatural. Es una palabra como que está declarando algo que viene directamente de Dios sobre la iglesia. Y la persona muchas veces puede hacerlo en una forma natural, como diciendo, hermanos, siento en mi espíritu que Dios me dice tal y tal cosa para esta congregación. O puede a veces ser en una forma un poco más misteriosa, así dice Jehová, yo estoy con vosotros, etc. y lo que sea, en una forma como más formal, más Antiguo Testamento, digamos así.
Y muchos se han preguntado, bueno ¿qué es eso que está pasando allí, qué está sucediendo? Esto ..... algunos pensarán como que esto es adivinación o algo por el estilo y no saben bien qué se está haciendo.
Yo quiero en esta tarde tomar un tiempo para hilar fino, por así decirlo, e instruir a nuestros hermanos acerca de cómo nosotros vemos el don profético, y cómo creemos, según la Biblia, que ese don se debe administrar, por así decirlo, y manejar en el poder del Espíritu Santo.
Y quiero ser, como muy sistemático, porque escribí unas cosas aquí porque quiero ser bien estructural y organizado en la forma en que le voy a presentar estar verdad del Señor. Primeramente vayamos a una definición. El Apóstol Pablo dice aquí:
“... a otro el hacer milagros, a otro profecía....”
¿Qué es profecía, qué es el don profético? Escuchen esta definición, para mi el don de profecía es la habilidad especial que Dios le da a miembros del cuerpo de Cristo para recibir y comunicar un mensaje inmediato de parte de Dios. Voy a añadir algo más, pero para que ustedes no.... no elaborar demasiado para que tengan tiempo de procesar esa parte, lo voy a repetir.
El don de profecía es la habilidad especial que Dios le da a miembros del cuerpo de Cristo para recibir divinamente, del trono de Dios y comunicar un mensaje inmediato –esa palabra es importante, un mensaje salido del horno, salido del corazón de Dios, salido de la boca de Dios- de parte de Dios –y aquí viene la segunda parte- a un individuo, -porque puede ser, ¿cuántos han recibido a veces una palabra de alguien para usted personalmente?- .... un individuo, a un grupo de personas..... – porque la palabra profética se puede dar, por ejemplo, en el contexto de un lindo tiempo donde un grupo de hermanos allí reunidos pueden, de hecho inclusive, desarrollar más el don profético en un ambiente controlado, pequeña escala, inofensivo hasta cierto punto, y entonces puede ser en el contexto de un grupo también,- .... o a una iglesia, a una comunidad total, a una congregación.
Es decir, “.......a un individuo, un grupo de personas, una iglesia para un propósito específico....”
¿Y cuáles pueden ser algunos de esos propósitos que cumple una palabra profética? Por ejemplo, puede ser para confrontación, porque yo creo que hay una dimensión que tiene el don profético de confrontar y vemos, por ejemplo, en la Escritura que muchas veces los profetas de Dios confrontaron al puede de Israel con una palabra, ya fuera porque habían abandonado la adoración de Jehová, y se habían ido detrás de otros dioses, habían permitido que la injusticia cundiera en la sociedad y que el pobre fuera descuidado, los ricos se beneficiaran injustamente.
El profeta Amos, por ejemplo habló mucho acerca de la justicia social. Vemos por ejemplo, en Isaías, en los primeros sobretodo 39, 40 Capítulos hay mucha confrontación y mucha demanda del pueblo de Dios de que vuelvan a los caminos del Señor, etc. Entonces puede ser para confrontación y hay un lugar en la vida del pueblo de Dios, aún en la predicación y otras cosas, para hablar palabras fuertes también. Muchas veces queremos solamente que la predicación sea pasándole la mano a la gente por la espalda y por la cabeza, pero hay veces que la palabra de Dios confronta y es más cortante que toda espada de dos filos. ¿Cuántos dicen amen? ¿Verdad?
Entonces, la profecía puede ser para confrontación, pero también puede ser para edificación. El Apóstol Pablo habla de para edificar, para consolar, para exhortar. La edificación puede ser a través de una comunicación de doctrina, inclusive de parte de Dios, y vamos a añadir más adelante acerca de eso, de doctrina, en qué sentido, pero puede ser una palabra de corrección en las prácticas que está teniendo en la iglesia, que es edificar. Puede ser para fortalecer los cimientos espirituales de la iglesia, pero de todas maneras, es para edificar y fortalecer y apuntalar bien la vida de una congregación y puede ser también para consolación.
Tenemos palabra de los profetas, ‘.... consolaos, pueblo mío...’. Y qué maravilloso es, en el mismo libro de Isaías, por ejemplo, la segunda parte del libro de Isaías siempre me ha tocado porque es una palabra de ánimo en medio de palabras también de confrontación.
Yo pienso también en las palabras de Jeremías al pueblo de Israel cuando se encuentran en Babilonia, exiliados por su mal comportamiento y allí están deprimidos y se sienten como que Dios los ha abandonado y que ya no quiere saber de ellos y que por eso los ha botado de su tierra, y se están desesperando y deprimiendo y el Señor les envía palabra a través de Jeremías. En Jeremías 29 se encuentra esa carta de amor de parte de Dios. El Señor les dice:
‘...Hijos míos, no se depriman en la tierra donde se encuentran porque al cabo de 70 años yo los voy a sacar de esa tierra y los voy a volver a regresar a su tierra nativa. Y mientras tanto no decaigan en su ánimo y tampoco decaigan en el número de ustedes, sino que tengan a sus hijos en casamiento y compren casas y hagan hortalizas, y coman del bien de la tierra. Y no solamente eso, sino que también oren por la paz de la ciudad donde ustedes se encuentran porque en la paz de la ciudad también ustedes encontrarán su paz....’
¿Cuántos de nosotros los inmigrantes echamos pestes de que estamos en Boston y que el frío y que la nieve, y que ya estoy loco por irme de este país, y esto y lo otro? Mire, en vez de estar refunfuñando allí, bendiga la ciudad donde usted se encuentra. Amen. En vez de estar echando pestes de la gente y de lo mala que están y pidiendo que Dios envíe fuego y destruya, pida bendición para el presidente, aunque no le guste y se tenga que ..... Señor, bendícelo, por favor... pero bendígalo en el nombre del Señor, porque la palabra dice que oremos por nuestros gobernantes.
Y el Señor los consuela y les dice, hey, sean una gente de bendición, no solamente aguanten allí con los dientes apretados, sino que bendigan a la ciudad también y oren por ese Nabucodonosor, quien fuera que estaba en el poder, que solo el nombre dice que no es una buena gente, pero oren por él aunque sea, ¿verdad? Porque hay una palabra en ese caso de consolación de ánimo.
La profecía también puede ser para dar dirección. Hay momentos en que el pueblo de Dios necesita... están en una encrucijada y no sabe a dónde ir y se necesita la palabra de Dios que venga para canalizar. Vemos muchos casos en el Antiguo Testamento, también, donde el pueblo de Dios no sabía qué hacer ante un enemigo poderoso que venía y se levanta una palabra profética en medio de la congregación, y dice: ‘Así dice el Señor, la batalla no es de ustedes, sino es mía. Párense firmes, adórenme y yo traerá una gran victoria este día’. Y el pueblo de Dios escucha a los profetas y es bendecido, viene gran victoria, viene gran liberación y el pueblo entra y recoge despojos hasta la saciedad. Porque hubo palabra de dirección.
Dios quiere darle dirección a su pueblo por y eso a veces levanta una palabra profética. Y nosotros tenemos que estar ansiosos muchas veces de recibir una palabra que nos de dirección, puede ser para dar instrucciones también, que es la misma cosa, en cierto sentido. Yo les decía a los hermanos, yo me he beneficiado a través de los años en mi ministerio de impresiones proféticas que Dios ha dado a mi vida, de palabra profética a través de otros o también a través de impresiones que él me ha dado a mi para dirigir y guiar mi vida.
Les hablaba a los hermanos, cuando yo estaba en la universidad de Harvard en mi segundo año, recibí una grabación que me envió una señora que es una de las pocas personas que yo digo que verdaderamente, yo puedo decir con toda seguridad que es una profetiza de Dios, la hermana Rosa, ahora no recuerdo su apellido, de Puerto Rico, Brooklyn. Nosotros nos criamos, si. Esa hermana me envió un cassette, en esos tiempos los cassettes era el último grito de la moda tecnológica, imagínese cuántos años tendré yo. Oren por mí, hermanos.
El caso es que ella me envió un cassette donde había una palabra allí de que Dios me había llamado al ministerio y todavía yo creo que ese cassette está en alguna parte por ahí que yo lo tengo. Ya estará lleno de moho me imagino, pero está por ahí en algún sitio. Y esa palabra tocó mi corazón y yo creí esa palabra, la escuché. Era un tiempo que Dios estaba obrando en mi vida, el caso es que Dios comenzó a moverse. Ahí es que yo comencé a asistir a lo que hoy en día es congregación León de Judá, en el año 1982. Y estuvimos 6 meses en el South End, y de ahí nos movimos Cambridge, donde Dios nos proveyó un edificio precioso y estuvimos 15 años. Yo todavía era laico en ese tiempo, y el pastor Juan Vergara fundó la iglesia, y en noviembre del 82 nos movimos a la ciudad de Cambridge.
Yo les decía a los hermanos, y quizás he compartido esto con ustedes, pero lo comparto ahora a la luz de lo que estoy diciendo, que cuando yo me paré, en el curso de esos 6, 7 meses, esta gente era gente de fe, me hicieron maestro de escuela dominical, imagínense. Era gente que creía que Dios puede hacer cualquier cosa, y entonces... Mary y Chago conocen de ese tiempo que estuvieron por allá. El caso es que, pero esto fue un poquito antes de que ustedes llegaran, de hecho, y Meche.... no nos habíamos casado. Es más, Meche ni siquiera era evangélica. Imagínense eso, hermanos, si ha pasado tiempo. Pero era mi prometida, ya nos íbamos a casar. Y yo me paré al frente en un púlpito con unas 15 personas, más o menos, la primera vez que teníamos escuela dominical allí, y yo sentí clamor una carga que descendió sobre mi espíritu y yo no soy persona muy mística, ¿sabe? Pero Dios a veces, de vez en cuando, se equivoca y me habla. Yo no se qué es lo que pasa con él pero...
El caso es que fue descendió sobre mí una impresión que me cubrió como una cortina. Y en mi mente, yo interpreté lo que sentía como de esta manera, que el Señor me decía, ‘Esta iglesia se ha plantado para que tu la pastorees’. Y yo les digo, hermanos, con toda honestidad, yo no tenía el menor deseo de ser pastor, ni la sospecha de que Dios me quería pastoreando, de todas las cosas que yo me veía haciendo, jamás en el pastorado. El caso fue que yo recibí eso, lo compartí con Meche, que también tuvo en su propia manera, una palabra similar a la mía, que le decía que ella iba a ser esposa de un pastor, que yo no creo que ella quería eso en ese tiempo. Ya Dios ha obrado en su vida y se ha resignado, la pobre, ya a la situación.
Pero el caso fue que, de nuevo, fue apenas en noviembre del 82 y un año y pico después, un año y medio, un poquito más quizás, el pastor Vergara anunció que se tenía que regresar a Puerto Rico con su esposa, tenían unos compromisos allá, pero ya Dios había estado obrando en mi vida. Esa palabra que yo había recibido, la palabra de la hermana Rosa Ramos, se llamaba ella, todas estas cosas, porque a veces la palabra profética lo que hace es como que te da un marco interpretativo dentro del cual vivir tu vida y tu ministerio.
Hay palabras que yo he recibido en mi vida que todavía me orientan como una brújula, y son como puntos de referencia que siempre están allí persiguiéndome y que siempre están como determinando alguna de mis acciones. Algunas de esas palabras no se han cumplido todavía, pero yo las recibí cuando niño, inclusive, las recuerdo en mi espíritu. Y esas palabras guían a uno, traen instrucción.
El nosotros venir aquí a Boston fue una palabra también así instructiva. Bueno, el caso, es larga la historia, cuando el pastor Vergara anunció que se iba me dejaron a mí, de nuevo, otra obra de fe que hizo en la congregación, ayudándolos como laico mientras yo continuaba con mis estudios doctorales. Y el Señor continuó hablando a mi vida esa palabra, ¿no? Y ya entonces con el trabajo pastoral informal, Dios fue confirmando el llamado y la congregación también escuchó el llamado de Dios sobre mi vida y me ofrecieron que si yo quería ser su pastor. Y yo acepté, porque ya esas palabras habían estado trabajando en mi espíritu, en el espíritu de mi esposa, y ya como que ayudaron para que el proceso que yo estaba viviendo de observar la vivencia fuera informado por la palabra que Dios había implantado en mi espíritu y todo eso se juntó de manera que ya para el año 1986 yo me estaba ordenando como pastor y los pobres ustedes, han tenido que sufrirme por 23 años y sufrir mis experimentos en el pastorado.
Pero así es que Dios obra. La palabra profética trae dirección. La palabra profética trae instrucción. La palabra profética puede traer confirmación de algo que tu has sentido y también puede ser una palabra de comisión, para comisionar a una persona en el ministerio.
Piensen en Samuel cuando llega a la casa de David y lo unge porque Dios ha enviado a Samuel para que unja a David como rey sustituto de Saúl. Y entonces Dios, a través de Samuel, unge a David y se desata una cadena de eventos inmediatamente porque es lo que pasa. La palabra profética muchas veces desata, vamos a hablar acerca de eso un poquito más adelante. Muchas veces desata circunstancias, desata llamados, desata dones, por medio de la palabra ungida y autorizada por el Espíritu Santo.
David recibe esa unción, Samuel se va por su camino, pero inmediatamente comienza la realidad de David a configurarse según esa palabra. Un día va a visitar a sus hermanos en los campos de guerra a llevarles unos quesos y unas galletas ‘salt in crackers’ allá y allí escucha a Goliat retando al pueblo de Dios, maldiciendo al Dios de Israel. David se llena del Espíritu Santo, porque ya tiene la imprenta de Dios, la palabra profética corriendo dentro de él, confronta ustedes saben la historia, al gigante, le tumba la cabeza, atrae la atención del presidente de la nación. Entra enseguida a un plano muy alto político militar del país y entonces tiene que huir. Está muchos años huyendo de Saúl, pero la palabra profética lo está persiguiendo. Y ¿qué pasa? Finalmente, al cabo del tiempo, David es instalado como rey según la palabra profética que Samuel había desatado.
Porque muchas veces las palabras proféticas se toman mucho tiempo para cumplirse. Y nosotros tenemos que aprender a, como dijera yo, a proteger la palabra profética que Dios ha puesto en nuestros corazones y a guardarla allí. No dejes que nadie te arranque.... Una palabra que Dios dio, porque haya pasado el tiempo, no dejes que nadie te la arranque, no dejes que la duda se la coma tampoco, no dejes que vengan los cuervos y la arranquen de tu corazón o de tu sensibilidad. Mantén esa palabra, ámala, échale aire para que se sople, busca formas de desarrollarla, ora sobre ella y ámala y ora para que el Señor la haga una realidad. Porque puede tomarse a veces muchos años, una vez que una palabra es dada.
Pero el caso es que todas estas son funciones del don profético, es una habilidad especial que Dios da a miembros del cuerpo de Cristo para recibir y comunicar un mensaje inmediato de parte de Dios a un individuo, un grupo de personas, una iglesia, para un propósito específico que puede ser confrontación, edificación, consolación, dirección, instrucción o comisión, comisionar a alguien.
Entonces habiendo dicho eso, ya tienen suficiente, ¿quieren irse para la casa o tenemos tiempo para un poquito más? Esa es la definición de lo que es la profecía. Déjenme darles unas notas aquí que son puntales acerca del don de profecía.
Número uno: La profecía existe porque Dios es un Dios que habla y comunica su verdad en la historia.
Dios es un Dios comunicador. Dios es un Dios que habla. Dios es un Dios que habla continuamente, de hecho, Dios no simplemente dio su revelación general, la Biblia, y luego se acostó en algún planeta del universo a esperar a que todas las cosas sucedieran para entonces continuar su trato con la humanidad. Dios ha continuado hablando, Dios es un Dios comunicador. Dios es Dios gregario. Dios es un Dios social. Ahí tenemos la Trinidad, que es la sociedad más hermosa y más armoniosa del universo. Pero a Dios le encanta comunicarse con sus criaturas también.
Entonces, Dios está continuamente hablando y Dios quiere comunicarse contigo y conmigo en situaciones de la vida, darnos instrucciones, compartir su corazón para con nosotros, animarnos en tiempo de prueba y necesidad y darnos consejos para la vida. Entonces, eso es lo que hace la profecía.
La profecía es un pan sacado del horno del corazón de Dios para una necesidad específica, para ponerlo así en esa forma metafórica. La profecía existe porque Dios es un Dios que habla y que comunica a su pueblo.
En segundo lugar, la profecía suplementa la revelación general de Dios, pero es inferior a ella. Dios..... ¿cuál es la revelación general de Dios ? La Biblia, hay por lo menos una persona que está atenta aquí. Es la revelación general de Dios, es una revelación que Dios ha dado para toda la humanidad y esa palabra fue emitida hace siglos atrás, pero esa palabra también necesita ser como actualizada, puesta al día, aplicada a situaciones específicas. Y Dios ha provisto, entre otras cosas, la profecía, muchas veces para suplementar.
Yo les decía a los hermanos, el sistema de gobierno de los Estados Unidos proveyó una constitución que es inviolable, está allí, es un documento absolutamente fijo y firme, pero los que fraguaron la constitución proveyeron también provisiones para enmiendas constitucionales que permiten que la constitución respire y se expanda y se contraiga según las diversas necesidades históricas que surgen en el curso de la vida de la nación norteamericana. Entonces, las enmiendas han sido como ajustes.
Y yo creo que en un sentido parcial eso es lo que hace la profecía. La profecía trae ajustes de parte de la boca de Dios para gente específica, congregaciones específicas, generaciones específicas. Por ejemplo, para mí, yo creo que cuando Martín Lutero, el gran reformados de la iglesia comenzó su ministerio en el siglo XVI él era una voz profética en un tiempo en que la iglesia había perdido su visión, había perdido su derrotero, se habían enmarañado en el mundo y la política, y el diablo había metido a la iglesia en un fango de política, de materialismo, de corrupción, de falta de visión, y el pueblo perecía, Dios levanta una voz profética para que enderece otra vez la iglesia y para que su revelación no fuera malgastada y entonces provee una influencia profética en ese tiempo.
Entonces, la palabra profética suplementa, pero es inferior, recuerde eso siempre. Cualquier palabra profética que usted reciba tiene que estar de acuerdo con la palabra de Dios, y si no mándese corriendo y deje ese profeta falso lo más lejos de usted posible, o repréndalo en el nombre del Señor, porque cualquier cosa que contradice la palabra de Dios está fuera de lugar. La palabra de Dios es soberana, sobre toda revelación, toda enseñanza, toda doctrina, todo lo que se comparta al pueblo de Dios. Por eso es importante que nosotros conozcamos la palabra para saber cómo discernir lo que es de Dios y lo que no es de Dios, sobretodo en un tiempo, como dice la palabra, que en los últimos días se multiplicarán los maestros y la gente tendrá una inquietud de oír y se amontonará gente dándole a los oyentes lo que quieren oír, que inclusive es falso, para su perdición. Y por eso se necesita mucho discernimiento espiritual, inclusive desde el púlpito mismo, aún lo que yo digo como su pastor, hermanos, sométanlo al escrutinio de la palabra de Dios. Porque uno a veces le puede chispotear algo ahí en el cerebro y después uno dice, guau,... y uno no darse cuenta.
Se necesita gente madura, estamos en tiempos peligrosos. De la televisión, de la radio, se escuchan cosas que no son de Dios y que desvían al pueblo de Dios y tenemos que preguntarnos, ¿eso que estoy escuchando está conforme a la palabra de Dios? Inclusive, ese espíritu que está emanando de esa persona, ¿es conforme al espíritu de Dios? Porque la Biblia dice que según su fruto los conoceréis. Hay veces que hay una persona que va a estar predicando, está más o menos bien, pero algo en tu espíritu dice, como que yo no se, hay algo allí.... y escucha esa voz, somete a oración y no te abalances demasiado rápido porque hoy en día se cuecen habas dondequiera, hermanos, es peligros hoy en día, así que se necesita.... La Biblia es una revelación general de Dios suplementada por la profecía, la cual es inferior a ella.
Tercer lugar, la Biblia es revelación universal para todos los tiempos. La profecía es específica, para un tiempo específico. La palabra de Dios es valedera desde el siglo I hasta el siglo XXI. ¿Cuántos dicen amen a eso? Es universal para todo el mundo. Nadie puede decir esa palabra no me aplica a mí, yo me voy a salir de ella, es aplicable para todos tiempos. Ahora, la profecía es más específica, es para una persona, para una congregación, para una generación, para un tiempo específico, y siempre, de nuevo, la revelación de Dios es más alta, más amplia, más abarcadora que la palabra profética.
En cuarto lugar, la Biblia es incuestionable. La profecía debe ser juzgada. No toda profecía es de Dios. Si la Biblia dice, hermanos, que Jesucristo caminó sobre las aguas, créelo y no hagas preguntas. Yo digo que si la Biblia dice que Cristo caminó sobre las aguas, yo digo, ni los tenis se le mojaron cuando caminaba sobre las aguas porque yo creo lo que dice la palabra del Señor. Si la Biblia dice que la ballena se tragó a Jonás, yo digo, gloria a Dios, yo se que así fue, aunque no he visto una ballena jamás tragarse un hombre, pero hay... una ballena fácilmente sí podría tragarse un hombre.
Pero el caso es que la Biblia es incuestionable. Ahora, la profecía debe ser discernida y juzgada. Y si tu oyes un profeta por allí que se molesta porque la gente está diciendo, ¿será esto de Dios o no? Vamos a someterlo al consejo de Dios, etc, esa persona, yo díría, que si no es falso profeta está muy mal dirigida. Porque yo mismo, no debo ofenderme de que ustedes sometan mi predicación al escrutinio de la palabra de Dios. Yo creo que ese es su derecho y es su deber, inclusive, y los animo a hacerlo.
Cualquier persona que diga que tiene el don profético debe estar sujeta al escrutinio y al juicio de la congregación y ser humilde al respecto. Y la congregación debe usar su juicio y enseguida que alguien comienza a profetizar todas esas antenitas como Mi marciano favorito, uuuuuuuu, comienza a levantarse y la gente a discernir, ¿esto es de Dios o no? ¿Qué dice la palabra del Señor, qué sentimiento está emitiendo esa persona, está siendo de edificación o de fortalecimiento para la iglesia? Todas estas cosas, y eso es parte del proceso profético, hermanos, eso es de Dios. La Biblia es incuestionable, la profecía debe ser discernida, debe ser evaluada.
En quinto lugar, la Biblia no contiene error, pero la profecía puede tener error. Inclusive una persona puede estar correcta en lo profético en un 70%, pero hay un 30% de la carne que se le metió allí en la profecía, y uno tiene a veces que discernir.
Por eso el Apóstol Pablo dice, ‘examinadlo todo, en conexión con la profecía, y retened lo bueno’. Y de nuevo los profetas o las personas que sienten que tienen un llamado profético deben ser humildes al respecto también y estar concientes de que hay fragilidad humana que interviene muchas veces con el don profético, con el mover profético de Dios y deben someter su revelación profética con mucha delicadeza, humildad, y un carácter tentativo delante de la persona o de la iglesia a la cual están.....
Muchas veces yo creo que las personas con dones proféticos padecen de cierto orgullo espiritual y creen que porque son sometidos al escrutinio pastoral o lo que sea, como que se le está subestimando o que la persona no es ungida, etc. y a veces demandan demasiado para en realidad lo que es el estado actual de la profecía en nuestro tiempo.
Así que la Biblia no contiene error, pero la profecía puede contener y contiene error en muchas ocasiones.
Sexto lugar, la profecía es tanto declarar como predecir. En inglés hablan de ‘forthtelling’ y ‘foretelling’. Hay una dimensión de la profecía que es más como declarar, puede ser declarar un hecho, por ejemplo, los profetas renovadores que hablaron contra la injusticia no están prediciendo, va a suceder esto.... Mucha gente cree que la profecía es como la adivinanza, es como la adivinación, que es simplemente predecir el futuro. No necesariamente, hay profetas que no hicieron ningún acto milagroso, ni tampoco predijeron nada acerca del futuro pero se limitaron a declarar cosas, a denunciar injusticias, a corregir los defectos que había en la vida del pueblo de Dios, pero nunca se movieron en profecía predictiva.
Así que la profecía puede ser declarar la verdad de Dios a un pueblo. Ahora, también tiene una dimensión que es predecir el futuro, algo que va a suceder en una iglesia, en la vida de una persona, en una comunidad.
Daniel, por ejemplo, es un profeta que todavía sus predicciones están... hay algunas que todavía faltan por cumplirse. Hay una dimensión.... Juan en el Libro de Revelación, o de Apocalipsis se movió en ese aspecto predictor de la profecía, pero no toda profecía predice el futuro, puede ser simplemente una declaración de una verdad de Dios.
Séptimo lugar, estoy viendo los suficientemente rápido, hermanos, o quieren que vaya más rápido todavía. La palabra profética a veces predice lo que va a suceder, escuche esto, esto es lo que yo llamo su función pasiva, predecir lo que va a suceder pero también libera, esto es muy profundo, libera en el tiempo y el espacio lo que Dios quiere que pase.
Por ejemplo, un ministerio, un don, una sanidad, un milagro. En otras palabras, la profecía, muchas veces puede simplemente limitarse a traer la voluntad de Dios al conocimiento de las personas y a declarar algo que Dios quiere que se sepa, pero en ocasiones también, la palabra profética puede adquirir una dimensión de desatar en el mundo del tiempo y el espacio ciertas cosas que Dios quiere que sucedan o que se desaten en la vida de una persona.
Por ejemplo, Pablo habla a Timoteo y le dice, ‘te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti, por medio de la imposición de mis manos..’
Pablo habla de que quiere ir a Roma y comunicarles algún don a los romanos porque el hombre, la mujer de Dios provista por el don profético puede declarar cosas en la vida de una persona que comienzan a desatar el destino de ese individuo.
La palabra profética puede ser como una llave que abre cosas en el mundo del tiempo y del espacio y que Dios honra en el cielo. Cuando Elías dice, ‘Vive Jehová, ante cuya presencia estoy, que no lloverá sobre Israel excepto por mi palabra...’ inmediatamente se trancan los cielos, y cualquier nubecita que hubiera por allí huye rápidamente y se va a otro país. Se cierra el mundo climatológico sobre Israel, en el sentido de lluvia, porque la palabra profética obra sobre la realidad.
Cuando Pablo le dice al mago falso Elimas, ‘ahora mismo, por mi palabra, vas a quedar ciego por oponerte al Evangelio y no vas a ver por unos días...’ y Elimas queda totalmente ciego inmediatamente. La palabra profética actuó.
Yo he visto en mi ministerio casos muy escogidos que Dios me ha dado una palabra para una persona y al cabo del tiempo, esa persona viene y me dice, ‘Pastor, todo lo que usted dijo comenzó una serie de cosas en mi vida que fue exactamente como usted dijo...’ Y yo di la palabra en el sentido de así que, al yo declarar esa palabra yo sabía que Dios iba a comenzar una serie de eventos, que lo que yo estaba diciendo se iba a hacer realidad en la vida de esa persona, por eso lo estaba diciendo. Porque la palabra de Dios emitida en el don de la profecía desata cosas.
Cuando Samuel unge a David y le dice, ‘tu vas a ser rey de Israel’, esa palabra comienza enseguida a configurar el mundo de afuera y de adentro de David para que se cumpliera lo que él declaraba. Entonces, puede liberar en el tiempo y el espacio lo que Dios quiere que pase.
En octavo lugar, hay una diferencia entre el don de profecía, escuche esto, entre el don de profecía y el oficio del profeta. Todos pueden profetizar, pero no todos pueden ser profetas.
Es decir, todo cristiano puede, usado por el Espíritu Santo y en un momento dado, ser tomado por Dios y dar una palabra profética, una palabra de edificación a la iglesia, una palabra de consejo a alguien en el espíritu, pero eso no quiere decir que esa persona sea un profeta o una profetiza.
Ahora, todo profeta, toda profetiza se mueve en el don de profecía. No es la misma cosas. Es como el don de sanidad: todo creyente puede ser usado por Dios en un momento dado para proferir una palabra de sanidad, u orar por alguien y esa persona ser sanada, pero eso no quiere decir que esa persona se mueve en el don de sanidad. ¿Usted entiende?
El profeta, la profetiza de Dios es una persona muy escogida. Yo creo que son muy pocos los profetas que caminan sobre la tierra en este tiempo. Es un oficio que Dios escoge a una persona para que se mueva en una forma especial.
Por ejemplo, muy pocos en el Nuevo Testamento profetas se señalan. El único que claramente es designado como profeta en el Nuevo Testamento es Agabo, en el Capítulo 19. No se le ocurra llamar a su hijo Agabo, por favor. Es caso es que, si hay alguien, perdónenme, me cubro en salud, pero Agabo es el único.... dice que Agabo tenía 4 hijas, imagínese, que profetizaban, dice que profetizaban. No eran profetizas, pero a él se le llama profeta. Entonces, todos podemos profetizar, dice el Apóstol Pablo, pero no todos somos profetas o profetizas, recuerde eso bien. Son dos cosas diferentes.
En noveno lugar, el don de profecía existe para informar, aconsejar, advertir a una persona, a una congregación de parte de Dios. Es una forma de proveerle dirección actual, al día al pueblo de Dios. Eso ya lo hemos cubierto.
Número diez, la profecía puede ser una ayuda para la evangelización o para la vida diaria del pueblo de Dios. Vemos allí por ejemplo, con esto de Elimas, este mago falso, Pablo le está predicando allí a un oficial del imperio romano que está interesado en el Evangelio y el pobre Pablo está allí hablándole a este oficial que tiene interés en las cosas del Evangelio, y está ávido de escuchar, y aquí está este mago que se le está yendo el dinero, el negocio que tenía con este hombre, contradiciendo a Pablo y continuamente oponiéndose a lo que Pablo está diciendo hasta que Pablo exasperado, y tomado por el Espíritu Santo le dice, ‘Oh, hijo del diablo, parece que había sido enseñado por Yiye Ávila, hijo del diablo, que te opones a las cosas de Dios, ¿cuándo dejarás de oponerte? Y ahora yo declaro que vas a quedar ciego y no vas a ver por unos días’, y enseguida caen tinieblas sobre los ojos de Elimas y hay que llevarlo guiado y el oficial romano al ver esto cree en el Señor Jesucristo y entrega su vida al Señor. ¿Por qué? Porque los dones son dados, entre otras cosas, para ayudar a la iglesia en el trabajo de la evangelización.
El Apóstol Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 14, versículos 24 y 25, hablando de hecho, correctivamente del don de profecía, dice aquí, ‘Pero si todos profetizan, hablando en el contexto de la iglesia, ... pero si todos profetizan y entra algún incrédulo o inconverso por todos es convencido....’
¿Qué pasa? Si hay una iglesia donde el don profético se está moviendo con genuino poder, viene una persona inconversa, dice cuando hay esa palabra profética por todos, es como si todo el mundo estuviera como dirigiéndose a él, ‘..... por todos es convencido, por todos es juzgado, lo oculto de su corazón se hace manifiesto y así postrándose sobre el rostro adorará a Dios declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros....’
Es una de las cosas bellas, cuando el don profético se está moviendo en una forma genuina, en el pueblo de Dios la gente inconversa viene y es impactada. ¿Cuántas veces usted ha escuchado a alguien ir a una iglesia y decir, ‘el pastor era como si me estaba leyendo mis emails y quién le dijo al pastor que yo estaba pasando por esto, esto o lo otro’. Nada, el Espíritu Santo usó la palabra profética a través de la predicación para redargüir y tocar el corazón de alguien, y eso es un impacto tremendo sobre la vida de la persona, porque el don profético sobre todo es eso, para impactar a la gente incrédula y traerla al conocimiento del Señor Jesucristo.
Voy a añadir algo importante aquí, voy el punto número 11, ya voy casi terminando. Personalmente, hermanos, yo he observado que la profecía puede ser de gran bendición pero también muy peligrosa y dañina si no se maneja con madurez y sobriedad. Puede ser de gran bendición pero así puede ser dañina también. ¿Por qué?
Número 1, porque hay gente que muchas veces cree que tiene el don de profecía pero no lo tiene. Hay que gente que se equivoca. ¿Cuántas gentes son pastores pero no tienen el llamado pastoral? Y lo que hacen es hacer desastre muchas veces. O cojear allí todo el tiempo y sus iglesias no son bendecidas, porque se equivocaron del llamado.
Así hay personas que creen que tienen el don profético, pero no lo tienen y muchas veces lo que hacen es hacer daño, usando algo que no tiene el respaldo del Espíritu Santo.
En segundo lugar, puede ser dañina porque hay gente inestable emocionalmente que ejerce el don y lo pone en desprestigio y también hace daño.
Uno de los grandes misterios que yo he visto a través de mi tiempo en el pastorado y observando otros medios cristianos, es que hay veces que los dones sobrenaturales, como que atraen en una manera muy rara a personas que tienen ciertas debilidades estructurales en sus emociones. Y por alguna forma extrañísima, que eso data de hecho, yo he visto eso a través de la literatura medieval, a través de la antropología, hay una extraña confluencia entre la inestabilidad emocional y el mover espiritual. Es que la persona que tiene como una partecita de su mente abierta a la neurosis, como que también por ahí se filtra un poco de lo espiritual. Yo no se, eso es una rareza muy larga de explicar, y la aventuro con mucho temor y temblor.
Pero el caso es que a veces la locura puede abrir acceso a lo sobrenatural, hermanos, eso es así. Estoy hablando aquí en términos psiquiátricos, psicoterapéuticos así que olvídense, no se meta demasiado en ese abismo. Lo que quiero decir es que muchas veces hay personas en las congregaciones que tienen cierta inestabilidad emocional, se mueven en el don profético, y como no tienen la madurez, la solidez personal adecuada, pueden causar daño. Por eso es tan importante que siempre en las iglesias donde se mueve el Espíritu Santo haya autoridad pastora, que haya ancianos espirituales, que haya gente madura estabilizando.
Y los profetas deben siempre ceñirse a la autoridad pastoral en el contexto de la iglesia. Es una de las grandes controversias a través de la iglesia que muchas veces el don profético no quiere ceñirse al don pastoral, porque dicen, hey, yo no voy a respetar a este pastorcito aquí, si yo tengo revelación de parte de Dios. No, cada uno en su lugar. En la iglesia el pastor guía, los ancianos rigen. Dios les ha dado a ellos la autoridad gubernamental de presidir sobre la iglesia y los dones tienen que ceñirse en forma jerárquica a esa autoridad pastoral.
¿Cuántos pueden decir amen aunque no estén convencidos de lo que estoy diciendo? Es importante, ¿por qué? Porque muchas veces el don profético se puede mover en una forma inestable y se necesita gente sobria, bíblicamente instruida que pueda mantener el orden y corregir los excesos, como hace Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 14.
Ahora bien, a veces la profecía se puede ejercer, también, esto es otra razón por la cual también puede ser dañina, se puede ejercer en forma desordenada y excesivamente y hacer daño a visitantes, a nuevos creyentes y aún a gente madura en la iglesia.
Por eso Pablo dice, ‘mira si ustedes se ponen todos ahí a hablar en lenguas, un lenguaraje tremendo, todo el mundo, cada uno por allá saltando, uno por aquí.... dice, viene un inconverso y dirán, ‘esta gente está loca, hay que llevarla al manicomio a todos’. Ese es el Apóstol Pablo hablando, si no me cree busque Primera de Corintios, Capítulo 14.
Muchas veces el uso de los dones tiene que ceñirse a la razón, a la estética, al orden, a la efectividad evangelísticas. Los dones no son fines en sí mismos, hermanos. Hay que preguntase ¿qué bendición está trayendo el uso del don? Si no está trayendo bendición, póngalo a un lado, hermano, el don no es nada excepto si es de bendición al pueblo de Dios.
El Apóstol Pablo dice que un día todos los dones terminarán y lo único que quedará será el amor, porque lo demás ya no será necesario.
Yo amo los dones, pero no los idolatro. Y las iglesias no deben idolatrar los dones. Hay iglesia pentecostales carismáticas que rayan en la brujería, perdonen la palabra que es un poco pesada, o en la magia, porque idolatran los dones, y hay como un ambiente de magia en el aire, y siempre como que se está esperando en qué momento va a decir alguien algo y si no sale, pues, lo fabrican o lo que sea, porque hay esa cosa.... ¿usted entiende?
Y no, mire, si Dios quiere hablar, habla. Gloria a Dios, estamos abiertos, lo recibimos, lo bendecimos, lo reverenciamos si viene de Dios, y si no gloria a Dios tenemos la palabra del Señor, tenemos la adoración que declara las verdades de Dios. No siempre tiene que batearse un jonrón, no siempre tiene uno que salir por allí cojeando porque el culto fue una cosa tremenda, estrafalaria. A veces puede ser bien suave, bien lindo, bien tranquilo y gloria a Dios, hubo la misma manifestación del Espíritu Santo.
Pero a veces las iglesias como que crean una cuestión, una excesiva apreciación de los dones. Los dones hay que ponerlos en su lugar adecuado, en su lugar relativo.
Pablo dice, ‘mire, yo hablo en lenguas más que todos ustedes, pero prefiero hablar en la iglesia una palabra que sea de bendición al pueblo, que mil palabras que la gente no entienda.’ ¿Por qué? Porque Pablo era un hombre sazonado ya en las cosas del espíritu. Él lo había visto todo, había sido usado por Dios en todas las cosas. Había visto ya los excesos de las congregaciones y ya estaba curado de espanto y ya él sabía lo que valía y lo que era verdadero y lo que no.
Y eso pasa, con la experiencia uno va adquiriendo, y uno dice, mira, ok, se le cayó el moño a todas hermanas de la iglesia, pero se convirtió alguien. La iglesia creció en santidad. Hubo alguna revelación fundamental. Hubo edificación. Hubo palabra de doctrina, salieron los hermanos más fortalecidos. Y generalmente la respuesta es no, no, no, no. Entonces de qué sirvió todo ese despliegue de sobrenaturalidad.
Pablo dice, no, tiene que haber edificación, tiene que haber bendición, tiene que haber gloria a Dios, tiene que haber doctrina, tiene que haber algo. Eso es lo que condiciona el uso de los dones, hermanos, es que haya edificación.
Dice que los dones son dados para edificación, entonces, perdónenme si sueno un poquito, ya usted sabe, uno se entusiasma y se cree lo que está diciendo desde aquí arriba. Quisiera matizarlo un poco más, pero ustedes me entienden, ¿no?
A veces la profecía equivocada puede llevar a decisiones dañinas. Cuántas personas han sido mal dirigidas porque han recibido una palabra. Mira, dice el Señor que te cases con fulanito porque ese es el hombre que Dios ha escogido por ti. Y allí va esa pobre hermana, como un corderito llevado al matadero a casarse, y después tiene que estar allí arreglando el Señor los desajustes que se dieron, ¿no?
Yo creo, una de las cosas más peligrosas es lo que yo llamo la profecía directiva. Múdate a esta ciudad, cásate con fulanito, divórciate de fulanita, coge esta profesión, compra este carro, esa marca. Tenga mucho cuidado. O el niño va a salir varón, ¿cuántas veces he oído? Oh, ese es un varón. Dios te dice que el niño es varón y después sale más hembrita que Marlene Dietrich o algo por el estilo.
Tenemos que tener cuidado, hermanos, sobretodo cuando usted de una palabra, cuando usted sienta del Señor dar una palabra directiva, dígalo con humildad y con sencillez de corazón porque el record profético no es tan bueno. Y yo creo que hay que a veces decir las cosas como son. Entonces no venga usted como si hay record de ciento por ciento de exactitud, no lo hay.
Y si usted le va a dar a alguien que puede determinar una parte significativa de su destino, y de su vida, delo con el cuidado y el respeto y la humildad adecuada. Y dígale, mira, yo siento del Señor, decirte esto, pero busca confirmación de parte de Dios. Y estoy cumpliendo con mi deber, pero solamente hago eso, así que ahora órale al Señor para que te confirme lo que yo estoy diciendo. ¿Usted entiende? En vez de ofenderse porque la persona de una vez no salta a hacer lo que usted dice que haga. Hay que ser humildes, hermanos. Eso es bíblico y eso es conforme al corazón de Jesucristo.
A veces profetas inmaduros, finalmente una nueva razón por la cual hay que tener cuidado, a veces profetas inmaduros pueden caer bajo engaño diabólico y llevar en error a toda una congregación.
Los Mita en Puerto Rico, una iglesia que comenzó pentecostal a rajatabla, una iglesia muy pentecostal, donde Dios aparentemente se movía pero ¿qué pasó? Con el tiempo, la pastora, la persona que dirigía comenzó a pensar que Dios, el espíritu de Dios estaba sobre ella, que ella era la diosa Mita y cuando vino a ver esa mujer desarrolló una de las herejías más grandes que hay en toda Latinoamérica. Y cuando se murió ella, para corregir la siguiente dijeron que Dios había pasado a su esposo.
Y estos son errores. ¿Cuántas veces hemos visto a través de la historia ministerios que han comenzado bien, han comenzado llenos del espíritu de Dios pero poco a poco ha crecido una raíz de amargura, de orgullo, de venialidad, de dinero, de sensualidad y el diablo, poquito a poquito se ha ido metiendo en el corazón de esa persona y tornando su influencia en algo que ha destruido muchísimas vidas, congregaciones enteras, Jim Jones y otros por el estilo. Quizás comenzaron bien, pero terminan en error porque se dejaron llevar por otros espíritus.
Y por eso, hermanos, es que yo señalo estas cosas, no porque yo esté en contra de la profecía, sino todo lo contrario, porque la respeto tanto y porque quiero proveer una sana imagen de lo que es la profecía.
Habiendo dicho todo esto, yo digo lo que dice, Primera carta a salonicenses, Capítulo 5, versículos 19 al 21, el Apóstol Pablo dice:
“... no apaguéis el espíritu, no menospreciéis la profecías, examinadlo todo, y retened lo bueno....”
Nuestra iglesia nunca, nunca con la ayuda del Señor apagará el espíritu. Muchos movimientos de avivamiento a través de la historia han sido apagados por gente racionalista que no sabían manejar el mover sobrenatural de Dios y han matado y han apagado el espíritu a través de la historia.
Yo amo el mover del espíritu y quiero más de eso, y por eso estoy tomando toda esta semana para predicar acerca de los dones del Espíritu Santo. Y yo digo, nunca apaguemos el espíritu, nunca menospreciemos la profecía.
¿Por qué Pablo dice eso? Porque yo creo precisamente que pasaba lo que pasa en estos tiempos, donde ha habido tanto error a veces alrededor del tema de la profecía que ya la gente lo subestima, y dice, ‘ah, esos son cuentos de hadas, son cosas de viejas’. Y Pablo dice, ‘no, no menosprecien las profecías, retengan lo bueno de ellas, examínenlo todo y lo bueno reténganlo.’
En otras palabras, en el mover profético hay muchas nueces muy ricas, entonces lo que tenemos que hacer es examinarlo todo y retener aquello que es de Dios y lo demás lo ponemos a un lado. Mucha gente cuando ven un poco de error en el mover profético lo tiran todo de una vez a la basura, en vez de buscar lo bueno y retener eso. Eso es sano consejo de la palabra de Dios.
Hay tantas otras cosas que yo quiero decir, hermanos, voy a pedir a los músicos que pasen por acá rápidamente. Déjenme terminar con algún, así rápidamente, lo voy a leer solamente mientras los músicos pasan por aquí.
Quiero terminar con algo así bien positivo, prescriptivo. Yo he puesto como muchos puntales alrededor, y espero que lo que quede es mi gran reverencia por el mover profético de Dios y que yo creo en la profecía.
Si tu te vas a mover y vas a ejercer el don, si tu crees que Dios te está llamando a un mover profético:
Primero, profetiza naturalmente, profetiza en palabras comprensibles para la persona. No tienes que adoptar un tono demasiado dramático. Hay veces que la palabra puede fluir en una forma natural. Profetice naturalmente.
Sujétate a tu pastor. Yo agradezco cuando la gente se somete a mi autoridad pastoral. Yo tengo una responsabilidad delante de Dios de proteger a esta congregación y a veces tengo que juzgar, a veces las personas vienen y quieren como imponerse sobre mí para que yo los deje profetizar y si yo.... yo estoy, hermanos, yo estoy en el.... digamos delante Dios, yo le digo a la gente, mira, yo me hago responsable delante del Señor.
Yo creo que si yo estoy impidiendo que algo se de por amor a mi congregación Dios va a entender si yo me equivoco, y él va a darme gracia. El pastor tiene una posición muy poco envidiable, donde tiene que concertar muchas diferentes cosas. Yo amo a la gente humilde que cuando siente una palabra profética, viene a donde mí y me la comunica y entonces me dan a mi la libertad para yo darle curso o no.
Y si no siguen tan amigos conmigo como si nada hubiera pasado. Ese es el don profético. Esa es la humildad que se debe tener.
Profetiza con humildad, no creas que porque tu tienes un don profético eres la última Coca Cola en el desierto. Y profetiza en una forma sencilla y somete tu profecía al juicio de la gente y entonces retírate. Ya tu cumpliste con tu deber, ahora deja eso en las manos de Dios y de la persona que está recibiendo.
Profetiza con corazón pastoral. Discierne el momento, discierne el tema, discierne la persona, discierne la situación, discierne la congregación, hay revelaciones, hay palabras proféticas que Dios te va a dar, que si tu las anuncias ante una gran multitud vas a avergonzar a alguien o vas a dividir un matrimonio, o vas a crear problemas para el pastor, o vas a dejar una congregación toda dividida y confundida. Eso no es de Dios. La palabra de Dios no trae confusión.
Entonces, hay que discernir. Si tu crees que una persona está endemoniada, no se lo digas de frente a 500 personas, si ya estuvo endemoniada probablemente mucho tiempo, unos minutos más que espere a que termine el servicio, para que tu se lo digas personalmente no le va a hacer ningún daño. Espera el momento, pero a veces nosotros sentimos algo y queremos anunciarlo para que la gente vea nuestra unción profética. Eso es de la carne, eso no es de Dios.
Profetiza con corazón pastoral. La profecía tiene que ser pastoral y misericordiosa y de gracia y madura y sabia, y sobria, y busca bendecir y levantar, no busca atropellar.
Crece en tu conocimiento bíblico y en tu madurez espiritual. Mientras tu más conozcas de la palabra y mientras más maduro tu seas en el espíritu, más vas a poder manejar ese sublime don que Dios ha puesto en tus manos, de la profecía.
Mucha gente son muy proféticos, pero son muy inmaduros y entonces hacen daño, tienen un arma muy fuerte, y como no la saben usar le vuelan la cabeza a medio mundo y de vez en cuando pues, pegan en el corazón. Pero mucho mejor que tu crezcas. El que tu seas profeta no te exime de crecer en el conocimiento de la palabra de Dios y también crecer en el fruto del Espíritu Santo. Eso va a bendecir tu don más que empobrecerlo.
Cultiva el fruto del espíritu. Mucha gente se enamora del don del espíritu, pero no cultivan el fruto del espíritu y un don usado en el fruto del espíritu es bellísimo, tiene una belleza especial.
Cuidado con el orgullo espiritual. Cuidado con las profecías directivas. Háganla con una forma tierna y tentativa y discierne lo que es circunstancial de lo que es divino y espiritual. Porque muchas veces lo que estamos viendo es psicología y no es revelación divina. Vemos una persona, con una ropa mal vestida, y decimos, ‘oh, Dios dice que estás en necesidad financiera’. Bueno, cualquier psicólogo puede ver eso y decir, es cierto, ¿no? A veces lo que tenemos es más bien perspicacia psicológica y lo llamamos profecía. Entonces, tenemos que tener cuidado, discernir verdaderamente que lo que estamos diciendo lo estamos diciendo en el espíritu.
Hermanos, voy a terminar porque los niños parece que ya me están diciendo, ‘Pastor, es hora de que usted termine’. Me tomo tiempo porque es un tema bien complejo y es un tema bien importante y es un tema que necesita claridad y que el pueblo de Dios está viviendo un tiempo muy peligroso y yo se que Dios va a moverse más y más en medio de nosotros y tenemos que proveer una buena chimenea para el fuego que Dios está trayendo. Amen, para que no se nos queme toda la casa, sino que haya bendición y calor para el pueblo de Dios.
Gracias por ser pacientes y que estas palabras se queden en sus corazones. Amamos el don profético. Amamos la manifestación del poder de Dios. Queremos que Dios se mueva más en medio de su pueblo, queremos proveer sanos canales dentro de los cuales corra la energía divina. Recibe esa palabra del Señor en esta mañana.
Ponte de pie un momento, mi hermano, mi hermana, y si tu sientes del Señor que Dios te está llamando a ejercer el don profético ahora mismo dile, ‘Padre, yo recibo tu unción espiritual, yo quiero que tu me uses y estoy abierto’.
Y si Dios pone en ti un impulso y tu sientes que Dios está hablando y que quiere comunicar algo a través de ti a una persona, hazlo con humildad, hazlo con amor, hazlo con sencillez de corazón y dile, mire, de lo que tengo te doy, como dijo Pedro, ‘No tengo oro ni plata pero lo que tengo te doy. Tengo algo que Dios ha puesto en mi corazón y lo voy a compartir contigo y espero que te sea de bendición. Ora y pide confirmación de parte de Dios.’
Usa tu don, ejerce tu don, ejercita tu don y ve creciendo en uso y en sabiduría y en experiencia y atrévete más y más hasta que tu don entre en una plena manifestación.
Padre, en el nombre de Jesús yo pido que por esta palabra predicada tu pueblo, Señor, reciba ánimo y deseo de moverse más en lo sublime de tu poder sobrenatural, Señor. Declaramos la soltura del don profético en el corazón, en el espíritu de tu pueblo, Señor. Te damos gracias, porque tu eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Te damos gracias, Señor, porque hay profetas en nuestro medio. Te damos gracias, porque hay palabra profética que ha sido de bendición a esta iglesia y a nuestras vidas, Señor.
Te damos gracias porque tu has tenido misericordia de nosotros y no has mirado nuestra bajeza, Señor, sino que con tu amor incomprensible, has dado estos dones para edificación de este pueblo, y le damos la bienvenida, Señor y pedimos que tu desates ese don en el corazón y el espíritu de tus hijos, en el nombre de Jesús, más de unción, Señor, más de tu mover profético, más revelación clara y cristalina, Padre.
Anhelamos escuchar de ti, Señor. Queremos tratos contigo, queremos intimidad contigo, Padre. Queremos todo lo que venga de ti, lo recibimos y lo ponemos a correr en la vida de tu pueblo, en el nombre poderoso de Jesús, y nosotros decimos, Amen, que el Señor sea con ustedes, mis hermanos, su gracia les bendiga grandemente.
El don de milagros
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Quiero invitarles a ir a la palabra de Dios en Primera de Corintios, Capítulo 12.
Para los que nos visitan y otros quizás, les quiero recordar, o anunciar que estamos haciendo un recorrido a través de los dones del espíritu. No se si usted se ha criado en un ambiente pentecostal carismático, o quizás no tiene mucha experiencia en cosas de la iglesia en general. Pero lo dones, lo que se llama dones en español son provisiones de poder de parte de Dios para su pueblo, para que su pueblo pueda llevar a cabo las tareas que Dios le ha encomendado que lleve a cabo, tareas de evangelismo, por ejemplo, tareas de sanar a los enfermos, tareas de traer palabra fresca de parte de Dios a una persona, a una nación, a una comunidad, tareas como respaldar los reclamos de Jesús como el Hijo de Dios por medio de obras que muestren que a través de su nombre se están haciendo cosas que de otra manera no se podrían hacer. Y también son muestras de la misericordia y el amor de Dios en situaciones de necesidad donde no puede haber una provisión natural pero Dios puede proveer algo sobrenatural para atender a esa necesidad y por lo tanto suelta su poder para que esa situación pueda ser resuelta. Y esos son los dones, carismata se dice en el griego original, es un don, un regalo de Dios, una provisión divina para que alguien pueda llevar a cabo la obra de Dios aquí en la tierra, es algo sobrenatural.
El Apóstol Pablo ..... Primera de Corintios, Capítulo 12 señala 9 dones que yo creo personalmente que no son todos los dones que hay. Hay muchos otros dones, y de hecho hay otras listas de dones en la Biblia, por ejemplo en Romanos, en Efesios, hay otros dones también que no son tan espectaculares como estos que él menciona aquí, dones de servicio, dones de enseñanza, dones de repartir, dones de dirigir, y son otro tipo de dones. Pero aquí hay unos dones que son como dones claramente sobrenaturales y estos son algunos de los que el Apóstol Pablo está señalando, y los estamos discutiendo con ustedes para su instrucción, para que nosotros entendamos que estas son cosas que están disponibles para todo hijo de Dios y para toda iglesia que esté abierta a su distribución y a su curso en la vida cristiana.
Muchas veces estos dones no operan en nosotros porque no creemos que son para nosotros, se nos ha dicho que ya esos dones desaparecieron de la tierra, se piensa que, bueno, eso es para los cristianos súper espirituales, eso es para la gente que ayuna 3 días por semana y es absolutamente perfecta, y para gente que lleva mucho tiempo en el Evangelio y entonces todas estas cosas impiden.... o simplemente no se nos ha dicho que la vida cristiana es una vida de poder sobrenatural, de moverse en el nivel sobrenatural y que esas cosas están allí para todo cristiano, para todo aquel que cree, para todo aquel que puede creer que Dios todavía es el mismo ayer, hoy, por los siglos y entonces como no tenemos esa mentalidad, pues, los dones se quedan adormecidos en nosotros, se quedan en mero potencial, pero no los estamos usando, no los estamos desarrollando.
Y ustedes recordarán lo que le dice el Apóstol Pablo a Timoteo, ‘te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti’.
Si yo fuera pentecostal tipo Yiye Ávila les diría ahora mismo, ‘dile a tu hermano, aviva el don de Dios que está en ti’. Amen. Pero te lo puedes decir a ti mismo. Mírate así y ‘aviva el fuego del don de Dios que está en ti’ y úsalo, ejercítalo, pídale al Señor que lo desarrolle, cree que eso es para ti.
Entonces por medio de estos sermones yo estoy tratando de desarrollar el conocimiento de cómo opera cada uno de estos dones y desarrollar en nosotros ese apetito y esa sensibilidad al mover sobrenatural de Dios en la vida de cada uno de nosotros.
El Apóstol Pablo recordarán que aquí mismo en Primera de Corintios 12, comienza diciendo, ‘No quiero hermanos que ignoréis acerca de los dones espirituales....’
Dios no quiere que nosotros estemos ignorantes acerca de cómo funcionan los dones del Espíritu Santo. Entonces ya hemos señalado varios de estos dones, en el versículo 8 ahí mismo de Primera de Corintios 12, dice:
“,,, porque a éste, -es decir, a uno en la iglesia le es dada por el espíritu..- dice, pero a cada uno le es dada la manifestación de espíritu para provecho porque a éste es dado por el espíritu palabra de sabiduría..... – que hemos discutido esa palabra de sabiduría -.
Les refrescamos que esos sermones están disponibles en el Internet en record para que ustedes lo puedan escuchar cuando quieran también.
“... palabra de sabiduría, a otro palabra de conocimiento o ciencia..... – como se traduce al español, pero es gnoseos, que la idea es conocimiento -,..... según el mismo espíritu, a otro fe por el mismo espíritu y a otro dones de sanidades por el mismo espíritu.....”
Ese fue el último don que discutimos, el don de sanidad y dijimos que ese don está en operación, por eso cuando nosotros oramos aquí uy decimos, Padre, sana a tus hijos, bendice, y declaramos sanidad y salud es porque creemos que ese don todavía está en función y creemos que Dios todavía está en el negocio de sanar a los enfermos. Amen. Y tenemos que usar ese don y tenemos que ejercitarlo para que crezca y se desarrolle en nosotros.
Entonces ahora, en el versículo 10, el Apóstol Pablo dice, “... a otro el hacer milagros, y también dice, y a otro profecía...”
Ojalá que yo pueda rápidamente tomar estos dos dones y desarrollarlos un poco más. Miremos primeramente el don de milagros. ¿Qué es el don de milagros? Primeramente déjenme decirle que en español dicen la palabra milagros, pero en el griego original, cuando el Apóstol Pablo escribió en el original griego, en su propia pluma, digamos o a través de una persona a quien él le estaba dictando estas cosas; él no escribió la palabra milagros, esa es una palabra que se ha traducido así, pero la expresión cuando Pablo lo escribió ‘energemata dunameon’. Energemata, ¿qué palabra hay allí? Energía, y quiere decir ‘obras o inversiones de energía’, y ‘dunameon’, de la palabra sale dinamita, una persona dinámica es una persona enérgica, fuerte, poderosa. Entonces ‘energemata dunameon’ quiere decir ‘obras o acciones de poder’.
Obras de poder en general, obras de poder. Eso es lo que es un milagro. Es una obra poderosa de parte de Dios. Un milagro es una intervención soberana de parte de Dios sobre las leyes de la naturaleza. Es como que Dios por momento congela las leyes que él mismo ha declarado sobre el universo, leyes físicas, leyes biológicas, leyes electrónicas y químicas, y dice a un lado.
Por un momento ahora, I’m going to make an executive decisión here, voy a hacer una decisión ejecutiva, y por un momento voy a poner en paro la ley de la naturaleza y voy a imponer mi poder para una obra de misericordia. Entonces Dios viola la ley natural e impone su poder sobrenatural. Esa es la mejor manera que yo puedo poner.
En otras palabras, un milagro es una obra poderosa de Dios por medio de un instrumento humano, o no solamente humano, puede ser soberano, soberanamente Dios hacer una obra él mismo directamente. Pero generalmente es, aquí en este contexto, es una obra soberana y poderosa de Dios, una intervención sobrenatural de parte de Dios a través de un instrumento humano que viola las leyes de la naturaleza y generalmente para un propósito misericordioso, un propósito de amor. Esa es la mejor definición que yo podría dar acerca de un milagro.
Y hermanos, yo puedo decir que esas obras poderosas de Dios todavía están en función en el siglo XXI. ¿Cuántos creen eso? Amen. Creemos en un Dios poderoso, sino no estuviéramos aquí en esta mañana. Muchos de nosotros somos manifestaciones del poder de Dios. Dios ha quebrantado cadenas en nuestras vidas. Amen.
Anoche mismo en el servicio en inglés, que de paso, les digo, visiten ese servicio en inglés, patrocínenlo, hablaba un joven polaco, Woytek se llama él, no recuerdo su apellido ahora mismo. Él ha estado con nosotros 3 años Woytek llegó al servicio español de la iglesia y siempre se sentaba allá atrás los miércoles, hace tres años. Y yo me decía, ¿qué hace este bendito polaco aquí que no habla ni siquiera una palabra de español, en un servicio de oración? Sentado allá sin hablar ni papa de español, pero Woytek venía allí deprimido y alcohólico allí a llorar a veces con la cabeza baja, quebrantado. Después yo supe que Woytek –digo todas estas cosas porque él ha dado su testimonio varias veces y anoche dio un testimonio más completo-.
Woytek venía de una tradición católica, de una tradición más bien religiosa, no eera un católica practicante. Me dice que visitaba de vez en cuando una iglesia católica, pero que eso no había llenado su vida por cualquier razón que fuera. Pero el caso es que después yo supe que Woytek había sido diagnosticado un par de años atrás, hace 3 años de eso, así que tiene 5 años con Parkinson’s disease, una enfermedad terrible degenerativa, que al final es la muerte y una muerte prematura y él la contrajo esa enfermedad en una etapa muy joven de su vida. Wytek tiene apenas treinta y tantos de años, quizás, lo mucho 40 ahora, es decir, pero la contrajo bien temprano en su edad en su vida. Es una enfermedad incurable, degenerativa y totalmente destructiva.
Bueno, Woytek conoció al Señor, Woytek fue creciendo en el Señor. Yo he visto como Dios ha ido quebrantando su alcoholismo, destruyendo eso completamente en su vida. Eso es un milagro, es una obra de poder. ¿Cuántos creen que es así? Amen. Porque él no lo hizo a través de ninguna otra manera, excepto su vida siendo fortalecida.
Dios trató también con su depresión, eminentemente deprimido. Era un hombre que tenía un muy buen trabajo, no pudo seguir trabajando. Tenía que tomar pastillas continuamente en su vida, ya Woytek si pasaba unas cuantas horas sin tomar su pastilla, totalmente se volvía un vegetal prácticamente. Y Woytek fue creciendo en fe y de vez en cuando se paró aquí al frente para darle gracias al Señor. Oramos por él varias veces y declaramos vida sobre Woytek.
El caso es que anoche él testificaba. Woytek se ve mucho, mucho mejor, pero es un cambio radical en su vida. Yo nunca hubiera pensado que Woytek iba a estar allí hablando de paso demasiado anoche en el.... pero testificando de la abundancia de su corazón y de lo que Dios había hecho en su vida. Yo me quedo sorprendido viendo la obra.
Pero ¿saben qué? Dios hizo una intervención.... aquí es interesante algo, porque muchas veces Dios obra y su milagro, y yo creo que, saben lo que yo les he dicho que... yo creo que a veces nosotros no vemos esos milagros absolutamente claros, cristalinos que vemos en la Escritura porque el mover de Dios en este tiempo está complicado por una cantidad de cosas; falta de fe de parte del pueblo de Dios, pecaminosidad, falta de consagración de parte del pueblo de Dios, muchas cosas que han contristado el corazón del Señor.
Pero yo creo que Dios quiere restaurar sus milagros en maneras claras y poderosas, pero Dios todavía obra milagrosamente a veces en formas matizadas, no tan fuertes, no tan claras, pero de maneras verdaderamente milagrosas todavía.
Y yo creo que a veces Dios hoy en día permite, por ejemplo, sanidades graduales. Sabe que un milagro no tiene que ser instantáneamente, un milagro se puede ver gradualmente, una sanidad.
O muchas veces Dios puede, yo creo, a veces hacer un milagro sacando una respuesta de donde no parecía haber ninguna para que una persona sea sanada, y porque él no lo hace directamente, no me pregunte a mi.
El caso es que Woytek descubrió a través del Internet un nuevo procedimiento experimental médico, que no se había probado en ninguna parte del mundo. Y en una manera milagrosa yo creo, Dios permitió que él fuera el primero en que se le permitiera pasar por esa operación experimental.
Y ¿saben qué? Los médicos están, porque hay otras personas que están tomando el mismo procedimiento y él ha superado por muchísimo a cualquiera de las otras personas que están tomando ese nuevo experimento y Woytek ha hecho un cambio que los médicos dicen que es absolutamente milagroso. Ellos no pueden explicar cómo es que Woytek ha sanado tan rápidamente de una enfermedad que es prácticamente incurable y que es una condena a la muerte.
Y yo creo que ahí vemos, yo quisiera poder decir, no, Dios simplemente lo tocó y lo sanó soberanamente, pero yo creo que Dios usó medios humanos y circunstanciales para llevar a cabo una obra milagrosa en la vida de este hombre, y Dios ha hecho milagros al restaurar su depresión, al restaurar su alcoholismo, al restaurar su condena de muerte y tantas otras cosas maravillosas, al tocarlo con su espíritu. Y también ir propiciando sanidad en la vida de él y milagros en la vida de él.
Y al yo hablar de esto, hermanos, miren algo bien importante acerca de los milagros. Fíjese cómo yo estoy relatando esto. Yo lo estoy relatando con matices, yo no estoy aquí diciendo, y Dios sanó a Woytek y ya Woytek está milagrosamente recuperado de su enfermedad. Yo estoy diciendo que Dios usó también a los médicos por los usó.
¿Sabe algo que a mi me molesta a veces de nosotros los pentecostales y carismáticos? Que a veces exageramos un poco. ¿Cuántos dicen amen a eso? ¿Si o no? Esas son exageraciones evangelásticas, así se llaman. Yo creo que, hermanos, Dios no necesita que nosotros lo ayudemos.
Mire, si Dios hizo un milagro y fue de un tamaño no muy grande, pues diga, mira, fue de este tamaño, pero no lo ponga de este tamaño queriendo ayudar a Dios, porque muchas veces ¿saben qué? desprestigiamos los milagros de Dios, porque a veces nos adelantamos y decimos cosas que Dios no ha hecho o no ha respaldado y no hablamos con los matices adecuados y ¿saben qué? en vez de ayudar, hace daño, porque genera incredulidad en la gente. Y entonces después cuando ven lo contrario de lo que usted dijo o que no era tan grande como usted le decía, dicen, a no, esta gente estaba mintiendo, y así son todos unos mentirosos, así que no hay milagros.
Yo prefiero decir las cosas tales y como son y dejar entonces las cosas al Señor. ¿Pueden decir amen a eso? Seamos honestos, seamos claros. Mire, si Dios lo sanó de un resfriado no diga que lo sanó de cáncer, diga que lo sanó de resfriado. Si tenía un dolor de cabeza pequeñito, no diga, oh, lo sanó de una migraña que se le estaba explotando el cerebro y se le estaban saliendo los sesos por los oídos y..... no, diga las cosas como son. Y seamos sobrios en el hablar, hermanos, seamos sobrios en lo que reclamamos y tengamos cuidado muchas veces.
Eso no quiere decir que tenemos falta de fe, todo lo contrario, tomamos tan en serio al Señor, y tomamos tan en serio a las cosas de Dios que no nos atrevemos a hacer cosas que puedan dañar los procesos de Dios y traer mal testimonio a los demás.
Y esa es una de las cosas acerca de los milagros y del mover sobrenatural. Dios quiere un pueblo que sea sobrio y que entienda que no podemos idolatrar los milagros. Otras de las cosas de las cuales yo me quejo de nosotros los pentecostales, es que muchas veces nos dejamos deslumbrar por los milagros y le damos más importancia a los milagros y a las lenguas y a las profecías y ya las convertimos en casi como sustituto de Dios y de la palabra y ya si no se da un milagro, los fabricamos. Y si en el servicio no se le cayó el moño, pues no había bendición. Y entonces todo el tiempo tiene que ser un relajo y una fiesta porque sino el espíritu no se movió, eso es una exageración, hermanos, Dios se mueve, Dios hace milagros en muchas maneras en la vida del hijo de Dios.
A veces los milagros de Dios son bien sutiles, pero son poderosos también de todas maneras. A veces Dios hace cosas en una congregación en un día particular, no parece que hubo ningún milagro, pero Dios sanó a alguien.
.... hablan las cosas con matices. Cuando uno escribe una tesis, por ejemplo, o hace un trabajo erudito, se supone que uno siempre añada matices, que uno provea la versión contraria, que uno deje saber que lo que usted está escribiendo es simplemente una opinión, que usted se contradiga a sí mismo para que los otros sepan que usted no está totalmente seguro de lo que está diciendo, que hay otras ideas posibles, que si usted tiene algún interés personal en eso, usted lo diga para que la gente sepa cómo tomar sus declaraciones. Todas estas cosas, estos matices, que el mundo secular exige de las personas cuando están declarando alguna verdad, y ¿saben qué? nosotros los evangélicos, que debiéramos ser mucho más exigentes que el mundo secular, no tenemos la misma integridad en ese sentido y muchas veces exageramos las cosas, decimos cosas que no se dieron, inventamos cosas y todo esto lo que hace es que trae desprestigio al Señor, en vez de.... si nosotros habláramos claro, con matices, con seguridad y dijéramos las cosas como son, ¿quién sabe si Dios hasta haría más todavía? Y más gente creería por la integridad del pueblo de Dios, seamos gente íntegra. No tratemos de hacer el trabajo de Dios. Dios no necesita mi ayuda ni la suya, hermano, y no tenga temor de decir las cosas como son.
Hay muchas cosas que yo no las digo, ni las hago porque le tengo tanto respeto a los milagros de Dios, no es porque tengo falta de fe sino porque ya he visto tantas veces cosas que decimos que después no se dan que yo prefiero mejor respetar al Señor, y no es que me falte fe, entiéndame bien. Porque yo entiendo que a veces uno tiene que declarar por fe las cosas. Yo comprendo esa parte, yo creo que a veces uno tiene que decir las cosas por fe y creer que Dios las está haciendo y eso es cierto también, pero hay que tener cuidado, hay que tener un balance, por muchas veces decimos, Dios me sanó y a los 6 días usted ve que la persona está por allí rengueando con el mismo bastón que tiró al frente en el servicio, ahora lo cogió otra vez y nadie se está dando cuenta pero ahí lo tiene otra vez. Entonces la gente ve eso, guau, pero si Dios sana, o ¿lo sanó o no lo sanó o es que tiene otra enfermedad y ahora hay que sanarlo de nuevo?
Entonces yo creo que tenemos que tener cuidado, hermanos, ¿usted entiende? Porque tenemos una gran nube de testigos alrededor de nosotros y tenemos que darle cuenta a otras personas, tenemos que edificarnos unos a otros. Es decir, hay que tener un balance en la vida, es todo lo que yo estoy pidiendo y todo lo yo creo que Dios pide, sobriedad. Digan sobriedad, hay que ser sobrio en las cosas del Señor. A veces queremos ayudar a Dios y Dios no necesita ayuda.
Yo digo, mira, si Dios es bien responsable y bien poderoso para él fortalecer y respaldar su propio poder si él quiere. Si él no lo hace eso es problema de él, no mío. Yo no me tengo que echar encima los asuntos de Dios y los misterios de Dios, ¿para qué? Yo soy un mero, una hormiguita ante ese.... ni una hormiga, no soy ni un átomo siquiera en comparación con la infinitud de Dios. Así que seamos humildes, seamos sobrios, tengamos cuidado cómo hablamos, pensemos en los demás alrededor de nosotros, pensemos en el futuro, pensemos también en el presente y todas estas cosas, pensemos en el contexto y seamos sobrios. Manejemos los asuntos del espíritu en una forma adecuada.
Entonces, los milagros, específicamente estas obras de poder de las cuales se habla aquí, de nuevo es una intervención soberana de Dios que se sobre impone a las leyes de la naturaleza para un propósito definido.
Miren por ejemplo algunos milagros, específicamente obras de poder en la Escrituras: Jesús caminando sobre el mar, eso es un milagro. Hay que diferenciar de paso, entre una obra de sanidad y un milagro porque Pablo aquí como que diferencia, aunque muchas veces es tan difícil. A veces la palabra milagro se puede usar, y la Biblia a veces la usa en una forma general, genérica, para referirse a cualquier tipo de obra milagrosa de Dios, incluyendo sanidades. Les podría mostrar textos pero no tenemos tiempo ahora mismo para prendernos en eso.
Pero a veces se habla de milagros como una obra general de Dios, sanidad, provisión, liberación de un demonio, todo esto. Pero aquí específicamente dice, “.... obras de poder por el mismo espíritu....” y es fácil identificar ese tipo de obra poderosa de Dios en la Escritura, que no es de sanidad, no es hablar en lenguas, no es liberar de un demonio, no es profecía, es simplemente una imposición de Dios sobre la naturaleza.
Jesús caminando sobre el mar, las leyes de la física dice que uno no puede caminar sobre el mar porque la solidez de los átomos y de las moléculas de agua no permiten este tipo de impenetrabilidad que tienen por ejemplo, las moléculas de un pedazo de madera. Entonces cuando Jesús caminó sobre el mar estaba imponiendo una ley divina sobre una ley física y él podía caminar sobre el mar, no solamente lo hizo él sino que le extendió su poder a Pedro para que también él pudiera caminar sobre el mar. Interesantemente, fíjese que los milagros están también muy unidos a qué otro don, al don de fe. ¿Qué le pasó a Pedro cuando dudó? Dice que cuando comenzó a ver el mar y las olas y el viento y el rugido de la tormenta, dijo en su mente, óyeme, pero no se supone que un ser humano pueda hacer esto, qué está pasando, y comenzó a dudar y comenzó a hundirse. ¿Por qué? Porque ahí estaba operando también... había una porción de fe. El don milagros está unido, como el don de sanidad a fe y muchas veces estos dones operan... no podemos dividirlos así tan tajantemente porque muchas veces hay dones que operan juntos. Hay veces que en un milagro puede haber sanidad, fe, profecía, cantidad de diferentes dones operando juntos. Yo les puedo mostrar eso también.
Pero así milagros puros, por ejemplo, Jesús caminando sobre el mar, Jesús aquietando la tormenta. La lógica nos dice a nosotros que una tormenta no es un ser, no es una entidad conciente que puede negociar con un ser humano, que uno le dice, mira, por qué no te calmas porque estás haciendo mucho ruido; y dice, ah, ciertamente. Perdóneme, uuuuy, y se calla. No, una tormenta no opera de esa manera. Una tormenta no tiene conciencia, es una fuerza ciega. Sin embargo, Jesús con su poder milagroso le dice a la tormenta, ‘Calla, enmudece’, huuuu, enseguida el mar se suaviza, cesa el viento, los rayos se aquietan y todo se hace calmado. ¿Qué pasó allí? Una imposición de poder, la autoridad de Cristo se impuso sobre la ley de la naturaleza y ejecutó un milagro.
Otro milagro, Jesús cambia el agua en vino. Las leyes de la naturaleza dicen que eso no es posible así tan fácilmente, se podría hacer de otra manera, quizás cogiendo un poco de uvas magulladas o algo así y se podría hacer una mezcla rara de vino que yo no creo que sabría tan buena después de todo, pero yo no se, como nunca he probado eso, así que no sabría decirle. Pero, de nuevo, Jesús cambió el agua en vino. Tráigame agua y declaró el poder transformador y cambió los átomos, cambió las moléculas del agua en vino, y no cualquier vino, no era Maniyevish de 35 centavos por galón, no. Esto era chatonnais du pap 1826. No esto era un vino de primera, tanto así que cuando lo probó el catador de vino de la boda dijo, óyeme, pero ustedes si las traen, eh. Generalmente da el buen vino al principio cuando la gente todavía está que sabe lo que se está tomando, pero ustedes lo hicieron al final. Qué interesante, dijo el catador. No, es que Jesús había..... y Jesús no hace porquería, Jesús no hace basura, cuando él hace algo lo hace bien. Así que Jesús cambió el agua en vino.
Y así tantos otros, uno de los milagros que a mi más me gusta en la Escritura es el milagro que hizo Eliseo en Primera de reyes, Capítulo 6. Es un milagro tan lindo y tan sencillo y elegante en un sentido que me gusta mucho ese milagro porque ustedes recuerdan que estaban los hijos de los profetas. Era como una escuela de profetas, interesante, una escuela de profetas, podemos hablar acerca de eso un poquito más adelante, pero están edificando un seminario, una casa para los hijos de los profetas, para estos profetas en entrenamiento y están construyendo la casa y esa casa está cerca de un río, y ¿qué pasa? Que a uno de los constructores, de los que está trabajando como voluntario se le cae el hacha adentro del río. Y ¿saben qué? Imagínense en estos tiempos, un pedazo de metal, un hacha, usted va ahí a Home Depot y la compra o un martillo usted lo compra por 3,50. Quizás se les cae con el primer clavitazo que de pero 3.50 le puede costar. Pero el metal se consigue hoy en día y es barato, no cuesta tanto, pero en aquel tiempo, estamos hablando en la era del hierro a lo máximo quizás, históricamente hablando, un hacha era extremadamente costosa porque el metal no era tan disponible, no era tan fácil, es decir que fue una pérdida tremenda que este hombre se le cayera ese hacha en el agua.
Y él va donde el profeta, y que bueno es ir a Dios cuando tu necesitas un milagro. Que bueno es ir donde está la unción de Dios. Gracias a Dios que él no fue a llorarle a la persona, porque el hacha era prestada inclusiva, gracias a Dios que él no fue a don psiquiatra para que lo consolara ahora de ese trauma tan grande que él tenía que se le había perdido el hacha. No, él fue al profeta de Dios y le dijo... ‘profeta, se me ha caído el hacha y era prestada ese hacha Dios mío, ¿qué voy a hacer ahora? Y le dice, ‘no te preocupes, dice Eliseo y dice, ‘mira, coge un palo’. Eliseo corta un palo y lo echa al agua. Que cosa más interesante. Lo echó al agua y ¿qué pasó? El hacha flotó y entonces dijo, ‘ok, tómala’, ffff, se metió su revolver y siguió.... ‘y devuélvesela a su dueño’.
Que interesante, no. A veces Dios obra, es interesante estas cosas, los milagros y las profecías y las cosas obran a través de instrumentos simbólicos. Yo creo que una de las cosas, y muy interesante que nosotros tenemos que recordar, hermanos, como pueblo profético, pueblo sobrenatural, pueblo que cree en obras milagrosas de parte de Dios, es que tenemos que aprender también a usar los símbolos.
Por eso es que es tan lindo cuando uno levanta manos, se arrodilla, danza, se ríe en el espíritu, pasa al frente. Uno dice, bueno, que importa, yo me puedo quedar ahí en mi silla y estoy tan cerca del trono de Dios como si estuviera aquí adelante, porque yo no se si el trono de Dios está arriba, abajo, al este, al oeste, así que me voy a quedar ahí sentado y menos problema.
Pero ¿saben qué? El acto ese de usted salirse de su silla, orientar su mente hacia el Señor, dar un paso de la conciencia y de la voluntad, incomodarse, ponerse en público su acción, eso denota compromiso, denota fe, denota creer en Dios. Eso es como que activa, en un sentido, el poder de lo sobrenatural. Los símbolos ayudan mucho a desarrollar la fe. Por eso yo respeto mucho esas tradiciones católicas, ortodoxas griegas, que tratan mucho más con los símbolos que nosotros los evangélicos, porque hay un poder en eso.
Ahora, lo que pasa es que muchas veces los símbolos se pueden convertir simplemente en una cuestión vana, ya dejamos de ver el símbolo y lo que representa o lo idolatramos o lo que sea, pero los símbolos son muy buenos.
Entonces, el profeta Eliseo tiró ese pedazo de madera en el agua para que flotara el hacha. El Señor usó eso por ejemplo, en una ocasión para sanar a un ciego, hizo saliva con lodo, imagínese, si lo hiciera Benny Hinn lo tildarían de ocultista y de brujo. Pero el Señor cogió saliva y tierra y ungió los ojos con sus dedos del ciego y el ciego pudo ver. ¿Por qué el Señor hizo eso si muchas veces había dicho simplemente... con Bartimeo le dijo simplemente ‘se sano’? Y Bartimeo vio. Uno no sabe por qué, porque muchas veces el Espíritu Santo dirige a las personas a hacer diferentes cosas raras.
Cuando uno está moviéndose en el mundo de lo espiritual y de lo milagroso pueden suceder cosas muy raras y muy interesantes muchas veces, y uno tiene que tener a veces ese discernimiento de Dios de hacer cosas que son raras y diferentes, por eso es que la persona que crea que Dios solamente se puede mover con elegancia, con guantes blancos, muy elegante, muchas veces no va a ver el mover de Dios. Por eso en muchas iglesias nunca se moverá el poder del Espíritu Santo porque esa gente quiere como que Dios siempre se mueva en una forma predecible, controlable y elegante. Y muchas veces Dios escoge hacer cosas que les tumba el orgullo y la idolatría, la razón a la gente, y para humillarlos hace cosas completamente raras y contrarias a la razón y a la elegancia para que sepan que él es soberano que él hace lo que a él le da la santa gana.
Recuerdan el milagro de Naamán, el sirio, del cual yo hablé antes. Naamán vino a Israel queriendo ser sanado y el profeta le dijo, ‘bueno, ve, tírate ahí en el Jordán 7 veces y ya...’ Y Naamán se ofendió porque en su país había ríos mucho mejores que el Jordán y por qué mejor mandó un ángel que me tocara con una varita mágica como convenía a mi dignidad de general militar. Y Dios quería humillarlo. Dios quería mostrarle que él no es nadie. Dios quería mostrarle que él no puede obligar a Dios a hacer nada y Dios quería que él se hiciera como un niño y creyera lo que Dios le había dicho.
Y muchas veces los milagros de Dios no se dan en nuestra vida porque tenemos orgullo intelectual, tenemos orgullo personal también. Hay gente que no levantan la mano ni que usted busque una grúa para levantársela porque no quieren que nadie los vea. No derraman una lágrima ni que usted le inyecte, no se, agua de sal en los ojos, porque no, eso, si me ven llorar me van a ver que soy débil, no cantan, no abren la boca porque no quieren humillar su orgullo en un servicio y Dios quiere que se quebrante esa dureza antes de él poder hacer el milagro que quiere hacer en tu vida.
Hay que humillarse, por eso yo creo que Dios muchas veces no hace las obras transformadoras, milagrosas en nuestra vida, es porque todavía estamos duros, estamos tiesos, estamos orgullosos. Queremos que Dios haga las cosas como nosotros deseamos y hay orgullo secreto en nosotros, ¿sabe? Hay congregaciones enteras que están llenas de orgullo espiritual y por eso Dios no puede obrar porque Dios... dice que al altanero mira de lejos, pero al humilde, dice, que lo levanta y lo exalta. La condición principal para que el milagro de Dios se opere en tu vida es humildad, es creerle a Dios, no ponerle precondiciones a Dios, estar abierto a todo lo que Dios quiere hacer.
Si Dios te pide que te pongas de cabeza, ponte de cabeza. Si Dios te dice que salte, dile, cuán alto y cuánto tiempo me quedo en el aire antes de bajar. Pero no estés poniéndole pre condiciones a Dios. Y se como un niño.
El Señor Jesucristo dijo, a menos que no os hagáis como niños no veréis el reino de los cielos. Y el problema con el hombre moderno es que es demasiado sofisticado, demasiado lúcido, demasiado crítico, demasiado seguro de sus esquemas racionales, intelectuales, filosóficos, científicos. Estamos enfermos de lucidez y necesitamos que Dios nos meta una jeringuilla y nos desangre y nos saque cantidad de intelectualismo y seguridad de nosotros mismos para que podamos entonces recibir y ver los milagros de Dios en nuestra vida.
A veces Dios no va a operar milagros hasta que no nos ha molido como el polvo, ¿sabe? A veces Dios no va a hacer las cosas grandes y poderosas que quiere hacer en nuestras vidas hasta que no nos ha dado 7 bofetadas y nos ha puesto a llorar que se nos salen los mocos de la nariz. ¿Sabe? Si, Señor, perdonen lo gráfico de la palabra. A veces Dios tiene que vaciarnos antes de poder hacer las obras de poder que él tiene en nosotros. A veces tiene que coger un cucharón y raspar todo lo que está dentro de nosotros y cuando ya nos tiene como una gelatina, que no sabemos si somos de izquierda o de derecha entonces dice, ‘Ahora voy a trtar contigo, ahora voy a hacer mi obra de poder en tu vida’.
Muchos de nosotros todavía estamos peleando con Dios, forcejeando con Dios. Hay cosas adentro que no se han quebrado, hermanos, y me estoy refiriendo ahora mismo, ahora estoy profetizando a muchos aquí, ahora estoy hablando profecía en el nombre de Jesús. Y hay muchos de nosotros que no podemos recibir porque no somos como niños, no nos hemos quebrantado. Estamos demasiado concientes de nuestra imagen social, estamos muy concientes de lo que somos, valemos, conocemos y tenemos. Estamos muy concientes de nuestra apariencia social, estamos muy concientes de lo que hemos sido en el pasado y que ahora cambiar es demasiado tarde y qué va a decir mi mujer si me ve llorando, me va a perder el respeto, mis hijos... etc. o si me ven cantando o levantando mano, van a decir, ‘este se volvió loco, o lo que sea’. Y entonces Dios está diciendo, ‘hasta que no se rompa ese brazo torcido que está allí duro, yo no te voy a bendecir y voy a hacer la obra de poder que yo quiero hacer en tu vida’.
Tenemos que ser humildes. El Señor le está diciendo al pueblo de Dios, ‘Se humilde, quebrántate, baja la cerviz, dobla el cuello y déjate formar por mi’. Quebrántate, haz cosas que no quieres hacer. Di cosas que no quieres decir. Permite que vengan pensamientos a tu mente que tu no quieres pensar. Haz transacciones que te resultan desagradables, y cuando las hagas y te quebrantes entonces yo voy a hacer que mi poder corra a través de ti.
El Señor Jesucristo ha dicho ‘si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto.’ Hasta que el grano no se quebranta no puede dar frutos, ¿sabe? Si un grano de frijoles o habichuelas se queda entero, la energía y vida que está adentro de su corteza nunca va a producir fruto, nunca va a salir una matita de frijoles que de más de un frijol. El frijol se estará allí muy contentito, porque mira que lindo frijol soy, coloradito, durito, brillante, pero Cristo dice, ‘Frijol, si tu quieres tener muchos más frijoles tienes que meterte a la tierra, pudrirte, romper tu corteza, volverte nada, mezclarte con la tierra para que pueda salir una mata que de mucho fruto, muchos frijoles, para que muchos coman de ti’.
Nosotros tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, qué áreas de mi vida..’ Voy a pedir que los músicos pasen por aquí, ‘... ¿qué áreas de mi vida todavía no se han quebrantado, qué áreas de mi sistema todavía necesitan la infusión de tu gracia, qué cortezas hay todavía intactas.?
Oh, mis hermanos, déjenme decirles el camino hacia la salud emocional y la sanidad espiritual es a través del quebrantamiento y del desangramiento. El Señor me pone a decirte eso y a muchos de nosotros también que quizás nos sentimos emocionalmente débiles, estamos tristes, estamos quebrantados, estamos ansiosos, pero el Señor te dice, ‘Hijo, hija, yo necesito que tu te rompas delante de mi, que tu llores delante de mí, que tu me entregues ese tesoro que no me quieres entregar porque dice, ‘eso es mío y eso sí yo no lo voy a compartir contigo.’
Y Dios dice, ‘Yo necesito eso y hasta que tu no te quebrantes, hasta que tu no te humilles, hasta que tu no me entregues eso que tu tanto amas, hasta que tu no me des esa parte de tu personalidad que tu tanto proteges y que tan aferrado estás a ella, yo no te puedo bendecir porque si no te quebrantas no puede correr mi poder a través de ti.’
Hay hombres demasiado hombres y mujeres demasiado mujeres aquí ahora mismo y hay personas que tienen demasiada sangre roja, y necesita ser desangrado para que la gracia de Dios pueda correr porque el poder de Dios se perfecciona, ¿dónde? En la debilidad, es cuando el Señor te dice, ‘Bástate mi gracia, si tu eres un renacuajo de todas maneras, reconócelo. Humíllate, arrástrate y llega hasta mi trono de gracia y sabe que eres un siervo inútil que no vales nada, excepto lo que yo pongo en ti.’
Y cuando tu te quebrantas, hermanos, hay áreas en todos nosotros que necesitan ser quebrantadas y para que el poder de Dios, el poder milagroso Dios e Dios pueda fluir en nuestras vidas, tenemos que entregarle esas cosas al Señor. hay que humillarse, hay que darle las cosas que amamos, hay que soltar lo que más queremos, hay que decir ‘Padre, mi configuración mental, emocional, personal, temperamental, todo te lo doy a ti, mi relación con mi esposa, con mis hijos, mis derechos, mis prioridades, mis privilegios, mis expectativas, lo que yo me he ganado a través de la vida, que la gente se supone que me de y que me debe, todo lo pongo a tus pies. Todo es tuyo, yo no tengo nada, yo no merezco nada. Ahora, haz de mi lo que tu quieres.
Ahí comienza el poder de Dios a correr en tu vida. Ahí comienzan las sanidades, ahí comienzan las restauraciones, ahí comienza la reedificación, ahí comienza el poder de Dios a correr a través de ti, ahí comienzan los milagros en la vida del creyente. Por eso Dios nunca bendecirá a un hombre o una mujer, nunca usará a un hombre o una mujer hasta que no le haya quebrantado, humillado y enseñado que él no vale nada delante de Dios.
Y mientras más rápido reconozcamos ese gran hecho, más fácil Dios se moverá dentro de nosotros, más poderosamente Dios nos usará, más veremos la obra de poder de Dios en nuestras vidas. Quebrántate.
Ese es lema, el tema de este sermón: quebrántate para que el poder de Dios pueda correr en tu vida. Vamos a ponernos de pie un momentito.
Gloria al Señor. Y yo quiero invitar a cualquier persona que en esta mañana está aquí, ha escuchado este mensaje y siente de Dios, si usted no ha conocido a Jesús todavía como su Señor y salvador, si usted no ha conocido a Cristo como su Señor y salvador, el Señor quiere que usted se humille delante de él y diga, ‘Señor, yo te necesito y yo quiero recibirte en esta mañana’. Y que usted invite a Jesús y usted le diga, ‘Señor, yo no puedo vivir sin ti, yo necesito que tu mores dentro de mi. Yo necesito tu espíritu santo haciendo obras en mi vida’.
Y yo quiero invitarte en esta mañana que recibas al Señor Jesús y le entregues tu vida a él y hagas un pacto de nueva relación con él. Si quieres levantar tu mano ahí donde tu estás dile al Señor Jesús, ‘te recibo’.
Aquellos que no han recibido a Jesús, un momentito solamente, para que si tu no lo has hecho antes, si tu quieres recibir a Cristo como tu salvador en esta mañana yo te invito a pasar aquí adelante. Si tu has levantado tu mano, pasa por acá, ven un momentito y queremos orar por ti, y si alguien te quiere acompañar que venga contigo también, alguien que te trajo, un amigo, o alguien que está al lado tuyo.
Venga por acá y vamos a orar por usted en esta mañana y vamos a ponerle en las manos del Señor y vamos a entregar su vida a Cristo. Nadie es demasiado fuerte y demasiado orgulloso para recibir a Jesús y para pedirle ayuda al Soberano del universo. Lo he tenido que hacer y lo haría ahora mismo de ponerme allí donde están ustedes y pedirle al Señor Jesucristo que toque mi vida y me llene, me sane, me transforme, me quebrante, si ya me está quebrantando, me ha quebrantado en el pasado y yo entiendo eso, que para que Dios me pueda usar más y más, de vez en cuando tiene que romperme, romperme, abrir huecos en mi espíritu, cavar hondo, sacarme cosas que yo no me puedo sacar a mi mismo.
Él tiene que operar sobre mi para que su poder pueda crecer. No hay nada como cuando un hombre, una mujer, camina humildemente delante de su Dios y delante de su prójimo. Óigame cuando uno camina humildemente delante de Dios el diablo no sabe qué hacer con uno. Mientras más nos humillamos, más alto nos ponemos.
La palabra dice, ‘humíllate bajo la poderosa mano de Dios y él te exaltará en su momento’ dice la palabra. Dios está feliz de ver a este pueblo aquí delante. Yo les animo, hermanos, caminen humildemente delante de Dios. Que lindo cuando un joven, una joven se humilla delante del Señor, como estos jóvenes que están aquí. Camina tu vida humildemente delante del Señor. Pídele a Dios que te ayude, que te ilumine. Obedece su palabra y explora, busca sus tesoros como buscarías un tesoro material y el Señor siempre te va honrar, siempre te va a bendecir, siempre te va a respaldar, siempre te va a cubrir, siempre te va a sacar de tus aprietos, siempre te va a enderezar cuando cometas un error, siempre te va a defender y nunca te dejará. Aunque te equivoques él te levantará otra vez y te dirá, ‘no te preocupes, vamos a seguir trabajando’ porque eres humilde.
Dice que al corazón contrito y humillado Dios nunca desprecia, nunca rechaza. Ojalá que todos aquí, todos, podamos decir, ‘Señor, yo me humillo, humíllame más’.
Si usted cree eso, levante su mano y dígale, ‘Señor, humíllame más’. y dígalo con temor y temblor porque eso cuesta, pero si Dios tiene que quebrantarlo más, amen, él es un experto cirujano. Él quebranta huesos que están mal formados y los vuelve a poner exactamente como debían estar. Él reconfigura y recalibra nuestra personalidad de manera que ningún psiquiatra, ningún sociólogo, ningún antropólogo lo puede hacer y pone las partes de nuestro ser en perfecta armonía para que funcionen como él ha querido que funcionen.
Y así yo te pido en el nombre de Jesús recuerda eso siempre. Mientras más te humilles delante de tu Dios, mientras más le entregues a Dios, mientras más sacrifiques por tu Dios , más serás bendecido.
Yo siento claramente el poder de Dios hablando a tu vida.
I just want to say that in English, that you know, the more you humble yourself before the Lord, the more powerfully God can do in your life, the more you lower yourself before the Lord, the greater your exaltation shall be, the higher the Lord will move you. And many times God in his severe mercy will allow us to be humbled because he wants to bless us and because he wants to take us to a higher level.
And so, if we submit ourselves to him and allow him to do his precious, humbling, breaking work in our lives, he will bring us to a higher level of power, of communion with him, of knowledge of his word and of use. So we will be more useful for his kingdom and the power of God, the miraculous interventions of God will become so much more real, more evident, more abundant in our lives as we give ourselves to him and we humble ourselves and we let him break us and lead us to higher levels of understanding and relationship with him.
So we praise you God.
Te adoramos Señor en esta mañana, nos humillamos delante de ti, Señor, y gracias porque tu nos dices claramente si ustedes quieren que mi poder se mueva a través de sus vidas y en sus vidas, humíllense delante de mi, quebrántense delante de mi, búsquenme como busca el minero el diamante en las entrañas de la tierra. Clamen a mi de mañana y de noche, búsquenme de madrugada. Incomódense por mi y yo responderé y acudiré a ustedes y les bendeciré y les daré mucho más de lo que ustedes jamás se atrevieron a pensar que yo podía dar.
Nos humillamos, Padre, como congregación y nos humillamos como individuos. Yo, como pastor principal de esta iglesia, me humillo delante de ti, Señor y te pido que sigas haciendo tu obra en mi vida y en la vida de cada uno de mis hermanos para que esta iglesia, Señor, traiga agrado a tu corazón y que podamos entregarte todo lo que tu nos pides, Señor.
Ahora mismo te damos una carta blanca, una página en blanco, Padre, y nuestra firma está al final, escribe lo que tu quieras, Padre. Escribe lo que tu quieras en esa carta, Señor, en esa página. Haz de nosotros lo que tu quieras, Padre, porque sabemos que lo que tu haces siempre es bueno y para nuestra bendición.
Yo bendigo a estos hombres, mujeres y jóvenes que están aquí delante de ti y pido que llenes sus corazones con tu paz y que puedan caminar contigo, Padre. Quebrantamos toda maldad sobre sus vidas, todo fracaso, Señor, todo reclamo falso del enemigo sobre sus vidas y declaramos bendición y prosperidad y declaramos la presencia de tu espíritu dentro de ellos y a ti damos toda la gloria y toda la honra.
Gracias Padre porque tus milagros se mueven en la dimensión de la humildad, de la infancia mental, Señor, del creerte a ti con inocencia. Haznos como niños, Señor y manifiesta tu poder, y manifiesta tu vida en nosotros. Te adoramos y te bendecimos, Señor. Te damos gracias. Yo bendigo a este pueblo, lo bendigo a todo este pueblo, Padre, allá en los balcones también, donde estén, en el lugar más recóndito de este sitio, los bendigo y declaro sobre él tu gracia, Padre, en este día.
Gracias por hablarnos, gracias por ministrarnos, Señor, queremos ser dóciles delante de ti, queremos ser humildes delante de ti, queremos ser dóciles, Señor, delante de ti, queremos ser dóciles delante de ti, Padre. Te amamos, te amamos, Señor. Gracias, ¡Aleluya! Les bendigo, mis hermanos con la gracia y la paz del Señor. Sean bendecidos en el nombre de Jesús.
Quien conoce a Cristo es diferente como antes
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Vamos a la palabra de Dios y vamos a tocar otra vez Primera de Pedro, 2 de versículos 9 a 12.
Versículo 9 dice, otra vez “.... más vosotros sois linaje escogida, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios, que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia más ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os ruego, como extranjeros y peregrinos que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores glorifiquen a Dios en el día de la visitación al considerar vuestras buenas obras....”
Padre te pido que sea tu Espíritu Santo hablándome a mi y a todos, Señor, tenemos hambre y sed de tu pan, Señor, el maná que tu das. Señor, te pido que nos des de comer en el nombre de Jesús. Amen, amen.
Este texto dice que cuando alguien conoce a Cristo es diferente como antes. Dice que antes ustedes no eran pueblo pero ahora son el pueblo de Dios. Piensen en esto, en este lugar, hoy en esta mañana tenemos personas de cuántos países, 20 países por ahí, tenemos tan diferentes, personas que algunas han salido de situaciones muy feas en la calle, algunos han pasado tiempo preso, otros han tenido dolores fuertes en su vida, que jamás hubieran pensado que iban a congregarse en una iglesia, y participar, y tomar clases de discipulado y recitar versículos. Es una sorpresa.
Hay algunos que dicen a veces, y me encanta escucharlo, ‘Yo no puedo creer que estoy aquí después de lo que yo he vivido, la persona que yo era y aquí estoy en la iglesia levantando las manos, arrodillado orando con lágrimas. Jamás hubiera hecho antes en mi vida’.
Yo se que para algunas personas estos pasos significan mucho. Cuando se entregan al Señor, cuando se dejan tocar por el Espíritu Santo piensan ‘yo no puedo creer que soy yo aquí. Estaré loco.’ No sabe, porque han cambiado.
Y a mi me fascina ver esa luz comenzar a prenderse en los ojos del pueblo de Dios. Cuando uno puede casi mirar las cargas quitarse de los hombros que tenía, cargas de pecado, de amargura, especialmente se nota cuando uno toma el paso de comenzar a perdonar a los demás que les han ofendido, es como si una sombra se le hubiera quitado y hay nueva luz y nuevo gozo en sus vidas.
Somos un pueblo glorioso. Saben que la gloria de Jehová se llama en el Antiguo Testamento se llama, la gloria shakiná de Jehová, significa la gloria visible, una luz casi palpable que reposa sobre el pueblo de Dios después de conocer a Cristo. Es algo bello, es algo lindo.
¿Pero cuántos sabemos que este proceso de transformación no es del día a la noche? De noche en mañana, de hoy a ayer, no es rápido, es un proceso largo a veces. Yo se que en el discipulado a veces tengo personas que dicen cuando están tomando las clases, ‘Gregory, no me siento capaz de graduarme porque todavía yo tengo muchas asperezas, tengo mi carácter. Hoy mismo yo me encontré diciendo algo indebido’, y se sienten culpable. Y nosotros después de eso recordamos, ¿sabes qué? somos una obra en proceso, somos una obra en proceso y gracias a Dios el cambio no depende de nosotros, no depende de mí. El cambio cristiano se llama el proceso de la santificación.
¿Qué significa eso? ¿Qué significa que estamos en el proceso de la santificación? ¿Qué significa eso? Que llegamos a ser más y más como Cristo. Si decimos que llegamos a ser más y más santos, muchos de nosotros visualizamos una estatua que está ahí en una plaza de Centroamérica, pero la verdad es que ser santo es ser como Jesús, de andar como Jesús, de hablar como Jesús, de interactuar como Jesús, de trabajar como Jesús, de saludar como Jesús, de andar como él, de hacer la pregunta ¿en mí lugar qué haría Jesús?
Eso es el proceso de la santificación, pero es un proceso largo y no depende, vuelve a decir, de nuestras fuerzas. ¿Cuántos han tratado en algún momento de tu vida de hacer una resolución de año nuevo? En este año enero decides, este año voy a perder peso, voy a no se que´.... Ya no voy a no se qué... lo que dijiste, pero tiene que ser algo malo que querías dejar de hacer, gracias a Dios. Este año va a ser diferente. Y los que trabajan en gimnasio saben que el gimnasio se llena en enero y ya para febrero y marzo ya está todo igual que antes. Porque la fuerza de la voluntad no es suficiente para romper las ataduras que tenemos.
Nosotros lo compramos con el mono que tenemos sobre el hombro. ¿Se acuerda de eso, nivel 2? Que comienza como una mascota. Tu has escuchado un dicho de personas saliendo de los vicios, ‘I got a monkey on my back’. Tengo un monito ahí que tengo que alimentar ese monito o me come, y una adicción es así. Yo tengo que alimentar la adicción o me domina. Yo no puedo seguir adelante sin eso. Así que dicen, tengo ese mono, que comenzó como un monito mascota que yo tenía y yo le daba de comer un guineíto, un guineíto más. Era mi mascotita, un pecadito, nada tan malo. Pero crece, y crece y un día me dice ‘Mira, quiero un guineo,’ pero ya la voz no es una voz de bebé nada más, ya quiero un guineo, y tu dices, ‘no quiero darte un guineo hoy’. Apreta los brazos peludos y dice, ‘no, dame el guineo ahora’, y tu ya..... ah... no tienes otra opción, tienes que alimentar el mono.
El mono es como el pecado dentro de nosotros. Nosotros por nuestras fuerzas no podemos vencer el pecado y los problemas de la vida. Pero gracias a Dios en Cristo hay algo diferente en ti. Si has aceptado a Cristo como tu Señor y salvador, hay un nuevo espíritu que vive dentro de ti, que ha entrado y ese espíritu tiene una vida y un poder espiritual para transformarte. Es como una electricidad divina que va transformando nuestro carácter para ser más y más y más como Jesús. Y es un proceso espiritual, no es un proceso de la fuerza de la voluntad que no funciona. Es confiar que Dios va a hacer la obra en mi.
¿Cuántos saben que si tu descuidas la oración por un tiempo, si descuidas congregarte por un tiempo, si dejas de leer la palabra por un tiempo y te apartas, no estás conectado con la vid? ¿Qué pasa? Si una rama está separada de la vid comienza a secarse y ya no da fruto como antes y nosotros si descuidamos buscar de Dios, y enchufarnos con ese poder espiritual, comenzamos a ya perder esa unción, esa energía divina que puede habitar dentro de nosotros y se nos sale el viejo hombre, el viejo o la vieja mujer.
¿Cómo es tu viejo? No estoy hablando del esposo. ¿Cómo es tu viejo? Yo se cómo es el mío. Cuando yo descuido de buscar de Dios como debería de hacer, se me sale ciertas actitudes, cierta perspectiva, ciertas quejas, cierta ansiedad, ciertas cosas, y ya reconozco, ‘ah, ah, el viejo Gregory está saliendo otra vez, ya es tiempo de curarme o va a ponerse muy feo y ya no quiero eso, me complica la vida’.
Lo que yo necesito hacer cuando comienza así, tomar un día para ayunar, o tomar un tiempo, yo voy a confesar algo, me gusta meterme en un lugar escondido donde nadie me escucha y gritarle al Señor en lenguas por un tiempo como un loco. Esto es clamar al Señor en un lenguaje espiritual.
Y no se después de media hora de eso, es como medicina, me curo. Me siento mejor, ya no soy tan mal como antes. Sigo malo, pero no tan malo como antes, porque el poder ya comenzó a fluir otra vez. Estoy en mis cinco cabales otra vez, ya vamos a volver.
Sabemos que el poder es de Dios pero nosotros tenemos que estar conectados con ese poder, tenemos que colaborar con ese poder y Dios tiene su manera de cumplir la misión que él tiene en tu vida. Él tiene un plan para tu vida. Él quiere transformarte para que tu seas como Jesús, pero en tu personalidad, en tu vida, en tu cultura, en tu trabajo, en tu familia, él quiere que tu seas tal como Jesús sería si fuera usted.
Y el Espíritu Santo lo hace, lo hace en muchas maneras. Es un proceso que a veces es un proceso un poquito violento, a veces se necesita medicina dura. ¿Saben lo que pasó en nuestro hogar hace unos meses atrás? Mi esposa y yo estábamos domingo en la noche en el salón donde estuvimos haciendo algo, no se qué, y ya sentimos un sacudón, como ¡pom!, y toda la casa se sacudió y nos miramos,.... ¿será un terremoto? Mi esposa es de California, se asusta por cualquier cosas, qué será. Fue un sacudón fuerte, se tumbó unas cositas y miramos abajo y un carro se había chocado con nuestra casa. Imagínate. Gracias a Dios nadie estaba herido, estaban bien, pero pensamos, ¿qué cosa más rara que alguien se chocó con nuestra casa?
Y después comenzó a hacer sonidos en los próximos en nuestra calefacción. ¿Cuántos aquí tienen calentadores que son de esos del estilo viejo que, de vapor... yo no se si muchos tienen esos, y hacen a veces bang! Bang! Bang! Pero lo comenzó a hacerlo pero duro, duro, y se sacudía la casa y vimos un líquido feo saliendo, oloroso saliendo de eso. Y nosotros preguntamos a un plomero, y él dice que a veces cuando hay un ‘when there’s a big bang’ se sacude el sistema de calefacción y hay como una suciedad que está bien sedimentada en la calefacción, que se sacude y se suelta y se mueve en el vapor y causa esa pérdida y a veces el sonido. ¡Que lindo, no! Es sludge, es suciedad tan sedimentada que no se mueve si no hay un ¡bang! Fuerte, y después tu tienes que hacer fluir agua en el sistema para sacar toda esa cosa fea de dentro del sistema. Pero si no hay un sacudón fuerte algunas cosas nunca van a cambiar en nuestra vida.
Y yo pienso en el Apóstol Pablo que antes de ser Pablo era Saulo, andaba mal, tenía hábitos malos, hábitos como matar cristianos. ¿Tu crees que tu tenías malos hábitos? Él andaba matando cristianos, hombres, mujeres, niños, ese era su vicio antes. Dios tuvo que .... ¿que hizo Dios con él? Lo tumbó del caballo, ¡bang! Y él quedó ciego tres días, y dice, ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’ ‘¿Quién eres Señor?’ ‘Yo soy Jesús quien tu persigues’. ‘pero ¿cómo?’ Necesitaba una medicina fuerte. Es así en la vida.
A veces el espíritu usa un choque, un sacudón fuerte para despertarnos, para soltar la suciedad que está tan sedimentada que no cambia de otra manera. Pero el propósito de Dios es que seamos libres de la mala influencia.
¿Sabe que nuestra calefacción ahora funciona pero bien, bien, y calladito? Nos cocinamos anoche porque estaba..... porque funciona. El sacudón no es placentero pero después ..... guau... me siento libre, mejor, mejor que antes, gracias a Dios.
A veces Dios tiene que usar un látigo para limpiar la casa. Jesús, algunos piensan que Jesús es tan suave y tan tierno que nunca se molestaba por nada. Cuando Jesús vio personas vendiendo en el templo ¿Qué hizo? Él tomó tiempo para hacer un látigo y comenzó a bang, bang, a sacarlos de ahí, tumbando las mesas. Esta casa es casa de oración, ustedes lo han cambiado en un mercado, en una cueva de ladrones. Jesús a veces tiene que darnos un buen cocotazo para que aprendamos, ¿no? A veces es fuego.
¿Cuántos sabemos que el fuego es un agente purificador? Como dice Malaquías que Dios es como un purificador con fuego que pasa el oro en el fuego y se quema y todas las impurezas suben a superficie y el oro que queda es oro refinado en el fuego, oro que vale. Si tu has pasado por sufrimientos tu sabes que después quedas purificado como oro refinado, ya las impurezas salieron a la superficie para ser visibles, para ser limpiadas. Que lindo, el proceso del Espíritu Santo.
A veces el Señor tiene que limarnos un poco, y ¿saben lo que usa para hacer esto? Algo que es áspero, para tocar contra nuestras asperezas. ¿Cuáles son las cosas que rozan con las asperezas de tu carácter? Normalmente son personas más ásperas que tu. Si tu tienes un problema Dios te envía alguien normalmente en el trabajo, un jefe, una amigo, un compañero, una esposa, un esposo, un hijo para limarte un poco. Si tu te dejas hacer, algunos esposos mirándose como.... hierro contra hierro..... hierro contra hierro y quedan bien, bien afilados, gracias a Dios, ejemplo vivo.
Pero fíjate, es así. ¿cuántos aquí han tenido un amigo que tenía, y no estamos hablando de nadie en particular ahora, con carácter medio difícil y fuerte? Después de casarse, las chispas vuelan porque se casa con alguien más fuerte que él normalmente, pam, pam, pam, chispas, sin violencia, estamos hablando palabras, cosas así. Pero después de eso si se someten al Señor los dos quedan, el hombre queda diferente, la mujer queda diferente, más suave, más como Cristo. Para algunos se fortalecen. No es fácil, no es placentero pero es obra del Espíritu Santo para formarnos para ser como Cristo.
Gracias a Dios la purificación no siempre es difícil. A veces Dios te purifica en maneras refrescantes y suaves. Hay algunos que no necesitan un golpe tanto como un aceite para ungir sus heridas y sanarse un poco.
Sabemos que el agua es un agente de limpieza linda. Tu tienes una olla sucia, en lugar de fregar, fregar, mira, voy a dejarla ahí con agua por un tiempo, y ya se refriega más fácilmente. El agua del Espíritu Santo nos suaviza, nos cambia.
Yo conozco personas que eran tan duras diez años atrás que a veces ahora dicen cosas tan suaves que hasta me pregunto, hermano, hermana, ¿tu estás bien, tu estás bien? No te vayas a enojar. Tu estás tranquila, estás saludable. Es que el Espíritu Santo le ha suavizado sus durezas. El agua de vida refresca el alma.
El bautismo representa un entierro y nueva vida y también representa un buen baño que Dios nos da, gracias a Dios. Una mamá me dijo, ‘Gregory, mantenga a mi hija abajo mucho tiempo porque está muy sucia, echa cloro y ya.... bien, bien limpia la quiero’. Simboliza la limpieza, el agua.
El viento, el Espíritu Santo viene como a veces un soplo, a veces un viento. Un viento puede limpiar porque cuando el viento sopla ya el polvo se va. Uno puede usar un leaf blower or a snow blower para soplar y quitar la nieve. A veces el viento del Espíritu Santo hace la obra.
Por eso cuando la gente viene aquí al frente, no lo hacen por gusto, lo hacen porque Dios sabe que necesitan un encuentro con el Espíritu Santo y vienen y están aquí llorando y clamando al Señor y el espíritu hace la obra, a veces en un mes, dos meses de búsqueda intensiva del Espíritu Santo aquí, se limpian más neurosis y problemas que 10 años de psicoterapia. Y la creo en la psicología, vale la pena decirlo, pero el espíritu tiene poder y transforma. Te animo, busca esta llenura. Funciona.
Otra manera de sanar es la luz del sol, la luz del sol. Sabe que un hombre famoso que era un juez famoso, Brandice, se puso una universidad del nombre de él. Brandice dijo que la luz del sol es el mejor desinfectante que hay. Tu pones algo feo en la luz del sol y se desinfecta un poco, ¿no? Funciona. Por eso se pone la ropa.... que lindo cuando tu pones la ropa al aire libre. Tal vez aquí en Boston no tanto como en el campo, ¿no? porque hay más contaminación. Pero te acuerdas de cómo sentía la ropa después de estar al aire libre conel viento y la luz del sol. Ay qué rico. Es así con Dios.
Si nos ponemos en la luz y dejamos que las cosas estén sobre la mesa se limpian, se limpian. Decimos mucho en el discipulado que las cucarachas y los ratones viven en las tinieblas. Tu prendes la luz y ¿qué hacen? Se esconden. Es así con el pecado y con los demonios, yo digo.
Cuando la gente comienza a confesar sus pecados, del uno al otro.... mire esto no es católico, eso es bíblico. Confesaos.... y católicos es bíblicos muchas veces, no estoy criticando. Pero, confesaos sus pecados el uno al otro y orad el uno por otro para que sean sanados.
Cuando confesamos a un hermano una lucha que tengo, ay, que lindo está la luz, la persona ora por mí y yo me siento sanado. Ya estoy perdonado por la sangre de Jesucristo pero necesito la oración del hermano y cuando se pone en la luz se sana y se libre. Hermano, yo espero que todos tengan por lo menos un amigo o una amiga cristiano, maduro, discreto que sabe guardar un secreto en quien tu puedes confiar tus luchas personales. Es importante, es importante así que la luz del sol nos sana, la confesión y muchas cosas.
También tenemos que a veces, ¿saben qué? Yo a veces voy a casas, me invitan a orar para echar fuera demonios. Yo no se, Dios lo hace, y oramos, hacemos culto y echamos fuera todos los demonios de la casa, echamos aceite sobre cocina, baño, cama, aceite, aceite. Oramos y después al punto de salir sentimos el gozo del Señor y miramos en la sala, un santo con velas y un altar y todo eso.... era, como si yo fuera un fumigador y matar todas las moscas y tu dejas la ventana abierta para que entren más. A veces hay que deshacerse de ciertas cosas, ¿no? o vamos a dejar que sigamos en problemas. Esto es, hay que cerrar la ventana de la casa, hay que cerrar ciertas puertas y decir, ya no entre más las cosas feas. Cerrar la puerta al enemigo y ¿saben qué dice la palabra? Es una cosa limpiar la casa y barrer la casa que todo esté limpio, pero si tu lo haces y dejas la casa vacía aunque un demonio haya salido, ese demonio va a buscar 7 demonios más feos que él y va a regresar y habitar en esta casa otra vez. No es solo limpiar la casa es llenar la casa de las cosas de Dios, llenar mi vida de oración, de buscar al Señor, de servir que esté tan ocupado con Dios que ni hay tiempo para pecar como antes, ¿no? Esto es la limpieza. Que lindo botar ciertas cosas.
Mi esposa y yo hicimos un tag sale y yo mi volví loco botando cosas, boto eso, boto eso, boto lo otro, qué lindo, que despejado uno se siente y debe ser así con las cosas que cargamos en la vida.
Para terminar solo quiero decir que el Evangelio funciona, hermanos. De verdad el Evangelio funciona. Dice la palabra que no avergüenzo del Evangelio porque es el poder de Dios para la salvación a todo aquel que cree. Y es así. Podemos confiar que Dios hace la obra y el Evangelio significa que hay uno que murió por mí y por ti.
No se si has escuchado personas decir que yo pido la sangre de Jesús para cubrir esta persona, o para cubrirme. ¿Has escuchado esta frase? ¿Por qué? Dice que Satanás es un acusador, es un fiscal, como en la corte y él tiene un caso contra nosotros porque cada uno de nosotros hemos violado la ley del Señor y el acusador viene con acusaciones contra ti y contra mi, dice, esta persona ha quebrantado la ley, él merece la muerte. Y nosotros, gracias a Dios, estamos en la corte con las acusaciones y no tenemos defensa porque somos culpables, pero después sabemos que tenemos un abogado, un abogado que ha pagado el precio de lo que nosotros hemos hecho con su propia sangre, él murió en nuestro lugar. Y yo puedo decir a Satanás, si soy culpable, pero la sangre de Jesús ha pagado por mis pecados. Yo estoy bajo la sangre de Jesús y ya no puedes acusarme más.
Hermanos, la sangre funciona. Funciona como ningún otro agente. La Biblia dice que la sangre de Jesús purifica la conciencia, para que yo sienta que a pesar de mi pasado, a pesar de lo que yo he hecho, yo estoy limpio, aunque estoy en proceso, ya soy santo en el nombre de Jesús y por su sangre y yo puedo confiar en él.
Hermanos, es la misericordia de Jehová que nos trae al arrepentimiento, es la gracia de Dios. Quiero terminar con una historia que todos sabemos, la mujer que fue hallada cometiendo adulterio, esa mujer la trajeron a Jesús queriendo apedrearla porque había quebrantado la ley y le pregunta a Jesús, ‘¿esa mujer ha quebrantado la ley, qué debemos hacer? La ley dice que debemos apedrearla y tu ¿qué dices? La Biblia dice que Jesús se puso a escribir en la arena con su dedo, con su dedo en la arena por un tiempo, como solo medio escuchándolos. En la Biblia hay otro dedo sobre el Monte Sinaí, otro dedo, el dedo de Jehová que escribió en dos tablas los 10 mandamientos, el dedo de Jehová. Jesús estaba diciendo, ¿ustedes piensan que yo no conozco la ley? Yo escribí la ley, yo la conozco, y el que no ha cometido pecado que sea el primero en lanzar la piedra.
Y después él dice a la mujer ‘Mujer ve y no peques más’. Cuando todos se habían ido, la mira a los ojos y dice, ¿dónde están los que te van a condenar? Y ella dice, ‘no hay nadie más para condenarme’, él dice ‘yo tampoco te voy a condenar, ve y no peques más’. Con este acto de amor yo creo que ella nunca volvió a su vida como antes, cambió para ser seguidora de Jesús, por la misericordia de Jesús en su vida.
Hermano, hermana, pégate al Señor, recibe su misericordia, recibe su amor y se transformado por ese amor que Dios tiene para contigo, pero esto es serio, con Dios no se juega. Nos va a pedir cuentas a cada uno, ha abierto la puerta, ha pagado el precio y él dice, ‘sal de las sombras, confiesa tus luchas porque hoy es el día de la salvación, vendrá otro día cuando ya será tarde, pero hoy es día de misericordia, es día de salvación. Vengan, reciban el amor de Dios hoy. Amen.
Los invito a ponerse de pie y vamos a orar. Padre, venimos ante ti Señor, te damos gracias, Señor, que nosotros somos el barro pero tu eres el alfarero y tu sabes qué estás haciendo con nosotros, Señor. Te pido, Señor que tu hagas la obra en mi, en mis hermanos, Señor, que seamos purificados por ti.
Hermano, yo te invito a poner la mano sobre el corazón. Moisés cuando él puso su mano sobre el corazón, él sacó la mano y vio la lepra en la mano, como si estuviera viendo la condición de su corazón. Todos nosotros tenemos lepra por dentro pero gracias a Dios Moisés sacó su mano una segunda vez y era un mano limpia como con piel de bebé.
Y Padre, yo te pido todos junto con la mano sobre el corazón, te pedimos, Padre, que tu nos sanes, que nos purifiques, Señor, que nos perdones por nuestras luchas, por la doble vida que a veces tenemos, Señor, por dejar, Señor, de confiar en tu palabra que es alumbrera para nuestro camino. Oh Señor, tocamos el corazón e invitamos a tu espíritu purificador, transfórmanos, Señor, haznos más como Jesús, Señor. Purifícanos aquí León de Judá, como iglesia, nos cubrimos, León de Judá nos cubrimos con la sangre de Jesús, nos cubrimos con la sangre de Jesús. Salimos de las salimos.
Decimos ‘Señor, cámbiame, transfórmame, líbrame, Señor, quiero seguirte a ti, Señor, en el nombre de Jesús, Señor. Estamos comprometidos contigo. Gracias, Señor
El don de sanidad (Parte 2)
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Siempre he tenido la intención de volver y continuar hablando del Espíritu Santo, de que la vida cristiana es una vida de poder. De hecho, la temática devocional, como dijimos esta tarde, ha sido poder, el poder de Dios y su intervención. Me encantó lo que decía allí, es un poquito más complicado, dice, ‘.... no es con fuerza ni poder sino con tu santo espíritu..’
Lo que habla de fuerza y poder es la fuerza humana. No es con espada ni con ejército, dice otra versión. No es con caballos, no es con los recursos humanos, es en el espíritu que el pueblo de Dios pelea sus batallas.
Y por eso es tan importante que nosotros sepamos cómo utilizar los recursos del Espíritu Santo en nuestras vidas, porque Dios ha provisto su espíritu para ayudarnos a navegar todas las situaciones de la vida. Por eso se habla de dones del Espíritu Santo, carismata en el griego original, quiere decir, es como regalos, provisiones que Dios le ha dado a sus hijos para que ellos puedan llevar a cabo las tareas de la vida y se lo ha provisto también a su iglesia para que la iglesia pueda llevar a cabo todas las tareas que Dios le ha encomendado.
Por ustedes recordarán que cuando Cristo envía a los discípulos, a los 70 a ir a las diferentes aldeas y predicar el Evangelio del Reino, ¿qué hace él primero? Dice que les dio poder sobre los demonios, les dio poder para sanar enfermedades, y les dio poder para declarar el shalom, la paz de Dios dondequiera que entraran. Ese es el poder que nosotros tenemos.
Si el Señor te da una tarea, él te da también los recursos para que la puedas alcanzar. Recuerda eso siempre. Si él te dice, ‘id por todo el mundo uy predicad el Evangelio a toda criatura’, él dice también, ‘todo poder me es dado en la tierra y en el cielo, por tanto vayan’.
En otras palabras, ese poder lo tienes tu también. Y la vida cristiana es una vida de poder, por eso a Dios le interesa tanto que nosotros nos grabemos eso. La vida cristiana no es solamente de rutina, de venir a la iglesia, escuchar un sermoncito, cantar dos himnitos y leer una palabrita y entonces irse tan deshechos y tan deprimidos y destruidos como entramos.
No, la vida cristiana es una vida para fortalecernos en el espíritu de Dios y para descabezar gigantes, para derribar muros, para escalar montes y para subir las alturas más excelsas. A eso es que Dios nos ha llamado. Los dones del Espíritu Santo son para eso y mi deseo, mi propósito en estas semanas ha sido, de nuevo, renovar nuestra mente, renovar nuestra visión. Yo veo aquí, veo mucha gente nueva, veo gente que han conocido al Señor recientemente, veo gente que está buscando de Dios, estamos en diferentes etapas de cocción. Algunos están ya well done, y otros están rare, eso quiere decir que están todavía sangrando, todavía el viejo hombres está vivito y coleando, no es tan viejo, es jovencito, de paso.
Pero no, estamos en diferentes etapas, pero para todos, hermanos, yo deseo en el nombre del Señor que ustedes y yo sepamos que la vida cristiana es un asunto sobrenatural y que lo que la hace sobrenatural es la presencia del Espíritu Santo en nosotros, el ministerio del Espíritu Santo en nosotros. Por eso estos sermones están calculados en el espíritu para infundir en nosotros una mentalidad sobrenatural.
Hay mucho evangélico que tenemos una mentalidad más bien como genérica, creemos en la Biblia, creemos en Cristo cada Señor, pero hay cantidad de textos que no nos hablan, porque los hemos neutralizados. Y como que subconscientemente decimos, no, eso no es para mi, eso es para hace años atrás cuando se hacían estas cosas. Pero no, la vida sobrenatural es para ti y para mi.
Yo pensaba, esta es una larga introducción, pero está bien, ya estoy en el sermón. De paso, miren, para que ustedes sepan donde me estoy anclando, Primera de Corintios, Capítulo 12. Recuerden que los últimos sermones que prediqué estaba yendo a través de los diferentes dones del Espíritu Santo. Y en el versículo 7 del Capítulo 12 de Primera de Corintios, Pablo dice:
“.... pero a cada uno le es dada la manifestación del espíritu para provecho....”
Pongan atención, dice ¿a quién? ¿A algunos? A cada uno. Es decir, pon tu nombre allí, a cada cristiano, a cada persona que tiene el Espíritu Santo dentro de él o de ella, le es dada una manifestación del Espíritu Santo, de alguna manera el Espíritu Santo encarna en ti con su poder, y Dios ha puesto en ti una gracia, Dios ha puesto en ti un recurso, Dios ha puesto en ti algo especial.
Yo veo aquí a mi hermana Miriam asintiendo, no te quiero poner on the spot ¿verdad? pero está bien, tu estás acostumbrada a estar on the spot. Porque yo veo aquí a mi hermana que yo la he visto activarse en el espíritu. ¿Si o no? Amen. En los últimos meses, ¿cuántos años tu tienes aquí viniendo a la iglesia? 4 años y pico, tu y tu familia. Como el Señor, yo no hubiera pensado que te iba a ver haciendo las cosas que tu estás haciendo ahora con los jóvenes y llena del fuego del espíritu, y aquí haciendo desorden con Janette también al lado, y ministrándole a personas, y ministrando sanidad, aconsejando.
Pero lo que en el llamado de Pablo a Timoteo, ‘te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti..’ El don de Dios está en nosotros, el problema es que no lo activamos muchas veces, lo dejamos ahí adormecido, we don’t click on it. No lo activamos, pero ¿saben qué? hay que comenzar a moverse por fe.
Ahora, muchas veces los cristianos si no nos alertan a estas cosas desde el púlpito o desde el salón de enseñanza, no entendemos entonces vivimos una vida cristiana muy limitada en poder y en su alcance. Pero yo quiero que tu sepas que dentro de ti hay una chimenea con un fuego muy poderoso. Hay una reserva de poder más que nuclear dentro de di.
La pregunta es ¿qué vas a hacer con eso? ¿Lo vas a dejar ahí contenido o lo vas a comenzar a manifestar? Solo necesitas que tu creas que cada uno, yo y comienza a manifestar el poder de Dios en tu vida. Entonces, eso es lo que tenemos que hacer y por eso es que estos sermones los estamos predicando en ese sentido.
Entonces Pablo dice: “... a cada uno manifestación del espíritu para provecho...”
Digan todos, ‘provecho’. Usted sabe para qué es el poder de Dios en su vida. Para que usted tenga provecho. ¿Provecho para qué? Bueno, provecho para su vida financiera, provecho para su vida matrimonial, provecho para su vida familiar en total, provecho para su vida física, su sanidad física, provecho para su salud emocional, provecho para predicar el Evangelio, provecho para ministrarle a otros, provecho para ser un maestro en la congregación, provecho para aconsejar a alguien cuando tiene necesidad, provecho para cuando el diablo quiere destruir tu vida, tu ponerte de pie y decir, lo siento, por aquí tu no pasas, provecho para hacer las obras de Dios para provecho.
Los dones de Dios son dados para que nosotros podamos aprovecharlos y hacer el trabajo de Dios aquí en la tierra. Por eso yo no comulgo con aquellos que a veces muy bien intencionadamente dicen que ya los dones del Espíritu Santo cesaron. Hay una doctrina evangélica en muchas iglesias, que se llama el cesacionismo que quiere decir que ya los dones cesaron de operar, porque ya no se necesitan. ¿Dónde se engendró un mamarracho de ese tipo?
Como no vamos a necesitar en el siglo XXI necesitamos más el espíritu que en el siglo I, este siglo está más empedernido que el siglo I y si hoy en día la iglesia de Jesucristo no usa los dones del Espíritu Santo, no vamos a alcanzar jamás lo que necesita alcanzarse en este tiempo, más que nunca.
No hay lógica en la idea de que Dios ahora ya dice, no, ustedes no necesitan de los dones del Espíritu Santo. Una locura. Más que nunca la iglesia hoy en día está necesitada de las manifestaciones del poder de Dios para provecho nuestro y provecho del Reino de Dios.
Entonces Pablo dice, habla de diferentes dones, “.... a uno le es dada palabra de sabiduría,.... –ya hablamos acerca de eso, no voy a entrar en mucho detalle. De nuevo, consulte los sermones que están en el Internet- “.... a uno le es dada palabra de sabiduría, a otro palabra de ciencia o conocimiento,... – gnoseos como dice en el griego original. Ya hablamos acerca de lo que más o menos entendemos por el don de ciencias o conocimiento- “..... según el mismo espíritu, a otro fe por el mismo espíritu....”
Esa fue la última intervención que yo hice acerca de los dones. Discutimos tres dones: ciencia o conocimiento, sabiduría y fe. Y ahora el Apóstol Pablo dice:
“.... y a otro dones de sanidades.....”, carismata iamaton en el griego original.
Digan todos, carismata iamaton. Ya son unos expertos en griego imagínense. Impresione a sus colegas en el trabajo mañana y dígale ‘yo tengo el carismata iamaton’. Y le van a decir, ‘¿con qué se come eso?’
“.... y a otro dones de sanidades por el mismo espíritu....”
Sabe, mi hermano, que Dios le ha dado a su pueblo dones de sanidades. Ahora, los dones se pueden manifestar en dos maneras. Los dones se pueden manifestar en una forma muy concentrada y muy especializada en una persona que decimos tiene el don de sanidad, por ejemplo, un Benny Hinn, con todas sus arrugas y todos sus problemas y defectos, yo creo que es un hombre que se mueve en la unción sanadora de Dios. Un Yiye Ávila, jibarito, ex jugador de baseball y levantador de pesas, pero un hombre lleno del Espíritu Santo, ochenta y pico de años tiene ya, una carrera preciosa de sanidad. Nadie puede negar que estas personas tienen algo extraordinario en sus vidas. Y hay personas que se mueven en el don de sanidad y a veces Dios da esos dones en una forma concentrada en una persona para que lleve a cabo un apostolado, para que lleve a cabo una obra de evangelismo, etc.
Pero también, ¿saben qué? Yo creo que el don de sanidad se puede manifestar en la vida de cualquier creyente, en cualquier momento también. Dios te puede usar a ti, no te escondas detrás de la idea de que el don de sanidad es solamente para un grupo escogido de personas. No, lo bello de esta administración del Espíritu Santo en que vivimos, es que Dios distribuye sus dones a su pueblo, y que dice aquí a uno le da una cosa, a otro otra.
¿Quién sabe si un día tu eres uno de esos otros, o ese uno que Dios usa para sanar a alguien en el nombre de Jesús? Y por eso es que nosotros no podemos desperdiciar cualquier oportunidad para ministrarle a alguien en el nombre de Jesús sanidad. Porque tu no sabes en el momento en que Dios te va a usar a ti. Yo se una cosa, que el Espíritu Santo mora en mi y que cuando el Espíritu Santo quiere manifestarse en sanidad o en palabra de sabiduría o palabra de conocimiento, él lo puede hacer. Lo que necesita es una persona disponible.
A mi me encanta, por ejemplo, aquí había un grupito de hermanas, y había una hermana visitante encinta y estaban orando por ella, y yo creo que la llenaron de.... a la pobre, ella no sabía que iba a meterse en tanto lío aquí. Alguien vino una vez, sacó.... ¿dónde pusieron el aceite? No se lo vayan a llevar para la casa, ¿sabe? Ah, bueno, está ahí, ok. Cuidado, eh. Pero estaban orando, le cayeron encima como tres o cuatro ministrándole a la hermana porque Dios es un Dios sanador, porque podemos orarle al Señor para fortalecer nuestras vidas.
Podemos orarle al Señor no solamente para que nos sane, sino para que nos mantenga en salud, para que mantenga alejada la enfermedad de nuestras vidas, para que nos de vidas saludables. ¡Aleluya! Tu puedes orarle al Señor por tu salud. El don de sanidad es un don para el pueblo de Dios y cómo vamos nosotros a abandonar ese precioso recurso que tenemos en nuestras manos.
No permitamos que la ciencia nos arrebate el llamado de orar para sanidad sobrenatural. Yo amo a los médicos, déjenme decirles. Me apresuro a decirles que yo le doy gracias al Señor por los médicos. A veces somos muy mal agradecidos con los pobres médicos y vamos al hospital, rengueando y nos dan una medicina y salimos bien, y después decimos, yo no le doy nada de crédito a los médicos. Que mal agradecido somos. Dele aunque sea un poquitito de crédito y dale gracias al Señor también. Pero a veces queremos ser más santo que el Papa, no más católico que el Papa. Hay que darle gracias al Señor por la ciencia.
Pero habiendo dicho eso, les quiero decir también, hermanos, que porque vivimos en un siglo donde la ciencia ha hecho muchos avances, no podemos dejar de creer y practicar en el don de la sanidad sobrenatural también. Tenemos que renovar nuestra mente en ese sentido. Dios quiere moverse para sanar a los enfermos. Y yo les digo, hermanos, que yo vivo continuamente como el criado de Elías, cuando Elías lo envía a ver desde la montaña si venía la lluvia que había sido prometida. ¿Usted recuerda eso? Años sin llover y Elías dice, ‘ahora ya puede llover porque están todas las cosas arregladas’.
¿Sabe lo que pasa? Déjenme decirle una digresión aquí también. Nosotros estamos... no llueve espiritualmente porque Baal está sentado donde no debe estar sentado. Hasta que Baal no sea cortado y quitado, la iglesia de Jesucristo no va a ver la lluvia que tiene que ver. Baal necesitaba, y sus profetas tenían que ser desterrados de Israel para que cayera la lluvia.
Nosotros muchas veces cantamos, clamamos, manda la lluvia. Yo creo que la lluvia viene. Yo creo que la lluvia viene. Yo puede casi oír el ruido de la lluvia que viene, pero creo también que primero hay que poner la casa en orden. La iglesia necesita poner la casa en orden. Baal tiene que ser quitado de las calles de Israel. Dios necesita enviar sus profetas para que pongan en orden. Antes de Dios hacer liberación siempre tiene que derribar el ídolo.
Cuando Gedeón es llamado a liberar a Israel de la opresión de los madianitas, lo primero que se le manda hacer es cortar el ídolo de Acera y cuando se corta el ídolo entonces viene la bendición de Dios y la liberación. El caso es que cuando Elías manda a su criado, lo mandó varias veces, porque Elías había dicho, ‘Va a llover’, y lo manda muchas veces a ver y finalmente el criado dice, ‘si, veo una nubecita del tamaño de un puño’. Y entonces Elías dice, ‘pues, prepárate porque la lluvia ya viene’.
Y yo creo asimismo, hermanos, yo estoy esperando el derramamiento del poder del Espíritu Santo sobre la iglesia en este tiempo. Yo estoy esperando avivamiento. Yo estoy esperando la renovación de los dones del espíritu porque yo creo que eso es necesario para que se pueda dar la cosecha que Dios quiere dar en este tiempo, para que podamos corregir un poco lo que está pasando en este mundo. Yo creo en eso.
Y por eso es que tenemos que orarle al Señor, ‘Padre, renueva tus dones’. Tenemos que desarrollar el hambre, el apetito en nuestro espíritu, porque si una iglesia no clama, si una iglesia no tiene hambre de las manifestaciones sobrenaturales del poder de Dios, el poder de Dios no va a descender sobre su pueblo. Y por eso es que la iglesia tiene que estar deseando, anhelando como la mujer encinta deseando ya dar a luz.
‘Señor estamos necesitados de una visitación tuya. Queremos que tus dones de sanidad se manifiesten para nosotros poder hacer la obra del Espíritu Santo’.
Yo quiero obrar una iglesia que pueda orar, imponer manos y que los enfermos sean sanados, porque eso está en las páginas de la Escrituras. Y por eso es que dice “... dones de sanidades....”
Y tenemos que entender que desde el principio mismo de la historia Dios se ha identificado como el Dios que sana nuestras enfermedades. Vaya conmigo un momento al libro de Éxodo, Capítulo 15, yo no se si voy a poder terminar todo lo que me proponía. Este sermón está resultando ser muy diferente al de la mañana, pero es el tema mismo de la sanidad. Y esta mañana, sentado allí, el Señor me recordó antes de comenzar el servicio este bello texto.
Éxodo 15, versículo 22, dice “.... e hizo Moisés que partiese Israel...” – los israelitas están en el desierto, están en lugares secos, desérticos, no hay agua por ninguna parte. Están dando vueltas en el desierto. Dice, “... y salieron al desierto de Shur y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua, y llegaron a Mara – Mara quiere decir amargo- “... legaron a Mara y no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas, por eso le pusieron el nombre de Mara. No son las maras esas de por allá de Centroamérica, de paso.
Dice, “... entonces el pueblo murmuró contra Moisés y dijo, ‘¿qué hemos de beber?’ Y Moisés clamó a Jehová....”
Para que se de la sanidad, hermanos, lo primero que tenemos que hacer el clamar al Señor. La palabra dice, ¿por qué no reciben? Porque no piden. Moisés era un hombre que sabía lo que había que hacer cuando había una necesidad. Esta agua estaban enfermas.
Miren la conexión aquí. No se trata de sanidad de un cuerpo enfermo, pero se trata de la sanidad de aguas que necesitan ser sanadas. Dios es el Dios de la sanidad para cualquier situación, no hay límites a lo que Dios quiere hacer. Tu sanidad puede ser de naturaleza emocional y Dios quiere sanar tus emociones. Tu sanidad puede ser de naturaleza espiritual, hay quizás alguna opresión en tu vida, alguna adicción de algún tipo, alguna opresión demoníaca.
Mira, Dios quiere sanarte en esa necesidad también. Y quizás tu necesidad sea de sanidad física, en alguna parte de tu cuerpo. Dios dice ‘yo puedo intervenir en ese aspecto de tu vida’. No importa cuál sea.
Para mi esta aguas amargas son símbolo de algo que nosotros necesitamos. Las aguas han sido hechas para refrescar, para saciar la sed, para dar vida, pero muchas veces esas aguas están amargas, como muchas veces, yo creo que Dios ha llamado nuestra vida para experimentar salud, vigor, energía, pero nuestras aguas físicas, o emocionales, o mentales, o espirituales están amargadas e impiden que nosotros podamos disfrutar de algo que Dios ha creado para nuestra bendición.
Pero muchas veces ¿qué hacemos nosotros? Nos quejamos como se quejó el pueblo. Y entonces simplemente decimos, ‘oh, Dios tu no estás siendo fiel’. Hermano, ¿qué decíamos el domingo pasado? Por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras peticiones.
Cuando tu tengas una necesidad de sanidad, o cuando haya alguien en tu familia, o en algún sitio cerca de ti, bajo tu influencia que necesita sanidad ora en el nombre del Señor, unge con aceite, ejercita el don que está dentro de ti. Pon a desarrollar el don en tu vida. Seamos, hermanos, que siempre andemos con nuestra botellita de aceite Goya en la cartera o en el bolsillo. Siempre listo.
A mi me encantan esas viejitas pentecostales que nunca les falta un poquito de colorete y una botellita de aceita para ungir a los enfermos. Eso es lindo, hermanos, eso es precioso y nosotros tenemos que usar la unción y los dones que Dios ha puesto en nosotros. Es la única manera que vamos a ver los milagros que Dios quiere que se den, que gracias a Dios que Moisés sabía lo que tenía que hacer, en vez de quejarse él clamó a Jehová. ¿Y qué dice aquí? Dice que:
“... y Jehová le mostró un árbol – esta es una de las imágenes más poéticas que hay en toda la Escrituras, aguas amargas y venenosas y Dios le muestra un árbol. Un árbol es algo como que sugiere vida, sugiere belleza, sugiere nutrición, sugiere ministerio. Le mostró un árbol, y cogieron ese árbol, interesantemente lo arrancaron, quizás era un arbusto de algún tipo o algo, arrancaron ese árbol que manifestaba vida y lo echaron en las aguas. ¿Y qué pasó con las aguas? Las aguas se endulzaron, perdieron su calidad mortífera, dañina.
Ese es el poder de Dios cuando entra, es el poder sanador de Dios, cuando entra a cualquier situación. Hay mujeres que su vientre está amargado, no dan vida. Hay hombres cuya mente está amargada y no dan vida. Hay jóvenes cuya sensibilidad está amargada y no hay vida que sale de ellos, no pueden funcionar, no pueden salir adelante, están atorados y se necesita que la vida de Dios venga y sane esos lugares.
Yo se que habla de sanidades en el sentido físico. Pero, no, el don de Dios para sanar es multifacético, dondequiera que hay enfermedad de cualquier tipo, el poder sanador de Dios pueden entrar. Recuerda eso siempre. Tu eres un árbol, tu eres un agente sanador. En esta ciudad se necesita gente sanadora, gente con el espíritu de Dios, gente llena del Espíritu Santo, gente con una visión guerrera, gente que sepa que tenemos dentro de nosotros el poder vivificador de Dios. Tu tienes la vida de Dios dentro de ti, tu puedes sanar las aguas de esta ciudad. Esta ciudad necesita sanidad.
Dice, “... y las aguas se endulzaron y allí les dio estatutos y ordenanzas y allí los probó...”
Y miren la conexión, mire lo que dice Dios, “... y dijo, ‘si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad.....”
Por eso es que yo se que la mente de Dios hizo la conexión entre esas aguas que se sanaron y la sanidad física, porque Dios una vez le dijo ‘esto que ustedes han visto, esto no es nada. Yo les quiero decir algo, si ustedes caminan en mis mandamientos y se ordenan según mis estatutos y me obedecen, yo les voy a dar sanidad a todo lo que tenga que ver con sus vidas.’
Entonces, le dijo “.. si ustedes hacen esto ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti porque yo soy Jehová, tu sanador...”
Ese es uno de los nombres de Dios, Jehová rafa, Jehová el sanador. Dios, la esencia de Dios es sanar, así como Dios es amor, también es sanador. Dios no es sanador en términos genéricos, sino es ‘Yo soy Jehová, tu sanador’. Recuerda eso siempre.
Dios siempre se identifica como el sanador por eso es que nosotros no podemos estar contentos o mejor dicho conformados con las enfermedades que hay en nuestra vida. Nosotros tenemos siempre que estar clamando y tocando al Señor, cualquier situación que haya en tu vida, cualquier enfermedad de cualquier índole, mira, sigue tocando tu al Señor, no te conformes, sigue clamando al Señor y pidiendo, ‘Señor, yo necesito esa sanidad’. No te conformes con un estado de ansiedad, de depresión, con una enfermedad física, con cualquier tipo de enfermedad, sino recuerda que Dios ha dicho ‘Yo soy tu sanador’.
Recuerda esa imagen de ese árbol cayendo sobre aguas amargas, y recuerda que eso es, cuando el Evangelio entra a tu vida, donde el Espíritu Santo entra a tu vida es para sanar tu vida, y es para que tu seas un agente de sanidad a otros también. Yo soy Jehová, tu sanador.
Miren en Éxodo, Capítulo 23, versículo 25 también, dice allí “... más a Jehová vuestro Dios serviréis y él bendecirá tu pan y tus aguas y yo quitaré toda enfermedad en medio de ti....”
Esa es una promesa; o Dios exageró o mintió o no sabía sus limitaciones, o estaba diciendo la verdad, toda enfermedad. Dios quiere un pueblo, yo creo que Dios quiere un pueblo sano, hermanos. Ahora, yo entiendo bien que hay enfermedades y hemos orado y hemos hecho todo lo que está de nuestra parte. Pero lo que yo quiero decir, está bien, eso no te impide vivir una vida feliz, si tienes una condición pero sigue clamando al Señor, pon tu mente en la intención de Dios, pon tu mente en esas promesas.
¿Por qué mirar las promesas negativas si hay tantas promesas positivas? Yo soy Jehová tu sanador. Yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
Mire otro pasaje, Deuteronomio 7:15, y fíjese que todas estas cosas están condicionadas a vivir en el Señor. Hermanos, yo creo que si la humanidad pusiera en práctica la palabra de Dios, hace tiempo que se hubiera desterrado la enfermedad de la tierra. El problema está en que la hemos contaminado con el pecado, y aún la iglesia como comunidad no vive a la altura que Dios pide. Yo se que hay otros misterios que intervienen también en la vida humana.
Pero continuamente Dios le dio a los hebreos... yo creo que si los hebreos hubieran caminado con el Señor siempre, como comunidad, como pueblo, Dios hubiera cumplido esa promesa y hubiera desterrado completamente la enfermedad. Pero claro, cayeron, se corrompieron y desobedecieron al Señor.
Deuteronomio 7:15, dice: “.... y quitará Jehová de ti toda enfermedad y todas las malas plagas de Egipto que tu conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren....”
Promesa de sanidad, dones de sanidad. Y uno de mis favoritos es el salmo 103, versículo 3, lo se de memoria, pero lo voy a buscar de todas maneras por si acaso. Dice, “... bendice alma mía Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios, él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias....”
El que sana ¿qué? Todas tus dolencias. Usted ve que una y otra vez el Señor habla en términos abarcadores, completos. El que sana todas tus dolencias. Yo veo una y otra vez, hermanos, esa idea de un Dios que quiere que el don de sanidad corra a través de su pueblo y Dios quiere activar nuestra mente para creer en eso y para que nosotros tengamos la expectativa de sanidad.
Yo creo que si nosotros logramos abrirnos como se abre un radar o un satélite para emitir ondas y recibir ondas, si nosotros abriéramos nuestra fe y nuestra expectativa al Dios que quiere sanar, y pudiéramos remover, quitar la membrana de incredulidad que hay en nuestros corazones y nuestras mentes, que hay crecido y se ha endurecido por la ciencia y la crítica que hemos absorbido en tantas maneras, este mundo continuamente está bombardeándonos con incredulidad. Y se hace difícil cuando un hombre, una mujer quiere despertar de ese sueño pesadillezco y entrar en la capacidad para creerle a Dios, descubrimos que tenemos una banda de metal alrededor de nuestra mente que no nos deja creer y queremos creer, pero hay algo que nos tropezamos con una pared de vidrio. No podemos entrar en la medida de la fe que Dios quiere, y así está la iglesia actualmente.
Por eso la palabra dice que nos transformemos por medio de la renovación de nuestro entendimiento para que podamos comprobar la buena voluntad de Dios. Yo creo que tenemos que pedirle, ‘Señor, renueva nuestra mente, quita la mente incrédula, quita la mente crítica, quita la mente demasiado lúcida para que como niños podamos creer que tu puedes sanar nuestra vida, y usarnos como agentes de sanidad también; que tu me puedas usar como un instrumento de sanidad.
Nuestro problema no es que somos ignorantes, nuestro problema es que sabemos demasiado. Y Cristo dijo “... si no hicieres como niños no entraréis, no veréis el Reino de Dios...”
Yo creo que lo que tengo que pedirle al Señor, ‘Señor, hazme inocente y quita esta lucidez diabólica que ha sido inducida en mi mente y hazme capaz de creer que Caperucita Roja todavía puede caminar en medio del mundo y que tu puedes hacer los milagros que tu dices en tu palabra que tu vas a hacer, y que podamos como niños creer en la magia, creer en el milagro, creer en el brote de lo sorprendente y lo raro y lo mágico.’
Esa mentalidad estéril del hombres moderno, con toda su ciencia y toda su razón tiene que ceder a la mentalidad del niño que puede creer cualquier cosa, que si Dios le dice, ‘mira no solamente la ballena se tragó a Jonás, sino que Jonás se tragó a la ballena’, que se lo pueda creer y decir ¿por qué no? En vez de estar buscando por allí explicaciones vanas a los milagros de Dios.
Y eso es lo que tenemos que creerle que Dios quiere sanarnos. El pueblo de Dios necesita abrirse, que se abra el satélite como se abren los brazos cuando está en el espacio para recibir las ondas divinas y entonces canalizarlas hacia la tierra, canalizarlas a un mundo que necesita hombres y mujeres que crean.
Hermanos, nosotros tenemos que movernos en esa mentalidad sobrenatural y tenemos que decir, de nuevo, esa idea de que toda situación Dios la puede controlar, en toda enfermedad Dios puede ministrar, no importa cuál sea.
Mire el ministerio de Jesucristo, estamos hablando en el Antiguo Testamento. Vamos ahora al Nuevo Testamento donde el Señor Jesucristo muestra lo que es su naturaleza personal. En el Evangelio según San Lucas, antes de el Señor comenzar su ministerio, él se identifica de esta manera.
Lucas, Capítulo 4, versículo 18. “...El espíritu del Señor está sobre mi por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor...”
En otras palabras, miren la naturaleza misma, la esencia misma del ministerio de Jesús es sanar. La naturaleza misma del ministerio de Jesús es libertar a los cautivos del diablo, sanar a los oprimidos, sanar a las personas que necesitan liberación. No importa cuál sea la condición, no importa cuál sea la situación, Dios tiene el poder para hacer esto.
Mateo, Capítulo 4, ver 23, dice; “... y recorrió Jesús toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo..”
Toda enfermedad, toda dolencia, el Señor la sanó. Una de las cosas que a mi me impresiona del ministerio de Jesús es que cuando alguien se acercaba a él, él lo sanaba. Yo nunca he visto a Jesús alguien acercase a él y decirle, ‘lo siento, no te puedo sanar’, y seguir su camino. A veces el Señor detenía por un momento su obra sanadora, pero siempre terminaba sanando al enfermo. Y sanó a paralíticos, sanó a ciegos, sanó a muertos, sanó a personas con flujo de sangre. No importaba cuál fuera la situación el Señor Jesucristo la sanaba. Y en ese mismo versículo aquí dice:
“... y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos y a todos los sanó..”
Hermanos, entendamos eso, es a cualquier enfermedad el Señor la quiere sanar. Yo creo que ese es el enfoque central de lo que Dios está diciendo a este grupo que está aquí en esta mañana, porque el Señor me ha dirigido en otra dirección y es, no importa cuál sea la situación en tu vida, no importa cuál sea la naturaleza de tu enfermedad, el Señor Jesucristo tiene poder para sanarte. El Señor Jesucristo tiene poder para ministrar a tu vida. El Señor Jesucristo quiere sanar cualquier condición de enfermedad que haya en ti. Y el Señor Jesucristo quiere que tu te actives a ti mismo como un instrumento de sanidad, que tu nunca pierdas esa idea de que los dones de sanidad todavía están en función y que Dios está buscando un pueblo hambriento, un pueblo deseoso para él hacer canalizar la bendición, a todos nosotros, a cada uno de nosotros Dios quiere sanar y también hacer un sanador.
Y yo creo que esto es el gran avivamiento que Dios tiene para el futuro de la iglesia, va a venir a través de esas manifestaciones de los dones de sanidades, los dones de milagros, los dones proféticos, vamos a hablar de todos estos dones más adelante, pero yo quiero que recuerden eso, hermanos, nosotros tenemos que comenzar a hambrear, comenzar a sentir deseo, hambre y sed y comenzar a creer que Dios puede hacer esa obra a través de nosotros, que Dios quiere que Reino de Dios avance con poder como avanzó en el ministerio de Jesucristo, como avanzó en la primera iglesia en el primer siglo, en el siglo XXI Dios quiere también manifestar su poder sanador en nuestras vidas. Amen.
Vamos a ponernos de pie. Yo voy a pedir que los hermanos del ministerio de alabanza vengan por aquí y vamos a ministrar fe al pueblo de Dios en esta tarde, vamos a creer que Dios tiene poder para hacer cosas maravillosas. Vamos a orar por esa hermana ahora mismo y vamos a pedir, que tuvo ese accidente aquí, vamos a pedir que el Señor ponga su mano precisamente.
Padre, en el nombre de Jesús enviamos tu poder sanador sobre tu hija y pedimos, Señor, que tu pongas tu mano de salud sobre ella, cancelando cualquier daño, Padre, que ella haya recibido, en el nombre de Jesús. Bendice, Padre y pon tu gracia sobre ella ahora mismo, Señor, y que esto que hemos predicado, Padre se manifieste en su vida. Tu neutralizando cualquier mal, Padre que pueda haber resultado en el nombre de Jesús.
Padre, nosotros creemos que tu quieres hacer obras de poder en medio de tu pueblo. Nosotros confesamos que los dones que tu has derramado sobre tu iglesia son para ayer, pero también son para hoy. Padre, nosotros desterramos la incredulidad de nuestras mentes, nosotros desterramos ahora mismo la nube que cubre nuestro entendimiento y que nos impide creer en un Dios de poder, un Dios sanador, un Dios vivificador.
Padre, yo pido que en el nombre de Jesús los dones de sanidad se manifiesten con más claridad en esta iglesia, en esta mañana, Padre, quitamos toda incredulidad, ponemos a un lado toda negación de tu deseo de manifestarte como el Dios sanador que tu registras en tu palabra. Y Padre, declaramos en el nombre de Cristo, sanidades haciéndose en esta iglesia de hoy en adelante con más poder que nunca, Señor, y pedimos que tu unción sanadora descienda sobre tus hijos. Desciende con poder, Señor, descienda tu unción sobre este pueblo en esta tarde.
Padre, ayúdanos a caminar rectamente delante de ti, ayúdanos a quitar todo obstáculo, Padre, ayúdanos a arreglar nuestras vidas de manera que tu poder pueda asentarse sobre nosotros. Ayúdanos a ser una comunidad, Señor, que camine rectamente delante de ti para que todas esas plagas de Egipto puedan ser echadas a un lado, y podamos disfrutar de esa sanidad que promete tu palabra. En esta tarde nosotros por esa palabra declarada, Señor, anunciamos sanidad sobre tu pueblo, sobre las enfermedades.
Yo quiero que levantes tu mano si estás enfermo, si hay alguna enfermedad en tu vida y te está acosando y te está quitando el gozo, hermano o hermana, levanta tu mano derecha ahora mismo en el nombre de Jesús donde tu estás allí, y yo voy a usar esta palabra que he declarado tan detalladamente como un proyectil enviado a la vida de mis hermanos ahora.
Recibe en el nombre de Jesús la unción sanadora de Dios. Padre, yo declaro milagros haciéndose en esta tarde, milagros sanadores en esta tarde, Señor, en el nombre de Cristo. Cancelamos la enfermedad, cancelamos el cáncer, cancelamos enfermedades de los huesos, enfermedades neurológicas, cancelamos esterilidades, cancelamos crecimientos de tumores y de durezas donde no deben existir, fibromas de diferentes tipos, obstrucciones en los canales circulatorios, en las venas, colesterol y otras cosas que quitan la salud de tu pueblo en el nombre de Jesús.
Señor, neutralizamos, dolores, dolencias de la espalda y problemas con la columna vertebral, Señor, en el cuerpo de tus hijos. Señor, neutralizamos dolencias de diferentes tipos, Padre, en el nombre de Jesús. Y declaramos, Señor, asimismo en el sistema digestivo de tu pueblo sanidad y poder.
Padre, declaramos también que problemas hormonales y químicos son resueltos en esta tarde en el nombre de Cristo. Declaramos sanidad en el nombre de Jesús en esas áreas de la vida y el cuerpo de tu pueblo.
Hemos dicho que tu eres nuestro sanador. Padre, tu mismo dicho, yo soy Jehová, tu sanador, y lo creemos en esta tarde, Señor. Activamos esa encarnación de tu nombre en esta iglesia. Oh, Dios envía tu poder sanador, envía tu poder sanador, Señor. Activa el poder sanador ahora, en el nombre de Jesús, declaramos sanidad sobre el cuerpo de tu pueblo en el nombre de Cristo, reprendemos enfermedades, reprendemos malignidades en el nombre de Jesús y asimismo desatamos la obra sanadora de Dios.
Y, Padre, ahora también recibimos aceite para compartir con otros y activamos dones de sanidad para que tu pueblo ministre sanidad y salud a otros en el nombre de Jesús. Recibe ese poder sanador, y yo te aconsejo que cuando veas alguna situación donde hay que orar por alguien, ora en el nombre de Jesús y cree que tu puedes ser usado, tu puedes recibir ese don de sanidad, tu puedes ser utilizado como un canal de sanidad a otros. Gloria al Señor.
Padre, recibimos eso, recibimos doble porción. El don de sanidad está activado en medio de tu pueblo. Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti, dice la palabra del Señor, aviva el fuego del don de Dios que está en ti. Fluye, fluye en sanidad, fluye en unción para sanar. Amen. Amen. Gloria al Señor.
Hay algún coro que tu tengas sobre sanidad específicamente, tenemos algún coro sobre sanidad que menciones.... ¿No tenemos ‘Yo soy Jehová tu sanador’? Ese no está. Ok.
Vamos a dirigirnos en un coro que habla acerca del poder milagroso de Dios. Yo se que estás aquí, veo tu caminar, te mueves entre el pueblo trayendo sanidad, de hecho, gloria a Dios. Amen.
Vamos a usar ese coro como una confesión, vamos a usar ese coro como una confesión de todo lo que hemos hecho. Vamos a ponerle el punto y aparte, el punto final a ese párrafo que hemos predicado en esta tarde.
Yo se que estás aquí, siento tu caminar, te mueves entre el pueblo trayendo sanidad.
Y la segunda estrofa, Bruce, ¿qué dice? Con mi fe te alcanzaré, con mi fe te tocaré, mi milagro recibiré y se que transformado yo seré. Gloria al Señor. Amen. Amen.
Vamos a confesar eso. Denle un gran aplauso al Señor. Gloria a Dios.
El don de sanidad (Parte 1)
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Los propósitos de estos sermones es levantar en nosotros una mentalidad de fe, una mentalidad sobrenatural, que nosotros podamos entender que la vida cristiana es una vida que se camina en el poder del Espíritu Santo. La vida cristiana no es una vida simplemente rutinaria donde usted navega una cantidad de palabras y de conceptos teológicos y de enseñanzas mecánicas. La vida cristiana es una vida que se navega con el poder del Espíritu Santo, con los dones que Dios provee para darnos victoria en todas las situaciones que podamos encontrar.
Y eso es en última instancia el propósito central de todas estas enseñanzas que hemos estado dando y compartiendo. Hemos hablado acerca del Espíritu Santo y el bautismo del Espíritu Santo, la necesidad de estar llenos del Espíritu Santo, la necesidad de no depender de la rutina, simplemente venir a la iglesia simplemente para que nos re inflen la goma que está un poco ya cansada por la semana y volvemos otra vez a.... No, la vida del cristiano es una vida que está alimentada por una fuente interior.
“... ríos de agua viva correrán de nuestro interior...”
Esa es la presencia del Espíritu Santo y nosotros tenemos que pedirle al Señor que nos bautice, que nos llene con su Espíritu Santo. Hermanos, yo les animo a cada uno de ustedes, desde el más nuevo hasta el más antiguo en el Evangelio que entienda eso, que tenemos que ir continuamente delante del Señor para que él nos bautice con su espíritu. Esa es una experiencia.
Hay un bautismo que es inicial, es un bautismo que abre la conexión con el Espíritu Santo y que nos lleno, pero después de eso tenemos que ir repetidamente para llenuras frescas del Espíritu Santo, continuamente.
La palabra del Señor dice, “.. Sed llenos del Espíritu Santo...” es decir, es algo continuo. Estad llenos del Espíritu Santo continuamente. Y una de las cosas que hace el Espíritu Santo es que nos provee dones específicamente. Dones quiere decir regalos, provisiones sobrenaturales para que nosotros podamos caminar la vida cristiana con éxito. Y yo estuve predicando en las últimas intervenciones que hice basado en el Capítulo 12 de Primera de Corintios, donde el Apóstol Pablo habla de los diferentes dones o regalos, o provisiones de poder que recibe el hijo de Dios para las tareas que le han sido asignadas, que la iglesia ha recibido para llevar a cabo las tareas que Dios le ha entregado.
Primera de Corintios 12, versículo 7 dice: “... pero a cada uno, a cada uno le es dada la manifestación del espíritu...”
Recuerden eso siempre, a cada uno, no es a uno por acá, y a otro por allá, al más bonito, al más antiguo, al más consagrado. Yo creo que Dios le da a cada uno en potencial un don de su Espíritu Santo. Tu tienes un don en tu vida. Tu tienes una provisión de la gracia de Dios, tu tienes una manifestación del poder de Dios que puede ser usado para algo que Dios quiere hacer y para tu propio provecho también.
“.....A cada uno le es dada la manifestación del espíritu para ¿qué? para provecho....”
Yo voy a hablar un poquito más acerca de eso. Fíjese que ¿para qué son dadas las manifestaciones del espíritu de Dios? Para provecho. En otras palabras, para cualquier cosa que sea necesaria, para bendición de la persona, o para bendición de la iglesia, o para un propósito constructivo.
Usted ha oído por allí muchas veces gente decir que ya los dones no están en manifestación porque ya pasó el tiempo del primer siglo, antes de que fuera escrito el Nuevo Testamento, antes que el canon fuera cerrado y todas estas cosas. A esa doctrina se le llama cesacionismo, de que ya cesaron los dones. Y hay muchos evangélicos muy piadosos que aman mucho al Señor, que dicen que ya los dones no están en función porque ya no es necesario porque la necesidad de los dones era para cuando antes de que la iglesia terminara de escribir la Biblia, el Nuevo Testamento y el viejo que ya estaba escrito anteriormente.
Yo no veo eso. Aquí dice que los dones son dados para provecho, es decir, para bendición y esa necesidad de bendición nunca ha terminado, siempre necesitaremos algún tipo de provecho de parte de Dios. Amen. Así que los dones van a estar en función porque Dios los dio para provecho y para otras tareas y otros propósitos que vamos a ver más adelante.
Entonces dice “.... porque a éste le es dado por el espíritu palabra de sabiduría....”
Ya hablamos del don de sabiduría, yo digo que el don de sabiduría es una provisión y usted puede ver ese sermón y escucharlo, es una provisión para situaciones, es una provisión sobrenatural de conocimiento práctico, de sabiduría práctica para cualquier situación de la vida. Hablamos del sabio Salomón que recibió sabiduría para ciertas cosas.
Jesús, cuando le dicen, de quién es esta moneda, para meterlo en problemas, él dice, ‘bueno, ¿qué cara tiene la moneda?’ ‘Del César’, ‘bueno, pues entonces Denle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios...” y de esa manera evadió muy sabiamente la trampa que le estaban metiendo.
Sabiduría, Dios tiene sabiduría para ti para navegar cualquier situación de la vida. El Apóstol Santiago dice, “si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche...”
Nosotros podemos recibir una porción de sabiduría para una situación específica. Ahora, hay personas, yo creo, que Dios ha dotado con un don sobrenatural de sabiduría para dar consejo, para resolver situaciones. Esa persona camina en un don de sabiduría y esas personas han estado siempre a través de la iglesia, han sido gente muy dotada para bendecir a la iglesia, y reciben esa infusión de sabiduría práctica para ayudar a personas, para ayudar a la iglesia. Es un don especial.
Pero también se puede manifestar en tu vida en ciertas situaciones. Tu puedes recibir una palabra de sabiduría para una situación específica.
Palabra de ciencia o en el griego original es conocimiento, y yo he dicho, hay muchos diferentes.... vuelvo otra vez, vaya al sermón sobre el don de conocimiento. Para mi conocimiento, y para muchas otras personas que he leído, lo que más me convence, la interpretación más convincente es que es un don específicamente para situaciones .... es decir, puede ser conocimiento técnico, puede ser conocimiento administrativo, puede ser conocimiento como el que tenía, por ejemplo, Daniel, conocimiento de revelación, pero también conocimiento administrativo. Daniel tenía las dos cosas. El don que recibió José, yo creo que era un don de conocimiento para administrar las finanzas y la economía de Egipto. El don que recibió Neemías, era un don que yo creo que era de conocimiento para ayudar a Jerusalén a reconstruir sus muros y para manejar una situación muy difícil y cómo bregar con el rey y con todas las cosas.
El don que recibió Besaleel y Aholiab para diseñar el tabernáculo, Dios le dio dones de diseño, dones de colores, dones de telas, dones de artesanía, dones de diseño arquitectónico, me imagino, todos esos dones, conocimiento.... son personas que caminan...
Yo creo que también hay dones de conocimiento que se manifiestan en términos de gente que puede pensar en una forma teológicamente muy desarrollada, muy profunda. Todo esto es.... gnoseos es la palabra, de conocimiento.
En mi opinión eso es lo que quiere decir. Algunas personas creen que quiere decir, el don de conocimiento es que tu sabes algo que normalmente no es accesible a la mente humana, por ejemplo, cuando Pedro sabe que Ananías y Zafiras no han dado todo el dinero de la herencia que ellos han vendido, que ellos dicen que han dado. Eso también puede ser un don de conocimiento, pero es de nuevo, es una dotación de conocimiento específica sobre algo que no es normalmente accesible. Puede que también eso sea, ¿no?
Todo lo que tiene que ver con aprehensión sobrenatural de la realidad que nosotros vivimos, todo eso puede ser don de conocimiento.
Hablamos del don de fe, que es el don que para mí es el don central, sin ese don no se puede maniobrar, yo creo, en los otros dones. Ese don lo tenía Abraham cuando se lanzó a caminar porque Dios le dijo ‘vete de tu tierra y de tu parentela’.
Busque ahí en el Capítulo 11 de Hebreos, todos esos héroes de la fe. Y de paso, es interesante que ahí en el recuento de los héroes de la fe, gente, hombres y mujeres que tenían fe, hay dos tipos de gente allí. Hay unos cuya fe les deparó grandes victorias, abrieron el mar, resucitaron a sus muertos, le cerraron boca a leones, vencieron grandes ejércitos, derribaron gigantes como David, pero dice también que hubo otros que caminaron por el mundo vagando por la tierra, huyendo, siendo apedreados, sufriendo diferentes tipos... dice, de los cuales el mundo no era digno.
Recuerde algo, que la fe no es solamente.... una persona que tiene fe no es solamente una persona que siempre es victoriosa y que siempre descabeza demonios. A veces se necesita fe para creer que Dios es bueno aún en medio de las situaciones difíciles.
Job tenía una fe tremenda, porque aún cuando todo parecía negar el amor y la consistencia y la fidelidad de Dios en su vida, él persistía en creer que Dios era bueno y que tenía un propósito para él. Y por eso venció su fe y avergonzó al diablo y glorificó a Dios, y finalmente recibió bendición de Dios. Porque fe es un proceso. ¿Usted ve?
Es decir, hay mucho en el mundo carismático pentecostal tenemos la mala costumbre de solamente glorificar fe cuando se manifiesta en una forma positiva, luminosa, victoriosa, fácil, pero no entendemos muchas veces que también Dios escoge procesos dolorosos y oscuros para que también se manifieste la fe. Amen, ¿usted entiende? Es decir, que fe muchas veces, usted pararse firme, como dice el Libro de Efesios, “.... y habiendo pasado el día malo estar firmes....” como el soldado romano que se paraba en su puesto y aunque pasara lo que pasara, se mantenía en su posición, y le tiraban todas las flechas del enemigo, y cuando terminaba todo él estaba en el mismo lugar del principio, defendiendo su puesto.
Entonces eso es fe también. Y como digo, el mundo carismático pentecostal muchas veces no sabe manejar la complejidad de lo que es fe y por eso a veces somos tan superficiales y somos tan débiles inclusive, muchas veces para bregar con la complejidad de la vida del espíritu.
Entonces, tenemos dones de sabiduría, dones de ciencia, dones de fe, y ahora aquí en el versículo 9 se menciona otro don, dice:
“... a unos se les dio don de fe por el mismo espíritu, y a otro dones de sanidades carismáta y amaton....”
¿Cuántos se atreven a pronunciar eso? Carismato y amaton, que quiere decir, carismata, carisma es un regalo, carismata, dones, es el neutro, un género neutro plural, dones de sanidades.
Es decir, hay creyentes, hay personas, hay figuras en la vida de la iglesia que de nuevo se mueven en un don de sanidad. Tienen esa especialidad por así decirlo. Han recibido el don de sanidad. No quiere decir que todas las veces que oran por una persona, esa persona se sana porque yo no creo que hay tales cosas como dones perfectamente manifestados. Los dones son tan complejos que a veces hay situaciones que nosotros no entendemos por qué no se manifestó el don.
Yo hablaba esta semana con unos hermanos queridos de otra iglesia norteamericana. Los conozco hace muchos años y en su iglesia hay un hombre bello de Dios que tiene un cáncer terminal. Y este hombre ha recibido palabras, con estos dos hermanos míos, amigos frente de sanidad, de que Dios lo va a sanar, de ministerios muy poderosos aquí nacionalmente conocidos, sin embargo, él sigue decayendo, decayendo su situación.
Ahora, yo les digo a ellos, porque estas dos personas están aprendiendo a moverse en los dones ahora. Han salido de su mundo estrechamente evangélico y están entrando en el mundo más poderoso pentecostal carismático. Y yo les digo a ellos, ellos me preguntan, ‘bueno, ¿y por qué no se está sanando, y por qué si Dios quiere que se sane, y si ellos dijeron que se iba a sanar, por qué?’ Yo les digo, ‘hermanos, hay misterios que nosotros no podemos entender, quién sabe si Dios quiere que él se sane, pero hay otras cosas que se están dando, hay luchas, quizás hay cosas en él mismo, quizás hay controversias entre Dios y el diablo que se están tratando de resolver. Hay misterios que nosotros no entendemos’. Ah, pero entonces es que Dios puede desear algo y no darse.
Si Dios es soberano ¿por qué no se da lo que Dios quiere? Mire, ahí está cuando Jesús fue a su aldea nativa dice que él oró, pero solamente pudo sanar a algunos, porque había poca fe en el ambiente. Entonces, el Señor quería sanar pero no había fe. A veces es que no hay fe, a veces es que hay pecado, a veces es que hay otras cosas que tienen que resolverse primero antes de que se de la sanidad. Hay veces que Dios quiere obrar, como decíamos en el caso del rey Joás, Eliseo le dice, ‘golpea la tierra, toma un grupo de flecha en tu mano, golpea la tierra. Él solamente la golpea tres veces, y Eliseo le dice, si la hubieras golpeado, 4, 5 veces hubieras destruido a los sirios completamente hasta que no quedara ninguno. Dios quería darle victoria a ese rey de su enemigo más grande pero no había fe en él, y por eso no se dio.
Hay muchas razones por las cuales no se da sanidad a veces. Y nosotros vivimos en un mundo misterioso, pero hay personas que oran y tienen como un número mucho mayor estadísticamente de éxito en la sanidad. Yo creo que un Yiye Ávila, por ejemplo, nadie que tenga buena intención puede negar que ese hombre Dios lo ha usado grandemente a través de la historia para hacer grandes milagros en su vida.
Un jibarita puertorriqueño que yo creo que no sabe nada de gramática de Cervantina, pero es un hombre lleno del Espíritu Santo, un levantador de pesas, ex jugador de baseball pero que tiene un don de sanidad. Ahora, no quiere decir que todas las veces que él ora se sana la gente.
Benny Hinn yo creo que tiene un don muy poderoso de sanidad, con todos sus problemas y sus errores terribles, y todas sus cosas, yo se, por experiencia propia y gente que yo he visto que en ese hombre hay un poder de sanidad. Ahora, ¿qué pasa? Muchas veces nosotros complicamos las cosas y por nuestros propios defectos empobrecemos el don de Dios.
Yo creo que Dios quisiera que se manifestara su don de sanidad en formas muy, muy poderosas, pero nosotros mismos muchas veces ponemos obstáculos, y hay inmadurez en el pueblo de Dios, hay falta de fe y todas estas cosas impiden que los dones de sanidades que Dios quiere dar en la vida de sus hijos se manifiesten con la fluidez, la frecuencia y el poder y la magnitud en que él quiere que se manifiesten.
Por eso es que tenemos que pedirle, ‘Señor, ayuda a tu iglesia a cada día aumentar más y más su nivel de fe colectiva, porque yo creo que la fe colectiva del pueblo de Dios ayuda mucho. Cuando una iglesia como la nuestra puede seguir creciendo, porque aquí hay diferentes medidas de fe. Si yo miro alrededor, uno puede ver, hay diferentes medidas de fe. Algunas personas les da fe para atreverse a hacer muchas cosas en el espíritu, y atreverse a darle al Señor y entregarse al Señor y servir al. Hay otros que todavía están bien bajitos.
Yo creo que hay una medida neta de fe. Dios toma la fe de todos nosotros en nuestras vidas y hay una cobertura de fe que se establece sobre una congregación. Yo le pido al Señor, Padre, ayúdanos a cada día ir aumentando más y más nuestro nivel de fe colectiva como iglesia para que aquí se puedan dar los dones y las manifestaciones de tu poder que tu quieres que se den.
Por eso, hermanos, cada uno de nosotros es responsable de lo que se da. No entendemos eso muchas veces pero con nuestra vida, con nuestras acciones nosotros empobrecemos o enriquecemos el nivel de nuestra iglesia.
¿Qué eres tu? ¿Eres tu un arrastre o eres tu una bendición para tu iglesia? Amen. ¿Estás tu dando, estás tu cargando peso o eres tu peso? Esa una pregunta legítima, hermanos, no es que estoy de mal humor, yo desayuné bien esta mañana, se los aseguro. Pero es una realidad, yo no le hago ningún bien a mis hermanos si no les hago preguntas difíciles y diagnósticas.
¿Dónde estás tu en tu medida de caminar con el Señor para que tu iglesia tenga la cobertura que necesita para que se puedan dar las manifestaciones del poder de Dios que Dios quiere que se den? Eso es lo que Dios quiere hacer en toda Nueva Inglaterra. Nueva Inglaterra es una región de iglesias que están decaídas, muchas iglesias piadosas pero que niegan el poder de Dios y que creen que ya los dones son para otro tiempo y lo que les interesa es venir a un servicio de una hora y 10 minutos, y ay del pastor si se pasa de 20 minutos en su sermón. Me botarían a mi inmediatamente, hermanos.
Y entonces quieren y están pidiendo, avivamiento, Señor, que no vemos almas que se están salvando, que no vemos tu bendición.... Hey, si te tomaras el tiempo para clamar al Señor, si abrieras tu corazón a las manifestaciones de Dios, si le entregaras al Señor las llaves de tu templo, Dios podría entonces hacer algo, pero decimos, ‘Señor, si tu vas a hacer algo, hazlo dentro de la hora y diez minutos que te damos, y no te pases por favor porque tengo que ir a almorzar y tengo mi reservación en el restaurante y me la cancelan si te pasas de tiempo. ¿Cómo se va a manifestar el poder de Dios?
Yo creo que hay una fe colectiva que se crea cuando todo el pueblo de Dios entrelaza sus oraciones. Se crea como una red de poder y yo creo que la red que hay sobre esta región es una red de hilos finitos y débiles y hay cantidad de espacios que están abiertos completamente y por ahí se mete todo lo malo y se escapa todo lo bueno también. Y tenemos que pedirle, ‘Señor, levanta el nivel de fe de toda Nueva Inglaterra para que la sanidades que tu quieres que se den se puedan dar. Levanta el nivel de fe en nuestra vida. Haz tus obras en nuestra vida también para que lo que tu quieres hacer a través de mi vida y en mi situación, también se pueda dar porque todos nosotros Dios nos puede usar para que se hagan milagros y sanidades en nuestra vida también.
Tu no tienes que ser Benny Hinn o Yiye Ávila para que Dios te use también en sanidad en tu vida. Tu puedes orar por mucha gente y Dios puede hacer cosas poderosas también en tu vida. Dios quiere un pueblo que se pueda mover en el poder de la sanidad. Eso no ha terminado. La sanidad es importante porque no importa cuánto progresa la ciencia, siempre habrá necesidad de sanidades especiales que Dios haga. La ciencia todavía no ha podido sanar todos los cánceres que hay. La ciencia todavía no ha podido asegurarse de que toda mujer que es estéril pueda tener un bebé. La ciencia no ha encontrado una sanidad para el down síndrome, la retardación mental o para ciertas condiciones del corazón o neurológicas o lo que sea, y se necesitará el poder de Dios para llevar a cabo esas sanidades y Dios está necesitando y deseando pero no encuentra muchas veces esos vasos que él pueda usar para canalizar su poder aquí en la tierra.
Dice la palabra “... busqué alguien que hiciera brecha entre mi persona, mi condenación y el pueblo y que salvara al pueblo y no lo encontré,....”
Dios está buscando muchas veces formas de él entrar a la tierra y hacer lo que él quiere hacer pero no encuentra una iglesia preparada. No nos encuentra como tenemos que estar preparados. Muchas veces él tiene entonces que comenzar a prepararnos y él tiene que comenzar a cavar y a destruir y deshacer y a meter en el trapiche para que el hombre, la mujer de Dios pueda estar preparada para lo que Dios quiere hacer.
Eso es otra cosa, si tu quieres ser usado por Dios en obras sobrenaturales, hay un precio que pagar en tu propia vida. Dios va a tener que crucificarte, Dios va a tener que hacer cosas en tu vida, Dios va a tener que quebrantar todo lo que no es de él, porque al que mucho se le da, mucho se le pide. Y si queremos ser vasos usados por Dios tenemos que estar dispuestos a ser crucificados por Dios, tenemos que estar dispuestos a pagar el precio.
Hay mucha iglesia que quiere el poder de Dios pero no está dispuesta a abandonar su rutina, su preferencia, sus horarios, su teología y una cantidad de cosas, y entonces ellos dicen, no, no es así, yo primero tengo que preparar mi vaso, tengo que preparar mi vasija para que pueda manifestarse mi poder en él o en ella.
La sanidad, esos dones de sanidad que Dios quiere dar en nuestra vida, ¿cómo se manifiestan por ejemplo? Se manifiestan a veces en formas muy complejas. Miren, hay unos dones allí, sanidades y milagros. Dice, después de sanidades viene milagros, estos dos dones, en mi opinión muchas veces son muy difíciles de separar porque están a veces muy vinculados.
Ahora, yo diría que .... por ejemplo una manifestación clara de sanidad: cuando el Señor ora por ejemplo por un ciego de nacimiento y el Señor ora por ese ciego, hay una dificultad, pone la primera oración y el ciego ve, dice que ve como si fueran árboles los hombres. No ve claramente, pero después el Señor ora otra vez por él y se afirma el milagro, y entonces él puede ver claramente. Una intervención allí, sanidad sobre un cuerpo enfermizo.
Otro, el sordomudo, el Señor dice que le traen un sordomudo y él mete sus dedos en sus oídos y no se .... porque a veces los milagros son tantos que uno se confunde, pone la punta de .... pone saliva en su lengua y abre.... y dice, ‘se abierto’ y abre los oídos, ‘gime’ dice ‘y se abierto’, y los oídos del sordo son destapados y puede hablar porque hay una sanidad allí específica.
Eso es sanidad así, en su forma más clara, más pura. No hay más nada. Hay una intervención directa de Jesús, una petición o una orden, una palabra de autoridad y esa persona es sanada inmediatamente.
Ahora, fíjese lo compleja que es la sanidad. Hay ocasiones en que es más que eso. Por ejemplo, en el caso de la mujer que está encorvado durante muchos años de su vida, camina totalmente encorvada y el Señor ora por ella y hay espíritu allí que es reprendido. Y el Señor después dice, ‘esta mujer es hija de Abraham y ha estado oprimida por el diablo, creo que era 18 años o algo así’ Entonces había un espíritu allí. Hay un espíritu sordomudo también que el Señor reprende.
Muchas veces las sanidades o las enfermedades no son solamente de origen puramente físico. A veces se necesita.... poder para reprender un demonio. A veces las enfermedades tienen orígenes demoníacos. A veces puede ser algo puramente hormonal. Puede ser algo puramente físico y entonces en ese caso es una obra puramente de sanidad, pero en muchas ocasiones la enfermedad puede tener un origen demoníaco y entonces ahí hay una intervención también espiritual que hay que hacer para que se de la sanidad.
Y entonces muchas veces también tiene que intervenir el don también de conocimiento y podríamos decir, donde tiene que venir una revelación de Dios, de parte de la persona que va a intervenir para que también pueda orar para que el origen del mal físico se detecte y pueda ser neutralizado para que se de la sanidad.
Usted recuerda el caso del paralítico que bajan por el techo y el Señor dice, ‘hijo, tus pecados te son perdonados’. Y los fariseos que están alrededor se ofenden y dicen ‘bueno, pues ahora van a ver también, qué es más fácil, una cosa o la otra. Toma tu lecho y anda. Y entonces viene una sanidad física también. Había las dos cosas: en un caso el Señor sana a un enfermo y le dice, ‘vete y ten cuidado que no te venga algo peor, pórtate bien de aquí en adelante’, porque había un pecado quizás que estaba detrás de esa enfermedad.
Hay muchas cosas, hay muchos misterios, ¿no? pero se necesita gente que tenga el poder de Dios en su vida para poder canalizar la energía de Dios que quiere sanar a las personas. El Señor Jesucristo era la manifestación más elocuente de todas con respecto a la sanidad.
Mire, en el Capítulo 4 de Lucas, versículo 18, dice el Señor hablando de sí mismo, “... el espíritu del Señor está sobre mí, profecías de Isaías, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor...”
Fíjese una cosa que el don de sanidad se puede manifestar en diferentes dimensiones. Dios puede sanar emocionalmente. Dios puede sanar físicamente, es más, yo creo que aquí hay una alusión, una referencia a que Dios puede sanar de opresión demoníaca también. Muchas veces como digo, la sanidad física está vinculada que cuestiones demoníacas, no siempre, pero muchas veces y el Señor dice, ‘Dios me ha ungido para sanar lo que sea, cualquier tipo de situación.’
El Señor tenía ese poder, estaba lleno del Espíritu Santo y nosotros tenemos que pedirle al Señor, ‘Padre, hazme también asimismo una manifestación de tu poder en todas las dimensiones que sea necesaria.
Hay otro pasaje que estoy buscando aquí donde también la sanidad se da, vemos cómo el Señor puede sanar cualquier tipo de enfermedad. Mire Mateo 4:23, dice,
“.... y recorrió Jesús toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo....”
Sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. El Señor tenía poder para sanar cualquier enfermedad, cualquier dolencia que se le pudiera presentar.
“...Y se difundió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los sanó....”
Saben hermanos lo que a mi me da ánimo es que el poder de Dios para sanar no conoce límites, no conoce barreras. Por eso es que yo les digo que nosotros tenemos que cultivar cada día más y más ese sentido de fe en nuestra vida, de que Dios puede intervenir, el Cristo que sanó toda enfermedad, toda dolencia, también puede intervenir en cualquier situación en mi vida o en la vida de alguien, por el cual yo ore.
Hay personas que dicen, bueno, yo voy a orar al Señor para que me sane de un dolor de cabeza porque para eso me tomo dos aspirinas. Bueno, mira, tómate las aspirinas y órale al Señor también para que te sane el dolor de cabeza, u ora primero y yo creo que uno debe siempre estar orando en cualquier situación, uno debe orar a tiempo y fuera de tiempo. Uno debe practicar el don de la sanidad. Uno debe practicar el hábito de orar siempre por personas que necesitan oración. Órales, bendíceles, pídele al Señor que obre en su vida porque eso es parte de lo que Dios quiere que tu hagas.
La sanidad es importante porque esa es una forma de manifestar la gracia, de fortalecer los reclamos de que Jesucristo es el Hijo de Dios, de ayudar a la iglesia en su actividad evangelística. Todas estas cosas están implicadas en las sanidades y los milagros que Dios quiere que su pueblo haga.
Si usted mira aquí en este pasaje que yo acabo de leer, usted ve que según el Señor va sanando... dice, “... predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad....”
La iglesia necesita que los dones de sanidad se manifiesten para que el Reino de Dios pueda ser predicado con efectividad. Por eso es que no podemos decir, ah, los dones ya terminaron, porque todavía hay necesidad de que la predicación del Evangelio esté acompañada con sanidades que apertrechen y fortalezcan y respalden la validez, la legitimidad del Evangelio. Ese es uno de los propósitos de los dones, es mostrar que Jesús es quién él dice que él es. Y por eso es que nosotros no podemos conformarnos simplemente con una iglesia que se mueva en el plano natural, donde no hay....
Nosotros tenemos que seguir insistiendo, ‘Señor, danos esos dones, manifiesta esos dones en medio de nosotros’. Tenemos que estar siempre inquietos porque se necesita para que el Evangelio del Reino pueda continuar hacia delante.
¿Sabe, otra de las razones por las cuales se necesita el don de sanidad? Porque el don de sanidad es como un ataque directo contra el reino de las tinieblas. Aquí yo creo que no es coincidencia que dice que él estaba predicando el Evangelio del Reino. En las Escrituras, el concepto del Reino de Dios es un concepto de guerra. El Reino de Dios está avanzando contra el reino de las tinieblas y cuando se habla del Reino de Dios es como que es un ejército que está avanzando, es un poder conquistador que está avanzando. Y entonces los milagros sanadores de Dios son una expresión de que Dios es más poderoso que Satanás, que el Reino de la Luz es más poderoso que el reino de las tinieblas.
Entonces nosotros tenemos que siempre orar por sanidad y pedirle al Señor que nos dote de su poder, y ayunar y buscar el rostro del Señor para que los dones de sanidad se manifiesten en nuestra vida para que el Reino de Dios pueda avanzar y pueda conquistar. El don de sanidad es muy importante para el evangelismo para que pueda avanzar el Reino de Dios.
¿Qué pasa cuando el Señor sana toda enfermedad y toda dolencia? Dice que se difundió su fama por toda Siria. ¿Ve? Es como una tarjeta de representación. Una de las formas más poderosas de uno expresar la legitimidad del Reino de Dios es manifestando las obras sanadoras de Jesucristo. Y eso es una manera en que el Evangelio comienza a correr y Dios quiere todavía darle a la iglesia esa capacidad para hacerlo.
Miren en el versículo 25 de ese mismo pasaje dice, “... y les siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán...”
Cuando hay esos dones de sanidad la gente enseguida afluye. Entonces la iglesia tiene que tomarlos, discipularlos, instruirlos, enseñarlos y fortalecerlos, porque el don de sanidad, el don de milagros, es simplemente un don como para agarrar la atención de la gente. Y es desgraciadamente muchas veces, las iglesias, de paso, se conforman solamente con eso, traer a la gente a la iglesia, porque hubo una manifestación, hubo un avivamiento pero entonces no los discipulan, no los consolidan, no los enseñan, y entonces lo que pasa es que hay cristianos simplemente superficiales, iglesias superficiales, donde hay mucho poder pero poca profundidad espiritual, poco conocimiento espiritual.
Hay que hacer las dos cosas. Los dones simplemente captan la atención de la gente pero después de eso hay que consolidar, hay que enseñar, hay que instruir, hay que crear cristianos maduros.
Déjenme darle otro ejemplo y me voy a limitar sobre todo al don de sanidad, y entonces el de milagros lo voy a dejar para más adelante para que quede claro cómo funcionan estos dones en concierto uno con el otro. Pero también cuáles son los propósitos de estos dones.
¿Ustedes recuerdan el caso de Naamán, el sirio, en el Antiguo Testamento en el ministerio de Eliseo? Naamán era un general tremendamente ilustre, un hombre con mucho prestigio. Había ganado muchas batallas y tenía gran prestigio ante el rey de Siria, pero tenía un problema serio: que era leproso. Y en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento, una persona leprosa desgraciadamente era un paria, una persona marginada completamente. La lepra es una cosa terrible, es desagradable físicamente de ver, crea deformaciones en la piel y deformaciones a veces en las extremidades de la gente. Es un problema neurológico muy terrible con consecuencias bien serias. Y este gran hombre, un hombre de dignidad, un hombre de valor, un hombre de gran distinción era leproso. Y el rey de ese país, enemigo de Israel, envía al rey de Israel para que sane a este hombre porque sabía que en Israel había poder.
Pero desgraciadamente el rey de Israel no era un hombre que conocía el poder de Dios. Como hoy en día muchas veces la gente viene a nuestras iglesias, a veces la nuestra incluida y la gente viene buscando, ok, yo leí que hay poder, y que esto y que lo otro y escuché un mensaje en la televisión.... ¿y qué pasa? No encuentran las manifestaciones del poder de Dios que necesitan.
Y el rey de Israel se rasga su vestido, se queja ante Dios y Eliseo escucha de lo que está pasando y le envía una noticia al rey, le dice, ‘Rey, envíamelo a mí que yo voy a resolver tu situación’.
Que bueno es cuando el poder de Dios está en una persona. Que bueno cuando el don de sanidad, el don de milagros que estaban esos dones en el profeta Eliseo moviéndose está. Por eso es que la iglesia es el lugar, hermanos, donde la gente debe venir para recibir sanidad para sus situaciones. Y nosotros tenemos que decirle al Señor, ‘Padre, ten misericordia de nosotros porque estamos en afrenta y necesitamos que tu quites la vergüenza de sobre tu pueblo, porque nos traen a la gente y no hay manifestaciones como debiera haber de tus dones’.
Y viene Naamán a donde Eliseo y Eliseo proféticamente, fíjese ahí estaban varios dones funcionando en Eliseo. Estaba el don profético, estaba el don de milagros, y estaba el don de sanidad y también había un propósito evangelístico y había un propósito de guerra espiritual inclusive implicado en todo esto.
Porque, es decir, a veces en situaciones hay diferentes dones que se están moviendo y tienen que moverse en concierto el uno con el otro. Cuando Eliseo le dice a Naamán, ‘ve y lávate’, es más, ni se lo dice él directamente, sino que le manda su criado para que le diga que vaya al río Jordán y se lave 7 veces, y Naamán se molesta.
Fíjese, es más, yo creo que también el don de conocimiento y de revelación estaba funcionando en Eliseo porque Eliseo sabía que este hombre venía con mucho orgullo y con mucha demanda de que se le sanara porque él era el general tal y tal y había que hacerlo así. Y entonces Eliseo lo manda a humillarse, no lo recibe personalmente como debiera haber hecho y lo manda a lavarse en un río por allí, que es feísimo inclusivo, y por eso se molesta Naamán.
Es decir, cuando Dios quiere hacer algo, hermanos, Dios usa sus dones sobrenaturales. Yo creo que en este tiempo de la historia yo no veo ninguna otra manera, hermanos, de que la iglesia pueda romper el encierre que hay hoy en día en la sociedad. Hoy como nunca la iglesia necesita los dones del Espíritu Santo manifestándose, como nunca. Yo estoy claro en eso de que si la iglesia continua como está el mundo continuará yendo de mal en peor y alejándose más y más de Dios. Y yo creo que Dios quiere detener eso. Dios quiere darle su poder a la iglesia para poder bregar con gente como Naamán.
Dios estaba allí, inclusive bregando al nivel de naciones porque este hombre era directamente relacionado con el rey, era un poderoso representante de otra nación. Y Dios quería enviar un mensaje evangelístico también a esa nación. Y Dios quería mostrar que el Dios de Israel era el Dios verdadero, en vez del Dios de Siria.
Y todo eso está ahí implicado. Había guerra espiritual también. ¿Usted ve? En los dones hay muchos diferentes temas que se están manejando juntamente, por eso es que no podemos diferenciar, ah, este es el don de esto, este es el don de lo otro. Es el espíritu de Dios que es uno solo manifestándose en diferentes maneras, diferentes tuberías saliendo según la necesidad y a veces habrá necesidad de 3 ó 4 dones funcionando en concierto para que se de algo en ese momento y después otros más en otra situación. Pero es el mismo Espíritu Santo moviéndose en diferentes maneras, como dice el Apóstol Pablo.
Entonces, Eliseo manda al general para que vaya y se lave y ya lo está humillando, ya está trabajando con esa parte que el Espíritu Santo le ha dicho que este hombre necesita experimentar quebrantamiento, humillación. Y entonces está el don de milagros allí, porque él le dice, ‘cuando entres al río 7 veces...’
El río no tiene poder en sí, pero hay algo milagroso que ha sido soltado. Es una también de profecía, una palabra profética que él ha dado. Cuando tu hagas eso el río se va a convertir mágicamente en una fuente de sanidad para ti. Ahí está obrando el don de milagros y también está hablando la palabra profética, que cuando se pronuncia en el Espíritu Santo hace que el mundo se configure conforme a la palabra que dio el profeta. Es la palabra profética, es una palabra que desata, es una palabra que forma, es una palabra que crea, es una palabra que libera ciertas cosas. Esa es la profecía que después vamos a hablar acerca de ello también.
Y entonces todos esos dones expresándose allí y cuando Naamán obedece a lo que le dijeron, entonces regresa dice, ‘su piel perfectamente sanada’. Ahí está el don de sanidad manifestándose perfectamente también.
Y después, ¿y cuál es el propósito de todo eso? ¿Qué hace Naamán cuando regresa? Dice, ahora yo conozco que el Dios de Israel es el único Dios, porque los dones son dados, una de los propósitos más poderosos de los dones es para evangelizar, es para que la gente entienda.
Cómo vamos a entrar en la mente de gente en las universidades corrompida su mente con el intelecto humano, provistos de argumentos que pueden neutralizar cualquier argumento que la iglesia pueda ofrecerles verbalmente para decir que Jesucristo es el Hijo de Dios. Ellos ya tienen veinte mil argumentos que son poderosos, inclusive argumentos sobrenaturales, porque hoy en día también pueden creer en el poder de la mente al nivel más poderoso, pueden creer que son otras energías misteriosas, otras dimensiones de la naturaleza o lo que sea. El hombre moderno tiene argumentos para todo lo que nosotros le podamos disparar. Lo único que no pueden argumentar es cuando vean el poder de Dios manifestado en su vida, cuando tengan un problema de matrimonio, o cuando tengan una situación de enfermedad, o cuando tengan una enfermedad emocional y mental y por medio del poder de Dios experimenten el poder sanador de Dios en sus vidas, eso neutraliza toda la arrogancia habida y por haber. Porque el ser humano sigue siendo ser humano y cuando experimenta el poder de Dios en su vida tiene que bajar su cabeza, hermanos, a menos que no sea un perverso. Y si es un perverso debe entonces irse al infierno. Pero si es una persona normal va a reaccionar en una forma positiva y va a reconocer que Dios es Dios, por eso es que hay que pedir ‘Señor, ayúdanos, activa tu poder en nuestras vidas y ayúdanos a fluir más ymás en el poder sobrenatural que tu quieres que tengamos.
Cuando Naamán regresa es ya un corderito suavecito. No es el mismo hombre arrogante que entró a ver a Eliseo. Y dice, ahora yo reconozco que Dios es el único Dios de Israel y yo no voy a adorar a ningún otro Dios sino al Dios de Israel.
Los dioses de Siria quedaron humillados ese día. La guerra espiritual la ganó el Reino de Dios, hubo avance en el Reino de Dios en ese momento porque el poder sanador, el poder profético, el poder de milagros, el poder de discernimiento de espíritus inclusive, estuvo en manifestación.
Y nosotros decimos, ‘Señor, ayuda a tu pueblo’. Yo no me conformo, hermanos, con loq tenemos. No me conformo, ni usted debe conformarse tampoco. Debemos pedirle ‘Señor, queremos más poder, queremos más de tu gloria en nuestra vida, queremos más de tus dones de sanidad’.
Vamos a ponernos de pie, hermanos. Gloria al nombre del Señor. Gracias, hermana. Una persona por lo menos quiere un poquito más. Gracias, hermana. Amen y amen. Hermanos, que bueno es cuando uno escucha la palabra del Señor se le renueva el entendimiento de que de a qué hemos sido verdaderamente llamados. No hemos sido llamados a simplemente venir a una iglesia, cantar 3 himnitos ahí pasados por agua, y escuchar una palabra allí teórica, teológica y después irnos a nuestras casas exactamente como vinimos, con todas nuestras cargas, con toda nuestra impotencia, con toda nuestra depresión, con toda nuestra derrota, con todos nuestros problemas intactos. Eso no es lo que me dice la palabra de Dios.
Pablo dice que el Evangelio no consiste en palabras sino que es poder de Dios y Pablo le dice a los corintios, en Primera de Corintios Capítulo 2, dice “... cuando fui a vosotros no fui con excelencia de palabras, o con sabiduría humana, sino que me prometí no conocer nada sino a Cristo y a este crucificado y no vine con palabras para que vuestra fe no esté fundamentada en palabras sino en el poder de Dios. Vine con obras de poder...’
Hermanos, la iglesia de Jesucristo necesita ser alertada de que la vida cristiana es una vida de poder, tiene que ser una vida de poder, tiene que ser una vida de sanidades. Tiene que ser una vida de milagros, tiene que ser una vida de revelaciones, tiene que ser una vida de victoria sobre las crisis y los problemas de la vida. Tiene que ser una vida donde la fe venza al enemigo. Nuestra fe avergüence a Satanás, nuestra fe pueda apagar todos los dardos del diablo que él quiere lanzar en nuestra dirección. Esa es la vida cristiana, hermanos, esa es la vida que tenemos que pedirle al Señor que nos de cada día más y más.
Dios te llama a una vida de poder. Dios te llama a una vida de éxito. Dios te llama a una vida de victoria sobre el mal. Dios te llama a ser un conquistador. Dios te llama a ser un evangelista. Dios te llama a ser un sanador. Dios te llama a libertar a los cautivos del diablo. Dios te llama a libertar a los oprimidos de Satanás.
Eso lo tienes tu en tu vida. Renueva el llamado de Dios en tu vida ahora mismo. Renueva el llamado de Dios, recibe en el nombre de Jesús una dotación fresca del poder de Dios en esta mañana.
Di conmigo, Señor Jesús, yo declaro que soy un sanador, que tu me has llamado a libertar a los cautivos del diablo, que tu me has llamado a sanar a los oprimidos, a declarar el día de la buena voluntad de Jehová, que tu me has llamado a ser victorioso sobre toda artimaña del enemigo, y que tu me has dotado con poder para vencer en toda situación. Tu Evangelio consiste en poder y por medio del Espíritu Santo que mora dentro de mí y de tus promesas que son fieles y verdaderas, yo lo puedo todo en Cristo Jesús, que es mi fortalecedor. ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor. Gloria al nombre de Jesús. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor.
Hermano, activa dentro de ti ese poder ahora mismo. Respira hondo y recibe esa dotación fresca del poder de Dios, recíbelo ahora en el nombre de Jesús. Aspira hondo y recibe nuevo poder, fresca unción de Dios, fresca unción de Dios, fresca unción de Dios. ¡Aleluya! porque tu eres un hombre, tu eres una mujer llamado a ser victorioso en el Espíritu Santo, llamado a vencer en toda situación, llamado a ser un conquistador de territorios para Cristo Jesús. No importa lo que el enemigo quiera dispararte, tu puedes sacarlo hacia fuera en el nombre de Jesús con poder, porque el Señor está contigo, el Señor te ha prometido.
Tu eres cabeza, tu no eres cola. Tu eres victorioso, no víctima, dice el Señor. Tu tienes poder, cualquier situación que tu estés pasando, pásala en el Señor y con el Señor. ¡Aleluya! Vence en el Señor. Envía el poder de Dios, la palabra, las promesas de Dios, sea financiera, sea de salud, sea familiar, sea emocional, sea espiritual, sea lo que sea en el nombre de Jesús, de trabajo, de vivienda, de documentación, el Señor está contigo. El Señor es tu guardador. El Señor es tu fortalecedor. El Señor es tu sanador.
Él es tu sanador y él te hace sanador de otros también. ¡Aleluya! Gracias, Señor, te adoramos. Te bendecimos. Declaramos que tu eres poderoso, Señor, tu eres fiel, tu eres nuestro sanador y tu nos haces sanadores. Gracias, Jesús.
Señor, derrama tu poder sanador sobre tu iglesia en esta mañana. Abre las ventanas de los cielos, Padre, adelgaza los aires encima de nosotros para que tu gloria pueda descender, Padre y que esta iglesia pueda ver tus obras de sanidad, Padre. No hay enfermedad que pueda resistir la palabra de autoridad de un hijo ungido tuyo, Señor, y nosotros queremos esa unción, pedimos esa unción en esta tarde, Padre, pedimos que una doble porción de tu espíritu, Padre se manifieste en la vida de tus hijos y en tu iglesia colectivamente.
Desata el don de sanidad, Señor. Desata el don de sanidad de tu pueblo en esta mañana, Padre. Recibimos, activamos, desarrollamos el don de Dios que está en nosotros Señor, lo ponemos a fluir, lo ponemos a funcionar y creemos que tu haces lo que tu has prometido en tu palabra, Señor. ¡Aleluya! Gracias, Jesús. Gracias, Jesús
Denle un gran aplauso al Señor.
Regocijaos en el Señor siempre
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Vamos a la palabra del Señor, vamos al Libro de Filipenses, la carta a los Filipenses. Yo quiero tomar un pequeño paréntesis antes de comenzar nuestra o re comenzar nuestra serie sobre el Espíritu Santo y sobre los dones, para invitarlos a meditar conmigo sobre este pasaje tan profundo de la Escritura.
Dice la palabra del Señor, en el versículo 4, “.... Regocijaos en el Señor siempre, otra vez digo, regocijaos, vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús...”
Bendiga el Señor su santa palabra, amen y amen. Yo he escogido hermanos, este pasaje porque en realidad quiero también predicármelo a mí mismo y quiero recibir de parte del pueblo de Dios también ánimo. Nuestra familia está pasando por un tiempo difícil en este momento y necesitamos las oraciones del pueblo de Dios, la fortaleza que viene del pueblo de Dios y nosotros hemos encontrado mucho descanso; mi esposa, yo, nuestras hijas, hemos encontrado descanso en la palabra, hemos encontrado consuelo de la palabra del Señor. Y yo quiero compartir con ustedes lo que Dios ha hecho en mi vida en estos días, mientras yo he buscado ese refugio de parte del Señor.
Este es un pasaje eminentemente consolador, es un pasaje eminentemente fortalecedor. Y fue escrito por un hombre experimentado en dolores. El Apóstol Pablo fue un hombre que pasó por tribulaciones y dificultades, pero siempre de alguna manera se mantuvo firme en los caminos del Señor, amando al Señor, sirviendo al Señor. Y por esa experiencia que él tuvo, él pudo tener la autoridad para hablarle al pueblo de Dios y dejar palabras inmortales que nos ayudan y nos ayudarán siempre cuando nosotros nos encontremos en situaciones difíciles.
¿Qué hace el hijo de Dios, qué hace la hija de Dios cuando vienen las dificultades a la vida, cuando vienen los problemas, cuando vienen las tormentas de la vida? ¿Qué hace usted cuando el médico le dice que tiene una enfermedad crónica y que probablemente va a tener que estar tomando pastillas el resto de su vida? ¿Qué hace usted cuando la economía baja y usted pierde su trabajo, o su sueldo queda reducido de alguna manera y todavía tiene que pagar las deudas de la casa o del carro o lo que sea? ¿Qué hace usted cuando vienen los problemas familiares o matrimoniales? ¿Qué hace usted en su vida cuando escasean las cosas que usted necesita para su felicidad? ¿Cómo afronta el creyente, cómo pasa uno esos tiempos de nubes oscuras y de tribulación que vienen y han venido, y vendrán a la vida de todo hijo de Dios?
Uno tiene dos opciones, y estas opciones están aquí registradas aquí en este pasaje. Pero déjenme por un momento hablarles acerca del Apóstol Pablo y por qué él es eminentemente apropiado para aconsejarnos acerca de cómo nosotros debemos atravesar la vida en general.
Esta palabra aquí del versículo 6 dice, “... regocijaos en el Señor siempre...” El Apóstol Pablo cuando escribe estas palabras las está escribiendo desde una cárcel romana. Uno pensaría que un hombre que dice, ‘regocijaos en el Señor siempre, otra vez os digo regocijaos..’ lo está haciendo quizás desde un resort, algún sitio de vacaciones en Punta Cana o en Acapulco, algo por el estilo, tomándose una piña colada virgen, o está en su mansión...... vaya esta gente creen que verdaderamente necesito más ánimo de lo que necesito. Gracias querida, gracias.
El no está escribiendo estas palabras desde un lugar de descanso y de reposo, las está escribiendo desde una mazmorra romana. No como las cárceles de nuestro tiempo que poco le falta para tener televisor a colores de alta definición. No, está escribiendo metido en el fondo de una situación difícil en su vida.
Él escribió esta epístola, esta carta, a la iglesia que estaba en la ciudad de Filipos, por eso se llama filipenses, la gente de Filipos, la escribió desde ese lugar esperando aparecerse ante el César, el emperador romano y no sabía si iba a salir de allí sin cabeza o con cabeza o iba a ser condenado a una larga prisión. Estaba en un aprieto verdaderamente grande.
Y en ese contexto el Apóstol Pablo dice ‘regocijaos en el Señor siempre’, y repite otra vez ‘...otra vez os digo regocijaos..’
El Apóstol Pablo experimentó muchas situaciones difíciles en su vida. En el Capítulo 11 de Segunda de Corintios, él habla acerca de algunos de sus padecimientos, dice, “....en azotes he estado sin número....’ fue azotado muchas veces por su fe, por su predicación.
“... en azotes sin número, en cárceles más, en peligros de muerte muchas veces, de los judíos 5 veces he recibido 40 azotes, menos uno,....”, es decir 39 azotes, 5 veces, y no eran azotes así con una soguita, no, eran azotes con unas puntas que usaban los romanos bien terribles, al final de cada azote.
“.... tres veces he sido azotado con varas, una vez apedreado, tres veces he padecido naufragio y una noche y un día he estado como náufrago en alta mar. En caminos muchas veces, en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.....”
Y uno pregunta ¿cómo este hombre no se pegó un tiro? Y simplemente dejó el Evangelio por tantas cosas que le habían pasado por servirle al Señor y por predicar el Evangelio. Él hubiera podido decir, mira, si esto es así, pues yo me voy a rajar de aquí porque se supone que yo tenga por lo menos algún tipo de protección de parte de Cristo, si lo voy a predicar, pero el Señor permitió que el Apóstol Pablo pasara por todas estas humillaciones, tribulaciones, zozobras y lo que a mí me maravilla de ese hombre, es que después de todos esos años de tanta lucha, y tanta tribulación puede escribir una carta con tanto entusiasmo y con tanto convicción y decirle a los filipenses, ‘regocíjense en el Señor siempre, otra vez les digo, regocíjense....”
La carta a los filipenses es conocida como la carta del gozo, imagínense. Primeramente dice, regocijaos en el Señor. Déjenme decirle algo, cuando usted está pasando por pruebas y tribulaciones usted no puede ni debe tratar de regocijarse en la carne ni en las emociones, porque las emociones le van a traicionar, ¿entiende? Las emociones son parte de un sistema biológico que se desgasta con la presión y las ansiedad y los problemas. El cerebro es un mecanismo biológico hasta cierto punto que se quema con la tensión. Y cuando uno está pasando por pruebas y por situaciones difíciles lo que usted menos quiere es gozarse.
Pero hay un gozo al cual alude la palabra de Dios, que es ese gozo del espíritu, es ese gozo objetivo que reconoce que en medio de toda situación Dios siempre puede sacar algo bueno, que Dios está presente aunque tu no lo veas y aunque no lo sientas, y que hay algo que Dios está haciendo que tu quizás no puedes entender y que eso es para bendición y para bien de tu vida.
Entonces el creyente lo primero que uno tiene que tratar de hacer cuando está, es buscar ese gozo, buscar ese regocijo del espíritu, buscar ese lugar y no estar contento hasta que usted no toque ese lugar de comodidad en el Señor, y que uno pueda decir, ‘aunque estoy pasando por tribulaciones, pero yo se que puedo regocijarme porque mi pasaporte está firmado, yo se que me voy con el Señor y yo se que Dios va a traer bendición de esta situación.’
Hay un regocijo que uno tiene siempre, eso no se lo entregue jamás al diablo ni a las circunstancias. Hay que regocijarse en el Señor y dice, siempre. Dice, aquí el versículo 5:
“... vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres....”
¿Por qué el Apóstol Pablo continua diciendo que nuestra gentileza sea conocida de todos los hombres, después de hablar de regocijarnos en el Señor? Hermanos, yo creo que una de las cosas más importantes que debe hacer el creyente, el hijo de Dios es mostrar una simpatía contagiosa. Yo creo que el cristiano debe conocerse por su actitud simpática y positiva, debe conocerse por su actitud gentil en medio de las situaciones, debe conocerse porque cuando está en la prueba, en vez de ponerse sangrigordo y malhumorado e imposible de aguantar, que pueda ser agradable a los demás.
Porque yo pienso, si nosotros como cristianos, cuando estamos pasando por pruebas no podemos dar muestras de la gracia de Jesucristo entonces nadie lo puede hacer. Yo creo que lo que más anima a la gente es cuando ve a un hijo, una hija de Dios pasando por situaciones difíciles, pero de todas maneras reteniendo su buen humor y siguiendo adelante en la fe.
Eso le dice al mundo, ‘esta persona está bebiendo de unas aguas que yo no entiendo y están allí’. Nosotros tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, ayúdanos a ser ecuánimes en la vida’. ¿Sabe lo que es la palabra ecuánime? Ecuánime quiere decir que usted puede mantener más o menos el mismo tono a través de la vida, que aunque usted esté pasando por pruebas y dificultades pero usted puede seguir adelante en el nombre del Señor porque el Señor es quien me fortalece. Y usted puede decir, ‘todo lo puedo en Cristo que me fortalece’. Y usted puede continuar y que su simpatía no decaiga, que usted pueda continuar sirviendo a sus hijos y a su esposa o esposa, que usted pueda continuar, si usted tiene un cargo en la iglesia desempeñándolo, que usted pueda ir a su trabajo y ponerse su buen maquillaje y su buena cremita debajo de los ojos y presentar una cara agradable a los demás y que puedan inclusive verlo y decir, ¡guau!, esta persona tiene algo especial dentro de ellos. Amen.
Porque los cristianos tenemos que distinguirnos por eso, hermanos. Porque si somos como los demás, que simplemente cuando yo nos viene la presión nos tiramos al suelo, y nos convertimos en unas bestiecitas desagradables, entonces dónde está la diferencia. Lo que distingue al hijo de Dios es ese carácter afable, ese carácter que en medio de la situación de prueba, puede decir como dice el Apóstol Pablo, ‘regocíjense en el nombre del Señor’.
Y si lo invitan a una fiesta en vez de usted ir allí y ser un aguafiestas en una esquina, usted pueda sonreír con la gente, conversar aunque no esté haciendo cosas demasiado alegre, pero usted puede mantener esa afabilidad. Pídale al Señor, pidámosle al Señor que nos permita siempre tener esa simpatía, esa generosidad hacia los demás.
La palabra gentileza aquí es complicada, no tenemos tiempo para desempacarla toda, pero yo creo que el Apóstol Pablo estaba pensando en parte en eso. Regocíjense, dice, que el gozo sea el distintivo de sus vidas de manera que el carácter gentil, la belleza del carácter de Cristo brille en ustedes de tal manera que sea evidente a todo el mundo.....
Y te dejó a ti allí...... mojándote todo y desamparado. El Señor dice, ‘he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo....’ Gloria al Señor.
Cristo está con nosotros, el Señor está cerca. ¡Aleluya! Y eso es algo que tenemos que recordarlo continuamente porque es muy fácil cuando todo está bien, y lo biles están pagados, y la cuenta de banco está jugosa y tenemos todos los tereques en la casa que necesitamos. Oh, sí pensamos que.....
Pero, mire hermano, el Señor está cerca objetivamente, sea lo que sea, sepa que el Señor camina con usted. El Señor está allí, el Señor no le ha dejado en ningún momento. A mi mente han venido en estos días la imagen de Eliseo, el profeta Eliseo cuando vinieron los sirios y entraron a Israel porque lo querían capturar, porque era un hombre lleno del Espíritu Santo y era inímico y dañino a los intereses de Siria que odiaba a Israel. Y Eliseo usado por el Señor siempre le advertía al rey de Israel cómo evitar las emboscadas que le tendían los sirios.
Entonces el rey de Siria envió una elite, una fuerza elite a meterse a Israel para capturar al profeta. El profeta Eliseo y su siervo se encuentran rodeados por este grupo que ha entrado a capturarlos. Y el siervo de Eliseo que no tenía el discernimiento espiritual que tenía Eliseo, mira a su alrededor, ve estos hombres armados que son enemigos y piensa, aquí nos van a matar, aquí terminó nuestra vida, aquí se terminó el ministerio y se llena de pánico, y clama a Eliseo y comienza a llenarse de ansiedad. Y Eliseo le dice ‘cálmate, y ora al Señor’, y el dice ‘Padre, abre sus ojos, abre sus ojos para que él pueda ver en el nivel espiritual’.
Y los ojos de ese criado fueron abiertos por un momento, los ojos espirituales fueron abiertos por un momento y este hombre pudo ver que en todo momento, aún cuando él solo veía el ejército sirio alrededor de ellos, había un ejército de ángeles mucho más poderosos con carros de fuego rodeando al ejército sirio y protegiendo a Eliseo y a su criado. Y Eliseo le dice, ‘No temas, porque muchos más son los que están con nosotros que los que están con ellos’.
Gloria al Señor. Y ¿saben qué? mi hermano, muchas veces tu vas a estar en situaciones de prueba y de dificultad. Tu vas a mirar a tu alrededor y lo único que tu ves es problemas, fracaso, negatividad, pero si tu tuvieras los ojos del espíritu tu podrías ver que alrededor de ti hay ángeles del Señor que están fortaleciéndote y diciéndote, adelante, continua, yo estoy contigo.
El Señor es poderoso. Y nosotros tenemos que pedirle al Señor, Señor ayúdame a mantener siempre esa conciencia de que tu estás cerca. Esta expresión, el Señor está cerca, se podría interpretar de dos maneras. Podría interpretarse de la forma de que, bueno, la venida del Señor está cerca; o el Señor está cerca de ti. Cualquiera de las dos interpretaciones deben ser motivo de ánimo para nosotros.
Porque si se trata de que la venida del Señor está cerca, eso me dice a mi, mira, las situaciones de la vida son pasajeras, yo soy un ciudadano de la eternidad y un día Dios enjugará toda lágrima de su pueblo, toda enfermedad cesará, todo problema que parece ahora mismo son solución, cuando uno está conciente de la eternidad, hermanos, muchas de las dificultades de la vida se hacen mucho más llevaderas. Pero cuando tu piensas que todo lo que hay es solamente aquí en el tiempo y en el espacio, en el ahora, entonces el mundo como que se te abalanza encima y todo lo que sucede parece grande e insoportable si es negativo.
Pero el hijo de Dios que sabe que la venida del Señor está cerca y que ya sea que se vaya con el Señor primero, o que Cristo venga primero, somos del Señor, somos de la eternidad. Nosotros pertenecemos a una ciudad no hecha con manos de hombres, somos peregrinos que vamos hacia una patria eterna y por lo tanto no podemos desesperarnos. El Señor está cerca.
Y si se trata de la cercanía física del Señor, todavía más importante. El Señor siempre está con nosotros. Y cuando el Señor está cerca eso quiero decir que hay solución para toda situación y todo problema. Gloria al Señor.
En una ocasión los discípulos se encontraban en una barca, la tormenta comienza a rugir alrededor de ellos. La barca parece que se va a hundir, no había manera de que esa barca pudiera sobrevivir esa gran tormenta. ¿Pero qué pasaba? Que el Señor estaba dentro de la barca, estaba cerca de los discípulos. Y el Señor estaba allí durmiendo a pierna tendida y no se preocupaba de lo que estaba pasando.
Yo les puedo decir hermanos, que en ningún lugar en el universo, en ese momento o en toda la historia ha sido un lugar más seguro que esa barca en medio de la tormenta, porque el Señor estaba en ella. Y en tu vida, yo quiero que tu sepas que Cristo está, no solamente contigo sino que está dentro de ti, y que con Cristo tu eres más que vencedor en toda situación que la vida te pueda deparar. El Señor está cerca de ti y yo te suplico que no quites la mirada, no quites la mirada de esa presencia cercana de Jesús porque él siempre va a asegurarse de que tu tengas una salida para cualquier situación.
Dice aquí en el versículo 31 de Romanos 8, “....¿qué pues diremos a esto: si es por nosotros, quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, cómo no nos dará también con él todas las cosas. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación, o angustia, o persecución o hambre o desnudez o peligro o espada, antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni los profundo, y ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro....”
El Señor está cerca. Eso te permite a ti y a mi regocijarnos y nos permite también ser afables, ser simpáticos, ser generosos, ser tolerantes con los demás, caminar en medio del desierto con una sonrisa de esperanza en nuestros labios y en nuestros corazones, porque él está contigo. Él está, aunque tu no lo veas, aunque tu no lo sientas, el Señor está contigo para fortalecerte.
Por mi mente ha estado pasando, no sabía si lo iba a compartir hoy o no con ustedes, anoche tuve un pequeño. Dios me habla muchas veces a través de sueños y nunca jamás yo he soñado con un ángel, nunca. Siempre le he dicho al Señor que me deje un día ver un ángel y que me prepare bien el corazón primero, por si acaso. Pero anoche en el sueño yo estaba en mi casa y por alguna razón en uno de los rincones de mi casa yo sentí en mi espíritu que había un ángel. Estaba como en un pasillo, entonces yo me fui al pasillo y miré alrededor y había una puerta de salida y efectivamente.... sin embargo fíjese como son estas cosas.... de nuevo, hay códigos que tienen los sueños. Pero era una mujer y yo sabía sin embargo que era un ángel.... Yo no quiero meterme en teologías aquí ni problema, porque fíjese lo que va a pasar más adelante.... pero era un mujer muy fuerte, alta, muy fuerte, no era en el sentido de fuerte como una levantadora de pesas, pero era mujer fuerte y muy llena de energía que emanaba de ella y yo la miré y ella dejó que yo la mirara por unos segundos. Y entonces, y yo sabía que era un ángel y había en ella una seriedad muy grande. Ella se estaba dejando mirar por un momento, pero eso era todo. Me estaba haciendo a mi un favor de que yo la contemplara por un momento. Y después salió por la puerta de salida, y yo pude ver en el sueño cómo hacía unas movidas que no podía hacer un ser humano, pero al final lo último que yo pude ver en el sueño, fue que esa mujer, al final en algún momento lo que vi fue la espalda de un hombre, se convirtió... como que asumió su forma angelical verdadera, y como que lo único que yo vi fue una apariencia humana, pero por su naturaleza espiritual divina era otra y ya cuando se fue de mi vista recobró su naturaleza normal.
Ahora, eso.... que yo siempre he creído es que hay ángeles en disfraz en nuestras vidas continuamente. Los ángeles son espíritus ministradores de Dios, dice la palabra. ¿Cuántas veces en la Escritura vinieron ángeles a ministrarle a los hijos de Dios? Al mismo Señor Jesucristo cuando estaba en su agonía, ángeles le ministraban. Ángeles se han aparecido a través de toda la historia. ¿Quién sabe cuántas veces nosotros hemos sido ministrados por un ángel y no nos dimos cuenta de ello? ¿Por qué? Porque vivimos en una dimensión ahora que Dios muchas veces, la inmensa mayoría de las veces no permite que haya ese nivel de compenetración entre el mundo humano y el mundo divino, por muchas razones diferentes, porque no es el tiempo, porque él tiene sus límites en ese sentido o lo que sea, pero Dios envía a sus espíritus ministradores en diferentes maneras y a veces adquieren la apariencia de seres humanos, pero es Dios diciéndote, ‘Yo estoy cerca y yo te ministro, yo te fortalezco, yo te suplo, yo te protejo, yo te guardo’.
El Señor está cerca y nosotros tenemos que creer eso, aunque no lo veamos continuamente. Dice la palabra, ‘el Señor está cerca....’ No dudes eso nunca. Aunque estés pasando por cualquier situación que estés pasando, cree, el Señor está cerca de ti y confiésalo en el nombre de Jesús y aquí está la palabra más poderosa de todas.
El versículo 6 dice ‘.... por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego....’
Por nada estéis afanosos.... Digan todos nada. ¿Sabe usted lo que es nada? Nada, exactamente. Cero. Eso quiere decir, hermanos, miren las cosas pequeñas y las cosas grandes: un dolorcito de cabeza, un tropezón con la máquina de hacer ejercicios en la noche en el dedo gordo, una enfermedad crónica y difícil, un fracaso, un problema matrimonial, una crisis económica, una noticia inesperada y difícil. La palabra del Señor te dice, ‘Hijo, hija, por nada estés afanoso o afanosa’.
¿Qué quiere decir la palabra afanoso? El griego original es la palabra ‘merimnao’ que se refiere a ansiedad y preocupación excesivamente. Es la palabra que Cristo usó también para hablarle a Marta, cuando le dijo, ‘Marta, Marta, afanada estás en muchas cosas pero una sola es importante’.
¿Cuántos de nosotros somos gente afanosa? No levante la mano. Pero muchos de nosotros tendemos a ser afanosos. Yo tiendo a ser afanoso y el Señor se encarga muchas veces de entrenarnos para que aprendamos a confiar en él.
En otras palabras, el Señor dice, ‘hijos, no se sobrecarguen con ansiedad’, porque la ansiedad en vez de ayudarnos a resolver los problemas, lo que hace es que nos paraliza muchas veces, nos debilita y nos impide entonces tener la fortaleza y la presencia mental que necesitamos para poder bregar efectivamente con los problemas.
Fíjese los discípulos, cuando el Maestro estaba listo para ser arrestado y crucificado, los discípulos entendían que algo serio estaba pasando con su Maestro y que había una crisis inminente. Y ¿saben qué? estos discípulos estaban tan preocupados que se cargaron de sueño, se debilitaron, no pudieron acompañar al Maestro en su necesidad.
Porque eso es lo que hace la ansiedad. La ansiedad debilita, la ansiedad debilita el ánimo, la ansiedad te quita la visión, la ansiedad te impide pensar correctamente en los tiempos de la crisis, de la necesidad. Y el Señor te dice, ‘por nada estéis afanosos, por nada’.
Y de paso, en el griego original de donde tenemos la traducción al español, la palabra nada está asimismo al principio de la oración, violando las reglas de la gramática. Porque él hubiera podido decir, ‘no estéis afanosos por nada’, pero dice, ‘por nada estéis afanosos’.
El Señor te dice a ti, me dice a mi, ‘mira, no permitas que nada en esta vida te llene de ansiedad, no permitas que nada en esta vida te amargue tu existencia. No permitas que nada te quite el sueño de manera que tu de día en día estés debilitado y triste, y que estés decayendo continuamente, y que esa falta de sueño te impida, y que esa ansiedad debilitante te impida llevar a cabo las tareas de la vida, expresar amor a tu familia, hacer las cosas que tienes que hacer en la vida. Nada en este mundo, hermanos, merece una condición de ansiedad.
Algunos comentaristas de la Biblia han querido decir como que esto es un mandamiento, ‘por nada estéis afanoso, y si se ponen afanosos están en pecado y van a ser condenados a 6 años de prisión’. Esa no es la idea aquí.
Yo veo esto como un consejo del Señor, dice, ‘hijo, no te afanes por nada’. Yo recuerdo las palabras de mi papá, el dicho ese yo se que está en muchos países, dice ‘ si tu mal no tiene cura, por qué te apuras, y si tiene cura por qué te apuras’.
Por nada estéis afanosos. Hermanos, ¿por qué? Porque Dios tiene una solución para toda situación. No hay situación que Dios no pueda resolver, escúchame. No hay situación en la vida que, si la pasamos con Dios, no resulte en algo que sea de bendición para nuestras vidas. Tenemos que creer eso, o no lo creemos, pero eso es lo que dice la palabra del Señor.
El Apóstol Pablo en Romanos dice ‘... a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien..’
Yo se que cuando uno está pasando por las crisis, cuando está en el corazón de la crisis, eso nos resulta difícil creerlo. Y de paso, si usted quiere evitarse una buena bofetada no le diga a nadie en crisis, ‘hermano, no te preocupes que a los que a Dios aman, todas las cosas ayudan a bien..’ Porque yo creo que eso es una crueldad. Yo creo que a veces hay que pasar, hay que pasar por... hay que sentir el dolor y deje que nadie le saque prematuramente del luto, ok. A mí que no me roben, déjenme tranquilo que yo quiero gozarme esta depresión hasta lo sumo. Quiero, yo me la voy a fumar hasta el cabo, como dicen algunos por ahí, y mi pity party. Quiero celebrar bien, y después cuando ya haya terminado me unjo y sigo para adelante.
Ustedes recuerdan la historia del rey David. David había cometido un terrible pecado. Esta mujer con quien había tenido una situación adúltera, había quedado encinta y ese hijo era un hijo pecaminoso, por ese hijo había muerto un hombre, asesinado por el rey David fruto de una violación, de un abuso de parte de un hombre de Dios. Y ese hijo estaba marcado. Dios no quiso que ese hijo naciera a la luz. Y David sin embargo, amaba, era un hijo que iba a nacer, y David se metió en ayuno y oración y durante días rehusó comer, rehusó bañarse. Él habrá pensado, quizás el mal olor obligue a Dios que me de el hijo este o lo que sea y se canse de mí.
Pero hizo todo lo que pudo y mientras estaba metido allí en su celda de monje intercediendo por la vida de ese hijo, vinieron sus funcionarios y lo vieron así y dijeron, ‘imagínate si está así de deprimido ahora, qué será, porque ya el hijo había muerto y ellos vinieron a decirle que estaba muerto el niño. Pero cuando se dieron cuenta de cómo él estaba tan metido en su intercesión, dijeron, si le decimos esto a este hombre aquí se nos va a morir inmediatamente. Pero David que era un guerrero, muy conciente de su entorno, vio a estos hombres y se dio cuenta de que tenían malas noticias para él . Y dijo, ‘¿el niño ha muerto?’ Si, si murió.
Entonces ¿saben lo que hizo David? David se levantó, se dio un buen baño, se puso un poquito de perfume de uno de esas marcas de hombre, cogió su perfume, se ungió bien, se vistió bien y estos hombres que estaban alrededor de él no podían entender, por qué si cuando el niño estaba vivo este hombre estaba ahí tendido en el suelo, sufriendo y clamando, y ahora se le muere el hijo, y entonces se pone como si fuera para una fiesta. ¿Qué ha pasado? Y David dijo, ‘mis hermanos, ya Dios dio su fallo, ya mi hijo murió y ahora él no viene hacia mí sino que yo algún día voy a ir hacia él’. ¿Me entiende?
Ahí está el aspecto de la eternidad, ¿usted entiende? De cuando uno computa la vida en términos de eternidad y de espíritu uno saca unas conclusiones muy diferentes, porque si David no hubiera sabido quizás que su hijo estaba donde tenía que estar en el Señor, y que el Señor simplemente se lo reservó para él, quizás se hubiera despedazado. Pero él sabía ese aspecto de que el Señor está cerca, de que somos habitantes de la eternidad, de que hay otros mundos y otras dimensiones más allá de esta.
Y él dijo, yo se que ha mi hijo él no viene a donde mí, sino que yo ahora algún día iré a donde él. Y por eso, yo estoy tranquilo, porque cuando yo estaba orando y clamando, yo pensé, bueno, quizás esto traiga una solución, pero ya no hay solución. ¿Ahora qué hago? Me tengo que simplemente poner al día con la realidad.
Y hermanos, esa es una gran lección para todos nosotros. Mire, cuando la vida le da limones, haga limonada, como dicen por allí. Cuando viene una situación a su vida, usted luche todo lo posible por cambiarla en el nombre del Señor, pero cuando usted no puede ajústese, haga ajustes, cambie las cosas. No se aferre a lo que hubiera podido, no, usted tiene que reajustar el mundo y seguir adelante, ¿usted entiende? Porque en el Señor siempre hay una nueva situación, siempre hay un nuevo propósito, siempre hay una nueva configuración.
Nosotros los seres humanos, Dios nos ha hecho de goma, rebotamos, aunque nos caigamos podemos cambiar, si dejamos que el Espíritu Santo haga la obra en nosotros. Pero muchos de nosotros cuando viene la situación difícil y Dios no nos da lo que queremos, pegamos una rabieta en el piso y nos agarramos a lo que no fue y Dios quiere sanarnos y entrarnos en otra dimensión, inclusive mejor, pero no hacemos porque estamos apegado a la antigua. Y Dios dice, no, ajústate. Hay nuevas cosas que yo tengo para ti. No te di lo que tu querías pero tengo algo mejor.
¿Saben qué? Dios le dijo a David, ‘no te voy a dar ese hijo pero te voy a dar otro hijo’. Y ¿sabe usted? De ese encuentro, David se acostó con su mujer, ahora era su esposa, y salió de esa unión un hijo que se llamó Salomón, el hombre más sabio y uno de los reyes más gloriosos que ha existido en toda la tierra. ¿Por qué? Porque cuando Dios.... los premios de consolación de Dios son mucho mejores que el original.
Eso es algo que yo tengo claro en mi mente. Recuerda eso siempre. Si Dios te quita algo que tu has amado y has deseado y tu besas la mano de Dios en vez de maldecirla Dios te va a bendecir. Dios te va a dar algo mejor, pero ese es el problema, nosotros no.... por eso es que tanta gente cuando tiene una pérdida en la vida, muchas veces terminan deprimidos por el resto de su vida, nunca se recuperan, nunca crecen. No salen de la pérdida porque no lograron, no entendieron que Dios tiene.... Dios te quitó eso pero Dios puede darte algo mucho mejor y tu llamado es ajustarte y decir amen, ¿qué tengo que dejar? Tengo que soltar esto, soltar lo otro, aquello, y ahora sigue adelante en nombre del Señor y Dios te reconfigurará algo mejor para tu vida. Y habrás dado gloria al Señor.
Dios siempre cuando golpea también bendice y pone su ungüento de bendición si nosotros tenemos la fortaleza para creer que él es bueno aunque sus regalos vengan en paquetes un poco sombríos. La palabra dice que después que Job lo perdió todo y se mantuvo allí adorando al Señor, y bendiciendo a Dios, Dios al final le dio mucho más de lo que tenía originalmente. Porque es así, hermanos.
Dios te ha hecho más fuerte de lo que tu piensas. Dios ha puesto en ti eternidad. Dios ha puesto en ti su Espíritu Santo. Y Dios está elaborando dramas a través de tu vida que tu ni siquiera te puedes imaginar. Y Dios está declarando cosas al infierno y al cielo, y a los ángeles y a los demonios y al mundo, que tu mismo quizás no te explicas. Tu estás viviendo un drama que va mucho más allá de ti, tus preferencias, tus deseos, tus pequeños esquemas y tu tienes que acostumbrar tu vida a que Dios es soberano, y que si él te da tu lo recibes con bendición, si te quita, tu lo bendices y dices, ‘ok, ahora ¿dónde voy, Señor? Aquí estoy presente, dime cuál es la próxima etapa de vida que tu quieres que yo lleve.’
Muchas veces el dolor es la cosa más hermosa que Dios puede regalarle a un individuo. El dolor nos endulza. El dolor nos profundiza. El dolor nos ennoblece, el dolor nos saca sangra amarga y venenosa que tenemos dentro de nosotros. El dolor reduce la confianza falsa del macho y el dolor le muestra a la mujer débil muchas veces que ella es más fuerte de lo que pensaba. El dolor le muestra a la mujer que no necesita aquel hombre que pensaba si se le iba se iba a morir. No, el mundo no se cayó, sigue igual y ella puede sobrevivir. Es más, ahora está más feliz que nunca y puede ser todo lo que Dios quiere para su vida.
El dolor es el bisturí por excelencia de Dios, es el preferido. Hermano, Dios nunca puede hacer a un hombre o a una mujer, poderosa y profunda si no lo pasa a través del trapiche del dolor. Eso es así. Si no lo desangra, si no lo abofetea un par de veces aunque sea simbólicamente, pero tiene que hacerle, para recordarle que después de eso viene su bendición y que él no merece, ni ella, lo que él le da, porque somos polvo.
Pero si tu recibes de la mano de Dios lo que él te da, tu puedes salir de cualquier situación aún las impensables, pero tienes que agarrarte ahí como un soldado y decir, ‘Señor, yo voy a esperar la respuesta y la explicación hasta que venga, pero mientras tanto te voy a bendecir y voy a declarar que tu eres bueno y que para siempre es tu misericordia.
‘...Por nada estéis afanosos....’ Cuando viene la lucha a tu vida tu puedes hacer dos cosas, o te desplomas y te amargas y reniegas de Dios y pierdes tu fe y te conviertes en un monstruo estéril, y el diablo se sale con la suya; o tu te ciñes los lomos, te aprietas el cinturón y dices, tiempo de entrar en batalla, tiempo de ponerme en el régimen de entrenamiento del guerrero, tiempo de ir a mi armario, donde están mis armas y comenzar a sacar las que necesito para volarle los sesos a todos los infiernos del mundo, y para resolver las cosas y hacer lo que tiene que hacerse en la vida.
Una de las más poderosas que tiene el hijo de Dios en las crisis, es la oración. Si no sean conocidas todas vuestras peticiones en toda oración y ruego con acción de gracias. Ahí hay una fórmula química que no tenemos tiempo para explicarla. Pero lo más importante es eso hermano, cuando tu estás en crisis en tu vida, lo primero que tu debes hacer es meterte en el cuarto de la oración, meterte en un régimen de oración.
Como el soldado cuando está en la lucha, tiene que ponerse su uniforme, amarrarse todas sus armas y saber que ahora va a la selva por un tiempo. No sabe cuándo lo van a regresar de la selva pero va a estar metido ahí por un tiempo, y cuando regrese, va a regresar con sus medallas y sus logros para entonces disfrutar de un buen descanso merecido por un buen tiempo.
Y eso es la oración. La oración es guerra muchas veces cuando tu estés en crisis, métete en oración, métete a sudar la situación en oración. Déjale saber al Señor de tu dolor, déjale saber al Señor de tu necesidad, déjale saber al Señor de tu perplejidad. Déjale saber al Señor de todos los problemas que hay que resolver, pónselos uno encima del otro y dile, ‘Padre, mira aquí está la situación. Yo no se cómo resolver todo esto, pero dame tu la manera de hacerlo y dame la fortaleza’. Y tu le traes al Señor tu causa, tu le presentas al Señor tu necesidad y Dios dice, ‘Hijo, has hecho lo correcto, ven vamos a trabajar juntos y te voy a sacar de este lío, y vamos a salir juntos los dos mejor que nunca’.
La palabra de Dios habla acerca de echar nuestras cargas a los pies del Señor, Primera de Pedro, 5:7 dice, “... echando toda vuestra ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de vosotros....’
Esa misma palabra es la misma palabra de por nada estéis afanosos, merimnao, “....echando toda vuestra ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de vosotros ....”
Y ahora se me hizo bien claro, mientras leía eso, mire lo que dice el versículo 6, dice, “... humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios para que é os exalte cuando fuere tiempo....”
Usted sabe lo que pasa, hermano, muchas veces cuando nos vienen cosas que no esperábamos, y uno dice, pero ¿cómo es esto? Si yo sirvo al Señor, yo amo al Señor, yo le doy al Señor, yo hago esto, yo hago lo otro, ¿cómo me puede pasar esto? Y uno se llena de ira contra Dios y se queja con Dios y se pone a pelear con él y a cuestionarlo a él. ¿Sabe el único que saca provecho de eso? El diablo y la carne.
Pero si usted se humilla bajo la poderosa mano de Dios y dice ‘Padre, tu diste, tu quitaste. Tu eres soberano en mi vida, yo no soy nada. Yo no tengo derecho a pedirte nada. Todo lo que yo tengo es porque tu en tu misericordia me lo das, así que si tu me quitas un poquito esos asuntos, eso es mínimo. Yo merecería que tu me lo quitaras todo.’
Bese la mano de Dios cuando venga el problema a su vida. Bésela mientras le caen lágrimas sobre la mano que usted está besando y Dios le va a bendecir por eso. Humíllese bajo la poderosa mano de Dios, humíllese bajo la soberanía de Dios, deje que Dios haga lo que él quiere en su vida. Él sabe lo que hace y él sabe por qué lo hace. Humíllese bajo la poderosa mano de Dios y eche su carga sobre él hasta que él dice aquí, ‘... entonces él los exalte cuando fuere tiempo....’
Hermano, tu no sabes cuánto tiempo tu crisis va a durar, ni cuanto tiempo las consecuencias sombrías de la crisis van a durar en tu vida. Puede ser días, puede ser semanas, puede ser años. Pero ¿saben qué? Que si tu te mantienes pegadito al Señor, él te va a exaltar cuando fuere el tiempo y tu luz brillará como el sol al mediodía porque tu bendijiste la mano del Señor.
Se paciente con el Señor, espera a que el Señor te muestre el por qué de las cosas. Espera que el Señor limpie los escombros y edifique una nueva casa en tu vida. Eso se podrá tomar el tiempo que se tome, pero se paciente y camina con él, y el Señor un día entonces te levanta y te exalta como Cristo Jesús. Él se humilló, se sujetó al Padre, asumió una forma de siervo y dice que Dios por eso le dio un nombre que es sobre todo nombre y lo levantó hasta lo sumo. Y dice que hoy y siempre toda rodilla se tendrá que doblar ante el nombre de Jesús y toda lengua tendrá que confesar que Jesucristo es el Señor porque se humilló ante el Padre.
Cuando tengas pruebas, dificultades, humíllate, sujeta la carne. La carne te va a gritar, maldice a Dios y muérete, como le dijo la mujer de Job, pero en tu espíritu di, no, Padre, yo te voy a bendecir, te voy a dar gracias, te voy a adorar, voy a confesar que tu eres bueno y que tu haces sentido aunque nada en mi lo reconozca y eso hará que el diablo tenga que irse con la cola metida entre las piernas a buscar a otro o a llorar lágrimas de rabia porque no se salió con la suya con un hijo de Dios que supo bendecir al Padre en su momento de necesidad.
Hermanos, vamos a bendecir al Señor, en vez de amargarnos, vamos a regocijarnos en el Señor, vamos a dejar que el mundo vea un cristiano gentil y simpático, un cristiano que sabe que su pasaporte está sellado, sus papeles están arreglados y que va directo para el cielo con todo y zapatos y que va a ser bendecido y que por lo tanto puede darse el lujo de pasar unas cuantas incomodidades aquí, pero el mundo va a ver un hombre, una mujer que puede continuar, puede ir hacia adelante.
Vamos adelante en el nombre del Señor, hermano, que este mensaje traiga esperanza a tu vida. No importa lo que tu estés pasando, Dios tiene una respuesta para ti, Dios tiene una compañía que él quiere mostrarte. Dios quiere mostrarte su fidelidad. Y él quiere que tu te goces en este viaje que es la vida, que en vez de andar cabizbajo, triste, ansioso, incierto, que tu disfrutes de las primaveras y disfrutes de los hijos, y disfrutes de tu iglesia, y disfrutes del ministerio, y disfrutes de la amistad de tus compañeros y disfrutes de una buena comida y que te goces en la mujer o el hombre de tu juventud, o en amigos, o familiares que te aman, o en tu iglesia. Disfruta de la vida, gózate porque el Señor está contigo.
El Señor está cerca de ti, el Señor está en ti. Y órale al Señor y suda las dolencias de la vida en oración y pásalas agarrado de la mano del Señor y llegarás a la otra orilla. Gloria al nombre del Señor.
Póngase de pie, por favor, póngase de pie en el nombre de Jesús. Gracias Señor. Gracias Jesús, te adoramos, Señor, te bendecimos. Recibimos, Padre, la palabra implantado en nuestro espíritu en esta tarde. Señor, yo la recibo primero en el nombre de Jesús y la bendigo al llegar al corazón de mis hermanos, Padre. Yo bendigo esta comunidad que se llama la congregación León de Judá con todas sus luchas y sus dramas, con todas sus dolencias y sus ausencias, con todos sus pecados y sus imperfecciones, pero la bendigo en el nombre de Jesús, y declaro, Padre, que tu te estás formando un pueblo guerrero, un pueblo que te honre, un pueblo ejemplar, y que Satanás no se saldrá con la suya sino que la victoria es nuestra, porque tenemos al Señor con nosotros.
Padre, que de esta gloria nadie nos baje, sino todo lo contrario que esto se ponga mejor cada día, Padre, que vengan más sazones y más especies a esta iglesia que enriquezcan el sabor y el olor que emita esta congregación cuando su holocausto se levante y llegue hasta tu trono, Padre, en el nombre de Jesús. Gracias, Señor. Te adoramos. Te bendecimos, Padre. Recibe pueblo de Dios esperanza para el camino en esta tarde, recibe esperanza del Señor. Gloria al nombre de Jesús.
La vida alineada con Cristo alcanzará su destino
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Es un gozo poder volver a estar aquí en medio de la iglesia, de poder compartir, después de haber estado en vacaciones con mi esposa y mi hijo, Lucas, allá en la Florida. Vivimos en la Florida disfrutando del calor por un período de tiempo allá, gracias a Dios con mis suegros. Y ¿saben qué? Yo aprendí dos cosas bien interesantes mientras estuve allá. Por un lado aprendí que, guau! Cómo los abuelos consienten a los nietos. Tengo que una queja. Los padres no hacen los hijos algunas cosas, pero con los nietos sí lo hacen. Yo se que Carolina allá me dio una lección en eso, la confirmó ahí. Tengo que aprender mis lecciones con respecto a eso, pero gracias a Dios por los abuelos, tengo que decirlo.
Y ¿saben qué? también yo aprendí una segunda cosa que es lo que quiero usar para el mensaje de hoy. Allá, nosotros decidimos llevar a Lucas a Downtown Disney, es uno de los parques pequeños que está relacionado con Disney, y no se preocupen, no es que les estoy dando promoción a Disney World, no es eso. Pero sí, hay algo que ocurrió ahí que a mi como que me cautivó la atención.
Mientras mi esposa y yo íbamos caminando así con el stroller, paseando con Lucas, de repente, yo me doy cuenta que todo el mundo alrededor comienza a mirar para arriba y yo como que ...... mirando así arriba. Y de repente cuando me doy cuenta, había un avión que estaba escribiendo esas palabras, decía 'You + God =", y la otra foto dice, equals un happy face. Y yo me imagino que será joy, happiness, pero la cosas es que esa ecuación que se vio en el cielo, usted más Dios significa, llene usted el blanco: gozo, felicidad, armonía, bendición.
Y al yo haber visto eso, yo dije, guau! Que lindo ver eso desplazado a lo largo de todo el cielo y yo me quedé así, pasmado, mirando para arriba y Heidi, me decía, vente, vamos a seguir caminando y yo, espérate quiero disfrutar esto. Y mi disfrute fue tanto que hasta le tiré fotos y todo.
Eso yo lo vi, aunque tal vez fuera intención de algún ser humanos, poderse montar en un avión y tirar humo y escribir esas palabras en el aire, pero yo lo vi como un mensaje de parte de Dios a todo el mundo que vio eso. Y más en la época que fue, porque nos estábamos acercando al cierre del año 2007 y recibir el año 2008. ¿Qué mensaje? Usted y Dios ecualiza o es igual a una vida feliz, una vida completa, y esto es algo de lo cual yo quiero hablarles hoy.
Vamos a orar y pedirle a Dios dirección en este momento. Amado Dios, yo tomo esta oportunidad ahora y primero que nada quiero presentarme ante ti Señor, agradecido está mi corazón por la oportunidad que me concedes de poder compartir una vez más tu palabra con mis hermanos y hermanas. Gracias, Señor, porque sabemos que tu palabra es viva y eficaz, tu palabra es verdad, tu palabra llega a un tiempo oportuno. Tu palabra nos renueva, tu palabra nos exhorta, nos afirma y yo te pido que esas cosas y mucho más se hagan realidad hoy en medio de nosotros. Que la reflexión de mi corazón y las palabras que salgan de mi boca, Señor, sean usadas por ti para edificar las vidas de cada hombre, cada mujer, cada joven, cada niño que se encuentre aquí. Tu conoces la situación en la cual ellos están. Que esta palabra sirva para el bien de sus vidas, en el nombre de Jesús. Amen.
Yo quiero que usted le diga a la persona que está a su lado, lo siguiente: dígale, la vida alineada con Cristo alcanzará su destino. Dígalo.
¡Qué coro! Me hacía falta escuchar ese coro. Miren eso, la vida alineada con Cristo alcanzará su destino. Y no necesariamente estoy hablando de el destino o los planes que usted personalmente se trace para su vida, sino que estoy hablando de que usted alcanzará su... apuntando a Jesús, el destino que él tenga para usted.
Y no se equivoque, yo no estoy hablando de predestinación, yo no estoy diciendo nada de eso. Yo estoy hablando de esos planes que Dios tiene para su vida. Y la razón por la cual yo medito en esto, es que obviamente llevamos 6 días ya en el año 2008 y se puede decir que todavía en este tiempo hay mucha gente que está reflexionando, está planeando, es un tiempo de mucha reflexión interna. La gente se analiza, analizan sus vidas, ellos ven lo que sus vidas han sido, lo que sus vidas son y lo que quieren que sus vidas sean hacia el futuro.
¿Cuántos de ustedes están en ese bote? No muchos, ok, está bien, pues algunos de ustedes ya tienen sus vidas set, tienen su plan de retiro set, tienen to 401K set, so este mensaje lo más seguro no es para usted. No, no, mentira, mentira, este mensaje es para todos.
Miren algo, hermanos, yo estuve meditando acerca de esto y cuando estábamos celebrando la despedida de año allá en la casa de mis suegros, después que se acabó todo, de repente nos dio por prender la televisión y llegamos al canal de Univisión y en Univisión estaban haciendo un recuento de las despedidas del año a través del mundo entero. Empezaron con Nueva Zelanda, cómo lo despidieron allá, después Japón, después se iban moviendo a la China, a la República Checa, Italia y hasta llegar al lado de acá.
Yo me digo, guau, que interesante ver como todo el mundo está despidiendo esto. Y más me interesó porque cuando llegaron a Time Square en New York, de repente el reportero estaba tratando de entrevistar a personas, y se cruzaron con unos muchachos que estaban allí en Time Square y de repente el reportero le dice, oiga, y ¿qué resolución tiene usted para el año nuevo? Y el muchacho estaba con un vaso de cerveza, y dice, ‘ah, pues dejar de beber’.
Guau, si esa es la resolución que tienes para el año nuevo, pues, muchacho, ya suelta el vaso y cumple con esa resolución. Pero él, no, no, me estoy dando la última..... con esa nota así en la voz.... me estoy dando la última antes de que empiece.
Bueno, vamos a ver cuán fácil o difícil se le hace. Pero el asunto es ese, hermanos, o sea a lo largo de todo el mundo hay tanta gente que comienzan a reflexionar o empiezan a tirar viento, o sea, tiros al viento de ver cómo sus vidas pueden mejorar, de cómo sus vidas pueden alcanzar algo mejor, o también, hay gente que no tienen un pelo de idea de qué es lo que quieren hacer con sus vidas, están tan confundidos que no saben, no tienen dirección hacia donde van.
Y yo creo que en un tiempo como este, nosotros como iglesia, el Señor nos da a nosotros la oportunidad de nosotros poder dirigir y ayudar a otras personas en cómo ellos pueden alcanzar una dirección para sus vidas, de cómo ellos pueden tener algún tipo de sentido, es hacer sentido acerca de sus vidas.
Y esto es algo bien importante, hermanos, porque si usted no le da sentido a su vida, de qué vale vivirla entonces. Si su vida no hace sentido, si lo que usted hace día tras día, hora tras hora no le hace sentido, ¿de qué vale? Usted está viviendo como una máquina entonces, paso a paso, momento a momento pero no está viviendo con propósito, con un énfasis, con un enfoque.
Y aquí fue donde yo entonces pensé cuáles son los elementos más básicos de la vida, cuáles son los elementos más básicos de la vida y yo pude pensar en una lista de 4, tal vez usted pueda añadirle más, pero al menos hay 4 más básicos que sin ellos, su vida se aniquila, no existe.
El primero de ellos es el aire. Si usted no tiene el aire, usted no puede respirar. Usted puede respirar por un segundo, y siente un tipo de satisfacción en sus pulmones porque aspiró un aire puro, pero ya al próximo segundo, tiene que exhalar, porque ese aire que está adentro ya se hace nada.
El segundo elemento es el alimento. Hay gente que comen ahora y de aquí a 4 ó 5 horas más tarde, pues les va a dar hambre de nuevo y usted tiene que comer otra vez. Si usted es como yo, tal vez a las 2 horas le va a volver a dar hambre de nuevo.
Otro elemento en el cual yo pienso es el agua. Yo puedo tirarme un trago de agua ahora y como estoy hablando mucho, a los 15 minutos voy a tener sed otra vez y voy a tener que beber agua.
Pero, de nuevo, son cosas que satisfacen por un momento. Y el cuarto perdón, es la luz. ¿Saben que si nosotros no tuviésemos luz, qué sería de este mundo? Si la luz del sol no alumbrara este mundo sería un pedazo de hielo por así decirlo, inerte sin vida. ¿Saben que la luz del sol es lo que regula obviamente la temperatura aquí y en el mundo, en la bola del mundo digo yo, en la tierra? Si ustedes se dan cuenta, muchos de nosotros sufrimos particularmente en este tiempo de invierno porque ya la noche comienza a caer a las 4, 4 y media de la tarde y es como que ya uno se encierra esa hora, pero de nuevo, viene la luz, sale al próximo día, y uno continua.
La luz del sol ayuda a la fotosíntesis de las plantas. La luz le da a su cuerpo vitamina D en la piel para que usted pueda seguir funcionando de una forma más eficiente. La luz es necesaria.
Estos 4 elementos son los más básicos de la vida. Usted le puede añadir algún otro más, usted puede pensar, bueno, para la vida yo necesito un techo donde vivir. Y cierto es, todos necesitamos un techo para vivir. Y si le añado eso más, uno sería el trabajo, sin un trabajo yo no tendría un techo, y no tendría cómo suplirme de las otras necesidades básicas para poder sostener mi vida.
Y a base de esto, mis hermanos, es que muchas veces nosotros trazamos planes para lo que queremos hacer, porque tenemos estas necesidades tan básicas, nosotros nos tiramos una serie de planes en nuestras vidas, y tratamos de definir nuestras vidas, y de hacerle sentido de acuerdo a esas cosas.
Yo no se si usted se ha encontrado en algún momento una persona que le da como quien dice, su definición de lo que es la vida. Yo conozco a gente que tal vez se pueden encontrar en una playa, en el Caribe bien exótica, sentados en un bote, y con una piña colada, y de repente se tiran así hacia atrás y cruzan las manos detrás de la cabeza, y qué es lo que expiran, ‘¡esto es vida!’.
Tal vez habrá alguna gente como algunos pastores aquí en esta iglesia, que podemos coger un kayak y nos vamos a la costa de Rockport y nos tiramos a mar abierto y cuando estamos así en mar abierto, soltamos todo y con el vaivén de las olas decimos, ‘¡Esto es vida!’.
Puede ser que el haber pasado usted el año con su familia encerradito en su casa, usted se queda ahí, mira su alrededor, y al ver a sus hijos corriendo, a su esposa, su esposo, usted se dice, ‘¡ah, esto es vida!’.
Tal vez en una noche fría el mero hecho de que usted puede dormir con su ser amado y se puede calentar con él o con ella a su lado, cuando usted está ahí, y perdónenme lo que tal vez no pueden decir eso, pero en algún momento... en algún tiempo su momento llegará si Dios mediante... Pero uno está ahí en esa situación y uno dice, ‘¡ah, esto es vida!’.
Pero, ¿saben qué? mis hermanos, cuando yo analizo cada una de esas cosas, eso no es la vida en sí como tal. Esos son resultados de la totalidad de lo que es mi vida y lo que es la vida de usted. Y dependiendo de cómo usted se planee, de cómo usted haga una trayectoria de su vida, usted va a poder disfrutar cada uno de esos resultados de las cosas que usted trama para su vida.
Y pensando hoy en eso, yo llegué a un pasaje de la Escritura en Juan, Capítulo 1, y quisiera que ustedes lo buscaran conmigo. Juan, Capítulo 1, comenzando en el verso 3, dice:
“... todas las cosas por él fueron hechas y sin él nada de lo que existe, nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres....”
Déjenme repetir ese verso una vez más: “.....En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, la luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra él.... –miren qué bello esto- .....”
El mero hecho de yo saber que en Cristo estaba, está y estará la vida es algo que me llena a mi de mucha esperanza. En Cristo está la vida, y mis hermanos, estas son palabras mayores porque el mero hecho de que la Escritura declara que Jesús es y está en él la vida, eso implica de que en él es donde se originan todas las cosas.
Cuando yo pienso en eso, yo me recuerdo de un momento cuando estaba jugando con Lucas y hubo una imagen que se vino a mi mente. Yo no se cuántos de ustedes han visto un cosito de estos, esto es uno de los juguetes de mi hijo. Yo le pedí permiso para traerlo, pero esto es como un pedazo de foam que se usa en el piso para marcar un área de juego en la sala donde usted lo quiera usar. Y obviamente esto tiene letras.
Cuando yo estaba jugando con Lucas, Lucas sacó una letra de aquí y entonces trató de volverla a acomodar y no podía, y como que se frustró y trató de poner otras cosas aquí, pero no cabían obviamente, y yo vine y lo ayudé y cogí la letra que era y la puse ahí. Le digo, ‘Lucas, es así’, enseñándole poco a poco ese tipo de bonding entre padre e hijo, ustedes saben.
El asunto fue que de repente yo tuve como una revelación: para mi fue un momento divino, porque fue como si Dios me dijera en ese momento, ‘Omar, ¿sabes qué? Así soy yo con cada uno de la gente. En la gente hay un espacio designado que es mío, hay un espacio designado que lo hice yo, tiene mi autógrafo, tiene mis huellas digitales, lo tiene ahí en cada persona.
Sí, mis hermanos, cada uno de ustedes, cada uno de los que están aquí tiene ese espacio designado de Dios. Entonces como nosotros somos criaturas que necesitamos hacer sentido de la vida, para poder hacer sentido en nuestras vidas tratamos de llenar este espacio con muchas cosas. Hay algunos que pueden coger una botella de Coors Lite y la meten por aquí tratando de encontrar un sentido de dirección, de significado pero obviamente eso no satisface.
Hay gente que trata de coger dinero y lo meten por ese espacio, para ver si eso llena de alguna forma u otra y aunque puede satisfacer por un tiempo, la satisfacción después se va. Hay gente que trata de coger un buen carro deportivo y meterlo por ese espacio y al no caber tratan de manipularlo para meterlo de la forma en que ellos quieran porque ellos entienden que eso es lo que les da satisfacción o lo que les da sentido.
Hay gente que pueden meter una carrera profesional por ahí, hay gente que puede meter una educación, que pueden meter una biblioteca de libros por este espacio, hay gente que puede poner a su familia, su cónyuge, sus hijos por este espacio. Hay gente que puede poner a un novio, a una novia, es más, ¿saben qué? hay gente que tratan de meterse ellos mismos por este espacio tratando de hacer sentido de la vida. Y nos reímos, hermanos, pero esto es algo grave, porque lo que están haciendo es centrando sus vidas en sí mismos y lo que domina es un espíritu de ego y de orgullo que impide el que nosotros podamos ver de quién verdaderamente es este espacio.
.... ustedes han jugado con esto antes, ¿verdad? Cuando lo que está intencionado para ese espacio cae en ese lugar todo lo demás cae en orden. Y obviamente yo escogí la D de Dios, no es la D de dedo, no es la D de David, no... es la D de Dios, porque yo entiendo que en Jesús a través de esa vida que Jesús nos da está esa marca, esa huella digital de Dios en nosotros.
Mis hermanos, yo creo que en Jesús está el origen de todas las cosas. ¿Y por qué yo creo eso? Porque la Biblia me lo enseña. En el pasaje de Juan, Capítulo 20, verso 22, nosotros vemos cómo Jesús a través de su espíritu, él sopló un aliento, un aire de vida sobre sus discípulos. En otra forma, Jesús está diciendo, yo soy ese aliento de vida, yo doy ese aliento de vida, ese aire de vida que usted necesita proviene de mi.
Ese aspecto de alimento, hay otro pasaje en Juan, Capítulo 6, verso 33 donde el mismo Jesús dice que él es el pan de vida, y aquel que no coma de él no puede participar de él, aquel que no coma de ese pan que Jesús da siempre va a tener necesidad de alguna forma u otra. Jesús mismo se declara, yo soy el pan de la vida.
Con respecto al agua, ustedes recordarán ese pasaje de Juan, Capítulo 4, cuando Jesús se encuentra con la mujer samaritana en el pozo y qué es lo que dice, ‘el que bebiera del agua que yo le doy, de sí correrán ríos de agua viva, ¿por qué? Porque Jesús es el agua viva. Jesús es el agua que provee vida.
Y entonces la luz, el mismo Jesús se declara la luz, en Juan, Capítulo 12, verso 8, cuando él dice ‘yo soy la luz del mundo, el que me sigue a mí jamás estará en tinieblas....” Esa vida se transmitió a través de luz.
¿Saben qué, mis hermanos? Yo me tuve que hacer esta pregunta. Yo me dije, ¿por qué Juan insistió en ese aspecto de la luz? ¿Por qué? Esa luz vino a un mundo que estaba en tinieblas, en oscuridad para traer un nuevo orden, por eso era que era necesaria la luz para poder alumbrar las mentes y los corazones de la gente que la iban a recibir. El pasaje sigue más adelante, a los suyos vino, más los suyos no le recibieron. Él estaba viniendo a lo que le pertenecía a él, Jesús estaba viniendo a su creación, más algunos dentro de su creación no lo recibieron.
Miren esto que yo escribo aquí. Yo digo, si alguien está en tinieblas, ¿qué va a pasar? No ve. Si no ve se confunde y si se confunde tiende a resistir o a oponerse a todo lo que encuentre en esa oscuridad.
Déjenme ponérselo en un ejemplo un poquito más claro. Hace unos años atrás en Puerto Rico, cuando yo vivía allá todavía, casi todas los años se llevaba en uno de los parques allá, una feria donde traían montañas rusas, machinas de uno montarse y disfrutar. Entonces yo recuerdo que una de las que más a mi me gustaba entrar era en la casa de los espejos. ¿Cuántos de ustedes han entrado en una casa de espejos? Pues, esta vez que yo recuerdo, de las muchas otra veces que yo fui, yo recuerdo que en esta casa al entrar tenía muchas luces y era donde estaban todos los espejos que obviamente distorsionan su imagen. Oh, si me paraba delante de uno, pues me veía bien ancho, o si me paraba de frente otro, me veía súper largo, o si me paraba enfrente a otro, mi cuerpo se distorsionaba por completo con una cabeza bien grande y el cuerpo bien chiquito, era un relajo. El asunto era que en esa parte de la casa había luz, obviamente porque la idea era que usted se viera en esos espejos.
Ahora, mientras usted entraba, usted entraba en un tipo de laberinto de espejos y cristales, y evidentemente mientras usted entraba ahí las luces ya se iban apagando más y más y más, el asunto es que usted se perdiera adentro de ese laberinto. Ahora, al yo estar caminando en ese laberinto, cuando yo veía lo que parecía ser una salida, cuando iba caminando, pángana.... me daba un cantazo contra el cristal, porque lo que había era un cristal y yo pensaba que era la salida, pero no, me chocaba ahí.
Y uno iba tanteando entre las paredes y los espejos hasta que por fin encontré lo que parecía una salida, pero era un cuarto oscuro, donde el piso se estaba moviendo. O sea, está todo oscuro, hermanos, de ese de oscuro, negro, pitch black, que usted no ve nada, que usted se pone la mano al frente y ni la ve. No sabe si la está poniendo aquí o si se la está poniendo acá, porque uno se desorienta en ese tipo de oscuridad.
El asunto es que cuando yo entré en ese cuarto, y yo siento que el piso se está moviendo, y yo estoy tratando de buscar la salida y yo moviéndome así de lado a lado de repente piso algo, y oigo un grito, ¡aaaay!, y cuando me doy cuenta era que alguien estaba tirado en el piso porque se mareó con tanto movimiento y al no encontrar la salida, se mareó y se cayó. Y yo como que me eché a un lado, pisé a otra persona, y yo.... guau, pero aquí hay gente tirada en el piso por todos lados.
Y si ustedes se dieron cuenta de mi reacción, mi reacción fue una de rechazo, de defenderme, de tener cuidado, de echa pa’ ya, zapato viejo.... Esa fue mi reacción. Ahora, la única forma en que usted podía salir de ese cuarto negro era porque al final había una puerta que cada tres segundos se abría y obviamente había una luz al final de esa puerta para usted poder ver por dónde iba y poder salir.
Si usted estaba demasiado mareado, y si usted estaba tirado en el piso, tenía que salir arrastrándose de ahí, o al menos que otra persona lo cargara y lo pudiera sacar. Ahora, pero si usted estaba todavía en sus pies, y se podía balancear en tanto movimiento, cuando esa puerta se abriera, usted salía corriendo como a las millas de Cuchiflan, no me pregunten qué es eso, porque es una expresión bien portorriqueña, pero usted salía corriendo de ahí y salía ¿por qué? Porque veía la luz y podía salir.
Ese ejemplo, hermanos, yo espero que no los haya confundido más. Pero ese ejemplo me da a entender a mi el tipo de mundo en el cual nosotros vivimos. Si ustedes ven yo creo que hay gente que pueden estar rodeados por una oscuridad externa y cuando llega la luz y alumbra esa oscuridad, la gente despierta, pueden ver y saben por dónde ir. Pero también hay gente que no importando las luces que tengan a su alrededor, las tinieblas que tienen están tan metidas en su corazón que no pueden saber, ni pueden identificar por dónde van.
Son dos casos bien distintos. En el primer caso estoy hablando de una persona que tiene un corazón dispuesto, que aunque tal vez las cosas a su alrededor estén de mal en peor, cuando llega la luz de Cristo a su vida y alumbra esa persona recapacita, la persona vuelve en sí, cae en sí de nuevo y sabe por dónde ir.
Ahora, una persona cuyo corazón está nublado todavía, la luz de Cristo puede estar ahí, ahí, ahí, alumbrando, alumbrando pero si esa persona no tiene esa disponibilidad, se va a quedar ahí patinando en hielo, no va a poderse mover en ninguna dirección.
Y yo creo, mis hermanos, que en este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo, el Señor Jesús más que nunca está alumbrando con su luz los corazones para que cada uno de nosotros podamos alinearnos con él y saber la trayectoria en la cual tenemos que ir. Hoy más que nunca, mis hermanos, hoy más que nunca el Señor está buscando que nosotros nos alineemos con él y que andemos en su luz.
La razón por la cual yo digo esto, mis hermanos, es por la misma razón de lo que dije al principio, cada día más y más, la gente está buscando cómo hacerle sentido a sus vidas y tratan de hacerle sentido dependiendo de las cosas que pongan en este espacio. Las cosas que meten por ahí, que ponen en este espacio que está intencionado para Dios, eso es lo que se convierte en la definición de sus vidas, pero son definiciones que se quedan incompletas, son experiencias que se quedan a la mitad, no experimentan su potencial total porque no está el punto principal en su lugar.
Y hoy más que nunca el Señor está buscando que nosotros nos alineemos con él, el Señor más que nunca está buscando gente que se atrevan intencionalmente a poner a Dios en el lugar donde tiene que ir, cosa, miren esto, cosa de que todas las cosas que nosotros metemos por ese espacio, puedan caer en su perfecto orden.
Miren, no todas las cosas metemos por aquí son todas malas. Déjenme aclarar eso. Obviamente si usted mete la Coors Lite que yo mencioné, caray, cuidado, y si usted mete alguna otra sustancia química que vaya a alterar su sistema, cuidado por favor. Ahora, pero, si usted trata de poner su familia aquí, miren su familia es algo bello, es un regalo de Dios, eso es algo hermoso.
Si usted trata de poner su profesión aquí, mire, gloria a Dios, que usted tiene un trabajo, hay otros que no lo tienen. Úselo para el bienestar de otros, para bendecir a otros y para que la bendición de Dios alcance su vida. El asunto es que cuando Dios no está en su lugar, hermanos, esas cosas que están en nosotros, están en una constante pelea: ¿cuál es la que va a dominar? ¿cuál es la que más posición va a tener? ¿cuál es la que más influencia va a tener en medio de las decisiones que nosotros hacemos?
Pero cuando Dios llega y se conecta en el lugar que él tiene que estar, entonces llega la luz. Y la luz comienza a pelear con la tiniebla, empieza este tire y jala de lado a lado, pam, pam, pam.... peleando, peleando y Dios comienza a poner todas las cosas en su lugar. Es como una máquina que comienza a funcionar bien fluido y todos los desperdicios, lo que no valga, lo que no sirve, esa misma máquina lo deshecha, lo saca fuera.
Igualmente es la luz de Cristo en medio de nuestras vidas. Cuando él llega y se encuentra con el arroz con bueyes que nosotros tenemos en nuestros corazones, él dice, mira, el arroz con bueyes es un plato muy bueno pero yo quiero hacer algo mucho más saludable, y comienza a poner cada cosa en su lugar; esto aquí, esto allá, esto aquí, esto allá, y cuando se encuentra con algo que nosotros lo peleamos y lo resistimos, porque eso es lo que muchas veces hace la tiniebla, resiste el que la luz pueda dominar, lo resiste.
Pero si yo veo ese pasaje que nosotros decimos que las tinieblas no prevalecieron en contra de luz, esa palabra es bien importante hermanos, porque prevalecer significa, el significado puede venir en dos formas: por un lado es que no va a ejercer un control, o un dominio sobre el otro; y también por otro lado es que mantiene una perspectiva de confusión.
Así que la luz de Cristo cuando viene, viene a traer un orden a su vida y viene a traer una claridad a su mente para que entonces usted sepa cómo alinear sus pasos a la luz de él.
Para que usted sepa cómo alinearse a lo que él tiene intencionado para su vida. No necesariamente es que el Señor le va a tronchar todos planes que usted pueda hacer, pero que él va sí a poner en dominio y en control los planes que él tiene para su vida, y aquellos que usted haya trazado, mira, él los va a ir dirigiendo y los va a ir ajustando a la mano con usted para que usted pueda experimentar la bendición que él tiene para su vida.
Una de las cosas más importantes que yo quiero que ustedes se lleven de esto, es lo siguiente hermanos: no lo peleen. No lo resistan. Dígaselo a la persona que está al lado suyo: No resistas la luz.
¿Saben por qué yo digo esto? Que nosotros sí, podemos decir, guau, que llevo una vida bien linda con el Señor y todo eso, pero cuando verdaderamente el Señor empieza a apretar nuestros botones de áreas que verdaderamente duelen, de áreas que nos incomodan a veces, de las áreas, como quien dice, que no queremos que nadie se meta ahí. Esas son las áreas donde principalmente el Señor va a empezar a apuntar y por eso es que digo, no lo resistas, no resistas esa luz que viene a tu vida, porque esa luz lo que viene es a traer un orden divino en ti.
Al contrario, cuando llegue esa luz, guau, como cuando yo estaba en ese cuarto metido, vi esa puerta que se abrió y esa luz que se alumbró al final, sal corriendo por ahí y ponte en línea con esa luz.
Hermanos, yo creo que a medida que ustedes ahora mismo comienzan en estos primeros 6 días del año, usted comienza a meditar y a reflexionar en cómo quiere usted que su vida se lleve a cabo, tal vez algunos de ustedes estos primeros 6 días, han comenzado con villas y Castillas y miren, celebramos eso, le doy gloria a Dios por eso. Y tal vez para algunos de ustedes no ha comenzado muy bien que digamos. Y yo, como quiera, celebro eso, porque tanto en medio de las buenas como de las malas, el Señor está en control de su vida.
El Señor tiene la forma de cómo obrar en usted aún cuando usted ni lo está buscando, pero el Señor se las busca para que sus planes y sus propósitos se cumplan en medio de su vida. Lo más importante es que nosotros podamos mantener un corazón dispuesto, un corazón disponible para que esa luz pueda alumbrar en nosotros, que pueda penetrar en las tinieblas de nuestras vidas y nosotros poder andar mano a mano con el Señor.
Hermanos, yo termino diciendo esto. Esto fue algo que no lo mencioné en el servicio anterior, pero lo digo ahora. ¿Por qué el Señor está buscando gente que caminen en su luz? Y esto es algo que muchas veces no lo escuchamos a menudo pero, hermanos, yo creo en mi corazón que el Señor está cerca, yo lo creo en mi corazón.
Si usted me pregunta a mi, Omar, ¿por qué tu eres un cristiano, por qué tu le has entregado tu vida al Señor? Y yo les voy a decir lo siguiente: yo le entregué mi vida al Señor porque el Señor me ha dado una promesa de vida eterna que nadie jamás en la vida me va a poder dar.
Si usted quita eso de lo que es la vida cristiana, ¿saben qué? La vida cristiana no va a hacer sentido, va a ser un grupo religioso más que tiene un libro de ética y de moral y a través de eso se dejan llevar sus vidas. Pero no, yo he decidido alinear mi vida con Cristo Jesús porque él ha dado una promesa de que va a volver con su iglesia, porque él ha dado una promesa de que él quiere de que esa ecuación que yo vi en el cielo, de que Dios y yo juntos significa una vida feliz, una vida plena, una vida próspera, una vida abundante, una vida que durará por largos días.
Miren que interesante, cuando Jesús se dice que él es la vida, aún la muerte, aquél que muere en Cristo Jesús, esa muerte se torna para vida aún más. Y eso solamente puede experimentarse cuando nuestras vidas, cuando nuestros pasos están alineados con Cristo Jesús. Yo creo, hermanos, que el Señor está preparando su iglesia, el Señor nos está preparando a todos nosotros y este mensaje no lo estoy diciendo por una forma de cliché, como que sí, el Señor viene pronto. No, no, no, hermanos, piensen en eso.
¿Cuántos de ustedes en estos primeros 6 días del año han meditado en esa expresión que el Señor Jesús viene pronto por su iglesia? Que podemos decir que esto es un nuevo año en el cual tenemos una oportunidad para acercarnos más a Dios, para estar en línea con él, para dejar que su luz nos alumbre, que nosotros entonces podamos ser de mayor bendición a otras personas a nuestro alrededor, y que de la misma forma nuestras vidas puedan estar preparadas para cuando llegue ese momento en que él vaya a volver por su iglesia y nosotros disfrutar de una vida mucho mejor, una vida que no tiene palabras para ser expresada.
Yo quiero que usted se ponga de pie, mi hermano y mi hermana. Yo quiero que usted piense en este espacio. Yo quiero traerle una vez más a este espacio. Piense, ¿qué usted ha puesto aquí? ¿Qué usted ha puesto aquí?
Habremos puesto cosas que solamente satisfacen momentáneamente pero nos quedamos con la misma necesidad y seguimos, y seguimos, y seguimos buscando y no encontramos nada. Yo quiero hacer una primera invitación para que si aquí en este lugar, en este salón en esta sala hay alguien que todavía no ha alineado sus pasos a la luz de Jesús, y usted quiere aprovechar esta oportunidad para hacerlo, yo quiero invitarle a que como usted quiera, si usted quiere levantar su mano, si usted quiere venir y pasar aquí al frente en un paso de fe, como un gesto de fe, que usted diga, mira, este año es el año que establece la diferencia, este es el año donde ya lo que tengo que dejar a un lado, lo dejaré a un lado y vengo y entro en línea a luz de Cristo Jesús.
Si usted no ha hecho ese paso aún, escuche bien, si usted no ha hecho ese paso aún y usted ha sentido la voz de Dios que le está hablando a su vida, que le está diciendo, yo quiero que mi luz alumbre en ti, yo quiero quitar las tinieblas de tu vida, pero para eso tienes que alinear tu vida conmigo. Yo tengo que entrar a tu corazón para que mi luz saque afuera las tinieblas.
Si tu entiendes en ti, en tu mente, en tu espíritu, que esas palabras son para ti, yo te invito para que puedas tomar esa decisión hoy. Te voy a dar un tiempo, medítalo ahí. Si quieres levantar tu mano, levanta tu mano.
Y en la misma forma, yo extiendo esta palabra para todos nosotros, hermanos, aquí ninguno se va sin nada. Cada uno de ustedes en distintas formas, usted está planificando qué va a hacer con su vida, cómo va a proseguir su vida, cómo usted va a mantener su vida, por favor sea intencional en invitar la luz de Jesús en cada una de las transacciones que usted hace, en cada uno de los encuentros, cada una de las decisiones, cada uno de los pensamientos traiga a Dios ahí.
Que esa ecuación en el cielo se haga una realidad en su corazón. Si usted quiere tomar ese paso también hoy, a usted yo le extiendo la invitación, mis hermanos. Yo también quiero que la luz de Dios alumbre cada uno de mis pasos, sea cual sea la circunstancia que esté viviendo, sea buena, sea mala, sea fácil, sea difícil, sea de prosperidad, de abundancia, como sea de escasez, sea cual sea la situación en la cual usted está, si usted quiere que la luz de Cristo alumbre ahí en su vida, tome esta oportunidad para decírselo al Señor.
Si usted quiere venir aquí a este altar y tomar un momento para orar y hacerlo como una confesión, como una afirmación, como una decisión, mire, hágalo ahí en el nombre de Jesús. En el nombre de Jesús que esto sea ya un tiempo decisivo donde las cosas van a ser distintas, y sepa usted, mi hermano, que si usted se alinea, si usted se alinea a esa luz de Cristo Jesús, créame que usted va a alcanzar los planes y los propósitos que el Señor tiene para usted. Tal vez usted ha tomado decisiones que han dañado, que usted piensa que habrán dañado esos planes de Dios, pero ¿saben qué? los planes de Dios se van por encima de los de usted. Nada puede detener los planes de Dios.
Yo he hecho malas decisiones también, pero esas malas decisiones no han dañado los planes de Dios, al contrario, los han puesto mejores el drama. El drama se ha puesto mejor. Si usted quiere que el drama de su vida se ponga mucho más interesante acepte esa invitación hoy ahí en su corazón.
Yo le invito a que cierre sus ojos, piense en ese espacio que le pertenece al Señor. ¿Le está dando usted a él la prioridad que él merece, o está usted trabajando en su propia energía, en sus propias fuerzas, tratando de hacer las cosas como usted mejor prefiere, como usted mejor cree que es mejor para usted?
Mire, si usted decide hacer eso, usted va a llegar hasta cierto nivel, pero siempre se va a quedar insatisfecho. Ahora, si usted alinea, si usted trae a Jesús en el medio de sus planes, en medio de sus vidas, el nivel de satisfacción va a ser aún mucho mayor porque usted está llegando al centro, al originador de la vida en usted.
La vida que más usted desea se encuentra en Cristo Jesús. Y ¿saben qué? muchas más cosas pueden salir de este mensaje pero yo quiero impregnar esto en ustedes, que sea un mensaje de inspiración para su vida, que cuando usted salga de aquí, usted pueda salir diciendo, Señor, mira todos planes que tengo para este año, mira todas las cosas que tengo para el porvenir, mira todas las decisiones que tengo que tomar, mira las nuevas situaciones a las cuales me voy a tener que enfrentar. Mira las nuevas personas con las cuales voy a tener que lidiar, mira los asuntos que voy a tener que resolver, mira las puertas que tengo abrir, mira las puertas que tengo que cerrar. Usted mejor que yo lo sabe.
Y Señor Jesús, ahora mismo yo te pido desde lo más profundo de mi corazón, Jesús que tu luz alumbre sobre cada uno de mis hermanos y hermanas, tu conoces su corazón, mi Dios, tu conoces las intenciones que ellos tienen al venir aquí a esta casa de adoración. Todo está al descubierto, de frente a ti, y como tu conoces lo que hay en el corazón, tu mejor sabes cómo alumbrar en medio de sus vidas, tu sabes alumbrar a los lugares específicos para que puedan haber cambios, para que puedan haber transformación.
Jesús yo entrego a este pueblo en tu mano. Tu te estás preparando un pueblo, Señor, limpio y puro delante de ti, Señor Jesús, un pueblo que camina en tu luz, un pueblo que se deja llevar por la dirección de tu espíritu, Señor, un pueblo que quiere verte a ti glorificado, Señor, en medio de todas las cosas porque tu vienes a buscar a este pueblo, Señor, tu vienes pronto por tu iglesia y nosotros somos tu iglesia, nosotros somos tu novia, Señor.
Padre, y en el instante en que estamos aquí en la tierra, Señor, ayúdanos a vivir en una forma fiel, íntegra a ti, Jesús, y que aunque cuando cometamos, Señor, nuestras faltas poder reconocer que tu luz está ahí para levantarnos, para restaurarnos, para seguir adelante, Señor Jesús, no importando las situaciones tu estás ahí para levantarnos y para usarnos para dar tu bendición a nuestras vidas y que nosotros asimismo podamos ser de bendición a otros.
Yo bendigo a este pueblo, Jesús, yo bendigo a esta iglesia, Señor, bendigo a cada uno de mis hermanos y hermanas en este nuevo año 2008 que ha comenzado, Señor, que cada una de las circunstancias a las cuales ellos se están enfrentando, Señor, que seas tu alumbrando cada uno de sus pasos. Provee mi Dios cada una de las necesidades que ellos tienen, Jesús, pero sobre todas las cosas, que tu vida abunde en medio de la vida de ellos, una vida que no necesariamente se mide por la previsión material que podamos tener, sino por la abundancia de tu presencia en medio de nuestras vidas, y cómo nosotros respondemos y obedecemos a tu llamado en nosotros.
Padre, guía, guía, guía a cada cual aquí, Señor, desde el más joven hasta el más viejo, Jesús, yo pido que seas tu dirigiendo cada uno de sus pasos, que esto sea un año, mi Dios donde a través de la fe que ponemos en ti, Señor, podamos ver milagros ocurriendo en medio de nosotros, Señor Jesús, que podamos alcanzar esas metas a las cuales tu nos estás llamando, Señor, que no nos dejemos llevar por el temor o la confusión o las tinieblas, sino que podamos levantar nuestros rostros a la luz admirable que proviene de ti, Cristo Jesús, tu que eres el que alumbra nuestras vidas y nos enseñas el camino que debemos andar.
Te damos las gracias Señor, y a ti sea la gloria y el honor por siempre y siempre, Señor. Amen. Amen. Gracias Jesús, gracias, Señor.
Antes de que se vayan hermanos yo quisiera que nosotros cantáramos este himno como una afirmación a estas palabras. Este himno que dice, ‘con mi fe te alcanzaré, con mi fe te tocaré, mi milagro recibiré, y yo se que transformado seré’.
¿Saben qué? El Señor está en el negocio de transformar nuestras vidas. Hagamos esta declaración delante de él y seremos despedidos. Gracias, Señor. Gracias, Jesús.
En Dios hay solución siempre
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Vamos al libro de Isaías, del profeta Isaías, Capítulo 43. Hemos tomado un tiempo de descanso de nuestro tema que nos ha ocupado durante un buen número de semanas acerca del Espíritu Santo, la vida llena del espíritu, pero lo vamos a retomar ahora cuando comience el año nuevo. No se nos ha olvidado eso, no lo hemos dejado así en el aire tampoco.
Pero en estos tiempos navideños, en estos tiempos de comienzo de año y todas estas cosas, es bueno también sacar momentos para meditar en la fidelidad de Dios y en su promesa para nosotros.
Isaías 43, versículo 1, dice “...ahora, así dice Jehová, creador tuyo, oh Jacob, y formador tuyo, oh Israel, no temas....”
Repite conmigo esa palabra, ‘No temas’. Dile a alguien a tu lado, ‘No temas’. Eso sonó muy lento, muy lento. Otra vez, no temas. Eso es.... dígale así con seguridad.
“.... porque yo te redimí, dice el Señor, te puse nombre, mío eres tu....”
Dite a ti mismo así, ponte la mano aquí y di ‘yo soy del Señor’. Y el Señor dice ‘mío eres tu’.
“.... Cuando pases por las aguas yo estaré contigo, y si por los ríos no te anegarán, cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti, porque yo Jehová, Dios tuyo, el santo de Israel, soy tu salvador. A Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Ceba por ti porque a mis ojos fuiste de gran e....... fuiste honorable y yo te amé. Daré pues, hombres para ti o por ti y naciones por tu vida. No temas porque yo estoy contigo, del oriente traerá tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte, daca, y al sur, no detengas, trae de lejos mis hijos y mis hijas de los confines de la tierra. Todos los llamados de mi nombre para gloria mía los he creado, los formé y los hice, dice el Señor.” Amen y amen.
Padre, pedimos que tu hagas grabarse en lo profundo de nuestros corazones estas palabras de promesa en este día. Gracias porque cuando entramos en tu palabra encontramos una y otra vez tu corazón paternal asegurándonos que tu estás con nosotros y que tu nunca nos dejas y que tu fidelidad es para siempre, es eterna. No puede ser desviada de sus buenos propósitos, Señor. En esta mañana afirmamos en nuestros corazones tu mensaje de esperanza y pedimos que tu pueblo sea llenado, Señor, de esa seguridad de que de tus manos nadie nos puede arrebatar. Gracias, guíanos a través de la meditación de tu palabra. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amen. Amen.
Siempre el comienzo del año es un tiempo, como uno pararse ante el abismo y mirar lo que está delante de uno, o llegar a una encrucijada y hay dos caminos que se abren y uno siente un poquito de sobrecogimiento, en términos de qué dirección uno va a ir. Un año es simplemente una medida de tiempo que los hombres hemos inventado para empacar la vida y para dividirla en segmentos. Y ciertamente es una división muy importante. Nosotros pensamos, guau, 12 meses me quedan por delante, 12 han ya pasado y quizás tu estás haciendo un recuento de tu vida en este mismo momento, mirando desde enero hasta ahora, ya a finales de diciembre, las cosas que han pasado en tu vida y las cosas buenas y también las cosas no tan buenas, las zozobras, las búsquedas, los tiempos de dificultad, los grandes logros, las oraciones contestadas también y quizás unas cuantas tragedias o dificultades que han pasado sobre tu vida, tiempos de carencia, de lucha financiera, problemas quizás de salud y muchas otras cosas que pueden suceder en la vida de un hombre, una mujer.
Y ahora nosotros miramos hacia adelante y comienza el año 2008 y uno quiere estar seguro de que el Señor está con uno, como dijeron los judíos a Moisés. Nosotros vamos a ir contigo pero asegúrate de que Dios esté contigo, y también le dijeron a Dios, ‘Señor, no nos saques de aquí si tu no vas con nosotros’.
Y nosotros le decimos así al Señor también. ‘Padre, no nos saques, no nos saques de este año sin esa seguridad de que tu mano, tu bendición, tu promesa está con nosotros. Y yo quiero compartir con ustedes palabra de ánimo en esta mañana, palabras de esperanza, de que el Señor ciertamente tiene un buen propósito en nuestras vidas, un propósito en tu vida específicamente.
Estas palabras del profeta Isaías que el Señor pone en su espíritu, Dios se las dirige específicamente al pueblo de Israel, un pueblo que ha sido infiel al Señor, un pueblo que ha pecado contra Dios, que ha idolatrado, ha adorado otros dioses, que ha ido detrás de otras religiones, se ha contaminado moralmente con ritos impuros, ritos demoníacos. Ha sido infiel al Señor que le ha dado tanto, y por lo tanto están contemplando la amenaza de una nación muy fuerte, Asiria, que tiene mucho más poder que ellos y que ya ha hecho estragos en ocasiones anteriores, y están contemplando, Dios les está profetizando exilio, les está profetizando catástrofe nacional.
Y el libro de Isaías como que oscila, se debate entre palabras de condenación de parte de Dios contra ese pueblo que ha sido infiel, pero también hay palabras de esperanza y palabras de confianza y de ánimo para ese pueblo porque, hermanos, el corazón de Dios es un corazón paternal, es un corazón generoso, es un corazón de amor, es un corazón que aún mientras administra el castigo ya está pensando en cómo sanar la herida, cómo hacer posible la vía de reconciliación con sus hijos.
Ahora, nosotros podemos decir que aunque esta palabra fue escrita a Israel hace siglos, nosotros también podemos estar seguros de una cosa, de que esas palabras de bendición y de promesa son también para nosotros, para cada uno de ustedes y para mi persona también en esta mañana. Son palabras que Dios ha registrado allí, palabras eternas, palabras incambiables a las cuales nosotros podemos ir una y otra vez y decir, ‘ahí estoy yo retratado’. Esa es la intención de Dios para mi vida.
Cuando nosotros entramos en los caminos del Señor Jesucristo, cuando caminamos en la palabra de Dios, cuando nos ceñimos por los caminos del Señor, hermanos, podemos estar seguros de que Dios estará con nosotros dondequiera que nosotros vayamos. El Señor va a cumplir sus promesas en nuestras vidas.
Así que, yo te suplico en esta mañana que tu creas y que no tengas duda de que esta palabra es para ti en el año 2008 y en los próximos años también. El Señor hará valedera esta palabra para tu vida.
Miren la palabra ‘ahora’, esa palabra en inglés es todavía más claro la traducción del hebreo original, en inglés dice ‘pero ahora’, ‘but now’. Ese ahora más bien es como diciendo, ‘bueno, algo pasó anteriormente pero ahora esto es lo que tu puedes esperar de mi parte’.
Y ese pero ahora, se refiere a lo que está en el Capítulo anterior que es una palabra de condenación para Israel. Y es una palabra de castigo también para Israel porque se ha comportado mal, no ha hecho todo lo que Dios quería que Israel hiciera.
Miren, por ejemplo, en el Capítulo 42, en el versículo 18, dice “...sordos oíd, y vosotros ciegos mirad para ver quién es ciego sino mi siervo, quién es sordo como mi mensajero que envié,....” y dice “... quién es ciego como mi escogido y ciego como el siervo de Jehová que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye....”, dice el 22, “... más este es pueblo saqueado y pisoteado. Todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles, son puestos para despojo y no hay quien libre. Despojados y no hay quien diga, restituid, quién de vosotros oirá esto, quién atenderá y escuchará respecto al porvenir,...”
Y Dios dice en el versículo 25, “... derramó sobre ese pueblo infiel el ardor de su ira y fuerza de guerra. Le puso fuego por todas partes pero no entendió y le consumió más no hizo caso...”
El Señor está contando allí, relatando su lucha a través de los siglos con esta nación infiel que lo ha rechazado una y otra vez, lo ha cambiado por otros dioses aunque Dios le ha sido fiel continuamente, y ha tenido que enviar el juicio, y ha tenido que enviar castigo sobre esa nación.
Entonces, ahora cuando en el Capítulo 43 dice ‘ahora’, está diciendo, ‘pero ahora, en este momento de mi relación contigo, yo tengo otra cosa para ti, yo tengo bendición para tu vida....’
Y yo hago este recuento por la siguiente razón: porque muchas veces nosotros como Israel hemos ofendido al Señor, nos hemos desviado de sus caminos, no hemos hecho lo que Dios espera de nosotros. Y hay mucha gente que quizás ha ofendido al Señor y no puede creer que Dios tenga algo bueno para su vida. Muchas veces nosotros neutralizamos las bendiciones que Dios quiere darnos porque no creemos, que habiendo yo todo lo que yo he hecho en mi vida, Dios puede bendecirme. Quizás este año tu le has fallado al Señor en alguna manera, quizás tu le has sido infiel en alguna forma al Señor y tu piensas, ya no hay esperanza para mi, el Señor ya me cortó de su misericordia. Bueno, yo quiero decirte que si Dios pudo perdonar a Israel y si Dios pudo tener un corazón de bendición para Israel, un pueblo tan empedernidamente infiel, el Señor ciertamente lo puedo tener para ti también, esa bendición, esa bondad, si tu caminas y te arrepientes de tu pecado, ¿no? Porque no es tampoco como que simplemente, bueno yo estoy en la gracia del Señor y yo puedo hacer lo que me da la gana.
Pero, hermano, yo quiero decirte que a través de Cristo Jesús tu puedes encontrar perdón para tu vida y Dios está más que dispuesto para enviar su gracia sobre ti y cubrirte con su protección y darte su provisión. Amen. Yo quiero que tu creas eso. No permitas que el diablo te llene de sentido de culpabilidad tampoco.
Ahora, siempre digo, hermanos, el lugar más seguro para el hijo de Dios es en la obediencia, es en caminar rectamente en los caminos del Señor, porque allí el enemigo no puede hacer estragos sobre nuestra vida. Pero ciertamente no permitas que los errores, que los fallos del pasado, que las cosas que tu hayas experimentado este año te quiten la visión de una cosa, y es que la intención, el deseo, el propósito de Dios ahora es traer bendición a tu vida, enderezar los caminos torcidos, proveerte en toda necesidad.
Si lo hizo para Israel ciertamente en esta nueva administración del Reino de Cristo Jesús de la gracia de Dios, y tu estando cubierto bajo la sangre de Jesús, más razón todavía. Nosotros que estamos en Cristo Jesús, más razón tenemos para esperar cosas buenas del Señor en este año venidero.
El Señor le dice a Israel más adelante, ‘... así dice Jehová..’ Siempre que el Señor dice así es porque tiene algo solemne, algo fuerte que decir. Dios, yo creo que en ese sentido, Dios al decir, ‘así dice Jehová’ está comprometiéndose. Los propósitos del Señor son firmes para contigo, su deseo de hacer bien en tu vida son seguros. Dios no va a cambiar. Te aseguro que si el Señor lo dijo, él lo va a cumplir, él está comprometido con su carácter de darte las bendiciones que él ha declarado sobre tu vida.
‘Así dice Jehová, creador tuyo, oh Jacob, y formador tuyo, oh Israel....”
Ponga su atención en esas dos palabras, creador y formador tuyo. Él está diciendo eso, ¿por qué? Porque él quiere que ese pueblo esté seguro de que Dios estuvo con ellos al inicio mismo de su vida como nación y que por lo tanto él que estuvo allí al principio.... Cuando Dios forma a alguien, cuando Dios crea a alguien, él no se desentiende de esa persona. Cuando Dios crea algo, Dios se compromete porque él tiene un propósito.
Dios no es un creador superficial, que crea las cosas y simplemente se olvida de ellas. Nosotros vemos que Dios ha estado atento a su creación, Dios creó el mundo y todavía está involucrado en el mundo. Dios creó al hombre y todavía sigue tratando con el hombre. Dios creó a Israel le dice, ‘yo soy tu creador, yo soy tu formador, Israel, y por lo tanto yo no me voy a desentender de ti.’
Algo que a mi me impacta siempre es la fidelidad del Señor, Dios no es un Dios superficial como nosotros muchas veces comenzamos las cosas, le protestamos al Señor, amor eterno, y cuando pasan los días toda esa emoción se disipa y nos olvidamos y volvemos a meternos otra vez en el mundo y en nuestros pecados y en nuestras pasiones o lo que sea.
Hermano, Dios cuando da su corazón, da su fidelidad y su amor, él se mantiene allí pegado. Él le está diciendo a Israel, ‘yo te formé, yo te creé, yo llamé un hombre, que se llamaba Abraham, yo he venido contigo a través de todos los siglos y yo voy a estar contigo hasta el final’.
¿Sabes qué? Dios te creó a ti también. La palabra del Señor dice, que en el vientre de nuestra madre Dios nos formó a nosotros. Dios formó nuestros huesos, Dios tenía un propósito en sacarnos de la matriz de nuestra madre, Dios pronunció vida sobre lo que no existía y te creó a ti. Y él estuvo involucrado en la formación de tu vida. Dios ha estado contigo desde el vientre de tu madre, estuvo contigo en tu nacimiento, ha estado contigo todos estos años de vida, en tus luchas, en tus pruebas, en tus tribulaciones, él te formó, él te creó. Y eso quiere decir que él va a estar comprometido contigo hasta el final. Dios no te va a dejar. Él es tu formador.
Esa palabra es importante porque muchas veces los hombres quieren presentar a Dios como un Dios simplemente que creó el universo, le dio cuerda y lo soltó para que siguiera funcionando con leyes que él puso sobre el universo. Pero, quiere decir como que Dios no está involucrado íntimamente con su creación.
Lo que yo veo a través de toda la Escrituras es, hermanos, que Dios está íntimamente involucrado en tu vida. Dios está contigo en toda situación. Es difícil creer eso, porque a veces la vida tiene sus torceduras y sus luchas y sus tribulaciones y uno dice, bueno ¿dónde puede estar Dios en todo esto? Bueno, él está trabajando en todos los procesos en tu vida, a veces está usando las dificultades, las luchas, las esperas, los silencios, para ir formando en ti un hombre, una mujer más como Cristo, una persona paciente, humilde, perdonadora, tierna, misericordiosa con los demás, no tan orgullosa o segura de sí misma que muchas veces nos mete en tantos problemas, no tan sensuales, no tan dependientes de la opinión y las manipulaciones de los demás. Y muchas veces Dios tiene que permitir luchas, dificultades que vengan a nuestra vida. A veces él quiere bendecir a otro a través de nuestro padecimiento. No sabemos por qué vienen tantas dificultades a nuestra vida muchas veces, pero Dios dice, ‘mira, yo te he formado, yo te he creado, yo estoy comprometido contigo, yo voy a caminar contigo. No te preocupes, el que comenzó la buena obra, será fiel para terminarla’.
Y qué lindo, que él dice aquí, ‘... Jehová, creador tuyo, oh Jacob y formador tuyo, oh Israel...’
Él usa los dos nombres personales que Dios usaba muchas veces para como metáforas para Israel: Jacob e Israel, dos de los hijos de los descendientes de Abraham.
Ahora, es interesante en el versículo 24 del Capítulo 42 anterior, el Señor dice, “...¿quién dio a Jacob en botín y entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue Jehová contra quien pecamos?...”
En este versículo 24, Capítulo 42 hay un uso negativo de Jacob e Israel. Ahora en el Capítulo 43, en el versículo 1 hay un uso positivo, Dios es creador de Jacob y formador de Israel. Es como que el amor de Dios está neutralizando su juicio. Es como que Dios está diciendo, si, yo entregué a Israel y a Jacob en botín y a saqueo, pero ahora, yo quiero bendecirlos.
Hermanos, de nuevo, la ira de Dios es por un momento, el castigo de Dios es por un momento, la disciplina de Dios es por un momento. Pero al final siempre la misericordia de Dios neutraliza, es como que Dios está diciendo, sí, lo negativo que yo le hice a Jacob, a Israel, yo lo voy a neutralizar con cosas positivas, con esa imagen de que soy su creador, que soy su formador. Dios está con nosotros, hermanos.
Entonces, le dice a Israel, ‘...No temas porque yo te redimí...’
La palabra ‘redimir’ quiere decir comprar de la esclavitud. La palabra redimir quiere decir, una persona estaba esclava, estaba en cautiverio y Dios vino y pagó el precio de su libertad. Y Dios redimió a Israel en varias ocasiones, redimió a Israel de los Egipcios cuando estaban esclavos en Egipto y redimió a Israel también muchas veces de sus opresores y dice: ‘yo te redimí’.
Redimir es algo muy fuerte porque quiere decir, hay un compromiso allí que Dios tiene y ¿saben qué? hermanos Dios nos ha redimido a nosotros también. Dios podría decir ‘no temas porque yo te redimí, yo envié a mi hijo Jesucristo para morir por ti en la cruz del calvario. Yo di mi mayor posesión, a mi hijo unigénito lo entregué por ti y por lo tanto no temas, si yo hice eso, yo puedo hacer todas las demás cosas.’
Es como que Dios está diciendo, ‘mira, si yo te compré, si yo te saqué del cautiverio, ciertamente todo lo demás es casi secundario. Yo te redimí y por lo tanto nadie, si yo te redimí, nadie puede meterte en esclavitud de nuevo.’
En Romanos, Capítulo 8, versículo 31 dice, ‘.... qué pues diremos a esto, si Dios es por nosotros quién contra nosotros. El que no escatimó ni a su propio Hijo....”
¿Ve allí la idea? Dios no escatimó a su Hijo, es decir, no pensó que su Hijo para entregarlo por nosotros. Él lo entregó, lo dio,
“.....el que no escatimó ni a su propio Hijo para redimirnos sino que lo entregó por todos nosotros como no nos dará también con él todas las cosas...”
Si Dios te redimió entregando a su Hijo Jesucristo él está diciéndote, no te preocupes lo demás es cosa fácil, es cosa sencilla. Yo me encargo, yo estoy contigo. Y si yo redimo, nadie puede esclavizar. Si yo redimo nadie puede meter en una cárcel de nuevo...
El escritor de Romanos, el Apóstol Pablo dice, ‘¿quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió. Más aún, el que también resucito, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación o angustia, persecución o hambre o desnudez, o peligro, o espada. Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó....”
Gloria al Señor. Es decir, Dios nos ha redimido. Si Dios te redimió, si Dios te compró con la sangre de su Hijo. Si Dios hizo el sacrificio más grande que uno se pueda imaginar, mira, ¿cómo no te entregará con él también todas las demás cosas? Eso es lo que yo creo que quiere decir. No temas, yo te redimí, porque yo te redimí.
Mira, si ya Cristo te compró con su preciosa sangre, las demás son cosas pequeñitas. Recuerda eso. Tu tienes un sello que nadie te puede arrebatar. Tu destino eterno está asegurado ya. Las demás cosas aquí en este mundo son pasajeras, son secundarias, porque Dios nos redimió.
Y le dice a Israel, ‘..... te puse nombre.....’
De nuevo, en la traducción que yo leí en inglés hace poco, dice, ‘yo te llamé por tu nombre’. Me gusta más esa idea. Dios te conoce por nombre. Mucha gente tiene ese sentido general de la misericordia y el amor de Dios, como que Dios ama a sus hijos, Dios ama a su creación, Dios ama a la humanidad, Dios ama a la iglesia, pero como que les resulta difícil tener ese sentido personal de la misericordia y el amor de Dios para ellos, para mi y para ti. Como que le resulta difícil poner su nombre allí.
Yo no se cuántos se sentirán, hermanos, como yo me siento, pero yo siento como que Dios me conoce por nombre y que yo estoy íntimamente implicado con él, que Dios está involucrado conmigo en cada drama de mi vida, cada aspecto de mi vida, que todas las situaciones por las cuales yo paso, como que el Señor sabe lo que yo estoy pasando, que yo puedo tener un diálogo continuo con él. ¿Te sientes tu así en esta mañana?
Cuando tu estás en tu trabajo, cuando estás manejando en la carretera, cuando estás viviendo los dramas de tu vida, ¿puedes tu creer que Dios te conoce por nombre, a él te llama por tu nombre, que tu no eres un número de seguro social, tu no eres una persona anónima, que Dios está involucrado en los dramas de tu vida y que a él le interesa lo que te está pasando a ti personalmente, que él no está demasiado ocupado para preocuparse por lo que tu necesitas en tu vida.
Si nosotros cultiváramos, hermanos, ese sentido de lo personal de la relación de Dios con nosotros, nuestra vida podría ser muy diferente, ¿sabe? Le oraríamos más al Señor, le clamaríamos más cuando estamos en situaciones de dificultad, creeríamos con más seguridad que él va a intervenir en mi situación, creeríamos que él tiene un destino especial para mi vida y podríamos entonces recibir más de la gracia y la vida del Señor en nosotros.
Yo te animo en esta navidad y en este próximo año a creer, Dios te conoce por nombre. Dios tiene en su libro escrita todas las cosas que están pasando en tu vida y todas las que han de pasar.
El salmista David dice: “... y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas sin faltar una de ellas....”
Mira, las cosas que Dios tiene destinadas para ti, esas van a llegar en el nombre de Jesús. Si tu te aferras a tu Dios, si tu crees en tu Dios, si tu caminas con tu Dios, si tu estás ahí aferrado a que Dios tiene un llamado para tu vida personal, que él está involucrado en tu vida, nadie te puede arrebatar las cosas que Dios quiere hacer en tu vida.
“No temas, porque yo te conozco, yo te puse nombre.”
Cuando Dios te pone un nombre, óyeme eso quiere decir que...., porque los nombres en el Antiguo Testamento había destino involucrado también, había propósitos de Dios involucrados en los nombres. Si Dios le puso un nombre a una persona es porque en ese nombre estaba el destino de ese individuo, estaba la relación de ese individuo con Dios. Así que si Dios te ha puesto nombre, eso quiere decir que tu tienes un destino en Dios, que Dios tiene un propósito contigo, que Dios te ha dado una identidad y que lo que a ti te toca es encontrar esa identidad y caminar en ella. No te alejes, no te salgas del propósito de la identidad de Dios para tu vida.
Pídele al Espíritu Santo que te de sabiduría, Señor, ¿qué es lo que tu quieres de mi? ¿Cuál es el nombre que tu me has puesto? ¿Cuál es el destino que tu me has dado? ¿Cuáles son los propósitos que tu tienes en mi vida y ayúdame a caminar dentro de ellos y esa debe ser tu carrera, esa debe ser tu jornada cada día, tu peregrinaje, caminar en el destino, en el nombre que Dios te ha puesto.
Yo te puse nombre, mío eres tu, y entonces dice, “... cuando pases por las aguas yo estaré contigo y si por los ríos no te anegarán...”
Esa es una de las cosas más lindas que yo he oído en mi vida. Cuando pases por las aguas yo estaré contigo.
¿Cuáles son las aguas? Bueno, en un sentido meramente histórico las aguas para Israel eran esas aguas a través de las cuales Dios los había, literalmente, Dios los llevó a través del Mar Rojo cuando Israel estaba saliendo de Egipto, venía el gran ejército egipcio para destruirlos detrás de ellos y enfrente de ellos estaba el gran Mar Rojo. Estaban verdaderamente entre la espada y la pared literalmente, una pared de agua. ¿Y qué hizo el Señor? Abrió el mar y el pueblo de Dios pasó en seco. El Señor estuvo con ellos.
Y después cuando iban a entrar a la tierra prometida estaba el gran río Jordán crecido en medio de la primavera con todas las nieves que habían descendido derretidas de las montañas y tampoco podían pasar, y ¿qué hizo Dios? Les dijo, ‘pongan a los sacerdotes delante con el arca y pasen los sacerdotes delante del pueblo y cuando los pies de los sacerdotes pisen el agua, el río se abrirá, y efectivamente así fue. El Señor abrió el río Jordán y el pueblo de Dios pasó en seco una segunda vez.
Entonces, cuando Dios les dice, cuando pases por los ríos yo estaré contigo, les está diciendo, miren yo fui fiel con ustedes hace siglos atrás y voy a ser fiel de nuevo. Los ríos son los obstáculos que se ponen en nuestra vida, las dificultades que impiden que nosotros podamos entrar en las bendiciones que Dios tiene para nosotros, ¿sabe?
Y Dios dice, no te preocupes, cuando tu estés luchando allí por algo y el enemigo quiera traer un impedimento en tu vida, cuando él quiera poner trabas en tu vida, yo voy a estar contigo. Amen.
Y la palabra del Señor dice, si Dios es con nosotros quién contra nosotros.... dice, más poderoso es el que está con nosotros que el que está en el mundo.
Así que cualquier obstáculo que tu puedas tener delante de ti, cualquier río, cualquier mar que se pueda interponer entre ti y la bendición que Dios tiene para tu vida, el Señor dice, ‘Yo voy a estar contigo, no te preocupes. Yo voy a darte la victoria.’
Ahora, hermanos, es importante que nosotros creamos eso, si no tenemos fe para creer, muchas veces esas bendiciones no se van a dar. Nosotros tenemos que creer eso. Yo he vivido toda mi vida, hermanos, creyendo eso y yo he visto los ríos abrirse delante de mi.
Óigame tantas veces a través de estos años, que yo he podido ver a mi Señor abriendo caminos donde había solamente desiertos y montañas y Dios apartó el mar para que yo pudiera pasar. Y yo predico esta palabra, hermanos, con una convicción grande de que eso es una realidad para todos los hijos de Dios. Pero tenemos que creer eso, tenemos que llenarnos de esa fe, de que el Señor dice, ‘cuando tu pases por las aguas, nadie podrá impedir que tu recibas lo que tu necesitas’.
Y las aguas también pueden ser angustia porque a veces las angustias como que son como ríos, como mares, que nos quieren anegar, nos quieren abrumar. En la Biblia muchas veces habla acerca de las aguas, las muchas aguas que nos quieren ahogar, nos quieren destruir, nos quieren arropar.
Y el Señor asimismo te dice, ‘hermano, si tu estás pasando por un tiempo de angustia, de dificultad, óyeme, agárrate de la promesa del Señor, clama a tu Dios. Cree que el Señor te va a sacar adelante. El Señor no permitirá jamás que el río te abrume. El Señor nunca permitirá que las pruebas sean más grandes de las que tu puedes sobrellevar.
Miren lo que dice Primera de Corintios, Capítulo 10 en el versículo 13, dice: “... Nos os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana, pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación, la salida para que podáis soportar....”
En otras palabras, hermanos, no nos ha venido nada, ninguna prueba, ninguna tentación, ninguna lucha en nuestra vida que tu puedas decir, esto es demasiado grande para mi. Dios siempre adecuará las pruebas y las dificultades y las tentaciones que vengan a tu vida de manera que sí, que haya una salida, haya una esperanza. Dios no permitirá que las pruebas que tu estás pasando te destruyan si tu te aferras a tu Señor y tu clamas a él y si tu confiesas tu fidelidad. El Señor estará contigo. Él no permitirá que tu tengas que ir más allá de lo que tienes que ir, sino que él juntamente con tu prueba siempre traerá una salida.
Yo creo eso, hermanos, mi lema en mi vida, ‘siempre hay una solución’. Yo creo eso aún en las cosas pequeñas y en las cosas grandes. Cuando yo tengo un problema, un dificultad en mi vida, yo siempre me digo, siempre hay una solución. Y a veces soy obstinado en eso, y la gente me dice, ‘pero ¿qué es lo que tu estás buscando, tu no ves que esa no es la manera de hacerlo? Yo digo, no, en Dios hay solución siempre.
Hermanos, y yo veo, cuando uno persiste y uno se llena de esa fe Dios siempre abre una solución, siempre viene una salida. Las dificultades financieras, familiares, lo que sea, siempre hay una solución. Recuerda eso. En Cristo Jesús siempre hay una salida.
El agua no te abrumará, el río no te ahogará, las dificultades la vida no te van a destruir. El Hijo de Dios es más que vencedor en todas las situaciones. Nada te puede arrebatar del amor de Dios en Cristo Jesús. Cuando tu tengas un problema en la vida, mira, crécete entonces y di, ‘yo soy más poderoso que ese problema en Cristo Jesús. Yo tengo la solución a ese problema, porque mayor es el que está en mi que el que está en el mundo’.
Esa es la confianza, el río no te va a abrumar, el río no te va a destruir, los problemas de la vida no te van a vencer en el nombre de Jesús.
Segunda de Corintios, Capítulo 4, versículo 8 dice, y en el versículo 7 inclusive: “.... tenemos este tesoro en vasos de barro.....”, ¿por qué? porque somos frágiles... tenemos el amor de Dios, la promesa de Dios, el poder de Dios pero eso es un vaso frágil, ese eres tu. Ese soy yo.
“.... pero esto es para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros....,” y entonces añade, “.... nosotros que estamos atribulados en todo más no angustiados, en apuros más no desesperados, perseguidos más no desamparados, derribados pero no destruidos....”
El hijo de Dios puede estar en aprietos pero siempre hay un poquito de espacio para salir adelante. Nunca estará en un callejón sin salida, nunca estará tan apretado por el diablo que no pueda haber una solución a su problema hermanos. Podemos estar quizás atribulados, pero no debemos estar angustiados. Es decir, en el sentido de la palabra griega, el original es la idea de que no podemos estar sin opción, sin posibilidades. Siempre hay una posibilidad para el hijo de Dios y si estamos en apuros, no debemos desesperarnos. Nunca te desesperes, hermano. Nunca dejare los moños diciendo, no hay esperanza, no hay posibilidad. Nunca te tires en el piso ahí a desesperarte y a clamar como los que no tienes esperanza. El hijo de Dios siempre tiene una solución.
Quizás está perseguido pero ¿saben qué? Dios nunca te desamparará, nunca te dejaré, nunca te desampararé, siempre te sostendré con la diestra de mi justicia, dice el Señor. Aunque tu veas lo que tu veas alrededor de ti, di, el Señor está conmigo.
Recuerda la imagen del siervo de Eliseo cuando estaban rodeados por las fuerzas asirias, y el siervo de Eliseo estaba desesperado porque los iban a matar y Eliseo estaba de lo más tranquilito porque no era nada con él la cosa, y Eliseo ora ante la desesperación de su siervo y dice, ‘Señor, ábrele los ojos para que él pueda ver’. Y los ojos de este siervo le fueron abiertos y él pudo ver carros con ángeles alrededor de ellos, rodeando inclusive al pueblo asirio que los quería matar. Y ahí vinieron las palabras famosas de Eliseo, ‘No temas, no te preocupes porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos’.
Y ese día hubo una gran victoria. Los asirios fueron cegados y el profeta los llevó como si fueran muchachitos débiles y los llevó y los metió en el mismo corazón de Israel, y cuando se despertaron estaban rodeados por el ejército israelita. Y el Señor le permitió inclusive a Eliseo ser misericordioso, porque mira, cuando Dios te da, Dios te da lo suficiente para ser de bendición a otros también. Cuando Dios te saca de tus situaciones tu puedes ser de bendición a otros, puedes ser misericordioso, puedes ser generoso, puedes dar, puedes perdonar porque Dios está contigo.
Cuando pases por las aguas yo estaré contigo. El salmista David dice, aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno porque tu estarás conmigo y hay otra cosa allí, dice, cuando pases. No es, si pasas, porque, hermanos, en el mundo hallaremos aflicción, vendrán dificultades, vendrán problemas, este año vendrán unos sustos por allí que vamos a pasar de vez en cuando, pero ¿saben qué? el Señor dice, ‘no te preocupes, pásalo conmigo, agárrate de mi mano. Confía en mi, clama a mi, llénate de mi palabra, fortalécete en el espíritu, sigue sirviéndome, sigue congregándote, sigue dándome, sigue aprovechando las enseñanzas, sigue transformando tu mente por medio de la renovación de tu entendimiento para que cuando vengan las pruebas tu sepas lo que tienes que hacer y sepas cómo tienes que reaccionar, pero yo estaré contigo. Cuando vengan las dificultades, mi diestra estará contigo.
Dice, cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Gloria al Señor. Si vienen peligros a tu vida, si viene el fuego de la prueba, cree que Dios te va a sacar airoso de todas tus dificultades, pero agárrate con uñas y dientes de tu Señor. Ahora, que es lo que permite que todo eso sea posible en la vida de un hijo de Dios, dice, ‘porque yo, Jehová, Dios tuyo, el santo de Israel, soy tu salvador.’
El Señor invita a su pueblo a poner la mirada en él. Hermanos, esa es la cosa, muchas veces nosotros no vemos la gloria de Dios en nuestra vida porque ponemos mal la mirada en las pruebas, en el enemigo, en la complejidad de las circunstancias, en lo difícil de nuestra situación, que ponerla en el Dios tan poderoso que está con nosotros.
Usted ve, porque dice, porque yo Jehová, tu Dios, el santo de Israel, soy tu salvador..... Cuando vengan las pruebas, las dificultades, mira, quita la mirada del gigante, quita la mirada de lo difícil que parece la situación y ponla en tu Dios para que tu fe se pueda mantener. Porque ¿qué pasa? Muchas veces el diablo quiere como hipnotizarnos para que.... las serpientes pueden hacer eso. La gente les coge tanto miedo y como que se queda fascinada y se queda petrificada. Ellas hacen eso con los pájaros, lo hacen con los animalitos cuando los van a atacar. Los animalitos se llenan de tanto temor porque ven este ser tan terrible, tan siniestro y se congelan de miedo y entonces la serpiente puede venir tranquila y agarrarlo y hacer lo que tiene que hacer y destruirlo.
No permitamos que las pruebas, las dificultades nos quiten la mirada. Dios dice, mira, tu puedes confiar, porque yo soy tu salvador. Mírame a mi, si tu no puedes creer en ti, cree en mi, cree en mi promesa. Yo soy tu salvador. Yo soy Jehová tu Dios.
Pedro le quitó la mirada de Jesucristo cuando estaba caminando sobre las aguas. Mientras puso su mirada sobre Jesús, él pudo caminar sobre las aguas, pero dice la Biblia que cuando oyó el viento y vio las olas y vio la tormenta que rugía alrededor de él, comenzó a hundirse porque su mente lo traicionó. Su mente le dijo, ‘imposible, tu no puedes estar haciendo esto que estás haciendo’. Entonces tuvo que clamar a Jesús de nuevo, ‘Señor, sálvame que perezco’, y el Señor le tendió la mano.
Fijemos la mirada en Cristo Jesús, hermanos, siempre mantengamos la mirada en la palabra de Dios. Llénate de la palabra del Señor. Por eso es tan importante, como dice el Apóstol Pablo, de nuevo, transformar nuestra mente por medio de la renovación de nuestro entendimiento. Es importante que tu programes tu mente para vivir una vida poderosa y eso requiere que tu continuamente estés en contacto con la palabra de Dios, siempre estarte llenando de la palabra del Señor.
Uno no puede ser un guerrero poderoso y efectivo a menos que uno conozca la palabra de Dios, hermanos. Yo les animo en este año a estudiar la Biblia, a tomar los discipulados, a sacar tiempo para estudiar la palabra, leer buenos libros, congregarse continuamente, asistir a una célula, tener conversaciones sanas con hermanos, ver buenos programas en la televisión, escuchar buenos programas en la radio, porque esas cosas van a programar tu mente para que tu fe se mantenga bien en alto y para que cuando vengan las pruebas tu sepas lo que tienes que hacer y cómo reaccionar. Los soldados son continuamente programados, continuamente los ponen a hacer ejercicios y a hacer todo tipo de ensayos de guerra y los llenan, los adoctrinan con palabras de valor, de hombría, de seguridad, de éxito porque los entrenadores saben que ese soldado necesita esa programación en su mente para poder entrar en una situación de presión y actuar en el instante.
Así nosotros también necesitamos llenarnos de las promesas de Dios, necesitamos meditar en ellas, necesitamos llenar nuestro corazón de firmeza, de seguridad para que cuando venga la prueba nosotros sepamos a quién mirar, que podamos quitar la mirada del gigante que nos está burlando y diciendo que nos va a destruir y poner la mirada en el Dios que dice, ‘no temas, yo estoy contigo, yo te llamé por nombre. Yo soy tu formador, yo soy tu creador, yo te he redimido, yo te perdono cuando fallas, cuando te arrepientes, cuando te pegas de mi nadie te arrebatará de mi mano. Cuando pases por las dificultades de la vida, cuando vengan obstáculos a mi bendición, y tu te mantengas firme buscando, clamando a mi, yo te prometo mi bendición.
Vamos a comenzar este año con seguridad. Amen. Vamos a comenzar este año con la firmeza, con la confianza de que nuestro Dios es más que fiel. Él está con nosotros por lo tanto no tenemos nada que temer.
Vamos a ponernos de pie, vamos a declarar la fidelidad de Dios en nuestras vidas. Confiesa allí que Dios está contigo en esta mañana y rechaza toda duda, rechaza toda negatividad en tu corazón, quita todo eso. Échalo abajo, sácalo, di, ‘Yo renuncio a la timidez, renuncio a la ansiedad, renuncio al miedo, rechazo las palabras de temor del diablo, rechazo la condenación y la acusación de Satanás y Dios está contigo. Mi Dios es fiel. Dios me va a bendecir en mis estudios, Dios me va a dar éxito en mi trabajo, Dios me va a conseguir mi vivienda, Dios no me va a faltar financieramente, Dios va a fortalecer mi familia.
Piensa en lo positivo, hermano, en este año. No pelees contra lo negativo, sino llénate de lo positivo de Dios porque si lo positivo de Dios está dentro de ti no habrá lugar para lo negativo del diablo. Si tu mente está llena de las promesas de Dios el enemigo no podrá entonces poner allí temor o duda para que entonces en ese espacio puedan meterse los ataques del diablo, en el nombre de Jesús pronunciamos palabra de bendición sobre el pueblo de Dios.
Bendecimos el pueblo del Señor en este nuevo año y creemos que la bendición de Dios está con nosotros. Gracias, Jesús, te adoramos, te bendecimos. Oh, Señor mi alma te adora, mi alma te bendice, mi alma te glorifica, Señor. Gracias por tu fidelidad. Gracias por tu gran amor. Creemos en tus promesas, Señor. Recibimos cada una de ellas, las agarramos en el espíritu, Padre y nos llenamos de tu bendición.
Te adoramos, Señor. Gracias, gracias en el nombre poderoso de Jesús. Gloria al nombre de Jesús.
Dios escoge a los que estan disponibles
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Permítanme compartir con ustedes un pasaje de la Escritura relacionado con este tiempo que estamos viviendo, este tiempo navideño tan hermoso que es. Lo compartí anoche con el ministerio en inglés y siento que el Señor compartirlo también con ustedes.
El Evangelio según San Lucas, el Capítulo 2, versículo 8, dice la palabra del Señor “.... había pastores en la misma región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor y la gloria del Señor los rodeó de resplandor. Y tuvieron gran temor, pero el ángel les dijo, ‘No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo que os ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador, que es Cristo, el Señor. Esto servirá de señal, hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían, ‘gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres’. Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros, ‘pasemos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha manifestado.’ Vinieron pues apresuradamente, y hallaron a María y a José y al niño acostado en el pesebre, y al verlo dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron se maravillaron de lo que los pastores les decían, pero María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto como se les había dicho....”
Ahora, vamos hacia atrás, vamos al libro del profeta Isaías, y vamos a ver una profecía mesiánica, una profecía relacionada con Jesús, con Cristo, emitida cientos de años antes de que sucediera este evento que acabamos de narrar. El profeta Isaías inspirado por el Espíritu Santo predice el nacimiento de un ser maravilloso, misterioso que él mismo, yo creo, no entendía claramente quién era. Ciertamente los judíos todavía no entienden o no quieren entender, no estoy seguro cuál de los dos, que estos pasajes se refieren específicamente al nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios.
Pero vamos a ver cómo el Señor inspiró al profeta para expresar valores y atributos del ministerio mesiánico muy parecidos a lo que vemos cientos de años después en la aparición de estos ángeles y el anunciamiento del nacimiento del niño Jesús.
Isaías, Capítulo 9, dice el versículo 2: “... el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz, los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Multiplicaste la gente y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos, porque tu quebraste su pesado yugo y la vara de hombro y el cetro de su opresor como en el día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla y todo manto revolcado en sangre serán quemados, pasto del fuego, porque un niño, -ese es el origen de toda esta gran transformación a la cual alude el profeta anteriormente, dice-.... porque un niño nos es nacido, Hijo nos es dado y el principado sobre su hombro, y se llamará su nombre admirable, consejero, Dios fuerte, Padre eterno, príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite sobre el trono de David y sobre su reino exponiéndolo y confirmándolo en justicia y juicio desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto...”
Bendiga el Señor su santa palabra. Padre, ayúdanos a hacerle justicia a tan hermoso relato en esta mañana y renovar el entusiasmo de tu pueblo por ese relato tan bella, esa narración tan misteriosa del nacimiento de Jesucristo, que no lo veamos como simplemente algo rutinario, Padre, sino como algo nuevo ante nuestros ojos y que el calor del nacimiento de Jesús se vuelva a sentir en nuestros corazones, Padre, en el nombre suyo lo pedimos. Amen y amen.
Este relato del nacimiento de Jesús y de el anunciamiento a los pastores siempre nos llena de gran entusiasmo. De todos los relatos, yo creo, que hay relacionados con el nacimiento de Jesús, esto es uno de los más dramáticos, es uno de los más que se presta, yo creo a la dramatización y a uno fantasear de cómo habrá sido eso.
Uno se puede imaginar a estos pastores ahí cabeceando quizás, era probablemente de madrugada o algo así. Todavía la noche estaba bien, bien cerrada. Algunos de ellos están muy profundamente dormidos, uno que otro está haciendo la guardia, tomando su turno para velar que las ovejas estén protegidas y bien guardadas y que no venga por ahí un animal feroz a matar a una de ellas o alguien a robarse una de ellas o que se vayan a escapar del área, etc. todo están bien, el silencio de la noche, todo cerrado y bien oscuro y bien silenciosos y de momento se les aparece un ángel, un ser misterioso que viene acompañado de una gran luz, una gran energía que los rodea a todos ellos. Y claro, imagínese, quién no se llena de pavor ante una aparición de esa índole.
Y ese ángel les trae un anuncio increíble, un anuncio maravilloso que ha nacido un ser misterioso, que de hecho los judíos han estado esperando por muchos, muchos años, se ha anunciado que viene un salvador, viene un ser que va a redimir a Israel y va a traer algo nuevo y diferente a la historia de Israel. Y este ángel les anuncia que ese ser ya ha nacido y que ellos pueden ir a verlo y que pueden disfrutar espectáculo de ver a este niño nacer.
Y una de las cosas que yo me pregunto mirando este texto es, ¿por qué Dios escogió a un grupo de pastores primeramente, un grupo de gente humilde, completamente insignificantes conforme a los valores de la sociedad? De todas las personas que Dios hubiera podido escoger para anunciarles el nacimiento de Cristo, nos parece ilógico hasta cierto punto, porque no parecía muy efectivo. Si Dios quería que se supiera que su Hijo había nacido, por qué no hacerlo mejor en el palacio o hacerlo al sumo sacerdote, en la casa del sumo sacerdote, un hombre con tanta influencia.
Uno hubiera pensado que esas personas podían tener más alcance y más razones para recibir este anuncio. Pero no, Dios escoge a unos pastores. Uno se pregunta, bueno, por qué no el rey. Bueno, el rey, como vimos el viernes, lo que menos le interesaba era que naciera otro rey. Él estaba demasiado interesado en su propia posición privilegiada y aunque él sabía que algo había en las Escrituras acerca de esto, estaba empecinado y más interesado en su propia posición, sus propios privilegios, que en abrirle espacio a este rey que venía del cielo para transformar a la humanidad.
Así que sabía que el rey no era la persona adecuada, y que esa gente rica, noble, tampoco le interesaba porque este rey no era como los reyes que ellos estaban acostumbrados a servir. Tampoco los sacerdotes, los fariseos, no le interesaba. El sumo sacerdote sabemos lo que terminó haciendo cuando Jesús ya estaba al final de su ministerio. Ellos también estaban metidos en su privilegio, cerrados en su propia posición y en sus propias prerrogativas. No les interesaba tampoco. Pero estos pastores tenían algo que a Dios le interesaba que fueran ellos.
Porque usted ve, Dios trata con una integridad tremenda con respecto a la humanidad. A él no le importa... Dios no necesita el Internet, Dios no necesita los periódicos, Dios puede anunciar sus cosas en la manera que él prefiere. A él lo que le interesa es que su mensaje tenga autenticidad, que su mensaje llegue en la manera correcta. Dios estaba haciendo algo, elaborando algo, no solamente para un grupito de personas en ese país, sino para billones y billones de personas que habrían de leer el mensaje del Evangelio a través de todos los siglos. A esa audiencia era a la cual él en realidad le interesaba llegar, nosotros por ejemplo, hoy en el siglo XXI aquí leyendo este pasaje y entendiendo mensajes que Dios estaba dando en código acerca de su Hijo.
Entonces, por eso Dios escogió porque estaba pensando en siglos y siglos, generaciones que necesitaban escuchar este mensaje. Ahora, específicamente, por ejemplo, escogió pastores, yo creo, porque los pastores ejemplificaban muchas cosas que Dios le interesaba que nosotros entendiéramos.
Por ejemplo, una de las cosas, los pastores estaban trabajando, estaban disponibles. El resto de la gente estaba durmiendo seguramente, metidos en sus propios descansos, en sus propios dramas personales. Estos hombres estaban en el campo, estaban abiertos, estaban disponibles, estaban cerca inclusive, estaban posicionados para recibir ese mensaje y acudir a donde estaba el niño y reconocerlo y darle la bienvenido para que su nacimiento no pasara totalmente desapercibido.
Es decir, que Dios llegó a ellos primeramente porque estaban disponibles y estaban haciendo su trabajo y estaban abiertos al mensaje. Y eso nos ayuda a entender una cosa y es que hermanos, nosotros tenemos que estar abiertos siempre a la verdad de Dios, aunque esa verdad nos sea a veces incómoda. Los sacerdotes, los reyes no podía recibir esa verdad en Israel porque estaban metidos y cerrados y decididos ya en lo que ellos querían creer. Estos pastores estaban abiertos, no eran muy enseñados en la religión, no estaban empecinados en su fariseísmo o en su judaísmo y Dios los reconoció, y estaban en posición, podían ir, acudir, estaban cerca del lugar a donde tenían que ir.
Y hermanos, yo siempre digo, Padre, ayúdame, ayúdanos a siempre estar disponibles, siempre estar activos, siempre que nuestra tierra espiritual, sea una tierra fértil para que si tu nos necesitas para algo, si quieres enviar tu mensaje, si quieres enviarnos a hacer algo que nosotros estemos disponibles y preparados.
Lo más peligroso es uno encerrarse como estaban estos judíos, como estaban estos nobles y ricos de la sociedad en una posición. Yo creo que hoy en día, por ejemplo, Dios quiere hacer grandes cosas en las iglesia de Nueva Inglaterra, pero muchas iglesias están cerradas. Mire, aman a Dios y son iglesias bíblicas, y yo las respeto, las amo y a algunas de ellas son dignas de admiración, pero muchas veces están metidas en una posición y para que Dios entre y haga algo nuevo y diferente va a tener que romper una cantidad de cosas que la gente no quiere soltar, sus hábitos, sus rituales, su forma de dirigir el servicio, lo que esperan del domingo, y el Espíritu Santo quiere venir y tocar vidas y ponerlas a llorar y a danzar y convertir gente y traerlas de la calle sucias y desgreñadas y malolientes, pero no encuentran lugar en nuestras iglesias bien ordenadas, teológicamente correctas. No están preparados, no están abiertos. Ya saben lo que quieren creer y ya están bien definidos y Dios está buscando gente abierta, gente disponible, gente que está trabajando, gente que está haciendo cosas, para enviarlas y llevarlas a un encuentro, más hondo, más profundo con la voluntad de Dios para su vida.
Yo quiero ser así, yo quiero siempre mantenerme abierto a lo que Dios tenga. Yo quiero estar abierto a cambiar alguna de mis convicciones, siempre y cuando la palabra me respalde. Porque hay muchas cosas que uno cree que es lo que Dios ha dicho pero después usted lo analiza, y lo mira desde otra perspectiva y dice, oh, espérate, me equivoqué. Estemos abiertos siempre, hermanos, amen. Estemos como los pastores siempre disponibles, siempre trabajando.
Miren, por Dios alcanza..... yo siempre digo en la Escritura Dios alcanza a muchos de sus profetas y Apóstoles mientras están trabajando. Estos pastores estaban velando por sus ovejas. Dios, yo he dicho, alcanza a Moisés cuando está también de hecho pastoreando cabras y pastoreando ovejas; encuentra a Eliseo mientras está atendiendo a sus bueyes, ¿recuerdan? Lo encuentra en el camino. Y así a muchos de los.... a Gedeón, lo encuentra cuando Gedeón también está trillando el trigo y muchos pasajes..... a Pedro, lo llama cuando Pedro está lavando las redes de sus barcas.
¿Por qué Dios siempre como que agarra a la gente en el medio? A Leví, lo llama cuando está en su mesa atendiendo la cuestión de los diezmos y de los impuestos del pueblo y le dice, ‘Ven y sígueme’. ¿Por qué esto de que Dios siempre llama a la gente cuando están en medio de su trabajo? Hermanos, es porque a Dios le gusta la gente esforzada, a Dios le gusta entrar en nuestra realidad en el momento y arrebatarnos, y como establecer esa prioridad de que él es el dueño de nuestro tiempo, nuestra vida, nuestro todo.
Ahora, él sabe cuando hay una gente dispuesta, y por eso él llama. Estemos siempre dispuestos al llamado de Dios. Estemos siempre a que Dios nos saque de.... estemos siempre trabajando. El Señor dice eso de que estemos siempre esforzados, trabajando. El Señor dijo una vez, ‘yo trabajo todo el tiempo para mi Padre’, y nosotros también tenemos que ser así esforzados, trabajando para el Señor, esforzándonos, porque en eso Dios nos va a llamar para ir a otro nivel más de conocimiento de él. Amen.
Ahora, llama también a los pastores, otra razón es porque estos pastores le recordaban a él cuál iba a ser la misión de su Hijo: Jesús es el buen pastor. Jesús pastorea a sus ovejas. Ese Hijo, ese Bebé venía a nacer al mundo para pastorear, para aconsejar.
En Isaías a ese profeta que ha de nacer, uno de sus atributos es ‘consejero’, es consejero, es un símbolo como del Espíritu Santo, el Cristo que nos aconseja, el Cristo que nos pastorea, el Cristo que nos guía en la vida, el Cristo que nos ilumina y esos pastores eran ejemplo. Dios los ha escogido, yo creo que porque él sabía que su Hijo iba a ser un pastor de ovejas también, ovejas humanas, pero ovejas de todas maneras. Y yo creo que hubo ahí algo también en la mente de Dios que escogió a estos hombres por esa razón.
Es decir que, estos pastores tenían razón para ser escogidos y eran ejemplares en ese sentido. Ahora, hay otra cosa aquí también que yo veo, esta gloria del Señor que rodea a los pastores. Los judíos, los fariseos y los escribas, y los comentadores de la Biblia hablaban de la gloria shekina de Dios. Esta gloria, esta presencia. Cuando este ángel viene y anuncia el nacimiento de Jesús a los pastores, esta gloria de Dios viene, invade, llena todo el lugar, como en una manera diciendo ‘yo, el Dios todopoderoso, estoy respaldando el nacimiento de este ser maravilloso’. Dios quería que nosotros entendiéramos que su presencia, su persona estaba implicada en este nacimiento.
Cristo era partícipe de esa gloria. Era necesario que este niño tan humilde tuviera un anuncio que fuera adecuado, que fuera lo suficientemente glorioso para justificar su nacimiento. Y hay otra cosa aquí también bien importante, y es eso de que Dios quiere que nosotros entendamos que su poder está investido en el nacimiento de su Hijo, que el poder de Dios está en el ministerio de Jesucristo. Ese buen pastor que quiere pastorearnos a nosotros, ministrarnos a nosotros, que nos ama con amor entrañable, tiene el poder, tiene todos los recursos necesarios para asegurarse de que sus buenos propósitos se cumplan en nuestra vida. Cristo tiene poder para cualquier situación que tu puedas estar pasando en tu vida, recuerda que el poder de Dios está con él para sanarte, para proveerte, para ministrarte, para sacarte de cualquier atolladero en que tu te puedas encontrar. Ese es el mensaje precioso de la navidad que Dios ha venido y ha entrado a nuestras vidas, y que él tiene todo poder y toda la intención de usar todos los recursos del cielo para que tu tengas una vida exitosa y una vida bendecida y próspera.
Una de las cosas que me impacta de este anuncio es lo que dice aquí en el versículo 11, dice que ‘.... os ha nacido hoy un Salvador que es Cristo, el Señor....’, y esa palabrita ‘os’, ese ‘os ha nacido hoy...’ en Isaías Capítulo 9, se hace eco de esto también. Y yo digo, ahí hay un detalle que no podemos perder. Cientos de años antes el profeta Isaías anuncia el nacimiento de este ser maravilloso en la misma forma en que lo hace el ángel cientos de años después.
¿Por qué? Porque cómo dice el profeta Isaías, miren el versículo 6 del Capítulo 9, dice ‘... porque un niño que noses nacido, hijo nos es dado....’
Usted ve lo importante que son los detalles en la Escritura. Isaías bien hubiera podido decir, porque un niño es nacido, hijo es dado y el principado sobre su hombro y se llamará su nombre.....
¿Por qué ese vocablo gramatical que sugiere a nosotros? Es la idea, ¿no? A nosotros nos es nacido, a nosotros nos es dado. Y el ángel dice, ‘porque os ha nacido hoy...’, a ustedes les ha nacido hoy.
En otras palabras, el ángel quería que los pastores y nosotros entendiéramos que el nacimiento de Jesús es algo muy personal, es algo muy familiar. ¿Usted sabe que Cristo no es un ser genérico en el sentido de que nació así como para toda la humanidad. No, Cristo nació para mi, él nació a mi familia, él nació a mi comunidad, él nació a mi cultura. Cristo nació como un regalo personal. Es como cuando nace una bebé. Yo veía una bebita que estaba aquí al frente con la gente y había varias personas alrededor de ella y la atención de todo el mundo estaba sobre esa bebita tan linda que sabía, yo creo, en su interior que es querida y es amada; y todo el mundo la miraba y le hacía gracias y todo este tipo de cosas porque hay un gozo cuando una bebé nace en el ceno de una familia, un bebé. Todo el mundo se regocija, es como un regalo que ha venido a la familia y todo el mundo trae regalos y la familia se siente enriquecida y bendecida, y así mismo pasó, cuando Cristo vino al mundo, vino a ti y vino a nuestra familia, vino a mi persona. El nacimiento, la persona de Jesús es algo para nosotros. Y hasta que Cristo no hace a mí y a mi corazón es como si no hubiera nacido en un sentido. Hasta que Cristo no se hace personal para mí es simplemente una figura histórica, eso es todo.
Yo me maravillo del acto generoso de Dios que envió a su Hijo, envió su divinidad y nació con un propósito de que cada uno de nosotros tuviera una relación personal con Jesús. En esta navidad yo anhelo que todos los que me escuchan sientan ese deseo, esa necesidad de tener una relación personal con Cristo, de que Cristo nazca en su corazón diariamente. Renovar esa relación con Cristo continuamente, que Cristo sea algo personal para ti, que tu puedas caminar con él, que él sea tu pastor, que él sea tu consejero, que él sea tu Padre.
Isaías dice, entre los nombre que le da a Jesús, le da consejero, admirable, dice, Padre eterno. Cada uno de esos nombres tenía un significado: el Padre eterno es precisamente esa idea de que Dios es tu Padre, Dios tiene una relación personal contigo, Dios te ama, Dios te conoce, Dios te perdona cuando fallas.
La palabra del Señor dice, ‘como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen porque él conoce nuestra condición y se acuerda de que somos polvo...’
Esa naturaleza personal de Jesús, hermanos, es importante que siempre la protejamos. Nunca permitas que Cristo se convierta en algo meramente religioso. En estas navidades multitudes de gente va a la iglesia, una de las pocas veces que visita la iglesia, y van allí simplemente para llenar un ritual: se visten de una ropa bonita y es algo cultural y es algo meramente religioso, pero Cristo no tiene un lugar personal en sus vidas, Cristo no es el punto de referencia, no es el fundamento. Y yo les pido en el nombre de Jesús, hermanos, seamos un pueblo radicalmente comprometido con Cristo, que el Señor tenga un significado personal para nuestra vida, porque Cristo ha nacido porque él quiere tener una relación diaria contigo. Él te ha nacido a ti, él ha nacido para ti, él ha nacido en el ceno de tu familia. Él quiere que tu vida sea gobernada y enriquecida y determinada por los valores que él trae a la vida. Así que no permitamos jamás que nosotros tengamos simplemente una relación genérica, general con Jesucristo.
Dice también aquí que ‘os doy nuevas de gran gozo que será para todo el pueblo...’ eso es importante también. El hecho de que Cristo viene a traer gozo a nuestras vidas. Cristo viene a traer esperanza a nuestras vidas. Cristo viene a traer luz a nuestras vidas.
De nuevo, el profeta Isaías lo pone en estos términos, él dice “... el pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz, los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Multiplicaste la gente y aumentaste la alegría, se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos....”
Hermanos, la presencia de Cristo en nuestras vidas, el hecho de que nosotros somos creyentes tiene que estar acompañado de gozo en nuestras vidas también. Nosotros tenemos que ser un pueblo de gozo, tenemos que sentir el gozo del Señor en nuestras vidas. No permitamos que las navidades, que a veces pueden ser, como yo decía de tanta carga, tanto afán, nos robe el gozo del Señor. Pidámosle al Señor que siempre renueve su gozo dentro de nosotros y a veces el gozo que nosotros sintamos va a tener que ser algo que nosotros mismos, por fe levantemos y ejerzamos.
El Apóstol Pablo dice, ‘...regocijaos en el Señor, otra vez os digo regocijaos...’ Muchas veces la vida no nos va a hacer fácil el gozarnos, pero yo creo que gozarse es una decisión que uno hace muchas veces. Es el uno primero reconocer, Cristo me ha nacido, Cristo me ha venido a mi vida, yo tengo razón para ser gozoso, yo tengo razón para celebrar. Aunque haya problemas en mi vida yo se que tengo un Dios que es mi consejero, es mi Padre fuerte, mi Padre eterno es mi Dios fuerte, es mío, me conoce a mi, me ama y yo tengo razón para esperar que cada año será mejor y mejor. Tengo problemas pero tengo un Dios que es más grande que todo problema y por lo tanto me puedo gozar en el Señor, puede disfrutar de la vida.
Hermanos, yo creo que los cristianos tenemos que ser la gente más gozosa del mundo. Y de nuevo, yo no hablo de un gozo superficial, yo no hablo de ese jolgorio que muchas veces la gente puede estar buscando, simplemente ese gozo artificial. Creemos que siempre tenemos que tener una sonrisa automática en la boca. Yo hablo de un gozo de adentro, un gozo que nos sale de las entrañas, un gozo que viene de saber que Dios está conmigo, que yo se a dónde voy, yo se de dónde he venido, yo se en quién estoy fundamentado, yo se que Dios está obrando en mi vida, está obrando en mi familia, que cada día estoy creciendo y estoy siendo mejor y mejor y mejor y por eso yo me regocijo en el Señor y yo celebro.
El mundo necesita ver cristianos gozosos, ¿sabe? El Apóstol Pablo habla de que ‘vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres...’ La palabra gentileza, que Pablo usa, quiere eso, quiere decir que vuestra buena voluntad, vuestra simpatía podría decir, sea evidente a toda la gente.
Hermanos, es evidente su simpatía, su gozo en su trabajo, o la gente lo ve a usted como que lo hundieron así en jugo de limón y es una persona sombría y triste y arrugada en su actitud. Hermanos, yo digo, cultivemos el gozo del Señor.
Óigame si usted se siente abrumado, preocupado, en el nombre del Señor reclame el gozo de Dios en su vida. No se acostumbre a una actitud depresiva. Yo se que la depresión viene, yo se que viene la tristeza, yo se que a veces las preocupaciones de la vida son tan grandes, pero hermano, no permita que se pose sobre usted más tiempo de lo necesario. Déjela ahí un ratito y después dele una patada y dígalo ‘adiós, váyase para allá, yo recibo el gozo del Señor.’ Confiese el gozo del Señor y celebre el hecho de que usted tiene un Dios que está comprometido con usted.
Estos pastores, hermanos, eran hombres que eran ignorados por la sociedad. Los fariseos los consideraban gente impura, bregaban con animales, no tenían conocimiento en absoluto, no podían estar en el templo continuamente celebrando todas las marrullerías y todos los ritos que se habían inventado los fariseos, no tenían dinero, eran ignorantes completamente, y a ese gente el Señor les envía un anuncio, y les dice ‘Yo he mandado a mi Hijo para que nazca a sus vidas, tengo buenas nuevas’.
Evangelisomai, es la palabra en el griego original de donde viene la palabra Evangelio, buenas nuevas para ustedes. Nuevas de gran gozo, su destino acaba de cambiar, su situación acaba de cambiar. Ustedes ya no son gente ignorada, gente insignificante, Dios está interesado en ustedes y Dios ha enviado a su salvador para que cambie su destino y si ustedes quieren tener una relación personal con él ustedes van a ser gente nueva, completamente y por eso deben gozarse. Es una noticia de bendición. Las tinieblas de esta gente fueron cambiadas en luz.
Por eso el profeta Isaías dice, ‘...los que andaban en tinieblas vieron una gran luz....’. Y qué interesante que eso pasa en este relato, en el libro de Lucas, esta gente está en medio de la noche, oscuro todo, cerrada la noche. No es como las noches aquí digamos, de las ciudades que hay una luz aquí, otra luz allí. No, esto era en el campo, completamente oscuro y en medio de esa oscuridad pum.... una luz, la gloria de Dios invade y llena ese lugar queriendo decir algo, y es que ‘las tinieblas habían sido penetradas ahora por la luz de Dios’.
Y las tinieblas de esta gente pobre, miserable, descuidada y despreciada por los religiosos, ahora Dios les decía, ustedes son importantes para mí y yo tengo un destino para ustedes, mis pensamientos son buenos para ustedes, así que regocíjense, son buenas de gran gozo, nuevas de gran gozo para ustedes.
Mi hermano, mi hermana, esas nuevas también son para ti. No permitas en estas navidades que los pensamientos oscuros penetren en tu vida. Yo se quizás algunos hemos tenido un año difícil. No les voy a pedir que levanten su mano, pero yo se que ha habido situaciones difíciles, ¿si o no? Esa sonrisa me dice a mi que toqué algo ahí ¿verdad? Ha habido dificultades financieras, ha habido quizás dificultades familiares, quizás tu has tenido preocupaciones de salud, quizás te sientes alejado de tu familia y te gustaría estar allá en tu país celebrando las navidades en estos días, pero ¿sabes qué? No te preocupes el Señor está contigo, tu puedes celebrar, tu puedes gozarte de todas maneras. No te detengas demasiado en las cosas negativas. Miren, el que está en Cristo siempre tiene esperanza de que las cosas se pondrán mejor. Dios permite, muchas veces que vengan tiempos de dificultades y sufrimientos, y quién no los ha tenido, quién no los tiene. Esa es una condición de la vida, eso es natural, ese es el mundo en que vivimos, vamos a tener problemas.
Dice Cristo, ‘... en el mundo hallaréis aflicción...’, pero dijo también, ‘... no temáis, yo he vencido al mundo...’.
Así que hay razón para regocijarnos, hermanos. Si Cristo está en tu barca, no te preocupes, la barca no se va a hundir, quizás habrá unos hoyitos por ahí, y se meterá un poquito de agua, pero la barca no se va a hundir. Dios permite esas cosas para que tu te fortalezcas, que lo conozcas mejor, que sepas que él es fiel, que él llega en el momento preciso.
Óigame, no se de por vencido jamás. No cuelgue los guantes jamás. En Cristo Jesús hay esperanza siempre, hay gozo, hay que celebrar, hermanos, hay que darle gloria al Señor. Son buenas nuevas de gran gozo las que Dios tiene para nosotros. Ya Cristo ha irrumpido en el mundo y ya el dominio de Satanás se le arrebató de las manos. Cristo despojó los principados y las potestades. Cristo destruyó el principio del mal que regía sobre el mundo.
Ahora el mal está todavía haciendo sus cosas, pero ya el fundamento del mal le fue arrebatado por Cristo Jesús. Y los que entramos bajo la protección de Cristo tenemos todas las razones del mundo para gozarnos, para celebrar en el Señor. Si tienes preocupaciones, no les des más importancia. Mira más a Cristo que a las preocupaciones y espera que las cosas siempre se pondrán mejor y mejor, y mejor porque Cristo es tu fortalecedor. Cristo está contigo ciento por ciento.
El que te da valor a ti es Jesús, mi hermano, mi hermana. Eso es lo que yo veo aquí claramente que, de nuevo, estos pastores Dios los envía para que vayan y vean al niño y para que tengan la oportunidad de celebrar junto con los magos. Y es interesante que en ese lugar allí se dio un encuentro de los dos extremos de la humanidad: los magos eran gente de mucho renombre. Venían quizás de Siria, de Irán, de Irak, de esas partes por allá, bien lejanas. En aquellos tiempos eso era una distancia increíble, y los magos, por si acaso hermanos, no es que eran magos en el sentido que nosotros usamos la palabra. En los idiomas originales se cree que estas personas eran como especie de científicos muy altamente desarrollados, eran una casta social muy alta que era una mezcla de gente muy erudita, eran schollars, eran como eruditos que conocían las leyes de la astronomía y otras cosas quizás también. Posiblemente eran astrólogos que también tenían algo que ver con los planetas y los misterios de los planetas. Eran también gente de cierto nivel política, de importancia política, de influencia política y probablemente gente adinerada también. Miren los presentes que le trajeron al niño.
Entonces, Dios quiso que esa gente llegara y fueran testigos del nacimiento de su Hijo. Es decir, el extremo rico y alto y entendido de la humanidad, pero también envió a unos pastores, el otro extremo, la gente que no tenía ningún contacto probablemente con la religión, que no tenían dinero, que eran los pobres de la tierra. Y ahí llegan estos dos extremos de la humanidad a ver al niño Jesús. Estos pastores allí con esos personajes tan misteriosos y ricos.
Y yo creo que hay algo allí también en eso: el ángel les dice que tiene un anuncio para todos. Cristo ha venido para el rico, para el pobre, para el educado, para el hombre, para la mujer, para el anciano, para el joven, para la persona que tiene muchas heridas de la vida y que ha cometido errores en la vida, y para también la persona que ha sido bastante bien comportada, respetable y que siempre ha hecho las cosas bien; para toda esa humanidad Cristo ha venido.
Y Cristo ha venido para ti. Cristo, a Dios le interesa que tu tengas una relación personal con él, no importa cuál sea tu estado, Dios está interesado en ti como está interesado en la persona más rica y más conocida del mundo. Tu vales para el Señor ¿sabes? Cuando Dios envió a su Hijo lo envió para todo el mundo y hoy en día yo quiero que tu te sientas afirmado por Dios, que tu te sientas que Cristo tiene un propósito para ti especial.
Si tu has cometido errores en el pasado, si estás luchando con alguna dificultad en tu vida, algún pecado, alguna atadura, mira, a Dios le interesa estar en relación contigo y romper tus cadenas, romper tu pesado yugo, liberarte de cualquier situación.
Voy a pedir que los músicos pasen por acá rápidamente. Dios está interesado en traer luz a tu vida. Dios está interesado en traer liberación a tu vida. Dice, “... los que andaban en tinieblas, luz resplandeció...” Dios quitó el pesado yugo. Dios rompió la vara opresora sobre nuestras vidas. Cristo viene a libertarte y a darte una nueva razón para vivir. No importa cuál sea tu condición, no importa cuál sea tu pasado.
Recuerda, a Dios le interesa. A Dios le interesa tener relación contigo en este día. Recibe el llamado de Dios ahora mismo. Él tiene propósitos para ti; en esta navidad, celebra a ese Cristo poderoso, ese Cristo que tiene algo nuevo y diferente para ti.
Vamos a bajar nuestras cabezas un momento, vamos a darle gracias al Señor por el regalo de Jesús. Vamos a decirle al Padre, ‘Gracias por enviar tan hermoso regalo, Padre. Gracias por enviar a Cristo con su luz, con su poder, con su corazón de aceptación a nosotros, con su corazón paternal, con su corazón pastoral, con su deseo de bendecirme y honrarme, con su actitud de servirme en mis necesidades. Y yo rehúso en este tiempo caer en la tristeza o en la depresión, en la duda o en el temor. Yo confieso que soy privilegiado. Yo confieso que tengo especial que es a Jesús como mi Señor y en mis tribulaciones y en mis pruebas y mis dificultades, yo voy a clamar a él. No voy a soltarlo, no voy a dejarlo ir, no me voy a distanciar de él, sino que voy a clamar a él con más fuerza que nunca y voy a esperar que su salvación se hará manifiesta en mi vida.
Y también quiero, hermanos, pedir si hay alguien que no conoce a Jesús y que no ha entrado todavía en esa relación personal con Cristo, que Cristo no le ha nacido a su vida, yo quisiera invitarte en esta mañana también a entregar tu vida al Señor Jesucristo, si no lo has hecho antes, si no conoces a Jesús quiero darte una oportunidad en esta mañana, invitar al niño Jesús, por así decirlo, a nacer en tu corazón también.
¿Habrá alguien que quiera hacer su paz con Cristo en esta mañana y quiera entregar su vida al Señor? Si no lo ha hecho antes, quisiera orar por ti en esta mañana, si quieres entregar tu vida y aceptar a Jesús en tu corazón. ¿Habrá alguien? Amen.
Bueno, gloria a Dios, gloria a Dios por su regalo. Gloria a Dios por su bendición que nos ha dado a través de Cristo Jesús, el mayor regalo de todos.
Vamos a ponernos de pie y vamos a permitir que nuestro grupo de alabanza nos dirija en una adoración y con esto somos despedidos. Dios les bendiga mis hermanos.
Trabajar con las manos de Jesús
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Quisiera compartir con ustedes en este momento una meditación que para mi ha servido de mucha inspiración desde que me crucé con ella. Es algo un poco distinto a lo que hablé esta mañana, pero yo creo que va a ser de mucho bien a cada una de nuestras vidas. Esto fue algo que Dios me dio en Puerto Rico hace un tiempo atrás y lo compartí aquí en la iglesia, pero fue en un servicio en la mañana. No tuve la oportunidad de compartirlo en un servicio de la tarde, asi que por esas casualidades de la vida usted estuvo esa mañana en la que yo compartí esta reflexión, pues, double portion for you then, doble porción para usted pero si no pues que sea de bendición.
Quisiera que vaya al libro de Lucas, Capítulo 13, en el verso 10. Dice el pasaje:
“... Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo y había allí una mujer que desde hacía 18 años tenía espíritu de enfermedad y andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo, ‘mujer, eres libre de tu enfermedad’, y puso las manos sobre ella y ella se enderezó luego y glorificaba a Dios....”
Voy a dejar ahí. ¿Qué usted cree? Dondequiera que Jesús pone sus manos, las cosas cambian. Diga a la persona que está a su lado, ‘dondequiera que Jesús pone sus manos, las cosas cambian’. Si yo lo quisiera decir en una forma bien portorriqueña, porque ese es el contexto en el cual yo prediqué esto, yo diría, ‘donde Jesús mete la mano todo cambia’. Cambio el poner por la palabra de meter las manos.
Pero miren esto, hermanos, esto es algo interesante, porque aquí vemos el contexto donde Jesús está enseñando en la sinagoga. Obviamente en ese tiempo en la sinagoga, había casi siempre todos los hombres eran los que cogían el lugar al frente, principalmente los fariseos eran los que más cercanos estaban al que estaba enseñando, entonces el resto de la gente estuviera, como quien dijera, en la periferia, en la parte de atrás donde no tenían mucho acceso y era un sitio bien apretado. Había gente que tenía que estar de pie en una esquina.
Y así era el contexto de esa sinagoga en la cual Jesús estaba enseñando. Y he aquí en este momento se aparece una mujer, yo me imagino de repente que entre medio de la gente como que uno empieza a ver que la gente se empieza echar para el lado porque viene este bulto, como que pasando así entremedio de la gente tratando de encontrar por donde meterse.
Y yo quiero que ustedes visualicen esto. Estamos hablando de una mujer por 18 años encorvado. Yo no se cuantos de ustedes han visto una persona que tiene una joroba, pero yo me he encontrado con, hubo un tiempo que yo me encontré con una señora en el colmado, esto fue cuando estaba haciendo mis compras, y la señora, su joroba era de tal grado que su quijada estaba pegada al pecho. Ella caminaba así, con la quijada en el pecho y así ella iba empujando su carrito haciendo su compra.
Cuando yo vi eso, ese pasaje que yo estoy leyendo ahora fue algo que me hizo un flash en mi cabeza y me hizo pensar, ‘guau, qué agonizante sería el uno tener una condición como esa por tanto tiempo’.
Hay veces que yo estoy sentado de frente a una computadora y como que noto que mis hombros se hechan para el frente, como muchos de nosotros ahora. Yo hago este gesto y yo veo a gente ya que se están enderezando, como que, voy a enderezar mi espalda. Y hay veces que uno sentado así, medio doblado, uno como que se siente incómodo. Imagínese usted por 18 años, todo doblado, encorvado mejor dicho.
Y aquí se encuentra esta mujer, y Jesús ve a esta mujer entrar, y cuando otros tal vez la podrían haber ignorado, Jesús no la ignoró. Él quiso usar esa oportunidad como una enseñanza adicional a lo que él estaba hablando. Y él mismo, llama a esta mujer, ella pasa al frente donde todo el mundo la pudiese ver. Y obviamente Jesús ya tenía esta reputación de que siempre que estaba enseñando en el día de reposo y le daba por hacer algún tipo de milagros se metía en problemas con los fariseos, siempre se armaba una discusión, cada vez que él hacía algo en el día de reposo.
Y Jesús estaba seguro que al él traer a esta mujer y operar un milagro en su vida, él sabía que se iba a formar otra vez un buen.... revolu..... una buena discusión se iba a armar otra vez. Vino esta mujer, la llama y Jesús entonces asume esta acción de intervenir en una forma sobrenatural sobre la vida de esta mujer. Con esa acción de sus manos, de poner sus manos sobre la espalda de esta mujer, yo me imagino que lo puso en su espaldo o tal vez una mano estaba en la espalda y la otra en los hombros para ver si la lograba enderezar en alguna forma.
El asunto fue que él decidió meter sus manos en la vida de esta mujer. Y esa acción causó mucha conmoción allí, porque rápido empezaron a cuestionarse, ‘pero qué se cree este en el día de reposo, no se supone que haga eso en el día de reposo, si va a sanar, si va a hacer algún milagro, hazlo de lunes a viernes, como quien dice, pero el sábado, no, no. Y eso a Jesús lo molestó de tal forma que Jesús comenzó a retar a las autoridades. Y miren en qué forma lo hizo.
Él le dice a sus autoridades, bueno no sus autoridades, le dice a los fariseos, ‘ah muchachos, ¿si ustedes tienen una vaca o un buey que necesita ir al campo a comer su grama o a hacer sus necesidades, ustedes por casualidad no lo sacan y lo llevan a que hagan sus cosas y después vuelven y lo traen, ¿verdad que sí? Que más entonces esta mujer, y mire como Jesús la identifica, esta mujer que es hija de Abraham. La conectó directamente con ellos, porque es de su propia tradición. Es de su propia herencia, es de su propio trasfondo y Jesús la conecta inmediatamente con ese mismo trasfondo y le dice, ‘esta mujer que por 18 años el enemigo la ha tenido ahí amarrada, ¿por qué a ella no la vamos a desatar de esa enfermedad?’
Yo me puse a pensar, hermanos, esto es algo tan interesante. Cuando yo trato de traer esto al mundo de nosotros hoy día, yo me pongo a pensar, ‘Señor Jesús, ¿cómo tu intervienes en nuestras vidas poniendo tus manos en nuestras distintas situaciones? Cualquiera sea la situación en la cual nosotros nos..... es más, déjame decirlo así, cualquiera sea la encorvadura que usted tenga, de cómo el Señor Jesús se interesa por poner sus manos sobre usted y traer en su vida la sanidad, la libertad, la fuerza que usted necesita.
Yo creo que esto es algo bien interesante y lo primero que yo quiero apuntar aquí es que Jesús está hasta dispuesto a retar los sistemas y las autoridades, y las reglas establecidas por el hombre por bendecirlo a usted, por bendecir su vida. Eso es lo primero que yo veo aquí. Jesús sabái desde el principio que a la primera que él llamara a esta mujer, primero, miren lo que está haciendo, está trayendo una mujer al mismo centro de la acción, cuando se supone que las mujeres estuvieran afuera. Miren lo que Jesús hace, la trae al mismo medio, y yo estoy seguro, que él cuando lo ve usted, tal vez otras personas lo ven a usted y usted siente que está en la periferia de su vida, pero cuando Jesús pone sus ojos sobre usted, Jesús lo va a traer en el mismo centro de la acción de él, no de la acción de otras personas, de la acción de él. Y al él atraerlo a usted, yo creo que aquí hay dos cosas que pueden suceder: usted tiene la libertad de responder a esa invitación de Jesús en una forma afirmativa, usted puede decir, ‘ah si, Jesús, si tu me llamas, voy’, o usted puede responder en una forma negativa, ‘no, no, hay mucha gente alrededor, no quiero. No thank you. Me quedo aquí con mi encorvadura’.
Esa mujer fácilmente se pudo haber quedado en una esquina por allá detrás cuando Jesús la llamó. Esa mujer fácilmente pudo haber dicho, ‘hey, no, no, yo no voy a coger el riesgo de ser avergonzada otra vez. He sido avergonzada muchas veces por este hump back que yo tengo aquí en mi espalda así que, no, no voy a pasar, no le voy a hacer caso a tu llamado’.
Pero esa no fue la situación. Esta mujer sabía quién era quien le estaba llamando. Ella sabía que no era un hombre común y corriente. Ella sabía que no era un fariseo de los que estaban allí calentando una banca y queriendo ser lo que tal vez no eran. Ella sabía que era Jesús quien la estaba llamando y por ende respondió.
Y yo pienso eso, mis hermanos, cuando Jesús nos llama a nosotros, nosotros tenemos la opción de o quedarnos sentados o responder a ese llamado. Ahora, si usted responde a ese llamado, prepárese, porque hay algo que él va a hacer, hay algo que él va a hacer. Yo creo que las manos de Jesús están en una continua acción y tal vez nosotros no lo vemos.
Esta mañana yo decía que hay veces que Dios trabaja tras bastidores, behind the scenes y tal vez uno puede pensar o sentir de que no está ocurriendo nada, de que no se está moviendo nada, pero sí, el Señor está en acción. Su mano está en acción en favor de ustedes, en favor de su vida. Y cuando llegue el momento oportuno ese momento va a traer el cambio que su vida necesita, la transformación que su vida necesita, va a ocurrir en el momento oportuno. Pero nosotros tenemos que responder a ese llamado y entender la acción que las manos de Jesús están obrando en ese momento en el cual nosotros estemos, sea cual sea la situación de nuestras vidas.
Al yo pensar en esto, mis hermanos, yo no pude evitar el tratar de identificar las manos con las cuales yo me encuentro hoy día. Si yo entiendo que las manos de Jesús están en un continuo deseo y necesidad de poder servir, de poder ayudar a cada uno de nosotros en cualquiera sea nuestra necesidad, yo también hoy día puedo decir, que yo me he encontrado con manos que están totalmente cruzadas. Eso es una de las manos con las cuales yo me he encontrado hoy día, manos que están cruzadas, manos que dicen, no, conmigo no cuentes, yo no voy, yo no voy a hacer esto, yo no voy a hacer aquello. Y son manos que están cerradas todo el tiempo. No hay esa disposición.
Y conectadas con esas manos están también las manos que son bien rápidas para poder apuntar, para poder criticar, para poder juzgar, como lo estaban haciendo las manos de los fariseos apuntando a Jesús, ‘oye, ¿pero qué tu te crees, chico? Eso es algo que tu no puedes hacer.’ Y están ahí apuntando y tu hiciste aquello, o aquel mira lo que estaba haciendo aquella noche, y aquel que se cree la gran cosa pero no lo es. Y están ahí apuntando. Son manos que parecen una pistolita y como siempre decimos, aunque hay un dedo apuntando hacia allá, hay 3 dedos apuntando hacia mí, que me están juzgando a mí, que me están midiendo a mí.
Y en conjunto con esa, hay una tercera clase de mano con las que yo me he encontrado, y son las manos que están totalmente decaídas y desanimadas, manos que no hayan encontrado ni la fuerza para poder hacer algo, que han intentado tantas veces que ya... olvídalo, no me interesa más. Se han rendido por completo.
Y al encontrarnos con ese tipo de manos, cuál es la respuesta que nosotros tenemos, hermanos. Miren, yo creo que las manos que están cansadas, por así decirlo, una respuesta que yo encontré en la Escritura fue un relato de Jonatán y David. En Primera de Samuel, Capítulo 23 hay un relato de cuando David llegó a un punto de desánimo en su vida por la persecución que el Rey Saúl tenía sobre él, y dice el relato:
“...Entonces se levantó Jonathan, -estoy leyendo en el verso 16 de Primera de Samuel, 23, si lo quieren leer, dice- ..... Entonces se levantó Jonathan, hijo de Saúl y vino a David en a Hores y fortaleció su mano en Dios....”
Miren qué interesante: para contrarrestar las manos que están cansadas y caídas, están las manos de otros que vienen y están dispuestos a levantarlas para que puedan seguir adelante. Es como cuando Moisés estaba orando en el monte por el pueblo y Josué, que estaba peleando allá en la batalla y tuvo que venir, Aarón y Ur para levantar las manos de Moisés, cosa de que esa batalla pudiese ser ganada en todo momento. Cada vez que Moisés bajaba sus manos porque estaba cansado, el pueblo de Israel empezaba a perder la batalla, pero cuando alguien venía y levantaba sus manos, se armaban de fuerza y de poder de nuevo, sacaban el pecho y...... chchchch... y ahí iban y le cortaban la cabeza a dos o tres. ¡Guau, qué brusco sonó eso! La idea de una batalla, ¿verdad?
Y ese es el punto, donde hay manos que están decaídas no pueden faltar las manos que están dispuestas a levantar y fortalecer. Y hermanos, yo creo que hoy el Señor más que nunca está en busca de ese tipo de manos, más que nunca el Señor hoy está en la necesidad de encontrar esas manos que están dispuestas a levantar a aquellas manos que están caídas. El Señor más que nunca está buscando manos que puedan no contradecir, sino que puedan intercambiar con esas manos que están cruzadas y apuntando, él está buscando esas manos que estén dispuestas a poner su mano en el arado y seguir adelante sin mirar atrás.
Esa imagen de las manos es bien importante, de las manos en el arado, son bien importante, hermanos. Si yo pienso en esa imagen, imagínese usted un terreno, una tierra bien fuerte, bien sólida, llena de piedras, de raíces de árboles y este arado ahí que va con esa pala, una palanca que va ahí en medio cortando. El arado está obviamente siendo jalado por unos bueyes al frente, pero usted tiene que hacer la fuerza para poderlo balancear y empujar a la misma vez.
Cualquier otra persona que no entiende esa dinámica, se encuentra con la primera piedra y pffff.... esto es demasiado difícil, yo no voy a hacer eso. Y de las manos se sueltan del arado y vuelven y se cruzan o se esconden en el bolsillo y no hay quien saque más las manos de ahí. Pero las manos que entienden bien cuál es su misión, cuál es su propósito, cuando meten esa mano ahí en el arado, saben que hay un trabajo que hay que hacer, y saben que está la fuerza de Dios para ayudarlos, para fortalecerlos y cruzar todo ese terreno cualquiera que sea.
Piense usted, mi hermano, yo veo caras aquí y yo veo manos que tienen su mano en un arado trabajando en un tipo de terreno que solamente usted sabe cuál es. Piense usted cuál es su terreno. Puede ser en su familia, puede ser en su trabajo, en su profesión, puede ser en su escuela, puede ser con una amistad, puede ser en su matrimonio, puede ser en su noviazgo, puede ser en su soltería, puede ser lo que sea; usted tiene un terreno en el cual usted está trabajando y en ese terreno usted se encuentra con distintas cosas que pueden hacer imposible que usted pueda arar ese terreno. Y muchas son las veces que usted se puede sentir totalmente desanimado, que usted suelta y se va en otra dirección. Ese es el sentido de escapar las cosas, es bien fácil de hacer. Pero aquellos que están dirigidos por la mano de Dios, por esa acción de las manos de Jesús que si verdaderamente han causado un impacto en nuestras vidas, nosotros nos encontramos con nuestro terreno y nosotros decimos, ‘No matter what’, aquí voy a seguir.
Si se lo hago en una idea un poco más cotidiana a nuestro tiempo de hoy. Yo no se cuántos de ustedes tienen su carro enterrado bajo nieve ahora mismo, o cuántos de ustedes tienen su driveway ahora mismo tal vez, con una capa de nieve y encima de eso una capa de hielo. Cuando usted llega a su casa usted tiene la opción de poner sus manos en el control del televisor y olvidarse del trabajo que tiene que hacer, o usted puede coger sus manos y meterle mano a la pala y limpiar todo ese driveway por completo aunque le duela, aunque le salgan callos en la mano.
Solamente usted sabe la necesidad que hay y hay veces que usted puede empezar y es como que, ya me cansé, voy a coger un break, y el break es tanto que cuando vuelve de nuevo la nieve se ha congelado y es imposible sacarla. Ahora, pero si usted empezó y está como quien dice, in the flow way, en el momentum, y es como que tiene su posición biomecánica correcta, su espalda en su buen lugar, sus manos, sus hombros y usted le empieza a echarle mano a la situación, mire, no hay quién se le pare en el medio, ni un bloque de hielo. Usted va a completar su tarea.
En la misma forma, piensen en esto, Jesús tiene sus manos en acción en su vida. El está interactuando con usted, él lo está identificando a usted en medio de una multitud, y en cada momento cuando menos, en un momento cuando usted menos se lo espera, el Señor está ahí para identificarlo y meter sus manos en usted, trabajar con usted, trabajar con su corazón, trabajar con aquellas cosas que lo atribulan y con aquellas cosas que le dan gozo. El Señor está ahí dispuesto a intervenir y esos encuentros con el Señor ocasionan algo en usted, no tan solamente el que usted pueda experimentar una transformación en su vida, sino que eso se va a ver demostrado, mis hermanos, yo creo que por obligación esas acciones del Señor en su vida se van a ver reflejadas en otros a su alrededor.
Yo creo que la acción de Dios siempre obra en esa manera, que no es tan solamente para intervenir en usted sino para que a través de usted otros puedan recibir ese mismo toque. Piense en esto, mi hermano, si usted tiene el amor del Señor Jesús en medio de su vida, yo creo que dondequiera que usted meta sus manos las cosas pueden cambiar. Si usted lo hace en el nombre de Jesús dondequiera que usted meta sus manos, las cosas van a cambiar.
Ahora, si usted lo cree va a suceder, si tiene duda, siga dudando y espere a que algo suceda. Pero si usted duda, créame que va a ser como las olas del mar, que usted va a estar tratando y lo que va a hacer es patinar en hielo. Pero si usted está verdaderamente está convencido que el Señor Jesús está en usted, que él ha hecho en medio de su vida, y él ha hecho y está haciendo y seguirá haciendo una obra de transformación en usted, créame que donde usted quiera meta sus manos, las cosas van a cambiar.
Piense, hermano, piense en esos escenarios. Piense en las posibilidades, piense usted tal vez se cruza con alguien, miren este ejemplo. Esto fue algo que me pasó la semana pasada, yo compartí esto con los jóvenes adultos el viernes en el servicio que teníamos y yo les dije a los muchachos, ‘miren, hubo al principio de esa semana yo le estaba pidiendo al Señor, yo le decía ‘Señor, dame una oportunidad para yo poder bendecir a alguien de alguna forma u otra, dame una oportunidad y abre mis ojos para yo poderlo identificar también’, porque hay veces que el Señor nos da oportunidades y nosotros estamos tan enfocados en lo que queremos hacer que ..... cuando salen las oportunidades las dejamos pasar porque no estamos pendientes.
Yo estaba en Borders, en la tienda de libros, estaba en Borders, yt estaba leyendo la sección de libros de liderazgo y de negocios. Y de repente, al lado mío se me acerca este muchacho, bien vestido, se notaba que era un profesional, se me acerca y estaba así leyendo, buscando libros, y de repente, se me acerca así de la nada y me pregunta ‘oiga, ¿por casualidad usted tiene alguna referencia de este libro en particular?’ Y en ese segundo, mis hermanos, fue como que yo me puse a pensar y yo me digo, como que, ok, yo le puedo mentir y decirle que sí, el libro es muy bueno aunque yo no sabía del libro. Descarté esa opción, no, no voy a decir eso. A la misma vez me extrañó que la persona me preguntara algo, particularmente en una tienda libros. Usualmente cuando usted va a una tienda de libros, la gente está enfocada en lo que quiere buscar, es como si estuvieran en una burbuja, o sea, están así leyendo el libro. Yo no se si esto le ha pasado, pero a mi sí, están como que leyendo libro y usted está ahí y de repente hacen..... les pasan por el lado y siguen. O sea, reconocen que usted está ahí pero es como una ignorancia total, le pasan por el lado o le pasan por el frente, algunos ni dicen con el permiso, otros al menos así dicen ‘ excuse me’...,. digo ok, puede pasar.
Pero la cosas es que este muchacho se me acerca y me hace esa pregunta y yo le dije,....... no, no se nada de ese libro. Y él, oh, ok, y se quedó ahí buscando. Y rápido a mi se me vino a mi mente esa oración que yo le hice al Señor al principio de la semana. Yo me dije, guau, Omar, tu tienes una oportunidad aquí de poder bendecir a este muchacho, de al menos poder establecer una conversación con un total extraño.
Y yo me dije, guau, ¿qué puedo decir, qué puedo decir?’ Y yo empecé a buscar libros que yo había visto y que yo sí conocía y empecé a buscar y sabes con qué libro me encontré: Good to pray, una de las recomendaciones tuyas. Digo, ‘oye, espérate, este libro sí es bueno, yo he escuchado grandes cosas, yo he leído algunos capitulos...’ y él ‘ah, sí mira qué bien..’ y de repente se salió esta conversación así de la nada, y él me dice, ‘¿tu lees mucho así de libros de negocios y tu tienes un negocio personal? Me pregunta, ¿tu eres algún tipo de gerente o algo así? Y Yo me puso a pensar, eh, yo soy un ..... assistant manager,...... eso soy yo pensando en mi cabeza. Como le explico, cómo le digo, le digo que soy pastor asociado, o lo digo en términos más de negocios, pero después yo me dije, no, yo le dije ‘mira, si, yo soy un pastor asociado y muchas veces nosotros usamos este material como para preparar y equipar a nuestra gente en su trabajo que hacen las cosas.
Y el muchacho, de repente me abrió los ojos como un búho y sale y me dice, ‘guau, ¿y su iglesia es tan abierta que cogen material como ese para preparar a sus líderes?’. Y yo le dije, ‘si, ¿por qué? Y el muchacho sale y me dice, yo soy católico romano y si nosotros en algún momento usamos un material como este para preparar a nuestra gente nos botan de la iglesia. Y yo me quedé como que guau, ahí se me abrió el cielo, mis hermanos, y fue como si todas las luces de alrededor se aparan y solamente un spotlight estaba alumbrando sobre Rick, el nombre de este muchacho y yo.
Yo dije, esto es un momento divino, Y nosotros tuvimos una tremenda conversación basado en un libro de liderazgo y cómo él en su experiencia vida de iglesia, ha experimentado tal vez frustraciones y yo compartiendo mis experiencias, que no necesariamente son frustraciones sino que han sido bendiciones de Dios, de alguna manera u otra, este muchacho se sintió estimulado en alguna forma. Y yo lo puedo saber eso mis hermanos, porque aunque terminamos esa conversación ahí, después yo me fui a la sección de los libros pero que son en audio y ese muchacho estaba ahí de nuevo, y el vino y sacó uno de los que él había leído y me lo puso en la mano, y yo, ah, muchas gracias, y seguimos hablando un rato. Yo por poco hasta le ofrezco comprarle un café o algo allí.
Pero el asunto fue que cuando él se iba a ir yo comencé a pensar, y yo me dije, Omar, tienes una oportunidad de bendecir a este muchacho ahora, y yo lo que hice fue... en serio, hermanos, yo antes de despedirme de él, yo dije en mi corazón, Señor, que aunque sea con mi estrechón de manos este muchacho pueda sentir un toque tuyo. Y mire, yo estreché mi mano a ese muchacho, se la apreté como si yo lo hubiese conocido desde hace años y le dije, ‘Rick, I wish you blessings, I wish you the best in your job, in your carreer, éxito’. Digo, en otras palabras lo bendije, le extendí esa bendición a él.
Y yo creo, hermanos, que esa interacción, ese segundo, ese estrechón de manos ahí ocasionó algo en el corazón de esa persona. Yo no se si lo vuelvo a ver. Yo lo invité aquí a la iglesia, no se si él vaya a tener esa invitación o no, pero yo creo, hermanos, que la intencionalidd con la cual yo estreché mi mano en esa ocasión, algo, algo, yo lo creí por fe, y lo creo aún todavía que algo causó en el corazón de ese varón.
Y en la misma forma, mis hermanos, cualquier interacción que usted tenga con las personas a su alrededor, desde su esposo, su esposa, su hijo, su hija, su mamá, su papá, su abuelo, si tía, su amigo, su novia, su novio, sea quién sea, después que usted tenga la intención de bendecir a esa persona y que sus manos transmitan esa intención, créale que cambios van a suceder. Lo que hace la diferencia es el poder de intencionalidad que usted tiene en ese gesto.
La intención que Jesús tenía cuando hizo ese milagro con esa mujer, no fue tan solamente de liberar y bendecir a esa mujer, sino también de enseñarle algo a la gente a su alrededor. En la misma forma, cualquier cosa que usted hace en el nombre de Jesús con esa intencionalidad de bendecir, y sus manos que no se queden así de cruzadas, o que no se queden en los bolsillos, o que no necesariamente estén apuntando para criticar, pero que sus manos se extiendan para bendecir y servir, prepárese porque usted va a ver cambios sucediendo a su alrededor, usted va a ver cambios sucediendo en su familia, usted va a ver cambios sucediendo en su lugar de trabajo, usted va a ver cosas sucediendo con extranjeros a su alrededor, usted va a ver la mano de Dios obrando a través de usted.
Eso es lo que el Señor Jesús está buscando hoy día, manos que estén dispuestas a colocarse en el arado y empujar ese terreno sin mirar atrás, cualquiera sea su arado. Yo le invito a ponerse de pie, hermanos, y vamos a pedirle al Señor que selle esta palabra en nosotros, mis hermanos. Piensen bien, cualquiera sea su situación, sea que usted trabaje como un contable en un lugar y usted tal vez dice, ay, pastor Omar, mi mano lo único que hace es marcar números en una calculadora. Mire, aunque su dedo esté cansado de marcar números en una calculadora, la acción de esos dedos puede traer bendición a esa compañía, a ese lugar donde usted está.
Si usted trabaja en contacto directo con la gente, no se, que usted es como un trabajador social, o si usted es un personal trainer y usted trabaja en directo con la gente, mire que cada toque de sus manos sea para bendecir esa vida. Bendiga a esa vida, si usted recorta pelo, si usted es un estilista y corta pelo, mire que cuando usted esté pasándole la mano por ese pelo bendiga los pensamientos de esa persona, ‘Señor, toca a esta persona, bendice sus pensamiento, quita cualquier negatividad’.
Dios tiene el poder para obrar a través de esas cosas. Si usted trabaja con un martillo rompiendo terrenos, rompiendo paredes, mira que esa misma acción en el nombre de Jesús usted diga que se rompan ataduras en las vidas de la gente, meta cantazo fuerte en el nombre de Jesús y que eso resulte en acciones para la gente a su alrededor.
Esas son las manos que el Señor Jesús está buscando hoy, manos que están dispuestos a ponerse en el arado sin mirar atrás, manos que estén dispuestas a tomar acción y obrar cambios. Es más, quién sabe si aquí hay manos que se le aplica bien ese refrán que todo lo que tocan se convierte en oro. Y que Dios está esperando que tus manos que tu se las entregues por completo a él para que tu puedas bendecir la obra del Reino aún más.
Si usted quiere, hermano, yo le invito a que usted eleve sus manos al Señor ahora en una señal de entrega. Las manos físicas son manos físicas, pero la intencionalidad que ponemos en esas manos es lo que puede hacer una diferencia bien grande. Si usted nos ve por el Internet y se quiere unir a esta oración también, siéntase libre a hacerlo, presente sus manos ahí al Señor. Lo que sea que usted hace, aunque sea tejer una camisa, tejer una colcha, sea lo que sea, presente sus manos al Señor y diga, ‘Señor Jesús, aquí están mis manos. En este tiempo en el cual vivimos te entrego mis manos. Usa mis manos para traer tu bendición, a través de lo que yo hago, a través de lo que yo puedo tocar, a través de las acciones en las cuales yo pueda servir.
Usa esas acciones para bendecir a gente a tu alrededor. Y, Padre, yo declaro, Jesús, ahora mismo que tus manos se posen sobre cada uno de tus hijos e hijas en una forma bien especial, Dios mío, que tu puedas meter tus manos en nuestras vidas y enderezar esas encorvaduras que nosotros podamos tener para entonces nosotros poderte servir aún mucho mejor.
Padre danos el poder que necesitamos, danos esa motivación que necesita nuestra vida, sabemos y declaramos como dice tu palabra, que tu pones en nosotros tanto el querer como el hacer, Jesús. Padre, tal vez muchos de nosotros tenemos el querer en nuestras vidas pero nos falta el hacer y yo te suplico que ahora mismo tu completes esa obra, Señor, que el package completo tu lo pongas ahí en medio de nuestras vidas para nosotros poder servir, que nosotros saquemos nuestras manos de nuestros bolsillos, de esa actitud de indiferencia y que nuestras manos estén dispuestas a servir, que nuestras manos estén dispuestas a dar, que no tan solamente nuestras manos se abran para recibir algo, sino que nuestras manos estén dispuestas a dar, a ofrecer ese regalo de vida que tu nos das a nosotros.
Señor Jesús las intenciones de nuestro corazón que estén conectadas con las acciones de nuestras manos. Tu eres el que discierne las intenciones de nuestro corazón, Jesús y yo te suplico que ese corazón nuestro pueda ser tocado y transformado por ti en cada momento Jesús, para que así nuestras intenciones puedan ser de bendición en cada momento, Jesús, que no estrechemos nuestras manos, que no nos acortemos para bendecir, sino que siempre estemos con esos radares encendidos buscando la forma en que nosotros podamos bendecir a alguien a nuestro alrededor, aunque sea un extranjero, Señor, aunque sea una persona que jamás hemos visto, y que tal vez esa acción aunque no lo volvamos a ver nunca, pero es acción, Señor, que obre y opera su resultado en ti Jesús, porque lo hacemos en tu nombre, Señor, cualquiera sea la acción mi Dios, yo te pido que tu operes, maquines cosas grandes y poderosas en esas vidas y en nosotros, Señor, que nosotros podamos continuar viendo tu mano en acción en todo lo que hagamos, que nuestros ojos no se cieguen, Jesús sino que siempre podamos mantener nuestros ojos abiertos para verte a ti obrando en una forma especial, en una forma directa, Señor Jesús, en una forma intencional en nosotros y en aquellos a nuestro alrededor.
Bendice, Señor a mis hermanos. Yo declaro tu bendición sobre cada uno de ellos, desde el más joven hasta el más adulto, Señor, sobre aquellos que tienen una fe certera en ti y aquellos que todavía tienen sus dudas, yo declaro tu bendición, que tu traigas claridad a cada una de sus vidas y que tu mano se mueva con poder en medio de ellos.
La gloria y la honra sea toda para ti, Jesús, siempre y siempre. Gracias Señor, en tu nombre de Jesús.
Haz un pacto con la verdad
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Quiero ahora presentar a alguien que nos va a traer una meditación en esta mañana. Ustedes han visto a una persona vestida fuera de lo común normalmente, el hermano Pablo Dupuy, que está aquí con nosotros en esta mañana. El hermano Pablo para mi es un personaje profético aquí en medio de nuestra iglesia.
Él llegó hace muchos meses, varios meses aquí a la congregación, venía,... su estadía más inmediata había sido en la República Dominicana, como misionero allí en República Dominicana trabajando en algunos de los vecindarios más pobres y difíciles de la capital, Santo Domingo. Es un hombre que tiene un corazón para los pobres, tiene un corazón para el evangelismo, tiene un corazón para Jesucristo y yo he tenido ocasiones de conversar a largo con el hermano Pablo y sentir su amor por el Señor, la integridad de este hombre, su mente evangélica, sólidamente bíblica, y para mi, yo digo que es un personaje profético porque el hermano Pablo representa esa unión de la iglesia evangélica y la iglesia católica que yo creo que Dios quiere para los últimos tiempos, que su iglesia, que ha estado dividida entre esos dos grandes sectores, todo el mundo griego ortodoxo, ruso ortodoxo, episcopal hasta cierto punto y la iglesia católica apostólica romana, el este y el oeste se dividieron hace siglos atrás, y esa división de la iglesia nunca se ha vuelto a sanar. Se dividieron en el siglo XVI de nuevo y se dio lugar a toda esa reforma protestante con todas sus diferentes denominaciones y por otra parte quedó la iglesia católica, romana, y todavía tampoco se ha sanado esa división. Y yo creo que Dios quiere sanar la divisiones entre su pueblo, no se cómo él lo va a hacer, pero Dios lo va a hacer. Y yo me alegro de que en nuestra iglesia haya personas como el hermano Pablo que representan nuestra apertura a los misterios de Dios y nuestro conocimiento de que Dios habla en todos los sectores de su iglesia en diferentes maneras, y que todos necesitamos sanidad.
La iglesia evangélica hoy necesita sanidad y la iglesia católica necesita sanidad también, y las iglesias ortodoxas necesitan sanidad también. Entonces, en esta mañana nosotros habíamos estado hablando de que él tuviera la oportunidad.... él está en una etapa de transición en su vida y ministerio y Dios está hablando a su corazón. Él ha estado afiliado durante décadas, con una orden católica, pero no católica romana, no afiliada con Roma, sino con otra orden católica, porque existen tales órdenes. Ellos han tenido misioneros en diferentes partes de Latinoamérica y el hermano Pablo está en transición y en búsqueda de la voluntad de Dios para su vida, si puedo decirlo de esa manera, ¿no? Pero es un hombre ya con una definición muy clara en términos de su fe y su confianza en el Señor y muchas otras cosas.
Yo creo que para nosotros nos expande y nos bendice escuchar de este siervo de Dios y que él tenga oportunidad también de ir encontrando su lugar en esta etapa de su jornada espiritual, de su peregrinaje, su apostolado, podríamos decir en un sentido. Así que yo le he pedido al hermano Pablo que comparta con nosotros una meditación en esta mañana y yo espero que ustedes lo van a recibir cálidamente y van a escuchar de el Señor. Denle un aplauso al hermano Pablo. Pasa por aquí hermano.
Amados hermanos y hermanas, que Dios les bendiga a todos y a todas. Quería hablar algunos minutos esta mañana sobre la palabra. No estoy habituado a tener micrófono... la modernidad. Entonces, todos los que tienen una Biblia, y espero que muchos tengan su Biblia porque es muy importante de caminar, de utilizar su Biblia en todo tiempo, de no tener vergüenza de tener su Biblia.
Se puede abrir en el Primer libro de Samuel, Capítulo 3, versículo 3 al 8.
“....Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová donde estaba el arca de Dios y antes de que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel y él respondió, ‘heme aquí’, y corriendo luego a Elí dijo, ‘heme aquí, ¿para qué me llamaste?’ y Elí le dijo, ‘Yo no he llamado. Vuelve y acuéstate’. Y él se volvió y se acostó. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel y levantándose Samuel vino a Elí y dijo, ‘heme aquí, ¿para qué me has llamado?’. Y él dijo, ‘hijo mío, yo no he llamado. Vuelve y acuéstate’. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel y él se levantó y vino a Elí y dijo ‘heme aquí, ¿para qué me has llamado?’ Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel, ‘Ve y acuéstate, que si te llamare dirás, ‘habla Jehová, porque tu siervo oye’. Así se fue Samuel. Se acostó en su lugar y vino Jehová y se paró y llamó como las otras veces. ‘Samuel, Samuel,’, entonces Samuel dijo, ‘Habla, porque tu siervo oye’....”
Usted ve que no es necesario ser viejo para escuchar la palabra en la voz de Dios. Uno puede ser joven, hemos visto ahora mismo un ejemplo de cómo hay jóvenes que captan el mensaje de Dios y que saben transmitir. No es necesario tener barba gris, ni canas para oír a nuestro Señor Jesucristo y a Dios. Porque Samuel es un adolescente, él es joven. No está acostumbrado todavía a oír y a captar la voz de Dios, a tal punto que pensaba que era Elí que le llamaba, y 3 veces se levantó para hablar con él y dice ‘heme aquí, heme aquí’.
Y fue Elí primero que entendió porque los adultos, los más ancianos tienen que enseñar a la juventud cómo captar la voz de Dios, porque Dios habla a los jóvenes también. Samuel estaba en el templo, y Dios le habló en el templo.
Y aquí nosotros estamos en el templo y aquí también Dios nos habla, tanto a los jóvenes como a los viejos. Dios nos habla y hay que saber escuchar, hay que entender cuándo es la voz de Dios y decir, ‘heme aquí, Señor, yo escucho tu palabra, estoy dispuesto a hacer todo lo que tu quieres’.
Pero muchas personas no saben discernir la voz y muchas veces puede ser por orgullo. El orgullo es un impedimento para que captemos la palabra de Dios. Recuerde la historia de la torre de Babel, los hombres querían construir una gran ciudad y una torre para que llegue hasta el cielo. Pensaban que podían escalar el cielo y obligar a Dios a venir hasta ellos por sus esfuerzos y no por la gracia de Dios.
¿Y qué fue el castigo que Dios ha dado? Ustedes recuerden que Dios vino y confundió a las lenguas, dividió a las lenguas de tal modo de que entre ellos, los hombres ya no se entendían. No se entendían entre ellos porque no habían entendido a la voluntad de Dios que siempre estemos en humildad.
Es la humildad que nos va a dar la posibilidad de oír a Dios y la posibilidad de hablar dignamente a Dios. Y no importa si sabemos qué cosas debemos decir o no decir, porque hemos recibido la promesa que el mismo Espíritu Santo vendrá a orar de entre nosotros con gemidos sabiendo lo que necesitamos.
Hay que confiarnos a Dios. Y si no sabemos las palabras que decir, el Espíritu Santo las dirá. Porque nosotros podemos estar en comunión directa con Dios. Pero como digo, hay confusión y hay mucha confusión también porque hay mucha mentira. Hay mucha mentira, nosotros fácilmente podemos mentir a nosotros mismos y a los demás. Y el mundo moderno actualmente es un océano de mentira. Mentira por la televisión, mentira en las escuelas, mentira muchas veces hasta en las familias, mentira en ciertas iglesias, mentira entre los políticos. Nadamos en un océano de mentira.
Pero quién es el padre de la mentira. Lo sabemos, no quiero pronunciar su nombre, para que no tiene gloria ni de eso. Pero hay un padre de la mentira, que nuestro Señor Jesucristo qué ha dicho de él mismo, ‘Yo soy el camino, la verdad...’
Es la verdad. Cristo es la verdad y cada vez que nosotros hablamos con verdad, que decimos la verdad, estamos hablando en el espíritu de Cristo que a través de nuestra lengua, que Dios, para decirlo así, se encarna a través de nuestra lengua. Mientras que cuando decimos mentira, ¿quién está hablando por nuestra boca? No el que debería tener poderío sobre nosotros.
Y nosotros fácilmente nos engañamos. Yo recuerdo una vez una familia me llamó, han dicho, bueno, el doctor que nuestro abuelo no va a durar la semana, que va a morir, pero no nos atrevemos a decirle, el doctor no lo dijo tampoco, pero estamos un poco inquietos por su eternidad porque él no entiende bien las cosas de Dios, si usted puede venir y hablar con él para prepararle a presentarse a Dios.
Entonces, yo vine y yo hablé con él, y le digo, ‘Don Tomás, yo tengo que decirle algo que no es fácil pero que es necesario, que nadie se atreve a decirle, es que durante la semana se va a presentar frente a Dios, es el momento que todavía tiene conciencia, todavía tiene posibilidad de pensar en todo lo que ha hecho mal en su vida para pedir perdón a Dios. Hay que pedirle perdón de no salir de este mundo sin el perdón de Dios. Hay que pedirle perdón por sus pecados. Nadie quiere hablar de pecado hoy.
Y él me dijo, ‘pero yo nunca he cometido pecado..... ‘ 90 y pico de años.... ‘Yo nunca he dicho una mentira’. Yo dije, ‘y la mentira, ¿usted nunca ha dicho mentira?’. ‘No, yo nunca he dicho mentira... Yo, una mentira.’ Yo le digo, ‘bueno, al menos puede pedir a Cristo perdón por la mentira que acaba de decir’.
Dice, ‘¿qué mentira?’ Todavía entendía, es decir, que nunca has pecado, ... se sabe por el Evangelio que el justo, no el pecador, el justo peca 7 veces al día, y tu nunca en tu vida de noventa y pico de años nunca has pecado.... Dichoso tu. Pero piénsalo, piénsalo bien,
Porque ¿qué sucede? Si nosotros no somos almas de oración por inteligentes que podamos ser, se oscurece nuestra mentalidad, se oscurece nuestra inteligencia. Es por eso que podemos ver a personas brillantes en la economía, en la política, en las universidades, gente muy dotada intelectualmente y hablan necedades. No entienden la verdad, porque Dios les ha quitado su luz, porque no tienen la humildad de ponerse de rodillas y de pedir la luz de Dios. Piensan que todo su inteligencia viene de ellos mismos. Pero es Dios quien da los talentos, es Dios que da la posibilidad de hablar, es Dios que da la palabra de sabiduría, es el Espíritu Santo que entra dentro de nosotros para que nosotros hablemos como si fuese el mismo Cristo hablando, porque somos extensiones, si se puede decir, para completar la obra de salvación que Cristo ha comenzado en esta tierra. Somos instrumentos y debemos actuar como instrumentos.
Entonces, cuando realmente nosotros comenzamos a hablar la verdad. ¿Se recuerdan lo que pasó con Salomón? Salomón había pedido la sabiduría. Dios le dijo ¿qué quieres, qué don te voy a dar? Y él ha dicho, ‘la sabiduría’, ha pedido un don muy importante. Entonces Dios le dio la sabiduría y él no la guardó para él, él comenzó a hablar con sabiduría, a juzgar con sabiduría, reinar con sabiduría. Y se dice que la gente venían de todas las naciones para oirle hablar, venían de todas partes. De modo, que si somos verdaderamente hombres y mujeres de Dios, si realmente nosotros tenemos este espíritu de Dios con palabra de verdad, palabra de sabiduría, la gente escuchará.
Hay gente que escuchará porque hay mucha sed y mucha hambre actualmente porque son tan pocos los que están enseñando la verdad que cuando las almas sinceras la oigan, están contentos, están satisfechos, se sienten muy felices. Hay que siempre guardar vuestra lengua, porque nosotros, como digo, fácilmente nos mentimos a nosotros mismos. Nosotros decimos que, bueno, una mentirita, una mentira blanca, que no es grave ¿verdad? no es importante. Yo para defender mi reputación, como queda la reputación es sagrada. En justicia tengo derecho a mi reputación, de modo, si, yo voy a decir una palabra que no está totalmente conforme con la verdad, no importa, al menos yo retengo mi reputación. ¿Reputación, de qué? De mentiroso.
Una vez hubo una señora, no solamente las señoras que se comporten así, los hombres también, pero hubo una señora que le gustaba mucho hablar de su vecina. Tu sabes, mi vecina hizo esto, y mi vecina hizo lo otro y a las 11 de la noche yo vi entrar un hombre que no es su marido en su casa y ta, ta, ta, ta, hablando. Pero en cierto punto se daban cuenta que realmente no debería hablar así, entonces ella fue a ver a un hombre que tenía precisamente la luz del Espíritu Santo y dice, ‘¿qué debo hacer que quizás, quizás, no debía hacer eso? Entonces el hombre dijo, ‘bueno, vaya a buscar una almohada, venga conmigo al cruce y abra la almohada y tira todas las plumas por los cuatro vientos.’
Entonces, ella dice, ‘entonces, ¿y qué? Después de una semana vuelva recoger las plumas. Ella dice, ‘pero eso es imposible, ¿cómo voy a recoger las plumas que han sido tiradas por el viento una semana después?’ Y él dijo, ‘así las palabras que tu has dicho contra tu vecina se han volado, dónde.... Dios sabe a dónde han llegado. Se han multiplicado esas plumas, esas palabras están andando por todas partes.
Y solamente en este momento entendió la gravedad de mal hablar, entendió la gravedad de mal hablar. Y a veces puede llegar a ser muy, muy grave. ¿Recuerda la historia de Ananías y de Zafira, ¿verdad? Que habían vendido sus propiedades, tenían el dinero y querían poner todo en común, decían ellos, y venían a los Apóstoles a depositar el precio de su ganancia, de su venta. Y Pedro, por luz del Espíritu Santo entendía que no han traído todo. No estaban obligados, no era una obligación de traer todo el dinero de la venta y darlo a los Apóstoles, esto es mucho más que el diezmo todavía. No podemos quejarnos del diezmos cuando los primeros cristianos daban todo, no solo el 10%. El diezmo es poca cosa.
Entonces, han dicho, bueno, aquí todo el dinero de la venta. Y Pedro dijo, ‘no es a los hombres que has dicho mentira sino a Dios mismo’, Y Ananías se calló y murió de repente. Usted ve que mentir a Dios....
Hay muchas personas que cuando viene el tiempo de confesar sus pecados, dicen, ay, Señor, yo no he hecho ningún mal contra mi vecina. Yo no he robado nada, y hacen la lista de sus virtudes y de sus calidades. Pero no la lista de sus pecados, están confesándose a Dios, tratando de convencerle a Dios, oh, yo soy muy paciente con mis hijos, y yo tolero mucho la vagabundería de mi esposa y esto y lo otro.... Mentira. Están diciendo mentiras a Dios.
Y piensan que Dios, yo no se, es medio bobo.... que Dios no sabe... Entonces, hermanos y hermanas, tenemos que desarrollar un culto de la verdad, ser personas muy, muy, muy de verdad. Esto nos viene por el amor a Cristo, por el amor al Espíritu Santo, eso nos viene... Dios nos da esa reverencia.
Yo recuerdo un hombre que le faltaba un poco de juicio. Él cometía errores de todo tipo: perdía dinero, accidentes, muchas cosas, pero franco, franco, verdadero. Yo creo que en su vida no ha dicho una mentira, de modo que cualquier cosa que nos decía, nosotros teníamos la confianza de que estaba diciendo la verdad.
Si nosotros podemos dar esta impresión a los demás, es siempre decir la verdad, cuando hablamos de las cosas de Dios, nos escucharán, en el dulce nombre de nuestro Señor Jesucristo, amen y gracias.
Gloria al Señor. Sencillo, pero profundo y bíblico y es un llamado, hermanos, a todos nosotros. Le voy a pedir a los músicos que pasen por favor, no hay que añadir más a esto. Es un llamado para todos, comenzando conmigo de tener cuidado de cómo usamos nuestra boca, de ser honestos con Dios primeramente o quizás primero con nosotros mismos. Porque antes de ser honestos con Dios tenemos que saber qué le vamos a confesar a Dios y qué vamos a compartir con Dios; y de casarnos con la verdad, en hacer un pacto con la verdad.
La verdad, dentro de nosotros mismos, la verdad al hablar a los demás, la verdad también en cómo tratamos a los demás, que siempre haya verdad en nuestras relaciones, y si no tenemos una palabra edificante que decir, no la digamos. Si estamos en un ambiente donde están hablando de una persona que nosotros conocemos, no seamos partícipes en eso. Y cuidémonos de decir cosas que destruyan la reputación de los demás también.
Como cristianos yo creo que debemos distinguirnos por esa integridad que debemos tener para con Dios y para con nuestros hermanos siempre. Que la gente diga, ahí hay un hombre, ahí hay una mujer que yo puedo poner mi reputación en sus manos, puedo poner mi vida en sus manos, puedo cometer un error y poner ese error en sus manos también y va a manejarlo correctamente. Que Dios haga que esta iglesia siempre sea una iglesia donde la verdad en todas sus manifestaciones, todas sus expresiones impere, inclusive desde este púlpito siempre también, hermanos.
Eso nos mantendrá sanos y no permitirá que el enemigo tenga ocasión de acusarnos y hacer daños a nuestras vidas.
Vamos a ponernos de pie. Vamos a hacer un pacto con la verdad en esta mañana. Amen. Si tu has hablado mal de alguien, si has dañado la reputación de alguien. A veces con un comentario leve, una palabra, una mirada, un gesto, un comentario rápidamente con alguien de paso y esa palabra no tenía el sazón de Cristo, no hubiera salido de la boca de Cristo, vamos a arrepentirnos de eso en este momento, amen.
Si nuestros hábitos de hablar a nuestros hijos, a nuestro cónyuge, en los momentos de socializar en el trabajo no reflejan la sanidad que conviene a un hijo de Dios, no reflejan el amor, la misericordia, la gracia, el mirar primero a nosotros mismos y saber que si no fuera por la misericordia de Dios no podríamos estar ante su presencia. Si nuestras palabras no reflejan el afirmar a los demás, el levantar al caído con una palabra de ánimo, el consolar a alguien que está en necesidad y en aprietos, arrepintámonos en el nombre de Jesús.
Si nosotros hablamos más de la cuenta muchas veces, se hay más palabras de crítica que de afirmación que a veces salen de nuestra boca, pidámosle al Señor que sane nuestra actitud, y hagamos un compromiso de ser gente inofensiva. Inofensivo quiere decir, incapaz de hacer daño.
Ahora, si hay que hablar la verdad, se habla la verdad pero siempre se habla la verdad con misericordia y con amor. A la espada se le pone una pequeña insulación para que no golpee, no mate, no corte, pero si golpea, que golpee en una forma que fortalezca y edifique y no deje caída a la persona y tirada en el piso.
Así que recibamos este llamado de parte del Señor. Padre, nos arrepentimos de palabras ociosas, nos arrepentimos de palabras crueles, nos arrepentimos de palabras carentes de misericordia, nos arrepentimos de palabras que hacen daño a la imagen de personas que no están presentes para defenderse o presentar su caso, nos arrepentimos de momentos en que no hemos dicho buenas cosas cuando hubiéramos podido haberlo dicho, Padre. Nos arrepentimos de a veces no afirmar a los demás, nuestros hijos, nuestros cónyuges y pedimos que nos ayudes a ser más generosos y más misericordiosos y más temerosos delante de ti y delante de nuestros hermanos.
Gracias por este dulce recordatorio, Señor, que nos has dado en esta mañana. Gracias por todo lo que se ha hecho hoy, por la presentación de los jóvenes, por la alabanza, Señor, que ha fluido entre nosotros, por las oraciones que se han hecho, por la intercesión que sabemos que ha llegado ante tu trono y por el privilegio de estar en tu casa Señor, hoy, en este tiempo navideño y recordar a nuestro Señor Jesucristo que siempre habló la verdad y que siempre encarnó la verdad.
Sácanos de aquí ahora con tu bendición, Padre, con tu presencia muy fuerte dentro de nosotros porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amen. Les bendigo en el nombre de Jesús.
El don de fe
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Primera de Corintios, Capítulo 12. El domingo pasado ustedes recordarán que como consecuencia de paso, muy bendecida, de la presencia de nuestro hermano Adlan Cruz con nosotros, tuvimos que predicar un sermón que se adecuara más al momento. Hablamos de los dones pero con respecto a Segunda de Timoteo, Capítulo 1 donde Pablo le aconseja a Timoteo que avive el fuego del don de Dios que está en él. Y hablamos de que los dones tienen que ser ejercitados, desarrollados para poder entrar en su plena manifestación.
Y el domingo anterior a ese hablamos de dos de los dones que menciona Pablo. Hay 9 dones que menciona Primera de Corintios, pero no son todos los dones que Dios distribuye sobre su pueblo.
Si usted lee Romanos, Capítulo 12 hay otra lista de dones allí. Donde se mencionan dones que son mucho más humildes, por así decirlo, que el don de profecía y el de milagros. Está, por ejemplo, el don de la enseñanza, o el don de servir. Pablo habla de muchos diferentes dones a través de la Escritura. Está por ejemplo, el don de continencia, está el don de presidir y dirigir. Hay dones de administración, etc. Así que hay muchos diferentes dones. Esta es una lista que el Espíritu Santo inspiró a Pablo para señalar en una forma casi ad hoc, es decir, en el momento. Era simplemente ejemplos que él estaba dando de cómo el espíritu de Dios se puede manifestar en muchas diversas maneras y siempre permanecer único, el único espíritu, el espíritu de Dios manifestándose sobre su pueblo en diferentes maneras.
El domingo antepasado hablamos de dos de los dones. ¿Recuerdan cuáles eran esos dos dones? El don de sabiduría y el don de conocimiento. Aquí en nuestra traducción Reina Valera se llama el don de ciencia, pero la palabra original en el griego es ‘gnoseos’ que quiere decir conocimiento, más bien, de allí viene la palabra gnóstico, cognoscitivo, etc. Entonces yo creo que la mejor traducción es el don de conocimiento.
Ahora, Pablo en el versículo 8 dice: “... porque que este es dada por el espíritu palabra de sabiduría, a otro palabra de ciencia o conocimiento, según el mismo espíritu,....” y ahora en el versículo 9 hay un tercer don que Pablo señala, dice “.... a otro, fe por el mismo espíritu...”
Vamos a detenernos un momento sobre el don de fe. Ahora, recuerden que yo estoy hablando de estos dones no simplemente para informarles a ustedes en una manera, digamos teórica, académica, porque en realidad lo que yo quiero que ustedes entiendan es que Dios determinó esos dones para todo el tiempo que la iglesia estuviera sobre la tierra.
Yo reprendo esa enseñanza de que los dones dejaron de funcionar cuando la Escritura se completó y se cerró lo que llaman el canon, es decir que ya no se añadieron más libros de la Biblia y entonces algunos dicen que ya que tenemos la Biblia no necesitamos los dones. Algunos dicen que los dones eran solamente para el principio de la historia de la iglesia cristiana. Eso es absolutamente, en mi opinión y de muchos más, antibíblico. No tiene ningún fundamento bíblico.
Dios dio los dones para que mientras la iglesia estuviera sobre la tierra, tuviera toda la ayuda sobrenatural que necesitaba para llevar a cabo las tareas que Dios le había encomendado. Amen. Eso es muy importante que entendamos.
Entonces, yo digo eso porque Dios quiere que tu y yo, la iglesia de Jesucristo nos movamos en los dones del Espíritu Santo. Cada iglesia y la iglesia con “I” mayúscula general ha sido dotada por Dios para que pueda desempeñar todas las tareas que se le ofrecen a la iglesia.
Dios quiere una iglesia conquistadora. Dios quiere una iglesia que esté siempre avanzando. Dios quiere una iglesia que muestre que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Dios quiere una iglesia que tenga dones musicales, que tenga dones de profecía para edificar a la iglesia, que tenga dones de conocimiento para las tareas que la iglesia tiene que llevar a cabo en su administración y otras cosas. Dios quiere una iglesia que tenga dones de milagros, porque se necesitan milagros a veces para poder avanzar en las cosas de Dios.
Entonces, esos dones son para nosotros. Y tu puedes ser tocado por el espíritu de Dios para vivir y manifestar uno de estos dones, ya sea a través de tu vida en una forma repetitiva o en un momento dado de tu vida cuando el Señor necesite que tu hagas algo en particular y Dios puede activar ese don en tu vida.
El don de fe es un don de los más complejos y es uno de los dones que también está combinado muchas veces con otros dones. Entonces, es muy difícil a veces separar el don de fe, por ejemplo del don de milagros, o la fe que recibimos de Dios de otras cosas que Dios hace, porque la fe es absolutamente esencial en la vida del creyente.
A mi me impacta el hecho de que Pablo habla de palabra de sabiduría, palabra de ciencia, pero entonces dice, “....y a otro fe, por el mismo espíritu....”
Porque yo creo que lo que Pablo está tratando de decir es que Dios, en un momento dado, a cualquier persona le puede dar una medida de fe, le puede dar un mover de fe en su espíritu para alguna tarea en un momento dado, alguna situación de necesidad, alguna crisis.
Dios puede distribuir el don de fe instantáneamente para una madre, por ejemplo, creerle a Dios para orar para que su hijo sea sanado cuando los médicos han dado una palabra de que no hay posibilidad.
Por ejemplo, yo creo que la mujer siro-fenicia que se acerca a Jesús, esta mujer ni siquiera conoce el Evangelio. Es una mujer extranjera de otro país, no es judía y se acerca a Jesús y le dice, ‘Señor, mi hija está atormentada por un demonio y yo creo que tu la puedes sanar y te pido que la sanes.’
Y entonces el Señor comienza un jueguito allí de decirle, ‘no, yo no puedo sanar a tu hija porque yo he sido enviado a los judíos, tu no eres judía, y la palabra dice que no le de la comida a los perrillos’.
Y es casi como un insulto, imagínense, decirle a esta mujer, porque tu no eres judía, eres como un perrillo y no te puedo dar la comida del Padre a ti y a tu hija. Y esa mujer, en una forma humilde pero muy firme, le rebate a Jesús lo que él le acaba de decir. Le dice,’si Señor, pero aún los perrillos tienen derecho de comer de las migajas que caen de la mesa’.
Y eso estremece al Señor y dice ‘oh, mujer tu fe es grande, es grande tu fe y por esa palabra que tu has dicho tu hija está sanada en este mismo momento’. Y cuando ella regresa ella encuentra que su hija fue sana en el momento en que dijo Jesucristo.
¿Qué pasó allí? Yo creo que esa mujer fue dotada con fe en ese momento, como dice Pablo. Ella recibió fe para mantenerse primeramente para acercarse a Jesús, y segundo para mantenerse pegada a Jesús hasta que ella recibiera lo que ella sabía que Jesús tenía. No dejarse intimidar por la respuesta que Jesús da para probarla. Porque eso fue lo que el Señor hizo solamente, sino que en un momento dado, Dios le da la fe para inclusive... yo podría decir que quizás también ahí operó quien sabe el don de sabiduría también, porque fue como una respuesta de una abogada. Ella usó la misma palabra de Jesús y lo presó y le dijo, ‘ah si, pero aún los perrillos que tu dices que no pueden comer de la mesa, pueden comer de las migajas, así que si tu me das una migaja y tu eres poderoso con una migaja así como con todo el manjar, pues entonces mi hija puede ser sanada.
Y pilló a Jesús. Como un juez es pillado a veces por un abogado hábil que usa la ley para dar la respuesta que el juez no puede escaparse porque está pillado por la ley. Esa mujer yo creo que recibió también dotación de sabiduría y el don de fe operó allí. Y claro, yo diría también que operó a través de Jesús para que Jesús dijera, ‘mujer, ahora mismo tu hija está sanada’.
Usted ve ese es el don de fe. Fíjese que no dice inclusive un don de fe, dice simplemente ‘... a otro es dada fe por el mismo espíritu....’ y esa fe puede correr en nuestras vidas. Hay tantos ejemplos maravillosos de fe en ese sentido, de una dotación sobrenatural de Dios y hay tantos, puedo coger al azar: la mujer con el flujo de sangre.
Mire cómo opera la fe. Esta mujer tiene una urgencia de recibir sanidad y recibe fe de parte de Dios para... es una fe bruta, es una fe desnuda completamente, es una fe cavernícola, la fe de la mujer con el flujo de sangre, porque ella casi estaba mezclada con un poquito de superstición, uno podría decir. Porque ella se mete entre la multitud, ella viola inclusive la ley judaica que decía que ella no podía mezclarse con la gente porque los hacía impuros por su flujo de sangre. Y ella se codea entre la gente, se mete y lo único que puede hacer es tocar el borde del manto de Jesús.
¿Y qué pasa? Hay un estremecimiento en el cuerpo de Jesús y ella le robó poder a Jesús. Guau! Es como esa gente que le pegan, allá en Latinoamérica, yo espero que nadie haya hecho eso, pero le pegan los cables de electricidad y le roban electricidad. Yo se que nadie ha hecho eso jamás. Es más, yo se que eso nunca se le ocurrió ni siquiera a ustedes, pero eso se da muchas veces. La gente bien hábil, le pega un cable y le roba electricidad y que se la valgan como puedan los que tienen que pagar la electricidad después allá ellos, ¿no?
Pero esta mujer se enchufó por fe al poder que había en Jesús. Ella recibió fe y esa fe le chupó.... le chupó energía a Jesús, tanto así que el Señor se estremeció y dijo, ‘¿quién me ha tocado?’ Y los discípulos estaban allí diciendo, ¿cómo quién te ha tocado? Todo el mundo te ha tocado aquí, está una multitud que está presionando contra ti. No alguien me tocó,.... lo que quiso decir es con fe. Alguien recibió fe y esa fe se hizo como un conducto.
Porque, hermanos, esa es la cosa, cuando tu recibes fe de Dios, la fe tuya es como que... eso es nuclear, eso es atómico, es como que usted le pone un sorbete al poder de Dios y usted jala directamente el poder de Dios. Ojalá Dios nos ayudara a vivir en esa fe, hermanos.
Porque muchas veces Dios nos está dotando de fe pero nosotros no nos atrevemos a creerle al Señor y dejamos que una cantidad de obstáculos se interpongan en nuestro camino.
Yo me pregunto cuántas cosas yo habré dejado de recibir en mi vida o en mi ministerio porque no le tuve fe al Señor. Y Dios me dio fe pero yo no me atreví a actuar sobre esa fe y la bendición de Dios se quedó aguantada. Porque hay cosas que son como automáticas.
En la dimensión de la fe es como principios científicos. Si usted aprende a moverse, y no es que yo sea científico cristiano, entiéndame bien, pero hay principios que operan y si usted se pega a esos principios usted recibe la fe y recibe el poder de Dios a través de la fe. Y Dios tiene que respetar ese principio porque Dios es un Dios de principios. Y si usted opera conforme a principios de fe, mire hermano, yo creo que Dios va a bendecir, Dios va a honrar su fe.
Ahora, si usted es pusilánime en su fe, entonces el que pierde es usted. Porque ¿saben qué? hay caso también, así como gente como ella. Y déjenme darle otro caso de fe poderosa, para después darle un caso de fe pusilánime y mire la diferencia, mire qué pasa. Por eso yo les digo hermanos, tengamos cuidado, yo el primero que me digo esto. Porque yo creo que Dios siempre quiere usarnos en medidas cada vez mayores y nosotros muchas veces le estamos robando la oportunidad a Dios de usarnos como instrumento de su gloria.
Pero piense en la fe de los amigos del paralítico. Estos hombres tienen una amigo que está paralítico y lo llevan en una camilla a una casa donde el Señor está predicando. Y cuando llegan allí la casa está atestada de gente, no hay por dónde entrar y ellos se les ocurre la brillante idea, ‘hey, ¿por qué no despegamos el techo y lo metemos por ahí? No pensaron que eso era contra le ley. No pensaron en que el dueño se iba a molestar con ellos y que les iba a meter una demanda. No pensaron que se les podía caer el pobre hombre desde el techo y matarse y entonces iban a tener un gran problema. No pensaron que si el Señor les iba a decir cómo se atreven a interrumpirme en este momento. Ellos tenían fe para proseguir con su propósito. Se suben al techo, bajan al pobre hombre este, que debe haber estado diciendo, para qué yo me metí en este lío. Y de momento comienzan a caer pajitas o pintura del techo y el Señor detiene y bum, aquí va bajando esta camilla con un hombre paralítico.
Y dice la palabra que el Señor al ver la fe de ellos se maravilló y detuvo lo que estaba haciendo. Muchas veces, hermanos, hay momentos en que la fe detiene. Inclusive yo podría decir hasta los procesos divinos, valga, eso es terrible, yo me voy a cubrir cuando digo eso. Pero hay veces que la fe puede ser tan poderosa que, yo no voy a decir que cambia los propósitos de Dios porque Dios conoce del principio hasta el fin, pero visto desde la perspectiva del tiempo y del espacio es como si el curso del propósito de Dios fuera cambiado.
Y hay cosas que suceden y a Dios le encanta cuando uno de sus hijos lo pone en esos aprietos. Porque cuando la mujer del flujo de sangre toca a Jesús, el Señor iba a sanar a la hija de Jairo, creo que era si no me equivoco, ¿es así? Ahora yo estoy medio caprichoso, cada vez que cito la.... el Señor iba a sanar a la hija de Jairo, un importante hombre en la ciudad. Él no tenía el propósito de sanar a nadie más, pero cuando esta mujer se le metió en el medio y lo tocó, le robó fe y lo detuvo y él tuvo que hablar con ella, ministrarle y entonces continuó su camino.
Porque cuando una persona tiene fe, mire, Dios se detiene, hermanos, en lo que está haciendo. Yo lo voy a poner en esa manera metafórica poética. Usted no sabe el poder que usted tiene dentro de usted. El Señor dijo, miren, si ustedes tienen fe como un granito de mostaza....
¿Usted ha visto un grano de mostaza alguna vez? Si usted lo ha visto, es porque tiene buenos lentes o tiene buena vista, porque un granito de mostaza es una cosa chiquitititita y el Señor usando una hipérbole dijo, miren, porque los discípulos dijeron, ‘Señor, auméntanos la fe’, y el Señor le dijo ‘hey, cretinos, que fe ni fe. Si ustedes tuvieran fe como un grano de mostaza....’ es lo que le quiso decir, ‘qué fe les voy a aumentar si no tienen ninguna. Si tuvieran fe como un grano de mostaza ustedes le dirían a ese monte, ‘muévete y échate al fondo de la mar’, y tendría que obedecerlos.
Esa es la fe. Hermanos, yo les digo, y esa fe está entre ustedes. Esa fe está aquí en esta congregación León de Judá. Oh, si nosotros creyéramos eso verdaderamente. Lo que pasa es como con el caso de Timoteo, nuestra fe es como una bracita débil que tenemos que abanicar, te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti.
Muchos de nosotros, Dios quiere bendecirnos, Dios quiere bendecirnos dándonos salud. Dios quiere bendecirnos dándonos soluciones financieras para nuestros problemas. Dios quiere bendecirnos dándonos mejores trabajos. Dios quiere bendecirnos sanando nuestro matrimonio y ganando a nuestros hijos para el Reino de Dios. Dios quiere bendecirnos iniciando ministerios nuevos en nuestra vida. Dios quiere bendecirnos trayendo revelación en nuestros sueños y desatando dones.
Pero, hermanos, muchos de nosotros estamos adormecidos. Somos como el personaje de la parábola de los talentos, que Dios le dio a cada uno un talento. Y le dio ciertas medidas: a uno le dio cierta cantidad, a otro otra, a otro otra, porque Dios le da a todos sus hijos algo.
Pablo habla de movernos conforme a la medida de la fe que hemos recibido. Cada uno de ustedes tiene cierta cantidad de fe y qué podemos hacer nosotros. Creerle a Dios y entonces comenzar a movernos en la medida de fe que Dios nos ha dado y comenzar a rendir esa fe y expandirla, a desarrollarla más y más.
Y mientras nosotros nos movemos en fe, porque mire, la fe muchas veces no es algo que se siente. A veces si, yo creo que Dios puede, y quizás tenga ocasión de mostrarle un ejemplo de esto, a veces Dios puede poner en ti un fuego que es fe explosiva, es fe que se enardece, es fe que ruge como un león, es que se atreve a confrontar hasta las huestes del infierno en carne y hueso si es necesario, pero hay veces que la fe es algo que está dentro de ti y que tu vas a tener simplemente que creer que Dios te lo ha dado y a obrar puramente en obediencia.
Y aunque tu no sientas nada, dar un paso y creer que Dios está contigo. A veces Dios te va a pedir que vayas y le hables a alguien y compartas el Evangelio con una persona. Y tu no vas a sentir ningún poder, ninguna dotación especial, te vas a sentir inadecuado, pero tu tienes que escoger si obedeces a Dios en ese momento o si simplemente dices, ‘bueno, yo no me siento con fe, no me siento adecuado’.
Y cuando tu comienzas a caminar, en el momento de caminar, el poder de Dios comienza a fluir en tu vida. Y cuando te acercas a esa persona y comienzas a tartamudear y a hablarle, el poder de Dios comienza a moverse. Porque el poder de Dios se mueve en fe, para fe, para poder.
Cuando los 10 leprosos le dicen a Jesucristo ‘sánanos’, el Señor les dice, ‘está bien, váyanse y preséntense ante los sacerdotes. Y ellos habrán dicho, ‘bueno, pero nosotros no te pedimos que nos mandaras a donde los sacerdotes, te pedimos que nos sanaras’. Pero ¿saben qué? Ellos le creyeron al Señor, porque había un procedimiento que cuando una persona era sanada de lepra, tenía que presentarse ante los sacerdotes y ellos eran quienes certificaban que esa persona estaba sanada o no. Entonces el Señor los envía, no los sana, sino que les dice, ‘vayan y preséntense ante los sacerdotes’. ¿Qué pasa? Dice, que mientras iban caminando fueron limpiados porque es cuando tu le obedeces al Señor cuando tu comienzas a moverte.
Yo creo que en épocas como las que nosotros estamos viviendo de la historia donde el poder de Dios escasea y donde la iglesia no ha sido muy instruida en las manifestaciones del poder de Dios, la fe va a comenzar a fluir como un débil hilito de agua y según el pueblo de Dios vaya ejercitándose en la fe, y haciendo obras de fe, ese poder de fe va a ir creciendo y manifestándose entonces en formas más espectaculares y más poderosas. Pero mientras tanto tenemos que proceder.
Si Dios te da la oportunidad de orar por un enfermo, imponle manos en el nombre del Señor, búscate una botellita de aceita Goya y camina con ella siempre en tu cartera, y si un gato se mueve y le falta pelo, ora por él en nombre de Jesús y pide que el Señor le devuelva el pelo al gato ese. Si hay una oportunidad de tu orar por alguien, mira, ora en nombre de Jesús y di, yo soy un hombre, una mujer de fe, yo soy un siervo del Reino de Dios, yo tengo poder en el nombre de Jesús y atrévete en el nombre del Señor, atrévete a proferir palabras de fe, atrévete a profetizar en el nombre del Señor.
Si tienes un sueño y tu crees que ese sueño tiene algún significado, órale a Dios, no simplemente diga, bueno, es que comí demasiado pasteles anoche y por eso.... No, cree, Señor, ¿qué tu me estás diciendo con esto? Escribe el sueño. Pídele al Señor sabiduría porque muchas veces Dios nos está dando cosas y no las creemos, no las recibimos y entonces contristamos al Espíritu Santo y el poder de Dios entonces no se manifiesta con más poder en nosotros. ¿Por qué? Porque la iglesia de Jesucristo está operando en una mentalidad secular en este tiempo.
Y si usted dice, oh, Dios no se mueve así, pues, mira así va a pasar. Dios no se va a mover así porque conforme a tu fe te será hecho, dice la palabra del Señor. Y yo predico este mensaje en el nombre de Jesús para abrir nuestros corazones. Yo me lo predico a mi mismo, le pido, Señor que esto no se quede solamente en mera teoría, pues queremos ser un pueblo de fe. Nosotros queremos abrir nuestra mente para que tu poder se pueda manifestar. Queremos ser vasijas vacías que tu puedas llenar con tu gracia y con tu poder. ¡Aleluya!
Dios necesita vasijas hambrientas, deseosas de que el poder de Dios se manifieste. Yo quiero en el nombre de Jesús activar nuestra perspectiva sobrenatural a través de estos sermones. Yo quiero que nosotros nos convirtamos en gente que le creamos a Dios y muchas veces el creerle a Dios va a significar caminar por un tiempo en el desierto tratando de hacer cosas y nada sucede, pero uno sigue y sigue, y sigue hasta que se destapa la tubería del cielo y comienza a fluir el poder de Dios.
En muchas ocasiones vemos eso en la Escritura, Dios le dijo a Elías, va a llover porque Elías profetizó que cuando él dijera que iba a llover, iba a llover. ¿Ustedes recuerdan la historia? Elías edificó un altar, vino el fuego del Señor, los falso profetas de Baal fueron destruidos y el pueblo estaba listo para recibir la bendición de Dios. ¿Y qué pasó? Elías se fue a un monte, desde donde podía ver el mar, y estuvo esperando allí y no pasaba nada. Y mandó a su criado varias veces y el criado fue a ver si se veía una nube, no había llovido en Israel por muchos años. No se veía una nube por ninguna parte y el siervo va varias veces.
¿Por qué Dios pone esas cosas ahí? Porque, hermanos, muchas veces es así, la fe depende de uno desear, de uno atreverse, de uno tocar insistentemente, de uno probarle a Dios, por así decirlo, que yo le creo a Dios lo suficiente como para esforzarme un poco más de lo común.
Óigame, porque si Dios nos diera las cosas inmediatamente, ¿saben qué? nuestra fe siempre sería una fe raquítica. Seríamos como los bebés, que cada vez que lloran ahí viene la mamá a meterle el chupete en la boca de una vez. Entonces, ¿qué pasa? El niño no desarrolla complejidad emocional, no desarrolla paciencia, no aprende a esperar, no aprende a disciplinarse en su dormir. ¿Y qué hace la mamá? Lo deja llorar allí hasta que pase mucho tiempo, ¿no? Y así el bebé va aprendiendo, que hay una diferencia entre la mamá y él. Los bebés no trazan diferencias muchas veces entre su propia personalidad y los adultos, son como una extensión de ellos, en su mente ultra infantil. Pero cuando lloran y no viene enseguida la comida, ellos dicen, ah, espérate, mi mamá no soy yo, son dos cosas diferentes. Allá está la mamá roncando a pierna suelta y él allá llorando allí. Y el bebé entonces aprende.
Algunos de los pastores aquí jóvenes están reconociendo exactamente lo que yo estoy diciendo. Yo no voy ni siquiera a mirar por ese lado para allá, ¿no? Uno los ve a veces que llegan así con los ojos todos deshechos y ahí arrastrando los pies. Pasaron una mala noche.
Pero, hermanos, Dios a veces hace que nosotros esperemos y que los primeros pasos que demos sean pasos en el desierto, y que tratemos y nada se da y que probemos y la bendición como que no fluye, pero que tenemos que seguir persistiendo, persistiendo, persistiendo.
Hay tantos pasajes en la Escritura que nos hablan de la persistencia de la fe. La fe está vinculada a la persistencia. La fe está vinculada a esfuerzos iniciales que no dan fruto pero que después si tu te mantienes, el Señor bendice y honra. Por eso es que tu no puedes darte por vencido inmediatamente, por eso es que tu no puedes esperar a que venga un angelito y te toque con una varita mágica y te salgan estrellitas de la cabeza para entonces tu darle al Señor y vivir una vida de poder, y de fe, y de autoridad y de atrevimiento en el nombre del Señor.
Dios te dice, No, primero muévete en fe y entonces yo te voy a bendecir. ¿Qué hace con la mujer, la viuda de Sarepta? Cuando Elías llega a la casa le dice,... mire qué interesante este pasaje, por ejemplo, Dios le dice a Elías cuando está en el arroyo de Querit, le dice, ve a donde una mujer viuda en la ciudad de Sarepta porque yo he dado orden de que ella te alimente. Y cuando Elías llega a la casa de esta mujer, metió en la computadora mapquest, y le dieron la dirección de ella, él llega donde esta mujer, esta mujer no sabe quién es Elías. Dios no le ha dicho nada a esta mujer, pero Dios dijo, yo he dado orden de que ella te alimente.
Usted ve, hermano, esto es maravilloso porque hay tantas cosas que Dios declara sobre su pueblo y hay cosas que ya Dios ha declarado sobre tu vida pero ahora falta que tu tires el cable para que lo que Dios ha declarado en el cielo, pueda bajar hasta la tierra y bendecir tu vida. Ese cable es fe. Ese cable es obrar aunque tus emociones, tu mente, tu voluntad digan, ‘no lo hagas porque hay peligro, te vas a resbalar y te vas a romper la cabeza’. Pero tu tienes que obrar en el nombre del Señor porque tu tienes que creer que Dios ha declarado cosas sobre tu vida. Dios ha declarado dones sobre tu vida. Dios quiere bendecir tu vida. Dios te ha llamado no para ser cola, sino para ser cabeza, dice la palabra del Señor. Dios ha dicho, porque yo se los pensamientos que tengo para tu vida, pensamientos de bien y no de mal. Y allí estás tu quejándote de lo injusto que es el mundo, lo malo que es la gente, lo mucho que te odian, lo poco que te comprenden, tus padres que abusaron de ti, que nunca dijeron nada bueno de ti, y Dios está diciendo, ‘pero yo los pensamientos que tengo para ti, pensamientos para bendecirte, pensamientos para darte el fin que tu deseas’.
¿Y a quién tu le vas a creer? A tus emociones, a tu mente, a tus experiencias, o le vas a creer a Dios que ha dicho, ‘yo he dado orden de que tu seas alimentado y de que tu tengas todo lo que tu necesitas.’
Dios le dijo a Elías en un ambiente donde había sequía, hambre por dondequiera. Hoy en día, oímos de problemas económicos, recesiones, deflaciones, inflaciones y todo este tipo de cosas y temblamos. Hermanos, cuando Dios te quiere bendecir, te puede bendecir en el medio del desierto. Dios puede ordenar cuervos que te traigan comida. Dios puede ordenar a Osama Bin Laden que venga y te bendiga, si es necesario.
Dios no conoce de limitaciones. Si nosotros le creyéramos al Señor, si nosotros nos armáramos de una fe agresiva que le crea a Dios y que espere bendición de Dios. Si hay algo que yo puedo decir, hermanos, yo vivo creyendo que Dios me va a bendecir, es algo que yo tengo en mi corazón y en mi espíritu, por eso a veces me meto en tantos líos, porque creo que Dios tiene buenas cosas para mi y que hay más bendiciones de las que ya yo he recibido y a veces eso me permite atreverme a hacer cosas que no parecen muy prudentes, pero yo le creo al Señor.
Y cuando uno vive con esa expectativa, esa fe, es una postura de fe. Yo creo que Dios nos da ese tipo de fe en diferentes medidas. Por eso Pablo dice, ‘... a otro fe por el mismo espíritu ...’ pero tu tienes una medida de fe. Hay en ti una medida de fe para hacer cosas grandes, y un poquitito de fe usado por un hombre, o una mujer que se atreva, ese poquitito de fe puede cambiar la historia de la humanidad, si tu le crees a Dios. Hay momentos así en que Dios nos habla y tenemos que pedirle al Señor, ‘Padre, dame discernimiento para creerte a ti y para creer’.
Raab, esta mujer también extranjera, Dios le dio una medida de fe en un momento dado. Jericó estaba listo para ser destruido y Dios envía unos espías hebreos que vienen a la ciudad y esta mujer recibe fe para creer que estos hombres vienen de hecho de Dios y que ella será mejor que haga su paz con ellos. Y cuando los vienen a buscar, porque se dan cuenta en el pueblo, de que han venido hombres extranjeros y son espías, ella los esconde, pero antes de esconderles les dice, ‘mire, yo los voy a esconder, vamos a hacer un trato: yo los escondo a ustedes, pero cuando ustedes entren a poseer la tierra, ustedes no van a matarme a mi ni a mi familia, me van a dar una visa de residente aquí ahora en mi pueblo, y van a perdonarle la vida a todos mis seres queridos’. Ellos dicen, ‘ok, vamos a hacer el trato’.
Ella los esconde. Vienen a buscarlos, ella les dice una mentira y los protege y entonces cuando vienen a destruir la familia de Raab y Raab quedan ilesos y eso ha cambiado el curso de la historia, porque a Raab la menciona todavía la Biblia y hoy la estamos mencionando aquí tres mil y pico de años después que ella vivió. Esta mujer creyó, recibió una medida de fe en un momento dado para identificar a esos hombres y para actuar sobre lo que ella estaba sintiendo y estaba viendo.
Y así, hermanos, Dios continuamente nos está hablando. Dios quiere que el pueblo de Dios se despierte. Yo siento que Dios me está diciendo ahora mismo, usted hermano, despiértate pueblo mío, abre tus antenas espirituales. Vive en la dimensión de la fe. Atrévete a creerme a mi, emprende cosas atrevidas. Quítate el velo que cubre tu entendimiento, el velo secular, el velo racional, el velo conservador, el velo de timidez, el velo de contar tus monedas antes de lanzarte y créeme y vive una vida agresiva, vive una vida atrevida. Atrévete a creerme a mi. Atrévete a pensar cosas grandes. Atrévete a concebir grandes proyectos. Atrévete a creer que tu destino es un destino grandioso y no un destino de anonimato y vive cada día esperando una directiva de mi parte. Vive cada día con tus órdenes en la mano esperando en cualquier momento que yo las voy a activar y voy a hacer algo grande en tu vida. Vive siempre a la expectativa de que yo voy a hablar a tu vida y te voy a bendecir en alguna manera, y te voy a usar en alguna manera.
Hermano, si tu te atreves a creerle a Dios de esa forma activar la fe de Dios en ti, tu vida va a cambiar completamente. Muchas de las cosas de las cuales yo disfruto en esta etapa de mi vida es porque hace años yo me atreví a creerle a Dios sobre algo, y todavía, les digo, lo mejor está por delante.
Y yo quiero creerle más y más a Dios cada día. Estos mensajes que yo estoy dando, los estoy dando proféticamente, inseminando el espíritu de mis hermanos, preñando el espíritu de mis hermanos, con la palabra profética de Dios y desatando esos dones en ustedes.
Hay fe que la persona la capta y se mueve sobre ella y esa fe hace cosas grandes, pero muchas veces hay cosas..... bueno, dejé un poquito a un lado.... déjeme coger, ya voy amarrando todo estos cabos sueltos.
Cuando Elías va donde esta viuda de Sarepta ya Dios ha dado la orden en el ámbito del espíritu, ya Dios dijo, esta mujer tiene que darte de comer. Pero cuando Elías llega a la casa, ella en el ámbito del tiempo, el espacio, la razón, la vida humana, no ha habido la conexión entre lo que Dios dice..... Dios quiere bendecir a esta mujer y quiere bendecir a su profeta y quiere bendecir incontables generaciones que van a leer esta historia que va a quedar registrada con una ilustración de fe en la Biblia.
Dios ha dado todo eso, en su mente eso está ya registrado pero ahora falta que todas esas conexiones se hagan en la tierra. Elías llega a la casa, la mujer no lo reconoce, pero Elías le dice, ‘mira, mujer, dame algo de comer, dame algo de comer’. Y esta mujer le dice, ‘mira hermano, lo siento en el alma, lo único que nos queda es un poquito de harina, un poquito de baking powder y estoy añadiendo algo ahí al relato, y un poquito de aceite, y mi hijo y yo estamos preparándonos para hacer esto, comérnoslo y morirnos porque ya no hay más comida en toda la tierra.
Usted ve, hay obstáculos, Dios va a inclusive a veces que vengan obstáculos artificiales para que tu aprendas a desarrollar músculos. Muchas veces Dios no contesta inmediatamente lo que tu anhelas porque él quiere que tu desarrolles músculos, porque si él te da inmediatamente no los desarrollas esos músculos espirituales. Vemos a Dios una y otra vez poniéndonos a esperar porque a veces nuestra mente no está preparada para lo que estamos pidiéndole al Señor, nuestras emociones no están alineadas con la magnitud de lo queremos hacer, nuestra fe no ha llegado a ese nivel. No se ha cumplido toda justicia, la controversia entre Dios y el diablo concerniente a ese milagro que Dios quiere que se de no están totalmente resueltas, y Dios tiene que poner todas las cosas, como un juez legalmente en orden antes de soltar la bendición. Por eso muchas veces nosotros le pedimos al Señor, usted no saben qué luchas se están dando en el reino espiritual hasta que usted reciba la bendición que Dios quiere darle a su vida.
Job no entendía que lo que estaba pasando en el ámbito humano tenía que ver con una controversia legal que se estaba dando en el reino del espíritu entre Dios y Satanás. Hay cosas que Dios quiere dar y soltar. Yo creo, por ejemplo, que León de Judá Dios tiene un propósito para esta iglesia y para este ministerio. El domingo pasado mientras estaba sentado con la esposa de Adlan, esa muchacha me dijo algo que hace años yo vi en un sueño, ella ha ido a muchas iglesias viajando con su esposo y siente opresiones que hay en esas iglesias demoníacas. Pero ella dice que en esta iglesia ella discernió una lucha. Hay una opresión, el diablo está forcejeando para impedir que lo que Dios ha declarado sobre esta iglesia se cumpla.
Y yo se que hay un forcejeo en el ámbito del espíritu para que lo que Dios ha declarado sobre este ministerio no se de. Ahora, nosotros aquí en el ámbito del tiempo y del espacio seguimos business as usual, hacemos las cosas que hacemos: predicamos, venimos a la iglesia, diezmamos, cantamos, pero yo se que hay una dimensión de poder que Dios quiere soltar que todavía no ha sido soltada y eso tiene que ver con una lucha demoníaca que tiene que ser resuelta. Hay opresiones, hay cosas que tienen que ser arregladas, hay asuntos legales que tienen que ser resueltos, ¿entienden?
Ahora, nosotros seguimos trabajando, yo sigo moviéndome en toda obediencia en lo que puedo al Señor, y a veces me impaciento, pero a veces entiendo. Cuando tengo entendimiento se que hay una dimensión en la cual yo mismo no me puedo meter ni siquiera. Ahora, nosotros podemos hacer algo, cuando Dios despierte a León de Judá y nuestra gente se santifique, se entregue, comiencen a ayunar, a orar, a no descorazonarse, vienen un miércoles cuando llamamos a oración, pero el próximo ya se les gastó la batería y ya decae el ánimo.
Pero hay luchas espirituales, hermanos, hace años yo tuve un sueño. ¿Si tienen un momentito, lo puedo compartir con ustedes? Yo tuve un sueño hace como 15 años: yo por 3, y el sueño se dio en el cementerio que está detrás de Park Street Church, donde están enterrados gente del siglo 18 y el siglo 17. En ese tiempo yo no pensaba en nada acerca de Nueva Inglaterra, en avivamiento, nada de esas cosas, le aseguro. Yo estaba allá en Cambridge comenzando mi ministerio.
En ese sueño, de nuevo, ese cementerio colonial detrás de Park Street Church, y yo creo que entiendo por qué, ahora que trabajo con Coventant for New England y que hablamos de avivamiento que Dios quiere traernos a Nueva Inglaterra, los puritanos, una cantidad de cosas. Pero en ese sueño yo vi en ese cementerio colonial 3 montecitos que eran como tumbas, 3 montecitos como cuando se entierra una persona y todavía queda el montoncito de tierra, en aquellos tiempos cuando se enterraban la gente. No había máquinas para apretar la tierra, etc. Y a la cabeza de cada uno de esos 3 montoncitos había una lápida muy parecidas a las lápidas que vemos en esos sitios ya afinadas por el viento y la lluvia, que lo que queda es como un platito fino y delgado porque ya llevan cientos de años siendo estremecidas por el viento y por los elementos.
Había 3 lápidas así, enfrente de cada una de esos montones y yo comencé a orar para que el Señor.... yo sabía que habían sido 3 niñas que habían muerto y que estaban enterradas allí, entonces yo comencé a orar para que esas criaturas fueran revividas, fueran resucitadas. Y hubo un estremecimiento y lo que salió encima de las 3 lápidas eran 3 muñecas, no tenían vida. Y yo entendí en el sueño que Satanás había malogrado el milagro. Entonces yo seguí orando, y seguí orando y forcejeando y orando en lenguas y esas 3 muñecas se convirtieron en 3 criaturas vivientes, saludables y lozanas. Y el Señor me dijo en mi entendimiento que en la primera el diablo había forcejeado, había querido impedir que el milagro se diera. No lo había podido impedir completamente pero había impedido que la vida se manifestara y finalmente hubo que seguir peleando para que viniera vida a esas criaturas, como los huesos secos, que primero estaban tendones y todo lo demás pero le faltaba el espíritu de Dios.
Y yo entendí claramente, Dios quiere traer milagros, Dios quiere traer señales, prodigios, grande avivamiento, que esas muñecas, esos muñecos sean avivados y convertidos en vida, pero el diablo sabe lo que eso implica y está forcejeando con todo el poder que él tiene para impedir que la gracia y el poder de Dios se manifieste para vida, impedir que venga el avivamiento que Dios quiere traer a esta región. ¿Usted entiende?
Y así, hermanos, en nuestras vidas, en la vida de cada uno de nosotros muchas veces hay controversias demoníacas, hay situaciones que primero tienen que ser arregladas para que la bendición que Dios tiene venga a nuestras vidas. ¿Y qué vamos a hacer nosotros? ¿Vamos a luchar, vamos a persistir, vamos a orar, vamos a clamar, vamos a arreglar nuestras vidas, vamos a atrevernos en el nombre del Señor o nos vamos a quedar pusilánimes acostados y dejar que el diablo se salga con la suya? De ninguna manera, en el nombre del Señor, vamos a persistir, vamos a arreglar nuestras vidas.
Aquí hay guerreros, aquí hay hombres y mujeres que Dios va a hacer grandes cosas a través de ellos. Aquí hay ministerios que Dios está declarando y nosotros tenemos que escoger si nos vamos a quedar pequeñitos o vamos a lanzarnos detrás de nuestra bendición y la vamos a arrebatar sea como sea, como la mujer con el flujo de sangre. Vamos a arrebatarle poder a Dios.
Sino el peligro está en eso. Yo les dije que iba a darles una ilustración negativa y con eso voy a terminar. No quiero terminar con una ilustración negativa, pero a mi siempre me ha cautivado el ejemplo un rey del Antiguo Testamento que cuando Eliseo, el gran profeta de Dios, está muriendo en su lecho de muerte, este hombre que es creyente a medias, como tanto evangélico y desgraciadamente algunos de nuestra congregación. Son creyentes a medias, este rey para su crédito, no era un hombre idólatra, no era un hombre malévolo como tantos otros reyes de Israel, pero no era un creyente de fe, no era un hombre que vivía una vida que tenía comunión íntima con Dios, pero tiene la cortesía de venir a visitar a Eliseo en su lecho de muerte. Y Eliseo, con la última carga de poder profético que le queda le dice al rey, ‘Toma un puñado de flechas en tu mano y golpea la tierra’, y este rey obedeciendo al profeta pero no entendiendo el momento clave, estratégico que se está dando en ese instante en su reinado, no entendiendo que es el poder de Dios que está concertando un acto profético divino, toma las flechas en su mano y golpea 3 veces, como para complacer a este hombre ya que está en las últimas y que quizás está un poco senil, y por eso lo ha puesto a hacer esa tontería. Golpea la tierra 3 veces indiferentemente.
Yo me imagino que el profeta con la última cantidad de fuerza que le quedaba se irguió sobre su cama y le dijo, ‘ Si tu hubieras golpeado la tierra 4 ó 5 veces hubieras destruido a los sirios hasta que no quedara ninguna’.
Siria era el país enemigo que más saña tenía contra Israel. Era el aguijón de Israel. Era un imperio poderoso que luego hizo daño terribles a la vida nacional de Israel. Y Dios en ese momento, usó al profeta para darle un regalo a este rey para destruir completamente esa nación enemiga hasta que no quedara ninguno. Entonces, Eliseo le dijo ‘como golpeaste la tierra solamente 3 veces, 3 veces vas a derrotar a los sirios, pero si hubieras golpeado 4 ó 5 veces los hubieras derrotado totalmente y te hubieras quitado esa amenaza de tu vida nacional y de tu gobierno.
¿Qué pasa, hermano? Usted ve, hay cosas que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Compare la viuda de Sarepta con este rey. A los dos se le pidió que hicieran cosas diferentes, a ninguno de los dos se le garantizó nada. Ellos no tenían nada que le garantizara ciento por ciento que lo que iban a hacer tenía significado. La viuda de Sarepta, Elías le dijo, ‘dame de comer a mi primero y entonces tu vas a ver que no te va a faltar comida por el resto del tiempo que dure esta sequía.’ Y ella le creyó y se atrevió. Yo no creo que ella recibió de momento una carga de poder espiritual de fe, ella simplemente se atrevió a hacerlo por obediencia y fue bendecida. Nunca le faltó comida a ella ni a su hijo por el resto del tiempo que duró el hambre. Es más, en un momento su hijo muere y el profeta que está presente lo resucita. Mire qué gran bendición.
El otro rey, fue mediocre. No desobedeció completamente, pero tampoco obedeció entusiastamente y eso es lo que pasa en nuestras vidas. ¿Usted ve? Usted está aquí, usted está recibiendo palabra, usted viene para su crédito está aquí hoy en vez de estar en otro lugar. Usted busca de Dios, usted ama al Señor pero hay cosas en su vida que usted todavía no tiene totalmente arregladas. Y como ese profeta usted no va a poder recibir todo lo que Dios tiene. Usted va a recibir una medida de bendición genérica, pero no la bendición específica, poderosa, abrumadora, transformadora que Dios quiere traer a su vida.
Solamente la gente que vive en el plano sobrenatural, solamente la gente que se atreve a creer a Dios. Mis hermanos, Dios tiene muchas cosas que él quiere hacer en su vida.
Le pido a los músicos que pasen por acá. Oh, hermanos, ¿estás tu dispuesto el llamado de Dios? ¿Estás tu dispuesto a hacer lo que Dios te ha llamado a hacer? Hay una medida de fe que Dios ha dado a tu vida, ¿estás tu dispuesto a vivir en esa medida de fe? Como el hombre que recibió su talento a multiplicarla. Y cuando te mueras que quede un residuo mucho mayor que la fe original que Dios puso en tu vida, porque de eso se trata: tomar el don de Dios y multiplicarlo por medio de la acción y el ejercicio atrevido, agresivo, militante, en fe. Vivir tu vida en fe.
Dios ha puesto un talento en ti. Dios te ha dado una medida, ¿con qué excelencia vas tu a vivir la vida cristiana? ¿Con qué nivel de entrega, con qué nivel de atrevimiento, con qué nivel de diligencia? Hermanos, Dios está pidiendo un grupo de hombres y mujeres que lo sirva puntillosamente, que lo sirva excelentemente, que lo sirva como si Dios estuviera enfrente cada día.
A mi me gusta como dice Elías, ‘vive Jehová, ante cuya presencia estoy’. Hermanos, oigan si usted y yo viviéramos la vida cristiana como si estuviéramos ante la presencia de Dios, si yo desempeñara mis dones y mis talentos y mi ministerio como si yo estuviera siempre ante la presencia de Dios, ¿usted cree que yo estaría aquí? Eso es lo que yo deseo, y tengo que esforzarme en esa dirección. Dios me usaría mucho más, Dios le podría usar a usted mucho más para cosas grandes y poderosas y terribles, pero Dios está esperando un hombre, una mujer que le crea.
Dios dice en su palabra ‘busqué un hombre que se parara en la brecha entre el pueblo y yo para no destruir la tierra y no lo encontré’
Este es el tiempo decisivo en la historia de la humanidad y Dios está buscando hombres y mujeres que se atrevan a creerle y a vivir la vida al filo de la espada. Por qué no te unes tu a ese ejército. En esta tarde yo derramo fe en tu vida en el nombre de Jesús.
Ponte de pie. Vamos a pedirle al Señor, (tócame algo allí con un poquito de fe, que me mueva la fe mi también. Amen) Como Eliseo que le dije ‘busque un tañedor por allá, alguien que me toque algo para yo hacer lo que tengo que hacer en el nombre de Jesús.
Oh, vamos a pedirle al Señor que aumente la fe en nosotros. Vamos a pedirle al Señor algo de ánimo de fe allí. Pídale al Señor que te unge ahora con fe para tocar eso, ahí. Vamos en el nombre de Jesús, vamos a pedirle al Señor que traiga fe a su pueblo. Levanta tus manos si tu quieres y pídele a Dios, ‘Señor, yo quiero ser una vasija vacía en este momento. Llena mi vasija con tu aceite. Envía tu aceite a mi vida, Señor, envía tu aceite. Oh, queremos que el aceite de Dios descienda sobre el pueblo de Dios, en el nombre de Jesús.
Padre, comienza conmigo, te pido perdón por subestimar la seriedad de lo que tu me has llamado a vivir y te pedimos perdón como iglesia, Padre, porque no estamos a la altura de tu excelencia y de tu grandeza, no estamos a la altura del momento que estamos viviendo, Padre, por esta palabra proclamada, Señor, yo pido en el nombre de Jesús que nuestros pecados sean neutralizado, Padre, y que tu abras las entrañas de nuestro corazón, que tu añadas capacidad, Señor, a nuestro espíritu para recibir todo lo que tu tienes para nosotros en esta tarde, en el nombre de Jesús.
Yo declaro la unción de Dios, declaro la unción de Dios sobre este pueblo. Padre, yo desato en el nombre de Jesús un mover sobrenatural, un mover sobrenatural. Padre, yo declaro que las mentes se abren, los intelectos se abren, las voluntades se abren, los espíritus se abren para entender lo que tu estás diciendo en esta tarde y lo que tu estás haciendo en esta tarde.
Padre, yo reprendo todo espíritu de torpeza en el nombre de Jesús, toda mente cerrada en el nombre de cristo ahora mismo. Declaro sea abierta. Ábrete en el nombre de Jesús. Declaro que los espíritus se abren en el nombre de Jesús para recibir la impregnación del poder de Dios sobre tu vida en el nombre de Cristo. Derribo principados y potestades en el nombre de Jesús, todo velo que cubre el entendimiento del pueblo de Dios, lo descorro en el nombre de Cristo ahora mismo.
Padre, por tu palabra que ha sido proclamada, en el nombre de Jesús desata hombres y mujeres de fe, hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo, hombres y mujeres con fuego en sus ojos, Señor, hombres y mujeres como David que se enardezcan cuando Goliat esté insultando al pueblo de Dios y al Dios de los ejércitos.
Oh, Señor, ten misericordia de nosotros. Tenemos hambre y sed de ti. Tenemos hambre y sed de ti. Queremos más, Señor, Queremos más. Muévete con poder. Ayúdanos a vivir vidas que te honren, Padre. Suelta lo que has de soltar, Señor, quita la tapa sobre esta congregación, Padre. Frena la obra del diablo, Señor, ata los principados y las potestades, Señor. Quita, oh Dios, el techo de bronce, Padre, que haya cielos abiertos, Señor, que haya cielos abiertos, Padre, para que baje tu unción y para que suba nuestra oración hasta tu trono, Señor.
Activa tu poder. Oh, queremos más, Señor, queremos más. Sabemos que estamos simplemente al borde de algo grande que tu tienes para dar. No hemos entrado en Canaán todavía, Señor, no estamos en tu tierra prometida, pero necesitamos y sabemos que tu nos quieres allí, Señor. Muévete, Espíritu Santo, muévete, muévete.
Oh, hermano, agoniza delante de Dios por un momento, agoniza delante de Dios, que no haya una sola alma que no esté clamando ante el Señor en esta momento pidiéndole a Dios una visitación fresca de su espíritu. Vamos a clamar al Señor, vamos a pedirle al Señor que se mueva con poder, que haga la obra en medio de su pueblo.
Padre, yo suelto el espíritu de fue, suelto el don de fe, suelto la medida de fe, Señor. Oh, en el nombre de Jesús activa fe, activa fe, oh activa fe, Señor. Señor, distribuye fe en medio de tu pueblo, Padre. Distribuye fe en medio de nosotros, activa el poder de la fe, oh Señor, para hacer cosas grandes.
Levántate una congregación de fe, en el nombre de Jesús, yo pido fe para mi mismo y fe para mis hermanos. Oh, fe para creerte, Señor, fe para atreverme a emprender cosas grandes. Oh, fe para meterme en problemas, Señor, de los cuales solo tu nos puedes sacar, Padre, en el nombre de Jesús.
Abre los ojos, Señor, de nuestro entendimiento espiritual. Recibe, mi hermano, pídele a Dios que te de en tu mano un don, una fe especial. Atrévete a creerle a Dios en esta tarde. Atrévete a creer que Dios está haciendo algo aquí y ahora mismo, ahora mismo, ahora mismo, ahora mismo, en el nombre de Jesús, ahora mismo, hay fe, hay fe que se está moviendo en el pueblo de Dios.
Hay un bautismo fresco del Espíritu Santo que está cayendo sobre el pueblo de Dios. Hay unción de Dios.
There is a fresh anointing of God falling on the people of God.
Hay unción de Dios que está cayendo sobre el pueblo de Dios. Hay poder, hay poder. Recibe el poder en el nombre de Jesús. Recibe la gracia del Señor, recibe la gracia del Señor, recibe fe en el nombre de Jesucristo.
Esto no es mera emoción, esto es la realidad de Dios. Atamos todo el poder del diablo que quiere impedir que el milagro se de en el pueblo de Dios. Yo declaro, en el nombre de Cristo poder, poder, fe para creer, la mentes se abren, toda duda es cancelada en el nombre de Jesús. La fe fluye, la fe comienza a fluir en el pueblo de Dios. Esa fe se activa en el nombre de Cristo. Yo lo declaro por esta palabra que estoy diciendo en el nombre de Jesús. Esa palabra no caerá a tierra hoy, se activan ministerios en esta iglesia, hoy se activa poder de fe en esta iglesia, hoy se activan milagros y prodigios y señales, y sanidades que van a surgir como resultado de esta palabra que yo estoy declarando en nombre de Jesús.
El pueblo de Dios se impregna con fe, con milagros, con revelaciones, con mover de Dios. El pueblo de Dios se impregna ahora mismo con el poder de Dios. Ahí en tus entrañas está la palabra de vida, está la semilla de Dios, está la semilla de Dios, está la semilla de fe. El Señor te impregna con su espíritu. Ahora tu muévete en esa fe. Da pasos de fe. Atrévete a creerle a Dios en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús.
Padre, gigantes cristianos espirituales se levantan ahora, oh Dios, hombres y mujeres caminan con paso pesado sobre la tierra, difíciles de ignorar. ¡Aleluya! Rompemos cadenas, yo rompo cadenas en el nombre de Jesús, ahora mismo. Derribo principados, potestades ahora en el nombre de Jesús. ¡Aleluya!
Rompo trampas del enemigo, deshago ataduras en el nombre de Jesús aquí y fuera de aquí en el nombre de Cristo. Declaramos el poder de Dios moviéndose y avanzando y llenando la tierra. ¡Aleluya! Una invasión del poder de Dios.
Gloria al nombre de Jesús. Gloria al nombre de Jesús. Recibimos unción fresca, recibimos unción fresca de Dios en esta tarde. Gracias Señor. ¡Aleluya! Nos llenamos, nuestras alforjas se llenan de tu unción, Padre. Vasijas llenas de la unción de Dios. Vasijas llenas de la unción de Dios. Gracias, Padre. Gracias, ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Denle un aplauso al Señor. Reciba eso, eso es de Dios.