El don de fe

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Primera de Corintios, Capítulo 12. El domingo pasado ustedes recordarán que como consecuencia de paso, muy bendecida, de la presencia de nuestro hermano Adlan Cruz con nosotros, tuvimos que predicar un sermón que se adecuara más al momento. Hablamos de los dones pero con respecto a Segunda de Timoteo, Capítulo 1 donde Pablo le aconseja a Timoteo que avive el fuego del don de Dios que está en él. Y hablamos de que los dones tienen que ser ejercitados, desarrollados para poder entrar en su plena manifestación.

Y el domingo anterior a ese hablamos de dos de los dones que menciona Pablo. Hay 9 dones que menciona Primera de Corintios, pero no son todos los dones que Dios distribuye sobre su pueblo.

Si usted lee Romanos, Capítulo 12 hay otra lista de dones allí. Donde se mencionan dones que son mucho más humildes, por así decirlo, que el don de profecía y el de milagros. Está, por ejemplo, el don de la enseñanza, o el don de servir. Pablo habla de muchos diferentes dones a través de la Escritura. Está por ejemplo, el don de continencia, está el don de presidir y dirigir. Hay dones de administración, etc. Así que hay muchos diferentes dones. Esta es una lista que el Espíritu Santo inspiró a Pablo para señalar en una forma casi ad hoc, es decir, en el momento. Era simplemente ejemplos que él estaba dando de cómo el espíritu de Dios se puede manifestar en muchas diversas maneras y siempre permanecer único, el único espíritu, el espíritu de Dios manifestándose sobre su pueblo en diferentes maneras.

El domingo antepasado hablamos de dos de los dones. ¿Recuerdan cuáles eran esos dos dones? El don de sabiduría y el don de conocimiento. Aquí en nuestra traducción Reina Valera se llama el don de ciencia, pero la palabra original en el griego es ‘gnoseos’ que quiere decir conocimiento, más bien, de allí viene la palabra gnóstico, cognoscitivo, etc. Entonces yo creo que la mejor traducción es el don de conocimiento.

Ahora, Pablo en el versículo 8 dice: “... porque que este es dada por el espíritu palabra de sabiduría, a otro palabra de ciencia o conocimiento, según el mismo espíritu,....” y ahora en el versículo 9 hay un tercer don que Pablo señala, dice “.... a otro, fe por el mismo espíritu...”

Vamos a detenernos un momento sobre el don de fe. Ahora, recuerden que yo estoy hablando de estos dones no simplemente para informarles a ustedes en una manera, digamos teórica, académica, porque en realidad lo que yo quiero que ustedes entiendan es que Dios determinó esos dones para todo el tiempo que la iglesia estuviera sobre la tierra.

Yo reprendo esa enseñanza de que los dones dejaron de funcionar cuando la Escritura se completó y se cerró lo que llaman el canon, es decir que ya no se añadieron más libros de la Biblia y entonces algunos dicen que ya que tenemos la Biblia no necesitamos los dones. Algunos dicen que los dones eran solamente para el principio de la historia de la iglesia cristiana. Eso es absolutamente, en mi opinión y de muchos más, antibíblico. No tiene ningún fundamento bíblico.

Dios dio los dones para que mientras la iglesia estuviera sobre la tierra, tuviera toda la ayuda sobrenatural que necesitaba para llevar a cabo las tareas que Dios le había encomendado. Amen. Eso es muy importante que entendamos.

Entonces, yo digo eso porque Dios quiere que tu y yo, la iglesia de Jesucristo nos movamos en los dones del Espíritu Santo. Cada iglesia y la iglesia con “I” mayúscula general ha sido dotada por Dios para que pueda desempeñar todas las tareas que se le ofrecen a la iglesia.

Dios quiere una iglesia conquistadora. Dios quiere una iglesia que esté siempre avanzando. Dios quiere una iglesia que muestre que Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Dios quiere una iglesia que tenga dones musicales, que tenga dones de profecía para edificar a la iglesia, que tenga dones de conocimiento para las tareas que la iglesia tiene que llevar a cabo en su administración y otras cosas. Dios quiere una iglesia que tenga dones de milagros, porque se necesitan milagros a veces para poder avanzar en las cosas de Dios.

Entonces, esos dones son para nosotros. Y tu puedes ser tocado por el espíritu de Dios para vivir y manifestar uno de estos dones, ya sea a través de tu vida en una forma repetitiva o en un momento dado de tu vida cuando el Señor necesite que tu hagas algo en particular y Dios puede activar ese don en tu vida.

El don de fe es un don de los más complejos y es uno de los dones que también está combinado muchas veces con otros dones. Entonces, es muy difícil a veces separar el don de fe, por ejemplo del don de milagros, o la fe que recibimos de Dios de otras cosas que Dios hace, porque la fe es absolutamente esencial en la vida del creyente.

A mi me impacta el hecho de que Pablo habla de palabra de sabiduría, palabra de ciencia, pero entonces dice, “....y a otro fe, por el mismo espíritu....”

Porque yo creo que lo que Pablo está tratando de decir es que Dios, en un momento dado, a cualquier persona le puede dar una medida de fe, le puede dar un mover de fe en su espíritu para alguna tarea en un momento dado, alguna situación de necesidad, alguna crisis.

Dios puede distribuir el don de fe instantáneamente para una madre, por ejemplo, creerle a Dios para orar para que su hijo sea sanado cuando los médicos han dado una palabra de que no hay posibilidad.

Por ejemplo, yo creo que la mujer siro-fenicia que se acerca a Jesús, esta mujer ni siquiera conoce el Evangelio. Es una mujer extranjera de otro país, no es judía y se acerca a Jesús y le dice, ‘Señor, mi hija está atormentada por un demonio y yo creo que tu la puedes sanar y te pido que la sanes.’

Y entonces el Señor comienza un jueguito allí de decirle, ‘no, yo no puedo sanar a tu hija porque yo he sido enviado a los judíos, tu no eres judía, y la palabra dice que no le de la comida a los perrillos’.

Y es casi como un insulto, imagínense, decirle a esta mujer, porque tu no eres judía, eres como un perrillo y no te puedo dar la comida del Padre a ti y a tu hija. Y esa mujer, en una forma humilde pero muy firme, le rebate a Jesús lo que él le acaba de decir. Le dice,’si Señor, pero aún los perrillos tienen derecho de comer de las migajas que caen de la mesa’.

Y eso estremece al Señor y dice ‘oh, mujer tu fe es grande, es grande tu fe y por esa palabra que tu has dicho tu hija está sanada en este mismo momento’. Y cuando ella regresa ella encuentra que su hija fue sana en el momento en que dijo Jesucristo.

¿Qué pasó allí? Yo creo que esa mujer fue dotada con fe en ese momento, como dice Pablo. Ella recibió fe para mantenerse primeramente para acercarse a Jesús, y segundo para mantenerse pegada a Jesús hasta que ella recibiera lo que ella sabía que Jesús tenía. No dejarse intimidar por la respuesta que Jesús da para probarla. Porque eso fue lo que el Señor hizo solamente, sino que en un momento dado, Dios le da la fe para inclusive... yo podría decir que quizás también ahí operó quien sabe el don de sabiduría también, porque fue como una respuesta de una abogada. Ella usó la misma palabra de Jesús y lo presó y le dijo, ‘ah si, pero aún los perrillos que tu dices que no pueden comer de la mesa, pueden comer de las migajas, así que si tu me das una migaja y tu eres poderoso con una migaja así como con todo el manjar, pues entonces mi hija puede ser sanada.

Y pilló a Jesús. Como un juez es pillado a veces por un abogado hábil que usa la ley para dar la respuesta que el juez no puede escaparse porque está pillado por la ley. Esa mujer yo creo que recibió también dotación de sabiduría y el don de fe operó allí. Y claro, yo diría también que operó a través de Jesús para que Jesús dijera, ‘mujer, ahora mismo tu hija está sanada’.

Usted ve ese es el don de fe. Fíjese que no dice inclusive un don de fe, dice simplemente ‘... a otro es dada fe por el mismo espíritu....’ y esa fe puede correr en nuestras vidas. Hay tantos ejemplos maravillosos de fe en ese sentido, de una dotación sobrenatural de Dios y hay tantos, puedo coger al azar: la mujer con el flujo de sangre.

Mire cómo opera la fe. Esta mujer tiene una urgencia de recibir sanidad y recibe fe de parte de Dios para... es una fe bruta, es una fe desnuda completamente, es una fe cavernícola, la fe de la mujer con el flujo de sangre, porque ella casi estaba mezclada con un poquito de superstición, uno podría decir. Porque ella se mete entre la multitud, ella viola inclusive la ley judaica que decía que ella no podía mezclarse con la gente porque los hacía impuros por su flujo de sangre. Y ella se codea entre la gente, se mete y lo único que puede hacer es tocar el borde del manto de Jesús.

¿Y qué pasa? Hay un estremecimiento en el cuerpo de Jesús y ella le robó poder a Jesús. Guau! Es como esa gente que le pegan, allá en Latinoamérica, yo espero que nadie haya hecho eso, pero le pegan los cables de electricidad y le roban electricidad. Yo se que nadie ha hecho eso jamás. Es más, yo se que eso nunca se le ocurrió ni siquiera a ustedes, pero eso se da muchas veces. La gente bien hábil, le pega un cable y le roba electricidad y que se la valgan como puedan los que tienen que pagar la electricidad después allá ellos, ¿no?

Pero esta mujer se enchufó por fe al poder que había en Jesús. Ella recibió fe y esa fe le chupó.... le chupó energía a Jesús, tanto así que el Señor se estremeció y dijo, ‘¿quién me ha tocado?’ Y los discípulos estaban allí diciendo, ¿cómo quién te ha tocado? Todo el mundo te ha tocado aquí, está una multitud que está presionando contra ti. No alguien me tocó,.... lo que quiso decir es con fe. Alguien recibió fe y esa fe se hizo como un conducto.

Porque, hermanos, esa es la cosa, cuando tu recibes fe de Dios, la fe tuya es como que... eso es nuclear, eso es atómico, es como que usted le pone un sorbete al poder de Dios y usted jala directamente el poder de Dios. Ojalá Dios nos ayudara a vivir en esa fe, hermanos.

Porque muchas veces Dios nos está dotando de fe pero nosotros no nos atrevemos a creerle al Señor y dejamos que una cantidad de obstáculos se interpongan en nuestro camino.

Yo me pregunto cuántas cosas yo habré dejado de recibir en mi vida o en mi ministerio porque no le tuve fe al Señor. Y Dios me dio fe pero yo no me atreví a actuar sobre esa fe y la bendición de Dios se quedó aguantada. Porque hay cosas que son como automáticas.

En la dimensión de la fe es como principios científicos. Si usted aprende a moverse, y no es que yo sea científico cristiano, entiéndame bien, pero hay principios que operan y si usted se pega a esos principios usted recibe la fe y recibe el poder de Dios a través de la fe. Y Dios tiene que respetar ese principio porque Dios es un Dios de principios. Y si usted opera conforme a principios de fe, mire hermano, yo creo que Dios va a bendecir, Dios va a honrar su fe.

Ahora, si usted es pusilánime en su fe, entonces el que pierde es usted. Porque ¿saben qué? hay caso también, así como gente como ella. Y déjenme darle otro caso de fe poderosa, para después darle un caso de fe pusilánime y mire la diferencia, mire qué pasa. Por eso yo les digo hermanos, tengamos cuidado, yo el primero que me digo esto. Porque yo creo que Dios siempre quiere usarnos en medidas cada vez mayores y nosotros muchas veces le estamos robando la oportunidad a Dios de usarnos como instrumento de su gloria.

Pero piense en la fe de los amigos del paralítico. Estos hombres tienen una amigo que está paralítico y lo llevan en una camilla a una casa donde el Señor está predicando. Y cuando llegan allí la casa está atestada de gente, no hay por dónde entrar y ellos se les ocurre la brillante idea, ‘hey, ¿por qué no despegamos el techo y lo metemos por ahí? No pensaron que eso era contra le ley. No pensaron en que el dueño se iba a molestar con ellos y que les iba a meter una demanda. No pensaron que se les podía caer el pobre hombre desde el techo y matarse y entonces iban a tener un gran problema. No pensaron que si el Señor les iba a decir cómo se atreven a interrumpirme en este momento. Ellos tenían fe para proseguir con su propósito. Se suben al techo, bajan al pobre hombre este, que debe haber estado diciendo, para qué yo me metí en este lío. Y de momento comienzan a caer pajitas o pintura del techo y el Señor detiene y bum, aquí va bajando esta camilla con un hombre paralítico.

Y dice la palabra que el Señor al ver la fe de ellos se maravilló y detuvo lo que estaba haciendo. Muchas veces, hermanos, hay momentos en que la fe detiene. Inclusive yo podría decir hasta los procesos divinos, valga, eso es terrible, yo me voy a cubrir cuando digo eso. Pero hay veces que la fe puede ser tan poderosa que, yo no voy a decir que cambia los propósitos de Dios porque Dios conoce del principio hasta el fin, pero visto desde la perspectiva del tiempo y del espacio es como si el curso del propósito de Dios fuera cambiado.

Y hay cosas que suceden y a Dios le encanta cuando uno de sus hijos lo pone en esos aprietos. Porque cuando la mujer del flujo de sangre toca a Jesús, el Señor iba a sanar a la hija de Jairo, creo que era si no me equivoco, ¿es así? Ahora yo estoy medio caprichoso, cada vez que cito la.... el Señor iba a sanar a la hija de Jairo, un importante hombre en la ciudad. Él no tenía el propósito de sanar a nadie más, pero cuando esta mujer se le metió en el medio y lo tocó, le robó fe y lo detuvo y él tuvo que hablar con ella, ministrarle y entonces continuó su camino.

Porque cuando una persona tiene fe, mire, Dios se detiene, hermanos, en lo que está haciendo. Yo lo voy a poner en esa manera metafórica poética. Usted no sabe el poder que usted tiene dentro de usted. El Señor dijo, miren, si ustedes tienen fe como un granito de mostaza....

¿Usted ha visto un grano de mostaza alguna vez? Si usted lo ha visto, es porque tiene buenos lentes o tiene buena vista, porque un granito de mostaza es una cosa chiquitititita y el Señor usando una hipérbole dijo, miren, porque los discípulos dijeron, ‘Señor, auméntanos la fe’, y el Señor le dijo ‘hey, cretinos, que fe ni fe. Si ustedes tuvieran fe como un grano de mostaza....’ es lo que le quiso decir, ‘qué fe les voy a aumentar si no tienen ninguna. Si tuvieran fe como un grano de mostaza ustedes le dirían a ese monte, ‘muévete y échate al fondo de la mar’, y tendría que obedecerlos.

Esa es la fe. Hermanos, yo les digo, y esa fe está entre ustedes. Esa fe está aquí en esta congregación León de Judá. Oh, si nosotros creyéramos eso verdaderamente. Lo que pasa es como con el caso de Timoteo, nuestra fe es como una bracita débil que tenemos que abanicar, te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti.

Muchos de nosotros, Dios quiere bendecirnos, Dios quiere bendecirnos dándonos salud. Dios quiere bendecirnos dándonos soluciones financieras para nuestros problemas. Dios quiere bendecirnos dándonos mejores trabajos. Dios quiere bendecirnos sanando nuestro matrimonio y ganando a nuestros hijos para el Reino de Dios. Dios quiere bendecirnos iniciando ministerios nuevos en nuestra vida. Dios quiere bendecirnos trayendo revelación en nuestros sueños y desatando dones.

Pero, hermanos, muchos de nosotros estamos adormecidos. Somos como el personaje de la parábola de los talentos, que Dios le dio a cada uno un talento. Y le dio ciertas medidas: a uno le dio cierta cantidad, a otro otra, a otro otra, porque Dios le da a todos sus hijos algo.

Pablo habla de movernos conforme a la medida de la fe que hemos recibido. Cada uno de ustedes tiene cierta cantidad de fe y qué podemos hacer nosotros. Creerle a Dios y entonces comenzar a movernos en la medida de fe que Dios nos ha dado y comenzar a rendir esa fe y expandirla, a desarrollarla más y más.

Y mientras nosotros nos movemos en fe, porque mire, la fe muchas veces no es algo que se siente. A veces si, yo creo que Dios puede, y quizás tenga ocasión de mostrarle un ejemplo de esto, a veces Dios puede poner en ti un fuego que es fe explosiva, es fe que se enardece, es fe que ruge como un león, es que se atreve a confrontar hasta las huestes del infierno en carne y hueso si es necesario, pero hay veces que la fe es algo que está dentro de ti y que tu vas a tener simplemente que creer que Dios te lo ha dado y a obrar puramente en obediencia.

Y aunque tu no sientas nada, dar un paso y creer que Dios está contigo. A veces Dios te va a pedir que vayas y le hables a alguien y compartas el Evangelio con una persona. Y tu no vas a sentir ningún poder, ninguna dotación especial, te vas a sentir inadecuado, pero tu tienes que escoger si obedeces a Dios en ese momento o si simplemente dices, ‘bueno, yo no me siento con fe, no me siento adecuado’.

Y cuando tu comienzas a caminar, en el momento de caminar, el poder de Dios comienza a fluir en tu vida. Y cuando te acercas a esa persona y comienzas a tartamudear y a hablarle, el poder de Dios comienza a moverse. Porque el poder de Dios se mueve en fe, para fe, para poder.

Cuando los 10 leprosos le dicen a Jesucristo ‘sánanos’, el Señor les dice, ‘está bien, váyanse y preséntense ante los sacerdotes. Y ellos habrán dicho, ‘bueno, pero nosotros no te pedimos que nos mandaras a donde los sacerdotes, te pedimos que nos sanaras’. Pero ¿saben qué? Ellos le creyeron al Señor, porque había un procedimiento que cuando una persona era sanada de lepra, tenía que presentarse ante los sacerdotes y ellos eran quienes certificaban que esa persona estaba sanada o no. Entonces el Señor los envía, no los sana, sino que les dice, ‘vayan y preséntense ante los sacerdotes’. ¿Qué pasa? Dice, que mientras iban caminando fueron limpiados porque es cuando tu le obedeces al Señor cuando tu comienzas a moverte.

Yo creo que en épocas como las que nosotros estamos viviendo de la historia donde el poder de Dios escasea y donde la iglesia no ha sido muy instruida en las manifestaciones del poder de Dios, la fe va a comenzar a fluir como un débil hilito de agua y según el pueblo de Dios vaya ejercitándose en la fe, y haciendo obras de fe, ese poder de fe va a ir creciendo y manifestándose entonces en formas más espectaculares y más poderosas. Pero mientras tanto tenemos que proceder.

Si Dios te da la oportunidad de orar por un enfermo, imponle manos en el nombre del Señor, búscate una botellita de aceita Goya y camina con ella siempre en tu cartera, y si un gato se mueve y le falta pelo, ora por él en nombre de Jesús y pide que el Señor le devuelva el pelo al gato ese. Si hay una oportunidad de tu orar por alguien, mira, ora en nombre de Jesús y di, yo soy un hombre, una mujer de fe, yo soy un siervo del Reino de Dios, yo tengo poder en el nombre de Jesús y atrévete en el nombre del Señor, atrévete a proferir palabras de fe, atrévete a profetizar en el nombre del Señor.

Si tienes un sueño y tu crees que ese sueño tiene algún significado, órale a Dios, no simplemente diga, bueno, es que comí demasiado pasteles anoche y por eso.... No, cree, Señor, ¿qué tu me estás diciendo con esto? Escribe el sueño. Pídele al Señor sabiduría porque muchas veces Dios nos está dando cosas y no las creemos, no las recibimos y entonces contristamos al Espíritu Santo y el poder de Dios entonces no se manifiesta con más poder en nosotros. ¿Por qué? Porque la iglesia de Jesucristo está operando en una mentalidad secular en este tiempo.

Y si usted dice, oh, Dios no se mueve así, pues, mira así va a pasar. Dios no se va a mover así porque conforme a tu fe te será hecho, dice la palabra del Señor. Y yo predico este mensaje en el nombre de Jesús para abrir nuestros corazones. Yo me lo predico a mi mismo, le pido, Señor que esto no se quede solamente en mera teoría, pues queremos ser un pueblo de fe. Nosotros queremos abrir nuestra mente para que tu poder se pueda manifestar. Queremos ser vasijas vacías que tu puedas llenar con tu gracia y con tu poder. ¡Aleluya!

Dios necesita vasijas hambrientas, deseosas de que el poder de Dios se manifieste. Yo quiero en el nombre de Jesús activar nuestra perspectiva sobrenatural a través de estos sermones. Yo quiero que nosotros nos convirtamos en gente que le creamos a Dios y muchas veces el creerle a Dios va a significar caminar por un tiempo en el desierto tratando de hacer cosas y nada sucede, pero uno sigue y sigue, y sigue hasta que se destapa la tubería del cielo y comienza a fluir el poder de Dios.

En muchas ocasiones vemos eso en la Escritura, Dios le dijo a Elías, va a llover porque Elías profetizó que cuando él dijera que iba a llover, iba a llover. ¿Ustedes recuerdan la historia? Elías edificó un altar, vino el fuego del Señor, los falso profetas de Baal fueron destruidos y el pueblo estaba listo para recibir la bendición de Dios. ¿Y qué pasó? Elías se fue a un monte, desde donde podía ver el mar, y estuvo esperando allí y no pasaba nada. Y mandó a su criado varias veces y el criado fue a ver si se veía una nube, no había llovido en Israel por muchos años. No se veía una nube por ninguna parte y el siervo va varias veces.

¿Por qué Dios pone esas cosas ahí? Porque, hermanos, muchas veces es así, la fe depende de uno desear, de uno atreverse, de uno tocar insistentemente, de uno probarle a Dios, por así decirlo, que yo le creo a Dios lo suficiente como para esforzarme un poco más de lo común.

Óigame, porque si Dios nos diera las cosas inmediatamente, ¿saben qué? nuestra fe siempre sería una fe raquítica. Seríamos como los bebés, que cada vez que lloran ahí viene la mamá a meterle el chupete en la boca de una vez. Entonces, ¿qué pasa? El niño no desarrolla complejidad emocional, no desarrolla paciencia, no aprende a esperar, no aprende a disciplinarse en su dormir. ¿Y qué hace la mamá? Lo deja llorar allí hasta que pase mucho tiempo, ¿no? Y así el bebé va aprendiendo, que hay una diferencia entre la mamá y él. Los bebés no trazan diferencias muchas veces entre su propia personalidad y los adultos, son como una extensión de ellos, en su mente ultra infantil. Pero cuando lloran y no viene enseguida la comida, ellos dicen, ah, espérate, mi mamá no soy yo, son dos cosas diferentes. Allá está la mamá roncando a pierna suelta y él allá llorando allí. Y el bebé entonces aprende.

Algunos de los pastores aquí jóvenes están reconociendo exactamente lo que yo estoy diciendo. Yo no voy ni siquiera a mirar por ese lado para allá, ¿no? Uno los ve a veces que llegan así con los ojos todos deshechos y ahí arrastrando los pies. Pasaron una mala noche.

Pero, hermanos, Dios a veces hace que nosotros esperemos y que los primeros pasos que demos sean pasos en el desierto, y que tratemos y nada se da y que probemos y la bendición como que no fluye, pero que tenemos que seguir persistiendo, persistiendo, persistiendo.

Hay tantos pasajes en la Escritura que nos hablan de la persistencia de la fe. La fe está vinculada a la persistencia. La fe está vinculada a esfuerzos iniciales que no dan fruto pero que después si tu te mantienes, el Señor bendice y honra. Por eso es que tu no puedes darte por vencido inmediatamente, por eso es que tu no puedes esperar a que venga un angelito y te toque con una varita mágica y te salgan estrellitas de la cabeza para entonces tu darle al Señor y vivir una vida de poder, y de fe, y de autoridad y de atrevimiento en el nombre del Señor.

Dios te dice, No, primero muévete en fe y entonces yo te voy a bendecir. ¿Qué hace con la mujer, la viuda de Sarepta? Cuando Elías llega a la casa le dice,... mire qué interesante este pasaje, por ejemplo, Dios le dice a Elías cuando está en el arroyo de Querit, le dice, ve a donde una mujer viuda en la ciudad de Sarepta porque yo he dado orden de que ella te alimente. Y cuando Elías llega a la casa de esta mujer, metió en la computadora mapquest, y le dieron la dirección de ella, él llega donde esta mujer, esta mujer no sabe quién es Elías. Dios no le ha dicho nada a esta mujer, pero Dios dijo, yo he dado orden de que ella te alimente.

Usted ve, hermano, esto es maravilloso porque hay tantas cosas que Dios declara sobre su pueblo y hay cosas que ya Dios ha declarado sobre tu vida pero ahora falta que tu tires el cable para que lo que Dios ha declarado en el cielo, pueda bajar hasta la tierra y bendecir tu vida. Ese cable es fe. Ese cable es obrar aunque tus emociones, tu mente, tu voluntad digan, ‘no lo hagas porque hay peligro, te vas a resbalar y te vas a romper la cabeza’. Pero tu tienes que obrar en el nombre del Señor porque tu tienes que creer que Dios ha declarado cosas sobre tu vida. Dios ha declarado dones sobre tu vida. Dios quiere bendecir tu vida. Dios te ha llamado no para ser cola, sino para ser cabeza, dice la palabra del Señor. Dios ha dicho, porque yo se los pensamientos que tengo para tu vida, pensamientos de bien y no de mal. Y allí estás tu quejándote de lo injusto que es el mundo, lo malo que es la gente, lo mucho que te odian, lo poco que te comprenden, tus padres que abusaron de ti, que nunca dijeron nada bueno de ti, y Dios está diciendo, ‘pero yo los pensamientos que tengo para ti, pensamientos para bendecirte, pensamientos para darte el fin que tu deseas’.

¿Y a quién tu le vas a creer? A tus emociones, a tu mente, a tus experiencias, o le vas a creer a Dios que ha dicho, ‘yo he dado orden de que tu seas alimentado y de que tu tengas todo lo que tu necesitas.’

Dios le dijo a Elías en un ambiente donde había sequía, hambre por dondequiera. Hoy en día, oímos de problemas económicos, recesiones, deflaciones, inflaciones y todo este tipo de cosas y temblamos. Hermanos, cuando Dios te quiere bendecir, te puede bendecir en el medio del desierto. Dios puede ordenar cuervos que te traigan comida. Dios puede ordenar a Osama Bin Laden que venga y te bendiga, si es necesario.

Dios no conoce de limitaciones. Si nosotros le creyéramos al Señor, si nosotros nos armáramos de una fe agresiva que le crea a Dios y que espere bendición de Dios. Si hay algo que yo puedo decir, hermanos, yo vivo creyendo que Dios me va a bendecir, es algo que yo tengo en mi corazón y en mi espíritu, por eso a veces me meto en tantos líos, porque creo que Dios tiene buenas cosas para mi y que hay más bendiciones de las que ya yo he recibido y a veces eso me permite atreverme a hacer cosas que no parecen muy prudentes, pero yo le creo al Señor.

Y cuando uno vive con esa expectativa, esa fe, es una postura de fe. Yo creo que Dios nos da ese tipo de fe en diferentes medidas. Por eso Pablo dice, ‘... a otro fe por el mismo espíritu ...’ pero tu tienes una medida de fe. Hay en ti una medida de fe para hacer cosas grandes, y un poquitito de fe usado por un hombre, o una mujer que se atreva, ese poquitito de fe puede cambiar la historia de la humanidad, si tu le crees a Dios. Hay momentos así en que Dios nos habla y tenemos que pedirle al Señor, ‘Padre, dame discernimiento para creerte a ti y para creer’.

Raab, esta mujer también extranjera, Dios le dio una medida de fe en un momento dado. Jericó estaba listo para ser destruido y Dios envía unos espías hebreos que vienen a la ciudad y esta mujer recibe fe para creer que estos hombres vienen de hecho de Dios y que ella será mejor que haga su paz con ellos. Y cuando los vienen a buscar, porque se dan cuenta en el pueblo, de que han venido hombres extranjeros y son espías, ella los esconde, pero antes de esconderles les dice, ‘mire, yo los voy a esconder, vamos a hacer un trato: yo los escondo a ustedes, pero cuando ustedes entren a poseer la tierra, ustedes no van a matarme a mi ni a mi familia, me van a dar una visa de residente aquí ahora en mi pueblo, y van a perdonarle la vida a todos mis seres queridos’. Ellos dicen, ‘ok, vamos a hacer el trato’.

Ella los esconde. Vienen a buscarlos, ella les dice una mentira y los protege y entonces cuando vienen a destruir la familia de Raab y Raab quedan ilesos y eso ha cambiado el curso de la historia, porque a Raab la menciona todavía la Biblia y hoy la estamos mencionando aquí tres mil y pico de años después que ella vivió. Esta mujer creyó, recibió una medida de fe en un momento dado para identificar a esos hombres y para actuar sobre lo que ella estaba sintiendo y estaba viendo.

Y así, hermanos, Dios continuamente nos está hablando. Dios quiere que el pueblo de Dios se despierte. Yo siento que Dios me está diciendo ahora mismo, usted hermano, despiértate pueblo mío, abre tus antenas espirituales. Vive en la dimensión de la fe. Atrévete a creerme a mi, emprende cosas atrevidas. Quítate el velo que cubre tu entendimiento, el velo secular, el velo racional, el velo conservador, el velo de timidez, el velo de contar tus monedas antes de lanzarte y créeme y vive una vida agresiva, vive una vida atrevida. Atrévete a creerme a mi. Atrévete a pensar cosas grandes. Atrévete a concebir grandes proyectos. Atrévete a creer que tu destino es un destino grandioso y no un destino de anonimato y vive cada día esperando una directiva de mi parte. Vive cada día con tus órdenes en la mano esperando en cualquier momento que yo las voy a activar y voy a hacer algo grande en tu vida. Vive siempre a la expectativa de que yo voy a hablar a tu vida y te voy a bendecir en alguna manera, y te voy a usar en alguna manera.

Hermano, si tu te atreves a creerle a Dios de esa forma activar la fe de Dios en ti, tu vida va a cambiar completamente. Muchas de las cosas de las cuales yo disfruto en esta etapa de mi vida es porque hace años yo me atreví a creerle a Dios sobre algo, y todavía, les digo, lo mejor está por delante.

Y yo quiero creerle más y más a Dios cada día. Estos mensajes que yo estoy dando, los estoy dando proféticamente, inseminando el espíritu de mis hermanos, preñando el espíritu de mis hermanos, con la palabra profética de Dios y desatando esos dones en ustedes.

Hay fe que la persona la capta y se mueve sobre ella y esa fe hace cosas grandes, pero muchas veces hay cosas..... bueno, dejé un poquito a un lado.... déjeme coger, ya voy amarrando todo estos cabos sueltos.

Cuando Elías va donde esta viuda de Sarepta ya Dios ha dado la orden en el ámbito del espíritu, ya Dios dijo, esta mujer tiene que darte de comer. Pero cuando Elías llega a la casa, ella en el ámbito del tiempo, el espacio, la razón, la vida humana, no ha habido la conexión entre lo que Dios dice..... Dios quiere bendecir a esta mujer y quiere bendecir a su profeta y quiere bendecir incontables generaciones que van a leer esta historia que va a quedar registrada con una ilustración de fe en la Biblia.

Dios ha dado todo eso, en su mente eso está ya registrado pero ahora falta que todas esas conexiones se hagan en la tierra. Elías llega a la casa, la mujer no lo reconoce, pero Elías le dice, ‘mira, mujer, dame algo de comer, dame algo de comer’. Y esta mujer le dice, ‘mira hermano, lo siento en el alma, lo único que nos queda es un poquito de harina, un poquito de baking powder y estoy añadiendo algo ahí al relato, y un poquito de aceite, y mi hijo y yo estamos preparándonos para hacer esto, comérnoslo y morirnos porque ya no hay más comida en toda la tierra.

Usted ve, hay obstáculos, Dios va a inclusive a veces que vengan obstáculos artificiales para que tu aprendas a desarrollar músculos. Muchas veces Dios no contesta inmediatamente lo que tu anhelas porque él quiere que tu desarrolles músculos, porque si él te da inmediatamente no los desarrollas esos músculos espirituales. Vemos a Dios una y otra vez poniéndonos a esperar porque a veces nuestra mente no está preparada para lo que estamos pidiéndole al Señor, nuestras emociones no están alineadas con la magnitud de lo queremos hacer, nuestra fe no ha llegado a ese nivel. No se ha cumplido toda justicia, la controversia entre Dios y el diablo concerniente a ese milagro que Dios quiere que se de no están totalmente resueltas, y Dios tiene que poner todas las cosas, como un juez legalmente en orden antes de soltar la bendición. Por eso muchas veces nosotros le pedimos al Señor, usted no saben qué luchas se están dando en el reino espiritual hasta que usted reciba la bendición que Dios quiere darle a su vida.

Job no entendía que lo que estaba pasando en el ámbito humano tenía que ver con una controversia legal que se estaba dando en el reino del espíritu entre Dios y Satanás. Hay cosas que Dios quiere dar y soltar. Yo creo, por ejemplo, que León de Judá Dios tiene un propósito para esta iglesia y para este ministerio. El domingo pasado mientras estaba sentado con la esposa de Adlan, esa muchacha me dijo algo que hace años yo vi en un sueño, ella ha ido a muchas iglesias viajando con su esposo y siente opresiones que hay en esas iglesias demoníacas. Pero ella dice que en esta iglesia ella discernió una lucha. Hay una opresión, el diablo está forcejeando para impedir que lo que Dios ha declarado sobre esta iglesia se cumpla.

Y yo se que hay un forcejeo en el ámbito del espíritu para que lo que Dios ha declarado sobre este ministerio no se de. Ahora, nosotros aquí en el ámbito del tiempo y del espacio seguimos business as usual, hacemos las cosas que hacemos: predicamos, venimos a la iglesia, diezmamos, cantamos, pero yo se que hay una dimensión de poder que Dios quiere soltar que todavía no ha sido soltada y eso tiene que ver con una lucha demoníaca que tiene que ser resuelta. Hay opresiones, hay cosas que tienen que ser arregladas, hay asuntos legales que tienen que ser resueltos, ¿entienden?

Ahora, nosotros seguimos trabajando, yo sigo moviéndome en toda obediencia en lo que puedo al Señor, y a veces me impaciento, pero a veces entiendo. Cuando tengo entendimiento se que hay una dimensión en la cual yo mismo no me puedo meter ni siquiera. Ahora, nosotros podemos hacer algo, cuando Dios despierte a León de Judá y nuestra gente se santifique, se entregue, comiencen a ayunar, a orar, a no descorazonarse, vienen un miércoles cuando llamamos a oración, pero el próximo ya se les gastó la batería y ya decae el ánimo.

Pero hay luchas espirituales, hermanos, hace años yo tuve un sueño. ¿Si tienen un momentito, lo puedo compartir con ustedes? Yo tuve un sueño hace como 15 años: yo por 3, y el sueño se dio en el cementerio que está detrás de Park Street Church, donde están enterrados gente del siglo 18 y el siglo 17. En ese tiempo yo no pensaba en nada acerca de Nueva Inglaterra, en avivamiento, nada de esas cosas, le aseguro. Yo estaba allá en Cambridge comenzando mi ministerio.

En ese sueño, de nuevo, ese cementerio colonial detrás de Park Street Church, y yo creo que entiendo por qué, ahora que trabajo con Coventant for New England y que hablamos de avivamiento que Dios quiere traernos a Nueva Inglaterra, los puritanos, una cantidad de cosas. Pero en ese sueño yo vi en ese cementerio colonial 3 montecitos que eran como tumbas, 3 montecitos como cuando se entierra una persona y todavía queda el montoncito de tierra, en aquellos tiempos cuando se enterraban la gente. No había máquinas para apretar la tierra, etc. Y a la cabeza de cada uno de esos 3 montoncitos había una lápida muy parecidas a las lápidas que vemos en esos sitios ya afinadas por el viento y la lluvia, que lo que queda es como un platito fino y delgado porque ya llevan cientos de años siendo estremecidas por el viento y por los elementos.

Había 3 lápidas así, enfrente de cada una de esos montones y yo comencé a orar para que el Señor.... yo sabía que habían sido 3 niñas que habían muerto y que estaban enterradas allí, entonces yo comencé a orar para que esas criaturas fueran revividas, fueran resucitadas. Y hubo un estremecimiento y lo que salió encima de las 3 lápidas eran 3 muñecas, no tenían vida. Y yo entendí en el sueño que Satanás había malogrado el milagro. Entonces yo seguí orando, y seguí orando y forcejeando y orando en lenguas y esas 3 muñecas se convirtieron en 3 criaturas vivientes, saludables y lozanas. Y el Señor me dijo en mi entendimiento que en la primera el diablo había forcejeado, había querido impedir que el milagro se diera. No lo había podido impedir completamente pero había impedido que la vida se manifestara y finalmente hubo que seguir peleando para que viniera vida a esas criaturas, como los huesos secos, que primero estaban tendones y todo lo demás pero le faltaba el espíritu de Dios.

Y yo entendí claramente, Dios quiere traer milagros, Dios quiere traer señales, prodigios, grande avivamiento, que esas muñecas, esos muñecos sean avivados y convertidos en vida, pero el diablo sabe lo que eso implica y está forcejeando con todo el poder que él tiene para impedir que la gracia y el poder de Dios se manifieste para vida, impedir que venga el avivamiento que Dios quiere traer a esta región. ¿Usted entiende?

Y así, hermanos, en nuestras vidas, en la vida de cada uno de nosotros muchas veces hay controversias demoníacas, hay situaciones que primero tienen que ser arregladas para que la bendición que Dios tiene venga a nuestras vidas. ¿Y qué vamos a hacer nosotros? ¿Vamos a luchar, vamos a persistir, vamos a orar, vamos a clamar, vamos a arreglar nuestras vidas, vamos a atrevernos en el nombre del Señor o nos vamos a quedar pusilánimes acostados y dejar que el diablo se salga con la suya? De ninguna manera, en el nombre del Señor, vamos a persistir, vamos a arreglar nuestras vidas.

Aquí hay guerreros, aquí hay hombres y mujeres que Dios va a hacer grandes cosas a través de ellos. Aquí hay ministerios que Dios está declarando y nosotros tenemos que escoger si nos vamos a quedar pequeñitos o vamos a lanzarnos detrás de nuestra bendición y la vamos a arrebatar sea como sea, como la mujer con el flujo de sangre. Vamos a arrebatarle poder a Dios.

Sino el peligro está en eso. Yo les dije que iba a darles una ilustración negativa y con eso voy a terminar. No quiero terminar con una ilustración negativa, pero a mi siempre me ha cautivado el ejemplo un rey del Antiguo Testamento que cuando Eliseo, el gran profeta de Dios, está muriendo en su lecho de muerte, este hombre que es creyente a medias, como tanto evangélico y desgraciadamente algunos de nuestra congregación. Son creyentes a medias, este rey para su crédito, no era un hombre idólatra, no era un hombre malévolo como tantos otros reyes de Israel, pero no era un creyente de fe, no era un hombre que vivía una vida que tenía comunión íntima con Dios, pero tiene la cortesía de venir a visitar a Eliseo en su lecho de muerte. Y Eliseo, con la última carga de poder profético que le queda le dice al rey, ‘Toma un puñado de flechas en tu mano y golpea la tierra’, y este rey obedeciendo al profeta pero no entendiendo el momento clave, estratégico que se está dando en ese instante en su reinado, no entendiendo que es el poder de Dios que está concertando un acto profético divino, toma las flechas en su mano y golpea 3 veces, como para complacer a este hombre ya que está en las últimas y que quizás está un poco senil, y por eso lo ha puesto a hacer esa tontería. Golpea la tierra 3 veces indiferentemente.

Yo me imagino que el profeta con la última cantidad de fuerza que le quedaba se irguió sobre su cama y le dijo, ‘ Si tu hubieras golpeado la tierra 4 ó 5 veces hubieras destruido a los sirios hasta que no quedara ninguna’.

Siria era el país enemigo que más saña tenía contra Israel. Era el aguijón de Israel. Era un imperio poderoso que luego hizo daño terribles a la vida nacional de Israel. Y Dios en ese momento, usó al profeta para darle un regalo a este rey para destruir completamente esa nación enemiga hasta que no quedara ninguno. Entonces, Eliseo le dijo ‘como golpeaste la tierra solamente 3 veces, 3 veces vas a derrotar a los sirios, pero si hubieras golpeado 4 ó 5 veces los hubieras derrotado totalmente y te hubieras quitado esa amenaza de tu vida nacional y de tu gobierno.

¿Qué pasa, hermano? Usted ve, hay cosas que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Compare la viuda de Sarepta con este rey. A los dos se le pidió que hicieran cosas diferentes, a ninguno de los dos se le garantizó nada. Ellos no tenían nada que le garantizara ciento por ciento que lo que iban a hacer tenía significado. La viuda de Sarepta, Elías le dijo, ‘dame de comer a mi primero y entonces tu vas a ver que no te va a faltar comida por el resto del tiempo que dure esta sequía.’ Y ella le creyó y se atrevió. Yo no creo que ella recibió de momento una carga de poder espiritual de fe, ella simplemente se atrevió a hacerlo por obediencia y fue bendecida. Nunca le faltó comida a ella ni a su hijo por el resto del tiempo que duró el hambre. Es más, en un momento su hijo muere y el profeta que está presente lo resucita. Mire qué gran bendición.

El otro rey, fue mediocre. No desobedeció completamente, pero tampoco obedeció entusiastamente y eso es lo que pasa en nuestras vidas. ¿Usted ve? Usted está aquí, usted está recibiendo palabra, usted viene para su crédito está aquí hoy en vez de estar en otro lugar. Usted busca de Dios, usted ama al Señor pero hay cosas en su vida que usted todavía no tiene totalmente arregladas. Y como ese profeta usted no va a poder recibir todo lo que Dios tiene. Usted va a recibir una medida de bendición genérica, pero no la bendición específica, poderosa, abrumadora, transformadora que Dios quiere traer a su vida.

Solamente la gente que vive en el plano sobrenatural, solamente la gente que se atreve a creer a Dios. Mis hermanos, Dios tiene muchas cosas que él quiere hacer en su vida.

Le pido a los músicos que pasen por acá. Oh, hermanos, ¿estás tu dispuesto el llamado de Dios? ¿Estás tu dispuesto a hacer lo que Dios te ha llamado a hacer? Hay una medida de fe que Dios ha dado a tu vida, ¿estás tu dispuesto a vivir en esa medida de fe? Como el hombre que recibió su talento a multiplicarla. Y cuando te mueras que quede un residuo mucho mayor que la fe original que Dios puso en tu vida, porque de eso se trata: tomar el don de Dios y multiplicarlo por medio de la acción y el ejercicio atrevido, agresivo, militante, en fe. Vivir tu vida en fe.

Dios ha puesto un talento en ti. Dios te ha dado una medida, ¿con qué excelencia vas tu a vivir la vida cristiana? ¿Con qué nivel de entrega, con qué nivel de atrevimiento, con qué nivel de diligencia? Hermanos, Dios está pidiendo un grupo de hombres y mujeres que lo sirva puntillosamente, que lo sirva excelentemente, que lo sirva como si Dios estuviera enfrente cada día.

A mi me gusta como dice Elías, ‘vive Jehová, ante cuya presencia estoy’. Hermanos, oigan si usted y yo viviéramos la vida cristiana como si estuviéramos ante la presencia de Dios, si yo desempeñara mis dones y mis talentos y mi ministerio como si yo estuviera siempre ante la presencia de Dios, ¿usted cree que yo estaría aquí? Eso es lo que yo deseo, y tengo que esforzarme en esa dirección. Dios me usaría mucho más, Dios le podría usar a usted mucho más para cosas grandes y poderosas y terribles, pero Dios está esperando un hombre, una mujer que le crea.

Dios dice en su palabra ‘busqué un hombre que se parara en la brecha entre el pueblo y yo para no destruir la tierra y no lo encontré’

Este es el tiempo decisivo en la historia de la humanidad y Dios está buscando hombres y mujeres que se atrevan a creerle y a vivir la vida al filo de la espada. Por qué no te unes tu a ese ejército. En esta tarde yo derramo fe en tu vida en el nombre de Jesús.

Ponte de pie. Vamos a pedirle al Señor, (tócame algo allí con un poquito de fe, que me mueva la fe mi también. Amen) Como Eliseo que le dije ‘busque un tañedor por allá, alguien que me toque algo para yo hacer lo que tengo que hacer en el nombre de Jesús.

Oh, vamos a pedirle al Señor que aumente la fe en nosotros. Vamos a pedirle al Señor algo de ánimo de fe allí. Pídale al Señor que te unge ahora con fe para tocar eso, ahí. Vamos en el nombre de Jesús, vamos a pedirle al Señor que traiga fe a su pueblo. Levanta tus manos si tu quieres y pídele a Dios, ‘Señor, yo quiero ser una vasija vacía en este momento. Llena mi vasija con tu aceite. Envía tu aceite a mi vida, Señor, envía tu aceite. Oh, queremos que el aceite de Dios descienda sobre el pueblo de Dios, en el nombre de Jesús.

Padre, comienza conmigo, te pido perdón por subestimar la seriedad de lo que tu me has llamado a vivir y te pedimos perdón como iglesia, Padre, porque no estamos a la altura de tu excelencia y de tu grandeza, no estamos a la altura del momento que estamos viviendo, Padre, por esta palabra proclamada, Señor, yo pido en el nombre de Jesús que nuestros pecados sean neutralizado, Padre, y que tu abras las entrañas de nuestro corazón, que tu añadas capacidad, Señor, a nuestro espíritu para recibir todo lo que tu tienes para nosotros en esta tarde, en el nombre de Jesús.

Yo declaro la unción de Dios, declaro la unción de Dios sobre este pueblo. Padre, yo desato en el nombre de Jesús un mover sobrenatural, un mover sobrenatural. Padre, yo declaro que las mentes se abren, los intelectos se abren, las voluntades se abren, los espíritus se abren para entender lo que tu estás diciendo en esta tarde y lo que tu estás haciendo en esta tarde.

Padre, yo reprendo todo espíritu de torpeza en el nombre de Jesús, toda mente cerrada en el nombre de cristo ahora mismo. Declaro sea abierta. Ábrete en el nombre de Jesús. Declaro que los espíritus se abren en el nombre de Jesús para recibir la impregnación del poder de Dios sobre tu vida en el nombre de Cristo. Derribo principados y potestades en el nombre de Jesús, todo velo que cubre el entendimiento del pueblo de Dios, lo descorro en el nombre de Cristo ahora mismo.

Padre, por tu palabra que ha sido proclamada, en el nombre de Jesús desata hombres y mujeres de fe, hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo, hombres y mujeres con fuego en sus ojos, Señor, hombres y mujeres como David que se enardezcan cuando Goliat esté insultando al pueblo de Dios y al Dios de los ejércitos.

Oh, Señor, ten misericordia de nosotros. Tenemos hambre y sed de ti. Tenemos hambre y sed de ti. Queremos más, Señor, Queremos más. Muévete con poder. Ayúdanos a vivir vidas que te honren, Padre. Suelta lo que has de soltar, Señor, quita la tapa sobre esta congregación, Padre. Frena la obra del diablo, Señor, ata los principados y las potestades, Señor. Quita, oh Dios, el techo de bronce, Padre, que haya cielos abiertos, Señor, que haya cielos abiertos, Padre, para que baje tu unción y para que suba nuestra oración hasta tu trono, Señor.

Activa tu poder. Oh, queremos más, Señor, queremos más. Sabemos que estamos simplemente al borde de algo grande que tu tienes para dar. No hemos entrado en Canaán todavía, Señor, no estamos en tu tierra prometida, pero necesitamos y sabemos que tu nos quieres allí, Señor. Muévete, Espíritu Santo, muévete, muévete.

Oh, hermano, agoniza delante de Dios por un momento, agoniza delante de Dios, que no haya una sola alma que no esté clamando ante el Señor en esta momento pidiéndole a Dios una visitación fresca de su espíritu. Vamos a clamar al Señor, vamos a pedirle al Señor que se mueva con poder, que haga la obra en medio de su pueblo.

Padre, yo suelto el espíritu de fue, suelto el don de fe, suelto la medida de fe, Señor. Oh, en el nombre de Jesús activa fe, activa fe, oh activa fe, Señor. Señor, distribuye fe en medio de tu pueblo, Padre. Distribuye fe en medio de nosotros, activa el poder de la fe, oh Señor, para hacer cosas grandes.

Levántate una congregación de fe, en el nombre de Jesús, yo pido fe para mi mismo y fe para mis hermanos. Oh, fe para creerte, Señor, fe para atreverme a emprender cosas grandes. Oh, fe para meterme en problemas, Señor, de los cuales solo tu nos puedes sacar, Padre, en el nombre de Jesús.

Abre los ojos, Señor, de nuestro entendimiento espiritual. Recibe, mi hermano, pídele a Dios que te de en tu mano un don, una fe especial. Atrévete a creerle a Dios en esta tarde. Atrévete a creer que Dios está haciendo algo aquí y ahora mismo, ahora mismo, ahora mismo, ahora mismo, en el nombre de Jesús, ahora mismo, hay fe, hay fe que se está moviendo en el pueblo de Dios.

Hay un bautismo fresco del Espíritu Santo que está cayendo sobre el pueblo de Dios. Hay unción de Dios.

There is a fresh anointing of God falling on the people of God.

Hay unción de Dios que está cayendo sobre el pueblo de Dios. Hay poder, hay poder. Recibe el poder en el nombre de Jesús. Recibe la gracia del Señor, recibe la gracia del Señor, recibe fe en el nombre de Jesucristo.

Esto no es mera emoción, esto es la realidad de Dios. Atamos todo el poder del diablo que quiere impedir que el milagro se de en el pueblo de Dios. Yo declaro, en el nombre de Cristo poder, poder, fe para creer, la mentes se abren, toda duda es cancelada en el nombre de Jesús. La fe fluye, la fe comienza a fluir en el pueblo de Dios. Esa fe se activa en el nombre de Cristo. Yo lo declaro por esta palabra que estoy diciendo en el nombre de Jesús. Esa palabra no caerá a tierra hoy, se activan ministerios en esta iglesia, hoy se activa poder de fe en esta iglesia, hoy se activan milagros y prodigios y señales, y sanidades que van a surgir como resultado de esta palabra que yo estoy declarando en nombre de Jesús.

El pueblo de Dios se impregna con fe, con milagros, con revelaciones, con mover de Dios. El pueblo de Dios se impregna ahora mismo con el poder de Dios. Ahí en tus entrañas está la palabra de vida, está la semilla de Dios, está la semilla de Dios, está la semilla de fe. El Señor te impregna con su espíritu. Ahora tu muévete en esa fe. Da pasos de fe. Atrévete a creerle a Dios en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús.

Padre, gigantes cristianos espirituales se levantan ahora, oh Dios, hombres y mujeres caminan con paso pesado sobre la tierra, difíciles de ignorar. ¡Aleluya! Rompemos cadenas, yo rompo cadenas en el nombre de Jesús, ahora mismo. Derribo principados, potestades ahora en el nombre de Jesús. ¡Aleluya!

Rompo trampas del enemigo, deshago ataduras en el nombre de Jesús aquí y fuera de aquí en el nombre de Cristo. Declaramos el poder de Dios moviéndose y avanzando y llenando la tierra. ¡Aleluya! Una invasión del poder de Dios.

Gloria al nombre de Jesús. Gloria al nombre de Jesús. Recibimos unción fresca, recibimos unción fresca de Dios en esta tarde. Gracias Señor. ¡Aleluya! Nos llenamos, nuestras alforjas se llenan de tu unción, Padre. Vasijas llenas de la unción de Dios. Vasijas llenas de la unción de Dios. Gracias, Padre. Gracias, ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Denle un aplauso al Señor. Reciba eso, eso es de Dios.