Cuídense de que nadie los cautive con una vana y engañosa filosofía

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En esta mañana les invito a ir conmigo a las Escrituras, a la Carta que Pablo le escribió a los Colosenses en el capítulo 2 versos del 8 al 17. Pablo está escribiendo desde la cárcel, quiero que mantengan esa imagen durante el transcurso de la predicación, Pablo está escribiendo desde la cárcel.

Y le dice a la Iglesia en Colosas: «Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo, porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad, y vosotros estáis completos en Él que es la cabeza de todo principado y potestad. En Él también fuiste circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal en la circuncisión de Cristo, sepultados con Él en el bautismo en el cual también fuisteis resucitados con Él mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

Y a vosotros estando muertos en pecados y en la incircuncisión de la carne, os dió vida juntamente con Él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria, quitándola del medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades los exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo es de Cristo.» Dios bendiga Su santa Palabra en esta mañana.

Estando Pablo en esta prisión le llegan anuncios, mensajes de que la Iglesia que está en Colosas está siendo atacada, está siendo engañada, se ha diseminado, una proporción de ideas filosóficas, vacías, sin contexto original, tiene una esencia natural para confundir las bases bíblicas del Evangelio que ellos han recibido. Y es interesante notar que la humanidad a través de sus pensamientos filosóficos tratan de desarticular, de cuestionar, de crear una duda de lo que creemos y de lo que somos.

Estos ataques sutiles, hábiles, van dirigidos a una sola persona y a una sola persona quieren desinflar, quitarnos el interés. El enemigo sabe que si nosotros, el pueblo de Dios, a través de nuestra vivencia, a través de nuestro diario vivir, a través de lo que somos en nuestras vidas damos cabida, permitimos una simple duda acerca de la Persona de Jesucristo el resto sería historia y nos confunden con cosas abstractas, cosas que no son concretas, cosas que al oír parecen bien. Ellos quieren que el Evangelio de Jesucristo sea regido, identificado, definido y explicado por los razonamientos humanos y esto no funciona así. Nuestros pensamientos, nuestro contexto de pensar, actuar, está diseñado y definido por la Persona de Jesucristo.

Todo lo que somos, lo que nos da valor, lo que nos da el ser, lo que nos ayuda a seguir adelante en nuestras vidas no son filosofías huecas, no son una serie de pensamientos en un libro, no es que nos sentamos a pensar, y a investigar qué es realmente el Evangelio. Uno de los factores que los filósofos no entienden es que el mensaje del Evangelio está centrado en la Persona de Jesús y ese factor abstracto se hace concreto en nuestras vidas.

Ellos no pueden entender cómo una serie de personas en diferentes países a través de los años, a través de la historia permanecen fieles a unas ideas religiosas, a unas ideas que aparentemente para el mundo contemporáneo no tienen sentido. Pablo desde su visión se da cuenta que hay algo que está entrando a la Iglesia de Colosas y dice en el versículo 8: «Mirad que nadie os engañe por medio de filosofía.»

La nueva versión traduce este texto diciendo: «Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que siguen las tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de gente y no de acuerdo con los principios de Cristo.» Es algo que es incomprensible para nuestra mente humana y vamos a hacer lo mismo en la mañana o ya sea el miércoles.

Nosotros hemos sido impactados en algún momento de nuestras vidas por una Palabra que no proviene de filósofos, una Palabra que no proviene de un grupo sentado a definir qué es lo que es el cristianismo, eso ya fue definido, decidido y demostrado. Nos mueve no solamente una emoción temporera porque no somos como las olas del mar que nos mueven de un lado para el otro. Eso es lo que Pablo quiere evitar, que después que ellos recibieron el mensaje real, el mensaje verdadero, ahora sean movidos por filosofías de hombres que tratan de filtrar, de quitarle la esencia a lo que es el Evangelio. Si sacamos la Persona de Jesús del Evangelio lo que tenemos es un grupo de filosofías y teologías. Manteniendo la Persona de Jesús dentro de ese Evangelio tenemos algo que no tiene otra religión.

Las grandes expresiones teológicas a través de los tiempos reflejan siempre su gran pensador, su gran filósofo, su gran teólogo, su gran filósofo, su gran hombre y hay personas que hacen hasta los negocios de hacer viajes para poder dónde caminó, dónde estuvo ese gran filósofo de la religión musulmana o dentro del budismo, o dentro del confusionismo, o dentro del hinduísmo, siguiendo una serie de reglas huecas y sutiles.

En cambio nosotros, aquéllos que han tenido la oportunidad de ir a Jerusalén o Israel, el sistema de ideas para ir allá no está basado en que vamos a ver dónde está enterrado nuestro Señor, no está basado en un peregrinaje que nos recuerda la penosa idea de que aquél que nos fundó está ahí muerto y ahí está su cadáver o su esqueleto, o su momia. En cambio el Evangelio de Jesús nos enseña que al llegar hay unas tumbas, hay un lugar que lo enterraron, hay unos sitios que Él visitó pero el último reposo no está en la tierra, el último reposo de Jesús no está en una tumba, el último reposo de nuestro Señor no está en la tierra, está sentado a la diestra de Dios Padre.

Dice el verso 9 de Colosenses 2: «Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad». Esta palabra «toda» en el griego aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento, una sola vez, toda. No es que Jesús es una imagen de Dios, no es que Jesús representa las ideas de ese Dios superior. No es que Jesús habla acerca de Dios, es que el Jesús de este Evangelio es Dios, aleluya, y con Él toda Su deidad, y con Él toda Su autoridad, y si ese Jesús habita en mí en esta mañana yo te digo: en mí habita toda la deidad que está en el cielo, y eso me da a mí la autoridad, la autoridad que no me da ninguna filosofía hueca y sutil, la autoridad que no me da la vida ni las potestades, la autoridad que me da a mí Jesús por ser mi Señor, por estar dentro de mi corazón, por yo ser Su templo, habita en mí la gloria de la deidad.

¿Te imaginas toda esa gloria, toda esa autoridad está dentro de ti? vive dentro de mí, yo estoy sujeto a esa autoridad, pero el mundo espiritual está sujeto a la autoridad que me ha dado a mí Cristo, el mundo espiritual no tiene autoridad sobre mi persona porque el Cristo de la gloria me ha dado a mí, te ha dado a ti esa autoridad para sujetar, para controlar, para ponerlo debajo de la planta de tus pies y decir: tú estás vencido porque yo tengo la autoridad del que te venció, el que me la ha dado a mí aunque sigue siendo mi Dios, aunque yo sea imperfecto, aunque yo haya fallado, aunque yo no sea el mejor del mundo Dios se ha placido en habitar dentro de mi corazón y hacerme Su santuario para decirle a este mundo pecaminoso: yo junto con mi Iglesia compartimos la plenitud de esa vida.

Dice «Y en Él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a manos» esto es un problema en la Iglesia hoy en día. Aquéllos que venían del judaísmo traían consigo un cierto tipo de arrogancia, «nosotros somos judíos primera generación, a nosotros nos circuncidaron» estando estos judíos en iglesias que la mayoría también era gentiles, ¿qué tensión, qué fricción habría entre aquéllos hermanos?

Ahora tú eres ahora nuevo, tú no has sido circuncidado, como si fuera un creyente de segunda clase. Eso no nos pasa a nosotros porque a nosotros no nos circuncidan so esa fricción, esa tensión me recuerda. Yo llegué primero y llevo años en la Iglesia so yo tengo unos privilegios, yo tengo más experiencia. ¿Sabes el problema que tiene Colosas? yo vengo de Israel, yo escuché estas palabras de la boca del Maestro, tú las escuchaste de un apóstol y eso va creando un tipo de división dentro de la Iglesia en Colosas.

No a ti no te voy a hacer caso porque tú eres nuevo, tú no has pasado por ese proceso físico de ser circuncidado y Pablo dice: En ese Cristo tenemos una circuncisión mejor que la física porque la ha hecho Cristo. Levanta tu mano en esta mañana y adora a Dios.

Él no se ha olvidado de ti donde quiera que tú estés, hayas llegado ayer, hayas llegado veinte años atrás Él habita en ti como si hubieras llegado desde el principio, tienes la misma autoridad, aleluya. Los que están en el balcón: tenemos la misma autoridad aunque hayamos llegado tarde, él no se olvida de nosotros, eso es lo bonito del Señor. Y la cosa es que Pablo está preso, Pablo está mandando cartas que se está quejando de lo que le está pasando a él. Pablo no está pensando en las circunstancias de ese momento, Pablo está, como todo buen creyente, pensando en el ministerio que Dios le ha dado, la gente que Dios le ha dado. Aunque él esté preso: yo tengo gente que tengo que animar, gente que tengo que predicarle, todavía la historia no ha acabado aunque yo esté preso.

Aunque tú no tengas un micrófono, aunque tú estés sentado, aunque tu grupo de alianza sea pequeño publica, comunica, dile a la gente lo que el Cristo de la gloria ha hecho en tu vida. Toda la plenitud de Él en mí, no son características, no son rasgos, no es que me parezco, es la naturaleza de Dios, oh ese altísimo incomparable.

Mientras preparaba este sermón yo acostumbro a, después que tengo el pasaje y he leído los demás originales en la sala de mi casa y pongo música, y así yo lo leo todo, pongo música y voy preparando, no me pregunte qué tipo de música pero tengo música (risas) leo el sermón, Vivian está frente a mí en el sofá estudiando para las perspectivas so yo la veo bien seria a ella en su estudio y yo me estoy riendo, preparando el sermón yo me estoy gozando porque Dios también me está hablando a mí. Decía: Señor qué grande Tú eres que a veces no entendemos con lo rápido que vivimos la vida no entendemos, lo más grande eres Tú que te fijaste en nosotros.

Pablo sigue hablando en el verso 11 y nos dice que esa circuncisión echó de nosotros ese cuerpo pecaminoso y carnal, la circuncisión de Cristo es un aspecto abstracto pero un aspecto real en nuestras vidas. Y sigue diciendo: «Sepultados con Él en el bautismo en el cual fuisteis también resucitados con Él mediante la fe en el Poder de Dios que lo levantó de los muertos, y a vosotros, estando muertos en pecado y en la incircuncisión de vuestra carne os dió vida juntamente con Él perdonándoos todos los pecados.

Algo que me llamó la atención de este pasaje cuando dice que está anulando el acta de los decretos que había contra nosotros fui al contexto histórico, ¿a qué se refiere Pablo con el acta de los decretos que nos era contraria quitándola del medio y clavándola en la cruz?

En los calabozos de las casas de antes afuera de la reja estaba el récord por el cual la persona estaba presa, so el carcelero cuando pasaba para llevar comida a esos presos podía leer en la puerta del calabozo lo que la persona había hecho y qué tiempo iba a estar preso, so todos los días a ese preso le recordaban psicológicamente qué había hecho y cuánto tiempo iba a estar preso, so lo que Pablo está diciendo es que Jesús, ese mismo Jesús entró a esas cárceles en la que tú y yo estábamos presos y fue cárcel, celda por celda, y tomó el decreto de lo que tú habías hecho.

Y tomando ese decreto en Sus manos no se quedó para hacer un récord o para recordarnos, lo grande de ese momento es que Él toma nuestros pecados, esa acta que me acusa delante de Dios Padre, Él la toma y la lleva consigo hasta la cruz, cada que lo clavaban estaban clavando nuestro decreto, estaban clavando lo que nosotros habíamos hecho de malo y en ese momento, en esos clavos, ese decreto era destruido, nuestra celda estaba limpia, nos considerábamos libres, libres, ya no éramos presos, tenemos que estar fuera, no hay quién nos acuse porque Él tomó nuestras culpas.

Como diría todo buen puertorriqueño: cogió el acta y se la puso en la cara al diablo para que viera que ahora somos libres, no hay quién nos acuse, es lo mejor que podemos tener, entonces ¿por qué tener sentido de culpabilidad? ¿por qué tener problemas con la autoestima? ¿por qué te mantienes preso si ya Él quitó la culpa, quitó la acusación y la borró de una vez y por todas. Iglesia León de Judá, Iglesia a través del internet dile al mundo que eres libre, eres libre, eres libre porque el Cristo que tiene toda la deidad te ha hecho libre.

Dice en el verso 15: «Desarmó, despojó a los principados y a las potestades, y los exhibió públicamente». En el griego la palabra exhibir en este contexto es la misma palabra que se usa cuando se hacía una parada, una parada como del 4 de Julio, parade del memorial day, un desfile, entonces imagínate que todos esos principios demoníacos, todos esos principados, esos dominios que nos mantienen presos, que nos mantienen en una miseria emocional y espiritual ahora Jesús hace un desfile para enseñar lo que Él ha sacado, lo que Él ha vencido y dónde lo ha puesto.

Es decir está haciendo una burla públicamente para que sepas cuando te mires en el espejo en la mañana, te vas a averiguar, no te vas a ver más joven ni más delgado, pero te vas a ver libre, te vas a ver libre. Qué bonita ocasión de comenzar nuestro día diciéndole al espejo: me he levantado y sigo libre porque mi Cristo tomó mi carga y la clavó en la cruz, tomó mis maldiciones y las quitó. Qué gozo, puedo ir a trabajar en la mañana, puedo ir a la escuela en la mañana, puedo caminar con mi cabeza ergüida porque no tengo quién me acuse, porque mi mejor abogado nuestro Señor Jesucristo cuando tomó esa culpabilidad mire la tomó y la clavó en la cruz. So en esta mañana comienza a vivir una vida de libertad.

Cuando nos mantenemos en las prisiones y no queremos salir de la cárcel nuestra forma de ver las cosas, nuestra perspectiva es de una persona que está presa, una persona que está atada, una persona que no tiene libertad, una persona que está restringida, una persona que no sabe qué hacer, que no piensa en el futuro porque está presa. ¿Cuántos de nosotros en nuestras comunidades, en nuestro diario vivir encontramos personas que se ven muy alegres pero están presos? no se sienten libres y usted y yo somos los mejores mensajeros para enseñarle a estas comunidades ya sea la comunidad de nuestro trabajo o la comunidad en que vivimos, o nuestra familia que aunque no tenemos mucho pero somos libres, con eso no hay que hacer mucho ruido porque es una realidad, no es algo abstracto, es algo concreto que nadie nos lo puede quitar. Por eso Pablo dice: no dejes que te engañen con huecas sutilezas y filosofías si ya tú eres libre, ya tú eres libre, decláralo a los cuatro vientos: yo soy libre porque el Cristo que yo le sirvo tomó lo que yo era, tomó el acta, la rompió, la anuló y abrió la celda.

Si estamos presos y no queremos salir cuando aconsejamos, aconsejamos como un preso y a veces nosotros tenemos ciertos problemas y vamos a ver a hermanos y hermanas que creemos que están libres pero están presos y el consejo que nos dan es completamente negativo. Bueno ¿qué vas a hacer? ¿a ver qué pasa? quizás Dios se acordará de ti. Cuando se está preso hermano, hermana, no hay esperanza porque nos quitan la esperanza, no ves la hora en que vas a salir, pierdes el conteo del tiempo, no sabes bien, ya se te perdió, pierdes todo y no te das cuenta que hace tiempo Dios te ha hecho libre, Dios te ha hecho libre.

En esta mañana yo quiero que usted reflexione, no solamente en el mensaje de esta predicación ni en el estilo como se predica pero yo quiero que vayas a tu vida personal, ¿dónde está tu vida en este viaje del Evangelio?

Si tienes una mentalidad negativa tú vas a ver que todavía el acta del pecado está ahí pero la mentalidad tienes que reprenderla y ver que no hay nada, que es solamente mental. Pero si el enemigo te quiere hacer ver: pero es que estoy solo, pero es que no puedo ver nada más, es que no siento, es que no hago, tienes que creer, tienes que creer que el Señor Jesús antes de que yo naciese, antes de que yo fuese formado y eso es lo que Pablo quiere enfatizarle a los Colosenses, mientras sistemas humanos cuando nunca han hecho nada por nosotros, sistemas humanos que te pueden vestir, sistemas humanos pueden cambiar tu peinado, sistemas humanos te pueden hacer una cirugía plástica pero no pueden cambiar lo que hay dentro del corazón y de la mente, para eso fue que vino el Señor Jesucristo y eso fue lo que Pablo les dice a ellos: ¿cómo es que tú vas a dejar ahora la realidad, esa experiencia genuina por filosofías vanas y huecas sin sentido? sólo porque lo dijo Platón o Aristóteles.

Yo tengo una mejor filosofía porque yo he conocido al creador de la filosofía que toma lo abstracto y lo hace concreto, que toma lo imposible y lo hace posible, que toma lo insignificante y lo hace grande, se llama Jesucristo.

Cuando estamos presos lo que hacemos es seguir sombras, eso es seguir el pensamiento paulino, la gente sigue las sombras, sigue lo que no es real, sigue lo que es temporero, sigue lo que es efímero, sigue lo que no es eterno, sigue lo que no tiene sustancia, sigue lo que no tiene esencia. ¿Por qué seguir todas esas cosas si abres tus ojos y miras hacia el frente y vas a ver al Cristo resucitado que está frente a tu vida diciéndote: Sal de esa maldita prisión, sal de esa cueva, sal de esa baja autoestima, sal de ese bajo engaño, sal aunque seas inmigrante, sal aunque no tengas papeles pero sal porque Yo te he dado la libertad y la autoridad sobre toda potestad y dominio diabólico pero sal? ¡corra, brinque! hermano alégrese porque no somos esclavos ya de una maldición.

Dígale a su familia cuando llegue a su casa: familia somos libres. Cuando usted llegue hoy a su casa en la tarde coja a su familia, haga un círculo de oración en su sala y dígale: Señor ¡yo y mi familia somos libres! y si tú declaras con tu boca que tú eres libre, si tú declaras que tú eres libre los principados van a entender que está hablando el Hijo de nuestro Dios, está hablando gente que aunque sea imperfecta han abierto sus corazones y ahora esa familia es un trono en el cual se sienta Jesús con Su Padre y Espíritu Santo para decirle al mundo espiritual: en esta casa, en este apartamento, en esta familia está reinando la deidad y la plenitud del Señor, esta casa es especial, aquí no hay lugar para estar preso, abre esa reja, abre todos esos papeles y bótalos en el Nombre de Jesús.

Señor: mi casa no es una cárcel, mi casa es Tu templo, mi casa no es una cárcel, mi casa es Tu templo y tus hijos habitan Tu templo. Santifique su casa, santifique su apartamento diciéndole al mundo espiritual: aquí estamos nosotros con mi familia adorando a lo que no es abstracto pero es concreto, a lo que no es irreal pero es real, a lo que no podemos tocar pero es el motor de nuestras vidas que aunque no lo hayamos visto le creemos. ¿Qué decimos en esta mañana? llegamos a su casa y cuando lleguemos a nuestras casas vamos a declara ¿qué? que somos libres.

Marta cuando llegues a tu casa ¿qué vas a hacer? declarar: somos libres. Winston ¿qué vas a hacer? Camilo ¿qué vas a hacer cuando llegues a tu casa? somos libres, Danny cuando llegues a tu apartamento: somos libres, somos libres. Y una Iglesia que es libre, una Iglesia y un pueblo que es libre no tiene límites.

Quiero terminar con esto. En el año 1974 en un país en Sudamérica este Pastor llevaba 30 años en el ministerio y llegó un momento en que sintió cansado, se sintió solo y le dice a su esposa «mañana después que terminemos el servicio de este domingo nos vamos al tren, voy a dejar todo y nos vamos a otra ciudad». La esposa no dijo nada sino que pensó ¿qué estará pasando por la mente de mi esposo que quiere dejarlo todo? y pasó que estando sentado esperando el tren que llegaba a cierta hora el tren se atrasó y en vez de haber un número de personas que normalmente esperan por ese tren el crowd, ese grupo de personas comenzó a crecer y a crecer. So él decide ponerse en pie y a formar una línea, y dice que habían muchas personas formando líneas, todavía no llegaba el tren pero estaba esperando gente ese tren.

Y dice que mientras esperaba él cuestionaba, y le venía a la mente este pasaje, «pero si Dios me hizo libre, si Dios me ha dado poder y autoridad, si me ha hecho un soldado de su causa ¿qué me ha pasado a mí estos treinta años que he perdido esa visión? y dice que estando ahí esperando llega el tren pero él hace un número como un número 100 que tiene que esperar que cada persona entre, y él así a lo lejos divisa a un individuo que viene caminando dando pasos de un lado a otro lado, cuando se va acercando a él ve que tiene ropas viejas, sucias, no está peinado, tiene una apariencia un poco como si fuera alguien que no tiene dónde vivir, cuando se acerca a él este individuo medio loco le pone las manos encima y comienza a cantar: «soy yo soldado de la cruz y siervo del Señor, no temeré llevar su cruz, sufriendo por su amor, después de la batalla nos coronará, Dios nos coronará, Dios nos coronará, después de la batalla nos coronará en aquélla santa Sión, más allá, más allá, en aquélla santa Sión».

El hombre le dice a él: estaba esta mañana para cometer suicidio y cuando estaba ya para tirarme a ese abismo una voz me dijo: ve ahora mismo al tren de la ciudad para que le digas a uno de Mis hijos que yo he dado la autoridad y el poder, y le dice al Pastor: el Señor me dice que si tú tomas este tren para dejar y abandonar, y rendirte, entonces yo que soy piedra tendré que predicarle a la gente.

Después de la batalla nos coronará, Dios nos coronará, Dios nos coranará, después de la batalla nos coronará en aquélla santa Sión, más allá, más allá, en aquélla santa Sión. Oh más allá, más allá en aquélla santa Sión, después de la batalla nos coronará, nos coronará en aquélla santa Sión.

Hermanos Dios les bendiga, Dios les guarde, no siga lo abstracto, siga lo concreto que equivale a seguir al Señor Jesús, ese es el primer punto, el segundo punto: sal de la celda, sal de la celda y dile a este mundo que tu deuda ya está pagada, tercer punto: nuestra circuncisión no fue hecha por manos de hombre, fue hecha por manos santas de Dios, una mejor y superior. Alabemos Su gloria en esta mañana, vayamos a nuestras casas pensando: ¡yo soy libre, yo soy libre!