SERMONES
Prepárate para tu cita eterna
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Como siempre, el Señor es perfecto en todas sus cosas y acabamos nosotros de orar por un hombre que acaba de perder su hijo, y vamos a seguir orando por Tom y por su hijo. Pero, fíjate, el Señor me puso una palabra en esta mañana que se trata de la fragilidad de la vida y lo largo que es la eternidad. Y nadie… ¿quién quiere perder un hijo? Y, parte del choque de perder un hijo es el hecho de que, por lo menos nosotros pensamos, nadie debe morir de tale dad. Y yo me imagino, no conozco a Tom ni conozco a su hijo, pero you me imagino un joven en la flor de su vida con toda su vida delante, con planes y propósitos. Pero ahora con una larga eternidad delante.
Y Dios nos invita, vamos a pensar en eso, en la promesa que Dios nos ha dado, y la preparación para ese día. Y les invito a abrir el Libro de Hechos, capitulo 24. Hechos, capítulo 24, comenzamos a leer desde el versículo 14, 15 y el 16 de Hechos, capítulo 24. Aquí el Apóstol Pablo está compareciendo delante de… él está detenido, ha estado detenido él en Cesaría por dos años o estará detenido, perdón, en Cesaría por dos años después de comparecer delante de este rey – delante de este gobernador, Félix. Vinieron desde Jerusalén los líderes del Sanedrín para traer ciertos cargos contra Pablo, y fíjate en su defensa – a propósito, como alguien que era un abogado, Pablo era un tremendo abogado, ¡en verdad! El hombre sabía defender sus derechos en la corte, conocía sus derechos como un ciudadano romano y como un judío y fariseo, y él pudo desmentir todos los cargos contra él y probar su falsedad, menos una.
Él abiertamente admitió este cargo, es el único cargo que él admitió delante de esta corte y delante de este gobernador y le dice, “Pero esto te confieso que según el Camino…” Lo habían acusado de ser un cristiano y un líder entre los cristianos. “… que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo a Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la Ley y los Profetas están escritas, teniendo esperanza en Dios la cual ellos también abrigan: de que ha de haber resurrección de los muertos, así de los justos como de injustos. Por luego él añade, y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante de Dios y ante los hombres.”
Ahora, hermanos, primeramente, dos cosas que podemos ver acerca de él, este evento, llamado por distintos nombres, el Tribunal de Cristo, el Tribunal del Gran Trono Blanco, no estoy aquí para entrar en detalles de teología pero sí dos cosas podemos sacar inmediatamente del versículo 15 y versículo 16, acerca de este evento.
Primeramente, mis hermanos, yo les puedo decir con certeza, esto es una verdad incontrovertible bíblicamente. En toda la palabra de Dios se afirma que el ser humano tendrá tarde o temprano una confrontación con su Creador. La Creación conocerá su Creador, compadeceremos delante del trono de Dios, esto está en el Antiguo Testamento, vemos esto en el Libro de Génesis, vemos esto en los Salmos y en los Proverbios, en Eclesiastés escribe de esto, los Profetas escribían de esto. En el Nuevo Testamento es más declamatorio acerca de esto, está regado por todo el Nuevo Testamento.
Jesús fue tal vez el que predicó más que todos acerca de el hecho de que nosotros estaremos delante de un rey, que el Señor iba a evaluar, él en un instante habló de una separación en ovejas y cabritos, de separar algunos para su izquierda, otros para su derecha, él fue muy explícito en los cuatro evangelios acerca de esto. El Libro de los Hechos, ya tenemos aquí el Apóstol Pablo hablando de esto. Aparece en Romanos, aparece en ambos libros – ambas Cartas a los Corintios, aparece en el Libro de Hebreos, aparece en el Libro de Judas, aparece en los dos libros de el apóstol Pedro… Apocalipsis.
Mis hermanos, si ustedes se estremecieron al ver Avatar, no han visto nada. El Apocalipsis es esto en tres dimensiones. Se trata de esto nada más, it’s coming, es inevitable. ¡Qué bueno saber esto de antemano!
Pues, número uno, mis hermanos, nosotros vamos a ver a nuestro rey y estaremos delante de él, ahora esto es lo que nosotros creemos y lo que nosotros enseñamos, los justos y los injustos tendrán dos días muy distintos. Los injustos conocerán tal vez este rey por primera vez y lo único que sucederá entre ellos y este rey es que ellos se vean inevitablemente obligados de reconocerlo, este es mi rey. Y este es el punto, toda rodilla se doblará delante de él, toda lengua confesará que él es rey, that is it. Y hasta allí llegó su relación con este rey. Nosotros los justos tendremos otro tipo de día, y si usted ha tomado su clase de discipulado, y si usted ha llegado a nivel tres, usted bien se acuerda que seremos evaluados. Eso es más bien una evaluación y sabe, nada se evalúa que no tiene valor.
El Señor que valora tanto, que Él detiene toda la operación del cielo para detenerse contigo y su vida, y evaluarla. Interesantemente el pastor Omar, en un momento en la oración, intercediendo por este pueblo él pidió delante del Señor Padre, confesemos, confesamos que te hemos ofendido… y lo digo automáticamente, con nuestros pensamientos, con nuestros hechos, con lo que decimos, we have ofended you with our words, with our deeds and with our thoughts y hermanos, esto es… si usted quiere saber qué es lo que será evaluado, sepa eso. Cúbrase de esas cosas, y estás bien. That’s it.
Todo se trata de nuestras palabras, de nuestros pensamientos y de nuestros hechos. Lo que hacemos, lo que decimos y lo que pensamos. Eso es lo que será evaluado. Ahora, hermanos, si esto es tan obvio y si el Señor es tan enfático sobre esto, ¿no crees tú que estaríamos constantemente preparándonos para esto?
Y esto es lo triste, porque lo segundo que vemos nosotros, lo segundo que puedo ver de esta escritura y en nuestra experiencia es que la mayoría de nosotros no pensamos en esto. Francamente, si fuéramos honestos, dice el Apóstol Pablo en el versículo 16, “y por esto…” Al saber usted que este día va a llegar. Al saber yo que ese día va a llegar, ¿cómo usted termina esa frase “y por esto…”? “Y por esto…”
Vendrá un día en que nuestros pensamientos, nuestros hechos, nuestras palabras serán evaluadas por nuestro creador, so what? Y por esto dice el Apóstol Pablo, encarcelado, mira este símbolo de un hombre en cadenas delante de este gobernador. Él era el ùnico hombre libre y tranquilo en todo este tribunal. Y dice, “por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.”
Hermanos, espero no escandalizarlos, y eso lo vemos en nuestro diario vivir, y por eso el Señor en su misericordia nos trae esto, yo me cubro bajo esta carpa. ¿Si estuviéramos nosotros constantemente pensando en esto nos daríamos las libertades que a veces nos damos?
¿Nos atreveríamos pensar lo que a veces pensamos? Nos atreveríamos decir lo que a veces decimos? ¿Nos atreveríamos? Y, mis hermanos, eso es tal vez el ángulo tal vez más negativo en que se puede contemplar esto. El otro ángulo es esto, hay un ángulo muy positivo y es esto: yo comparto con mi clase de discipulado cuando llegamos a este punto, es más ni siquiera cuando llegamos a este punto, cuando llegamos a una clase acerca de la mayordomía del tiempo. ¿Por qué nos importa medir nuestro tiempo, distinguir lo importante de lo urgente? ¿Qué ironía que en los materiales de discipulado, esa es la clase que sigue la clase acerca de la visión, Omar. Y yo le digo a estos hombres, ¿sabes qué? La distancia entre el hombre que eres y el hombre que Dios te ha llamado a ser, se mide en tiempo.
Dios nos ha dado a todos cierto tiempo – un ejemplo, unos años atrás un hermano, tal vez un año atrás, un hermano tomando la clase de discipulado llego ese tiempo… Hay una sección en donde nosotros escribimos nuestro propio funeral y qué van a decir de nosotros en nuestro propio funeral. ¿Qué quisiéramos que dijeran de nosotros en nuestro funeral? ¿Cuántos hicieron eso, se acuerdan de ese ejercicio? ¿Cuántos todavía lo tienen? ¿Cuántos se están acercando a que su gente diga eso de usted? Yo todavía estoy en ese proyecto, gracias a Dios, y Dios ha sido misericordioso con nosotros.
Porque no es lo que dirían de nosotros, es lo que quisiéramos que dijeran de nosotros y después que ellos comparten qué quisiéramos que ellos dijeran de nosotros, entonces yo me atrevo a hacerles esta pregunta, mis hermanos, ahora… entre nosotros, de verdad, ¿qué diría tu vecino de ti? De verdad, qué diría, eso es… No, como ustedes pueden imaginar, no nos detenemos mucho en ese punto pero se asustan en esto, ellos inmediatamente, es obvio que para llegar a ser ese hombre se cruza una jornada medida por tiempo.
El detalle es que no sabemos qué tiempo tenemos. Y uno de estos hermanos comenzando esta jornada, casi a la mitad del curso de discipulado, descubrieron que él tenía un cáncer muy agresivo, Terminal y faltando unas semanas –unas semanas- antes del examen final del discipulado, en diciembre de ese año, él falleció. Pero Dios le dio unas semanas y en ese tiempo que el Señor le dio, si usted ve este hombre trabajando, es más, esa proclamación que él hizo fue su mapa, él inmediatamente… en el hospital se casó con su esposa, él quería hacer eso hace tiempo, lo llegó a hacer, se reconcilió con sus hijos… porque cuando nosotros llegamos a esa jornada, fíjate lo que… en nuestra ancianidad, no es como si estuviéramos llegando a un fin, es como si estuviéramos caminando una larga jornada y de momento llegamos a la costa, y no es que llegaste a nada, es todo lo contrario.
Hemos llegado a un gran mar, un gran océano delante de nosotros, oímos sus ondas y vemos su viento y no hay un horizonte y allá el Señor nos está llamando, eso es lo que nos espera delante de nosotros, la verdadera jornada, todo lo demás ha sido puro entrenamiento.
Ahora, sabiendo esto mis hermanos, ¿qué hacemos? Buenas noticias, yo tengo las preguntas del examen ya. Ya tenemos las preguntas de ese examen… ese examen que tendremos delante del Señor ya usted tiene las preguntas, son dos nada más, mira si esto es fácil: Primero, ¿quién fuiste? O si te llegara a preguntar hoy, ¿quién eres? Segundo, ¿qué hiciste?
¿Quién fuiste? ¿Qué hiciste?
¿Por qué comenzamos con quién fuiste? Sabe, la gente que no piensan bien en esto, que no se preparan, que no conocen la esperanza delante de esto… las cosas locas que nosotros hacemos para dejar un legado, ¿cuántos…? No hay un edificio en una universidad que no tenga el nombre de alguien, un donador. ¿Por qué? Porque esa persona desesperadamente quería asegurar que su nombre fuera honrado y recordado y amado. Hospitales, monumentos, calles, queremos dejar una granja a nuestros niños y sus nietos… Saben, nos preocupamos tanto de eso, sin pensar que si te preocupas… si nos preocupamos de la obra de Dios en nosotros, participar en la obra redentora de Dios en nosotros… Mira, hermano, si hay buen árbol dará buen fruto. Si hay buen árbol, dará buen fruto… Si nos preocupamos por el árbol que somos, no nos tenemos que preocupar por el fruto.
Lo que pasó a Samuel, ese día me preocupo porque yo sé que no soy perfecto, no he sido perfecto… No he sido la madre perfecta, el padre perfecto, el trabajador perfecto, el jefe perfecto, el amigo perfecto, el hijo perfecto no lo he sido. ¿Sabes lo que celebra la palabra de Dios, lo que dice la palabra de Dios de la senda del justo?
Interesantemente la senda del justo no es medio día, todo el día con una constancia. Dice la palabra, que la senda del justo… “mas la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.” Lo que honra a Dios es que estemos en aumento, que estemos participando en la obra redentora y santificadora y de perfección en nuestras vidas.
Hermanos, esto en verdad, los cambios más radicales en nuestras vidas a veces comienzan con los gestos más sencillos. La semana pasada tuve el privilegio de estar en un grupo de oración. El miércoles en la noche con un grupo de hermanos americanos, no carismáticos ni nada pero un grupo de un puñado de hombres buscando el rostro de Dios; y uno de estos jóvenes que se reunió allí, en una de las oraciones, aún en ese sentido fue una de las oraciones más sinceras que yo he oído.
Y su oración fue algo así: Dios yo prefiero los Red Sox a ti, yo prefiero tantas cosas locas, yo prefiero, oh God, I confess I love the Red Sox more than you, I love – I love my gameboy more than you, also silly things… prefiero mis juegos electrónicos pero quiero… Oye esto: yo quiero darte a ti más que eso, más que eso. Start with that. Maestro, yo deseo desearte. Deseo desearte, tengo hambre por tener hambre de ti. In pursuit of God. I hunger the hunger for you.
Esta misma noche, delante de la presencia del Señor, como declaró el predicador el domingo pasado predicando el libro de Ezequiel, pídele al Señor un corazón de carne. Start with that! Señor, quiero tu corazón, quiero tu corazón, quiero desearte, quiero aprender a amar como tu, amar tu presencia, veo que otros lo hacen, veo que otros lo han crecido, y tú has prometido dármelo. Una oración así mis hermanos, derrite el corazón de Dios.
Y comienza una obra milagrosa y cuando llegamos a la pregunta, ¿qué hiciste? Si usted está armado, si el Señor está trabajando en nuestros corazones, y ya el Señor está perfilando, alijando, perdón, nuestras asperezas. Tal vez esa palabrita que usted decía todos los días, solamente lo dice una vez a la semana. Tal vez esa cosita que le ofendía al Señor, usted ni siquiera se acuerda como usted paró de hacerlo, pero por el amor de Dios en ti ha crecido tanto y tu búsqueda de Él se ha convertido tanto en la meta de su vida.
Usted ni siquiera se está dando cuenta cuando o cómo dejó usted este hábito o esta manera de pensar, o esta manera de hablar pero como el Cristo en ti ha crecido tanto y tú te identificas tanto con su corazón y Él con el tuyo, bueno… lo comienzas a imitar, lo comienzas a imitar, y cuando llegamos a la parte, ¿qué hiciste? Sabes, el cielo es muy diferente que la Tierra, a propósito, el cielo es muy diferente que la Tierra y las cosas que nosotros contamos como significantes: “Oh, Master, I had a wing of the hospital named after me… Señor, yo tuve una ala del hospital que nombraron…”
Mis hermanos, hojarasca u oro… nos vamos a sorprender. Dice la palabra que habrán sorpresas en el cielo, y los primeros que nos sorprenderemos somos nosotros de lo que Dios celebra y lo que deja de celebrar.
Sabe, unos años atrás cuando me despedí de mi último trabajo y algunos de mis colegas estaban diciendo distintas cosas de cómo nosotros interactuamos, las cosas que más les significaron a esta gente… ni siquiera yo me di cuenta que cuando mi mamá murió, Samuel me dejó una tarjeta, I forgot all about that. Ni siquiera me había acordado de eso, pero sabe lo que yo pensé en los cientos de oportunidades que yo tuve para hacer más cosas así, tomar más momentos así, sencillamente… ¿qué hiciste? Será seguido de las preguntas, ¿a quién amaste? ¿a quién serviste?
¿A quién amaste? ¿A quién serviste?
Usted se va a sorprender, mientras usted está creciendo enamorado de Dios y por pura obediencia del Espíritu Santo, tú ama. Toma su momento y amas y el Señor te va a dirigir cómo, cuándo y quién y a cuál extremo amar. Lo que dice la palabra, el Señor celebra al que le da el vaso de agua a un visitante porque Él celebra actos insignificantes y totalmente olvidables de amor, invisibles a todos menos a Él.
Hermanos, somos evaluados porque usted vale mucho oyó. Nadie nos toma más en serio, el Señor toma nuestros pensamientos en serio porque te valúa y te valora, tu vida es lo que se estará celebrando delante de su trono ese día.
Vamos a ponernos de pie. Por favor. Enrique, yo quiero más de ti… Tomemos un momento, mis hermanos, y yo les voy a invitar a que si no lo ha hecho, por lo menos esta semana, cierre sus ojos por un momento y transpórtese, tú estás delante de la presencia del Señor… ahora yo te voy a decir algo, eso será precioso. Para eso fuimos hechos, ese es tu hogar, that’s home. Por fin estamos en casa, Dios en toda su luz y majestad, Jesucristo sentado en su trono, gobernando, ya por fin, todo como tenía que ser… Justicia total, recta, por toda una eternidad, everything is as should be.
Jesús entronado, gobernando, tú su hijo delante de su presencia a donde perteneces con invitación. Ahora delante de su presencia, gracias a Dios podemos hacer esto aquí, vamos a tomar esta oportunidad y decirle, Señor, esto es precisamente lo que queremos, queremos desearte sobre todo. Queremos Señor, que al fin del día, traer nuestros libros delante de ti, equilíbralos en esta noche. Equilibra nuestros libros.
Señor, no queremos cuenta contigo, no queremos cuenta con nuestros hermanos. Padre, queremos Señor, que nos dé tu corazón, que nos instruya en amor y que seamos, Maestro, faros, señalando ese día precioso que nos espera, Maestro. Te amamos.
Seguimos orando por Tom, Padre, que cuando él llegue a la orilla del mar, cuando llegue su día, él te vea a ti y que Él sepa lo que está delante de él, y que es bueno y vale la pena esperarlo en el nombre de Jesús.
Busquemos de Dios
28 de junio del 2010 - Por Betsy Behan
"Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente"
1 Crónicas 16:11
Cuando buscamos de Dios
la carga es más ligera, el camino más corto
las cadenas son rotas.
Cuando buscamos de Dios
él nos dirige, su gracia nos decora
el ambiente tiene aroma de rosas.
Cuando buscamos de Dios
su gozo es melodía, su espíritu nos llena,
sentimos su presencia
cuando buscamos de Dios
El domingo pasado el servicio en mi iglesia "Congregación León de Judá" fue diferente, el Señor nos habló de una manera especial. El está llamando a la "oración", a buscarlo en "espíritu y verdad". El nos está hablando de muchas maneras, y una de ellas es por medio de la naturaleza, de la cual él tiene total control "es obra de sus manos". Todo lo que está pasando son señales que deben cumplirse, y no debemos tener temor, pero si "buscar de Dios" “busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores” (salmo 34:4).
Mi esposo y yo serviríamos como ujieres en el servicio en inglés, pero el Señor cambió el programa, y celebramos los dos servicios juntos, bueno los tres porque la presencia de Dios era tal que los servicios en español e inglés siguieron corridos con el de la tarde. El Señor usó a mi pastor para que así fuera, se sentía una visitación especial; particularmente yo por un momento me sentí como sedada ~ fue una experiencia diferente.
Es un llamado general. Mi madre me comentó que también en su iglesia celebraron un servicio-retiro, el cual culminó en la tarde, y el Señor ministró de manera especial. Estoy segura que muchas otras iglesias estaban unidas en el espíritu. Amados prestemos atención al mensaje que Dios nos está mandando, y recordemos que él nos ama, él es bueno. "busquemos de Dios".
Amado Dios: nos entregamos a ti, nos doblegamos ante ti para que se haga tú voluntad en nuestras vidas. Nos humillamos y buscamos más de ti Señor. Amén.
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo
Sus pensamientos, y vuélvase a Jehová,
El cual tendrá de el misericordia, y al Dios
nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Isaías 55:6-7
La iglesia y el pueblo de Israel
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Nuestro predicador de esta mañana es nacido en el Japón, originalmente vino a los Estados Unidos a los 13 años. Su nombre es Fumio Taku y ha sido pastor. Es también administrador de empresas, graduado de Yale University. Tiene una maestría en administración de empresas. Ha vivido en Israel por varios años donde dirigió una Compañía israelí y también asistió y ayudó en una congregación mesiánica allí en Jerusalén y en Israel. Es un hombre que ama a Israel muchísimo. Es presidente también de una organización que se llama Cristianos y Judíos unidos a favor de Jerusalén. Es un gozo tener al pastor Fumio con nosotros. Digan todos, bienvenido Fumio.
Buenos días todos. Mis amigos y mis hermanos. Es bueno estar aquí hoy. Como ha mencionado el pastor Miranda, nací en Japón y fui criado en una típica familia japonesa. Nunca escuché la palabra Dios mencionada jamás en mi familia. Somos una familia muy secular, y no tenía absolutamente nada que ver con el cristianismo. No tenía nada que ver con los judíos. No tenía nada que ver con los latinos tampoco. Pero aquí estoy, todo por los milagros de Dios. Verdaderamente Dios reina en nuestras vidas, no es así? Y él dirige nuestros pasos.
Lamento decirles que mi esposa no está aquí hoy conmigo. No pudo reunirse con nosotros, pero hace muchos años fue a través de sus oraciones y sus testimonios que yo llegué a recibir a Cristo en mi vida. Si hay alguna persona aquí cuya esposa o esposo no ha recibido a Cristo todavía, no se de por vencido.
He tenido esta oportunidad de dirigir esta organización que se llama Cristianos y Judíos unidos a favor de Israel. Es una organización compuesta de judíos y cristianos que aman a Israel. Y estamos parados brazo con brazo a favor de Israel. Israel como la tierra bíblica y nacional para el pueblo judío, y sostenemos a Jerusalén como la ciudad indivisible que Dios tiene para el pueblo de Israel, su capital indivisible.
Estuvimos tan bendecidos de tener al pastor Roberto, Delmi Martínez, y muchos de ustedes en esa marcha en Boston a favor de Israel que tuvimos hace unas semanas. Todos los amigos judíos, y los rabinos judíso que son amigos nuestros, los que estuvieron allí fueron tan impactados en su corazón sabiendo que ustedes y otros cristianos estaban allí sosteniendo y apoyándoles.
Como cristianos somos estudiantes de las Escrituras. Como sabemos la Biblia fue escrita hace miles de años, y sin embargo hoy en nuestros días, si uno prende el televisor, o abren un periódico frecuentemente uno todavía lee noticias acerca de los judíos, Israel. Parecería que todos los conflictos del mundo dan vueltas siempre alrededor del mismo tema: Israel.
Hace tres semanas se reportó que el Consejo Rabínico de Judea y Samaria, un grupo oficial de judíos y rabinos ortodoxos en Israel hizo una declaración, que el reciente incidente de la Flotilla de Gaza, algo que sucedió hace poco, una protesta bien fuerte que hubo contra Israel, fue un esfuerzo por hacer una especie de protesta invasiva que venía de Turquía para entrar en Gaza, donde están los palestinos en esa parte de Israel. Esos rabinos hicieron una declaración oficial que esa situación se parecía muy cercanamente a la guerra que predice el libro de Apocalipsis de Gog y Magog, y otros libros proféticos, y esa es una de esas guerras que se dará en el fin de los tiempos, como dice en el libro de Ezequiel, capítulo 8:38 y 39, y Zacarías, capítulo 12 también habla de esta guerra de Gog y Magog, y en esa declaración los rabinos decían que todas las naciones del mundo se agolparán contra Israel. Pero, dicen ellos, al final de ese conflicto se dará la redención final del pueblo de Israel.
Ahora, como cristiano no podría estar más en acuerdo con ellos, estoy totalmente de acuerdo. De hecho, el tiempo del fin está cerca. En nuestros días el tiempo de la venida de nuestro Mesías Jesucristo está bien cercano y el tiempo de la redención final del pueblo de Israel también está muy cercano.
Quiero compartir con ustedes en esta mañana de la palabra de Dios, esa parte del pueblo de Dios que es el pueblo de Israel, el corazón de Dios para ellos y relación entre la iglesia, nosotros como iglesias, y el pueblo de Israel. Me alegro de estar entre gente que sabe que como pueblo cristiano se supone que amemos a Israel.
Voy a comenzar mi enseñanza esta mañana yendo a tres versículos primeramente. Vamos primeramente a Éxodo 24, versículo 12. Y después voy a ir a Juan 14:15 y 17 y Segunda de Corintios capítulo 3.
Éxodo 24:12: “…Entonces Jehová dijo a Moisés, sube a mí al monte y espera allá y te daré tablas de piedra y la ley y mandamientos que he escrito para enseñarles. Y se levantó Moisés con Josué, su servidor, y Moisés subió al monte de Dios…”
Ahora vayamos a Juan, capítulo 14, versículo 15 hasta el 17: “…. Si me amáis guardad mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y él os dará otro consolador para que esté con vosotros para siempre. El espíritu de verdad, el cual el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero ustedes conocen ese espíritu porque ese espíritu mora con ustedes y estará en ustedes…”
Vamos a Segunda de Corintios, capítulo 3, versículo 2: “… Nuestras cartas sois vosotros escritas en nuestros corazones conocidas y leídas por todos los hombres , siendo manifiesto que sois carta de Cristo, expedida, escrita por nosotros, escrita no con tinta, sino con el espíritu de Dios vivo, no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón…”
Ahora, hablemos entre nosotros como cristianos un momento. En Segunda de Corintios, capítulo 3, versículo 2, Dios nos describe lo que es caminar como un creyente en Jesucristo, qué es lo que constituye, cómo se camina como un creyente. Como una persona que ha recibido salvación a través de Cristo Jesús, no por nuestras propias obras, sino por las obras de Dios a través de Cristo Jesús, esa salvación que ustedes han recibido por fe. Como cristianos Dios nos instruye que hemos recibido las palabras mismas de Dios, de Jesucristo, directamente a nuestros corazones, que Dios había escrito en sus corazones de carne las palabras de Cristo: quién es Dios, por ejemplo, lo que él ha hecho por ti, todas las promesas que Dios tiene para ti, su poder, su fuerza, so gozo, su amor, su misericordia, su bondad, todas esas cosas han sido impresas en sus corazones. Y estas palabras de Jesús, nos dice Dios, tienen que ser manifestadas, expresadas, a través del Espíritu Santo, por medio del Espíritu Santo.
Como cristianos, nos dice la palabra, se espera que no solamente que sepas quién es Dios, o quién tu eres en Cristo Jesús, sino también se espera que tu camines en el amor, en le poder, en la misericordia de Dios, en tu conducta expreses estos valores, no por tu fortaleza personal, sino por la unción, por el poder del Espíritu Santo. Ya sea que estemos hablándoles o encontrándonos con nuestros amigos judíos, o hablando con algún conocido amigo de África, de Sudamérica, de Asia, donde sea, no importa quién sea esa persona, dice la palabra que Jesús murió por nosotros, aún cuando estábamos pecando en contra de él. Fue un amor incondicional el que nosotros recibimos de parte de Dios.
Y se supone que nosotros amemos a los demás con ese mismo amor incondicional que muestra Jesús. Debemos orar por otros y orar para que sus cuerpos sean sanados por medio del poder del Espíritu Santo. Tenemos que venir en contra de cualquier espíritu demoníaco que esté atando a una persona y en el nombre de Jesús orar por ellos. Como cristianos hemos venido a ser el pueblo de Dios, como cristianos hemos venido a ser embajadores de Cristo Jesús. Y como dice la palabra, ya no vivimos nosotros sino que Cristo vive en y a través de nosotros.
Así que aquí en Segunda de Corintios, en este texto, Dios nos instruye, nos revela quién se supone que seamos como cristianos, pero no podemos terminar allí solamente. Regresemos un poco al tiempo de los corintios, cuando fue escrita esta carta. Esta carta fue escrita por Pablo, más o menos en el año 50 ó 55 dc, estamos hablando de unos 20 años después de la muerte y resurrección de Jesucristo, muy cercana a la vida y muerte de Jesús. Piense en eso un momentito, qué estaba usted haciendo hace 20, 25 años, en su propia vida, no hace tanto tiempo, ¿verdad?
Pongamos que esta sea la congregación de los corintios, el tiempo es el año 53 dc, hace solamente 20 años que Jesús murió y se levantó de los muertos. Quizás algunos de ustedes conozcan a gente que estuvo allí en ese momento, quien sabe si algunos de ustedes estuvieron allí en el mismo día de Pentecostés cuando vieron a 120 recibir poder de lo alto en el bautismo del Espíritu Santo.
Ahora, Pablo era un judío creyente, Jesús era un mesías judío, ahora esta congregación corintia comenzó cuando Pablo, ese plantador de iglesias judío, llegó a esta ciudad se encontró y conoció a una pareja llamada Aquila y Priscila. Estas dos personas se convirtieron en los primeros dos conversos en Jesús en la ciudad de Corinto y Pablo fue entonces a la sinagoga, la iglesia judía local, ahí en esa sinagoga donde se nos dice que los judíos locales y también algunos gentiles creyentes estaban allí orando en esa sinagoga, y Pablo llegó a ella. Y Pablo comenzó a enseñarles acerca de Jesucristo y de la salvación en él.
Y Pablo usó las Escrituras originales, es decir lo que llamamos hoy en día el Antiguo Testamento de las Escrituras judías que tenían disponibles en ese tiempo, y el libro de Hechos, capítulo 18 registra lo que pasó en esa ocasión en la ciudad de Corinto, cuando Pablo llegó allí; ahí se nos dice que a pesar de que la mayoría de los judíos que estaban en la sinagoga cuando Pablo predicó, rechazaron a Jesús, Crispas que era el líder de la sinagoga, como el pastor de la sinagoga en ese momento, sí aceptó a Jesús como su mesías, junto con toda su casa, su familia y varios otros judíos también de esa sinagoga y algunos gentiles también conversos judíos que también estaban allí en ese momento.
Así que aquí estamos en la ciudad de Corinto hace dos mil años atrás piensen muchos de ustedes son judíos de hecho, y muchos de ustedes son gentiles que han estado asistiendo a la sinagoga, y muchos de ustedes son paganos como era yo antes de conocer a Jesucristo. Y entonces aquí estamos. Y cuando Pablo escribe estas palabras a esa congregación mixta de judíos, de inconversos, de paganos, es una congregación mixta, como se pueden imaginar, ustedes si hubieran estado en ese momento cuando se lee esta carta, tendrían una comprensión mucho más cabal, más profunda de las palabras de Pablo que la que hoy tenemos a dos mil años de distancia, porque usted habrá crecido como judío, habría sido educado en una sinagoga. Usted se imagina en esa congregación las enseñanzas judías y los ritos y costumbres judías le habrían sido muy familiares a esa gente de ese tiempo.
El problema es que para nosotros hoy en el Siglo XXI, a dos mil años de distancia de esas palabras, nosotros nos hemos, como cristianos, nos hemos separado de nuestras raíces judías originales y verdaderamente no entendemos las conexiones entre nosotros como cristianos e Israel, como nación. No entendemos cabalmente cuánto verdaderamente Dios ama a su pueblo en Israel, cómo Dios ha establecido un pacto inviolable con su pueblo Israel y cómo a través del pueblo de Israel Dios hizo llegar la palabra suya a nosotros. Y fue a través del Mesías de Israel, Jesús, que nosotros recibimos salvación. Y es a través del pueblo de Israel que Jesús vendrá a la tierra otra vez, y acerca de lo que dijeron esos rabinos de los cuales me refería al principio, de que se daría entonces la redención final del pueblo de Israel.
Ahora, miren de nuevo en Segunda de Corintios 3, versículo 2, dice allí en la segunda sección: “…no en tablas de piedra, versículo 3, sino en tablas de carne del corazón…”
Pablo dice aquí claramente que la ley de Dios entonces había sido escrita no en tablas de piedra, como originalmente en el Antiguo Testamento, sino en tablas de carne, en el corazón humano. Cuando él escribió estas palabras él no estaba hablando solamente de que las Palabras de Dios no se deben entender solamente con los sentidos físicos, con la mente, sino que la palabra de Dios tiene que ser interpretada por medio del espíritu. Porque es nuestro espíritu el que el Espíritu Santo de Dios le da testimonio a nuestro espíritu.
Pero, no solamente eso, Pablo se estaba refiriendo a promesas específicas dadas al pueblo de Israel por profetas de la antigüedad. Ahora, nosotros hablamos acerca de esto de recibir la salvación de Jesús, de caminar por el espíritu de Dios, y de recibir lo que Cristo dijo de que este es el nuevo pacto en mi sangre, a veces nosotros pensamos que esa palabra de Jesús del pacto de sangre, de que este es mi carne molida por ustedes, como que estas cosas eran habladas solamente a nosotros los gentiles, no a los judíos. Pero no es así.
Esta promesa de la cual estamos hablando fue y ha sido dada a un pueblo judíos, hebreo, al pueblo de Israel. Vaya conmigo a Jeremías, capítulo 31:31
“… He aquí que vienen días, dice el Señor, en los cuales haré nuevo pacto…”
Esa palabra nuevo pacto, en el hebreo original brit hadasha, esa es la misma palabra, la misma expresión que Cristo usó es mí brit hadasha, en otras palabras este es el nuevo pacto en mi sangre, la misma palabra que Cristo usa cientos de años después.
De nuevo leamos, “… en los cuales días haré un nuevo pacto con quién? Con la casa de Israel y con la casa de Judá, un nuevo pacto con Israel y con Judá, no como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto…”
Así que Dios habló a través de Jeremías al pueblo de Israel, diciéndoles, “yo haré con ustedes un nuevo pacto”, no como el pacto que ustedes originalmente, les decía, recibieron cuando salieron de Egipto, ese pacto en el Monte Sinaí, tablas de piedra, cuando Moisés recibió esas tablas de piedra y recibió allí la palabra de Dios, sino que este nuevo pacto, declara el Señor, yo haré con la casa de Israel después de estos días, y oigan esto, yo pondré dentro de ellos en su corazón yo escribiré mi ley, dice.
Oyeron eso? En su corazón yo voy a escribir mi ley. Y luego declara, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y entonces dice, y entonces ellos me conocerán. Quizá usted no se recuerde, pero cuando leímos Juan 14:17, hace unos minutos atrás, leímos que cuando venga el Espíritu Santo, dice el Señor Jesucristo, ustedes me conocerán porque el Espíritu Santo estará con ustedes y en ustedes. Y más adelante el Señor habló a través de Jeremías, dice, perdonaré sus iniquidades y sus pecados y no me acordaré más de ellos.
Así que aquí vemos en Juan y en Corintios que lo que Dios le había prometido a los judíos dos mil quinientos años antes, o 500 años antes de que Cristo muriera y resucitara de entre los muertos, Dios ya había dado a través del profeta Jeremías, esa promesa al pueblo de Israel que recibirían un nuevo pacto, ese brit hadasha, a través del cual él decía, ustedes, los judíos, me conocerán como su Dios, para que entonces la palabra de Dios sean escritas no en tablas externas de piedra, sino adentro en sus corazones, para que sus pecados sean perdonados y ya no sean tomados en cuenta jamás.
Esa es la restauración final del pueblo de Israel. Ahora, no solamente Jeremías sino también otro profeta, el profeta Ezequiel. Era un contemporáneo, vivía en el mismo tiempo que Jeremías, Dios le había dado a Ezequiel ese mismo mensaje. Si uno busca en Ezequiel, capítulo 36, versículo 24 al 28. Esto es lo que Dios le dijo al pueblo de Israel:
“… Yo os tomaré de las naciones, de todas las tierras y os traeré a vuestro país. Luego esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis limpios de vuestras iniquidades, de todos vuestros ídolos os limpiaré, os daré un corazón nuevo, pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne…”
Recuerden, ese corazón de carne al cual nos hemos estado refiriendo. Y entonces Dios dice a través de Ezequiel, le dice a los judíos:
“… y pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos… Y dice en el versículo 28, … ustedes me serán por pueblo y yo les seré por Dios…”
Así que una vez más a través de Ezequiel, Dios le prometió al pueblo de Israel que un día ellos recibirían su espíritu, el espíritu de Dios, que estuviera dentro de ellos. Eso de lo cual nosotros hablamos como cristianos, que el espíritu de Dios habita dentro de nosotros. Pablo dice en Primera de Corintios, capítulo 6 versículo 19:
“… que tu cuerpo, mi cuerpo, nuestros cuerpos han llegado a ser templos del Espíritu Santo, el mismo Espíritu Santo de Dios está sobre nosotros y dentro de nosotros, y que esa promesa que el mismo espíritu de Dios vendría a morar dentro de nosotros fue dada al pueblo de Israel hace miles de años atrás, 2500 hace Dios les dio esa misma promesa a ellos.
Ahora, si le ponemos mucha atención a lo que estudiamos en Ezequiel, Dios añadió otra pieza de información, que ese nuevo pacto que él iba a hacer con el pueblo de Israel, iba a tener lugar cuando Dios los trajera otra vez a su país de todas las naciones, que sabemos muy bien sucedió en el año 1948, después de 2000 años de estar esparcidos.
Ahora, tenemos que tener en cuenta que estoy hablando de las promesas de Dios al pueblo de Israel, ha tenido usted alguna vez una experiencia en la cual Dios le da una palabra, una visión, un sueño? Y uno se pregunta, caramba, me pregunto qué querrá decir esto, Señor? Y un tiempo después Dios le da otra visión la cual le da un poco más de entendimiento de la visión anterior.
Ahora, acabamos de leer aquí en Ezequiel, capítulo 36 acerca de esta promesa de Dios a Israel, y en Ezequiel 37, en el próximo capítulo vemos que Ezequiel describe otra visión adicional que él tiene, la cual da un poco más de iluminación y entendimiento sobre el primer evento al cual se refiere en el capítulo 36. Es una famosa visión, muchas veces se describe como la visión del valle de los huesos secos. Es un capítulo larguísimo, así que no lo voy a leer todo, pero quiero que lo lean en sus casas. Pero déjenme relatarles acerca del capítulo: Dios le dio una visión a Ezequiel acerca de un valle. Todo lo que podía verse eran huesos secos por dondequiera, y Dios le habló a Ezequiel y le pregunta a Ezequiel, profeta, tu crees que estos huesos pueden revivir? Y Ezequiel contesta, bueno, solamente tu lo sabes. Era diplomático el hombre.
Y Dios le dice a Ezequiel, profetiza sobre esos huesos secos y diles, revivan, vivan y Ezequiel vio que esos huesos se juntaban y formaban hombres, y pudo ver ese gran número de hombres levantarse y ponerse de pie. Pero estaban rígidos, no tenían vida, no tenían movimiento, no se movían porque no había aliento de Dios en ellos todavía.
Ahora, la palabra aliento en hebreo es ruac que también quiere decir, no solamente aliento, sino también espíritu. Ruac es el espíritu, el aliento de Dios. Así que Ezequiel le dice, pero Señor, no hay espíritu, no hay aliento, no hay vida en ellos, y le dijo, profetiza al ruac, al viento, al aliento, ven, espíritu, entra en ellos para que vivan. Y el aliento de Dios entró en esos seres inertes y tomaron vida y se convirtieron en un ejército poderoso.
Esto describe en más detalle exactamente aquello de lo cual venimos hablando, que cuando el pueblo de Israel regrese a su tierra y comiencen a formarse juntos en una nación, como los huesos secos, pero todavía la restauración final como esos huesos que están sin vida, todavía está por venir. El espíritu de Dios todavía, el aliento de Dios todavía no ha entrado en esa nación, en ese valle, y se espera que nosotros oremos para que el espíritu de Dios caiga y entre en ellos para que tomen vida y vengan a ser, para que la promesa de Dios para el pueblo de Israel sea realizada plenamente.
Ahora, como vemos esta es la promesa para el pueblo de Israel, entonces dónde encajamos nosotros, los gentiles? Cuál es nuestro lugar? Pensábamos que el nuevo pacto era solamente para nosotros, los gentiles, la iglesia gentil. Pensábamos como que era algo nuevo que Dios había hecho, completamente nuevo. Siempre estuvo en el plan de Dios, desde los tiempos de antaño. Así que cómo encajamos nosotros en todo ese plan de Dios?
Quiero ahora que vayan conmigo a otro profeta, Isaías esta vez. Isaías capítulo 49 en el versículo 6. Isaías era otro profeta de Dios enviado a la nación de Israel y esto es lo que Dios habló a Isaías para el pueblo de Israel,
Dice Dios, “…poco es para mí que tu seas mi siervo…”
Ahora, este siervo al cual se refiere aquí es el Mesías para el pueblo de Israel, ese Mesías que nosotros adoramos como nuestro Señor Jesucristo, que viene de nuevo, aquel Mesías a quien el pueblo judío actualmente todavía está esperando que llegue. Dice:
“… por que tu eres mi siervo para levantar las tribus de Jacob y para que restaures el remanente de Israel. También te di por luz de las naciones para que seas mi salvación hasta los postrero, lo último de la tierra…”
Casi 3000 años atrás Dios habló estas palabras, estas promesas tanto al pueblo de Israel como también a nosotros, los gentiles, que cuando venga el mesías de Israel él iba a hacer dos cosas: iba a trabajar, a esforzarse para restaurar la tribu de Jacob, levantarla de nuevo, esa es la promesa de la cual hemos estado hablando, y que un día pronto esa promesa va a realizarse. Que cuando el Mesías, Jesús, regrese de nuevo y que el espíritu de Dios caiga sobre su pueblo, que ellos recibirán este brit adasha y que ellos entonces serán restaurados, la tribu de Jacob, Israel. Y a la misma vez Dios también le asignó al Mesías Jesucristo una segunda misión, dice aquí, que él será luz a las naciones, para que la salvación de Dios alcance hasta los fines mismos, los extremos de la tierra.
Ahora, recuerden lo que dijo Jesús: dijo a través de sus 120 discípulos, quédense allí en el aposento alto y esperen porque pronto el Espíritu Santo caerá, vendrá sobre ustedes para que reciban poder de lo alto, para que me sean testigos en Judea, Samaria y aún los extremos, los fines de la tierra, como dice la tierra, como dice aquí; luz a las naciones hasta los extremos de la tierra. Jesús también dijo, en Mateo 24, que cuando ese mensaje de las buenas nuevas llegue hasta los fines de la tierra, entonces vendría el fin.
Y cuántos de ustedes aquí creen que el mensaje del Evangelio ya casi ha llegado hasta el final de la tierra? Estamos bien cerca. Así que lo que Jesús le dijo a las naciones gentiles, creyentes gentiles, que nosotros se supone que vayamos hasta los fines de la tierra con el mensaje de salvación de Jesucristo, ya casi eso se ha cumplido plenamente.
A la misma vez, esa promesa que Dios le dio al pueblo de Israel que ellos regresarían de nuevo a su tierra, que serían de nuevo levantados como una nación establecida, y como esos rabinos de los cuales hablamos al principio, ellos declararon que pronto la restauración del pueblo de Israel está ya a las puertas, está cercana.
Ven ustedes, este es el plan de Dios? Desde los tiempos antiguos Dios había declarado a través del pueblo de Israel las palabras de Dios, el plan de Dios y el Mesías del Señor. Salvación de Dios, brit hadasha, el nuevo pacto, y que nosotros, los gentiles, hemos recibido esa bendición de Dios a través del Mesías Jesucristo que vino de Israel. Y estamos casi llegando al final y ahora ha llegado el tiempo para no solamente nosotros ir hasta los fines de la tierra, sino para regresar al pueblo de Israel, orar por ellos, amarlos, pararnos junto a ellos en apoyo, gozarnos con ellos mientras esperamos ya la inminente venida del Mesías Jesucristo para verlos a ellos recibir restauración.
Ahora, vayan conmigo a Zacarías, capítulo 12, este es el versículo final al cual voy a estar yendo hoy, versículo 3.
Dice aquí, “… en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella…”
Versículo 9 “… y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén…”
Estos son esos mismos versículos que esos rabinos de los cuales yo me refería al principio estaban usando para concluir, sí, definitivamente este es el tiempo en que las naciones van a estar juntándose para venir contra Israel. De hecho, no tengo tiempo para ir en todo el detalle, pero si ustedes estudian otros versículos en el libro de Ezequiel, aquí se nos dice que esas naciones que van a venir en contra de Israel, serán capitaneadas, dirigidas por el pueblo del norte que vendrá por las partes de Rusia, en alianza con los ejércitos de Persia, que están alrededor de Siria, junto con todas las demás naciones islámicas árabes, musulmanas, y que esas naciones se juntarán para venir en contra de Israel.
Y por eso es que nosotros lo podemos ver, según las profecías, y también esos rabinos ortodoxos pueden ver el mismo tipo de mensaje, que este tiempo de Gog y Magog y esa guerra final están cercanas. Pero escuche lo que dice en el versículo 10, y dice:
“…Y derramaré sobre la casa de David, es decir, judíos, y sobre los moradores de Jerusalén espíritu de gracia y de oración y mirarán a mí a quien traspasaron…”
A quién traspasaron los judíos? A Cristo Jesús. Esto fue escrito cientos de años antes y casi 2500 años antes de este momento.
Y aquí estamos ahora actualmente, el tiempo está cerca. La palabra de Dios está siendo cumplida aquí ante nuestros propios ojos. Atravesando miles de años Dios habló estas promesas al pueblo de Israel y Dios declaró estas promesas a ti y a mí, y esas promesas se están cumpliendo hoy.
Escúchenme bien, Dios nunca miente, las promesas y las palabras de Dios nunca fallan. El amor de Dios nunca te fallará. Dios nunca te dejará no importa lo que seas, quién seas, dónde estés, el Señor Jesucristo nunca te ha de abandonar. Él estará contigo hasta el final mismo de los tiempos.
Si uno prende las noticias y ve las noticias financieras del tiempo, sobre guerras y rumores de guerras en este tiempo y todas las demás cosas y temas con todas las demás cosas que quizás le estén pasando a sus vecinos y a sus familiares, uno se dice a uno mismo, qué les va a pasar a mis seres queridos y a mí en el día de mañana?
Recuerde, Dios quien expresó palabras de promesa y que las ha cumplido en nuestras vidas a través de muchos años, es una cosa muy sencilla que él puede venir y él estará contigo, te va a ayudar en los eventos de tu vida, donde tu te encuentras. Como yo les dije a ustedes, yo no soy nadie, yo nací en Japón, no tenía absolutamente ninguna idea de quién era Dios, y a través de mis seres queridos yo llegué a recibir a Jesucristo. El Dios todopoderoso que creó los cielos y la tierra y en el camino, el peregrinaje espiritual mío he hecho tantos errores, le he fallado a él, a mi familia y a mí mismo tantas veces, fui por acá cuando él me decía ve por allá. En un momento me llegué a desesperar y decir, Dios dónde estás? Pero saben algo, aún cuando nos apartamos de él, él nunca se apartó de nosotros. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Dios no te abandonará. Y Dios no abandonará al pueblo de Israel. Y Dios no abandonará al pueblo judío. La palabra de Dios llegará a cumplirse. ¡Aleluya! Gracias al Señor. Un aplauso al Señor. Amén, amén, amén.
Hermanos simplemente ya poniendo una pequeña nota a lo que dice Fumio. Si ustedes preguntan, bueno, cuál es la posición de la congregación León de Judá concerniente a el estado y el pueblo de Israel actualmente? Yo espero que todos entiendan que nuestra posición como iglesia es como decía Fumio, nosotros amamos al pueblo de Israel. Yo sé que Israel es un pueblo desobediente, un pueblo rebelde, sabemos que la nación de Israel actualmente es una nación secular, sin embargo, como decía Fumio, las promesas de Dios son incondicionales, se cumplen. Nosotros pecamos y abandonamos pero Dios nunca deja de cumplir sus promesas.
Hermanos, yo diría que una congregación, un cristiano que conoce las Escritura, un cristiano que conoce las profecías como Fumio las ha tejido en esta mañana, frente a nosotros, no puede abandonar a Israel en este tiempo. Nosotros tenemos que expresar apoyo por Israel en un tiempo en que todo el mundo está criticando y atacando a Israel, y cuando yo creo que un espíritu antisemítico está ahora levantándose de nuevo en las naciones, y donde yo veo aún evangélicos en esta nación comenzando a tirar críticas contra el pueblo de Israel.
Es decir, que la posición de un creyente que representa a nuestra iglesia y su posición, debe ser, nosotros respaldamos al pueblo de Israel. Hermanos, yo entiendo que la situación con respecto a los palestinos es bien complejo y yo sé también que Israel ha cometido sus errores. Que nación confrontando una situación tan compleja no cometería errores peores. Lo que yo sé es que Dios le ha dado esa tierra al pueblo judío, ni aún los judíos mismos tienen derecho a entregar una sola pulgada de esa tierra a nadie. Esa tierra Dios se la dio a su pueblo, Israel. Y Cristo viene por segunda vez a ocupar esa tierra.
Estudien las Escrituras y usted entenderá por qué nosotros estamos tan apegados a defender esa nación y a ese pueblo de Israel. Que Dios los bendiga. Y estudiemos las Escrituras en este tiempo más y `más cada día.
Señor, te damos gracias por este tiempo tan especial. Se han enseñado muchas cosas aquí y nuestra mente ha sido puesta en prueba, pero nosotros pedimos que tu selles tus enseñanzas y que nos des entendimiento, y nos des iluminación acerca de tu palabra para que podamos caminar por ella y estar preparados para los tiempos que vienen.
Pedimos por tu pueblo Israel, que venga el día de su redención, que vengan el día en que tu Espíritu Santo caiga sobre ellos y sus ojos espirituales sean abiertos y puedan mirar hacia su mesías y bendecir a aquel que traspasaron y entregar sus vidas y su nación a Cristo Jesús.
Pedimos en el nombre de Jesús. Amén, amén. Gloria al Señor.
Edificando nuestra fe
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Vamos a la palabra del Señor, mis hermanos, yo voy a seguir elaborando más o menos en esta línea de temática. Yo he estado hablando acerca de cómo podemos crecer más, afincarnos más a nuestra relación con Jesús, cómo podemos llegar a conocerle más, cómo podemos llegar a desarrollar más nuestra vida de fe. Y hoy tengo una persona que me sugirió un texto por email.
Óigame, déjenme hacer un paréntesis, by the way, me voy a atrever a hacer esto. Porque hay veces que yo entro con en un bloqueo mental y como que no me sale temática para predicar. Estoy haciendo una confesión aquí. Fíjese, usted va a decir, cómo va a ser usted pastor, se supone que fluya… No, no, fluye, pero hay veces que saben cómo me fluye? Cuando la gente me habla de textos bíblicos que han estado leyendo, estudiando, reflexionando en ellos. O situaciones de vida que muchas veces la comparten, esos pueden ser cápsulas que me pueden ayudar a yo poder seguir elaborando esta línea de mensajes. Así que yo le digo, no se sienta mal sin en algún momento usted me dice, oiga pastor, yo he estado reflexionando en este texto, se lo voy a sugerir para ver, entonces se convierte en mi meditación semanal, por así decirlo.
Así que el mensaje de hoy fue sugerido por una persona y está en Segunda de Pedro, capítulo 1. Vamos a ese libro, Segunda de Pedro, capítulo 1, y yo he titulado este mensaje, “Edificando nuestra fe”. Cómo podemos edificar nuestra fe, cómo podemos edificar aquello en lo cual nosotros hemos creído, que obviamente estamos hablando de nuestras relación en el Señor Jesús, que cuando nosotros declaramos con nuestra boca, con nuestro corazón, mira, Señor, tu eres mis salvador, tu eres mi Señor, yo entrego mi vida, quiero vivir por ti, tu eres el que va a dirigir mis pasos de ahora en adelante, tu eres el que va a ser, como quien dice, tu vas a gobernar mi vida. Cuando nosotros hacemos eso hay un sentido de fe que nos permite a nosotros movernos en esa dirección.
Y miren cómo dice Segunda de Pedro, la segunda carta de Pedro, en el capítulo 1, voy a empezar leyendo en el verso 3. Dice:
“… Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder…” – y aquí hay mucha palabra que va a sonar bien dominguera, por así decirlo, así que lo voy a romper poco a poco.
“… nos han sido dadas por su divino poder mediante el conocimiento de aquel, esto es Jesús, que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas…”
Tenemos promesas en nuestra vida “…. Para que por ellas lleguemos a ser partícipes de la naturaleza, la realidad divina de Dios, habiendo nosotros huido de todo lo que hay en el mundo a causa de la concupiscencia…”
Y aquí es donde viene el meollo de las cosas, en el verso 5. “… por lo tanto ustedes también, pongan toda diligencia en esto mismo. Añadid a su fe virtud, a la virtud conocimiento, al conocimiento dominio propio, al dominio propio paciencia, a la paciencia piedad, a la piedad afecto fraternal, y al afecto fraternal amor…”
Déjenme leer esto en otra versión que a mí me gusta mucho, la versión Dios habla hoy. Yo no sé cuántos de ustedes conocen la versión Dios ha habla hoy, pero se las voy a leer. Miren cómo dice:
“… y por esto ustedes deben esforzarse…” – me gusta esa palabra más todavía, “…. Ustedes deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta, a la buena conducta entendimiento, al entendimiento dominio propio, al dominio propio la paciencia, a la paciencia la devoción, y a la devoción el afecto fraternal, y al afecto fraternal el amor…”
Miren, yo quiero que ustedes imaginen que yo tengo una pizarra bien grande aquí delante de mí y que voy a pintar en esta pizarra, voy a hacer unos escalones en esta pizarra. Y yo voy a comenzar con el primer escalón que nos está diciendo este texto que es la fe. La fe en qué? estamos hablando, como bien decía ahorita, estamos hablando de la fe en el Señor Jesús, en las cosas que él ha hecho, las cosas que él ha iniciado en cada uno de nosotros.
Yo me atrevo a decir, me atrevo a poner mi cabeza en un picador, que si usted está aquí en esta noche es porque en algún lugar recóndito en su mente, en su espíritu, en su corazón, usted sabe que hay un Dios. Y usted tiene fe en ese Dios. Tal vez usted no será una persona muy devota de venir todos los domingos a la iglesia, o cosas así, o que viene a la iglesia pero que la iglesia no entra en usted, pero usted sabe en algún lugar en su corazón, que hay un Dios, y que hay un Dios que está actuando, obrando en medio de la sociedad, del mundo en el cual vivimos. Y nosotros tenemos fe en esto. Esa fe es el inicio de todas las cosas, es el inicio de una nueva vida en Cristo Jesús y esa fe nos lleva al final al cual todos nosotros nos estamos dirigiendo, que es el amor.
Y aquí lo voy a explicar. Tenemos nuestro primer escalón que es la fe. El segundo escalón que nos dice cuál es? En la versión que ustedes tienen dice virtud, pero la virtud en el lenguaje original en el cual esto se escribe, virtud aquí quiere decir buena conducta, que es lo que estaba leyendo en esta otra versión, quiere decir buena conducta. A qué se refiere esto de buena conducta? Significa a excelencia de vida moral, una vida moral que es ejemplar, una vida moral que se pasa por encima de otras. En otras palabras, es vivir de acuerdo al ejemplo del mismo Cristo Jesús, es vivir de acuerdo al ejemplo que Jesús plasmó para con nosotros. Ese Jesús que al final de su vida a los mismos que le decían, te vamos a seguir por toda tu vida, ellos mismos lo estaban escupiendo y diciéndole barbaridades y lo llevaron a la cruz, y después se arrepintieron de todas sus faltas.
Pero ese mismo Jesús que se mantuvo fiel con aquellos que comieron, durmieron con él pero que también lo negaron, esa es la vida moral, la buena conducta. Si lo digo en un lenguaje más de calle, es como trasmitir buena onda con la gente, …. con la gente . La gente siente que tu pasas buena onda cuando tu estás con ellos? La gente puede decir eso de ti, que cuando hablan contigo dicen, ah, Clarisa es bien buena onda. Me gusta hablar con ella. O sino, allá con Gladys, y ven a Gladys, ah, Gladys es bien buena gente. O sino a Mauricio, ah, Mauricio, ese es la sonrisa nada más me hace reír a mí ya. Es buena onda.
Vieron lo que yo digo, es ese sentido de conducta que usted tiene una vida ejemplar, por así decirlo. Y claro está, miren cómo este pasaje lo está diciendo, que nos está sugiriendo, que estas son cosas que nosotros tenemos que estar trabajando constantemente en añadirle a nuestra vida. Obviamente porque ninguno de nosotros le llega ni a la uña de los pies del ejemplo de Cristo Jesús, por eso es que tenemos que estar trabajando en añadirle, en trabajar en eso, en cómo yo veo el ejemplo de la conducta de Cristo, y cómo yo estoy funcionando para entonces decir, ok, me falta, tengo que seguir trabajando, tengo que seguir añadiendo.
Pero ese sentido de fe, de que yo tengo una relación con Cristo Jesús y que si quiero seguir su ejemplo, tengo que imitar esa buena conducta y tengo que hacer todo lo posible por añadir lo que necesita esa buena conducta.
A esa buena conducta, qué se le añade después? Conocimiento, entendimiento. Entendimiento de qué? de álgebra, entendimiento de relaciones interpersonales, entendimiento de cómo se puede resolver el problema del stock market, o algo así? no, estamos hablando sí de entendimiento de la palabra, pero sobre todas las cosas entendimiento de cuál es la voluntad de Dios. Es buscar entender cuál es la voluntad de Dios no tan solamente en nuestras vidas, sino también en aquellos que están a nuestro alrededor. Buscar qué lo que Dios quiere hacer, que es lo que Dios se trae entre manos, es vivir con un constante sentido genuino deseo de estar cada vez que yo me levante, es como que, ok, God, what’s new today? You tell me. Qué hay de nuevo hoy, Dios? O sea, que tu te tienes en tu mano? Qué tienes entre manos hoy? Qué hay ahí que tu sabes que yo no sé pero que tengo que estar pendiente para poder conocer qué es lo que tu quieres?
Y miren, esto se puede dar en muchas formas, mis hermanos, porque por un lado Dios te puede hablar a ti con respecto a cuál es la voluntad de Dios de que él tiene para contigo, pero a través de ti cómo él puede cumplir su voluntad también en la vida de otros. Entender eso, cuál es la voluntad de Dios.
Y entonces ese conocimiento hay que añadirle qué? dominio propio. Cuántos de ustedes pueden decir que se saben dominar bien? Cuántos de ustedes pueden controlar bien sus impulsos, sus pensamientos, sus emociones, que si yo le pellizco usted no ve a dar un cantazo a mí para atrás? Ese no es el dominio propio del cual se refiere aquí.
Miren esto, es bien interesante, este dominio propio se refiere al hecho de que si yo estoy entendido de cuál es la voluntad de Dios, el dominio propio lo que implica es que yo reconozco esa obra de Dios a través de su Espíritu Santo en mi vida, y entonces yo me someto a ese trato de Dios. Ahí es donde se ve bien marcado el dominio propio del cual está hablando esta palabra. De que Dios está haciendo una acción y yo no me revelo en contra de la acción de Dios sino que me sujeto, me domino mi impulso de rechazar eso, sino que me someto a lo que Dios está haciendo y lo resisto, lo aguanto, lo vivo, me lo trago, aunque a veces pueda ser una medicina amarga, pero me lo trago. Porque de alguna forma u otra cuántos de ustedes aquí pueden confirmar que a veces las medicinas más malas que nos dan son las que más rápido nos curan, ¿verdad? Así muchas veces es Dios. Hay veces que te da una medicina con sabor a cherry o uva, pero hay veces que te da una medicina que sabe a sábila, vamos a dejarlo ahí.
Miren, pero es bien inteligente, yo le añado esto de dominio propio, otra cosa: sabe a qué también se refiere esto del domino propio? Es bien interesante y yo me puse a pensar en esto. Dominio propio con respecto a nuestro orgullo. Porque si estamos pensando que lo sabemos todo y si yo me considero que soy un sabelotodo, sabes cuál es la tentación más grande? De yo empezar a mirar a otra persona por encima del hombro. Yo sé más que tu. Tu quieres consejo, ven donde mí. Yo te voy a dar el consejo en todo lo que tu quieras, si yo lo sé. Yo sé cuál es la voluntad de Dios para tu vida. Tiene que haber un sentido de dominio propio también en ese sentido, de que yo me crea entonces un sabelotodo.
Quién es el perfecto ejemplo bíblico de esto? Jesús es el sabelotodo, ese sí se las puede echar de que las sabe todas. Pero una persona en la Biblia que tenía ese problema de que se creía que lo sabía todo, por la magnificencia de las revelaciones que Dios le daba a él, más sin embargo, Dios le dio un aguijón. Quién es esa persona? Pablo. Ese hombre tenía que practicar mucho dominio propio de no creerse que era la gran popeya, sino de poder decir, ah, tengo que pensar de mí con cordura. Ahí hay un sentido de dominio propio, de yo poder controlar ese sentido humano de quererme sentir que soy mayor que, o superior que otra persona, y mantenerme entonces a un nivel donde yo pueda ver a esa persona equitativamente a mí, pero a la misma vez reconocer que lo que Dios está haciendo en él o en ella es particular de esa persona, y lo que Dios está haciendo en mí es otra cosa. Me siguen por dónde voy?
Conocimiento, dominio propio, y al dominio propio hay que añadirle qué? la favorita de todos ustedes. Díganlo a coro. Paciencia. Vamos a decirlo en inglés. Patience. Vamos a decirlo en chino. En italiano? Paciencia. Cómo se dice en caboverdiano? Pasensa. Así se dice en portugués también? Lo practicamos otro día.
Miren, paciencia, paciencia para qué? yo me hago esta pregunta, paciencia para qué? por un lado esa paciencia tiene que ver con un sentido de perseverancia, no es necesariamente paciencia de que tengo que ser paciente con fulano o mengano o sutana, sino paciencia en el sentido de perseverancia. Por qué? porque esta obra de Dios coge tiempo. Dile a la persona al lado tuyo: esto coge tiempo. It takes time. So, be patient. Sé paciente. Cógelo suave contigo mismo, contigo misma. Dile a la persona: cógelo suave.
Eso es lo que quiere decir esta palabra, uno tiene que ser paciente. ¿Saben qué? hay veces que cuando uno ve que uno no está viviendo como quien dice, a la altura de lo que Dios quiere, uno como que, y cuándo me va a salir esto? Cuándo voy a hacer esto? Cuando voy a hablar de la forma que tengo que hablar? Cuándo voy a actuar de la forma que tengo que actuar? Por qué sigo peleando con las mismas páginas todo el tiempo?
Mira, cógelo suave. Digo, no te duermas en tus laureles tampoco. Eso no significa eso, sino que uno pueda entender como que, mira, hay una obra que Dios está haciendo en mí, y como bien dice Pablo de nuevo, aquel que la buena obra empezó, él la va a completar. No soy yo, mira como dice, él la va a completar. No soy yo, no eres tu, no me trates de arreglar a mí, digo, tu puedes intentar colaborar con Dios pero no me vas a arreglar tu a mí, Dios es el que me va a arreglar a mí. Tu puedes plantar la semilla, tu puedes regar la semilla, pero quién da el crecimiento? Dios.
Tenemos que ser pacientes, mis hermanos. Hay que ser pacientes con nosotros mismos. Mira, no lo cojas fuerte. Dios va un paso contigo. Tu trabajo es conocer la voluntad de Dios de a qué paso él va contigo para tu poder caminar al mismo paso con Dios en tu vida.
A la paciencia hay que añadirle qué? Piedad. Sabe cómo se traduce esa palabra? La palabra en el griego original es eusebia. Saben por ahí yo había visto al hermano Miguel Eusebio. Cuántos de ustedes aquí se llaman Eusebio o Eusebia? Tengo alguna Eusebia aquí. No lo quieres decir porque no se oye tan bien. Pero en griego es un nombre precioso. Se ve poético. Saben lo que significa la palabra eusebia? Significa devoción, y en este sentido significa devoción a Dios. Una persona que es piadosa, es una persona que tiene un sentido de devoción con Dios.
Y devoción lo que significa es conexión tu a tu, tu y yo. Ese sentido de devoción con Dios es una persona que no necesita estar en este templo para saber que está en comunión con Dios. Es una persona que cortando los tomates encima del counter de la cocina, sabe que ya ahí está consciente de la presencia de Dios. Es más, cortando ese tomate, puede estar diciendo, estoy tocando algo que hizo Dios. Y ya ahí se ve un sentido de devoción, de yo reconocer que hay alguien mayor que yo en ese momento.
El mero hecho de cuando usted se toma un vaso de agua, estoy hablando de cosas tan simples y sencillas como eso, el Creador de esa agua, imagínate que tu te estás tomando a Dios, porque hay algo de Dios en esa agua. Hay un elemento, hay algún átomo de Dios en las partículas que forman esa agua. Y tu estás tragándote a Dios. Y que rico sabe cuando tiene hielo en un día tan caliente!
El mero hecho de cuando tu estás hablando con otra persona, tu puedes reconocer que hay algo de Dios en esa otra persona. Ahí está tu devoción. Que estás pasando por algún achaque en la vida, te duele la espalda porque tienes un disco herniado o algo, y te levantas por la mañana y es como que lo menos que eso te va a causar es recordarte de Dios. O te puede recordar a un Dios que te puede sanar la espalda, enderezártela de nuevo y tu estás consciente, tienes un sentido de devoción. Y ahí tu devoción se convierte en un, ay Dios, por favor quítame ese dolor! Ahí tu devoción se ve muy bien marcada.
Pero está ese sentido de devoción. Mira cómo va creciendo ese sentido de fe. Vamos viendo esta progresión. A mi sentido de fe, de conocer al Señor, el Señor pide que yo pueda tener una buena conducta. En medio de esa buena conducta yo puedo añadirle a eso el conocimiento de cuál es la voluntad de Dios, cómo Dios quiere que yo viva esa conducta, cómo Dios quiere que la viva con otros. Y a ese conocimiento añadirle un sentido de dominio propio, de no creerme la gran popeya o la última Coca Cola en el desierto, sino poder decir, Señor, hay una obra que tu estás haciendo en mí y yo me quiero someter a eso, sujeto mi voluntad, aplico ese dominio propio a lo que tu estás haciendo en mi vida. A ese dominio propio yo puedo, Señor, dame paciencia, dame perseverancia, porque yo sé que hay veces que va a ser difícil, hay veces que las pruebas de la vida van a querer distraerme, van a querer quitarme el enfoque de ti, se me va a aparecer algo o alguien que me va a querer sacar mi enfoque para otro lado, pero dame paciencia, dame perseverancia. Ayúdame a esperar en ti, de lo que tu estás haciendo, lo que tu empezaste, tu lo vas a completar. Y si mi caigo, Señor, ayúdame a levantarme de nuevo y seguir adelante.
Y a esa paciencia le añadimos entonces el sentido de qué? De piedad, de devoción. Mira el mero hecho de yo haber orado así, ya ahí se demuestra devoción. La devoción de yo poder decir, Señor, mi vida es tuya, mi vida te pertenece, te reconozco en todo, mira, voy a reunirme con el médico, Señor, cuando le vea la cara a ese médico, yo te quiero ver a ti. Señor, voy en el tráfico y estoy ahí esperando en el toll y alguien se le cayeron los chavos, y está formando una línea, y hay que esperar que la persona se levante y recoja chavito por chavito para podérselo dar a la persona, y uno esperando ahí en medio del calor, Señor, ayúdame a reconocer que aún en medio de esto, tu estás ahí. Ahí está mi devoción a Dios.
Ay, llego aquí a la iglesia y me paro, Señor, ¡Aleluya! Ahí se ve muy bien demostrada la devoción a Dios, pero eso no es todo. Cuando tu llegas a tu casa, que te vayas a preparar para irte a dormir, te estás preparando, quitándote las chancletas, ah, Señor, te quitas los espejuelos, los pones en la mesa, Señor, gracias y te quedas así dormido. Esa es tu devoción a Dios. Empiezas a hablar en lenguas en tu sueño y ahí demuestras tu devoción a Dios.
Y a la devoción a Dios qué hay que añadirle? Me faltan dos ingredientes más para terminar este sancocho. Añádele qué? Afecto fraternal. Ágape. El afecto fraternal lo tengo que conectar con el amor, es el ingrediente final. En el amor se encierran todas las cosas, sabías esto? Esto yo lo enseño mucho en mi clase de nivel 4 de discipulado. Yo empiezo con esto y termino con esto: si usted quiere saber dónde se encierra el fruto del espíritu, los dones del Espíritu Santo, se encierra todo en el amor, todo es por amor, y para el amor. Y cuando digo, para el amor, digo para Dios y por Dios. Todo se encierra ahí.
Mire, si usted le da un vaso de agua a alguien en la calle, pero lo da sin amor, y lo da a regañadientes, no sirve de nada. Si usted se le acerca a alguien aquí y le quiere dar un consejo, mire, dele el consejo, pero si no se lo da con un sentido de amor, meaning, dárselo con un sentido de que le haga sentido a la otra persona y que esa otra persona pueda ver la obra de Dios en él o en ella. Pero si no hay amor ahí, no va a servir de nada.
Y ese amor obviamente hay que mostrarlo a través del afecto fraternal. Miren, ustedes quieren saber cuál es la voluntad de Dios para muchos de nosotros? Te podemos llevar con la gente que tenemos a nuestro alrededor. Y esto es una de las partes más difíciles de nuestra vida cristiana, se me olvidó algo que yo iba a hacer…
Yo iba a empezar con esa pregunta. Yo iba a empezar haciendo una entrevista y me embollé tanto… Yo iba a empezar a preguntar, de su vida cristiana qué es lo más difícil? Porque yo estoy seguro que la mayoría de ustedes hubiesen dicho, tener que relacionarme con otra persona. Eso es por estadística, la mayor parte de la gente dice que una de las partes más difíciles de su vida cristiana es tener que llevar a cabo una relación genuina con otra persona, sean en el ministerio o en la iglesia o donde sea. Hay muchas otras cosas, pero, anyway, se me fue el tiempo de hacer eso.
Pero el asunto es, mis hermanos, que esa parte del afecto fraternal es clave. Ese amor ágape de nosotros verdaderamente podernos demostrar ese cariño, ese entusiasmo por ver la vida de la otra persona llegar a cumplir el propósito que Dios tiene para él o para ella, eso es lo que Dios quiere. Acaso son algunos de los mandamientos que el mismo Jesús nos enseñó? Acaso él nos dijo amarás a tu Dios con toda tu mente, con toda tu alma, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas. Y después qué es lo que nos dice? Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Mira a la persona que está al lado tuyo, ese es tu prójimo. Y tal vez tu me vas a decir, ay, sí, amar a esa persona que tengo al lado mío es fácil. Yo lo conozco, yo la conozco. Hey, amar a esa persona es lo más dulce que hay, es como un trip, cherrie pie, esta persona es bien chévere, yo puedo amar a esa persona. Pero sabes qué? el mismo Jesús dice, hey, si tu amas a esa persona de qué vale. Si aquellos que no me conocen demuestran el mismo amor el uno por el otro, aquí el fuego verdaderamente quema cuando tu puedes demostrar ese amor por las personas que te quieren pisar los callos. Ahí es donde uno verdaderamente puede demostrar ese amor de Dios obrando en uno. Y ahí es donde está uno de los retos más grandes de cada uno de nosotros como cristianos. Sabe por qué, mis hermanos?
Miren lo que dice este texto, voy ya terminando, el verso 8 dice:
“..si ustedes poseen todas estas cosas y las desarrollan, ni su vida será inútil, ni habrán conocido en vano al Señor Jesucristo, pero el que no las posee es como un ciego o corto de vista, ha olvidado que fue limpiados sus pecados pasados. Por eso, hermanos, ya que Dios los ha llamado escogidos procuren que esto arraigue en ustedes pues haciéndolo así, nunca caerán…”
Estaba leyendo de la versión Dios habla hoy. Miren esto que es importante, mis hermanos, estos ingredientes de los cuales hemos hablado van a hacer que su sancocho sepa tan y tan bueno, que cuando usted se lo coma, usted va a decir, este sancocho puede revivir un muerto y literalmente que lo puede hacer. Ustedes han escuchado esa expresión ¿verdad? Cuando una de sus madres o sus abuelas hacen una sopa, qué es lo que dicen? Ah, esto está que revive a un muerto! ¿Verdad? Si usted está enfermo, qué es lo que le preparan? No le preparan un plato de arroz y habichuelas con chuleta? Le preparan un caldo de pollo para que lo reviva o algo así.
Pues, este sancocho, el cual Dios nos está dando a través del Apóstol Pedro puede revivir precisamente eso. Muertos en espíritu literalmente, personas que están cegadas porque no han logrado comprender cuál es el propósito de la voluntad de Dios en su vida. Cuando nosotros practicamos esto, aunque se nos haga duro, aunque se nos haga difícil, pero si lo practicamos, lo vivimos y continuamos desarrollándolo y lo comunicamos, y lo expresamos a otros como Dios intenciona, mira, esa vida que está en ti, se le va a pegar a otro u otra, en alguna forma u otra.
Puede ser que se le pegue a través de ti o puede ser también que tu pongas la semilla y que otra persona le toque regarla y Dios en su momento va a permitir que esa semilla crezca y de su fruto. Pero el llamado que nosotros tenemos, mis hermanos, es edificar nuestra fe. Llévate eso esta noche: edifica tu fe.
A tu fe añádele tu buena conducta. A esa buena conducta añádele qué? Conocimiento, conocer la voluntad de Dios en tu vida. A ese conocimiento añade ese dominio propio, sométete, sujétate a lo que Dios está haciendo en ti. A eso añádele ese sentido de perseverancia, sepa que no lo vas a definir ni lo vas a resolver todo de un cantazo, coge tiempo, coge golpes, coge jalones de pelo, coge sentarte con otra persona que te pueda corregir aunque no te guste, pero que te lo diga. Coge tiempo, coge tiempo.
A la paciencia añádele ese sentido de devoción a Dios, regocíjate en lo que Dios está haciendo en ti, en todos los momentos de tu vida. A eso añádele el afecto fraternal. Mira, no dejes que estos momentos se vayan desapercibidos. Busca la oportunidad para reunirte con tus hermanos, hermanas, comparte, ríe, goza, llora.
Un anuncio no pagado, este sábado vamos a ir a correr bicicletas, si usted quiere ir a correr bicicletas, hable conmigo al final del culto para que tenga un buen tiempo por allá. Ok? Cierro el paréntesis.
Al afecto fraternal añádele el amor. Con estos ingredientes, mis hermanos, yo sé que nuestra vida cristiana va a ser una más fructífera, llena y plena, no tan solamente para nosotros sino para con otros a nuestro alrededor.
Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Gracias Señor. Gracias Dios. Padre yo te doy las gracias por tu palabra. Gracias porque tu palabra es viva, tu palabra es eficaz, tu palabra Señor, llena nuestro ser. Y mi Dios, yo te suplico que estas cosas que se han hablado en esta noche, que perseveren en nuestros corazones, Jesús, permite que esta palabra traiga un sentido de vida, traiga un sentido de dirección, que traiga un sentido de verdad a nosotros para saber cómo alinearnos cada vez más a ti, Señor y acercarnos cada vez más a ti, Padre.
Yo te pido que tu bendigas a cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche, a medida que ellos se van preparando para salir y regresar a sus casas. Padre, que ellos puedan salir de aquí con un sentido de tu presencia bien claro en medio de sus corazones, ese sentido de piedad, de devoción a ti, Señor, de sensibilidad a tu espíritu, esté bien claro y bien atenuado en ellos. Y Padre, que podamos regocijarnos los unos con los otros.
Yo pido tu bendición sobre cada cual que tu nos des un sueño profundo, reparador en esta noche y que mañana, si así tu lo permites, nos des la oportunidad para practicar precisamente estas cosas de las cuales hemos hablado hoy. Te damos toda la gloria y todo el honor solamente a ti porque tu lo mereces. Por tu Hijo Jesús oramos y te damos las gracias. Amén y amén. Gracias Señor. Gracias Dios.
Dios siempre nos consuela
21 de junio del 2010 - Por Carmen Ray-Calvo
De engaño y de violencia redimirá sus almas y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. Salmo 72:14
Somos una familia numerosa nos tratamos con mucho amor y respeto mutuo.
En Mayo 20, 1996 mi hermano más joven al cual tratamos todos como si fuera hijo de cada uno, Murió de un ataque al corazón de forma brusca. Que mañana tan triste; llenó nuestros corazones de tristeza y dolor. Fui a mi Biblia buscando una palabra de consuelo porque eso era algo tan inesperado y sorpresivo que no sabía cómo enfrentarlo. Oré y le pedí al Señor que me diera una palabra de consuelo. Abrí mi Biblia y al hacerlo mis ojos se fijaron en el versículo ya citado, tan pronto lo leí sentí que el Señor me dijo “Esto es para tí” Oré para que él me ayudara y me diera las fuerzas para consolar a mi mamá (ya anciana) y a mis hermanos. El Señor se manifestó tan bello no solo conmigo sino en todos nosotros para consolar a muchos que venían a consolarnos. Antes de irnos a la funeraria reuní a toda mi familia nos tomamos de la mano y oré al Señor para que nos diera paz, fuerza y sostén para enfrentar esta situación que es tan real pero que a la vez nos cuesta abrazarla.
En el cementerio hasta mi mamá habló de la vida de mi hermano e hizo un llamado a los presentes a buscar al Señor. Solo Dios puede hacer esto en el corazón del hombre y la mujer que ha puesto en él su confianza.
Oremos por las personas que han perdido seres queridos y aún no conocen al Señor como su único refugio.
Por tus hijos
TRANSCRIPT
Les invito a ir al Libro de Deuteronomio, es uno de esos libros que a veces no leemos mucho en el Antiguo Testamento, pero tiene mucho que enseñarnos. Parte del Pentateuco, es el último libro en realidad de los primeros cinco libros de la Biblia que son los libros que se le asignan a Moisés, como que fueron escritos por Moisés y relata toda la historia temprana del pueblo hebreo en su peregrinaje por el desierto y las leyes, mandamientos y principios que recibieron de parte de Dios.
Mientras se fortalecían y se fundamentaban como una nación nueva que Dios estaba fundando. Y en esos libros Dios establece los principios espirituales por los cuales deben vivir como nación. Y ahí en el Capítulo 11, vamos al versículo 13 antes -inclusive- porque yo creo que da un contexto de lo que yo quiero hablar que es sobre todo como criar hijos saludables espiritualmente e intelectualmente. Que reflejen esos valores que Sarah Gautier nos hablaba en esta mañana y que ella refleja como una joven muy especial.
Cómo producir hijos así que reflejen el fruto del Espíritu Santo, la vitalidad, la belleza del Reino de Dios. ¿Qué se requiere? Ya vimos algunas de las cosas ahí mismo en el testimonio de ella. Pero ahí en el versículo 13 se pone en contexto lo que se nos dice comenzando con el versículo 18. Y esto está en el contexto de una serie de mandamientos y principios que Dios les encomienda al pueblo hebreo que siga siempre en su vida como nación y como cultura.
Entonces en el Versículo 13 del Capítulo 11 de Deuteronomio Dios le dice: “Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy”, es decir los mandamientos que yo les estoy dando y si ustedes los obedecen. “Amando a Jehová vuestro Dios porque eso es lo principal". Del amor a Dios viene todo lo demás. Cuando amamos a nuestro Padre Celestial, entonces desde ese amor que le tenemos a Dios salen los mandamientos, sale la obediencia.
¡Qué bueno es cuando la obediencia nace del amor y no de la obligación! ¿Verdad que sí? Entonces le dice: “Amando a Jehová vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón”. Qué importante que sirvamos a Dios con todo nuestro corazón. Dios no se conforma con un pedacito de nuestro corazón, Dios no se conforma simplemente con un ratito que le damos por allí, Dios no se conforma simplemente ‘bueno es domingo así que tengo que ir a la iglesia. Voy a ir para eso de cumplir’. ¡No!
Dios quiere todo nuestro corazón. Una y otra vez: “Amarás a Jehová con todo tu corazón”, el primer mandamiento. “Toda tu alma, todas tus fuerzas, toda tu mente". "Con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma". Ahora ¿qué pasa? Si nosotros funcionamos de esa manera, si como iglesia, como nación, como pueblo latino aquí en Estados Unidos, si nosotros obedecemos los mandamientos de Dios cuidadosamente, si amamos a Dios y lo servimos con todo nuestro corazón y nuestra alma dice: “Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo: la temprana y la tardía y recogerá tu grano, tu vino y tu aceite”.
Dios le hablaba a una comunidad agrícola, una comunidad para la cual la lluvia era absolutamente esencial porque ellos obtenían prácticamente todo su sustento de la tierra. Entonces para ellos el que hubiera lluvia era absolutamente esencial. Pero el principio es valedero para el Siglo XXI También. Hoy nosotros compramos nuestros vegetales y todo viene en lata o en congelado o envuelto en plástico de alguna parte que nosotros no sabemos. Pero en principio lo que Dios les estaba diciendo era: ‘Si ustedes se comportan de esta manera yo los voy a bendecir y los voy a prosperar y no va a faltar nada de lo esencial en su vida’.
Yo pensaba en esto y quizá un poquito de helado, pero ¿por qué no? Yo creo que hoy en día con el problema inmigratorio tan fuerte que tenemos y el deseo de que se haga algún tipo de reconocimiento justo para la gran situación que existe con 12 millones y pico de inmigrantes que hay en esta nación que necesitan recibir su documentación y regularizar sus vidas y que tiene que haber alguna solución a ese problema. Los gobernantes y los departamentos de un país generalmente, no necesariamente, tienen en su corazón hacer justicia.
A veces en lo que están pensando es en los intereses, el cabildeo, los negocios, la presión, quien vota, quien no vota, etc. La política, ¿no? Yo creo que una de las cosas que va a poner presión, aparte de lo que estamos haciendo que es muy importante: peticiones, esfuerzos, llamar a la nación a tomar consciencia, pero una de las cosas más importantes que el pueblo latino puede hacer sin quitarle a todas esas cosas es precisamente poner presión espiritual sobre los gobernantes. Orar.
De nuevo, no estoy diciendo que no hagamos las otras cosas, pero que clamemos a Dios para que cambie el corazón de los gobernantes, para que pongan un sentido de misericordia, de justicia, de gracia y que ellos sientan la necesidad. Que Dios cambie la mente cauterizada de muchos que piensan en los intereses solamente y traiga un cambio de corazón a esta nación y que puedan ver la bendición que son estos inmigrantes en esta nación y como traen valores espirituales y morales y éticos que enriquecen a esta nación. Que haya un cambio.
Cuando –yo creo mucho en eso de obrar, trabajar, esforzarnos para cambiar la realidad- pero también vivir vidas que hagan descender la bendición de Dios. Yo creo que si la comunidad latina cada día se entrega más a Jesucristo y busca de Dios y ama a Dios, instruidos por una iglesia latinoamericana, latina, que refleja la gracia, el amor, la misericordia, los valores del reino de Dios y los enseña, los discípula, los instruye en una vida ética, espiritual, consagrada a Jesucristo; Hermanos no hay gobierno de este mundo que pueda resistir.
Porque Dios es el dueño de toda la Tierra y Él hace lo que Él quiere. Él cambia corazones, Él transforma vidas, Él mueve… Dice la Palabra que ‘el corazón del rey es como agua en las manos de Dios’. Él dirige el corazón del rey por donde Él quiere. La Biblia dice también que oremos por nuestros gobernantes para que tengamos vidas apacibles y ordenadas. Así que yo creo que una de las armas más poderosas que tiene el pueblo de Dios latino aquí en Estados Unidos es orar por sus gobernantes, que Dios toque sus corazones.
Vivir vidas impecables, vivir vidas productivas, trabajar. Callarle la boca a los que acusan a nuestra comunidad de estar sorbiéndole dinero y recursos a esta iglesia y mostrar que no, que nosotros bendecimos esta nación con nuestro trabajo; que nosotros aportamos inclusive impuestos, que nosotros hacemos trabajos que nadie más quiere hacer permitiendo que los precios de muchas cosas sean más bajos.
Porque si tuvieran que pagarle lo que se supone que se le pague a los trabajadores, los precios de las carnes, los precios de tantas cosas subirían. El cuidado de los ancianos, trabajos en los hospitales que nadie quiere hacer, buena comida sabrosa que hacen en los restaurantes de muchas partes de aquí de Boston. Yo voy al bar italiano, a veces, y cuando oigo en la cocina, lo que oigo son cocineros salvadoreños, guatemaltecos allí cocinando. Y ¡qué buena comida italiana hace esa gente! Y se benefician de los talentos y los dones que nosotros le añadimos.
Ese saborcito ahí de ese chichen parmesana no es de la sazón italiana, ¡no! ese es una cosita ahí que le echó el chef ese salvadoreño de su país, ¿no? Por eso sabe tan rico eso. Es chistoso, pero es cierto, ¿no? Uno va a esos restaurantes y no dejan que hablen los cocineros ni los que atienden porque hablan español casi todos y entonces tienen que aparentar que bueno, si es un restaurante italiano se supone que sean italianos. Pero no, son latinos. Nosotros contribuimos en muchas cosas.
Pero, hermanos, lo que quiero decir es que apartándome así un poquito del tema, pero estaba pensando en lo que decía Patty esta mañana. Yo creo, hermanos, que el poder mas grande que tiene, tenemos nosotros en este tiempo, sin quitarle a los esfuerzos que tenemos que hacer es eso de vivir vidas; que Dios nos permita como iglesia y como iglesias mostrar el poder transformador que tiene el Evangelio. Mostrar familias creciendo, bendiciendo sus comunidades, trabajando duro, comprando sus casa, contribuyendo.
Siendo los mejores trabajadores en las fábricas y en los lugares donde trabajamos, levantando y criando hijos saludables que reflejan el gozo y la salud espiritual, emocional de un niño que está creciendo bebiendo de la palabra de Dios. Cuando la gente vea eso no podrán decir nada menos que ‘¡Guau! Nosotros queremos que esta gente se quede y nos bendigan y no se vayan de este país’. Así que yo creo que esa es una de las cosas bien importantes que nosotros tenemos que hacer, ¿no?
Me vino eso a la mente porque eso cambia la situación, la oración. Una vida justa, una vida que ama al Señor. Dios hará entonces que “la lluvia de nuestra tierra, la temprana y la tardía venga y recogeremos nuestro grano y nuestro vino y nuestro aceite. Y daré también hierba en tu campo para tu ganado y comerás y te saciarás. Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe y os apartéis y sirváis a dioses ajenos y os inclinéis a ellos". Eso es lo que tenemos que hacer: guardar nuestro corazón como comunidad.
Ahora, fíjense, en el contexto de eso: de vidas saludables, de un hogar saludable que ama a Dios, que sirve al Señor; un padre, una madre, un esposo, una esposa que están sirviendo al Señor amando a Dios, reflejando los mejores valores del reino de Dios; que le da a Dios su lugar, una comunidad que sirve al Señor; en ese contexto, entonces se supone que nosotros transfiramos lo que nosotros hemos experimentado en nuestras vidas -con respecto a nuestro Dios- se lo transfiramos, ¿a quién? a nuestros hijos, a nuestras generaciones sucesivas.
No podemos nosotros esperar hijos que amen a Dios si nosotros no amamos a Dios primero. No podemos esperar hijos que reflejen la salud y la vitalidad del reino de Dios si nuestros hogares no son un reflejo del reino de Dios. Si nuestro comportamiento, nuestra personalidad, nuestro amor por Dios no es algo que ellos pueden ver día a día. Por eso es tan importante que entendamos esto porque muchas veces cuando pensamos: ‘bueno, instruya al hijo en su camino y no se apartará de él cuando sea grande’.
Bueno, pensamos eso quiere decir que yo tengo que estarle leyendo la cartilla todos los días y hablándole de Dios y predicándole un sermón pequeño cada día antes que se vaya para la escuela. Bueno, eso es importante, hay que orar con nuestros hijos, hay que hacer muchas cosas con nuestros hijos. Pero yo creo que lo que el Señor puso en mi corazón esta mañana es que una de las cosas más importantes es asegurarnos de que antes de nosotros hablarle a nuestros hijos con la palabra verbal, nosotros le hablemos a nuestros hijos con el amor a Dios que ellos vean en nosotros.
Un hogar donde se reflejen los valores del reino de Dios. Ahora, no quiero perder lo que dice la Palabra, ¿no? En el versículo 18 después de animarlos a obedecer cuidadosamente los mandamientos y amar a Dios con todo su corazón y su alma, Él dice: "Por tanto pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma y las ataréis como señal en vuestra mano y serán por frontales en vuestros ojos y las enseñaréis a vuestros hijos”. ¿Usted ve allí la secuencia y la relación entre una cosa y la otra?
Primero, nosotros ponemos la palabra de Dios en nuestro corazón y nuestra alma, la atamos como una señal en nuestra mano. De paso, los judíos tomaron esto muy literalmente y hoy en día tienen los ‘efialtes’, yo no recuerdo como se llama eso. Pero ellos tienen un aparato que se amarran aquí en el codo y algo que se ponen aquí, también, en la frente. No se cuantos los han visto. Es como un objeto que ellos usan, que tomaron en serio eso y se lo amarran de una manera bien elaborada para algunos de sus ritos en recordatorio.
Pero yo no creo que eso era lo que implica aquí. Dios estaba simplemente haciendo como un símbolo de que la Palabra tenía que estar tan pegada de ellos que era como si ellos se la amarraran en sus manos y la pusieran en su frente como para que todo el mundo lo vea. La frente es señal de la mente, yo diría que la mano, el brazo es señal de la acción, la obra. Entonces la Palabra de Dios tiene que estar tan pegada a nosotros cada día. Nosotros tenemos que ser estudiantes de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene que ser ‘nuestro pan de cada día’.
Yo le digo siempre a los cristianos: ‘estudien la Palabra de Dios’. Nos gozamos de que doscientas, ¿Cuántas personas se graduaron? Doscientas veinticinco personas celebraron la graduación de discipulado el viernes aquí en León de Judá. Denle un aplauso al Señor aunque sea para despertarse un poquito. Doscientos veinticinco miembros de esta Congregación están tomando estudios sostenidos de diferentes temas de la Palabra de Dios y diferentes niveles de estudio de la Biblia.
Yo quisiera que pudiéramos decir quinientos. Yo se que ya muchos han estudiado y se han graduado, esto es lo que tenemos ahora, la clase presente. Pero yo le animo, hermano, hermana, padre, madre, usted necesita la Palabra de Dios, como nunca los padres y las madres necesitamos sabiduría para educar a nuestros hijos. ¿Sí o no? Porque vivimos en una cultura que es hostil, no solamente contraria, sino que yo diría hostil a los valores del Reino de Dios.
Es que estructuralmente no es que la gente es que es mala y odian a Dios y odian su Palabra y se han comprometido a ir en contra de la Palabra. No, es que los valores de la cultura, su estructura misma, educativa, gubernamental, los valores de los medios de comunicación, todo. Los principios que fundamentan y rigen esta cultura son contrarios a la Palabra de Dios y al reino de los Cielos y entonces los padres y las madres necesitan educar a los hijos, en el contexto, como nunca, de una generación –yo diría- maligna y perversa, como dice la Biblia.
Yo le doy gracias a Dios hasta cierto punto porque, quizás no debiera decirlo, no lo voy a decir porque no voy a atemorizar a mis hermanos. Hermanos, ustedes, los nuevos padres, los que están levantando hijos en este tiempo necesitan mucho de Dios. Es difícil ser padre y criar hijos temerosos de Dios que reflejen la belleza del reino de Dios, pero ¿saben qué? No es imposible. No es imposible. Se puede, porque los primeros cristianos en el Siglo Primero tenían el reino pagano de Roma y de la adoración a los dioses y a los demonios alrededor de ellos.
Y eran una minoría, mínima, pequeñísima y pudieron levantar a sus hijos en medio de eso. ¿Por qué no nosotros en el Siglo XXI? Es el mismo Dios, es la misma Palabra, es el mismo Espíritu. Así que padre toma ánimo pero prepárate y fortalécete en el Señor. Come todo lo que tú puedas de la palabra de Dios. Estudia los principios del Reino de Dios. Ora mucho y asegúrate de que tu vida refleje la vitalidad del reino de Dios. Porque tú no vas a poder en realidad, producir hijos, bueno va a ser difícil, que tú produzcas hijos que te superen a ti espiritualmente.
Si lo hacen van a ser porque, bueno, coman de un pan y beban de un agua que les vendrá después. Más allá de lo que tú les puedas dar a ellos. Eso pasa también porque cuando vienen al Reino de Dios se reciben nutrientes. Pero generalmente lo que Dios quiere es que los padres bendigan a sus hijos con su espiritualidad y entonces como producto de esa leche y ese pan que ellos han comido de sus padres sean inclusive mejor que sus padres más adelante. Pero nosotros necesitamos tener una vital extraordinaria en este tiempo.
Yo creo que ya los tiempos de que padres nominalmente religiosos, evangélicos, produzcan hijos que amen al Señor, yo creo que pasaron. Estamos en un tiempo en que producir un hijo que ame a Dios es contra la corriente. Es un forcejeo contra el diablo mismo que quiere arrebatarnos a nuestros hijos. Y por eso necesitamos ser atletas espirituales, por eso necesitamos ser guerreros espirituales, por eso tenemos que llenarnos de la Palabra de Dios. Come de la Palabra de Dios.
En ella están los principios que te van a ayudar a ser un hombre, una mujer, un padre, una madre que pueda bendecir a tus hijos con buen consejo, buen ejemplo, buena vida, buena nutrición espiritual para tus hijos. Yo les animo en el nombre del Señor a seguir esta secuencia que yo veo en la Palabra del Señor. Primero, ama tú a Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, escribe su ley en tu frente y átala alrededor de tu mano. Llénate de la enseñanza y de la instrucción de la Palabra de Dios, Refleja una vitalidad rebosante espiritualmente hablando.
Entonces transmítele a tus hijos el exceso de tu vida espiritual que al rebosar tu amor por Dios, ese rebosar de tu copa, ellos beban de ella y también puedan crear el mismo tipo de hombre, de mujer que tú eres. Es importante esa secuencia de las cosas. Dice: “Las enseñareis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas para que sean vuestros días y los días de vuestros hijos tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los Cielos sobre la tierra".
¡Qué lindo ese consejo del Señor! Que nuestras casas estén saturadas de los valores del Reino de Dios. 'Escribe en los postes y en tus puertas'. De nuevo, los judíos han tomado esto literalmente y si alguien de aquí se ha mudado a un apartamento que pertenecía a un judío ortodoxo; yo viví en Brooklyn cuando niño, muchos años y estaba en un área donde vivían los judíos ortodoxos. Yo recuerdo el primer apartamento donde nosotros vivimos en Williamsburg, Nueva York, en Brooklyn, que los dinteles de las puertas, los postes de las puertas tenían unas cositas de metal clavadas.
Un día yo saqué uno de ellos y había un rollito adentro que era un texto de la Biblia en hebreo. Porque ellos toman eso en serio y clavan en los postes de sus puertas esas señales religiosas. Ahora lo que Dios estaba diciendo es ‘Mira, que tu casa esté saturada de la Palabra de Dios’. Y yo digo, hermanos, esa es la cosa más importante que nosotros tenemos que hacer porque eso fue lo que Dios puso en mi corazón. Aparte de las intervenciones específicas y deliberadas, activas que nosotros tenemos que hacer: enseñar la Palabra a nuestros hijos, todas esas cosas muy buenas.
Yo creo que la manera más poderosa de nosotros hablarle a nuestros hijos es a través de la atmósfera que nosotros elaboramos en nuestro hogar. Lo que se da minuto tras minuto, día tras día. Es como la suma neta de todo lo que se da en el hogar en el curso de una semana por ejemplo, que al final de la semana cuando se vea lo negativo y lo positivo, que el balance sea abrumadoramente positivo a favor del Reino de Dios. Y ¿Por qué lo describe en esa manera?
Porque en un hogar hay de todo. Se dan a veces argumentos y conflictos, claro que sí. Ninguno de nosotros es perfecto como padre, como esposa, como hermano, como amigo, como miembro de una congregación. En una casa se oye de todo, pasa de todo. En el curso de una semana hay momentos buenos, momentos malos, hay diferentes cosas que suceden, hay agonía, angustia, ansiedad, muchas cosas. Pero también debe haber mucho amor, mucho perdón, mucha Palabra de Dios, mucha buena música sonando, muchos buenos programas en la televisión, mucha Biblia abierta, leyéndose, muchos objetos cristianos: cuadros y revistas y conversaciones.
Entonces cuando al final de la semana cuando se coja todo eso, la humanidad caída nuestro y nuestro pecado y los valores cristianos y los momentos nobles y hermosos y bíblicos y cuando lo que hagamos y lo movamos al final lo que quede sea positivamente a favor del Reino de Dios. ¿Usted entiende la diferencia? Porque ningún hogar es un dechado de virtudes, ningún hogar es perfecto, ningún matrimonio es perfecto, ningún padre es perfecto. Pero lo que tenemos que asegurarnos es que el balance sea abrumadoramente a favor del Reino de Dios. Siempre.
¿Qué tipo de hogar nosotros estamos elaborando? El hogar es como un libro abierto donde los niños, los hijos sin saberlo están leyendo continuamente mensajes. Cada día, cada intervención, cada conversación, cada gesto, cada discusión que se resuelve con violencia o con amor, cada ofensa que recibe perdón o recibe venganza, cada silencio que se ofrece como una muestra de paciencia o un golpe de espada. Todo eso junto los niños lo están viendo continuamente. Los niños se percatan de todo, hermanos. Los niños son una esponja que absorben y leen el medio ambiente.
Subconscientemente su personalidad está siendo impactada por cada cosa que se da en un hogar. Y como cristianos tenemos que asegurarnos que nuestro hogar enseñe, que nuestro hogar sea un libro que nuestros hijos puedan leerlo con sus entrañas, con las células de su cuerpo, con su subconsciente y que les esté siempre emanando y emitiendo mensajes de amor, del fruto del Espíritu Santo, de lealtad al Reino de Dios y que ellos absorban eso. Porque esa enseñanza, esa lectura va a ser mucho más importante que cualquier lectura verbal que tú le des a ellos.
La lectura de vida, la lectura de tu casa. ¿Qué tipo de hogar nosotros estamos proveyendo para nuestros hijos? Óigame, es difícil hoy en día porque hay tantas oportunidades para llenar nuestro hogar de violencia, películas de todo tipo, entretenimientos indebidos, sonidos destructivos que crean ansiedad en nuestros hijos y agresividad. No, no, tenemos que eximirnos de muchas cosas. Hay cosas que a nosotros nos encantaría ver, decir, experimentar en nuestras casas que nosotros debemos decir ¡No! porque dañaría el libro que mis hijos están leyendo.
Viciaría, contaminaría el aire que ellos están respirando y por lo tanto no tengo libertad para hacer eso. ¿Sabe padre? Eso me recuerda otra cosa que: tú te debes a tus hijos y no a ti mismo. Claro, te debes a Dios primeramente, al Reino de Dios, por eso te tienes que mantener saludable y amar a Dios por sobre todas las cosas. Pero tú tienes un deber sagrado que tú has contraído desde el día que tú trajiste esos hijos al mundo. Una de las cosas de esta cultura que es contraria a la Palabra de Dios es que la mujer es dueña de su propio cuerpo.
Yo no veo eso en la Biblia. Dios es el dueño del cuerpo de una mujer. Por eso es que ¿sabes? la industria del aborto está fundamentada en ese forcejeo entre quien es el dueño del cuerpo, ¿Dios o la mujer o el hombre? Yo no soy dueño de mi cuerpo, tú no eres dueño de tu cuerpo. Dios es dueño de tu cuerpo. Y si hay una vida dentro de ti, yo creo que ahí, los derechos de propiedad se ponen mucho más complicados. Ya tú no puedes hacer lo que a ti te da la gana con tu cuerpo porque ahí hay algo que es soberano y pertenece a Dios también.
Y eso pasa cuando sacamos esos hijos al mundo no se crea que ya liberamos nuestra responsabilidad, entonces comienza la responsabilidad verdadera. Porque hay muchos padres que no entienden esto. Yo creo que cuando uno entiende la sagrada responsabilidad que es tener un hijo o una hija y que nosotros ahora tenemos que desvivirnos por ellos, amarlos, serles ejemplo, alimentarlos, vestirlos, mostrarles apoyo. Infundir en ellos una sensibilidad cristiana, noble. Entonces entendemos que ser padre es un asunto de 24 horas al día.
Ya nosotros no nos podemos dar el privilegio de agradarnos a nosotros mismos solamente. Por es, mucha gente: ‘Ya no estoy enamorado de mi esposa, ya no la quiero, así que me voy a divorciar porque ya no la amo'. Y ¿qué de los hijos que tú trajiste al mundo? ¿Qué de ellos?, ¿Qué deber tú tienes para con ellos de que tengan un hogar saludable, sano con un padre y una madre que les enseñen el carácter completo de la vida humana? Hombre, mujer, tú tienes que pensar en eso también antes de hacer tu decisión.
No es solamente lo que tú egoístamente sientes o no sientes. Tú eres un ente moral, una entidad ética. Tus decisiones no se deben solamente a lo que tú sientes o no sientes sino a unas decisiones morales que están por encima de ti. Y esa criatura que es parte de tu vida y tú eres parte de ella, refleja lo que tú eres, ahora tiene un derecho sobre tu vida y sobre tus decisiones. Y si tú respetas eso vas a ser bendecido, si no lo respetas va a haber juicio y condenación sobre tu vida, toda tu vida. A menos que no te arrepientas y la misericordia de Dios intervenga.
Pero a los padres jóvenes y a los padres que tienen todavía su hogar: no te dejes llevar por las emociones solamente al hacer tus decisiones. ¡No! Tú tienes una sagrada responsabilidad con esas criaturas que Dios permitió que entraran al mundo a través de tu intervención. Y tú tienes que vivir 24 horas al día pensando: ¿cómo puedo yo bendecir a esta criatura? ¿Cómo puedo yo ser como mi Padre Celestial para esta criatura? Esto quiere decir que ahí vuelvo a mi pensamiento original: lo que tú comes, lo que tú vistes, lo que tú ves en la televisión, tus conversaciones, tus conversaciones con tu esposa.
Tus decisiones morales cada día, a donde tú sales para divertirte. Todo eso está condicionado por tu condición de padre o madre. Y tú tienes que decir, ¿cómo esto afecta a mis hijos? ¿Cómo afecta a mi hogar? ¿Cómo afecta lo que yo vea, lo que yo permita? Porque yo soy un padre 24 horas al día y esa es mi gran misión: una madre en la Tierra. Y yo se que lo que yo diga o haga va a afectar a mis hijos. Por eso es tan importante, hermanos, ¡trabajemos sobre nuestros matrimonios!
Yo espero que nadie se sienta a través de esto, no sé, el amor de Dios se refleja a través de mis palabras. Yo no estoy condenando, ¿no? No quiero arrojar carga sobre usted, al contrario, lo que quiero es darle sano consejo de la Palabra de Dios y animarnos como Congregación, como comunidad espiritual a cuidar nuestros matrimonios y asegurarnos que nuestros matrimonios sean parte de ese libro del hogar que nuestros hijos vean y sean bendecidos y formados a través de él. Porque, de nuevo, eso es parte del privilegio sagrado. Yo no creo que haya un privilegio más grande que el privilegio de ser padre o madre.
Entonces una de las cosas que yo tengo que hacer es trabajar sobre mi matrimonio, para que matrimonio refleje, los hijos ven a papá y a mamá y la relación que tienen les va dar un sentido de seguridad y estabilidad o de “no sabemos que va a pasar. Si mañana mi casa va a estar aquí o si va a desaparecer uno de los elementos más importantes de él: mi papá o mi mamá; o si vamos a tener que mudarnos a otro sitio; si nuestro estilo de vida va a cambiar; si vamos a tener comida o no, mañana. Si voy a tener una mamá que va a estar llorando todo el tiempo o una mamá alegre".
Todas esas cosas los niños las procesan en una forma subconsciente y por eso es que nuestros matrimonios tienen que transmitirle a nuestros hijos estabilidad, paz, seguridad. Que ellos sepan que aunque papá y mamá tengan una pelea o lo que sea, eso no va a significar que papá va a desaparecer del mapa mañana y mi hogar se va a desmoronar. ¡No! Nuestros hijos necesitan saber: "¡No! Yo tengo un hogar estable". Que ellos puedan ver los valores del Reino de Dios, por ejemplo el perdón.
Si tú quieres un hijo que sea perdonador y gentil y lleno de gracia para con los demás, asegúrate de que tu matrimonio refleje gracia, amor, perdón, paciencia, reconciliación. Ahora si los hijos ven un matrimonio donde una ofensa lo que crea es otra ofensa; cuentas largas que se mantienen; una ofensa y crea una reacción negativa. Entonces ¿qué pasa? Ellos aprenden esto y en sus vidas van a reflejar ese mismo tipo de comportamiento. Ahora si tú quieres que tu hijo se aun hijo perdonador, amable, paciente para con los demás, que vea lo bueno en los demás antes de que lo malo asegúrate que tu matrimonio refleje eso.
Por eso, les digo, ser padre es un asunto de 24 horas al día. Es más, yo diría, que antes que padre o madre tú eres un pastor, una pastora de tus hijos y de tu hogar. Y un pastor, una pastora tiene que estar continuamente, esa es su condición, uno no se quita el sombrero de pastor y se convierte en civil. ¡No! Uno es pastor o pastora 24 horas al día y nuestras congregaciones reflejan lo que nosotros somos. Nuestros hijos van a reflejar lo mismo. Tú no te quitas jamás el sombrero de padre o madre. Eso está ahí. Tu matrimonio tiene que reflejar eso.
Tu hogar tiene que reflejar eso, los valores, los sonidos, los olores, los objetos, la atmósfera de tu casa tiene que reflejar los valores del Reino de Dios y tus hijos tomarán su guión, su directrices por eso. Así que el Señor te llama. Cultiva tu hogar. Yo creo que esa es la Palabra de Dios para nosotros esta mañana: Cultiva la atmosfera de tu casa. Cultiva tu matrimonio, cultiva tu vida. Asegúrate de que tu espiritualidad sea rebosante, tu compenetración con la Palabra de Dios sea intima e impecable.
Tu integración de los valores del Reino de Dios sea lo más completa posible y que tu ames a Dios por encima de todas las cosas. Que tu vida sea, tu eres un misionero, una misionera sobre la tierra. Tu gran privilegio viene de ser un hombre, una mujer con una misión y esa misión conlleva grandes responsabilidades y serias consecuencias si no la desempeñas como tú debes. Así que abraza en esta mañana el privilegio de ser un misionero, una misionera de Dios con el privilegio de levantar hijos e hijas que reflejen los mejores valores del Reino de Dios.
Cuida tu casa, cuida tu hogar, cuida tu atmósfera, cuida tu espiritualidad. Y yo añadiría a los que no son padres biológicos, mira, hay muchos jovencitos ahí afuera que necesitan un mentor, una mentora, un padre. Esta es una generación que necesita padres y madres desesperadamente, necesita mentores. Hay muchos jóvenes ahí, como Sarah, por ejemplo que ha decidido ser una mentora de estos niños y que está rindiendo un gran servicio a su congregación y a su comunidad.
Yo creo que muchos de ustedes tienen una gran oportunidad también de bendecir a jovencitos y jovencitas mentoreándolos, siendo ejemplo para ellos, amándolos, saludándolos. Hay muchos jovencitos que caminan en los pasillos de esta Congregación continuamente y tú eres un misionero. Asegúrate que como adulto que tú eres, ellos vean una cara sonriente, una mano afable. Saluda a esos jovencitos y bendícelos. Si hay un nieto o una nieta o un sobrino o una sobrina, un niño que vive en tu edificio y Dios te da la oportunidad de tener una influencia –aunque sea una vez- una intervención positiva en su vida y dejarle una semilla allí positiva, no te eximas de hacerlo.
Bendice esa generación. Comparte tu tiempo generosamente y se ejemplo donde quiera que tú vayas, se un instrumento de la gracia de Dios, 24 horas al día y abraza el privilegio de ser padre o madre. No temas, no temas. Papá o mamá en este tiempo donde tú estas, o madre soltera, no temas, Dios está contigo. Dios te dará los recursos. Asegúrate de pegarte a esa electricidad divina, asegúrate de ser un transmisor de la vitalidad del reino de Dios y no te preocupes que Dios siempre será más poderoso que los demonios de este mundo. Ora por tus hijos. Haz guerra espiritual a favor de ellos, llénate de la Palabra de Dios.
Transmíteles el consejo de la Biblia, úngelos con aceite, cuida de tu hogar, conviértelo en un libro que lo cuente, que hable en múltiples maneras de los valores del Reino de Dios y entonces encomiéndate al Señor. Y si al final del día no hiciste todo lo que debías hacer o si cometiste errores en el pasaje, perdónate a ti mismo. Eso es parte de lo que Dios nos habló esta mañana, perdónate a ti mismo. No vivas abrumado por lo que no hiciste. Ya eso es leche derramada que no puedes seguir condenándote a ti mismo si ya Dios te perdonó.
Ahora mira hacia el futuro y haz lo que puedas dentro de lo que tienes por delante y asegúrate que tu presente y tu futuro reflejen lo que tú eres ahora: un hijo o una hija de Dios. Olvídate del pasado. Si al final del día cometiste un error, perdónate a ti mismo, pídele perdón a Dios, pídele perdón a tu hijo o a tu hija. Reconcíliate y prométete que mañana vas a tratar de hacerlo mejor. Eso es todo. No vivas cargado de culpabilidad, porque eso no conviene tampoco. Tenemos un Dios.
Ese sí que sabe perdonar, ese sí que sabe tolerarnos y Él se compromete a caminar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo para que seamos buenos padres y buenas madres. Así que Dios te bendice en esta mañana. Declaramos sobre esta congregación, sus familias, sus hogares la bendición del Reino de Dios, lo nutriente del Reino de Dios: prosperidad, hijos saludables, generaciones bendecidas. Una congregación, una familia ejemplar, que le hable al mundo de que con Cristo se puede, con Cristo hay victoria, con Cristo nuestros hijos van a ser gigantes espirituales.
Con la Palabra de Dios van a llegar a donde tienen que llegar. Vamos a ponernos de pie un momentito y recibir esa gracia de Dios en nuestras vidas, en nuestras familias. Gloria al nombre del Señor. Dios nos llama en esta mañana a gozarnos en lo que Él nos da. Abracemos el llamado de la Palabra de Dios. Gracias Padre porque Tú no nos has llamado a desempeñar una labor imposible. Tú has dicho: "Yo estoy con vosotros". Ayúdanos a abrazar los valores del Reino de Dios.
Ahora mismo los recibimos, nos llenamos de ellos. Yo bendigo a mi Congregación, sus familias, sus hogares, los que están aquí y los que no están aquí. Declaro sobre ellos los nutrientes del Reino de Dios. Gracias porque nuestros hijos aún cuando ahora mismo estuvieran descarriados, Tú los traerás de nuevo a tus caminos, Señor. Los amarramos al Reino de Dios. Aleluya. Sí, Señor. Gracias Dios. ¡Oh, Señor! Gracias porque Tu palabra no regresa a Ti vacía. Tú has dicho: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa".
Nosotros hoy nos comprometemos a servirte, amarte, honrar tú Palabra, vivir vidas conforme a los valores del Reino de Dios y la carga te la dejamos a Ti, Señor, en este día. No importa que senderos nuestros hijos atraviesen, sabemos que llegarán a la meta. Llegarán al lugar donde tienen que llegar y serán salvos. Y serán hombres y mujeres que teman Tu nombre y que busquen de Ti, Señor. El proceso te lo dejamos a Ti Tú conoces, Señor, las peripecias de su peregrinaje espiritual, pero Tú tienes la última palabra.
Bendice a mis hermanos y hermanas. Que hoy reciban nuevas fuerzas Señor. Declaro hogares alegres, hogares despejados, hogares sin contaminación, hogares donde reine Jesucristo. Hogares donde la palabra de Dios habite abundantemente, hogares donde la alabanza sea el distintivo, hogares donde Satanás no sepa como entrar porque no hay nada que se parezca a él. Hogares donde hombres y mujeres quebrantados, quebrados por la Palabra de Dios manifiesten el carácter de Jesucristo.
Señor trabaja en los matrimonios, en nuestra iglesia, en las casas. Señor trabaja en los recuerdos del pasado, los errores cometidos, trabaja en las heridas que tienen nuestros hijos, trabaja en las heridas que tienen los padres, Señor. Envía tu Espíritu, Señor, envía tu aceite, envía tu ungüento, envía tu vino que traiga salud y sanidad a ellos. Bendecimos este hogar y bendecimos nuestra comunidad latina. Padre, levántate una iglesia que sea una iglesia madre, una iglesia consejera, una iglesia anciana, una iglesia apostólica, Señor. Una iglesia que cubra a nuestra comunidad con su cobertura espiritual, Señor.
Permite que esta iglesia pueda ser un refugio para muchas familias, Señor, en esta comunidad y levántate un pueblo ejemplar, Señor. Un pueblo pastoral, un pueblo misionero, Señor, que reconozca su llamado 24 horas al día. Yo bendigo esta comunidad, Señor. Te doy gracias por ella, gracias. Gracias en el nombre poderoso de Jesús oramos. Amén y amén. Gloria a Dios. Hermanos, denle gloria al Señor.
Mentalidad específica, una nueva manera de pensar (Parte 1)
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Nosotros estamos aquí en esta mañana porque precisamente queremos mejorar nuestro desempeño como líderes, queremos mejorar nuestro desempeño como congregación, como iglesia, como ministerios a los cuales pertenecemos, queremos exaltar o levantar el nivel de nuestro liderazgo, y queremos también vivir una vida de excelencia, porque después de todo estos principios se aplican a la manera en que nosotros vivimos nuestra vida. Y de ahí, entonces, se desprenden las demás implicaciones de esa mentalidad de la cual yo quiero hablar.
Mi propósito en esta mañana es alertarnos a todos nosotros a la importancia de un tipo de pensamiento, lo que yo llamaría una mentalidad, algunos dirían un modelo mental, otros dirían, una perspectiva, otros lo llamarían como una postura de vida; una forma de abordar las situaciones de la vida, los retos de la vida, los problemas, los retos del ministerio. Puede referirse desde cómo solucionar los problemas de mi vida emocional, las heridas del pasado, cómo enfocar los problemas estructurales que hay en mi matrimonio, cómo ser un mejor profesional, cómo ser una mejor ama de casa.
Esta mentalidad a la cual yo quiero referirme es como una forma operacional, es una forma de dirigirse hacia cualquier situación, yo lo llamaría un lente interpretativo y eso yo sé que son palabras un poquito complejas, pero no hay manera más sencilla. Porque eso es lo que es una mentalidad, es un modelo mental, es un instrumento que tu usas para todo lo que tu haces. Es como el motor de un carro que ese motor está metido allí, y ese motor tiene que estar involucrado en todo lo que hace ese carro, sea para ir a la iglesia, sea para hacer un viaje de 500 millas, sea para ir al supermercado, ese motor y el sistema operativo de ese carro, se usa para todos los movimientos de ese carro.
Entonces yo me quiero referir precisamente a una forma de pensar y de abordar las cosas, alertarnos de la importancia de esa manera de pensar y de vivir. Una manera de pensar que se adecue, que se ajuste a nuestras aspiraciones como iglesia, como individuos. Necesitamos un modo de operar que sea apropiado para el mundo en que vivimos, siglo XXI, con todas sus complejidades tecnológicas, multi culturales, competencia frenética, procesos acelerados en todas las áreas, tiempo corto para hacer todas las cosas. En ese siglo XXI en que la iglesia opera y que nuestras vidas se mueven, necesitamos una forma de hacer las cosas, una manera de interpretar el mundo y de abordar los problemas del resto de la vida, que sea al nivel del complejo mundo en que vivimos, y de las cosas que nosotros como iglesia de Cristo a nivel universal y también como congregación León de Judá insertados en la ciudad de Boston, queremos lograr.
Se requiere, en otras palabras, un paradigma, es una palabra, de nuevo, muy linda y muy compleja. Se requiere un paradigma, una mentalidad, una manera de acercarnos a los retos y problemas de la vida que nos lleve al éxito, a la excelencia, a la efectividad en las cosas que emprendemos.
Un pensamiento adicional: la mayoría de los cristianos que conozco no poseen, no despliegan esa mentalidad de la cual yo quiero hablar. Sobretodo en el mundo carismático pentecostal al cual nosotros nos afiliamos. Generalmente si usted no se ha sometido a través de su vida a un rigoroso régimen de estudio y preparación académica en alguna universidad elite, probablemente usted no haya tenido la oportunidad de incorporar esa forma de abordar las situaciones de la vida a la cual yo me refiero. Pero no se preocupe, usted puede adquirir y desarrollar esa mentalidad si usted sabe cuáles son las cualidades que la caracterizan y cómo se puede adquirir. Y de paso, ese el trabajo de toda una vida, eso es simplemente cuando usted dice, ok, yo entiendo lo que es, tengo una idea, voy a comenzar a pensar en esos términos, voy a dar pasos de bebé, me voy a enfocar en eso toda mi vida, voy a entender de qué se trata, y voy a rigurosamente a través de toda mi vida, ir desarrollando esa mentalidad.
Por ejemplo, el uso de este aparatito, dondequiera que voy últimamente hablo acerca de él, el iphone. Por eso lo estoy usando aquí, porque he visto su utilidad, incorpora tantas cosas y he dicho, tengo que aprender a usarlo, porque eso va con esta idea que uno tiene. Una de las cosas de este tiempo es el uso de la tecnología, la concentración de recursos. Aquí está todo, esto es una computadora pequeña, pero tiene de todo. Y también representa este mundo tecnológico en el cual nosotros nos movemos que tenemos como cristianos que aprender a movernos en él.
Entonces, esto, yo quiero cultivar todos los diferentes aspectos que se refieren a esa mentalidad y esto es uno de ellos. Entonces, pues, estoy determinado a aprender a usar esto. Y he hecho un pacto con el Señor de dominar este aparatito, el ciento por ciento, si es posible porque representa este estilo de vida que yo veo cada día más y más, que necesito para ser un líder efectivo en este tiempo.
Entonces, es algo que tiene que ser toda tu vida. Tu entiendes lo que es, alineas todas tus acciones, decisiones a esa manera de pensar, en tu matrimonio por igual; tengo un problema matrimonial, ok, cómo lo desmonto en sus partes constituyentes. Cómo establezco una estrategia día a día para resolverlo. Qué cosas tengo dejar, qué cosas tengo que adquirir, qué diálogo tengo que tener con mi esposa, qué viajes al pasado tengo que hacer para analizar de dónde vienen esos problemas, etc. Y entonces usted persigue una estrategia para destruir ese monstruo. Porque esa mentalidad le enseña y así usted enfoca cualquier cosa de la vida en esa dirección.
Esa mentalidad le podría dar diferentes nombres a lo que me estoy refiriendo. Ningún nombre que yo le diera, ninguna etiqueta le hace plena justicia a lo que me estoy refiriendo. Cada uno solo nombra un aspecto de esa mentalidad. Ahora, juntos, los diferentes nombres que le podemos dar, delimitan una zona, un universo de actitudes y prácticas que juntos llevan a la excelencia y al desarrollo del individuo.
Podemos referirlo en diferentes maneras, son como los pixeles, los puntos… usted ha visto un periódico que si usted lo analiza desde más cercano, usted ve, esta es la mentalidad específica… usted ha visto las fotos de un periódico? Si usted lo analiza de lleno lo que son, son puntitos grises, negros, de diferentes cosas y esos puntitos juntos crean desde afuera una imagen.
Bueno, así yo quiero esta cosa más bien como puntitos y trazar lo que es el perfil de esta mentalidad. Cada uno de esos nombres nombra un aspecto. Juntos delimitan una zona, un universo de actitudes y prácticas que llevan a la excelencia y al desarrollo personal.
Algunos nombres que yo podría darle a esto: mentalidad específica, mentalidad sistémica, método científico, pensamiento estratégico, también yo llamaría mentalidad de hormiga. Búsquese Proverbios 30, 24 al 28, donde el escritor de Proverbios iluminado por el Espíritu Santo alaba la hormiga, el conejo, la langosta y otro insecto más. Cosas pequeñas, organismos pequeños pero que si usted mira lo que tienen en común todos, son una forma sistémica de pensar, una forma estratégica de pensar. Planifican, estructuran, ven a largo plazo, sus necesidades dejan que determinen sus acciones, piensan en una forma concreta, estratégica, y por eso el escritor alaba al conejo y alaba la hormiga porque camina en cuadrillas, por ejemplo.
Es decir, la idea es que… y la araña, esa es la cuarta que habita en palacio de príncipe. Usted ha visto la estructura de una telaraña? Es la cosa más compleja y más poderosa, más fuerte que hay. Es tremendo.
Es decir, que estos seres planifican y por eso la Biblia los alaba. No alaba al caballo corcel lleno de fuerza y de vigor, no, no, animales pequeñitos que por su capacidad para planificar y pensar estratégicamente, sistémicamente adquieren una capacidad mucho más allá de su aparente fortaleza.
Pensamiento estratégico, mentalidad de hormiga, mentalidad de eficiencia, podría ser. Todos estos nombres, pensamiento científico, si los desmontáramos en su implicaciones podríamos ver que se refieren a un universo de actitudes y formas de obrar en la vida.
Sin esa actitud, sin esa mentalidad a la cual yo me estoy refiriendo, hacia los retos y tareas de la vida, no se va muy lejos. No importa cuántas buenas intenciones, cuánto esfuerzo y pasión, ni siquiera cuánta unción usted tenga como siervo y sierva de Dios… ah, yo tengo la unción de Dios, yo puedo hacer…
Mire, la unción sirve para ciertas cosas, pero no para todo. Se necesita a la unción añadirle otras cosas importantes. En el pasaje de Lucas, capítulo 16, 1 al 9, el Señor Jesucristo nos alerta a la necesidad de pensar en esta forma eficiente, específica, estratégica, planificadora, a la cual yo me estoy refiriendo.
Es el pasaje conocido del mayordomo infiel. Usted sabe la historia: este mayordomo, un empleado de una corporación, digamos, se descubre que está engañando a su jefe, está sustrayendo dinero ilegítimamente de los fondos de la empresa. Sabe que lo han descubierto, sabe que le espera que lo despidan o que lo metan a la cárcel y él entonces qué hace? A la luz de su situación actual, comienza a pensar, que voy a hacer? Entonces él dice, qué haré porque mi amo me quita la mayordomía, cavar no puedo, mendigar me da vergüenza. Ah, ya sé lo que haré, para que cuando se me quite la mayordomía me reciban en sus casas las personas ricas y poderosas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero, cuánto le debes a mi amo? Él dijo, cien barriles de aceite. Y le dijo, toma tu cuenta, siéntate pronto y escribe 50. Después le dijo al otro, y tu cuánto debes? Y él dijo, cien medidas de trigo. Él dijo, toma tu cuenta y escribe 80. Mire aquí la reacción, entonces, es Jesucristo implícitamente a través del amo alabando a este hombre y qué fue lo que alabó. Alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente.
De hecho, la palabra sagazmente es fronismos, de donde viene la palabra frenético, frenología, frenesí. Es una palabra muy interesante, se refiere al sistema nervioso, al cerebro. Cuando dice sagazmente, y es interesante que la Biblia habla de esa palabra sofronismos, por ejemplo, o sofronen, refiriéndose como a una forma científica de ver las cosas. Donde dice, por ejemplo, ninguno piense más altamente de sí que lo que debe pensar sino que piense de sí con cordura. La palabra cordura es esa palabra, sofronen, que se refiere como al cerebro. Es decir, la estructura electrónica, la estructura nerviosa, neurológica misma del ser humano. No se refiere tanto a sabiduría, entendimiento, intuición. Se refiere como una forma específica, científica, sistémica de pensar.
“…Alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente porque los hijos de este siglo…”
Digan todos, este siglo. A qué se refiere? La gente de la cultura, del tiempo y el espacio, la gente metida en el mundo, la gente que solo piensa en el ahora y el aquí, la gente que vive solamente para este mundo y no se preocupa de lo eterno.
“… los hijos de este siglo son más sagaces… -otra vez la palabra sagaz, la misma palabra esta sofrenen o fronismos-… son más sagaces en el trato que sus semejantes que los hijos de la luz…”
Cuáles son los hijos de la luz? Usted sabe, nosotros.
“…. Y yo os digo ganad amigos por medio de la riquezas injustas para que cuando estas falten os reciban en las moradas eternas….”
Es interesante eso de la riqueza injusta. Yo diría las riquezas injustas para mi son precisamente todas las cosas que este mundo provee: la tecnología, su forma de pensar. Nosotros tenemos que aprender a usar las herramientas de este mundo, santificarlas y usarlas para el avance del Reino de Dios. Eso es bien importante, las riquezas injustas.
Dios siempre toma hombres como Moisés, lo mete en Egipto, un sistema impuro, pagano, mundano, lo entrena y después lo saca, lo mete 40 años a enfriarse en el desierto y entonces después lo pone a hacer lo que tiene que hacer.
A Pablo lo entrena en el mundo fariseo con todos sus formas de pensar teológicas, estructural, organizada, una universidad altamente desarrollada, y después lo saca, lo tumba del caballo, lo pone ciego por un tiempo, lo bautiza con el Espíritu Santo, lo pone a enfriarse unos años fuera de todo y después lo llama aparte a Pablo y Bernabé para la obra para la cual yo les tengo determinado, y lo envía entonces a uno de las misiones más poderosas de toda la tierra: desarrollar su iglesia y desarrollar el sistema teológico de la iglesia, dos terceras partes del Nuevo Testamento. Pero primero lo pone en el mundo contrario, le imbuye, le mete, le inyecta ciertas características que no se encuentran en el mundo del espíritu y entonces le entra el espíritu y lo saca.
Entonces, esa es la idea de riquezas injustas. Qué vemos aquí, hermanos? El Señor nos alerta a la necesidad de pensar en una forma. El Señor no alaba al siervo infiel por su malicia, entiéndanme, no lo alaba por su falta de honestidad. No, lo alaba por su forma de pensar. Este hombre, qué hizo? Vio sobriamente, analizó su realidad sobriamente, escuetamente, realísticamente. No dijo, ah, bueno, mi amo quizás me perdona. No, él dijo: Hey, estoy en problemas, me van a botar.
No idealizó, vio la realidad tal como era. Vio su situación. Evaluó sus alternativas: Cavar, no puedo, yo no tengo molleros, si me meto ahí a trabajar en construcción, me destruyen. Mendigar, no sé ni siquiera cómo hacerlo, soy un hombre que me doy tanta importancia a mí mismo que no podría hacerlo. Evaluó alternativas. Entonces, ah, dijo, determinó dónde residía su fortaleza. Mi fortaleza reside en mi astucia, mi capacidad para planificar, mi mente. Entonces, qué hizo? Determinó un plan específico de acción. Ah, ya sé lo que voy a hacer. Voy a hacer esto.
El escribió, posiblemente, en su computadora, cuatro diferentes cosas. Analizó, vio los records de su corporación, y entonces llamó, cogió su rollotext, vio en su iphone su lista de contactos y determinó un plan específico de acción. Ejecutó su plan inteligentemente. La ejecución es una los distintivos de esta forma de pensar. Yo veo cantidad de gente que me dice, Pastor, que bueno sería hacer esto. Y tienen unos planes geniales. Yo les digo, bueno, pues, ejecútelo. Yo conozco gente que son unos genios estrategiando, pensando, concibiendo cosas pero póngalos a ejecutar, dígales te espero aquí mañana a las cinco de la tarde… ah, no, no tengo tiempo, estoy demasiado cansado… Le meten un cuento y no se aparecen. O van una o dos veces, y después ahí terminó todo. O conciben unas grandes ideas, unas grandes estrategias, van tres, cuatro veces pero cuando se ponen las cosas difíciles ahí se quedó todo. No ejecutan. La ejecución es uno de los distintivos más grandes del liderazgo.
No me venga con discursos tremendos, ni con poemas, ni con grandes despliegues de energía personal. Yo quiero ver cuando se acabe el polvo, si usted está ahí todavía. Yo adoro la gente que lleva 20 años en la iglesia, sirviendo, trabajando, llueve, truene, ventee, los reconozcan o no, le besen la mano o no. Están ahí, firmes, firmes. Ejecución. Él ejecutó su plan, lo llevó a cabo.
Pensó en el futuro, pensó a largo plazo, fue específico en sus determinaciones. Sobretodo pensó lúcidamente, específicamente, sobriamente, fríamente. Planificó y llevó a cabo una estrategia.
Esa mentalidad, esa forma de conducta, esa forma de proceder fue lo que el Señor dijo, este hombre hay que alabarlo, no lo alabemos por su falta de honestidad, pero alabémoslo por su forma de actuar, de proceder en la vida, de proceder ante un reto, una crisis, una tarea, una situación.
Es ese tipo de mentalidad, hermanos, ese tipo de mentalidad sistemática, de pequeñas acciones, ubicadas exactamente donde tienen que ubicarse. Cartuchos de dinamita puestos en el lugar donde la roca se va a partir, que nosotros tenemos que adoptar como iglesia, como cristianos, como siervos, como líderes de diferentes ministerios. Se tomaría demasiado tiempo describir en todos sus aspectos esta mentalidad a la cual yo me refiero. Estoy simplemente como delimitándola, poniendo puntitos alrededor de ella, como digo.
Interesantemente Jesús dice algo aquí que es muy revelador. Dice que esa mentalidad de eficiencia, detalle, planificación, especificidad y estrategia, es característica de quién? De los hijos de este siglo. El hombre secular, la gente racional no espiritual, los que están sumergidos en el tiempo y en el espacio, en el mundo, no en la eternidad, aquí, su vida depende de este mundo, los asuntos temporales, no los espirituales. Los hijos de Dios, los creyentes, los ungidos, los hijos de la luz.
El Señor dice, los que son sagaces en su trato con sus semejantes, los que saben hacer las cosas, los que llevan a cabo las grandes tareas de la vida, no son los evangélicos, no son los pentecostales llenos del Espíritu Santo y de los dones de la unción de Dios. No, son los inconversos, los paganos, los que están allá afuera en el mundo. Y eso es como un indictment, como dice en inglés, es una acusación contra nosotros del Hijo de Dios. Yo creo que el Señor dijo con un sentido de ironía y de profunda tristeza.
Reveladoramente el Señor extrae esta parábola del mundo de los negocios. Es una parábola que elabora una situación financiera. Es ese mundo de los negocios, el mundo de la corporación el que mejor representa esa mentalidad de planificación, especificidad, y estrategia; hasta cierto punto, yo critico ese mundo muchísimo y creo que no es tan eficiente como él piensa que es. Pero en un sentido sí lo es, por eso el Señor siempre usa situaciones de negocios para ejemplificar este tipo de cosas.
Ese es el mundo que controla todos los demás mundos de la cultura. Es el mundo de las corporaciones, siempre ha sido así, incluyendo el mundo militar, el mundo gubernamental, cultural, científico, académico. Piense en una persona como Bill Gates, con su filantropía de billones de dólares, The Gates Foundation, creo que se llama. Piensen en Warren Buffet, que le dio billones de dólares a esa fundación de Bill Gates también y piensa dar todo su dinero cuando se muera a esa filantropía. Piense en Richard Branson. Si usted piensa en esas grandes filantropías que hoy en día, el Rockefeller Foundation, The Ford Foundation, de dónde vienen? Del mundo de gente negociante.
Piense en el siglo XVI, el Renacimiento, los Medici, quién propició? Gente como Miguel Ángel y Raphael y otros. Quién es responsable en última instancia por el gran desarrollo de la cultura en Italia en el siglo XVI, en el Renacimiento? Los grandes comerciantes que tenían la idea también, ok, voy a usar mi dinero para desarrollar la cultura. Siempre ha sido así.
Pero es el dinero lo que controla todo lo demás: la filantropía, las universidades, el mundo cultural, todo sale de allí, del dinero.
Entonces la mentalidad operativa del mundo del comercio, la mentalidad que ellos usan para llevar a cabo sus operaciones, le da acceso a ese mundo del dinero a todas las demás cosas. Esa mentalidad que el mundo corporativo usa, le da acceso, a su vez, y poder y control sobre todos los demás mundos de la cultura.
Entonces la conclusión es esta: concluimos, no es el dinero lo que da poder, hermanos. Hay quien dice, oh, el que tiene dinero tiene poder. No. Lo que da poder es la manera de pensar y operar, es el modus operandi, la metodología, lo que da acceso al dinero.
Si tu tienes la metodología y el modus operandi, ese paradigma la cual yo me refiero, tu puedes tener acceso potencialmente a todas las demás cosas. Lo que verdaderamente produce poder, control, e influencia es una forma de operar, una forma de acercarse uno a las situaciones de la vida.
Donde reside esa forma de pensar, donde usted la encuentra, allí estará el poder, la influencia, la excelencia, la efectividad, el impacto, el control. Donde está esa forma de pensar, en cualquier grupo, cualquier institución, cualquier movimiento a largo plazo social, cultural, político, donde reside esa forma de pensar, ahí usted va a ver progreso, efectividad y logros.
Ahora, esta verdad que yo estoy delimitando aquí es eminentemente aplicable al Reino de los Cielos. Dios quiere que su Iglesia, con i mayúscula, y su iglesia con i minúscula, aquí en León de Judá, aprenda y cultive esta manera de pensar, y que se aplique a ella, -esto es importante,- sin descuidar la dimensión del espíritu. Porque si la descuidamos entonces estamos perdidos.
No, yo no me refiero a una cosa o la otra, sino a una cosa y la otra. Esa manera de actuar y trabajar no nos es cómoda o natural, -lo que yo me estuve refiriendo hace un momento atrás- porque está en aparente conflicto. Digan por favor, aparente.
Esa mentalidad que yo estoy delineando, estratégica, intelectual, científica, como usted lo quiera llamar, no nos es cómoda porque nosotros creemos o está en aparente conflicto con otra mentalidad a la cual también nos llama la palabra. Esa otra mentalidad yo la llamaría, mentalidad sobrenatural o mentalidad espiritual. Ese es otro tipo de mentalidad. Y nosotros pensamos que es como instintivamente nosotros sentimos como que hay una contradicción y entonces por eso…. Nos es incómodo pensar en esa manera porque la mentalidad sobrenatural o espiritual a la cual nosotros nos suscribimos como creyentes y sobre todo como carismáticos pentecostales, sentimos como que está en conflicto con la otra que yo acabo de describir.
Esa mentalidad sobrenatural que estoy describiendo depende, no de la razón, ni del esfuerzo que yo estoy aludiendo, que es importante, ni de la inteligencia, ni de la estrategia, sino de qué? De recursos espirituales, de los dones del Espíritu Santo, de la unción, la oración, el ayuno, la santidad, la intervención divina, la alabanza. Ve? Entonces, por una parte, yo estoy diciendo, no, usted tiene que esforzarse, estudiar, planificar, ejercer disciplina, ejecutar. Y entonces la mentalidad sobrenatural le dice; no, tu tienes que…. Levanto mis manos cuando tengo mil problemas…. Y entonces viene la unción y usted sale adelante y navega con las alas de bendición, etc., y viene la solución. Usted ve?
Esa mentalidad sobrenatural como que compite con esa otra mentalidad de esfuerzo sistemático, de repetición de cosas pequeñas, de persistencia, de acumulación de presión sobre una realidad, hasta que explota. Por una parte dice, no, no, encomienda tu causa al Señor, y él te prosperará. Entonces, otros te dicen, no, trabaja duro, esfuérzate, mete mano.
Un texto clásico de esto es Zacarías, capítulo 4, versículo 6, yo diría que es el texto clásico de este tipo de mentalidad donde:
“… entonces respondió y me habló diciendo, ‘Esta es la palabra de Jehová acerca de Zorobabel, que dice no con ejército ni con fuerza, sino con mí espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos…”
Usted ve la mentalidad sobrenatural? No es con estrategia, no es con sistemas tecnológico, no es con computadora ni iphones, es con mi espíritu. Así que llénate de mi espíritu y tu vas a tener éxito en la vida y vas a hacer las cosas que tu necesitas hacer. Ora mucho y vas a tener éxito. Esa es la mentalidad sobrenatural. Es la mentalidad que está en el coro de Marcos Barrientos, ‘no es con fuerza ni poder’.
Dice, “….no es con fuerza ni poder, más con su santo espíritu, las armas de la guerra no son de este mundo, son fuertes en Dios....”
Fíjese, “…..no son de este mundo, son fuertes en Dios. El poder de su amor son la fuerza mayor, adorando a Cristo en unidad, victoria en su nombre nos da su verdad….”
No es lo que tu haces, sino alinearte con la fuerza de Dios, la verdad de Dios, eso es lo que te da…. Entonces usted ve la aparente contradicción. Por una parte Cristo nos dice esencialmente, procedan y piensen como los hijos de este mundo y por otra parte nos dice, las almas de ustedes no son de este mundo. Entonces, ve la contradicción?
Nosotros subconscientemente identificamos esa aparente contradicción estructural y la resistimos, porque nos afiliamos naturalmente más con el mundo del espíritu. Y entonces cuando nos dicen, no, aprende inglés, aprende a usar una computadora, aprende a usar email, viaja a Europa, si quieres ser un gran músico, un gran artista y métete con la cultura de hace siglos y aprende. Cántate un himno ahí que parece que no dice mucho, pero que tiene unción, mejor que un coro con 5 baterías y 7 saxofones. Entonces, hay un forcejeo estructural allí.
Por eso no vemos más el cultivo de esa mentalidad estratégica de negocios, empresarial que el Señor y toda la Escritura recomienda que adoptemos. Secretamente, inconscientemente, los hijos de Dios saturados del paradigma sobrenatural, la resistimos porque nos interesa más la mentalidad sobrenatural y milagrosa.
Irónicamente, hermanos, esto es bien importante, por eso hoy en día, en el mundo moderno, la iglesia de Jesucristo se mueve al margen del poder y la influencia, en un mundo paralelo pero separado al mundo donde se distribuye el bacalao, donde se hacen las grandes decisiones.
Obama hace sus decisiones y no le importa lo que piensen los evangélicos, él los manipula y prepara como hace, perdóneme si usted… yo diría lo mismo de otras personas, yo no soy… pero la verdad es esa…. La gente de este mundo, Kerry o quien sea, Obama, se preparan décadas antes, cuando están en Harvard, en esos sitios, y dicen, yo puedo llegar a ser presidente, ah, pero necesito aparecer evangélico porque sin el voto evangélico o afro americano yo no voy a llegar. Entonces se convierten por allí un día, ven la luz, perdonen si yo… estoy aquí entre gente de confianza. Preparan su resumé, van a una iglesia por un tiempo y cuando llega el momento de correr para la presidencia ya tienen el carné evangélico, pero cuando llegan al poder se olvidan de todo lo que nos prometieron. Nos manipulan porque piensan estratégicamente.
Nosotros estamos, oh, nuestro salvador, buscamos cualquier razón para darle el voto: ah, bueno, es evangélico, pues, dice que es evangélico, dónde está su actitud, su postura, su fuerza motriz? Ese mundo nos manipula, pero no nos…. Ellos hacen lo que les da la gana. Las universidades no se percatan de lo que piensan o desean los evangélicos.
Nosotros producimos, tenemos toda una industria de cine, una industria de libros, nosotros tenemos más best sellers que el mundo secular, tenemos artistas mejores que el mundo secular, pero no impactamos. Vivimos en un mundo paralelo.
Eso es lo me intrigó acerca de ese libro que, de paso, a todos los que puedan leerlo, se los sugiero altamente, pero no para que le crea, sino para que lo pueda criticar efectivamente, “To change the culture”. Aludí a él hace poco, de James Davison Hunter. Es un libro muy interesante, él dice eso, precisamente. Ahora, su conclusión es que por eso es que no debemos tratar de cambiar la cultura. Me parece diabólica esa conclusión, personalmente. Y el mundo evangélico sofisticado, intelectual va en esa dirección más y más. Pero yo creo que tenemos que saber lo complejo que es cambiar la cultura, y entonces operar en esa manera.
El caso es que los evangélicos nos movemos en un mundo paralelo. No afectamos el mundo de los negocios, política, cultura, intelecto, ciencias sociales, ciencia dura, porque no hemos aprendido a usar esa estrategia que el Señor, y toda la Escritura en realidad, recomienda que adaptemos. Secretamente, inconscientemente, los hijos de Dios saturados del paradigma sobrenatural, la resistimos por esa razón. Y por eso nos vemos en ese mundo paralelo, pero separado, aislado del mundo del poder, la influencia, la excelencia en el área de la ciencia, letras, negocios, gobierno, finanzas, leyes.
Lo que nosotros hacemos es tirarles piedras por encima de la valla que ellos tienen. Les tiramos piedras, los criticamos, arremetemos contra él, desarrollamos universidad evangélicas, desarrollamos una industria de publicación evangélica, desarrollamos best sellers evangélicos, desarrollamos películas evangélicas, y tenemos algunos líderes evangélicos en posiciones de influencia, fundaciones, think tanks evangélicos pero no afectamos el mundo donde se hacen las decisiones, que determina las guerras, las distribución de los bienes, la cultura, eso no lo afectamos, porque no hemos aprendido a usar esa mentalidad.
Producimos muchas cosas, muchos objetos culturales, pero no penetramos en el mundo élite, donde se hacen las grandes decisiones. Ese mundo está reservado para el hombre secular, quien tiene el monopolio, prácticamente de esa manera estratégica de pensar.
En realidad, me atrevo a decir, hermanos, que hasta que la iglesia de Jesucristo, los siervos de Dios no cultivemos, y no aprendamos a emplear este tipo de manera de pensar y operar, no lograremos conquistar el mundo para Cristo, desarrollar iglesias de excelencia, producir líderes sobresalientes, o pensadores de influencia. No lograremos influir sobre la cultura y discipular las naciones como Cristo nos ha comisionado a hacer. Para eso necesitamos aprender a ejercer este tipo de forma de pensar en nuestra vida personal, individual, así como en nuestro involucramiento en cualquier área del ministerio.
Ahora, en este punto de mi desarrollo, lo lógico sería describir con más lujo de detalles, punto por punto, en qué consiste esa mentalidad estratégica empresarial, y cuáles son los elementos específicos que la componen. Pero en realidad requeriría una segunda conferencia. Lo que quiero aquí es simplemente dibujar sus contornos y describirla a groso modo, a vuelo de pájaro, y lo próximo sería entrar en detalle sobre eso, quizás en otro momento.
Voy a tomar otro texto de la Escritura, muy cercano al primero para probar, número uno, lo bíblico, de mi punto de vista, quiero apuntalar eso para que usted pueda abrazarlo; lo bíblico que es lo que yo estoy diciendo. Número dos, lo urgente que es que aprendamos a pensar así, y número tres, lo necesario de esta mentalidad para conquistar el mundo que Dios quiere que lo hagamos en este tiempo estratégico de la historia.
Vaya a Lucas 19, donde tenemos aquí la parábola de otro siervo inútil y también de siervos fieles y útiles que ilustra la importancia de la mentalidad empresarial, estratégica para conquistar el mundo. Aquí tenemos otro texto donde, dice:
“…oyendo esas cosas prosiguió Jesús y dijo una parábola por cuanto estaba de Jerusalén y ellos pensaban que el Reino de Dios se manifestaría inmediatamente…”
Los discípulos creían que el Reino de Dios iba a venir, Dios lo va a instalar, va a bajar una gran plataforma, un platillo volador, con todo lo que se necesita, y el Reino de Dios va a ser instalado en la tierra, de la noche a la mañana. Y el Señor dijo, no, no es así, mis hermanos, ustedes tienen que fajarse, tienen que sudar, tienen ustedes que meter mano, tienen que establecer sistemas, desarrollar gobiernos, estrategias, entrenar líderes, establecer institutos, escuelas, seminarios, escribir grandes libros y ponerse y leudar toda la masa. No es así, simplemente, Cristo viene y ya todo está listo. No, hay una tarea. Ellos pensaban que iba a ser así, y no, no es así. Entonces para eso les dio una parábola, y dijo:
“… Un hombre se fue a una casa, un hombre noble, Cristo, se fue a un país lejano a recibir un reino y volver, y llamó a diez siervos suyos, -ponga ahí empleados, ministros, líderes religiosos-, les dio diez minas …, -ponga ahí dones, talentos, habilidades- y les dijo, negociad… –esa palabra es bien clave. Este pasaje depende de dos cosas, palabras claves y una atmósfera que se desarrolla-… negociad entre tanto que vengo… -esa es la forma de operar, negociando-… pero sus conciudadanos le aborrecían, etc….
“….Entonces dice, aconteció que vuelto él después de recibir el reino, -diga ahí, segunda venida-…. Mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales le había dado el dinero… -ponga ahí, el juicio que no es para salvación sino para ver qué hiciste tu con tu dinero, qué hiciste tu con los dones que te di, cómo usaste tu tu tiempo, cómo usaste tu los recursos que yo te infundí-… para saber lo que había negociado cada uno… -negociado, otra vez la misma palabra-
“… Vino el primero diciendo, Señor, tu mina ha ganado diez minas….. usted sabe la historia, cada uno le dijo yo he rendido lo que me diste, lo he multiplicado cinco, diez, uno. Había uno que dijo, Señor, tenía miedo, pensé demasiado en las consecuencias, no usé mis talentos. Tenía miedo de ti. Y me dejé llevar por las emociones y el temor, no pensé estratégicamente y el dueño de la firma le dice, estúpido, porque aunque sea no metiste el dinero en un banco para que me diera un uno por ciento, yo no sé cuanto da hoy día, uno por ciento es muy poco, pero aunque sea para que no estuviera metido debajo del colchón. Por qué no pensaste aunque sea como un negociante un poquitito?
Nótese que la parábola se refiere a la acción de la iglesia en el mundo en lo que Cristo viene por segunda vez. Es un contexto escatológico el que está aquí. Nótese también la atmósfera y tonalidad el mundo de los negocios, el mundo militar, el mundo organizativo que hay en esta parábola. Les doy esto, los pongo en línea, les digo esto es lo que tienen que hacer, les delego autoridad y responsabilidad, dentro de un tiempo vuelvo, quiero que me den un reporte, cuánto ganaron. Hay una mentalidad de negocios clara, establecida.
Nótese que hay órdenes específicas, se espera rendimiento sin escusas, se espera ganancia, se espera eficiencia en la forma de operar. Vemos aquí principios como descentralización, delegación, visión, organización, pensar a largo plazo, etc. no hay mucho sentimentalismo, oren, busquen la unción de Dios, declaren la bendición del Espíritu Santo y entonces vengan y hagan lo que tengan que hacer. No, fájense a trabajar. No hay mucho sentimentalismo, espiritualidad, misericordia, en esta parábola. Lo que hay más bien es sobriedad, eficiencia, planificación, negocio, estrategia. Es la mentalidad del mundo de los negocios.
En el contexto de esta cultura que Cristo nos ha dicho, conquístenmela, yo les doy dones, úsenlos para un propósito. El Señor no quiere escusas, lo que el Señor quiere rendimiento. En su ministerio no me venga con historias tristes. Se me quedó esto, se me olvidó esto, que la gente es dura. No, no, ejecute, hágalo, ese es problema suyo. Por qué no está trabajando pregúnteselo. No le eche la culpa a los demás. Mire hacia adentro y busque una solución. Esa es la atmósfera que hay aquí.
La clave en esta parábola está en la palabra ‘negociad’. Es la palabra pragmateusase, una palabra que a mí me encanta, pragmateusase, de donde viene la palabra pragmático, práctica, pragmatismo, praxis. Se refiere al mundo de los negocios, a la acción repetida, sistemática, persistente, disciplinada, minuciosa y específica para obtener resultados claros, medibles, previamente determinados, como se hace en el mundo de las instituciones seculares, las finanzas, los negocios. Esa palabra pragmateusase es la palabra que dice negociad.
En otras palabras, trabajen en una forma sistemática en lo que yo regrese. Trabajen con una mentalidad corporativa, trabajen pensando específica, pragmáticamente, sean pragmáticos. Por qué estamos aquí hoy? Precisamente, no estamos aquí para… tuvimos un momento de oración porque es importante, pero es para que se remangue la camisa y trabaje duro, aburridamente.
De hecho, una de las grandes marcas, es la capacidad para disciplinar las emociones y trabajar sobre cosas pequeñas, aburridas, pero importantes. Eso caracteriza el movimiento del hombre en su modalidad estratégica.
La obra de la iglesia universal, así como de cada congregación, así como de cada siervo o sierva, en su vida personal ministerial, debe conducirse con esa misma mentalidad y según esa misma metodología pragmática.
Y terminando, voy a tomar, un solo ejemplo más de la Escritura para desglosar algunos de los elementos constituyentes. No los puedo hacer todos, pero quiero que ahora hacemos un case story pequeñito, minúsculo de algunos de los elementos constituyentes de este tipo de mentalidad, porque quiero dejarla plantada ahí en su espíritu y en su mente. Esa mentalidad empresarial estratégica, cómo funciona en la realidad, cómo se desempeña en la realidad. Vamos a Nehemías capítulo 2, versículos 4 al 16.
Nehemías, en la Escritura, para mí, es el caso clásico del pensador estratégico, el líder científico, el líder que se traza una meta y la ejecuta. Todo el libro de Nehemías es un libro que usted debe leerlo y bebérselo. No lo estudie tanto aquí, sino deje que Nehemías se le meta dentro de usted y que lo posea.
Ahora, mire, qué vemos aquí. Nehemías, un día está leyendo el periódico en la internet y descubre en NPR, o en New York Times, el website, que en Jerusalén hay una destrucción tremenda, los muros están destruidos, la gente está en vergüenza, no hay defensas, el prestigio, todo eso estaba implicado en la destrucción de los muros, la economía está hecha un desastre, la gente está desmoralizada. Y él entiendo, si edifico los muros, los muros son para protección, podemos desarrollar la ciudad, porque cuando la gente esté con los muros entonces se va a mudar a Jerusalén, entiende que el prestigio está implicado en esto. Yo creo que todas estas cosas estaban en la mente de Nehemías.
Por qué se concentró en los muros? Porque los muros eran lo esencial, era el pivoting point, era el punto de leverage. Esa intervención en particular permitiría muchas otras intervenciones, porque Nehemías es un pensador estratégicos y por eso piensa. Entonces, qué hace él? Sabemos la historia, ora, porque siempre… digo, no hay competencia entre lo sobrenatural, ayuna, busca unción de Dios, busca claridad, clama al Señor, se desarma ante Dios, y entonces se seca los ojos, se da un buen baño y ya sabe lo que tiene que hacer, y entonces va ante el rey, y dice: Señor, ábreme una puerta. Y un día él está allí, está un poco demacrado, quien sabe si él mismo se puso un poquito de polvo gris para verse demacrado, para ver si el rey me pregunta qué es lo que tengo que hacer. Entonces, versículo 4 dice:
“…. Me dijo el rey… -después que le dice, oye, qué te pasa, estás triste? Estás enfermo?-… me dijo el rey, qué cosas pides?
Usted ve cómo piensa el mundo? Dice, bueno, está bien, te ves mal, pero qué es lo que tu necesitas? Qué puedo yo hacer? Cómo vamos a resolver ese problema?
“….. Qué cosa pides? … -así es que piensa el hombre secular-… entonces por un instante él oró…”
Yo creo que Nehemías en medio segundo dijo, Señor, guau, aquí está el momento. Qué hago? No se puso, rey, vengo mañana, y le voy a decir…. No, él había pensado ya, él había estrategiado ya. Él lo que dijo es, Señor, me encomiendo a ti. Y punto. Cuando usted ora, cuando usted vive una vida de unción, usted no necesita ser tan espiritual. La unción está dentro de usted, está desarrollada a través de sus poros.
Yo creo que mientras más espiritual usted es, menos espiritual parece. Mientras usted más sobrenatural es, menos tiene que depender del ‘así dice el Señor’, y de los ángeles que te hablen, porque la unción, la revelación está dentro de ti y tu vives la unción, tu eres profético. T u mente está santificada, tu mente está penetrada con los paradigmas, patrones de pensamiento de la Escritura. Tu lees continuamente, la vida de Escritura se ha metido y se ha desgranado dentro de ti. Tu no pareces ser muy espiritual, pero tu eres un ninja espiritual. Tienes unas estrellitas por allí que tu se la tiras al gigante y lo destruye. Los otros andan con unas bazucas gigantes y por eso los identifican y les pegan un tiro, y los neutralizan enseguida.
La gente espiritual no parece ser espiritual, porque su espiritualidad la desarrolla donde cuenta. Entonces, Nehemías está allí, se encomienda y entonces dice al rey:
“… Si le place al rey, tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré…”
Ese es el mision vision statement de Nehemías. Quiero ir a Jerusalén y quiero reedificarla, punto. Una visión bien, bien clara.
“… Entonces el rey me dijo, -y esto es interesante acerca de la mentalidad de Nehemías-… y la reina estaba sentada junto a él….”
Por qué dice eso? Porque Nehemías es un hombre que piensa. El libro de Nehemías es bien detallistas. Ese detalle que la reina estaba sentada junto a él, como me pone exactamente la escena, porque a él le encantan los detalles. Bien específico en su forma. Eso es lo que me convence de que este es un libro verdadero y real. Es que es bien detallista. Y entonces dice:
“…. Y entonces el rey me dijo, cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?...”
El rey quiere saber, apúntenme allí, él dice que se va el 20 de junio y regresa el 10 de septiembre. Te quiero aquí ese día. Cuánto durará tu viaje? No, bueno, está bien… vete para allá y entonces trabaja lo que puedas y entonces cuando tu puedas regresa. No, cuánto durará tu viaje y cuándo volverás?
“…. Y agradó al rey enviarme después que yo le señalé el tiempo…”
Entonces fíjese esto, “… además dije al rey, si le place al rey, número uno, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso; y carta para Asaf, guarda del bosque del Rey, para que me den madera para enmaderar las puertas y para el muro de la ciudad y la casa en que yo estaré…”
Este hombre había pensado en todo, detalles, la parte gubernamental, legal, los permisos que necesito, mi casa donde voy a estar, la madera que necesita. Yo creo también él ahí metió, clavos y las herramientas, todo eso démelo. Recursos. Él pensó en todas estas cosas. Y entonces se fue a trabajar, y lo último es interesante, esa escena, en le versículo 11 en adelante.
Él llega a Jerusalén y después de estar allí 3 días… para qué? para descansar, relajarse, reponerse del viaje destructivo que eran esos viajes, de donde él salió para Jerusalén, se repone porque se necesita tiempo de descanso. La mentalidad estratégica piensa y factura todas esas cosas: vida familiar, vida devocional, vida matrimonial si la tiene o lo que sea. Todo eso lo desarrolla, lo piensa y entonces:
“… Me levanté de noche… -una noche calladito se levanta, se lleva un grupo de allegados, gente estratégica, sus líderes más cercanos. …. y unos pocos varones conmigo y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén. ..”
La mentalidad estratégica primero concibe las cosas, las planifica, las madura por dentro y entonces las va soltando en momentos apropiados.
“…. ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba, y entonces Nehemías hace un reconocimiento estratégico, camina. Él no depende de su imaginación o de la oración. No, él quiere kick the tires. Él quiere darle una patada a las gomas a ver si funcionan antes de comprar el carro. Entonces se va, analiza, visita este sitio y toma nota. Ah, mira, aquí hay estos muros. El muro A, B, C, D, 1, D2, 5, 3, que se yo qué? Desarrolla una visión estratégica. Ve la realidad, la señala, le pone etiquetas sobre ella.
“… y salí de noche por la puerta del valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta de Muladar, observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, sus puertas consumidas. Pasé luego a la puerta de la Fuente, al estanque del Rey, pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. Y subí de noche por el torrente, observé el muro y di la vuelta y entré por el….”
Para qué nos interesa esto? Es un hombre pensador estratégico, específico. Da detalles. Él tomó nota de todas estas cosas. Él tiene que ir a esos lugares y ver lo que está pasando. Entonces, finalmente él, en el versículo 17, después de hacer su reconocimiento, tomar sus notas, ver la realidad, desarrollar una estrategia, entonces va al pueblo, va los que tienen el dinero, los recursos, los cuerpos para trabajar, les da un reporte, les infunde visión, les dice lo que está pasando. Les diagnostica su realidad, dice, estamos en deshonra. Miren cómo les habla:
“… les dije: vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, sus puertas consumidas por el fuego. Venid y edifiquemos el muro de Jerusalén y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré como la mano de Dios había…”
Les infunde esperanza. Les dice, yo no soy un cualquiera, tengo la autoridad del rey, tengo el permiso, tengo la encomienda de él.
“… Y dijeron, levantémonos y edifiquemos…”
Tiene la solución porque él usó una forma estratégica de pensar, sistemática, juntó a la gente, su liderazgo contagió a los demás.
Nosotros tenemos que desarrollar la capacidad para contagiar a los demás con nuestra visión y decirles cosas claras, específicas y mantenernos en ella. Y eso entonces le dio el éxito que él necesitaba.
Léase el capítulo 3 después, no tengo tiempo, y usted verá cómo las tareas de dividieron. Este grupo tomó este pedazo del muro; este otro grupo tomó el otro pedazo; este otro grupo tomó el otro pedazo. Hubo oposición, hubo dificultades porque todo proyecto grande tiene dificultades, oposición, cosas inesperadas, tragos amargos. Había gente que los persiguieron, querían destruir su unción, pero él siempre en todo momento hizo lo que tenía que hacer.
Concluyo, póngase de pie y ya el tiempo… deme 10 segundos. Póngase de pie un segundito. Conclusión: en el mundo complejo y retador en el cual vivimos dominados por la tecnología, el conocimiento, el multi culturalismo y la competencia feroz, los cristianos requerimos como nunca las destrezas y conocimientos que nos permitan desarrollar vidas y ministerios de excelencia, eficiencia y productividad.
Esto es clave: se requiere que cultivemos un tipo de mentalidad que no nos viene naturalmente pero que es absolutamente esencial si queremos montar una maquinaria que conquiste el mundo para Cristo. Esa mentalidad estratégica, específica y científica no contradice la mentalidad sobrenatural. Más bien la complementa y enriquece. Debemos estudiar en qué consiste esa forma de pensar y operar. Debemos determinar cuáles son sus componentes constituyentes y lanzarnos a cultivarla día a día.
Finalmente, debemos hacer de ella una filosofía de vida, una visión personal, que determina cada una de nuestras acciones y decisiones cada día de nuestras vidas. Que el Señor les bendiga.
Que nuestra fe nunca muera
14 de junio del 2010 - Por Myrza Marilys Lassús
Génesis 12:10-20
En ese entonces, hubo tanta hambre en aquella región que Abram se fue a vivir a Egipto. Cuando estaba por entrar a Egipto, le dijo a su esposa Sarai: «Yo sé que eres una mujer muy hermosa. Estoy seguro que en cuanto te vean los egipcios, dirán: "Es su esposa”; entonces a mí me matarán, pero a ti te dejarán con vida. Por favor, di que eres mi hermana, para que gracias a ti me vaya bien y me dejen con vida.
Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que Sarai era muy hermosa. También los funcionarios del faraón la vieron, y fueron a contarle al faraón lo hermosa que era. Entonces la llevaron al palacio real. Gracias a ella trataron muy bien a Abram. Le dieron ovejas, vacas, esclavos y esclavas, asnos y asnas, y camellos. Pero por causa de Sarai, la esposa de Abram, el SEÑOR castigó al faraón y a su familia con grandes plagas. Entonces el faraón llamó a Abram y le dijo: « ¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu esposa? ¿Por qué dijiste que era tu hermana? ¡Yo pude haberla tomado por esposa! ¡Anda, toma a tu esposa y vete!» Y el faraón ordenó a sus hombres que expulsaran a Abram y a su esposa, junto con todos sus bienes.
Esta historia es simple y clara. Hay hambre en Canaán y Abram se va a Egipto con toda su gente para poder sobrevivir. Saraí su esposa, era preciosa y llamaba la atención. Llegaron a Egipto y Abram tomó miedo y le dijo a ella que mintiera y dijera que era su hermana. Así que cuando entraron a Egipto, rápido se supo de la hermosura de Saraí y entonces Faraón la mandó a buscar. Por ella ser la “hermana” de Abram, Faraón le bendijo a él con regalos.
No pasó mucho tiempo cuando el mal llegó a la casa de Faraón y cuando la verdad se supo. Entraron diferentes plagas que afectaron al palacio por causa de Saraí. Y ahí Faraón confrontó a Abram y lo ordenó a que se fuera. Faraón no quería nada de Abram, por eso lo mandó que se fuera con TODO lo que tenia; esto incluía los regalos ya dados por el Faraón.
Vemos aquí a un hombre que había oído la voz de Dios, se había ido de la tierra de su padre por lo que Dios Jehová le había dicho y flaqueó en su fe. Al Abram mentir y flaquear en su fe, en su confianza en Dios, no solamente peca, sino que también expone a su familia por causa de su falta de fe.
En estos últimos meses el Señor me ha hablado, me ha demostrado cuantas cosas, cuantas opiniones, cuantas ideas tenemos que son 100% erróneas. Estando en el evangelio o mejor dicho, asistiendo la iglesia por tantos años, no veía lo que Dios quiere de nosotros. Miramos, pero no vemos. Podemos estar en la iglesia 100 años y si no vemos lo que Dios espera de nosotros, nunca entenderemos Sus caminos.
Abram dejó que el hambre venciera. Dejó que las circunstancias de la vida dictaran su camino. Abram mintió por salvar su vida. Tuvo miedo. Si miramos textos anteriores, Dios le había prometido a Abram que de él saldría una nación (Ge. 12:2). No hace mucho me vi perdida, como sin rumbo y sin esperanza. Emocionalmente destruida. Me sentí como el profeta Jeremías sin paz, sin fuerzas y sin esperanzas en Jehová (Lam. 3:17-18). ¿Por qué yo estaba tan turbada, tan preocupada, tan perdida?
Así como Abram, ando en un camino de cambios, de revelación y de nuevo conocimiento. Como Abram, he salido de “mi tierra y mi parentela” (mi comfort zone), para ir a la tierra que Dios tiene para mí. ¿Cuál era mi comfort zone? No sé, no estoy clara. Lo que sí sé es que ahora veo muchas cosas que antes no veía o no quería aceptar. Y esto le pasa mucho a los cristianos, nos vienen situaciones a nuestras vidas, sean nuestra culpa o no, y comenzamos a cuestionar la voluntad de Dios. Comenzamos a dudar de la provisión de Dios. Hacemos como Abram, mentimos. Nos mentimos a nosotros mismos diciendo que no hay solución y el temor llega a nuestras vidas.
Dios cumple sus promesas. El es fiel. Dios no miró a Abram que mintió, pecó. Miró al hombre de fe, el hombre que amaba a Dios, que temía a Dios. La misericordia de Dios no depende de nosotros sino de Él. Él es Dios Soberano. (Rom. 9:14-18). El no nos paga por lo que hemos hecho, sino según Su misericordia (Sal. 103:8-14).
Aún dentro de la mentira de Abram y su falta de fe, Dios usó eso para Su plan. Abram salió de Egipto lleno de riquezas y más bendiciones. Así cumpliéndose la promesa en él.
Estos procesos y cambios en mi vida me han enseñado que:
1) Tengo que tener fe en el Señor en todo. Si caemos tan pronto viene la prueba y la dificultad, ¿qué ejemplo le damos al no creyente de nuestra fe? Si decimos tener fe, tenemos que mostrarlo (Santiago 2:17-26). Que nuestra falta de fe no traiga tropiezo o pecado a los que nos rodean.
2) Las pruebas y las dificultades nos enseñan la verdadera voluntad de Dios en nuestras vidas. Muchas veces nos llenamos de miedos sin fundamentos. No creemos en la Palabra que nos dice que Él nos fortalece (Fil. 4:13); que Él nos suplirá con todo lo que necesitamos (Fil 4:19); que Él nos da paz cuando ponemos todas nuestras preocupaciones en sus manos (Fil. 4:6-9). La voluntad de Dios es que nos apartemos para Él (1 Tes. 4:3); que demos gracias a Dios en todo (1 Tes. 5:18) y que hagamos el bien para callar a los no creyentes (1 Pedro 2:15).
3) Por último, si queremos ver lo que el Señor tiene para nosotros, debemos de vivir en el espíritu. (Gal. 5:22-23). Tenemos que rechazar todo lo que no es de Dios (Efesios 5:1-21) y no andar en la carne (Gal. 5:19-21).
Si flaqueamos en nuestra fe, negamos la Palabra y si negamos la Palabra, somos hipócritas. Así como Dios le mostró a Abram Su misericordia, así he visto la misericordia de Dios en mi vida. Dios le brindó abundancia y cumplió su promesa en Abram. Así Dios también nos puede bendecir y cumplir Su promesa en nosotros.
Que Dios nos llene de Su sabiduría y nos llene de Su paz para comprender cada paso que damos en nuestras vidas. Confiando que cada paso sea bajo Su voluntad, así cumpliendo Sus propósitos en nuestras vidas. Bendiciones.
La adoración importa (Parte 2)
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Vamos a la palabra del Señor, Hechos, capítulo 16. Dijimos antes de hoy que queríamos dedicar todo el servicio y que bello espíritu de alabanza, a meditar sobre la adoración. Y yo quiero hacer una breve meditación sobre, yo llamo a este sermón, La adoración importa. Capítulo 16 del libro de los Hechos. Quiero solamente apuntar 3 ó 4 cosas importantes acerca de la adoración, por qué hoy hemos dedicado tanto tiempo a adorar a Dios y cómo la presencia del Señor se ha movido en medio de nosotros con tanta, tanta efectividad e impacto. Versículo 16, Hechos 16, versículo 16. Ya que estamos estudiando el libro de los Hechos, voy a extraer el texto base, de ahí mismo, de este libro y luego volveremos hacia atrás y no nos saldremos del libro de los Hechos. Porque hemos dicho que en todo lo posible vamos a mantenernos meditando. Y el libro de los Hechos en muchas ocasiones señala la importancia de la adoración como conviene a un libro que expresa la energía del Espíritu Santo en una manera tan gráfica y tan clara. Conocido pasaje del encarcelamiento de Pablo y Silas en Filipos, dice el 16:
“Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación….”
¿Sabía usted que los espíritus malos se especializan, van a la universidad de los espíritus y algunos salen de allí con un título de lo que sea, criminalidad, alcoholismo? Este espíritu tenía un doctorado en adivinación, y por esa esta muchacha reflejaba una capacidad para adivinar, le leía la mente a la gente, profetizaba. El diablo profetiza también, sabe? Y ese espíritu le daba una destreza especial. Hay dones diabólicos y hay dones también divinos, espirituales. Ella tenía este espíritu de adivinación.
“…. El cual daba gran ganancia a sus amos…” -adivinando, la llevaban por la ciudad y la exhibían, le daba palabra. Quién ha oído alguna vez, no levante la mano, a un gitano por allí para que le lea la taza o las hojas de te o lo que sea, el Señor reprenda esa práctica, no. Un hijo de Dios no tiene lugar para estar en ninguna de esas cosas, ni el horóscopo y nada. No me diga que usted, alguien me preguntó, pastor qué signo es usted? Yo le dije, hermana, ya yo dejé eso hace tiempo. Interesantemente, yo soy leo de León de Judá. No voy a ir allí… pero usted no tiene que estar viendo nada de esas cosas. Nosotros creemos en el Espíritu Santo, él sí que nos da palabra. Pero esta gente llevaba a esta muchacha a diferentes partes de la ciudad adivinando, y les daba gran ganancia, gran dinero.
“…. Y esta siguiendo a Pablo y a nosotros, los que acompañaba a Pablo, daba voces, diciendo, éstos hombres son siervos del Dios altísimo quienes os anuncian el camino de salvación…”
Óigame, sabe usted que el diablo sabe que Cristo es el Hijo de Dios y el diablo conoce a los que sirven al Señor también. Sabe usted que el diablo sabe que le espera el lago de fuego y azufre, pero no se convierte a pesar de todo eso. Es malo. Satanás es malo. Está empedernido, no tiene la gracia de Dios en él y por eso no puede convertirse.
Esta muchacha en su espíritu mismo de adivinación le daba capacidad para discernir en Pablo su compañero que era siervo de Dios, pero como esa confesión salía de un espíritu inmundo, Pablo discernió ese hecho y su espíritu rechazaba esa declaración objetiva. Yo no creo que ella quería adorar al Señor con eso, sino como que estaba compelida y obligada por la fuerza del espíritu en ellos de señalar ese hecho.
Yo no sé si usted ha tenido ocasión, yo he estado en situaciones donde he estado bregando con gente endemoniada y los espíritus confiesan que Jesucristo es el Hijo de Dios, tienen que confesarlo. Lo odian y detestan pero ellos saben que Jesucristo es el Señor, y confiesan el poder de la sangre de Jesús también. Si algo me convence a mí del poder de la sangre es cuando un demonio lo confiesa, déjenme decirle.
Y esa muchacha estaba confesando eso, tenía que hacerlo. Dice:
“…. Y esto lo hacía por muchos días más desagradando a Pablo, por él discernió la naturaleza demoníaca de esa confesión, éste se volvió y dijo al espíritu, ‘te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella’, y salió en aquella misma hora…”
Sabe lo que pasa? Que cuando el espíritu de Dios se manifiesta viene también la persecución y viene, eso es lo que decíamos, que donde está el espíritu de Dios, usted recordará un estudio que dimos hace tiempo, no solamente se manifiestan los dones, hay evangelismo efectivo, hay sanidades y milagros, hay profecías, sino que también hay persecución. Y mire lo que pasó aquí: cuando el espíritu se manifestó, esta muchacha fue sanada y liberada. Dice:
“… pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los trajeron al foro antes las autoridades y presentándolos a los magistrados dijeron, ‘estos hombres siendo judíos alborotan nuestra ciudad y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos’…”
Se pusieron muy patriotas de momento, saben? El dinero pone a la gente patriota enseguida y muy espiritual.
“… y se agolpó el pueblo contra ellos –azuzaron al pueblo-… y los magistrados rasgándole las ropas ordenaron azotarles con varas y después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel mandando al carcelero que los guardase con seguridad, el cual recibido este mandato los metió en el calabozo de más adentro… -el hombre tomó en serio la orden y los metió en solitario-…. Y les aseguró los pies en el cepo…”
¿Qué pasó? Los encadenó y les ató los pies en la mazmorra esta donde los metió. Pero mire qué interesante, dice:
“…. Pero a medianoche orando Pablo y Silas …” -qué hacían? Se quejaban de Dios, Señor, por qué tu permites que nos hagan esto si te hemos servido? Señor, si sacamos el demonio de esa muchacha ahora tu nos pagas permitiendo que nos azoten y nos metan a la cárcel. Eso es lo que nosotros hacemos cuando pasamos por prueba. Qué pasa? Nos quejamos de Dios. Pero Señor, si yo estuve en la iglesia el domingo y di mi diezmo, por qué ahora me botas del trabajo, por qué se me daña el carro, por qué se me acabó la gasolina en el medio de la ruta 93 y mira todos los carros aquí tocándome bocina. Padre, por qué tu permites esto. Nos quejamos y miramos las circunstancias en vez de mirar hacia Dios.
Pablo y Silas hicieron algo totalmente diferente, a pesar de su sangre que les corría, a pesar del dolor de los azotes, a pesar de la humillación, a pesar de no saber qué iba a suceder con ellos. Imagínense cómo se sentiría uno si le pasara esto que le ha pasado a ellos. No se crea, las cárceles en esos tiempos no tenían aire acondicionado, sabe? No tenían televisión a color con alta definición. Eran lugares terribles. Y yo me imagine que mientras sentían las patitas de las ratas encima de sus pies, encadenados, Pablo y Silas adoraban al Señor. Me imagino que con la sangre endureciéndose sobre los lugares donde habían azotado, ellos daban gloria y honra al Señor. Y qué sucedió cuando ellos escogieron mirar hacia arriba en vez de hacia abajo?
“…Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían y al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar pensando que los presos habían huido. Más Pablo clamó a gran voz, diciendo, no te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él entonces pidiendo la luz se precipitó adentro y temblando se postró a los pies de Pablo y de Silas, y sacándoles les dijo, ‘Señores, qué debo hacer para ser salvo?’….
Óigame que cambio de situación, eh? 180 grados. El hombre que estaba en total control de las vidas de estos misioneros, el hombre que los había azotado y los había metido en la última celda de la cárcel, ahora, se voltea la tortilla y ahora le está diciendo, qué tengo que hacer? Díganme.
Ahora, Pablo le salva la vida a él, lo salva de suicidarse. Eso es lo que pasa, hermano, cuando tu adoras al Señor, cuando tu te pones a tono con la dimensión del espíritu Dios cambia la situación. Ese es el poder de la alabanza. Ese es el poder de la adoración.
Óigame, se me ocurre ahora mismo, yo no hablé de esto esta mañana, pero, ahora mismo en esta nación todo parece como estar descrito aquí en la primera parte de ese relato. El diablo parece estar en control. La carne, el hombre, el orgullo, la arrogancia del hombre está en control en esta nación. El intelecto domina esta región.
Estaba leyendo en el Internet anoche, en DisneyWorld, que se supone que es el lugar donde celebra la familia, la inocencia, las cosas sencillas de la vida, este fin de semana, creo que es el primer fin de semana, o el fin de semana pasado, es el día para celebrar la homosexualidad y vienen 100.000 parejas y personas homosexuales pisoteando la inocencia, precisamente, en Disney.
El diablo es irónico, saben? El diablo es irónico. Y yo como les digo siempre, yo no tengo nada en contra de los homosexuales. Yo digo, hermanos, déjenme decirles de nuevo, si yo pudiera que todos ustedes se fueran de la iglesia y la iglesia se llenara de homosexuales buscando de Cristo, yo no lo pensaría dos veces. Yo los amo mucho, pero yo les diría, hermanos, búsquense otra iglesia que se queden ellos y llenen los asientos, sinceramente. Nada me honraría más que trabajar con mis hermanos y hermanas homosexuales y lesbianas. Cristo los ama y Cristo quiere redimirlos y Cristo dio su sangre por ellos. Yo jamás deshonraría a un homosexual burlándome de él o de ella, son gente digna de respeto la mayoría. Y muchos de ellos son más éticos que nosotros los cristianos, se los digo sinceramente. Pero están confundidos, están atados y están bajo el dominio de Satanás, y están haciéndose daño ellos y daño a los demás, y por eso el amor de Cristo nos compele a denunciar esto. Así que digo eso solamente para que entiendan.
Pero, uno mira esta nación y uno ve todo lo contrario, uno ve como que todo parecería estar oscuro, parecería que la iglesia está en el cepo, con los pies atados por cadenas, las manos, la boca con un tape plástico, de metal puesto sobre su boca y no puede anunciar el Evangelio, no puede dar la palabra.
Estoy leyendo un libro ahora de un autor James Davidson Hunter, creo que se llama, no recuerdo ahora, soy malo para los nombre muchas veces, profesor de religión en la Universidad de Virginia. Y este libro habla acerca de por qué nosotros no debemos lanzarnos a tratar de cambiar la cultura, por qué no debemos hablar de cambiar la cultura. Porque dice, es imposible, hay demasiados factores, es demasiado complejo. Se llama ‘To change the world’, si alguien quiere leerlo, ‘Cambiar el mundo’, es un título irónico. Y él da muchas razones, muy profundas, y por eso estoy leyendo el libro, por qué, yo concuerdo con muchas de las cosas que él dice, por eso me ha cautivado el libro, pero rechazo rotundamente su premisa de que por eso, por lo difícil que es, no debemos tratar de cambiar la cultura y cambiar el mundo.
Y parecería que es así, cuando uno mira esta nación, y uno ve que son las élites gubernamentales, financieras, culturales, intelectuales, científicas que controlan el mundo, y son eminentemente seculares. La iglesia parece como estar al margen, estar en el cepo, metida en lo profundo.
Qué va a cambiar esa situación? Cómo puede una situación totalmente sin esperanza, tétrica, que no parece abierta a cambios, cómo puede cambiar de la noche a la mañana? Con armas espirituales, alabando y glorificando en el nombre del Señor. Adorando en el nombre del Señor, suscitando la gloria de Dios que descienda sobre la tierra. Una iglesia que adora, una iglesia que declara el nombre de Cristo, una iglesia que vive la vida cristiana y que desata el poder de Dios.
Dios puede cambiar esta situación que estamos viendo en esta nación. Hermanos, yo me atrevo a decir de la noche a la mañana, con una visitación poderosa de su espíritu. Este escritor dice que una generación jamás será suficiente, se burla de otros que dicen que una generación, 20, 30 años, es más, yo creo hermanos, que en un día Dios puede cambiar todas las cosas, en un día si el Espíritu Santo visita verdaderamente a su pueblo. Yo sé que no lo va a hacer a través de ardides de hombres pero lo puede hacer a través del mover del Espíritu Santo, puede cambiar el ímpetu, por lo menos, el momentum del hombre secular diabolizado y puede cambiar las cosas y ponerlo en otro giro.
Y por eso es importante adorar al Señor. En un momento todo cambió en este pasaje. Y los que eran víctimas pasaron a ser protectores y salvadores. Los que eran impotentes pasaron a instruir a los que estaban en poder sobre cómo debían proceder para ganar la salvación y la vida eterna. Y yo digo, hermanos, que en una iglesia que adora como nosotros adoramos hace un rato, puede cambiar una nación. Si al Señor le place visitarnos con su poder y desatar la unción de Dios, Dios puede cambiarlo todo.
No dejemos de adorar al Señor, no subestimemos la importancia de alabar el nombre de Jesús en esta manera, que nuestra vida, que esta iglesia se caracterice… cuando Dios me dio esa visión del León de Judá, una de las cosas que representa Judá es la alabanza. La tribu de Judá es una tribu que adora, que alaba al Señor. Búsquelo en la Biblia, y el león es el rey de la selva, el león es el animal más real que hay en toda la mitología humana.
Y Cristo en este tiempo requiere ser adorado como Rey de Reyes y Señor de Señores, y la llave que yo creo que va a desatar el mover del poder de Dios es la alabanza, la adoración. Esa es la llave mágica que abre la presencia de Dios.
Y lo que pasó aquí fue que este hombre les preguntó qué debo hacer para ser salvo. A mí me gustaría ver esta cultura cambiar su giro y que se llenara las iglesias de gente diciendo, cómo podemos ser salvos, cómo podemos encontrar la salvación. Y que hubiera iglesias preparadas para guiarlo como guiaron Pablo y Silas a este hombre.
“… Y ellos dijeron ‘cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tu y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa y él tomándonos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas y enseguida se bautizó él con los suyos. Y llevándolos a su casa les puso la mesa y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios…”
El Espíritu Santo me dice que aquí en este pasaje hay un paradigma. Esta es la segunda parte del sermón que yo prediqué esta mañana. Hay un paradigma aquí de cómo Dios cambia las cosas en un instante, que lo que parece imposible para el hombre, para Dios es absolutamente, como dijera yo, cómicamente fácil. Dios puede cambiar la situación de esta nación con un pueblo que lo adore, un pueblo que rete al diablo, que declare la gloria de Dios contra viento y marea, que se empecine en declarar, sí, Jesucristo es el Señor, Jesucristo es el Señor.
Eso fue lo que yo vi cuando yo tuve ese sueño de León de Judá mirando sobre la ciudad, sobre una manada de seres demoníacos, que cubrían todos rascacielos de la ciudad de Boston, desde donde yo estaba en la tierra yo apunté con mi dedo hacia el León de Judá que miraba sobre ellos con autoridad y dije tres veces, tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor. Y nosotros estamos aquí en esta ciudad de Boston, en este lugar que yo creo que es un lugar mágico, este sitio aquí, este culto en la ciudad de Boston es como si yo fuera místico, yo diría que este lugar es como un botón, aquí hay algo especial, en este lugar, en esta zona. Por qué usted cree que esta zona está llena….
Sabe lo que me decían hace poco aquí en el tiempo de oración que tenemos aquí todos los días en este grupo 333, no 666, 333, es diferente, aquí, Chris Odow, él me decía que vino hace poco un médico de Boston Medical Center a orar con ellos, viene a un tiempo de oración aquí y les dijo, el mayor centro de abortos en toda Nueva Inglaterra está a una cuadra de nosotros, detrás del edificio donde vivía Gregory, ahí es el mayor centro de abortos de toda Nueva Inglaterra. Yo no sé si lo han cambiado también pero el mayor lugar para enfermos mentales, el Salomon Carter Fuller Center está también a dos cuadras de aquí.
Yo tuve un sueño hace años cuando nosotros apenas comenzamos a trabajar este edificio, donde…. El edificio estaba echo escombros, estaba vacío, estaba ahuecado, solamente había ladrillos en este lugar, en el sueño yo me vi que estaba en el basement de este edificio, que en ese momento era una mazmorra, el basement daba miedo. Usted ve el basement ahora y usted jamás imaginaría lo que había allí. Allí había una caldera que era un monstruo, hecha de hierro colado, que los arquitectos que cuando llegamos nos dijeron, miren, ni siquiera traten de sacar eso de allí, porque no van a poder. Métanle una pared alrededor. El hermano Mario Ulloa, diseñó una forma, y yo creo que en menos de medio día la desarmamos y la sacamos. Domamos el monstruo del basement de León de Judá.
Y era un lugar así, lleno de agua, se metía el agua continuamente. Bueno, un lugar feísimo. Entonces en el sueño yo me encontré, yo sabía que estaba solo, yo había entrado al edificio y había abierto con la llave que tenía, estaba solo el edificio y estaba en el basement. Pero de momento en el sueño yo percibí que había compañía, que había gente en el lugar y que estaban en el basement. Entonces yo me pregunté, pero cómo han entrado las personas si está cerrado el edificio? Y lo primero que yo vi fue en el sueño, una mujer, yo no sabía lo que era esta área del Southend, después entendí que este lugar es la concentración más grande de centros de trabajo social.
Aquí están, en esta área está el centro mayor para gente deambulante, el Pine Street Inn. Es el mayor centro para gente deambulante en todo Estados Unidos. No se si ahora hay más grande, pero ese es el primero y el más grande de todos. Está el primer, a nuestro patio aquí, está el primer centro de refugio para mujeres que han sufrido violencia y que Rosie’s Place, conocido nacionalmente, ahí mismo en nuestro patio, un centro inmenso para mujeres abusadas y sin hogar. Están algunos de los centros para tratamiento de adicción más grande en toda Nueva Inglaterra, aquí mismo. Estaban unos hospitales que servía y todavía sirve a los pobres, que es el Boston Medical Center, se ha mejorado muchísimo pero era un sitio donde usted no quería ir si tenía un accidente o le pasaba algo. Estaba uno de los centros más grandes de licor, era Blanchards, que gracias a Dios lo convirtieron ahora en una farmacia que vende medicina. Que lindo, ¿verdad? Antes vendía licor y ahora venden medicina y cosas para mejorar el pelo y para sanarse uno en vez de para enfermarse. Gloria a Dios por eso.
Y hay uno de los lugares más grandes también donde se reúne gente para de aquí ser llevados a la isla, no recuerdo, Long Island donde van cientos y cientos de gente sin hogar para dormir, pasar la noche y después regresan aquí, los lanzan por toda la ciudad en el resto del día hasta la noche y los vuelven a tomar ahí mismo también. Usted los ve en Albany con Massachusetts Avenue.
Entonces yo vi de momento cuando …. Yo no sabía nada de eso porque estamos apenas todavía comenzando a entrar en el vecindario este, estamos hablando del año 1994 para serle preciso. Entonces yo estoy en el basement y yo les dije que iba a ser breve…. Voy a terminar, porque esta es la segunda parte. Quieren que continúe o me callo? Estoy siendo coqueto.
El caso es que veo, digo, pero si yo estoy solo aquí, entonces se materializa frente de mí, o a una cierta distancia, una mujer alta, delgada, con el pelo hecho pasta, paja. Usted ha visto la persona cuando no se han lavado el pelo durante semanas y semanas, se le pone como si fuera paja, se le pega, una redecilla más o menos. Veo yo esta mujer con el pelo así y con una mirada vacua en la distancia simplemente y mal vestida y viene caminando hacia mí como si no me viera. Y yo entendí que era un espíritu de locura lo que había en ella. Y esta mujer viene caminado hacia mí, yo me lleno de pánico dentro del sueño, comienzo a hablar en lenguas y ella viene, hace así, y pasa a través de mí y sigue caminando, como si yo no existiera.
Y entonces volteo la mirada y veo a un hombre sumamente obeso sentado en un lazy chair, una silla bien gruesa, bien cómoda, pero estaba deshecha la silla, pero era una silla de esas que las llaman lazy chair, era una silla para holgazanes, quizá alguno de ustedes tiene una de esas en su casa frente al televisor. Y ese hombre sumamente obeso con una mirada de total hastío y sin propósito en la vida, sentado allí en ese asiento, simplemente con una encarnación de la falta de significado y de propósito en la vida. Y sentí que había también un espíritu como de fracaso que se había posado sobre este hombre y que simplemente no había futuro para él.
Y de momento el lugar se llenó de personas alrededor de mí y yo vi diferentes tipos de espíritus caminando. Y entonces yo entendí en mi mente que estos espíritus no se daban por enterados de que aquí había un edificio, para ellos la tierra era una gran plaza y ellos simplemente caminaban y ellos circulaban alrededor de este lugar, estaban simplemente caminando de un sitio para otro como si fuera un parque o una plaza inmensa. Y este edificio no tenía materialidad para ellos, ni les impedía moverse. Yo entendí entonces que estábamos como en un centro de infección.
Después de eso yo entendí, supe que aquí estaba lleno de adictos a drogas, alcohólicos, gente con problemas emocionales y mentales, y entendí lo que era este lugar, esta área aquí. El Southend es conocido por todas esas cosas. Ahora se ha gentrificado y hay gente de todo tipo pero cuando nosotros nos metimos aquí todavía es un sitio muy complejo. Están los ricos y están los desechados de la tierra. Están los dos aquí en este lugar, conviven.
Entonces yo creo que por alguna razón Dios escogió este lugar para que aquí su nombre fuera exaltado y adorado. Así que entienda que usted habita, usted está en un lugar muy interesante por decirlo así. y que nuestra adoración tiene una cualidad muy significativa, porque es una adoración que es contra los poderes del diablo. Es una adoración de guerra como el león. Esta es una congregación que Dios la ha llamado para ser una congregación de guerra. Por eso es que usted tiene que vivir a la altura de su llamado. Esto no es aquí para jugadores de golf, esto no es para gente que le gustan los picnics, esto es para gente guerrera.
Si usted no está viviendo como un guerrero, no está viviendo a la altura de su llamado, de su herencia. Por eso es que Dios quiere gente, óigame, gente que ponga la vida donde ponen la boca. Dios no quiere gente simplemente de boca, hablando, hablando, adorándole, levantando manos y después viven como les da la gana o no están haciendo lo que tienen que hacer para el Reino de Dios.
Dios quiere que tu vivas como un guerrero, una guerrera. Tu eres realeza, tu eres gente noble, tienes que vivir a la altura de tu llamado. Tu estás en un lugar santo. Yo me atrevería a decir, como le dijeron a Moisés, quita las sandalias de tu pie porque el lugar que pisas santo es. Esto es un lugar santo. Este lugar tiene propósito, este lugar Dios lo ha escogido, esta congregación Dios la ha escogido para algo. Y por eso cuando nosotros adoramos al Señor, cuando exaltamos el nombre del Señor, yo creo que Dios nos ha llamado para cambiar las circunstancias. Nuestra alabanza cambia la situación.
Esta nación está bajo los poderes del diablo. La iglesia de Jesucristo está como estaban Pablo y Silas, aprisionada, amordazada, impedida de moverse. Pero una cosa nosotros podemos hacer y es adorar y glorificar el nombre de Dios. Nosotros podemos decir, tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor por encima de los principados y las potestades, Cristo reina. Cristo está sobre su trono.
Y nosotros podemos poner presión sobre el Reino de los Cielos, si cabe la expresión, para que el Señor envíe tiempo de refrigerio sobre su pueblo, para que el Señor quite la afrenta de su iglesia, para que el Señor levante la cabeza de su princesa y la ponga en el lugar donde él quiere ponerla, que es un lugar de autoridad.
Nosotros tenemos que seguir diciendo, Señor, ven, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo. Tenemos que declarar eso, tenemos que declararlo una y otra vez. Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre, vénganos tu reino, hágase tu voluntad. Esa es la esencia de la adoración.
La esencia de la adoración declara, tu eres el Señor. No es la circunstancia, no son nuestros sufrimientos, no son nuestras enfermedades, ni siquiera es nuestro pecado, eres tu, tu eres el Señor y tu tienes control. Yo declaro, Dios no ha terminado con esta nación. Dios puede cambiar las circunstancias si nosotros simplemente le damos gloria y honra a él, si vivimos las vidas que lo honren.
Pueblo de Dios, Dios te llama en este día. Cobra consciencia de la gran responsabilidad que tu tienes. Tu estás en un lugar escogido. Tu estás en un lugar misterioso. En este lugar tu moneda vale mucho más que lo que vale normalmente porque estás en un lugar mágico, magnético. Si fuera esa gente espiritista o algo así, diría magnético. Este es un lugar magnético. Este es un lugar claro donde habitan demonios y también habita la presencia de Dios y nosotros nos movemos en un lugar radioactivo y por eso nuestra alabanza tiene mucha importancia, mucho significado.
Y Dios quiere que tu seas un adorador siempre, siempre. Quiero que los músicos pasen por aquí rápidamente. Quiero plasmar ahí en tu corazón y en tu mente y le voy a pedir a Ernst, estos dos sermones, son parte de un solo sermón así que pongámoslos los dos y Miguel, también que pongamos los dos sermones en la radio porque los dos son importantes, se complementan. Mi primer sermón habla de una cosa, este sermón habla de otra y el Señor quiere que ambos sean parte de una sola totalidad.
Pero pueblo de Dios, recuerda lo siguiente, cuando los muros de Jericó tenían que caer y era imposible para el pueblo de Israel derribar los muros de Jericó, ellos no tenían las armas, no tenían los medios, no tenían el equipo, Dios simplemente les dijo, den vuelta alrededor de los muros. No les dijo, búsquense por ahí unos lanza-piedras o lo que fuera para derribar estos muros. Les dio una fórmula bien sencilla: les dijo simplemente denle vueltas a los muros. No le tiren piedras a los muros, no cojan palos para tratar de derribarlos. No le tiren lanzas. No cojan martillos para derribarlos, simplemente denle vueltas alrededor, denle 6 vueltas. Una vuelta cada día.
Yo me imagino que ellos se habrán sentido medio avergonzados. Imagínense, allí unos cuantos judíos impotentes, dándole vueltas a unos muros, mientras desde arriba…. Esos muros eran, dicen los muros de Jericó, podían varios carros con caballos correr paralelo el uno al otro de tan grueso y altos que eran. Y estos pobres judíos dando vueltas. Y Dios les dijo, denle 6 vueltas y en el séptimo día denle 7 vueltas y a la séptima vez griten.
Yo creo que ese grito fue un grito de alabanza, fue un grito de obediencia al Señor. Eso fue todo. Y qué pasó? Dios les dijo cuando den ese grito, los muros se van a caer. Yo sé que mi amigo, el escritor de ese libro, se reiría a carcajadas si él hubiera estado allí, él hubiera dicho, que impotente, que inútil, que ridículo, darle un grito a unos muros. Pero es que precisamente cuando el hombre no puede hacer nada, yo creo que ya el tiempo pasó para cambiar esta cultura con esfuerzos meramente humanos. Ya esta cultura pasó de ese punto. Si hay esperanza para esta cultura tiene que ser por una obra de Dios. Y entonces lo único que nosotros podemos hacer es convertirnos en alambres a través de los cuales corra la energía de Dios. Eso es lo único que la iglesia puede ser, un conductor de la energía divina que tenemos que hacer bajar del cielo con un grito de alabanza, con una persistencia, con una insistencia. Tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor. Al séptimo día la vuelta número 13 los muros de Jericó cayeron y Dios les dijo, ahora, vayan adelante, no miren para ningún lado, metan mano y hagan lo que tienen que hacer. Y ese día el pueblo de Dios ganó una gran victoria. Todo cambió en un solo día, en un solo día.
Yo creo eso es lo que Dios quiere en este tiempo, que nosotros le creamos y que adoremos, adoremos y vivamos la vida cristiana y sigamos persistiendo, no dejemos de anunciar la palabra de Dios. No nos acobardemos. Hagamos lo que la iglesia siempre hace, mantengámonos en nuestro lugar.
Dice el Apóstol Pablo, cuando venga el día malo, estar firmes y habiendo pasado todo, estar firmes. Y eso es lo que la iglesia hace, en los tiempos de encarcelamiento y persecución, la iglesia se planta sobre la verdad de Dios y adora y declara la gloria de Dios. Y el diablo tiene que huir. En algún momento se rompe el hechizo y viene la bendición.
Pueblo de Dios, vamos a adorar al Señor. Es importante adorar. Nunca piense, nos estamos tomando demasiado tiempo. Si estuviéramos adorando por inercia y por hábito y religiosidad, pues sí, entonces sí, pero si el espíritu del Señor se está moviendo y hay gasolina para adorarlo, tenemos que adorarlo, hasta que él nos diga, ok, ya, hicieron lo que tuvieron que hacer. Dios quiere un pueblo aguerrido, un pueblo adorador.
León de Judá Dios te llama. Se un pueblo adorador, porque la adoración cambia las cosas. La adoración importa. La adoración, tu adoración es importante. Gloria al Señor. Padre, haznos un pueblo de adoradores. Danos ojos para ver, danos un corazón para sentir, danos una mente para entender tu verdad.
¿Hasta cuando?
TRANSCRIPT
Yo quisiera llevarlos al Salmo 90, yo quisiera compartir el Salmo 90 hoy. Y mi Dios yo solamente te pido que estas palabras que Tú has puesto ahí, que estás cocinando en mi corazón aún a medida que hablo, como siempre te pido, ruego Señor que la meditación de mi corazón y las palabras que salgan de mi boca sean de bendición a cada uno de mis hermanos y hermanas aquí esta noche.
Los que están aquí, los que nos ven por el Internet y que tu palabra cumpla el propósito, Señor con el cual Tú la envías. El instrumento podrá ser fértil pero tu palabra es poderosa, Señor y Tú puedes hacer lo que Tú bien intencionas. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.
Bien. Yo quisiera reflexionar en algo hoy y yo se que tal vez la mayoría de todos ustedes que están aquí estuvieron el domingo pasado cuando estuvimos allí afuera que estuvimos rompiendo terreno en esa ceremonia simbólica donde estamos declarando ese terreno del nuevo santuario como propiedad de Dios. Hemos declarado y yo lo creo así que cuando se rompe ese terreno se están rompiendo maldiciones que atan a la gente.
Se están rompiendo maldiciones generacionales que quieren dañar el propósito de Dios en nosotros aún hoy día y en las generaciones que están por venir. Yo creo que ese gesto que nosotros hicimos el domingo pasado tiene poder. Yo no se si usted lo cree pero yo sí lo creo. Yo tengo una colección de cuatrocientas y pico de fotos y cada foto que yo vi me convencía cada vez más y más de eso.
Fotos que representaban sus caras, las caras de muchos de ustedes estaban en esas fotos y mientras yo veía todas esas caras yo no podía parar de cantar en mi corazón. En mi corazón yo cantaba “Tu pueblo dice gracias, porque muchas cosas ha hecho Dios por su pueblo”. Yo digo eso mis hermanos, aún las personas que salieron de espaldas pero que yo reconocía y sabía quien era esa persona yo decía ‘yo se que lo que Dios está haciendo en esa persona es algo bueno’.
Y yo se que su final va a ser aún mucho mejor. Puede que el proceso sea duro, sea fuerte, que nos cortemos unos de otro lado, pero yo se que va a ser un final bueno. Porque los planes que Dios tiene para nuestras vidas ¿son qué? Buenos. Son planes de bien y no de mal para darnos el fin que esperamos en Él.
Pero cuando yo pensaba en esto, me crucé con este Salmo 90. Miren el Salmo 90. Comenzando en el verso 11. Dice ‘¿Quién conoce el poder de tu ira y tu indignación según que debe ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría’. Es un verso rima, ¿verdad? ‘Enséñanos de tal modo a contar nuestros días para que traigamos al corazón sabiduría’.
Miren esto, el verso 13 dice ‘Vuélvete ¡oh, Jehová! ¿Hasta cuando?’. ¿Hasta cuando? Es como una expresión que dice ¡Guau, Señor! Vete por un tiempo a causa de la ira que Tú tenías sobre mi y mis faltas y sobre mis debilidades, por un tiempo, como que yo he podido sentir como que tú me has dado la espalda. Eso es lo que yo estoy leyendo en este Salmo.
Y es lo que este Salmo intenciona, también. Que por las maldades del pueblo de Israel, mira que hubo un tiempo en que Dios como que dijo ‘This is too much for me’. Yo no voy a volver. Yo te he demostrado amor, he estado ahí una y otra vez, una y otra vez pero tú insistes, eres terco, eres terco, eres testarudo, testadura y va a llegar un tiempo donde yo me voy a cansar de ti y te voy a dar la espalda.
Yo lo se porque yo como padre ahora he experimentado eso en muchas ocasiones. Llega un tiempo donde mí querido Lucas me hierve la paciencia y es como que Lucas “set back”. Tengo un perfecto ejemplo de algo como esto. Yo no se pero cuando un niño se pone chango, ¿entienden esa expresión ‘chango’? Se pone ñoño, es como que de todo, de nada llora. Tú le tocas así y llora. Yo le pagué a mi hijo una clasecita de “teebo” como el chico tiene buena habilidad con las manos, no digo que vaya a ser pelotero, pero tiene buena habilidad.
Le pago la clase, la primera clase. Fine. Yo entro, fui el único papá que entró al field con él porque él estaba así medio tenebroso. So el maestro me dejó entrar y él fine, en toda la clase aprendió a tirar las bases, aprendió a tirar el bate, aprendió a tirar la bola, aprendió a cacharla. Okay. La segunda vez que vamos, óigame, ese chico no paraba de llorar. Yo no se pero él entró en ese field verde y fue como que el llanto empezó. Parecía un chiste, si él se echaba para atrás dejaba de llorar pero si echaba para el frente comenzaba.
‘Pero Lucas, yo estoy contigo’ Entro y me siento al lado de él y llorando. Miren mis hermanos, yo tengo que confesar, yo me molesté. Se me hinchó la paciencia. Yo me fui y el maestro como que me vio yéndome y me decía “No. no, no, dele tiempo”. “Yo me voy a ir”. El chico iba llorando por todo el camino hacia el carro. Lo senté en el carro y le dije “Lucas yo me siento tan decepcionado”. Se lo dije así, con razón.
Y ese Lucas se quedó ahí tranqui, llorando, sobbing. Me partía el corazón pero yo quería que él aprendiera una lección. En todo el camino a la casa yo no le hablé. Él me trataba de decir “Papi”, “No me digas nada, ahora”. Pero tú estas siendo muy fuerte, el chamaquito tiene tres años nada más. Tiene que aprender. Hasta mi mamá me regañó: “Pero Omar como lo va a tratar así”.
“No, tiene que aprender”. El asunto fue que la siguiente semana cuando íbamos a la clase no hubo clase porque era el fin de semana libre que pasó, fue Memorial Day por eso no hubo clase. So, el lunes pasado tuvimos la tercera clase. So, desde la noche anterior, la noche del domingo yo le empecé a decir a Lucas: “Lucas ¿quieres ir a la clase de teeble, jugar baseball con los otros niños? Y él “No”, se recordó.
¿Saben por qué él se recordó? Porqué él decía “Voy a llorar”, “No, no vas a llorar. Tú jugaste muy bien”. Me daba la espalda y no me hacía caso. Por la mañana cuando se levanta lo primero que me dice es “¿No hay baseball con los niños?” “Sí vamos a jugar”. “Sí, si vamos a jugar”. Lo vestí, lo preparé le di el desayuno y yo acá estoy maquinando como que “este se me va a echar a llorar otra vez. Mira que se me va a echar a llorar de nuevo”.
Vamos y entramos al área del parquecito, jugamos por el área de las chorreras. El chico estaba feliz. Cuando llegó la hora de la clase yo le digo “Lucas ¿vamos a baseball?” “Sí”. Para mi sorpresa, yo me quedó atónico, el chico cogió el guante, se lo puso y entró, mientras iba entrando él miraba para atrás y me decía “Papi”. Yo le enseñé a saludar así y el ahora lo hace.
Miren ese chico se metió toda la clase, la hizo completa sin decir nada. Yo estaba atrás sentado y le estaba mandando text messages a mi esposa “Tú no vas a creer lo que está pasando”. Yo cogí fotos y se las mandé y mi esposa siempre me respondía “¡Ay, sí! Estoy orando” Y yo “Sí, sigue orando, ayuna. Todo lo que tú quieras”. Pero el muchacho está haciendo la clase completa. Ves, mira eso, lo que hace la tecnología.
Bien, mis hermanos la cosa es que el chico hizo la clase entera y el maestro lo felicitó. Hasta otros padres que estaban allí lo felicitaron y él se quedó como “¡Guau!”. Mira esto, ¿Por qué yo hago esta ilustración, mis hermanos? Porque este texto que yo estoy leyendo implica algo parecido en la relación de Dios con nosotros. Hay veces que nosotros por nuestra ñoñería el Señor tiene como que “Hn. Espérate. Déjame darte un break. Ve y párate en aquella esquina mirando la pared”.
Y hay veces que Dios nos tiene que tratar de esa forma. Pero ¿tú sabes qué? Mira que interesante. Aquí fue donde a mi me cautivó la actitud de Lucas porque Lucas cuando llegó el día él empezó a hablarme a mi de lo que él quería hacer: “¿Vamos a jugar baseball con los otros niños?” “Sí, vamos”. “Yo voy”. Yo no estaba diciendo nada, pero la actitud de él fue lo que me movió a mí a ir.
Miren lo que pasa en este Salmo. Miren como dice el verso 13. Dice: “¿Hasta cuando?” y ahí está haciendo una súplica como que “Señor, te necesito, ya tus espaldas no las quiero ver mas, quiero ver algo más”. Y “aplácate para con tus siervos, de mañana sácianos de Tu misericordia y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días”. “Alégranos conforme a los días que nos afligiste y los años que vivimos mal”.
Y aquí es donde está lo bello de este Salmo dice: “aparezca en tus siervos tu obra y tu gloria tus hijos. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros” y luego mira el énfasis “Sí la obra de nuestras manos confirma”. Yo no se usted, pero yo oigo eso y a mi me entra el gozo de medio esto es, aquí estamos.
Miren esto, mis hermanos, aquí hay una transición como quien dice – ¿como es que dice la frase en inglés?- from ashes to grandness. Como quien dice mi tristeza la estoy cambiando por algo mejor. Ya les estoy dando lo que vamos a cantar ahorita. No Enrique me dice como que “No, Omar, no”. Pero miren esto. En este Salmo las personas están diciendo como que “¡Guau! Espérate ya yo estoy cansado de esto. Yo necesito algo más. Yo necesito algo nuevo”.
Están entrando en una iniciativa como que “Señor yo necesito algo de Ti Estoy buscando algo de ti. Estoy buscándote, Señor. Yo necesito que hagas algo sobre mi vida. Yo necesito que tu obra aparezca en mí. Yo necesito que estas cosas que yo quiero emprender, yo quiero que estas cosas que yo quiero hacer que tu luz, que tu gloria alumbre en ello para yo luego romper por ahí y lograr alcanzar todo eso y más”.
Yo no se tú pero eso de pesimismo no tiene ni un pelo. Eso es un espíritu no solamente optimista sino que es un espíritu que está totalmente confiado en la provisión del Padre. Si yo pienso en Lucas cuando Lucas esa mañana desde que se levantó hasta que nos montamos en el carro y aún cuando llegamos al lugar donde estaban teniendo la clase, todo el tiempo el iba “Papi, jugar baseball con los niños. Papi jugar baseball con los niños”. Estaba repitiendo todo el tiempo como que lo mismo.
Pero el asunto es que la insistencia de él me movió a mi a yo estar ahí con él, apoyarlo, no gritarle pero no a gritarle como echándole porra “¡Ya!” por cualquier cosa que él hacía. Miren cuando él corrió a primera base yo me decía “Este va a ir por ahí haciendo zigzag o algo”. El corrió a primera base y se paró en primera base. Cuando el maestro dijo “Ve a segunda”, corrió a segunda y se quedó en la segunda. Y yo diciendo “Este se va a perder ahora va a hacer otra cosa”. Pero lo hizo todo y tan bien.
Yo me quedé tan contento, mis hermanos. Que cuando él llegó donde mi yo no pude evitar darle un abrazo, tirarme al piso con él. Yo me ensucié en el piso con él pero él estaba tan pero tan contento y yo más todavía por el logro que él había alcanzado. Yo creo que él logró hacer todo lo que hizo porque él sabía que su papá no estaba en un estado de molestia sino que el favor de su papá estaba con él.
Cualquier volteadita de cara que él hiciera yo rápido. Él me miraba y me decía “Papi”, “Sí dale duro”. Yo me volvía todo un ocho por mirarlo a él y eso es lo que este salmo está diciendo. Este salmo está diciendo “Mira Señor han sido tantos los años de aflicción que hemos vivido que ya estoy hastiado de esto. No quiero más. No quiero comer más de este pan, no lo quiero. Yo quiero algo más. Yo quiero algo nuevo”.
Cuando nosotros estábamos rompiendo ese terreno ahí afuera yo me puse a pensar en ese verso “Señor confirma la obra de estas manos. Confirma esto que nosotros estamos emprendiendo ahora. Tal vez a los ojos de otro podrá ser una locura pero a tus ojos, Señor esto es algo que Tú lo haces posible” Y nosotros nos lanzamos en fe y creyendo que Dios va a suplir a lo largo del camino y que su favor va a estar abriendo puertas para cada uno de nosotros.
Lo mismo en cada una de sus vidas, sea lo que sea que usted está viviendo. Cualquiera sea la situación, la circunstancia, you name it, llene el blanco, fill in the blank, whatever is there, fill it. Si usted se está diciendo: “¡Ah, Señor! Mira no consigo trabajo porque no tengo papeles”. Mire como quiera, láncese en fe y el Señor usted verá que le va a abrir la puerta y le va a conceder su favor. Tarde o temprano sea en este país o en otro el Señor se lo va a conseguir.
“Señor no consigo novia. No consigo novio”. “Recórtese. Aféitese. Pásese colonia, algo” y el Señor se va a encargar de darle favor después. Pero ¿entienden la idea, mis hermanos? Mire, cualquiera si lo pongo ahora en un tono serio, de verdad, si lo pongo en un tono serio. Bueno, aquí yo siempre estoy hablando en serio aunque me este riendo.
Miren esto. Cuando yo veo que están esos años de angustia. Puede ser que alguno de ustedes este en esos años de angustia. Puede ser que alguno de ustedes estén saliendo de o puede que estén ahí todavía pero a muchos de ustedes que están ahí. Ustedes tienen una de dos opciones: usted se puede dejar llevar por su angustia o usted se puede parar en seco de repente y decir “no more. Hasta aquí llegamos”. Aunque Dios no haya hecho vislumbres en el cielo para decirle “ya llegó tu hora de salir de tu angustia”.
Pero el mero hecho de que usted se está moviendo en fe, de que usted está diciendo “Mira Señor tal vez yo estoy en esta angustia porque yo metí la pata o yo misma la fregué. Pero Señor yo me arrepiento. Tú pones esa convicción en mi espíritu y yo ahora muevo con fe porque yo se el Dios que yo tengo arriba en los Cielos, los recursos que Tú provees para mi vida y yo voy a empezar a tomar las medidas necesarias ahora para poder disfrutar de lo que Tú verdaderamente tienes”.
“Y de yo poder vivir en el favor tuyo. Y yo poder caminar con mi cabeza en alto sin estar pensado que ‘¡Ah! Me falta para esto, me falta para aquello” o “Aquel me va a dar un tortazo”. No yo no camino con miedo, yo camino con autoridad, camino con convicción, camino con seguridad porque mira yo se que estás conmigo. Tú me puedes ver que estoy caminando así de repente y me pides un don o algo así y o te digo “Mira solamente tengo una peseta pero lo que tengo te lo doy” Y esa peseta, perdón veinticinco centavos… pero ¿entienden lo que les estoy diciendo mis hermanos?
Yo creo que Dios quiere que nosotros vivamos a la luz de lo que está en este texto. Una cosa es que el Señor diga “¡Ah, sí! Yo estoy confirmando esa obra en ti” que suena bien bonito y todos queremos escuchar eso y otra cosa es que nosotros en fe digamos “Señor yo quiero que Tú confirmes esto en mi vida”. “Yo quiero que Tú traigas favor sobre esto que yo estoy haciendo”.
Obviamente esto tiene, there´s a catch for this. Hay un lado para esto. Si lo que usted está emprendiendo está con unas intenciones que no son muy buenas, think again. ¿Qué es lo que dice la palabra en Hebreos capítulo 4? Dice que la palabra de Dios es “viva y eficaz y mas cortante que toda espada y filos y penetra hasta partir el alma, el espíritu y las coyunturas y los tuétanos”. Y miren que dice: “y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Yo te digo ese es el rayos X el MRI de Dios está ahí en la palabra. Tú puedes venir con tu congoja, con tu queja “¡Ay, Señor! Apiádate de mí. Que si esto y si lo otro” Y tú puedes tratar de hacerte toda una historia delante de Dios, pero Dios huele bien. Dios sabe cuando uno viene con “bla, bla” y cuando uno viene en serio delante de Dios.
Tú ¿sabes qué? Yo no soy bien intencional al decir esto porque me estoy predicando a mi mismo. Usted puede venir donde mi y puede venir “¡Ay, Pastor Omar! Que si esto, que si lo otro”. Usted me puede contar su historia y yo le puedo creer. Yo le puedo dar a usted cien por ciento del beneficio de duda pero con Dios la historia es distinta. Porque al momento de la verdad nosotros como seres humanos con tal de ganar el favor de alguien aquí en la tierra we can go the limits. Y si pueden leer entre líneas.
Nosotros como seres humanos nos atrevemos a hacer cualquier cosa por ganar el favor de alguien aquí. Pero con Dios yo no puedo jugar ese jueguito. Y miren que estoy tirando candela yo mismo ahora. Estoy siendo bien honesto, yo me estoy tirando candela a mi mismo. Muchas veces yo he querido hablar de una forma que manipulo la situación para yo salirme con la mía. Y yo confieso, he pecado de esa forma pero me he encontrado con mis consecuencias después.
Pero cuando yo me encuentro con Dios, yo puedo venir como con el rabo entre las patas ‘Señor, sabes esto y lo otro’ pero Dios sabe. Él entiende, el discierne mis pensamientos y las intenciones de mi corazón. Si las intenciones de mi corazón cuando yo me acerco a Él no son las correctas, mira, créeme pero si me permiten la expresión ‘me va a salir el tiro por…’ tú sabes donde. Los que son puertorriqueños y dominicanos yo creo que me entienden.
A los otros les cuento después. Pero si yo vengo delante de Dios con unas intenciones claras, si yo vengo delante de Dios no tan solamente por mis meros caprichos sino que estoy viniendo delante de Dios porque yo se y estoy convencido de que lo que estoy pidiendo está en línea con su voluntad para mi vida y para la vida de otras personas a mi alrededor, miren, entonces no hay duda que todas las compuertas de los cielos se van a abrir a favor de usted. Porque Dios lo que está ahí.
Entonces cuando usted viene con esa actitud delante de Dios: “Mira yo se que no soy poca cosa, pero Señor Tú sabes que yo te amo, Tú sabes que yo te quiero servir, Tú sabes que yo quiero hacer las cosas bien. Quiero vivir bien con mi esposa, con mis hijos, con mi iglesia, con el resto de mis familiares, con otros amigos. Yo quiero hacer las cosas bien aunque a veces mi carne me obligue ha hacer otra cosa. Pero, Señor, ayúdame a vivir como es correcto.
Yo necesito que Tú me des favor en esto. Necesito que Tú me des favor en esta conversación con esta persona, necesito que Tú me des favor en este negocio que tengo que hacer con fulano y fulano de tal. Necesito que me des favor en emprender la construcción de todo un Santuario nuevo. Necesito que me des favor en poder arreglar mi vida y romper con cualquier vicio que yo tengo. Necesito que mes tu favor y yo dejar de estar hablando tanta mala palabra con mi boca y poder hablar cosas que sean buenas.
Si nos ponemos las pilas y nos ponemos en el lugar que tenemos que estar de acuerdo con lo que leí en ese Salmo. Señor, mira ya, de mañana sácianos con tu verdad, que tu verdad sea lo que esté en mi todo el tiempo y que toda porquería que hay en mi desvanezca. Señor, entonces yo me atrevo a decir ‘confirma esta obra’. Confirma estas cosas que yo te estoy pidiendo que Tú hagas en mi, que se abran las puertas para yo poder estudiar, que se abran las puertas para yo poder conseguir una casa nueva, que se abran las puertas para yo poder restablecer mi contacto con mi hijos que hace años no veo.
¡Que Dios te abra las puertas para poder restaurar todo lo que es tu vida! Todos tus entornos y poder salir adelante. Nosotros tenemos que hacer un cambio, si ese cambio no se da… Yo se que hay cosas que Dios comienza, que Dios impulsa en nosotros, que Dios nos empuja a… Pero hay otras cosas que salen de acá, hay otras cosas que tienen que salir de uno diciendo “Señor Tú me has dado una palabra, Tú me has dado una promesa yo me voy a mover en esto. Yo voy a confiar en Ti”
Ahora Tú confirma, Tú traes esa confirmación. Si eso no esta no puedo llegar muy lejos. Así que mis hermanos, yo no se usted pero hay algo que tenemos que hacer. Hay algo que tenemos que hacer. Hay una actitud que tiene que haber en nosotros. ¿Verdad? Si están meditando se pueden poner de pie. Yo creo que así se oye mejor. ¿Vale? Otro testimonio.
Hablando de confirmaciones, hace ocho semanas atrás yo estaba esperando una respuesta para una persona que amo mucho, que no pudo obtener la documentación de aquí y teníamos el 99.99 por ciento de las posibilidades de que se lo dieran y migración solo dijo “No”. Y no pudimos decir nada. Yo me puse muy frustrada. Lloré y lloré la mañana, el día entero y me fui caminando por ahí y nada. Me senté en mi carro y dije “Señor si ahora Tú me estas escuchando esta gente necesita una persona que hable. Un vocero. Una persona que… la que Tú escojas”. So yo estaba sentada en ese sitio y estaba llorando bien frustrada pero yo estaba con mi Señor, ¿saben?
En eso yo le dije “Si de verdad me has escuchado y vas a mandar una persona quiero que aquí en este lugar donde nadie me conoces me hables”. Y yo estaba ahí parada en ese sitio donde nadie me escuchó. Entró Vanessa y dio dos vueltas así y se fue. Entonces yo le dije, llame a una persona y le dije “¿Tú sabes donde vive Vanessa?” Y ella me dice “Pues vive en Jamaica Plain”
Y estábamos totalmente al otro extremo de Jamaica Plain y después yo le dije a Vanessa “El Señor me habló de que tú me enviaras como un mensajero”. Y tú eres el mensajero que el Señor usó. Y ahora la confirmación de lo que ella va a hacer ante Dios, ¿saben? Amén. Yo quiero que usted cierre sus ojos ahí donde usted está. Padre te damos las gracias, Señor, porque Tu favor siempre está con nosotros Jesús. Tú quieres bendecir nuestras vidas, Señor. Tú quieres darnos planes de bien, las cosas que Tú tienes en tu corazón para con nosotros.
Señor aunque hay veces que reconocemos que los achaques en los cuales estamos son por causa de nuestras propias decisiones, mi Dios, pero sabemos que Tú eres el que nos va a dar la salida. Porque no hay ninguna tentación fuerte que Tú no permitas que llegue a nuestras vidas, que Tú mismo no nos proveas las salidas, Señor. Y esas salidas muchas veces están en nosotros, en ese espíritu, en esa promesa que Tú has puesto en nuestros corazones para nosotros poder reconocer nuestra falta, pedir perdón, arrepentirnos y a la misma vez afincarnos a ti, aferrarnos a ti, Señor.
Y poder salir adelante creyendo que Tú eres, mi Dios, el que abre puertas para cada uno de nosotros mi Dios. Así que Señor en esta noche, decidimos mi Dios, echar a un lado la tristeza, decidimos echar a un lado nuestras enfermedades, nuestros pesares y lo cambiamos todo Señor Jesús por tu gozo. Lo cambiamos todo por tus promesas, lo cambiamos todo por tu amor, lo cambiamos todo por tu sabiduría en medio de nuestras vidas, Señor Jesús.
A ti te damos la gloria Señor Jesús.
En el día de la angustia
7 de junio del 2010 - Por Gloria Marroquín
...invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás. Salmo 50:15
Cuando nos sacude una prueba, cuando no sabemos cuando terminará una tormenta, o si algún día volveremos a sentirnos libres del dolor, nuestro primer impulso es huir, negar la realidad, llorar, lamentarnos y pensar que no llegará la solución.
Clamamos una y otra vez pensando en las cosas que están mal, casi las repetimos de memoria, retroalimentándonos con ellas. Pero si continuamos viendo nuestras circunstancias, lo único que lograremos es el desánimo y la depresión, y con ello secaremos poco a poco nuestra fe.
No permitamos que las cosas de la vida nos quiten la mirada de aquel que todo lo puede, estemos seguras que nada nos robará su promesa de vida eterna. Él prometió que estaría con nosotros todos los días, búscalo con todas tus fuerzas en el día de la angustia, pero mejor aún búscalo en el día que todo está bien. Aumenta el depósito de tu fe, para que cuando venga el dia malo nos encuentre firmes, tomadas de su mano sabiendo que Él nos librará.
Aprópiate de sus promesas. Si tu situación es de escases económica, proclama sus bendiciones financieras y su abundancia sobre tu vida, si tu prueba es enfermedad, proclama sus promesas de sanidad. Si te han ofendido, herido, robado, defraudado; regala el perdón del maestro, su gracia es infinita, da por gracia lo que por gracia has recibido.
Si no tienes paz clama al Espíritu Santo que te llene y que su abundancia rebase tus expectativas. Calmará tu sed porque de tu interior fluirán ríos de agua viva para transformar tu vida y para bendecir a otros.
Oración:
Amado Dios pedimos perdón por abrir las puertas al desánimo y poner la mirada en las noticias del mundo y los dolores de esta tierra. Espíritu Santo guíanos a poner la mirada en las cosas que no pierden valor. Que tus promesas sean nuestra confesión diaria, y que la comunión con el amor del Padre, la gracia de Jesucristo y la llenura del Espíritu Santo sean nuestro alimento y nuestro plan para servirte. Por Jesús, amén.
Los cántaros que llevamos no nos dejan servir a Dios
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Quiero invitar a nuestra predicadora, a Olguita Martínez, la doctora Olguita Martínez, que pase por aquí. Vamos a dejar que el Señor nos hable, ustedes conocen a la hermana Olguita Martínez. Dios te bendiga hermana. Un gusto tenerte aquí con nosotros y adelante.
Te pedimos delante de ti para que tu palabra sea la que salga a través de mi boca y de mi espíritu pueda tocar el espíritu de las demás personas.
A ti, iglesia, a ti, iglesia yo hoy te digo, que es el momento, es el momento de que te levantes porque yo traeré a este lugar muchísimas personas. Tu tienes que preparar mesa para dar de comer a todos los que vendrán, una mesa espíritu porque tu serás quien alimente a muchas personas, por eso extiendo el sitio de tu carpa, lo extiendo para que tu puedas alimentar a muchos. No es el momento en que estés sentado, es el momento en que yo te digo ‘levántate para que cumplas el propósito para el cual yo a ti te he criado, porque a muchos de ustedes yo he venido a hablando y les he dicho que es el momento que se levanten a servir en este lugar, más no han oído mi voz y se han quedado sentados. Más yo te digo es el momento en que tu ingreses en las filas de mi ejército. Es el momento que tu pases a ser un soldado mío en este lugar. No es el momento que estés sentado, es el momento de que todo lo que yo te he preparado, de todo lo que yo te he dado, hoy vengas y lo des a los otros que yo voy a traer para que puedan poner en este lugar porque yo soy un Dios de multiplicación y verás mi mano, verás mi mano como se multiplica porque no es el número que cuenta sino que son las personas que yo traeré para que tu las levantes, para que tu las restaures. Vendrán personas y tu creerás que no necesitan mi restauración aparentemente no se verá la necesidad que traen de mí pero sus corazones vienen quebrados. Necesitarán restauración y tu eres el instrumento para esa restauración. Yo usaré tu boca, yo usaré tu corazón, yo usaré tus manos para esa restauración y para eso necesito abrir tu corazón. Algunos de ustedes su corazón se ha cerrado pero yo abriré su corazón para que tu puedas tener un corazón que los abrace, un corazón que los restaure, un corazón que los abrace, los restaure y puedan verme a mí en ti, eso es lo que quiero para esta iglesia, dice el Señor.
Gracias, Señor Jesús. Gracias, Señor. Gracias, Señor. Recibimos tu palabra, Padre. Gracias Señor Jesús. Amén. Amén. Amén. Gracias Señor. Te adoramos. Te bendecimos.
Por favor, abra su Biblia en Segunda de Samuel, capítulo 6, versículo 1.
“David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel frente a mí y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo para pasar de allí el arca de Dios sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos que mora entre los querubines. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo y lo llevaron a la casa de Abinadad que estaba en el collado. Y Uza, hijo de Abinadad, estaba en un carro nuevo y cuando lo llevaban a la casa de Abinadad, que estaba en el collado con el arca de Dios, ahí iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera, de haya, con harpas, salterios, panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios y la sostuvo porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza y lo hirió ahí Dios por aquella temeridad y cayó ahí muerto junto al arca de Dios. Y temiendo David a Jehová aquel día dijo, cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David y la hizo llevar David a casa de Obed Edom Geteo. Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed Edom Geteo tres meses y bendijo Jehová a Obed Edom Geteo y a toda su casa….”
El día era un día muy especial, habían reunidas todas las tribus. Estaban representantes de todas las familias, el arca de Dios estaba siendo trasladada, se estaba restaurando la adoración a Dios después de 20 años. Y de repente, algo inesperado sucedió: Uza toca el arca porque se iba a caer porque los bueyes tropezaban y queda fulminado.
Imaginémonos por un momento el cuadro, vamos a ver cómo la desilusión porque sucedió algo que no se esperaba. Estaban todas las personas estaban en ese lugar, es que la desilusión es algo que puede venir a nuestra vida en un determinado momento. La desilusión viene a nuestra vida cuando las cosas no son como nosotros las hemos esperado, cuando hay una diferencia en lo que yo espero y la realidad. Hay un vacío en lo que yo deseo y creo que va a suceder y lo que está sucediendo.
En la desilusión la realidad siempre está por debajo de lo que yo he esperado. La desilusión puede venir a nuestra vida a través de situaciones, personas o sucesos. En la Biblia leemos cuando David estaba desilusionado por la traición de un amigo. En el salmo 55 vemos que David tenía dolor en el corazón, lo había traicionado no su enemigo, porque eso lo hubiera él podido soportar. No era un desconocido, si él hubiera desconocido su traidor él hubiera podido huir, pero quien lo había traicionado era quien caminaba con él en la casa del Señor, con quien compartía dulces sueños en la casa del Señor.
Y es que cuando hay desilusión en nuestras vidas hay dolor profundo en el corazón. Y por qué sucede la desilusión? La base de la desilusión, la plataforma de la desilusión son las expectativas que ponemos en las cosas. Las cosas que nosotros suponemos son expectativas basadas en presuposiciones. Yo supongo que, yo presupongo que va a pasar tal cosa.
Ahora, esas presuposiciones tienen una base más profunda. Esas presuposiciones nacen de los deseos insatisfechos que nosotros tenemos, vienen de necesidades que todavía hay en nosotros, necesidades que pueden ser económicas o pueden emocionales, necesidades que aún no están siendo satisfechas totalmente por Dios, que no hemos dejado que Dios entre totalmente en esas áreas y venimos caminando en carencias emocionales.
Cuando se producen la desilusión en nuestras vidas el carácter de la persona desilusionada cambia. A veces las desilusiones son pequeñas pero se juntan, se van juntando y hacen algo grande en nuestra vida.
La mujer samaritana era una mujer que venía caminando de varias desilusiones, con cada marido que ella había tenido había tenido desilusiones, pero cuando ella tiene un encuentro verdadero con el Señor Jesucristo ella deja el cántaro y se va a hablar de Jesús. Ella deja el cántaro de todas las desilusiones y se va a hablar de Jesús. Ella va a hacer lo que tiene que hacer.
También tenemos en la Biblia cuando Josué después de haber tenido éxito en la batalla de Jericó, él vio cómo los muros de Jericó cayeron de una manera milagrosa, pero después tuvo un fracaso, una desilusión con la batalla de Hai. Él mandó a personas de su ejército que vieran como era el ejército de Hai, regresaron y le dijeron que no eran muchos y que con pocos que él enviara podía ganar la batalla. Pero no fue así. Él envió a unas personas y el ejército de Hai resultó que no era un ejército pequeño, era un ejército grande. Y cuando venían saliendo de la ciudad, bajando, los derrotaron. Y dice la palabra que su corazón desmayó como el agua, lo que ellos esperaban no sucedió.
Y cuando eso pasa en nuestras vidas nuestro corazón desmaya como el agua y hay desilusiones que quieren detenernos. Satanás las usa para detenernos de aquello que quiere que haga. Muchas veces las trae a nuestra vida después de una victoria o antes de que nosotros tengamos una victoria. Él lo que quiere es impedir que nosotros hagamos para Dios lo que tenemos que hacer.
Pero Josué lo que hizo es que dobló sus rodillas, puso su rostro en tierra, clamó a Dios, le preguntó qué había pasado pero le pidió dirección de qué tenía que hacer. No se quedó en la desilusión. No se quedó haciendo las preguntas que nosotros muchas veces le hacemos a Dios. Por qué a mí? Qué fue lo que pasó? Si yo no me hubiera entregado tanto a esa persona, si yo no hubiera trabajado tanto en ese ministerio, si no hubiera entrado a un paso más en tu servicio, y nos quedamos cuestionando las cosas.
Tenemos que tener cuidado que la desilusión no transforme nuestro carácter. La persona desilusionada tiene muchos temores, la mayoría de ellos infundados.
Elías era un hombre que había visto la gloria de Dios de una manera inmensa y después de haber visto la gloria de Dios, de haber como descendía la lluvia, cómo el fuego había descendido, cómo él había confrontado a otros profetas, cómo Dios le había respondido, en comparación de otros dioses, que no habían respondido los dioses paganos, Elías después de ese gran triunfo se encuentra atemorizado. Y Elías estando atemorizado le pide a Dios que le quite la vida. Elías realmente no sabía qué estaba pidiendo, él tenía por un lado temor de que Jezabel lo matara y por otro lado pedía que Dios le quitara la vida.
Y es que en la desilusión estamos perplejos, no sabemos qué es lo que queremos. Y empezamos a pedir cosas que no son la voluntad de Dios. Dios tenía otra cosa totalmente para él, él no iba a ser enterrado, él iba a ser arrebatado.
Y cuando tu y yo estamos en la desilusión no podemos ver las grandes cosas que Dios tiene adelante para nosotros, no podemos ver que la desilusión es un momento pero lo que Dios tiene adelante es grande porque los planes de él son planes de bien y no de mal para darnos (inaudible) que esperamos.
En la desilusión decidimos qué hacer, decidimos que hasta aquí llegamos, y en una desilusión tomamos decisiones equivocados, dejamos lugares, dejamos personas, dejamos iglesias y así no nos damos cuenta que estamos cortando el plan de Dios de lo que quiere hacer con nosotros en ese lugar, con esa persona y en esa situación. Nunca debemos movernos de un lugar, de una iglesia por una desilusión.
Cuando tenemos una desilusión creemos que no hemos progresado, creemos que estamos estancados, pero Dios es un Dios que nunca nos deja estancados. Dios es un Dios que trabaja día con día, todos los días en nuestra vida aunque nosotros no lo veamos por fuera, él está trabajando por dentro para que en un determinado momento lo que Dios ha trabajado por dentro nosotros lo podamos ver afuera. Y este es el momento en el que Dios ha trabajado en tu vida para que ahora tu empieces a dar todo lo que tienes a los que vienen aquí afuera. Este es tu momento. Este es el momento de poner tu privilegio. Este es el momento que Dios tiene para ti.
En la desilusión no vemos que lo mejor de Dios está por venir. Tu tienes que creer que lo mejor de tu vida está por venir. Tu tienes que creer que los años que faltan para tu vida son los mejores años, no importa la edad que tengas. No importa dónde te encuentres ahora. Lo mejor de tu vida está por venir.
Cuando Elías estaba desilusionado Dios no le dice que se quede ahí estancado en la desilusión, él trata de darle muchas excusas, le dice que está escondido en la cueva porque ha sentido un vivo celo por Jehová, Dios de los ejércitos porque los hijos de Israel han dejado su pacto, han derribado los altares, y han matado a espada a los profetas. Y él entra en auto lástima porque le dice que solito él queda y lo buscan para quitarle la vida.
Cuando estamos en desilusión entramos en auto lástima, pero Dios no quiere nuestra auto lástima, Dios quiere que sigamos adelante a cumplir el plan que tiene para nosotros. Dios quiere que el propósito para nuestra vida suceda.
Los resultados de la desilusión pueden ser devastadores, si tu y yo los dejamos. Pero no es la desilusión en sí lo que nos abate, es lo que nosotros pensamos de la desilusión. Tenemos que tener una mente renovada, una mente controlada que nuestros diálogos internos, o sea, todas esas conversaciones que tenemos adentro, puedan ser controladas por el espíritu. Es básico y esencial que nosotros tengamos el manejo de los diálogos internos producto de patrones que han venido de antes. Si no entendemos esto el resultado de la desilusión es detenernos en la obra de Dios.
Un escritor muy famoso, Charles Dickinson, escribió varios cuentos, uno de esos nos muestra esto con exageración. Una joven quedó plantada en el momento de su boda. Esta joven se quedó vestida de novia, se encerró en un cuarto, cerró las ventanas, y quedó ahí toda su vida. Nosotros no hacemos esto físicamente pero lo hacemos emocionalmente. Cerramos nuestro corazón a las personas y cerramos nuestro corazón a Dios.
En el fondo tenemos un resentimiento y un pleito con Dios. Dios no ha cumplido las expectativas nuestras. Dios a veces se mueve de diferente manera a como nosotros queremos. Pero usted y yo tenemos que tener la seguridad que la forma en que Dios hace las cosas es una forma mejor que la nuestra. Tenemos que tener la seguridad que los planes de Dios son mejores que los nuestros. Su palabra dice que los planes de Dios son planes de bien y no de mal para darnos el fin que nosotros esperamos.
Usted y yo estamos en las manos de Dios bajo los planes de Dios, bajo los planes que Dios tiene para esta iglesia. Y usted es parte de esos planes y nada va a detener que usted haga lo que tiene que hacer en este lugar.
Cómo entonces tenemos que vencer a la desilusión? Cuando viene la desilusión lo primero que tenemos que hacer es llorar, llore todo lo que quiera. Si quiere pasar días llorando, llore. Llore hasta el cansancio. Lo que no puede hacer es quedarse llorando toda una vida. Usted decide cuándo deja de llorar y cuándo empieza a caminar con Dios.
En Primera de Samuel 16:1 dice así: “… Dijo Jehová a Samuel, hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo ya desechado para que no sea rey sobre Israel. Llena tu cuerno de aceite y ven. Te enviaré a Isaí de Belén porque de sus hijos me he provisto de rey…”
Dios hoy te dice, llena tu cuerno de aceite y ve a donde yo te estoy enviando. No es momento de seguir llorando, es momento de detener las lágrimas y es momento de seguir adelante. No importa quién te desilusionó. No importa si fue tu pareja, no importa si fueron tus hijos, no importa si fueron los líderes, tu tienes que seguir con el único que nunca te va a desilusionar, nuestro Dios.
Lo segundo que tu tienes que hacer, rendir tu desilusión a los pies de Dios. Deja, como la mujer samaritana, el cántaro a los pies de Jesús. Ese cántaro lleno de cosas que a veces tenemos que nos detienen en la obra de Dios. La mujer samaritana no sabía mucho pero tenía un corazón de servicio y el encuentro que ella había tenido con Dios quería que todos lo tuvieran.
Tu has tenido un encuentro con Dios tal vez hace muchos o pocos años. Tu corazón debe de arder para que otros tengan ese encuentro con Dios, no es el momento de estar sentados, es el momento de hablar de Cristo a todo el que tenemos cerca.
Lo otro que tienes que hacer es esperar en Dios por lo que viene. David agarró el arca y la puso en la casa de Obed Edom Geteo y esperó ahí el tiempo de Dios. Cuando le dijeron que la casa de Obed Edom Geteo……, cuando le avisaron que ya era el tiempo de Dios él tomó el arca y la trasladó. Pero él hizo lo que tenía que hacer. No se quedó detenido en la desilusión.
Luego lo que tenemos que hacer es cambiar la perspectiva. En la Biblia tenemos a dos mujeres que no querían cambiar la perspectiva. Tenemos a Raquel y Leah. Leah siempre pensaba que si iba a tener más hijos su marido iba a estar cerca de ella. Fue hasta que ella cambia la perspectiva y mira la perspectiva de Dios, ella logra ver la perspectiva de Dios con su cuarto hijo.
Raquel, por el contrario, tenía el amor del esposo y quería los hijos. Y parece que usted y yo somos un poco así. Dios nos está dando la oportunidad de servirlo y nosotros no queremos servirlo.
Cuando Dios nos da una oportunidad como la que Dios está dando en este momento tenemos que aprovecharla. La iglesia de donde yo vengo, yo compartí el año pasado que el templo era para 14000 personas. Mucha gente decía, por qué un templo tan grande? Dios tenía el propósito de llevar mucha gente a ese templo para que lo conocieran a él.
En la semana mayor, la semana de la Semana Santa se realizó una representación teatral de la vía dolorosa. Se realizaron tres presentaciones con un lleno completo y el resultado de esas tres presentaciones fue que 285 personas recibieron al Señor Jesucristo en un fin de semana. Eso es lo que Dios quiere para esta iglesia también.
Naturalmente que eso implica que mucha gente tiene que participar en el trabajo de la iglesia para atender a 285 más gentes que han llegado en un fin de semana. Las personas de contacto y de los grupos de apoyo tuvieron que ponerse a trabajar ese mismo día. Los maestros de la escuela de liderazgo tuvieron que aumentar en número. Los encargados de la escuela dominical también, los encargados de parqueo, los ujieres, todos han tenido que aumentar en número. Eso ha traído cambios de estructura, cambios de funcionamiento y todos hemos tenido que caminar en ese cambio.
Y en esta iglesia Dios va a traer muchas, muchas personas. Cuando yo estaba preparando este mensaje Dios me lo repetía una y otra vez. Pero también me repetía una y otra vez que necesidad obreros, la mies es mucha y los obreros son pocos. No es el momento en que tu puedas quedarte sentado, es el momento en que si tu estás trabajando acá para el Señor tu tienes que incrementar ese trabajo. Tu vas a tener que hacer más de lo que estás haciendo y si tu no estás sirviendo al Señor en esta iglesia, es el momento que lo hagas.
Dios te está dando la oportunidad y cuando Dios da una oportunidad de servicio tenemos que tomarla porque si tu no tomas ese privilegio que Dios te da, se lo va a dar a otro con menos tiempo que tu en el Señor, con menos conocimiento de él, con tal vez, menos talentos y menos dones pero con un corazón de servicio que es lo que Dios quiere, con un corazón para recibir a los que van a venir, con un corazón abierto, con un corazón que abraza, un corazón que los va a hacer sentirse bienvenidos, con un corazón que va a restaurar sus vidas. Eso es lo que Dios quiere.
Y en esta mañana él te pregunta cuál es el cántaro que tienes que dejar? Cuál es la desilusión que debe ser dejada? Qué nombre tiene tu cántaro? Es desánimo? Es simplemente pereza? Es indiferencia?
Sabes que uno de los cántaros más grandes que llevamos por lo que no servimos a Dios es la indiferencia. Dios ya tiene arreglada nuestra vida, tenemos un trabajo, necesidades económicas cubiertas, tal vez nuestra familia ya conoce a Dios, estamos tranquilos. Dios quiere sacudirnos. Dios quiere que dejemos esa comodidad, Dios quiere que dejemos esas sillas, Dios quiere que salgamos afuera, Dios quiere que hablemos de él. Dios quiere que cumplamos la gran comisión que vayamos allá afuera y hablemos de él y de su palabra, del Evangelio, de lo que ha hecho en nuestra vida, de las bendiciones que nos ha dado, de cómo nos restauró, el amor que nos ha dado.
Dios quiere que vayamos ahí afuera y contemos cómo es el único que llena nuestras necesidades básicas, como es el único que nos ha llenado de amor, como es el único que nos ha llenado de aceptación, como es el único que nos ha dado una identidad, como es el único que nos ha dado un lugar, como es el único que nos ha llenado de gozo.
Dios quiere que la indiferencia se quede sentada ahí en esa silla. Dios quiere que hoy tu la dejes. Indiferencia al nivel que sea. Dios quiere que salgamos de la cueva, que si ya lo estamos sirviendo lo sirvamos aún más, que si tienes cansancio en el servicio lo dejes hoy y que si no lo estás sirviendo hoy es el día que debes empezar.
Y tal vez usted podrá decirme ahí en su silla, es que no tengo ánimo, no estoy viendo Jesús en mi vida, las circunstancias son tan grandes que no lo vea, no dejes que te pase lo de los discípulos. Jesús venía caminando a la par de ellos y ellos no lo veían. No importa lo que estés pasando Jesús va a la par tuya, aunque no lo veas, aunque no lo oigas, él te está hablando, aunque no lo sientas él está contigo y él te dice, nunca, nunca te dejaré ni te desampararé.
También te dice, levántate …. Al lugar que destino te tengo para ti, porque yo te llevaré dice el Señor, a lugares que nunca te has imaginado, la dimensión a la que yo llevaré a esta iglesia aún no la has visto, aún ni siquiera la has imaginado porque dones y talentos que han estado estancados, dones y talentos que tu ni siquiera sabes que tienes, potencial que la vida no ha dejado que desarrolles, será desarrollada dice el Señor. Porque yo, por eso, estoy haciendo espacio grande.
En esta mañana te voy a hacer una invitación. Yo no sé qué cántaro tienes tu que dejar pero ven a dejar ese cántaro aquí para que puedas servir a Dios como él quiere que lo sirvas. Si no lo estás sirviendo es el momento que vengas a hacer un compromiso con él, un compromiso de servicio no con el pastor, no con la pastora, sino con Dios. Es aceptar la oportunidad que él te está dando, es aceptar el privilegio que él te está dando, es aceptar el llamado que te está dando.
Cuando una iglesia crece no podemos decir, yo no tengo nada que ofrecer. Podemos ser útiles en muchas áreas, hay muchísimas cosas tu puedes hacer. No es el momento de estar pasivos. Es el momento de decirle a Jesús, aquí estoy Señor, usa mi vida, Señor, para lo que tu quieras. Y si tu ya estás sirviendo a Dios pero quieres que ese servicio pase a un nivel mayor, si tu quieres que ese servicio sea incrementado, tal vez has estado como Jonás haciendo un servicio rutinario, un servicio sin gozo, un servicio en el que prácticamente ya te acomodaste, si no estás caminando una segunda milla es lo que estás dando, es momento que lo vengas a poner a los pies del Señor para dejar el cántaro de la rutina.
Tal vez lo que tienes es cansancio en el servicio, y cansancio viene a la vida, el Señor nos dice que él da fuerzas al cansado, él multiplica al que no tiene, que te renueva (inaudible). Y eso es lo que tu tienes que pedirle en esta mañana, una renovación, un incremento de tu servicio.
Tal vez lo que tu no sientes, ese amor por las personas que no conocen a Cristo. Tal vez la situaciones de la vida te han puesto indiferente, este es el momento que vengas a dejar esa indiferencia delante del Señor, es el momento que le pides que tu corazón que se ha cerrado por algo, él venga y lo abra para que tu puedas tener un corazón abrazador para todos aquellos que van a venir. Este es el momento que dejes cualquier cántaro y entres al propósito de Dios.
Pon lo que te está deteniendo a los pies de Dios, Padre, en esta mañana ponemos delante de ti nuestro cántaro, lo que nos ha estado deteniendo, si es una enfermedad, también ven a dejarla aquí a los pies del Señor (inaudible) tenga de entrar al propósito del Señor. Un problema familiar, ven a dejarlo.
Padre, venimos delante de ti a dejar todas aquellas cosas (inaudible), Padre. Todas aquellas cosas que han impedido que te sirvamos como tu quieres que te sirvamos, todas las cosas que han impedido que entremos al propósito tuyo (inaudible) a los pies tuyos, a los pies de tu altar, Padre, aquí dejamos, Padre, el cántaro que hemos venido cargando (inaudible) un compromiso contigo de servicio entendiendo que es un compromiso contigo, Padre. Aceptamos el llamado que tu nos estás haciendo hoy en esta mañana, con toda nuestra conciencia y toda nuestra voluntad venimos a decirte, Padre, úsanos en aquello que tu quieras. Venimos a ponernos a tu disposición, estamos a tu disposición, Padre, para que tu nos uses como tu quieras. Usa nuestros talentos, Padre, usa todo, todo aquello que has puesto en nosotros, hoy te lo entregamos a ti para ser usado para ti, Padre. Te lo devolvemos para que tu lo uses como tu quieras. Es tuyo, venimos a rendir nuestra vida totalmente, Padre, dejamos todo, todo en esa silla, y estamos a tu disposición y a tu servicio.
Llévanos al nivel de servicio que tu quieras llevarnos, que podamos llegar a ese nivel de destino que tiene para cada uno de nosotros reconociendo que tus planes son planes de bien y no de mal.
Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 1
Transcripción
Una vez yo leí que todos nosotros debemos aspirar y buscar tener a alguien que está más atrás de nuestro propio camino, a quien nosotros mentoreamos. Que debemos tener a alguien a nuestro lado que esté en el mismo camino de nosotros, más como a nivel de amistad y de compartir, y que debemos también aspirar tener a alguien que está más delante de nuestro camino para recibir mentoría de esa persona. Así que yo tengo el privilegio de en esta mañana presentarles a alguien que está en ese lugar para mí, alguien a quien yo considero una madre espiritual, una mentora, a pesar de que estamos a tantas millas de distancia porque ella vive en Guatemala, y yo estoy aquí, pero de igual manera con Carolina, la misma cosa también, Olguita es muy cercana a ella y es su mentora también.
Así que es un privilegio tener personas que así que han dado más pasos que uno, no solamente por edad sino también por experiencia, profundidad, que valga la aclaración, ¿verdad? Que no es solamente por eso, sino por autoridad espiritual, por profundizar, por ejemplo, así que esa es la persona que la doctora Olga Martínez es para mí y yo sé que a través de … nosotros recibimos mentoría también a través de lo que leemos, de lo que escuchamos. A veces uno piensa que el mentor tiene que estar ahí al lado de uno, pero no es así. Uno puede tener un mentor aún a la distancia y en este caso, hoy, también ella va a mentorearnos a todos nosotros en lo que Dios le ha enseñado a ella para compartir. Olguita viaja internacionalmente impartiendo enseñanza tanto en el ámbito secular, entre comillas, como el eclesiástico. Es una miembro activa de su congregación.
Nosotros la conocimos a través de Carolina León Barrutia, ella comenzó un capítulo de Aglow hace casi 22 años porque yo sé que yo estaba esperando en ese tiempo, esperando a mi bebé. Ya mi bebé tiene 21 años así que… así que un poco después Olguita vino a invitación de Carolina, así que desde ese momento hemos tenido esa relación. Así que ella ha viajado varias veces acá. Tuve el privilegio de verla en su ámbito, en su ambiente natural, en diciembre, en Guatemala cuando visitamos Guatemala. Así que es un privilegio tenerla en esta mañana con nosotros. Yo sé que vamos a ser enseñada y bendecidas y el Espíritu Santo que está en ella también va impartir a nuestras vidas de una manera especial. Así que vamos a orar para que eso se quede ahí, bien adentro, y nos selle y nos transforme esta mañana, así que bienvenida Olguita.
Saben cuántos años tiene esta señora? Acaba de cumplir 70 años. Nadie lo diría, y saben, hablando de lo de la mentoría, ella hace ejercicios casi todos los días: va al gimnasio a hacer ejercicios, nada, así que a veces uno más joven dice, ay, levantarme temprano para ir a hacer ejercicios, no, conmigo, no. Y ella lo hace, así que no solamente mantiene su mente, su espíritu con ejercicios continuo todos los días, sino también su cuerpo así que ese es un buen modelo para todas nosotras imitar también.
He tenido la oportunidad de abrazar a algunas de ustedes y saludarlas, pero a otras no. Así es que ahí en su lugar reciba un abrazo mío, reciba un saludo mío, reciban mis cariños y reciban los cariños de mi país, Guatemala. Y ahora que ya saben mi edad, ¿verdad? Es el secreto de todas las mujeres. Está evidenciado pero realmente damos a gracias a Dios que nos permite llegar a estos años con salud, que nos permite servirlo y que nos deja a todas las que estamos aquí muchos más para poder servir. Ese es el propósito de nuestra vida y el propósito que él permite que podamos llegar a cierta edad sirviéndolo.
Padre, te damos gracias en esta mañana por lo que tu ya has hecho en nuestras vidas, en nuestros corazones. Te pedimos que sigas haciendo lo que tienes que hacer. Padre, yo te pido que esta enseñanza salga de mi espíritu unido a tu espíritu, al espíritu de cada una de las personas y hagas los cambios que tienen que ser hechos. Padre, te pedimos que no sea una enseñanza más, sino que realmente sea una capacitación que cambia nuestras vidas, que lo podamos poner en práctica. Te pedimos, Padre, que quites todas las defensas que a veces cada una de nosotras elaboramos pensando en que esto no es para nosotros, que ya lo sabemos, pero, Padre amado, hoy te pedimos que realmente tu nos confrontes por las cosas que tal vez ya sabemos, pero que tenemos que cambiar. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo, Jesucristo.
Vivimos en un mundo cambiante. Hoy día cada vez es mucho más fácil procesar la información, cada vez hay comunicaciones más rápidas y más fáciles. También hay cambios climáticos muy fuertes, hay cambios sociales, hay cambios culturales. Sin embargo, hay algo que permanece y es la palabra de Dios. Y las relaciones interpersonales están en el corazón de Dios.
Si usted toma la Biblia, usted se va a dar cuenta que desde la primera a la última página Dios de qué nos está hablando. Nos está hablando de relaciones interpersonales. Si pudiéramos definir los Evangelios en dos palabras, en una palabra diríamos, relaciones interpersonales. Las relaciones interpersonales son difíciles. No son fáciles. Son complejas y es lo que nos mete a veces en problemas.
Los países tienen problemas de relaciones. Las familias, cuáles son los problemas que tienen? De relaciones. Y entre las iglesias, cuáles son los problemas que tenemos? De relaciones. Y a veces no le damos la suficiente importancia, pero es básico, es central en nuestra vida y es básico y es central también en un liderazgo.
Vamos entonces a ver acá qué es un liderazgo. Liderazgo según John Maxwell es influencia. Y tenemos que relaciones según Don Marshall es el mutuo compartir de una vida. Si nosotros juntamos estos dos conceptos vamos a ver que un líder debe de estar preparado para desarrollar relaciones de sinergia.
Cuáles son las relaciones de sinergia? Las relaciones de sinergia es la acción combinada o cooperativa que incrementa la efectividad de la persona. Son aquellas relaciones que hacen que en un equipo todos se beneficien. Cuando en una relación las personas entran a esa relación con la capacidad, con la idea de dar va a haber un beneficio mutuo en la relación. Va a ser una relación sinérgica. Por qué razón? Porque ambos se benefician. Por qué? ambos van con la idea de dar lo más que pueden en esa relación y no de obtener. Cuando tenemos relaciones de sinergia, relaciones de beneficio mutuo, el equipo crece y tenemos un equipo de liderazgo saludable.
La definición que acabamos de ver hace un momento nos lleva a tener implicaciones. Vimos que una relación es el mutuo compartir de una vida. Esto nos va a llevar a tener implicaciones. Una de ellas es la reciprocidad. Qué queremos decir con la reciprocidad? Con la reciprocidad lo que queremos decir es que en una relación ambas partes deben de poner algo. Si ambas partes no ponen algo la relación no se desarrolla. Claro, hay veces que alguien pone más, no los dos o los 4 ó los 5 que se van a relacionar deben de aportar en igual cantidad. Por ejemplo, en el liderazgo, el líder es el que más tiene que aportar en la relación. Pero los miembros del equipo también tienen que aportar.
Si no hay este aportar de todos, no hay un crecimiento, no se desarrolla la relación. Naturalmente, cuando la relación se rompe, también todos tienen parte en el asunto. Se ha fijado que cuando una relación se rompe, siempre la culpa la tiene el otro? Yo, como que ni existo, soy sombra. La culpa, todo es culpa de los otros, yo, pobre angelito. No hice absolutamente nada.
Tal vez hay más parte de culpa de las otras personas posiblemente, pero siempre en toda ruptura de relación hay una parte nuestra. E igualmente para que la relación sea restaurada, se necesita que ambos quieran, se necesita que ambos pongan de su parte. De lo contrario la relación no puede ser restaurada, no hay relaciones unilaterales.
Y cuando tratamos de ver una vida compartida, qué quiere decir? Será que las relaciones interpersonales son solo acciones? No. Fíjese que en las relaciones interpersonales hay algo mucho más las acciones, que el comportamiento. Porque nosotros qué somos? Somos espíritu, alma y cuerpo. Y una verdadera relación, una relación significativa, la relación que nos hace vibrar, la relación que nos da vida, la relación que edifica, la relación que aporta, es la relación que va de nuestro espíritu al espíritu de la otra persona.
Y esto a veces no es fácil. Hay gente que tiene una facilidad para tocar desde su espíritu el espíritu de otras personas y hay a quienes les cuesta muchísimo. Y hay quienes nosotros queremos tocar el espíritu de esa persona, y no se puede porque su espíritu está cerrado. Pero un líder tiene que tener la capacidad de poder tocar el espíritu de las personas.
Cómo se toca el espíritu de las personas? Bueno, lo primero es nuestra relación con Dios. En la medida que nosotros tocamos el espíritu de Dios. Cuando usted y yo tocamos el espíritu de Dios, es una relación, bueno, estamos en el éxtasis con el Señor. Es una relación que nos vivifica, nos llena de energía, nos llena de ánimo. Cuando usted termina de estar en la relación con Dios, así como Moisés, está nuestro rostro, cambia. En la medida que nosotros tengamos esa relación con Dios vamos a tener la capacidad de tocar el espíritu de las demás personas. Va junto, no van separados.
Lo que yo me relaciono con Dios se va a manifestar en mi relación con las personas. Ah, no hermana, mire, yo con Dios, una relación linda, con los hermanos, no mucho. No, la cosa no es así. si usted tiene una linda relación con Dios, va a tener una linda relación con los hermanos. Y si tiene una relación con los hermanos va a tener también una linda relación con Dios.
De qué otra manera el líder puede mantener su espíritu abierto? Abriéndole su espíritu a Dios todo el tiempo. Cuando le abrimos nuestro espíritu a Dios todo el tiempo vamos a tener un espíritu abierto para las demás personas. Un equipo de liderazgo tiene que tener su espíritu abierto. Cuando el espíritu se ha cerrado, qué es lo que pasa? No podemos llegar a las personas. La persona no deja ser tocada, la persona que tiene el espíritu cerrado no es enseñable. La persona que tiene el espíritu cerrado es como que pone una barrera, que dice, aquí no entras.
Entonces tenemos que trabajar en el liderazgo para mantener nuestros espíritus abiertos en una buena relación con Dios presentándole tu espíritu delante de Dios, siendo totalmente franca delante de Dios. Nos damos en una relación cuando somos totalmente honestas, cuando nos damos totalmente, cuando somos francas, cuando somos sinceras. Cuando hacemos esto con Dios lo podemos hacer con facilidad con las personas. Cuando el espíritu está cerrado una de las maneras que el espíritu se abre es perdonando y pidiendo perdón. Por eso es tan importante el perdón, porque sino nuestro espíritu se cierra. Y el problema es que se cierra a una persona pero pronto se va a cerrando a las personas y vamos caminando con murallas que no dejan que nos relacionemos unos con otros.
Y qué es una tercera entidad? Qué entendemos por una tercera entidad en una relación? Esto es bien importante. Por qué razón? Una persona es una entidad, la otra persona en la relación es otra entidad, pero la relación en sí hace una tercera entidad. Y fíjese que nosotros muchas veces lo que queremos cambiar en una relación es a la persona, es que como ella no cambia, no va a cambiar, a no ser que deje que Dios la cambie. Lo que tenemos que cambiar es la relación con esa persona. Eso es lo que hay que cambiar. Ahí es lo que hay que trabajar.
Para ponerle un ejemplo: a veces usted mira parejas muy sencillos, sin mayor conocimiento de nada y se llevan tan bien la pareja. Por qué razón? Porque los dos están poniendo todo lo que son. Tal vez lo poco, pero lo están poniendo todo. Entonces logran una tercera entidad que se lleva bien. Pero por el contrario, de repente vemos una pareja; él con conocimiento de todo, magnífica persona; ella, con conocimiento de todo, magnífica persona, júntenlos y usted dice, pero si los dos son excelentes, sí, separados, pero por qué razón? Porque en la relación no están poniendo nada de su parte y en las relaciones hay que darse con honestidad, hay que darse con franqueza.
Y para tocar el espíritu de una persona no necesariamente tenemos que ser íntimo de esa persona. Yo no sé si usted ha ido a un almacén donde le aparece un dependiente que usted dice, aquí, no regreso. En un almacén, la cajera me gruñó en inglés y como yo no entiendo inglés, no entendí los gruñidos. No pude hacer la compra. Pero a los 10 minutos regresé y había otra cajera, y con esa cajera, miren, mi espíritu tocó el de ella y el de ella tocó el mío. Y en dos minutos estábamos platicándonos, ella me contó su vida, yo le conté a qué venía, me hizo otro descuento, me dio una tarjeta y miren cuál fue la diferencia en esa relación. Si a ninguna de las dos yo las conocía, la transacción fue la misma, pero qué pasó? Ella se dio por entero, tocó mi espíritu, pues yo pude tocar el de ella y las dos nos dimos en ese momento. Y hasta la invité a venir pero tenía que trabajar. Pero eso es tocar el espíritu de la otra persona.
Las relaciones también tienen categorías fundamentales. Cuáles son esas categorías fundamentales? Hay un tipo de relación que es cooperativa, con el propósito de lograr algo. Perdón, es cooperativa e instrumental. Qué quiero decirles con cooperativa e instrumental? Que las personas se juntan con el propósito de lograr algo. Tienen una meta. El liderazgo por ejemplo, tiene mucho de ese tipo de relación, porque hay un equipo que está para lograr algo.
Pero hay otro tipo de relación que consumatoria, que es la relación en sí lo que importa, por ejemplo, el matrimonio. Ahora, es muy difícil que las relaciones se den o solo cooperativas o solo consumatorias. Generalmente están combinadas. Y en el liderazgo a pesar de que hay más de la relación instrumental o cooperativa, también hay relaciones consumatorias, porque también es importante la relación en sí.
Y si entramos a las dimensiones fundamentales, entramos a un terreno difícil. Por qué razón? Porque nos habla de la cercanía o la intimidad entre las personas. Claro, en un matrimonio tiene que haber una cercanía, tiene que haber una intimidad. Y la pregunta siempre es, entre los líderes tiene que haber una intimidad, tiene que haber una cercanía? Bueno, eso hasta donde es esa intimidad, hasta dónde es esa cercanía, claro que tiene que haberla, hasta dónde es? El líder la decide con su equipo. Por qué razón? Porque si usted quiere entrar en intimidad con uno de los miembros del equipo y el miembro del equipo no quiere, usted shute. Sabe lo que significa la palabra shute? Que usted es metido. Metido, está invadiendo el espacio del otro. Y tal vez es el líder el que no quiere tanta intimidad y los del grupo están queriendo, entonces se siente como acosado. Estos límites tienen que ser definidos dentro del equipo, hasta dónde es necesario, hasta dónde no es necesaria la intimidad entre los miembros del equipo. Si se lograr una buena intimidad entre todos, pues, excelente, pero a veces depende mucho de las personalidades. Hay personalidades que usted no puede invadir, el espacio está nuevo, como que tiene que ir despacio, poco a poco.
Y aquí también vemos lo que se llama la acción y la extensión que también es importante tenerla presente. Esto quiere decir cuántas áreas de la vida de la persona yo tengo que abarcar. Si en este liderazgo dependiendo de lo que se trate el equipo, yo tengo que abarcar todas las áreas de la vida de la persona o solo abarcar algunas. Posiblemente no tengo por qué abarcar su trabajo, o no tengo que abarcar sus estudios. Hay que definir qué áreas se tienen que abarcar en un equipo de trabajo y hasta dónde se tiene que abarcar.
Y también acá va el factor tiempo. Definir cuánto tiempo del equipo yo voy a tomar para liderazgo. Porque de ahí resulta que quiero demasiado tiempo, y empiezan los problemas. Yo quiero llamar a su casa a cualquier hora y empiezan los problemas. Entonces, tenemos que saber cuánta extensión de tiempo y cuánto de la vida de la persona vamos a abarcar.
En toda relación interpersonal vamos a tener varios elementos. Ahí están. No hay ninguna relación interpersonal que no tenga estos elementos. Claro, según el tipo sea la relación, los elementos se van a dar mayor o en menor grado, y son más o menos importantes. Pero si nosotros los examinamos vamos a tener el amor. El amor usted dirá en una relación de liderazgo, tiene que haber amor? Claro que sí. El Señor nos da un mandato que dice: amaos los unos a los otros. No hay para donde. Claro, no tiene que ser en la misma intensidad como en un matrimonio, de la misma manera lógicamente. Pero el amor en un equipo de trabajo tiene que existir. El amor tiene que ser lo más duradero en un equipo de trabajo.
El respeto. El respeto en un equipo de trabajo entre los líderes es esencial. Tiene que haber respeto. Y sabe que el respeto es una de las cosas más olvidadas que hay hoy día. La confianza, yo le diría, que en un equipo de trabajo, entre el líder y los que están a su cargo, es el elemento más importante, la confianza. Un equipo de trabajo que no se tiene confianza, imagínese. Mejor se van para su casa definitivamente. Es básica la confianza en un equipo de trabajo.
La generosidad, la que menos nos gusta. ¿Verdad? Porque algunos en todas las áreas, usted sabe qué es esto? Sí? Codos, porque podemos ser codos, no solo en lo económico. Codos, hasta con la sonrisa. Hay quienes que parece que pagaran por sonreír. El entendimiento es lo que más cuesta. Le es fácil a usted entender a la gente? Ay, hay gente que de verdad cuesta. Y sabe una cosa, sabe cuál es el más difícil de entender? Uno mismo. A veces ni uno mismo se entiende, pero sí quiere que todos en la casa lo entiendan. Toda la iglesia lo entienda, pero usted no se entiendo. Y el día que usted amaneció de malas, ese día, hasta la cara lleva fea y quiere que toda la iglesia entienda que usted va de malas, que no se le acerquen, que usted va de malas. Entendernos es una de las cosas más difíciles que hay, pero es esencial en un liderazgo.
Veamos entonces el amor cómo debe manifestarse en un liderazgo. El amor en un liderazgo básicamente va a ser enfocarnos en los demás. Un líder tiene que dejar de enfocarse en él mismo y enfocarse en los demás. El líder que no puede enfocarse en los demás, más que en él mismo, no va a tener un liderazgo efectivo. Y la palabra de Dios es clara, miren lo que nos dice Mateo 7:12:
“…Así pues hagan ustedes con los demás, como quieran que los demás hagan con ustedes porque en eso se resume la ley y los profetas…”
La famosa regla de oro. Un líder tiene que tener lo que se llama un caminar alto. Cuál es el caminar alto? El caminar bajo es cuando el líder trata a los demás, ay, menos de cómo lo tratan a él si él es el líder. Un caminar medio es cuando el líder trata al equipo como el equipo lo trata a él. Pero un caminar alto es cuando el líder trata a los de su equipo mejor que como él es tratado. Y ese es el caminar que Dios quiere para nosotros. Ese es el caminar que él quiere en todas las relaciones interpersonales. Cuando en la familia nosotros tratamos mejor que como nos tratan. Es el ejemplo que dio Meche en la mañana hace un ratito. Esta mujer estaba siendo maltratada, pero cuando ella empezó a tratar mejor, las cosas cambiaron, el clima emocional cambió. Y el líder es el que va a marcar el clima emocional de su equipo. Todos influyen, ya lo vimos, todo influyen, pero el que va a marcar el clima emocional es el líder. Y lo va hacer con un caminar alto.
Cuál es el contenido del amor? Cuál es el contenido del enfocarnos los unos a los otros? Lo primero que tenemos es la preocupación. Un líder que no se preocupa por su equipo no va a funcionar. Tiene que dar el ejemplo porque el líder es un manual andando. Así de sencillo. Si él en su equipo se preocupa por otros, los otros se va a ocupar entre sí y se van a ocupar por él. Una de las mayores quejas que yo he visto en los equipos de liderazgo es: el líder nunca se preocupa de mí. El líder nunca me llama por teléfono. El líder nunca me visita si estoy enfermo.
Yo no le quiero decir que el líder tenga que estar todo el tiempo como que usted es un niño, cuidándolo. No. Pero las relaciones interpersonales se dan cuando nos preocupamos los unos por los otros. Y yo sí creo que debemos preocuparnos los unos por los otros, cuidarnos mutuamente. La preocupación es el cuidado mutuo que nos tenemos. Cuando yo la cuida a ella, ella me cuida a mí. Si esto se logra en un liderazgo vamos a caminar todos bien.
A veces tenemos la excusa, ah, no, si es servir al Señor, servir al Señor no tiene uno por qué estarle dando palmaditas en la espalda. Yo creo que cuidarnos, preocuparnos, sí es parte de la relación. Por qué lo creo? Porque Dios se preocupa por nosotros. Jesús se preocupa por nosotros. Dios se preocupó de tal manera que dio a su Hijo Jesucristo para que nosotros tengamos vida eterna. Y si queremos tener un liderazgo al estilo de Jesús tenemos que preocuparnos los unos por los otros.
La bondad. Fíjese que la bondad es el relacionarnos de una manera amable. Sabe que a veces cuesta ser amable. Hay veces que no tenemos ganas de ser amables. No estamos en condiciones de ser amables, sin embargo, es parte de la hermandad. Un hablar amable… que a veces somos groseros con nuestras palabras, groseros para tratarnos unos con otros en el equipo, groseros para tratarnos en la familia, y un hablar amable, un hablar bondadoso nos va a dar un sentimiento de hermandad, nos va a dar unidad. Fíjese que Dios nos habla de manera amable, hasta cuando nos da los jaloncitos nos habla de manera amable.
Simpatía. Ay, ese líder sí que es antipático. Tendrá que trabajar. Yo no puedo tener un líder antipático. Usted tiene un líder antipático? Sí, quieren un líder antipático. Eso es fácil. Más difícil es que sea simpática, que tenga simpatía. La simpatía la van a dar las acciones. Cuando usted mira las acciones de una persona, eso es la simpatía, no es tanto el físico, o que sea payaso, sino que son las acciones lo que van a dar la simpatía. Y eso es básico. Si usted es líder prepárese. Va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Y si está en un equipo de trabajo va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Usted sabe cuántas veces no podemos manejar un liderazgo, o estar en un equipo de trabajo si no estamos en el perdón.
Ahora vamos a ver cuáles son los principios relacionales del amor. Cómo podemos saber, aparte de los elementos que tenemos que poner en práctica, cuáles son los principios relacionales en un liderazgo para que se manifieste el amor?
La perspectiva. Qué es la perspectiva? La perspectiva es ver el cuadro completo. El líder no puede ver solo una parte de la situación en su liderazgo. No puede ver solo una parte de la persona, el líder tiene que ver un cuadro completo. Muchas veces los líderes cristianos solo vemos nuestro pedacito. Lo que a mí me toca y mi grupito, pero ¿saben qué? nosotros y nuestro grupito somos parte de otro grupote. Y ese grupote es parte de otro grupote. Y tenemos que ver el cuadro completo. No somos un equipito aislado, dependemos unos de otros. Y cuando no vemos el cuadro completo, qué nos puede pasar? Nos puede pasar lo que le pasó a Nabucodonosor. Fíjese que él era tan orgulloso que solo vio su pedacito. Él agarró a las personas más importantes, los más inteligentes, con esos se quedó y no vio el cuadro completo de la nación. Qué pasó? Dios tuvo que trabajar en él y después de que era rey, lo llevó a vivir de la peor manera, hasta que reconoció que Dios era el Soberano. Tenemos que ver el cuadro completo.
Qué otro principio tenemos? Tenemos el principio del intercambio. Ese principio es bien sencillo, difícil de hacer, ponerse en los zapatos del otro. Si algo es difícil es ponerse en los zapatos del otro. Pero cuando logramos ponernos en los zapatos del otro, vamos a entender al otro. Posiblemente nos vamos a dar cuenta que si yo estuviera en su lugar, haría lo mismo y peor todavía. Sí. Es cuando como cuando censuramos a los gobernantes, a saber, si nosotros fuéramos los gobernantes cómo seríamos? O cuando censuramos al líder, a saber, si yo fuera el líder cómo sería? A lo mejor sería peor que aquel que estoy censurando. Eso de ponernos en los zapatos del otro ayuda mucho.
Hay dos personajes que uno es ejemplo de lo que no debe ser un liderazgo y la otra, sí es un ejemplo. Está el caso de Abigail y su esposo Nabal. Nabal era…, espero no tenga ninguna similitud con ningún esposo acá, porque era feo. Me refiero a su actitud, me refiero a su modo de ser. Cuando le tiene que dar comida a los hombres de David que habían sido buenos con los hombres de él, qué hace? No le importa. No los quiere ayudar. Hay que ver lo que les pase. Solo vio su pedacito, nada más.
Pero qué hizo Abigaíl? Abigaíl es ejemplo de lo que debe de ser las relaciones en un liderazgo, y en todo tipo de relación. Qué hizo ella? Ella fue a dar, ella fue a ofrecer, ella agarró lo que tenía, ella se fue con David, ella fue amable, ella para cariñosa. Por qué? Porque era una mujer bondadosa, era mujer linda y qué pasó? Tocó el espíritu de David y lo tocó de tal manera y David tocó el espíritu de ella, lo tocó de tal manera que salvó a todas las familias del lugar. Una mujer que toca el espíritu de las personas puede salvar a su familia, puede salvar a las familias de la cuadra, puede salvar a todas las familias que tiene cerca cuando sabe tocar el espíritu de alguien. Y mire, y lo tocó tanto que después David se casó con ella. Ya esa parte, déjenla por un lado, ahí ya no entramos.
Y tenemos acá entonces otro principio: el principio del carisma. A veces decimos, ay, tan carismático, por qué? Su físico. No, realmente el carisma es interesarse por las personas. Y un líder tiene que interesarse por las personas, tiene que interesarse por las personas más que en sí mismo.
Jonatán apoyó a David para que fuera rey. Y un líder tiene que apoyar a su gente para que crezca, para que se levanten, para que un día sea su sucesor. Ay, pero a veces los líderes qué hacemos? Que no hay ninguno, solo a los de guate. Sabe que hacemos allá? Cuando alguien va creciendo y ya nos va a quitar del puesto lo apachamos de alguna manera. Y a veces somos expertos en buscar formas de apachar al que va creciendo en el grupo, cuando ya vemos que este nos puede pasar, ahí buscamos la manera de ver cómo lo apachamos. Por qué razón? Porque no queremos que crezca.
Para una reflexión: está aplicando usted estos principios en su liderazgo? Se están manifestando en su liderazgo? Se están manifestando en su familia? Se están manifestando en la mía estos elementos del amor? Eso solo Dios nos puede dar la respuesta. Solo Dios puede saber y confrontarnos que si realmente hemos estado aplicando este principio del amor en nuestro liderazgo, si realmente hemos dejado el de centrarnos en nosotros mismos y centrarnos en los demás. Si Dios nos muestra que tenemos que hacer un cambio en esa área, tenemos que pedirle a él que nos ayude a hacer ese cambio.
Cuánto realmente yo estoy centrada en mí misma, o cuánto realmente me interesan más los demás. Quién va primero? Yo o los otros.
Y ahora entremos a otro de los elementos que tenemos acá: el respeto. Qué es el respeto? El respeto es el reconocimiento de la dignidad de una persona. Y qué nos dice Colosenses? Miren, “…..compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo aprovechando al máximo cada momento oportuno que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así podrán saber cómo responder a cada uno….”
Mis amadas hermanas, como está nuestra conversación? Muy linda, muy interesante. Que bien! Saben que las conversaciones a veces van en detrimento, las conversaciones más altas son las que hablan de ideas, bajan un poquito de tono cuando hablan de cosas, y se van para abajito cuando hablan de personas. De qué será lo que más hablamos? De cosas, ideas o personas? Si somos honestas, de personas. Como que tenemos que elevar nuestra conversación.
En su equipo de liderazgo de qué habla? De ideas, de cosas o de personas? Si estamos hablando de personas subamos nuestro nivel.
Cuál es el contenido? En el respeto lo básico es valorar a los integrantes del equipo y que los integrantes del equipo valoren al otro con su valor intrínseco. El valor intrínseco que Dios nos ha dado. En la familia nos tenemos que valorar con el valor intrínseco que Dios nos ha dado. Ese valor que no se quita con nada aunque hagamos lo peor. Sabe que aunque su esposo haga lo peor, los hijos hagan lo peor, el líder haga lo peor, su valor intrínseco sigue siendo como persona. Porque es el valor que Dios le da.
Y en un liderazgo también tenemos que aprender a reconocer el valor del carácter. Qué es el carácter? A veces pensamos que carácter es, ay, yo soy muy dulce…. Mal carácter. No, carácter es otra cosa. El carácter es hacer lo correcto cuando tengo que hacer lo correcto. Y un líder puede cometer equivocaciones de cosas que no sabe, esas se corrigen aprendiendo, pero las equivocaciones de un líder por falta de carácter, esas pueden ser terribles. Un líder tiene que hacer lo que tiene que hacer cueste lo que cueste. Ay, que me va a ir mal…. Bueno, le va a ir mal, pero tiene que hacer lo que tiene que hacer, cueste lo que cueste, lo vea quien lo vea. Saber que Dios siempre está viendo.
El reconocimiento. Entre el equipo de liderazgo es importante, es otra de las áreas de problemas siempre. Es que no me reconocen lo que hago. Es que nunca me dan las gracias. Ha oído eso? Es que nunca me dicen que qué bien lo hice. Es que no son agradecidos. Claro, no nos van a dar las gracias todo el tiempo, pero sí tenemos que darnos las gracias, sí tenemos que reconocer lo que unos hacen por otros. Dios nos manda a ser agradecidos, a dar gracias a él todo el tiempo por lo que tenemos, pero también debemos de dar gracias a las personas que nos están rodeando.
Cuando empezamos a dar gracias por el equipo que tenemos y las personas que nos están rodeando, nos vamos a dar cuenta cuán hermosa es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor, cuál enriquecedora es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor. El problema saben en qué está? En que a veces somos buenas para ver los defectos y no para ver el potencial. Y un líder tiene que ver el potencial de la gente más allá del defecto. Para ver el defecto no necesita ser líder, para eso todos los vemos los defectos. Somos cazadores de errores pero ver el potencial de la gente eso es otra cosa. Saber ver lo que está debajo de la persona y hasta dónde se le puede llevar y cuánto puede dar, si se le respeta, si se le da reconocimiento, si se la da aprobación. La aprobación retroalimenta y en un liderazgo tiene que retroalimentadas las cosas buenas, tiene que haber aprobación. En la casa tenemos que tener aprobación los unos con los otros. Las mamás para corregir, buenísimas, doctorado… para aprobar las cosas buenas de los hijos… pasan por un lado y pasan por el otro. Tenemos que aprobar.
Y la aceptación, qué es la aceptación? En un equipo de liderazgo cada miembro debe sentirse aceptado, sentir que tiene un lugar, sentir que ahí está cómodo, sentir que ahí lo aprecian, que ahí lo respetan, de lo contrario, imagínese trabajar en un equipo donde usted no se siente aceptado, con qué ganas va a trabajar? Cómo va a hacer su trabajo? Malo. Tenemos que trabajar en el equipo de liderazgo para aceptarnos los unos a los otros, lo cual no es fácil, porque somos diferentes. Y qué bonito es aceptar a los que son iguales que yo, pero a los que son diferentes, ahí ya la cosa cuesta.
Pues bien, razones por las que las líderes no se ganan el respeto. Yo se las podría centrar en dos: una de ellas es que un líder cree que porque le dieron el puesto ya lo van a respetar. O porque es más grande, o porque tiene canas, o porque tiene más tiempo en el Señor. No, el respeto se gana. Y cómo se gana el respeto? Ya lo vamos a ver. Cuál es el comportamiento del líder para ganarse el respeto?
La otra razón por la cual un líder a veces no se gana el respeto, es porque tiene más necesidad de aceptación que de respeto. Y el líder que tiene entonces por su necesidad de aceptación quedar bien con todos, deja que le falten el respeto. Y empieza a no separar los límites, a pasarse sobre el límite.
Cómo se empiezan a pasar sobre el límite en un liderazgo? Las bromas. Y las bromas cada vez van subiendo más de tono, van subiendo más de color y cuando sentimos nos estamos faltando el respeto los unos a los otros. Hoy día yo he visto que a los líderes se les respeta poco, se les contesta mal. Yo les quiero decir, usted al líder no le puede contestar mal. Simple y sencillamente porque es el líder. El día que usted sea es otra cosa, pero al líder hay que respetarlo. Ay, sí, pero fíjese que es más chiquito que yo. No importa. Sabe menos que yo, que lo voy a respetar. No importa, es la autoridad delegada. Acaba de entrar en el Señor y yo mire cuántos años tengo. No importa, es la autoridad delegada.
Fíjese que en la iglesia está el pastor y está el pastor asociado que es el hijo del pastor. Es para mí un joven de 35 años. Mi hijo trabaja exactamente a la par de él, los dos juntos, ellos tienen leyes que han puesto, estatutos que han puesto, reglas que han puesto, y yo tengo que obedecerlas, yo tengo que sujetarme a lo que ellos me dicen y si me dicen, esto se puede hacer, esto se hace; esto no se puede hacer, esto no lo hago. Tengo que respetarlos aunque sea mi hijo y aunque sea, los dos que yo los puedo ver como unos jovencitos, pero son los líderes que Dios puso sobre mí.
Claro, el líder tiene que darse a respetar. Cómo va el líder a edificar el respeto? Fíjese que el líder tiene que hacer cosas para edificar el respeto. El líder tiene que empezar respetándose él mismo. Si él no se respeta, olvídese, no lo van a respetar. Cómo se respeta un líder? Lo primero que tiene que hacer es un buen desempeño. Usted va a respetar a un líder que se desempeña bien. Vamos a respetar a un líder que no cambia sus convicciones. No es un líder que hoy dice una cosa y mañana dice otra. Hoy está hasta arriba, mañana está hasta abajo. Puro yoyo. En todo lo que hace, en todo lo que dice, eso no es un líder al que nosotros vamos a respetar.
Qué otra manera se va a dar a respetar un líder? Un líder se va a dar a respetar sabe cómo, cuando es puntual, porque cuando el líder no es puntual, está robando la vida a la gente que está con él. Y los del equipo tienen que ser puntuales. La impuntualidad, mis amados hermanos, es quitarle la vida a otra gente. Por qué razón? El tiempo es vida. Y si yo lo hago esperar a usted una hora, le quité una hora de su vida. Así de sencillo. Eso es crucial en un equipo de trabajo.
El líder también tiene que ir más allá de las perspectivas del equipo. Por qué? porque el líder es el que marca la dirección. El líder tiene que ir al futuro, o sea, que el líder tiene que ir en su pensamiento como antes, tiene que ver las cosas como antes, tiene que visualizar antes lo que va a pasar. Por qué razón? Porque al visualizar antes las cosas que van a pasar, las puede prevenir.
Pero imagínese que un líder hasta que el asunto está grave toma cartas en él. No, el líder tiene que ver venir las cosas y tiene que ver muchas veces cómo las detiene. Y un líder tiene que ser exitoso en la medida de hasta donde puede, en todas las áreas de liderazgo: casa, trabajo, liderazgo. Ah, es que aquí en la iglesia, yo soy exitosa, pero en mi casa…. Aquello va fatal. Eso no puede ser. Tiene que haber un equilibrio en todo. Aquí miren, ja, pero en el trabajo… ahí casi que ya me sacan. Tiene que haber equilibrio. La vida es equilibrio y tiene que haber equilibrio en todas las cosas de nuestra vida.
Fíjese que a mí me llama mucho la atención lo que dice Primera de Tesalonicenses 5:12 y 13 dice:
“… que reconozcan a los que trabajan entre vosotros y los presiden en el Señor y os amonestan, y que los tengan en mucha estima a causa de su obra….”
Qué me está diciendo aquí? Me está diciendo que tenemos que tener al líder en estima, aunque nos amoneste. Hay que tenerlo en estima. Y cómo vamos a mostrar nosotros respeto? Una de las formas de mostrar respeto es la obediencia. Ahí va el líder, ni caso le hago, solo lo dejo hablando. Es falta de respeto y el líder también tiene que tener respeto por su equipo. El cumplir con lo que tenemos que hacer es una manera de lograr el respeto en un equipo. El hablarnos educadamente, si no necesitamos gritarnos ni decirnos cosas así, usted sabe, ….. así, esas, que usted se lo dice a Juan para qué? lo oiga Pedro. Y lo dice aquí para que lo oigan así. Esas son faltas de respeto que no deben darse en un liderazgo.
Pregunto para una reflexión: Cómo está el respeto en su equipo de trabajo? Hay que incrementarlo, incrementémoslo. Cómo está en la casa el respeto? Tenemos que incrementarlo? Tráeme la toalla. Apúrate, son las 6!! Te dije que corriendo, venís como que tortuga. Yo no sé de dónde me lo inventé. Y cuando llegamos a la iglesia, hermano, bienvenido. Y en la puerta otra vez, te dije que te apures que tengo hambre. Equilibrio. Equilibrio en todas las áreas que podamos ser personas que fomentamos el respeto. Mire, si algo se ha perdido hoy día es el respeto. Hablamos como queremos, decimos lo que queremos, herimos como queremos.
Vamos a entrar a otro que no se ve ahí, la confianza. Esta es la más importante en el liderazgo, bien difícil, porque miren lo que es la confianza. Es la condición por medio de la cual nos hacemos dependientes de otras personas para un resultado o consecuencia. Y Corintios 4:2 nos dice:
“… ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel…”
La confianza es una decisión. Usted toma la decisión de confiar en alguien. De hecho, las decisiones de confianza usted las toma todos los días desde que se levanta. Usted decide confiar en el que va manejando en el vehículo en el que usted se va. Ahí está la primera decisión de confianza. Usted cuando compra algo confía en lo que le están vendiendo. Cuando oye a alguien, confía en lo que le están diciendo. Es una decisión.
Pero también es un proceso relacional. Usted no va adquirir la confianza de sus líderes por una vez que hicieron las cosas bien. La confianza es un proceso que se va desarrollando. Y la confianza lo más difícil es que es un riesgo. Cuando usted confía en alguien usted confió y si le fue mal la decisión de quién fue? Suya. Es que yo confié, sí, pero quién decidió confiar? Uno. De quién es la culpa? Si a culpables vamos de uno. Por qué? Porque confió en la persona equivocada. No habría visto en esa persona los elementos o los contenidos de la confianza, que veamos cuáles son.
La confiabilidad. Usted sabe si una persona es confiable a medida de que le ha encargado varias cosas y ha funcionado. Entonces usted sabe que es confiable. De lo contrario no sabe si es confiable.
La responsabilidad. Si usted sabe que una gente es irresponsable y confía en ella, cuál va a ser el resultado? Porque mire, la confianza no puede ser fragmentada o la persona es confiable en todas las áreas, o no es confiable en nada. Pero no puede ser que usted tenga un equipo de liderazgo que puede confiar en esto, como que fueran rompecabezas. No. La confianza debe ser en un grupo de liderazgo total, todos entre todos y en todas las áreas.
La lealtad. Esto sí que…. Yo no sé si usted ha visto dentro de las otras iglesias como hablan del líder y después ay, que tal estás? Como me gozo en que seas mi líder! O al revés, ¿verdad? Ha oído eso?
El otro les decía a unas personas, ah, pero que tan mal se llevan pues con esa persona, pero es la primera que invitan a la hora de una reunión. Si no les gusta, si no la quieren ver, es la primera que invitan. Por qué? Porque no hay lealtad. La lealtad es algo en lo que tenemos que trabajar. No podemos ser desleales con la gente con la que trabajamos. No podemos ser desleales. No podemos, yo siempre he dicho que uno no puede morder la mano que le está dando de comer. Si usted está trabajando en un lugar no hable del jefe. El jefe le está dando de comer. Gracias al jefe compró su carrito, su casita y estamos hablando mal de él encima. Pero no nos gustaría que nos pasara a nosotros, que la persona que trabaja con nosotros hable mal después de que nosotros le estamos pagando y dando de comer. No nos gusta. La lealtad.
La fidelidad. Todo esto va combinado: la lealtad, la fidelidad, van combinados. Fíjese que Dios es un Dios fiel, fiel, fiel y si usted quiere un liderazgo al estilo de Jesús tiene que ser fiel en el equipo, tiene que ser un líder fiel. Si usted es un líder intermedio, tiene que ser fiel con los que están de cabeza suya y tiene que ser fiel con los que tiene en su equipo. Tiene que tener fidelidad en los dos niveles. Tiene que ser con fidelidad en los dos niveles.
Credibilidad. Sabe qué es la credibilidad? Si digo sí es sí. Y si digo no es no. No se preocupe, yo lo hago, yo lo hago. Y usted no hace nada. Yo traigo, yo traigo. Y no trae nada. Yo me hice responsable, no lo traje pero asumo la responsabilidad. Cuál responsabilidad si no lo trajo? Si usted se comprometió, se comprometió, aunque tenga que venir a hacerlo de cabeza, enferma, como sea, se comprometió, se comprometió. Usted dijo que llegaba y llega en burro, pero llegue. Sí, así de sencillo. Sí, pero llegue. Eso es la credibilidad. Con la mayor tranquilidad dice, ay, no pude, fíjate. Y deja al líder ahí, deja a todo el equipo porque no pudo. Y busca cualquier excusa que a lo mejor es hasta mentira. Porque si no lo va a poder hacer, llame antes, y arréglelo cómo lo puede cubrir. Así de sencillo. A veces hay trabones, llame antes y arregle cómo se puede cubrir. Pero hágalo.
Y luego vamos a tener la seriedad. Mi amada hermana, si usted se decidió a servir al Señor, de ser parte de un equipo, usted tiene que ser seria. Ay, hoy sí lo sirvo, pero mañana no porque estoy cansada. No. Las cosas en mi casa…. no, servir al Señor no es juguete. Estar en un liderazgo, en un equipo de trabajo no es juguete.
Yo veo que a veces para el trabajo somos serios, para las cosas del Señor, no. Ay, como es para el Señor, sí, precisamente como es para el Señor tiene que haber excelencia. Al trabajo sí llegamos puntual porque ni modo, pero a las cosas del Señor, no, porque es para el Señor. Eso no puede ser.
Y respuestas predecibles. Usted si quiere ser una persona confiable, de credibilidad, tiene que tener respuestas predecibles. Es que no sé como me va a salvar. No, las respuestas tienen que ser predecibles. No sé qué me va a decir. No, las respuestas tienen que ser predecibles. Usted tiene que trabajar en eso en su equipo de trabajo, que ahí todos los que digan es sí, lo que digan es no. Son confiables, las respuestas son predecibles.
Las personas en qué confían en el líder? Porque también las personas depositan su confianza en el líder. Y el líder tiene esa responsabilidad. Ser líder no es fácil. Es bien difícil. Solo se logra unido del Señor. En qué confía la gente en el líder? Bueno, en el juicio.
Usted sabe que su líder está cuerdo. Al menos eso cree. Cree que sabe a dónde lo lleva, cuáles son las metas. Porque si no cree que su líder está cuerdo, pues vamos mal, ¿verdad? Usted sabe que su líder es una persona íntegra en todas las áreas de su vida, que es franco, que no le dice mentiras blancas. Sabe cuáles son las mentiras blancas? Las mentiras sociales. Sabe que es un líder veraz, que si le dijo una cosa es porque es. En qué va a confiar usted en el líder? En la perseverancia. Usted no quiere un líder que a la primera de cambio, cuando las cosas se ponen feas, sale corriendo y los deje a todos en el equipo y ahora qué hacemos, a quién ponemos.
Usted tiene que desarrollar esas características si es un líder, tiene que desarrollar su carácter. Ya hablamos de esto. Tiene que ser honesto. Y un líder honesto, pues, es un líder que no tiene una imagen falsa, que como soy líder soy perfecto, fíjese, ya no tengo errores, ya no tengo emociones, ya no siento nada. Los líderes tenemos un montón de errores, cometemos equivocaciones, somos personas y podemos tener una imagen falsa. Hasta caminamos diferente porque somos el líder. No, eso no puede ser, no puede ser.
Esas son las características que un líder tiene que desarrollar. Por qué? Porque su equipo espera eso.
Vamos a ver cómo podemos edificar confianza en un grupo. La confianza definitivamente empieza en uno mismo. Ahí empieza la clave. Ya vimos como podemos ser un líder confiable. Un líder también edifica la confianza cuando es accesible. Antes yo lo podía hablar al hermano, a la hermana, ahora ya no porque es líder, ya tengo que pedir cita. Ya si lo saludo nunca me da la cita. Yo no lo puedo hablar ahí en el equipo porque ahora es líder. No. El líder tiene que ser accesible.
Fíjese que ahí en la Biblia tenemos un ejemplo de accesibilidad que a mí me gusta mucho, y es el caso de Rebeca. Le pongo ejemplos de mujeres porque estamos mujeres. Cuando a ella le piden agua para beber, qué hace ella? Ella es accesible y da el agua al siervo de Abraham, le da el agua, y no solo le da agua a él sino que le da agua a los camellos. Pero nosotros no queremos caminar un poquito más de ser accesibles, sino que exactamente lo que nos piden.
No, un líder tiene que caminar la segunda milla. Ay, le pidieron la camisa, tiene que dar el saco. Un líder tiene que dar siempre más. Tiene que ser accesible. Claro, usted no va a estar llamando al líder a su casa y a su trabajo, cada media hora, porque tampoco. Pero equilibrio para las cosas, pero sí tenemos que saber cuándo somos accesibles para atender a la gente.
Otra cosa bien importante para edificar la confianza es crea lo mejor de las personas. Si usted cree, el líder que cree lo mejor de su equipo, va a sacar lo mejor de su equipo. Por qué? Porque eso van a ser sus diálogos internos. Cuáles son los diálogos internos? Son estos pensamientos que hay aquí en la cabeza todo el tiempo. Y ahorita, yo sé que usted tiene algunos. Esos diálogos internos de lo que usted cree de la gente van a ser el resultado. Crea lo mejor de la gente. Es que me puedo equivocar, se puede equivocar, es un riesgo, pero creer en alguien da buenos resultados.
Para una reflexión: Cómo está la confianza en su equipo? La ha edificado? La tiene que edificar? Qué cambios tiene que hacer? Recuerde, un equipo en el que no hay confianza, no es equipo. Así de sencillo. Por qué? Porque estamos todos desconfiados los unos de los otros, no confiamos en que la gente va a hacer las cosas. No confiamos. No puede ser, tiene que edificarse la confianza.
Y veamos ahora, la generosidad. Es la inversión que nosotros hacemos en los demás. Cómo vamos a invertir en los demás? Preocupándonos los unos por los otros a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. Cómo vamos a ser generosos? Mire, en tiempo el líder tiene que tener tiempo para el trabajo del Señor, el equipo tiene que tener tiempo. Es que ya voy corriendito porque no tengo tiempo, y todo lo hacemos corriendito. En el Señor no puede haber corrienditos. El Señor no anda corriendito de nosotros. Nos da tiempo o usted lo tiene que corretear? Yo no veo. El Señor ahí está. Entonces, lo más que podemos hacer por él es darle tiempo, pues, si no nos pide mucho.
Usted tiene que dar información. Hay líderes que cómo saben y no enseñan nada. Por qué? Porque si el otro sabe mucho va a saber más que yo. Si usted quiere ser trascendente en un liderazgo enseñe, deje seguidores. Esa es la trascendencia. Usted se muere y los otros siguen. Porque le cuento que todos vamos por ese camino. Así es que muy líderes pero ese es el caminito.
Afecto. Mire, un líder tiene que dar afecto. Cuando un líder da tiempo, información y afecto, qué está dando? Está dando apoyo, y cuando da apoyo hay crecimiento del grupo y hay buenas relaciones.
Y veamos ahora los principios de la generosidad. El primer principio que tenemos es el principio de la huerta. Ahí tenemos a Moisés y Josué. Moisés y Josué estuvieron juntos por 4 décadas. Se dieron tiempo el uno al otro, se apoyaron el uno al otro por 40 años, en las buenas y en las malas. Las relaciones hay que cultivarlas. No se dan por sí solas, hay que regarlas y regarlas todos los días.
Tenemos el principio del ciento uno por ciento. Qué es este principio usted me dirá? Es que yo con mi equipo no tengo nada en común, todos somos tan distintos. Busque el uno por ciento que tenga en común y a ese uno por ciento dele toda la fuerza. Es que yo con mi esposo no tengo nada en común. Busque el uno por ciento con el que tenga acuerdo y dele toda la fuerza.
Mire, Pedro estaba defendiendo la inclusión de los gentiles que hizo Dios. Pedro fue amonestado porque le estaba predicando a los gentiles, y le estaba predicando a Cornelio. Y qué hizo él cuando lo confrontaron? No se puso a pelear, buscó el punto en el que estaba de acuerdo en común con los religiosos, que era que cada persona que verdaderamente tenía un convencimiento creyente en Jesús, tenía el Espíritu Santo. Ese era el punto en común, y eso fue lo que él tomó para entrar en unidad.
La celebración. Sabe usted dónde se prueba una verdadera relación? Cuando usted se alegra que le pasó algo bueno. Pero cuando se alegra de verdad. Ay, que bueno lo que te pasó y en el fondo, Señor, por qué no fue a mí a la que le pasó eso? No crea, no es fácil eso a veces. Es cuando verdaderamente usted se alegra del triunfo del otro, cuando verdaderamente usted se alegra que Dios le dio al otro lo que usted quería para usted. Ahí se mide una verdadera relación.
A veces estamos orando dos personas por lo mismo. Dios se la da a una y a uno no. No es fácil alegrarse. Pero ahí se prueba la verdadera relación. Usted se recuerda el caso de Saúl y David? David había vencido a Goliat, había vencido a los filisteos, iban de regreso a su casa y cuando las mujeres israelitas empiezan a decir, David, mató a diez mil, Saúl solo a mil, qué hizo Saúl? Se enojó, se puso bravo, lo empezó a perseguir. Por qué? Porque no pudo celebrar el triunfo de la otra persona.
Y por último tenemos el entendimiento. Toda relación debe de añadir valor a la persona. No quitarle valor. Una relación es significativa cuando usted se relaciona con la persona le da valor a la persona, añade a la persona, hace crecer a la persona, hace resaltar lo mejor de la persona, hace que la persona sea efectiva. Esas son las relaciones saludables que Dios quiere para nosotros. Por eso dice que dos son mejor que uno, porque si uno cae el otro lo sostiene.
Y veamos el contenido del entendimiento. Comunicación adecuada. Un líder que no tiene una comunicación adecuada con su equipo de trabajo no funciona. Que entiendo por comunicación adecuada? Una comunicación que es clara, concreta, directa, que puede dar las órdenes con claridad, con seguridad, concretas. No que yo te digo, porque yo creo para... una confusión. Que usted hasta cuando da una dirección lo mandan por aquí, y luego para allá y después…
El otro día una persona le daba una dirección para llegar a mi casa y le decía, mira, te venís por un banco que ahora es tal banco, y antes era tal otro, y antes era otro y después vas a llegar a otro banco, que ahora es tal banco y que antes era…. Imagínese esa persona, nunca llegó a mi casa, por supuesto. Anda todavía buscando los bancos.
La comunicación tiene que ser clara. La visión tiene que ser clara. Usted tiene que tener la visión de lo que está haciendo para transmitirla con claridad. Si no la tiene usted con claridad, no la puede transmitir al grupo. Todos tienes que tener la visión.
Cada quien debe de conocer su responsabilidad. Es que yo no sabía que me tocaba a mí. Ha oído usted eso? Es que yo creí que le tocaba a no sé quién. Es que yo no sabía que yo tenía que hacerlo. Tenemos que conocer nuestras responsabilidades y tenemos que saber lo que estamos haciendo. Si usted está en equipo de trabajo que lo que le toca hacer no lo sabe hacer, apréndalo. Así de sencillo.
Mire dónde lo aprende. Busque un libro. Métase al Internet. Pregunte. Vea qué hace y aprenda. Pero hágalo bien. Hágalo con excelencia porque es para el Señor, no para nadie más.
Y vamos a ver ahora los principios. Por favor escuche, escuche, escuche, escuche. No hable antes de que el otro haya terminado. Conoce a alguien así? uno va por la mitad y ya le contestaron. Uno va por la mitad y le ponen a uno el resto de la frase. Eso no es escuchar. No oiga, escuche, escuche es ir más allá de las palabras, es entrar al corazón de la persona, es entrar al espíritu de la persona, es entrar a las intensiones de la persona, es ponerme en el zapato del otro. Todo eso es escuchar.
Quiere buenas relaciones en su casa? Escuche. Es que me aburro. Escuche. Es que mi marido cómo habla. Escúchelo. Quiere buenas relaciones con los líderes? Escúchelos. Porque eso si nos gusta a que nos escuchen, eso es bonito.
La asociación. Miren, en un equipo de liderazgo tenemos que estar juntos porque si trabajamos juntos vamos a tener buenos resultados. Ahí no estoy yo solo, estamos asociados todos. Y debemos de gozarnos el equipo de liderazgo solo por el hecho de estar juntos. No porque tenemos que trabajar. Solo por el hecho de estar juntos debe de haber gozo. Por qué razón? Jesús tiene gozo de estar con su iglesia. Y la relación mejor que tenemos es la relación con Jesús, es una relación de gozo y así debe de ser la relación los unos con los otros.
Yo le voy a pedir ahora que se pongan un poquito de pie. Estamos un poco atrasados pero vamos a tratar de adelantar. Voy a pedirle que se estire un poquito. Vamos a hacer un poquito la gimnasia cristiana, usted diga, a veces estoy con Cristo arriba, arriba. Toque el techo. Toque el techo. Toque el techo.
A veces estoy sin Cristo, abajo, abajo. Vamos agáchese, hasta el suelito, hasta el suelito. Llegando, llegando. Pero como no me gustar arriba y abajo, arriba y abajo, mejor me quedo arriba, arriba, arriba, arriba. Ahora siéntese.
Y le voy a dar unos dos minutos, tres minutos para que usted con la persona que tiene a la par le comente de todo lo que vio aquí, en qué cree que su liderazgo anda muy bien, o en qué cree que su liderazgo necesita trabajar. Y si usted no es líder, pues, comente en qué cree que su casa está bien o qué cosas necesita edificar. Haga el ejercicio porque esto nos va a dar un poquito de auto revelación de cómo estamos. Trate de hacer el ejercicio.
Cambie con la otra persona para que sea recíproco. Muy bien, vamos a continuar. Tenemos todavía un poquito aquí adelante para no dejar esta parte inconclusa.
Y entonces vamos a ver qué perjudica una relación. Lógicamente una relación se va a perjudicar cuando no se trabajan estos elementos que vimos y cuando los principios relacionales que vimos no se llevan a cabo.
Entonces, se va a perjudicar la relación, puede ser que se perjudique en el área del amor, en el área de la confianza, en el área del respeto, en el área de la generosidad o el entendimiento. Identificar el área de problema es bueno porque es en esa área en la que hay que trabajar, y no se puede sustituir un área por otra.
Usted me dirá, mi equipo está mal en el área del amor, pero estamos bien en el área de la confianza. No, no se puede sustituir un área por otra. Tienen que edificarse todas las áreas. Qué pasa cuando hay problemas en alguna área? Bueno, viene el conflicto. El conflicto simple y sencillamente yo le diría que es un desacuerdo. En una palabra, un desacuerdo entre personas interdependientes, porque claro, para que haya conflicto tenemos que ser interdependientes.
Cuando hay conflicto nosotros podemos hacer muchas cosas. Una cosa es ignorarlo. Aquí no pasa nada. Aquí todo está bien. Negar el conflicto, hermana, yo veo que su equipo… No, aquí no pasa nada. Luego en su familia, no, no, no, todo bien. Todo de cabeza pero estamos bien. A veces huimos del conflicto. Tengo con conflicto en la iglesia, qué hago? Me voy para otra. Váyase a otra a tener conflicto a otra y así camine y salte. O qué puede hacer? Arreglar el conflicto de la índole que sea. Enfrentarlo a la manera de Dios.
Tenemos diferentes niveles de conflicto. El número 1 es el fácil de resolver y ahí es donde se deben resolver los conflictos. Por qué? Porque ahí todavía nos estamos hablando realmente, queremos resolver el conflicto, somos francos, con hablar las cosas se arreglan. Si dejamos pasarlo al número 2 pues vamos a entrar ya a los desacuerdos.
Ya los desacuerdos, la comunicación ya no es tanta, ya no nos hablamos con tanta franqueza. Ya somos medio hipócritas, ¿verdad? Nos saludamos así como que está todo bien, pero no está todo bien.
Si sigue su curso hay ruptura de la comunicación y ahí es más problema la solución. Y si seguimos nos volvemos personas antagónicas. Y el último nivel del conflicto es cuando entonces mejor me voy. Y salgo huyendo y dejo la obra del Señor tirada. La obra de Dios no se puede quedar tirada. No porque seamos insustituibles, usted no lo hace, lo levanta otro. Así. Tal vez con menos conocimiento que usted pero con más corazón para servir al Señor.
Veamos entonces ahora las etapas del conflicto porque mire, el conflicto no surge así de la nada. El conflicto tiene etapas que se pueden ver en la batalla de Hai. Mire, en la batalla de Hai, qué pasó? Creían que iban a enfrentarse a unos poquitos y resultó que enfrentaron a un montón y así nos pasa a nosotros en el conflicto. Está primero la etapa del síntoma. Nos damos cuenta que algo anda mal, yo como que veo que la fulanita no está igual conmigo, como que ya no me saluda igual, como que ya no viene a todas las reuniones, como que ya falta mucho. Es la etapa del síntoma. Vemos que lo cotidiano, lo que llevábamos tiene una interrupción, hay un vacío, empezamos a notar el vacío. Yo creo que mi marido ya no se me acerca mucho. Empezamos a ver una interrupción. Mis hijos ya no me buscan tanto. Hay una interrupción.
Luego viene la etapa de la confusión. Qué estará pasando? Se ha hecho esa pregunta? Por qué será que ya no viene la fulanita a las reuniones? Por qué será que ya no me saluda? Y tantas cosas, es la etapa de la confusión. Y en esta etapa de la confusión fíjese que es bueno hacer lo que hizo Josué. Qué hizo Josué? Josué agarró a los ancianos, postró rodilla en tierra y le preguntó a Dios, qué estaba pasando y que le diera sabiduría para saber lo que tenía que hacer.
Pero sabe qué hacemos nosotros? Está bueno que usted busque alguien de su confianza para orar, pero sabe qué hacemos nosotros? Buscamos a otro para contárselo y otro para contárselo y cuando venimos a sentir ya tenemos equipitos y grupitos. El conflicto ahí está.
Y luego viene la tercera etapa, la etapa de la revelación. Fíjese que Dios a Josué no se lo reveló todo, pero sí le reveló lo que estaba pasando, le reveló que había pecado, le reveló que había robo, le reveló que había desobediencia. Y cuando nosotros le pedimos revelación a Dios de qué está pasando, fíjese que Dios revela. Y sabe, Dios sabe qué nos revela a veces? Que la otra persona tiene conflictos personales, que la otra persona está pasando por dificultades económicas, que la otra persona tiene problemas familiares, y que tal vez el que no me salude o el que no venga no tiene nada que ver conmigo. Pero yo lo personalizo todo, como soy tan importante, parezco niño de dos años, todo gira alrededor mío. Y a lo mejor la persona… y eso lo revela Dios.
Entonces, revélate a ser. Si la persona tiene conflictos, problemas, qué voy a hacer? La busco para ayudarla. Así de sencillo. Qué hizo Josué? Fue con Acán y lo confrontó y cuando Acán le dice, sí, yo he robado, yo tengo ahí escondido todo lo que robé, pues, ahí Josué hace lo que Dios le había indicado, ¿verdad? Que era quemarlo porque esa era la ley.
Pero nosotros qué hacemos cuando Dios revela cosas? Porque también Dios nos puede revelar que el problema es nuestro, que las que estamos conflictuadas somos nosotros, que las problemáticas somos nosotros, y las que no andamos bien somos nosotros. Entonces ahí el conflicto se puede arreglar fácil. Tal vez con buscar a la persona, con hablarle, con cambiar de actitud. No me saluda, saluda. No me saluda la primera vez, la saludo dos. No me saluda dos, la saludo tres, a la cuarta me va a saludar. Y se arregló la cosa. A veces los conflictos son sencillos, a veces los conflictos son malos entendidos. Así de simple, ¿verdad?
El otro día me dice una persona, ahí al lugar donde yo voy a nadar, estás enojada conmigo? No, le digo yo, por qué? es que como no estás en tu casillero donde te viniste a la par del mío. Sí, le digo yo, porque el mío se arruinó. Me cambiaron de lugar porque se arruinó la chapa de tantas cosas que le meto al casillero. Pero ella ya pensaba… pero si no me lo dice qué pasa? Ay, está brava conmigo, qué será? Qué habré hecho? Y allá empieza uno a dudar, empieza uno a especular, a suponer cosas. Y si usted supone cosas, actúa sobre las suposiciones. Y cuando siente que hay un distanciamiento que se pudo haber arreglado con preguntar, qué te pasa? Así de sencillo.
Veamos entonces cómo solucionar algunos conflictos. Mateo 18:15 es muy claro:
“… si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano…”
Es decir, ir y hablar con la persona para reconciliarnos. Yo pienso que lo primero que tiene que haber es la reconciliación, porque se reconcilian las personas, no los problemas. Primero tiene que haber una reconciliación. Es prioridad porque si lo dejamos pasar mucho tiempo, qué va a pasar? Se endurece el corazón, se agranda el problema, se vuelven más triangulaciones, o sea más equipos, de unos sí y otros no, viene la raíz de amargura. Dios no quiere que tengamos raíz de amargura.
Entonces, quién toma la iniciativa? Mire, no importa quién la toma. Si usted la tiene que tomar, tómela. Si es la otra persona la que la toma, tómela, pero que alguien la tome. No, yo espero que venga. Hágalo en privado. Mire, a veces con pedirnos perdón, con perdonarnos se arreglan a veces las cosas, llevarlo a la cruz el conflicto, perdonándonos, reconciliándonos. Dios no quiere que nosotros estemos sin reconciliación. Cuando nos pedimos perdón la gracia de Dios baja sobre nuestras vidas.
Es que no tengo ganas. Mire, sabemos que no es cosa de ganas. Yo, una vez fui a pedir un perdón casi sin ganas, sin querer hacerlo, en obediencia de Dios y en ese momento, mire, Dios tocó mi corazón de tal manera que ya fui genuino porque Dios lo que quiere es obediencia.
Ahora bien, a veces si ya tenemos, aparte de que nos reconciliamos, a veces se tiene que quedar ahí. Pero hay veces que si el problema es mayor, hay veces que hay que arreglar situaciones de trabajo, hay que arreglar situaciones de vida, que a veces usted se va a tener que confrontarse con alguna persona. Ahora, a veces la confrontación se puede hacer el mismo día que nos reconciliamos. A veces no se puede. A veces se necesita un proceso unilateral. Qué quiero decirle con esto? Dios a veces necesita trabajar en nuestro corazón y en nuestra vida unilateralmente, necesita mostrarnos en qué fallamos, necesita mostrarnos nuestras emociones, necesita mostrarnos las equivocaciones, necesita mostrarnos los mecanismos de defensa que estamos usando.
A veces no es cosas de que perdonémonos y vivamos felices. Tiene que haber un proceso para la reconstrucción de la relación y Dios también va a trabajar en la otra persona. Si nosotros vamos guiados por el espíritu de Dios en el momento en que hacemos la confrontación, va a dar resultados. Por qué? Porque vamos guiados por el espíritu de Dios. Dios también ya trabajó en el otro, no solo en mí. En la confrontación lo que nosotros debemos de tratar es de arreglar las cosas porque si usted y yo vamos a la confrontación, es que yo le voy a demostrar que yo tengo la razón. Yo la voy a demostrar que yo soy más maduro por eso yo fui primero. Mejor que vayamos a la confrontación pues no es para eso. Hay que ir con el deseo de encontrarnos el uno al otro y que si Dios nos puso juntos vamos a encontrar el camino para ir juntos, yo con mis defectos, el otro con sus defectos, pero vamos a encontrar a veces dónde podemos darnos el brazo y caminar juntos para hacer lo que tenemos que hacer, lo que Dios nos ha mandado a hacer.
Y entonces en la confrontación veamos la actitud es básica. Yo tengo que ir con la actitud de encontrarme con el otro. Y el otro tiene que ir con la actitud de encontrarse conmigo, de buscar el camino juntos. Eso es básico. Si no llevamos esa actitud, no van a funcionar las cosas.
Y veamos algunos lineamientos para la confrontación. Lo primero que hay que hacer es orar, orar y orar hasta que Dios diga vaya. Separe a la persona de la acción. Qué difícil es eso! Cuando tenemos conflicto con alguien toda la persona la vemos negra, toda la persona la vemos horrible, toda la persona la vemos mala, toda la persona la vemos que está mal. …………………………… (inaudible) hay que separar a la persona de la acción.
Hable, no ataque. Es que yo le voy a decir…. Ni vaya. Vaya a hablar, no a atacar en lo personal porque entonces ya atacamos a la persona como persona porque ya revolvimos todo. Eso no es fácil. Qué más tenemos que hacer? Trate un solo asunto. Los que nos salimos por la tangente ¿verdad? Estamos hablamos de lo que pasó hace una hora y empezamos a hablar de lo que pasó hace 10 años, lo que pasó hace tres meses, lo que pasó hace 5 meses y aquello se vuelve un ….. por favor, hay que ser específico. Estamos hablando de esto, de esto. Qué me quieres decir con esto? Qué estás tratando de decir? Ser específicos, no generalidades, de que no sabemos ni de qué estamos hablando.
Ha tenido usted conversaciones así? no sabe ni de qué está hablando. Evite generalidades. Mire, no diga, siempre haces lo mismo. Nunca me escuchas. Nunca tal cosa. Toda la vida… eso no es cierto. Estamos exagerando. Y cuando decimos eso, hay defensa. Dígale a una persona, nunca me escuchas y si nunca la escucha, menos la va a escuchar ahora. Uno mismo se ata.
Evite el sarcasmo. Mire, algo pasó. Evite el sarcasmo. Como no nos están diciendo lo que queremos oír, a veces nos empezamos a reír así, como con sarcasmo, con desdén, ah, porque los gestos hablan mucho, una cierta sonrisa, el piecito lo empezamos a somatar.
Aclare, si necesita que le aclaren cosas, pida aclaración. Explore si necesita conocer más. Extiéndase, pida que se extiendan, si eso es la confrontación. Y por favor, escuche. Si no tiene la razón reconózcaselo y si la tiene cállese, no vaya a decir, te lo dije. Conoce eso, ¿verdad? Ya sabía yo.
Y si usted quiere hacer críticas a la situación preséntelas como una sugerencia, no como una crítica, como una sugerencia. Y cuando tenga que hacer una crítica a una persona, primero enfoque lo positivo, luego haga la crítica haciendo ver el error como algo que se puede arreglar y finalice valorizando a la persona.
Aquí tenemos el caso bíblico de Natán y David. Natán tuvo que confrontar a David, pero cómo lo confrontó. Primero había escuchado la voz de Dios, conocía bien, bien el problema, conocía la raíz, porque a veces queremos confrontar a la gente y ni sabemos el problema. Por ahí alguien nos contó de oídas. No, él conocía el problema, sabía la raíz del problema y sabía las consecuencias del problema, conocía bien y había oído la voz de Dios antes de la confrontación.
Cuándo es el momento de llamar mediadores? Si el conflicto no se arregló con la confrontación llamemos mediadores. Lo dice la palabra de Dios en la Escritura.
Cualidades de un mediador. Fíjese que no cualquiera puede ser un mediador. Tiene que tener empatía con los dos lados. Tiene que ser imparcial porque sino se va a ir de un lado. Tiene que ser profesional, yo le llamaría madurez en el Señor. No vaya a llamar de mediador a uno que el domingo pasado conoció al Señor. Y que tenga confidencialidad. Ah, mire, esto es clave. Contame qué pasó ahí adentro en la confrontación, pero me lo contás con detalles. Usted no puede contar nada ni con detalles, ni sin detalles. O sea, un poquito te voy a contar pero no vayas a decir nada. No, no, no. Sabe qué va ir a decir, pues, al otro también le dice que no diga nada. Todos los saben menos el confrontado.
Hay dos tipos de mediadores: un mediador pasivo y un mediador activo. Cuál es el mediador pasivo? El mediador pasivo, como su nombre lo indica, actúa poco en la mediación, más que todo el mediador pasivo lo que tiene que hacer es que los otros dos se encuentren, pero la comunicación entre las dos partes es directa, pues, uno se comunica con el otro. El mediador, más que todo, va orientando como va la comunicación entre uno y otro y facilitándola, y hace reuniones juntos.
Ahora, el mediador activo ya toma más parte en la mediación. El mediador activo ya a veces lo que hace él es lo que uno dijo hablarlo para que el otro lo escuche. Ya va tomando como una parte más directa, ya sirve como un canal de comunicación. Además el mediador activo ya tiene que saber bien, bien, cuándo preguntar, cuándo presionar, cuándo extenderse, cuándo concluir. Ya tiene que tener más cualidades el mediador activo.
Y el mediador activo por lo general primero se reúne con una parte y luego se reúne con otra. Y no importa cuántas veces necesita reunirse con A y cuántas veces necesita reunirse con B, hasta que considera que es el momento adecuado los junta. Y no importa cuántas veces los tiene que juntar.
Luego tenemos aquí los pasos para la mediación. Si usted va a ser un mediador, por favor, reúna toda la información, no vaya con lo que le contaron y con lo que le contó una de las partes. Tiene que identificar cuáles son los puntos de conflicto. A medida, a veces, lo que pasa es que se ha vuelto tan grande que ya no sabemos dónde empezó el conflicto. Como no somos ni francos ni honestos, ni siquiera con nosotros mismos, ni sabemos dónde empezó el asunto. Entonces, identificar los puntos de conflicto no es fácil. Tiene que formular preguntas, tiene que saber cuándo preguntar, cómo preguntar para ahondar. Tiene que hacer enunciados con sus palabras. Los enunciados tienen que ser fieles, no pueden ser interpretaciones. Tiene que repetir las frases claves. Siempre en una confrontación van a haber frases claves, puntos clave que el mediador activo tiene que conocerlos. Tiene que hacer aclaraciones. Tiene que buscar alternativas. Recuérdese que vamos a solucionar cosas.
En el mediador pasivo las alternativas, la solución, las buscan las dos personas confrontadas. Aquí el mediador activo busca él también soluciones. Él propone a las dos partes las soluciones. Y tiene que ir cerrando áreas de acuerdo. Ya hay acuerdo en esta área, cerrémosla. Ya hay acuerdo en este aspecto, cerrémoslo. Acuerdo en este otro aspecto, cerrémoslo. Acuerdo aquí, cerrémoslo. Son cerrar las áreas de acuerdo.
Y aquí para finalizar esta parte de hoy en la mañana, aquí tiene la bibliografía que yo utilicé para esta presentación. Usted puede consultar todos estos libros, verificar la veracidad de la información, ampliarla, aumentarla y utilizarla de la manera que considere conveniente.
Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 2
Transcripción
Vamos a seguir con nuestra enseñanza. Había una vez un hombre sentado a la orilla del camino, pasó un viajero y le dijo “Óigame, dígame ¿como son las personas que viven en este lugar?” el hombre que estaba ahí sentado le dijo “¿Cómo son las personas? Excelentes”. Él le dijo “las personas de donde yo vengo son horribles, criticonas, chismosas”. “Bueno, le dijo, aquí no va a encontrar algo diferente. Son muy parecidas las personas”.
Siguió ahí sentado el hombre y al rato vino otro viajero y le hizo la misma pregunta “Óigame, ¿Cómo son las personas de este lugar? ¿Qué personas voy a encontrar?” “Dígame usted, ¿Cómo son las personas de donde usted viene?” “¡Ah! Yo vengo de un lugar donde las personas son bondadosas, lindas, preciosas, amables, encantadoras, dadivosas, confiables”. “Bueno, lo mismo va a encontrar aquí”. ¿Por qué razón?
Porque la forma en la que nosotros nos vemos, vamos a ver a los demás. Y como nosotros veamos a los demás así los vamos a tratar. Por eso es que un líder tiene que auto conocerse. Tiene que saber quien es, que piensa, que siente y en que nivel del camino va. Hay un engaño que consiste en que ‘yo creo que lo que se lo estoy viviendo’. ¿Qué pasa entonces? Yo creo que estoy hasta aquí.
De repente viene una crisis, viene una situación difícil y ¡ay! Sorpresa, como reaccioné. ¡Qué sorpresa! Vi que no estaba hasta aquí, estaba hasta aquí. ¿Por qué razón? Las crisis lo único que hacen, las situaciones difíciles lo único que hacen es evidenciar el nivel en donde estamos. No nos cambian de nivel, solo evidencian el nivel en el que estamos. Y las reacciones que tenemos pues van a evidenciar el nivel en el que yo estoy.
Así es que el auto conocerme, verme yo en un espejo y saber exactamente en donde estoy y no creer que porque se mucho estoy hasta arriba. Toda mujer tiene que tener un auto conocimiento. Eso es básico. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo. Como me veo yo, voy a ver a otros. Yo soy criticona, voy a ver a los criticones; soy bondadosa los voy a ver bondadosos. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo, partiendo de cómo me veo yo a mi misma. Muy bien.
Yo tengo que tener conocimiento ¿en qué cosas? Yo tengo que saber en que nivel de restauración yo estoy. Porque todos vamos en niveles de restauración. Dios empieza a restaurar en nosotros áreas grandototas, aquellas que si no las restaura no podemos seguir adelante. Pero poco a poco la restauración es más fina. Nos deja pasar menos cosas. Entonces ¿en qué nivel de restauración yo estoy? Yo no he llegado a un nivel total.
Vamos a pasar toda la vida siendo restaurados. Vamos de gloria en gloria, de victoria en victoria pero no lo hemos alcanzado todo. Vamos camino a, y cada día tenemos que ser mejorados. Nuestro hombre interior tiene que crecer aunque el exterior se vaya desgastando. Yo tengo que saber como está la influencia del pasado en mi vida. Todos tenemos un pasado. Eclesiastés nos dice que “las cosas pasadas ya fueron y las que van a ser ya son”.
Pero yo tengo que saber como está mi influencia del pasado todavía manejando mi vida como líder. ¿Por qué razón? Porque de repente va a venir alguien y va a decir una cosita chiquitita y yo la sentí enorme. ¿Por qué razón? Hago de una pulga un elefante, ¿por qué razón? Porque se conectó con un área del pasado que todavía no había sido sanada. Y si yo la identifico y reconozco que una conexión del presente tocó el pasado y el pasado fue el que surgió, se lo voy a poder entregar a Dios y voy a ver sanada. ¡Que bueno que lo podemos evidenciar!
Pero tenemos que saber como voy con el pasado. Si usted es un líder, usted va a tener dolor. Y si es mamá va a tener dolor, y si es esposa va a tener dolor. Entonces tenemos que saber como estamos manejando el dolor. El dolor si no lo sabemos manejar puede ser devastador. Hay dolores que son profundos, que son intensos y tenemos que aprender a manejar el dolor en el liderazgo y el dolor personal para seguir caminando en el Señor.
El dolor no nos puede detener. Tenemos que aprender a manejarlo. Tenemos que pedir la ayuda que se necesite pero no dejar que el dolor nos detenga, que va a venir tarde o temprano a nuestra vida. A veces con más a veces con menos intensidad. Esto nos lleva también a los conflictos no resueltos. Los conflictos no resueltos son todas esas situaciones que nosotros no hemos hecho nada por resolver. Sí estamos de pleito pero no importa y seguimos caminando con el conflicto sin resolver.
Pero ¿qué pasa cuando tenemos muchos conflictos sin resolver? Al rato tenemos una carga encima con todos los conflictos que no tenemos resueltos. Dios no quiere que llevemos cargas. Tenemos que cerrar las gestalt. ¿Qué es el cierre de una gestalt? Es cierre de una gestalt es ir cerrando situaciones emocionales. A veces tenemos una situación emocional con una persona que no hemos cerrado, abierta la situación. Tenemos otra situación emocional con otra persona. Tenemos situaciones emocionales abiertas en el liderazgo, en la casa, en el trabajo.
¿Qué pasa entonces si no las cerramos? Si no le damos una finalización, un cierre adecuado. La energía que gastamos en ello es mucha, entonces estamos candados. Es exactamente como cuando tenemos cosas que no hemos terminado. Tengo una costura sin terminar, una carta sin terminar, un libro sin leer. La casa empiezo a barrer la cocina y la dejo sin terminar y me paso y barro la sala y la dejo sin terminar, quedó toda la casa sin terminar. El closet a la mitad, todo eso da confusión e igual es en lo emocional. Entonces cuando tenemos gestalt sin cerrar no podemos tener relaciones saludables.
Luego tenemos que aprender a caminar en los círculos de rechazo. Hay que saber si uno ya está sanado cien por ciento del rechazo. Puede ser que nos llevemos la sorpresa que no. Todavía me molesta que no me saluden, no hemos cerrado todavía el circulo del rechazo. Todavía me molesta que no me inviten. No hemos cerrado todavía el círculo del rechazo. Todavía estamos tomando ciertas situaciones como rechazos personales. Y cuando caminamos en círculos de rechazo: a mi me rechazan, yo empiezo a rechazar y tenemos entonces un liderazgo en un equipo en todos medio nos manejamos con cierto rechazo y no llegamos a ningún lado.
Luego, acá tenemos que tener con mucha claridad el nivel del manejo de aceptación. Ya vimos el manejo del dolor, los conflictos no resueltos, el cierre del gestalt, los círculos de rechazo y yo tengo que tener como está mi nivel de aceptación. De repente yo estoy como el de la figura y me miro en el espejo como que tengo un concepto un poquito elevadito del asunto. Y si yo me creo más, en mi país dicen ‘la mamá de los pollitos’ yo voy a ver a los demás para abajo.
Mi posición existencial va a ser ‘yo estoy bien, pero ustedes…’. Y si por el contrario yo tengo complejos del famoso complejo de inferioridad, que me creo menos, que me creo tonta, que no me creo capaz. Que en realidad es lo mismo que el de superioridad solo que con una manifestación diferente. Dios nos quiere que nos veamos ni más ni menos. Dios quiere que nos veamos exactamente como Él nos ve. Y Él es el mejor reflejo. Preguntarle a Él es verme con mis habilidades, mis cosas buenas, mis fortalezas y mis debilidades, ¿para qué? Para entregárselas a Él y que no afecten el liderazgo.
Cuando yo no tengo una buena imagen de mi misma, ¿qué va a pasar? Yo no voy a pedir ayuda porque si me siento muy poca cosa no merezco la ayuda, si me siento mucho no la necesito. Un líder hay momento que tiene que pedir ayuda. Hay momentos en que el líder tiene que aprender, tiene que reconocer que comete errores. Porque todos cometemos errores. Todos fallamos. El problema no es fallar, el problema es no corregir el fallo y no aprender.
Y podemos aprender de los que están más arriba que nosotros, de los que están al mismo nivel y de los que tenemos a nuestro cargo. De todos podemos aprender, siempre y cuando tengamos un espíritu abierto a aprender. Muy bien. Y aquí viene algo sumamente importante: como está mi madurez emocional. Yo puedo tener los años que tengo, no se los repito, y tener una madurez emocional muchos años atrás. Saber mi nivel de madurez emocional es importante. Ahora ¿cómo yo la conozco? Yo tengo que saber que tengo emociones.
A veces creemos que porque somos muy espirituales tenemos muchas revelaciones, Dios nos habla mucho ¡qué lindo! ¡Qué hermoso! Pero eso no quita que aún tenemos emociones y tenemos que aceptarlo. ¿Para qué? Para que Dios nos ayude a manejarlas. Si no lo reconocemos no podemos entregárselas a diario y pedirle ayuda para manejar las emociones. Las emociones van a influir en nuestras relaciones. Como líder tenemos que decidir que tipo de liderazgo quiero tener. Quiero tener un liderazgo emocional en el que dejo fluir mis emociones o quiero tener un liderazgo espiritual donde las manifestaciones del fruto del Espíritu se van a ver.
Porque las manifestaciones del fruto del Espíritu son relaciones: bondad, gozo, amor, paz, mansedumbre, paciencia son relaciones. Así de sencillo. Yo tengo que saber que tipo de liderazgo tengo y que tipo de liderazgo quiero tener. Ahora bien. Hay una emoción básica. Todos tenemos mínimo una emoción básica. A veces tenemos dos o más. ¿Qué es una emoción básica? Una emoción básica es aquella emoción que venimos manejando fuertemente desde la infancia. Todos de alguna manera hemos tenido situaciones traumáticas.
Todos, de una u otra forma. Si no las hemos tenido reales las hemos tenido en la cabeza. Pero las hemos tenido. Cuando una situación traumática, cuando hay un dolor, cuando hay algo que no podemos manejar, que no sabemos como responder hay emociones. Y esa emoción si no la aprendemos a manejar va perdurando durante la adultez. Entonces es la emoción o las emociones que ahora me cuesta manejar. Generalmente, las mujeres la emoción que nos cuesta manejar es la ira.
No nos enseñaron a manejarla y generalmente la reprimimos en la infancia y ahora venimos manejando mal la ira. ¿Qué pasa con un líder que no reconoce que es su emoción básica y no la maneja? Va a gritar a todos, enfrente de todos y nadie quiere estar cerca de un líder que grita. Nada quiere estar cerca de una mamá gritona, nadie quiere estar cerca de una esposa gritona, de una esposa enojona o de un líder enojón. ¿Por qué? Porque no hemos reconocido nuestra emoción básica.
Entonces puede ser que la estemos reprimiendo y reprimiendo y de repente una cosita nos conecta con eso y “¡fum!” estallamos, como la olla. ¿No han visto las ollas esas, Presto creo que se llaman? Yo de cocina no se así que no se si son Rinaweb o esto. Entonces las ollas ¡fum! Estallan. Así estallamos a veces y si no vamos reprimiendo y reprimiendo las emociones y llegamos a la depresión. A veces la emoción que no podemos manejar es la ansiedad. Por eso compre el CD.
Pero tenemos que reconocer cual es esa emoción que venimos manejando mal. Y no me diga que no tiene ninguna porque ¿sabe cuantas emociones hay? 180 emociones y a veces hay un día de paz pero a veces las 180 emociones se acuerdan en el día y es ese uno de esos días tormentosos que usted pasó por todos los estados emocionales y en la noche solo se tira en la cama porque ya no puede más. 180 emociones, ¿se da cuenta? Y a veces decimos “no yo no tengo que manejar ninguna”. Mentira. Si somos humanos, yo hasta creo que son más de 180, fíjese. Todavía le estoy quitando algunas.
Otra cosa que hay que reconocer son los disparadores emocionales. ¿Qué es un disparador emocional? Esos nunca los identificamos. ¿Sabe cuales son? Son esas palabritas, esos gestos, ese tonito de voz que cuando alguien nos lo dice rápidamente saltamos o nos defendemos. Yo se cuales son mis dos disparadores emocionales. Mire, estoy pidiéndole al Señor que siga trabajando en eso porque de repente son dos palabritas que me dicen y yo como que ‘pongo freno’. ¡Ay, Señor! Son los disparadores, ¿verdad?
Pero si no sabemos cuales son los disparadores, vamos a reaccionar y le vamos a echar la culpa al otro y no es la culpa del otro. Son mis reacciones, es lo que yo no he manejado que se dispara con las palabras del otro. A veces es un gesto, a veces solo basta que alguien nos haga “así” y saltamos, ¿verdad? “Este me dio mal”. Hay que conocer y un líder tiene que conocer cuales son sus disparadores emocionales, todos los tenemos. Y tenemos que reconocerlos para entregárselos a Dios.
Tenemos también que conocer cuales son nuestros estados anímicos. ¿Qué son los estados anímicos? Son esas tendencias a estar de cierta manera emocional y a veces no sabemos ni por que. ‘¡Ay! Es que hoy me siento, no se como… melancólica, triste, animadísima’. Son estados emocionales aprendidos muchas veces de la infancia. Patrones emocionales que venimos aprendiendo. Yo he tenido que luchar mucho con la ansiedad porque yo aprendí ese patrón emocional.
En mi casa siempre se manejaba la ansiedad, pero…. Sinónimo de responsabilidad. Entonces cuando yo llegué al Señor y me decían que echara toda la ansiedad sobre el Señor, yo dije “bueno, esto no es responsable, pues”. No es así la cosa. Lo que pasa es que pasa es que tenemos que aprender a manejar esas emociones pero tenemos que identificar esos estados emocionales aprendidos. Fíjese que a veces yo me empezaba a sentir ansiosa y no había razón. Tenía que decir ‘Olga, calma. Tranquila, tranquila. Come despacio, no vas a ningún lado. No te están quitando la comida’ y así.
Y yo sola calmarme, ¿por qué? Porque tenía un patrón aprendido de estar con ansiedad y con estados anímicos que no son los adecuados. ¿Qué son las emociones? Las emociones, pues son agitaciones internas producidas por situaciones externas a veces producidas por ideas, a veces producidas por recuerdos que nos van a dar una conmoción física que va a ser más o menos evidente. La mayoría de nosotros demostramos las emociones. Creemos que no, pero las demostramos: con los gestos, con la cara, con los ademanes, de alguna manera demostramos las 180 emociones.
Tengo que tener conocimiento de los conflictos del yo. O sea del ego. El ego es lo que me identifica como persona. Hermana, ¿yo tener ego? Ya no, si yo ya estoy crucificada. No lo creo. Todavía hay mucho de eso. Lo que pasa es que no lo veo porque son lo que se llaman los puntos ciegos. ¿Sabe que es un punto ciego cuando usted va manejando? Usted va manejando y mira para atrás y ve los carros que vienen pero hay un punto que usted que por más que haga así y se tuerza ya no mira y ¡zas! Le dan en el carro. Eses es el punto ciego. El punto que uno ya no ve.
¿Quiénes conocen nuestros puntos ciegos? Los que viven con nosotros, nuestro equipo de liderazgo y nosotros conocemos los puntos ciegos de nuestro equipo. Porque para conocer los puntos ciegos del otro, los puntos ciegos míos y que ni me los digan porque me enojo. Criticones que son. El egoísmo. Va junto con el orgullo. ¿Cómo miro yo si tengo orgullo? Yo hago, yo vuelvo, yo dirijo, yo esto, yo el otro y yo, yo, yo. Y cuando alguien es “yo” ¡ay! Que fácil verlo pero cuando yo soy no lo veo. Lo veo muy normal, pero en realidad voy a preguntarle al Señor si no realmente hay todavía esto de esto que van combinados.
Mire, la vanagloria. Creerme insustituible. No lo soy. Favor que me hace el Señor con usarme. Pero si yo me creo que el líder es insustituible… La altivez también es colocarme en una posición más arriba que los demás y a veces en el liderazgo –estamos hablando acá mas o menos de los liderazgos de mandos medios- aún de mandos medios a veces nos volvemos un poquito…. Y no nos damos cuenta. ¿Por qué? La altivez no la vemos pero cuando alguien nos la dice pues debemos llevarla delante del Señor para ver si es cierto.
Y la prepotencia, también. ‘Solo yo hago las cosas bien. Si se la doy a otro las va a hacer mal’. Mejor las hago yo. Tengo que enseñar a los que están conmigo, a mi equipo a que las hagan bien. ¿No las hicieron bien la primera? Tengo que enseñarle la segunda porque hay una cosa que usted necesita como líder: paciencia. Mire, la carrera más rápida es la de uno solito. Llega más rápido. Como no podemos ir solitos hay que tener paciencia.
Luego yo tengo que conocer, y esto es bien importante, mis estados mentales o sea los mecanismos de defensa. Repetirlos como yo se los voy a repetir ahorita es bonito, evidenciarlos en mi vida es difícil porque ya los he hecho propios, ya son míos, ya se volvieron parte de mí y tengo que dejar que Dios me los quite. Si Dios no nos quita los mecanismos de defensa, si no se los entregamos a diario vamos a seguir caminando en ellos y no vamos a crecer. No vamos a madurar emocionalmente, no vamos a tener aprendizaje, no vamos a ser enseñables.
Y ¿Cuáles son? La negación. Negamos lo que sentimos. ‘¿Te enojaste con lo que te dije?’ ‘No, si yo soy cristiana, ¿Cómo me voy a enojar?’ ‘Es tan colega conmigo ¿Cómo va a hacer eso? De ninguna manera’. La represión: yo introduzco las emociones y las guardo ahí adentro como una gavetita y de repente se ha fijado que en las gavetas usted mete y mete cositas y de repente un papelito y ya la gaveta no cerró. Y usted empuja y la gaveta ya no cierra. Igual es eso. Acumule cosas adentro y usted va a vivir cansada, confusa y de repente estallamos.
¿Por qué? Porque todo se lo guarda. Estamos equivocando el guardarnos todo con la bondad y la mansedumbre. Esas son manifestaciones del fruto del Espíritu reales. Esto es guardarse lo que siente: ‘estoy bien brava y me lo guardo’. Es otra cosa. Desplazamiento: usted está en su casa bien molesta con sus hijos y viene aquí y remata con los de su equipo. ‘¿Y a esta que le pasó?’ O al revés: nos enojamos con alguien al que no le podemos decir nada y vamos a la casa a ver quien nos las paga. Y ¿dígame si no funcionamos a veces así?
‘Pero mamá ¿Qué te pasa? Y entramos regañando a todos y por todo. Lo que usted ayer no regañó porque dejaron los escarpines tirados hoy se pone furiosa y regaña. Pero no son los calcetines los que nos tienen brava. Son otras cosas que no pudimos manejar. Y vivimos haciendo estas cosas muchas veces. La regresión: el líder o la persona del equipo que de repente Dios ‘me dijo que me fuera’. Pero hay veces que Dios no nos dice es que yo ya no quiero seguir en el asunto y que asumo una conducta infantil y todos saben que es el cuerpo que está peleando porque algo no le gustó y el único engañado es uno.
¿Por qué? Porque estos mecanismos de defensa son inconscientes. No son conscientes y a no ser que permitamos que el Espíritu Santo penetre a profundidad en el inconsciente, en el subconsciente y rompa todas estas cosas que traemos de la infancia, del pasado, vamos a seguir caminando engañadas. ‘¿Por qué se fue de la iglesia?’ ‘¡Ah! Es que no me gusta esto’ pero la hermana se fue, esa es la realidad. Formación reactiva: algo negativo lo convertimos en lo contrario. Entonces a veces aparecemos ‘hermanita linda, preciosa’ y usted sabe que en el fondo no es ni hermanita linda ni preciosa.
La mira con el tono de voz. Porque nos volvemos… ‘Si mi linda’ pero es un “Sí mi linda” que no es ni linda aparte de alguien que lo dice con sinceridad pero yo tengo discernimiento para saber cuando nos están diciendo de verdad o no. Y la gente no sabe que está haciendo eso porque inconscientemente está usando esos mecanismos para no decir y confrontar con lo que se siente y manejarlo.
Aislamiento: fíjese que a veces aislamos la parte emocional de la parte mental y entonces hablamos las cosas como que somos un palo, sin emoción. ¿Por qué? Porque el corazón se ha endurecido. Y mucha gente de la que viene al conocimiento del Señor viene así con las emociones aisladas porque son tan dolorosas, le han pasado tantas cosas en su vida que las ha tenido que aislar. Y cuando usted la trata de ministrar parece que no entra la ministración. Y usted trata y trata y parece como que hay un palo adentro, una dureza de corazón.
Y eso tiene que irse rompiendo poco a poco, con amor, con entendimiento, con dulzura, con palabras nobles, con comprensión, con paciencia y todo es trabajo que nos toca a nosotros con las personas. Luego tenemos la racionalización o justificación. Esa todas la usamos: ‘porque vino tarde’; ‘fíjese’, ‘fíjese’. Vinimos tarde porque salimos tarde. Y va la media verdad y la media mentira: porque en parte es cierta y en parte no. Pero para Dios o es verdad o es mentira. ‘Hermana, ¿verdad que usted estuvo orando por mi, intercediendo?’ ‘Claro que sí mi hermana’ y por dentro ‘¡qué pena, nunca oré!’. Que bueno que Dios ya le contestó.
Proyección: yo proyecto en otro lo que yo siento. En ese grupo donde estoy ninguno es amoroso. Me voy a otro ministerio, pero tampoco son amorosos y me voy a otro y resulta que tampoco. Entonces ¿toda la iglesia no es amorosa? ¿Quién será la que no es amorosa? Yo. Identificación proyectiva: yo me identifico tanto con ciertas actitudes de otra persona que si es en negativo pues me contamino y si es en positivo empiezo a actuar igual que la persona a vestirme igual que la persona y mucha veces ni siquiera me doy cuenta.
De repente, yo me visto igual que la líder, igual que la que dirige el grupo. ¿Por qué? Porque estoy usando este mecanismo. Dios nos ha hecho individuales, diferentes, únicos. Entonces esto es bien importante. Mire. Que todos los días vayamos delante de Dios y le preguntemos en toda situación difícil ‘Señor ¿qué mecanismos de estos estoy usando?’ No cuales usa el otro o la otra, ¿Cuáles uso yo? Yo se cuales son los que uso y estoy dejando que el Señor trabaje. Todavía tengo que partes que vamos caminando. No somos perfectas de ninguna manera. Yo se cuales uso.
Y hay que tener cuidado en eso y permitir que Dios entre a las capas profundas de nuestra personalidad. Que entre al inconsciente y al subconsciente. Eso es cuestión de pedírselo todos los días. Mire, engañoso es el corazón, mas que todas las cosas y por algo es escribista decía “Escudriña, ¡Oh, Dios! Mi corazón. Pruébame. Muéstrame que hay de malo en ello y enséñame el camino correcto” Y escudriñar es meter hasta el fondo, es entrar al consciente, subconsciente y el inconsciente.
Luego la vuelta contra si mismo. Esto es la persona que por la culpa empieza a auto agredirse. Y fíjese que este mecanismo a veces nosotros decimos “Bueno nosotros como cristianos ya no nos auto agredimos”. Fíjese que sí, no nos cuidamos ni físicamente muchas veces, ni emocionalmente ni espiritualmente. A veces es una forma de auto agredirnos. ‘Hermana, mire, usted lo que tiene que hacer es esto, esto y esto’ y van y no lo hacen.
¿Quién se está auto agrediendo? Uno. O si no: ‘Hermana tómese esta pastilla cuando el médico le mandó una pastilla’ y no la tomamos cuando nos dijeron. ¿Cómo nos queremos curar? O nos dice lo que hay que hacer y no lo hacemos. Entonces tenemos que preguntarle a Dios que mecanismos de estos estamos usando. En un equipo de trabajo yo voy a tener una personalidad y mi equipo va a tener otras personalidades. Y ahí viene la situación problemática. ‘Yo quiero que todos piensen como yo’, ‘Yo quiero que todos actúen como yo creo que deben de actuar’.
Y resulta que yo voy a tener una gama de personalidades y por ejemplo aquí podemos ver el que está siempre alegre. En ciertas clasificaciones le llaman el sanguíneo, otras le llaman el festivo, diferentes maneras. Pero es la persona que le gusta exhibirse, que siempre está contenta y siempre quiere exhibirse. Y ¿qué nos pasa? A veces decimos “el show es lo que le gusta”, “lucirse es lo que le gusta”. Es su personalidad y la podemos usar en algo que le gusta si eso lo hace bien.
Tiene buen contacto con la gente por lo que estar en la puerta es bueno para ella porque saluda a todos y se goza con todos. Y los saluda y los abraza y los hace sentirse bienvenidos. Pues, ¡que bueno! A veces tenemos otra personalidad. Podemos tener el que es muy serio. El que es muy serio va a decir ‘¡Uy! Tanta abrazadera, ¡eso no!’ ¿Por qué? Porque no es así. Simple y sencillamente lo que le gusta es estar pensando, analizando, viendo detalles. Yo no quiero saber cuantos abrazos dieron, yo quiero saber cuanto dinero entró. Son los contadores. Son los que llevan las finanzas porque esas personas son meticulosas y entonces ellos lo que necesitan son detalles.
Entonces sepamos que hay personas con personalidades así en nuestro grupo y que tenemos que usarlas correctamente. Podemos tenemos al que se llama el colérico o que se puede llamar también agresivo o que se llama emprendedor. Es aquel que lo que quiere es acción. Entonces a él démosle retos. Es que lo quiere hacer todo, ¡ah! Demoledle ya bastantes cosas. Le gusta estar haciendo cosas porque lo que le gusta es el reto. Él lo que quiere es: hagamos. En cambio podemos tener al –que en algunos lugares se llama- flemático, en otras clasificaciones pacifico.
Esta persona pregunta ‘¿Y cuál es la prisa?’ ‘¿Pero para qué estamos corriendo?’ Es calmado. Y el líder a veces quiere que el flemático vaya al ruido. Imagínese un colérico de líder y todos los que tiene son flemáticos. Los otros pobres no le pueden seguir el paso. Y en cada equipo tenemos que reconocer cual es la personalidad del equipo completo para manejarla, como se integran las personalidades y que está predominando. Porque imagínese donde tenemos un liderazgo donde todos somos sanguíneos. Todos viven felices, todos empiezan todo, nadie termina nada, después están las reuniones pero nunca llegamos a la meta.
Imagínese que nuestro equipo es de todos de coléricos. Pues, vamos a un ritmo muy fuerte y si todos somos serios, imagínese un equipo solo detalles, como que lo pensamos tanto que no hacemos nada porque demasiados detalles, demasiada planificación y nunca logramos hacer nada. Usted tiene que tener un equipo donde haya de todo para combinarnos, para balancearnos y yo como líder tengo que conocer mi personalidad y tener cerca de mi personas que me complementen y tengo que entender que no las puedo hacer igual a mi.
Me tienen que complementar. No quererlas cambiar y que todos nos volvamos iguales. Muy bien. Ahora vamos a entrar un poquito al manejo de las personas difíciles. Me voy un poquito rápido por razones de tiempo. Pero vamos a ver el manejo de las personas difíciles. Recordemos a la hora de manejar una persona difícil que lo que tenemos que manejar es la relación. Lo que hay que cambiar es la relación, lo que hay que encontrar es la manera de caminar con la persona persona difícil. Si yo la quiero cambiar me voy a pasar la vida entera cambiándola. La persona va a cambiar al ritmo que ella deje, con el Señor.
Primero vamos a tener aquí la palabra de Dios. Miren aquí la palabra de Dios dice que “vivamos en paz”. Vamos a tener al negativo. Como que en un grupo a todo lo que usted dice, dice “no se puede”. Aquí hay tres elementos que usted va a tener que usar en todas las personas difíciles que tenga que manejar en su casa o en el liderazgo o donde sea. Y el primero de ellos es: Reconozca al negativo interior. Todos tenemos algo de negativo: ‘¡Ah, no! Yo no’. Todos tenemos algo de negativo. En otro lo vemos fácil, pero todos tenemos algo de negativo.
Segundo: Acepte a la persona como es. Dios nos acepta como somos y en base de esta aceptación nos empieza a transformar. Tercero, estas tres cosas, mire, van para todo: Ore por la persona. A veces se nos va en criticarla y no en orar por ella. Especialmente cuando se vaya a juntar con él, ore para que usted pueda relacionarse bien con la persona negativa. ¿Qué hacer con una persona negativa en el grupo? Por favor no discuta con el negativo. El negativo dice que no y usted que sí. ¿Sabe que haga? Acepte el negativismo pero dígale que hay alternativas.
Le puede decir algo así como “Está bien, entiendo que no quiera que hagamos ese proyecto porque hay muchas cosas difíciles. Es cierto. Pero también hay alternativas que yo quisiera probar. Si en el camino vemos que las cosas que usted dice no se pueden solucionar buscaremos otras maneras”. Entonces usted sigue adelante con su grupo, no entró en discordia con el negativo pero tampoco dejó que el negativo le quite el impulso de caminar adelante. ¿Por qué razón? Porque el negativo lo que le pasa es que siente que no tiene el control de las cosas.
Le da miedo fracasar, le da miedo lo miedo. Entonces ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a fracasar? El no hacer nada. ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a correr riesgos? Pues no hace nada. ¿Por qué? Porque le teme a eso. Entonces si reconocemos al negativo interno y entendemos que le pasa al negativo vamos a poder relacionarnos con él aunque siga siendo negativo pero no nos va a detener. Luego tenemos a uno que no nos gusta para nada: el criticón. Mire ese todo el tiempo se queja, todo el tiempo aconseja sin que usted se lo pida.
Ahora todos tenemos un criticón interior. Dígame si no. ¿Nunca ha criticado? ¿Nunca ha dado consejos sin que se lo pidan? A cada rato: ‘Yo que tú haría’. Pero usted no es la otra persona. Ni le están pidiendo consejo ni le están oyendo tampoco. Y lo mismo, ore y acepte al criticón. Ahora bien. Cuando viene la crítica tenemos que diferenciar varios aspectos. Uno es ver de donde procede la crítica. Hay críticas que proceden de personas que valen la pena oír y hay criticas de personas que usted dice todo el tiempo ‘está en las mismas criticando’.
Hay críticas que no vale la pena oír y que hay que detener. Entonces nosotros tenemos que diferenciar: que críticas sí oír, que criticas no oír. Cuando alguien venga con la crítica escuchemos y llevémosla delante del Señor y veamos cual es la perspectiva de Dios. Puede ser que Dios diga ‘Sí, oye la crítica y corrige ese error’. Puede ser que Dios diga ‘No, no tienes ese problema’. Pero oigamos, veamos la perspectiva de Dios para la crítica.
La otra cosa que hay que ver es el número de los criticones. Fíjense que los criticones a veces hablan tan fuerte y son tan seguido lo que critican que parece que fueran muchos y a lo mejor son dos. Y uno dice ‘Es que todos me critican’. Veamos las cosas despacio. ¿Quiénes son todos? ¡Ah! Fulanita y ¿quién más? Zutanita y ¿Quién más? Menganita. Pero fácil decimos ‘todo el grupo me critica’. ¡No! Hay que ver cuantos son. Fíjese que a Jesús las cosas que le criticaron eran fuertes pero no eran muchas. ¿Por qué razón? Porque en realidad a veces no son muchos los que nos critican, a veces son pocos y entonces tenemos que tener ese cuidado.
Tenemos que evitar la triangulación. La triangulación es cuando la crítica empieza a correr y a correr y no se arregla para nada y tenemos ya una situación de crítica dentro del grupo. Y también en la crítica hay que ver los puntos débiles. Fíjese que así como los disparadores son palabras o gestos que nos llevan a reacciones, en la crítica hay veces que usted mira venir la crítica, mira venir una palabra y sabe que viene al punto que le duele. Usted la mira venir y sabe que le van a dar en el mero corazón ¿verdad? Y entonces antes nos ponemos defensivos.
Cuando viene la crítica ya no la oímos y empezamos a atacar. Tenemos que conocer los puntos débiles. Y lo pensamos y decimos ‘ya se por donde viene’. Ya empieza la defensa. Que Dios nos ayude para recibir las críticas que debemos de recibir y dejar a un lado las que no debemos de tomar y que no nos detenga la crítica. Porque le voy a decir algo: si usted es líder espere la crítica. Espérela de una vez, porque va a venir. Y si no viene es porque usted no está haciendo nada. Entonces ¡que bueno que venga!
El antagónico es aquel que pelea hasta con su sombra. ¿Ha visto que hay gente que pelea hasta con su sombra? Y de repente le sale en su grupo uno así. ¿Qué hace usted? ¿Qué hace con un antagónico? Con el antagónico hay que trabajarlo preventivamente. ¿Cómo se trabaja el antagónico preventivamente? Primero reconozca al antagónico interior. Todos tenemos un poquito. Acepte al antagónico y ore por él. Esto va con todas las personalidades. ¿Cómo puedo yo manejar el antagonismo para que no me ocasione problema en mi grupo?
Yo tengo que seguir todo lo establecido. Cuando yo soy líder, hay normas, hay reglamentos. Si yo los sigo, yo le quito oportunidad al antagónico. El antagónico tiene campo cuando yo no sigo los reglamentos. La otra cosa que tengo yo que hacer es darle toda la información por escrito. Darle todo con detalles y dárselo por escrito y darle las cosas anticipadamente. Con eso yo estoy manejando a un antagónico en el grupo. No le estoy dando el espacio para que trabaje su antagonismo y tengo que buscar también cierta distancia.
Recuérdese que en la mañana hablamos de los límites y de cuando dejar la intimidad y cuando no. El antagónico no puede tenerse muy muy cerca. Tiene que haber una cierta distancia en el manejo. El antagónico si usted lo aconseja o lo manda a consejería no va a funcionar. El antagónico también se detiene un poquito aceptándolo tal como es cuando entre los líderes hay un frente unido. Los diferentes liderazgos tenemos que estar unidos. Eso nos ayuda bastante. Y ahora tenemos a otro que usted conoce muy bien: el chismoso.
Todas tenemos algo de chismocitas. No nos gusta pero nos entretiene. Esparce rumores y divulga secretos. Cuando oiga que alguien está chismeando, córtelo. Porque nosotros decidimos el rumbo del chisme. ‘Contame más’, ‘Pero que más’ y ahí se va el chisme. Si usted deja que en su equipo de trabajo se meta el chisme, no vamos a tener relaciones saludables. Entonces tenemos que detener el chisme. No podemos entrar en controversia sino que simple y sencillamente podemos detenerlo diciéndole “No quiero oír mas de lo que estás diciendo”.
Y podemos decir algo bueno de esa persona. Con eso el chisme se detiene. El chisme es como el baile se necesitan dos. Y si usted lo detiene no hay chisme. Otra manera de evitar el chisme en nuestro grupo es: cuidemos nuestros comentarios. A veces se nos va la lengüita un poco, ¿verdad? Y como que hay que pedirle a Dios como que todos los días la sujete. Y mire, cuando hay un chisme que levantó alguien contra nosotros, un rumor que no es cierto. Pidámosle consuelo a Dios. Hay veces que podemos confrontar a la persona y podemos decirle ‘Mira estas diciendo esto, esto y esto de mi’ pero hay veces que no se puede.
Y que Dios nos de discernimiento porque hay gente que se crea sus propias mentiras y entonces se creen que lo que están diciendo es cierto y entonces ¿cómo les hace usted ver que no es cierto? Entonces que Dios nos de discernimiento para saber cuando hacerlo y cuando no. Y tenemos que crear un buen ambiente de trabajo que no tenga chismes y esto solo se logra cortándolo de raíz. Pero al líder le gusta el chismito eso se riega por todo el equipo.
¿Cuál es la razón básica? El chismoso quiere ser aceptado. El chismoso se siente superior porque tiene una información que los demás no tienen: ‘¿Ya supiste?’ y todos ‘¡Ay! ¿Qué es lo que tú sabes y nosotros no?’. Se colocó hasta arriba. Entonces que Dios nos ayude, pues, porque a veces las chismosas somos nosotras. Y tenemos aquí otro que no nos gusta que sea el controlador, dominante. Y si le aparece uno en su grupo tiene dificultades. El controlador dominante es invasor. Invade su campo todo el tiempo.
Reconozcamos que todos tenemos algo de controladorcitas. Si no que lo digan los hijos, ellos saben. Aceptémoslo y oremos por él. No luche por el control. El fuego no se apaga con fuego y a ver ¿Quién tiene el control en el grupo? ¡No! Lo que tenemos que hacer con el controlador es detenerlo. ¿Cómo lo vamos a detener? Mire, el controlador usted empieza a exponer y el controlador no la deja, se le adelanta y quiere exponer por usted. Pero si usted es el líder del grupo usted tiene que detenerlo y decirle ‘un momento estoy en el uso de la palabra’ y vuelve a repetir lo que estaba diciendo.
Y el controlador le vuelve a quitar la batuta y usted solo dígale ‘continuo en el uso de la palabra’ y siga diciendo lo que tiene que decir. No se deje quitar el lugar sin entrar en contienda. Porque si entra en contienda se vuelve problema. Pero sí, no permita. Dele alternativas, dígale: ‘en este momento yo estoy en el uso de la palabra. Después vas a hablar tú. Cuando yo termine tú vas a hablar’. Eso se llama la técnica del “disco rayado”. Si hay necesidad de volver a repetir lo que empezamos lo volvemos a repetir, pero no dejamos que el controlador nos quite lo que estamos exponiendo.
Porque cuando venimos a sentir es él el que tiene el grupo a su cargo, es el líder que le llaman el líder virtual: agarra las cosas y a nosotros si el Señor nos puso a nosotros nos dio el lugar y debemos mantenerlo sin entrar en contienda. Y ¿cuál es lo que le ofrece el controlador? Mire, debe ser vulnerable y por eso quiere tener el control. Si entendemos que todas estas personalidades difíciles tienen problemas de aceptación, problemas de valorización, problemas de manejar sus vidas emocionales vamos a entenderlos más. Vamos a llevarnos mejor con ellos y no los vamos a rechazar.
Y también tenemos el traicionero. Esto si es dos caras, ¿verdad? Usted sabe ya quien es. Todos, también, adentro tenemos un traicionerito por ahí. Ahora el traicionero rastrero, mire, sepa quien es. Y ponga usted algunas formas en su grupo de que su puede como se dice corrientemente curar en salud. Y si usted ve que hay alguien traicionando usted enfréntelo y hágale saber lo que está haciendo. Y si ve que está traicionando a alguien deténgalo. No lo puede dejar avanzar, sin entrar en conflicto pero si puede detenerlo. También aquí nos ayuda mucho la red de confianza y de unidad que tengamos entre los líderes.
Porque cuando venga alguien así, pues, nosotros estamos unidos. Tenemos una red de confianza entre si. Y ¿Qué le pasa al controlador? Tiene un sentimiento de impotencia y quiere controlándolo todo sentirse que las puede. El controlador siempre va a creer que sabe más que usted. Entonces por eso no la deja hablar, ni quiere que usted exponga. Él sí sabe y usted no. Se le detiene dándole alternativas para que después hable. Dándole después la opción pero usted toma su lugar. Tenemos también el competidor: cree que todo es superarnos unos a otros. No entremos en el juego. Nosotros tenemos nuestras metas que Dios nos ha dado.
No tenemos por que entrar en la competencia a ver quien lo hace mejor. ¡No! Usted tiene sus metas, llévelas como Dios se las ha dado, no entre en el juego. Y el competidor fácilmente puede ser una persona con un poquito de envidia. Orémosle al Señor, que el Señor nos de la cautela para esto y sigamos con nuestras propias metas. El competidor también es inseguro. Estas personalidades difíciles, que esperamos no sean las nuestras ¿verdad? Porque si nosotros somos el líder y tenemos esto pues también hay que trabajar. Y finalmente ya para terminando ¿Cómo manejar lo que los demás piensan de mi?
No gastemos la energía en esto. El único que nos debe interesar que piensa de nosotros es Dios. No finjamos que somos perfectos. Si la gente ve que tenemos errores, tenemos errores. Si la gente ve que cometimos un error arreglémoslo pero no tenemos que fingir que todo es maravilloso, que todo es perfecto. No es así y no podemos complacer a todos. Siempre va a haber alguien que no está complacido. Y algo que nos puede ayudar mucho, mire, es el consejo. La multitud de consejos siempre es buena. El consejo es bueno.
Y veamos también si de repente tenemos una persona que no habla dentro del equipo. Aquí lo mejor es usar lo que se llama la psicología invertida o si usted tiene un hijo que no habla use la psicología invertida. Le puede decir: “Se que tienes algo que decir. Respeto tu silencio. Cuando tengas tiempo me lo dices, cuando quieras me lo dices”. Le quitamos un poquito la presión y al quitarle la presión va a empezar a hablar. Pero eso sí tengamos cuidado que cuando logremos que hable escuchémoslo.
Porque de repente por timidez, por temor, por las razones que sean no habla y cuando habla no lo escuchamos o rapidito le decimos ‘No, no es así’. Ya no vuelve a hablar. Porque a veces la gente en los grupos toma esa actitud: ‘No vuelvo a decir nada’. Y nos quedamos con esa actitud de ‘No vuelvo a decir nada’. Entonces aprendamos a usar la psicología de invertir en esos momentos para que cambie la presión, o hacerle preguntas como ‘Dime que te pareció tal cosa’ pero tratando de que no solo diga sí o no; sino que tenga que dar una descripción de las cosas. Esto también ayuda.
Y ya finalmente ¿Cuáles son las actitudes a tomar en el manejo de las personas difíciles? Mire si no tenemos humildad, si no estamos determinadas a llevarnos bien con ellos a pesar de la forma que son porque nunca vamos a tener un equipo perfecto. Si usted espera ser un líder con un equipo que todas las personalidades son ajustadas, lindas, preciosas, quizás el primero que se tendría que ir sería uno mismo como líder. ¿Verdad?
Entonces aceptémoslos. Dios nos acepta a nosotros. Ayudémoslos, crezcamos junto con ellos, busquemos la manera de relacionarnos y tengamos esperanza que Dios nos va a ayudar. ¿Por qué razón? Porque los fuertes en la fe debemos ayudar a los más débiles. Y el líder, una de las razones por las que está puesto, es porque es más fuerte que nadie. Así que yo es que le quiero pedir que usted se ponga de pie. Vamos a orar.
Padre te damos gracias en esta tarde porque Tú nos has ayudado a reflexionar de muchas cosas que hay adentro de nosotros. Padre amado a veces cuando vemos tanta cosa que tenemos que cambiar, cuanta cosa en la que tenemos que mejorar, Padre a veces pensamos que nunca lo vamos a lograr. Que es tanto y que es mucha la demanda que hay sobre nosotros en el puesto que Tú nos has puesto de liderazgo, o es mucha la demanda que Tú nos has puesto como líderes en nuestra casa Padre.
Pero sabemos que cuando Tú nos das una posición de padres, de madres, de madres espirituales en la iglesia, de líderes en la iglesia Tú no nos dejas solas. Que Tu palabra dice que siempre estarás con nosotros y que Tú nos ayudarás y que Tú nos consolarás y que Tú eres el que nos lleva de gloria en gloria. Sabemos que la transformación de todas estas cosas no se va a llevar de un día para otro. Sabemos que todo esto es un proceso pero lo que sí pedimos, venimos a pedirte en esta tarde Señor Jesús es que nosotros podamos ver las áreas que tenemos que someter a Ti todavía.
Las áreas de todo esto que estamos viendo Padre que todavía necesitan ser mejoradas. Gracias por enseñárnoslas, Padre. Porque sólo conociéndolas te las podemos entregar a Ti Yo les quiero pedir a ustedes, si usted tiene un área en la que tiene que ser trabajada por Dios en cada una de estas cosas yo le voy a pedir que venga aquí enfrente con toda sencillez, con toda sencillez para Dios empiece a trabajar en cada una de estas áreas.
Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 2
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Vamos a seguir con nuestra enseñanza. Había una vez un hombre sentado a la orilla del camino, pasó un viajero y le dijo “Óigame, dígame ¿como son las personas que viven en este lugar?” el hombre que estaba ahí sentado le dijo “¿Cómo son las personas? Excelentes”. Él le dijo “las personas de donde yo vengo son horribles, criticonas, chismosas”. “Bueno, le dijo, aquí no va a encontrar algo diferente. Son muy parecidas las personas”.
Siguió ahí sentado el hombre y al rato vino otro viajero y le hizo la misma pregunta “Óigame, ¿Cómo son las personas de este lugar? ¿Qué personas voy a encontrar?” “Dígame usted, ¿Cómo son las personas de donde usted viene?” “¡Ah! Yo vengo de un lugar donde las personas son bondadosas, lindas, preciosas, amables, encantadoras, dadivosas, confiables”. “Bueno, lo mismo va a encontrar aquí”. ¿Por qué razón?
Porque la forma en la que nosotros nos vemos, vamos a ver a los demás. Y como nosotros veamos a los demás así los vamos a tratar. Por eso es que un líder tiene que auto conocerse. Tiene que saber quien es, que piensa, que siente y en que nivel del camino va. Hay un engaño que consiste en que ‘yo creo que lo que se lo estoy viviendo’. ¿Qué pasa entonces? Yo creo que estoy hasta aquí.
De repente viene una crisis, viene una situación difícil y ¡ay! Sorpresa, como reaccioné. ¡Qué sorpresa! Vi que no estaba hasta aquí, estaba hasta aquí. ¿Por qué razón? Las crisis lo único que hacen, las situaciones difíciles lo único que hacen es evidenciar el nivel en donde estamos. No nos cambian de nivel, solo evidencian el nivel en el que estamos. Y las reacciones que tenemos pues van a evidenciar el nivel en el que yo estoy.
Así es que el auto conocerme, verme yo en un espejo y saber exactamente en donde estoy y no creer que porque se mucho estoy hasta arriba. Toda mujer tiene que tener un auto conocimiento. Eso es básico. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo. Como me veo yo, voy a ver a otros. Yo soy criticona, voy a ver a los criticones; soy bondadosa los voy a ver bondadosos. Ahí empiezan las relaciones de liderazgo, partiendo de cómo me veo yo a mi misma. Muy bien.
Yo tengo que tener conocimiento ¿en qué cosas? Yo tengo que saber en que nivel de restauración yo estoy. Porque todos vamos en niveles de restauración. Dios empieza a restaurar en nosotros áreas grandototas, aquellas que si no las restaura no podemos seguir adelante. Pero poco a poco la restauración es más fina. Nos deja pasar menos cosas. Entonces ¿en qué nivel de restauración yo estoy? Yo no he llegado a un nivel total.
Vamos a pasar toda la vida siendo restaurados. Vamos de gloria en gloria, de victoria en victoria pero no lo hemos alcanzado todo. Vamos camino a, y cada día tenemos que ser mejorados. Nuestro hombre interior tiene que crecer aunque el exterior se vaya desgastando. Yo tengo que saber como está la influencia del pasado en mi vida. Todos tenemos un pasado. Eclesiastés nos dice que “las cosas pasadas ya fueron y las que van a ser ya son”.
Pero yo tengo que saber como está mi influencia del pasado todavía manejando mi vida como líder. ¿Por qué razón? Porque de repente va a venir alguien y va a decir una cosita chiquitita y yo la sentí enorme. ¿Por qué razón? Hago de una pulga un elefante, ¿por qué razón? Porque se conectó con un área del pasado que todavía no había sido sanada. Y si yo la identifico y reconozco que una conexión del presente tocó el pasado y el pasado fue el que surgió, se lo voy a poder entregar a Dios y voy a ver sanada. ¡Que bueno que lo podemos evidenciar!
Pero tenemos que saber como voy con el pasado. Si usted es un líder, usted va a tener dolor. Y si es mamá va a tener dolor, y si es esposa va a tener dolor. Entonces tenemos que saber como estamos manejando el dolor. El dolor si no lo sabemos manejar puede ser devastador. Hay dolores que son profundos, que son intensos y tenemos que aprender a manejar el dolor en el liderazgo y el dolor personal para seguir caminando en el Señor.
El dolor no nos puede detener. Tenemos que aprender a manejarlo. Tenemos que pedir la ayuda que se necesite pero no dejar que el dolor nos detenga, que va a venir tarde o temprano a nuestra vida. A veces con más a veces con menos intensidad. Esto nos lleva también a los conflictos no resueltos. Los conflictos no resueltos son todas esas situaciones que nosotros no hemos hecho nada por resolver. Sí estamos de pleito pero no importa y seguimos caminando con el conflicto sin resolver.
Pero ¿qué pasa cuando tenemos muchos conflictos sin resolver? Al rato tenemos una carga encima con todos los conflictos que no tenemos resueltos. Dios no quiere que llevemos cargas. Tenemos que cerrar las gestalt. ¿Qué es el cierre de una gestalt? Es cierre de una gestalt es ir cerrando situaciones emocionales. A veces tenemos una situación emocional con una persona que no hemos cerrado, abierta la situación. Tenemos otra situación emocional con otra persona. Tenemos situaciones emocionales abiertas en el liderazgo, en la casa, en el trabajo.
¿Qué pasa entonces si no las cerramos? Si no le damos una finalización, un cierre adecuado. La energía que gastamos en ello es mucha, entonces estamos candados. Es exactamente como cuando tenemos cosas que no hemos terminado. Tengo una costura sin terminar, una carta sin terminar, un libro sin leer. La casa empiezo a barrer la cocina y la dejo sin terminar y me paso y barro la sala y la dejo sin terminar, quedó toda la casa sin terminar. El closet a la mitad, todo eso da confusión e igual es en lo emocional. Entonces cuando tenemos gestalt sin cerrar no podemos tener relaciones saludables.
Luego tenemos que aprender a caminar en los círculos de rechazo. Hay que saber si uno ya está sanado cien por ciento del rechazo. Puede ser que nos llevemos la sorpresa que no. Todavía me molesta que no me saluden, no hemos cerrado todavía el circulo del rechazo. Todavía me molesta que no me inviten. No hemos cerrado todavía el círculo del rechazo. Todavía estamos tomando ciertas situaciones como rechazos personales. Y cuando caminamos en círculos de rechazo: a mi me rechazan, yo empiezo a rechazar y tenemos entonces un liderazgo en un equipo en todos medio nos manejamos con cierto rechazo y no llegamos a ningún lado.
Luego, acá tenemos que tener con mucha claridad el nivel del manejo de aceptación. Ya vimos el manejo del dolor, los conflictos no resueltos, el cierre del gestalt, los círculos de rechazo y yo tengo que tener como está mi nivel de aceptación. De repente yo estoy como el de la figura y me miro en el espejo como que tengo un concepto un poquito elevadito del asunto. Y si yo me creo más, en mi país dicen ‘la mamá de los pollitos’ yo voy a ver a los demás para abajo.
Mi posición existencial va a ser ‘yo estoy bien, pero ustedes…’. Y si por el contrario yo tengo complejos del famoso complejo de inferioridad, que me creo menos, que me creo tonta, que no me creo capaz. Que en realidad es lo mismo que el de superioridad solo que con una manifestación diferente. Dios nos quiere que nos veamos ni más ni menos. Dios quiere que nos veamos exactamente como Él nos ve. Y Él es el mejor reflejo. Preguntarle a Él es verme con mis habilidades, mis cosas buenas, mis fortalezas y mis debilidades, ¿para qué? Para entregárselas a Él y que no afecten el liderazgo.
Cuando yo no tengo una buena imagen de mi misma, ¿qué va a pasar? Yo no voy a pedir ayuda porque si me siento muy poca cosa no merezco la ayuda, si me siento mucho no la necesito. Un líder hay momento que tiene que pedir ayuda. Hay momentos en que el líder tiene que aprender, tiene que reconocer que comete errores. Porque todos cometemos errores. Todos fallamos. El problema no es fallar, el problema es no corregir el fallo y no aprender.
Y podemos aprender de los que están más arriba que nosotros, de los que están al mismo nivel y de los que tenemos a nuestro cargo. De todos podemos aprender, siempre y cuando tengamos un espíritu abierto a aprender. Muy bien. Y aquí viene algo sumamente importante: como está mi madurez emocional. Yo puedo tener los años que tengo, no se los repito, y tener una madurez emocional muchos años atrás. Saber mi nivel de madurez emocional es importante. Ahora ¿cómo yo la conozco? Yo tengo que saber que tengo emociones.
A veces creemos que porque somos muy espirituales tenemos muchas revelaciones, Dios nos habla mucho ¡qué lindo! ¡Qué hermoso! Pero eso no quita que aún tenemos emociones y tenemos que aceptarlo. ¿Para qué? Para que Dios nos ayude a manejarlas. Si no lo reconocemos no podemos entregárselas a diario y pedirle ayuda para manejar las emociones. Las emociones van a influir en nuestras relaciones. Como líder tenemos que decidir que tipo de liderazgo quiero tener. Quiero tener un liderazgo emocional en el que dejo fluir mis emociones o quiero tener un liderazgo espiritual donde las manifestaciones del fruto del Espíritu se van a ver.
Porque las manifestaciones del fruto del Espíritu son relaciones: bondad, gozo, amor, paz, mansedumbre, paciencia son relaciones. Así de sencillo. Yo tengo que saber que tipo de liderazgo tengo y que tipo de liderazgo quiero tener. Ahora bien. Hay una emoción básica. Todos tenemos mínimo una emoción básica. A veces tenemos dos o más. ¿Qué es una emoción básica? Una emoción básica es aquella emoción que venimos manejando fuertemente desde la infancia. Todos de alguna manera hemos tenido situaciones traumáticas.
Todos, de una u otra forma. Si no las hemos tenido reales las hemos tenido en la cabeza. Pero las hemos tenido. Cuando una situación traumática, cuando hay un dolor, cuando hay algo que no podemos manejar, que no sabemos como responder hay emociones. Y esa emoción si no la aprendemos a manejar va perdurando durante la adultez. Entonces es la emoción o las emociones que ahora me cuesta manejar. Generalmente, las mujeres la emoción que nos cuesta manejar es la ira.
No nos enseñaron a manejarla y generalmente la reprimimos en la infancia y ahora venimos manejando mal la ira. ¿Qué pasa con un líder que no reconoce que es su emoción básica y no la maneja? Va a gritar a todos, enfrente de todos y nadie quiere estar cerca de un líder que grita. Nada quiere estar cerca de una mamá gritona, nadie quiere estar cerca de una esposa gritona, de una esposa enojona o de un líder enojón. ¿Por qué? Porque no hemos reconocido nuestra emoción básica.
Entonces puede ser que la estemos reprimiendo y reprimiendo y de repente una cosita nos conecta con eso y “¡fum!” estallamos, como la olla. ¿No han visto las ollas esas, Presto creo que se llaman? Yo de cocina no se así que no se si son Rinaweb o esto. Entonces las ollas ¡fum! Estallan. Así estallamos a veces y si no vamos reprimiendo y reprimiendo las emociones y llegamos a la depresión. A veces la emoción que no podemos manejar es la ansiedad. Por eso compre el CD.
Pero tenemos que reconocer cual es esa emoción que venimos manejando mal. Y no me diga que no tiene ninguna porque ¿sabe cuantas emociones hay? 180 emociones y a veces hay un día de paz pero a veces las 180 emociones se acuerdan en el día y es ese uno de esos días tormentosos que usted pasó por todos los estados emocionales y en la noche solo se tira en la cama porque ya no puede más. 180 emociones, ¿se da cuenta? Y a veces decimos “no yo no tengo que manejar ninguna”. Mentira. Si somos humanos, yo hasta creo que son más de 180, fíjese. Todavía le estoy quitando algunas.
Otra cosa que hay que reconocer son los disparadores emocionales. ¿Qué es un disparador emocional? Esos nunca los identificamos. ¿Sabe cuales son? Son esas palabritas, esos gestos, ese tonito de voz que cuando alguien nos lo dice rápidamente saltamos o nos defendemos. Yo se cuales son mis dos disparadores emocionales. Mire, estoy pidiéndole al Señor que siga trabajando en eso porque de repente son dos palabritas que me dicen y yo como que ‘pongo freno’. ¡Ay, Señor! Son los disparadores, ¿verdad?
Pero si no sabemos cuales son los disparadores, vamos a reaccionar y le vamos a echar la culpa al otro y no es la culpa del otro. Son mis reacciones, es lo que yo no he manejado que se dispara con las palabras del otro. A veces es un gesto, a veces solo basta que alguien nos haga “así” y saltamos, ¿verdad? “Este me dio mal”. Hay que conocer y un líder tiene que conocer cuales son sus disparadores emocionales, todos los tenemos. Y tenemos que reconocerlos para entregárselos a Dios.
Tenemos también que conocer cuales son nuestros estados anímicos. ¿Qué son los estados anímicos? Son esas tendencias a estar de cierta manera emocional y a veces no sabemos ni por que. ‘¡Ay! Es que hoy me siento, no se como… melancólica, triste, animadísima’. Son estados emocionales aprendidos muchas veces de la infancia. Patrones emocionales que venimos aprendiendo. Yo he tenido que luchar mucho con la ansiedad porque yo aprendí ese patrón emocional.
En mi casa siempre se manejaba la ansiedad, pero…. Sinónimo de responsabilidad. Entonces cuando yo llegué al Señor y me decían que echara toda la ansiedad sobre el Señor, yo dije “bueno, esto no es responsable, pues”. No es así la cosa. Lo que pasa es que pasa es que tenemos que aprender a manejar esas emociones pero tenemos que identificar esos estados emocionales aprendidos. Fíjese que a veces yo me empezaba a sentir ansiosa y no había razón. Tenía que decir ‘Olga, calma. Tranquila, tranquila. Come despacio, no vas a ningún lado. No te están quitando la comida’ y así.
Y yo sola calmarme, ¿por qué? Porque tenía un patrón aprendido de estar con ansiedad y con estados anímicos que no son los adecuados. ¿Qué son las emociones? Las emociones, pues son agitaciones internas producidas por situaciones externas a veces producidas por ideas, a veces producidas por recuerdos que nos van a dar una conmoción física que va a ser más o menos evidente. La mayoría de nosotros demostramos las emociones. Creemos que no, pero las demostramos: con los gestos, con la cara, con los ademanes, de alguna manera demostramos las 180 emociones.
Tengo que tener conocimiento de los conflictos del yo. O sea del ego. El ego es lo que me identifica como persona. Hermana, ¿yo tener ego? Ya no, si yo ya estoy crucificada. No lo creo. Todavía hay mucho de eso. Lo que pasa es que no lo veo porque son lo que se llaman los puntos ciegos. ¿Sabe que es un punto ciego cuando usted va manejando? Usted va manejando y mira para atrás y ve los carros que vienen pero hay un punto que usted que por más que haga así y se tuerza ya no mira y ¡zas! Le dan en el carro. Eses es el punto ciego. El punto que uno ya no ve.
¿Quiénes conocen nuestros puntos ciegos? Los que viven con nosotros, nuestro equipo de liderazgo y nosotros conocemos los puntos ciegos de nuestro equipo. Porque para conocer los puntos ciegos del otro, los puntos ciegos míos y que ni me los digan porque me enojo. Criticones que son. El egoísmo. Va junto con el orgullo. ¿Cómo miro yo si tengo orgullo? Yo hago, yo vuelvo, yo dirijo, yo esto, yo el otro y yo, yo, yo. Y cuando alguien es “yo” ¡ay! Que fácil verlo pero cuando yo soy no lo veo. Lo veo muy normal, pero en realidad voy a preguntarle al Señor si no realmente hay todavía esto de esto que van combinados.
Mire, la vanagloria. Creerme insustituible. No lo soy. Favor que me hace el Señor con usarme. Pero si yo me creo que el líder es insustituible… La altivez también es colocarme en una posición más arriba que los demás y a veces en el liderazgo –estamos hablando acá mas o menos de los liderazgos de mandos medios- aún de mandos medios a veces nos volvemos un poquito…. Y no nos damos cuenta. ¿Por qué? La altivez no la vemos pero cuando alguien nos la dice pues debemos llevarla delante del Señor para ver si es cierto.
Y la prepotencia, también. ‘Solo yo hago las cosas bien. Si se la doy a otro las va a hacer mal’. Mejor las hago yo. Tengo que enseñar a los que están conmigo, a mi equipo a que las hagan bien. ¿No las hicieron bien la primera? Tengo que enseñarle la segunda porque hay una cosa que usted necesita como líder: paciencia. Mire, la carrera más rápida es la de uno solito. Llega más rápido. Como no podemos ir solitos hay que tener paciencia.
Luego yo tengo que conocer, y esto es bien importante, mis estados mentales o sea los mecanismos de defensa. Repetirlos como yo se los voy a repetir ahorita es bonito, evidenciarlos en mi vida es difícil porque ya los he hecho propios, ya son míos, ya se volvieron parte de mí y tengo que dejar que Dios me los quite. Si Dios no nos quita los mecanismos de defensa, si no se los entregamos a diario vamos a seguir caminando en ellos y no vamos a crecer. No vamos a madurar emocionalmente, no vamos a tener aprendizaje, no vamos a ser enseñables.
Y ¿Cuáles son? La negación. Negamos lo que sentimos. ‘¿Te enojaste con lo que te dije?’ ‘No, si yo soy cristiana, ¿Cómo me voy a enojar?’ ‘Es tan colega conmigo ¿Cómo va a hacer eso? De ninguna manera’. La represión: yo introduzco las emociones y las guardo ahí adentro como una gavetita y de repente se ha fijado que en las gavetas usted mete y mete cositas y de repente un papelito y ya la gaveta no cerró. Y usted empuja y la gaveta ya no cierra. Igual es eso. Acumule cosas adentro y usted va a vivir cansada, confusa y de repente estallamos.
¿Por qué? Porque todo se lo guarda. Estamos equivocando el guardarnos todo con la bondad y la mansedumbre. Esas son manifestaciones del fruto del Espíritu reales. Esto es guardarse lo que siente: ‘estoy bien brava y me lo guardo’. Es otra cosa. Desplazamiento: usted está en su casa bien molesta con sus hijos y viene aquí y remata con los de su equipo. ‘¿Y a esta que le pasó?’ O al revés: nos enojamos con alguien al que no le podemos decir nada y vamos a la casa a ver quien nos las paga. Y ¿dígame si no funcionamos a veces así?
‘Pero mamá ¿Qué te pasa? Y entramos regañando a todos y por todo. Lo que usted ayer no regañó porque dejaron los escarpines tirados hoy se pone furiosa y regaña. Pero no son los calcetines los que nos tienen brava. Son otras cosas que no pudimos manejar. Y vivimos haciendo estas cosas muchas veces. La regresión: el líder o la persona del equipo que de repente Dios ‘me dijo que me fuera’. Pero hay veces que Dios no nos dice es que yo ya no quiero seguir en el asunto y que asumo una conducta infantil y todos saben que es el cuerpo que está peleando porque algo no le gustó y el único engañado es uno.
¿Por qué? Porque estos mecanismos de defensa son inconscientes. No son conscientes y a no ser que permitamos que el Espíritu Santo penetre a profundidad en el inconsciente, en el subconsciente y rompa todas estas cosas que traemos de la infancia, del pasado, vamos a seguir caminando engañadas. ‘¿Por qué se fue de la iglesia?’ ‘¡Ah! Es que no me gusta esto’ pero la hermana se fue, esa es la realidad. Formación reactiva: algo negativo lo convertimos en lo contrario. Entonces a veces aparecemos ‘hermanita linda, preciosa’ y usted sabe que en el fondo no es ni hermanita linda ni preciosa.
La mira con el tono de voz. Porque nos volvemos… ‘Si mi linda’ pero es un “Sí mi linda” que no es ni linda aparte de alguien que lo dice con sinceridad pero yo tengo discernimiento para saber cuando nos están diciendo de verdad o no. Y la gente no sabe que está haciendo eso porque inconscientemente está usando esos mecanismos para no decir y confrontar con lo que se siente y manejarlo.
Aislamiento: fíjese que a veces aislamos la parte emocional de la parte mental y entonces hablamos las cosas como que somos un palo, sin emoción. ¿Por qué? Porque el corazón se ha endurecido. Y mucha gente de la que viene al conocimiento del Señor viene así con las emociones aisladas porque son tan dolorosas, le han pasado tantas cosas en su vida que las ha tenido que aislar. Y cuando usted la trata de ministrar parece que no entra la ministración. Y usted trata y trata y parece como que hay un palo adentro, una dureza de corazón.
Y eso tiene que irse rompiendo poco a poco, con amor, con entendimiento, con dulzura, con palabras nobles, con comprensión, con paciencia y todo es trabajo que nos toca a nosotros con las personas. Luego tenemos la racionalización o justificación. Esa todas la usamos: ‘porque vino tarde’; ‘fíjese’, ‘fíjese’. Vinimos tarde porque salimos tarde. Y va la media verdad y la media mentira: porque en parte es cierta y en parte no. Pero para Dios o es verdad o es mentira. ‘Hermana, ¿verdad que usted estuvo orando por mi, intercediendo?’ ‘Claro que sí mi hermana’ y por dentro ‘¡qué pena, nunca oré!’. Que bueno que Dios ya le contestó.
Proyección: yo proyecto en otro lo que yo siento. En ese grupo donde estoy ninguno es amoroso. Me voy a otro ministerio, pero tampoco son amorosos y me voy a otro y resulta que tampoco. Entonces ¿toda la iglesia no es amorosa? ¿Quién será la que no es amorosa? Yo. Identificación proyectiva: yo me identifico tanto con ciertas actitudes de otra persona que si es en negativo pues me contamino y si es en positivo empiezo a actuar igual que la persona a vestirme igual que la persona y mucha veces ni siquiera me doy cuenta.
De repente, yo me visto igual que la líder, igual que la que dirige el grupo. ¿Por qué? Porque estoy usando este mecanismo. Dios nos ha hecho individuales, diferentes, únicos. Entonces esto es bien importante. Mire. Que todos los días vayamos delante de Dios y le preguntemos en toda situación difícil ‘Señor ¿qué mecanismos de estos estoy usando?’ No cuales usa el otro o la otra, ¿Cuáles uso yo? Yo se cuales son los que uso y estoy dejando que el Señor trabaje. Todavía tengo que partes que vamos caminando. No somos perfectas de ninguna manera. Yo se cuales uso.
Y hay que tener cuidado en eso y permitir que Dios entre a las capas profundas de nuestra personalidad. Que entre al inconsciente y al subconsciente. Eso es cuestión de pedírselo todos los días. Mire, engañoso es el corazón, mas que todas las cosas y por algo es escribista decía “Escudriña, ¡Oh, Dios! Mi corazón. Pruébame. Muéstrame que hay de malo en ello y enséñame el camino correcto” Y escudriñar es meter hasta el fondo, es entrar al consciente, subconsciente y el inconsciente.
Luego la vuelta contra si mismo. Esto es la persona que por la culpa empieza a auto agredirse. Y fíjese que este mecanismo a veces nosotros decimos “Bueno nosotros como cristianos ya no nos auto agredimos”. Fíjese que sí, no nos cuidamos ni físicamente muchas veces, ni emocionalmente ni espiritualmente. A veces es una forma de auto agredirnos. ‘Hermana, mire, usted lo que tiene que hacer es esto, esto y esto’ y van y no lo hacen.
¿Quién se está auto agrediendo? Uno. O si no: ‘Hermana tómese esta pastilla cuando el médico le mandó una pastilla’ y no la tomamos cuando nos dijeron. ¿Cómo nos queremos curar? O nos dice lo que hay que hacer y no lo hacemos. Entonces tenemos que preguntarle a Dios que mecanismos de estos estamos usando. En un equipo de trabajo yo voy a tener una personalidad y mi equipo va a tener otras personalidades. Y ahí viene la situación problemática. ‘Yo quiero que todos piensen como yo’, ‘Yo quiero que todos actúen como yo creo que deben de actuar’.
Y resulta que yo voy a tener una gama de personalidades y por ejemplo aquí podemos ver el que está siempre alegre. En ciertas clasificaciones le llaman el sanguíneo, otras le llaman el festivo, diferentes maneras. Pero es la persona que le gusta exhibirse, que siempre está contenta y siempre quiere exhibirse. Y ¿qué nos pasa? A veces decimos “el show es lo que le gusta”, “lucirse es lo que le gusta”. Es su personalidad y la podemos usar en algo que le gusta si eso lo hace bien.
Tiene buen contacto con la gente por lo que estar en la puerta es bueno para ella porque saluda a todos y se goza con todos. Y los saluda y los abraza y los hace sentirse bienvenidos. Pues, ¡que bueno! A veces tenemos otra personalidad. Podemos tener el que es muy serio. El que es muy serio va a decir ‘¡Uy! Tanta abrazadera, ¡eso no!’ ¿Por qué? Porque no es así. Simple y sencillamente lo que le gusta es estar pensando, analizando, viendo detalles. Yo no quiero saber cuantos abrazos dieron, yo quiero saber cuanto dinero entró. Son los contadores. Son los que llevan las finanzas porque esas personas son meticulosas y entonces ellos lo que necesitan son detalles.
Entonces sepamos que hay personas con personalidades así en nuestro grupo y que tenemos que usarlas correctamente. Podemos tenemos al que se llama el colérico o que se puede llamar también agresivo o que se llama emprendedor. Es aquel que lo que quiere es acción. Entonces a él démosle retos. Es que lo quiere hacer todo, ¡ah! Demoledle ya bastantes cosas. Le gusta estar haciendo cosas porque lo que le gusta es el reto. Él lo que quiere es: hagamos. En cambio podemos tener al –que en algunos lugares se llama- flemático, en otras clasificaciones pacifico.
Esta persona pregunta ‘¿Y cuál es la prisa?’ ‘¿Pero para qué estamos corriendo?’ Es calmado. Y el líder a veces quiere que el flemático vaya al ruido. Imagínese un colérico de líder y todos los que tiene son flemáticos. Los otros pobres no le pueden seguir el paso. Y en cada equipo tenemos que reconocer cual es la personalidad del equipo completo para manejarla, como se integran las personalidades y que está predominando. Porque imagínese donde tenemos un liderazgo donde todos somos sanguíneos. Todos viven felices, todos empiezan todo, nadie termina nada, después están las reuniones pero nunca llegamos a la meta.
Imagínese que nuestro equipo es de todos de coléricos. Pues, vamos a un ritmo muy fuerte y si todos somos serios, imagínese un equipo solo detalles, como que lo pensamos tanto que no hacemos nada porque demasiados detalles, demasiada planificación y nunca logramos hacer nada. Usted tiene que tener un equipo donde haya de todo para combinarnos, para balancearnos y yo como líder tengo que conocer mi personalidad y tener cerca de mi personas que me complementen y tengo que entender que no las puedo hacer igual a mi.
Me tienen que complementar. No quererlas cambiar y que todos nos volvamos iguales. Muy bien. Ahora vamos a entrar un poquito al manejo de las personas difíciles. Me voy un poquito rápido por razones de tiempo. Pero vamos a ver el manejo de las personas difíciles. Recordemos a la hora de manejar una persona difícil que lo que tenemos que manejar es la relación. Lo que hay que cambiar es la relación, lo que hay que encontrar es la manera de caminar con la persona persona difícil. Si yo la quiero cambiar me voy a pasar la vida entera cambiándola. La persona va a cambiar al ritmo que ella deje, con el Señor.
Primero vamos a tener aquí la palabra de Dios. Miren aquí la palabra de Dios dice que “vivamos en paz”. Vamos a tener al negativo. Como que en un grupo a todo lo que usted dice, dice “no se puede”. Aquí hay tres elementos que usted va a tener que usar en todas las personas difíciles que tenga que manejar en su casa o en el liderazgo o donde sea. Y el primero de ellos es: Reconozca al negativo interior. Todos tenemos algo de negativo: ‘¡Ah, no! Yo no’. Todos tenemos algo de negativo. En otro lo vemos fácil, pero todos tenemos algo de negativo.
Segundo: Acepte a la persona como es. Dios nos acepta como somos y en base de esta aceptación nos empieza a transformar. Tercero, estas tres cosas, mire, van para todo: Ore por la persona. A veces se nos va en criticarla y no en orar por ella. Especialmente cuando se vaya a juntar con él, ore para que usted pueda relacionarse bien con la persona negativa. ¿Qué hacer con una persona negativa en el grupo? Por favor no discuta con el negativo. El negativo dice que no y usted que sí. ¿Sabe que haga? Acepte el negativismo pero dígale que hay alternativas.
Le puede decir algo así como “Está bien, entiendo que no quiera que hagamos ese proyecto porque hay muchas cosas difíciles. Es cierto. Pero también hay alternativas que yo quisiera probar. Si en el camino vemos que las cosas que usted dice no se pueden solucionar buscaremos otras maneras”. Entonces usted sigue adelante con su grupo, no entró en discordia con el negativo pero tampoco dejó que el negativo le quite el impulso de caminar adelante. ¿Por qué razón? Porque el negativo lo que le pasa es que siente que no tiene el control de las cosas.
Le da miedo fracasar, le da miedo lo miedo. Entonces ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a fracasar? El no hacer nada. ¿Cuál es su manera de asegurarse que no va a correr riesgos? Pues no hace nada. ¿Por qué? Porque le teme a eso. Entonces si reconocemos al negativo interno y entendemos que le pasa al negativo vamos a poder relacionarnos con él aunque siga siendo negativo pero no nos va a detener. Luego tenemos a uno que no nos gusta para nada: el criticón. Mire ese todo el tiempo se queja, todo el tiempo aconseja sin que usted se lo pida.
Ahora todos tenemos un criticón interior. Dígame si no. ¿Nunca ha criticado? ¿Nunca ha dado consejos sin que se lo pidan? A cada rato: ‘Yo que tú haría’. Pero usted no es la otra persona. Ni le están pidiendo consejo ni le están oyendo tampoco. Y lo mismo, ore y acepte al criticón. Ahora bien. Cuando viene la crítica tenemos que diferenciar varios aspectos. Uno es ver de donde procede la crítica. Hay críticas que proceden de personas que valen la pena oír y hay criticas de personas que usted dice todo el tiempo ‘está en las mismas criticando’.
Hay críticas que no vale la pena oír y que hay que detener. Entonces nosotros tenemos que diferenciar: que críticas sí oír, que criticas no oír. Cuando alguien venga con la crítica escuchemos y llevémosla delante del Señor y veamos cual es la perspectiva de Dios. Puede ser que Dios diga ‘Sí, oye la crítica y corrige ese error’. Puede ser que Dios diga ‘No, no tienes ese problema’. Pero oigamos, veamos la perspectiva de Dios para la crítica.
La otra cosa que hay que ver es el número de los criticones. Fíjense que los criticones a veces hablan tan fuerte y son tan seguido lo que critican que parece que fueran muchos y a lo mejor son dos. Y uno dice ‘Es que todos me critican’. Veamos las cosas despacio. ¿Quiénes son todos? ¡Ah! Fulanita y ¿quién más? Zutanita y ¿Quién más? Menganita. Pero fácil decimos ‘todo el grupo me critica’. ¡No! Hay que ver cuantos son. Fíjese que a Jesús las cosas que le criticaron eran fuertes pero no eran muchas. ¿Por qué razón? Porque en realidad a veces no son muchos los que nos critican, a veces son pocos y entonces tenemos que tener ese cuidado.
Tenemos que evitar la triangulación. La triangulación es cuando la crítica empieza a correr y a correr y no se arregla para nada y tenemos ya una situación de crítica dentro del grupo. Y también en la crítica hay que ver los puntos débiles. Fíjese que así como los disparadores son palabras o gestos que nos llevan a reacciones, en la crítica hay veces que usted mira venir la crítica, mira venir una palabra y sabe que viene al punto que le duele. Usted la mira venir y sabe que le van a dar en el mero corazón ¿verdad? Y entonces antes nos ponemos defensivos.
Cuando viene la crítica ya no la oímos y empezamos a atacar. Tenemos que conocer los puntos débiles. Y lo pensamos y decimos ‘ya se por donde viene’. Ya empieza la defensa. Que Dios nos ayude para recibir las críticas que debemos de recibir y dejar a un lado las que no debemos de tomar y que no nos detenga la crítica. Porque le voy a decir algo: si usted es líder espere la crítica. Espérela de una vez, porque va a venir. Y si no viene es porque usted no está haciendo nada. Entonces ¡que bueno que venga!
El antagónico es aquel que pelea hasta con su sombra. ¿Ha visto que hay gente que pelea hasta con su sombra? Y de repente le sale en su grupo uno así. ¿Qué hace usted? ¿Qué hace con un antagónico? Con el antagónico hay que trabajarlo preventivamente. ¿Cómo se trabaja el antagónico preventivamente? Primero reconozca al antagónico interior. Todos tenemos un poquito. Acepte al antagónico y ore por él. Esto va con todas las personalidades. ¿Cómo puedo yo manejar el antagonismo para que no me ocasione problema en mi grupo?
Yo tengo que seguir todo lo establecido. Cuando yo soy líder, hay normas, hay reglamentos. Si yo los sigo, yo le quito oportunidad al antagónico. El antagónico tiene campo cuando yo no sigo los reglamentos. La otra cosa que tengo yo que hacer es darle toda la información por escrito. Darle todo con detalles y dárselo por escrito y darle las cosas anticipadamente. Con eso yo estoy manejando a un antagónico en el grupo. No le estoy dando el espacio para que trabaje su antagonismo y tengo que buscar también cierta distancia.
Recuérdese que en la mañana hablamos de los límites y de cuando dejar la intimidad y cuando no. El antagónico no puede tenerse muy muy cerca. Tiene que haber una cierta distancia en el manejo. El antagónico si usted lo aconseja o lo manda a consejería no va a funcionar. El antagónico también se detiene un poquito aceptándolo tal como es cuando entre los líderes hay un frente unido. Los diferentes liderazgos tenemos que estar unidos. Eso nos ayuda bastante. Y ahora tenemos a otro que usted conoce muy bien: el chismoso.
Todas tenemos algo de chismocitas. No nos gusta pero nos entretiene. Esparce rumores y divulga secretos. Cuando oiga que alguien está chismeando, córtelo. Porque nosotros decidimos el rumbo del chisme. ‘Contame más’, ‘Pero que más’ y ahí se va el chisme. Si usted deja que en su equipo de trabajo se meta el chisme, no vamos a tener relaciones saludables. Entonces tenemos que detener el chisme. No podemos entrar en controversia sino que simple y sencillamente podemos detenerlo diciéndole “No quiero oír mas de lo que estás diciendo”.
Y podemos decir algo bueno de esa persona. Con eso el chisme se detiene. El chisme es como el baile se necesitan dos. Y si usted lo detiene no hay chisme. Otra manera de evitar el chisme en nuestro grupo es: cuidemos nuestros comentarios. A veces se nos va la lengüita un poco, ¿verdad? Y como que hay que pedirle a Dios como que todos los días la sujete. Y mire, cuando hay un chisme que levantó alguien contra nosotros, un rumor que no es cierto. Pidámosle consuelo a Dios. Hay veces que podemos confrontar a la persona y podemos decirle ‘Mira estas diciendo esto, esto y esto de mi’ pero hay veces que no se puede.
Y que Dios nos de discernimiento porque hay gente que se crea sus propias mentiras y entonces se creen que lo que están diciendo es cierto y entonces ¿cómo les hace usted ver que no es cierto? Entonces que Dios nos de discernimiento para saber cuando hacerlo y cuando no. Y tenemos que crear un buen ambiente de trabajo que no tenga chismes y esto solo se logra cortándolo de raíz. Pero al líder le gusta el chismito eso se riega por todo el equipo.
¿Cuál es la razón básica? El chismoso quiere ser aceptado. El chismoso se siente superior porque tiene una información que los demás no tienen: ‘¿Ya supiste?’ y todos ‘¡Ay! ¿Qué es lo que tú sabes y nosotros no?’. Se colocó hasta arriba. Entonces que Dios nos ayude, pues, porque a veces las chismosas somos nosotras. Y tenemos aquí otro que no nos gusta que sea el controlador, dominante. Y si le aparece uno en su grupo tiene dificultades. El controlador dominante es invasor. Invade su campo todo el tiempo.
Reconozcamos que todos tenemos algo de controladorcitas. Si no que lo digan los hijos, ellos saben. Aceptémoslo y oremos por él. No luche por el control. El fuego no se apaga con fuego y a ver ¿Quién tiene el control en el grupo? ¡No! Lo que tenemos que hacer con el controlador es detenerlo. ¿Cómo lo vamos a detener? Mire, el controlador usted empieza a exponer y el controlador no la deja, se le adelanta y quiere exponer por usted. Pero si usted es el líder del grupo usted tiene que detenerlo y decirle ‘un momento estoy en el uso de la palabra’ y vuelve a repetir lo que estaba diciendo.
Y el controlador le vuelve a quitar la batuta y usted solo dígale ‘continuo en el uso de la palabra’ y siga diciendo lo que tiene que decir. No se deje quitar el lugar sin entrar en contienda. Porque si entra en contienda se vuelve problema. Pero sí, no permita. Dele alternativas, dígale: ‘en este momento yo estoy en el uso de la palabra. Después vas a hablar tú. Cuando yo termine tú vas a hablar’. Eso se llama la técnica del “disco rayado”. Si hay necesidad de volver a repetir lo que empezamos lo volvemos a repetir, pero no dejamos que el controlador nos quite lo que estamos exponiendo.
Porque cuando venimos a sentir es él el que tiene el grupo a su cargo, es el líder que le llaman el líder virtual: agarra las cosas y a nosotros si el Señor nos puso a nosotros nos dio el lugar y debemos mantenerlo sin entrar en contienda. Y ¿cuál es lo que le ofrece el controlador? Mire, debe ser vulnerable y por eso quiere tener el control. Si entendemos que todas estas personalidades difíciles tienen problemas de aceptación, problemas de valorización, problemas de manejar sus vidas emocionales vamos a entenderlos más. Vamos a llevarnos mejor con ellos y no los vamos a rechazar.
Y también tenemos el traicionero. Esto si es dos caras, ¿verdad? Usted sabe ya quien es. Todos, también, adentro tenemos un traicionerito por ahí. Ahora el traicionero rastrero, mire, sepa quien es. Y ponga usted algunas formas en su grupo de que su puede como se dice corrientemente curar en salud. Y si usted ve que hay alguien traicionando usted enfréntelo y hágale saber lo que está haciendo. Y si ve que está traicionando a alguien deténgalo. No lo puede dejar avanzar, sin entrar en conflicto pero si puede detenerlo. También aquí nos ayuda mucho la red de confianza y de unidad que tengamos entre los líderes.
Porque cuando venga alguien así, pues, nosotros estamos unidos. Tenemos una red de confianza entre si. Y ¿Qué le pasa al controlador? Tiene un sentimiento de impotencia y quiere controlándolo todo sentirse que las puede. El controlador siempre va a creer que sabe más que usted. Entonces por eso no la deja hablar, ni quiere que usted exponga. Él sí sabe y usted no. Se le detiene dándole alternativas para que después hable. Dándole después la opción pero usted toma su lugar. Tenemos también el competidor: cree que todo es superarnos unos a otros. No entremos en el juego. Nosotros tenemos nuestras metas que Dios nos ha dado.
No tenemos por que entrar en la competencia a ver quien lo hace mejor. ¡No! Usted tiene sus metas, llévelas como Dios se las ha dado, no entre en el juego. Y el competidor fácilmente puede ser una persona con un poquito de envidia. Orémosle al Señor, que el Señor nos de la cautela para esto y sigamos con nuestras propias metas. El competidor también es inseguro. Estas personalidades difíciles, que esperamos no sean las nuestras ¿verdad? Porque si nosotros somos el líder y tenemos esto pues también hay que trabajar. Y finalmente ya para terminando ¿Cómo manejar lo que los demás piensan de mi?
No gastemos la energía en esto. El único que nos debe interesar que piensa de nosotros es Dios. No finjamos que somos perfectos. Si la gente ve que tenemos errores, tenemos errores. Si la gente ve que cometimos un error arreglémoslo pero no tenemos que fingir que todo es maravilloso, que todo es perfecto. No es así y no podemos complacer a todos. Siempre va a haber alguien que no está complacido. Y algo que nos puede ayudar mucho, mire, es el consejo. La multitud de consejos siempre es buena. El consejo es bueno.
Y veamos también si de repente tenemos una persona que no habla dentro del equipo. Aquí lo mejor es usar lo que se llama la psicología invertida o si usted tiene un hijo que no habla use la psicología invertida. Le puede decir: “Se que tienes algo que decir. Respeto tu silencio. Cuando tengas tiempo me lo dices, cuando quieras me lo dices”. Le quitamos un poquito la presión y al quitarle la presión va a empezar a hablar. Pero eso sí tengamos cuidado que cuando logremos que hable escuchémoslo.
Porque de repente por timidez, por temor, por las razones que sean no habla y cuando habla no lo escuchamos o rapidito le decimos ‘No, no es así’. Ya no vuelve a hablar. Porque a veces la gente en los grupos toma esa actitud: ‘No vuelvo a decir nada’. Y nos quedamos con esa actitud de ‘No vuelvo a decir nada’. Entonces aprendamos a usar la psicología de invertir en esos momentos para que cambie la presión, o hacerle preguntas como ‘Dime que te pareció tal cosa’ pero tratando de que no solo diga sí o no; sino que tenga que dar una descripción de las cosas. Esto también ayuda.
Y ya finalmente ¿Cuáles son las actitudes a tomar en el manejo de las personas difíciles? Mire si no tenemos humildad, si no estamos determinadas a llevarnos bien con ellos a pesar de la forma que son porque nunca vamos a tener un equipo perfecto. Si usted espera ser un líder con un equipo que todas las personalidades son ajustadas, lindas, preciosas, quizás el primero que se tendría que ir sería uno mismo como líder. ¿Verdad?
Entonces aceptémoslos. Dios nos acepta a nosotros. Ayudémoslos, crezcamos junto con ellos, busquemos la manera de relacionarnos y tengamos esperanza que Dios nos va a ayudar. ¿Por qué razón? Porque los fuertes en la fe debemos ayudar a los más débiles. Y el líder, una de las razones por las que está puesto, es porque es más fuerte que nadie. Así que yo es que le quiero pedir que usted se ponga de pie. Vamos a orar.
Padre te damos gracias en esta tarde porque Tú nos has ayudado a reflexionar de muchas cosas que hay adentro de nosotros. Padre amado a veces cuando vemos tanta cosa que tenemos que cambiar, cuanta cosa en la que tenemos que mejorar, Padre a veces pensamos que nunca lo vamos a lograr. Que es tanto y que es mucha la demanda que hay sobre nosotros en el puesto que Tú nos has puesto de liderazgo, o es mucha la demanda que Tú nos has puesto como líderes en nuestra casa Padre.
Pero sabemos que cuando Tú nos das una posición de padres, de madres, de madres espirituales en la iglesia, de líderes en la iglesia Tú no nos dejas solas. Que Tu palabra dice que siempre estarás con nosotros y que Tú nos ayudarás y que Tú nos consolarás y que Tú eres el que nos lleva de gloria en gloria. Sabemos que la transformación de todas estas cosas no se va a llevar de un día para otro. Sabemos que todo esto es un proceso pero lo que sí pedimos, venimos a pedirte en esta tarde Señor Jesús es que nosotros podamos ver las áreas que tenemos que someter a Ti todavía.
Las áreas de todo esto que estamos viendo Padre que todavía necesitan ser mejoradas. Gracias por enseñárnoslas, Padre. Porque sólo conociéndolas te las podemos entregar a Ti Yo les quiero pedir a ustedes, si usted tiene un área en la que tiene que ser trabajada por Dios en cada una de estas cosas yo le voy a pedir que venga aquí enfrente con toda sencillez, con toda sencillez para Dios empiece a trabajar en cada una de estas áreas.
Éxito en las relaciones interpersonales - Parte 1
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Una vez yo leí que todos nosotros debemos aspirar y buscar tener a alguien que está más atrás de nuestro propio camino, a quien nosotros mentoreamos. Que debemos tener a alguien a nuestro lado que esté en el mismo camino de nosotros, más como a nivel de amistad y de compartir, y que debemos también aspirar tener a alguien que está más delante de nuestro camino para recibir mentoría de esa persona. Así que yo tengo el privilegio de en esta mañana presentarles a alguien que está en ese lugar para mí, alguien a quien yo considero una madre espiritual, una mentora, a pesar de que estamos a tantas millas de distancia porque ella vive en Guatemala, y yo estoy aquí, pero de igual manera con Carolina, la misma cosa también, Olguita es muy cercana a ella y es su mentora también.
Así que es un privilegio tener personas que así que han dado más pasos que uno, no solamente por edad sino también por experiencia, profundidad, que valga la aclaración, ¿verdad? Que no es solamente por eso, sino por autoridad espiritual, por profundizar, por ejemplo, así que esa es la persona que la doctora Olga Martínez es para mí y yo sé que a través de … nosotros recibimos mentoría también a través de lo que leemos, de lo que escuchamos. A veces uno piensa que el mentor tiene que estar ahí al lado de uno, pero no es así. Uno puede tener un mentor aún a la distancia y en este caso, hoy, también ella va a mentorearnos a todos nosotros en lo que Dios le ha enseñado a ella para compartir. Olguita viaja internacionalmente impartiendo enseñanza tanto en el ámbito secular, entre comillas, como el eclesiástico. Es una miembro activa de su congregación.
Nosotros la conocimos a través de Carolina León Barrutia, ella comenzó un capítulo de Aglow hace casi 22 años porque yo sé que yo estaba esperando en ese tiempo, esperando a mi bebé. Ya mi bebé tiene 21 años así que… así que un poco después Olguita vino a invitación de Carolina, así que desde ese momento hemos tenido esa relación. Así que ella ha viajado varias veces acá. Tuve el privilegio de verla en su ámbito, en su ambiente natural, en diciembre, en Guatemala cuando visitamos Guatemala. Así que es un privilegio tenerla en esta mañana con nosotros. Yo sé que vamos a ser enseñada y bendecidas y el Espíritu Santo que está en ella también va impartir a nuestras vidas de una manera especial. Así que vamos a orar para que eso se quede ahí, bien adentro, y nos selle y nos transforme esta mañana, así que bienvenida Olguita.
Saben cuántos años tiene esta señora? Acaba de cumplir 70 años. Nadie lo diría, y saben, hablando de lo de la mentoría, ella hace ejercicios casi todos los días: va al gimnasio a hacer ejercicios, nada, así que a veces uno más joven dice, ay, levantarme temprano para ir a hacer ejercicios, no, conmigo, no. Y ella lo hace, así que no solamente mantiene su mente, su espíritu con ejercicios continuo todos los días, sino también su cuerpo así que ese es un buen modelo para todas nosotras imitar también.
He tenido la oportunidad de abrazar a algunas de ustedes y saludarlas, pero a otras no. Así es que ahí en su lugar reciba un abrazo mío, reciba un saludo mío, reciban mis cariños y reciban los cariños de mi país, Guatemala. Y ahora que ya saben mi edad, ¿verdad? Es el secreto de todas las mujeres. Está evidenciado pero realmente damos a gracias a Dios que nos permite llegar a estos años con salud, que nos permite servirlo y que nos deja a todas las que estamos aquí muchos más para poder servir. Ese es el propósito de nuestra vida y el propósito que él permite que podamos llegar a cierta edad sirviéndolo.
Padre, te damos gracias en esta mañana por lo que tu ya has hecho en nuestras vidas, en nuestros corazones. Te pedimos que sigas haciendo lo que tienes que hacer. Padre, yo te pido que esta enseñanza salga de mi espíritu unido a tu espíritu, al espíritu de cada una de las personas y hagas los cambios que tienen que ser hechos. Padre, te pedimos que no sea una enseñanza más, sino que realmente sea una capacitación que cambia nuestras vidas, que lo podamos poner en práctica. Te pedimos, Padre, que quites todas las defensas que a veces cada una de nosotras elaboramos pensando en que esto no es para nosotros, que ya lo sabemos, pero, Padre amado, hoy te pedimos que realmente tu nos confrontes por las cosas que tal vez ya sabemos, pero que tenemos que cambiar. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo, Jesucristo.
Vivimos en un mundo cambiante. Hoy día cada vez es mucho más fácil procesar la información, cada vez hay comunicaciones más rápidas y más fáciles. También hay cambios climáticos muy fuertes, hay cambios sociales, hay cambios culturales. Sin embargo, hay algo que permanece y es la palabra de Dios. Y las relaciones interpersonales están en el corazón de Dios.
Si usted toma la Biblia, usted se va a dar cuenta que desde la primera a la última página Dios de qué nos está hablando. Nos está hablando de relaciones interpersonales. Si pudiéramos definir los Evangelios en dos palabras, en una palabra diríamos, relaciones interpersonales. Las relaciones interpersonales son difíciles. No son fáciles. Son complejas y es lo que nos mete a veces en problemas.
Los países tienen problemas de relaciones. Las familias, cuáles son los problemas que tienen? De relaciones. Y entre las iglesias, cuáles son los problemas que tenemos? De relaciones. Y a veces no le damos la suficiente importancia, pero es básico, es central en nuestra vida y es básico y es central también en un liderazgo.
Vamos entonces a ver acá qué es un liderazgo. Liderazgo según John Maxwell es influencia. Y tenemos que relaciones según Don Marshall es el mutuo compartir de una vida. Si nosotros juntamos estos dos conceptos vamos a ver que un líder debe de estar preparado para desarrollar relaciones de sinergia.
Cuáles son las relaciones de sinergia? Las relaciones de sinergia es la acción combinada o cooperativa que incrementa la efectividad de la persona. Son aquellas relaciones que hacen que en un equipo todos se beneficien. Cuando en una relación las personas entran a esa relación con la capacidad, con la idea de dar va a haber un beneficio mutuo en la relación. Va a ser una relación sinérgica. Por qué razón? Porque ambos se benefician. Por qué? ambos van con la idea de dar lo más que pueden en esa relación y no de obtener. Cuando tenemos relaciones de sinergia, relaciones de beneficio mutuo, el equipo crece y tenemos un equipo de liderazgo saludable.
La definición que acabamos de ver hace un momento nos lleva a tener implicaciones. Vimos que una relación es el mutuo compartir de una vida. Esto nos va a llevar a tener implicaciones. Una de ellas es la reciprocidad. Qué queremos decir con la reciprocidad? Con la reciprocidad lo que queremos decir es que en una relación ambas partes deben de poner algo. Si ambas partes no ponen algo la relación no se desarrolla. Claro, hay veces que alguien pone más, no los dos o los 4 ó los 5 que se van a relacionar deben de aportar en igual cantidad. Por ejemplo, en el liderazgo, el líder es el que más tiene que aportar en la relación. Pero los miembros del equipo también tienen que aportar.
Si no hay este aportar de todos, no hay un crecimiento, no se desarrolla la relación. Naturalmente, cuando la relación se rompe, también todos tienen parte en el asunto. Se ha fijado que cuando una relación se rompe, siempre la culpa la tiene el otro? Yo, como que ni existo, soy sombra. La culpa, todo es culpa de los otros, yo, pobre angelito. No hice absolutamente nada.
Tal vez hay más parte de culpa de las otras personas posiblemente, pero siempre en toda ruptura de relación hay una parte nuestra. E igualmente para que la relación sea restaurada, se necesita que ambos quieran, se necesita que ambos pongan de su parte. De lo contrario la relación no puede ser restaurada, no hay relaciones unilaterales.
Y cuando tratamos de ver una vida compartida, qué quiere decir? Será que las relaciones interpersonales son solo acciones? No. Fíjese que en las relaciones interpersonales hay algo mucho más las acciones, que el comportamiento. Porque nosotros qué somos? Somos espíritu, alma y cuerpo. Y una verdadera relación, una relación significativa, la relación que nos hace vibrar, la relación que nos da vida, la relación que edifica, la relación que aporta, es la relación que va de nuestro espíritu al espíritu de la otra persona.
Y esto a veces no es fácil. Hay gente que tiene una facilidad para tocar desde su espíritu el espíritu de otras personas y hay a quienes les cuesta muchísimo. Y hay quienes nosotros queremos tocar el espíritu de esa persona, y no se puede porque su espíritu está cerrado. Pero un líder tiene que tener la capacidad de poder tocar el espíritu de las personas.
Cómo se toca el espíritu de las personas? Bueno, lo primero es nuestra relación con Dios. En la medida que nosotros tocamos el espíritu de Dios. Cuando usted y yo tocamos el espíritu de Dios, es una relación, bueno, estamos en el éxtasis con el Señor. Es una relación que nos vivifica, nos llena de energía, nos llena de ánimo. Cuando usted termina de estar en la relación con Dios, así como Moisés, está nuestro rostro, cambia. En la medida que nosotros tengamos esa relación con Dios vamos a tener la capacidad de tocar el espíritu de las demás personas. Va junto, no van separados.
Lo que yo me relaciono con Dios se va a manifestar en mi relación con las personas. Ah, no hermana, mire, yo con Dios, una relación linda, con los hermanos, no mucho. No, la cosa no es así. si usted tiene una linda relación con Dios, va a tener una linda relación con los hermanos. Y si tiene una relación con los hermanos va a tener también una linda relación con Dios.
De qué otra manera el líder puede mantener su espíritu abierto? Abriéndole su espíritu a Dios todo el tiempo. Cuando le abrimos nuestro espíritu a Dios todo el tiempo vamos a tener un espíritu abierto para las demás personas. Un equipo de liderazgo tiene que tener su espíritu abierto. Cuando el espíritu se ha cerrado, qué es lo que pasa? No podemos llegar a las personas. La persona no deja ser tocada, la persona que tiene el espíritu cerrado no es enseñable. La persona que tiene el espíritu cerrado es como que pone una barrera, que dice, aquí no entras.
Entonces tenemos que trabajar en el liderazgo para mantener nuestros espíritus abiertos en una buena relación con Dios presentándole tu espíritu delante de Dios, siendo totalmente franca delante de Dios. Nos damos en una relación cuando somos totalmente honestas, cuando nos damos totalmente, cuando somos francas, cuando somos sinceras. Cuando hacemos esto con Dios lo podemos hacer con facilidad con las personas. Cuando el espíritu está cerrado una de las maneras que el espíritu se abre es perdonando y pidiendo perdón. Por eso es tan importante el perdón, porque sino nuestro espíritu se cierra. Y el problema es que se cierra a una persona pero pronto se va a cerrando a las personas y vamos caminando con murallas que no dejan que nos relacionemos unos con otros.
Y qué es una tercera entidad? Qué entendemos por una tercera entidad en una relación? Esto es bien importante. Por qué razón? Una persona es una entidad, la otra persona en la relación es otra entidad, pero la relación en sí hace una tercera entidad. Y fíjese que nosotros muchas veces lo que queremos cambiar en una relación es a la persona, es que como ella no cambia, no va a cambiar, a no ser que deje que Dios la cambie. Lo que tenemos que cambiar es la relación con esa persona. Eso es lo que hay que cambiar. Ahí es lo que hay que trabajar.
Para ponerle un ejemplo: a veces usted mira parejas muy sencillos, sin mayor conocimiento de nada y se llevan tan bien la pareja. Por qué razón? Porque los dos están poniendo todo lo que son. Tal vez lo poco, pero lo están poniendo todo. Entonces logran una tercera entidad que se lleva bien. Pero por el contrario, de repente vemos una pareja; él con conocimiento de todo, magnífica persona; ella, con conocimiento de todo, magnífica persona, júntenlos y usted dice, pero si los dos son excelentes, sí, separados, pero por qué razón? Porque en la relación no están poniendo nada de su parte y en las relaciones hay que darse con honestidad, hay que darse con franqueza.
Y para tocar el espíritu de una persona no necesariamente tenemos que ser íntimo de esa persona. Yo no sé si usted ha ido a un almacén donde le aparece un dependiente que usted dice, aquí, no regreso. En un almacén, la cajera me gruñó en inglés y como yo no entiendo inglés, no entendí los gruñidos. No pude hacer la compra. Pero a los 10 minutos regresé y había otra cajera, y con esa cajera, miren, mi espíritu tocó el de ella y el de ella tocó el mío. Y en dos minutos estábamos platicándonos, ella me contó su vida, yo le conté a qué venía, me hizo otro descuento, me dio una tarjeta y miren cuál fue la diferencia en esa relación. Si a ninguna de las dos yo las conocía, la transacción fue la misma, pero qué pasó? Ella se dio por entero, tocó mi espíritu, pues yo pude tocar el de ella y las dos nos dimos en ese momento. Y hasta la invité a venir pero tenía que trabajar. Pero eso es tocar el espíritu de la otra persona.
Las relaciones también tienen categorías fundamentales. Cuáles son esas categorías fundamentales? Hay un tipo de relación que es cooperativa, con el propósito de lograr algo. Perdón, es cooperativa e instrumental. Qué quiero decirles con cooperativa e instrumental? Que las personas se juntan con el propósito de lograr algo. Tienen una meta. El liderazgo por ejemplo, tiene mucho de ese tipo de relación, porque hay un equipo que está para lograr algo.
Pero hay otro tipo de relación que consumatoria, que es la relación en sí lo que importa, por ejemplo, el matrimonio. Ahora, es muy difícil que las relaciones se den o solo cooperativas o solo consumatorias. Generalmente están combinadas. Y en el liderazgo a pesar de que hay más de la relación instrumental o cooperativa, también hay relaciones consumatorias, porque también es importante la relación en sí.
Y si entramos a las dimensiones fundamentales, entramos a un terreno difícil. Por qué razón? Porque nos habla de la cercanía o la intimidad entre las personas. Claro, en un matrimonio tiene que haber una cercanía, tiene que haber una intimidad. Y la pregunta siempre es, entre los líderes tiene que haber una intimidad, tiene que haber una cercanía? Bueno, eso hasta donde es esa intimidad, hasta dónde es esa cercanía, claro que tiene que haberla, hasta dónde es? El líder la decide con su equipo. Por qué razón? Porque si usted quiere entrar en intimidad con uno de los miembros del equipo y el miembro del equipo no quiere, usted shute. Sabe lo que significa la palabra shute? Que usted es metido. Metido, está invadiendo el espacio del otro. Y tal vez es el líder el que no quiere tanta intimidad y los del grupo están queriendo, entonces se siente como acosado. Estos límites tienen que ser definidos dentro del equipo, hasta dónde es necesario, hasta dónde no es necesaria la intimidad entre los miembros del equipo. Si se lograr una buena intimidad entre todos, pues, excelente, pero a veces depende mucho de las personalidades. Hay personalidades que usted no puede invadir, el espacio está nuevo, como que tiene que ir despacio, poco a poco.
Y aquí también vemos lo que se llama la acción y la extensión que también es importante tenerla presente. Esto quiere decir cuántas áreas de la vida de la persona yo tengo que abarcar. Si en este liderazgo dependiendo de lo que se trate el equipo, yo tengo que abarcar todas las áreas de la vida de la persona o solo abarcar algunas. Posiblemente no tengo por qué abarcar su trabajo, o no tengo que abarcar sus estudios. Hay que definir qué áreas se tienen que abarcar en un equipo de trabajo y hasta dónde se tiene que abarcar.
Y también acá va el factor tiempo. Definir cuánto tiempo del equipo yo voy a tomar para liderazgo. Porque de ahí resulta que quiero demasiado tiempo, y empiezan los problemas. Yo quiero llamar a su casa a cualquier hora y empiezan los problemas. Entonces, tenemos que saber cuánta extensión de tiempo y cuánto de la vida de la persona vamos a abarcar.
En toda relación interpersonal vamos a tener varios elementos. Ahí están. No hay ninguna relación interpersonal que no tenga estos elementos. Claro, según el tipo sea la relación, los elementos se van a dar mayor o en menor grado, y son más o menos importantes. Pero si nosotros los examinamos vamos a tener el amor. El amor usted dirá en una relación de liderazgo, tiene que haber amor? Claro que sí. El Señor nos da un mandato que dice: amaos los unos a los otros. No hay para donde. Claro, no tiene que ser en la misma intensidad como en un matrimonio, de la misma manera lógicamente. Pero el amor en un equipo de trabajo tiene que existir. El amor tiene que ser lo más duradero en un equipo de trabajo.
El respeto. El respeto en un equipo de trabajo entre los líderes es esencial. Tiene que haber respeto. Y sabe que el respeto es una de las cosas más olvidadas que hay hoy día. La confianza, yo le diría, que en un equipo de trabajo, entre el líder y los que están a su cargo, es el elemento más importante, la confianza. Un equipo de trabajo que no se tiene confianza, imagínese. Mejor se van para su casa definitivamente. Es básica la confianza en un equipo de trabajo.
La generosidad, la que menos nos gusta. ¿Verdad? Porque algunos en todas las áreas, usted sabe qué es esto? Sí? Codos, porque podemos ser codos, no solo en lo económico. Codos, hasta con la sonrisa. Hay quienes que parece que pagaran por sonreír. El entendimiento es lo que más cuesta. Le es fácil a usted entender a la gente? Ay, hay gente que de verdad cuesta. Y sabe una cosa, sabe cuál es el más difícil de entender? Uno mismo. A veces ni uno mismo se entiende, pero sí quiere que todos en la casa lo entiendan. Toda la iglesia lo entienda, pero usted no se entiendo. Y el día que usted amaneció de malas, ese día, hasta la cara lleva fea y quiere que toda la iglesia entienda que usted va de malas, que no se le acerquen, que usted va de malas. Entendernos es una de las cosas más difíciles que hay, pero es esencial en un liderazgo.
Veamos entonces el amor cómo debe manifestarse en un liderazgo. El amor en un liderazgo básicamente va a ser enfocarnos en los demás. Un líder tiene que dejar de enfocarse en él mismo y enfocarse en los demás. El líder que no puede enfocarse en los demás, más que en él mismo, no va a tener un liderazgo efectivo. Y la palabra de Dios es clara, miren lo que nos dice Mateo 7:12:
“…Así pues hagan ustedes con los demás, como quieran que los demás hagan con ustedes porque en eso se resume la ley y los profetas…”
La famosa regla de oro. Un líder tiene que tener lo que se llama un caminar alto. Cuál es el caminar alto? El caminar bajo es cuando el líder trata a los demás, ay, menos de cómo lo tratan a él si él es el líder. Un caminar medio es cuando el líder trata al equipo como el equipo lo trata a él. Pero un caminar alto es cuando el líder trata a los de su equipo mejor que como él es tratado. Y ese es el caminar que Dios quiere para nosotros. Ese es el caminar que él quiere en todas las relaciones interpersonales. Cuando en la familia nosotros tratamos mejor que como nos tratan. Es el ejemplo que dio Meche en la mañana hace un ratito. Esta mujer estaba siendo maltratada, pero cuando ella empezó a tratar mejor, las cosas cambiaron, el clima emocional cambió. Y el líder es el que va a marcar el clima emocional de su equipo. Todos influyen, ya lo vimos, todo influyen, pero el que va a marcar el clima emocional es el líder. Y lo va hacer con un caminar alto.
Cuál es el contenido del amor? Cuál es el contenido del enfocarnos los unos a los otros? Lo primero que tenemos es la preocupación. Un líder que no se preocupa por su equipo no va a funcionar. Tiene que dar el ejemplo porque el líder es un manual andando. Así de sencillo. Si él en su equipo se preocupa por otros, los otros se va a ocupar entre sí y se van a ocupar por él. Una de las mayores quejas que yo he visto en los equipos de liderazgo es: el líder nunca se preocupa de mí. El líder nunca me llama por teléfono. El líder nunca me visita si estoy enfermo.
Yo no le quiero decir que el líder tenga que estar todo el tiempo como que usted es un niño, cuidándolo. No. Pero las relaciones interpersonales se dan cuando nos preocupamos los unos por los otros. Y yo sí creo que debemos preocuparnos los unos por los otros, cuidarnos mutuamente. La preocupación es el cuidado mutuo que nos tenemos. Cuando yo la cuida a ella, ella me cuida a mí. Si esto se logra en un liderazgo vamos a caminar todos bien.
A veces tenemos la excusa, ah, no, si es servir al Señor, servir al Señor no tiene uno por qué estarle dando palmaditas en la espalda. Yo creo que cuidarnos, preocuparnos, sí es parte de la relación. Por qué lo creo? Porque Dios se preocupa por nosotros. Jesús se preocupa por nosotros. Dios se preocupó de tal manera que dio a su Hijo Jesucristo para que nosotros tengamos vida eterna. Y si queremos tener un liderazgo al estilo de Jesús tenemos que preocuparnos los unos por los otros.
La bondad. Fíjese que la bondad es el relacionarnos de una manera amable. Sabe que a veces cuesta ser amable. Hay veces que no tenemos ganas de ser amables. No estamos en condiciones de ser amables, sin embargo, es parte de la hermandad. Un hablar amable… que a veces somos groseros con nuestras palabras, groseros para tratarnos unos con otros en el equipo, groseros para tratarnos en la familia, y un hablar amable, un hablar bondadoso nos va a dar un sentimiento de hermandad, nos va a dar unidad. Fíjese que Dios nos habla de manera amable, hasta cuando nos da los jaloncitos nos habla de manera amable.
Simpatía. Ay, ese líder sí que es antipático. Tendrá que trabajar. Yo no puedo tener un líder antipático. Usted tiene un líder antipático? Sí, quieren un líder antipático. Eso es fácil. Más difícil es que sea simpática, que tenga simpatía. La simpatía la van a dar las acciones. Cuando usted mira las acciones de una persona, eso es la simpatía, no es tanto el físico, o que sea payaso, sino que son las acciones lo que van a dar la simpatía. Y eso es básico. Si usted es líder prepárese. Va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Y si está en un equipo de trabajo va a tener que perdonar, perdonar y perdonar. Usted sabe cuántas veces no podemos manejar un liderazgo, o estar en un equipo de trabajo si no estamos en el perdón.
Ahora vamos a ver cuáles son los principios relacionales del amor. Cómo podemos saber, aparte de los elementos que tenemos que poner en práctica, cuáles son los principios relacionales en un liderazgo para que se manifieste el amor?
La perspectiva. Qué es la perspectiva? La perspectiva es ver el cuadro completo. El líder no puede ver solo una parte de la situación en su liderazgo. No puede ver solo una parte de la persona, el líder tiene que ver un cuadro completo. Muchas veces los líderes cristianos solo vemos nuestro pedacito. Lo que a mí me toca y mi grupito, pero ¿saben qué? nosotros y nuestro grupito somos parte de otro grupote. Y ese grupote es parte de otro grupote. Y tenemos que ver el cuadro completo. No somos un equipito aislado, dependemos unos de otros. Y cuando no vemos el cuadro completo, qué nos puede pasar? Nos puede pasar lo que le pasó a Nabucodonosor. Fíjese que él era tan orgulloso que solo vio su pedacito. Él agarró a las personas más importantes, los más inteligentes, con esos se quedó y no vio el cuadro completo de la nación. Qué pasó? Dios tuvo que trabajar en él y después de que era rey, lo llevó a vivir de la peor manera, hasta que reconoció que Dios era el Soberano. Tenemos que ver el cuadro completo.
Qué otro principio tenemos? Tenemos el principio del intercambio. Ese principio es bien sencillo, difícil de hacer, ponerse en los zapatos del otro. Si algo es difícil es ponerse en los zapatos del otro. Pero cuando logramos ponernos en los zapatos del otro, vamos a entender al otro. Posiblemente nos vamos a dar cuenta que si yo estuviera en su lugar, haría lo mismo y peor todavía. Sí. Es cuando como cuando censuramos a los gobernantes, a saber, si nosotros fuéramos los gobernantes cómo seríamos? O cuando censuramos al líder, a saber, si yo fuera el líder cómo sería? A lo mejor sería peor que aquel que estoy censurando. Eso de ponernos en los zapatos del otro ayuda mucho.
Hay dos personajes que uno es ejemplo de lo que no debe ser un liderazgo y la otra, sí es un ejemplo. Está el caso de Abigail y su esposo Nabal. Nabal era…, espero no tenga ninguna similitud con ningún esposo acá, porque era feo. Me refiero a su actitud, me refiero a su modo de ser. Cuando le tiene que dar comida a los hombres de David que habían sido buenos con los hombres de él, qué hace? No le importa. No los quiere ayudar. Hay que ver lo que les pase. Solo vio su pedacito, nada más.
Pero qué hizo Abigaíl? Abigaíl es ejemplo de lo que debe de ser las relaciones en un liderazgo, y en todo tipo de relación. Qué hizo ella? Ella fue a dar, ella fue a ofrecer, ella agarró lo que tenía, ella se fue con David, ella fue amable, ella para cariñosa. Por qué? Porque era una mujer bondadosa, era mujer linda y qué pasó? Tocó el espíritu de David y lo tocó de tal manera y David tocó el espíritu de ella, lo tocó de tal manera que salvó a todas las familias del lugar. Una mujer que toca el espíritu de las personas puede salvar a su familia, puede salvar a las familias de la cuadra, puede salvar a todas las familias que tiene cerca cuando sabe tocar el espíritu de alguien. Y mire, y lo tocó tanto que después David se casó con ella. Ya esa parte, déjenla por un lado, ahí ya no entramos.
Y tenemos acá entonces otro principio: el principio del carisma. A veces decimos, ay, tan carismático, por qué? Su físico. No, realmente el carisma es interesarse por las personas. Y un líder tiene que interesarse por las personas, tiene que interesarse por las personas más que en sí mismo.
Jonatán apoyó a David para que fuera rey. Y un líder tiene que apoyar a su gente para que crezca, para que se levanten, para que un día sea su sucesor. Ay, pero a veces los líderes qué hacemos? Que no hay ninguno, solo a los de guate. Sabe que hacemos allá? Cuando alguien va creciendo y ya nos va a quitar del puesto lo apachamos de alguna manera. Y a veces somos expertos en buscar formas de apachar al que va creciendo en el grupo, cuando ya vemos que este nos puede pasar, ahí buscamos la manera de ver cómo lo apachamos. Por qué razón? Porque no queremos que crezca.
Para una reflexión: está aplicando usted estos principios en su liderazgo? Se están manifestando en su liderazgo? Se están manifestando en su familia? Se están manifestando en la mía estos elementos del amor? Eso solo Dios nos puede dar la respuesta. Solo Dios puede saber y confrontarnos que si realmente hemos estado aplicando este principio del amor en nuestro liderazgo, si realmente hemos dejado el de centrarnos en nosotros mismos y centrarnos en los demás. Si Dios nos muestra que tenemos que hacer un cambio en esa área, tenemos que pedirle a él que nos ayude a hacer ese cambio.
Cuánto realmente yo estoy centrada en mí misma, o cuánto realmente me interesan más los demás. Quién va primero? Yo o los otros.
Y ahora entremos a otro de los elementos que tenemos acá: el respeto. Qué es el respeto? El respeto es el reconocimiento de la dignidad de una persona. Y qué nos dice Colosenses? Miren, “…..compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo aprovechando al máximo cada momento oportuno que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así podrán saber cómo responder a cada uno….”
Mis amadas hermanas, como está nuestra conversación? Muy linda, muy interesante. Que bien! Saben que las conversaciones a veces van en detrimento, las conversaciones más altas son las que hablan de ideas, bajan un poquito de tono cuando hablan de cosas, y se van para abajito cuando hablan de personas. De qué será lo que más hablamos? De cosas, ideas o personas? Si somos honestas, de personas. Como que tenemos que elevar nuestra conversación.
En su equipo de liderazgo de qué habla? De ideas, de cosas o de personas? Si estamos hablando de personas subamos nuestro nivel.
Cuál es el contenido? En el respeto lo básico es valorar a los integrantes del equipo y que los integrantes del equipo valoren al otro con su valor intrínseco. El valor intrínseco que Dios nos ha dado. En la familia nos tenemos que valorar con el valor intrínseco que Dios nos ha dado. Ese valor que no se quita con nada aunque hagamos lo peor. Sabe que aunque su esposo haga lo peor, los hijos hagan lo peor, el líder haga lo peor, su valor intrínseco sigue siendo como persona. Porque es el valor que Dios le da.
Y en un liderazgo también tenemos que aprender a reconocer el valor del carácter. Qué es el carácter? A veces pensamos que carácter es, ay, yo soy muy dulce…. Mal carácter. No, carácter es otra cosa. El carácter es hacer lo correcto cuando tengo que hacer lo correcto. Y un líder puede cometer equivocaciones de cosas que no sabe, esas se corrigen aprendiendo, pero las equivocaciones de un líder por falta de carácter, esas pueden ser terribles. Un líder tiene que hacer lo que tiene que hacer cueste lo que cueste. Ay, que me va a ir mal…. Bueno, le va a ir mal, pero tiene que hacer lo que tiene que hacer, cueste lo que cueste, lo vea quien lo vea. Saber que Dios siempre está viendo.
El reconocimiento. Entre el equipo de liderazgo es importante, es otra de las áreas de problemas siempre. Es que no me reconocen lo que hago. Es que nunca me dan las gracias. Ha oído eso? Es que nunca me dicen que qué bien lo hice. Es que no son agradecidos. Claro, no nos van a dar las gracias todo el tiempo, pero sí tenemos que darnos las gracias, sí tenemos que reconocer lo que unos hacen por otros. Dios nos manda a ser agradecidos, a dar gracias a él todo el tiempo por lo que tenemos, pero también debemos de dar gracias a las personas que nos están rodeando.
Cuando empezamos a dar gracias por el equipo que tenemos y las personas que nos están rodeando, nos vamos a dar cuenta cuán hermosa es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor, cuál enriquecedora es nuestra vida con las personas que nos puso alrededor. El problema saben en qué está? En que a veces somos buenas para ver los defectos y no para ver el potencial. Y un líder tiene que ver el potencial de la gente más allá del defecto. Para ver el defecto no necesita ser líder, para eso todos los vemos los defectos. Somos cazadores de errores pero ver el potencial de la gente eso es otra cosa. Saber ver lo que está debajo de la persona y hasta dónde se le puede llevar y cuánto puede dar, si se le respeta, si se le da reconocimiento, si se la da aprobación. La aprobación retroalimenta y en un liderazgo tiene que retroalimentadas las cosas buenas, tiene que haber aprobación. En la casa tenemos que tener aprobación los unos con los otros. Las mamás para corregir, buenísimas, doctorado… para aprobar las cosas buenas de los hijos… pasan por un lado y pasan por el otro. Tenemos que aprobar.
Y la aceptación, qué es la aceptación? En un equipo de liderazgo cada miembro debe sentirse aceptado, sentir que tiene un lugar, sentir que ahí está cómodo, sentir que ahí lo aprecian, que ahí lo respetan, de lo contrario, imagínese trabajar en un equipo donde usted no se siente aceptado, con qué ganas va a trabajar? Cómo va a hacer su trabajo? Malo. Tenemos que trabajar en el equipo de liderazgo para aceptarnos los unos a los otros, lo cual no es fácil, porque somos diferentes. Y qué bonito es aceptar a los que son iguales que yo, pero a los que son diferentes, ahí ya la cosa cuesta.
Pues bien, razones por las que las líderes no se ganan el respeto. Yo se las podría centrar en dos: una de ellas es que un líder cree que porque le dieron el puesto ya lo van a respetar. O porque es más grande, o porque tiene canas, o porque tiene más tiempo en el Señor. No, el respeto se gana. Y cómo se gana el respeto? Ya lo vamos a ver. Cuál es el comportamiento del líder para ganarse el respeto?
La otra razón por la cual un líder a veces no se gana el respeto, es porque tiene más necesidad de aceptación que de respeto. Y el líder que tiene entonces por su necesidad de aceptación quedar bien con todos, deja que le falten el respeto. Y empieza a no separar los límites, a pasarse sobre el límite.
Cómo se empiezan a pasar sobre el límite en un liderazgo? Las bromas. Y las bromas cada vez van subiendo más de tono, van subiendo más de color y cuando sentimos nos estamos faltando el respeto los unos a los otros. Hoy día yo he visto que a los líderes se les respeta poco, se les contesta mal. Yo les quiero decir, usted al líder no le puede contestar mal. Simple y sencillamente porque es el líder. El día que usted sea es otra cosa, pero al líder hay que respetarlo. Ay, sí, pero fíjese que es más chiquito que yo. No importa. Sabe menos que yo, que lo voy a respetar. No importa, es la autoridad delegada. Acaba de entrar en el Señor y yo mire cuántos años tengo. No importa, es la autoridad delegada.
Fíjese que en la iglesia está el pastor y está el pastor asociado que es el hijo del pastor. Es para mí un joven de 35 años. Mi hijo trabaja exactamente a la par de él, los dos juntos, ellos tienen leyes que han puesto, estatutos que han puesto, reglas que han puesto, y yo tengo que obedecerlas, yo tengo que sujetarme a lo que ellos me dicen y si me dicen, esto se puede hacer, esto se hace; esto no se puede hacer, esto no lo hago. Tengo que respetarlos aunque sea mi hijo y aunque sea, los dos que yo los puedo ver como unos jovencitos, pero son los líderes que Dios puso sobre mí.
Claro, el líder tiene que darse a respetar. Cómo va el líder a edificar el respeto? Fíjese que el líder tiene que hacer cosas para edificar el respeto. El líder tiene que empezar respetándose él mismo. Si él no se respeta, olvídese, no lo van a respetar. Cómo se respeta un líder? Lo primero que tiene que hacer es un buen desempeño. Usted va a respetar a un líder que se desempeña bien. Vamos a respetar a un líder que no cambia sus convicciones. No es un líder que hoy dice una cosa y mañana dice otra. Hoy está hasta arriba, mañana está hasta abajo. Puro yoyo. En todo lo que hace, en todo lo que dice, eso no es un líder al que nosotros vamos a respetar.
Qué otra manera se va a dar a respetar un líder? Un líder se va a dar a respetar sabe cómo, cuando es puntual, porque cuando el líder no es puntual, está robando la vida a la gente que está con él. Y los del equipo tienen que ser puntuales. La impuntualidad, mis amados hermanos, es quitarle la vida a otra gente. Por qué razón? El tiempo es vida. Y si yo lo hago esperar a usted una hora, le quité una hora de su vida. Así de sencillo. Eso es crucial en un equipo de trabajo.
El líder también tiene que ir más allá de las perspectivas del equipo. Por qué? porque el líder es el que marca la dirección. El líder tiene que ir al futuro, o sea, que el líder tiene que ir en su pensamiento como antes, tiene que ver las cosas como antes, tiene que visualizar antes lo que va a pasar. Por qué razón? Porque al visualizar antes las cosas que van a pasar, las puede prevenir.
Pero imagínese que un líder hasta que el asunto está grave toma cartas en él. No, el líder tiene que ver venir las cosas y tiene que ver muchas veces cómo las detiene. Y un líder tiene que ser exitoso en la medida de hasta donde puede, en todas las áreas de liderazgo: casa, trabajo, liderazgo. Ah, es que aquí en la iglesia, yo soy exitosa, pero en mi casa…. Aquello va fatal. Eso no puede ser. Tiene que haber un equilibrio en todo. Aquí miren, ja, pero en el trabajo… ahí casi que ya me sacan. Tiene que haber equilibrio. La vida es equilibrio y tiene que haber equilibrio en todas las cosas de nuestra vida.
Fíjese que a mí me llama mucho la atención lo que dice Primera de Tesalonicenses 5:12 y 13 dice:
“… que reconozcan a los que trabajan entre vosotros y los presiden en el Señor y os amonestan, y que los tengan en mucha estima a causa de su obra….”
Qué me está diciendo aquí? Me está diciendo que tenemos que tener al líder en estima, aunque nos amoneste. Hay que tenerlo en estima. Y cómo vamos a mostrar nosotros respeto? Una de las formas de mostrar respeto es la obediencia. Ahí va el líder, ni caso le hago, solo lo dejo hablando. Es falta de respeto y el líder también tiene que tener respeto por su equipo. El cumplir con lo que tenemos que hacer es una manera de lograr el respeto en un equipo. El hablarnos educadamente, si no necesitamos gritarnos ni decirnos cosas así, usted sabe, ….. así, esas, que usted se lo dice a Juan para qué? lo oiga Pedro. Y lo dice aquí para que lo oigan así. Esas son faltas de respeto que no deben darse en un liderazgo.
Pregunto para una reflexión: Cómo está el respeto en su equipo de trabajo? Hay que incrementarlo, incrementémoslo. Cómo está en la casa el respeto? Tenemos que incrementarlo? Tráeme la toalla. Apúrate, son las 6!! Te dije que corriendo, venís como que tortuga. Yo no sé de dónde me lo inventé. Y cuando llegamos a la iglesia, hermano, bienvenido. Y en la puerta otra vez, te dije que te apures que tengo hambre. Equilibrio. Equilibrio en todas las áreas que podamos ser personas que fomentamos el respeto. Mire, si algo se ha perdido hoy día es el respeto. Hablamos como queremos, decimos lo que queremos, herimos como queremos.
Vamos a entrar a otro que no se ve ahí, la confianza. Esta es la más importante en el liderazgo, bien difícil, porque miren lo que es la confianza. Es la condición por medio de la cual nos hacemos dependientes de otras personas para un resultado o consecuencia. Y Corintios 4:2 nos dice:
“… ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel…”
La confianza es una decisión. Usted toma la decisión de confiar en alguien. De hecho, las decisiones de confianza usted las toma todos los días desde que se levanta. Usted decide confiar en el que va manejando en el vehículo en el que usted se va. Ahí está la primera decisión de confianza. Usted cuando compra algo confía en lo que le están vendiendo. Cuando oye a alguien, confía en lo que le están diciendo. Es una decisión.
Pero también es un proceso relacional. Usted no va adquirir la confianza de sus líderes por una vez que hicieron las cosas bien. La confianza es un proceso que se va desarrollando. Y la confianza lo más difícil es que es un riesgo. Cuando usted confía en alguien usted confió y si le fue mal la decisión de quién fue? Suya. Es que yo confié, sí, pero quién decidió confiar? Uno. De quién es la culpa? Si a culpables vamos de uno. Por qué? Porque confió en la persona equivocada. No habría visto en esa persona los elementos o los contenidos de la confianza, que veamos cuáles son.
La confiabilidad. Usted sabe si una persona es confiable a medida de que le ha encargado varias cosas y ha funcionado. Entonces usted sabe que es confiable. De lo contrario no sabe si es confiable.
La responsabilidad. Si usted sabe que una gente es irresponsable y confía en ella, cuál va a ser el resultado? Porque mire, la confianza no puede ser fragmentada o la persona es confiable en todas las áreas, o no es confiable en nada. Pero no puede ser que usted tenga un equipo de liderazgo que puede confiar en esto, como que fueran rompecabezas. No. La confianza debe ser en un grupo de liderazgo total, todos entre todos y en todas las áreas.
La lealtad. Esto sí que…. Yo no sé si usted ha visto dentro de las otras iglesias como hablan del líder y después ay, que tal estás? Como me gozo en que seas mi líder! O al revés, ¿verdad? Ha oído eso?
El otro les decía a unas personas, ah, pero que tan mal se llevan pues con esa persona, pero es la primera que invitan a la hora de una reunión. Si no les gusta, si no la quieren ver, es la primera que invitan. Por qué? Porque no hay lealtad. La lealtad es algo en lo que tenemos que trabajar. No podemos ser desleales con la gente con la que trabajamos. No podemos ser desleales. No podemos, yo siempre he dicho que uno no puede morder la mano que le está dando de comer. Si usted está trabajando en un lugar no hable del jefe. El jefe le está dando de comer. Gracias al jefe compró su carrito, su casita y estamos hablando mal de él encima. Pero no nos gustaría que nos pasara a nosotros, que la persona que trabaja con nosotros hable mal después de que nosotros le estamos pagando y dando de comer. No nos gusta. La lealtad.
La fidelidad. Todo esto va combinado: la lealtad, la fidelidad, van combinados. Fíjese que Dios es un Dios fiel, fiel, fiel y si usted quiere un liderazgo al estilo de Jesús tiene que ser fiel en el equipo, tiene que ser un líder fiel. Si usted es un líder intermedio, tiene que ser fiel con los que están de cabeza suya y tiene que ser fiel con los que tiene en su equipo. Tiene que tener fidelidad en los dos niveles. Tiene que ser con fidelidad en los dos niveles.
Credibilidad. Sabe qué es la credibilidad? Si digo sí es sí. Y si digo no es no. No se preocupe, yo lo hago, yo lo hago. Y usted no hace nada. Yo traigo, yo traigo. Y no trae nada. Yo me hice responsable, no lo traje pero asumo la responsabilidad. Cuál responsabilidad si no lo trajo? Si usted se comprometió, se comprometió, aunque tenga que venir a hacerlo de cabeza, enferma, como sea, se comprometió, se comprometió. Usted dijo que llegaba y llega en burro, pero llegue. Sí, así de sencillo. Sí, pero llegue. Eso es la credibilidad. Con la mayor tranquilidad dice, ay, no pude, fíjate. Y deja al líder ahí, deja a todo el equipo porque no pudo. Y busca cualquier excusa que a lo mejor es hasta mentira. Porque si no lo va a poder hacer, llame antes, y arréglelo cómo lo puede cubrir. Así de sencillo. A veces hay trabones, llame antes y arregle cómo se puede cubrir. Pero hágalo.
Y luego vamos a tener la seriedad. Mi amada hermana, si usted se decidió a servir al Señor, de ser parte de un equipo, usted tiene que ser seria. Ay, hoy sí lo sirvo, pero mañana no porque estoy cansada. No. Las cosas en mi casa…. no, servir al Señor no es juguete. Estar en un liderazgo, en un equipo de trabajo no es juguete.
Yo veo que a veces para el trabajo somos serios, para las cosas del Señor, no. Ay, como es para el Señor, sí, precisamente como es para el Señor tiene que haber excelencia. Al trabajo sí llegamos puntual porque ni modo, pero a las cosas del Señor, no, porque es para el Señor. Eso no puede ser.
Y respuestas predecibles. Usted si quiere ser una persona confiable, de credibilidad, tiene que tener respuestas predecibles. Es que no sé como me va a salvar. No, las respuestas tienen que ser predecibles. No sé qué me va a decir. No, las respuestas tienen que ser predecibles. Usted tiene que trabajar en eso en su equipo de trabajo, que ahí todos los que digan es sí, lo que digan es no. Son confiables, las respuestas son predecibles.
Las personas en qué confían en el líder? Porque también las personas depositan su confianza en el líder. Y el líder tiene esa responsabilidad. Ser líder no es fácil. Es bien difícil. Solo se logra unido del Señor. En qué confía la gente en el líder? Bueno, en el juicio.
Usted sabe que su líder está cuerdo. Al menos eso cree. Cree que sabe a dónde lo lleva, cuáles son las metas. Porque si no cree que su líder está cuerdo, pues vamos mal, ¿verdad? Usted sabe que su líder es una persona íntegra en todas las áreas de su vida, que es franco, que no le dice mentiras blancas. Sabe cuáles son las mentiras blancas? Las mentiras sociales. Sabe que es un líder veraz, que si le dijo una cosa es porque es. En qué va a confiar usted en el líder? En la perseverancia. Usted no quiere un líder que a la primera de cambio, cuando las cosas se ponen feas, sale corriendo y los deje a todos en el equipo y ahora qué hacemos, a quién ponemos.
Usted tiene que desarrollar esas características si es un líder, tiene que desarrollar su carácter. Ya hablamos de esto. Tiene que ser honesto. Y un líder honesto, pues, es un líder que no tiene una imagen falsa, que como soy líder soy perfecto, fíjese, ya no tengo errores, ya no tengo emociones, ya no siento nada. Los líderes tenemos un montón de errores, cometemos equivocaciones, somos personas y podemos tener una imagen falsa. Hasta caminamos diferente porque somos el líder. No, eso no puede ser, no puede ser.
Esas son las características que un líder tiene que desarrollar. Por qué? Porque su equipo espera eso.
Vamos a ver cómo podemos edificar confianza en un grupo. La confianza definitivamente empieza en uno mismo. Ahí empieza la clave. Ya vimos como podemos ser un líder confiable. Un líder también edifica la confianza cuando es accesible. Antes yo lo podía hablar al hermano, a la hermana, ahora ya no porque es líder, ya tengo que pedir cita. Ya si lo saludo nunca me da la cita. Yo no lo puedo hablar ahí en el equipo porque ahora es líder. No. El líder tiene que ser accesible.
Fíjese que ahí en la Biblia tenemos un ejemplo de accesibilidad que a mí me gusta mucho, y es el caso de Rebeca. Le pongo ejemplos de mujeres porque estamos mujeres. Cuando a ella le piden agua para beber, qué hace ella? Ella es accesible y da el agua al siervo de Abraham, le da el agua, y no solo le da agua a él sino que le da agua a los camellos. Pero nosotros no queremos caminar un poquito más de ser accesibles, sino que exactamente lo que nos piden.
No, un líder tiene que caminar la segunda milla. Ay, le pidieron la camisa, tiene que dar el saco. Un líder tiene que dar siempre más. Tiene que ser accesible. Claro, usted no va a estar llamando al líder a su casa y a su trabajo, cada media hora, porque tampoco. Pero equilibrio para las cosas, pero sí tenemos que saber cuándo somos accesibles para atender a la gente.
Otra cosa bien importante para edificar la confianza es crea lo mejor de las personas. Si usted cree, el líder que cree lo mejor de su equipo, va a sacar lo mejor de su equipo. Por qué? Porque eso van a ser sus diálogos internos. Cuáles son los diálogos internos? Son estos pensamientos que hay aquí en la cabeza todo el tiempo. Y ahorita, yo sé que usted tiene algunos. Esos diálogos internos de lo que usted cree de la gente van a ser el resultado. Crea lo mejor de la gente. Es que me puedo equivocar, se puede equivocar, es un riesgo, pero creer en alguien da buenos resultados.
Para una reflexión: Cómo está la confianza en su equipo? La ha edificado? La tiene que edificar? Qué cambios tiene que hacer? Recuerde, un equipo en el que no hay confianza, no es equipo. Así de sencillo. Por qué? Porque estamos todos desconfiados los unos de los otros, no confiamos en que la gente va a hacer las cosas. No confiamos. No puede ser, tiene que edificarse la confianza.
Y veamos ahora, la generosidad. Es la inversión que nosotros hacemos en los demás. Cómo vamos a invertir en los demás? Preocupándonos los unos por los otros a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. Cómo vamos a ser generosos? Mire, en tiempo el líder tiene que tener tiempo para el trabajo del Señor, el equipo tiene que tener tiempo. Es que ya voy corriendito porque no tengo tiempo, y todo lo hacemos corriendito. En el Señor no puede haber corrienditos. El Señor no anda corriendito de nosotros. Nos da tiempo o usted lo tiene que corretear? Yo no veo. El Señor ahí está. Entonces, lo más que podemos hacer por él es darle tiempo, pues, si no nos pide mucho.
Usted tiene que dar información. Hay líderes que cómo saben y no enseñan nada. Por qué? Porque si el otro sabe mucho va a saber más que yo. Si usted quiere ser trascendente en un liderazgo enseñe, deje seguidores. Esa es la trascendencia. Usted se muere y los otros siguen. Porque le cuento que todos vamos por ese camino. Así es que muy líderes pero ese es el caminito.
Afecto. Mire, un líder tiene que dar afecto. Cuando un líder da tiempo, información y afecto, qué está dando? Está dando apoyo, y cuando da apoyo hay crecimiento del grupo y hay buenas relaciones.
Y veamos ahora los principios de la generosidad. El primer principio que tenemos es el principio de la huerta. Ahí tenemos a Moisés y Josué. Moisés y Josué estuvieron juntos por 4 décadas. Se dieron tiempo el uno al otro, se apoyaron el uno al otro por 40 años, en las buenas y en las malas. Las relaciones hay que cultivarlas. No se dan por sí solas, hay que regarlas y regarlas todos los días.
Tenemos el principio del ciento uno por ciento. Qué es este principio usted me dirá? Es que yo con mi equipo no tengo nada en común, todos somos tan distintos. Busque el uno por ciento que tenga en común y a ese uno por ciento dele toda la fuerza. Es que yo con mi esposo no tengo nada en común. Busque el uno por ciento con el que tenga acuerdo y dele toda la fuerza.
Mire, Pedro estaba defendiendo la inclusión de los gentiles que hizo Dios. Pedro fue amonestado porque le estaba predicando a los gentiles, y le estaba predicando a Cornelio. Y qué hizo él cuando lo confrontaron? No se puso a pelear, buscó el punto en el que estaba de acuerdo en común con los religiosos, que era que cada persona que verdaderamente tenía un convencimiento creyente en Jesús, tenía el Espíritu Santo. Ese era el punto en común, y eso fue lo que él tomó para entrar en unidad.
La celebración. Sabe usted dónde se prueba una verdadera relación? Cuando usted se alegra que le pasó algo bueno. Pero cuando se alegra de verdad. Ay, que bueno lo que te pasó y en el fondo, Señor, por qué no fue a mí a la que le pasó eso? No crea, no es fácil eso a veces. Es cuando verdaderamente usted se alegra del triunfo del otro, cuando verdaderamente usted se alegra que Dios le dio al otro lo que usted quería para usted. Ahí se mide una verdadera relación.
A veces estamos orando dos personas por lo mismo. Dios se la da a una y a uno no. No es fácil alegrarse. Pero ahí se prueba la verdadera relación. Usted se recuerda el caso de Saúl y David? David había vencido a Goliat, había vencido a los filisteos, iban de regreso a su casa y cuando las mujeres israelitas empiezan a decir, David, mató a diez mil, Saúl solo a mil, qué hizo Saúl? Se enojó, se puso bravo, lo empezó a perseguir. Por qué? Porque no pudo celebrar el triunfo de la otra persona.
Y por último tenemos el entendimiento. Toda relación debe de añadir valor a la persona. No quitarle valor. Una relación es significativa cuando usted se relaciona con la persona le da valor a la persona, añade a la persona, hace crecer a la persona, hace resaltar lo mejor de la persona, hace que la persona sea efectiva. Esas son las relaciones saludables que Dios quiere para nosotros. Por eso dice que dos son mejor que uno, porque si uno cae el otro lo sostiene.
Y veamos el contenido del entendimiento. Comunicación adecuada. Un líder que no tiene una comunicación adecuada con su equipo de trabajo no funciona. Que entiendo por comunicación adecuada? Una comunicación que es clara, concreta, directa, que puede dar las órdenes con claridad, con seguridad, concretas. No que yo te digo, porque yo creo para... una confusión. Que usted hasta cuando da una dirección lo mandan por aquí, y luego para allá y después…
El otro día una persona le daba una dirección para llegar a mi casa y le decía, mira, te venís por un banco que ahora es tal banco, y antes era tal otro, y antes era otro y después vas a llegar a otro banco, que ahora es tal banco y que antes era…. Imagínese esa persona, nunca llegó a mi casa, por supuesto. Anda todavía buscando los bancos.
La comunicación tiene que ser clara. La visión tiene que ser clara. Usted tiene que tener la visión de lo que está haciendo para transmitirla con claridad. Si no la tiene usted con claridad, no la puede transmitir al grupo. Todos tienes que tener la visión.
Cada quien debe de conocer su responsabilidad. Es que yo no sabía que me tocaba a mí. Ha oído usted eso? Es que yo creí que le tocaba a no sé quién. Es que yo no sabía que yo tenía que hacerlo. Tenemos que conocer nuestras responsabilidades y tenemos que saber lo que estamos haciendo. Si usted está en equipo de trabajo que lo que le toca hacer no lo sabe hacer, apréndalo. Así de sencillo.
Mire dónde lo aprende. Busque un libro. Métase al Internet. Pregunte. Vea qué hace y aprenda. Pero hágalo bien. Hágalo con excelencia porque es para el Señor, no para nadie más.
Y vamos a ver ahora los principios. Por favor escuche, escuche, escuche, escuche. No hable antes de que el otro haya terminado. Conoce a alguien así? uno va por la mitad y ya le contestaron. Uno va por la mitad y le ponen a uno el resto de la frase. Eso no es escuchar. No oiga, escuche, escuche es ir más allá de las palabras, es entrar al corazón de la persona, es entrar al espíritu de la persona, es entrar a las intensiones de la persona, es ponerme en el zapato del otro. Todo eso es escuchar.
Quiere buenas relaciones en su casa? Escuche. Es que me aburro. Escuche. Es que mi marido cómo habla. Escúchelo. Quiere buenas relaciones con los líderes? Escúchelos. Porque eso si nos gusta a que nos escuchen, eso es bonito.
La asociación. Miren, en un equipo de liderazgo tenemos que estar juntos porque si trabajamos juntos vamos a tener buenos resultados. Ahí no estoy yo solo, estamos asociados todos. Y debemos de gozarnos el equipo de liderazgo solo por el hecho de estar juntos. No porque tenemos que trabajar. Solo por el hecho de estar juntos debe de haber gozo. Por qué razón? Jesús tiene gozo de estar con su iglesia. Y la relación mejor que tenemos es la relación con Jesús, es una relación de gozo y así debe de ser la relación los unos con los otros.
Yo le voy a pedir ahora que se pongan un poquito de pie. Estamos un poco atrasados pero vamos a tratar de adelantar. Voy a pedirle que se estire un poquito. Vamos a hacer un poquito la gimnasia cristiana, usted diga, a veces estoy con Cristo arriba, arriba. Toque el techo. Toque el techo. Toque el techo.
A veces estoy sin Cristo, abajo, abajo. Vamos agáchese, hasta el suelito, hasta el suelito. Llegando, llegando. Pero como no me gustar arriba y abajo, arriba y abajo, mejor me quedo arriba, arriba, arriba, arriba. Ahora siéntese.
Y le voy a dar unos dos minutos, tres minutos para que usted con la persona que tiene a la par le comente de todo lo que vio aquí, en qué cree que su liderazgo anda muy bien, o en qué cree que su liderazgo necesita trabajar. Y si usted no es líder, pues, comente en qué cree que su casa está bien o qué cosas necesita edificar. Haga el ejercicio porque esto nos va a dar un poquito de auto revelación de cómo estamos. Trate de hacer el ejercicio.
Cambie con la otra persona para que sea recíproco. Muy bien, vamos a continuar. Tenemos todavía un poquito aquí adelante para no dejar esta parte inconclusa.
Y entonces vamos a ver qué perjudica una relación. Lógicamente una relación se va a perjudicar cuando no se trabajan estos elementos que vimos y cuando los principios relacionales que vimos no se llevan a cabo.
Entonces, se va a perjudicar la relación, puede ser que se perjudique en el área del amor, en el área de la confianza, en el área del respeto, en el área de la generosidad o el entendimiento. Identificar el área de problema es bueno porque es en esa área en la que hay que trabajar, y no se puede sustituir un área por otra.
Usted me dirá, mi equipo está mal en el área del amor, pero estamos bien en el área de la confianza. No, no se puede sustituir un área por otra. Tienen que edificarse todas las áreas. Qué pasa cuando hay problemas en alguna área? Bueno, viene el conflicto. El conflicto simple y sencillamente yo le diría que es un desacuerdo. En una palabra, un desacuerdo entre personas interdependientes, porque claro, para que haya conflicto tenemos que ser interdependientes.
Cuando hay conflicto nosotros podemos hacer muchas cosas. Una cosa es ignorarlo. Aquí no pasa nada. Aquí todo está bien. Negar el conflicto, hermana, yo veo que su equipo… No, aquí no pasa nada. Luego en su familia, no, no, no, todo bien. Todo de cabeza pero estamos bien. A veces huimos del conflicto. Tengo con conflicto en la iglesia, qué hago? Me voy para otra. Váyase a otra a tener conflicto a otra y así camine y salte. O qué puede hacer? Arreglar el conflicto de la índole que sea. Enfrentarlo a la manera de Dios.
Tenemos diferentes niveles de conflicto. El número 1 es el fácil de resolver y ahí es donde se deben resolver los conflictos. Por qué? Porque ahí todavía nos estamos hablando realmente, queremos resolver el conflicto, somos francos, con hablar las cosas se arreglan. Si dejamos pasarlo al número 2 pues vamos a entrar ya a los desacuerdos.
Ya los desacuerdos, la comunicación ya no es tanta, ya no nos hablamos con tanta franqueza. Ya somos medio hipócritas, ¿verdad? Nos saludamos así como que está todo bien, pero no está todo bien.
Si sigue su curso hay ruptura de la comunicación y ahí es más problema la solución. Y si seguimos nos volvemos personas antagónicas. Y el último nivel del conflicto es cuando entonces mejor me voy. Y salgo huyendo y dejo la obra del Señor tirada. La obra de Dios no se puede quedar tirada. No porque seamos insustituibles, usted no lo hace, lo levanta otro. Así. Tal vez con menos conocimiento que usted pero con más corazón para servir al Señor.
Veamos entonces ahora las etapas del conflicto porque mire, el conflicto no surge así de la nada. El conflicto tiene etapas que se pueden ver en la batalla de Hai. Mire, en la batalla de Hai, qué pasó? Creían que iban a enfrentarse a unos poquitos y resultó que enfrentaron a un montón y así nos pasa a nosotros en el conflicto. Está primero la etapa del síntoma. Nos damos cuenta que algo anda mal, yo como que veo que la fulanita no está igual conmigo, como que ya no me saluda igual, como que ya no viene a todas las reuniones, como que ya falta mucho. Es la etapa del síntoma. Vemos que lo cotidiano, lo que llevábamos tiene una interrupción, hay un vacío, empezamos a notar el vacío. Yo creo que mi marido ya no se me acerca mucho. Empezamos a ver una interrupción. Mis hijos ya no me buscan tanto. Hay una interrupción.
Luego viene la etapa de la confusión. Qué estará pasando? Se ha hecho esa pregunta? Por qué será que ya no viene la fulanita a las reuniones? Por qué será que ya no me saluda? Y tantas cosas, es la etapa de la confusión. Y en esta etapa de la confusión fíjese que es bueno hacer lo que hizo Josué. Qué hizo Josué? Josué agarró a los ancianos, postró rodilla en tierra y le preguntó a Dios, qué estaba pasando y que le diera sabiduría para saber lo que tenía que hacer.
Pero sabe qué hacemos nosotros? Está bueno que usted busque alguien de su confianza para orar, pero sabe qué hacemos nosotros? Buscamos a otro para contárselo y otro para contárselo y cuando venimos a sentir ya tenemos equipitos y grupitos. El conflicto ahí está.
Y luego viene la tercera etapa, la etapa de la revelación. Fíjese que Dios a Josué no se lo reveló todo, pero sí le reveló lo que estaba pasando, le reveló que había pecado, le reveló que había robo, le reveló que había desobediencia. Y cuando nosotros le pedimos revelación a Dios de qué está pasando, fíjese que Dios revela. Y sabe, Dios sabe qué nos revela a veces? Que la otra persona tiene conflictos personales, que la otra persona está pasando por dificultades económicas, que la otra persona tiene problemas familiares, y que tal vez el que no me salude o el que no venga no tiene nada que ver conmigo. Pero yo lo personalizo todo, como soy tan importante, parezco niño de dos años, todo gira alrededor mío. Y a lo mejor la persona… y eso lo revela Dios.
Entonces, revélate a ser. Si la persona tiene conflictos, problemas, qué voy a hacer? La busco para ayudarla. Así de sencillo. Qué hizo Josué? Fue con Acán y lo confrontó y cuando Acán le dice, sí, yo he robado, yo tengo ahí escondido todo lo que robé, pues, ahí Josué hace lo que Dios le había indicado, ¿verdad? Que era quemarlo porque esa era la ley.
Pero nosotros qué hacemos cuando Dios revela cosas? Porque también Dios nos puede revelar que el problema es nuestro, que las que estamos conflictuadas somos nosotros, que las problemáticas somos nosotros, y las que no andamos bien somos nosotros. Entonces ahí el conflicto se puede arreglar fácil. Tal vez con buscar a la persona, con hablarle, con cambiar de actitud. No me saluda, saluda. No me saluda la primera vez, la saludo dos. No me saluda dos, la saludo tres, a la cuarta me va a saludar. Y se arregló la cosa. A veces los conflictos son sencillos, a veces los conflictos son malos entendidos. Así de simple, ¿verdad?
El otro día me dice una persona, ahí al lugar donde yo voy a nadar, estás enojada conmigo? No, le digo yo, por qué? es que como no estás en tu casillero donde te viniste a la par del mío. Sí, le digo yo, porque el mío se arruinó. Me cambiaron de lugar porque se arruinó la chapa de tantas cosas que le meto al casillero. Pero ella ya pensaba… pero si no me lo dice qué pasa? Ay, está brava conmigo, qué será? Qué habré hecho? Y allá empieza uno a dudar, empieza uno a especular, a suponer cosas. Y si usted supone cosas, actúa sobre las suposiciones. Y cuando siente que hay un distanciamiento que se pudo haber arreglado con preguntar, qué te pasa? Así de sencillo.
Veamos entonces cómo solucionar algunos conflictos. Mateo 18:15 es muy claro:
“… si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo a solas. Si te escucha has ganado a tu hermano…”
Es decir, ir y hablar con la persona para reconciliarnos. Yo pienso que lo primero que tiene que haber es la reconciliación, porque se reconcilian las personas, no los problemas. Primero tiene que haber una reconciliación. Es prioridad porque si lo dejamos pasar mucho tiempo, qué va a pasar? Se endurece el corazón, se agranda el problema, se vuelven más triangulaciones, o sea más equipos, de unos sí y otros no, viene la raíz de amargura. Dios no quiere que tengamos raíz de amargura.
Entonces, quién toma la iniciativa? Mire, no importa quién la toma. Si usted la tiene que tomar, tómela. Si es la otra persona la que la toma, tómela, pero que alguien la tome. No, yo espero que venga. Hágalo en privado. Mire, a veces con pedirnos perdón, con perdonarnos se arreglan a veces las cosas, llevarlo a la cruz el conflicto, perdonándonos, reconciliándonos. Dios no quiere que nosotros estemos sin reconciliación. Cuando nos pedimos perdón la gracia de Dios baja sobre nuestras vidas.
Es que no tengo ganas. Mire, sabemos que no es cosa de ganas. Yo, una vez fui a pedir un perdón casi sin ganas, sin querer hacerlo, en obediencia de Dios y en ese momento, mire, Dios tocó mi corazón de tal manera que ya fui genuino porque Dios lo que quiere es obediencia.
Ahora bien, a veces si ya tenemos, aparte de que nos reconciliamos, a veces se tiene que quedar ahí. Pero hay veces que si el problema es mayor, hay veces que hay que arreglar situaciones de trabajo, hay que arreglar situaciones de vida, que a veces usted se va a tener que confrontarse con alguna persona. Ahora, a veces la confrontación se puede hacer el mismo día que nos reconciliamos. A veces no se puede. A veces se necesita un proceso unilateral. Qué quiero decirle con esto? Dios a veces necesita trabajar en nuestro corazón y en nuestra vida unilateralmente, necesita mostrarnos en qué fallamos, necesita mostrarnos nuestras emociones, necesita mostrarnos las equivocaciones, necesita mostrarnos los mecanismos de defensa que estamos usando.
A veces no es cosas de que perdonémonos y vivamos felices. Tiene que haber un proceso para la reconstrucción de la relación y Dios también va a trabajar en la otra persona. Si nosotros vamos guiados por el espíritu de Dios en el momento en que hacemos la confrontación, va a dar resultados. Por qué? Porque vamos guiados por el espíritu de Dios. Dios también ya trabajó en el otro, no solo en mí. En la confrontación lo que nosotros debemos de tratar es de arreglar las cosas porque si usted y yo vamos a la confrontación, es que yo le voy a demostrar que yo tengo la razón. Yo la voy a demostrar que yo soy más maduro por eso yo fui primero. Mejor que vayamos a la confrontación pues no es para eso. Hay que ir con el deseo de encontrarnos el uno al otro y que si Dios nos puso juntos vamos a encontrar el camino para ir juntos, yo con mis defectos, el otro con sus defectos, pero vamos a encontrar a veces dónde podemos darnos el brazo y caminar juntos para hacer lo que tenemos que hacer, lo que Dios nos ha mandado a hacer.
Y entonces en la confrontación veamos la actitud es básica. Yo tengo que ir con la actitud de encontrarme con el otro. Y el otro tiene que ir con la actitud de encontrarse conmigo, de buscar el camino juntos. Eso es básico. Si no llevamos esa actitud, no van a funcionar las cosas.
Y veamos algunos lineamientos para la confrontación. Lo primero que hay que hacer es orar, orar y orar hasta que Dios diga vaya. Separe a la persona de la acción. Qué difícil es eso! Cuando tenemos conflicto con alguien toda la persona la vemos negra, toda la persona la vemos horrible, toda la persona la vemos mala, toda la persona la vemos que está mal. …………………………… (inaudible) hay que separar a la persona de la acción.
Hable, no ataque. Es que yo le voy a decir…. Ni vaya. Vaya a hablar, no a atacar en lo personal porque entonces ya atacamos a la persona como persona porque ya revolvimos todo. Eso no es fácil. Qué más tenemos que hacer? Trate un solo asunto. Los que nos salimos por la tangente ¿verdad? Estamos hablamos de lo que pasó hace una hora y empezamos a hablar de lo que pasó hace 10 años, lo que pasó hace tres meses, lo que pasó hace 5 meses y aquello se vuelve un ….. por favor, hay que ser específico. Estamos hablando de esto, de esto. Qué me quieres decir con esto? Qué estás tratando de decir? Ser específicos, no generalidades, de que no sabemos ni de qué estamos hablando.
Ha tenido usted conversaciones así? no sabe ni de qué está hablando. Evite generalidades. Mire, no diga, siempre haces lo mismo. Nunca me escuchas. Nunca tal cosa. Toda la vida… eso no es cierto. Estamos exagerando. Y cuando decimos eso, hay defensa. Dígale a una persona, nunca me escuchas y si nunca la escucha, menos la va a escuchar ahora. Uno mismo se ata.
Evite el sarcasmo. Mire, algo pasó. Evite el sarcasmo. Como no nos están diciendo lo que queremos oír, a veces nos empezamos a reír así, como con sarcasmo, con desdén, ah, porque los gestos hablan mucho, una cierta sonrisa, el piecito lo empezamos a somatar.
Aclare, si necesita que le aclaren cosas, pida aclaración. Explore si necesita conocer más. Extiéndase, pida que se extiendan, si eso es la confrontación. Y por favor, escuche. Si no tiene la razón reconózcaselo y si la tiene cállese, no vaya a decir, te lo dije. Conoce eso, ¿verdad? Ya sabía yo.
Y si usted quiere hacer críticas a la situación preséntelas como una sugerencia, no como una crítica, como una sugerencia. Y cuando tenga que hacer una crítica a una persona, primero enfoque lo positivo, luego haga la crítica haciendo ver el error como algo que se puede arreglar y finalice valorizando a la persona.
Aquí tenemos el caso bíblico de Natán y David. Natán tuvo que confrontar a David, pero cómo lo confrontó. Primero había escuchado la voz de Dios, conocía bien, bien el problema, conocía la raíz, porque a veces queremos confrontar a la gente y ni sabemos el problema. Por ahí alguien nos contó de oídas. No, él conocía el problema, sabía la raíz del problema y sabía las consecuencias del problema, conocía bien y había oído la voz de Dios antes de la confrontación.
Cuándo es el momento de llamar mediadores? Si el conflicto no se arregló con la confrontación llamemos mediadores. Lo dice la palabra de Dios en la Escritura.
Cualidades de un mediador. Fíjese que no cualquiera puede ser un mediador. Tiene que tener empatía con los dos lados. Tiene que ser imparcial porque sino se va a ir de un lado. Tiene que ser profesional, yo le llamaría madurez en el Señor. No vaya a llamar de mediador a uno que el domingo pasado conoció al Señor. Y que tenga confidencialidad. Ah, mire, esto es clave. Contame qué pasó ahí adentro en la confrontación, pero me lo contás con detalles. Usted no puede contar nada ni con detalles, ni sin detalles. O sea, un poquito te voy a contar pero no vayas a decir nada. No, no, no. Sabe qué va ir a decir, pues, al otro también le dice que no diga nada. Todos los saben menos el confrontado.
Hay dos tipos de mediadores: un mediador pasivo y un mediador activo. Cuál es el mediador pasivo? El mediador pasivo, como su nombre lo indica, actúa poco en la mediación, más que todo el mediador pasivo lo que tiene que hacer es que los otros dos se encuentren, pero la comunicación entre las dos partes es directa, pues, uno se comunica con el otro. El mediador, más que todo, va orientando como va la comunicación entre uno y otro y facilitándola, y hace reuniones juntos.
Ahora, el mediador activo ya toma más parte en la mediación. El mediador activo ya a veces lo que hace él es lo que uno dijo hablarlo para que el otro lo escuche. Ya va tomando como una parte más directa, ya sirve como un canal de comunicación. Además el mediador activo ya tiene que saber bien, bien, cuándo preguntar, cuándo presionar, cuándo extenderse, cuándo concluir. Ya tiene que tener más cualidades el mediador activo.
Y el mediador activo por lo general primero se reúne con una parte y luego se reúne con otra. Y no importa cuántas veces necesita reunirse con A y cuántas veces necesita reunirse con B, hasta que considera que es el momento adecuado los junta. Y no importa cuántas veces los tiene que juntar.
Luego tenemos aquí los pasos para la mediación. Si usted va a ser un mediador, por favor, reúna toda la información, no vaya con lo que le contaron y con lo que le contó una de las partes. Tiene que identificar cuáles son los puntos de conflicto. A medida, a veces, lo que pasa es que se ha vuelto tan grande que ya no sabemos dónde empezó el conflicto. Como no somos ni francos ni honestos, ni siquiera con nosotros mismos, ni sabemos dónde empezó el asunto. Entonces, identificar los puntos de conflicto no es fácil. Tiene que formular preguntas, tiene que saber cuándo preguntar, cómo preguntar para ahondar. Tiene que hacer enunciados con sus palabras. Los enunciados tienen que ser fieles, no pueden ser interpretaciones. Tiene que repetir las frases claves. Siempre en una confrontación van a haber frases claves, puntos clave que el mediador activo tiene que conocerlos. Tiene que hacer aclaraciones. Tiene que buscar alternativas. Recuérdese que vamos a solucionar cosas.
En el mediador pasivo las alternativas, la solución, las buscan las dos personas confrontadas. Aquí el mediador activo busca él también soluciones. Él propone a las dos partes las soluciones. Y tiene que ir cerrando áreas de acuerdo. Ya hay acuerdo en esta área, cerrémosla. Ya hay acuerdo en este aspecto, cerrémoslo. Acuerdo en este otro aspecto, cerrémoslo. Acuerdo aquí, cerrémoslo. Son cerrar las áreas de acuerdo.
Y aquí para finalizar esta parte de hoy en la mañana, aquí tiene la bibliografía que yo utilicé para esta presentación. Usted puede consultar todos estos libros, verificar la veracidad de la información, ampliarla, aumentarla y utilizarla de la manera que considere conveniente.
Nadie sabe el día ni la hora
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Como ustedes se recordarán yo empecé hace dos miércoles atrás una serie de lo que yo creo que le voy a cambiar el título ahora. Le voy a decir “Abriendo la cajita de Pandora”, eso es lo que le voy a decir a mi serie de mensajes ahora. Digo eso, por obviamente, la naturaleza de esos temas es una naturaleza que es bien conflictiva porque son temas que mucha gente los interpreta de distintas formas y pueden justificarlos en distintas formas.
Pero yo he sentido el deseo o la inquietud de poder hablar de estos temas desde la perspectiva de nosotros como iglesia. Porque hay veces que no escuchamos estos temas como así desde el púlpito de aquí de Congregación León de Judá. Así que yo me he dado a la tarea de coger algunos de estos temas. El primero con el cual yo empecé fue el tema de que si algún cristiano puede perder su salvación ¿o no? Eso fue lo que hablábamos hace dos miércoles atrás. Y el argumento que yo estaba diciendo no es que necesariamente que pierde la salvación sino que es más bien un asunto de que la persona se aparta, renuncia a su salvación.
Y obviamente, al hacer eso, pues es como quien dice está corriendo el riesgo de perder eso entonces. Pero más bien el argumento era ese, que después de haber conocido la verdad y la persona por su libre albedrío decide entonces seguir con su vida vieja. Pues es una personas que está negando de haber disfrutado de esa bendición, de estar en la presencia o de disfrutar una relación con Dios.
Hoy el tema que me estoy atreviendo a tocar tiene que ver con el retorno de Cristo. Por eso es que estoy diciendo, le puse de tema “Nadie sabe el día ni la hora” y pueden ir conmigo a ese pasaje en Marcos capítulo 13. Aquí lo que yo quisiera hacer es más o menos hacerlo como parte de un estudio bíblico acerca de cuales son algunas perspectivas teológicas sobre el retorno de Cristo. Yo espero que no se me pierdan aquí. Créanme, es un tema bien interesante.
Pero a la misma vez lo estoy haciendo con el sentido con el cual inicié esta serie que es la idea de nosotros podernos aferrar a Cristo. Aferrarnos a aquellas cosas en las cuales nosotros creemos, lo que nos une, lo que nos amarra a nuestra relación con Dios. Cuando se dan cuenta si estaba hablando de la salvación, la salvación es la puerta de entrada para nosotros tener una relación estrecha, directa con nuestro Señor Jesús. Eso es una de las cosas que más nos aferra.
Entonces, este tema del retorno de Cristo, estamos hablando de que es un tema teológico, que no es escatología. Esto tiene que ver con los tiempos finales, lo que habla acerca del fin. Pero sin embargo lo estamos hablando a la luz de que es una promesa. Es una promesa que el Señor Jesús nos ha dado a nosotros, de que no nos va a dejar solos sino que Él va a regresar por nosotros en un momento futuro. Pero lo que quiero hacer ahora es más o menos explicar algunas de las perspectivas que obviamente hay allí afuera en el mundo evangélico.
Pero déjenme leer primero el verso de Marcos, capítulo 13. Comenzando con el verso 31. ¿Lo tienen ahí? Muy bien. Dice:
“el Cielo y la Tierra pasarán, más mi palabra no pasará. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aún los ángeles que están en el Cielo” -y esta es la parte más interesante- “Ni el Hijo. Sino solamente el Padre. Mirad, velad y orad porque no sabéis cuando será el tiempo”.
Este verso a mi siempre me ha cautivado por el mero hecho de que a lo largo de toda la historia de la humanidad la gente se han estado rompiendo la cabeza tratando de descifrar cual es el día, la hora, el año y el mes en que Jesús va a regresar. Pero se van a seguir rompiendo la cabeza porque la misma Biblia dice que nadie lo sabe. ¡Ni el mismo Jesús lo sabe! Imagínate es como si Jesús estuviera sentando al lado del Padre, como qué “¿Ya?” “No”. “¿Ya? ¿Ahora sí, verdad? Mira septiembre 11 pasó”. “No todavía, sigue esperando, sigue esperando”. “Ya el tsunami, el tsunami”. “No todavía”. “Mira, hay bombas escondidas yo no sé donde. Ahora sí, ahora sí”. “No todavía”. ¿Vieron la idea? Ni el mismo Jesús sabe el momento.
Ahora porque la gente trata de descifrar todas estas cosas. Hay un libro que es bien importante en la Biblia que se llama el libro de Apocalipsis. Es el Libro que no mucha gente se atreve a meterle las manos a él obviamente, porque es un libro que tiene muchos simbolismos y cuando uno trata de interpretar los simbolismos, por eso es que hay tantas vertientes y direcciones de cómo la gente percibe como van a suceder estos eventos finales.
Pero miren. Déjenme presentarles algunas cosas. ¿Si me puedes poner el próximo slide? Yo les voy a presentar algunas de estas teologías que hay allá afuera y una se llama la “Post milenial”. Lo del milenial tiene que ver con el año del milenio que si ustedes buscan en Apocalipsis-déjenme leerles esto para que no se me confundan- Apocalipsis capítulo 20 habla acerca de los mil años del reinado de Jesús aquí en la Tierra y obviamente hay unos sucesos que ocurren antes y unos sucesos que ocurren después.
Empiezo con esta perspectiva: la post milenial porque esta es la teología que dice que el rapto, el retorno de Cristo va a suceder después del milenio. Eso es esta perspectiva: que el segundo retorno de Cristo va a suceder después del tiempo del Juicio Final. O sea que si ustedes ven esa gráfica que yo puse ahí arriba miren como lo presenta. Dice que después de la muerte y la resurrección de Cristo la gran tribulación supuestamente comenzó en el año 70 cuando fue la destrucción del Templo de Israel.
La Gran Tribulación, supuestamente, nosotros ahora estamos viviendo en el tiempo del milenio, el tiempo presente –supuestamente- del milenio, pero obviamente ya han pasado más de mil años así que piensen que milenio es un número simbólico. Y que tiene que haber un momento en ese período donde haya una gran conversión de judíos. Eso es lo que la teología post milenial dice. Donde el pueblo de Israel completo va a reconocer a Cristo Jesús como el Mesías y después entonces va a llegar esa rebelión final de la cual habla que el diablo va a ser puesto suelto y va a confundir a todas las naciones y después llegará el juicio final y entonces viene Cristo. Esa no es nuestra teología como Iglesia.
El próximo slide. Les voy a mostrar todas las demás para después enfocarme en todas las otras que son más cercanas a nosotros. Bruce, permiso, next one, please. Thank you. La amilenial. Esta es una que ¡Uh! I wish you … diría yo. Pero tiene su… La amilenial lo que dice es que después del tiempo de la muerte, resurrección y ascensión de Jesús, ellos no creen que va a haber un tiempo de tribulación en sí como tal. Bueno, sí hay un tiempo de tribulación pero que la iglesia está viviendo durante todo ese tiempo de tribulación y que el milenio es algo simbólico donde pueden cien años como pueden ser cinco mil años pero lo que va a decir el regreso de Jesús es ese tiempo de Juicio Final.
Que no hay eventos, así claves a lo largo de él que puedan decir que ya está cerca sino que va a llegar el momento donde así repentinamente llega el Segundo Retorno de Cristo y ahí se van con Él los salvos como los no salvos a ese tiempo del Juicio Final. So, esa no es la perspectiva de nosotros como iglesia. Próximo slide. Aquí ya nos estamos acercando un poquito más porque aquí tiene que ver con la pre-milenial.
La teología premilenial lo que está diciendo es que Cristo Jesús, que esa segunda venida de Jesús va a suceder antes de ser el tiempo del milenio. Pero dentro de la perspectiva premilenial hay como tres sub-categorías. Primero está dentro de la premilenial que está la pre tribulación. La pre tribulación lo que dice es que el rapto va a venir antes de esos 7 años de tribulación que se ven ahí y después de eso van a venir los mil años del reinado de Cristo en la Tierra. Y para eso están los libros de Apocalipsis 19, 20 y 21.
Y que después entonces de ese de esos mil años va a venir ese tiempo de revolución donde el diablo va a ser puesto suelto y Cristo con la iglesia van a pelear y va a haber tremenda pelear y el diablo, finalmente va a ser lanzado al lago de fuego y entonces va a venir el gran juicio del trono blanco donde todas las personas, finalmente, van a ser juzgadas para vivir por la eternidad.
¿Qué es lo que pasa después de ese tiempo del juicio del trono blanco? Que entonces viene la eternidad, eso es Cielo y tierra nueva. Hay personas dentro de esta perspectiva que como que muchas veces confunden la aritmética y cuando están leyendo los textos lo que dicen es que lo que significa el rapto es que la iglesia, nosotros, vamos a ser llevados –imagínense si nosotros tuviésemos un laser, se me olvidó coger el laser, el laser está en mi oficina.
Pero está bien- imagínese que mi dedo tiene un laser pero de ahí del lado del rapto lo que está diciendo es que la iglesia va a ser llevada al Cielo y hay dos perspectivas de esto. Que después de haber sido llevado al Cielo va a pasar el tiempo de la tribulación y después la iglesia va a volver a la tierra para esos mil años de reinado de Cristo. Esto es la perspectiva de que la iglesia va a conducir ese reinado de Cristo.
Y esto habla mucho de que todos los gobiernos, todos los sistemas financiero, educativos, de las artes, todo va a ser elegido por la iglesia de Cristo. Eso es lo que dicen esos mil años de reinado aquí en la tierra. En el rapto la iglesia se va al Cielo y luego llega aquí a los mil años de reinado. Pero hay otra perspectiva que también dice que la iglesia se va en el rapto y entonces entra aquí en la eternidad. Esas son dos perspectivas que están ahí. ¿Puedo cambiar esto aquí? No, Okay.
La próxima porque no los quiero confundir mucho con toda esta palabrería. Está la otra, es la perspectiva pre milenial. Y vuelvo y lo escribo mal. Eso fue la computadora que lo puso así. Okay, está la pre milenial a media tribulación. Y el único cambio que hay aquí, miren esto, miren donde cae el rapto. Vayan conmigo a Mateo capítulo 24 verso 22. Miren como dice este pasaje, miren de donde sale esta idea.
Mateo 24 versos 21 y 22. De aquí es de donde sale esa idea de que la iglesia va a ser llevada a mitad de la tribulación. Dice: “Porque habrá entonces gran tribulación cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados nadie será salvo. Mas por la causa de los escogidos –esto es la iglesia- aquellos días serán acortados”.
Esta perspectiva lo que quiere decir es que la iglesia va a entrar en el tiempo de la tribulación pero va a ser solamente hasta mitad del tiempo de la tribulación. Entonces Cristo va a venir, se va a llevar a la iglesia a mitad de la tribulación y entonces pasa una de dos cosas: la iglesia sube, se encuentra con Él y vuelve y entra en el tiempo del inicio de los mil años del Reinado o entra acá ya directamente en la eternidad.
Próximo slide. Ahí, Okay. Pre milenial post tribulación. ¿Si usted quiere saber donde está León de Judá parada? Es aquí. Aquí es donde nosotros estamos parados. Les voy a explicar por qué. Hay varios textos que indican esto. Déjenme leerles algunos aquí. Si nosotros leemos todo este pasaje de Mateo 24 que es donde estábamos leyendo ahora. Miren, les voy a leer algunos versos. Aquí es donde Jesús comienza a hablar de las señales antes del fin.
Verso cuatro. Comienza diciendo: “Miren que nadie los engañe porque vendrán muchos en mi nombre diciendo ‘Yo soy el Cristo’ y a muchos engañarán y van a oír de guerra y rumores de guerra, pero miren que no se turben porque es necesario que esto acontezca pero aún no va a ser el fin”. ¿Dígame usted si nosotros hasta ese verso nada más, si hemos visto ya eso suceder? Esto son cosas que están sucediendo ya hoy día.
Es bien cómico porque hubo alguien que me dejó aquí un DVD de este personaje allá en Miami, Florida que se llama Ser el Cristo reencarnado. Válgame la cosa que tiene el apellido Miranda también pero no está afiliado con nuestro Miranda. Exacto se llama Jesucristo hombre. Y yo nada más empecé a oír los primeros cinco minutos de esta grabación y yo lo tuve que apagar porque yo me dije “¡Guau! ¿Cómo la gente va a creer esta barbaridad?”
La verdad es que yo me lo tuve que decir así pero puedo ver que el mismo Jesús lo dice. Muchos van a venir hablando en mi nombre pero no son. No son Él, van a engañar a muchos. Y han engañado a muchos a tal nivel que son personas que hasta se han tatuado el número 666 en su brazo y en su frente y es como que “Come on, people! Wake up! Don´t you get it?” Pero el hombre tiene melaza para confundir a corazones débiles.
Pero, anyway, sigo leyendo. Verso 7: “Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino y habrá pestes y hambre y terremotos en diferentes lugares”. Cosas que están sucediendo hoy día, corriente. “Pero todo esto va a ser el principio de dolores. Entonces los entregarán a tribulación y los matarán y ….” Verso 12: “Y por haberse multiplicado la maldad el amor de muchos se enfriará” que esto es algo que también acontece hoy día.
Hay veces que la gente se empieza a criticar: “¡Guau! Si Dios es un Dios tan bueno y compasivo por qué Él permite tanto pecado en el mundo?” Esa es una pregunta existencial que tienen muchas personas hoy día. Porque no pueden sumar, porque uno mas uno no les da dos. Es como que “¡Guau! Si Él se dice ser un Dios de tanto amor y de tanto bien por qué Él entonces está permitiendo todas estas cosas?”
Y no se dan cuenta que no es que Dios permita eso, sino que es la misma naturaleza de nosotros como hombres y mujeres caídos que causamos toda esa amalgama de males que se están llevando a cabo hoy día. Obviamente, “por haberse multiplicado la maldad de muchos, el amor de muchos se enfriará” pero –verso clave- “más el que persevere hasta el fin, este será salvo”. Y entonces sigue leyendo “entonces será predicado este evangelio”.
Y ahí llego al verso 22 que ya lo leí. Verso 29 miren como dice: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol no resplandecerá, la luna no dará su resplandor y las estrellas caerán del Cielo y las potencias del Cielo serán conmovidas”. Verso 31 “y enviará a sus ángeles con su gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos desde un extremo hacia el otro de la higuera aprender esta parábola”.
De nuevo, verso 35 dice: “El Cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán. Pero el día y la hora nadie lo sabe”. Así que en esos versos ahí, particularmente el verso 29 y 31 da esa connotación de que nosotros como iglesia vamos a pasar un tiempo de tribulación. El otro verso que también les puedo leer está en Apocalipsis. Vayan conmigo a Apocalipsis capitulo 7. Verso 9.
Miren como dice: “Después de esto miré y he aquí una gran multitud de la cual nadie podía contar, de todas las naciones y tribus y lenguas que estaban delante del trono y en la presencia del cordero vestido de ropa blanca y con palmas en las manos. Clamaban a gran voz diciendo ‘La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al cordero’. Verso 13: “Entonces uno de los ancianos que estaba en el trono habló diciéndole a Juan -que es el que está escribiendo esta profecía-: ‘Estos que están vestidos de ropas blancas ¿Quiénes son y de dónde han venido?’ Mira la pregunta.
“Yo le dije. Señor Tú lo sabes. Y Él me dijo ‘estos son los que han salido de la gran tribulación y han lavado sus ropas y las han emblanquecido en la sangre del cordero. Por esto están delante del trono de Dios y le sirven día y noche en su templo y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed y el sol no caerá más sobre ellos ni calor alguno. Porque el cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuente de agua viva y Dios enjugará toda lagrima de los ojos de ellos”.
Miren este verso que bello y que precioso mis hermanos. Este verso es uno de esos versos que me mantiene a mí corriendo todos los días, todos los días. Porque ahí es donde está mi esperanza enfocada. El mero hecho de que nosotros tenemos una promesa de que el Señor Jesús va a volver una vez más por la iglesia. Y aquí es donde sí, teológicamente, nosotros como iglesia estamos puestos aquí. Esta es nuestra perspectiva como iglesia. Porque entendemos que nosotros estamos viviendo ahora en un tiempo de tribulación, mis hermanos.
Las cosas que nosotros estamos viviendo hoy día son cosas bien fuertes. Vivir o mejor dicho declarar que nosotros somos cristianos, hoy día en el mundo que vivimos y válgame por ende el estado de la ciudad donde nos ha tocado vivir, cada día se hace más difícil poder vivir de acuerdo a esos estándares, a esos estilos de vida que el Señor quiere para nosotros. Tal vez a ninguno de nosotros nos están poniendo una pistola en la cabeza como quien dice.
“Si eres cristiano te voy a matar” “Bueno, pues mátame, vuélame la tapa de los sesos”. Pero hay otros lugares en el mundo donde esto sí está sucediendo hoy día. Hay persecución de cristianos en muchos lugares. En China, miren esto mis hermanos, esto es algo que a mí siempre me ha abrumado. En China que es uno de los lugares donde los cristianos son más perseguidos, sin embargo, uno de los lugares donde la iglesia más y más está creciendo.
Y ¿saben dónde? No en templos así tan bonitos como este. Es en túneles bajo tierra. Ahí es donde se reúnen. Tú sabes, tú vas por la calle y las alcantarillas del subte tú estás mirando así como que nadie te vea, te levantan la tapa y …por ahí te vas y te cierran la tapa por detrás. Y cuando llegas allí abajo hay tremenda fiesta ¡Gloria a Dios, Aleluya! Y está todo el mundo ahí gozoso, fogoso en el Señor.
Suena bien impresionante pero mis hermanos, esto es algo fuerte, esto es algo duro. Los tiempos en los cuales nosotros estamos viviendo son tiempos duros, difíciles. Pero por algo es que el Señor nos dice “El que persevere hasta el final, este verdaderamente va a ser salvo. Esa es la persona que verdaderamente va a disfrutar y a gozar de todo lo que yo tengo guardado allí arriba en el cielo…” Y aquí yo les digo algo, aquí yo soy bien honesto.
Aquí es donde mi teología, yo como que, no sé tal vez yo saque F en esta parte de la clase. De nuevo, yo no pienso en mil años del reinado de Cristo. Hay veces que yo me digo “Señor Jesús por qué Tú vas a querer venir a la tierra si vamos a estar en el cielo?” Hello. No hay nada mejor que estar en el Cielo. Pero si Él quiere venir a la tierra a hacer algo, so be it.
Ahora yo me digo, si son mil años y antes de esos mil años el diablo fue como quien dice aprisionado, mandado al lago de fuego, ¿por qué entonces van a pasar mil años y después de los mil años lo vas a soltar otra vez? Hello? It doesn´t make sense. ¿Por qué lo vas a soltar de nuevo? Yo no se ahí es donde viene la incógnita de estas profecías. Porque de alguna forma, es como quien dice, tengo que amarrar el perro bravo para poder hacer lo que yo quiero.
Y una vez yo tenga a mi pueblo bien formado en esos mil años donde Cristo va a estar reinando, va a estar ejerciendo su fuego, su ejercicio, su mandato y poniendo todas las cosas en orden cosa que cuando finalmente cuando Él le quiera dar el último cocotazo por encima a Satanás Él diga: “Okay, vamos a soltarlo ahora a ver como se mueve el meollo ahora”. Y lo suelta y es como darle la última pescozada porque ya sabe que está derrotado para entonces, me imagino yo, entrar a ese Cielo y tierra nueva.
Si usted me pregunta a mi “ Pastor Omar ¿cómo va a ser? ¿Qué significa eso? ¿Qué nosotros vamos a estar volando entre el Cielo y la tierra y vamos a estar disfrutando de dos residencias, una allá en el Cielo y otra acá en la tierra?” Yo no se. Si usted me dice “¿De verdad que vamos a estar caminando en calles de oro?” Yo no se. “¿De verdad que son mares de cristal?” Yo no se. Yo se que la Biblia lo dice, pero que vaya a ser así perfectamente.
Aquí es de nuevo mis hermanos, donde yo digo lo mismo que dije hace dos miércoles atrás. El que tiene la última palabra es Dios. Yo se que hay una Palabra, yo se que hay una promesa que el Señor dijo que va a preparar mansiones para cada uno de nosotros. Y no son mansiones como las que nosotros vemos aquí. Yo se que es algo totalmente nuevo, distinto. Miren, yo me atrevo a decir que muchos de ustedes han tenido sueños de cómo será ese lugar.
A mí alguien aquí me prestó un DVD que yo lo empecé a ver de una niña, una joven, creo en Guatemala, que tuvo un sueño y en su sueño ella fue al infierno y del infierno fue el Cielo y después volvió otra vez. Y ella relata su testimonio de cómo fue toda esa experiencia. Fue algo bien interesante. Yo he tenido muchos sueños, mis hermanos. Pero yo me recuerdo de uno en particular donde yo me vi en un sitio, que como a mi me gusta la playa, yo me vi que yo estaba en una orilla y la arena era tan blanca y tan sedosa, parecía azúcar la arena.
Y yo recuerdo que yo estaba sentado en una mesa que yo recuerdo era una mesa larga. Había cientos y cientos de personas en esa mesa y toda la gente en esa mesa tenían un gozo, estábamos compartiendo. Estábamos comiendo, pero yo no se que era, yo se que estábamos comiendo pero yo no se que era. Yo se que no eran ni chuletas, ni arroz, yo no se que eran. Quien sabe si esas comidas van a existir en el cielo pero algo estábamos compartiendo.
Yo de repente recuerdo que en ese sueño yo vi a un personaje que era como Jesús. Que él se me acercó y con una sonrisa solamente me dijo “¿Te gusta lo que estás disfrutando?” Y yo solamente en el sueño me vi que estaba abrazando a gente que estaba al lado mío y yo recuerdo que en ese sueño yo pude sentir que eran familiares míos, que yo los estaba abrazando. Y que nos estábamos riendo y que estábamos gozando el momento.
Y ese sueño para mí, mis hermanos, han sido como un vislumbre tan bello y tan pero tan precioso. Pero que vaya a ser así, maye, puede ser que sea así. Tal vez que yo llegue a una esquinita allá en el Cielo que yo llegue a una playa como la que yo vi, donde el azul del cielo y el azul del mar como que no había un horizonte porque todo se veía tan pero tan similar. Pero yo si se lo que yo sentí. Y yo se que yo sentí un gozo, que ni aquí, mis hermanos, yo lo he sentido.
Había algo en ese sueño que yo sentí que me decía “¡Guau! ¿Si eso va a ser así cuando nosotros lleguemos allí arriba? I can’t wait. De verdad. Yo anhelo y deseo ver eso. Ahora, mis hermanos, ¿Cómo nosotros nos aferramos a Cristo después de yo haber hablado toda esta tertulia así? Miren, lo más importante de nuestra fe en Cristo Jesús es que nosotros tenemos esa promesa de que hay una eternidad que nos espera. Hay un Cielo que nos está esperando.
Hay un lugar que el Señor está preparando para cada uno de nosotros que tiene tu nombre, que tiene tu apellido. Hay una piedrecita blanca que tiene tu nombre nombre pero que ninguno de nosotros lo sabremos hasta que lleguemos allí. ¿Se recuerdan de ese mensaje de la piedrecita blanca? ¿Se acuerdan? Bueno los que no estaban aquí vean el archivo del Internet en el 2006 creo que fue. Allí esta ese mensaje.
Pero mis hermanos, yo creo firmemente cuando yo estudio estas cosas así de cuando viene. Miren, ¿saben qué? No trate de romperse la cabeza de cuando va a ser el día. Si alguien se le cruza al lado y le empieza a discutir “No va a ser aquí, va a ser allá. Porque ha sucedido esto, ha sucedido aquello”. Mire, dígale “Cuando Dios quiera”. Lo importante es que usted sea como esas cinco vírgenes que estaban preparadas, que tenían sus candelabros llenos de aceite. Y las que no estaban preparadas “Bendito, sorry for you” pero te quedaste.
Pero usted que está preparado, que tiene su lámpara con aceite y que tiene su aceite adicional al lado por si acaso se tarda un poquito más; pero el asunto es que estemos preparados. Cuando yo leo esas palabras de Jesús “El que persevere hasta el fin, ese será salvo. Y que aún el mismo Jesús dice ‘Miren, muchachos ¿saben qué? Ni yo se cuando se va a dar ese día, pero yo se que se va a dar’. El mismo Jesús, está esperando órdenes. Pues mire, uno tiene que estar listo pues ese día vendrá, ¿Cómo qué? ¿Qué dice la Biblia? Como ladrón en la noche.
Como dice el propio Jesús, ningún ladrón te va a venir a decir “Mira Vanesa, mañana a las 8 de la noche yo me voy a aparecer por la parte de atrás de tu casa y me voy a meter por la ventana que dejaste semi abierta”. Ningún pillo te va a decir eso. Si fuese así, caramba, ¿qué clase de pillo es ese, ah? Mis hermanos, mi deseo, con el yo compartir esto es que su fe esté segura en esto. En que nosotros tenemos una promesa en una vida que está por venir.
Y mire, sea que Dios nos haga como un trip de viene el rato, nos sube, nos encontramos con Él en el Cielo y después volvemos a la tierra por mil años, cincuenta, dos mil años, un millón de años más; es más puede hasta que sea un abrir y cerrar de ojos. Pero sea el tiempo que sea, después que estemos con él, déjame donde Tú quieras, Señor. “Si me quieres llevar a otro planeta, llévame”. Pero después que este contigo, there’s no problem”.
Mis hermanos yo no quiero sonar simplista con esto pero es verdad que hay perspectivas de nuestra fe que es bien difícil poderles dar una respuesta tan y tan concreta como que esto es rojo y ya. No es tan así. La misma Biblia, mis hermanos, si ustedes leen estos temas que yo les estoy diciendo. Hay otras iglesias que pueden coger muchas de otras perspectivas y le pueden sacar verso por verso de cómo ellos justifican esas cosas. Y para ellos eso es ley.
Pero al menos nosotros como iglesia, yo les estoy dejando a comunicar lo que nosotros como iglesia creemos, donde estamos parados. Pero lo más importante es eso –vuelvo y lo enfatizo- saber que tenemos una promesa de que Cristo va a volver por nosotros y que tenemos que estar listos para ese momento. Así que si usted se quiere aferrar a Cristo sea por susto o sea por alegría, manténgase listo. Sea por miedo, susto. No me quiero quedar; que eso es lo que me decían a mi ‘¿Tú no te quieres quedar?’ ‘No yo no me quiero quedar’. Me metían miedo, susto, yo me quiero ir con Él.
Mira, sea como sea. La cosa es que estemos listos para esperarlo a Él, que cuando eso se manifiesta que el sol se caiga, que la luna explote, sea lo que sea; que cuando se empiece a manifestar que venga por ahí ese caballo blanco con su jinete y sus trompetas sonando a todo fuete, en todo estero en high definition y con todas las luces que venga de bengala: mira que nosotros estemos listos y le digamos “Señor, aquí estamos”.
Si se van los que murieron en ti primero, los veré a ellos subir pero yo me voy a quedar así como que “Ahora me toca a mí”. Quiero sentirme así flotando en el aire, ya ahí soy yo. Estoy interpretando la Biblia, eso es. La biblia de acuerdo a San Omar capítulo 5 verso 18. Vamos a ponernos de pie mis hermanos que vamos a orar. ¿Cuál es el mensaje de hoy? Nadie sabe el día ni la hora pero lo importante es que estemos listos. Eso es lo importante, que estemos listos para recibir al Señor Jesús. Gracias Dios.
Padre te doy las gracias, te doy toda la honra y toda la gloria Jesús por las promesas que Tú nos das Señor. Si no fuera por las promesas que Tú nos has dado Señor nuestras vidas no tendrían dirección, no tendrían sentido Señor Jesús. Si no fuera por esas promesas que tú has declarado sobre nuestras vidas, Padre no habría ningún sentido ni ninguna razón de ser. Dios yo no quiero reencarnar en una lombriz. No quiero volver a salir en otra vida, yo lo que quiero es encontrarme contigo cuando Tú lo declares.
Así que yo lo rechazo, rechazamos por completo cualquier otra perspectiva Jesús y nos afincamos en lo que Tú declaras Señor. Sea antes de la tribulación, sea durante, sea después. Lo que queremos es encontrarnos contigo, Señor y esperamos con corazones anhelantes ese momento en que Tú te vas a manifestar. Mientras tanto, Jesús, danos la fuerza para poder perseverar, para poder resistir, para poder dar un buen testimonio de quien Tú eres, de lo que Tú haces en nuestras vidas, de lo que Tú puedes hacer en las vidas de otros.
Sigue dándonos el valor, el coraje, la valentía, Señor para poder seguir anunciando tu palabra Señor porque creemos como también Tú mismo dices, que hasta que esta palabra no sea anunciada en el mundo entero entonces no va a llegar ese día final. Así que si Tú nos quieres seguir usando a nosotros para seguir anunciando tus buenas nuevas en otros lugares. Sea que lo vayamos de aquí a allá, sea que lo hagamos a través del Internet o aquí al cruzar la calle, Señor.
Que podamos seguir anunciando, Señor, con valor, con firmeza, con denuedo, con valentía, con unción Señor tu palabra, tus buenas nuevas. Ayúdanos a redimir bien el tiempo ahora cuando estamos viviendo para poder ser como esas cinco vírgenes que tenían su aceite listo y preparado cosa que cuando llegue el novio que podamos entrar a las bodas y gozarnos contigo. Bendice a mis hermanos y hermanas en esta noche, Señor.
A medida que van a sus hogares, dales un sueño placentero, Señor. Dales revelación. Yo te pido, Señor que les de revelación sobre estas cosas que hemos estado hablando. Permite que ellos puedan tener sueños, Señor, donde ellos se puedan encontrar contigo, Señor. Y que en día de mañana si así Tú lo permites podamos levantarnos con nuevas fuerzas, con nuevas energías para echarle mano a todo lo que pueda venir y hacerlo en tu nombre, Señor Jesús.
Declaramos todas las cosas, Señor, seguras en ti. Nuestras vidas están seguras en ti y a Ti una vez más te damos toda la gloria y toda la honra. Por tu hijo Jesús, hemos orado. Amén y amén. Hermanos y hermanos que el Señor les bendiga. Salúdense unos a otros.
Hoy
31 de mayo del 2010 - Por Raquel De Jesús
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13,14
Hace mucho tiempo emprendí un viaje, un viaje hacia un país que no conocía, donde se hablaba un idioma que no entendía, donde la gente pensaba distinto a como yo pensaba y al llegar pensé que nunca me acostumbraría a su forma de ser y pensar. Pero pasó el tiempo y yo fui cambiando también aprendí a comunicarme con las personas que me rodeaban, no solo en la lengua sino en su forma de vivir y poco a poco fui cambiando. Cambié y ni yo misma me di cuenta, cambié y no recuerdo el momento, cambié y con mi cambio dejé muchas personas detrás de mí.
Mi cambio trajo alegría a muchos, tristeza a otros tantos y tal vez un poco de decepción a otros. Cambié y mi cambio conllevó un sin número de obstáculos, porque con mi cambio tuve que dejar muchas personas detrás de mí. Cambié y mi cambio trajo con el soledad en muchas ocasiones, lágrimas en otras y alegrías muchas tantas otras.
El cambio trajo consigo la amarga despedida, el decirle adiós a muchas personas que ya no iban de acuerdo con el lugar al que yo me dirigía, personas que no podían ir porque todavía no están listos para entrar en ese lugar. No porque sean mejor o peor sino porque el tiempo de ellos no ha llegado para entrar en donde yo estoy entrando.
Hoy le he tenido que decir adiós a aquellas personas que no creyeron en mi, le he tenido que decir adiós a aquellas personas que pensaron que nunca lo lograría, le he tenido que decir adiós a esas personas que aunque quisieran no pueden alegrarse por mí.
Hoy tomé la decisión de decirle adiós a todos aquellos que me retienen en el pasado y no se dan cuenta que ya yo viví ahí y que no quiero volver. Hoy le tengo que decir adiós a aquellas personas que nunca aprendieron a mirar al futuro y abrazar lo que está en frente de ellos y luchar hasta alcanzar aquellas cosas que están allí.
Hoy le tengo que decir adiós al temor a ser diferente, hoy le digo adiós al temor a que las personas no me entiendan porque no todos van a entender de donde vengo y hacia dónde voy. Vengo de la tristeza, de la soledad y de la desolación y voy hacia un lugar donde nada de eso cabe ya. Yo no sé cuantas veces en mi camino he mirado hacia atrás con remordimiento por lo que no hice pero hoy le digo adiós al remordimiento y no miro hacia atrás sino hacia el frente ya lo que no hice no hay forma de cambiarlo pero si puedo cambiar en la forma que vivo mi vida desde hoy en adelante.
Yo hoy decido vivir mi vida al máximo, luchando por lo que quiero sin miedo al que dirán, hoy decido vivir mi vida como una mujer victoriosa y no importa lo que venga(pruebas, dificultades, desafíos) yo los enfrento y los venzo porque no estoy sola.
Yo tengo de mi lado al mejor amigo, no importa cuantos amigos me fallen él nunca me va a fallar, no importa cuantos amigos me dejen él nunca me va a dejar, o decepcionar él es el único amigo que pase lo que pase él va a estar ahí conmigo.
Lo que Dios hace EN nosotros es mejor que pasa A nosotros
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Quiero compartir algún tema que está en mi corazón, que he tenido ahí desde estos últimos domingos que hemos estado escuchando todos estos distintos mensajes que están basados en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Bien sabemos que el pastor ha estado predicando una serie de mensajes de esa vida llena del espíritu, lo que nuestras vidas pueden llegar a ser cuando dejamos que el espíritu de Dios opere en medio de nuestras vidas y cómo nos puede impulsar a hacer grandes cosas para la gloria y la honra de Dios.
Pero hoy lo que yo quiero hablar es este tema, y yo quiero que pensemos bien en esto, que reflexionemos en esto. Piense esto, lo que está sucediendo en usted es mayor de lo que le sucede a usted. Déjenme decirlo otra vez: lo que está sucediendo en usted es mayor de lo que le sucede a usted.
Entendieron? Pueden decir amén a eso? Más o menos. Yo espero que al final de este mensaje salgan convencidos de aquí. Miren esto, vamos al libro de los Hechos, capítulo 4 y voy a estar comenzando en el verso 29. Una de las cosas más interesantes del libro de los Hechos es ver cómo Dios puede tomar a personas como quien dice totalmente comunes y corrientes y Dios transforma esas personas y las convierte en agentes de su reino, de su mensaje, para transformar la vida de muchos.
Si usted lee a través de todo el libro de los Hechos se va a encontrar con una historia atrás de la otra, de cómo por el poder del Espíritu Santo vidas fueron transformadas, vidas fueron confrontadas, vidas fueron sacrificadas, pero todo por un gran propósito. Y eso es el propósito de dar a conocer la grandeza de Dios. Pero hay un texto en el cual me voy a enfocar y está en el verso 29 del capítulo 4 de los Hechos, y dice así, esto sucede después que Pedro y Juan, después de haber sido puestos en libertad, que estaban en la cárcel, ellos volvieron una vez al aposento donde se encontraban el resto de los discípulos y comenzaron a hablarle acerca de lo que las autoridades les habían dicho, y cómo los habían amenazado para no compartir el mensaje de Jesús con nadie. Más sin embargo cuando ellos van y hacen este reporte, miren cómo los discípulos comenzaron a orar. Ellos comenzaron a orar diciendo:
“… Y ahora Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que con todo denuedo podamos hablar tu palabra mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo, Jesús….”
Ese texto para mí es clave de yo poder entender el tema de este mensaje de hoy. Porque solamente una persona que logra estar en sintonía con el poder de Dios puede hacer ese tipo de declaración. Cuando otras personas se dejan llevar o influenciar por las cosas que les suceden a ellos y pueden perder el ánimo, y pueden perder todo sentido de esperanza con respecto a sus vidas y su futuro, aquí vemos un grupo de personas que aún en la cara de esas amenazas tienen las agallas, tienen el poder, tienen la autoridad de poder orar y decir, Señor, no nos importan esas amenazas. Queremos que tu nos cubras con tu espíritu que nosotros poder seguir viviendo el tipo de vida que tu quieres que nosotros vivamos.
Por lo tanto, si yo digo entonces en esta tarde, lo que te sucede a ti, lo que está sucediendo en ti es mucho mayor de lo que te puede suceder a ti, para nosotros poder internalizar, entender esto, tenemos que estar en total sintonía con Dios y lo que él está haciendo en medio de nuestras vidas.
Saben por qué digo eso, mis hermanos? Porque muchas veces nosotros estamos en sintonía con tantas otras cosas que no tienen ni son ni ton. Me siguen por dónde voy? Hay veces que podemos estar en sintonía con la Mega, la estación de radio de la Mega, ¿verdad? Qué otra estación de radio hay por ahí? Cuál? Bachata 16.7. hay veces que estamos en sintonía con una serie de cosas, mis hermanos, que tal vez que el mensaje que transmite es un mensaje que en vez de levantarnos, en vez de subirnos la moral, lo que hace es otra cosa. Hay veces que nos produce una serie de pensamientos ideales que muchas veces no son los mejores.
Hay veces que estamos en sintonía con las voces de otras personas a nuestro alrededor. Tenemos amigos, tenemos a familiares y miren, ¿saben qué? muchas veces esas voces nos pueden hablar a nosotros con las mejores intenciones, pero cuando usted ve su vida, su experiencia y cómo han tenido sus altos y bajos, uno se tiene que preguntar, caramba, cuánto caso le puedo hacer a lo que me está queriendo decir?
Hay veces que estamos bien en sintonía, saben con qué? Con todas las cosas que suceden en la sociedad, en el mundo en el cual vivimos. Y cuando escuchamos de un revolú que ocurrió por allá en la India, o algo así, entonces todos nos paniqueamos acá porque no vaya a pasar eso aquí. Y así por el estilo, muchas veces la sintonía de nuestras mentes está por ahí flotando en el aire, divagando sin ningún tipo de sentido ni dirección.
Pero si nosotros verdaderamente queremos vivir bajo la sintonía y poder decir como que guau, a pesar de todas esas cosas que puedan suceder a mi alrededor, yo sé que lo que está sucediendo en mí es mucho mejor. Es mucho mejor de lo que la Bachata, en la Mega pueda decir, o lo que mi amigo o mi amiga en la esquina me pueda decir. Lo que Dios está haciendo en mí es mucho mejor. Cuántos podemos decir eso?
Ahora, miren, hay 5 cosas que yo quisiera hablar, y voy a tratar de ser bien económico con el tiempo, aunque tengo tiempo todavía. Pero me voy a chupar el tiempo completo.
Miren esto: cuáles son aquellas cosas que te suceden a ti, que nos suceden a nosotros que pueden ser contrarrestadas con lo que Dios está haciendo en nosotros? Síganme el trabalenguas, por favor. Por ejemplo, algo que nos sucede a todos nosotros es cuando alguien te dice o hace algo con lo cual tu no estás de acuerdo.
Muchas veces podemos tener conversaciones con personas y de repente en esa conversación sucede algo que te tocan tus botones, o te pisan los callos y ya uno está como que, hmmm, como que ya uno se pone a la defensiva, ya uno empieza a prejuzgar lo que la otra persona está diciendo, y uno empieza como que a establecer su distancia, su categoría, como que, con esta persona no puedo hacer esto.
Y si te tocan los botones demasiado, pues, ya uno se empieza a agitar, y uno empieza entonces y entra en una discusión, en un argumento y las cosas se pueden poner un poquito coloradas, en una situación como esa. Claro está, cómo se contrarresto esto? Porque lo que Dios hace en nosotros es que en vez de tener un carácter volátil que lo que quiere hacer es cortarle la cabeza a alguien, lo que Dios hace en nosotros es todo lo contrario. Dios nos da un espíritu de paz, Dios nos da un espíritu de mansedumbre y no tan solamente eso, sino que también nos da la sabiduría para saber cómo proceder con la gente, cómo hablar, cómo resolver las situaciones donde ambas personas salgan ganando y que no tan solamente uno me use a mí, como quien dice, de alfombra para limpiarse los pies y el otro sale con la suya.
Eso es lo que Dios hace en nosotros. Dios forma un carácter en medio de nuestras vidas donde nos permite por un lado reconocer nuestro orgullo, reconocer cuando nuestro ego se está queriendo intervenir en alguna situación para entonces saber cómo lidiar con otra persona.
Miren, les voy a dar un ejemplo y lo compartí esta mañana, y me siento libre de compartirlo ahora también. Esto es recién sacado del horno. Hacen dos miércoles atrás yo empecé una serie de predicaciones y lo más seguro no voy a decir que cometí un error pero yo sé que me metí en un, como quien dice, abrí una caja de pandora. Porque quise comenzar a predicar sobre temas teológicos, doctrinas que pueden ser bien conflictivas muchas veces, doctrina que han causado divisiones en muchas iglesias y yo quise coger algunas de estas doctrinas y empezar a predicar de ellas a la luz de lo que nosotros, León de Judá, creemos con respecto a esas doctrinas.
Y hacen dos miércoles yo comencé hablando acerca de esta pregunta de que si un cristiano puede perder su salvación o no. Y el asunto es, obviamente, si quieren oír que fue lo que yo prediqué sintonicen el website y cítenlo, véanlo porque no lo voy a decir todo. Pero lo que pasó fue que al final del servicio se me acerca un hermano y empieza a discutir conmigo porque no estaba de acuerdo con mi perspectiva.
Y el asunto fue que, imagínense esto, dos puertorriqueños discutiendo, la cosa se puso un poco caliente. Y yo tengo que reconocer que mi lado pastoral se fue a un lado y mi lado puertorriqueño surgió también y yo confieso mi falta, yo confieso mi falta. Y hablé con este hermano, se lo dije, estamos súper cool ahora, estamos esperando el próximo tema teológico para discutir de nuevo. Pero el asunto fue, mis hermanos, que nosotros salimos de ese argumento un poco calientes los dos. Pero al próximo día este hermano me mando un mensaje de texto y él se estaba disculpando conmigo y dejándome saber que me respeta y cosas así. Digo, yo lo recibí y amén, gloria a Dios. Y ayer yo me encontré con él aquí. Mira, fue tan bello y tan precioso, poder ver a este hermano y darle un abrazo y dejarle saber que yo lo amo, que yo no puedo permitir que un argumento como ese me vaya a quitar el amor que yo siento por él. El amor que Dios ha puesto en mi corazón por él y que Dios ha puesto en su corazón por mí también.
Y eso es algo, mis hermanos, que solamente una mente, una persona que está bien sintonizada a lo que Dios está haciendo en medio de ellos, puede lograr hacer eso. Si hubiese sido otro puertorriqueño de los que vienen directo de la isla, que no tienen ni papa de amor por Dios, ¿saben qué? Aquí hubiese habido un blood bath, lo más seguro, en la iglesia. Y salí en el vocero después y en León de Judá se mataron dos a pescozadas y sale así, tremenda noticia en Puerto Rico.
Pero el asunto es que cuando uno reconoce, by the way, por favor, no es que estoy proyectando una mala imagen de los puertorriqueños, ok? Dios ama a los puertorriqueños así como ama a los guatemaltecos y todos los demás, pero cada grupo étnico tiene su pasión y su carácter apasionado también, y hay veces que ese carácter puede salir en muchas formas. ¿Verdad? Los dominicanos ni se diga, también. Los cubanos también, los colombianos también, así que todos tenemos eso.
Pero el asunto es que eso fue lo que surgió de esta situación. Pero de esa conversación, mis hermanos, de ese argumento, miren lo que salió? Salió algo tan bello de poder reconocer que yo estaba permitiendo que mi orgullo se interpusiera a una relación y él reconoció también lo mismo y juntos pudimos hablar y decir, mira, vamos a resolver esto. Estas discusiones… pusimos en práctica lo que dice Pablo a Timoteo, mira, no te enredes en discusiones que no tienen ni ton ni son y que no llevan a nada. Si tu crees en Cristo y yo también, tu eres mi hermano, tu eres mi amigo y por ahí lo seguimos.
Y ese fue el punto clave de todas las cosas. Dios nos dio la sabiduría para poder enmendar lo que había sucedido. Y eso es lo que pasa con esa situación que yo estaba presentando, mis hermanos. Cada uno de nosotros, usted plantee el escenario que usted quiera: esto se da a nivel de matrimonio, esto se da a nivel de colegas de trabajo, esto se da con sus amigos en la calle, esto se da con el extranjero en la calle que le hizo un corte de pastelillo y usted quiere decirle dos o tres, eso se da en cualquier forma, en cualquier forma.
El asunto es que lo que Dios está haciendo en nosotros es mucho mayor de lo que nos sucede. Porque lo que Dios está haciendo es formando en nosotros un carácter que va de acuerdo con el carácter de él y no con el carácter de lo que esta sociedad quiere proyectar en nosotros. Así que ese es el primero.
El segundo, miren, hay veces que cosas que nos suceden a nosotros es que somos víctimas de injusticias en la sociedad en la cual vivimos. Y las injusticias se pueden dar en muchas formas, en muchas formas. Hay veces que si usted en el lugar de trabajo donde usted está, hay veces que le están sacando el jugo con unas horas ridículas de trabajo y la paga que le dan es nada. Y hay veces que esos pueden ser injusticias que suceden con uno.
Que tal vez si usted es un estudiante en la universidad y usted de repente quiere proceder con el profesor o la profesora y le quiere hacer una pregunta y usted ve que ese profesor o profesora lo evade un poco, y a otra persona le da mucha más atención de lo que le da a usted, usted puede sentir que eso es una injusticia que se está haciendo en contra de usted.
Y así mismo en tantos otros escenarios que uno puede experimentar injusticias. Pero cómo Dios contrarresta eso, mis hermanos? La justicia de Dios no es lo mismo que la justicia de este mundo. Cuando otros quieren, como quien dice, pisarte, qué es lo que dice la Escritura? Que Dios hará que tu justicia brille como la luz del mediodía. Dios es el que se encarga de hacer justicia en tu vida. Y lo que Dios hace entonces es que a la luz de esas injusticias que suceden en tu vida, Dios te convierte a ti en un agente de su justicia para que tu puedas hacer justicia en otros y en favor de otros.
Eso es como Dios contrarresta estas cosas. Pero ese tema de justicia también tiene un reto en el día en el cual vivimos hoy. Porque nosotros vivimos en un tiempo, mis hermanos, donde esa palabra justicia es tan manipulada por tantos grupos dentro de la sociedad. Mucha gente puede decir que me tienen que hacer justicia porque yo creo en esto, o porque yo vivo de esta forma. Y hoy día hablar de justicia es bien duro, es bien difícil.
Pero el reto que tenemos es de nosotros podernos convertir en esos agentes de la justicia de Dios, de poder seguir los estándares que Dios ha establecido para cada uno de nosotros y que nos dejemos regir por eso y ver cómo Dios, al nosotros ser fiel a ese aspecto de lo que él quiere hacer a través de nosotros, cómo él puede traer justicia en medio de todas las cosas en las cuales nosotros nos involucramos. Me están siguiendo?
Miren otra situación que nos sucede a nosotros: cuando por casualidad nos diagnostican con algún tipo de enfermedad. Muchas veces si va usted al médico y te dicen, mira, es una cosa bien distinta a cuando te dicen lo que tienes es un catarro por las alergias del polen, versus, que te digan, lo que tienes es un cáncer terminal. Pero el asunto es que te están diciendo algo que está afectando a tu salud. Sea lo que sea, puede ser que te dijeron que tienes cataratas en los ojos y no son las del Niágara, puede ser que te digan que tus coyunturas obviamente están desarrollando artritis porque estás entrando en edad y ya la empiezas a sentir y no te puedes doblar como antes, puede ser cualquier cosa que te diagnostiquen. Y ¿saben qué? a pesar de eso lo que Dios hace en ti es mucho mayor de esas cosas que pueden suceder en nuestra vida.
Saben, yo compartí un ejemplo esta mañana de dos personas de que yo conocí, de nuevo, en Puerto Rico, y esta es una pareja que yo la conocí cuando yo estaba en escuelas intermedias. Ella se llama Rafaela Vega y ella era mi maestra de educación cristiana, y el esposo de ella, Luis Alberto, él era el pastor de una iglesia allá en Puerto Rico. El asunto es que ella era una mujer tremenda, era una mujer alta, más alta que yo, era fuerte, tenía una constitución bien fuerte, bien activa, bien dinámica, una mujer llena del espíritu de Dios y esa mujer, mis hermanos, yo la llevo en mi corazón porque ella sembró en mí esa semilla de la palabra de Dios, me instruyó, me retó, me corrigió, me dio nalgadas, me hizo todo lo que necesitaba hacer para que yo pudiera llegar al punto donde estoy ahora.
El asunto es que llegó un momento en su vida donde la diagnosticaron con cáncer. Y en cuestión de meses murió, en cuestión de meses. Eso nos cogió a todos por sorpresa. Todos estuvimos perplejos. Que si oramos? Claro que oramos. En la iglesia oramos, ayunamos, la ungíamos con aceite, pedíamos milagros. Pero miren, ¿saben qué? falleció como quieran. Lo sentimos, lo lloramos, la lloramos. Hay veces que yo me recuerdo de ella y mi corazón se compunge por eso.
El asunto es que varios, yo diría, como unos dos años después del fallecimiento de ella, su esposo, Luis Alberto, él era un hombre bastante ancho. Y a mí me daba gracia porque él no tenía vergüenza de eso. Como buen puertorriqueño había una canción, un merengue que se cantaba allá que decía, la pipa es lo de menos, el gordo baila bueno, alegre y divertido, es un gordito simpático. Él cantaba esa canción a cada rato. Cada vez que le decían algo de su peso, él salía con esa canción.
Pero el asunto es que también, igual que su esposa, era un hombre lleno del espíritu de Dios, un hombre apasionado por el Evangelio, por Dios, por su Reino, por ver vidas transformadas. Y él dos años después que falleció su esposa, él tenía diabetes y su diabetes comenzó a empeorar. Al punto de que sus riñones comenzaron a fallar, aún así dentro de esa condición él seguía viniendo a la iglesia, seguía pastoreando, desde el hospital él daba llamadas, desde el hospital él hacía oraciones, pero llegó al punto donde él también falleció.
Esas dos personas que eran tan claves en mi vida, de repente murieron ambos. Y una vez más, no es cuestión de que nosotros como iglesia no hayamos orado, porque nosotros también oramos, ayunamos, intercedimos por sanidad en la vida de este hombre de Dios también, pero también llegó su punto donde él falleció. Ante todas esas cosas, mis hermanos, ¿saben qué? hay algunos que pueden decir como que todo fue en vano, pero no, porque yo estoy seguro de que lo estaba sucediendo en ellos era mucho mayor de lo que les sucedió a ellos.
Saben por qué, mis hermanos? De esa pareja han salida tantas personas que yo conozco que ahora mismo están en ministerio pastoral. Esa iglesia que ellos fundaron en Río Grande es una iglesia creciente, es una iglesia llena de energía, llena del espíritu de Dios que siguen alcanzando a muchas vidas allí en el pueblo de Río Grande y aún más allá y todo por el testimonio de esta pareja. Que su enfermedad no fue situación para que ellos como quien dice, echaran a perder todo, o que se rindieran a mitad de camino, sino porque ellos estaban tan y tan conscientes de lo que Dios estaba haciendo en sus vidas que esa enfermedad no los podía parar, no los podía parar. Por más trágico que sucedió, de lo que sucedió, ellos como quieras, siguieron ministrando, ministrando, aún desde la cama del hospital seguían ministrando a la gente porque sabían el llamado que Dios había puesto sobre sus vidas. Ellos sabían que lo que Dios estaba haciendo en ellos era mucho mayor de lo que les sucedía a ellos.
Déjenme terminar diciendo este punto: todas las circunstancias que nos pueden suceder a nosotros, ¿saben qué, mis hermanos? Todas las circunstancias que nos suceden a nosotros lo que quieren hacer es quitarnos el gozo que Dios ha puesto en medio de nuestras vidas.
Usted puede mirar su vida ahora mismo y usted se puede reír? Es una pregunta retórica pero yo quiero que lo piensen. Si usted mira su vida ahora mismo, todo lo que usted está viviendo, todo lo que usted está pasando desde la a hasta la z, usted se puede reír? Si no nos podemos reír entonces qué es lo que pasa con Nehemías, capítulo 8, verso 10? Que el gozo del Señor es vuestra fortaleza. El gozo del Señor es vuestra fortaleza.
Saben, esto es bien particular, este texto es bien particular porque no significa que es el gozo del Señor, ah, porque él está allá en el cielo y porque nosotros en la tierra. No significa que es el gozo del Señor porque él Dios y nosotros no. Sino que es el gozo del Señor porque él es nuestro creador, él es nuestro Padre, y él se goza en cada uno de nosotros que somos su creación.
Cuando dice el texto que el gozo del Señor es porque él está contento en lo que está sucediendo en cada una de nuestras vidas, porque él sabe que cada uno de nosotros estamos esculpidos en sus manos y la obra que él está haciendo en nosotros él la va a perfeccionar.
Miren este texto en Filipenses, vayan conmigo a Filipenses, capítulo 1, verso 6 dice:
“… Estando persuadido de esto que el que comenzó en nosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo…”
En otras palabras, el día que Jesucristo regrese una vez más. Puede decirle a la persona que está al lado tuyo, es más, vamos a cantar Tanto Tanto. Estoy viendo dos o tres cabezas por ahí que están cabeceando, ahí está. Ok, dile a la persona al lado tuyo, el que comenzó la obra en ti la va a perfeccionar. Hamáquelo, dele, para que se despierte bien.
Miren, mis hermanos, yo no tengo duda de algo, yo estoy tan convencido en esto que de verdad puedo apostar en esto y yo sé que Dios lo va a hacer. Digo, aunque no es que yo apueste, perdón, ilustración incorrecta. Me tiro de pecho en esto, mejor dejarlo y decirlo así.
Pero el asunto es este, mis hermanos, saben cuando yo pienso y yo medito en todas las cosas que nosotros vivimos en el diario vivir, y yo tan solamente puedo imaginar algunas, las que yo he vivido, las que ustedes pueden vivir y entonces yo trato de reconciliar muchas veces lo que dice la palabra del Señor, trato de reconciliar lo que hemos estado escuchando del libro de los Hechos de tantas vidas que fueron transformadas, personas que hablaban en lenguas, milagros que se hacían, Dios rompiendo cadenas, abriendo puertas de las cárceles y Pedro y Juan salían en libertad, Pablo y Silas también, yo empiezo a leer todas esas cosas y miren, ¿saben qué? hay veces que si yo me dejo llevar por las presiones del mundo, yo voy a decir, esto no hace sentido. Esto es como que está muy foráneo, esto fue allá en un tiempo, esto como que no hace sentido ahora. Pero obviamente a mí se me hace difícil decir eso porque la experiencia que yo he tenido corresponde cada vez más y más, confirma cada vez más y más que lo que Dios ha hecho back then, todavía lo sigue haciendo ahora, que ese Dios que estuvo en acción dos mil, tres mil años atrás, todavía sigue en acción hoy día.
Miren, mis hermanos, todos estos niños que ustedes vieron aquí, díganme ustedes o no si Dios está en acción en la vida de esos niños. Y por ende, por estar en acción en la vida de esos niños, está en acción en la vida de esos padres. Dónde están los padres de esos niños? Déjenme ver las manos. Los padres, mira, yo veo todas esas caras tan bellas y tan hermosas por ahí y yo me atrevo a decir que ninguno de ustedes son igual de lo que ustedes eran cuando empezó el semestre. Y si me dicen lo contrario, pues, hablamos después, ok? Podemos orar por usted ahora mismo.
Pero el asunto es, mis hermanos, que cuando nosotros abrimos esa puerta para que Dios empiece a orar en nosotros, cuando nosotros nos atrevemos a ponernos en sintonía, en la frecuencia de lo que Dios quiere hacer, óigame, no hay nada que suceda en este mundo, no hay nada que pueda apagar el gozo de lo que Dios puede hacer en medio de su vida, no hay nada que pueda aguantar el propósito que Dios quiere hacer en medio de usted, o que Dios quiere cumplir en medio de usted, mejor dicho.
Todas las cosas sin embargo, lo que dice las Escritura es qué, que todas las cosas obran para bien para aquellos que aman a Dios. Todas las cosas operan para bien. Oye, si tu eres un novio, una novia, y la novia o el novio te dejó por otro, por más malo que eso se pueda ver, eso obra para bien. Yo no sé por qué me salió eso, Señor, pero amén.
Oigan, mis hermanos, yo quiero tomar un momento para reflexionar en esto e ir cerrando aquí. Yo sé que nosotros hemos escuchado mucho de que nosotros estamos en un vislumbre de ver un mover grande de parte de Dios en medio de nosotros, y yo lo creo eso, y yo lo creo con todas las fuerzas que hay en mi corazón, en mi vida. Yo lo creo, lo anhelo, lo deseo. Deseo verlo, quiero ser parte de eso. Pero no significa que Dios no está en acción ahora. Dios sí está en acción ahora. Dios está obrando en medio de cada una de sus vidas, en distintas facetas, en distintas formas, por eso es que yo me atrevo a decir que lo que está sucediendo en nosotros es mucho mayor de lo que nos pueda suceder a nosotros así en el diario vivir.
Yo veo así, al menos las personas que yo conozco, y las historias que yo conozco y yo no puedo dejar de asombrarme de lo que Dios está haciendo en la vida de tantas personas aquí. Hay algunos que yo no conozco todavía pero me imagino cómo será su historia. Y si al menos, si en su vida usted no ha estado todavía en esa sintonía correcta para poder ver con toda exactitud lo que Dios está haciendo en usted, mire, yo creo que hoy hay una buena oportunidad para que usted pueda entrar en esa sintonía y que usted pueda comenzar a confesar con todo su corazón, mira, sí, yo creo que lo que Dios está haciendo en mí, lo que está sucediendo en mi corazón, las palabras que yo he recibido en mi corazón, yo sé y creo que son mucho mayor de lo que sucede en mi entorno a mi alrededor. Porque Dios lo hace posible.
Así que yo quisiera tomar un momento, mis hermanos, para orar por esto. Y yo quisiera tomar la oportunidad para orar por aquellas personas que tal vez se sienten que están fuera de esa frecuencia, la frecuencia de Dios, que tal vez usted siente que la influencia que usted ha tenido por las cosas a su alrededor han sido mayores y se ha dejado llevar por la corriente de esas cosas en vez de estar verdaderamente en la sintonía de Dios. Para nosotros poder ver con claridad lo que Dios está haciendo tenemos que estar en sintonía con él. Si yo salgo fuera de esa sintonía puede ser que vea algunas cositas, pero me voy a perder de la totalidad, el entorno de todo lo que Dios quiere hacer. Y ¿saben qué? Dios quiere bendecir tu vida, Dios quiere hacer grandes cosas en ti. Yo estoy seguro que él las ha hecho, las está haciendo y las quiere seguir haciendo. Y yo miro aquí alrededor ahora y yo quiero tomar ese momento para orar por ti, si tu entiendes en tu corazón que tu necesitas estar en esa frecuencia correcta, no en la frecuencia de cualquier estación de radio, sino en la frecuencia de la radio de Dios, yo creo que hoy puede ser un momento en el cual podemos comenzar una vez más, comenzar una vez más y creer que esas cosas que Dios ha comenzado a hacer en medio de su vida, que Dios las puede y las va a completar, las va a completar a su perfección. Por más que se oponga la situaciones a su alrededor, Dios lo puede completar.
Yo lo invito a que cerremos nuestros ojos ahí donde están. Vamos a orar. Amado Dios, yo te doy las gracias por las cosas que tu haces en medio de nuestras vidas, las cosas que tu has hecho, que estás haciendo ahora y lo que seguirás haciendo y es por eso, mi Dios, que la solemnidad de este momento, Padre, yo te pido, mi Dios, yo sé que aquí hay muchos corazones que han escuchado esta palabra y yo sé como tu puedes redargüir a cada corazón. Así que, Señor, por tu nombre Jesús yo te pido que la obra que tu has comenzado a hacer en muchos de los corazones que están aquí, yo estoy seguro que tu la puedes completar, pero si hay algunos aquí que en alguna forma u otra se han salido de la sintonía de lo que tu quieres para sus vidas, yo te pido que con tu Espíritu Santo, mi Dios, tu traigas convicción a esos corazones para que esos corazones puedan ser capaces de abrir sus ojos y ver, mi Dios, lo que estás haciendo en medio de ellos.
Padre, te ruego que a todas las personas que están aquí hoy, a cada corazón, mi Dios, en cada familia, en cada hogar, sobre cada hombre y cada mujer, cada joven, cada niño, Señor, yo te pido, mi Dios, que seas tu impartiendo esa gracia sobrenatural que solamente tu puedes dar para que cada uno de nosotros, mi Dios, podamos ver y comprender que lo que tu haces en nosotros es mucho mayor, Jesús, pasa cualquier circunstancia, sobrepasa cualquier situación. Yo te pido por un sentido de fe y convicción en el corazón de mis hermanos y mis hermanas, Señor, que si por alguna razón estas palabras que yo he dicho, Señor, se les hace difícil asimilarlas, por la intensidad de lo que están viviendo, yo te pido que tu con tu Espíritu Santo puedas llegar a cada uno de esos corazones, mi Dios, para que ellos puedan comprender, Señor, en toda su plenitud el poder que tu tienes para obrar en medio de sus vidas, cuando nosotros verdaderamente te damos el permiso de nuestros corazones para que tu puedas hacer como tu quieres, Señor.
Have your way, Lord. I pray. Yo te pido, Señor, que tu tomes el mando de nuestras vidas, el comando de nuestros corazones, Jesús, y que sobre cada uno de los corazones de mis hermanos y hermanas que están aquí hoy, Jesús, que seas tu impartiendo, mi Dios, la bendición que solamente tu puedes dar. Yo les dejo a cada uno de ellos en tus manos, Señor, y confío, Señor, que esta palabra va a dar su fruto. Gracias te doy, Padre, en el nombre de Jesús. Amén.
Por la gracia de Dios, somos "hermanos"?
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Hermanos, ¿a cuántos les ha pasado que, tal vez ustedes han leído y re-leído, y re-releído un pasaje en particular pero llega un momento en que lo lee de nuevo y el Espíritu Santo te revela algo que nunca has visto antes?
Aunque sea una palabra o dos, pero de momento algo acerca de ese pasaje como que resalta y de momento, no lo ves igual. Y tal vez, mientras usted viva no leerá ese pasaje igual. Eso me pasó a mí con este pasaje. Sabemos que el Señor le ha puesto en el corazón del Pastor, el Espíritu Santo le ha puesto en su corazón que juntos estemos estudiando el Libro de los Hechos. O como él dijo el domingo pasado, debería decir, los Hechos del Espíritu Santo. En vez del Libro de los Hechos de los Apóstoles, los Hechos del Espíritu Santo. Y leyendo, Hechos capítulo 9. Yo no sé en su traducción, pero en la traducción que tengo aquí, los editores de la versión Reina Valera escribieron esta nota, con versión de Saulo. ¿Lo tienen allí?
Y bien debería tener este título. Y vamos a hablar un poco acerca de esto en esta noche. Pero, dos palabras que siempre lo había leído, de momento resaltaron que yo lo había leído antes, pero me conmovieron de momento. Y se encuentran en el versículo 17, de Hechos capítulo 9. Vamos a leer el contexto en un momento, pero estas dos palabras, fíjate, y son éstas – no les voy a hacer adivinar. Las palabras, “hermano Saulo.” “Hermano Saulo.” Lee igual en inglés, “Brother Saul”. De momento leí ese versículo como siempre, pero esta vez el Señor me detuvo en esas dos palabras.
Hermano Saulo – y me conmovió. Y de momento escribí en el margen de mi Biblia, “bello.” Y la palabra, “mercy” – misericordia. Hermano Saulo - ¿qué significa ser hermano, mi hermano? Sabe, aún antes de… lo que nos dice el libro de los Hechos, que aún antes de que se inventara la palabra Cristiano – porque la palabra Cristiano no se inventa hasta años después en la ciudad de Antioquia. Comenzaron a llamarnos Cristianos. Pero desde el primer día que el Señor empezó a tratar con su iglesia, nos llamábamos “hermanos.” ¡Qué poderoso, hermanos! ¿Cómo es que nosotros llegamos a ser eso -hermanos-, y por qué importa? ¿Qué significa?
Padre, venimos, estamos delante de tu presencia. Declaramos, Señor – hemos declarado tu belleza y hemos declarado tu bondad. Hemos traído nuestras necesidades delante de ti, hemos sentido tus cercanías. Gracias por ministrarnos. Yo declaro, Señor, que tu has oído cada oración que se ha levantado en esta noche. Yo declaro, Señor, que no ha habido una necesidad que se ha traído a ti, que tú has pasado por alto y declaro que tu mano aún se extiende para sanar, para liberar, para levantar al caído y para hacer milagros, Señor. En este momento, posa sobre esta palabra, Espíritu de Dios y vivifícala. Te lo rogamos en el nombre de Jesús.
¿Por qué me conmueven mucho estas palabras? Porque son dichas por el hermano Ananías, ven allí Ananías? Y a Ananías el Señor le dio un encargo, le dio una misión, le dio una obra y fue esta. Ananías – es más vamos al versículo 10. El Señor le dijo, “había entonces en Damasco, un discípulo llamado Ananías a quien el Señor dijo en visión, ‘Ananías.’ Y él respondió, ‘heme aquí, Señor,’ como un buen discípulo. El Señor le dijo, ‘levántate y ve a la calle que se llama derecha y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo de Talso porque he aquí el hora. Y ha visto en visión a un varón llamado Ananías
Había entonces un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve á la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas á uno llamado Saulo, de Tarso: porque he aquí, él ora; Y ha visto en visión un varón llamado Ananías, que entra y le pone la mano encima, para que recobre la vista. Entonces Ananías respondió: Señor, - este hombre tiene fama – yo he oído mucho - muchas, a muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho á tus santos en Jerusalem: Y aun aquí tiene autoridad de los príncipes de los sacerdotes de prender a todos los que invocan tu nombre.”
Y él podría decir, incluyéndome a mí y mi familia. “Y le dijo el Señor le dijo ve, porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel: Porque yo le mostraré cuánto les es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías, y entró en la casa, y poniéndole sobre él las manos, dijo…,” Esto es lo primero que oye Saulo después de tres días de soledad y quebranto, “Hermano Saulo – Hermano Saludo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.”
Pónte en ese lugar ahora, no meramente lo lea, transpórtate en ese momento. What do you see? ¿Qué ves? Ananías le impone las manos sobre Saulo, y al momento le cayeron los ojos de Saulo como escamas, y recibió al instante la vista, y levantándose fue bautizado.
Hermanos, pero leyéndolo esa mañana, tal vez yo vi otro drama. No ves tú, entra Ananías a este cuarto. Está este hombre sólo, orando, como hemos visto tantas veces aquí. El Señor usa a su siervo, le impone manos y lo llama, “hermano.” Saulo sabe – uno de aquéllos que Saulo venía a aniquilar, lo llama hermano, y le dice: yo he venido para interceder por ti. Yo he venido para poner manos sobre ti, bendecirte, para que veas. Y para que seas lleno del Espíritu Santo.
¿Tu no ves a Saulo – tú no ves las lágrimas en los ojos de este hombre? Yo me imagino un quebranto, yo me imagino a este hombre hasta… the way I see it, versión Samuel, pero yo me imagino este hombre, hombre a hombre, me imagino a este hombre agarrando esa mano, que él pone sobre él – conmovido de la Gracia y de la misericordia y el amor que fluye como… como una catarata sobre el corazón de este hombre. Y yo me imagino, eso fue lo que tumbó las escamas de los ojos de este hombre.
Ahora, ¿cómo llegamos a esto? Este milagro, porque para mí, yo dije, ¡guau! esa es la belleza de ser cristiano y siempre ha sido así. Esta aventura de ser cristiano es su esencia. Se reduce a momentos así. Tal vez la doctrina ha cambiado aquí y allá, tal vez esta denominación adora de esta manera, esta otra se llama otra cosa y adora de esta manera, pero este fluir de este amor y del Espíritu Santo cuando es la Iglesia de Jesucristo, es uno de los elementos esenciales.
Ahora, ¿qué es lo que prepara la escena? Francamente este hombre, Saulo, tuvo un encuentro con Jesucristo. Y eso lo cambió todo. Ahora, ¿qué es lo que queremos decir con esto? Yo no quiero, hermanos, al oír esa frase “encuentro con Jesucristo” – yo no quiero que caiga duda en esta congregación, en esta noche, en el corazón de nadie. ¿Qué es lo que quiere decir eso? No quiero que aquí nadie dude jamás.
“Pastor Samuel, qué es tener un encuentro con Jesucristo? ¿Cómo puedo tenerlo yo? ¿Cómo sé que he tenido genuinamente un encuentro con Jesucristo? Y, ¿cómo entro yo en esta hermandad?”
Hermanos, y toda la evidencia de esto está en esta historia. Hermanos, por eso yo creo que está perfecto este título. La conversión de Saulo, porque la receta no ha cambiado para nada. Por ejemplo, vamos al versículo 3 – es más, comenzando con el versículo 1: “Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino…” A propósito, este Camino, con c mayúscula porque no tenían otro nombre para esta gente. En ese momento, nosotros éramos parte de ese camino, pero estamos hablando de cristianos.
Dice, “Mas yendo por el camino,” en el versículo 3, “aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeo un resplandor de luz del cielo y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo,” interesantemente lo llamó por nombre, “¿por qué me persigues? Este ser conocía a Saulo bien, pero Saulo responde, ¿quién eres Señor? Y le dijo, yo soy Jesús, a quien tú persigues. Dura cosa es dar coses contra el aguijón.”
Punto número uno, ¿cómo sé yo que he tenido un encuentro con Jesús? ¿Qué es lo que es esto. Punto número uno, primeramente, si has tenido un encuentro con Jesús, usted se ha convertido a él y no al revés. Parece obvio, pero pensemos en esto. Saulo en este momento – si usted hubiera parado a Saulo, en ese momento, antes de que él tuviera cinco minutos antes de que él tuviera este encuentro con Jesús, esta revelación – si usted le hubiese preguntado, ‘Saulo, tú que tienes en tus manos una orden de muerte para esta gente que están proclamando el nombre de Jesús, ¿tú te consideras un hombre temeroso de Dios?
Saulo se hubiese caído insistiendo, ‘¡Claro que sí! Claro que temo a Dios, por eso es que hago lo que estoy haciendo’ Si le hubiese preguntado, ‘¿Tú amas a Dios? - ¿tú crees que eres un hombre bueno?’ ‘¡Claro que sí!’ Este hombre tenía sus ideas de Dios. Y no cualquier idea. Este hombre tenía ideas apasionadas de Dios. Este hombre era un hombre sinceramente apasionado en su idea de Dios. El único problema es que él estaba completamente, ciento por ciento, 360 grados equivocado. Sus ideas de Dios no caían con lo que era Dios, lo que es Él, lo que es Jesús, la imagen del Padre. El único Dios verdadero, las primicias de nuestra redención.
Y, hermanos, y por qué es esto tan importante? Estamos viviendo en un momento, en una era de la historia, que se está predicando de púlpitos, especialmente yo diría en Nueva Inglaterra y estoy hablando aún de algunas iglesias evangélicas. Estuvimos en una sesión de pastores hace poco en que no de los pastores, el orador en ese momento, dio un discurso explicando a los otros pastores, que si queremos ganar a Nueva Inglaterra tenemos que permitir que la gente pregunte más. No seamos tan cerrados, no transmitir el hecho de que el Evangelio es una lista de reglas que Dios es tan cerrado. Sino dejar a la gente correr por su jornada y en su jornada, Dios lo iba a encontrar y Dios se acoplaría a su verdad o a su existencia. El problema con eso es esto, como Saulo hay mucha gente que están determinadamente caminando en un camino que lo está llevando totalmente en el lugar opuesto a la verdad de Dios.
Hermanos, no es suficiente tener buenas ideas acerca de Dios. Es necesario llegar a un punto en que dejamos que el Señor nos confronte. Sabe, el Señor te ama, te conoce, te hizo, tiene propósitos para ti, ya mitad de la batalla se ha ganado. Él te conoce, Él te ama, Él tiene una eternidad preparada para ti, Él tiene para ti un arsenal de milagros que te va a volar la tapa de los sesos, Él tiene el nudo que usted le trae al Señor, y el Señor ya lo ha desenvuelto.
He’s ready! Te conoce por nombre, por nombre te llamó, por eso estás aquí! Amén. Él te llamó por nombre. Él ha conspirado, por así decirlo, para que antes de que usted naciera, llegara en esta noche y oyera ese mensaje. Amén. Te conoce por nombre, esa es mitad de la batalla. Ahora la otra mitad es, si la verdad está en él, si la solución está en él, si el poder mana de él. Él declara y yo sé que eso es lo escandaloso de la fe cristiana, pero no tengo otra alternativa sino predicarlo. Porque es la verdad.
Él declara, “Yo Soy.” Jesús declara, “Yo Soy la verdad, el camino, la vida. Nadie llega al Padre sino es por mí.” Amén.
Ahora, conéctate con él y algo empieza a suceder y en ese momento, ¿cómo reaccionó Saulo al oír esto? ¿Quién eres, Señor? Fíjate, se consideraba un hombre temeroso de Dios, y ahora él se da cuenta, yo ni lo conozco. Todo lo que yo pensé que yo conocía de Dios, todo lo que yo traía – todo lo que yo pensé que yo era, para qué yo vivía, era un error. Y el temblando y temeroso… hermanos, ¿saben qué? Nuestros cuerpos y nuestras mentes, y nuestras almas y nuestros espíritus reaccionan a un encuentro con Dios. No es emocionalismo. No es emocionalismo.
Lo que ustedes han visto esta noche no es emocionalismo, es un pueblo, es la reacción de un pueblo llegando delante de la presencia de un Dios vivo, bueno y que lo ama y es poderoso para actuar. Y eso le pasó a Saulo, y temblando y temeroso dijo, Señor, ¿qué quieres que haga? Levántate y entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.
Punto número uno – nos convertimos a Él y no Él a nosotros. Punto número dos – él hace una acción de obedecerlo.
Ahora esto puede ser en su corazón, pero al menos una vez en voz alta, y nosotros oramos, nosotros oramos en alta voz por cada ser que viene y hace una decisión de recibir a Jesús. Yo diría que como parte de esa oración, se debe incluir esta frase, “Mi Señor, yo me comprometo a obedecerte. Yo me comprometo a obedecerte. Mi bendición vendrá de ti.”
Como dijo el Señor, si me amas, obedece mis mandamientos. Y no hay otro mandamiento mayor que esto, que se amen los unos a los otros. Pero que me obedezcan. Interesantemente, dice aquí, y “los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad, la voz, más sin ver a nadie.”
Y, hermanos, hay muchos que tal vez oyen la voz, esto es interesante – oyen la voz del Señor, pero no lo llegan a ver. Cuando usted hace en su corazón este compromiso, y aunque perfectamente… yo no digo que usted no se va a equivocar, no digo que será un proceso, no digo que el Señor – así son los procesos del Señor. El Señor te lleva a un lugar y dice, obedéceme hasta aquí y desde aquí te voy a instruir y eso… eso fue el proceso de Saulo mientras él vivía. El Señor nunca le entregó el manual completo. El Señor le dijo ve a Damasco, y allí él recibió sus instrucciones. De Damasco, él lo envía a Jerusalén, allí él recibe otras instrucciones – él espera en el Señor. Allí el Señor lo lleva a Tarso, por unos años. Esperando instrucciones del Señor. De allí el Señor lo mueve a Antioquia, o sea ese es el trato del Señor con sus hijos.
Ahora usted lo puede ver como algo que le impaciente, usted dice, ¿por qué el Señor no me dice de una vez, qué quiere conmigo en mi hogar? O usted lo puede ver así, el Señor está escribiendo su propio Libro de los Hechos sobre Su Vida y usted está viviendo una gran aventura con Él. Pues primeramente nos convertimos al Señor. Vemos al Señor como él es y no como nosotros queremos que él sea. Porque de la imagen de Dios que él es siempre será mayor que la que nosotros le inventemos a él.
Segundo, hacemos una decisión de obedecerlo. Y tercero, mis hermanos, entramos en gracia. Entramos en gracia. Dice el versículo 8, “entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía á nadie.” Fíjate, por tres días, la última imagen que él vio, sus ojos retrataron esta imagen. La imagen de la Gloria de Jesús – lo último que él vio, no se qué fue lo que el vio de Jesús. No sé si el Señor llegó a permitir que Saulo vea su rostro o su espalda como con Moisés. Algo de la Gloria de Jesús vio él y luego el Señor le apagó los ojos. Como quien dice, ahora medita sobre esto por un par de días. Medita sobre… mírame a mí y a mi gloria por un buen tiempo y le cerró los ojos.
Y, llevándolo por la mano lo metieron en Damasco donde estuvo tres días sin ver. Y no comió ni bebió. Usted no se ha puesto a pensar, ¿qué pensaría Saulo en esos tres días? ¿Cómo serían sus oraciones en esos tres días?
Otra versión Samuel del Evangelio, ustedes lo pueden recibir, lo pueden rechazar. ¿Sabe lo que yo me imagino? Yo me imagino, que por lo menos una que otra vez en esos tres días, él diría, ¡qué necio he sido yo! ¡Qué equivocado he sido yo! Tengo sangre inocente sobre mis manos. Hermanos, hay muchos – y por eso es que necesitamos gracia – hay muchos hermanos en nuestros medios que llegan así. Tenemos una revelación de parte del Señor, el Señor nos muestra algo de su gloria, podemos ver lo que es él comparado a lo que somos nosotros. Y de momento nos damos cuenta, ¡guau, yo no soy nada! Comparado a lo que es él, no soy nada.
¿A cuántos les ha pasado así? Hermanos, bienvenido al club. Comparado a Dios, a su belleza, a su santidad no somos nada. Pero no te apures, Dios tiene un propósito con esto y Dios no nos deja allí.
Y yo estoy… otra cosa, versión Samuel, Segunda de Corintios, capítulo 12, dice Pablo que una y otra vez, él le rogó al Señor, quítame este aguijón de encima. Él describe que Satanás – a propósito, la palabra Satanás es hebreo para eso, “acusador”. El acusador había enviado un mensajero, y él rogándole al Señor, Señor, quítame eso. En todas las cartas de Pablo, él nunca se olvidó del hecho de que él había derramado sangre inocente, y el Señor le dice, ¿sabe? Yo no voy a borrar eso, por más que tú has visto, por más que tú has experimentado, por más que tú has pasado, eso pasó, eso pasó. Eso pasó. Pero Pablo, tú no te vas a quedar así. ¿Sabes qué? Cuando venga el acusador, hijo, bástate mi gracia. Porque mi poder se perfecciona en tu debilidad. No te apures por eso porque tú tienes hermanos, todito está así, que yo he rescatado en el camino, que me encontrado con ellos, todos en el camino, les he revelado mi gloria, en el camino. Tú no estás solo, bástate mi gracia.
Pongámonos de pie. Amén.
Si usted no está seguro que en un momento u otro has tenido un encuentro con Jesús, yo quisiera en esta noche, darte la oportunidad. Esto es automático. I really don’t even want to do this Jesus, but I’m going to do this tonight. Te voy a dar la oportunidad de estar seguro esta noche. El Señor te llama por nombre y te ama, usted ha tenido un encuentro con su gloria y lo que te espera es una aventura y Él pide ahora francamente una oportunidad, de mostrarte lo grande y lo poderoso que es Él.
Pero requiere una decisión de rendirte y decir, Sí, Señor, tú eres Dios y no yo. De ahora en adelante tú eres el que maneja mi vida, sin condiciones, sin reservas, sin mirar hacia atrás, sin lamentar lo que ha pasado. Yo me comprometo a seguirte, me comprometo a obedecerte, te invito a llenarme. Si ese es usted, le invito a pasar o levante su mano. Si hay alguien aquí, que eso le describe. Dios le bendiga.
Dios te bendiga, amén. Mi hermano, si alguien puede acompañar a este joven, yo te invito a pasar. Está bien? Te invito… ¿Usted estaba levantando su mano? ¿No? Maybe not. Amen.
Si alguien está tomando esa decisión por primera vez, yo le invito, levante su mano, okay. Si no, amén, en el nombre de Jesús. Padre, gracias por Jesucristo y gracias por el milagro de la Cruz y por llamarnos por nombre y mostrarnos su gloria. Y, Señor, gracias por hacernos hermanos, gracias por el milagro que es seguirte. Y, Padre, pido que tú lleves a la perfección la obra que tú has comenzado en cada uno de mis hermanos.
Yo declaro, Señor, que lo que está delante de cada vida aquí, que te conoce y clama por nombre, es una aventura y que tiene buenas cosas por delante. Te bendecimos.
Ahora, Señor, recibe nuestras vidas, recibe nuestra ofrenda de adoración y declaramos, maestro, que sobre todas las cosas que necesitamos esta noche, te necesitamos a ti, tú eres necesario y tú eres suficiente. Y te amamos Así declaramos en el nombre de Jesús. Amén.