SERMONES
Estudio de parejas : Diferencias de los sexos
Estudio de parejas por Luis Valles - Lider del ministerio de matrimnios de La CLJ
Unas niñas de primer grado hicieron el siguiente listado de diferencias:
Las niñas son mejores que los niños
Las niñas mastican con su boca cerrada
Las niñas no se limpian las narices con sus dedos
Las niñas no huelen tan mal
Las niñas son mas inteligentes.
Las niñas se afeitan más
Un varón anónimo vino con las siguientes diferencias:
Una vacaciones de cinco días requiere una sola maleta
Si alguien se olvida de invitarte, tal persona puede aún ser tu amigo(a)
Uno puede calladamente gozar la travesía en el asiento de pasajeros
El cabello grisáceo y las arrugas solamente añaden algo a tu carácter
No se espera de usted que sepa mas de cinco colores.
¿Cómo un MARIDO puede decir, “Te Amo”
Para asumir el llamado alto que tiene el marido, tiene que asumir el papel de siervo-lider.
De la misma forma que Jesús toma la responsabilidad de la Iglesia, el hombre lo toma de la Mujer. Esto nos dá a nosotros la responsabilidad de iniciar una acción. Asi que cuando las cosas no andan bien en el hogar, nosotros tenemos que hacer rodar la bola. Cuando nuestra relación con Dios estaba fuera de control, fue Jesús quien tomó la iniciativa.
Características del Siervo-Líder
Se sacrifica- Dios quiere que seamos nosotros siempre los primeros en ir a la cruz. Esta es la marca de aquel que guía y no controla. Nutre- supliendo las necesidades de la otra persona y ayudándola a madurar.
Le da valor-lo que hacemos la hace sentir que ella es especial Le da honor-- 1ra Pedro 3:7
Si usted no honra a su mujer, la efectividad de sus oraciones es disminuida.
La comprende-
10 MANERAS DE DEMOSTRARLE A SU MUJER QUE LA HONRA:
Alábela públicamente
Digale “gracias” a menudo
Abrale las puertas a ella.
Espere por ella con alegría
Espere por ella con paciencia
Busque su opinión
Acepte su consejo
Respete sus sentimientos
Traígale un regalo
Escuche, escuche, escuche
Coronado de gloria y de honra
TRANSCRIPT
Hermanos, les invito a abrir sus Biblias en el Salmo 8, por favor. Salmo 8. la palabra dice:
“.. Oh Jeovah, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra. Has puesto tu gloria sobre los cielos de la boca de los niños y de los que maman fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos para hacer callar al enemigo y al vengativo. Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tu formaste, digo, ¿qué es el hombre para que tengas de él memoria y el Hijo del hombre para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos, todo lo pusiste debajo de sus pies; ovejas y bueyes, todo ellos, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar, todo cuanto paso por los senderos del mar, oh, Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra....”
Padre, gracias por tu palabra. Gracias que tu eres majestuoso, Señor, y tu quieres revelar tu majestad en maneras que no hubiéramos esperado. Yo te pido que nos hables en el día de hoy, Señor, que uses la palabra de mi boca que eches un poquito más de gasolina en este tanque y que bendigas esta iglesia, Señor, que sea tu palabra hablándonos a todos en esta tarde, te pedimos en el nombre de Jesús. Amen y amen.
¿Saben qué? Yo recuerdo un día yo estaba visitando en Guatemala, en el Petén, no sé si alguien, tenemos algunos chapines aquí, algunos chapinitos. Yo estaba en el Petén viendo esas ruinas que hay y yo andaba en la selva con todo los sonidos raros que hay en una selva, miré para arriba y vi monos en los árboles, monos de verdad, monos. Y yo estaba ahí y nunca había estado en un bosque de verdad selva, selva, selva y yo todo sudado, pero feliz. Y yo saliendo de ahí le dije a un joven que yo conocí ahí, guau, cómo puede uno ver todo eso y no creer en Dios. Y el joven me dijo, fácil, él era atea, así que nos pusimos a hablar un poco. Y yo dije, ¿pero tu cómo puedes ver todo esto? Discutimos un poco, espero que dejé una semilla.
Pero yo no sé de él, pero guau, piensa en un lugar bello que tu conoces, un mar, aguamarina, así hermosa de tu país, puede ser; un campo verde, montañas, un lago con volcanes alrededor, en Sudamérica, lugares hermosos y tu piensas, guau, Señor, cuán majestuoso es tu nombre en toda la tierra. ¿Cómo es que tu hiciste todo eso? Mirando las estrellas y pensando, guau, pero no los puedo contar. Son tantos y después uno piensa, ¿y cómo es que tu vas a escuchar mi oración? Yo soy una hormiguita, un poquito de polvo en el universo, y además soy malo, soy pecador, pequeño y malo, ¿cómo tu vas a escucharme a mí?
Este salmo dice que Dios revela su gloria, no solamente a través del universo sino a través del testimonio de sus siervos. Si este mensajito y voy hacerlo muy al grano, pero si este mensaje tuviera título yo diría, Coronado de gloria y de honra.
¿Tu sabes que tienes una corona que Dios ha hecho para ti? Desde tu concepción Dios te coronó de gloria y de honra solo por ser un ser humano y llevar dentro de ti la imagen y semejanza del Dios vivo. Tu estás coronado, coronada de gloria y de honra. Esto parece malo. No, Dios tu eres el único con la corona. Él dice, no, a mí me gusta dar coronitas a mis hijos y revestirles de dignidad y de honra.
¿Saben qué no hablamos mucho de la palabra honra hoy en día? Pero yo creo que es importante que lo hablemos. Honra, ser una persona honrada, una persona que puede caminar con la cabeza en alto y tener auto respeto y dignidad. Cuando yo pienso en eso, pienso en los militares que se les enseña a andar como una persona seria, a tener su gorra. Yo compartí en la mañana que los Santiago, Mary y Chago, me invitaron a la casa y me dio el permiso sagrado de ponerme la gorra militar que usaba Chago cuando era joven. Y yo me lo puse y miré en el espejo y sentí una electricidad, una corriente eléctrica correr por mi cuerpo. Pretty good, I feel good. Me siento bien. Y fue como un susto, fue un susto y Mary was, ajá, apúntate, mira vas a ser un capellán, no sé qué. La gorra de autoridad, la dignidad.
Dios tiene una corona así para ti, para cada uno de nosotros que cuando tu lo pones siente corriendo en las venas una corriente eléctrica que te hacer saber que estás vivo, que eres una persona de un valor inestimable, creado en la imagen de Dios mismo.
Yo pienso en las personas, los abuelos entre nosotros que han servido al Señor, y dice la palabra de Dios que la luz de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que sea el pleno día. Y yo creo que los abuelos que sirven al Señor ya la luz está en pleno día. Y uno puede mirar, aunque los cuerpos se van desgastando, uno puede ver la gloria de Jehová reposar sobre ellos.
Yo recuerdo visitar a doña Toñita cuando, la mamá del pastor, cuando estaba en sus últimas y la única palabra que yo podía pensar era la palabra majestad, majestad, como una reina ahí, una dignidad ahí rodeándola. Pienso en doña Anastasia, 99 y no salía de la casa sin su vestido limpio y bueno y tal vez barato, pero bueno y bonito y su perfume de Calvin Klein, hasta hacía esperar la ambulancia a veces cuando se cayó, espera, espera, saca el vestido más limpio, me van a ver los doctores. ¿Por qué? ¿Vanidad? Bueno, más que vanidad, está hablando de dignidad, de auto respeto, de saber que yo soy hijo, hija de un rey y yo puedo caminar bien, porque Dios me ha coronado de gloria y de honra. Yo no soy basura, yo no soy un cero a la izquierda, yo soy una mujer de Dios, un hombre de Dios y yo me respeto y los demás deberían respetar también porque Dios está conmigo, quién contra mí.
Yo pienso, aún los bebés están coronados de gloria honra. ¿Cuántos pueden saber? Tu miras una criatura y tu piensas, pero Señor, cómo. Tal vez esta criatura no puede hacer nada sino llorar y comer y hacer sus necesidades. El perro puede hacer más que el bebé en la casa. Está entrenado el perro, el bebé todavía no está entrenado, pero qué diferencia. El bebé tu lo miras y estás mirando los ojos de Dios, tu piensas, Señor, guau, cómo es que tu hiciste este ser, cómo lo hiciste. Es una maravilla.
Así que por eso dice, de las bocas, versículo 2, de la boca de los niños y de los que maman fundaste la fortaleza....
Que lindo, por eso cuando se hace esta danza de niños, y habrá más de escuela dominical, cuando ellos adoran a Dios, ay, eso es del Señor.
¿Saben qué? Cuando leí eso me confundí un poco. Mira lo que dice otra vez, de la boca de los niños y de los que maman fundaste la fortaleza.
Quiero que vayan conmigo a Mateo 21 y vamos a hacer un poquito de estudio aquí. Despiertos. Mateo 21, 14. Está hablando de Jesús sanando los ciegos y cojos en el templo, dice:
“... vinieron a él en el templo ciegos y cojos y los sanó. Pero los principales sacerdotes y los escribas viendo las maravillas que hacía Jesús y a los muchachos aclamando en el templo y diciendo, Oh sana al Hijo de David, se indignaron y le dijeron, oyes lo que estos dicen. Y Jesús les dijo, sí, nunca leíste de la boca de los niños y de los que maman, Jesús había memorizado el versículo, él lo escribió de hecho en el espíritu, de los boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza....”
Espera. El salmo 8 ¿qué dice? Pon el dedo aquí y vamos otra vez al salmo 8, y dice, fundaste la fortaleza. Así que qué pasa, ¿Jesús no memorizó bien el versículo? Se olvidó, puede ser. No, no, no Jesús, es fundaste la fortaleza. Y Jesús, dice, no, no, yo sé lo que estoy haciendo. Él es el Creador del universo, él inspiró la Biblia. Jesús sabía que la palabra alabanza y la palabra fortaleza tendrá algo en común. ¿Qué tiene en común la alabanza y la fortaleza? Piénsalo.
Piensa en un tiempo cuando tu te sentías débil, te sentías que ya no quedaba más nada para seguir adelante, la vida te había dado luchas y retos duros, ni querías venir a la iglesia, pero te obligaste y viniste y aquí cantando todo el mundo feliz, y tu sientes, pero estoy muriendo por dentro, ¿cómo puedo cantar, cómo puedo levantar las manos? No quiero ser hipócrita. Pero tu sabes, Dios me manda a hacerlo. Y tu levantas esas manos por fe y comienzas a cantar y ¿qué pasa? Comienza a fluir el espíritu en ti, comienza a llegar algo de lo que la Biblia dice, los que esperan en Jehová nuevas fuerzas tendrán, levantarán alas de águilas, correrán y no se cansarán, porque han decidido en lugar de vivir en la auto lástima y la queja, han decidido alabar a Jehová el Creador del universo y cantar y danzar y decir, yo sé que mi redentor vive y funciona, funciona. Comienza a hacerlo y guau y comienzas a sentirte más vivo, hay fuerza que entra.
¿Qué pasó con Silas y Pedro en la carcel? Ahí, ¿qué harías tu en la cárcel? Yo me quejaría como un no sé qué. Ellos en lugar de eso, ahí cantando alabanzas, cantando al Señor porque ellos sabían, hay cadenas pero estamos libres de corazón. Ustedes no pueden encadenar el corazón, somos libres en Cristo, donde está el espíritu de Jehová, ahí hay libertad. Cantaban himnos y ahí se deshizo, se rompió la cadena y pudieron salir milagrosamente.
Hermanos, cuando cantamos, cuando alabamos, el Señor hace prodigios y maravillas. Hay que hacerlo. Esto es parte de lo que quisiera hablar hoy de tener puesta la corona que Dios te ha dado. ¿Saben qué? Dios te ha dado la corona pero no lo sabemos, no la usamos, tal vez pensamos que se ha perdido. Cuando entramos en la casa de Dios y comenzamos a cantar, estamos declarando, yo soy un hijo del Rey y le voy a adorar con todo el corazón y Dios pone esta corona y tu comienzas a sentirte bien, como yo me sentía cuando tenía la gorra puesta. Amen. Así que estamos llamados.
Y los niños pueden adorar a Dios. ¿Por qué dice? En versículo 2 de Salmo 8, de boca de niños y de los que maman fundaste la fortaleza. A causa de tus enemigos para hacer callar al enemigo y al vengativo.
Saben que cuando yo veo los niños danzando y cantando yo estoy pensando en cosas alegres, no estoy pensando en Satanás. Pero la Biblia dice que cuando niños adoran a Dios o la persona más pequeña entre nosotros, el enemigo se tiene que callar porque él no tiene nada que decir a eso.
¿Cómo es que esta persona pasando por tantas luchas puede dar gloria a Dios? Él no tiene respuesta para eso. Por eso la Biblia dice, el Salmo 23, aderezas mesas delante de mí, no en el campo fácil, es en la lucha en presencia de los angustiadores, Dios prepara la mesa delante de ti, y tu comes, y tu cantas y tu adoras a Dios, y tu dices, yo tengo la corona puesta, soy hijo del Rey.
Así que, hermanos, Dios nos ha llamado a esa dignidad, esta autoestima y también tener la corona significa que hay majestad. ¿También qué significa una corona? ¿Qué significa? Si alguien tiene una corona, hoy en día no se usa, pero en las épocas cuando se usaban las coronas, ¿qué significaba eso? Poder, que tu eres una persona que está llamada a gobernar en el mundo. Adán y Eva fueron llamados a reinar en la tierra. Esto significaba para ellos, cultivar la tierra.
Hermanos, tu eres llamado a usar los dones que Dios te ha dado para la gloria de él, porque cuando tu haces lo que Dios te ha dado, Dios se glorifica, tu estás reinando. Saben que hoy en la mañana compartí un testimonio de una película que nadie había visto, pero voy a tratar una vez más, tiempo de olimpíadas. ¿Cuántos han visto la película Carros de fuego? Uno, dos, tres, cuatro, seis. Ya ganamos a los de la mañana. Así que uno de cien lo ha visto.
Es una película cristiana, muy buena película, película libia, no es muy común hoy en día películas libias. Trata de un atleta en las olimpíadas en las épocas pasadas y este hombre era un cristiano, un misionero pero él corría en las carreras y él quiso participar en las olimpíadas pero tenía que correr en lugar de servir en la iglesia, a veces en lugar de desempeñar su obra misionera. Y su mamá y papá diciendo, pero mi hijo, eres llamado a ser misionero, ¿qué tu haces corriendo en el campo, perdiendo tiempo con eso? Y él dice, pero mamá, cuando Dios me hizo me hizo, when God made me, he made me fast and when I run I feel his pleasure. Cuando Dios me hizo, me hijo rápido, pero no sé si esto se traduce con capacidad de correr rápido, y cuando yo corro siento su sonrisa sobre mí.
Y en la película cuando él corriendo, corriendo, levantaba la cabeza porque estaba corriendo para Dios. Yo no sé si tu eres un atleta, yo no sé qué es que Dios te ha dado, pero Dios te ha llamado a hacer algo y a hacerlo bien, y a hacerlo con excelencia y hacerlo para él porque Dios lo ha hecho para eso.
Cuando el cantante canta le da gloria a Dios. Cuando el atleta corre da gloria a Dios, cuando el artista pinta, cuando el agricultor siembra, cuando el niño juega, cuando el doctor sana, damos a gloria a Dios que nos ha hecho. Cuando la mamá cuida al niño, cuando el papá está ahí presente, cuando hacemos lo que Dios nos ha dado, estamos reinando en el mundo y diciendo, Dios me ha hecho y yo estoy aquí para darle gloria a él.
¿Saben qué? Hermanos, esto no es orgullo. Hablamos antes de orgullo. Orgullo es un pecado serio, era el pecado de Satanás mismo, orgullo. Así que no estamos hablando de orgullo, estamos hablando de reconocer lo que Dios me ha sembrado, lo que Dios me ha hecho y yo puedo gozarme en eso, me ha coronado de gloria y honra, ha puesto todo debajo de mis pies y yo soy llamado a grandes cosas. Eso no es orgullo porque la gloria no es mía, es de él, la bendición, la capacidad no es mía, no tengo nada que no se me ha dado, es su gloria y yo me gozo que Dios recibe la gloria cuando tengo la corona bien puesta. Amen.
Así que estamos hablando de algo muy diferente, una gloria reflejada del Señor. Cuantos saben después de pasar tiempo con Dios te sientes diferente. Moisés, le pasó esto a Moisés. Moisés subió a la montaña y bajó eléctrico, con el poder nuclear saliendo de él, con el rostro brillando, la gente dice, mira, tápate, tápate, no te podemos ver. Él tenía la gloria de Jehová que se le pegó y hermanos, cuando estamos en la presencia de Dios, cuando adoramos a Dios, cuando reconocemos que él está con nosotros, reflejamos la gloria de él al mundo. Es un testimonio, es una manera de decir, Dios está conmigo y es una manera de mostrar al mundo lo que Dios es capaz de hacer. La gloria, la corona que Dios te ha dado.
Pero ¿sabes qué? Sabemos que el enemigo no está contento con un ejército de reyesitos y reinitas, él no está contento con nosotros, con las coronas puestas. No está contento. Él quiero ensuciar, yo hablo mucho de eso en mensajes, lo he dicho antes, pero es un tema en mi vida en mi ministerio, nosotros somos portadores de la imagen de Dios, como si tuviéramos una pintura hermosa de Dios dentro de mí y brilla a través de tu personalidad, tu carácter, tu cultura, tu sentido de humor, todo lo que eres tu, Dios brilla a través de eso y Satanás odia a Dios así cuando él mira una persona que le recuerda de su enemigo mortal, y que tiene una corona puesta reinando en el mundo, él quiere tomar esta corona y él quiere ensuciar esta cosa un poco. Quiere opacar la gloria que está ahí, quiere hacer que pierda el brillo y él logra hacerlo muchas veces, lo hace tentándonos a pecar muchas veces.
Por eso que el enemigo quiere, no solamente tentarnos, quiere humillarnos porque es por pura malicia. Por eso que los ministerios que hacen evangelismo, trabajo social, es guerra porque estamos dignificando al ser humano, evangelizando pero también levantándolos, diciendo, Dios tiene grandes cosas para esta persona.
Así que, y lo hace tentándonos a pecar muchas veces. Cada ser humano aquí hemos pecado en algún momento y cuando lo hacemos estamos ensuciando la corona que Dios nos ha dado, estamos opacando la gloria que está ahí.
Como dice la carta a Timoteo, que en una casa grande hay muchos vasos, algunos platos son los platos finos, la porcelana. Tu no sacas la porcelana para mi hijo de un año y medio o él va a hacer daño con las cosas. Te prometo, rápido. Le damos cosas plásticas que no valen tanto, pero hay porcelana que tu sacas para la suegra cuando llega una visita, porque vale, vale mucho. Ahí está.
Dios dice, mira, tu eres llamado a ser la porcelana fina, tu no eres el plástico para que el niño te tire al piso. Cuando nosotros estamos en pecado es como tomar la porcelana y usarla para algo que no vale.
Sabes que la autoestima cristiana es muy diferente al orgullo. Tener autoestima es saber, Dios está conmigo, soy mejor que esto. Yo no tengo que seguir en lo mismo, Dios me puede cambiar, yo soy mejor que esto.
Hablamos mucho con las hermanas de la iglesia especialmente las solteras, en insistir que los pretendientes te respetan, ¿por qué? ¿Porque eres de estilo antiguo? Porque eres una hija de Dios y saben, yo valgo. Mira, tiene que respetarme, si este quiere tratarme diferente, bueno, que busque otra, yo soy mejor, soy una hija de Dios, espero alguien que me respete, un hombre que los amigos lo tienten a hacer barbaridades en la calle, lo que sea, y dice, mira, yo soy un militar, yo soy un oficial en el ejército de Dios y un oficial se porta en una manera digna de su oficio.
Saben que hay un crimen en los militares que se llama conduct unbecoming an officer, que es conducta que no luce a un oficial. Mira, tu eres un oficial en el Reino de Dios, así que yo voy a vivir con honra, con dignidad y voy a insistir que me respeten porque voy a portarme en una manera respetable. Así que esto es el llamado, el pecado lo ensucia.
Quiero leer algo de Proverbios 31. todos sabemos qué está en Proverbios 31, de qué se trata. ¿Saben qué? Se trata de otra persona también, alguien que tal vez tu no conoces, un tipo que se llama Lemuel. ¿Alguien sabe quién es Lemuel? Alguien sabe. Un rey, era un rey joven y su mamá le dio una profecía que dice, mi hijo, versículo 2:
“... qué mi hijo y qué hijo de mi vientre y qué hijo de mis deseos, no des a las mujeres tu fuerza y tus caminos a lo que destruye a los reyes. No es de los reyes oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes, la sidra. No sea que bebiendo olviden la ley y perviertan el derecho de todos los afligidos. Da la sidra al desfallecido y el vino a los que de amargado ánimo beban y olvídense de su necesidad y de su miseria no se acuerden más. abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los desvalidos abre tu boca, juzga con justicia y defiende la causa del pobre y del menesteroso....”
Mi hijo, tu tienes un llamado grande a ser un rey que va a defender a la gente necesitada, así que no pierdas tu tiempo en la bebida o en las cosas, en la calle porque tu eres mejor que esto. Mira, la bebida, ponerse borracho o vivir en pecado, eso es para personas que no tienen esperanza, pero tu eres un hijo de Dios.
Sabe que tenemos un grupo aquí los sábados que yo amo muchos, hombres saliendo de luchas y vicios y ahí son hombres que yo veo delante de mis ojos aprender, yo soy hijo de un rey, yo soy llamado a ministrar, soy llamado a ser un hombre de mi familia, un hombre respetable y efectivo en la vida y se levantan y a mí me encanta estudiar la palabra con ellos. Pero todo tiene que ver con la autoestima.
Satanás te dice, mira, hazlo, esto tu no eres mejor que esto. Hazlo, métete, esto es la mentira de Satanás. Satanás es un acusador. Él viene para acusar pero Jesús es nuestro abogado y él ha venido para decir, no, no, no, tu eres mi hijo, yo te he limpiado. Antes era así, pero ahora eres diferente. La vergüenza nos causa quitar esa corona de la cabeza, nos hace hacer como Adán y Eva. ¿Qué hicieron después de su pecado? Se escondieron en los árboles, trataron de tapar su vergüenza.
Dios dice, esto no sirve, deja que yo te vista como el hijo pródigo. Este traje que tu tienes no sirve, déjame ponerte un traje de gala, déjame poner el anillo sobre el dedo y una corona sobre tu cabeza. Pero muchas veces el pecado, la vergüenza y el orgullo opacan la gloria que tenemos. El orgullo es un substituto falso para la autoestima cristiana, es una manera de pensar que yo soy mejor que los demás. Mentira del infierno. Es inseguridad. Me siente mal de mí mismo así que tengo que probarme a todos los demás. Esto no es de Dios.
El cristiano sabe, no tengo que ser orgullosos, no tengo que ser como Narciso, enamorado de mi propio reflejo. Yo puedo reflejar la gloria de Dios y sentirme bien sin probar nada a nadie. Que lindo, que libertad.
Hermanos, Dios viene para reemplazar la corona perdida y para limpiar la corona opaca. Porque todo ser humano lo tiene, por ser un ser humano ya lo tienes, y Dios quiere tomarlo y restaurarlo sobre tu cabeza. Dice en Isaías 61, que él ha venido a darnos gloria en lugar de ceniza, manto de alegría en lugar de un espíritu angustiado.
A mi me encanta ver esta transformación delante de los ojos, la pesadez se va, la sombra se va y la persona ya tiene gloria sobre su cabeza. Sabe que Dios está con uno, quién contra mí.
Hay otro versículo que dice, los redimidos de Jehová volverán y vendran a Zión con alegría y gozo perpetuo será sobre sus cabezas y tendrán gozo y alegría y huirán la tristeza y el gemido.
Hermanos, Dios está en el negocio de la coronación, de levantar a sus hijos y hacer eso. Y esto es lo que hace él por fe cuando alguien recibe a Jesús como Señor y salvador. Pero ¿saben qué? Hay otra corona. Eso es un poquito misterioso, yo no pretendo entenderlo perfectamente pero algunas coronas que se ganan. Me siento mal al decirlo porque sabemos que la salvación no se gana, la salvación es un don gratuito de Dios, no puedo ganarme nada de Dios pero hay algunas coronas que son condicionales, que vienen basados en como nosotros hemos luchado y echado para delante. No es la salvación pero es alguna no sé qué, una gloria dotada del Señor, que nos espera.
El Apóstol Pablo dijo que yo he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor juez justo. Y dice esto de muchos otros, algunas personas dicen bienaventurado el varón que soporta la tentación porque cuando haya resistido, en Santiago dice, la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido. Así que dice que hay lucha.
Hay un texto que no voy a leer pero quiero resumir de las olimpíadas también. Sabemos que la semana pasada, Omar que es adicto a las olimpíadas habló de eso. Hay un texto cuando Pablo dice, que yo quiero que ustedes corran de tal manera que puedan ganar la corona, pero la persona que corre de todo se abstiene para ganar la corona. Y no una corona corruptible sino una corona incorruptible.
¿Sabes lo que le daba a los ganadores en esa época? ¿Alguien sabe que clase de corona? Si estabas aquí a las 9 no puedes decir. Laureles a los romanos, pero antes de eso. Saben lo que era, era celery. Hoy a la mañana trataron de enseñarme, apio. Una corona de vegetales, de apio. Ya comenzando a pudrirse y le ponían, y yo pienso, y esto es un premio o un castigo, no entiendo, pero se hacía combinando el apio con tal vez laureles y lo ponían ahí, y ya deshaciéndose sobre la cabeza.
Mira, hay una corona mejor que esta que yo quiero ganar. Yo vivo para el día que Jesús me diga, bien hecho, siervo fiel, ven y comparte el gozo de tu amo. Yo vivo para ese día, pero el Señor dice, lo has hecho bien, siervo fiel. Y esto es recibir la medalla de oro ahí, escuchar la canción y ver la bandera y sentir, sí, se hizo, se logró la batalla. Yo gané.
Pero estas personas, atletas de las olimpíadas tienen que abstenerse de todo, no por legalismo, no lo hacen bajo compulsión, ellos se abstienen de ciertas comidas, de cierto comportamiento ¿para qué? Para ganar. Saben que muchos de nosotros hemos salido de trasfondos muy legalistas donde nos han dicho, tu tienes que ser a, b, c, d o no sirves y son tan estrictos que a veces nos rebelamos contra eso.
Pero sabe que Dios no nos llama a ser flojos ni ser libertinos tampoco. Dios nos llama a abstenernos de muchas cosas, pero no es por legalismo, no es por obligación es porque yo tengo una carrera que correr y yo quiero ganar. No quiero ningún peso ni nada para distraerme, yo quiero la medalla. ¿Cómo es que un atleta puede abstenerse de la pizza cuando todos los amigos están haciéndolo? Porque él está pensando en el oro, en el premio, y así para nosotros.
Dios me ha llamado a tener esta corona bien puesta y estoy dispuesto a sacrificar todo para ganar este premio del llamado que Dios me ha dado en la vida y esto es lo que Dios nos llama, saber que ya tengo la corona, pero tengo que luchar si quiero que sea puesta tal como Dios quiere que sea. Así que es esto es el llamado que Dios tiene para nosotros, a creer que somos personas de la realeza espiritual.
¿Saben qué? Que mucha gente cuando se miran en el espejo no miran eso. Ellos miran a alguien que no le cae muy bien, muchos somos así. No estamos hablando de la belleza física, hermano, hermana, aunque esto pasa. Dice que el Señor hermosea a la persona humilde que lo busca, pero no trata de eso. Saben que yo tengo un profesor de mis estudios teológicos que es un famoso predicador, se llama, es muy famoso entre los gringos por lo menos, se llama H. Robinson, ha escrito muchos libros de la homelética, sale en la radio a cada rato, muy famoso, y yo llegué a la universidad estudiando y yo recuerdo, nuevo alumno, todo nervioso estudiando debajo de un árbol, y yo miro y ahí está, al lado mío. Y yo... él dice, mira, saludos, estás estudiando y comenzó a hablar conmigo. Y me fijé que yo no lo sabía antes, que él tiene una deformidad de cara, de rostro. Estaba con una deformidad, tenía un defecto de nacimiento muy grande en la cara y su sonrisa y todo, y yo no me había fijado, porque solo lo había escuchado o leído sus libros, le había visto desde muy lejos. Pero lo vi de cerca pero vi otra cosa, vi la gloria de Jehová brillando de él, y yo pensé, ese hombre, cualquiera se escondería pero él es llamado a predicar y poner el rostro, la cara de él delante de millones. Te digo, él ha predicado en estadios de personas, miles y miles, cientos de miles, tal vez millones de personas han visto su cara y él ahí, no tiene vergüenza porque él sabe, yo soy coronado de gloria y de honra y sale de él la gloria del Señor y la belleza del Espíritu Santo, porque él sabe quién es y que su testimonio da gloria a Dios, tanto como las estrellas.
También una muchacha que yo conocí estudiando, que lo mismo, tenía un defecto en la nariz, solo tenía la mitad de la nariz y otra cosa. Ella lo mismo, tenía la luz más brillante saliendo de sus ojos que había en toda mi vida, una muchacha hermosa y lo digo de verdad, no lo digo con ojos, oh, tu lo miras,... no, no, no, era bella, bella en el Señor porque sería a Cristo, era una líder en su escuela y entre los otros, porque ella sabía, soy coronada de gloria y de honra, y esto no es algo de afuera, eso es algo de corazón. Eso no es gloria mía, es gloria de Jehová y eso es un testimonio.
Yo quiero animarte a verte así, porque si yo sé que yo tengo esta gorra puesta, voy a vivir una vida digna del llamado que tengo, pero también te animo a hacerte la pregunta, si de verdad tu miras a cada persona que tu conoces así de esta manera, ¿puedes ver la corona en tu cónyuge? ¿Puedes ver la corona en tus hijos, en tus amigos, en tu jefe? Porque por ser un ser humano tiene corona, tal vez no está brillando pero está. Tu de verdad miras a la gente así.
Vino aquí un hombre hace unos dos o tres años atrás, no ha regresado más a la iglesia así que nadie lo conocería, pero él llegó bien, bien borracho, pero feo. Se le estaba saliendo la baba, estaba todo decaído y estaba ahí en la oficina con Carolina y me llamó a entrar, y yo sentí del Señor a tratarle, no solamente tratarle de usted, sino de llamarle por un título que yo he aprendido de alguno de ustedes. Su nombre era, yo voy a inventar un nombre, era Paco y yo dije, saludos, y yo usé el título que Dios me dio, saludos don Paco. Y yo pude verle mirarme con sorpresa y enderezarse un poco. Y yo siempre lo llamaba don, don Paco, porque era un hombre mayor, don.
¿Alguien sabe el significado de eso, de ese título, alguien sabe? Es respeto, me han enseñado, no sé si es verdad, yo soy visitante a esta cultura, yo no sé nada, pero me dicen que significa, de origen noble, don, de origen noble. Don, tu de verdad crees que tu eres don alguien. No eres un don nadie. De origen noble, de origen noble en el Señor, creado en la imagen y semejanza de Dios, llamado a ser para la gloria de él en el mundo y señorear sobre todo esta tierra.
Dios me ha llamado, te ha dado dones especiales, eres la niña de sus ojos, el hijo de su mano derecha. Dios te ha llamado a ser así, y ver a los demás de esta manera. Así que yo te animo a ubicarte dentro de esta coronación del Señor en este día.
Vamos a orar, yo le invito a ponerse de pie. Los músicos pueden pasar. Van a comenzar ya una canción.
Padre, en el nombre de Jesús yo reprendo el acusador que nos convence que podemos vivir una vida mediocre y no hace ninguna diferencia, que nos convence que somos un cero, que no importa, otros lo harán. Señor, yo te pido que levantes aquí de esta iglesia hombres y mujeres que conocen su dignidad, que saben que es el llamado que tienen en ti, que tu eres un Dios majestuoso en el mundo, que tu eres el rey sobre toda la creación y somos nosotros a ser la joya de esta creación para la gloria tuya en el mundo. Yo te pido, Padre, que más y más personas se acerquen a miembros de esta congregación y están conociendo a Cristo, que están creciendo en él y que le hacen la pregunta, tu eres diferente que antes, ¿qué está pasando? ¿Qué es que tu tienes? Y que ellos puedan decir, yo soy un hijo de Dios y por esto, por esto que tu me ves como soy.
Padre, yo te pido que seamos de testimonio para el mundo, que levantes al decaído y que nos des, Señor, una nueva ropa en el día de hoy. La palabra dice, levántate, resplandece porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Vamos a cantar. Adelante. Yo te invito si alguien quiere, mientras cantamos, si alguien quiere oración en esta última canción vamos a tomar tiempo de orar, puede acercarse si quiere. Adelante.
Moviéndonos a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas
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Bendición lo que va del transcurso de este servicio. Quisiera invitarlos al libro de Hebreos, Capítulo 12 y si me permiten voy a tener una palabra de oración para entrar entonces de lleno al mensaje.
Amado Dios, te doy las gracias. Padre, por esta preciosa oportunidad que tu siempre me concedes de poder exponer tu palabra, Señor, y lo hago humildemente, Señor, y siempre con temor y temblor, Padre, porque sé que es una responsabilidad bien grande. Pero Dios, como siempre digo, Señor Jesús, por favor que la meditación de mi corazón y las palabras de mi boca sean palabras tuyas, Señor, y que puedan llegar a lo más profundo del corazón de mis hermanos y hermanas para transformación de sus vidas, para la edificación de cada uno de sus corazones, sus mentes, su espíritu Señor, y sobre todas las cosas que tu propósito se cumpla en cada una de ellas, mi Dios, que tu palabra ahora se convierta en una radiografía de nuestros corazones y que sirva de insumo, que sirva de estímulo Señor, para nosotros movernos a alcanzar aquellas cosas para las cuales tu nos has llamado. Pido esto en el nombre de tu Hijo, Jesús. Amen y amen.
Dice Hebreos 12, verso 1, dice: “Por tanto nosotros también teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante....”
Déjenme hacer énfasis en esa frase ahí: “.. corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante...”
Dele pausa ahí. Yo quise titular este mensaje del día de hoy, o sentí en mi corazón titularlo de la siguiente forma. Dice “.... moviéndonos a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas....” Piensen en eso: Moviéndonos a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas.
El moverse a un nuevo nivel puede significar moverse a una nueva etapa en su vida, puede significar moverse a un nuevo lugar de influencia, puede significar moverse a un nuevo lugar donde usted va a ser utilizado por el Señor, utilizada por el Señor para bendecir a otros. El asunto es este: que nos estamos moviendo a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas.
Ahora, si usted me conoce bien, algunos de ustedes yo creo que me conocen bien aquí, y ustedes conocen de al menos un evento bien importante que está ocurriendo acreedor del mundo ahora, o al menos en una parte del mundo, usted va a decir que Omar va a empezar hablando de qué, de las olimpíadas. Vaya, me conocen muy bien.
Sí, mis hermanos, cada vez que llegan las olimpíadas para mí es como que es una época de sueños se levanta dentro de mí. ¿Cuántos de ustedes han soñado en algún momento aunque sea cuando fueran niños, de llegar a las olimpíadas? Ahí se levantan la mano, sí. Yo al menos conozco a uno aquí que sí llegó pero no lo voy a apuntar porque no lo quiero poner en el spotlight, como quien dice, pero conozco a alguien que sí llegó en las Olimpíadas de Barcelona, así que yo le doy gloria a Dios por esa persona siempre. De mucha inspiración para mí.
Pero el asunto es mis hermanos, que desde que comenzaron estas olimpíadas yo he estado escuchando distintas historias de distintos atletas que de verdad que son de tanta inspiración para mí. En el equipo de Estados Unidos, por ejemplo, hay una persona, un africano que él fue un refugiado en Sudán de este tiempo de genocidio que hubo en Ruanda. Él estuvo por diez años refugiado en Sudán y ahora su sueño de haber participado en las olimpíadas se está realizando. Él es ahora uno de los más ilustres en lo que es pista y campo y se espera que el hombre pueda alcanzar, tiene un buen potencial para alcanzar medallas.
Otra persona que también me pongo a pensar es un joven que también en un accidente perdió una de sus piernas y él ahora tiene una pierna prostética y él tuvo que hacer todo un caso para poder llegar a las olimpíadas y poder participar, porque decían que el él tener esa pierna prostética podía funcionar más en su favor y lo podía ayudar a alcanzar mejores tiempos y se le estaba haciendo difícil a él poder participar, entonces él tuvo que hacer una prueba, tuvo que pasar distintas pruebas con el comité olímpico para poder ir y participar y este muchacho ahora es uno de los que están ahí mirando para lo que son los doscientos y cuatrocientos metros en pista y campo también.
Y otro muchacho que es, diría yo, el niño estrella de los Estados Unidos en lo que es la natación, él se llama Michael Felps, que dicen que él es el hombre que va a romper el record en cuestión de medallas de oro que pueda ganar una persona en la historia de las olimpíadas. Y este joven anoche, o sea, yo estaba viendo anoche, yo me sorprendí en la competencia que más difícil se le hacía a él, fue el que rompió el record olímpico y el record mundial, lo rompió anoche, por una ventaja, diría yo, como de unos tres puntos. Y tres puntos nadando, créame que eso es mucho. Él asunto fue que al yo ver todas estas cosas, mis hermanos, mi nivel de inspiración como que empezó a subir una vez más y yo me dije, guau, mira estos atletas que tienen esta determinación, a dog determination, una determinación canina? No, no esa no es, una determinación enfocada, déjenme decirlo así, una determinación enfocada, una determinación bien enfocada, mis hermanos, es como le dicen esa mirada de atleta que una vez están en su bloque de salida pueden tener mil cámaras a su alrededor de prensa, y todo, pero su mirada está en su meta. Fija, no ha nadie, usted puede hacerle así al frente y no se distrae, porque está enfocado. Michael Felps, a mí me da gracia porque fuera, cuando él esta fuera del bloque él se sonríe con todo el mundo, es un muchacho bien carismático, tiene una sonrisa que uno dice, guau, que buena onda ese muchacho. Ahora, no hace más que pararse en el bloque de salida y el tipo se pone serio, no hay quién lo distraiga y él se enfoca en lo que tiene que hacer.
Pero son personas, mis hermanos, que cuando llega ese momento cada uno de ellos está pensando, este es el momento de yo poder alcanzar, como quien dice, mi gloria. Este es el momento donde yo puedo alcanzar una medalla, este es el momento donde yo puedo hacer una marca en la historia, este es el momento donde yo puedo romper el record que se estableció tal vez hace años atrás, este es mí momento y yo lo voy a buscar y lo voy a alcanzar. Todos ellos están pensando de esa forma. Aunque no ganen pero llegan ahí con ese tipo de mentalidad. He llegado hasta aquí, tengo una oportunidad para alcanzar esto.
Y es por eso, mis hermanos, que yo entonces me pongo a pensar que muchos de nosotros que somos considerados, que nos llamamos hijos de Dios, nosotros también tenemos día tras día esas oportunidades para movernos a un nuevo nivel, para alcanzar nuevas metas, para alcanzar un nuevo record, para establecer una nueva marca, no tan solamente en nuestras vidas, sino también en las vidas de otros a nuestro alrededor.
Pregúntese usted, ¿usted ve su vida y se está moviendo a otro nivel? Pregúntale a la persona de al lado, ¿te estás moviendo a otro nivel? O estás estancado, o estancado en el lugar donde estás. Miren, el moverse a otro nivel se puede dar por varias razones, usted escoja la que mejor le aplique. Moverse se puede dar por circunstancias que están a nuestro alrededor, circunstancias que están a nuestro alrededor que tal vez son circunstancias un poco opresivas y nos obligan a tenernos que mover. Muchos de nosotros, tal vez, la historia de algunos de ustedes es que en sus países de origen donde ustedes estaban, vivían en un tipo de opresión, sea cual sea, política, económica, social, religiosa y usted no tuvo otra alternativa sino que salir del lugar donde usted estaba. Fue como si el sistema lo hubiese empujado a usted salir de ahí.
Otros pueden ser que se mueven a otro nivel por voluntad propia, porque puede ser que digan que ya están tan y tan cansados de la realidad que los rodea, que ellos mismos o ellas mismas deciden moverse. Dicen, ay ya no puedo más con esto. O les va bien, puede ser que les esté yendo súper bien en sus vidas, pero dicen, como que, caramba, como que necesito alcanzar algo más. y lo pueden tener todo, pueden tener sus casas, su carro, su buena cuenta bancaria, pueden tener buenas amistades, pueden tener una buena iglesia, pero con todo y eso dentro de su corazón dicen, como que, ah, voy a tirar a la aventura y voy a alcanzar algo más.
Y también están las personas que se mueven a otro nivel por otro tipo de circunstancias que suceden en sus vidas. Puede ser que una persona le haya atacado alguna enfermedad mortal, terminal y eso ocasiona un cambio para moverse, moverse a otro nivel sea cual sea el nivel que usted entienda que se tiene que mover.
La pérdida de algún ser querido puede obligarlo a usted a moverse a otro nivel, una nueva etapa que comienza en su vida. Tal vez le cortaron el trabajo, no tiene más y eso entonces lo obliga a usted a moverse a otra etapa, de tal vez conseguir otro trabajo o cambiar de carrera o irse a estudiar.
Por distintas situaciones el tener un hijo, el tener una hija, esa es una nueva etapa que definitivamente nos mueve a otro nivel. Distintas cosas nos pueden provocar el nosotros movernos. Pero hay una bien en particular que es cuando alguien y ese alguien es con letra mayúscula, cuando alguien nos llama a movernos a otro nivel. Cuando alguien nos llama continuamente a movernos a otro nivel.
Yo me pregunto, déjenme hacer una pausa aquí, ¿por qué nos movemos? ¿Por qué nosotros respondemos a esa acción de movernos? Y si usted se considera una persona conforme con lo que tiene, si usted puede mirar su vida ahora mismo y decir, ay, yo estoy bien así tal como estoy. Pues, mire tal vez este mensaje no se le aplique tanto a usted, pero y hago un énfasis bien grande en ese pero, pero si usted entiende sobre todas las cosas las movidas de Dios y usted se considera como un hijo o una hija de Dios, entonces usted debe entender que estas movidas, que estos cambios son inevitables. Y la razón por la cual lo digo es porque Dios no es un Dios aburrido, Dios es un Dios de acción. Dios a lo largo de toda la historia ha estado en continuo movimiento. Sus propósitos y sus intenciones podrán ser las mismas, pero la forma y los métodos que usa para establecer esos propósitos siempre están moviéndose en distintas formas.
Y yo creo que en cada uno de ustedes, en cada una de sus vidas, Dios está en acción. Dios está en alguna forma trayendo movimiento, trayendo cambio en medio de sus vidas. Y esto es algo inevitable. ¿Saben qué? se puede decir que en nuestras vidas el cambio es algo que siempre ha estado corriendo.
A mi me da gracia porque hace poco escuché la predicación de alguien que estaba hablando acerca de eso mismo, de cambios, y empezó a usar como ilustración el clima. Gonzalo, tu le puedes decir al invierno, invierno no llegues porque no te quiero. Iris, tu le puedes decir al verano, verano, quédate aquí para que mi piel se quede así bronceada todo el tiempo. O hay algunos que tal vez prefieren decirle a la primavera que sea primavera todo el tiempo, y olvídate de las otras tres etapas del año, especialmente otoño porque a nadie le gusta recoger hojas, ¿verdad?
Pero el asunto es, mis hermanos, que no podemos hacer eso. Esas cosas que ya están establecidas a menos que usted viva en el trópico, que sea verano casi todo el tiempo, pero con todo y eso casi siempre están sus cambios. Si el clima, miren que interesante, porque Dios nos ha dado un cuerpo que se ajusta al cambio. Si el clima se pone frío, ¿qué hace el cuerpo? Se ajusta al frío. Si hace calor, el cuerpo se ajusta al calor.
¿Saben qué a estos atletas para ir allá a Beijín en China muchos de ellos llegaron como hace una o dos semanas antes de que empezaran las olimpíadas, saben para qué? Para ajustarse, particularmente ¿a qué? Al aire de China por tanta polución, contaminación que hay en el aire. Polución es una spanglish. Elizabeth, ¿cómo están las clases de inglés por favor, para darnos por ahí?
Pero así es, el cuerpo humano se ajusta, mis hermanos, y cada uno de nosotros tenemos la capacidad de ajustarnos. Dios nos ha dado la capacidad de ajustarnos a esos nuevos cambios que vienen a nuestra vida. Y es por eso, mis hermanos, que cuando nosotros entendemos esto, ¿saben qué? A mí me anima porque entonces yo puedo entender que Dios tiene unas acciones, Dios tiene intenciones sobre usted y sobre mí de querer hacer cosas en medio de su vida, de querer hacer cosas a través de su vida. Y son cosas que algunas de ellas no las podemos evitar. Es más, yo puedo decir que en las puertas de algunas de sus vidas, el cambio ha estado tocando desde hace mucho tiempo y lo más que nosotros podemos hacer es resistirnos al cambio. Esto es una de las categorías de personas que yo he logrado identificar con respecto a lo que es el cambio. Hay tres en particular que yo quiero mencionar. Una es esa. Una es ese de persona que delante del cambio lo resiste porque se sienten bien cómodos en el lugar donde están, se sienten totalmente complacidos con lo que han alcanzado, y no les interesa ni les ha pasado por la mente el moverse a otro nivel. No les llama la atención, puede ser que ya hayan sufrido lo suficiente, que ya hayan perdido lo suficiente, y que ya hayan alcanzado lo que necesitaban y dicen, ok, ya, hasta aquí llegué, no más. Eso es un tipo de persona.
En algunas veces yo diría que de ese tipo de personas sale otro sub categoría que son los inmóviles, por así decirlo. Inmóviles porque le tienen temor al cambio, le tienen temor a lo nuevo, a lo desconocido y entonces no se atreven a tomar ese paso, tal vez por ignorancia o tal vez porque han escuchado rumores o comentarios de terceras personas que dicen haber visto lo que estaba al otro nivel, pero en realidad no han comprendido la totalidad de eso y entonces esas personas, como escuchan eso, pues, yo no me voy a meter ahí, yo no voy para allá. Entonces están esas personas, las inmóviles, las conformes.
Hay un segunda categoría que yo le llamo, los atropelladores. Estaba tratando otra palabra pero no la encontré, pero esta encierra lo que estoy buscando. Atropelladores porque están dispuestos a irse por encima de cualquiera por alcanzar esas nuevas cosas, pero las quieren alcanzar por una ganancia egoísta, como quien dice, por el mero hecho de decir, ah, mírame, lo alcancé, alcancé esto, llegué a este nivel, nadie me detuvo, tuve las fuerzas para hacer esto. Y ¿saben qué? Por un lado yo puedo decir que eso es una cualidad buena porque es una persona determinante, enfocada, que si dice, mira, me voy a mover y voy a tirarme a alcanzar esto y lo hace, y lo logra y se le aplaude. Ahí es donde yo veo, mis hermanos, como por ejemplo, la actitud de muchos de estos atletas que yo veo en las olimpíadas que sí hay una camaradería que se da entre ellos y miren que interesante esto.
Sabiendo cómo están las cosas en el mundo, yo diría que muchas veces las olimpíadas son como un sistema de paz, por así decirlo. El viernes cuando se estaba dando la parada de las naciones, que esto es parte de la ceremonia, o sea, yo me asombro de ver por ejemplo, cuando entra el grupo de Estados Unidos y todos aplauden, todos estos atletas con su desfile y de repente entra el grupo de Irak y en la multitud se podían escuchar algunos aplausos pero también se oían los buuuuuuuuu. Y después de Irak entró Irán y ahí como que se sintió un silencio en el estadio y de repente enseñaron al presidente Bush en la cámara, lo hicieron un close up, y el hombre así serio, mirando todo lo que estaba aconteciendo.
Yo me digo, guau, mira que interesante. Yo me digo, usted se imagina que se desate una pelea de repente dentro de todos esos atletas y..... pero no, no sucede porque estos atletas tienen esta mentalidad de que hey, mira, no todo es malo, no todo es contienda, no todo es guerra. Y aunque puede haber rivalidad entre las competencias que se están dando, pero hay un sentido de camaradería. Y eso es algo que yo lo veo dentro de ese grupo que sí hay un tipo de relación, pero es una relación donde si te tengo que echar a un lado por un momento, yo te echo a un lado porque yo quiero alcanzar esto. O si me tengo que ir por encima de ti para yo poder alcanzar esto, lo voy a hacer. Es lo que yo quiero hacer.
Ahora, pero está la tercera categoría de personas, y esta es la tercera categoría donde yo espero donde todos nosotros nos podamos identificar y si usted se identifica en algunas de las otras amen, gloria a Dios, el Señor le ama, sea como sea y estamos aquí para orar por usted también.
La tercera categoría son las personas que se mueven valientemente para alcanzar lo nuevo y en el transcurso del camino ayudan a otros a alcanzarlo también pues saben que la promesa de Dios es para todos. La promesa de Dios es para todos. Y aquí, mis hermanos, es donde quiero hacer una pausa porque este grupo de personas hay una cualidad crítica que los distingue y es que estas personas que se mueven a esa nueva dimensión, a esa nueva etapa, a ese nuevo nivel, saben que hay un costo que pagar y están dispuestos a hacer el sacrificio, están dispuestos a hacerlo.
Algunos de nosotros hemos estado dispuestos, o hemos pagado ya un precio pero mi pregunta aún para mí sigue siendo todavía estamos dispuestos a seguir pagando el precio de lo que Dios demanda de nosotros. ¿Estamos dispuestos todavía a renunciar un poco más a lo que nosotros atesoramos y anhelamos para que lo que Dios verdaderamente quiere que se forje en nosotros se pueda realizar?
Miren esto, en estas olimpíadas ya ha ocurrido una tragedia, una tragedia que nadie se esperaba. En un ataque random, al azar, en un ataque al azar una persona, un individuo, un civil de allá de China, se lanzó a atacar a dos personas y apuñaló a dos personas, un hombre y una mujer y después que hizo esto, se tiró de un edificio y se suicidó.
Si ustedes han estado siguiendo más o menos la historia de estas olimpíadas, ha habido mucha controversia en que estas olimpíadas se hagan ahí en China, por lo que es esta relación que hay con Tibet también. Ha habido muchas protestas, hubo muchas protestas donde cuando la antorcha la iban corriendo de una ciudad a otra había gente que hacía bloqueos en las calles para que la antorcha no pasara. Había una mujer que iba en silla de ruedas, que era una deportista de Japón si no me equivoco, con la antorcha y de repente alguien, un tibetano, se le tiró encima para quitarle la antorcha y ella de alguna forma lo evadió y esto es una foto que quedó ahí marcada para la historia.
Pero ha habido contienda, ha habido controversia en todo esto. Y en ese evento que sucedió el sábado da la casualidad que las personas que agredieron, uno de ellos era el suegro del coach de volley ball de los Estados Unidos, el cual murió en el acto, y su suegra estaba mal herida en el hospital. Ese coach tenía su primer juego hoy, domingo, y él tuvo que suspender su participación y el asistente se tuvo que encargar del equipo para él poder atender a esta situación con su familia. Tal vez algunos dirían, como que guau, pues es su suegro, tal vez se deshace de los suegros, pero no. Yo no lo pienso así. Yo amo a los suegros también. Pero son precios que hay que pagar, hay un costo que pagar, siempre hay un nivel de sacrificio y aunque uno se lo espera, aunque uno no lo desea, pero siempre hay un sacrificio que pagar.
Y nosotros, mis hermanos, Dios siempre nos mantiene en ese proceso de nosotros podernos mover, de nosotros poder ir en esas etapas de cambio que él tiene para nosotros, mis hermanos. Dios nos ha puesto en esta carrera, si nosotros vemos este pasaje que nosotros leemos corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. En otras palabras, es una carrera que se nos ha puesto ahí, es como si nos hubiesen ubicado en esta nueva carrera y nosotros tenemos que andar y correr y ser pacientes y tener la resistencia para poder llegar y alcanzar aquellas cosas que Dios tiene escogidas para nosotros.
Saben, mis hermanos, yo me hago esta pregunta porque yo entiendo que hay veces que Dios está pidiendo algo de nosotros y nosotros verdaderamente lo resistimos. Hay tantas veces que Dios le ha hablado a esta iglesia, y cuando le habla a la iglesia no es necesariamente congregación León de Judá pero cuando le habla a la iglesia, se refiera a cada uno de ustedes que están ahí sentados. Ustedes son los que hacen congregación León de Judá. Y se ha escuchado de toda esta palabra profética que el Señor, que si va a bendecir esta iglesia, que si va a mover a esta iglesia a un nuevo nivel, que si Dios va a llevar a esta iglesia a nuevos niveles de influencia sobre la ciudad, sobre la nación, palabras que escuchamos así. y yo no sé si usted se ha detenido en algún momento y se ha puesto a pensar, ¿verdaderamente estamos preparados para movernos a ese nuevo nivel? ¿Verdaderamente estoy yo preparado o preparada para aceptar ese llamado de Dios y poder ser una parte crucial en el desarrollo de ese llamado, en la implementación de ese llamado sobre la vida de esta iglesia? Y si es así, ¿cuáles son las cosas, cuáles son los precios que yo tengo que pagar, para entonces yo poder ser un instrumento útil para Dios en que sus propósitos y sus intenciones se cumplan en medio de estos tiempos?
Eso es una pregunta clave, mis hermanos, que yo quiero y anhelo que nosotros reflexionemos en estos momentos, porque es un llamado bello, es un llamado precioso, es un llamado que estimula, que emociona, cada vez que nosotros escuchamos esa palabra, Dios tiene grandes bendiciones para congregación León de Judá y ¿que es lo que nosotros hacemos? Aplaudimos y decimos amen, ¿verdad? Digo, usted ha hecho eso que yo sepa, yo he sido testigo, he visto a la iglesia aplaudir y decir amen.
Pero detrás de esos aplausos y detrás de esos amenes, entendemos lo que eso va a requir de nosotros, o usted está pensando, ah, ese llamado es para el pastor Roberto, para el pastor Greg, para el pastor Omar, ellos son los que van a tener la carga mayor. Yo me encargo de seguir viniendo aquí los domingos, de ofrendar, de diezmar, y recibo lo que tengo que recibir y ya. Esa va a ser mi contribución al desenvolvimiento de ese llamado. Guau.
Mi hermano, mi hermana, si ese es su pensar, si ese es su sentir, tenemos aceite por aquí, para ver si, tenemos aceite porque hay que orar por usted. Digo, lo que acabo de mencionar es una parte importante claro está, no me malentiendan, pero hay algo más que el Señor pide de nosotros, no tan solamente, mis hermanos, para cosas que se puedan hacer aquí a través de la iglesia, sino por lo que Dios está pidiendo en su vida individualmente. Lo que Dios está buscando hacer en su vida, que eso es lo que verdaderamente va a traer un impacto, eso es lo que verdaderamente va a traer un nivel de influencia sobre gente que está a su alrededor.
¿Saben qué? El mismo Jesús era uno que le estaba diciendo a sus discípulos, ustedes se van a mover a un nuevo nivel, y ustedes van a dejar nuevas marcas. El mismo Jesús se lo estuvo diciendo, que hasta se lo dijo con estas palabras, las cosas que yo he hecho ustedes las van a hacer y las van a hacer aún mayor.
Díganme ustedes, ¿algunos de ustedes ha cambiado cinco panes y dos peces para alimentar a cinco mil personas? ¿Algunos de ustedes ahora ha dado en algún nivel para que un muerto se levante de dondequiera que esté? ¿Algunos de ustedes en algún momento se ha parado en una esquina y usted ha compartido una palabra donde al menos 20 personas se hayan acercado a usted, y hayan dicho, mira yo quiero aceptar a Cristo Jesús ahora mismo, así como un acto espontáneo?
¿Alguna vez usted ha caminado por algún lugar y el mero hecho de que su sombra roce a alguien que esa persona pueda resumir un insumo de parte de Dios, un toque de su bien, un toque sanador de parte de él?
Hermanos, si es una palabra que el mismo Jesús ha dado, yo me pregunto, guau, qué me falta para yo poder ver eso. ¿Qué me falta para yo poder alcanzar ese nivel al cual él mismo me está llamando que yo llegue, al cual él mismo anhela y desea que yo pueda estar? El mismo Jesús dice, ningún discípulo es mayor que su maestro, pero llegará el momento en que esos discípulos van a ser maestros de otros. Son nuevos niveles, nuevos niveles a los cuales los están llevando.
Mis hermanos y hermanas, yo no quiero aburrirlos más así que yo establezco esta pregunta aquí, delante de todos ustedes con toda sinceridad. ¿Entiende usted que el Señor lo está llamando a un nuevo nivel para dejar una nueva marca? Si usted entiende y reconoce que el Señor está haciendo esa invitación sobre su vida en cualquier forma que esto se pueda manifestar, usted conoce su situación mejor que yo mismo y Dios conoce su situación también, tal vez el usted moverse de un nivel a otro significa que usted deje de estar sufriendo de la influencia de algún tipo de adicción, y usted se pueda parar en sólido y decir, no, basta ya, me voy a mover a otro nivel, esto no va a ser influencia sobre mi. Que usted se pueda levantar y decir, esta depresión no me va a ahogar nada más, yo me voy a levantar y me voy a mover a otro nivel. Este trabajito que tengo ahora de 5 pesos a la hora, no más, yo me voy a levantar y me voy a preparar para conseguir algo mejor. Este esposa o esta esposa que yo tenga, no más, no, no piense que se va a conseguir otro mejor. Hazme repetir bien las palabras, este esposa o esta esposa que yo tengo no más, le unjo con aceite y va a ser el tipo de hombre y mujer que yo anhelo y deseo. Este hijo o esta hija que me dan un dolor de cabeza, no más, me voy a tomar mis tylenol y sigo trabajando con él o con ella hasta que Dios verdaderamente los coja o los estruje y haga algo nuevo con ellos.
Hermanos, Dios nos llama a nuevos niveles. Dios nos llama, Dios quiere que nosotros podamos llegar a algo más. Las intenciones de Dios no es para que nosotros nos quedemos estancados en un mismo nivel, las intenciones de Dios no es para que nosotros nos estemos viendo bajo la sombra de otra persona, Dios que usted se pueda levantar y se pueda ver bajo la sombra de él y de las intenciones que él tiene para usted. Eso es lo que Dios quiere hacer en medio de su vida.
¿Saben qué? yo quiero terminar con esto: los atletas en las olimpíadas disfrutan de la gloria de poderse trepar en el podio, poder agarrar su medalla de oro, su ramito de flores, levantar sus manos y decir, I did it, lo hice. Apuntan a los stands donde están sus familiares y dicen, guau, esto es para ti. Y van y tienen la prensa y todas las cosas y ellos disfrutan su gloria y ellos disfrutan la gloria de escuchar su himno nacional, sea cual sea, cuando se levanta esa bandera, ellos disfrutan eso. Hay un orgullo, hay un ego que builts up, que crece por dentro y entonces cuando llegan a sus países natales, que entonces tienen a toda la prensa ahí, y se convierten en la celebridades y entonces como atletas profesionales su sueldo aumento, porque ya tiene una credencial de una medalla olímpica, todas esas cosas disfrutan de esa gloria.
Para ¿saben qué? Es una gloria pasajera. Es una gloria pasajera que la única forma que la puedes mantener es cuando 4 años después si logras mantener tu record, o romper tu record y ganar esa medalla, la puedes volver a disfrutar. Pero con todo y eso, es una gloria pasajera. Nosotros, mis hermanos, en nuestra carrera, nuestra gloria es una gloria eterna. Nuestra gloria es la gloria de poder llegar y estar delante de Papá y decir, Papá lo hice. No tengo una medalla de oro, no tengo una medalla de plata, no tengo una medalla de bronce pero tengo el sello de tu Espíritu Santo en mi corazón, tengo tu sangre Jesús, que me ha cubierto, que me ha sanado, que me ha restaurado. Tengo el propósito, tengo la intención que tu vertiste sobre mi corazón y logré alcanzar a x, y, z persona para ti y para tu gloria, esa es la gloria mía, esa es mi corona, y aquí estoy contigo y esto es eterno, esto no se acaba. No necesito un spotlight de la prensa que me alumbre porque tengo la luz del rostro de Dios que me va a estar alumbrando por siempre y para siempre.
Pero esto solo es posible, mis hermanos, cuando mantenemos nuestros ojos enfocados en la meta y esa meta es Jesús. Puestos nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, de nuestra fe.
Póngase de pie mis hermanos. Vamos a prepararnos para correr. Vamos a seguir corriendo, los que ya están corriendo y los que están estancados yo espero que este mensaje te anime a tu levantarte y salir corriendo, aunque sea para el altar. Pero tu no vas a poder disfrutar de esa gloria a menos que tus ojos estén puestos en Jesús. Yo quiero tomar este momento, yo quiero tomar un paréntesis aquí, mis hermanos, para abrir una oportunidad si hay alguien aquí que en esta mañana siente que ha perdido su enfoque, siente que sus ojos se han desviado a otras cosas, siente que su estámina se ha visto dominada por circunstancias de la vida que te han arrastrado, que te han aguantado, que te han puesto en tus pies y no te puedes mover con facilidad, con fluidez. Yo quiero usar este momento para abrir este altar y poder hacer una oración de reconciliación con el Señor y una oración donde usted pueda entregar su vida por completo al Señor una vez más, sea que lo esté haciendo por primera vez o sea porque usted quiere renovar sus votos con Dios, yo quiero abrir esta oportunidad para usted.
Este es el momento donde yo siempre soy bien intencional porque aquí es donde ustedes responden al llamado de Dios a sus vidas. Usted no está respondiendo a la invitación que el pastor Omar hace, usted responde a la invitación de Dios sobre usted, usted responde al propósito y la intención que Dios tiene sobre su vida, usted responde a las posibilidades, usted responde a las oportunidades que Dios mismo le provee y son oportunidades que no están dependiente de la persona que usted tiene al lado, son oportunidades que se cimientan y se fundamentan solamente en la gracia de Dios y en su misericordia para cada una de sus vidas. Es por eso que yo quiero tomar un momento para orar.
Si usted se quiere mover a ese nuevo nivel, si usted quiere reconciliar su vida una vez más con el Señor, si usted entiende que necesita nuevas fuerzas, nuevo ánimo para seguir en esta carrera y poder correr pacientemente, esta oportunidad es para usted ahora. Como usted sienta en su corazón responder a este llamado usted lo puede hacer. Esa categoría de personas la cual yo estaba mencionando, que solamente los valientes se mueven a alcanzar lo nuevo y traen a otros a lo largo del camino. Esos son los valientes que Dios llama, esos son los valientes que hacen la diferencia, esos son los valientes que disfrutan y disfrutarán de una gloria venidera que no se va a comparar con ninguna otra. Ese es el llamado que Dios tiene para ti hoy. Y tu dices, Señor, yo quiero moverme a un nuevo nivel, quiero entrar a una nueva etapa para establecer un nuevo record, para establecer una nueva marca en la historia, la historia de mi vida, en la historia de otra persona, yo quiero ser ese tipo de persona, yo quiero ser ese hombre, yo quiero ser esa mujer, yo quiero ser ese joven, yo quiero ser ese niño que deja una marca en la vida de otra persona.
Yo te invito, quiero orar por ti, quiero orar por ti porque Dios quiere bendecirte, Dios quiere llevarte a ese nuevo nivel, Dios quiere, Dios lo anhela, es el deseo del corazón de Dios, el corazón de Dios ahora mismo está palpitando y desbordándose por sus hijos, por sus hijas que quieren moverse a un nuevo nivel, que tal vez te quieres mover pero no sabes cómo llegar. Dios está ahí, Dios te está llamando, Dios es el que te equipa, Dios es el que te provee, te suple de las herramientas que tu necesitas, no tan solo para tu trabajar en tu situación individual, sino para que tu puedas traer a otros y levantarlos contigo a esa nueva dimensión que Dios tiene para sus vidas y no podemos pensar como que, no tal vez Dios no quiere hacer eso conmigo. No. No, no, Dios quiere hacer eso contigo. Dios quiere hacer eso contigo en la forma en que Dios quiera, Dios lo va a hacer, Dios lo va a hacer. Es inevitable, mi hermano, mi hermana, lo puedes resistir, te puedes aguantar, puedes echarte a un lado, puedes decir, conmigo no es, pero el llamado de Dios está ahí, el llamado de Dios está ahí sobre ti. Él sabe lo que ha puesto en ti, él sabe lo que ha puesto en tu corazón. Solo él sabe cómo puede sanarte, restaurarte para que tu te puedas convertir en el tipo de persona que va a llegar a ese nuevo nivel y que va a traer a otros también con él o con ella.
Amado Dios en el nombre de tu hijo Jesús yo elevo esta oración ahora mismo por mis hermanos y hermanas que han pasado aquí a este altar, cada uno de ellos, cada una de ellas, ellos entienden, han reconocido este llamado de moverse a un nuevo nivel, de que tu los llamas, de que tu los invitas a moverse a una etapa en sus vidas donde puedan experimentarte a ti en formas nuevas y en la misma forma que puedan impartir esa misma bendición sobre la vida de otros y Señor, puede ser que haya algunos que hayan perdido su enfoque, que hayan puesto su mirada en otras cosas y si hay que pedir perdón, Señor, te pedimos perdón, perdónanos por nuestras faltas, perdónanos por nuestros pecados, Jesús, perdónanos por desviarnos de tu atención, pero aquí estamos, Jesús, aquí estamos tomando este gesto, tomando esta acción de ponernos, Señor, de posicionarnos en un lugar donde podamos comenzar una vez más contigo, donde podamos reenfocarnos una vez más en tu llamado sobre nuestras vidas para podernos mover, Jesús, para poder seguir esa caminata cuesta arriba, Señor, hasta llegar al tope de esa montaña a la cual tu nos estás llamando, Jesús, espíritu de Dios ahora mismo imparte sobre cada uno de tus hijos e hijas, imparte sobre cada uno de ellos, Señor, una porción de tu espíritu, Señor, que sirva como ese segundo aire, mi Dios, que los eleve a esas nueva alturas en las cuales tu quieres que ellos anden, Señor, espíritu de Dios ven, ven y rebélate, rebélate en medio de sus corazones que se puedan despojar, que podamos despojarnos de todo aquello que impide y limita nuestra carrera, nuestro caminar, nuestro movernos contigo, Señor, y que podamos poner nuestros ojos enfocados en ti totalmente, Señor.
Recibe nuevas fuerzas ahora mismo en el nombre de Jesús, cualquiera sea tu necesidad, cualquiera sea esa etapa a la cual tu te estás moviendo, recibe fuerzas ahora mismo en el nombre de Jesús, recibe fuerzas para enfrentar un nuevo trabajo, recibe fuerza para enfrentar esa enfermedad que te ataca, recibe fuerzas para enfrentar esa nueva etapa en tu vida en la cual te vas a tener que desenvolver tu solo o tu sola, sin la compañía de alguien, recibe nuevas fuerzas en la restauración de tu matrimonio, recibe nuevas fuerzas en el desempeño de tu trabajo en las nuevas etapas en las cuales te moverás, recibe nuevas fuerzas en estos cambios de vida, cambios de localidad, recibe nuevas fuerzas en el nombre de Jesús, yo declaro tu bendición, Señor, sobre cada uno de tus hijos e hijas aquí presentes.
Padre, que ellos puedan correr como aquellos que corren para recibir el premio, el premio de esa gloria eterna, el premio de poder ser alumbrados por tu luz, por toda la eternidad, podamos mantenernos corriendo firmes, Señor, mirando hacia ti. Papá toda la gloria es tuya, Señor, por todos los siglos en la iglesia, Señor, la gloria y la honra es para ti. Manifiéstate a cada uno de tus hijos e hijas como solo tu sabes hacerlo en el nombre de Jesús. Amen y amen.
Gracias Jesús, gracia Señor. Mi hermano, mi hermana recibe con fe esa palabra en el Señor, te moverás a nuevas etapas, a nuevas dimensiones y verás la mano de Dios obrando en ti. Salgan de aquí bendecidos y confiados de que Dios es el que camina con ustedes, que Dios es el que está ahí en medio de sus vidas. Gracias, y la paz de Dios sea con ustedes. Adelante mis hermanos.
Vino nuevo en odres nuevos
Transcripción
Es un placer nuevamente estar aquí con ustedes, como mencionó roberto estamos en el área de Texas en Dallas, está nuestra iglesia Rossmon Christian Center y allí también tengo un centro de estudios bíblicos en el 1304 de la Southampton Road, para aquellos que están escuchándonos a través de la Internet. Así que estamos ubicados en Dallas y para aquellos que nos conocen de muchos años atrás, déjenme decirles que ya somos abuelos. Tenemos un nieto, un varoncito de dos meses de nacido, Amadeus Alejandro es su nombre y estamos felices, de mi hijo mayor Manuel Alejandro.
Quiero entonces invitarles a que pasemos a la palabra del Señor, vamos a ubicarnos en el Evangelio según San Lucas, Capítulo 5 y vamos a estar leyendo los versículos 36 al 39, ubiquemos nuestras Biblia, dejémosla ahí abierta y les invito de que oremos.
Padre, estamos o continuamos ante tu presencia y en esta hora buen Dios, llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo Jesús de tal manera, Señor, que tu palabra haga en nuestras vidas, oh Dios, aquellos que es necesario hacer. Abrimos nuestros corazones a ti, Señor y te pedimos que nos hables conforme a nuestras necesidades, Señor, y conforme a tus propósitos para con nosotros, oh Dios en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amen. Amen.
Capítulo 5, versículo 36 dice de la siguiente forma: está Jesús hablando, “.... les digo también una parábola, nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo pues si lo hace no solamente rompe el nuevo sino que remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos de otra manera el vino nuevo romperá los odres y se derramará y los odres se perderán. Más el vino nuevo en odre nuevos se ha de echar y lo uno y lo otro se conserva. Y ninguno que beba del añejo quiere luego el nuevo porque dice, el añejo es mejor.,,,”
Cuando Roberto me invitó para predicar hoy la noche que él tuvo su participación le dijo, te contesto mañana y en la noche cuando estaba orando por esta invitación, y orando por la congregación, Dios me habló y Dios me dijo, vino nuevo quiero traer a mi pueblo. Vino nuevo quiero traer o traigo para mi pueblo. Es por eso la temática que traigo para ustedes en esta tarde es el vino nuevo en odres nuevos. Vino nuevo en odres nuevos.
Y en la lectura que acabamos de ver si voy un poquito al trasfondo del contexto de lo que está ocurriendo ahí, encontramos que ciertos escribas y fariseos preguntan a Jesús una pregunta capciosa para agarrarle en falta, preguntan a Jesús ¿por qué los discípulos de Juan, de Juan el Bautista ayunan y por qué los tuyos no, Jesús? Y Jesús ante esa pregunta le responde con esta parábola que acabamos de leer. Y esta es una parábola que contiene dos ilustraciones, dos diferentes ilustraciones para traer un mismo principio. Y vamos a estar observando las partes generales o principales de la parábola, no vamos a entrar a rebuscar detalles extras que la misma Biblia nos dice, sino los puntos importantes y generales de la parábola para ver qué Dios tiene para nosotros en esta tarde y recordamos, mencioné que es un mismo principio ilustrado dos veces. Y en el pensamiento hebreo que la Biblia se escribe en griego, pero los escritores hebreos en el pensamiento hebreo del pueblo judío, que es el pueblo de donde se inicia la iglesia en el primer siglo, la repetición implica énfasis de parte de Dios. o sea que la contestación que Jesús estaba dando estaba dejando claro lo que era él y lo que él traía ante la pregunta de los escribas y los fariseos.
Y vemos entonces que está diciendo aquí que nadie coloca en un vestido nuevo un remiendo viejo. Y si yo tomase esta blusa que está media nuevecita, y agarro un pedazo, por algún error me cayó una mancha o algo como que se rompió, y agarro un pedazo de tela que mi hermana Milly me regala, y ella dice, yo tengo una blusita por allí ya usadita pero también color negro, eso pega, y entonces yo vengo y agarro esa pedazo de tela ya vieja de esa blusa y la coloco en la blusa nueva, ¿qué va a pasar? No armoniza. No se ve bien aunque sea el mismo color a lo mejor está ya deteriorado. Pero no solamente eso que ¿qué más ocurre? El remiendo viejo va a tirar ¿de qué? O la tela nueva va a tirar de remiendo viejo y se va a romper la blusa nueva y también el pedazo de remiendo viejo que le colocamos, ambas cosas se pierden y ya no sirven para nada.
Así que tenemos que tener cuidado de que Dios quiere traer algo nuevo a nuestras vidas o a su pueblo, a su congregación y tenemos que tener nuestras mentes abiertas y preparadas para lo que Dios quiere que es nuevo pero que nuestros corazones también se mantengan en novedad en el Señor para que lo que Dios derrame nuevo llegue a un odre nuevo, que es precisamente la segunda ilustración que Jesús utiliza al contestarle a los escribas y a los fariseos.
Dice que nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el odre cuando es viejo ya ha estirado lo que iba a estirar. Los odres usualmente eran de cuero de vaca y el odre nuevo está flexible para ir estirando cuando se le echa el vino nuevo, pero ya el odre viejo no estira más por lo tanto un vino nuevo que se echa en un odre viejo que comienza a fermentarse, necesita que el odre se expanda, pero en un odre viejo lo que va a ocurrir es que se rompe el odre o la vasija de cuero, se rompe, y también se pierde el odre y se pierde el vino nuevo que se echó en ese odre.
Así que con esta principio, con estas ilustraciones que Jesús nos da queremos entonces motivarles a lo que Dios, a que estemos pendientes y preparados y en apertura de corazón para lo que Dios trae nuevo en esta congregación. Y cuando digo, lo que Dios trae nuevo estoy consciente que le estoy hablando a una congregación que está activa, una congregación que está implementando constantemente programas para la iglesia, para la comunidad, una congregación que podemos decir que procura estar siempre a la vanguardia, procura responder a Dios, procura caminar en el propósito, y está caminando en el propósito de Dios.
Estoy consciente de a qué pueblo le estoy hablando. Pero lo que Dios nos quiere decir, o el propósito de este mensaje en esta tarde es que podamos entender que debemos estar a la expectativa y continuar preparándonos y estar preparados para lo nuevo que Dios tiene para esta congregación, para el próximo paso de lo que Dios tiene en esta congregación.
Cuando hablamos de algo nuevo es algo que no lo hemos visto antes, ¿verdad? Si es nuevo, pues, por lógica no lo habíamos tenido antes, pero esto de algo nuevo de Dios, es relativo en el sentido del trato de Dios con nuestras vidas como individuos y el trato de Dios como iglesia. en una iglesia un mover de Dios que Dios traer nuevo puede ser diferente al mover que Dios tienen en esta congregación y lo que para unos es nuevo para nosotros ya lo conocemos. O a la inversa, lo importante es que lo nuevo de Dios para este pueblo lo podamos alcanzar, que contentos y gozosos con lo ya logrado no nos quedemos ahí estancado disfrutando lo que ya hemos alcanzado, sino que avancemos hacia lo próximo que Dios tiene, de tal manera que el vino nuevo caiga en odres nuevos.
En las Escrituras encontramos especialmente en el Antiguo Testamento, también en el Nuevo Testamento, esta imagen bíblica que utilizó aquí Jesús acerca del vino. También encontramos, por ejemplo, en el Evangelio según San Juan la ilustración que nos da Jesús de que él es la vid y que nosotros somos los pámpanos, encontramos en el Antiguo Testamento como se habla de la vid y cómo Dios promete bendición al pueblo y el fruto de la tierra, la abundancia y la bendición, la promete y habla de que tendrán vino abundante porque eso representa bendición de Dios, eso representa que el pueblo ha respondido a Dios por lo tanto Dios derrama aún mayor bendición.
Vino nuevo en odres nuevos. Vino nuevo en odres nuevos. Y siguiendo con el asunto de contextualizar lo que estamos hablando a nosotros, podemos decir que en el contexto de lo que Jesús habló, lo que Jesús traía cuando estos escribas y fariseos preguntan para agarrarle de alguna forma en falta o que fallase en su contestación, lo que Jesús trajo en su tiempo eran verdades nuevas, era un nuevo pacto, y las verdades nuevas del cristianismo no podían ser colocadas o puestas en vasijas viejas, en odres viejos porque la misma persona de Jesús, ese nuevo pacto hermoso, era un vino nuevo de Dios llegando. Y el vino de Dios nuevo, de Dios en los tiempos y en el momento en que Jesús contesta a estos fariseos no encajaba con la mentalidad del pueblo judío, no encajaba con lo que ellos conocían, no acomodaba con lo que ellos conocían y muchas veces en nuestros tiempos, en nuestra vida cristiana, como individuos, como personas lo que entendemos es a dónde vamos en Dios y en el mover de Dios, no acomoda con otras, con la manera de ver de otras personas creyentes o no creyentes. Y muchas veces el mover de Dios, el próximo paso de Dios, el plan de Dios, el propósito de Dios con esta iglesia puede que no encaje con los conceptos religiosos que existen en otros lugares, pero lo importante es que según Dios hasta aquí nos ha traído Dios está dispuesto a que avancemos hacia lo próximo.
Cuando Dios da lo próximo usualmente lo da a aquellos que han sido fieles. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré, dice el Señor, pueblo. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré dice el Señor. Así que aquellos que han llegado más recientemente ven todo este mover y todo lo que esta iglesia ha logrado, esto se queda poco comparado con todo lo que viene. Dios tiene algo nuevo. Dios tiene un avance. Dios tiene cosas extraordinarias y aunque quizás no podemos definir bien y decir, ponerle nombre a eso que Dios tiene, yo sí sé una cosa: en los planes de Dios, en los planes de Dios lo que Dios tiene es grande, hermanos.
Si hemos visto cosas grandes, lo que Dios tiene es aún mayor. Así que debemos tener nuestras mentes y nuestros corazones aún más preparados. No es que no estemos, no es que no estemos open, no es que no queramos, lo estamos haciendo, pero Dios está advirtiendo, lo que viene es más grande, por lo tanto todavía quiero odres nuevos, odres nuevos. Y a veces cuando nuestros odres se van envejeciendo tenemos que refrescar nuestro interior para abrir nuestra mentalidad, porque a veces nos hemos acomodado a lo que Dios está haciendo, a la manera de trabajar, a lo que hemos logrado hasta el presente y aún nosotros que estamos a la vanguardia, también Dios tiene que advertirnos, lo que traigo es mayor, prepárate, pueblo para lo que viene.
Nuestras mentes deben ser suficientemente elásticas para poder contener nuevas ideas en el Señor. el fundamento es el mismo que en la palabra de Dios, el fundamento no cambia, pero Dios muestra que tiene cosas nuevas y no podemos atrincherarnos y encerrarnos por causa de lo que ya conocemos, por causa de lo que ya hemos experimentado y quedarnos ahí. Tenemos que abrir nuestra mente, y nuestro corazón que sea suficientemente elástica, que se estire para recibir la bendición fresca y nueva que Dios tiene para nosotros.
El vino nuevo en odres nuevos sea dicha. Y cuando esto ocurre tanto una cosa como la otra, se conservan, nada se pierde. Pero también decía en estos versículos, dice el versículo 39:
“... y ninguno que beba del añejo quiere luego el nuevo porque, dice, que el añejo es mejor...”
Y entonces me dirá, ¿pero en qué quedamos? ¿Lo nuevo o lo viejo? Les mencioné que íbamos que estar viendo esta parábola en sus partes principales y una de las cosas que dice este versículo es que el vino viejo es mejor, pero el vino viejo es mejor en relación, y voy a mirar para este lado, que en el culto anterior, yo no sé por qué, voy a mirar para este lado, si alguien que me pueda ayudar con ese asunto del vino, pero dicen por ahí, que el viene viejo sí es el mejor. Eso es en términos de lo natural, ¿verdad? Pero en términos de la verdades bíblicas, lo que está diciendo el pasaje es que lo nuevo es mejor, por lo tanto tenemos que estar preparados para que llegue a odres nuevos y se conserve y rinda y bendiga a muchas vidas.
El vino nuevo es mejor, el vino es mejor y es ese tipo de vino lo que Dios quiere derramar aún mayor sobre esta iglesia. a veces, somos muy lentos en aceptar lo que es lo nuevo porque nos resistimos al cambio. Nos acostumbramos a unos patrones, a una manera de hacer las cosas y nos atrincheramos y nos quedamos ahí y en este lado Dios en el próximo paso, Dios tiene algo diferente con un patrón diferente donde puedo mover diferente, pero yo me quedo aquí porque esto es lo que aprendí, así es que se ha movido la iglesia hasta ahora y nos ha funcionado, por lo tanto, por qué no seguimos en el mismo patrón. Ok, algunos patrones se van a conservar, pero si Dios trae algo nuevo y hay que establecer patrones diferentes, programas diferentes, maneras de trabajar diferentes, hagámoslo porque lo importante es que cuando esa bendición fluya llegue y acomoda y tenga espacio para ser derramada.
El vino nuevo en odres nuevos. En el Nuevo Testamento encontramos que Dios habló, había hablado en el Antiguo Testamento de un nuevo pacto y en Nuevo Testamento encontramos cómo ese nuevo pacto se cumple. Encontramos por ejemplo, que en el Antiguo Testamento el Espíritu Santo moraba solamente, venía y caía sobre la persona que tenía un ministerio, sobre rey, sobre profetas, sobre los sacerdotes, para ejercer una función en el momento, una minstración en ese momento y luego se iba, pero en el nuevo pacto, en ese vino nuevo que Jesús trajo, encontramos al Espíritu Santo morando en nuestra vidas, morando en nuestros corazones. Dios ya ha dado vino nuevo, ese vino comenzó con la presencia de Jesús, con la presencia de Jesús en este mundo, ese vino comenzó con el sacrificio de Jesús, comenzamos a beber de la bendición de la salvación.
Pero también Dios desea continuar bendiciéndonos y ese Espíritu Santo que mora dentro de nosotros desea llevarnos día a día a que alcancemos sus propósitos, a que alcancemos lo nuevo que él tiene para nosotros, a que logremos llegar hacer realidad los planes de Dios para con nuestras vidas, los planes de Dios para con esta iglesia. Dios desea dar cosecha fresca.
Y cuando hablo de cosecha usualmente se piensa en cosecha solo en el sentido de almas ganadas. Eso es lo primero, las almas que se salven, eso es lo primero. Pero cuando hablo de cosecha me refiero a toda la bendición que Dios quiere traer en cualquier área de trabajo que la iglesia se envuelva. Dios desea dar cosecha nueva. Sin la cosecha nueva de las uvas de la vid, no hay vino. Sin que la planta no produzca no hay vino. El resultado es el vino pero hay un proceso de que la planta tiene que dar fruto. Nosotros tenemos que dar fruto o debemos seguir dando fruto permaneciendo nosotros pegados a la vid como los pámpanos que somos, y finalmente encontraremos y de estar pegados, el estar unidos al Señor nos llevará a disfrutar de ese vino nuevo, del resultado de esa unión, ese vino nuevo que Dios desea derramar constantemente sobre nosotros.
¿Cómo alcanzar lo nuevo que Dios tiene para nosotros? Mencioné el estar pegados a la vid. Quiero mencionar que debemos negarnos a nosotros mismos trabajar y caminar en obediencia. en Lucas 9:23 dice:
“... si alguno quiere venir en pos de mí niéguese asimismo, tome su cruz cada día y sígame....”
Tenemos que negarnos a nosotros mismos, el egoísmo hay que ponerlo a un lado. A veces somos egoístas hasta inconscientemente, y el Espíritu Santo nos tiene que concienciar. A veces creemos que porque las cosas se han hecho de una manera, tenemos que continuar haciéndolo de la misma manera porque a mí me gusta cómo se hace. Y tenemos que dejar a un lado el egoísmo porque lo que Dios trae nuevo tiene que acomodar con espacio suficiente para desbordarse, para derramarse.
Cuando somos egoístas cada uno pensamos a nuestro favor y decimos, no, pero es que si yo pienso que se debe hacer de esta forma en la iglesia es por el bien de los hermanos. Bueno, la intención es por el bien de los hermanos, por el bien de la iglesia, pero interiormente a lo mejor la raíz de que las cosas se quieran que se queden en este patrón ahí atrincherados tiene que ver con que me gusta de esa forma y no quiero el cambio y no quiero experimentar la apertura de lo que Dios quiere traer. Necesitamos no ser egoístas para ser de mayor bendición al pueblo de Dios y aquellos que nos rodean.
También decíamos, tome su cruz cada día. El trato de Dios con nosotros es de cada día. Y nosotros tenemos que tomar la cruz, tenemos que esforzarnos aún hasta el cansancio en el trabajo, en el envolvernos en el trabajo, en el Señor, en el trabajo en la iglesia, en nuestra vida individual, nuestro compromiso con el Señor, tenemos que tomar nuestra cruz día a día, y cuando tomamos la cruz día a día vamos a ver la gloria de Dios. Cuando día a día avanzamos hacia ese propósito, hacia lo nuevo que Dios trae vamos a tener victoria día a día, pero tenemos que estar dispuestos al sacrificio, al trabajo.
En ocasiones aún en iglesias grandes donde hay muchas personas para ayudar, mucho recursos humanos para ayudar, a veces trabajan los mismos. Eso no pasa aquí, yo no sé, yo estoy lejos, yo espero que eso no pase aquí, y los mismos se llama al trabajo a las personas, sea que lleven un poco de tiempo en la iglesia, o llegaron más tarde, más temprano, llevan unos años o no, y cuando se llama al trabajo siempre responden lo mismo, y ¿saben qué? El vino nuevo de Dios, Dios lo va a derramar, pero hay una parte que nos corresponde a cada uno de nosotros. Tenemos que tomar nuestra cruz día a día, no son unos pocos los que tienen que tomar la cruz en términos ahora estoy hablando del servicio al Señor. Cada uno de nosotros envolviéndonos en las diferentes áreas haremos que se puede hacer realidad lo nuevo que Dios tiene para nosotros.
Lo nuevo que Dios trae cuesta. Y cuando digo, cuesta lo digo en el sentido de la parte que nos corresponde hacer, porque lo que Dios hace es por gracia y porque desea bendecirnos y porque tiene propósitos en medio nuestro. Pero cuesta en el sentido de que hay una parte que le corresponde al creyente. Dios siempre está dispuesto para bendecir, Dios siempre está dispuesto para derramar su presencia, Dios siempre está dispuesto a llevarnos a avanzar un próximo paso, pero necesitamos hacer la parte que nos corresponde a nosotros y entonces alcanzaremos lo nuevo de Dios, entonces alcanzaremos lo próximo que Dios tiene diseñado en su plan.
También decíamos, sígame. Y sígame implica obediencia. Tenemos que estar unidos a la vid permaneciendo bien pegaditos al Señor y seguir los pasos de él. Yo decía esta mañana que en cierta ocasión en mi país, en Puerto Rico, estaba caminando por una carretera y entonces venía un automóvil, era de una sola vía y tuve que colocarme en el pavimento, en la acera, lo que el carro pasaba, entonces yo me acomodo y me doy cuenta que por eso era que estaba caminando en la carretera, que era bien estrecha, bien estrecha. Entonces comienzo yo a caminar y tengo que caminar de esta forma, así, miren mis piecitos tan grande, caminando de esta forma para poder ir en la trayectoria y avanzar y nosotros tenemos que caminar de tal forma que estemos ahí, pendiente que cuando el camino se pone estrecho, no importa que el camino esté estrecho, yo avanzo hacia la bendición de Dios, no importa que el camino esté estrecho, yo le sigo. Dice, y sígame. Tenemos que estar dispuestos a seguirle.
Que fácil es seguirle cuando todo suena armonioso, cuando todo es alegría, cuando todo es felicidad. Que fácil es seguirle. Pero el Señor espera que tomemos nuestra cruz y le sigamos cada día, sea que haya abundancia, sea que haya escasez, sea que haya alegría, sea que hay tristeza, sea que el camino esté ancho y cómodo como cuando el camino esté estrecho y angosto y difícil de caminar, tenemos que seguirle en obediencia y así alcanzaremos lo que Dios tiene para nosotros.
Que más tenemos que hacer. Tenemos que ubicar nuestras expectativas conforme a las expectativas de Dios. el pueblo judío tuvo la bendición de que el Reino de Dios irrumpió nuevo, con Jesús, pero ¿qué ocurrió? Las expectativas que el pueblo judío era de un rey que llegase con toda pompa y toda gloria, las expectativas que el pueblo judía tenía era un rey en el sentido de gobierno político, de reino terrenal. Y lo que Dios tenía era un reino celestial que irrumpía en la tierra, que irrumpió en la persona de Jesús. Las expectativas que el pueblo judío tenía no acomodaban con la realidad de lo nuevo de Dios.
Nuestras expectativas muchas veces erramos en ellas. A veces por ejemplo, Dios nos dice, mi siervo, mi sierva, te voy a usar en esto en lo otro, nos da una palabra específica y nos emocionamos tanto con esa palabra, y nos gozamos y entonces comenzamos a imaginarnos cosas, Dios va a hacer esto y lo otro y el ministerio y lo otro y lo otro, y a veces no prestamos ni siquiera atención específica a detalles de lo que Dios nos está diciendo, porque comenzamos a soñar en grande y no es malo soñar. Pero tenemos que soñar conforme a lo que Dios ha declarado. Cuando soñamos en un panorama diferente a lo que Dios ha dicho, entonces viene la frustración porque encontramos que lo que supuestamente Dios nos estaba diciendo, no se está cumpliendo, no es que no se cumplió es que mis expectativas estaban erradas. Dios dijo A y creí que era B y comencé a esperar el A y nunca llegó porque lo que llegó fue B y no lo reconocí y no lo identifiqué como le pasó al pueblo judío con el Rey de reyes, con el Señor de Señores, cuando irrumpió en este mundo con su reino para traernos bendición y vida eterna.
Lo que Dios va a hacer es nuevo en relación a nuestra experiencia, pero sus planes ya estaba determinado. En su anticipado conocimiento Dios conoce todo, ante nuestra relación como seres humanos que somos, y nuestra relación con el Señor, lo que Dios va a hacer es nuevo para nosotros pero Dios ya conoce todo, ya su plan como arquitecto, el mejor arquitecto que tenemos, ya su plan está diseñado y a veces él nos permite ver hasta cierto punto. A veces nos permite ver un poquito más allá y a veces la meta final es todavía más grande y nos deja ver apenas un panorama de esa meta final. Nos va mostrando a veces poco a poco sea que identifiquemos a plenitud y con certeza ese plan de Dios o no, simplemente veamos por espejos puramente, como quiera tenemos que caminar hacia el propósito de Dios tratando de avanzar y avanzar hacia lo nuevo que Dios tiene para nosotros.
Para eso también además de ubicar nuestras expectativas correctamente tenemos que renovar nuestras mentes. Romanos Capítulo 12, versículo 2 nos habla de que no nos conformemos a este siglo sino que nos renovemos por medio de nuestro entendimiento, nos habla de la mente, y en el contexto en Romanos, Capítulo 12 está hablando de la adoración del Señor, de nuestra entrega, de nuestro servicio que nos presentemos al Señor como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. Pero ese mismo principio de no conformarse al mundo en este caso, habla de no conformarse a este siglo, se refiere al mundo, a los principios de este mundo, sino que debemos vivir en santidad, ese mismo principio yo quiero que hoy lo apliquemos a que no nos conformemos a esos patrones donde nos atrincheramos y no tenemos una mente elástica suficiente para estire y se expanda para entrar en lo nuevo de Dios y que su espíritu se derrame como he dicho y lo repito intencionalmente, y que su espíritu se derrame y que Dios se mueva con lo nuevo que trae con toda libertad. Tenemos que renovar nuestra mente, tenemos que renovar nuestras ideas y nuestros conceptos de tal manera que lo nuevo de Dios acomode en un odre nuevo. Tenemos que tener también apertura al Espíritu Santo.
Si el nuevo pacto y lo nuevo que Dios trajo comenzó con ese Espíritu Santo siendo colocado en el interior nuestro, muy diferente a lo antiguo, al antiguo pacto, donde el Espíritu Santo simplemente venía y ministraba a través de una persona y luego se iba, si comenzó de esa manera, si nuestra salvación comenzó de esa manera, si nuestro caminar en el Señor comenzó con la presencia del Espíritu Santo, el Espíritu Santo no se ha ido, ni se irá de nuestro interior, sino que desea llevarnos al próximo paso que Dios tiene para nosotros.
El vino nuevo desea ser derramada, Dios desea derramarlo en nuestros corazones a través de la obra de su Espíritu Santo. No hay cosecha, no puede haber cosecha. Yo sé que ustedes saben esto, yo lo sé, no puede haber cosecha si no hay mover del Espíritu Santo. No puede haber cosecha nueva, fruto nuevo, vino nuevo si el mover del Espíritu Santo no sigue avanzando. Y con esto no estoy diciendo que aquí no hay mover del Espíritu Santo, estoy diciendo lo próximo, vuelvo a enfatizar, que Dios traer, que Dios tiene para este pueblo.
Que más podemos decir en esta tarde. Los resultados de echar el vino nuevo en odres nuevos son que permitimos que lo nuevo llegue y se deje ver en nosotros, y al dejarse ver bendice a otros. Los resultados que el vino nuevo se eche en odres nuevos, podemos mencionar, en primer lugar, que lo que tu tienes de Dios, esa bendición tan grande fluye, tu no la puedes contener y contagias a otros. Se deja ver impactando otras vidas. Resultados que el nuevo vino sea echado en odres nuevos, viviremos vidas victoriosas y fructíferas.
Y vivir vidas victoriosas y fructíferas no implica que no pasemos por circunstancias difíciles, pero en medio de las circunstancias estamos en victoria, en medio de las circunstancias ese vino nuevo que ha sido depositado en nosotros en estos odres nuevos fluye y el Espíritu Santo nos fortalece para vencer cada día.
Las Escrituras dicen en Isaías 43, “... he aquí yo hago cosa nueva pronto saldrá a la luz, no la conoceréis, otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la soledad....”
Cuando hay vino nuevo en nuestro corazón aún en el desierto, se florece, aún en el desierto hay aguas abundantes, porque el vino de Dios está en nuestro interior. Lo imposible, Dios lo hace posible. Alcanzamos otras vidas para el Señor, nuestro caminar, nuestro mover todo lo que hacemos bendice a otros, pero también cuando permitimos que ese vino nuevo sea echado en odres nuevos encontramos que el Espíritu Santo se derrama de tal manera que aún mayores prodigios y señales ocurren en nuestras vidas a través de nosotros y en medio de nosotros.
En las Escrituras se nos prometió que aquellos que siguiéramos al Señor muchas cosas y señales ocurrirían, echarían fuera demonios, hablarían nuevas lenguas, tomará en la mano serpientes y nada nos dañará, diferentes señales que Dios quiere hacer en respaldo a la palabra predicada, no que la palabra no sea suficiente por sí misma, pero aquellos que no creen por la palabra, van a creer por las obras. Y no solamente eso, las obras que Dios hace: milagros, sanidades y prodigios, Dios las hace porque es un Dios de misericordia. Y cuando tenemos ese vino nuevo de Dios en nosotros, tiene que fluir para extender la misericordia a otras vidas.
Hace muchos años atrás estando yo embarazada me dio piedra en un riñón. Aquello era un dolor peor que el de parto, yo ya había tenido otro parto anteriormente, yo sabía lo que era eso, era un dolor horrible. Y ya yo llevaba 3, 4 días con la condición y un día estoy sentada en le balcón de mi casa y yo había orado, Señor, quítame esto que tengo que hacer. Y estoy en el balcón de mi casa y le digo al Señor, mira, Señor, yo te voy a pedir que me sanes por tu amor y por tu misericordia porque este dolor es demasiado fuerte. Yo fui al Señor diciendo, yo sé que tu eres un Dios de amor, yo sé que tu eres un Dios de misericordia, en otras palabras, a lo mejor yo no tengo un arrebato de fe para reclamar sanidad ahora, pero por cuanto tu eres quien tu eres, por favor sáname. Voy al baño y la piedra salió inmediatamente.
Vino nuevo, Dios quiere derramar para que cosas como esta ocurran en nuestras vidas y ocurran en nosotros y también para bendecir a otros. Pero también dentro de lo que implica sanidades, quiere contarles otro testimonio. Esta mañana nos acompañaba una hermana llamada Matsie y la vez anterior que yo vine unos meses atrás, estaba quedándome con mi hermana Milagros, y ella también estaba allí. La conocí por primera vez, no sé nada de ella, estábamos orando y estoy orando por ella y Dios me lleva a colocar mis manos sobre su corazón, y al declarar sanidad, palabra de sanidad sobre su corazón, yo no conozco ni me estoy inventando nada, yo estoy haciendo lo que Dios me está indicando. Y resulta ser que ahora cuando regreso ella me cuenta que ella tenía una condición, tenía, del corazón. Cuando Dios me lleva a orar, ella sabe que es el Señor porque yo no conozca de su condición. Cuando ella regresa creo que fue a su país, unos meses después, va al médico y el médico le dice, tu estás sana, no tienes nada.
Señales y prodigios, porque el vino nuevo está en nuestras vidas y el vino nuevo se quiere derramar en medio nuestro. Pero también hay otras señales que quizás no nos gustan mucho pero yo las quiero mencionar por algo, no sé por qué el Señor quiere que las mencione, pero las tengo que mencionar.
Cuando están pasando todas estas cosas, estas bendiciones, este avance de Dios, estas cosas que Dios hace como ocurrió en la iglesia en sus inicios, también pueden ocurrir cosas que nos puedan sorprender. En los inicios en la iglesia mientras la iglesia se extendía y había bendición, gozo, cantando himnos al Señor, predicando la palabra, señales y prodigios, comienzan los hermanos a suplir las necesidades unos de los otros y en cierta ocasión una pareja llamada Sananías y Safira decidieron vender una propiedad que tenían y ponerla a los pies de los discípulos para ayudar a los que estaban en necesidad y no se pusieron de acuerdo. No se pusieron entre ellos dos de acuerdo, vamos a venderla en tanto. Pero resulta ser que luego cuando la venden y van a llevar la ofrenda a los Apóstoles decidieron quedarse con una parte. Ellos podían quedarse con una parte, decirle, mira, Pedro originalmente la íbamos a vender en 10 y la vendimos en 10 y queríamos dar los 10 pero tenemos una necesidad y te vamos a dar 8. Pudieron haber hecho eso, pero mintieron al Espíritu Santo de Dios y el hombre cayó muerto y cuando la mujer viene, porque entraron uno primero y otro después, y entonces Pedro confirma que ella también había mentido y cayó muerta.
Con esto yo no estoy asustando a nadie, pero yo quiero decir algo: en este mover de Dios cuando inclusive pueda venir gente a querer hacer daño. No estoy diciendo, venir, fíjese venir, no estoy hablando de aquí, si Dios hace lo que haga, yo no le deseo mal a nadie, pero cuando Dios te termina derramar la bendición que él tiene, y se quiere colar el enemigo para dañar, Dios hace como quiere hacer.
Solamente una advertencia para estar pendiente para lo que viene. En cierta ocasión también, en el Antiguo Testamento encontramos que Coré junto con otras personas de su casa y seguidores, estaba en el servicio a Dios igual que Moisés, igual que Aarón, tenía cierta tarea en el Señor, en término de servicio a Dios, no igual a la Moisés y a la de Aarón. Parece que entraron celos, o algo pasó con él y con los de su casa y un grupo ahí, y ¿qué ocurrió? Comenzaron a murmurar en contra de Aarón y de Moisés, y a tal grado fue la murmuración que Moisés presenta a todos delante de Dios y le dice, reúnanse en tal lugar y vamos a ver aquí quién es el que está sirviendo al Señor, en otras palabras. ¿Y qué ocurrió? La Escritura dice que ocurrió algo nuevo. La tierra se abrió y tragó a los de Coré y a los que le seguían.
Vuelvo y digo, eso no está pasando aquí. Lo que les quiero decir con esta ilustración es que en este avance de Dios cuando quieran venir estorbos de afuera, de la índole que sean, Dios se va a ocupar de hacer lo que tenga que hacer, pero el avance de Dios va a seguir, así que, iglesia, no te sorprendas. Iglesia, no te sorprendas de los milagros que Dios haga sea de una índole o de la otra.
Lo nuevo de Dios tiene que avanzar en este lugar y no debe ser detenido, dice el Señor. lo nuevo de Dios tiene que avanzar y no debe ser detenido. Dispuestos a que nuestros odres se mantengan nuevos, tenemos que disponernos a que nuestros odres, nuestras mentes y nuestro corazón se mantengan nuevos y frescos para todo lo que Dios tiene.
Procuremos alcanzar ese vino nuevo que Dios tiene para nosotros. Puestos en pie, por favor.
Te adoramos, Señor, te adoramos, Dios, bendito eres, Señor, bendito eres, oh Dios. Vamos a elevar una oración al Señor mientras está la melodía de fondo.
Primero vamos a orar al Señor presentándonos cada uno individualmente, lo que somos y si usted ha identificado que en algún momento en su vida, usted ha cegado su mente a lo que Dios quiere para usted, dígale Señor, aquí estoy, quiero tener elasticidad en mi mente y en mi corazón para lo que tu quieres hacer. Y quiero avanzar para lo que tu tienes para mí. Y luego entonces vamos a estar orando como iglesia, como congregación:
Padre, en esta hora nos presentamos ante tu presencia o continuamos ante tu presencia, Señor, y te decimos, oh Dios, y te pedimos hasta perdón, Señor, por haber cerrado nuestra mente y nuestro corazón a lo que tu tienes para nosotros, al avance a lo próximo que tu tienes para nosotros, para mi vida, Señor. En esta hora te digo, Señor, quiero avanzar, abro mi mente, abro mi corazón a ti, has conmigo como te plazca pero quiero avanzar en tus propósitos, Señor.
Y ahora Señor, nos presentamos como un solo pueblo delante de ti, y te decimos, Señor, queremos avanzar en aquello que tu tienes para nosotros, queremos avanzar en ese nuevo paso en lo próximo, queremos salir de cualquier patrón, si hay alguno donde nos hemos encajonado y atrincherado y te decimos, queremos movernos al patrón que tu traes que acomoda a lo nuevo. Queremos ser como iglesia un odre nuevo para todo lo que tu tienes, Señor porque tu dijiste que tu deseas, o que tu traes vino nuevo sobre este pueblo, Señor. Aquí estamos, Señor. Aquí estamos, oh Dios.
Entonemos un cántico por favor y mientras la melodía está sonando vamos a orar por las personas que están enfermas, por favor, vamos a seguir las instrucciones, solo las personas que están enfermas, cualquier persona que necesite oración por sanidad vamos a estar ministrando, los líderes o las personas que usualmente ministran, yo quiero que oren conmigo, no solamente que estén ahí acompañando, sino que oren conmigo, que me ayuden en la oración, mientras la música está, pueden pasar aquellos que necesitan la oración.
Vino nuevo en odres nuevos
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Es un placer nuevamente estar aquí con ustedes, como mencionó roberto estamos en el área de Texas en Dallas, está nuestra iglesia Rossmon Christian Center y allí también tengo un centro de estudios bíblicos en el 1304 de la Southampton Road, para aquellos que están escuchándonos a través de la Internet. Así que estamos ubicados en Dallas y para aquellos que nos conocen de muchos años atrás, déjenme decirles que ya somos abuelos. Tenemos un nieto, un varoncito de dos meses de nacido, Amadeus Alejandro es su nombre y estamos felices, de mi hijo mayor Manuel Alejandro.
Quiero entonces invitarles a que pasemos a la palabra del Señor, vamos a ubicarnos en el Evangelio según San Lucas, Capítulo 5 y vamos a estar leyendo los versículos 36 al 39, ubiquemos nuestras Biblia, dejémosla ahí abierta y les invito de que oremos.
Padre, estamos o continuamos ante tu presencia y en esta hora buen Dios, llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo Jesús de tal manera, Señor, que tu palabra haga en nuestras vidas, oh Dios, aquellos que es necesario hacer. Abrimos nuestros corazones a ti, Señor y te pedimos que nos hables conforme a nuestras necesidades, Señor, y conforme a tus propósitos para con nosotros, oh Dios en el nombre de Jesús te lo pedimos. Amen. Amen.
Capítulo 5, versículo 36 dice de la siguiente forma: está Jesús hablando, “.... les digo también una parábola, nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo pues si lo hace no solamente rompe el nuevo sino que remiendo sacado de él no armoniza con el viejo. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos de otra manera el vino nuevo romperá los odres y se derramará y los odres se perderán. Más el vino nuevo en odre nuevos se ha de echar y lo uno y lo otro se conserva. Y ninguno que beba del añejo quiere luego el nuevo porque dice, el añejo es mejor.,,,”
Cuando Roberto me invitó para predicar hoy la noche que él tuvo su participación le dijo, te contesto mañana y en la noche cuando estaba orando por esta invitación, y orando por la congregación, Dios me habló y Dios me dijo, vino nuevo quiero traer a mi pueblo. Vino nuevo quiero traer o traigo para mi pueblo. Es por eso la temática que traigo para ustedes en esta tarde es el vino nuevo en odres nuevos. Vino nuevo en odres nuevos.
Y en la lectura que acabamos de ver si voy un poquito al trasfondo del contexto de lo que está ocurriendo ahí, encontramos que ciertos escribas y fariseos preguntan a Jesús una pregunta capciosa para agarrarle en falta, preguntan a Jesús ¿por qué los discípulos de Juan, de Juan el Bautista ayunan y por qué los tuyos no, Jesús? Y Jesús ante esa pregunta le responde con esta parábola que acabamos de leer. Y esta es una parábola que contiene dos ilustraciones, dos diferentes ilustraciones para traer un mismo principio. Y vamos a estar observando las partes generales o principales de la parábola, no vamos a entrar a rebuscar detalles extras que la misma Biblia nos dice, sino los puntos importantes y generales de la parábola para ver qué Dios tiene para nosotros en esta tarde y recordamos, mencioné que es un mismo principio ilustrado dos veces. Y en el pensamiento hebreo que la Biblia se escribe en griego, pero los escritores hebreos en el pensamiento hebreo del pueblo judío, que es el pueblo de donde se inicia la iglesia en el primer siglo, la repetición implica énfasis de parte de Dios. o sea que la contestación que Jesús estaba dando estaba dejando claro lo que era él y lo que él traía ante la pregunta de los escribas y los fariseos.
Y vemos entonces que está diciendo aquí que nadie coloca en un vestido nuevo un remiendo viejo. Y si yo tomase esta blusa que está media nuevecita, y agarro un pedazo, por algún error me cayó una mancha o algo como que se rompió, y agarro un pedazo de tela que mi hermana Milly me regala, y ella dice, yo tengo una blusita por allí ya usadita pero también color negro, eso pega, y entonces yo vengo y agarro esa pedazo de tela ya vieja de esa blusa y la coloco en la blusa nueva, ¿qué va a pasar? No armoniza. No se ve bien aunque sea el mismo color a lo mejor está ya deteriorado. Pero no solamente eso que ¿qué más ocurre? El remiendo viejo va a tirar ¿de qué? O la tela nueva va a tirar de remiendo viejo y se va a romper la blusa nueva y también el pedazo de remiendo viejo que le colocamos, ambas cosas se pierden y ya no sirven para nada.
Así que tenemos que tener cuidado de que Dios quiere traer algo nuevo a nuestras vidas o a su pueblo, a su congregación y tenemos que tener nuestras mentes abiertas y preparadas para lo que Dios quiere que es nuevo pero que nuestros corazones también se mantengan en novedad en el Señor para que lo que Dios derrame nuevo llegue a un odre nuevo, que es precisamente la segunda ilustración que Jesús utiliza al contestarle a los escribas y a los fariseos.
Dice que nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el odre cuando es viejo ya ha estirado lo que iba a estirar. Los odres usualmente eran de cuero de vaca y el odre nuevo está flexible para ir estirando cuando se le echa el vino nuevo, pero ya el odre viejo no estira más por lo tanto un vino nuevo que se echa en un odre viejo que comienza a fermentarse, necesita que el odre se expanda, pero en un odre viejo lo que va a ocurrir es que se rompe el odre o la vasija de cuero, se rompe, y también se pierde el odre y se pierde el vino nuevo que se echó en ese odre.
Así que con esta principio, con estas ilustraciones que Jesús nos da queremos entonces motivarles a lo que Dios, a que estemos pendientes y preparados y en apertura de corazón para lo que Dios trae nuevo en esta congregación. Y cuando digo, lo que Dios trae nuevo estoy consciente que le estoy hablando a una congregación que está activa, una congregación que está implementando constantemente programas para la iglesia, para la comunidad, una congregación que podemos decir que procura estar siempre a la vanguardia, procura responder a Dios, procura caminar en el propósito, y está caminando en el propósito de Dios.
Estoy consciente de a qué pueblo le estoy hablando. Pero lo que Dios nos quiere decir, o el propósito de este mensaje en esta tarde es que podamos entender que debemos estar a la expectativa y continuar preparándonos y estar preparados para lo nuevo que Dios tiene para esta congregación, para el próximo paso de lo que Dios tiene en esta congregación.
Cuando hablamos de algo nuevo es algo que no lo hemos visto antes, ¿verdad? Si es nuevo, pues, por lógica no lo habíamos tenido antes, pero esto de algo nuevo de Dios, es relativo en el sentido del trato de Dios con nuestras vidas como individuos y el trato de Dios como iglesia. en una iglesia un mover de Dios que Dios traer nuevo puede ser diferente al mover que Dios tienen en esta congregación y lo que para unos es nuevo para nosotros ya lo conocemos. O a la inversa, lo importante es que lo nuevo de Dios para este pueblo lo podamos alcanzar, que contentos y gozosos con lo ya logrado no nos quedemos ahí estancado disfrutando lo que ya hemos alcanzado, sino que avancemos hacia lo próximo que Dios tiene, de tal manera que el vino nuevo caiga en odres nuevos.
En las Escrituras encontramos especialmente en el Antiguo Testamento, también en el Nuevo Testamento, esta imagen bíblica que utilizó aquí Jesús acerca del vino. También encontramos, por ejemplo, en el Evangelio según San Juan la ilustración que nos da Jesús de que él es la vid y que nosotros somos los pámpanos, encontramos en el Antiguo Testamento como se habla de la vid y cómo Dios promete bendición al pueblo y el fruto de la tierra, la abundancia y la bendición, la promete y habla de que tendrán vino abundante porque eso representa bendición de Dios, eso representa que el pueblo ha respondido a Dios por lo tanto Dios derrama aún mayor bendición.
Vino nuevo en odres nuevos. Vino nuevo en odres nuevos. Y siguiendo con el asunto de contextualizar lo que estamos hablando a nosotros, podemos decir que en el contexto de lo que Jesús habló, lo que Jesús traía cuando estos escribas y fariseos preguntan para agarrarle de alguna forma en falta o que fallase en su contestación, lo que Jesús trajo en su tiempo eran verdades nuevas, era un nuevo pacto, y las verdades nuevas del cristianismo no podían ser colocadas o puestas en vasijas viejas, en odres viejos porque la misma persona de Jesús, ese nuevo pacto hermoso, era un vino nuevo de Dios llegando. Y el vino de Dios nuevo, de Dios en los tiempos y en el momento en que Jesús contesta a estos fariseos no encajaba con la mentalidad del pueblo judío, no encajaba con lo que ellos conocían, no acomodaba con lo que ellos conocían y muchas veces en nuestros tiempos, en nuestra vida cristiana, como individuos, como personas lo que entendemos es a dónde vamos en Dios y en el mover de Dios, no acomoda con otras, con la manera de ver de otras personas creyentes o no creyentes. Y muchas veces el mover de Dios, el próximo paso de Dios, el plan de Dios, el propósito de Dios con esta iglesia puede que no encaje con los conceptos religiosos que existen en otros lugares, pero lo importante es que según Dios hasta aquí nos ha traído Dios está dispuesto a que avancemos hacia lo próximo.
Cuando Dios da lo próximo usualmente lo da a aquellos que han sido fieles. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré, dice el Señor, pueblo. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré dice el Señor. Así que aquellos que han llegado más recientemente ven todo este mover y todo lo que esta iglesia ha logrado, esto se queda poco comparado con todo lo que viene. Dios tiene algo nuevo. Dios tiene un avance. Dios tiene cosas extraordinarias y aunque quizás no podemos definir bien y decir, ponerle nombre a eso que Dios tiene, yo sí sé una cosa: en los planes de Dios, en los planes de Dios lo que Dios tiene es grande, hermanos.
Si hemos visto cosas grandes, lo que Dios tiene es aún mayor. Así que debemos tener nuestras mentes y nuestros corazones aún más preparados. No es que no estemos, no es que no estemos open, no es que no queramos, lo estamos haciendo, pero Dios está advirtiendo, lo que viene es más grande, por lo tanto todavía quiero odres nuevos, odres nuevos. Y a veces cuando nuestros odres se van envejeciendo tenemos que refrescar nuestro interior para abrir nuestra mentalidad, porque a veces nos hemos acomodado a lo que Dios está haciendo, a la manera de trabajar, a lo que hemos logrado hasta el presente y aún nosotros que estamos a la vanguardia, también Dios tiene que advertirnos, lo que traigo es mayor, prepárate, pueblo para lo que viene.
Nuestras mentes deben ser suficientemente elásticas para poder contener nuevas ideas en el Señor. el fundamento es el mismo que en la palabra de Dios, el fundamento no cambia, pero Dios muestra que tiene cosas nuevas y no podemos atrincherarnos y encerrarnos por causa de lo que ya conocemos, por causa de lo que ya hemos experimentado y quedarnos ahí. Tenemos que abrir nuestra mente, y nuestro corazón que sea suficientemente elástica, que se estire para recibir la bendición fresca y nueva que Dios tiene para nosotros.
El vino nuevo en odres nuevos sea dicha. Y cuando esto ocurre tanto una cosa como la otra, se conservan, nada se pierde. Pero también decía en estos versículos, dice el versículo 39:
“... y ninguno que beba del añejo quiere luego el nuevo porque, dice, que el añejo es mejor...”
Y entonces me dirá, ¿pero en qué quedamos? ¿Lo nuevo o lo viejo? Les mencioné que íbamos que estar viendo esta parábola en sus partes principales y una de las cosas que dice este versículo es que el vino viejo es mejor, pero el vino viejo es mejor en relación, y voy a mirar para este lado, que en el culto anterior, yo no sé por qué, voy a mirar para este lado, si alguien que me pueda ayudar con ese asunto del vino, pero dicen por ahí, que el viene viejo sí es el mejor. Eso es en términos de lo natural, ¿verdad? Pero en términos de la verdades bíblicas, lo que está diciendo el pasaje es que lo nuevo es mejor, por lo tanto tenemos que estar preparados para que llegue a odres nuevos y se conserve y rinda y bendiga a muchas vidas.
El vino nuevo es mejor, el vino es mejor y es ese tipo de vino lo que Dios quiere derramar aún mayor sobre esta iglesia. a veces, somos muy lentos en aceptar lo que es lo nuevo porque nos resistimos al cambio. Nos acostumbramos a unos patrones, a una manera de hacer las cosas y nos atrincheramos y nos quedamos ahí y en este lado Dios en el próximo paso, Dios tiene algo diferente con un patrón diferente donde puedo mover diferente, pero yo me quedo aquí porque esto es lo que aprendí, así es que se ha movido la iglesia hasta ahora y nos ha funcionado, por lo tanto, por qué no seguimos en el mismo patrón. Ok, algunos patrones se van a conservar, pero si Dios trae algo nuevo y hay que establecer patrones diferentes, programas diferentes, maneras de trabajar diferentes, hagámoslo porque lo importante es que cuando esa bendición fluya llegue y acomoda y tenga espacio para ser derramada.
El vino nuevo en odres nuevos. En el Nuevo Testamento encontramos que Dios habló, había hablado en el Antiguo Testamento de un nuevo pacto y en Nuevo Testamento encontramos cómo ese nuevo pacto se cumple. Encontramos por ejemplo, que en el Antiguo Testamento el Espíritu Santo moraba solamente, venía y caía sobre la persona que tenía un ministerio, sobre rey, sobre profetas, sobre los sacerdotes, para ejercer una función en el momento, una minstración en ese momento y luego se iba, pero en el nuevo pacto, en ese vino nuevo que Jesús trajo, encontramos al Espíritu Santo morando en nuestra vidas, morando en nuestros corazones. Dios ya ha dado vino nuevo, ese vino comenzó con la presencia de Jesús, con la presencia de Jesús en este mundo, ese vino comenzó con el sacrificio de Jesús, comenzamos a beber de la bendición de la salvación.
Pero también Dios desea continuar bendiciéndonos y ese Espíritu Santo que mora dentro de nosotros desea llevarnos día a día a que alcancemos sus propósitos, a que alcancemos lo nuevo que él tiene para nosotros, a que logremos llegar hacer realidad los planes de Dios para con nuestras vidas, los planes de Dios para con esta iglesia. Dios desea dar cosecha fresca.
Y cuando hablo de cosecha usualmente se piensa en cosecha solo en el sentido de almas ganadas. Eso es lo primero, las almas que se salven, eso es lo primero. Pero cuando hablo de cosecha me refiero a toda la bendición que Dios quiere traer en cualquier área de trabajo que la iglesia se envuelva. Dios desea dar cosecha nueva. Sin la cosecha nueva de las uvas de la vid, no hay vino. Sin que la planta no produzca no hay vino. El resultado es el vino pero hay un proceso de que la planta tiene que dar fruto. Nosotros tenemos que dar fruto o debemos seguir dando fruto permaneciendo nosotros pegados a la vid como los pámpanos que somos, y finalmente encontraremos y de estar pegados, el estar unidos al Señor nos llevará a disfrutar de ese vino nuevo, del resultado de esa unión, ese vino nuevo que Dios desea derramar constantemente sobre nosotros.
¿Cómo alcanzar lo nuevo que Dios tiene para nosotros? Mencioné el estar pegados a la vid. Quiero mencionar que debemos negarnos a nosotros mismos trabajar y caminar en obediencia. en Lucas 9:23 dice:
“... si alguno quiere venir en pos de mí niéguese asimismo, tome su cruz cada día y sígame....”
Tenemos que negarnos a nosotros mismos, el egoísmo hay que ponerlo a un lado. A veces somos egoístas hasta inconscientemente, y el Espíritu Santo nos tiene que concienciar. A veces creemos que porque las cosas se han hecho de una manera, tenemos que continuar haciéndolo de la misma manera porque a mí me gusta cómo se hace. Y tenemos que dejar a un lado el egoísmo porque lo que Dios trae nuevo tiene que acomodar con espacio suficiente para desbordarse, para derramarse.
Cuando somos egoístas cada uno pensamos a nuestro favor y decimos, no, pero es que si yo pienso que se debe hacer de esta forma en la iglesia es por el bien de los hermanos. Bueno, la intención es por el bien de los hermanos, por el bien de la iglesia, pero interiormente a lo mejor la raíz de que las cosas se quieran que se queden en este patrón ahí atrincherados tiene que ver con que me gusta de esa forma y no quiero el cambio y no quiero experimentar la apertura de lo que Dios quiere traer. Necesitamos no ser egoístas para ser de mayor bendición al pueblo de Dios y aquellos que nos rodean.
También decíamos, tome su cruz cada día. El trato de Dios con nosotros es de cada día. Y nosotros tenemos que tomar la cruz, tenemos que esforzarnos aún hasta el cansancio en el trabajo, en el envolvernos en el trabajo, en el Señor, en el trabajo en la iglesia, en nuestra vida individual, nuestro compromiso con el Señor, tenemos que tomar nuestra cruz día a día, y cuando tomamos la cruz día a día vamos a ver la gloria de Dios. Cuando día a día avanzamos hacia ese propósito, hacia lo nuevo que Dios trae vamos a tener victoria día a día, pero tenemos que estar dispuestos al sacrificio, al trabajo.
En ocasiones aún en iglesias grandes donde hay muchas personas para ayudar, mucho recursos humanos para ayudar, a veces trabajan los mismos. Eso no pasa aquí, yo no sé, yo estoy lejos, yo espero que eso no pase aquí, y los mismos se llama al trabajo a las personas, sea que lleven un poco de tiempo en la iglesia, o llegaron más tarde, más temprano, llevan unos años o no, y cuando se llama al trabajo siempre responden lo mismo, y ¿saben qué? El vino nuevo de Dios, Dios lo va a derramar, pero hay una parte que nos corresponde a cada uno de nosotros. Tenemos que tomar nuestra cruz día a día, no son unos pocos los que tienen que tomar la cruz en términos ahora estoy hablando del servicio al Señor. Cada uno de nosotros envolviéndonos en las diferentes áreas haremos que se puede hacer realidad lo nuevo que Dios tiene para nosotros.
Lo nuevo que Dios trae cuesta. Y cuando digo, cuesta lo digo en el sentido de la parte que nos corresponde hacer, porque lo que Dios hace es por gracia y porque desea bendecirnos y porque tiene propósitos en medio nuestro. Pero cuesta en el sentido de que hay una parte que le corresponde al creyente. Dios siempre está dispuesto para bendecir, Dios siempre está dispuesto para derramar su presencia, Dios siempre está dispuesto a llevarnos a avanzar un próximo paso, pero necesitamos hacer la parte que nos corresponde a nosotros y entonces alcanzaremos lo nuevo de Dios, entonces alcanzaremos lo próximo que Dios tiene diseñado en su plan.
También decíamos, sígame. Y sígame implica obediencia. Tenemos que estar unidos a la vid permaneciendo bien pegaditos al Señor y seguir los pasos de él. Yo decía esta mañana que en cierta ocasión en mi país, en Puerto Rico, estaba caminando por una carretera y entonces venía un automóvil, era de una sola vía y tuve que colocarme en el pavimento, en la acera, lo que el carro pasaba, entonces yo me acomodo y me doy cuenta que por eso era que estaba caminando en la carretera, que era bien estrecha, bien estrecha. Entonces comienzo yo a caminar y tengo que caminar de esta forma, así, miren mis piecitos tan grande, caminando de esta forma para poder ir en la trayectoria y avanzar y nosotros tenemos que caminar de tal forma que estemos ahí, pendiente que cuando el camino se pone estrecho, no importa que el camino esté estrecho, yo avanzo hacia la bendición de Dios, no importa que el camino esté estrecho, yo le sigo. Dice, y sígame. Tenemos que estar dispuestos a seguirle.
Que fácil es seguirle cuando todo suena armonioso, cuando todo es alegría, cuando todo es felicidad. Que fácil es seguirle. Pero el Señor espera que tomemos nuestra cruz y le sigamos cada día, sea que haya abundancia, sea que haya escasez, sea que haya alegría, sea que hay tristeza, sea que el camino esté ancho y cómodo como cuando el camino esté estrecho y angosto y difícil de caminar, tenemos que seguirle en obediencia y así alcanzaremos lo que Dios tiene para nosotros.
Que más tenemos que hacer. Tenemos que ubicar nuestras expectativas conforme a las expectativas de Dios. el pueblo judío tuvo la bendición de que el Reino de Dios irrumpió nuevo, con Jesús, pero ¿qué ocurrió? Las expectativas que el pueblo judío era de un rey que llegase con toda pompa y toda gloria, las expectativas que el pueblo judía tenía era un rey en el sentido de gobierno político, de reino terrenal. Y lo que Dios tenía era un reino celestial que irrumpía en la tierra, que irrumpió en la persona de Jesús. Las expectativas que el pueblo judío tenía no acomodaban con la realidad de lo nuevo de Dios.
Nuestras expectativas muchas veces erramos en ellas. A veces por ejemplo, Dios nos dice, mi siervo, mi sierva, te voy a usar en esto en lo otro, nos da una palabra específica y nos emocionamos tanto con esa palabra, y nos gozamos y entonces comenzamos a imaginarnos cosas, Dios va a hacer esto y lo otro y el ministerio y lo otro y lo otro, y a veces no prestamos ni siquiera atención específica a detalles de lo que Dios nos está diciendo, porque comenzamos a soñar en grande y no es malo soñar. Pero tenemos que soñar conforme a lo que Dios ha declarado. Cuando soñamos en un panorama diferente a lo que Dios ha dicho, entonces viene la frustración porque encontramos que lo que supuestamente Dios nos estaba diciendo, no se está cumpliendo, no es que no se cumplió es que mis expectativas estaban erradas. Dios dijo A y creí que era B y comencé a esperar el A y nunca llegó porque lo que llegó fue B y no lo reconocí y no lo identifiqué como le pasó al pueblo judío con el Rey de reyes, con el Señor de Señores, cuando irrumpió en este mundo con su reino para traernos bendición y vida eterna.
Lo que Dios va a hacer es nuevo en relación a nuestra experiencia, pero sus planes ya estaba determinado. En su anticipado conocimiento Dios conoce todo, ante nuestra relación como seres humanos que somos, y nuestra relación con el Señor, lo que Dios va a hacer es nuevo para nosotros pero Dios ya conoce todo, ya su plan como arquitecto, el mejor arquitecto que tenemos, ya su plan está diseñado y a veces él nos permite ver hasta cierto punto. A veces nos permite ver un poquito más allá y a veces la meta final es todavía más grande y nos deja ver apenas un panorama de esa meta final. Nos va mostrando a veces poco a poco sea que identifiquemos a plenitud y con certeza ese plan de Dios o no, simplemente veamos por espejos puramente, como quiera tenemos que caminar hacia el propósito de Dios tratando de avanzar y avanzar hacia lo nuevo que Dios tiene para nosotros.
Para eso también además de ubicar nuestras expectativas correctamente tenemos que renovar nuestras mentes. Romanos Capítulo 12, versículo 2 nos habla de que no nos conformemos a este siglo sino que nos renovemos por medio de nuestro entendimiento, nos habla de la mente, y en el contexto en Romanos, Capítulo 12 está hablando de la adoración del Señor, de nuestra entrega, de nuestro servicio que nos presentemos al Señor como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios. Pero ese mismo principio de no conformarse al mundo en este caso, habla de no conformarse a este siglo, se refiere al mundo, a los principios de este mundo, sino que debemos vivir en santidad, ese mismo principio yo quiero que hoy lo apliquemos a que no nos conformemos a esos patrones donde nos atrincheramos y no tenemos una mente elástica suficiente para estire y se expanda para entrar en lo nuevo de Dios y que su espíritu se derrame como he dicho y lo repito intencionalmente, y que su espíritu se derrame y que Dios se mueva con lo nuevo que trae con toda libertad. Tenemos que renovar nuestra mente, tenemos que renovar nuestras ideas y nuestros conceptos de tal manera que lo nuevo de Dios acomode en un odre nuevo. Tenemos que tener también apertura al Espíritu Santo.
Si el nuevo pacto y lo nuevo que Dios trajo comenzó con ese Espíritu Santo siendo colocado en el interior nuestro, muy diferente a lo antiguo, al antiguo pacto, donde el Espíritu Santo simplemente venía y ministraba a través de una persona y luego se iba, si comenzó de esa manera, si nuestra salvación comenzó de esa manera, si nuestro caminar en el Señor comenzó con la presencia del Espíritu Santo, el Espíritu Santo no se ha ido, ni se irá de nuestro interior, sino que desea llevarnos al próximo paso que Dios tiene para nosotros.
El vino nuevo desea ser derramada, Dios desea derramarlo en nuestros corazones a través de la obra de su Espíritu Santo. No hay cosecha, no puede haber cosecha. Yo sé que ustedes saben esto, yo lo sé, no puede haber cosecha si no hay mover del Espíritu Santo. No puede haber cosecha nueva, fruto nuevo, vino nuevo si el mover del Espíritu Santo no sigue avanzando. Y con esto no estoy diciendo que aquí no hay mover del Espíritu Santo, estoy diciendo lo próximo, vuelvo a enfatizar, que Dios traer, que Dios tiene para este pueblo.
Que más podemos decir en esta tarde. Los resultados de echar el vino nuevo en odres nuevos son que permitimos que lo nuevo llegue y se deje ver en nosotros, y al dejarse ver bendice a otros. Los resultados que el vino nuevo se eche en odres nuevos, podemos mencionar, en primer lugar, que lo que tu tienes de Dios, esa bendición tan grande fluye, tu no la puedes contener y contagias a otros. Se deja ver impactando otras vidas. Resultados que el nuevo vino sea echado en odres nuevos, viviremos vidas victoriosas y fructíferas.
Y vivir vidas victoriosas y fructíferas no implica que no pasemos por circunstancias difíciles, pero en medio de las circunstancias estamos en victoria, en medio de las circunstancias ese vino nuevo que ha sido depositado en nosotros en estos odres nuevos fluye y el Espíritu Santo nos fortalece para vencer cada día.
Las Escrituras dicen en Isaías 43, “... he aquí yo hago cosa nueva pronto saldrá a la luz, no la conoceréis, otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la soledad....”
Cuando hay vino nuevo en nuestro corazón aún en el desierto, se florece, aún en el desierto hay aguas abundantes, porque el vino de Dios está en nuestro interior. Lo imposible, Dios lo hace posible. Alcanzamos otras vidas para el Señor, nuestro caminar, nuestro mover todo lo que hacemos bendice a otros, pero también cuando permitimos que ese vino nuevo sea echado en odres nuevos encontramos que el Espíritu Santo se derrama de tal manera que aún mayores prodigios y señales ocurren en nuestras vidas a través de nosotros y en medio de nosotros.
En las Escrituras se nos prometió que aquellos que siguiéramos al Señor muchas cosas y señales ocurrirían, echarían fuera demonios, hablarían nuevas lenguas, tomará en la mano serpientes y nada nos dañará, diferentes señales que Dios quiere hacer en respaldo a la palabra predicada, no que la palabra no sea suficiente por sí misma, pero aquellos que no creen por la palabra, van a creer por las obras. Y no solamente eso, las obras que Dios hace: milagros, sanidades y prodigios, Dios las hace porque es un Dios de misericordia. Y cuando tenemos ese vino nuevo de Dios en nosotros, tiene que fluir para extender la misericordia a otras vidas.
Hace muchos años atrás estando yo embarazada me dio piedra en un riñón. Aquello era un dolor peor que el de parto, yo ya había tenido otro parto anteriormente, yo sabía lo que era eso, era un dolor horrible. Y ya yo llevaba 3, 4 días con la condición y un día estoy sentada en le balcón de mi casa y yo había orado, Señor, quítame esto que tengo que hacer. Y estoy en el balcón de mi casa y le digo al Señor, mira, Señor, yo te voy a pedir que me sanes por tu amor y por tu misericordia porque este dolor es demasiado fuerte. Yo fui al Señor diciendo, yo sé que tu eres un Dios de amor, yo sé que tu eres un Dios de misericordia, en otras palabras, a lo mejor yo no tengo un arrebato de fe para reclamar sanidad ahora, pero por cuanto tu eres quien tu eres, por favor sáname. Voy al baño y la piedra salió inmediatamente.
Vino nuevo, Dios quiere derramar para que cosas como esta ocurran en nuestras vidas y ocurran en nosotros y también para bendecir a otros. Pero también dentro de lo que implica sanidades, quiere contarles otro testimonio. Esta mañana nos acompañaba una hermana llamada Matsie y la vez anterior que yo vine unos meses atrás, estaba quedándome con mi hermana Milagros, y ella también estaba allí. La conocí por primera vez, no sé nada de ella, estábamos orando y estoy orando por ella y Dios me lleva a colocar mis manos sobre su corazón, y al declarar sanidad, palabra de sanidad sobre su corazón, yo no conozco ni me estoy inventando nada, yo estoy haciendo lo que Dios me está indicando. Y resulta ser que ahora cuando regreso ella me cuenta que ella tenía una condición, tenía, del corazón. Cuando Dios me lleva a orar, ella sabe que es el Señor porque yo no conozca de su condición. Cuando ella regresa creo que fue a su país, unos meses después, va al médico y el médico le dice, tu estás sana, no tienes nada.
Señales y prodigios, porque el vino nuevo está en nuestras vidas y el vino nuevo se quiere derramar en medio nuestro. Pero también hay otras señales que quizás no nos gustan mucho pero yo las quiero mencionar por algo, no sé por qué el Señor quiere que las mencione, pero las tengo que mencionar.
Cuando están pasando todas estas cosas, estas bendiciones, este avance de Dios, estas cosas que Dios hace como ocurrió en la iglesia en sus inicios, también pueden ocurrir cosas que nos puedan sorprender. En los inicios en la iglesia mientras la iglesia se extendía y había bendición, gozo, cantando himnos al Señor, predicando la palabra, señales y prodigios, comienzan los hermanos a suplir las necesidades unos de los otros y en cierta ocasión una pareja llamada Sananías y Safira decidieron vender una propiedad que tenían y ponerla a los pies de los discípulos para ayudar a los que estaban en necesidad y no se pusieron de acuerdo. No se pusieron entre ellos dos de acuerdo, vamos a venderla en tanto. Pero resulta ser que luego cuando la venden y van a llevar la ofrenda a los Apóstoles decidieron quedarse con una parte. Ellos podían quedarse con una parte, decirle, mira, Pedro originalmente la íbamos a vender en 10 y la vendimos en 10 y queríamos dar los 10 pero tenemos una necesidad y te vamos a dar 8. Pudieron haber hecho eso, pero mintieron al Espíritu Santo de Dios y el hombre cayó muerto y cuando la mujer viene, porque entraron uno primero y otro después, y entonces Pedro confirma que ella también había mentido y cayó muerta.
Con esto yo no estoy asustando a nadie, pero yo quiero decir algo: en este mover de Dios cuando inclusive pueda venir gente a querer hacer daño. No estoy diciendo, venir, fíjese venir, no estoy hablando de aquí, si Dios hace lo que haga, yo no le deseo mal a nadie, pero cuando Dios te termina derramar la bendición que él tiene, y se quiere colar el enemigo para dañar, Dios hace como quiere hacer.
Solamente una advertencia para estar pendiente para lo que viene. En cierta ocasión también, en el Antiguo Testamento encontramos que Coré junto con otras personas de su casa y seguidores, estaba en el servicio a Dios igual que Moisés, igual que Aarón, tenía cierta tarea en el Señor, en término de servicio a Dios, no igual a la Moisés y a la de Aarón. Parece que entraron celos, o algo pasó con él y con los de su casa y un grupo ahí, y ¿qué ocurrió? Comenzaron a murmurar en contra de Aarón y de Moisés, y a tal grado fue la murmuración que Moisés presenta a todos delante de Dios y le dice, reúnanse en tal lugar y vamos a ver aquí quién es el que está sirviendo al Señor, en otras palabras. ¿Y qué ocurrió? La Escritura dice que ocurrió algo nuevo. La tierra se abrió y tragó a los de Coré y a los que le seguían.
Vuelvo y digo, eso no está pasando aquí. Lo que les quiero decir con esta ilustración es que en este avance de Dios cuando quieran venir estorbos de afuera, de la índole que sean, Dios se va a ocupar de hacer lo que tenga que hacer, pero el avance de Dios va a seguir, así que, iglesia, no te sorprendas. Iglesia, no te sorprendas de los milagros que Dios haga sea de una índole o de la otra.
Lo nuevo de Dios tiene que avanzar en este lugar y no debe ser detenido, dice el Señor. lo nuevo de Dios tiene que avanzar y no debe ser detenido. Dispuestos a que nuestros odres se mantengan nuevos, tenemos que disponernos a que nuestros odres, nuestras mentes y nuestro corazón se mantengan nuevos y frescos para todo lo que Dios tiene.
Procuremos alcanzar ese vino nuevo que Dios tiene para nosotros. Puestos en pie, por favor.
Te adoramos, Señor, te adoramos, Dios, bendito eres, Señor, bendito eres, oh Dios. Vamos a elevar una oración al Señor mientras está la melodía de fondo.
Primero vamos a orar al Señor presentándonos cada uno individualmente, lo que somos y si usted ha identificado que en algún momento en su vida, usted ha cegado su mente a lo que Dios quiere para usted, dígale Señor, aquí estoy, quiero tener elasticidad en mi mente y en mi corazón para lo que tu quieres hacer. Y quiero avanzar para lo que tu tienes para mí. Y luego entonces vamos a estar orando como iglesia, como congregación:
Padre, en esta hora nos presentamos ante tu presencia o continuamos ante tu presencia, Señor, y te decimos, oh Dios, y te pedimos hasta perdón, Señor, por haber cerrado nuestra mente y nuestro corazón a lo que tu tienes para nosotros, al avance a lo próximo que tu tienes para nosotros, para mi vida, Señor. En esta hora te digo, Señor, quiero avanzar, abro mi mente, abro mi corazón a ti, has conmigo como te plazca pero quiero avanzar en tus propósitos, Señor.
Y ahora Señor, nos presentamos como un solo pueblo delante de ti, y te decimos, Señor, queremos avanzar en aquello que tu tienes para nosotros, queremos avanzar en ese nuevo paso en lo próximo, queremos salir de cualquier patrón, si hay alguno donde nos hemos encajonado y atrincherado y te decimos, queremos movernos al patrón que tu traes que acomoda a lo nuevo. Queremos ser como iglesia un odre nuevo para todo lo que tu tienes, Señor porque tu dijiste que tu deseas, o que tu traes vino nuevo sobre este pueblo, Señor. Aquí estamos, Señor. Aquí estamos, oh Dios.
Entonemos un cántico por favor y mientras la melodía está sonando vamos a orar por las personas que están enfermas, por favor, vamos a seguir las instrucciones, solo las personas que están enfermas, cualquier persona que necesite oración por sanidad vamos a estar ministrando, los líderes o las personas que usualmente ministran, yo quiero que oren conmigo, no solamente que estén ahí acompañando, sino que oren conmigo, que me ayuden en la oración, mientras la música está, pueden pasar aquellos que necesitan la oración.
Ministerio de Matrimonios : Diferencias y deseos del Hombre y la Mujer
Hombre y Mujeres buscamos y deseamos algo diferente pero por desconocimiento y motivados por nuestros mejores sentimientos le damos a nuestra pareja lo que deseamos recibir.
Necesidades y deseos del hombre:
NECESIDAD SEXUAL
AMOR
RESPETO
ATENCION
ADMIRACION
AUTORIDAD Y LIDERAZGO
AFIRMACION
LIBERTAD PARA TOMAR DESICIONES
APOYO
APRECIO
ANIMO
CONFIANZA
COMPROMISO
TIEMPO PARA ESTAR A SOLAS O CON AMIGOS
HONESTIDAD Y TRANSPARENCIA
INTIMIDAD ESPIRITUAL
Necesidades y Deseos de la Mujer:
AMOR
COMUNICACION
ROMANCE
RESPETO
VALORACION
SEGURIDAD
LIBERTAD PARA EXPRESAR OPINIONES
APROBACION
COMPRENSION
APOYO
TIEMPO JUNTOS
HONESTIDAD Y TRANSPARENCIA
RESPONSABILIDAD
INTIMIDAD ESPIRITUAL
INTIMIDAD SEXUAL
Emanuel = Dios contigo, siempre
TRANSCRIPT
A la palabra del Señor en el Capítulo 28 de Mateo, versículo 20. hay un versículo bien sencillo, unas palabras del Señor conocidas. La segunda parte de ese versículo 20 de Mateo 28 dice: “... y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo...”
¿Cuántos pueden decir amen a eso? Quiero que digan conmigo, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, todos los días, hasta el fin del mundo. Amen. Esa palabra es para ti, mi hermano, mi hermana en esta mañana y yo quiero que se grabe ese concepto del Dios que está con nosotros, el Dios con nosotros.
De nuevo buscando un tema para mi presentación de esta mañana, mi meditación de esta mañana, me cruzó rápidamente por mi espíritu como un rayo bien, bien claro, ese texto que yo acabo de leer con ustedes. Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
Esa es la palabra para ustedes, mis hermanos, y para mí en esta mañana. Esa es la palabra del Señor, la promesa del Señor. Recíbela ahora en el nombre de Jesús. El Señor te dice a ti, individuo y te dice a ti, congregación León de Judá, he aquí yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.
El Señor quiere que nosotros sepamos que él está con nosotros, que su compañía no nos deja y que su ojo, sus ojos están sobre ti, están sobre tus hijos, está sobre tu cuerpo mismo, está sobre los órganos de tu cuerpo, está sobre tus finanzas, está sobre tu trabajo, está sobre tus aspiraciones, está en medio de tus luchas, está en medio de los temas persistentes de tu vida, la mirada del Señor, la presencia del Señor está contigo.
Y él quiere que tu recuerdes eso. si te sientes en esta mañana un poco afligido, dudoso, triste, abrumado, con preocupaciones, quizás con dificultades financieras, sientes dudas acerca de tu futuro en este país, o tienes preocupaciones acerca de tus hijos o tu familia en Latinoamérica o en África o en Europa, de dondequiera que tu vengas, el Señor te dice en esta mañana, he aquí yo estoy contigo, todos los días hasta el fin del mundo.
Ese es un pasaje maravilloso, la verdad es que cuando yo me puse a meditar en él y decir, bueno, cómo abordo yo ese texto, cómo le saco provecho al texto. Hay tantas maneras según uno comienza a meditar en él.
Lo primero que me impacta acerca del texto es simplemente ese contraste, esa complementación entre todos los días y el fin del mundo. Todos los días me recuerda a mi de lo cotidiano, lo diario, lunes, mañana, cuando tu regreses a tu trabajo, el Señor te dice, yo estoy contigo el lunes por la mañana, y el martes también, y el miércoles también. Cuando estés en la fábrica o en el nursing home donde trabajas, o en el restaurante donde lavas platos o sirves o cocinas, o en la oficina, o en el negocio, o donde sea en la escuela, donde estés estudiando, el Señor dice, yo estoy contigo, yo camino contigo, yo estoy ahí en tu negocio. Yo estoy ahí en el salón de clases contigo. Yo estoy en la oficina mientras tu luchas con los deberes y las responsabilidades. Estoy en el camión cuando manejas en la carretera, estoy contigo todos los días y hasta el fin del mundo.
Ese es un concepto muy sublime, ¿no? Porque todos los días es el diario vivir. Uno se levanta y toma un café y come un pedazo de pan o un cereal, lo que sea, y se va al trabajo, pero también esa idea del fin del mundo cuando la historia cese. El Señor dice, yo estoy con vosotros también allí, y estaré con ustedes en el interino, en todo momento yo estoy con vosotros.
Y hermanos, nosotros tenemos que hacernos conscientes cada día de ese hecho, de que el Señor Jesucristo está con nosotros cada día. Esa es la fuente de nuestro poder, esa es la fuente de nuestra esperanza y nuestra vitalidad. Es el hecho de saber que Dios está con nosotros, cuando salimos, cuando entramos. Yo creo que eso es una de las grandes diferencias del cristiano, es que nosotros tenemos esa idea de un Dios presente, un Dios inmediato, un Dios personal, un Dios que me conoce, un Dios que me ha formado en el vientre de mi madre.
Dice que Dios formó los órganos internos de nuestro ser y embrión vieron tus ojos, dice la Biblia, el Señor ha estado allí presente desde antes de la concepción de nuestra vida, ya el Señor sabía quiénes éramos y está con nosotros, nos acompaña en todo momento. Y esa idea del Dios inmediato, el Dios personal, el Dios presente es un distintivo del cristianismo, del Evangelio, ese Dios personal que yo le puedo orar si me duele la cabeza, o si tengo un cáncer, él está conmigo. Sea para algo pequeño, sea para algo grande, sea para que me lleve a tiempo a una cita médica o de trabajo porque hay un tapón en la 93, yo puedo apelar a mi Dios y él no va a decir, no, esa petición no califica porque no es lo suficientemente importante. El Dios que tenemos es un Dios para todos los días, es un Dios para toda situación.
Y hay muchos textos que me vinieron entonces a la mente y comencé a desglosar esta idea del Dios que está con nosotros. yo quiero, esa preposición, con, quiero darle énfasis en esta mañana. Esta idea del Dios conmigo, el Dios contigo y las implicaciones de ese hecho de que Dios está con nosotros, está conmigo, qué implicaciones tiene eso, prácticas para la vida.
Mire, por ejemplo, una de las primeras cosas, en el mismo libro de Mateo, Evangelio según san Mateo en el Capítulo 1, la misma naturaleza de Jesucristo es estar con nosotros. ¿Qué nombre se le dio, uno de los nombres de Jesús es cuál? Emmanuel, ¿y qué quiere decir el nombre Emmanuel? Dios con nosotros, 1:23 Mateo:
“.... y llamarás su nombre Emmanuel que traducido es Dios con nosotros....”
De paso, recuerdan que yo decía acerca de Jesucristo Dios como una de las grandes doctrinas, que yo voy a estar visitando de vez en cuando esas doctrinas grandes de la Escritura, que hay grupos que se llaman cristianos que niegan la deidad de Jesucristo. Mire aquí cómo se le llama a Jesús, Dios con nosotros. Que expresión más clara de la divinidad de Jesús que esa. Cuando Cristo nació se hizo una realidad el hecho más que nunca que Dios está con nosotros, su nombre mismo refleja su deidad, pero más todavía y práctico para nosotros, refleja el hecho de que él está.
Es decir, la misma encarnación, el fenómeno de la encarnación, la venida de Dios y su hechura como hombre, sugiere ese hecho de que él está con nosotros. Esa es su naturaleza misma, eso está en su esencia. No es estar allá en el cielo separado de la historia y del hombre, de la naturaleza. Lo hermoso de Dios es que él está profundamente involucrado con la historia. Él no es la naturaleza, hay teologías o religiones que hablan de la inmanencia de Dios en el sentido de que Dios es la piedra, Dios es el animal, Dios es el agua o el cielo o la luna, no, Dios no es esas cosas, pero está en ellas. ¿Me entiende? Dios las creó y está eminentemente envuelto, involucrado en el mundo que él ha creado, continuamente y eso el Señor les recordó a sus discípulos cuando él iba a ascender ya presto para terminar su ministerio terrenal, resucitado, listo para ser tomado y llevado al cielo, él dijo, y he aquí yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.
Y eso es un recordatorio que él les dejo. Y vamos a ver dentro de un momento por qué él escogió ese momento en particular para recordarles a ellos que él iba a estar con ellos, con los discípulos y que por lo tanto también está con nosotros.
Se me ocurre otro pasaje también donde el Señor le dice a los discípulos, hey, alégrense de que yo me voy porque hasta entonces yo estaba con ustedes, pero ahora voy a estar en ustedes. Mire si la presencia de Dios es profunda en la vida de sus hijos que no solamente está contigo sino que está dentro de ti para que no se vaya a escapar por allí en un frenazo que tu diste en la 93 o un arrancón demasiado rápido y que él se quede atrás, no, él está dentro de ti así que donde tu vas él tiene que ir también contigo. El Señor está en ti y por lo tanto está contigo dondequiera que tu vayas. Di amen en el nombre de Jesús.
Hay tantos pasajes así preciosos. Se me ocurrió Isaías 41, un versículo que yo tengo aquí escrito en mi propia mano, que yo creo que se lo he dicho antes y si lo tengo aquí en mi Biblia continuamente. Isaías 41, versículo 10 dice, “ no temas porque yo estoy contigo”. “....No temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia....” Amen.
Que bella promesa del Señor, ¿no? Es como que Dios sabe que el simplemente decirme, yo estoy contigo, eso es suficiente. Si Dios está conmigo yo no necesito más nada, déjenme decirles. Es como que Dios dice, mira, si yo estoy contigo no te preocupes si te voy a ayudar, si no te voy a ayudar, si te voy a dar, si no te voy a dar. Yo estoy contigo, tu tienes todo lo que tu necesitas. La mera presencia de Dios en nuestras vidas ya significa que nosotros tenemos todo lo que necesitamos para las demandas de la existencia, para los retos de la vida.
Y esa es la gran herencia del Hijo de Dios, el hecho de que como resultado que tenemos a Cristo en nuestros corazones, que tenemos a Cristo como nuestro salvador, él está con nosotros, él está. Una cosa va con la otra, si tu eres un hijo de Dios, Dios está contigo y no debes dudar de eso jamás.
Miren el versículo 1 de Isaías 43, es más el comienzo mismo de Isaías 43. que bueno es tener su Biblia porque usted puede seguir, ¿verdad que sí? Aunque también tenemos aquí la ayuda del Internet, pero dice:
“Ahora así dice Jehová, creador tuyo – ve, como Dios es tu creador, eso tiene una implicación bien seria acerca de eso en relación con Dios – creador tuyo, oh Jacob y formador tuyo, oh Israel, no temas porque yo te redimí, te puse nombre, mío eres tu. Dice, cuando pases por las aguas yo estaré contigo....” Gloria al nombre del Señor.
Cuando pases por las aguas, eso es cuando pases por la angustia, las aguas son, ya tu sabes cuando está llegando el agua al cuello, yo estaba pensando dónde está el salvavidas para que me saque de aquí lo más pronto posible. Cuando hay problemas en la vida, cuando hay preocupaciones, cuando la renta hay que pagarla y el cheque no ha llegado todavía, y hay demasiado mes para el dinero que te queda y tu no sabes de dónde va a venir la respuesta.
Cuando pases por las aguas, el Señor dice, no te preocupes, yo estaré contigo. Yo estaré contigo y si por los ríos no te anegarán cuando vengan las tribulaciones fuertes así de que te va a arrastrar ya la corriente, y te va a llevar y parece que no hay esperanza ya, y dice, no te preocupes, los ríos no te van a hundir, no te van a ahogar.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás, cuando la prueba ya se ponga al rojo vivo en tu vida y ya te hayan declarado sin esperanza y que no hay solución para ti, el Señor dice, no te quemarás ni la llama arderá en ti, porque yo, Jehová, Dios tuyo, el santo de Israel soy tu salvador. Gloria al nombre del Señor.
Yo estaré contigo. Esa es la promesa de los hijos de Dios. Hay un pasaje que dice asimismo, no lo tengo conmigo pero dice, y esta es la herencia, esta es la herencia de los hijos de Dios. El hecho de que Dios está con nosotros. Así que si tu eres un hijo de Dios, una hija de Dios, si tu estás en Cristo Jesús, si tu tienes a Cristo como el mediador de tu vida, si tu estás conectado al Internet divino, Dios está contigo. No te tienes que preocupar de si está o no está, él está contigo y eso, mi hermano, mi hermana te debe dar ánimo para emprender cualquier cosa en la vida. El hecho de nosotros cultivar siempre el sentido de la presencia de Dios.
Sabe qué hay tiempos en que uno como que se mete tanto en los afanes de la vida que uno como que pierde un podo el sentido de la presencia de Dios, ¿si o no? Como que a veces uno pasa un tiempo y deja de orar, y deja de buscar el rostro de Dios y vienen los afanes de la vida, el trabajo y las luchas, nos metemos en proyectos y situaciones, y viene también a veces tiempos de enfermedad o de dificultades económicas o lo que sea, y como que decae un poco nuestra búsqueda de Dios, esas prácticas que nos mantienen. Porque hay que cultivar el sentido de la presencia de Dios, hermanos, eso no viene automáticamente. Déjenme decirle que eso se le va a uno en un instante, en dos o tres días si usted no busca de Dios, la mente es la cosa más traicionera del mundo, se empolva la sensibilidad hacia el Señor y se cubre con una capa de polvo y que no permite que la electricidad, que haya conexión con los cables divinos. Y entonces usted como que decae un poco en su sentido de la presencia de Dios.
¿Qué tiene que hacer usted en ese momento? ¿Saben qué? Meterse un ayunito por allí o sacarse unas tres, cuatro horas para buscar más de lleno del Señor, trancarse en un cuarto, decirle a los muchachos que se comen una lata de ravioles o lo que sea, pero hoy yo voy a buscar el rostro del Señor y voy a llenarme otra vez de la presencia, voy a cargar las baterías, voy a recordar que Dios está conmigo.
Porque hay que, cuando uno está consciente de que la presencia de Dios está con nosotros, eso es lo que nos da ánimo. Por eso es que la vida cristiana no se puede vivir de domingo en domingo dependiendo de una carguita allí rápido el domingo a vapor. Uno tiene que estar buscando su bendición todos los días, hermanos. Uno tiene que estar revisitando la presencia de Dios porque esa conexión con la presencia de Dios en nuestras vidas, eso es lo que nos da ánimo y valor para emprender las cosas de la vida. Cultivar el sentido de la presencia de Dios, de que Dios está conmigo y entonces como él está conmigo, yo puedo emprender en el nombre del Señor todo lo que yo desee, todo lo que yo necesite en la vida, sea un nuevo negocio, un futuro matrimonio, una carrera, una movida, lo que sea, tu tienes que asegurarte.
¿Qué le dijeron los hebreos a Moisés? Asegúrate de que Dios vaya con nosotros, que Dios esté contigo. Y creo que fue el mismo Moisés que dijo, si tu no vas con nosotros no nos saques de aquí. Nosotros tenemos que saber que Dios va con nosotros dondequiera y tenemos que cultivar eso. Dios quiere que tu sepas que él está contigo porque si tu sabes que él está contigo es como tu tener dos guardaespaldas ahí de 6 pies con 8 detrás de ti. Tu sabes que tu puedes acometer cualquier cosa porque tienes allí un respaldo. Asimismo tu tienes uno que mide más que 6 con 8, mide la extensión del universo, que es infinita. Y él está contigo, él quiere ser usado a tu favor.
Yo recuerdo, pensaba en eso y recuerdo mi madre que era una mujer que vivía embargada con el sentido de la presencia de Dios en su vida y por eso yo creo como ella sabía que Dios estaba con ella, mis recuerdos más gratos y más inspiradores de ella son de cosas que ella emprendió que parecía imposible que una mujer como ella, que no había hecho grandes estudios y era una mujer humilde, sencilla, pudiera emprender, y sin embargo las emprendió y Dios siempre la sacó con victoria. Porque ella tenía esa seguridad de que Dios estaba con ella y entonces ella se atrevía a hacer cosas locas.
Yo recordaba esta mañana una vez en la República Dominicana una tía mía que había dado a luz y usted sabe todas esas cosas de las familias hispanas, no estaba casada con este señor y tuvo una hija, una bebé que ya es una mujer casada y todo esto, hace muchos años atrás, y este hombre, ella llevó a la niña a la República Dominicana donde estaba este señor, el papá de la niña en un campo allá de República Dominicana, y la dejó por un tiempecito con él en ese campo. Él no podía venir aquí a Estados Unidos y ella regresó a Estados Unidos, se enfermó aquí y el hombre al fin de cuentas dijo que no la iba a soltar a la niña, y la tenía escondida en un campo de República Dominicana y había dicho en forma muy clara y muy amenazante que nadie se atreviera a quitarle esa niña a él porque él no la iba a entregar.
Y mi mamá fue a República Dominicana y todo el mundo le advirtió, Toñita, no vaya a ese lugar porque son gente peligrosa allí, y esa familia controla todo ese campo donde está la niña. Un sitio alejado de la ciudad, muy aleado de la ciudad. Y mi mamá estuvo allí levándose más bien de lo decía la gente y con mucho temor porque mi tía no podía, no estaba en condiciones de poder hacer nada al respecto y mi mamá casi regresa de República Dominicana a Estados Unidos sin ver a la niña ni hacer nada al respecto. Pero un par de días antes de que ella regresara de la República Dominicana, Dios puso en su corazón que ella quería ir al campo ese y le iba a hablar a este hombre, y sentía que el Señor tenía algo que iba a hacer en esa intervención.
Y mi mamá le pidió a mi cuñado, que le decimos Pucho, él se llama Juan Ramón, pero le decimos Pucho de apodo, y le dijo, Pucho, llévame al campo ese porque yo quiero hablar con ese hombre. Y Pucho le dijo, doña Toñita usted sabe que esta gente son gente peligrosa, eso es un campo allá muy aislado y ese hombre no es cosa fácil y yo no quiero meterme allí a correr un peligro como ese. Pero mi mamá insistió y Pucho finalmente asintió y se fue con ella con temor y temblor a ese campo recóndito de República Dominicana. Y allí llegó mi mamá con Pucho, según me contaba ella la historia, y él siempre respaldaba todos los detalles, llegaron ya anocheciendo a ese campo alejado allá en la República Dominicana y allí se orientaron, llegaron al sitio donde vivía este hombre que no los recibió con cara muy amistosa, de paso. Y mi mamá se sentó con este hombre y como Dios siempre le había dado a ella una gracia especial, que podía mezclar la firmeza con la bondad y la mansedumbre y mi mamá razonó con este hombre y entre otras cosas le dijo, mire, esta niña es una ciudadana norteamericana así que no se meta con el gobierno norteamericano, ellos pueden hacer cualquier cosa y esto y lo otro. Pero también le habló de que esa niña en ese campo no tenía mucho futuro, pero que en Estados Unidos con su madre podía tener un futuro y que hiciera lo que era correcto como padre para esa niña.
El caso fue, hermanos, que terminando ya el día, ya oscuro, mi madre regresó con esa niña a Santo Domingo y la pudo traer a Estados Unidos para que se reuniera con su madre. Y yo recuerdo que Pucho siempre que se contaba esa historia, con asombre decía, mire, yo nunca vi una cosa parecida, yo nunca me hubiera atrevido a ir a ese lugar como doña Toñita, le decía, se atrevió.
¿Qué era lo que le daba a mi madre esa fortaleza? Era el sentido de que Dios estaba con ella. y así como ella hizo esa proeza, así hizo muchas otras en su vida y yo creo que uno de los legados que ella nos dejó a nosotros como familia fue precisamente ese sentido de que Dios está con nosotros y que por lo tanto no importa cuán serio sea el problema, cuán grande sea la lucha, cuán difícil sea el reto, nosotros podemos emprender cosas grandes porque Dios está con nosotros. Con nuestro Dios nosotros podemos hacer proezas, hermanos.
Si una mujer sencilla como ella, con relativamente poca educación, no era un genio espiritual, no tenía estudios teológicos, no tenía dinero, podía hacer tantas cosas que bendijo a tanta gente, tu puedes hacer mucho más inclusive. Si tu cultivas el sentido de la presencia de Dios en tu vida, si tu sientes que Dios está contigo, que él está allí como poderoso gigante, como dice la palabra de Dios, que él te respalda, que él camina contigo, cuando tu sales de tu casa en ese frío de diciembre o febrero aquí en Boston el Señor va contigo a tu lugar de trabajo. Él está contigo en tus luchas y en tus tribulaciones.
Hay cinco cosas que yo voy a relatar rápidamente en las cuales Dios está con nosotros y que tenemos que tener siempre bien en cuenta. Primeramente ya he señalado esto y lo voy a simplemente a aislar y reforzarlo un poquito. Dios está contigo en el diario vivir, en las tareas cotidianas de la vida, en el day to day stuff of life, en los asuntos normales, cotidianos, sencillos, consuetudinarios, no sé cómo decirlo más claramente, simplemente en la sencillez de la vida. Dios no está con nosotros solamente en las grande crisis, en las grandes tribulaciones y en las grandes luchas, Dios está con nosotros simplemente cuando entramos y salimos, cuando estamos en una conversación, cuando estamos ganándonos el cheque del viernes, cuando estamos cocinándole a los hijos o bregando con el papeleo de la profesión. El Señor está con nosotros, ahí en ese momento cotidiano, aburrido, sencillo, sin mucho esplendor, Dios está contigo, fortaleciéndote y llenándote.
Pensé en José, miren en Génesis, Capítulo 39, como José fue beneficiado de la presencia de Dios en su vida. Usted sabe que José fue un hombre que pasó por grandes tribulaciones y luchas, fue vendido por sus hermanos, Dios estaba con él desde el principio, Dios tenía un propósito para la vida de José y Dios estaba con José. Sus hermanos lo vendieron porque, déjenme decirte que la presencia de Dios contigo no dice, no implica que no vas a pasar por problemas y tribulaciones. ¿Estamos claro en eso, verdad? Dice cuando pases por el fuego, no te quemarás. No es que si vas a pasar por el fuego o que no vas a pasar por el fuego, no, cuando pases, cuando pases por las aguas no te anegarás.
Y José, Dios estaba con él desde niño pero fue vendido por sus hermanos, sin embargo en Génesis 39, versículo 2 dice:
“... más Jehová estaba con José...”
Tu ves, pueden venir luchas en tu vida, reversos, persecuciones, la gente se puede poner en contra tuya, pero tu tienes siempre que decirte no, pero más Jehová está conmigo. Y eso te debe dar fuerza para tu espigarte otra vez y en vez de estar ahí como una florecita caída y muerta, tu te levantas otra vez, y dices, voy a seguir adelante, voy a seguir la batalla. ¿Por qué? Porque Dios está conmigo.
Entonces, mire esto: “... y fue varón próspero y estaba en la casa de su amo, el egipcio, y vio su amo que Jehová estaba con él y que todo lo que él hacía Jehová lo hacía prosperar en su mano....”
Todo lo que él hacía, ahí yo veo la vida cotidiana. Todo lo que José emprendía, si lo mandaban a comprar algo venía con dos bolsas en vez de una que era lo que se esperaba. ¿Por qué? Porque Dios estaba con él. Si lo ponía a hacer una comida, esa comida sabía sabrosa porque Dios estaba con él. Si lo ponía a administrar su dinero, el dinero como que mágicamente se multiplicaba y rendía porque Dios estaba con él. Entonces hermanos, mire lo que pasó:
“.... así halló José gracia en sus ojos y le servía y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo...”
Y este hombre no muy lento ni perezoso dejó todo lo que tenía en manos de José. ¿Por qué? Porque él sabía que si Dios estaba con José y José estaba metido en algo, pues Dios iba a estar en ese algo.
¿Ve? Y eso es algo que yo siempre he creído hermanos, ¿saben qué? Esta nación es bendecida porque hijos de Dios están en ella. Nosotros somos levadura de la tierra, somos sal de la tierra, somos luz del mundo. Donde nosotros vamos va la presencia de Dios con nosotros. Recuerda que tu tienes derecho a creer que Dios está bendiciendo tu vecindario porque tu estás en él, porque la presencia de Dios está contigo. Dios bendice tu trabajo porque tu estás en ese trabajo.
Yo creo que ni nosotros cultiváramos más ese sentido de la bendición activa de Dios porque yo soy un hijo de Dios y porque estoy tocando el ambiente donde yo me muevo, Dios se movería con más poder sobre nosotros. Lo que pasa es que muchas veces nosotros no cultivamos ese sentido activo de la presencia de Dios con sus implicaciones de prosperidad, bendición, fruto para nuestros ambientes. Yo creo que este vecindario ha sido bendecido entre otras cosas porque León de Judá llegó a él hace 10 años atrás. Y yo creo que la comunidad general a la cual nosotros pertenecemos con nuestras diferentes nacionalidades y culturas está siendo bendecida porque hijos de Dios que van a esta congregación y a otras congregaciones cristianas están en esos lugares bendiciendo con su presencia.
Ahora, yo creo que nosotros tenemos que cultivar, porque mucha gente no cultiva ese sentido de la presencia de Dios y por eso Dios no se mueve. Usted ve, uno tiene que estar consciente de la presencia de Dios y uno tiene que cultivarla porque eso entonces le da a uno más poder, no es que Dios no esté si tu no estás consciente de ella, pero la presencia de Dios se mueve con más poder cuando tu cultivas el sentido de la presencia de Dios. Pide cada día por eso que es buscar de Dios, buscar de la palabra del Señor, buscar del tiempo de oración para que se renueve tu conciencia de que Dios está contigo. Yo trato de nunca ascender a esta plataforma sin estar cargado del sentido de la presencia de Dios conmigo. Yo no podría ministrar subiendo simplemente aquí como si fuera una rutina cotidianamente. Eso me da miedo a mi, hermanos, uno tiene que ministrar con la seguridad y la conciencia, Dios está conmigo en este momento. Dios me va a abrir camino, Dios me va a abrir paso, Dios me va a dar la palabra, Dios me va a dar la unción que yo necesito.
Y así en el trabajo, dondequiera que tu estés, cada día recuerda el Señor está contigo en las cosas cotidianas de la vida, tu trabajo, tu lucha con tus hijos, en todas las cosas, Dios está contigo.
Y Dios estaba con José y por eso Dios lo prosperó. La gente se da cuenta cuando una persona tiene el toque de Dios, la gracia de Dios en su vida. Entonces, Dios está con nosotros en las tareas cotidianas pero Dios también está con nosotros cuando lo servimos a él, en el servicio cristiano Dios está con nosotros. Dios nos llama a testificarle a otros de Jesucristo, muchos estamos sirviendo en nuestra congregación como maestro, como instructores de niños, como hujieres, en la alabanza, en diferentes ministerios el Señor ha querido que nosotros sepamos que cuando servimos al Señor hay una unción especial que reposa sobre nosotros. Nosotros no servimos al Señor en las fuerzas humanas, eso no es suficiente. Es la unción de Dios, por eso el Señor Jesucristo les dijo a los discípulos, no se vayan de Jerusalén hasta que no sean investidos de poder. Y cuando reciban el Espíritu Santo entonces iré y me seréis testigos.
Recuerda, nunca trates de servir al Señor a menos que tu no estés lleno de la presencia del Señor. Todo lo que tu hagas, sea sencillo o grande, para el Señor siempre asegúrate de que Dios esté allí muy presente contigo y que tu mente esté conciente y tu corazón de la presencia de Dios, que lo que tu hagas lo emprendas con Dios, en Dios.
Un ministerio cuando es dirigido por una persona que está consciente de la presencia de Dios en su vida y cree que Dios lo ha llamado y que cultiva esa conciencia de la presencia de Dios, es un ministerio que va a prosperar, sea de hujieres, sea de lo que sea, algo sencillo, cuando un hujier hace un trabajo de sentar a una persona, o entra en su función un domingo por la mañana, debe siempre cargarse de la presencia de Dios y decir, Señor, que cuando mi mano toque que una persona para recibirla o le hable a alguien para que ceda su asiento o lo que sea, que tu estés conmigo también, que tu vayas conmigo y tu cultiva eso.
Emprende, cualquier cosa que tu hagas para el servicio de Dios, con una conciencia pesada de que Dios está contigo y eso te va a prosperar y te va a bendecir grandemente.
La tercera categoría de la presencia de Dios con nosotros es que Dios está con nosotros en los problemas de la vida, en los retos de la vida, en las dificultades de la vida, en las pruebas que nos vienen inevitablemente a la existencia. Dios está con nosotros.
Mire Segundo de Crónica, la vida del rey Ezequías es muy instructiva al respecto. Ezequías fue un hombre que sirvió al Señor, amó a Dios, fue fiel al Señor, hizo muchas cosas para que su reinado reflejara la gloria de Dios. Pero llegó un momento en la vida de Ezequías que un rey muy poderoso, el rey Zenakerib invadió el reino de Israel y Zenakerib llegó con todo su ejército y rodeó a Jerusalén y este rey se jactaba de que ninguno de los dioses de las otras naciones que habían confrontado su ejército, habían podido proteger a ninguna de esas naciones. Y se mofaba de los hebreos porque Ezequías había dicho que no adorarán a ningún otro Dios sino a Jehová solamente. Y él le tiró eso en cara a Ezequías mientras rodeaba su ciudad.
Y Ezequías animó al pueblo de Israel a que confiaran en su Dios. y mire aquí dice en el versículo 5, Segundo de Crónicas 32:6 dice:
“... y puso capitanes de guerra sobre el pueblo y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad y habló al corazón de ellos....”
Es decir, Ezequías le habla al corazón de su pueblo para que no se dejen intimidar por este gran problema que tienen encima, este rey poderosísimo que está rodeando a Israel y que parece que no hay manera de que puedan vencerlo.
Dice, versículo 7 “ ... habló al corazón de ellos y les dijo, esforzaos y animaos, no temáis ni tengáis miedo del rey de Asiria ni de toda la multitud que con él viene....”
Ve, esa es la cosa, cuando tu sabes que la presencia de Dios está contigo, eso debe infundirte ánimo, valor, confianza para acometer las situaciones difíciles de la vida. dice:
“... porque más hay con nosotros que con él, con él está el brazo de carne...”
Mucha gente solo tiene los recursos humanos, el dinero, la influencia, la posición, la inteligencia humana.
“... con él está el brazo de carne, más con nosotros está Jehová, nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas....”
¡Aleluya! “.... más con nosotros está el Dios, nuestro Dios para ayudarnos a pelear nuestras batallas...”
Mi hermano, cuando tu te encuentres en situaciones difíciles, una de las cosas que la crisis va a querer hacer en tu vida es borrarte la conciencia de la presencia de Dios y que tu te enfoques en la crisis y te enfoques en el problema y en la lucha y en la dificultad y que dejes de confiar en el Señor, que te desanimes, que decaigas en la oración, en el servicio al Señor, en la lectura de la palabra y tu tienes que decirte, no, es cierto, estoy pasando por un problema, es difícil la situación, pero Dios está conmigo y yo me voy a animar y voy a emprender la tarea, voy a seguir adelante, voy a seguir confiando.
Dice que cuando el pueblo escuchó este ánimo que les daba Ezequías tuvo confianza en las palabras de Ezequías, rey de Judá. ¿Y saben lo que pasó finalmente? Dice la Biblia que milagrosamente, misteriosamente un ángel del Señor caminó por el campamento del rey Zenakerib, lo dicen varios libros, no solamente el libro de Segundo de Crónicas sino el libro de Isaías también creo que lo menciona, el ángel de Jehová destruyó a todo el ejército de Zenakerib, porque Zenakerib se enorgulleció tanto de insultar al Señor y yo creo que eso fue lo que provocó que Dios lo atacó y lo mató con una, dice que cuando Zenakerib regresó avergonzado a su tierra porque su ejército había sido destruido, dos de sus hijos lo mataron a él mientras adoraba en el templo a su Dios.
Porque es que cuando usted se mete con los hijos del Señor usted tiene problemas serios. Cuando los hijos del Señor se llenan de la presencia de Dios suceden cosas, como dice el corito. Nosotros, tenemos, hermanos, que batallar nuestras batallas con la conciencia de la presencia del Señor. no nos dejemos intimidar por los problemas de la vida, peleemos con la conciencia de que Dios está con nosotros.
Dos cositas más, hemos visto que Dios está con nosotros en las tareas cotidianas, cuando servimos al Señor, cuando tenemos problema y también yo creo que hay tiempos en que vienen no solamente un problema, sino viene como un tiempo de problemas, es como una mala racha, creo que es así que se le dice, una racha de problemas que nos vienen, un ventarrón de esos que dejan todas las langostas, esos insectos encima de la tierra y como que comienzan a comerse la tierra y no sabemos cómo deshacernos de ella. Viene una estación casi de problemas y pasamos por semanas y meses y el sol no sale.
Es como estos días que la lluvia ha estado ahí continuamente, cayendo un día tras otro. Y así pasa en la vida del hijo de Dios, a veces vienen tiempos de carencia, tiempos de dificultades, yo sé que para algunos de nosotros estos tiempos de recesión y de dificultad ha sido penoso, algunos hemos perdido casas o hemos tenido dificultad de diferente tipo financieras, se han perdido trabajos, ha habido tiempos secos, y en esos tiempos largos uno como que también va decayéndose. De hecho, el Apóstol Pablo habla de cuando venga el día malo, ¿recuerdan? Cuando venga el tiempo de la aflicción a la vida.
Hermanos, ¿saben qué? Ese es el tiempo para tu recordar que Dios no se ha ido de tu vida. Él dijo, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, él no puso allí asteriscos, por si acaso, si estoy de buen humor, no, él dijo, todos los días hasta el fin del mundo. A veces el sol tu no lo puedes ver, pero tu sabes que el sol está allí, está simplemente cubierto por las nubes. A veces la vida va a impedir que tu sientas y veas la presencia de Dios, pero tu tienes que saber, no, Dios está allí.
Y cuando esta racha de dificultad termine yo voy a estar, como dice el Apóstol Pablo, parado, firme, habiendo pasado el día malo, habiéndome acorazado con la armadura de Dios. Hay veces que cuando viene el ventarrón lo que tenemos que hacer es cerrar bien las ventanas, ponerle un 4 x 8 a cada ventana o a la puerta y que ruja el viento y venga la tempestad y cuando salga el sol, pues abrimos la puerta otra vez y salimos y celebramos de nuevo.
Hay tiempos en que lo único que tu puedes hacer, mi hermano, mi hermana, es apretar los dientes y decir, Dios está conmigo y agarrarte ahí hasta que pase la tormenta, meterte en el basement de la presencia de Dios, asegúrate que lleves una buena Biblia y que leas allí mientras ruje el viento alrededor de tu casa, quédate ahí metido hasta que pase el tiempo malo. Agárrate de todo lo que Dios te ha dicho, todas las promesas que te ha dado, repítelas, óralas, confiésalas y cuando el diablo se canse de tirarle piedras a tu casa, el Señor va a decir, ok, ya pasó, te tienes que ir, mi siervo, mi sierva ha sido fiel, ahora viene la bendición. Porque Dios bendice a los hijos de Dios cuando son fieles al Señor.
Cuando pasamos por las dificultades, los problemas matrimoniales, las luchas con los hijos, y oramos y oramos y oramos y como la viuda insistimos al Dios justo que nos haga justicia, y Dios dice, por cuanto has creído en mí, te has mantenido, yo te bendigo ahora y te doy mucho más de lo que perdiste.
Tan importante, hermanos, cuando viene el día malo, cuando vienen las rachas de dificultad, agárrese con uñas y dientes de las promesas del Señor. Él dice yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo.
Y finalmente Dios está con nosotros también en nuestros esfuerzos de superación. Lo he puesto de esa manera, nuestros esfuerzos de superación, cuando queremos hacer algo no solamente a la defensiva, peleando con algo malo, sino cuando vamos a emprender algo bueno en nuestras vidas. Cuando vamos emprender un nuestro trabajo que va a demandar más de nosotros, o vamos a un programa de estudios y no nos sentimos cómodos, que no tenemos la destreza quizás que se requiere, o cuando vamos a abrir un negocio. Una hermana esta mañana me entregó una tarjeta de su nuevo negocio y el negocio es Emmanuel, precisamente. Yo dije, ah, precisamente de eso voy a predicar. Pues esa hermana yo le pude decir, mira ese nombre cree que Dios te está diciendo, Dios está contigo en ese negocio que estás emprendiendo. Dios te bendice y tu puedes creer, Dios está conmigo en ese negocio que yo voy a emprender.
Es tan importante hermanos que cuando nosotros emprendamos cosas nuevas sepamos que Dios está con nosotros. Les dejo con un último pasaje, Deuteronomio 31, versículos 6 al 8 donde ya el pueblo de Dios está presto a entrar a la tierra prometida, se abre delante de ellos un gran camino, una gran nueva era de sus vidas. Han estado 40 años en el desierto, ahora les espera algo bien grande allí, muy bueno, es un cambio de vida radical para la nación pero también tienen gente que va a pelear contra ellos y que va a querer impedir que ellos entren en esa herencia que el Señor les ha dado. Y miren cómo les habla Moisés a Josué y al pueblo, porque ellos van a emprender algo grande, bueno, noble, hermoso, lleno de futuro y de promesa y:
“... llamó Moisés a Josué y le dijo en presencia de todo Israel, esfuérzate y anímate porque tu entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tu se la harás heredar. Dice aquí, en versículo 8, y Jehová va delante de ti, él estará contigo, no te dejará ni te desamparará, no temas ni te intimides....”
Me gusta eso, hermanos “... no temas ni te intimides...” ¡Aleluya!
“... no temas ni te intimides”. Dile a tu hermano que está al lado tuyo, no temas ni te intimides. Ok. Asimismo hermanos, es una doble advertencia y un doble llamado. No temas ni cojan miedo ni siquiera. Ok. Ni te intimides.
Es decir, hermanos, en el corazón del hijo de Dios no hay ni siquiera, no debe haber lugar ni siquiera para un pellizquito de duda ni de temor. Nosotros tenemos que emprender nuestras cosas. Dice la palabra que en Dios todo es sí y amen. Y nosotros tenemos que entender que ese Dios que está con nosotros él nos permite, hermanos, emprender cosas grandes en la vida.
Yo le digo a los que están batallando con un vicio, con una dificultad en sus vidas, no temas ni te intimides, Dios te puede dar la victoria. Una persona que está tratando de perder peso, no temas ni te intimides, Dios está contigo. Una persona que está considerando un programa de estudios, no temas ni te intimides, Dios está contigo. Una persona que está contemplando un cambio en su vida de algún tipo, no temas ni te intimides. Alguien que está pasando por una dificultad en este tiempo en su vida, un problema financiera, lo que sea, de trabajo, de vivienda, no temas ni te intimides porque Dios está contigo. Él va delante de ti. Créelo en el nombre del Señor en esta mañana. ¡Aleluya!
Vamos a llenarnos de esa conciencia de la presencia de Dios. Póngase de pie en el nombre de Jesús y crea, sea lo que sea, yo no sé qué está delante de ti, qué tierra tu tienes delante de ti. Hay un río en el medio, un río Jordán que impide que tu entres a esa tierra prometida. El diablo muchas veces arroja cosas en nuestro camino para que no entremos en todo lo que Dios tiene, y Dios te está diciendo, mira, no te atemorices por ese río crecido que está delante de ti porque yo tengo poder para abrir ese río para que tu pases en seco. No se te van a mojar esos zapatos que te compraste. Yo voy a asegurarme que una gota de agua caiga sobre ellos, vas a pasar en seco para entrar en la bendición que yo tengo para ti. Créelo en el nombre de Jesús en esta mañana.
Llénate del sentido de la presencia del Dios que está contigo. Dios está conmigo. Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros, dice la palabra del Señor. ¡Aleluya!. Oh pueblo de Dios, cree que Dios está contigo. El mero hecho de que tu eres un hijo de Dios a través de Cristo Jesús ya te garantiza la compañía del Señor. Podrás tener tus dificultades, podrá haber inconsistencias en tu vida, pero mira, yo quiero decirte que mientras tu te agarres de Cristo Jesús, el Señor no te dejará ni te desamparará.
Si fuera asunto de perfección yo creo que ninguno de nosotros podríamos aspirar a la presencia de Dios, esto es la fidelidad del Señor, no la fidelidad nuestra. Todo está en que nosotros creamos en el Cristo que nos ha llamado y que nos ha dicho, yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo.
Cuando tu salgas por esa puerta vas a salir a batallar con los gigantes, vas a volver a tu situación cotidiana, di dentro de ti, el Señor está conmigo todos los días. Dios está conmigo. Cuando yo llegue a mi negocio, a mi oficina, a mi casa, al comedor del restaurant, donde se lavan los platos, o lo que sea, di, aquí entra el Señor conmigo, aquí entra la presencia de Dios en este lugar porque yo soy un hijo de Dios, una hija de Dios y la presencia del Señor va conmigo.
Hijo de Dios llénate de esa seguridad en esta mañana, cultívalo ahí mismo en tu espíritu, di, Señor gracias porque tu estás conmigo. Yo recibo el toque de tu presencia en esta mañana, yo recibo renovación para mis fuerzas aunque tenga dificultades, aunque ande por valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque tu estarás conmigo. ¡Aleluya! Tu estarás conmigo, santo es el nombre del Señor. Gracias, Jesús. Te adoramos.
God is with you. Have no fear; you must dare to undertake great things in the name of the Lord. You must dare to look at the future with great hope and great confidence because the Lord has said; I am with you every day until the end of time. I will be with you in the fire, I will be with you in the storm, I will be with you when the waters threaten to overwhelm you, I will be with you in the midst of difficulty when the enemy comes to you like a wall, that cannot be resisted. The Lord says I am with you, and the fact that the Lord is with you, means that nothing can stand against you, nothing can prevail against you, not even yourself, not even the difficulties in your life, not even the inconsistencies in your life, not even the defects in your character can stand between you and the blessing of the Lord. Now, you must hold on the Jesus Christ, you must be faithful to him, you must seek him, you must make sure that you are aware of the fact that he is your Lord, he is your savior, and you must confront any situation with that certainty that God is with you and that he walks with you every day of the week in every situation of your life. Do cultivate that sense of the presence of the Lord and walk in that confidence, walk in that vitality that comes from knowing that the Lord of the universe is with you, so I bless you in the name of Jesus Christ this morning.
Les bendigo en el nombre de Jesús. Confiesa que Cristo está contigo en esta mañana, confiésalo, gracias, Señor. Gracias, porque estás conmigo, gracias porque vas conmigo. Gracias porque tu presencia me sigue. ¡Aleluya! Yo bendigo a este pueblo, padre, y te pido que lo llenes con el sentido de tu presencia. Alabado sea el nombre de Jesús. Gloria al nombre de Jesús. Gracias Señor. Te bendecimos. Alaba el nombre del Señor. Antes de salir de aquí cultiva la presencia de Dios, vete cargada tu batería con la presencia del Señor. Te amamos, Padre, te bendecimos, Señor. Gracias Jesucristo, gracias, gracias, Señor. Te adoramos, te bendecimos. Alabado sea el nombre de Jesús. Amen.
Porque te quita Dios algo que amas?
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Gloria a Dios por ministerios que ofrecen sanidad y libertad. Esperamos, hermanos, que todo lo que entre por los atrios de esta iglesia o cualquier iglesia cristiana buscando libertad, buscando sanidad, que hallen esos lugares, sea donde sea, sea aquí, sea en su país, si nos está viendo por el Internet, pero eso es lo que debe ser una iglesia.
Y hermanos, el Señor va a cumplir su promesa con nosotros. el Señor si promete sanidad él quiere estar seguro que en ese lugar haya sanidad; si promete libertad él se va a asegurar, hermanos, de cumplir con esa promesa de libertad. Y hermanos, hace unos días, hace un tiempo ya que el Señor ha estado trabajando este mensaje en mi vida y lo he compartido en otros contextos. La primera vez compartí este mensaje en un shelter de desamparados, esa misma semana que, a propósito, dirigen unos hermanos muy violentos y valientes de esta congregación, la hermana Dilma y su equipo poderoso, que entra en un shelter calladitamente todos los martes en la noche, anónimamente y ahí ministrando a una gente que ese es su hogar, quedan ni siquiera a dos cuadras de aquí.
Compartí una versión de este pensamiento, un miércoles en la noche con el grupo Lázaro y en otro lugar, un par de semanas atrás, pero lo que no me había dado cuenta era que el pastor Roberto el día 6 de julio trajo un mensaje, si usted no lo llegó a oír, le recomiendo que lo busque por el Internet, profético, yo creo que marcó la vida de esta iglesia. Es más compenetró, ha compenetrado nuestro vocabulario aún de oración en esta tarde, así se sabe que un mensaje es profético, cuando aún las palabras pronunciadas por el pastor, reverberan en nuestras oraciones y nuestras intervenciones. Y solo anoche tuve el privilegio yo de escuchar ese mensaje, solo esta mañana tuve el privilegio de escuchar el mensaje del pastor Omar y les puedo decir, hermanos, que las ideas principales de estos mensajes yo lo hallo perfectamente compaginado.
¿Qué es el mensaje? Hermanos, si acaso no escuchen otra cosa reciban esto. ¿Cree usted que el Señor le ama? ¿Cree que el Señor conoce lo mejor para ti y quiere cumplir lo mejor para tu vida? Entonces, hermanos, recibe este mensaje en el nombre de Jesús.
A veces la manera en que mayor se manifiesta el amor de Dios hacia nosotros no es en lo que nos da, sino en lo que nos quita. A veces la mejor manera que el Señor te muestra que te ama no es tanto en lo que te da sino en lo que nos quita. Vamos a la presencia del Señor.
Ahora, Jehová, te invito a que hables. Espíritu de Dios que llene este lugar como te acostumbraste a llenar el templo. Y aún si este sacerdote no podrá ministrar por la perfección y el poder de tu presencia que sea así. Pero llena este lugar con tu presencia, sopla espíritu de Dios sobre esta palabra y que brote vida. Lo pedimos en el nombre de Jesús.
Vamos a Marcos, Capítulo 11, versículo 12 al 25. tal vez una de las razones por qué este mensaje me ha tocado a mi tanto es porque por la mayoría de mi vida yo no entendía esta palabra, esta porción bíblica de esta manera. Y esto ha sido una revelación, Marcos, el Evangelio de Marcos, Capítulo 11, versículo 12 al 25. amen. Gloria a Dios.
Mis hermanos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: “... al día siguiente cuando salieron, esto es Jesús y sus discípulos, de Betania tuvo hambre....”
Ok, un poco de contexto aquí, mis hermanos. Al día siguiente quiere decir el día después de su entrada triunfal, lo que nosotros celebramos como el domingo de Ramos. El día anterior el Señor había entrado por las puertas de la ciudad de Jerusalén y gritaban la gente así como nosotros cantamos hoy, Jerusalén bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna, hosanna al rey que vive. El Señor entró a la ciudad ese día, parece que era tarde, entró al templo, dio una mirada, revisó el templo y se fue. ¿Para adónde? Y esto es un contexto que ustedes verán en todo este pasaje. Al entrar el Señor en la ciudad, hermanos, era el tiempo de la pascua, no había dónde quedarse en todo Jerusalén. Jerusalén no tenía un Holiday Inn express, no se había inventado, Travelocity. No había dónde quedarse en Jerusalén.
Pues, lo que hacían la mayoría de los peregrinos a la pascua era quedarse en ciudades en los alrededores. Muchos de ellos quedándose al aire libre en los campos y los montes para celebrar la pascua en Jerusalén. Jesús hacía esto. Jesús se quedó en la cuidad de Betania y tal vez hasta en el hogar de su amigo, Lázaro. Pues, eso es lo que ustedes van a ver. Ustedes van a ver este orden: el Señor y sus discípulos entrando en la ciudad, saliendo para la ciudad. Ok, bien.
“... al día siguiente cuando salieron de Betania tuvo hambre y viendo lejos una higuera que tenía hojas fue a ver si tal vez hallaba en ella algo, pero cuando llegó a ella nada halló, sino hojas pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera, nunca jamás coma nadie fruto de ti y lo oyeron sus discípulos....”
Estoy seguro que Jesús quiso que los discípulos lo oyeran. Usted se puede imaginar cómo reaccionaría usted. Me imagino que los discípulos reaccionaron de la misma manera que tal vez, si queremos ser honestos, nosotros no hubiésemos reaccionado como, qué le haría esta higuera a Jesús para merecer esto.
“...Pues, siguiendo de allí vinieron pues a Jerusalén y entrando Jesús en el templo comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas y no consentía que nadie atravesase el templo llevando un pinchillo, o sea mercancía, alguna, y les enseñaba diciendo, ‘no está escrito mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones, más vosotros las habéis hecho cuevas de ladrones...”
Se levantaría el Señor de mala gana ese día.
“... Y le oyeron los escribas y los principales sacerdotes y buscaban cómo matarle porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina, pero al llegar la noche Jesús salió de la ciudad y pasando por la mañana vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro acordándose le dijo, Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado, respondiendo Jesús le dijo, ‘tened fe en Dios porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte, quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto os digo que todo lo que pidieres orando creed que los recibiréis y os vendrá. Y cuando estés orando perdonad si tenéis algo en contra de alguno para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas, porque si vosotros no perdonáis tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas....”
mis hermanos, tal vez no parece al principio pero el Señor me llegó a revelar que estos textos están enlazados con un propósito. Miren bien, ¿qué ocurre primero? Primero el Señor entra en la ciudad, tiene hambre, se encuentra con esta higuera, un árbol de higos y eso era propiedad pública, o sea, hermanos, en Jerusalén en particular en este tiempo, era una era muy agrícola y estos árboles de higos, estas higueras crecían dondequiera, eran árboles silvestres, eran propiedad de nadie y de todo el mundo a la vez.
Tal vez en Boston nosotros no reconocemos como es eso, pero en nuestros países eso existe, que donde hay tanta belleza natural, el Señor ha bendecido, ha enriquecido nuestros países con tantos recursos naturales que hay fruto y hay de comer donde quiera. No sé de ustedes, pero en la República Dominicana yo experimenté algo así. Marina me introdujo a la manera en que uno tumba almendras del árbol, muy romántico. Uno le tira con una piedrita para ver si uno tumba una almendra. Con razón esos muchachos salen peloteros, ¿verdad? Y era algo así.
Había estos árboles donde quiera. El Señor se acerca, él ve un árbol con sus hojas, se acerca a él y ve que tenía muchas hojas pero estaba vacía y la maldijo, maldijo a la pobre higuera. Ahora, por qué el Señor haría esto, con qué razón. Si no era tiempo de higos, ¿verdad? No lo dice muy claro la palabra? Ah, pero tenía hojas. Esto lo tuvimos que investigar un poco. Lo que nosotros ahora en el siglo XXI no nos damos cuenta y a menos que uno está alrededor de estas higueras no se da cuenta, es que la higuera da fruto por lo menos dos veces al año. La cosecha principal, el tiempo de los higos es en el verano, pero la higuera da un primer fruto, unas primicias en la primavera y este fruto brota aún antes de que el árbol eche hojas y parece que el propósito de este primer fruto que da la higuera, estas primicias por así decirlo, es que abre y prepara el árbol para la cosecha principal. O sea, es inferior pero muy necesario para que en el verano este árbol florezca de verdad y de fruto.
Y hermanos, lo que se entiende es que el no dar este primer fruto es una buena indicación, que tampoco daría fruto en el verano. El Señor se acerca a esta higuera en particular, ve muchas hojas pero sin fruto. Luego el Señor entra a la ciudad, él ve desorden, él ve mercadeo, él ve gente vendiendo y comprando a donde se supone que estén orando. Ahora, estamos casi seguros, hermanos, que el lugar a donde tenían este mercadeo, el lugarcito que ellos escogieron para poner estas mesas y este negocio de cambiar monedas, eran los atrios de los gentiles. El único lugar en el templo del Señor a donde los gentiles tenían el permiso de entrar y tal vez.... Y gentil a propósito, todos aquí menos Cherrie estaría limitado a ese lugar. El único lugar a donde tenían la esperanza de oír la palabra de Dios, el único lugar donde más cerca se podrían ellos alcanzar a la gloria shekiná de Dios era esos atrios, era allí que había este lío, este desorden, este mercadeo.
Y el Señor les cerró bodega de una forma violenta y les dijo, no habrá más mercadeo, váyanse de aquí, esto se supone ser una casa de oración para todas las naciones, para todo el pueblo. Ahora, hermanos, ¿qué tendrán en común estos textos? Yo creo que una de las ideas, hermanos, que más me resalta, o por lo menos unas de las cosas que oí de parte del Señor al leer estos textos fue esto: Sammy, a veces nosotros nos acostumbramos a las cosas que son porque siempre han sido así y no nos imaginamos que nuestras vidas pueden ser distintas. Es que ni siquiera nos ha iluminado la idea que tal vez lo que nosotros nos hemos acostumbrado a vivir no es la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas, que tal vez en el corazón de Dios él ha imaginado otra cosa, otro futuro, otro sueño por así decir, para nosotros, y ni cuenta nos damos. We have no clue. We can’t even imagine.
Y eso es lo que yo veo en este texto. Muchos comentaristas han dicho que la maldición de la higuera estéril es un símbolo profético anticipando a Jesús maldiciendo un templo corrupto y una religión vacía. Y yo creo que con razón.
Hermanos, yo leí comentarios hasta de ateos y ellos todos están de acuerdo con esto, y algunos de ellos, hermanos, concluyen, ustedes ven, ustedes ven que este Jesús hablan de un Dios de amor, hablan de un Dios de comprensión, ¿qué ven aquí? Vemos un Jesús iracundo, maldiciendo una higuera, ¿qué le hizo esta pobre higuera a Jesús? Y el templo, ¿cómo se va a portar el Hijo de Dios y en la casa de Dios? Pero saben lo que yo veo aquí, y yo creo que sabe lo que ve el Señor? Tal vez esta gente, no tal vez, yoi estoy casi seguro, que nadie en ese templo, ni siquiera se acordaba de los días en que la presencia del Señor llenaba ese lugar de tal manera que ni siquiera los sacerdotes podían ministrar, pero Jesús sí.
Nadie en esos días que se encontraba en ese templo podía imaginarse de los días a donde el Rey de Israel Josafat se tiró postrado delante del altar, en ese lugar, buscando la presencia de Dios. No podían ellos imaginar los levitas levantándose espontáneamente alabando y adorando al Señor y que la gloria del Señor se revele y del pueblo que subiera palabra profética y el Señor dirigiendo su pueblo, animando su pueblo, venciendo a sus enemigos almacenados contra ellos. Era imposible que ellos recuerden algo así, pero Jesús sí. Jesús sí sabía. Jesús sí sabía lo que era este templo y qué era lo que representaba.
Tal vez nadie allí respetaba la gloria shekina de Jehová, y el poder que había detrás de ese velo. Pero el Señor no había perdido el respeto, el Señor sí sabía no qué, quién y para qué moraba ahí. Lo que sí había, hermanos, era una religión vacía, mucha forma, mucha religiosidad, muchos pitos y flautas y cosas sin poder, sin poder. Un sacerdote abriendo un rollo, desempolvándola y leyendo esas palabras sin revelación, sin unción, sin autoridad, sin poder, y hermanos, mientras esto se llevaba a cabo, lo que después escribiría Pablo, la apariencia de piedad, la apariencia de piedad pero negando el poder de ella.
Mientras tanto, hermanos, la gente llegaba hambrienta y el Señor vio esto, el Señor vio gente entrando al templo por una puerta encadenado y saliendo igual, gente entrando endemoniados y esa misma gente entrando por otra puerta igual o peor de cómo ellos entraban; gente haciendo contacto con el templo de Jehová en camino al infierno, y no había nadie que lo podía alcanzar, una palabra de unción, una palabra de libertad, una palabra de poder, una palabra que podría transformar su trayectoria a una de vida. él veía esto, entrando quebrantados, saliendo quebrantados.
Y, hermano, sabes qué? Dicen que el Señor se enojó, está bien. Yo creo que está bien que se enojara. Hermanos, yo no me puedo imaginar nada que enfurezca a Dios más que eso. Yo no me puedo imaginar nada que pueda enfurecer al Señor más que la idea de ofrecer una promesa de vida y de libertad y de sanidad y de poder y que gente llegue esperando eso, esperando un encuentro con un Dios vivo, esperando palabra de transformación, esperando esperanza para su vida, esperando alguien con la autoridad suficiente para pararse en contra de las huestes del enemigo que se ha levantado contra ellos y poder en el nombre de Jesús espantarlos. Y el Señor dijo, ¿saben qué? Jamás, jamás comerá fruto de ti aquí, jamás, jamás entrará alguien a este lugar con la invitación, con las hojas invitándote a entrar y compartir vida solo para encontrar vacío, solo para que los engañen. Jamás eso acontecerá en este lugar.
Y ¿saben por qué lo hace? ¿Quiere saber su motivo? Él lo hace no porque él es un Dios iracundo, pero todo lo contrario. Él es un Dios de amor, como así. Hermanos, tu quieres que Dios te ame? Ten cuidado, porque cuando Dios ama, él ama de una forma apasionada, él ama de una forma completa, él ama de una forma insistente. Él es como uno de esos chamaquitos que se enamoró de ti en la gramática, que te seguía mandando notitas y no te podías despegar de él, él ama insistentemente. Él ama, su amor es un fuego consumidor. Él ama como un padre que toma en serio sus hijos y su esposa y que a todo costo los protegerá, a todo costo, él está dispuesto a hacer lo que haya que hacer para asegurarse que jamás nada y nadie nos engañará.
Y ¿saben qué? es porque él nos ama que el Señor no tolera que algo ocupe espacio y abono y agua y luz y sudor y esfuerzo para no dar fruto. Él nos ama demasiado para eso. él te ama demasiado, él nos ama demasiado, hermanos para dejar que nos muramos de hambre esperando fruto de una higuera estéril, que te mueras de hambre esperando algo que te ha engañado con una promesa de vida. he loves youtoo much to let you starve waiting for something that will never happen.
Y ¿saben qué? Esto nos regresa a la higuera. Y el hecho de que el mismo Dios que ama, el mismo Dios que toma autoridad en ese templo se enfoque en ti. Y aquí es donde tal vez el mensaje se particulariza un poco. There is where it gets personal.
Hermanos, piensen por un momento, tal vez habrá en nuestras vidas, en el jardín de nuestras vidas, higueras que nosotros hemnos tolerado por un buen tiempo, demasiado tiempo sin dar fruto. Tal vez hay una higuera en tu vida que el Señor ha maldecido y hace tiempo que te ha dicho, arráncala, está ocupando espacio de más. What are we talking about, Sam? Pastor, Sam, ¿de qué hablas tu?
Háblame claro. Bueno, hermanos, francamente tal vez es una relación que desde su comienzo el Señor te ha dicho, mira esto nunca jamás dará fruto, pero ahí está, una amistad, unas relaciones, lo que sea, en el jardín de tu vida ocupando lugar. Tal vez es una carrera o aún un anhelo, un sueño que tu has tenido y tu plantaste eso allí y lo has tolerado y tu has ido, un negocio tal vez, un afán. Está en tu jardín ocupando espacio y tu has regresado esa higuera año tras año, has revisado sus hojas, nunca te ha dado fruto, nunca te ha dado fruto o tal vez, hermanos, es una adicción que no puedes soltar en el jardín de tu vida tomando espacio, chupando tu dignidad, tu tiempo, tu sudor, tu matrimonio, tus finanzas, tus emociones, tu sueño, tu bienestar, ocupando espacio sin dar fruto de gozo, de paz, de amor, de vida, de bondad, de templanza, de paciencia, sin dar fruto en tu vida.
Hermanos, ¿saben qué? Tal vez te acercaste a esa higuera, sea lo que sea, sea quien sea, francamente porque tuviste hambre. You were hungry. Estabas tu en camino al templo, pasaste por allí, viste las hojas, te invitó y te acercaste. Y lo revisaste porque tuviste hambre y te quiero decir algo, hermano, tu Dios sabe lo que es tener hambre, tu Dios sabe lo que es tener necesidad, él entiende tu deseo, él entiende tu vacío, él entiende lo que es buscar vida de esta cosa, pero lo que él te dice, es ¿sabes qué? Quiero arrancar lo que no te conviene y quiero que vivas.
Y tal vez, hermano, tu dirás pero Señor, yo he invertido tanto en esta higuera. Es verdad, este año no dio fruto, tal vez el año que viene dará, tal vez el mes que viene dará, tal vez este es el año de la cosecha, pero el Señor te ha dicho, reality, chuck. Este árbol jamás te dará fruto. Lo que el Señor te está diciendo en esta tarde es, déjame entrar, déjame arrancar lo que he maldecido, y tened fe en Dios, tened fe en Dios. No te apures por la higuera. Como buen labrador el Señor sabe que para que no nos muramos de hambre él sabe para qué el Señor te hizo a ti, y el Señor te hizo para que des fruto y el Señor te dice en esta tarde, yo te doy autoridad en el nombre de Jesús, es más hermanos, pongámonos de pie.
Yo te doy autoridad en el nombre de Jesús, no solo para arrancar las higueras en le jardín de nuestras vidas que ni siquiera deberían estar aquí en tu vida, pero él dice, si tu crees en esta tarde toda montaña que obstruye tu camino, toda cosa que se opuesto al lugar a donde el Señor quiere que tu llegues, si tu crees en esta tarde tu puedes dirigir la palabra a ese monte y en el nombre de Jesús echarlo al mar.
Hermanos, ¿saben qué? El Señor tiene un destino para tu vida. Hay algún lugar a donde el Señor quiere que usted llegue, hay un propósito por el cual el Señor te ha creado. Hay un camino sobre el cual usted no estuviera aquí, si usted no estuviera determinado a trazar el camino para llegar a ese lugar. Tal vez tu sabes, tal vez usted ni siquiera sabe donde este lugar es, pero tu sí sabes que es un lugar bueno, es un lugar que Dios ha preparado, es un lugar que solo usted lo puede ocupar, si no fuera por la distracción de esta higuera, si no fuera por este monte que está en tu camino, y el Señor en esta tarde te da esa autoridad.
Hermanos, en esta tarde el Señor te dice cree en mi, tened fe en Dios. Tened fe en Dios. Tened fe que el Dios que te llamó a esta jornada no va a permitir aunque el mount Everest se atraviese entre ti y el propósito que él tiene para ti, pero tienes que estar dispuesto, que el Señor entre en tu corazón, entre en el jardín de tu vida y haga lo que él tenga que hacer, limpie lo que él tenga que limpiar, arranque lo que él tenga que arrancar. Y hermanos, en esta tarde toma esa autoridad, autoridad sobre higueras de actitudes, hábitos, vicios, adicciones, patrones de vida.
Vamos delante del Señor y deja que el jardinero entre, revise y que te ame. Deja que el Señor te ame de la manera que él desea amarte, quitando para que haya lugar para su gracia, para que haya lugar para su poder, para que haya lugar para su bendición, para que haya lugar para su revelación, para que haya lugar para su unción, para que haya lugar para su paz, para que haya lugar para el ministerio por el cual él te ha llamado, para que haya lugar, ese lugar en tu papel como Padre, hermano, esos hijos que te ven, te admiran, aún sin entenderte, conociendo tus líos, conociendo ven que papi sale y trata con esta higuera, y serías tu el héroe de la casa si lo arrancara hoy. Recibiría el aplauso de toda tu generación si tu dices de una vez, a la basura contigo. Yo voy a plantar, es más, el árbol eres tu, el árbol que él quiere plantar eres tu, un árbol de vida, un árbol plantado cerca de las corrientes de las aguas que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace y todo lo que hace prosperará, eso es lo que quiere Dios, eso es lo que quiere Dios para ti, esa es la intención de Dios para ti, pero primero él tiene que arrancar porque te ama.
Vamos delante del Señor, pidamos permiso que entres a nuestro jardín ahora. Señor, gracias porque tu nos amas tanto para no dejar que el enemigo nos engañe con promesas falsas de vida. Padre, decimos como Pedro, solo tu, solo tu, solo tu tienes palabra de vida, Padre, y declaramos Señor, declaramos que brotará fruto, Señor, a donde solo ha habido esterilidad y te damos Maestro permiso que arranques lo que no nos conviene, que quites y quemes lo que no es tuyo, lo que jamás te has imaginado que nosotros tengamos en nuestros medios. Padre, planta en su lugar vida, planta en su lugar fruto de vida abundante. Padre, que cada vida aquí de para 30, para 60 y para 100, Señor, eso es tu propósito para nuestras vidas.
Si en esta tarde tu deseas oración en particular y tu dices, pastor Samuel, yo sé que el Señor tiene un lugar para mí pero estoy confrontando montañas hasta hoy, pero el el nombre de Jesús yo no vuelvo a casa igual, yo no voy a volver a jugar la vida como el enemigo ha tratado que yo la juegue. Yo declaro que las montañas, tu me das autoridad en esta tarde de echarlas la mar y yo heredo, es más yo te invito hermanos a heredar. Si ese eres tu, tu dirás, hermano pastor, yo tomo esto en serio y yo declaro que hasta hoy había montes pero en el nombre de Jesús yo los voy a echar, en el nombre de Jesús lo voy a echar, yo te invito que pases en el nombre de Jesús. Si tu nunca has recibido al Señor como tu salvador, si la vida ha sido un enredo para ti, no ha tenido sentido y tu necesitas que el Señor sea el Dios de tu vida, también yo te invito a pasar en este momento, venga hermano, en el nombre de Jesús.
Las 3 armas espirituales - Obediencia, oración, y confianza plena
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Yo quisiera ahora invitar a un amigo mío, un pastor aquí en Boston que estuvo aquí predicando con nosotros en el día de los padres, hace un mes atrás.
Él es un dominicano, si yo soy un gringo confundido, él es un dominicano medio confundido porque, puede pasar Claudio, por él pasó nueve años en Centroamérica, no sé si habrá algún centroamericano por aquí, pero pasó tiempo en Guatemala, en El Salvador, en Honduras, pero sigue siendo dominicano hasta los huesos, así que tiene ambas cosas. Pero esta experiencia multicultural así que él pastorea una iglesia aquí en Boston y está visitando con nosotros hoy, así que yo les voy a traducir porque tenemos un grupo grande de angloparlantes así que voy a tratar de traducir al inglés, a ver si yo recuerdo un poquito del inglés en el día de hoy.
Creo que es un privilegio que Dios da a cada uno para adorarle. En esta ocasión yo quiero hablarle acerca de armas espirituales que el creyente debe usar para una vida victoriosa sobre el enemigo.
La historia de la nación de Israel saliendo de Egipto, uno lo puede abordar de diferentes maneras. Pero la vida de Moisés me impacta 3 verdades que quiero compartir con ustedes en esta mañana. la primera verdad es la obediencia a la palabra de Dios. La segunda verdad que me enseña la vida de Moisés es la oración intercesora. La tercera verdad que aprendo acerca de Moisés es la confianza plena en la poderosa mano de Dios.
Esas tres verdades nos enseña cómo tener una vida victoriosa sobre el enemigo. Egipto representaba opresión para el pueblo de Israel y también para Moisés. Y no solamente opresión física sino que Egipto representaba también opresión espiritual. Por eso la actitud de Moisés me enseña esas 3 verdades espirituales para que ustedes y yo como creyentes podamos tener victoria sobre el enemigo.
Aunque Egipto representaba opresión para Israel hoy día el mundo representa opresión para muchos porque el faraón de hoy se llama Satanás y tiene oprimido a mucha gente en esclavitud, en pecado, en vicios, en maldad, desde la cúpula gubernamental de todos nuestros países representados hasta el más bajo nivel.
¿Cómo ustedes y yo podemos ser instrumento usado por Dios para la liberación de esas personas? Necesitamos esas 3 armas espirituales. Queremos ver la vida de obediencia. les invito a Éxodo, Capítulo 7, hermanos, vamos a tocar algunos versículos del Capítulo 8 también, Capítulo 10 y también 13.
Muy bien, dice el versículo 1, vean conmigo el versículo 1: “Jehová dijo a Moisés, yo te he constituido Dios para faraón y tu hermano Aarón será tu profeta. Tu dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano, hablará a faraón para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel....”
Vean conmigo el versículo 5: “... y sabrán los egipcios que yo soy Jehová cuando extienda mi mano sobre Egipto y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos...”
Estimados hermanos, este pasaje nos enseña que la vida de obediencia a Dios es muy importante para obtener victoria sobre el enemigo.
Vean conmigo el versículo 6 de Éxodo 7: “... e hizo Moisés y Aarón como Jehová les mandó...”
Vean conmigo el versículo 8: “.. habló Jehová a Moisés y Aarón diciendo...”, y dice el versículo 10 “... vinieron pues Moisés y Aarón y a faraón e hicieron como Jehová les había mandado...”
Vean conmigo el versículo 14: “... entonces Jehová dijo a Moisés, ve por la mañana a faraón y he aquí que él sale al río y dile, Jehová, el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, deja ir a mi pueblo para que me sirva en el desierto. He aquí que hasta ahora no has querido oír...
Versículo 17, “.. así ha dicho Jehová, en esto conocerás que yo soy Jehová...”
Ese es el mensaje que Dios les mandó a decir a faraón.
Vean conmigo el versículo20, del Capítulo 7, “... y Moisés y Aarón hicieron como Jehová les mandó...”
Hermanos, por eso es importante una vida de obediencia a Dios, es la clave para la vida victoriosa sobre el enemigo. Como les hablé al principio que Egipto hoy es el mundo y que el opresor es Satanás y sus demonios.
Cuando ustedes y yo vivimos una vida de obediencia a Dios es la clave para la victoria y de tal manera que podamos rescatar, ser instrumentos usados por Dios para rescatar a los que están en la opresión en las tinieblas. Para que ustedes y yo, como cristianos, tengamos victoria espiritual sobre las fuerzas del enemigo y que Dios nos use para salvación, liberación a la gente esclavizada por Satanás, necesitamos vida de obediencia. amen
La obediencia a la palabra de Dios hace posible que el creyente derrote a las fuerzas de las tinieblas en la tarea de liberar las almas.
Vean conmigo el versículo 11 del Capítulo 7 de Éxodo, “... entonces llamó también faraón a sus sabios y hechiceros e hicieron también lo mismo. Los hechiceros de Egipto con sus encantamiento pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras. ¿Cuál es la diferencia? Más la vara de Aarón devoró de ellos. Amen.
No solamente la nación de Israel era esclava físicamente sino también había una esclavitud espiritual. Cuando Dios llama a Moisés tenía que enfrentarse a dos realidades: la realidad física de la esclavitud pero también tenía que enfrentar a los hechiceros de Egipto. La nación de Egipto era una nación politeísta, adoraban a muchos dioses, era una nación idólatra totalmente y generalmente junto con la idolatría está también la hechicería, la brujería, el encantamiento, leer carta, pasar barajas, leer taza y un montón de armas que usa Satanás para tener las almas confundidas.
Y frente a todas esas realidades espirituales Moisés tenía que enfrentar, pero ¿sabe cuál es la clave de su victoria sobre Satanás y los hechiceros? La vida de obediencia a Dios.
Capítulo 8, versículo 18 al 19, Dios llama a Moisés a ser la plaga de piojos para que faraón deje ir al pueblo que ¿saben qué sucedió? Y los hechiceros hicieron así también para sacar piojos con sus encantamientos pero no pudieron. Alabado sea Dios.
Y ¿saben qué reconocieron los hechiceros de Egipto?
Versículo 19, “.. Entonces los hechiceros dijeron a faraón, dedo de Dios es este...” En otras palabras, no podemos contra ese Dios, porque hay un hombre que es obediente a la palabra de Dios y no podemos competir con él. Los hechiceros estaban diciendo a faraón, ya no nos ponga en más apuro porque no podemos.
Y quiero decirles hermanos, ustedes y yo obedecemos a Dios en este día el trono de Satanás cae aunque haya iglesias satánica en Massachussets va a caer, aunque cada día de bruja en el 31 de octubre, los satánicos están orando para que los creyente caigan, los líderes caigan, las iglesias sean destrozada, pero es más el que está con nosotros que el que está con el mundo. Amen.
Los creyentes obedientes a la voz del Dios, el segundo principio que veo aquí, hace posible que los inconversos reconozcan que Dios es el verdadero Dios. y faraón era uno con sus ejércitos.
Capítulo 7, verso 5 nos dice, “... y sabrán los egipcios que yo soy Jehová...”
¿Por qué necesitaban saber que Dios era el verdadero Dios? Porque había un sincretismo religioso y una confusión acerca de adorar. Adoraban a todo lo que hay, que conocían en el universo y esa confusión Dios mandó a Moisés para enseñar a través de su vida de obediencia a Dios que Dios era el verdadero Dios.
Hoy en día hay muchos que están confundidos por Satanás, de diferentes maneras. Dice Pablo en el Nuevo Testamento que el Dios de este siglo cegó el entendimiento de ellos para que no resplandezca la luz de la verdad y sean salvos. ¿Cómo sabrán acerca del verdadero Dios que ustedes y yo adoramos? Es a través de una simple de obediencia. ustedes y yo necesitamos ser sensibles a la voz de Dios, es la primer arma para una vida victoriosa sobre Satanás.
Y dice la palabra en el Capítulo 8, versículo 10, “.. y él dijo, mañana y Moisés respondió, se hará conforme a tu palabra para que conozca que no hay como Jehová nuestro Dios ...”
Versículo 22, “... y aquel día yo apartaré de la tierra de Gocén en el cual habita mi pueblo para que ninguna clase de mosca haya en ella a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra...”
Capítulo 9, versículo 14, dice la palabra de Dios, “... porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón sobre tus siervos, y sobre tu pueblo para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra...”
Versículo 16, “... a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra...”
Mis estimados hermanos cuando vemos a las personas oprimidas por el enemigas y las personas, nuestros familiares estamos orando por ellos, están endurecidos, no quieren arrepentirse, no desmayemos, hermanos, Dios va a mostrar su poder si seguimos obedeciendo su palabra, orando por ellos, intercediendo por ellos, hablando por ellos, Dios los va a rescatar.
La vida de obediencia de Moisés a la voz de Dios nos enseña también que eso desata el poder milagroso de Dios de librar de la esclavitud a fin de que el pueblo sirva a Dios.
Vean conmigo el 8:, “... entonces Jehová dijo a Moisés, entra a la presencia de faraón y dile, Jehová ha dicho así, deja ir a mi pueblo para que me sirva...”
La razón por la cual Dios quiere, hermanos, que ustedes y yo vivamos en obediencia a él es porque él quiere más servidores. Así como Egipto, Israel estaba esclavizado sirviendo a faraón, Dios quería rescatarlos para servirle a él. Por esa razón, mis hermanos, yo veo que la obediencia es muy importante y quiero decirles también que la vida de obediencia, vean conmigo el versículo 20:
“.. Trae al pecador a servir a Dios, rescata de la esclavitud para servir a Dios como lo hizo como la nación de Israel. Dios mismo lo repite de nuevo en el versículo 20, “Jehová dijo a Moisés, levántate de mañana y ponte delante de faraón, he aquí él sale al río y dile, Jehová ha dicho así, deja ir a mi pueblo para que me sirva...”
Capítulo 9, versículo 1, dice lo mismo al final del versículo, “... deja ir a mi pueblo para que me sirva....”
Oh, sabe, por esa razón Moisés fue obediente a la voz de Dios, no solamente él quería servir a Dios sino también quería que todo su pueblo sirviera a Dios, no solamente quiere que usted le sirva, hermano, sino que cada compatriota suyo viviendo aquí en EEUU sirva a Dios. Obediencia es muy importante.
Sabe, Satanás tiene un ejército de demonios que mantiene oprimida a la gente, en diferentes distracciones espirituales. Quiero decirles que cuando yo vine aquí a Boston y me subo en los trenes y empecé a escuchar español por todos lados, yo dije, guau, qué semillero de almas hay aquí Señor y comenzamos a orar con el pastor José Reyes en Lawrence, dónde quería que yo le sirviera y fuimos a Lawrence a ver si yo quería empezar una obra ahí pero Dios en una noche orando al Señor me dice, mire, en Boston la vida es cara, la situación es carísima, pero aquí te quiero en Boston. Y comencé a compartir con los hispanos, algunos muy amables me recibían y me escuchaban y recibían los tratados, pero según mi expectativa iban a llegar a la iglesia y hasta ahora están ausentes. Y empecé a descubrir que ellos tenían otros dioses, que tienen otras ataduras.
Primero tienen que pagar al coyote por la cual le trajeron aquí, tienen que trabajar tiempo completo, tiempo parcial y tiempo de después, además de sostener a la familia aquí, y yo dije, Señor yo pensé que era tan fácil como me dijeron, yo no tengo tiempo para ir a la iglesia, tengo otras ocupaciones. Son ataduras. La tarea no es fácil, pero si ustedes y yo somos fieles a Dios, en obediencia a él, y decir a la gente que Dios quiere que le siga, aunque se cansen, aunque no quieran oír, Dios le va a traer liberación.
La segunda verdad que quiero compartirle es la oración intercesora. Cuando Dios empezó a usar a Moisés en esa batalla espiritual para convencer a faraón que Dios era el verdadero Dios llegó un momento en que Dios empezó a aflojar el corazón de ese hombre, de ese rey.
En versículo 8 del Capítulo 8: “... entonces faraón llamó a Moisés y Aarón y les dijo, orad a Jehová para que quite la rana de mí y de mi pueblo...”
Hermanos, aquí estamos viendo un milagro. Al principio ¿a quién llamaba faraón? A los hechiceros de Egipto, ahora está pidiendo llamar a Dios, oren por mí para que Dios me quite esa plaga.
El primer indicio de la victoria sobre el enemigo es cuando su familiar inconverso, sus amigos y sus vecinos comienzan a pedir oración por ellos. Amen. Es el primer paso para liberación del enemigo.
Vean conmigo el Capítulo 10, versículo 18: “... y salió Moisés delante de faraón y oró a Jehová....”
¿Saben por qué salió y oró a Jehová? Es porque en el versículo 16 dice “... entonces faraón se apresuró a llamar a Moisés y Aarón y dijo, he pecado contra Jehová vuestro Dios y contra vosotros, más os ruego ahora que perdonéis mi pecado, solamente esta vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite de mí al menos esta plaga mortal...”
¿Y qué hace Moisés? Intercede a favor de faraón. Hermanos, la oración intercesora es la segunda arma espiritual para la victoria sobre el enemigo. Hay que orar por los brujos, hay que orar por los hechiceros, hay que orar por las iglesias satánicas, y yo les reto en el día de dejarlo y que todos estemos de rodilla orando que el trono de Satanás caiga como oró David en una ocasión que Dios confundiera a sus enemigas cuando había dado un consejo acertado para la muerte de David, y la oración de David, Señor, confunde a este hombre.
Hermanos, cuando ustedes y yo oremos contra el reino de las tinieblas debemos decir, Señor, confunde el trono de Satanás para que tu nombre sea glorificado, para que toda la tierra reconozca que tu eres Dios. la oración intercesora es muy importante para que el enemigo reconozca que Dios es un Dios sin igual, para que el enemigo reconozca que no hay otro como él aquí en la tierra.
Y a esta altura Dios ha callado la voz de los hechiceros y él puede hacerlo hoy. ¿Lo cree usted hermano? Amen.
La tercera arma, la confianza plena en la poderosa mano de Dios. Capítulo 13, versículo 3 del Éxodo:
“... Y Moisés dijo al pueblo, tened memoria de este día en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre pues Jehová os ha sacado de aquí con mano fuerte....”
Versículo 14: “... y cuando mañana te pregunte tu hijo diciendo, ¿qué es esto? Le dirás Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de cada servidumbre...”
Versículo 24, vean conmigo el versículo 24 y 25 del Capítulo 14: “... aconteció a la vigilia de la mañana que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y de nube y trastornó el campamento de los egipcios y quitó la rueda de sus carros y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron, huyamos delante de Israel porque Jehová pelea por ellos, contra los egipcios....”
Versículo 30, “... así salvó Jehová aquél día a Israel de mano de los egipcios e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios. El pueblo temió a Jehová y creyeron a Jehová y a Moisés, su servidos...”
Estimados hermanos, espiritualmente hablando tenemos una gran batalla que librar, en el contexto donde Dios nos está permitiendo vivir aquí, la clave para la victoria sobre el enemigo es vida de obediencia, oración intercesora y una confianza plena en la poderosa mano de Dios.
Si ustedes y yo hacemos eso no nos desmayemos, Dios nos va a dar la victoria. La iglesia de León de Judá va a ser más grande todavía, la nueva obra que estoy comenzando va a ser grande porque yo confío en el poder de Dios.
Yo le invito a orar conmigo, inclinando su cabeza y cerrando sus ojos. Es posible que haya algunos que están siendo oprimidos por el enemigo, quizás su esclavitud no es física como en los egipcios, como la nación de Israel, pero quizás Satanás te está esclavizando espiritualmente, o quizás todavía no has conocido a ese Dios todopoderoso, yo le invito en esta hora a que entregue su vida a él, deje de adorar a Satanás, rinda su vida a Jesucristo.
Si usted es un joven o adolescente o adulto anciano, no hay otro poder más que el poder de Dios. no ande detrás de brujerías, no tema a los brujos porque Dios es todopoderoso. Si usted se agarra de él y confía en él no hay vicio que usted no pueda dejar, no importa cuál sea la atadura en que el enemigo le tiene a usted, el poder de Dios es superior, él puede traer liberación a su vida y también a su familia, por qué no ora en esta ocasión conmigo:
Señor, ayúdame, libérame, sálvame para que yo pueda servirte. Y si ya usted es salvo diga, Señor, yo quiero ser usado por ti, para librar a muchos aquí en esta sociedad para que te sirvan a ti. Oh Padre, gracias te damos porque tu eres todopoderoso, así como tu libraste a Israel tu me has librado a mí y tu librarás también a aquellos que aún están esclavizados. Hazme un instrumento tuyo, como tu siervo Moisés, obediente a tu palabra. Ayúdame a interceder por aquellos que no te conocen y ayúdame a confiar en tu mano poderosa, que tu harás la obra para la gloria de tu nombre, en el nombre de Jesús. Amen.
Porque permite Dios a Satanás que te moleste?
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Dios, gracias una vez más por la oportunidad que me concedes de poder compartir una palabra con mis hermanos y hermanas en este día tan particular que tu nos das. Dios, como te pedí esta mañana vuelvo a decirlo, Señor, que las palabras que salgan de mi boca, la meditación que esté en mi corazón sea para traer honra y gloria a tu nombre, sea para traer convicción a los corazones de tus hijos e hijas, y como bien confío en ti, Señor, esta palabra no va a volver atrás vacía sino que va a cumplir aquello para lo cual tu lo estás enviando. Así que, Señor, me pongo en tus manos y que tu Espíritu Santo hable a cada uno de nuestras vidas. Gracias, Señor. Amen y amen.
Bien hermanos, les invito a que busquen sus Biblias, vamos a entrar en el libro de Lucas, Capítulo 22 y antes de entrar de lleno en el mensaje quisiera solamente resumir acerca de algunas de las palabras que el pastor Roberto Miranda compartió con nosotros el domingo pasado. ¿Cuántos de ustedes se acuerdan de ese mensaje del domingo pasado? ¿Cuántos de ustedes se fueron de aquí sintiéndolo? Deja ver las manos, ¿cuántos lo sintieron? Y cuando digo lo sintieron, que es como que alistaos, alistaos, ese tipo de sentir, no como que guau, que lindo. No es eso, sino como que esas palabras como que cuando llegan son como que guau, esos jalones de oreja que verdaderamente hay que prestar atención por así decirlo.
Y por si acaso si usted no se recuerda, el pasaje clave que se usó ese domingo pasado, fue el de Apocalipsis, Capítulo 12, versículo 11 y ese verso dice: “... ellos lo han vencido por medio de la sangre del cordero, la palabra del testimonio de ellos y por el hecho que menospreciaron sus vidas hasta la muerte...”
Claro está, cuando está hablando de ellos, se refiere a la iglesia, al pueblo escogido de Dios y al que vencieron está hablando de Satanás, del enemigo principal de la iglesia de Dios, de ese es que está hablando.
Y esas fueron las tres armas de las cuales el pastor estuvo reflexionando, que yo les digo, mis hermanos, yo todavía me pongo a pensar en esas palabras y algo me tiembla por dentro, porque fue un mensaje de un reto bien grande que nosotros no podemos mirar o tener por desapercibido, sino que tenemos que tenerlo bien claro en medio de nuestras vidas, y cómo nosotros vamos a responder al mismo.
Ahora, mientras yo reflexionaba en esas palabras, justamente cuando yo estaba ahí sentado al frente, hubo un texto bíblico que llegó a mi corazón y ese era el texto bíblico que yo quiero compartir con ustedes, que se encuentra en Lucas Capítulo 22, versos 31al 32 y la palabra del Señor dice así:
“.... dijo también el Señor, Simón, Simón,....”
Déjenme personificarlo un poco más, dice “Simón, Simón he aquí Satanás los ha pedido para zarandearlos como a trigo, pero yo he rogado por ti que tu fe no falte y tu una vez vuelto, confirma a tus hermanos....”
Ahora, yo encontré este pasaje en otra versión que me gustó más como lo disminuyó a un nivel y el pasaje está aquí en la pantalla, ustedes lo pueden leer. Dice el pasaje, este es la Biblia de lenguaje sencillo, es como la diosa ......, por algunos tal vez la conocen así, dice:
“... después Jesús le dijo a Pedro, Pedro, escúchame bien – ese fue mi acento boricua que le quise poner ahí-, dijo, Pedro, escúchame bien, Satanás le ha pedido permiso a Dios para ponerles pruebas difíciles a todos ustedes y ¿sabe qué, mi hermano? Dios se lo ha dado. Pero yo le he pedido a Dios, le he pedido a Papá, que te ayude para que te mantengas firme. Por un tiempo vas a dejarme solo pero después cambiarás. Cuando eso pase ayudarás a tus compañeros para que siempre se mantengan fieles a mi....”
Déjenme romper este pasaje un momento, mis hermanos, yo puedo decir con toda certeza que de los 4 evangelios, Lucas es el único que hace énfasis en esas palabras de Jesús a Pedro. Esto se da dentro del contexto en el cual Jesús está dándole esta predicción a Pedro de que él lo iba a negar, y de cómo lo iba a negar. Y todo esto se da dentro del momento en el cual Jesús está compartiendo su última cena con sus discípulos, les está revelando de las cosas que van a suceder, de las razones por las cuales él tiene que morir, está revelando quién iba a ser la persona que lo iba a traicionar, y dentro de todo esto, hay una promesa que Jesús también comparte con sus discípulos. Si ustedes se fijan un poco más adelante en el verso 28, ahí mismo de Lucas 22, el verso 28 dice:
“... pero ustedes han permanecido fieles conmigo en mis pruebas. Yo pues les asigno un reino como mi Padre me lo asignó a mi para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino y se sienten en tronos juzgando a las doce tribus de Israel...”
Miren esto que interesante. Aquí Jesús le está como quien dice aplaudiendo a sus discípulos, muchachos muy bien, ustedes se han mantenido fieles conmigo por estos últimos tres años, no importando qué ustedes pensaban que no podían alimentar a cinco mil personas, más sin embargo lo han hecho porque han confiado en mi. Ustedes han aguantado estropeos, han aguantado ayunos, han aguantado largas caminatas, sol, sed, hambre, todo eso por mí, y yo les aplaudo eso, y por eso yo les doy la promesa de que ustedes se van a sentar conmigo en ese reino cuando yo venga.
¿Cómo usted se sentiría si Jesús les habla de esa forma a ustedes? Usted se sentiría como que, se siente bien, gracias Maestro, I’m not worthy. No soy digno, Maestro. Pero ¿saben qué? Justamente después de esas palabras Jesús viene y les tira este balde de agua fría por encima. Les dice, asimismo como yo reconozco su fidelidad en la misma forma les digo que todos ustedes me van a abandonar. Ah, pero cómo va a ser Maestro, como va a ser eso posible, no podemos hacer cosa igual. No. Salen los ches ahí rápido. Y uno de esos fue Pedro, le dijo, no, Maestro, yo pongo mi cabeza por ti, contigo voy a estar a muerte y ahí fue donde le dijo: Ay, Pedro, si tu supieras muchacho que tu vas a ser de esos que me va a negar tres veces. Otros se van a ir asustados, pero tu me vas a negar.
Y entonces ahí le dice esas palabras mis hermanos, aquí es donde yo quiero llegar al meollo de las cosas porque hay algo que yo entiendo que Dios quiere comunicarnos a nosotros como iglesia. Estas palabras, Pedro escucha bien. Es más yo digo, iglesia escucha bien, porque Satanás ha pedido permiso a Dios para ponerles pruebas difíciles a todos ustedes. Podrá sonar un poquito medio asustosos, ¿verdad? Pero ¿saben qué? No se asusten, les voy a decir por qué.
Yo me fijo, mis hermanos, que cuando alguien pide permiso para hacer algo o para entrar en algún lugar, es porque no tiene permiso para entrar o hacer lo que quiere hacer, ¿verdad? si usted castiga a uno de sus hijos y le dice, no vas a jugar más con el Playstation, no vas a ver televisión por qué se yo cuantas horas, si quieres salir me tienes que pedir permiso. ¿Qué es lo que tiene que hacer ese hijo? Tiene que venir, pedirle permiso a su papá, a su mamá para poder hacer algo que se le fue prohibido hacer. Si usted va por algún campo y usted se encuentra con digamos una finca de un árbol de manzana por así decirlo, y esas manzanas se ven súper ricas, que usted saliva por comerse una de esas manzanas. Pero obviamente dice esto es terreno privado, usted no puede entrar aquí. Si usted quiere una de esas manzanas, ¿qué tiene que hacer? Tiene que ir, hablar con el dueño, pedirle permiso para poder entrar y poderse comer una manzana, ¿verdad?
¿Acaso ustedes no encuentran interesante el hecho de que Satanás tiene que pedir permiso para molestar a los escogidos de Dios? Y hermanos, y esto a mi me llena de tanta confianza porque eso significa que nosotros obviamente somos pertenencia de Dios y si el enemigo quiere molestar con nosotros tiene que pedirle permiso al dueño de nuestras vidas. No se puede meter así porque sí, tiene que pedir permiso.
Ahora, pero soy bien claro porque esto es algo que se aplica a aquellas personas que han sido escogidas por Dios, que han sido marcadas, selladas con su Espíritu Santo y yo creo que yo estoy aquí parado delante de un grupo de personas que han sido escogidos, marcados por el poder y el espíritu de Dios.
Miren algo, yo me pongo a pensar, hermanos, yo estaba comiéndome este pasaje de rabo a cabo, yo me decía, guau, por qué se hace énfasis en todas estas cosas y asimismo como vi el hecho de que Satanás tuvo que pedir permiso, me puse a pensar en las palabras de Jesús que el mismo Jesús estaba diciéndole a sus discípulos, muchachos esto es algo que va a pasar. Y obviamente cada uno de los discípulos estaba diciendo, no, Jesús, eso es imposible, nosotros no te podemos dejar a ti solo. No, no podemos hacer eso, si hasta aquí hemos estado contigo, yo me imagino que ellos habrán cantado, Dios no nos trajo hasta aquí para volver atrás. Nos trajo aquí a quedarnos contigo. No, no. si los discípulos se hubiesen quedado con Jesús en el momento de su arresto, ¿qué hubiese pasado con los discípulos? Los hubiesen arrestado a ellos también y si los hubiesen arrestado a ellos yo me imagino que tal vez a ellos también los hubiesen puesto a muerte.
Y ustedes se creen que eso estaba en el plan de Dios. no, por algo Jesús se sacrificó tanto por estar con esos muchachos por tres años para que ellos se encargaran de continuar regando ese mensaje de Dios a todas las naciones. Así que un anuncio de Jesús que tal vez en el momento podría haber sonado como algo tan fuera de este mundo, como que por qué tu estás diciendo que te vamos a negar, que te vamos a dejar solo. Yo me imagino que Jesús estaba diciendo dentro de su corazón, ¿saben qué, muchachos? That’s for me and God to know and for you to find out later. Eso es para yo y Dios saberlo ahora y ustedes lo van a saber después.
Pero tiene que pasar así. y ahí es donde viene toda esta dinámica de que Satanás tiene que pedir permiso. ¿A qué otro personaje se les recuerda esto? A Job. Job fue otro personaje que tuvo que pedir permiso para molestar, porque era un hombre escogido, íntegro delante de Dios y ahí fue e hizo la primera ronda, como quien dice, trató de quitarle la familia, de quitarle sus posesiones y después cuando se dio cuenta que Job todavía estaba ahí firme, volvió otra vez delante de Dios y le dijo, mira, Dios, ok, tu me has dejado quitarle su familia, sus pertenencias, sus hijos, la reputación que tenía con sus amigos pero ¿sabes qué? Déjame molestarle un poquito más. Ataca su piel, ataca su salud y tu verás como él te va a negar a ti. Y Dios en su soberanía saben lo que dijo, mira, haz todo lo que tu quieras, pero no molestes su vida. Y ahí está diciendo, no molestes lo que está en el centro de él porque eso me pertenece a mi. Y ahí fue cuando vinieron todas estas enfermedades sobre Job, esas llagas que le salían en su piel, en su cuerpo, que se desesperaba por rascaba y esa desesperación y Dios, pero siempre se mantuvo ahí, firme hasta llegar al punto de decir, de oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven.
Hermanos, yo no sé ustedes, pero esto es algo que a mi me llena de esperanza porque si Satanás se atreve a venir delante del trono de Dios a pedir permiso para molestar a algunos de sus escogidos y si Dios accede en dar ese permiso, ¿saben por qué es? Porque Dios sabe de qué nosotros estamos hechos. Nosotros estamos hechos de él. Nosotros somos hechura suya, cada uno de nosotros tiene algo de Dios en sí. Y saben, es como si Dios le dijera, sabe qué, go ahead, molesta. I know what they are capable of. Yo sé de qué ellos son capaces de hacer. Yo sé lo que yo he puesto en medio de ellos y ¿saben qué? Lo que sea que tu hagas va a funcionar para el propósito que yo tengo en medio de sus vidas.
¿qué es lo que dice el pasaje? ¿Él pide permiso para hacer qué? Dice, para zarandearlos como a trigo. Zarandearlos como a trigo, ahí está el ejemplo. Ahí hay una foto de trigo, una montaña de trigo. ¿Pero saben cómo se zarandea, cómo se agita el trigo? Hay distintas, hay una forma bien tradicional que es la que está la persona tirando el trigo hacia el aire para que se separe lo que se tiene que separar, y hay otra que es como la que se usa una bandeja grande que tiene como una malla, un screen, entonces uno agita eso, cosa de que lo malo se quede afuera y lo que verdaderamente se usa pueda ser usado. Y esa es la idea, mis hermanos, de zarandear, esa es la idea de agitar, esa es la idea de que nosotros necesitamos ser zarandeados como a trigo, necesitamos ser agitados como el trigo para que las asperezas y las cosas que no sirven en nosotros se puedan echar a un lado y lo que verdaderamente es bueno, lo que verdaderamente es útil, lo que sí sirve, entonces pueda ser usado para la honra y la gloria de Dios.
Ahora, la tendencia de nosotros es pensar, ok, si yo le pertenezco a Dios, como Dios me ama tanto, como yo soy el niño, la niña consentida de Dios pues Dios no va a permitir que el diablo me moleste tanto. Eso es lo que nosotros queremos pensar. Pero Dios ve mucho más allá que esa cosa que nosotros pensamos, mis hermanos, porque Dios sabe lo que quiere hacer en medio de nosotros. Y él puede usar cualquier instrumento que él quiera hasta el mismo diablo, para que su propósito se cumpla en nosotros. Dios lo que quiere hacer es movernos a una nueva dimensión. Dios lo que quiere hacer es formar en nosotros el tipo de persona, el tipo de hombre, el tipo de mujer que él quiere que nosotros seamos para poder verdaderamente reflejar toda su gloria y todo su poder en el momento en el cual nosotros estamos viviendo ahora.
Y aquí es donde yo veo que mucha gente hay veces que tiene problemas en aceptar esto. Porque no tenemos los ojos para vernos en la forma en que Dios nos ve a nosotros. No tenemos la capacidad de poder verdaderamente decir como que si Dios quiere que yo me mueva en una nueva dimensión, ¿sabes qué? Hay una parte de mi que anhela y desea eso, pero hay otra parte en mi que lo que ve son todas estas asperezas todavía que yo no creo que yo sea digno de tal llamado. Y ¿saben qué? Eso es mentira del diablo, yo reprendo eso en el nombre de Jesús porque a todos y cada uno de ustedes yo estoy seguro que Dios quiere hacer algo en medio de sus vidas, desde algo tan simple y sencillo como darle un vaso de agua a un desconocido como algo tan grande de dirigir una multitud completa por las calles para anunciar que Dios es real, que Dios vive, sea lo que sea que Dios quiere hacer con usted.
Y ¿saben qué? Muchas veces la gente se le hace difícil aceptar esto porque luchamos con cosas internas, tenemos hábitos que nosotros tenemos ahí tan y tan agarrados que pensamos como que yo no puedo ser de esos llamados o escogidos porque tengo estas cosas dentro de mí. Y hay veces que se les hace difícil recibir o aceptar el hecho de que Dios tiene un propósito con ellos. Y ¿saben qué? Yo me crucé con un CD que me prestaron de un predicador argentino, el se llama, Dante Guebel, lo más seguro ustedes han escuchado de él, fue una predicación intensa de verdad que ese hombre estaba ahí, me tenía al palo. Cuando yo puse ese CD en el carro me, guau. El asunto fue que él llegó a un punto en su mensaje donde empezó a reflexionar precisamente en estas palabras donde la gente muchas veces no cree que pueden llegar a ese nuevo nivel que Dios tiene para ellos porque sienten que están luchando con pecados escondidos que se les impide alcanzar esas cosas que Dios tiene para ellos.
Y él hizo referencia al Padre Nuestro en medio de esa reflexión. En esa reflexión, en el Padre Nuestro, ustedes recuerdan que el Padre Nuestro dice, el pan nuestro de cada día danoslo hoy y después dice, y perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores... el hermano Guebel estaba diciendo que si él hubiese escrito esa oración, él hubiese puesto primero, perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y después hubiese dicho, y danos el pan nuestro de cada día. Y él decía porque decía esto porque muchas veces la gente tiene esta impresión que para poder recibir algo de Dios necesitamos ser perdonados primero, necesitamos experimentar un perdón primero para poder recibir algo que Dios tenga para nosotros. Y ¿saben qué? La corrección que él hizo fue precisamente eso, Dios como Padre no negocia su pan con sus hijos. Si usted es papá, si usted es mamá, no importa lo que su hijo o su hija haya hecho, si le cogió 20 dólares de su cartera y usted se dio cuenta pero no le dijo nada, si le metió una patada a alguien en la escuela, o si se robó algo de algún lugar, usted no va a negociar su pan con su hijo.
Usted siempre va a tener su mesa preparado, y usted va a decir, venga, vamos a comer primero y después arreglamos cuentas. Comemos ahora en la mesa, tal vez vamos a tener una cara larga de molestia, pero vamos a comer, el pan no se niega, y después nos vamos a la sala y hablamos. ¿Saben qué? Dios hace igual con cada uno de nosotros, Dios no negocia su pan con ninguno de sus hijos y sus hijas. Si hay algo que está ahí que molesta, si hay algo que está ahí que impide que nosotros podamos recibir esas cosas que Dios tiene para nosotros y nosotros nos creemos indignos de, ¿saben qué? Dios no negocia su pan contigo, lo que él tiene para ti, está para ti. Las promesas que él tiene para tu vida están ahí sobre tu vida. Él las da, él las reparte a cada uno sin ningún prejuicio, él las da. Él las da pero ¿saben qué? Yo quiero que aplaudan ahora en esta parte, aplaudan, por favor aplaudan. No, pero déjenme decirlo primero, pueden aplaudir a eso, el pan Dios lo da sea como sea, pero después Dios te va a decir, pero tenemos que arreglar cuentas. Aplaudan ahora eso.
Oiga, ¿saben lo que usted está aplaudiendo, están bien claros en lo que están aplaudiendo? Ustedes saben que yo soy así, yo soy bien right through, yo se los digo. O sea, si a mí me dicen aplaudan a eso, yo como que ay, vamos a arreglar cuentas con Dios. Pero ¿saben qué, mis hermanos? La forma en que Dios arregla cuentas con nosotros no es la misma forma en que nosotros arreglamos cuentas entre nosotros mismos. Hay un verso de la Biblia que a mí me gusta mucho que es bien fuerte también pero dice, es hora de que el juicio de Dios comience y que comience por la casa de Dios.
Y cuando habla de ese juicio no significa que Dios va a venir con una correa de cuero de 3” a meternos un azote, o tal vez en el caso de algunos, un cable de electricidad o algo como tal vez fue el caso de algunos, esos traumas que tienen en su vida pasada. Ay, no. Pero cuando yo pienso en eso mis hermanos, que Dios quiere bregar con sus hijos, Dios quiere bregar con cada uno de nosotros, Dios tiene una intención en su corazón, Dios está empecinado por así decirlo, Dios cuando quiere hacer algo contigo, Dios se va a buscar la forma de hacerlo. Y ¿saben qué? Dios puede usar cualquier situación en tu vida para asegurarse de que su plan y su propósito se cumpla en ti. Dios va a usar cualquier cosa aún si el mismo diablo se acerca y quiere dañar tu vida, Dios tiene el poder para decir, tu sabes qué, ¿tu quieres molestar a mis hijos y a mis hijas? Go ahead, do it. Yo sé lo que va a salir de ahí. Yo sé lo que va a salir de ese zarandeo de trigo. Yo sé lo que va a salir de ese agite. De ahí va a salir algo que yo lo voy a usar aún más con gran poder.
Así que, hermanos, yo quiero pensar en algo ahora. Si estas son las cosas que muchas veces Dios permite, y yo no estoy diciendo que esto sea la mayoría de los casos, no se vaya a poner a pensar ahora, como que ay, Dios ¿por qué tu le das permiso al diablo que me moleste? Cualquiera sea su situación, usted la sabe mejor que yo, pero cualquiera sea su situación, ¿por qué le das permiso al diablo? Hey, Dios lo sabe, Dios la sabe, confía en él y no en el diablo. Así que pon tu confianza en él.
Pero ¿saben qué? Aquí es donde yo hago referencia a ese mensaje que el pastor compartió con nosotros el domingo pasado. Esas tres herramientas de las cuales habla, esa sangre del cordero que nos cubre y que nos limpia de todo pecado; esa palabra de nuestro testimonio, mis hermanos, que el testimonio de su vida está en un continuo y pleno desarrollo, el drama de su vida, esa novela que ponga usted el título de cómo se llame, mi novela se llama ‘Kathy’, o mi novela se llama ‘Juan Pablo de las Casas’, sea como sea que se llame su novela, póngale hasta la canción tema que usted le quiera poner a su novela, Dios está en acción en esa novela, y esa novela es la palabra de su testimonio, de cómo Dios obra y opera en usted, de cómo tal vez, en algún Capítulo usted se encontró con una parte que dice, como que guau aquí yo metí las patas bien feas, pero Dios se encargó de restaurar mi vida como yo nunca jamás lo pensaba y ahora aquí estoy sirviéndole a él.
Esa es la palabra de nuestro testimonio y entonces está ese hecho de menospreciar nuestras vidas hasta la muerte, que nosotros no cogemos nuestras vidas como algo a lo cual nos aferramos tanto sino que ponemos primero los deseos de Dios por encima de los deseos nuestros, ponemos lo que él quiera para nuestras vidas por encima de lo que nosotros querramos para nuestras propias vidas y cómo Dios se manifiesta y se glorifica en medio de cada uno de esas cosas. Y ¿saben qué, mis hermanos? A eso yo le añado una herramienta más y es la herramienta de la oración.
Y aquí yo quiero hacer un paréntesis. Yo siento en mi corazón hacer un paréntesis aquí mis hermanos. Saben, cuando yo veo que Jesús mismo le dice a Pedro, Pedro, ¿sabes qué? Yo he orado por ti, yo he hecho una conexión directa mucho mejor que Verizon, .... Internet whatever, mucho mejor que eso y yo he hecho una conexión directa con Papá para interceder por ti.
¿Saben qué? A mi me llena de ánimo el saber que yo tengo a Jesús que está intercediendo en parte mío, que yo tengo un Jesús que está intercediendo en parte de cada uno de ustedes. Y eso me deja a mi un ejemplo de que yo tengo que buscar a Dios en oración aún más, que yo no puedo, mis hermanos, tomar livianamente el aspecto de la oración en medio de mi vida.
¿Saben qué? Yo me imagino que ustedes se acuerdan, el domingo del día de los padres, hace casi un mes atrás, y yo cuento esto como testimonio que estaba ahí en esa esquina, yo estaba orando, hermanos, y yo les puedo decir que el espíritu de Dios descendió sobre mí en una forma que hace tiempo yo no lo había experimentado. Y yo quería pararme del piso pero no podía, mis hermanos. Mis piernas no me aguantaban. Hace tiempo que yo no experimentaba algo así. y yo sí recuerdo vislumbre de cosas, yo recuerdo que el hermano Gonzalo en una dijo, vamos a orar por el pastor Omar que está ahí borracho en la presencia, y yo no sabía si estaba borracho en la presencia de Dios o qué, lo que yo sé, mis hermanos, es que Dios estaba sacando una serie de cosas delante de mi y yo se los puedo decir, y me lo dijo, Omar, yo quiero restaurar tu vida, yo quiero usarte grandemente pero estas cosas hay que lidiar con ellas. Por eso era que yo estaba llorando ahí en ese altar, porque las cosas que Dios comenzó a sacar de frente a mi, muchas de ellas me causaron dolor, muchas de ellas puedo decir que hasta me causaron vergüenza pero yo podía seguir escuchando el susurro de Dios, quiero restaurarte para usarte.
Y ¿saben qué, mis hermanos? Yo estoy seguro que Dios quiere hacer lo mismo con mucha gente aquí. Pero nosotros tenemos que abrirnos a ese toque de Dios en medio de nuestras vidas. ¿Saben qué? Ese fin de semana fue algo glorioso. El pastor hizo una convocatoria de oración para llegar aquí el lunes a orar. Hermanos yo les puedo decir, yo me quedé sorprendido de cómo un lunes por la noche se llenó este santuario como está ahora mismo de lleno. ¿Cuántos estuvieron aquí ese lunes? Mira que bien. Los que no estuvieron pues se tienen que coger la bendición de otros.
Pero ¿saben qué, mis hermanos? Eso fue un lunes glorioso y mi corazón estaba tan alegre y tan contento de ver que la iglesia hiciera un sacrificio como ese de venir un lunes por la noche para sacar tiempo para buscar a Dios en oración, para interceder, para alabarle, para glorificarle. Yo estaba a fuego esa noche. Yo estaba encendido esa noche. Yo me veía, Señor, danos más de esto, danos más.
Pero ¿saben qué? Así tan franco como soy diciendo eso, yo también me digo, iglesia que nos pasa que no se está dando eso más a menudo. Por qué tenemos que esperar que una convocatoria de oración especial un lunes por la noche, cuando nosotros sabemos que todos los miércoles por la noche tenemos tiempo de oración aquí en la iglesia, que no tenemos que esperar que se haga una convocatoria especial, vamos a orar el lunes por la noche para que el espíritu de Dios venga aquí sobre nosotros, sino que todos nosotros tenemos esa oportunidad en un día que ya está establecido, por decirlo así, por el programa de la iglesia.
Y hermanos, no es que les estoy tirando un balde de agua fría pero en parte sí lo hago a veces. Pues que hermanos, nosotros tenemos que entender que Dios nos está llamando como iglesia grandes cosas y nuestra búsqueda de él, no tan solamente en nuestro tiempo individual. Ah, pero pastor Omar, usted no sabe, yo oro todas las noches en mi casa. Fantástico, mi hermano, sigue orando todas las noches y acuérdese de mí en sus oraciones también, por favor. Pero como iglesia, como cuerpo necesitamos buscar a Dios. No nos podemos conformar con lo que ocurre aquí solamente los domingos, nosotros tenemos que sacar ese tiempo. Esos son los tiempos, mis hermanos, que cuando hacemos ese sacrificio Dios lo recompensa en formas que solamente él sabe cómo hacerlas.
Y miren, mis hermanos, yo no quito el hecho de que yo sé que aquí hay gente que trabajan por la noche, que tienen dos, tres trabajos a veces, que se les hace difícil conseguir a alguien que cuide sus niños y todo eso, miren yo reconozco eso. Pero a la misma vez, mis hermanos, yo me atrevo a decir, y tenemos que hacer el sacrificio, tenemos que hacer el esfuerzo de buscar a Dios en esos momentos, si verdaderamente queremos ver su mano obrando en medio nuestro.
Hermanos, no podemos dejar de orar. Así como Jesús no dejaba de orar por sus discípulos, nosotros tampoco podemos dejar de orar para ver esas cosas que Dios tiene establecidas para cada uno de nosotros como iglesia, para cada uno de ustedes como individuos, como familia, tenemos, tenemos que darle eso al Señor y usar esos tiempos de oración, mis hermanos, como una de esas herramientas, como una de esas armas para no dejar que el enemigo se salga con la suya en medio nuestro, sino que ese zarandeo que se de, se de para la gloria de Dios en medio de nuestras vidas.
Miren, hermanos, yo digo esto, y este es el título de mi sermón, lo digo al final, yo quiero una iglesia que sea zarandeada como trigo para la gloria y la honra de Dios. sea cual sea el instrumento que Dios quiera usar, puede ser el perro mío, puede ser un vecino, puede ser el pastro Greg, puede ser el mismo diablo que Dios quiere usar, que Dios permita que eso ocurra, pero yo sé, si yo confío en la voluntad de Dios, si yo confío en sus propósitos, si yo confío y creo en su soberanía de que él puede ver más allá de mis narices, entonces, mira, que se dé, que se dé el zarandeo, por más difícil que sea, mis hermanos.
Y hermanos me están temblando las rodillas al decir esto, no les miento, porque yo sé que no es fácil decir lo que estoy diciendo. Ese refrán que dice, easier said than done, más fácil decirlo que hacerlo o vivirlo. Yo reconozco esa realidad y yo sé, yo miro aquí a mi alrededor y yo sé que aquí hay gente que lucha con cosas graves, fuertes, dolorosas, que no se las quieren desear a nadie en su vida, al menos espero que no se la quieran desear a nadie en su vida. Pero yo sé, yo sé, yo sé que aquí hay gente luchando con cosas bien difíciles, pero mi hermano, recibe esta palabra de parte del Señor, ese zarandeo va a funcionar para la honra y la gloria de papá que te ha escogido a ti, va a funcionar para la honra y la gloria de Dios manifestándose en medio de tu vida para que entonces tu puedas llegar a ese nuevo nivel al cual él te está llamando a que tu llegues.
No nos podemos conformar con lo que estamos viviendo ahora, esos pensamientos que muchas veces nos neutralizan, esos pensamientos de que si mi vida no vale nada, me voy a tirar del .... Bridge y que ahí se acabe todo. No, no, no, no, no, precisamente ese pensamiento si tu lo entregas a Dios puede funcionar para tu edificar la vida de otra persona que está pasando tal vez por lo mismo y quien sabe si peor.
Yo le invito a que usted se ponga de pie, mi hermano, y yo quiero hacer una oración bien breve aquí y ahora, porque yo sé que tenemos la santa cena y la queremos compartir, pero yo quiero que usted piense en eso. Yo quiero que usted cierre sus ojos y se imagine a Jesús delante de usted, imagínense a Jesús delante de usted diciéndolo, mi hijo, mi hija tu has sido fiel, tu te has mantenido ahí en el camino, has aguantado, has resistido y yo tengo grandes cosas para ti. Pero a la misma vez te digo que el enemigo está pidiendo permiso para molestar tu vida. El enemigo está buscando la forma, como un león rugiente, de cómo destruirte, de cómo eliminarte, de cómo buscar la forma que tu no creas en las promesas que Dios tiene para ti. Y ¿sabes qué? Dios le da ese permiso porque sabe lo que ha puesto en ti. Dios sabe que él es fuerte, Dios sabe que más es el poder que él tiene que el poder que tiene el enemigo tuyo de tu vida. Dios sabe que cualquier trama que el enemigo haya tratado en contra tuya, Dios la puede usar para tornar tu vida en bendición. Que tu vida pueda ser de bendición a otros, pero que tu puedas experimentar esa misma bendición en ti.
Hermanos, por favor, recibamos esta palabra, no la tomemos por sentado, que no entre por un oído y se vaya por el otro. Pensemos profundamente en estas palabras, en este reto, esto es un reto que viene directamente de Jesús, es una advertencia que él trae sobre nuestras vidas. El Señor nos lo dice así, la vida cristiana no es un valle de rosas, no es todo perfume, no es todo peaches and carrots, no es todo cheescake. La vida cristiana no es así, la vida cristiana también tiene sus luchas. Si tu has decidido ser un discípulos o una discípula mía, mía, del Señor, prepárate porque en el mundo vas a tener aflicción pero el Señor te dice, que él ha vencido al mundo y esa victoria que él ha tenido sobre el mundo, él te la da a ti, la comparte contigo, te permite a ti que tu puedas vivir en esa misma victoria. Cree esa palabra, mi hermano, hazla parte tuya. Recíbela, vive, levántate respirando esa palabra día tras día, no la tomes por sentado, no tomes tu vida por sentada, tu eres un cristiano cuando estás caminando por Massachussets Avenue en dirección a la escuela, tu eres un cristiano, tu eres un hijo, una hija de Dios. cuando te están invitando los friends tuyo para ir a un party sabe Dios a qué discoteca, y sabe Dios a lo que se da allí, Dios está contigo en el momento que tu tomas esa decisión y aún si decides llegar al party, ¿sabes qué? Dios va a estar contigo también porque él no te deja, él no te desampara, él está contigo dondequiera que tu vas.
Dios está contigo cuando tu oras en la intimidad de tu casa y también está contigo cuando tu oras aquí en congregación también. Dios ha visto tus luchas y el Señor se ríe en medio de tus luchas porque él sabe lo que va a salir de ahí, él sabe que de ahí va a salir un hombre, una mujer, formado de acuerdo a la imagen de él. Él sabe que de esas luchas va a salir un hombre firme, una mujer firme en los propósitos que Dios tiene para tu vida. Podrás estar luchando con algo sea lo que sea, una adicción, podrás estar luchando con un aspecto de tu carácter, una ira descontrolada muchas veces, que no puedes tolerar, no puedes soportar a ‘x’ o ‘y’ persona, podrás estar lidiando con muchas cosas, pero ¿saben qué? Entrégalas, entrégalas, suéltalas, no cargues tu con ellas. El Señor no quiere que tu cargues con ellas, suéltalas a él y tu verás como él va a obrar en medio de tu vida. Entrega tus cargas al Señor, suéltalas, respíralas, vomítalas delante de la presencia de Dios y no las tomes, no las vuelvas a tomar una vez más, deposítalas en él.
Señor Jesús, en este momento yo te pido que tu Espíritu Santo, Señor, selle estas palabras en los corazones de mis hermanos y hermanas. Padre, que no miremos con liviandad el reto que tu nos das a nosotros, Señor, la advertencia que tu nos das. Tal vez habrá algunos de estas palabras que no suenan muy bonitas a nuestros oídos, Señor, pero yo creo que son palabras que provienen de ti y de tu corazón porque tu quieres alentar a tu iglesia, tu quieres mantener a tu iglesia prevenida, Señor, tu quieres mantener a tus hijos prevenidos de los males que puedan acercarse a ellos a la vuelta de la esquina, Señor, y yo aprovecho esta oportunidad y reprendo mi Dios cualquier acción del enemigo, Señor Jesús, que quiera derribar a mis hermanos y hermanas, Señor, a un nivel que no puedan aguantar, porque yo también declaro lo que dice tu palabra, que tu no nos das carga demasiado pesada que no podamos llevar, Jesús. Tu sabes cuánto podemos aguantar, Jesús. Y tal vez ahora mismo aquí hay hombres y mujeres que están diciendo, guau, Señor, te pasaste de la línea porque esto está demasiado pesado ahora mismo.
Pero mi hermano, mi hermana, el Señor sabe cuánto te deja pasar. El Señor sabe cuánto te deja soportar, el Señor quiere que tu sepas que él está contigo, que su amor no se ha alejado de ti, no se ha alejado de tu corazón, que él está dispuesto para levantarte cuando más tu lo necesitas, todo lo que tienes que hacer es clamar a él, y él te responderá.
Padre, afirma el corazón de mis hermanos y hermanas en esta tarde, afírmanos en la verdad de tu palabra, Señor, y así como tu dijiste, yo repito esas mismas palabras, que la fe de mis hermanos y hermanas no falte, que no falte su fe, Señor, que su fe no se desagote a un nivel total, mi Dios, que se vayan a olvidar por ti por completo, sino que ellos una vez que se hayan salido puedan regresar a ti otra vez y puedan funcionar en la edificación y la restauración de otras vidas a su alrededor. Ese es el tipo de fe que tu depositas sobre ellos hoy, es una fe restauradora, es una fe que afirma, es una fe que nos lanza a esos nuevos niveles que tu tienes para nosotros.
Y Señor, si somos zarandeado como a trigo para la honra y la gloria de tu nombre es. Que sea como tu quieras. Gracias, Señor. Amen.
Menosprecia tu vida hasta la muerte!
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Apocalipsis 12:11, el versículo 11 en particular va a ser el centro del apoyo de mi mensaje porque eso fue lo que más me atrajo. Pero vamos a leer el contexto alrededor de ello comenzando con el versículo 7, pero voy a leer el versículo 11 primero. I’m going to read verse 11 first. Versículo 11, Capítulo 12 de Apocalipsis, dice la palabra del Señor, “... y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero y de la palabra del testimonio de ellos y menospreciaron sus vidas hasta la muerte....”
Vamos al versículo 7 ahora del Capítulo 12, dice allí: “... después hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón y luchaban el dragón y sus ángeles. Pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo que decía, ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche, y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero y de la palabra del testimonio de ellos y menospreciaron sus vidas hasta la muerte, por lo cual alegraos cielos y los que moráis en ellos. Ay de los moradores de la tierra y del mar porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira sabiendo que tiene poco tiempo....”
Bendiga el Señor su santa palabra. Yo no sé cuán largo va a ser este sermón o cuán corto va a ser, digo eso porque en realidad lo que tengo es un pensamiento y una palabra que el Señor puso en mi corazón mientras pensaba de qué hablarles y qué compartir con ustedes en esta mañana. Hubiera podido continuar relativamente fácilmente con la serie de sermones que hace tiempo atrás inicié con respecto a las grandes verdades de la fe cristiana, la última vez recuerdo que hablé acerca de la deidad de Jesucristo que es una de las grandes, grandes enseñanzas de la fe cristiana ortodoxa. Y decíamos que cualquier religión que se llame cristiana que niegue que Jesús es Dios que tiene la esencia de Dios y que es la segunda persona de la Trinidad no es una religión fidedignamente cristiana, no es históricamente cristiana, está fuera de la ortodoxia cristiana, y es una verdad muy importante.
Y en un sentido ese pasaje que estoy tratando también se podría considerar, si lo vemos en cierta manera, como parte de esas verdades importantes porque nos habla acerca de la segunda venida de Cristo, los eventos de los últimos tiempos. Y no acostumbro hablar mucho de eso y creo que debiera, y sé que en algún momento Dios me va a motivar más a ir en esa dirección, pero mientras le pedía al Señor, porque no me gusta simplemente predicar por inercia y escoger cualquier pasaje porque he predicado otro sermón y simplemente voy a escoger esto porque lo conozco y es la palabra de Dios. no me gusta predicar genéricamente sino de algo que verdaderamente Dios pone en mi corazón.
Cuando le pedí al Señor mientras estaba orando me vino a la mente una expresión bíblica, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Eso fue todo lo que me cruzó por la mente rápido. E hice un cálculo mental allí, y dónde está eso y recordé que estaba en Apocalipsis. Busqué mi concordancia y encontré el pasaje y aquí está en el Capítulo 12, versículo 11 dice que ellos menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Allí hay en el versículo 11 hay tres cosas de hecho que son las que permiten que esos ‘ellos’. ¿Quiénes son esos ‘ellos’? Evidentemente, los hijos de Dios, los santos de Dios, la iglesia de Jesucristo, los que seguimos a Jesús, ese pueblo escogido por Dios sanado y salvado por medio de Jesucristo, ellos han vencido, ¿a quién han vencido? Han vencido a Satanás. ¿Y cómo lo han vencido? Por medio de qué instrumentos. ¿Cuáles son las armas que ellos, la iglesia de Cristo, los santos de Dios, han empleado para vencer a Satanás?
Yo veo tres cosas aquí, tres elementos, tres armas que los hijos de Dios usan para vencer los ataques de Satanás. El primero dice la sangre del cordero. El segundo elemento dice, la palabra del testimonio de ellos, dice, y de la palabra del testimonio de ellos. Y en tercer lugar dice también, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Tres armas espirituales con las cuales nosotros vencemos al enemigo.
Ahora, déjenme poner esto en contexto para no forzar tampoco demasiado la palabra, aunque el texto es un texto precioso, se sostiene por sí mismo también. Pero para información y educación de todos nosotros el Apóstol Juan en su exilio en la isla de Padmos tiene una visión como sabemos los que hemos leído el libro de Apocalipsis, tiene una visión extendida, una visión que no sabemos cuánto tiempo duró o si fueron una serie de visiones que él tuvo durante su exilio. No estamos seguros, el libro del Apocalipsis, de hecho la palabra Apocalipsis quiere decir revelación o correr el velo, es como una invitación que nos hace Dios para mirar detrás del velo lo que está allí escondido para los últimos tiempos.
El Apóstol Juan simplemente vio como en una pantalla, en un éxtasis, vio una cantidad de imágenes, él mismo yo creo que no sabía la mitad de lo que estaba viendo. Muchas veces la gente tiene sueños, tiene una visión, escucha una palabra de revelación y no sabe lo que quiere decir, simplemente Dios da una palabra y entonces tenemos que buscar la revelación. A veces Dios nos da un mensaje en lenguas y nosotros mismos quizás no lo entendamos y hay que pedirle al Señor, como dice el Apóstol Pablo, la facultad para poder interpretar lo que estamos escuchando o experimentando, o viendo.
Y Juan vio una cantidad de imágenes y él mismo, lo que él hizo fue registrar fielmente lo que él había visto y muchas de esas revelaciones que encontramos en el libro de Apocalipsis son, algunas de ellas son bastante claras, otras son muy misteriosas. Se usa una cantidad de simbolismo tremendo, números simbólicos en cantidades, como que toda la simbología de la Biblia está metida en el libro de Apocalipsis. A veces no sabemos si las visiones son en secuencia lógica de tiempo, una detrás de la otra, o si son simplemente como imágenes que no están puestas en el orden cronológico correcto y entonces uno tiene, el lector, el explorador de la Escritura tiene que pedirle al Señor que le de sabiduría de cómo concatenar, y cómo poner las diferentes revelaciones en orden lógico que concuerden una con la otra.
El libro del Apocalipsis ha sido un libro muy controversial, hombres y mujeres de Dios con mucho entendimiento de la palabra se han estrellado muchas veces contra las imágenes simbólicas y los misterios que encierra el libro de Apocalipsis.
Yo creo que ninguna persona sabia y prudente debe hacer demasiadas observaciones muy seguras acerca del libro de Apocalipsis. Yo creo que nos conviene tener mucha humildad y sugerir cosas y respetar a aquellos que difieren de nosotros siempre y cuando sea dentro del marco bíblico. Pero hay muchas cosas que no podremos entender acerca de ese maravilloso y misterioso libro.
Pero aquí tenemos, sí algo que nos dice, hay una escena aquí que definitivamente podemos decir que es ya en un tiempo avanzado de la historia humana y del reloj de Dios. Algunos piensan que es el tiempo de la gran tribulación cuando creyentes y seguidores de Jesucristo van a ser perseguidos. Una de las grandes controversias y no me quiero perder en la controversia, pero el problema con Apocalipsis es que si usted lo va a enseñar sabiamente tiene que por lo menos decir algo específico, un contexto, y muchas veces hay diferencias de opinión al respecto.
Una de las grandes controversias que hay con respecto al libro de Apocalipsis es acerca de la gran tribulación. Muchos cristianos sobretodos los cristianos evangélicos que han sido evangelizados por misioneros norteamericanos en nuestros países, el mundo pentecostal, creen que la gran tribulación pasa después que la iglesia ha sido arrebatada, lo que se llama el rapto. Que primero viene el rapto, la iglesia de Jesucristo es arrebatada al cielo y entonces el diablo es soltado para perseguir a los que se quedan sobre la tierra y allí muchos se dan cuenta, cuando la iglesia es supuestamente raptada, se dan cuenta de que se han equivocado al no aceptar a Jesucristo y se entregan al Señor y estos son los que son perseguidos por el diablo mientras la iglesia está allá arriba, a salvo de la persecución demoníaca que esa gran tribulación que dice el libro del Apocalipsis que vendrá sobre la tierra ya en los últimos tiempos antes de la venida de Jesucristo.
Déjenme decirle algo, y de nuevo yo ni siquiera debiera meterme en esa controversia porque no quiero causarle demasiada confusión a muchos de ustedes. A través de los años yo personalmente he predicado, y no solamente yo sino muchos estudiosos de la palabra, que aman al Señor y que son muy bíblicos en muchas cosas y que tienen un entendimiento grande de la palabra, yo personalmente creo que la iglesia va a estar sobre la tierra durante la gran tribulación, y que eso es parte, y que bíblicamente en mi opinión no hay manera de que a menos que uno no haya sido enseñado previamente acerca de la doctrina diferente de que la iglesia no va a estar en la gran tribulación, cuando usted lee el texto desde Mateo sobre todo, hasta Apocalipsis, y aún en el libro de Daniel y en otras partes de los profetas, usted descubre que la iglesia va a pasar por gran persecución, y a mí no me quita absolutamente nada de sueño ni me hace dudar de la misericordia y la bondad de Dios pensar que ese tiempo va a estar la iglesia aquí. Pero Dios le va a dar gracia a su iglesia para que pueda resistir cualquier cosa que pueda pasar sobre la tierra.
Ahora, déjenme decirle algo más también, yo soy los suficientemente objetivo en esto para decirle lo siguiente, si usted siente que el creer que la iglesia va a ser raptada antes de la gran tribulación y eso para usted es una doctrina muy importante, no permita que yo le quita la paz en esta mañana. Simplemente ponga eso en remojo allí y órele al Señor y léase unos cuantos buenos libros, yo me he pasado muchos años estudiando todos estos temas. Y cuando yo comencé a leer las Escrituras en una manera que Dios me puso, como por un año, me metió y me zambulló a leer la Biblia, yo me levantaba a las 5 de la mañana y leía, y leía y leí la Biblia en unas pocas semanas, y la volví a leer otra vez y descubrí algo, por primera vez en mi vida dije, guau, pero si aquí yo leo claramente todos los textos que yo leo me indican que la iglesia va a estar aquí en la gran tribulación.
Y después entonces me puse a leer libros sobre todos estos temas y descubrí que muchos grandes hombres de Dios a través de la historia han enseñado que la iglesia va a estar aquí durante la gran tribulación. De hecho, la doctrina bíblica a través de los siglos de la iglesia hasta el siglo 19 prácticamente ha sido que la iglesia iba a estar aquí durante la gran tribulación. La doctrina de que la iglesia sería raptada antes de la gran tribulación es relativamente nueva en la historia teológica de la iglesia.
De todas maneras, eso es importante porque hay muchas cosas que no podemos entender acerca de este pasaje y claro, hay otras explicaciones que se le da, a quiénes son ellos, los que están siendo perseguidos entonces. Los que creen que la iglesia va a ser raptada antes de la gran tribulación enseñan que esos son la gente que se va a convertir después, pero yo no veo en la Biblia nada que me hable acerca de ese grupo de gente. Eso es simplemente en mi opinión, algo que tienen que meter allí para enderezar un poco ese barco que está cojeando de momento, y para mí, es un invento a posteriori, es después del hecho. Me parece mucho más natural leer la Biblia asumiendo que la iglesia va a ser perseguida y que eso es parte del plan de Dios y que Dios va a dar una gracia especial y que Dios va acortar esos días. Porque dice el Señor Jesucristo, si no fueran acortados aún los escogidos serían engañados y serían abrumados por el gran sufrimiento.
Si ellos están allá arriba tomándose un Martini sin licor pues de qué sirve, para que acortar el tiempo según Jesucristo. Hay muchos pasajes de ese tipo. Ahora, no quiero perderme en eso, esto lo digo más bien para educación de ustedes, educación teológica, educación bíblica. No deje que esto le quite la paz en este momento, por favor. Lo importante es esto, que vemos aquí dos personajes misteriosos en este pasaje. Uno de ellos es una mujer dice, vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de 12 estrellas.
Juan ve esta visión de esa mujer. Para mí esa mujer, y para muchos también, representa la iglesia, la iglesia a través de los siglos y bíblicamente ha sido representada en forma femenina, la esposa, la boda del cordero. Cristo viene a casarse con su esposa finalmente, a consumar su noviazgo con la iglesia.
Otra cosa que vemos aquí es que dice que ella está encinta. Que interesante esto de las 12 estrellas. Para mí esas 12 estrellas pueden ser, por ejemplo, los 12 Apóstoles. El número 12 es un número de algo completo, algo perfecto en muchos pasajes de Apocalipsis, de las Escrituras. Sobre su cabeza hay una corona. La iglesia ha sido basada, se ha fundamentado en la doctrina de los Apóstoles.
Otros podrían decir que son las 12 tribus de Israel. Otros creen que es un personaje que representa a Israel. Pero Israel muy pocas veces es representado en forma de mujer, y además hay otras cosas aquí que no hacen sentido, no compaginan tan naturalmente como cuando uno asume que esta es una imagen de la iglesia, esta mujer vestida del sol y con la luna. La magnitud de la iglesia, la dignidad de la iglesia, el carácter real de la iglesia, su autoridad, y su poder.
Esta mujer está encinta y clama con grandes dolores de parto. Para mí, a través de la historia la iglesia ha estado de parto, la iglesia de Jesucristo Dios la ha impregnado con su palabra, con un llamado. Dios nos ha impregnado a nosotros como miembros de la iglesia de Jesucristo, cada uno de nosotros tiene el llamado de Dios dentro de nosotros, al dar a luz algo, algo en particular. La iglesia colectivamente, la iglesia con I mayúscula de Jesucristo, sobretodo en estos tiempos, yo creo, está a punto de dar a luz. ¿Y qué es lo que va a dar a luz la iglesia?
Bueno, aquí en este pasaje específicamente da a luz un hijo que es evidentemente la persona de Jesucristo. Dice aquí, ella dio a luz un hijo varón, versículo 5, que regirá con vara de hierro a todas las naciones. Eso es una imagen de Jesús claramente, así lo dice la palabra, y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
En un sentido yo creo que el llamado de la iglesia, de nuevo, es muy difícil poner esto en orden cronológico. La iglesia no da a luz a Jesucristo, Jesucristo dio a luz la iglesia. pero tampoco Israel dio a luz a Jesucristo ya como lo pone aquí glorificado con la autoridad, y todo lo demás. Yo creo que la iglesia ha sido llamado, definitivamente a presentarle al mundo a un Cristo glorificado, un Cristo de poder. Yo creo que la iglesia ha sido puesta aquí sobre la tierra para subyugar a las naciones, para que el mundo conozca a Jesús, que el mundo conozca el poder de Jesús, la gloria de Jesús, que nuestras vidas reflejen la gloria de Jesucristo, su autoridad, algo que la iglesia nunca ha podido hacer en su plenitud a través de los dos mil años que tiene sobre la tierra. A la iglesia le falta todavía manifestar la verdad de Dios en toda su belleza, en toda su gloria. Y yo creo que nosotros estamos, de parto en un sentido, estamos queriendo producir a ese Cristo glorioso que el mundo tenga que reconocerlo. La iglesia está puesta aquí sobre la tierra para apuntar hacia Jesús, para que todo aquel que mire hacia él y que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Ese es el llamado de Dios para la iglesia.
Yo me siento de parto en este tiempo de mi vida. Cuando yo miro alrededor y veo toda la maldad que hay en este mundo, cuando veo al hombre moderno cada día alejándose más y más de Dios, cuando veo la humanidad separada de Dios cada vez más y la iglesia de Jesucristo más y más irrelevante, con menos autoridad, menos influencia sobre la sociedad, los grandes países de la tierra cada día, los países más sofisticados, más educados se alejan más y más de Dios. Y cuando miramos el mal que cada día crece más y más sobre la tierra nuestro espíritu se enardece.
Yo creo que hay algo, hay un gran misterio que Dios tiene para los últimos tiempos y la iglesia de Jesucristo tiene dentro de sí, en su vientre, algo muy poderoso que tiene que dar a luz. Yo creo que Cristo no va a venir hasta que la iglesia de Jesús no haya cumplido la misión que Dios le ha determinado. Ciertamente, dice la Biblia, que Cristo viene a buscar una iglesia sin mancha y sin arruga, y lo que más tiene esta iglesia hoy en día es arrugas y manchas. Y esta iglesia tiene que completar su llamado, Dios no va a venir a buscar una iglesia raquítica, impura, mundana que no sabe lo que está haciendo, ni diciendo muchas veces, sería un fracaso para el Evangelio.
Y yo creo que la iglesia está de parto, hay algo que nosotros tenemos que dar a luz. Lo que Dios quiere para los últimos tiempos no se ha cumplido y mi concepto de los últimos tiempos y de la escatología se ha hecho bien complejo. Yo creo que hay algo que nosotros, nuestras oraciones, nuestra intercesión tiene que cumplir sobre esta tierra y nosotros individualmente tenemos que trabajar para que eso se de, para que la iglesia de Jesucristo pueda llegar a su destino completo, todo lo que Dios quiere que esa iglesia cumpla.
Ahora bien, hay otro personaje en esta película que es el malo. Dice aquí en el versículo 3 que también apareció otra señal en el cielo. Ve aquí un gran dragón escarlata, rojo, que tenía 7 cabezas, 10 cuernos y en su cabeza 7 diademas, y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo. Algunos piensan que son los ángeles que Satanás arrebató consigo que él engañó, que son los demonios que lo siguen a él. Y las arrojó sobre la tierra.
Como ustedes ven esto es algo muy simbólico, muy convulsionado aquí. Una estrella es billones de veces más grande a veces que la tierra. No pueden ser arrojadas todas esas estrellas, es algo simbólico lo que está hablando aquí. Y hay como una competencia entre esas estrellas, esa verdad que la mujer, la iglesia, tiene en sí y estas estrellas falsas que el diablo arrastra también y que quiere competir. El diablo siempre quiere competir, la verdad demoníaca con la verdad espiritual.
Pero dice que ese dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Es interesante porque aquí hay muchas cosas simbólicas, cuando Jesús nació Herodes quiso matarlo enseguida, y mandó matar a todos los niños de cierta edad porque quería asegurarse de matar a ese rey que iba a nacer.
Siempre que la verdad de Dios ha querido amanecer en la historia, siempre que la iglesia se ha comenzado a ponerse de pie y a hacer algo poderoso y a transformar la historia, siempre ha habido oposición, siempre ha habido, el diablo siempre ha hecho guerra contra la iglesia, contra los hijos de Dios. Satanás tiene una enemistad continua contra el pueblo de Dios. Satanás no quiere que la iglesia entre en su plenitud. Por eso persigue a los pastores y a los evangelistas y a los que trabajamos en el Evangelio, por eso persigue a la iglesia con divisiones, por eso persigue a los hijos de Dios, cada vez que un hombre, una mujer está buscando de Dios, cada vez que un hombre, una mujer promete grandes cosas en el Evangelio, el diablo se lanza contra esa persona, contra esa iglesia para tratar de impedir que esa persona de a luz la vida de Dios que está en ellos. La iglesia tiene una enemistad eterna contra Satanás.
Yo creo que en el espíritu de Juan estaban jugando una cantidad de cosas. en el Antiguo Testamento en Génesis dice que iba a ver enemistad continuamente contra la mujer y el hijo que iba a nacer de la mujer, hablando de Jesucristo, y aquí está esta pugna también, de nuevo el dragón, la serpiente peleando con esta mujer. Y de nuevo, todas estas cosas son símbolos. Esa mujer que da a luz, Cristo nace de la mujer, de ese Cristo nace la derrota más poderosa que recibió Satanás, la derrota definitiva por medio de la cruz, la crucifixión. Toda la iglesia y toda la verdad de Dios que nace de Jesucristo es lo que ha derrotado al diablo. y el diablo tiene enemistad contra esa verdad de Dios, contra su Hijo Jesucristo, contra la iglesia que Cristo ha fundado. Siempre hay enemistad entre esos dos sistemas.
Y lo que vemos aquí es que cuando esta iglesia está presta para dar a luz ese último misterio desencadenar ya el último producto, digamos, de todo el plan de salvación, ahí está el dragón esperando para destruir, esperando para matar y para debilitar la verdad de Dios.
Y nosotros, hermanos, tenemos que entender esto, no importa los detalles de este pasaje, hay una cosa grande y es que hay enemistad entre los hijos de Dios, hay un ser que se llama Satanás, el diablo, y esto está aquí puesto en una forma bien, bien clara.
Dice aquí, y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero.
Esta es una de las descripciones más claras que hay de Satanás en toda la Escritura. Satanás es un ser real y Satanás es un ser siniestro y la iglesia de Jesucristo está en guerra contra ese ser. El Apóstol Pablo dice en Efesios 6, nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra huestes celestiales de maldad en lugares celestiales contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo.
Nosotros necesitamos entender que el diablo es una realidad. En el siglo XXI suena casi como cavernícola hablar de Satanás en esa manera tan clara. Pero unas de las cosas que nosotros los cristianos tenemos que hacer es rescatar la idea de que existe Satanás, que existen los demonios, que estamos en guerra, que tu estás en guerra contra Satanás y Satanás está en guerra contra ti y que aún en medio de un mall con toda la sofisticación del siglo XXI en una plaza de estas comerciales, con todo el vidrio y el cemento y todos los juguetes que hay en un mall como Galería mall aquí en Cambridge, en ese contexto del siglo XXI hay poderes demoníacos que quieres destruir tu vida y que quieren impedir que la verdad de Cristo nazca en ti y a través de ti. Satanás quiere matar al Jesús poderoso, al Jesús victorioso, al Jesús que ha de regir las naciones. Satanás quiere matar eso. él quiere impedir que tu llegues a ser un cristiano poderoso a nivel individual y quiere impedir que la iglesia de Jesucristo colectivamente entre en su plena manifestación y que sea usada por Dios para desatar los últimos eventos de la historia por medio de su intercesión, por medio de su vida y su trabajo aquí en la tierra.
Nosotros estamos en guerra y yo creo que los cristianos, quizás lo que Dios quiso decirme cuando habló acerca de esta misteriosa declaración, “menospreciaron sus vidas hasta la muerte”, y no me quiero perder, lástima que he tenido que gastar tanto tiempo en estas cosas, que son totalmente secundarias en un sentido, esto de la gran tribulación y todo esto, para lo principal que es que el diablo quiere impedir que cada uno de nosotros sea un cristiano poderoso, un cristiano que piense en términos sobrenaturales, un hombre, una mujer de Dios capaz de orar y que se sanen los enfermos, capaz de entender la palabra de Dios, capaz de vivir una vida santa, capaz de predicar el Evangelio con unción y de enseñar y discipular a otros, de vivir para Dios y de darle al Señor lo que al Señor le corresponde.
Dios quiere una iglesia poderosa y Satanás quiere una iglesia raquítica. Dios quiere hombres y mujeres llenos del poder del Espíritu Santo y Satanás quiere hombres y mujeres convencionales, acomodados al mundo viniendo a la iglesia pero no viviendo la vida cristiana al nivel que la vida cristiana tiene que ser vivida. A Satanás no le importa gente dominguera yendo a la iglesia los domingos y cantando un par de himnitos allí pasados por agua, y que después se vayan a su casa para vivir como inconverso el resto de la semana, no le importa con grandes órganos y mucha música bonita y un s4rmón poético pero que no haya mella en la vida de la gente y que esa gente después se vaya a sus casas y que no hagan ninguna diferencia en cómo la sociedad vive sus vidas. A Satanás no le importa que haya iglesias, siempre y cuando la iglesia sea raquítica.
A faraón no le importaba que hubiera judíos en Egipto, pero no lo quería es que se fueran a adorar al Dios verdadera. Él dijo que lo adoren de aquí, que no se vayan de aquí, cuando no pudo negociar más con Moisés, dijo, bueno, que no se vayan muy lejos, que se queden por acá. Porque lo que el diablo no quiere es que el pueblo de Dios salga de Egipto y entre en su grandeza y en su plenitud, que la iglesia de Jesucristo entre en todo su poder. Cuando la iglesia de Jesucristo se ponga de pie y aprenda a vivir una vida sobrenatural y poderosa, hermanos, el reino del infierno temblará.
Déjenme decirle algo, el problema con este tiempo no es el mundo, el problema de este tiempo no es el presidente que se escoja en esta nación, que eso es importante, el problema es la iglesia. Si la iglesia se pone las pilas en un momento se termina toda esta porquería, ¿sabe. Si la iglesia de Jesucristo vive como Dios quiere que viva en el poder del Espíritu Santo, hermanos, el diablo no tiene poder sobre la iglesia. el Señor Jesucristo dijo que las puertas del infierno no prevalecerán contra su iglesia, escúcheme bien.
Y es interesante en este pasaje aquí al final del pasaje en el versículo 11 dice, y ellos le han vencido. ¿Ve? Y en el versículo 7 dice, después hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón y luchaban el dragón y sus ángeles pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Satanás esta derrotado, hermanos, Satanás está condenado a la derrota. No hay forma de que Satanás gane la batalla esta. Esta lucha contra el mal de la historia humana es simplemente un drama que Dios permite que sé de para sus propios propósitos y cuando a él le dé la gana, él pondrá fin a ese drama. Y sabemos quién gana. Y la iglesia nunca va a ser derrotada. La iglesia tiene el poder, la iglesia tiene la autoridad. Cristo dijo, toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id y predicad el Evangelio y haced discípulos a todas las naciones.
Él le ha dado la autoridad a la iglesia. Yo creo que cuando Cristo dijo id y haced discípulos, él estaba diciendo que esa es la capacidad que nosotros tenemos. Nosotros podemos discipular a las naciones, gobiernos, instituciones, estados, deben bajar la cabeza ante la tutela de la nodriza espiritual que es la iglesia de Jesucristo.
Esa iglesia poderosa que tiene que dar a luz al Cristo que va a regir las naciones con una vara de hierro no existe todavía, ni ha existido. Tiene que existir y el diablo se opone, el diablo y sus demonios se oponen cada día. Yo creo que es una de las cosas que claramente me vienen a la mente ahora mientras predico y estoy quizás profetizando. Tu estás en guerra, yo estoy en guerra para que lo que Dios ha declarado sobre nuestras vidas no salga a la luz, no surja.
Yo los miro a muchos de ustedes y yo veo gente con gran potencial. Dios quiere hacer grandes cosas a través de ustedes, pero déjenme decirles con toda humildad pastoral que muchos de ustedes no entienden el llamado que tienen en sus vidas y el diablo se ha encargado de mantenernos adormecidos en un sueño lánguido y placentero donde venimos a la iglesia, discutimos ciertas cosas, hacemos ciertos gestos, enseñamos clases, estudiamos clases, damos hasta nuestro diezmo, pero no hemos entrado en la grandeza total espiritual a la cual Dios nos quiere llevar.
Dios aborrece al cristiano tibio. Dios aborrece la mediocridad espiritual. En el mismo libro de Apocalipsis dice que a los tibios Dios los vomitará de su boca por cuanto no son ni fríos ni calientes. Dios no quiere una iglesia mediocre, Dios quiere una iglesia llena del Espíritu Santo, Dios quiere una iglesia capaz de revelar al mundo al Cristo resucitado, al Cristo de poder y Satanás todos los días, ¿sabe el problema? Que la guerra de Satanás contra la iglesia es una guerra sutil, es una guerra cotidiana, es una guerra que se libra a través de eventos pequeñitos muchas veces, una discusión por allí, un programa de televisión que tu no debes ver, una lectura que no debiste hacer, una murmuración que hiciste contra alguien, una palabra que salió de tu boca que no debió haber salido, un pensamiento que acariciaste más tiempo de lo que debiste, una decisión de no hacer algo para Dios, una omisión, algo que tenías que decir o hacer que no hiciste, y a través de esas cosas sutiles, a través de disgustos y a través de heridas que el diablo pone en tu vida, a través de fracasos financieros y cosas que suceden en tu vida, el diablo va matando poco a poco el entusiamo para Dios, va poniendo dudas en tu corazón acerca de la fidelidad de Dios, te va susurrando al oído: tu ves, te esforzaste y no salió gran cosa de todo eso, así que, olvídate de ayunar, olvídate de buscar de Dios, después de todo, no hay que ser tan fanático, si Dios te ama de todas maneras.
Y entonces vamos viviendo vidas mediocres, acomodadas y poco a poco esa guerra sutil va desgastando los dientes en la sierra de la iglesia. Y va creando gente acomodada, gente que no entiende que la vida cristiana tiene que vivirse al rojo vivo, al filo de la espada, que la vida cristiana no es un sombrerito que tu te pones el domingo y que te lo quitas cuando sales por la puerta de la iglesia al mundo. Es una cosa de 24 horas al día. Y cuando la iglesia de Jesucristo esté llena de hombres y mujeres así, entonces la iglesia podrá dar a luz la vida del Hijo de Dios. Esa iglesia entonces desencadenará el reloj que está parado hasta cierto punto y que tiene que comenzar a funcionar para que se cumpla y venga la segunda venida de Jesucristo. Cristo no vendrá hasta que la iglesia no haya completado lo que tiene que completar aquí en la tierra, hasta que la iglesia haya intercedido, orado, sangrado, vivido a la altura del Evangelio y sus oraciones hayan llegado al trono de Dios y hayan completado la cantidad que Dios tiene en su mente divina y entonces eso desate la venida del Hijo de Dios. Pero la iglesia actual, tu y yo, como vivimos no somos parte de esa iglesia poderosa que Dios quiere. Lo digo con amor de Dios, no para que te sientas mal sino que animarte a buscar más de Dios.
Ahora, déjenme ir, porque hay mucho en este pasaje, como les dije yo no sabía si iba a ser corto o largo el mensaje porque no sabía lo que Dios tenía, solo tenía esto que está ahí, “menospreciando su vida hasta la muerte”.
Déjenme ahora ir hacia el final, voy a aterrizar ahora. Versículo11, “.. y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero, la palabra del testimonio de ellos, y el menosprecio de sus vidas hasta la muerte...”
¿Cuáles son las características de esa iglesia poderosa? Que va a dar a luz el Hijo de Dios en toda su autoridad con esa vara de hierro que va a regir a las naciones. ¿Qué es lo que va a desencadenar la toma de autoridad de Cristo en la historia y su entrada en autoridad donde toda rodilla se doblará y toda lengua lo confesará que Jesucristo es el Señor, qué es lo que va a llegar a ese momento, qué tipo de vida tiene que vivir la iglesia, qué tipo de actitud, qué tipo de prácticas, contra ese demonio, esa serpiente poderosísima que también arrastra sus propias estrellas y también se mueve en el cosmos con todo su poder y que también lucha, su habitación es en el cielo. ¿Sabe usted que Satanás tiene acceso? No me diga cómo y por qué, ni por qué Dios permite eso, pero Satanás habita en el cielo y tiene acceso.
Mire lo que dice ahí en ese versículo 7, “...después hubo una gran batalla en el cielo, Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón...”
Miguel es uno de los grandes arcángeles, es uno de los grandes guerreros de Dios. Miguel es quizás el único ángel de Dios lo suficientemente poderoso para ejercer pelea directamente contra Satanás. Hay una controversia entre Miguel, ese general angelical, y los ángeles demoníacos.
“... y luchaban contra el dragón y luchaban el dragón y sus ángeles pero no prevalecieron ni se halló ya lugar para ellos en el cielo..”
Es decir, había lugar para ellos, un lugar raro, no me diga dónde, en qué lugar del cielo pero hay un lugar. Job, en el libro de Job, Satanás se presenta ante Dios para acusar a Job, esa es la función de Satanás y él tiene acceso al trono de Dios.
Ahora, mire los habitantes del cielo, dice en el versículo 12, se alegran cuando Satanás es echado del cielo, “... por lo cual alegraos cielos y los que moráis en ellos, pero hay un problema es que Satanás es echado del cielo y ahora entra directamente a la tierra y ya no está ejerciendo su influencia desde los aires, como dice Efesios 6, contra los gobernadores de las tinieblas, huestes de maldad en los lugares celestiales donde habita Satanás, donde se mueve Satanás. No, ahora es echado directamente sobre la tierra y se le da autoridad por un tiempo para ejercer influencia directa y moverse directamente sobre los habitantes.
Por eso es que en los últimos tiempos el diablo y Dios se quitarán los guantes y se irán a puño limpio aunque Dios no tiene controversia con el diablo. el diablo no puede jamás sostenerse ante Dios ni un milésimo de segundo. Pero Dios se manifestará con más poder y el diablo también con más poder en los últimos tiempos y habrá una gran corrupción que tomará toda la humanidad, con un gran poderío.
Pero lo que permitirá que la iglesia pueda resistir ese gran embate, esa última acometida de Satanás contra ella, es lo siguiente, lo vencerán por medio de la sangre del cordero, la palabra del testimonio de ellos, y el menosprecio de sus vidas hasta la muerte.
Hermanos, yo les digo algo, usted y yo no tenemos que esperar, quizás Cristo va a venir antes que muchos de nosotros muramos, antes que esta generación actual muera, pero si no, déjenme decirle algo, usted no tiene que esperar hasta ese tiempo para vivir este tipo de vida, para usted poder llegar a ser lo que Dios quiere que usted sea. Para que usted pueda llegar a ser el hombre, la mujer que Dios quiere que usted sea, usted tiene que evidenciar estas tres características. Lo primero dice aquí, la sangre del cordero. Sabe usted, mi hermano, mi hermana, que el arma más poderosa que nosotros tenemos como hijos de Dios es la sangre de Cristo.
Yo he tenido encuentros con lo demoníaco muchas veces a través de mi vida, personas endemoniadas, como pastor he tenido que confrontar. Y déjenme decirle algo, he confirmado algo, los demonios detestan la sangre de Jesús y le tienen miedo, le tienen horror a la sangre de Jesús. Usted pronuncia la sangre de Jesús contra un demonio y es como si le echara agua caliente en la cara. La sangre de Cristo tiene poder. La sangre de Cristo es la vida misma del Hijo de Dios que fue derramada. Cuando esa sangre se derramó, cuando una gota de esa sangre fue sacada del cuerpo del Hijo de Dios eso fue lo que destronó al diablo. Ese fue el golpe legal, judicial que Dios le dio a todos los reclamos ilegítimos de Satanás contra el pueblo de Dios.
La sangre de Cristo es misterioso, es misterioso, por eso es que la mente del cristiano tiene que ser una mente sobrenatural como yo he dicho tantas veces, porque para entender eso de que la sangre, eso es algo medieval, es algo primitivo, pero nuestra lucha es una lucha espiritual, nosotros habitamos un universo eminentemente espiritual y simbólico y usted siempre acójase, y agárrese de esa sangre derramada por Cristo Jesús en la cruz del calvario, eso es lo que le ha dado derecho para entrar al trono de Dios, esa sangre de Cristo es lo que usted tiene que usar cuando el diablo quiere hacer daño a su vida, usted tiene que clamar a la sangre de Jesús, usted tiene que siempre recordar que esa cruz que Cristo subió a ella para morir por sus pecados, ese es el arma más poderosa que usted tiene en su lucha contra el mal.
Tenemos que aprender a usar la sangre de Jesús, a acogernos a la sangre de Jesús. Cuando el diablo viene a acusarnos de nuestros pecados y de nuestras faltas, tenemos que decir, la sangre de Cristo me ha hecho libre. Y hay que arrojarle la sangre de Cristo a los demonios cuando vienen a atacar nuestra vida.
Yo opongo la sangre de Jesús muchas veces a los ataques del diablo contra mi vida, contra mi familia, contra mi salud, o mi economía, que la sangre de Cristo sea contra ti. Hay que usar la sangre de Jesús. Pero la sangre del cordero, hermanos, es el arma más poderosa que tenemos. Nosotros tenemos que adquirir reverencia y apego a esa arma poderosa que es la sangre de Jesucristo, lo que Cristo ha hecho, el sacrificio en la cruz y nosotros tenemos que saber que ese es el fundamento de nuestra vida, no es las verdades teológicas que predicamos, no son nuestras buenas obras, no es esta iglesia que Dios nos ha dado, no es nada que nosotros podamos hacer o decir, sino la sangre de Cristo es el fundamento de la iglesia. Y en el momento en que nosotros mezclemos eso con otras cosas que nos hagan nobles y aceptos delante de Dios, y quitemos la mirada de la cruz del calvario, la sangre que Cristo derramó, hemos perdido la batalla.
Nosotros tenemos que ser gente muy primitiva en ese sentido y estar apegados al misterio de la cruz. Por eso es que no hay otro nombre dado a los hombres por medio del cual podamos ser salvos, sino Cristo Jesús, es su sangre derramada en la cruz del calvario. Muy importante. Tenemos que ser gente de la cruz, gente de la sangre de Jesús, gente sobrenatural.
La segunda arma que nosotros tenemos que usar es, dice, el testimonio, la palabra de ellos. Aquí hay dos implicaciones para mí, número uno, nosotros tenemos que testificar de lo que Cristo ha hecho en nuestras vidas. Nosotros tenemos que ser gente consciente de lo que Dios ha hecho. Dios nos ha salvado, Dios nos ha sacado de las tinieblas por medio de Cristo Jesús nosotros hemos llegado a ser hombres y mujeres aceptas delante de Dios. Y yo creo que aquí hay una implicación también de sufrimiento, el testimonio de ellos, hay aquí una idea también de nosotros tenemos que ser gente visible que el mundo nos vea viviendo la vida cristiana en todas las dimensiones. Si nos ven sufrir, que nos vean sufrir como cristianos, si nos ven celebrar, que nos vean celebrar como cristianos, que vivamos nuestra vida públicamente, que demos testimonio de Cristo, de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Uno de los grandes poderos que tiene la iglesia es traer a otros al conocimiento de Jesucristo, cada uno de nosotros tiene que ser un testigo de Jesucristo, hermanos, en la fábrica, en nuestro vecindario, dondequiera que vayamos nosotros tenemos que dar testimonio de lo que Cristo ha hecho en nuestras vidas. Una iglesia que no testifique, una iglesia que no invite a otros a conocimiento de Jesucristo es una iglesia que no va a vivir como tiene que vivir.
Tu no eres un agente secreto del Reino de Dios, tu eres un agente público del Reino de Dios, tu tienes que ser un cristiano que todo el mundo sepa que tu eres cristiano, y tu tienes testificarle a otro de lo que Cristo ha hecho en tu vida. Tu tienes que ser una persona que cuando Dios hace algo bueno en tu vida tu se lo testifiques a otros, y que cuando estés padeciendo una situación tu encuentres alguna manera de darle testimonio al mundo de que tu crees que Dios es poderoso para sacarte de tu sufrimientos. La iglesia de Jesucristo tiene que ser una iglesia activa y que de testimonio de lo que Dios ha hecho. Y tu eres un evangelista que tu has sido llamado a vivir la vida cristiana públicamente, militantemente, evangelísticamente. Tu tienes que hacer todo lo que esté de tu parte para asegurarte de que otros vengan al conocimiento de Jesucristo. Eso es muy importante.
Y el tercer elemento aquí que fue lo que a mí, eso fue la palabra que me vino a la mente cuando yo le decía, Señor, de qué tu quieres que yo hablo en esta mañana, menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Para mí ese es el meollo de todo este sermón. Una iglesia poderosa requiere hombres y mujeres que hayan muerto al mundo y que vivan sus vidas como sacrificios vivos delante de Dios. ¿Saben qué? En la iglesia hay mucha carne viva, hay mucha carne que no ha sido crucificada, hay muchos sentimientos, aspiraciones, deseos que todavía están vivitos y coleando.
El Señor Jesucristo dijo, el que pierda su vida por mi causa la ganará. El que pretenda ganar su vida la perderá. Y ¿saben qué? Las iglesias están llenas de gente que quiere una vida evangélica, claro que sí, porque la religión es bonita, la religión trae orden a la vida, la religión te permite vestirte bien el domingo y venir a la iglesia. Quizás no tienes otro día para poder lucir un buen traje, pero puedes venir a la iglesia y lucirlo el domingo. La religión adorna y ordena. La religión es buena y mucha gente quiere religión simplemente para adornar su vida, para ponerle una terminación bonita a sus vidas, pero no le toque su profesión, su tiempo de dormir, su privacidad, su familia, su dinero, su trabajo, sus decisiones personales, su libertad personal. No les toques eso, porque eso ellos no están dispuestos a dárselo a Dios.
Están muy cómodos siendo evangélicos pero no siendo cristianos de corazón. No han perdido su vida. ¿Usted ve? Ellos se dan el lujo de escoger lo que ellos quieren y vivir como ellos quieren y todos tenemos un poquito de eso dentro de nosotros. Hay muchas cosas entre nosotros que no han muerto todavía. Yo lucho muchas veces como pastor y mi esposa también, muchas veces nos decimos, por qué matarse uno tanto, no les digo esto para que me cojan pena, comparto con ustedes un drama de mi vida, hay muchas cosas que yo quisiera hacer en mi vida, hay muchos viajes que a mi me gustaría dar, y muchas posesiones que yo quisiera tener, y mucho tiempo que yo quisiera dormir y descansar y ver un programa de televisión, o lo que sea. Pero continuamente yo siento en mi vida, yo digo, Dios ha hecho tanto en mi vida que lo único que yo puedo asegurarme es de que estos años de mi vida que yo tengo aquí, yo se los dé al Señor y que yo viva para él y que mi viva valga para el Señor. Y yo sé que mi recompensa vendrá en otro lugar.
Y sin embargo, les puedo decir que yo soy una persona feliz y que disfruto tanto de la vida y de todo lo que Dios me ha dado. Yo creo que puedo decir que soy una persona feliz. No es tampoco como que vivo sacrificado, muchas veces nosotros hacemos cualquier cosita para el Señor y creemos ya que hemos hecho la gran cosa, ¿usted entiende? Y estamos siempre protegiendo nuestra vida y yo he aprendido, hermanos, que hasta que uno no sangra para Dios no han grandeza, no hay bendición. Muchas veces hermanos, cuando uno más entrega las cosas para Dios es cuando más Dios entonces se esfuerza en dártelas a ti de regresa.
Cuando tu más disfrutas de la vida es cuando tu le has dado más al Señor. Cuando yo estoy allí cuidando mi tiempo y mi sueño y mis cositas, yo descubro que ese no es el llamado que Dios me ha dado, que mi seguridad y mi poder están en vivir con un guerrero con la espada en la mano. Ahí es donde yo encuentro mi realización como ser humano, y es donde encuentro mi gozo, mi vitalidad, mi poder, mi felicidad, la provisión de Dios para mi familia, para mi iglesia. Mientras yo más le doy al Señor, más Dios me da, más Dios me enriquece y eso es lo que tu puedes experimentar en tu vida. Muere al deseo de realizar tu vida, muere al deseo de ser feliz y entonces encontrarás la felicidad, muerte al deseo de retener cosas para ti y regala y da y reparte y tu tendrás más de lo que tu necesitas. Dale al Señor, sirve al Señor, muere a este mundo y camina esta vida como un muerto en vida para que Cristo Jesús y serás feliz y dejarás un legado espiritual para muchos, muchos más que seguirán después de ti.
Menosprecia tu vida hasta la muerte. Una iglesia que ame su vida no es la iglesia que va a dar a luz el Cristo resucitado, el Cristo poderoso que va a regir en las naciones. La iglesia nació bajo la señal del martirio y esa fue, el martirio fue lo que derribó el poder de Roma y tiró a Roma a sus pies. La iglesia en los primeros siglos fue martirizada, perseguida.
Yo muchas veces digo, caramba, de qué me quejo yo. Dios me ha dado tantas cosas, manejando un carro cómodo, todas las cosas que yo quiera con toda la ropa que uno necesita, buena comida, un hogar cómodo, una iglesia bendecida, tantas otras cosas, cómo voy yo a quejarme si Dios ha sido tan misericordioso. Hay tanta gente que ha tenido que dar tantas cosas, hay misioneros que han tenido que ir al África, al Amazona, a Rusia, a morir allá, a llevarse a sus hijos que mueran de plaga y otras cosas, y han sido usados para que su sangre fertilizara la tierra y miles de personas pudieran conocer a Cristo. De qué se queja uno si Dios ha dado tanto para nosotros y nos ha bendecido en tantas maneras. Yo no he sangrado ni siquiera una milésima parte de lo que podría sangrar para mi Dios. y Dios está buscando una iglesia que menosprecie su vida hasta la muerte. Hombres y mujeres, que este mundo ya no tenga nada que ofrecerles, ¿sabe? Que todo lo vivan para Dios y digan, yo voy a dejar todo lo que yo tengo aquí en la tierra para que Dios sea glorificado, yo voy a vivir mi vida para Dios, voy a poner a un lado mis deseos de gloria, de fama, de riqueza, de comodidad y que Dios me use como él quiera, para su gloria y su honra.
Y aclaro, eso no quiere decir que uno no tenga prudencia, entiéndame bien, y uno viva una vida de orden y atienda las cosas que tiene que atender, pero usted y yo somos llamados, hermanos, esta iglesia, León de Judá, yo como pastor necesito hombres y mujeres que menosprecien su vida hasta la muerte. El destino que Dios tiene para esta iglesia no podrá cumplirse a menos que no sea como un pueblo militante hecho de hombres y mujeres guerreros, llenos del Espíritu Santo, testificando de Cristo, con un entendimiento del poder que hay en la sangre de Jesús, que donde se les diga por ahí tienes que ir, por ahí vayan en el nombre de Cristo y para gloria de Dios.
Si nosotros vamos a construir ese nuevo santuario, hermanos, eso no lo vamos a poder hacer a menos que haya un pueblo que esté dispuesto a darle al Señor para que ese santuario se complete, para que vidas, miles de vidas que yo sé que van a venir puedan venir a ese santuario al Señor, como Cristo quiere que sea adorado. No va a ser por gente, yo sé lo que pasa, cuando uno habla de esas cosas enseguida muchos de nosotros, no todos, nos trancamos por dentro, y comienza el diablo a susurrar pensamientos en la mente de la gente. Ya viene este a pedir, ya viene este a hacer.... eso es del diablo, repréndalo en el nombre de Jesús. Es un pueblo que diga, todo lo que yo tengo, todo lo que soy, todo lo que yo vivo es para el Reino de Dios y lo que mi Dios necesito yo se lo doy, si necesita mi salud, yo le doy mi salud, si necesita mi cuerpo, yo le doy mi cuerpo, si necesita mi dinero, mi dinero; si necesita mi familia, yo le entrego mi familia; si necesita lo que sea, es de mi Dios, yo voy a vivir para él, yo voy a menospreciar mi vida hasta la muerte. Eso es lo que vence al diablo, eso es lo que calla la acusación del enemigo, una iglesia, un hombre, una mujer que ha perdido su vida, el diablo no sabe qué hacer con él, qué le va a quitar si ya está muerto.
Yo creo que cuando nosotros entramos al Evangelio tenemos que firmar una carta en blanco y decirle al Señor, aquí la tienes, escribe lo que tu quieras en ese papel. Dame lo que tu me quieras dar, no me des lo que no me quieras dar y quítame lo que me quieres quitar y yo besaré tu mano y te daré bendiciones por todo lo que tu quieras hacer en mi vida.
Ese coro que dice, bendito sea el Señor dondequiera, sea en la aflicción, sea en la prosperidad, sea donde sea, bendiga el nombre del Señor. Viva para el Señor. Hermanos, la iglesia que va a dar.... ese es el mensaje de Dios para nosotros en esta mañana, la iglesia que va a dar a luz el Cristo victorioso que regirá las naciones con vara de hierro es una iglesia que tendrá oposición de parte del diablo, estará en guerra contra Satanás y lo único que le permitirá vencer la enemistad iracunda del diablo va a ser la sangre de Jesús, que es lo único que frena a Satanás, el testimonio militante de esa iglesia que dice no me van a callar la boca, no me van a impedir anunciar la verdad de Dios, y el haber puesto su vida sobre el altar y decir, yo quiero ser un sacrificio vivo para Dios, ya yo morí y lo que Dios quiera de morir en esta tierra se lo voy a dar, que el rastro de mi vida, sea un rastro de sangre, dondequiera que yo vaya dejando gotas de sangre porque me estoy desangrando para Dios.
Esa es el hombre, la mujer que Dios quiere. Reprende el espíritu de la conformidad, reprende el espíritu de la mediocridad. Tu no eres cristiano si no estás al rojo vivo para Dios, déjenme decirte eso. Quizás diría eso diferente si lo hubiera pensado un poquito más, pero yo creo que, hermanos, Dios aborrece al hombre, la mujer tibia. Dice que el hombre de doble ánimo no espere que conseguirá nada del Señor. Dios tiene controversia contra la gente tibia, mediocre. El cristiano respetable, tipo Simón el fariseo, Cristo en su casa pero tratándolo de lejos. el único hombre, la única mujer que honra a Dios es la mujer que vive al rojo vivo para Dios y que toma su fe como la cosa más seria del mundo.
Son los únicos que van a sobrevivir el ataque terrorista de Satanás en los últimos tiempos, y yo espero que ustedes tomen este mensaje como palabra profética de Dios a sus vidas. Recíbelo en el nombre de Jesús y comprométete ahora mismo, comprométete de nuevo con el Señor a vivir una vida de entrega total al Señor.
Ponte de pie ahora mismo y dile al Señor yo te entrego todo, todo lo que tengo y todo lo que soy, lo pongo a tus pies, Señor. Reconsagra tu vida a Dios, o conságrala por primera vez quizás y renuncia al cristianismo part time, renuncia al cristianismo a parte del tiempo, escúchame. Y entrega tu vida a Cristo, o todo o nada.
Si tu no estás dispuesto a entregar tu vida completamente a Jesús, mira, hermano, te lo digo con todo amor y con todo corazón, quédate en la casa el domingo que viene o vea otra iglesia. Hay tantas otras iglesias. Lo digo con amor delante de Dios y de eso no me voy a arrepentir de decirlo. Entrega tu vida al Señor, vive el cristianismo como tiene que ser vivido completamente, totalmente, esto es solo uno de tantos pasajes que hay en la Escritura que claramente señalan que la vida cristiana tiene que vivirse al rojo vivo, que la vida cristiana no es una cosa, una religión que tu te pones encima como un vestido, es el corazón mismo tuyo, es la fibra misma de tu ser, es tu sistema nervioso, es la esencia misma de lo que tu eres, eso es la palabra de Dios penetrando cada célula de tu ser, cada fibra de tu ser, es el color de tu piel, el color de tus ojos, es el sentido de tu corazón, es lo que siente tu alma, es tu voluntad, es tus emociones, es tus pies, tus manos, tu boca, ese es el cristianismo, es una totalidad, es menospreciar tu vida hasta la muerte, ese es el hombre, la mujer que va a ser peligroso para el diablo, ese es el hombre, la mujer contra la cual el diablo no tiene poder. Ese es el hombre, la mujer que puede mostrarle al mundo un Cristo lleno de poder y de gloria.
Yo le pido al Señor ayúdame a ser eso, estoy lejos de serlo, Padre, pero yo sé que a eso es que tu me estás llamando, a eso es que Dios está llamando a esta iglesia. en el nombre de Jesús haz un compromiso ahora en tu corazón y di, Señor, me arrepiento de ser un cristiano a medias, ayúdame a ser un cristiano radical y profundo y yo me comprometo a vivir así, y entrego mi vida hoy a ti. Yo entrego mi vida hoyu a ti, dile al Señor, yo entrego mi vida hoy, te la pongo a tus pies, y lo que yo viva en esta tierra lo voy a vivir para ti, lo que me quede años yo voy a asegurarme que yo te lo de a ti, que nada de lo que yo tenga, yo pueda decir esto es mío. No, todo será tuyo y si tu me permites usarlo y tenerlo por un tiempecito, yo lo disfrutaré pero sabiendo que el título lo tienes tu, el dueño eres tu. Yo simplemente lo uso porque tu me permites usarlo y darle al Señor todo. Entrégale al Señor todo ahora mismo.
En el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús. Si hay alguien aquí que quiere entregar su vida a Jesucristo no lo ha hecho antes y siente que necesita entregar su vida a Jesucristo, invitar a Cristo a entrar a su corazón, también te invito levanta tu mano y vamos a orar por ti en esta mañana. si hay alguien que quiera entregar su vida a Cristo por primera vez o si quieren pasar aquí al frente, le invito a hacerlo también. Quiero bendecirle en el nombre del Señor, pero sobretodo asegúrese de no salir de aquí sin haber dicho, yo voy a ser un cristiano radical, un cristiano comprometido, un cristiano, llueva, truene o ventee, haga sol, haga lluvia, sea lo que sea yo viviré para él. Y seré un instrumento para él, en el nombre del Señor. Ese es nuestro compromiso, hermanos, en el nombre de Jesús.
Levante su mano ahí y dígale así al Señor. Levante su mano conmigo. Si usted está dispuesto a entrar en ese compromiso. Prométale al Señor que usted va a buscarlo y a seguirlo de esa manera. Gracias Señor, te adoramos.
Lord, we yield our lives to you. We honor you, we glorify you.
Señor, entregamos nuestras vidas a ti, nos comprometemos contigo. Declaramos que nada es nuestro, todo es tuyo. Te seguiremos, te serviremos, te amaremos por sobre todas las cosas y vamos a vivir buscando tu rostro y queriendo hacer tu voluntad, esforzándonos en todo para ti Señor, y para tu gloria.
Gracias Señor. Nos entregamos a ti, nos entregamos a ti de nuevo, Padre. Señor, yo te entrego esta iglesia, has de ella lo que tu quieras, haz de ella lo que tu quieras. Úsala para tu gloria. Padre entra esta iglesia en la grandeza en la cual tu la has llamado, entra estos hombres y mujeres, Señor, al nivel donde tu los quieres llevar, Padre, corta toda la tela superficial que impide verte puramente, Señor, y aclara nuestros ojos. Nos entregamos a ti, Padre, nos entregamos a ti, Señor, por esta palabra que ha sido proclamada, Padre, yo pido que tu recibas nuestra petición, que entres en esta iglesia en un nuevo nivel de vida, Padre, y de entrega a ti.
Gracias, Señor. Te adoramos, te bendecimos, recibe nuestra petición, Padre. Nos ofrecemos delante de ti, Señor, nos entregamos delante de ti, nos postramos delante de ti, Jehová. Recibe esta iglesia, Señor, recibe mi vida, Padre. Recibe esta congregación, recibe este pueblo, Padre. Crucifícalos, Señor. Suelta tu obra en él, Padre, en el nombre de Jesús, yo suelto tu obra sobre este pueblo, en el nombre de Cristo, Padre, yo desato la obra del Espíritu Santo sobre este pueblo, cortando y limando y probando en el nombre de Jesús todo lo que necesite ser tratado hasta que este pueblo llegue a ser lo que Dios quiere que él sea, me incluyo en esa oración, en el nombre de Jesús. Gracias, Señor. Te bendecimos, gracias, Dios. Gracias, Señor.