Moviéndonos a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas

TRANSCRIPT

Bendición lo que va del transcurso de este servicio. Quisiera invitarlos al libro de Hebreos, Capítulo 12 y si me permiten voy a tener una palabra de oración para entrar entonces de lleno al mensaje.

Amado Dios, te doy las gracias. Padre, por esta preciosa oportunidad que tu siempre me concedes de poder exponer tu palabra, Señor, y lo hago humildemente, Señor, y siempre con temor y temblor, Padre, porque sé que es una responsabilidad bien grande. Pero Dios, como siempre digo, Señor Jesús, por favor que la meditación de mi corazón y las palabras de mi boca sean palabras tuyas, Señor, y que puedan llegar a lo más profundo del corazón de mis hermanos y hermanas para transformación de sus vidas, para la edificación de cada uno de sus corazones, sus mentes, su espíritu Señor, y sobre todas las cosas que tu propósito se cumpla en cada una de ellas, mi Dios, que tu palabra ahora se convierta en una radiografía de nuestros corazones y que sirva de insumo, que sirva de estímulo Señor, para nosotros movernos a alcanzar aquellas cosas para las cuales tu nos has llamado. Pido esto en el nombre de tu Hijo, Jesús. Amen y amen.

Dice Hebreos 12, verso 1, dice: “Por tanto nosotros también teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante....”

Déjenme hacer énfasis en esa frase ahí: “.. corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante...”

Dele pausa ahí. Yo quise titular este mensaje del día de hoy, o sentí en mi corazón titularlo de la siguiente forma. Dice “.... moviéndonos a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas....” Piensen en eso: Moviéndonos a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas.

El moverse a un nuevo nivel puede significar moverse a una nueva etapa en su vida, puede significar moverse a un nuevo lugar de influencia, puede significar moverse a un nuevo lugar donde usted va a ser utilizado por el Señor, utilizada por el Señor para bendecir a otros. El asunto es este: que nos estamos moviendo a un nuevo nivel para dejar nuevas marcas.

Ahora, si usted me conoce bien, algunos de ustedes yo creo que me conocen bien aquí, y ustedes conocen de al menos un evento bien importante que está ocurriendo acreedor del mundo ahora, o al menos en una parte del mundo, usted va a decir que Omar va a empezar hablando de qué, de las olimpíadas. Vaya, me conocen muy bien.

Sí, mis hermanos, cada vez que llegan las olimpíadas para mí es como que es una época de sueños se levanta dentro de mí. ¿Cuántos de ustedes han soñado en algún momento aunque sea cuando fueran niños, de llegar a las olimpíadas? Ahí se levantan la mano, sí. Yo al menos conozco a uno aquí que sí llegó pero no lo voy a apuntar porque no lo quiero poner en el spotlight, como quien dice, pero conozco a alguien que sí llegó en las Olimpíadas de Barcelona, así que yo le doy gloria a Dios por esa persona siempre. De mucha inspiración para mí.

Pero el asunto es mis hermanos, que desde que comenzaron estas olimpíadas yo he estado escuchando distintas historias de distintos atletas que de verdad que son de tanta inspiración para mí. En el equipo de Estados Unidos, por ejemplo, hay una persona, un africano que él fue un refugiado en Sudán de este tiempo de genocidio que hubo en Ruanda. Él estuvo por diez años refugiado en Sudán y ahora su sueño de haber participado en las olimpíadas se está realizando. Él es ahora uno de los más ilustres en lo que es pista y campo y se espera que el hombre pueda alcanzar, tiene un buen potencial para alcanzar medallas.

Otra persona que también me pongo a pensar es un joven que también en un accidente perdió una de sus piernas y él ahora tiene una pierna prostética y él tuvo que hacer todo un caso para poder llegar a las olimpíadas y poder participar, porque decían que el él tener esa pierna prostética podía funcionar más en su favor y lo podía ayudar a alcanzar mejores tiempos y se le estaba haciendo difícil a él poder participar, entonces él tuvo que hacer una prueba, tuvo que pasar distintas pruebas con el comité olímpico para poder ir y participar y este muchacho ahora es uno de los que están ahí mirando para lo que son los doscientos y cuatrocientos metros en pista y campo también.

Y otro muchacho que es, diría yo, el niño estrella de los Estados Unidos en lo que es la natación, él se llama Michael Felps, que dicen que él es el hombre que va a romper el record en cuestión de medallas de oro que pueda ganar una persona en la historia de las olimpíadas. Y este joven anoche, o sea, yo estaba viendo anoche, yo me sorprendí en la competencia que más difícil se le hacía a él, fue el que rompió el record olímpico y el record mundial, lo rompió anoche, por una ventaja, diría yo, como de unos tres puntos. Y tres puntos nadando, créame que eso es mucho. Él asunto fue que al yo ver todas estas cosas, mis hermanos, mi nivel de inspiración como que empezó a subir una vez más y yo me dije, guau, mira estos atletas que tienen esta determinación, a dog determination, una determinación canina? No, no esa no es, una determinación enfocada, déjenme decirlo así, una determinación enfocada, una determinación bien enfocada, mis hermanos, es como le dicen esa mirada de atleta que una vez están en su bloque de salida pueden tener mil cámaras a su alrededor de prensa, y todo, pero su mirada está en su meta. Fija, no ha nadie, usted puede hacerle así al frente y no se distrae, porque está enfocado. Michael Felps, a mí me da gracia porque fuera, cuando él esta fuera del bloque él se sonríe con todo el mundo, es un muchacho bien carismático, tiene una sonrisa que uno dice, guau, que buena onda ese muchacho. Ahora, no hace más que pararse en el bloque de salida y el tipo se pone serio, no hay quién lo distraiga y él se enfoca en lo que tiene que hacer.

Pero son personas, mis hermanos, que cuando llega ese momento cada uno de ellos está pensando, este es el momento de yo poder alcanzar, como quien dice, mi gloria. Este es el momento donde yo puedo alcanzar una medalla, este es el momento donde yo puedo hacer una marca en la historia, este es el momento donde yo puedo romper el record que se estableció tal vez hace años atrás, este es mí momento y yo lo voy a buscar y lo voy a alcanzar. Todos ellos están pensando de esa forma. Aunque no ganen pero llegan ahí con ese tipo de mentalidad. He llegado hasta aquí, tengo una oportunidad para alcanzar esto.

Y es por eso, mis hermanos, que yo entonces me pongo a pensar que muchos de nosotros que somos considerados, que nos llamamos hijos de Dios, nosotros también tenemos día tras día esas oportunidades para movernos a un nuevo nivel, para alcanzar nuevas metas, para alcanzar un nuevo record, para establecer una nueva marca, no tan solamente en nuestras vidas, sino también en las vidas de otros a nuestro alrededor.

Pregúntese usted, ¿usted ve su vida y se está moviendo a otro nivel? Pregúntale a la persona de al lado, ¿te estás moviendo a otro nivel? O estás estancado, o estancado en el lugar donde estás. Miren, el moverse a otro nivel se puede dar por varias razones, usted escoja la que mejor le aplique. Moverse se puede dar por circunstancias que están a nuestro alrededor, circunstancias que están a nuestro alrededor que tal vez son circunstancias un poco opresivas y nos obligan a tenernos que mover. Muchos de nosotros, tal vez, la historia de algunos de ustedes es que en sus países de origen donde ustedes estaban, vivían en un tipo de opresión, sea cual sea, política, económica, social, religiosa y usted no tuvo otra alternativa sino que salir del lugar donde usted estaba. Fue como si el sistema lo hubiese empujado a usted salir de ahí.

Otros pueden ser que se mueven a otro nivel por voluntad propia, porque puede ser que digan que ya están tan y tan cansados de la realidad que los rodea, que ellos mismos o ellas mismas deciden moverse. Dicen, ay ya no puedo más con esto. O les va bien, puede ser que les esté yendo súper bien en sus vidas, pero dicen, como que, caramba, como que necesito alcanzar algo más. y lo pueden tener todo, pueden tener sus casas, su carro, su buena cuenta bancaria, pueden tener buenas amistades, pueden tener una buena iglesia, pero con todo y eso dentro de su corazón dicen, como que, ah, voy a tirar a la aventura y voy a alcanzar algo más.

Y también están las personas que se mueven a otro nivel por otro tipo de circunstancias que suceden en sus vidas. Puede ser que una persona le haya atacado alguna enfermedad mortal, terminal y eso ocasiona un cambio para moverse, moverse a otro nivel sea cual sea el nivel que usted entienda que se tiene que mover.

La pérdida de algún ser querido puede obligarlo a usted a moverse a otro nivel, una nueva etapa que comienza en su vida. Tal vez le cortaron el trabajo, no tiene más y eso entonces lo obliga a usted a moverse a otra etapa, de tal vez conseguir otro trabajo o cambiar de carrera o irse a estudiar.

Por distintas situaciones el tener un hijo, el tener una hija, esa es una nueva etapa que definitivamente nos mueve a otro nivel. Distintas cosas nos pueden provocar el nosotros movernos. Pero hay una bien en particular que es cuando alguien y ese alguien es con letra mayúscula, cuando alguien nos llama a movernos a otro nivel. Cuando alguien nos llama continuamente a movernos a otro nivel.

Yo me pregunto, déjenme hacer una pausa aquí, ¿por qué nos movemos? ¿Por qué nosotros respondemos a esa acción de movernos? Y si usted se considera una persona conforme con lo que tiene, si usted puede mirar su vida ahora mismo y decir, ay, yo estoy bien así tal como estoy. Pues, mire tal vez este mensaje no se le aplique tanto a usted, pero y hago un énfasis bien grande en ese pero, pero si usted entiende sobre todas las cosas las movidas de Dios y usted se considera como un hijo o una hija de Dios, entonces usted debe entender que estas movidas, que estos cambios son inevitables. Y la razón por la cual lo digo es porque Dios no es un Dios aburrido, Dios es un Dios de acción. Dios a lo largo de toda la historia ha estado en continuo movimiento. Sus propósitos y sus intenciones podrán ser las mismas, pero la forma y los métodos que usa para establecer esos propósitos siempre están moviéndose en distintas formas.

Y yo creo que en cada uno de ustedes, en cada una de sus vidas, Dios está en acción. Dios está en alguna forma trayendo movimiento, trayendo cambio en medio de sus vidas. Y esto es algo inevitable. ¿Saben qué? se puede decir que en nuestras vidas el cambio es algo que siempre ha estado corriendo.

A mi me da gracia porque hace poco escuché la predicación de alguien que estaba hablando acerca de eso mismo, de cambios, y empezó a usar como ilustración el clima. Gonzalo, tu le puedes decir al invierno, invierno no llegues porque no te quiero. Iris, tu le puedes decir al verano, verano, quédate aquí para que mi piel se quede así bronceada todo el tiempo. O hay algunos que tal vez prefieren decirle a la primavera que sea primavera todo el tiempo, y olvídate de las otras tres etapas del año, especialmente otoño porque a nadie le gusta recoger hojas, ¿verdad?

Pero el asunto es, mis hermanos, que no podemos hacer eso. Esas cosas que ya están establecidas a menos que usted viva en el trópico, que sea verano casi todo el tiempo, pero con todo y eso casi siempre están sus cambios. Si el clima, miren que interesante, porque Dios nos ha dado un cuerpo que se ajusta al cambio. Si el clima se pone frío, ¿qué hace el cuerpo? Se ajusta al frío. Si hace calor, el cuerpo se ajusta al calor.

¿Saben qué a estos atletas para ir allá a Beijín en China muchos de ellos llegaron como hace una o dos semanas antes de que empezaran las olimpíadas, saben para qué? Para ajustarse, particularmente ¿a qué? Al aire de China por tanta polución, contaminación que hay en el aire. Polución es una spanglish. Elizabeth, ¿cómo están las clases de inglés por favor, para darnos por ahí?

Pero así es, el cuerpo humano se ajusta, mis hermanos, y cada uno de nosotros tenemos la capacidad de ajustarnos. Dios nos ha dado la capacidad de ajustarnos a esos nuevos cambios que vienen a nuestra vida. Y es por eso, mis hermanos, que cuando nosotros entendemos esto, ¿saben qué? A mí me anima porque entonces yo puedo entender que Dios tiene unas acciones, Dios tiene intenciones sobre usted y sobre mí de querer hacer cosas en medio de su vida, de querer hacer cosas a través de su vida. Y son cosas que algunas de ellas no las podemos evitar. Es más, yo puedo decir que en las puertas de algunas de sus vidas, el cambio ha estado tocando desde hace mucho tiempo y lo más que nosotros podemos hacer es resistirnos al cambio. Esto es una de las categorías de personas que yo he logrado identificar con respecto a lo que es el cambio. Hay tres en particular que yo quiero mencionar. Una es esa. Una es ese de persona que delante del cambio lo resiste porque se sienten bien cómodos en el lugar donde están, se sienten totalmente complacidos con lo que han alcanzado, y no les interesa ni les ha pasado por la mente el moverse a otro nivel. No les llama la atención, puede ser que ya hayan sufrido lo suficiente, que ya hayan perdido lo suficiente, y que ya hayan alcanzado lo que necesitaban y dicen, ok, ya, hasta aquí llegué, no más. Eso es un tipo de persona.

En algunas veces yo diría que de ese tipo de personas sale otro sub categoría que son los inmóviles, por así decirlo. Inmóviles porque le tienen temor al cambio, le tienen temor a lo nuevo, a lo desconocido y entonces no se atreven a tomar ese paso, tal vez por ignorancia o tal vez porque han escuchado rumores o comentarios de terceras personas que dicen haber visto lo que estaba al otro nivel, pero en realidad no han comprendido la totalidad de eso y entonces esas personas, como escuchan eso, pues, yo no me voy a meter ahí, yo no voy para allá. Entonces están esas personas, las inmóviles, las conformes.

Hay un segunda categoría que yo le llamo, los atropelladores. Estaba tratando otra palabra pero no la encontré, pero esta encierra lo que estoy buscando. Atropelladores porque están dispuestos a irse por encima de cualquiera por alcanzar esas nuevas cosas, pero las quieren alcanzar por una ganancia egoísta, como quien dice, por el mero hecho de decir, ah, mírame, lo alcancé, alcancé esto, llegué a este nivel, nadie me detuvo, tuve las fuerzas para hacer esto. Y ¿saben qué? Por un lado yo puedo decir que eso es una cualidad buena porque es una persona determinante, enfocada, que si dice, mira, me voy a mover y voy a tirarme a alcanzar esto y lo hace, y lo logra y se le aplaude. Ahí es donde yo veo, mis hermanos, como por ejemplo, la actitud de muchos de estos atletas que yo veo en las olimpíadas que sí hay una camaradería que se da entre ellos y miren que interesante esto.

Sabiendo cómo están las cosas en el mundo, yo diría que muchas veces las olimpíadas son como un sistema de paz, por así decirlo. El viernes cuando se estaba dando la parada de las naciones, que esto es parte de la ceremonia, o sea, yo me asombro de ver por ejemplo, cuando entra el grupo de Estados Unidos y todos aplauden, todos estos atletas con su desfile y de repente entra el grupo de Irak y en la multitud se podían escuchar algunos aplausos pero también se oían los buuuuuuuuu. Y después de Irak entró Irán y ahí como que se sintió un silencio en el estadio y de repente enseñaron al presidente Bush en la cámara, lo hicieron un close up, y el hombre así serio, mirando todo lo que estaba aconteciendo.

Yo me digo, guau, mira que interesante. Yo me digo, usted se imagina que se desate una pelea de repente dentro de todos esos atletas y..... pero no, no sucede porque estos atletas tienen esta mentalidad de que hey, mira, no todo es malo, no todo es contienda, no todo es guerra. Y aunque puede haber rivalidad entre las competencias que se están dando, pero hay un sentido de camaradería. Y eso es algo que yo lo veo dentro de ese grupo que sí hay un tipo de relación, pero es una relación donde si te tengo que echar a un lado por un momento, yo te echo a un lado porque yo quiero alcanzar esto. O si me tengo que ir por encima de ti para yo poder alcanzar esto, lo voy a hacer. Es lo que yo quiero hacer.

Ahora, pero está la tercera categoría de personas, y esta es la tercera categoría donde yo espero donde todos nosotros nos podamos identificar y si usted se identifica en algunas de las otras amen, gloria a Dios, el Señor le ama, sea como sea y estamos aquí para orar por usted también.

La tercera categoría son las personas que se mueven valientemente para alcanzar lo nuevo y en el transcurso del camino ayudan a otros a alcanzarlo también pues saben que la promesa de Dios es para todos. La promesa de Dios es para todos. Y aquí, mis hermanos, es donde quiero hacer una pausa porque este grupo de personas hay una cualidad crítica que los distingue y es que estas personas que se mueven a esa nueva dimensión, a esa nueva etapa, a ese nuevo nivel, saben que hay un costo que pagar y están dispuestos a hacer el sacrificio, están dispuestos a hacerlo.

Algunos de nosotros hemos estado dispuestos, o hemos pagado ya un precio pero mi pregunta aún para mí sigue siendo todavía estamos dispuestos a seguir pagando el precio de lo que Dios demanda de nosotros. ¿Estamos dispuestos todavía a renunciar un poco más a lo que nosotros atesoramos y anhelamos para que lo que Dios verdaderamente quiere que se forje en nosotros se pueda realizar?

Miren esto, en estas olimpíadas ya ha ocurrido una tragedia, una tragedia que nadie se esperaba. En un ataque random, al azar, en un ataque al azar una persona, un individuo, un civil de allá de China, se lanzó a atacar a dos personas y apuñaló a dos personas, un hombre y una mujer y después que hizo esto, se tiró de un edificio y se suicidó.

Si ustedes han estado siguiendo más o menos la historia de estas olimpíadas, ha habido mucha controversia en que estas olimpíadas se hagan ahí en China, por lo que es esta relación que hay con Tibet también. Ha habido muchas protestas, hubo muchas protestas donde cuando la antorcha la iban corriendo de una ciudad a otra había gente que hacía bloqueos en las calles para que la antorcha no pasara. Había una mujer que iba en silla de ruedas, que era una deportista de Japón si no me equivoco, con la antorcha y de repente alguien, un tibetano, se le tiró encima para quitarle la antorcha y ella de alguna forma lo evadió y esto es una foto que quedó ahí marcada para la historia.

Pero ha habido contienda, ha habido controversia en todo esto. Y en ese evento que sucedió el sábado da la casualidad que las personas que agredieron, uno de ellos era el suegro del coach de volley ball de los Estados Unidos, el cual murió en el acto, y su suegra estaba mal herida en el hospital. Ese coach tenía su primer juego hoy, domingo, y él tuvo que suspender su participación y el asistente se tuvo que encargar del equipo para él poder atender a esta situación con su familia. Tal vez algunos dirían, como que guau, pues es su suegro, tal vez se deshace de los suegros, pero no. Yo no lo pienso así. Yo amo a los suegros también. Pero son precios que hay que pagar, hay un costo que pagar, siempre hay un nivel de sacrificio y aunque uno se lo espera, aunque uno no lo desea, pero siempre hay un sacrificio que pagar.

Y nosotros, mis hermanos, Dios siempre nos mantiene en ese proceso de nosotros podernos mover, de nosotros poder ir en esas etapas de cambio que él tiene para nosotros, mis hermanos. Dios nos ha puesto en esta carrera, si nosotros vemos este pasaje que nosotros leemos corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. En otras palabras, es una carrera que se nos ha puesto ahí, es como si nos hubiesen ubicado en esta nueva carrera y nosotros tenemos que andar y correr y ser pacientes y tener la resistencia para poder llegar y alcanzar aquellas cosas que Dios tiene escogidas para nosotros.

 

Saben, mis hermanos, yo me hago esta pregunta porque yo entiendo que hay veces que Dios está pidiendo algo de nosotros y nosotros verdaderamente lo resistimos. Hay tantas veces que Dios le ha hablado a esta iglesia, y cuando le habla a la iglesia no es necesariamente congregación León de Judá pero cuando le habla a la iglesia, se refiera a cada uno de ustedes que están ahí sentados. Ustedes son los que hacen congregación León de Judá. Y se ha escuchado de toda esta palabra profética que el Señor, que si va a bendecir esta iglesia, que si va a mover a esta iglesia a un nuevo nivel, que si Dios va a llevar a esta iglesia a nuevos niveles de influencia sobre la ciudad, sobre la nación, palabras que escuchamos así. y yo no sé si usted se ha detenido en algún momento y se ha puesto a pensar, ¿verdaderamente estamos preparados para movernos a ese nuevo nivel? ¿Verdaderamente estoy yo preparado o preparada para aceptar ese llamado de Dios y poder ser una parte crucial en el desarrollo de ese llamado, en la implementación de ese llamado sobre la vida de esta iglesia? Y si es así, ¿cuáles son las cosas, cuáles son los precios que yo tengo que pagar, para entonces yo poder ser un instrumento útil para Dios en que sus propósitos y sus intenciones se cumplan en medio de estos tiempos?

Eso es una pregunta clave, mis hermanos, que yo quiero y anhelo que nosotros reflexionemos en estos momentos, porque es un llamado bello, es un llamado precioso, es un llamado que estimula, que emociona, cada vez que nosotros escuchamos esa palabra, Dios tiene grandes bendiciones para congregación León de Judá y ¿que es lo que nosotros hacemos? Aplaudimos y decimos amen, ¿verdad? Digo, usted ha hecho eso que yo sepa, yo he sido testigo, he visto a la iglesia aplaudir y decir amen.

Pero detrás de esos aplausos y detrás de esos amenes, entendemos lo que eso va a requir de nosotros, o usted está pensando, ah, ese llamado es para el pastor Roberto, para el pastor Greg, para el pastor Omar, ellos son los que van a tener la carga mayor. Yo me encargo de seguir viniendo aquí los domingos, de ofrendar, de diezmar, y recibo lo que tengo que recibir y ya. Esa va a ser mi contribución al desenvolvimiento de ese llamado. Guau.

Mi hermano, mi hermana, si ese es su pensar, si ese es su sentir, tenemos aceite por aquí, para ver si, tenemos aceite porque hay que orar por usted. Digo, lo que acabo de mencionar es una parte importante claro está, no me malentiendan, pero hay algo más que el Señor pide de nosotros, no tan solamente, mis hermanos, para cosas que se puedan hacer aquí a través de la iglesia, sino por lo que Dios está pidiendo en su vida individualmente. Lo que Dios está buscando hacer en su vida, que eso es lo que verdaderamente va a traer un impacto, eso es lo que verdaderamente va a traer un nivel de influencia sobre gente que está a su alrededor.

¿Saben qué? El mismo Jesús era uno que le estaba diciendo a sus discípulos, ustedes se van a mover a un nuevo nivel, y ustedes van a dejar nuevas marcas. El mismo Jesús se lo estuvo diciendo, que hasta se lo dijo con estas palabras, las cosas que yo he hecho ustedes las van a hacer y las van a hacer aún mayor.

Díganme ustedes, ¿algunos de ustedes ha cambiado cinco panes y dos peces para alimentar a cinco mil personas? ¿Algunos de ustedes ahora ha dado en algún nivel para que un muerto se levante de dondequiera que esté? ¿Algunos de ustedes en algún momento se ha parado en una esquina y usted ha compartido una palabra donde al menos 20 personas se hayan acercado a usted, y hayan dicho, mira yo quiero aceptar a Cristo Jesús ahora mismo, así como un acto espontáneo?

¿Alguna vez usted ha caminado por algún lugar y el mero hecho de que su sombra roce a alguien que esa persona pueda resumir un insumo de parte de Dios, un toque de su bien, un toque sanador de parte de él?

Hermanos, si es una palabra que el mismo Jesús ha dado, yo me pregunto, guau, qué me falta para yo poder ver eso. ¿Qué me falta para yo poder alcanzar ese nivel al cual él mismo me está llamando que yo llegue, al cual él mismo anhela y desea que yo pueda estar? El mismo Jesús dice, ningún discípulo es mayor que su maestro, pero llegará el momento en que esos discípulos van a ser maestros de otros. Son nuevos niveles, nuevos niveles a los cuales los están llevando.

Mis hermanos y hermanas, yo no quiero aburrirlos más así que yo establezco esta pregunta aquí, delante de todos ustedes con toda sinceridad. ¿Entiende usted que el Señor lo está llamando a un nuevo nivel para dejar una nueva marca? Si usted entiende y reconoce que el Señor está haciendo esa invitación sobre su vida en cualquier forma que esto se pueda manifestar, usted conoce su situación mejor que yo mismo y Dios conoce su situación también, tal vez el usted moverse de un nivel a otro significa que usted deje de estar sufriendo de la influencia de algún tipo de adicción, y usted se pueda parar en sólido y decir, no, basta ya, me voy a mover a otro nivel, esto no va a ser influencia sobre mi. Que usted se pueda levantar y decir, esta depresión no me va a ahogar nada más, yo me voy a levantar y me voy a mover a otro nivel. Este trabajito que tengo ahora de 5 pesos a la hora, no más, yo me voy a levantar y me voy a preparar para conseguir algo mejor. Este esposa o esta esposa que yo tenga, no más, no, no piense que se va a conseguir otro mejor. Hazme repetir bien las palabras, este esposa o esta esposa que yo tengo no más, le unjo con aceite y va a ser el tipo de hombre y mujer que yo anhelo y deseo. Este hijo o esta hija que me dan un dolor de cabeza, no más, me voy a tomar mis tylenol y sigo trabajando con él o con ella hasta que Dios verdaderamente los coja o los estruje y haga algo nuevo con ellos.

Hermanos, Dios nos llama a nuevos niveles. Dios nos llama, Dios quiere que nosotros podamos llegar a algo más. Las intenciones de Dios no es para que nosotros nos quedemos estancados en un mismo nivel, las intenciones de Dios no es para que nosotros nos estemos viendo bajo la sombra de otra persona, Dios que usted se pueda levantar y se pueda ver bajo la sombra de él y de las intenciones que él tiene para usted. Eso es lo que Dios quiere hacer en medio de su vida.

¿Saben qué? yo quiero terminar con esto: los atletas en las olimpíadas disfrutan de la gloria de poderse trepar en el podio, poder agarrar su medalla de oro, su ramito de flores, levantar sus manos y decir, I did it, lo hice. Apuntan a los stands donde están sus familiares y dicen, guau, esto es para ti. Y van y tienen la prensa y todas las cosas y ellos disfrutan su gloria y ellos disfrutan la gloria de escuchar su himno nacional, sea cual sea, cuando se levanta esa bandera, ellos disfrutan eso. Hay un orgullo, hay un ego que builts up, que crece por dentro y entonces cuando llegan a sus países natales, que entonces tienen a toda la prensa ahí, y se convierten en la celebridades y entonces como atletas profesionales su sueldo aumento, porque ya tiene una credencial de una medalla olímpica, todas esas cosas disfrutan de esa gloria.

Para ¿saben qué? Es una gloria pasajera. Es una gloria pasajera que la única forma que la puedes mantener es cuando 4 años después si logras mantener tu record, o romper tu record y ganar esa medalla, la puedes volver a disfrutar. Pero con todo y eso, es una gloria pasajera. Nosotros, mis hermanos, en nuestra carrera, nuestra gloria es una gloria eterna. Nuestra gloria es la gloria de poder llegar y estar delante de Papá y decir, Papá lo hice. No tengo una medalla de oro, no tengo una medalla de plata, no tengo una medalla de bronce pero tengo el sello de tu Espíritu Santo en mi corazón, tengo tu sangre Jesús, que me ha cubierto, que me ha sanado, que me ha restaurado. Tengo el propósito, tengo la intención que tu vertiste sobre mi corazón y logré alcanzar a x, y, z persona para ti y para tu gloria, esa es la gloria mía, esa es mi corona, y aquí estoy contigo y esto es eterno, esto no se acaba. No necesito un spotlight de la prensa que me alumbre porque tengo la luz del rostro de Dios que me va a estar alumbrando por siempre y para siempre.

Pero esto solo es posible, mis hermanos, cuando mantenemos nuestros ojos enfocados en la meta y esa meta es Jesús. Puestos nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, de nuestra fe.

Póngase de pie mis hermanos. Vamos a prepararnos para correr. Vamos a seguir corriendo, los que ya están corriendo y los que están estancados yo espero que este mensaje te anime a tu levantarte y salir corriendo, aunque sea para el altar. Pero tu no vas a poder disfrutar de esa gloria a menos que tus ojos estén puestos en Jesús. Yo quiero tomar este momento, yo quiero tomar un paréntesis aquí, mis hermanos, para abrir una oportunidad si hay alguien aquí que en esta mañana siente que ha perdido su enfoque, siente que sus ojos se han desviado a otras cosas, siente que su estámina se ha visto dominada por circunstancias de la vida que te han arrastrado, que te han aguantado, que te han puesto en tus pies y no te puedes mover con facilidad, con fluidez. Yo quiero usar este momento para abrir este altar y poder hacer una oración de reconciliación con el Señor y una oración donde usted pueda entregar su vida por completo al Señor una vez más, sea que lo esté haciendo por primera vez o sea porque usted quiere renovar sus votos con Dios, yo quiero abrir esta oportunidad para usted.

Este es el momento donde yo siempre soy bien intencional porque aquí es donde ustedes responden al llamado de Dios a sus vidas. Usted no está respondiendo a la invitación que el pastor Omar hace, usted responde a la invitación de Dios sobre usted, usted responde al propósito y la intención que Dios tiene sobre su vida, usted responde a las posibilidades, usted responde a las oportunidades que Dios mismo le provee y son oportunidades que no están dependiente de la persona que usted tiene al lado, son oportunidades que se cimientan y se fundamentan solamente en la gracia de Dios y en su misericordia para cada una de sus vidas. Es por eso que yo quiero tomar un momento para orar.

Si usted se quiere mover a ese nuevo nivel, si usted quiere reconciliar su vida una vez más con el Señor, si usted entiende que necesita nuevas fuerzas, nuevo ánimo para seguir en esta carrera y poder correr pacientemente, esta oportunidad es para usted ahora. Como usted sienta en su corazón responder a este llamado usted lo puede hacer. Esa categoría de personas la cual yo estaba mencionando, que solamente los valientes se mueven a alcanzar lo nuevo y traen a otros a lo largo del camino. Esos son los valientes que Dios llama, esos son los valientes que hacen la diferencia, esos son los valientes que disfrutan y disfrutarán de una gloria venidera que no se va a comparar con ninguna otra. Ese es el llamado que Dios tiene para ti hoy. Y tu dices, Señor, yo quiero moverme a un nuevo nivel, quiero entrar a una nueva etapa para establecer un nuevo record, para establecer una nueva marca en la historia, la historia de mi vida, en la historia de otra persona, yo quiero ser ese tipo de persona, yo quiero ser ese hombre, yo quiero ser esa mujer, yo quiero ser ese joven, yo quiero ser ese niño que deja una marca en la vida de otra persona.

Yo te invito, quiero orar por ti, quiero orar por ti porque Dios quiere bendecirte, Dios quiere llevarte a ese nuevo nivel, Dios quiere, Dios lo anhela, es el deseo del corazón de Dios, el corazón de Dios ahora mismo está palpitando y desbordándose por sus hijos, por sus hijas que quieren moverse a un nuevo nivel, que tal vez te quieres mover pero no sabes cómo llegar. Dios está ahí, Dios te está llamando, Dios es el que te equipa, Dios es el que te provee, te suple de las herramientas que tu necesitas, no tan solo para tu trabajar en tu situación individual, sino para que tu puedas traer a otros y levantarlos contigo a esa nueva dimensión que Dios tiene para sus vidas y no podemos pensar como que, no tal vez Dios no quiere hacer eso conmigo. No. No, no, Dios quiere hacer eso contigo. Dios quiere hacer eso contigo en la forma en que Dios quiera, Dios lo va a hacer, Dios lo va a hacer. Es inevitable, mi hermano, mi hermana, lo puedes resistir, te puedes aguantar, puedes echarte a un lado, puedes decir, conmigo no es, pero el llamado de Dios está ahí, el llamado de Dios está ahí sobre ti. Él sabe lo que ha puesto en ti, él sabe lo que ha puesto en tu corazón. Solo él sabe cómo puede sanarte, restaurarte para que tu te puedas convertir en el tipo de persona que va a llegar a ese nuevo nivel y que va a traer a otros también con él o con ella.

Amado Dios en el nombre de tu hijo Jesús yo elevo esta oración ahora mismo por mis hermanos y hermanas que han pasado aquí a este altar, cada uno de ellos, cada una de ellas, ellos entienden, han reconocido este llamado de moverse a un nuevo nivel, de que tu los llamas, de que tu los invitas a moverse a una etapa en sus vidas donde puedan experimentarte a ti en formas nuevas y en la misma forma que puedan impartir esa misma bendición sobre la vida de otros y Señor, puede ser que haya algunos que hayan perdido su enfoque, que hayan puesto su mirada en otras cosas y si hay que pedir perdón, Señor, te pedimos perdón, perdónanos por nuestras faltas, perdónanos por nuestros pecados, Jesús, perdónanos por desviarnos de tu atención, pero aquí estamos, Jesús, aquí estamos tomando este gesto, tomando esta acción de ponernos, Señor, de posicionarnos en un lugar donde podamos comenzar una vez más contigo, donde podamos reenfocarnos una vez más en tu llamado sobre nuestras vidas para podernos mover, Jesús, para poder seguir esa caminata cuesta arriba, Señor, hasta llegar al tope de esa montaña a la cual tu nos estás llamando, Jesús, espíritu de Dios ahora mismo imparte sobre cada uno de tus hijos e hijas, imparte sobre cada uno de ellos, Señor, una porción de tu espíritu, Señor, que sirva como ese segundo aire, mi Dios, que los eleve a esas nueva alturas en las cuales tu quieres que ellos anden, Señor, espíritu de Dios ven, ven y rebélate, rebélate en medio de sus corazones que se puedan despojar, que podamos despojarnos de todo aquello que impide y limita nuestra carrera, nuestro caminar, nuestro movernos contigo, Señor, y que podamos poner nuestros ojos enfocados en ti totalmente, Señor.

Recibe nuevas fuerzas ahora mismo en el nombre de Jesús, cualquiera sea tu necesidad, cualquiera sea esa etapa a la cual tu te estás moviendo, recibe fuerzas ahora mismo en el nombre de Jesús, recibe fuerzas para enfrentar un nuevo trabajo, recibe fuerza para enfrentar esa enfermedad que te ataca, recibe fuerzas para enfrentar esa nueva etapa en tu vida en la cual te vas a tener que desenvolver tu solo o tu sola, sin la compañía de alguien, recibe nuevas fuerzas en la restauración de tu matrimonio, recibe nuevas fuerzas en el desempeño de tu trabajo en las nuevas etapas en las cuales te moverás, recibe nuevas fuerzas en estos cambios de vida, cambios de localidad, recibe nuevas fuerzas en el nombre de Jesús, yo declaro tu bendición, Señor, sobre cada uno de tus hijos e hijas aquí presentes.

Padre, que ellos puedan correr como aquellos que corren para recibir el premio, el premio de esa gloria eterna, el premio de poder ser alumbrados por tu luz, por toda la eternidad, podamos mantenernos corriendo firmes, Señor, mirando hacia ti. Papá toda la gloria es tuya, Señor, por todos los siglos en la iglesia, Señor, la gloria y la honra es para ti. Manifiéstate a cada uno de tus hijos e hijas como solo tu sabes hacerlo en el nombre de Jesús. Amen y amen.

Gracias Jesús, gracia Señor. Mi hermano, mi hermana recibe con fe esa palabra en el Señor, te moverás a nuevas etapas, a nuevas dimensiones y verás la mano de Dios obrando en ti. Salgan de aquí bendecidos y confiados de que Dios es el que camina con ustedes, que Dios es el que está ahí en medio de sus vidas. Gracias, y la paz de Dios sea con ustedes. Adelante mis hermanos.