SERMONES
Romanos 4 - Como funciona la fe?
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Vamos al Capítulo 4 de la Epístola a los Romanos, la carta a los Romanos, Capítulo 4. Continuamos con nuestro estudio de la Epístola a los Romanos y vamos esta mañana a hacer algo un poquito diferente. Yo voy a combinar la lectura de este pasaje con otros pasajes que nos vinculan con el drama navideño también. Y muy interesante como el Señor me habló esta mañana acerca de eso y voy a compartirlo más adelante, pero vamos primero a Romanos, Capítulo 4, versículos 1 al 5 y yo les voy a estar mostrando, luego el versículo 11, y tremendo, creo que lo vamos a poder proyectar aquí el texto para los hermanos que visitan y que no tienen sus Biblias.
Capítulo 4, Romanos. Pablo continua con su elaboración de la salvación como que es por medio la fe y no por las obras. Dice aquí “...¿Qué pues diremos que halló Abraham, nuestro padre, según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios”
Es decir, si la salvación de Abraham vino por algo bueno que él hizo, por sus acciones, su comportamiento, bueno entonces él podría jactarse de eso y Dios no tendría nada que ver en el asunto. ¿Porque qué dice la Escritura? En Génesis, Capítulo 15, versículo 6 dice “.... creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia”. ¿Dónde está eso de nuevo? Cuando Dios se le apareció a Abraham una de esas veces, y le dijo ‘vas a tener un hijo, Abraham’, y ya Abraham tenía 80 y pico, 90 y pico de años, la primera se le apareció él tenía 75, pero después varias veces le dijo ‘vas a tener descendencia.’ Y finalmente le dijo cómo la iba a tener, que le iba a dar un hijo ya en su vejez a través de su esposa que había sido estéril toda su vida, que también era una mujer ya muy avanzada en edad. Abraham le creyó a Dios, dice, y Dios vio eso con agrado y como que le contó eso como obras de justicia, agradó al Señor.
Cuando una persona vive en fe y le cree al Señor, eso agrada a Dios y Dios le cuenta eso como bendición.
Entonces “... creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia, pero al que obra no se le cuenta el salario como gracia”
En otras palabras, si usted trabaja 40 horas a la semana y el viernes le dan un cheque de 250, ó 500, ó 750 dólares o lo que sea, no le están haciendo un favor, usted se lo ganó, usted trabajó y ahí no hay ninguna gracia, ni nada, sino simplemente usted ganó ese dinero.
“.... al que obra no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda, más al que no obra....”, -es decir al que se le da el dinero sin haber trabajado, al que se le da bendición y justicia sin habérsela ganado por buen comportamiento, sino que cree simplemente. Miren todas las veces que en estos pasajes se habla de creer, creer. Ese es el vínculo, ese es el instrumento que Dios usa para hacer correr sus bendiciones en la vida del creyente.
“... más al que no obra sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”.
Vamos ahora al versículo 11 de ahí mismo, dice hablando acerca de Abraham “.... que Abraham recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia”.
Recuerden que yo voy a conectar todo esto con el relato navideño. Pero ¿qué está haciendo Pablo aquí en este Capítulo 4? Los primeros tres Capítulos ustedes lo vieron probar que toda la raza humana había pecado. Ni los cristianos, ni los paganos, ni los judíos podían salvarse por si mismos, todos necesitaban la misericordia y la gracia de Dios.
Entonces en la mente de Pablo siempre, él está, recuerden, él está escribiendo a gente que vive en la ciudad de Roma, cristianos romanos, pero también él escribe como un fariseo convertido que vivió toda su vida en el judaísmo y el Espíritu Santo le había revelado también que lo que él estaba diciendo tenía implicaciones muy serias para todos esos judíos a través de los siglos y en todas partes del mundo, que se iban a preguntar ¿pero cómo es eso? ¿Entonces qué pasó con todo el judaísmo? Y ¿qué papel juega el judaísmo dentro de los planes de Dios? Simplemente Dios se arrepintió y botó eso todo a la basura o cuál es la relación entre el pueblo israelita y el cristianismo ahora, esta nueva dispensación en la cual Dios está tratando con humanidad.
Y Pablo siempre está tratando de responder a cualquier objeción que le pudieran hacer los judíos a lo que él estaba diciendo. Entonces él escoge a Abraham como la ilustración máxima de que Dios obra por fe y por obras. Porque algunos judías dijeran, Abraham, por ejemplo, nuestro padre ahí tu tienes, él fue bendecido por medio de la ley. Y Pablo dice: ‘ah, ah, no fue así. Vamos a la historia y vamos a ver qué pasa.
Cuando Dios se le aparece a Abraham, Abraham todavía no está bajo la ley. No hay tal cosa como judaísmo. No hay ni siquiera judíos porque él fue el primer hombre que a través de él nació una nación que se iba a llamar nación judía. No había sistema de sacrificios, ni nada. Él era un beduino, un morador del desierto que Dios lo escogió a él y lo llamó, y le dijo: ‘Yo te voy a dar a ti una descendencia que va a bendecir la tierra. Y yo te voy a dar hijos que tu vas a tener que van a continuar tu linaje’.
Y entonces, Abraham, sin ninguna justificación le creyó a Dios lo que Dios le decía. Y entonces Dios le contó eso por justicia y le dijo entonces acerca de la circuncisión y todo lo demás.
Y Pablo dice, ‘ustedes ven, el pacto de Dios con Abraham fue hecho antes de que entrara el judaísmo en efecto, por lo tanto eso nos prueba una cosa, y es que Dios siempre a través de toda la historia siempre ha tratado con la humanidad de la misma manera: a través de la gracia, a través de la fe, no por las obras.
La ley vino después de la fe. Y Pablo dice, Dios hizo eso para que Abraham pudiera legalmente, judicialmente, ser padre, no solamente de los judíos sino también de los gentiles que no estaban bajo la ley. Porque él entró en su trato con Dios fuera de la ley y por medio de la gracia como todos nosotros tenemos que entrar en nuestro trato con Dios. El está enfatizando una y otra vez la salvación, la justificación es por gracia. Es simplemente por creerle a Dios y nada más.
Entonces, en el versículo 17 dice “... como está escrito te he puesto por padre de muchas gentes, delante de Dios a quien creyó, él cual da vida a los muertos y llama a las cosas que no son como si fuesen. Abraham creyó en esperanza contra esperanza para llegar a ser padre de muchas gentes conforme a lo que se le había dicho. Así será tu descendencia.”
En otras palabras, cuando Dios le habló a Abraham, Abraham estaba casi muerto, ya era un hombre, un anciano de una edad extremadamente avanzada y Dios de momento le dice, ‘mira, yo te voy a dar un hijo’. No había podido tener hijos cuando era joven y ahora Dios le dice así.
¿Y por qué dice que Dios llama a las cosas que no son como que son? Porque Dios le estaba diciendo a Abraham algo que era imposible, que no era, le estaba hablando como a un muerto como si estuviera vivo. Le estaba diciendo, tus generaciones serán.... en ti serán benditas todas las naciones de la tierra y eso ni siquiera podía ser concebible y sin embargo Dios lo estaba declarando.
¿Y qué hizo Abraham? Abraham creyó. Abraham miró a su alrededor, miró su cuerpo, miró las circunstancias y no contradijo a Dios, sino dijo, ‘yo creo lo que Dios me está diciendo’. Y eso agradó al corazón de Dios. Y Dios lo bendijo y tuvo tratos con él.
Y nosotros podemos hacer lo mismo, eso es lo que está diciendo Pablo al final de la cuenta. Dios hoy nos dice, mi hijo, Jesucristo, es el salvador de la humanidad. Ustedes no se pueden salvar por las obras, no se pueden salvar por su buen comportamiento, no se pueden salvar porque son evangélicos y porque van a la iglesia los domingos, y porque dan dinero a las arcas de la iglesia. Nada de eso puede salvar a ningún hombre, solamente el creer que Cristo es el Hijo de Dios, el salvador de la humanidad.
Cuando tu crees, es decir, ¿a quien le estamos creyendo? A dos personas: le estamos creyendo a Dios primeramente que dice este es mi hijo amado en quien tengo complacencia, a él oíd. Le creemos a Dios y también creemos en Cristo como nuestro Señor y salvador. Y es esa fe en Jesús lo que hace el milagro.
Y eso de creer es aplicable a Abraham, es aplicable a los hebreos que están bajo la ley, es aplicable a todos los gentiles que habían de venir a través de Jesucristo, es aplicable a nosotros en el siglo XXI.
Hermanos, los tratos de Dios con el hombre, con la humanidad siempre son un asunto de fe, un asunto de creerle a Dios.
Y cuando yo estuve esta mañana, yo estaba pensando. Me levanté temprano y como siempre estaba buscando qué quería Dios que yo compartiera con ustedes en esta mañana, y estaba en el dilema de, bueno, este es el tiempo navideño, estamos ya a una semana de nochebuena, y como pastor uno se pregunta: ¿sería apropiado mejor predicar un sermón navideño en este domingo? Pero también quería continuar con la exposición de Romano. Y estaba ahí en una encrucijada. Y a veces uno como que se atora y no sabe por dónde ir, y se me ocurrió orar.
Fíjense qué cosa. Qué milagro. Se me ocurrió orar y pedirle al Señor qué quería, y le pregunté a él qué tu quieres que yo predique en esta mañana, cómo resolver este dilema. Y se me ocurrió en mi mente preguntarle al Señor, ¿Padre, sería posible en alguna manera unir el relato navideño con este pasaje de Romano? Y si es así, dame entendimiento de cómo hacerlo.
Y hermanos, les dijo, instantáneamente, inmediatamente mientras yo estaba sentado allí con una taza de café en mi asiento donde me siento por las mañanas, me vino a la mente el relato de María, Zacarías, los magos y el hecho de que esos relatos, todos, dicen lo mismo: hay que tener fe en el Señor, hay que creerle al mensaje de Dios. El trato de Dios con María, con José, con los magos, con Zacarías, fue un trato de fe. Lo que hace posible los milagros de Dios en nuestra vida es cuando tenemos fe.
Fe es la moneda, es el material, es el instrumento que Dios usa para desatar sus obras en nuestra vida. La Biblia dice que sin fe es imposible agradar a Dios, lo cual quiere decir que con fe es posible agradar a Dios.
La única manera de nosotros hacer ver los milagros de Dios en nuestra vida es cultivando en el espíritu de Dios la capacidad para creerle a Dios. Y eso fue lo que hizo María, eso fue lo que hizo Zacarías, eso es lo que es el relato navideño: gente que le creyó a Dios.
Mi esposa y yo fuimos a ver la película The Nativity hace poco y fue muy interesante. En esa película se traza el dilema de María, como estas jóvenes que leyeron, María era una jovencita, no se había casado y Dios le dice, ‘Vas a tener un hijo’. Y ella sabía lo que eso implicaba, la vergüenza pública porque quién iba a creer que un ángel le había dicho a ella que ese hijo iba a ser por generación, engendramiento de Dios. Venía con eso la vergüenza, venía la gente apuntándola a ella, venía el peligro de que su prometido la acusara de traicionarlo. Tantas cosas.
Esta muchacha no podía entender lo que le estaba pasando y sin embargo Dios le dijo, ‘yo necesito tu cuerpo para llevar a cabo mi obra’. María tuvo que también ponerse en esperanza contra esperanza como hizo Abraham y decidir, ¿le voy a creer a Dios o voy a continuar mi vida como a mi me complace, como a mi me conviene? Y en ese dilema había la sustancia de la fe.
Vamos al Evangelio según San Lucas, Capítulo 1, para que ustedes vean claramente cómo se desarrolla este elemento de fe y de que cuando nosotros le creemos a Dios, entonces Dios puede hacer sus obras. Pero yo les voy a mostrar a través de dos personajes, no solamente María, sino primero Zacarías. Y qué interesante que en el relato de Zacarías y de María, el nacimiento de Juan el Bautista, en el nacimiento de Jesús, hay mucho parecido con los orígenes de Isaac como hijo de Abraham. En todos estos casos siempre es lo mismo: una mujer que biológicamente no puede concebir pero que Dios la escoge a ella para ser la portadora de una vida que va a bendecir a la humanidad. Un imposible que Dios le plantea a una persona y siempre esa persona tiene la opción de decir ‘no creo’ o de decir ‘si’, aunque no entiendo todo pero voy a creerle a Dios y voy a unirme a su propósito.
En el caso aquí de Zacarías, Capítulo 1, versículo 11. Zacarías era sacerdote por profesión, miembro de la casta levítica. Está en el templo oficiando según le tocaba a él en ese día, y toda la multitud, dice en el versículo 10, estaba afuera orando a la hora del incienso. Zacarías está dentro del templo oficiando el rito sacerdótico “.....y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie, a la derecha del altar del incienso y se turbó Zacarías al verle y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo, ‘Zacarías, no temas porque tu oración ha sido oída y tu mujer Elizabeth te dará a luz un hijo y llamarás su nombre Juan, y tendrás gozo y alegría y muchos se regocijarán de su nacimiento porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo aún desde el vientre de su madre.”
Así por el lado, fíjense que esa criatura aún dentro del vientre de su madre podía ser llena del Espíritu Santo. Muchos dicen que una criatura en el vientre de la madre es propiedad de la mamá, que ella tiene derecho a hacer lo que quiera con esa criatura porque es simplemente un pedazo de carne. Mire, ese pedazo de carne podía ser habitado por el Espíritu Santo. Así que ahí hay algo acerca de lo sagrado de la vida.
Los tratos de Dios son desde el vientre. Dice, antes de la creación del mundo inclusive. Es algo sagrado, es algo muy bello, muy importante. Y esa criatura que iba a nacer en el vientre de Elizabeth y por medio de Zacarías, Dios tenía un propósito especial con esa criatura. E iba a nacer de gente que no podía dar a luz, no tenían las capacidades. Y dice que “.....hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor, Dios de ellos, e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.”
Era una orden muy alta la que este niño iba a cumplir. Juan el Bautista era el que le iba a abrir el camino al salvador del mundo. Iba a ser un profeta que iba a preparar al pueblo con su mensaje, con su enseñanza. Y Zacarías iba a ser el instrumento usado por Dios.
Pero ¿qué pasa? Cuando Zacarías oye eso, su mente se llena de duda. El ángel intuye que no le está creyendo a Dios y Zacarías le dice al ángel “...¿En qué conoceré esto?” En otras palabras, qué prueba tu me vas a dar de que lo que tu me dices es verdad. Ahí falló.
¿Saben qué? Cuando Dios te dice muchas veces no te va a dar ninguna prueba de que es él quien te está hablando. Esta mañana cuando yo estaba allí sentado y tratando de resolver mi dilema, me vino ese pensamiento a la mente. Ningún ángel se me apareció y me habló en voz audible, pero yo creí que lo que Dios me estaba diciendo: usa estos textos, únelos, y muéstrale a mi pueblo que mi trato con mi gente a través de los siglos ha sido siempre a través de la fe. Yo decidí creer que esa palabra venía del Señor y tuve que obrar en ella por fe. Y aquí estoy parado haciendo esas conexiones, mostrando lo que Dios me ha dicho. Pero no hay nada que me asegure a mi que así es.
Y nosotros tenemos que tener mucho cuidado muchas veces cuando Dios nos habla, de no estar pidiendo al Señor pruebas contundentes y los tratos de Dios son por fe. Quizás Dios te ha hablado a ti en algún momento de algo que él quiere hacer a través de tu vida, algo que él quiere desarrollar en tu vida, algún don que él te quiere dar, algún llamado.
Yo se que Dios está tratando con muchos de ustedes y diciéndoles ‘Yo quiero que tu vayas a la universidad’. A algunos les está diciendo ‘Yo quiero que tu seas una consejera para mujeres’. A otros les está diciendo ‘Yo quiero que tu seas un mentor de un par de niños y que les enseñes. No tienen padre pero yo quiero que tu seas ese padre con ellos.’ A otros les dice, ‘Yo quiero que tu aprendas inglés porque yo te quiero usar en tu trabajo y en otros lugares.
Y nosotros vamos a escuchar esa voz de Dios y vamos a tener que preguntarnos como Zacarías, ¿cómo será esto? Muchos de nosotros decimos, yo no tengo estudio, yo nunca he ido a la escuela, yo no soy fácil con los idiomas. Pero lo que Dios pide, simplemente obedece, lánzate en el nombre del Señor. Créele a Dios y Dios irá abriendo camino según tu obedeces a la voz del Señor.
Zacarías no creyó. Su pregunta muy diferente a la de María, porque María también le preguntó al ángel, ¿cómo será esto pues yo no he conocido varón? Pero evidentemente en la pregunta de María, era más bien curiosidad lo que había. ¿Cómo tu vas a hacer esto? Mientras que Zacarías, en la pregunta de Zacarías hay duda. ¿Cómo tu me vas a probar a mi de que eso que tu me estás diciendo es verdadero? Entonces el ángel le responde, “‘Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios y he sido enviado a hablarte y darte estas buenas nuevas.”
En otras palabras, él hace uso de su autoridad, de ser un mensajero de Dios. Lo que yo te estoy diciendo, Zacarías, es verdadero, viene directamente de Dios “.....y ahora quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que esto se haga por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.”
Hermanos, cuando nosotros no le creemos a Dios hay consecuencias negativas. Cuando le creemos a Dios viene la bendición. Hay mucha gente a quien Dios le ha dicho, ‘recibe a mi Hijo, él es tu salvador. Él es la única manera que tu puedes entrar al cielo’. Y hay gente que comienza de una vez a hacer preguntas y a cuestionar a Dios.
‘Bueno, y por qué hay tantas denominaciones. Y por qué entonces están los católicos, y los evangélicos. Y qué de los Testigos de Jehová y... todas las preguntas y todos los argumentos que ofrece la gente cuando usted le predica el Evangelio, ¿no? Y quién se casó se Caín para tener hijos, si solamente estaba Eva en la película y no había otras mujeres en ese tiempo.
Y hay gente que nunca progresa en el Evangelio, porque siempre están buscándole 5 patas al gato. Siempre están cuestionando algo, ¿no? Siempre están mirando las peleas de los evangélicos, de la gente que se porta mal en el Evangelio, la gente de que a pesar de que va a la iglesia, no hace lo que tiene que hacer en el trabajo, los que mienten a pesar de que van a la iglesia, los que caen otra vez en el mundo y se dejan escandalizar de todas esas cosas, y no entran a los caminos del Señor. Y siempre se están preguntando, bueno, que si Confucio, que si Buda, que si Mahoma y todas estas cosas, que si la ciencia, que si la evolución.
Hermanos, la salvación es creerle a Dios. Creerle a Dios aunque tu mente te esté gritando lo contrario, aunque haya argumentos que te sugieran algo diferente. Alguien ha dicho que creer en Cristo es como saltar al abismo, es simplemente echarse en el nombre del Señor y va a haber siempre voces que te van a invitar a cuestionar lo que tu has hecho. Va a haber situaciones en tu vida, va a haber traumas, va a haber dificultades financieras, van a venir enfermedades y te van a cuestionar que lo que tu hiciste fuera verdaderamente de Dios o no.
Y en esos casos nosotros tenemos que hacer como Abraham. Miró a su alrededor, se vio viejo, vio a su esposa avanzada en edad, cien años de edad, nunca habían tenido hijos. Pero Abraham creyó, se fortaleció en fe y dijo, ‘Señor, yo te creo’. Y entonces esa creencia le fue contada por justicia.
Yo les digo, hermanos, lo más importante en la vida del cristiano es pedirle al Señor, ‘Padre, aumenta mi fe cada día. Ayúdame a creer.’ No es por vista, es por creerle a Dios.
Pedro, cuando estaba en la barca y vio a Jesús caminando sobre las aguas, le dijo ‘Señor, -en un arranque de fe- haz que yo pueda caminar e ir hacia ti sobre las aguas’. Su fe le dio para pedirle a Jesucristo que le diera esa oportunidad. Y el Señor le dijo ‘adelante, ven’. Pedro se salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas. Pero ¿qué pasó? Comenzó a ver las olas de la tormenta, comenzó a oír el viento que rugía, comenzó a ver el spray del agua y los truenos y los relámpagos y dice que “comenzó a temer”.
¿Y qué pasó? Su mente comenzó a traicionarlo. El comenzó a decir ‘¿cómo puedo yo hacer eso? Yo soy un mero hombre y estoy caminando sobre las aguas. Einstein dijo que no se podía caminar sobre las aguas, comenzó a hundirse porque cuestionó, miró la circunstancia en vez de poner la mirada puesta en Jesús que le dijo, ‘ven hacia mi’.
Y mientras se hundía le dijo al Señor, ‘Señor, sálvame’, y el Señor Jesucristo extendió su mano, lo sacó del agua, lo metió a la barca y le dijo, ‘¿Por qué dudaste hombre de poca fe?’.
Hermanos, nunca se dejen llevar por las circunstancias alrededor de usted. Nunca se deje llevar por su pasado. Nunca se deje llevar por su falta de pedigrí familiar. Nunca se deje llevar por el hecho de que usted haya hecho altos teológicos o no. Nunca se deje llevar porque usted no haya sido la persona más entregada al Señor y ahora Dios lo esté llamando. A Dios le encanta coger gente insignificante y tornarla en gigantes para su gloria. A Dios le encante coger lo imposible y tornarlo en posible.
Es más para Dios mientras más imposible parecen las cosas, más se deleita él en mostrar todo lo contrario. Así que yo les animo a no dudar, a no cuestionar, a no mirar alrededor los eventos y las circunstancias y cuestionar a Dios, sino en el nombre del Señor lanzarse, agarrarse de la palabra de Dios.
Por eso el Señor Jesucristo dijo ‘No solo de pan vivirá el hombre, sino ¿de qué? de toda palabra que sale de la boca de Dios’.
Nosotros tenemos que aprender a mirar lo que dice la palabra de Dios. Por eso es tan importante que nosotros conozcamos esa palabra, porque en esa palabra está el camino al corazón de Dios, por medio de esa palabra usted sabe cómo abrir la puerta de la bendición en los cielos. Por esa palabra usted sabe cómo Dios razona, cómo Dios piensa, cómo Dios resuelve los problemas.
Cuando usted viene y conoce esa palabra y usted ve los relatos de la Biblia, que Dios siempre ha trabajado a través del conducto de la fe, y que esa fe puede cambiar cualquier circunstancia, cualquier situación. No hay nada en este mundo que no obedezca a la palabra de fe, hermanos.
Por eso el Señor Jesucristo dijo, ‘si ustedes tienen fe, como un grano de mostaza, tan poderosa es la fe, ustedes le van a decir a una montaña ‘sal de allí y échate al fondo de la mar’, y esa montaña lo va a obedecer. Fue una hipérbole, quizás una exageración, pero lo que Cristo estaba diciendo es, no hay situación que tu no puedas resolver por medio de la fe en el Dios que ha prometido.
El problema muchas veces está en que nuestra fe es débil y no hemos cultivado la fe. ¿Cómo se cultiva la fe? La fe se cultiva compenetrándose con la palabra de Dios, leyendo los textos de la palabra continuamente y viendo la forma en que Dios ha obrado a través de la historia y eso va reforzando nuestra mente. La fe se cultiva contagiándose con la fe de los demás.
Yo creo que la fe es algo contagioso. Si tu te juntas con gente que tiene fe, tu fe va a crecer. Si tu te juntas con gente que habla en fe y gente atrevida en el Señor, y gente que tiene experiencias con el Señor, y que sabe a Dios es real, tu fe va a ir aumentando.
Ahora, si te juntas con gente que están pensando en pajaritos en el aire continuamente, que su mente está en lo secular, en lo mundano, en el tiempo y el espacio, siempre la cabeza metida en televisión y en cosas de hombres, tu mente va a ser igualita así de pequeña, en términos de fe.
Júntate con gigantes espirituales y tu fe va a crecer también. Y tu fe aumenta poniendo a Dios a prueba, aunque haya temor en tu corazón. Hay muchas veces, hermanos, que cuando Dios te hable, tu vas a tener que dar un paso de fe y tu vas a estar temblando mientras lo haces, pero sigue adelante en el nombre del Señor. Y aunque tu corazón dentro de ti, te esté diciendo, ‘te vas a estrellar contra el pavimento. Estás loco’. Y aunque los que están alrededor de ti también te digan lo mismo, sigue adelante en el nombre del Señor. Sigue insistiendo, sigue confiando en el Señor y al tu ver al Dios de los cielos abrir el camino delante de ti, tu fe va a ir en aumento.
¿Qué le pasó al ciego Bartimeo? Bartimeo era un hombre de fe. No podía ver pero oyó que Jesucristo estaba pasando cerca de él. ¿Y qué hizo Bartimeo? Comenzó a gritar a voz en cuello, ‘Señor, hijo de David, Jesús, hijo de David, sálvame, sáname? ¿Y qué hizo la gente alrededor de él, incluyendo a los discípulos? Cállate, no molestes al Maestro. ¿No? Lo estaban contradiciendo.
Usted ve, cuando usted se mueve en fe siempre va a haber voces alrededor de usted. Muchas veces bien intencionadas, bien intencionadas que le van a querer callar, porque esas voces no entienden la onda en que usted está funcionando en ese momento. Muchas veces van a ser gente que lo aman, muchas veces van a ser gente que quieren cuidarlo y defenderlo de cometer un problema.
Hay gente que le va a decir, ‘Mira, tu estás yendo a la iglesia demasiado tiempo, te estás volviendo loca, te estás volviendo fanática. La vida no es así, hay que hacer esto, hay que hacer lo otro. Ayúdate que yo te ayudaré, dice la Biblia, etc. etc, ¿no? Tu nunca has hecho eso, eso nunca se ha visto. Nadie ha hecho eso. Y si uno se deja llevar, hermanos, eso te mata tu fe. Y tu mismo a veces dentro de tu corazón, vas a decir ‘yo no puedo hacer eso. Yo nunca lo he hecho. No tengo la preparación, no tengo los recursos, no tengo experiencia en eso’.
Pero fe no es ausencia de duda. Yo he aprendido eso. Al contrario fe, yo creo que requiere duda en algún nivel, porque fe es lo que se repone, lo que se sobrepone a la duda. Fe es lo que escucha la voz de la carne pero dice ‘yo confío más en Dios que en la carne’, y avanza y va hacia adelante y da pasos de voluntad.
Bartimeo, mientras le decía ‘cállate’, dicen que él más duro gritaba entonces. ‘Señor, Jesús, hijo de David, ten misericordia de mi.’ Y dice la Biblia que el Señor se detuvo. ¿Ustedes no creen que el Señor lo escuchó la primera vez? Yo creo que si. Pero al Señor le gustaba probar a la gente y le gustaba ver si verdaderamente iban a persistir o no.
Muchas veces, nosotros hacemos una oración en el nombre de Jesús, amen, nos seguimos comiendo el cereal y nos creemos que ya hicimos lo que tenemos que hacer. Y Dios dice, ‘no, yo no voy a responder a oraciones superficiales.’ Dios responde las oraciones que salen de lo profundo del corazón. Dios responde a la oración que ha sido cultivada en la oscuridad, en las noches de desvelo, en la esperanza, contra esperanza, en la duda, en el temor, en la ansiedad, la persistencia, y entonces eso es lo que toca el corazón de Dios.
Y cuando ese clamor de Bartimeo llegó a su nivel preciso, el Señor se volteó y dijo ‘tráiganmelo’. Y qué interesante que aquellos que le estaban diciendo a Bartimeo ‘cállate’, ahora le dice ‘mira, el Señor te está llamando. Ven, ven y acércate a él’.
La fe es contagiosa. El mundo necesita gente de fe que le muestre a los incrédulos que la fe vale, que la fe abre puertas, que la fe mueve montañas. Y otros entonces son animados por la fe de nosotros.
El Señor lo acercó y le dijo, ‘¿Qué quieres que te haga?’, como si no pudiera ver que el hombre era ciego, ¿no? Porque la fe también requiere expresiones verbales.
A veces, hermanos, hay que hablar las cosas. Esa es otra cosa: si tu quieres que tu fe crezca, no solamente debes leer la palabra, codearte con gente de fe, caminar a pesar de las dudas y el temor, pero también la fe se cultivo declarando las cosas que uno espera de Dios, como si fueran. Algunos se reían con mi mamá cuando ella... que le preguntaban ‘Toñita, ¿cómo está usted?’ Bien, a pesar de que tenía dolores de diferentes tipos, neurológicos y había otras cosas en su vida, pero ella decía ‘bien’. Y era frustrante a veces porque uno quisiera que ella dijera, ‘mira, me duele aquí o tengo esto’. No, siempre era la misma palabra, ‘bien’.
Porque el creyente, hermanos, puede usar la voz como para desafiar las circunstancias. Dios habla y crea por medio de su boca. Dios dijo, ‘sea la luz’, y fue la luz. ‘Nazcan los peces en el mar y aves en los cielos,’ y de momento se pobló el mar y el aire de seres vivientes. Y dijo ‘sea la luna, y sea el sol’, y surgió la luz en la noche y en el día. Porque Dios crea por medio de su boca.
Nosotros somos hijos de Dios, hechos a su imagen y semejanza y también creamos y operamos sobre la realidad por medio de nuestra boca y nuestra confesión. Cuando nosotros aprendemos a verbalizar lo que deseamos en Dios eso nos compromete, ¿si o no?
Es muy fácil uno ahí en su corazón, donde no hay riesgo, uno estarle pidiendo a Dios cosas, pero hay duda muchas veces, hay una seguridad que está diciendo, ‘yo no quiero comprometerme, porque si me comprometo y después no se da, entonces quedo en ridículo’.
Y por eso muchas veces uno tiene que, con discernimiento, declarar las cosas que uno espera. Y yo he aprendido en mi vida que muchas veces cuando yo verbalizo ciertas cosas en fe, se dan mucho más rápido. Es como que se activa algo.
Y por eso el Señor en muchas ocasiones le pregunta a la gente, ‘¿qué tu quieres que yo te haga?’, porque hay algo que desata el poder de Dios cuando uno verbaliza, cuando uno presenta sus argumentos delante de Dios, cuando uno se compromete con otros, delante de otros y dice ‘yo se que Dios va a hacer esto. Yo creo que Dios me va a bendecir. Yo creo que Dios va a traer a mi hijo a su conocimiento, lo va a sacar de la droga. Yo creo que mi esposo se va a convertir al Señor. Yo creo que mis finanzas van a mejorar este año. Yo creo que Dios me va a sanado, y es más, Dios me ha sanado porque Dios llama a las cosas que no son como que son.
Si Dios lo hace, nosotros también podemos hacerlo. Hay una confesión de poder que desata el mover de Dios y Cristo le dijo, ‘¿qué tu quieres que yo te haga?’ Señor, que vea, que sea sano. Y el Señor le extendió su mano, lo tocó y Bartimeo fue inmediatamente sanado porque había fe en él.
Y esa es una de las cosas que uno tiene que persistir en medio del grito de tu conciencia, de tu mente, de alrededor que te dice ‘No lo hagas, no debes’. Uno sigue avanzando en el nombre del Señor y el mar se abre del de uno. Hay que tomar riesgos si uno quiere que nuestra fe se ponga en acción.
En el Antiguo Testamento el Señor le dijo a los hebreos cuando iban a cruzar el río Jordán. Era primavera y todas las nieves de las montañas se habían derretido y el río Jordán, cuando venía la primavera, toda esa nieve que se derretía corría hacia abajo y llenaba el río. Era imposible pasarlo en seco para entrar a la Tierra Prometida. Y Dios les dijo, ‘Pongan a los sacerdotes delante del pueblo. Pongan el arca delante de los sacerdotes’, porque el arca simbolizaba la presencia del poder de Dios.
¿Usted ve? Es importante, cuando tu vayas a emprender cualquier cosa en tu vida pon primero el poder de Dios delante de ti. No importa lo que sea en tu vida, tu necesitas visualizar el poder de Dios, llenarte de las promesas del Señor. Tu tienes que ser como un atleta que comienza primero a hacer calesténicas y a ejercitarse, tienes que alabar al Señor, tienes que confesar la palabra de Dios, tienes que visualizar lo que tu quieres que Dios haga en tu vida, tu tienes que hacer gestos que te ayuden a ver la presencia de Dios en tu problema. Y cuando tu llevas ese motor a cierto nivel.
¿Usted ha visto un avión cuando va a despegar en el aeropuerto? ¿Qué hace primero? Prenden los motores y esos motores comienzan a subir hasta que chillan, comienzan a revolver y a rotar hasta un momento en que están ya en máxima potencia y entonces el piloto suelta el cambio, o lo que sea, yo no se como se da eso, pero el avión arranca de momento porque no tiene mucho espacio y hay que mover esa mole inmensa que es ese aparato en poco tiempo. Es decir que el motor no tiene tiempo a comenzar lentamente a moverse poco a poco, sino nunca llega. Tiene que estar fuerte y entonces despega y comienza a correr por la plataforma y puede subir a tiempo.
Nosotros tenemos que hacer lo mismo. Muchas veces tenemos que llevar el arca de Jehová en nuestra mente a cierto nivel de especificidad y de claridad en nuestra mente. Tenemos que pedirle al Señor, ‘lléname de confianza en ti’. Tenemos que quitar, poner a un lado todas las distracciones, todas las dudas, visualizar lo que queremos que Dios haga en nuestra vida. Tenemos que hacerlo a veces varias veces por días y semanas, preparando el espacio en el cual Dios va a ser su milagro.
Saben ustedes, hermanos, muchas veces la gente cree que la fe es algo que solamente Dios es el único jugador en la película. Sabe que el hombre tiene mucho, mucho que hacer en los milagros de Dios. Hay una parte que a nosotros nos toca que Dios no va a hacer nunca.
Y yo creo que nosotros tenemos que entender eso, que si nosotros queremos que Dios se mueva en poder en nuestras vidas, hay una parte que yo tengo que hacer. Hay una mecánica de la fe que es importante uno conocerla. Porque muchas veces le damos a Dios todo y decimos, oh, si Señor, tu eres el único. Yo creo que es un error. A veces queremos ser católicos que el papa, como dicen por allí. Queremos como quitarnos a nosotros del panorama y Dios dice, ‘no, yo quiero trabajar en sociedad contigo’.
Es decir, que nosotros tenemos que aprender cuáles son esas reglas, cuáles son esos mecanismos de la fe. Y ciertamente hay una parte de preparación y de participación nuestra donde nosotros tenemos que llevar nuestra visualización, confesar versículos y textos de la Biblia, tomar riesgos, cultivar la confianza en el Señor, quitar todas las distracciones y todos los temores, pedirle a otros que oren con nosotros, ayunar.
Si hay problemas grandes en nuestra vida, esas montañas solo van a salir, dice la Biblia, con ayuno y oración. Hay cosas pequeñitas que se pueden mover a veces con una oración más simple, pero hay cosas grandes en nuestra vida que solo van a obedecer a un tratamiento intensivo y a largo plazo, donde nosotros vamos a estar allí levantando el arca del Señor en nuestra mente, preparándola, acumulando la fuerza del espíritu, confesando todas estas cosas. Y ya cuando las condiciones están en su lugar entonces ahora nosotros vamos a movernos en el nombre del Señor y Dios hace lo que tiene que hacer.
Cuando él dijo, ‘pongan el arca de Dios delante, pongan a los sacerdotes allí que vayan con esa arca, y entonces vengan los demás del pueblo detrás de ellos’ y dijo, ‘comiencen los sacerdotes a caminar. Y cuando la planta de los pies de los sacerdotes pise el agua, el río se abrirá.’
Fíjense que no lo hizo antes. Él no dijo, ‘cuando el río se abra, entonces pasen’. Les dijo, no, caminen como generales aunque ustedes vean allí el agua hasta lo sumo y ustedes crean que se les van a mojar los zapatos y que van a hacer el ridículo, sigan caminando adelante, no teman. Y cuando lleguen al punto mismo, en ese momento....
Yo creo que si tuviéramos una película que pudiéramos ver eso, veríamos que cuando la planta de los zapatos tocó el agua, en ese momento el agua se abrió y nunca se le mojaron los zapatos.
Hay una lección allí, hermanos, muchas veces Dios, porque todo en la vida es Dios tratando de eliminar el orgullo del hombre, la dependencia del hombre de su razón, de si mismo, para que Dios se lleve la gloria. Y muchas veces los procesos de Dios se toman tanto tiempo porque Dios está bregando con aspectos de nuestra vida que necesitan primero ser trabajados y tratados antes de darnos el milagro que él está esperando.
Muchas veces el milagro de Dios no va a venir cuando tu lo quieres. Se va a tomar tiempo. Y miren lo interesante que aquí mismo en el pasaje con respecto a Zacarías, en el versículo 20 del Capítulo 1, dijo “... por cuanto no creíste mis palabras las cuales se cumplirán a su tiempo”. Se cumplirán ¿cuándo? A su tiempo.
Parte del problema de la fe es que tenemos que esperar el tiempo de Dios y no el tiempo nuestro. Dios es un Dios que se toma tiempo para hacer sus milagros. Él es un cocinero que no venga usted a apurarlo y decirle, ‘ya, tengo hambre, dámelo rápido’. Él dice, ‘no, no, yo me voy a tomar mi tiempo. Te voy a preparar una buena comida pero es en mis métodos y en mi tiempo’. Y eso a veces hace que nosotros nos pongamos impacientes y que abandonemos la pelea antes de tiempo.
Moisés esperó 80 años antes de entrar en su ministerio. Abraham, cien años, antes de tener su hijo. El pueblo de Dios ha tenido que esperar cuánto tiempo para la segunda venido de Cristo, aunque Cristo dijo hace tiempo, ‘yo vengo pronto’. Imagínese.
Dios tiene su tiempo y así tiene su tiempo en nuestras vidas también. Dios te ha dicho cosas que él quiere hacer en tu vida y se ha tomado mucho tiempo y muchos de nosotros hemos entregado la pelea y ya dejamos de soñar y dejamos de pedirle al Señor y dejamos de orar sobre lo que Dios nos ha prometido. Y quizás lo hicimos prematuramente. Dios se toma tiempo para las cosas que él quiere hacer en nuestra vida.
Yo les he dicho a ustedes, hay cosas que Dios me ha hablado en mi corazón y en mi espíritu que yo llevo toda mi vida esperándolo. Y he tomado riesgos en mi vida creyendo en la promesa del Señor y todavía no lo he visto, pero como Abraham yo sigo esperando. Y yo sigo diciéndole al Señor, ‘hey, tu me dijiste algo, vamos a ver cuándo se va a dar’. Porque las cosas del Señor se cumplen en su tiempo.
Y por eso es que la fe está unida a la paciencia. Si tu quieres que los milagros de Dios se hagan en tu vida requiere paciencia. No te rajes demasiado temprano, como dicen los mexicanos. Deja que el Señor complete su trabajo en tu vida y en el tiempo del Señor, entonces vendrá el milagro, vendrá la respuesta.
La fe requiere tiempo, requiere proceso. La fe no es algo mágico que tu dices una palabrita mágica, ‘ábrete sésamo’, y las cosas pasan. A veces Dios tiene otros propósitos. Dios quiere sacar provecho del proceso de espera, de quebrantamiento, de búsqueda, de oración, de clamor y todo eso redunda en gloria para su nombre y en bendición para tu vida.
Hay muchos milagros que si Dios te los hubiera dado ya, tu los hubieras desperdiciado. Y primero él está preparando tu corazón, tu vida, tu mente para que cuando llegue el milagro tu puedas entonces aprovecharlo y disfrutar de él y retenerlo y por eso es que, les digo, la ciencia de la fe es algo bien, bien profundo.
Cuando el Señor le habla a María, le dice, ‘Tu vas a tener un hijo’. María le dice ‘Heme aquí, la sierva del Señor. Hágase conforme a tu voluntad’. María era una muchachita sencilla, ignorante probablemente, insignificante en su pequeña aldea, en una región insignificante en la tierra. Dios le dijo, ‘tu vas a ser la mamá de un ser extraordinario, maravilloso, milagroso, será llamado Hijo de Dios. Será el continuador del linaje de David y su reino no tendrá fin. Será el salvador de la humanidad’.
Era algo demasiado inconcebible para esta muchachita insignificante. ‘Serás bendita entre todas las mujeres’, y María al final le dijo ‘Señor, hágase tu voluntad. Aquí está mi cuerpo, úsame como tu quieras’.
Cuando el Señor hable a tu vida, cuando el Señor ponga un sueño en tu vida te va a costar muchas veces, porque los procesos de la fe son costoso. La fe siempre involucra lucha, involucra oposición.
El Señor me habló esta mañana de la figura de Herodes, ya voy a terminar. Herodes, en el relato navideño, simboliza todo lo que se levanta contra las promesas de Dios. Dondequiera que hay una gran promesa de fe hay un Herodes.
Herodes simboliza el elemento demoníaco, diabólico, terrenal que siempre se está oponiendo a los planes de Dios. Ese Herodes puede ser tu mente, ese Herodes puede ser un familiar bien intencionado que te está diciendo, ‘no vivas conforme a esos sueños de hadas’. Ese Herodes puede ser alguien que se opone a ti directamente. Ese Herodes puede ser una enfermedad que se levanta, cuando tu le pediste al Señor, ‘sáname’, sale algo peor en tu cuerpo. Ese Herodes puede ser ese ........ orando que Dios lo sane de la droga y ahora se mete a criminal a asaltar bancos.
Ese Herodes es el faraón que trata de matar a los hebreos primogénitos para que el pueblo de Dios no crezca. Ese Herodes es todos los que se opusieron al pueblo hebreo cuando iba a entrar a la Tierra Prometida para que no recibieran su heredad. Ese Herodes es los hermanos de José que lo venden como esclavo para que no llegue a su sueño.
Y sin embargo ¿qué pasa? Cuando tu crees Herodes termina trabajando para ti. Dios toma las oposiciones para formarte, para trabajarte, para pulirte, para quebrantarte, para aumentar tu fe, si tu te mantienes en lo que Dios te ha dicho. Si tu no te pones a pensar, ‘bueno, ahora se puso peor el muchacho, entonces voy a dejar de orar para ver si las cosas se mejoran’. Si tu, cuando se te dañó el carro, porque recibiste al Señor Jesucristo y venías a la iglesia el domingo y en el momento, ese carro que nunca se dañó, hoy no prende, y tu dices, ‘ah, si es así, pues yo no voy a ser cristiano’. Pero tu persiste, busca un taxi, vienes a la iglesia, sigues adorando al Señor.
La Biblia dice, ‘resistid al diablo, huirá de vosotros’. Cuando uno se mantiene en fe en lo que Dios ha declarado y uno persiste dando pasos de fe, el mar se abre delante de uno. Herodes tiene que huir tarde o temprano, Herodes muere y tu puedes regresar de Egipto para que la voluntad del Señor se cumpla en tu vida, como María y José. Por un tiempo tuvieron que irse para Egipto, pero después Herodes muere y el Señor puede continuar su ministerio.
Hermanos, la fe. Abraham, a pesar de ser el padre del judaísmo, dio una lección muy grande y es que los tratos de Dios siempre con la humanidad, han sido por fe. Y eso es lo que Pablo quiso probar a través del texto de Romanos, Capítulo 4, que no hay tal cosa como un hombre que se pueda justificar por sus obras o por sus acciones o su comportamiento. Lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas, el mayor milagro de todos, que es la salvación de nuestra alma, se va a dar cuando nosotros procedamos por fe. Y de ahí en adelante nosotros tenemos que caminar por fe. Todos nuestros tratos tendrán que ser por fe.
¿Qué dice la palabra del Señor? El justo por la fe ¿qué? vivirá. Todas tus batallas, tu tienes que librarlas por medio de la fe. La moneda que compra y vende en el Reino de Dios es la fe. Cualquier situación en tu vida, pon tu fe a trabajar, preséntale tu causa al Señor, obra creyendo en Dios.
Yo le pido al Señor, ‘Padre, dame la fortaleza para que todos los asuntos de mi vida yo les pueda trabajar con fe.’ Cuando yo deseo algo en mi vida y tengo un sueño, yo lo primero que hago es comienzo a adobarlo y a mojarlo en fe, para ablandarlo y a veces comienzo a orar años antes de que se de la batalla, preparando la batalla para que cuando llegue el gigante ya esté, que con un soplo nada más se caiga.
A veces hay cosas que hay que comenzar a orar por ellas desde que le salen a uno en el momento el pensamiento, hay que comenzar a fertilizarlas con oración, con fe, con confesión de que Dios es poderoso para hacerlo.
Ese edificio allá afuera encima de ese estacionamiento, hermanos, yo llevo años orando por él. Todavía no se ve allí. No se ve. Pero hace años, yo me paré en el salón 208, allá arriba, todavía este edificio estaba sin terminar y Dios me habló y me dijo, ‘allí es donde se va a construir el nuevo templo. Cuando este templo se llene, ese va a ser el lugar del nuevo tempo.’
No se había dado un solo servicio aquí en este lugar. Les digo la verdad, hermanos, mi fe no daba para pensar que iba a haber dos servicios aquí llenándose cada domingo. Pero Dios, yo sentí en mi corazón, ese va a ser el lugar. Y ya yo llevo años fertilizando y, como digo yo, ablandando esa piedra grande de ese edificio en oración, y visualizándolo. En mi oficina tengo una maqueta, un modelo del nuevo templo. Y yo oro continuamente, y mi mente está siempre dando vuelta alrededor de ese edificio, y siempre se lo traigo al Señor. Y al decir yo esto, ¿usted sabe el compromiso que eso significa públicamente de que eso se va a dar? Pero yo creo en un Dios que hace milagros, el Dios todopoderoso. Yo creo en un Dios que dice, ‘no serán avergonzados cuantos en él confían’.
Hermanos, yo les puedo decir, que todas las batallas que yo he emprendido en el nombre del Señor, en fe, Dios me ha dado la victoria en todas. Y yo creo que esto no será diferente. Así puede ser en tu vida.
Yo no soy nada excepcional, mi fe muchas veces flaquea y muchas veces yo estoy temblando cuando me meto en los líos en que me meto, y digo. ‘Señor, ¿cómo me vas a sacar de esto?’ Pero Dios en su misericordia siempre se las arregla y me bendice.
Y Dios puede hacer lo mismo en tu vida. No hay nada imposible. Joven, Dios te puede dar victoria en tus estudios. Dios te puede sacar de la ignorancia. Anciano, Dios te puede dar una nueva carrera, un nuevo ministerio en tu ancianidad. Mujer, Dios te puede convertir en una gigante espiritual y Dios te puede proveer lo que tu necesitas. No temas. Mira hacia el futuro, mira hacia esa tierra prometida, y di, ‘En el nombre del Señor yo la voy a poseer. En el nombre del Señor yo voy a cruzar el Jordán. En el nombre del Señor mis pies no se van a hundir en el agua, yo voy a salir adelante. En el nombre del Señor, yo voy a concebir la vida de Dios en mis entrañas y voy a dar a luz la bendición de Dios al mundo.’
No importa que parezca difícil, grande la promesa, inmenso lo que Dios quiere hacer en tu vida. Cree. La vida se vive por fe. Los problemas, las luchas de la vida, los retos de la vida se vencen por fe. No en ti, en el Dios todopoderoso, que es fiel para cumplir lo que él ha prometido.
Un pueblo así es lo que Dios necesita para en este tiempo hacer la obra que él quiere hacer en la ciudad de Boston, en EEUU, en toda la tierra. Y Dios puede usar un grupo de inmigrantes para darle un ejemplo a la humanidad inclusive, ¿por qué no?
Dios puede hacer cosas imposibles. Usó a una mujercita pequeña, ignorante, en una aldea judía, oprimida por el Imperio Romano y bendijo a toda la humanidad a través de miles de años, ¿por qué no puede usarnos a nosotros en el siglo XXI para bendecir a nuestra ciudad, bendecir nuestra nación? Dios lo puede hacer.
Estamos en la misma categoría o quizás un poco más alto inclusive que la misma María. No hay nada imposible para Dios.
Ponte de pie. Vamos a pedirle al Señor, aumenta mi fe, Señor, en este día. Enséñame los misterios, enséñame la ciencia de la fe. Enséñame cómo ser un hombre, una mujer de fe, cómo pelear mis batallas en fe, cómo ser un Abraham, cómo ser una María, cómo ser un rey mago, que vino desde la distancia del Medio Oriente caminando, dudando de si habría de encontrar lo que su mente le había dicho que podía encontrar y su fe. Y cuando llegaron al lugar, ahí estaba el Hijo de Dios y pudieron hacer su ofrenda y presentársela al Hijo de Dios.
Nosotros podemos ganar la batalla. No importa cómo nos sintamos, no importa lo que veamos, no importa lo que no tengamos. Dios bendice al hombre que cree. Dios es galardonador de los que le buscan. A Dios le agrada y cuenta por justicia cuando le creemos a él, que él es galardonador de los que le son fiel, los que lo aman, los que se atreven a dar pasos de fe y se arriesgan a creer y a mojarse los pies.
Pero, el Señor dice, ‘no te preocupes, vas a entrar en tu tierra prometida. Vas a matar a los gigantes y vas a habitar en la morada que yo tengo para ti.’
Vamos a pedirle al Señor que aumente nuestra fe en esta tarde. Padre, en el nombre de Jesús, quizás al decirte auméntanos la fe, tu te ríes un poco, porque dirías, ‘si tuvieran fe como un grano de mostaza yo abriría las ventanas de los cielos y haría milagros magníficos delante de ustedes’.
Pero, Padre, en la medida en que tu quieras, danos el don de la fe para que podamos siempre mantener la mirada puesta en ti solamente. Tener el oído puesto en las palabras que salen de tu boca, Señor. Tener los ojos puestos en esta maravillosa Escritura que nos enseña tu corazón, tu fidelidad, tu poder, tu continuidad a través de la historia, tus métodos que nunca cambian, tu instrumento milagroso que es la fe, el creerte a ti, Señor, que es lo que trae salvación y trae bendición a la vida.
Pedimos que en esta tarde, Señor, por esta palabra que ha sido predicada dos veces, tu hagas nacer en nosotros el germen de la fe, Señor. Si hay alguien en este día que está dudando, está confuso, su circunstancia desmienten tu fidelidad y tu promesa, Padre, yo pido que amanezca y que nazca en ellos la llama de la fe, el don de creerte a ti, Señor.
Padre, que tu avives los sueños muertos, Señor. que tu avives las ilusiones que dejamos atrás porque abandonamos la batalla antes de tiempo. Vuelve a iluminar en nosotros la luz del creer en algo bello que está delante, la esperanza que nazca en nosotros, Señor.
Padre, nosotros creemos en ti. Creemos en ti. Creemos que tu eres el mismo ayer, hoy y por todos los siglos. Creemos que el Dios que abrió el Mar Rojo puede quitar dificultades en el siglo XXI. Creemos que el Dios que dijo que nuestros jóvenes verían visiones, nuestros ancianos soñarían sueños, Señor, que tu enviarías un gran avivamiento, nosotros creemos que tu lo puedes hacer, Señor, que tu lo estás haciendo.
Nosotros creemos que tu puedes darnos una gran cosecha de almas, Señor, que tu puedes sanar nuestras enfermedades, que tu puedes proveer nuestras finanzas, que tu puedes bendecir nuestros hijos, nuestro linaje, Señor, que nuestra iglesia puede crecer y llenar esta ciudad y ser de bendición a esta ciudad y restaurar las ruinas antiguas, Señor, y bendecir la ciudades que están caídas.
Nosotros abrazamos tus sueños, Señor, abrazamos tu intención para este tiempo. Ayúdanos a creerte, en lo grande y en lo pequeño y a caminar por fe, Padre, como hizo Abraham y como han hecho todos esos héroes de la fe que señala Hebreos, Capítulo 11.
Gracias, Señor. Gracias, gracias. Recibimos tu fe. Proclamo fe en este lugar. Declaro fe, profetizo fe. Profetizo señales, prodigios, sanidades. Profetizo avivamiento en el nombre de Jesús. Profetizo bendición. Profetizo un nuevo amanecer en el pueblo de Dios. profetizo miles de almas llegando al conocimiento de Jesús en esta ciudad. Profetizo la caída de los gigantes que se rían de la iglesia e insultan al pueblo de Dios. Profetizo vientos que se llevarán toda esa contaminación, esa oscuridad que ha caído sobre esta ciudad. Profetizo huestes angelicales que vienen a defender al pueblo de Dios y a echar fuera las huestes demoníacas que quieren poseer lo que Dios le pertenece. Profetizo muerte contra todos los Herodes que se levantan para matar nuestros sueños y matar lo que tu has puesto en nuestros corazones, Padre, en el nombre de Jesús.
Levanta la temperatura espiritual en tu iglesia, Padre, y en esta comunidad de Boston, Señor. Y levántate, oh Dios, levántate de tu trono, Señor y golpea la tierra para que el hombre sepa que tu eres el Rey de Reyes y el Señor de Señores. ¡Aleluya! Creemos, creemos, creemos en fe.
Hermanos, yo quiero invitarles a hacer un gesto... salirse de su asiento y todos los que puedan vengan aquí adelante un momentito y vamos a creer lo que hemos declarado en esta tarde, de que Dios va a poner fe en nuestros corazones.
Todos los que puedan y los que no simplemente desplácese un poquitito de su asiento en señal de que usted quiere ser parte de este asunto. Vengan bien hacia delante y vamos a declarar la bendición de Dios sobre esta ciudad. Vamos a declarar la bendición de Dios sobre nuestras familias.
Vamos a poner nuestro espíritu a moverse ahora, porque eso es parte de lo que es la obra de fe. Es uno creer, es uno incomodarse, es uno dar una señal al diablo y al infierno, a Dios y a los ángeles de que yo creo, y de que yo estoy dispuesto a incomodarme y a moverme de mi zona de confort para que Dios haga su obra.
Dios va a hacer milagros, hermanos, en el nombre del Señor. esto es una acción profética. Esta es una acción profética lo que estamos haciendo en esta tarde. Glorifique el nombre del Señor. glorifique el nombre del Señor. Gracias, Señor. gracias, Dios. gracias.
Ephesians 4:7-14
TRANSCRIPT
Welcome to our service tonight, it’s good to see you and some new visitors who are coming. That’s wonderful. We’re so happy to have you here tonight and we bless you and we are rejoiced to see some additional new elements coming into the church and kind of coming and blessing us with your continued attendance for as long as the Lord would have be in fellowship with us. That’s wonderful.
I tell people many times, come as a missionary endeavor. Come as an investment in the Kingdom of God, to help this vision for this congregation to become grounded and established in a, how should I say, in a tenable sort of way, that could continue. You know, like little children when they’re very young and they’re in the their infancy, they need a lot of care and they need a lot of vigilance because, you know, they’re very fragile. Now, as they get older and become more self sufficient, then you kind of let go and so on. And so those first few months are so key, both in the just the maintenance of life as a whole, but also in the formation of the identity of that baby. Those first influences are so powerful in later life. And it’s like that with a congregation as well.
You know, what you put into the congregation those first few months, those first couple of years, both in declaring the word of God, in the people who come, the kind of ministries that begin to be established . They will probably influence that congregation for the rest of its existence. So this is a crucial time, so we encourage you to continue coming regularly, bless us. You don’t know how it blesses my heart, how it encourages me and all the ones who are working in the leadership of the church to see you here tonight and may the Lord continue giving us more and more of you.
So, again, as I say, see that as a missionary investment in the Kingdom of God. And you know, before I begin in the substance of the text, and I was talking to John, by the way John, thank you for leading us and accompanying us with the keyboard and blessing us in that way and the worship team, did such a wonderful job also bringing us closer to the presence of the Lord.
And, you know, I was speaking with them before the service began about the vision of this church and you know, people want to know, well, what’s this church about? What are some of the governing values that this congregation that is beginning to be found has as its basic values?
So, let me just quickly before, just, if you ask me, what Roberto, what do you think this church should be like and what do you seek? If you could tailor-make this church, if you could place an order in the Kingdom of God to the king of congregation that could be here ten years from now, in the English speaking. And it’s not very different from the congregation in Spanish, by the way. But I’ll give you some of the things that you might remember and I’ll just throw them out them.
What kind of qualities? What kind of distinctive should we seek for this church? We hope that this congregation becomes a spiritual congregation, emphasizing the gifts of the spirit, emphasizing the dynamic, spirit filled life, the vibrancy, the relevance of the Holy Spirit for today. The gifts of the spirit are not just something for you know, the year number one or year number 30, you know, 2000 years ago. It is for today. The gifts never stopped working and they’re here for us today.
We hope to have a church of balance and one might even say tension. A church that keeps opposites in place, whether it’s holiness and grace, spirit fullness and program and balance and institutionally that is. You know, institutional coherence and planning, and strategizing. So, sometimes those are in tension. So, you know, balance as a congregation.
Number three: a church of excellence. A church that we do, we want to do it well. We want to plan for good services, good solid preaching, good facilities, excellence in the physical aspects of the congregation, excellence in our finances and the way we administer and manage our church, excellence in everything that we do. You know, just because you’re spirit filled and charismatic, you don’t have to be shoddy or disorganized by any means.
And we want a church that will have a community social impact, that will be a presence. We just don’t want to be a church that just raises a lot of dust inside the four walls and nobody knows about it outside. We want a church that is impacting the community and making the presence of the Kingdom of God felt, and having a transforming influence on the community.
We want a church that is evangelistic as well, that has a passion for souls, that it’s not just people coming and you know, studying the word and getting full of the word, and you know, a lot of Greek and Latin and Hebrew, but also seeking souls and growing through conversions. Passionate for souls, I mean, hunting down souls, bringing them into the Kingdom of God.
Also a church that emphasizes holiness, a church that doesn’t compromise the word of God, doesn’t compromise the call to holiness. Holiness is a very complex word, we don’t have time to develop it, but holiness is both consecration to the kingdom, is being set apart and for. Many churches in the desire to see souls come in, I think, sometimes we are tempted to compromise the preaching of the word of God, the vertical explanation of the word of God, God’s holy commands. God is a holy God and we want a church with people that understand the moral standards that God sets for us. We’re going to preach holiness for the world out there, we must live it here as well.
We want a church that is biblical and Bible founded, I mean, it’s preaching. That’s why I’m doing this expository type of preaching, you know, in the beginning. I think it’s a prophetic act, that I’m saying the word of God matters, it’s not just nice themes that help people feel good and so on. You know, we want meat and again, in the tension balance side, even as we preach the fullness of the Holy Spirit anointed, worship, dynamic, flowing in the spirit, we need to be founded on the word of God and we’ll always be a church that emphasizes the teaching of the word of God with excellence, with clarity, with a lot of study and understanding the word of God, Bible literacy from the pulpit on.
We want a church that is diverse. Diverse in several ways, diverse ethnical, even now in this small group, we are a very diverse group right here. It’s a diverse community and I want this multiplied by hundreds. That’s the idea. So, we want a church that is diverse ethnically and racially. We want a church that is diverse socio economically. We want rich people, some of them will be saved you know that, and they can do a lot of good for the kingdom if they are spirit-filled and kingdom-minded. So, God has nothing against money, believe me. God loves people that are prospered. I mean, prosperity is distinctive of the Kingdom of God.
But we also want people who are working class. I mean, we are passionate, God deliver us from a church that is just upper middle, upper middle class, or upper class. God deliver us from that. We want a church that is working class, middle class, upper middle class, upper upper class, I don’t care. If Bill Gates wants to consecrate himself to the Kingdom of God and come here, we will welcome him. But we will also welcome a working class, a labor, a union man, I would be delighted. We would welcome people who are homeless, people who are in transition in their life. Praise the Lord for them. We want a diverse, because each other of them has something to give to the other.
We can all be blessed because God has given a fifth to each of those groups. So, we want a church that is ethnically, socio economically, age wise. I just don’t want a bunch of twenty something, or thirty something. I love them, praise the Lord for that. But I would feel alone. So, I want to see older people here: thirties, forties, fifties, sixties, seventies, eighties, nineties and a hundred if the Lord allows to have a few of those. Diversity age wise, because again, different ages they bless each other. If we only have one age range, oh, man that’s dangerous. We don’t even want to think about that. So, we want diversity age wise as well.
And we want diversity in the spiritual background. People who come radical pentecostal background, but also people who are exploring the gifts and you know, who are more mellow and quiet and we don’t have to be all rowdy Pentecostals. I mean, there are individuals who are more interiorly oriented and praise the Lord. Let them praise and worship quietly. Some will be more evangelical in their outlook. Praise God, let them feel good here. But also those who want to be a little rowdier and you know, flow in the spirit, we want those as well. So, we want a diverse church even also in spirit backgrounds.
We want a church that has worship, that is spirit-lead and dynamic. I pray that the Lord will allow us in the future to have longer periods of worship, flowing in praise and prayer and intercession and anointing, and ministry to the needy, and to the sick and to those who need healing. You know, that will come in time, as we learn to worship the Lord more effectively as we grow numerically and as the dynamic of the spirit itself calls for more, we will give more. But it has to be organic and it has to be called for by the spirit.
Last Saturday we had an amazing spirit-filled time at the end of the service and even before, during the inte4rfcession want. We didn’t plan for that, the spirit did it and we acknowledged the presence of the spirit and so we gave more. And we just, you know, said, forget about the 7.30 limit, let’s just stay and worship as long as necessary. It is a church that will revel and enjoy worshiping the Lord in a dynamic, spirit-filled way.
And then, I’m going to an end, we want a church that has a transformational emphasis, that you come into the Kingdom of God to be transformed. You don’t come into the Kingdom of God to form the Kingdom of God according to your presuppositions, that you had in the word. No, you come to the Kingdom of God to confront you, break you and change you into a follower of Jesus Christ. So people should come into the church expecting that they’re not going to leave the same way that they came.
Everybody needs transformation. That transformative ministry means that we will emphasize discipleship. We will emphasize the formation of disciples, followers, devout followers of Jesus. We will emphasize teaching that points to the need to change or temperaments, our life experiences and that we will become radically committed to the Kingdom of God. Transformation also in the sense that people will see that they need to serve the Lord. I’m going to speak a little bit about service tonight, but you know, that the Christian life is a life of service, that is a life of healing in all dimensions. We all come into the Kingdom of God deformed and traumatized and misshapen and we come to be set or reset in our brokenness and so, this church should be a place of healing, where people be healed emotionally, mentally, physically, intellectually, healed in every sense of the word: from demonic oppression, from sickness, from financial disease and from physical disease as well, all the implications of healing a nd salvation and wholeness in the Kingdom of God. We will emphasize that.
And finally, consecration to the Kingdom of God, radical consecration. I don’t live for myself, I live for the Kingdom of God. And what I have, what I own, what I am, my gifts, my energies, my body, it all belongs to the Kingdom of God and I’m just an instrument for the grace of God to flow in this world. My vacation will be go to heaven. I’ll have thousands and thousands of years to enjoy rest. While I’m here I’m going to dry myself up, giving myself to the Kingdom of God and I’m just an instrument for the Kingdom of God. And that’s the kind of thing that we need to emphasize. So that’s all on the transformational ministry.
And finally, again, what I’m talking about is radical Christianity. We want a church that emphasizes radical commitment. Radical comes from the Latin word meaning root, you know, it is a church that is rooted, people who are rooted in the Kingdom of God, radically committed in their foundations, in their very essence people who are committed to the Kingdom of God. These are dangerous people, with fire in their eyes and foam in their mouths, saying where’s that giant, I want to cut his head off and anything that stands in the way of the Kingdom of God we will have enmity with it, we’ll be sworn enemies of darkness, of death, of disease, of anything that militates against the abundant life that Jesus Christ has come to declare upon creation, we will be enemies of that. We will go against it, whatever form it takes. That’s radical Christianity. We want radical Christians.
So, you get an idea of the church that we’re looking for? I’m announcing that prophetically tonight in the name of Jesus and we will repeat that every once in a while for myself, my own benefit as well, and for yours. Well, these are some of the elements that we hope will be the distinctive of this congregation.
All right, you guys are ready to go home by now, right? No, but I just want to share a few thoughts with you. Go to Ephesians, chapter 4 and we spoke about unity two Saturdays ago. Last Saturday we had a wonderful time with Abram Gillespie as our guest preacher. So tonight I want to continue in our study of Ephesians and you know, we’re going closer to the end, praise the Lord for that. There’s so much in the Bible that we can explore, be excited about.
I spoke about unity and I stayed mainly in verses 1 to 6 in chapter 4 of Ephesians, about the unity of the body of Jesus Christ. Now, I didn’t have a chance to continue but I want to look at these other verses in the light of service. As you will read this, think about service and see how these texts, these verses have point us toward the concept of service and Christians being oriented to being servants of the Kingdom of God and servants of each other and servants of others outside of the kingdom.
It says in verse 7: “… But to each one of us grace has been given….”
Notice the word giving will appear two more times in the next few verses.
“But to each one of us grace has been given as Christ apportioned it –that means as Christ distributed it- this is why, it says, when he ascended on high he lead captives in his train –not that there were trains in that time, that is following him, that is following him- he lead captives in his train and gave gifts to men.”
By the way that’s from psalm 68, verse 18, if you want to take a look at that psalm. It’s interesting psalm 68:8, there’s a change in …. It’s not exactly the quotation that is in psalm 68:18, but that was what he was alluding to.
“What does ‘he ascended’ mean? Except that he also descended to the lower earthly regions. He who descended is the very one who ascended higher than all the heavens in order to fill the whole universe. It was he, who gave –there’s the word again, third time: gave gifts to men; grace has been given; and now it was he who gave- some to be Apostles, some to be pastors and teachers, to prepare God’s people for works of service so that the body of Christ may be built up until we all reach unity in the faith and in the knowledge of the son of God and become mature attaining to the whole measure of the fullness of Christ.
Then we will no longer be infants –you see, what follows in verse 14 on is sort of the behavioral manifestations of what has been described in the previous verses, verse 12, as you prepare people for works of service, the body of Christ will be built up in unity of faith and in the knowledge of the son of God, maturity. Then, you know, that manifests itself in daily life in this way, we will no longer be infants, that’s one thing –toss, back and forth by the waves –that’s how infants, he’s not talking about chronological infancy, he’s talking about spiritual infancy, immaturity would be a better word, ok?
“…. No longer be infants tossed back and forth by the waves and blown here and there by every wind of teaching and by the cunning and craftiness of men in their deceitful scheming. Instead, -this is the positive alternative of how this will be manifested, this maturity- speaking the truth in love we will in all things grow up into him who is the head that is Christ. From him the whole body, joined and held together by every support8ng ligament grows and builds itself up in love as each part does its work.”
Paul loved the metaphor of the body, he inserted it everywhere he could and he did a great job here. I mean, he must have consulted with Luke about the whole ligaments joined with the bones. There’s something about, remember that…. It just occurred to me now that there’s a little, it’s not a limerick really but about the bone joined to the ligament and the ligament joined to the muscle and so on and so forth, people who study anatomy.
You know, he’s giving an anatomical imagery here of the structure of the body in all its intricacy but working coherently, a system of pieces interlocking with each other and working harmoniously towards a given end.
So, you know, I’m impressed when I read this about the complexity of the body of Christ. You know, when you look at the human body you see the same thing. The human body is the most marvelous, not machine, you can call it organism, call it the most marvelous structure, system that was ever devised. It does so many different things, so fluently, so harmoniously and you know, so dynamically. It’s the same like the planetary system, where planets are circulating around the sun at thousands of miles an hour staying within their orbit, not clashing with each other and sustaining life and these things they function there are holes, there are systems but inside they have such powerful dynamic and speed and complexity. And when I see the Apostle Paul, lead by the Holy Spirit meditating on the nature of the church, I always see that great dynamism combined with great coherence and order.
A diversity of pieces brought together in harmony with each other. So there’s a lot of stuff going on but it goes on in such a way that it is orderly and it moves toward a given end in an efficient sort of way. And so, you know, I see that when he speaks about…. Every time, even in other apostolic meditations, the Apostle Peter and others, it’s interesting that when they speak about unity as they speak in the previous verses that we started a couple of weeks ago, immediately somehow diversity comes into play as well. So th4e unity of the people of God is the unity that is somehow made possible by the Holy Spirit, by Jesus Christ being the center and it doesn’t suppress diversity. On the contrary, unity requires diversity. And so, you know, what we need to seek as a church is not everybody thinking the same, it’s not everybody being the same, it’s not everybody having the same gifts, it’s not everybody having the same spiritual temperament, but rather everybody in their own gifting, their temperaments, their own preferences, their own backgrounds, their own personalities, somehow coming together in harmony, united by the power of the Holy Spirit, united by a common doctrine, united by a common purpose, united by a common spirit and understanding of the Kingdom of God, each of us like one planet rotating around the same sun, doing our own work, having our own gifting but all of it oriented to advancing the Kingdom of God and bringing people into the saving knowledge of the Jesus Christ and building up the church.
So each of us is different, each of us has a gifting, each of us has a different perspective, a different specialty if you will, and we all work together for the same thing. So, we salute each other on the road and one is doing one thing, the other is doing another, and we acknowledge each other, we are all part of the same kingdom. The church of Jesus Christ should be one big bee hive with working bees, with queen bees, with warrior bees, all kinds of different bees humming and buzzing and all working to keep the bee hive alive and producing honey for the Kingdom of God.
And so, you know, that is the vision, that Paul…. It’s a dynamic thing. It’s a structural thing. There are so many metaphors here of structure, the body being built up, for example, the different offices, pastors, teachers, Apostles, evangelists, prophets. These ligaments, the whole body joined, held together by every supporting ligament, growing and building itself up in love. It’s a very dynamic universe that is somehow presented before us through these verses and that is the way the church should be.
The church is dynamic, the church shouldn’t be boring. Church should not be bored. If you’re bored you’re missing the whole point of being a Christian, I’m telling you right now. If you’re bored and you are, you know, yawning in the service and yawning at being a Christian, you have missed the train. Find out where you are and where the train went, and ran after it and get back on it because you’re not in the Christian train. The Christian life is exciting, it’s dynamic, it’s demanding, it’s heroic, it’s adventurous, it is dangerous. Praise the Lord for that. It is risky, it is agonizing. It’s heroic and you know, because we enter into a very dynamic universe that demands a lot of us. And so that’s what I see here.
Now, you see that this all comes from Paul saying ‘I urge to live a life worthy of the calling you have received’, verse 1, 4:1. One of the ways that we live a life worthy of the calling we have received is by serving the Lord, by being committed to serving God. I am telling you, if you are not serving God, you are living an unworthy Christian life. You’re missing it. Every believer should be doing something for the Kingdom of God, every one of us.
The thing I see time and time again in scripture is this insistence that each of us has received a portion of faith, a portion of gifting, a portion of grace, each one of you and me. Do not tell me that, oh, I’m too incapable, I’m too impotent, I don’t have an education. You know, my parents traumatized me when I was young. It doesn’t matter. You have been gifted, you have been gifted. If you are a child of God, if the have the Holy Spirit inside of you, you have been gifted to do something, you have the presence of the Holy Spirit. You have a portion of God’s power in you. It is a p…….., vibrating, brilliant piece of energy that is somewhere inside of you seeking to manifest itself in concrete acts of service.
This is why he says here in verse 7, “…but to each one of us…” Please say, each one. That means you and I. It doesn’t say to some grace has been given as Christ apportioned… No, each to each one of us, you have a gift and therefore you have a calling and therefore you have a duty and therefore must serve.
So, when you come into the Kingdom of God, once it dawns on you, that you are part of the Kingdom of God immediately you should be compelled to ask, what can I do? How can I serve? How can I give up myself? How can I spend myself in the Kingdom of God? I do not believe in passive Christians.
Passive, comfortable Christians are an abomination before the Lord, I’m telling you. The only way you can grow, the only way you can develop, the only way you can experience the passion of being a believer, the only way you can experience the gifts of the Holy Spirit, the only way you can feel affirmed in the Kingdom of God, the only way you can experience the abundant life of the Kingdom of God that Jesus Christ says that you will have, is by serving the Lord, by giving yourself, by spending yourself, by investing yourself. In the Kingdom of God you cannot conserve, you cannot conserve, you cannot hoard. If you hoard you’re in trouble. You must become simply a channel through which God’s grace, gifts, resources, flow and they stay a moment inside of you but then they must go on and bless somebody else.
If God gives you money, praise the Lord. If he gives you the faculty of making money, praise God, but that money belongs to the Kingdom of God. It’s not for you to go every day and visit the ATM and rejoice at how many more thousands of dollars you have in your account. It’s for you to use that money to serve others, bless others, and in the process you do bless yourself. But as you give, you receive more.
If you have received the gift of counseling or of wisdom, or of intellectual development, or of developing good social relationships, charisma, whatever you call it, those gifts are not for you to go around like a peacock showing them off and becoming famous through them or getting a lot of ego boost on it. No, you use these things for the Kingdom of God. You bless others with it. If you are a great intellectual and you’re writing books and being influential, make sure that you are at the most powerful apologists for the Kingdom of God as you do these things.
It doesn’t mean that you cannot develop scholarly excellence. You should and if you have the mind of Christ you can be the best scholar in the world. But you better be using it for the Kingdom of God. Don’t tell me this stuff about, oh, my political life, my intellectual life is one thing and my spiritual life is another. That two tier mentality is another abomination of God, it’s a lie of the devil. You know, the Kingdom of God and the human reality, human history are all one. The Christian world view permeates every aspect of life.
Politics, economics, law, media, art, philosophy, the Kingdom of God is a leaven that penetrates everything until it fills everything with its power and its life. So, if you have intellect, that intellect better be permeated by the spirit and the values of the Kingdom of God. If you have money, that money better be permeated by the values of the Kingdom of God. If you have political influence, you better manifest the values of the Kingdom of God.
So don’t tell me you’re a senator, by day you’re a pagan and then on Sunday when you come into the church, somehow magically you become a Christian. No, you’ll be 24 hours a day a Christian senator, or a Christian teacher. It doesn’t mean you have to carry a chip on your shoulder announcing, ‘Christian teacher’. No, you will find ways to manifest the Kingdom of God through your teaching. Even as you manifest excellence in your teaching and you’re the best teacher in the school, you also somehow exude and express the values of the Kingdom of God and you influence your students and your environment for the Kingdom of God. That’s what, you know, when you are called to serve, when you are called, you are called to serve, in other words and you have received the gift for service, and you have received a gift. I could take time here and prove it to you through several texts.
And it’s interesting that there’s always this emphasis here, to each one of us grace has been given… Why grace? Why the concept of grace here? Grace, caris, caris, it means gifting, gratis, it means free. Gracious, graceful. It’s the idea, God gives these gifts because he is loving, because he is merciful, because he is gracious, because he is generous, because unilaterally he feels out of his bountiful provision, he says, ‘I’m going to give of my gifts’. I have the gift of intellect, I will give that. I have the gift of creativity, I will give that. I have the gift of prosperity and creation of material things, I will give that. I have the gift of counseling and healing of emotions, I will give that. God gives out of his grace and we receive.
My gifts are not my own, my gifts are mine as long as I use them for the Kingdom of God. The moment that I use them in other ways for gain, or personal gain, or in a perverse sort of way, for whatever purpose humanly I conceive, I’m dead in the water. The gifts are conditionally given for the use of the Kingdom of God.
Now, they can be misused, but I think that the way that they flow in all their authenticity and beauty and blessing and life affirming influence is as we use them knowing that they’re not mine. They’re not for my benefit. They come from God, they belong to God and God gives them to me for a moment for me to flow in them. And as I flow in them I am blessed.
And so, he says, “each of us grace has been given as Christ apportioned it.” That’s an interesting qualification there. As Christ apportioned it, in other words, as Christ distributed, divided it, in different portions to different people.
You remember the parable of the talents. He gave a certain amount of talents to one, some to others, and some to others. He didn’t give to everybody the same amount of money for investment. So, to some God gives, you know, very powerfully, very publicly, very universally in influence. To others he gives local influence. You’ll see that in the different offices that he manifests here, Apostles, prophets, evangelists, pastors and teachers, you know, Apostles were at the top of the chain, the food chain, in other words, spiritually speaking. Apostles had universal influence, you know, these Apostles that we see in scripture and throughout history I think God has raised Apostles, are people who have a gifting for encompassing influence. They have authority and they are gifted accordingly, in terms of perception, authority, linkage to the wisdom of God, courage and all kinds of other things that they need to be Apostles, theological acumen and perceptions, so that they can rule the church in the positive sense of the word, at a universal encompassing level.
Now, you have pastors and teachers who exercise their influence at a congregational level. A teacher teaches a class or mentors a students, or disciples two or three people. It’s much more localized. But just as beautiful and just as influential. Apostles need pastors. Pastors need evangelists and prophets. Prophets need pastors. God do they need pastors, they need to be pastured. Their prophetic insight is only good for certain things, but when they get out of their prophetic insight and they’re very tempted to do that many times, they’re lost, clueless and they need pastors with their wisdom to come and bring them back into prudence and wisdom.
So, it’s a body. You know, these different people, but they interesting thing is that each of them has different levels of gifting according to what is required for them to carry out in the Christian economy.
So, as Christ apportioned it. To some he have gave huge amounts of provisions, a Billy Graham, you know, was given mounts of stuff, I mean, God opened a couple of extra windows and just threw on him the evangelistic gift. And there are others who have a more localizes evangelistic gift, but the thing is this; that nobody can say, ‘I didn’t get a thing’. That’s the key. Everybody has something and what you have is exactly what you need and you should rejoice in it and not be lusting after the other person’s gifting.
Read Romans chapter 12. If God has given you a gift to teach, teach. If he has given you a gifting to preside, that is to exercise leadership, exercise leadership. If he’s given you a gift to distribute and share wealth, share it simply, generously, without strings attached and give. See. That’s the idea.
So, you must flow in the gifting that you have received, but you must flow. If you do not flow, you will become stagnant. And you know what happens to water that becomes stagnant, it smells bad. There’s a lot of Christians who smell bad because they do not flow, they do not do anything.
You know, I go back to my original insight which was this: we are called to flow. If God gives you something, flow in it, share it, give it away. You know, more and more in my life I see that. I cannot afford to be conservative in the way I live, conservative mentality is the mentality of death. You know, winter comes, 4.30 pm it’s dark outside, what do you want to do? You want to go inside your house as soon as you get from work, you rush and you take your coat off, drink a nice cup of tea or whatever and start heating up that television so that when you cook dinner you bring your tray and you sit before the television and enjoy being this warm place, looking at those poor, dam souls walking outside through your window. And they say, oh, come to church or come and take a discipleship class or go evangelize, and you say, no, tomorrow I get up at 5 am and got to prepare to go to work and I’ve to protect myself, I’ve got to go to bed early and you know, I got to get my rest and I got to get my lunch prepared in the morning and all this stuff and you’re conserving. You’re thinking, ‘I want to live a comfortable life. I want to protect myself. I want to protect my privacy. I want to protect my body. I want to protect my sleep. I want to protect my energy’.
And you know what? Paradoxically, ironically, sadly the very opposite of what you’re seeking happens in your life. You’re continually tired. You’re continually grouchy. You lose sleep, you’re anxious. Money doesn’t somehow enable you to make ends meet. Why? Because you’re stagnant. Because you’re not flowing. And you’re depressed and you…. oh, all the problems that I have in my life and all this.
And start giving. Stop caring about yourself. Stop thinking about yourself. Stop protecting your energies. Give to the Lord in the spirit in the name of Jesus Christ and God will give you more and more and more. The depression will leave, the anxiety will leave, the ‘achaques’, How do you say that? The pains in the body will leave because sometimes the pains in the body are lack of lubrication, you’re so stuck that your joints become moldy and rigid. As you flow the gifts, the lubrication of the spirit and you’re blessed. There is nothing like living life for the kingdom and for others.
Magically, beautifully you are blessed, you are prospered, you are energized. You receive more. The Bible says that those who have will receive more, those who don’t, even what they have will be taken away from them. Yes, or no?
As you move in the spirit by faith. Some people say, I’m too poor, I cannot give. Well, because you’re too poor you must give, because as you give you’ll get more. People say, no, I got to wait until I have to give. No, if you have a penny, give that penny. If you have a quarter, give that quarter. Whatever it is invest it in the kingdom and as you give it will become magnetic, it will attract more. That’s the power of flowing in service, flowing in the spirit.
Many people experience lack in their life, whatever manifestation of that lack is, because they’re not flowing, they’re stagnant. So, if you want to revolutionize your life, if you want to get out of the pit, start moving and start giving. Forget about yourself and give to the Kingdom of God. Serve. Forget about the pains and the sorrow and stop licking your wounds, start caring for others. Start giving to others and the healing will take place magically, beautifully. As you start walking the sea, the river opens before you and you cross it dry. That is the magic, that is the mystery, that is the secret of a fulfilled abundant life in the Kingdom of God.
A personal little, I’ll stop here, because there’s so much, but you know, I’m celebrating, we’re celebrating as a family the fact that Abby, our daughter just today, before coming to the service, received the letter, early decision acceptance to Boston College and praise the Lord for that. And this is why I tell you this: that was her first choice, that’s where she wanted to go. And you know, I’ve been concerned because she’s been traveling an hour and a half from home to school because the school she goes, the Christian school Boston Trinity Academy moved far so we haven’t been able to take her in the morning and it’s an hour and a half each way. It’s taken a toll on her and it’s been difficult but tonight when she told me that she was going to come to the service to do the transparencies, it was like fiveish, no, it was fourish, like 4 o’clock something, you know, a little pin went through my head, you know, I said, ‘maybe she should stay home and study’. That’s the human reasoning. That’s the carnal, the natural mind, see, saying she should conserve, she’s got to be careful because she was applying for early decision and grades, and these last grades… I was an admissions officer so I know what I’m talking about, you know, I know how admissions officers look, they’re thinking of the last minute thing. They’re going to look at those grades so, you know, I could have seen it perfectly ok, you know, conserve, stay home, stay away for a few weeks from church even and dedicate yourself to your studies. You know, that’s the natural way.
So, I was blessed when today, when she was walking out to go to the train station, her mother was going to carry her, I get a call about 30 seconds later, ‘Dad, pick up the phone, pick up the phone. I got accepted into Boston College’. She got the later when she was walking out to come to church of acceptance. And I think that’s a prophetic thing.
See, always in my life I have always said, if I serve God he’s going to take care of me. I don’t care if I have an exam tomorrow morning, a final exam, if there’s somebody who needs me for a counseling session, I practice that, I say this just you know, for the glory of God, whether at Princeton, at Harvard or wherever. I always said, first, serve the Lord. Even when I was living like a pagan, a bit in other ways, but I always had that thing of serve God and serve others, and God always blessed.
And today my ethics is ‘Father, take care of my family, my daughters, my wife, my finances, my health, and I will take care of your kingdom. Just take care of the things that I love and that I need and allow me to dedicate fully to serving you.’
When you live like that God blesses. When you live for the Kingdom of God. When you say God has gifted me, God has given me and I’m going to spend my life serving him and not going to worry about preparing this whole mountain for me to dwell in, but simply I’m going to serve the Lord, I’m going to give, I’m going to flow and he will take care of me. As I take care of his kingdom, as I seek first the Kingdom of God and all its justice, God will give me all the desires of my heart, those things that people burn themselves to acrispt to obtain and to deform themselves and misshape themselves. God will give them, I mean, at the end I’ll be nice and fresh like a lettuce because he will have done it. That’s the key to happiness: serving the Lord.
That’s how you live a life that is worthy of the calling that you have received by service. And God commits himself to empower you to gift you, that’s the idea. That’s why he begins saying, Jesus Christ gave, because you know, he doesn’t serve me like a slave that has not been fed or clothed or given rest. No, God says, I’m going to give you rest, I’m going to give you gifts, I’m going to give you energy, I’m going to give you power. Now, in that power, serve me.
How easy can it be? And then as you serve me, I will give you more and the more you serve me, the more I’ll give you, the more I’ll bless you. I mean, that’s a great deal, if you ask me. You don’t have to be a rocket scientist to say, that’s a great deal, and that’s what’s implicated in this whole chapter. We don’t have time to go deeper into it but I think the Holy Spirit is emphasizing that dimension of his word tonight, flowing service, give yourself, spend yourself. Do not be concerned about how will I replenish, where will I get the next tank of gas? He knows, he will find it for you, don’t worry about it. Your call is to serve. Your call is to flow in the gifting that you have received and as you serve him recklessly, hilariously, he commits to giving you more and giving you that happiness, that fulfillment that you’re seeking. How many can say amen to that tonight? It’s the word of God, it’s not me. It’s the word of God, the spirit of God speaking to your life right now.
Let’s stand. Father, we say yes, we say amen to your revelation tonight. We say amen to your calling. I thank you, Father, because I do not deserve a thing from you, and yet you unilaterally, sovereignly, generously decided to open up your extreme reserve and drop into my life gifts that bless me first, bless my family and now can bless others as well.
Lord, we want to be worthy of your calling. We want to be worthy of your investment. We want to be worthy of your expectations. May your word come and impregnate your people tonight. May this call to service become a radical, repetitive, insistent presence in each of our lives. And Father, I cast this word into this congregation, those who are here and those who will come, and those who are not here tonight, who consider themselves a part of this body. And I pray that this value, this governing value of service, radical service, radical giving, holiness, consecration to your kingdom will be a distinctive quality of this congregation for as long as it lives, of all its leaders, of its ministers, of every person who is a part of this congregation, now and in the future.
I preach this message prophetically, Father, in your spirit and I cast it out into the essence of this congregation. I send it out, Father, to impregnate and vibrate, and inform everything that we do in the future. And may it stay in us first, Father. Thank you for the fact that you have first gifted us and then you ask us to serve you in that gifting, and then you promise to bless us. We receive that promise and we bless your name in the name of Jesus we pray. Amen. Amen. Amen.
Justificado por fe sin las obras de la ley
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Vamos al versículo 21, Romanos 3:21, del 21 al 31. En realidad vamos a estar tocando todo el Capítulo pero estos versículos son representativos del contenido del resto del Capítulo.
Dice: .... Pero ahora... –hay dos cosas ahí bien importantes, un ‘pero’ y también dice ‘ahora’. Recuerde que el Apóstol Pablo está hablando en términos de su tiempo. Ahora, ¿por qué? Porque ha habido un cambio en la situación del hombre, de la humanidad en el tiempo de Pablo. Ese ahora es en Cristo-.
Dice: “....Pero ahora aparte de la ley –otro término revelador- aparte de la ley se ha manifestado la justicia de Dios testificada antes –yo pongo ahí antes- por la ley y por los profetas....”
Es decir, la justicia de Dios se había manifestado hasta el tiempo de Pablo por medio de la ley y los profetas, las ordenanzas, los mandamientos, los principios del Reino de Dios habían sido manifestados a través de la ley judaica, el Antiguo Testamento.
“.... por la ley por los profetas, pero ahora la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo...”
Es decir, ahora dice Pablo la justicia de Dios se está manifestando en una forma diferente, ahora es por medio de la fe en Jesucristo.
“.... para todos los que creen en él.” Eso me recuerda ese pasaje, ¿no¿ para salvación de todo aquel que cree, todo aquel que creen el él.
“.... porque no hay diferencia...” Recuerden que este es un tema que el Apóstol Pablo ha estado elaborando continuamente, esto de que no hay diferencia. No hay diferencia entre el judío, el griego, el romano y vamos a ver que incluye ni siquiera a los cristianos en qué sentido.
“..... para todo aquel que cree porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron”
¿Cuántos saben ese versículo de memoria? Dígalo conmigo:
“....por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente.”
Ese es un término bien importante también, ‘gratuitamente’, quiere decir sin costo alguno. ¿Por qué? Por su gracia. Y ¿usando qué instrumento, por qué medio?
Dice “.... mediante la redención que es en Cristo Jesús a quien Dios puso como propiciación”
¿Qué quiere decir la palabra propiciación? Quiere decir como rescate, quiere decir como cuando una persona ha sido secuestrada que se le pide un rescate a los familiares. Es una idea más o menos así, no. El Señor fue puesto como rescate por nosotros. El `pagó el precio, él se puso en el lugar nuestro. Todas esas ideas están metidas en esa idea de propiciación.
“.... como propiciación por medio de la fe en su sangre para manifestar su justicia a causa de haber pasado por alto en su paciencia los pecados pasados con la mira de manifestar en este tiempo –el tiempo de Pablo pero de ahí en adelante esto alcanza hasta nuestro propio tiempo- su justicia a fin de que él sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús.”
Fíjense que Dios tiene un propósito como personal en hacer las cosas de esa manera, de que la salvación sea por Cristo y por gracia y por fe. El dice para que él reciba la gloria y el crédito. A Dios le interesa mucho su gloria, hermanos, y vamos a explicar un poquito por qué. Para que él sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Entonces dice aquí “ ¿Dónde pues está la jactancia?” En otras palabras, esto es una pregunta retórica más bien. La jactancia es un tema que Pablo ha estado trabajando continuamente, la jactancia del hombre, el orgullo del hombre y la jactancia de los judíos que se creían mejores que nadie, la última Coca Cola en el desierto, como dicen por ahí. Ah, nosotros tenemos la ley, tenemos a Moisés, tenemos los profetas, tenemos la revelación del Dios único, y se jactaban de ser la gran cosa.
Por eso Pablo ya los atacó antes: “he aquí tu tienes el sobrenombre de judío, te apoyas en la ley, te glorías en Dios y conoces su voluntad e instruido por la ley y apruebas lo mejor y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, etc.”
Ya Pablo les ha dicho, ustedes no son nada, ha hablado a los judíos, y dice entonces aquí “¿Dónde pues está la jactancia?” No hay jactancia si la salvación es por fe nadie se puede jactar, nadie se puede gloriar.
¿Dónde pues está la jactancia? Queda excluida, en otras palabras queda neutralizada, queda anulada completamente ¿por cual ley? ¿Por la ley de las obras del Antiguo Testamento? No, dice “... por la de las obras no, sino por la ley de la fe”.
Y aquí está la conclusión de Pablo de todo esto, que yo voy a elaborar un poquito más en un momento, pero Pablo como un teólogo y como una persona que está escribiendo un tratado lógico, coherente, secuencial, él ha estado montando sus argumentos en una forma muy elaborada, muy concreta, dice:
“... concluimos pues, que el hombres, es decir la humanidad es justificado por fe sin las obras de la ley”.
Ahora, hermanos, los que están aquí que no conocen mucho de este lenguaje y estas imágenes bíblicas, que son nuevos, como digo en el Evangelio, cuando dice las obras de la ley se está refiriendo a la obediencia a todos esos mandamientos que Dios estableció a través de la ley mosaica. Cuando usted va a libros como Deuteronomio, Levítico, Éxodo, hasta un poco de Éxodo también, y todos esos libros donde está la ley y la ley establecida de... usted va a ver que había muchos mandamientos allí de dieta, mandamientos formales de lavarse las manos, de hacer esto, de hacer lo otro, y ¿saben qué? no contentos con esos mandamientos los judíos elaboraron una cantidad ... el Talmud eran literalmente cientos y cientos de tratados y de mandamientos adicionales para asegurarse de que esos mandamientos de la ley fueran cumplidos. Entonces se convirtió en un aparato increíble, una mogolla de mandamientos que gobernaba todo, absolutamente todo, toda la vida del hombre estaba... el judío no se podía mover sin que una ley tuviera algo que ver con cualquier funcionamiento. Se había convertido en algo aparatoso y abrumador en la vida del pueblo hebreo.
Y Pablo trae algo revolucionario, una revelación que tenía que venir de Dios, que él está aclarando ahora, porque cuando Cristo vino, murió en la cruz, no había por allí un libro que dijera qué significaba eso y cuáles eran las implicaciones detalladas de esa muerte del Señor en la cruz.
Tuvo que Dios usar a un hombre como Pablo y otros de los escritores de la Biblia para darle a la gente la explicación de qué quería decir, por qué era necesario que Cristo muriera, y cuál era la importancia de su muerte y cuáles eran las consecuencias positivas de la muerte de Jesús. La gente no entendía eso, Dios usó al Apóstol Pablo para aclararnos a nosotros el significado de todas esas cosas.
Entonces, Pablo dice el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley, es decir, aparte de todos esos mandamientos porque había muchos judíos que se convirtieron a Jesucristo que creyeron que él era el Mesías, pero como no se les había explicado, creían que ellos tenían que seguir guardando toda la ley de Moisés, siguiendo con todas esas ataduras religiosas y todos esos mandamientos, y todos esos rituales y que Cristo era simplemente como la cereza que se le pone encima al bizcocho, al pastel. Bum, una cerecita allí que lo hace bien bonito y lindo. Pero Pablo dice, no, no, Jesucristo no es la cereza. Jesucristo es el pastel completo. Ve, cuando Cristo murió él anuló ... vino un viento y se llevó toda esa porquería que era puramente mandamientos y elaboraciones de hombres. Además de eso Dios estableció la ley más tarde vamos a ver, para proveer un trasfondo para lo que iba a venir que era la gracia a través de Cristo Jesús. Vamos a aclarar eso también más adelante.
Pero todo eso está implicado en esa expresión “el hombre es justificado por fe aparte sin las obras de la ley”, por eso en el versículo 21 “pero aparte de la ley...” aquí lo dice en manera diferente.
“Concluimos que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”.
Ahora, una de las conclusiones de esto es lo que dice el versículo 29: “¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles”
Ese fue uno de los grandes misterios que Dios le confió al Apóstol Pablo para que le revelara a la humanidad. Era que la salvación no era solamente para un grupito escogido de personas, nacidos en un pueblito que se llamaba Israel, sino que la salvación era para toda la humanidad, toda carne será salva, dice el escritor Joel.
Entonces, “.....también de los gentiles, dice, porque Dios es uno y él justificará por la fe a los de las circuncisión –es decir a los hebreos- y por medio de la fe a los de la incircuncisión –es decir a los gentiles, los que no nacieron en el judaísmo-. Luego ¿por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.”
Ustedes ven hermanos por qué yo estoy tomándome este tiempo para trabajar estos conceptos. Hermanos, es que es importante que ustedes jóvenes y viejos en la fe, conozcan los principios básicos de la Biblia y de la fe cristiana.
Cuando yo me tomo tiempo, como me estoy haciendo, para ir peinando diferentes pasajes del libro de Romanos, lo estoy haciendo porque quiero darle un mensaje subliminal, un mensaje subconsciente, y no tan subconsciente porque lo estoy explicando ahora, y es que es importante que ustedes conozcan la Biblia, es importante que ustedes estudien los conceptos que están encerrados en ella.
Es importante tener un pueblo que sea alfabetizado bíblicamente, porque tenemos muchas iglesias y mucha gente que son analfabetas bíblicamente. No conocen los principios de la fe, no conocen los términos de la fe, no conocen exactamente qué es lo que creen, no conocen los personajes de la Biblia, no conocen los grandes eventos de la Escritura, no conocen la diferencia entre los profetas y los reyes del antiguo Testamento y los patriarcas, no conocen es el Nuevo Testamento y Antiguo Testamento. Hay tantas cosas que ustedes deben conocer, hermanos, y que yo les animo en el nombre del Señor a que se metan a fondo y estudien la palabra de Dios y conozcan estas cosas y al nosotros tomar tiempo para desglosar la Biblia, de esa manera estamos diciéndole, es importante que ustedes sepan, cuando leen algo a qué se está refiriendo. Y eso se toma tiempo, pero todos podemos llegar a eso.
Yo les aseguro que esto no es para los superdotados, todos ustedes pueden recibir ese tipo de enseñanza. Ahora, recuerden bien, que Pablo ya le ha cortado la cabeza a los paganos, los romanos y los griegos. Dijo “los están bajo pecado, han desobedecido a Dios, lo han convertido en un ídolo, lo han convertido en una imagen de reptiles, de animales, de hombres y Dios está molesto con ellos y sus pecados los descalifican de ser salvos”.
Y entonces se dirige después de los romanos y los griegos y toda la demás humanidad que no conoce al Dios verdadero, se dirige a los judíos y dice: “y ustedes también, judíos, no se crean demasiado importantes porque ustedes también, ustedes dicen que guardan la ley y esto y lo otro, pero ustedes también pecan continuamente. Nadie se salva por las obras de la ley”.
Y entonces Pablo también le quita cualquier reclamo de justicia a los judíos y dice, ustedes también, como vimos en el Capítulo 2, han pecado y han desobedecido a Dios y también son hijos de pecado. Por la ley nadie se salva.
Pero ¿saben qué? Que ahora en el Capítulo 3 también dice lo mismo aún de los cristianos que se creen que ellos también pueden ser salvos por sus buenas obras.
¿Cuántos evangélicos conoce usted que se creen que porque vienen a la iglesia, y dan dinero o danzan o son miembros del grupo de diáconos o lo que sea, son salvos? Hay gente que tiene un sentido de justicia personal y se creen que, bueno porque pertenecen a León de Judá o porque son evangélicos, o porque su papá era pastor, o su abuela era una mujer de fe y oración, que ellos son salvos.
Y Pablo dice, mire, nadie puede ser salvo por la obra ni de nadie, ni de sus propias obras. Por eso Pablo dice aquí en el versículo 9: “...¿Qué pues somos nosotros mejores que ellos? -Hablando de los judíos- En ninguna manera, pues ya, dice Pablo, versículo 9, Capítulo 3, hemos acusado a judíos y a gentiles que todos están bajo pecado.”
Es muy importante para Pablo y para nosotros entender eso. Hermanos, no hay un solo ser humano caminando sobre esta tierra, ni que haya caminado sobre la tierra que pueda decir, que por sus buenas obras puede entrar al Reino de Dios.
Por eso es que hay tanta gente cuando usted le dice, mira, recibe a Cristo como tu Señor y salvador. Conviértete de tus pecados. Dicen, pero ¿para qué tengo yo que convertirme y arrepentirme? Yo no mato a nadie, yo no robo, yo no le hago daño a nadie, yo no ando por allí pateando perritos en la calle. Yo soy una persona buena. Yo no necesito arrepentirme de nada. Hermanos, todos, todos, dice la Biblia, hemos ofendido a Dios en alguna manera u otra. Ya sea de pensamiento, ya sea cosas que no hemos hechos, cosas que hemos hecho, miradas que hemos dado, deseos que hemos tenido en nuestra mente, cosas pequeñitas o grandes que hemos hecho, nadie entra al Reino de Dios por sus obras.
¿Cuántos dicen amen a eso? Lo único que podría permitirle a un hombre, a una mujer entrar al Reino de Dios por sus obras es si fuera impecable y perfecto. Desde que usted cometió un solo pecado, ya usted queda descalificado. Lo único que le permite a usted pasar por su propia inteligencia o astucia, o recursos, el examen de Dios es una A perfecta. ¿Y qué ser humano puede decir yo nunca he hecho nada malo?
Y eso es lo que Pablo quiere desarrollar aquí. El dice “no hay justo ni aún uno –citando la Biblia, ¿no? él está citando aquí el salmo 14. Si usted va al salmo 14 dice lo siguiente, hablando acerca de la humanidad, dice “se han corrompido, hacen obras abominables”. Ese eres tu y yo hermano. No hay quien haga el bien.
Dice “Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres para ver si había algún entendido que buscara a Dios”. ¿Y saben cuál fue su conclusión al final de esa búsqueda? Dice: “todos se desviaron a una se corrompido, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.
Cuando alguien le dice a usted que es una persona buena, que no tiene nada de qué arrepentirse, está haciendo a Dios mentiroso, porque ya Dios lo dijo, no hay nadie que se pueda salvar por su propia bondad.
Y eso es lo que Pablo ha querido hacer claro antes de entrar en lo positivo. Primero él ha dicho: humanidad, todos ustedes son dignos del infierno. Nadie se puede salvar por obedecer a sistema religioso. Nadie se puede salvar por portarse bien y hacer lo correcto. Todos, y él lo prueba, uno por uno, paganos, judíos, cristianos, todos están bajo la misma condenación, excepto –y aquí es donde él comienza a ponerse positivo- excepto por la fe en Cristo Jesús.
Dice Pablo, la salvación en última instancia es por gracia divina, es por un favor divino, es porque Dios se ha propuesto hacerlo así. Por eso mire lo que dice en el versículo 25, dice:
“A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre para manifestar su justicia a causa de haber pasado por alto en su paciencia los pecados pasados”.
En otras palabras, el Señor dijo, ¿saben qué? esta gente por más que quieran nunca se van a salvar por si mismos, así que ¿saben qué? yo voy a perdonarles sus pecados por medio de la sangre de mi hijo. Voy a pasar por alto sus pecados y los voy a salvar a todos.
¿Cuántos han ido a una biblioteca pública? Saben que a veces las bibliotecas tienen días de perdonarle las multas a las personas, les interesa que les devuelvan sus libros y dicen: hoy, vamos a perdonarle a todo el mundo que tiene multas y tráigannos los libros que se los vamos a perdonar. A ellos les interesa que les traigan los libros. ¿Por qué? Porque hay gente que no quieren aparecerse en la biblioteca porque le deben dinero entonces quedan con los libros en la casa. Dicen, vengan hoy que les vamos a perdonar todas sus multas, pero devuélvanos los libros.
¿Saben qué? Dios ha dicho asimismo a la humanidad. Miren, ¿saben qué? voy a perdonarles sus pecados, no se los voy a tomar en cuenta, pero hay una cosa que tenemos que hacer. ¿Sabe cuál es? Recibir el sacrificio de Cristo como aplicable a nosotros. Eso es lo que Pablo está diciendo.
Cada uno de nosotros, la única manera de poder ser salvos es cuando nosotros admitimos, Señor, por mi mismo, yo estoy frito, por mi mismo, yo me iría al infierno ahora mismo, pero ahora yo acepto el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario como sustito por mi pecado y yo creo que por sangre yo soy salvo. Y yo lo recibo a él como mi salvador.
¿Usted entiende lo que quiere decir ahora recibir a Cristo como salvador? Quiere decir, yo reconozco que por mi propia fuerza yo no puedo salvarme, pero Cristo murió por mi y entonces tu pagas el precio de mi pecado. Y eso te hace salvo.
Y lo que Pablo está insistiendo aquí, eso es una doctrina tan importante en la vida cristiana de que la salvación es gratuita, de que la salvación es por gracia, de que la salvación es por medio de fe y que la salvación es por medio de Cristo Jesús, porque todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios. No hay remedio humano que valga contra la pecaminosidad del hombre. Solamente la sangre de Jesús.
Entonces, por eso en el versículo 27, miren lo que dice:
“¿Dónde pues está la jactancia?” En otras palabras, cuando uno entiende eso, que yo no me puedo salvar por mi mismo, que solo Cristo salva, eso me cancela inmediatamente cualquier orgullo que yo pueda tener.
Recuerdan que yo les he dicho algo que una de las grandes controversias de Dios, es más, la más grande controversia de Dios con la humanidad es con respecto al orgullo y la soberbia humana. Mire que desde Edén Dios ha estado bregando con el orgullo. El primer orgulloso fue Lucifer, el ángel más exaltado que Dios creó, que dice la Biblia, sugiere la Biblia que quiso hacerse como Dios y ponerse en el lugar de Dios, se llenó de orgullo.
Si usted lee ahí en Ezequiel, habla acerca de esto, dice que se llenó de soberbia y se quiso poner en el lugar de Dios y por eso Dios lo arrojó del cielo. Y ese es el Satanás que hoy en día nos crea tantos dolores de cabeza aquí en la tierra. Y ese Satanás tienta al hombre y el hombre a su vez, hace lo mismo. Dios le dice, no toques de ese árbol del conocimiento del bien y del mal, y el hombre lo hace y se revela contra Dios.
Y usted sigue la torre de Babel, los hombres volviendo otra vez a hacer lo mismo, enorgulleciéndose, diciendo, vamos a construir una torre bien alta como un monumento a nuestra sabiduría y nuestra grandeza. ¿Y qué hace Dios? Le da una patada a ese castillo de arena y le confunde las lenguas y los lanza por toda la tierra; orgullo de nuevo.
Y después, saca un pueblo de la nada, de un pobre beduino errante por allí que se llama Abraham, viejo ya, y seco y muerto casi, y le da un hijo y crea una nación y esa gente malagradecida y orgullosa salen de Egipto, de la esclavitud, y no bien han salido ya se están quejando de Dios y se revelan contra él en el desierto.
Y después, lo traicionan y adulteran con otros dioses mientras Dios los bendice, los bendice y los bendice. Y se creen lo mejor de lo mejor, y se revelan contra el Padre, le violan su realeza, su dignidad paternal, lo insultan continuamente.
Y eso lo hacen los romanos, lo hacen los griegos, lo hace toda la humanidad a pesar de que Dios le ha dado una revelación natural para que conozcan porque el hombre sabe, tiene instintivamente el bosquejo de la personalidad divina escrita en sus genes. El hombre sabe quién es Dios en forma general y aún así persiste en rebajarlo.
Entonces, hermanos, yo veo a Dios como a un ser, un rey tremendamente consciente de su dignidad, su realeza, su santidad, continuamente ignorado por sus hijos.
Óigame los que son padres saben a qué me refiero. Un hijo rebelde, un hijo que descuida a su padre y a su madre, dice la Biblia que por eso Dios aborrece, ¿por qué es que Dios toma tan en serio a los hijos rebeldes insultantes con sus padres y desobedientes y descuidados con sus padres? ¿Por qué uno de los mandamientos primeros es ‘honra a tu padre y a tu madre’? ¿Por qué? Porque Dios sabe de lo que está hablando. Porque Dios sabe la ofensa que la humanidad continuamente lo ha descuidado, lo ha despreciado.
Y por eso ¿saben qué? Dios se ha asegurado de que el hombre nunca pueda salvarse por si mismo. Porque si se pudiera salvar por si mismo quitarían a Dios completamente de la película. Por eso es que aquí dice, entonces, ¿dónde pues está la jactancia? Queda excluida. ¿Ve?
Y en el versículo 26 “... con la mira, dice, Dios estableció las cosas de esa manera, con la mira, es decir, con el propósito de manifestar en este tiempo su justicia a fin de que él sea el justo y el que justifica”.
Porque hemos visto eso, hermanos , cada vez que el hombre puede hacer cualquier cosa por si mismo, enseguida saca a Dios del asunto. Por qué Dios cogió a Gedeón y le dijo: mira, tienes treinta mil hombres contra todo el ejército de cientos de miles, pero son demasiados, porque si ustedes ganan con esos treinta mil, se van a creer que fueron ustedes que lo hicieron. Así que llévamelos allí y dile a todos los que se quieran ir que se vayan, y después dice: aún todavía son muchos. Aún todavía pueden decir quizás que fue por una buena estrategia, o por su valor o su destreza militar. Dice: no, llévamelos a las aguas y pruébamelos y lo dejó con 300 hombres. ¿Por qué? Para que cuando ganaran tuvieran que darle la gloria a él.
Hermanos, es fascinante. Si tuviera la capacidad novelística para expresar toda la historia humana es Dios buscando el reconocimiento de su criatura, buscando que su criatura entienda que no hay nada más importante que sujetarse a él, el Padre, el soberano, el rey, el Señor. Por eso, hermanos, es que Dios ama tanto la humildad y la mansedumbre. Por eso es que la Biblia dice que al corazón contrito y humillado, Dios no lo despreciará. Por eso es que, hermanos, es importante respetar nuestras autoridades. Es importante que los jóvenes aprendan a respetar las canas. Es importante no andar con una actitud rebelde que todo lo cuestiona, que todo lo critica, que todo lo rebaja como esta generación actual, porque Dios aborrece al corazón rebelde, porque él sabe y por eso es que Dios siempre hace las cosas de manera que no le quede gloria al hombre, sino la gloria sea para él, porque todo lo que existe, existe porque Dios lo ha creado.
En última instancia, hermanos, todo es ilusión excepto la mente de Dios que concibe al hombre. Sin Dios no hay nada. Sin Dios no hay nada. Entonces por eso es que Dios se las arregló para establecer un sistema de miles de años para ir llevando a la humanidad como a un callejón sin salida, poco a poco, es como los vaqueros que cogen las reces y las van llevando poco a poco hasta meterlas en el corral. Dios elaboró un sistema que se llama la ley y le puso al hombre, dice, bueno, ¿tu te quieres justificar por ti mismo?, ok, no hay problema, te vamos a dar la manera de hacerlo: unos mandamientos y cuando tu llenes esos mandamientos, pues entonces puedes salvarte.
Y ¿saben qué? el hombres al final va a tener que concluir: no puedo. Ya agotado, cansado, Señor, la verdad es que no puedo salvarme. La ley fue un ardid, fue una trampa que Dios le metió la hombre, una zancadilla que Dios le metió al hombre. Eso es la ley. Fue una forma de Dios establecer un trasfondo de terciopelo negro sobre el cual poner el diamante de la figura de Cristo Jesús, hasta poético me puse allí.
Es el trasfondo negro del fracaso del hombre, el pecado del hombre. Y Dios estableció todo ese sistema de la ley. Por eso es que Pablo dice, no es que la ley sea mala, al contrario. Juega un papel bien importante, es un espejo ante el cual el hombre puede ver su incapacidad de salvarse a si mismo, así que juega un papel bien importante.
Ustedes recuerdan la fuente de bronce que tenían los sacerdotes en el Antiguo Testamento. Antes de ellos ministrar tenían que mirarse y si había una mancha o algo, tenían que lavarse las manos y los pies, como simbólicamente, las extremidades, antes de ministrar delante del Señor, tenían que mirarse en el espejo de bronce de la fuente y entonces se podían lavar. La ley es el espejo que le ha permitido a la humanidad concluir que no se puede salvar a si misma, obligándola a ir y tirarse a la misericordia y la gracia de Dios.
Entonces, qué maravilloso es lo que está diciendo Pablo, ¿no? Humanidad, tu has pecado, estás destituida de la gloria de Dios, no tienes derecho a nada de parte de Dios, ahora solamente te queda una opción: Cristo Jesús, la sangre de Cristo. La propiciación que viene por medio de la sangre de Jesús.
¿Cuántos dicen amen a eso? La verdad hermanos, la verdad es que yo no me atrevería a venir ante el trono de Dios el día del juicio, y pretender como que yo puedo argumentar a mi favor, porque ya hermanos, yo me descalifiqué hace miles de años, solamente por la misericordia y la gracia de Dios.
Qué triste va a ser aquellos que no tengan a Cristo como su abogado y que pretendan presentarse ante el trono de Dios y argumentar según sus propios argumentos, que es algo que Pablo también ha dicho.
Dice, hay gentiles que no conocen de Cristo. ¿Cuántos se han preguntado, bueno y qué pasará con aquel indio metido por allá en la jungla del Amazonas que no tiene ni un radio a transistor y que nunca ha oído de que Jesucristo salva y Yiye Ávila nunca llegó allá ni nada por el estilo? ¿Qué va a pasar con esa persona? ¿Podrá Dios condenarlo si nunca oyó de Cristo? Ese es un tema que, como se dice, le ha comido el cerebro a tanto teólogos, pero lo que Pablo intima y sugiere es lo siguiente: esas personas cuando lleguen al día del juicio, según la manera en que han vivido y según sus argumentos personales, Dios les va a decir, ok, te puedes defender a ti mismo. Vamos a ver, dentro de lo que tu conocías y recibiste, dentro de la luz que tu tenías disponible, cómo te portaste según lo que tu sabías.
Y dice la Biblia que dice, Pablo que va a tener que defenderlo sus propios razonamientos. Es como si usted fuera ahora a la corte de aquí de Boston a resolver un caso de manutención o de seguro o lo que sea, y no hay un abogado allí y usted tiene que fajarse allí a bregar con la ley de Boston que ni siquiera habla inglés, imagínense. Y tiene que usted ser su propio abogado. Dicen por ahí que la persona que se defiende a si mismo tiene por abogado un idiota o algo así.
Hermanos, en una corte, todo está hecho .... es un lenguaje, es toda una simbología, es un sistema críptico que usted necesita un conocimiento especializado. Imagínese comparecer ante Dios y tratar usted de defenderse por sus propios argumentos. Ah, que mi mamá no me trató bien, que me dio una bofetada cuando yo tenía tres años y eso me traumatizó. Y de ahí salí un criminal, un adicto a drogas. El Señor va a decir, si, pero cuando te dijeron a ti que Dios te ama y que te arrepientas, y que él te puede sanar y qué ahí.... entonces.... la idea es que nadie se podrá defender por si mismo, necesitamos un abogado que es Cristo Jesús que nunca ha perdido un caso.
Digan los pentecostales, gloria a Dios. ¡Aleluya!
Eso es. Así que concluyo con esto hermanos, qué dice eso acerca de cómo entonces nosotros debemos comportarnos. Primeramente, cristiano, ¿cuáles son las consecuencias de ese conocimiento? Número uno es que ya tu no tienes que vivir en agonía preguntándote si al final del examen te van a pasar o no. Porque ya Dios ha dicho, mira yo se que tu eres un sinvergüenza de todas maneras, pero te voy a pasar de todas maneras, así que lo que Dios dice es, mira, podemos descansar. No tenemos que estar bajo condenación, sintiéndonos culpables todo el tiempo: me salvaré, no me salvaré.
Si tu confías tu vida a Cristo Jesús y sabes que él ha pagado la deuda, tu eres salvo. Que si confesamos nuestros pecados, si creemos que él es el hijo de Dios, que él lo levantó de los muertos, somos salvos, dice la palabra. No es por obra, no es por lo que tu puedas hacer, al final del día habrá mil maneras que Dios te puede condenar si es porque lo hicieras todo bien. Cuando tu llegues al final del día y hayas tratado todo lo que tu puedas y hayas fallado, tu puedes decirle: Padre, ahora me confío a tu gracia y a tu misericordia porque yo se que no es por las obras de la carne, no es por las obras de la ley, sino es por tu misericordia.
Dios, cuando tu hayas hecho tu parte, Dios hará la suya de cubrir la falta, la deuda. Así que tu puedes estar confiado, tu puedes descansar en el Señor. Así que esa es una de las cosas, no es por obra sino por la misericordia de Dios.
Número dos: yo creo que una de las cosas que tenemos que hacer es darle gloria a Dios, darle gracias a Dios, darle gracias a ese Padre tan misericordioso que nos ha perdonado nuestras ofensas y que nos ha dicho, no te preocupes, hijo, yo se que tu no lo puedes hacer por ti mismo, pero yo te perdono.
Yo creo que el cristiano tiene que estar continuamente poseído por un sentido de profunda, consumidora gratitud y humildad para con Dios y por eso tenemos que darle siempre gloria al Padre, alabarlo por esta salvación que nos ha dado gratuita. Y decirle, Señor, gracias por sacarme del infierno. Gracias por no tomarme en cuenta todos mis pecados. Tu eres bueno, tu eres misericordioso.
Tercera cosa muy importante, que asimismo tengamos misericordia de los demás. Porque si yo se que yo soy pecador y que yo no me puedo salvar a mi mismo, y que solo por la misericordia de Dios yo soy salvo, eso quiere decir que yo no me puedo estar allí dando alardes con los demás que están en pecado. No hay lugar para estar enjuiciando a los demás. No hay lugar para despreciar al pecador.
La Biblia dice “si alguno es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales restáurenlo con espíritu de mansedumbre mirando que no seas tu mismo tentado también en la misma manera”.
Dios nos llama continuamente a reconocer que como yo soy pecador, yo no puedo andar por allí con el dedo acusador apuntando a todos los demás. Yo primero tengo que mirar mi propia falta y mirar a los demás con ese mismo ojo de misericordia y de bondad y de gracia.
Cuando usted mire al homosexual, cuando usted mire al adicto a drogas, cuando usted mire a la adúltera, cuando usted mire al drogadicto o al alcohólico, cuando usted mire a la persona que está sumida en algún tipo de pecado, mírese a usted mismo allí excepto por la gracia de Dios y la misericordia de Dios.
No enjuicie. Recuerdan que hablamos acerca de enjuiciar a la gente, de juzgar con ese ojo que se deleita en ver la marca del pecado en los demás. No, cuando nosotros miremos a los demás primero veamos nuestra propia incapacidad de ser salvos y entonces tengamos misericordia y tratemos de ayudar a esa persona a salir de su pecado y bendigámoslo y seamos misericordioso. Mira primero la viga que está en tu ojo que te impediría entrar al Reino de Dios y después mira la paja que está en el ojo ajeno.
Qué bueno es Dios y qué hermoso es el Evangelio. Somos salvos por gracia, no por obras para que nadie se gloríe.
Pongámonos de pie. Y yo quisiera invitar en esta tarde a mis hermanos, primeramente a reconocer que estamos descalificados del Reino de Dios por nuestra propia cuenta. Confesemos ahora mismo, Señor, por mi mismo yo no puedo ser salvo.
Padre, yo soy el primero en confesar que solo por la gracia y la misericordia y la fe en Cristo Jesús y de te doy gracias Jesús porque tu moriste en la cruz por mis pecados y por eso yo soy salvo, y por eso yo estoy seguro que si me muerto ahora mismo iré al cielo, porque tu pagaste el precio. Tu pagaste el rescate, Señor, y te doy gracias por eso.
Padre, admito que te he ofendido muchas veces, te hemos ofendido y no podemos pretender tener nuestra propia justicia, nuestra propia santidad.
Perdónanos por enjuiciar a otros, perdónanos por mirar a otros con desprecio o con soberbia. Ayúdanos a ser gente de misericordia, de humildad, de gracia y extender gracia a los demás, así como tu has extendido gracia sobre nosotros también.
Padre, que esta iglesia siempre tenga una santidad frágil, una santidad condicional, una santidad transparente, una santidad que siempre esté con el ojo puesto en ti, con la mirada puesta en Jesús, con la mano metida en tu mano, Señor, no confiando en nosotros mismos sino siempre pegados a ti, nuestro Padre celestial.
Ayúdanos a ser una iglesia de santidad pero también una iglesia de amor y de misericordia, de gracia para con el caído y de gente que confiese continuamente sus pecados delante de ti para que tu nos sanes y nos salves.
Queremos, Señor, la espiritualidad de ese publicano que decía ‘ten piedad de mi, oh Dios, porque soy pecador’. Y ayúdanos a ser una iglesia así, Señor, que esté siempre consiente de la importancia de Jesús y por tu gracia lo llegaremos a hacer, Padre.
Hermanos, yo quiero invitarles también, si hay alguien aquí en esta tarde que no ha entregado su vida a Jesucristo todavía, a que levante su mano ahora y haga lo que dice el Apóstol Pablo, haga de Cristo su sustituto.
Yo quiero preguntarle si usted no ha dado ese paso de fe todavía, si usted le gustaría hacerlo en esta tarde. No conozco su vida, pero si alguien quiere dar ese paso de fe, yo quiero invitarlo en esta tarde a decir, “Señor, yo te recibo como mi propiciación, es decir mi sustituto”.
¿Habrá alguien por cual yo pueda orar en esta tarde que quiera dar ese paso de fe? Dondequiera que esté levante su mano si no lo ha hecho antes, y ponga su vida en las manos del Señor. ¿Habrá alguien que no haya hecho eso todavía, que lo quiera hacer ahora en el nombre de Jesús? ¿Habrá alguien? Amen.
Dios bendiga esa hermana aquí. Dios te bendiga, hermana. Tu estás diciendo: Señor, yo no me puedo salvar por mi misma pero por Cristo Jesús yo puedo ser salva. Tu estás diciendo eso. Amen.
Hay otra mano que se ha levantado por acá también, donde aquí, al lado de Araceli. Ok, amen, gloria a Dios. Si, veo la hermana aquí detrás. Amen.
¿Alguien más que quiera dar ese paso de fe en esta tarde, oremos por usted, lo encomendemos a la mano del Señor? Allí, este caballero allí detrás levanta su mano. Usted está haciendo lo que dice la Biblia, ¿no? admitiendo: yo no me puedo salvar por mi mismo, solo por Cristo Jesús así que quiero firmar ese contrato. Quiero que quede claro, no es por mi, sino por Cristo.
¿Alguien más quiera dar ese paso de fe en esta tarde? Queremos orar por usted. ¿Alguien más?
Porque no pasa aquí rápidamente. Venga aquí. Acompáñele alguien, esos hermanos que han levantado su mano. Vengan por aquí un momentito rápido. Vengan acá, no se preocupen. Vamos a orar. Eso es todo lo que vamos a hacer, encomendarle a las manos del Señor y bendecir su vida y ponerle en las manos de Jesús. Pase por acá un momentito.
Ya usted dio la parte más difícil que es públicamente declarar eso. Venga aquí un momentito nada más. No le queremos avergonzar ni queremos ponerle en aprietos sino simplemente orar por usted.
La palabra dice que el que me confiesa ante los hombres, yo le confesaré ante mi Padre que está en los cielos. Y eso es todo, usted no se está comprometiendo con León de Judá, ni conmigo, no con nada. Es con el Padre Celestial, eso es todo. Aquí no hay ataduras humanas sino ataduras de amor en Dios.
Padre, yo bendigo este varón, esta dama que han pasado aquí al frente y esa dama que levantó su mano también, allí detrás, la bendigo también. Tu sabes su corazón, Padre, se con ella también.
Padre, tu has dicho que si confesamos nuestros pecados somos salvos por medio de la sangre de Jesús y ellos hacen esto en esta tarde, así que envía tu gracia ahora sobre sus vidas y endereza lo torcido, y entra a su corazón como dice tu palabra, “yo entraré a ellos, cenaré con ellos y ellos conmigo”.
Bendice sus vidas, confírmalos en la fe, Padre. Ilumina sus mentes para que puedan entender tus misterios y cancela toda acusación del diablo, todo reclamo sobre su vida, lo neutralizamos ahora y lo declaramos libres para vivir esa vida victoriosa y abundante en Cristo Jesús.
Gracias, Señor. Tu pueblo dice, amen. Gracias, Jesús. Hermanos, Dios les bendiga. Te amamos. Sigan en la fe.
An irresistible presence
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We just quiver in response to the fact that you, the holy God ….., would invite us into union and communion with ….. Lord is a miracle that we are completely undeserving, we are completely unable to find anything ….. us, but for your blood, but for your grace, but for you coming and doing what you do when you transcend earth and heaven, space and time.
Lord it’s what we long for and what we are experiencing and we say, Lord, we are grateful. We say we are grateful. Lord, it’s your presence that we long for, that we earn for, it’s your glory that makes life bearable. Lord, it’s when you come and visit us and we experience you and you take and make alive all the deadness God, that otherwise is ruling, we see it ruling in the planet in so many ways. But God when we come into your presence we are just made alive. We just say, thank you Lord. Thank you, Lord. Thank you, Lord.
I’m going to invite you to be seated but I really want to stay really present with what God’s doing here, and do our best to be fully conscious and fully aware of what the Lord is wanting to get done.
Today I was looking at some of the scriptures that really pertain to the life of Saul in particular. You know, Saul is such a mixture of so many things that we see. We observe him and we see the bigger and the strength and the potential, I suppose, in so many ways, and that becomes what we fixate on during the early seasons of his life.
And then we see the tragedies that befall him, the weaknesses that are exposed in him and the character that remained undeveloped and the inability for him to really fulfill everything that I would guess looking at it, that God would have intended for him, that is that amazing, wonderful potential that is present in everybody, and realized in some measure and some degree and not realized in some other measures and degrees.
If you have your Bibles I will invite you to turn with me over to First Samuel, chapter 10 and you might leaf on over and just put your finger into chapter 19, because we’re going to visit that as well.
But looking at verse 1 of First Samuel 10 it says: “… Then Samuel took a flask of oil and he poured it on Saul’s head and he kissed him saying, has not the Lord anointed you leader over his inheritance? When you leave me today you’ll meet two men near Rachel’s tomb at Zelzah, on the border of Benjamin, and they will say to you, ‘the donkeys you set out to look for have been found and now your father has stopped thinking about them, and he is worried about you. He is asking, what shall I do about my son?’
And verse 3 it says, “…. Then you will go on from there until you reach the great tree of Tabor. Three men going up to God at Bethel will meet you there. One will be carrying three young goats, another three loaves of bread, another a skin of wine. And they will greet you and offer you two loaves of bread, which you will accept from them. And after, you will go to Gibeath of God where there is a Philistine outpost. As you approach the town you will meet a procession of prophets coming down from the high place with lyres and tambourines, flutes, harps being played before them and they will be prophesying the spirit of the Lord will come upon you in power and you will prophesize with them and you’ll be changed into a different person. Once these signs are fulfilled do whatever your hand finds to do for God is with you.
Go down ahead of me to Gilgal and I will surely come down to you to sacrifice burnt offerings and fellowship offerings, but you must wait seven days until I come to you and tell you what you are to do.
As Saul turned to leave Samuel, God changed Saul’s heart and all these signs were fulfilled that day. When they arrived at Gibeath a procession of prophets met him, the spirit of God came upon him in power. He joined in their prophesying. When all those who had formally known him saw him prophesying with the prophets, they asked each other, ‘what is this that has happened to the son of Kish? Is Saul also among the prophets?
A men who lived there answered, ‘and who is their father?’ So it became a saying, is Saul also among the prophets? After Saul stopped prophesying he went to the high place.
Now Saul’s uncle asked him and his servant, ‘where have you been?’. ‘Looking for the donkey’, he said, but when we saw they were not to be found we went to Samuel. Then Saul’s uncle said, ‘tell me what Samuel said to you’. Saul replied, ‘he assured us that the donkeys had been found’. But he did not tell his uncle what Samuel had said about the kingship.
Samuel summoned the people of Israel to the Lord at Mizpah and he said to them, ‘this is what the Lord, the God of Israel says, I brought Israel up out of Egypt and I delivered you from the power of Egypt and all the kingdoms that oppressed you, but you have now rejected your God who saves you out of all your calamities and distresses and you have said, ‘No, set a king over us’. So now present yourselves before the Lord by your tribes and clans’.
When Samuel brought all the tribes of Israel near, the tribe of Benjamin was chosen. Then he brought forward the tribe of Benjamin, clan by clan, and Matri’s clan was chosen. Finally Saul, the son of Kish was chosen but when they looked for him he was not to be found.
So they inquired further of the Lord, ‘Has the man come here yet?’ and the Lord said, ‘Yes, he has hidden himself among the baggage’. They ran and they brought him out and as he stood among the people he was a head taller than any of the others.
Samuel said to all the people, ‘Do you see the man the Lord has chosen? There is no one like him among all the people.’
Then the people shouted, ‘Long live the king’.
We’re going to go in a minute over to First Samuel chapter 19. We’re going to look at another piece of Saul’s life. But I wanted just bring our focus and our attention back to verses 5 and 6 and 7. The word that came to Saul as a young man, after he will go up to Gibeath of God where there is a Philistine outpost as you approach the town, you will meet a procession of prophets coming down from the high place, with lyres, tambourines, flutes, harps, being played before them and they will be prophesying and the spirit of the Lord will come upon you in power and you will prophesy with them. You will be changed into a different person.
What I want for us to really ask and examine is the fragility of our humanity, that which is a part and a parcel of our makeup. You know, all of us are like Saul, all of us have God potential. Each and every one of us, under the anointing of God can do great miraculous and mighty things. That’s what it says. “Once these things are fulfilled do whatever your hand finds to do, for God is with you.”
When you’re under the anointing of God and I’m going to say this rather in a broad, blanket statement. I’m not going to carvel nitches where you could say, you might see this and take exception with that, because I’m sure that you could make those kinds of cases if you look at all of these things and you try to examine them under a microscope. But the reality is, when God is at your back, when he is doing the pushing, and is not initiated out of the humanity and the self and the striving and the human desire, I mean, you can be bold, incredibly, incredibly bold.
And what I felt, pastor Roberto, when I was asking the Lord about what to share here, is to look at these scriptures and to talk about this place in the light of being among the company of those who prophesize.
Now, I am not trying to get uniquely divergent …………… some kind of passage that would lead to wild, charismatic and excesses in prophesy and prophesying and all of that. And I do want to say that because language is important and it can communicate a lot of different things to a lot of different people. I’m talking about the power of God to speak forth the word in boldness and authority. I’m talking about prophesying not in the sense of just mystically foretelling something futuristically, but in the sense, I believe, the true biblical sense, that which has the broad, sweep of all of scripture, that is when the power of God comes on people. This is the language they use, they prophesy.
And we are going to look in a moment at some of the different stages that took place in Saul’s life and how did Saul when he would come under that anointing, he would be transformed and he would be changed. But how that the reality is, it’s that what happens to you, and that’s what happens to me, and that we become different people when we are under the anointing of God. we really aren’t just the same.
Now, that’s not to try to speak of some kind of duplicity, but it is when we are amerced in his presence, when we sense his presence, when we are in and around his presence is transformative. It changes our very core nature. When, as we see, the jealousy that arose in Saul’s life took root and the fear that was kind of eluded to in the very early stages there, when he was about to be announced as king, he couldn’t be found. Why couldn’t he be found? Because he was hiding in the baggage. Why was he hiding in the baggage? Because something was …… in his thinking, because he didn’t believe that he belonged, he didn’t believe that there was, you can call it shyness, you could kind of divided and try to figure out exactly what was going on psychologically inside of him as a human being when he was faced with that. Haven’t you felt that? I felt it. You’ve experienced it, haven’t you. you’ve been in certain setting, you’ve been called in to some kind of place, you’ve had opportunities and you think, ‘I’m not ready for this’, ‘this can’t be for me’.
So, it’s not like we’re sitting here looking at Saul in some kind of judgmental sense and thinking of him, you know, what was the matter with him, you know. He had Samuel, he was under the anointing, he had all of these things that were going on. The reality it’s that’s a reflection of what happens inside of us as life goes on, because we become subject to different influences and depending on the influences that we are subject to we really become very different people.
Now, I’m not trying to scare you. I don’t know what happened at the end of Saul’s life. I don’t know why he went to the witch in Endor and ultimately chose to align himself adivination with advanation, feeling somehow that he had been alienated from the loving God who had given him so much privilege and so much opportunity. And I don’t know how God is going to judge all of that. I just don’t know. I’m not here to try to figure that out, nor am I trying to paint a picture in your mind of anything in particular about him or his journey. But I want for us to do is I want for us to begin to understand something about the core of this, is to understand something about creating an environment where the anointing is present, where the spirit of prophesy in the broad sense of the interpretation of that word is resident, and where when people come in to that place they become different people. That’s where I’m going with this.
But on my way I want to take you over to chapter 19. As we look at some of the more difficult things, beginning at verse 17, you have to just quickly do a little encapsulating of some of the background on this. Michal was Saul’s daughter and it was a pretty twisted relationship between Michal and Saul, the father. I don’t mean necessarily, sick sinful, in that way, but in the sense of very manipulative, very divisive, very positional, trying to figure out how to… Saul being very jealous of the fact that David was extremely successful in battle and receiving accolades from people, and try to figure out how to get his daughter hooked in and use that as a means of control. You know, you just see so much, I mean, this guy needed 20 years of work, you know, with the best of counseling to be able to try figure out all of the things that were going on inside of his heart and inside of his mind.
And Saul said to his daughter Michal, “Why do you deceive me –this is later on, she’s married to David at this point and he’s is trying to find a way of killing David and using Michal to be able to get close to actually assassinate him and so he’s saying to his daughter Michal- he says: “Why do you deceive me like this? and send my enemy -who’s David- away so he escaped. And Michal told him –her father- she said, “he –meaning David- said to me ‘Let me get away. Why should I kill you?
And when David had fled and made his escape he went to Samuel at Ramah and he told him all that Saul had done to him. Then, he and Samuel went to Naioth and stayed there.
Word came to Saul David is in Naioth and at Ramah so he sent men to capture him, but when they saw a group of prophets prophesying with Samuel standing there as their leader, the spirit of God came upon Saul’s men and they also prophesied.
Now, understand this, Saul has sent his men out to capture and to kill David. They come and they meet Samuel and they run into him and the group of people that are around him that are prophesying, and instead of being assassins they start prophesying, they come under the anointing of God’s spirit. And it just shakes things up.
Then Saul was told about it and he sent more men and they, it says, prophesied too. This is verse 21, chapter 19 “… Saul sent men a third time and also prophesied.”
Now, I don’t know about you, but that would tend to get somebody’s attention you would think. You know, you’re sending your men, your army, your stealth raiders, your commandos, your delta force, you’re sending them to go and kill who he perceived to be the enemy. And, every time they get close they run into this spirit of prophesy. They meet up with something that transforms and changes them.
And so, what does it say in verse 22? “Finally, Saul, he himself, left for Ramah and he went to the great cistern at Secu and he said, ‘Where are Samuel and David? Over in Naioth at Ramah’, they said. So Saul went to Naioth at Ramah, but the spirit of God came even upon him and he walked along prophesying until he came to Naioth.
Then he stripped off his robes and also prophesied in Samuel’s presence. He lay that way all that day and night. This is why they say, ‘Is Saul also among the prophets?’
It’s sounds like a bizarre story and it is. It is. But I’m going to offer to you my belief in the hope that that kind of anointing is possible. That kind of presence is irresistible. I do not believe that this is just a biblical fiction, or pipe dream or something that might have happened hundreds of years ago that you know, you could look back in a historical sense, and say, well, you know, they were superstitious our whatever.
I’m here to tell you that in simple faith, in a quietness of spirit, I believe in a God who can do that in lives. I believe that that evident presence and power of God is so great that when mankind meets and encounters that kind of presence and power, there is no standing in the way.
Remember the guy who was sent to prophesy against Israel and he was riding the donkey and he couldn’t… he got up to prophesy every time against you know, Israel, and he couldn’t do it.
We are living in a culture and we are living in a time that is going to take that kind of evidence of God’s presence and power to transform. I don’t mean this in a critical way, in a critical sense. I really don’t. But all of the good psychological, analytical preaching and teaching can’t really affect this culture. We can’t use the tools of this culture. It doesn’t mean that we try to be irrelevant and that we are aware and they’re not speaking the language of the people who live in this culture in this time. I’m talking about that, but what I am saying, and I’m saying as firmly as I know how to say it, the tools and devices that the world uses to effect change in the culture, they are not going to work for us in the kingdom. They’re not going to work. They’re not wrong, and there are wonderful churches that do so many things that are really so right and no criticism of any church ever, anywhere or any person who’s doing the best that they know how to do to accomplish things. We’re all doing that. We’re all doing it. We’re doing it every day, but is going to take something outside of the realm of rationality to be able to see the transformation happen in lives, in this day and time.
So, when we look at this I want us to ask some questions. You know, there’s a lot of example in the Bible, we could look at it, we could draw from it, and those examples in the Bible are there for the feeding of our souls, and they’re there to remind us and they’re there to speak to us. We can talk about Peter being in prison and the church being all in a panic of the fact of the despairing for what’s going to happen to him and angel comes and releases him.
We can look at Paul and Silas , ….. 16 and there in stocks. And you know, our natural mind wants to try to figure all of this out and say, yes, there was an earthquake that took place, and we look at it on a natural level and we say, yeah, they sang out and said, no, no, don’t worry we’re all here and along comes the tailor and he gets saved.
But there is something absolutely divine about the timing of being in tune with the spirit of God to be singing and to be worshiping at midnight and so they are in tune with the time that God’s going to send the earthquake and they are in place for the miracle to happen. They’re at that moment when God’s ready to step through and reveal himself and they aren’t shocked by it.
We could look and we could talk about many, many different things, but one of the points that I want to make is that we look at the condition of people and about the condition of their souls and we think, how on earth are they going to be reached? How on earth are the ungodly going to find God? How are they going to come to faith and come alive?
Well, this I want to say: when the presence and the power of God is there, just get them there. Just get them there. There are two things to happen, there needs to be a people, there needs to be a people that will lift their hearts with a purpose that they are going to preserve, cooperate with, yield to, move with the spirit of God, so that there is something of his power that is fertile. The analogy that is there is ……… about the keeping of the holy fire, the holy flame is very applicable. It’s not just something that’s distant, something that’s out there, that’s thousands of years old and that we don’t have any paradigm for today. We have a paradigm for it today. It’s a community of people. It’s a community of people that will be alive with God. It’s a community of people that will keep the presence and the power of God available, available, and that when people touch Jesus, when they walked up alongside of him, he sends the power had gone out of them, the virtue had gone out of him
God is looking for a people that as a community will determine that not in singularity, but in the sense of community, that we will keep the presence and the power of God, we’ll cooperate with the spirit of God so he can do it. Because he’s going to do it. He’s looked through history, he’s always ready.
Now, we can argue some theology here if you want, and some of you can correct me, I’m sure. But, my belief is that God is always ready and that he is waiting for us. He takes initiative. He always takes initiative in people’s lives, but it’s uniquely when there is this apex of time and people when they come together, when they are ready, when they collectively say yes to the living God. When that happens all kinds of things take place, all kinds of things take place.
I for the last many years, I’ve been doing a lot of video production work and one of the things that I was doing this past year was over at Yale and capturing some of the speakers and some other things and George……… Junior was there and he was sharing about the things that he has observed, he personally has watched and observed, and we need to pray for Fiji because of the things that are going on there in the Fijian Islands right now and I’m not quite sure exactly what all is happening. I know there is tumult and there overthrow and a general has risen up and etc. and we do need to be in prayer about that.
But he talked about how on planet earth today there is no place that he is aware of, and he does this as a discipline to study. There is no place on planet earth today that has been like it over the last 5 years where the whole region has gone from horrible, horrific poverty to abundance and blessing, that it’s not just been that people have been able to work together and get jobs and …….. the economy, and that, but it literally it has been the presence of the power of God over the area.
Coral reefs that have been dead, dead, unproductive, not producing fish, not producing life, have come to life. Ground that has not produced food when planted in, and not just through technical means of agrarian information that we might gather through our scientific mind, but supernaturally come alive to produce abundance, abundance in cooperation with a society that has moved in mass in response to God, coming to God.
And people, what I am just sharing here is that God is looking for that, there has been prophetic words that have gone on about Boston and about the region and humanly, I don’t know about you, but I have lived here long enough to feel pain in my soul at times at hearing those words.
But God is looking for a place and he’s looking for a people. I’m not going to return to the scripture and read more of it. It’s there to be read in chapter 19.
There are people walking up and down these streets, at some place, at some time it could be here. They are going to come in, in their drunken stoopers, in their drug induced, comatose shuffles and be transformed by the power of God, the presence of God. The presence of God and the power of God does that. The anointing of God does that.
Charlotte, I kind of like you to share a little bit about some of the things that you saw when you were a child in your church. This is my wife Charlotte, my daughter Bony. Would you mind if she just came and shared a little bit? Charlotte’s father was a preacher for many years and she grew up in an environment where….. she’ll tell you.
I’ll just be brief but I really saw as a child a God moving in some unmistakable ways that were just so awesome that I could never, never doubt his power. And for a period of about while we lived first of all in a smaller Canadian city, which was about an hour and half east of ……. A city of thirty thousand and our church at the time was about 800 people and all our kids were born there.
We lived there 13 years, but there wasn’t a Sunday that I can even recall as a child about what families for not coming to the Lord an we just seemed to live in a constant state of renewal and revival, just incredibly so and we would have, you know, back in those days, in the fifties, had ten meetings and in the summer we’d be out in this big tent and I would see literally see, blind eyes opened, of people that we knew were blind. It wasn’t just somebody’s hype or somebody’s you know, try manipulating something. These were people who lived in our community.
And I just really could never doubt the power of God. And then when we moved to Terano, it’s a city about ten million people, it was just a mixture of people. People from all over the world, and young and old, and rich and poor, sitting side by side and it was just amazing, but we would see often street people coming in and being transformed by the power of God.
And during those years in the late sixties of course the Jesus movement began and we would have literally, rows and rows and rows of you know, young people with long hair and stinky bodies and all the rest, and they were coming to Jesus, they were coming to Jesus.
And often at time in the Sunday night service, up in the balcony would be many, many rows of young priests, Catholic, Roman Catholic priests in training for the priesthood, but they were hungry for the Holy Spirit. They were hungry for the gifts of the Holy Spirit and we saw many of them come into glorious infilling of the Holy Spirit.
God can do so very, very much. We, Brand and I, stand here as miracles tonight. We are just a regular people, we’re very ordinary people. We can tell you how God restored our marriage too. We were separated for five years, which is a long story which I certainly can’t get into tonight, but God has restored us and brought us back literally from a wasteland, an incredible wasteland. God can do anything. He really can. His power is great. His faithfulness is incredible and we just stand here tonight as miracles of that and it’s so great to be with you and to encourage you and to give you hope to keep pressing in that God really can do the impossible.
Just very simply, I want us to ask God if he would help us to really say yes, to really become a community of people available, available.
Father, please just stand. Father, Father, we want to just yield Lord to you. Father, we want to just yield to you right now. Lord, we are just really mere images of the things that we see in Saul’s life, but God we’re reminded that there are choices that are involved, there are choices, Lord that we have on the level, on the degree, on the measure that we are going to be able to say yes to you. God would you, would you just roll back the veil a little bit this night, would you just send your spirit to light upon this place. Would you give us the ability to welcome your angels to be our guides? We know that they’re there in the protective sense, we fear eyes about a lot of things concerning the work that their assignments have in regard to interfacing with us. We don’t understand it well, Lord, but we don’t even want to pretend that we have knowledge of that which is so mysterious, but we ask, Lord, would you just, just take your hand and brush back the veil.
Lord, we’re reminded of Paul’s words about the heavens were his …… how it’s a picture that is given to us of this impenetrable membrane between earth and heaven, this hard and fast, we’re here, you’re there kind of concept, but Lord, I just ask would you just thin out the membrane between earth and heaven.
Lord, just even like that translucent state so that we could lift our eyes and we could really see your glory, not just wishfully hopefully, God, not just in the sense of singing about it, God, not just in the sense of …… and yearning to be there, but Lord in a sense where you transform our realities, our preceptors become different.
Lord, we are reminded of Saul, determined in his heart that he’s going to go and kill somebody, and he walks into that environment and he can’t do it. He’s different. Lord, you and I, you and us, Lord, we have this one thing in common, we want to be at the intersection together where God and men meet. We want to get there in our lifetime, we want to say, like Job, that we would beheld your glory with our eyes, that we have seen something that is utterly transformative, Lord, because we have been where you intersect with humanity.
Father, we don’t want to just be spiritualizing, we don’t’ want to just be saying words, we don’t want to be guilty, Lord, of pretence. But we are asking Lord, would you come now, would you bring us up, would you do whatever it takes, Lord, to cause the coming together of you, the holy God, we, the fragile people.
Holy Spirit, we tell you we don’t know how to do this, we don’t know how to do it. We don’t know the mechanics. But Lord, you’ve said to us that it’s really about being led by your spirit, those who are led by your spirit will be called the sons of God and we ask Lord, that you would lead us.
Father, this place, this group of people, this night, wrap us Lord in your presence. Lord, we can’t make ourselves different, some of us have been in and out of groups and in and out of therapy, and in and out of this thing and that thing, Lord, it’s you that changes and transforms.
Come, come, Lord. Come.
Holy Spirit of God, we need you now We need you, Lord
You know, in order for that kind of anointing to take place, we need to take risks, there’s a part that we need to do. We declare certain things, we declare that we believe the word of God and then we need to open spaces for that to happen and we need to take risks in terms of places ourselves in the place where the Holy Spirit can use us for that to happen.
I think tonight before we leave here, as a congregation that is seeking to be a space where God can do his work and move among us, I’d like to us any one and please do not feel at all pressured individually to do this, only if you feel that you’re comfortable with that and that God is speaking to you particularly, to come forward and I have some anointing oil here and I’d like Brand to come forward and myself and we’re just going to anoint to those who are seeking that greater flow of the spirit in their lives. I know I want that spirit to flow in my life.
And you know, it begins like that, the Holy Spirit wants to do things in us but we have to take a step. God doesn’t do everything, because if he does everything then, we’re just parasites, we don’t develop the gifts, we don’t develop the skills, we don’t develop the attitude, so it requires that the people of God who are hungry for God take steps of faith, and as we take steps of faith then God moves. That’s the pattern of scripture time and time again. We grasp on the word of God, we take a risk, we act upon it and then let him be responsible. It’s not us, I’m nobody. The oil is nothing either, these are just symbols that we activate through our faith.
So, if you want to come forward tonight in a very simple way. I just like to anoint you and pray the spirit of God in your life, the flow of the gifts of the spirit in your life. That’s what we want. We want an anointed community, an anointed community, that’s what God wants to raise in this city: an anointed body of men and women who are living the word of God, living yoked together in love and in sincerity, allowing the Holy Spirit to raise that community and make that community of power and of authenticity, where people who come from the outside and say, guau! There’s something different in this community, there’s something that I’m not used to seeing in the outside. God must be there and I want that for my life.
And if you have the faith it can happen in your life tonight. You know, this is not about any spectacular thing, I mean, it’s by faith. As we declare the anointing of the Holy Spirit in your life, the gifts of the spirit, I want you to inside of you say, ‘yes, Lord, I receive your anointing’. It’s not because of the man who’s anointing me or praying for me. It’s because you are acting through your word and I, in faith, activate that word within myself.
And I believe that tonight as I say yes to your spirit, I will receive something different and will walk out of this place with something different. And then, I’m going to begin to walk in faith as if I had received that. I will pray for the sick. I will go to bed believing that tonight you’re going to give me a dream or revelation. I will believe that you will give opportunities in my job to speak about Christ with authority and that I would bring people to a saving knowledge of Jesus Christ. I believe that you will heal. I believe that you will make me an instrument of your prophetic word. All these things, these are the gifts of the spirit. They can begin to flow through your life as you act in faith and as we pray for the anointing of the Holy Spirit in your life.
I want you to interact with us as we in obedience ask for the anointing of the Holy Spirit on your life and believe that God will do it in his way, in his ways, not man’s way, but in his way. God will do it tonight. Let’s say amen to that.
Ephesians 4
TRANSCRIPT
Book of Ephesians which I am sort of working through as the Lord gives me the opportunity to do so. We’re in chapter 4 and I just want to take the first section of chapter 4, verses 1 through 16 and work through as much as we can that passage tonight.
And it says in Chapter 4, I’ll tell you what, let’s do something a little bit more creative. Anybody wants to lead, come up here and read just two or three verses. Quickly, don’t hesitate, come on right up and help me out here and maybe we can have a little variety here. Great! How are you, brother? Just take four or five of those verses.
Ephesians 4. “I therefore, the prisoner of the Lord, beseech you that you walk worthy of the vocation wherewith you are called, with all loneliness and meekness, with long suffering forbearing one another in love, endeavoring to keep the unity of the spirit in the bond of peace. There is one body and one spirit even as you are called in one hope of your calling. One Lord, one faith, one baptism. One God and Father all, who is above all, through all, and in you all”.
Who’s the next person who’d like to read four or five verses? Come on up quickly. Come on. Don’t make yourself, don’t make me beg you. There you go, come on right up. Was that the King James version? Yes, the King James version, we have such a beautiful translation. My God. All right, so you begin up here in verse 7, read about three or four verses.
“….. But to each one of us grace has been given as Christ apportioned it. This is why it says: when he ascended on high, he led captives in his train and gave gifts to men. What does he ascended mean except that he also descended to the lower, earthly regions? He who descended is the very one who ascended higher than all the heavens, in order to fill the whole universe.”
Ok, so there it speaks about Christ’s ascension and descent or his descent first and then his ascent. Somebody else, come on up. Let’s give a little variety here. Who would like to be next? Let’s see. Ven por acá. You have it there. Come right up.
“It was he who gave some to the Apostles, some to the prophets, some to the evangelist and some to be pastors and teachers, to prepare God’s people for works of service, so that the body of Christ may be built up until we all reach unity in faith and in the knowledge of the Son of God and become mature, attaining to whole measure of the fullness of Christ.”
And then I will finish in verse 14, it says “…. Then we will no longer be infants, tossed back and forth by the waves and blown here and there by every wind of teaching and by the cunning and craftiness of men in their deceitful scheming, instead speaking the truth in love we will in all things grow up unto him who is the head that is Christ, from him the whole body joined and held together by every supporting ligament grows and builds itself up in love as each part does it work.”
It occurs to me that we just did here is in a sense illustrative of the content of this passage which is, we had different people come up and read this one text and sort of add their own flavor, their own translations, and their styles and so on and so forth and that’s the beauty of the body. And this is really what this text is all about. It’s about the unity that there should be in the church of Jesus Christ, the harmony, I think it’s a nice word, harmony, because harmony presupposes different voices, different streams sort of coming together and producing one pleasing, lovely melody. And this is really the essence of this passage. It’s unity in diversity almost.
So, if we just said unity I think we would be missing an important part of the Apostle thinking inspired by the Holy Spirit. It is unity in diversity, unity in variety of gifting and callings and so on and so forth.
Last time I shared with you a couple of weeks ago I spoke about the fact that the book of Ephesians is divided in two, like two sections: the first three chapters comprise one section and the last three chapters comprise another section, and the emphasis on each of those two sections is different. In the first three chapters you have this wonderful revelation of God’s work through eternity in the church, the mystery of Jesus Christ, all the way the church has been called, all the inheritance that has been received, the power that has been given to us, the gifts that we have access to through the spirit of God. Those first three chapters give us sort of an insider’s view on God’s action in the universe and in the church. It’s a bird’s eye view. It’s a wonderful, sublime revelation of God’s work and it is almost spoken with tones of reverence and the special nature of what is being spoken, so the tone is grandiose, the tone is major notes.
And all of a sudden it changes, when we get to chapter 4. The Apostle Paul goes theology and revelation to ethics, to behavior, to how we walk in the Christian life. You know, the tone becomes a lot more humble, a lot more quotidian to use a big word, dealing more with daily life and the way we should relate to each other, the way we should behave in the Christian walk. And we have said that the second part depends of the first part and the first part leads to the second part, so this is why in chapter 4 Paul says, as a prisoner for the Lord then, in other words, as a consequence of what I have just said, I urge you to etc.
In other words, in the light of what we have just understood, this is the way that we should act, we should live. And I have always said that theology without life and ethics it’s really truncated, it’s incomplete, it’s an aberration. And so, this is why the next three chapters are going to be so important for us to look at very carefully, because it is a call to us.
In the light of all these wonderful things that God has done let’s live in such and such a way. And by the way it’s very interesting, and I have found that a little bit intriguing because I haven’t seen this in any of the commentaries that I have read, I just found that it’s like my own little secret. I’m sure somebody has seen it because there’s so much stuff written that there’s nothing new in the world any more.
But, if you look at Romans, this chapter 4 of Ephesians is extremely related to chapter 12 in the book of Romans. Ephesians chapter 4 and I encourage you to do a study on your own later on in your house, and see how the same units of thought can be found in Ephesians, chapter 4 as in Romans chapter 12. And it’s interesting that Romans follows the same kind of procedure. The first eleven chapters, are chapters on God’s work and major theological truths that are being expounded for the benefit of the readers in Rome. And then in chapter 12 the Apostle Paul very interesting, says something very similar to what he says in Ephesians, chapter 4.
Here in chapter 12 of Romans he says, therefore, see, I urge you, brothers in view of God’s mercy to offer your life, your bodies as a living sacrifice…. It’s the same idea of then, therefore…. And I urge you…. in the light of the great things that God has done to live in such and such a way.
And then he goes on, very interestingly, using the same kinds of ideas which leads me to you know, something that I think that is very important for you to know, as you read the Bible you know, many times critics of the Bible particularly those who are more rationalists in the way of looking at things, when they have seen like two miracles that seem very similar but have slight differences, or words of Jesus that have slight variations in one section or another, there led sometimes to think that these were written by two different authors or gathered together by different authors, or that there’s contradiction in the Bible and often what there is, is simply variety in how truths are being presented.
And you know, here Paul is doing what a lot of us preachers do, you know, most preachers we have certain truths that we cut and paste and we kind of put together in different sermons. I mean, anybody who has done significant amount of preaching can say that. You know, many times I mean we are given like a repertoire of principles and things that we have gleamed from the word of God and then you know, we might preach in a Sunday and might bring out something of that truth and then three months later, we might say something very similar but in a different way. But it’s really the same content. And then, three months later we might take another piece of that first sermon and put it into another sermon. It’s not contradiction, it’s simply variety.
And the Apostle Paul evidently, there were some truths that were really important for him and that keep cropping up in his writings time and time again. And here, he’s speaking about one of the most important things that he stresses and that the Bible stresses as a whole, and that’s the unity of God’s people, the harmony that must exist among us, whether it is in a congregation or whether it is in the bigger picture of the church universal.
God calls us to be one family. And you remember that last week we talked about this God from whom all the families in the world, remember get their name. I don’t remember where exactly that is in the book of Ephesians, but you know, there is this idea of God, the Father, unifying us. Jesus bringing everybody together, Greeks and Romans and Jews and believers and … it is Jesus become sort of the unifying element of all of creation.
And if he is the unifying element of all creation, how much more so should he be the unifying element of the church, God’s people. You know, this is so important that we understand this because the Bible leads to think that the Holy Spirit will not manifest its blessing in a body, in a family of believers that is not united, in a family of believers where there is strife, secret resentments, things that are not being resolved, pickering, and in fighting and gossiping about each other, and criticism of each other and competition and unforgiveness, and manipulation and imposition of each other’s agendas and rights.
You know, that has an amazingly neutralizing effect on the blessing of God. And so, there’s a negative side which is that we should avoid at all costs disharmony and division in the body of Christ because it has a deadly effect on the blessing of God.
On the other hand, where there is unity, where there is love, where there is an effort to keep the unity of the body of Christ and to keep harmony, the blessing of God comes. You remember, that psalm, I think it’s psalm 127 maybe or 126, 133, ok, somewhere around there, 133. I got a feeling…. Where it says, “……behold how good and how pleasant it is for brethren to dwell together and then in the ends it says, because there God sends his blessing”.
That’s in the Old Testament, imagine this. There’s this idea of the unity and if you see the way that God spoke to the people of Israel time and time again about taking care of each other and not exploiting each other economically. You know, a Jew should lend money without taking interest, taking care of the weak and the poor and the widows. There was all this kind of stuff about the Jews to take care of each other and to bless each other because why? Because they inhabited a very hostile environment. They were surrounded by unbelief and so they need to stick together and besides that they had one Father, one common heritage.
I think believers retain that same call for similar reasons because we are surrounded by an unbelieving world. We are also surrounded by a hostile enemy who will give no quarter and will have no mercy upon us and we need to watch out for each other. We are like soldiers in a war, the bullets are whizzing by us and we are in a trench and we need to give each other the courage, we need to watch each other’s back and we need to complement each other’s eyes so that we can protect each other and preserve our lives.
In that same manner believers are called to exercise that same ethos, that same ethic of unity and closeness to each other. Besides that the Israelites had been called to give testimony to the unbelieving tribes around them about the superiority of life under Jave, under the one true, living God. They were called to show the light, to be a light on to the nations and to convict and convince the surrounding cultures of the beauty and the superiority of the revelation that they had received through their God by the quality of their life and by the way that they related to each other.
And it is the same way that we, as believers, are called to exercise the same kind of unity, that same kind of harmonious living because as the world sees the beauty of our relationship and the unity that is not possible out there, no matter how much men try to keep unity, it keeps falling apart time and time again. There has never been in the whole history of the world, more knowledge about diplomacy, about cultures and I would say, more respect also about the diversity of the human race in our time. Read all the books, you know, everything is an exultation of respect for different cultures and different ethnics groups, ethnicities and so on, and yet ironically, it is the time of most division and strife in the history of the world as well.
We thought that with the fall of the Iron Curtain so much would be resolved. You know, people spoke, oh the great opportunity for all this money that’s not going to have to be spent in missiles now to be used for social programs and for educational programs and all kinds of… they said, man, this is it! This is the millennium. Peace, finally, you know, everything is ok. The big, evil empire has been destroyed. Hey, there was another enemy just waiting around the corner: fundamentalism, terrorism. And look where we are, right back, facing an even worse enemy than before.
Why this ironic result? Because unity is not possible by using unifying elements that come from the mind of man, on the contrary what we have today is this clash of civilizations, with a book written by a Harvard historian, Samuel Huntington, about this idea that really the world now is divided along the lines of different cultures, different civilizations, different sort of clusters of civilizations and cultures and religions.
And as we attain to the unity that only Jesus Christ can make possible, it is an incredible apologetic, it is an incredible argument for the fact that, guau! I mean, this can only be possible because something supernatural is happening.
As I look at you here tonight in this relatively small group of people, I see Portorricans, and I see second generation Bostonians, and I see Anglos and Africans and you know, Dominicans and all kinds of different groups of people, Brazilians, and all kinds of different people here. I got it right, and Colombians and it is this beauty in different classes, different levels of socio economic level and academic attainment. You know, this kind of harmony, this kind of beauty is only possible because the spirit of God makes it possible.
And so, there’s this call time and time again in the Scripture to value that unity, to realize its huge importance and to defend it and cultivate it at all costs. You know, I’m not talking about some very kind of ethereal, poetic quality in the life of the church, I’m talking about something that’s very, very important, as important as holiness, as important as the gift of the spirit, as important as the gifts of healing or all kinds of other things.
Unity, the preservation of the unity of the body of Christ is so crucial. This is why Jesus in his priestly prayer of John 17, in his last moments on earth, before going to his crucifixion, the Apostle John led by the Holy Spirit gives us kind of a close up of Jesus alone, probably in a moment surrounded by darkness, praying for his followers that were to come, and for those that were already with him, saying, Father, make them one, enable them to be one. My prayer is not for them alone, those who are now with me, he says in John 17:20, I pray also for those who believe in me through their message.
He was looking centuries ahead, “…that all of them may be one, Father, just as you are in me and I am in you. May they also be in us so that the world may believe that you have sent me”. Guau!
I mean, we could spend a lot of time just breaking up that passage: may they be one in the same way that you and in….. that level of intimacy, that level of mutual submission, or rather Jesus submitting to the Father but that enabled an intimacy to come about us. We submit to each other as Ephesians also says in chapter 5, later on. In that element of submission there’s unity, there is intimacy and then when that unity takes place in a body, when it is cultivated, when it is worked on, the world begins to believe.
What is one of the biggest obstacles when we preach the gospel to people out there, to unbelievers, particularly in this cynical time that we live in towards the church and towards Christianity? When are you guys going to get your act together? I mean, who am I going to believe, am I going to believe the Christian scientists, the Adventists, the Jehovah’s Witnesses, Catholics, the Protestants and even the Protestants can’t get their act together because there’s so many of them, so many different denominations, and so many different groups and on, and on and on.
And then you look at history you see the religious wars of the 16th century…. I was in the Czech Republic years ago and I got to go to a museum in a small town that I was staying in, and I got to see some of the incredible weaponry that was developed during the 16th century in order for Christians to kill each other because of the religious wars. And the amazingly creative ways and violent, cruel ways that they designed these weapons to kill and mane and wound and destroy fellow believers in Christ, boggles the mind.
And we have that blood in our hands as a church. Jesus prayer still is waiting to be realized and I pray that it will be realized here among us as a body of believers. That we will overcome by the urgency and by the importance of the call of the word of God to cultivate a community that love each other, that bless each other, that support each other, that have patience with each other and that have tolerance for each other. It is a very, very difficult calling. It is not easy, but I hope that I have at least, helped to brand in your mind the concept of the importance and the urgency of unity in the Bible.
It is such a crucial, crucial element of the Christian life. Do not underestimate it because its blessings are huge and its negative consequences in its absence are also huge.
And this is why the Apostle Paul, he says here, you know, “…I urge you to live a life worthy of the calling you have received, and then he develops that idea by saying, be completely humble, and gentle, be patient, bearing with one another in love, make every effort to keep the unity of the spirit through the bond of peace.”
In other words, look what he’s saying. He’s saying, all this stuff that I have spent time guided by the Holy Spirit, revealing to you about the nature of God’s actions in the church and in the universe, now demand that you life a life that is up to par, that is at the same level of that which has taken place.
And therefore, how do you live that? How do you carry out a life that is worthy of the sublime gospel that you have received? Well, by bearing with one another in love, by being completely humble and gentle and patient towards each other, by making every effort to keep the unity of the spirit through the bond of peace.
You know, he could have chosen a lot of ways of illustrating how we can live the Christian life at the level of what God has done to call forth his church in the universe and the first thing that comes to his mind, inspired by the Holy Spirit is the way to do that, is by living in unity with each other and by reflecting the character of Christ towards each other. That’s a powerful thing because it gives you the level of importance that this has.
And why is this so important? Because, I tell you, if we can learn to relate to each other in the way that that passage describes, then that means that there’s a whole lot of other things that will have been attained in the process, that are also part of the Christian life. And the power, the beauty, the quality, the sublimity of the Christian life is measured by how well we project and manifest the character of Jesus Christ, the fruit of the spirit.
You know, it is not so much the power that you have, the faith that you have, the knowledge of the Bible that you have, the charisma that you have, the energy that you exude, the money that you give for the furtherance of the gospel, how many people you convert. That’s not really what impresses God, that’s not what leads to blessing, that’s not what leads to powerful ministry, lasting ministry, effective transforming ministry. It’s none of that.
The Apostle Paul again inspired by the Holy Spirit in First Corinthians 13 took care of that. When he said, you know, if I had all the faith in the world in such a way that I cast mountains into the see, and if I have such generosity of heart that I give my body to be burnt up for people, and I give up all my money to others, and none of that is fueled and inspired by all consuming love, then whatever I do is of no worth and it doesn’t impress God at all, and it’s as if I had done nothing, because it is love which is the sum total of all the other qualities that make it up, which are the qualities of the fruit of the spirit that we see in Galatians, chapter 5 that really enables anything that we do to really make sense in the light of the gospel.
And so, when Paul calls us here in Ephesians, chapter 4 to be completely humble and gentle, patient, bearing with one another, what is he talking about? He’s talking about the fruit of the spirit. He’s talking about the character of Christ. He’s talking about those qualities that we need to make an effort to cultivate with the power and the grace of the Holy Spirit.
Only a church, a community made up of individuals that have been submitted to the process that creates godly character can dwell in harmony. A church that is made up of people whose flesh has not been crucified, whose character has not been submitted to God, whose wounds have not been healed and treated by the Holy Spirit, who have not been submitted to the breaking influence of the spirit as he takes us and scans us, and makes a diagnosis of what our needs, our wounds, our defects, our deformations of life, and then comes out with a treatment plan for the next 30, 50 years of your life, and says, I’m going to submit you now with your permission and your desire to a process to conform to the image of my Son. I’m going to take all the blemishes, all the distortions, all the twists, all the knots, all the deformations and I’m going to treat them one by one and I’m going to turn you slowly from a biological, earthly bound creature, to a spiritual, minded, other worldly, angelic being almost, through a process of work and treatment, breaking, suffering, blessing, learning, relationship and I’m going slowly turn you more and more into the image of my Son, Jesus Christ.
Only churches, only communities, only families that are made up of individuals that have allowed themselves to be treated thusly will be able to manifest that unity that is being spoken about here. It is the only way that we are going to produce that gentleness, that patience, that humility, that forbearance that we need to have towards each other.
So, if we allow that to take place, you see, that unity will simply be the byproduct, the result of a process whereby our character will be shaped and formed according to the values of the Kingdom of God. And this is what we need to aspire, my brothers and sisters. You know, our life, our Christian life should be a one big desire to be made more and more like Christ because in doing so we will be able to lose all those edges, all those sharp parts of ourselves that lead to conflict with our brothers and sisters.
What does the Apostle James say? Where did the wars come from in you? you remember that passage? Let me see if I can find it very quickly here. If somebody finds it even sooner, that’s even better for me.
“….What causes fights and quarrels among you? Don’t they come from your desires that battle within you? You want something but don’t get it. You kill and covet but you cannot have what you want. You quarrel and fight. You do not have because you do not ask God. When you ask you do not receive because you ask with wrong motives, that you may spend what you get on your pleasures….”.
And then in verse 7 it says “… submit yourselves then to God…” so that’s how we can be made in such a way that then we can have the kind of character that enables harmony to take place.
“…Come near to God and he will come near to you. Wash your hands, you sinners and purify your hearts, you double minded. Grieve, mourn and wail, change your laughter to mourning and your joy to gloom. Humble yourselves before the Lord and he will lift you up….”
And here it says, “…. Brothers do not slander one another, anyone who speaks against his brother or judges and speaks against the law and judges it,…..” on and on.
You see that the Apostle James’ mind is dwelling precisely on the relationship of brothers and sisters among themselves. And there’s a connection being made by the Holy Spirit that the conflicts that take place in the church of Jesus Christ are the result of those areas inside of us, those carnal impulses and areas of our lives that have not been allowed to be treated by the Holy Spirit of God.
And so, we need to understand that that unity which we are seeking, that unity which is all important in the Christian life needs to come as a result of our allowing ourselves to be treated and to be broken and shaped by the Holy Spirit. That is so important. It is so important that we live a life as open…. Lord.
Just be completely transparent, be humble, be honest with the Holy Spirit, be honest with your brothers and sisters, admit your flaws, admit your defects, confess, ask for prayer, seek forgiveness and say, Father, I want to be completely shaped by you that I may be a source of harmony and blessing when I move among my brothers and sisters, when I move at home, when I move in my marriage, when I move with my relationship with my friends and my colleagues at work. Be completely humble and gentle.
I don’t have time and I’m going to close up in a couple of minutes to exegete each of those qualities: be humble, gentle, patient, forbearing, that was the word that was used in the King James, bearing with one another in love.
In verse 3 it says, “… make every effort to keep the unity of the spirit through the bond of peace”. As I’ve said before, unity does not come spontaneously. Unity, harmony doesn’t happen by sort of spontaneous generation, just because…. You know, we get along great and that’s it. No, unity is always, particularly in a diverse group of people, the product of individuals making every effort.
In the Greek original, as I understand, the suggestion is “great effort, extreme effort to bring about something”. You know, the Holy Spirit will do his part but there’s a part that only we can do and it is make every effort to keep that unity.
You know, just today for example, I want to commend Greg, he called me this morning at home. We had an activity here in the morning that was sponsored by the Fellowship of Latino Pastors in New England and we had an activity here in the church and that meant you know, different churches, leaders from different Latino churches coming to hear a panel of speakers reflect on the subject of pastoral excellence and so on.
Well, Greg called me because he didn’t know until the last minute that this activity was taking place, because of his work with discipling and cell ministries and all kinds of other stuff. He had convened a gathering of leaders from our congregation on third floor on that same day and he was concerned about the fact that they could have been here and benefited a lot from this very same activity, but he was going to have a parallel apparently competing activity on the third floor. And so he called me to clarify, you know, and to seek my opinion as to whether I thought it was ok to have that activity parallel to this one. And you know just to communicate that he wasn’t aware until the last minute and if he would have known with enough time he could have planned to have them here.
Now, why do I mention that? Because many times harmony doesn’t come necessarily from being remedial and solving a problem or a conflict that took place and forgiving somebody or asking for forgiveness, or correcting a wrong. Sometimes, unity is sustained by our being preventive and by being so attentive to unity and harmony that we sort of foresee how our brother or sister may think in the light of an action that we are going to take, and we are ready to explain and to share our motives and to forestall and avoid any kind of unnecessary conflict or wound in the heart of our brother or sister, so that we are attentive. You see, we’re diligent about protecting the peace and the unity of the body.
And that’s so important my brothers and sisters, see because many times we’re thinking just in the defensive, ok, he did something to me so I have to forgive him. I did something to him, so I have to ask for forgiveness and all this stuff.
You know, when we are careful and attentive to unity, we will always be seeking out any situation that may contaminate my relations with my brothers and sisters and I will seek it out with vengeance and I will eliminate is as soon as possible. If I see anything that’s wrong in my relationship I’m going to go after that, I’m going to destroy it as soon as possible, because it is this idea, make every effort.
It is such an important value that we determine to protect it at all costs because God is pleased with it, God is blessed. And that requires humility. He doesn’t have to do that, I mean, he could say, well, that’s tough luck, you know, nobody told me about it. Let them find out what happened and so. It requires humility and meekness to come to somebody that you don’t really have to give him the time of day, you don’t need them, and to say brother, you know, I wont be able to attend your invitation because of this and this and that. Or, you know, forgive me, I passed you and then three minutes later I realize that I didn’t say hello to you so, I’m coming back to say, hi, how are you doing? I was just, my mind was some place else….
You know, it’s that attentiveness to keeping good relationships with people. That works in married life, it works with your children, it works with your friends, it works in the work place, it works with your neighbors. Make every effort to keep the unity of the spirit.
So, I pray tonight that there’s so much more that we can glean out of this passage and maybe I’ll come back to it in my next intervention. But tonight I want to encourage you and I to revisit that call of the Holy Spirit to make every effort to keep the unity of the body. That unity of the body will always take place in a context of diversity and variety. That’s the whole thrust of the rest of the Apostle Paul’s meditation.
In this kind of variety, diversity of people who are here. By the way, I welcome my two brothers who just walked in, God bless you. I’m so glad to have you tonight. Welcome.
You know, it is in that context of diversity and of difficulty and of threat to unity t… tendency of the universe is toward chaos. That’s very well stated in one of the laws of physics. This tendency to greater disorder, to greater inertia, the stopping of things. That’s the natural course of the universe, this sinful fallen world is toward conflict. That is the consequence of the fall: conflict, competition, criticism, infighting.
We are a counter cultural people. We don’t live according to, necessarily we are submitted to the laws of the universe of course, but in Christ we are called to live in a higher plain, in a higher order. And so we counteract the natural tendency of the world and of human relationships to conflict and chaos, and deterioration as happens in the world.
You know, as friendship grow older and older, they grow more sameness and you know, monotonous. They go towards silence and separation. As believers it should be the opposite. As we get to know each other, as we interact with each other, rather than wearing out each other’s patience and tolerance for each other, and sort of familiarity breathing contempt, it should be the very opposite. It should lead to greater harmony, greater love, greater intimacy, more friendship, more honesty, more transparency, more brotherhood, sisterhood.
That is the call of the spirit. That is the mark of the presence of God in a community. May that be the distinguishing mark of whatever group we inhabit, whatever unit we may be a part of, particularly of this church, this community that is emerging now. May the Lord give us that grace, that wisdom, that self control, that power to live as members of one family, one God, Father, one spirit, one Jesus Christ, the Son, unifying in one faith and one baptism, one lordship, one confession.
Father, we release your word back to you. You have allowed us to handle it for a while and we do so with such reverence, Father, with such fear and trembling, because it is such a high privilege and your word has entered our lives and it has left its sediment within tonight. We want to treasure that. We want to hold on to it, Lord. We want to hold on to its message as it reverberates inside of us. We want you to seal your call to be an instrument of unity and harmony in this world that is so characterized by the very opposite. Enable us to glorify that Jesus Christ, to glorify that Father, that spirit of God which is so wonderful by living lives that speak to the harmony and the beauty and the oneness that there is in your kingdom.
I bless each of my brothers and sisters here tonight. Father any of us who are entangled in relationships that are conflictive or any area of resentment in our lives or any kind of attitude in our temperament that makes us a source of conflict in our relationships right now, Father, we release that to you and we pray for the infilling of your Holy Spirit, the specific treatment of your Holy Spirit in that area of our lives. We want to be like Jesus. We want to be like you, Lord Jesus Christ. We bless you tonight. We pray for your peace in our families, our churches, our city, our neighborhoods, our places of work and may the world be a little bit more harmonious because we are in it. We thank you for your word, Father. It will return to you but it will have done its work because it never returns to you void. And we bless you for that. We honor your tonight Holy Spirit, and we honor your word in Jesus precious name we pray. Amen. Amen.
God bless you my brothers and sisters.
Porque tienes sed todavía?
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Vamos ahora a la palabra del Señor, yo quisiera que ustedes buscaran en el libro de Juan, Capítulo 4. Permítanme orar antes de seguir adelante.
Dios te damos la gracia una vez más por la bendición que tenemos de poder ir ahora y entrar en una mediación, Señor, que tiene vida porque es una vida que proviene de ti, Señor. Palabras que salgan de mi boca serán solamente palabras, pero cuando esas palabras están ungidas y cubiertas por tu espíritu, Señor, tienen el potencial de hacer grandes cosas, no por el mérito de uno como predicador, sino por el tuyo Jesús, porque eres tu quien trae vida a los corazones que reciben esas palabras. Así que ahora mismo, Señor, me pongo en tus manos y que esta palabra, Señor, pueda ser de bendición a mis hermanos y hermanas y que los traiga directamente al centro de ti, al centro de tu vida, Jesús. Gracias Dios. Amen. Amen.
Bien, hermanos, es bien interesante el poder estar aquí hoy y compartir con ustedes después de todo lo que ha acontecido a través de esta semana. Yo me imagino que muchos de ustedes han tenido la oportunidad de poder comer con familiares, algunos de ustedes aprovecharon el viernes pasado, ¿cuántos se levantaron bien temprano en el viernes pasado? No se apuren, no les voy a decir que hicieron mal o algo así. ¿Cuántos se levantaron bien temprano?, y tal vez no necesariamente para orar, sino para aprovechar los especiales que estaban aconteciendo en el..... a ver, ¿cuántos se atreven a levantar la mano para eso? No se apuren, no les voy a decir que están en pecado ni nada por el estilo así que no se apuren.
Pero es bien interesante, yo creo que esta etapa en el año, es una etapa bien interesante porque uno es como que comienza a entrar en una transición de una etapa a otra. Unos comenzamos a... ese tiempo de acción de gracia nos empieza a entrar en todo lo que es este holiday season de vacaciones, para muchos, y tiempo en familia, y compartir, y comer en una buena comida con amistades, dar regalos, comprar, comprar, comprar y comprar.
Para muchos eso es lo que significa este tipo de temporada. Pero yo quisiera tratar de enfocarnos una vez más en algo mucho más importante que envuelve toda esta temporada. No tan solamente algo, sino más bien, alguien que envuelve toda esta temporada. Y ese alguien se encuentra en la persona de Cristo Jesús. Así como nuestro hermano Jessie estaba diciendo, cuando uno habla de la misericordia de Dios puede ser un tema bien emocional, porque uno se pone a pensar a si mismo, caramba todas las cosas por las cuales me ha traido y yo veo como esa misericordia ha estado trabajando activa. Uno tiene que tener un corazón de piedra para no llorar. Yo creo que aún los corazones de piedra se rompen cuando la misericordia de Dios verdaderamente llega a nuestras vidas. Es algo que no se puede resistir. Así que, hermano Jessie, te comprendemos cuando sientes esa emoción y esa pasión. We’re with you, my brother.
Juan, Capítulo 4, verso 5, dice así la palabra del Señor: “...Vino pues a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob, entonces Jesús cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta, -buen español, algunos entienden que esto era como mediodía- De pronto vino una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dijo, ‘dame de beber’, pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo, ‘¿cómo tu siendo judío me pides a mi de beber que soy mujer samaritana?’ –porque judíos y samaritanos no se llevan bien- Respondió Jesús y le dijo, ‘si conocieras el don de Dios –y hago un hincapié en esa frase, si conocieras el don de Dios- y quién es el que te dice, dame de beber, tu le pedirías y él te daría agua viva. La mujer le dijo, Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es hondo. ¿De dónde pues tienes el agua viva? ¿Acaso eres tu mayor que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?"
Y a esa pregunta yo vuelvo y le pongo esa frase ‘si supieras, si conocieras el don de Dios’. Yo estoy seguro, hermanos, que muchos, la mayoría de todos nosotros conocemos de rabo a cabo, de principio a fin, lo conocemos, lo hemos escuchado de muchas maneras, pero mientras yo estaba reflexionando en este pasaje, algo me chocó con el cual no me había encontrado antes.
Sabemos que parte del relato de la historia, Jesús estaba saliendo de Jerusalén porque los fariseos estaban calzando como un tipo de complot en contra de él, cuando comenzaron a decir, oh, Jesús está haciendo más discípulos de los que hacía Juan, el Bautista. Y ese tipo de comentario lo que estaba causando era que la gente comenzara a tener más atención en la persona de Jesús que antes, pero Jesús sabía que esa atención podía traerle un tipo de fama el cual él no estaba buscando.
Y por evitar eso, Jesús decide salir de Jerusalén en dirección a Galilea, y para llegar a Galilea tenía que pasar por el pueblo de Samaria. Y en este relate es entonces donde nos encontramos con esta conversación entre Jesús y esta mujer samaritana.
Ver a Jesús que está ahí presente junto a este pozo y esta mujer se acerca y Jesús intencionalmente le dice, mujer, dame un vaso de agua, o dame una copa de agua o una jarra de agua, lo que sea que tengas. Y la mujer rápidamente lo confrontó, pero cómo es posible que tu me vayas pedir esto, si ustedes los judíos y nosotros los samaritanos no nos llevamos bien.
Pero algo que me llamó la atención de esto es que esta mujer aunque era de Samaria tenía un conocimiento del pueblo judío que tal vez muchos de nosotros no estamos al tanto, y esto es que esta mujer reconoce a Jacob como su padre también. El pozo donde Jesús estaba sentado se conoce que era el pozo de Jacob, uno de los pozos que el mismo Jacob plantó de los muchos que había recibido en herencia a la misma vez.
Ahora, yo no se cuántos de nosotros estaremos al tanto de algo que está ocurriendo detrás de esta historia y eso es algo que yo quiero compartir con ustedes, porque ese relato del pozo de Jacob me hizo pensar en algo que no había visto antes. Y es el mero hecho de que ese pozo de Jacob mostraba una promesa de Dios a esa descendencia que estaba saliendo de Jacob.
¿Quién era el papá de Jacob? A ver, a ustedes que han pasado por discipulado: Isaac, ¿verdad? ¿Y quién era el papá de Isaac? Abraham.
En un relato en Génesis, Capítulo 26 hay un relato que cada vez que yo lo leo me llama mucho la atención. En Génesis Capítulo 26, y si lo quieren buscar pueden sentirse libres de hacerlo. Génesis Capítulo 26, nosotros vemos a Isaac que comienza a establecerse en la tierra de Abimelec e Isaac en ese entonces había recibido ya una promesa de parte de Dios, y era una promesa que había recibido primero de parte de su padre.
¿Cuál fue la promesa que Dios le dio a Abraham? Yo te multiplicaré, haré que tu descendencia sea como las estrellas de los cielos, como la arena que está en el mar y te voy a repartir a ti y a tu descendencia toda esta tierra. Dondequiera que tu vayas yo estaré contigo y te prosperaré. Esa fue la promesa que Dios le dio a Abraham y ¿saben en qué momento ocurrió eso? Cuando Abraham iba a sacrificar a su hijo Isaac más sin embargo Dios lo detuvo. Ese gesto fue el que inició una cadena de promesa que se iba a llevar a cabo a lo largo de toda esa generación.
Y esa promesa llega a Isaac. Es la misma promesa para él. Yo voy a extender tu descendencia. Yo te voy a prosperar dondequiera que tu vayas y esta tierra la voy a repartir a ti y a todos tus descendientes. Y es bien interesante porque esa tierra muchas veces se medía por las posesiones materiales que ellos podían tener. Y en este pasaje de Génesis, Capítulo 26, vemos a Isaac cómo entró en un momento de pleito con las personas que moraban en la tierra del rey Abimelec.
Miren por ejemplo, el verso 12, el verso 26, dice: “.... y sembró Isaac en aquella tierra y cosechó aquel año ciento por uno y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció y fue prosperado y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso”
Verso 15 dice: “...y todos los pozos que había abierto los criados de Abraham, su padre, en sus días, los filisteos los había segado y llenado de tierra, entonces dijo Abimelec a Isaac, apártate de nosotros porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho. E Isaac se fue de allí y acampó en el valle de Gerar y habitó allí y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham, su padre, y que los filisteos había segado después de la muerte de Abraham, y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.”
Pero miren la parte interesante”... Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle y hallaron allí un pozo de aguas vivas, los pastores de esa área de Gerar riñeron con los pastores de Isaac diciendo, el agua es nuestra –porque tal vez estaba en su tierra- por eso llamó el nombre del pozo Esek porque habían altercado con él.”
Esek es otra palabra para pleito, había un pleito ahí. Luego, el verso 21, “.... luego abrieron otro pozo y también riñeron sobre él y le llamó su nombre Sitna –que también es un nombre parecido a ese tipo de pleito, hubo una discusión allí entre medio de Isaac, sus siervos y los moradores de aquella tierra- .....y entonces Isaac se apartó de allí y abrió otro pozo y no riñeron sobre él y llamó su nombre Rehobot y dijo porque ahora Jehová nos ha prosperado y fructificaremos en la tierra.”
Este relato a mi me estuvo tan interesante, mis hermanos, porque aunque Isaac tenía una promesa de Dios de que Dios le iba a prosperar, de que Dios iba a estar con él, de que Dios iba a multiplicar su descendencia, había una parte que Isaac también tenía que hacer. Había un trabajo que él tenía que hacer. Es como decir, Dios, si tu me has dado bendición no significa que yo me tengo que sentar y esperar que esa bendición llegue a mi sino que yo tengo que hacer mi parte.
Isaac fue y trabajó, buscó trabajar con el sudor de su frente, la labor de sus manos, el dolor en su loma más sin embargo en medio de esa acción, esas eran las acciones que Dios estaba bendiciendo y prosperando. Pero aún em medio de todas esas cosas, Isaac se encontró con conflictos a lo largo del camino, personas que quisieron tomar de lo que él había logrado alcanzar, y pelearon, riñeron en contra de esas cosas. ¿Por qué? Porque él estaba peleando por la bendición de Dios. Esas cosas materiales, ese pozo de agua significaba un sentido de sobrevivencia.
El agua era lo que proveía vida, no tan solamente para ellos sino también para su ganado, también para el plantío que ellos podían sembrar. El agua era lo que mantenía todas esas cosas moviéndose. Eran cosas materiales que se podían tocar y medir, pero Isaac sabía que detrás de todas esas cosas lo que había era una promesa de Dios que estaba sobre su vida. Isaac estaba dispuesto a pelear y moverse, y buscar hasta que él consiguiera aquellas cosas que iban a permitir que su vida se preservara para todos aquellos que venían detrás de él, y después de él, esos pozos fueron heredados entonces, ¿por quién? Jacob, su hijo Jacob.
Después de Jacob, si uno sigue viendo toda la cronología, mis hermanos, y créanme que voy a llegar a un punto con esto, es bien importante que podamos entender. Si uno va viendo toda esta cronología, de Abraham a Isaac, de Isaac a Jacob, de Jacob, ¿quién fue uno de sus hijos que hizo un impacto bien grande en el pueblo de Israel? José, fue el que como quien dice, los ayudó a establecerse en la tierra de Egipto.
Después de eso pasaron cientos de años y ¿quién fue el próximo líder que se levantó después de José? Moisés. Moisés fue el que llevó al pueblo de Israel a otro nivel y de ahí siguieron subiendo distintos líderes. El pueblo de Israel pasó por exilio. Fueron exiliados a otras tierras y allí los judíos se mezclaron con otras naciones, con otros grupos étnicos. Cuando se suponen que no tenían que haberlo hecho, más sin embargo lo hicieron.
Y ¿saben lo que es el pueblo de Samaria, si volvemos al pasaje de Juan? Los samaritanos eran un grupo de judíos que se habían mezclado con otras tribus paganas también. Eso eran los samaritanos, por eso es que cuando esta mujer se atreve decir, nuestro padre Jacob, le identifica a ella también como que parte de su descendencia era una descendencia judía. Era una descendencia judía que estaba mezclada con otro tipo de grupo étnico en el cual ellos habían estado.
Y por eso era que había riña entonces con los samaritanos y con los judíos. Porque los judíos veían a los samaritanos como una raza híbrida, por así decirlo, no pura, porque estaba mezclada con otra y no los podían recibir entonces. Los judíos se concentraban en su adoración en Jerusalén y entonces los samaritanos decidieron hacer un templo, un altar en esa área de Gerizim donde ellos pudiesen adorar en la forma que ellos entendían que era la que ellos debían hacer.
Eso es lo que está detrás de todo este pleito. Y esa promesa de Dios, mis hermanos, miren qué interesante, esa promesa de Dios seguía, seguía a lo largo de todas esas generaciones. Lo que pasa es que en la generación de esta samaritana, o de ese pueblo samaritano, esa promesa se había diluido con muchas cosas que habían contaminado la mente, las emociones, las creencias de ese grupo en particular. Su mezcla era tan, como lo puedo decir, era una mezcla tan, no voy a decir mezclada pero ya lo dije, era una mezcla tan diversa que las promesas que traían esos patriarcas se fueron diluyendo a lo largo de todas esas generaciones hasta que llegó el punto donde esta mujer se encontró con Jesús.
Y miren cómo podemos empezar a atar cabos. Dios solamente pidió un simple vaso de agua, pero ese vaso de agua era como un anzuelo para ir a algo mucho mayor. Jesús sabía donde estaba. Jesús sabía que él estaba en el pozo de Jacob. Y esa frase de Jesús, ‘si conocieras el don de Dios’.
Miren ese verso 10, “si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, tu le pedirías y él te daría agua viva”. Miren cómo la mujer le responde a Jesús: “¿acaso eres tu mayor que nuestro padre, Jacob, que nos dio este pozo del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?”
Yo imagino que cuando Jesús escuchó esa pregunta, él tuvo que haber hecho ‘ehm’ , ‘si supieras’. ‘si supieras que yo fui el que estuvo con tu padre, Jacob, cuando él estaba durmiendo con su cabeza en una piedra, y él vio una escalera que descendía desde el cielo, ángeles bajaban, ángeles subían. Y fui yo el que le di a él la promesa, fui yo el que le habló a tu papá, Jacob, la promesa de que Dios iba a estar con él, de que Dios iba a prosperar su descendencia, de que Dios era el que iba extender toda su generación como las estrellas del cielo y como cada granito de la arena. Si supieras, mujer.
Pero obviamente Jesús no se quería dar patadas en el pecho, así que lo dejó tranquilo. Pero yo quiero dirigir nuestra atención, mis hermanos, a esa frase, porque yo me pregunto si nosotros mismos entendemos esto también. Hay una gran diferencia entre yo decir, si supiera, y yo decir, si conocieras.
Dígale a la persona que está a su lado, si supieras. ¿Qué es lo que implica eso, hermanos, si supieras? Usualmente nosotros usamos esa frase cuando, ¿qué? Alguien se está riendo, mira, shsh, si supieras lo que pasó! Ay, muchacho si tu supieras cuánta comida se comió fulano de tal en la mesa de tal y tal. Si tu supieras quién fue el que pidió el cuello del pavo. Ay, si tu supieras.
Si tu supieras viene de saber. Saber es mero hecho de tener un conocimiento, de tener una información. Eso es lo que implica el yo poder decir, si tu supieras. Y Jesús no estaba interesado en transmitirle a esta mujer un mero conocimiento o un mero suceso de información. Jesús lo que le dijo a esta mujer fue, si conocieras el don de Dios.
Y hay una diferencia bien grande porque el yo decir, si tu conocieras. ¿Qué es lo que implica eso? No tan solamente experiencia, eso implica también el tu conocer a alguien. Cuando usted le pregunta, mira tu conoces a fulano de tal o fulana de tal. ¿Qué es lo que implica eso? Es si tu conoces personalmente a la persona, si has podido estrechar su mano, o si le has podido dar un abrazo a la persona, ¿verdad? Eso es lo que implica el conocer, no es tan solamente que tengo una información gravada en mi mente, sino que yo personalmente he tenido un encuentro con esa persona, he podido estrechar su mano, he podido hablar con esa persona cara a car. Eso es lo que implica conocer.
¿Cómo yo puedo llegar a esto? Miren, por ejemplo, en el verso, la conversación de Jesús y esta mujer samaritana, vamos a llamarla Elena, por si acaso. Aquí no hay nadie que se llame Elena, ¿verdad? Ok. Elena y Jesús estaban hablando, miren lo que le dice en el verso 19:
Le dijo Elena “... Señor, me parece que tu eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte –una vez más, miren la palabra que usa, nuestros padres. Ella se sigue identificando con el pueblo de Israel al hacer referencia a sus padres. ¿Y quienes eran los padres? Abraham, Isaac y Jacob. Esos eran los padres. Y ella decía, nuestros padres adoraron en este monte y vosotros, ustedes los judíos, dicen que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Esta mujer estaba hablando acerca de una información que ella tenía en su mente que había sido transmitida de una generación a otra. Más sin embargo lo que Jesús quería era traerle un conocimiento vivo. Jesús lo que quería hacer era reanudar una vez más, revivir una vez más, esa promesa que había sido dada a esos patriarcas del pueblo de Israel. Eso era lo que Jesús estaba haciendo. Estaba cogiendo esa promesa y trayendo una revelación totalmente nueva a este pueblo que para muchos parecía ser que era un pueblo rechazado por el resto del pueblo de Israel, pero Jesús estaba trayendo a este pueblo una vez más a esa promesa de una generación que se iba a multiplicar, una generación que iba a conquistar, a llenar el resto de toda la tierra.
Y en esa promesa, hermanos, donde yo veo que Jesús le dice a esta mujer, le dice, mujer si tu conocieras el don de Dios, si tu conocieras ese regalo de Dios, si tu conocieras que las promesas de Dios son un regalo para ustedes. Cada promesa de Dios es un regalo. ¿Saben por qué? Porque un regalo es algo nuevo, es como que me da esperanza de que alguien me quiere, de que alguien tiene atención de mi, de que alguien está velando por mi, y para mostrar esa atención que esa persona tiene me entrega algo. Y yo aprecio ese tipo de gesto.
Es lo mismo con una promesa cuando Dios hablaba con una promesa a su pueblo, él les estaba dejando saber, este es mi regalo para ustedes. Yo les estoy prometiendo una vida larga. Yo les estoy prometiendo una vida larga a cada uno de ustedes. Eso es lo que Jesús estaba haciendo con esta mujer cuando le dice, si conocieras el don de Dios y quien es el que te dice, dame de beber, tu le pedirías y él te daría agua viva.
Un verso más adelante respondió Jesús y le dijo, “....cualquiera que bebiera de esta agua del pozo volverá a tener sed, más el que bebiere del agua que yo le de, ¿qué dice? No tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él o en ella un fuente de agua que salte para vida eterna.
¿Vieron cómo se ve la promesa? Que empieza a ser revelada en una forma nueva aquí. Dios le había revelado a Abraham y a Isaac y a Jacob, yo te voy a dar una vida larga, se va a demostrar en tu descendencia, van a conquistar toda la tierra, y así es como yo les voy a bendecir a ustedes. Y estaba hablando de una vida larga aquí en la tierra, más sin embargo la promesa que se nos da a cada uno de nosotros ahora en Jesús, no es tan solamente una vida larga aquí en la tierra, sino que es una vida que perdura por la eternidad. Esa es la promesa que se nos da ahora a nosotros, esa es la promesa que Jesús estaba revelando a esta mujer, que no se trata del tiempo que uno vive aquí en la tierra sino del tiempo de Dios y como uno vive por la eternidad en Dios.
Ese es el tipo de revelación que Jesús estaba trayendo ahí en ese momento y ¿saben qué, mis hermanos? Ese es el tipo de revelación que Jesús sigue trayendo a cada una de nuestras vidas hoy día. Hoy día, mis, hermanos, Dios sigue trayendo ese tipo de revelación a nosotros a través de su hijo Jesús, en medio de cada uno de nosotros.
Saben por qué. Yo me pongo a pensar, tratando de ver cómo las imágenes de todo este pasaje lo podemos aplicar aquí nosotros ahora. Yo me imagino de cómo nosotros igual que esta mujer rutinariamente o habitualmente, venimos aquí a este lugar, a este templo, a este edificio, venimos a este edificio a sacar agua. Venimos aquí a este edificio a sacar agua, venimos con nuestros cántaros, llegamos, le ponemos la soga, lo tiramos por ahí, esperando que se llene de agua, lo sacamos y cuando lo sacamos volvemos de nuevo a nuestras casas y después tal vez los que vienen los miércoles, pues vienen los miércoles. Volvemos de nuevo, echamos el cántaro, sacamos agua, y volvemos una vez más a nuestras casas. Y después habitualmente tenemos que volver una vez más para tirar nuestros cántaros, echarles aguas, rellenarlos de nuevo y volver una vez más.
Pero si se dan cuenta lo que yo estoy diciendo, mis hermanos, yo estoy diciendo, un gesto habitual. Como lo que estaba haciendo esta mujer. Esta mujer como seguía viviendo de un agua que estaba en este pozo, ¿qué pasó? Volvía a tener sed, y como volvía a tener sed, ¿qué tenía que hacer? Volvía de nuevo a sacar agua, como algo habitual, como algo rutinario, tenía que volver una vez más. Era un ciclo que se seguía repitiendo y repitiendo y repitiendo.
Pero no fue hasta que se encontró con Cristo Jesús que la historia cambió por completo. Y eso es, mis hermanos, a lo que yo quiero traer nuestra atención ahora porque hay veces que yo me pregunto y no estoy apuntando a nadie, que le caiga la gotita que se moje, pero yo hay veces que me pregunto, cuántas veces nosotros venimos a este edificio, venimos a este templo, y miren las palabras que estoy usando. No estoy diciendo, iglesia, estoy diciendo templo, estoy diciendo edificio. Porque pensamos que el mero hecho de venir aquí nada más ya estoy viniendo para buscar agua para el resto de mis días y ya ahí se acabó todo. Sigo viviendo el resto de mis días, por toda la semana y después cuando llega el miércoles, o cuando llega el domingo, pues, vuelvo de nuevo con mi cántaro encima de mi lomo y vuelvo a sacar agua una vez más.
Pero qué diferencia hay cuando venimos a este edificio en forma habitual, buscando una solución que pueda satisfacer una sed interna, cuando vengo a este edificio buscando algo que pueda darle un nuevo sentido de vida a mi vida.
Y yo no estoy diciendo que eso sea mal, lo que yo estoy diciendo es que cuando venimos aquí, ¿cuál es la verdadera fuente de agua de la cual estamos nosotros nutriéndonos, hermanos? ¿Cuál es la verdadera fuente de agua a la cual nosotros venimos con nuestros cántaros para podernos llenar por completo?
Una cosa es yo poder creer con el mero hecho de yo venir aquí los domingos ya mis problemas van a ser resueltos. Otra cosa es cuando yo reconozco que vengo delante de la presencia de aquel que es el verdadero recurso de esa agua. Esa fuente de agua viva que puede brotar en mi en una forma sin final, en una forma continua. Cuando yo vengo a ese recurso, cuando yo vengo ahí, a esa persona de Jesús, es ahí cuando mi vida verdaderamente encuentra un sentido de dirección que no tenía antes.
Y eso fue lo que Jesús hizo con esta mujer, hermanos. Jesús le trajo a esta mujer un sentido de dirección que su vida no había tenido antes. Jesús le recordó a esta mujer un sentido de promesa que ella no había experimentado antes, una promesa que a lo largo de los años perdió su valor, perdió su fuerza y ahora ella estaba viviendo en forma de rutina, no estaba viviendo en forma de una experiencia genuina. Más sin embargo Jesús lo que estaba haciendo en ese encuentro, era diciendo, mira este es el verdadero significado de la promesa. Hoy esa promesa que se le dio a tus padres está cara a cara contigo y no tan solamente te traigo vida que pueda durar en todos tus días aquí en la tierra, sino una vida que pueda durar para mucho más allá de la vida que tu puedas tener aquí.
El mejor regalo, hermanos, si verdaderamente conociéramos ese don de Dios. Yo no estoy diciendo que nosotros no lo conozcamos. Si lo conocemos, por ejemplo, el miércoles pasado, hermanos, cuando estuvimos aquí en nuestro servicio de Acción de Gracias, tuvimos la oportunidad de poder escuchar testimonios de distintas personas de cómo Dios ha obrado en sus vidas, testimonios de sanidad increíbles que yo mismo cuando los escuchaba me estremecía cuando lo escuchaba. Personas que han sido sanadas de cáncer, personas que cuando pensaban que no iban a encontrar un trabajo, lo encontraron; personas que han recibido una vivienda; todo porque han confiado en Dios y porque han sabido cómo llegar a ese recurso donde todas las cosas provienen.
Y al yo escuchar esos testimonios yo me decía, de esto se trata, de esto es de lo que verdaderamente se trata. No es tan solamente de los beneficios materiales que yo pueda recibir de pàrte de Dios, sino de cómo yo puedo experimentar el verdadero poder de Dios obrando en mi vida. Eso se va por encima, mis hermanos, se va por encima de cualquier recurso material que yo pueda tener en mi vida o en la vida de usted. Ahí es donde tiene que ver, en nosotros poder conocer ese don de Dios.
Si nosotros verdaderamente pudiésemos conocer ese don de Dios que yo no vengo aquí a este edificio por querer conocer a ese recurso que puede proveer solamente a mis necesidades físicas y materiales y que una vez si ya tengo todas esas cosas, pues, entonces me desaparezco del planeta porque no tengo más necesidad de. Eso es una persona que no ha conocido el don de Dios.
El miércoles por la noche también reflexionábamos en el pasaje de los diez leprosos cuando se encontraron con Jesús a la distancia y desde la distancia le gritaron, Jesús, ten misericordia de nosotros, por favor sánanos. En un gesto de fe, Jesús les dijo, vayan y muéstrense ante el sacerdote para que él confirme que verdaderamente ustedes están sanos. Y en un gesto de fe verdaderamente los diez se fueron creyendo en la palabra de Jesús. Y mientras iban caminando su piel se sanó por completo. Más ¿qué es lo que dice la historia? Solamente uno, solamente uno volvió y se tiró de rodillas delante de Jesús. Solamente uno tuvo la oportunidad de verdaderamente conocer el don de Dios. Ese uno fue el que se llevó el privilegio, el mejor regalo de que no tan solamente su piel haya sido limpiada, sino de que su vida entera hubiese encontrado salvación. Eso es lo que hace la diferencia de los que saben y los que conocen.
Esa es la verdadera diferencia de los que saben y los que conocen. Muchos saben, muchos saben, muchos saben de Dios de acá arriba. Pero pocos conocen a Dios desde acá adentro. Y ese es el mejor regalo que nosotros podemos dar, hermanos. Pero para nosotros darlo tenemos que conocerlo primero.
Yo quiero invitarlos a cada uno de ustedes hermanos, yo estoy tratando de hacer un esfuerzo bien grande aquí por no romperme de verdad, porque yo quiero que usted reciba este mensaje. Dios quiere que usted pueda conocer ese verdadero don. No importa los años que usted lleve viniendo aquí a este lugar. No importa los años que usted haya estado caminando en los pasos del Señor, siempre hay algo nuevo que conocer de ese don maravilloso de Dios. Siempre hay algo nuevo que nuestras vidas pueden recibir para entonces poder dar.
La mujer samaritana, Elena, recibió agua viva y no se quedó con ella, la compartió a otros. Y esos otros vinieron a conocer ese don de Dios y su vida no fue la misma.
Hoy, mis hermanos, yo quiero compartir esto con ustedes, yo quiero compartir a Cristo Jesús contigo. No hay especial de acción de gracias que te pueda conseguir la felicidad y la plenitud que solamente Cristo te puede dar. No hay fila en una caja que pueda satisfacer más que la fila de yo poder estar delante de Dios para recibir un abrazo y un toque de él.
Esa si es una fila que yo estoy dispuesto hacer, por no importa lo larga que sea. Y eso es lo que yo quiero ofrecerles a ustedes, hermanos, en este tiempo en el cual estamos. Miren bien, hermanos, Jesús es el pozo de fuente de agua viva que tu necesitas. Así como le pasó a Isaac que tuvo pleitos para poder mantener esos pozos abiertos, más sin embargo se los taparon con arena una vez más, y él seguía moviéndose de lugar en lugar hasta que pudiese abrir un pozo que pudiese suplir a toda su familia. ¿Saben qué? En la misma forma situaciones alrededor de tu vida van a tratar de tapar y hundir el pozo de agua que Cristo ha puesto ahí, van a tratar de tapar ese pozo de agua, más tu sigue moviéndote, sigue buscando, sigue tocando, sigue pidiendo para que ese pozo de agua pueda permanecer abierto y que tu puedas experimentar esa agua de vida que solamente fluye de Jesús.
¿Saben qué? Yo necesito esa agua de vida. Yo como pastor, necesito esa agua de vida y no estoy diciendo que estoy mal, pero yo como persona necesito esa agua de vida que esté constantemente fluyendo en mi. Yo reconozco que yo solo no tengo las fuerzas para hacer todas las cosas. Yo necesito de Dios.
Y yo te invito a ti, mi hermano, en esta mañana si tu quieres probar esa agua de vida una vez más, hoy ese pozo puede abrirse en tu vida. Hoy tu puedes conocer el mejor don que Dios puede dar a cualquier hombre o a cualquier mujer.
Así que yo te quiero invitar hoy, si tu no has conocido ese don, si tu nunca has tomado la decisión de conocer ese don, yo te invito a que hoy tu hagas de este momento esa oportunidad donde tu puedas conocer ese don. Yo te invito a que dondequiera que tu estés tu puedas levantar tu mano, si no lo habías hecho antes que tu puedas levantar tu mano y decir, yo quiero conocer ese don de Dios.
Es más te voy a invitar a hacer algo más. Yo me imagino a Jesús sentado al borde de ese pozo diciendo, si tan solo conocieras el verdadero don de Dios.
Hermanos es aquí donde verdaderamente nosotros dejamos de ser quienes somos y entregamos todo lo que somos en sus manos. Jesús reveló la condición de esa mujer, ¿qué impide que nosotros podamos esconder lo que verdaderamente somos delante de él? Nada. Nada.
Jesús conoce lo que hiciste ayer, lo que hiciste esta mañana, lo que vas a hacer mañana, ya Jesús lo sabe. En medio de todas esas cosas él sigue ofreciendo agua viva. Yo te invito, mi hermano, mi hermana, que si tu quieres probar una vez más esa agua de vida, yo te invito a que tu pases aquí, que tu te unas conmigo, que podamos decir, Señor, yo quiero de esa agua de vida. Yo quiero renovar esa agua de vida una vez más en mi corazón.
Y si tu lo quieres hacer por primera vez en tu vida, yo te invito a que tu dejes atrás todo lo que impida que tu puedas verdaderamente recibir ese toque que pueda transformar tu ser. Déjalo atrás. Ven y corre a encontrarte con él. Ven y corre a encontrarte con él, el único que verdaderamente puede saciar todo lo que esté en tu ser.
Hombre que me escuchas, yo te hablo a ti también. Si tu conocieras el don de Dios. Si tu conocieras cuan poderosa puede ser tu vida cuando tu vida verdaderamente está en las manos de aquel que te formó, de aquel que te creó. Si tu supieras y conocieras todo lo que Dios puede hacer a través de ti.
Nosotros seríamos unos de los primeros en correr aquí y entregarnos por completo a él. Si tan solo supiéramos.
Mujer, si tu también supieras, si conocieras ese don de Dios y como ese don de Dios puede transformar tu ser por completo, y la vitalidad que puede traer a tu ser para que tu te conviertas en un pozo de agua viva también para otros, para otras.
Joven que me escuchas, tu que estás en universidad o que estás en escuela, si tu conocieras ese don de Dios y como ese don de Dios puede hacer de ti un instrumento de gracia, un instrumento de misericordia, un instrumento de restauración, ahí en esas escuelas, en esa universidad donde tu estás.
O tu joven profesional que trabajas en una oficina día tras día, si tu conocieras ese don de Dios, que puede hacer de ti un impacto en ese ambiente donde tu trabajas. Si tan solo conociéramos.
Señor Jesús, tu pueblo está delante de ti ahora mismo, tanto los que estamos sentados como los que estamos de pie aquí en este altar. Jesús tu quieres que nosotros te conozcamos a ti. Hay dimensiones nuevas de ti que conocer en cada momento, por qué nos vamos a conformar con lo poquito que tenemos. Por qué insistimos, Señor en hacer de nuestras vidas un hábito, un ritual tan monótono a veces, cuando sabemos que eres tu Señor el que puede traer una aventura nueva, Señor en cada día, Dios, en cada hora, en cada minuto que pasa, tu eres el que puede traer una aventura nueva, Jesús.
Jesús, yo te pido que nuestros corazones no se endurezcan, que nuestros corazones no se pongan como piedras, Señor, por las distintas circunstancias en las cuales pasamos, Señor, que muchas de ellas son pasajeras, triviales, Señor, y muchas si son de gran envergadura.
Oh, Señor, si tan solamente pudiésemos conocer cómo tu puedes obrar en medio de esas situaciones y no tan solamente cuando las cosas van mal, sino también cuando las cosas nos están yendo bien. Cómo podemos conocer una dimensión nueva de parte tuya cuando las cosas se ven pacíficas a nuestro alrededor, cuando todo parece estar normal, cuando todo parece que está cada pieza cayendo en su lugar, Jesús.
No dejes, Señor que... no permitas, Señor, que nosotros solamente busquemos tu dirección solamente cuando estemos en necesidad. No dejes que caigamos en ese círculo, Señor, tan erróneo muchas veces, sino permite, Dios, que nosotros podamos vivir en esa agua viva que solo tu das, esa agua viva que solamente, Señor, se puede experimentar cuando estamos en una constante relación vital contigo, Señor, una relación en la cual conocemos tu amor en una dimensión nueva, en una forma nueva, en cada momento, Señor, un amor, Señor, que posesiones materiales a nuestro alrededor jamás, jamás la podrán suplir, sino que eres solo tu, Señor, el que mantiene, Señor esa vida corriendo en medio de nosotros.
Jesús, tu eres el centro de nuestras vidas. Señor, perdónanos por favor cuando perdemos el foco, cuando perdemos nuestro norte. Perdónanos, Señor, cuando seguimos viniendo a un pozo que solamente da agua que puede suplir por minutos. Perdónanos Señor, cuando no te hacemos a ti el eje central de nuestras vidas, el único que verdaderamente trae sentido y dirección a lo que nosotros podemos ser.
Jesús, por favor derrama tu agua viva sobre nosotros, derrama tu agua nosotros sobre tus hijos e hijas aquí hoy. Vuelve a nacer en nosotros y que esa agua, Señor, sane y restaure todo nuestro ser, Jesús. Sacia nuestra sed de ti, Jesús. Son tantas las cosas que podemos hacer afuera, son tantas las obras que podemos hacer con nuestras manos, pero todas esas cosas se quedan nulas cuando tu no estás en medio de cada una de ellas. Regrésanos a ti, Señor. Regrésanos a ti una vez más.
Limpia nuestras vidas, Jesús. A mis hermanos y hermanas que están aquí en el altar, dales de esa agua de vida, Jesús, esa agua que solamente proviene de ti. Tu eres el agua de vida, Jesús. Tu eres el agua de vida que puedes con un torrente, Señor, llevarte todas esas fealdades de nuestras vida, Señor, tu te las puedes llevar, Señor, por completo, esa agua viva puede venir como unas compuertas de una represa que se abren y arrasan, Señor, con todos los escombros que puedan a ver. Y a la misma vez puede ser ese río, Señor, que fluye en una manera fluida, suave, Señor, y trae sanidad, trae restauración, trae paz, trae alivio, que trae frutos, Señor.
Padre, por favor, permite que tu agua hoy pueda hacer esas cosas de limpiar nuestro ser de todo pecado, de cualquier obstáculo que pueda haber en nosotros que pueda ser quitado por completo con esas aguas frescas tuyas y que a la misma vez nuestro ser pueda ser rejuvenecido por ti, Señor. Rejuvenece nuestras vidas y que ahora que nos dirigimos a la navidad, Señor, que tengamos claro, Señor, que tu eres, tu eres la navidad, Señor. Tu eres el autor y consumador de esas cosas que hoy celebramos, tu eres el que está, tu eres la promesa que está detrás de todas esas cosas y nosotros somos un pueblo que vivimos de acuerdo a esas promesas, Señor.
Nuestra esperanza está basada en esa promesa de vida eterna y te damos las gracias, Jesús, gracias por esa vida eterna que solo tu sabes dar, que solo tu puedes dar, Señor. Gracias, Señor. Gracias, Señor. Amen.
Debemos juzgar a los demás - o no?
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Quiero invitarles a ir a sus Biblias en Romanos, Capítulo 2. Vamos a ir al Capítulo 2 y simplemente quiero extraer algunos puntos, algunas ideas. Recordarán que estamos estudiando esta epístola a los Romanos y debido a diferentes compromisos y cosas han pasado ya varias semanas.
Ustedes quizás ni se acuerda a dónde está la epístola a los Romanos en la Biblia, pero aquí estamos otra vez para retomar. Ustedes saben, ha habido muchos viajes y muchos diferentes compromisos pero esta es una epístola eterna, lleva dos mil bendiciendo al pueblo de Dios y está ahí esperándonos en este día para instruirnos y proveer principios para nuestra vida como pueblo de Dios.
Yo voy a estar extrayendo así diferentes pasajes según vamos cronológicamente atravesando este libro y tocando los puntos que esos pasajes ofrecen a nuestra vida. Vamos a leer unos cuantos versículos representativos de este Capítulo, no lo vamos a leer todo para que podamos emprender nuestra exploración en esta mañana.
Capítulo 2, Romanos. Dice “.... por lo cual eres inexcusable oh hombre, quien quiera que seas, tu que juzgas.”
Yo creo que una de las palabras ahí clave es inexcusable. Vamos a ver por qué dentro de un momentito. Otra palabra sería ‘quien quiera’ también.
“.... quien quiera que seas tu que juzgas, pues en lo que juzgas a otro te condenas a ti mismo, porque tu que juzgas haces lo mismo. Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.”
Vamos más adelante, vamos allí al versículo 5, “.... pero por tu dureza y tu corazón no arrepentido atesoras para ti mismo ira, para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios el cual pagará a cada uno conforme a sus obras. Vida eterna a los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad sino que obedecen a la injusticia.”
Dice el versículo 11 “....porque no hay acepción de personas para con Dios”
Y entonces miren el versículo 17, estamos saltando aquí versículos representativos de este Capítulo. Dice aquí “..... he aquí, tu tienes el sobrenombre de judío y te apoyas en la ley y te glorías en Dios y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, instructor de los indoctos, maestros de niños que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. Tu pues, que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo?, tu que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?”
Vamos más adelante al versículo 28, dice “... pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne, sino que es judío el que lo es en lo interior y la circuncisión es la del corazón en espíritu no en letra, la alabanza del cual no viene de los hombres sino de Dios”.
Bendiga el Señor su bendita palabra. Hermanos, para muchos que leen este Capítulo, por ejemplo, y algunas partes de los primeros Capítulos de Romanos, este tipo de lectura puede parecer muy estéril y muy especializada. Muchos leemos esos Capítulos y en realidad no sabemos tanto a qué se están refiriendo y tendemos como aburrirnos y a pasarlos de largo. Y ahí es donde es importante uno tener un poquito de idea acerca de la historia y del contexto religioso y cultural en el cual el Apóstol Pablo escribe esta epístola y también toda la Escritura. Para leer ciertos pasajes de la Escritura y comprenderlos tenemos que entender algo acerca de su contexto histórico y cultural y ciertamente este es uno de esos pasajes.
También tenemos que entender a veces cuál es el propósito del libro en general, cuál es el argumento central que atraviesa todo el material que es tratado por el libro. Romanos es una carta que depende mucho de conocimiento interno, de la intención del Apóstol, el contexto en el cual escribe, la audiencia a la cual fue destinada la carta, y aún la postura personal y la experiencia personal del propio Pablo como ex fariseo y como miembro de una comunidad judía, y miembro de un cristianismo que está todavía tratando de definirse a diferencia del judaísmo, y tratando de encontrar su balance, su identidad dirigido por el Espíritu Santo.
Así que todas estas cosas están aquí entre líneas, dentro de ese Capítulo que acabamos de leer. No podemos entenderlo tan bien si no recordamos lo que está en el Capítulo anterior, en el Capítulo 1. Ustedes recordarán hace semanas atrás, cuando tocamos acerca del Capítulo 1 donde el Apóstol Pablo primero, como un abogado argumentando un juicio ante un jurado o ante un juez, comienza a establecer su caso, parte por parte; a montar todo un armazón de argumento lógico ante sus oyentes o la audiencia que tiene por delante.
En el primer Capítulo el Apóstol Pablo lanza una condenación fulminante contra el mundo no judío, el mundo pagano, los griegos, los romanos, toda esa humanidad que no conoce a Dios, el Dios monoteísta, el Dios verdadero, Jehová, el Dios judío, y que se han pervertido a través de la idolatría haciendo de Dios imágenes de reptiles y de animales, o de hombres también; y que han en un sentido abaratado, han rebajado la dignidad, la gloria de Dios porque les conviene más hacer eso. Y que se han rebelado contra la enseñanza moral y los reclamos morales del Dios que los ha creado. Y que como consecuencia de su rebeldía y de su obstinación en mantenerse haciendo las cosas que ellos quieren, y que crean el Dios que a ellos les da la gana crear, entonces Pablo dice, Dios los entrega a una mente, dice, una mente reprobada.
En el griego original reprobado quiere decir una mente rechazada, una mente que una vez que ha sido examinada, recibe un sello de ‘no aceptable’; una mente que ha fracasado el examen, que no ha pasado el examen, que no ha pasado quality control. Una mente podríamos decir, deficiente, una mente disfuncional, una mente que no razona correcta y coherentemente. Esa es la retribución que Dios hace contra una humanidad que persiste en pecar y rebelarse contra el Dios verdadero.
Dios les dice, ok, eso es lo que ustedes quieren hacer, pues yo los voy a abandonar a sus propios razonamientos a ver qué pasa. Y esa mente, entonces, rechazada por Dios comienza a pensar en una forma borracha, loca, distorsionada y aparentemente hace sentido, pero es como una computadora que está funcionando pero que cuando usted mete dos y dos le dice que son siete, y sale con resultados inadecuados. Razona en una forma alocada, moralmente y en otras maneras, y entonces comienza a corromper todo lo que está a su alrededor. Como la mente es el asiento de la legislación humana, de la moral, la ética, el arte, la filosofía humana; una mente pervertida, una mente disfuncional va a producir sistemas disfuncionales.
Entonces, qué pasa, el hombres se va degenerando cada vez más y más. Cuando se ha alejado de Dios y Dios lo ha relegado a sus propios recursos, el hombre, qué pasa, sin la brújula y la norma que guía correctamente de Dios y su palabra, es como un niño que se mete en el bosque y se va perdiendo y mientras más trata de encontrar el camino, más se mete en la profundidad del bosque y más perdido se encuentra.
Y por eso en el Capítulo 1 el Apóstol Pablo, miren el versículo 26 del Capítulo 1, y de nuevo estas cosas las tratamos y no alcanzamos a tratarlo todo pero vamos haciendo progreso. En el versículo 26 Pablo dice, por ejemplo, “.... por esto... –recuerde que está hablando del mundo que no conoce a Dios, el mundo greco romano, con sus perversiones, con sus casas de prostitución sagrada, con sus religiones prostituidas, con su adoración a los dioses pervertidos de la mitología griega, y todo esto, él está argumentando contra ellos, primeramente.
Dice, “....x esto –versículo 26- Dios los entregó a pasiones vergonzosas....” –en otras palabras, Dios los abandonó a pasiones, es decir a fuegos, inclinaciones, necesidades vergonzosas. Esa palabra es muy importante. Dice, - “....pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”, para fusin, es decir contraria, fuera de lo natural, de lo que Dios ha constituido al hombre para ejercer según su físico, según su constitución biológica.
Eso es muy importante porque uno de los argumentos más claros contra la homosexualidad es precisamente, mire la anatomía del hombre, la anatomía de la mujer, en su complemetaridad. Miren el reino animal, igualmente, la naturaleza de lo biológico, y usted verá claramente que la naturaleza misma grita que la relación sexual está hecha para ser entre un hombre y una mujer, entre el varón la hembra, sea en el animal o en el mundo humano. En el reino animal la homosexualidad es casi inexistente, absolutamente. Hay casos así bien.... pero no hay algo como en el reino humano que se.... no solamente está practicando hoy en día sino que se está instituyendo.
Entonces Pablo dice, ¿y por qué señala él la mujer aquí en primer lugar? ¿Y por qué señala él la homosexualidad como primer ejemplo de la perversión del hombre? Porque para Pablo, hay mucha gente que dice, bueno, si la homosexualidad no es peor que ningún otro pecado. Es cierto en un sentido absoluto de la palabra, en un sentido diríamos, ontológico, cualquier pecado, el tu robarte un dulce en el supermercado, en términos de violación de la ley de Dios es tan ontológicamente serio como matar a un hombre, porque es una violación de la ley divina.
Pero nadie me diga a mi que robarse un dulce es de la misma seriedad en términos gráficos, como matar una persona. ¿Verdad que no? Entonces en un sentido, claro que si, adulterar es tan pecado como homosexualidad, como borrachera, como mentir, como explotar a tu prójimo. Pero hay algo en la mente divina, hay algo en la mente bíblica que rechaza ese pecado como una ilustración gráfica del alejamiento de Dios.
Y aún dentro del comportamiento homosexual hay algo todavía que Pablo dice, es peor, y es que la mujer, hermanos, la hembra, la varona de la raza humana, tiene un recato todavía un poquito más fuerte que el hombre. El hombre, el varón es un ser mucho más sexualizado que la mujer, por diferentes razones, largo de explicar. La psicología respalda ese hecho.
El varón tiene una tendencia más fuerte a lo sexual, aunque eso está siendo reprogramado hoy en día, de paso les digo. Las mujeres están sexualizando tanto como los hombres, eso es aparte. No me quiero meter en mucho lío ahora mismo. Pero, naturalmente el varón tiende a ser menos pudoroso, menos cuidadoso en su comportamiento sexual. La mujer a través de la historia, a través de los siglos siempre se ha mirado como más recatada, más cuidadosa.
Entonces Pablo dice, ‘aún sus mujeres’, hablando del mundo greco romano sobre todo, el lesbianismo. Han llegado a tal nivel de perversión que aún la mujer, con su recato natural, instituido por Dios, lo ha abandonado y se ha metido también en el cultivo de la práctica homosexual. Es decir, es una ilustración gráfica del grado hasta el cual puede llegar el seres humano cuando decide alejarse de Dios y comienza a razonar según sus propios principios.
Hoy en día, en el siglo XXI, si usted lee acerca de la cultura griega y la cultura greco romana, la homosexualidad no es nada nuevo en la cultura humana. Hace 20 siglos, los primeros 11 de los primeros 14 emperadores romanos eran homosexuales, lo avala la historia. En la cultura griega, Platón, Sócrates y otros grandes filósofos hablaron muy altamente acerca de la homosexualidad como una práctica muy noble.
Y estas cosas, estas constelaciones de comportamiento, el desarrollo del arte, la cultura, el cultivo del cuerpo, como hoy en día lo tenemos, la práctica de la homosexualidad y la exaltación de la mente y la razón independiente de Dios, dondequiera que se exaltan esas cosas, usted va a ver también el crecimiento de la homosexualidad. Y ¿saben también lo que va a ver? El deterioro de la cultura y de la nación que lo practica y su superación por otras culturas más puras y más fuertes, que no han sido degeneradas y debilitadas por esas prácticas inmorales.
El fundamentalismo musulmán, con toda su fuerza y todo su vigor, que amenaza con arropar el mundo occidental, y que está siendo un aguijón a la cultura occidental, esa es la repetición de ese patrón. Las culturas en decadencia son atacadas y asediadas por culturas más viriles, más fuertes que todavía retienen su vigor porque no se involucran en las prácticas degenerantes y debilitantes de las culturas más avanzadas racionalmente.
Y eso es lo que va a pasar en esta nación, por eso nosotros resistimos estas cosas, porque sabemos sus consecuencias, la historia lo sugiere. No es solamente un grupo de gente fanática por allí, evangélica, tratando de aguarle la fiesta a esos pobres homosexuales y de impedirles que se casen. Es porque sabemos que hay estructuras sociales, morales, humanas, que cuando se violan llevan a la destrucción de una sociedad. Y es el amor que nos lleva a decir ‘no’ a una práctica que destruya nuestros hijos, destruya nuestra familia y destruye los fundamentos de la sociedad.
Entonces Pablo está diciendo todo eso y Pablo ataca, no vamos a entrar en muchos detalles, porque también más adelante ataca todo tipo de carnalidad. Cuando el hombre se pervierte, se pervierte totalmente. Y por eso en el versículo 28 del Capítulo 1 dice:
“... como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia: fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades...”
Y surge una lista de pecados habidos y por haber incluyendo el ser desobedientes a los padres, y ser altivos, injuriosos, etc. No es solamente al homosexual, finalmente Pablo dice, mira, cuando la humanidad comienza a pervertirse todas las obras de la carne comienzan a proliferar. Es primavera para la carne y todos los pecados y todas las actitudes destructivas habidas y por haber comienzan a proliferar y a florecer en la comunidad, en la cultura.
No estamos muy lejos en el siglo XXI, eso es una de las cosas que me convence tanto de la veracidad de la palabra de Dios. Entonces, ahí Pablo concluye su ataque a la cultura alejada de Dios, el equivalente hoy en día en el siglo XXI sería aquellos que no conocen a Dios, que no conocen a Cristo, que se han rebelado contra él, tienen una mente racional, secularizada, humanista, rebelde contra Dios. Y nosotros aquí en la iglesia decimos, oh, gloria a Dios porque yo no soy de esos. Yo soy un evangélico de hueso colorado, y vengo a la iglesia todos los domingos y doy mis diezmos y me porto bien, etc. etc. Pero ¿saben qué? No nos podemos escapar del juicio de Dios tampoco, solo por la gracia de Jesucristo, hermanos.
Y la idea de Pablo es, él quiere poner a toda la humanidad bajo el dedo acusador de Dios, porque los judíos cuando veían estas cosas y miraban a los griegos y a los romanos, y a los paganos y a los que no conocían a Dios y los despreciaban, los odiaban. Hermanos, el odio y el desprecio nunca deben llenar nuestro corazón contra el hombre que no conoce a Dios. Nunca permita que el sentido de superioridad o de religiosidad o de justicia personal invada su corazón.
La palabra dice que si alguno hubiere pecado, vosotros que sois espirituales restauradle con espíritu de mansedumbre mirando que tu mismo no seas tentado de la misma manera.
Siempre tenemos que decir, solo por la gracia de Dios. Y mirar al pecador con extrema humildad y temor de que eso me podría pasar a mi si no fuera solamente por la gracia de Jesucristo y por la misericordia de Dios. Tengamos cuidado porque esa es una de las lecciones de este Capítulo 2, cómo nosotros señalamos el pecado. Hay que hacerlo con temor y temblor, con extrema humildad, mirándonos a nosotros mismos primeramente, y diciendo, Padre, líbrame porque yo se que yo ahí también podría estar si no fuera por tu gracia y tu misericordia.
Eso es lo más importante, eso es lo que nos puede curar y cuidar a nosotros del ataque cínico del diablo. Porque cuando usted comienza, y ese es uno de los elementos de este Capítulo 2, a apuntar el dedo de juicio -yo voy a aclarar qué es juzgar dentro de un momento-, usted se abre al ataque cínico del diablo. La mejor manera de usted librarse de los ataques de Satanás es usted denunciarse primeramente a usted mismo, siempre. Y ser el primero en decir, yo soy un pecador que necesita la gracia de Dios y si no tuviera la gracia de Dios estaría en el infierno igual que los demás, pero por la misericordia de Dios y la sangre de Cristo que me lava y me limpia yo puedo tener acceso al trono de la gracia de Dios porque es por gracia que somos salvos. Y eso es lo que Pablo quiere llevar a sus lectores, a entender eso, que todos estamos bajo el dedo acusador de Dios, unos por una cosa y otros por otra.
Entonces, cuando él termina de denunciar en una manera totalmente clara y contundente al mundo pagano, rebelde contra Dios, va ahora a los judíos. Y por eso aquí en el Capítulo 2, él comienza, no es obvio todavía que se refiere a ellos, pero más adelante es evidente que él está entrando aquí en el Capítulo 2, en esta parte de su elaboración para hablar acerca de los que son religiosos, los que se creen mejores que los demás.
Entonces dice, por lo cual es inexcusable. Ese es un tema que está aquí en este Capítulo, la inexcusabilidad del hombres. Un día mucha gente va a aparecerse ante el trono de la Gracia y van a decir, oh Dios, o el trono del juicio y van a decir, oh es que yo no sabía, es que mi papá abusó de mi o mi mamá no me dio suficiente afirmación, o un sacerdote abusó sexualmente de mi, etc. Y Dios le dirá, si, pero también tu recibiste palabra de parte de mi pueblo y de mi mensaje de cómo tu podías sanarte y que tu podías ir a mi Hijo y recibir sanidad y no lo hiciste. Y que en mi había gracia para cambiar tu comportamiento y sanar tus heridas, y enderezar tu mente y no quisiste.
En el día del juicio nadie tendrá excusa, hermanos, nadie porque habrá un jurado y un sistema judicial mucho más poderoso que el actual en el siglo moderno, porque ese sistema judicial tendrá acceso no solamente a las acciones externas, sino los videos de las intenciones más profundas e íntimas del corazón, los pensamiento más íntimos, los movimientos del alma más pequeños, el subconsciente del hombre estará allí claramente.
Por eso es que nadie debe atreverse a pensar que puede comparecer ante el trono de Dios y pensar que solamente por sus propios argumentos se va a salir con la suya, porque el sistema de Dios es tan penetrante que solamente una remisión directamente de parte de la sangre de Jesús podrá permitirte ser justificado ante Dios. Sino por más bien que tu hicieras aquí en la tierra, por más rectamente que tu caminaras, siempre habrá pecados que Dios podrá tirarte en la cara y decir, por eso tu no puedes entrar a mi reino. Y tu vas a tratar de argumentar y no vas a poder hacerlo, porque contra la justicia de Dios nadie puede.
La palabra dice, para que seas reconocido justo en tu juicio y tenido por puro en tus palabra, contra ti, contra ti solo he pecado y he hecho lo malo delante de di, dice el salmista en el salmo 51. Porque Dios nunca va a ser neutralizado, ningún hombre va a ser reconocido como justo por su propia justicia excepto por la justicia de Cristo. Todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios, dice la palabra del Señor.
Entonces Pablo está montando su caso y en el Capítulo 2 dice aquí, por lo cual es inexcusable hombre quien quiera que seas, ya ahí él está comenzando a armar su caso contra los judíos. Quien quiera que seas... tu que juzgas. El pueblo judío era un pueblo que juzgaba continuamente a los demás. “.... pues lo que juzgas a otro te condenas a ti mismo porque tu que juzgas haces lo mismo”.
Hermanos, ahí, hay bastante material para infundirnos miedo y santo temor a todos nosotros, de no juzgar. Ahora, yo quiero hacer una pregunta, ¿qué quiere decir juzgar? Porque hoy en día se nos tira a la cara, cuando nosotros hablamos del pecado que hay en estas leyes y todas estas cosas y nos dicen, ustedes están juzgando y la Biblia dice que no juzgues.
La palabra tiene un entendimiento muy complejo de lo que es juzgar. Y esa palabra se usted la rastrea a través de la Biblia es una palabra bien compleja. Porque hay casos donde si se nos dice que podemos juzgar, y yo se lo puedo probar a usted.
Busque conmigo, por ejemplo, vamos a Primera de Corintios, Capítulo 5, versículo 3, para que entendamos esto cuando alguien le diga, porque eso siempre yo lo oigo de parte de muchos evangélicos, y por lo menos si aclaramos eso hoy en día, habemos cumplido con nuestro compromiso como predicadores.
Primera de Corintios, Capítulo 5, versículo 3, dice aquí, “...ciertamente –este es el Apóstol Pablo, el mismo que dice que no juzguemos en el Capítulo 2, hablando de un caso de inmoralidad que se había dado en la iglesia Corintia y que él había denunciado; un hombre que estaba conviviendo con la mujer de su papá, y él lo denunció y se tomó acción. Entonces él escribe ahora, diciéndoles a ellos:
“....ciertamente yo como ausente en cuerpo pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros en mi espíritu el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
Pablo mismo está diciendo, yo he juzgado este caso. ¿Está contradiciéndose él? No, lo que él está diciendo es yo he examinado críticamente a la luz de la palabra este caso, y objetivamente he concluido que eso viola la palabra del Señor, y he hecho una declaración al respecto.
Vamos a otro pasaje, ahí mismo en Primera de Corintios. Vamos al Capítulo 6, hablando de los litigios delante de los incrédulos también, ese es otro pasaje bien ilustrador con respecto a esto de juzgar.
Capítulo 6, versículos 2 y 6, dice aquí hablando de las peleas que hay entre los cristianos en Corintio, eso no es nada nuevo, hermanos, por si acaso. Y Pablo señala, ustedes están peleándose, se están llevando a los tribunales, están haciéndose demandas unos a otros, en vez de lavar su propia ropa sucia dentro de ustedes mismos, ¿no? y dando mal testimonio a la gente.
Dice el versículo 2, “....¿o no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas o no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?”
Y en el versículo 5 dice, “.... para avergonzaros lo digo, pues ¿qué? ¿no hay entre vosotros sabio ni aún uno, que pueda juzgar entre sus hermanos sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?”
El está diciendo, ustedes pueden juzgar entre ustedes. ¿Para qué tienen que ir a un juez secular que no conoce la palabra del Señor? Si ustedes un día van a juzgar hasta los mismos ángeles, no pueden juzgar sobre un pedazo de terreno o lo que sea, cuando ustedes tienen problemas entre cristianos.
Óigame si eso hiciéramos los abogados dejarían de existir en un momentito. No serían necesarios si nos dejáramos llevar por la palabra del Señor. Entonces, ¿qué es lo que está diciendo Pablo? ¿Se está contradiciendo cuando dice que no juzguemos? No, hermanos, yo creo que cuando la Biblia dice, no juzguéis se está refiriendo a una actitud que critica en una forma superficial, en una forma de auto justicia. Yo juzgo en la forma negativa cuando miro a alguien haciendo algo y digo, ese perverso, qué bueno que yo soy tan diferente. Yo nunca haría eso. Mientras por otra parte, sin embargo yo muchas veces estoy sintiendo lo mismo, haciendo lo mismo o tengo algo peor en mi vida.
Por eso el Señor Jesucristo dijo, por qué no miras primera la viga que está en tu ojo antes de juzgar la paja que está en tu prójimo. En otras palabras, muchas veces el problema de juzgar en esa forma negativa es que lo hacemos en una forma superficial, no pensando en nuestra propia fragilidad, nuestro propio pecado. Y hay un sentido de superioridad, de auto justicia, de ataque contra la persona, de acusación que no admite gracia.
Como el caso por ejemplo de la mujer adúltera en que estos hombres la querían apedrear y no se estaban identificando con el drama interior que había en ella. Querían matarla pero ellos no estaban pensando en sus propios pecados. El Señor les dijo, por eso, bueno el que no tenga pecado pues que tira la primera piedra, famosas palabras.
En otras palabras, cuando nosotros vemos una situación, un comportamiento que contradice la palabra del Señor, no se los dice, oh, simplemente vive y deja vivir como dicen hoy en día, no traces diferencia entre el bien y el mal, cada cual que haga lo que le da la gana. Eso es lo que hoy en día la gente quiere allá afuera. Eso no es lo que Dios dice, Dios nos llama a llamar lo malo, malo y lo bueno, bueno, pero hacerlo en una forma que permita gracia, que permita auto examen. Yo mirarme a mi mismo primeramente, que permita misericordia, que permita humildad, que se ponga a tono con el drama de la otra persona.
Si yo veo una persona, por ejemplo, sumido en la droga o en el alcoholismo, en vez de yo decir, uf, mira ese pobre diablo, ese.. ojalá que nunca visite mi iglesia. Yo nunca haría eso. Ese pasa hambre porque quiere, porque le da la gana y es un sinvergüenza y por eso está metido en la droga. Ese tipo de juicio no es conveniente al cristiano. El cristiano ve el mal, lo identifica y siente temor de Dios, siente misericordia, siente amor por el pecador, pero no deja de señalar que es pecado.
Nosotros, los cristianos, no tenemos nada, es decir cuando yo, por ejemplo, hablo acerca de la homosexualidad o todas estas cosas, no es que yo estoy obsesionado con eso. La palabra del Señor lo indica que eso no es de Dios, pero tenemos que amar al pecador y tenemos que decirle, en Cristo tu puedes tener salvación y sanidad. Y tenemos que decir también, Padre, guárdame a mi y gracias porque en tu misericordia tu no me has expuesto a estos cosas. O yo no tuve un sacerdote que me abusó, o un encuentro fugaz con un muchachito a los 8 años que me dejó atrapado en la mente del homosexual o este tipo de cosas. En tu gracia tu me salvaste.
Es decir, el juicio sano, bíblico es un juicio complejo, es un juicio atenuado por la misericordia, el amor, la humildad, el auto examen, la gracia y contra ese juicio no hay ley, hermanos, dice la palabra.
Si tu puedes identificarte con ese tipo de actitud sana, mansa, humilde, sencilla tu no estás juzgando en el sentido negativo de la palabra. Estás simplemente haciendo una diferenciación entre el bien y el mal. ¿Me explico, hermanos? Estoy tratando de señalar algo que es bastante complejo, pero que es muy importante para que no nos dejemos sobornar emocionalmente hoy en día y explotar emocionalmente por gente que nos dice, oh, ustedes están juzgando, simplemente porque estamos llamando a algo que es malo, malo y a algo que es bueno, bueno, eso es todo.
Asegurémonos, sin embargo, y ese era el problema del pueblo judío. El pueblo judío tenía un sentido de superioridad, de auto justificación, de derecho y de desprecio contra los que no conocían al Dios verdadero. Se sentían que ellos eran los únicos. Y Pablo dice, eso es mentira, ustedes están tan condenables como los otros que no conocen de Dios.
Aquí hay también una advertencia, hermanos, contra la hipocresía religiosa, muy importante esto. Guardémonos de la hipocresía religiosa. El Señor me ha hablado tanto acerca de eso en estos días que tenemos que andar con pulcritud en los caminos del Señor.
Si nosotros nos vamos a meter en el negocio de hablar de moralidad, será mejor que como dicen por ahí, no estemos predicando moralidad en calzoncillos. Porque ¿saben qué? el diablo no perdona, el diablo tiene un ojo clínico que penetra hasta lo profundo y es un acreedor que no perdona una sola deuda y que muchas veces está esperando el momento preciso para cobrarte con máximo provecho y beneficio.
Este caso triste de este predicador muy conocido aquí nacionalmente, y no menciono su nombre por respeto a él y a su familia, que mientras predicaba y hacía tantas cosas contra la homosexualidad y representaba supuestamente al pueblo evangélico fue encontrado involucrado en un caso homosexual, de 5 años con un prostituto homosexual. Ha hecho mucho daño en la nación y el diablo está sacándole mucho provecho a la carnalidad del pueblo evangélico.
En estos tiempos, hermanos, en que la humanidad cada día se mete más y más en la práctica de la perversidad y en el pecado, hay un llamado bien claro a nosotros, a mi y a ustedes, que el pueblo de Dios redoblemos nuestro propósito de vivir vidas santas y agradables delante de Dios. Más que nunca sentimos el temor de Dios en nuestros corazones y decimos, Padre, ten misericordia de nosotros y líbranos del mal, y ayúdanos a caminar rectamente delante de ti.
Eso quiere decir, hermanos, que más que nunca del pueblo de Dios se debe esperar transparencia. Denunciarnos a nosotros mismos continuamente, guardar cuentas cortas con Dios. Si pecas, asegúrate de que inmediatamente confieses, te arrepientas y rectifiques tu vida y te pongas otra vez en el camino correcto, porque el enemigo va a estar con su ojo clínico buscando la forma.
La Biblia dice que no le demos lugar al diablo, no le demos asidero, no le des ni una uña al enemigo porque el enemigo agarra todo lo que puede y lo explota para máximo provecho en nuestras vidas. Vivimos tiempos peligrosos, hermanos, tiempos peligrosos. Este es el día malo del cual habla el Apóstol Pablo en Efesios 6, y tenemos que revestirnos con toda la armadura de Dios y con una humildad terrible y con un deseo de integridad implacable. Y con una actitud de ceñirnos lo más posible a la voluntad y a la palabra estricta de Dios porque ese es el problema hoy en día con la iglesia evangélica. Nos hemos metido a denunciar muchas cosas pero no estamos cuidando nuestra propia casa y el diablo está sirviéndose con la cuchara grande.
¿No ve usted lo irónico? Hasta hace un tiempo los grandes escándalos aquí en EEUU era de predicadores y pastores con respecto a adulterio con mujeres. Últimamente ha sido homosexualidad. ¿Es una coincidencia eso? No, es que el espíritu demoníaco que anima el mundo, el príncipe de este siglo sabe ahora cómo tiene que dirigir sus ataques para neutralizar la verdad de Dios que está siendo predicada por el pueblo de Dios.
Entonces nosotros tenemos que tener mucho cuidado, hermanos, yo primero, de caminar rectamente delante de Dios. Este es un mensaje que Dios está trayendo a su pueblo claramente y que está pesando profundamente sobre mi corazón en estos días.
Y Pablo aquí es bien claro en ese sentido, ¿no? Cuidado de estar atacando allá afuera, a la otra parte del mundo que no conoce a Dios mientras nosotros hacemos cosas iguales o peores.
Miren lo que dice en el versículo 21, Capítulo 2: “... tu pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tu que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tu que dices que no se adultere, ¿adulteras? Tu que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? Tu que te jactas de la ley, con infracción de la ley deshonras a Dios, porque como está escrito el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.”
Me impacta lo que dice más adelante. Dice “.... porque Dios no hace acepción de personas”. Hermanos, no creamos que podemos sobornar a Dios con nuestros diezmos, nuestra alabanza, nuestro venir a la iglesia, nuestro vestirnos bonitos los domingos. Dios no hace acepción de personas, el alma que pecare, ésa morirá. Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Se haga dentro de la iglesia evangélica o fuera de la iglesia evangélica.
Es una advertencia clara. Lo que a mi me conmueve más de Dios y me da miedo de él muchas veces, es su carácter absolutamente vertical, insobornable. El le da una bofetada al más bonito, al que más quiere. A ése, si tiene que hacerlo, lo hace.
Y tenemos que dejar de hablar, hermanos, mucha retórica evangélica pero poca vivencia. Como les digo, tenemos que predicar nuestro mensaje todos nosotros, nos envuelve a todos, nos involucra a todos. Eso es algo que se sale de estas páginas claramente de que es simplemente, es vivencia.
Se ha hablado muchas veces de la pugna entre Santiago y Pablo acerca de la ley o la gracia. La salvación es por obras o es por gracia. Bueno, es las dos cosas. Pablo argumenta en el libro de Romanos de que la salvación es por gracia porque nadie puede ser salvo por las obras, sino por gracia. Pero a la misma vez dice, no creas tu, porque estás en la gracia puedes darte el lujo de violar la verdad de Dios y comportarte en una forma que contradice el carácter de Dios. Es las dos cosas. Es obras en gracia, ¿usted entiende? Es santidad, después que tu estás en la gracia y eres salvo, Dios espera que tu vivas una vida que sea agradable a él, porque ahora tienes el recurso del Espíritu Santo que te capacita para vivir una vida santa.
Mucha gente cree, bueno, porque estoy en la gracia, entonces puedo vivir como me da la gana. Esa es una mentira del diablo, diabólica. Todos los escritores de la Escritura rechazan esa idea. Hay gracia que Dios da para llegar a la vida eterna, pero Dios demanda entonces que vivamos como gente que ha sido redimida por la sangre de Jesús, que vivamos a la altura del Evangelio y bien claro.
Como él dice por ejemplo, ya termino con esto, en el versículo 29 del Capítulo 2, dice “sino que es judío el que lo es en lo interior y la circuncisión es la del corazón en espíritu no en letra”.
Lo que está diciendo allí, hermanos, ese aspecto... hay dos cosas aquí: el judío dependía de las cosas externas, los rituales. Como hay mucho evangélico que depende simplemente de venir a la iglesia, dar diezmo, alabar, saltar, hablar lenguas y que se le caiga el moño cuando están cantando y ya con eso supuestamente agradaron a Dios. Y Pablo dice, eso no es así, no es rituales vacíos. La santidad comienza en el corazón, la circuncisión del corazón, porque tu te circuncides por fuera como hacían los judíos, no quiere decir que tu eres verdaderamente circuncidado, tienes que circuncidar tu corazón, tu mente, tus emociones, tus apetitos. Esa es la verdadera santidad que agrada al Señor.
Entonces, de esa circuncisión de la mente, de esa mente renovada, transformada por la palabra y por el Espíritu Santo nacerán buenas obras. Y eso es lo que agrada al Señor. No es que Dios no le guste que.... que quede claro, deben diezmar, hermanos, no se vayan de aquí pensando que no. Pero la Biblia dice que si todo lo que tu haces es diezmar y tu corazón y tus acciones no reflejan lo que esa acción implica, no te vistas que no vas. Porque Dios no es engañado ni es sobornado por cosas externas.
Y eso no es solamente del Nuevo Testamento sino que eso está en el Antiguo Testamento. Les dejo con una lectura aquí de Deuteronomio porque es que Dios siempre ha razonado de la misma manera. No es como Dios mil años después dice, ah, ahora tengo más experiencia así que voy a cambiar mis valores. Dios es el mismo ayer, hoy, por todos los siglos.
En Deuteronomio, allá en el Antiguo Testamento, mira lo que dice en el Capítulo 10, versículo 12. Dice “..... ahora pues, Israel, qué pide Jehová de ti sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos y que lo ames y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que yo te prescribo hoy para que tengas prosperidad..”
Versículo 16 “... circuncidad pues, el prepucio de vuestro corazón porque Jehová nuestro Dios es Dios de Dioses y Señor de Señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni toma cohecho”
En otras palabras, no puede ser sobornado, no les una mordida, como dicen los mexicanos, a Dios porque no te la va a aceptar. Lo único que al corazón contrito y humillado no despreciarás, tu oh Dios. Holocaustos no te han agradado, dice la palabra del Señor, lo único que toca el corazón de Dios es un corazón frágil, tierno, tocado por la santidad de Dios y que sabe y reconoce. Como el salmista David dice, ten piedad de mi oh Dios conforme a la multitud de tus piedades, borra mis pecados y mis ofensas.
Es muy complejo, hermanos, caminar en los caminos del Señor y a la vez es sencillo también. Démosle al Señor primero nuestro corazón, nuestra mente. Vivamos con un sacrificio vivo, santo, agradable al Señor. Esa es nuestra verdadera adoración, dice Romanos 12, versículo 1.
Y recordemos siempre, miremos primero nuestra propia fragilidad, nuestra humanidad, nuestro pecado, nuestra inherente capacidad para ofender a Dios y hagamos todo lo posible por vivir vidas que ejemplifiquen la altura, la nobleza del Evangelio. Y cuando miremos el pecado en otros, hagámoslo con misericordia, con amor, con temor y temblor.
Pueblo de Dios, Dios te llama, me llama, nos llama a santificarnos, a abandonar una vida evangélica superficial y a adoptar la santidad que conviene a un pueblo redimido por una sangre que costó mucho, mucho, mucho. Contra esa actitud, contra esa conducta, contra ese pueblo, el diablo y sus demonios jamás podrán prevalecer.
Las puertas del infierno nunca prevalecerán contra una iglesia quebrantada, crucificada, humillada delante de Dios, y deseosa de vivir conforme a la altura del carácter de Dios.
Quiera el Señor que hoy ese llamado a la coherencia, a la consistencia en el comportamiento se haga poderoso en nuestras vidas, que el Señor nos toque con su temor santo.
Póngase de pie en esta mañana y vamos a humillarnos delante de Dios. Vamos a reconocer que todos hemos fallado, todos hemos fracasado, todos hemos fallado el examen. Hay una gran F sobre mi examen que dice, ‘fallaste’, y solo por mi gracia ahora puedes entrar a mi reino.
Camina livianamente sobre esta tierra y ten cuidado con los juicios que haces y las aseveraciones que haces. Y redobla tu intención de servirme, obedecerme y caminar conforme a mis mandamiento porque yo no hago acepción de personas. Tengo que condenar a veces y me duele el corazón hacerlo, pero lo hago porque no puedo violar mi justicia. Pero quiero, en tu arrepentimiento, en tu humildad, en tu reconocimiento de pecado, ahí quiero moverme y sanarte y ponerte otra vez en perfecta comunión conmigo.
Así que, Padre, nosotros reconocemos en esta mañana, hemos pecado contra ti, te hemos ofendido, Señor. Hemos violado tu ley. No somos mejores que los que están allá afuera. Lo único que nos recomienda es la sangre de Jesús y el nombre suyo que hemos adoptado a nuestro favor para remisión de nuestros pecados. Ten piedad de nosotros, oh Dios.
Conforme a la multitud de tus piedades, borra nuestras rebeliones, lávanos más y más de nuestra maldad y límpianos de nuestros pecado, porque nosotros reconocemos nuestros pecados. Nuestra ofensa está siempre delante de nosotros, Señor.
Alabado sea tu nombre. Ten misericordia de este mundo, Padre. Ayúdanos a ser lumbreras en esta humanidad que ha perdido su derrotero, ha perdido su rumbo, Padre. Que podamos brillar como una ciudad puesta sobre una montaña, Padre, por nuestra conducta de vida y por la belleza que tu hagas habitar entre nosotros, Señor, por medio de la limpieza que hay en tu palabra, Padre, en los principios de tu reino.
Te adoramos, Señor, en esta mañana y te bendecimos. Guárdanos del mal, Padre. Guárdanos del mal, Señor. Tu palabra ha prometido, caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, más a ti no llegará. Reclamamos esa palabra para nuestras vidas, nuestros hijos, nuestra familia, nuestro matrimonio, nuestro ministerio, Señor, nuestra iglesia, en el nombre de Jesús. Haz tu obra, Padre, tu extraña obra en esta humanidad en el siglo XXI, Padre. Comienza aquí en Boston.
Te adoramos y te bendecimos, Señor. Recibimos tu palabra, Padre. No queremos escabullirnos de ella, o escaparnos de ella, la recibimos frontalmente. Entre y penetre y haga su obra en nosotros. Gracias Señor, en el nombre de Jesús. Te adoramos, Señor. Amen. Amen.
Ephesians 3:14-21
TRANSCRIPT
I want to go back to our study on Ephesians and I know that we have had different people touching on different aspects of the book of Ephesians, but what I’d like to do today is just make a quick summary, a recap of what we have been reading and studying until now . But I’d like to concentrate on verses 14 through 21 of chapter 3 tonight, after I give that recap of the book until this point.
So, in chapter 3 verse 14 it says, “…..for this reason I kneel before the Father from whom his whole family, in heaven and on earth, derives its name. I pray that out of his glorious riches, he may strengthen you with power through his spirit in your inner being, so that Christ may dwell in your hearts through faith. And I pray that you being rooted and established in love may have power together with all the saints, to grasp how wide and long and high and deep is the love of Christ. And to know this love that surpasses knowledge that you may be filled to the measure of all the fullness of God. Now to him who is able to do immeasurably more than all we ask or imagine, according to his power that is at work within us, to him be glory in the church and in Jesus Christ throughout all generations forever and ever. Amen.”
Now, when you read verse 20, it says “….Now to him who is able to do immeasurably more than all we ask or imagine, according to his power….”, etc. don’t you get the sense of something that is closing. I mean, usually this kind of expression accompanies the end of a letter. It is after the Apostle Paul has finished writing a letter, he ends with a word of praise and worship to God, and you get the sense that you know, in these two verses he’s sort of putting a closing remark to something. It’s almost like you expect the book to end there, with that great doxology, that’s what it’s called. You know, an expression of glory and praise and worship to the Lord.
So, one would expect almost that the book would end right there, but it doesn’t. It continues. The reason why that kind of language is because in the Apostle’s mind it’s almost as if he has completed something, and is giving a closing period to that something. And in this case, preparing to open up something completely different, not completely different of course, because they’re both related, but it is a change in tone, a change in content and certainly when you read the next three chapters, you clearly get that sense that something else has begun.
Now, what makes for that difference. And in order to understand the book of Ephesians you have to see that those first three chapters deal with almost, what I have said, I think I have mentioned this before. It is a kind of, I call it a back stage view of the saving work of God. A back stage view of the gospel.
It’s almost like we have been treated to a privileged perspective on God’s work in the universe, particularly as it related to the human race. And the Apostle Paul spends a lot of time in these first three chapters talking about all that God has done in the world and he takes us to the beginning of the universe almost and then to the ends and in between he shows us this glorious work that God has carried out on behalf of his church and he speaks about Jesus Christ, about the church, about the mystery of God’s work, vis a vis the church. And all this grandiose concepts that he takes time to develop and show us.
So, those first three chapters are a theologians, but not just any theologian really. You have a theologian who has had access to God’s revelation and he is speaking from the mind of God and giving an X ray understanding of what God has been doing in his church and through Jesus Christ and you know, to redeem the human race and on and on and on, and about the nature of Christ, the nature of the church, the nature of God’s saving work in the universe. All these big ideas are expounded in the first three chapters of Ephesians. And then, now beginning with chapter 4 it’s almost as if Paul says, well enough of these grandiose, these great ideas, these great revelations, now I want to get into the down to earth implications and consequences of what you have just been taught and given revelation to.
Now, I want you to meditate upon what are the consequences in terms of your behavior and in terms of your relationships as you ponder upon the great saving work of God. And you know, this is a theme of mine these days in my life and in the life of the church that I think the church fails, the church of Jesus Christ, that means me and you and us, we fail because often we are too spiritual, our mind is always thinking about the grand ideas, our language is too spiritual, our language is too grandiose, our language is too you know, ethereal and out there, too abstract.
And we don’t consider enough the ethical implications of the gospel, the down to earth implications for daily, mundane life, behavior, relationships, self transformation, self growth. And you know, the church needs to bring down the gospel to the level of behavior and of relationships and of inner life, the ethical. What I call the ethical implications, the behavioral implications of the gospel and that’s what Paul is going to do from chapter 4 onwards. He’s going to be showing us what that means. So, he’s going to be talking about how we should relate to each other, the unity that there should be in the church.
He talks about how husbands and wives should relate to each other, how children should relate towards parents, and how parents should relate toward children. He speaks about how, in the case of Greek, Greco roman society, how slaves were to relate to their masters. In our case it might be, how we must related to those who are in authority over us, whether it is our, those who are superior to us in our jobs, or whatever.
But, it’s the decantation, to use a big word, it is the distillation of that grandiose revelation that we have been treated to in the first three chapters, now coming down to earth in terms of behavior. So that’s what I want you to understand.
When you read the book of Ephesians see it as if it were two pieces, two pages: one page looks to the heavenlies and to God’s work and the other page looks to the earth, behavior. One is almost one could say vertical and spiritual, quote unquote. The other is horizontal and human and world related. Ok? So, that’s one big thing.
Because, you know, it is such a… it is that alone, for us to understand there’s a big, big pedagogical, forgive for using these words, I don’t find any better ones, a pedagogical asset to us, because we can now understand this thing that we need to live out the truths of the gospel. It’s not enough to keep them out there in our brain and in our spirit, and in our theological understanding. We need to live it, we need to live the gospel. We need to ask ourselves, this that I just read, what does it mean in terms of my self transformation, my needs, my flaws, my behavior, my relationship with others, my mental life. That’s the deep question that we should always be asking ourselves.
So, that’s one thing that I wanted to draw out before you. The second thing: let’s make a quick, quick sojourn, a journey through those first three chapters. And I’m going to try to just run right through it.
Let’s go to chapter 1. In those first 14 verses, we have the Apostle Paul showing us the choosing of the church, all the work that God has done behind the scenes to choose his select to call them, to predestine them, to adopt them, to prepare them. The key verse here is verse 4 “…. For he chose us in him before the creation of the world to be holy and blameless in his sight. In love he predestined us to be adopted as his sons through Jesus Christ in accordance to his pleasure and will.”
And then he goes on about all that God has invested in order to make the church possible, to bring it into existence. And then, in verse 11 he continues: “…. In him we were also chosen, having been predestined according to the plan”.
It’s all saying, these are the origins of the church. This is what God has done to bring about the existence of the church. These are your exalted origins in the mind of God and before even the creation of the world people of God. And Jesus himself is the essential element in that work of God. He has been created, or not created, but rather he has been established by God as the unifying element of all that exists in the universe. And God’s plan is that one day Jesus would become the chief cornerstone, the essential unifying element in everything that exists. Ok?
So, those are the first 14 verses. Then, in verse 15 he says “… for this reason…”, and here you have a Paul again going back to the down to earth, the world, you know, the life, human life, “… for this reason, ever since I heard about your faith I have not stopped giving thanks”.
And so now, up to verse 23 he’s going to speak about you know, when I heard that you guys were part of God’s grand plan and that you were emerging as a church, you, Ephesians I started giving thanks to God because his plan was coming into fruition through you. You were one more manifestation of God’s universal work. And so I give thanks, and I’m so enthusiastic about your emergence as a church that I’m also asking that you be able to understand how much power you have. You know, this is what he says here, “I pray -in verse 18- that the eyes of your heart may be enlightened in order that you may know the hope to which he has called, the riches of his glorious inheritance and his incomparably great power”.
So here, in these next verses Paul is saying, you know, now you know your origins, well, I want you also to know how much power has been given to you, how many riches, how much wealth, how many resources have been given to you as believers in Jesus Christ. So that’s the other part.
And then, chapter 2, he now goes from that great vision of the church, receiving all this power and asking that they be able to understand that power, he kind of looks at the condition that we were in before we became you know, that church. It is a description of what is the condition of a person who does not know Christ.
“You were dead in your transgressions, -chapter 2, verse 1- and sins in which you used to live”. You were under the kingdom of the air and you know, gratifying the cravings of your sinful nature, on and on, and on. And yet, he says, you know, but God in his love took you out of that and seeded you with Christ.
And then in verse 6 he says, “for it’s by grace you have been saved through faith and it’s not from yourselves, it is the gift of God”.
So, we have here then, a description of what we were like in the down to earth, in time and space before God’s saving work started manifesting itself in us, in this case, the Ephesians.
Now, in verse 11, from verse 11 to verse 22 of chapter 2, the end he continues talking about the condition now that the gentiles, all the world. What Paul is saying without the saving work of Christ, the whole world is divided. Jews hate Greeks and people who are highly developed intellectually hate the ignorant. And the whole world is divided without Christ.
Remember, in verse 12, that at that time you were separate from Christ, excluded from citizenship in Israel and foreigners of the covenant of the promise, and then in verse 14 he talks about Jesus being our peace. Remember, Jesus is the element that makes harmony possible in the entire world. Jesus is what enables this broken, divided, fragmented world to come together and this is what he’s saying in that whole passage there.
And then in chapter 3, he begins talking about a mystery that he has been chosen, he, Paul, has been chosen to share with humankind, which is the mystery that Christ is, or rather that the gentiles have been chosen as well as the Jews to be part of God’s saved humanity.
Remember the Jews believed that only they were chosen, everybody else was destined to hell. The Jews looked at all the gentiles with disdain and even hatred. And they thought themselves as the only, the elect, and Paul says, guys, I have a revelation for you. There’s a mystery here, you’re not the only ones, but God has assigned me to tell you that also the gentiles are part of this thing.
In verse 6, chapter 3, “… this mystery is that through the gospel the gentiles are heirs together with Israel, members together of one body, and sharers together in the promise in Jesus Christ”.
And I want to use some of this water, I hope somebody doesn’t have any contagious diseases, but I’m going to use it. So, that part, that first part of chapter 3 talks about the mystery. And you know, it’s almost a digression because Paul says in chapter 3, “for this reason, I, Paul, the prisoner of Jesus Christ for the sake of you gentiles….” Then it says, surely you have heard about the administration of God’s grade.
You know, he gets diverted. He’s going to say something but when he mentions, I, Paul, the prisoner of Jesus Christ for the sake of you gentiles, he remembers about the gentiles being part of the church and so he goes on as Paul can do sometimes and just starts talking about his calling. I don’t think it’s to show himself off or anything like that, it’s not out of pride, it’s simply that he realizes how important this piece of the whole puzzle is, that the gentiles need to be considered an integral part of God’s saved humanity.
So, he goes off for several verses in talking about this mystery and what role Jesus plays in all that mystery. So that’s up to chapter 3, verse 13. And then he enters into verse 14 and on which I’ll just touch upon very briefly, before we go on later on to chapter 4 and all its ethical implications.
So, you know, see that in verse 1, chapter 3 it says “for this reason I, Paul, and he says, surely you have heard…”
Now, look in verse 14, he says “for this reason…” in other words, he’s picking up where he began and left off. Now, he’s back on track, now he’s back to his original intent, when he started writing this part of the chapter. So, he says, “for this reason I kneel before the Father, from whom his whole family in heaven and on earth derives its name.”
What is the reason that leads Paul to kneel before the Father. Remember, it’s not going to be found in the beginning of chapter 3, it’s going to be found in all these verses, chapter 2, verses 11 through 22, where he is lead to ponder upon the fact that the gentiles have been grafted into the body that Jesus Christ is the unifying element that brings the entire human race together, that there’s no longer a need for people to hate each other and to be divided, or that now it is possible for all of us to be part on one humanity with Jesus Christ as the center. And that vision, that understanding leads him to do what? To worship God, to praise the Lord for his marvelous grace, his wisdom, his grand plan. And so he marvels at that, he is lead to kneel before the Lord.
Remember that the Jewish posture for praise was what? Standing up with the hands spread up. Here, Paul is so overcome with amazement and awe and admiration, and gratitude before the Lord that he kneels. Really, in the Greek original is I bow my knees, doblo mis rodillas, as it says in Spanish. I bend my knees, it’s even more expressive.
So, you know, when we consider what God has done in our lives, his forgiveness, his investment throughout the ages, his love, his forgiveness, his patience with humanity and with me. What can we do except humble ourselves and worship him and thank him, and say, Father, I don’t deserve that you would take so much time and so much energy to fashion this plan of salvation and to usher me so patiently through it, every time I fail you, every time I offend you and yet you still persist, and you have made this possible. So we kneel.
You know, worship, this kind of worship is so important in our lives. It is so important that we, every once in a while be overcome by this sense of awe at the love and at the greatness of God. There’s no shame in that. I wish that more of us, every once in a while with just a big Alleluia! would just come out of our lips and that would startle the pigeons in the park, because we are overcome by this sense of, you know, God you are so special.
Most of us, you know, we have this mundane understanding of God. We never go into those levels of worship. Paul could because he knew exactly what that meant.
So he says, for this reason I kneel before the Father, and you know, when he chooses that expression, he could have said, I kneel before God, or I kneel before the creator, or I kneel before the maker of heaven and earth, or before our savior. But no, he chooses at this moment to employ the image of God as Father, that tender image of a God who nurtures us and who invests in us, and who has done all this generous work on our behalf.
“… before the Father, from whom his whole family in heaven and on earth derives its name”.
So, you know, when we think about all that God has done to create this church, that is the church of Jesus Christ, we need to see ourselves as a family. You know, this great God has invested all this time, all this love in putting together the saved humanity of which we are a part. And it’s so important that we see ourselves as a family, the church…
You know, we’re not just a conglomeration of individuals sitting down in a place like this, unified by some sort of abstract body of knowledge. No, we are a family. We are a people who are united by the blood of Jesus Christ, I mean, there should be all kinds of love and passion and feeling unifying us.
You know, when we come into the Kingdom of God is to love each other, to protect each other, to cover each other, to support each other, to be patient with each other, to lead ourselves through the struggles of life and of the Christian walk, it is that kind of journey. And we need to see ourselves as loyal to each other and absolutely and passionately attached to each other.
So, he says, “…I kneel before the Father from whom his whole family…” You know, and we are a family, not just human beings but also the angels and also all those who are in heaven before us, we’re all part of this big, redeemed family. And we derive our name, the church, or our identity from that fact that we have a common Father in heaven.
And it says, “… I pray that out of his glorious riches..” he goes now into another prayer, one more of those prayers that he always gets into as he did in the beginning. You know, as he thinks about it he says, I pray that out of his glorious riches, and he uses the same vocabulary that he’s used so often in Ephesians, this vocabulary of abundance. God has lavished upon us many things, you know, there’s a generous vocabulary that he uses it.
For example, in the beginning, in chapter 1 he says, “…God has blessed us in the heavenly realms with every spiritual blessing…”. And then in verse 8, chapter 1 he says, “… God’s grace that he lavished on us with all wisdom and understanding”. And you know, in chapter 1, verse 18 he says, “… I pray also that the eyes of your heart may be enlightened in order that you may know the hope and the riches of his glorious inheritance and his incomparably great power.”
He uses God has provided for us and he’s blessed us in a magnificent sort of way. This is why Paul is always using this very, very abundant vocabulary. The prefix uper which is hyper in English is very close to Paul’s vocabulary. Paul is always speaking in hyper terms because he knew the abundance of God’s love, the power. You know, when God gives he gives generously and most of us, unfortunately we live out of a tea spoon in our lives.
God loves us so deeply, God has blessed us so richly, God has empowered us so abundantly and yet somehow we are never able to attain to that abundant understanding of how much God has given us. We are always seeing ourselves as miserable and needy and minimal in what we have. And Paul again is saying, “I pray that out of his glorious riches he may strengthen you so that Christ may dwell in you and so…..” on, and on and on.
He does that again, as you saw in verse 18, chapter 1, “…. I pray also that the eyes of your heart may be enlightened in order that you may know the hope…” etc.
He’s offering a prayer that first we may be strengthened with power through his spirit in our inner being. Two, that Christ may dwell in our hearts through faith, and three, that being rooted and established in love, we may have power to grasp how wide, and long and high and deep is the love of Christ.
You see, again, he’s saying, I pray, let me go the last one. It says, I pray that you will be able to grasp, to understand really how incredibly encompassing the love of Christ is towards you guys. Oh, I do hope that when we feel far from Christ, when we feel that we have offended, and that somehow we’re not so special for him after all. Or that maybe he loves us, yes, but you know, he’s so busy that he doesn’t have the time to give the attention that we would like to us.
Paul says, guys I hope that the spirit of God will enable to truly understand how much God, through Christ, how much Christ loves you. I mean, if I could understand that, life would be so much easier for me, if I could truly understand how much Christ loves me, and how impossible it is for anything to take me out of his love, as he says in Romans, chapter 8.
I pray that we tonight will understand you know, God loves you, God loves me. He passionately loves you and he has plans for your life. So, he says, I pray, we already have seen that we may be able to grasp the depth of the love of Christ. In verse 16, I pray that out of his glorious riches he may strengthen you with power… Remember the language of power is so prevalent in the book of Ephesians, it’s everywhere. You know, the language of power, as Christians we should be seeking power and that I think is the genius of the pentecostal charismatic wing of the church, it’s the emphasis on power, which also has its dangers if that’s all you think about. Remember, we’ve talked about that.
It’s not just power but wow, power is huge, it’s important and as believers we need to be seeking power in our lives. We need to be seeking the power of the Holy Spirit, we need to be seeking the gifts of the Holy Spirit. We need to remember that we have power to conquer the devil. We have power to overcome the defects and the flaws of our character. We have power to vanquish addictions and dependencies and oppressive spirits in our lives. We have that power.
We need to keep asking the Lord, Father, enable me to enter more and more into the use and the feeling, and the assurance of that power. We need to pray to the Lord and we need to seek all the sources of power that there is in the gospel, whether is the word of God, prayer, fasting, worship, association with the saints through collective gathering, service in the Christian walk. All of these things are sources of power, they increase our power and we should practice them. Because we’re like athletes, the more we exercise ourselves in those areas, the more authority, the more power, the more assurance of the presence of God we have in our lives.
So, Paul is saying, I pray that you will be strengthened through his spirit in your inner being. That’s an expression that Paul uses a lot. Where are we to be strengthened? It’s not in our mind, it’s not in our emotions. No, it’s in the inner, that’s where the seat of power in Christian, the inner being is what he calls the inner man, is that inner dimension of our personality, that spiritual dimension of our personality. It is there, call it the soul, call it the spirit, call it the will. But there is a part of us that is deep and spiritual that is the seat of God’s power. So, he prays, I pray that you would be strengthened there, so that Christ may dwell in your hearts through faith.
You know, Christ is dwelling in us. Jesus says, if you open the door, I will enter and I will sup with you and you with me. There are many places where Jesus speaks of coming into us and dwelling inside of us. As believers the Holy Spirit, which is the spirit of Christ is in-dwelling us. We have the spirit of God in us, 24 hours a day. How do we make this possible? It’s through faith, it’s not emotions. You know, one day you may wake up and you’ve got a stomach ache or it’s Monday morning and you’re depressed because it’s raining outside and you’ve got to go to work and you don’t feel so much the presence of Christ in your life. You say, God, what happened? Maybe he’s taken a vacation or maybe he went to Florida because he didn’t like the cold here and I’m going to have to wait until summer when he gets back to Boston.
And you know, we cannot depend on emotions to know that God is in us, that Christ is in us. I learned, you know, if I feel depressed, that’s my problem, it’s not God’s problem. I know God is in me. You know, if I feel a little dark in my emotions, I tell my mind, hey, Christ has not abandoned me, Christ is not depressed and he’s not bored. He’s still with me because he said, I am with you every day until the end of time. And so therefore, I know that he’s in there. Maybe there’s a cloud covering him, but he’s in there, ok? Just like the sun, you know, clouds come and you don’t say, wow what happened to the sun? My God, I mean, we’ve got to call it back. No, you know that the sun is there, it’s just being covered by a cloud.
And it’s the same way with the presence of God. We have to accept Christ through faith. Christ is with me, I don’t care whether it’s in hell or in a rack which may be the same thing, or whatever, but you know, he’s with me and wherever I go Christ goes with me, and I can call him any time, and I can call upon him any time, no matter how I feel, no matter what I see around me, no matter what they tell me, no matter what the demons whisper into my psyche, Christ dwells in me 24 hours a day.
That’s so important that we keep that in mind. Because our emotions are going to betray, circumstances are going to betray us and we have to just learn to discipline our emotions and live by shear faith because of what God has declared. It doesn’t depend on me, on my convictions, it depends on what God has said, his faithfulness.
So, he says, I pray that….. so that Christ may dwell in your hearts through faith and I pray that you being rooted and established in love. Ok, that’s important, you know, because what is the very foundation of our conduct and our walk as believers? You know, we have talked about power and I just said that it’s not absolutely and exclusively important. It is very important and as people who subscribe to the charismatic point of view, we believe the power is important, but I’m telling you people, what First Corinthians 13 says is absolutely valid.
If I have all the power in the world, and all the faith so that I tell mountains move and they move and they go into the sea; but if I don’t have love in my life, then it is worth absolutely nothing. Power is conditioned and balanced by love because without love power becomes dictatorial, oppressive, manipulative, controlling and absolutely grotesque. The only thing that makes power beautiful and attractive and God like is the love of God lubricating it and giving it bounds and life and vibration and moisture. Otherwise it’s just one big rock that breaks people’s head.
And we have to ask the Lord, Father, make me a person of love. You know, make a person of power and authority and truth, yes, but have all of that be penetrated and founded on love. You have to ask the Lord to balance our personality. Make me merciful, make me gracious, make me humble, make me accepting of others, make me tolerant, even as I manage your love and I move in your love and your firmness.
That’s what I see, that beautiful balance in Jesus Christ that I keep going to time and time again. Jesus was a man of power, of authority, of clarity, of absolute manliness. When I see him dealing with the Pharisees, when I see him dealing with his own disciples, when I see him dealing with the devil, when I see him dealing with …. Thread of death, I see a man who’s very sure and powerful and clear and unshakable.
But then, when I see him dealing with little children and I come to him, or with that woman who was caught in adultery, or with Zacaias, the sinner who’s looking at him and thinking, this guy is not going to give the time of day, and Jesus says, no, hey, I’m going to have supper at your house; I see the balance, so beautiful.
And we have to ask God, give us that balance, Lord, give us that balance. And so, you know, he says, and I pray that you, being rooted and established in loved. He uses two metaphors here, rooted is the metaphor of a tree, of nature, of agriculture; and established, the Greek word is like founded, like the foundation of a building, which are two metaphors that Paul uses continually: the church as a building and the church as a tree growing in a balanced sort of way, or as a body really.
So, one is out of life and the other is out of material things, but they all talk about our being established, rooted, founded. All that we do, the power that we wield has to be rooted and established in love. And I pray that you, being rooted and established in love, may have power together with all the saints to grasp how wide and long, and high and deep is the love of Christ.
You see, that is all these different things that he’s asking that we receive: power to live victorious lives, love to use that power correctly and with good intentions and for the benefit of others, and understanding of how great is the deep love of Christ for us. And no matter what happens his love is going to be there for us.
“And to know this love that surpasses knowledge that you may be filled to the measure of all the fullness of God.”
I will leave it there. To know this love that surpasses knowledge, there’s almost a contradiction there. How can you know something that surpasses knowledge? Don’t you see the contradiction, the paradox? Well, yes, I can know the love of God that is impossible to know. Do you know how? In my spirit. I may not be able to process it rationally, my intellect may not be able to break it down and to understand it in all its manifestation, but I can experience it to whatever degree I can, just by feeling it, by wallowing in it, by experience it.
You know, it’s like you love someone. How do you describe the love that you have for a loved child or a loved woman or husband, whatever? You can’t describe it. I mean, you can break it down as the psychologists are trying to do and locate in one certain part of the brain and decide what hormones are released when you’re feeling loved and all that kind of stuff. But, does that explain love? Come on. Does that explain a nice candle light dinner in a great restaurant as you’re looking at that loved one through across the table and your heart is pumping at a hundred miles an hour and all kinds of endorphins are being release and you feel this joyful feeling? Of course not. It would be stupid to think that because you have described a certain dimension, the material hormonal dimension of love, that you understand love. But you feel it and it engulfs you. It saturates and baptizes you.
And you know, it is like that with the love of Christ. He says, I pray that you may know this love that ultimately, really surpasses all academic, intellectual, rational knowledge, that you may experience it as he could have said, you may experience and be convicted and convinced of it. Wow! I pray, Lord, help to experience de love of Christ. Help to be consumed and gulfed by that feeling of your love. I don’t want to have just an intellectual experience of the gospel. God forbid. I want my gospel to be full of emotions and adrenaline and sweat and good feelings because that’s what God wants for us, his people. No intellectual love for me, please. No intellectual experience although that’s an important part of the gospel. No, we want more than that, we want the experience. That you may be filled to the measure of all the fullness of God. Wow!
That’s what I want. No superficial gospel for me, please. I want to go for the gold. I want the whole enchilada, as they say, the whole thing, the emotions, the theology, the jumping around, the crying the tears, the scary moments, the up and down ride in the roller coaster, the whole thing, the fullness of God, his cross and his power, his joy and his tears, his suffering and his victory, the whole thing, the fullness of God. He’s all of that and that’ what we want as believers.
And only the spirit can do that for us, but if we want it, it can be possible. Do not ever be content with a mediocre experience of the gospel. I rebuke that in the name of Christ right now in each of us. No mediocre experience of the kingdom for me or for you, for this church. We want something that is consuming and enthusiastic and full of joy and full of whatever it is but give us the whole cup, Father, give us the whole revelation, the whole experience as we want. Amen. Amen. And to him be the glory.
That’s why he finishes with that great doxology. What can you do after you’ve meditated upon all this great plan of salvation? What you can do is just say, God we worship you, we glorify you, we bless you. amen.
Father, give us that complete experience. Father, may we go to the depth, may we go to the heights, may we always be possessed by this grand understanding of all that you have done for your people. May we have this noble, real, royal understanding of what it is to be your church here on earth and open our eyes, open the eyes of our understanding that we may know the fullness of the love of Jesus Christ for us in his name. Amen. Amen.
5 pasos para la sanidad interior
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El Dr Rafael Dunker es un hombre de Dios, es psiquiatra él, educado en España en la escuela de Medicina de allá, es médico pero también ha sido director de varias instituciones académicas en República Dominicana. Es un terapeuta familiar y ha dirigido diferentes instituciones médicas, hospitales y todo esto. Así que tiene una vasta experiencia como psiquiatra, pero sobre todo su fundamento es la palabra del Señor. Es un hombre sencillo que habla con palabras sencillas y que yo se que se necesita hoy en día esa enseñanza sana, la sana doctrina, la sana palabra del Señor.
Nos bendijo muchos escucharlo a él ayer ante los hombres y nosotros vamos a recibir palabra de Dios. Cuántos están deseosos de escuchar la palabra del Señor. Invitamos al Dr Dunker a pasar por acá. Denle un aplauso de bienvenida a nuestro hermano. Dios le bendiga hermano, gracias por estar con nosotros.
Gracias, hermano, Dios te bendiga. Amen. Amen. Bien, agradezco la invitación del pastor Roberto para venir a compartir con ustedes desde República Dominicana. Supongo que hay dominicanos aquí. ¿Quiénes son dominic.....? ¡Oh! Hasta sibaeños hay, ¿verdad? ay, ay, ay. Bueno, yo nací en San Pedro de Macorí pero pasé 20 años en Santiago ejerciendo la profesión y ahora vivo en Santo Domingo.
¿Y de qué otra parte hay gente aquí? ¿Hay otra gente del Caribe? Portorriqueños, si, Puerto Rico. Ay, ay, ay. Somos la misma cosa y.... ¿de Colombia no hay nadie? De Colombia... a ver... Bolivia, ¿dónde están los bolivianos? Amen, amen. Tengo algunos amigos en Bolivia, si, si.
¿Y de Centroamérica? Costa Rica, Panamá, Salvador también, Salvador. Amen. Amen. ¿Qué otro país? Chile. Allá en Chile tenemos nuestro programa de integración familiar que nosotros producimos. Se transmite por 20 emisoras en Chile. ¿No se si algunos han estado allá? Pero llegamos a Chile, gracias a Dios.
¿Hay otro país que se nos quedó? Uruguay. ¿Dónde está Uruguay? Uruguay. Dios lo bendiga, varón. Dios lo bendiga. Venezuela, ¿dónde están? Cuba, ¿dónde están los de Cuba? Dios me lo bendiga hermanos.
Bueno, somos..... México lindo y querido. Que bien. también estuve en México. Allá asistí a un congreso de mi especialidad hace varios años y fue muy bueno estar ahí en la plaza, ¿cómo es que se llama? Donde hay muchas.... la plaza, bueno, no recuerdo, Garibaldi. Estuve por Garibaldi por ahí. Bueno, hermanos, gracias por la oportunidad. Quisiera invitarles a abrir sus Biblias. Creo que vamos a tener el proyector ayudándonos y perfectamente. Vamos a leer en el salmo primero... Si quieren estar de pie, hermanos, y leamos al unísono los tres primeros versos del Salmo Uno. Leamos al unísono los tres primeros versos del Salmo Uno. Leamos todos, así dice la palabra de Dios:
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia. Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará.”
Cuánto alaban a Dios. Muchas gracias, Padre, por tu palabra, y por estas grandísimas promesas, Señor, a los cuales nos acogemos. Oh, Señor, tu has prometido estar con nosotros, acompañarnos, bendecirnos y darnos esa calidad de vida especial que viene a través de la llenura de tu Espíritu Santo. Usa todo lo que vamos a hacer, Señor, para traer sanidad interior, para que nos apropiemos de la vida que tu nos has prometido en el Evangelio y vivamos, Señor, por encima del nivel de vida común y tradicional. Danos, Señor esa vida. Úsalo todo para tu gloria y nuestra bendición. En el nombre de Jesús. Amen. Amen.
Pueden sentarse. Bien, quisiera hablar sobre 5 reconciliaciones para la sanidad interior. Yo quisiera mostrarles algunos pasos para promover una calidad de vida. quisiera mostrarles, hermanos, por qué enfermamos. Cuál es el proceso que nos lleva a no disfrutar de la vida que Dios tuvo al principio. Y 5 pasos, 5 herramientas que Dios ha puesto en nuestras manos para que tengamos una mejor calidad de vida.
¿Cuántos quieren sanidad interior? ¿Cuántos quiere apropiarse de la vida que Dios tiene para nosotros? Y que no quieren depender solo de los médicos, del sistema de salud, sino apropiarse de las herramientas que Dios ha puesto a nuestro alcance.
Yo quisiera mostrarles en primer lugar un aprendizaje que he tenido, de lo que llamo, la ruta crítica personal. Ese es el camino que nos lleva hacia la enfermedad y la muerte prematura. Quisiera mostrarles en este cuadro la primera... Imagínense unas paradas que vamos recorriendo desde un punto hasta otro y son las paradas que determinan el deterioro de la calidad de vida hasta la muerte.
La primera parada es traumas familiares. La palabra de Dios no permite utilizar esa palabra con propiedad porque hay por lo menos dos situaciones en la Biblia que correctamente pueden ser designadas como traumas. Una es la que se encuentra en Proverbios 29, versículo 15 donde dice, ‘el hijo consentido avergonzará a su madre’. Conocen ese pasaje, ¿verdad?
“La vara y la corrección dan sabiduría más el muchacho consentido avergonzará a su madre”.
Eso es un trauma. Yo recuerdo aquella señora con su esposo que vinieron a verme al consultorio porque el hijo había tomado un mal camino: el camino de las drogas. Y después de hablarme un rato, al final de la entrevista, la madre sollozando dice, ‘doctor, por qué tenía que pasarnos esto a nosotros. Ese hijo lo hemos criado como la niña de nuestros ojos, no le hemos negado nada. Le hemos dado todos los gustos’. Y mientras ella iba diciéndome todo esto, yo pensaba dentro de mi, ahí mismo es que está el problema.
El hijo consentido avergonzará a su madre, a su padre, a la familia, a la iglesia y a toda la sociedad. Dios nos lo dijo antes, por eso podemos decir con autoridad, el consentimiento perjudica a los hijos. Decirles siempre que si, hacerle creer que son los reyes del universo, crearles la fantasía de vivir en un mundo sin límite, sin frontera, le hace daño a los hijos. Eso es un trauma familiar. Algunos de nosotros nos criamos en un ambiente de consentimiento. Fuimos consentidos y eso nos marcó y ese es el inicio de la ruta crítica.
Otro pasaje que nos permite hablar de trauma es Efesios, Capítulo 6, cuando Pablo hablando sobre la familia, dice de la siguiente manera, dice en el Capítulo 6 verso 4:
“... Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
Esto es lo contrario, resentimiento. Criar hijos con una dureza extrema. Cuando viví en San Pedro de Macorí, República Dominicana, tenía un vecino que le llamaban ‘Papachón’. Papachón era un muchacho travieso y le daban lo que allá en República Dominicana antes se llamaba pela con guayo. Guayo es una cosa que sirve para rayar el coco, el que lo sepa lo entenderá mejor. Una pela con guayo significa que a Papachón le caían a fuetazos, a golpes y cuando terminaban de darle todos esos fuetazos, lo hincaban en el guayo, le ponían una piedra en la cabeza, a pleno sol, y él tenía que permanecer así. Si se le caía la piedra, venía otra tunda de fuetazos. Y nosotros al lado veíamos a ese pobre muchacho sufriendo todo eso.
Pero después crecimos y cada vez que yo regresaba a mi pueblo me contaban de las andanzas de Papachón. Papachón se metió en un grupo de izquierda, un grupo militante, comunista y ahí lo entrenaron a poner bombas. Y cada vez que en mi pueblo sonaba una bomba la policía andaba buscando a Papachón.
¿Cómo aprendió Papachón a tirar bombas? No la habrá aprendido con esos fuetazos que le daban cuando él era muchacho. Un muchacho resentido. El resentimiento perjudica. Pasarnos de la raya con el castigo es la otra forma de trauma.
De modo que la ruta crítica comienza con esos traumas. Pero inmediatamente los traumas determinan actitudes perjudiciales. Yo quiero explicarles, hermanos, que cuando nos criamos en ambientes como dice el psicólogo, disfuncionales, ambientes familiares que no son apropiados, eso determina actitudes.
El muchacho que se cría con mucho castigo, él desarrolla un carácter como evasivo, porque siempre está esperando que le van a dar un fuetazo. El llega a grande pero sigue así como esperando que le van dar. El otro, el que lo consintieron demasiado, ese siempre está esperando que lo van a poner en primer lugar porque lo criaron sin límites.
Entonces, esas son actitudes perjudiciales. O sea, el trauma familiar nos daña y determina actitudes perjudiciales. Y son las actitudes con las que vamos a bregar en la vida cristiana. nosotros venimos aquí a la iglesia pero venimos con todos esos traumas que arrastramos de nuestra niñez. Son traumas que determinan, como dice la Escritura, raíces de amargura que luego, como ustedes van a ver, se traducen en malestar físico emocional y social.
A partir de ahí, entonces tenemos que definir que los traumas nos conducen a conflictos. Eso es. En tercer lugar, la tercera parada son conflictos. Como dice el dicho, Dios los cría y el diablo los junta. ¿Verdad? Usted se encuentra con su igual y ahí viene el problema. Yo se que uno lo resuelve muy fácil.
Cuando uno tiene un problema con la gente, ¿de quién es el problema? Por supuesto, de la gente. O sea, yo soy el que cuenta la historia, la cuenta a su manera. Entonces uno dice, los otros se han cogido conmigo, me tienen envidia, los otros. Pero son los otros siempre y yo por supuesto soy la parte más.... pero quiero darle una noticia diferente: somos parte del problema. Porque tenemos actitudes perjudiciales es que nos vemos en problemas con las demás personas. Entonces, esos son problemas son la tercera parada de la ruta crítica.
Entonces, eso determina que nos vemos en problemas que causan estrés. Usted oyeron hablar de esa palabra ‘estrés’, ¿verdad? Es una palabra de nuestro siglo. El estrés viene por conflicto. Usted va a decir, yo tengo problema con mi suegra. ¿Alguien tiene un problema con su suegra? Pero yo no pienso en eso. Oiga, usted no piensa, pero hay una computadora por allá dentro en el cerebro. El cerebro es la magnifica y tremenda computadora que no borra nada y la computadora de nuestro inconsciente si elabora eso, y eso termina causando estrés.
O sea, los conflictos general estrés. Y el estrés causa disfunción. Una parte de nuestro ser funciona mal, hay gente que lo siente en el estómago, desde que se le tranca el juego sienten como una cosa ahí, una acidez, un alivio, un qué se yo, no puede explicar, pero lo sienten en el estómago. Hay otros que cuando tiene estrés les da gripe, a algunos les da gripe cuando están sometidos a estrés. Hay otros que no duermen; a otros se les va el apetito; otros comen demasiado; otros se ponen ..... tienen que estar yendo.... O sea, cada cual reacciona a su propia manera.
Hay alguien que sale a la calle a inventar, a hacer cosas y se intoxica, sexo descontrolado. O sea porque hay un momento en que el organismo se descompensa. El estrés crónico, los médicos nos explican que el estrés inicial es más bien saludable. El estrés es una preparación para la lucha o la huida, para enfrentar situaciones y entonces el organismo nos prepara con la mayor cantidad de energía posible; el corazón late, la sangre se llena de los elementos para producir energía y todo el cuerpo está preparado para enfrentar peligros.
Al principio eso es conveniente pero cuando eso se prolonga por demasiado tiempo, entonces el estrés comienza a hacer los daños, vienen estas disfunciones. Usted va ir al médico y el médico le va a decir, usted tiene la presión alta pero usted no es hipertenso, ¿qué problema? ¿Usted tiene problema?
O sea, el médico se da cuenta al principio cuando hace un electrocardiograma que esa presión es reactiva. Lo que el médico le está diciendo es que usted está en la etapa de disfunción. O le hacen un estudio de su sangre, azúcar en sangre, una glucemia, y le van a decir, tiene el azúcar elevado pero usted no es diabético, ¿qué le pasa? Usted tiene problemas, me decía un colega endocrinólogo que el tenía este paciente bien controlado, sin problema, y tomando su medicina y de repente se le descontrola y cuando él va y averigua dice, es que se le fue la hija con el chofer. Eso le sube el azúcar a cualquiera.
Pero al principio es una disfunción, es una disfunción. El cuerpo comienza a descontrolarse de alguna manera. Si eso continúa entonces, viene lo que yo quiero llamarle etapa de lesión. Ya el daño se hace más estable, el médico le va a decir, usted sufre de la presión, usted sufre de azúcar, usted sufre de tiroides, usted es un deprimido, usted es esquizofrénico, usted es alcohólico. Le pone una etiqueta y sabe lo que eso significa: a partir de ahora, tu vives para mantenerme a mi. Usted contribuye a sostener a los colegas, la mafia blanca. Perdonen los colegas.
El médico no se lo va a decir con toda claridad, pero a partir de ahí, usted deja de ser un objeto pensante, dignidad, y todas esas cosas. Usted es una cosa que en un momento dado llega y lo meten por un, le van a hacer una tomografía computarizada. Y usted es como una cosa que la meten por ahí y la sacan. Y siéntate ahí y lo inyectan y le hacen. Usted ya perdió todo ese orgullo de ser individual, autosuficiente. Usted es una pobre víctima dependiente del sistema de salud.
Y a partir de ahí, tenemos dos paradas más en la ruta crítica. La siguiente es que viene una complicación. Saben lo que es ¿verdad? una complicación. Y finalmente la gente va a decir, tan bueno que era. Porque todo el que se muere era bueno. La gente se pone como, se identifica con el muerto y se olvida de todas sus cosas malas. Cuando usted ve que están hablando bien de alguien en la prensa, en la televisión, diga, ah, ese se murió. Porque mientras uno está vivo lo que le encuentran es defectos. Que problema con la gente. Mientras uno está viva, no le ven las cosas buenas, nada más es atacando todo lo malo y todos tenemos cosas malas. Pero desde que uno se muere, hay, pero tan bueno que era y comienzan a ver la....
Bueno, ese es el cuadro. Y quisiera partir de aquí. Lo que quisiera ver, hermanos es qué podemos hacer, qué podemos hacer. Porque esto es simplemente una radiografía, una ruta crítica de por qué morimos antes de tiempo. Entonces yo quisiera ahora que revisemos esta ruta de abajo hacia arriba, de abajo hacia arriba para ver qué herramientas Dios ha puesto en nuestras manos que podemos utilizar para una mejor calidad y esperanza de vida.
¿Cuántos lo quieren hacer? Diga amen. Vamos a ver entonces, qué podemos hacer. Lo primero es que no podemos hacer nada ante el hecho de la muerte. Dios ha dado a cada persona recursos para proteger su propia salud. No podemos entregar totalmente nuestra salud al monopolio de los médicos. Veremos a continuación 5 reconciliaciones y las medidas que cada persona puede tomar para su sanidad integral.
Bien, en primer lugar yo quiero plantear para enfrentar el estrés, de ahí en adelante sí podemos manejar la situación. Y quiero darles una buena noticia. Tenemos recursos para manejar el estrés. Yo se que ustedes conocen los tranquilizantes. Pero yo quiero darle recursos que están a su alcance para usted cortar esa ruta crítica que conduce hacia la muerte prematura.
Y hay tres cosas que podemos hacer. Y las tres implican una reconciliación con el medio natural. Y Dios dijo que todo era bueno en gran manera. Pero entonces el hombre comenzó a inventarse cosas. Inventarse cosas que nos destruyeron la bondad de la obra de Dios.
En primer lugar, la primera medida, la siguiente es la gimnasia. Dios no nos hizo, hermanos y hermanas, para vivir sentados. Dios nos hizo para movernos. Y cuando nos movemos y sudamos, nuestro cuerpo se sana por dentro. ¿Cuántos dicen amen? Una investigación del National Institute of Mental Health de este país, una investigación que ellos han repetido varias veces, demostró que 30 minutos de ejercicios físicos diariamente, son tan efectivos como tranquilizantes o antidepresivos. ¿Cuántos dicen amen? Les estoy dando una información importante. Si usted hace gimnasia diariamente su cuerpo se libera de las toxinas que nos enferman. Lo que pasa que el sistema está hecho para que no hagamos ejercicio. Usted tiene su carro, ¿verdad? y todo eso, y usted llega a la gran tienda y ahí hay un ascensor que usted se sube y sin moverse, y todo es automático. Los grandes edificios tienen también ascensores y uno casi no se mueve. Uno lo que hace es permanecer estático, pero si nos movemos nos sanamos. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, dice el dicho.
Tenemos que aprender a movernos. Por eso es que usted ve que la gente anda corriendo por la calle porque todos los médicos de todas las especialidades están recomendando a sus pacientes lo que la ciencia médica ha descubierto, que cuando uno hace ejercicio, el cuerpo funciona mejor. Así que vamos, se los estoy diciendo. Si usted lo hace, usted está tratando su cuerpo con cariño. Si usted no lo hace, si usted se deja llevar de la rutina de vida acelerada que caracteriza esta gran nación, usted está descuidando su mayordomía corporal.
Y en segundo lugar, hay otra experiencia que se ha demostrado científicamente, es que cuando uno entra en contacto con la naturaleza el cuerpo de equilibra por dentro. Mire, se ha hecho el siguiente experimento: a una persona se le coloca un monitor, eso significa un aparato que le mide pulso, presión, temperatura, todas las constantes biológicas, así dice el médico. Entonces, esa persona la ponen a ir al trabajo y a atender clientes que vienen, o sea que los clientes son impredecibles, y eso es perder el control. Y cuando esa persona está en su trabajo cotidiano la presión sube, el pulso sube, el estómago se descontrola. O sea, todo el organismo entra en crisis. Y eso se mide en el aparato, el monitor. Cuando esa misma persona hace así, y se dirige al río y mete un pie en el agua del río, y el agua hace contacto con su cuerpo, la presión baja, el pulso se controla. Eso es medido científicamente.
Desde que usted mira la luna, el sol, la montaña, el verdor de la planta, o usted juega con un niño, usted entra en contacto con la naturaleza, el cuerpo se sana por dentro. ¿Cuántos dicen amen? ¿Saben lo que eso significa, hermanos? Que el paraíso es el mundo natural que Dios hizo. Si vivimos en paredes todo el tiempo, dentro de vehículos de motor, en estructuras humanas, nos enfermamos. El estilo de vida normal debe incluir volver al mundo que Dios creó, volver al río, al mar, a la montaña, a los animales. Y de esa manera nos sanamos por dentro y el estrés se desaparece. ¿Cuántos alaban a Dios?
Finalmente, está también demostrado que un régimen alimenticio natural contribuye a bajar el estrés. Miren, el sistema nos ha engañado. El sistema en que vivimos nos ha engañado. Tenemos ya las herramientas para construir el paraíso sobre la tierra, pero el sistema mercantil, sociedad de consumo en que vivimos nos ha hecho un fraude y nos ha metido cosas que hacen más daño que bien.
En primer lugar les menciono el agua. Hermanos, nuestro cuerpo necesita agua. Pero el hombre se inventó la Coca Cola. Entonces usted no tiene sed de agua, sino de tomar Coca Cola. Todo lo que tiene la Coca Cola hace daño, excepto el agua que es la base. Entonces usted puede elegir entre tomar Coca Cola o toda esa otra cosa que existe por ahí o tomar el agua que Dios creó. Lo mismo pasa con la fruta. Mire, cuando usted se come una fruta....
Yo estaba en Puerto Rico en una conferencia y me hospedaron en casa de una hermana misionera y cuando estábamos cenando ella me dice, ‘hermano Dunker, estas cápsulas para la diabetes, para la jaqueca, para el corazón, para...’ y me dio como 15 enfermedades y como yo soy médico, yo no quise contradecirla y tomé la medicina y me puse a ver cuál era esa sustancia mágica que podía hacer tantas cosas. ¿Y saben lo que era? Es un producto natural hecho de cáscara de frutas disecadas, pulverizadas y hechas cápsulas, y eso funciona.
Está demostrado que los vegetales tienen una sustancia que se llama residuos fibrosos, que son buenos para todo eso. Usted se come una naranja, por ejemplo, y cuando usted se come no solamente el jugo sino la parte blanca de la naranja, eso es bueno para todo: mejora la digestión, es bueno para la diabetes, para todas esas enfermedades. Dios puso en la fruta elementos para proteger nuestra salud, para desintoxicarnos. Pero el hombres se inventó el jugo de naranja artificial. Y usted va al supermercado, y ‘tengo un jugo de naranja’, es un fraude. No son jugos de naranja en verdad.
Una hermana que trabaja en Nueva York en una fábrica de jugos me dijo, ‘hermano Dunker, si usted ve cómo lo hacen, usted no se lo toma’. No tienen las vitaminas naturales, no tienen los residuos fibrosos, no tienen el tipo de azúcar que Dios puso en el jugo. Tienen azúcar artificial, tiene una serie de sustancias para darle color, para darle sabor y todo eso se está demostrando que hace daño.
Cuando usted vaya al supermercado acuérdese de mi. Y en lugar de comprar toda esa basura, compre frutas. Tenga en su casa frutas para comer. Eso fue lo que Dios hizo. Usted quiere sanarse por dentro, reconcíliese con el universo que Dios creó. Alabe a Dios comiendo lo que él hizo. Y coma productos integrales. ¿Sabe lo que significa eso? Que usted se come el trigo que Dios hizo, el arroz que Dios hizo, y no el que se ha inventado el sistema.
Yo he comentado en otra parte que hubo un momento en este país en que había tal prejuicio contra los negros que ellos querían blanquearlo todo, hasta la comida. Y entonces un sabio de esos descubrió que quitándole la cabecita al trigo hacían una harina blanquita como la quería el sistema. Y ese el pan blanco que usted a veces come. Un trigo desnaturalizado, un trigo al cual le han quitado los elementos nutritivos principales que Dios puso en él para comer.
Nos está engañando el sistema. Lo mismo pasa con el arroz. El arroz no es blanco, pero le quitaron la cabecita y se pone blanco. El azúcar no es blanca, pero le echan un poquito de cal y se pone blanca. Porque el sistema lo quería todo blanco. Así que cuando usted vaya al supermercado acuérdese de mi. Usted puede comer pan negro, pan blanco, bueno, escoja. Pero si usted quiere comer el pan que comía Jesucristo, el pan que Dios esperaba que comiéramos, exija pan integral. ¿Cuántos dicen amen?
Bueno, yo se que ustedes no se van a llevar de mi, porque la costumbre hace ley, pero se lo estoy diciendo. Dios me ha mandado a traerles este mensaje hoy para que ustedes no se dejen engañar del sistema y viva n más de acuerdo con el mundo natural.
En segundo lugar, para enfrentar los conflictos tenemos que lograr reconciliación con personas. Para vivir en paz necesitamos una actitud de reconciliación hacia todas las personas.
Les quiero dar unos pasajes de la Escritura que claramente nos describen esto. Miren este versículo tan hermoso, hermanos, qué hermosa palabra de Dios.
“Si es posible en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”
¿Cuántos dicen amen? Uno a veces lee esto, uno lee la Escritura y uno piensa que ese es un Dios caprichoso, mandando cosas simplemente por mandar. Pero Dios sabe que cuando perdonamos o cuando pedimos perdón, nos sanamos por dentro. Y nuestro cuerpo funciona mejor. Por eso este verso debe ser un reto para nosotros, estad en paz con todos los hombres.
El cristianismo es una doctrina de reconciliación. Los judíos no conocieron el misterio del perdón que viene después que Cristo muere en la cruz por nuestros pecados. Los árabes tampoco conocen la doctrina del perdón, por eso es difícil la guerra del Medio Oriente.
Pero es el Evangelio que nos dice la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado y nos capacita para perdonar y para pedir perdón.
Hay otro pasaje, nuestro Señor Jesucristo en el sermón de la montaña, “...si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele, estando tu y él solos, si te oyere has ganado a tu hermano”. Eso está en Mateo 18, es el discurso sobre el protocolo de Jesucristo para las relaciones interpersonales.
Ve y repréndele, no hagas chisme. No comentes con otro, ve a la persona. Jesucristo sabía que iban a haber problemas. Miren, este grupo que estoy mirando tan hermoso, heterogéneo es muy bonito verlo desde aquí. Pero, miren la convivencia, rozamos unos con otros. Por eso dice en tantos pasajes de la Escritura, “...soportándoos los unos a los otros”.
Yo te soporto a ti y tu me soportas a mi. Y eso obliga a que tengamos que pedir perdón. Hermano, perdóname que lo rocé un poquito. Te perdono. Hay que perdonar y pedir perdón y eso es lo que nos dice el otro pasaje, este si es del sermón:
“...si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano y entonces ven y presenta tu ofrenda”.
Hermanos, todos ofendemos. En toda clase de pecados, todos los pecados tienen el mismo tamaño. La diferencia está en que algunos se arrepienten y abandonan el pecado. Si vas a pararte aquí arriba, antes de subir Cristo te pide, examínate, no hables, no prediques, ni siquiera dejes que el sol se ponga sobre tu enojo, reconcíliate primero con tu hermano. Perdona, pide perdón.
¿Cómo puedes tu orar?, dice la canción, si no estás reconciliado. O sea, Dios nos pide que para acercarnos a él estemos en buena relación los unos con los otros. Que Dios nos ayude entonces a estas recetas claramente de la Escritura que nos muestran el camino de la reconciliación.
En tercer lugar, uno de los problemas más difíciles es revisar nuestras propias actitudes personales. La anterior.... exactamente. Miren las palabras de Jesucristo en el sermón del monte. Jesucristo es el gran conocedor de la naturaleza humana y dice Mateo 7:25
“... por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo”
O cómo dirás a tu hermano, déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí en el ojo tuyo. Hipócrita. Saca primero la viga de tu propio ojo y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Muchas veces viene a mi consultorio una hermana, a veces casada con un esposo inconverso, y está delante de mi y comienza a decirme, ‘ay, hermano Dunker, usted tiene que ayudarme con mi esposo. Mire, lo tengo ahí afuera. Ese hombre...’, y comienza a decirme las maldades de ese esposo y yo escuchando, y ay pero.... hermana, que pena que tenga un hombre tan..... déjeme ver a su esposo. Y entonces entra el esposo. Y esto me ha ocurrido varias veces cuando él está delante de mi entonces me dice él, ‘mire doctor, yo no quería venir a esta entrevista, pero ya que yo estoy aquí, déjeme decirle quién es esa mujercita que acaba de pasar por ahí...’ Y comienza este hombre a decirme de su mujer, a veces una esposa cristiana, y al final yo me digo a mi mismo, pero quién es el malo o la mala de esta película. ¿Qué piensan ustedes? Los dos, ni Juan, ni Juana, sino Juan y Juana.
¿Saben ustedes como yo me gano el dinero en mi consultorio de terapia familiar? Se los voy a decir aquí porque ustedes no van a Santo Domingo a decírselo a la gente. Pero a ustedes le voy a decir el secreto. Miren cómo yo me gano el dinero. Viene una pareja con problemas en su matrimonio entonces yo hablo con uno primero, el que está más ansioso y cojo todos los datos: ah, él hace esto, él hace esto, él hace lo otro. Y yo lo apunto, porque ya la experiencia y mi formación me han confirmado que todo lo que una mujer me dice de su marido es verdad. Eso escríbalo y después entra el marido y yo voy anotando todo lo que me dice de su mujer, y yo se también que todo lo que un marido me dice de su mujer es verdad. No se equivocan, saben más que cualquier psicólogo, pero de lo otro, entonces cuando yo tengo todo eso ahí, todo esos datos yo ya se que es lo que yo tengo que trabajarle en las siguientes citas.
Entonces la próxima cita yo sencillamente trabajo lo que ellos me han dicho. No hay ninguna magia. Yo trabajo lo que ellos me han dicho. Ellos vienen a consultas sucesivas, pero cada consulta me la tienen que pagar, usted ve. Pero yo estoy trabajando la misma cosa que ellos me han dicho. La moraleja de todo esto es que si un hombre escucha a su mujer y una mujer escucha a su marido, no necesitan terapeuta familiar.
Si usted aprende a escuchar, mire, yo le doy gracias a Dios porque he aprendido a escuchar a Fiorda Lisa. Yo antes pensaba, ‘pero Señor, si esta mujer como que no...’ pero después descubrí que es que la mujer tiene una manera diferente de ver las cosas. Precisamente lo que yo no veo es lo que ve Fiorda Lisa. Entonces si yo escucho a Fiorda Lisa nadie puede contra mi.
Entonces, así me gano yo el dinero. Yo se que ustedes no me van a hacer caso, por suerte, y que van a seguir viniendo al consultorio a pagarme la consulta, porque no van a escuchar a su pareja. Ustedes van a seguir diciendo, hay que cambiar a mi esposo, hay que cambiar a mi mujer. Doctor, mire, aquí se la traje. Esta mujer yo no la soporto. La culpa está en ella. 50, 50, mitad y mitad. Tenemos que aprender a ver la viga que está en nuestro propio ojo.
Yo apliqué eso en mi matrimonio y en una ocasión estelar que las cosas no funcionaban yo me fui a un sitio e hice esa oración. Le dije a Dios, ‘examíname, oh Dios, Fior dice que yo soy el malo. Examíname oh Dios y ve si hay en mi camino de perversidad’. Porque hasta ese momento yo solamente decía, Señor cámbiale el corazón a Fior. Yo pensaba que con eso se arreglaba el juego, porque ella era a la que había que cambiar. A partir de esa oportunidad Dios comenzó a mostrarme que habían unas cositas, no muy grandes, ustedes ven, pero algunas cositas.... algunas cositas que yo tenía que cambiar. Y con esa brecha Dios salvó mi matrimonio.
Hoy yo tengo un matrimonio feliz por la gracia de Dios. No por mi psiquiatría ni mi psicología, ni mi medicina, sino por la gracia de Dios. Porque él me enseñó a ver este camino abierto en el cual uno participa igual que su pareja de la crisis.
Entonces esa es la manera de combatir las actitudes perjudiciales. Cuando usted aprende a cambiarse, a observarse, no diga ‘yo soy así’. Usted puede cambiar. Eso es lo que hace el Evangelio, cambiar nuestras actitudes, crecer, santificación. Todo eso lo que implica es que usted se va asemejando a la persona de Cristo, a la madurez, a la estatura de Jesucristo. Un cristiano no puede decir ‘yo soy así y hay que aceptarme de esa manera’. Usted puede cambiar, que Dios le ayude hacerlo. ¿Cuántos dicen amen?
“Barro soy, moldéame Señor”, dicen tantas canciones. Que el Señor lo haga con nosotros.
Y en cuarto lugar, llegando a lo que para el psicólogo es la raíz del problema, los traumas familiares, yo quiero decirle que la clave para esto está en este versículo de la Escritura, y es lo que leemos en Efesios y en los 10 mandamientos, “honra a tu padre y a tu madre para que tu día se alargue, en la tierra que Jehová, tu Dios te da”.
Y luego, Pablo repite esto cuando dice “....honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien y sea de larga vida sobre la tierra”.
Miren, hermanos, es una palabra que es una palabra dicha con toda la mayor inteligencia del mundo. El que inspira a Pablo a decir esto es un Dios que nos hizo y nos conoce. Y la verdadera raíz del trauma está en este versículo. El mandamiento es “honra a tu papá y a tu mamá”, tenlos en un pedestal. Y la promesa, para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra.
Recuerdan la ruta crítica que les presenté al final, que termina con la muerte prematura, pero comienza con el trauma familiar. Cuando usted se sana con papá, con mamá, sana la raíz que los psicólogos ven en el problema, y usted resuelve el problema de los traumas familiares.
Yo hablaba de esto en una reunión de jóvenes en la playa, en Boca Chica, República Dominicana y cuando termino de hablar, uno de los jóvenes, líderes del grupo se pone de pie llorando y me dice, ‘hermano Dunker, usted me dice que honre a papá y a mamá, pero papá fue un vagabundo, nos abandonó. Mamá se quedó con nosotros, nos echó para adelante y llegamos a ser personas por mamá. Y usted me dice que honre a papá como yo honro a mamá.’
¿Qué piensan ustedes? Es lo que dice la palabra de Dios. Honra al papá que yo te di, honra a la mamá que yo te di. Yo he tenido ese papá irresponsable, abusador en mi consultorio, y ¿saben lo que pasa cuando uno conoce la historia de ese papá? Que él también fue abusado en su niñez. Y ese hijo, sino se sana, va a seguir la cadena y va a reciclar el mismo abuso con sus propios hijos.
Por eso Dios dice, ‘tenemos que parar esa cadena de maldición’. Al papá que yo te di, perdónalo, hónralo y tenlo en un pedestal. ¿Cuántos dicen amen? A la mamá que yo te di, hónrala y tenla en un pedestal. Miren, y todo el psicólogo habla de psicoterapia en el fondo se reduce a eso, a una reconciliación con papá y a una reconciliación con mamá. Eso, a veces es un camino tortuoso y difícil, pero cuando usted lo hace se sana por dentro. Que Dios le bendiga y le ayude a hacerlo.
Finalmente, tengo que añadir un punto, porque aquí termina el psicólogo, pero nosotros tenemos que añadir un punto adicional y es la reconciliación con Dios. Hemos visto la reconciliación con el mundo natural, la reconciliación con uno mismo, reconciliación con la gente, la reconciliación con los padres, de todo eso habla la psicología, pero hay un punto que es la raíz del problema, y es la muerte espiritual del hombre, la separación de Dios.
Es por eso que nos apartamos de su propósito santo y vienen todas las consecuencias, como es la enfermedad. Y qué interesante que un hombre como Pascal se le atribuye esta expresión. El dijo “nuestra alma tiene un vacío con la forma de Dios y mientras Dios mismo no llena ese vacío estamos insatisfechos.” ¿Cuántos dicen amen?
Dios nos hizo para él. Y nuestra alma mientras no se llena de él, se llena de diocesillos substitutos que buscamos en el mundo, pero que no logran satisfacer el alma humana. Como dijo Jesucristo a la mujer samaritana “...el que bebiere de esa agua volverá a tener sed, más el que bebiere del agua que yo le daré será en él como una fuente que salte para vida eterna”. ¿Cuántos alaban a Dios? Bendito sea su nombre.
Por eso una investigación médica realizada en California, esto salió en una revista Selecciones, con una población de varios miles de personas, ellos demostraron que las personas que van a la iglesia como ustedes que vienen cada domingo a la iglesia, se enferman menos que los que no van a la iglesia. ¿Cuántos dicen amen?
Y cuando se enferman les va mejor en su enfermedad que la gente que no tiene fe. Y viven más años. ¿Cuántos alaban a Dios? ¿Cuántos quieren dar un aplauso a Dios? Un aplauso.
Porque, hermano, usted dice venir aquí, alguna gente dirá, perder el tiempo, pero le voy a dar una buena noticia. Mire, cuando ustedes vienen aquí, esto vale, hermano, venir al culto, ustedes creen que tiene valor emocional y del punto de vista sanitario, esta oportunidad de encontrar gente, saludarla, abrazarla. Dios te bendiga. ¿Ayuda eso? Ayuda.
Cuando usted está de pie y comienza a alabar a Dios y levanta sus manos, se entrega a la alabanza. ¿Tiene que ver eso algo con la vida interior? Eso es igual que gimnasia aeróbica, se va todo el estrés. Y cuando usted se para a escuchar la predicación para ayudarle a vivir una vida más ordenada, ¿cuál es la diferencia? La diferencia es que usted el domingo diga, ¿qué voy a hacer? ¿qué hago hoy? Entonces se pone a inventar cada domingo y se inventa cosas que terminan haciéndole daño. Por eso esta estadística nos muestra que venir aquí a alabar a Dios, repercute sobre toda nuestra salud interna.
Sea bendito su nombre. A él sea la gloria. A él sea la gloria. Por eso podemos concluir, las 5 reconciliaciones, como combatir el estrés, reconciliación con el mundo natural. Cómo combatir los conflictos siguiente, reconciliación con la persona, perdonar y pedir perdón. Cómo combatir las actitudes perjudiciales, reconciliación con uno mismo, un espíritu de autocrítica. Cómo combatir los traumas familiares, reconciliación con papá y mamá. Y finalmente cómo combatir la muerte espiritual, reconciliación con Dios.
Y esto nos lleva al pasaje que tuvimos al principio. Miren hermanos, qué hermoso. Amen. “será, -esa es la promesa. Agárrese de ahí, hermanos,- como un árbol plantado junto a corriente de agua que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae y todo lo que hace prosperará”. Bendito sea su nombre. Amen. Amen.
Vamos a orar. Vamos a orar. Quisiera invitarles a orar y si usted quiere hacer una oración especial, póngase de pie en este momento. Y yo espero que algunos de ustedes van a hacer decisiones en su corazón, van a hacer decisiones en su corazón, decisiones para cambiar su estilo de vida, para cambiar su estilo de vida. Algunos van a tomar decisiones para perdonar o pedir perdón a su pareja, o a alguna otra persona. Algunos van a perdonar a papá. Usted va a tomar la decisión de perdonar a papá. Eso es sanidad interior. Y es posible que haya alguien aquí también que no ha recibido a Jesucristo como su salvador personal, y que en esta mañana quiere decir, yo recibo a Jesucristo como mi salvador personal.
Yo quisiera invitarles, si alguno quiere venir aquí al frente, yo quiero hacer una oración por usted, porque usted va a hacer cambios en su vida. Yo quiero dar esa oportunidad de que venga aquí al frente para que podamos tener esa oración. Amen. Ventan aquí al frente. Si usted quiere hacer cambios en su vida, cambio en su estilo de vida, si usted está decidiendo perdonar, si usted está decidiendo pedir perdón, si usted está decidiendo recibir a Jesucristo como su salvador persona, si usted quiere que esta palabra llegue a usted y que este domingo signifique un cambio de dirección en su vida, yo le invito a venir aquí al frente para que participemos de esta oración.
Padre nuestro, muchas gracias por tu palabra. Gracias porque es una lámpara que nos alumbra en medio de las tinieblas de este mundo. Señor, el mundo tiene mucha tecnología, muchos conocimientos, pero no tiene la luz de la vida. Eso se encuentra en tu palabra. Muchas gracias, Señor, porque no estamos perdidos en el mundo. Gracias porque hay un camino, una orientación que podemos seguir.
Yo quiero pedirte, Señor, por mis hermanos en esta mañana, especialmente por los que han venido al frente. Señor, algunos de ellos han decidido perdonar, otros han decidido pedir perdón, dales la voluntad de hacerlo tan pronto sea posible, Señor. Perdonar a papá, perdonar a mamá, a los hermanos, a los tíos, al esposo, a la esposa, al amigo, al compañero de trabajo, oh Señor, da espíritu de perdón, de reconciliación en tus hijos para que haya sanidad interior.
Señor, y algunos también han venido para recibir a Jesucristo como su salvador personal, tu lo conoces. Señor, que no salgan de aquí sin esa decisión que es el boleto a una nueva vida, Señor.
Oh, Señor mira sus corazones. De cada una de estas personas que toma decisión en este momento que este día marque un nuevo rumbo en sus vidas. Oh Señor, yo los bendigo en tu nombre, los bendigo para que disfruten la vida abundante que tu prometes en el Evangelio para que les vaya bien en su salud, en sus cuerpos, en sus emociones, para que les vaya bien en sus matrimonios y para que sean ciudadanos efectivos y responsables en medio de esta sociedad corrupta. Los bendigo en tu nombre, Señor. gracias, porque tu lo harás en el nombre de nuestro Señor y salvador Jesucristo. Amen. Amen. Gracias, hermanos, Dios les bendiga.
Si no es con amor, de nada vale
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Bueno, eh, me dijeron que me presentara y yo siempre me defino como un injerto gringo en la rama colombiana de la viña de Jesucristo y dichosamente soltera para Jesús. Gracias al Señor. Y vamos a abrir la palabra en esta mañana, o esta tarde ya, en una escritura para entrar en un tema muy sencillo y al mismo tiempo lo que yo considero que es el mayor reto en nuestras vidas como cristianos. Por favor acompáñenme a Primera de Corintios 13 y vamos a leer versículo1 al 3.
Dice la palabra “... si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe de tal manera que trasladase los montes y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado y no tengo amor, de nada me sirve.”
Señor, gracias por tu palabra en esta mañana. Te pido que esta palabra sea como espada de doble filo, que llegue muy dentro de nuestros corazones, que nos rete, Señor y que nos cambie. Te pido que nadie salga por esa puerta igual a como entró en esta mañana. Te pido, Señor, que tu palabra y tu espíritu haga una obra profunda en nuestro corazón. En el nombre de Jesucristo. Amen.
Ahora, en este pasaje el Señor menciona aquí muchas cosas que hacemos para él. Dice que pudiéramos profetizar, entender los misterios de la ciencia, que pudiéramos movernos en toda la fe de tal manera que trasladase los montes. Dice que incluso podríamos dar todos nuestros bienes para los pobres, y hasta pudiéramos dar nuestra vida por él como mártires, pero dice que si no es con amor, de nada vale. De nada vale.
Ahora, sabemos que no vamos a ser juzgados cuando pasamos a la eternidad para salvación o para perdición porque tenemos a Cristo en el corazón. ¡Aleluya! Hemos sido lavados en la sangre del Señor Jesucristo, hemos nacido de nuevo. Pero la palabra habla del tribunal de Cristo y en el tribunal de Cristo, las obras que hacemos aquí en la tierra, serán juzgadas. Y esas obras solamente ganarán algún galardón en el cielo según la motivación del corazón con la cual las hicimos aquí en la tierra. Y sea lo que sea la obra, hacer el desayuno para la familia, darle un vaso de agua a alguna persona necesitada, hacer lo que viene en esta lista, si no es con amor de nada vale. De nada vale. Es según el corazón cuando lo hacemos.
Por favor voltéate alguien a tu lado y dile, lo que no es con amor de nada vale. Lo que no es con amor de nada vale. Y esto suena tan sencillo en esta mañana pero por lo menos en mi vida, yo lo veo como el reto más grande en la vida cristiana, andar en amor.
¿Cuántos han descubierto que no es tan fácil andar en amor? Y la palabra nos manda a amar. Ahora, en Romanos 12, versículos 9 al 11 dice la palabra “... el amor sea sin fingimiento, aborreced lo malo, seguid lo bueno, amaos los unos a los otros con amor fraternal. En cuanto a honra prefiriéndose los unos a los otros....”
Y sigue en el 11 y dice “...en lo que requiere diligencia no perezosos.”
Ahora, el amor sea sin fingimiento. El Señor quiere un amor verdadero, un amor sincero en nuestros corazones. Y el amor verdadero y el hecho de amar verdaderamente no es solamente un sentimiento, el amor se expresa, se expresa con palabras, si, se expresa con hechos, se expresa con actitudes. Y muchas veces no es tan fácil. No es solo un sentimiento.
Yo estoy convencida, hablamos tanto hoy día de guerra espiritual, yo creo en la guerra espiritual, pero estoy convencida que el amor de Dios y el perdón son las dos armas más potentes que Dios nos ha dado para ganar batallas. El verdadero amor rompe barreras, derriba muros, destruye cosas que el enemigo ha levantado.
Dice la palabra que amar a un enemigo es como echar carbón encendido sobre su cabeza. Es algo que no aguanta. El amor es tremendamente fuerte y gana batallas.
Ahora, en esta mañana vamos a estar mirando a tres grupo que he podido identificar, puede que hayan más, pero en la Escritura he podido encontrar tres grupos a los cuales el Señor nos manda amar. Y él empieza aquí de manera, tal vez, vamos a empezar con el grupo supuestamente más fácil de amar.
Vamos a Primera de Juan 2, por favor, del 9 al 11. Y vamos a leer esto en voz alta, todos juntos por favor.
“El que dice que está en la luz y aborrece a su hermano está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas y anda en tinieblas y no sabe a donde va porque las tinieblas le han cegado los ojos.”
Aquí el Señor nos habla de la familia de Dios, de nuestros hermanos. Y uno entra en la iglesia, y uno piensa, uy, aquí va a ser sobrado de fácil amar la gente. Y rápidamente descubrimos que no. ¿Cuántos rápidamente descubrieron que no? Y ¿cuántos se han dado cuenta que a veces tu no eres fácil de amar? Yo debería levantar las dos manos aquí.
Por favor voltéate a alguien a tu lado y si estás con un familiar mejor, y dile, a veces no soy fácil de amar. Y ahora dile, y a veces tu tampoco eres fácil de amar.
¿Cuál es nuestro problema? Somos perdonados pero no somos perfectos. Seguimos a veces con problemas aquí en el corazón, nuestro carácter está siendo tallado por el Señor. Estamos siendo obrados por Dios, obrados. Y el lugar realmente donde más el Señor va ajustándonos es en la familia y en la iglesia porque es donde formamos las relaciones más cercanas.
Es muy fácil demostrar todo el fruto del Espíritu Santo con gente con la cual andas una hora a la semana. Te pueden ver como súper santo allí, porque una hora no es difícil controlarte, pero cuando tu entras en tu casa, cuando tu estás aquí trabajando ya de cerca en la iglesia, ya en comunión cercana, ¿qué empieza a pasar? Hay choques. ¿Cierto? Hay diferencias, hay malentendidos y muchas veces los ataques tremendos contra nuestra vida vienen de los mismos hermanos de la iglesia, de otras ovejas. Y allí vamos descubriendo que no somos tan fáciles. Perdónenos Dios. Perdónanos, Señor. El es muy paciente con nosotros, con su pueblo.
Ahora, hace un tiempo en Colombia se levantó una hermana, una pastora, una misionera, se levantó contra mi de la noche a la mañana y honestamente no se que le hice. Tiene que ser que le haya hecho algo pero nunca pude saber qué fue. Era mi amiga hice lo posible por ayudarle a levantarse en el ministerio, y como dijo David, si hubiera sido un extraño de la calle que se hubiera levantado contra mi, no me hubiera dolido tanto, pero era mi hermano, dice David, con quien entrábamos juntos a la presencia de Dios. eso fue lo que me pasó. Y ella empezó a calumniarme, empezó a decir muchas cosas y, hablando con los pastores, y gracias a Dios que en ese tiempo, pues algunos pastores me conocían y no le creyeron. Pero, otros que no me conocían le creyeron, entonces ella hizo lo posible por destruirme. Y el Señor venía vez tras vez y me decía, perdónala y yo no quería. No quería. Y yo le decía, ah, ah, ella sigue hablando, Dios. Y volvía y decía, perdónala. Y yo le decía, Señor, ¿no escuchaste lo que ella dijo ayer? Perdónala, decía. Pero Señor, es que sigue hablando, no quiero, no quiero. Y el Señor, nos ama tanto que él no permitirá que sigamos por ese camino porque donde sigamos por el camino de la falta de perdón podemos perder todos, se dañará el corazón.
Y por un año yo no la perdonaba, por un año. Por un año bajo la suave de Dios, no la quise perdonar. Pero cuántos saben que Dios sabe dar nalgadas bien dadas. Y pasando un año recibí mi buena nalgada celestial y bien merecida. Y yo iba volando en una avioneta sobre la selva amazónica, sobre un departamento en Colombia que se llama El Vaupés, es pura selva, pura selva. Se puede volar horas en esa selva sin ver dónde aterrizar, un lugar de poder aterrizar en una emergencia. En una avionetica de un solo motor y seis asientos. Íbamos un piloto misionera, una misionera que trabajaba con los indígenas y mi persona que iba para otra tribu de indígenas, allí en la selva. Una avionetica de muy pocos instrumentos, el piloto tenía que poder ver para pilotear y de repente, de un cielo azul en cuestión de segundos, se presentó lo que yo estoy convencida que puede haber sido la peor tempestad desde los días de Noé. Es terrible. Caía agua, caía agua, el viento terrible, esa avionetica subía, bajaba, subía, bajaba. Los pocos instrumentos que tenía se descontrolaron por la violencia de la tempestad. El metal sonaba como si las alas se fueran a desprender. Y yo estaba con el corazón en la garganta, asustadísima y por dentro estaba orando. Pero al mismo tiempo me estaba consolando y pensando, bueno, el Señor debe estar acostumbrado a esto. Y en eso el piloto cristiano se volteó y nos miró. Estaba pálido, estaba sudando y no usó exactamente estas palabras pero el sentir era, ¡oren o nos vamos a morir!
Entonces allí yo ya empecé a clamar en voz de ...... yo empecé a clamar en voz alta, Señor, ayúdanos, Señor. Y apenas empecé a orar en voz alta el Señor me hizo recordar de esta hermana que yo no quería perdonar. Y muy consciente de que probablemente me quedaban máximo minutos, y a lo mejor segundos sobre esta tierra, yo no quería llegar con ese pecado en mi corazón, y con esa excelente motivación la perdoné. Pero, bien perdonada. Como dicen los guatemalteco, requete perdonada, que la dejé allí, pero bien, bien, de todo corazón la perdoné.
Y ¿saben qué pasó? Paró la tempestad, instantáneamente yo la perdoné y paró la tempestad. Usted se acuerdan la historia de Jonás y cómo Jonás iba en rebeldía y cómo toda la tripulación de ese barco tuvo que pasar por esa tempestad. Hasta el día de hoy no me he atrevido a decirle a ese piloto que esa tempestad fue culpa mía. Yo se lo voy a decir en el cielo donde no va a haber más rabia.
La perdoné y fue algo tan lindo porque se me fue una carga. Pero la mujer seguía hablando y entonces a las pocas semanas después de eso, el Señor me dio una visión de ella que me sanó totalmente el corazón. Y en esa visión yo vi a esta mujer en la mano de Dios y esta mujer en la mano de Dios tenía la forma de un martillo, y con ese martillo Dios me estaba dando a mi, pracate, pram, prum prum y me estaba formando. Estaba formando su carácter en mi. Y yo entendí que gracias a Dios yo tengo mucha gente que son bendecidos con el ministerio, bendecidos a través de mi vida, que me animan, que me dicen. Pero yo entendí que yo necesito martillos también.
Yo entendí que yo necesito quien me baje. ¿Están conmigo en esta mañana? Porque entendí que yo sería capaz de levantarme en orgullo y que se pudiera destruir todo, entonces yo necesito los martillos.
¿Cuántos tienen martillos en su vida en este momento? Oh, y cuando el Señor me mostró a esta mujer como un martillo, la siguiente vez que yo la vi ella siempre meditaba, ella no se dejaba abrazar, no se dejaba saludar, me daba la espalda. Pero pasaron unos días y la vi en un evento y estaba de espalda, y yo corrí antes de que ella me pudiera parar, yo corrí, la agarré, la volteé y la abracé y le dije, te amo, tu eres una bendición en mi vida. Y la solté. Y ella quedó... y se sanó esa relación. Pero nunca le dije que fue de bendición por ser martillo.
Necesitamos ser tratados por Dios. Necesitamos y a veces los ataques vienen de los mismos hermanos en la iglesia, pero Dios puede usar esas cosas para formar el carácter de Dios en nosotros.
Dice la palabra que nosotros somos vasijas de barro. Dice la palabra que nuestro propósito en esta vida es que mi vasija de barro lleve la presencia de Dios, lleve su gloria. Pero aprendí algo en la universidad, estudiando el arte. Cuando uno va a hacer una pieza de barro, casi hay que gastar más tiempo trabajando, preparando el barro, que formando la misma pieza. Hay que coger ese barro, tirarlo, golpearlo, aplastarlo, volverlo a tirar, aplastarlo y el barro debería estar diciendo, no voy a sobrevivir esto. Pero ¿¿saben por qué? Porque hay que quitarle todas las burbujas, porque si queda una burbujita en ese barro, se forma la pieza, se mete al horno y el calor hará que se estallará todo la pieza a causa de esa burbuja.
En nuestras vidas, hay burbujas de orgullo. En nuestras vidas hay burbujas de autosuficiencia. En nuestras vidas hay burbujas de celos, de envidias, de tantas cosas. Entonces Dios permite que esos martillos vengan, guau, gua, gua, aplastando burbujas.
Si tu tienes un martillo en tu vida, toma este momento, levanta tu mano, mire al Señor y dile, Señor, gracias por el martillo. Dile, gracias Señor, por el martillo. Y dile, Señor, enséñame a amar a este martillo. Amen.
En este proceso, con esta mujer ¿saben lo que se desarrolló en mi corazón? Una determinación de amarla. Fuera lo que fuera su reacción. Por eso el primer grupo, el segundo grupo el Señor ya extiende la frontera de nuestro amor.
Vamos a Mateo 22, del 37 en adelante. Todos juntos por favor lean conmigo. Bueno, primero le preguntan en el 36, “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37: “.... Jesús le dijo, amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento y el segundo es semejante, amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Dos mandamientos, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, y el otro, amarás a tu prójimo como a ti mismo. El primero es fácil de cumplir, porque Dios es fácil de amar. No es nada difícil amar a Dios. El Señor nunca hace nada en contra de nosotros. El Señor nunca tiene una motivación incorrecta hacia nosotros. El Señor nunca nos calumnia. El Señor nunca tiene crueldad hacia nosotros. ¿Cuántos se han dado cuenta de que Dios es muy fácil de amar? No es difícil de amar. El es increíblemente creíblemente fantástico. Maravilloso. Es único.
Pero con el segundo mandamiento se nos complica. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo. Amarás a tu prójimo, ya no está diciendo, solamente a los hermanos de la iglesia, ya va más allá, amar a los inconversos como a ti mismo también. Nosotros, como cristianos tenemos un problema con nuestro trato con los inconversos, y nuestro problema es esto, exigimos que vivan como si fueran creyentes y no lo son.
Muchas veces los criticamos y los rechazamos porque están en adulterio, porque están en homosexualidad, estos días, porque son borrachos, porque son drogaditos, porque están en esto y lo otro, pero el problema de la persona no es que sea adúltera, el problema de la persona es que no conoce a Cristo. Y muchas veces nosotros somos la única vasija a través de la cual Dios puede demostrar su presencia, su carácter, su amor, su gloria para que esa persona pueda ver. Y muchas veces nosotros no lo hacemos.
Y yo tengo una pregunta para ti en esta mañana: en tu familia y en los que te rodean, en el trabajo secular en donde estés, ¿los inconversos pueden ver a Cristo en ti? ¿Pueden ver a Cristo en ti?
Por favor acompáñenme aquí a una Escritura, Segunda de Corintios 2:14. Gracias Señor. Todos juntos por favor: “Mas a Dios gracias el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.”
Por favor voltéate a alguien y dile, tu tienes cierto olor. Y ahora dile, tranquilo, es el olor a Cristo que tu tienes. Esta es nuestra meta, dilo conmigo, esta es mi meta, oler a Cristo en todo lugar. Es la meta mayor de mi vida, oler a Cristo, dar fragancia a Cristo por donde vaya pasando. Y mi pregunta en esta mañana es: ¿los inconversos alrededor de ti, pueden sentir el olor a Cristo en tu vida?
Yo tengo una prima, mi prima se metió en todo menos Dios. Lo que hubiera, lo habido y por haber ahí se metió ella. Andaba en brujería, nueva era, andaba en tantas cosas, ateísmo, humanismo, y mi madre y sus cuatro hijos cristianos, bautizados en el Espíritu Santo, mi papá faltaba, él llegó hace poco a los pies del Señor, gracias a Dios. Pero en nuestra casa, mi madre y sus hijos, éramos todos cristianos, amábamos al Señor de todo corazón. Y esta prima fue a hacer su universidad en nuestro estado y los sábados mi mamá la invitaba para que fuera a almorzar con nosotros.
Desde que pasaba por la puerta buscando guerra andaba. Impresionante. Era, pero andaba y prac.... solo le faltaba tirar la puerta físicamente. Golpeaba con sus palabras, insultaba, ofendía, era algo muy tremendo y entonces ... y con mis hermanos estábamos que la acabábamos y ¿saben lo que hacía mi mamá? Cuando ella decía sus locuras, mi mamá iba y la abrazaba, y eso que le tocaba abrazarla casi a la fuerza, y le decía, no te preocupes, cariño, un día tu vas a entender estas cosas.
Terminaba el almuerzo y nosotros todos dándole gracias a Dios en el corazón, que el tiempo había terminado y mi madre decía, vuelves el otro sábado, ¿no? Y nosotros por dentro, que no vuelva, como así que va a volver. Así mucho tiempo. Mi prima, en los cuatro años de estar allí estudiando en nuestro estado, nunca demostró ni una gota de interés por Dios. Pero cuando se murió mi madre en el año 2000 mi tía estaba allí con nosotros y mi prima estaba en el estado donde vivía, y mi tía, la madre de ella, llamó para avisarle que mi mamá se había muerto. Y les cuento que por toda la casa, allí en Colorado, se escucharon los gritos de mi prima por teléfono. Y lo que ella gritaba era esto, gritaba, no puede ser, no puede ser, se acaba de morir la única persona en esta tierra que yo estaba segura que me amaba. No puede ser, no puede ser.
Y mi prima allí donde estaba tiró el teléfono, cogió su carro, salió cegada por las lágrimas y allí ya llorando y gritando a Dios tuvo un encuentro con el Señor Jesucristo ese día. Gracias, Señor. Gracias, Señor. Ese día mi madre murió y mi prima nació, pero me da vergüenza pararme aquí hoy, hermanos, y decirles que si hubiera sido por mi testimonio, mi prima no estaría en los caminos del Señor hoy, no estaría. Yo no quería verla ni en pintura. No. Yo no quería. Me irritaba, yo quería mantenerla lejos.
Pero se que eso es lo que pasa con nosotros, con muchos de nuestros familiares, con muchos de los que nos rodean. Pero somos llamados a amarlos, somos llamados a amarlos, no a aprobar su pecado, a rechazar el pecado pero amar el pecador. Es un reto, el Señor nos ha llamado a amar a los inconversos también.
Ahora, el tercer grupo que queremos ver en esta mañana el Señor va más lejos aún, más allá. En Mateo 5 del 44 al 48. Gracias Señor. “Pero yo os digo, amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen. Más que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos que hace salir su sol sobre malos y buenos y que hace llover sobre justos e injustos porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? No hacen también lo mismo los publicanos. ¿Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”
Nos está diciendo, sed perfectos en el amor. Y empieza diciendo, amad a vuestros enemigos. Ahora, los enemigos no son solamente los que van en contra de nuestras creencias, son los que van en contra de nuestras vidas. Son los que nos odian, son los que hacen cosas contra nosotros. Un verdadero enemigo quiere lo peor para uno, lo peor, y la palabra aquí nos dice que deberíamos amarlos. Yo creo que esto es de los retos más grandes que hay: amar a los enemigos. Pero cuando tomamos esta decisión y cuando empecemos a amarlos vamos a ver victorias muy, muy grandes.
Hace un tiempo ministrando en el Perú yo vi al Señor hacer de las cosas más grandes que lo he visto hacer. Si hay peruanos aquí en esta mañana saben historias del Sendero Luminoso. Por razones que solamente ellos y el diablo pueden entender, en el Perú el Sendero Luminoso se levantó en contra de los cristianos de manera aterradora. Hicieron masacre de pastores. No se cuántos pastores murieron asesinados, muchísimos de todas las misiones. Fue tan fuerte el ataque que las iglesias tuvieron que bajar los letreros, cualquier cosa que mostrara que era un grupo cristiano, había que quitarlo en este tiempo.
Ellos fueron arrestados, fueron puestos en varias cadenas perpetuas fue su condena. Y varias condenas perpetuas, fue su condena para que nunca pudieran salir de las cárceles. Pero allí en esas cárceles llegó el Espíritu Santo y Dios hizo cosas hermosas. Y habían algunos que fueron salvos en las cárceles, transformados en las cárceles y Dios hizo milagros para sacarlos de allí. Y cuando yo fui a ministrar, fui a ministrar en una escuela pastoral, para pastores y para los que estaban en entrenamiento para ser pastores. Era un grupo grande, y en el transcurso de la semana me buscaron tres hombres por aparte. Y pidieron consejería, ahora cuando yo hago consejería con un hombre, yo nunca lo hago a solas, yo lo hago en un lugar donde nos pueden ver pero no nos pueden escuchar, por testimonio. Entonces así hice con cada uno de ellos, todos los tres habían sido del Sendero Luminoso. Habían sido salvos en la cárcel y ahora se estaban preparando, Dios hizo un milagro para sacarlos, y ahora se estaban preparando para el ministerio. Y una mañana el tema fue el perdón. Y esa mañana, al final cuando yo di oportunidad para que perdonaran a sus enemigos, yo no sabía que otros en el lugar conocían a estos tres. Y yo vi a Hilda, una viuda de las asambleas de Dios, una mujer bajita. Su esposo fue asesinado por el Sendero Luminoso. Y yo vi que Hilda se salió de este lugar, de este lado y se fue, y fue derechito a uno de estos tres hombres. El era alto, ella bajita, ella le jaló el brazo para que se bajara y le dijo algo al oído. Y cuando ella le dijo algo al oído, el hombre cayó de rodillas con un grito desgarrador. Era impresionante, pero lo que gritó fue, gracias. Y empezó a gritos, gracias, gracias, decía él. Yo sabía que Dios me había perdonado pero nunca pensé que usted me pudiera perdonar por haberle matado a su esposo. Gracias, decía, gracias.
Y cuando pasó eso, empezaron a venir de este lado viudas y huérfanos que ya habían heredado a la iglesia de su papá, huérfanos ya grande que estaban pastoreando, se vinieron, rodearon a estos tres, todos los conocían, y empezaron a proclamar perdón sobre ellos. Fue algo tan hermoso. Allí resultaron las familias víctimas de estos hombres, resultaron abrazando y amando a los ex asesinos, ahora hermanos en Cristo. Y cuando terminó eso, yo mirando eso, yo lloraba. Yo pensaba, Señor no hay poder más fuerte, no hay poder más grande, Señor, que tu amor y tu perdón, porque puedes sanar todo, todo, Dios. Y cuando terminaron de ministrar entonces Hilda le dijo a este hombre, le dijo, hijo, yo conozco tu hogar. Yo se que nunca tuviste una madre que viera por ti, y ella le dijo, hoy yo quiero tomarte como mi hijo. Dijo, yo quiero que cuentes conmigo como pudieras contar con una madre. Y él se botó a abrazarla. Allí quedaron totalmente sanadas las familias víctimas y los ex asesinos también.
Amar a los enemigos y cuando vi eso y pensé en realmente cuáles son las cosas que nosotros normalmente, ahora puede haber gente aquí que ha vivido esto, lo que vivieron los peruanos. Pero en la vida diaria, normal nuestra, cuáles son nuestras luchas para perdonar y para amar. Y en comparación con eso, son bobadas, son bobadas. Pero el poder del amor y el perdón de Dios está para nosotros hoy, para poder ganar batallas grandes, tremendas, en nuestra vida.
Son los tres grupos, los creyentes, inconversos y los enemigos. Ahora, es un riesgo amar. Cuando yo me abro para amar, yo me arriesgo porque yo arriesgo porque me pueden rechazar, se pueden burlar de mi, me pueden aprovechar, pueden hacer muchas cosas. Es un riesgo, pero ¿saben por qué podemos amar? Porque somos amados. Y cuando conocemos nuestra posición en Dios y cuando entendemos cuánto él nos ama, ya no nos da miedo arriesgarnos, ya estamos tan seguros en nuestra posición en él que no me importa si me rechaza porque yo se que aquí hay brazos que me rodean, que son los brazos de él. Ya puedo ser valiente para amar. Ya puedo arriesgarme, ya no me importa lo que me puedan decir, lo que me importa es esa persona, la necesidad de esa persona, porque conozco mi posición.
Por favor acompáñenme aquí rapidito a unas Escrituras y vamos a orar en un momentico. Vamos a Isaías 49. Gracias Señor, del 14 al 16. Todos juntos, ¿cuál es mi posición en el Señor? Todos juntos en voz alta, por favor, “...Pero Sión dijo, me dejó Jehová y el Señor se olvidó de mi, se olvidará la mujer de lo que dio a luz para dejar de compadecerse del hijo de su vientre, aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida, delante de mi están siempre tus muros”,- está escrito en femenino porque es a Jerusalén, pero es para nuestra vida.
Entonces él dice “...en las palmas de las manos te tengo esculpida”. Por favor levanta tu mano un momento y mira esa palma, y haz de cuenta que esta es la mano de Dios. Y mírate esculpido en esa mano. No pegado, esculpido.
Ahora, voltea tu mano y sacúdela. ¿Se puede caer lo que está esculpido? No, no se puede desprender de allí, así te tiene el Señor.
Ahora vamos a Efesios 3 del 16 al 19. “Para que os de conforme a las riquezas de su gloria el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su espíritu”. Pablo está orando por ellos.
“Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones a fin de que arraigados y cimentados en amor seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura y de conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento para que seáis llenos de toda la plenitud en Dios.”
Arraigados y cimentados en amor. Levanta tu mano otra vez, por favor, y mírate allí esculpido en esa mano, ahora arraigado. Ahora, mírate echando raíces. Raíces profundas, voltea tu mano, sacude la mano. Lo que está esculpido y arraigado ¿se puede caer? De ninguna manera. Pero el Señor no para allí, dice cimentado.
Levanta tu mano otra vez, estamos haciéndolos como niños en esta mañana para que esta verdad quede en tu corazón. Ahora, mírate otra vez, mírate esculpido, mírate arraigado, y ahora mírate cimentado en esa mano. Ahora, voltéate la mano, sacúdela. Lo que está esculpido, arraigado, cimentado ¿se puede caer de allí? No, pero el Señor no para allí. Su amor es tan grande sobre nosotros.
Vamos a Efesios 1:13, por favor. Y lean conmigo, “En él también vosotros habiendo oído la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación y habiendo creído en él fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”.
Levanta tu mano otra vez. Y mírate esculpido, arraigado, cimentado y ahora toma tu otra mano, y di conmigo, y sellado. ¡Aleluya! Sellado en el amor de Dios. Di conmigo, Dios me tiene esculpido, arraigado, cimentado y sellado. ¡Aleluya!
Gracias, Señor. Gracias, Dios. Gracias, Dios. Oh, gracias, Señor. Dile a alguien a tu lado, yo soy muy amado, supremamente amado. Si alguien puede ir por los niños y los adolescentes, por favor, a llamarlos y en esta mañana Dios quiere hacer algo en nosotros aquí.
Si tu te has dado cuenta con este mensaje, como yo me doy cuenta cada vez que doy este mensaje o sobre este tema, si te has dado cuenta que te ha faltado amor en tu trato con los demás, te invito a ponerte de pie allí donde estás. Gracias. Gracias, Señor.
Sin reservas, sin retorno y sin nada que lamentar
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¡Aleluya! Primera de Corintios 9:24 al 27. Estábamos orando con Susan, cuál era la palabra que cada una tenía que traer. Esta es una palabra que el Señor me dio hace poco y que ha ardido en mi corazón y creo que es una palabra que el Señor quiere que comparta en este primer servicio.
Primera de Corintios 9:24 al 27. “¿No sabéis que los que corren en el estadio todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha de todo se abstiene. Ellos a la verdad para recibir una corona corruptible, pero nosotros una incorruptible. Así que yo de esta manera corro, no como a la aventura, de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”
El título del mensaje que quiero compartir con ustedes esta mañana se llama “sin reservas, sin retorno y sin nada que lamentar”. El Apóstol Pablo está aquí presentando una porción en su carta a los Corintios. Ustedes saben que la iglesia, los Corintios, era una iglesia que vivía en el mover de los dones del Espíritu Santo profetizaban, oraban en lengua, caían al suelo, temblaban, había toda clase de manifestaciones, pero vivían una vida en la carne, con una inclinación hacia lo que era pecado. Había fornicación, había pecado, incesto, había muchas cosas en la iglesia de Corinto, una iglesia que Pablo amaba profundamente y que en sus cartas vemos sus exhortaciones con infinito amor e infinita misericordia, pero también con mucha justicia de Dios.
SIN RESERVAS
Y él toma esta figura, muy común para ellos en ese tiempo, la figura de las carreras en el estadio. El día viernes tuvimos el día libre y nosotros con Susan tomamos un tour de la ciudad en un trole porque es primera vez que estamos en Boston y todo el mundo que sabía que veníamos a Boston nos decía, es una ciudad bellísima. No pueden perder conocer esa ciudad. Así es que nosotros tomamos nuestro tour y nos llevaron a conocer las partes más importantes de la ciudad. Quedamos impresionadas porque a mi personalmente me encanta mucho la parte histórica, me encantan los monumentos antiguos y las antigüedades tienen algo muy especial en mi corazón. Mi casa está decorada entre moderna y antigua, entonces para mi es algo muy especial. Lo disfrutamos a pesar de que yo estaba muy enferma con este ojo.
Pero el director, el que iba dirigiendo el tour, él habló en determinado momento acerca de una carrera que es muy famosa aquí, una carrera que ustedes hacen, una maratón, ¿cierto? Y él habló mucho de eso, se ve que era algo muy especial y él habló también de una mujer enana que murió pero que logró culminar la carrera, logró correr de tal manera a pesar de sus imposibilidades físicas, a pesar de que tenía la estatura de una niña compitiendo con los grandes, pero logró terminar la carrera.
Y ese es el cuadro del Apóstol Pablo acerca de nosotros, los cristianos, él utiliza el cuadro de esa carrera que era tan famosa en los tiempos de los griegos y de los romanos. Y él comenta varias cosas comparándola con lo que es nuestra vida cristiana. Dice que los que corren a la verdad en el estadio, todos están corriendo, pero a la final uno solo se lleva el premio. Y nos exhorta a correr la carrera cristiana de tal manera de que podamos obtener el premio.
Ahora, tu dirás, bueno, nosotros ya obtuvimos el premio y el premio es nuestra salvación, como cantábamos ese coro tan hermoso. Pero, nosotros también sabemos a través de Primera de Corintios que habrá un día donde estemos en el cielo, que se llevará a cabo lo que es el Tribunal de Cristo donde cada uno de nosotros recibiremos una recompensa, coronas y Pablo peleaba por esa corona. Pablo caminaba en pos de esa corona, de ese galardón. Y él dice, corramos de tal manera que podamos obtener el premio, nos motiva a obtener un premio.
Luego en el versículo 25 él dice, “todo aquel que lucha”, lo que quiere decir, todo aquel que está corriendo también se abstiene de todo. O sea hay una disciplina en su vida. Si quiero ser un buen atleta, si quiero ganar la carrera tiene que haber una disciplina en mi vida. Tengo que dejar de comer cosas que no van a ser buen efecto en mi cuerpo. La disciplina tiene que ver con la alimentación, con el ejercicio, tiene que ver que al correr también tengo que llevar la clase de ropa que debo llevar, eso lo habla Hebreo Capítulo 12, versículo 1 cuando habla de que corramos despojándonos de todo peso y de todo pecado, para que corramos la carrera que se nos ha sido impuesta y dice Hebreos, puestos los ojos en Jesús. Y Pablo está hablando, corramos de tal manera hacia la meta. Tu y yo tenemos que correr esta vida cristiana hacia una meta y nuestra meta es poder llegar a cumplir lo que el Señor ha establecido en su llamamiento para cada uno de nosotros.
Pablo sigue hablando en el Capítulo 9 que acabamos de leer, él dice, yo corro y no corro como aventura, o sea, no corro sin dirección, yo corro de tal manera que yo voy a una meta, a un blanco. Luego dice, y peleo de tal manera, y golpeo mi cuerpo; él está hablando de afectar toda esta carne, que se nos trata a veces de salir hasta por los poros. Es un cuadro lindo, es un cuadro que necesitamos hoy recapacitar.
Tengo carga en mi corazón, tristeza en mi corazón muchas veces porque cuando miramos si un crecer numérico. En Latinoamérica tenemos un gran crecer numérico. Las iglesias crecen todos los días, cuando vemos lo que aquí en los EEUU, iglesias de miles de personas, pero saben tengo carga y tristeza en mi corazón porque veo que hoy hay una vida cristiana muy superficial. En vez de la iglesia afectar al mundo, el mundo está afectando la iglesia.
Tengo tristeza en mi corazón cuando en Latinoamérica los cristianos se deslumbran por los programas de televisión que se ven que nos llegan de acá, cristianos donde es un espectáculo de Hollywood. Tengo tristeza en mi corazón porque hoy el pastor está a millas de distancia de sus ovejas. No huele a oveja. Solo trabaja con un grupo muy reducido de personas. Tengo tristeza en mi corazón porque no hay contacto. Tengo tristeza en mi corazón porque hoy a lo bueno se le llama malo, y a lo malo se le llama bueno.
Tengo tristeza en mi corazón porque hoy tenemos un liderazgo tan superficial que en cualquier tormenta hemos visto caer a muchos líderes. Tengo tristeza en mi corazón porque hoy está pasando lo que sucedió en la época cuando David en el Capítulo 2 de Primera de Samuel o 1, él hace una endecha por la muerte de Saúl, el gran rey, el primer rey, y él por tres veces en su endecha exclama con dolor y dice, la gloria de Israel ha perecido. Pero él estaba hablando de otra cosa, porque los últimos días de Saúl fue a consultar a una adivina. Como han caído los valientes, dijo, hermanos de los filisteos. Y junto a ese Saúl cayó su gran amigo, Jonatan, un hombre de Dios, fiel a su padre y 3 veces David dice, cómo han caído los valientes, cómo han perecido las armas de guerra.
Y yo tengo tristeza en mi corazón porque hoy nuestros jóvenes tienen pocos modelos. Hay muchos héroes, pero tu sabes que los héroes caen rápidamente, pero hay pocos modelos. Y somos responsables ante una generación que está emergiendo. Se acabó la disciplina en la iglesia, eso es arcaico. Ya no se debe poner en disciplina. Se ha acabado un liderazgo santo, pero obviamente hay sus remanentes. ¡Aleluya!. Y por esos remanentes el Señor quiere hablarnos, tu y yo necesitamos vivir una vida como a Dios le agrada aunque para otros cristianos entre comilla, lo que tu y yo vivimos les parezca que es anticuado y arcaico. Pero si eso anticuado y arcaico está basado en esta palabra, entonces tiene que decir que tu estilo de vida según Dios es demasiado contemporáneo. Porque esa palabra es demasiada contemporánea, se aplicó ayer, se aplica hoy y se aplicará mañana, porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos y él dijo que el cielo y la tierra pasarán pero su palabra nunca pasará.
Por eso quiero compartir esa palabra sin reservas, sin retorno y sin nada que lamentar. Hace un tiempo, unos años, dos años atrás tal vez, meditando en mi devocional encontré en el librito de devocional encontré una historia que tocó mucho mi corazón, y era acerca de un hombre que nunca yo le había oído nombrar.
Era un joven llamado William Burten, estadounidense, hijo de una familia multimillonaria en este país, han sido los dueños de lo que es la leche, los Burten’s milk y también de los pegantes y todo eso, una familia supremamente millonaria. William Burten fue muy afectado en su vida espiritual por su madre. Su madre fue una influencia maravillosa en la vida de William Burten. A la edad de 16 años terminado sus estudios de bachillerato, sus padres le regalaron un viaje por ciertas partes del mundo y él después de regresar de ese viaje, él vino encendido con un fuego muy grande en su corazón por misiones. Y Dios tocó su corazón por un llamado a trabajar en la China con los musulmanes de la China. William Burten entró en la universidad de Yale y de Princeton y cuando él entró a la universidad su única meta era prepararse para servir a Dios. Universidades cristianas.
Su padre murió y él fue llamado para administrar los negocios de su familia y él se negó rotundamente a hacerlo porque él dijo, Dios, mi Padre celestial me ha llamado a sus negocios. El recibió después de la muerte de su padre una multimillonaria herencia y él oró mucho al Señor y él sintió entregar todo, toda su herencia para la extensión del Reino. El no dejó nada para él y cuando él hizo esto, él escribió en la portada de su Biblia, en la primera página, él escribió una frase que es el primer punto de mi mensaje en esta mañana, él escribió la frase, sin reservas, sin reservas.
Sin reservas, reservar quiere decir guardar, quiere decir retener algo. Hablándolo en nuestros términos significa no darle todo a Dios. Es cuando reservamos una parte de nuestra vida o de nuestras posesiones y le damos a Dios el 80% o el 70%, pero no lo damos todo.
Cuando se va al Evangelio de Marcos, Capítulo 10, los versículo 17 al 22, el Señor tiene un encuentro con un joven, Marcos 10:17 al 22. Dice: “...Al salir él para seguir su camino vino uno corriendo e hincando la rodilla delante de él le preguntó, Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo, ¿por qué me llamáis bueno, ninguno bueno, sino solo uno, Dios? Los mandamiento sabes, no adulteres, no mates, no hurtes, no digas falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre. El entonces respondiendo le dijo, Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús mirándole le amó –que interesante, dice le amó- y le dijo, una cosa te falta, anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo. Y ven, sígueme tomando tu cruz. Pero él afligido por esta palabra se fue triste porque tenía muchas posesiones.”
El fue atraído por Jesús y él le dijo que podría hacer para ganar la vida. Y el Señor comienza, conociendo su corazón, comienza a darle ciertas pautas. Los mandamiento practícalo. Oh, Señor todo lo he hecho. He honrado a mi padre y a mi madre, soy bueno. Pero al final puso el dedo en la llaga, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres. Porque dice la palabra que él era muy rico y tocó el área débil, el dinero, las posesiones materiales. Y dice que aquel joven entristecido se retiró, no podía desligarse de sus posesiones.
Ahora, el Señor no estaba interesado en sus posesiones. El Señor estaba interesado en su corazón pero él sabía que el problema en el corazón era eso. No me malentienda, las posesiones materiales no son malas, lo malo es que las posesiones materiales nos posean a nosotros. Es que lo que Dios nos da nos posean de tal manera que nos imposibiliten servir con libertad al Señor, tener no es malo, lo malo es que lo que tengamos nos tenga a nosotros.
El problema del joven era la parte del dinero. Pablo entendió muy bien, desde el principio de su conversión lo que significaba sin reservas. En Filipenses, Capítulo 3, donde encontramos realmente su hoja de vida, su currículum, Pablo está hablando de lo que él era antes de estar en Cristo. El describe su identidad, él habla de que él era un hebreo de hebreos, un cumplidor de la ley, un hombre celoso de su religión, perseguidor de la iglesia, era irreprensible en el cumplimiento de la ley. El habla donde se educó a los pies de Hamaliel, pero luego que él hace este recuento, me encanta cuando Pablo dice, pero todas estas cosas, todo esto que yo consideraba que era lo más grande, hoy lo tengo por basura, hoy lo tengo....
Y la nueva versión internacional lo dice más fuerte, dice lo considero estiércol, por el conocimiento de mi Señor Jesús, por amor del cual lo he perdido todo y hoy lo tengo por basura. Pablo perdió todo para ganar a Cristo. Perdió su reputación dentro de su religión, perdió su posición dentro de su religión, perdió su honra religiosa y no le importó nada por ganar a Cristo. Todo lo entregó y tu y yo sabemos que la vida de Pablo fue una entrega desde el momento cuando Jesús se le revela en el camino a Damasco y él rendido dice, Señor, ¿qué quieres tu que yo haga? Desde ese día Pablo entregó todo.
Yo espero que usted haya entregado todo y que hoy sea confrontado con esa palabra por si ha habido alguna reserva, sin reservas. La vida cristiana es sin reservas.
F. B. Meyer un gran hombre de Dios estudió en un seminario bíblico. El comenzó a predicar, su iglesia tenía cierto número de personas, tenía un ministerio bueno. Un día llegó a su ciudad un compañero de seminario bíblico. Iba a estar 8 días en su ciudad y él lo invitó a predicar esos 8 días en su iglesia. Fue una revolución. 8 días este hombre predicó de la manera más sencilla, pero con una unción y un poder del Espíritu Santo que Meyer nunca lo había visto. El fue impactado, la gente fue tocada, pero él fue impactado. Al final de esos 8 días mientras su amigo estaba empacando la maleta, él se acercó a la habitación y habló con él. Y de manera muy orgullosa ministerialmente le preguntó, ¿cuál ha sido el éxito de esto? ¿Por qué Dios te usa de esta manera? Y su amigo le dijo, sencillo.
Un día yo fui confrontado por el Señor mientras oraba y sentí que Dios vino a mi vida y tocó mi vida. Y Dios me pidió que yo le entregara todas las llaves de mis cuartos cerrados. Y desde el día que yo le rendí todo a él, el ministerio cambió, mi vida cambió. Vivo en una dimensión diferente. Meyer no le pidió que orara por él. A veces los ministros tenemos un orgullo que no podemos pedirle a otro que haga una oración por nosotros. Hay muchos que sienten que están perdiendo su dignidad ministerial cuando al contrario la está ganando.
Cuando él fue a dejar a su amigo al tren y volvió, él se arrodilló en su cama. Meyer hizo lo mismo, empezó a orar y dijo, Dios hoy quiero hacer una rendición total a ti. Y mientras estaba en oración, él sintió la presencia de Jesús venir al lado de él. Y era tal la presencia de Jesús en su habitación que él casi no se podía mover. Y él sintió que Jesús venía para pedirle las llaves. Entonces, Meyer tomó las llaves y las levantó en su mano y con su corazón rendido le dijo, oh, Señor, toma todas las llaves de mis cuartos cerrados. Te rindo todo. Y las puso en las manos de Jesús. Y luego él sintió que Jesús le dijo, ¿son estas todas las llaves? Y Meyer dijo, casi todas, Señor. No te preocupes, algunas que dejo son pequeñas cosas, de eso yo me encargo. Y sintió que Jesús le devuelve las llaves y le dijo, Meyer, o todas o nada. Y dio la vuelta y en ese momento su corazón fue estremecido y comenzó a llorar y le gritó, todas, Señor. Y él rindió todas las llaves de sus cuartos vacíos. Porque sabes, en nuestra vida hay cuartos cerrados que están vacíos aunque creemos que están llenos, que no le hemos rendido al Señor, cosas que a veces ni nosotros mismos nos damos cuenta, situaciones de carácter, situaciones que nos ligan a personas a cosas, pero en la vida cristiana es sin reservas.
Es entregándole todas las llaves, es entregándole todas las áreas de nuestra vida, es sabiendo que no puedo reservar nada para mi, es sabiendo que tengo que vivir una vida al estilo de vida de Dios, cosas que me agradan pero que tengo que mantenerme como dijo el Apóstol Pablo, yo martirizo mi carne, yo golpeo mi carne, crucifico mi carne porque el problema es que hoy los cristianos crucifican la carne con puntillas de dos pulgadas y la carne tiene que crucificarse con los clavos de la cruz.
El problema es que hoy los cristianos quieren pasar por liberación, por todo le atribuyen al diablo todo, pero no reconocen que es su carne, su carácter que son situaciones en su vida. Sin reservas. Dios te quiere sin reservas.
Hoy es un día para entregarle a Dios todas las llaves. Hoy es un día para que nada más nos afecte, nada más nos ligue ni al mundo ni a ninguna otra situación, ni sentimientos personales que no son correctos. Sin reservas. Díganle a la persona que está al lado, sin reservas.
Es entregarle todo a Dios, es entregarle nuestra vida, es entregarle nuestras fuerzas. Jóvenes, es entregarle tu juventud pero qué va a pasar. Pasará lo mejor. Es entregarle todo.
Cuando yo estudiaba en el colegio, yo era capitana de uno de los equipos de basketball. Me encantaba el basketball, y cada vez que teníamos que competir con otros de los equipos de nuestro colegio, entonces nuestro instructor estaba allí trabajando con nosotros. Había una disciplina, había que compartir el tiempo entre el estudio y la disciplina de entrenar. Y nunca olvido, cada vez que íbamos a jugar el entrenador nos miraba a cada uno de nosotros, y él decía, poniendo el dedo nos decía, entrega todo lo que tienes. Y nos hablaba así, entrega todo lo que tienes. Y nosotros sabíamos que cuando él hacía este dedo, él estaba diciendo, entrega todo lo que tienes. Y luego repetía, no se olviden, den todo.
Y muchas veces mientras estábamos jugando, y a veces íbamos perdiendo, y lo mirábamos para ver qué instrucción había, solo había una instrucción: entrega todo. Y cuando veíamos este dedo, entregábamos todo, a veces el cuerpo estaba cansado pero le entregábamos todo hasta que ganábamos. Sin reservas.
La vida cristiana es sin reservas. Yo llevo 31 de haber conocido al Señor y te quiero decir, hasta aquí, mi vida fue sin reservas. Ha sido sin reservas. Yo me entregué hoy a Cristo y mañana, era sin reservas. Algo pasó en mi vida, algo impactó mi vida, en medio de una ciudad pequeña, de una sociedad muy estricta. Fui la primera persona de nuestra sociedad en conocer al Señor y la familia me dio la espalda, nos amigos nos dieron la espalda. Ser evangélico en ese tiempo era un precio demasiado grande.
Nací en la costa, nacía bailando, todos los que nacimos en la costa, las mujeres de la costa bailamos muy bien. Amen. Alabado sea Dios!
Oh, tu estás en el vientre de tu madre y .... mira cuando yo di a luz mi segundo hijo, estábamos bailando con mi parido cuando nos dieron los dolores de parto. Puedes imaginar. Y nacimos bailando, y desde que tu naces tu mamá, chiqui chiqui chiqui, o sea llevas el ritmo en la sangre, por eso yo entiendo el merengue. ¡Aleluya! la salsa y el control, y es bueno porque son ritmos nativos que tenemos que usarlos para adorar y alabar al Señor.
Así es que mi vida era el baile. Era una juventud muy sana. Cada sábado en la noche nuestros amigos, a bailar, no teníamos mucho plata entonces llegábamos a un salón, pedíamos dos coca cola y 12 vasos. Porque nuestra meta era poder ir y había que consumir algo, ¿no? así es que con 12 vasos, lo importante era bailar tres horas, con la mejor orquesta caribeña.
Cuando me casé y me enamoré de mi esposo y después nos casamos, yo sabía, mi esposo, es del interior del país y yo sabía que estaba enamorada de él. Les voy a decir cuál fue la señal: ninguna mujer que baila bien en la costa se casa con un hombre que no sabe bailar. Y mi esposo no sabía bailar.
Voy a ....., ya puedes imaginar. No sabía bailar y yo estaba tan enamorada que le enseñé a bailar. Obviamente él no se iba a mover como nosotros nos movemos, pero ya había aprendido. Así es que todos los sábados nosotros bailábamos. Pero cuando yo me convertí a Cristo y el pastor que me instruyó la siguiente mañana después de haberme entregado a Cristo, él me dijo: sabe el Señor la quiere, y yo dije, pero no me vaya a decir que tengo que dejar nada. Porque yo conocía la mentalidad de los evangélicos. El fue tan sabio que me dijo, no, usted no tiene que dejar nada, él la quiere así. Ah, bueno, así, si.
Y allí esa mañana, un día martes en la mañana, yo rendí todo al Señor. Martes en la tarde jugábamos canasta en el club las mujeres. Me encantaba el juego. Martes en la tarde, tu vas a creer que yo no fui al juego, me llamaron. Por primera vez estaba leyendo esta Biblia-. El fuego de Dios apasionó mi corazón.
El sábado siguiente mi esposo dijo, listos, nos vamos. Yo dije, no, yo no quiero, el Señor me quitó todo. Algo, un cambio al extremo. Sin darme cuenta yo rendí todo y han pasado 31 años y te voy a decir, cada vez estoy rindiendo más, más, más en la medida en que el Señor me muestra, sigo rindiendo.
El mundo ya no fue mi placer. Mi placer y mi único gozo es él. El me llena todo. Sin reservas. Sin reservas. Díganle al que está al lado, sin reservas.
SIN RETORNO
Vamos al segundo punto del mensaje. Sin retorno. Dígale al que está al lado, sin retorno. Cuando William Burten tenía 25 años, había acabado sus estudios universitarios y cuando William Burten salió para la China para cumplir su llamado, él escribió la segunda frase en su Biblia, después de haber escrito sin reservas, él escribió sin retorno.
Sin devolverse, allí él escribió, sin retorno. Cuando usted va a Lucas Capítulo 9, versículo 57 al 62 hay un encuentro de tres jóvenes con el Señor. Lucas 9:57 al 62 dice:
“Yendo ellos, uno le dijo en el camino, Señor, te seguiré a donde quiera que vayas, y él les dijo, las zorras tienen guaridas y las aves de los cielos, nidos, más el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otros, sígueme. Él le dijo, Señor, déjame que primero vaya entierre a mi padre. Jesús le dijo, deja que los muertos entierren a sus muertes, y tu ve y anuncia el Reino de Dios. Entonces también dijo otro, te seguiré, Señor pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa.”
Estaban hablando, allí hay tres jóvenes que tenían su corazón en lo material, en la familia, en los amigos, en los parientes, y en el versículo 62 el Señor lanza una palabra, una frase y dice “... Jesús les dijo, ninguno que poniendo su mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.”
Y él está diciendo aquí ninguno que ponga su mano en el arado y mire hacia atrás es digno del Reino de Dios. William Burten, cuando salió para cumplir su llamado a misiones, él dijo, sin retorno. Una vez que pongo mi mano en el arado para servir y seguir al Señor, no puedo volver atrás. Y este es el problema de muchos. Que un día si y otro día dicen no. es el problema de muchos que hoy son entre comillas cristianos radicales y luego les vemos retroceder.
La vida cristiana es una caminar hacia delante, nunca hacia atrás. La vida cristiana es caminar en pos de una meta que está delante de nosotros, que se llama el blanco. El Apóstol Pablo dijo en Filipenses Capítulo 3 versículo 13, dice “yo no he alcanzado lo perfecto, yo no soy perfecto, pero una cosa hago, olvidando lo que queda atrás, olvidando la religiosidad, olvidando el fariseísmo, olvidando los honores, olvidando las glorias pasadas, yo me siento hacia adelante, hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
La vida cristiana es una marcha hacia adelante nunca hacia atrás, porque cuando tu miras hacia atrás no puedes alcanzar lo que está adelante. El pueblo de Israel en el desierto, cada vez que salieron ellos, cada vez que avanzaba y venía una prueba y venía una lucha, y se les terminó el alimento, ellos comenzaron a mirar a Egipto. Y miraron el alimento de Egipto, y miraron lo que comían en Egipto. Les faltó agua y miraban a Egipto. Ojalá muriéramos. Esa generación nunca alcanzó la promesa. Esa generación nunca alcanzó la tierra prometida porque su caminar fue hacia atrás, nunca hacia adelante. Solamente Josué y Caleb fueron los de esa generación que alcanzaron la bendición de Dios y la promesa. Josué y Caleb que afectaron la siguiente generación, que impactaron la siguiente generación, cada vez que moría alguien en el desierto y venían y decían, Josué, murió la familia tal, Josué decía, ¡alabado sea Dios!
¿Sabes por qué decía ¡alabado sea Dios! Porque ellos son menos, ellos tienen que quedar enterrados en el desierto, sus propias palabras los enterraron en el desierto. Ya quedan menos, ya vamos a alcanzar la tierra, ya vamos a llegar a la tierra. Porque Josué y Caleb caminaban hacia adelante.
Pablo caminó hacia delante. Usted y yo tenemos que mirar hacia delante. No importa que vengan las pruebas, no importa que vengan las luchas, no importa que vengan las tentaciones, si su vida está fundamentada en la roca inconmovible de Cristo, los vientos y las tempestades más duras, no le podrán derribar, usted seguirá mirando hacia delante. Se moverán, se le caerán algunas hojas, se le quebrarán algunas ramas, pero su meta está hacia delante. Sin retorno. La vida cristiana es sin retorno.
Cuando usted va a Génesis Capítulo 19, en el versículo 17, en la destrucción de Sodoma y Gomorra, los ángeles advirtieron muy bien a Lot y a su familia lo que ellos tenían que hacer si querían ser salvos de la destrucción. Y en el versículo 17 las recomendaciones le dijeron ellos, cuando los hubieran llevado afuera, le dijeron escapa por tu vida y, miren la recomendación, “no mires tras de ti, no pares en esta llanura, escapa al monte, no sea que perezcas”. Pero cuando tu vas al versículo 26 del mismo Capítulo dice, “....entonces la mujer de Lot miró atrás a espaldas de él y se volvió estatua de sal”.
Correcto. Ella miró atrás. Una vez que tu y yo miremos atrás quedaremos convertidos en estatuas de sal, porque es sin retorno. Es sin reservas pero sin retorno.
Como me gusta la vista de Eliseo. En Primera de Reyes en el Capítulo 19, si avanzo un poquito usted se va a dar cuenta la vida de este joven profeta llamado por el Señor para servirle como profeta. Elías acababa de pasar un tiempo muy duro, Elías había estado en una depresión muy profunda a causa de la amenaza de Betsabé. Lo vemos luego subir a Oreb, el monte de Dios, y ahí Dios le reconfirma su llamado y le dice, hay un nivel mayor, tu vas a ir, tu vas ahora a preparar a tu sucesor y lo vas a encontrar, vas a extenderle el manto, vas a ungir reyes.
En el versículo 19 está el encuentro de Elías con Eliseo y dice, “...partiendo él de allí, halló a Eliseo, hijo de Zafad que araba con 12 yuntas delante de sí. Y él tenía la última y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías y dijo, te ruego que me dejes besar a mi madre y a mi padre, y luego te seguiré. Y él le dijo, ve, vuelve ¿que te he hecho yo?”
Aquí está un hombre joven que estaba arando. Tenía posesiones materiales, tenía tierra, estaba arando la heredad que le correspondería. Había una relación muy linda familiar. Seguramente Eliseo, como todos los jóvenes de ese tiempo, anhelaban un ministerio profético. El ministerio de Elías había sido impactante en Israel. Elías fue uno de los más grandes profetas, hasta hoy el pueblo de Israel lo espera. Cada vez que celebran la pascua, en cada familia hay un lugar reservado en la mesa, para el profeta Elías.
Así es que Elías impactó su generación. Había una escuela de profetas. Elías pone el manto sobre Eliseo, eso era la confirmación de un llamamiento. Qué gozo para Eliseo, había soñado con el ministerio que Dios le había dado a Elías, y ahora era la confirmación. Pero hace una cosa sabia, y él le dice, permíteme regresar por un momento a despedirme de mis padres.
Tu dirás, pero los otros jóvenes pidieron lo mismo, pero esto era diferente, la motivación del corazón era diferente. Usted va a ver lo que Eliseo hizo. Y dice, ¿qué te he hecho yo? Lo que le quería decir es, yo no te he llamado, el que te ha llamado es Dios. Yo solo estoy confirmando tu llamado. Haz lo que quieras. El vuelve a casa, dice que él besó a su padre y a su madre. ¿Por qué? Porque él sabía que el llamamiento era sin retorno. El besó a su padre y a su madre porque él dijo, hasta aquí. Hasta aquí estoy con ustedes, los amo, los honro, pero Dios me está llamando. Él volvió e hizo algo más. En el versículo 21 dice:
“...Y se volvió y tomó un par de bueyes, los mató y con el arado de los bueyes, coció la carne y le dio al pueblo para que comiese. Después se levantó y fue tras de Elías y le servía”.
Sin retorno. El no solo se despidió de sus padres, él tomó lo que era su trabajo, sus bueyes. Lo que él hizo fue un acto profético. El cogió los bueyes y los mató. El tomó las yuntas, él tomó sus herramientas de trabajo, las partió y con eso asó los bueyes y se los dio a sus empleados. Estaba diciendo, nada me puede hacer volver. Nada, ni lo material ni lo familiar, una vez que yo estoy caminando en pos del llamado de Dios, es sin retorno, es hacia adelante, nada me puede hacer volver. Estoy quemando todo lo que me puede ligar al corazón, todo lo que me puede hacer volver, porque desde este día Elías, yo solamente te voy a servir. Voy a caminar al lado tuyo. Mire, era un hombre rico, pero fue a servir.
Sin retorno. La vida cristiana es sin retorno. Nada nos puede hacer volver, nada. Hoy nosotros vemos gente que empieza con una explosión de gozo la vida cristiana y uno dice, van bien, pero cuando sale el sol, como dice la semilla que cayó entre pedregales, no hay profundidad, y en la primera prueba, pregunta, ¿y por qué, Dios? Y retrocedemos. Pero la vida cristiana es sin retorno.
Número uno, sin reservas. Número dos, sin retorno. Dígale al que está al lado, sin retorno. Y vamos a la tercera frase rápidamente, diga sin nada que lamentar.
SIN NADA QUE LAMENTAR
William Burten tenía 25 años cuando salió a su llamado. Yendo para la China tenía que quedarse en Egipto, primeramente recibiendo un curso práctico de misiones. William llegó a Egipto y su entrenamiento en Egipto solo duró 25 días. Porque le dio una meningitis en la espina dorsal que luego afectó su cerebro. Y en 25 días, William Burten, murió. Y cuando su cadáver fue traído a los EEUU, y cuando su familia abrió el ataúd encontró la Biblia en los brazos de William Burten. Sus compañeros de misiones la habían colocado allí. Y al abrir la Biblia estaba escrita la tercera frase: sin nada que lamentar.
Escuche bien: sin nada que lamentar. William Burten no solo entregó todo su dinero, dio su vida para servir al Señor. para muchas personas tal vez podrían decir, fue una pérdida. ¿Cómo un hombre con tanta pasión y con tanta entrega solo duró 25 años? Para muchas personas tal vez su vida fue un desperdicio. Pero yo quiero decirte lo que habla Internet acerca de él.
Dice que el día de su entierra cientos de jóvenes vinieron a consagrarse completamente a Dios. Dice que después de su entierro la cantidad de jóvenes que vinieron para servir al Señor en misiones fue impresionante. La vida de William Burten impactó a su generación. La vida de William Burten sigue impactando todavía hoy. Aunque poco se sabe de él sigue impactando para los que le conocen. A mi personalmente la vida de este muchacho me ha impactado.
Leíamos en Internet que hace un año o dos años trajeron uno de los soldados norteamericanos que estaban peleando en Irak y el día del entierro, que estaban poniéndole allí con la bandera de los EEUU, sus padres se pararon frente al ataúd y hablaron las palabras que William Burten había escrito. Ellos dijeron al enterrar a su hijo: vivió sin reservas para esta nación, vivió sin retorno, y vivió sin nada que lamentar. Lo dio todo por su nación.
William Burten dio todo por el Evangelio. Su vida fue una inspiración. Cuando él llegó a las universidades para estudiar los comentarios que se hicieron es, él llegó a las universidades, él no quería que nadie se diera cuenta que él era un hijo de millonarios. El vivió bajo una apariencia normal. El no quería que nadie se diera cuenta, pero al poco tiempo en las universidades, la gente si se dio cuenta de quién era William Burten, no por el dinero que tenían, sino por el estilo de vida que vivía. El impactó a la juventud, él vivió una vida correcta delante de Dios. El aún enfrentó a sus profesores cuando quisieron traer nuevas ideologías a las universidades cristianas. El los retó, él los confrontó, él salía de sus estudios y él caminaba por las calles y él compartía el Evangelio a toda persona que encontraba en las calles. El caminaba por las calles y cuando había mendigos, los cogía, los llevaba a un restaurante, les pagaba el almuerzo o la comida y mientras compartía con ellos el almuerzo y la comida, les compartía el pan de vida que es Cristo.
El no pasó desapercibido en medio de su generación. El impactó su generación, no por el dinero que tenía sino por el tesoro más grande que él tenía, que era Cristo Jesús. El pudo vivir sin reservas. El pudo vivir sin retorno y él pudo cerrar sus ojos diciendo, sin nada que lamentar. Los dolores de la enfermedad fueron terribles, pero eso no hizo renegar. Al contrario sabía que los 25 años que había vivido los había vivido muy bien.
Hace 3 años cuando me encontraron el cáncer en el riñón, toda la noticia nos afectó. Estaba una tarde con mi hija en el sofá en mi casa, yo estaba recostada. Ella estaba llorando y por supuesto yo también estaba llorando. Y yo dije, si el Señor me permite o quiere llevarme a los 54 años, mira yo lo único que quiero que tu sepas es que los he vivido bien. No usé esas palabras que usó William Burten, pero yo dije, Señor, permíteme vivir más porque hay mucho por hacer, pero si aún tu me quieres llevar ahora, yo podré decirte que he disfrutado hasta el último segundo de mi vida. Sin nada que lamentar.
Y yo quiero concluir con esto. Que vivamos de tal manera nuestra vida que no haya nada que lamentar. Hoy estamos viendo con tristeza a muchos grandes caer. Gente que comenzó bien, gente que comenzó muy bien y ...... que nosotros decimos, ¿cómo pudo pasar esto? En cualquier momento descuidaron un área en su vida.
Y Pablo dice en la primera porción que leímos de Primera de Corintios 9, en la última parte él hace una exhortación y él dice “... yo corro golpeando mi cuerpo, lo tengo por servidumbre, no siendo que habiendo sido heraldo para otros yo mismo venga a ser eliminado”.
Habiendo sido heraldo. Vuelvo y repito lo que dije al principio. Nuestra generación que se está levantando, que tu tienes que mirarla con pasión porque es una generación que Dios está llamando para retar el mundo en los últimos tiempos. Estos jóvenes que tenemos necesitan modelos de vida, necesitan retos de vida, retos de vida que hayan vivido sin nada que lamentar.
Muchos están cayendo, muchos árboles grandes están cayendo porque comenzaron bien. Lo importante, amados, no es comenzar bien es terminar bien. Sabes cuando David comenzó, en sus comienzos cometió muchas fallas, tuvo muchas caídas. Pero David fue un hombre que impactó su generación, impactó la nación. Cuando David murió el lamento de la gente fue, se ha apagado la lámpara de Israel. Que tremendo testimonio.
Dice, se apagó la lámpara de Israel, porque David terminó bien. Comenzó mal pero terminó bien. Y fue un impacto para sus generaciones, cuando usted estudia los libros, el libro de Reyes, los libros de Reyes hablan más de los reyes del norte y los reyes del norte fueron reyes malos. Pero cuando usted va a Crónica usted ve un recuento detallado de lo que fueron los reyes del sur, que hubo muchos reyes buenos, como Josafat, como un Ezequías, como un Josías, como un Asa y es interesante cuando se habla de ellos y dice, que cuando ellos eran muy jóvenes asumieron el reinado. Ellos dicen, buscaron a Jehová con todo su corazón y siguieron los caminos de David, su padre.
Me llama la atención porque David no fue su padre biológico. Pero ellos soltaron la herencia de sus padres biológicos, como la herencia de una amor en Josías que era su padre perverso y de un abuelo como Manasés, que solo al final de sus días tuvo un encuentro con Dios por la grande y extrema misericordia de Dios. Pero dice que Josías siguió los caminos de David, su padre. Lo que quería decir es que ellos tomaron la determinación de seguir los padres espirituales. Y hoy tu y yo tenemos que convertirnos en padres espirituales que marquen una generación que se está levantando para que aún tengan que renunciar a la herencia de sus padres biológicos, que tal vez no siguen los caminos del Señor, para poder seguir la bendición de la herencia en sus padres espirituales.
Se ha apagado la lámpara de Israel. No importante no es comenzar bien. Alguien dijo esto que me tocó mucho, alguien comparó el ministerio y la vida cristiana como un paracaidista tirándose de un avión. Escuchen, bien amados, no importa el paracaidista cuántas piruetas haga en el aire, lo importante es que el paracaidista termine bien, caiga bien. No importa cuántos piruetas tu y yo hagamos. Lo importante es terminar bien.
Solo llévame, vas conmigo a dos Escrituras, Segunda de Timoteo, Capítulo 4 versículos 6 y 8, una Escrituras muy conocida, sus últimas cartas que Pablo escribió a su discípulo Timoteo y al final de su carta, él escribe esto:
Segunda de Timoteo, Capítulo 4, versículo 6: “...porque yo ya soy para ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado una buena batalla. He acabado la carrera. He guardado la fe, por lo demás me está guardada la corona de justicia la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día, y no solo a mi sino a todos los que aman su venida.”
Pablo podía decir con satisfacción he terminado todo lo que Dios me encomendó. He vivido correctamente, he vivido sin reservas, nunca retorné. He terminado a satisfacción sin nada que lamentar.
Te quiero decir eso al final. La última Escritura, Primera de Samuel, Capítulo 2, versículo 2 al 5. Cuando Samuel, el juez, le profeta, el sacerdote de Israel terminó sus días, ya era anciano, y él está frente a todo el pueblo y qué hermoso cuando Samuel confronta al pueblo, versículo 1 en adelante:
“...Dijo Samuel a todo Israel, he aquí yo he oído vuestra voz en todo cuanto me habéis dicho, y os he puesto. Ahora pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros, yo ya soy viejos, lleno de canas pero mis hijos están con vosotros.”
Miren lo que él dice “...Y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día. Aquí estoy frente a ustedes, atestiguad contra mi delante de Jehová, y delante de su ungido si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he calumniado a alguien, si he agraviado alguno o si de alguien he tomado cohecho para secar mis ojos con él y os lo restituiré. Entonces dijeron, nunca nos has calumniado, ni agraviado, ni has tomado algo de la mano de ningún hombre. Y él les dijo, Jehová es testigo contra vosotros y su ungido, también es testigo en este día que no habéis hallado cosa alguna en mi mano; y ellos respondieron, así es.”
Delante del pueblo Samuel podía testificar que había vivido sin reservas, que había vivido sin retorno y que había vivido sin nada que lamentar. Mayor ejemplo no pueden tener ustedes.
Ha partido para estar con el Señor, que no pudimos conocer con Susan personalmente, pero que vivió sin reservas, que vivió sin retornar a pesar de las pruebas y de las luchas, y que hoy ustedes dan testimonio porque desde que entramos a esta iglesia, al hablar esta mañana con Meche por el teléfono, su corazón estaba quebrantado, había tristeza, porque amamos a esa clase de gente que es un impacto para nuestras vidas y nuestras generaciones.
Nuestra hermana Antonia ha partido con el Señor, pero ha dejado un legado muy grande. El nombre de Antonia significa de un valor incalculable. Ella vivió sin reservas, lo dio todo. Ella vivió sin retorno a pesar de los huracanes y de las tempestades y de la fuerte lucha. Y ella al cerrar sus ojos ayer, podía decir, sin nada que lamentar.
Yo quiero vivir esa vida. Oh, que el Señor nos ayude, tienen el mejor ejemplo. Podría hablarle de William Burten, he podido hablarles de uno y de otro, pero ustedes vivieron alrededor de una mujer que vivió sin reservas, sin retorno y sin nada que lamentar.
Cada testimonio que oímos mientras llegamos a la iglesia, Mary estaba compartiendo los buenos consejos, los sabios consejos. Una mujer que tuvo visión aún de lo que venía y fue sensible para darlo. Una mujer que vivió en integridad y en verdad y les ha dejado un legado, no solamente a sus hijos y a sus nietos, sino a la iglesia entera. Que bueno vivir así.
Ay, piensa en el cielo, quiero creer que cuando ella partió con el Señor, el Señor se levantó como levantó cuando Esteban fue apedreado, y le dio la bienvenida al cielo, y le dijo, buena sierva fiel, me diste todo y caminaste sin mirar atrás y cumpliste hasta el final. Puedo creer que el Señor se paró ayer y le dio la bienvenida a su hija amada porque corrió la carrera y llegó a la meta, vivió el tiempo que el Señor le permitió sin nada que lamentar.
El Señor nos ayude a vivir de esa manera. Que el Señor nos ayude. Oh, jóvenes, que el Señor nos ayude. Ella fue un modelo para ustedes, un modelo para su generación, para los jóvenes, para los jóvenes. Aún a pesar de tener 92 años, vidas así necesitamos tener entre nosotros para que podamos vivir sin reservas, sin retorno, sin nada que lamentar.
Por favor, como me gustaría que mientras yo hago un llamado pequeño, canten la última canción que cantaron de salvación, ¿recuerda? Que hermosa canción. Que hermoso himno. Me dice Susan que ese himno fue compuesto por un hombre que perdió todo en la tragedia del Titanic. Y habiendo perdido toda su familia podía cantar las letras que nosotros escuchamos.
Cierre su Biblia por favor. Mire un poquito hacia adentro esta mañana. Solo permítanme hacer un llamado, tal vez usted ha reservado todavía algo. Tal vez hay cosas y áreas en su vida que usted todavía no las ha rendido, no las ha entregado. Tal vez hay llaves con las que se ha cerrado algunas puertas y le ha dicho al Señor, hasta aquí tu puedes tomar, pero esto no. Tal vez hay personas que necesitan rendir hoy áreas de su carácter. Yo no se cuántas cosas conozco de mi pero no de ti.
Permíteme hacer una oración por ti. Y si hay algo que tienes que entregar, quiero pedirte que pases y te pares aquí por un minuto, tomes la decisión hoy de vivir sin reservas. Si hay personas que han tratado de mirar atrás en medio de las situaciones difíciles, yo quiero que camines hacia delante para decirle, Señor, ahora pase lo que pase yo no podré mirar atrás. Yo quiero caminar sin retorno. Sin retorno, Señor, tu lo sabes. Tu lo sabes, camina hacia delante por un momentito. No mires, no hables con nadie, por un momento, tu sabes lo que tienes que rendir, tu sabes. Tu sabes si has mirado atrás y has retrocedido. En él hay esperanza.
David habla de sus muchas y extremas misericordias. Yo no se que clase de vida has llevado, tal vez nadie lo sabe, pero Dios lo sabe. Dios te conoce, Dios sabe tu corazón y hoy es una mañana para rendir todo. Hoy es una mañana para no volver atrás, es una mañana para decirle, Señor, eres tu lo único.
Mientras estás allí levanta tus manos por un momento, cierra tus ojos allí, cierra tus ojos allí, y mientras tienes sus ojos cerrados mira al Señor que está delante de ti. Hagamos esta oración. Tu sabes lo que tienes que entregar y dile al Señor, tu me has llamado a vivir sin reservas. Tu diste todo por mi, tu dejaste tu gloria, Señor. Tu dejaste tu gloriosa gloria allí arriba y viniste a esta tierra y sin reservaste te diste, fuiste a la cruz, derramaste la última gota de tu sangre por mi. Fuiste vituperado, fuiste humillado, oh tu eres el Hijo de Dios, tu eres el Dios viviente y tu tuviste que ir a la cruz, la maldición de la cruz, la muerte más vergonzosa, la muerte más terrible, allí perdiste tu dignidad, allí te hiciste pecado por mi, allí tuviste el cruel abandono de saber que Dios tenía que cerrar sus ojos a su Hijo amado. Oh, allí sufriste la soledad de no tener al Padre cerca cuando nuestro pecado fue cargado por sobre ti. Y Señor, perdiste todo, sin reservas, nunca retrocediste, aún en el Getsemaní cuando lloraste y tu sudor como grandes gotas de sangre, no retrocediste. Solo tuviste que decir, Padre, si es posible quita de mi esta copa pero no se haga mi voluntad sino la tuya. Y diste la palabra en hebreo que tu estabas mirando hacia delante, que no importó todo el sufrimiento, dice la palabra que fue por el gozo puesto delante de ti, sufriste la cruz y menospreciaste todo sufrimiento porque allí el gozo éramos nosotros. El gozo era mi vida, el gozo que tu podías ver y lo que te mantuvo para seguir adelante era que querías darme tu salvación. Nunca retrocediste, Señor.
Oh, fuiste el fiel modelo que queremos seguir y hoy estamos delante de ti, y aguantaste nuestros palos. Haga una lección allí entregando el área de su vida que usted tiene que entregar. ......... allí sus labios sin que nadie le oiga, pero hable con el Señor, dígale, Señor, entrego áreas, entrego ligaduras ........, entrego, Señor, áreas de mi carácter que no han sido buenas, te rindo todas las llaves de mis cuartos cerrados. Hoy me entrego sin reservas a ti, quiero darte todo para vivir una vida correcta, algo bueno tiene que pasar en mi vida. Hoy ríndalo todo allí, abra sus labios, usted sabe que tiene que rendirle al Señor. oh, dígale al Señor, hable con él allí. Hable con él un momentito y ríndale todo. Ríndale todo. Ríndale todo. Hoy rindámosle todo a él. Rindámosle nuestras posesiones, rindámosle todo lo que nos liga a este mundo. Rindámosle toda relación que no es correcta y usted lo sabe, toda relación que le he estado pidiendo.
Oh, Señor te entregamos todo. Y hoy te levantamos nuestras manos, desde hoy queremos caminar para terminar nuestra carrera como la terminó Pablo, como la terminó William Burten, sin nada que lamentar; como la terminó Samuel, pero como la terminó nuestra hermana Antonia, sin nada que lamentar.
Levante sus manos y dígale, hazme un ejemplo, hazme un modelo que rete mi generación, hazme un modelo, Señor, que viva de tal manera que mi luz nunca se apague delante de ellos. Oh, Señor ayúdame a terminar la carrera y cada de esta vida cristiana que sea un reto y un compromiso marcado con la vida de santidad, con la vida que te agrada a ti, hoy, hoy Señor, ayúdame a romper con el pecado, a romper con toda la atadura de la carne. Ayúdame a golpear mi cuerpo para rendirte lo mejor y lo más precioso.
Te doy gracias, Señor. gracias, Señor, muchas gracias, muchas gracias, muchas gracias, Señor. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
PALABRA PARA DR. MIRANDA
Pastor Roberto solo déjeme terminar esto. Yo tengo una palabra para usted, el Señor le dice, él conoce su corazón y el Señor me puso esta mañana después de que hablamos esta palabra para usted, el Señor le dice, mi pacto contigo ha sido de vida y de paz. Las cosas que te he dado en tu corazón para que me temas y has tenido temor de mi. Reverenciástelo. Has andado bien delante de mi nombre, has vivido humillado, la ley de verdad ha estado en tu boca, e iniquidad no ha sido hallada en tus labios, en paz y en justicia has andado conmigo, a muchos has hecho apartar de la inequidad y hoy te digo, los labios de sacerdote han de guardar la sabiduría. De tu boca el pueblo buscará la ley porque eres mensajero de Jehová de los Ejércitos.
Pero hay algo más, el Señor te ha dado una unción apostólica, muy fuerte y te veo como un hombre de ciudad, guardián de las puertas de esta ciudad. Se te han entregado unas llaves muy grandes. Esa llave grande, cuídalo con celo, te dice el Señor, porque te he colocado como un instrumento de justicia y de verdad. Muchos pastores, muchos líderes vendrán, abrirán su corazón porque en ti hay consejo. Lo has visto antes, pero en los días que vienen será mayor. Te estoy colocando como guardián y como príncipe entre la gente de mi pueblo, porque tu corazón es como el mío, he puesto un poquito de mi corazón en ti. Has amado mis ovejas, te has dolido con mis ovejas, has llorado con mis ovejas, y has encaminado mis ovejas.
Has tenido un corazón sencillo, hijo, un corazón que no se ha vanagloriado con la sabiduría sino que al contrario, ha buscado más de mi. He visto la sed que hay en tu corazón por mi y el hambre por mi. Y con los días que vienen hay niveles mayores, este es un nuevo tiempo. Es una nueva estación y así como has estado familiarizado con las estaciones que suceden en esta nación, yo te digo ahora hay un tiempo nuevo. Es el tiempo de primavera, es el tiempo donde verás florecer muchas cosas.
Tus ojos van a tener visión y tu corazón visión. No será tu visión sino la mía. Prepárate para pasos muy grandes que hay que dar, pasos que marcarán destino. Para muchos tal vez, locura, pero en lo profundo de tu corazón sabrás que estás en lo correcto porque hay un sentir profundo. Oh, toca la trompeta cuando haya que tocarla porque yo revelaré a ti tiempos de peligro donde tienes que tocar la trompeta, no solo para tu pueblo sino para mi pueblo en esta ciudad y en esta nación.
Toca la trompeta, tu entenderás lo que te estoy diciendo en los días que vienen, porque he colocado el sonido de la trompeta, tan agudo que lo oirás en tu corazón. Hay diferentes sonidos y tu sabes, hijo, será revelado a ti los diferentes sonidos de la trompeta y yo te lo revelaré cuando sea de convocación, tiempo de anunciar peligro y me revelaré a ti y tu lo sabrás.
Dirige a mi pueblo en mi ley. Profundízalo en mi ley. Llévalo a las profundidades de mi ley, de mi palabra. Enséñales el camino santo y recto. Háblales santidad, oh predica la cruz que tanto se ha olvidado. Predícala, hijo, es un deleite para tu corazón. Predícasela a mis pastores. Predícasela a mis líderes, porque te he puesto como hombre de liderazgo y de influencia. Días nuevos y estaciones nuevas, unción nueva para este tiempo, verás mi gloria. No temas por dice el Señor, yo iré delante de ti. ¡Aleluya!
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La sofisticación falsa del diablo
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Vamos a la palabra del Señor en la Epístola a los Romanos, Capítulo 1, yo les dije para los que nos visitan o los que no estuvieron aquí el domingo, hace como 2 domingos atrás, de... hablamos acerca de que íbamos a estar haciendo una serie de sermones sobre la epístola, o basada en la Epístola a los Romanos.
Yo comencé, ustedes recordarán, con el Capítulo 8 como simplemente una pequeña meditación. El Señor me llevó a cuatro sermones basados en el Capítulo 8 y decidí, mira por qué continuar en la Epístola a los Romanos que tiene tanta profunda enseñanza. Algunos han dicho que es la corona de las epístolas y de los libros teológicos de la iglesia. Es un documento, un tratado tremendamente profundo y rico en enseñanza doctrinal y hay mucho aquí que nosotros podemos aprovechar, así que estamos yendo en esa dirección.
Vamos al versículo 18 del Capítulo 1, yo simplemente voy a tomar algunos conceptos de aquí hasta donde el Señor me de tiempo en esta mañana. Romanos 1:18. Quiero retar a los hermanos del audiovisual en el futuro, que ojalá que podamos poner, cuando se pueda las, yo se que eso va a tomar un tiempecito hacer eso, pero quizás que podamos poner los textos aquí para que algunos hermanos que todavía están llegando ahí a ese punto de traer sus Biblias todos los domingos puedan leer la palabra aquí arriba, ¿no?
Pero, Romanos 1:18, dice “.... porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto.”
En otras palabras, les es claro, les es aparente y obvio.
“....pues Dios mismo se lo manifestó, porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas. De modo que no tienen excusas, pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos. Y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron necios y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia en las concupiscencias de sus corazones de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira honrando y dando culto a las criaturas antes que el creador, el cual es bendito por los siglos, amen. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza y de igual modo también los hombres dejando el uso natural de la mujer se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos, hombres con hombres y recibiendo en sí mismos la retribución de vida a su extravío.”
Y es necesario que yo lea esta parte para balancear lo que acabamos de leer, permítame. Yo se que es una lectura un poquito pesada y desagradable hasta cierto punto, pero ahí es donde estamos y vamos a ir a otras áreas más adelante, pero ahí es donde estamos ahora.
Dice, “... y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia –mire aquí una lista grande de pecados que no incluye solamente el pecado de la homosexualidad que hemos señalado sino una serie total, muy abarcadora de diferentes tipos de pecados-
“.... injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad, llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades, murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, -eso como que está raro ahí en medio de todos esos crímenes, ¿no?- desobedientes a los padres, jóvenes pongan atención, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia...” –son todas las obras de la carne que Pablo relata también en Gálatas Capítulo 5, en una manera diferente.
“...quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen sino que también se complacen con los que las practican.”
Palabra de Dios. Como digo, hermanos, es una lectura pesada para un domingo cuando uno quiere simplemente que le diga que Cristo le ama y que te espera un buen almuerzo al final del servicio, pero no venimos a la iglesia simplemente para que nos arrullen y nos hagan sentir bien. Amen.
Venimos para que nos apliquen la sana palabra de Dios, la sana doctrina, la lejía, el jabón ese fuerte que nos limpia y que al escucharlo se produce una catarsis, una limpieza al meditar en estas cosas, podemos exorcizar y sacar fuera de nosotros en una manera esas tendencias que todos tenemos, y que todos compartimos en una manera u otra.
Pero es la palabra del Señor y yo creo que uno debe detenerse donde la palabra de Dios se detiene y pasar a través de la palabra del Señor, no huir de ella ni dar... hacer atajaderos ni dar la vuelta por otros lugares como haces a veces tantos cristianos y tantos pastores en el deseo de no escandalizar, no confrontar, evitamos lugares que son desagradables y lo que hacemos entonces es que les robamos a nuestras congregaciones la posibilidad de ser sanadas por la palabra de Dios y ser instruidas por la palabra del Señor.
Yo creo que la verdad de Dios tiene que ser anunciada en un espíritu de gracia, de amor, pero también de justicia y de verdad, con temor y temblor, mirándose uno mismo, no sea que uno también caiga en lo que uno no está proclamando.
Pero la humildad y la mansedumbre y el reconocimiento de nuestro propio pecado, no excluye el anunciar la verdad de Dios. Creemos que son dos cosas, como que... ay, si tu no tienes las cosas perfectas entonces por qué.... No, nosotros predicamos lo palabra del Señor y ella primero pasa por nosotros, nos lava a nosotros y después lava al pueblo de Dios que la escucha, y después lava a los que están allá afuera también, que no conocen la palabra del Señor.
Ese es mi etos, ese es mi ética como pastor y como predicador de la palabra del Señor, para que usted sepa por qué predicamos acerca de estas cosas. No tenemos una agenda acerca de estas cosas pero cuando la palabra del Señor nos llama a predicarla, como en este caso, la predicamos y después seguimos a otras cosas también, ¿no?
El Apóstol Pablo en el versículo 16 y 17, como vimos la última vez que prediqué, acaba de hacer una declaración muy bella. Dice “... no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. Y entonces habla de que en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe.
Esa es como la tesis de toda la carta, esos dos versículos. Eso es el resumen de lo que él quiere dejar claro. Ahora, en el versículo 18 en adelante él entra en una elaboración de esa declaración y todo lo que sigue va a ser, en una manera u otra un desarrollo de ese pensamiento inicial que él acaba de declarar: el poder del Evangelio que revela la voluntad de Dios y la gracia de Dios. La importancia del Evangelio porque revela lo que es Dios .
A diferencia de lo que el hombre trata de hacer, que es lo que él comienza a desarrollar aquí. La meta de Pablo en estos próximos versículos y Capítulos va a ser mostrar que todo hombre, toda mujer, todo ser humano, sea judío, sea griego, sea intelectual, sea ignorante, sea pagano o sea religioso, está bajo la condenación de Dios. Todos, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. Esa es su meta, como un abogado él va a hablar ante el jurado y el juez y él quiere probar que todo hombre, todos nosotros incluyendo el que les predica, está en un sentido u otro bajo la ira de Dios. Somos rebeldes, hemos abandonado a nuestro Dios y todo lo que él predica le cae primeramente al judío que se cree la gran cosa porque tiene los mandamientos, y tiene el monoteísmo, y tiene la ley y todo el aparta de la adoración al Dios verdadero y por eso se sienten muy orgullosos, muy grandes, pero que vive una vida completamente vana y superficial, y religiosa y auto justificándose.
Y él dice, primeramente al judío y también al griego. El griego, en un sentido símbolo de los que están alejados de Dios, en una cultura totalmente secular, racional, pagana, alejados allá como lo veía el judío a todos los gentiles, completamente sin posible redención.
Y Pablo quiere probar eso, entonces él comienza hablando de la perversión en que ha caído la humanidad. Y es interesante como él traza esto y lo que tenemos aquí, hermanos, en un sentido es como una radiografía del pecado. Es como, en un sentido, una trayectoria, es un estudio por un hombre que está iluminado por la visión de Dios cómo es que el pecado se desarrolla en la humanidad.
Es una visión macro cósmica, una visión global y a vuelo de pájaro desde lo alto, de cómo el pecado termina manifestándose en el corazón de cada hombre y en su totalidad en la humanidad. ¿De dónde vienen...? Es como una revelación de cuáles son los orígenes radicales del pecado, cuáles son las fuentes fundamentales de donde sale el pecado en el hombre y que explican la corrupción de la humanidad.
Y es interesante cómo Pablo lo plantea aquí, porque dice, “...porque la ira de Dios se revela desde el cielo”. Interesante esto, hermanos, porque uno hoy en día mira, por ejemplo, toda la corrupción que hay en el siglo XXI, toda la maldad, toda la perversión tan terrible que parece que está tomando cada vez más y más la humanidad, y uno piensa que es solamente el hombre actuando en un sentido él solo, soberanamente el hombre, metiéndose en toda esa impureza y practicando todos esos pecados él solo por su propia voluntad.
Pero aquí lo que Pablo está diciendo que es algo radical, es que mucha de esa perversión y mucha de esa corrupción en que está enmarañada la humanidad del siglo en que Pablo habla, pero qué interesante que esto podría aplicarse absolutamente al siglo XXI también, dos mil años después. Pero Pablo cuando habla aquí está pensando en todo lo que él como un judío que ha viajado mucho, observa en el mundo pagano. Y lo que él dice es, que esa perversión que se puede observar en el mundo que no conoce a Dios en parte, en una buena parte es porque Dios mismo ha entregado al hombre a eso, ha permitido que el hombre caiga en eso, la ira de Dios.
Fíjese que en este caso la ira de Dios es interesante como se manifiesta. No se manifiesta con fuego y azufre como un día se manifestará. No se manifiesta con la destrucción de los impíos y la condenación eterna de la humanidad, sino que se manifiesta como en una forma fría y sistémica. Se manifiesta en una acción que Dios toma de decir, pues me desentiendo de ustedes. Allá ustedes, vamos a ver qué ustedes hacen si yo quito las manos de ustedes y de sus sistemas sociales y culturales. Vamos a ver si yo los abandono a ustedes, a sus propios razonamientos a dónde ustedes van a llegar. Ustedes no me quieren a mi, ustedes están diciendo que ustedes son capaces de ustedes gobernarse a si mismos y determinar su propio destino y su propia sistema, está bien. Hagan lo que ustedes quieran, yo los entrego entonces a las fuerzas que ustedes mismos van a desatar, y vamos a ver a dónde ustedes pueden llegar con sus propios razonamientos y sus propias mentes. La ira de Dios se manifiesta. ¿Usted ve? Se revela desde el cielo.
El Señor ha hecho una decisión jurídica desde su trono y da un decreto y dice amen, que así sea. Ustedes tienen esta actitud, pues vamos a ver, yo los suelto, los abandono a sus propios designios. “...Se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”.
¿Qué es lo que hace que Dios sienta esa ira, esa indignación más bien? Yo creo que una palabra mejor sería la indignación de Dios. Es la indignación de un soberano que siente que su realeza y su dignidad están siendo ofendidas y subestimadas. Es la indignación de un padre que ve a sus hijos rebelándose contra él y como el hijo pródigo diciendo, dame la herencia que me pertenece porque me quiero ir a un lugar....
Y es interesante, ahora que digo eso que esa es la dinámica precisamente que Cristo traza en la parábola del hijo pródigo. El hijo viene ante el padre y se rebela contra la autoridad del padre. Estoy leyendo un libro precioso de hecho, que es de Henry Nowen sobre una meditación sobre la pintura de Rembrandt sobre el hijo pródigo. Preciosa meditación, muy interesante. Les recomiendo el libro. No tengo el nombre ahora mismo pero es Henry Nowen y es una meditación sobre el hijo pródigo y el retrato este de Rembrandt, tiene una foto del retrato allí. Quizás me recuerdo la próxima vez que hable se los voy a recordar.
El caso es que el hijo pródigo viene ante su papá y le dice, entrégame lo que me pertenece. Un acto de rebeldía, es un insulto contra el padre y es un rechazo de la protección del hogar paterno. Y él prefiere mejor irse, según su propio destino. No espera a que llegue el momento en que el padre muera y entonces él quede suelto de la autoridad del padre, sino que renuncia y rechaza la autoridad del padre, ofende y se rebela contra su gobierno y dice prematuramente, dame mi adultez y dame mi gobierno propio. Y el padre lo abandona, lo entrega y le dice, está bien, hijo, ¿tu quieres eso? No hay problema, toma tu dinero, y se lo reparte. El hijo se va, dice, a un lugar lejano, como se ha ido la humanidad. La humanidad se ha alejado de Dios.
Usted ve, hermanos, la lucha principal del padre en todos los siglos y siglos que tiene la humanidad sobre el planeta tierra, es la desobediencia y la rebeldía. Por eso es que Dios odia la rebeldía. Por eso es que la Biblia dice que la rebeldía para Dios es como la brujería, es como el ocultismo. Dios revela el corazón rebelde. Dios odia, detesta la desobediencia, el corazón altanero, dice la Biblia, Dios lo mira desde arriba. Dios lo desprecia, dice, y al corazón humilde él lo ama, pero al altivo mira de lejos. Porque hay algo.... la esencia del drama de la caída del hombre en la tierra y de todo el pecado que existe en el cosmos es por la rebeldía.
La primera rebeldía grande fue la rebeldía de Luzbel, ese ángel que Dios creó que se rebeló contra su creador y se arrogó una independencia que no le pertenecía y Dios también.... ¿qué hizo con los ángeles que se rebelaron contra él? Dice que los entregó a prisiones de oscuridad. Les quitó su gracia y desde el momento que Dios quitó su mirada y sus ojos de esos ángeles hermosos, se convirtieron en lo que se convierte todo hombre si la gracia de Dios no está abundando en él: un perverso, una corrupción, una caricatura de la humanidad.
El hombre que se mete en el pecado, que se aleja de la cobertura, de la protección de Dios va secándose como una mata que han arrancado de la tierra, porque lo que nos mantiene como seres humanos privilegiados es la imagen de Dios, imago dei, la imagen de Dios en usted y en mi, la estampa divina en nosotros.
Si Dios no nos retuviera eso, hermanos, seríamos demonios. Pero porque Dios en su misericordia no nos retira su gracia, aún cuando nos rebelamos contra él, todavía somos reconocibles como seres humanos. Pero, por eso es tan importante estar pegaditos de la gracia de Dios.
Como dice el salmista David, como el niño destetado de su madre. Hermanos, estamos en unos tiempos que tenemos que caminar como los muchachitos en los malls, que tienen miedo de que su mamá se les vaya a perder, que se agarran de la falda de la mamá, y la mamá tiene que estar empujándolo porque no la dejan caminar. Tenemos que estar pegados así, porque es solamente esa gracia de Dios transmitida a nosotros en este tiempo que nos puede guardar del mal que hay en la humanidad. Porque cuando nos alejamos estamos perdidos.
Ese joven en la parábola se fue en ese lugar lejano y qué pasó. Se le fue el dinero rápidamente, se le fue toda su dignidad, todos sus recursos, vivió perdidamente y ¿qué pasó? Al final estaba comiendo de las algarrobas que comían los cerdos. ¿Qué era eso? La depravación total, queda reducido a un estado animal.
Esa es la trayectoria espiritual de todo ser que se separa de la autoridad del Padre. Todo acto de rebeldía termina en la perversión total, la pérdida de la imagen de Dios, el creciente enlodasamiento del ser humano. Solamente cuando Dios a través de su tubería mágica está administrándonos su gracia continuamente y las bendiciones de su palabra podemos permanecer limpios y ser hechos a la imagen de Cristo Jesús.
Pero ese joven al alejarse de la tutela de su padre, cae en lo peor, ser como un animal. ¿Y cual es la ilustración más grande del animal? El cerdo. El cerdo que se goza en el lodo. El cerdo es la imagen de todo lo sucio, todo lo vil, ¿no? Y ahí termina hasta que vuelve en sí y regresa a la autoridad del padre. Y entonces, ¿qué pasa? Que su belleza le es restituida, su dignidad le es restituida, el anillo de autoridad de la casa, la ropa, y su posición de hijo, vuelve otra vez y esa es la trayectoria. Todo hombre, toda mujer que persiste en vivir según su propia voluntad termina en todo lo contrario: queriendo ser alto se hace pequeño; queriendo ser noble se hace bajo; queriendo ser digno se hace totalmente perverso. Pero cuando se humilla entonces es levantado otra vez.
Nunca trates de vivir tu vida conforme a tus propios designios. Mientras tu más te rebajes ante el Padre Celestial, más Dios te levantará. Mientras tu más te humilles delante del Señor, más bendecido serás. Mientras más obediente seas, más digno vas a ser. Mientras más tu busques lo aprobación y la voluntad del Padre, más gloria vendrá a tu vida.
Pero aquí, Pablo nos dice otra cosa, muy diferente, dice que Dios como los hombres se rebelan contra él, fíjense dice, “....la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia....”. La palabra en el griego original es ‘asebia’ y ‘adiquiai’. Son dos palabra que indican falta de algo. Ese prefijo ‘a’ que se usa también en el español, quiere decir carente de. Por ejemplo, asebia, la palabra griega para piedad es ‘eusebia’. Simón, por ejemplo, en la Biblia en el comienzo del Evangelio era un hombre eusebio. De hecho si alguien se llama Eusebio aquí, quiere decir piadoso, eso es gratis ahí, no les voy a cobrar nada por eso.
Asebia, la ira de Dios se revela contra dos cosas, ¿ve? ¿Por qué Dios se aira? ¿Cuál es el origen de esa perversión del hombre? Antes de que la ira de Dios se revele contra el hombre viene la rebeldía del hombre, viene el rechazo de Dios. Esa palabra asebia, que en inglés se traduce ‘godlessness’ quiere decir, es una actitud más bien. Asebia se refiere a una actitud de rechazo de Dios, altanería contra Dios, rebeldía, resistencia contra Dios. Es una actitud de ensimismamiento y de ponerse en contra de Dios, es algo interno de la mente y del corazón.
Y es así, hermanos, que pasa, lo primero que hace el hombre es que en su corazón se rebela contra Dios, en su corazón dice yo no quiero a Dios, no me interesa, prefiero mis propios caminos, prefiero mis propias definiciones, prefiero las cosas que a mi me dan placer y que me parecen mucho más nobles y mucho más altas, más sofisticadas, más complejas que lo que me ofrece ese Evangelio sencillo, esa palabra sana. El hombre siempre se va detrás de los ajos y las cebollas y los picantes de Egipto. No quiere el maná de Dios.
Yo creo que cuando Dios le dio maná al hombre en el desierto estaba diciendo algo. Es, miren, cuando yo doy comida, yo no le pongo tabasco, no le pongo sal, no le pongo ajo. Mi comida es sencilla, sana, pero da vida, es pan del cielo. Por eso es que los placeres de la santidad no son tan atractivos como los placeres de la corrupción. Y por eso es que los hombres nos enamoramos y nos hacemos adictos a los placeres de la corrupción, porque hay que admitir que son más sabrosos y más picantes que los placeres de la santidad.
La sexualidad sana de Dios no es una sexualidad tan atractiva y tan placentera como la sexualidad digna y sana de una vida matrimonial. ¿Usted entiende? Tiene su belleza la vida matrimonial, pero no tiene ese sazón que lo que hace es que te da dolor de estómago después que lo disfrutas. Esa resaca que te queda después de la noche de la borrachera y que te quema tu cerebro y te quema tus fuerzas, no es el placer....
Cuando Dios te da un placer es un placer suave, digno hermoso que te deja un buen sabor en la boca, te edifica, te levanta, te fortalece, pero lo que el diablo da es algo que te quema, te destruye, y te carcome por dentro y te sorbe la bendición que él aparentemente te dio, recuerda eso siempre. Te metes una dosis de droga y te sientes allá en las nubes, y ves ángeles y ves extraterrestres y ves de todo, pero cuando baja lo que queda es una adicción que te va trayendo más y más a la imagen del diablo, y te va sorbiendo la vida y destruye tu matrimonio, destruye tu mente, destruye tus emociones, destruye tu espíritu, destruye tus relaciones humanas, te quita la vitalidad de hombre o de mujer, te quita la imagen de Dios. El diablo te dice, mira, te voy a dar una experiencia que vas a volar por la estratosfera, pero cuando te caigas te estrellas contra el suelo, ¿Sabe? Y lo que queda es un huevo frito sobre la superficie caliente sobre la cual te caíste.
Y tenemos que ser inteligente, hermanos. Tenemos que decidir, ¿quiero yo los placeres de Egipto o los placeres suaves pero benéficos y bendecidos del pueblo de Dios, el maná de Dios? ¿Qué quiero yo? Las ollas de Egipto o el maná de Dios. Tenemos que decidir eso en algún momento cada uno de nosotros tiene que decidir, el maná de Dios o las ollas de Egipto. Eso es lo que Dios le está diciendo a su pueblo en este tiempo.
La ira de Dios se manifiesta porque los hombres prefieren rebelarse contra Dios, prefieren los placeres y las experiencias que le depara su propia mente. Me he quedado, no me puedo salir de este punto.
Hermanos, ¿qué fue lo que le pasó a Eva y a Adán en el huerto del Edén? ¿Cuál es el drama que se desarrolla allí? Dios les dice, mira, les voy a dar de todo lo que ustedes quieran en este jardín, y eso es una imagen de que Dios nos dice, mira, hijo, hija, yo tengo para ti todo lo que tu quieras del mundo. Disfruta de todas las cosas, pero respeta mis límites que yo te pongo. Y Dios les dijo, hay un árbol allí, hay una esencia, hay una sustancia, hay una experiencia que yo no quiero que tu tengas todavía, porque no estás preparado para tenerla, es la lucidez que te va deparar esa sustancia, que si tu la pruebas, te va a abrir, te va a dar una percepción diferente de quién tu eres y de la realidad.
Fíjense que Dios no les estaba diciendo que fuera mentira eso, estaba diciendo simplemente, eso no es para ti ahora mismo. Y hay algo, hermanos, que el hombre intelectual, el hombre racional adora en el siglo XX, en el siglo XXI, yo creo que desde el Renacimiento para acá eso se ha hecho un tema de todos los documentos que uno lee en la literatura, en el arte, la filosofía, en la ciencia. Hay algo cuando el hombre se aleja de Dios, usted ve, hay una percepción del mundo y de la realidad que solamente se da cuando uno pierde la inocencia y se aleja de la gracia de Dios. Entonces, cuando tu te sueltas a tus propios razonamientos y le dices no a Dios, hay una capacidad intelectual muy grande que viene a tu vida. Hay una capacidad analítica, crítica, muy poderosa que tiene el hombre moderno, rebelde contra Dios, no se le puede desquitar eso, es verdadero. Cuando usted estudia en esas grandes universidades, cuando usted lee los tratados de la gente generalmente que se han alejado completamente de Dios, hay un tipo de razonamiento que yo no veo mucho en el pueblo de Dios, aún en los intelectuales, aún una persona tan grande como un Francis Shafer, por ejemplo, que adoramos los evangélicos. Cuando usted lee sus escritos no tienen la complejidad, ni la sofisticación de muchos escritores seculares, rebeldes contra Dios. Es un hombre muy altamente desarrollado, pero no tiene la sofisticación que uno ve en las grandes universidades, los grandes centros de conocimiento de la humanidad. Porque es que la rebeldía contra Dios le da al hombre una cierta percepción. Cuando tu dejas de usar a Dios como la norma de referencia acerca de todas tus conclusiones y tus análisis, eso te permite ver la realidad en una manera muy diferente y le da al apetito de orgullo del hombre, una gratificación muy grande.
El hombre, entonces, se enamora de lo complejo de sus razonamientos y va cada día enmarañándose más y más en eso. Cuando el hombre en el huerto del Edén comió de ese árbol del bien y del mal, del conocimiento del bien y del mal, de la ciencia del bien y del mal, se le deparó ilegítimamente una lucidez y un entendimiento, una capacidad crítica que él no podía manejar. Y entonces, ya no podía ver a Dios de la misma manera como el niño ve a su papá, que todo lo que le dice su papá el niño dice, sí y amen. Y si su papá le dice que él puede levantar un tanque de guerra con una mano, el niño dice, guau! Papi, qué fuerte tu eres. El niño no cuestiona al padre, el niño ve a través de los ojos del padre. Y eso le da al niño una protección muy grande, pero también le da una sencillez muy grande. El niño no es muy complejo en su forma de ver las cosas.
Y Dios quería esa inocencia en el hombre. Dios quiere, hermanos, la sabiduría de Dios es una sabiduría sencilla, es una sabiduría que no destruye. No es una sabiduría muy sofisticada, ni muy.... y eso habría que trabajarlo más aún todavía, porque hay una sabiduría que Dios da después que es muy sofisticada, pero viene solamente después que uno se ha humillado y uno ha entregado su voluntad al Señor, entonces Dios te la da en una forma legítima.
Yo creo que un día Dios le hubiera dicho a Adán y Eva, pueden comer de ese árbol ahora, ya cuando me obedecieron, ahora cómanlo. Pero vino Satanás que ya había probado de esa lucidez y se había rebelado contra Dios y le dijo a Adán y Eva, ahora coman, coman. Lo que pasa es que Dios es un viejo envidioso que no quiere que ustedes coman de eso porque si lo comen van a ser igual que él.
Usted ve, era una lucha por el conocimiento, la capacidad crítica, la capacidad inclusive para criticar a Dios y para criticarse a sí mismos y verse a sí mismos con una lucidez que antes no podían verse. Por eso cuando comen del árbol se dan cuenta de que están desnudos y comienzan a verse críticamente, comienzan a ver su cuerpo y a decir, uh, pero tu estás un poquito demasiado gordito, demasiado flaco, Adán.... yo no te recuerdo así. Y Eva, espérate, qué.... ¿usted entiende? Comienzan a verse a sí mismos en una forma crítica y por eso se encubren. Antes eran como niños inocentes, se veían pero no se veían. No tenían esa capacidad penetrante, cortante de discernir, de dividir, de criticar. Eso es lo que tiene el hombre sofisticado hoy en día en el siglo XXI porque se ha alejado de Dios.
Ahora, cuando Dios visita tu vida, él sana esa sabiduría maliciosa que tenemos los hombres y comienza a purificar tu mirada, tu mente, tus razonamientos, tus pensamientos.
Mire lo que dice el Apóstol Santiago en el versículo 13 del Capítulo 3, dice “... ¿quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre...”
En el versículo 17 dice, “...pero la sabiduría que es de lo alto...”
No, no, vamos atrás, versículo 14, dice “... pero si tenéis celos amargos y contención en vuestros corazón no os jactéis ni mintáis contra la verdad porque esta sabiduría, ve, este conocimiento no es la que desciende de lo alto sino es terrenal, animal, diabólica....”
Ve usted sobre tonos de la misma corrupción que Pablo está estableciendo en los versículo 16 y 17 de Romanos. Hay una sabiduría, y si usted continúa leyendo, como lo vamos a hacer, en Romanos, en ese mismo pasaje, que como ven me he quedado atorado en el principio mismo, usted va a descubrir que muchos de lo que Pablo menciona originalmente la caída del hombre, donde primero se manifiesta es en el corazón y en la mente.
Dios los entregó a la vanidad de su razonamiento, dice “... Dios los entregó a una mente reprobada”. Y por eso es que en Romanos 12, Pablo habla de que transformaos por medio de ¿qué? de la renovación de vuestro entendimiento y de vuestra mente.
Si tu quieres verdaderamente que Dios haga una transformación en tu vida tu tienes que comenzar a pedir al Espíritu Santo que comience a trabajar en los patrones de tu pensamiento, tu forma de verte a ti mismo, de analizarte a ti mismo, de analizar la realidad humana, de analizar las relaciones humanas, analizar tu matrimonio, tu sexualidad, tu concepto de la justicia, lo que es bello, lo que es digno, lo que es amable. Tu tienes que cambiar todas tus definiciones.
La renovación del hombre, la transformación del hombre comienza en la renovación de la mente. ¿Por qué? Porque la mente sin Dios es corrupta. Cuando tu entras al Reino de Dios tiene que operarse una transformación gradual. Y tu tienes que comenzar a cambiar todos los esquemas de pensamiento, todas las formas de pensar, de razonar y comenzar a pensar en una forma contra cultura.
“No os conforméis a este siglo....” En otras palabras tu tienes que comenzar a cuestionar todo lo que tu antes considerabas sabio y digno y bueno y hermoso y justo. Por eso es que muchos intelectuales entran a la iglesia, mucha gente educada entra a la iglesia y creen que lo que van a hacer, es que van a crear a la iglesia a su propia imagen y semejanza, y se requiere una iglesia, y líderes que digan no, usted entró a la iglesia, la iglesia lo va a cambiar a usted, no usted a la iglesia.
Lo que está pasando en el siglo XX, siglo XXI es que muchas iglesias se están dejando conformar a la imagen del mundo y la gente entra a la iglesia, y le dice, yo me voy a quedar si tu dejas de predicar esto, dejas de predicar lo otro, si tu cambias tus definiciones, si tu no me molestas con esto o lo otro. Y Dios dice, no es así. El que entra al Reino de Dios entra con la cabeza bien bajita.
Y hay que pedirle a la humanidad, a la sociedad, a cada individuo que entra que se prepara para recibir la obra transformadora de Dios en su mente y en su sensibilidad. La iglesia tiene que pararse clara y decir, todo el que entra al ámbito de Dios tiene que estar preparado para experimentar una metamorfosis, un cambio de forma, un cambio de ser, un cambio de naturaleza. Es un proceso a largo plazo que se va a dar.
Pero todos nosotros tenemos que pasar por el proceso de nuestra mente ser renovada, cambiada, porque lo que el hombre experimenta fuera de Dios es la perversión de la mente, la perversión de sus pensamientos, su forma de criticar, de analizar. Y Dios tiene que sanar eso. ¿Ve?
Entonces la sabiduría demoníaca, diabólica, terrenal, animal, todos esos términos están en el análisis de Pablo, es una sabiduría que lo que lleva es a los celos amargos, a la contención en el corazón, toda esa.... a la perversión, la mala conducta, la rebeldía contra los valores del Reino de Dios.
Ahora mire lo que dice aquí, dice “...porque donde hay celos y contención allí hay perturbación y toda obra perversa.”
Ahora mire lo que dice “...pero la sabiduría que es de lo alto...”, es la sabiduría de Dios, el entendimiento de Dios, la forma de ver al mundo y de ver al hombre que viene de parte de Dios.
“... la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, -contraria a la perversión que Pablo diagnostica en el Capítulo 1- ... después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía, y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz”.
Usted ve, hermanos, lo único que puede producir la sabiduría del hombre es contención, división, guerra, conflicto, separación, porque esa es la capacidad crítica del hombre: separa, divide, hace juicios minuciosos y separa todo. Y el hombre sin Dios, la sabiduría humana, carnal, terrenal, diabólica, lo que hace es que crea contención. Por eso es que él después entra, de dónde vienen las guerras. No es de las cosas que están dentro de ustedes, etc.
Pero cuando la sabiduría de Dios comienza a tomar poder en ti y a tomar control de tu vida, tu comienzas a razonar y a analizar y a relacionarte con los demás en una forma que conduce a la paz en tu hogar. Antes había contención en tu matrimonio, ahora hay paz, cuando tu dejas que Dios renueve tu mente. Antes había guerra con tus hijos, ahora hay bendición y armonía. Antes tu no te soportabas ni a ti mismo, te apestabas tu mismo, como dicen por ahí en buen caribeño, pero ahora tu estás contento porque sabes que Dios mora dentro de ti. Y tus emociones, tus traumas, tu odio de ti mismo, tu mala conciencia, tu ansiedad, Dios lo va calmando poco a poco y te va dando una actitud apacible.
La sabiduría de Dios es mansa, es sencilla, es bendecida, es suave, conduce a la paz, conduce al gozo. No es tan picante, no es tan sabrosa, no es tan espectacular como la sabiduría del diablo, pero da vida, da justicia, es lo que dice, fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
¿Entiende usted, mi hermano? Todas esas cosas están ahí en la mente del Apóstol Pablo cuando está hablando... hay unas profundidades de pensamiento que es difícil uno avanzar demasiado. Pero yo creo que es bueno que entendamos ese nivel de análisis. Entonces la ira de Dios se manifiesta porque los hombres han escogido rebelarse contra Dios e irse detrás de sus propios razonamientos, sus propios placeres, sus propios deseos y construirse ellos su propio destino.
Entonces Dios dice, pues ok, está bien, háganlo así y allá ustedes. Ustedes quieren rechazarme a mi con su asebia, su impiedad. Amen. Ustedes quieren rechazarme a mi con su conducta y su comportamiento, su adiquia, su injusticia. Está bien, adelante.
Y hay otra cosa bien importante, ya con esto voy a terminar. Dice aquí, “....contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”.
Este es otro indictment, otra acusación terrible contra la humanidad. Dice que detienen con injusticia la verdad. La palabra detienen más bien se podría traducir suprimen, resisten, contradicen activamente. Detener es muy pasivo para lo que Pablo quiere decir en el griego original. La idea es los hombres están empeñados en resistir la justicia de Dios y contradecirla.
Usted ve, hermanos, no es que Dios se ha airado contra una humanidad que sinceramente ha dicho, bueno, eso no me parece, yo no veo el razonamiento allí, y que honestamente están buscando la verdad y que simplemente no la han encontrado. No, Dios ha intuido que en sus corazones lo que hay más bien es willful rebeliousness, es una rebeldía voluntariosa. Es una rebeldía que atrinchera los pies y como el mulo se mete, mete las pesuñas en la tierra y dice, de aquí tu no me vas a mover.
Y fíjense qué interesante, suprimen con injusticia la verdad. En otras palabras, a la verdad de Dios oponen un comportamiento totalmente contrario y quieren neutralizar la verdad de Dios con un comportamiento rebelde completamente. Y eso es lo que Dios intuye en la humanidad.
Que no me diga el siglo XXI y que no me digan que aquí en Massachussets no saben cuál es la verdad de Dios porque en sus corazones ellos saben. Los legisladores que están metidos allá en el Estate House cuando votan contrario a la verdad de Dios, ellos lo saben, hermanos, escúchenme. Lo que pasa es que han decidido que aman más su puesto que la verdad de Dios.
Y hay muchos hombres y mujeres cristianos, por eso es que a veces yo quisiera ser políticamente correcto, pero no puedo, hay mucho cristiano hoy en día, que sabe lo que dice la palabra pero aman... hay muchos pastores, Dios me perdone si estoy siendo.... que saben que deben predicar la verdad de Dios, pero aman mejor ver los asientos llenos de gente que predicar la verdad de Dios. Y hay muchas iglesias, ese aplauso es para el Señor definitivamente, no es para mi.
Hermanos, hay mucha iglesia que está haciendo tratos con el diablo y sutiles tratos con la humanidad caída allá afuera. La humanidad le está diciendo, nosotros entramos en sus iglesias si ustedes no predican este tipo de Evangelio y se están dando unas transacciones muy sutiles en los aires. Entonces la iglesia en este tiempo está poco a poco abandonando terreno, los cristianos estamos abandonando terreno y el diablo está ganando más y más terreno. La iglesia no está anunciando la verdad, no está proclamando para que los hombres sean sanados y confrontados, entonces lo que está pasando es que los hombres allá afuera están abandonados, más y más a su propio razonamiento.
Pero hay mucha gente allá afuera que saben.... cuando yo oigo de todas estas decisiones legales, es algo que yo he observado tanto, hermanos, que ya me duele, me rompe el corazón porque hoy en día yo veo a la humanidad que ya ha decidido desbocarse por el pecado. En estos países del occidente la gente ha dicho, no nos molesten ya más con esas doctrinas vanas de la Biblia, nosotros queremos ensuciarnos, queremos hacer lo que queremos hacer y lo vamos a hacer. No nos molesten más. Todo lo demás es simplemente un adorno, es una excusa es una pantalla, pero lo que hay dentro es la rebeldía del hombre, el corazón del hombre se ha rebelado y ha decidido, yo no te quiero más, dame mi herencia, yo me voy para mi país.
Y por eso el Apóstol Pablo escribió.... esto es, hermanos, un documento que durante dos mil años ha estado denunciando a la humanidad, diciendo no crean que ustedes engañan el corazón del Dios soberano. El sabe que el problema de ustedes es que ustedes lo han rechazado y ustedes no quieren lo que él ofrece. Y por eso, él está indignado contra ustedes y los ha abandonado a sus razonamientos, y los ha abandonado a las consecuencias. ¿Y cuáles son esas consecuencias? La perversión, la adicción, la destrucción, la pérdida de la paz, del gozo y de la dignidad humana.
Dos minutos denme para terminar en una nota positiva. Después que todo eso se ha dado, podemos volver al versículo 16 del Capítulo 1, vuelva allí conmigo. Romanos 1:16 y 17, dice:
“Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe”.
Mire qué interesante, en el versículo 18 “la ira de Dios se revela”, y en el versículo 17 “la justicia de Dios se revela por medio del Evangelio”.
¿Por qué Pablo no se avergüenza del Evangelio? Porque él sabe, hermanos, el Evangelio es lo único que puede proteger al hombre de esa inmundicia y de esa corrupción. El Evangelio es ese redil que protege a las ovejas para que el lobo no entre. El Evangelio es esa sana doctrina que al tu sujetarte a ella, te mantiene en el camino de la verdad, de la santidad, del amor, de la paz, del gozo, de la salvación, de la esperanza, de la armonía.
Por eso Pablo dice, ¿cómo voy yo a avergonzarme de algo que es lo que protege a la humanidad de todo lo que le viene cuando se aleja de Dios? Es a través del Evangelio que nosotros entendemos la voluntad del padre, el carácter de Dios, su dignidad, su amor, su paz, su gracia, su mansedumbre, su paciencia, su justicia. Ahí, es a través del Evangelio como nosotros podemos entender qué es puro, qué es bueno, qué es justo a diferencia del hombre que lo único que tiene es su propio razonamiento para que le den una definición de lo que es bueno y lo que es justo, y lo lleva a la perversión que estamos viendo hoy en día.
Por eso es que yo amo al Evangelio, hermanos. Y por eso es que yo le pido al Señor, Padre, agárrame y no me dejes ir porque yo me voy a agarrar de ti con uñas y dientes. Y éntrame en puerto seguro porque hoy en día más que nunca hermanos tenemos que entender que solamente es en el territorio sagrado del Evangelio donde el hombre puede encontrar refugio para sus necesidades y donde puede encontrar protección verdaderamente del turbión y de los ataques de un demonio que quiere solo matar, robar y destruir.
Así que hermanos, dile al Evangelio, entra en mi cada día más y más. Padre, queremos hacer tu voluntad, queremos agradarte, queremos mantenernos, Señor, dentro de tu legitimidad, queremos permanecer, Dios, dentro del redil seguro. No nos interesan los ajos, las ollas de Egipto, Señor, queremos lo que tu nos quieras dar. Envía tu gracia sobre este pueblo, Señor. Ayúdanos a caminar humildemente, Padre, no andar con soberbias, no andar con pretensiones, no andar con orgullos espirituales.
Señor, ayúdanos a razonar en una forma sabia, apacible, espiritual, legítima, Señor. La sana doctrina es lo que queremos. Queremos ser gente sencilla de corazón, Padre, abandonamos la sofisticación falsa del diablo, Señor, rechazamos la arrogancia del hombre y abrazamos la humildad del hijo que se humilla ante el padre.
Bendice esta iglesia, Padre, ayúdala a caminar, ayúdanos a caminar en sencillez. Padre, gracias porque tu nos has rescatado, nos has rescatado del hoyo, del lodo cenagoso. Ninguno de nosotros merece ni siquiera mirar a tus ojos ni decir Padre siquiera, Padre, porque te hemos ofendido. No somos mejores que nadie pero tu nos has elevado a los lugares celestiales con Cristo Jesús por tu misericordia y tu bondad. Así que sigue con nosotros, Señor, sigue con esta iglesia, sigue sanándola y sigue creándote un pueblo que sea agradable delante de ti.
Do you feel loved?
TRANSCRIPT
It’s a great opportunity to share with you this evening, and as is my custom, I guess, I’ve been preaching for a very short time, but I’d like to start with a question, because questions get us thinking. And we start thinking we’re engaged, we can really wrestle with what it is being discussed or talked about or presented or you know, whatever the case can be.
So, my question to you is, do you feel loved? Francoise, do feel loved? Great. Sam, I almost forgot your name, because it’s the pressure you know, do you feel loved? Good. Do you feel loved? Do you feel loved? Have you ever been in a relationship where you knew the other person loved you. You knew that they were committed to you. How did you feel in that relationship? It feels pretty good, right? There’s some comfort, there is peace.
But now I want you to think of a relationship that you have, or maybe a relationship you’ve had in the past, where you weren’t sure if you were loved. You didn’t know if that person loved you. You didn’t know if that person was committed to you. Maybe you loved them but you weren’t sure how they felt about you. Maybe you were afraid that you would be betrayed in any moment. How did that relationship feel? Is there an easiness in that relationship? Is there a freedom in that relationship? Of course, not and I don’t care how old you are, if you’re here in this room you’ve probably been in a situation like that, where you love someone but you didn’t know if they were going to reciprocate. How that love was going to come back, in what way it would?
So, I want to tell you a story. This is a very…. It’s about, it’s a story that my dad told. When I heard it, it really touched me and I want to share it with you tonight. My dad tells us this great story about my mom and his name is Randall and her name is Marianne and he tells a story like this. I’m going to use his own words, ok, so I’m going to read this.
He says, my wife loves me. I’ve grasped this and I know this experiencially. I’ve been married to Marianne for almost 33 years and I’m still in love with her. There is no one more suited for me or who’s been more of a blessing to me. I remember vividly the night while we were dating, when I had determined to tell her that I loved her. I was so nervous that she thought I was going to break up with her. But telling her I loved her was a tense moment to telling her I was willing to commit my whole life to her and marry her. So, this was a big deal. I had a pretty good idea that she loved me, but I was making this commitment to her and it brought up all kinds of expectations. Happily she said she loved me too.
And the next step was to ask her dad for permission to marry. So, you get an idea of how old my parents are and what culture they come from, asking the father for permission.
But he says, we married and started having kids a couple of years later. We’ve always nourished a loving relationship, through our conflicts, difficult times, joyous times and every other kind of time that can come to a marriage. But there came a time in our marriage when a particular stressor seemed to become more than we could handle. It seemed as if the stress all came from me, and though we visited….. to deal with it, it did not improve.
I’ve wondered at times of her love will be enough to keep our marriage going. One day, sitting in our car porch she said some things to me that I will never forget. She said, Randall, I’ve come to the place in all this we’ve been struggling through that I can tell you, if nothing changes I will love you. I love you and I would not change the fact that we are married and are together. And he says, man, what incredible words.
It was not long after that, that we discovered the solution to the problem we’ve been having and the joy in our relationship took and even bigger upward turn.
Now, what’s the point of that story? What’s the point of these questions? The point is this: if you want to live in the fullness, if you want to be filled with the fullness of a marriage relationship, then you have to trust and experience that the other person loves you. It doesn’t work any other way and likewise, if you want to be filled with the fullness of God, you have to trust and experience that God loves you, that he’ll never forsake you, that it’s unconditional, will never stop.
And that’s what our passage is about tonight. If you turn with me to Ephesians, 3 verses 14 to 21, and I think we have it up on the screen. This is…. I have a bad habit of bringing different translations, this is the English standard version, it’s a good translation, but I use it tonight because there’s a really graphic images in this text that we could lose if we are not careful, so I want to bring this up. Then let me read this to you, it says:
“…. For this reason, -are we all there? Ephesians 3:14 to 21?- for this reason I bow my knees before the Father, from whom every family in heaven and on earth is named, that according to the riches of his glory, he may grant you to be strengthened with power, through his spirit in your inner being, so that Christ may dwell in your hearts through faith, that you been rooted and grounded in love may have strength to comprehend with all the saints, what is the breath, and the length and the height and the depth and to know the love of Christ that surpasses all knowledge that you may be filled with all the fullness of God.”
We’ll stop there and we’ll come back to the end. You know, this passage is really incredible and it’s talking about everything we’ve been singing about, everything that we experience from a prayer time, that’s what this passage is about. It’s about the love of God.
Now, it’s interesting to know that the passage is kind of picking up, if you remember, Greg preached last week, and Paul says: “… for this reason I pray”, and he says, oh, have you heard, by the way, and he goes into his long thing about how Jews and gentiles were one people, that they’re no longer separated by the dividing wall of their religion, or their faith, or their lack of religion or lack of faith. It says, now they’re together in Jesus Christ. And he kind of picks back up where he left off.
But for that reason, really goes back to chapter 1 and chapter 2, where God just talks about all these incredible things that he’s done. Really Paul says, all these incredible things that God has done for us, and he makes this point, that we’re one people, that the gospel is for everyone. And then he comes back and he says, for this reason I bow before the Lord or I bend my knee before the Lord is the expression.
And it’s not a big consequence but most times, when people prayed in that time they would stand up to pray, we don’t do that so much, but they would stand up to pray. But Paul says, out of humbleness, out of reverence, I bend my knee before God and pray. It’s a big thing that he’s asking. But he prays to the Father and that’s where I want to hit on just real quick.
He says, “….the Father, from whom every family in heaven and on earth is named.”
Now, not to get into too much Greek, but the word Father is Pater and the word for family used here is an interesting word, it’s patria, you know, they sort of sound the same. If you know, almost every language Father is like papa, pater, or you know, kind of has that ‘p’ thing going. It’s the same in the Greek, it’s pater and then patria. And patria really means, that which descends from a father, so a lineage.
And really this is a special emphasis on God as our Father. It’s kind of like saying, we have God’s DNA. Every family on heaven and earth comes from God, that it’s named from God means that they come from God, that they have, we’re made on the image of God, we kind of have a little bit of God in all of us.
But the point is that we’re all one family. We all have the same father, and he’s going back to the same issue that he’s been talking about for the entire book: the Jews and the gentiles were no longer separate. Now, this doesn’t mean too much to us today, ok. I may not even know any Jews, or you know, what does it matter if the Jews and gentiles aren’t separate.
We have to understand if it weren’t for that most of us in this room would have no hope for salvation, no hope for salvation Jesus Christ. Because most of us don’t have any Jewish heritage or Jewish lineage. I mean, by the old standard we don’t have God as our Father. But God made it so that he was our Father. The Father of all families in heaven and on earth. That’s a major, major change in the course of history and that’s the one that results in us being able to have relationship with God, a loving relationship.
And again it comes back to that love, because he’s our Father. It’s all lineages. But then what Paul does after that, he’s talking about this God as our Father but he prays for power. Now, that’s interesting and we sang about tonight more love, more power, more of you in my life. That’s what I want, Lord, I want more love and more power.
But here, Paul doesn’t just pray for power, for physical strength or power for character, or power for miraculous signs, or power for any kind of you know, display of strength, or display of any kind of, what’s the word I’m looking for, kind of a dynamic outpouring of power, whatever that would be. I’m using power to describe power, but you see what I’m saying it’s not about that.
He says, that you maybe strengthened with power and then he says that you may comprehend with all the saints what is the breadth, the length, the height and the depth and to know the love of Christ that surpasses all knowledge.
This power is for understanding, it’s not a power for what we normally would think of. So, what’s the significance of that? Why is it that this power is for understanding? The reason is this, it’s to have the fullness, to be filled with the fullness of God we have to know and experience the love of God through Jesus Christ. If we don’t do that, there’s no other power.
And Paul says elsewhere, you know, if you speak tongues of angels it’s like clinging symbols if you don’t have the love. If you have all power but you have not love, it’s useless. Love is the foundation for anything that we do in a Christian life. It’s the foundation for our relationship with God. It’s the foundation for being filled with the fullness of God.
And that’s why we need that power. And it is the same thing if you look back in chapter 1, in chapter 1 of Ephesians Paul prays that they would have power, but it’s also power for understanding, power for knowing, power for hope. It’s not power for some external expression.
But a lot of times when we read the word power that’s what we think of. But, in this case the power comes from God by his spirit to know the love of his Son. So even the power is relational. You see, the Trinity there. You see a family if you will, the perfect holy triad family. But God’s power comes through the spirit so that we may know the love of the Son.
So there is power there but it’s not power that we would expect, it’s the power of knowing. It’s the power of understanding. And it’s only by being indwelled by Christ that we can rooted in his love and that’s what it says. So that Christ may dwell in your hearts through faith.
Again, faith comes from trusting, from understanding, from knowing. It has actions, it has an expression, but it’s outer expression of faith just like there’s an outer expression of love. But this power is to support these other functions, to support the faith, to support your understanding love, knowing the love of Christ.
And that’s why this power is something that helps us to live a lifestyle of being rooted and founded on Jesus Christ, and his love. Now, this undoubtedly when you first read this passage, when I first read this passage, it’s kind of a jumble of things and my wife said earlier, someone forgot to tell Paul to start a new sentence. He just keeps going on and on and on and it gets really jumbled up. And so, it’s kind of hard to make sense of every little phrase in here and it would take us a long time to pick apart every little phrase.
But the big thing is this: God who is your Father, who loves you wants you to know his love so that you can have the fullness of him. He wants you to know his love so he gives you power so that you can be rooted and founded in Jesus Christ and his love. And it seems kind of circular still. But that’s what’s going on. So, it’s an ongoing lifestyle this… when we talk about having Christ dwelling in us, we normally think of our salvation.
You know, I accepted Jesus Christ as my savior, I said some prayer, I went down front, or I had some life change and now Jesus is my savior and he lives in my heart. And he does. But again, this is something that’s talking about an ongoing, continuous thing, that has to do with lifestyle, that has to do with remembering. It has to do with a continuous knowing, a continuous understanding of the love that God has.
So, if we were to think about this in terms of a relationship, we might say, just like the story of my dad, you know, I love my wife, Sonia, my wife, I love her dearly and she loves me, but every day we have to get up and walk in that love. Every day we have to wake up and love each other again. You know, she’s in my house, you know, we share a marriage bed, or, you know, she’s part of my life, she’s part of who I am, I’m part of who she is, we have this… we dwell together and yet every day we have to wake up and love each other again. And we have to wake up trusting that the other person is going to love us again. And you know, we’ve had our hard times. If you’re married you’ve had your hard times, and if you haven’t, you haven’t been married very long. But I haven’t been married very long and I’ve had my hard times.
But, you have to wake up trusting each day, and knowing each day, and expressing each day, that you love the other person and knowing that they love you in return. Because you can’t have fullness of relationship, you can’t be filled with the fullness of relationship without that knowledge and without that experience. That’s what we’re talking about.
So, one side of this is, don’t just pray some prayer and then sits down and relax and say, I got it all covered now. Jesus is in my heart, he dwells in my heart so I’m rooted and grounded in him. I’ve a foundation Jesus Christ because he’s in my heart, the passage says so, and it’s not what we’re talking about. It’s talking about something different, it’s talking about an ongoing thing, something that continues day in and day out, something that you carry with you wherever you go.
The next point I want to make is that this love of God is beyond our ability to understand. You know, it says right there, “… the love of Christ that surpasses knowledge”. This word ‘surpass’ is the word that means like to throw past. It’s like you’re playing baseball and you’ve got someone running the second and you throw the ball to the left fielder, well you’ve thrown past. You’re not going to get the out,…. It’s an error, goes down in your score card, he’s thrown past. Well, then the ability to understand this love has been thrown way past our understanding, has been thrown past our ability to know.
You know, we can’t catch it. We have no chance because it’s too big, it’s too infallible, it’s too incredible to really know, to understand. And yet he’s praying that we would have power to know it. So how does that work? I think the first point is that we know God’s love by faith. We don’t know God’s love because we can get our hands around it. We don’t know God’s love because it’s simple and it’s sweet and it’s happy and … oh, that’s nice, God’s love. I can handle that, right? But it’s so much bigger than that, it’s so much more powerful than that.
So, we have to know it by faith, we can’t really know it by understanding. But he does say that we should know it. So the second way we know God’s love is by experience. And again, it’s just like the analogy of a husband and wife relationship.
You know God’s love because you walk in it. You know God’s love because you experience it. I can’t explain my love for my wife. I once told her, she once asked me why do you love me. I said, I don’t know, why do I love you? If I said I loved you because you’re smart, well, then if you stopped studying, or if you get a brain injury and you aren’t smart any more, do I stop loving you? No, do I love you because you’re beautiful? Well, if your looks go, or you’re hit on the face with a truck, that would kill you, but you know, if something happens like that, do I stop loving you? No. There is no reason I love you. I love you because I love you. I love you and this is what I told her, I love you because God gave you to me. That’s why I love you, because God gave you to me and he gave me to you, so, you’re mine and I love you. That’s the reason and that’s never going to change.
But I experience that. I can’t really explain it. I can’t explain my love to my wife. I can’t explain the love I have for my God. Can you explain the love you’ve got for your God? If it’s a simple love, maybe you can, but if it’s a love that’s grounded and rooted and the love of Jesus Christ, you have no true means to explain it, because it’s beyond explanation. But you live it. You know it because you live it. You trusted that God was going to come through for you in some situation and he did. And through that experience you gained more trust, you had bigger faith. So you trusted in God for something bigger, and he came through for you, and you experienced it and your trust was well placed and so your trust got bigger. And you trusted God for something else. He came through again. And that’s the life of faith. See, ongoing life of faith.
And again, you know, we are told in Ephesians later on, that the love Christ has for his church is a lot like the love that a husband and wife have for one another, and it’s so hard for me, just a year and a few months, decide of getting married. It’s so hard for me to explain it outside of that analogy. Because it’s the closest thing that I have. And now that I have a daughter back there, the one that was crying, bothering you, because I have her now, I’m starting to see more from God’s perspective, you know, not completely, but I’m starting to see what it’s like to love someone who can’t even love you back yet.
What it’s like to love someone who hasn’t earned any of it. What it’s like to love someone who only is a nuisance on a very physical level, on a very earthly non love level, she’s nothing but a nuisance. She frowns. She’s nothing but a nuisance: we have to change her diapers. I had to get up in the middle of the night to take care of her, we do. We had to buy things for her that I don’t want to spend my money on powdered milk. I don’t want to spend my money on diapers I’m going to throw away after they’ve been on for 30 seconds sometimes. You know, why would you spend your money on that? Now, it’s crazy and that’s what I do every day, I take care of her, we take care of her. We buy things for her, we get up in the middle of the night for her. We stop everything when she starts crying and that’s what we are to God. We’re this little nuisance that wet her diaper and cries, gets up in the middle of the night and needs someone to hold her hand and carry us. We need someone to wrap our blanket around us, we need someone to put our pants for us, and we’re always taking our socks off and so we need someone to put our socks back on again.
That’s what we are on a very mundane level. But God says I love you and you experience it over and over again. And that’s how you know. Those are really the two biggest ways to understand this love of God. It doesn’t make any sense, maybe it makes sense to my wife, she carried her for 9 months, but on some level, shouldn’t she be annoyed that she had to carry her for 9 months now that she’s out? I don’t want to have anything to do with her. That’s not the way it is. That’s not the way God is. But, that’s the love that he has, it’s beyond description and yet we know it.
You can’t describe it but you can taste it. You can’t explain it but you can feel it. You don’t understand it but you know it more than anything else on your life, if you are grounded in Jesus Christ, if you have a foundation on Jesus Christ, if you receive that power from God that allows you to open your eyes for the first time in your life and see it.
You know, when in light there are these ways, right, different… there’s a light spectrum and there are certain frequencies of light that we can’t see, and there are certain frequencies of sound that we can’t hear. I don’t know if it’s all frequencies, but you get my point. We can’t see all the light, we can’t hear all the sounds, but they are there. But imagine if all of a sudden you could see that other color, I don’t what it would look like, but there are other colors besides the colors we can see, there are other sounds beside the sounds that we can hear. What if all of a sudden you could hear them? You wouldn’t know what to call them, but you would see them. They’re right there, there’s that color that is not blue or brown or pink or green or red but it’s a color that I’ve never seen it before, and there it is, because someone opened my eyes. That’s what it’s like.
And you see when you live in that experience of God’s love, then you can have, you can be filled with that fullness of God. You can be filled with all that God is.
You know, if we look back again at chapter 1 of Ephesians, I just want to read, I just want to go there because when you look at what God is, in the first part of Ephesians then to say that you can be filled with the fullness of God sound ludicrous.
It says, “… this is the God –and let me point out, everything God does in this passage, he does for you- … this is the God who has blessed us in the heavenly realms with every spiritual blessing. This is the God that shows us before the creation of the world, to be holy and blameless. This is the God who has all praise, who has all glory, who has all grace, who redeems us through his blood, he forgives our sins. He has riches that he lavishes on us with all wisdom and understanding. In him we’ve been chosen and predestined to the plan of him. He works out everything in conformity with the purpose of his will. This is the guy that makes everything happen exactly the way he wants it to happen.
We don’t have a God who tries, you know, he has to try to overcome whatever obstacle’s in his way. You know, this isn’t like he’s a bulldozer and he starts pushing his rocks out of the way and then he comes up with this huge mountain and you can’t do anything with it. This is the God that takes that mountain, just brushes it away. Everything that he wants to happen, happens. The fullness of that God can be in us if we understand that love.
You know, this is the God who takes the most basic discrimination in the history of the earth: Jew and gentile. Now, if you think racial discrimination’s bad, you haven’t seen anything yet. You know, in the south where I’m from whites and blacks couldn’t sit in the same part of a restaurant. But Jews and gentiles, it wasn’t just that they couldn’t sit in the same part of the restaurant, a Jew didn’t even want to see a gentile. A Jew didn’t even… if he touched a gentile he had to go by God’s requirement and clean himself. You know, it was this most basic discrimination and somehow part of the way God…. I mean, they got it wrong in terms of what God expected them to do, but they were trying to follow God’s word, and it was the most basic discrimination you could have.
We have God because we are Jewish, then nobody else does. No one else has a chance. God said no, that wall has been broken down. The God who can do that is the God who’s offering you all of himself. There was love. But not only that, not only is God, our Father, who loves us, not only does he have relationship with us, through his Son by the Holy Spirit, not only can we be grounded in his Son and have a foundation in his Son and in his Son’s love, Jesus Christ, the love of Jesus Christ, so that we can experience the fullness of God, but on top of that he does even more.
And if we look in verse 20, it says, “now it’s him who is able to do far more abundantly than all we ask or think according to the power at work within us, to him be glory and the church and in Jesus Christ throughout all generations for ever and ever, amen.”
This God who is doing, who is promising all this to us is saying, ‘and you ain’t seen nothing yet’. He’s saying, ‘you don’t even…. You know, how you can’t see my love, you can’t understand my love. You can’t even understand how badly I want to give it to you, you can’t even understand how much I’m going to give it to you. You can’t even understand how much I’m going give myself to you. You have no concept of how great I am and how great I’m going to be to you’.
And when we hear that, our response should be shock and awe because the best thing we can imagine is nothing compared to what he can do. And not only nothing compared to what he can do, but nothing compared with what he wants to do. And again, if you look back at this, this passage is the climax, it’s kind of a theological mountain that Paul is climbing and building and whatever he’s doing. He’s… the whole first three chapters of Ephesians is this kind of theological treaties that comes to its climax in these verses.
But if you look back at what he’s built, he’s built this whole system where God is doing everything for you. God is doing everything for you and he’s doing everything for you. And then he says, ‘you ain’t seen nothing yet’. If you want the fullness of who I am be grounded in the love of Jesus. Oh, and since you can’t do it on your own, I’ll give you the power to do it. And that’s a promise, folks. That’s a promise that’s too good to pass up.
You know, I just want to take a moment to look at this very end again and it says, “… to him who’s able to do far more abundantly than all we ask or think according to the power at work within us”. So, it’s that power again, that work is the power to know his love which results in being filled with his fullness.
“…. To him be the glory in the church and in Jesus Christ throughout all generations”. To him be the glory in the church and in Jesus Christ. Isn’t that interesting? Because if you think about it, Jesus is the Son of God, right? Jesus in the foundation in which we have to be grounded in order to receive that love, and yet the glory comes first from the church. His glory comes from the church.
Now, the church is the body of Christ and then his glory comes from Christ who is the head of the church. And it’s kind of like saying, you know, this whole family thing is going on, we’ve the Father with his lineage of all the families on earth are his, that have his name from him, and he blesses us, he gives us power by the spirit in the Son and then he talks about us being able to glorify God as part of Jesus Christ, as the body of Christ, united because that’s what this whole thing is all about. There is a people who are not united and now they’re united. United in Jesus Christ, the body of Christ brings glory to God.
And so it’s this crazy thing, and we’ve talked about it before: God does all this stuff for us so that we can glorify him. And that seems a little selfish if you think about it. If I did great things for you so that you would praise me, what would you call me? We won’t say it here. If I did great things for you so that you would say nice things about me, you’d catch on pretty quick that I was some kind of a scoundrel.
And yet when you think about it, since God is the greatest, most wonderful thing, person, presence in the universe, in the all of everything, I can’t even just say… created because he wasn’t created, but he’s greater than everything there is. He deserves all that glory and the thing is he’s doing this for us so that we can take part in glorifying him, because without his help we can’t do it. We can’t glorify him the way we’re supposed to without his help.
And really that’s the greatest calling that any of us could have: to glorify God and to be in a relationship with him. You may have heard something similar to that before. That’s the greatest thing that we could possibly do, and God’s allowing us to be a part of that.
So, at this point Paul, this whole time in Ephesians has been showing us two groups of people that were divided, who’d come together to be one group as a church. They were Jews and gentiles and now they’re a church. And it’s the love of God which is revealed in Christ that enables us to be one people, to be one family, to be one church.
Look at this room, should be one church? Should be one congregation? If this congregation didn’t exist, would we be in the same room together? Would we be friends? Would we be hanging out on a Saturday night if it weren’t for this service? I don’t think I would know any of you except my wife, because I met her somewhere else. I wouldn’t know any of you if it weren’t for one body, the church.
And chances are that we wouldn’t have crossed pass very often, and if we did we probably wouldn’t have stopped to introduce ourselves. Not because I’m better that you, or you’re better than me, just wouldn’t have happened. This is not a normal group of people that you find somewhere else. You know, maybe at a baseball game you find a diverse group of people, but they’re not there to be with one another, they’re there to watch some guys on a field. But we’re here to be together. That’s not natural, do you see that? Do you see that that’s not natural, that that’s not normal? Does it make sense what I’m saying that we shouldn’t be in the same room together except that it makes sense because of Jesus Christ?
So, as we live our calling, this reality of God’s love that brings unity has to be just implanted and imprinted on our psyche, on our thinking. We have to have glasses that say, you know, you are loved by Jesus Christ and because of that you’re united to all believers , the body of Christ. Like on your glasses and you walk around and you read that all the day. If you could somehow do that. If you could have you know, maybe one of those colors, the color of lens that illustrates love. You know, we talked about seeing through a colored lens. If there was a color of love, that’s the kind of lenses you’d have to have on your glasses, to see the world the right way. Because we have to think like that. And the Bible talks about it, rooted in Christ, grounded in Christ, established in love and these are words that reflect an ongoing, continuous sustenance, an ongoing, continuous, dependence on that love of God.
You know, think of roots for a tree, the tree doesn’t grow roots, get its water and then move on. It stays there, it has to. And the foundation of a building, you don’t use the foundation to build the building and once it’s done its job you move the building. It needs the foundation to stay up. The tree needs those roots to live. We need to be grounded in Jesus Christ to continue in the love of God and to have the fullness of God in our lives.
Now, if you’ve heard….. And I said this is kind of the climax of Paul’s theological mountain that he’s climbing, this is the apex of his thought and after this he goes on and he talks about all the things that you should do because of it. You know, he builds the theological mountain and he talks about all the things that you should do because of these ideas that he’s presented.
But, how does this passage affect us? A big part of it, it’s just like the story I told you with my dad. He really wasn’t sure if my mom could keep loving him. And I’ll tell you what, I know what he’s talking about. Honestly I have no idea when that story, I don’t know what he’s talking about. I was there, I lived in their house, I’ve no idea what he’s talking about, this problem they were having, so I don’t know what it was. But I know what it’s like to wonder and I’ve done so many horrible things, can this person keep on loving me? And I know what it’s like to wonder, I’ve done so many horrible things, can my God keep on loving me? I know what it’s like to think that.
And that’s what this passage is about. When you are unsure of God’s love for you, you’ve no basis to build any kind of a spiritual wall, you’ve no business, you’ve no basis on how much to build a relationship with God. But when you have a freedom that comes from knowing, beyond a shadow of a doubt that God’s love is never going to leave you, you can blossom like my dad and my mom, their relationship went to a new level. When she said the words, you know, ‘even if nothing changes I love you’. Even if you don’t get better I love you.
Have you ever heard those words? That would make me cry, even if you hurt me and keep hurting me and you keep hurting me, I love you. Even if you fall again and again and again I love you. I’m not giving up on you. There’s a freedom in that and that freedom inevitably leads you to work a lot harder on not falling, and to work a lot harder on not hurting the other person. And, you know, I don’t know how we hurt God we can definitely do things that aren’t pleasing to him. But we can never be separated from the love of God.
And if you know that passage in Romans, Paul says, for I am convinced that neither death, nor life, nor angels, nor principalities, nor things present or things to come, nor height, nor depth, nor any other created thing can separate us from the love of God which is in Jesus Christ our Lord.
He was convinced of that and he had a freedom to build a whole life on that. Paul’s entire life was built on the knowledge that he could not be separated from the love of God which is in Jesus Christ. And so, that’s why I say ideas have consequences. You have to believe that, you have to know that.
You know, Roberto came up here, when we were singing and he basically preached my sermon for me, because he said some of us, you know, we’re singing about the love of God, we were singing about the power of his love, that I can sore like an eagle when I’m grounded in the love of God, and he said, some of you may not feel that love, some of you may not know the love of God to the extent that it provides you a freedom to sore like an eagle in relationship with him. You don’t have the knowledge of the love of God that can be a basis for the entire outworking of your life.
Some of you don’t know what it’s like to be in a relationship with someone where you know that they’ll love you back no matter what. You’ve always been hurt, you’ve always been betrayed, you’ve always been rejected at some level and in this life, on some level, you will always be betrayed by another person, you’ll always be rejected, you will always be dismissed, you will always be hurt, you will always be let down at some point and it’s great when you find someone who after that apologizes and says, no, I still love you.
But what I’m talking about is a God who will never do any of those things to you. a God who is willing to give his Son, up to death for you. A God who is willing to order all of creation around your knees, a God who is willing to put all other concerns, all other issues on the back burner in a sense, for you. That’s a special kind of love.
Now, we’re saying these songs, I love the worship team to come up and sing …. Love again. But, as we start singing, I want you to ask yourself, do I have that foundation? Do I know that love? Because if you don’t, then you need to come up here and get that assurance, and maybe it is, you know, I have my salvation, Jesus dwells on my heart, but I don’t know what you’re talking about when you say that he dwells in it to the extent that I can be grounded in it and know his love, that it’s beyond understanding and experience. I don’t know that, I haven’t experienced that love.
You know, come up here, we want to pray for you. Yeah, you don’t have to come up here, but it’s a step saying, God, I want to live and walk in your love. I want to experience your love, I want it to be a continuous thing. I don’t want to say, God, I’ve done my prayer, I’ve done my thing, now just let’s get on with it. If you want to say, Lord, I want to walk in your love, I want to walk in the fullness of you, I want to be filled with the fullness of God, and you don’t know that love, get up here and let us pray for you. Or stand up where you are and let me pray for you, because without that, what hope do you have? What hope is there when you don’t have what God says is the basis for everything else that’s to come?
And you know, Roberto prayed a prayer, a strong prayer, because there is power that comes when you make that decision, there is power that comes when you yield yourself to the Lord, there is power that comes when people of prayer lay hands on you and speak truth into your life. There is power that comes when God overwhelms you with his love and his spirit just washes over you and you feel nothing else except the love of God. It will bring you to tears because there’s nothing better in the world, it’s the basis for everything we do as a Christian, it’s the foundation. It has to do with knowledge, it has to do with faith, it has to do with experience. This isn’t about throwing away your brain for some cuckoo idea, this isn’t about neglecting the experiences you’ve had for some intellectual faith. This is about your heart, your mind, your experiences, everything being united in a love of God.
Amar sin barreras?
TRANSCRIPT
Yo no cambiaría donde el Señor me ha puesto y el tiempo que el Señor me ha puesto. Yo no se de usted hermano, pero yo siento que es un privilegio ser un cristiano en la ciudad de Boston en esta época, es un privilegio que el Señor nos confíe en nosotros la responsabilidad es más, de nuevo, perdonen la palabra privilegio de nuevo, pero el privilegio de ser aquellos que se paran en la brecha y que levantan el estandarte del Señor y que proclaman que la ley de Jehová será nuestra ley y no serviremos a otro Dios y proclamar su palabra por toda una nación. Eso es un privilegio, y ese es el privilegio que estaremos ejerciendo esta semana, de miércoles a miércoles.
Ahora, habiendo dicho eso, si ustedes se dan cuenta, en las últimas dos semanas las palabras que el Señor ha traído a través de nuestro pastor y a través del psicólogo que predicó a esta hora la semana pasada, han sido mensajes de enfoque interior, ¿Se han dado cuenta?, estamos entrando en una época de guerra espiritual a nivel social, de estructura social, pero el enfoque de la palabra del Señor ha sido dirigida a nuestros corazones, a nuestra constitución espiritual, a nuestro interior, ¿Saben por qué? Porque creo hermano, que las batallas más decisivas que se van a realizar en estos días, se realizarán a nivel de nuestros corazones. Las batallas más determinantes, las batallas más decisivas que nosotros vamos a confrontar en esta época y hasta que Cristo venga, se realizarán en su corazón, por su corazón y a través de su corazón, el campo de batalla más decisivo es su corazón. Y hay un texto de la palabra que enfoca una batalla en particular, y enfoca a una batalla para nuestra fe, y también tiene en ella una promesa hermanos, que si nosotros lográramos abrazar esa promesa, fuéramos cristianos prácticamente indestructibles, prácticamente invencibles, ese texto es Isaías capítulo 49.
Vamos a Isaías, capitulo 49 versículo 14, ( Isaías 49 verse 14) leemos del versículo 14 al 16. Y hermanos, mientras buscan el texto, les compartiré cuál es esa promesa, esa promesa que le invito a que reciban y que abracen y que nombren y vivan en ella, esa promesa es esta: si no oyen ninguna otra cosa esta tarde, si no oyen nada más, vayan con esta, reciban esta promesa, nos dice el Señor, mira hermano:
“Ama a tu Dios, ama a tu Dios sin límite, ama a tu Dios sin freno, ama a tu Dios sin barrera, ama a tu Dios sin temor, si logras amar a tu Dios de esa manera el Señor te promete jamás abandonar, jamás se olvidará el Señor de ti, jamás te abandonará”.
Vamos a la palabra del Señor, Isaías 49 versículo 14 “Pero Sión dijo: me dejó Jehová y el Señor se olvidó de mi”, ¿Ustedes han oído esa queja tal vez? ¿Ustedes tal vez han repetido esa queja? (guilty), yo, yo se que yo, en mis momentos he dicho: “Guauu ¿Dónde esta el Señor?, ¿Se olvidaría el Señor de mi? ¿Me dejaría el Señor?, y el Señor responde con una pregunta retórica en el versículo 15, “se olvidará la mujer de lo que dio a luz para dejar de compadecerse del hijo de su vientre, aunque olvide ella, dice él, yo nunca, yo nunca me olvidaré de ti, he aquí, en las palmas de las manos te tengo esculpida, y delante de mi están siempre tus muros, yo nunca me olvidaré de ti.”
Hermano, estos tres versículos, imagínense que ésto es un diálogo entre el Señor y Sión, como si fuera el Señor aconsejando a Sión. El Señor en este capítulo, en el capítulo 49 de Isaías, le acaba de dar a Sión una larga lista de promesas bellas, y le dice a Sión, tal vez como le dice a los otros, y a propósito, iglesia, congregación León de Judá, ¿Sabe usted que nosotros somos hijos y hijas de Sión?, ¿Sabe usted que estas promesas son suyas hermanos? En el momento que nosotros somos…en el momento que nosotros confesamos a Jesucristo como nuestro rey y como nuestro Señor, nosotros llegamos a ser parte de ese pacto eterno con Israel, nosotros somos hijos y hijas de Sión y él dice aquí, pero Sión dijo, me dejó Jehová. Sabe aun después de oír todas estas promesas, te voy a bendecir, restauraré tu lugar, abriré de nuevo la tierra que se ha cerrado, devolveré a usted… te devolveré hijos que se te han perdido, te voy a bendecir, Sión, estoy a punto de abrir los cielos y bendecirte, aun oyendo todas esas promesas, resisten recibir las promesas del Señor, resisten creer que el Señor les esta hablando a ellos, resisten pensar que tal vez el Señor le estará a punto de bendecirlo usted.
Hermanos, no se si eso le ha pasado a usted, aun el Señor prometiéndonos bendición, hay algo dentro de nosotros que dice: “no puede ser, no puede ser que el Señor me va a bendecir, no puede ser… por más que él me prometa bendecirme, se que el Señor me dejó ya, el Señor se olvidó de mí”. Hermanos, ¿de dónde sale esa queja? ¿De dónde sale? Sabes lo que hace el Señor, como el consejero eterno, como nuestro padre eterno, como nuestro pastor eterno, él toma a este Sión, y él toma a los hijos de Sión, te toma a ti, habiendo oído esto, que tal vez tu no lo has dicho en voz audible, tal vez esto salió de su corazón, pero el Señor..., nosotros servimos a un Dios que le importa como nosotros nos sentimos, nosotros servimos a un Dios que le importa que creemos de él.
Y él toma a Sión aparte, ¿no ven esta escena?, lo toma aparte y le dice: “Sión, yo te oí decir, Jehová se olvidó de mi, yo te oí decir, me abandonó… esta vez si me abandonó Jehová” y le hace la pregunta, ¿se olvidará una mujer de lo que ella engendro?, una pregunta retórica y uno tal vez en la ciudad de Boston en el año 2006 y de eso vamos a hablar, tal vez la respuesta es “bueno somos muy capaz de eso” y ese es el problema.
Por qué, ¿de dónde nace esta queja del Señor me abandonó? ¿Sabes qué? El reino de Dios es un reino raro, el reino de Dios es un reino que consiste del amor…Dice la palabra de Dios, dice el Señor que es con cuerdas de amor que él los ha llamado, aquí hermano, si usted está aquí no es porque un ángel se le presentó esta mañana con una escopeta y lo obligó a que llegara a la casa de Dios. Si usted está aquí es porque usted llegó de su libre albedrío, porque hay algo dentro de usted que dice: “tal vez esta palabra es verdad, y tal vez este Dios que ellos predican, tal vez eso es verdad”, es más si me estás mirando en el Internet y estás tomando este tiempo de verme de su país donde estás, de todas las opciones que tienes en el Internet estás sintonizado aquí, porque tu crees que tal vez esta idea de un Dios poderoso y amoroso es verdad, y tal vez se aplica a ti…Tal vez este Dios eterno puede ser tu Dios si es capaz de sacarte a ti de tus apuros, son con cuerdas de amor que nos trae, es con cuerdas de amor que él nos llama.
Y hermano, lo más que le interesa Satanás hacer y por eso es que la batalla se trata de su corazón, por eso es que el campo de batalla más sensible es su corazón, porque a Satanás es necesario cortar esas cuerdas, cortar esos vínculos, separar tu corazón del corazón de Dios. Esa es su estrategia, por eso el te susurra, por eso el te repite: “tal vez esta vez te dejó Jehová, es necesario separarte de ese amor”.
Y el problema es éste, el Señor los ama, pero como en cualquier relación de amor, él espera que nosotros también le amemos a él, y le amemos de la misma manera que él nos ama a nosotros.
Hermanos, como predicaba el pastor la semana pasada y la semana anterior, no podemos sobornar a Dios, en muchos de nosotros preferimos cantar o danzar o servir, o estar activo de una manera, pero lo más que nos atemoriza es como decimos en la clase de discipulado, lo más que nos atemoriza es una entrega total y el dilema es esto, el Señor no estará conforme, y Satanás sabe que el Señor no estará conforme, hasta que nosotros no ofrezcamos al Señor una entrega total.
Uno de los primeros mandamientos que el Señor le da a Israel antes de que ellos entraran en la tierra prometida, y eso es repetido en una casa ortodoxa judía aun hoy. El niño judío es las primeras palabras muchas veces que ellos aprenden es este versículo en Isaías capítulo 6, “amarás a tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”. En otras palabras, ¿Qué es una entrega total? Cada rincón, cada escondite, cada closet, cada esquina, casa célula, todo lo que somos, cada átomo de nuestra existencia es de él, se lo entregamos a él, él es el rey de ella, él toma posesión de ella.
Ahora, si nosotros somos sinceros hermanos, cuando nosotros intentamos amar a Dios de esa manera, nos confrontamos con barreras, todos, nos confrontamos con fronteras. Hermanos, yo estoy seguro, que si usted está aquí no es por indiferencia, usted está aquí, yo estoy seguro que la mayoría de los hermanos, tal vez yo estoy siendo demasiado de generoso, pero yo sinceramente creo esto, que si usted está aquí es porque dentro de usted… tu quieres amar a Dios, tu lo quieres amar, tu quieres responder al amor de Dios de la misma manera que él te ha respondido a ti. Tal vez tu has luchado, y esas para muchos son luchas más públicas que otras, y tal vez has resbalado y has tenido tus luchas, pero su deseo es agradar a este Dios, su deseo es amarlo. Pero cuando intentamos amar a Dios de esa manera, de una manera total, una manera sin límites, una manera que no conoce barrera, nosotros confrontamos, tarde o temprano, lo que Colón llamaba una tierra incógnita, confrontamos un lado oscuro, una frontera, que nosotros mismos tememos pisar, y puede ser algo muy sencillo. Tal vez su frontera es el diezmo, el tiempo de diezmar, de ofrender, y es un drama cada vez que diezmas, ofrendas, porque tal vez piensas que su presupuesto no va alcanzar hasta esa semana, sabe el diezmo es la ofrenda, es…
Dios es un genio porque él crea, cada semana un ejercicio de fe, un símbolo de nuestra entrega total al Señor y tal vez esa es nuestra lucha. O como predicaba el psicólogo la semana pasada, tal vez su frontera, es una herida que hiere y te ha tardado en perdonar, ha sido incapaz de poder perdonar esa herida, y sigue hiriéndote esa herida, y está allí y esa es su frontera. Todos nosotros tenemos nuestras fronteras, que nos pesa cruzar, ¿y, por qué? ¿Por qué se nos hace tan difícil cruzar esas fronteras, hermanos? Yo sugiero esto, tememos entrar en ese lugar temeroso y entregar al Señor esas áreas y confiar en el Señor esas fronteras, porque algo dentro de nosotros nos dice: “Eso es muy peligroso, nunca he entrado allí, y si yo entro en ese lugar tal vez el Señor a mitad del camino me abandonará. Si yo experimento entregándole al Señor mi amor en esa área, tarde o temprano él, como muchos otros, se olvidará de mí, me dará la espalda”. Tememos que si brincamos del trampolín el Señor al último momento no va a quitar la red. Tememos que si el Señor nos manda a salir de la seguridad de nuestra barca, en mitad del camino aunque lo vimos caminar sobre las aguas y vimos que él tiene dominio sobre el viento y la marea, tememos que…, eso es él, pero si nosotros salimos de la barca nos vamos a hundir, nos vamos a ahogar y él será incapaz de rescatarnos.
Esos temores existen, ¿Y por qué? Now, this is really getting deep. ¿Por qué existirán esos temores? ¿Sabes por qué? La franca verdad hermanos, es que no sabemos amar al Señor de esa manera. No sabemos como hacerlo, cada uno de nosotros hemos experimentado en nuestras vidas, el amor que nosotros conocemos ha sido un amor contaminado, un amor imperfecto, hemos recibido el amor como lo hemos recibido en nuestras vidas.
El autor de este libro, el profeta Isaías, relata en el capítulo 6 que cuando él primero se encontró con la gloria del Señor, la belleza del Señor, oyó el cántico de los Serafines, se vio delante de la presencia del Señor como pocos hombres, su primera reacción, lo primero que le vino a la mente, fue lamentarse delante del trono de Dios y declarar: ‘Ay de mí, porque soy qué, hombre de labios inmundos, y de un pueblo de labios inmundos’. Y sabe hermano, ese soy yo, ese era usted, esos somos nosotros, todos nosotros somos hombres de labios inmundos, un pueblo de labios inmundos, nos crió un hombre de labio inmundo, o una mujer de labio inmundo, caminamos las calles repleto, poblados por hombre y mujeres de labios inmundos. Eso es lo que somos nosotros, y el Señor nos tiene que enseñar como amar, el Señor nos tiene que instruir en como amarlo.
Y tal vez hermanos, tal vez, nos impide lo más que, nos impide amar al Señor de esta manera, porque el amor que nosotros conocimos es, ha sido tan imperfecto, que tal vez las heridas que más le han lastimado hermanos, han sido a través de aquellos de se supone te amaran más. Las heridas que más lamenta son aquellas que tal vez tu has recibido de parte de personas que han estado en su vida, se supone para que usted sea protegido, su mamá, su papá, su hermano, su cónyuge, su amigo de años, no es un particular quien nos hiere, es la persona que se supone quote ‘amamos más’.
Y el Señor sabe eso, y el ve eso, y por eso el hace esa pregunta retórica, “Hijo de Sión en esta noche, en esta tarde, hija de Sión ¿Podrá una mujer olvidarse de lo que dio a luz?” Y nosotros, yo no se de Nazaret, yo no se de Nazaret en el primer siglo, o no sé en el tiempo de Isaías, pero en Boston, en el año 2006 podríamos nosotros responder: “si, absolutamente si. Si, puede una mujer olvidarse de lo que engendró.
Sabe, en 47 estados existe una ley de abandono legal, en que una mujer puede entregar sus hijos recién nacidos a un cuartel de policía o a una sala de emergencia del hospital, dejar a ese bebé ahí, seguir caminando y… y es completamente legal. Ahora, ¿por qué existe esa ley? Sabes qué, existe esa ley porque sin esa ley tuviéramos incidentes como lo que pasó en Rosindale un par de semanas atrás, a donde un bebé, la cuna de ese bebé fue un cesto de basura en que una mamá lo enrolló en una toalla, lo dejó a los elementos, como si fuera una basura, sabes lo que le llamaron ese muchacho…Jordan.
Los médicos le pusieron el nombre Jordán, el río a donde la mano limpió su lepra, a donde Jesús fue bautizado, esperanza, sanidad, un bautismo de poder. Y hermanos eso es lo que el Señor quiere para ti, esperanza, sanidad, un bautismo de poder en su nombre, aunque eso es el amor que nosotros hemos conocido.
Sabes, si este es el amor de madre, nosotros diríamos que es el amor más instintivo del ser humano, es el amor más natural que conoce un ser humano, si eso es el amor de una madre en nuestra sociedad, que no será el amor de un particular, que no será el amor de un amigo, que no será el amor de un cónyuge. Con razón tememos entregarnos a cualquiera, con razón nos cuesta darle…, mostrar nuestro lado frágil a cualquiera.
Y sabes, yo lo veo así, no me escandalizo, ¿sabes porqué? Yo veo esto como una señal más de la venida de Cristo, en Mateo capítulo 24 declara la palabra: “por haberse multiplicado la maldad -en el versículo 12-, por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. Ustedes no han notado hermanos el esteticismo general que existe ahora, y no es solamente en Nueva Inglaterra, yo creo que por donde quiera que uno va, uno ve que nadie en verdad cree en nadie, y por más educado que uno es, por más élite que sea la universidad, menos confianza hay.
Y más cierto somos nosotros que el ser humano te va a traicionar, te va a dar la espalda, guarda tu espalda porque te pueden enterrar la puñada en eso. No confiamos en nadie, ni …bueno como dice la palabra , ni en su madre, ni en su madre. Y el Señor oye esto y el Señor nos conoce, el Señor conoce nuestro trasfondo, y el Señor se nos acerca y dice: “ yo oigo, yo oigo de ti, yo oigo estas palabras, Jehová me dejó”, ¿De dónde sale esto?. Mateo, el próximo versículo, Mateo 24.13 a propósito dice “el que persevera hasta el fin será a salvo”.
¿Sabes por qué perseverar hasta el fin? Porque su fe hermano será acechado, su fe hermano será bombardeado por el enemigo, y el enemigo sabiendo usted en la condición que usted vive y el enemigo sabiendo usted que esta viviendo por fe, el enemigo, el enemigo, en su momento… cuando el enemigo está a su alrededor, cuando parece que está en pura batalla y no tiene salida, cuando menos esperanza parece que tienes, es precisamente en ese momento en que el enemigo se te va a acercar al oído y te va a susurrar “olvídate de tu Dios” como le dijo a Job, niega tu Dios y muérete. Olvídate de eso, eso fue un fracaso, eso fue un experimento, eso fueron unas emociones, niega… ¿Dónde está?… ¿Cómo te va a sacar Dios de este lío? ¿Dónde está tu Dios?
Me dejó Jehová, el Señor se te acerca y dice: “Mira, yo no soy así, Satanás es un mentiroso, ¿Tu no has oído que él es un mentiroso?, él es un mentiroso, yo no amo así, yo nunca me olvidaré de ti, yo nunca te abandonaré”. Y nosotros respondemos: “Bueno Señor, yo quiero creer eso, yo se lo que me dices, pero francamente Señor se me hace difícil creerte, porque no he conocido un amor que no me ha traicionado. No he conocido eso, no conozco lo que me estas diciendo, lo que me estas sugiriendo, este amor que me ofreces, es algo raro para mí, nunca lo he visto, nunca lo he experimentado, no se lo que es eso, no se que con que se come eso, yo no se amar de esa manera. Perdón Señor, pero se me hace difícil creer que jamás me abandonaras”
Y el Señor sabe, sabiendo ésto, el Señor nos deja dos señales, dos señales, la primera señal es esta:
“He aquí en las palmas de las manos, te tengo esculpida,” la primera señal es de ésta mira… el Señor toma a Sión, te toma y te dice: “Mira, yo nunca jamás me olvidaré de ti” y luego te dice: “Hijo, hija, mira estas manos, mira estas manos, estas son las mismas manos que pusieron las estrellas en su lugar, estas son las mismas manos que detuvieron el mar y permitieron que Israel pasara en seco, estas son las mismas manos. Estas son las mismas manos que te formaron en el vientre de tu madre. Fuiste formado, yo estuve ahí el día en que fuiste entretejido en el vientre de tu madre y cada cabello lo puse en su lugar con estas manos. Tu eres mi creación, yo te formé, tu no eres un experimento, tu llegaste a este mundo con un propósito, yo sé, porque yo te puse en tu lugar. Estas manos, dice el mismo Isaías capitulo 49, que sus manos… “Me cubrió con la sombra de sus manos”, declarar el Señor, esas manos son tu protección.
Ahora sabes que Sión, tu ve estas heridas, ¿ves estas heridas? En las palmas de mis manos tu nombre esta esculpido. Estos clavos fueron dirigidos hacia ti y yo no permití que te traspasaran, porque tu vales demasiado. Estas manos, cada vez que veo estas manos, yo me recuerdo de ti y de lo que vales y lo que eres, estas manos declaran que tu vales mucho para tu Dios.
Y la segunda señal hermanos, “tus muros están delante de mi”. Ahora, ¿por qué muros? dirigiéndose él a Sión, ¿Por qué muros? Sabes, Sión levantaba muros para proteger lo que más valoraba, sus casas, sus templos, sus fincas, su ganado, su economía, y estos muros a través del tiempo, si leemos toda la historia de Israel, leemos la historia de David y Salomón, leemos Neemías, leemos toda la historia de Israel. Esos muros fueron edificados, fueron acechados, fueron quemados, fueron reconstruidos, y es así con nuestras vidas. A través de todas nuestras vidas hermanos, tu y yo hemos estado levantando muros. A través de todas nuestras vidas, como compartía el psicólogo la semana pasada, él los llamaba mecanismos de defensas que nosotros levantamos para proteger las cosas de nuestras vidas que nosotros más atesoramos: nuestras vidas, nuestra salud, nuestra autoestima, nuestra economía, nuestros hijos, nuestros días, y nosotros hemos levantado muros a través de los días de nuestra vida para proteger nuestro interior y para proteger esos tesoros.
Y así como Israel, así como Sión, los muros de nuestras vidas también han sido acechados, y tal vez también han sido quemados y tal vez de vez en cuando han sido devastados. Los muros de nuestras vidas han sufrido pérdida, y tal vez lo que han protegido, lo interior, lo que hay dentro de usted, tal vez tu has perdido algo precioso y ha estado a punto de perderlo todo y el Señor te promete en este día, el Señor te dice: “Sabes, tus muros, todos tus muros están delante de mí, yo estaba allí, yo estaba allí cuando tu esposo te dejó, yo estaba allí cuando tu matrimonio se deshizo, yo estaba allí cuando tu padre te rechazó, yo estuve allí cuando te quedaste sin trabajo por un año sin saber de donde iba a salir la comida para tus hijos, yo estuve allí cuando todos tus amigos cayeron muertos en la calle y tu fuiste el único que sobreviviste, yo estuve allí cuando el doctor te dió ese diagnóstico sin esperanza, ¡yo estuve!, yo estuve allí todos tus muros están delante de mi.
Y sabes que, a pesar de todo eso ¿Ustedes se dan cuenta? Estas aquí, tu estás aquí, nosotros estamos aquí ¿Por qué? ¿Por qué? Aunque se levantaran esos muros, se quemaran esos muros, cayeren esos muros, el Señor es nuestro muro, él es nuestra protección, y eso es lo que él te dice hoy: “Hermano no te preocupes por lo que vas a perder, tus tesoros, yo soy capaz de guardarlas, yo seré tu salvación. Hijo, hija de Sión, yo seré tu sanidad, hijo, hija de Sión, yo seré tu fortaleza, hijo, hija, del Sión, yo jamás me olvidaré de ti, jamás me olvidaré de ti. Tus muros están seguros delante de mí, yo soy tu protección.
Hermanos, nosotros vamos a entrar, estamos entrando en tiempos decisivos, y tenemos que entrar en estos tiempos con corazones seguros que el Señor nos va a respaldar, ¿Sabes qué? cruza la frontera, cruza la frontera, el Señor te va a respaldar y jamás te abandonará.
Ephesians 3:1-13
TRANSCRIPT
The Book of Ephesians. We’re working through this Letter of Paul to the Christians in Ephesus which is a city in, what is it? Greece, Asia Minor, somewhere around there. A city where there were some of the first Christians, one of the early, early churches and the Apostle Paul wrote to them
We’re going through this letter and I believe God guided pastor Roberto to choose this letter to be the first sort of scripture as a whole that we worked through; because it’s a book that talks in many ways about what it means to be a church, what it means to be a Christian community. And so he’s touched on issues of Jesus’ death for us, of bringing people together, of us being made alive in Christ, being one in Christ. You’ll find in it so many topics are addressed in this letter that are part of the foundation of what it means to be a church.
And so that’s why God guided our pastor to talk about this and my turn today is in the Book of Ephesians, chapter 3, verse 1 to 13 and again, this is a letter, right. It’s a letter that was written and I don’t know if it happens to you, when you’re writing a letter or you’re talking to someone, you say something that reminds you of something else. And you go, wait, wait a minute, wait a minute, let me, you know, and you go on sort of at tangent, but it’s not at tangent, it’s something important but that just as you were going along you thought of it, and you stuck it in.
Well, we’re going to read one of the Apostle Paul’s tangents. Now, when you’re the Apostle Paul and you’re inspired by the Holy Spirit, even your tangents are discussed thousands of years later in church because they’re anointed and they’re powerful. They have something to say to us tonight. So, that’s what we’re going to look at, the Book of Ephesians 3:1 to 13
He says: “….For this reason I, Paul, the prisoner of Christ Jesus for the sake of you, gentiles, -and then he stops.
When he was about to go into something…. For this reason I, Paul,…. And he’s about to go into something really important and Stephen’s going to talk about that next week. But then he says, wait a minute, wait a minute, surely you’ve heard about the administration of God’s grace that was given to me for you. Ok, he’s starting to do his aside here, he says:
“…. That is, the mystery made known to me by revelation as I have already written briefly. In reading this, then you will be able to understand my insight into the mystery of Christ, which was not made known to men in other generations as it has now been revealed by the spirit to God’s holy Apostles and prophets. This mystery is that through the gospel the gentiles are heirs together with Israel, members together of one body and sharers together in the promise in Christ Jesus. I became a servant of this gospel by the gift of God’s grace, given me through the work of his power. Although I am less than the least of all God’s people. This grace was given to me to preach to the gentiles the unsearchable riches of Christ and to make plain to everyone the administration of this mystery which for ages past was kept hidden in God who created all things. His intent was that now through the church the manifold wisdom of God should be made known to the rulers and authority in the heavenly realms, according to his eternal purpose which he accomplished in Christ Jesus our Lord, in him and through faith in him we may approach God with freedom and confidence. I ask you, therefore, not be discouraged because of my sufferings for you, which are your glory.”
Father I thank you for this inspired tangent in this letter which is really not at tangent at all. And God I thank you for the message that’s encapsulated in it. And Father, I pray for your Holy Spirit to speak to me and through me and to us tonight. Lord, I pray that it would be you opening up each heart and that together we would hear from you tonight. God, I want to hear your voice. I want your manna today, your fresh bread, that you have for us. In Jesus’ name. Amen.
So, the Apostle Paul goes on a tangent. You know, why he does it? Because he starts saying, for this reason, I, Paul, and he identifies himself, the prisoner of Christ Jesus for the sake of you gentiles.
Now, he’s writing to gentiles, non Jewish people and he starts by saying, I’m writing to you. Now, remember I’m a prisoner for you. Now, that can be kind of a heavy trip. You’ve ever had someone remind you of how much they’ve suffered for you?
I’m Italian so, I know what Italian mothers and grandmothers can do when they want to lay it on thick, you know. It’s ok, you know, ‘all these years of suffering, but that’s all right’. And so, the Apostle Paul is afraid that they’re going to feel, it’s a guilt trick. He says ‘I am a prisoner for you, I’m in jail for you’. And he’s going to think, ‘gosh, they’re going to think I’m kind of saying, ‘I hope you appreciate what I’m doing for you’. It’s like, that’s not what I’m trying to do here and so he…. You know, I need to step back and I need to explain to them why I’m in jail.
The Apostle Paul is writing this letter from jail most likely. That’s a heavy things. A lot of the best literature throughout the history of the world has been written from jail. Isn’t that amazing? You know, I remember there was a gentleman here in church who helped me lead a Bible study, who was just an amazing teacher and I asked him, you know, what seminar, what Bible institute did you go to? I studied when I was in jail. And he was amazing. I blow Gordon Connell away, again I went to Gordon Connell.
But he was good. He spent time in jail doing important things, great leaders, Martin Luther King, all kinds of great leaders have written some of their best stuff from jail. The Apostle Paul is in jail and he wants them to know why he is in jail. Because it’s for them, it’s for the people he’s writing to. And he wants them to understand because it’s possible to think, you come to me and you talk about God’s mercy and God’s grace and salvation and fulfillment and here you’re writing away in jail. What’s going on with this?
There’s an inconsistency there. And the Apostle Paul wants them to see, no, no, there’s no inconsistency. I’m suffering, but I know what I’m doing. It’s interesting, there’s a verse here where he says: “…I’ve become a servant of the gospel”. The difference between a servant and a slave is that a servant gives himself or herself willingly. A slave is forced to do it.
The Apostle Paul wants them to know, look, I am a servant and I’m in jail not because I’ve forced to be, but because I’ve chosen this and because it’s worth it. And I want you to know why it’s worth it. Because I’m part of something amazing, part of something exciting, part of something absolutely new in the history of the world and it’s worth going to jail for it. And that’s why I want to take a little time to explain to you why I’m sitting here in a jail cell in…. wherever he was at that time, I don’t even know.
And so, that’s what he does. And that’s important for us because what he’s going to talk about is something that we’re part of too, and it’s something that can be deceiving. Believe me, when someone is suffering in jail it’s easy to think that he’s not winning, it’s easy to think that his life isn’t in victory, and he wants them to know. It may look like I’m in chains, but in another letter he says “… the word of God is not chains”. And it may look like I’m losing but guess what? I’m not losing, my God is on the throne and he’s using me, he’s got a purpose for me and it may look like I’m down, but I am not out. And it’s like for us too.
We are part of something amazing here. We’re part of something cosmic. I’m not trying to be weird with you but something, I use that word intentionally, something that powers and principalities in the cosmos are watching and you and I are players in this amazing drama. And you think, ‘I’m just trying to get through the week, and you’re talking to me about cosmic drama, that I’m a player…’. That’s exactly that I’m saying. And I’m saying that you are called to have a part to play in history that God sees and even angels themselves long to watch.
And the Apostle Paul talking about his purpose and why he suffered is also part of our purpose and why we go through certain things as we seek to serve the Lord.
So, lets go through this, ok? He says: “…surely you have heard about the administration of God’s grace that was given to me for you.”
So, he’s saying, surely you’ve heard that God has administered, it’s a very formal word. It almost sounds like a business word. An administration of grace that God has given to me, almost as if God is a CEO who knows exactly what he’s doing and he’s written as a line item, I’m going to administer some very specific grace or spiritual power or favor from me to this particular person.
And look at why. He says, “…surely you have heard about the administration of God’s grace that was given to me for you.”
God gives us gifts, not so that we can have them, but so that we can give them to others. That’s why God gives gifts. The whole idea, if you have a gift or a special ability, or a special grace that God has given you, most likely I in some way am a recipient of that grace, not you. If you have a gift of healing, who’s the one who received the benefit of that gift? It’s not you, it’s the sick person you pray for that gets healed. If you have a God of prophesy and God speaks to you, the person that receives the benefit is the person you speak the prophetic message to.
So the Apostle Paul says, I have been a given a very special grace that was given to me for you. That’s a principle throughout scripture, that God blesses and he takes care of you and he saves you and he forgives you, not just for you, but the people you’re going to touch. That’s a very important concept.
I talked to some people who were in situations where they know that God has a purpose for their lives, but they’re choosing not to live for God. And they figure, well, the only one I’m hurting is myself. You know, that’s how some guys who are living on the streets, rather than serving God the way they know they’re called to do, and they think, ‘well, I’m only hurting myself by doing this so, what’s the big deal’. I said, ‘you’re not just hurting yourself. You are hurting all of the people you would have touched if you were doing what you’re supposed to be doing’.
You’ve seen that…. That can also be positive, that’s the negative spin on it. You’ve seen the movie ‘It’s a wonderful life’, right? You know, this man who needed to have an angel showing the movie of what his life, what the world would have been like if he had never lived. You’re serving the Lord, you’re being blessed, you’re letting God heal you and let you know he loves you, it’s going to touch the people that are around you. You’ve got a purpose here.
And our discipleship classes one of the key questions is, who are the ministers of congregation Lion of Judah? Anyone from the discipulado classes. ¿Quiénes son los ministros de congregación León de Judá? Who are they? Come on, I know, we must have some discipulado people here. She’s hiding behind the chair, there must be someone else. It’s not Roberto, it’s not me. The ministers are all of us. We are all called to do ministry and the person who does ministry by visiting a sick person and nobody ever knows about it, that’s every bit as much ministry as someone preaching from here. The person who set up bungee courts from one side to another, and lined up these chairs perfectly is doing ministry for God every bit as much as the people who lead worship.
God gives you grace for others. And God gave the Apostle Paul a special grace for the gentiles. Ok? So we’re going to find out what that means, ok? Going to stick with me here, going have to … you have to be active readers.
So, but “…..that is the mystery made known to me by revelation as I’ve already written briefly earlier in this letter. In reading this, then you will be able to understand my insight into the mystery of Christ.”
Ok, so there’s something about Jesus, something about Christ that is mysterious, there’s something that’s kind of hidden, that couldn’t be known otherwise. And the Apostle Paul is going to take us to what that is.
He says, “… which was not made known to men in other generations as it has now been revealed by the spirit to God’s holy Apostles and prophets…”
I’m going to stop right there a second. I believe that the Holy Spirit reveals things. How many people believe that? How many people experienced that? Some people think, well, what does that mean? Some people really experience that. The Holy Spirit does speak, he is not silent, he reveals…. Jesus said, ‘the Holy Spirit will take that which is mine and he’s going to reveal it to you’.
So, when you’re in God’s presence and the Holy Spirit’s touching you, he’s revealing who God is to you, he’s revealing who Jesus is. He’s revealing who you are… what’s going on in the world. It’s like your eyes are open, it’s amazing. That’s why people get addicted to this. That’s why people come and do what we’re doing here. It’s because this is real, this isn’t just coming to church, it’s a real living encounter with the spirit of the living God and he reveals things to us. He’s active in this.
So, the Apostle Paul is going to talk about what he revealed to him. Ok? The mystery.
Verse 6, “….the mystery is that through the gospel the gentiles are heirs together with Israel, members together of one body, sharers together in the promise in Christ Jesus”
Ok. Now, I don’t want to hear people going, guau, for us it’s like, ok, gentiles, Jews, what’s a gentile? You know, I mean it’s kind of…. That seems very far away to most of us. Now, for someone who’s maybe raised in orthodox Judaism that it’s a different ball game, most of us weren’t.
So, the Apostle Paul is sharing something amazing, some revelation that’s exciting, that’s scandalous to people. And I want us to climb into that a little because it does connect to us here. But you’re going to have to come with me, ok. I’m going to have to think about this a little bit.
You see, for them the history of Israel; Israel was the people of God. God chose a nation, and he says ‘I’m going to channel myself through this nation to invade planet earth. I’m going to reveal myself to the world through these people.’ So, they had a very conscious sense of being the people of God, being the chosen people of God. Salvation, knowing God was mediated through Israel, it was mediated through the Jews, through the scriptures, through the prophets, through the temple.
Now, this isn’t just a religion, again. We’re talking about something, I mean, something that’s like from a science fiction movie. They had a temple, and in the holy of holies in that temple, the presence of God dwelt in visible form, it was called the …… glory of God. It was a glowing, visible, fiery presence of God that if you came into that presence in an inappropriate way, you’re fried, literally and that happened a few times in the Bible. It was a scary thing. It’s as if something from a star wars movie, it was a…. they were aware, the holy, visible, manifest presence of God dwells among Israel, and you worship him through the temple and through the sacrifices. And the messages of God come through the scriptures and the prophets. They were aware that we are a nation of like priests. They called themselves a royal priesthood.
What does a priest do? A priest mediates between God and people and so they knew, we are a holy priesthood, God mediates, or we mediate the presence of God in the world. Ok?
Now, Israel always saw themselves as a special, particular people. In the King James translation it’s ‘a peculiar people’. They would make fun of themselves for that. The idea is that they were chosen, they were special, they were different.
Now, it was always an open nation. Israel at no point was meant to keep God from the world. Ok? Anybody could come. It was a radical concept, anybody could come and could worship the God of Israel, and so you could…. In fact, some real important people in the Bible were not Jewish: Moses married a lady who wasn’t Jewish. In fact her dad was a pagan priest, talk about rowdy family gatherings, you know? What did they talk about over dinner? I don’t know. She came in and became a worshipper of the God of Israel.
Ruth, you’ve ever read of the Book of Ruth, I don’t know if you’ve ever read that book. She wasn’t Jewish, she was a mohabita, Moabites. She was from Moab, I don’t know how to say that in English any more, isn’t that pathetic? She is a Moabite lady. Yes, that’s was she was. She wasn’t Jewish and yet she was Ruth. She got a hole book of the Bible named after her. That’s pretty good. She got a …. And in fact, she was the whatever it was, grandmother, great grandmother of King David and the great, great, great, great, great grandmother of the Lord Jesus himself. She wasn’t Jewish. Ok?
So Israel was always open to whoever…. In fact, they had a whole particular of the temple called ‘the court of the gentiles’ where if you were not Jewish, you were from some other country, and you’re not Jewish, you could come and you could pray and worship God in that court. It’s an amazing thing. Anybody could worship the God of Israel.
But in order to really become a follower of God what you had to do was, become Jewish and you could come in: get circumcised, come in. Like Ruth said, ‘your people will be my people and your God will be my God’, she had to become Jewish, right. And so that was the idea. In fact, they would have ceremonial washing and cleansings which is ……our baptism comes from that to mark that you’ve changed and you’ve repented and now you’re one of us, you’re Jewish, you can worship God too. Ok? So it was an open country.
So, it was never closed but it was exclusive. You could only have a relationship with God through Israel. But look at the mystery that was revealed in verse 6:
“The mystery is that now the gentiles –gentiles are non Jews- are heirs together with Israel, they’re members together, -look at the repetition- they’re sharers together in the promises”
Therein, and guess what? They don’t even need to become Jewish. They can just stay Greek, or Turkish, or Ethiopian, which were all different nationalities that were coming in. Do we have some Ethiopians here? But, that was… there was a country, or Sudan or Egyptian. These were countries that were being evangelized, and so guess what? They don’t have to become Jewish. They can just accept Jesus and worship God and they’re in. It’s now the doors are open to everyone and we’re all in this together. Ok?
That was a radical concept. In fact it was so radical that Apostles themselves, Peter and Paul got into a fight about this. It was a radical, different concept that gentiles could worship God without having to become Jewish.
Now, how does that speak to us. The concept that the gospel is now not a specific thing, but it’s a universal thing that it’s a special mystery that the Apostle Paul administered. Look at what he says:
“I became a servant of this gospel”, and he talks about how he is part of the administration of this mystery. Let me see where that is, verse 9, ok? You’re with me? I know it’s Saturday night, but you’ve got to think a little bit, ok. That’s what this is, you’ve got to think. Ephesians 3 verse 9. Good question hermano, 3 verse 9. So he knows, my job is to preach the riches of Christ even though I am nothing, you know, I’m the worst of…. Verse 9
“….and to make plain to everyone the administration of this mystery which for all ages past was kept hidden by God who created all things”.
In other words, this is a mystery, this is a concept that needs to be administered on earth. Anyone here work in a business or something or administration of some sort of an organization or of a business or of a school? You know that administration means you take something and you make it happen and you organize, you plan and you lead it, and you supervise it. It’s a very active work. The Apostle Paul knows that he has been called to help this reality coming to being on earth.
Now, he knows he’s not the one who makes it happen because look at what he says in verse 9, he says:
“… mystery that was hidden by God who created all things”. This a creation of God but I’m called to facilitate it happening. Ok? And that’s not a passive thing, it’s such an active thing, he’s preaching about Jesus not just to Jews, but he’s going everywhere. He’s talking to everybody, he’s talking to Greeks who don’t know anything about the Bible and he’s talking to them about God, the creator and his son who died for them.
I don’t know if we have any people here who’ve done missions before. But the concept of going to a new country where perhaps Christianity isn’t as widespread as it is in the West and you preach and it’s a new thing, and people are discovering it. That’s what the Apostle Paul did. He was administering this on earth and it didn’t happen automatically. It took an Apostle and it took preachers and ministers, and Christians to help this new community of Jews and gentiles come into being.
And guess what? God is still doing and he’s doing it right here, right now, tonight. God still wants to bring this amazing reality of breaking down the dividers between people and bringing them together as part of a spiritual community God is still about doing that. The church is not an institution, ok? It’s not a club, it’s not a business, …. You’d wonder sometimes at some of the corruption that happens out there. The church is not an organization. The church is an organism. It’s a living, breathing organism that lives and is connected and it’s real and that comes into being by God’s spiritual life. And it’s an organism that brings together people from radically different backgrounds.
We talked about this last week. In the Book of Revelations it says that in the last day there will be a multitude before the throne of God that no one can count. They will be from every nation, every tribe, every people and every language and they’ll be standing before the throne of God and before the lamb. God is going to save people before Jesus comes back, there will be worshipers of God from every different ethnic group on the face of the earth according to that verse. There will be people who know God and worship him in their own identity as who they are. It’s a beautiful thing.
I don’t know if you’ve had the experience. I think most of us have had the experience by the nature of the city we live in, to experience worship in a different cultural context. What this says is that God will be glorified by every different type of person and nation that he has created on the face of the earth. That means… I mean…. And there’s a lot of variety in the world, I don’t know if you’ve noticed.
You can get someone like Bach, who wrote, all that stuff, all the beautiful… he was a Christian and at the bottom of his music he would write the letters SDG –solely Deus Glory, solamente a Dios sea la Gloria, Only to God be the glory-. He wrote this beautiful baroque , just other worldly music that we still listen to, hundreds of years later. He did it for God. He’s saying, this is my music, this is my culture, it’s coming out of my heart and I’m doing it for the God who made me.
You know, I love that saying, I don’t know if you’ve ever seen the movie, ‘The Chariots of fire’, it’s gone dating myself, this is an old movie, you know, ok, seventies, eighties, I don’t know. It’s about a Christian athlete who ran in the Olympics and it scandalized some of his family who thought, ‘why would you participate in such worldly things like running in races and things like that, and athletics’, and he said, ‘but mom, God made me and he made me fast and when I ran I feel this pleasure’. And he would ran and he… when I’m running…. And you watch the movie running, you know, that, that goofy song…. He’s running and he’s looking up and you know, he’s running for God because it’s him, it’s his personality, it’s his style, it’s who he is and he does it for God. Oh, that’s great! He doesn’t have to be someone else, it’s just who he’s made to be.
Becoming a Christian is going to change you, but it’s going to change you into being more and more yourself, more and more the person that God has created you to be. Oh, but are yourself for God and that’s beautiful, because Satan has tried to twist our nature, our personality. And it’s like that with our ethnicities. I love it when people worship God with different ethnic styles, you know.
Juan Luis Guerra, he’s a Christian now and he does his baladas for the Lord because God made him and that’s his song. And he sings it for the Lord. There’s others you know, I heard someone today who just brought Christian ‘ballenato’, a music from Colombia. A guy named Christopher Parkening who’s a classical guitarists for whatever orange county, you know, and he plays beautiful, classical guitar for God. It’s his style, it’s his culture and guau… that’s beautiful, God’s glorified in that.
Here in Boston it’s a multi ethnic community and there are a lot of ethnic specific churches, ok? And that’s a good things. That’s leaving out this…. it’s a mystery that God’s saving people from every country now. Guau!!! And so you can go to some churches and you can hear African American gospel, a good stuff. You to new covenant, just down the street that Baptist church, ….. Baptist, the Bullock Brothers, they come and do concerts here sometimes and these guys …. Old timers, some guys who were getting up there you know, eighties, nineties, they’re still singing and they’ve got their little great grandchildren playing drums, and it’s amazing. Oh, and they do it for God, it’s them, it’s their culture, their families, who they are. There’s a church just down the street called Boston Chinese Evangelical BCEC. It’s great Chinese church and they serve the Lord, it’s a big bursting, alive church and they have English service and they have Cantonese, and they have Mandarin and it’s an expression of first generation and second generation of Chinese American. I know of a really good speaking church in the neighborhood too. Right here, tomorrow, you know, it’s in Spanish.
Now, we’re going to get there. It’s not mono cultural, we’re going to get into that a little bit, but it’s a really good Spanish church, people worship God in Spanish. It’s my language…. If that’s your first language, oh it’s good to be… just worship God in your own language, you know, and I know some people who even….they may have been born here and raised here but for the Spanish family it’s like they still have to pray in Spanish. Great, just don’t make me pray in English. I just can’t. I’ve got to pray in Spanish. It comes from my guts, you know, and it’s hard and….
So, it’s good, these culturally specific churches help to fulfill the mystery that Paul administered, because they’re people from different cultures, different types of people getting to know the God who created them, who’s not just the God of Israel, he’s the creator God and they’re worshiping him as God made them to be. Ok?
But then, there’s other churches that are not mono cultural, there are multi ethnic churches. You know, you’ve heard of the teenage mutant injured turtle, kind of a teenage mutant injured church. Your bring together all kinds of different cultures and you just throw them in.
Now, sometimes you’ll hear people talk about the United States as a melting pot, where people come in and all the cultures are melted down to a common denominator. Come on! That’s not God’s will. God said he wants people from every tribe and nation, and language, he wants people to be who they are.
So, it’s not a melting pot, but what happens when people mix together? Well, it’s kind of like, there’s a food in Colombia, and in Dominican Republic called the sancocho, it’s a stew. It’s good, it’s really good but you’ve still got your different… you’ve got your potatoes, and you’ve got your, what’s in it? Plátanos, you’ve got your yucca, it’s still in there. You don’t want to just mush it all up and make baby food out of it. The different parts are still different parts. That’s good. That’s a beautiful things, but they’re all together in one pot and boy, it’s really good, on a cold night, oh, there’s nothing better than a good sancocho.
Well, multiethnic churches are kind of a spiritual sancocho and they live a prophetic reality that the Apostle Paul went to jail for. Ok?
So, now, let’s take the second look at this here. A multiethnic church expresses the fact, it makes a statement and I want you to look at a certain verse, that is one of my favorite verses, it’s verse 10. It talks about God’s intention and it says:
“….His intent was that now, through the church, the manifold wisdom of God should be made known to the rulers and authorities in heavenly realms”.
The church that’s me, that’s you, by our very existence, we are revealing the wisdom of God to who?, to whom? It doesn’t say to our neighbors here, although it certainly does that. It says to the… who? You can go ahead and help me with that, verse 10 “….made known to the rulers and the authorities,- where?-…. in the heavenly realms”.
You know, I don’t know any other way to read that than to read it as angels and demons that move in the spiritual realm that are around us, that are invisible, that we don’t see, but they’re all around us that are watching this incredible and here’s where we get to what I said at first, this cosmic drama play out.
It’s like, wait a minute, they’re all going to go to the same place on a Saturday night? What’s up with this? Why would people… and then why would people who are from different countries and who have all kinds of differences between them come together? Is it for a political cause? No, no, no. There’s something different. There’s a new identity.
The pastor read last week that there’s a verse that says ‘in Christ there is neither Jew, nor Greek, nor slave, nor free, nor male, nor female, but rather all are in Christ’. When you become a Christian, more important than your ethnic identity is your new spiritual identity.
I often call myself a gringo in the Spanish services because I don’t know… if I say… I can’t find another term that I like and I say, I may be a gringo, but I’m a Christian before I’m a gringo. God’s people are my people first. Now, does that mean it’s bad my cultural identity, my ethnic background? We need to be proud of who we are and thankful for who God has made us to be, for where we were born, for what we look like… that’s a good thing. But before my ethnic identity is my Christian… I’m a follower of Jesus Christ and also you’ve got slave or free. Radically different socio economic standings and I believe that on Sunday morning, you come here with the Spanish service, you’ll find some people who are you know, who have… they’re rolling in money, you know. They’ve got a lot of money, they’re successful, but not too many of them.. but there’s a couple who are successful, business people, you’ve got some people who are PhDs and doctors and seminary professors, and you’ve also got some people who are just scrape and buy and who just maybe just got off the boat and maybe don’t even speak…. You know, have trouble even reading and writing. And they’re all in the same church.
I am not going to be defined by my socio economic background. God’s people are my people. No matter how much money they have or don’t have or how much education they have or don’t have, I am part of them and they are part of me. We are one in Christ.
Then beyond that it says, not just that, but male or female. We live in a society that wants to divide the genders and there’s that sense of conflict. In Christ we are one, we come together. Now, that is a miracle and that is something that make angels be amazed and it makes demons shutter. Because when we come together we’re not just declaring that we have a new identity, we’re declaring that there’s a new country. If there’s a people group, it is even more important to me than my ethnic people group, that my national or political people group, that means that we’ve got a new country, we’ve got a new kingdom on earth.
That means when we come together, we say there’s a new kingdom invading planet earth and we’re part of it. And guess what? If there’s a new kingdom, there’s a new king. And when we come together from different groups and different socio economic backgrounds, and different styles and we worship the same God, we’re saying the Kingdom of God is coming on earth and I’m part of it. We’re declaring a new king and that is what this is… that’s why it’s such a powerful thing.
It was so powerful that the Apostle Paul said ‘this is worth going to jail for’. Look at what he says at the end, he says in verse 13 “… I ask you therefore, not to be discouraged because of my sufferings for you, which are for your glory.”
He said, this is worth going to jail for. And believe me, a multi ethnic Christian community is a spiritual reality, but it doesn’t come easy. There is a cost, it cost the Apostle Paul his liberty, it cost him his freedom. Those of you who come on Sunday morning know that we have people from many different countries, and many different styles there, right? and they come together and there’s all kinds of conflicts that happen, there’s all kinds of discomfort that happens.
I don’t know, I assume that maybe a Central American and a Caribbean and a Chilean and a gringo, maybe we all are not exactly the same. I know one of my first weeks here, I was talking to a lady and she was talking to me right like this, very close and I took a step back and guess what she did? She took a step forward and then we did it again, and then…. And I started to get a little uncomfortable here and I like… I don’t even really know this person and …. I kept getting back, back, but she got me against the wall, man. And it was completely innocent. There was nothing, believe me, there was nothing fishy about it, but she got against the wall, because why? Because for her, normal space is a certain number of inches and for me it was apparently a certain more number of inches. There is discomfort.
Being part of a multi ethnic community involves moving out of your comfort zone a little bit. It means being uncomfortable. It means being willing to be different. It means willing also to deal with all the inevitable misunderstandings that will happen. The assumptions that people make about other people, the assumptions that we make about life, about what it means to be a Christian, about how to express my worship, about how to express love, about even gender, about leadership, all of these things are culturally influenced and in a multi ethnic church you get to have all kinds of messes. It’s just going to be…. It’s going to be messy, it’s going to be sancocho’s messy, it’s not a neatly divided food. And that’s what a multi ethnic church is going to be like.
But guess what? The Apostle Paul is telling us in this text the mess is worth it. He’s saying, I’m in jail but I’m in jail for a good reason. I’m in jail because I am part of preaching the gospel and helping to administer a new community on earth, a multi ethnic, anointed, Christian community. And you know, sometimes people may have asked, Paul, do you really think it’s worth it? And I think there may have been certain moments when Paul may have said, you know, I don’t know if it’s worth it, but I know that he is worth it, because I am called to preach the unsearchable riches of Christ and he is the most beautiful thing in this universe. And when people who are different come together to worship him, he is present on earth in a special way.
Now, it was worth it to go to jail for this. And there is a cost for us to pay, if we are going to participate with the Holy Spirit in building a multi ethnic, anointed, Christian community on earth. There’s a price to pay, but it’s worth it. And he’s worth it and you are part of it.
God has given you grace so that you can give, you can be part of this, each one of us is part of this drama, each one of us, here tonight, in a very unique and special way. And so we need to hear what the Apostle Paul says and say, yes, Lord I’m willing to follow his example, willing to go against the grain, willing to put you first and be part of building the Kingdom of God on earth.
So, why don’t we stand up and we’re going to entrust this to the Lord. Amen, Father, we come into your presence tonight and Lord I thank you, Lord Jesus, that you have a very creative heart. You are the creator of all things and you have created people on this planet gloriously and spectacularly different. We thank you for that, Lord God. I want each of us, many times we are in some ways ashamed of who we are, of our background, of what we look like, with your eyes closed and in a spirit of prayer, just want you to receive deeply that awareness that you are who God made you to be, and it’s to reflect God’s glory, the way stained glass with all its different colors reflects God’s glory in different ways, when it comes together as a mosaic. God has made you and you are a part of that mosaic, you are a part of that design.
Trust in the Lord means becoming more and more yourself, who God has created you to be. And Father, together Lord, now as a community we recognize that the Apostle Paul went to jail so that Jews and gentiles could worship together. And Father, the cost for us is so much less right now at least, but Father, I pray God that we as a group, Lord Jesus, would be willing to pay the price, Lord God, oh Father that we pay the price, and that you raise up a new thing here, Lord God, in Boston.
Lord Jesus, I thank you for the other multi ethnic churches that you’ve raised up and I pray that this will be another expression of your creativity, Lord God. I pray, Lord Jesus, that we were are planting and sowing here would grow and thrive Lord Jesus, and years from now it will be strong and bearing fruit, Lord God.
And that there would be all kinds of different people, that the door would be open to everyone, Lord Jesus, people from different socio economic backgrounds, Lord, people from different countries, different styles and personalities and that we would worship the one true God, Lord Jesus, and that we would proclaim together that there’s a new kingdom, Lord God, there is a new king in Boston and that he is coming, he is coming soon when every nation, tribe, people and language would worship him before this throne, Lord God.
That we would be a prophetic community, Lord God, a prophetic community together. Lord, we are the pioneers in this, we sow this before you tonight. I pray you would hear the prayer we’re offering to you today and God that even years from now, with many different people in this place worshiping you in this service, Lord God, Father that they would receive the benefits of prayer and the commitment that we’re making before you tonight, Lord God. We thank you and we worship you and we praise you tonight, in the holy name of Jesus and your unsearchable riches. Amen.
Perdonar nos hace libre
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Yo quisiera invitar al doctor Rene Quispe que viene, que es argentino que reside en California. Y hermanos Dios hace todo perfecto. ¿De qué habló el pastor la semana pasada? De la familia, del hogar, del matrimonio. Dios envió al doctor René, que conocemos desde hace muchos años, lo envío aquí este fin de semana casi como si el Señor diciendo, ‘yo se que es difícil, les voy a ayudar a saber cómo puedes edificar una familia mas bendecida y cristiana. Dios lo trajo así que nos conviene a nosotros, nos toca a nosotros abrir el corazón y recibir lo que el trae, que el Señor lo bendiga al Doctor.
Muchas gracias pastor, que gozo estar con ustedes y poder alabar al Señor como una familia, la unidad del espíritu. Los miro a ustedes y aunque no los conozco personalmente mas que unos poquitos, es como que nos conociéramos de siempre a través del espíritu de Cristo, en él somos uno.
Nuestro Dios, yo se que estas aquí Señor, tu espíritu esta acá, Oh Señor, enséñanos, enséñanos, enséñanos como venir a ti humillados, pidiendo perdón, pero Señor nos levantas con tu gracia, nos curas, nos sana, nos llena de tu espíritu, somos tuyos Señor, gracias Señor, en el nombre de Jesús, amen.
El tema que juntos vamos a ver se titula en cuanto esto empieza a funcionar, estaba teniendo problemas para hacerlo empezar pero confío que puedan hacerlo un toquecito ahí arriba, ahí va, gracias.
Y a veces consta mucho tiempo quieta la computadora como que se duerme y después cuesta empezar otra vez. Aprendiendo a perdonar, yo se que todos hemos perdonado, ¿no es cierto?, siendo cristianos la Biblia lo enseña, pero no siempre es fácil, y yo creo que uno de los problemas que tenemos como hogares es que no hemos realmente, en muchos casos, aprendido a perdonar. O sí, sabemos lo que significa la palabra perdonar, pero esa experiencia de perdón es algo mas bien intelectual que está en nuestra mente, y muchas veces no ha curado el corazón.
Y vamos a mirar por un momento esas situaciones que se dan en nuestros hogares. En la vida de este mundo no es una vida fácil hay muchas luchas, muchas controversias, muchas situaciones difíciles, y este mundo no es fácil.
Este mundo es un mundo con muchos conflictos muchas situaciones difíciles, hay muchas injusticias. Piensa un poquito cuantos niños sufren hoy, en este mismo momento los gritos de los padres, no solamente los gritos , los abusos físicos. Cuantos niños están pasando por momentos que no saben ni como contarlos porque están confusos en su mente, porque los que hacen estos abusos son adultos, y yo no dudo que algunos de esos niños fueron ustedes cuando eran pequeños. Y uno no sufre pero no sabe qué hacer.
Y si en realidad miramos al mundo aun dentro del mundo cristiano, las familias, los hogares cristianos, hay mucha gente que esta llena de problemas de lucha, de dificultad, de frustraciones, resentimientos y pero no queremos vivir con eso dentro así que queremos limpiarnos pero muchas veces no sabemos que hacer, porque el dolor es grande, porque esta allí y no sabemos cómo cambiar eso. Y el problema básico es que no sabemos o no podemos perdonar. Queremos, pero es como que aunque decimos te perdono, el dolor vuelve y la frustración esta ahí adentro o tal vez no queremos ni recordarlo y lo empujamos fuera de nuestra conciencia y aunque está fuera de la conciencia está afectándonos. Y es tremendo como Satanás ha tratado de destruir en el ser humano la habilidad para realmente permitir que el espíritu santo fluya a través de nosotros.
Aunque conocemos al Señor Jesús, El nos perdona, nos ha salvado, es como que hay una cantidad de trabas y el espíritu santo quiere fluir pero que es como que hay cositas ahí adentro que no pueden, no pueden pasar ese espíritu y ayudarnos a amar a todos y vivir en ese amor y en esa paz , y en ese gozo y en esa vida plena que Cristo quiere que tengamos.
Y la realidad es que el perdón es parte central del evangelio, si tu miras la palabra de Dios vas a ver que en el corazón de lo que Jesús enseña está el perdón, está en el mismo corazón del padre nuestro. El Señor nos enseñó a orar, “perdónanos nuestras faltas, nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Pero si yo no perdono a mis deudores... Jesús lo dijo no lo digo yo, Jesús lo dijo en el siguiente versículo un poquito mas adelante él explica y dice “porque si no perdonamos a nuestros deudores tampoco nos va a perdonar Dios nuestros pecados a nosotros”.
O sea que en el evangelio esta conectado el perdón como parte de ese proceso de sanidad que Cristo quiere darnos a todos y es hermoso recibir el perdón de Dios pero como nos cuesta perdonar a los que nos hacen mal, ¿o para ti es fácil?.
Cuando alguien te cruza en la freeway y te trata feo ahí y te hace unos gestos ahí y tu ¿lo perdonas en seguida? ¿Qué viene a tu mente? Como uno en seguida se pone como que ahh, y eso es evidencia de que nuestro corazón no vive en el perdón. Y tu vas a ver que a través de este tema el objetivo que Dios tiene es que nosotros todos aprendamos a vivir en el perdón, todo el tiempo, el objetivo que Dios tiene para nosotros, que podamos tener esa paz que no importa cual sea el problema, nuestro corazón esté cantando.
¿Tu crees que eso no es posible? Si tu lees la historia vas a ver que hay muchos de los mártires murieron cantando cuando eran quemados. Vé la historia de John Hoss, pusieron una estaca, encendieron el fuego y las llamas finalmente acallaron sus cantos.
Pon tu dedo sobre una vela y trata de cantar. Esa presencia trae a un milagro y si puedo ser el milagro cuando John Hoss estaba siendo quemado, no lo podría ser con nosotros cuando los niños gritan o el vecino se pone feo con nosotros o el esposo nos trata mal. ¿No podemos tener esa misma paz, ese mismo amor que Dios quiere que tengamos?
No solamente en el evangelio el perdón es importante. Si miramos a la ciencia lo que vemos es que la investigación científica de hoy confirma que el perdón es esencial y no lo digo yo, ustedes lo pueden encontrar ustedes mismos si van a la Internet y ponen la palabra “forgiveness” en google, van a encontrar que hay mas de dos millones de respuestas. ¿Por qué?, porque hay muchos centros que están estudiando este concepto.
La misma Universidad Stanford ha estado estudiando este concepto por mucho tiempo y ha mostrado que el perdón es esencial para que una persona pueda tener éxito, felicidad, gozo en la vida. La Universidad de Stanford muestra que.... ellos tienen un estudio muy particular, la universidad de Stanford tiene una clase que se llama “entrenamiento en el perdón” ( training in forgivennes), y en esa clase ellos enseñan, desde un punto de vista científico y espiritual no bíblico, cómo perdonar .
Han traído alumnos que tenían traumas muy grandes, y les enseñan la clase les dan exámenes antes de la clase, después de la clase, un año después, dos años después, y evalúan las consecuencias en varios aspectos de su vida de la aprender a perdonar y lo comparan con personas que no han tomado la clase, que reciben los mismo exámenes. Y se han dado cuenta que el perdón es esencial. Mira lo que ellos dicen, ellos dicen que el saber perdonar es mas importante para la salud y el éxito en la vida que la nutrición y el ejercicio.
¿Qué te parece? Si los científicos dicen que esto es importantísimo piensa nosotros los cristianos que creemos profundamente en el perdón no tendríamos que aprender, exactamente ¿cómo es que Dios quiere que perdonemos?
Porque una cosa es decir “ oh yeah Dios quiere que perdone así que te perdono”, pero después no me olvido. Y eso esta ahí adentro y yo no es que estoy enseñando que tiene que olvidarte el problema, la mente siempre lo va a recordar, pero la sanidad del espíritu tiene que curar todos los efectos negativos de las experiencias pasadas.
Y eso es lo que Dios quiere enseñarnos como vivir así. Hay otra cita que vamos a ver ahora que dice así, es de un psiquiatra que dice “ la investigación acerca del perdón hecha por Robert N. Wright y sus colegas de la Universidad de Wisconsin, es tan importante para el tratamiento de enfermedades mentales y emocionales como lo fue el descubrimiento de la penicilina para el tratamiento de las enfermedades infecciosas”.
Ahora si tu sabes un poquito de medicina sabes que el descubrimiento de la penicilina el siglo pasado, fue uno de los descubrimiento mas grandes del siglo. Yo personalmente estoy con ustedes hoy gracias a la penicilina, tenia 3 años cuando me enferme de una infección muy fea y fue la penicilina lo que me salvó a mi. Y se que a millones de otras personas.
Ahora este escritor compara las investigaciones que se han hecho acerca del perdón por este científico, con ese descubrimiento. O sea que la ciencia esta dándole un valor incalculable al saber perdonar. Y nosotros cristianos creemos en el perdón, pero nunca nos hemos puesto a ver exactamente como tenemos que aprender a perdonar para que tenga efectividad espiritual en nuestra vida, nos de victoria para que nos podamos seguir moviendo de victoria, en victoria, en victoria, en ese proceso de santidad del cual el pastor estaba hablando la semana pasada.
Cristo quiere curarnos, El esta allí para curarnos pero ¿cómo? A veces no sabemos exactamente que hacer, hay problemas ¿Por qué?, porque perdonar no es fácil. Hay personas que dicen que es imposible en algunos casos. Yo personalmente creo que el perdón es imposible sin el espíritu santo. Podemos decir que te perdono pero el corazón sigue con el dolor, sigue con la amargura, sigue con las cosas, los recuerdos feos dentro. Y el señor quiere enseñarnos...
Ahora, no es fácil por muchas razones, y podemos ver que hay muchas personas que tienen dificultades definidamente de perdonar por los traumas que vivieron en la niñez. Y cuando hablamos de traumas, tenemos que darnos cuenta que los traumas nos han afectado, yo diría que a todos, tal vez algunos niños pequeños que crecen en hogares sanos no han tenido traumas todavía, pero yo diría que la gran mayoría de los que estamos aquí, sino el total, hemos pasado por traumas.
¿Tu sabes lo que son traumas? Estoy seguro que si. Hay muchas clases de traumas, podríamos clasificarlos en tres grupos:
Los traumas básicamente, de acuerdo al diccionario son un choque emocional que causa un daño sustancial y permanente en el desarrollo psicológico del individuo. Eso quiere decir es algo que te golpea bien fuerte y te deja sin la capacidad de seguir obrando en forma normal en el futuro. Eso es un trauma.
Hay otra cita que dice que es una marcada desviación de los que se considera normal en la vida. Eso es un trauma, te desvías de lo que es normal. Y dentro de eso hay muchos aspectos, tenemos los traumas que se dividen generalmente en tres grupos: el abuso físico, abuso sexual y abuso emocional y muchas veces estos tres están combinados.
Si yo te preguntara a ti que me de ejemplos de trauma yo estoy seguro que todos ustedes podrían decirme algún ejemplo de trauma. Hay cosas muy feas, muy tristes.
Recuerdo una de las personas a nuestra oficina para ser atendido, una mujer muy capaz, muy educada, trabajando para el gobierno, pero en un aspecto de su vida ella había sufrido tantos traumas cuando era pequeña, vivía con un papá alcohólico que la abusaba físicamente y emocionalmente. Un ejemplo chiquito de lo que escribió ella de sus experiencias: Papá, cuando ella tenia 8 años, viene al cuarto gritándole. Ella estaba durmiendo. La despierta y le dice ‘te dije que limpies la cocina, no aprendes a limpiar la cocina’, y la lleva a empujones y a golpes hasta la cocina. Cuando llegan a la cocina le dice: ‘mira lo que esta en el suelo’, y en el suelo había quedado unas arvejas, green peas, en el suelo con un poquito de salsa picante que el padre le gustaba. ‘Te dije que tienes que barrer la cocina cada vez que tienes que limpiarla’. Le da vuelta el tacho donde había el resto de la comida que habían tirado, lo da vuelta en el piso de la cocina y después le dice: ‘ahora que tiene que levantar cada una de esas arvejas con tu boca y ponerlas en el tacho’, y le empujaba la cabecita contra las arvejas y la hacia ponerlas las arvejas en él”.
Para el mundo esa mujer era normal, pero eso allá adentro le había causado traumas que ahora hacían que ella no supiese controlar ciertos hábitos en su vida y aunque ella confiaba en Dios, Dios la había salvado y perdonado, su vida seguía siendo afectada por esos traumas que vivió de niña.
Y Cristo quiere curar esas cosas. Y yo diría que casi todos tenemos algunos traumas que nos cuesta discernir. Nos cuesta ver los traumas que tuvimos porque a nadie le gusta estar en contacto con los traumas del pasado, porque los traumas que hemos tenido fueron dolorosos y para que pensar en lo que es doloroso. Entonces lo queremos desconectar de nuestra vida y de nuestra mente y confiamos en el Señor y esto es parte del proceso de santidad del Señor. El quiere curarnos. El murió no solamente para salvarnos sino para curarnos y El está en un proceso de santidad, de sanidad, que no va a terminar hoy ni mañana tu vas a tener que seguir procesando estas cosas y tienes que estar abierto a lo que Señor quiere mostraste porque cuando tu estas abierto el puede traerte a tu conciencia cosas que El quiere que tu trates en tu vida para sanidad.
Y que lindo es cuando el Señor puede hacer eso. El efecto a largo plazo de estos traumas es un efecto que no siempre podemos discernir porque como se yo que lo que estoy viviendo hoy acá esta afectado por el trauma que ni me acuerdo siquiera del pasado. Y especialmente el efecto en las relaciones interpersonales es muy difícil de discernir. Y casi, yo diría que todas las personas hemos sido afectados por los traumas del pasado en nuestras relaciones personales, especialmente en nuestra capacidad de desarrollar intimidad emotiva.
O sea que por lo traumas que tuvimos en el pasado nos cuesta ahora conectarnos emotivamente de corazón a corazón. Y para que una relación tenga éxito, sea con tu esposo, con tu esposa, sea con tus hijos, sea con hermanos en la iglesia o aun con Dios, tenemos que poder conectarlos a nivel del corazón.
¿Qué es lo que hace que muchos matrimonios no marchen? La incapacidad de relacionarse a nivel del corazón, de uno o de ambos en el matrimonio. ¿Que hace que muchos hijos no sepan aprender disciplina? Es porque el corazoncito de ellos y el papá no se conectan, la mamá no se conectan. Se conecta solamente a nivel de la conducta, de lo exterior, papá dice ‘hágase esto’ y ellos hacen. Pero no hay conexión emocional, no hay de corazón. Y sin esa conexión emotiva es muy difícil crecer en la gracia.
Entonces el Señor quiere curar eso pero nos cuesta y especialmente en el caso de los niños. Cuando hay niños, adolescentes que sufren traumas es muy difícil para ellos enfrentar esa tormenta de emociones, de sentimientos dolorosos y ellos tratan de escaparle al dolor, por lo tanto la mayoría de los niños como no saben que hacer desarrollan automáticamente mecanismos de defensa para protegerse del dolor. Es como: “a mi no me gusta”, “no quiero esto”.
Entonces en subconscientemente, de acuerdo a nuestras distintas personalidades vamos desarrollando formas para o protegernos del dolor. Y esos mecanismos de defensa nos ayudan cuando somos niños a sobrevivir el dolor. Pero cuando somos grandes esos mecanismos de defensa nos impiden tener una relación sana y madura con otras personas. Y aunque venimos a la iglesia y creemos en Dios eso sigue siendo y una traba en nuestro crecimiento espiritual.
Y Cristo quiere curarnos de esa..., tenemos que identificar esa, esas situaciones que están ahí adentro y que no podemos a veces ni captar. Y que hermoso cuando el Señor lo hace. Y Él quiere curar todos esos problemas.
Y esos mecanismos de defensa son muchos, yo estoy todavía creciendo en esta área, yo tengo que seguir discerniendo los mecanismos de defensa que yo desarrollé de niño para protegerme del dolor. Y hay tantos mecanismos, cuando hablamos de mecanismos de defensa yo tengo una lista pequeña aquí, hay muchos mas, mira esta lista, la lista que tenemos aquí dice que los mecanismos de defensa son:
La negación, por ejemplo
La supresión
Proyección
Racionalización
Desconexión afectiva
Compensación
Supresión
Regresión
Sublimación
Agresión pasiva
Estos son conceptos psicológicos, cada una de estas palabras tiene un significado específico, y a veces ni sabemos lo que significan pero estamos teniendo estos mecanismos de defensa en nuestra forma de ser. Yo personalmente tengo varios de estos. Los que fueron mas difícil para mi, que yo no los discernía, por mucho tiempo yo vivía en mi mundo sufriendo el impacto de estos mecanismos de defensa sin identificarlo siquiera.
¿Por qué? Porque yo nací con una personalidad, un temperamento, dinámico, positivo. Yo nací en este mundo con el propósito de triunfar y tener gozo y ser feliz. Eso es lo que me movía desde pequeño, yo me acuerdo. Y cuando yo tuve problemas y traumas en mi niñez yo desarrollé básicamente el numero uno en esta lista –negación- y desconexión afectiva. Otros también, pero esos son los numero uno en mi lista de mecanismos de defensa. Cuando había problemas, yo me desconectaba o los ignoraba negaba. No, yo tengo una vida normal, yo tengo una vida feliz. Y para mi no existía el dolor, ¿Por qué? porque lo desconectaba de mi mente, de mi conciencia, y mi dolor mayormente era emocional.
Yo nunca vi a mi mamá y mi papá tratarse con amor y ternura. Ellos se casaron sin quererse porque mi abuela le dijo a mi mamá que se case con mi papá. Y ella se casó obediente. Pero con decirte que una vez yo tenia unos 7, 8 años y yo vi a unos familiares que yo no conocía que vinieron de otro lugar lejos, y yo estaba caminando a la puesta del sol y los vi, a un hombre y una mujer, pariente nuestros, 40 años tal vez, por ahí, y los vi abrazaditos, besándose, mirándose los ojos, acariciándose. Yo dije ¿qué es eso?, ¿qué están haciendo estos dos?
Yo no entendía lo que era una relación sana de amor y de ternura, no la había visto nunca y tienen que entender que cuando yo crecí no había ni televisión, ni Internet, ni películas o sea yo tenia total ignorancia de lo que es una relación entre un hombre y una mujer que sean sanas, bueno hoy día tampoco veo mucho de las sanas.
Pero mi papá finalmente abandono a mi mamá y a nosotros, cuando yo tenia unos 9,10 años de edad, se fue con otra mujer. Mi mamá entró en una depresión tan grande. Quería cometer suicidio, y claro yo no entendía todos estos problemas. Y yo me desconectaba. Extrañaba terriblemente a mi papá porque aunque mi papá no se conectaba mucho con nosotros, yo quería tener un papá. Yo quería tener un papá. Pero mi papá se fue. Me acuerdo una vez vino a visitarnos, una sola vez que me acuerdo nos vino a visitar, y yo tenia unos 12 años mas o menos. Y estuvo un día con nosotros, a la noche cuando estaban en al cama, estábamos los 4 hijos ahí jugando con el porque estábamos felices porque papá había venido a visitarnos, el nos dijo: “mañana me voy otra vez”, y me dio como un… , yo me acuerdo una puñalada en el corazón. Y yo le dije a mi hermano ‘lo dijo honestamente’ le digo, ‘vamos a buscar una soga y atarlo a papá en la cama para que no se vaya’.
Esos anhelos que uno tiene de niño, esos dolores que uno no quiere ni vivir, que horribles que son. Mi mamá entró con problemas de histeria. Me acuerdo que ella tenia ataques de histeria, se tiraba al suelo, pataleaba, gritaba, lloraba y cuando yo veía eso era como una tormenta emocional en mi mente y en mi corazón. Yo me iba, me iba, me escapaba, me iba a jugar, me iba a jugar al basket-ball, me iba a jugar con mis primos. Y si ustedes me preguntan si mi niñez fue feliz, yeahhh,fue muy feliz, porque yo ni quería ver esas cosas, yo me concentraba en lo que era lindo. Yo me concentraba en pescar. Yo crecí en el norte argentino, donde hay esteros, donde hay lagunas, donde hay víboras y cocodrilos, y para mi eso era lo mas normal jugar con mi primos quien cazaba mas víboras en un día. Yo goce de mi niñez, pero había muchos dolor allí adentro que yo no quería ni tocar.
Pasaron los años, y yo tenia 14 años, 15 años tal vez no 14, y mi mamá, no nos podía comprar ropa, éramos sumamente pobres entonces me dijo un día: “porque no vas y le pides a tu papá que te compra ropa” y yo tenia 14 años así que dije: “Ok”, mi primer viaje lejos de casa. Con ese entusiasmo, voy a ver a papá, voy a abrazarlo, me va a comprar ropa. No nos escribíamos, no había teléfonos, así que yo no sabia ni donde estaba. Me dieron una dirección, viajé todo un día en tren, en bus, cruce un río con una lancha, otro bus del otro lado, a la nochecita llego donde supuestamente está mi papá y cuando pregunto busco la dirección, no vivía mas ahí, se había mudado.
Tengo esa opresión , ¿que hago ahora?, estoy solo. Pregunté, pregunté, finalmente alguien me dijo: “Oh tu papá si, el ahora es director de una escuela de campo, grande allá” y me dijo donde, pero yo esa noche no podía ir. Había que tomar que tomar otro bus. El primer bus para ese lugar salía a las 4 de la mañana. Me levanté temprano, tomé ese bus y llegué al lugar donde ahora tenía que bajarme. Me habían dado las instrucciones. Me bajé, tenia que caminar 5 kilómetros por un camino de tierra. Esa noche había llovido, había barro, estaba enlodado ese camino, y me ensucie los zapatos, enseguida me los saqué, me los até los cordones, me los tiré al hombro, me arremangué los pantalones bien hasta acá arriba, y comencé a caminar. Era oscuro todavía, temprano en la mañana , y me acuerdo que… les voy a hacer una confesión ahora, yo a las víbora no les tenía miedo, pero a los perros si. Y yo no se por qué pero me parecía como que todos los perros de Argentina estaban en esa calle esa noche y me costaba ir a la.... Gracias a Dios ningún perro me mordió, pero me costó pasar por ese camino, guauu.
Y me acuerdo que en al mañana ya el sol estaba saliendo, caminé, me embarré, me ensucié todo y, pero era tan lindo el sol estaba saliendo, mi corazón estaba cantando, yo miraba los árboles lavados por la lluvia, las hojas verdes, los naranjeros preciosos, las gotitas de agua colgando de las hojas. Iba a ver a mi papá, veo la escuela , veo la bandera flameando allá en el frente. Mi corazón se acelera, y corro y lo veo a mi papá salir al frente de la escuela, y que alegría tenia yo. Todavía me acuerdo como me sentía entusiasmado, y cuando llego cerca le grito, papá y muevo la mano y él me mira, los niños estaban entrando a la escuela, él esta en la puerta, y cuando me mira no me reconoce. Claro, yo venía así embarrado hasta acá, los pantalones arremangados y cuando llego cerca le digo “papáaa!!” y vengo corriendo para abrazarlo y cuando él me reconoce me dice: “¿Que estas haciendo acá? Y yo me freno confundido. Y no se ni lo que balbuceé, tal vez le dije: “ Vine para que me compres ropa” y yo me acuerdo que se enojó, y me empezó a gritar cosas feas. Yo no se lo que me gritaba, porque mi mente bloqueó todo, pero me sentí tan confundido, y en mi confusión yo me saqué los zapatos del hombro y me fui a un lugar donde había agua, él me seguía gritando y comencé a lavar mi zapatos... Y yo me acuerdo solamente que la cabeza de él estaba cerquita de la mía y que yo miraba y me parecía que los dientes me iban a comer.
Y yo me sentí como una hormiguita en el mundo, sentí un vacío tan grande, una soledad tan intensa y como que de adentro de mi alma explotaba un odio y sentí un deseo de trompearle la cara a mi padre, y al mismo tiempo quería abrazarlo. Y mi papá me mandó de vuelta a casa sin darme desayuno ese día. Y cuando llegue a casa yo no le conté a mamá, no le dije lo que pasó exactamente, le dije solamente que papá ya no tenia dinero para comprarme y me mandó de vuelta.
Pasaron los años, me casé, en el año 79 vinimos a Estados Unidos. En mis estudios saqué un segundo master, saqué un doctorado en psicología y en el año 1987 organizamos un encuentro matrimonial con mi esposa en la ciudad de Boston – Texas. Habían un grupo grande de matrimonios, nosotros éramos parte de los que participaban, y los que estaban presentando el tema hacían un trabajo extraordinario. Nos mandaron a nuestro cuarto, el sábado a la noche con un cuaderno, mi esposa y yo, cada uno con su cuaderno y nos pidieron que llegáramos a nuestro cuarto y que escribiéramos en el cuaderno historias de la niñez. Y yo me fui al cuarto contento, mi esposa vamos a escribir algunas historias. Yo estaba listo para contarle como cazábamos, pescábamos, jugábamos con mis primos, porque si ustedes me preguntan yo tuve una niñez fantástica. Tengo tantos recuerdos hermosos de mi niñez.
Y ahí estaba yo sentado para escribir esas historias, empecé a escribir y yo no se que lo pasó pero de pronto me entró al recuerdo la experiencia con mi papá, y comencé a llorar, pero un llanto, un llanto tan agónico, tan intenso, tan profundo que yo no tenía ni sonido en mi llanto. Era como que mi corazón estaba explotando y había una catarata adentro que tenía que salir. Mi esposa me abrazaba y yo me di cuenta que tenia un trauma muy grande con mi papá, con mi mamá.
Y Dios quería que ese trauma fuese curado, y para que ese trauma sea curado yo sabía ahora lo que tenía que hacer. Es un proceso doloroso, pero al final del dolor está la sanidad, gracias al Señor el curó mi dolor, El curó mi trauma.
Lo visité a mi papá, pasé casi 3 días con él, y por la gracia del Señor, él me dio su espíritu para perdonarlo y amarlo a mi padre con todo mi corazón, para bendecirlo.
Claro, yo no entendía en ese entonces que esos traumas que yo había tenido, se estaban manifestando en mi vida a través de síntomas, toda clase de síntomas negativos. ¿Qué son síntomas? Cuando hablamos de síntomas hay una cita que a mi gusta mucho, la doctora que escribió así y dijo ella: “las características sintomáticas de adultos que han sido abusados cuando niños incluye desordenes post traumáticos y disociativos combinados con depresión, síndromes de ansiedad y adicciones y estos síntomas incluyen....” y ahora viene una lista.
Y yo te recomiendo ahora que tu, en tu mente le pidas a Dios una mente abierta para discernir si algunos de estos síntomas nos aplican a tu vida, porque los síntomas te van a decir si es que en realidad puede haber algunos traumas allí adentro que tu ni disciernas, pero que están afectando tu forma de ser hoy día. Porque si descubres el síntoma, muchos queremos corregir los síntomas pero tu puedes tratar de corregir los síntomas y si el trauma sigue allá sin ser curado y sanado los síntomas van a salir de otra forma en otro lugar.
Y lo que Dios quiere es curar todo nuestro pasado y para eso tenemos que discernir los traumas del pasado pero tenemos que empezar con los síntomas y los síntomas te van a llevar hasta el trauma por la gracia del espíritu santo. Y mira que hermoso como esta lista nos ayuda a ver qué puede haber allí dentro y la lista incluye:
Depresión persistente, hay personas que le cuesta sentir el gozo del Señor. Acá lo creemos, acá lo cantamos, acá lo decimos pero vamos a la casa y cuando el esposo te grita o la esposa te regaña, es como que te cuesta tener el gozo del Señor. Y estás ahí, ay como tengo que salir de esta sombra que me cubre, de esta nube que agobia mis sentimientos.
O puede ser que tengas ansiedad, yo no se cómo eres tu. Hay personas que les cuesta dormir a no ser que la radio este funcionando, la televisión este andando. Hay personas que les cuesta ir a dormir temprano, es como que se acuestan y están con hormigas. No hay paz, hay ansiedad, una ansiedad que viene uno no sabe de donde, pero te esta afectando hoy día.
O sino puede ser que haya pánicos o fobias o enojos ¿conocen personas que están enojados todo el tiempo y no saben ni por qué? Tal vez alguno de ustedes siente un poco de eso.
Y la baja estima propia, vergüenza patológica, dolores psicosomáticos, pensamientos y conducta autodestructiva, abuso de drogas, no solamente drogas ilegales, estoy hablando de drogas legales. Hay personas que tienen que tomar pastillitas para levantarse, y andar el día y pastillitas para ir a dormir, pastillas para esto, pastillas para aquello y siempre algún dolor.
Más aún, lista incluye desordenes en los hábitos de comer: bulimia, anorexia, comer compulsivamente. Todos estos son síntomas, pero el problema está allá adentro, los síntomas es lo que vemos, el problema ya no lo vemos.
Dificultades para establecer relaciones y desarrollar intimidad. Esto es un problema que casi la gran mayoría de las personas tiene. Cuando hay problemas en el matrimonio o con los hijos, la mayoría de los casos tiene que ver con la incapacidad de establecer una relación de corazón. Ya no siento nada por ti, no se como amarte, tu no sabes como tratarme, y acusamos siempre a la otra persona y cuando no nos damos cuanto a que en realidad el problema esta acá adentro y que yo no se como bendecir a la otra persona.
Disfunciones sexuales, ay este problema esta arrasando con el mundo y con el pueblo de Dios. Hoy día Satanás ha sexualizado nuestra sociedad, niños pequeños sufriendo bajo estas condiciones, adultos creyentes que no saben cómo deshacerse de la adicción a la pornografía, que te asaltan a través de la Internet constantemente, ahí están dos “clicks” y estás, y Cristo quiere curarnos.
Estos son síntomas de una necesidad interna, que a veces ni sabemos cómo descubrir. Además de eso tenemos pérdida de recuerdo, lapsos mentales, sentimiento de no vivir en la realidad, incluyendo aun el “flashbacks” o la invasión de pensamientos del trauma que tuvimos. A veces vienen te atacan o ansiedades que uno tiene por lo que pasó en el pasado casi sin recordarlo, hipervigilancia, personas que les cuesta mucho siempre están cerrando todas las puertas y las ventanas por temores inconscientes. Y no digo que no haya que cerrarlas, pero hay una ansiedad extrema, el de rever que las puertas están cerradas tres, cuatro veces sabiendo que ya están cerradas, o cosas por el estilo. Hipervigilancia.
Un señor que yo conozco que tuvo un veterano de Vietnam, dormía en una silla, en un sofá, no se acostaba en la cama y tenia una X 47, una ametralladora en las manos todas las noches dormía.... Es un extremo, yo se que es un extremo, ¿ok?, pero esto es una hipervigilancia. Tenía que estar siempre atento, algo me puede pasar, algo me puede pasar.
Perturbación del sueño, pesadillas, insomnio, sonambulismo, personalidades múltiples.... Miren hermanos, yo no dudaría que todos los que estamos acá tenemos algunos de estos síntomas, y no sabemos a veces como hacer porque en realidad estos síntomas están impidiéndonos una vida plena en el Señor. Yo te puedo decir de los mismo, yo he tenido muchas de estas cosas, el Señor por su gracia me esta curando, me sigue curando, yo estoy en el proceso hermanos. Hay cosas que él me esta mostrando constantemente que yo tengo que seguir creciendo en su gracia, pero tenemos que estar abiertos a estas realidades. Y que lindo cuando el Señor nos muestra esto. Y sabes, yo quisiera hacerte una ilustración que nos va a ayudar ahora a entender lo que voy a explicarles en un momento.
Esto es una ilustración que va aparecerles media estúpida pero háganmela por favor. ¿Ustedes tienen buena imaginación? Imaginación es usar la mente para crear ideas, ¿ok?, ¿pueden usarla?, ¿ok? Quiero que todos ustedes se imaginen que son multimillonarios en dólares. Si hay alguno que no tiene que imaginárselo, o sea que ya es, yo quiero conocerlo, me gustaría ser amigo tuyo. Pero imagínate que eres multimillonario, ¿ok?, tienes un palacio, una casa preciosa junto al mar y allí tienes un parque decorado y tienes un muelle privado, y en la punta del muelle tu yate. Hazlo del tamaño que quieras. ¿Estamos bien no es cierto? Y ahora quiero que te imagines que un día nos levantamos y cuando salimos afuera encontramos un perro muerto, grandote ahí, muerto, ¿qué hago con este perro? Tengo que irme, no tengo tiempo de hacer un hoyo para enterrarlo, ay señora ¿qué hago? Ah una buena idea, voy a buscar una bolsa de plástico, ¿ok? Y la traigo, meto el perro adentro y meto unos cuantos ladrillos adentro también, y la cierro y la cierro herméticamente y me ayudan, me la pongo al hombro, ah!, Y me paso el parque detrás de la casa, me llevo al muelle, camino por el muelle hasta la punta del muelle, problema solucionado, largo la bolsa en el mar y ahí se va al fondo.
Ahora quiero que ustedes se imaginen lo que pasa con ese perro muerto dentro de la bolsa. Pasa 4 semanas, 6 semanas. ¿Como está ese cuerpo muerto ahí adentro? Ustedes díganme, ¿podrido, no es cierto? Comienza a heder, tal vez hasta gusanos tiene ah!! Y ese cuerpo esta feo ahí adentro, y la bolsa se llena de gases y se hace grande. Pero esta cerrada, hasta que se le hace un agujerito, un agujero y por el agujerito empiezan a salir burbujas de ese aire que esta contaminado, y salen las burbujas, algunas pequeñas otras más grandes, salen a la superficie, y ahí en el muelle estás tu comiendo un sándwich.
Ok, ahora quiero hacerle un gráfico de, (pasa ese también), un gráfico de nuestra vida, ¿ok? Esta es la línea de nuestra vida, y ahora estás por nacer tu, ahí vienes, y ahora naciste, ahí naciste. Comienza tu vida, y en nuestra vida vamos a ir teniendo traumas, siempre hay algún trauma. Tus padres se gritan el uno al otro, hay violencias, hay desconexión afectiva de tu parte y de tus padres y algunos traumas son mas grandes algunos son mas chicos, pero uno trata de sobrevivir en la vida y sigue enfocando lo mejor que puede en la vida y esos traumas se suceden unos tras otros, y nosotros finalmente no sabemos que hacer con todo esto porque el dolor es tan grande.
¿Qué hacemos con estos dolores? Yo no quiero estar viviendo con esto en mi mente, no quiero estar viviendo con estas experiencias, así que se me ocurre una idea. Que tal si ponemos esos recuerdos en un bolsa, y lo tiramos al mar, vamos a hacer eso ¿Que les parece? Así que ahí se va la bolsa y la bolsa comienza a crecer con tanto problema y se llena de huesos olientes, feos, y esos son todos los traumas que hemos tenido. Pero nosotros se nos ha enseñado que si somos creyentes tenemos que tener una vida gozosa siempre, ¿no es cierto? Así que yo no tengo problemas, no, y si tengo problema, estoy gozoso lo mismo, no importa. Y cuando vamos a la iglesia capaz que sentimos estos pesos adentro, pero llego a la iglesia, ¿como está hermano? – muy bien- .
Y en la iglesia tenemos estas sonrisas maravillosas, pero cuando vamos a la casa a veces tenemos unos problemones que uno no sabe ni que hacer. Y uno se siente cansando y esta tensión interna de querer vivir la vida cristiana como Cristo enseña y no saber que hacer con estas tensiones internas, crea un descargue, un agotamiento emotivo espiritual que hace que tu no sepas exactamente como hacer. Pretendes que estas bien, actúa como que estas muy contento y muy feliz, pero empiezas a sentir estas burbujas saliendo y estas burbujas traen toda clase de síntomas en tu vida.
Y con el pasar de los años comienza a ver mas y mas situaciones que no son fáciles de cambiar. Y tu no sabes ni que hacer con todo esto ahora, porque tu crees en Dios, tu quieres ser fiel a Dios, tu quieres ser una persona gozosa, pero tienes estas ansiedades, estas confusiones, estos sentimientos de frustración, de enojo, de separación, te desconectas de aquello que no te gusta, y uno quiere seguir feliz pero en realidad dentro, uno siente como que estamos cayéndonos, no podemos mas!! Estamos ahí que no damos mas!!
El peso de toda esas controversias entre lo que sentimos cuando no estamos conectados ahí con Cristo todo el tiempo, y no sabemos que hacer para curar, para estabilizar nuestra vida. ¿Sabes por qué yo te puedo decir estas cosas? Yo fui pastor por cantidad de años, y yo me sentía así por dentro.¿Tu entiendes lo que te estoy diciendo?
Yo no sabía que hacer. Yo creía en todo lo que Dios decía, pero creía con mi mente, mi corazón seguía atormentado por una cantidad de cosas que ni comprendía siquiera. ¿Qué hacer? Porque si tu eres honesto contigo mismo, algo allí adentro Dios que todavía quiere curar, ¿no estamos todo en un proceso de sanidad y santidad? Tal vez no lo ves ahora. Yo entiendo, pero posiblemente si tu tomas un poquito de tiempo y miras en tu interior vas a ver cosas que pasaron, que fueron dolorosas, y tal vez no sepas ni que hacer con eso.
Cristo quiere curarnos hermanos, y sabes este es el lugar donde quiere curar a su pueblo, la iglesia. Aquí es cuando nos unimos intercediendo delante del Señor por la sanidad que él quiere traer a nuestros corazones, pero solamente el espíritu santo sabe qué traer a tu conciencia para que tu puedas entregársela al Señor humildemente diciéndole, “Señor perdóname, aquí está, te entrego este recuerdo, este dolor, esta pena”.
Y hay un proceso que el Señor quiere que sigamos. Pero para que ese proceso se cumpla tenemos que aprender a hacer ciertas cosas. En primer lugar, tenemos que parar de dejar de actuar como siempre actuamos, pretendiendo que todo esta bien cuando en realidad estamos cargados por dentro. Aceptar la realidad y que tenemos ciertas luchas, conflictos internos, que Cristo quiere curar, y para eso tenemos que parar. En inglés decimos “Stop”, ¿ok? Cualquier de los dos idiomas, para!! ¿Qué hay que hacer ahora?
Tenemos que experimentar un proceso, que es un proceso de sanidad de corazón. Cristo quiere curar el corazón, no solamente que entendamos la verdad de El, sino quiere que traer la sanidad aquí adentro del corazón. Y para eso tenemos que estar dispuestos a pasar por un proceso que va a ser difícil. Y ese proceso, te va a llevar a caer, no caer sino a bajar, a entrar a ese proceso donde tu vas a rever o revivir o rereconocer ese dolor del pasado. Y este proceso no va a ser fácil, es un proceso que va a tener dolor, va a tener posiblemente enojos, frustraciones, resentimientos en tu corazón van venir. Pero hay un punto clave, y escucha bien porque esto es clave ahora, hay un punto clave que tu tienes que experimentar para poder salir y ser curado. ¿Y cuál es esa palabra clave? Te la voy a decir, nuestro tiempo esta corriendo y quiero cubrir esto quedan 4 pasos, 5 pasos para el perdón, ¿ok?,
Ahí en el punto de abajo está la palabra aceptar, porque si tu no aceptas la realidad que viviste, que te robó bendiciones, sino la aceptas, no vas a poder curar, siempre vas a estar reclamando, siempre vas a estar sintiendo que algo te faltó. Para curar tu tienes que aceptar lo que perdiste, las consecuencias del trauma que viviste, aceptar. Y cuando aceptas ahora si podemos empezar a movernos hacia la experiencia que es la culminación del proceso de sanidad en esa área en tu vida. Y esa experiencia es la experiencia del perdón que es lo que viene cuando tu te encarrilas, saliendo de esa experiencia de trauma y de dolor.
Esto es el concepto grafico, prácticamente tenemos que entender lo que es el perdón. Y yo se que tu sabes lo que significa la palabra perdón pero tenemos que entender que el perdón, hay ciertas cosas que el perdón no es , y muchas veces nos confundimos. Perdón no es olvidar, perdón no es excusar, perdón no es negar ni ignorar, ni tiene nada que ver con la magia, ni siquiera es reconciliación. Puede haber perdón sin que haya reconciliación. Reconciliación requiere de dos personas que se perdonan mutuamente, pero perdón es una persona que esta dispuesta a decir: “ Señor, por tu gracia, perdono todo lo que esta persona me hizo”.
Y para eso tenemos que reconocer que el perdón son dos cosas, y el perdón incluye dos cosas, muy claras, en primer lugar tenemos que aceptar el hecho de que el perdón no es algo que yo puedo crear, yo no puedo crear, tu no puedes crear perdón, jamás. El perdón es el espíritu santo de Dios. Es el espíritu que entra cuando lo recibimos, cuando lo pedimos, lo reclamamos, el espíritu santo entra con la capacidad, la habilidad, el don de perdonar en nuestros corazones, él entra. Pero él entra a una conciencia que debe responder, por lo tanto, el perdón va a crear en nosotros una actitud mental y espiritual que va a cambiar nuestra conducta. Si no tienes esas dos partes no hay perdón realmente. El problema es que mucha gente se queda con el comienzo, dice: “yo perdono”, son palabras solamente o aceptan en el perdón como un don de Dios pero no lo practican en su vida practica, diariamente.
Y hay ciertos pasos que tenemos que dar, que son bien claros. Yo te los voy a mostrar ahora, son 5 pasos que si te quedan claros en tu mente, te va a ayudar muchísimo a seguir creciendo en el Señor, en la santidad del Señor, en la sanidad del Señor,¿ok?, y ahora vienen los 5 pasos, 5 pasos para el perdón:
El primero de los pasos es el siguiente: primer lugar, tienes que identificar ese dolor, ese trauma, esa experiencia dolorosa. Ahora, nos cuesta muchas veces, porque nadie quiere ir donde hay dolor, y esto requiere que volvamos al pasado por lo tanto tenemos que pedirle a Dios valor para identificar aquello que El quiere curar o sanar en nuestra vida. Valor para mirar la realidad de nuestra vida honestamente, y entonces a través de su presencia el espíritu santo nos va a llevar a ver aquello que El quiere curar. Y tenemos que hacer una lista, una lista, yo después les voy a explicar claramente como hacer esa lista, ¿ok?, pero esa lista es clave, una lista de todas las experiencias dolorosas que hemos pasado. Reflexionar en el pasado, meditar en el pasado, ese es el paso numero uno, honesto para mirar el pasado
Paso numero dos: tenemos que reconocer que yo no se perdonar, no puedo perdonar, yo solo, mi corazón se reciente, mi forma de relacionarme me hace rechazar a todos lo que me tratan mal o ignorarlos. Eso es lo que yo soy, mi naturaleza es así, es la naturaleza que tenemos que es pecaminosa. Entonces yo lo que tengo que hacer en el paso numero 2 es abrir mi corazón a la influencia del espíritu santo humildemente reconociendo Señor yo no puedo perdonar ni la cosita mas chiquita, puedo decir “te perdono” pero en realidad el perdón es tu espíritu Señor. Eres Tu, Tu Señor, la gloria toda es para Ti. Y entonces después que tenemos este paso 2 que es reconocer nuestra condición, ahora si, nos abrimos al espíritu santo y decimos: “Señor ven con tu espíritu a mi corazón, entra Señor, entra en mi corazón, pon en mi corazón tu compasión, ayúdame a mirar las personas, las situaciones a través de tus ojos, que yo pueda ver lo que pasó desde tu ángulo Señor, desde tu ángulo, que yo pueda ver a mi papá a través de tus ojos, Señor”.
Y yo recuerdo muy bien como el Señor comenzó a obrar a mi corazón. Oh, mis hermanos, cuando yo fui a ver a mi papá, algunas cosas yo las sabía pero el Señor me las puso tan claramente en mi mente. Mi papá sufrió tanto, el papá de él falleció cuando mi papá era un bebe. Mi abuela se casó con un hombre que era lo mas cercano al diablo que hay en esta tierra, y mi papá sufrió horriblemente. Este hombre lo golpeaba con alambres, lo quería matar. Mi papá tuvo que escapar cuando tenia unos 12, 13 años porque él fue a buscar un revolver para matarlo a mi papá. Y el creció haciendo lo mejor posible.
Y además de eso el espíritu santo me dio discernimiento espiritual, yo me di cuenta ahora, ahora me di cuenta, cuando mi papá me grito ese día que yo fui a verlo, resulta que mi papá se había vuelto a casar, tenia 2 hijos, las maestras en esa escuela ni sabían que el tenia otra esposa antes y yo le llego de sorpresa, un hijo de 14 años, cuando el hombre esta aparentemente con una familia nueva allí. Y el no sabia qué hacer cuando me vio a mi empezó a temblar y me empezó a gritar y me mando de vuelta a casa. No sabia como explicar este muchachón que le llegó. Cómo no lo voy a perdonar a mi papá.
Y el Señor puso ese perdón, ese amor en mi corazón por el, el Señor hace la obra, pero tenemos que darle tiempo para que El haga, para que El cambie nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras actitudes, y para que ese proceso ocurra, tu tienes que hacer ciertas cosas, y ¿sabes lo que tienes que hacer? Te lo voy a mostrar en el paso numero cuatro.
El paso numero 4 es muy práctico, hermanos, ohh tremendamente práctico. Ahora tienes que practicar el perdón, pero ¿como lo practicas? Esto es lo que tienes que hacer. En primer lugar, tienes que hacer una lista de todos esos problemas que están en el pasado de tu vida. Recuerdas que tienes que mirar al pasado con honestidad, diciendo Señor muéstrame, muéstrame, muéstrame aquello que es doloroso, aquello que yo no se que hacer, muéstramelo Señor. Haz una lista, tal vez en forma práctica te diría cómprate un cuaderno, ¿ok?. ¿Tu tienes devoción personal con Cristo cada día? Yo espero que si, sino mas vale que empieces. ¿Ok? Yo elijo la mañana temprano, ¿ok¿ dale media hora por lo menos al Señor, si es posible dale mas tiempo ¿ok?, media hora por lo menos en la mañana. Ora, ahí estas con el Señor, conéctate con El. ¿Qué vas a hacer con ese cuaderno? Yo se que las mujeres posiblemente se compren un cuaderno que tenga flores unas cosas bonitas,¿ok?, no importa como sea un cuaderno que es para ti, para tu vida, ese va a ser tu encuentro con el espíritu santo en el proceso de santidad que Dios quiere traer en tu vida, ¿ok?
Entonces lo que haces en la primera pagina, pon un versículo que te gusta, alguna cosa que refleje tu fe en el Señor, un versículo lindo de la Biblia que te guste, tu favorito tal vez, primera pagina.
Segunda pagina, haz una lista, esa lista que mencionamos, escríbela, tal vez cada vez que vas ahí por el comienzo agregas una experiencia nueva. Tienes que poner el nombre de las personas que te hirieron, si fue tu papá, si fue tu mamá, si fue tu padrastro, tu madrastra, tu vecino, tu tío, tu abuelo, no se quien fue. Pon el nombre, pon el nombre de la persona allí. Y recuerda el incidente, y entonces ahora viene la pagina tres.
La página tres es en donde vas a trabajar, la pagina tres, tu tienes que dividirla, en tres secciones, y lo que vas a hacer allí, tiene que ver con meditar, orar, vas a tener que preguntarle a Dios que tienes qué hacer y vas a tener que obedecer. Y ahora te voy a mostrar la pagina tres, ¿ok?. La pagina tres se divide en tres columnas, haz dos líneas, y ahora tienes tres columnas. La primera columna vas a poner el nombre de la persona que te hirió, en mi caso, yo tuve que poner ¿que cosa allí? Mi papá, mi papá.
En la segunda columna tienes que poner lo que pasó. No hagas una historia larga, no es una novela que estás escribiendo, las palabras básicas para describir lo que viviste. “ Fui a ver a mi papá para que me compre ropa, me rechazó, me gritó y me mandó de vuelta a casa sin darme desayuno”, suficiente. ¿Queda claro eso?
Y en la tercera columna ¿que hacemos? Ponemos palabras que describan lo que sentimos ese momento, ¿que palabras voy a poner yo? Me sentí como una hormiguita, me sentí solo, me sentí abandonado, me sentí rechazado, me sentí frustrado, confundido, me sentí con resentimiento, con amargura, con dolor, con odio, tenía ganas de trompearle la cara a mi padre. Eso es lo que pongo ahí.
Hay que reconocer lo que vivimos, lo que sentimos, lo que pasamos. Y eso trae dolor porque vamos de vuelta a la experiencia del pasado, no es fácil. Tu vas a tener que pedirle a Dios que el te ayude a ir a esos lugares. Y entonces una vez que tu reconoces todo eso ahora hay que orar. Te acuerdas que dijimos: meditar en esto y orar.
¿Cómo vamos a hacer la oración? Esta oración hermano es tan importante, la oración que te voy a explicar ahora tiene tres partes, tu la haces con tus palabras, con tus sentimientos, pero tiene que haber tres aspectos que tienes que enfrentar en esa oración, que tienes que desarrollar en esa oración. Y aquí aparece la primera parte de la oración esta es la numero uno. En la primera parte de la oración tu vas a decir algo así mas o menos. Hablas con Cristo con Dios como tu lo sientes en tu corazón, pero le tienes que decir esto, “Señor, a través de la gracia de tu santo espíritu que tu me das hoy, en esta fecha hoy, elijo perdonar a mi papá, por aquélla vez que el me gritó, me mandó de vuelta sin darme desayuno. Señor yo me sentí abandonado, yo sentí que no tenia padre, Señor, yo sentí que no era nada, que era una basura, que me podían tirar”.
Dile al Señor, dile lo que sientes, El entiende, ahora no estas solo cuando tu vas a esa experiencia, tu estas yendo con al presencia de Jesús a tu lado. El está contigo, El dice: no te dejaré, no te abandonaré, contigo estaré en el momento de dolor y en la angustia.
Y entonces entra la segunda parte de la oración, ¿ok? La segunda parte de la oración vamos a decir: “Señor, estoy dispuesto a aceptar las consecuencias de esto que yo viví, estoy dispuesto a aceptar que yo no tuve papá, en esta tierra que me quiera y me proteja, no tuve. Acepto esa realidad Señor, acepto las consecuencias de esa realidad Señor, acepto que eso me dolió, me dejó traumado por años, pero yo lo acepto Señor. Gracias Señor porque Tu me permites aceptar esto”.
Y ahora pasamos a la tercera parte. Notan que van tres, primera, segunda, tercera. Y en la tercera parte de la oración vamos a decir mas o menos esto, “Señor, te pido a través de tu santo espíritu que esa parte de mi mente que Satanás había afectado a través de estos dolores, a través de esta experiencia, todas esas neuronas que están afectadas por esos recuerdos, Señor ahí yo quiero que Tu entres, no que borres el hecho de lo que pasó, sino que cures la influencia de Satanás, esos sentimientos negativos, ese abandono, esa soledad, todo eso que Satanás trató de crear en mi vida, te pido que lo cures Señor, que lo sanes. Entra Señor, lléname con tu espíritu, y que esa parte de mi cerebro donde esos recuerdos estaban todavía siendo activados por Satanás para crear traumas, para crear formas de ser que no son sanas, que ahora Tu lo cures, lo sanes Señor. Gracias Señor, tus palabras son seguras, tus promesas son eternas, Señor acepto la sanidad que me das, acepto el espíritu santo que me das, Señor alabo tu nombre porque tu obra es maravillosa en mi vida”.
¿Cuántas veces vas a orar esta oración? ¿Cuántas veces? Hasta que Cristo te cure, si es una semana, una semana, si es un mes, un mes, repites, repites: hay cosas que cuestan mucho curar pero el Señor te va a ayudar a curar..... es porque entonces podemos movernos al quinto paso, ahora entiende.
Los primeros 4 pasos tienen que ver con nuestro pasado, el quinto paso tiene que ver con el futuro. Y que hermoso es esto porque ahora si en el quinto paso elegimos el perdón como estilo de vida. Ahora si, yo voy a vivir en el perdón. Voy a tener paciencia en el proceso porque eso no se llega de golpe pero voy a vivir mas y mas de acuerdo como Cristo vivía. Cristo vivía en el perdón, Cristo era el perdón caminando, El ni siquiera tenia que perdonar a la gente porque El ya nos perdonó desde antes de la fundación del mundo. El fue el cordero inmolado desde antes de la fundación del mundo. El nos perdono a cada uno de nosotros, todos nuestros pecados, siglos atrás.
Y el Señor quiere que tu vivas así, que el perdón ya esté tan llenando tu corazón tan plenamente que cuando alguien te grita, alguien te falta el respeto, alguien te traiciona, alguien es violento contigo, que tu corazón esté lleno de ese amor, de esa paz, para que tu mirar al problema con al calma del Señor, el amor del Señor, un centro que no se conmueve, que no se altera, que no pierde la paz de Cristo.
Y hermanos que lindo es vivir en esa forma, para con el Señor. El está aquí para curarnos, y hay un versículo que al apóstol Pablo nos pone en donde dice “ antes bien sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros así como Dios os perdonó a vosotros en Cristo Jesús” .
Sabes mi hermano, yo se que es tarde, puedes darme un momento, porque ahora el espíritu santo quiere hacer algunas sanidades aquí, en la iglesia hermanos, aquí.
Yo no se como fue tu vida pasada, pero el espíritu santo sabe, y él está trayendo a tu mente cosas que pasaron en tu vida, y el quiere ahora darte una bendición extra en esa área, en esa experiencia dolorosa. Y yo quisiera que por un momento ahora tu pienses, ¿te habló el espíritu santo mostrando alguna experiencia pasada donde tu sufriste? Porque si eso ocurrió contigo yo quisiera invitarte a que le traigas ese dolor a Cristo Jesús aquí, que te levantes calmo, sereno, sabiendo que en Cristo tu eres sano, y que El te restaura.
Si el Señor te mostró que hubo tu experiencia difíciles en tu pasado, que ahora te las trajo a tu mente porque El quiere sanarte, te invito que te levantes de donde estas, que todos nos pongamos de pie para agradecer y honrar al Señor. Pero si el te llamo ven al frente, párate aquí para que el Señor te cure el recuerdo, te cure el dolor, esa experiencia tan difícil que pasaste. Y yo no se lo que fue pero el Señor sabe y El esta aquí para curar a su pueblo.
Gracias Señor, gracias Señor. No importa lo que sea, tráeselo al Señor y vamos a tener una oración de sanidad, juntos. Yo voy a guiarte en la oración. Así como la vimos aquí, yo voy a guiarte para que tu ores al Señor, esa experiencia que tu estas trayéndole. Gracias Señor, gracias Señor, gracias Señor.
Mantén la música bien suavecita hermano, quiero que mis hermanos ahora repitan conmigo, y yo sugiero que todos tengamos una oración, dile al Señor lo que esta en tu corazón, ¿ok? Pero especialmente aquellos que han pasado al frente, vamos a orar juntos, yo repito una frase tu la dice luego, ¿ok?
Señor Jesús, por tu gracia y tu santo espíritu, hoy elijo perdonar y en tu mente pon el nombre de esa persona, tu lo dices en tu mente, elijo perdonar a tal persona, por esa experiencia tan dolorosa que tuve. Dilo: por esa experiencia tan dolorosa que tuve, y tu sabes lo que es. El Señor sabe lo que es, que me hizo sentir y dile al Señor lo que te hizo sentir en tu mente en tu corazón, díselo. No hace falta que lo digas en voz alta, en tu mente dile al Señor, lo que te hizo sentir, te sentiste abandonado, rechazado, violado o violada, se te abusó sexualmente, tus padres te abandonaron, tal vez ni sabes quienes son tus padres y siempre los buscaste.
¿Qué fue en tu vida? Díselo al Señor, Oh gracias Señor, dile gracias Señor. Y ahora vamos a orar juntos la segunda parte.
Señor, a través de tu santo espíritu estoy dispuesto a aceptar las consecuencias de esa experiencia, dile al Señor.
Todo eso que yo perdí Señor, lo acepto, acepto que yo no voy a poder volver al pasado y cambiar eso, acepto, acepto Señor.
Y ahora vamos a orar juntos otra vez. Señor, entra a mi mente, a mis neuronas, allí donde están esos recuerdos y cúrame Señor, sáname, límpiame de esos sentimientos, difíciles dolorosos, Señor. Límpiame, que tu santo espíritu entre y more en mis neuronas, en mi cerebro, y en mi corazón.
Gracias Señor, gracias Señor, gracias Señor. Sáname Señor, cúrame y te alabo por la obra que estas haciendo Señor, Gracias, gracias Señor, que bueno eres, maravilloso eres Señor, rey de reyes, Señor de señores, alaba al Señor, gracias Señor, gracias, gracias, gracias Señor. Cura a tu pueblo Señor, día tras días, hora tras hora sánanos, gracias Señor, te damos toda la alabanza, la honra y la gloria, Señor, gracias, gracias Señor, que bueno eres, Amen Señor, amen.
Hombre, actuas según tu papel?
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Mensaje de nuevo de lo que el Señor me llevó a compartir con los hermanos del servicio de las 12, y me voy a basar, a propósito no he hecho notas ni nada porque quiero que salga con la misma espontaneidad con que surgió el domingo pasado a las 12. Pero voy a usar el pasaje que el Señor me dio en Efesios, Capítulo 5 comenzando con el versículo 21 y de allí voy a elaborar....
Dice “... someteos unos a otros en el temor de Dios.” Fíjese que lo primero que dice que nos sometamos todos unos a otros, entonces comienza un llamado. Yo quiero hablar a los hombres en esta mañana y quiero hablar a las mujeres también desde el contexto de la familia, desde el contexto del matrimonio, desde el contexto de la paternidad y la maternidad, desde el contexto de la masculinidad y la feminidad sana que Dios quiere infundir en todos nosotros que pertenecemos a su reino. Dios quiere restaurar las relaciones humanas que fueron quebrantadas en la caída del hombre en el huerto del Edén. Y Dios quiere ahora que nosotros como hijos de Dios renovados y salvados por la sangre de Jesucristo, que nuestras vidas familiares ejemplifiquen y reflejen la imagen sanadora de Cristo Jesús.
Entonces dice: “.... las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al Señor porque el marido es cabeza de la mujer así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y el es su salvador.” Ahí está hablando a las casadas, a las mujeres.
Ahora dice a los maridos, en el 25, “.....maridos amad –ese es un verbo muy fuerte, muy poderoso, muy pesado,- amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a si mismo por ella.”
Quizás el hombre se pregunta, bueno, ¿cómo debo yo amar a mi mujer? ¿Qué es eso de amar a mi mujer? Yo la amo pero no estoy seguro, ya no se siente amada y cómo puedo yo saber si estoy amando a mi mujer o no. Bueno, ahí dice como Cristo amó a la iglesia. Tu tienes que buscar en las Escrituras la forma en que Cristo amó a la iglesia, y entonces debes usar eso como norma y punto de referencia para cómo tu debes amar a tu mujer. El amor no es solamente una emoción. El amor no es ese calorcito que sentimos aquí en el pecho cuando vemos por primera vez a una muchacha y nos enamoramos de ella. El amor es algo que adquiere peso, adquiere textura, adquiere densidad, adquiere calidad, adquiere profundidad con el paso de los años y que se hace más bello, más poderoso inclusive cuando la pasión va decayendo, nuestros cuerpos van debilitándose, van perdiendo su firmeza o su belleza o su definición, y los embarazos han hecho un poquito más débil el cuerpo y los años han hecho que crezca quizás un poquito más la barriga. O se ha perdido el ardor de la vida y el fuego en la mirada, y hemos peleado muchas batallas juntos y nos hemos desgastado juntos, y entonces el amor ahí donde yo creo que cobra su verdadero significado. Es un acto de la voluntad. Amar es un verbo. Amar es una decisión de la voluntad. Mucha gente se divorcia y dejan a sus esposas, o a sus esposos porque dicen ya le perdí el amor, ya no estoy enamorada, ya no siento lo mismo que sentía antes, ya no siento esa vibración, ese yo no se qué, ese no se cómo, se perdió ese encanto y ya por lo tanto no quiero ser hipócrita y entonces dejan a su mujer o dejan a sus hijos y van en busca de una quimera, van en busca de ese imposible que creen que lo van a encontrar en otra mujer o en otra relación.
Pero Dios dice, no, el amor es un acto de la disciplina. El amor es un pacto. El amor es una promesa. El amor es algo que tu abrazas porque tu dijiste una vez ante el altar, yo voy a amar a esta mujer, yo voy a seguir con ella, o voy a amar a este hombre en las buenas y en las malas, en enfermedad o en salud, en pobreza o en riqueza, en todo lo que la vida da y en todo lo que quita vamos a sernos fiel el uno al otro.
Entonces el Señor llama a los hombres “... amad a vuestras mujeres”, pero también evidentemente llama a las mujeres a amar a sus maridos y dice a la mujer ‘sujétate a tu esposo’ y también le dice al esposo ‘sujétate a tu mujer’ yo creo en el sentido de que uno se sujeta a la verdad. Y si la verdad está en mi mujer, yo me tengo que sujetar a la verdad que está en ella. ¿Si o no?
Si el espíritu de Cristo está en ella yo me tengo que sujetar al espíritu de Cristo en ella también. Eso es parte de lo que Dios llama. Sin confundir, hay una relación sí, de sujeción y de liderazgo que Dios llama en el matrimonio.
Entonces “....ama a tu mujer como Cristo amó a la iglesia y se entregó a si mismo por ella para santificarla habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.”
Ahora, cuando nos remontamos, hermanos, mucho tiempo atrás al libro de Génesis vemos aquí algo que Dios creó al hombre y a la mujer para que fueran complementos, para que se amaran, se sirvieran el uno al otro, para que hubiera una relación de intimidad profunda.
Dijo el Señor, “....por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne.”
La intención, el deseo de Dios ha sido que el matrimonio sea una forma del hombre y la mujer compenetrarse, no solamente sexualmente, en el acto del amor, sino compenetrarse en sus espíritus, sus emociones, sus perspectivas, su forma de ver la vida y de percibir el mundo. Cuando un hombre y una mujer se casan es para que el hombre, con el paso de los años, aprenda de la perspectiva de la mujer cómo mirar el mundo. Y que la mujer aprenda a mirar el mundo desde la perspectiva del hombre. Es para que el hombre y la mujer juntos en sus temperamentos y en su configuración como hombre y como mujer se afinen el uno al otro.
La palabra del Señor dice que como el hierro, como la espada afina la otra espada, así el corazón de un hombre afina el corazón de su amigo. Y hay algo allí en que el roce del hombre y la mujer en el contexto del matrimonio permite que el hombre y la mujer con el paso de los años, vayan aprendiendo y pareciéndose más el uno al otro.
Ha visto usted parejas que ya tienen 40, 50 años de casados y usted los mira y como que se parecen el uno al otro. El hombre tiene su masculinidad y la mujer su feminidad pero como que hay algo que es como que usted está viendo una sola persona dividida en dos. Es una experiencia rara. Eso es lo que Dios quiere para el matrimonio, pero ¿saben qué? Eso fue lo que Dios hizo cuando creó al hombre, pero el pecado, la caída en el Edén, cuando el hombre pecó y desobedeció a Dios, esa relación de intimidad, como quedó todo lo demás en la naturaleza y en el cosmos, quedó rasgado, quedó violado y esa seda preciosa de la relación de intimidad entre el hombre y la mujer quedó rasgada por una mano sucia y con unas uñas afiladas que rompieron el velo y lo desgarraron; el velo de la relación entre el hombre y la mujer.
Y entonces vemos aquí que una maldición cayó sobre la raza humana que todavía la estamos viviendo en nuestras relaciones entre el hombre y la mujer.
Y dice en el Capítulo 3, versículo 15, hablándole Dios a la serpiente dijo “...y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu cimiente y la cimiente suya. Ésta, la mujer, te herirá en la cabeza y tu la herirás en el calcañal”.
Y entonces a la mujer le dijo “... multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces con dolor darás a luz los hijos y tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ti”.
Y al hombre dijo, ve que a cada cual le tocó algo, “... por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, porque el hombre pecó también. A veces le echamos toda la culpa a la mujer, ella fue la que me hizo pecar allá en el Edén dándome de comer esa manzana. No sabemos si era una manzana o una piña, no sabemos, pero era un fruto prohibido.
Dice “... por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer y comiste del árbol que te mandé diciendo, no comerás de él, maldita será la tierra por tu causa.”
Aún la tierra fue maldecida, el cosmos “....con dolor comerás de ella todos los días de tu vida, espinos y cardos te producirá y comerás plantas del campo, y con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado.”
Ven ustedes, hermanos, hoy vivimos en un mundo caído que está cosechando las consecuencias de esa violación de la voluntad de Dios. Y las relaciones entre hombre y mujer reflejan todavía esa maldición del pecado.
Y lo que me motivó el domingo pasado a cambiar. Lamento no tener más tiempo para desarrollar este mensaje. Lo que me motivó a cambiar el tema de mi mensaje originalmente fue cuando la hermana Genoveva leyó ese poema donde le habla a una esposa acerca de ser un apoyo para su marido, de cuando están en peleas hablar dulcemente con él. Y yo lo que vi fue que la imagen que planteaba ese poema asumía una relación matrimonial estable de un esposo y una esposa en un hogar, teniendo sus dificultades y sus cosas, pero resolviéndolas y creciendo a través de esas dificultades, en buena comunicación, y un matrimonio estable: un padre, una madre, un esposa, una esposa, hijos y esa pareja con luchas pero echando hacia adelante.
Y mientras yo escuchaba ese poema, me di cuenta, hermanos, no me di cuenta porque ya es algo que yo he lamentado como pastor, que en nuestra iglesia como en tantas iglesias en toda esta nación y ciertamente en la sociedad de afuera es peor todavía, muchos matrimonios no responden a esa imagen estable, completa de un esposo y una esposa, aún en lucha pero armonizando sus luchas y siguiendo hacia adelante y bendiciendo a sus hijos y bregando con la vida juntos, mano a mano y en bendición el uno con el otro. Porque en nuestra iglesia como en tantas otras iglesias, desgraciadamente hay mucho matrimonio quebrantado, ya sea en toda honestidad, y de nuevo esto no es para que nos sintamos mal. Lo bueno de la palabra de Dios es que sana cuando es predicada.
Y la palabra de Dios es a veces es como un jabón áspero que lo sentimos que nos roza la piel, pero nos limpia. Después uno siente esa frescura de piel que ha sido estimulada y los poros se han abierto, y viene la bendición. Así es la palabra del Señor. Esto no es para que nadie se ponga tenso, ni para que nadie salga sintiéndose apaleado en esta mañana.
Pero yo me di cuenta de que hay muchos matrimonios descontentos en este tiempo en las iglesias y en la sociedad en general. Y no solamente hay muchos matrimonios descontentos, sino que a veces hay pocos matrimonios, ni siquiera para estar descontentos. Hay mucha mujer soltera en nuestras iglesias, muchas madres solteras, cuyos matrimonios han sido quebrados por el pecado de un hombre.
Muchas veces, y hermanos, aquí quiero ser bien cuidadoso. Hombres relájense, tomen aire, respiren, yo soy hombre y no les voy a apalear, pero les quiero hablar en la verdad. Tanto matrimonio hoy en día cojea o está quebrado porque hay muchos hombres que no hemos ejemplificado digamos, la imagen de liderazgo que Cristo ofrece al hombre. La imagen de Cristo en nosotros ha sido quebrantada, ha sido violentada y no somos el hombre que Cristo quiere que seamos.
En la oficina de consejería, y mi esposa dice lo mismo, y los hermanos Vallés que trabajan en consejería, les podemos decir y no solamente lo decimos nosotros, sino muchos consejeros, que hay una buena parte de matrimonios heridos o rasgados y destruidos por un hombre, muchas veces, que no jugó el papel de un siervo líder, o un líder siervo en el hogar. Hay muchos matrimonios hoy en día cojeando porque nosotros los hombres no hemos jugado el papel de integridad que Cristo quiere que juguemos.
Yo se que hay mujeres también sinvergüenzas. Yo estoy seguro de que hay mujeres rebeldes y hay mujeres que también se las traen. Yo estoy seguro que sí, y hay mujeres que están traumatizadas también por la vida y sus propias heridas y a veces como dice la gatita de María Ramo que tira la piedra y esconde la mano. Y la mujer es muy hábil en ese sentido de jugar el papel de victima y manipular al hombre.
Pero, hermanos, en toda la verdad yo les quiero decir que la mayoría de los problemas que hoy en día está confrontando la sociedad, con respecto a la familia, se deben, lo digo esto con respeto, con temor y temblor, a un hombre que no está jugando el papel que Cristo quiere que juegue.
Oh, me da dolor decir eso, porque a todos nosotros nos toca algo, aún el que habla aquí. Y yo llevo 23 años de matrimonio y todavía tengo que venir ante el Señor y decirle, Padre, sigue sanándome y ayúdame a ser un elemento, una presencia benévola y noble para mi esposa, para mis hijas, y ser un buen ejemplo para mi comunidad y para mi iglesia.
Pero, hay mucho hombre en el cual la imagen de Jesús, y esto es lo que el Señor me dice, que no desarrollé quizás tan bien el domingo pasado, pero que la imagen de Jesús ha sido violentada en muchos de nosotros. La imagen masculina que Dios ha querido que tengamos ha sido violentada y también en la mujer hoy en día la imagen femenina de Cristo también está siendo rasgada. Y el diablo está haciendo todo lo posible por destruir la imagen original que Dios quiere implantar en nosotros como hombre y como mujer.
La iglesia de Jesucristo tiene que pelear a dientes y uñas para rescatar, volver a la palabra y ver allí lo que Dios quiere de un hombre y de una mujer para que entonces nosotros al ser sanados por el espíritu santo, podamos transferirle esa imagen a nuestros hijos.
Hay muchos jóvenes hoy en día que no saben lo que es ser un hombre, porque ser hombre es más que simplemente algo biológico. Hay una dimensión puramente biológica de ser hombre, pero hay toda una cultura, toda una mentalidad, todo un comportamiento, toda una actitud, una ética de ser hombre que solo se aprende con un hombre modelando eso desde la infancia, frente a nosotros, y el niño observando cada decisión, cada intervención, lo malo y lo bueno del varón, poco a poco va ajustando su imagen y su comportamiento y entonces aprende a ser un verdadero hombre de Dios.
Y hay muy pocos hombres sanos, sanados en la sociedad particularmente en la cultura latina, afro americana y en otras culturas del Tercer Mundo, aunque también en la anglosajona evidentemente es un problema seriesísimo, pero podemos hablar de la nuestra. Hay muy poco hombre ejemplificando verdaderamente el carácter de Jesús. Y hay mucha mujer herida en nuestras iglesias.
Muchas mujeres que yo creo que son mujeres nobles, aman al Señor, no son rebeldes, ellas no... yo no escucho ninguna mujer, por lo menos aquí en esta iglesia, diciendo ‘yo no respeto eso de que el liderazgo del hombre, el hombre no es la cabeza a nada, aquí los dos somos iguales, etc.’ Yo no escucho ese tipo de versión feminista, por lo menos en esta iglesia, pero escucho mujeres que dicen ‘yo quisiera que mi marido jugara un papel más sacerdotal, más pastoral en mi matrimonio y en mi casa’. Mujeres que están anhelando más bien el liderazgo verdadero de un hombre.
Y ¿qué es ser líder? Por eso digo liderazgo verdadero. Nosotros tenemos.... no tengo tiempo evidentemente para desarrollar eso, pero nosotros tenemos que volver a la Biblia y ver lo que quiere decir ser un líder en el hogar. Quiere decir, hermanos, el liderazgo que Dios nos ha dado es más bien una responsabilidad, es un privilegio que tenemos de, dice de amar a nuestras mujeres como Cristo amó a la iglesia.
Para mi, el ser líder en el hogar es una responsabilidad terrible porque el bienestar de mi hogar depende de las decisiones que yo haga como hombre y de mi comportamiento como hombre. Eso quiere decir, hermanos, que yo tengo que hacer todo lo posible por meterme a la palabra continuamente y tratar de conocer los misterios de la palabra del Señor, conocer la enseñanza de la Biblia para yo aprender a ser un líder que bendiga a mi esposa.
Yo creo que el primer llamado a un líder siervo es asegurarse de que su mujer se sienta protegida, que su mujer se sienta cubierta por la autoridad de ese varón. Que su mujer sepa que ese hombre es un león que está vigilando por su bienestar en todo momento.
Yo creo que también la mujer quiere seguridad. La mujer quiere saber que su esposo la ama por sobre todas las cosas humanamente hablando, que su esposo va a estar con ella en cualquier momento de la vida, que no importa que le crezca una barba, él la va a seguir amando, que no importa que venga la vejez o lo que sea, él va a seguir con ella allí, porque ella es fiel a él y aunque él no es ningún Robert Redford, ella lo ama y lo cuida y lo prefiere. Y la mujer quiere sentir esa seguridad de cuando vayan los años pasando, él va a mantenerse fiel a ella, no importa lo que venga.
La mujer quiere un hombre que se comunique con ella. Somos cerrados y habitamos contentos y muy cómodos dentro de nuestra propia piel. Y cuando tenemos problemas y cuando estamos molestos ¿qué pasa? La mujer llora, la mujer se expresa, la mujer las emociones la registra a flor de piel, pero el hombre se va para adentro cuando vienen los problemas de la vida. Y entonces nos encerramos y la mujer quiere acceso a nosotros y quiere entrar y quiere ayudar y eso Dios la hecho así para aconsejar y respaldar y afirmar, pero el hombre está encerrado dentro de si mismo y no puede salir, como un prisionero dentro de su celda, no sabe cómo salir. Y lo que hacemos es que más nos metemos y mientras ella más quiere ayudar, más hondo buceamos dentro de nosotros. Y perdemos la oportunidad de sanar nuestras heridas y de ser ministrados por ella.
La mujer quiere un hombre que admita fragilidad, que cuando no sepa qué hacer, o cuando tenga miedo, o cuando haya cometido un error, que tenga el valor y la integridad, y la suavidad y la mansedumbre de decir, ‘me equivoqué’, o que diga ‘necesito ayuda, o que diga, ‘mira, tu sabes mejor de matemáticas, así que tu lleva las cuentas. Yo te voy a delegar eso a ti como hace un ejecutivo. Y tu lleva las cuentas’, y eso no te empobrece, eso no te debilita, eso no amenaza tu masculinidad. Al contrario. Solamente un hombre seguro de si mismo puede tener el valor de decirle a la mujer ‘necesito ayuda’.
¿Cómo amó Cristo a la iglesia? Cristo nunca monopoliza el liderazgo. Fíjese que Cristo siempre comparte el liderazgo. Cuando él se fue dejó a 12 discípulos y dejó a muchos seguidores y les dijo, ‘predicad el Evangelio. Id por todo el mundo y yo voy a estar allá arriba intercediendo por ustedes y enviaré el espíritu santo para que los lleve hacia delante.’
El hubiera podido monopolizar la evangelización del mundo enviando un querubín, un serafín para que predicara el Evangelio, que no come ni necesita un salario, ni comete errores, ni nada, y ya tuviera todo el mundo evangelizado. Imagínese que se le aparezca a alguien y le diga, ‘conviértete’. No se va a convertir enseguida, claro que sí. Uno tiene que sudar y rogar y torcerse en veinte mil formas para que alguien reciba.... Pero no, Dios quiso que nosotros, su iglesia, lo acompañáramos en la predicación del Evangelio porque él quería desarrollar en nosotros los dones y las cualidades de un siervo de Dios, un hombre y una mujer que ejemplifique el carácter de Cristo, y por eso nos permite trabajar con él. Y por eso también los hombres tenemos entonces, que compartir con nuestras mujeres el liderazgo, ayudar a la mujer a entrar en su humanidad plena; animar a nuestra mujer para que aprenda, para que estudie, para que se desarrolle en su liderazgo espiritual, para que crezca como ser humano y en todo lo que yo pueda animar a mi mujer para que llegue a ser un mejor ser humano. Yo tengo que hacerlo, y si tengo que lavar platos por tres meses hasta que ella saque su GED o que tome una clase de universidad, yo debo hacerlo gustosamente. Cuando yo tenga una mujer más fuerte, yo voy a ser más feliz. Amen. Además de que quizás ella, al ganar más dinero, yo voy a poder tener más cosas bonitas en mi casa. Inteligente es el hombre que comparte con su mujer y la lleva a otro nivel.
Muchas veces los hombres queremos convertir a nuestras mujeres en muñecas de trapo, y después cuando las convertimos en muñecas de trapo las despreciamos y nos vamos detrás de la querida, la rebelde, la atrevida, la que viola las leyes porque ¿saben qué? ningún hombre quiere una muñeca de trapo por esposa.
Pero nosotros es como que tenemos una contradicción en nuestra mente. Queremos una mujer que sea una amante fogosa pero también queremos un pedazo de carne que nos obedezca en todo lo que nosotros le decimos y que no cuestione, y entonces estamos luchando en eso y odiamos a la mujer y la convertimos en otra cosa que después despreciamos.
Y Dios quiere un hombre que tenga la suficiente masculinidad para sentirse contento al lado de una mujer plenamente realizada. Dios quiere que en el matrimonio seamos amigos y que difícil es para el hombre tener un amigo. Porque a nosotros, nuestros padres, muchas veces nos enseñaron a no confiar en nadie. Y solamente en nuestros padres y hablaban y se abrían cuando tenían una botella de ron metida en el estómago. Entonces hablaban y decían boberías.
Y lo que tenemos entonces es una imagen incompetente de la fragilidad y de la comunicación. En vez de tener una imagen sana de un hombre, seguro de si mismo, que está dispuesto a compartir su fragilidad. Y eso abre el corazón de una mujer. Cuando un hombre se hace frágil, hermanos, miren, ese el afrodisíaco más grande para una mujer. Cuando un hombre es sensitivo a ella y un hombre es frágil y comunicativo, la mujer se crece y su feminidad se abre y su corazón de madre y de amante entonces está más abierto al toque del hombre, al acercamiento del hombre.
Pero cuando un hombre está cerrado y tan macho y tan duro que se rompe fácilmente, porque no tiene flexibilidad, eso no es agradable al corazón de una mujer.
Entonces, hermanos, todas estas cosas nosotros tenemos que esforzarnos en el nombre del Señor para que Dios abra ese aspecto de nuestra vida. y ¿saben qué? yo estoy en agonía porque ya son las 11 y yo voy a seguir un rato más porque hermanos, perdónenme los maestros, perdónenme los maestros pero hay momentos en los que.... si Dios quiere ministrar quizás vamos a atrasarnos una semana en las clases, no se, pero vamos a tomarnos un tiempecito más. Por favor denme esa..... denme esa prerrogativa como pastor y me arrodillo frente a los maestros y les pido disculpas por esto, pero hay momentos en que si queremos hacer el negocio de Dios tenemos que.... yo tengo todavía que preparar una presentación muy delicada, pero esto es más importante, el momento del Señor aquí.
Porque Dios quiere traer sanidad a las familias. Porque, hermanos, cada domingo venimos a la iglesia y cantamos coros y yo estoy cansado ya de estar parado aquí predicando, y predicando y predicando pero muchas veces hay una herida en el cuerpo de la iglesia por la cual la iglesia se está desangrando. Y la sociedad se está desangrando también.
Usted sabe por qué esta noche tenemos que ir a Tremon Temple a un servicio televisado para sonar la trompeta acerca de la crisis que está en este país con respecto a la homosexualidad, y al matrimonio homosexual. ¿Por qué hay tanta duda hoy en día acerca de la identidad sexual? ¿Por qué hay tanto varón con su masculinidad herida sintiendo duda de su sexualidad? ¿Por qué hay tanto hombre, hoy en día atraído a otros hombres? Buscando en otros hombres una aparición como estos espejismos del desierto que cuando usted se tira sobre ellos se desaparecen, porque eran solo un espejismo. Así hoy en día el hombre homosexual anda buscando en otro homosexual una masculinidad que él no tiene dentro de si.
¿Por qué usted cree que el movimiento homosexual enfatiza tanto los músculos y el cuerpo? Un homosexual cuando llega a cierta edad ya perdió su mercadibilidad, digamos ya no es atractivo. Usted no ve que en la cultura homosexual es todo hombres jóvenes y hombres musculosos. ¿Por qué? Porque en el movimiento homosexual hay una inseguridad esencial acerca de la masculinidad. Y el homosexual espera encontrar esa masculinidad que él no tiene en otro masculino, y al poseerlo, porque todo acto sexual es un deseo de tu poseer al otro y entrar dentro del otro y hacerte uno con el otro. Y el homosexual siente una inseguridad acerca de su masculinidad y está buscando otro que en esa unión, o en esa relación le de lo que él no tiene.
Pero ¿qué pasa? Que el otro está en el mismo problema , entonces nunca se pueden satisfacer. Y por eso la homosexualidad se convierte en una adicción de hombre a hombre, a hombre, a hombre. La promiscuidad en el movimiento homosexual es increíble. Cientos de parejas en un año muchas veces.
Porque hay eso, y ¿por qué hemos llegado a ese punto? En parte porque la sociedad incluyendo la iglesia no está jugando su papel adecuado y hay mucho hombre enfermo, no sanado, en su propia masculinidad y el diablo se ha encargado en esta sociedad de crear tantos desajustes a muchos niveles culturales en la sociedad, que hay un virus terrible atacando a nuestros jóvenes, a nuestros niños.
El diablo se ha encargado de llenar a los hombres de ansiedad, de trabajar, y la economía en este país nos obliga a trabajar tanto, a descuidar a nuestros hijos y a veces hasta la iglesia nos roba el tiempo que tenemos que tener con nuestros hijos y estamos cansado, y estamos neuróticos y estamos rebeldes contra el mundo, y estamos enfermos y no tenemos tiempo, no tenemos reservas emocionales ni espirituales para compartir con nuestros hijos y sacar tiempo para ellos, sino que el diablo se ha encargado de meternos, como a los israelitas en Egipto, darnos cargas para trabajar, trabajar, trabajar, para debilitarnos y debilitar la imagen de Dios en nosotros, para que no podamos transferir a nuestros hijos la masculinidad que ellos tanto necesitan.
Entonces estamos creando hijos desorientados, hijos inseguros, y cuando no caen en la homosexualidad, caen en el otro extremo que es la violencia. ¿Por qué hay tanta violencia en el mundo afro americano, por ejemplo? Las gangas. Porque un porcentaje inmenso del hombre afro americano está en la cárcel y porque otro porcentaje está creciendo en hogares donde solamente hay una madre y no hay un padre. Y más del 40% nace fuera del matrimonio y eso está pasando también en la cultura hispana.
Y entonces nuestros hijos están creciendo sin un modelaje y muchas veces cuando tienen un papá físicamente presente en el hogar, no lo tienen emocionalmente presente en el hogar.
Entonces no hay capacidad para transferir la imagen masculina hacia el hombre. Cuando nosotros vivíamos en nuestras aldeas en Guatemala o en Colombia o en República Dominicana, había todo un mecanismo social que permitía que la imagen varonil se plasmara en el corazón del hombre por medio de tíos y primos, y abuelos y amigos y vecinos que todos ayudaban a crear una imagen sana de un hombre. Pero hoy en día y aún así no era una imagen sana, déjenme decirles. Porque era una imagen a veces explotadora de la mujer, pero por lo menos había esa parte masculina, varonil que se daba.
Pero hoy en día, no. Hoy en día el ambiente en que nosotros vivimos es hostil a la sana imagen de un hombre y de una mujer, a la formación de una sana imagen de hombre o mujer. Y se requiere de trabajar mucho más arduamente para producir hombres y mujeres saludables. Porque ahora hay que hacerlo a brazo partido. Antes, por lo menos la sociedad cooperaba un poco. Pero hoy en día cuando usted va a una escuela quizás el maestro de ese niño sea homosexual o quizás el principal es pro homosexualidad y a su hijo se le va a presentar una imagen positiva y se le va a decir, mira, si tu eres heterosexual u homosexual no importa. Escoge tu lo que tu quieras. ¿Qué tu estás sintiendo ahí adentro? Y entonces se fiel a lo que tu sientes.
A menos que un hijo no tenga una imagen sana va a ser muy difícil. ¿Y qué se les está diciendo a las jovencitas? A las jovencitas se les enseña a como dijera yo, a animar y exaltar su sexualidad, usar ropa provocadora, lucir su cuerpo. Hay tanta jovencita insegura de su feminidad, hermanos. Hoy en día una jovencita no puede confiar en que si ella refleja los valores de una mujer en el sentido de seriedad, de honestidad, de sensibilidad femenina, no puede confiar de que eso es lo suficiente para encontrarle una pareja.
Hoy en día los jóvenes, los varones están en el driver’s seat, están en el asiento del chofer y dicen ‘bueno, yo tengo que probar la mercancía a ver antes de yo decidir’. Y las jovencitas están compitiendo con lo sexual y creen que tienen que primero entregarse y sino juegan el jueguito de la sexualidad no están en el mercado y no van a tener un noviecito, o no van a tener un día un esposo y cada vez menos jovencitas llegan al matrimonio vírgenes porque hay en ellas una inseguridad esencial de lo que es ser una mujer.
Y muchas veces la mujer aprende mucho de su padre. No es solamente de la mamá que una jovencita aprende lo que es ser femenina. Hay un elemento muy importante que la mujer necesita cuando es jovencita y niña, tener el calor de su padre para aprender lo que es el toque del varón, y para aprender a confiar en un hombre y para aprender a abrirse a un hombre adecuadamente. Y para eso también se necesita padres saludables y también se necesita madres que sean modelo para sus niñas.
Es muy importante, mujeres, que ustedes adopten a sus adolescentes, tanto a sus hijas como otras. Yo le pido al Señor que levante en nuestra iglesia León de Judá una comunidad colectiva que nosotros seamos como una aldea, juntos todos, una gran tribu velando por cada una de nuestras adolescentes, modelando lo que es una sana feminidad, adoptando a nuestras adolescentes y mostrándoles lo que es el carácter de una mujer verdaderamente sanada por Cristo Jesús.
Que nosotros velemos por nuestras jóvenes y los varones que nosotros le pidamos al Señor la fortaleza para no aprovecharnos de la fragilidad de la mujer hoy en día. Y hermanas, también les digo a las mujeres, que le enseñamos a nuestras hijas y nosotras mismas a no tentar al varón, a no manipular al varón, a no usar, porque cuando..... lo que hay ahí en la imagen de Génesis Capítulo 3, dice que la implicación en el hebreo original es que la mujer iba a estar como manipulando al hombre, y resintiendo el liderazgo del hombre. Y el hombre se iba a enseñorear de la mujer.
Y nosotros tenemos que decir, no, a esos patrones destructivos. Eso no es lo que Dios quiere de la iglesia de Jesucristo. Nosotros tenemos que, tanto la mujer tiene que pedirle al Señor, que sane la imagen de la mujer en esta cultura donde la imagen de la mujer se ha sexualizado. Y la mujer hoy en día es una comodidad, aún en el tiempo de que se exalta tanto la liberación femenina y el poder de la mujer, la mujer ha perdido valor en este tiempo.
Y hoy en día la mujer es más bien la que está siendo vendida y intercambiada como si fuera un objeto en el mercado de los géneros, hombre y mujer y del matrimonio. Porque la mujer es inherentemente, déjenme decirle, la mujer es poderosa en muchas maneras, muchas maneras bien poderosas y tiene el poder para destruir, levantar a un hombre, pero así mismo también es frágil.
Hay algo en la mujer que se llama el embarazo y el dar a luz y la constitución de su cuerpo, que la hace inherentemente frágil. La mujer es fuerte en el espíritu y en las emociones pero en su cuerpo hay una fragilidad. El hombre no queda encinta, la mujer queda encinta. Y Dios ha creado a la mujer con una cablería emocional, espiritual, mental que cuando la mujer viola esa configuración de Dios está fuera de su eje y está fuera de su postura de poder, y entonces cae en las trampas del hombre, explotador y cae en las trampas del diablo.
Hoy en día, entonces hay un desajuste tremendo en la sociedad. Los sexos están completamente fuera de su eje, de su definición. Y en la iglesia de Jesucristo tiene que haber una sanidad y un revolver a la imagen original que Dios tenía para el matrimonio.
Varones, Dios nos está diciendo a nosotros que tenemos que arrepentirnos de mucho comportamiento que no honra al Señor. Y ¿saben qué? que cuando nosotros lo hagamos y comencemos a cambiar y reconozcamos que no estamos siendo lo que Dios quiere que seamos, en vez de ser derrotados y de perder el respeto, vamos a comenzar a verdaderamente a ser felices entonces.
La bendición va a comenzar a fluir en nuestras vidas, porque la palabra del Señor dice que cuando un hombre es áspero con su mujer, cuando un hombre oprime a su mujer, cuando un hombre no está fluyendo en el sacerdocio verdadero que Cristo ha delegado sobre el varón, sus oraciones son detenidas. El hombre cae bajo el juicio de Dios, está caminando en debilidad y su vida espiritual no fluye con la misma efectividad porque el Señor ha declarado ciertas cosas. Cuando nosotros fluimos conforme a lo que Dios ha declarado, hay bendición. Cuando nos rebelamos, sea hombre o sea mujer hay maldición y hay juicio.
Cuando nos alineamos con lo que Dios manda, nuestra masculinidad es restaurada, es bendecida. Nuestros hijos son fortalecidos, nuestras mujeres reviven como una matita que ha estado sin agua más tiempo de la cuenta y comienzan a fluir otra vez en su feminidad y nosotros mismos nos sentimos a gusto sabiendo que estamos dentro de la voluntad del Señor.
Lo que hay hoy en día en muchas iglesias es hombres que dan dinero, sirven, cantan, evangelizan, reprenden demonios, pero en lo profundo de su corazón saben que hay un departamento que ellos están negando y están resistiendo y es ese liderazgo sano, noble, gentil, frágil de servicio que Dios quiere que nosotros ejerzamos.
Sabes, hombre, cuando tu eres débil entonces eres fuerte. Cuando nosotros nos hacemos débiles en obediencia al Señor y nos convertimos en amigos de nuestras mujeres, y nos convertimos en un recurso para nuestros hijos y nuestras mujeres, cuando reprimimos la pereza natural del varón, porque eso está en nuestra biología, y asumimos el manto sobrehumano de Cristo Jesús en nosotros, entonces nos convertimos en una mano benévola, en una voz suave, en una ayuda para nuestras mujeres y nuestros hijos, en un recurso, una fuente de amor, de consejo, de buena palabra, de pedir perdón cuando nos equivocamos, de restaurar las cosas cuando las regamos, como dicen los dominicanos, hermanos, viene la bendición al hogar, viene la bendición sobre el hombre, viene la bendición sobre el hijo.
Yo le pido al Señor que Dios restaure las relaciones matrimoniales y las relaciones hombre, mujer en esta iglesia. Y les hablo también a los jóvenes, a los no casados, a los solteros que están pensando casarse, y les digo, padres, enséñenles que sus hijos a ser una presencia benévola en su hogar. Enséñenles que no hay nada de malo en que un hombre se ponga una toalla y lave unos platos o aprenda a cocinar, o haga una cama, o doble una sábana, o planche una camisa. Eso embellece al hombres, eso lo hace más masculino, más hombre, más humano, más completo. Y eso lo hace más feliz en el matrimonio porque una mujer descansada y ayudada es una mejor amante y es una mejor amiga. ¿Si o no? Ahí está la respuesta.
Y de nuevo, no estoy, yo espero que nadie se sienta apaleado por esto, hermanos. Porque esto es la palabra del Señor que está tratando con nosotros y con nuestras vidas. Y, mujeres, si usted tiene un hombre que está haciendo un esfuerzo y que está dando señales de querer cambiar, y que está haciendo todo lo posible, mire, anímelo, estimúlelo, ámelo, reconozca que está haciendo un esfuerzo, y cualquier pequeña señal de vida que haya en él, anímela y abaníquela para que crezca más. No lo acuse cuando caiga en un error, porque la transformación se toma mucho tiempo. Pastoréelo en un sentido, ¿no? y anímelo. Cualquier señal de transformación diga ‘gloria a Dios. ¡Aleluya!’ Dance, salte alrededor de él y bendígalo y anime su liderazgo.
Mujer, cuando tu te rebelas, mujer cristiana, en particular, cuando tu te rebelas contra el liderazgo varonil, un liderazgo sano, sabe que estás fuera de tu eje, porque el Señor ha dado al hombre un liderazgo, misteriosamente porque la verdad es que yo creo que hay tantas mujeres que serían mejores líderes que nosotros, pero Dios ha escogido al varón para ser líder en su hogar. Y hay una bendición, tanto para el hombre cuando entra en un liderazgo sano, como para la mujer cuando acepta gustosamente el liderazgo de su esposo. Hay bendición.
Yo creo que un matrimonio, y ese es el problema, mire, un matrimonio donde el hombre es un ser pasivo o un ser oprimido que no se le está siendo permitido jugar su papel adecuado, o simplemente ha abdicado y ha rechazado su papel de líder, de sacerdote en el hogar, es un matrimonio cojo, es un matrimonio en debilidad y es un matrimonio donde la mujer y el hombre, los dos, y los hijos van a pagar el precio. Se va a estar desangrando ese matrimonio.
Y muchas veces, desgraciadamente eso es lo triste, que nosotros los hombres le hemos hecho a nuestras mujeres difícil, si no imposible, el aceptar nuestro liderazgo porque no estamos haciendo decisiones sanas. Ellas no se sienten seguras. Ellas no se sienten como que sus hijos están en buenas manos, ni la economía del hogar está en buenas manos. Y con un líder así no se atreven a ir a la batallas, porque saben que les van a volar la cabeza en la primera guerra que confronten.
Entonces, no es que las mujeres no quieren aceptar el liderazgo, pero nosotros no les hemos hecho lo suficientemente fácil el aceptar nuestro liderazgo y entonces las ponemos a ellas en desventaja. Porque las estamos forzando a cumplir una función para la cual Dios no las diseñó.
Yo creo que la mujer tiene mucho que dar, es como digo, para mi la mujer está hecha más poderosa en el espíritu y en las emociones que el hombre, porque el hombre es frágil emocionalmente. Así como es fuerte físicamente, así es frágil su masculinidad y su seguridad. Y la mujer es una cobertura.
Yo creo que cuando Dios dijo, le haré ayuda idónea a Adán, lo que quiso decir es, le voy a crear un ser que lo complemente a tal manera que ese hombre sea totalmente fortalecido por todos los lados. Le voy a dar a este ser, que es la mujer, unas cualidades y una configuración de personalidad que lo apertreche y lo fortalezca y lo ayude. Y yo creo que eso es lo que tiene la mujer.
Ahora, cuando una mujer no juega su rol así, cuando hay una mujer débil, no llena del espíritu, que no está llena de la palabra, que no está llena de la imagen de Cristo en ella, una mujer que está siempre desangrando su feminidad, viendo cosas tontas y no buscando la unción del espíritu santo, esa mujer no va a poder ser la ayuda idónea que necesita ese hombre.
Pero cuando los dos fluyen en su llamado, y el hombre está ejerciendo su liderazgo, su sacerdocio, su llamado y la mujer lo está apoyando y está siendo una guerrera y el hombre le delega a ella ciertas funciones y él hace las otras, y los dos trabajan como un equipo, óigame, hay una bendición increíble en el hogar. Y la sociedad es bendecida, y los hijos crecen como plantas plantadas al lado de arroyos frescos y limpios. Y eso es lo que Dios quiere para la iglesia, para esta iglesia.
Vivimos en una cultura, hermanos, que ha perdido la brújula. No hay definición, no hay definiciones, todo está para ser negociado y re inventado, y por eso está pagando el precio. Hoy en día, más que nunca la iglesia de Jesucristo está siendo llamada a recibir lo que dice Romanos, Capítulo 12, “...no os conforméis a esta época sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.”
En otras palabras, no nos acostumbremos al mundo, no nos acomodemos a la cultura en que vivimos sino transformémonos por medio de nuestro pensamiento, nuestros patrones, siendo renovados por medio de la palabra de Dios continuamente corriendo en nuestras vidas.
Hay un llamado al hombre y a la mujer hoy en día y en la iglesia sobre todo. Cada vez que hablamos acerca de la homosexualidad y esto y lo otro nos tiran en la cara, pero si la iglesia tiene tantos divorcios como el mundo, si hay tantas mujeres descontentas y tantos matrimonios cojeando en la iglesia como fuera de la iglesia, ¿quienes son ustedes para estar diciéndonos cómo vivir a nosotros?
Si muchos de esos homosexuales inclusive vienen de hogares cristianos donde no hubo un padre que se metiera dentro de esos varones para infundirle su masculinidad y su seguridad a esos jóvenes. Y en tenemos que cambiar. Dios no puede ser burlado ni tampoco va a ser sobornado por tu dinero, ni por tu canto, ni por tu danza, ni por tus lenguas, ni por tu servicio, si estás en desobediencia.
El Señor Jesucristo dice, “¿por qué me decís, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” ¿Recuerda eso? los ojos del Señor penetran hasta lo hondo y atraviesan el follaje de nuestra superficialidad y llegan al corazón y si ahí hay inconsistencia y hay rebeldía en un hombre o en una mujer, el Señor lo señala con su dedo y dice, hasta que tu no arregles eso mi bendición no va a fluir en ti como yo quiero que fluya.
Así que los primeros que nos beneficiamos somos nosotros, hombre o mujer. Dios quiere sanidad en las iglesias, hermanos, Dios quiere sanarnos. Y yo quiero que tomemos un momento, ya terminando, gracias Samuel, puedes comenzar a tocar algo ahí.
Yo quiero tomar un momento para llamarnos a todos, hermanos, lo hice a las 12 y quiero hacerlo ahora para que vengamos a cuenta como dice el Señor. Solteros y a los casados, a los jovencitos, vamos a prometernos que en nuestra tierra los valores del Evangelio los vamos a integrar letra por letra, palabra por palabra, frase por frase, mandamiento por mandamiento, principio por principio, vamos a rastrear la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis para descubrir las leyes y los mandamientos del Señor y los vamos a integrar a nuestra masculinidad, a nuestra feminidad, a nuestros matrimonios, a nuestra paternidad y ahí va a venir la sanidad y la bendición de Dios sobre nuestras vidas, sobre nuestra iglesia, sobre nuestra comunidad.
Cuando la iglesia se sane, cuando los matrimonios se sanen, cuando la familia cristiana se sane, va a haber sanidad en la sociedad allá afuera. Porque la iglesia es la madre de las naciones. Y si la madre está enferma, la familia también va a estar enferma.
El Señor nos está llamando a arrepentimiento y nos está llamando a una toma de conciencia de que seamos un pueblo santo, apartado. ¿Qué quiso decir Dios cuando dijo, un pueblo santo a Israel? Le quiso decir, un pueblo que viviera en una forma diferente a como viven las naciones alrededor de ustedes.
Los hombres de la iglesia de Jesucristo tenemos que ser diferentes a los hombres del mundo. Es un insulto a la santidad de nuestro Dios cuando no hay diferencia en la forma en que se comportan los hombres cristianos a como se comportan los hombres que no tienen a Cristo. Es un insulto cuando las mujeres se comportan, las mujeres cristianas se comportan en una manera igual a las que no conocen al Señor. Es un insulto a la santidad y a las promesas del Evangelio cuando nuestros matrimonios cristianos cojean de las mismas dolencias y las mismas fealdades que los matrimonio que no conocen al Señor. Y es un insulto cuando los esposos cristianos no ejemplificamos los valores del Evangelio y vivimos igual que vive el mundo.
Es tiempo de ya de que eso cambie, hermanos. Es tiempo ya de que venga la sanidad al pueblo de Dios, de que venga una toma de conciencia y una confesión de pecado y que digamos, si, Señor, yo reconozco que me falta mucho y no me avergüenzo de admitirlo y te pido que me sanes y que me liberes y que me ayudes en este propósito que hago de ser un hombre, una mujer que ejemplifique la transformación que lleva tu palabra.
Y yo quiero pedir en esta mañana a todo varón que se sienta redargüido por esta palabra y si no se siente, por favor tenga el valor de quedarse sentado, pero que se ponga de pie por un momento y que le diga al Señor, Padre, yo quiero que tu me sanes y yo quiero que tu me hagas un hombre que ejemplifique esos valores del Reino de Dios.
Póngase de pie y reciba. Bájame un poquito el volumen, Samuel, un poquitito.
Y recibe esa palabra y examínese a si mismo. Yo quiero pedirles que pasen aquí al frente para una conversión, un acto de testimonio que hagamos. No hay vergüenza en esto, mis hermanos, sino hay sanidad y restauración más bien.
Recibe la palabra del Señor, vamos como hombres a re convertirnos y vamos a prometernos que vamos a ser bendición para nuestra familia, vamos a ser bendición para nuestra comunidad, amen. Yo me uno que mis hermanos como lo hice el domingo pasado, porque yo también necesito un toque del Señor y yo necesito examinarme a mi mismo también y asegurarme de que.... porque yo se que hay cosas de esa palabra que me caben a mi también. Y yo me uno a mis hermanos, en esta mañana para pedir esa sanidad en mi vida, en mi matrimonio y cada uno de nosotros aquí en nuestra masculinidad herida.
Necesitamos sanidad del Señor en esta mañana. Y vamos a pedirle al espíritu de Dios que plante esta palabra en lo profundo de nuestros corazones y que desarrolle todo el mensaje en el resto de la semana, que siga hablándonos el espíritu santo.
Y, hermanas, les pido que oren por nosotros en este momento. Póngase de pie usted y bendigan a estos hombres que necesitan, necesitamos, el toque de Dios en nuestras vidas. Y hermanos, ayúdennos aquí, los varones.
Vamos a clamar a Dios y sepa que usted está ahora misma en el lugar del poder, que es el lugar de la humildad y el lugar del arrepentimiento y del reconocimiento. No hay lugar más poderoso que cuando nos humillamos delante de la verdad de Dios.
Clame al Señor. La Biblia dice “examinemos nuestros caminos”. Examinemos nuestros caminos porque el Señor es fiel para perdonar, el Señor es fiel para extender su mano, el Señor es fiel para restaurar. Lo que Dios está esperando es una señal mínima, muchas veces de acercamiento, de sujeción a los valores del Reino de Dios para comenzar una obra sanadora en nosotros.
Pidamos perdón cuando hemos explotado a la mujer. Pidamos perdón cuando hemos abusado de nuestra energía sexual. Pidamos perdón cuando hemos abusado de la inseguridad de tanta mujer en este tiempo. Pidamos perdón cuando no hemos jugado el rol que debemos jugar como padres en nuestros hogares. Pidamos perdón cuando hemos dejado que el trabajo, el dinero y el cansancio nos robe el privilegio de bendecir a nuestros hijos con nuestro calor masculino.
Y gocémonos también en ver la bendición de Dios comenzando a fluir en nuestra vida de hoy en adelante, si nosotros tomamos esto a pecho y decimos ‘Padre, yo me voy a dedicar a explorar y examinar lo que quiere decir ser un hombre renovado, un hombre sanado, un hombre bendecido, un hombre que refleje el carácter y la masculinidad suprema de Cristo Jesús.
Y vamos a trabajar juntos, hermanos, vamos a ser sacerdotes en nuestros hogares y en nuestra comunidad. Vamos a ejemplificar el liderazgo de servicio ministerial de Cristo Jesús.
Señor, te amamos y nos sujetamos a tu verdad. Te pedimos perdón por no estar a la altura de tu llamado y queremos, Señor, en esta mañana desesperadamente que tu nos sanes y nos bendigas y que crees una iglesia compuesta de hombres y mujeres sanados.
Enséñanos, enséñanos a cómo levantar familias saludables, cómo ser esposos idóneos para nuestras mujeres. Háblanos, Señor. Háblanos, sánanos a nosotros primero, Señor. Sana nuestra masculinidad herida. Sana la imagen de Cristo rasgada y violentada por el pecado en nosotros. Sana los pecados de nuestros antepasados que todavía viven en nosotros.
Sana las heridas y los malos ejemplos que todavía tocan en nuestra mente y nos hacen resistir la verdad de tu palabra. Sánanos, Señor. Límpianos y haznos más como nuestro Señor.
Gracias, Padre. Nos paramos en la brecha en esta mañana y así pedimos por esta sociedad caída y pedimos, Señor, haznos a nosotros ahora mismo esa humanidad representante sobre la cual caiga tu sanidad y se extienda hacia las calles, los vecindarios, las casas, las comunidades de nuestra ciudad para que esa ciudad sea restaurada y bendecida y para que la acusación del diablo sea neutralizada y venga la bendición a nuestra ciudad.
Y comienza con nosotros primero. Nosotros nos constituimos en representantes de esa humanidad caída y necesitada. Pedimos tu bendición Señor. Tu bendición. Sánanos, sánanos, sánanos, sánanos.
Y ahora quiero a las mujeres también pedirles que hagan... tengan su propio momento de confrontación con el Señor. Quizás tu has sido herida y has sido escandalizada por el comportamiento de un varón en tu vida, puede haber sido tu papá, puede haber sido tu esposo que tienes, o tu esposo que te dejó y se fue con otra, o te despreció o te violentó tanto que te colmó la copa y dejaste la relación. Puede ser el hombre que te violó cuando niña o abusó de ti y tu llevas esas cargas.
Y yo quiero pedirte que en el nombre del Señor ahora mismo que eches eso a los pies de Cristo y no vivas ya más con esos pensamientos, ese resentimiento. Tu eres una hija de Dios restaurada, sanada, liberada, embellecida por la presencia de Cristo. Eres una princesa.
Cristo sanó tus heridas. La marca de ese hombre ya no está en tu espíritu ni en tus emociones. Cristo las sanó, todo depende de que tu la retengas en tu mente pero es una ficción simplemente, ya no existe. En si misma no existe y si tu la suelta ahora mismo y la dejas a los pies del Señor para abrazar lo que Dios tiene para ti, el futuro es un echo en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús.
Y si alguna herida de tu esposo en el pasado te está impidiendo entregarte a él plenamente y abrazar nuevamente el llamado a trabajar juntos para un matrimonio feliz, te suplico en el nombre de Jesús di, Señor, yo voy a dar el ciento por ciento, voy a esforzarme junto a mi esposo. Lo perdono, lo perdono en el nombre de Jesús y te doy gracias por las señales que hay en él de restauración y voy a seguir trabajando con él en esta mañana y de aquí en adelante para trabajar juntos por un matrimonio bendecido y para que nuestros hijos también sean bendecidos.
Y vamos todos, como un solo ser, a renunciar a las maldiciones del diablo en nuestras familias, esas acusaciones, esos derechos legales que él se acredita sobre nuestras vidas y nuestros hogares, y digámosle, no más, Satanás en el nombre de Jesús. Yo voy a hacer mi parte y yo confío en la gracia del Señor para lo demás.
Y constituimos nuestros hogares en templos del espíritu santo, refugios para nuestros hijos, y para los que lleguen allí heridos también. Vamos a pagar el precio, hermanos.
Dios quiere arrepentimiento de su iglesia. Dios quiere sanidad para su iglesia. Antes de la sanidad que necesita el mundo allá afuera, la iglesia tiene que sanarse, la iglesia tiene que pagar el precio. Una iglesia sanada es irresistible, una iglesia sana, una iglesia que se esté moviendo en el eje de poder de la palabra, hermanos, es una bomba atómica en el medio del infierno, es un ejemplo, se hace inmensamente atractiva.
Así que vamos a pedirle al Señor como mineros exploren os cada pepita de oro que hay en la palabra del Señor y la integremos a nuestra vida: lo pequeño y lo grande, lo cotidiano y lo sublime, todo, el Señor quiere que lo integremos, hombres, mujeres, vamos a abrazar el llamado de Dios en esta mañana. Amen.
León de Judá esta iglesia, Padre, te dice, sánanos, sánanos, sánanos, Señor y perdónanos, Padre, porque estamos lejos de ser lo que tu quieres que seamos pero Padre, no vamos a resistir tu llamado ni lo vamos a disfrazar, ni lo vamos a llamar otra cosa, ni vamos a pretender que no lo escuchamos, sabemos a lo que tu nos llamas y lo abrazamos y vamos a luchar con ello, Padre, hasta que venza en nosotros tu palabra.
No nos vamos a zafar de tu abrazo, Padre. Cambia a esta iglesia, Señor. Cámbiala, sánala, envía tu gracia, envía tu gracia, Señor sobre esta iglesia, sobre los que están lejos y sobre los que están cerca. Hacemos pacto, Señor en esta mañana de caminar y obedecer todos tus mandamientos, particularmente en lo que aplica a tu familia, la familia de Dios. Gracias, gracias. Dale gracias al Señor. Recibe el llamado de Dios en tu vida.
Ephesians 2:14-22
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It’s good to see each of you and welcome to our service and I know that the Lord is here and is ready to bless us as he has already done through the worship and through all the things that we are doing. His presence is here and we thank him for the fact that we can come on a Saturday night very intentionally because coming to a service on a Saturday night it requires a decision to come. On Sunday it’s a lot easier to do it, just out of shear inertia, but tonight we’re here because we want to be here and because we know that this is the place where God is going to meet us.
So I welcome you and I invite you to look in your Bibles in the Book of Ephesians, chapter 2 and at this point I don’t know whether Stephen has gone through some of these passages or not in my absence, but I know that I will bring a different perspective or Greg who preached, or Sam, whoever. But you know, it bears, if they have gone through that a different perspective and a different message perhaps, even. So, I’ll just continue.
Last Saturday, those of you who were here, will remember that I read Ephesians chapter 2, verses 11 through 22 and really only stopped to deepen into verses 11 through 13, this call to remember what we were before we were believers. Paul was addressing this to the gentiles, but it really applies to all of us who were without Christ and even when we are Christ, I said, it bears to remember what or to meditate what it would be like if we didn’t have Christ in our lives, what society would be like and in many countries, is like when Christ is not the ruling element, or even when Christ has a general influence, such as in America. We cannot say that America is a Christian nation in the deep sense of the word, but it has been influenced powerfully by Christian values that have been secularized many times and have entered into the general realm, political and otherwise and into the values of the healthcare industry and philanthropy and the treatment of women and the poor and so on and so forth, but it is a very powerful influence that Christianity has had on a country like America, which was a nation that was really strongly Christian despite all its imperfections that it has had, and huge ones of course, politically and otherwise, but…
So, when Paul calls us to remember what life is like without Christ and you know, he speaks about being separate from Christ, excluded from the citizenship of Israel, verse 12, foreigners of the covenants of the promise, without hope and without God in the world. We spoke a little bit about what those things mean and how the fact that now, through Jesus the person of Jesus, not some sort of the teachings of Jesus.
I don’t know how many of you, by the way, have seen this course which is called… it’s not even a course, it’s really like a sect, a course in miracles. Anybody heard of that? The course in miracles. I saw one of their DVDs and it was weird, but it’s a different thing altogether. It was, their founder is kind of strange in many ways.
But again you know, when you explore the course in miracles which has a lot of influence in many people, you notice that there’s a lot of things that ring just like Christianity, huge numbers of things. But when you read more, your antenna goes up immediately because you notice that a lot of it is almost an insistence on what you know. It’s on almost like enlightment. It has a lot of eastern elements in it and so you begin to see that almost the …. Welcome, good evening, come on in, please.
You know, you begin to see that really there’s an insistence on right thinking, and right knowledge as opposed to right person. That’s what you notice for example when you see the Christian scientists as well and you know, a lot of sects, they speak about you know, salvation and transformation and victory in life coming through right knowledge: the principles that Jesus taught. That’s what Christian science is all about, teaching the science that Jesus taught and therefore we can have access to the same kind of power, the same kind of healing and the same kind of victory that Jesus had.
But these religions they stress knowledge, just like gnosticism 2000 years ago and a lot of eastern religions, stress knowledge. If you arrive at the right knowledge of the right principles you will live a life that is victorious, that is healthy, that is prosperous, on and on and on.
But you see, what Christianity insists time and time again is that it’s not knowledge that saves you, but Jesus, a relationship with Jesus. You have to sort of plug yourself into Jesus in order to receive the benefits of the Christian life. Now, once you have done that there’s all kinds of wonderful knowledge that is released for you to live upon. But that knowledge really becomes understandable truly and viable and effective when you have the relationship with Jesus, when you have accepted by faith what he says he is, and what he has done. When you do that, then there’s a transaction that takes place in the emotional, spiritual, volitional that is will realm and there’s almost like a chemical reaction that takes place. The Holy Spirit indwells in you and then you can receive the power to live a certain life. The gospel is not about words, says the Apostle Paul, but it’s about power, you see.
So, it’s not about knowledge, head knowledge, it’s about an energy that enters your life through Jesus Christ and this is what the Apostle Paul says. So he says, but now in Christ Jesus, and he repeats that time….
You know, I wish you would do a study of Ephesians and just look at how many times the word ‘in Jesus’, ‘in him’, ‘in Christ’, ‘through Christ’ is expressed over and over and over again. That’s a distinctive element of the Pauline theology: in Christ, through Christ. And you know, it’s almost like a magical power that Jesus has. There’s something about the essence of Jesus that releases energy in men and women.
And so, it’s important that we always remember, it’s in the person of Jesus. And look again now, starting…. I leave it there you see, in other words, through our relationship with Jesus all of these benefits accrued to us and all of these bondages, and all of these negative elements of life without Christ were erased through Christ. And we must remember that.
You know, we cannot become so complacent in the Christian life and so generic in our Christian living, that we forget really what happened at some point when we met Jesus. You know we become so generic in our Christianity that we kind of make Jesus into one of those pictures that we have on the wall that we, it’s been there for 30 years and we don’t even see it any more. We look at it but we don’t see it, because it’s become so much a part of the furniture.
So we must remember. It says, remember that formerly you, who were gentiles and so on and so forth … now, in verse 14 I think he goes into another dimension of this. You know, he’s sort of elaborating on what he has just said generally. He begins to elaborate and as he always has wanted to do, the Apostle Paul, as a good theologian and he develops further that thought, and he says:
“…for he himself –you see there again, the insistence in Jesus- for he himself is our peace who has made the two one and has destroyed the barrier, the dividing wall of hostility by abolishing –where?, in our thinking and in all the knowledge that he released and all the theological implications of his thought system? No…- … by abolishing in his flesh….”
That’s why people don’t like Christianity many times because it speaks about blood and about flesh, you know, and to the modern mind that sounds so, I don’t know, yaky. It doesn’t sound sophisticated enough. But the truth is that something happened through the flesh of Christ, through the blood of Christ, and that’s what we celebrate in communion, that symbolism. I mean it wasn’t done by anything except the shedding of his blood and the breaking of his flesh. There was a payment that was made through that.
And so Paul insists and we cannot, you know, I can’t be more elegant than the word of God. I’m sorry. I cannot be more sophisticated than the Bible, so I have to use the same symbols that the Bible says that were the powerful things. And you know, as I said before, demons know that. You know, in deliverance sessions that I’ve been part of many throughout the years, I can tell you with absolute certainty that demons fear the blood of Christ, the mention of the blood of Christ and the mention of the name of Christ, and they know who defeated them and how he defeated them.
So, we need to understand that, you know, I mean, modern man has become very sophisticated, and you know, psychology oriented and scientifically oriented and things that somehow he has transcended or gone beyond these mysteries of the human condition or the spiritual realm. But no, the spiritual realm doesn’t know about science or about man going to the moon or anything like that. The spiritual realm is eternal and with the scientific realm is simply a superstructure imposed upon the infrastructure of spiritual reality that never changes.
You know, the outward apparatus can change but the spiritual reality is eternal. And so, these thoughts of flesh and blood and the name of Jesus, the authority of Jesus, these are the keys that open the spiritual world, that’s the currency under which the spiritual world operates. So, we do well to retain that and to live by that, and to use that currency when we enter the spiritual realm. You cannot enter the spiritual realm with high lofty thoughts and great knowledge and sophisticated thinking. It won’t get you anywhere, except to disaster.
So, you know, each realm demands its own instruments and wise is the man or woman who can navigate different realms: the scientific realm, the artistic realm, the spiritual realm each one of them has its own language and its own currency.
Anyway, he says, “…for he himself is our peace, who has made the two one, has destroyed the barrier by abolishing in his flesh the law with his commandments and regulations. His purpose was to create in himself one new man out of the two, thus making peace and in this one body to reconcile both of them to God through the cross by which he put to death their hostility…”
Does that sound. .. I mean unless you really initiated into the language of scripture, that sounds like, gobbledygook, or something like that. It sounds like, you know, algebra or you know, physics. But, I hope to unpack a little bit of that. That’s the wonderful thing about scripture, once you know certain concepts you can navigate. I mean, this is a closed universe just like any other. I mean, once you learn certain things, that’s why it’s so important to learn the language of the scriptures so that you can move through the different avenues.
And he says, “…..he came and preached peace to you who were far away and peace to those who were near for through him, again, the insistence on the personal ministry of Jesus, through him we both have access to the father by one spirit”.
Ok, let me leave it there, because the rest you know, will continue the same thought, and I want to be able to at least develop this.
You know, what strikes me here again is this concept of peace and of reconciliation through Jesus Christ. You know, what is Paul speaking about? He is speaking about the fact that before Christ the world was in fact divided. I mean, in an almost anthological way, to use a fancy word. It was in essence divided and there was nothing that we could do about it. There were these huge divisions in the world and in humankind that kept men inevitably and irremediably separated from a each other. There was nothing that could be done about it.
But when Christ came and died on the cross and paid our debt before God, and took upon himself the consequences of our own sins, Christ released in the spiritual realm and even in the material realm, in the cosmos, he released certain grace that healed potentially the cosmos and healed potentially human beings and the races, and the genders and everything, by paying the debt. He kind of in potentiality closed the wound of the fall and then released the possibility of healing in all those different realms through himself.
So that when we receive Christ and we bring him into our life, now we are empowered to live life beyond the fall, as much as it is possible as human beings here on earth. I’ll unpack that even in a little bit more. But what Christ did was, I mean, he made possible for human beings and for the races to be harmonized and to be reconciled with each other.
And, you know, that has huge implications because, you know, I really want to speak about …. After I unpack a little bit more, what are the ethical implications of that fact. I mean, how shall we then live, in other words, as I was saying, God’s holiness… we declare God’s holiness but in our singing but it also has ethical implications for the way we live. And in that same way the fact that Christ is a harmonizing, unifying, reconciling element in the universe has implications as to how we need to live our lives and our relationships one to another. That’s very important, I hope at least to develop that thought a little bit more.
But look again at this idea, you know, God is our peace, Jesus is our peace. I mean, he is peace. Just like God is love, he’s also peace. I mean, Jesus is our peace. Through Jesus Christ we can have peace inside ourselves, our emotions can be reconciled.
How many of us are dividing in our thinking, in our emotions, we’re torn. That was the consequence of the fall and we have war between the genders, male and female, they struggle like sumo wrestlers trying to pin each other down, you know, manipulating and fighting each other, and oppressing each other. Men among themselves, war and oppression, all kinds of divisions. But Jesus becomes the unifying element. He makes peace possible.
And you know, he does that through two things. You know, he says, “….he made the two one and has destroyed the barrier, the dividing wall of hostility”.
You know, Paul is latching on to a very powerful, graphic image of how Jesus does what he did. You know, he is alluding and referring to that wall that was in the temple. The temple was full of walls, I mean, in the times of Paul and of Jesus. You know, there was all kinds of walls. From what I have read many times when you enter the realm of the temple, there was one area which is called ‘the court of the gentiles’, in that court, anybody could enter. It could be Greek or Roman, or Jews, or whatever and you could be in that area, in that territory of the temple and it was fine. But then, there was a point at which there was a wall, and I understand it was made of very fine marble, it was like a screen very beautiful, very elaborate, which divided, at that point, if you were not a Jew, you could not go beyond that point. And I mean, they were so clear, actually a tablet was found emphasizing what Josephus had said about that place. You know, it says, if you enter that side you were dead meat. If they caught you going beyond that court of the gentiles, and you were not a Jew, you were liable to be killed and torn to pieces. Actually, Paul ended up prisoner because they accused him of bringing in a gentile into that area illegally, and they wanted to kill him.
And so, there was a wall there that divided gentiles from Jews. And then you know, not only that when you enter that other area, there was the court of the women, that women could be in, Jewish women. But beyond that, there was the court of the Jewish men, only the men could enter. You know, sort of degrees of humanity, if you will, according to the Jews.
So, there was this court only the Jewish men could enter and then you know, there was the other side which is the court of the sacrifices and so on, and then you entered into the temple itself. There was the holy place where the priests celebrated certain kinds of ceremony and then, there was another dividing veil, that divided the holy place from the holy of holies, which is even more sacred and more intimate, and more exclusive.
So, you see there was these dividing things. But the most dramatic one was that wall that divided Jews from gentiles, and so Paul is using that image. And he says, you know, that Jesus tore down, he has destroyed the barrier, the dividing wall of hostility. Jews and gentiles hated each other. The Jews particularly felt so superior and despised the gentiles.
And you know, as one writer that I was reading says, the gentile world was full of its own walls. You know, the Greeks thought that they were superior themselves because of their culture and their science and their philosophy and the refinement and they spoke of everyone else as barbarians. Anybody who did not speak Greek was a barbarian, to be looked at and despised and denigrated.
So, you know, you see these walls of hostility, the dividing walls, these divisions among the races, and that is the way the world is when Christ does not reign, when the spirit of Christ does not control and penetrate into the values of a culture, of a society or of a world even, of an age, that’s what you have. You have division, you have strive, you have killing, you have destruction.
What do you see today in our time? You know, this world that is so resistant to the gospel, what do you see? You know, actually two walls are threatening the world. One you know, has come up recently in Israel, dividing the Palestinians from the Jews. You know, it’s like a wound right through the land of Israel.
Another wall came down just a few years ago, the Berlin wall dividing Eastern Germany from West Germany. And now, the United States is threatening to put up its own wall to keep immigrants from Latin America out, and to protect its own borders.
So you see this coming up of walls. And then there are other walls that have come up in a powerful sort of ways: Islam has raised huge wall with its fundamentalism.
As a matter of fact one of the great historians of our time, I don’t remember his name right now, Samuel Huntington, Harvard, professor, one of the most powerful influential books that has come out recently is, and I don’t remember the name right now, ‘the clash of civilizations’, they keep coming back slowly into my mind. And I’ve read some parts of that book, fascinating book, huge tome, but it speaks about that now really the most important element that sort of governs the relationships between nations these days, is civilization in nature. It’s not economics, it’s not governmental or political, it is cultural, the world is being divided into cultural sort of groups and that is really what, nowadays, it’s Islam against the west, against Asia. And these are now the elements that divide men, just like they did before.
Because that’s what happens. You see, the natural tendency of the world and of civilizations without the unifying force of Jesus Christ is division, strife, conflict.
And so Paul is saying, you know, Jesus is the unifying. As we become united in him, we can aspire to have peace among ourselves. Now, you may say, and in all honesty I have to answer one argument for myself and nobody else is going to raise it, because I know I have a friendly audience here. But if I were a secularly minded person, I would says, yeah, well that sounds very nice but, hey, Christianity, there have been huge wars among Christian nations throughout the ages.
Look at Europe in the First World War and the Second World War. These were Christian nations and they killed millions of their own people each other. And not only that, but look at America in the 18th and 19th centuries with slavery oppressing Africans and slaving them. And even then, after that in the 20th century before the civil rights movement discriminating against the black people here in America. And what about…. Let’s go further, what about the religious wars. What about Ireland with Catholics and Protestants. And what about the religious wars of the 17th century in Europe where people killed themselves in the name of Jesus. Does that negate Paul’s contention that Jesus is the unifying element? I submit to you that it does not.
And I’ll tell you why and it is this. Every one of those examples that can be adduced or mentioned to contradict the assertion of the Bible that Jesus is the peace, the only possible element of peace. I can show you that in each of those historical examples where Jesus does not seem to be the unifying element, it was not Jesus, it was not his teachings, but rather the violation of his teachings, in the name of Jesus and a superficial application of the gospel that permitted those wars and those conflicts to happen.
So, for example, when you look at the oppression of white against black, when I look at scripture, time and time again, I see all kinds of statements, that if I apply them to my life and to the way I treat, I could not enslave a black man or a white man, from another race, because the Bible well read and well applied, would immediately point to my inconsistency, to my sinful way of doing it.
So, for example, you know, when I look, look at Galatians, chapter 3, verse 26, that’s why Christianity was able to slowly erode slavery. You know the Apostle Paul didn’t have to recommend a revolution to end slavery, Jesus didn’t have to recommend a revolution to end slavery, in their teachings, in scripture when you isolate clear statements of the unity of man and the way we should treat each other, there’s no room for enslavement, there is no room for rich oppressing poor and hording money and exploiting advantage to get more money and to make people more poor. When you read the ethical statements of the Bible, you know, and you apply them truly, there is no way that any of those things can have any place in the life of a Christian, or of a Christian nation or of a Christian society.
So, for example look at that 3:26. It says: “… you are all sons of God through faith in Christ Jesus”- You are all- “…. For all of you who were baptized into Christ have clothed yourselves with Christ.”
Do you know that in America there were many people who did not want the gospel preached to the blacks? Because they knew that if they became Christians, they could not oppress them. So you know, in their demonic reasoning they tried to prevent Africans from becoming Christians.
Now, is there anything Christian in that? Of course, not. They had to go through the subterfuge of denying the humanity of these men and women because they knew that if they acknowledged the humanity of these men and women, they could not continue being Christians or professing to be Christians and continue enslaving.
That’s why you had these three fifths clause, this horrible, horrible shame that this nation will always had to live with, where they assigned sort of a 3/5th humanity to black slaves, because they could not assign them full humanity, because they knew that as soon as they did that they could be indited by the word of God. Just as many Christians in this nation understood that and that’s why they fought against slavery. In England, the same thing, it was Christians who abolished slavery because of Christian teaching. Because they knew what the word says.
And it says here, “there is neither Jew nor Greek, slave nor free, male nor female, for you are all one in Christ Jesus. You belong to Christ.”
If you belong to Christ then you are Abraham’s seed and heirs according to the promise. Now, when I read statements like that, if I have the integrity of fully accepting what those statements mean, there’s no way that I can enslave anybody, and still consider myself a Christian.
Now, I can do what so many of us do which is profess to be a Christian, but knowing that in these areas of my life I’m not living. We do that all the time, with all kinds of moral behavior, but we know deep in our soul, in our conscience that we are not, that we are compartmentalizing Christianity. We know that in all kinds of ….. that’s the way me can profess to be Christians and live with glaring inconsistencies in their lives.
And that’s what many nations have done. In killing each other, in going to war against each other, and in oppressing and in hording money and denigrating others, what they’re doing really is, while professing to be Christians and followers of Christ, they are suppressing the truth of Christ in certain moral ethical areas of their life. But when you apply, when you have the integrity to apply Christianity in all its ethical claims and statements. There’s no way that you can wiggle out or what it means, the ethical implications.
Look at another passages, Colossians, chapter 3. You know, it’s that same statement. Let’s see I think it’s beginning with verse 5. It says, “…put to death whatever belongs to your earthly nature, sexual immorality, impurity lost, evil desires and greed which is idolatry, because of these wrath of God is coming. You used to walk in these ways and the life you once lived, but now you made rid yourselves of all such things as these: anger, rage, malice, slander, filthy language from your lips, do not lie to each other, since you have taken off your old self with its practices and have put on the new self….”
This is all… Paul speaks about that we …. There was a new man that was created through Christ, in that passage that we just read. Well, he’s saying, what are the implications? If you are a new man and a new woman, these are the things that you are supposed to be doing, these are the ethical, moral implications of all of these things. All the glaring immorality should go from your life. So, also should all the middle level immorality of bad mouthing and you know, lying to each other and so on.
And then in verse 11 it says “….here, in that new self, which is being renewing knowledge in the image of its creation, here, there is no Greek or Jew, circumcised or uncircumcised, barbarian, Scythian, slave or free, but Christ is all and is in all. Therefore,….
As a result of the fact that God has made you one through Jesus Christ, and has brought you into one new man, has reconciled you in his flesh, vis a vis, God vis a vis yourself, vis a vis your genders, and so on and so forth, “…..therefore as God’s chosen people holy and dear to be loved, cloth yourself with compassion, kindness, humility, gentleness and patience, bear with each other and forgive whatever grievances you may have against one other, forgive as the Lord forgave you and over all these virtues put on love which binds them all together in perfect unity. Let the peace of Christ rule in your hearts since as members of one body, you were called to peace”.
My brothers and sisters, where is there space in that for me to go chopping my brothers and sisters head in the name of Christ? Where is the license, where is the permission to do that except by my willfully saying ‘I’m not going to respect that’, and in the name of religion kill other believers in Christ.
It’s not Christ, it is not the values of Christ. It is not the word of Christ that is giving license, but the violation of the law of love and of peace, and of being one body. But if we live the gospel, if we live the ethical and the moral calling of the word of God, then truly you begin to understand that Christ is indeed the element of peace and of harmony among men and women.
He abolishes the supposed superiority of one group over the other, the right of one group to oppress or exploit, or manipulate the other. That’s what Christ does, that’s what Christ…. I mean, he gives us not only the call to do that, but also the power to do that, to live that way, because in ourselves we cannot live that way. But Christ released a grace that made it possible.
His purpose it says in verse 15 was to create in himself one new man out of the two, thus making peace. And in this one body, this one new man, to reconcile both of them. Who are both of them? The Jews and the gentiles, symbols of the divisions between mankind. You can name anybody: black, white, Asian, Hispanic, Brazilian, whatever, you know, his purpose was to bring us all together. And he put to death our hostility.
You know, and finally the one… you know, as believers we have to be people of reconciliation and of love and of acceptance of one another. And there is no place for a church, in my opinion, in the realm of Christ that is only white, I mean, there may be circumstances maybe, you may live in a region where there is no Hispanic or black person, or Asian person and ok. But in a city like Boston I think it is a tragedy when you have churches that are only black or only white or only Latino. I mean, maybe only Latino because of language barriers, but if there are no natural barriers that impede communication, I believe that the ideal situation is a community where there is diversity in every sense. That is the idea that we should strife for, where there are different socio economic roofs, rich and poor and middle class. There is a congregation where there’s young people and old people and everything in between; a congregation where there is black and Latino and Asian and white and everything in between; a congregation where there is even people from different denominational backgrounds that have been brought together by circumstances, that is the beauty.
And I do pray that we can be that kind of a congregation and that the Lord would raise a congregation where you know, black and white and Hispanic and Asian can sit together comfortably and realize that God in his understanding created all these different sensibilities and races in order that we might enrich each other, that we might exemplify the diversity and the complexity and the texture of the father himself which infinite, infinitely rich. And I think Christian communities need to be communities that aspire to that diversity.
And that we can, even though we recognize our differences and celebrate them, we also recognize our oneness in Jesus Christ. We can love each other, we can appreciate each other, we can affirm each other, we can celebrate each other, and if there is something that comes between us, I mean, as is going to happen because we are humans, that we will very diligently and quickly, and painfully go through the process of erasing that dividing wall as soon as possible through communication, through forgiveness, through proactive seeking dialogue, through any means that enables us to close the gap and re establish the unity, the harmony.
That’s what I aspire to for this community as God continues to raise and it and to bring it together and I pray desperately that would be the case, that never would there be a rending of the harmony, because it is a total contradiction of what Jesus is. In essence Jesus is the reconciler, in essence Jesus is the unifier, and any community that does not exemplify that does not belong to the spirit of Jesus.
I finish with a word from Second Corinthians, chapter 5 and it says in verse 16, “…so from now own –and you might look at 15 even,- ….he died for all that those who live shall no longer live for themselves, but for him who died for them and was raised again”.
There’s the death of Jesus, what he did, he died and he became that peace, that unifying element. Then he says, “…so from now on, we regard no one from a worldly that is a carnal point of view, though we once regarded Christ in this way, we do so no longer. Therefore, if anyone is in Christ, he is a new creation, the old has gone…”
See the allusion here to that new man that Jesus created, that we read back in Ephesians. “…. The new has come…”
In other words what Paul is saying, listen, we have been so radically affected by the change that Jesus has brought, that we no longer examine human beings the way the world examines them: are you black, are you white, are you rich, are you poor, are you handsome, are you not so attractive, whatever. We don’t judge that way, we judge according to the spirit, we judge according to the beauty and the reconciling influence of the gospel. Therefore if any one is in Christ he is a new creation, the old has gone, the new has come. All this is from God who reconciled us to himself through Christ.…”
There is the revelation and then look what he says “…and gave us the ministry of reconciliation…” There you have the ethical implications of what has just been revealed. One is the mysterious spiritual action that God carried out through Jesus Christ in the spiritual realm, and then the other one is what that means on the ground.
“….He has given us the ministry of reconciliation, that God was reconciling the world to himself on Christ, not counting men against them, and he has committed to us the message of reconciliation. We are therefore Christ’s ambassadors as though God were making his appeal through us. We implore in Christ’s behalf, be reconciled to God and you know, you go on and you’ll see that there’s a whole ethical examination of what that means even further.
So brothers and sisters, the fact that Christ reconciled us, brought us together and so on is not to remain in the high, lofty realm of theological illumination, it is to be brought down in the way we live life. We are supposed to be elements of reconciliation as much as possible, we should be people of love and of peace, of forgiveness, of acceptance toward each other, of affirmation of each other’s beauties and values and we need to be communities of love because the person that we serve, the God man that reconciled us to God, that’s the very essence of his nature: love, peacefulness, reconciliation, harmony, unification. We must live the same way.
We must ask God to makes us instruments of his unity as we walk this earth. Do you say amen to that? Can we stand and receive that call to be reconcilers, to be lovers and affirmers of humanity to be examples, to be a community of love and a community of diversity and a community of unity as well. I do pray that that message digs deep into our lives.
Father we accept the calling of your word. We ask for forgiveness in the name of our brothers and sisters throughout the ages who have made a sham of your gospel by using the name of Christ in vain and while calling themselves Christians, and we have fallen into that many times, Lord, in our daily life, while claiming to be living under the spirit of Christ we have done things that have denied the spirit of Christ and I ask forgiveness for myself. I ask forgiveness of your church throughout the ages. I ask forgiveness of this congregation to the degree that we have done that, Father.
I ask forgiveness on behalf of our churches in Boston, in the south and all over America that every Sunday we negate what Jesus himself is and what the gospel is. We ask for forgiveness Father, and then we raise our heads toward that calling. We do not run away from it, we do not try to hide it. We embrace it and say, Lord have mercy on us as we try to live that high calling of being ambassadors, of being agents of peace, of being peace makers, of being men and women of love and of protection of the poor and the weak, and the needy.
Father, help this congregation, help this emerging church to be an example of Christ’s love and give us the power to live according to that high calling. Thank you Jesus because you paid the price and you constituted yourself in a bridge, a way, a road between men and women, between cultures, between races.
Thank you for that sacrifice. May we live and honor your sacrifice and your call. We embrace your word, we embrace it with fear and trembling. We embrace it with joy knowing that through you we can live that. Thank you in Jesus’ name. Amen. Amen.
Cristo - el pasaporte para entrar al reino
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Romanos 1:16 dice: “.... porque no avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego, porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe como está escrito, más el justo por la fe vivirá.”
Y entonces continúa desarrollando esa idea ya desde otra perspectiva y dice: “.... porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, de Dios, su eterno poder, su deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles, por lo cual, es decir como consecuencia de esa actitud y de esa postura, por lo cual también Dios –esta es la reacción de Dios a esa actitud- los entregó a la inmundicia en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira honrando y dando culto a las criaturas antes que al creador, el cual es bendito por los siglos. Amen.”
Lo voy a dejar allí y quizás tendremos ocasión de hacer mención de algunos de los versículos que siguen, pero para economizar tiempo..... Ustedes recordarán que el domingo pasado les dije que iba a continuar con el tema de Romanos. Hace unas semanas atrás el Señor me llevó a detenernos en el Capítulo 8 de Romanos, no era mi intención cuando comencé a predicar sobre el tema inicial de continuar con romanos. Solamente quería tocar un texto de allí, pero viendo lo hermoso de ese Capítulo 8 y la coherencia de ese Capítulo, el Señor nos dirigió a 4 sermones en torno al Capítulo 8. Y me di cuenta de que hay tanta riqueza en la epístola a los romanos y tanto potencial para instruir al pueblo de Dios sobre verdades esenciales de la fe, que decidí entonces continuar, y entonces he ido hacia atrás, al principio y en los próximos domingos según el Señor me de la oportunidad voy a estar trabajando con ustedes diferentes textos del libro de los Romanos, para continuar nuestro proceso de aprendizaje de estas verdades tan importantes que traza este maravilloso libro.
Entonces, comencé el domingo pasado leyendo en los versículos 16 y 17. Estos dos versículos, 16 y 17, son como el resumen de todo lo demás. Lo que sigue después de esos dos versículos es simplemente un desarrollo de esa idea esencial que se plantea en los dos versículos, 16 y 17. Todo lo demás es elaboración.
El Apóstol Pablo era un hombre muy altamente educado y como un erudito, intelectual que era, él establece su tesis, establece la esencia de lo que él va a desarrollar, de su conferencia o de su tratado y entonces lo desarrolla punto por punto.
Es decir que lo que ustedes están leyendo aquí en el versículo 16 y 17 es como la totalidad de todo este libro tan complejo, que se considera la joya máxima de la teología cristiana. Romanos fue el libro que usó Martín Lutero, monje católico, en el siglo XVI para comenzar lo que se convirtió en la Reforma Protestante, de la cual nosotros somos descendientes, cuatro siglos y pico después. Cambió totalmente el curso del cristianismo en el siglo XVI y todavía tiene impacto.
Pero Romanos fue el libro que tocó el corazón de ese monje y lo llevó a buscar una reforma de su iglesia, que finalmente terminó en una ruptura total, que se convirtió en el movimiento protestante evangélico del cual nosotros somos descendientes hoy en día.
¿Qué fue lo que movió a Martín Lutero? ¿Qué fue lo que provocó el choque entre lo que él leyó y lo que representaba la iglesia en ese tiempo? Una idea revolucionaria. La idea de que la salvación es por la fe solamente y no por las obras, ni por ningún rito que usted haga, ni la afiliación con un grupo o una iglesia, simplemente creerle a Dios lo que él dice.
Y por eso es que aquí Pablo, cuando dice por ejemplo, “....no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación a....” ¿quién? Buena pregunta allí. ¿Es salvación a todo el mundo? ¿El Evangelio para que toda la creación, todos los hombres y mujeres de todas las naciones de todas las épocas sean salvas y sin discriminación alguna? Uno quisiera que fuera así, pero no es así.
Dice, “... para salvación ¿a quien?... para salvación a quién, a todo aquel que cree”, lo cual quiere decir que si una persona no cree en el Evangelio no recibe la salvación para la cual el Evangelio fue destinado. Eso es bien importante.
Entonces, dijimos el domingo pasado que él deseaba anunciar el Evangelio a los romanos por una sencilla razón, dice, porque yo no me avergüenzo. En Roma los cristianos eran perseguidos, eran avergonzados y denigrados, y Pablo decía, yo no me avergüenzo de predicar el Evangelio porque yo se lo que el Evangelio es, es poder de Dios.
¿Por qué nosotros compartimos el Evangelio con otras personas? No es porque creamos que somos mejores que nadie, o porque somos insensitivos a las creencias de los demás. Es porque nosotros estamos convencidos de que en el Evangelio hay algo que no hay en ningún otro concepto humano, es el poder, la energía de Dios, la gracia de Dios se expresa a través de las verdades y las enseñanzas del Evangelio.
Y ¿qué es el Evangelio? Buenas nuevas. La palabra griega evangelion quiere decir eso precisamente, buenas nuevas, buenas noticias. Y ¿cuál es la buena noticia? De que el hombre ya no tiene que estar en enemistad con Dios por su pecado. De que ya Dios no está necesariamente airado con el hombre, de que ningunos de nosotros ya tiene que perecer en su pecado porque ya Dios abrió un camino y proveyó un medio para que el hombre y Dios sean reconciliado. Y ese camino es Cristo Jesús.
Hay salvación, hay oportunidad. Usted ve, el hombre cuando está sin Cristo está condenado, está desprovisto de toda esperanza. Anoche mientras yo predicaba aquí al grupo en inglés, hablábamos acerca de eso, de que cuando uno está sin Dios hay una serie de cosas que suceden.
Por ejemplo el Apóstol Pablo en Efesios dice que.... en el Capítulo 2. Vamos a ver en el versículo 11, dice “.... por tanto acuérdense de que en otros tiempos, ustedes los gentiles en aquel tiempo estabais sin Cristo alejados de la ciudadanía de Israel, ajenos a los pactos de las promesas, sin esperanza y sin Dios en el mundo.”
Esa es la condición del hombre que está sin Cristo, o la mujer que está sin Cristo. Está perdido, está sin esperanza, no tiene acceso a Dios. No puede comunicarse con el creador. Por eso es que los cristianos insistimos en la persona de Jesús, porque la Biblia nos ha dicho que el único que puede traer al hombre a Dios y efectuar reconciliación entre Dios y el hombre es Jesucristo. No es porque nosotros creamos que somos mejores que nadie, o que el islamismo o el budismo, o el hinduismo o las demás religiones del mundo, no es como que nosotros estamos por orgullo diciendo, nosotros somos mejores que ustedes. Es simplemente que el libro al cual nosotros nos hemos sujetado nos dice que solo en Cristo hay salvación y esperanza para el hombre. Que el hombre sin Cristo está perdido y que solo Cristo lo puede sacar de su perdición y darle salvación y vida eterna.
El Señor Jesucristo mismo lo dijo, yo soy el camino y la verdad y la vida y nadie viene al padre si no es por mi. Y también dijo que todos los que vinieron antes de él eran ladrones y salteadores.
Eso no lo digo yo, yo no me atrevería a decir eso. Lo dijo el Señor Jesucristo con palabras bien, bien..... ahora, uno tiene dos opciones: 1) o dice, eso no lo dijo él, yo no lo quiero creer y eso yo lo neutralizo y lo borro del Evangelio como si uno tuviera el derecho de escoger lo que uno quiere de la Biblia. O uno dice, bueno, es lo que dice la palabra, yo me sujeto a la palabra, así que tengo que creer eso también.
El caso es, hermanos, que Pablo se sentía bien, bien apegado al Evangelio y lo anunciaba donde él podía, porque el Evangelio es poder para salvar a la gente, para sacarla de su oscuridad y su tiniebla. Toda persona que está sin Cristo está en oscuridad y en tinieblas.
Como vimos anteriormente el hombre carnal, el hombre sin Dios está sujeto al mundo, sujeto a la carne y sujeto a Satanás. Tres cosas, es esclavo, y el único que puede redimir....
¿Qué quiere decir la palabra redimir? Quiere decir comprar de la esclavitud a una persona. ¿Cómo nos compró Cristo? A través del derramamiento de su sangre en la cruz. La sangre de Cristo, su vida fue el pago que recibió la justicia de Dios por nuestros pecados.
Entonces, Pablo entendiendo eso, dice, yo estoy feliz y orgulloso de anunciar el Evangelio porque yo se que el Evangelio es poder para la salvación de todo aquél que cree. Antes de que tu puedas recibir el poder de Dios en tu vida, antes que tu puedas usar de las bendiciones que hay en la palabra del Señor, todas las promesas, toda la vida que hay en Jesucristo, todo el potencial que ofrece la palabra de Dios, antes de que tu puedas tener diálogo con Dios, tu tienes que creer lo que Dios ha dicho en su palabra, que Jesucristo es el hijo de Dios, que vino al mundo en la carne, que murió en la cruz por tus pecados, y que fue resucitado al tercer Dios. Y que si tu crees que Jesús es quien él dice que él es, entonces, tu puedes ser también adoptado y ser hecho hijo de Dios.
La palabra dice que a los que le recibieron, a los que creyeron en su nombre le fue dada potestad de ser hechos hijos de Dios. Esa es la esencia del Evangelio, hermanos.
Y por eso Pablo dice, no me avergüenzo de ese Evangelio. Saben, Pablo era muy insistente en que el Evangelio es ante todo un asunto de poder, de energía, no de palabras. No es una teología, no es una serie de enseñanzas, eso no es lo que salva, lo que salva es el poder de Dios en tu vida, por medio de la presencia del espíritu santo.
Cuando nosotros oramos por el hermanos Eloy esta mañana, nosotros estábamos estableciendo contacto con el poder de Dios. Yo podría pararme aquí y simplemente predicarles un tratado religioso, teológico y usted irse a su casa igualito que como entró. Pero lo que hace este tiempo que usted está invirtiendo valioso, es que usted está teniendo contacto con el espíritu santo por medio de la adoración, de venir al frente y orar, o de recibir oración, de escuchar la palabra del Señor, todo eso está liberando un poder que está teniendo impacto sobre su vida y está limando las asperezas y las contaminaciones de su vida. El Evangelio es poder, por eso tenemos que buscar siempre, más y más, el poder de Dios en nuestras vidas.
Y dice que el Evangelio es poder para todo el mundo; para el judío, dice, y para el griego. ¿Qué quiere decir Pablo con eso? Los judíos ya estaban bien cerca de la salvación porque tenían la Escritura, tenían la revelación de Dios, eran el pueblo escogido de Dios, pero se habían corrompido y creían que eran mejor que todo el mundo y habían perdido el contacto con el espíritu de Dios y Dios dice, a través de Pablo, para ellos es necesario el Evangelio primeramente, y si ellos reciben el Evangelio son salvos primeramente por es el pueblo de Dios y también para los griegos.
Y hablando de los griegos quería decir todos los que no eran judíos, todos los que pertenecían a cualquier otra cultura y la cultura griega era como la esencia de la cultura en ese tiempo, era como EEUU, un poder cultural muy grande. Ya Roma había tomado poder sobre ellos, pero todavía estaba la influencia griega, el símbolo de Grecia como el poder del mundo secular, del hombre secular, no judío.
Entonces, Pablo dice, salva a todo el mundo, los que están bien cerca por medio de su vida religiosa y los que están bien lejos, a pesar de todos sus malos comportamientos, como era la cultura griega, toda su racionalidad y todo su racionalismo.
Hermanos, el Evangelio es para todo el mundo, es para la persona, es para el adicto a drogas, es para el mujeriego, es para el jugador, es para el criminal y es también para la persona respetable que trabaja de 9 a 5 y que no rompe un plato. Para todos el Evangelio es necesario.
¿Saben qué? Usted puede ser el ciudadano más respetable y el filántropo más generoso, pero si usted no tiene a Cristo en su vida, usted se va a al infierno como el criminal más grande de la tierra. ¿Por qué? ¿Es que Dios es injusto? No, es que simplemente para usted entrar en el reino perfecto de Dios usted tendría que ser perfecto, y nadie es perfecto. Y por lo tanto, no hay tal cosa como bueno, medio bueno, un poquito bueno, usted lo único que garantiza un hombre, o una mujer pueda entrar por su propia justicia al Reino de Dios sería la perfección. Y como nadie puede ser perfecto en esta tierra, todo el mundo que está sin Cristo se va al infierno, solamente Cristo le puede dar a un hombre la capacidad para adquirir esa cualidad que le permite entrar en el Reino de Dios.
Por eso es que mucha gente que usted le pregunta, le dice recibe a Cristo como tu Señor y salvador, y le dicen, bueno, pero para qué yo tengo que recibir a Cristo si yo no mato, yo no robo, yo no hago nada malo, yo no le hago daño a mi prójimo. No se trata de eso, cuando tu llegues al trono del juicio la única pregunta que te van a hacer es, ¿recibiste a Cristo como tu Señor y salvador? Y si tu dices, no, si tu resististe a Jesús aquí en la tierra, tu pasaporte no va a estar estampado, tu no vas a poder entrar al Reino de Dios.
Mire un ejemplo, cuando yo venía de viaje ahora, toda persona que entra de otro país a EEUU tiene que pasar por una serie de pequeños escritorios, digamos, o mostradores donde hay un oficial de inmigración. Y ese oficial te pide tu pasaporte y te pide tus papeles. Ahora, lo único que te va permitir a ti entrar oficialmente a esta nación o cualquier otra nación es que tus papeles estén en orden. Tu necesitas o una visa de EEUU o un carné de ciudadanía o de residencia.
Ahora, imagínate una persona que se pare allí ante ese mostrador de un oficial de admisión y le diga, ¿dónde están tus papeles? Y le dice, yo no tengo papeles pero soy una persona honesta y este país me puede usar porque yo tengo conocimiento de ciencias y de otras cosas, y soy un buen ciudadano y yo prometo que voy a respetar las leyes. En mi país la gente dice que yo soy la persona más respetable que hay en toda la nación. El oficial le va a decir, lo lamentamos mucho. Si usted no tiene sus papeles en orden usted no puede entrar a esta nación. ¿Verdad que sí?
Y es así mismo con respecto a entrar al Reino de Dios, lo único es sus papeles en orden. ¿Y quién puede estampar? Cristo Jesús, la sangre de Jesús. Tiene que haber una gota de sangre en tu pasaporte para tu entrar al Reino de Dios, la sangre de Cristo. Y por eso es que nosotros tenemos que anunciar el Evangelio porque es poder para..... No importa quién sea, sea bueno, muy bueno o muy malo, si no está en Cristo, no tiene la salvación.
Ahora, por eso es que la salvación hermanos es algo de fe. Aquí dice que la justicia de Dios porque el Evangelio de la justicia de Dios se revela por fe y para fe. En el griego original la idea es más bien de fe a fe, o de fe hasta fe. Lo que quiere decir es que el Evangelio es desde la ‘a’ hasta la ‘z’ un asunto de fe, de creerle a Dios.
Por eso es que yo no creo mucho en estar argumentando con la gente acerca del Evangelio. Para mi yo trato de discernir si una persona quiere creer o no, si está dispuesta a creer. Yo le doy un tiempecito y trato de ayudarla con algunos argumentos y yo he estudiado un poco de apologética y tengo mis propios argumentos de por qué yo creo en Jesucristo desde la perspectiva racional. Pero cuando yo discierno que una persona quiere entrar en un argumento conmigo, y como que convénceme de que lo que tu me estás predicando es verdadero. Y cuando yo veo ya una resistencia y una especie de altanería racional en esa persona, yo dejo de hablar y me voy por otro camino o simplemente le digo, mira, en otro momento quizás podemos continuar; o voy a orar por ti, o déjame orar por ti, o lo que sea. Pero no argumento porque la salvación es por fe, es que nosotros creamos, es que tiene que haber una humildad esencial en el seres humano que diga, está bien, yo me sujeto y bajo la cabeza.
Por eso a veces el Señor tiene que coger.... hay personas que Dios les tiene que dar duro, tienen que sufrir, tienen que llegar al fondo en sus vidas, tienen que fracasar mucho para que lleguen a ese punto de receptividad y que reconozcan entonces, sí, tengo que bajar la cabeza y aceptar. Porque mientras el hombre está muy seguro de si mismo, muy confiado, muy fuerte comienza como a argumentar contra Dios y no quiere recibir el Evangelio.
Entonces el Evangelio es por fe. Uno tiene que creerlo. Yo le digo a la gente, alguien ha dicho que es como saltar al vacío. Hay mucha gente que está, creo o no creo y usted los ve que vienen a la iglesia, y llevan años y todavía no entregan su vida al Señor. Usted lo ve que todavía su corazón por dentro está erguido, todavía no han dado ese paso, no tienen esa humildad en su rostro de la persona que finalmente ha bajado la cabeza ante el señorío de Cristo.
Y uno le pregunta ¿y por qué no te entregas? Bueno, es que estoy esperando a ver si..... porque todavía no estoy convencido. Y eso es como la gente antes de meterse al agua. Usted ha ido aquí a las playas frías de EEUU en el verano, ¿verdad? y usted mete el dedo gordo y ufff y saca de una vez porque hace frío. Y después mete 4 dedos y más rápido los saca porque hace frío. Y si usted está allí pensando, me tiro o no me tiro, nunca lo va a hacer. Usted tiene que tirarse allí y sufrir por dos segundos y ya pasó la agonía y ya se metió. Así es el Evangelio. Uno tiene que saltar y entonces cuando tu estés adentro del Evangelio, muchas cosas que antes tu no las entendías, las vas a entender perfectamente bien porque al Evangelio se entra así. Es por fe.
Por eso dice que la gracia de Dios es decir, la justificación que Dios le da al hombre por medio de Jesucristo se revela por medio de la fe en lo que Dios ha declarado. Porque dice que el justo por la fe vivirá. El Evangelio es un asunto de fe. Nosotros tenemos que vivir por fe, creerle a Dios. Cuando estemos en problemas le seguimos creyendo a Dios, cuando hay enfermedad le seguimos creyendo al Señor, cuando vienen las pruebas, las dificultades seguimos creyendo en el Señor porque el justo vive por la fe. No es por obras, no es por circunstancias, no es por lo que tu veas, no es por lo que te digan, no es por lo que tu sientas, es por fe solamente.
Es simplemente que tu decides creer que lo que Dios ha dicho en su palabra es verdad. Y como Job tu dices, aunque él me mate, yo seguiré creyendo en él. Esa es la carta final que se juega el creyente. El justo por la fe vivirá. Esa es la esencia de.... no es nada que tu hagas tampoco, sabes. La salvación no es porque tu te arrodilles y camines una milla de rodillas, como hacía la gente antes, que hagas una promesa, y que te azotes la espalda hasta que sangre, o que pases 30 días sin comer pasteles o dulces, o que vayas a la iglesia todos los días, o que diezmes y des dinero. Nada de eso te hace salvo. Todo eso tiene significado una vez que tu eres salvo, no hay obras. El Evangelio es puramente por creerle a Dios.
Por eso es que también cuando tu has pecado, si tu le crees a Dios que Cristo de puede sanar y perdonar de tus pecados también tu eres sano de tu pecado. Eres salvo. Te arrepientes y eres salvo.
En el cristianismo no hay tal cosa como una persona que se puede salvar haciendo cosas. No es posible, no es porque sea miembro de la iglesia, nada, lo único que te salva es una relación personal con Jesucristo en tu vida. Y eso es lo que detiene la obra del diablo en tu vida. Es por fe. Todo es por fe. La vida cristiana es absolutamente un asunto de fe. Y el Evangelio te anuncia estas cosas.
Cuando Pablo dice el Evangelio yo creo que se está refiriendo también a toda la palabra de Dios. Todo lo que está escrito aquí es el Evangelio, es la buenas nuevas a la humanidad, por eso es tan importante que nosotros conozcamos el Evangelio, conozcamos la palabra de Dios, la estudiemos, la leamos para que esas verdades se puedan apegar a nuestro corazón y hacerse parte de nosotros.
Una idea más y con eso voy a terminar entonces porque vamos a tener la santa cena dentro de un momento. Dice aquí el Apóstol Pablo, “... porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad....”
Aquí se introduce un concepto nuevo en la Escritura, en este pasaje. Es ¿qué? La ira de Dios, la ira de Dios. Usted sabe que hay círculos cristianos donde la idea de la ira de Dios no se habla de eso porque no suena políticamente correcto. Porque la gente,.... por eso es que yo me molesto a veces con muchos cristianos que hablan solamente de Dios como el Dios que acepta, el Dios que ama, el Dios que recibe a todo el mundo, el Dios que no hace diferenciaciones.
Hoy en día hay una herejía, tanto afuera como adentro de la iglesia que ha cortado una parte de la personalidad de Dios y solamente pone a Dios como un abuelo senil que se sonríe con todo y todo lo acepta y todo lo permite, y que para él todo el mundo está bien, todo es aceptable y cuando la iglesia dice, pero eso no es lo que dice la palabra del Señor. Dios traza barreras y linderos claros. Hay gente que se aira con los cristianos. La idea de que Dios se aira es algo que mucha gente no quiere aceptar, pero dice la Biblia que Dios es amor pero que es ¿qué también? Fuego consumidor.
Y mire la palabra ira en el griego original es la misma palabra que se usa para orgía. Quiere decir es una ira, es una flama, es una llama de fuego. La ira de Dios es eso, es fuego, es algo que explota. En Dios hay una capacidad para airarse terrible.
Por eso cuando Dios se le aparece al pueblo hebreo en su primera manifestación en el monte de Sinaí dice que se oían trompetas, y había fuego y había truenos, y fue tan terrible esa presencia de Dios que los judíos dijeron, mmm, Moisés, vete tu mejor, pero nosotros no queremos ir allí. Tu habla con Dios y represéntanos y dinos qué es lo que él dice, pero no nos queremos acercar. Era tan terrible. Hay una ira que Dios siente contra el hombre en este tiempo. El corazón de Dios ama y quiere reconciliación pero también está airado. Y cuando el hombre resiste a Dios, Dios se aira y se molesta porque es un soberano.
Imagínese que uno vaya ante el Presidente Bush y comience a tratarlo con demasiada confianza o a insultarlo en su propia Casa Blanca. ¿Cómo va a reaccionar ese potentado? Claro, que si, con ira y con molestia. Y Dios se aira contra la raza humana que resiste la palabra de Dios. Hay una ira de la cual Dios es muy capaz y cuidado con nosotros querer relegar a Dios solamente a la bondad y la aceptación.
La ira de Dios se revela desde el cielo contra ¿qué?, contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. Sabe, la palabra detener en el griego original, la idea es que aguantan o resisten o se oponen a la revelación de Dios. En este tiempo de la humanidad, por ejemplo en este país y sobretodo en el mundo occidental, hay un tipo de resistencia de Dios que es obstinada. Es una resistencia arrogante. Hay un orgullo espiritual que tiene el hombre moderno por todo su poder, toda su ciencia, todos sus descubrimientos, todos los objetos que le ha deparado su razón. Y el hombre cada día más y más resiste la palabra de Dios, resiste la revelación de Dios y eso hace que Dios se sienta airado.
Aquí habla de la impiedad y la injusticia. Impiedad es la palabra ‘asevia’ que quiere decir en inglés hay una palabra mejor que dice ‘godlessness’. Es una actitud de ofensa contra la persona misma de Dios. Es un ataque contra el carácter, contra la persona, contra el señorío, contra la realeza de Dios. Lo contrario de eso es la piedad que es un respeto y una aceptación de Dios y una sujeción a Dios.
Y la otra palabra, injusticia se refiere a un comportamiento externo, contrario a los valores del Evangelio. Uno es una actitud interna y lo otro es un comportamiento externo. Y contra esas dos cosas, la ira de Dios se revela, contra el hombre. Y ¿por qué? Dice porque ellos saben lo esencial de Dios.
Saben, hermanos, el hombre en lo profundo de su corazón sabe quién es Dios. No sabe quizás todos los detalles pero hay cosas que saben. Porque cuando miran la naturaleza y miran el mundo alrededor de ellos, hay cosas que uno entiende.
Por ejemplo, una mañana como esta, linda en que sale el sol y uno mira el firmamento, como dice ese himno precioso: “Señor, mi Dios al contemplar los cielos, el firmamento y las estrellas mil; al oír tu voz en los potentes truenos y ver el sol brillar en su cenit, mi corazón entona la canción, cuán grande es él, cuán grande es él.”
Hay cosas, hermanos, que cuando uno mira la naturaleza, cuando uno mira el orden humano, cuando uno mira un pájaro cuidando a sus pajarillos pequeños, cuando uno mira, no se, el amor de una madre hacia su hijo, hacia su criatura, cuando uno mira este mundo que está creado para sostener la vida, hay cosas que uno puede derivar de eso. Uno entiende que esto tiene que haber sido creado por un Dios pensante, por un Dios de orden, por un Dios justo, por un Dios de amor y de afecto, por un Dios paternal, por un Dios que ama la vida. Hay muchas cosas, hay muchos valores que cuando uno observa la naturaleza y uno ve el orden de la creación, uno tiene que concluir estas cosas.
Y hay algo en lo que se llama la conciencia humana que habla de ciertas verdades fundamentales, cierta moralidad que comparten todas las religiones y todas las culturas del mundo. A través de los siglos han compartido ciertas ideas morales, a pesar de todas las diferencias que hay en las religiones. Y todo eso es porque Dios ha escrito en el mundo su estilo, su personalidad y hoy en día la humanidad como la que existía en el tiempo del Apóstol Pablo hace 2000 años, hoy en día otra vez la humanidad está volviendo a ese mismo tipo de resistencia racional, y están imponiendo sus propios valores por encima de los valores de la palabra de Dios.
Vamos a ver el domingo que viene que todo esto, el Apóstol Pablo es como un fiscal que está.... le voy a pedir a los hermanos si se pueden sentar un momentito por favor, ya vamos a terminar, pero tratemos de mantenernos un instante, ya vamos a concluir y estemos tranquilos un instante.
Hermanos, Pablo en este caso es como un fiscal que está haciendo un caso contra el hombre. Vamos a ver en los próximos dos sermones que él está construyendo un caso contra la humanidad. Primero va a los que no conocen a Dios y después va inclusive a los que creen que conocen a Dios, para mostrar que todos son culpables, todos están bajo la condenación y que lo único que los puede salvar es la persona de Cristo Jesús.
Entonces lo que Pablo está aquí diciendo es eso: toda la humanidad está resistiendo a Dios en su estado natural, resisten la revelación de Dios, resisten lo que ven, los argumentos de la naturaleza y por lo tanto son culpables, merecen la muerte, merecen la ira, y el único que los puede salvar es Cristo Jesús.
Y por eso Pablo dice, yo no me avergüenzo por lo tanto de predicar ese Evangelio porque es la única esperanza para el hombre, es la única esperanza de salvación que tiene la humanidad.
Hermanos, en esta mañana yo quiero que cada uno de nosotros reconozca ese hecho de que sin Cristo no podemos ser salvos, sin Cristo no hay esperanza para ninguno de nosotros porque Dios ha hecho bien claro que todos hemos pecado, todos hemos ofendido a Dios, todo ser humano necesita activamente someter su vida a los principios y a las enseñanzas del Evangelio.
Hermanos, hay un mundo ahí afuera que se está perdiendo, hay gente que se está yendo al infierno cada día sin saber a dónde van. Hay gente que se les ha dado un sentido falso de seguridad y creen que simplemente porque van a una iglesia o porque dan dinero a buenas causas, o porque son ciudadanos que aman a los delfines y aman a los pobres, y están bregando a favor de la justicia, como que ya eso los hace aceptos ante Dios. Y nosotros tenemos que ser una voz humilde pero muy clara que le diga a la humanidad, mira, no, no es así, lo único que te garantiza que tu puedas tener paz con Dios es el Evangelio, la persona de Cristo Jesús, que tu creas en él, que tu entregues tu vida al Señor Jesucristo porque sino tu estás bajo la ira de Dios. Eres un hijo de ira.
Dice en Efesios que nosotros todos éramos hijos de ira antes de conocer a Jesucristo. Así que nosotros honramos a Dios simplemente diciendo, Padre, reconocemos que sin ti no somos nada, que sin ti no podemos recibir salvación.
Vamos a ponernos de pie un momento y yo quisiera invitar a todos los que están aquí en su corazón a decirle sí al Evangelio y renovar nuestra fe en Jesucristo. Pero antes de hacer eso quiero pedir que si hay alguien en esta mañana que no ha dado ese paso todavía de entregar su vida a Jesús y de recibir el Evangelio de salvación, y recibir la palabra de Cristo en su corazón y aceptar a Jesús como su Señor y su salvador, que en esta mañana tenga la oportunidad de hacerlo, para orar por usted y encomendarle al Señor.
Yo quiero preguntar primeramente si hay alguien que no lo ha hecho antes y que quiera en esta mañana entregar su vida a Jesús. Le pediría que levante su mano dondequiera que esté para que oremos por usted y usted pueda entrar en esa relación personal con Jesucristo. ¿Habrá alguien que no lo haya hecho antes por el cual podamos orar en esta mañana? Si quiere levantar su mano dondequiera que usted esté.
Vamos a dar un momento; para poder ser salvos de la ira de Dios necesitamos hacer nuestro pacto con Jesucristo primeramente. ¿Habrá alguien que no ha dado ese paso todavía, que quiera hacerlo en esta mañana? Amen. Si, hermana, Dios te bendiga Iliana, amen. Habrá alguien más que públicamente quiera decirle al Señor, Señor Jesús, yo te recibo como mi Señor y salvador en esta mañana, quiera tener paz con Dios por medio del Evangelio de Jesucristo. ¿Habrá alguien más? Amen.
Ahora yo quiero también que junto con esa hermana que manifestó su deseo de recibir a Jesús, que todos nosotros en nuestro corazón también digamos estas palabras. Repítalas conmigo suavemente:
Señor Jesús, yo reconozco que tu eres el hijo de Dios, el salvador de mi alma. Tu eres el dueño de mi vida, por tu muerte yo he sido salvo y puedo tener paz con Dios. Sujeto mi vida a ti y entrego todo lo que tengo y todo lo que soy a tu señorío y renuncio a Satanás y a todas sus obras. Renuncio al mundo y renuncio a mi propia carne y abrazo los valores del Reino de Dios. Gracias Señor porque por medio de tu muerte en la cruz, yo soy salvo. Te alabo y te bendigo, en el nombre de Jesús. Amen y amen.