SERMONES

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Unida y armonía

21 de marzo del 2011 - Por Fanny Rodríguez

 

“Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.” Juan 17:11

Las enseñanzas de un padre perduran en la vida de sus hijos dejando una huella que ni el tiempo ni las condiciones de cambios en la vida borran. Quiero compartir una enseñanza que nos dio mi padre en un tiempo de enfermedad del cual él sabía que sería llevado a la presencia del Señor. El anhelo de el fue establecer unidad y armonía entre nosotros como hermanos.

Crecí en un hogar con tres hermanas y un hermano. Como ustedes saben donde hay tantos niños no faltan los conflictos por juguetes o por cualquier situación. Mis padres nos compraban a todas nosotras muñecas o juguetes para que no tuviéramos pequeñas peleas, claro que a mi hermano también le compraban carritos o juguetes. Además cuando se trataba de ropa nos compraban vestidos a todas, zapatos medias etc. a menos que fuera un cumpleaños lo cual explicaba un día especial para cada uno de nosotros. En tiempos de pequeños disgustos, nos enseñaban y ayudaban a reconciliarnos y terminábamos abrazándonos y jugando otra vez. Ya siendo todos mayores en el tiempo en que mi padre fue afectado por un cáncer terminal el recibió palabra del Señor que se lo iba a llevar.

Mi padre nos reunió alrededor de su lecho para despedirse de cada uno de nosotros. Fue un tiempo muy difícil y no queríamos aceptar que su muerte se acercaba. Sin embargo el muy calmadamente nos habló a cada uno empezando por mi mami, agradeciéndole y resaltando el amor y admiración que el siempre llevaba en su corazón. Después se dirigió a cada uno de nosotros empezando por mi hermana mayor. Yo hoy después de tantos años, recuerdo sus palabras de consejo para mi caminar como una mujer de carácter.

Uno de los puntos fundamentales que el nos habló fue el de la necesidad de proteger la unidad familiar y preferirnos los unos a los otros. Usó una imagen que hoy recuerdo, le entregó a mi hermana un palillo y le dijo “pártelo” y mi hermana lo partió. Entonces le dio cinco palillos y le dijo, “pártelos” y no los pudo partir por más que trató con mucho esfuerzo. Entonces nos explicó como estos palillos nos representaban a nosotros cinco y el permanecer en unidad nos ayudará no solamente a alcanzar nuestras metas individuales sino también impedir que recibamos daño por estar caminando solos.

Reflexionando en esta enseñanza que parecía elemental puedo ver grandes principios; uno de ellos la unidad familiar. En este tiempo donde el enemigo está atacando las familias, a través de la rebeldía de los hijos y minando las relaciones entre los esposos; se hace indispensable apertrecharnos, que enseñemos a los niños y a los jóvenes el valor de la unidad fundamentada en Cristo, hacer un esfuerzo definido por desatar armonía en los esposos para dar ejemplo de cómo resolver problemas interpersonales. Familias saludables y unidas promueven una iglesia también saludable, unida, con capacidad para resolver diferencias buscando que el reino de Dios sea establecido en la tierra. Recordemos que la unidad y la armonía en el hogar es terreno fértil para el crecimiento de los niños.

Oremos por nuestras familias: Padre celestial gracias por la familia que me haz dado, bendigo mi mami y mis hermanos y declaro unidad y armonía en medio de nosotros que nuestras diferencias sirvan para complementarnos y ayudarnos en toda situación. Señor permite que nuestra unidad sea mayor al estar todos entregados a caminar en ti. Pido que sanes toda herida que nos hayamos causado por falta de entendimiento de tu verdad. Yo declaro mi familia libre de toda división y separación y las relaciones restaurada por el poder de tu espíritu. También declaro la unidad en nuestra iglesia y podamos servirnos unos a otros en el amor de Cristo. Amén

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Señor - mirame, reconoceme y usame!

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Esta mañana, el capítulo que nos tocó fue el capítulo 9 donde Saulo es tumbado de su caballo, se convierte al Señor y Dios le da un nuevo destino, un nuevo nombre, una nueva profesión. Pero mientras nosotros estábamos aquí adorando al Señor y declarando la liberación de los cautivos y declarando la liberación de esta ciudad, de esta región, de esta nación, y entendiendo que Dios nos ha llamado, hermanos, a ser un pueblo guerrero. Por eso nosotros tenemos el nombre de congregación León de Judá, porque Dios tiene un destino.

Ese nombre se lo dio el Señor a esta iglesia. No es que nosotros decidimos, oh, que bonito sería llamarla congregación León de Judá. No, nosotros nos llamábamos, Iglesia Bautista Central. Dios me dio ese sueño del león de la tribu de Judá ejerciendo su autoridad y sus señorío sobre poderes demoníacos que se posaban y ejercían su influencia sobre esta ciudad y Dios puso en mi corazón que así como Saulo fue llamado Pablo, así como Abran fue llamado Abraham, así como Sarai fue llamada Sara, así como Mara fue llamada Noemí, así como Jacob fue llamado Israel, que nosotros llamáramos congregación León de Judá y en ese nombre hay nombre hay mucho, mucho empacado, mucho ADN profético, empacado en ese nombre.

Y uno de ellos es el león ruge, el león es el señor de la selva, el león es un animal poderosísimo, irresistible. Cuando se lanza sobre la presa nadie lo puede resistir. Es feroz, no se atemoriza, no retrocede. Ha sido dotado para la cacería, la caza, para la guerra y nosotros hemos sido llamados, y yo creo que hemos sido dotados y estamos siendo ahora desarrollados para desempeñar la labor de ser una presencia en esta ciudad, de guerra, para adorar al Señor en una forma profética y consciente, sabiendo que no es simplemente declarar cosas poéticas y lindas y melodiosas, sino declarar y abrir y cerrar con llaves espirituales mientras nosotros cantamos, mientras adoramos, mientras celebramos y declaramos el señorío de Cristo.

Tenemos que vernos a nosotros mismos operando en el reino de las tinieblas y en el reino de la luz también, abriendo y cerrando, derribando y edificando, levantando muros y derribando muros, liberando y encadenando también poderes demoníacos. Y eso es lo que nosotros estamos haciendo esta tarde. No se crea que esto es simplemente algo emocional y, cómo dijéramos, no sé cual palabra usar, simbólico en el sentido puramente superficial de la palabra. No, no yo creo que en ese momento nosotros estábamos operando y estábamos debilitando.

El Señor me ha hecho claro esa idea de que así como nosotros liberamos a una persona del poder del diablo y la liberación muchas veces se da a través de una lucha, una confrontación con los poderes. Si usted ha estado en una situación de liberación, usted ve que los demonios, cuando tienen una persona comienzan con gran arrogancia, gran sarcasmo muchas veces, grandes declaraciones de su poder, y muchas veces los demonios mientras usted declara la liberación de esa persona, dicen, “no me voy, no me voy. Ella es mía o él es mío y yo no tengo que irme y no me voy a ir.”

Y comienzan muy arrogantes y entonces la persona que está llevando a cabo la liberación tiene la tarea de declararles a esos espíritus que ellos sí tienen que irse y que esa persona no pertenece a ellos y que ellos están ahí alojados ilegítimamente y que el poder del nombre de Jesús y la sangre de Jesús los saca y los ahuyenta y los derrota. Y ellos tienen que salir de esa alma porque no pertenece a ellos, sino que pertenece a Jesucristo.

Ahora, esa vida tiene que hacer su parte arrepintiéndose, reconociendo sus pecados, cerrando las puertas que le abrieron al enemigo y entonces Satanás tiene que huir. Pero esos espíritus entonces uno ve muchas veces a lo largo de una sesión de liberación, que van debilitándose, y debilitándose. Ya no son tan arrogantes, ya simplemente se están aferrando porque son obstinados y no quieren salir porque por alguna manera misteriosa la compañía de un ser humano, yo creo, que porque esos espíritus, dice la Biblia, que Dios los ha obligado a morar en prisiones de tinieblas.

Ellos habitan una dimensión oscura, frío donde la gracia de Dios no llega y esos espíritus están en una mazmorra, un calabozo espiritual, húmedo, frío y ellos saben que están condenados a una eternidad en una condición terrible. Y por alguna razón yo creo que la compañía de un ser humano o el ellos alojarse en un ser humano, de alguna manera les trae como descanso de su condición. Porque en esos seres humanos habita la gracia de Dios y la misericordia y la vida y ellos habitan una región donde no hay nada de eso.

Entonces cuando ellos entran en esas vidas, cuando ejercen su influencia también traen su maldad, traen su virus, traen su condición, y afectan a esas vidas. Su naturaleza ellos la imparten sobre esas vidas en las cuales están alojándose.

Por eso es que el demonio, por ejemplo, del endemoniado gadareno, o la legión que poseía al endemoniado gadareno, no quería salir y le suplicaban a Jesucristo que no los echara de allí. Cuando ese hombre endemoniado que habitaba en cementerios y en lugares tenebrosos, porque tenía espíritus que habitan en esas regiones. Cuando el Señor forcejea con ellos, porque el texto del gadareno sugiere que el Señor forcejeaba con los espíritus y les ordenaba que salieran y llega el momento en que ellos dicen, “no nos saques de aquí. Si nos vas a sacar envíanos aunque sea a unos cerdos”.

Es decir, ellos no querían estar en los aires, no querían estar solamente desprovistos de algún tipo de refugio y el Señor, por razones que nosotros no podemos entender, concedió su petición y permitió que salieran de ese ser porque los demonios no son como seres espaciales, en el sentido de que no ocupan espacio, ellos ocupan una región sobrenatural, espiritual. Podían estar legiones, era una legión, son cientos de soldados. Ese hombre estaba poseído de una manera… entonces el Señor los envió a otro lugar y entonces se despeñaron en los cerdos, seres inmundos y este hombre quedó libre, y entonces quedó en sus 5 sentidos.

Esos espíritus buscan posesionarse ilegítimamente y posarse sobre ciudades, sobre comunidades, sobre personas, se posan sobre gobiernos, ellos dirigen instituciones, dirigen movimientos culturales. El poder de las tinieblas es increíble, es inmenso, se manifiesta en muchas maneras diferentes. Pero se tiene que dar un forcejeo para que una vida sea liberada. Es una lucha de poder porque esos espíritus no quieren ceder ese territorio que ellos han conquistado y que esas personas le han permitido que conquisten. Y para ellos el ser desterrados de esa habitación confortable es la cosa peor. Y por eso es que hay que forcejear con ellos, hay que pelear con ellos.

Y la liberación de una ciudad, la liberación de un individuo no se da sin que primero haya una confrontación de poder. Y yo he vivido muchas veces esa situación de una persona poseída por el demonio que no quiere….

Para que una persona sea liberada hay que hacer fuerza, hay que hacer guerra. El Señor Jesucristo dice que para, como yo decia antes, para saquear la casa de un hombre fuerte, y Satanás y sus demonios son una fortaleza, primero hay que atarlo y entonces uno puede saquear su casa.

Satanás se ha atrincherado sobre naciones, sobre ciudades, sobre individuos, sobre movimientos culturales, sobre instituciones de trabajo social, universidades. Generalmente los demonios con que nosotros nos encontramos y confrontamos, son demonios de categoría mucho menor. Yo creo que hay generales y hay príncipes demoníacos que rigen sobre ciudades. Son seres exaltados que gobiernan sobre grandes movimientos y grandes territorios. Esos demonios generalmente nosotros no los encontramos sobre una persona, ellos son demasiado exaltados para eso.

Porque el reino de las tinieblas es un reino exaltado. Es un reino demoníaco, psicópata, enfermizo, desterrado por Dios de las regiones de gracia, pero es un reino y ocupa una autoridad, pero una autoridad maligna y hay rangos. Y hay rangos de demonio que ocupan regiones muy altas y contra esos principados, la iglesia de Jesucristo tiene que entablar guerra y declarar señorío de Jesús en fe, declararlo en autoridad, y yo creo que cuando nosotros hacemos guerra espiritual es como si nosotros estuviéramos ejerciendo una liberación al nivel de una ciudad, de vecindarios.

Yo siento que Dios nos está llamando en este tiempo a emprender la liberación de ciudades, no de un individuo sino de una ciudad completa. Y como en la liberación de un individuo, Satanás no va a decir simplemente, ah, okay, me dijeron que me fuera, pues, me voy con la colita entre las piernas. No, hay que forcejear, hay que hacer guerra persistente. Hay que cansarlos, hay que agotarlos, hay que limar su energía y su fuerza hasta que se den por vencidos.

Y eso es lo que nos habla aquí en el libro del Éxodo, y lo que yo escuchaba en mi espíritu mientras estábamos aquí haciendo ese forcejeo que se tiene que dar para que un pueblo sea liberado, para entrar en su verdadero destino. Esta nación, esta ciudad, esta región fue concebida por hombres y mujeres que querían dedicarle a Dios un espacio donde a Dios se le adorara y se le sirviera como Dios merece ser adorado. Esa gente vino de otras naciones aquí en el siglo XVII, en el 1620 llegaron los primeros puritanos a Plymouth para establecer una nación que fuera una luz sobre un monte.

Lo que pasa es que inmediatamente que un pueblo, un hombre, una mujer, declara su afiliación con el Reino de Dios, enseguida los poderes del diablo comienzan a hacer guerra y a tratar de limar su compromiso. Y es lo que pasó en esta nación. Con el tiempo esta nación ha ido perdiendo su derrotero y no es que nunca fuera perfecta, entendemos esto. Pero sí puedo decir, históricamente, si usted mira y a pesar de todos sus errores, y horrores que ha cometido, que fue una nación que comenzó con un sano propósito de servir a Dios. No eran perfectos. Quién ha sido perfecto en la historia de la humanidad? Cometieron sus errores, oprimieron, desterraron indios y otras personas y otras instituciones que estaban aquí y pueblos. Pero es que la historia procede en formas impuras.

Mire la historia de Israel y usted verá que es gente pecaminosa. Se cometieron errores, pero Dios tenía un propósito y Dios estableció que esta nación fuera una nación, una luz sobre un monte. Y esta nación hizo mucho bien, ha hecho mucho bien la historia de la humanidad, pero ahora en este tiempo ha perdido su derrotero, y el diablo se ha posesionado de ella, así como se ha posesionado de las naciones porque la humanidad le ha entregado el señorío a Satanás.

El señorío que Dios le dio a la humanidad, la humanidad se lo ha transferido a los principados y a las potestades. Y este es el tiempo que yo creo que Dios quiere hacer una gran obra y cosechar almas y traer muchas almas al conocimiento de Jesús. Dios tiene un propósito todavía para esta ciudad de redención y de sanidad.

Dios quiere restaurar vidas. En algún momento el Señor, en su momento él va a hacer juicio. Yo no sé cuándo va a ser ese momento, pero yo creo que Dios nos está llamando como pueblo ahora, a ejercer nuestro llamado para que ese pueblo cautivo, que es esta ciudad, esta sociedad, yo no sé cuál es el alcance de lo que Dios quiere hacer, no me voy a perder en eso, pero yo sé que Dios quiere liberar muchas vidas y Dios quiere liberar instituciones y Dios quiere liberar ciudades y el pueblo de Dios le tiene que decir, dejen a esas naciones, dejen esas ciudades salir para que sirvan al Señor. Dejen esas personas salir para que sirvan al Señor.

Y ese es el drama del Éxodo, ese es el drama del éxodo. El pueblo de Dios estaba cautivo en Egipto y Dios tenía un propósito. Dios levantó ese pueblo para que lo sirviera y le adorara y Dios permitió que su pueblo que estuviera un tiempo en Egipto y que se levantara, dice la Biblia, llegó un día, cientos de años después que José murió y trajo a su familia a Egipto, y Egipto sirvió como un lugar para que el pueblo de Dios creciera y pasara de ser unas 70 personas a ser un millón de hombres y mujeres y niños.

Y cuando llegó el momento declarado por Dios, el momento que ya le había dicho a Abraham que se tomaría para que su pueblo saliera de Egipto, faraón que hasta entonces los faraones anteriores a él, habían sido benévolos con Israel, este último faraón pone su bota sobre el cuello del pueblo de Dios y lo esclaviza y lo oprime.

Por qué? Porque Dios quería sacarlo de Egipto. El pueblo estaba demasiado cómodo y muchas veces cuando Dios quiere sacarnos a nuestro destino, hace incómoda la matriz donde estamos. Y yo siento que Dios nos ha dicho a nosotros, miren, ya el tiempo llegó para que ustedes sean cómodos. Y ahora yo quiero que ustedes entren en una postura de guerra, que se esfuercen y sean valientes, yo quiero que ustedes declaren mi verdad. Ustedes están en guerra porque yo quiero hacer algo grande, yo quiero libertar vidas.

Entonces, en ese momento Dios llama a Moisés. Por qué? Porque el pueblo de Dios clamó. Miren lo que dice en Éxodo 2:23, dice que:

“… Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre y clamaron. Y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre…”

Nosotros tenemos que clamar a Dios. Nosotros tenemos que decirle, Señor, mira la opresión en que está tu iglesia, mira tus iglesias muertas, mira tus iglesias oprimidas, mira tus iglesias donde el diablo impide que se manifiesten tus milagros. Mira las almas cautivas. Tu iglesia no tiene poder para que las almas se conviertan. Tu iglesia está adormecida. Tu iglesia está imposibilitada de jugar el papel profético al cual tu la has llamado. Tu iglesia está sumida en el pecado, en la mediocridad y la tibieza espiritual.

Nueva Inglaterra es un cementerio de iglesias, hermanos. Nueva Inglaterra está gobernada por leyes y principios que son contrarios al bien de la humanidad. Y gente que no entiende los principios espirituales que gobiernan el mundo y el universo, y que son niños espirituales, torpes, a quienes Dios ha entregado a una mente reprobada, dice la Biblia, están gobernando nuestras ciudades y nuestras naciones. Y la iglesia misma se ha contaminado con el espíritu de Egipto. Le gusta demasiado las ollas de carne y las cebollas y los ajos de Egipto.

Y nosotros tenemos que gemir y clamar. Si Dios ha puesto en nosotros un sentido de urgencia tenemos que gemir y clamar y decir, Señor, escucha el clamor. Estamos oprimidos.
Dice la Biblia que oyó Dios el gemido de ellos y se acordó. No es que a Dios se le olvidara, pero Dios como que trajo a memoria, en una forma judicial, lo que él le había dicho. Dice se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Él activó el pacto que estaba allí como adormecido. Es como el gris de las computadoras que de momento se torna negro y usted puede oprimir sobre el botón y entonces sale el programa.

Estaba allí en espera. Era el momento. Y cuando ellos gimieron se activó la voluntad de Dios y ¿saben qué? Ellos gimieron porque era el momento de gemir. Ellos no podían gemir antes de que Dios activara en su corazón y que Dios estableciera las circunstancias apropiadas para que entonces ellos gimieron. Ellos no gimieron en cualquier momento. Todo estaba construido exactamente como Dios quería.

Nosotros ahora es cuando tenemos que gemir. Es ahora, en este tiempo cuando Dios está diciendo a la congregación León de Judá, pueblo mío, yo quiero ahora que ustedes giman. Hay opresión, hay demonización, las cosas están oscuras, este es el momento de gemir. Este es el momento de clamar a mí.

Y cuando ustedes giman, en el momento en que yo he determinado, yo me acordaré del pacto que yo establecí con esta nación. Yo me acordaré de los pozos que fueron cavados hace tiempo, que están ahora segados por enemigos. Yo me acordaré para sacar esa cizaña que el diablo ha sembrado cuando mis hijos sembraron trigo y yo voy a ajusticiar eso. Yo me voy a acordar de los pactos.
Yo creo que hay propósitos que Dios tiene en este tiempo y cuando nosotros gimamos, y cuando clamemos al Señor como lo hicimos esta tarde, el Señor se va a acordar de su pacto.
Y dice la Biblia en el 25 que “… miró Dios a los hijos de Israel y los reconoció Dios…”
Los miró y los reconoció. Sabe que eso es todo lo que se necesita? Simplemente que Dios nos mire y nos reconozca como sus hijos, nos reconozca como su autoridad delegada aquí en la tierra, nos reconozco como el instrumento que él ha escogido para efectuar una liberación y para llevar a cabo un propósito eterno y santo.

Todo lo que se necesita es que Dios mire. Cuando yo tuve ese sueño hace años atrás del León de Judá sobre la ciudad de Boston, sobre una nube de arañas venenosas, yo siempre lo he dicho, lo que yo vi fue la cabeza del León de Judá como un plano pero vi sus ojos. Se me permitió ver sus ojos y eran ojos eminentemente humanos, sabios, compasivos, amorosos, pero también llenos de autoridad.

El león no tenía patas, no tenía cola, no tenía nada excepto un rostro y dos ojos que me impresionaron. Y esos dos ojos miraban sobre el escenario que estaba debajo de él. Y yo entendí en mi espíritu, cuando yo veía esos ojos que él, al mirar ejercía autoridad. Él no necesitaba moverse mucho, ni gritar mucho ni hacer nada, él simplemente miraba y yo entendí en mi espíritu que al él mirar, él decía “yo tengo autoridad sobre sus poderes. Yo los gobierno, yo determino su mover, yo permito que se muevan por el tiempo que yo determino. Pero yo estoy en control de eso.”

Y por eso fue que yo extendí mi mano y mi dedo, y dije tres veces desde abajo, desde yo estaba, tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor. Porque lo que Dios necesita es solamente mirar una situación. Él no necesita inmutarse. Él no tiene que guerrear contra Satanás. El Señor es todopoderoso. Satanás no tiene el poder, Satanás se mueve solamente cuando Dios se lo permite. Y Satanás tiene el ámbito para operar en la medida en que Dios se lo permite. Y Satanás tiene señorío durante el tiempo que Dios se lo permite. Pero cuando Dios mira con autoridad dice, ya es el tiempo de que tu te vayas, él se tiene que ir. Ya es el tiempo de que mi pueblo sea activado. Ya es el tiempo de que mi pueblo sea liberado, ya es el tiempo de que mi pueblo reciba una fresca unción. Ya es el tiempo de que mi pueblo haga aquello para lo cual yo lo creé.
Cuando el pueblo de Dios recibe esa mirada de Dios y es reconocido como su representante en la tierra, es tiempo entonces de que faraón deje a su pueblo ir, para que su pueblo llene el destino que Dios tiene.

Yo creo que es el tiempo para que nosotros llenemos el destino que Dios tiene para nosotros. Pero tenemos que gemir y clamar delante de Dios. Dice que Dios miró y los reconoció. Nosotros tenemos que pedirle al Señor, Señor, reconócenos, extiende su cetro hacia nosotros y tócanos con tu legitimidad, y entréganos el señorío y la autoridad que nosotros tenemos.

Entonces, Dios llama a Moisés, y Moisés estaba siendo preparado. Hacía 80 años que Dios había preservado la vida de Moisés para que lo sirviera. Irónicamente Dios crió a Moisés en las mismas entrañas del diablo, del faraón, para estrujarle eso en la cara. Puso a faraón a que le educara a Moisés. Moisés creció como hijo adoptivo de la hija de faraón, y fue entrenado. Y las destrezas que Moisés adquirió en Egipto, Dios las iba a usar para liberar a su pueblo. Dios preparó a Moisés.

Nosotros estamos, ¿saben qué? Nosotros estamos en las mismas entrañas del diablo aquí en este lugar en 68 de la Northampton Street. Este es un lugar, aquí es un lugar mágico y magnético. No soy new age, pero aquí en esta área, esta área es un lugar magnético. Por eso ha habido aquí tanta maldad, tanta droga, tanto alcoholismo, hay tanta gente deambulante. El Southend y Roxbury es una de las áreas más concentradas de necesidad social y de servicios sociales.

Aquí está el manicomio más grande de toda Nueva Inglaterra. Sí, señor, aquí está, Solomon Carter Fuller Center. Hasta hace poco aquí estaba una de las licorerías, yo creo que la más grande de toda esta región, ahí mismo, Blanchards. El Señor la quitó, gracias a Dios y puso una farmacia.
Aquí está el primer centro de refugio para mujeres abusadas y reambulantes, y se llama Rosie’s Place, están en nuestro patio. Aquí está uno de los centros más grandes, y creo que es el primero sino definitivamente el primero más grande refugio para reambulantes en todo Pine Street Inn. Esa es una institución inmensa, multimillonaria para gente drogadicta, alcohólica, desahuciada y deambulante, está aquí, en nuestro patio. Aquí está el hospital en nuestra esquina, Boston Medical center, que antes era Boston City Hospital, antes era un lugar siniestro y de mala fama.

Si usted estaba herido o tenía que ser operado, usted no quería ir al Boston City Hospital. Ahora, se ha convertido en uno de los lugares mejores para trauma y otras cosas en toda Nueva Inglaterra, Boston Medical Center. Pero está aquí, un centro inmenso de necesidad.

Nosotros nos mudamos a un sitio que el frente teníamos Dog’s Café, una barra de mala muerte, controlada, creo, por la mafia, ahí en frente de nosotros. Dios lo quitó, gracias a Dios, puso un estacionamiento. Vamos a orar para que lo que venga allí sea de bendición y no de opresión y lucha para el pueblo de Dios.

Esta área por acá, y digo esto con respeto y el que no se sienta, perdóneme, pero esta área se ha convertido también en el centro de la comunidad homosexual para toda Nueva Inglaterra. Es el lugar más poderoso quizás el otro es por allá, Province Town. Pero este lugar aquí, el Southend es la fortaleza del homosexualismo. Y es un principado poderoso. Yo amo a los homosexuales, creo que Dios tiene propósitos para ellos. No somos mejores que ellos, los veo con compasión, amor, misericordia, y ojalá esta iglesia se llenara de homosexuales buscando liberación y sanidad de Dios. Y nosotros los recibiríamos, honrados de tenerlos, sabe? Y yo los bendigo en el nombre de Jesús.

Pero pido que el Señor rompa sus cadenas y los liberte, y pido que el Señor nos de la capacidad y el poder para romper sus cadenas si ellos quieren liberación. Que no les ofrezcamos simplemente teología barata y religión, sino que les digamos, Cristo te sana. Cristo te liberta y que Dios nos de el poder para así hacerlo.

Pero este es un lugar, esta área es un lugar de maldad y donde las tinieblas gobiernan mucho, mucho, mucho, y hay muchos gobernantes en esta ciudad que están vendidos a todo lo que tiene que ver con liberalismo. Esta es un área de racionalismo, de arrogancia contra Dios, de gente con grandes profesiones intelectuales, gente muy segura de sí misma, gente que mira con desagrado el pueblo que cree en el Dios vivo y en Jesús que es el Señor de Señores y Rey de Reyes. Mucha gente en esta zona y en estas áreas que están contaminados con el virus de la razón y del intelectualismo y de la autosuficiencia, y de la arrogancia contra Dios y el de creerse que la humanidad, el humanismo es el valor máximo de la humanidad.

Estamos en Egipto, en otras palabras, y donde nosotros estamos en el centro, como Moisés, Dios nos ha puesto aquí para que despojemos a los egipcios. Dios nos ha puesto aquí para ser un pueblo libertador, y ¿saben qué? Se ha escogido gente como nosotros, hispanos, negros, gente muchos de nosotros, que no tenemos gran educación, o gran dinero, pero Dios siempre le gusta usar a los pobres de la tierra, a los esclavos, porque usó a Moisés que era de una raza de esclavos y al pueblo hebreo que era una raza esclavizada, y los usó para derrotar a faraón.

Y Dios quiere usarnos a nosotros. No va a usar a las iglesias liberales que se han vendido a un Evangelio que no es Evangelio racionalista, y que han comprometido la verdad de Dios. Y no está usando a la gente rica ni está usando a una congregación distinguida.

Como dice el Apóstol Pablo, no sois muchos de vosotros ni muy distinguidos ni muy ricos, ni muy reconocidos, porque a los pobres y los débiles de la tierra, Dios los ha usado para avergonzar a los sabios y a los grandes. Y no es porque seamos mejores que nadie, simplemente porque somos quizás los peores, y los más pequeños.

Pero estamos aquí en las fauces mismas y en las entrañas mismas del faraón. Y yo creo que Dios está levantándose un pueblo aquí en este lugar, y está preparándonos para hacer grandes cosas y liberarnos. Y por eso Dios llamó a Moisés y Dios, en el versículo 7 del capítulo 3 dice:

“…Dijo luego Jehová, “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores, pues he conocido sus angustias y he descendido para librarlos de manos de los egipcios y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del Cananeo, del heteo, del Amorreo, del fereseo, del heveo y del jebuseo. Ven por tanto ahora, y te enviaré a faraón… - dice el versículo 10 - … para saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel….”

La reacción de Moisés, ya voy a arropar esto lo más pronto que pueda. La reacción de Moisés es la que quizás nosotros sintamos.

“…Quién soy yo, dijo Moisés, para que vaya a faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel…”
Quizás tu te sientes, yo me siento descalificado, ciertamente yo no me siento como que una misión tan exaltada nos toque a nosotros. Y quizás tu te sientas, qué puedo yo hacer en mi vecindario, en mi familia, en mi ciudad para que Dios me use a mí?

Mira, Dios quiere usarte y todo lo que se requiere es que tu le creas al Señor y que consagres tu vida a él, y que tu camines delante del Señor, y que tu te abandones a los planes de Dios, y que tu creas que Dios te ha llamado para un gran propósito y que tu tomes en serio el llamado de Dios, que dejes de jugar a evangélico y te tornes en un guerrero de Dios y que clames al Señor, y te levantes un poquito más temprano y consagres de vez en cuando unas horas, una mañana a ayunar y orar, y buscar el rostro de Dios y decirle, Señor, qué tu quieres que yo haga en la economía de tu reino? Cómo tu quieres usarme? Qué tu quieres que yo haga para avanzar tus propósitos? Úsame a mí. Ilumíname a mí, capacítame a mí, dame tu poder a mí. Yo tengo ambición de hacer algo para ti, Señor, y estoy dispuesto a pagar el precio.

No te sientas inadecuado, la tarea es grande, pero mire cómo le contesta el Señor a Moisés, cuando dice quién soy yo? Dice,

“…Ven por tanto ahora y te enviaré a faraón para que saques de Egipto, los hijos de Israel... –entonces dice más adelante - … y él respondió, Ve, porque yo estaré contigo y esto te será por señal de que yo te he enviado. Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo serviréis a Dios sobre este monte…”

Hay mucha tela que cortar. Yo no creo que Dios nos va a hacer las cosas fáciles. Nosotros sabremos en última instancia que estamos en la voluntad perfecta de Dios cuando veamos su poder manifestado, cuando veamos lo que Dios nos ha llamado a hacer actualizado. Y un día, nosotros yo sé, que vamos a pararnos sobre esta congregación y vamos a ver la gloria que Dios habrá manifestado, los milagros que él habrá hecho, las señales que él habrá hecho descender, las vidas, las miles de vidas sanadas y salvadas para Cristo, portentos y prodigios que él habrá hecho. Y nosotros diremos, grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros. Y entenderemos que esto no era un juego. Esto no era una quimera, esto no era un sueño quijótico, sino que era un verdadero llamado de Dios.

Yo lucho continuamente con el sentir de que Dios me ha llamado, nos ha llamado a algo grandioso y dudo continuamente, les aseguro hermanos, y le digo, Señor, créanme, mientras yo estaba ahí adentro, durante el segundo servicio, mientras yo escuchaba la adoración al principio, yo decía, Señor, si esto no es de ti, esta expectativa que yo tengo de que tu vas a hacer grandes cosas, quítamelo. Yo le pido al Señor más veces que me quite este sentido de expectativa de que Dios va a hacer algo grande, a que me lo mantenga porque yo dudo, dudo, dudo.

Yo siento que lo que Dios me ha dicho es tan grande y tan pesado, que yo digo, eso es una quimera. Muchas veces mientras espero y espero digo, Señor, y yo le digo Señor, yo estoy muy contento de pastorear mi iglesia localmente, si eso es todo lo que tu tienes para mí, quita lo demás. Yo no quiero vivir porque eso me distorsiona mi manera de actuar y de esperar. Distorsiona mi vida. Si no es lo que tu has dicho, quítalo. Yo estoy cómodo simplemente siendo un pastor local y no ambicionando cosas demasiado grandes.

Pero yo creo que cuando Dios nos llama, esa es la respuesta, uno duda. Gedeón dice, “…cómo que tu me llamas, varón esforzado y valiente. Yo soy el más pequeño de mi tribu y mi tribu es la más pequeña de todo Israel…”

Uno siempre duda, Moisés dudó y hay una retahíla de rechazos de la voluntad de Dios. Quién soy yo? Dios dice, mira yo estoy contigo y cuando tu veas mi gloria manifestada, entonces tu vas a saber que era yo quien estaba hablándote.

Y uno tiene que lanzarse en fe, uno tiene que moverse en fe. Yo les aseguro, hermanos, que muchas veces la mitad de las cosas que yo digo, yo mismo no me las creo. Mientras yo las estoy diciendo algo dentro de mí está diciendo, y si no es verdad, si caes en ridículo, si declaras cosas que no se van a cumplir?

Pero en este tiempo yo tengo que declararlas por fe, de boca para afuera y Dios hará su obra en mi corazón. Porque creo que tenemos que declarar las cosas que Dios nos ha dicho, no podemos quedarnos callados. Él es quien sabe lo que hace. Este es el tiempo de gritar y decir las cosas que Dios tiene, aunque nuestra carne no lo crea, aunque nos veamos pequeñitos, pero Dios dice, yo voy a estar contigo. Y la señal que yo te voy a dar es que cuando tu veas lo que tu sentías en tu corazón que yo iba a hacer, realizado, entonces tu vas a saber que no eras tu sino yo quien lo puso en tu espíritu y en tu corazón.

Moisés hace una pregunta, “… si me preguntan cuál es su nombre el que me envié, quién le responderé que me envía? Y respondió Dios a Moisés, yo soy el que soy…”

Nosotros tenemos que anunciarle a los poderes del diablo, a la humanidad allá afuera, el que nos envía es el que yo soy el que soy. Es el Dios, Jehová de los ejércitos, el rey de reyes, el Señor de Señores, el todopoderoso, el omnisciente, el que es todo amor, todo justicia, toda verdad, toda santidad, toda autoridad. Ese es el que nos envía.

Y tenemos que presentarle a la gente un Dios vivo, un Dios soberano, un Dios que es dueño de todo. Y nosotros tenemos que decirles, ese es el que me envía, ese es el Señor que me envía.

Y lo último, en el versículo 19, capítulo 3, Dios le dice a Moisés, aún en el versículo 9 dice:
“… Dile a faraón por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto para que ofrezcamos sacrificio a Jehová, nuestro Dios….”

Hay mucha gente allá afuera que Dios quiere que lo adoren. Mucha gente que Dios quiere que declaren su señorío, hay mucha gente que Dios quiere convertir en adoradores, sanadores, predicadores, restauradores, consejeros, evangelistas. Están allá afuera y Dios quiere que lo adoren y nosotros tenemos que decirle a faraón, deja a ese pueblo ir para que adoren y sirvan al Señor. Déjalos ir de sus cadenas para que adoren.

Aquí está el punch line, aquí está el final. Dios le dice a Moisés:
“… Más yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte…”

Usted ve? Dios sabía que faraón no iba a dejar esa gente que representaba dinero, mano de obra, que facilitaba muchas de las cosas económicas de Egipto. Como aquí en Estados Unidos, esta nación no quería dejar a los esclavos ir porque representaban intereses económicos terribles. Y si esta nación liberaba a cientos de miles de esclavos, ya no tendría mano de obra para sus haciendas y para sus cocinas y para labrar sus tierras y para lavar su ropa. Y era como un adicto desintoxicarse inmediatamente, estaban demasiado adictos y por eso fue que esta nación, desde que declararon la independencia, ellos sabían lo que venía.

En el siglo XVIII ellos sabía que en algún momento, lo que ellos estaban declarando era una contradicción de esos negros que ellos tenían esclavizados. Ellos dijeron que todos los hombres han sido creados por Dios iguales, para perseguir el bienestar y la bendición. Y mientras ellos escribían eso, ellos sabían que había una cantidad de hombres y mujeres, no querían reconocerle su humanidad. Pero sabían que tarde o temprano ellos iban a tener con bregar con esa maldición y esa injusticia. Y como no quisieron soltar a esos pobres de la tierra por su propia voluntad, Dios los sacó con mano fuerte. Murió un millón de norteamericanos en la guerra civil. La guerra más horrorosa que hasta entonces se había dado.

Esta nación tuvo que pagar cada centavo ilegítimo y todavía están pagando con intereses todo lo que le han hecho a los nativos americanos, y a los negros y toda la opresión que han hecho. Porque Dios le cobra aún a su pueblo sus pecados. Tuvieron que dejar ir a esa gente, tuvieron que dejarla ir.

Pero el diablo no suelta sus cautivos, sabe, a menos que no sea por mano fuerte. Mano fuerte de quién? De Dios. La justicia de Dios, la palabra de Dios, la verdad de Dios, el amor y la compasión de Dios. Pero el diablo es un ser… él es el hombre fuerte, él no suelta las cosas a menos que no venga un poder más fuerte que él y lo obligue a soltar las garras sobre las cadenas que él tiene sobre la humanidad. El diablo no va a soltar Boston, no va a soltar Roxbury, no va a soltar el Southend, no va a soltar la juventud, no va a soltar los hospitales, no va a soltar a Harvard University ni a Boston Univerisity ni a Boston College, ni ninguno de esos sitios, no va a soltar el Southend, no va a soltar los centros de gobierno ni de finanzas a menos que no se lo arrebaten, a menos que no lo aten primero, a menos que un pueblo de Dios…

Y cómo ata el pueblo de Dios? Con su boca en la autoridad que Dios le ha dado. Él le dice a Satanás, deja al pueblo de Dios ir porque es necesario que ese pueblo lo adore. Y Dios permite que se de un forcejeo. Dios no lo da suelto. Esta iglesia está en un forcejeo por entrar en su destino y en su llamado, por entrar en lo que Dios tiene para nosotros. Y tiene forcejear con las fuerzas de las tinieblas para que dejen esta ciudad salir y por eso usted y yo tenemos que declarar.

Yo estoy hablando en sentido profético y me asusta lo que estoy diciendo, porque es un compromiso que tenemos. Nosotros tenemos dejarle saber a los poderes de las tinieblas, informarles, tienen que dejar ir las almas que Dios ha destinado, que salgan para adorarlo.

El Señor dice, “…Yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con todas maravillas que haré en él y entonces os dejará ir. Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis no vayáis con las manos vacías, sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huésped alhajas de plata, alhajas de oro y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas y despojaréis a Egipto…”

¿Saben qué? Dios tiene un tiempo de provisión, de bendición para esta iglesia, para nosotros. Los hebreos salieron con gran tesoro, grandes posesiones. Y sabe cómo fue? Dios los hipnotizó y la vecina hebrea fue donde su vecina egipcia y le dijo, quiero oro, quiero plata de la que tu tienes ahí en tu casa, dame algunas alhajas, dame algunas cosas metálicas preciosas. Y la egipcia como en un trance le dijo, está bien, te lo voy a dar. Y le entregó.

La guerra fue una guerra espiritual. Generalmente los ejércitos despojan a sus enemigos después de matarlos y ser matados. Pero en este caso fue gracia lo que imperó. Dios dio gracia. Dios hipnotizó. Todo lo que les robaron a los hebreos esclavizándolos, Egipto tuvo que dárselo de buena gana. Y cuando salieron de Egipto salieron bendecidos, salieron prosperados, salieron con un buen depósito para iniciar su nueva vida.

Y así, yo creo, que Dios tiene despojos para nosotros, hermanos. Si nosotros hacemos la voluntad de Dios, Dios tiene bendición para nosotros, pero primero hay que guerrear. Faraón no va a dejar a sus víctimas salir a menos que no sea con mano fuerte. Primero tiene que haber un drama, primero tiene que haber plagas, primero tiene que haber guerra, primero tiene que haber confrontación, primero tiene que haber clamor, primero tiene que haber declaración de la voluntad de Dios, y al final de esa confrontación viene la bendición, vienen los despojos, vienen las almas libres, y el pueblo de Dios es soltado para que vaya y adore al Señor como Dios quiere que lo adoren.

Vamos a ponernos de pie. Y esa es la palabra de Dios para esta congregación, para ti y para mí. Es el tiempo de la madurez. Es el tiempo de la adultez. Es el tiempo de dejar de jugar a las muñecas. Es el tiempo de poner las muñecas a un lado y coger una espada, coger un mazo, coger un martillo, coger un cañón, coger una daga en el espíritu y comenzar a usar esas armas.
Dice la palabra que las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Toma en tu mano ahora mismo un arma, levanta tu mano y ahí tu tienes un arma. Créelo en el nombre de Jesús. Yo tengo un arma ahora mismo. Yo tengo un arma, me parezco a mi hermano Sanabria, yo tengo un arma, ese es un chiste privado. Tengo un arma en la mano ahora mismo, levántela esa arma. Esa arma Dios la pone en tu mano. Tienes un arma ahí, mi hermano, mi hermana, algunos tienen hasta dos armas. Esta hermana tiene las dos manos levantadas.

Tienes un arma en tu mano. El Señor pone un arma, una palabra, el Señor pone a weapon. Pone una espada, pone un mazo, pone un escudo, pone un proyectil, pone una lanza en tu mano, pueblo de Dios, yo lo entrego en tu mano. Yo entrego armas espirituales, armas luminosas, armas de amor, armas de compasión, armas de misericordia, armas de libertad, armas de prosperidad, armas de lucidez espiritual para que la gente sea liberada.

Yo pongo en el nombre de Jesús en tus manos armas de guerra espiritual. Corazón de guerrero, identidad de militar, confianza de príncipe, actitud de realeza, corazón sacerdotal, pueblo, para que tu entres en el territorio del diablo y le digas a los demonios, déjalo ir, déjalo ir, déjalo ir porque el Señor dice, déjalo ir para que vaya y adore al rey de reyes y al Señor de Señores.

Y le decimos a la ciudad de Boston, Boston eres libre y decimos a Satanás y sus poderes, deja ir a esta ciudad, deja ir esta nación. Deja ir la juventud, deja ir las instituciones para que sean libres y para que vean la verdad y entiendan quién es el verdadero y cuál es el verdadero y único camino en el nombre de Jesús.

Recibe tus armas, pueblo. Yo recibo mi arma en este momento en el nombre de Jesús. Recibo mis piedras y mi honda en el nombre de Jesús para lanzarlos contra la frente misma del gigante, en el nombre de Cristo. Recibe tus armas, pueblo de Dios. Te bendecimos, Señor. Este pueblo lo comisionamos como un pueblo guerreros, lo comisionamos como un pueblo militar y bendigo su boca, su mente, su corazón, su cuerpo.

Y, Padre, cubrimos esta comunidad con la sangre del cordero, porque Satanás es vengativo y cínico. Satanás, tu no tienes parte ni suerte con este pueblo. No tienes poder para hacer daño en él, no tienes poder para hacer estragos ni confundir, ni dividir. Yo declaro salud y protección sobre este pueblo, sus hogares, sus familias, su salud, sus hijos, sus finanzas en el nombre de Jesús.
Y nosotros iremos y saldremos y adoraremos al Señor fuera de Egipto y haremos su voluntad y despojaremos a Egipto para gloria del nombre de Jesús. Gracias, Señor, gracias, Jesús. Recibe tus armas, pueblo, recibe tu comisión, pueblo.

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Por cuál camino estás andando?

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Hechos, capítulo 9. Hace tantos meses atrás que por diferentes razones, pospusimos el estudio del libro de los Hechos, pero yo les dije que no lo íbamos a cerrar, sino que Dios ha estado haciendo muchas diferentes cosas, temas que han surgido en el ínterin, semanas de oración y ayuno, y predicadores invitados, muchas cosas, pero queremos continuar, siempre hemos tenido en mente continuar con este examen a fondo del libro de los Hechos.

Por qué? Porque es un libro tremendamente fundacional. Es el libro que nos enseña los hechos del Espíritu Santo en ese tiempo clave de la vida de la iglesia de Jesucristo. Es el libro que nos inspira, creer que lo que Dios hizo en aquel tiempo lo puede hacer en nuestro tiempo también, porque tenemos el mismo Jesucristo que es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Es el libro que nos ayuda a formar una mentalidad sobrenatural, como hemos dicho. Esa mentalidad que queremos infundir en nuestra congregación. Una mentalidad que vea la vida en una forma eterna, espiritual, sobrenatural, que crea que Dios todavía hace milagros.

Como nosotros declarábamos a través de ese coro y esos coros que cantamos. Cuando estábamos allí diciendo el Espíritu Santo ven y visítanos y bendíceme y derrámate sobre mi vida, yo decía, bueno, tenemos que creer eso. No podemos simplemente dejarlo como una experiencia estética, un cántico muy bonito, aplaudimos y entonces vamos al próximo coro. Yo creo que Dios quiere que si le pedimos algo así, que le digamos, okay, Señor, te lo estamos pidiendo, hazlo real en nuestras vidas, hazlo real en mi vida, hazlo real en este servicio y que nos atrevamos a poner al Señor en aprietos por así decirlo, porque él nunca está en aprietos, pero le gusta a veces que lo presionemos para él entonces responder y hacer lo que él quiere que es bendecirnos.

Y entonces vemos que Dios nos toca, Dios nos bendice cuando accionamos y nos ponemos frágiles y creemos lo que estamos declarando, y le ponemos pies y manos y acción a nuestras declaraciones. De eso se trata, de que nuestra vida responda a eso, de que nosotros tomemos acciones sobrenaturales, que no esperemos allí en la carne simplemente a ver si Dios hace algo, sino que nos adelantemos y como Ester digamos, yo quiero entrar al cuarto del rey y yo sé que él me va a extender su cetro y si no me va bien, amén, pero yo sé que él lo va a hacer.

Y entonces lo hacemos y Dios está allí dispuesto y esperando. Entonces queremos infundir en nuestra iglesia y en nuestras vidas esa actitud de expectativa, esa actitud sobrenatural, esa actitud que crea que Dios está siempre hablándonos, que Dios siempre está invitándonos en maneras diferentes, que él quiere responder y que él quiere hacer lo que dice su palabra, que él está dispuesto a hacer.

Y el libro de los Hechos es ese libro que nos muestra al Espíritu Santo obrando en maneras milagrosas, en maneras extraordinarias, en formas totalmente sorprendentes. Y vamos a ver eso ahora aquí en el capítulo 9. Lo hemos visto ya obrando en los capítulos anteriores: el bautismo del Espíritu Santo. Hemos visto los milagros que Dios hace de abrir la puerta de la cárcel para Pedro y para Juan, un cojo que es sanado, el discurso de Pedro que provoca una decisión de fe en el corazón de miles de personas, Ananías y Zafira que son juzgados por Dios por decir una mentira delante del Espíritu Santo y desgraciadamente pierden la vida.

Hemos visto al Dios que responde cuando los creyentes piden valor y bendición, que el Espíritu Santo desciende y el lugar tiembla y ellos son llenos de nuevo del Espíritu Santo. Vemos el mover del espíritu continuamente dirigiendo y guiando a sus hijos. Hemos visto la institucionalización creciente de esta iglesia que está en formación. Los 7 diáconos que son elegidos en respuesta a una necesidad organizativa de la iglesia en la distribución de la comida a las viudas de los griegos y de los hebreos.

Pero no todo es triunfo, no todo es bonanza, también hay amenaza. Los judíos están molestos porque sienten que su fe está siendo amenazada por esta supuesta secta falsa que amenaza con desestabilizar el control que tienen los fariseos y los saduceos de la industria religiosa, por así decirlo, de Israel. Y entonces vemos que hay amenazas, hay persecución continua. Esteban es martirizado y apedreado y sin embargo, en medio de eso, Dios está haciendo cosas, porque vemos que los discípulos que son esparcidos por todas partes de la región continúan predicando el Evangelio, continúan compartiendo la palabra de Dios.

En Samaria hay un gran avivamiento y ciento y cientos de samaritanos, un grupo totalmente descastado y rechazado por los judíos, recibe la palabra de Jesucristo y hay gran avivamiento allí. Vemos el ministerio evangelístico de Felipe, un hombre grandemente ungido por Dios. Dios hace grandes milagros a través de la vida de Felipe. Y en un momento vemos que el Espíritu Santo que da estrategia, que dirige a su pueblo, le habla a Felipe y lo lleva a un lugar sobrenaturalmente lo transporta donde hay un eunuco, oficial de una corte lejana, foránea, un alto oficial público, y este hombre ya está siendo preparado por el Espíritu Santo, él teme a Dios pero no sabe, no tiene respuesta. Tanta gente que hay de esa manera, no?

Y está leyendo el libro de Isaías que habla acerca de un personaje raro que él no puede descifrar quién es. Felipe se le acerca y le pregunta, sabes lo que lees? Y él le dice, cómo voy a saber si no tengo a nadie que me enseñe. Felipe le abre el Evangelio, le predica a Jesucristo, este hombre cree en Jesús, es bautizado y se va feliz a su destino.

Y entonces vemos todas estas cosas, Dios moviéndose en medio de la persecución, de la predicación, milagros, aún en medio de las luchas y necesidades de esta iglesia naciente, el espíritu está proveyendo en todas las cosas. Así yo creo que Dios también está proveyendo en esta congregación, Dios se está moviendo en medio de nosotros, Dios está trabajando en todas las cosas que están pasando en nuestra iglesia, en todos los esfuerzos que estamos emprendiendo, en tus luchas y necesidades, en tus tribulaciones y dificultades, Dios se está moviendo también.

El Espíritu Santo está haciendo su obra y es necesario que tu creas eso y que tu confíes que el mismo Jesús que se movió en esa manera, también se está moviendo en tu vida. Porque ¿saben qué? Yo me imagino que si los primeros cristianos leyeran en este libro de los hechos lo que experimentaron todas esas cosas y leyeran el libro de los Hechos, dirían, guau, y fue así verdaderamente? Yo no recuerdo que fuera tan dramático. Porque lo que tenemos en el libro de los Hechos es un resumen, un resumen apretado y una condensación de cosas que se tomaron meses y quizás años en darse y quizás no era tan obvio el mover milagroso de Dios excepto por algo que pasaba por allá, otra cosa por allá, pero al menos la gente no se enteraba de que un cojo fue sanado en Jerusalén. No había periódicos, no había Internet, no había televisión, CNN que publicara la curación de este paralítico.

Pero el Señor se estaba moviendo en todas esas cosas. La gente de momento escucha que los discípulos están siendo esparcidos y perseguidos y martirizados y dicen, oh, Dios mío, el Evangelio está siendo neutralizado. Pero no saben que por allá hay un Felipe que está predicando en un pueblo de Samaria y la gente se está convirtiendo. Y que solamente el eunuco y Felipe en ese momento saben que Dios se ha movido increíblemente para llevar a este hombre a la salvación. Y mucha gente murió sin saber que todos estos milagros se hicieron. Pero Dios se estaba moviendo de todas maneras.

Nosotros tenemos la gran bendición de que Lucas condensó todas esas cosas, esparcidas a través de meses y meses, y las puso aquí en este libro apretado para que nosotros supiéramos de ellas. Y el Señor me dice ahora mismo que quizás en tu vida, en nuestra vida, en nuestra iglesia Dios se está moviendo de maneras increíbles y preparando algo extraordinario, y está tocando vidas ya y está preparando algo especial en tu vida y está trayéndote exactamente a donde él te quiere traer. Pero tu quizás no lo ves, no lo sientes, no estás percatado de ello, porque lo estás viviendo en este momento. Pero quizás cuando tu mires hacia atrás dentro de 5 ó 10 años y tu examines esta circunstancia que estás viviendo ahora mismo, tu quizás te darás cuenta que fue el momento más glorioso de toda tu vida, que fue el momento de prepración de Dios para ti, que Dios estaba sembrando cosas maravillosas para hacerte un mejor hombre, una mejor mujer de Dios.

Cuántos pueden decir amén a lo que estoy diciendo? Tenemos que creer aunque no veamos a Dios en una manera totalmente obvia, tenemos que creer que Dios sí está obrando en mi vida. Y Dios está usando todas las circunstancias, aún las adversas y difíciles para traer mi vida exactamente a donde él necesita traerla.

Entonces uno de los personajes que hace tiempo vimos muy brevemente fue Saulo. Y me perdonan porque estoy un poquito ronco, porque estuve compartiendo con los hermanos, con un grupo de pastores y líderes laicos en el retiro del IEP, Instituto para la Excelencia Pastoral, que se dio este fin de semana en …… y estuve interviniendo bastantes veces, por eso estoy un poquito afónico. Además de la adoración tan buena que tuvimos no me ayudó demasiado tampoco.

Pero entonces en el capítulo 7 vimos que había un hombre, de treinta y pico de años, fariseo, miembro del Sanedrín posiblemente que cuando Esteban estaba siendo martirizado y apedreado y asesinado por una turba judía, había un joven allí agarrándole la ropa a los tirapiedras para que pudieran tirarla con más fuerza y más comodidad y consintiendo y celebrando lo que estaba pasando, y ese joven fariseo, un zelote, celoso de su religión judía y totalmente hostil a el mover del Evangelio, se llamaba Saulo y estaba allí contemplando con complacencia ese escenario tétrico del asesinato de Esteban.

Y se queda allí esa nota, como que es simplemente la cámara pasa un momento y nos enseña quizás la espalda de este hombre, agarrándole la ropa y sigue para otras cosas. Pero ahora, en el capítulo 9 se nos da un close up y se nos introduce este personaje para que conozcamos quién él es. Este personaje, este hombre va a jugar un papel determinante en la historia de la iglesia. Este hombre va a escribir dos terceras partes del Nuevo Testamento. Este hombre, nos dice la historia, va a dar su vida por ese mismo Jesús que él está tratando de suprimir y cuyos creyentes, él está tratando de apedrear, y de matar, y de meter en la cárcel. Ese hombre va a mostrar un celo, el mismo celo que mostró para perseguir a los creyentes, ahora lo va a mostrar, para ser parte de ellos y para favorecer el Evangelio y esparcir la predicación del Evangelio a los cuatro vientos. Este hombre va a cambiar la historia de la humanidad. Este hombre va a cambiar el curso, inclusive, de la misma iglesia, hasta ese punto. Ese hombre se llama Saulo.

Y entonces, en el capítulo 9 tenemos aquí esta escena en que Saula respirando aún amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, llega al sumo sacerdote y le pide cartas de autoridad, le pide una certificación, un permiso legal para que dondequiera que él encuentre gente predicando el Evangelio tenga el poder para llevarlos a la cárcel y quizás, inclusive, para matarlos. Saulo está totalmente convencido de lo que él está haciendo es bueno y es legítimo. Su corazón es sincero.

Cuánta gente hay que resiste el Evangelio y que critica a los cristianos porque, en realidad, tienen un corazón sincero y el diablo los ha cegado. Y esa palabra cegado tiene mucha importancia, porque después vamos a ver que a Pablo se le caen escamas de los ojos milagrosamente cuando el Señor lo visita por segunda vez en la calle derecha.

Entonces, aquí lo que tenemos es la conversión milagrosa. Pablo lo vemos en la cámara, de momento, nos enfoca a Pablo en un caballo que está corriendo a todo lo que da con varios acompañantes, por un camino hacia Damasco y está buscando gente para agarrar y llevarlos presos y encarcelarlos. Entonces dice el versículo 3 que:

“…Más yendo por el camino aconteció que al llegar cerca de Damasco repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo y cayendo en tierra oyó una voz que le decía, “Saulo, Saulo, por qué me persigues?”

el Señor evidentemente tenía un propósito con este hombre, sincero, pero mal encaminado. El Señor tenía propósitos con Saulo desde antes de la fundación del mundo y el Señor trajo Saulo a la vida porque tenía algo que hacer en la vida de él. El Señor sabía que Saulo era simplemente un hombre muy sincero, pero estaba confundido.

Yo a veces me he preguntado, pero qué fue lo que motivó al Señor a escoger a Saulo de todas las personas que él podría haber escogido? Había otros discípulos que seguramente ya estaban convencidos del señorío de Cristo. Había gente probablemente muy capacitada que Dios podría usar, que no habían perseguido a Jesús, no habían consentido en la muerte de un hombre.

Óigame, hay veces que en nuestras vidas nosotros somos perseguidos por culpabilidad, aún estando en los caminos de Dios y a veces habiendo estado en los caminos de Dios hemos pecado contra el Señor, hemos hecho algo que creemos ha ofendido, y sabemos que ha ofendido al Señor en una manera tremenda y el diablo nos ha metido esta mentira en nuestra mente de que ya Dios, como quizás nos ha perdonado para que entremos a la vida eterna, quizás Dios en su misericordia no nos ha consignado al fuego del infierno, pero no nos puede usar, como que nos va a usar, pero quizás para cosas menores, pero para las cosas mayores, no nos puede usar porque ya agotamos la única carta que teníamos.

¿Saben qué? La vida de Saulo nos recuerda que tenemos un Dios muy, muy misericordioso. Un Dios compasivo, un Dios que aún cuando le hemos fallado en formas extraordinarias él no es tan melindrosos como nosotros creemos que él es, sabe? Él está dispuesto a perdonarnos, a lavarnos la ropa y a limpiarnos las rodillas sucias y decirnos, ponte de pie porque yo tengo un propósito para tu vida. No dejes que el diablo te abrume con culpabilidad. No dejes que el diablo te robe la bendición que Dios tiene para tu vida.

Saulo, Pablo, siempre decía, yo soy el mayor de los pecadores, yo no debiera ser el Apóstol que Dios está usando para tan grandes cosas, porque yo perseguí a Cristo. Y sin embargo el Señor tenía un propósito con Pablo, Saulo, y lo quería usar. Porque Saulo a pesar de todo eso, yo creo que Dios vio su corazón sincero, Dios vio un hombre que cuando se dedicaba a una causa era íntegro y la defendía hasta la muerte. Dios vio a un hombre también, que esa son la gente que Dios puede usar, diligente. En este caso era diligente para el mal, pero lo hacía por sinceridad. Pero era un hombre diligente, ahí está.

Yo tengo que hacer algo, yo no puedo permitir que esta secta falsa dañe mi religión así que va y quiere buscar cartas, y está haciendo todo lo posible para defender su fe. Y Dios sabía que ese mismo motor cambiado un poco y realineado, Dios lo podía usar poderosamente para lo que él tenía por delante para el esparcimiento de su Evangelio. Dios sabía que él necesitaba un hombre de mucho valor físico porque este hombre iba a padecer gran persecución, porque la manera que Dios lo iba a usar iba a suscitar grande persecución de parte de sus enemigos, y necesitaba un hombre que no se echara para atrás fácilmente. Y vemos que Saulo, Pablo era ese tipo de hombre.

Dios está buscando gente esforzada y valiente. Dios busca gente que tenga un corazón que él pueda usar. Las demás cosas Dios puede arreglarlas, hermanos, pero Dios quiere tu corazón, Dios quiere un corazón dispuesto, un corazón listo para que si Dios me llama, yo voy a darle todo a él.

Entonces, yo creo que Saulo tenía esas cualidades, además era un hombre que estaba ya entrenado teológicamente, tenía una mente que podía pensar en términos teológicos. Había sido educado a los pies de uno de los más grandes maestros de su tiempo, Gamaliel, un fariseo muy especial, lo vemos por un momento en la página en el libro de los Hechos, y su intervención nos habla de un hombre que tenía un corazón muy entendido y una cierta sabiduría.

Y entonces Saulo había sido preparado ya intelectualmente e iba a necesitar una mente que pudiera argumentar, que pudiera escribir para preparar la iglesia que había de venir en el futuro y por eso Pablo escribe dos terceras partes, la carta a los Romanos, por ejemplo, las cartas pastorales, y todo este tipo de cosas, Pablo estaba preparado para eso.

Entonces, el Señor sabía, aquí tengo un hombre, es como cuando uno ve un carro que está un poquito abollado por aquí y por allí, y tiene una puerta que es de una pintura diferente a lo demás del carro pero dice, pero ¿saben qué? Usted levanta el capote y guau, este motor está limpio, está bueno, la transmisión suena perfecta. Los asientos, sí, están un poquito rotos aquí y allí, pero yo busco una señora de la iglesia que me los arregle y me los cosa y puede trabajar bien, y este carro me puede durar mucho tiempo. Y se lo están vendiendo por un buen precio, imagínese. Y usted con las manos temblorosas le ofrece a la persona el dinero antes que se arrepienta y se va contento de que ha hecho una gran compra.

Yo creo que Saulo representaba eso, una persona que tenía un buen motor, tenía un buen corazón, tenía cosas interesantes, pero tenía un poco de abolladuras por allí, había que trabajar con algunas asperezas. Y el Señor busca el corazón siempre.

Y entonces Dios llama a Saulo por eso, porque era la persona que él necesitaba. A mí me impactó algo muy interesante aquí que nunca lo había visto. En el versículo 2 y 3 hay un juego allí de palabras que yo no lo había visto antes. Saulo está en una dirección, que interesante, dice el versículo 2:

“… Le pidió cartas al sumo sacerdote para que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino…” - queriendo decir, porque es una palabra rara, gente de este Camino, no dijo de esta religión, no, de este Camino.

Primero porque la vida cristiana es un camino, la vida cristiana es un estilo de vida, la vida cristiana es una jornada, es un destino, es un proceso que tu vives. La vida cristiana no es una religión, es algo que tu abrazas y que te llena y que es algo que va a dirigir todo tu camino en la tierra, pero dice también aquí en el versículo 3:

“… que yendo por el camino (con ‘c’ minúscula), aconteció que al llegar cerca de Damasco repentinamente le rodeó un resplandor de luz…”

No le parece eso un poquito con intrigante? De que hay gente que conoce a Jesús y van por el camino, pertenecen a un Camino. Saulo va persiguiendo a Jesús, no conoce a Jesús, y va por un camino que él cree que es el camino correcto, pero es un camino de perdición, es un camino de muerte en última instancia.

Entonces, a mí me impactó eso. Yo digo aquí, en los versículo 2 y 3 nos muestran dos caminos, el Camino de Jesús y el camino por donde va Saulo. Y eso me llevó a recordar un versículo que está en Proverbios capítulo 14, versículo 12. dice aquÍ.

“… Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte…”

Hay camino que al hombre, a la mujer, le parece derecho pero su fin es camino de muerte.

“…Aún en la risa tendrá dolor el corazón y el término de la alegría será congoja. De sus caminos será hastiado el necio de corazón pero el hombre de bien, la mujer de bien, estará contento con el suyo…”

Que lindo ese pasaje, no? Cuánta gente hay en este mundo, y en realidad la pregunta que yo te quería hacer a ti y a mí es, por cuál camino estás andando tu? Si tu examinas ahora mismo tu vida, por cuál de esos dos caminos estás andando tu? Por el Camino, que es el camino de Jesucristo, el camino de la verdad, el camino de la vida, el camino de la salvación, el camino de la paz interior, de saber que estás donde Dios te quiere y te necesita? O estás caminando por un camino que te parece derecho? Tu estás convencido de que tu estás en lo correcto, y quizás tu has venido aquí esta mañana y estás aquí como para examinar quizás, para ver si algo de luz tu vislumbras en esto que está dándose aquí en este lugar, pero no estás convencido todavía. Y quizás Dios está hablando a tu vida.

Porque cuando yo me puse a elaborar esto no pensaba encontrarme con ese pedacito de verdad allí, tantas veces que he leído este pasaje, no? Por cuál camino andamos nosotros en este momento? Estás tu contento, cómodo, con tu estilo de vida? Porque eso es lo que yo creo, yo creo que Dios está hablando a alguien o a algunos posiblemente en esta mañana, en este lugar, no conozco a todo el mundo que está aquí francamente. Pero como que Dios quiere que tu escuches esto, este reto y esa pregunta. Por cuál camino estás andando tu? Estás tu en el Camino donde está Jesucristo, donde tu sabes que si tu te muertes en este momento tu vas a irte con Dios? Es el Camino de la vida eterna. Y ese Camino tu no lo entiendes ahora mismo y te causa perplejidad y hasta quizás sientas hasta un poquito de hostilidad por él. Quizás tu vienes de una formación intelectual, académica, o quizás vienes de un pasado de placer o de mundanalidad, y tu no entiendes bien este camino, pero es el camino correcto, es el camino derecho. Y quizás piensas que tu camino está muy bien, pero es el camino incorrecto y conduce a la muerte, conduce a la perdición.

Y como Saulo tu piensas que tu estás muy bien, pero Dios tiene otros propósito para tu vida. Dios tiene otro llamado para ti. Y tu tienes que ejercer fe y tienes que despertarte de tu sopor y de tu sueño y tienes que escuchar la voz de Cristo que te dice, “Despiértate tu que duermes y te alumbrará Cristo.” Despiértate en tu mente y reconoce que vas por el camino equivocado y entrega tu vida al Señor Jesús.

Porque yo veo, como nunca, que este es un pasaje acerca de lo que es el proceso de la conversión. Convertirse, arrepentirse quiere decir cambiar de camino, cambiar de ruta, de giro. Si ibas en una dirección, si ibas por un camino ahora te cambiasd a otro camino o te cambias 180º de dirección y vas en una dirección diferente, en un camino diferente, en un sentido, porque vas en la dirección opuesta.

Y la conversión es eso. Aquí, como que Saulo, yo veo como nunca una conversión totalmente gráfica, dramática, ejemplar, donde Saulo es el hombre seguro de sí mismo, convencido de lo correcto de su sendero en la vida, pero está eminentemente equivocado, pero Dios tiene un propósito con él, Dios lo ama, Dios está dispuesto a cancelar todas sus deudas y perdonarlo y usarlo para su gloria y darle un destino increíblemente maravilloso y sublime, pero tiene que pasar algo.

Y lo que le pasa a Saulo es que cuando va en ese camino ve una luz, un resplandor cegador y como un trueno que estalla y lo tumba del caballo. Que linda imagen de lo que Dios tiene que hacer en tu vida y en la mía para nosotros verdaderamente ser salvos y entrar en el camino verdadero.

¿Saben qué? Lo primero que tiene que hacer es que Dios te tiene que tumbar del caballo. O te dejas caer del caballo o te tiras del caballo, o te apeas del caballo, pero tienes que bajarte del caballo. Bajarse del caballo, para mí quiere decir, humillarse, es coger esa hombría tan grande que tenía Pablo, Saulo y ponerla a los pies de Cristo.

Sabe que Dios nos tiene que tumbar del caballo para que podamos verdaderamente tener vida eterna. Hasta que un hombre o una mujer, no se humilla, no humilla su hombría, su intelecto, su seguridad, su confianza en sí mismo, no puede conocer al Dios verdadero.

Dice la palabra que si nos os hiciereis como niños, no heredaréis el reino de los cielos. Y es lo difícil para muchos de nosotros, humillarnos, creer por fe que Cristo es lo que él dice que él es, y cambiar de camino. Bajarnos del caballo, bajar la guardia y dejarnos tomar de la mano por Cristo Jesús.

Dice aquí la palabra que el Señor le dice, lo tumba del caballo, lo humilla, lo paran en seco, pero que linda es la voz del Señor y que tierna. “Saulo, Saulo, por qué me persigues?”

Guau, si hubiera sido yo, me hubiera metido 20 pies dentro de la tierra, lo hubiera sembrado bien adentro. Pero no, Saulo, Saulo, por qué me persigues? Fíjese el contraste, para mí lo que me encanta el poder de Cristo y su ternura también, porque sabe que Cristo es el Señor de señores y el rey de reyes. Él es tierno, es amoroso, es paciente, pero es el Señor de señores, será mejor que tu te humilles delante de él porque él te puede tumbar del caballo si él quiere y a veces hay gente que tiene que ser tumbadas violentamente del caballo. Hay gente que tiene que pasar por terribles sufrimientos y Dios le está diciendo, cambia de camino.

Yo creo que eso es lo que está pasando en la humanidad en este tiempo. Yo no voy a entrar en cuestiones de que los japoneses son pecadores y por eso les pasó lo que pasó, o que Estados Unidos es pecador y por eso tuvimos el 9/11. No.

Yo sí creo, sin embargo hermanos, que estamos en un tiempo de la historia de la humanidad en que la palabra de Dios que Dios dio, desde tiempos eternos, se está cumpliendo. Y cuando el hombre se aleja de Dios, cuando la humanidad, cuando una sociedad, cualquiera que sea se aleja del camino de Dios, hay consecuencias que vienen, sin que Dios tenga que mover un dedo.

Hay un pasaje que dice que no es Dios quien nos va a juzgar sino la palabra de Dios, ahí mismo está en el libro de los Hechos. Yo no creo que Dios está allá por cada cosa que pasa moviendo el dedo para que caiga un rayo sobre una ciudad, sobre una persona, un animal, lo que sea. No, es mucho más económico que eso, él dio su palabra eternamente y cuando el hombre se aleja de Dios lo que pasa es que entonces hay un enemigo, un diablo, un ejército infernal que tiene más poder para hacer lo que él verdaderamente quiere. Lo único que frena el poder maléfico del enemigo de la humanidad, es la presencia de Dios activa en una sociedad, en una cultura, en la naturaleza.

Cuando nos alejamos de esa protección divina entonces ese vacío lo llena el poder del mal que solo sabe matar, robar y destruir. Y por eso vienen tsunamis, por eso vienen terremotos, por eso vienen actos terroristas, por eso vienen guerras, por eso vienen hambrunas, por eso vienen enfermedades y plagas. Porque Dios no está allí para proteger y guardar y decir a Satanás, detente!

El Señor Jesucristo dijo, Jerusalén, Jerusalén, cómo quise cubrirte como la gallina cubre sus polluelos y no quisiste, por lo tanto tu ciudad hoy es dejada a la destrucción.

Dios quiere proteger, Dios no quiere tsunamis, Dios no quiere actos terroristas, Dios no quiere plaga, Dios no quiere hambre, pero cuando el hombre escoge un camino, entonces ahí es el camino de la muerte. Hay gente que cree que el camino de la tecnología, de la filosofía, del pluralismo, del multiculturalismo mal dirigido, porque hay un buen multiculturalismo, pero hay uno mal dirigido, que ese es el buen camino, y están seguros de eso. Y cuando oyen a gente predicando que Jesucristo es el Camino, la verdad y la vida, se ofenden. Pero él es único que puede detener los ataques del diablo sobre la humanidad. Y nosotros no podemos pedir disculpas por anunciar a la gente, ese es el Camino de la salvación, ese el Camino de la verdad. sigue ese Camino y vive. Sigue ese Camino y el Señor te puede arropar con su protección y su gracias. Porque él ha venido para que tengas vida y vida en abundancia.

Pero para llegar a ese momento de gracia nosotros tenemos que reconocer que vamos por el camino incorrecto. Y no esperar, porque lo que yo creo que está sucediendo, esto no son los terrores y los cataclismos que van a suceder, estos son anuncios de cataclismos, estos son anuncios de desastres. Estos desastres tienen solución y parece que esta última crisis atómica, probablemente va a tener una solución que no sea tan terrible como podría ser. Pero yo creo que Dios está diciendo, pueblo mío, hijo mío, creación mía, yo no quiero que vengan cosas peores, yo no quiero tumbarte del caballo. No quiero que te rompas la cabeza cuando te caigas del caballo.

Porque yo creo que van a venir cosas mucho peores. Lo que tenemos son principios de dolores. Lo que tenemos son principios de juicios y Dios le está diciendo a este Saulo del siglo XXI, por qué me persigues? Qué tu tienes contra mí? Por qué tu estás instituyendo leyes que son contrarias a lo que yo he declarado? Por qué tu me rechazas? Por qué tu crees que tu intelecto es más poderoso que la revelación que yo he dejado en mi palabra? Por qué tu persigues a mi hijo? Por qué tu persigues a aquellos que anuncian la verdad y te dicen, ven al Camino verdadero que es Cristo Jesús? Por qué me persigues? Yo tengo propósitos para ti, quiero hacer cosas buenas en tu vida.

Y entonces se requiere que tu decidas, cuando estés ahí en el suelo, y ojalá que no llegues al suelo, ojalá que esta humanidad se arrepienta a tiempo, ojalá que tu no dejes que llegues a un momento de tragedia en tu vida donde te encuentres en una cama de hospital, o con una sobredosis, o con un virus, una enfermedad que contrajiste por un mal comportamiento o una bala ciega que te encontró en una discoteca, o lo que sea, para que entonces tu clames a Dios, cuando ya vas a tener unas consecuencias con las cuales confrontar.

Y el Señor está diciendo a esa persona o a esas personas, hey, por qué no escuchan mi voz? Por qué no cambias de camino? Saulo tuvo la virtud, porque era un corazón bueno, cuando el Señor lo tumba del caballo y le dice, por qué me persigues? La respuesta de Saulo es la respuesta que debe, cada uno de nosotros dar cuando Dios nos confronta. Señor, quién eres? Quién eres?

Yo digo, esa es la pregunta que nosotros debemos hacerle al Señor que nos está llamando. Yo quiero conocerte, quién eres tu? Háblame. Yo estoy dispuesto. Si tu me dices quién tu eres, yo voy a ir por donde tu me digas. Yo creí que te conocía pero ahora entiendo quién tu eres. Solo de oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven, dijo Job.

Muchas veces creemos que conocemos a Dios pero conocemos solamente una parte de Dios, muy infinitesimalmente pequeña. Yo le dije al Señor, Señor, yo quiero conocerte, cada día quiero conocerte más, muéstrame tu rostro.

Yo creo que cada persona ante la llamativa de Cristo, tiene que decir, Señor, quién eres? Porque si tu me dices quién tu eres, yo te voy a aceptar. Hay gente, yo creo, que en su corazón aún si Cristo le dice quién él es, están endurecidos y no lo van a aceptar. Por qué? Porque representa un abismo demasiado profundo para ellos tirarse por él, representa un cambio radical para su vida, un cambio para su destino, un cambio para sus hábitos, un cambio para su estilo de vida, un cambio para las cosas que ellos piensan que son las buenas y las verdaderas y tienen que morir y volver a nacer. Y tirar a la basura el 90% de lo que ellos pensaban que era verdad, y eso es doloroso. Hay que morir para vivir.

Y entonces Saulo es sincero, le dice, Señor, quién eres? Y él le dijo, yo soy Jesús, a quien tu persigues. Dura cosa te es dar coses contra el aguijón. Ahí cambia el tono, ve?

Todavía mantiene cierto grado de ternura. El Señor se identifica. Guau, yo me imagino que la sangre de Saulo se heló. El que yo estoy persiguiendo, ese farsante, ese cuyos seguidores yo debo matar. Y el Señor dice, sí, yo soy ese Jesús, el que tu ahora mismo estás montado en ese caballo para perseguir, ese soy yo. Y ¿sabes qué, Saulo? Dura cosa es tu dar patadas contra una pua grande de acero, porque lo vas a hacer es que te vas a meter el pie dentro de la punta.

Esa es la idea, un aguijón. Era como un clavo gigante de hierro. Imagínese usted, que imagen, dar una patada a ese clavo con la punta del clavo. Quién se hace daño el clavo o la carne que se entra en el clavo? Es una imagen muy poderosa. El hombre no le puede hacer nada Jesucristo. El Señor no está preocupado por nada en este momento, nosotros los evangélicos somos los que nos preocupamos por el estado de la sociedad. Oh, el mundo se está yendo por acá, por allá y nos maquillamos y nos cambiamos de peinado y quitamos la cruz de frente y cambiamos el nombre de la iglesia para ver si la gente viene y nos bendice con su presencia.

El mundo es quien necesita al mundo, no Cristo al mundo. Él es un aguijón, está allí, él es una piedra, que puede ser una piedra angular que sostiene un edificio o pueden hacer una piedra que te hace tropezar si tu no la aceptas y la recibe. Pero él no está preocupado por nada. La humanidad necesita a Cristo en este tiempo para que Cristo la salve, la sane y la libre de todo lo que el diablo quiere arrojar sobre ella para hacerle daño al corazón de Dios que la ama.

El Señor dice, mira, Saulo, la verdad es que dura cosa es hacer lo que tu estás haciendo, dura cosa te es resistir al Cristo que te está llamando. Dura cosa te es vivir contrario a la voluntad de Dios. Dura cosa te es pretender que tu puedes continuar en el camino que vas rechazando a Cristo, y que no te va a pasar algo terrible y que no tienes un destino horrible al final del día. Dura cosa le es a la humanidad rechazar y renunciar y negar la verdad de Dios, porque la única que se hace daño es ella, al Dios vivo, poderoso, inmutable, inaccesible, eterno, él está totalmente inmaculado. Él mira desde arriba con dolor a esta humanidad dice, hijos míos, por qué no me dejan cubrirlos? Qué duro es para el hombre perseguir sus caminos en vez de perseguir el Camino que lo puede llevar a la salvación.

El corazón de Saulo era un corazón noble dentro de todo. Mire la frase, “temblando y temeroso”. Él entiende. En ese momento, yo creo que él tuvo una crisis psicológica terrible. Estaba en choque, usted tiembla cuando está en shock. Está aterrorizado, está conmovido, se siente humillado, está teniendo lo que llaman los psicólogos, disonancia cognoscitiva, todo lo que él creía, todo lo que él pensaba que era verdadero, las direcciones que él pensaba, esto es norte, esto es sur, ahora norte es sur y sur es norte, este es oeste y oeste es este. Lo bueno es malo y lo malo es bueno, y este hombre está completamente en choque.

Y yo creo que tiene que haber una crisis en la vida de las personas antes de que vengan a Cristo Jesús. Yo creo que el problema con tanto evangélico y tanta iglesia, lo que está pasando en Estados Unidos y en otros países del mundo, es que en muchos casos nosotros hemos querido mover los postes para que a la gente se le haga más fácil entrar al Evangelio. Hemos querido quitar todo lo que le causa escándalo, confrontación y confusión a la gente, hemos querido quitar todo lo que cuestiona en el Evangelio para que la gente finalmente acepte a Cristo. Y ¿saben qué? Lo que estamos haciendo es matandolos y huyendo de lo que verdaderamente nos hace a nosotros distintivos, que es Cristo, la piedra de escándalo.

Y lo que a la gente hay que hacer es confrontarlos con los reclamos de Cristo y meterlos en una crisis, decirles, mira, lo que tu crees no es lo verdadero. Esto es lo verdadero y si tu quieres acéptalo y sino dura cosa es dar coses contra el aguijón. Pero no podemos mover los postes.

Yo soy radical. En eso me pongo cada día más radical, yo no voy a mover ningún poste. Yo no voy a tratar de hacerle más cómodo el Evangelio a la gente porque yo necesito hacérselo más incómodo para que entren y sean salvos. Esa es la paradoja del Evangelio. No es que tampoco lo llenemos con reglas y legalidades y todo este tipo de cosas. No. Pero lo genuino, lo verdadero del Evangelio no se puede mover y lo genuino y lo verdadero siempre confrontará al hombre, a la mujer carnal.

Entonces, hermanos, yo creo que este pasaje es tremendamente gráfico y yo creo que Dios me está hablando y nos está hablando a través de él. Pero cuando yo comencé esta mañana a meditarlo, no era lo que yo tenía en mente, pero el Señor le está hablando a alguien aquí, le está hablando a la humanidad, está haciendo algo y es esa idea de que hay confrontaciones que hay que hacer, hay cambios definitivamente que hay que hacer. Y Dios está haciendo unas cosas que requieren una transformación. Hay un costo.

Entonces Pablo le dice, Señor, qué quieres que yo haga? De nuevo, esta es la segunda pregunta que uno tiene que hacer cuando Dios nos habla, cuando Dios nos llama y cuando nos confronta. La primera es quién eres? Quiero conocerte, tus atributos, tus reclamos, tu naturaleza, y la segunda es, a la luz de eso, Señor, qué debo hacer? Cómo debo caminar? Cómo debo comportarme?

Y gracias a Dios que Saulo tuvo el entendimiento para decir, Señor, qué tu quieres que yo haga? Él era un hombre de acción. Saulo sabía que lo que él acababa de oír tenía consecuencias. Se humilló, bajó la guardia. En vez de decir, okay, Señor, yo voy a ir a estudiar y consultar los últimos estudios que se han hecho en el judaísmo acerca de el Mesías o lo que sea. No, él dice, okay, bien, bajo la guardia, dime lo que tengo que hacer, por dónde debo ir?

Estás tu dispuesto a seguir el destino que Dios tiene para ti? Estás tu dispuesto a darle al Señor una carta blanca y decir, Señor, yo no sé lo que me espera por delante ahora que te he recibido, pero lo que tu me digas, yo lo voy a hacer. Y yo voy a vivir la vida que tu quieres que yo viva. Y no te voy a estar cuestionando ni buscándole cinco patas al gato. Donde tu me lleves, por ahí yo voy a ir.

Y el Señor, entonces, le dice, levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer. Esa es la vida cristiana. Levantarnos de la caída, levantarnos del bajón donde estamos verdaderamente sin Cristo, y entonces entrar en la ciudad, entrar en la vida de nuevo, unirnos, continuar en un sentido con lo que estábamos haciendo antes, solo que ahora, fíjese, él va a entrar a la ciudad, él va a entrar a la misma ciudad donde él iba, pero es un hombre cambiado. Es una persona muy diferente con un propósito diferente, en un Camino diferente.

Y eso pasa, no? Cuando Cristo te llama y Cristo te confronta, él te dice, sabes qué? Ahora únete de nuevo a la vida, si eras un profesional, continúa siendo un profesional, si eras una ama de casa, esposa, continúa siendo una esposa y un ama de casa, si eras un estudiante, continúa persiguiendo tus estudios, pero ahora hay algo nuevo dentro de ti. Estás en un Camino diferente. Tienes un corazón diferente. Tienes un destino diferente, tienes un llamado diferente, y te esperan cosas diferentes.

Por él le dice, y se te dirá lo que debes hacer. Cuando uno está en los Caminos del Señor ya uno no se gobierna a sí mismo. El Señor Jesucristo le dijo a Pedro, Pedro, cuando tu eras joven te levantabas, te vestías, te ponías un cinturón e ibas a donde te daba la ganas, pero cuando tu seas mayor, te levantarás, te ceñirá otro y te llevará por donde tu no quieres ir. La vida cristiana es así. Muchas veces Dios nos pone en sitios donde nosotros no queremos estar.

Pero el hijo de Dios, la hija de Dios tiene que decirle al Señor, Señor, tu dime dónde tengo que ir y yo voy a ir por ahí. Sabes, cuando tu entras en los Caminos del Señor, tu tienes que decir, borrón y cuenta nueva. Antes yo me gobernaba a mí mismo, ahora yo le voy a preguntar al Señor, dónde tu quieres que yo vaya? Qué tu quieres que yo haga? Qué tu quieres que yo sea? Dónde tu quieres que yo me mude? Cuáles son las prioridades y las prerrogativas de mi vida. Cuáles son mis privilegios y cuáles son mis responsabilidades?

Tu sabes dónde se te dice a ti lo que debes decir? Primero, la palabra de Dios, segundo el Espíritu Santo que está dentro de ti. Esas dos cosas te van a guiar a través de la vida. Conoce la palabra de Dios, estudia la palabra de Dios. Conoce los principios del Evangelio. Se un conocedor de la Escritura, porque esta es tu constitución. Aquí están tus derechos y aquí están tus responsabilidades. Este es tu manual de vida. Esa es la palabra genérica, ese el código legal por el cual tu debes vivir, y que también te asigna a ti terribles y grandes privilegios y prerrogativas y derechos, y también Dios te da sus espíritu que mora dentro de ti para que actualice y ponga al día esa palabra, para que la ponga a vivir a la luz de tu diaria existencia.

El Espíritu Santo te hablará, te confrontará, te instruirá, te enseñará por dónde debes andar. Dios traerá en algunos momentos palabras a tu vida, de revelación, cambiarán tu destino, te llevarán por un camino diferente al que tu pensabas que debías ir. Pero el Señor te dice, ahora, cuando tu te levantes de allí, tu tienes que caminar con una manera diferente. Se te dirá lo que debes hacer.

Nosotros tenemos que vivir cada día diciéndole al Señor, Señor, qué tu quieres que yo haga hoy? Por dónde tu quieres que yo camine? Qué es lo que tu quieres que yo predique? Qué tu quieres que hagamos?

Llegamos aquí, nos sentamos ahí en esos asientos, los músicos están preparados, el programa está preparado, los adoradores están preparados, pero Señor, qué quieres tu que hagamos? Dinos tu, porque queremos hacer lo que tu quieres, no lo que nosotros queremos hacer. Levántate y se te dirá lo que debes hacer.

Los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos oyendo la voz más sin ver a nadie. Por qué? Porque hay algo que Dios tiene solamente contigo y otras personas no lo pueden entender completamente. Pueden escuchar alguna cosa pero no entienden todo lo que está pasando. Y tu no debes dejar que las voces de los demás y las experiencias de los demás arruinen el propósito que Dios tiene para tu vida específicamente.

Tus familiares quizás no van a entender, porque quizás Dios todavía no los ha alcanzado a ellos. Tu vas a ser usado para alcanzarlos. Pero en ese momento Dios te está hablando a ti. Tu tienes que tener el valor de escucharlo a él y de hacer lo que él te dice.

Y finalmente, Saulo es llevado por los demás. Dice, “…estuvo tres días sin ver y no comió ni bebió…”

Es un niño, es un bebé. Está completamente inerme y necesita que lo lleven de la mano, porque así es que tenemos que ser. Saulo estaba completamente inútil. Y yo veo ahí una imagen también, hermanos, de lo que es la vida en Cristo Jesús. Tenemos que hacernos como niños, tenemos que hacernos frágiles.

Cuando nosotros comenzamos la nueva vida en Cristo, tenemos que entender que estamos reaprendiendo todo lo que conocíamos antes. Y tenemos que dejar que el Señor comience a dirigirnos y a hablarnos. Y tenemos que poner a un lado todo lo que nosotros antes creíamos, nuestra auto suficiencia, nuestra madurez, todo, y comenzar de nuevo desde cero.

Yo me imagino ese orgulloso fariseo siendo tomado de la mano, ciego, su mundo se le ha venido abajo. Ahora tiene que reconstruirse el mundo, su fe, sus creencias intelectuales, su profesión, sus familiares, él sabe que lo van a rechazar cuando él abrace lo que es anatema ellos. Todo su mundo se ha venido abajo y está ciego, no ve, tiene escamas en los ojos. Ahora necesita ser reestablecido por Dios. Delante de la mujer o el hombre que recibe a Cristo se abre un vasto territorio inexplorado, maravilloso y también aterrador en un sentido. Pero la pregunta es, estás tu dispuesto a lanzarte a ese Camino? Estás tu dispuesto a escuchar al que te dice, por qué me persigues? Yo tengo bendición para tu vida. Levántate y escucha y camino por donde yo te he de mandar.

Vamos a bajar nuestras cabezas un momento, y yo quisiera preguntarte si Dios te está hablando a ti en esta mañana, y tu eres parecida o parecido a Saulo, y tu sientes que Dios te está llamando a ir por un nuevo Camino, quiero que tu sepas que este mensaje es para ti, Dios lo ha fabricado, lo ha elaborado para tu vida y Dios se invita a tu vida. El Dios todopoderoso te dice, yo tengo un propósito para tu vida, por qué no te unes a ese propósito, por qué no cambias de camino, de dirección y me dejas guiarte, me dejas llevarte por el Camino derecho?

Interesantemente Saulo va a una calle que se llama la Calle Derecha. Él andaba por un camino torcido y ahora va a la Calle Derecha donde lo van a iniciar a una nueva vida.

Yo quiero preguntar si hay alguien en esta mañana que quiera recibir a Jesús como el Señor y salvador y decirle, Señor, yo quiero ir por el Camino correcto. Si tu has escuchado la voz de Cristo en esta mañana quiero pedirte que levantes tu mano allí donde tu estás, y me gustaría orar por ti y ponerte en el camino correcto y bendecir tu vida y guiarte por el camino correcto.

Habrá alguien que le diga al Señor Jesús, Señor, quiero caminar por el Camino correcto, quiero caminar por el Camino derecho donde tu me quieres. Me humillo y te recibo como mi Señor y salvador. Si esa persona está aquí, quiere levantar su mano. Yo te invito a levantar tu mano, quiero orar por ti. Habrá alguien?

Vamos a quedarnos así un momentito esperando si Dios te habla, te está hablando no resistas la voz de Dios y camino por el Camino del Señor. Gracias Señor Jesús. Te adoramos y te bendecimos. Te exaltamos, Señor. Te bendecimos.

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La importancia de un amigo (parte 3)

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He hecho ya dos mensajes en este tema y hoy quisiera tratar de resumir la última parte. Obviamente yo les estuve hablando acerca de la importancia de uno poder tener amistades sanas, saludables, de cómo uno poder desarrollar esas amistades, cómo uno se puede cuidar de algunas amistades, o cómo uno puede influenciar sobre otros, cómo uno debe aprender a valorar a esas personas que Dios pone a nuestro alrededor y entender también que nosotros no podemos ser un billete de 20, eso lo tengo ahí pegado, no podemos ser un billete de 20 o de 100 para todo el mundo. Con algunos le voy a caer a otros tal vez no le voy a caer tan bien. Está en mi carácter y aunque yo trate de hacer ajustes esa va a ser la realidad. Algunos les voy a caer gordo aunque no lo sea, a otros le voy a caer flaco, como flaco soy.

Pero el asunto es, mis hermanos, que la última parte de este mensaje se centra, diría yo, en la parte más importante de lo que es la amistad o dónde se engrana y se fundamenta la amistad. Y esto es, en nuestra amistad con Dios. Nuestra relación de conexión con Dios. Y yo entiendo, mis hermanos, que en nuestra experiencia de fe, en nuestra vida de fe, nosotros tenemos distintas formas en las cuales nosotros podemos acercarnos a Dios. Obviamente nos acercamos a Dios como nuestro Dios, como nuestro Señor, como el rey sobre nuestras vidas, términos en los cuales nosotros definimos esa relación que hay. Y por ende, cuando lo vemos así a esa altura, a ese nivel, como ese Dios que sí es grande, que ha sido el creador del cielo y de la tierra, que reina por encima del universo y como quien dice, tirándolo allá bien arriba pero que a la misma vez es un Dios que se acerca bien a nuestro corazón.

Eso implica que es un sentido de reverencia que tenemos que darle a esa relación, un nivel de respeto que se le debe a Dios a ese nivel. Otra forma en la cual también nos dirigimos a Dios es cuando lo vemos a él como un Padre. Y yo sé que tal vez para algunos en el trasfondo de nuestra psicosis por así decirlo, hay mucha gente que tal vez no tienen el mejor ejemplo de un padre, físico, en carne, aquí en la tierra, y por ende se las hace difícil proceder con Dios como si fuera un papá también.

Pero precisamente como Dios es ese Padre también perfecto, nos ayuda a sanar y restaurar esas heridas del pasado que tal vez un padre causó en nosotros y Dios restaura esa imagen paternal, en medio de nuestras vidas, o maternal también, por así decirlo, porque la Biblia también describe a Dios como una Madre, una gallina que nos arrulla bajo sus alas y nos protege también. También identifica a Dios así.

Pero también obviamente, mis hermanos, y aquí es donde está esta parte que es bien bella, es el mero hecho de que Dios también tiene ese lado que es bien personal, que se acerca más a uno, que es como un amigo en medio de nuestras vidas. Esa persona, ese pana, como quien dice, con quien podemos contar. Y claro está, ese sentido de la amistad se transmite mucho más a través de la persona de Jesús.

Y miren, en la Biblia, yo puedo decir que hay ejemplos bien limitados de personas que se identifican como amigos de Dios, o que tenían cierta intimidad de Dios directamente. Uno de ellos quién fue? Abraham, claro que sí, Abraham. Miren, Abraham hay dos pasajes que yo encontré, uno es en segunda de Crónicas, capítulo 20 y en Santiago 2:23 que son dos de los versos que hablan bien específicamente que Abraham fue considerado como amigo de Dios directamente.

Otro ejemplo que podemos mencionar quién es? Enoc. Por qué Enoc? Enoc caminó con Dios, así lo identifica la Biblia, como un hombre que caminaba con Dios y si yo recuerdo bien la historia, él no vio muerte, sino que parecido a quién más? A Elías, él fue arrebatado con Dios. No vio la muerte definitivamente el hombre. So, Enoc ahí hay otro ejemplo que no había considerado ese.

Quién más? A Moisés. Claro está, Moisés. Díganme ustedes aquí en la Biblia le pueden decir, o le pueden atribuir el hecho de que hablaba con Dios cara a cara? A Moisés, ahí definitivamente Dios tenía una relación de intimidad, de amistad, de cercanía con Moisés que no la tenía ninguna otra persona. Imagínate, hasta logró ver las espaldas de Dios.

Había una amistad ahí. Pero de ahí en adelante no hay muchos otros que la Biblia pueda decir como que verdaderamente sí fueron amigos de Dios, que tenían una cercanía con Dios. Aún el mismo Jesús, ustedes si se recuerdan que yo les he dicho esto también, que aún el mismo Jesús tenía sus niveles de amistades con las personas que él tenía alrededor. Y yo vuelvo y lo digo, él tenía su grupo de 12 discípulos, pero dentro de esos 12 discípulos él tenía 3 bien particulares, con los cuales se iba aparta a orar con ellos, y de esos 3, solamente había uno que Jesús permitía que recostara su cabeza sobre su pecho. Solamente uno, Juan, el discípulo amado.

Y miren, yo les voy a decir esto, yo entiendo sin duda alguna, que esta relación de amistad con Dios está basada en amor. Si no hay amor, no hay nada. Si el amor no es existente en una relación, sea cual sea la relación, mire, usted puede pensar obviamente, uno piensa una relación matrimonial, si no hay amor en una relación matrimonial, se seca la cosa.

Si no hay amor entre una relación entre un padre con sus hijos, una madres con sus hijas, se va la cosa a juste. Si no hay una relación entre una maestra con sus estudiantes, esa dinámica de maestra y estudiante va a ser bien difícil. A la primera que le de un problema el estudiante, la maestra dice, vete por donde mismo viniste, entonces.

Una enfermera si no siente amor por sus pacientes el trato que le va a dar, cada vez que lo tenga que pinchar, lo va a hacer sufrir, no te encuentro la vena, y tortura al pobre hombre o la pobre mujer o el pobre niño. No hay amor en ese trato.

Es más, un paramédico, si tomo a Nelva de ejemplo, piensen ustedes tener que estar respondiendo emergencias a cualquier hora del día, acaso ustedes no creen que una persona como ella va a necesitar amor para poder atender a un extraño o una extraña en alguna situación en la calle? Claro que hace falta amor. Tal vez hay algunos paramédicos que no lo ven así, pero yo entiendo que Nelva sí lo ve así, por eso es que ella está aquí, entera en una pieza, y no ha perdido la cabeza como otros.

Hace falta el amor. Y en esa relación de amistad hace falta el amor. Si yo les hago una pregunta, esto es algo que yo hablo en la clase de sicipulado en nivel cuatro, si yo les hago esta pregunta, cuál es el propósito que busca alcanzar el amor? Si yo los pongo a pensar ahí, cuál es el propósito que busca alcanzar el amor? Cuántos han tomado nivel 4? Aquí tengo algunos, los más recientes están por ahí, están pensando qué fue lo que había dicho. Piense.

Cuál es el propósito que busca el amor? Miren esto, voy a hacer una exploración de versos bíblicos con ustedes. Cuántos saben lo que dice Primera de Juan, capítulo 4, verso 8? Qué es lo que dice este pasaje? Hay hasta una canción, exacto, que Dios es amor. La Biblia lo dice, Dios es amor, vuelve y lo repite…

Esto es lo que dice Primera de Juan, capítulo 4, verso 8 y 16, dos veces: Dios es amor. Y Romanos, capítulo 5, verso 5, también hay otro pasaje que yo uso que dice, que el amor de Dios ha sido derramado en nosotros.

Ahora, cuál fue la mejor forma, la mejor expresión que hizo Dios con respecto a su amor? Mandando a su hijo Jesús. Fue la mejor expresión de amor que hizo Dios para con nosotros. Juan 3:16, “porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo.” Era una perspectiva distinta para pensar en un verso que es tan conocido.

Es en la persona de Jesús donde nosotros vemos cómo ese amor de Dios se encarga, en una forma tangible. Ahora, si ese amor se ha demostrado en la persona de Jesús, cómo nosotros podemos responder a ese amor de Dios? Cuál es uno de los mandamientos que Jesús nos dejó a nosotros? Ejemplo, Mateo 22, qué es lo que dice? Amarás a Dios con todas tus fuerzas, con tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma. En otras palabras, con todo vas a amar a Dios. No dejes ni una gotita afuera.

Y qué es lo que dice después? El segundo mandamiento es igual de importante que ese, amarás a quién? Dile a la persona que está al lado tuyo, yo te amo. Dilo. Para que te sea más fácil dile: Yo te amo con el amor del Señor que se está perfeccionando en mí cada día. Y aunque se me haga difícil deseo obedecer ese mandato.

Oiga, mire lo que usted dijo, decido obedecer ese mandato. Sabe por qué? Porque es un mandato de parte de Dios. Amar no es una opción, amar es un mandato el cual nosotros tenemos que obedecer. Ay, pero pastor, es que me pisan los callos a cada rato. Aguanta el pisotón. Ay, que me quiere… ese muchacho. Ama. Que a cada rato me tienden una trampa en el trabajo. Ama. Y pon la otra mejilla.

Sin duda alguna aquí es donde se comprueba que amar a Dios y al prójimo es un mandato, en esos versos que hemos hecho mención de ellos. Por ende, amar es una decisión. Usted decide amar a su prójimo. Usted decide obedecer ese mandato de Dios o no. Usted decide cumplir con lo que Dios pide de usted o no. Está en usted. Es más, a mí siempre me gusta llevarlo a este nivel, usted decide obedecer ese mandato de Dios hasta de amarse a usted mismo también.

Oiga, se ama usted mismo o usted misma? Usted se da su cariño de vez en cuando? O usted es de los que se azotan tipo Opus Dei? Ahora miren, déjenme hacer una pregunta un poquito de mayor profundidad. Y estoy basando esta pregunta en versos bíblicos, hermanos, no me estoy sacando las cosas de la manga, consta, voy a llegar a un punto. A mí siempre me gusta enfatizar esto.
Hay dos versos que quiero hacer mención para esta pregunta, uno está en Primera de Juan capítulo 2, dice así, verso 9 al 11:

“Si alguno dice que está en la luz pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. El que ama a su hermano vive en la luz y no hay nada que lo haga caer, pero el que odia a su hermanos –esto es su prójimo- vive y anda en la oscuridad y no sabe a dónde va porque la oscuridad lo ha dejado ciego…”

El segundo verso que quiero leer es Primera de Juan capítulo 3, verso 14, que es um poquito más profundo que este, dice:

“Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida y lo sabemos porque amamos a nuestros hermanos – mire eso – Si usted quiere saber si hay un lado muerto en usted no espere que le de un stroke, mejor vea, analice si usted está amando a su hermano, a su prójimo, a su alrededor como Dios manda.

“El que no ama aún está muerto, conocemos – verso 16 – conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros y así también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos…”

Verso 18, “Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra sino que también se demuestre con hechos…”

Esta es pregunta que les quiero hacer. Cómo podemos demostrar en una forma práctica nuestro amor hacia Dios y hacia nuestro prójimo? Cómo lo podemos demostrar en una práctica? Porque no es solamente mirar hacia la otra persona y decirle, yo te amo en el amor del Señor porque se está perfeccionando en mí, porque yo solo no lo puedo hacer. No.

Les voy a dar otro ejemplo bíblico, miren, Mateo, capítulo 25, Jesús le está hablando a la gente y le dice:

“Los justos van a preguntar, Señor, cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer o cuándo te vimos con sed y te dimos de beber, o cuándo te vimos forastero y te dimos alojamiento, sin ropa y te la dimos, o cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte. Y el rey Señor le responderá diciéndole, yo les aseguro que todo lo que ustedes han hecho por uno de estos, mis hermanos más pequeños y humildes, ustedes lo hicieron por mí.”

Un segundo pasaje que puedo hacer referencia es el de Juan, capítulo 13, este me gusta mucho, los versos del 12 al 15. Miren cómo dice esta historia:

“Después de haberle lavado los pies, Jesús volvió a ponerse su toga, su ropa, se levantó otra vez a la mesa y les dijo, ustedes han entendido lo que yo he hecho? Jesús les empieza a preguntar a sus discípulos, ustedes han entendido lo que yo he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor y tienen razón, porque lo soy. Si yo, el Maestro y el Señor, les he lavado a ustedes los pies, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros. Yo les he dado un ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho…”

Cómo podemos demostrar ese amor en una forma práctica, mis hermanos y hermanas? Sirva. Sirva a la gente a su alrededor de alguna forma u otra. Desde los más cercanos a su núcleo familiar hasta los que sean extranjeros, en la forma en que Dios le permita a usted poderlo hacer. Sirva a la gente. En todas las relacione mire, esto para mí fue como una luz que me alumbró de repente canté, ja, yo tenía una luz. Y trató de venir un viento para apagarla pero no la apagó porque se quedó prendido el bombillo.

Pero miren, en todas las relaciones que usted tenga, mis hermanos y hermanas, todas las relaciones que usted tenga, como dije, desde el núcleo más íntimo de su hogar, sea su pareja, sus hijos, algún otro familiar, hasta gente en el trabajo, gente aquí en la iglesia, gente en su vecindario, en el gimnasio, dondequiera que usted vaya, mire, si usted sirve en la forma que sea, si usted sirve a alguien, usted está demostrando su amor por Dios. Porque al fin y al cabo lo que usted hace por esa persona, lo está haciendo al mismo Dios, lo está haciendo usted.

y esto es bien interesante porque esto tiene otro lado. Porque cuando hacemos lo contrario, cuando herimos, cuando acusamos, cuando le tiramos el golpe al otro, saben a quién se lo estamos haciendo? Yo quiero que asimilen esto, mis hermanos, porque nada más de haber dicho a mí me dan ganas de tirarme de rodillas y pedir perdón, porque yo quebranto esas veces esa relación de amistad con Dios.

Por un lado estoy orando, Señor, yo quiero mayor intimidad contigo, y por otro lado estoy cortando esa oración. Cuando el amor es la base de toda relación que yo establezco, sea de familia, amistad, de trabajo, o ministerial, qué es lo que yo estoy haciendo, mis hermanos? Yo estoy reflejando la imagen y el carácter de Dios. Cuando yo sirvo a alguien, cuando yo demuestro ese amor en servicio a alguien, yo estoy reflejando el amor, la imagen y el carácter de Dios a esa persona. Aunque esa persona no lo vea así, pero al menos yo sé que delante de Dios eso es lo que yo estoy haciendo.

Por lo tanto, yo vuelvo a hacer esa pregunta inicial que hice al principio. Cuál es el propósito final que busca alcanzar el amor después de haber dicho todo esto que dije? Pero pastor Omar, usted no estaba hablando de amistad de Dios. Sí. El amor lo que busca es qué? Se acuerdan? No? El amor lo que busca es volver una vez más a su originador. Si el amor es Dios y el amor sale de Dios a través de la persona de Cristo, y ese amor se manifiesta en nosotros, es que se me olvidó decirlos un verso. Saben qué es lo que dice Segunda de corintios capítulo 5, verso 17 al 20? Si yo lo digo así muchos de ustedes van a saber qué es lo que dice, si alguno está en Cristo nueva criatura es. Estaban esperando que el pastor dijera la primera parte.

Si alguno está en Cristo nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Quién sabe lo que viene después? Okay, déjenme ayudarlos, el verso 18.

Y todo esto proviene de Dios quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo y nos dio qué? Qué ministerio te dio? Dite a ti mismo, Dios me ha dado el ministerio de la reconciliación.

Verso 19, Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, ahí está la respuesta de nuestra pregunta, cuál es el propósito del amor? Volver otra vez al originador de todas las cosas.

“…Reconciliando consigo al mundo no tomándonos en cuenta a los hombres sus pecados y a las mujeres también y a los niños y a los jóvenes, vamos a añadir a todo el mundo y al abuelo y a la abuela, todos caen en esa lista, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

Verso 20, “…. Así que somos qué? Somos embajadores de Roberto Miranda. Somos embajadores de Gregory Bishop. Somos embajadores de Tito Jackson que hay que votar por él. Somos embajadores en el nombre de Cristo como si Dios rodase por medio de nosotros, le rogamos en el nombre de Cristo la mejor amistad que nosotros podemos tener con Dios es cuando nosotros respondemos a él en amor a través del amor que le damos a otros, y que asimismo como Dios nos alcanzó a nosotros con su amor, nosotros buscamos alcanzar a otros y dirigirlos una vez más a esa relación de amor con Dios.

Mire, hasta el perro y el gato, diríjale esa relación de amor con Dios. Son creación de Dios, por qué? Cuántos oran por sus perros o sus gatos o sus cotorras o lo que sea? Alguien una vez me hizo la pregunta, que si las mascotas de nosotros van al cielo. Yo estoy con Fanny, Fanny es diaconisa aquí en la iglesia y ella dice que sí. Yo digo que sí. Allá yo voy a tener toda la retraída de animales que yo he tenido en mi vida.

Acaso no dice en Apocalipsis que el león y el cordero van a habitar juntos? Los perros… miren, déjenme no irme por la tangente. Déjenme volver a la amistad. Ese tema lo hablo otro día. Hay algunos por ahí que están diciendo, este pastor Omar, como que… sí, obviamente si usted no ha tenido una mascota pues…

Mire, aunque haya sido un hámster o algo.

Miren mis hermanos esta pregunta que yo he discutido aquí con ustedes y tengo otras cosas, pero no voy a poder terminar todo. Pero, esto es la base de lo que es nuestra relación de amistad con Dios. El último verso que quiero mencionarles es el primer verso que yo usé cuando inicié este tema. Y este sí quiero que lo leamos todos, Juan, capítulo 15, versos 14 y 15. Este fue el verso que yo usé para iniciar toda esta conversación acerca de la amistad. Aquí es donde vemos a Jesús hablando en un momento bien íntimo con sus discípulos y él le dice a sus discípulos:
“… Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando….”

Válgame, qué tipo de amistad tan condicional. Se recuerdan el ejemplo que yo les di de mi hijo que yo estaba jugando con él y de repente porque yo no estaba jugando de acuerdo a sus reglas, él me dijo, ah, pues ya no eres mi amigo. Solamente porque no estaba jugando de acuerdo a sus reglas. Es como si el mismo Jesús nos dijera, tu quieres ser amigo mío? Pues, aquí están mis reglas. Si no las cumples, pues vas a ser un conocido nada más.

Verso 15, “… Ya no los voy a llamar siervos porque el siervo no sabe lo que hace su señor pero yo los llamo amigos porque todas las cosas que yo oí de mi Padre, yo se les he dado a conocer…”

Óigame, los mejores bochinches en el mundo entero los dio a conocer Jesús a sus discípulos. Bochinches divinos, por así decirlo. No de nosotros, de categoría humana. Los secretos del cielo, suena más bonito así. Jesús los dio a conocer, no a cualquiera, se los dio a conocer a sus amigos. Esto por un lado me da a entender a mí, consta, esto me da a entender a mí, yo estoy muy seguro de esto, me atrevo a escribirlo en una piedra, que ese verso lo que significa es el deseo, la intención de Dios con cada uno de nosotros. De tener esa conexión, esa relación cercana con cada uno de nosotros, esa relación de amistad. Él sí quiere que lo podamos ver como Dios, como Señor sobre nuestras vidas, que lo podamos ver como Padre y que le demos el respeto que él también merece, pero mira, de vez en cuando que podamos acercarnos como hizo Jesús.
Es verdad que Jesús lo dijo en un momento de mucho dolor, pero que nosotros podamos tener esa confianza de poder decir, Aba, Papi. Uno llega a un nivel de intimidad totalmente directo y cuando yo oigo a Jesús diciendo esto, “yo no los llamo siervos” porque si te dejo como en categoría de siervo, tu no vas a saber los secretos del Reino. Y Dios quiere que tu conozcas esos secretos.

Él quiere que tu conozcas los secretos que él tiene para ti, para tu vida, en particular y él también quiere que tu conozcas los secretos de cómo al él darte esos secretos en tu vida personal, cómo eso puede bendecir a otros a tu alrededor, cómo lo puedes pagar así, pay forward, págalo de adelantado, a todos los demás. Haz con otros como Dios hace contigo.

Ahí es donde se basa, mis hermanos, los principios, los fundamentos de ese deseo de Dios de tener esa conexión con nosotros bien directa. Nosotros somos los que nos alejamos muchas veces, pero no Dios.

Vuelvo y digo una vez más, quién nos separará del amor de Dios? Todo lo que dice, es más, déjenme leérselo, Romanos, capítulo 8, verso 35, dice:

“…Quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, o peligro, tu espada. Ante todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, por lo cual estoy seguro que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, nos podrá qué?

A ese verso, tu sabes lo que yo le añado también, mira, ni usted, ni usted mismo, ni usted misma se puede separar del amor de Dios. Una vez ese amor ha sido sellado en su corazón, ni usted puede tratar de irse cuantas veces usted quiera y Dios siempre va a volver a atraparlo una vez más. Ah, te quieres ir? Es como un pescado, cuando se pega a la línea que están pescando que el pescador le da línea, ve, pelea, aléjate, y tu ves el pesado alejándose, como que cansándolo. Lo que el pescador está haciendo es cansando al pescado, pero cuando llega el momento, okay, ahora me toca a mí y empieza a jalar, a jalar hasta que coge el pescado y mira qué lindo, le tiran la foto y vuelve y lo pone en el lago otra vez.

Miren, mis hermanos, yo uso todas estas ilustraciones para que nosotros podamos comprender la profundidad de ese amor de Dios. Que no importante la circunstancia, el amor de Dios se mantiene fiel, se mantiene constante para alcanzarnos en cualquier situación en la cual nosotros podamos estar. Esto nos debe llenar a nosotros de esperanza y no dejarnos caer ante las circunstancias y adversidades de la vida.

Él quiere ser tu amigo. Él quiere llamarte amigo, él quiere llamarte amiga, él quiere revelarte los secretos del reino para tu vida y darte a conocer todos los misterios que están encerrados en él.

Quiera Dios que nosotros podamos responder a ese llamado de crecer en ese sentido de amistad con Dios. Cómo usted se comporta con un amigo? Así de repente de la nada, mira, podemos hablar? No me siento bien. Hey, hablemos entonces. Así es Dios.
Que usted pueda dirigirse a él en algún momento, Dios mira, no me siento bien, tu crees que podamos hablar? Hey, vamos a caminar al parque y hablemos. Vamos a comer mantecado, vamos a comernos una pizza. Mi mejores conversaciones con Dios yo las he tenido comiendo mantecado a las diez de la noche. Pero eso soy yo. Algunos de ustedes tal vez no lo pueden hacer. Cómanse una fruta mejor.
Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Padre, te damos las gracias en esta noche por lo bello y hermoso que tu eres con cada uno de nosotros, Señor, y cómo en tantas formas, Señor, tu nos demuestras tu amor constantemente, día tras día, noche tras noche, hora tras hora, minuto a minuto, segundo a segundo, en cada respirar que nosotros hacemos, tu nos demuestras tu amor y tu deseo de estar en relación con nosotros.

Padre, tu nos has creado, tu nos has formado para estar en relación contigo y con otros a nuestro alrededor. Y Señor, de todas las cosas que hemos hablado en este tema, Padre, hay veces que hasta yo mismo mientras me preparo hay veces que yo mismo no logro entender por qué estoy hablando de este tema, Señor, hay veces que me cruzaba por la mente, por qué mejor no hablo de la oración, por qué no hablo del fuego de Dios o por qué no hablo de algún otro tema de mayor envergadura, pero Señor, por alguna razón tu me has puesto a hablar de ese tema de la amistad.

Y como yo siempre te pido, Señor, yo ruego desde lo más profundo de mi corazón, que esta palabra no regrese atrás vacía, sino que cumpla el propósito con el cual la he proclamado Señor en tu nombre, creyendo de que va a cumplir ese propósito, Señor. Hay gente aquí que necesita ese sentido de conexión unos con otros y contigo también Señor. Y yo solamente te pido, mi Dios, que día tras día, al pasar de nuestra vida, Señor, que tu nos ayudes a entender y a comprender la profundidad de tu amor.

Como bien dice la Biblia, tu amor es demasiado alto, demasiado profundo, demasiado ancho, demasiado largo para que nuestra mente lo pueda entender, pero Señor, tu nos invitas a meternos en esas dimensiones de tu amor y conocer quién tu eres como tu nos conoces a nosotros, Señor.

Padre, te pido que a medida que nos acerquemos a ti que tu te acerques también, Señor. Como bien dice tu palabra, buscadme mientras pueda ser hallado, Señor, y estamos en ese tiempo de que tu puedes ser hallado todavía. Permite que al nosotros buscarte, Señor, encontremos y te conozcamos aún más como tu nos conoces a nosotros. Yo bendigo a tus hijos e hijas en esta noche, Señor, llévalos a sus casas con tu bendición, mi Dios, que tu les cubras, Padre, yo declaro tu sanidad de ahora en más sobre sus vidas, que aquél que está tal vez, atribulado, cargado por algo, Señor, mira que hoy pueda recibir tu paz y que se vaya tranquilo y tranquila sabiendo que tu, Señor, en ti está la respuesta, mi Dios.

Concédenos un sueño reparador, Señor, que a pesar de las circunstancias, mi Dios, que tu nos concedas un sueño reparador en esta noche, que podamos recuperar fuerza y energía para que mañana, si es tu voluntad, si así tu lo permites, podamos echarle mano a un nuevo día, Señor, con nuevas oportunidades, con nuevos retos y sobre todas las cosas con una nueva oportunidad de acercarnos a ti y de reflejar tu amor a otros.

Bendícenos a todos en esta noche, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Gracias, Dios.

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La queja no viene de Dios

14 de marzo del 2011 - Betsy Behan

"...El pueblo se quejo a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento" Números 11:1

En la famosa película "Los Diez Mandamientos" vemos como el pueblo de Israel sufrió maltrato, y esclavitud; también vemos como el Señor uso a Moisés para enfrentar al Faraón, cruzar el Mar Rojo, salir al desierto de Shur...camino a la tierra prometida...entonces empezaron las quejas... Ya no eran esclavos de Egipto, pero sí de sus propias quejas. Deseaban morir, ver Éxodo 16:3, y Números 14:2. Deseaban volver a Egipto ver Números 14:4. Adoraron a dioses ajenos, ver Éxodo 32. La queja confunde ~~ decían que en Egipto les daban comida gratis. Estaban tan confundidos, y tan envueltos en la queja que se les olvidó el precio que pagaban cada día en Egipto, maltrato, burla, esclavitud. Un precio bien alto.

El pueblo de Israel por quejarse se olvidó de todos los milagros de Dios para sacarlos de Egipto, se olvidaban de los milagros que Dios seguía haciendo en el desierto, y esta fue una de las razones por lo que les tomó cuarenta (40) años llegar a la tierra prometida, y estaban sólo a once (11) días de ella (los medianistas, y los amonitas le prohibieron entrar entonces le dieron la vuelta al desierto para entrar)...Es muchissiiimmmaa la diferencia...Dios mío lo que hace la queja. Ella nos hace olvidar las bendiciones recibidas, no disfrutar las que tenemos, y aleja las que Dios tiene para darnos. Definitivamente la queja no viene de Dios"

La queja genera lamento, descontento, y nos desconecta de la línea Divina; es como querer planchar con la plancha desconectada, mientras más tratamos de planchar con ella fría, más estrujamos lo que deseamos planchar, y nos enojamos. Dios no nos sacó de la esclavitud para dejarnos perdidos en el camino. El Señor no nos dejó, no nos deja, y no nos dejará nunca en la vida...recordemos que Dios no escucha quejas... ¡El escucha oraciones!! Dios no recibe lamentos... ¡El recibe alabanzas!!
Digámosle No a la queja, con eso eliminamos la duda, y aprendemos a confiar en El Señor. No la permitamos en nuestras vidas, no le demos lugar, cambiemos la queja por oración de gratitud, y el lamento por alabanza por lo que Dios hizo, está haciendo, y seguirá haciendo en nuestras vidas, y en las vidas de los que nos rodean.

Señor: Perdónanos por esos momentos de queja, lamento, ayúdanos a no darle cabida, queremos elevar oración de gratitud, oración de confianza en ti, en el nombre de Jesús. Amén

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Dios - responda con fuego!

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Vamos a volar. Hermanos, alabo y bendigo a Dios por esta oportunidad. Queremos, hermanos, mandar saludos a todos los hermanos que han estado orando y siguen orando para que Dios siga bendiciendo nuestra vida, nuestras familias. Y hermanos, estamos muy felices de estar aquí. Creo que el tiempo de Dios es perfecto.

Cuántos dicen amén a esto? Y mando un saludo a todos los hermanos que nos están escuchando a través del internet, a los hermanos en Centroamérica, Sudamérica y en México, mi país nativo, lindo México que necesita tanto a Cristo, hermanos. Oren mucho por México y quiero también mandar un saludo a África, al pastor Jesús, pastor Tadeo, pastor Epifanio, esta mañana temprano recibí un email que ellos iban estar escuchando palabra de a través del internet. Quiero también en esta mañana mandar un saludo al fratelli de la bella Italia, tutti fratelli, Dios te benedica, la familia De la Veccia en Roma, pastor Roberto Sferruccio en Venenvento, tutti fratelli. Dios te ama, chi vedremos presto.

Y el Señor bendiga a cada uno de ustedes. Voltea a hermano y diga, Dios te bendiga. Quiero, hermanos, que abramos nuestro corazón, yo traigo un mensaje y este mensaje debo confesar, es un mensaje que es para el Reino de Dios, no solo para León de Judá y especialmente ahora que pasó esto con el tsunami, Dios confirmó en verdad este mensaje que en mi vida, hace unos días atrás el Señor me lo dio y estaba yo pidiéndole al Señor confirma. Y el Señor ahora que pasó el tsunami, por cierto esa noche que pasó yo estaba dormido y me despertó el Señor, y me dio por prender la televisión y cuando prendo la televisión, escuchamos la noticia de que estaba pasando el terremoto.

Y, hermanos, confirmó algo muy grande en mi corazón. Y hemos estado orando por nuestros hermanos en Japón. Cuántos saben que en Japón solamente hay 1% de cristianos de la población, 1% y en Japón es ilegal evangelizar en público. Cuántos saben que hace poco algo pasó en Haití? Una nación que había declarado la brujería o el vudú como la religión oficial. Japón también es una nación idólatra, adoran a Buda y hay mucho hinduismo hay otras religiones del oriente.

Y hermanos, yo creo que en esta última hora Dios está hablando al mundo entero. Si usted lo cree conmigo, dele un aplauso a Cristo. Si está convencido que la escatología o el estudio de las cosas del fin, nosotros que estudiamos nos estamos viendo lo que pasó en Libia, lo que pasó en Egipto, todas estas son profecías que se están cumpliendo al pie de la letra.

Cuántos dicen amén a esto? Pero hermanos, en todo esto existe la iglesia y Dios ha establecido, cuando la iglesia nace, nace con un propósito bien específico y cuando nació en el día de Pentecostés, la Biblia dice que estaban reunidos 120 en el aposento alto orando, 50 días después de la muerte de Jesucristo y hermanos, ahí dice la Biblia, que la iglesia nació con un gran estruendo, y fueron bautizados con qué? La iglesia nace con un propósito espiritual, codee a su hermano y dígalo, la iglesia nació con un propósito espiritual, y yo creo, hermanos, que tenemos que entender que como es propósito espiritual nosotros también tenemos que entender que hay dos cosas muy importantes en la vida. Lo más es importante es saber para qué nacimos. Alguien dijo cuando morimos, pero no, hermanos, la muerte algunos hablan mucho de la muerte negativamente, pero en verdad la muerte es una ganancia.

Cuántos dicen amén a esto? Entonces, el propósito, por qué naciste, por qué yo nací. Pero hermanos, yo creo que en este día Dios nos va a hablar por medio de su palabra y yo quiero, hermanos, que ustedes abran su corazón en estos últimos días de oración aquí en la iglesia, hermanos, hemos visto que Dios está hablando a nuestras vidas.

Cuántos se gozaron estas dos semanas de oración? Y yo creo, hermanos, que Dios tiene algo especial y específico para su iglesia. Hemos visto, hermanos, que los grandes avivamientos siempre han comenzado cuando el pueblo de Dios ora. Todos digan es tiempo de orar. Y creo, hermanos, que muchas veces no es el problema orar. A cuántos les gusta orar? Come on. A cuántos les gusta a orar? Los voy a invitar a que vengan los sábados a las 5 de la mañana a ver si les gusta orar. Porque cuando a uno le gusta algo lo busca.

Yo creo que la Biblia nos enseña que la carne no le gusta orar. Pero el espíritu sí le gusta orar. Amén. Cuántos dicen amén a esto? En estas semanas los pastores hemos enfocado los temas de oración, de cómo Dios habla por medio de la oración, cómo orar. Pero yo en este día el Señor me dio un mensaje de la respuesta a la oración. Cómo recibir respuesta? Porque muchos oramos pero no hay respuesta. Oramos y oramos y oramos, pero no pasa nada. Cuántos saben lo que estoy hablando y muévala si usted ha orado y orado y parece que no pasa nada?

Pero hoy quiero, hermanos, hablar con ustedes de un tema muy importante y vamos a abrir nuestras Biblias al libro de Santiago, Capítulo 5, versículo 17 y yo voy a estar leyendo de la versión internacional que últimamente se me ha metido en el sistema. Yo comencé con la antigua versión de los ’60, la Reina Valera de los ’60, pero últimamente me estoy actualizando un poco a un lenguaje un poco más moderno, pero usted lo puede seguir, Santiago 5:17, será el primer versículo que quiero yo en esta mañana dejar con ustedes como fundamento al tema que estaremos tocando. Ábranlo juntamente con su corazón y de aquí, hermanos, partimos, si ya se abrochó el cinturón, va a entender por qué al momento. Si ya lo tienen digan amén, hermanos. Dice la Biblia.

“…Elías era un hombre con debilidades, ─ otra versión dice con pasiones ─ como las nuestras…”

Todos digan debilidades como las nuestras. Pero dice:

“… con fervor oró que no lloviera y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio…”

Todos digan tres años y medio.

“… Volvió a orar y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos…”

Dios habla por la naturaleza. Dios usa la naturaleza para hablarnos, los tsunamis, los terremotos son maneras también que Dios habla al pueblo de Dios. Enseguida, hermanos, estaremos y de aquí es de donde vamos a sacar el mensaje. El tema que nos vamos a ocupar hoy es Dios todavía responde con fuego.

A ver, dígalo conmigo. Y en primera de Reyes, Capítulo 18, versículo 24, vamos a estar desglosando el Capítulo 18 de primera de Reyes, si usted gusta puede dejar ahí abierta su Biblia al Capítulo 18, y allí es donde estaremos, hermanos, concentrándonos y tratando de sacar lo que Dios me ha dado para ustedes. Y yo quiero, hermanos, que ustedes escuchen la voz de Dios a través del Capítulo 18 de Primera de Reyes, una Escritura muy conocida. Se habla mucho del encuentro del profeta Elías con los profetas de Baal. En el versículo 24 de Primera de Reyes dice:

“…Entonces invocaron ellos el nombre de su Dios, le dijo Elías retó y a la tierra y a las personas del pueblo de Israel y también a los no del pueblo que decía, y yo invocaré el nombre del Señor y el que responda con fuego este es el Dios verdadero…”

A ver dígalo conmigo, el que responda con fuego este es el Dios verdadero. Este fue un reto muy grande que Dios usó al profeta Elías y queremos, hermanos, en este día antes de entrar al Capítulo 18, decirles un poco el fondo histórico, por qué llegó a este punto.

Hermanos, había el rey Acaab había, hermanos, permitido una franca rebeldía. Todos digan rebelión. Había pasado que el pueblo se había olvidado de los mandamientos de Dios y, hermanos, estaban sirviendo a los baales. Ahorita hablaremos un poco qué son estos baales. Y hermanos, por causa de esta franca rebeldía, y no solo franca rebeldía sino la Biblia dice, que dureza de corazón comenzó el Señor a darse cuenta que el pueblo de Dios, hermanos, digamos progresivamente, sutilmente, comenzó a entrar esta rebeldía, este liberalismo comenzó a entrar, esta necesidad de rebelarse contra Dios y los unos contra los otros. Y comenzó, hermanos, a llegar la dureza de corazón, en Dios, entonces viendo esto mandó al profeta Elías. El nombre Elías significa señor es mi Dios. Mandó a Elías a decirle al rey Acaab que no iba a llover, que Dios iba a parar la lluvia para hablar y reconocer, digamos, que esa rebeldía había llegado al trono de Dios, había rebeldía, no querían servir a Dios, ya no querían seguir los principios de Dios.

Esta rebelión entró sutilmente, entró progresivamente, no pasó de la noche a la mañana. Comenzó a entrar y por medio de la rebelión comenzó el hombre y la mujer a olvidarse de Dios, a olvidarse de orar, a olvidarse de ofrecer sacrificios a Dios y comenzó el Señor a entender que el pueblo había, su corazón estaba duro. Entonces Elías, lo levanta y le dice, ve y profetiza al rey y dile que no va a llover.

Y cuando no llueve, comienza a llegar lo que se llama una sequía, se seca la tierra. Y cuando no hay agua, no hay fruto. Las plantas, la agricultura no produce comida. Llegó una grande sequía pero, hermanos, les quiero decir que en esta sequía Dios mandó al profeta Elías a un arroyo donde había agua. Eso significa que a Dios, a su pueblo, nunca lo olvida, en las luchas y en la prueba la iglesia sigue caminando porque Dios ha prometido estar con nosotros en las buenas y en las malas.

El profeta no estaba en sequía, estaba cerquita de un arroyo y mandó los cuervos, no las palomas, los animales inmundos, los no creyentes para alimentarlo. Quiero decirles que esta sequía causó problemas, muchos problemas. El pueblo comenzó a morirse, hubo mucha rebelión pero el hombre no quería reconocer que se había rebelado contra Dios.

Entonces la dureza del corazón llevó al pueblo a comenzar a adorar los baales. La palabra baal en arameo antiguo solamente significa Señor o maestro. Y ellos le ponían maestro. Los baales significaban con la fertilidad, con el fuego, con la naturaleza, con la lluvia, eran baales, los adoraban y hacían ritos y ceremonias para estos dioses paganos.

Y, hermanos el pueblo de Dios se olvidó de su Dios y comenzó a seguir estas tradiciones. Pícale la costilla a tu hermano y dile, cuidado con las tradiciones. Dile con más certeza, cuidado, peligro con las tradiciones.

Ahora, quiero decirles algo, los cultos a baales eran muy similares a la adoración que el pueblo de Israel hacía. Ellos gritaban, danzaban, alababan, hacían otras cosas, era todo similar. Cuántos sabe que el diablo trata de imitar las cosas de Dios? El diablo es un grande actor, un grande hipócrita, él sabe imitar las cosas de Dios, pero hay una grande diferencia. Los profetas de baal tenían también, fíjense que los baales también tenían profetas que hacían las mismas ceremonias, pero no pasaba nada. Oraban y oraban, se gozaban en la carne, se daban unas gozadas tremendas, unas comidas, unas orgías, oh estaba tremenda la fiesta que ellos hacían, pero no pasaba nada en su vida espiritual. Había sequía espiritual y natural.

Dios en su gran misericordia dice que una vez más después que profetizó en el Capítulo 17, Elías, él oró. Lo que me llama la atención que Santiago lo menciona, que era un hombre con divinidades, con pasiones como nosotros, pero Dios lo había escogido. Yo creo que a veces, hermanos, se ha dado la mala impresión de pensar que Dios solamente escucha la oración de aquellos que son muy santos, de aquellos que sirven a Dios muy rigurosamente, pero aquí el escritor trata de hacer énfasis que Elías era uno como los nuestros, era uno igual que nosotros, con divinidades, era humano, pero él había confiado en el todopoderoso y él sabía que ese Dios escuchaba la oración y la respondía.

No solo la escuchaba pero respondía. Entonces, la Biblia nos enseña que Dios levantó este hombre una vez más después de tres años y le dice, ve otra vez a Acaab. Acaab había dado esa libertad de rebelión. Quiero decirles, hermanos, por ahí aparece otra mujer Jezabel, también que era la que dirigía la adoración falsa, mataba a los profetas, pero Dios siempre, hermanos, en su gran misericordia ahí estaba alguien cerca de Acaab y de Jezabel, abadías que él había escondido profetas, él confiaba en Dios y sabía que él tenía que escoger y esconder profetas para que cuando hubiera necesidad esos profetas predicaran palabra de Dios, que sea recibida del pueblo.

Entonces él los escondió en cuevas, pero esta Jezabel también era una mujer que tenía un espíritu de rebelión. Dígale a su hermana que está a su lado, cuidado con la rebelión. Cuántos saben que los hijos se están rebelando contra los padres? Si usted conoce un hijo que se haya rebelado contra un padre diga gloria a Dios. Si usted conoce una esposa que se ha rebelado a un esposo diga amén. Hermanos, no mire a su esposa. Si usted conoce esposa, un esposo que se ha rebelado, diga gloria a Dios.

Saben que ahorita en el mundo hay rebelión? Cuántos saben que hay un espíritu de rebelión de Jezabel en las casas, en los matrimonios, en las escuelas? Hace poco arrestaron a un niño de 8 años en la Florida. Ya hermanos, no hay límite, hay muerte, hay homicidio. Vemos que están pasando cosas raras. Hay un espíritu de rebelión pero yo creo que en este momento Dios está levantando como levantó a Elías, una iglesia, un pueblo que pueda profetizar y decir, es tiempo de regresar a Dios, es tiempo de regresar a Dios, es tiempo de regresar a Dios para que Dios responda con fuego.

Dios todavía responde con fuego. Si usted lo cree dele un aplauso más fuerte al Señor. Una de las cosas que pasó cuando el Señor mandó a Elías otra vez abadías lo ve, se lo encuentra, andaba buscando hierba para sus animales, ya estaba la sequía bastante grave. Dijo el rey, vayan y busquen para ver si salvamos las vacas y las mulas, los caballos, porque se está poniendo triste y flaco. Y por ahí se encuentre a Badías que creía en Dios. Se encontró al profeta.

Quiero decirte amigo y hermano, si tu crees en Dios, Dios te va a mandar alguien que te va a hablar de Dios. Dije que Dios te va a mandar a alguien que te va a hablar de Dios. Ayer visitaba una casa de una hermana que dice que una persona la invitó a esta iglesia, ella viene a esta iglesia pero la hermana desapareció, no sabe qué le pasó. Y le dije, pues gracias a Dios que Dios la usó a ella para que tu vengas aquí al lado y le digas a Dios. Cuántos saben que Dios usa personas para hablar a nuestras vidas? Si usted lo sabe dele gloria a Dios.

Dele más gloria a Dios, hermanos. Si usted sabe que Dios habla todavía dele honra y dele gloria a ese Dios. Entonces Dios manda a Elías y él reta al pueblo y vemos, hermanos, este reto muy claro en el Capítulo 18, en el versículo 20 y le dice:

Convocó el pueblo Elías y les dijo algo tan poderoso que lo leímos en el versículo 17 cuando les dice, bueno, si ustedes están ahorita indecisos, hay que escoger, hay que hacer un reto y el Dios que responda con fuego, ese va a ser Dios y a ese vamos a seguir.

Dígale a su hermano el Dios que responda con fuego es el que vamos a seguir. Fíjense que no le pidió nada más, sino que lo siguieran. Y pasó algo muy tremendo que el profeta Elías hizo algunos pasos que yo quiero en esta mañana enfatizar. Pero antes de ello cuando él los retó, fue y habló con ellos primero, y les dice en el versículo 20:

“… Hasta cuando van a seguir indecisos si el Dios verdadero es Dios, el Señor, debemos seguirlo pero si es baal, síganlo a él…”

No se puede servir a dos señores. Entonces, él les hace esta declaración. Piénsela bien, decidan ustedes a quién van a seguir, si Dios es el verdadero Dios síganlo a él, pero si baal es hay que seguirlo a él.

Pero dice la Biblia que el pueblo no dijo una sola palabra. Se quedaron callados. A veces el silencio es una respuesta muy clara, hermanos. Y a veces el silencio es, no estoy seguro, no sé lo que voy a hacer. Y a veces el silencio también implica que estamos convencidos de lo que queremos hacer.

Quiero hermanos, rápidamente, el tiempo se va, pero cuando él retó al pueblo, vemos nosotros que ellos no dijeron nada. Les dijo ustedes tienen que hacer una decisión, pero ellos no le respondieron nada. Entonces él les dio un reto. Dígale a tu hermano, Dios te está dando un rato y les dijo, bueno, miren, vamos a hacer algo, vamos a hacer el reto, y el Dios que responda con fuego es el que vamos a servir.

Entonces, vamos a hacer algo. Y les propuso el profeta Elías, ustedes ofrezcan un sacrificio a sus dioses, a los dioses de baal y yo le voy a ofrecer un sacrificio a mi Dios. Pero no le vamos a poner fuego, vamos a dejar que Dios responda y el que responda con fuego a ese vamos servir.

Entonces el pueblo agarró ánimo y dijo, all right. Yo creo que en mi mente humana que ellos estaban pensando muy a gusto, y aquí no va a pasar nada, y vamos a seguir en el pari que tenemos aquí con los baales. Estudiando la historia, algunos historiadores dicen que eran unas fiestas tremendas, que eran por semanas enteras, que carnaval de Brasil, esa era pari, hermanos. A cuántos les gusta la parranda, como decimos nosotros los mexicanos. Hermanos, era parranda todos los días. Vamos a baal y adoraban la luna, las estrellas. Ellos buscaban un motivo para ponerle baal y esto, baal y esto, un motivo para hacer estas ceremonias.

Cuando les dijo Elías esto ellos se quedaron, guau, no va a pasar nada y seguimos con nuestro pari. Por eso aceptaron. Ok, está bien. let’s get it done. Vamos a hacerlo. Pero tenían una gran sorpresa. Cuántos saben que Dios nos sorprende? Voltee a su hermano y dígale, Dios te va a sorprender.

Yo a veces pienso que Dios tiene un sentido de humor que a veces dice, le voy a dar cuerda y luego lo voy a jalar. Le voy a dejar que haga esto y luego le voy a hablar. Cuántos les ha hablado el Señor así de esa manera? Cuando usted menos se acuerda Dios viene y se le aparece. Así, estaba la misericordia de Dios y la gracia de Dios.

Ustedes saben la historia, retó a los profetas de baal y les dijo, miren traigan 450 de los profetas de baal y ahí había unos también de Jezabel que también eran por ahí unos que apoyaban, otros 400. Tráiganlos también y él dijo, yo soy el único que quedé aquí. Se sentía solo. Él no sabía que Dios tenía por allá otros escondidos. Pero dijo, yo soy el único, pero yo solito contra ustedes. Yo, un profeta contra 850 profetas falsos voy a hacer este reto.

Algo pasó muy interesante. Pongan atención porque creo que aquí hay unos principios espirituales que te van a ayudar a ti para que cuando tu ores, Dios responda a tus oraciones. El primero principio fue de que él le dijo a los profetas de baal, traigan leña, traigan el holocausto, el sacrificio y llamen a su dios, llámenlo, como ustedes saben llamarlo. Interesante y les dijo como ustedes son más, vayan ustedes primero. Go ahead.

Por ahí dicen que el que va primero es el que gana. No siempre, hermanos. Les dijo, vayan prepárense. Y yo me imagino que estos profetas estaban ahí, sacaron sus vestiduras reales, sacaron todo, se prepararon, el profeta Elías estaba ahí sabía que estaba viéndolos y comenzó como a hacerles burla.

Comenzaron ellos con sus pari, fíjense que cantaban. Saben que al diablo le gusta cantar? Cuántos saben que al diablo le gusta cantar? Y sabe cantar bien, hermanos. Y le gusta cantar y cantaba y dice la Biblia, gritaban, danzaban. Llegó al punto que comenzaron, hermanos, con mucha emoción hasta cortarse. Hacían ritos para ver si este baal contestaba a la oración.

Pero dice la Biblia, que él estaba allí, decía, griten más recio a lo mejor está dormido. A lo mejor anda de viaje. Comenzó hasta a burlarse de ellos. Porque cuántos saben que hay poder en el nombre de Jesús? Cuántos saben cuando usted pide en el nombre de Jesús, usted tiene que estar seguro que algo va a pasar en su vida?

Él estaba, yo me imagino a Elías, dicen que era medio calvo, así como yo, así de guapo también. Se sentó por ahí Omar y estaba, guau, sigan dancen, y danzaban y gritaban y yo creo que él nomás decía, Señor, I can’t wait my turn. No puedo esperar. Yo creo que estaba como un caballo de carreras, cuando, cuando, déjenle. Y le dieron, y le dieron, y le dieron y no pasó nada.

Aquí un principio muy poderoso, hermanos. Nosotros oramos, oramos, adoramos, adoramos, cuidado, cuidado, porque Dios está buscando adoradores que le adoren. Dígalo otra vez. Cuando adoramos a Dios en espíritu y en verdad, siempre tiene que pasar algo en nuestra vida. Si usted lo cree denle un aplauso fuerte a Cristo.

Algunos no están convencidos. Muchas veces, hermanos, el diablo imita la adoración que nosotros hacemos, hasta canta los mismos cantos. Últimamente ha habido mucho que se hace que asimila a la iglesia. Hermanos, tengamos cuidado, los profetas de baal cantaban, gritaban, danzaban y oraban, era mucha emoción, mucho humo, pero nada de braza. Dios no estaba con ellos.

Oh, hermanos, tengamos mucho cuidado porque cuando hay rebelión en la nación también en la iglesia el diablo comienza a meter rebelión. Pícale a tu hermanos y dile, cuidado con la rebelión. Es una buena oportunidad de invitarle al encuentro de sanidad interior, hermana Delmi, para esos que tienen rebelión en su casa o en su boca. Yo no voy a decirle, tu quién te crees que tu eres? Porque eres mi marido no puedes decir que yo no soy tu esclava. Si le queda el zapato, diga amén.

No, no, eso es para mí. Yo soy muy humilde. Yo no digo nada en la casa. A mí me sorprenden. Hay unos hombres ahí en la oración que parecen angelitos, nada más le faltan las alas. Pastor, oh, cómo amo a mi familia. ¡Aleluya!

Yo me sorprendo. Qué pasó? Este hermano nada más le faltan las alas para volar y el halo. Pero qué pasa, hermanos? Que Dios ve el corazón. Dije que Dios ve el corazón. La rebelión es algo terrible. Los baales estaban, hermanos, infiltrando al pueblo de Dios. Su adoración, sus cantos, sus danzas, no producían ya nada. Era simplemente algo religioso, ceremonias huecas y vacías. Pero ellos se habían olvidado que allá cuando se ofrecían sacrificios, se sonaban los sofares, se ofrecían sacrificio y que se sentía la presencia de Dios algo maravilloso siempre sucedía. Cuando se alaba a Dios en espíritu y en verdad algo grande va a pasar en tu vida.

Hermanos, que tenemos que tener mucho cuidado. Queremos que Dios responda con fuego, tenemos que ver los pasos que hizo Elías. Los dejó que ellos danzaran, gritaran e hicieran todo. Hermanos, yo alabo y bendigo a Dios. Yo he viajado mucho, he predicado en muchos lugares, he visto de todo. Y hermanos, muchas veces hay personas que tienen todo el equipo, tienen todos los mejores cantantes, pueden cantar como canarios, pero no sienten nada uno cuando va a esos lugares.

Pero, hermanos, he estado en lugares humildes, como en África que no había ni micrófono. Las hermanas que están aquí, yo pensé que tenían una orquesta, no tenían nada, un tambor de cuero, pero cuando comenzaron a cantar y a alabar a Dios el poder de Dios se sentía, se sentía el poder de Dios. Se sentía el poder de Dios. Porque Dios habita en medio de la alabanza. Dije, que Dios habita en medio de la alabanza. Dios habita en medio de la alabanza.

Si tu estás aquí alabando a Dios tu tienes que sentir el poder de Dios. Porque no lo alabas, por qué no lo alabas? Por qué no levantas tus manos y deja que él bendiga tu vida?

Los profetas baal hacían lo mismo pero no sentían nada. Vamos a ver algo muy interesante. Elías, ya después que ellos hicieron todo dijo, ok, ahora es mi turno. Ustedes ya perdieron mucho tiempo y no pasó nada. Ya oraron, gritaron, pero su dios no les contesta.

Yo me imagino, si lo pudiera llevar con su mente a ese altar, le dice, ok, él no había hecho nada todavía, él no había hecho nada. Dejó que ellos hicieran todo, pero llega el turno de él y la primera cosa que hace en el versículo 21 lo dice muy claro, me llama mucho la atención que les dice, el primero paso que hizo Elías con el pueblo de Dios es algo tan poderoso que les dijo, hagan una decisión. Dígale a su hermano, es tiempo de hacer una decisión.

Quieren servir a Dios o no quieren servir a Dios? Cuántos quieren servir a Dios, hermanos? No levanten su mano tan rápido, porque esto implica a veces dolor. Me acuerdo que mi padre todavía, Dios lo bendiga, en vida, en California, en San Diego, un hombre que todavía… 80 años y planta iglesias, lo queremos retirar y él dice, se van a retirar ustedes primero. Papá, usted ya no tiene que andar predicando, usted ya está muy viejo. Viejo, tu vas a ser viejo, yo estoy joven todavía. Me recuerda a Caleb, viejito de esos fuertes y vino a Sinaloa porque le dio buena sangre. Él todavía se siente como de 20 años.

Y qué pasó hermanos, es que él siempre cantaba un canto, casi siempre cuando tomaba el espíritu, llevar la cruz de Cristo, a veces es dolor, más Dios nos ha provisto la senda de su amor. Yo crecí escuchando a papá cantar eso. Y él me enseñó que a veces hay luchas y pruebas pero ahí está Dios. A veces estamos con alegría, en gozo, en avivamiento y ahí está Dios. Dios está en medio de las luchas y pruebas y también está en medio de las victorias. Si usted lo cree dele un aplauso a ese Dios que no lo deja ni lo abandona. Esto no es religión, esto no es ceremonia, esto es una relación con Dios.

Le dice, primer paso, escríbalo bien para que Dios responda con fuego a sus oraciones tiene que hacer una decisión. No podemos jugar a la iglesita. Dígale a su hermano, no juegues a la iglesita. Tócale en la espalda, dígale, ya no juegues a la iglesita. Hagan una decisión. Es tiempo de seguir. Dios está llamando a esta iglesia. El pastor ayer en el retiro de los líderes hablaba de este patrón de los grandes avivamientos de Europa. Comenzaron en granjas donde se oraba y yo hermanos, estoy convencido que no hay shortcuts to revival.

Y es que hermanos, voy para Honduras el jueves, oren por mí porque mi diario me está dando downloaded para estar en San Pablo este fin de semana predicando para gloria de Dios. Dios bendiga al pastor Christian Rodriguez y al pastor Arnold García de por allá en San Pablo.

Hermanos, óigame bien, es tiempo de hacer una decisión. Si no vas a hacer una decisión estás jugando a la iglesita. Muchos juegan a la iglesita los domingos, buscan la Biblia, dónde la dejé, a veces no la hallan. Cuántos pueden levantar la mano y dicen que les ha pasado eso? Nadie quiere confesar su pecado, ¿verdad? Y no la haya hasta que busca y busca y vamos al bookstore. Y debe haber muchos hermanos comprando Biblias y algunos hasta las olvidan, las dejan aquí, ahí está una mesita llena de Biblias.

Démelas a mí, yo las regalo. Qué pasa? Haga una decisión. Pique a su hermano y diga, es tiempo de hacer una decisión. Y dice, I already made it 20 years ago. Ya la hice 20 años atrás, entonces hay que portarnos como que hicimos una decisión. Esta decisión era muy importante para el pueblo. Ahora ese fue el primer paso.

Todos digan decisión. A ver dígalo más fuerte, decisión. Ahora diga, decisiones, decisiones, decisiones. Otra vez. A ver, los de este lado digan decisiones, decisiones, decisiones. No, no están convencidos. A ver aquí digan decisiones, decisiones, decisiones. Omar, no comieron el desayuno aquí. a ver los de aquí, decisiones, decisiones. Más o menos, aquí hubo café expreso. A ver aquí, hermanos. Aquí necesitan sanidad interior. Aquí hermanos. Cuántos están listos para hacer una decisión hoy?

A ver los del balcón. Decisiones, decisiones. Not bad. Not bad. A ver acá. Le recomiendo un double expreso. Entonces, decisiones. El primer paso es decidirnos. Cuántos quieren que Dios conteste su oración? Levanten su mano y muévala si usted tiene una petición delante de Dios. Yo creo que todos tenemos una petición. Y cuantos quieren que Dios conteste esta petición?

Yo estoy cansado de gente que ora y ora y ora y ora y no pasa nada. Es tiempo de hacer una decisión. Ese fue el primer paso que hizo Elías antes que Dios respondiera. Y fíjense el número 2, el versículo 30 nos dice algo más, el segundo paso. Primer paso, decisión, el segundo paso, y quiero no sé cuánto tiempo me queda.

Miren hermanos, el segundo paso fue en el versículo 30, léanlo conmigo para que vean que yo no lo estoy inventando, es palabra de Dios. En el versículo 30 pasó algo muy interesante que creo que aquí, después que ellos no pudieron hacer nada, dice:

“…Elías entonces le dijo a todo el pueblo, acérquense... ─ y todo el pueblo se le acercó─… acercados a dónde?

Segundo paso, para que Dios responda con fuego, tenemos que acercarnos a Dios. Cuántos dicen amén a esto? Cuántos saben cómo se acerca uno a Dios? Qué fácil decirlo es más difícil hacerlo?

Qué pasó? Les dijo, acercaos, acérquense. Y quiero ya en este momento porque el tiempo se va muy… yo voy a abrir el… ya. Usted siente venir al altar puede pasar, porque al final, ya son nomás dos pasos más y termino.

Quiero dejar este mensaje bien marcado en su corazón. Primero hizo una decisión, le dijo al pueblo, hagan una decisión. Segundo, le dijo, miren acérquense a mí. La Biblia de Santiago 4:8 dice acercaos a mí o acercaos a Dios y él se acercará a ustedes. Queremos que Dios conteste nuestra oración? Tenemos que acercarnos a Dios. No hay un camino corto, no porque esté bonito, guapo y haga mucho, si usted no se acerca a Dios con un corazón sincero, y humillado usted no se está acercando a Dios.

Cuando se acercó el pueblo a Dios, le indicó, primero hicieron una decisión y luego se acercaron. Ok, hagan una decisión. Yo creo que no se levantó todo el pueblo, unos cuantos, porque siempre la minoría, siempre es la minoría. Dígale a su hermano, siempre es la minoría. A ver, todos digan, es tiempo de acercarnos a Dios. Todos. Dígalo otra vez.

El segundo paso, se acercaron a Dios. Ahora que en esta mañana necesite acercarse a Dios. Voy a pedirle al hermano Wilson o a los músicos que pasen ya que quiero, hermanos, terminar ya pronto. Hay alguien que necesita acercarse a Dios? Alguien que en verdad está sintiendo la necesidad de acercarse a Dios?

Quiero, hermanos, decirles que Dios, cuando el pueblo se acercó a Dios estaba por hacer algo tan grande. Yo quiero decirles, se tuvieron que decidir y tuvieron fe sin obras, fe sin acción, no produce nada. Escucharon, hicieron una decisión. Yo me quiero acercarme.

El profeta Elías dijo, acérquense. Dios está diciendo a alguno de ustedes, acérquense. Y ya el altar está abierto. Esto representa la presencia de Dios. Si tu necesitas acercarte, yo te invito. Ven y ya comienza. Falta nomás un paso más.

Pero, algo tremendo pasó. Les dijo hagan una decisión. Dios te bendiga, hermano, Dios te bendiga hermano. Yo quiero dejar bien claro, tuvieron que hacer una decisión para que Dios respondiera con fuego, pero tuvieron que acercarse. No todos se acercaron. Y el siguiente paso, me llama mucho la atención hermanos porque aquí entra mucho de lo que a veces nos estorba, son barreras para la contestación a nuestras oraciones.

La Biblia nos dice ahí mismo en el versículo 30 que cuando le dijo al pueblo que se acercaran, dijo, acérquense y así lo hicieron. Y dice, pero como el altar del Señor estaba, qué? Arruinado, el altar se usaba para ofrecer los sacrificios. Dios te bendiga, siervo, Dios te bendiga. Dios ya está llamando a alguien que se acerque.

Miren, hermanos, no se muevan por favor, porque el espíritu va a hacer algo grande hoy. Dios te bendiga, siervo.

Les dijo, el altar estaba arruinado. No se habían sacrificado muchas cosas, en tres años y medio el pueblo se había olvidado de sacrificar. Los que saben ministrar en el altar, por favor acérquense, ayúdenme hermanos. No va a ver tiempo para ministrar igualmente, pero Dios colectivamente va a hacer algo grande.

Dice la Biblia que Elías tomó doce piedras, una piedra para cada tribu del pueblo de Dios.

Dios te bendiga, joven, Dios te bendiga, varón.

Hermanos, el número 12, ahí les va para los teólogos es el número de gobierno perfecto, 12 tribus, 12 Apóstoles, 12 fundaciones, 12. Diga gobierno. Antes que Dios respondiera con fuego tuvo que arreglar el altar porque estaba arruinado.

Número 12, lo arregló, lo reparó. El altar representa tu corazón. Quién es el que gobierna tu corazón? Número 12, el gobierno perfecto de Dios. Has dejado que Dios gobierne toda tu vida? O todavía hay áreas que tu tienes el timón, la guía de tu vida? El número 12 es el número perfecto.

Lo reparó. Lo veo agarrando piedras de allá. Allá estaba una tirada, allá estaba la piedra de la rebelión, del pecado. Se habían olvidado de Dios. Las comienza a juntar. Pero hermano, hoy Dios quiere que arregles tu corazón para que él responda con fuego a las oraciones de tu vida. Las arregló.

Síganme, síganme un poquito. El altar es nuestro corazón. Número 12, 12 piedras, te lo dice la Biblia, que después que hizo el altar, preparó el sacrificio, lo preparó y luego la siguiente cosa que dice, agarren cuatro cántaros, número 4.

En la numerología el número 4 es el número de la creación, 4. 4 cántaros. Bañen bien el sacrificio para que ustedes vean que yo no soy, que no hice un truco, que esto es de Dios. Porque acuérdense el reto era que el Dios que respondiera con fuego, ese era el Dios que ellos iban a seguir.

Oh, hermanos Dios está llamando a alguien en esta tarde porque quiere responder a fuego a tu vida. El fuego representa el Espíritu Santo. Lo bañaron 4 veces, una, dos y tres y cuatro. Cuatro cántaros de agua.

Bueno, los 4 cántaros todavía no lo bañaron, porque les dijo que lo bañaran 3 veces. Todos digan, tres. El número divino, de divina perfección, número 3. Todos digan perfección divina. Número 3. 4 cántaros de agua van a bañar el sacrificio tres veces.

Tremendamente, 12 gobierno, 4 el número de la creación, 3 el número de la divina perfección. Lo baña. Me llama mucho la atención el versículo 36, y ya voy a terminar, óigame bien, hermano, si usted vino hoy y necesita que Dios responda con fuego a una petición, aquí está el secreto.

Dice el 30, “… a la hora del sacrificio, todos digan a la hora del sacrificio, el profeta Elías, qué hizo? Qué hizo? Se acercó, cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías, se acercó. Todo esto lo estaba haciendo pero no se había acercado todavía. Se acercó. Algunos de ustedes pónganse sobre sus pies. Todavía no se han acercado al altar de Dios.

Pero Dios está por responder con fuego a tu vida. Se acercó, dio un paso adelante, presente, en otras palabras dijo, Señor, aquí estoy. Ahora, ya, ellos hicieron lo que tenían que hacer, pero yo necesito hacer lo que tu me mandaste hacer. Me he decidido, me he decidido y me he acercado. Ahora, voy a dar un paso adelante. Voy a cambiar mi vida, voy a cambiar mis hábitos, voy a cambiar mi disciplina, porque yo quiero avivamiento.

Cuántos quieren avivamiento? Óiganme bien, hermanos, aquí está por pasar algo. Dios todavía responde con fuego. Dígalo conmigo, Dios todavía responde con fuego. Miren, hermanos, yo no sé cuán grande sea tu necesidad pero yo sí sé que Dios todavía responde con fuego.

La Biblia dice, en el versículo 36 que el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: Señor, Dios de Abraham, todos digan Dios de Abraham, de Isaac, de Israel, que todos sepan hoy que tu eres Dios en Boston. No lo dijeron convencidos.

Que tu eres Dios dónde? Dígalo otra vez, Dios dónde? Y que yo soy tu siervo, o tu sierva y he hecho todo esto en obediencia a tu palabra. Todos digan obediencia a tu palabra. Y luego quiero que todos griten conmigo esta palabra, respóndeme. Respóndeme. Más fuerte. Respóndeme. Otra vez. Otra vez. Señor, respóndeme para que esta gente reconozca que tu, Señor, eres Dios.

Ahora, lo hemos dicho así literalmente. Ahora quiero que lo digamos espiritualmente. Todos prepárense, voltea a su hermano y dígale, prepárate. Dios todavía contesta con fuego. Quiero que todos digamos esta palabra, respóndeme, tres veces. Miren, hermanos, nada va a pasar si usted dice así. Tiene que decirlo con fe, convencido que Dios lo está escuchando en esta mañana. Otra vez. Respóndeme. Respóndeme. Respóndeme, Señor, respóndeme.

Ahora, algo muy importante que hizo el profeta. Y en ese momento cayó fuego del Señor y quemó el holocausto. La leña, las piedras y el suelo y hasta lambió el agua de la zanja. Cuando todo el pueblo vio esto se postró y clamó, el Señor es Dios, el Dios verdadero.

Cuántos saben que el Señor es Dios, el Dios verdadero? Dele gloria, dele gloria, dele gloria. Dele gloria, dele gloria, dele gloria. Dele gloria, dele gloria, dele gloria, dele gloria. Él habita en medio de las alabanzas. Él está aquí para responder. Él está aquí para clamar, él está aquí para liberar. Dele gloria, dele gloria. Dele gloria.

Algo necesita pasar en tu vida para que Dios responda con fuego. Escúcheme un momento quiero antes de dejar este púlpito, orar por una persona que está batallando, no sé si es cáncer, pero Dios me está enseñando que tiene mucho dolor en tu estómago, aquí en la boca de tu estómago. Dónde está esa persona? Puede levantar su mano? Tu eres, Fabio, ven para acá. Ven para acá.

Es la boca del estómago. Levanta tus manos. Señor, yo quiero que tu hagas lo que tu siervo, mi hermano Fabio, te ama, él busca tu presencia. Ahora quiero, Padre, yo no sé qué dolor tiene, pero tu sabes, tu me lo estás haciendo sentir. Ahora yo, Padre, en el nombre de Jesús quiero declarar sanidad.

Dele gloria a Dios. Es Cristo que lo está operando. Señor, respóndeme con fuego. Respóndeme con fuego.

Dios me está diciendo que pasó algo más después, no había llovido, la naturaleza estaba seca, había sequía, pero después que Dios respondió con fuego se fue y pidió siete veces, salió el siervo de él para ver si venía la lluvia, y parecía que no. la primera vez fue y nada pasó, la segunda vez, nada pasó, pero Elías estaba orando. La cuarta, la quinta, la sexta, pero a la séptima vez, el número 7, el número perfecto de Dios, la séptima vez dice, que vio una nube como palma de una mano y comenzó a llegar la lluvia, la lluvia tardía que no había llegado.

Hermanos, Dios quiere que la iglesia sea reformadora y restauradora. Todos digan reformadora y restauradora. Quiero orar y yo quiero soltar esto, pero quiero, hermanos, que se lleven bien, que Dios todavía responde con fuego. Dios está operando al hermano Fabio. Cuántos lo creen? Denle un aplauso si usted cree que ese dolor se va a ir.

Dele más gloria, dele más gloria al que vino en ella para siempre. Acérquese, acérquese, acérquese. Hay alguien que todavía no ha aceptado a Cristo? Hay alguien que todavía no ha aceptado a Cristo y quiere aceptar hoy? Levante su mano. Hay alguien que vino buscando al Señor verdadero? Es tiempo de aceptar a Cristo como tu salvador.

Miren, hermanos, yo quiero terminar diciendo, es tiempo que Dios responda con fuego a tu petición. Hay problemas económicos, matrimoniales, hay rebelión, y yo siento un espíritu de rebelión que ha venido, hermanos, entrando, infiltrando a la iglesia en todo el mundo, no solo aquí. Este mensaje para ustedes que están oyendo, hay rebelión pero hoy en el nombre de Jesús yo proclamo liberación sobre la rebelión en tu vida. Rebelión a los matrimonios, que el diablo quiere separar y destruir, cancelamos en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, cancelamos el divorcio, la separación.

Ahí va, algo va a pasar en tu vida, si tu hiciste una decisión, te acercaste y invocas el nombre de Dios, tu vida va a sentir ese fuego del Espíritu Santo. Yo quiero, hermanos, que nadie se mueva por un segundo más, toma la mano de alguien que está a tu lado, y hermanos, yo quiero que hoy en este día este mensaje sea el principio de una reformación en tu vida espiritual. Sin el Espíritu Santo, si no es con espada, no es con ejército. Sin el Espíritu Santo no vamos a hacer nada. Y cuántos necesitan más del Espíritu Santo? Denle un aplauso a Cristo fuerte, hermanos. Puede soltar esa mano por un momento.

Miren hermanos, ahora sí tome la mano de alguien, yo quiero, hermanos, que el grupo de alabanza se prepare porque, tome la mano de alguien, porque muchas veces para acercarnos necesitamos, hermano Fabio, levántate y dinos, papá, todavía sientes dolor?

Hace unos meses atrás vengo con un dolor fuerte [inaudible] me ha afectado fuertemente, he batallado, oración de noche, al amanecer pidiéndole al Señor sanidad. No sé qué es, a veces el corazón me palpitaba, sentía que me iba el aire. Gloria a Dios. [Inaudible]

Gloria a Dios. Gloria a Dios.

Dios todavía responde. Dios todavía responde.

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La resolución de conflictos

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Mire lo que dice Mateo 5, del 21 al 26, que es un pasaje, la Biblia le da tanta atención a la armonía en la iglesia. Cualquier institución necesita armonía. Alguien que es muy cercano, y no voy a mencionar su nombre, porque no quiero revelar confidencialidades y cosas, está comenzando un trabajo en una agencia clave non profit, aquí en Estados Unidos, muy importante, creciendo mucho. Y esta persona está trabajando a nivel de líderes que intervienen en diferentes partes del país, en su dirección de este trabajo.

Me dice, “yo paso ahora, la mayor parte de mi tiempo, simplemente en trabajo con las personas”. Me decía ella, “ahora yo entiendo qué es lo que tu haces como pastor, porque mucho de mi trabajo es solucionando conflictos, quitando situaciones de conflicto y de tensión entre los líderes claves de la institución y promoviendo eso. Mucha gente descorazonada, desanimada, en conflicto.”

Y yo he visto eso mil veces y la clave no está en más protocolos. Los protocolos son importantes, los acuerdos escritos son importantes, las reglas son importantes, pero ¿Saben qué? Eso, yo creo, que nunca fue suficiente para evitar el conflicto.

Es más, yo he visto que muchas veces todas esas cosas, si no hay la actitud correcta, promueven el conflicto más que resolverlo, porque entonces la gente conflictiva tiene la ley para tirarle pedradas a los otros y para interpretarlo a su manera y crear más conflicto. La clave está en el corazón. Es aquí. Y en una postura cristiana adecuada, esa es la clave.

A menos que el corazón no cambie, olvídese, no va a haber paz en la iglesia ni en ninguna parte del mundo. Yo lo que quiero en esta mañana es por lo menos promover una mentalidad nueva. Yo sé que eso va a ser bien difícil.

Francamente, yo sé que eso requiere años. Yo he visto personas, hermanos, hablar públicamente de amor, mansedumbre y otras cosas, y en el mismo acto de hablar sobre ello, el contexto, están violando precisamente lo que están diciendo.

Y yo sentado allí agonizando, porque veo lo difícil que es usted meterse dentro de su propio cerebro, psiquiatras entienden esto. Usted le puede hablar a un loco y decirle, “Mira, por qué no te comportas bien? por qué no dejas de insultar a la gente? Por qué no dejas de amenazar que te vas a tirar de una ventana? Eso no es bueno.” Al loco usted le está hablando en chino. Su cerebro no puede procesar eso.

Y yo estoy hablándoles a ustedes, hermanos, y yo creo que eso, a través de su mente ir a su corazón y a su espíritu. Así que Dios nos ayude que estas palabras sean palabras transformadoras a nivel del corazón y el espíritu.

Meche me hablaba acerca de un niño que ella tiene en su práctica, tiene ojos, los ojos ven perfectamente, no tiene ningún problema con sus ojos. Sus ojos funcionan a la perfección pero no puede ver. Por qué no puede ver? Sus ojos están viendo, sus ojos están viendo en el sentido mecánico de la palabra, pero por qué no puede ver? Porque su cerebro tiene un problema. Su cablería neurológica no le permite tomar las imágenes que pasan a través de sus ojos y traducirlas en imágenes conscientes que él pueda procesar. Él mira pero no procesa, no ve, porque los ojos son simplemente como un radio. Eso es todo. Es una cosa mecánica, un pedazo de metal, pero lo que hace posible es cuando eso se convierte en sonido y hay un cerebro que lo interpreta.

Entonces muchas veces, se me ocurrió que es una imagen muy poderosa de la predicación, la enseñanza, una cantidad de cosas. Usted le habla a la gente, la gente está escuchando, su cerebro está procesando palabras, información, pero hay algo que no se traduce al corazón, al subconsciente, al alma, a las emociones porque la cablería no está adecuada. Y por eso es que se requieren a veces cientos de intervenciones para que una gotita de transformación llegue a la sensibilidad.

Órele al Señor para que todo lo que usted escucha, todo lo que usted recibe pueda tener impacto y que verdaderamente se transmita a su espíritu. Yo cada día entiendo bien, más y más, que es el poder de Dios transformando vidas, pero yo estoy tirando esta semilla como palabra profética, porque no hay otra manera de hacerlo y esperando que Dios haga la obra en sus corazones. Porque mientras hablamos hay conflictos en nuestra iglesia.

Gracias al Señor son cosas que, es una cosa que quiero decir, el conflicto no me molesta. Eso es parte de la vida. Esta es una iglesia muy armoniosa. Dentro de todo es una iglesia muy armoniosa. Ahora, hay conflicto en ella, si no lo hubiera es porque todos ustedes están seis pies bajo tierra. Eso es natural. Si lo hay en una familia de 4 personas, cómo no lo va a haber en una iglesia de cientos de personas de diferentes nacionalidades, raza, lenguaje, todo. Así que eso a mí me tiene sin cuidado, siempre y cuando sea a nivel tolerable y humano. Eso no es problema. Pero se podría minimizar más todavía. Pero es el corazón, es el corazón y la disponibilidad a entregarnos.

Por qué la Biblia tiene tanto para hablar acerca del conflicto? Porque es absolutamente clave. El conflicto no es nada extraño, estaba allí ya hace tiempo, en la humanidad. Con Jesús mismo caminando entre sus 12 había tremendos conflictos. Están allí. Dice Mate 5:21:

“… Oísteis que fue dicho a los antiguos, no matarás, y cualquiera que matares será culpable de juicio. Pero yo os digo,… ─ siempre el nivel más alto ─ … que cualquiera que se enoje… ─ cuántos se han enojado, o están enojados con alguien, su hermano, alguien de su ministerio? Yo podría mencionar muchos nombres aquí ahora mismo. Y no me digas que no estás enojado. Estás enojado. Yo te sugiero que digas, ábreme tu corazón, estoy enojado, con alguien estás enojado.

“… Cualquiera que se enoje contra su hermano será culpable de juicio y cualquiera que diga necio a su hermano… ─ cuántos de ustedes piensan que alguien en su ministerio es un necio? Óigame, no le voy a pedir que lo señalen, pero estoy seguro que sí y lo han llamado, es más, necio es una palabrita sencilla comparada con lo que lo hemos llamado. ─… cualquiera que diga necio a su hermano será culpable ante el Concilio y cualquiera que le diga fatuo… ─ que es todavía menos que necio ─… quedará expuesto al infierno de fuego…”

Digan todos, auch!! Estas son las hipérboles de Jesucristo.

“… por tanto si traes tu ofrenda al altar… ─ todo se refiere a eso, estamos sirviendo al Señor, queremos darle al Señor ─… y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti… ─ no es que tu lo tengas contra él, él lo tiene contra ti y si lo tienes tu contra él también ─… deja allí tu ofrenda delante del altar y anda, reconcíliate primero con tu hermano.

A Dios no le interesa tanto el producto como el proceso. Escríbame eso antes que se me olvide, por favor, porque quiero incluirlo allí en lo que estoy escribiendo. A Dios no le importa tanto el producto aunque el producto es muy importante, como el proceso que está detrás del producto. Y no quiero meterme en ilustraciones peligrosas ahora mismo.

“… Deja allí tu ofrenda… ─ es decir, el producto es la ofrenda, creemos que si uno le deja al Señor una ofrenda, un carnero, una cuestión, un servicio, un dinero, déjala allí primero porque hay algo que está en el proceso, en ti, en tu corazón, en tu relación con tu hermano ─… déjala allí, reconcíliate primero con tu hermano y entonces ven y presenta tu ofrenda. Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entretanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil y sea echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo…”

Guau! Palabra poderosa. Podríamos estar mucho tiempo en eso, pero lo que quiero es, sabe, no sé ni siquiera si hablar del conflicto o de armonía. Cómo mantener la armonía, pero vamos a hablar un poquito acerca de eso porque, es más me hubiera gustado de atrás para delante, porque en realidad me di cuenta que al final yo hablo de las actitudes que están detrás de las intervenciones, concretas, específicas de las cuales hablo al inicio. Pero está bien. Voy a ir a mil millas por hora.

Yo decidí tomar, hice como 25% la última vez, muchos de ustedes son nuevos, así que los otros estoy seguro que ni se recuerdan de lo que yo dije. Así que vamos a comenzar rápidamente como si fuera… ahí tienen unos textos base que después pueden usar como un estudio. Yo les recomendaría para sus células y para diferente grupos, usen estos materiales para materiales de estudio porque son bien enriquecedores.

Hay dos maneras de… esto está antes, parece que lo otro no está, pero esto fueron cosas que yo puse. Hay dos maneras de conducir las relaciones humanas en este mundo, conforme a la ley o conforme a la gracia.

Lo primero que yo quiero decirle es, sea una persona de gracia, gracia, gracia, gracia. En esta etapa de mi vida, yo estoy dolorosamente consciente. Por qué? Porque yo mismo no lo he alcanzado, de la importancia de vivir conforme a la gracia y no conforme a la ley. Muchos liderazgos que yo conozco no en León de Judá, en otros sitios, son empobrecidos porque no reflejan suficientemente este espíritu de gracia.

Cuando usted cambia la fuerza motriz de su ministerio, su vida, su matrimonio, a gracia en vez de ley, eso cambia todo. Porque ley quiere decir, “yo tengo razón”, gracia es, aunque yo debiera cortarle la cabeza a esta persona, y tuviera todo el derecho de hacerlo, no debo hacerlo, debo bendecirla y darle espacio, darle tiempo, orar por ella, ayudarla. Eso es gracia. Y esa es la modalidad que debe regir nuestras vidas y nuestros ministerios.

Uno puede tener vida según la carne o según el espíritu. Conforme al sistema terrenal, biológico o conforme al Reino de Dios y el espíritu de Jesucristo. Cuál de los dos usted quiere? Dígalo ahora mismo, cuál de los dos usted quiere? Cristo o carne? Dígaselo a su espíritu.

La Biblia continuamente establece una oposición clara entre estas dos posturas irreconciliables y los invita a escoger la segunda, la cual representa la postura de Dios para con su creación. Dios es así que trata al hombre, gracia.
La otra pertenece al reino de las tinieblas. Sabe usted quién es el más grande legalista del universo? Satanás. Por qué lo llaman el acusador? Él es el fiscal del mundo. Eso es lo que la palabra diabolos, es un acusador. Él es el fiscal. Satanás es la persona más legalista y más judicial del universo. Dios lo condenó a él y él dice, ahora yo tengo que condenarlos a ustedes. Cuando él te agarra a ti en una infracción de la ley, él te aplica la ley y de ahí viene la demonización, de ahí viene el sufrimiento de la vida, muchas cosas que vienen de ese punto.

Entonces, el legalismo pertenece al mundo de las tinieblas. Su protagonista es Satanás, el príncipe en este mundo, donde viene la guerra, conflicto, pugnas entre hermanos. Váyase después y no ahora a Santiago, el texto que puse al inicio, Santiago 4:4.

La premisa número 1 con respecto al manejo apropiado del conflicto es que el conflicto es inevitable. Digan todos inevitable. El conflicto, digan todos, es inevitable. Viene como resultado de la caída del Edén la cual introdujo por medio del pecado, la pugna entre el hombre y la mujer. El individuo y su prójimo, raza contra raza, nación contra nación, y la naturaleza misma contra el hombre.

Para mí la consecuencia número 1 del pecado es la caída, el conflicto. Todo lo que era armonioso, complementario, se convirtió en algo conflictivo: naturaleza, hombre, hombre y mujer, todo. Entonces, qué pasa? Hay una cosa bien, recuerde esto, nosotros somos una Congregación, una iglesia. Uno de los valores gobernativos de nuestra Congregación es que celebramos, no solamente aceptamos, no solamente toleramos, sino que celebramos el proceso. Yo creo mucho en el proceso. La diversidad de dones, de culturas, de razas, lenguajes, de llamados, de temperamentos.

Esto, esa postura de celebrar la diversidad, la pluralidad, el proceso requiere la aceptación y el buen manejo del diálogo, tenso pero creativo, y el conflicto ocasional. Si usted quiere el proceso tiene que estar dispuesto a que haya conflicto. Proceso es eso, es la interacción de diferentes elementos, que muchas veces llevan al conflicto y que producen una nueva creación.

Tesis, antítesis, síntesis. Pregúntele a Marx acerca de eso. Ahora, por eso también, tenemos que estar preparados para cuando surja el conflicto a fin de mantenerlo dentro de límites constructivos y provechosos. Tendremos que desarrollar criterios y procesos adecuados para manejar las tensiones y conflictos inevitables.

Si una iglesia celebra el proceso tiene que celebrar también el conflicto y mantenerlo dentro de un límite. Dondequiera que haya diferentes piezas funcionando en conjunto en un sistema, habrá algún tipo de fricción y conflicto entre ellas. Ayuda el ver las cosas en esta manera. A diferencia de ver el conflicto como algo anormal o necesariamente siniestro. Por qué? Porque si usted, en el matrimonio por ejemplo, cuando hay conflicto, usted dice, oh, algo anda mal en el matrimonio. No nos amamos. Es un problema serio. Entonces usted se paniquea y en vez de respirar hondo y decir, ¿Saben qué? Eso pasa. Cómo puedo resolverlo? Eso baja las tensiones, las revoluciones por minuto cuando usted ve el conflicto como algo naturaleza.

Yo he aprendido cada día más y más a ver el conflicto que a mí no me quita el sueño. Eso es parte de una Congregación saludable, una familia saludable. Hay diálogo, hay interacción, hay resolución. Lo importante es qué se hace con el conflicto. El conflicto si lo resolvemos exitosamente deja una situación más poderosa que antes, más fuerte que antes.

Entonces, el conflicto es parte inherente de la vida. Qué dijo Cristo? En el mundo hallaréis aflicción, hallaréis conflicto. El conflicto interpersonal, así como el sufrimiento que viene la vida normal es de esperarse en la vida de todo grupo o en toda relación humana sostenida.

Cuando yo tengo un contratiempo en la vida, yo no digo, oh, este mundo terrible! Dios no me ama. Todo este universo es un caos. No, yo digo, hey, qué se puede esperar de este mundo? No se le pueden pedir peras al olmo. El conflicto viene con la vida. No se sorprenda cuando vienen enfermedades, dificultades, situaciones financieras, fracasos, fallos, contratiempos. Eso es parte, y Dios permite todo eso para tu bien. Así nos pasa con el conflicto en un grupo pequeño, un ministerio pequeño, la iglesia, eso es parte de la vida.

Y a mí me ha ayudado mucho verlo de esa manera. Y digo, ¿Saben qué? Tengo una iglesia saludable, lo importante es que no se divida. Si el conflicto, como pasa en algunos ministerios, está frenando la bendición, la creatividad, el crecimiento, el progreso, ahí es donde está el problema, algo serio y tiene que resolverse.

La pregunta no es si vamos a tener conflicto con los demás, sino más bien cuando vengo el conflicto cómo vamos a reaccionar y cómo vamos a encararlo. Voy a resaltar en matrimonio, amistad, familia, trabajo. Ahora, por eso digo aquí, normalizar el conflicto y pongo ahí énfasis sobre la palabra normalizar el conflicto, y aceptar su inevitabilidad nos ayuda a no ponernos ansiosos cuando lo experimentamos. Cuando haya un poco de tensión en su ministerio no se mande a correr, ni saque la espada para cortar cabezas de una vez. Diga, ¿Sabes qué? Eso pasa. Es natural. Esto es una oportunidad para aprender. Esto es una oportunidad para yo clarificar lo que yo creo y para esa persona expresarse mejor a mi vida.
Y aunque en algún momento esté molesto, véase molesto y entonces tómese dos aspirinas y baje la guardia, y trate de procesar el conflicto. Eso es importante, de uno salirse de la situación y mirarla de una perspectiva objetiva. Entonces, normalice el conflicto. En vez de escandalizarnos y predisponernos a tomar una postura defensiva o agresiva, o ceder al resentimiento o a la represalia, el normalizar el conflicto nos permite distanciarnos un poco de la situación, asumir control de nuestras emociones y aplicar principios bíblicos que pueden impedir que el conflicto escale a algo destructivo.
Inclusive, puede permitir que por medio de una resolución madura y balanceada, la relación entre las partes quede fortalecida y más saludable que antes del conflicto. Entiende? Si yo pudiera, me pararía un momentito y le preguntaría a alguien si usted ha experimentado una situación en que eso le ha pasado, que después que se resolvió un conflicto, la situación era mejor que antes.

Tu tienes 30 segundos, [inaudible] venías sintiendo, es peligroso uno dar señales de vida. Algo que ustedes han aprendido, rápido [inaudible]

Y eso fortalece más, yo creo, porque ese calor genera que se derrita un poco la barrera y entonces se compenetren más. Saben una cosa que a mí me da tanto gusto cuando yo veo dos personas que tuvieron conflicto, porque yo sé que han tenido conflicto serio en la iglesia, y las veo después yéndose a cenar, entrando juntas a la iglesia. Yo digo, guau, qué cosa más rara. Y que cosas que me da más gozo. Eso ejemplifica la bendición y los principios del reino funcionando en la vida de la Congregación.

Óigame si usted quiere verdaderamente sabe que yo estoy ejemplificando el carácter de Cristo, reconcíliese, no simplemente haga una tregua de un cese de fuego. No. el reconciliar es dentro del corazón. Busque la forma de sentarse y borrón y cuenta nueva y seguir adelante. Eso es maravilloso.

Yo deseo en nuestra iglesia, el Espíritu Santo requiere una ética de reconciliación y resolución de conflictos para toda la vida, porque eso también va a bendecir tu matrimonio, y tu amistades, todo, tu trabajo. Esa ética de reconciliación es clave y de que las situaciones queden mejores después del conflicto que antes. Porque muchas veces lo que pasa es que el conflicto debilita las estructuras fundamentales de las relaciones. Se perdonó una vez, se pasó por encima, no se resolvió y ya hay una falla estructural. Y ya se necesita una o dos más de esas para que haya una explosión. Por qué? Porque no se resolvió la de inicio.

Entonces, lo que quedó fue una estructura debilitada, como esos edificios que experimentaron ahora en Japón fallas estructurales, no se sabe, pero están allí, están debilitados. A menos que no haya una reestructuración, están más débiles que cuando comenzó.

En las relaciones humanas, cuando se resuelve el conflicto, debe quedar en Cristo, más poderosa que antes. Y esa debe ser nuestra meta siempre.

Ahora, experimentar conflicto interno o interpersonal es inclusive necesario. Digan necesario. No solamente normal, sino es necesario. No solamente es tolerable, es necesario para el desarrollo de una personalidad madura y saludable.
Yo creo que una iglesia madura necesita, requiere conflicto y su resolución saludable para fortalecer, fortalecer, fortalecer. Ese terreno dentro de poco tiempo, cuando terminemos lo de la plomería ya al final, hay que traer una aplanadora y consolidar la tierra, porque sino los niveles no son adecuados.

Hay que apretar. Y eso pone la tierra y la máquina en conflicto. La tierra está diciendo, auch, auch, me está dando duro! Está siendo apretada. Pero se necesita para que haya solidez.

Y eso es necesario. Las cosas que tienen settle down, settle, siempre. Eso es lo que la tierra hace. Ese temblor en Japón es porque hay dos platos tectónicos, Pacífico y Norte, creo que es, que están tratando de establecerse. Y cada vez que hay un vacío y se llena, todo se desploma. Produce conflicto. La naturaleza es así, es una gran metáfora acerca de buscar siempre éxtasis, consolidación y balance. Y debe pasar también.

Por eso es que el conflicto es necesario, porque esos vacíos, malas comunicaciones, fallas estructurales en mí, en ti, el conflicto las saca a la luz. Y si somos sabios y queremos crecer, crecer, crecer, vamos a aprovechar esas cosas para mejorar nuestra personalidad.

Entonces, sin el proceso de conflicto y de resolverlo exitosamente, no podemos crecer como seres humanos. Para un niño, por ejemplo, es necesario aprender a negociar con otros niños en cuanto al uso de juguetes. O aprender a navegar el proceso mismo de jugar, darle espacio y oportunidad a otros, pelear y reconciliarse con sus amigos.

Caleb, nuestro nieto, hay un muchachito que de vez en cuando se jalan los moños él y el otro muchachito en donde los cuidan, el trabajo de Arminda, para él es jugar y un disfrute continuo. Pero a veces ha venido con un arañón en el ojo. Y ¿saben qué? Ni Aby, ni Miguel, ni nosotros nos escandalizamos, oh, Dios mío! Eso es parte, y ¿saben qué? Ahora yo los veo que están de lo más tranquilos porque ya se conocen. Ya los dos se han dado sus golpetazos y ya están aprendiendo… y todo eso hace que negocien los juguetes. Todo eso es necesario para el proceso de crecimiento. Dios lo ha ideado así. Y es necesario para nosotros también.

Todo esto es parte del proceso normal de la formación de un ser saludable y diestro en el manejo de las relaciones humanas. Sin esas experiencias incómodas y conflictivas no se puede llegar a tener una personalidad balanceada y compleja. Los mismo sucede con el adulto a través de su propia experiencias sociales. La naturaleza está lleno de eso. Una mariposa rompiendo el cocuyo con las alas, un caballito en el momento de nacer. Busquen en You Tube un caballito tratando de aprender a caminar, cuando nace enseguida. Nadie se meta a ayudar a ese caballito. Él necesita ese proceso para una identidad de superación y de fortaleza.

Así que es importante eso. El conflicto es de esperarse, tenemos que normalizarlo y tenemos, inclusive, que reconocer que es necesario para que se de el crecimiento saludable de los individuos y de las instituciones.

Otra verdad importante a tener en cuenta con respecto al manejo del conflicto. En las relaciones interpersonales, a veces lo que puede parecer conflicto no es tal cosa. Sino una mera diferencia de opinión o una percepción diferente de una vivencia en común. No es tanto conflicto como diversidad de perspectiva, podríamos así decirlo. Es complementariedad muchas veces de percepción.
En un ministerio puede haber una meta y diferentes personas estar analizando diferentes perspectivas y si usted tiene la sabiduría de escuchar esas cosas, eso puede ser de gran bendición para usted y usted puede aprender muchísimas cosas.
Déjenme darle un ejemplo de eso, bueno se me ocurre bien banal de la casa. Ayer mismo yo iba a coger un tee shirt, una camiseta anaranjada y la iba a echar con una ropa que Meche estaba lavando. Y yo estaba absolutamente seguro que esa camiseta ya se ha lavado tantas veces que no echa tinta. Ahora, mi mentalidad es un poco más impulsiva. Yo soy a veces big Picture, y me tengo que entrenar a pensar en términos más específicos. Meche es complementaria, en el sentido de que ella es más minuciosa y más cuidadosa y delicada en las intervenciones más pequeñas, muy prudente en extremo. Yo soy más impulsivo, en extremo, a veces en términos de las cosas, ¿verdad?
Yo tengo una meta, una tarea y la quiero llevar a cabo. Hay complementariedad de temperamento, perspectivas, carácter, visión y entre las muchas bendiciones que ella es en mi vida, es esa voz que me dice, baja la velocidad, ten cuidado con esa persona. No te ofrezcas tanto, como, sí, venga a mi casa y duerma allí por tres semanas que no se preocupe, tenemos un cuarto para usted. Y cuando me llaman estoy temblando que no sé qué hacer. O sea, que no me pida nada después del servicio inmediatamente porque lo voy a decir que sí y va a ser un lío para mi vida porque estoy lleno de adrenalina y estoy maniático, maniac depressive, esa es mi fase maniática ahí en ese momento. Así que los maniáticos, cuando están en su fase maniática le dicen que sí a todo y creen que todo se resuelve y que todo tiene una solución. Estoy dando quizás un secreto que no deben usar, por favor, sean misericordiosos.

Entonces, yo le digo, mira, hey, porque iba a echar una ropa y yo le digo, mira, bueno, echa esta ropa de hacer ejercicios, un pantalón y una camiseta, échalo ahí. Me dice, no, porque tengo una ropa blanca ahí adentro y no quiero que se vaya…. Yo digo, no, pero si eso ya se ha lavado muchas veces, mira qué calidad tan buena tiene esta tee shirt. Entonces, no queriendo yo usar la máquina solamente para lavar un pantalón pequeño y una tee shirt, me iba a bañar y cogí esa ropa y la enjaboné. Estoy aquí dando intimidades de nuestra vida, pero es una buena ilustración lo que estoy diciendo. No puedo escapar de compartirla con ustedes.

Entonces cuando cojo el jabón y la estoy enjabonando para entonces cuando ella termine echarla también con la ropa que ella va a secar, lo cual tampoco me permitió, pero ¿saben qué? Cuando la termino de lavar, que la estoy exprimiendo, anaranjada era el agua. El agua salía color naranja. Mi primera inclinación fue quedarme callado para no dar una victoria, pero ella sabe que no, yo tengo que ser íntegro y tengo que animarla en su misión de domesticarme y de ayudarme a ser un hombre más sobrio. Así que, Meche, la llamé, ven acá por favor, quiero decirte que tenías razón. Entonces creyendo que mi tarea estaba completamente, cuando la seques la voy a echar allí. No, señor, no lo hagas porque también puede… tuve que meter las dos cosas solitarias en la secadora un rato para que secaran.
Complementariedad. Podría parecer un conflicto. Yo confieso que a veces me molesto con algunas de las intervenciones de ella, pero he aprendido a través de los años de que ella es una misionera, que Dios ha escogido, entre otras cosas, para impedir que yo haga un desastre de mi ministerio y de mi vida. Así que eso le dejo allí.

Entonces, lo que parece conflicto es complementariedad muchas veces. Y tenemos que entender eso también. Dios a veces pone un aguijón en nuestras vidas, déjenme decirles, y no entendemos que son entrenadores, no son aguijones. No nos odian, es que simplemente Dios los ha puesto misteriosamente, no solamente para que nos sequen un lado, sino para que nos bendigan y nos ayuden a ser mejores. Es increíble, Dios se las sabe todas.
Resultará inevitable que diferentes individuos tendrán opiniones diferentes sobre cómo manejar una situación específica. El hecho de que otros piensen de una manera diferente a nosotros, no implica mala intención, no implica mala intención, no es necesariamente que nos odian, que quieren hacernos la vida difícil, que quieren socavar nuestro ministerio, que tienen celo o envidia de nosotros, que son malos cristianos.

Esa es una cosa que yo hablaba con alguien esta semana acerca de conflicto. Usted sabe lo que mí se me impide yo hacer juicios demasiados someros de la gente? Es que yo veo todo lo bello y hermoso y bueno y poderoso, productivo y constructivo que esa gente encarna para el Reino de Dios. La bendición que son para mi vida y para mi iglesia. No es que son demoníacos. Es que simplemente son parte del proceso de Dios.

A veces están errados, pero yo tengo que distinguir algo que Dios está haciendo ahí, algo que me están diciendo. Karen está diciendo amén. Ella sabe de lo que estoy hablando. Su espíritu está testificando ahora mismo proféticamente de que es verdad lo que estoy diciendo. Amén. Amén. Tienen una profeta ahí japonesa, Gregory, ya información.

Es importante eso. El hecho de los otros piensen de una manera diferente a nosotros no implica mala intención, o inmadurez, o pecaminosidad, o demonización de su parte. Sino que están derivando una conclusión diferente a la nuestra, basándose en los mismos elementos que nosotros estamos manejando con respecto a una situación particular. Lo están viendo con diferente perspectiva.
Muchas ilustraciones en la humanidad, recuerdan el elefante y los ciegos. Si no búsquelo en Google o en You Tube. Esto también ayuda a manejar el conflicto. Por qué? Porque le quita a los que piensan de manera diferente el estigma de obstinados o malintencionados, o inmaduros y les concede el derecho de ejercer su libertad de pensamiento.

Ese reconocimiento de la bondad esencial de un individuo, y de las bendiciones que esa persona encarna, a pesar de sus diferencias de opinión y quizás a través de su carnalidad hasta cierto punto, ayuda a echarle agua a esa poción tóxica de su temperamento, cuando reaccionan a lo que ellos dicen.
Esto cambia el terreno del diablo y lo convierte más bien en uno de negociación y búsqueda de tenerlo en común, en vez de un asunto de ganar o perder, o de neutralizar a nuestro supuesto contrincante. Cuántos han aprendido de gente que usted le hubiera cortado la cabeza, pegado un tiro, y mandado un hitman para que lo quitara del medio. Y después, años después de eso, guau! Tenían mucho que enseñarme.

Por eso, hermanos, miren, cuando algo pasa, cuando yo le digo, no puedo ahora reconocerte cuando usted quiere orar, o tiene una palabra profética urgente. Hay muchas maneras de ver esto. No lo vea como que el pastor simplemente me tiene ganas y por eso no me reconoció. Baje la guardia, tómese dos aspirinas, de una caminata, reprenda al diablo, hable en lenguas, lo que usted quiera, pero no reaccione inmediatamente en una manera conflictiva. Qué puede usted aprender de eso? Humildad, mansedumbre, paciencia, amor, perdón, una cantidad de cosas, una oportunidad para crecer allí.
Este es el terreno conceptual general enmarcador de lo que estoy hablando. Algunos principios específicos que ayudan en la resolución del conflicto. Déjenme decirle, no estoy hablando de mi gran altura, aunque sea física ahora mismo. Yo tengo mucho que aprender de estas cosas. En mis diálogos con mis hijas, con mi esposa, con ustedes, muchas veces quizás yo peco, pero yo sé que estos principios valen, son reales y ahí es donde yo quiero ir. Yo no trato de engañarme a mí mismo, de ponerle otro nombre al animal. Es aquí donde yo tengo que ir, y usted también, todos nosotros.
Número 1, hay que tratar de escuchar neutralmente lo que la persona está diciendo, más fácil de decirlo que hacerlo. A diferencia de añadirle sentimientos o valores negativos a su palabra, trate de escuchar el contenido de lo que está diciendo, no le añada, esta persona me quiere hacer daño, esta persona es… Trate de escuchar y de ver si lo que está diciendo encarna algún principio de verdad objetiva. Aparte de que no tenga razón en otras cosas, aparte de que la persona sea carnal, saben cuántas veces yo me beneficio de gente que en realidad yo no le tengo tanto respeto a su espiritualidad. Pero yo aíslo, el domingo pasado hubo algo aquí, en una intervención, que yo decidí escuchar la voz de una persona que generalmente no escucho y eso transformó el servicio. No voy a decir cuál de los dos para darles menos pistas.

Porque yo he aprendido a aislar. Lo mismo pasa con tantas diferentes cosas. Yo he aprendido, eso lo he dialogado con alguien esta semana, hay gente que están llenas del Espíritu Santo pero su carácter en otras cosas, dejan mucho… yo he aprendido a no decir, ¿saben qué? Porque es tan inmadura no tiene el Espíritu Santo. No, hay gente que está llena, no me diga cómo funciona eso, pero no hay manera de explicarlo, pero…

Hay que aislar el contenido del contexto, podíamos así decirlo. Oblíguese a escuchar lo que la persona está diciendo y usted pregúntese, hay algo de verdad en lo que me está diciendo? Ese es el número 1.

Entonces, número 2, uno debe analizarse a uno mismo en cuanto a su reacción inconsciente. Aquí está la palabra inconsciente. Diga inconsciente. Es posible que uno esté proyectando injustamente contenidos que nada tienen que ver con el punto de vista actual que presenta la otra persona. Usted tiene que preguntarse cosas como, me desagrada algo en lo físico de la persona? Lo cual me predispone contra ella? Hay manierismos que tiene la gente que enseguida a mí me dicen, me predisponen contra la gente, a veces pretenciosos, un tono locutorial, eso los pastores pecamos mucho de eso. Y otras cosas, que si usted se deja llevar por eso y no, no, escuche qué verdad encarna esa persona? Aparte su manierismo, su apariencia física. Me desagrada algo en el físico de la persona que me predispone. Me amenaza lo que está diciendo porque se dirige a alguna inseguridad que hay en mí? Me recuerda esta situación a alguna otra situación negativa que experimenté en el pasado, pero que en realidad tenía un contenido diferente al actual? Mucho material allí.

Pero, de nuevo, todas estas cosas, lo que yo quiero aunque sea que ustedes aprendan un estilo de pensar y de computar la vida y de conjugar situaciones. Quiero quitarles la inocencia. Quiero quitarles la tendencia a reaccionar intempestivamente, en vez de usar destreza y verdades que ayudan a dar tiempo y que hacen más compleja la situación que usted está viviendo, pero le permite a usted entonces actuar en una forma más compleja pastoral en su vida. Entienden?
Usted no va a aprender todo lo que estoy diciendo aquí hoy, pero si por lo menos, si yo le puedo arrancar un poco de su inocencia, eso ayuda bastante. Eso es todo mi deseo muchas veces en estas cosas. Arrancar la inocencia a la gente.
Número 3. darse tiempo antes de reaccionar. Yo he aprendido que tengo que dejar tiempo. A veces semanas, y a veces hasta meses, un proceso dándose antes de cortar de cabezas, meterme con un serrucho eléctrico o cosas así por el estilo. Hay que darle tiempo al tiempo. Todo tiene su tiempo dice el escritor de Eclesiastés.
No todo conflicto tiene que ser resuelto inmediatamente. A veces hay que dar tiempo para obtener más información. En ocasiones el conflicto se desvanecerá por sí mismo con el tiempo. Yo he aprendido el estilo del pastorado minimalista. En vez de usted meterse y tratar de resolver algo inmediatamente, usted con sus manos muy imperfectas, y su mente que no entiende todas las complejidades, déle tiempo a Dios. Usted lo que tiene que hacer es manejar un poquito por aquí, empujar por acá, un poquito por allí, una intervención indirecta por allá, hablar con alguien por otro lado. Y entonces deje que todas esas fuerzas vayan poco a poco como encajando las cosas, y entonces darle tiempo a Dios para que madure el proceso.
Yo he aprendido que eso ayuda muchísimo. Me canso menos. Me enveneno menos. Se da un proceso orgánico que incluye el movimiento del Espíritu Santo, orar, meta oración en el proceso y crea en el Dios que obra en respuesta a la oración.
A veces nosotros mismos cambiaremos de opinión y llegaremos ver la razón en el punto de vista opuesto. Podría darle muchas ilustraciones de nuestra iglesia, que yo sé que serían reveladoras, pero no tenemos tiempo. Pero el darle tiempo antes de reaccionar. Su esposo le dice algo, su esposa, usted tiene hambre, acaba de llegar de un tráfico tremendo, le dice algo y la tendencia suya es a explotar y decir algo. Vaya a la nevera, abra una Coca Cola, no Coca Cola porque eso le va a dar más cafeína y adrenalina, tómese un te de tilo o algo así y baje y entonces responda, o no responda, mejor todavía. Quédese tranquilo y deje que eso pase. Ayuda muchísimo.
Punto 4. Ver el conflicto presente como una oportunidad. Digan oportunidad… para crecer espiritualmente y llegar a ser más como Cristo. Cada situación de tensión representa una oportunidad para poner en práctica los principios del Evangelio, para designar la carne, para desarrollar humildad, así como para probar la fidelidad de Dios y sus promesas.

A mí me ayuda mucho meter la dimensión espiritual, el proceso de Dios metido en el asunto, mi vida, cómo Dios quiere formarme. Yo trate de no espiritualizar vanamente, sino espiritualizar apropiadamente, ver ángeles, demonios, Dios, verdades del reino, obras que él quiere hacer en mi vida, en el otro, testimonios que tengo que dar ante el diablo, ante los demonios, ante Dios, ante los hombres. Todo eso me ayuda a ver esto como una oportunidad para que se manifiesten muchas cosas, no solamente el conflicto entre esa persona y yo. Eso ayuda mucho. No sé si los cansé ya con todo eso que estoy diciendo. Pero es bien importante eso.

Cada situación representa una oportunidad para poner en práctica los principios del Evangelio. Esta postura nos permite relajarnos ante cualquier situación de tensión y entrar en ella con una postura positiva en vez de conflictiva o defensiva.
Si yo veo algo una oportunidad de crecimiento y de testimonio, y de aplicar los principios del reino que son siempre: perdona al que te ofende, asume lo mejor en el otro, bendice al que te maldice, se paciente, se pacificador. Todas estas cosas, si yo veo eso como una oportunidad que yo la necesito, este hombre que ustedes ven aquí la necesita. Eso le va a ayudar. ¿Saben qué? No lo voy a rechazar, déjame ver qué puedo yo sacar de él, qué de provecho puedo yo sacarle a esta oportunidad.

Otra cosa, darle oportunidad a los demás a expresarse libremente antes de intervenir o interrumpirlos. Eso es la cosa que una persona como yo siempre brega. Mi esposa me lo dice, porque yo estoy casi seguro que yo sé cuando una persona me dice cuatro palabras, yo sé exactamente por qué vienen, a dónde van. O yo creo, por lo menos, que sé. Entonces yo quiero como cortar el proceso y para qué tengo yo que escuchar todo si ya sé de dónde viene, se su contexto, sé por qué lo dice, eso es lo que yo creo muchas veces. Y entonces muchas veces suelo interrumpir a la persona y eso es peligroso. Y otros lo hacemos por diferentes razones, no queremos escuchar lo que nos está diciendo, queremos cortarlo.

Sabe quién era experto? Que ya yo ni lo veo, porque es un hombre que yo respeto mucho, pero en otra manera, es el irlandés de fox News que tiene el programa… O’Reilly. O’Reilly es un abusador, es un bully. A mí me molesta tanto su forma, contraria al Reino de Dios que ya yo no lo veo, aunque es un hombre que tiene mucho carácter y muchas áreas y muchas otras cosas. Porque él se especializa, y yo me digo, por qué se somete gente, senadores y otra gente a veces a ese tipo que es un bully de 6 con 4. y que es la persona más arrogante, orgullosa y presumida que yo conozco en el universo. Pero lo amo.

Sin embargo, usted sabe que todos los talk shows, ese es un estilo que se ha desarrollado. Es terrible. Es una ética de esta cultura, mantén a tu contrincante desbalanceado. No permitas que reconcilie un pensamiento, no le des oportunidad de decir lo que quiere en una forma matizada, porque es peligroso, mejor córtalo antes que complete su oración. Afirma tu superioridad sobre él. Es una cosa de gladiadores lo que se ha convertido, porque ejemplifica la ética conflictiva de esta cultura.

El Evangelio tiene que ser radicalmente diferente. Yo tengo que esforzarme por darle al otro la oportunidad de expresarse y de desarrollar el don que Dios ha dado en él o en ella. Mucha cosa allí, eso puede hacer solamente eso un tema. Oportunidad a los demás a expresarse libremente antes de interrumpirlos.
Otra cosa que ayuda, pedir aclaración sobre cualquier punto controversial o que simplemente no entendamos bien. Qué estás diciendo? Es más, decirlo así ya es peligroso. Hay que hablar en una manera, una de las cosas es el tono, la vivacidad, las expresiones, todas estas cosas yo sé que son cosas que necesitamos… tómese dos Valium y dígale, voy al baño un momentito, búsquese los valium, tómese… qué es lo que me estabas diciendo?
Pida aclaración. Es bien importante. Esto además ayuda a la persona a sentirse escuchada y validada y muestra buena fe de nuestra parte. Eso va el nivel de conflicto de todas las personas.

Otra cosa, celebrar activamente la diversidad de opiniones. La clave en esto es ‘celebrar activamente’ la diversidad de opiniones y el respeto por la pluralidad. Esto es como una ecuación matemática, hay que dividirla en cuatro partes. Celebrar activamente la diversidad de opiniones y el respeto por la pluralidad como un valor esencial en el grupo que dirigimos o al cual pertenecemos.
Qué quiero decir con eso? Nosotros tenemos que continuamente, como estamos haciendo ahora mismo, levantar como un principio gobernativo de nuestro grupo o comunidad, la diversidad. Porque el reino es así, el reino es un cuerpo con diferentes órganos, miembros, funciones, entonces uno tiene que celebrar eso activamente. Nosotros somos un cuerpo, cuál sería la palabra aquí, creativo, como fuera. El caso es que hay que hablar esas cosas, hay que celebrarlas y decir nosotros promovemos, celebramos, aceptamos.
Esto hace de la discusión y del diálogo algo normal, de nuevo, en vez de algo desagradable y negativo. Predispone al grupo hacia la resolución armoniosa del conflicto en vez de la evasión o la expresión de emociones agresivas. De paso, hay muchas iglesias donde a veces la falta de conflicto es porque hay una bota encima del hoyo que permite el procesamiento de opiniones. Y abajo hay una cantidad de voces, escúchame, escúchame, no se oyen porque el pastor, o dos o tres líderes tienen el pie puesto sobre el hoyo. Adentro hay una cantidad de vocecitas tratando de salir. Eso no indica necesariamente una iglesia saludable.

Yo he aprendido que los ministerios necesitan respirar. Tiene que haber proceso, tiene que haber conversación constructiva, tiene que haber resolución de conflictos, todas estas cosas.
Hay que señalar, celebrar y hay que obligarse a decir, no, esto es necesario. De nuevo, lástima que no tenemos tanto tiempo para analizar eso más afondo.
Entonces, otra cosa, tenemos que estar dispuestos, esto es para mí es uno de los principios más poderosos de todo el Evangelio. Estar dispuestos a sacrificar la razón o el derecho personal en aras de preservar la cohesión, la armonía o la salud del grupo al cual pertenecemos.

Yo llamo esto el principio de ceder. Génesis 3 es uno de mis pasajes favoritos en esa edición. Usted puede tomar todo lo que estoy diciendo y analizarlo a la luz de cómo Abraham se comporta respecto a su sobrino Lot.

El principio de ceder, no ceder porque me dejo abusar, porque soy tímido, porque me dejo oprimir, porque no tengo armas pelear, sino porque yo decido, en vez de sacar una espada de 6 pies que yo tengo, decido dejarla allá adentro. Y cedo en el nombre de Jesús, como un acto poderoso profético y entonces envío al sabueso divino en esta situación para que él la resuelva. Algo poderosísimo.
Sabe que hay muchos ministerios que son afectados terriblemente porque no hay suficiente gente en ese ministerio cediendo. Lo que quieren es que sus valores, sus principios se afirmen y se dejen sentir y entonces no tiene temor la gente de decir cosas que envenenan el ambiente en un momento dado o aumentan el conflicto en vez de, ¿sabe qué, Señor? Yo prefiero que haya armonía en este grupo en vez de que mi derecho se deje manifestar.
Si nosotros aprendiéramos, porque ¿saben qué? Como les digo, si vamos por derechos, que es lo que pasa con los protocolos, procedimientos. No lo estoy negando, la importancia de eso, queremos más de esas cosas, pero les digo sinceramente, si el corazón no tiene ese principio de bendice al que te maldice, ve la segunda milla, voltea la mejilla, perdona al ofensor, todas estas cosas que son tan clave en la vida del pueblo de Dios y en la palabra de Dios, nada va a funcionar. Va a ser metal contra metal, derecho contra derecho, interpretación contra interpretación, perspectiva contra perspectiva. Y nunca se va a resolver nada.

Solamente cuando alguien está dispuesto a ceder un momento para que otro sea en otro momento, y después ese que es, cede para que el otro sea porque le toca su turno. Cuando estamos continuamente soltando por acá para que el otro jale un poquito, y el otro suelta por allá para que el otro jale, y la otra suelta un poco para que el otro jale, y se da una danza amorosa. No sé cuántos de ustedes han bailado? Yo nunca lo he hecho en mi vida, pero me han dicho que se requiere una complementariedad, a veces uno va para delante y la otra echa para atrás, y la otra se mueve un poquito para acá y el otro la aguanta para que no se caiga, etc., etc. Y eso es lo que hace tan disfrutable un baile. Me quedan cinco minutos de gracia.
Entonces es importante ese aspecto de las cosas de estar dispuesto a sacrificar la razón. Saber perder, si pudimos expresar nuestra opinión y finalmente prevaleció otro punto de vista, denoten la nobleza y madurez de validar la decisión final, y reconocer que no siempre prevalecerá nuestro parecer. En ese caso debemos respaldar la decisión tomado e integrarnos a ella el cien por ciento. En vez de quedarnos del otro lado de la verja y tirar de vez en cuando, disimuladamente, piedrecitas o a veces peor, granadas completas, desde afuera.

Oiga hermanos, nosotros somos expertos en murmurar, en socavar el liderazgo de la gente que no nos gusta. Eso es una destreza que la iglesia ha pulido hasta la perfección. Eso es así. Si es un proceso justo, quede tranquilo, deje que Dios obre. La murmuración tiene muchas formas.

Otra cosa, una vez que un asunto sea resuelto, debemos renunciar la murmuración o la queja y resistir la tendencia a formar un grupo de descontentos. Hay comunidades de descontentos en las iglesias. Debemos apoyar la decisión tomada tanto con nuestra boca como con nuestro comportamiento sumiso, sea privado, público, secreto, íntimo, lo que sea, hermanos.

Yo sé que eso es tan difícil. Yo escribí algo a mano, cuidado con la murmuración disfrazada, cuidado con contaminar a otras personas. Yo veo muchas veces en los procesos de las iglesias gente que se contamina mutuamente y se neutralizan como líderes, y neutralizan a otros por eso de estar en una conversación que destruye.

Puede parece como una conversación legítima. Que sabroso es cuando dos personas están celebrando sus heridas y se están lamiendo mutuamente. Eso es una gran fiesta. Pero es horriblemente destructivo y empobrece y le quita fuerza a una comunidad, no lo haga. Porque usted se está trayendo juicio a sí mismo, y está dañando la mentalidad de otra persona también. Hay que resistir eso, hermanos, como una plaga. Es terrible. Y cuando usted baje la guardia, evite el usar armas ilegítimas en el proceso familiar de una iglesia.
Otra cosa, debemos separar el punto de vista de la persona de su opinión sobre nosotros. Separe el punto de vista que la persona encarna y cree de lo que ella piensa de usted. Muchas veces tendremos que recordarnos activamente a nosotros mismos que la persona que tiene una opinión fuertemente diferente a la nuestra, no necesariamente tiene mala voluntad hacia nosotros. Quizás todo lo contrario. Recordar activamente el respeto, aquí está la palabra activamente, yo tengo que recordarme a veces que esa persona, yo creo que verdaderamente me ama, a pesar de que me está haciendo la vida imposible, yo digo, esa persona cree, por lo menos que me ama y me respeta.
Yo lo he visto muchas veces, hay gente que yo sé que me ama, me hace la vida difícil, pero yo tengo que recordar que me ama y que yo he visto ocasiones en que han manifestado genuino amor para mi persona. Yo sé que oran por mí, y yo tengo que separar en ese momento lo que están diciendo de esa parte, para yo poder darles todo lo que yo pueda de credibilidad y de bendición a sus vidas. Porque muchas veces es todo o nada, cero o totalidad. Si me ama debiera estar de acuerdo conmigo y no tratarme de esa manera. Lo dice porque no me ama, quiere tocar mi ministerio. No, no, yo he aprendido que es como pies de barro, todo es gris en el universo, no negro o blanco. Los seres humanos somos tremendamente complejos.
Muchas veces tenemos que recordarnos activamente a nosotros mismos que la persona que tiene una opinión fuertemente diferente a la nuestra, no necesariamente tiene mala voluntad. Recordar activamente el respeto, el afecto, que el individuo genuinamente sienta hacia nosotros, nos ayudará a ser más receptivos y pacientes con respecto al punto de vista que está expresando.
Ceder en el nombre del Señor puede ser el arma más poderosa para salir airoso del conflicto. Yo he aprendido eso. Eso se llama victoria orgánica, victoria integral. Hay victorias que son victoria pírrircas, usted gana una batalla pero ha perdido tanto al ganarla que es una pérdida al final. Pero cuando usted gana el Señor, es una victoria que bendice al contrincante, lo bendice a usted, bendice al contexto, bendice a la comunidad. Es una victoria orgánica, total.

En ocasiones perder a corto plazo para mantener la armonía para evitar escandalizar a los no creyentes, o simplemente para que Dios sea glorificado puede desatar la bendición de Dios a nuestro favor y darnos la victoria finalmente con un mínimo de daño para la relación o para el grupo al cual pertenecemos.
Léase, Génesis 13, Abraham y Lot. Ese es un case study. La resolución positiva en el Señor y del uso de ciertas armas de comunicación y otras cosas. No hay nada más poderoso que usted bajar el arma y ponerla a un lado en el espíritu. Eso es una granada que usted le tira al reino del diablo. Eso es lo que Cristo hizo en la cruz. En vez de buscar ángeles para guerrear al infierno y limpiar el infierno, Cristo dijo, ¿saben qué? Voy a hacer algo que glorifique, amárrenme, clávenme, imposibilítenme el movimiento, mátenme, derrótenme, y todo eso es un tsunami, es una energía que va a arrasar con todo lo que esté delante. Ese fue el secreto de Jesús.
Porque las armas de Dios, no solamente son económicas, sino son absolutamente creativas. Cuando usted se va al lado opuesto de lo que usted debe hacer, en el Señor, eso desata, porque el Reino de Dios es contra intuitivo. Mucho que explicar ahí. Esa es la clave. Usted baje la guardia y ore, métase, voltee la cara hacia la pared, en vez de hacia el enemigo y clame a Dios, y envíe las huestes del poder angelicales hacia la situación y usted verá. No solamente saldrá con la suya, sino que bendecirá al otro también y habrá rendición y derrota para el diablo también y bendición para el Reino de Dios.

El arma más poderosa, ceder en el espíritu, deponer armas, clamar a los valores del Reino de Dios. Nuestras armas no son carnales sino poderosas en Dios para destrucción de fortaleza. Esa es la clave, las armas de la luz, no las armas de la carne ni del metal. Es bien importante.

Hermanos, otra cosa, recuerde, no tenemos que ganar siempre. A veces reconocer que somos fuertes en Cristo nos permite darnos el lujo de perder la batalla menor a fin de preservar un principio importante. Además, permite en ocasiones que otros crezcan en su autoestima o su confianza en sus propias capacidades, permite además que otros desarrollen su liderazgo, tener la oportunidad de ejecutar su punto de vista en una situación dada. Estoy hablando a las mil millas, entiendo.

Que quiero decir con eso? Mire, mientras más fuerte usted es, más derecho y necesidad usted tiene de perder. Ahora que estoy entrando en lo bueno, y ya se acabó el tiempo. Mire, mientras usted más fuerte es, más debe perder. Escriba eso porque es bien importante. Mientras más fuerte usted es, más debe estar dispuesto a perder.

Por qué? Mire, porque usted anda con un cajón de dinero, cash, y usted puede coger de ese cajón. Ese cajón no tiene límite porque el hoyo da hacia el suelo del cielo. Guau, que lindo salió eso. Escríbamelo por favor. El cajón no tiene fondo y usted coge dinero y asíí, mire, a mano llena, se lo tira a la gente y usted no se preocupa porque inmediatamente usted lo sacó, volvió a llenarse. Ahora, la gente que se cree que solo tiene 2.25 en el bolsillo, ese 2.25 lo va a guardar con tres perros doberman alrededor de él y no le pida nada. Ahora, si usted sabe donde un tiene un bolsillo que le sale como a tres pies de distancia, porque tiene tanto dinero, le piden, dame 25 centavos. No, hombre, que 25 centavos, toma 20 dólares. Ahora, si usted se siente débil, víctima, entonces usted cree que todo yo tengo que ganar. Yo tengo que ganar cada argumento. No puedo dejar que me pasen una.

¿Saben qué? Como pastor yo tengo que dejar que se me suban encima, me arañen la cara y me hagan una cantidad de cosas muchas veces porque Dios me ha hecho fuerte. ¿saben qué? Yo me volteo, voy a mi oficina, oro y se desaparece mágicamente como los vampiros de… salió una imagen mejor que esa, pero la idea se sana completamente, no pierdo nada. Porque Dios la sana inmediatamente, porque estoy usando las armas del espíritu.

Mientras más fuerte usted es, más tiene que perder. Recuerde eso. Mientras más débil usted es, más defensivo es.

Cultive la imagen de victorioso, no de víctima. Cultive la imagen de que usted tiene un Dios que pelea sus batallas, le bendice, y que usted puede darse el lujo de callar mucho, perdonar mucho, esperar mucho, dar mucho, dejarse vencer mucho, porque Dios le dice, te voy a reponer todo lo que perdiste y te lo voy a dar con interés. Génesis 13, Abraham y Lot, de nuevo.
De nuevo, esto no es asunto de cositas aquí y allí. Es el suelo psicológico, emocional, espiritual que usted habita, lo que alimenta sus intervenciones y su forma de actuar. Por eso yo siempre resisto las cosas puramente mecánicas, porque yo siempre veo el universo como sistemas y muchas veces lo que nosotros hacemos y decimos es porque el sistema alrededor de nosotros no ha cambiado, la perspectiva necesita cambiar para que las intervenciones sean adecuadas.
Lo que Dios necesita cambiar es mi carácter, mi forma de ver el mundo, mi cosmovisión, mi forma de ver las relaciones humanas, mi forma de entender cómo Dios obra en las situaciones humanas, los valores del reino tan poderosos que son. Cuando yo entiendo que mi vida está vinculada a 7000 cables que me conectan con principios poderosos del universo, entonces ya mi vida no es solamente, oh, qué está pasando aquí? Esta situación, esta persona, este individuo…. No. Usted entiende que hay miles de energías que están cruzando a través de usted, y si usted quiere, usted las puede manejar y navegarlas sentado en su silla, usted gobierna el universo, recuerde eso. Esa es la clave para una vida saludable y para crecer, crecer, crecer y ser más y más como Cristo. Amén.

Ahora queremos dar oportunidad para pregunta y respuestas. Queremos hacer esto interactivo porque sé que en sus evaluación ha sido algo que ustedes han disfrutado poder hacer preguntas al pastor y ver su punto de vista en cosas específicas. So, siéntanse en la libertad de hacerlo y vamos a estar a estar atentos con Wilson.

A mí se me ocurrió que antes que fuéramos mucho más allá. Sabes qué? Vamos a orar un momentito. Póngase de pie un segundo. Vamos a guardar silencio ante la palabra del Señor en nuestras vidas. Yo siento que si nosotros aunque sea, una décima parte de lo que Dios nos dice a través de su palabra, nos penetrara, y esto tiene que ser un proceso eminentemente espiritual. Gracias, Enrique. Así que tome un momentito y vamos a pedirle, Señor, esto que hemos declarado proféticamente, hazlo real, Padre. Estamos lanzando estas verdades al suelo de nuestra iglesia. Padre, deseo ardientemente como pastor principal de esta iglesia, y nosotros deseamos, que esta comunidad se distinga por reflejar estos valores, nuestros matrimonios, nuestras relaciones interpersonales, trabajo, ciertamente iglesia, ministerio. Mi gran clamor, Señor, haznos como Cristo. Haznos tan poderosos como Cristo y a la vez tan frágiles como Cristo. Haz que los principios de la cruz se hagan reales, no solamente hoy sino mientras esta iglesia permanezca aquí, mientras sus paredes estén de pie, hasta que Cristo venga, que esta comunidad nunca deje de ejemplificar, no importa quién la dirija, esos valores de tu reino, Señor. Perdónanos, yo te pido perdón porque yo no encarno todo lo que he enseñado y perdónanos porque no lo encargamos como congregación. Ahora mismo hay medidas que nosotros mismos estamos dando unos a otros porque no hemos entendido estos principios. Son tan difíciles de integrar, pero reconocemos nuestros pecados, Padre, nos humillamos delante de ti. Perdóname, Señor, pero yo renuncio, renuncio, renuncio a los principios de la carne, del diablo y del mundo y abrazamos los principios del reino, de la cruz, del amor, la verdad, la misericordia, la compasión, el perdón, la gracia. Bendecir al que nos maldice, orar por los que nos persiguen, dar tiempo para que otros crezcan y abrir espacios, saber perder en el espíritu para que Cristo tenga la victoria, su reino.

Padre, entregamos a ti todos los elementos de conflicto que ciertamente hay, cada uno de ellos niega tu reino, te pedimos perdón. Ayúdanos, ayúdanos, ayúdame, ayúdame, ayúdame, Señor. Ayúdanos a ser pacificadores. Yo pido por todos los que trabajan en esta comunidad, Señor, que son lugares de conflicto. Declaro, Señor, una unción pacificadora, benévola, que este sea un pueblo que sea levadura de bendición, en esta ciudad y sus alrededores, los que dirigen grupos, departamentos, escuelas, lugares de servicio social, hospitales, donde sea, Padre, ayúdanos a ser pacificadores, pacificadores, ejemplificar el carácter de Jesús.

No rehuiremos de lo que tu nos estás diciendo, Señor. No lo vamos a maquillar ni lo vamos a disfrazar, ni lo vamos a demonizar, lo recibimos tal como tu nos lo das. Señor, Señor, siembra en esta tierra los principios de tu reino. Queremos ser una comunidad que refleje a Jesús. Comienza conmigo, yo bendigo a mis hermanos, sus ministerios, la forma en que tu los usas. Que el proceso sea tan rico y tan glorificante de Cristo, como el producto, Señor. Enséñanos a ser como Jesús. Queremos ser más como Cristo. Queremos que Cristo sea formado en nosotros, Señor. Perdónanos por todavía estar muy lejos de la meta. Pero que esta comunidad, Señor, ejemplifique esos valores, cada día más y más y más y más.

Have your way, Lord. Let us be like Jesus. Shape us, kill all that is not in affinity with Christ and the values of his kingdom. We renounce all that contradicts the light in the life, and the truth, and the beauty and the harmony, symmetry of your kingdom, Father. We reject, renounce it and embrace the beauty, the life, the truth, the justice, the righteousness of your kingdom.
Ayúdanos, Señor, a ser más y más cada día y a funcionar como iglesia y lo invisible, lo visible, público, privado, íntimo y colectivo conforme a los valores de tu reino. Gracias, te lo suplicamos, Señor. Clamamos a ti, Padre, porque no está en nosotros el poder para realizar lo que estamos pidiendo, en espíritu nosotros solamente nada más. Lo recibimos, Señor, en el nombre de Jesús. Amén. Amén.

Gracias. Tomen asiento. Gracias.
Si alguien quisiera hacer un comentario.
Yo tengo un comentario. Yo me acerqué al pastor ahorita y cada vez que el pastor anuncia la comida dice, [inaudible], yo digo, yo no sé qué parte [inaudible] sino que somos un equipo. Tenemos un equipo que, nosotros podemos atender hasta ciento y pico de personas y nomás somos cuatro manos. Sin las otras manos no podemos. Yo sé que somos un equipo de muchas mujeres que el Señor les ha dado un talento tremendo para cocinar porque son comidas bien buenas y en eso yo me acerqué al pastor, porque a veces yo me siento como medio [inaudible] no me gusta así… me gusta sí que él mencione todo el equipo, porque así también no se trae conflicto y en verdad ese es uno…. Porque en todos lados hay conflicto, hasta en la comida. Entonces eso me acerqué al pastor y lo dije.

Okay. Gracias, es cierto, a veces las comunicaciones preventivas y preactivas ayudan a prevenir. Amén.
Alguien más, alguna pregunta, alguna inquietud? Luis.

[Inaudible] Nosotros somos personas que estamos bajo un líder y en muchas ocasiones nuestra función puede ajustarse positiva o negativamente si tenemos el pensamiento del líder no lo entendemos. Yo creo que hay cosas que tu has dicho esta mañana que creo que ayudan a muchas personas a entender por qué en algunas ocasiones, tu actúas de una forma o no actúas. Nosotros, [inaudible] hombres somos fixers, nosotros queremos arreglar las cosas, las queremos hacer inmediatamente. Las mujeres quieren hacer más hablar y ver y…
Orgánicas, 360 grados.
Exacto, y yo creo que tu como líder has expresado algo esta mañana algo que realmente ayuda a todos nosotros, porque a veces nosotros como líderes en la iglesia, a veces recibimos voces y tenemos que [inaudible] ese tipo de pensamiento. O sea, Roberto piensa de esta forma, o sea que es importante el hecho de que esta mañana la gente entiende por qué los procesos son de la manera que son. Y yo creo que esto va a ser algo que va a revolucionar. Tu eres como un…, yo estoy leyendo un libro ahora que se llama The Influencer, o el Influenciador, y realmente he visto ejemplos ahí que realmente aplican a lo que estás haciendo dentro de mi comunidad. O sea, cada uno de nosotros… tu eres un influencer, tu has influenciado a muchas personas y lo que esto conlleva, es que cada uno de nosotros se convierta también en una persona que puede influenciar a otros y esto es algo que [inaudible] Así que, yo realmente aplaudo la manera en la cual esta mañana [inaudible] las cosas.

Gracias, Luis. Lo que estás diciendo es tan poderoso y tan profundo, déjenme decirle. Yo tuve una conversación con un líder clave de esta iglesia hace unos días, que me preguntó que cómo yo podía permitir que una persona que había dicho una cosa fuera reinstalada en un ministerio de la iglesia. Y esa decisión que yo hice ha causado ciertas reacciones negativas en varias personas. Y yo tuve que explicar, precisamente por qué es que yo creo que el hecho de que una persona haga algo con lo cual yo esté profundamente en desacuerdo, si lo hace en una forma que sea respetuosa y adecuada, yo no tengo el derecho, entonces de vengativamente impedirle una restauración. Es más, yo creo que al yo hacer eso, proféticamente, estoy instalando esas cosas de las cuales yo estoy hablando porque lo estoy haciendo ante el Señor.

Y muchas veces la gente no entiende este estilo mío de a veces algo es por cobardía. A veces no corto una cabeza es por cobardía, pero muchas veces es porque querer implementar los valores del reino. Entonces es tan importante, sí, lo que tu has dicho, aprovecho para aplicarlo más y más porque yo tengo una ética de liderazgo que yo la he examinado y la he rebuscado porque es contra intuitiva y a veces me causa muchos problemas. Y a veces yo me tengo que preguntar, Señor, estoy yo procediendo de esta manera por cobardía o por convicción? Pero generalmente concluyo, y esto es la forma en que yo veo a Cristo ejerciendo su liderazgo.
Yo siempre estoy tratando, cómo ejercía… mire a Pedro. Cuántos de nosotros no hubiéramos despedido a Pedro, le hubiéramos cortado la cabeza años atrás. Mira lo peor que hace es negar a su líder principal, después de tres años de invertir en él y el Señor, mientras él lo está haciendo, le guiña el ojo que no le estaba sangrando, y después que resucita lo llama. Todo avergonzado y sintiéndose como una basura, y le dice, Me amas? Apacienta mis ovejas. Se lo dice tres veces para darle tres oportunidades, tres oportunidades lo negó y tres oportunidades para que le diga que lo ama. Y después lo reinstaura y lo hace cabeza de su iglesia humanamente hablando. Uno de los Apóstoles `más poderosos de toda la iglesia. Y después escribe dos cartas que son dos joyas de ese principio del amor, del sufrimiento, de las tribulación, de la paciencia, de todo ese tipo de cosas.
Uno dice, cómo ese pescador tosco y áspero pudo escribir dos cartas así? Bueno, porque Cristo le dio sabe Dios cuántos años para que llegara a perfeccionarse. Y yo veo a Jesús continuamente haciendo eso, entonces quién soy yo para creer que yo tengo una mejor metodología que la de Jesús. Pero entonces la gente muchas veces juzga solamente el aspecto superficial, cómo puede? Hay muchos casos que yo les podía decir acerca de eso.
Una persona que estuvo una vez en una situación pública aquí en la iglesia, no haciendo nada de enseñanza, ni nada por el estilo. Sabe toda la gente que vino, por qué usted permite eso? Porque esta persona esto y lo otro. No quiero entrar en muchos detalles. Yo decía, esa persona ahí arriba es un acto profético de una iglesia que le da espacio a la gente para que se sane de sus heridas, en vez de rechazarlo y decirle, tu no tienes derecho porque te mueves de esta manera, haces esto, haces lo otro. Mientras esa persona está ahí arriba, sin yo decir nada, yo estoy orando a Dios, Padre, haz de esta iglesia una iglesia sanadora y de misericordia y de perdón.
¿saben qué? Si nosotros hacemos eso Dios bendice a esta iglesia. Cuando esta cometa errores, Dios va a decir, porque tuvieron gracia, yo tendré gracia con ustedes. Y esos valores, hermanos, muchas veces desgraciadamente yo no tengo el foro como tengo ahora, ni tengo a veces el derecho ni la libertad para hablarle de todas estas cosas, pero es por esa razón que muchas veces permitimos una cantidad de cosas. Porque yo creo eso y simplemente por eso, es la razón.
Omar, yo sé que tu tienes algo que como pastor, te vamos a dar a ti… ahí hay dos pastores. Tu levantaste primero la mano. Entonces, ustedes elijan, cómo se resuelve este conflicto? Vamos a ver.

Alguien tiene una peseta o algo, cara o cruz, dale Samuel.

Lo mejor todavía, ¿saben qué? Tu hazlo.
Una pregunta rápido pastor, yo sé que uno de los retos bien grandes cuando se lidia con el conflicto tiene que ver con el temor. Temor que muchas veces uno puede sentir de tal vez ofender a la otra persona, o que la otra persona se vaya a sentir que uno está faltando el respeto y yo sé que usted hizo como referencia a esto, pero cuando yo estoy pensando en los líderes que están por encima de mí, los líderes que están equitativos a mi lado, qué usted cree que debe suceder en la mente, en el corazón, en el espíritu de uno que me pueda impulsar a yo sobrepasar ese temor y poder entonces engranar con la otra persona?

Ok el temor de que te perdí un segundito y [inaudible]

El miedo de que la confrontación que yo quiera hacer que la persona lo vaya a interpretar como que es una falta de respeto a su persona o su liderazgo o su perspectiva.
Es una de las cosas más difíciles.
Cómo entonces yo puedo superar ese temor? Qué tiene que pasar en mi mente, en mi corazón, para superar ese temor y poder engranar?

¿sabes qué, Omar? La mayoría del tiempo cuando yo hago intervenciones así bien claras con la gente, te aseguro que lo estoy haciendo como si yo me estuviera escuchando hacerlas. Primero yo tengo que orar al Señor por el valor, porque no me gusta hacer eso. Y haciéndolo simplemente como un cirujano que está cortando una pierna para salvar un paciente, le duele hacerlo y todo lo demás, pero tiene que simplemente hacerlo en obediencia.

Hay veces en que confrontar no es la mejor cosa que hacer en un momento, porque como te digo, el paciente no va a escuchar lo que tu le estás diciendo, ni va a hablar el lenguaje de la verdad. hay tanto material inconsciente en su cerebro que le va a impedir escuchar lo que tu dices, entonces estás desperdiciando tu tiempo. A veces hay que esperar mucho tiempo.

Ahora, cuando llegó el momento de hablar sí, yo creo que uno tiene que hacerlo en parte como un acto profético, donde uno habla en el espíritu y es como si uno estuviera enviando energía espiritual al espíritu de esa persona, número uno. Entonces uno lo está haciendo, no como mera comunicación de información, sino como un acto profético de espíritu a espíritu.
Segundo, yo creo que hay cantidad de cosas que uno tiene que hacer en el liderazgo que no están soportadas por nuestras emociones. Yo creo que una de las cosas que el líder, y la persona desarrollada espiritualmente tiene que aprender a hacer es obrar cada vez menos por emoción y más por convicción. Donde uno hace las cosas en una forma casi como… es como verse uno acostado y se levanta el fantasma y uno ve esta cosa levantándose y hablando.
Es decir, uno lo hace como que no soy yo. Yo me estoy obligando y antes he orado, Señor, dame las palabras, dame las formas creativas de decirlo, dame el valor, prepara a ese individuo para escuchar. Hay muchos elementos que podemos, pero en parte esa oración y en parte yo creo eso, uno ir entrenándose como individuo, como ser humano a cada día decir más cosas, no porque tenga yo el valor o no, el deseo o no, la convicción o no, sino simplemente porque es verdad y entonces pedir que el carácter de Cristo se manifieste a través de lo que yo estoy diciendo.

Yo no creo que jamás, una persona verdaderamente sensitiva y pastoral, perderá el miedo de comunicar verdad y de confrontar. Eso está en nuestro corazón, que nosotros queremos amar. Pero el amor, yo he encontrado que tiene una vara de acero como espinazo. Al nosotros ser gente de verdad, nosotros entonces podemos comunicar la verdad en una forma objetiva o en obediencia, aunque a veces nuestro ser interior está gritando, no lo hagas, no lo hagas, vas a perder un amigo.

Pero he aprendido también que cuando llega el momento, si estás convencido de que es el momento, si tu lo haces usando alguna de esas cosas: el tono adecuado, tratando de encontrar una forma orgánica de hablarle a la persona, que ella pueda entender su lenguaje, una cantidad de otras cosas, el Señor hace cosas increíbles. Y a veces aunque esa persona no haya escuchado lo que estás diciendo, con el tiempo esa semilla que tu lanzaste a su espíritu hace la obra. Pero de nuevo, es en obediencia, porque también el tiempo te digo, que sufro mientras estoy sacando cada palabra. Parezco muy natural, pero no es así. Esa confrontación amorosa tan importante, pero una confrontación que está usando una cantidad de armas secretas. Parece muy natural, pero hay detrás un artista usando pinceles, matices, callando, diciendo esto, buscando el contexto, buscando las formas orgánicas de comunicarlo, dándole a la persona oportunidad de hablar y entonces muchas veces Dios mismo le da a la otra persona la palabra para que entonces, usar eso.

Otra cosa, trata de establecer un diálogo en vez de un monólogo. Cuando tu das a la persona oportunidad, entonces eso mismo enlaza lo que estás diciendo, conviértelo en algo orgánico, que tiene proceso en ello. Si tu solamente hablas, hablas, hablas, entonces no da, pero cuando ese diálogo y Dios te está dando sabiduría y hay oración interna mientras tu estás hablando, y previa. Yo sé que estoy embarcando mucho material pero todo eso ayuda y obediencia, obediencia, obediencia. Cuando llegó el momento de decir algo, ármate de fe, ora, suda antes y pídele al Señor entonces que te de la capacidad y eso nunca falla. Nunca falla.

Samuel.

Pastor, [inaudible] los últimos tres puntos….

Que eran los más importantes, en un sentido.

Y por qué no como respuesta a esta pregunta [inaudible]

Bueno, así bien, bien, breve. Déjame ver si hay algo aquí que no haya… sí, mira aquí, este punto es bien importante, el penúltimo. Cultivar una actitud de benevolencia y generosidad para con los demás, en vez de buscar continuamente servirnos a nosotros mismos y proteger nuestros propios intereses.
El mundo opera conforme al principio de la ley, lo cual conduce inevitablemente al conflicto. El seguidor de Jesucristo opera conforme al principio de la gracia, lo cual conduce a la armonía y la paz entre los seres humanos.
Miren, hermanos, una de las palabras que más ha trabajado en mi vida en este tiempo, está en Filipenses 4:5. esa palabra ha revolucionado mi vida. Allí el Apóstol Pablo dice:

“… Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres….”

Y yo dije, guau, gentileza, tiene que haber algo detrás de esa palabra. Y yo me fui al griego original y la palabra es epieikes. Los que tengan capacidad para ir al Internet meta en Googel epieikes, porque en el griego original le van a salir comentarios en inglés, en español, quizás no sé.
Es una palabra más poderosa y más rica que yo he encontrado en toda la Escritura. Gentileza. Dicen los comentaristas del griego que es una palabra que no hay traducción para ella, solamente en el griego se entiende todo lo que quiere decir. Pero yo la traduciría gracia, simpatía, generosidad. Es cuando tu le das a alguien lo que no se merece y no le das lo que se merece. Es la palabra del abuelo, yo diría. Es la palabra que ha vivido tanto que tiene benevolencia para con el ofensor. Es la palabra que asume cosas buenas en los demás antes de asumir cosas malas. Es la palabra que quiere dar antes que coger. Es la palabra que siempre está dispuesta a asignarle positividad a la gente en vez de negatividad. Es la palabra de la generosidad y el amor, el perdón preventivo, el creer que hay algo bueno debajo del escombro de una vida destruida. Es la palabra que siempre ve a Cristo escondido debajo de la carne. Es la palabra que ve en la samaritana una posible evangelista y le da tiempo para hablar con ella y saber acerca de quién es ella, y que dedica tiempo a ella. Gracia, epieikes.
Lo que está diciendo el Apóstol Pablo es, hermanos, el cristiano se debe distinguir. Esta iglesia debe, en todo lo posible, tratar de distinguirse por ser una iglesia simpática. Simpatía es otra palabra, simpatía, empatía. Es la palabra de la generosidad, la gracia. Y yo creo que Dios puso esa joya allí, “…vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres…” Ahí hay un sermón completo. El Señor está cerca.

Usted sabe que Cristo está cerca de usted o está cerca de su venida, usted puede ser generoso. Por eso le digo, depende del contexto, la acción. Entonces, eso es lo que yo quiero decir aquí, yo quiero, en mi vida, y que esta iglesia y mi ministerio se caracterice por ser un ministerio de gracia, no gracia barata, sino gracia generosa, gracia poderosa y que todas nuestras intervenciones, todo lo que yo haga refleje eso. Está muy lejos de ser, pero esa es mi meta. Entonces eso debe ser lo importante.

The English speakers, you’re going to have preferential treatment here, if anybody has a question o comment, we want to give you first choice.

[Inaudible]

Estamos hablando acerca de eso. Acá hay otro micrófono. Tengan dos disponibles así entonces podemos hacer. You’re looking at it right now? Que bueno es Google.
Cuántos tienen computadora en su casa? Cuántos usan el Internet? A los demás les animo a aprender, es bien importante para su liderazgo.

[Inaudible] por qué no soy feliz? Por qué no me siento bien conmigo mismo? Por qué no siento paz adentro mío? Por qué no puedo dormir de noche? Esas son todas preguntas que esta palabra trae. Así que, y por qué tengo insomnio y me despierto y me rondan ideas y se me viene a la cabeza esto que pasó hace muchos años?

Entonces, por qué? Porque no está practicando epieikes. Es la idea. Yo siempre he dicho, mire, la mejor receta para la salud emocional es ser una persona de gracia. La persona neurótica, la persona incómoda consigo mismo y con el mundo es porque no está practicando la gracia y la misericordia. Yo he dicho siempre, que la receta para la buena salud mental y emocional es epiekes, gracia, bondad, amor, interesantemente. Juicio nunca da salud mental y emocional.
Sí, Ángel.

Regularmente una situación anormal produce una reacción anormal. Y una situación de coraje produce una situación de coraje, produce una respuesta de coraje. Cómo uno puede hacer para entender en el momento del conflicto cuáles son los sentimientos que están fluyendo y cómo minimizar esos sentimientos y enfocarse en la resolución del conflicto?

Déjame decirte una cosa, es que todo lo que yo estoy diciendo aquí, esto tiene que salir, aflorar como resultado de una vida vivida en sujeción a los principios del Evangelio y con una firme resolución de llegar a ser un gigante espiritual al final de nuestra jornada en el mundo. Una vida que implacablemente persigue la madurez emocional y espiritual, una vida cuyo único propósito es ser cada día más y más como Cristo y que nunca rehuye una sola oportunidad para poner en práctica los valores del Reino de Dios. Ahí está lo que yo diría, y ojalá que yo pueda, porque lo voy a usar para escribir un poquito.

Lo que quiero decir con eso es que mira, todo esto es el resultado de años…. Por qué dice Salomón que el hombre que se domina a sí mismo es más poderoso que el hombre que domina una ciudad? Porque lo más difícil es tu aprender a gobernarte a ti mismo y los impulsos. Cuando todo en ti está gritando, neutraliza esta persona, porque tu sabes algo que la va a acallar, acerca de su vida. Neutralízala con esa palabra que tu sabes que la va a humillar y la va a dejar en el piso y dentro de ti tu dices, de ninguna manera. No puedo jamás hacer eso, porque yo soy grande en el sentido del espíritu y Dios me ha dado mucha fuerza y yo tengo que callarme porque si le doy a ese niñito que me está arañando, lo voy a destruir y yo tengo 50 años y no puedo hacer eso.

Entonces, la idea es eso, de que… esto que yo estoy diciendo aquí, este comportamiento es el resultado de una vida continua trabajando estos principios. Esto nos va a tomar años. A mí me ha tomado tantos años y todavía cuando me muera voy a estar haciendo la mitad solamente de lo que estoy predicando aquí. Es una cosa continua, pero al tu conocer esas cosas, entonces tu las practicas en formas incrementales y pequeñas y minuciosas, en el tráfico, en el trabajo, en el matrimonio, con los hijos, con los amigos, veinte mil formas porque tu tienes una ética, yo quiero reflejar esto en mi vida, en mi vida, entonces, cada oportunidad… como decía con Matt, esa oportunidad que él tiene de mejorar su español, él la toma. Entonces, es la manera. Uno siempre tiene que estar distinguiendo qué oportunidad tengo para darle a ese diablito que está dentro de mí, un golpecito más, y generar más el Cristito que está en mí, hacerlo más grande.
Yo creo que es la única forma, porque tu escuchas esto y eso nos va a tomar mucho tiempo. Es como el pianista que quiere tocar una pieza compleja de Bach, que tiene que pasar todas sus horas haciendo escalas, seis, ocho horas al día, escalas aburridas. Y tu lo ves allá, en ese momento glorioso, culminante, de su carrera musical, detrás de eso hay todo un 99% de la pirámide está debajo de la tierra y eso es práctica, práctica diaria, diaria, diaria.
La única manera de que uno llegue a ser un gigante espiritual, yo creo, un santo, en el sentido poderoso de la palabra es a través de continuamente, una ética de que yo voy a pulir, pulir, pulir mi vida y hacerla más y más como Cristo. Porque si tu, si lo que tienes son estas verdades pegadas con scotch tape en tu cerebro porque lo escuchaste aquí en un manual y 12 horas de enseñanza un fin de semana. No, eso entonces tiene que meterse como las vitaminas, a través de un largo tiempo de tomarlas se va estableciendo un sedimento medicinal en tu sistema y eso se va transmitiendo granito por granito a través de todo el sistema, a lo largo de meses y meses.
Eso tiene que ser continuo. Es un sistema y no es la respuesta quizás rápida pero no sé si estoy haciendo sentido. Eso es todo una vida, una vida, una vida, un sistema tremendamente complejo pero maravilloso.

Pastor, primeramente gracias por el privilegio de ser parte de la congregación. Nosotros hacemos el trabajo de la clase de finanzas con Crown, de la forma que el programa de usted ha enseñado tiene una serie de requisitos y reglas que los líderes deben de endosar prácticamente hablando, aunque somos instruidos a tener gracia y a hacer todo con amor, hay situaciones donde se le tiene que pedir a una persona hasta el punto de decirle que este no es un buen tiempo para tomar la clase, porque están violando todos los cambios. Entonces, yo no sé… yo creo que mi pregunta es dónde uno hace la línea, porque uno se expone a desacuerdos y de repente esa mente a jugar con las cosas y aún con los mismos líderes les doy gracia por tener paciencia conmigo, pero a veces hay contradicciones y entonces alguien tiene que llevar un orden.

Noé, la línea no existe y si existe cambia su localidad, no solamente de día en día, sino de minuto a minuto. Y por eso es que es tan difícil verdaderamente ser un líder creativo. Uno tiene que estar discerniendo situación, contexto, persona, espíritu, uno mismo. Eso es algo tremendamente punzante y dinámico como es la realidad física del universo también, donde lo que para una persona va a requerir una disciplina cortante, para otro va a ser un poquito más….

Mira la historia de la parábola de Jesús. La viña que no produce. Y el jardinero viene todos los días y no encuentra producto, y dice, córtala, para qué está cogiendo espacio ahí? Y entonces el dueño le dice, no, déjala un tiempecito más, a ver si da fruto y sino entonces córtala.

Tu ves lo poderoso que te digo? Es el principio, porque eso está allí como una señal para el proceso dinámico del Espíritu Santo, la ley, la gracia, la misericordia, el tiempo. Dale tiempo, sino córtala. Ahora, cuánto tiempo era, quién sabe? No nos dice. Pero hay que discernir porque hay situaciones como decía Omar, hay situaciones que tu vas a tener que saber que hay que hablar esto, hay que ponerle fin, hay que confrontarlo, hay que tomar una medida más activa, más preactiva.

En otros casos hay que saber que vamos a darle un poquito más de tiempo a ver si produce fruto. Entonces, yo creo que, mira, yo creo que… y ustedes saben que yo no me caracterizo necesariamente tampoco por quedarme callado en todo. Cuántas personas me tienen ganas porque han sido objeto de mis intervenciones activas también. Yo tengo una lista de gente a quien le debo. Yo los miro y no quiero mirar a muchos porque… pero estoy muy consciente. Cuando camino los domingos entre los pasillos, cuando veo esos rostros que yo los miro y se quedan así. Es como carnero degollado, mirando y diciéndome, mira lo que me hiciste? No te da vergüenza? Se quedan así, disimulan, pero yo sé todo lo que les debo. Y eso es continuo.
Por qué? Porque también no somos tampoco, usted sabe, haga lo que le de la gana, esto y lo otro. No, hay orden también. Pero es una tensión, es una tensión que cada día va a ser diferente. Por eso este asunto de crear madurez, discernimiento, autoridad del espíritu, paciencia, discernir lo que Dios nos está diciendo. Yo creo que la verdad, el lado izquierdo del cerebro es tan importante como el derecho, es una complementariedad. Entonces, hay momentos en que hay que decir asimismo, ¿sabes qué, hermano? Ven el próximo semestre porque yo veo que no es el tiempo ahora. Y esa persona va a irse furiosa, molesta, herida. Pero si tu sabes que tu oraste, te examinaste a la luz de la palabra, diste tiempo, buscaste dirección divina, consultaste con otros líderes, tiraste tus coordenadas a diferentes puntos de referencia del reino y regresa todo, diciendo, procede. Entonces, procede, y encomiéndale tu causa al Señor. Si te equivocaste, hiciste todo lo que pudiste.
Yo diría, el líder lleva heridas toda su vida. Por eso te digo que si uno no tiene una vida de oración profunda, poderosa y está arraigado su identidad a Dios, y su autoestima, olvídate que tu vas a ser una veleta al viento. Vas a estar buscando la gente que te digan, que quieren, no. Por qué? Porque cuando tu haces lo que dice Dios y el espíritu, tu vas a tener heridas por donde quieras, vas a tener a donde Dios y sanarte continuamente. Hice todo lo que pude, tuve que hacer esto. Dios sabe y sigues adelante, porque no todo en el reino es sí, sí, sí. De ninguna manera, entonces no hay reino. Cristo, el ser más amoroso, más misericordioso, más paciente, implacable. Eso es lo que yo admiro de él, terriblemente. Ustedes no saben a qué espíritu pertenecen, le dice a los discípulos cuando le dicen, quieres que le tiremos fuego? Son del diablo lo que están diciendo. Eso que ustedes me están pidiendo es diabólico. Cristo tenía una capacidad para decir la verdad terrible, terrible.

Hemos tenido el deseo de ser justos y el tiempo….

Mi pregunta es en relación la resolución de conflicto muchas veces ponemos el polvo debajo de la alfombra, como se dice, y es una forma muy fácil de resolverlos, ponerlos bajo la alfombra.

Termina oliendo mal.
Y lo dejamos ahí un tiempo. Qué usted recomienda que uno haga por ejemplo, en una situación como la iglesia, que hay mucho polvo bajo al alfombra, me imagino, de muchos ministerios, cuál sería una manera prudente de…?
Lo que estoy diciendo, Jonatán, proceso, hablar las cosas. Y darle bienvenida al conflicto manejado, conflicto creativo o conflicto bajo control del reino. Es decir, que haya procesos. En las iglesias no hay procesos, en los matrimonios muchas veces no hay proceso. Se pelearon, se dijeron veinte mil cosas, se quedó todo eso allí, entonces cada uno se va por su lado, no se hablan por tres días, al cuarto día entonces comienzan a hablarse y ya al quinto, sexto día están hablando regularmente, pero se quedó esa basura metida en el subconsciente y en el sistema del matrimonio. Entonces no hubo sanidad.

Ahora, si obligan a hablarlo, obligan, obligan, obligan y ya tienen desarrollado cómo bailar en ese contexto, entonces se trata, se habla y entonces ya se resolvió, vamos para adelante. Pero es terrible cuando las cosas se meten debajo de la alfombra. Y es lo que pasa en muchas iglesias y en muchos sistemas donde las cosas… no se da la bienvenida al diálogo, al conflicto, a la tensión, al comunicar diferentes perspectivas, entonces nunca hay crecimiento porque lo que hay son unas cuentas por pagar horriblemente largas. Ya es tan largo, es como cuando uno debe veinte mil dólares al 18% de interés. Cuándo paga uno eso, 125 dólares semanales o mensuales? Nunca. Eso los bancos lo saben y por eso…

Entonces lo que pasa cuando tu no resuelves el conflicto coge intereses, y entonces se hace más grande y más grande la deuda. Por eso hay que resolverlo y tratarlo y promover proceso, comunicación y diálogo. Pastora Meche, usted tiene absoluto derecho a hablar en cualquier momento.

[Inaudible] en práctica lo que estamos aprendiendo hoy. O sea, lo más fácil es para uno decir, ah, tengo un problema, voy a lo de Roberto a que Roberto me lo resuelva. Y eso no es lo que tenemos que hacer. Cada uno de nosotros en nuestro lugar, porque ahí es donde mejor se resuelve. Es mucho más fácil que a usted lo llame a capítulo y diga, Vamos a conversar, hay un asunto que tenemos pendiente. Vamos a resolverlo cuando es la persona su supervisor, o líder inmediato a que sea Roberto, que viene separada de la situación sin conocer todos los elementos a [inaudible]. Así que yo les animo a tomar todo esto, a memorizarlo, a practicarlo, a aprenderlo porque les va a servir para todas las áreas de su vida inclusive aquí en la iglesia.

Aprovechando que Meche está diciendo allí, mire, nosotros, hay matrimonios que dicen, entre nosotros nunca ha habido un sí o un no, entre Meche y yo ha habido sí, no, posiblemente, probablemente, etc. nosotros hemos tenido situaciones de conflicto a través de nuestra vida matrimonial, siempre tratamos de practicar eso: hablarlo, no dejar que se escale a un punto irresoluble, tratar de no decir palabras hirientes que cierren la puerta a la reconciliación. Hay veces que uno dice una palabra y ya, por más que usted trate de volver a tomarla, siempre piense también eso de que usted quiere solución y sanidad y hay palabras y expresiones y cosas que impiden que haya una reconciliación final. Entonces, use eso como se usa la bomba atómica, solamente como absoluto último recurso.

Cuántas décadas estuvieron Rusia y Estados Unidos en tensión total. Nunca usaron guerra nuclear, porque sabían. Nosotros usamos las armas nucleares continuamente entonces destruimos, destruimos, destruimos y qué difícil después es sanar.

Entonces una de las cosas que nosotros, lunes cuando vamos a almorzar, cuando estamos en la casa, veinte mil maneras siempre estamos hablando, hombres hablando, hablando para poder mantener sanidad en el matrimonio. No es que no haya diferencia de opinión, no es que no haya conflicto, hay una ética de resolución, comunicación y buscar la verdad y buscar la sanidad y mantener el matrimonio sano, porque es en última instancia… lo más importante es que el matrimonio esté sano a que yo gane o ella gane. Por eso es que hay que anteponer el principio más alto y decir, qué es lo que yo quiero? Salirme con la mía o que el ministerio prospere? Entonces siempre busque lo más alto, con eso como norma, resuelva sus conflictos con ese punto de referencia.

Más que una pregunta pienso que es una opinión. Yo venía manejando del trabajo una tarde con mucho estrés, mucho tráfico y casi [inaudible] los moños, y tenía radio luz, había un pastor que estaba hablando y yo puse atención a lo que él estaba diciendo. Y el decía, en una forma poética muy linda, decía, por un día, por este día ponte los zapatos de Jesús, ponte el vestido de Jesús, ponte el manto de Jesús, pon en tu cabeza los pensamientos de Jesús y piensa cómo tu responderías, por ejemplo, en tu trabajo en un momento de conflicto, como Jesús respondería a su jefe, a su compañero de trabajo, al líder compañero de la iglesia, o a tu esposa, tu esposo, cómo Jesús respondería a esa persona.

Y hermanos, yo me quedé atenta y en verdad que muchas veces, no voy a decir siempre porque somos humanos, estamos en la carne, muchas veces yo he orado al Señor diciendo, Señor, ponme las armaduras de [inaudible] 11:18 y esa es, como decíamos nosotros los hispanos, esa es mi cantaleta, siempre eso. Pero desde que yo comencé, como habló el pastor tanto de buscar la estatura de Jesús, las características de Jesús, el poder de energía de Jesús en nosotros, yo comencé a pensar en eso, a meditar en eso, y muchas veces, hermanos, eso me ha ayudado mucho.

En este momento yo estoy pasando por muchas situaciones en conflicto y muchas veces antes de responder, y antes de hacer cosas, de tomar decisiones, yo me pregunto, y Jesús en este momento, si estaba caminando con sus zapatos por esta carretera, qué haría? Y la verdad que eso me ha ayudado muchísimo a mí, porque yo ando buscando identificarme con Jesús y a ser Cristo-céntrica.
Si nosotros aprendemos a entender el carácter de Jesús, y a crecer como él quiere que nosotros crezcamos, yo pienso que la vida sería un poquito más fácil y nuestras relaciones interpersonales, como miembros de esta iglesia, como ciudadanos que somos de esta sociedad, como líderes que somos de grupos. Yo sé en que los grupos hay muchos problemas, como líderes que somos, entonces cuando comencemos a pensar como Jesús pienso que nuestras relaciones interpersonales van a cambiar y nuestra vida va a ser más fructífera y vamos a tener éxito. Pienso que sí, vamos a tener éxito en el nombre poderoso de Jesús.

Amén. What would Jesus do? Qué haría Jesús? Déjenme decir algo, cuando salgamos de aquí pidámosle al Señor, porque sabe lo que hace el diablo? Cuando este tipo de enseñanza se da, le pone a alguien en la carretera que se le meta enfrente para hacerlo violar todo lo que usted ha aprendido. Yo he aprendido eso. Es guerra espiritual, estas cosas. Esto es guerra espiritual, sabe? Esto es palabra que al diablo lo ponen furioso porque atenta contra todo lo que él hace guerra psicológica en el universo.

Ya yo tengo por expectativa, cuando Dios me usa para hablar acerca de ciertas cosas, olvídate, es como que es una cosa casi sobrenatural y predecible bien. Así estén alertas a eso, porque esto es guerra espiritual. Así que pídale al Señor, Señor, no permitas que nada ni nadie me desestabilice de lo que yo he recibido y he aprendido. Séllalo en mi espíritu, que nada me lo arranque, porque el enemigo es vengativo y es cínico y es sarcástico en las cosas que hace. Así que recuerde eso. Amén.

Gracias, pastor. Guau, que día tan tremendo. Aprendimos mucho hoy. Thank you.

Un par de puntos para terminar, primero le quiero decir gracias a todos por venir hoy aquí y pasar una mañana con nosotros y como comunidad que somos, que somos una comunidad, León de Judá es un modelo que somos una comunidad y somos familia aquí. Y gracias por eso, [inaudible] breve por favor, evaluaciones que tienen en sus folletos, llénenlas por favor. Es muy esencial porque necesitamos lo que ustedes creen de este entrenamiento que estamos haciendo, estos seminarios de líderes que estamos haciendo aquí en la iglesia, cómo podemos mejorar.

Y se han dado cuenta que todo lo que ustedes nos han dicho se nos pide de retiros, nosotros estamos tratando de implementar todas esas sugerencias que ustedes nos dan a nosotros, son muy clave que por favor llenen esas evaluaciones.

Otro punto, de nuevo, es que el próximo retiro va a ser en agosto 13, vamos a tratar de hacerlo un poquito más largo porque vemos que cuando tenemos aquí pastores es una bendición de estar como yo… me encanta venir a estos retiros porque yo lo veo como que es bien personal, esa fue la palabra que digo ahí. Y también que podemos hacer preguntas, como dijimos un seminario, yo creo que es muy importante porque los domingos dicen unas tremendas cosas y uno quiere como levantar la mano, pero no puedo. Pero sé que cuando vengo aquí a los seminarios de líderes aquí que podemos hacer muchas preguntas.

So, por favor reserven esa fecha que va a ser en agosto 13, va a ser un sábado, va a ser un poquito más largo el retiro, y de nuevo, al principio pasamos estas hojas desarrollando las ideas que hicimos en el primer retiro que porque favor, si tiene en una cualquier área que usted quiera ayudar, sea con los jóvenes, sea con diferentes cosas que aquí [inaudible] el último retiro que uno de los diáconos que estaban en esos comités, que los vamos a contactar para reunirnos y de nuevo coger ideas que podamos dar para [inaudible] y presentarlas en las reuniones de diáconos.

De nuevo, lo que habló la hermana Odilise, que me tocó a mí porque yo fui el primero que guau, yo nunca he venido y se lo digo públicamente que yo nunca he venido a un concierto [inaudible] y el pastor le encanta. Ya sé que es his favorite band. He loves that band.

Y le voy a decir que ellos están pasando los [inaudible] estamos poniendo mucho esfuerzo de dinero para que se [inaudible] vengan para acá. Y va a ser una cosa muy horrible, si hacemos como la del año pasado que hay como 50 personas aquí. Y nosotros somos los líderes de la iglesia. Yo sé que cada persona aquí podemos decirles a los otros ministerios que vengan y podemos llenar de servicio. Estamos pagando más de dos mil dólares en pagando pasajes, trayéndolo aquí, poniéndolo en un hotel y queda mal [inaudible] no [inaudible] we need more. Necesitamos más gente que venga, so, por favor apoyen eso que va a venir que va a ser en abril 9, apunte la hora por favor, venga. $ 10 dólares eso usted lo gasta en Starbucks, con un café que ni sabe el nombre cómo pronunciarlo y lo gasta ahí, so vengan a eso por favor.

De nuevo, Miguel nos dije que guess what? Hoy tenemos que arreglar los relojes o sino vamos a llegar tarde a la iglesia mañana, so, el reloj póngalo para adelante, no para atrás. So make sure, para que vengan temprano a mañana a la iglesia y para así puede notar.

Y para cerrar le voy a pedir al pastor Samano que me encanta como él ora, que se una oración pero parece que…. Your name tags, please, [inaudible] su nombre que lo dejen porque nosotros estamos usando como recycling them, para usarlos de nuevo, para cortar el costo.

Y un último punto, dejen al pastor Samano hacer una oración que yo que él quiere decir de los emails.

Desde julio del 2010 hemos estado enviando emails especiales. Si usted no los ha recibido los va a recibir a través de León de Judá, como puede ver ahí. Por ejemplo, específicamente en diciembre 10 del 2010, nosotros enviamos este email y aparecían los materiales que se han dado en todos los retiros. Okay? Diciembre 10 del 2010. Todos los materiales que se han distribuido desde el primer retiro, estaban en ese email, incluyendo la presentación de hoy que como la empezamos en el retiro pasado, ya la habíamos puesto.

Si lo ven es la penúltima resolución de conflictos. Si usted no ha recibido ese email, por favor, no se vaya sin darme su email. Okay?

[Inaudible] si Mark nos puede traducir eso y asegurarnos. Mark hay un material que yo le envié a David Díaz, como presidente de los diáconos, concerniente a los…. Porque yo creo que esto es Dios hablándonos como iglesia, el avivamiento de los [inaudible] en Escocia, en el ’49, se lo voy a enviar a todos, sí.

Desgraciadamente está en inglés solamente. Pero hermanos, una de las cosas que yo he aprendido acerca de esto hace dos semanas, lo maravillosamente nutritivo que ha sido estos dos semanas de oración intensiva que hemos pasado. Y cómo este es el momento de Dios, ahora es que Dios quiere esto.

Dios lo quiere siempre genéricamente, pero de nuevo, la palabra logo, la palabra rema, la oración siempre es importante pero este tiempo en que Dios le está dando mucha tracción a la vida de oración de nuestra iglesia pidiendo avivamiento, pidiendo una visitación de poder, y pidiendo la atadura de los demonios y los poderes que están ahí afuera.

Entonces, yo siento del Señor un gran compromiso de continuar, no días, sino semanas de oración. Dios está llamando a nuestra iglesia como a una campaña de guerra, donde tenemos que posponer y cambiar nuestras prioridades, rutinas, trabajo, y dedicarnos a buscar íntimamente porque no solamente porque es bueno. No, es que Dios está llamándonos a eso, activamente individual como iglesia, a esta congregación. Es algo profético de Dios.

Y entonces, está en el Internet, porque esto me vino… alguien me regaló hace meses atrás y me vino ahora en el tiempo de oración. Yo digo, guau, qué es esto? Y entonces lo leí y está haciendo un impacto bien grande en mi vida. Yo le di a David otro también aquí.

Por favor, si usted puede en inglés léalo. Lamento que no está en español para traducirlo pero quién sabe si en alguna de esas pueda tener un ratito y traducirlo. Pero es clave, porque vamos a tener que buscar más tiempo. Dios me recordó ayer acerca de lo que dice Joel, dice, salga el novio de su recámara y la novia de su tálamo y los sacerdotes se paren a la puerta y giman porque quién sabe si Dios enviará bendición, lluvia, etc.

Y fíjese eso de que salga… lo que tenemos que dejar de hacer, tenemos que posponer para que ese espacio sea llenado, porque ya tenemos tantas cosas que no es añadir una cosa más, no, no hay de donde. Hay que quitar cosas para añadirle, entonces una de las cosas que yo le voy a decir a la gente cuando tengamos estos tiempos que van a tener que venir yo no voy a tener oportunidad para hacer citas con la gente. Porque entonces las tengo por la mañana, la tarde, la noche y de madrugada, y todo el tiempo, entonces uno se quema.

Pero hay que posponer muchas cosas y el Señor va a tener que sanar vidas mientras tanto, pero hay que posponer una cantidad de cosas porque yo siento que hay una carga de Dios de oración en este tiempo terrible, porque es algo profético. Es el momento, es el momento. Yo he estado esperando estas cosas pero es como que ahora es el momento de Dios. Entonces todo lo que hagamos en este momento va a tener dies veces la atracción que tendría simplemente si lo hacemos porque a Dios le gusta que oremos. No, es el tiempo. Hay una presión tremenda. Y estamos ganando terreno increíble.

Hoy, yo he sentido la bendición de Dios. Mientras estaba sentado allí Dios me estaba hablando, hablando, hablando muchas cosas. Y los aires se aligeran. Todo lo que uno hace es prosperado y bendecido. Este es el tiempo y no solamente vamos a actuar sobre nuestra iglesia. No, esto ya está teniendo poder en los aires. Hay una palabra que también Vanesa envió hace meses atrás que ahora revivió y también vamos a enviarsela a todos porque esa está en español, así que todo el mundo puede leerla.

It’s something very profound. God is calling us now. It’s now. It’s a rema call. It’s not just the generic logo call of prayer’s good and it’s necessary, because it’s part of the Kingdom’s values. No, it’s a prophetic call to this congregation and all its people to concert prayer, because he wants to sent blessing. And it is the actualization of a prophetic call that has been there for long time and it’s the time.

Así que vean eso, hablando de anunciar valores que para ustedes sepan por qué. Yo [inaudible] Señor, cuando vamos a volver a activar esos tiempos de oración. Y entiendan por qué, es porque si no lo hacemos, yo creo que vamos a estar siendo irresponsables y desobedientes ante el Señor. Así que la iglesia va a tener que posponer otras cosas para dedicarse y es terrible el llamado de Dios.
Yo siento el peso. Ayúdenme, oren para que Dios me de la fuerza de voluntad, la disciplina y la obediencia para posponer otras cosas que parecen urgentes y obedecerlo a él, porque yo tengo tanta presión que mi tendencia va a ser a Marta, prepararle comida al Señor, la mesa, todas estas cosas. No lo que yo quiero es que tu estén conmigo.

Así que recuerden eso y entonces entiendan cómo interpretar lo que va a estar pasando y no va a estar pasando. Y dígale a la gente, no abrumen a los que van a estar participando en esto con… yo quiero una cita, yo quiero esto. No, todo eso es importante, pero si vamos a estar dedicándole tiempo a la búsqueda concertada de Dios, oración, ayuno, meditación, escuchar de Dios, va a ver que posponer ciertas cosas y creer que Dios va a enviar los nutrientes necesarios.
Cuántos se sienten que pueden abrazar lo que estoy diciendo? Amén. Oren por eso, hermanos, para que Dios nos de la urgencia.

[Inaudible]

El volksvawen con ruedas de bicicleta, todos saben a qué se refiere eso? Dios me dio hace años un sueño de un buggy de los station bug donde los años ’60 volksvawen, cuadrados, larguitos, pero tenía cuatro ruedas de bicicleta. Y entonces Dios me dijo, tu eres así, tu llevas mucha carga, pero las bases están débiles y tienes que fortalecerlas. Eso fue hace como 15 años atrás, siempre me ha perseguido esa imagen. Y me dijo, esas 4 ruedas son oración, ayuna, santidad, y la cuarta fue la palabra.

[inaudible]

Es chistoso. 4 ruedas de bicicleta grande sobre una…. No y eso pasa, entonces Dios nos está llamando en este tiempo a fortalecer, porque el peso que esta iglesia tiene llevar es inmenso. Por eso el sueño Roberto, las columnas estaban allí pero las fundaciones estaban débiles. Entonces, todo eso. Es el tiempo de Dios.

Las cosas es en el tiempo, el momento de Dios cuando fluye lo que Dios quiere. Entonces, todo lo que tu haces tiene 10 veces `más poder que cuando tu lo haces puramente en obediencia genérica. Eso es uno de los secretos. El mover profético, hay que discernir cuándo está el instante preciso para entonces soltar la inversión de energía. Tiene mucho más poder.

Por favor oremos acerca de eso también.
Todavía queda comida, queda café, queda chocolate, queda te, [inaudible] un poquito de algo.
Todavía hay comida en el basement y un chocolate muy rico, dice Iris, así que si quieren pasar antes de salida.

Y de nuevo, asegúrese que Joseline tiene sus emails porque el pastor me ha dado otro artículo para publicar y usted va a recibir eso a través de los correos electrónicos que Joseline está mandando. Este es el modelo de comunicación que queremos de oración y también creo que, para que todo el mundo estemos en la misma página, como dicen en inglés, que cuando usted vea este email, que usted se conecte como líder y se conecte al corazón de Dios porque eso es lo que Dios nos está pidiendo como iglesia.
Queremos, siempre hemos soñado como marchar en orden como un ejército. Y yo creo que en un ejército la comunicación es lo más importante. So, si no tenemos su email asegúrese que lo tengamos.

Pastor Sámano, despídanos en palabras de oración. Gracias, de nuevo.

Pongámonos de pie, hermanos, voltee a su hermano y dígale, no te olvides del reino. Estamos trabajando por el reino pero no nos olvidemos del rey. Cómo se llama ese rey? Cómo se llama ese rey de reyes? Jesucristo.

Oremos. Padre, gracias, por todo lo que se ha dicho, Señor, tu nos has hablado en este día. Gracias, Padre, porque Señor, desde las 5 de la mañana hemos podido escuchar tu voz y todavía, Padre te damos gracias, que tu no te cansas de hablarnos.

Ahora te pedimos que cada palabra que se ha dicho puede, Señor, entrar en nuestro corazón y que podamos, Señor, ponerla por obra. Llévanos con todo bien a nuestros hogares, a nuestros destinos, pero Padre, que nunca nos olvidemos de lo que tu estás haciendo en nuestras vidas. Queremos trabajar por tu reino, pero nunca nos queremos olvidar de reconocerte a ti y darte a ti toda la honra y toda la gloria y buscarte de día y de noche, Padre. Que tenemos hambre y sed de ti y necesitamos más de ti en nuestras vidas.

Bendice a cada líder presente, y a los que no pudieron venir también bendícelos. Bendice los ministerios de cada uno de estos tus siervos, tus siervas, y que todo Señor, sea de bendición para sus vidas. Págales, prémiales y te declaramos, Señor, que en este día hemos recibido grandes cosas, y grande visión para seguir adelante en el nombre de Jesús declaramos esta bendición sobre este grupo de líderes y a ti toda la honra y la gloria.
Todos digan gloria a Dios.

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español christian De Santiago español christian De Santiago

Una actitud correcta

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Podemos estar agradecidos de la misericordia que el Señor tiene para cada uno de nosotros y él la demuestra de diferentes maneras. Así que, qué les parece si cerramos un momentito nuestros ojos y le decimos al Señor cómo está nuestro corazón, nos presentamos delante de él, reconociendo que él es nuestro Señor soberano y que reconocemos que nuestra vida depende de él. Cada una de sus respuestas, cada una de sus señales y maravillas están diseñadas con un propósito para cada uno de nosotros y él las entrega para que su nombre sea glorificado, para que su nombre sea exaltado, para que el mundo vea y que aún este Dios que predicamos algunos locos, es real y que no hay nada imposible para él. Gracias Jesús. Gracias Jesús. Gracias Señor. Gracias. Amén. Amén.

Quiero darles las gracias una vez más por la oportunidad de poder estar aquí, quiero darle gracias porque creo que el Señor siempre tiene una palabra fresca para nuestra vida. Y hoy día le he puesto algún nombre a esta pequeña reflexión que el Señor me dio, y se llama “Una actitud correcta”.

Y quiero invitarle a abrir su Biblia en el libro de Segunda de Crónicas, Capítulo 7, versículo 14, un pasaje muy conocido. Segundo libro de Crónicas, Capítulo 7, versículo 14. Dice así en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo:

“… Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieran de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra…”

Cuál sería nuestra actitud correcta delante del Señor? Es una buena pregunta. Y es un pasaje que tiene muchas maneras de ser interpretado y de ser planteado a la iglesia. Pero yo solo quiero basarme en una de las palabras principales y más fuertes que tiene este pasaje. No solo los beneficios de lo que significa obedecer al Señor, sino que la actitud correcta para cada uno de nosotros de presentarnos delante del Señor es humillándonos.

Y yo quiero que veamos un poquito acerca de lo que el Señor quiere decir con esto. En un mundo donde la humillación representa probablemente la burla descarnada para el ser humano, donde la humillación representa una actitud de desprecio, una actitud de menosprecio para el ser humano, Dios la usa como un recurso para contestar, para perdonar, para salvar y para llenar nuestras vidas de bendiciones.

Cuando el mundo usa la humillación la usa para denigrarte, para hacer que te sientas indigno como ser humano. Alguno alguna vez ha pasado un tiempo de humillación en este mundo? Alguna vez hemos pasado alguna humillación y se han reído de nosotros y han querido pisotearnos y han querido largarnos de un lugar, y han querido menospreciarnos y se han burlado de cada uno de nosotros y no hay una manera de poder salir de eso con mucha dignidad.

Pero cuando el Señor, Dios todopoderoso, le está pidiendo a su pueblo humillarse, es porque él quiere glorificarse en medio de sus hijos. Y yo creo que usted y yo hoy día estamos en un tiempo propicio, en un tiempo privilegiado donde Dios quiere manifestarse a través de cada uno de nosotros.

Si se humillare mi pueblo… es la actitud correcta que el hombre y la mujer de Dios, y el pueblo de Dios debe tener para que su vida sea una vida próspera, para que su vida sea una vida abundante, para que su vida esté llena de bendiciones y esté llena de respuestas del Señor que van a promover que Dios sigue siendo el mismo.

En este caso, el Señor nos está llamando a humillarnos, a que reconozcamos nuestra necesidad de él y que nuestra naturaleza humana se doblegue ante su poder. Saben lo que significa humillarse en el lenguaje normal? Es una necesidad de doblegar la voluntad del ser humano e indiginificarlo. El humillarse en el diccionario español tiene que ver con una acción de menospreciar, de sujetar bajo el poder a veces involuntariamente, con fuerza, con rigor. Y no está lejos de la realidad de lo que Dios quiere hacer con nosotros.

La diferencia entre lo que el mundo entiende por humillación y lo que Dios nos pide como pueblo humillado, es el resultado final, y Dios quiere bendecirnos, el mundo no nos quiere ver bendecidos, Dios quiere bendecir a un pueblo humillado. Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado.

Cuántos invocan el nombre del Señor en este lugar? Cuántos declaran que el nombre del Señor es nombre por sobretodo nombre? Cuántos declaran, cuántos abren su boca para declarar alabanza al Rey de reyes y Señor de señores? Este es el pueblo que necesita humillarse cada día delante del Señor. Sabe para qué? Para que sus oraciones, para que su búsqueda de Dios tenga fruto.

Nos enseñaron a que probablemente éramos independientes. Algunos a los 18 años, no esperan a tener 18 años para poder salir porque son independientes. Quieren vivir solos aunque el papá tiene que pagarle la renta del cuarto. Pero viven solos, son independientes, pero si el papá no paga el celular, no va a tener cómo comunicarse. Soy independiente, pero si el papá no le compra los tenis no tiene con qué caminar en la calle. Soy independiente.

El mundo privilegia la independencia. La sociedad y el sistema privilegia la independencia. La iglesia del Señor privilegia la dependencia con su Dios. Dependemos de él. Dependemos de su gracia. Dependemos de su amor. Dependemos de su provisión. Él no solo es el proveedor, por poner un ejemplo, de él emana toda provisión, él es el que la hace, él es el que la envía, él es el que la produce, él no es el intermediario, él es el proveedor. Él no es solo un Dios de amor, él es amor.

Cuando el pueblo del Señor comienza a tener esta actitud correcta de humillación comenzamos a ver grandes victorias sobre nuestra vida. La Biblia dice que todo aquel que invoca el nombre del Señor debe humillarse delante de él. Hay algunos ejemplos en la Biblia donde podemos reconocer, en Génesis, Capítulo 18, versículo 27, Abraham reconoce que es polvo y ceniza, dice, “… yo soy polvo y ceniza, qué voy a hacer yo Señor?” esto tiene que ver con la historia de Sodoma. Dios lo estaba llamando, el Dios poderoso y Abraham reconoce que no era nada frente a este Dios que lo estaba enviando.

En Éxodo Capítulo 3, versículo 11, Moisés reconoce su incapacidad para que él sea el intermediario entre Dios y el faraón por su pueblo. También Moisés reconoce su incapacidad, él reconoce que Dios es más poderoso, él necesitaba, necesita humillarse delante de Dios porque él no podía hacer lo que Dios le estaba pidiendo que hiciera.

En Éxodo, Capítulo 4, versículo 10, también Moisés muestra la incapacidad y se siente temeroso para cumplir lo que Dios estaba pidiendo. Hay un sentido de humillarnos. Cada uno de nosotros debe agotar todo espíritu de soberbia, todo espíritu de engrandecimiento inmerecido porque todo es por Dios, para Dios y en Dios. No hay otra cosa.

Si usted tiene alguna capacidad es porque Dios lo dispuso así, para su vida, para bendecir a otros. No para que usted se jacte, no para que usted pueda mostrar que es un ser superior. Dios es superior y quiere una iglesia que aprenda a humillarse delante de él, una iglesia que reconozca sus debilidades, una iglesia que reconozca sus dificultades, una iglesia que reconozca que solo él puede sostenernos.

La hermana decía, “Yo voy a ir a la iglesia, yo me voy a sostener de la mano de Jesús”, imagínense, si eso fue de una mano, y le dieron un contrato grande, se agarra de las dos manos, quién sabe qué le llega.

En Primera de Samuel, Capítulo 9, versículo 21, Saúl también reconoce que su insignificancia ante Dios… Dios estaba proponiendo que Saúl fuera el rey, pero él se sentía insignificante. El reconocía en su corazón que él no era capaz si Dios no estaba con él.

En Marcos, Capítulo 1, versículo 7, acerca de Juan el Bautista, Juan reconoce que el que viene después ni siquiera es digno de desatar el calzado de sus pies. Una actitud de humillación delante de Dios es la actitud correcta que el pueblo de Dios debe tener para poder disfrutar de las bendiciones de Dios, para poder disfrutar del perdón de Dios, para poder disfrutar de los milagros del Señor. No hay otra manera, no es por méritos, no es porque yo vengo a la iglesia siempre, no es por la cantidad de diezmo que doy, no es por la cantidad de ayuda que hago, es porque mi corazón está postrado cada día delante del Señor y cada mañana me levanto y reconozco que este día es Dios el que tiene que ser glorificado en mi vida, es Dios el que tiene que ser alabado en mi vida, es Dios el que tiene que ser honrado con mis acciones, con mi palabra y ahí el Señor va perfeccionando su obra en medio nuestro.

¿Saben qué? En Santiago, Capítulo 4, versículo 6 dice que Dios da gracia a los humildes. En Segunda de Corintios, Capítulo 7, versículo 6 dice que Dios da consuelo a los humildes. En Romanos, Capítulo 12, versículo 16 nos insta, sabe que es un texto muy interesante, nos insta a hacer sociedad, a asociarnos con los humildes.

No busque a aquellos que le gusta andar hablando de más. No busque a aquellos que le gusta, no, si yo no estoy murmurando, solo estoy dando mi opinión. No busque a aquellos que encuentran todas las cosas negativas. No busque a aquellos que buscan la conveniencia del texto bíblico para hacer lo que están haciendo, que no es agradable a los ojos del Señor, busque asociarse con gente que reconozca, que depende de Dios, porque somos débiles, porque somos fluctuantes, porque necesitamos de la corrección amorosa del Señor cada día.

Una iglesia así es una iglesia que va avanzando en sanidad, que va avanzando en restauración, una iglesia que se asocia con los humildes es una iglesia que desarrolla una mentalidad de un Dios todopoderoso, de un Dios que todo lo puede, de un Dios que no hay nada imposible para él.

Hay alguien que tiene alguna necesidad que es imposible para el hombre? Todos tenemos alguna necesidad probablemente que para el hombre es imposible, pero para Dios todo es posible. Así que humillémonos delante del Señor. Y no necesariamente tiene que ser algo para nuestros intereses, también debiera ser en razón de nuestra manera de vivir.

En Mateo, Capítulo 11, versículo 29, Jesús es nuestro mejor ejemplo de humildad. Si usted quiere ser humilde como alguien, no mire al que está al lado suyo, vaya a la Biblia y vea el ejemplo de Jesús. “Mira que soy manso y humilde de corazón…” Ese es Jesús, el mejor ejemplo.

En Sofonías, Capítulo 3, versículo 12, él está dispuesto a quitar nuestra rebeldía y soberbia y transformarnos en un pueblo humilde que lo reconozca a él.

Si hay algo en nosotros que aún sigue siendo desagradable a los ojos del Señor, Dios quiere cambiarlo por humildad, Dios quiere cambiarlo por un corazón contrito y humillado.

En Isaías 57:15 “…él habita con los humildes y con los quebrantados…” En Isaías 29:19 “… los humildes crecen en alegría…”

Esta es la diferencia entre ser humillados delante de Dios y ser humillados delante del mundo, que por donde usted lo mire, el humillarnos, el tener una actitud humilde delante del Señor trae beneficios, trae alegría, trae crecimiento.

A la iglesia muchas veces se le olvida esta actitud de humillarse delante del Señor. Se nos olvida muchas veces que Dios resiste a los soberbios. Es ahí donde está la respuesta del Señor.

“Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos amigos, entonces yo oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra…”

Y este ‘sanar la tierra’ significa restaurar tu vida, no importa lo que hayas sido, el Señor tiene poder para hacer reverdecer como dice Isaías 42 al 44, para hacer reverdecer, para hacerlas florecer de nuevo.

Sabes, la tierra que el Señor desecha, esa que está en Gálatas, Capítulo 5, versículo 19, que son manifiestas las obras de la carne, y hay una lista de cantidad de cosas. Esos son tierra que está siendo envenenada por el pecado. El Señor quiere sanar esta tierra, poner fruto digno, más el fruto del espíritu, Gálatas 5:22, es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Esa es la tierra que le Señor quiere darnos a nosotros.

Sabe que detrás de cada característica de estos frutos hay una tremenda bendición para los que nos rodean y para nosotros, para nuestra familia, para la iglesia, para la comunidad. Una iglesia que se humilla delante del Señor es una iglesia que se mueve a pasos agigantados, es una iglesia donde no solo hay vencedores, sino más que vencedores.

Es una iglesia que no solo se conforma con tener buenos resultados, sino que va a la conquista de lo que el diablo le ha quitado, a tomar posesión de lo que Dios ha prometido. Esa es la iglesia que está humillada delante del Señor, es una iglesia que reconoce su dominio, es una iglesia que reconoce su dependencia.

Humillémonos, pues entonces, bajo la poderosa mano de Dios para que él nos exalte en su tiempo, para que su respuesta comience a fluir a través de nosotros, para que otros puedan llegar al conocimiento del Señor.

Sabe, el gran desafío de la iglesia hoy día es presentarse como una alternativa única en un mundo donde hay cientos y miles de alternativas. El gran desafío de la iglesia de hoy es mostrarle al mundo que reconociendo al Dios todopoderoso ahí hay esperanza, ahí hay cambio, ahí hay transformación, ahí hay virtud que sale del Señor para fluir a través de su iglesia.

Somos un pueblo que se humilla cada día? Somos un pueblo que reconoce al Señor por sobretodos nuestros intereses? Somos un pueblo que necesariamente está buscando la confirmación de Dios cada día para nuestras vidas? Yo quiero invitarlo a que pueda cerrar sus ojos un momento y pueda hacer una reflexión acerca de lo que nuestra vida necesita desarrollar frente al trono del Señor.

La Biblia dice, echa sobre mí tu carga que yo te la llevaré, echa sobre mí tu carga. Sabe, lo más hermoso de esta impresión bíblica es que el Señor dice, mi yugo es fácil y ligera mi carga. Le está diciendo, todavía tu me puedes llevar, puedes llevar mi fe, puedes llevarme a mí y no voy a ser un estorbo para ti, no te voy a causar depresión, no te voy a causar enfermedad, no te voy a causar problemas financieros, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. Pero tus cargas, pero tus problemas, pero tus dificultades te están llevando por un camino que se hace cada día más pesado, por qué no te entregas y doblegas tu corazón delante del Señor y dejas que él comience a sanar tu tierra? Por qué no dejas que él comience a abrir caminos donde no hay caminos?

Cierre sus ojos, vamos a orar. Gracias Señor Jesús, gracias, Señor, porque esta es la actitud que cada uno de nosotros debe enfrentar cada día y debe decidirla. Señor, humillarnos delante de ti, presentarnos delante de ti con un corazón contrito y humillado, Señor, dice el salmista que tu no lo rechazarás. Señor, enséñanos a ser una iglesia que sea una iglesia que se humille y que reconozca, y que no espere a vivir malos momentos, y que no espere a vivir malos tiempos para reconocer que tu eres el Señor.

Señor, que este pueblo que invoca tu nombre, que este pueblo que ora, que este pueblo que te busca, que este pueblo, Señor, realmente se convierta a ti y que su corazón, Señor, y que su manera de vivir, y que su manera de hablar, y que lo que podamos pensar y sentir, siempre esté bajo la humillación tuya, Señor.

Enséñanos, Dios, que humillarnos delante de ti trae bendición, trae bienestar, trae sanidad, trae tranquilidad a nuestras vidas. Gracias, Jesús. Gracias, Espíritu Santo. Gracias porque tu eres bueno. Amén. Amén. Que el Señor les bendiga.

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Nuestros pies de barro y la importancia de creerle a Dios

7 de marzo del 201 - Por Gloria Marroquín

El libro "Pies de Barro" escrito por el pastor Roberto Miranda, es un caudal de conocimiento y profundas enseñanzas, muy valiosas para crecer como personas, como cristianos y como hijos de Dios, si no lo ha leído no se pierda esa valiosa experiencia.

En su libro Pies de Barro el Pastor Miranda nos habla sobre la forma en que Dios trató con el rey Josafat y a través de este poderoso relato descubre profundas enseñanzas para nuestras vidas y el trato de Dios para con nosotros a través de los tiempos.

El pastor Miranda nos recuerda lo que Dios espera de nosotros cuando enfrentamos crisis en la vida, a veces solamente debemos adorar al Señor reclamar sus promesas declarar con nuestros labios su fidelidad y esperar confiadamente la salvación de Jehová pero otras veces debemos hacer nuestra parte poner nuestro esfuerzo para que Dios lo convierta en victoria.

“ceñirnos los lomos, remangarnos la camisa y lanzarnos a trabajar y Dios obrará milagros y pondrá sobre nosotros su gracia ante las personas que tendrán los recursos que necesitamos y nos proveerá de oportunidades que parecieran inaccesibles a no ser por un milagro”

Y cuanta verdad hay en esta declaración.

Hace unos años una vecina se apropió de varios pies de tierra de una propiedad de la que yo era condueña y no hubo un diálogo por el cual se entrara en razón y eso nos ocasionaba entrar a duras penas al espacio destinado al parqueo. Muy preocupada lo consulté con el Pastor Miranda y su consejo fue ora y si estás en tu derecho lucha por lo que Dios te ha dado y después de aconsejarme y asesorarme empecé una lucha que duró un poco más de cuatro años en los que milagrosamente Dios proveyó abogados que pelearon mi causa con gastos mínimos ahorrándome varios miles de dólares. Lo primero que recuerdo es que busqué citas bíblicas que hablaran de la justicia de Dios y las pegué en los gabinetes de la cocina que justo daba al frente de esa tierra.

Hubieron días de recopilar documentos, sacar muchas copias de documentos de varios años, permisos, muchísimas citas, buscar y llenar documentos y solicitudes, pasaban los meses y empezaron a pasar los años, y no se veía solución, incluso los abogados dudaban pero siempre alimentaba mi propia fe, les decía que Dios haría justicia.

Hubo desánimo (mis pies de barro), pero seguía la batalla, orando, declarando, llorando, clamando ayunando, ungiendo con aceite la propiedad con los linderos reales, y aunque no nos daban buenas noticias, todas las noches sin faltar una yo me ponía frente a mi ventana y por fe declaraba que yo iba a ver la justicia de Dios hecha a favor de mi causa y declaraba que aunque no veía nada en ese momento un día ese deck iba a ser removido y que mis ojos lo verían, declaraba que esa tierra estaba bajo la jurisdicción de mi Señor.

En otra oportunidad ungí con aceite el deck que habían construido en esa fracción de tierra y le hablé a la madera ordenándole en el nombre de Jesús que se moviera porque, ese lugar no le pertenecía, y lo visualizaba quitándose de esa tierra y un día fue removido, la vecina firmó aceptando que la tierra nos pertenecía y renunció a todo derecho y hoy hay una cerca nueva y un parqueo amplio. Y cada vez que tengo una prueba me detengo a ver la fidelidad de Dios en cada detalle, en cada pie de tierra, Dios es grande y poderoso.

Quien como el Señor no hay nadie, poderoso y fuerte así es él.

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. Salmo 84:4

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La oración mueve el corazon de Dios

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Segunda de Reyes, capítulo 20, la oración del rey Ezequías, para meditar un momento sobre el poder de la oración, como lo hemos hecho a través de la semana. Y hemos examinado el derecho, el privilegio de orar delante de Dios desde diferentes aspectos, y hemos tocado diferentes dimensiones de la oración. Nuestro deseo es enriquecer su vida de oración, mostrarle que la Biblia misma nos enseña que Dios quiere que oremos, que clamemos a él, que no hay nada imposible, no hay nada fuera del alcance de Dios, no hay un teman, no hay una situación de nuestra vida, no hay una circunstancia, no hay un acto, un problema de nuestra vida que no tenga una posible solución en Dios y en acercarnos al trono de la gracia.

Dios mismo nos invita diciendo que entremos confiadamente al trono de la gracia para recibir oportuno socorro. Dice el escritor Santiago, también que cuando alguien esta enfermo, ore, y la oración de fe sanará al enfermo. Dice que si tenemos falta de sabiduría, qué dice? Pídala a Dios. Y cómo da Dios? Con una cucharita, con una gotera, un gotero? Dice, el cual da abundantemente.

Si a ustedes le preguntan, bueno, cómo da Dios, cómo responde Dios a las oraciones? Diga, abundantemente, y qué más? Y sin reproche. Qué quiere decir eso? Que cuando tu vienes al trono de Dios y le pides algo a Dios, Dios no se molesta y dice, bueno, para salir del paso te voy a dar eso pero no me vuelvas a molestar más. No, dice, sin reproche. Eso quiere decir, a Dios nunca le molesta que tu le expongas tu fragilidad delante de él. Oh, cómo se te ocurre traer eso a mi persona? Cómo se te ocurre haber tenido esa tentación? Cómo se te ocurre haber caído en esa situación? Cómo se te ocurre que tu permitas que tu matrimonio llegue hasta ese punto?
No, cuando tu vienes al trono de la gracia. Gracia, quiere decir que Dios te recibe con amor, Dios te recibe gentilmente. Dios te recibe diciéndote, hijo mío, qué necesitas que yo te haga? Hija mía, cuál es tu petición? Dios está dispuesto para responder a nuestras necesidades. El corazón de Dios está preparado.

Y yo creo que si nosotros entendiéramos eso, que el trono de Dios es un trono de gracia, no es un trono de condenación. Condenación para los que están fuera de él, los que no han apelado a Cristo. Pero si tu estás en Cristo Jesús, tu amas a Cristo, tu vida está centrada en Jesús, tu tienes gracia delante de Dios. Habrá corrección en momentos, porque él te ama y su gracia incluye su corrección, pero su gracia es generosa, gentil, fraternal, amorosa. Y eso debe, a nosotros también, predisponernos, aprovechar el privilegio de la oración.

Yo quiero presentarles el caso del rey Ezequías, un hombre justo, no perfecto, tenía pies de barro, como los tenía Josafat. Cometió un error que nos dice la Biblia, no se nos deja saber exactamente en qué consistió su pecado, pero al final de su vida parece que se enorgulleció y Dios lo corrigió, pero él se humilló y volvió otra vez a alinearse con la voluntad de Dios, y Dios lo bendijo y lo perdonó.

Pero era un hombre que tomó muy en serio la gloria de Dios, creía en el poder de Dios, hizo reformas significativas en su reino para eliminar la adoración a los baales, eliminó los lugares altos donde adoraba la gente a los baales, estableció de nuevo la adoración genuina a Dios. Era un hombre que venía, de hecho, de un padre corrupto, un rey injusto, un rey que no reconoció a Dios verdadero, un Dios pagano y adorador de dioses falsos. Y este hombre, Ezequías resultó todo lo contrario a su padre. Amó al Señor, hizo reformas del templo, estableció la adoración en el templo, reestableció a los levitas y los sacerdotes, mandó noticias a todo Israel de una gran celebración de la pascua, que parece que no se celebraba durante muchos años, había caído en desuso la adoración a Jehová y él la reestableció. Amó al Señor grande, grandemente.
Mire aquí donde entra este relato. Capítulo 20, Segundo de reyes, dice que:

“…En aquellos días, - vamos a ver cuáles fueron aquellos días dentro de un momento - … En aquellos días Ezequías cayó enfermo… - no de un resfriado, no de un virus que lo molestaba, no de una artritis, sino cayó enfermo de muerte. Una enfermedad mortal - …y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amos, - su reinado se dio en tiempos del ministerio del profeta Isaías - … y le dijo, Jehová dice así,… - mire de dónde venía la noticia de muerte, mire de dónde venía la sentencia de muerte, no era de un médico equivocado que había hecho una radiografía y se había equivocado el diagnóstico. No, venía de Jehová mismo, - … Jehová dice así, Ordena tu casa porque morirás… - y por si acaso le quedaba dudas - … y no vivirás…”

Para que tuviera claro en qué consistía la sentencia. Ahora, qué hizo Ezequías? Dijo, bueno, Señor, si esa es tu voluntad, amén. Yo me someto a ti, ya mis días se cumplieron, amén, llévame contigo Jehová. Eso es lo que nosotros haríamos. Es la respuesta piadosa y religiosa muchas veces y evangélica. Y si lo hubiera dicho, nosotros diríamos, mira, amén, que hombre más entregado, más obediente, más sumiso. Pero Ezequías no se iba a quedar así tranquilo. Tenía un corazón apasionado y dice que:

“… Entonces él volvió su rostro a la pared… - yo no sé si él estaba acostado o estaba de pie y se volteó simplemente a adorarlo. Yo sospecho que él estaba acostado porque estaba de muerte, estaba acostado, yo creo quizás había sirvientes alrededor de él, - … volteó su rostro a la pared y oró a Jehová…”

Diga conmigo, oró a Jehová. Usted ve, yo he predicado que la oración cambia la situación. Aquí hay uno de los casos más dramáticos, de cómo una oración, cambia una situación que parece cerrada, bien cerrada.

“… Oró a Jehová y dijo, Te ruego, oh Jehová, te ruego… - a veces hay que repetirle al Señor, no es que él sea sordo pero hay que atraer sus peticiones una y otra y otra vez, hasta que sepamos que ha llegado al trono de la gracia nuestra oración. –

“… Te ruego, Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan… - Ojalá que nosotros pudiéramos orar así cuando tenemos necesidad, con esa autoridad, no con un sentido de auto justificación, sino con un sentido de que, Señor, yo he querido agradarte, yo he hecho todo lo que he podido, Padre, por qué?

“… Y lloró Ezequías con gran lloro… - yo creo que lo oyeron los vecinos en el otro extremo de la ciudad, lloró con gran lloro. No tengas temor de llorar, hombre. - …Y antes que Isaías, oiga esto, antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio de la propiedad real, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo, Vuelve y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo, así dice Jehová, el Dios de David, tu padre, yo he oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí que yo te sano. Al tercer día subirás a la casa Jehová y añadiré a tus días 15 años y te libraré a ti y a esta ciudad de manos del rey de Asiria… - le dio una ñapa tremenda también. - … y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a David, mi siervo. Y dijo Isaías, tomad masa de higos y tomándola, la pusieron sobre la llaga y sanó. Y Ezequías había dicho a Isaías, qué señal tendré de que Jehová me sanará y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? Respondió Isaías, esta señal tendrás de Jehová de que hará Jehová esto que ha dicho. Avanzará la sombra diez grados, está refiriéndose al sol, su circulación, la forma de medir las horas en estas culturas no demasiado desarrolladas científicamente, un reloj de algún tipo que medía el curso del sol y según la sombra del sol iba estableciéndose la tarde iba progresando. Entonces ellos podían medir qué hora era.

“… Avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados? Y Ezequías respondió, “Bueno, fácil cosa es que la sombra decline diez grados… - fácil es que el reloj vaya hacia la derecha, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, un reloj normal, moderno - … fácil cosa es que la sombra decline diez grados pero no que la sombra vuelva atrás diez grados…”

Hermanos, si ustedes ven la aguja de su reloj yendo para atrás huya, corra. O tírese de rodillas a orar y clamar a Dios porque está ocurriendo algo bien raro.

“… pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová e hizo volver la sombra por los grados que había descendido el reloj de Acas, diez grados atrás…”

Ese es uno de los relatos más escandalosos que hay en toda la Biblia y muchos científicos y apologistas cristianos se han roto la cabeza tratando de justificar cómo era posible que eso se diera. Hizo Dios que retrocediera el sol? Hizo Dios que simplemente fuera algo local, una visión o lo que fuera? Pero el caso es que Ezequías recibió la señal que tanto necesitaba.

Como ustedes ven este es un relato bello, un relato ejemplar, un relato que nos deja con un buen sabor en la boca, de que es posible. Por qué registró Dios este evento en la vida del rey Ezequías? No solamente para registrar un hecho histórica, una curiosidad histórica que pasó. Dios quería dejar un relato que cuando el pueblo de Dios lo leyera siglos y siglos después, se sintiera motivado a creer que Dios es un que escucha las oraciones, que Dios es un Dios que hace cosas imposibles, que Dios es un Dios inclusive que está dispuesto a cambiar sus propios edictos, sus propias declaraciones y decisiones a respuesta de un hombre o una mujer que se atreva a creerle a él, y que como Ester diga, “si perezco, que perezca, pero yo voy a ir y voy a entrar al trono de Dios y voy a postrarme y le voy a presentar mi necesidad y él entonces sabrá lo que hace, si responde o no.”

Cuando usted va a orar no se pregunte, bueno, será esto posible? Querrá Dios hacerlo? Estaré yo orando correctamente? Amén, usted puede quizás pedirle al Espíritu Santo sabiduría, pero mire, traiga su necesidad delante de Dios, presente su necesidad delante de Dios, guerree por su necesidad y si Dios le da victoria, amén, sino eso es asunto de él, pero usted haga su parte. Usted clame claramente delante de Dios. No esté dudando.

Eso es lo que pasa, muchas veces cuando oramos hay como inseguridad, incertidumbre, me va a responder Dios, no me va a responder? Será esto de Dios, no será de Dios? Y entonces, yo creo que una vez que usted ha decidido, yo tengo una necesidad, necesito una respuesta de Dios. Venga seguro delante del Señor, adelgace su oración como un rayo láser y preséntela a Dios. Por eso el Apóstol Santiago dice, “pero pida con fe”, cuando dice ore al Señor, Dios da abundantemente, dice pero pida con fe, no dudando nada. Guau! Hay que pedirle al Señor, Señor, auméntanos la fe, aumenta mi fe.

Yo les digo la verdad, cuando uno ora, si usted es honesto, si usted es honesto y yo soy honesto, es interesante, yo he observado ese fenómeno psicológico cuando nosotros oramos. Es como que hay un velo, hay una membrana extremadamente delgada, cuando nosotros oramos, como que amortigua nuestras oraciones. Y esa parte es la biología humana que impide que nosotros oremos con toda soltura y con toda fe, con toda creencia delante de Dios.

Cuán delgada, cuán gruesa es esa membrana depende de la unción de Dios en nuestra vida y la cantidad de fe que Dios nos ha dado. Pero yo creo que todo ser humano, por razón de ser biológico en su naturaleza, tiene algo que le impide pedirle a Dios con la soltura con que usted le pediría a Obama, si lo tuviera ahí, que le diera un puesto en su administración. No es lo mismo.
Usted ve? Porque es como que uno le está pidiendo pero hay secretamente en nuestro subconsciente hay algo que dice, bueno, escuchará Dios o no? Y el Apóstol Santiago nos dice, mire en todo lo posible, pídale a Dios o vaya adquiriendo esa convicción. Yo creo que según la bendición de Dios cae sobre nuestra vida, la unción de fe cae sobre nuestra vida, más convicción hay de que estamos hablándole directamente a Dios. Y que él está dispuesto a escuchar.

Tenemos que decirle, Señor, ayúdame a quitar todas esas cosas subconscientes, esos frenos subconscientes que están en nosotros, esas contaminaciones subconscientes que jalan en diferentes direcciones, de manera que el rayo de mi oración no vaya en línea recta sino que vaya siempre como esparcido y zigzagueando y llegue no en el centro mismo de la oración. Y eso viene de la práctica de la oración, viene del ayuno, viene de la compenetración con la palabra de Dios, viene de la santificación, viene de la comunión continua con el pueblo de Dios, viene de servir al Señor. Todas estas cosas juntas van dándole poder y convicción a nuestras oraciones.
Cuando esas cosas están faltas en nuestra vida, le restan fuerza, le restan convicción. Por eso es que tenemos que pedirle al Señor claro, porque Dios está dispuesto a escuchar.

Aquí tenemos a este hombre, Ezequías había experimentado grandes milagros de parte de Dios. Dios había hecho un tremendo milagro cuando literalmente eliminó a todo un ejército poderoso que tenía cercada su ciudad y en respuesta a una oración que Ezequías hizo, cuando no podía más cogió una carta, que era una declaración de guerra de Zenakerib, un rey muy poderoso, y Ezequías cogió la carta donde decía que iba a destruir su ciudad, y sabe lo que hizo Ezequías? En vez de ponerse a llenar esa carta de lágrimas, cogió la carta y la llevó al templo. Y se metió en el templo y dijo, Señor, este es tu problema, este no es mi problema. Mira lo que este hombre me está diciendo. Va a destruir mi pueblo. Y Ezequías clamó al Señor. Y dice el relato que Dios le mandó una profecía a través de Isaías y le dijo, yo me voy a encargar de ese asunto. Y esa misma noche, dice, que Dios mandó a su ángel y destruyó completamente ese ejército, y las naciones alrededor tuvieron miedo porque vieron la gloria de Dios manifestarse en la vida de Ezequías.

Después de esa gran victoria le viene una enfermedad terrible a Ezequías. Por eso dice, después de aquellos días, o en aquellos días le dan una sentencia de muerte a través de una enfermedad. Qué nos dice eso? Hermanos, la vida cristiana es una vida dinámica. Puede haber momentos en tu vida que vas a tener gran bendición de Dios, puede haber momentos en que todos los biles van a estar pagados, tu matrimonio va a estar muy armonioso, tus hijos van a estar yendo a la iglesia y buscando de Dios, tu te vas a sentir lleno de entusiasmo por las cosas de Dios, tu trabajo va a estar muy bien, tu jefe va a estar contento contigo, vas a tener buenas relaciones con tus compañeros de trabajo, y en esos tiempos gózate, alaba al Señor, asiste a la iglesia, celebra la bendición de Dios, trata de llenar la cuenta de banco lo más que puedas, porque también vendrán días de pruebas y de dificultades en tu vida.

El cristiano que quiere solamente mares tranquilos toda su vida, no sabe de lo que está hablando. Tenemos que ser marineros de agua dulce y también de agua salada. Cuando viene la prueba tenemos que estar preparados para saber qué hacer también, porque la aflicción viene. Dice Jesucristo “en el mundo hallareis aflicción”. Esa es la naturaleza del mundo.

Ezequías tuvo una gran victoria, gran bendición pero de momento viene una crisis a su vida. Y que bueno que en ese momento no se desplomó, sino que sabía lo que tenía que hacer. Yo digo algo muy importante en el libro “Pies de barro”, y es que cuando las cosas te van bien en tu vida, ese es el tiempo que tu debes usar para fortalecer los muros interiores de tu vida espiritual.
Mucha gente cuando todo va bien se descuidan. Yo he visto muchas personas que cuando las cosas le están yendo bien, hay mucho trabajo, le ofrecen part time y over time de momento, ya usted sabe, se mete en eso y se olvida de la iglesia. Todo está bueno, todo en la vida está bien, entonces bueno, vamos de vacaciones. La iglesia hoy, pues vamos a la playa mejor y vamos hacer esto, vamos a hacer lo otro. Y nos olvidamos del Señor.

¿saben qué? Yo he aprendido algo, que cuando las cosas me van bien yo tengo que usar cada minuto de paz y de tranquilidad para atesorar fuerza en mi espíritu. Es cuando más yo debo servir al Señor, debo aprovechar para tener más tiempos de vigilia, de ayuno, de buscar el rostro de Dios temprano en la mañana, de leer la palabra, de estudiar, de servir más a Dios. En los tiempos de quietud y de bonanza en tu vida, atesora energías, sirve a Dios.

Dice la palabra, está alguno alegre? Qué debe hacer, bueno, cante alabanza, adore al Señor. Está triste? Pues entonces, ore y busque solución, busque sanidad. Hay tiempo para todo dice el profeta.

Entonces, por qué yo digo esto? Porque cuando viene la crisis a tu vida, cuando el diablo está rompiéndote la puerta a martillazos, si tu no tienes en ese tiempo las actitudes de un cristiano guerrero, y no conoces de Dios, si tu vida de poder no está como debe estar, si tu no sabes a quién ir, si no hay autoridad espiritual en tu vida, te vas a desplomar y el diablo se va a servir con la cuchara grande en tu vida.

Por eso es que en los tiempos de paz, prepárate para la guerra, para que en los tiempos de guerra tu sepas lo que tienes que hacer. Imagínense un soldado, que cuando las balas están silbándole por encima de la cabeza comienza a leer su manual acerca de cómo hacer una trinchera o cómo usar el rifle, o cómo usar técnicas de defensa. Ese no es el momento, el momento es cuando tu…

Nosotros tenemos que vivir la vida cristiana enmarcada en las cosas del espíritu, sea tiempo bueno, sea tiempo malo, yo soy un hijo de Dios, yo soy un ser espiritual, mi vida tiene que estar definida en términos de mi identidad espiritual.

Gracias a Dios que Ezequías era un hombre que sabía que Dios tiene poder y que Dios contesta la oración. Él tenía experiencias con Dios. Él había pasado su vida sirviendo al Señor. Él había vivido una vida lo más íntegra que podía. Yo estoy seguro que no era un hombre perfecto, pero él dice, cuando viene la guerra a su vida, él tiene de dónde sacar reservas. Él tiene a donde apelar, y por eso él obtiene la victoria. En vez de desmoronarse y decir, oh, Señor, tu eres injusto, por qué tu permites que eso me pase si yo he hecho… No, él no recrimina a Dios, él apela a Dios.

Y uno ve eso una y otra vez, la gente de Dios cuando viene la crisis sacan de las reservas que han acumulado durante los tiempos de paz. Miren otra cosa aquí en este pasaje. La sentencia de muerte era absolutamente clara. Como yo decía, una cosa es que un médico te diga, mira, tienes un cáncer terminal, y otra cosa es que te digan, Dios dice que tienes un cáncer terminal y que te prepares para morir.

Yo creo que esto lo registra el escritor así porque quiere hacer más dramática todavía la respuesta que recibió Ezequías de Dios. Y para mí ese es uno de los grandes misterios de Dios. Aquí se nos da una entrada, primero al corazón de Dios, la intención de Dios y la voluntad de Dios. Y la voluntad de Dios es que este hombre muera, su tiempo ha llegado y él le dice, prepárate porque ya Dios ha determinado…

Y esto es una cosa que a los teólogos les crea mucha confusión muchas veces y eso genera a veces teología rara de que Dios no conoce todo lo que va a pasar en el futuro, etc. Aquí hay una complejidad bien grande. Sabía Dios o no que Ezequías iba a orar y que él lo iba a sanar? Yo creo que sí. Ahora, yo no me voy a romper la cabeza en cómo es que Dios compagina el tiempo y el espacio y la eternidad, su absoluto conocimiento y la limitación del hombres.

La Biblia es un libro que registra lo eterno, lo absoluto, lo infinito y trata de hacerlo en un lenguaje y en unas categorías racionales muy limitadas. No podemos incluir todo la complejidad de Dios. Lo que sí me dice aquí es una cosa, es que Dios había dicho y había determinado que este hombre iba a morir, pero Isaías clamó al Señor, oró y cambió. Yo voy a decirlo de esta manera para no entrar en muchas historias acá, cambió la voluntad de Dios, cambió la intención por lo menos, de Dios. Y Dios, que es fiel, misericordioso, perdonador y compasivo, retiró su decreto de muerte y tuvo la gracia de extenderle la vida a este hombre.

Hay pocas situaciones tan claras, tan gráficas en la Biblia que me dicen a mí, Roberto, ora y clama a Dios. Por eso es que hicimos lo que hicimos aquí esta mañana. Yo creo en la oración, creo que la oración cambia los aires, creo

que vivimos en un mundo tremendamente misterioso, creo que cuando hacemos guerra espiritual y confrontamos los poderes de las tinieblas y declaramos victorias espirituales, el diablo dice que él es el hombre fuerte que gobierna las naciones, gobierna ciudades, gobierna economías, gobierna sistemas que rigen los países y las ciudades, y cuando el pueblo de Dios contraataca y lo ata y hace difícil su obra de destruir vidas, él se dirige y quiere matar, robar y destruir y hacer daño y nosotros tenemos que contrarrestar esa fuerza llamando la gracia y la misericordia de Dios.

Ezequías hizo esto. Ezequías clamó a Dios, dijo, Señor, yo te he servido, qué está pasando? Por qué? Yo no creo que Ezequías clamó así porque le tenía miedo a la muerte. Yo creo que Ezequías clamó así porque él entendía instintivamente que su tiempo no había llegado. Yo creo que Ezequías quería todavía hacer cosas para Dios.

Que interesante que cuando Dios le dice, sabes qué? Te voy a sanar y al tercer día vas a ir a mi casa. Fíjese que no le dice al tercer día te vas a montar en tu caballo real y vas a volver otra vez a tus negocios normales de gobierno. No le dice te vas a tomar unas vacaciones de dos semanas para que te repongas del susto que has pasado. Le dice, no, en tres días vas a ir a mi casa.

Mire cómo, es decir, la Biblia define, enmarca, computa los eventos de la vida del hombre, la mujer de Dios en términos de su relación con Dios. Cuándo fue la última vez que usted recibió una noticia bien grande y lo primero que usted piensa es, voy a ir a la iglesia hoy a darle gracias al Señor? Mucha gente dice, no, vamos a ir a cenar, vamos a celebrar esta noche. Vamos a ver una buena película, vamos un fin de semana a pasarnos a Nueva York. No vamos a darle al Señor el diezmo, vamos a celebrar en la casa de Dios, vamos a testificar de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.

Yo creo que Ezequías quería, era un hombre que amaba a Dios y él dijo, Señor, todavía mi tiempo no ha llegado, hay cosas que yo quiero hacer. Ten misericordia de mí y clamó.

Se recuerdan lo que yo decía el domingo pasado acerca de la oración de Jabes, el oh de Jabes. Oh, si tu me dieras bendición y tu mano fuera conmigo, y me libraras del mal para que no me dañe, y ensancharas mi territorio. Esa oración era una oración completa, pero ese Oh fue una expresión que salió de los profundo de su corazón. Dios ama a la gente apasionada, a la gente que dice, si tu no me das esto, Señor, yo me muero. Atrévase a pedirle al Señor de esa manera. Eso es lo que pasa, en la vida cristiana hay mucha gente, como dijera yo, tibia, indiferente, gente que quiere que Dios los bendiga, pero están dispuestos a pagar el precio, gente que quiere hacer grandes cosas para ellos.

Tienen grandes sueños pero no están dispuestos a sacrificar algo por Dios. No están dispuestos a entregar más allá de lo básico. Le dan al Señor lo mínimo. Si el culto se tarda más de una hora y si el pastor predicó más de 20 minutos, ya están mirando su reloj de manera que él lo vea desde el púlpito. Pero no les importa que el juego de fútbol o de baseball vaya hasta las 3 de la mañana. Oh, no qué juegaso nos tiramos anoche, hasta las 3 de la mañana estuvieron peleando ahí. Y están hasta el último segundo disfrutando del juego, pero dígale que le den al Señor una hora de oración y usted verá como enseguida comienzan a dar excusas.

Ezequías era un hombre de pasiones grandes y no tuvo temor cuando vino la sentencia de muerte, hermanos, se rajó a llorar ahí. No le importó que estuviera la mujer, no le importó que estuvieran los hijos, los mocos se le salieron por la nariz y él dijo, no, yo voy a clamar a Dios. Yo voy a pedirle al Señor que tenga misericordia. Dice que lloró con gran lloro. La gente lo escuchó. No le dio temor de que sus siervos lo vieran llorar al gran rey Ezequías, él dijo, “Señor, ten misericordia de mí.”

Bartimeo dijo, “Señor, hijo de David, ten misericordia de mí, ten misericordia de mí” y el Señor escuchó a Bartimeo. Tenemos que pedirle al Señor, Señor, dame pasión para ser un hombre, una mujer apasionada delante de ti, una persona de grandes emociones, grandes convicciones, grandes inclusive odios al pecado, por ejemplo.

Hoy en día, se celebra esta moderación en el mundo evangélico. Hay que ser moderado para todo. No pongas a la gente incómoda en el trabajo hablándole de Jesucristo. No ores en el nombre de Jesús en un lugar público para que la gente no se ofenda. Quita la cruz de enfrente de la iglesia para que la gente no crea que ustedes son un culto falso, mágico. No adoren al Señor en voz en cuello en el culto sino que bien tranquilito, bien ordenado, los hujieres moviéndose con mucho cuidado para no hacer ruido. Todo elegante. Todo mesurado. Todo con mucho balance, mucha armonía, mucha proporción.

Hermanos, lo que mueve el corazón de Dios es cuando nos salimos de lo común. Cuando estamos dispuestos a cuestionar, okay, hay cámaras aquí de televisión, que importa, vamos a orar al Señor con más fuerza todavía. Está el gobernador de Massachussets en la iglesia, vamos a gritar en voz en cuello que Jesucristo es el Señor. Si quieren venir eso es asunto de ellos, pero están entrando en un lugar santo y nosotros no podemos reprimir nuestra pasión por Dios simplemente para que la gente diga, oh, que gente tan decentes, que elegantes, que bien comportados.

Yo veo en la Escritura una invitación a la pasión. Apunte eso por allí, invitación a la pasión. Está bueno eso, ¿verdad que sí? El próximo libro dice Diana, Invitación a la pasión. El pueblo judío es un pueblo apasionado, sabe. Y nosotros tenemos que ser comprometidos, apasionados, entregados. Si hay algo, una necesidad que tenemos delante de Dios, un hijo que necesita una intervención especial de Dios, un matrimonio que se está desmoronando, una situación financiera que está… clame al Señor y déjele saber a Dios su necesidad.

Tírese uno o dos ayunos, escoja una vigilia, busque del Señor de alguna manera, preséntele al Señor su causa en una forma insistente y Dios frecuentemente va a escuchar.

En el caso de Ezequías dice que ni siquiera había llegado al final del patio cuando Dios le habló, devuélvete, tengo noticias diferentes, cambio de planes. El plan B Isaías. Hay otra cosa interesante aquí, nos dice que Ezequías volteó el rostro hacia la pared. Por qué pone ese detalle cinematográfico el escritor de Reyes allí? Porque eso no es necesario. Es superfluo.
Yo creo que cuando Dios pone esos detalles en la Biblia es por alguna razón. Imagínese en su mente. Visualice a este hombre acostado en su lecho de muerte. Le acaban de dar una sentencia. El profeta se voltea, se va. Se llena de dolor y de temor y lo que hace es que se voltea. Yo puedo casi ver las sábanas que están encima de él volteándose con él y él pone su rostro hacia la pared.

Sabe lo que eso me dice a mí? Mire cuando usted tiene un clamor, una necesidad ante Dios, busque el mejor ambiente posible, la mejor posición posible, el mejor momento posible para clamar a Dios. Cierre la puerta de su casa. Reserve una mañana. Si usted es una persona que sus energías son más fuertes en la mañana, no ore a las 12 de la noche cuando usted está cansado y lo que quiere es dormir. Entonces ahí lo que tiene es una oración, Señor, ten misericordia de mí. Se acuesta y ya se olvidó ni siquiera de orar más. No terminó la frase y ya está durmiendo.
No, use el mejor tiempo. Yo soy una persona diurna. Mi esposa es nocturna, ella a las 3 de la mañana está feliz haciendo un trabajo, preparando una meditación o lo que sea. Yo, a esa hora, olvídese, que se puede caer el mundo encima y yo estoy fuera de condición. Pero yo por eso, mi tiempo favorito para orar es tempranísimo por la mañana, antes que salga el sol, mi tiempo favorito, como yo les he dicho, una taza de café, en una silla bien cómoda, en una esquinita de la casa, con el mundo totalmente desaparecido de mi vista y mi oído, orando al Señor. Ese momento es para mí insustituible, es el mejor tiempo de toda mi vida, la mañana.

Otros quizás, es de noche. Pero cuál es el mejor tiempo de tu vida? Cuando tu estás concentrado o cuando hay energía en tu mente y tu le puedes dar al Señor el mejor tiempo posible, antes que los muchachos se levanten y estén correteando, antes de que escuches las noticias y ya tu mente se vuelva un problema también, antes que escuches el tiempo o lo que sea. No, saca el mejor tiempo de tu vida.

El Señor Jesucristo muchas veces apartó a toda la gente. Cuando fue a orar por la hija de Jairo dejó afuera a todo el mundo y metió solamente a dos de sus discípulos, porque no quería que lo interrumpieran, no quería que la fe de otros o la falta de fe de otros, complicara su oración.

La oración tiene que ser concentrada, hay que visualizar las cosas, hay que desarrollar las peticiones. Hay, como decía yo antes, darle nombre y apellido. Hay que explayar tu necesidad delante de Dios como hablarías con psiquiatra o un psicólogo. Dale lujos de detalles, desarrolla el territorio que tu quieres que Dios bendiga. Visualiza lo que tu quieres recibir de Dios. Pelea contra la duda dentro de ti y trae tu oración concentrada, clara. Tu y Dios.

Yo amo la oración en público, hermanos, por eso hemos orado. Pero ¿saben qué? Yo no amo tanto la oración en público porque amo tanto la oración en privado, personalmente, ese soy yo. A mí me gusta orar con mis hermanos, y he dicho que es importante la oración pero para mí, la oración más importante de todas es cuando yo estoy solo con Dios. Él y yo, mano a mano, luchando con el ángel. Mi mente concentrada en él y silencio alrededor de mí que ni me escuche mi esposa, nadie. Él y yo.

Y por eso yo creo que Ezequías volteó el rostro hacia la pared y el Señor nos deja allí algo, de que cuando oremos, es importante, los gestos físicos, el cuerpo ayuda el espíritu. Hay vínculos entre las emociones, el cuerpo, el espíritu, la mente, todo eso es una sola cosa. Yo encuentro, cuando usted se arrodilla y mete la cabeza en una silla o algo, eso ayuda a la oración inclusive. Le ayuda a concentrarse, es un acto simbólico que le da un mensaje a su cerebro y le dice, concéntrate.

Cuando levantamos nuestras manos, cuando nos ponemos de pie, cuando pasamos al frente, todo eso, es un mensaje que le estamos dando al espíritu. Yo quiero hacer algo extraordinario y quiero recibir la contestación.

Hermanos, el mundo del espíritu es muy misterioso. Hay aspectos mecánicos en las cosas espirituales y mientras uno más entiende la palabra de Dios, uno se da más cuenta que sí, que hay dimensiones mecánicas, físicas, simbólicas que tienen que ver mucho con la efectividad en nuestra vida de oración, nuestra efectividad delante de Dios.

Entonces, Ezequías volteó su rostro hacia la pared y clamó a Dios. Y le dijo, Señor, ten misericordia de mí. Inmediatamente bajó la gracia de Dios, la respuesta de Dios, regresó Isaías, y vino… parece que la oración de Ezequías fue tan poderosa que desató gracia abundante de parte de Dios. Le dijo, sabes qué, Ezequías? Cancela la última noticia y aquí está la nueva: 15 años de vida para ti, 15 años. No le parece eso raro? Por qué no 10, por qué no 20? 15 años. Dios es un Dios específico. Así como nosotros tenemos que ser específicos porque Dios es específico, Dios es concreto.

Eso me acuerda a mí acerca de que la oración es algo, sí tiene un aspecto misterioso, pero también tiene un aspecto cotidiano. Dios es un Dios así, claro. Dijo te voy a dar 15 años más, te voy a extender 15 años. Yo hubiera dicho, Ezequías no te preocupes, vas a tener una vida más larga todavía. Pero no, le dijo 15 años y ahí los tienes.

Eso me convence a mí de lo verdadero de ese relato. Además de eso te voy a dar victoria a tu pueblo, te voy a dar bendición, te voy a bendecir tanto en tu propia vida, tu salud, pero también en tu reinado. Dios es un Dios expansivo. Da abundantemente y sin reproche. Y Ezequías se gozó y tuvo victoria y pudo ir al templo y darle gracias a Dios.

Su fe no era perfecta. Fíjese lo que pasó ahí, le dijo, Señor, dame una señal. Esto es tan grande que quisiera estar seguro, como buen judío, le pidió a Dios que le firmara un contrato claro.

Fíjese, era un hombre con pies de barro. Gedeón cuando Dios le dijo, ve y ataca al enemigo con 300 hombres, 30000 que tenía originalmente, se quedó con 300 solamente, Señor, qué señal tendré yo de que tu me vas a usar de esa manera? Dame algo y le dijo, si el vellón este de lana en la noche, si el rocío cae solamente sobre el vellón de lana pero no sobre el resto, entonces yo voy a creer. Pero después le dijo, pero sabes qué? Una señalita más, por favor, esta vez que caiga sobre la grama y no caiga sobre el vellón. Que misericordioso es Dios. Dios se digna de complacer a su siervo. Y le dijo, mira, está bien, te voy a dar una señal, el reloj va ir hacia atrás en vez de hacia adelante.

Dios es un Dios misericordioso. Dios se compadece de tu necesidad. Dios conoce, tu fe no tiene que ser perfecta. Haz todo lo que tu puedas pero al final del día, acércate ante el Señor, con lo que tu tienes. Señor, lo que tengo aquí es una tortolita para mi sacrificio, no tengo un carnero, pero lo que tengo te doy, Señor. Mi oración delante de ti, estoy débil, estoy deprimido, estoy triste, tengo dudas en mi corazón, pero ten misericordia de mí y recibe lo que te ofrezco Señor. Clamo a ti.

Hermanos, Dios nos invita a ser una iglesia de oración. Creámosle a Dios. Como el siervo se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen, porque él conoce nuestra condición. Se acuerda de que somos polvo. Cada día tenemos que creerle más y más a Dios y traer nuestras peticiones delante de él.

Pidámosle al Señor que nos ayude cada día más y más a ser un pueblo que ore, un pueblo que clame. Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces. Ponte de pie. Gracias, Señor Jesús. Gracias Señor.

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Víctima de bigamia, con un padre alcohólico

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Quiero darle las gracias a la pastora por invitarme. Cuando ella me invitó y me mencionó el tema, mujeres de impacto, me llamó mucho la atención porque he estado rodeada de mujeres de impacto. Hemos visto a las mujeres de impacto de la Biblia pero también esas con las que uno crece.

Y yo creo que a eso estamos llamadas, a impactar, no a dejar que los problemas y las circunstancias nos impacten a nosotras, nosotras impactar las circunstancias. Bendito sea el Señor.

Antes de continuar quiero leer en Primera de Pedro 4 buenos administradores de la gracia de Dios, y vamos a leer en el Capítulo 11. Leemos:

“… Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios. Si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén…”

Oremos, amadas. Gracias, Señor, por este día, gracias por tu presencia. Gracias porque sabemos que tu estás aquí, Señor. Gracias por permitirnos llegar hasta aquí, por la disposición, Señor, gracias por tu unidad. Te pedimos que tu hables a nuestras vidas conforme a nuestra necesidad. Guíanos, Señor, y que podamos aprender y crecer en ti en el nombre de Jesús. Amén.

Pues, les decía que he estado rodeada de mujeres de impacto y dentro de esas mujeres puedo citar mi madre, una mujer entregada al Señor con un ministerio amplio, entregada a su familia, una mujer que muchos la llaman mamá. Ha dado un ejemplo maravilloso de servicio, de entrega al Señor, de esposa, de hija, de cuñada, de tía, de prima.

La otra madre que tengo, porque tengo varias, mi pastora de Santo Domingo, la hermana América, ha impactado mi vida también. Una amiga tiene 75 años y salimos cuando estamos en Santo Domingo y compartimos como si tuviéramos la misma edad. Ella ha impactado a mi vida. Mayra Rodríguez, ustedes la conocen. Mayra tiene un don de intercesión que me ha impactado.

La conozco desde jovencita. Crecimos en la misma iglesia en Santo Domingo y ella tiene ese don de intercesión, pero al mismo tiempo tiene sentido del humor y eso es algo que nosotras necesitamos, ese gozo que se mantenga en nosotras.

Cuando vine aquí a León de Judá alguien que me impactó, la pastora Meche. Cómo el Señor a ella la usa en esa dulzura especial que viene de él. Eso a mí me ha impactado.

Vanesa Santos Mirabal, que adoradora, tremenda. Mi hermana Katia, con cuatro hijos dedicada al Señor, trabaja, estudia. Sus hijos van de 17 a 3 años y va dos veces a la iglesia, no sé cómo ella lo hace.

Y mi madre Ada, que me ha dado consejos de vida, que a los cuales le doy tantas gracias al Señor por ella, y gracias al Señor porque me ha ayudado a poner esos consejos en práctica. De nada vale que nos den el consejo si no lo ponemos en práctica. Ella es mi familia aquí y le doy gracias al Señor por eso.

De todas esas personas quiero hablarles de mi madre. Ella me instruyó en el camino a mí y a mis hermanos. Una madre entregada al Señor, como les dije, como dice la palabra, instruye al niño en su camino y aún aunque fuere viejo no se apartará de él. Instruid al niño no es traerlo a la iglesia, es enseñarle a orar, enseñarle a interceder, enseñarle desde pequeñito a ser un guerrero. Eso aprendí de mi mamá.

También ella me enseñó ese mandamiento con promesa: Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien en los días que Jehová, tu Dios, te da. Bendito sea el nombre de Dios.

Y ustedes dirán honrar a nuestros padres. En una ocasión alguien me dijo, bueno, pero mi papá ha sido tan malo que honrarlo eso no aplica. Resulta que nuestros padres tienen que darle cuenta a Dios, eso es algo entre ellos. Nosotros tenemos que cumplir con lo que eso dice. Honrar y cómo lo dice, honrar a nuestro padre y a nuestra madre. No dice nuestros padres, los separa.

Y quizás ustedes dirán, pero tu creciste en un hogar cristiano, para ti fue fácil. Mi madre, una sierva de Dios, mi papá un alcohólico. Alcohólico de tomar lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo. Si llovía tomaba, si salía el sol tomaba. Si estaba triste tomaba. Si estaba contento tomaba. Era tomar. Ustedes no sé si saben que hay personas que toman, como dicen se emborrachan, se duermen, hay otras que se ponen contentas, hay otras que se ponen agresivas. En mi casa los platos volaban. Fue un tiempo bien difícil que no duró 5, ni 10, ni 20 años. Duró mucho más que eso.

Y debo decirles que en todo ese proceso mi mamá siempre estuvo ahí diciéndonos, deben honrar a su papá. Deben honrar a su papá. Y también nos decía, recuérdense que ustedes tienen un Padre celestial, piensen en ese Padre celestial que suple todas las necesidades, que él no los va a dejar a ustedes, cuatro niños pequeños. Y eran situaciones tan difíciles que a medianoche, mami tenía que salir con nosotros a medianoche. Teníamos que dejar la casa. Y yo no entendía eso.

Hermanos, los niños asimilan todo, hasta una mala mirada entre los padres, y la van guardando, la van guardando. Y a veces pensamos, no, pero está muy pequeño, no entiende. Claro que sí. Y eso va afectando y afectando, y aunque mi mamá nos protegió, en mí fue creando cierto resentimiento contra mi papá. Yo lo amaba, lo quería, pero yo no entendía por qué teniendo una esposa admirable, entregada al Señor, una madre buena, nosotros hijos buenos, porque a pesar de todo, éramos los niños modelo de todo el vecindario. Teníamos la vergüenza de que el vecindario entero sabía la situación de mi casa, porque cuando papi llegaba a medianoche tomado, todo el vecindario se despertaba porque era una cosa tremenda. Eso no se podía esconder. Era la música, estallando. Tenían que venir los vecinos a socorrernos. Bendito sea el nombre de Dios.

Y cuando ya alcanzamos cierto conocimiento, mami nos sentó y nos dijo, “Su papá actúa así porque en su niñez él fue rechazado.” Hermanos, detrás de toda visión hay un por qué. Y no es que vamos a pasar paño tibio, pero hay que entender y todo viene de la niñez. Y esta mañana cuando llegué les estaba orando, y se estaba orando por los niños, el Señor ha puesto una carga por los niños.

En el primer día de matutino de la iglesia el pastor de los niños, Jonathan, dijo que así como en la iglesia se pasó papelitos para anotar las peticiones, a los niños se le pasaron papelitos también y él se sorprendió cuando vio tantos papelitos que decían “Oren para que mis padres no peleen.”

No oren para tener un juguete, ni para que me vaya bien en la escuela, para que mis padres no peleen. Y a veces vemos que nuestros niños nacen sanos y de repente se le desarrollan enfermedades. Vamos a chequear qué pasa en el hogar. Yo fui víctima de eso.

Mis nervios se deterioraron, en la escuela me tenían que llamar a mi mamá que me buscara, se empezaron a deteriorar. Un día me despierto y noto que no puedo caminar bien, tenían un dolor tremendo y no podía. Fui al baño, agarrándome, regresé, me senté y entonces llamé a mami. “Mami, no puedo caminar bien.” Me dice, “¿Te caíste?” Le dije, “No,” “Pero quizás te caíste y se te olvidó”, “No,” “Te diste un golpe.” “No.” Me chequeó, no había nada. Eso fue el sábado en la mañana. Domingo íbamos a la iglesia caminando. Para ir a la iglesia tuvimos que detenernos como cuatro o cinco veces, yo no podía caminar. El lunes me llevaron al médico. El médico a mami, “La voy a transferir a un especialista porque ella presenta principio de parálisis.”

Y me llevaron a un especialista, hicieron el chequeo. Empecé a tener problemas también en mis manos y el diagnóstico sí fue un principio de polineuritis, parálisis progresiva. El doctor le dijo, “La vamos a poner en terapia, pero no hay mucho qué hacer. Ella va a quedar paralítica.”

Imagínese en medio de un hogar con tantos problemas, esta noticia. Esto fue tremendo. Y llegamos a la casa, yo me fui a la habitación. Mi mamá buscó una enciclopedia médica y se puso a leer y allí mismo en la cocina se hincó, abrió los brazos, y dijo, “Señor, yo no quiero que mi hija quede paralítica. Yo no quiero mi hija paralítica. Yo la declaro sana.”

Cuando yo salgo, que veo eso, a mi mamá llorando como una niña, me fui a mi habitación y me senté y empecé a orar. Y todo lo que mi mamá me enseñó me vino a mi mente. Todo lo que ella me enseñó vino a mi mente. Cuando nací fue un miércoles soleado y ella me puso por nombre Betsaida Noemí. Betsaida es casa de pesca, Noemí, dulzura. Mi abuelo quería que me pusieran Carolina, pero ella dijo, ese es el nombre de ella.

Y mi mamá me explicó por qué me puso ese nombre. Ella me dijo “En Betsaida fue que el Señor multiplicó los peces. En Betsaida fue que el Señor sanó al ciego. Felipe era de Betsaida.” Buscó la Biblia y me enseñó, “Mira, ahí está Betsaida. Es una ciudad de Israel.” Y todo eso ella me decía y a mis hermanos también. Ella trataba de llenar ese vacío, esa herida, porque mis hermanos fueron afectados también.

Y en ese momento empecé a orar y a decirle, “Señor, tu hiciste todos esos milagros en Betsaida, has ese milagro en mí también.” Yo tenía solo 12 años. y le dije, “Señor, no lo hagas por mí, hazlo por mami. Yo no quiero que mami sufra. Ella tiene demasiado por qué sufrir. Hazlo también por papi, porque si yo quedo paralítica, él va a beber más. Hazlo por mis hermanos, yo no quiero que ellos sigan sufriendo.”

Y allí, hermanos, empecé a orar, a creerle a Dios. Para creerle a Dios no hay que saberse la Biblia del Génesis al Apocalipsis. Para creerle a Dios solo hay que creer en Dios y tener fe. Bendito sea Jesús. Creerle a él no importa en qué circunstancia estamos. Creerle que él nos va a sacar de donde estamos. Bendición sea Jesús.

Y el Señor desde niña había hablado a mi vida de que yo iría a diferentes países, y que mis pies pisarían otras tierras. Y ahí sentada yo dije, “Yo quiero ir a esos países y pisarla. Yo no quiero ir en silla de ruedas.” Y empecé a orar. Pues, estuve semi interna, recibiendo terapia tres veces a la semana, más terapia en la casa y un domingo, en la escuela dominical, se sentía una presencia del Señor tremenda.

Hermanos, cuando el pastor diga, vamos a interceder. Cuando el pastor diga, el Señor va a traer sanidad, va a haber liberación, hermanos, miren, vamos a olvidarnos de la hermana que nos queda al lado, al frente, al derecho, vamos a concentrarnos y a estar en el mismo tono. Porque, hermanos, el Señor se mueve de manera especial en el momento que menos esperamos.

Pues, ese día en la escuela dominical, la pastora dijo, “El Señor va a sanar a Betsaidita hoy, que ella pase, porque el Señor la va a sanar.” Hermanos, el Señor me sanó. Miren. Nunca me he sentado en una silla de rueda. Bendito sea el nombre de Dios. ¡Aleluya!. Yo alabo al Señor por eso. No perdí mi año escolar. Tuve que hacer mucha caligrafía porque no podía escribir. Fui totalmente afectada, pero el Señor me sanó y el Señor es real y el Señor es bueno.

Y esto es un testimonio vivo de lo que es sembrar en un niño. Bendito sea el Señor. De lo que es sembrar en un niño. Pues las dificultades siguieron en el hogar y llegó el momento entonces al año de eso empecé las misiones con Mayra y un grupo de jóvenes. Nos íbamos a los campos remotos, a los 15 años hice mi primer viaje misionero fuera del país. Caminé por tres países. Regué tratados. Prediqué a los 15 años y dije, “Señor, se está cumpliendo, se ha cumplido tu promesa.” Bendito sea el nombre de Dios.

De como 15 países que he ido, solo 5 han sido de vacaciones, los demás han sido misiones y le doy la gloria al Señor por eso. Uno de esos viajes fue a Cuba. Cuba ha sido una de mis misiones que más ha impactado mi vida. Yo estaba ahorrando para un carro y llegó eso de ir a Cuba y el Señor puso en mi corazón ir a Cuba, y dije, “Voy a ir a Cuba. Fui, saqué todos mis ahorros, fui a un sitio de mi país que le llaman La Sirena, hablé con un gerente… La Sirena, la tienda siempre llena. Hablé con un gerente que me dieran precio de venta porque yo iba a una misión a Cuba.

Compré cajones de papel de baño, desodorante, pasta dental, jabón y fue por medio de un tour que fui. Mi mamá se puso en la mano la cabeza y me dijo, “Yo sé que de allá me van a llamar, que Fidel te devolvió, pero amén. Gloria a Jesús. Si tu sientes ir, vete.” Y bueno, fue una pruebita, porque al principio yo estaba un poco… porque fue en esos tiempos de que Cuba no se permitía mucho ir.

Mi pastora me dijo, “Sí, vete” y mi papá me dijo, “Déjala ir que ella va a venir bien.” Pues, en el tour todas estas personas con sus maletas, yo no conocía a nadie del tour, con sus maletas bien bonitas, y yo llena de cajas. Por dondequiera cajas, y ellos tenían que ayudarme a empujar mis cajas. Cuando llegué a Cuba al hotel 5 estrellas, pero afuera, otra realidad.

Pensé que la iglesia que iba a ir, iba a quedar lejos. Sorpresa. En el counter pregunté del hotel, “Una iglesia cerca.” Cinco iglesias me mencionaron. Elegí una y fui y llevé. Eso me gocé en el servicio y debo decirle que fue una misión maravillosa. Cuando regresé mi cuenta estaba en cero. Yo le había prometido a mi hermano que iba a tener dinero, que iba a comprarme carro ese año. Ya íbamos a mitad de año. Empecé a ahorrar. El Señor me multiplicó todos mis ahorros. Llegó diciembre, no tenía el carro, yo le había pedido al Señor que para testimonio de él, y ante mis hermanos, yo quería el carro ese año.

15 de diciembre, no carro. 30 de diciembre, no carro. Bendito sea el nombre de Dios. Y yo orando. El 31 de diciembre me deslicé de la cama y caí de rodillas. “Señor, yo quiero el carro este año.” Y faltaban horas. Entonces, mis hermanos ya habían buscado, y nada, todo era mucho más caro o no realmente lo que queríamos. Llegamos a un sitio, nos acercamos, miramos un carro y yo dije “Ese es.” No les dije nada a ellos, me fui a una sombrita, empecé a orar. Ellos están chequeando motores. Vienen donde mí, “Qué pasó? No te gusta?” “Sí, me gusta. Estoy orando, vayan y negocien.”

Pues así hicieron, fueron rápidamente, empezaron a negociar. El dueño no estaba ahí, estaba en su casa. Para hacerle este testimonio corto, porque es bien largo el testimonio, el dueño del dealer nos mandó a que fuéramos a su casa. Nos recibió como familia, me entregó la llave del carro, me dijo, “Hablamos después, llévate el carro.” El 31 de diciembre a las 6:30 de la tarde el carro estaba parqueado en mi casa.

¡Aleluya! Hermanas, hay que dar. Cuando damos el Señor obra. Hay que dar. Si no tenemos el dinerito, vamos a dar con servicio. Vamos a dar con el tiempo. Una hermana que tenga niños que necesite un respiro de dos o tres horas, vamos a ofrecerle nuestro servicio de cuidarle a esos niños. Vamos a llevarle una sopa a otra hermana que lo necesite. Vamos a contribuir, vamos a servir, hermanos, el servicio. Y déjeme decirles, servir sin esperar nada. Porque la bendición viene por donde menos esperamos. Así es como el Señor obra, para que nadie se lleve gloria, solo él. Bendito sea el nombre de Dios. ¡Aleluya!. Gloria a Jesús.

Santo Jesús. De mis misiones hay muchos más testimonios, pero seguimos. A los 31 años me casé y fue un matrimonio orado por el Señor con una persona de Dios y estaba muy contenta, esa fue la razón por la que vine aquí a Estados Unidos, nueva vida. Fue un comienzo casarse, es un nuevo comienzo, imagínense para mí, venir a otro país. Voy a hablar un poquito rápido. Venir a otro país, nuevo idioma, nueva familia, nueva costumbre, nueva temperatura, todo nuevo.

Tenía casi 31 años y en mi casa mis hermanos ya grandes, hombres, lloramos. La separación, crecimos bien unidos. Mis dos hermanos son ya hombres y son los mejores amigos. Se cuidan, se protegen, se aman, se respetan, se aconsejan. Mi hermana y yo igual.

Y déjeme decirles que ese, aún a los 31 años, ese día, mi papá estaba borracho. Que tremenda despedida. Me fui con tremendo dolor, con ese escenario. Lo que marcó mi vida seguía ahí y aunque ya él había hecho su decisión, había sido bautizado, hermanos, pero el vicio es algo tremendo. El vicio acaba y él de niño fue rechazado y eso fue lo único que él sabía, tomar. Tomar.

Cuando no tomaba, el mejor padre. Pero cuando tomaba, oh Dios! No había hijos, no había esposa, nada. El enemigo siempre trató de traer desgracia en la casa pero no pudo. Y me fui triste dejando mi mamá, mi papá, mis hermanos, más dejando a mi papá así, entonces pensando, ahora mami va a tener que enfrentarse a eso, porque yo siempre estaba en la casa intermediando.

Y llegué a mi nueva vida de casada, el primer año, un año maravilloso, hermanos, hermanas, respeto, amor, una bendición. Yo estaba contenta, aunque era un cambio y al principio me deprimí por la distancia y todo. Yo empecé a trabajar tempranito, desde niña, trabajaba en un banco en Santo Domingo por 8 años, mi iglesia, mi vida social, para mí era un cambio rotundo el venir a este país. 6 meses sin trabajar, al principio él no quería que yo trabajara, más otra cosa, viajaba mucho por su trabajo. Yo me quedaba mucho tiempo sola, pero eso yo lo sabía de inicio.

Pero ya al segundo año, los viajes no eran de dos semanas, sino de tres, de cuatro semanas, hasta de 8 semanas, dos meses. El segundo año todo cambió. Cambió drásticamente. Un abuso emocional tremendo. Con esta size que tengo, me llamaba gorda. Y fue tanto el abuso que yo me lo creí. Yo iba a la tienda y compraba size 10, size 12, y así me vestía, porque estaba gorda.

Pero es una mentira del diablo. Y aquí nosotras todas vamos a declarar que somos lindas para él. No permitan, no lo permitan que el enemigo le traiga mensajes a su mente de si soy gorda o flaquita, o chiquita, o como sea. Somos bellas para el Señor. En ese momento yo lo creí todo. Me llamaba fea, e burla, desprecio.

Sabían que una de las cosas que más marcan a una persona y a una mujer es el desprecio? Por eso la inmigración es tan dolorosa, porque hay mucho desprecio. La discriminación al inmigrante. Yo me sentía despreciada totalmente por aquel hombre que confesó que me amaba, que nos casamos en una boda preciosa, que cantó para mí en la iglesia una canción preciosa. Todo se cambió.

Hermanos, cuando nos alejamos del propósito del Señor le abrimos la puerta a nuestra vida y la damos la autoridad al diablo, al enemigo. El Señor lo reprenda, para que posesione de nosotros. Entonces, nos convertimos en monstruos. Esa persona se convirtió en un monstruo. Era un hijo de Dios pero se había dejado llevar y por lo primero que se dejó llevar fue por la prosperidad. Le estaba yendo bien en el negocio y teníamos que tener cuidado con eso también. El Señor bendice, pero si la bendición se convierte en otra cosa nunca va a llegar, no nos la da. El Señor conoce el corazón. Él conoce el corazón.

Y ahí empezó todo. Entonces, al segundo año dije, bueno, vamos a buscar ayuda. No, no necesitamos ayuda. Le dije, vamos a sentarnos a dialogar, a buscar una solución. No, todo está bien. Le dije, pues entonces honestamente tres años, si no hay un cambio, hablé con la de él, a todo esto mi familia no sabía nada. Hice un viaje a Canadá a hablar con unos tíos consejeros de él, hicieron ellos un viaje a Nueva York, nos sentamos. Al principio todo bien. Lo mismo, reconciliación, lo mismo. Hubieron como 25 reconciliaciones. Imagínense ustedes.

Y entonces desde niña yo quería ser madre. Entonces, quedamos de acuerdo en esperar un año y después de ese año empezar a buscar. Como viajaba tanto, casi nunca coincidía, más dentro de él no había ese deseo, se le quitó el deseo. Él tenía un hijo que yo lo quiero muchísimo, pero se le quitó el deseo y no. yo tengo uno, para qué otro más?

Y me aferré a eso, a que yo quería tener un hijo, porque así íbamos a estar juntos, mi hijo y yo. Bueno, fue algo que oraba y le pedía tanto al Señor y siempre iba, desde que tenía una falta o dos iba al hospital. Ya en el hospital me conocían. Y negativo. La cuarta vez que fui me dijeron, cuando tengas 30 días tu vienes, ni la prueba me hicieron porque era tanto lo que yo iba que ya no vas a venir.

Pues, quedé embarazada. Oh, que gozo! Y fui, me hicieron la prueba y sí, me hice una casera, también, pero quise ir a otro centro. Y fui a ese otro centro y positivo, y ahí empecé a llorar. Me dijeron que el día de nacer era el mismo día del cumpleaños de él. Que felicidad! Yo estaba contenta. Y ahí llorando y llorando de la emoción, las enfermeras me abrazaron, sentí que una salió y entró con un papel, y me abraza. No te preocupes, hay solución solo tienes que firmar aquí y te hacemos el aborto.

Asimismo. Yo le di una ministrada a esas enfermeras en ese momento en contra del aborto, que ellas pensaron que yo estaba medio coco. Y llegué a la casa y ya yo quería tener la confirmación de todas esas pruebas para entonces decírselo a él. Se lo digo. Y me señala, “mañana te levantas y te haces un aborto”. Me lo repitió que yo me iba retrocediendo así, porque yo no podía creer lo que yo estaba escuchando. Me dijo, “no quiero ese hijo. Así que tienes que hacértelo”. Le dije, “pero, yo lo puedo tener, es mi hijo y yo lo puedo atender. Déjame tenerlo.” Me dijo, no. y yo le dije, “pues sabes qué? Eso está en contra de lo que el Señor manda. Yo lo voy a tener.” Y rehusé eso y empecé mis citas médicas. Pero ese dolor dentro de mí tan grande, yo no podía creer aquello que había escuchado. El rechazo continuaba. La burla continuaba.

Y debo decirles que es un hijo de Dios dejado usar por el enemigo. Muchas veces un tiempo difícil porque se iba por tiempo y yo tuve que pagar todo en la casa y me quedé sin dinero, sin comida, y me quedó un pan. Yo tenía que esperar una semana para cobrar. Hermanas, yo duré una semana comiendo pan y tomando agua. El pan lo dividí en secciones, en porciones. Yo solo pensaba, si mis padres supieran esto. Pero el Señor permitió todo eso para que mi amor se fuera. Porque él sabía que si me quedaba en esa relación yo iba a quedar destruida totalmente. Empecé a manchar y resultó que él estaba en la casa. Y le digo, estoy manchando, en el hospital me dieron varias pautas: si de repente notas que manchas, debes venir a emergencia.

Le dije, “llévame a emergencia.” Se negó. Me fui solita, de noche. Pero, hermanos, aunque estemos en necesidad, en cualquier situación que estemos, el Señor está ahí con nosotros. Y una cosa que nosotras debemos entender es que aunque tengamos hijos, aunque tengamos esposo, aunque tengamos padres, nosotras debemos depender directamente de Dios, tener nuestra confianza en Dios, depender en él totalmente. Porque el Señor lo llena todo en todo, y él cubre todas las necesidades.

Y el Señor me mandó un ángel ese día. Paré un taxi, no le dije nada, ni para dónde iba, él me miró y arrancó y se fue. Pero el Señor me tenía un ángel. Llegó otro taxista, cuando me acerco, era una mujer, entonces me monté, le dije a dónde iba, ella me mira por el retrovisor, le dije, voy a tal hospital, a emergencia. Y ella entonces me dice, “estás enferma?” Le dije, “estoy manchando” por el retrovisor ella me habla y me dice, “yo también tuve una pérdida.” Yo no le dije a ella que estaba perdiendo el embarazo, pero ella esa fue la palabra que usó. Yo también tuve una pérdida.

Fue un ángel lo que el Señor me mandó para irme preparando. El Señor sabía que yo no iba a conservar a la criatura, y eran dos. Llegué a emergencias sola y ella me dijo, yo también tuve una pérdida y me explicó como casi todo lo que yo estaba pasando. Y allí solita, sin familia, en el hospital enfrenté mi pérdida con la que se me fue el alma. Sentí que caí de un quinto piso sin paracaídas.

Eso marcó mi vida. Yo no quería saber de nada, de nadie. Yo era una hija de Dios, que le había servido a Dios, por qué eso me pasaba? No lo aceptaba. Y mi madre me dijo, hay que orar. Mami, yo no tengo ni ánimo de orar. No quiero, no siento, no tengo palabras. Orar. Me fui aniquilando. Me sequé. Sequecita. Llegaba a la casa, cerraba la puerta y me arrastraba ahí mismo en el suelo. No comía, me alimentaba de pop corn y agua. No podía ver ni siquiera un letrero de cosas de niños, porque ahí mismo dondequiera delante de todo el mundo, a llorar.

Hermanas, está bien que lloremos, pero no nacimos para ser mártires. Pasamos por pruebas, pero tenemos que sacudirnos y seguir adelante, porque como dijimos al principio, tenemos que impactar las circunstancias, no que las circunstancias, las pruebas y las experiencias nos impacten a nosotros. Cada proceso es el Señor haciendo nuestro carácter, es el Señor obrando en nuestras vidas. Y yo no entendía, no lo aceptaba, no lo aceptaba.

Entonces, empezaron personas a llamarme, que habían tenido pérdidas y ahí empecé yo a ministrarles en mí dolor a esas otras personas, a esas otras mujeres. Y eso fue curando, fue curando. Pero yo no había sacado el momento de decirle al Señor gracias. Hay que dar gracias por todo, por todo. La Biblia dice dar gracias por las cosas buenas, ni la por la no muy buenas, no, por todo.

Y un día ya no podía más con el dolor y me rendí y le dije, Señor, gracias, gracias por esta pérdida, gracias porque él lo llena todo y en todo. Hermanas, y ustedes, las que tienen hijos dirán, pero el espacio de un hijo no lo llena nada. Sí. Dios lo llena. El espacio de un esposo Dios lo llena. El espacio de cualquier necesidad Dios la llena. Hay que estar ahí, hay que conocer a Dios para entender eso, por eso Job y fue un libro que el Señor me puso a leer, y yo, por qué no leo salmos, proverbios, algo que me anime. No, Job. Era Job lo que tenía que leer. Oh Dios mío, como una llaga encima de la otra.

Ah, pero así es como el Señor funciona. Así es como él funciona. Tuve que leer el libro de Job. No solo leerlo, aplicármelo y a lo último dijo, de oídas te había oído más ahora mis ojos te ven. Bendito sea el nombre de Dios. El Señor es real. El Señor es maravilloso.

Hoy no hay una voz que me diga mamá, pero hay un Dios que me dice, eres mi hija y sé lo que te conviene. Bendito sea el nombre de Dios. Él ve mucho más allá. Él ve lo que nos conviene. Bendito sea el nombre de Dios. Y ustedes dirán, pero bueno, Betsy, lo mejor que a una mujer le puede pasar es un hijo. Miren, el Señor es que nos completa. El que cree que cuando me case estaré completa, ah, ah, no. el que cree que cuando tenga el hijo va a estar completa, no. el Señor es quien nos completa y cuando entendemos eso es que podemos decir, servimos a un Dios real, a un Dios bueno, a un Dios que desea lo mejor para nosotras. Bendito sea el nombre de Dios.

Pues, en todo este proceso el Señor me hablaba de Boston y yo no quería ir para Boston, yo quería ir para Florida. Y vino September 11, la compañía en que yo trabajaba se mudaba para Florida. Me ofrecieron mudarme con ellos. Un paquete buenísimo, hasta mejor posición, el mismo sueldo, mejor sueldo, inicial para una casa, pagarme la mudanza, todo. Imagínense. Y yo me iba para Florida. Pero no era para allá. El Señor había usado a mi pastora y a mami para que viniera aquí a Boston a León de Judá. Hi!

Y yo, mami, León de Judá ya sabía de León de Judá, yo no sabía de León de Judá. Señor, el León de Judá es León de Judá. Tenemos que darle valor a nuestra Congregación. Eso de decir, no, no, tenemos que vivir como tal. León de Judá es conocida en muchos sitios como una iglesia de Dios, una Congregación de Dios, y nosotros tenemos que alinearnos porque el nombre de Dios no va a quedar en vano ni en vergüenza. Tenemos que alinearnos.

Pues, ahí estaba mami, ahí está Mayra, ahí está Zenia, ahí está Tati, en León de Judá. Y yo, mami, que no voy para Boston, no quiero ir más lejos de Santo Domingo. Yo quiero ir a Florida, dos horas de vuelo y ya y estoy con ustedes. Me voy para allá. No, no, no, mami, me gusta Nueva York. Y el Señor hablándome con eso. Pero yo nada de entender. Pues, pasó September 11, con mi maleta lista para irme para Florida, lugar donde vivir y el Señor me dijo, no vas.

Hermanos, miren, uno tiene que estar bien sintonizado con el Señor, para uno entender cuando él le habla a uno. Y uno no dar el paso y caernos en el hoyo. Yo tenía mi maleta lista. Y cuando el Señor dijo, no vas, a mí se me importó el jefe, la compañía, el lugar donde iba a vivir. Dije, no, me tengo que quedar, no puedo irme en desobediencia. Me quedo aquí en Nueva York, pero para Boston no voy.

Y me quedé en Nueva York sin trabajo, la situación de mi matrimonio estaban tremenda. Dije, ya es tiempo de dar el paso. Habían pasado ya 5 años. Dije, ahora que estoy sin trabajo voy a aprovechar, voy a ir a Santo Domingo, le voy a hablar a mis padres. Mi hermano mayor sabía porque él vino a visitarme cuando tuve la pérdida y él mismo me dijo, “tienes que salir de esta relación.” Que consejo. Él mismo vio la situación, me dijo, tienes que salir. Hubo una noche que él salió de la casa, sin saber nada de Nueva York a caminar. No aguantaba. Me dijo, “no, es que tienes que salir de esta situación”. Yo le dije, “por favor, no le digas nada a mis padres. No le digas nada a papi y a mami. Yo voy a ir, yo voy a hablar con ellos y así va a ser.”

Pues, como estaba sin trabajo aproveché y compré mi ticket. Pues, resulta que un día antes de irme, estoy fregando y miro así y veo un sobre que sale del maletín de mi esposo. En la casa siempre habían sobres de su maletín, pero yo nunca había tenido la necesidad de ir a chequear nada, para qué? A todo esto había muchas infidelidades, con todos esos viajes. Un día, esperaba que yo me acostara, para entonces hacer sus llamadas. Un día yo sentí que el Señor me levantó de la cama, literalmente me levantó. La oficina estaba en la casa, cuando me acerco oigo la conversación de dos enamorados. Yo dije, guau, pero no dije nada. Al otro día le dije, me dijo que yo estaba imaginando cosas. Le dijo a su familia que la pérdida del embarazo me había puesto demente, que yo oía cosas. Y bueno, yo oía cosas, pero yo no estaba oyendo cosas, yo estaba viendo, separados totalmente. Rechazo físico. “Por favor, dame un abrazo.” “No, no, no, tu estás gorda, fea.” Tremendo.

Pues, ese día el Señor vuelve y me pone la mirada en ese sobre. Voy y digo, ok, termino de fregar, me seco las manos y voy y cojo el sobre. Estaba abierto, no tuve que violarlo. Saco unas fotos, había una carta dirigida a mi esposo de su esposa, que no era yo. Yo me quedé, pero si será lo que estoy leyendo o qué es lo que estoy leyendo? Y la leí, y la leí y dije, no alguien tiene que leerla y entender porque no entiende. La cogí nerviosa, temblando, me voy donde sus hermanas, que fueron una familia maravillosa para mí, y le enseñé todo. Y ellas, sí, eso mismo es. Me dijeron, hay que sacarle copia.

Hermanos, hay que sacarle copia, yo no pensé en eso, pero ellas sí y adoran a su hermano. Su hermano ha sido como un padre para ellas. Miren, y nada, tuve que sacarle la copia. Ya el otro día, el Señor quiso que yo viera eso ya para que… hermanos, yo no lloré, yo solamente no lo podía creer. Fui víctima de bigamia y en el avión lágrimas porque en la casa no lloré.

Y cuando llegué donde mis padres, me derretí. Me desplomé. Yo no tenía fuerzas ni física ni emocional, era como todo junto, estaba deshecha, en pedazos. No tenían ni manera como de razonar, ni de entender, no tenía deseos de comer ni fuerza de masticar. Mi mamá tenía que darme la comida así. Pero, hicimos un team de oración, un team fuerte de oración.

Y ahí otra vez, hija, tienes que mudarte a Boston. Y yo, mami, no me hables de Boston. Cuando me mencionaban eso, yo no quería, rechazaba eso. Pues, llegué a Nueva York, estábamos ya separados, pero yo no tenía dónde ir, estaba sin trabajo, tenía que quedarme viviendo bajo el mismo techo. Pues, entonces conseguí un trabajo, tenía que tener un año trabajando para poder aplicar a un apartamento, con una semana solo de trabajo fui y apliqué. Me rechazaron y le dije, por favor, escúchenme. Y le dejé otra ministración, hermanos, estamos llamadas a ser guerreras. Ese gerente no era ni cristiano ni nada, y yo lo ministré ahí mismo y me fui. A los dos días me llamó. Me dieron un apartamento, con una semana de trabajo. Sin prueba de que me iban a dejar en ese trabajo, alabado sea el Señor.

Pues, entonces de ahí ya me mudé, estaba feliz, viviendo en un sitio muy bueno, un trabajo en el área de Rockefeller en una compañía financiera, y asistiendo a la iglesia Time Square Church, una iglesia maravillosa. Estaba contenta. Y gracias, Señor, pero en pedazos.

Sabe que a veces uno se ve muy bien pero por dentro están las heridas. Y por eso es que el Señor quería sacarme de Nueva York, desconectarme de todo, porque el me quería aquí en Boston. Y yo no lo entendía. Pues, el Señor empezó a cerrar puertas, porque si no vas a la buena, a la mala. Y del trabajo buenísimo, tuve que dejarlo porque el jefe se aprovechó de que si la solterita, y que la que se yo qué, y… un hombre casado, con su esposa trabajando ahí mismo. Tremenda prueba. Empecé a orar, lo quitaron de la posición, pero el Señor quería que yo saliera de ahí. Aún así.

Y nada, sin trabajo de nuevo, dispuesta a buscar otro trabajo. Entonces decido ir a un retiro de Joyce Mayor, en Saint Louis, tres días. Me fui para allá y para no cansarle el invitado era T.D. Jakes. Entre todo lo que dijo, que fue mucho, todo para mí. Fui con un grupo de amigas que viajaron de diferentes estados, él predicaba y yo sentada allí y ellas todas hacían así. Mirándome, todo es para ti, Betsy. Una de las cosas que él dijo fue, el Señor está hablando, él dice que empaques la maleta, que salgas de donde estás y que te mudes a donde él te está diciendo.

Eso era, hermanos, era que tenía que entender de alguna manera. Hermanos, el Señor no dice, no vayas por ahí, ven por aquí, y no entendemos. Que terquedad! Y nos habla de mil maneras, pero seguimos ahí con esa terquedad, porque no es esto lo que quiero. El Señor sabe lo mejor y lo que nos conviene. Bendito sea el Señor.

Pues, no tuve otro más remedio, llegué de vuelta a Nueva York. Llamé a mami, “mami, tengo que irme para Boston.” Aja! Ella compró un vuelo, vino y me trajo a Boston. Me hizo la introducción para que yo me fuera familiarizando. Era un viaje de vacaciones. Vinimos a León de Judá. Oh, la famosa iglesia. Hermana, perdóneme, cuando llegué no me gustó. No me gustó, no me sentía y fue el enemigo que no me gustara, pero aquí era que el Señor me quería.

Y bueno, empecé el proceso de buscar donde vivir. Una amiga del alma me ofreció trabajo aquí. me ofreció quedarme en su casa, por 2 semanas porque tuve trabajo pero no tenía donde vivir. Entonces, nada, me quedé ahí. Ellos mismos me ayudaron a buscar dónde vivir y empecé de cero. No me gustaba. Estaba en contra de mi voluntad, pero estaba en obediencia. Y el Señor había dicho que aquí me iba a bendecir, que me iba a ayudar, que me iba a prosperar, y eso me animaba.

El primer domingo que vine el pastor me saluda y le dije, yo soy nueva aquí. Sin él saber nada de mí me profetizó tremendamente, el Señor te trajo aquí para hacerte, para ayudarte, para renovarte. Te va a bendecir, todo lo que perdiste él te lo va a dar multiplicado. Te va a poner en lugares que tu nunca has imaginado. Y yo ese día llegué a mi casa contenta y llamé a mami por teléfono a Santo Domingo, “mami, el Señor me habló por medio del mismo pastor.” Y ella me dijo, “te lo dije. Ahí se predica la palabra como es. Y el pastor Roberto Miranda es un profeta. Todo lo que él te dijo así mismo va a ser.”

Y yo esperando que todo fuera así mismo. Pues, yo vine en pedazos, y yo esperaba que el Señor me iba a poner como verdad, pues él le hizo así y me molió. Molidita y duele. Duele. Todo empezó a salir todo lo contrario a lo que yo esperaba. Todo diferente. Y el enemigo susurrándome, “te lo dije, que no vinieras”. Todo fue diferente. El primer día que salí para conocer la ciudad, vivo todavía cerquita del Prudential y salgo para ir al Mall por mi primera vez, y voy contenta. Oh, que bonito esto por aquí! y entrando así, dos jóvenes, bellas preciosas, besándose como novios. Plena luz del día. Yo así mismo me devolví, volví a mi casa, llamé a mami.

Mami, aquí fue lo que el Señor me trajo. Y yo creo que esto es Sodoma y Gomorra. Yo no pude entender, aquí todo me sale peor. Hasta me enfermé. No entendía nada. Y dije, Señor, tu no me trajiste aquí para yo estar en vergüenza. Empezaron a hacerme ofertas de trabajo buenísimas en Nueva York. Me llamaron de un edificio que yo había aplicado, donde la persona que abría la puerta usaba guantes, un edificio de esos rascacielos con área de golf en el mismo edificio, piscinas, gimnasio, de todo, de lujo, y muchísimas ofertas. Y el Señor aquí era que me quería.

Pues, ya después de mucho batallar con que le decía a mi hermana, no, yo regreso para Nueva York. Esto aquí no funciona. El dinero no me alcanza. Y era que el Señor me quería en el crisol, y yo no lo quería entender. Él me quería entrar al horno para hacerme de nuevo y yo me estaba rehusando.

Pues, le dije a mi hermana, “vamos a entrar en un ayuno de tres días.” Hermanos, el ayuno es algo que debemos adoptar y es una de las herramientas del cristiano, no para una vez al año. El ayuno es algo cotidiano del cristiano. Pues, me uní con mi hermana en tres días de ayuno. El segundo día, sábado, me desplomé ante el Señor y le dije, “Señor, perdóname, si soy tan terca, pero dame tan solo una muestra de que aquí es que tu me quieres, y aquí fue que me trajiste”. El domingo temprano vine a la iglesia, un mensaje maravilloso y el pastor dijo, pastor Roberto, “No dejes que enemigo te confunda, aunque veas que el cielo está negro, aunque todo te salga al contrario, el Señor tiene cosas grandes para ti. Pero ahí es donde te tienes que quedar. No permitas que el enemigo te confunda.” Hermanos, ya eso fue lo último, y dije, Señor aquí me quedo.

Entonces inicié a trabajar en el ministerio de los niños, en la sala cuna, a empezar de cero, así era que el Señor me quería. Trabajando con los niños. Y el Señor me decía cada domingo que me tocaba servir como maestra, cuando ellos gateando se caían, se desplomaban o caminaban se caían, así era que el Señor me quería: empezar de cero.

Empezó ese proceso. El Señor empezó a hablar a mi vida. El Señor empezó a armarme. El Señor empezó a hablarme. Empecé a buscar al Señor, empecé a creerle al Señor, empecé a confiar en el Señor, y ahí calladita, porque nunca me ha gustado ser muy vista. Por eso mucha gente ni me conoce, yo creo todavía. Y después de cinco y medio sirviendo en el ministerio de los niños, muchas personas no me conocían. Ya tengo seis años y pico en la iglesia.

Y en medio de todo este proceso, un día me despierto deprimida y me vestí asimismo deprimida. Hermanos, ustedes saben que tenemos que darle lo mejor al Señor. Y eso va desde la alabanza hasta el ganchito. A mí hace dos domingos una hermana que está aquí, me dijo, “Betsy, tu siempre estás como bien arregladita, y bien vestida.” Y yo le dije, “he aprendido a darle lo mejor al Señor, la mejor alabanza. No espero una salida importante para ponerme lo mejor”. Cuando tengo una salida importante hermana, no encuentro qué ponerme porque todo me lo pongo para venir a la iglesia, porque es mi salida más importante.

Vamos a darle lo mejor al Señor por dentro y por fuera. Porque sabían que una de las cosas que usa el deprimido es, eso mismo, tirarse al abandono. Entonces, no, nosotras no somos deprimidas. Estamos llamadas para darle lo mejor al Señor. Pues, ese día me levanté y me vestí de luto, me hice un moñito feíto aquí atrás, porque así era que me sentía, y fui a mi cita médica. La doctora me refirió, “sí hay que hacerte unas radiografías”, y sentada en el salón para recibir la radiografía saco un espejito y me miro, y me asusté cuando me vi. Guau! Y dije, pero Señor, si aquí es que voy a conocer a alguien, pero qué rara estoy. Y empecé a buscar y a arreglarme y justo cuando cierro la cartera, viene este joven con la sonrisa más bella de mi vida, algo que yo decía que la gente aquí en Boston no sonreía. Pues, viene él con un file, todo vestido con su uniforme y me llama. Ese hombre hoy es mi esposo. ¡Aleluya!

Amén. Hasta el micrófono… oh, santo, me entró un calor ahora, hermanos. Ay, santo. Discúlpenme, hermanas. Este joven con esta sonrisa tan bella, se convirtió en mi mejor amigo, hermanos, y él es hoy mi esposo. El Señor me ha ido dando todas esas cosas que yo perdí. Al contrario del otro que lo bendigo y lo perdoné, lo perdoné de corazón, realmente lo perdoné y lo bendigo.

Hermanos, es todo lo contrario. Me ama, me protege, me cuida, cariñoso. El Señor hace cosas perfectas. Y el Señor nos bendice perfectamente. Pues, nos casamos y al poco tiempo de casarnos recibí una llamada de Santo Domingo que mi papá había sufrido un derrame cerebral. Ahí empezó un proceso diferente.

Cuando yo vine a Nueva York yo perdoné a mi papá y cuando hablamos él solo hizo llorar. Eso le quitó a él una carga, y me quitó una a mí. Y aquí estaba un proceso diferente. El derrame que mi papá sufrió fue masivo, duró 40 días interno, 30 de los cuales en cuidados intensivos. Como mis hermanos tenían que trabajar y yo viajé de aquí para allá, yo me interné en el hospital. Nos permitían verlo solamente dos veces al día, un minuto cada uno, y me quedaba todo el día en el hospital. Pero ahí en el hospital el Señor me ponía a ministrarle a otras personas. Y había una joven desplomada llorando, y yo le estoy consolando y ella me dice, “tu no entiendes, es mi papá que se está muriendo”. Y yo le digo, “el mío también se está muriendo y está al lado del tuyo”. Y ella mi miró, “pero y no te duele?” “Claro, que me duele, pero yo en confiado en un Dios vivo y ya sea que él se salve o que parta con el Señor, el Señor sabe cuál es su perfecta voluntad.”

Hermanos, luego lo pasaron a una sala por diez días donde mi papá casi todas las madrugadas hacía, y a la medianoche gravedades. En una de esas gravedades, yo no pude conciliar más el sueño y ahí el Señor me dijo que escribiera un devocional. De esa gravedad, de esa prueba de mi papá nació el ministerio entre nosotros, de ese ministerio entre nosotros, nació el programa de televisión a lo cual yo me negué, porque yo peleo con un gigante todos los días que se llama English, al que todos los días me enfrento a él y el Señor me está ayudando, y cuando cogí las clases de producción, yo no quería por eso, porque como voy a traer un programa con este broken English que tengo y este terrible accent que tengo. Y nada, cogí mi clase y todo bien, y me olvidé de eso. Pues, la directora del canal me llamó, me dijo, “Betsy, te queremos aquí.” Y yo le expliqué, “pero es que yo tengo como este acento.” Y ella me dijo, “tu tienes una gracia especial y es lo que queremos aquí en este canal.”

De una vez me dieron espacios y ya el programa ha sido una bendición y lo principal es abrir este programa para León de Judá y desde un principio ha sido así, para glorificar al Señor, para seguir trabajando en su obra, para seguirle siendo fiel, y para hablar de lo que es la maravilla del Señor.

Yo estaba en pedazos como una pérdida, víctima de bigamia, con un padre alcohólico, pero el Señor es real. El Señor es bueno. El Señor es maravilloso y aquí estoy para darle la gloria a él, para testificar de que el Señor sí obra en nuestras vidas.

Hermanas, vamos a confiar en el Señor. Y quiero mostrarle algo rápidamente. Aquí dice, reconocer. Si ustedes leen, esta palabra se lee de la misma manera al derecho y al revés. Eso es lo que el Señor quiere, que nosotras reconozcamos que somos hijas de él, reconozcamos que no estamos aquí solo para ser madres o esposas o hijas, o tías, o sobrinas. Estamos aquí para servirle a Dios, para reconocer que somos hechas para servirle a él, para agradarlo a él, que somos guerreras. Claro que hay que llorar, y cuando lloremos, lloremos, pero luego limpiémonos las lágrimas y pongámonos la armadura y digamos, yo no nací para ser una deprimida. Yo no nací para ser una mártir, yo no nací para ser una sufrida. Yo nací para ser una mujer de impacto, una mujer que impacte dondequiera que llegue, una mujer que impacte con su vida, con su testimonio, con su vivir, con su recitar. ¡Aleluya! Con su alabanza.

El Señor nos ha hecho para brillar, hermanas, y yo traje algo aquí que quiero enseñarles y es que somos perlas. El Señor nos ha hecho perlas, pero mire una gran diferencia. Y es lo que el Señor quiere con las mujeres de León de Judá. Aquí tenemos, y con esto termino, se enredó.

Hermanas, un aplauso al Señor. ¡Aleluya! Un aplauso para ustedes ahora. Ya. así como es el Señor, él se enreda. Miren, una perla no deja de ser una perla. Es linda pero está solita y el Señor nos ha llamado a estar unidas. Aquí tenemos una pulsita, varias perlas, bonitas, como un broche, pero es solo una pulsita. Aquí tenemos un collar, más perlas juntas, muy lindo, más lindo que la pulsita, pero es solo una vuelta.

El Señor nos quiere así. Unidas. Despojémonos de la ñoñería espiritual, de la murmuración, del chisme, de la envidia, de por qué a ella sí y a mí no. ¡Aleluya! Todas somos especiales para el Señor. Todas somos especiales para el Señor. Y fíjense este collar, el Señor así unidas lo usa de diferentes maneras, de esta manera, de dos vueltas, de tres vueltas. Y cuando nos unimos más el Señor nos usa de muchas maneras diferentes.

El Señor así es que nos quiere, hermanas, unidas. Vamos a unirnos, porque solas no podemos. Solas no podemos, debemos brillar juntas. Debemos venir y presentarnos unidas al Señor, porque es mejor dos, es mejor dos que uno y eso se aplica a todo. Tengamos confianza. Una de las perlas, una de las joyas que debemos siempre lucir es la discreción. Vamos a ser discretas.

Si una hermana nos confiesa algo, si ella no nos da la autoridad de decirlo más adelante vamos a quedarnos con eso, porque eso va a impedir que vayamos a buscar consejo afuera, donde no vamos a encontrar el consejo correcto. Vamos a ayudarnos, vamos a querernos.

No importa si es inglés, español, italiano, francés, si somos de Guatemala, de Honduras, de Santo Domingo, Puerto Rico, de dónde sea, vamos a unirnos. Las amo en el Señor. Mi nombre es Betsy. Me pusieron Betsaida Noemí, pero me llaman Betsy. Y algo que quiero cerrar es, voy a cumplir 45 años en agosto y digo mi edad, no para que se la digan ustedes ni se las voy a preguntar, es que eso es algo entre nosotros que debemos entender. La edad es una dignidad. Cada día es un regalo de Dios, cada nuevo año es un regalo de Dios, una bendición. Vamos a llevar nuestra edad con orgullo. Amén. Y a brillar unidas para el Señor. Las quiero. El Señor les bendiga.

Amén. Vamos a hacer una oración y si hay alguna necesidad que necesite la oración, las hermanas también van a estar aquí orando, vamos a orar por cualquier necesidad que ustedes tengan. Sabemos que ha sido un mensaje en el silbido apacible que el Señor nos ha hablado, pero no nos vayamos sin tener una bendición especial. Alabado sea el Señor.

Gloria a Jesús. Señor Jesús te damos gracias por tu palabra, gracias Señor, porque tu hablas de diferentes maneras, gracias Señor, porque tu eres digno de toda alabanza, porque tu eres poderoso, porque tu haces, Señor, de una piedrecita sin valor, una perla especial para ti. Gracias Señor, porque tu conoces cada herida, tu conoces cada proceso, tu conoces, Señor, cada vituperio, pero a través de todo eso, tu recibirás la gloria, la honra y la alabanza, porque tu lo llenas todo en todo, Señor. Te representamos, Señor, a las madres, que ellas puedan instruir a sus hijos, guerreros desde niños, que no sea solo la provisión del pan o la ropa, sino enseñarles, Señor, la oración en la casa. Representamos las casadas, que tu nos des entendimiento de mantener nuestros matrimonios, Señor, de ser vencedoras en ti.

Señor Jesús, callad nuestra lengua, cerrad nuestra boca cuando debamos hacerlo. De no aniquilar a nuestros esposos con la lengua, Señor. Ayúdanos a controlarnos también, Señor. Te presentamos las solteras, Señor, tu conoces su corazón, su necesidades, sus deseos. Señor, prepáralas para cuando esa bendición llegue, sepan aprovecharla, Señor. Las divorciadas, Señor, ese espacio vacío tu lo llenarás porque estamos casadas contigo, Señor, tu eres nuestro Señor, nuestro Padre, nuestro esposo, nuestro abogado, nuestro Dios que lo llena todo en todo. Y no nos cansamos de repetirlo, Señor.

Te presentamos las viudas también, Señor, bendícelas, ayúdalas que sean de instrucción para nosotras, Señor, y para los demás. Te presentamos las pastoras, las mujeres con ministerio, las mujeres, Señor Jesús, de diferentes ministerios porque todas tenemos un ministerio en ti, Señor. Las adoradoras, Señor, te presentamos cada una de las vidas aquí representadas. Nacimos para servirte, para ser luchadoras, vencedoras.

Señor Jesús, nos despojamos, Padre, de la gloria en este día y para siempre de todo espíritu de mártires. No somos mártires ni deprimidas, en el nombre de Jesús, dejamos el pasado atrás y seguimos ante ti, Señor, para alcanzar el futuro, para seguir en el presente en victoria y desechamos todo lo pasado. Sabemos que el pasado es para hacer nuestro carácter, para bendecir a otras vidas, para darte la gloria y la honra a ti, Señor. Gracias, Señor, en este día por este culto. Acompáñanos hacia donde vamos y ayúdanos a poner esto en práctica. Que el gozo siempre esté en nosotras. Gracias, Señor. Amén.

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Víctima de bigamia, con un padre alcohólico

Transcripción

Quiero darle las gracias a la pastora por invitarme. Cuando ella me invitó y me mencionó el tema, mujeres de impacto, me llamó mucho la atención porque he estado rodeada de mujeres de impacto. Hemos visto a las mujeres de impacto de la Biblia pero también esas con las que uno crece.

Y yo creo que a eso estamos llamadas, a impactar, no a dejar que los problemas y las circunstancias nos impacten a nosotras, nosotras impactar las circunstancias. Bendito sea el Señor.

Antes de continuar quiero leer en Primera de Pedro 4 buenos administradores de la gracia de Dios, y vamos a leer en el Capítulo 11. Leemos:

“… Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios. Si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén…”

Oremos, amadas. Gracias, Señor, por este día, gracias por tu presencia. Gracias porque sabemos que tu estás aquí, Señor. Gracias por permitirnos llegar hasta aquí, por la disposición, Señor, gracias por tu unidad. Te pedimos que tu hables a nuestras vidas conforme a nuestra necesidad. Guíanos, Señor, y que podamos aprender y crecer en ti en el nombre de Jesús. Amén.

Pues, les decía que he estado rodeada de mujeres de impacto y dentro de esas mujeres puedo citar mi madre, una mujer entregada al Señor con un ministerio amplio, entregada a su familia, una mujer que muchos la llaman mamá. Ha dado un ejemplo maravilloso de servicio, de entrega al Señor, de esposa, de hija, de cuñada, de tía, de prima.

La otra madre que tengo, porque tengo varias, mi pastora de Santo Domingo, la hermana América, ha impactado mi vida también. Una amiga tiene 75 años y salimos cuando estamos en Santo Domingo y compartimos como si tuviéramos la misma edad. Ella ha impactado a mi vida. Mayra Rodríguez, ustedes la conocen. Mayra tiene un don de intercesión que me ha impactado.

La conozco desde jovencita. Crecimos en la misma iglesia en Santo Domingo y ella tiene ese don de intercesión, pero al mismo tiempo tiene sentido del humor y eso es algo que nosotras necesitamos, ese gozo que se mantenga en nosotras.

Cuando vine aquí a León de Judá alguien que me impactó, la pastora Meche. Cómo el Señor a ella la usa en esa dulzura especial que viene de él. Eso a mí me ha impactado.

Vanesa Santos Mirabal, que adoradora, tremenda. Mi hermana Katia, con cuatro hijos dedicada al Señor, trabaja, estudia. Sus hijos van de 17 a 3 años y va dos veces a la iglesia, no sé cómo ella lo hace.

Y mi madre Ada, que me ha dado consejos de vida, que a los cuales le doy tantas gracias al Señor por ella, y gracias al Señor porque me ha ayudado a poner esos consejos en práctica. De nada vale que nos den el consejo si no lo ponemos en práctica. Ella es mi familia aquí y le doy gracias al Señor por eso.

De todas esas personas quiero hablarles de mi madre. Ella me instruyó en el camino a mí y a mis hermanos. Una madre entregada al Señor, como les dije, como dice la palabra, instruye al niño en su camino y aún aunque fuere viejo no se apartará de él. Instruid al niño no es traerlo a la iglesia, es enseñarle a orar, enseñarle a interceder, enseñarle desde pequeñito a ser un guerrero. Eso aprendí de mi mamá.

También ella me enseñó ese mandamiento con promesa: Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien en los días que Jehová, tu Dios, te da. Bendito sea el nombre de Dios.

Y ustedes dirán honrar a nuestros padres. En una ocasión alguien me dijo, bueno, pero mi papá ha sido tan malo que honrarlo eso no aplica. Resulta que nuestros padres tienen que darle cuenta a Dios, eso es algo entre ellos. Nosotros tenemos que cumplir con lo que eso dice. Honrar y cómo lo dice, honrar a nuestro padre y a nuestra madre. No dice nuestros padres, los separa.

Y quizás ustedes dirán, pero tu creciste en un hogar cristiano, para ti fue fácil. Mi madre, una sierva de Dios, mi papá un alcohólico. Alcohólico de tomar lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo. Si llovía tomaba, si salía el sol tomaba. Si estaba triste tomaba. Si estaba contento tomaba. Era tomar. Ustedes no sé si saben que hay personas que toman, como dicen se emborrachan, se duermen, hay otras que se ponen contentas, hay otras que se ponen agresivas. En mi casa los platos volaban. Fue un tiempo bien difícil que no duró 5, ni 10, ni 20 años. Duró mucho más que eso.

Y debo decirles que en todo ese proceso mi mamá siempre estuvo ahí diciéndonos, deben honrar a su papá. Deben honrar a su papá. Y también nos decía, recuérdense que ustedes tienen un Padre celestial, piensen en ese Padre celestial que suple todas las necesidades, que él no los va a dejar a ustedes, cuatro niños pequeños. Y eran situaciones tan difíciles que a medianoche, mami tenía que salir con nosotros a medianoche. Teníamos que dejar la casa. Y yo no entendía eso.

Hermanos, los niños asimilan todo, hasta una mala mirada entre los padres, y la van guardando, la van guardando. Y a veces pensamos, no, pero está muy pequeño, no entiende. Claro que sí. Y eso va afectando y afectando, y aunque mi mamá nos protegió, en mí fue creando cierto resentimiento contra mi papá. Yo lo amaba, lo quería, pero yo no entendía por qué teniendo una esposa admirable, entregada al Señor, una madre buena, nosotros hijos buenos, porque a pesar de todo, éramos los niños modelo de todo el vecindario. Teníamos la vergüenza de que el vecindario entero sabía la situación de mi casa, porque cuando papi llegaba a medianoche tomado, todo el vecindario se despertaba porque era una cosa tremenda. Eso no se podía esconder. Era la música, estallando. Tenían que venir los vecinos a socorrernos. Bendito sea el nombre de Dios.

Y cuando ya alcanzamos cierto conocimiento, mami nos sentó y nos dijo, “Su papá actúa así porque en su niñez él fue rechazado.” Hermanos, detrás de toda visión hay un por qué. Y no es que vamos a pasar paño tibio, pero hay que entender y todo viene de la niñez. Y esta mañana cuando llegué les estaba orando, y se estaba orando por los niños, el Señor ha puesto una carga por los niños.

En el primer día de matutino de la iglesia el pastor de los niños, Jonathan, dijo que así como en la iglesia se pasó papelitos para anotar las peticiones, a los niños se le pasaron papelitos también y él se sorprendió cuando vio tantos papelitos que decían “Oren para que mis padres no peleen.”

No oren para tener un juguete, ni para que me vaya bien en la escuela, para que mis padres no peleen. Y a veces vemos que nuestros niños nacen sanos y de repente se le desarrollan enfermedades. Vamos a chequear qué pasa en el hogar. Yo fui víctima de eso.

Mis nervios se deterioraron, en la escuela me tenían que llamar a mi mamá que me buscara, se empezaron a deteriorar. Un día me despierto y noto que no puedo caminar bien, tenían un dolor tremendo y no podía. Fui al baño, agarrándome, regresé, me senté y entonces llamé a mami. “Mami, no puedo caminar bien.” Me dice, “¿Te caíste?” Le dije, “No,” “Pero quizás te caíste y se te olvidó”, “No,” “Te diste un golpe.” “No.” Me chequeó, no había nada. Eso fue el sábado en la mañana. Domingo íbamos a la iglesia caminando. Para ir a la iglesia tuvimos que detenernos como cuatro o cinco veces, yo no podía caminar. El lunes me llevaron al médico. El médico a mami, “La voy a transferir a un especialista porque ella presenta principio de parálisis.”

Y me llevaron a un especialista, hicieron el chequeo. Empecé a tener problemas también en mis manos y el diagnóstico sí fue un principio de polineuritis, parálisis progresiva. El doctor le dijo, “La vamos a poner en terapia, pero no hay mucho qué hacer. Ella va a quedar paralítica.”

Imagínese en medio de un hogar con tantos problemas, esta noticia. Esto fue tremendo. Y llegamos a la casa, yo me fui a la habitación. Mi mamá buscó una enciclopedia médica y se puso a leer y allí mismo en la cocina se hincó, abrió los brazos, y dijo, “Señor, yo no quiero que mi hija quede paralítica. Yo no quiero mi hija paralítica. Yo la declaro sana.”

Cuando yo salgo, que veo eso, a mi mamá llorando como una niña, me fui a mi habitación y me senté y empecé a orar. Y todo lo que mi mamá me enseñó me vino a mi mente. Todo lo que ella me enseñó vino a mi mente. Cuando nací fue un miércoles soleado y ella me puso por nombre Betsaida Noemí. Betsaida es casa de pesca, Noemí, dulzura. Mi abuelo quería que me pusieran Carolina, pero ella dijo, ese es el nombre de ella.

Y mi mamá me explicó por qué me puso ese nombre. Ella me dijo “En Betsaida fue que el Señor multiplicó los peces. En Betsaida fue que el Señor sanó al ciego. Felipe era de Betsaida.” Buscó la Biblia y me enseñó, “Mira, ahí está Betsaida. Es una ciudad de Israel.” Y todo eso ella me decía y a mis hermanos también. Ella trataba de llenar ese vacío, esa herida, porque mis hermanos fueron afectados también.

Y en ese momento empecé a orar y a decirle, “Señor, tu hiciste todos esos milagros en Betsaida, has ese milagro en mí también.” Yo tenía solo 12 años. y le dije, “Señor, no lo hagas por mí, hazlo por mami. Yo no quiero que mami sufra. Ella tiene demasiado por qué sufrir. Hazlo también por papi, porque si yo quedo paralítica, él va a beber más. Hazlo por mis hermanos, yo no quiero que ellos sigan sufriendo.”

Y allí, hermanos, empecé a orar, a creerle a Dios. Para creerle a Dios no hay que saberse la Biblia del Génesis al Apocalipsis. Para creerle a Dios solo hay que creer en Dios y tener fe. Bendito sea Jesús. Creerle a él no importa en qué circunstancia estamos. Creerle que él nos va a sacar de donde estamos. Bendición sea Jesús.

Y el Señor desde niña había hablado a mi vida de que yo iría a diferentes países, y que mis pies pisarían otras tierras. Y ahí sentada yo dije, “Yo quiero ir a esos países y pisarla. Yo no quiero ir en silla de ruedas.” Y empecé a orar. Pues, estuve semi interna, recibiendo terapia tres veces a la semana, más terapia en la casa y un domingo, en la escuela dominical, se sentía una presencia del Señor tremenda.

Hermanos, cuando el pastor diga, vamos a interceder. Cuando el pastor diga, el Señor va a traer sanidad, va a haber liberación, hermanos, miren, vamos a olvidarnos de la hermana que nos queda al lado, al frente, al derecho, vamos a concentrarnos y a estar en el mismo tono. Porque, hermanos, el Señor se mueve de manera especial en el momento que menos esperamos.

Pues, ese día en la escuela dominical, la pastora dijo, “El Señor va a sanar a Betsaidita hoy, que ella pase, porque el Señor la va a sanar.” Hermanos, el Señor me sanó. Miren. Nunca me he sentado en una silla de rueda. Bendito sea el nombre de Dios. ¡Aleluya!. Yo alabo al Señor por eso. No perdí mi año escolar. Tuve que hacer mucha caligrafía porque no podía escribir. Fui totalmente afectada, pero el Señor me sanó y el Señor es real y el Señor es bueno.

Y esto es un testimonio vivo de lo que es sembrar en un niño. Bendito sea el Señor. De lo que es sembrar en un niño. Pues las dificultades siguieron en el hogar y llegó el momento entonces al año de eso empecé las misiones con Mayra y un grupo de jóvenes. Nos íbamos a los campos remotos, a los 15 años hice mi primer viaje misionero fuera del país. Caminé por tres países. Regué tratados. Prediqué a los 15 años y dije, “Señor, se está cumpliendo, se ha cumplido tu promesa.” Bendito sea el nombre de Dios.

De como 15 países que he ido, solo 5 han sido de vacaciones, los demás han sido misiones y le doy la gloria al Señor por eso. Uno de esos viajes fue a Cuba. Cuba ha sido una de mis misiones que más ha impactado mi vida. Yo estaba ahorrando para un carro y llegó eso de ir a Cuba y el Señor puso en mi corazón ir a Cuba, y dije, “Voy a ir a Cuba. Fui, saqué todos mis ahorros, fui a un sitio de mi país que le llaman La Sirena, hablé con un gerente… La Sirena, la tienda siempre llena. Hablé con un gerente que me dieran precio de venta porque yo iba a una misión a Cuba.

Compré cajones de papel de baño, desodorante, pasta dental, jabón y fue por medio de un tour que fui. Mi mamá se puso en la mano la cabeza y me dijo, “Yo sé que de allá me van a llamar, que Fidel te devolvió, pero amén. Gloria a Jesús. Si tu sientes ir, vete.” Y bueno, fue una pruebita, porque al principio yo estaba un poco… porque fue en esos tiempos de que Cuba no se permitía mucho ir.

Mi pastora me dijo, “Sí, vete” y mi papá me dijo, “Déjala ir que ella va a venir bien.” Pues, en el tour todas estas personas con sus maletas, yo no conocía a nadie del tour, con sus maletas bien bonitas, y yo llena de cajas. Por dondequiera cajas, y ellos tenían que ayudarme a empujar mis cajas. Cuando llegué a Cuba al hotel 5 estrellas, pero afuera, otra realidad.

Pensé que la iglesia que iba a ir, iba a quedar lejos. Sorpresa. En el counter pregunté del hotel, “Una iglesia cerca.” Cinco iglesias me mencionaron. Elegí una y fui y llevé. Eso me gocé en el servicio y debo decirle que fue una misión maravillosa. Cuando regresé mi cuenta estaba en cero. Yo le había prometido a mi hermano que iba a tener dinero, que iba a comprarme carro ese año. Ya íbamos a mitad de año. Empecé a ahorrar. El Señor me multiplicó todos mis ahorros. Llegó diciembre, no tenía el carro, yo le había pedido al Señor que para testimonio de él, y ante mis hermanos, yo quería el carro ese año.

15 de diciembre, no carro. 30 de diciembre, no carro. Bendito sea el nombre de Dios. Y yo orando. El 31 de diciembre me deslicé de la cama y caí de rodillas. “Señor, yo quiero el carro este año.” Y faltaban horas. Entonces, mis hermanos ya habían buscado, y nada, todo era mucho más caro o no realmente lo que queríamos. Llegamos a un sitio, nos acercamos, miramos un carro y yo dije “Ese es.” No les dije nada a ellos, me fui a una sombrita, empecé a orar. Ellos están chequeando motores. Vienen donde mí, “Qué pasó? No te gusta?” “Sí, me gusta. Estoy orando, vayan y negocien.”

Pues así hicieron, fueron rápidamente, empezaron a negociar. El dueño no estaba ahí, estaba en su casa. Para hacerle este testimonio corto, porque es bien largo el testimonio, el dueño del dealer nos mandó a que fuéramos a su casa. Nos recibió como familia, me entregó la llave del carro, me dijo, “Hablamos después, llévate el carro.” El 31 de diciembre a las 6:30 de la tarde el carro estaba parqueado en mi casa.

¡Aleluya! Hermanas, hay que dar. Cuando damos el Señor obra. Hay que dar. Si no tenemos el dinerito, vamos a dar con servicio. Vamos a dar con el tiempo. Una hermana que tenga niños que necesite un respiro de dos o tres horas, vamos a ofrecerle nuestro servicio de cuidarle a esos niños. Vamos a llevarle una sopa a otra hermana que lo necesite. Vamos a contribuir, vamos a servir, hermanos, el servicio. Y déjeme decirles, servir sin esperar nada. Porque la bendición viene por donde menos esperamos. Así es como el Señor obra, para que nadie se lleve gloria, solo él. Bendito sea el nombre de Dios. ¡Aleluya!. Gloria a Jesús.

Santo Jesús. De mis misiones hay muchos más testimonios, pero seguimos. A los 31 años me casé y fue un matrimonio orado por el Señor con una persona de Dios y estaba muy contenta, esa fue la razón por la que vine aquí a Estados Unidos, nueva vida. Fue un comienzo casarse, es un nuevo comienzo, imagínense para mí, venir a otro país. Voy a hablar un poquito rápido. Venir a otro país, nuevo idioma, nueva familia, nueva costumbre, nueva temperatura, todo nuevo.

Tenía casi 31 años y en mi casa mis hermanos ya grandes, hombres, lloramos. La separación, crecimos bien unidos. Mis dos hermanos son ya hombres y son los mejores amigos. Se cuidan, se protegen, se aman, se respetan, se aconsejan. Mi hermana y yo igual.

Y déjeme decirles que ese, aún a los 31 años, ese día, mi papá estaba borracho. Que tremenda despedida. Me fui con tremendo dolor, con ese escenario. Lo que marcó mi vida seguía ahí y aunque ya él había hecho su decisión, había sido bautizado, hermanos, pero el vicio es algo tremendo. El vicio acaba y él de niño fue rechazado y eso fue lo único que él sabía, tomar. Tomar.

Cuando no tomaba, el mejor padre. Pero cuando tomaba, oh Dios! No había hijos, no había esposa, nada. El enemigo siempre trató de traer desgracia en la casa pero no pudo. Y me fui triste dejando mi mamá, mi papá, mis hermanos, más dejando a mi papá así, entonces pensando, ahora mami va a tener que enfrentarse a eso, porque yo siempre estaba en la casa intermediando.

Y llegué a mi nueva vida de casada, el primer año, un año maravilloso, hermanos, hermanas, respeto, amor, una bendición. Yo estaba contenta, aunque era un cambio y al principio me deprimí por la distancia y todo. Yo empecé a trabajar tempranito, desde niña, trabajaba en un banco en Santo Domingo por 8 años, mi iglesia, mi vida social, para mí era un cambio rotundo el venir a este país. 6 meses sin trabajar, al principio él no quería que yo trabajara, más otra cosa, viajaba mucho por su trabajo. Yo me quedaba mucho tiempo sola, pero eso yo lo sabía de inicio.

Pero ya al segundo año, los viajes no eran de dos semanas, sino de tres, de cuatro semanas, hasta de 8 semanas, dos meses. El segundo año todo cambió. Cambió drásticamente. Un abuso emocional tremendo. Con esta size que tengo, me llamaba gorda. Y fue tanto el abuso que yo me lo creí. Yo iba a la tienda y compraba size 10, size 12, y así me vestía, porque estaba gorda.

Pero es una mentira del diablo. Y aquí nosotras todas vamos a declarar que somos lindas para él. No permitan, no lo permitan que el enemigo le traiga mensajes a su mente de si soy gorda o flaquita, o chiquita, o como sea. Somos bellas para el Señor. En ese momento yo lo creí todo. Me llamaba fea, e burla, desprecio.

Sabían que una de las cosas que más marcan a una persona y a una mujer es el desprecio? Por eso la inmigración es tan dolorosa, porque hay mucho desprecio. La discriminación al inmigrante. Yo me sentía despreciada totalmente por aquel hombre que confesó que me amaba, que nos casamos en una boda preciosa, que cantó para mí en la iglesia una canción preciosa. Todo se cambió.

Hermanos, cuando nos alejamos del propósito del Señor le abrimos la puerta a nuestra vida y la damos la autoridad al diablo, al enemigo. El Señor lo reprenda, para que posesione de nosotros. Entonces, nos convertimos en monstruos. Esa persona se convirtió en un monstruo. Era un hijo de Dios pero se había dejado llevar y por lo primero que se dejó llevar fue por la prosperidad. Le estaba yendo bien en el negocio y teníamos que tener cuidado con eso también. El Señor bendice, pero si la bendición se convierte en otra cosa nunca va a llegar, no nos la da. El Señor conoce el corazón. Él conoce el corazón.

Y ahí empezó todo. Entonces, al segundo año dije, bueno, vamos a buscar ayuda. No, no necesitamos ayuda. Le dije, vamos a sentarnos a dialogar, a buscar una solución. No, todo está bien. Le dije, pues entonces honestamente tres años, si no hay un cambio, hablé con la de él, a todo esto mi familia no sabía nada. Hice un viaje a Canadá a hablar con unos tíos consejeros de él, hicieron ellos un viaje a Nueva York, nos sentamos. Al principio todo bien. Lo mismo, reconciliación, lo mismo. Hubieron como 25 reconciliaciones. Imagínense ustedes.

Y entonces desde niña yo quería ser madre. Entonces, quedamos de acuerdo en esperar un año y después de ese año empezar a buscar. Como viajaba tanto, casi nunca coincidía, más dentro de él no había ese deseo, se le quitó el deseo. Él tenía un hijo que yo lo quiero muchísimo, pero se le quitó el deseo y no. yo tengo uno, para qué otro más?

Y me aferré a eso, a que yo quería tener un hijo, porque así íbamos a estar juntos, mi hijo y yo. Bueno, fue algo que oraba y le pedía tanto al Señor y siempre iba, desde que tenía una falta o dos iba al hospital. Ya en el hospital me conocían. Y negativo. La cuarta vez que fui me dijeron, cuando tengas 30 días tu vienes, ni la prueba me hicieron porque era tanto lo que yo iba que ya no vas a venir.

Pues, quedé embarazada. Oh, que gozo! Y fui, me hicieron la prueba y sí, me hice una casera, también, pero quise ir a otro centro. Y fui a ese otro centro y positivo, y ahí empecé a llorar. Me dijeron que el día de nacer era el mismo día del cumpleaños de él. Que felicidad! Yo estaba contenta. Y ahí llorando y llorando de la emoción, las enfermeras me abrazaron, sentí que una salió y entró con un papel, y me abraza. No te preocupes, hay solución solo tienes que firmar aquí y te hacemos el aborto.

Asimismo. Yo le di una ministrada a esas enfermeras en ese momento en contra del aborto, que ellas pensaron que yo estaba medio coco. Y llegué a la casa y ya yo quería tener la confirmación de todas esas pruebas para entonces decírselo a él. Se lo digo. Y me señala, “mañana te levantas y te haces un aborto”. Me lo repitió que yo me iba retrocediendo así, porque yo no podía creer lo que yo estaba escuchando. Me dijo, “no quiero ese hijo. Así que tienes que hacértelo”. Le dije, “pero, yo lo puedo tener, es mi hijo y yo lo puedo atender. Déjame tenerlo.” Me dijo, no. y yo le dije, “pues sabes qué? Eso está en contra de lo que el Señor manda. Yo lo voy a tener.” Y rehusé eso y empecé mis citas médicas. Pero ese dolor dentro de mí tan grande, yo no podía creer aquello que había escuchado. El rechazo continuaba. La burla continuaba.

Y debo decirles que es un hijo de Dios dejado usar por el enemigo. Muchas veces un tiempo difícil porque se iba por tiempo y yo tuve que pagar todo en la casa y me quedé sin dinero, sin comida, y me quedó un pan. Yo tenía que esperar una semana para cobrar. Hermanas, yo duré una semana comiendo pan y tomando agua. El pan lo dividí en secciones, en porciones. Yo solo pensaba, si mis padres supieran esto. Pero el Señor permitió todo eso para que mi amor se fuera. Porque él sabía que si me quedaba en esa relación yo iba a quedar destruida totalmente. Empecé a manchar y resultó que él estaba en la casa. Y le digo, estoy manchando, en el hospital me dieron varias pautas: si de repente notas que manchas, debes venir a emergencia.

Le dije, “llévame a emergencia.” Se negó. Me fui solita, de noche. Pero, hermanos, aunque estemos en necesidad, en cualquier situación que estemos, el Señor está ahí con nosotros. Y una cosa que nosotras debemos entender es que aunque tengamos hijos, aunque tengamos esposo, aunque tengamos padres, nosotras debemos depender directamente de Dios, tener nuestra confianza en Dios, depender en él totalmente. Porque el Señor lo llena todo en todo, y él cubre todas las necesidades.

Y el Señor me mandó un ángel ese día. Paré un taxi, no le dije nada, ni para dónde iba, él me miró y arrancó y se fue. Pero el Señor me tenía un ángel. Llegó otro taxista, cuando me acerco, era una mujer, entonces me monté, le dije a dónde iba, ella me mira por el retrovisor, le dije, voy a tal hospital, a emergencia. Y ella entonces me dice, “estás enferma?” Le dije, “estoy manchando” por el retrovisor ella me habla y me dice, “yo también tuve una pérdida.” Yo no le dije a ella que estaba perdiendo el embarazo, pero ella esa fue la palabra que usó. Yo también tuve una pérdida.

Fue un ángel lo que el Señor me mandó para irme preparando. El Señor sabía que yo no iba a conservar a la criatura, y eran dos. Llegué a emergencias sola y ella me dijo, yo también tuve una pérdida y me explicó como casi todo lo que yo estaba pasando. Y allí solita, sin familia, en el hospital enfrenté mi pérdida con la que se me fue el alma. Sentí que caí de un quinto piso sin paracaídas.

Eso marcó mi vida. Yo no quería saber de nada, de nadie. Yo era una hija de Dios, que le había servido a Dios, por qué eso me pasaba? No lo aceptaba. Y mi madre me dijo, hay que orar. Mami, yo no tengo ni ánimo de orar. No quiero, no siento, no tengo palabras. Orar. Me fui aniquilando. Me sequé. Sequecita. Llegaba a la casa, cerraba la puerta y me arrastraba ahí mismo en el suelo. No comía, me alimentaba de pop corn y agua. No podía ver ni siquiera un letrero de cosas de niños, porque ahí mismo dondequiera delante de todo el mundo, a llorar.

Hermanas, está bien que lloremos, pero no nacimos para ser mártires. Pasamos por pruebas, pero tenemos que sacudirnos y seguir adelante, porque como dijimos al principio, tenemos que impactar las circunstancias, no que las circunstancias, las pruebas y las experiencias nos impacten a nosotros. Cada proceso es el Señor haciendo nuestro carácter, es el Señor obrando en nuestras vidas. Y yo no entendía, no lo aceptaba, no lo aceptaba.

Entonces, empezaron personas a llamarme, que habían tenido pérdidas y ahí empecé yo a ministrarles en mí dolor a esas otras personas, a esas otras mujeres. Y eso fue curando, fue curando. Pero yo no había sacado el momento de decirle al Señor gracias. Hay que dar gracias por todo, por todo. La Biblia dice dar gracias por las cosas buenas, ni la por la no muy buenas, no, por todo.

Y un día ya no podía más con el dolor y me rendí y le dije, Señor, gracias, gracias por esta pérdida, gracias porque él lo llena todo y en todo. Hermanas, y ustedes, las que tienen hijos dirán, pero el espacio de un hijo no lo llena nada. Sí. Dios lo llena. El espacio de un esposo Dios lo llena. El espacio de cualquier necesidad Dios la llena. Hay que estar ahí, hay que conocer a Dios para entender eso, por eso Job y fue un libro que el Señor me puso a leer, y yo, por qué no leo salmos, proverbios, algo que me anime. No, Job. Era Job lo que tenía que leer. Oh Dios mío, como una llaga encima de la otra.

Ah, pero así es como el Señor funciona. Así es como él funciona. Tuve que leer el libro de Job. No solo leerlo, aplicármelo y a lo último dijo, de oídas te había oído más ahora mis ojos te ven. Bendito sea el nombre de Dios. El Señor es real. El Señor es maravilloso.

Hoy no hay una voz que me diga mamá, pero hay un Dios que me dice, eres mi hija y sé lo que te conviene. Bendito sea el nombre de Dios. Él ve mucho más allá. Él ve lo que nos conviene. Bendito sea el nombre de Dios. Y ustedes dirán, pero bueno, Betsy, lo mejor que a una mujer le puede pasar es un hijo. Miren, el Señor es que nos completa. El que cree que cuando me case estaré completa, ah, ah, no. el que cree que cuando tenga el hijo va a estar completa, no. el Señor es quien nos completa y cuando entendemos eso es que podemos decir, servimos a un Dios real, a un Dios bueno, a un Dios que desea lo mejor para nosotras. Bendito sea el nombre de Dios.

Pues, en todo este proceso el Señor me hablaba de Boston y yo no quería ir para Boston, yo quería ir para Florida. Y vino September 11, la compañía en que yo trabajaba se mudaba para Florida. Me ofrecieron mudarme con ellos. Un paquete buenísimo, hasta mejor posición, el mismo sueldo, mejor sueldo, inicial para una casa, pagarme la mudanza, todo. Imagínense. Y yo me iba para Florida. Pero no era para allá. El Señor había usado a mi pastora y a mami para que viniera aquí a Boston a León de Judá. Hi!

Y yo, mami, León de Judá ya sabía de León de Judá, yo no sabía de León de Judá. Señor, el León de Judá es León de Judá. Tenemos que darle valor a nuestra Congregación. Eso de decir, no, no, tenemos que vivir como tal. León de Judá es conocida en muchos sitios como una iglesia de Dios, una Congregación de Dios, y nosotros tenemos que alinearnos porque el nombre de Dios no va a quedar en vano ni en vergüenza. Tenemos que alinearnos.

Pues, ahí estaba mami, ahí está Mayra, ahí está Zenia, ahí está Tati, en León de Judá. Y yo, mami, que no voy para Boston, no quiero ir más lejos de Santo Domingo. Yo quiero ir a Florida, dos horas de vuelo y ya y estoy con ustedes. Me voy para allá. No, no, no, mami, me gusta Nueva York. Y el Señor hablándome con eso. Pero yo nada de entender. Pues, pasó September 11, con mi maleta lista para irme para Florida, lugar donde vivir y el Señor me dijo, no vas.

Hermanos, miren, uno tiene que estar bien sintonizado con el Señor, para uno entender cuando él le habla a uno. Y uno no dar el paso y caernos en el hoyo. Yo tenía mi maleta lista. Y cuando el Señor dijo, no vas, a mí se me importó el jefe, la compañía, el lugar donde iba a vivir. Dije, no, me tengo que quedar, no puedo irme en desobediencia. Me quedo aquí en Nueva York, pero para Boston no voy.

Y me quedé en Nueva York sin trabajo, la situación de mi matrimonio estaban tremenda. Dije, ya es tiempo de dar el paso. Habían pasado ya 5 años. Dije, ahora que estoy sin trabajo voy a aprovechar, voy a ir a Santo Domingo, le voy a hablar a mis padres. Mi hermano mayor sabía porque él vino a visitarme cuando tuve la pérdida y él mismo me dijo, “tienes que salir de esta relación.” Que consejo. Él mismo vio la situación, me dijo, tienes que salir. Hubo una noche que él salió de la casa, sin saber nada de Nueva York a caminar. No aguantaba. Me dijo, “no, es que tienes que salir de esta situación”. Yo le dije, “por favor, no le digas nada a mis padres. No le digas nada a papi y a mami. Yo voy a ir, yo voy a hablar con ellos y así va a ser.”

Pues, como estaba sin trabajo aproveché y compré mi ticket. Pues, resulta que un día antes de irme, estoy fregando y miro así y veo un sobre que sale del maletín de mi esposo. En la casa siempre habían sobres de su maletín, pero yo nunca había tenido la necesidad de ir a chequear nada, para qué? A todo esto había muchas infidelidades, con todos esos viajes. Un día, esperaba que yo me acostara, para entonces hacer sus llamadas. Un día yo sentí que el Señor me levantó de la cama, literalmente me levantó. La oficina estaba en la casa, cuando me acerco oigo la conversación de dos enamorados. Yo dije, guau, pero no dije nada. Al otro día le dije, me dijo que yo estaba imaginando cosas. Le dijo a su familia que la pérdida del embarazo me había puesto demente, que yo oía cosas. Y bueno, yo oía cosas, pero yo no estaba oyendo cosas, yo estaba viendo, separados totalmente. Rechazo físico. “Por favor, dame un abrazo.” “No, no, no, tu estás gorda, fea.” Tremendo.

Pues, ese día el Señor vuelve y me pone la mirada en ese sobre. Voy y digo, ok, termino de fregar, me seco las manos y voy y cojo el sobre. Estaba abierto, no tuve que violarlo. Saco unas fotos, había una carta dirigida a mi esposo de su esposa, que no era yo. Yo me quedé, pero si será lo que estoy leyendo o qué es lo que estoy leyendo? Y la leí, y la leí y dije, no alguien tiene que leerla y entender porque no entiende. La cogí nerviosa, temblando, me voy donde sus hermanas, que fueron una familia maravillosa para mí, y le enseñé todo. Y ellas, sí, eso mismo es. Me dijeron, hay que sacarle copia.

Hermanos, hay que sacarle copia, yo no pensé en eso, pero ellas sí y adoran a su hermano. Su hermano ha sido como un padre para ellas. Miren, y nada, tuve que sacarle la copia. Ya el otro día, el Señor quiso que yo viera eso ya para que… hermanos, yo no lloré, yo solamente no lo podía creer. Fui víctima de bigamia y en el avión lágrimas porque en la casa no lloré.

Y cuando llegué donde mis padres, me derretí. Me desplomé. Yo no tenía fuerzas ni física ni emocional, era como todo junto, estaba deshecha, en pedazos. No tenían ni manera como de razonar, ni de entender, no tenía deseos de comer ni fuerza de masticar. Mi mamá tenía que darme la comida así. Pero, hicimos un team de oración, un team fuerte de oración.

Y ahí otra vez, hija, tienes que mudarte a Boston. Y yo, mami, no me hables de Boston. Cuando me mencionaban eso, yo no quería, rechazaba eso. Pues, llegué a Nueva York, estábamos ya separados, pero yo no tenía dónde ir, estaba sin trabajo, tenía que quedarme viviendo bajo el mismo techo. Pues, entonces conseguí un trabajo, tenía que tener un año trabajando para poder aplicar a un apartamento, con una semana solo de trabajo fui y apliqué. Me rechazaron y le dije, por favor, escúchenme. Y le dejé otra ministración, hermanos, estamos llamadas a ser guerreras. Ese gerente no era ni cristiano ni nada, y yo lo ministré ahí mismo y me fui. A los dos días me llamó. Me dieron un apartamento, con una semana de trabajo. Sin prueba de que me iban a dejar en ese trabajo, alabado sea el Señor.

Pues, entonces de ahí ya me mudé, estaba feliz, viviendo en un sitio muy bueno, un trabajo en el área de Rockefeller en una compañía financiera, y asistiendo a la iglesia Time Square Church, una iglesia maravillosa. Estaba contenta. Y gracias, Señor, pero en pedazos.

Sabe que a veces uno se ve muy bien pero por dentro están las heridas. Y por eso es que el Señor quería sacarme de Nueva York, desconectarme de todo, porque el me quería aquí en Boston. Y yo no lo entendía. Pues, el Señor empezó a cerrar puertas, porque si no vas a la buena, a la mala. Y del trabajo buenísimo, tuve que dejarlo porque el jefe se aprovechó de que si la solterita, y que la que se yo qué, y… un hombre casado, con su esposa trabajando ahí mismo. Tremenda prueba. Empecé a orar, lo quitaron de la posición, pero el Señor quería que yo saliera de ahí. Aún así.

Y nada, sin trabajo de nuevo, dispuesta a buscar otro trabajo. Entonces decido ir a un retiro de Joyce Mayor, en Saint Louis, tres días. Me fui para allá y para no cansarle el invitado era T.D. Jakes. Entre todo lo que dijo, que fue mucho, todo para mí. Fui con un grupo de amigas que viajaron de diferentes estados, él predicaba y yo sentada allí y ellas todas hacían así. Mirándome, todo es para ti, Betsy. Una de las cosas que él dijo fue, el Señor está hablando, él dice que empaques la maleta, que salgas de donde estás y que te mudes a donde él te está diciendo.

Eso era, hermanos, era que tenía que entender de alguna manera. Hermanos, el Señor no dice, no vayas por ahí, ven por aquí, y no entendemos. Que terquedad! Y nos habla de mil maneras, pero seguimos ahí con esa terquedad, porque no es esto lo que quiero. El Señor sabe lo mejor y lo que nos conviene. Bendito sea el Señor.

Pues, no tuve otro más remedio, llegué de vuelta a Nueva York. Llamé a mami, “mami, tengo que irme para Boston.” Aja! Ella compró un vuelo, vino y me trajo a Boston. Me hizo la introducción para que yo me fuera familiarizando. Era un viaje de vacaciones. Vinimos a León de Judá. Oh, la famosa iglesia. Hermana, perdóneme, cuando llegué no me gustó. No me gustó, no me sentía y fue el enemigo que no me gustara, pero aquí era que el Señor me quería.

Y bueno, empecé el proceso de buscar donde vivir. Una amiga del alma me ofreció trabajo aquí. me ofreció quedarme en su casa, por 2 semanas porque tuve trabajo pero no tenía donde vivir. Entonces, nada, me quedé ahí. Ellos mismos me ayudaron a buscar dónde vivir y empecé de cero. No me gustaba. Estaba en contra de mi voluntad, pero estaba en obediencia. Y el Señor había dicho que aquí me iba a bendecir, que me iba a ayudar, que me iba a prosperar, y eso me animaba.

El primer domingo que vine el pastor me saluda y le dije, yo soy nueva aquí. Sin él saber nada de mí me profetizó tremendamente, el Señor te trajo aquí para hacerte, para ayudarte, para renovarte. Te va a bendecir, todo lo que perdiste él te lo va a dar multiplicado. Te va a poner en lugares que tu nunca has imaginado. Y yo ese día llegué a mi casa contenta y llamé a mami por teléfono a Santo Domingo, “mami, el Señor me habló por medio del mismo pastor.” Y ella me dijo, “te lo dije. Ahí se predica la palabra como es. Y el pastor Roberto Miranda es un profeta. Todo lo que él te dijo así mismo va a ser.”

Y yo esperando que todo fuera así mismo. Pues, yo vine en pedazos, y yo esperaba que el Señor me iba a poner como verdad, pues él le hizo así y me molió. Molidita y duele. Duele. Todo empezó a salir todo lo contrario a lo que yo esperaba. Todo diferente. Y el enemigo susurrándome, “te lo dije, que no vinieras”. Todo fue diferente. El primer día que salí para conocer la ciudad, vivo todavía cerquita del Prudential y salgo para ir al Mall por mi primera vez, y voy contenta. Oh, que bonito esto por aquí! y entrando así, dos jóvenes, bellas preciosas, besándose como novios. Plena luz del día. Yo así mismo me devolví, volví a mi casa, llamé a mami.

Mami, aquí fue lo que el Señor me trajo. Y yo creo que esto es Sodoma y Gomorra. Yo no pude entender, aquí todo me sale peor. Hasta me enfermé. No entendía nada. Y dije, Señor, tu no me trajiste aquí para yo estar en vergüenza. Empezaron a hacerme ofertas de trabajo buenísimas en Nueva York. Me llamaron de un edificio que yo había aplicado, donde la persona que abría la puerta usaba guantes, un edificio de esos rascacielos con área de golf en el mismo edificio, piscinas, gimnasio, de todo, de lujo, y muchísimas ofertas. Y el Señor aquí era que me quería.

Pues, ya después de mucho batallar con que le decía a mi hermana, no, yo regreso para Nueva York. Esto aquí no funciona. El dinero no me alcanza. Y era que el Señor me quería en el crisol, y yo no lo quería entender. Él me quería entrar al horno para hacerme de nuevo y yo me estaba rehusando.

Pues, le dije a mi hermana, “vamos a entrar en un ayuno de tres días.” Hermanos, el ayuno es algo que debemos adoptar y es una de las herramientas del cristiano, no para una vez al año. El ayuno es algo cotidiano del cristiano. Pues, me uní con mi hermana en tres días de ayuno. El segundo día, sábado, me desplomé ante el Señor y le dije, “Señor, perdóname, si soy tan terca, pero dame tan solo una muestra de que aquí es que tu me quieres, y aquí fue que me trajiste”. El domingo temprano vine a la iglesia, un mensaje maravilloso y el pastor dijo, pastor Roberto, “No dejes que enemigo te confunda, aunque veas que el cielo está negro, aunque todo te salga al contrario, el Señor tiene cosas grandes para ti. Pero ahí es donde te tienes que quedar. No permitas que el enemigo te confunda.” Hermanos, ya eso fue lo último, y dije, Señor aquí me quedo.

Entonces inicié a trabajar en el ministerio de los niños, en la sala cuna, a empezar de cero, así era que el Señor me quería. Trabajando con los niños. Y el Señor me decía cada domingo que me tocaba servir como maestra, cuando ellos gateando se caían, se desplomaban o caminaban se caían, así era que el Señor me quería: empezar de cero.

Empezó ese proceso. El Señor empezó a hablar a mi vida. El Señor empezó a armarme. El Señor empezó a hablarme. Empecé a buscar al Señor, empecé a creerle al Señor, empecé a confiar en el Señor, y ahí calladita, porque nunca me ha gustado ser muy vista. Por eso mucha gente ni me conoce, yo creo todavía. Y después de cinco y medio sirviendo en el ministerio de los niños, muchas personas no me conocían. Ya tengo seis años y pico en la iglesia.

Y en medio de todo este proceso, un día me despierto deprimida y me vestí asimismo deprimida. Hermanos, ustedes saben que tenemos que darle lo mejor al Señor. Y eso va desde la alabanza hasta el ganchito. A mí hace dos domingos una hermana que está aquí, me dijo, “Betsy, tu siempre estás como bien arregladita, y bien vestida.” Y yo le dije, “he aprendido a darle lo mejor al Señor, la mejor alabanza. No espero una salida importante para ponerme lo mejor”. Cuando tengo una salida importante hermana, no encuentro qué ponerme porque todo me lo pongo para venir a la iglesia, porque es mi salida más importante.

Vamos a darle lo mejor al Señor por dentro y por fuera. Porque sabían que una de las cosas que usa el deprimido es, eso mismo, tirarse al abandono. Entonces, no, nosotras no somos deprimidas. Estamos llamadas para darle lo mejor al Señor. Pues, ese día me levanté y me vestí de luto, me hice un moñito feíto aquí atrás, porque así era que me sentía, y fui a mi cita médica. La doctora me refirió, “sí hay que hacerte unas radiografías”, y sentada en el salón para recibir la radiografía saco un espejito y me miro, y me asusté cuando me vi. Guau! Y dije, pero Señor, si aquí es que voy a conocer a alguien, pero qué rara estoy. Y empecé a buscar y a arreglarme y justo cuando cierro la cartera, viene este joven con la sonrisa más bella de mi vida, algo que yo decía que la gente aquí en Boston no sonreía. Pues, viene él con un file, todo vestido con su uniforme y me llama. Ese hombre hoy es mi esposo. ¡Aleluya!

Amén. Hasta el micrófono… oh, santo, me entró un calor ahora, hermanos. Ay, santo. Discúlpenme, hermanas. Este joven con esta sonrisa tan bella, se convirtió en mi mejor amigo, hermanos, y él es hoy mi esposo. El Señor me ha ido dando todas esas cosas que yo perdí. Al contrario del otro que lo bendigo y lo perdoné, lo perdoné de corazón, realmente lo perdoné y lo bendigo.

Hermanos, es todo lo contrario. Me ama, me protege, me cuida, cariñoso. El Señor hace cosas perfectas. Y el Señor nos bendice perfectamente. Pues, nos casamos y al poco tiempo de casarnos recibí una llamada de Santo Domingo que mi papá había sufrido un derrame cerebral. Ahí empezó un proceso diferente.

Cuando yo vine a Nueva York yo perdoné a mi papá y cuando hablamos él solo hizo llorar. Eso le quitó a él una carga, y me quitó una a mí. Y aquí estaba un proceso diferente. El derrame que mi papá sufrió fue masivo, duró 40 días interno, 30 de los cuales en cuidados intensivos. Como mis hermanos tenían que trabajar y yo viajé de aquí para allá, yo me interné en el hospital. Nos permitían verlo solamente dos veces al día, un minuto cada uno, y me quedaba todo el día en el hospital. Pero ahí en el hospital el Señor me ponía a ministrarle a otras personas. Y había una joven desplomada llorando, y yo le estoy consolando y ella me dice, “tu no entiendes, es mi papá que se está muriendo”. Y yo le digo, “el mío también se está muriendo y está al lado del tuyo”. Y ella mi miró, “pero y no te duele?” “Claro, que me duele, pero yo en confiado en un Dios vivo y ya sea que él se salve o que parta con el Señor, el Señor sabe cuál es su perfecta voluntad.”

Hermanos, luego lo pasaron a una sala por diez días donde mi papá casi todas las madrugadas hacía, y a la medianoche gravedades. En una de esas gravedades, yo no pude conciliar más el sueño y ahí el Señor me dijo que escribiera un devocional. De esa gravedad, de esa prueba de mi papá nació el ministerio entre nosotros, de ese ministerio entre nosotros, nació el programa de televisión a lo cual yo me negué, porque yo peleo con un gigante todos los días que se llama English, al que todos los días me enfrento a él y el Señor me está ayudando, y cuando cogí las clases de producción, yo no quería por eso, porque como voy a traer un programa con este broken English que tengo y este terrible accent que tengo. Y nada, cogí mi clase y todo bien, y me olvidé de eso. Pues, la directora del canal me llamó, me dijo, “Betsy, te queremos aquí.” Y yo le expliqué, “pero es que yo tengo como este acento.” Y ella me dijo, “tu tienes una gracia especial y es lo que queremos aquí en este canal.”

De una vez me dieron espacios y ya el programa ha sido una bendición y lo principal es abrir este programa para León de Judá y desde un principio ha sido así, para glorificar al Señor, para seguir trabajando en su obra, para seguirle siendo fiel, y para hablar de lo que es la maravilla del Señor.

Yo estaba en pedazos como una pérdida, víctima de bigamia, con un padre alcohólico, pero el Señor es real. El Señor es bueno. El Señor es maravilloso y aquí estoy para darle la gloria a él, para testificar de que el Señor sí obra en nuestras vidas.

Hermanas, vamos a confiar en el Señor. Y quiero mostrarle algo rápidamente. Aquí dice, reconocer. Si ustedes leen, esta palabra se lee de la misma manera al derecho y al revés. Eso es lo que el Señor quiere, que nosotras reconozcamos que somos hijas de él, reconozcamos que no estamos aquí solo para ser madres o esposas o hijas, o tías, o sobrinas. Estamos aquí para servirle a Dios, para reconocer que somos hechas para servirle a él, para agradarlo a él, que somos guerreras. Claro que hay que llorar, y cuando lloremos, lloremos, pero luego limpiémonos las lágrimas y pongámonos la armadura y digamos, yo no nací para ser una deprimida. Yo no nací para ser una mártir, yo no nací para ser una sufrida. Yo nací para ser una mujer de impacto, una mujer que impacte dondequiera que llegue, una mujer que impacte con su vida, con su testimonio, con su vivir, con su recitar. ¡Aleluya! Con su alabanza.

El Señor nos ha hecho para brillar, hermanas, y yo traje algo aquí que quiero enseñarles y es que somos perlas. El Señor nos ha hecho perlas, pero mire una gran diferencia. Y es lo que el Señor quiere con las mujeres de León de Judá. Aquí tenemos, y con esto termino, se enredó.

Hermanas, un aplauso al Señor. ¡Aleluya! Un aplauso para ustedes ahora. Ya. así como es el Señor, él se enreda. Miren, una perla no deja de ser una perla. Es linda pero está solita y el Señor nos ha llamado a estar unidas. Aquí tenemos una pulsita, varias perlas, bonitas, como un broche, pero es solo una pulsita. Aquí tenemos un collar, más perlas juntas, muy lindo, más lindo que la pulsita, pero es solo una vuelta.

El Señor nos quiere así. Unidas. Despojémonos de la ñoñería espiritual, de la murmuración, del chisme, de la envidia, de por qué a ella sí y a mí no. ¡Aleluya! Todas somos especiales para el Señor. Todas somos especiales para el Señor. Y fíjense este collar, el Señor así unidas lo usa de diferentes maneras, de esta manera, de dos vueltas, de tres vueltas. Y cuando nos unimos más el Señor nos usa de muchas maneras diferentes.

El Señor así es que nos quiere, hermanas, unidas. Vamos a unirnos, porque solas no podemos. Solas no podemos, debemos brillar juntas. Debemos venir y presentarnos unidas al Señor, porque es mejor dos, es mejor dos que uno y eso se aplica a todo. Tengamos confianza. Una de las perlas, una de las joyas que debemos siempre lucir es la discreción. Vamos a ser discretas.

Si una hermana nos confiesa algo, si ella no nos da la autoridad de decirlo más adelante vamos a quedarnos con eso, porque eso va a impedir que vayamos a buscar consejo afuera, donde no vamos a encontrar el consejo correcto. Vamos a ayudarnos, vamos a querernos.

No importa si es inglés, español, italiano, francés, si somos de Guatemala, de Honduras, de Santo Domingo, Puerto Rico, de dónde sea, vamos a unirnos. Las amo en el Señor. Mi nombre es Betsy. Me pusieron Betsaida Noemí, pero me llaman Betsy. Y algo que quiero cerrar es, voy a cumplir 45 años en agosto y digo mi edad, no para que se la digan ustedes ni se las voy a preguntar, es que eso es algo entre nosotros que debemos entender. La edad es una dignidad. Cada día es un regalo de Dios, cada nuevo año es un regalo de Dios, una bendición. Vamos a llevar nuestra edad con orgullo. Amén. Y a brillar unidas para el Señor. Las quiero. El Señor les bendiga.

Amén. Vamos a hacer una oración y si hay alguna necesidad que necesite la oración, las hermanas también van a estar aquí orando, vamos a orar por cualquier necesidad que ustedes tengan. Sabemos que ha sido un mensaje en el silbido apacible que el Señor nos ha hablado, pero no nos vayamos sin tener una bendición especial. Alabado sea el Señor.

Gloria a Jesús. Señor Jesús te damos gracias por tu palabra, gracias Señor, porque tu hablas de diferentes maneras, gracias Señor, porque tu eres digno de toda alabanza, porque tu eres poderoso, porque tu haces, Señor, de una piedrecita sin valor, una perla especial para ti. Gracias Señor, porque tu conoces cada herida, tu conoces cada proceso, tu conoces, Señor, cada vituperio, pero a través de todo eso, tu recibirás la gloria, la honra y la alabanza, porque tu lo llenas todo en todo, Señor. Te representamos, Señor, a las madres, que ellas puedan instruir a sus hijos, guerreros desde niños, que no sea solo la provisión del pan o la ropa, sino enseñarles, Señor, la oración en la casa. Representamos las casadas, que tu nos des entendimiento de mantener nuestros matrimonios, Señor, de ser vencedoras en ti.

Señor Jesús, callad nuestra lengua, cerrad nuestra boca cuando debamos hacerlo. De no aniquilar a nuestros esposos con la lengua, Señor. Ayúdanos a controlarnos también, Señor. Te presentamos las solteras, Señor, tu conoces su corazón, su necesidades, sus deseos. Señor, prepáralas para cuando esa bendición llegue, sepan aprovecharla, Señor. Las divorciadas, Señor, ese espacio vacío tu lo llenarás porque estamos casadas contigo, Señor, tu eres nuestro Señor, nuestro Padre, nuestro esposo, nuestro abogado, nuestro Dios que lo llena todo en todo. Y no nos cansamos de repetirlo, Señor.

Te presentamos las viudas también, Señor, bendícelas, ayúdalas que sean de instrucción para nosotras, Señor, y para los demás. Te presentamos las pastoras, las mujeres con ministerio, las mujeres, Señor Jesús, de diferentes ministerios porque todas tenemos un ministerio en ti, Señor. Las adoradoras, Señor, te presentamos cada una de las vidas aquí representadas. Nacimos para servirte, para ser luchadoras, vencedoras.

Señor Jesús, nos despojamos, Padre, de la gloria en este día y para siempre de todo espíritu de mártires. No somos mártires ni deprimidas, en el nombre de Jesús, dejamos el pasado atrás y seguimos ante ti, Señor, para alcanzar el futuro, para seguir en el presente en victoria y desechamos todo lo pasado. Sabemos que el pasado es para hacer nuestro carácter, para bendecir a otras vidas, para darte la gloria y la honra a ti, Señor. Gracias, Señor, en este día por este culto. Acompáñanos hacia donde vamos y ayúdanos a poner esto en práctica. Que el gozo siempre esté en nosotras. Gracias, Señor. Amén.

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Enfrentemos las pruebas con valentía

28 de febrero del 2011 - Por Miriam Carrasquillo

"... No temas... porque Jehová tu Dios estará contigo. Josué 1:9

Hace poco tenía una petición urgente e importante delante del Señor. Estaba pasando por una situación difícil y necesitaba la intervención de Dios. No sabía qué hacer para enfrentar este ataque del enemigo. Me sentía angustiada y temerosa porque no quería hacer nada fuera de la voluntad de Dios. Pero como nuestro Padre conoce las intenciones del corazón, y nos ama tanto no tardó en responderme.

Yo soy amante a la lectura, y como cosa de Dios, en un retiro de líderes, mi Pastor Roberto Miranda nos presento su segundo libro "Pies de barro" que recientemente había publicado. Al instante que lo tome en mis manos se desato en mí una urgencia por leerlo. Tal fue la urgencia que discerní que era de parte del Señor, y tan pronto llegué a mi casa comencé a leerlo.
Este libro vino a ser mi oración contestada. En él estaba la respuesta a mi petición. El Señor me dio en él la estrategia a usar en mi situación. Tan tangible fue el hablar de Dios a mi vida que no podía contenerme, y por dos ocasiones tuve que parar de leer, y respirar profundo para tratar de detener las lágrimas. Me di cuenta que Dios había contestado mi oración. Este libro había llegado en el momento preciso, y como respuesta a mi necesidad.

En el capítulo 13 (de "Pies de barro") el Pastor habla que debemos ponerles nombre y apellido a nuestros problemas. Identificarlos para saber a que nos estamos enfrentando, y saber cómo enfrentarlo. "Cuando el enemigo viene contra nosotros es importante que sepamos en qué consisten sus armas, Y EN QUE CONSISTEN LAS NUESTRAS". Como David le dijo a Goliat: Tu vienes a mí con espada, lanza, y jabalina (David estaba tan convencido en quien había creído, que le dijo), pero yo vengo a ti en EL NOMBRE DE JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS. Goliat estaba solo con sus armaduras, David estaba con JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS - Jehová, y sus ejércitos a favor de él. El pudo derrotar su gigante porque creyó firmemente que Dios estaba con él.

Una de las tácticas del enemigo es hacernos creer que estamos solos, que nuestros problemas son inmensamente grandes, y que no podemos enfrentarlos. Pero para Dios ningún problemas es grande, y él es quien pelea por nosotros. Cuando vienen las pruebas debemos enfrentarlas con valentía, y confiados en quien hemos creído, en aquel que nunca ha perdido una batalla, en Jehová de los ejércitos - De Dios es la victoria. No estamos solos, Jehová y sus ejércitos están contigo y conmigo. Enfrentemos nuestros gigantes con valentía.

Oración:

Señor, gracias por la sabiduría y revelación que tú le impartes a tus siervos, y que ellos comparten con nosotros.

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La oración cambia destinos

TRANSCRIPT

Quiero invitarles a ir a la palabra de Dios en Primero de Crónicas, Capítulo 4. Un pasaje maravilloso, en este tiempo de ayuno y oración quiero hablar sobre una de las oraciones más hermosas que registra la Escritura, que es la oración de Jabes. Si usted no ha escuchado acerca de esta oración, yo sé que va a tocar su vida en una manera muy especial y vamos a comenzar de lleno, de una vez, Primero Crónicas 4, versículos 9 y 10.

Esa oración está como insertada allí como un tesoro secreto. Durante muchos siglos se habló muy poco de esa oración y Dios levantó un hombre, en este siglo XX, más bien a finales del siglo XX, de los ’90 por ahí más o menos, Bruce Wilkings, creo que es, no recuerdo su apellido. El caso es que este hombre de Dios entendió algo más acerca de esta oración y escribió un libro The prayer of Jabes, La oración de Jabes, y ese libro ha vendido como 11 millones de ejemplares. Un libro muy, muy poderoso donde él registró el impacto que había tenido esa oración en su vida. Y como que eso causó un gran conmoción en las naciones acerca de esa oración.

Y que lindo es cuando Dios despierta una generación a ciertos tesoros de su palabra. Y esa oración, la verdad es que encierra muchas cosas lindas y en esta semana de ayuno, de oración, yo quiero animar su corazón a orar y buscar el rostro de Dios con el contenido que se desprende de esta oración. Dice ahí en el versículo 9 del Capítulo 4:

“… Y Jabes fue más ilustre…”

Diga conmigo ilustre. Vamos a ver qué quiere decir esa palabra, en inglés hablan de honorable, he was more honorable, fue más honorable que sus hermanos.

“… fue más honorable que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo, por cuánto lo di a luz en dolor…”

El nombre que ella le puso en hebreo aludía al dolor que ella había experimentado cuando dio a luz a Jabes.

“… por cuanto lo di a luz en dolor…”

Ahora, miren la segunda parte aquí:

“… E invocó Jabes al Dios de Israel… ─ saben que yo en vez de e, quiere decir es una conjunción, quiere decir y, yo pondría pero, porque en realidad eso es lo que hay ahí.

“… Pero invocó Jabes al Dios de Israel diciendo, “Oh, si me dieras bendición y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal para que no me dañe…”

Y saben lo que pasó? Le otorgó Dios lo que pidió. Nos está invitando la palabra, hermanos, a orar y clamar a Dios, a creerle a Dios por un milagro en nuestras vidas. Como decía, esa oración, esa perla está insertada en un desierto, en un sentido, porque está insertada en una esas genealogías que tanto nos aburren en el Antiguo Testamento.

Usted sabe esto de que fulanito engendró a fulanito, y fulanito engendró a zutano, y zutano engendró a mengano, y de ahí salieron cuatro más zutanos y de allí, etc. Y pasamos eso a las mil millas, ¿no? porque queremos ir a la carne.

Pero metido ahí en esas genealogías está esa oración hermosa, ese tesoro espiritual. Por eso yo le digo, no subestimemos nada de la Biblia, porque Dios deja todas las cosas allí por un propósito. Algo tiene Dios cuando pone un nombre allí, él quería registrar algo. Y cuando nosotros simplemente mencionamos ese nombre, estamos honrando a alguien que Dios quería honrar, registrándolo en la Escritura.

Así que toda la Escritura tiene algo bello, y muchas veces yo he encontrado que cuando me propongo leer cosas así, que parecen aburridas al inicio, guau, de momento me tropiezo con una joya que abre algo, un panorama diferente a mi vida y Dios me bendice y dice, ves, como descuidaste mi palabra, ahí tenía eso para ti, una propina. Eso es bueno. Así que siempre hay que leer la palabra de Dios con gran reverencia y esperando algo.

Entonces, esta historia es una historia fascinante. Nos habla de un niño que nació por medio de un parto crítico, peligroso y doloroso para su madre. Tan crítico, tan doloroso que impresionó el corazón de su mamá, que ella inocentemente, y uno diría casi como imprudentemente decidió marcar ese momento en su vida metiéndole una carga encima al pobre hijo llamándolo Dolor, porque lo concibió en dolor.

Usted sabe que la mentalidad hebrea, en la Biblia usted ve eso mucho, para los hebreos el nombre que le ponían a sus hijos encarnaba algo especial para ellos. Muchas veces era, por ejemplo, un destino que el padre quería declarar sobre su hijo o la madre, señalar un momento en el nacimiento del niño, podía ser la función que el niño llenaba en la familia, o el orden que el niño nacía en la familia. Para los hebreos darle un nombre a un niño era como adscribirle o imputarle una identidad también, una función en la vida. El nombre encarna la autoridad, encarna la persona. El nombre es la vasija que contiene la vida de un ser humano, por eso es que a Cristo Dios le dio un nombre que sobretodo nombre, para que el nombre de Jesús se doble toda rodilla de lo que está en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra. El nombre tiene poder.

Por eso es que cuando usted va ante los principados, las potestades, las enfermedades, la falta de finanzas en el nombre de Jesús, usted está usando una llave mágica que abre puertas, porque el nombre de Jesús tiene ese poder. Usted se está escondiendo detrás de la autoridad. Los nombres contienen poder. La boca del Hijo de Dios pronuncia las cosas y le da vida.

Nosotros hablamos, abrimos, cerramos, bendecimos, maldecimos, con nuestra boca. Por eso es que los nombres que le damos a nuestros hijos son importantes. Y no solamente el nombre que le damos al hijo cuando nace, o la hija, sino también los nombres que le ponemos, estúpido, tu no sabes hacer nada. Si Dios no tiene misericordia vas a terminar en la cárcel. Nunca he conocido a alguien tan desobediente y tan malo como tu. Este muchacho no escucha y muchas veces decimos cantidad de…

Yo he oído padres hablando de sus niños ahí, y hablando de ellos en formas bien despectivas y críticas, mientras el niño recibe todo eso. Cuántas veces hemos visto madres frustradas en las malls de la ciudad, arrastrando a sus hijos, gritándoles, maldiciéndoles, imputándoles negatividad. Tengamos cuidado, hermanos, con los nombres que le damos a nuestros hijos. Hablemos bien, hablemos bendición, seamos gente de buenas palabras.

Esta mujer no entendía. Esta mañana presentamos a una niñita que se llama Trinity Grace, Trinidad Gracia y sus padres le pusieron ese nombre con toda intencionalidad. Que lindo es cuando escogemos nombres y decimos en el nombre del Señor, yo creo que eso es lo que Dios va a hacer sobre la vida de mi hijo.

Dios quiere gente profética, gente que piense conforme a los patrones de la palabra. Esta mujer no entendía eso. Estaba impartiéndole a su hijo, bien intencionadamente, ella no quería hacerle daño, pero quería así como hacer una estatua que recordara ese momento de sufrimiento en su vida y le puso al pobre Jabes, Jabes, Dolor, y ese niño tuvo que caminar con esa carga, ese fardo negativo sobre su vida.

La diferencia está en que Jabes hizo algo que era importante. Hay otra historia parecida donde Raquel, una de las esposas de los hijos de Abraham, cuando ella da a luz en este parto, fue tan terrible el parto que murió. Pero antes de morir, mientras nacía su hijo, mientras ella daba a luz, le puso un nombre, lo llamó Benoni, que quiere decir, hijo de mi tristeza. Imagínese. Lo último que dijo, pónganle Hijo de mi tristeza, antes de morirse.

Pero miren lo que pasó aquí, dice que:

“…Aconteció que al salirse del alma, pues murió, llamó su nombre Benoni, pero qué pasó, que su papá entendía de las cosas espirituales y enseguida él dijo, bueno, Raquel, te amo mucho, pero cuando ya se murió, te amo muchísimo, pero no voy a permitir que ese nombre esté sobre un hijo. Así que dice que lo llamó Benjamín, que quiere decir, Hijo de la mano derecha.

Que lindo cuando en la familia hay gente que sabe computar la vida en términos espirituales, conoce los patrones espirituales. Es tan importante, hermanos, yo les decía a los jóvenes adultos los otros días, estudien la palabra de Dios porque ahí es donde ustedes van a entender cómo funciona el mundo espiritual. Cuando su mente, mientras ustedes leen la Biblia, los patrones de pensamiento, de razonamiento de la Escritura, se meten en su cerebro y ustedes comienzan a pensar como piensa la Escritura.

Entonces ustedes entienden cómo bregar con las dimensiones espirituales que son las que gobiernan el mundo. Este papá entendía que no debía llamar a su hijo Benoni, hijo de mi tristeza, porque esa maldición iba a estar sobre su hijo, sino que dijo, no, sabes qué? Yo te veo a ti como mi mano derecha, yo te veo a ti bendiciendo a tu familia, yo te veo a ti como el escogido de la familia y entonces eso puso bendición sobre la vida de él.

Les comparto un secreto personal. Mi nieto, Caleb, Meche y yo andábamos por Maine, recién nacido Caleb y yo encontré una pequeña estatuita hecha por un escultor norteamericano, de un jovencito que tiene como 14 años, más o menos, atractivo, atlético, varonil, sentado sobre una pila de libros, de este tamaño, sentado sobre esa pila de libros leyendo un libro muy metido en lo que está leyendo. Y cuando yo vi eso, yo dije, sabes qué? Ese es el destino que a mí me gustaría, aunque sus padres son los que tienen última autoridad sobre su hijo evidentemente, pero yo dije, como su abuelo, yo quiero bendecir y yo voy a declarar que así va a ser Caleb, un niño que le guste los estudios, sabio, con curiosidad por el mundo, con un deseo de conocer los misterios de la vida. Él está sentado sobre esa pila de libros metido, pero también es varonil, es atractivo, no es un enclenque cualquiera simplemente, un ratón de biblioteca. No, no, es un hombre, aunque no está desnudo, pero yo espero que tenga pelo en el pecho. No, porque esa combinación de masculinidad y de sabiduría, quién dijo que esas dos cosas tienen que estar aparte? Un hombre es espiritual o varonil y no las dos cosas unidas. Podemos ser las dos cosas.

La mujer puede ser femenina en extremo, pero también una guerrera en el espíritu. Las dos cosas. Dios es masculino y femenino. Nosotros somos femenino y masculino, digo con balance adecuado, hermanos, no es tampoco… entiéndame bien lo que quiero decir.

Lo que quiero decir es que cada vez que yo miro, y esto no es brujería, pero cada vez que yo miro esa estatuita de Caleb, yo digo, Señor, que se cumpla esa visión de un hombre entendido, sabio, curioso del mundo, y también fuerte físicamente.

Entonces, yo creo que nosotros tenemos que aprender a pronunciar palabras, a ser un pueblo profético, un pueblo que se mueva creyéndole a Dios, que declare bendición, que use su voz para decir cosas poderosas, que abra brecha en el mundo, que declare, que abra puertas, que cierre puertas, que derribe muros, que levante muros con su voz, que vaya por el mundo sanando y declarando sanidad y bendición sobre las naciones, sobre su vecindario, sobre su casa, sobre los lugares donde trabajan, un pueblo que sepa que las palabras tienen mucho poder.

Seamos gente de palabra sana. Que en nuestros hogares resuenen palabras sanas. Que la música que se toque en nuestros hogares sea de bendición. Que desde que nos levantemos la palabra de Dios esté en nuestra boca. Nuestra mente esté pronunciando la palabra y nuestros hijos sean bendecidos continuamente con palabra fresca, nombres proféticos.

Esta mujer no entendía eso, le pone a su hijo Jabes, y ¿Saben qué? Yo creo que la vida de Jabes, por el texto mismo, me sugiere a mí que la niñez de Jabes fue una niñez tristona y negativa. Porque primero, el escritor nos aclara que su mamá lo llamó Jabes porque tuvo dolor en su parto y él considera eso importante para que entendamos. Y en segundo lugar, la oración que hace Jabes, cuando Jabes termina la oración que dice:

“… me libraras de mal para que no me dañe…”

La palabra hebrea que se traduce al español ‘dañe’ es en realidad la palabra dolor. Es la misma palabra que su nombre representa. Por eso yo titulé este sermón Una contradicción de su nombre, porque la vida de Jabes se convirtió en una contradicción de su nombre. Su nombre era dolor, su destino era dolor pero Jabes, por medio de su oración, cambió su situación, cambió su destino.

Y entonces cuando Jabes dice: “… Señor, que tu me libres del mal para que no me cause dolor…” él estaba rebelándose contra esa identidad que su madre le había declarado sobre su vida. Y por eso yo creo que esta palabra comienza con dolor, dándole un nombre de dolor a su hijo y termina con la palabra dolor, donde Jabes, por medio de la oración se enfrenta a esa maldición no intencional que su madre le puso sobre él.

Hermanos, la oración cambia destinos. La oración cambia nuestras situaciones. Pero no es esa oración religiosa a la cual yo me refiero, que muchas veces hacemos nosotros los evangélicos, es una oración que nace del alma, es una oración sentida, es una oración que responde a un reconocimiento de los gigantes que estamos confrontando, de la situación que estamos viviendo. Como yo decía, tenemos que conocer nuestra situación, tenemos que definir nuestros gigantes, tenemos que saber cuál es la batalla que estamos peleando. Tenemos que hacer un recuento de dónde están los dolores de nuestra vida, y tenemos que acumular esa presión dentro de nosotros para que cuando nuestra oración salga de nuestra boca, sea como un bólido que llegue directamente al corazón de Dios.

Y por eso Dios muchas veces no contesta nuestras oraciones inmediatamente, porque él está esperando que nuestra oración adquiera la presión necesaria para que pueda llegar delante de él. Muchas veces Dios espera que nuestra vida llegue al nivel de la desesperación antes de él responder.

La Biblia está llena de gente desesperada como Jabes, cansados de su situación, hartos de su situación. Y ya no pueden aguantarse más y cuando Cristo pasa al lado de ellos, sale un grito de ellos, Señor, hijo de David, ten misericordia de mí. Y el Señor se detiene y hace lo que tiene que hacer.

Así era la mujer con el flujo de sangre. Años desangrándose gota a gota, apartada de su comunidad, impura, incapaz de entrar en la comunidad espiritual de Israel, sintiéndose solitaria, avergonzada, alejada de Dios. Y ella dijo, sabes qué? Ya estoy cansada de eso. Y violando todas las leyes de la pureza religiosa se metió entre la multitud, abrió paso y se acercó a Jesús.

Yo me imagino su mano extendiéndose entre las piernas de los hombres que estaban alrededor de Jesús protegiéndolo, y ella metió su mano y tocó el borde del manto de Jesús. Y le arrancó bendición al Señor. El Señor no tenía la intención de sanarla a ella en ese momento, pero su fe se conectó como un cable eléctrico, poderoso y la corriente de Cristo le pasó a ella y dice que la fuente de su desangramiento quedó sellada en ese momento.

Y el Señor sintió la descarga que salió de él y dijo, Quién me tocó? Señor, cómo que quién te tocó? Si todo el mundo te está tocando, estás alrededor de una multitud. No, alguien me tocó, pero me tocó con desesperación, me tocó con fe, se distinguió entre la multitud. Porque sabe lo que distingue tu vida de la multitud? Tu fe. Por eso es que ese coro tan bello: Con mi fe te tocaré, con mi fe te alcanzaré, mi milagro recibiré, etc. Etc. Por qué? Es mi fe, es mí milagro, es mí confianza en ti.

Cuando tu tocas al Señor en esa forma distintiva es cuando Dios responde a tu necesidad. Por eso es que aquí dice que Jabes era más honorable que todos sus hermanos. Por qué pone el escritor Jabes era más honorable que sus hermanos al comienzo del relato? Había algo en el corazón de Jabes que lo preparó para hacer esa oración distintiva.

Jabes era uno de varios hermanos, pero había algo en su corazón que lo distinguía y lo separaba de todos los demás. Sabe usted qué es lo que yo creo que lo distinguía y lo hacía más honorable? Su sufrimiento. Paradójicamente esa niñez tristona, esos años de sentirse alejado, esos años que quizás los niños se rieran, ay, míralo cómo se llama. Dolor. Se reían de él. Acomplejado.

Yo creo que ese dolor empujó a Jabes a buscar de Dios, la soledad. Hermanos, muchas veces los tiempos de desierto en nuestra vida, son los tiempos que más bendición traen a nuestra vida, son los tiempos de estar en el desierto, son los 40 años del Moisés en el desierto, son los 40 días de Elías caminando día y noche para llegar al monte de la revelación de Dios, son los años que pasó Saulo, que no sabemos dónde estaba en ese tiempo hasta que lo llamaron, después de su conversión y su bautismo en el Espíritu Santo, lo llamaron para que entrara en la comunidad de los creyentes y ahí comenzó su ministerio.

Son los años que pasó David corriendo de David, habiendo ya sido ungido rey, pero con un rey maligno que quería matarlo porque no quería que le quitaran su reina que ya había perdido legitimidad. Y David tuvo unos años huyendo y aprendiendo a ser guerrero, aprendiendo a ser líder, aprendiendo a mandar hombres tan desesperados como él. Y se formó el carácter de David en ese tiempo.

Moisés, en esos 40 años solo cuidando cabras, mientras escuchaba el viento en la noche, del desierto, mientras caminaba por esos parajes y no tenía mucho que ver y por lo tanto, su alma tenía que ir hacia adentro y mirar adentro de él, aprendió, cultivó profundidad, introspección, capacidad para entender los misterios de Dios.

Hermanos, en los tiempos de sufrimiento y de padecimiento, no maldigas a Dios. Pídele al Señor que te de sabiduría para discernir qué te está diciendo Dios en esos tiempos. Bendice la mano de Dios. Pide que Dios te libre y te saque, pero mientras él te tenga allí di, Señor, sabes qué? Me voy a acostumbrar, después de todo un poquito de lodo no es tan malo, un poquito de oscuridad, no es tan malo después de todo. Enséñame a discernir qué tu quieres de este tiempo, qué tu me estás enseñando? Me voy a pegar más a ti, voy a aprender a orar más, voy a aprender más.

Hay veces, hermanos, que usted ora en medio de la noche y cuando está pasando por tribulación y dificultades, usted tiene que encomendarse al Señor y decir, Padre, ten misericordia de mí. Cuántas veces te ha pasado a ti que te levantas de madrugada, tienes que irte al trabajo, tienes problemas en tu matrimonio, hay una situación financiera terrible, estás lleno de ansiedad, pasaste una noche malísima y cuando te vas a levantar no tienes la fuerza y tienes que decir solamente, Señor, en tus mandos me encomiendo.

Pero ¿Saben qué? En esos tiempos de tristeza y de sufrimiento se forja un hombre o una mujer de Dios. En esos tiempos se templa el alma y uno aprende a no huirle al enemigo, y uno aprende fe, y uno aprende dependencia de Dios, uno aprende humildad. Dios te quebranta, Dios te desangra, Dios te imparte y te sella con fuego tu identidad. Y si es necesario que seamos probados por un tiempo para que nuestra fe, probada como el oro, que cuando es quemado es purificado, así nosotros podamos resultar en alabanza y gloria para Cristo Jesús.

¿Saben qué? La gloria a Dios no solamente se da en las alabanzas de gozo sino también en la tristeza. Ahí es donde muchas veces Dios forma a un hombre o una mujer. Los evangélicos pentecostales huimos del dolor, huimos de la enfermedad y así tendríamos que ser en un sentido, pero ¿Saben qué? No maldiga la enfermedad, no la niegues, si eso es lo que Dios pone en tu vida, sufrimiento por un tiempo, pídele que te saque. Ora, clama, pero mientras estés allí disfruta de lo poco que puedas y come esa gotitas de agua que hay en el cactus en el desierto, tómatela y recibe bendición de ello. Aprende a beber de las cosas pequeñas también.

Porque muchas veces nosotros necesitamos mucha abundancia para disfrutar y a veces tenemos que aprender a comernos un pan con un poquitito de aceite verde y un poquitito de sal y disfrutarlo como si fuera el mayor manjar. Los muchachos hoy en día tienen decenas de juguetes en sus casas, juegos electrónicos, computadoras, televisor, música, cantidad de cosas y no saben disfrutar. Los juguetes tirados por allá, no saben usar su imaginación, no saben disfrutar de un libro, no saben coger un juguetito de rueditas sin motor. Hoy en día, todo tiene que ser motorizado y los niños no desarrollan una capacidad imaginativa, intuitiva.

En África, en Latinoamérica, en Asia, los muchachos cogen un pedazo de piedra, le meten tela, cogen esparadrapo y lo amarran y con eso juegan al baseball de lo más bien. Cogen una ruedita de bicicleta, el aro simplemente y un pedacito de alambre y son unos reyes en el vecindario. Porque han aprendido a desarrollar su imaginación. Pueden conversar con los adultos, tienen sentido del humor, tienen capacidad imaginativa. Por qué? Porque donde hay desierto la capacidad interior se desarrolla.

Los ciegos desarrollan un sentido de tacto y de oído increíble. Los sordos aprenden a leer los labios de la gente. Por qué? Porque su cerebro se ajusta a la carencia y desarrolla otras…

Entonces, lo que estoy diciendo, hermanos, es que muchas veces Dios te pone en tiempo de sequía y esa es la preparación para la bendición que viene a tu vida. No hay gran bendición sin gran espera, recuerda eso siempre.

Jabes pasó su niñez ahí en ese crisol de su nombre y yo creo que tuvo una vida inicialmente dolorosa. Pero llegó un momento en su vida en que Jabes se hartó de la tristeza y vino delante del Señor. Y sabe, de nuevo, esa tristeza lo había preparado. Y dice que Jabes era más honorable que sus hermanos. Por qué? Porque había sufrido más y estaba listo ya para recibir.

Ese sufrimiento le imputó una identidad, Jabes tenía un peso. Yo le decía a los hermanos esta mañana, la palabra honorable en el hebreo original se refiere también a peso, ser pesado. Jabes era más pesado que sus hermanos, no en el sentido de que era más gordo, sino que tenía más peso, más gravitas, más carácter y eso llegó un momento en que Jabes dijo delante de Dios:

“… Oh si tu me dieras bendición…”

Todo el dolor de Jabes se apretó en una bola de pasión y de frustración y de esperanza. Yo le decía a los hermanos esta mañana, mi parte favorita de todo ese relato es la palabra ‘Oh’ si me dieras bendición… en ese ‘Oh’ estaba toda la personalidad de Jabes.

Yo no sé si estoy leyendo demasiado en el texto, pero no creo. Por eso uno tiene que leer literariamente. Ese ‘Oh’ estaba preñado de esperanza. En ese ‘oh’ había visualización de algo diferente. En ese ‘oh’ había deseo de una vida diferente. En ese ‘oh’ había esperanza de que Dios lo iba a escuchar. En ese ‘oh’ había deleite de lo que podía suceder en su vida. En ese ‘oh’ había también frustración y rebelión contra su pasado.

Todo eso estaba metido en ese ‘oh’. Era un clamor que le salió de las entrañas. Y eso fue lo que conmovió el corazón de Dios. Hermanos, yo digo que nosotros tenemos que llegar al punto del ‘oh’ en nuestras oraciones. Llega un momento en que tu tienes que mirar tu situación, mirar esa adicción que te ha atormentado toda tu vida, mirar esa depresión con la cual tu has bregado durante años de estar en la iglesia, mirar ese rasgo de carácter que te crea problemas en tu familia y en tus relaciones sociales, mirar tu vida de carencia financiera y de sequedad material, mirar tu falta de producto en las cosas de Dios. Mirar tu situación destartalada familiarmente, mirar tu falta de progreso y de conocimiento de las cosas de Dios.

Mirar tu dejadez en las cosas del espíritu y decir, ‘oh’ si Dios cambiara mi situación. Si Dios cambiara mi carácter, si Dios cambiara mi actitud y mi condición y tu te atreves a visualizar algo diferente. En tu espíritu tu recibes y saludas una situación… y tu puedes verla en tres dimensiones y en tecnicolor, un cambio en tu vida. Tu puedes ver y tocar tus finanzas siendo bendecidas, tu salud regresando a ti, tu matrimonio siendo fertilizado con semillas de pasión y de afecto y de buenas palabras y de bendición.

Tu puedes contemplar tus hijos. ‘Oh’ Señor si mis hijos te amaran, si mis hijos desarrollaran apetito por el conocimiento. ‘Oh’ Señor si mi hogar fuera un lugar donde la alabanza brotara fácilmente, donde hubiera paz y gozo. ‘Oh’ Señor si mi mente fuera inundada con tu sabiduría y tu conocimiento y yo pudiera conocer los misterios. ‘Oh’ Señor si tu gracia corriera a través de mis manos de manera que yo pudiera imponer manos sobre un enfermo y sanara. Oh Señor, si tu cambiaras mi rebeldía, mi resentimiento, esta actitud de rechazo, este ofenderme fácilmente, estos temores que me frenan y tu me hicieras un guerrero de Dios, una persona con el carácter de Jesucristo. ‘Oh’

Usted entiende? Ese ‘Oh’ significa que tu puedes ver algo diferente en tu vida. Y muchas veces nosotros no somos cambiados porque no llegamos a ese punto del ‘Oh’ donde ya nosotros decimos, ¿Saben qué? Estoy harto, the same old thing, always. I want something new. Y hoy, yo declaro, un giro, un cambio en mi destino. Hoy yo declaro que el diablo ya no se va a salir más con la suya en mi vida. Hoy yo declaro que Dios hace algo nuevo en mi vida y yo me rebelo contra las cadenas del enemigo y declaro mi emancipación en el nombre de Jesús. Hoy yo voy a comenzar a servir a Cristo. Hoy yo voy a decir, Padre, si perezco, que perezca pero yo voy a entrar en lugar santísimo. Eso es lo que tenemos que hacer, hermanos.

Esta segunda semana de oración, de ayuno, es un ‘Oh’ que ponemos delante de Dios, porque a veces decimos, una semana, guau, tremendo. Mire, una semana no es nada para ofrecerle a Dios, para pedir la visitación del Espíritu Santo.

Cuando yo declaré eso fue como, ¿Saben qué? Mire, estamos cansados ya de la rutina. Una semana allí y nos vamos para nuestra casa igual. No, no, vamos a entrar más hondo, vamos a abrir brecha. Dios quiere que tu seas apasionado, Dios quiere pasión, hermanos, Dios quiere compromiso, Dios quiere entrega, Dios quiere un decir, ya bastante del pasado, ahora miro hacia lo que Dios tiene por delante para mi vida.

Jabes dijo, ‘Oh, si tu me dieras bendición…

Cuatro cosas, rápidamente. Si tu me dieras bendición, y si tu mano estuviera conmigo, antes de eso digo, si tu ensancharas mi territorio, si tu mano fuera conmigo y me libraras del mal para que no me dañe.

Cuatro cosas específicas. Cada una yo creo, que es más específica que la otra. Si me dieras bendición, si ensancharas mi territorio, si tu mano fuera conmigo y si me libraras del mal. Yo creo que en código había ahí cuatro elementos que deben forjar nuestras oraciones y nuestra vida de oración.

Primero, oh Señor, si tu me dieras bendición. Qué quiere decir bendición? Eso quiere decir que la gracia de Dios esté sobre tu vida, que el signo positivo de Dios esté sobre tu vida. Si a ti te preguntan, bueno, qué signo tu eres? Diles, yo, el signo de Cristo Jesús, el signo de la sangre de Cristo. Yo no soy leo, no soy virgo, no soy Júpiter o lo que sea, no, el sello mío, el signo mío es la cruz, la sangre de Jesús.

Yo quiero vivir mi vida bajo el signo de la buena voluntad de Dios. Bendición quiere decir que, mira, te sigue el bien de Dios. Como dice el salmista, el bien y la misericordia de Jehová me seguirán todos los días de mi vida.

Cuando un hombre o una mujer tiene el signo de la bendición de Dios quiere decir que Dios sopló bendición sobre tu vida, te bendijo. Tu eres mi hijo, tu eres mi hija, tu caminas con mi sello delante de ti. Tu vas y la bendición te perseguirá.

Otro texto, el salmo 128, lea el salmo 128 después para que usted vea lo que viene a la vida de un hombre o una mujer cuando sigue a Dios. Pero me gustó esa expresión porque la recordé en mi mente “…y te irá bien.” te irá bien. Me gustó eso. Y dije, dónde está eso? Lo busqué en la concordancia, salmo 128, bienaventurado el hombre, la mujer que sirve al Señor, será bendecido en su casa y le irá bien.

Tener la bendición de Dios quiere decir, hermano, que tu eres el escogido de Dios. Tu eres el hijo de la derecha de Dios. No eres el hijo de la tristeza de Dios, eres el hijo de la derecha de Dios. Estamos sentados, dice, en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Y dónde está sentado Cristo? A la diestra del Padre.

Eso quiere decir que usted es un hijo de la derecha, no de la izquierda, no eres siniestro. La siniestra quiere decir la de la izquierda, ¿no? no, tu eres de la derecha y por eso la bendición de Dios te sigue todos los días de tu vida. Pídele al Señor, Padre, que mi vida, que si pudieran hacerme una radiografía espiritual de mí, cuando yo camino por las calles de Boston, vieran una nube de gloria que cubre mi vida, y dondequiera que yo voy la nube va conmigo. Si yo me paro la nube se para, si yo voy al otro lado, la nube me acompaña. Si me acuesto, la nube se acuesta sobre mi cama. Estoy cubierto con la nube con la bendición de Dios.

Oh si tu me dieras bendición. Yo le pido al Señor cada día, Padre, no me dejes salirme de tu bendición, presérvame, Señor, porque no hay nada como caminar con el Señor cada tres horas, dándote una vitaminita de bendición. Te abre la boca y te da tu bendición. Y tres horas después otra bendición, y tu caminas tu vida con la bendición de Dios. Nuestras familias caminan bajo la bendición de Dios, nuestros hijos crecen con la bendición de Dios. Nuestra iglesia es prosperada porque la bendición de Dios está sobre nosotros. Nuestras finanzas son bendecidas porque la bendición de Dios está sobre nosotros. Nuestra salud es fortalecida y el vigor de Dios está con nosotros porque la bendición de Dios…

Dile al Señor, Señor, yo quiero tu buena dicción. Eso es lo que quiere decir bendición. Tu buena palabra, proferida sobre mi boca, tu buena pronunciación sobre mi vida, que me siga todos los días de mi vida. El hombre, la mujer que sirve a Dios, que ama a Dios, que se distingue por ser una persona que ama las cosas de Dios bien decida, bien pronunciada por Dios. Dame bendición.

Segundo, que tu mano sea sobre mí. Qué quiere decir mano para mí? Yo entiendo que cuando Jabes es inspirado por el Espíritu Santo en una oración que iba a ser registrada para todos los siglos, dijo, que tu mano sea conmigo sobre mi vida. Para mí la mano de Dios en la Biblia quiere decir el poder de Dios.

Dice la Biblia que Dios sacó a Israel de Egipto con mano fuerte y con brazo extendido. La mano de Dios es su fuerza, su fortaleza. Yo me puse a pensar, Señor, qué quiso decir con tu mano? Que tu mano sea sobre mí. Por qué tu pusiste eso allí? Bueno, porque Jabes entendió, Padre, yo quiero que tu poder vaya conmigo. Yo quiero que tu fuerza vaya conmigo. Yo quiero que cuando yo emprenda algo, yo lo emprenda con tu mano poderosa abriéndome campo.

La palabra dice, no es con espada, no es con ejército, es con mi espíritu que se hace las obras. Dice la Biblia que nuestras armas no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortaleza. Nosotros guerreamos con armas que el mundo no conoce. Y nosotros como hijos de Dios, tenemos que pedirle al Señor cada día, Padre, hoy yo voy a entrar en una situación difícil en mi trabajo, que tu mano sea conmigo. Hoy yo voy a meterme a unas calles llenas de nieve, peligrosas, resbalosas, que tu mano sea conmigo, Señor. Hoy yo voy a tener que presentarme ante ese jefe que no me quiere bien porque hay algo en su espíritu que me rechaza a mí que soy un hijo tuyo, y yo quiero que tu mano lo dome y le amordace la boca. Tengo que comparecer ante un juez, oh, Señor, que se me haga justicia, que yo reciba lo que necesito, que tu mano sea conmigo.

El hombre o la mujer de Dios están tan conscientes de que necesitan la mano de Dios para todas las cosas que emprende. Nosotros sabemos que somos eminentemente débiles y que necesitamos la mano de Dios. Cada día que tu emprendas algo, di, Señor, que tu mano sea conmigo. No trates de hacer las cosas en el mundo solamente con tu propia fuerza. Dile, Señor, que tu mano se extienda sobre mi vida. No emprendas nada sin solicitar la mano de Dios sobre tu vida. Baña todas tus necesidades, todos los aspectos de tu vida con una petición de que la mano de Dios sea sobre ti.

Jabes pide una tercera cosa, dice, Señor, que mi territorio sea ensanchado. Ensancha mi territorio. Piense usted qué quiso decir un hombre de tres milenios atrás, ensancha mi territorio. La clave está en la palabra territorio. Jabes vivía en una cultura agrícola. La tierra es esencial, importantísima. Los campesinos, adquirir tierra eso es adquirir un tesoro. Miden su poder en términos de la tierra y las vacas que tienen.

Un hombre que dice ensancha mi territorio, quiere decir, Señor, amplía mi poder. Isaías 54 dice:

“… Ensancha el sitio de tu tienda y alarga tus cortinas, extiende tus cuerdas y afirma tus estacas porque te extenderás a la derecha y a la izquierda, al norte y hacia el sur…”

Ensancha mi territorio, hermano, no hay nada de malo de pedirle al Señor, Padre, prospérame, dame un carrito mejor que este carrito que hace tanto ruido, Señor, ya estoy cansado de sentir los esprines cada vez que me siento en el asiento del carro. Estoy cansado de ver ese humo que anuncia mi presencia a cuadras de distancia, Señor. Estoy cansado de ver esos mismos muebles con el mismo plástico que les puse hace diez años y ya yo quiero un poquito más sutil, más siglo XXI. Estoy cansado de mirar la misma ropa que usé hace diez años, me gustaría un trajecito mejor, Señor, con unas solapas un poquito más finas y que alargue un poquito más mi cuerpo, unos zapatos más cómodos en vez de estos que la suela pesan tres libras cada uno. Bendíceme.

Hermanos, no hay nada con pedirle al Señor prosperidad financiera, bendición, poder, influencia. No hay nada de malo con eso. Dios quiere bendecir a su pueblo. Dios quiere prosperar a su pueblo. Dios quiere bendecirte. Dios quiere darte influencia. Dios quiere sacarte del anonimato. Dios quiere levantar tu cabeza por encima de tus semejantes.

Yo sé que Dios quiere bendecir, ha bendecido, está bendiciendo y seguirá bendiciendo a esta Congregación porque bendijo a sus hijos bajo un pacto imperfecto en Israel y ahora en el nuevo pacto en Cristo Jesús la bendición es mayor. Lo que pasa es que nosotros somos mensos y no sabemos cómo arrancar la bendición de Dios. Aprendamos los principios del espíritu y seremos bendecidos: finanzas, mayordomía, darle al Señor lo primero, adorar al Señor, escoger al Señor por sobre todas las cosas, amarlo desesperadamente, honrarlo, hacer guerra espiritual. Esas son las cosas que bendicen nuestra vida y nos llenan de poder y de autoridad.

Pídele al Señor bendición, yo me revelo contra esos Evangelios que dicen, no, pídele al Señor simplemente que se haga su voluntad en tu vida. No le pidas nada porque eso son de la prosperidad. Yo tuve una gran discusión hace poco con un joven, no gran discusión porque me controlé un poco porque era más joven que yo. Samuel estaba ahí, se estaba acalorando la discusión.

Ese joven ama al Señor, un norteamericano piadoso, pero él me decía que a Dios no hay que pedirle cosas materiales. Yo le digo, sí bueno, eso dices tu porque eres de clase media, media alta y tus padres tienen dinero. Por qué será que la gente que tiene dinero le dice a los pobres, no ores para que te venga bendición? Pero ellos sí se van a sus grandes hoteles, tienen sus grandes conferencias, tienen iglesias con aire acondicionado, carros Mercedes parqueados en los estacionamientos, pero los pobres que están pidiendo, Señor, bendíceme. No, esos son de la prosperidad y están... el Señor reprenda al diablo.

Nosotros somos hijos de la bendición. Pídele al Señor bendición. Dile, Señor, ensancha mi territorio. Ensancha mi territorio. Dame influencia, Señor. Y entonces dale al Señor y usa tu dinero para bendecir a otros. Se generoso con tu dinero, porque la generosidad atrae más bendición. Yo he descubierto eso. Pon a correr tu dinero en el Reino de Dios, dale a otros generosamente y la bendición vendrá, vendrá, vendrá, vendrá. Mientras tu más das en el Señor, más recibirás, esa es la clave a la prosperidad.

Pero dile al Señor, Señor, ensancha mi territorio. No te conformes con un pedacito de tierra. Dile, Señor, yo quiero mucha tierra para usarla entonces para gloria tuya. Finalmente dice, Señor, y que tu mano sea conmigo y refrena el mal en mi vida para que no me cause dolor.

El mal, el diablo. El elemento de maldad en una creación caída. Él se cubrió por todas las partes. Este hombre jugar baseball, primera, segunda, tercera, cuarta, home. Y Señor, por si acaso, agarra ese diablo ahí y mantenlo en jaque mate, que no me toque. Que este dolor que está sobre mi vida, que esta tristeza, esa lluvia fina, esa neblina que me ha seguido toda mi vida, sea despejada y que venga tu sol brillando sobre mi vida. Frena al diablo, mantenlo a raya. Envía tu bendición.

Tenemos que orar porque hay un devorador que quiere destruir nuestra familia, nuestra salud, nuestra mente, nuestras emociones, nuestros ministerios. Y él quiere sembrar maldición en nuestras vidas. El diablo es el origen de toda maldad en el mundo. Él es el mafioso por excelencia y todos sus secuaces, que son los demonios que rigen este mundo caído, nosotros necesitamos protección de él.

Muchos evangélicos nos permitimos muchas libertades porque no entendemos que caminamos en un campo de guerra. Hay demonios por dondequiera, principados y potestades están alrededor de nosotros, quieren matarnos, quieren robarnos la bendición de Dios. Tenemos que hacer guerra espiritual. Tenemos que aprender las leyes de la guerra espiritual. Santidad, adoración, entrega a Dios, renuncia de las maldiciones generacionales, la declaración positiva de la bendición de Dios sobre nuestra vida, hablar positividad en fe, vivir en santidad, adherirnos a la palabra de Dios.

Estas son las armas de la guerra espiritual que garantizan que Dios va a protegerte. Y aún si Dios permite que el diablo te toque no podrá ir más allá de donde Dios le de posibilidad y permiso. Porque muchas veces Dios permitirá que venga a tu vida aflicción y que el diablo te toque, pero le dirá, ¿Sabes qué? Lo vas a tocar, número 1, no me lo vas a tocar más allá de donde yo te he dado permiso, y segundo, quiero decirte que ese toque va a terminar en bendición para mi hijo o mi hija, no para maldición.

Yo les decía a los hermanos, esta situación de salud que yo tuve, sabe que yo estoy seguro, ya Dios me había advertido acerca de ello. Meses atrás Dios me puso a orar, líbrame del mal, Señor. Me hizo muy consciente de la fragilidad del ser humano y de fuerzas oscuras, inconscientes.

El diablo, hermanos, usted sabe que el diablo no te odia. El diablo no siente odio. El diablo lo que siente es una patología. Él es como un psicópata que mata sin odio. Un psicópata mata fríamente. Satanás es una fuerza ciega que solo sabe matar, robar y destruir. Los demonios son seres que ellos no odian a la humanidad pero se deleitan en el mal, se deleitan en tomar una criatura de Dios, hermosa, bella, con el espíritu de Dios dentro de ella. Nace precioso.

Meche me decía acerca de eso, que por eso ella siempre cuando pasamos por las calles de Boston y viene uno de esos andrajosos, pobres, malolientes que abundan en la Ciudad de Boston y nos toca el vidrio, ella me decía algo que es muy revelador, dice que ella se siente siempre inclinada a darles algo porque recuerda al bebé que esa criatura fue antes de llegar a ser ese hombre en trapos. Un niño que su madre quizás lo recibió con gozo, gran promesa, quizás mucha bendición, mucha celebración y el diablo poco a poco fue sorbiéndole la imagen de Dios hasta tornarlo en una criatura desfigurada y disfuncional, sin dientes, maloliente, una mueca en su rostro en vez de bendición.

Porque los elementos del mal se gozan en distorsionar la imagen de Dios en los seres humanos y tornarlos en caricaturas de la deidad angelical de Dios en ellos. Porque son seres malignos, que eso es lo que saben hacer. Su identidad es maldad. No tienen gracia, no tienen nada de bueno, y por lo tanto todo lo que ellos tocan lo contaminan aún sin querer, porque eso es lo que son, esa es su naturaleza.

Entonces, tenemos que ser conscientes de esas fuerzas ciegas. Uno de los sueños que yo tuve durante ese tiempo en el verano fue, yo me encontré metido en un bosque, era de noche, y por alguna razón me confundí y me metí en ese bosque y el bosque estaba lleno de malezas, cerrada, raíces, árboles. Era como una selva amazónica bien, bien cerrada. Y de los espacios entre las raíces y las ramas de esos árboles y de esa maleza salían gusanos, pude ver un animal que era como un gusano, pero con una uña bien grande en el frente, y salía así. Me querían tocar pero no podían completamente. Pero yo sabían que estaba en una zona bien peligrosa. Y había diferentes seres así como ciegos. Yo no veía ojos, no veía consciencia, pero simplemente estas serpientes, reptiles, animales de diferentes tipos salían de entre las… y se acercaban a mí pero no me podían tocar, pero yo estaba en un sitio de gran inminente peligro.

Y hay otras cosas allí que yo pude entender a través de esa revelación y otras dos que Dios me dio también. Yo oraba, Señor, líbrame del mal, líbrame del mal. Entendí esa parte de la oración de Jesús, no nos metas en tentación más líbranos del mal. Porque tuyo es el poder y la gloria.

Él tiene poder para protegernos. Lo único que puede proteger un hombre o una mujer en este mundo lleno de la maldad del enemigo es el poder de Cristo Jesús, el nombre que es sobre todo nombre. Tu tienes que pronunciar ese nombre sobre tu vida, tu tienes que caminar en el nombre de Jesús. Tu tienes que afiliarte con el Reino de Dios, tienes que hacerte un ciudadano del Reino de Dios. Porque es el único reino que le puede hacer oposición al reino de las tinieblas, el único. Tienes que decir, Señor, líbrame del mal.

¿Saben qué? Por alguna razón Dios permitió que me tocara el enemigo, pero saben, yo les digo delante de Dios. Yo siento que lo que Dios hizo fue hacer una operación quirúrgica en mi espíritu y en mi sistema neurológico. Yo creo que Dios puso componentes nuevos en mi vida. Dios me bendijo en una manera extraña.

Porque es que cuando uno camina bajo la gracia de Dios, aún los dardos del diablo son tornados inyecciones de vida y de poder, y de gracia sobre los hijos de Dios. Aún si Dios permite que penetre una energía demoníaca sobre tu vida, Dios la va a tornar en bendición, y ese crisol de prueba te va a regresar fortalecido, purificado, más preparado para servir al Señor.

En tu debilidad Dios se glorificará. Tu aprenderás cosas y podrás entonces decir, yo tengo mis marcas. He estado en la guerra. Qué soldado que ha estado en la guerra no tiene por ahí una marca de un cuchillo, de una bala, que aunque sea lo sesgó un poquito?

No mereces ser soldado, es importante, hermanos, que peleemos nuestras batallas, pero cuando Dios permita que entremos en el crisol de la prueba, en la zona de la aflicción, que su mano vaya con nosotros y que nos libre del mal para que no nos cause dolor. Dios quiere cambiar tu destino. Tu no tienes que vivir la vida peleando con tus propias fuerzas.

Tu oración cambia la situación. Tu oración cambia tu destino. Tu clamor a Dios, tu decir, ¿Sabes qué? Yo estoy harto ya de estar bajo el dominio del enemigo o de las circunstancias, del tiempo y el espacio, de la historia, de la humanidad, de la sociedad, de la cultura, yo me vindico y reclamo la dirección de Dios sobre mi vida.

Oh, Señor, si tu me bendijeras. Oh Señor, si tu ensancharas mi territorio. Oh, Señor, si tu mano de poder fuera conmigo. Oh, Señor, si tu protección divina caminara conmigo día a día y ¿Sabes qué? Si tu clamas así, Dios te otorgará lo que tu le pides. Acérquense confiadamente al trono de la gracia, dice la palabra y reciban oportuno socorro.

Dios le otorgó lo que pidió. Que bueno que no se quedó simplemente oh, si tu me dieras, oh si tu me hicieras, dice, y Dios le otorgó lo que pidió.

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Sandra Barbieri: Es curioso como Dios trabaja

Es curioso como Dios trabaja, y se mueve. Esto es algo acerca de mi Dios que nunca deja de sorprenderme.

Trabajo en la sala de emergencia de un hospital. Como es de esperarse ahí se ven muchas cosas. Cada paciente que llega trae su drama. Y cada uno de los que trabajamos allí vivimos el nuestro. Muy inteligentes fueron los que inventaron los “reality shows.” Pues pueden llevar al público por medio de la televisión el drama real, palpable que viven los seres humanos en diferentes áreas de la vida. El viernes pasado vino a la sala de Emergencia una joven que lloraba inconsolablemente. Tuve que entrar en contacto con ella, para extraerle sangre. Pero antes de hacer esto tenía que calmarla y hacerle sentirse cómoda. Sabía que para lograr esto tendría, primero que nada escuchar su drama. La joven mujer venía con riesgo de suicidio. Empezó a contarme entre sollozos que hacía poco había estado embarazada y que su novio le había pedido que se hiciera un aborto. Según el, esto les permitiría tener más tiempo para preparar la boda con más calma. Me contó que después de pensarlo una y otra vez ella accedió y se hizo el aborto. Después de hacerlo, el novio se desapareció. Desde ese momento, me siguió diciendo, se ha sentido usada y rebajada. En su interior sólo hay un inmenso vacío. Está llena de dolor, frustración y remordimiento y se siente incapaz de controlar ese mar de emociones. Fue en este estado que esta joven llegó a la sección de siquiatría buscando alivio para su tormento. Después de escucharla y de repetirle varias veces, “Te entiendo…Te comprendo…” le dije: “Te voy a contar mi historia. Creo que fue mucho más dramática y aún más cruel que la tuya.” Ella abrió los ojos y se preparó para escucharme.

“Hace aproximadamente 18 años estaba yo casada con un apuesto joven italiano. Parecía extraído de una película de Hollywood. Tenía yo mis dos niñas bien pequeñas y como es de esperarse me embaracé. Me sentía lograda como mujer, madre y esposa. Pensaba:”esta criatura va a conectarnos como matrimonio y como familia“.
Cuando le dí la noticia a mi esposo, muy contenta, a él le pareció como si le hubiera caído un balde de agua fría. “¡No! ¡No! ¡No!” exclamó. “¡Si mi abuelo se entera (quien era un señor muy rico y dueño de varios edificios en la ciudad de Nueva York) me va a desheredar!" Nos habíamos casado a ocultas de su familia. Yo por mi parte le insistía: “¡Pero amor, mira cómo va hacer de especial este bebé! Nos va a conectar. Las niñas van a estar contentas. ¡Seremos una familia!” Sólo recibí de el un “no” rotundo, Y me dijo que eso tenía que desaparecer de mi vientre. Seguimos argumentando por un par de semanas, hasta que un sábado me dijo, “Vamos a Queens que hay una clínica allí.” Me subió en su Lincoln Continental y me llevó como oveja al matadero. Recuerdo las personas afuera con letreros anti-aborto. Recuerdo que era en un segundo piso. Recuerdo que yo bajaba las escaleras huyendo y él venia y me atrapaba y me subía de vuelta casi a empujones. Me llevó a deshacerme de esa preciosa compañía que llevaba dentro.

Quedé desecha y presa de todo tipo de sentimientos que embargaron mi alma. De la misma forma como fue despegado y desgarrado ese ser dentro de mí, así se desgarró todo el apego y aprecio por ese hombre que se hacia llamar “esposo”. Desde ese momento lo aborrecí con todas las fuerzas de mí ser. Y fue así con esa destrucción de una vida como también se destruyó nuestro matrimonio".

La joven se quedó perpleja con mi historia. Sus lágrimas cesaron. Y me abrazó. Le dije: “Aquí nadie te puede ayudar. Tienes que pedir ayuda a Dios. El se encargará de recoger tus pedazos y de restaurar tu alma” Ella sonrió. Me miró y le dije “Mírame a mí. ¡Aún estoy aquí!” En ese momento pensé: Señor por eso es que tengo tanta pasión por ti. Porque cuando esto pasó en mi vida yo aún no te conocía y sin embargo tu tuviste cuidado de mí. En ese momento me di cuenta que era yo sana de esto. Y tuve la confirmación en la predicación del domingo en mi iglesia sobre el tema del aborto. Al escuchar al pastor invitado hablar de este tema tan difícil recordé la conversación en la sala de Emergencia. Corroboré mi sanidad porque pude hablarle a una joven necesitada con libertad y con un sentido de propósito. Me di cuenta de que estaba dando por gracia lo que por gracia había recibido, aun sin saberlo.

¡Qué privilegio el haber podido ministrarle a un alma desolada y dejar en ella una marca positiva aún dentro de unas circunstancias totalmente negativas!

He vivido una vida llena de dramas, intensidad e imperfecciones. Pero ahora que vivo en Cristo vivo sin vergüenza y sin auto condenación. Dios en su misericordia usa mi vida hoy día para brillar Su luz sobre otros seres humanos que están como yo estaba. Y mientras tanto yo prosigo a la meta que El tiene para mí. Por la gracia de Dios soy lo que soy hoy y su gracia no ha sido en vano.

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¡Su Palabra es vida...activa!

21 de febrero del 2011 - Por Betsy Behan

"…no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre" Deuteronomio 8:3b

Después de más de dos años de espera, debido al quebrantamiento de mi padre, finalmente el pasado mes de julio mi amada madre nos visitó. En alguna oportunidad
les mencioné que yo admiro mucho a mi mamá por sus valores, entrega a su familia, amor al Señor, amor a las almas, fidelidad a sus amistades, su servicio, y ayuda; ella es
recta, y al mismo tiempo chistosa. El estar cerca de ella lo defino como gozo,
amor, ternura, enseñanza, ¡alegría!

Una mañana decidimos ir al parque de picnic, éste estaría acompañado de lo que
nunca falta cuando estamos juntas "Una enseñanza Bíblica" Después de dar un
paseo en el lago del parque, caminamos un poco hasta encontrar un lugar apropiado
para sentarnos a nuestro picnic... ya era medio día...la noté un poco cansada,
de hecho lo estaba, por lo que le propuse comer, y regresar a la casa para que descansara
ella se negó abriendo su Biblia e iniciando la enseñanza; a medida que leía, su voz se
animaba, y mientras explicaba lo leído su cansancio amenguaba.

Ya de regreso a la casa, le comenté: Mami, en el corto tiempo que compartimos de "La Palabra" usted sufrió una transformación bien notable, el cansancio se esfumó, y su voz apagada pasó a ser una voz animada; a lo que ella respondió: "Eso es lo que me mantiene activa"
Amigos, esta es una expresión corta, que dice mucho, y es que compartir del Señor, Su Palabra, Sus obras, y todo lo que tiene que ver con El...nos lleva de un vivir pasivo, y sin sentido, a un vivir activo lleno de motivación, y experiencias que nos mantienen firmes en El. Proclamemos nuestros días, no solo activos en las tareas diarias, sino "ACTIVOS EN EL SEÑOR, EN SU PALABRA, EN SU BUSQUEDA, EN LA FE". MANTENERNOS ACTIVOS EN CRISTO, NOS DA FORTALEZA PARA ENFRENTAR LO QUE CADA DIA TRAE CON EL.

Señor Jesús: Nos declaramos activos, animados, gozosos. Proclamamos una fe activa, una vida activa en Dios. En el nombre de Jesús, ¡Amén!!

Aunque con el pasar de los años nuestros pasos sean lentos,
no podrán tocar el fervor interior por ti Señor.
Nuestras almas seguirán entregadas a ti.
Te daremos la honra en nuestro último aliento,
nuestros corazones entonarán alabanza genuina
aunque disminuyan nuestras fuerzas físicas
-B.B-

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Cómo orar al Señor

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Libro Segundo de Crónicas, lo que queremos hacer en esta tarde es apuntalar este tiempo de clamor que hemos comenzado esta semana. Yo voy a estar leyendo unos Capítulos del libro Pies de Barro, que trata precisamente acerca de la oración y de algunos principios que deben gobernar nuestra vida de oración. Cómo le oramos al Señor.

Este libro parte de la vida del rey Josafat, y uno de los grandes momentos de la vida del rey Josafat fue cuando llegó este gran ejército del cual hablamos el domingo pasado, para destruir a Judá y expulsar al pueblo de Dios de su tierra. Y el rey Josafat clamó al Señor, era un hombre que amaba a Dios y en vez de ponerse a huir, deprimirse, entregar las armas, Josafat decidió clamar al Señor y levantar su mirada hacia Dios.

Y al hacer esto nos dejó una serie de principios que yo exploro en este libro entre otras cosas. Yo hablo también acerca de la adoración de guerra. Lo que nosotros estamos llevando a cabo esta tarde es adoración de guerra. Es cuando proclamamos la voluntad del Señor, cuando rompemos muros espirituales con nuestra adoración y hacemos uso de las armas. Como decía ese coro, “golpe de espada es la alabanza, golpes de guerra que salen de Dios.” Y hay muchas otras cosas que usó el pueblo de Judá en esa historia para derribar al enemigo y obtener una gran victoria de lo que parecía una situación sin esperanza. Y nosotros vamos a ver algunos de estos principios.

Todo este libro está basado en la vida de Josafat pero es simplemente como un punto de partida para nuestra propia vida. Como ustedes van a ver estos son principios que debemos poner en práctica y debemos estudiar estos principios y usarlos en nuestra propia vida personal.

Entonces Josafat en vez de darse por vencido, ora y dice que, cuando Josafat escucha que viene este gran ejército en contra de Judá y que se están acercando ya, dice que:

“… Él tuvo temor y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová e hizo pregonar ayuno a todo Judá…”

Proclamar ayuno así como Congregación, como pueblo, no es nada nuevo. Es la esencia de la historia de la iglesia a través de los siglos.

“… Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová, y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová…”

Que bueno es cuando el pueblo de Dios convoca a una gran reunión, nos damos cita, clamamos al Señor. Oh, si esta nación hiciera esto, hermanos, qué pasaría. Si el presidente Obama, que Dios lo bendiga y lo ilumine, declarara un ayuno y una santa convocación en Estados Unidos. Óigame, temblaría la tierra. Pero muchas veces los hombres somos demasiado sofisticados y establecemos principios humanos en vez de los principios del espíritu.

“… Y entonces Josafat se puso en pie… ─ después de convocar esta gran asamblea ─ … de la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo y dijo, Jehová, Dios de nuestros padres, ¿no eres tu Dios en los cielos y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder que no hay quien te resista?...”

Qué está haciendo Josafat allí? Está adorando al Señor. Él está diciendo, tu tienes poder, Padre, no hay nadie que te pueda resistir. Tu tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones.

“…Dios nuestro, no echaste tu los oradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel? Y la diste a los descendientes de Abraham, tu amigo, para siempre? Y ellos han habitado en ella y te han edificado en ella, santuario a tu nombre diciendo, “si mal viniera sobre nosotros, tu espada de castigo o pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti, porque tu nombre está en esta casa. Y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti y tu nos oirás y salvarás…”

Josafat le está recordando a Dios la historia de Israel, su relación con su pueblo. Nosotros tenemos que recordarle a Dios, ha habido avivamientos antes a través de la historia, ha habido tiempos de sequía como este en que estamos viviendo, y el pueblo de Dios ha clamado, se ha humillado, ha pedido perdón y Dios ha enviado bendición.

La palabra dice, “…si mi pueblo se humillare y clamare y se limpiare sus pecados, dice, yo escucharé desde mi trono y sanaré su tierra y acudiré a ellos….” Entonces nosotros tenemos que recordarle al Señor, Señor tu has dicho esto, tu has dicho lo otro. Recuerdan lo que decía acerca de pararse sobre una palabra que Dios ha dado? Y eso es lo que él hace aquí.

“…Ahora, pues he aquí los hijos de Amón y de Moab y los del monte de Seir, a cuya tierra no quisiste que pasase Israel cuando venía de la tierra de Egipto, sino que se apartase de ellos y no les destruyese. He aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de heredad que tu nos diste en posesión…”

Yo no puedo reprimir, hermanos, una cosita aquí y es que hoy en día, se habla mucho de que Israel parta la tierra con los palestinos para que haya paz. Y lo que yo a través de toda la Biblia es que esa tierra se la dio Dios a los hebreos. Hermanos, no porque sean la mejor gente del mundo, porque los hebreos son rebeldes y son orgullosos, han pecado contra el Señor, pero Dios les dio esa tierra. Dice, “… por toda la perpetuidad…”

Hizo un pacto irrevocable con Abraham. Ni el gobierno judío tiene derecho a dar esa tierra a nadie. Porque esa tierra es una heredad que Dios le dio y yo no puedo ser más justo que Dios, yo no puedo ser más justo que la palabra. Yo me escandalizo cuando oigo cristianos diciendo que Israel debe compartir su tierra. Porque lo que hay en toda la Escritura es eso, esta tierra tu nos la diste, nadie tiene derecho a quitárnosla. A mi no me importan las complejidades históricas, sociológicas que hayan intervenido en los años en que el pueblo de Dios estuvo fuera de la tierra, la promesa de Dios estuvo con Israel. Y esa tierra pertenece al pueblo de Dios. Y nosotros tenemos que estar orando para que ese pueblo no tenga que partir ni una pulgada de esa tierra, hermanos.

Estudie la Biblia, estudie las profecías, estudie la palabra y usted entenderá entonces por qué no se puede negociar esa tierra. Y entonces eso es un anuncio no pagado, eso está ahí extra.

“… He aquí ellos nos dan el pago viniendo a arrojarnos de la heredad que tu nos diste en posesión. Oh Dios nuestro, no los juzgarás tu? ─ y aquí está una palabra clave, dice, ─ …porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros. No sabemos qué hacer y a ti volvemos nuestros ojos…”

Esa es la oración de Josafat. La oración que fue contestada con una tremenda profecía que le dio instrucción al pueblo de cómo ellos iban a derrotar a esa nación enemiga. Yo digo aquí, al escuchar del ejército invasor que se acercaba, lo primero que hizo Josafat fue reconocer con exactitud la situación que confrontaba.

Lo primero que hizo fue ser preciso, reconocer cuál era la situación que él estaba confrontando. Él reconoció el gran peligro en que se encontraba. Vio claramente lo que se avecinaba contra él, fue específico. Aquí está la clave. Cuando uno ora uno tiene que ser específico. Ese es el punto central en que me estoy concentrando. Él fue específico en definir y reconocer su situación. Es importante que nosotros sepamos lo que estamos viviendo, que no vivamos pensando en pajaritos en el aire como el avestruz, con la cabeza metida en la arena, pensando que si hace caso omiso del problema no tendrá que confrontarlo.

En lo personal prefiero reconocer mis gigantes. Me resulta más provechoso a la larga hacerme dolorosamente consciente de mis limitaciones, mis luchas personales, las circunstancias conflictivas de mi vida. Tengo que nombras mis gigantes, darles nombre y apellido. Dios quiere un pueblo realista, no para obsesionarse con los problemas, pero sí para saber específicamente cómo acometerlos.

Tu tienes que definir tu situación. Tienes que darle al Señor con lujo de detalles qué es lo que estás confrontando, dónde viene esa adicción, por qué tu hijo se está comportando y cómo se comportando de esa manera. Cuál es la situación financiera que estás pasando, cuál es el problema matrimonial que te está aquejando. Dónde está el problema con tus finanzas o con ese callejón sin salida en que te encuentras, el atolladero de tu vida. Tienes que explayarlo, tienes que ser honesto contigo mismo y ser específico delante de Dios.

Mucha gente está viviendo una vida artificial sin mucha relación con la realidad que verdaderamente habitan. Disfrazan sus defectos, le echan la culpa a los demás, ignoran los problemas financieros hasta que le dan con un bate en la cabeza. Ahí está la pobre mujer diciéndole al esposo, mira, paga la cuenta de la luz que ya nos hemos atrasado dos meses. Y él contesta, totalmente despreocupado, no te apures que todavía tenemos mucho tiempo. Y llega un día que trata de prender la luz y nada sucede.

No, miren lúcidamente su situación. Sea específico en definir sus problemas. La especificidad es clave en la vida cristiana. El ser específico al abordar las situaciones de la vida es uno de los principios más poderosos para el éxito. Hay que hacer listas. Hay que escribir las cosas.

Si Dios te pone un pensamiento preñado, escríbelo antes de que se te vaya. Escribe, dice, la visión, en Habacuc Capítulo 2, anota las cosas que Dios ha puesto en tu corazón, presenta a Dios específicamente lo que tu necesitas de parte de él y dónde está tu problema. Mira dentro de ti, reconoce tus defectos. Mira lúcidamente tu situación. Se específico en definir tus problemas. La especificidad es clave en la vida cristiano.

En el versículo 2 Josafat ve que viene contra él una gran multitud, vienen desde el otro lado del mar y se Siria, actualmente se encuentran en una región vecina a Judá y vienen decididamente contra él. Él está claro en lo que está sucediendo. Él no disimula lo que está sucediendo. Él sabe que se trata de un ejército mucho más poderoso que ellos, que no queda mucho tiempo, que viene con intención de poseer la tierra violentamente, y desalojar al pueblo hebreo de su posesión.

Él se informa bien sobre lo que está pasando y experimenta temor en su corazón y reconoce que tiene temor. Cuando el enemigo viene contra nosotros, hermanos, es importante que sepamos en qué consisten sus armas y en qué consisten las nuestras.

Cuando David se prepara para confrontar a Goliat le dice, tu vienes contra mí con espada y lanza y jabalina más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel.

David sabe lo que tiene el gigante y lo que él tiene. David estaba claramente consciente de cada arma que poseía su contrincante, a la misma vez, sabía específicamente con qué él contaba y cuál era la verdadera naturaleza de su propia armadura.

Mientras escribo estas líneas, esto yo lo escribí hace varios meses, estoy profundamente involucrado en el proceso de planificación para la construcción del nuevo templo. Esta es una de las grandes tareas que actualmente tengo por delante como pastor. Quizás el mayor reto que yo haya acometido en toda mi carrera ministerial. Se trata del proyecto más ambicioso y arriesgado que haya emprendido nuestra Congregación en toda su historia.

Estoy muy consciente de que construimos en uno de los tiempos de mayor crisis económico que se haya visto en muchas décadas. Como pastor líder y administrador tengo que medir exactamente lo que conlleva esta tarea. No puedo permitirme demasiadas inexactitudes porque sé que el terreno financiero en que me muevo es terriblemente traicionero y peligroso y que no perdonará aún pequeños errores.

En el curso de planificar he tenido los servicios de consultores financieros cristianos que me han dado asesoramiento sobrio y preciso. Hemos elaborado una detallada estrategia para negociar con los bancos y poder presentarles clara y ventajosamente nuestras finanzas. Gloria a Dios que nos escucharon y nos dieron el préstamo que necesitábamos.

He tenido que identificar los diferentes aspectos de este proceso. Está por una parte, el financiamiento multimillonario que necesitamos recibir de parte de un banco. Está la campaña financiera que necesita recaudar una suma millonaria de parte de la Congregación, la cual hemos estado planificando durante meses y ya estamos metidos en ella y estamos confiando en que ustedes van a ser fieles. Amén. Tenemos que lidiar con la contratación de una compañía de construcción adecuada para nuestras necesidades, que sea capaz de operar dentro de la metodología que queremos emplear. Tenemos esa compañía, lleva meses ya trabajando con nosotros.

Y dada la grave situación financiera que atraviesa la nación y aún el mundo entero, estoy muy consciente del estado emocional de mi Congregación y sé que debo dirigirme a sus preocupaciones muy legítimas en una forma que dirija su mirada hacia el Dios todopoderoso que no conoce de escases o recesiones económicas y que les inspire suficiente confianza como para dar en una forma atrevida y generosa. Diga amén.

En resumen, tengo que ser extremadamente lúcido, aquí es mi punto, específico y detallista. A la misma vez que opero desde una postura de fe, tengo que poner suma atención a los detalles, no puedo permitirme el lujo de ser descuidado o superficial en mi proceso de planificación.

Es decir, hermanos, en la jornada espiritual del creyente, el elemento de la fe no impide que permanezcamos conscientes de los obstáculos y detalles o que empleemos sanas destrezas de planificación y estrategia. No impide, en otras palabras, que como Moisés expiemos la tierra antes de poseerla, aún sabiendo que Dios ha prometido entregárnosla.

De paso, la actitud detallista que refleja Moisés en sus instrucciones a los dos espías es tremendamente instructiva. Antes de enviarlo a su misión él les instruye de esta manera, dice:

“…Subid de aquí al Neguev y subid al monte y observad la tierra cómo es y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco numeroso, cómo es la tierra habitada, si es buena o mala, y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas, y cómo es el terreno, si es fértil, estéril, si en él hay árboles o no…”

Usted ve, la mirada específica. Él tiene una batalla. Él cree en Dios. Él ha hecho cosas increíbles para llegar a ese momento pero todavía envía para informarse. Nosotros tenemos que asimismo en nuestra vida informarnos. Hay que leer, hay que estudiar, hay que indagar adentro, hay que pedirle al Señor sabiduría, hay que traer las peticiones. Uno tiene que ser lúcido, hermanos, no todo es simplemente oración, oración, unción, unción. No, hay que poner leña sobre el altar para que Dios lo prenda. Y esa es la parte que nosotros hacemos.

Nótese las instrucciones específicas y detalladas, la mirada minuciosa del estadista y líder militar competente buscando inteligencia precisa sobre los elementos que han de determinar la estrategia a seguir. La fe no niega la lucidez. Las dos cosas tienen que ir juntas. Tenemos que pedirle al Señor sabiduría e inteligencia. La Biblia habla de ciencia también.

Pídele al Señor que te de inteligencia, conocimiento, estrategia. En tiempos de carencia y esterilidad financiera se requiere gente dotada con inteligencia especial para encontrar recursos donde otros no los ven. Por eso tenemos que pedirle al Señor, dame conocimiento, Padre, dame estrategia para escarbar y encontrar donde otros no encuentran nada. Se necesita una mirada lúcida, una consciencia detallista que nos permita ir ante el Dios proveedor, con una petición específica que nos permita recibir estrategia y recursos para la batalla que tenemos por delante. Define tu situación, cuenta el costo, nombra a tus gigantes.

Un pasaje ilustrativo, Bartimeo, el ciego, clama a Jesús, “… Señor, hijo de David, ten misericordia de mí. Finalmente el Señor dice, tráiganmelo. El caso es que cuando Bartimeo viene ante el Señor, el Señor Jesucristo le dice, bueno, qué quieres que te haga. Yo siempre he dicho, este hombre llega allí tanteando como un ciego, y el Señor sabe que está ciego, él sabe lo que quiere Bartimeo, pero le dice, qué quieres que te haga?

En otras palabras, el Señor quiere escuchar de ti tu petición. Y muchas veces yo digo el Señor no contesta nuestras peticiones inmediatamente porque muchas veces no están bien definidas, no hemos contado el costo de la contestación que esperamos, no estamos lo suficientemente conscientes de qué es lo que eso conlleva, no hay suficiente arrastre en el clamor que estamos pidiéndole al Señor. Estamos simplemente allí haciéndolo en una forma barata y superficial, y Dios quiere que escarbemos, que vayamos hondo, que ganemos consciencia, que maduremos, que trabajemos la petición. Y por eso él se hace el que no escucha, pero él está escuchando.

Jesús escuchó a Bartimeo, el primer momento que clamó, pero Bartimeo necesitaba ganar más consciencia. Entonces cuando el Señor le dice, qué quieres que te haga? Señor, que recobre la visa. Bueno, hágase conforme a tu fe. Recibe la vista. Hay que ser específico, usted ve. Por eso es que a veces tenernos que trabajar las oraciones. Eso no es simplemente un clamor superficial. Hay trabajar las oraciones y hay que detallar las cosas. Hay que hablar con Dios como se habla con un psiquiatra. Tómese tiempo, lujo de detalles, defina el problema, paséese sobre el problema y alrededor, mire los contornos del problema, mire sus diferentes facetas, expláyesele al Señor. Usted mismo irá ganando consciencia de su propia situación, se enriquecerá como resultado de eso.

Y cuando usted le lance esa bola de cañón al corazón de Dios va a dar exactamente en el centro mismo y Dios va a responder a sus necesidades. Pero hay que ser específico. Hay que pedirle al Señor específicamente, con lujo de detalles lo que queremos. Eso es bien importante.

Entonces, en segundo lugar, hablando de especificidad, en segundo lugar algo muy importante que hizo Josafat. Y recuerde que estamos hablando de esto en el contexto de esta semana que estamos orando al Señor, estamos buscando dirección del Señor. Josafat se humilló y buscó el rostro del Señor. La palabra clave es se humilló.

Mucha gente sufre porque prefieren hacer las cosas por su propia cuenta. Buscan a Dios como último recurso. No se llevan de consejo y no buscan sabiduría de parte de él. Se empecinan en hacer las cosas a su manera empleando sus propios recursos inadecuados. Como hemos visto, el mismo Josafat, en ocasiones cometió el error de depender demasiado de su propio razonamiento con consecuencias funestas.

En este caso el mismo carácter desesperado de la situación lo obligó a ir directamente al trono de Dios para pedir ayuda y recibir sabiduría. El versículo 3 nos informa lo siguiente, dice:

“… Entonces él tuvo temor y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová…”

No tengas temor de reconocer que tienes temor. En nuestro país tenemos un dicho, mejor que digas aquí corrió que aquí murió. El sabio Salomón lo dice de una manera aún más gráfica, dice, porque mejor es perro vivo que león muerto. Muchas veces resulta mucho mejor reconocer que tienes miedo que no sabes qué hacer. Mejor es buscar ayuda de parte de Dios o de otros que insistir en sacar agua de tu propio pozo seco con recursos que en realidad no posees.

Hay que pedirle al Señor sabiduría y dirección. El Apóstol Santiago dice en Santiago, Capítulo 1, “Si alguno tiene falta de sabiduría, qué debe hacer, pídala a Dios el cual da abundantemente y sin reproche, y le será dada…”

Lo primero que yo busco cuando tengo necesidad o una tarea en mi vida, es pedir ayuda. Señor, dame sabiduría, dame la estrategia. Yo creo en Dios que habla, un Dios que ilumina, que nos dice por dónde tenemos que caminar. Dios promete en salmos 8:32, te haré entender, dice el Señor, y te enseñaré el camino que debes andar. Es una promesa.

Usted puede ir ante Dios y decirle, Padre, yo tengo aquí una promesa que dice que tu me enseñarás el camino en que debo andar. Yo necesito sabiduría, dame sabiduría. Y Dios tendrá que ser fiel, él es fiel. El Espíritu Santo es el instructor por excelencia.

Dice la Biblia que él nos llevará hacia toda la verdad. Cree, pídele al Señor sabiduría y humíllate, pídele con fe creyendo esa promesa de que él te dará abundantemente lo que le pides. Dile, Señor, la verdad es que yo no tengo lo que necesito. Mis manos están vacías. Tengo que dar a luz y me he quedado sin fuerzas.

Dios no permitirá que quedes en vergüenza. Él mismo nos llama a confiar en él. Encomienda a Jehová tu camino y confía en él, dice la palabra, y él hará. Ese, ‘él hará’, hermanos, cubre todo. Él hará. Qué hará? Lo que tu necesitas. El obrará como él sabe obrar. Exhibirá tu justicia, dice la palabra, como la luz y tu derecho como un medio día. En la debilidad hay gran poder. El reconocer nuestra debilidad, en cultivar deliberadamente un sentido de insuficiencia, hay poder. Por qué? Para el hombre sin Dios, la mujer sin Dios, el cultivar debilidad lleva a la depresión y al fracaso, lleva a inacción.

Ahora, para el hijo de Dios, la mujer de Dios cuando cultiva debilidad en el espíritu lo que hace es reconocer, yo no tengo la victoria pero Dios sí la tiene. Yo no tengo la respuesta, pero Dios es más que capaz para darme toda la sabiduría que necesito. Yo no tengo el poder, pero Dios es todopoderoso. Yo no tengo las armas, pero Dios me ha prometido toda su armadura.

Y cuando quitamos la mirada de nosotros mismos reconocemos nuestras limitaciones y ponemos nuestra esperanza exclusivamente en Dios, nuestra debilidad se convierte en la plataforma perfecta para que pueda desplegarse todo el poder del cielo a nuestro favor.

El Apóstol Pablo declara que cuando soy débil, qué pasa?, entonces soy fuerte, por tanto, dice, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades para que repose sobre mí el poder de Dios. Un hombre, una mujer, tiene que despojarse primero de su autosuficiencia y su falso sentido de independencia y decir, ¿Saben qué, Señor? Me vacío de todo eso. Lléname ahora con tu espíritu y enséñame el camino por donde debo andar.

Josafat se humilla, reconoce su profunda limitación, piensa, esto es demasiado grande para mí, no podemos, no tenemos las armas, no tenemos posibilidad de victoria, excepto por la misericordia de Dios. Ahí comienza, queridos hermanos, el poder de un hombre, o una mujer de Dios, en reconocer, yo no puedo hacerlo, necesito la gracia de Dios.

Hermanos, eso es lo que nosotros estamos haciendo. Yo le estoy diciendo, Señor, hay algo que tiene que hacerse en esta nación, hay algo, esta iglesia tiene que entrar a otro nivel, pero yo no lo puedo hacer. Esto no es cuestión de que un pastor fabrique una actitud, una atmósfera, tiene que ser Dios.

Si nosotros vamos a hacer lo que yo siento que tiene que hacerse, no puede ser el hombre, nuestra parte tenemos que clamar al Señor, Señor, estamos aquí, sabemos que hay una gran tarea que conquistar, pero necesitamos tu visitación, porque nosotros no lo podemos hacer por nosotros mismos.

Hay que estar conscientes uno de su debilidad. Esa unción ilimitada del cielo que vendrá en respuesta a nuestra admisión de insuficiencia, metida en la vasija vacía que le hemos provisto al poder divino, por medio de nuestro humilde reconocimiento, será más que suficiente para sacarnos del hoyo y establecernos sobre terreno seguro.

La decisión de Josafat de humillarse y buscar sabiduría de parte de Dios es inspiradora y ejemplar. Pero su búsqueda de la ayuda divina no queda ahí, se nos dice que adicionalmente Josafat hizo pregonar ayuno a todo Judá. Primeramente fue específico en reconocer su situación. En segundo lugar clamó a Dios, se humilló, reconoció su insuficiencia. Y en tercer lugar llamó a compañeros que lo ayudaran en su necesidad y en su clamor. Convocó que todo Judá.

En una cultura teocrática como Judá, el reino no solamente funcionaba como un líder político, sino también como cabeza espiritual. Poseía la autoridad para convocar a todo el pueblo y clamar y ayunar y no titubeó en usarla, involucró a toda la nación en apelar a Jehová para una intervención milagrosa.

El escritor provee más detalle añadiendo:

“… Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová…”

Qué principio vemos aquí? oración, sí, pero quizás más importante aún, vemos un tercer principio muy significativo, oración en comunidad. Eso es lo que vamos a hacer esta semana. En la oración mientras más gente comprometida tenemos en la trinchera con nosotros, más poderosos y efectivos podemos ser. El Señor Jesucristo declaró, donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí yo estoy en medio de ellos. Y también dijo, si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra, acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

Por medio de estas imágenes de pluralidad el Señor quiso subrayar el poder que hay en la unidad, en el acuerdo espiritual entre los creyentes. Yo creo en la oración individual, y siempre he aclarado que la oración colectiva no es sustito para la oración privada.

Pero, amados hermanos, hay situaciones en que tu tienes que buscarte un amigo, un compañero de trinchera y decirle, mira, ayúdame a orar porque lo que tengo por delante es tan difícil y tan grande que orando solo lo único que voy a lograr es decaer en mi ánimo.

Cuando nos amarramos a dos o tres compañeros de oración eso nos da ánimo para seguir adelante. Así que, ora con otros hermanos, búscate gente de fe para lidiar juntos las batallas de la vida. Vive la vida en comunidad con creyentes de igual convicción. No trates de pelear la batalla solo. No seas como Elías que cuando vino el ataque diabólico se fue solo al desierto, cayó en una profunda depresión y terminó deseando la muerte.

Porque cuando nos aislamos y abandonamos la comunidad de fe alrededor de nosotros, el diablo nos puede asestar el golpe de gracia mucho más fácilmente. Sabes, cuando te estás deprimiendo, cuando estás bajando tu temperatura espíritu, sabes lo que tienes que hacer? En vez de quedarte en tu casa, huye por tu vida y ven a la casa de Dios y refúgiate y busca ayuda de parte de tus hermanos, ora junto con alguien. Amárrate con alguien y dile, hermano, necesito ayuda. Ora por mí. Tengo una tentación, tengo una lucha, agárrate conmigo y vamos a ir delante de Dios para buscar gracia de parte de Dios.

Es importante… Dios nos ha hecho un cuerpo, debemos apoyarnos unos a otros. Tenemos que buscar ese fuego de nuestros hermanos para que nuestra braza se apague. Ahora, cuando decimos, yo no puedo hacerlo solo, necesito la gracia de Dios, ahí es donde comienza el poder de un hombre, una mujer de Dios. Reconocer esto.

Basado en ese profundo reconocimiento vas y buscas sabiduría. Reconoces el peligro. Admites tu total incapacidad y te refugias como un niño en el poder de tu Dios. Esa unción ilimitada del cielo, metida en la vasija vacía que le has provisto al poder divino, por medio de tu humilde reconocimiento será más que suficiente para sacarte del hoyo y establecerte sobre terreno seguro.

Casi voy terminando. Dice aquí, de paso las batallas de la vida hay que pelearlas por medio de la oración insistente como hizo Josafat. De nada sirve la fe si no se manifiesta a través de peticiones concretas y persistentes. El gran reformador Martín Lutero, oró, amado Señor, aunque estoy seguro de mi posición no puedo retenerla sin ti, ayúdame o estoy perdido.

La oración efectiva requiere ese tipo de pasión y convicción. C. Spurgeon, el gran predicador inglés del siglo XIX escribió: “La oración jala la soga abajo en el mundo y la gran campana suena arriba en el oído de Dios. Algunos apenas mueven la campana, dice Spurgeon, de lo lánguidas que son sus oraciones, otros solo le dan un tirón ocasional a la soga, pero el que se comunica con el cielo, es el hombre que agarra la soga con denuedo y tira de ella continuamente con todas sus fuerzas. El Apóstol Pablo aconseja, por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras peticiones en toda oración y ruego.

En otras palabras, en vez de llorar, ora. En vez de que te tiemblen las rodillas, dóblalas. Si están dobladas no van a poder temblar. Esto me recuerda el chiste acerca del joven ministro que fue invitado a predicar al seminario del cual se había graduado. Cuando llegó el momento de pararse a predicar, se puso de pie y dijo, Lo que tengo que decir debe ser bastante bueno porque ya mis rodillas están aplaudiendo. Ya hemos señalado, hermanos, que la oración, como la fe, no es solo para sacarnos de los aprietos y de las crisis, la oración debe bañar y saturar todo lo que hacemos. Es la bandera que va delante encabezando todos nuestros esfuerzos. Debe ser el antes y el después de toda nuestras visiones y proyectos. Es el elemento que debe fundamentar y puntualizar todos los eventos y actividades de nuestro día.

Martín Lutero declaró, tengo tanto que hacer que debo pasar las primeras tres horas de cada día en oración. Yo creo mucho en la oración preventiva. No esperes a que el diablo esté a la puerta para destruirte, para entonces comenzar a orar. Ora continuamente para mantenerlo neutralizado, para forrar tu vida preventivamente contra sus ataques.

El mejor tiempo para orar es cuando todo está bien, cuando no hay nubes en el cielo y el corazón está tranquilo y en paz. En esos tiempos de quietud y aún de prosperidad, como José en Egipto, atesora oraciones en el cielo para cuando venga el día malo de la sequía y la carencia. Llénate de tal vitalidad y poder, cubre todas las ventanas y puertas de tu vida de tal manera que el enemigo, cuando emprenda el ataque y pretenda lanzar sus dardos de fuego hacia el interior de tu morada, encuentre tu casa blindada y protegida por los muros del cielo, erigidos ladrillo a ladrillo por tu oración persistente. Amén.

Lo vamos a dejar ahí, hermanos, pero hay muchos principios importantes que apuntamos en este libro acerca de la vida de oración, la vida de alabanza. Estos son solamente algunos principios específicos. La vida de Josafat es una vida tremendamente elocuente a nivel del espíritu. Y usted puede aprender mucho.

Yo le suplico, de nuevo, porque este es el programa que Dios nos está dando como iglesia. Y por alguna razón Dios me puso a escribir sobre este hombre que su vida es elocuentísima y nos habla y nos instruye así que yo les animo, hermanos, en el nombre del Señor, a mí no me interesa hacer un solo centavo de ese libro, no tengo que ni siquiera aclarar eso, pero yo quiero que mi pueblo camine parejo.

Búsquese el libro, hágalo un apoyo para su vida de oración y de meditación y vamos a hacerlo como un manual de instrucción espiritual para todos nosotros y yo sé que Dios va a hacer esa obra.

Esta tarde, al final del servicio si usted no compró su libro, lléveselo, ahí va a estar disponible al final. Yo espero que esté disponible a ambos lados de la salida y si no es así los hujieres por favor ayúdenme en esto para que usted se lo pueda llevar y estudie y sobre todo esta semana, hermanos, vamos a levantar un clamor delante de Dios. Vamos a unirnos como Josafat, vamos a decir, Señor, tenemos que dar a luz pero necesitamos fuerza de parte de ti.

Pónganse de pie ahora. Vamos a darle gracias a Dios por todo lo que él ha hecho y terminemos como comenzamos, hermanos. Bruno, dale a ese piano hasta que se rompa en pedazos. No vamos a terminar con un gemido si comenzamos con una explosión de fe, vamos a darle gloria y honra al Señor.

Estos guerreros no se me rindan ahora. Vengan acá. Suban acá y vamos a terminar con un espíritu firme, hermanos. Tenemos que aprender lo que es el espíritu de la guerra, hermanos. Dios quiere bendecirnos pero tenemos que quitarnos la grasa de bebé. Vengan por acá y ponernos la armadura del guerrero que no se baja fácilmente.

Iris, ven por aquí mi hermana, deja eso tranquilo y ven por acá. Ven. Tenemos que aprender lo que es comportarnos como guerrero hasta el último momento, hermanos.

Gracias Señor, gracias. Cambia nuestro corazón, danos más, Señor, de tu fuerza. Danos más de tu fuego, Padre. Danos más de tu actitud aguerrida, Padre. Señor, transforma nuestro pueblo, transforma nuestros corazones. Levanta, Señor las tiendas de tu pueblo, Padre. Enséñanos, Señor, cómo caminar. Enséñame a mí primero. Cambia mi corazón, Señor. Cambia nuestros corazones, cambia nuestra mente, cambia a este pueblo, Padre. Cambia sus corazones, Señor, créate un ejército verdadero que traiga honra y gloria a tu nombre, Señor.

Envía tu espíritu. Hermanos, clama conmigo antes de irte, clama conmigo. Pídele al Señor, sal de aquí blindado. Sal de aquí con la unción de Dios sobre tu vida. No permitas que el diablo te arranque lo que tu has experimentado esta tarde.

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La importancia de un amigo (parte 2)

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Cuántos de ustedes se acuerdan yo diría, hace ya como unas tres semanas, casi un mes, que yo había comenzado a hablarles acerca de la amistad, la importancia de tener buenos amigos. Cuántos se recuerdan de eso? Deja ver. Se recuerdan? Ok. Los que no, pues, breve resumen.

Hablé de la amistad. Y la forma en que hablé de la amistad fue Dios puso una inquietud en mi corazón, de poder hablar acerca de ese tema porque yo diría, que tal vez, en los últimos 3, 4 meses he estado como en conversaciones con distintas personas de aquí de la iglesia, que por alguna razón u otra, ha surgido ese aspecto de la necesidad que tenemos de poder tener amistades genuinas. O sea, personas con las cuales uno pueda contar, personas con las cuales uno puede reír, personas con las cuales uno puede desahogarse, personas con las cuales uno puede salir y pasear y disfrutar una tarde de juegos, o personas que puedan confrontarnos en toda confianza, sabiendo que no es que nos están criticando sino que lo están haciendo para edificar nuestras vidas.

Son cosas que están en nosotros. Yo recuerda que esa primera vez que yo hablé, yo estaba diciendo que esto es parte de la naturaleza de Dios en nosotros, es parte de esa imagen de Dios que está en nosotros, que está en ti. Es esa necesidad de poder tener contacto, relación, conexión con otras personas a tu alrededor. y muchos de nosotros tenemos esos contactos a través de nuestras familias, sea ya que lo tengas a través de tu esposo, tu esposa, tu papá, tu mamá, tu hijo, tu hija, tu tío, tu abuela, sea quien sea. Tenemos esas relaciones pero también está esa necesidad con conectar con otras personas.

Ya cuando hablamos del círculo de hermanos y hermanas en la iglesia, pero aún dentro de este círculo están esos otros círculos de intimidad que … ya tienes tu amigo o tu amiga, el que tu te atreves llamar a la medianoche y tu sabes que te va a responder el teléfono y van a poder hablar. Tal vez después que te diga dos o tres, qué estás llamando a esta hora? Pero ¿Saben qué? Después de un ratito se despierta y habla contigo o sino hace una cita para el próximo día y a primera hora se sienta contigo a tomarse un café.

Esos son los tipos de amistades de los cuales estábamos hablando. Otra cosa que también dije es que no todo, o sea, no todo el mundo puede esperar ser un billete de 100 para todo el mundo, no todas las amistades son iguales. Hay distintos niveles de amistad. Yo no puedo esperar ser amigo de todos aquí y a un nivel de intimidad que yo pueda, como quien dice, contar toda mi historia. Yo sé que voy a tener esos espacios, esa dinámica con distintas personas y yo hablaba que eso pasa con Jesús.

O sea, el mismo Jesús tenías sus distintos círculos de amistades con sus discípulos. Tenía sus 12 discípulos, pero dentro de esos 12 tenía 3 que la Biblia especifica con los cuales él se iba a parte a orar con ellos. Y tenía una mayor intimidad con esas tres personas. Y dentro de esas tres personas, solamente había uno que Jesús le permitía recostar su cabeza en su pecho. A ese nivel de intimidad vivían.

Así que están esas dinámicas ahí en esas relaciones de amistad. Otra cosa que yo también dije que yo como que voy a ver si puedo recapitular en este punto, que es cuando estaba hablando acerca del amor que hay entre una relación de amistad de que muchas veces esas amistades tienen sus condiciones. Yo no sé cuántos de ustedes se acuerdan que también el domingo, después que yo hablé de eso, yo prediqué en una parte de mi sermón de que el amor muchas veces lo romantizamos mucho, diciendo que todo tipo de amor es incondicional. Pero que entonces, yo salgo y digo de que también tiene esa dinámica de que es condicional.

Y yo como que, después que yo revisé el mensaje, yo me dije, guau, yo tuve que haber aclarado esto un poco más, porque sonó como si yo estuviese diciendo que es uno o el otro. Pero no es eso, es una combinación de ambos. Es tanto uno como el otro. It’s not either or but it’s both and.

O sea, el amor que nosotros experimentamos tanto de parte de Dios, como el amor que podemos tener con otras personas, es tanto incondicional como condicional. Decía acerca del amor incondicional de Dios porque el amor de Dios es incondicional y hay pruebas en las Escritura de que es así.

Como dice la Escritura, que aún cuando nosotros éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. O sea, ahí se ve ese amor incondicional de Dios. Dios nos recibe tal y como somos. Ahí se ve ese amor incondicional de Dios. Pero entonces, una vez si nosotros aceptamos ese amor, y es bien cómico, bueno no cómico, pero es interesante porque yo hasta en un momento me puse a pensar acerca de la salvación y nosotros también podemos decir que la salvación es incondicional en el sentido que la salvación es por gracia, no es por obras.

Pero aún para tu poder tener la salvación tu tienes la condición de que si no lo confiesas, si no la recibes pues no la vas a tener. Así que una y la otra, no es una o la otra, pero son las dos funcionando juntas. Y a la luz de eso, pues yo seguí elaborando este tema de la amistad, de cómo está esa dinámica en la cual todos nosotros tenemos como que bailar este juego de cuánto doy, cuánto no doy, cuánto recibo, cuánto no recibo.

Y hoy, pues, a medida que me preparaba para la segunda parte, pues, me estoy tirando ahora por este lado de cómo es esa dinámica de relaciones interpersonales. Y yo me crucé con un libro que había leído hace mucho tiempo, pero que me volví a cruzar con él hace poco y lo volví a retomar y el título del libro fue el que resaltó. El título es de una autor que se llama John Orburn, es un señor americano, él es pastor en California y él escribió un libro que en inglés se titula “Everybody is normal till you get to know them”. En español se diría “Todos somos normales hasta que nos conocen”.

Se lo puedo decir otra vez? A ver si les hace sentido? Todos somos normales hasta que nos conocen. Se pueden reír, porque está intencionado a que se pueda reír. Napoleón, tu eres normal hasta que yo te conozca de verdad. Orlando, tu eres normal hasta que yo te conozca de verdad. Yo voy a ser normal para ustedes hasta que ustedes me conozcan de verdad.

Y aquí es donde viene la dinámica. Este autor hace mención de dos puntos en particular que vienen con ese tema. Y el primero, él está haciendo una ilustración, de por ejemplo, en las tiendas cuando usted va a la sección de Clearance, por ejemplo, sea ya una tienda de muebles o de ropa o cosas así, usted sabe que la mayoría de las veces esa ropa, o mercancía, vamos a hablar de mercancía de muebles, cuando usted va a la sección de Clearance, que se los tienen así, que tiene el precio también tiene un tag, un ticket que dice tal y como es, o as it. O sea que el instrumento o lo que sea, se lo venden tal y como está. O sea, usted no puede ir y reclamar después que lo compró, ah, mira que tenía el lado rayado o algo. Ah, eso se vendió tal y como es. Usted va a lo comprar tal y como es. O mira que tenía un tornillo suelto y a ver si lo puedo devolver. Sorry, usted lo compró as is, tal y como es. Mira que le abrí la gaveta y se me cayó… sorry, lo compró tal y como es. Exacto, no hay return en eso.

Y el asunto es que este autor está comparando que nosotros como seres humanos, venimos con ese tag que dice, as is, tal y como es. Me da gracia porque Orlando, ahorita, perdona que te coja de punto, Orlando, él cumplió años ayer así que por eso es que lo estoy cogiendo de punto. Como fue su cumpleaños ayer, hoy llegó con este sweater nuevo que tenía el tag todavía. So para mí eso fue algo de confirmación, de que lo que tenía que hablar era lo correcto. Y estaba en clearance.

Eso para mí fue confirmación de que tenía que hablar esto. O sea, que nosotros como seres humanos venimos con esa etiqueta que dice, tal y como es. Usted, si se verifica bien, así en la espalda, le va a tener que decir a alguien, mira a ver si tengo una etiqueta por ahí. Y esa persona le va a decir, mira sí, la tienes y es bien grande la etiqueta. Algunos la etiqueta es más chiquita para otros la etiqueta es más grande.

Pero todos tenemos ese tag que es tal y como es. Y eso lo conecta a otro punto que es mucho más profundo todavía. Y esto para mí es algo tan revelador. Yo estoy seguro de que si yo lo digo y usted se pone a pensar, usted va a decir, “Oye, es verdad.”

Pero este autor conectando ese punto también decía que cuando nosotros procedemos a conocer a una persona por primera vez, subconscientemente en nuestra mente hay una pregunta que surge sin nosotros poderla controlar. Y es la pregunta que dice, “Yo le caigo bien a esa persona o no?”

Pregúntese usted si cuando usted va a conocer a una persona por primera vez, si tal vez usted no se recuerde, pero si usted se pone a pensar, cuando usted conoce a alguien por primera vez, le sale esa pregunta ahí en su cabeza: yo le caeré bien a esa persona? Le gustaré a esta persona? Esta persona querrá establecer algún tipo de contacto conmigo? Qué debo hacer, como quien dice, para caerle bien a esta persona?

Para mí eso fue bien revelador y mucho más cuando estoy pensando acerca de este tema de la amistad, porque es lo mismo. Cuando usted se hace esa pregunta, esa pregunta va a determinar la forma en que usted va a proceder en poder conocer e interactuar con esa persona o no. hay algunos que cuando escuchan esa pregunta en su cabeza, son tan y tan intimidados que deciden no proceder en conectar. Porque tal vez la persona muy ocupada, o lo ven muy distanciado, o como que parece que la persona no está prestando interés, pues, fine, no me voy a conectar con esa persona. Y sigo por acá buscando alguna amistad en algún otro lugar.

Pero hay otras personas cuyo carácter aunque tienen esa pregunta le dice, le caeré bien a esa persona o no? se tiran a la aventura y dicen, “Bueno, there’s only one way to find out” Vamos a ir y empezar a conocer a esta persona a ver si funciona o no.

Y ahí es donde entonces empieza lo que yo estaba diciendo, esa dinámica, ese baile, como que cuánto doy, cuánto recibo, cuánto me dan, para yo poder dar otra vez. Miren, yo me crucé con varios versos bíblicos que de alguna forma u otra le dan luz a lo que estoy diciendo. Y lo pueden apuntar por ahí para que ustedes lo lean después.

Pero uno fue el que yo leí la primera vez que es Proverbios, Capítulo 17, verso 17 que dice:

“… En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de la angustia, en todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de la angustia…”

Y está obviamente hablando de lo que describe un amigo, o sea, ese nivel de intimidad, ese nivel de profundidad que no importa las circunstancias siempre está ahí dispuesto para.

Otro verso, en Proverbios Capítulo 18, verso 24, dice:

“… Hay amigos que llevan a la ruina ─ y estoy leyendo de la nueva versión internacional, porque la Reina Valera como que la forma en que leía como que no me gustó y lo busqué en otra versión y dice así: ─ … Hay amigos que llevan a la ruina y hay amigos más fieles que un hermano…”

Miren esto que interesante. Podemos tener amigos que los consideramos amigos, pero su fin es como que, nos hacen la vida imposible, pero también están esos amigos que pueden tener un nivel de intimidad que es como si fuera, como dice un refrán por ahí en inglés que dice: my brother from another mother; mi hermano de otra madre, por así decirlo, porque está esa afinidad.

Otro proverbio, Proverbios, Capítulo 27, versículo 10, mira a mí me gustó este, dice:

“… No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre… ─ mira esto que interesante, porque ya está hablando de una amistad que trasciende generaciones y sigue diciendo ─ … No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema porque más vale un vecino cercano que un hermano distante…”

Eso a mí me habló mucho porque obviamente yo tengo toda mi familia de sangre está por allá, por Puerto Rico, so si yo tengo un problema o algo qué me va a salir más económico, pagar un ticket para ir a Puerto Rico y desahogarme con mami allá, o tener a un amigo aquí cerca de mí que yo puedo, tal vez, gastar 50 centavos de gasolina en ir de una esquina a otra y sentarme a hablar con él. Obviamente la segunda es la respuesta.

Pero lo que está diciendo es que está hablando de esta dinámica de lo que un amigo puede hacer por uno, cómo inspira la vida de uno y aún cuando yo veo esa primera frase que dice, no abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre, o sea, cuando lo pone ya a ese nivel.

Mire, si yo pienso en los amigos de mi padre, que yo no conocí muchos de ellos, pero al menos algunas de las personas con las que él se relacionaba, lo que esto quiere decir es que sí, yo tengo un amigo que puede ser contemporáneo mío, pero también están esas personas que van un poquito más allá que yo, que yo sé que puedo agarrarme de ellos, contar con ellos, recibir un sentido de sabiduría y de dirección de parte de ellos también.

O sea, que la amistad no es algo que es solamente aquí a nivel mío, sino que también va un poquito más allá. El último verso que les voy a leer, Eclesiastés y este yo sé que ustedes lo conocen, Capítulo 4, versículos 9 y 10, dice:

“…Mejor son dos que uno porque tienen mejor paga de su trabajo porque si cayeren el uno levantará a su compañero, pero ay del solo, que cuando cayere no habrá un segundo que lo pueda levantar…”

Necesitan una ilustración con esto? Miren el verso 11 dice:

“… También si dos durmieren juntos se calentarán mutuamente…”

Esto obviamente lo usan mucho para las parejas pero, hace poco estaba viendo en la televisión este programa, yo no sé si lo han visto, un programa que se llama I shouldn’t be alive, Yo no debería estar vivo? En el canal de Animal Planet, estaba viendo un episodio de dos muchachos que se perdieron en un hike que estaban haciendo en una montaña y cayeron en una tormenta de nieve y cosas así y ellos estaban hablando que una de las cosas que les permitió a ellos sobrevivir, fue que los dos se metieron en un sleeping bag para calentarse el uno al otro.

Y yo recuerdo que yo vi eso en una película y se vio como que medio, why, dos hombres metidos en un sleeping bag, pero cuando lo vi en vidas reales de cómo… esto es bien interesante, mis hermanos, porque esto es comprobado científicamente. Hay una diferencia bien grande tratar de calentarse, como quien dice, con la ropa puesta, pero es bien diferente calentarse cuando es contacto piel con piel. y obviamente no quiero que se vayan a poner una imagen demasiado más allá de lo que deberían pensar. Pero se ha probado científicamente que en una situación así de emergencia, que si dos personas se quedan perdidas en el desierto de la nieve, la mejor forma para que esas personas puedan sobrevivir es que se puedan calentar piel con piel, porque la ropa, al mojarse, o al ponerse demasiado fría lo que hace es que le drena el calor del cuerpo aún más rápido todavía.

Así que la única forma para ellos poderse mantener calientes es piel con piel. Okay, no se imaginen cómo es pero…

“… También si dos durmieren juntos se calentarán mutuamente más cómo se calentará uno solo… ─ y aquí es donde está la otra parte ─ … y si alguno prevaleciere contra otro, dos le resistirán y el cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente…”

Así que vieron, mis hermanos, esta idea de poder trabajar las amistades, mis hermanos, es de suma importancia. Así que cuando ustedes estén en ese proceso de, sea ya de establecer nuevas amistades, sea ya con gente de dentro de la iglesia o fuera de la iglesia, como usted decida hacer, usted tiene que saber que están estas preguntas en su cabeza.

Primero que nada usted tiene un tag que dice, tal y como es, usted viene con ese tag y la otra persona viene con ese tag. Y a la misma vez, usted va a estar pensando, ¿Le caeré bien a esta persona? Esa otra persona va a estar pensando de usted, le caeré yo bien a esa persona? Algunos dirán, ni me importa, pero esos son los que menos amigos tienen, por así decirlo.

Pero cuando usted esté en ese proceso y yo animo que usted entre en ese proceso, más cuando estamos hablando de la familia de fe, miren lo que les voy a decir, para que tenga esto en cuenta. Toda amistad que uno establezca siempre va a llevar consigo un nivel de riesgo. Toda amistad que uno establezca siempre va a llevar consigo un nivel de riesgo. Me explico.

Riesgo de que tal vez un amigo nos pueda herir o nos pueda malinterpretar. Y eso yo me imagino que la mayoría de todos nosotros lo hemos vivido en algún momento u otro en nuestras vidas, que tal vez usted procede con una amistad con las mejores de la intenciones, pero la otra persona tal vez no tenía su mente clara o en el lugar correcto, en el lugar perfecto, y lo que usted hacía o lo que usted decía era malinterpretado y lo ponían a funcionar en contra de usted.

O tal vez usted tenía una amistad que ya llevaba años y de repente cuando menos usted se lo esperaba esa persona, le entierra un cuchillo en la espalda, por así decirlo, y eso puede dañar y destruir a uno que a veces uno hasta termina diciendo, para qué tener amigos?

Pero son riesgos que uno se tiene que tomar. Pero asimismo como digo eso, también está esta dinámica de los riesgos de que ese amigo nos pueda confrontar a nosotros a vivir más allá de nuestras comodidades, o de acuerdo a los valores que nosotros decidimos vivir. Me expliqué ahí? Está ese riesgo de que una persona, o ese amigo o esa amiga te confronte a ti más allá de tu nivel de comodidad, dentro de esa relación de amistad, o que te confronte que tu poder vivir de acuerdo a los valores que tu dices que vives, que te riges por ellos.

Miren un ejemplo, bien bíblico, pueden ir conmigo al libro de Job. Job tenía tres amigos, y no son los tres amigos de la película. Job tenía tres amigos, se recuerdan la historia, ¿verdad? Cuando Satanás, el verso 7 en el Capítulo 2, dice:

“… Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza…”

Ahí es donde empieza el desenvolvimiento de esta historia. Pero miren el verso 11, ahí en el Capítulo 2, dice:

“… Y tres amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar, porque habían convenido en venir juntos para condolerse y para consolarle…”

Miren que interesante, estos tres hombres de los lugares donde vivían, cuando se enteraron de todo lo que estaba pasando con Job y su familia, ellos se llamaron, mira, vamos allá a casa de Job a darle ánimo. Fueron y miren cómo hicieron:

“… Los cuales, alzando los ojos desde lejos no le conocieron y lloraron a gritos y cada uno de ellos rasgo su manto y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo y así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba porque veían que su dolor era muy grande…”

Miren esto que interesante, mis hermanos. A mí eso me pareció tan interesante porque nosotros somos bien rápidos en quererle resolver los problemas a nuestros amigos, ¿verdad? Somos bien rápidos, como que vienen y nos empiezan a hablar y tal vez lo que quieren es desahogarse y nosotros ni los dejamos terminar de hablar y rápido empezamos a sí, sí, sí, yo he pasado por eso y esto fue lo que yo hice y empezamos a contarle nuestra historia y no dejamos que él o ella termine de decir su historia.

Y a mí me pareció tan particular que estos tres hombres cuando se acercaron a Job, se hubiésemos uno de nosotros hispanos, rápido hubiésemos ido, mira, te traigo este remedio de mi mamá, de aceite con vinagre y sal para que te limpies todas las llagas y te cures. O sino, mira, vete y métete en la playa siete veces de espalda y se te va a curar la sarna. O quien sabe se hubiésemos empezado a decir un montón de barbaridades.

Pero la cosa es que estos tres hombres cuando vieron a su amigo así, tan acongojado, ellos se identificaron con él, hicieron duelo y se quedaron ahí. Usted se imagina lo que es siete días y siete noches delante de tu amigo sin decir una palabra. O yo sé lo que se siente. Qué tu sabes, tu tienes sarna, tu has tenido sarna en tu vida, ¿verdad que no?

Miren, que interesante el verso 8 dice:

“… Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él…”

Pueden visualizar eso? Yo me imagino que ese tiesto era bien grande y como que si puedo ser un poquito visual, yo no sé si las cámaras llegan así, para que no se vea en el internet, pero es como que… rascarse así con la pared. Así está desesperado, no Job, yo te entiendo. Qué? Vete, ráscate en la pared para ver si me entiendes o no.

Se quedaron ahí, estáticos, solamente se empezaron a identificar con la necesidad de su amigo, antes de decir alguna palabra. Pero obviamente como eran amigos, eran eruditos, tenían que decir algo. En el Capítulo 4 empieza Elifaz a hablarle y miren cómo empieza a decirle, miren que interesante, y aquí es donde yo veo la dinámica de la naturaleza humana, porque nosotros sabemos como conocemos la historia, nosotros sabemos que este relato de Job fue una conspiración divina que sucedió. Esto fue un trueque entre Dios y el diablo que decidieron, como quien dice, ok, quieres probar a uno de mis hijos? Pues, ahí tienen a Job. Es como que, guau, pero Dios lo vendiste ahí, como quien dice, lo tiraste al matadero al pobre Job. Y Dios, yo sé lo que estoy diciendo.

Tu quieres hacer algo? Go ahead. Y allá de ese caos divino, pues vino toda esta dinámica acá. Y entonces yo lo que veo es a Elifaz, a Bildad y a Zofar como que tratando de interpretar lo que le estaba sucediendo a Job y tratando de darle ánimo dentro de sus capacidades. Miren lo que Elifaz le dice en el Capítulo 4:

“…Si probaremos hablarte te será molesto…”

En otras palabras, si tratáramos de decirte algo te vas a molestar.

“… pero quién podrá detener las palabras? He aquí tu enseñabas a muchos ─ le están diciendo a Job ─ tu enseñabas a muchos y fortalecías las manos de los débiles, al que tropezaba, enderezaban tus palabras, y esforzaba las rodillas del que decaía, más ahora que el mal ha venido sobre ti te desalientas y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. Hey, acaso no es tu temor a Dios tu confianza? No es tu esperanza la integridad de tus caminos. Hey, recapacita ahora…”

Miren como Elifaz empezó a animar, tratando de animar a Job y uno lee esas palabras y es como que un poquito rough, es como que men, prefiero seguir rascándome con la pared que tu me digas estas palabras. Pero era la forma de Elifaz, como que tratando de animar a su amigo.

Miren más adelante, Bildad, en el Capítulo 8 también empieza a darle toda esta retraída de palabras, y después en el Capítulo 9, Job responde una vez más. Después de él, en el Capítulo 11, viene Zofar también con toda otra retraída de palabras hasta acusándolo de que lo que le estaba sucediendo era por culpa del, porque él estaba en pecado. Y cuántas veces hemos tenido amigos que nos han dicho eso. Ah, lo que te está pasando es porque tu estás en pecado, o bueno, tal vez no son tan rough, pero sabes, vienen a decirlo en una forma más santica, más espiritual. Y dice, oye, tu no has considerado que tal vez lo que te está pasando es porque estás en un pecado escondido que nadie sabe? Me puedes contar, si tienes un chisme que decir, yo soy tu amigo, me lo puedes decir a mí.

Pero el asunto es que al yo ver esta historia, yo veo estas tres personas que tenían una conexión con este hombre de Dios, los tres, los cuatros eran hombres de Dios y en su forma estaban buscando cómo interpretar lo que estaba sucediendo. Pero decidieron dar ese ánimo.

Miren, se tomaron el riesgo de hablarse fuera de su zona de comodidad, pero lo que eso causó fue una relación fortalecida al final. Y eso son los amigos que uno verdaderamente tiene que aprender a valorar y buscar, las personas que se atreven a decirte la verdades en la cara, con mucho amor, con mucho cariño, con mucho respeto, pero si estás haciendo algo te lo dicen, y viceversa, si él también está haciendo algo uno también se lo dice a él o a ella.

Y eso, si es una amistad saludable, genuina puede sobrepasar esas dificultades, y al final termina siendo una amistad mucho más sólida todavía. No le gusta a nadie, porque uno no quiere tener ese tipo de disgusto con una persona que uno aprecia tanto, pero a la misma vez son necesarios esos momentos también.

Miren, si yo les digo que Jesús mismo tuvo sus riesgos cuando decidió relacionarse con los discípulos, acaso uno no lo negó? Y el otro lo vendió? Óigame y con todo, piensen en esto, con todo lo que Jesús sabía que lo iba a vender lo cogió como uno de sus discípulos. Obviamente ahí está este misterio divino que es para que se cumpla lo que dicen las Escrituras, pero lo hizo como quieras. Decidió meterlo a la intimidad de su vida y ya sabemos cómo se desenvolvió la historia. No me había dado cuenta del tiempo.

To be continued. Miren, basados en esta pregunta yo voy a terminar con esto, se los prometo, tres minutos. Regálenme tres minutos. Después de haber dicho esto, yo hago esta pregunta: De quién debo ser amigo entonces? O quién debería ser mi amigo?

Hemos todos escuchado ese refrán que dice, dime con quién andas y te diré quién eres. ¿Verdad? Lo hemos escuchado. Ese es un refrán bíblico, ¿verdad? O no? o eso es del barrio. Eso es del libro de Omar, Capítulo 6, verso 32, Omar mi tatarabuelo, dondequiera que esté. Pero miren ese refrán, dice miren con quién andas y te diré quién eres.

Sabes que a Jesús le pasó esto. Mateo, Capítulo 11, miren esta historia. Mateo, Capítulo 11 en el verso 16 dice, Jesús le está hablando a los fariseos, dice:

“… Con qué puedo comparar esta generación…”

Ustedes se parecen a los niños sentados en la plaza que le gritan a los demás, oye, mira, te toqué la flauta pero no bailaste, entonces le cantamos por los muertos, pero ustedes no lloraron. Y Jesús le dice,

“…Pero mira, porque vino Juan, que no comía y no bebía y ustedes le dice, ah, este hombre tiene un demonio más ahora el hijo del hombre, porque come y bebe, ustedes dicen que él es un glotón, un borracho y un amigo de publicanos y de recaudadores de impuestos. Es un amigo de pecadores…”

Aquí se ve literalmente que Jesús está diciendo, como que, ok, o te peinas o te haces rolos. O soy o no soy? Me estás diciendo que porque me siento a comer con un saqueo, o porque visito a un levi a su casa y comparto con ellos una cena porque dejo que una supuesta ramera me bañe los pies con perfume, entonces me estás diciendo que soy amigo de pecadores.

Acaso eso no es el refrán que dice, dime con quién andas y te diré quién eres. De ahí salió ese refrán. No es de los campos de allá, de Puerto Rico o de Santo Domingo, salió de ahí. Pero es la visión de los fariseos y eso es lo que está diciendo, ah, ah, not so. Yo sé de quién yo soy amigo. Yo sé quién yo soy.

Y yo creo, mis hermanos, que nosotros también al yo ver este ejemplo de Jesús, yo me pongo a pensar, mira uno tiene que evaluar. Sí hay una verdad en ese refrán, porque yo lo comprobé, yo sé que muchos de nosotros lo hemos comprobado, cuántos de nosotros no teníamos una juntilla que después al fin y al cabo nos dimos cuenta como que ok, esta juntilla no conviene. y uno tiene que hacer ajustes.

Pero a la misma vez, al yo ver esta dinámica de Jesús, obviamente no voy a tener el tiempo para darle justicia a esto que acabo de leer. Pero yo quiero que piensen en esto, mis hermanos. Yo sé que Dios nos llama a nosotros a ser luz en medio de las tinieblas y sí nosotros tenemos que tener esos círculos concéntricos de amistades, que Dios quiere que nosotros podamos tener, amistades íntimas con las cuales uno se pueda desahogar, pero también el Señor nos llama a ser amigos, y digo esto con mucha cautela, porque yo sé que también está ese verso que no podemos ser amigos del mundo y amigos de Dios a la misma vez. Pero cuando uno le ve desde la perspectiva de poder alcanzar a otros como esta historia de Jesús, ahí es donde nosotros tenemos que poder aprender a ponernos en el pensar y en el sentir apropiado.

Ahora sí puede decir to be continued. Los dejo ahí para la próxima. Así que vamos a ponernos de pie. Yo solamente le estoy tirando estos mensajes para que ustedes puedan pensar y meditar. Usted necesita amigos, amigas, pero a la misma vez, usted es amigo de alguien, usted es amiga de alguien. Y a lo largo de esa relación usted tiene que saber cómo distinguir que usted se va a relacionar y a conectar con esa persona.

No esperen como estaba diciendo que usted le va a caer como un billete de 100 a todo el mundo, mis hermanos, porque tal vez no suceda. Para algunos usted va a ser un billete de cien, para otros va a ser un billete de uno. Pero que Dios le de sabiduría de acuerdo a lo que acabo de leer ahora, que Dios le de sabiduría, con quién se va a peinar y con quién se va a hacer rolos.

La última parte que voy a tocar de esto solamente para darle un Premium, es lo que significa ser un amigo de Dios, porque todo esto que estoy hablando, lo estoy hablando al nivel horizontal, pero todo esto va conectado a ese nivel vertical, de nosotros poder desarrollar esa amistad con Dios. El mero hecho que Jesús nos idéntica como amigos y no como siervos, se acuerdan ese pasaje de Juan Capítulo 15, ahí es donde voy a volver a resumir todas estas cosas.

Yo quiero que piensen en eso, mis hermanos, hay una relación de amistad que nos define con Dios. Hay esa conexión de familia y eso es lo nos nutre a nosotros y nos informa a nosotros para saber cómo llevar a cabo nuestras vidas aquí y en el mundo en el cual nosotros estamos, sobretodo ama a Dios sobre todas las cosas y después a tu prójimo como a ti mismo.

So, he hablado en parte de esa dimensión horizontal, después vamos a hablar de esa dimensión vertical, que ahí es donde todas las cosas se engranan. Así que vámonos a nuestras casas con eso.

Señor, te doy las gracias por la oportunidad de reflexionar aquí en tu palabra, Señor, y ver la vida que emana de la misma, cómo eso nos ilumina a nosotros para saber cómo llevar a cabo nuestras vidas.

Señor, yo te pido que tu nos dirijas en esa dinámica de cómo desarrollar amistades genuinas, sinceras, saludables, y que a la misma vez esto nos haga a nosotros una iglesia amigable, Señor, una iglesia donde el extranjero, donde aquel que no te conoce, Señor, pueda llegar aquí y sentir ese atmósfera de amistad, de hermandad, Señor, como tu deseas que nosotros podamos transmitir eso a otros.

Señor, yo te pido por cada uno de mis hermanos y hermanas que a medida que nos preparamos para salir de aquí hoy, que tu seas con nosotros, que tu nos lleves con bien hasta nuestras casas, Señor, y que a lo largo de la noche, tu espíritu siga inquietando el nuestro, Señor, para buscarte, para acercarnos más a ti.

Yo te pido que tu nos des un sueño tranquilo, reparador, que repare las fuerzas y la energía de nuestro cuerpo para que mañana si así tu lo permites, podamos levantarnos y echarle mano a un nuevo día, Señor. Danos tu bendición a todos, Señor, llévanos con bien hasta nuestros hogares, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén. Amén.

Gracias Dios. Hermanos, que el Señor.

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Empacando las maletas

14 de febrero del 2011 - Por Raquel De Jesús

No hay nada más precioso que un bebé; lo observas y si pudieras tomar una foto de cada día y al cabo de un año comparar los cambios que ha sufrido ese bebe en tan solo un año es asombroso. Te maravillas de cuanto cambiamos. Así como pasa en un bebé pasa en todas nuestras vidas, cambiamos para mejorar, muchas veces estos cambios traen con ellos dolor. Como niños muchas veces nos vamos a caer en nuestro aprender a caminar. Otras veces vamos a sentir como si todos nuestros esfuerzos van en retroceso (el otro día estuve observando un niño comenzando a gatear pero en su proceso en lugar de empujarse hacia el frente él lo hacía en retroceso) ¿cuántas veces no nos hemos sentido como este niño? ¿Cómo si todos nuestros esfuerzos en lugar de adelantarnos o llevarnos a algún lugar lo que hiciesen es atrasarnos?

Entonces llega un momento en donde tenemos que cambiar las estrategias, tendremos que soltar lo conocido, tendremos que arriesgarnos a lo desconocido. Y muchísimas otras veces tendremos que lanzarnos a lo que parecería ser un precipicio donde no sabemos lo que nos espera.
Pero nos lanzamos en un paso de fe creyendo que si hemos llegado hasta donde estamos es por la misericordia del Dios todopoderoso. Como Abraham que decidió dejarlo todo en un momento y creer que Dios le había dicho que era tiempo dejar su casa y su parentela a una tierra que él no conocía y Abraham salió sin saber hacia dónde iba solo sabía que iba obedeciendo la voz de su Dios.
Habitó como extranjero en la tierra que le había sido dada como promesa, ¿cuántas veces nos hemos sentido como si estuviésemos caminando en la tierra que se nos fue prometida como extranjeros?
Pero aún cuando es un camino arriesgado y lleno de incertidumbre vale la pena.

En Hebreos 11:8-10

Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor.

En conclusión dejamos atrás lo viejo y tomamos nuestras maletas hacia nuestro destino en Dios. Nos movemos hacia lo eterno hacia nuestra promesa en Dios.

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Pies de barro

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Quiero decirles algo acerca de por qué yo escribí este libro.

Primero, yo sentí del Señor un llamado de continuar escribiendo desde muchos años atrás, cuando yo decidí entrar el ministerio, al pastorado, que tu tuve que abandonar los sueños de logros académicos y todo eso que yo tenía. Yo dije, Señor, mi deseo siempre ha sido escribir, voy a servirte, y si tu algún día quieres revivir ese sueño de escribir, tu lo harás posible. Y décadas han pasado y yo he tenido ahí eso delante de Dios esperando el momento adecuado, y como que algo brotó en mí hace un par de años atrás y comencé a escribir. Y quiero continuar escribiendo y para mí estos primeros libros son ejercicios donde yo quiero aprender a escribir mejor y a encontrar la voz precisa que Dios me ha dado para estos libros. Y yo siento que Dios los va a bendecir y los va a llevar bien lejos para gloria de él, porque eso es para él y me ha dado una facilidad para escribir y yo disfruto verdaderamente de la escritura.

No he querido comenzar escribiendo cosas comunes y corrientes, digamos trilladas, muy fácil, yo creo, para los escritores preguntarse, bueno, qué es lo que vende y qué es lo que quiere la gente escuchar y hay tantos libros que yo veo que repiten la misma cosa. Hoy en día hay tantas voces allá afuera, el internet ha multiplicado y es como un ruido que es muy difícil uno despegar y sobresalir por tantas voces que hay, tantas cosas que se escriben.

Yo le pido al Señor que me ayude a desarrollar un mensaje diferente, un mensaje original, un mensaje que vaya a las necesidades de la gente y una voz que hable con el tono del Señor, no con el tono del mercado allá afuera. Así que estos libros caminan por terreno diferente, yo creo, y a veces yo creo que la gente cuando escucha Josafat, por qué Josafat, por qué no escribir sobre otro personaje más conocido que se vendería más. Yo no estoy siguiendo esto con el mercado, yo quiero que Dios sea quien hable a través de estas cosas.

Y tenemos que ser originales. Yo creo que en el mundo académico se busca la originalidad, se buscan temas nuevos, cosas que iluminen, que abran brechas, que abran camino, que digan algo nuevo y diferente, y eso es lo que yo quiero. Hacer el algo diferente, y yo les pido, mis hermanos, que tomen en serio este libro, no porque yo lo haya escrito solamente sino porque creo sinceramente y humildemente que va a bendecir su vida. Invierta tiempo en él y léalo como usted lee otras cosas serias, como lee la palabra, con intencionalidad, pidiéndole al Señor que le de sabiduría y yo creo que sus vidas sinceramente van a ser bendecidas.

Mi deseo ha sido tomar la vida de este hombre, el rey Josafat, hay unos cuántos Capítulos acerca de él en la Biblia y extraer de su vida enseñanzas para tu vida y para la mía. Josafat nos habla como si fuera un hombre del siglo XXI, un político, un líder y este escrito es para toda persona que quiere crecer en su vida espiritual. Si usted ya sirve al Señor en alguna capacidad, este libro es para usted. Si quiere servir al Señor más de lo que usted ya lo hace, este libro creo que es para usted también. Hay algo aquí para todo el mundo. Verdades de muchos diferentes tipos que se desprenden de la Biblia, de la vivencia también de este gran hombre de Dios. Así que yo les encomiendo este libro y siempre he dependido de mi iglesia como mi primera audiencia. Ustedes son mis primeros lectores, siempre pienso en eso. Ya comenzamos, porque ha habido un par de situaciones en la iglesia en que he sentido del Señor comenzar a informalmente a distribuir el libro. Y he escuchado de muchos de ustedes de cuánta bendición ha sido para su vida, y eso me da ánimo para continuar. Y pido su apoyo, compren este libro, lo digo sin ningún tipo de apologética ni nada, cómprenlo, llévenselo a la casa, inviertan en él, como decíamos, compártalo con alguien, o dígale a alguien, mira este libro lo escribió mi pastor y creo que te va a ser de bendición y véndaselo a alguien también, por qué no. Usted puede llevarse…

La gente me dice, usted es loco pastor en dar esos libros así de esa manera para que la gente… hermanos, yo persisto en creer que este pueblo es un pueblo de palabra y de honor. Me interesa, llévelo y comprométase a venderlo a alguien para que también sean bendecidos, o regáleselo a alguien. Lo hemos en precio bien cómodo, $ 10 el libro, para que ustedes tengan acceso a él. Mi interés no es hacer dinero, mi interés es bendecir las vidas. Así que en fe invierta en esto, invierta en algo que yo creo que a la larga va a ser de bendición. Dios va a usar estos libros. Yo sé que Dios le va a dar alas a estos libros para llevarlos bien lejos.

Quiero que ustedes sean mis Apóstoles en un sentido, compartiendo esta palabra que Dios me ha dado. Así que se los encomiendo a ustedes y quiero leer un segmento del libro para que ustedes vean más o menos cómo es la dinámica de este libro. Por qué “Pies de Barro”? Cuántos saben lo que quiere decir la expresión pies de barro? Ese hombre tiene pies de barro, esa persona tiene pies de barro. Pies de barro, ustedes recuerdan una visión que tuvo el rey Nabucodonosor, una estatua y era una estatua de metal, de bronce, de hierro pero tenía los pies de barro, en señal de una debilidad esencial que había en ese reino de Nabucodonosor y sus descendientes. Y por extensión, pies de barro, a través de la historia ha venido a querer decir cuando una persona es muy fuerte y tiene muchas cosas tremendas y poderosas en su personalidad, pero tiene una debilidad, un defecto en su carácter, una falla esencial, dice tiene pies de barro, es decir, es imperfecto, tiene alguna debilidad, es como un talón de Aquiles también que se usa esa expresión y yo discuto eso en el libro.

Es decir, cuántos sabemos que todos tenemos pies de barro? Todo ser humano tiene algo con lo cual luchamos. Pablo tenía un aguijón con lo cual luchó hasta el último día de su vida, y le pidió a Dios, Señor, líbrame de ese aguijón, esa lucha interna que yo tengo. Y Dios le dijo, bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en esa lucha, en la debilidad.

Muchas veces Dios permite que luchemos con un contrincante por dentro para él glorificarse. Porque siempre la gloria tiene que ser para él. Aún los grandes hombres y mujeres de Dios han tenido algo, un defecto, una lucha interior. La madre Teresa, que es una heroína del siglo XX, una mujer que uno diría, guau, esa mujer iba y venía del trono de Dios totalmente con toda libertad, después de su muerte, la iglesia católica dio a la luz sus diarios, su diario personal y se descubrió que esta gran mujer de Dios, una gigante del siglo XX y del mundo espiritual, luchó toda su vida con una depresión terrible y con un sentido de que Dios no la amaba y que la había abandonado. Y a pesar de esa lucha esencial que ella tenía, que ella no sabía por qué luchaba con esto, era como un vía crucis, un aguijón que Dios le dio a esta mujer tan poderosa de Dios, pero ella luchaba con dudas, toda su vida hasta su muerte. Ella no quería que su diario saliera a la luz, pero la iglesia católica decidió que para bendición del mundo, era necesario que la gente supiera la lucha de esta mujer de Dios, para que cuando nosotros también estuviéramos luchando, que sepamos que no estamos solos.

Y yo aplaudo eso. Yo aplaudo ese sentido de que la vida cristiana es una vida dinámica, es una vida de lucha. Luchamos con el deseo de agradar a Dios pero también en nosotros hay algo, como dice Pablo, que nos arrastra a hacer lo que no queremos hacer. Y a veces lo que queremos hacer no lo hacemos.

Y yo creo que se necesitan iglesias que reconozcan esa lucha del creyente para poder bendecirlo y pastorearlos. Porque en el siglo XXI va a llegar a nuestra iglesia mucha gente con medidas de esa cultura tan deformante que hay allá afuera. Y a menos que no haya iglesias que entiendan el proceso de la santificación, que es un proceso a largo plazo, y que le digan al peregrino cansado que entra a través de sus puertas, bienvenidos, estamos aquí para caminar contigo la jornada de la fe.

Sabe, que la gente se va a quedar allá afuera y necesitamos iglesias de misericordia, iglesias que comprendan que todos tenemos pies de barro y que estamos juntos en esta lucha, y que nos animemos unos a otros.

Es decir, que esa es la idea del libro. Porque Josafat fue un hombre que amó a Dios terriblemente, hizo grandes reformas a través de su poder como rey, pero también cometió gravísimos errores que llevaron a casi el exterminio total de su familia, momentos de gran vergüenza que pasó por errores que cometió. A veces escuchó la voz de Dios y no obedeció, pero amaba a Dios terriblemente.

Y a mí me conmovió mucho ese drama de este hombre que está ahí registrado, para el que tiene ojos para ver. Porque mucha gente no ve y por eso no se ha escrito acerca de Josafat. Yo no sé de ningún libro en español y aún en inglés, que sea una biografía específicamente de Josafat. Por eso, porque le dedicamos a otra gente, a David, a Salomón, pero no pensamos en gente escondida como Josafat, que es un tesoro increíble. Y este libro fue una meditación y yo me vi retratado en la vida de Josafat. Es un secreto, no se lo diga a nadie. En su imperfección yo entendí muchas cosas acerca de mí y quise explorarlo a él y explorarme a mí mismo a través de la vida de este hombre de Dios.

Así que, yo les encomiendo este fruto de mis meditaciones y oraciones a usted y a sus amigos y familia. Invierta en esto como una jornada de fe. Y quiero leer una parte del libro para que usted tenga un sabor de cómo yo manejo el material del libro.

Y quiero invitarle a ir rápidamente a Segundo de Crónicas, Capítulo 20. Ustedes recordarán, yo he predicado acerca de Josafat en el pasado, quiero ir específicamente al versículo 13, 20:13, Segundo Crónicas. Yo he predicado acerca de Josafat. Ustedes recuerdan que ya hacia el final de su vida cuando Josafat ya había cometido muchos errores, Dios lo había restaurado, su vida estaba caminando bien, había hecho unas tremendas reformas a favor de Dios en medio de su pueblo, haciendo tantas cosas buenas, le viene una crisis terrible a su vida. Se le informa que viene un gran ejército a invadir a Jerusalén y a destruir al pueblo hebreo y sacarlo de su tierra.

Ese ejército es tremendamente poderoso, mucho más poderoso que todas las fuerzas del pueblo judío. Y Josafat clama a Dios y yo hablo acerca de su oración y cómo la oración detallada de él nos debe instruir a nosotros sobre cómo orar y cómo clamar a Dios en tiempos de gran necesidad. Y Josafat hace una oración ejemplar y yo discuto parte por parte, desmonto la oración de Josafat y los principios que se desprenden de esa oración. Y con eso pretendo, pues, bendecirles a ustedes sobre cómo crecer en su vida de oración. Pero cuando Josafat ora y llama a todo el pueblo y convoca a una gran reunión nacional en la plaza nacional, y ora delante de Dios públicamente.

Es lo que decía acerca de comprometernos como hicimos con Isaías, oramos por él aquí, públicamente, porque así uno se amarra a las cosas. A veces uno tiene miedo, dice, voy a pasar aquí arriba a esta persona que está enferma o lo que sea, porque guau, estamos poniéndolo en un aprieto. No, hay que amarrarse a veces, sabe, y hay que declarar las cosas públicamente. Y Josafat oró públicamente ante toda esa gran Congregación de sus ciudadanos e hizo una oración poderosa. Y entonces, después que terminó de orar, dice que se hizo un gran silencio y del silencio de esa multitud, se levantó la voz de un profeta, el profeta Jaasiel, y aquí comienza este texto y dice:

“… Y todo Judá, versículo 13, estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos. Y estaba allí Jaasiel, hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Ieiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu de Jehová en medio de la reunión y dijo, oíd Judá todo y vosotros moradores de Jerusalén, ─ y esta es la profecía de Jaasiel ─ y tu, rey Josafat, Jehová dice así, “No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande porque no es vuestra la guerra… ─ y eso te lo dice a ti el Señor, no es vuestra la guerra ─ … sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos. He aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Ieruel,… ─ y aquí está lo que yo ahora voy a enmarcar en el libro, dice ─ … No habrá para que peleéis vosotros en este caso, dice, paraos… ─ yo quiero meditar en esa palabra, paraos, dice ─ … estad quietos y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh, Judá y Jerusalén no temáis ni desmayéis. Salid mañana contra ellos porque Jehová estará con vosotros…”

Y ahí, hermanos, hay una cantidad de principios para la vida espiritual. Yo trato de desmontar esas palabras del profeta Jaasiel, esa profecía, y sacarle todas sus enseñanzas para nuestra propia vida. Entonces yo digo aquí, Josafat fue un hombre que cuando vino la prueba a su vida, no se metió en una esquina a deprimirse, sino que dijo, “convoquemos una gran reunión. Vamos a reunir a toda la comunidad y vamos a orar juntos. Clamemos a Dios porque él es la única esperanza que tenemos.”

Y en ese contexto de fe y clamor apasionado, descendió el programa de Dios que había de transformar la terrible situación en que se encontraban los judíos. Dios usó a Jaasiel, este profeta, para dar una palabra certera a ese pueblo confundido. En Segunda Crónicas 20:17 tenemos lo que yo llamo un versículo preñado, un texto saturado de enseñanza práctica y profunda. La palabra profética de Dios fue esta:

“… No habrá para que peleéis vosotros en este caso. Paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh, Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis, salid mañana contra ellos porque Jehová estará con vosotros…”

Gloria al Señor. Ese versículo merece copiarse y ser pegado en la puerta de su refrigerador con un imán. Cada vez que usted se acerque a la nevera lea ese versículo en voz alta y permita que su profundo contenido llene su alma y lo sature de fe y esperanza.

Lo primero que dice Jaasiel me resulta muy revelador. No habrá para que peleéis vosotros en este caso. Por qué dijo el profeta ‘en este caso’? porque en este caso Dios iba a hacer un milagro rotundo, claro y tajante. Los hebreos no iban a tener que disparar un solo tiro, Dios lo iba a hacer todo. Lo único que ellos tenían que hacer era adorar al Señor, y presentarse al campo de batalla, y todo lo demás, él prometió lo iba a hacer él.

Hay ocasiones en la jornada de fe en que Dios va a actuar así, en una forma abrumadora, cristalinamente clara. En esos casos lo único que uno tiene que hacer es adorar al Señor, reclamar la palabra de Dios, declarar con su boca que él es fiel y esperar confiadamente hasta ver la salvación de Jehová.

Pero en otras ocasiones, yo diría en realidad, en la mayoría de los casos, Dios va a requerir que te ciñas los lomos, te remangues la camisa y te lances a trabajar duro. Cuantos pueden decir amén? Y él promete obrar milagrosamente a través de tus esfuerzos. Su gracia estará contigo mientras te mueves de un lugar a otro. Su favor será sobre ti cuando comparezcas ante la gente que tiene los recursos que tu necesitas. Y como consecuencia surgirán inesperadamente oportunidades que en otras ocasiones, parecían inaccesibles.

La suave brisa del cielo irá detrás de tu barca mientras tu remas, y la guías esforzadamente hacia el lugar que te has propuesto. Dios premiará tus esfuerzos y respaldará tu iniciativa con éxito. A diferencia, digamos, de una persona que necesita un trabajo y permanece en su cama con la colcha hasta el cuello toda la mañana, oh, Señor envíame un trabajo, necesito un milagro, Dios. Tu eres fiel. Y Dios dice, mira, levántate, busca un periódico e indaga. Haz unas cuantas llamadas por teléfono, toca unas cuantas puertas y yo voy a bendecirte por medio de ese esfuerzo. Y entonces vas a conseguir lo que necesitas.

Hay casos en que Dios dice, solamente créeme y declara mi bendición y muévete por fe. En otros casos, Dios va a demandar que te lances a trabajar arduamente y que creas que en esa inversión de energía que estás llevando a cabo, el poder de Dios va a estar contigo. Me explico?

Es una modalidad, a veces podemos recostar la cabeza sobre el pecho del Señor, como lo hizo el Apóstol Juan, pero a veces Dios dice, no, levántate, mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. Aviva el fuego del don de Dios que está en ti porque Dios no te ha dado espíritu de cobardía sino de poder, amor y dominio propio.

Las dos modalidades pueden ser útiles y yo creo que en la mayoría de los casos esa es la que Dios espera, ese esfuerzo en el Señor, en la oración y entonces Dios bendice tus esfuerzos, aunque en este caso, en el caso de Josafat, Dios le estaba diciendo, tranquilos, confíen en mí, párense sobre mi promesa y yo voy a hacer lo que tengo que hacer.

Y vamos a ver, inclusive en el libro que yo discuto que no era tan fácil, ellos tuvieron que adelantarse al enemigo y esperarlo y adorar al Señor. Había algo que ellos tenían que hacer aún ahí en ese esfuerzo, ¿no?

A veces va a funcionar una cosa y a veces va a operar la otra. La mayoría de las veces Dios ha trabajado en mí vida a través de mis esfuerzos. Sin embargo, yo siempre termino dándole la gloria a él porque sé que mis esfuerzos fueron simplemente el vehículo que Dios usó para hacer encarnar su poder a través de mí. Porque él quiere formar en mí un varón esforzado y valiente y desea entrenarme en la guerra por medio del ejercicio de mi fe.

Pablo le dice a Timoteo, “Te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

Dios imparte el don, pero espera que nosotros lo desarrollemos y llevemos ese don a su plena manifestación usando ese espíritu guerrero que él ha infundido en nosotros. Es más, yo declararía, que en la inmensa mayoría de los casos, Dios quiere que operemos en esa modalidad de esfuerzo e iniciativa y él promete, yo te voy a bendecir en lo que tu emprendas. Si lo que necesitas es educarte, yo te voy a respaldar, pero vas a tener que pelar pestañas y vas a tener que estudiar duramente y vas a tener que hacer tu parte porque yo no te voy a dar esa A así por así, simplemente, tienes que poner de tu parte y yo te voy a bendecir y te voy a dar esa profesión que tanto anhelas. Yo te daré el triunfo, pero antes tienes que escarbar, buscar, tocar y pedir.

En otras ocasiones, sin embargo, Dios escoge obrar en una manera casi unilateral, por encima de tus esfuerzos. Habrá ocasiones en que antes que abras tu boca para pedir, ya Dios te habrá bendecido. En este caso que venimos discutiendo, Dios le iba a dar a Judá una bendición casi gratis, con una mínima participación de su parte.

Podríamos decir, sin embargo, que la forma normativa de Dios obrar en la vida de sus hijos es canalizando su poder a través de sus esfuerzos mientras ellos aplican obedientemente las verdades y principios espirituales de las Escrituras.

Y aquí entro, por último, en esta idea de ‘paraos’. Jaasiel le dice al pueblo, ‘paraos, estad quietos y ved la salvación de Jehová entre vosotros’.

Y entonces me detengo a meditar un poquito sobre la palabra ‘paraos’. Dice en la segunda parte del versículo 17 el profeta le declara al pueblo de Judá, ‘paraos, estad quietos y ved la salvación de Jehová con vosotros’. Se trata de una invitación casi escandalosa a hacer todo lo contrario de lo que dictaba la razón en ese momento. Todo demandaba más bien una acción decisiva y dramática, por eso decimos una y otra vez, cuando se entra en la dimensión de la fe y del espíritu frecuentemente hay que colgar la razón, la prudencia y la lógica a la entrada y proceder conforme a principios que podrían parecer locura.

Dios le estaba instruyendo al pueblo a no angustiarse, a concentrarse en su poder y su fidelidad, a usar las energías y los principios espirituales en vez de afanarse por lograr algo que de todas maneras, hubiera resultado imposible. El ejército era demasiado poderoso, que se venía contra ellos.

Me recuerdan las palabras del Apóstol Pablo en Filipenses 4:6, “… por nada estéis afanosos sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús…”

Pablo dice, en efecto, no dejen que nada en este mundo les quite la paz. Antes bien, enfoquen sus energías en dejarle saber a Dios lo que ustedes necesitan. Y al mantener la mirada puesta en Jesucristo, por medio de la oración, experimentarán la paz inexplicable de Dios. Hermosa receta para la salud emocional esta.

Si en vez de correr para aquí y para allá frenéticamente cuando vienen los problemas a nuestra vida, pasáramos más tiempo en el cuarto de oración y meditáramos más en Dios, seríamos más saludables, nos desgarraríamos menos físicamente y lograríamos mucho más en la vida.

Por medio de la palabra profética Jaasiel le estaba diciendo al pueblo, esta batalla no se ganará con armas humanas, sino con armas espirituales. Jaasiel le dice al pueblo, “paraos”. Pararse en qué? No se refería aquí solamente a detenerse y no hacer nada. El pararse al cual se refiere el profeta aquí es una poderosa acción de recogimiento espiritual, de plantar los pies espirituales firmemente sobre la fidelidad y el poder de Dios y de usar ese punto de apoyo como una plataforma para resistir y vencer al enemigo.

Es parecido al concepto que emplea Pablo en Efesios 6:10 al 19 con respecto a la guerra espiritual. Allí se nos llama a vestirnos de toda la armadura de Dios para que podamos estar firmes contra los ataques del diablo. Tres veces en este pasaje se alude a la idea de estar firmes. No se habla tanto de atacar como de mantenerse en posición.

Esta expresión en el griego original istemi, se refiere primordialmente a la idea de pararse o mantenerse firme como un soldado manteniendo su posición en la línea de batalla. A veces todo lo que tiene que hacer el cristiano es pararse firme y resistir al diablo. Y dice la palabra que él tendrá que huir de nosotros.

No tenemos ni siquiera que atacarlo activamente. Yo no sugiero que comience a atacar al diablo y los infiernos y los demonios. No, resistir firmemente y pararse sobre lo que Dios ha declarado será suficiente para que en algún momento el enemigo tenga que meter la cola entre las piernas y abandonar el campo de batalla, derrotado y avergonzado.

Pablo dice en Efesios 6:13, “… por tanto tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo y habiendo acabado todo estar firmes…”

Éxodo 14 es uno de los pasajes más memorables en toda la Escritura. Allí se nos relata la ocasión en que el pueblo de Israel se encontraba literalmente entre la espada y la pared, detrás de ellos tenías la espada del ejército del faraón. Dios le había endurecido el corazón al monarca egipcio para que renegara de su promesa de dejar ir al pueblo hebreo. Ahora venía lleno de ira para destruir al pueblo de Dios con su poderoso ejército. Delante de ellos los hebreos tenían una pared de agua, el infranqueable Mar Rojo, la cual les impedía el paso. Todo parecía perdido. Los judíos, como tantas otras veces en el futuro harían, comenzaron a renegar de Dios y a quejarse. En ese mismo momento Moisés comenzó a infundirles ánimo llamándolos a mantenerse firmes, a poner la mirada en la fidelidad de Dios.

Dice aquí, “… Y Moisés dijo al pueblo, ─ escuchen la similitud entre lo que dijo Jaasiel y lo que dijo Moisés, cientos de años antes al pueblo hebreo en esa condición de crisis, dijo ─ “….Moisés dijo al pueblo, No temáis, estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros…”

Ve? Es muy similar. Manténganse firmes, no teman y vean la salvación que Dios… la misma palabra que dijo Jaasiel, porque se trata de un principio espiritual eterno. Cuando viene la crisis a nuestra vida tenemos que pararnos sobre lo que Dios ha dicho. El diablo quiere que tu quites la mirada de Dios y la pongas en él, que tu quites la mirada de las promesas de Dios y las pongas en las circunstancias, que tu veas lo difícil que parece el futuro y dejes de confiar en ese Dios que dice, “Yo no conozco de imposibles. Para mí todo es sí y amén. Yo llamo las cosas que no son como que son.”

No podemos hacer como Pedro que cuando vio el mar rugiendo y la tormenta, estaba muy caminando sobre las aguas, pero cuando vio, pensó, caramba, esto nadie lo debiera poder hacer, pararse sobre las aguas. Qué pasó? Comenzó a hundirse porque quitó la mirada de Jesús y la puso sobre las circunstancias.

Dios dice, no, párense, estense quietos, manténganse firmes en lo que Dios ha dicho. Ved la salvación que Dios hará hoy con vosotros, porque los egipcios que hoy habéis visto nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros y vosotros estaréis tranquilos.

Voy a terminar con un último comentario acerca de esto de pararse. Me gusta es tomar una palabra y trabajarla para sacarle todo su jugo. Dice aquí, hay otra forma de interpretar ese llamado de Dios a pararse. En la jornada de fe hay ocasiones en que el creyente tiene que buscar lo que yo llamo el eje espiritual, el punto de apoyo bíblico, desde donde será posible afincarse para desde allí, emprender la batalla que está por delante.

Puede ser un texto de la palabra de Dios, puede ser una promesa que Dios haya susurrado a nuestro corazón, puede ser una palabra profética que hayamos recibido. De todas maneras, como hemos dicho antes, con respecto a la oración es importante que el creyente busque y descubra la declaración específica de Dios para cualquier batalla que haya de librar y que aprenda a pararse sobre lo que Dios ha dicho concerniente a su situación particular.

Por eso es tan importante que aprenda bien la palabra de Dios y que cuando sea confrontado con un reto en tu vida, o asumas una lucha, una jornada, una aventura espiritual, puedas encontrar esa palabra específica en la Biblia que tiene que ver con el drama personal que estás viviendo. Y cuando Dios de esa palabra rema a tu espíritu, recíbela y haz de ella tu bandera. Conviértela en el lema de tu batalla, medita en ella constantemente, presenta tus peticiones en términos de su contenido, satura tu espíritu con las imágenes que de ella emanan. Repítela una y otra vez hasta que tu espíritu se haya empapado de su mensaje y haya extraído de ella todos los nutrientes espirituales que ella encierra.

En ocasiones Dios me ha hablado así, mientras he estado leyendo la Biblia, un texto particular como que ha cobrado relieve en mi ser interior y ha adquirido tres dimensiones dentro de mi espíritu y Dios me ha dicho, ese es el texto que quiero que uses para desatar y canalizar el poder de mi espíritu en esta jornada específica que has emprendido.

Lo voy a dejar aquí, hermanos, solo quiero que… yo continuo desarrollando estas ideas, pero como usted ve, hemos querido ser prácticos y bíblicos a la vez porque yo creo que no podemos ser prácticos si no somos bíblicos. Tenemos que entender los misterios de la palabra de Dios, tenemos que aprender.

Muchas veces así en situaciones de crisis y de gran prueba, Dios me ha dicho, mira, este es el texto, yo quiero que tu vayas a esta batalla con este texto. Yo hablo ahí acerca de cómo Dios me dio un salmo cuando íbamos a comenzar esta batalla del nuevo santuario y ese salmo yo lo he marcado en mi Biblia. He dicho, ese es el salmo de mi batalla para la construcción del santuario.

Dios me lo dio hace años atrás, y yo he dicho, Señor, ese es el documento que tu me has dado, legal, ese es mi título para ese nuevo santuario. Y yo le recuerdo al Señor su promesa.

Cuántos han experimentado que Dios te da como algo, una expresión, un versículo, un texto y dices como que aquí, en esto me voy a parar, esta es mi promesa, ese es mi eje y yo no me voy a mover de esa promesa. Venga lo que venga yo me voy a estar quieto y pararme sobre esa palabra de Dios. Por eso es que tenemos que leer la palabra, por eso es que tenemos que escuchar la voz de Dios, hermanos, por eso es que tenemos que entender los misterios del espíritu, para poder lograr nuestras batallas.

Que Dios los bendiga. Yo espero que, de nuevo, ustedes nos respalden en este esfuerzo y continuemos orando al Señor para que Dios le de alas a estos libros. Ustedes son las primeras alas de este libro y yo espero que ustedes nos respalden en este deseo de dar a conocer estos principios de la Biblia y que Dios nos permita llevar este ministerio lejos y compartir la palabra del Señor.

El libro es práctico y si usted quiere, comience con la segunda parte del libro y entonces vaya hacia atrás. Ahora, si usted quiere leerlo desde el principio, amén, pero la segunda parte es más típica de lo que a nosotros nos gusta leer así que con eso, por allí, y entonces siga adelante. Yo sé que Dios va a bendecir mucho su vida y les bendigo en el nombre del Señor y damos la gloria y la honra.

Elevamos una oración para bendecir este esfuerzo y pedir que la mano de Dios se mueva poderosamente como leemos en Josafat. Pastor, Señor Jesús, te damos gracias, Padre, porque para siempre tu misericordia, Señor. Padre, venimos aquí humildemente a pedirte por la vida de nuestro pastor, Señor. Padre, gracias porque tu sigues avivando el don que tu has puesto en él, Señor. Padre, gracias por tu fidelidad, Señor y porque sabemos que tu palabra rema, debe de salir en este tiempo, Señor, en que vivimos, Señor.

Padre, te pido que este libro circule, Señor, a través de tu pueblo, Señor, no solamente aquí, Señor, sino donde tu quieras, en todas partes del mundo, Señor. Padre, te pedimos por esta comunidad, no solamente aquí en Boston, Señor, sino la comunidad que nos ve por internet, Padre. Pedimos, Señor que esta palabra rema, toque sus vidas, Señor, y que, Padre, que circule, Señor, sanando, Padre, y preparando a tu pueblo para el avivamiento que tu nos has prometido en esta temporada, Señor, en este tiempo, Señor.

Así es que bendecimos a nuestro pastor, Padre, y declaramos, Señor, la paz y la misericordia tuya sobre su vida y su familia, Señor, en el nombre de Jesús oramos, Padre. Amén.

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