SERMONES

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Cuando lo que Dios te pide no tiene sentido...

30 de agosto del 2010 - Por Miriam Díaz

Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Juan 10:26-28

Un día sentí el suave tocar de el Espíritu de Dios que me impresionó en mi corazón, "no te pongas pantalones". Respondí: ¡Queeeeee! ¿Estás seguro?
Continué mi conversación con el Espíritu Santo esa mañana: "Pero, Joyce Meyer se pone pantalones y tú la usas Jehová. ¿Es que acaso tú todavía tienes que bregar con ella? ¿Y qué tal de la esposa de el pastor y la predicadora que tu tanto usas al frente?"

Fue una primavera larga, no había explicación alguna que le pudiese dar a mi esposo, a mis hermanas, ni aún a mis hermanas de la iglesia. Solo que "Dios me quito los pantalones". Tampoco podía explicarle a muchos. Habían ocasiones en que solo decía con una sonrisa: "Me he determinado a ponerme faldas", esto era más aceptado y entendido que la anterior. No mentía, era cierto.

A medida que caminaba en fe, notaba como mis faldas y mis nylons y mis zapatitos hacían de mí una mujer delicada y tierna. Hacía que la gente se detuvieran a cederme el paso, a sacarme la silla, a tratarme delicadamente. Mi interior comenzó a cambiar con mi exterior. Me agradaba el trato de mujer, ese trato especial que una mujer radia, delicado, único para ella. Donde ella no es una "puede-lo-todo", sino una mujer dispuesta a ser delicada y lista para anticipar y aceptar la oferta dulce y amable de los hombres sanos que también dentro de su corazón anhelan ser hospitalarios, necesitados por una mujer sana también.

Conocí a hombres que nunca supe que estaban ahí, y conocí a una mujer que nunca supe que estaba ahí, yo. Una mujer en cuyo corazón yace innatamente la delicadeza y el deseo de ser delicada y mimada. Me di cuenta que lo que de Dios era innato en mi había sido ahogado por la gran liberación femenina que continúa creciendo hoy día y cuyo propósito es establecer cero diferencias entre el hombre y la mujer. Como que ese deseo escondido, impregnado en mi por la sociedad de ser "suprema", igual o mejor que, con los mismos derechos de un hombre comenzó a significar un cero en mi vida.

Todo lo que comenzó a pasar a mí alrededor comenzó a complementar mi ser femenino. ¡Maravilloso! Al pedir ayuda veía que le daba a mis hijos varones y aun a mi esposo un sentir de valor de ser necesitado. Y de ahí nacía también nueva apreciación en mi corazón hacia el ser masculino en mi hogar y fuera de mi hogar. Comencé a mirar a los hombres como seres fuertes, capaces de el rescate y comenzó a morir ese “puede-lo-todo” en mí. Con este entierro también se enterraron unos resentimientos fantasmas que existían en mí, mas no los veía. Vivía la vida bien, feliz, mas mi Dios Todopoderoso que conoce el corazón de cada mujer y de la mujer a quien El formó, como EL la formó y en el orden que El la formó, sabía que a mí me faltaba algo.

Lo innato en mi no es el deseo de ser una mujer que levanta su pie hasta donde le alcanza por que tiene "pantalones". Mi interior llamaba a gritos esa actitud innata de ser mujer "sin pantalones" y mi actitud se rebelaba contra el hombre porque me trataba como mujer "con pantalones". Quería el trato delicado, no sabía que pasaba en mi interior, y es que la mujer delicada y tierna había sido ahogada y no se veía.

Esta historia no tardó en recordarme a Eva en el huerto y la oferta de "más". La historia se había repetido una vez más y yo era la protagonista principal. Ahora me pongo pantalones, más en mi interior hay un traje.

Cuando lo que Dios te pide no tiene sentido, hazlo confiadamente. Amén.

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Felipe - constructor de puentes

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Yo le pedí a Bob Baker que estuviera con nosotros esta mañana y nos trajera la palabra del Señor ya que él es miembro del ministerio en inglés y hay un micrófono ´más que no sé donde estará, quizás lo tengo aquí en frente mismo. Yo voy a estar traduciendo para Bob. De nuevo, ellos han sido pastores, Bob y Susy, su esposa, han sido pastores en Cape Cod en una iglesia que se llama South Chattam Community Church, varios años. Ellos están en transición ahora, Dios los ha traído en nuestro medio para que compartan y ha sido una bendición conocerlos, gente de carácter.

Bienvenido, un placer tenerte con nosotros. Es un honor, este micrófono todavía está caliente. La primera canción que yo aprendí cuando estuve en Chicago fue Fuego, Fuego, la iglesia quiere fuego. Y cantamos esa canción como 50 veces cada vez que la cantábamos. Y este blanquito de Massachusetts salió de esa iglesia cantando Fuego, Fuego.

El pastor Roberto ha estado predicando una serie de mensaje sobre la primera iglesia, la iglesia primitiva, y mi esposa Susy y yo sentimos aquí este mismo tipo de gozo y de expectativa en el momento que entramos por la puerta de la Congregación de León de Judá, ese mismo gozo, y recuerdo la bienvenida tan cálida que recibimos de parte del pastor Roberto. Pero también recuerdo la bienvenida cálida que me dio una hujier llamada Ascany, cuando llegamos.

Nosotros asistimos al segundo servicio que como saben es en español exclusivamente, y Ascany se aseguró de que tuviéramos aparatos de traducción. Nunca olvidaremos ese primer servicio, era el Día de la Madre, y la esposa del pastor Roberto, Mercedes, dio un sermón poderoso e inspirador. Ella comenzó con una serie de transparencias que captaron la atención de todo el mundo. Y luego ella captó la escencia de lo que es ser un padre, una madre cristianos.

Yo sinceramente creo que el Espíritu Santo nos dirigió a esta Congregación y por eso llegamos. Digan amén, aunque sea. Llegamos porque el espíritu nos trajo pero nos quedamos porque nos sentimos tan amados y apoyados por ustedes. Nos quedamos porque había una pasión tan fuerte en ustedes para seguir a Jesús. Sabemos que hay diferencias culturales y lingüísticas entre nosotros, pero hay una intencionalidad del espíritu de parte del pastor Roberto y los demás líderes de la iglesia y de parte de ustedes, cada uno de ustedes, para crear puentes que vayan más allá de las barreras que dividen las diferentes culturas y nacionalidades.

Y en esta mañana vamos a ver en la Biblia un hombre llamado Felipe cuyo llamado era para precisamente derribar barreras en el nombre de Jesús. No todo el mundo puede ser un gran teólogo como el Apóstol Pablo. Y no todo el mundo puede ser un líder tan carismático como lo era el Apóstol Pedro. Pero todos nosotros podemos ser constructores de puentes como lo fue el evangelista Felipe.

Vamos a ver tres aspectos esta mañana de la vida de Felipe. Felipe, el hombre de paz, Felipe el siervo líder o el líder siervo; y en tercer lugar, Felipe el evangelista, el hombre de paz, el evangelista y el siervo líder de Dios.

La primera vez que encontramos a Felipe lo encontramos en Hechos, Capítulo 6. La iglesia estaba creciendo en una manera extraordinaria. Y uno pensaría, bueno, ese es el tipo de problema que toda iglesia querría tener, y de hecho es así.

Pero mucha gente se pone un poco nerviosa cuando llega demasiada gente al servicio, sobre todo si se ven un poquito diferentes o actúan de una forma un poco extraña, o piensan en una forma diferente a como nosotros pensamos. Y ese precisamente era el problema que tenía la iglesia de Jerusalén. Hechos, Capítulo 6, comencemos allí con el versículo 1:

“…. En aquellos días creciendo el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos de que sus viudas eran menospreciadas en el ministerio cotidiano….”

Y quiero ahora poner esto en un contexto histórico. Lo que estaba pasando aquí es como sabemos, el pueblo judío había sido a través de toda su historia, esparcido debido a la persecución. Había comunidades judías en todas partes del mundo en ese tiempo y todavía lo hay actualmente. Quizás ustedes recuerden la historia de Daniel en el foso de los leones. Daniel era …. A Israel y se habían llevado sus propios prisioneros. Hay un término que se usa para este fenómeno histórico que se llama la Diáspora, y muchos de los judíos de la Diáspora, de ese esparcimiento, anhelaban regresar a su tierra nativa, Israel, especialmente deseaban regresar a Israel en su edad anciana y poder ser enterrados en su amada Jerusalén.

Y esos judíos de la Diáspora, de la expulsión, hablaban griego, pero los judíos que se habían quedado en Israel, en Jerusalén, hablaban arameo o hebreo. Y como es la naturaleza humana qué pasa, a uno le gusta asociarse con la gente que es igual a uno, y que habla como uno. Y esta gente, como vemos aquí, no tenían ninguna diferencia con nosotros en nuestras costumbres también. Los que hablaban griego, los judíos que hablaban griego, se juntaban con los que eran también de esa misma procedencia, hablaban también griego. Y los judíos que hablaban hebreo les gustaba asociarse con la gente de Jerusalén que hablaban y tenían la cultura más pura hebrea también. Y algunos comentadores de la Biblia piensan que ese tipo de problema lingüístico era solamente un aspecto muy mínimo de lo que era un problema mucho más amplio culturalmente hablando. Probablemente había otros prejuicios y problemas, intenciones que iban más allá de simplemente el idioma, la diferente idiomática.

Y cuando nosotros muchas veces exploramos la iglesia primitiva en el libro de los Hechos decimos, guau, ahí está una iglesia definitivamente perfecta. Hechos 4:32, por ejemplo nos dice que:

“… todos los creyentes eran de un mismo sentir, una misma mente, lo compartían todo, todo lo que tenían…”

Y eso me suena a mí como una iglesia perfecta. Pero solo dos Capítulos después aquí en el Capítulo 6, vemos que esa unidad de mente y corazón estaba siendo amenazada y estremecida. Una de las traducciones de la Biblia dice que había como temblores de descontento, había tensiones en el aire. Poco tiempo después que Susy yo nos casamos teníamos una secadora de ropa que precisamente temblaba cuando funcionaba y poco tiempo después se nos rompió la bendita secadora y tuvimos que ir al laundry para lavar la ropa.

Vemos aquí en el Capítulo 4 todo el mundo compartiendo con la gente que tenía necesidad, pero en el Capítulo 6 vemos que había muchas viudas necesitadas que no estaban recibiendo comida. Quizás usted pensó cuando llegó aquí primeramente a León de Judá que esta era la iglesia perfecta. Lo único que les puedo decir de mi propia experiencia es que quizás León de Judá era perfecta hasta que yo llegué. Pero en el momento mismo en que yo llegué ya dejó de ser la iglesia perfecta.

Recuerdo una señora que dice que oró, querido Señor, hasta aquí ha sido un día perfecto, no he pecado todavía, no le he gritado a los muchachos, mi mente no ha sido inundada con preocupaciones y tribulaciones, ni siquiera me he molestado con mi esposo todavía, pero ahora Señor, necesito levantarme de la cama y voy a necesitar tu ayuda. Cuántos pueden identificarse con esa señora?

La perfección solamente se da en el cielo, cuántos pueden decir amén a eso? Mientras tanto somos como el santuario nuevo que está siendo construido allá afuera en el estacionamiento. Esas grúas están sacando porquería que ha estado allí durante muchos años debajo de la tierra. Todos esos escombros tienen que sacarse antes de que ese hermoso edificio pueda ser edificado. Somos cristianos bajo construcción. Amén. Hay cantidad de basura en nuestra vida, las heridas del pasado, las distorsiones, los pecados, las tendencias pecaminosas que están ahí dentro de nosotros tienen que ser arrancados de raíz para que entonces el nuevo edificio que Cristo quiere construir sea edificado. Amén. Y ese proceso de construcción se llama con la palabra santificación y es un proceso que dura toda la vida.

De vez en cuando mi persona no santificada se manifiesta a través de mi vida, y si esto pasa como puede pasar a veces, en el camino a la iglesia los domingos, si alguien se me interpone en la carretera, entonces llego a la iglesia con mi ser no santificado. Alabado sea Dios que todavía no ha terminado de trabajar en mi vida.

Y este proceso de construcción, de santificación, como vemos, estaba dándose aquí en este pasaje, en la iglesia primitiva, y la pregunta iba a ser, cómo van ellos a responder a esas necesidades de estas viudas de habla griega? Se unirían en el nombre de Jesús? O la situación explotaría en sus caras y dividiría a la iglesia?

Los 12 Apóstoles, gracias a Dios, no trataron de simplemente meter la basura debajo de la alfombra y pretender que no estaba existiendo el problema. Ellos presentaron la situación ante la Congregación y le ordenaron a la Congregación que escogieran a 7 hombres para que ellos administraran el programa de suministro de alimentos que tenía la iglesia. 7 hombres llenos de sabiduría y del Espíritu Santo.

Necesitamos hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo que puedan usar sus habilidades para hacer el trabajo de Dios. No necesitamos gente que solamente esté llena de sabiduría del mundo, del intelecto. El colapso de las instituciones financieras que vimos en Wall Street en las finanzas aquí en Estados Unidos, se debió precisamente a gente que tenía conocimiento intelectual mundanal, pero no tenían conocimiento espiritual.

Y Felipe fue uno de esos hombres llenos del Espíritu Santo escogido para esta tarea. Felipe fue usado para traer paz, él fue un pacificador en medio de esta situación potencialmente explosiva. Y debido a que los líderes manejaron la situación en una forma piadosa y santa y adecuada, la iglesia pudo continuar creciendo en formas extraordinarias.

Y yo me imagino que había gente fuera de la iglesia que estaban observando este proceso para ver qué iba a pasar. Seguramente pensaron, guau, algo extraordinario debe estar pasando dentro de esa comunidad. Toda esta gente de diferentes culturas, que normalmente no se hablan unos a los otros, dirían ellos, están uniéndose juntos adorando a Dios. Y probablemente dijeron, guau, seguramente esta gente tiene algo que yo necesito en mi propia vida también.

Cuando nos unimos en el nombre de Jesús, cuando derribamos barreras en el nombre de Jesús, cuando perdonamos y nos amamos unos a otros en el nombre de Jesús le estamos dando al mundo exterior un atisbo, una visión inicial del cielo como será.

El libro de Apocalipsis nos da una visión de un grupo inmenso de personas de diferentes tribus, lenguajes, culturas, adorando juntos a Dios. Tienen vestiduras blancas y están ondeando palmas en sus manos y están declarando sus alabanzas y dicen, la salvación pertenece a nuestro Dios, él está sentado en el trono y salvación y alabanza al cordero. Si usted habla español esta mañana yo quiero que diga esto en español, a la misma vez que los que hablan inglés lo dicen en inglés, los que hablan español, lo dirán en español, y los que hablan inglés en inglés. Lo voy a repetir otra vez, “la salvación pertenece a nuestro Señor que está sentado en el trono y al cordero”.

Denle un aplauso al Señor. Amén. Gloria a Dios. Ven ustedes cuando oramos al Señor en español y en inglés nos prepara para el cielo.

Felipe era un pacificador, un hombre de paz. Y nosotros nos convertimos en pacificadores cuando nos unimos con otros que hablan otros idiomas, tienen otras culturas, gente que viene de un trasfondo cultural diferente al nuestro. Y hay otras maneras también de edificar la paz en nuestras iglesias. Edificamos la paz cuando nos rehusamos a escuchar chismes, digan amén. Traemos paz cuando hablamos la verdad en amor. Traemos paz cuando somos rápidos en perdonar y lentos en airarnos. Amén.

La Biblia dice, hagan todo tipo de esfuerzos para mantener la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz. Felipe era un hombre pacificador. Y en segundo lugar veremos que Felipe era también un líder siervo. Fue uno de los primeros diáconos de la iglesia. Ahí está en el versículo 2 del Capítulo 6. Dice aquí que:

“-… Los 12 Apóstoles unieron a todos y dijeron lo siguiente: no es correcto que nosotros dejemos el ministrarle directamente al Señor para atender a las mesas para resolver este problema.

La palabra que se traduce diácono en el griego original, literalmente quiere decir alguien que atiende a las mesas, un mesero, en un sentido como decía Lizette aquí. Levante su mano si usted ha sido mesero alguna vez en un restaurante. Yo financié mis estudios de seminario trabajando como mesero en un restaurant. Yo usaba un chalequito negro muy lindo y un lacito rojo en el cuello. Que mejor manera de prepararme para ser un líder que sirve en la iglesia.

Recordemos que el Señor Jesucristo nos enseñó acerca del servicio cuando lavó los pies de sus discípulos. Recordamos que hoy marca el quinto aniversario del huracán Katrina que devastó Luisiana. Yo recuerdo como unos líderes siervos fueron llamados para ir a Biloxi, Mississippi, para ayudar a restaurar esos escombros. Yo fui con algunos de esos en ese viaje y les digo, que nunca había visto tranta destrucción en toda mi vida. Algunas de las casas simplemente desaparecieron completamente en el Golfo de México y otras fueron reducidas absolutamente a simplemente montones de escombros. Pero una iglesia en el centro mismo de la ciudad de Biloxi permaneció intacta y era una iglesia bautista. Amén. Y nos quedamos allí en esa iglesia bautista y recuerdo que dormíamos en colchones tirados en el piso de esa iglesia. Y esa iglesia se convirtió en uno de los puntos principales para la distribución de comida en toda el área afectada por el huracán Katrina. Pero el pastor me dijo lo siguiente el mismo día después que el huracán golpeó esa área, de hecho la única comida que tenían en grandes cantidades era arroz con frijoles y habichuelas, así que ellos simplemente cocinaron una gran cantidad de arroz con frijoles y se lo servían a toda la gente que estaba en el camino necesitados.

Pero de pronto un gran milagro sucedió: comenzaron a llegar a la iglesia grandes cantidades de agua y comida que la gente traía e inmensos camiones comenzaron a traer comidas y todo tipo de comestibles a la iglesia de todas partes del país. Iglesias y universidades cristianas enviaron miles de voluntarios para limpiar y para establecer el orden en esa área tan devastada por el huracán. Un grupo, por ejemplo, llegó y estableció una gran cocina y mucha gente a través de toda la costa del golfo me dijeron no fue el gobierno quien nos ayudó, decían ellos, fueron las iglesias cristianas, iglesia que establecieron un ejército y otras agencias cristianas como Bolsa del Samaritano y otras agencias de ayuda social cristianas.

Dos hermanos llegaron desde la Florida, uno de ellos era un tipo grandísimo como el actor de la película de cine que se llama la Roca, es inmenso el tipo este, y el otro parecía Don Johnson de Miami Vice. Ellos llegaron desde de la Florida trayendo consigo, arrastrando una especie de máquina para hacer barbacoa, pollo a la barbacoa, así que los llamamos los hermanos pollos, y yo lo decía con mucho respeto porque el tipo que yo digo que era grande podría fácilmente cargarme y tirarme si quería. Y los hermanos pollo ahumaban a veces hasta 500 pollos a la vez. Y entonces se iban con todos estos pollos a la barbacoa por diferentes vecindarios y los distribuían a la gente necesitada. Pero saben alto? Su meta era más que simplemente darles pollo a la gente. Su meta verdadera era darle a la gente comida espiritual, oraban por la gente. Un día me fui con ellos y parecería verdaderamente que esto era un avivamiento, una campaña evangelística. El espíritu de Dios era tan poderoso en ese momento. Milagros suceden cuando servimos a los demás en el nombre de Jesús.

Si usted sirve como diácono en esta iglesia yo le doy gracias a Dios y todos los que sirven por su servicio porque como pastor yo sé lo duro que ustedes trabajan detrás de bastidores, tras el escenario, ustedes ponen la mesa de comunión, visitan a los pobres, visitan a la gente en los hospitales que están enfermos. Quizás algunos de ustedes no tengan el título de diacono pero quizás usted estará sirviendo comida allá abajo en la cocina esta tarde, quizás usted es un maestro de escuela dominical, quizás usted sirva por ejemplo como hujier, o hace trabajo administrativo para la iglesia. Quizás sirve en el ministerio de adoración, o quizás usted es el que recoge las sillas y las ordena después del servicio, que limpia el lugar. Adoramos al Señor por ustedes, alabado sea Dios por todos ustedes que sirven en nuestra iglesia.

Sean fieles en su servicio y los milagros continuarán. Su sonrisa como hujier le dará la bienvenida a un visitante, y quizás esa sea la primera sonrisa que ellos hayan visto en mucho tiempo. Maestro, tu compromiso será recordado por tus alumnos muchos años después que tomen tu clase. Tu diligencia como administrador, tu entusiasmo va a mantener la iglesia corriendo durante mucho tiempo, tus cánticos, el ministerio de alabanza audiovisual estarán en nuestros corazones durante toda la semana. Su consideración, gente que limpia la iglesia, será apreciada por las personas que se benefician.

El Señor Jesús dijo cuando servimos a los demás en verdad estamos sirviendo a él. Felipe entonces vemos aquí, el pacificador, el hombre de paz, esa es la tercera persona de Felipe. Vemos Felipe, el siervo líder, y ahora tenemos a Felipe, el evangelista. Luis Palao y Billy Graham son famosos evangelistas, pero cualquiera que comparte las buenas nuevas de Jesús es un o una evangelista.

Ahora, recordaremos que Felipe fue expulsado de Jerusalén por la persecución que se desató contra la iglesia. Quizás Felipe habrá pensado que ya su tiempo de servir a Dios había terminado cuando salió perseguido. Pero Dios puede usar tiempos de tribulación en nuestra vida para llevar a cabo cosas importantes en la vida de su iglesia, y eso es exactamente lo que pasó con Felipe. Capítulo 8, versículo 5 de Hecho proclama:

“… Felipe llegó a una ciudad en Samaria y allí proclamó la buena nueva del Evangelio…”

Ahora, recordemos que los samaritanos eran considerados como las ovejas perdidas de Israel, descarriadas de Israel. Eran extranjeros enajenados de la cultura judía porque se habían casado con personas de otras nacionalidades. Algunos los consideraban traidores simplemente y gente mezclada. Y algunos trataban de evitar Samaria e iban alrededor del pueblo de Samaria para continuar en su camino simplemente porque no querían mezclarse con gente que ellos consideraban impura.

Y qué de Jesús? Cómo actuó Jesús? Se nos dice que Jesús caminó y entró directamente a Samaria. Quizás ustedes recuerden cómo él se paró en el pozo de Samaria y le pidió algo de tomar a la mujer samaritana. Esa conversación que Jesús tuvo con la mujer samaritana, es la conversación más larga que registra la Biblia que el Señor tuviera con ningún otro personaje en la Escritura. Ahora, aquí vemos que entra Felipe a Samaria.

Recordemos que Felipe también en un sentido era un extranjero. Así que en realidad no había una mejor persona para hablarle a los samaritanos de Jesús que Felipe, otro extranjero, otro de los de afuera. Capítulo 8, versículos 5 y 6, dice:

“… Felipe volvió y fue a Samaria y predicó a Jesucristo y cuando la multitud oyeron a Felipe, su mensaje, y vieron los milagros, las señales milagrosas que él hacía en el nombre de Jesús le pusieron mucha atención a lo que decía Felipe, y se dice que con gritos espíritus inmundos salían de la gente cuando él predicaba, y paralíticos y gente con diferentes tipos de impedimentos fueron milagrosamente sanados también…”

Así que hubo gran gozo en toda la ciudad de Samaria. Gozo porque Jesús estaba vivo, había resucitado. Y ese fue el mensaje que Felipe le trajo a esa gente de Samaria. La salvación ha llegado al mundo a través de Jesús, el que fue crucificado en la cruz y enterrado en la tumba, ha resucitado y está dando vida hoy a los… Y todas las profesías acerca del Mesías fueron cumplidas a través de Jesús y ahora esas promesas que el Señor había hecho acerca del Espíritu Santo se estaban dando en ese momento. El Espíritu Santo vino con poder en ese momento. Hubo señales y prodigios. Los demonios eran sacados y los enfermos eran sanados, vidas quebrantadas eran sanadas y el gozo fue la reacción predominante de esa ciudad. Hubo gran gozo en esa ciudad.

Y a veces yo pienso en la Ciudad de Boston cuando pienso en esto de gozo en la ciudad. Nosotros nos gozamos cuando los Red Socks ganan el campeonato. Y yo creo que eso va a pasar de hecho, ellos van a ganar este año también. Nosotros nos animamos cuando vienen las elecciones y la política está al rojo vivo, pero la cosa más extraordinaria es cuando alguien da su corazón a Cristo Jesús.

El Señor dice que cuando un pecador se arrepiente en el cielo hay fiesta. Los ángeles se gozan y celebran, hay canto y danza por una sola alma que se convierte y es salvada en el cielo. Uno de mis domingos favoritos fue cuando el pastor Roberto y otros comenzaron a danzar y a dar vueltas alrededor de la iglesia. Es como un pequeño gustito de lo que va a ser la cosa en el cielo algún día.

Vidas quebrantadas fueron sanadas, corazones quebrantados y heridos son sanados y la tristeza se convierte en gozo en el nombre de Jesús, hay poder en el nombre de Jesús. Pero en el mismo medio de esa gran campaña evangelistico del Apóstol Felipe mientras la gente era salvada a diestra y a siniestra vemos que Dios llamó a Felipe y lo sacó de la ciudad por un momento. Y el Espíritu Santo le ordenó a Felipe que comenzara a viajar en el camino de Jerusalén a Damasco. Uno se pregunta, por qué Dios le ordenaría a su evangelista que hiciera tal cosa?

Felipe hubiera podido argumentar con Dios. Señor, mira todo la buena obra que estoy haciendo por ti aquí en Samaria, no puedo detenerme ahora. Las cosas están pasando, se están dando. Pero no, Felipe inmediatamente obedeció a Dios y se dirigió por ese camino desértico.

Ven ustedes, Dios tenía algo en su mente mucho mayor de lo que ni siquiera Felipe pudiera imaginarse. A la misma vez que Felipe estaba caminando por ese sendero, Dios estaba trayendo convicción al corazón de un hombre que venía del lejano país de Etiopía. Este etíope venía desde Jerusalén donde había ido a adorar a Dios y no era un hombre cualquiera, déjeme decirle, era el Tesorero oficial del país de Etiopía. Y ahora vemos que este hombre, este tesorero, este oficial iba de regreso a su país de Etiopía, y él iba en gran carro oficial y estaba leyendo las Escrituras. Estaba leyendo en el libro del profeta Isaías, leyendo profecías acerca del Mesías que había en el libro de Isaías, y el Espíritu Santo se acercó a Felipe y le susurró y le dijo: ve habla con ese hombre.

Y la Biblia dice que Felipe inmediatamente corrió a donde estaba este hombre en su carro, se subió al carro de este hombre y comenzó a hablarle acerca de Jesús, porque todo lo que este hombre estaba leyendo en Isaías era acerca de Jesús, profecías acerca de Jesús, y el corazón de este hombre fue quebrantado y entregó su vida a Jesucristo.

Y ahí se las arreglaron, encontraron agua y hasta tuvieron un servicio de bautismo ahí también para el hombre. Ustedes recordarán cómo el Señor Jesucristo le dio la gran comisión a sus discípulos, y les dijo, ustedes recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y me serán testigos en Jerusalén, en Judea y Samaria y hasta los fines de la tierra.

Ven ustedes, Felipe encarnaba la gran comisión, era la gran comisión encarnada. Sirvió al Señor en Jerusalén, dirigió esas grandes cruzadas en Samaria y finalmente los fines de tierra llevó a este etíope de un país lejano a Jesús. Pero no se para allí la historia.

La Biblia dice que el etíope siguió su camino gozoso, gozándose, y Dios usó a ese hombre para traer el Evangelio a Etiopía, lo cual en la literatura antigua se conocía como precisamente los fines de la tierra, como había dicho Jesús, era conocido geográficamente.

Felipe era la gran comisión en persona. Y usted es la gran comisión con piel y huesos. Ahora, uno se pregunta, el Espíritu Santo trabajará en esta misma forma en los días actuales? Creemos nosotros que el Espíritu Santo todavía une a la gente en el tiempo correcto, el lugar correcto para traerlos a Dios?

Permítanme cerrar mi serón con una historia precisamente del huracán Katrina. Esta historia me la relató un amigo mío, Gary Lane. Gary Lane era el pastor que estaba encargado de dirigir a más de 9000 voluntarios en esta iglesia de la cual yo hablaba que estaban ayudando a la gente en Katrina, y él les enseñó a todos los voluntarios lo siguiente: si hay algo que ellos necesitaran, antes que me lo pidan a mí, pídanselo directamente a Dios. Y una y otra vez se pudo confirmar que Dios proveyó exactamente lo que se necesitaba en esa respuesta a las oraciones de sus hijos.

Ahora, por ejemplo, uno de esos momentos en que sucedió esto. Se acuerdan de todo ese pollo que estaban sirviendo los hermanos pollo de los cuales les hablé anteriormente? Todo ese pollo llegó de una gran compañía suplidora de pollo que estaba en Mississippi. Llegaba en unos trailers, unos vagones de 53 pies de tamaño. El chofer del camión dejaba un tráiler lleno de pollo, un congelador lleno de pollos en la iglesia y entonces se llevaba el vagón ya cuando estaba vacío y lo regresaba otra vez a su lugar de origen. Así que siempre en la iglesia había un tráiler, un congelador lleno de pollos continuamente, y ese proceso se dio durante muchas semanas. Pero un día el chofer dijo que la iglesia podía tener todo el pollo congelado que había, es decir, se podían quedar con todos los pollos congelados pero desgraciadamente él tendría que llevarse los dos trailers, el que traía y el que tenía que llevarse. Tenía que llevarse los dos.

Y el pastor tuvo el gran dilema de decidir si iba a poder aceptar dos vagones, miles y miles de libras de pollos que no sabía qué hacer con todo ese pollo. Y como se iban a llevar los vagones congeladores no había ningún lugar donde ponerlos excepto ahí en el piso, en el asfalto. El pastor Gary unió a varios voluntarios con él y juntos oraron al Señor. Y luego dice, bueno, los vamos a tomar.

Así que todo ese pollo congelado lo sacaron y lo pusieron en el estacionamiento y ese sol calentísimo de Mississippi comenzó a derretir esos pollos congelados. Gary los cubrió con una tarpa, un plástico, le impusieron manos a los pollos y simplemente continuaron haciendo su trabajo. Y en menos de dos horas después que ellos oraron llegó un camión a la iglesia. El chofer de ese camión venía desde Carolina del Sur. Este hombre había sentido el Espíritu Santo decirle que arreglara su camión y que lo trajera a ese lugar para ayudar a la gente ahí en Mississippi, pero no sabía a dónde ir. Simplemente comenzó a manejar y cuando llegó a esa iglesia él simplemente entró con su camión. Y llegó al pastor Gary y le dijo, pueden ustedes usar mi camión? Y Gary no lo podía creer.

Dios había provisto un tráiler de 53 pies congelador y la iglesia lo podía usar todo el tiempo que le diera la gana. Y esos voluntarios tomaron todo ese pollo y lo metieron en el congelador dándole gracias al Señor. El Espíritu Santo todavía a la gente y los une en el momento preciso en el lugar preciso.

No todos nosotros tendremos el gran privilegio de dirigir una gran cruzada como Billy Graham o Luis Palao, pero Dios nos puede usar para esos encuentros divinos cada día cuando nosotros estamos en nuestros propios quehaceres para tener encuentros divinos con otras personas que necesitan, y nuestra obra, nuestra tarea puede ser en nuestro trabajo, en la escuela donde estamos, en la comunidad donde vivimos, el Espíritu Santo nos provee oportunidades para compartir esa esperanza que nosotros tenemos en Jesús. Él nos capacita, como capacitó a Felipe para ser constructores de puentes para dejarle saber a otros acerca de Dios también. Nosotros podemos edificar puentes de amor más allá de las barreras y los abismos culturales y lingüísticos. Exactamente como Felipe, Dios nos da oportunidades para servirnos unos a los otros en amor.

Y mientras la Congregación León de Judá continúe desarrollando y desempeñando su misión y su llamado lo cual es la gran comisión de Jesús, habrá gozo en la ciudad, habrá gozo en la Ciudad de Boston. Bendecido sea el Señor. ¡Aleluya! Denle un gran aplauso al Señor. Amén. Gloria a Dios. Gloria a Dios. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Gloria al Señor.

Nuestros músicos por favor vengan rápidamente. Gloria a Dios. Sí, Señor, gracias, gracias.

Vamos a orar y vamos a darle gracias al Señor, selle ese mensaje. Que podamos ser verdaderamente líderes siervos, que podamos ser hombres y mujeres de paz, pacificadores y también que podamos ser gente que evangelice y que comparta las buenas nuevas de Jesucristo en el poder del Espíritu Santo. Amén.

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La recompensa del servicio

23 de agosto del 2010 - Por Betsy Behan

"Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del señor, sea siervo o sea libre"
Efesios 6:8

La historia de Isaac y Rebeca es bien conocida y linda. De ella aprendemos sobre la fe, la obediencia, el amor, el servicio, y de éste último hablaremos. Abraham envió a su criado de más confianza a buscar esposa para su hijo Isaac, y le recomendó buscarla en la tierra de sus padres. El criado al llegar a un pozo, oró diciendo: ‘la doncella que sirva agua para mi, y mis camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac" Ver Génesis 24:14. Esa doncella fue Rebeca.

Rebeca le dio agua al criado, y cuando terminó "corrió de prisa " a buscar más agua para darle de beber a los camellos. Un camello puede tomar casi catorce galones de agua, y eran diez camellos, pero Rebeca no miró cuantos eran, sino que busco agua para todos, y no solo eso, sino que le ofreció alimento y lugar para posar. El criado estaba maravillado. Rebeca sirvió con entusiasmo, y amor, sin saber que esos camellos la transportarían hasta donde Isaac el cual sería su amado esposo, ese servicio le dio la bienvenida a una familia de Dios, la familia de Abraham el padre de la fe. "LA RECOMPENSA DEL SERVICIO.

Al igual que los camellos (los cuales no son muy lindos) muchas veces el servicio que debemos desempeñar no es muy lindo o atractivo para realizar, pero detrás hay una bella experiencia, enseñanza, y bendición. Cuando en nuestro camino se presente el desempeñar un servicio, desempeñémoslo con alegría y amor, no perdamos tiempo buscando una balanza para determinar si es muy pesado o una tira de medir para saber si es muy largo; si se presentó en nuestro camino fue porque así Dios lo permitió para bendecirnos. ¿Cuál es tu servicio?

Señor Jesús: Gracias por darnos las fuerzas, y deseo para servir, gracias porque detrás de cada
tarea que pones en nuestras manos hay una enseñanza por la cual crecemos, y Somos bendecidos. ¡Amén!

La bendición de Jehová
es la que enriquece,
y no añade tristeza con ella
Proverbios 10:22

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Después del milagro - la persecución

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Capítulo 4, libro de los Hechos, voy a leer solamente los primeros 3, 4 versículos y después seguiremos tratando con lo demás: “… Hablando ellos al pueblo vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo y los saduceos resentidos de que enseñasen al pueblo y anunciasen en Jesús – marque eso en Jesús- la resurrección de entre los muertos…”

What’s wrong with that? Como diría alguien por ahí. Qué tiene de malo eso?

“… Y les echaron mano y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente porque era ya tarde. Pero muchos de los que habían oído la palabra creyeron y el número de los varones era como 5000…”

Vamos a dejarlo allí en el nombre del Señor. Vamos a explorar lo más posible de este Capítulo 4. Queremos avanzar y sacarle el mayor provecho a esta enseñanza. El tema que vemos aquí claramente perfilado es el tema de la persecución en medio del servicio al Señor. Este Capítulo, su mayor parte, nos habla de la persecución que se desata cuando Pedro y Juan hacen la obra del Señor y movilizan el Espíritu Santo a favor de este paralítico que ha estado sentado a la puerta de la Hermosa. Y el Señor tiene un mensaje acerca de eso.

La semana pasada vimos a Pedro lleno del Espíritu Santo, fogoso en el espíritu, aclarándole a esa multitud que se ha reunido para contemplar este milagro de este hombre que tiene 40 años paralítico y que de momento está saltando, alabando, gozándose, declarando las grandezas del Señor. Ellos lo han visto tirado en el piso, todo el tiempo mendigando y ahora ven un hombre fortalecido por el espíritu, tan lleno de asombro.

Pedro, dirige la mirada de la multitud hacia Cristo. Le dice, nosotros no tenemos nada que ver con esto en un sentido, es el Señor, esto se ha hecho en nombre de aquel a quienes ustedes crucificaron. Él es quien ha hecho esa obra, su autoridad y su poder y Dios ha usado esto para mostrarles que él es el Hijo de Dios, él es el ungido de Dios. Quitaron la mirada de sí mismos y la pusieron escuetamente sobre Jesús, como debemos hacer nosotros siempre. Invitar a la gente a mirar.

Cristo dijo que es preciso que el Hijo del hombres sea levantado para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. En nosotros no hay poder, todo el poder está en Cristo Jesús. Amén.

Y de momento todo está muy bien, la gente está feliz, Pedro ha hecho un llamamiento y se ha convertido una cantidad inmensa de gente y Pedro dice, guau, de aquí me van a poner como presidente de la nación en cualquier momento. Pero qué pasa? Llega la policía, llegan 3 policías estatales de 300 libras cada uno, 6,5 y lo cogen y lo levantan y lo llevan en el aire a la cárcel. Qué ha pasado? Persecución, la ira del enemigo.

Hermanos, yo digo aquí que después de la bendición y el milagro, después de la cosecha de las almas viene la persecución, y aquí en ese Capítulo 4, se introduce un tema recurrente en el libro de los Hechos: la persecución que acompaña a la predicación del Evangelio, dondequiera que el Evangelio es proclamado con poder, eficacia, dondequiera que la gente se esté convirtiendo, dondequiera que la palabra de Dios está siendo anunciada con claridad, el Espíritu Santo se esté moviendo, se esté avanzando en contra de las fuerzas de las tinieblas, el diablo no va a estar contento y va a arrojar su furia contra la iglesia de Jesucristo.

Usted sabe cuándo el diablo se queda tranquilo y no hace nada en nuestra contra? Cuando nosotros no hacemos nada en su contra. Cuando hay una iglesia entretenida con ritual de la religión, ir a la iglesia los domingos, hacer lo que hace siempre la gente religiosa, no se afecta la cultura, no hay cambio, vidas no se convierten, Dios no hace milagros, el Espíritu Santo no se manifiesta, el enemigo no tiene que hacer nada. Ahora cuando él siente que sus intereses están siendo amenazados por una iglesia que se ha puesto las pilas, por gente que está viviendo el Evangelio al rojo vivo, por gente que ama a Dios por sobre todas las cosas, está santificando, están purificando, están conquistando terreno, entonces el enemigo arroja su ira.

Si usted está viviendo una vida que agrada al Señor, no se descuide, sino que fortalézcase. No es que anda asustado tampoco, mirando para atrás para ver si el diablo le va a dar un batazo. No, pero también sabe, guarde sana cautela. Yo digo que los cristianos deben ser como esos policías que andan por la calle pitando, dándole la vuelta a su macana, no? por si acaso. Están tranquilos pero siempre están mirando a ver de dónde puede salir un tiro o alguien que quiera hacerle daño. Y nosotros podemos vivir la vida cristiana muy bien pero saber que el enemigo siempre va a estar tratando de hacer daño a nuestras vidas.

Yo digo aquí que la ira del enemigo se desata cuando el Evangelio progresa como vemos aquí. Cuando los creyentes están cumpliendo con el mandato de Jesucristo, como Pedro y Juan haciendo las obras, deshaciendo las obras del diablo, este hombre atado 40 años, paralítico y ahora viene Pedro y Juan y lo desatan, es cuando entonces el enemigo quiere hacer estragos. El Evangelio siempre progresa en medio de la oposición y el conflicto. La fuerza del infierno y el mundo no se quedan tranquilas cuando sus intereses están siendo cuestionados y opuestos.

Qué pasa aquí? Estos intereses religiosos, los fariseos, los saduceos, la gente que gobierna en el área religiosa sienten que su imperio está siendo cuestionado. Ellos tienen el dominio. Ellos reparten el bacalao, como decimos nosotros. Ellos son los que gobiernan todas esas cosas, la industria de la religión ellos tienen el control y ahora de momento vienen estos renegados, estos rebeldes, no tienen autoridad, no tienen carné de nada, no han ido a un seminario, no pueden enseñar una identificación oficial de nada y están convirtiendo 5000 personas y tergiversando todo lo que ellos han pasado tanto tiempo para adormecer al pueblo y controlar ellos el sistema religioso.

De momento cuando ven que la gente está siendo liberada, sus ojos están siendo abiertos, claro, el diablo, no quiere eso. El diablo quiere una iglesia adormecida, quiere un sistema religioso que mate más bien la fe, y eso es lo que hace que esta gente se abalance contra ellos. Detrás de eso, hermanos, está el enemigo, el enemigo está como estuvo detrás de Judas, como estuvo detrás de Caifás, tratando de deshacer la obra de Dios.

Por eso en Mateo, Capítulo 11, versículo 12 el Señor dice:

“…Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan…”

Yo he hablado acerca de eso antes. En realidad la traducción original en el griego habla de …… es decir, biacetai quiere decir, no solo sufrir violencia sino también hacer violencia. Puede ser activo o pasivo. La idea que Jesucristo dice es que el reino de los cielos avanza con fuerza, avanza con violencia y también lo atacan con violencia.

Ahora, quién entra en contacto con el reino de los cielos? Quién se apodera de él? Quién se apodera de la bendición de ese reino? Quién arrebata lo que Dios tiene para ellos? ¿Saben qué? Los que son igual, de la misma temperatura que el Reino de Dios. El Reino de Dios está hecho para la guerra, hermanos.

Cuando usted busca dondequiera la palabra del Reino de Dios, ese término, y usted verá que se refiere al avance como de un ejército, es una nación, es un reino, es un gobierno. Qué dice Cristo acerca de este mundo? Dice que está gobernado por Satanás. El Príncipe de este mundo. Una y otra vez dice eso. Por eso el Apóstol Pablo también dice, nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo. Una y otra vez dice eso, que el mundo entero está bajo el dominio de Satanás.

Dios le entregó al hombre el mundo y el hombre a su vez se lo ha dejado arrebatar por el diablo. Y ahora, el enemigo, gobierna este mundo y cuando Cristo viene al mundo, viene para romper esas ataduras, viene para romper esas cadenas. Cristo, dice la Biblia, que vino para deshacer las obras del diablo.

Fíjense que siempre el Reino de Dios, el progreso del Evangelio está siempre siendo descrito en términos de batalla, guerra, atar, desatar, romper, deshacer. Qué dice el Señor Jesucristo? Dice que para que uno pueda saquear la casa de un hombre fuerte, recuerdan eso? Qué tiene que hacer primero? Atarlo. Y entonces puede saquear su casa. A qué se refería Jesucristo? Cuál es la casa? El mundo. El mundo está bajo el dominio de Satanás. Y para nosotros arrebatarle almas, vidas, para avanzar los intereses del Reino de Dios, para cambiar la sociedad, para convertir a la gente, para establecer los principios del Reino de Dios, primero tenemos que atar al diablo, tenemos que ser más fuertes que él. Tiene que darse una pelea, una confrontación y entonces podemos quitarle las armas.

Qué pasó aquí? 5000 almas, 5000 hombres además de sus mujeres, familias y la gente a quien ellos le iban a testificar más adelante, dice aquí 5000 varones, hombres, andronios es la palabra en el griego original. Pero y qué de las esposas y los hijos de esos hombres, los familiares que iban a evangelizar. El diablo ve, están saqueando mi casa y por eso envía las autoridades que él controla. Estos hombres que no aman a Dios sino que se aman a sí mismos y el poder que tienen, y los envían para que aprisionen y acallen la boca a esta gente.

Por eso es que Señor Jesucristo dice que Reino de los cielos avanza con violencia y los violentos, es decir, los que son iguales que ese reino, agresivos, por eso hermanos, es que pedirle al Señor, Señor, danos una mentalidad de guerra. Ese pueblo dócil, pasivo, acostumbrado a las cosas, queriendo el agrado del mundo, la aprobación del mundo, esa gente que le gusta la comodidad, que le gusta esa hora extra de sueño, que aman demasiado el televisor, el microondas, la nevera, y todas las cosas cómodas del mundo, entiende? Y las sedas de los vestidos bonitos, y trajes de 3 piezas, ya eso ni se usa, pero lo que sea, hay otros nuevos, usted entiende lo que estoy diciendo, ¿verdad? Esa gente que ama al mundo no tiene comunión con el Evangelio verdadero.

Si usted quiere servir al Señor, si usted quiere hacer las obras de Cristo, usted tiene que adoptar la mentalidad de Cristo. Es que mi reino no es de este mundo, que usted no vive para usted misma, usted vive para Dios, usted lo ha perdido todo, lo ha entregado todo, usted es un terrorista del Reino de los cielos, usted anda por ahí con 4 granadas y un cinturón lleno de explosivos para irse y llevarse a 50 ó 60 con usted para el Reino de Dios. Usted entiende lo que le estoy diciendo, no estoy predicando terrorismo aquí.

Pero los cristianos tenemos que ser peligrosos. El diablo no le interesa ni le molestan esos cristianos todos aburridos y deseosos simplemente de hacer su pastel aquí en la tierra y gozar del mundo a lo máximo. El diablo a quien le tiene miedo es a esa gente flaca, que no come mucho porque está siempre ayunando y orándole al Señor y con los ojos puestos en el cielo. Esa gente le inspira terror al reino de las tinieblas, la gente que ha muerto al mundo, la gente que vive para Cristo. Y contra esa gente él va a lanzar sus dardos, pero Dios es más poderoso, tome coraje, tome valor.

Este pasaje es acerca de eso, de la predicación del Evangelio como un asunto de guerra. El avance de un reino de luz contra un reino de tinieblas y de muerte. Cristo dice, el diablo solo sabe matar, robar, destruir, pero yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia. La Biblia dice que Cristo vino a deshacer las obras del diablo. La Biblia dice que en la cruz Cristo destronó a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente en la cruz del calvario. Todo el Evangelio, si usted mira el Evangelio, usted ve continuamente imágenes de guerra contra las tinieblas y los poderes del diablo. No necesariamente siempre se menciona Satanás, pero él está detrás del imperio de la muerte, y la persecución.

Y en el libro de los Hechos usted va a ver siempre cuando el Evangelio está más poderoso viene el ataque del diablo inmediatamente. Recuerdan cuando Pablo y Silas, lo veremos más adelante, liberan a esa joven que está atada por un demonio de adivinación? La gente se convierte, una gran multitud quiere adorarlo porque creen que son dioses. Pablo predica un mensaje y qué pasa? Ahí mismo vienen los judíos a meterlos a la cárcel. Los meten a la cárcel, los persiguen. Ahora, gloria a Dios que su fe los lleva a adorar al Señor y viene la liberación.

Pero dondequiera usted ve continuamente, cuando Esteban lleno del Espíritu Santo predica ese maravilloso sermón, qué pasa? La gente se llena de ira y el diabla los usa para apedrear a este hombre lleno del Espíritu Santo y qué pasa? Se desata todo el infierno, una gran persecución, los cristianos son usados. Pero qué pasa? Tienen que huir pero dondequiera que van comienzan a predicar el Evangelio y se llenan todas de alrededor del Evangelio.

Porque es que, hermanos, un pueblo de Dios que vive para Cristo, miren, como dice el Apóstol Pablo, ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo futuro ni lo por venir lo alto ni lo bajo, ni ninguna otra cosa creada lo podrá separar del amor de Dios que es Cristo Jesús. Cuando usted lo ha perdido todo por Cristo y usted vive para el Reino de Dios, el diablo le puede arrojar todos los proyectiles que él quiera, y todos usted se los batea de jonrón. La persecución simplemente lo pone a usted más furioso contra el infierno, eso es todo.

Por eso es que tenemos que vivir en el Señor, para bien, para mal, para bueno, es como el matrimonio, en enfermedad o en salud, en pobreza o en riqueza, hasta que la muerte nos separe. Lo bueno es que ni la muerte nos separa de Cristo. Pero usted se casa con Cristo y sea lo que sea ya usted vive para él, usted vive para el Reino de Dios, usted es un muerto en vida en un sentido, sabe? A un muerto no le pueden quitar nada, tampoco le pueden dar nada.

Sabe que usted ni las alabanzas del mundo, ni los prestigios del mundo, ni la gloria, a usted eso lo deja igualito, pero tampoco le molesta. Perdió la casa, gloria a Dios, más se perdió cuando quemaron a Roma. El carro ya se le despedazó, bueno, no te preocupes que como vino ese vendrá otro, el Señor proveerá. Se le muere un ser querido, Dios quitó, como dijo Job.

Hermanos, tenemos que despojarnos de todo, tenemos que vivir la vida para el reino de Dios. La eternidad está por ahí a la vuelta de la esquina. Viva para Cristo. Mi meta es que Dios me saque todo el jugo que pueda antes de yo irme de aquí. Esa es mi meta, hermanos. Y eso debe ser la suya también. Lo demás entrégueselo a Dios. Los diplomas, la profesión, la mujer, lo que sea, los hijos, entrégueselo a Dios, viva para él. Y lo irónico es que más le dará Dios.

Ustedes saben quién es la gente más bendecida y más gloriosa de la tierra? Lo que lo perdieron todo por Cristo ya en su corazón. Dijeron, Señor, ya yo no vivo para mí, como dijo Pablo, ya no vivo yo, más Cristo vive en mí, y lo que vivo ahora, lo vivo para gloria del Señor. Esa es la gente que Dios usa, esa es la gente más feliz de la tierra. Esa es la gente más bendecida porque usted está viviendo para el Reino y el diablo que ruja como quiera, que menee la cola, que le crujan los dientes, mejor, que sufra por malo que es. Usted viva gozoso en el Señor y sirva a Dios, no importa qué, porque el va a tratar, él va a hacer todo lo posible por atemorizarlo, intimidarlo, avergonzarlo, pero usted manténgase firme.

El Apóstol Pablo dice que nos mantengamos firmes y habiendo pasado el día malo todavía estemos firmes. Por qué dice el Apóstol Pablo eso? Revistámonos con toda la armadura de Dios porque estamos en guerra. Y eso es lo que este Capítulo 4 en el comienzo mismo del libro de los Hecho nos enseña y es un tema que va a ver una y otra vez usted en el libro de los Hechos. Cuando el Evangelio se predica con poder, viene la asechanza del enemigo, viene la guerra también, viene la persecución.

Muchas veces va a venir a través de enfermedades, pérdida de trabajo, pérdida de una relación que amamos, situaciones de conflicto en el hogar o en el trabajo, con un hijo, que de momento comienza a causar problemas, un choque en la carretera, cuando yo estaba escuchando a Marcos, metido estaba en la alabanza y entonces alguien le choca por detrás o lo que sea. Hay muchas maneras. El diablo es un desvergonzado, hermanos, él trata de destruir nuestro amor por Dios. Ahí está esa persona recién convertida, buscando de Dios, santificándose, queriendo servir al Señor y viene esa tentación de una manera u otra queriendo apartarla, complicando su vida. Hay manera, el diablo siempre está tratando cuando el Evangelio está haciendo su obra, envía, a veces sus armas pueden ser calientes, a veces pueden ser frías, a veces usa un cañón, a veces usa un puñal, pero él siempre sabe como se las arregla para tratar de tergiversar las cosas. Estamos en guerra, mantenga sus ojos… sed sobrios y velad.

Por qué la Biblia usa tantas imágenes? No es porque estemos paranoicos. Sed sobrios y velad, por qué? Porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar. Eso lo dice la palabra. Tenemos que ser sabios y velar.

Si tu estás sirviendo al Señor, si Dios está haciendo cosas en tu vida, no dejes que el enemigo te quite el gozo. Aún en la iglesia usted va a encontrar, hermanos, el ataque del diablo, un conflicto con una hermanita, una mirada que te dieron que no te gustó, un puesto que no te dieron, que te quitaron, un reconocimiento que no te hicieron, se lo hicieron a otro que hizo menos que tu, un líder que te traicionó o no se portó como debía. Hay muchas maneras, aún en la iglesia.

Miren, quién persigue a Pedro y a Juan? No es Roma, son los judíos, son gente religiosa. El diablo se viste como un ángel de luz, dice la Biblia. Él usa cualquier disfraz, él es un maestro de los disfraces, ni la CIA es tan buena en los disfraces como el diablo, hermanos. Él se puede vestir con la ropa de un profesor de universidad, una modelo un ladrón, un asesino en serie, lo que sea, él usa cualquier disfraz, un fariseo, a él no le importa, él usa cualquier apariencia, un pastor.

Sed sobrio, velad, pídele al Señor sabiduría. Si tu estás viviendo la vida cristiana, mantente alerta porque las circunstancias pueden cambiar, pero detrás está el mismo actor de siempre. Y eso es lo que nos enseña este pasaje. Por eso es que el Evangelio siempre usa estas imágenes de guerra, de combate.

Para predicar el Evangelio con efectividad hay que armarse de esta mentalidad combativa, dispuesta a padecer persecución, a experimentar el desprecio y la oposición del mundo. Hay que saber que estamos en guerra y que el mundo no es nuestro hogar. Hay que estar dispuesto a ser un mártir, lo cual quiere decir, tanto testigo como víctima de persecución.

Sabía usted que la palabra mártir que viene del griego original mártir, así mismo, quiere decir dos cosas: testigo, pero también quiere decir víctima de persecución. Es la misma palabra. Y es muy apropiado porque cuando testificamos de Cristo también vamos a padecer persecución.

Hermanos, yo creo que lo que Dios quiere decirnos a través de este pasaje, todo el Capítulo 4, que Dios me dijo esta mañana mientras yo trataba de extraer la enseñanza para ustedes, es que la mentalidad que adoptemos como cristianos tendrá mucho que ver con nuestro éxito en hacer la voluntad de Dios en la tierra. Nuestra predisposición inicial determinará nuestras acciones en el Reino.

Es decir, Dios quiere que tu te armes desde ahora de una mentalidad guerrera, una mentalidad de despojarte de todo y vivir solamente para Cristo, una mentalidad de Señor, todo lo que tengo es tuyo. El mundo no es mi hogar. Estoy en el mundo pero no soy del mundo. Mi vida te pertenece a ti, para muerte o para vida, yo soy tuyo. Yo voy a predicar tu palabra a tiempo o destiempo. No me importa que me boten del trabajo o lo que sea, pero yo voy a predicar la verdad, yo voy a vivir tu verdad. Entiende?

Ahora, si va a predicar predique en tiempo, no esté cogiendo un sueldo y predicando también. No, trabaje y haga sus 8 horas y cuando usted pueda predique el Evangelio. Pero en todo contexto predique la palabra de Dios y nunca tenga temor de decir lo que usted cree.

Esa mentalidad guerrera, hermanos, lo que yo digo es que tenemos que dejar a un lado la mentalidad religiosa convencional, entiende? La mentalidad de evangélico barato, hermanos, usted es un guerrero, una guerrera del Reino de Dios. Pídale a Dios que nos selle.

Eso es lo que tratamos con estos jovencitos aquí, es lo Dios tiene que hacer esa obra de renovación en sus vidas para cambiarle la mentalidad, sorberles la mentalidad esa de que ama el mundo. El diablo los ha hipnotizado y el diablo ha inventado una cantidad de juguetes y sistemas más poderosos que nunca para matarle la creatividad a esa juventud, para adormecerlos con el sexo, con la promiscuidad, la tecnología, son una tribu armada todos entre ellos, facebook, ha creado una familia más poderosa que la familia de la fe. La familia que esos jóvenes tienen en facebook es más fuerte que su propia familia en la casa. Usted sabe eso?

Sabe que esos jóvenes se están lavando los dientes y mandan un text, me estoy lavando los dientes, y lo escuchan todos sus amigos. Se están comiendo un perro caliente con mostaza, estoy comiendo un perro, la marca Nathan, estoy comiendo un perro caliente ahora mismo, está riquísimo, un hot dog, que bueno. Y todo, están en la clase, la maestra y haciendo texting, enviado a facebook or a twitter o lo que sea. Es increíble. El enemigo los ha ido amarrando y necesitan romper ese hechizo y adquirir una mentalidad del reino. Por eso es que hay enseñarles a pensar como hombres y mujeres de Dios, en nuestras casas, en nuestros hogares, nuestros hijos, hermanos, metámosle, embutámosle una mentalidad del reino para que puedan entrar en lo que Dios quiere para su vida. Y nosotros adoptemos también esa mentalidad guerrera.

Mi deseo, como les he dicho, de predicar acerca del libro de los Hechos es para inducir en nosotros esa mentalidad sobrenatural. Porque ahí es donde está la clave. Ahí es donde uno comienza a crecer y a hacer grandes cosas y a recibir de parte de Dios grandes bendiciones.

La mentalidad del cristiano tiene que ser aguerrida, quiere decir, eso de guerrero, agresiva, consciente de estar en guerra con el mundo, la carne y el diablo. Si se trata de una mentalidad de acomodamiento e integración al mundo y a la cultura, no habrá efectividad y poder espiritual. Conforme a su mente así será su efectividad, conforme a su disposición, así será los provechos que usted le saque al Reino de Dios. Dios obrará a través de un corazón guerrero y un corazón entregado completamente a los intereses del Reino de Dios. Eso es en gran parte el problema con la iglesia moderna en Occidente, en estos países de América, Europa, por eso la iglesia está tan impotente.

La iglesia moderna en muchas partes del mundo ha perdido esa mentalidad de separación, de oposición, de guerra, agresividad, dispuesta a guerrear y a padecer por Cristo. El Señor te está diciendo hoy, hijos de Dios aquí en León de Judá, te está diciendo, si tu me quieres servir, tienes que estar dispuesto a padecer por mí. Si tu quieres ser efectivo en mi reino y si tu quieres que yo te bendiga como yo quiero bendecirte, y tu quieres que yo te cubra de los ataques del diablo, aunque va a atacarte, pero yo te cubriré siempre, estate preparado para estar en guerra con el mundo y adopta una mentalidad guerrera, una mentalidad de separación del mundo. Ama el mundo, sirve al mundo pero no te apegues a él ni pongas tu lealtad en el mundo.

Tu tienes que estar dispuesto a morir por la humanidad pero no dejes la humanidad te controle a ti, no dejes que la humanidad determine tus valores, no dejes que la humanidad te ponga a vivir como ella quiere. No, no, tu eres el líder, tu le dices a la humanidad cómo vivir en el Reino de Dios. Porque Cristo dice, si tu vives una vida cristiana como yo la quiero, el mundo te va a perseguir, no te va a amar.

Qué dice Segunda de Timoteo, Capítulo 3, versículo 12? Búsquelo conmigo, dice:

“…y también todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución…”

Te aseguro una cosa, el mundo nunca te va a amar si tu representas los intereses del Reino de Dios, porque el mundo dice el Señor Jesucristo, no quiere que le señalen sus malas obras. Y si tu vives como Cristo quiere que tu vivas, tu vida va a ser una señal de lo que es el Reino de Dios. Y los que no quieren conformarse a ese reino, se van a oponer a ti. Así que la iglesia tiene que abandonar esa idea de que el mundo nos va a amar, tenemos que ganarnos al mundo. No, usted se gana al mundo predicando el Evangelio y viviendo un Evangelio auténtico. No entregando sus armas para que el mundo lo quiera. El mundo no lo va a amar a usted si usted vive como Cristo vivió. La vida cristiana es una vida de guerra y de oposición al mundo, aunque amamos, de nuevo, yo no estoy diciendo que anden por ahí con una cara de aburrido, de una persona que odia y detesta la vida, siempre serio, siempre aguándole la fiesta a la gente, hablando todo el tiempo solamente de las cosas espirituales. No, Dios quiere que usted sea una persona normal, se ría, que disfrute de la vida pero con una misión clara, como Cristo Jesús.

El Señor Jesucristo iba a una fiesta, iba a una cena pero usted lo ve siempre haciendo el trabajo del Padre, dondequiera que estaba. Y así tenemos que ser nosotros. Gente convencida y clara en lo que tenemos que hacer.

Ahora, mire aquí, quién encabeza la oposición? Dice los saduceos, con el jefe de la guardia del templo, los sacerdotes. Por qué? Porque predicaban la resurrección de los muertos en Cristo Jesús. Ellos negaban, los saduceos era una secta muy liberal, racional, muy entregada a la cultura griega, una cultura muy filosófica, muy racionalista, y por eso negaban la resurrección. Hoy en día, hay toda un ala del cristianismo que niega los milagros, niega los demonios, niega la vida sobrenatural porque se han metido un Evangelio racional y cuando nosotros le predicamos un Evangelio real, un Evangelio de milagros, de prodigios, de santidad, de entrega al Señor, no les gusta.

Entonces, note eso, los que persiguen son esa gente que no quieren que se predique un Evangelio lleno de vida, un Evangelio que libere a la gente de sus ataduras espirituales. Toda la casta directiva de Israel se abalanza contra los discípulos porque sienten que sus intereses están siendo amenazados, y así pasará siempre. Si tu quiere vivir una vida como Dios la manda, a veces hasta tu familia se va a abalanzar contra ti para tratar de apartarte de ese fuego para con el Señor, no se lo permitas.

Vamos un poquito más adelante. Noten la pregunta, más adelante cuando los arrestan, los llevan a la cárcel y los cuestionan, miren la pregunta que le hace los saduceos a Pedro y a Juan:

“… y poniéndoles en medio, versículo 7, les preguntaron, ‘con qué potestad o en qué nombre habéis hecho vosotros esto?’…”

Usted ve algo aquí interesante, esta gente religiosa sabe acerca de lo que es verdaderamente importante en la vida espiritual. Le preguntan qué poder, qué autoridad, con qué nombre ustedes han hecho esto, quién les dio derecho a hacer esto, por qué se sienten ustedes con el derecho de predicar el Evangelio?

Hermanos, porque ellos entienden que las cosas espirituales, las cosas religiosas tienen que manejarse en términos de poder y de autoridad. Hermanos, nosotros tenemos que entender, somos un pueblo que se mueve con combustible espiritual, con poder. El Apóstol Pablo dice, no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.

Dice en otra parte, el Evangelio no consiste en palabras sino en poder de Dios. Nosotros tenemos entender que necesitamos pegarnos a ese poder. Ahora, de dónde viene ese poder, cómo le contesta Pedro a los saduceos. Dice:

“…el Dios de Abraham, en versículo 13, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su hijo Jesús a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilatos, cuando éste había resuelto ponerle en libertad...”

Versículo 16: “… Y por la fe en su nombre a este que vosotros veis y conocéis le ha confirmado su nombre y la fe que es por él ha dado a éste hombre esta completa sanidad en presencia de todos vosotros….”

Pedro pone la mirada de nuevo sobre Jesús. Dice, okay, ustedes quieren saber en nombre de quién, con qué poder nosotros lo hemos hecho? Lo hemos hecho en el nombre y con el poder de Jesús de Nazaret.

Hermanos, la iglesia tiene que cultivar ese apego a Jesucristo y tiene que cultivar esa entrega total a Jesús. Cristo dice, permaneced en mí y yo en vosotros y llevaréis mucho fruto. La iglesia tiene que cultivar ese nombre, ese apetito de poder. Por eso es que nosotros venimos a la casa de Dios y buscamos en nuestro tiempo de adoración, lo que estamos buscando, como enchufar la batería, o mejor enchufar la computadora o el teléfono espiritual a esa batería que nos va a dar poder, nos va a llenar de la fuerza del espíritu.

La vida te va a absorber energía, la vida te va a quitar efectividad, el roce de los problemas y las luchas. Tu tienes que estar continuamente buscando poder, buscando la unción de Dios, buscando la llenura del Espíritu Santo.

Nosotros tenemos que conjugar la vida cristiana en términos de poder y pedirle al Señor siempre, Padre, enséñame cómo acumular poder para yo poder hacer las obras que tengo que hacer.

Es decir, anoche por ejemplo, ayer tarde, larga la historia pero de todas maneras, llegó como las 5 o las 6 de la tarde y yo lo que sentí deseos, mire, ¿Saben qué? Voy a ver un programita de televisión para ver si me distraigo un poco. Pero algo me dijo en mi espíritu, ¿Sabes qué? En vez de hacer eso, ayuna de eso y dedícame este tiempo a mí, y búscame a mí. Mañana tu tienes que estar predicando la palabra. Yo he aprendido algo, que aunque no hubiera sido nada de malo, yo hubiera visto un programa inofensivo, hubiera estado un tiempecito para distraerme. Uno necesita eso también. Pero yo sentí del Señor, ¿Sabes qué? Mejor voy a ayunar de esa comida de entretenimiento y le voy a dedicar ese tiempo al Señor para que mañana la unción de Dios se manifieste más poderosamente en el servicio. Yo soy la autoridad espiritual de esta iglesia, hay otras autoridades, pero yo soy el pastor principal. Y Dios obra a través de esas cosas de poder y autoridad.

Cuando los líderes de la iglesia están buscando el poder de Dios y conjugan las cosas en términos de poder, Dios puede moverse. Hoy ha sido un día glorioso, dos servicios maravillosos, hermanos, Dios se ha movida. No es que solamente se deba a esto, no? porque ha habido una adoración preciosa, pero todo eso tiene que estar unido. Si los adoradores el sábado en la noche se están preparando, o se levantan temprano en la mañana del domingo para buscar la unción de Dios, el que va a dirigir, los ujieres están ahí en sus casas, Señor, llénanos de tu santo espíritu, la iglesia está orando, Padre, unge a los pastores que van a predicar, unge a los que van a adorar, están en la mañana, en vez de estar ahí arropados y con las sábanas, están orando y haciendo guerra espiritual, hermanos, cuando viene aquí es una explosión del poder de Dios, el poder de Dios se manifiesta. El padre, la madre que están teniendo problemas en el hogar, hay dificultad en el hogar, los hijos están fuera del Evangelio, hermano, guerrea en el espíritu, llénate del poder de Dios, llénate de la autoridad de Dios, ayuna un poco más, lee más la palabra, pídele a alguien que ore contigo, busca el poder, porque tu eres un consumidor de poder, estás en guerra. El diablo te va preguntar, qué poder tu tienes? Me estás pidiendo a tu hijo, qué poder, en qué nombre tu lo estás pidiendo? Y tu tienes que saber exactamente a nombre de quién tu vas a guerrear. Con qué poder tu estás viviendo?

Por eso es que estos hombres no saben lo que están preguntando, pero están inspirados en un sentido casi por el Espíritu Santo. En qué nombre están ustedes haciendo esto, con qué autoridad, con qué poder? Gracias a Dios que Pedro y Juan conocían ese poder, dicen, en el nombre de Jesús de Nazaret.

Los músicos que pasen por acá, por favor. Ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha levantado de entre los muertos y le ha dado autoridad y poder. Usted quiere saber en qué poder? En el poder de él. Ese poder que Pedro le dijo al paralítico, no tengo plata ni oro, pero de lo que tengo te doy, en el nombre de Jesús levántate y anda. Ese poder, hermano, hermana, joven, anciano, esposa, ama de casa, trabajador, padre, cabeza de un hogar, ujier, siervo de Dios, persona que dirigen una célula, trabajador, profesional, maestra, tu quieres arrebatarle almas al diablo? Quieres vivir una vida de poder? Busca poder en Cristo Jesús, llénate, vive una vida.

Hermanos, hay que pagar el precio, hay que pagar el precio. Tu quieres ser efectivo para Dios? Tu quieres cubrir a tu familia con tu autoridad, invierte en el reino. Usa tu tiempo. El tiempo es corto, usa tu tiempo adecuadamente, úsalo para llenarte de poder. Oh, aprende a disfrutar de los manjares del Reino de Dios. Pon a un lado, a veces la comida del mundo y di ¿Sabe qué? Me voy a contentar con este manjar delicado del Reino de Dios.

¿Saben qué? En vez de esa película apetitosa e interesante, ¿Saben qué? Voy a decir, tiempo de ofrecerle esto al Señor, Padre, estas dos horas las voy a emplear leyendo un buen libro, escuchando un mensaje o simplemente estar en silencio, darte la gloria a ti. Uf, tengo sueño, queiro dormir. ¿Sabe qué, Padre? En la iglesia hay un servicio, estas dos horas te las voy a dedicar a ti, voy a ir allí para llenarme de poder. Voy a adorarte.

Usted entiende? Hay que vivir al rojo vivo. Para ser un instrumento de Dios hay que pagar un precio, hay que acumular poder. Si usted quiere ser usado, porque usted está en guerra, usted es un guerrero, usted está bajo opresión, el enemigo tiene su nombre y tiene su número y él quiere hacer estragos en su vida, así usted tiene que vivir como un soldado. La espada no puede estar muy lejos de su mano, nunca. La palabra de Dios no puede estar muy lejos de su mente. Usted tiene que estar continuamente renovando las fuerzas porque eso es lo que usted es, su identidad es guerrero. Su identidad es miembro del Reino de Dios que avanza, con fuerza y con vigor y rompe y va a recibir ataques del diablo, y yo soy, parte de ese reino poderoso.

Me explico? Pueblo de Dios, Dios te llama en esta tarde, asume una mentalidad correcta. Quítate la mentalidad de civil y asume la mentalidad de guerrero del reino. Ese cristiano que se rompe por cualquier cosita que le hacen 20 mil pedazos, como es que dicen por ahí? Como un vidrio de Belén. Lo miran y de una vez de deprime, se pone molesto, se ofende, se va de la iglesia, le pone mala cara a los pastores, deja de servir al Señor. Quítate ese vestido, ponte el vestido de una guerrera, un guerrero fuerte, un guerrero que las cosas le resbalan.

Esa persona que tiene un dolorcito de cabeza y por eso no va a ir a la iglesia. Vente a la iglesia con dolor de cabeza y todo, Dios te bendecirá, se te irá el dolor de cabeza cuando estés en la casa del Señor. Esa persona que está triste y deprimida y no siente deseos de alabar al Señor, dile a tus emociones, contrólense y sujétense al espíritu, yo voy a adorar al Señor, te guste o no te guste. Ese esposo, esa esposa que está teniendo problemas en el hogar y dice, por eso no voy a servir al Señor, porque ya se ofendió con Dios porque no le dio la respuesta inmediatamente. Mira, hay que pelear, hay que guerrear, hay que batallar, hay que doblar rodillas, hay que ayunar para conseguir las batallas de la vida y ganar victoria. Lo que tu necesitas te va a costar. Dios no te lo va a dar inmediatamente. Muchas veces quiere que desarrolles mollero espirituales, así que ora más, ayuna más, persiste hasta que Dios te de la victoria, lo que tu estás pidiéndole, pero mantente porque tu eres un guerrero.

La persona que se siente aburrida porque ya es lo mismo, todos los domingos, es lo mismo, ya yo llevo haciendo eso 10 años, me voy a tomar unas vacaciones. No, sigue. Tu eres un soldado, el soldado se disciplina, el soldado marcha aunque no sienta deseos de marchar. El soldado es un soldado 24 horas al día, se sienta contento o no, tu sirves al Señor, tengas ganas o no, tu sirves al Señor, esté aburrido o no tu sirves al Señor. Tengas o no tengas tu le das al Señor. Somos guerreros. Esa es la mentalidad que tu tienes que adoptar. Mentalidad de poder, mentalidad de disciplina, mentalidad de entrega porque estás en guerra. Hay un enemigo que quiere cortarte la cabeza y Dios te ha llamado a ser victorioso. Dios te ha llamado a batearle al diablo de jonrón todo lo que él te tira. Y necesitas el poder de Dios, en qué nombre, en qué autoridad tu estás sirviendo? Estás sirviendo en la autoridad de León de Judá, olvídese. Que si está sirviendo en eso, ahí no hay poder. Roberto Mirando, menos todavía, imagínese. Cristo Jesús, Cristo Jesús, Cristo resucitado, el Espíritu Santo, el poder de Dios. Eso, ahí está el poder. Estamos en guerra, por eso necesitamos poder y la mentalidad del soldado.

Ponte de pie un momento y recibe la unción de Dios, recibe el llamado de Dios en tu vida. Iglesia de Dios, ponte las pilas, iglesia de Dios, ponte el casco del guerrero, iglesia de Dios, ponte las botas del guerrero, ponte toda la armadura de Dios porque es tiempo de batalla, tiempo de arrebatarle al diablo las almas, es tiempo de avanzar el Reino de Dios, es tiempo de lograr cosas para Dios, es tiempo de unificar a tu familia, es tiempo de que tu hogar sea un templo donde more el Espíritu Santo con toda comodidad. Es tiempo de que tu trabajo sea la viña en la cual tu trabajes y traigas vida a Cristo, es tiempo de que la iglesia sea el lugar donde los guerreros se adiestran para la batalla y reciben la palabra que los hace diestros para servir al Señor y hacer grandes proezas para el Reino de Dios. Es tiempo que la iglesia cambie su mentalidad porque son tiempos de guerra, y tiempos de cosecha, y hay que acumular el poder, hay que acumular autoridad, hay que saber que nos movemos en el nombre de Jesús.

Y cuando nos digan en qué nombre tu sirves? Yo sirve en el nombre de Jesús de Nazaret, el Cristo resucitado. ¡Aleluya! Ese Cristo que yo conozco, hemos visto su resurrección. Lo hemos visto, oímos su palabra, yo lo conozco, él ha hecho cosas en mi vida, y ha hecho proezas a través de mí. En qué nombre yo sirvo? En el nombre de Jesús. Bajo qué autoridad? Bajo la autoridad de Cristo.

Iglesia llénate del llamado de Dios. No dejes que se escape lo que tu has recibido hoy. Cuando tu salgas de aquí atesora lo que te han dado, por favor, la mentalidad del guerrero, métela ahí adentro en tu mente, séllala. No permitas que nadie te quite eso. Cultívala cada día, más, más, porque Dios quiere hacer cosas grandes. Son tiempos de cosecha, son tiempos de hazañas, son tiempos de celebración, son tiempos de hacer cosas que serán leyendas en el futuro. Prepárate, pueblo de Dios, paga el precio, paga el precio. Hay mucho que morir, mucho que morir, mucho que matar, mucho que dar, mucho que entregarle al Señor. Hay que morir mucho, hay que ser como el grano de trigo que si no cae a tierra y muere, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto. Te está llamando a morir para vivir. Está llamando a dar para que pueda dar más, a perder para tener y recibir.

Llénate del poder de Dios. Vacíate de todo lo que no sea de Dios para que Dios pueda echar su aceite en ti. Él no va a llenar una vasija llena, va a llenar una vasija vacía con su unción y su poder. Así que, pueblo, recibe el llamado de Dios en tu vida. Padre, levanta tu manos ahora, levanta tus manos y recibe esta palabra es palabra de Dios, es palabra que ha salido del corazón de Dios para ti, pueblo. Y la palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es poder, es unción.

Yo no estoy comunicando información, estoy comunicando energía, estoy comunicando autoridad, estoy comunicando el Reino de Dios a través de las palabras. Es palabra profética apostólica la que yo te doy, pueblo. Recibe en el nombre de Jesús un corazón guerrero, recibe una mente guerrera, recibe una mentalidad sobrenatural, pueblo de Dios, abre tu corazón, abre tu mente.

Padre, abre las puertas grande en la mente de tus hijos ahora mismo para que entre el Reino de Dios en sus corazones. En el nombre de Jesús, créate una iglesia a tu medida, Padre, créate una iglesia que te honre, Señor. Créate una iglesia que traiga agrado a ti, Padre, a tu corazón. Comienza conmigo, Señor, quítanos todo lo barato, lo vil, lo terrestre, Señor, y pon el traje de un sacerdote guerrero, Padre, de príncipes y princesas que caminen con toda la autoridad de tu reino, en el nombre de Jesús, Señor, créate una iglesia nueva y alcanza los que estuvieron esta mañana, los que no vinieron también y llénalos con el mismo poder, Padre, la misma autoridad, en el nombre de Jesús.

Nos ponemos la armadura de Dios, el soldado, el uniforme del soldado, nos lo ponemos en el nombre de Jesús, la guerrera, la princesa con la espada en la mano, en nombre de Cristo. Declaro un corazón aguerrido, declaro una mente de guerrero, una mente agresiva, una mente conquistadora, en el nombre, cámbianos Padre, cambia esta iglesia, Señor, cambia a tu pueblo, Padre, cambia nuestras prioridades, Señor. Oh, perdónanos, Padre, porque amamos demasiado este mundo. Cámbianos, Señor, y danos una mente nueva, una mente renovada, Padre.

Morimos, morimos, morimos, morimos, nos despojamos de todo lo que no sea tuyo, Padre, todo lo que compita con la lealtad exclusiva a Cristo Jesús, a su reino y sus intereses, la eternidad. Vivo para la eternidad, soy de la eternidad, me muevo en la eternidad. Peleo y guerreo para la eternidad. Cristo es mi general, Cristo es mi cabeza, y lo que vivo lo vivo en el nombre de Jesús, en la obra, en la vida de Jesús.

Oh, Señor no nos dejes caer de la altura de este mensaje, sino llévanos cada vez más y `más, más alto, más consagrado, más entregados, Señor, más santificados. Gracias, Señor, te lo entregamos todo, te lo entregamos todo, Señor, te lo entregamos todo, todo, todo, Padre. Poséelo todo, llena nuestros hogares, llena nuestras finanzas, llena cada miembro de nuestro cuerpo, Señor, apodérate Señor de todo y haznos instrumentos en tus manos para gloria de tu nombre, Señor, queremos ser mártires, queremos ser mártires, queremos ser testigos y queremos ser también, si tenemos que morir por Cristo, amén, lo haremos, Señor, pero sabemos que tu nos darás la victoria en todo. Avergonzaremos al diablo y lo derrotaremos una y otra vez, porque nos movemos en el poder y la autoridad del nombre de Jesús.

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Despertar

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Hermanos, vayan conmigo al libro de Hageo, Capítulo 1. Está en el Antiguo Testamento llegando casi al final, después de Sofonías y antes de Zacarías. Está ahí entre medio de esos dos, entre Sofonías y Zacarías. Hageo, Capítulo 1. Voy a leer algunos versos de aquí, este es bien interesante porque este pasaje me llegó hoy después de una conversación que tuve con una persona, después que hablé con esta persona, yo sentí en corazón irme a orar un rato, y yo estaba diciendo, Señor, yo necesito que tu me hables, basado en esa conversación, para mí fue una conversación tan reveladora, que yo dije, Señor, yo necesito que tu hables a mi espíritu, que confirmes algo. No tan solamente para mi vida personal, sino también para lo que tu estás haciendo en nosotros como iglesia. Para mí se ha convertido en una carga, pero una buena carga. El poder estar tan y tan en sintonía con el espíritu de Dios, particularmente los miércoles, mis hermanos, porque yo lo creo en mi corazón, que hay algo que Dios va a hacer con estos servicios de mitad de semana. Yo lo creo y lo confieso que aquí se van a dar unas visitaciones sobrenaturales. Yo sé que nosotros vamos a estar escuchando testimonios de personas que van a ser transformadas por el poder de Dios, que ya lo han sido, pero que también va a seguir sucediendo, que usted va a llegar aquí un miércoles por la noche, y se va a quedar, guau, espérate, hoy es miércoles, hoy es domingo, qué es esto? Un nuevo día en la semana o algo así.

Y mi carga se ha convertido en eso, mi carga se ha convertido en el sentido de poder orar intensamente pidiéndole al Señor esa visitación, mis hermanos. Por favor, en ningún momento hago este disclaimer, en ningún momento que Dios le libre, pensar que los miércoles por la noche es el show del pastor Omar, o el servicio del pastor Omar, Dios le libre de decir eso. Es más, que el Señor reprenda un pensamiento como ese. Porque esto no tiene nada que ver con el pastor Omar, yo sé que yo soy un recurso, yo me he puesto a la disposición de Dios, así como todos nosotros nos ponemos a la disposición de Dios. Pero esto es un servicio de la iglesia y es un momento donde nos encontramos con Dios, es un momento donde venimos, lo apartamos, lo tenemos ahí consagrado a él para llenarnos, para afirmarnos, para poder seguir adelante con los diarios vivir, y miren, para exponernos a la palabra de Dios que tiene tanto que ofrecer a nuestras vidas.

Este es cargando las pilas en el medio de la semana. Dale manigueta ahí. Hageo, comenzando en el verso 2, dice:

“… Así ha hablado Jehová de los Ejércitos diciendo: ‘Este pueblo dice… - y de hecho les dejo saber, esta palabra puede sonar un poco fuerte pero es importante, así que tengan eso en mente - … ‘este pueblo dice: no ha llegado aún el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada’…. - Miren por donde empieza esto -….Entonces vino la palabra de Jehová por medio del profeta Hageo diciendo: “Acaso es para ustedes tiempo de habitar en sus casas artesonadas, más sin embargo esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los Ejércitos… -marquen esta frase- … ‘Meditad sobre vuestros caminos’…”

Mediten sobre sus caminos, mediten sobre sus andares, mediten sobre su conducta, mediten sobre su pensamiento, mediten sobre su forma de proceder, su forma de hablar, su forma de conectarse con Dios, su forma de ver la vida, mediten sobre su forma de si vemos el vaso mitad lleno o mitad vacío. Mediten sobre sus caminos. Miren cómo dice el verso 6:

“… ustedes siembran mucho y recogen poco, comen y no se sacian, beben y no quedan satisfechos, se visten y no se calientan y el que trabaja a salario, recibe su salario como en un saco roto. Así les ha dicho Jehová de los Ejércitos… -qué dice?- … meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte y traed madera y reedificad la casa y pondré en ella mi voluntad y seré glorificado, ha dicho Jehová. Ustedes buscan mucho y hallar poco y se encierran en casa y ¿Saben qué? Yo lo disiparé de un soplo, por qué? Dice Jehová de los Ejércitos, porque mi casa está desierta y cada uno de ustedes corre a su propia casa…”

Brinquen al verso 12, dice:

“-…Y oyó Zorozábel … -que en aquel entonces estaba dirigiendo, gobernando Judá- … hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josadac que era el sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová, su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová, Dios, y temió el pueblo delante de Jehová. Pero entonces Hageo enviado por Dios, habló por mandato al pueblo diciendo: ‘Yo estoy con ustedes, dice Jehová’…”

Una afirmación muy importante en medio de todo esto: ‘Yo estoy con ustedes’. Y el verso 14, aquí es donde está el punch line, que les quiero traer:

“… Y despertó Jehová, el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá y el espíritu de Josué, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los Ejércitos, su Dios. Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos…”

Diga conmigo: Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos. Ahora dígaselo a la persona al lado suyo. Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos. Dígaselo usted mismo: y despertó Dios el espíritu de mí persona.

Mire, yo creo que yo voy a coger este libro de Hageo y lo voy a repasar con ustedes los miércoles, porque aquí hay mucha tela que cortar, sin duda alguna. Pero hay algo que yo quiero hacer. Yo quiero poner un contexto para que todos podamos ir entendiendo por dónde va esta línea de estas palabras que está diciendo el Señor.

Déjeme darle un poquito de historia. Cuántos les gusta la historia? Les gusta la historia sí? Seguro, no mienta. Cuántos de ustedes estudiaban historia cuando estaban en el high school? Sí, pero lo hacían a regañadientes, ¿verdad? Lo hacían con la muelas de atrás. Ustedes eran los que se sentaban ahí a leer historia por las noches. Guau, que interesante!

Déjeme darle un poquito de historia. Este pasaje, mis hermanos, viene en el tiempo cuando el pueblo de Israel estaba regresando a Jerusalén después de sus 70 años en el exilio en Babilonia. Durante el exilio en Babilonia, quiénes fueron los profetas que hablaron al pueblo? Fueron Isaías, Jeremías y Ezequiel estaba como que en esa transición, al final del exilio, y entrando otra vez al tiempo que el pueblo volvía a Israel. Esos fueron los profetas más importantes durante el tiempo de exilio.

Pero una vez que estaban regresando, ahí fue donde Dios tuvo que levantar otros profetas para animar y dirigir al pueblo concerniente a lo que tenían que hacer una vez más y estuvieran en Judá.

Ahora, digo intencionalmente que los tenía que animar, por qué? Si yo preguntase, por qué el pueblo de Dios estaba desanimado con el mero hecho de que habían regresado a su casa, había regresado a su tierra prometida, habían regresado al lugar donde Dios los estableció y los afirmó? Por qué ese pueblo estaba, como quien dice, con su ánimo por el piso?

Vamos a explorar algunas cosas. Por un lado, mis hermanos, yo quiero que consideremos esto. Por un lado, después de 70 años en el exilio, yo me imagino que gran parte de este pueblo se había, como que acomodado al exilio. Como que hicieron de Babilonia su casa. Imagínate, uno aquí en Estados Unidos, después de 3, 5 años ya es como que… ya perdí mis esperanzas de regresar a mi país, pues me voy a quedar aquí, voy a hacer de Estados Unidos mi exilio, mi Babilonia, mi casa. Yo no sé cuántos de ustedes se sienten así, pero yo lo siento así. Aquí está mi casa ahora. Hay veces me siento como que estoy en dos bases todavía, pero no. estoy aquí.

Una segunda razón puede ser que tal vez algunas de las personas que estaban en el exilio, sus negocios les iban muy bien. Estaban ganando sus buenos chavitos, su buen dinero y regresar a Israel significaba tener que dejar todo ese esfuerzo, todas esas ganancias y tener que enfrentar una vez más los retos y los riesgos de tener que entrar a una ciudad que estaba abandonada y destruida. So, ahí había un sacrificio muy grande que tal vez no muchos estaban dispuestos a hacer. Aunque era palabra de Dios, que les llegó, pero tal vez no muchos estaban dispuestos a hacer eso.

Una tercera opción que tal vez les puedo dar, es que muchos de ellos, ¿Saben qué? Tal vez estaban bien enfocados en la palabra del profeta Jeremías. Si usted se recuerda en Jeremías, Capítulo 29, es una palabra que nosotros leemos mucho. Jeremías 29, miren cómo Dios le habló al pueblo de Israel en el exilio, durante el exilio a través de Jeremías y les dijo:

“… Así ha dicho Jehová de los Ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia… - mira cómo les dice - … edificad casas y habitadlas, plantad huertos y comed del fruto de ellos, casaos y engendrad hijos e hijas, dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas para que tengan hijos e hijas y multiplicaos allí y no se disminuyan, y procurad la paz de la ciudad a la cual los hice transportar y rogad a Dios por ella, porque en su paz tendrán ustedes paz…”

Quién sabe si algunas de esas personas recibieron esa palabra y estaban tan y tan afincados a esa palabra que pensaban, como que volver a Judá, no, pero si Dios nos dijo que nos quedáramos aquí, que hiciéramos casas, que nos casemos, que hiciéramos negocios, que nos fructifiquemos, y todo eso, esa fue la palabra de Dios, así que nos estamos afincando a esa palabra.

Y mire, ¿Saben qué? Puede ser que tengan razón. Pero eso era lo que Dios quería? No necesariamente. Y miren, una cuarta opción, yo creo que uno de los problemas más grandes que tenían en ese retorno a Judá era tener que enfrentar a los samaritanos y otros grupos étnicos que se apoderaron de sus tierras mientras ellos estaban en el exilio.

En otras palabras, tenían que volver a confrontar los enemigos que una vez pelearon contra ellos, cuando estaban en el proceso de conquistar la Tierra Prometida, me siguen por donde voy? Al menos ahí yo creo que había 4 razones que para muchos de ellos tenían que ser bien obvias, de por qué se sentían un poco como que, ay, volver a todo esto otra vez.

Así que si yo lo resumo sería por un lado, había una actitud de comodidad con la actualidad y conformarse con lo que tenían en el exilio. Comodidad y conformismo. Por otro lado, yo creo que también había un sentido de insensibilidad a responder al deseo del corazón de Dios. Y el deseo del corazón de Dios era volver a su pueblo al lugar donde él primero los plantó, los engendró. Una tercera es enfocarse en una palabra profética, como que no, esta fue la palabra de Dios y guau, se le mete entre ceja y ceja y no hay quién lo saque de ahí. Cuando tal vez esa palabra, mis hermanos, estaba intencionada a tener una efectividad por un período de tiempo específico y determinado.

Es más, cuando leemos esas palabras de Jeremías, nosotros podemos deducir que esa era la intención de esa palabra, que la intención de esa palabra cuando Dios dice, mira, cásense, hagan casa, hagan negocio, lo que Dios estaba diciendo era, yo necesito que mi pueblo se multiplique para que pueda permanecer. Mi pueblo en el exilio estaba, como quien dice, disminuyendo, se estaba muriendo las generaciones y si los judíos se hubiesen quedado entre los judíos nada más y no se hubiesen mezclado con otros, sus oportunidades de supervivencia hubiesen sido mínimas.

Entonces por algo Dios entonces está diciendo, hey, conéctense, cásense, vayan, hagan vivir, o sea multiplíquense porque una vez más el deseo de mi corazón es que ustedes puedan volver al lugar de donde yo los saqué, porque ahí es donde yo los quiero. Ok, pastor Omar, cómo se conecta todo esto a nosotros?

Esa es la pregunta que yo siempre me hago, créame cuando estoy viendo la palabra. Cuál es la relevancia que esto tiene a nuestras vidas? Yo entiendo que Dios está en un proceso de despertar a su pueblo. Dios desea despertarte. Dios quiere despertar tu espíritu. Dios quiere despertar tu corazón.

Y a qué me refiero con la palabra despertar? En la intención de esa palabra aquí en este texto, quiere insinuar el sentido de levantar, de excitar, de incitar, de provocar, de abrirle los ojos a alguien. Ese es el propósito de esa palabra ahí en el contexto de Hageo. Hay muchas referencias, varias referencias que puede hacer sentido, por ejemplo, déjeme decirle esto: en Isaías, para que vean que no me estoy inventando esto. Isaías, Capítulo 50, miren cómo él dice en el verso 4, dice:

“…Jehová el Señor, me dio lengua de sabios para saber hablar palabras al cansado, despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios…”

Mira eso, el mismo Isaías está diciendo, Señor, tu eres el que me despierta para que yo preste atención a lo que tu me quieres dejar saber. Un poquito más adelante en Isaías 52, verso 1, qué es lo que dice?

“… despierta, despierta, vístete de poder, oh Sión, viste tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa porque nunca más vendrá a ti incircunciso o inmundo…”

Una vez más Dios está incitando el espíritu de su pueblo. Despierta, wake up! Otra referencia que también yo puedo marcar aquí está en el Capítulo 60, de Isaías, cuando dice:

“… Levántate y resplandece porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti…”

Ese sentido de levantarse significa eso, hey, despierta, wake up, smell the rose. Digo, en este caso sería smell the presence of God. Huele la presencia de Dios de cómo se está moviendo en tu vida. Saben por qué ese llamado de despertar a la gente? Dios tenía mucho cuidado con sus hijos e hijas, porque es que él sabía que una vez que sus hijos volvieran a su casa, se iban a encontrar con todo este meollo de cosas, que él sabía que se iban a desanimar. A lo largo de toda la Escritura en varias ocasiones, Dios siempre está animando sus escogidos, llamándolos a esforzarse, llamándolos a cobrar ánimo, llamándolos a ver las cosas como él las ve y no como ellos las ven.

Josué se lo dijo, esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que tu vayas. A Gedeón, qué fue lo que le dijo? Gedeón estaba ahí escondidito como un ratón, diciendo, quién soy yo para poder hacer algo como eso? Más sin embargo él le dice, hombre, varón, valiente esforzado, así te dice Jehová. No te veas con los ojos tuyos, despiértate. No es la realidad que tu estás viendo, es la realidad que está viendo Dios.

Y ¿Saben qué? Mis hermanos, nosotros tenemos que abrir nuestros ojos, nosotros tenemos abrir, despertar nuestro corazón para poder ver y discernir lo que Dios anhela y desea hacer en medio de nuestras vidas hoy más que nunca. Se han estado danto cuenta que yo estoy repitiendo esa frase mucho en estos últimos días? Hoy más que nunca el Señor quiere despertar nuestro corazón. El Señor quiere despertar a su pueblo, porque hay algo que él quiere revelar.

Y ¿Saben qué? Mis hermanos, yo le digo amén a esta palabra. Porque fácilmente cada uno de nosotros, si yo me pusiera a enumerar las distintas circunstancias que nosotros vivimos día tras día, esas circunstancias fácilmente nos pueden cegar nuestro entendimiento, fácilmente nos pueden distraer de lo que Dios verdaderamente quiere hacer. O es más, puede ser que las cosas te están yendo tan y tan y tan bien que tu te estás acomodando mucho, mucho, mucho a todas esas cosas que estás viviendo ahora, cuando tal vez el deseo del corazón de Dios es… flip your life around, y dirigirte en otra dirección. Pero no, el Señor me tiene en una iglesia tremenda. Esta es la mejor iglesia de todo Boston. Por qué Dios me va a querer sacar de aquí? Ah, la casa donde yo vivo, tengo el …. Y voy allí de frente al televisor de 57”, el carro que yo guío, ah la ropa con la que me visto, caché, Dolce & Gabbanna, como es Che Guevara. No, o Dolce & Gabbana, hay que decirlo con el acento francés. Yo no sé si eso es francés, tal vez eso es garabato mío.

Pero, entienden lo que estoy diciendo, mis hermanos? Esto se puede ir en muchas direcciones. Y yo entiendo que Papá quiere despertar algo en nosotros. Hay algo que el Señor nos está llamando la atención, mis hermanos, y no podemos dejar que las circunstancias de nuestro alrededor, las ansiedades y las preocupaciones así también como nuestros logros y conformidades, nos vayan a nublar de nosotros verdaderamente poder estar en sintonía con lo que Dios quiere hacer.

Miren, yo no sé cuántos de nosotros tal vez nos identificamos con esas palabras que dijo Hageo, siembra y recogen poco. Hay veces que uno está… mire, siembran mucho y recogen poco, comen y no se sacian, beben y quedan satisfechos, se visten y no se calientan y el que trabaja a jornales es como si viven del plato a la boca, es como quien dice, tu recibes tu cheque hoy y mañana es como, ooops, se me fue el cheque. Qué pasó? O te mandan un email que te dicen tu cuenta de banco no tiene suficientes fondos.

Miren, uno ve todas esas cosas y miren cómo Dios dice, hay veces que uno piensa como que, ay, válgame, la suerte que yo tengo, que mira cómo me están saliendo todas las cosas. Más sin embargo hay veces que el mismo Dios dice, miren cómo dice en el verso 9:

“… buscan mucho, hallan poco, se encierra en casa y yo lo disiparé todo por cuanto mi casa está desierta y cada uno de ustedes se va y corre a su propia casa…”

Saben lo que significa eso? Dios lo que está diciendo es, poder establecer prioridades. Esto no significa que uno desconsidere sus propias cosas. No es eso, porque no es que vas a tirar tu casa, tu familia a la borda. No es eso, pero sí de uno poder verdaderamente alinear esas prioridades y de saber reconocer a Dios en todo lo que uno hace.

Aquí obviamente había un caso que era craso, un caso importante. Y era el hecho de que el templo estaba en ruinas, el lugar más importante y eso era lo que Dios estaba llamando. Dios estaba llamando a restaurar el templo. Y miren, yo les invito a que ustedes estudien esto, porque hay veces que hablamos de Nehemías, y hay veces que hablamos de Esdras y todo eso, pero ¿Saben qué? Todos estos personajes funcionaron más o menos en el mismo episodio de tiempo. Hageo y Zacarías fueron los profetas que estuvieron hablando durante el tiempo del reinado de Zorobabel, y el llamado de Zorobabel fue a restaurar el templo.

Después de esto vino Esdras como otro de los gobernadores de Judá, y a través de Esdras se estima que el profeta que habló fue Malaquías durante el tiempo de Esdras. Y a través de él lo que sucedió fue un avivamiento en el pueblo para restaurar la experiencia del culto de adoración en el templo. Y después de Esdras vino entonces quién? A ver si saben? Nehemías. Cuantos de nosotros nos fascina la historia de Nehemías, ¿verdad?

Pero entonces llegó Nehemías y cuál fue el propósito de Nehemías? Restaurar las murallas que protegían la ciudad de Jerusalén. Esos 3 episodios que estamos hablando, que fueron casi como un promedio de 100 a 120 años más o menos, que sucedieron ahí. Dios lo que estaba haciendo era restaurando su pueblo y lo hizo a través de tres personajes específicos. Y en todo momento Dios estaba incitando al pueblo, Dios estaba provocando, Dios estaba causando ansiedad en el pueblo.

Y miren, yo no sé usted pero a mí últimamente me está dando esta piquiña en mi corazón de anhelar conocer lo que Dios tiene, de buscar no tan solamente cuáles son los propósitos de las intenciones de Dios para mi vida personal, pero poder buscar identificar cómo Dios quiere usar mi vida a la luz del contexto de esta iglesia. O a la luz del contexto de la iglesia con I mayúscula, alrededor del mundo entero de qué Dios quiere que yo pueda hacer, cómo Dios quiere que yo pueda contribuir con lo mucho o lo poco que Dios ha puesto en mis manos.

¿Saben qué? Cuando él dice, meditad sobre vuestros caminos, Dios lo que está diciendo, no te enfoques demasiado en tus propias cosas, broaden your perspectives, amplía tus horizontes. Y empieza a ver las cosas como yo las veo. No significa que Dios no va a proveer a tu necesidad personal, eso lo vamos a leer un poquito más adelante, pero sí implica que el deseo de Dios es que nosotros podamos estar más abiertos y dispuestos, disponibles, mejor dicho, a poder entender y discernir qué es lo que Dios quiere hacer, qué es lo que Dios quiere hacer en estos tiempos.

Miren, Efesios, Capítulo 5, verso 14 dice, es un verso muy interesante porque dice:

“… Despiértate tu que duermes y te alumbrará Cristo…”

Déjeme leerlo porque es chévere. Efesios Capítulo 5, verso 14, miren cómo dice el verso 14:

“… Por lo cual, dice, despiértate tu que duermes y levántate de los muertos y te alumbrará Cristo. Mirad pues, aquí es donde está la cosa, mirad pues con diligencia cómo andéis… -una vez más, esto se conecta con ‘meditad sobre vuestros caminos’.

Oye, dile un secreto a la persona al lado tuyo, dile, hey, medita sobre tus caminos. Tu que me estás viendo allá arriba, enfócate aquí, medita sobre tus caminos.

“…. Mirad pues con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos. Por tanto, no seamos insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor…”

Oye, no andes por ahí emborrachándote con ….. Miller light, con Heinken, con cualquier otra cosa que se pueda mencionar, sino busca emborracharte con aquel que verdaderamente puede llenar tu vida por completo. En vez de beberse cerveza boca abajo con un tubo, bebe el espíritu de Dios como Dios intenciona que uno beba las cosas. Despierta, despierta, despierta, mis hermanos, tenemos que despertar. Yo lo creo así. No nos podemos conformar a lo cotidiano, a lo ordinario, no, no, no, mis hermanos.

Miren, el sábado pasado aquí en la actividad de soul revival con los jóvenes se cantó un himno que para mí es tan edificante. Y este himno decía, que no nos conformaremos con nada ordinario, te queremos a ti, Dios. Dice, we won’t be satisfied with anything ordinary, we won’t be satisfied at all, we won’t be satisfied with anything ordinary, all we want is you.

Y yo lo creo así, mis hermanos. Mire, voy a cerrar con esto, yo sé que me he extendido un poco, pero voy a cerrar con esto. Cuando usted llegue aquí a la iglesia, si hay una palabra que usted pueda recibir de mí como pastor, cuando usted llegue aquí a la iglesia Dios lo libre, es más, Dios nos libre de venir aquí con un sentido de, oh, otro servicio más, uy, válgame Dios. No, reprenda ese pensamiento, mis hermanos. Dios nos libre de venir con un pensamiento así. Dios nos libre de venir y sentarnos aquí y pensar, ahora el pastor Omar va a decir esto, y esto, y esto, o ahora el pastor Roberto va a orar de esta y esta otra forma. Y ahora es que viene la predicación, y ahora es que vienen las ofrendas y ya uno está como… next, next, next.

Mire, no, si usted viene así, ¿Saben qué? Usted va a arruinarle la fiesta a Dios. Vengamos siempre con un corazón dispuesto, con un corazón despierto. Venga ahí Señor, como que mira, tengo mis necesidades Papá, pero quiero conocer qué es lo que tu tienes. Señor, mira, mi cuenta de banco está un poquito baja, pero Señor, yo confío en ti, yo sé que tu eres el proveedor de todas las cosas y vengo a buscarte a ti. Señor, tal vez hoy no tengo el ánimo, me siento cansado, quiero quedarme en casa durmiendo. Señor, tal vez se explotó la goma del carro de camino aquí o en la casa, se me explotó la goma y no puedo salir.

Mire, cualquier razón, por no decir excusa, que nos podamos inventar, miren, no lleguemos a estos encuentros, no lleguemos a estos servicios a sentarse aplatanadamente como que, ah, sí, aquí vamos a cantar, ¡Aleluya! Gloria a Dios. No, no, no, venga con intencionalidad, venga a propósito, venga con la expectativa, venga como que guau, Señor, que hay, qué hay de nuevo hoy, viejo. Dígaselo al Señor, mire esté pendiente, esté pendiente porque usted nunca sabe cuándo Dios lo vaya, o la vaya a sorprender.

Es más, tal vez usted está viniendo aquí, me está escuchando a mí ahora, y usted está, como que, pastor, acabe que me quiero ir, quiero irme a comer un sándwich de jamón y queso con un poquito de Quick con leche. Digo, leche con quick y ya acostarme a dormir. Avanza, pastor, son las 9.15, te pasaste por 15 minutos.

Miren, mis hermanos, no, vengamos a la expectativa, vengamos a la expectativa, hay algo, hay algo, hay algo que Dios quiere, mis hermanos, y no me pregunten a mí qué es porque yo no sé, yo también estoy buscando. Yo también quiero saber. Yo tal vez puedo tener una idea pero no lo sé todo. Quién sabe si Dios te revela una parte a ti, y otra a ti, y otra parte a ti, entonces todo el conjunto de todo es como que, bing! Eso es lo que Dios quiere hacer.

Pero lleguemos, lleguemos a la expectativa. Vamos a contagiarnos con eso. Mire, ¿Saben qué? Mis hermanos, esto es algo que tenemos que aprender. Saben que mi papá estuvo visitándome en estos días y yo amo a mi padre, el Señor lo sabe, pero mi padre desde que llegó él estuvo conectado a las noticas de Guapa Televisión, manteniéndose enterado de cuánta gente mataban en Puerto Rico, que si la madre del niño, que si aquel otro lo asesinaron, y todas las noticas negativas, negativas, negativas. Yo creo que yo podría coger el televisor y mirarlo así de lado y salía sangre por todas las cosas negativas que estaban diciendo.

Y yo me senté a hablar con mi papá, y yo como que, papi, papi, para, para, hay algo positivo que tu me puedas decir de lo que está sucediendo en Puerto Rico? Ah, sí, pues claro que hay cosas positivas. Dime una aunque sea. Pero es que mataron a tantos y tantos y tantos. Y yo, no, no me digas eso, dime lo bueno que está sucediendo.

Miren, mis hermanos, hay veces que, dígame si la ha pasado o no? Omar, termina, termina. Oh, que bien voy, y sigo hablando. Miren, dígame si le ha pasado o no? que cuando ocurre algo malo, se riega como pólvora, ese es el bochinche, todo el mundo habla de lo malo. Pero si sucede algo bueno, dicen, ah, sí, mira qué chévere! Y ahí se murió. No dicen más nada. Oigan, mis hermanos, vamos a despertar, vamos a despertar nuestro espíritu, abrirnos, a decir, Señor, el vaso tu quieres que lo veamos mitad lleno, no mitad vacío. Tu quieres que nosotros podamos ver nuestras vidas literalmente a la luz de lo que tu tienes para nosotros. Tu no quieres que yo esté pensando, como que, guau, cuando salga de aquí me van a dar ganas de fumar. Mira, no pienses que te van a dar ganas de fumar, piensa en que Dios te va a dar la fuerza para no fumar. Piensa que tal vez cuando llegues a tu casa, vas a tener un esposo, una esposa ahí refunfuñón, y está como que, guau, ahora me tengo que enfrentar…

Mira, no, piensa positivamente. Si algo pasa, Señor, tu me vas a dar la paz para estar tranquilo, tranquila y para poder proceder en la forma que tu quieres que yo haga. Ah, mira me está esperando mi mamá, mi papá en casa, con una correa en la mano. Pues, ¿Saben qué? Si tienen una correa, ah… ponte una almohada por si acaso.

Pero, mis hermanos, tenemos que despertar. Yo me voy a callar la boca. Miren, mis hermanos, yo quiero ver, yo quiero, anhelo y deseo ver lo que Dios tiene, y estas cosas que yo he mencionado, esos 4 puntos, miren, en alguna forma u otra yo me veo en ese espejo. Hay veces que yo veo que yo me conformo con las cosas. Bueno, esta es mi rutina, pues así sigo, pero quién sabe si Dios lo que quiere es apuntarme en otra dirección.

Hay veces que yo me digo, bueno, pues, esto está yendo bien, por qué tirarme a la aventura de hacer algo nuevo? O tal vez no me atrevo a considerar los riesgos de hacer algo nuevo, y cómo eso puede afectar mi vida. Pero ¿Saben qué? Confiemos en el Señor.

Yo creo que ahí está la aventura de nuestra fe. Como que me fui de frente. Ahí está la aventura de nuestra fe, mis hermanos, en el mero hecho de que la fe no se mide porque ya escribimos todo lo que teníamos. No, es aburrido. La fe se mide porque hay algo nuevo, hay una aventura. Mira, créase que usted está en una película de Indiana Jones con Dios, que siempre hay una aventura, siempre hay un tesoro nuevo que buscar.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Ya me voy a callar la boca. Padre, hoy estoy híper. Mire, extienda la mano sobre la persona al lado suyo, póngale la mano ahí sobre el hombro a la persona. Ay, gracias, Señor Jesús, Padre te adoramos, te bendecimos. Gracias por tu palabra, Señor, tu palabra es tan rica, es tan dulce, Señor, poder escuchar, leer esta palabra, escucharla, Señor, internalizarla, digerirla, Padre. Y yo te pido que esta palabra, Señor, permanezca en nuestros corazones, Señor.

Oh, mi Dios, yo quiero y al igual que yo sé que muchos de mis hermanos y hermanas queremos despertar, queremos abrir nuestros ojos, Señor, queremos responder a esa forma que tu nos estás provocando, mi Dios, a poder responder a tu voz, al llamado tuyo en nuestras vidas, mi Dios. Y Señor, si hay alguno en nosotros que está frío, que está rígido, que está estéril, Señor, y que tal vez no percibe esa incitación de parte tuya de tu espíritu, mi Dios, ahora mismo yo declaro que esos corazones puedan empezar a abrirse, mi Dios, yo te pida, que esas mentes comiencen a abrirse, Padre, que cualquier pensamiento de rebeldía, cualquier pensamiento de indiferencia, cualquier pensamiento de whatever, mi Dios, que eso se caiga por completo y que seas tu trayendo revelación, revelación clara, mi Dios, una revelación que sea tan tangible que nosotros podamos decir, como que, sí, Señor, esto es lo que tu quieres. Por aquí es que tu quieres que caminemos.

Pero Padre, que no nos enfoquemos tanto en estas cosas sino que siempre podamos estar mirándote a ti por encima de todo, mi Dios. Estamos como parte de esta iglesia ahora, pero sabes, tu solamente sabes dónde nos pondrás después. Así que, mi Dios, por este interino de tiempo, por esta temporada de nuestras vidas, por esta época en la cual estamos viviendo, Señor, te pedimos que por favor, nos ayudes a vivir sabiamente, no como insensatos, ayúdanos, mi Dios, a poder tener esa iniciativa de buscar tu presencia para saber cómo, mi Dios, saber cómo conocer tu voluntad en medio de nosotros, de nuestras vidas personales, de nuestras familias, de nuestros lugares de trabajo, de nuestro vecindario, donde vivimos, de la iglesia donde nos congregamos, de la célula de que participamos, del ministerio donde estamos involucrados. Señor, en todos los lugares, aún donde hacemos compras, donde echamos gasolina, Padre, donde compramos ropa, en cualquier lugar, ayúdanos a conocer tu propósito y tu voluntad.

Queremos ver tu mano, Señor, obrando con poder en medio de nosotros. Así que, Padre, have your way, toma tu lugar, Señor, toma tu forma de saber cómo hablar a nuestras vidas y que nosotros tengamos el valor de poder decir como dijo Isaías, heme aquí, envíame a mí. Úsame a mí, transfórmame a mí, equípame a mí, Señor, para yo poder ser un buen colaborador tuyo en el establecimiento y la expansión de tu reino aquí en este mundo en el cual nos has puesto a vivir.

Te damos la gloria y la honra solo a ti, bendícenos mi Dios, a medida que nos preparamos para salir a nuestros hogares. Llévanos con bien, llévanos con tu protección, Señor, que ese gozo que tu nos das pueda permanecer con nosotros y Señor, que esta noche, tu nos des un sueño tranquilo, reparador, placentero, Padre, que podamos dormir en tu mano y que mañana si así tu lo permites, podamos levantarnos con nuevas fuerzas, nuevas energías, Señor, y cumplir con aquello para lo cual tu nos llamas. Bendice a tus hijos e hijas, lo pedimos en nombre de Jesús. Amén. Amén. ¡Aleluya! Salúdense unos a otros.

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¡Qué difícil es esperar el tiempo del Señor!

16 de agosto del 2010 - Por Herenia Hernández

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1)

Por casi dos años estoy esperando que el Señor conteste a mi petición con un milagro sobrenatural; que sólo nuestro Padre Celestial es capaz de poder hacer.
¿Alguna vez has estado tú esperando pacientemente, creyendo cada mañana que ese será el día en que recibirás tu milagro? Y como un niño dices bueno será más tarde o mañana he incluso piensas que será en una fecha especifica que es muy importante para ti. Y estás confiada y en paz. Pero resulta que no, que debes continuar esperando; y así sucesivamente cada día albergas la esperanza y la fe de que acontecerá, que no puede ser posible que el Dios al cual tu le has creído te deje desamparada y permita que todos los que te conocen y saben que tu eres Cristiana y les has dicho que existe el Dios todo poderoso, el que pago el precio en la cruz del calvario por ti y por mi y que además cumple sus promesas y guía nuestro destino y el de nuestros hijos al propósito que El ha diseñado para nuestras vidas y lo hace en formas y maneras que no podemos entender; pero tu milagro aún no se ha cumplido en el momento que tu más lo necesitas; y los demás se burlan de ti, como lo hicieron con Job diciendo ¿Dónde está tu Dios, que responde a tus milagros? Que dolor produce sentir ese sentimiento de impotencia y el deseo de recibir lo que crees que necesitas para tu vida o los tuyos y tu alma llora y clama en silencio. Y cuando tu alma llora te duelen hasta los huesos de cada parte de cuerpo. ¿Lo has sentido? Yo también.

Pero este dolor y el sentir autocompasión, no mueve al Señor a responder tu milagro. Ni tampoco jugar el papel de abogadora de la imagen de un Dios perfecto que responde nuestras peticiones inmediatamente, estas cosas no mueven al Señor. Si nuestra fe no está basada en la palabra, no nos sirve de nada clamar; debemos creer en nuestro corazón y confesarlo con nuestra boca que lo que pedimos esta hecho; porque antes de que nosotros naciéramos el Señor ya había creado el plan para nuestras vidas; por lo tanto nuestras vidas, nuestros propósitos, sueños, anhelos ya están hechos, solo debemos creerlo de corazón y tener una actitud positiva y clamar con oración y convicción de que lo obtendremos en el tiempo del Señor, no cuando nosotros lo creamos. Según David Yonggi Cho; autor del libro La Fe Mueve Montanas; nos dice que “la paciencia es algo clave para todos incluyendo a los cristianos. Debemos esperar con paciencia y con fe hasta que la promesa sea cumplida y recordar que Nuestro Padre Celestial nos dijo que en el Mundo encontraremos aflicciones pero con El venceremos.

La vida de nosotros los Cristianos no será solo de felicidad, habrá tiempos de tristeza y dolor pero debemos recordar que para que la cosecha sea buena y fructifica deben haber días de sol, de viento y de lluvia, nos enfatiza Yonggi Cho”.

Hermana, si estas esperando la respuesta a tu petición como yo lo estoy. Debemos estar confiadas y con fe y una actitud positiva. Creer que el Señor nos lo concederá en el tiempo que El considera que estamos listos para recibir las promesas para nuestras vidas o para los nuestros. Conforme nuestra paciencia crezca así también crece nuestro carácter y muchas áreas de nuestra vida son restauradas. “No es en nuestro tiempo, es en el tiempo del Señor”.

Padre yo te doy las gracias, por el privilegio que tengo de amarte, hablar contigo y de glorificar tu Nombre que es sobre todo Nombre. Este día decido doblegar mi impaciencia y sujetarme a esperar en ti con paciencia y con fe confesando que toda petición de transformación y bendición para mi vida y los míos será concedida, por que tus planes para nuestras vidas son de bien y no de mal, de bendición y abundancia, para que nos deleitemos con lo que tu haz creado para nosotros. Padre que se haga tu voluntad y no la mia. En El Nombre de Jesús. Amén.

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Los requisitos del milagro

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Vamos a la palabra de Dios, Hechos, Capítulo 3, continuamos con nuestro estudio del libro de los Hechos y quiero tomar ahora este tiempo. El Capítulo 3, lo voy a tratar de cubrir en su totalidad, si Dios me da la sabiduría para ser económico y para ir al grano en los puntos especiales de este Capítulo tan elocuente en muchas, muchas, diferentes maneras.

Recordamos a los hermanos que estamos haciendo un recorrido a través del libro de los Hechos con todas sus enseñanzas bien profundas, bien poderosas. Pero voy a leer simplemente unos cuantos versículos, Capítulo 3 versículo 1 dice:

“… Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa…”

El templo tenía diferentes puertas o portones bien grandes por donde entraban los adoradores a las diferentes secciones del templo. Y esta puerta tenía el nombra de la Puerta Hermosa. Y allí se sentaba este hombre para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.

“… Éste, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro con Juan fijando en él los ojos le dijo, “Míranos”, entonces él les estuvo atento esperando recibir de ellos algo. Más Pedro dijo, “No tengo plata ni oro” –famosas palabras. Cuántos han oído esa expresión del Apóstol Pedro?- …”No tengo plata ni oro pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”. Y tomándole por la mano derecha le levantó y al momento se le afirmaron los pies y tobillos y saltando se puso en pie y anduvo, y entró con ellos en el templo andando y saltando y alabando a Dios. Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo La Hermosa, y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido….”

Bendiga el Señor su santa palabra. Amén. Bueno, aquí tenemos, hermanos, en este pasaje y en todo el Capítulo 3, yo diría que aunque ha habido otros momentos milagrosos como el bautismo de Pentecostés y otras cosas por el estilo, pero es como el primer milagro formal, claro que registra la Biblia en el libro de los Hechos. Es como el primer milagro que se da dentro de este nueva época después que Cristo ha ascendido en la época de la iglesia, esta iglesia que está en formación. Es el primer milagro.

Vemos aquí otro aspecto de la vida de la iglesia que el evangelista Lucas quiere presentarnos. Él nos ha hablado acerca de la vida de los primeros discípulos, como vimos la semana pasada, creo que fue o antepasada, la semana antepasada, sí. Y hemos visto diferentes cosas que han pasado porque son como momentos clave en el desarrollo de la iglesia. Y ahora él quiere enseñarnos algo que vamos a ver varias veces: sanidades y liberaciones de opresiones demoníacas en la gente.

Vemos aquí el mover milagroso, poderoso del Espíritu Santo, en una forma bien gráfica, la sanación, aquí lo llaman un cojo, pero probablemente era un paralítico porque es un hombre que no se puede mover de ninguna manera. Entonces vemos aquí este mover milagroso de Dios. Jesús de hecho había dicho que sus seguidores, que dice, sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán. Eso el evangelista Marcos lo registra en Marcos 16:18. Era una promesa de parte del Señor que aquellos que lo siguieran iban a hacer cosqas poderosas y que Dios haría sanidades a través de ellos.

Y entonces vemos aquí esa palabra, esa promesa del Señor Jesucristo cumpliéndose por primera vez a través de la oración, la intervención de Pedro y de Juan. Noten aquí algo, cositas interesantes, dice que Pedro y Juan subían al templo a la hora novena. Todavía los discípulos adoran a la costumbre judía, van al templo. La separación gradual que vemos en el libro de los Hechos todavía no ha comenzado a darse entre el judaísmo y el cristianismo. Estos cristianos todavía se consideran judíos, por la única salvedad que son judíos que han encontrado a su mesías y lo reconocen como la persona de Jesucristo. En eso se diferencian, pero en realidad ellos se ven como hebreos, judíos, unidos a la antigua Escritura de los profetas y todo lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento y ellos van, como es de costumbre, a las oraciones a las cuales va un judío piadoso.

Y parece que allí se reunían todos los primeros cristianos también juntos a conversar y hablar de las cosas de Dios. Pero Pedro y Juan van en una especie de costumbre religiosa, de judíos piadosos al templo a la hora novena, es como las 3 de la tarde más o menos, es una hora específica cuando se daba la oración en el ritual judaico.

Seguramente, como digo, iban a reunirse con otros creyentes. Vemos aquí sin embargo que Dios está preparando como un encuentro divino. A la misma vez que ellos van hacia el templo, están trayendo a un hombre, como es de costumbre, paralítico, dice que lo ponían cada día a la puerta de la Hermosa. Es algo repetitivo, hasta aquí todo va muy normal. Unos hombres van a adorar como siempre, otro hombre es traído quizás por sus padres, por un familiar que lo cargan, y lo ponen siempre en el mismo lugar para que recoja su limosna. Todo está como de costumbre, excepto, que Dios está preparando un encuentro divino, una cita divina. Es algo que Dios quiere demostrar. Dios está en el asunto, hay poder en el aire. Esa es la diferencia, cuando el Espíritu Santo está moviéndose en medio de una iglesia, una Congregación, en medio de la vida de un creyente, las cosas comunes y corrientes se tornan en cosas extraordinarias. Y Dios siempre está proveyendo oportunidades para manifestar su poder.

Así que vemos que se da este encuentro entre estos dos elementos, y la presencia del Espíritu Santo transforma. Quien sabe si Pedro y Juan no hubieran sido bautizados en el Espíritu Santo? O quién sabe si ellos muchas veces pasaron a este hombre, pero no sucedió nada? Pero cuando estaba la presencia del espíritu en la vida de ellos, entonces ellos pudieron transformar ese momento cotidiano en algo espectacular, algo dramático.

Eso pasa cuando hay unción en el aire, hermanos, cuando hay una persona llena del espíritu cosas que son comunes y corrientes se tornan en algo extraordinario. Yo recuerdo, por ejemplo, cuando el Señor Jesucristo va a la sinagoga y está allí predicando un sermón como invitado y dice la Biblia que una persona, una mujer que tenía un demonio lo manifiesta y el Señor Jesucristo reprende al demonio. Y el demonio mismo denuncia su presencia y el Señor lo confronta y esa persona es sanada. Esa persona iba a la iglesia estaba allí todo el tiempo, no había poder en el aire, era el judaísmo muerto, pero cuando el Señor estaba allí presente, ese demonio que estaba escondido tuvo que salir a la luz, tuvo que manifestarse para ser denunciado y para ser expulsado.

Que importante es hermanos, que nosotros llenemos nuestra vida cada día de esa presencia del espíritu, que cultivemos la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Que le pidamos al Señor que nos llene cada día más y más de su poder porque eso lo que hace es la diferencia. Tantas cosas que pasan en nuestra vida común y corriente, a veces enfermedades, opresión, dificultades familiares, muchas cosas que quién sabe si hubiera la presencia de Dios manifiesta en el hogar, más oración, más palabra de Dios, Dios nos podría aclarar muchas cosas espirituales que están escondidas bajo la superficie, y podríamos entonces confrontarlas y vivir vidas más poderosas, más libres de todas las opresiones de la vida.

Así que es importante, por eso es que predicamos estos sermones acerca del libro de los Hechos porque podemos ver aquí la importancia de esta dimensión sobre natural. Ahora la dinámica del milagro este, es bien interesante: número 1, Pedro llega ante este hombre y le dice, “Míranos”, por qué le dice Pedro que lo mire? Yo creo que Pedro, inspirado por el Espíritu Santo entiende que hay algo, como una transferencia de poder que él quiere que se de a través de esa mirada. A veces nosotros imponemos manos sobre una persona para invocar sanidad. En este caso Pedro intuye que es importante que este hombre los mire a los ojos. Y este hombre dice que lo mira fijamente también, pero qué pasa? Él lo que está esperando es que le de una moneda. Él lo mira con interés material. Dice, bueno, este hombre quizás me va a dar 20 dólares, quién sabe? Me está diciendo que lo mire, o quién sabe si me va a enviar a un hospital para que me cure o lo que sea. Él está esperando algo extraordinario también, pero no está esperando lo que Pedro tiene en la mente, que es invocar el poder de Dios.

Pero, de todas maneras era importante ganarse la atención de esta persona. Y para mí, es interesante y es irónico que este hombre no está a tono en realidad, con lo que Pedro quiere hacer espiritualmente, sin embargo Dios aún así lo sana. Su fe es imperfecta, es como la mujer con el flujo de sangre que toca a Jesucristo por el borde de su manto. Quizás ella está simplemente pensando, bueno, es algo como un poco supersticioso, pero de todas maneras, esa fe, lo que Dios busca, hermanos, es ese contacto, esa conexión de alguna manera.

Nuestra fe no tiene que ser perfecta, muchas veces nuestra fe no es todo lo que debiera ser, pero ¿Saben qué? Tenemos un Dios misericordioso. Lo que Dios quiere es ese contacto, lo que Dios quiere es esa búsqueda, ese deseo, ese ponernos a tono con su persona. Lo demás él lo completa. Nuestra fe no tiene que ser perfecta. Nosotros no tenemos que ser perfectos para Dios moverse en nuestra vida, pero sí tiene que haber algún tipo de conexión.

Y yo veo esto, que en ocasiones Dios usa la mirada para transferir poder. El ángel, cuando se le aparece a Gedeón en el Antiguo Testamento para llamarlo que convertirse en el liberador de Israel de los marianitas, lo mira, dice, como que esa mirada lo comisiona y le transfiere poder a Gedeón. De ahí Gedeón sale hecho un liberador de su pueblo.

Hay algo, son misterios. Yo creo mucho en estos elementos proféticos, estos símbolos físicos de la transferencia de poder de Dios. El Señor Jesucristo muchas veces tocaba a la gente, en su promesa en Marcos 16 dice, que impondrán manos sobre los enfermos y sanarán. A veces él tomó, en un caso cogió tierra del suelo, escupió sobre la tierra, hizo una mezcla rara y la puso sobre una persona para sanarlo sobre sus ojos.

Hay muchas maneras. Yo creo que es importante que como cristianos nosotros aprendamos a discernir del Señor, esos símbolos, esas formas externas del mover de Dios. Nosotros los carismáticos pentecostales creemos que hay una bendición en pasar al frente, levantar las manos, arrodillarnos, danzar, salirse de lo común y corriente, porque a través de todos esos símbolos Dios hace muchas veces cosas maravillosas.

Pero el caso es que en este caso Dios usa la mirada de Pedro como una manera como de canalizar su poder a la vida de este hombre, aunque él tiene un entendimiento muy imperfecto de lo que está pasando aquí. Pero Dios es soberano, Dios quería hacer un milagro, Dios quería bendecir a este hombre. Y Pedro también, miren todas esta dinámica de este milagro, Pedro da una orden verbal. Note de paso, el hecho de que es Pedro quien encabeza esto, no es Juan. Juan está con él, pero qué está pasando aquí? Una cosa bien interesante del libro de los Hechos, es que el liderazgo espiritual de Pedro se está comenzando a perfilar en la iglesia. El Señor Jesucristo le había dicho a Pedro que él lo haría una columna de su iglesia, recuerdan? Pedro vino a ser el líder principal de los Apóstoles. Era reconocido como el número 1 y en muchas ocasiones en el libro de los Hechos vemos a Pedro tomando la delantera. Luego después surge el ministerio del Apóstol Pablo, pero en Jerusalén Pedro era el cabeza principal, la cabeza número 1 de todos los Apóstoles.

Y es interesante, claro, de ahí la iglesia católica, por ejemplo, ha tomado esta idea de la transferencia de autoridad apostólica. El Papa católico se supone que viene de una línea directa de Apóstoles o de personas que vienen desde el primer obispo, que fue Pedro, ese linaje a través de los siglos, porque se reconoce que Pedro tuvo un rol muy importante sobre la iglesia al principio mismo.

Aquí Pedro da una orden verbal y dice en el nombre de Jesucristo de Nazaret, se sano. Esta sanidad, nótese, se da en el nombre de Jesucristo. Es la primera vez en un sentido, que se da esta idea de el nombre de Jesucristo de Nazaret. Antes, Jesús mismo daba la ordenes en su propia persona, en su propio poder, ahora los discípulos usan el nombre de Jesús.

No ven ustedes aquí un poquito de una implicación de la deidad de Jesucristo también? Del hecho de que es en el nombre de Jesús. Pedro no dice en el nombre del Padre, nuestro Dios todopoderoso, en el nombre del Señor, refiriéndose a Jehová. No, dice en el nombre de Jesucristo de Nazaret. Y ese Jesucristo de Nazaret le da como una especie de carácter de importancia y de peso a la persona de Jesús, el nombre de Jesús es la clave. El poder, la autoridad.

La Biblia dice que de le dio a Jesús un nombre que es sobre todo nombre para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodillo de lo que está en el cielo y la tierra y debajo de la tierra. El nombre de Jesús tiene gran poder. Yo he visto demonios temblar y huir de una persona cuando se usa el nombre de Jesús. Yo no conozco otro nombre que haga eso, sabe? Yo nunca he visto, y perdonen esto, nunca he visto a un demonio salir en el nombre de María, aunque gloria a Dios por María, no quiero con eso indicar ningún desrespeto, entiende? Pero háblele al demonio en el nombre de Jesús de Nazaret y usted verá la diferencia, no? gloria a Dios por eso. Es decir, Jesús, Cristo céntrico que tiene que ser el creyente.

Entonces, otra cosa bien interesante aquí es que cuando Pedro toca al paralítico, mire cómo le dice, el versículo 7 dice:

“… y tomándole por la mano derecha…” Ahora hubiera sido también por la mano izquierda, yo creo que se hubiera dado lo mismo, ahora no convirtamos esto en un rito que hay que coger a la gente por la mano derecha, para que Dios haga algo, no?

Pero lo importante aquí es que lo tomó de la mano y lo levantó y al momento se le afirmaron los pies y tobillos. Yo me detengo sobre esto porque es bien interesante el hecho de que… Fíjese quizás cuando Pedro dijo, en el nombre de Jesucristo de Nazaret recibe sanidad, este hombre recibió la sanidad. Pero qué pasa si Pedro se hubiera quedado ahí, okay, hijo, que Dios te bendiga y bandéate como puedas por allá, Dios te… quién sabe si ese hombre se hubiera quedado ahí toda su vida paralítico.

Pedro tuvo que tomar como una especie de riesgo y yo digo a veces a la gente, don’t try this at home, pero lo tomó de la mano. Es como que a veces las intervenciones divinas necesitan una parte física también. A veces le pedimos, Señor, sáname, y oh Dios envía tu espíritu y levántame. Pero seguimos con la misma mentalidad de enfermo, entiende? Y yo creo que a veces Dios requiere un movimiento de fe también.

Señor, levántate. Pero, menso, levántate, ya yo te di la fuerza para hacerlo. Ponte, muévete. Es importante que nosotros cooperemos por así decirlo, con el Espíritu Santo también. Estoy deprimido allá en la casa, Señor, quítame esta depresión, pero se queda uno y se mete en la sábana más todavía alrededor del cuello y se mete más ahí en la cama y se atrinchera más todavía. Bueno, yo creo que si yo le pedi al Señor que me sane de la depresión o del desánimo, yo tengo que coger esa sábana, tirarla para un lado, darme un buen baño, perfumarme, ponerme la mejor ropa y decir, en el nombre del Señor yo creo. Y cuando usted hace eso comienza a fluir la bendición de Dios.

Eso es algo bien interesante. Los otros días yo estaba corriendo por la Sommerville, corro por la mañana cuando puedo, y me entró un dolor en una rodilla. Nada porque uno corre en el pavimento, y ya a los 35 años la cosa pues es… no es tan fácil como cuando yo tenía 20. Pero sentí algo, me estaba hincando la rodilla, y casi me siento tentado a detenerme y regresar a mi casa. Pero ¿Saben qué? Dios como que puso en mí suficiente fe porque ya me ha pasado antes eso mismo, y yo dije, Señor, en el nombre de Jesús yo voy a seguir y tu vas a ungir, porque una vez tuve… bueno, a través de los años uno siempre tiene diferentes tipo de… y yo he visto cómo verdaderamente cuando uno le cree al Señor y le ora, y reclama la bendición de Dios, Dios hace cosas increíbles. Dios restaura músculos, restaura articulaciones, cosas así. ¿Saben qué? Yo seguí corriendo, no lo voy a dar todos los detalles, pero seguí clamando al Señor, seguí orando y declarando unción y sanidad y seguía persistiendo el dolorcito esto. Y como tres veces en el proceso… pero yo seguí porque sentí como que esto era una prueba que Dios estaba poniendo para aprender algo acerca de la sanidad.

El resumen es que, hermanos, al rato ese dolor desapareció y yo lo hice, sabe, voy a correr más que nunca para que no lo vuelva a hacer, y seguí y gloria a Dios nunca más me ha afectado esa… y ya hacía varios días que me estaba hincando ese dolor precisamente. Yo creo en un Dios que sana, hermanos.

Pero yo creo que también cuando pedimos la sanidad y le clamamos sanidad al Señor, pues tenemos que hacer cosas que avalen lo que estamos declarando en nuestra vida. Tenemos que poner en práctica lo que declaramos. Nosotros, los pentecostales, somos muy buenos en decir esto y lo otro, pero cuando llega el momento de la prueba y de hacer cosas en el Señor, ahí es donde nos rajamos, como dicen los mexicanos.

Entonces Pedro dice, en el nombre de Jesús levántate y anda, pero no lo deja ahí, sino que lo toma de la mano, lo levanta y ahí en esa acción de fe es donde se desata el mover poderoso de Dios. Yo creo que hay una lección allí. Medite en eso. No siempre necesariamente se va a dar así pero hay ocasiones en que Dios te va a decir, ¿Saben qué? Tu me has pedido algo, pues muévete entonces.

Cuando Pedro dice, Señor, si eres tu ayúdame que yo camine sobre las aguas, como tu lo has hecho. Y qué le dice Jesucristo? Bueno, salte de la barca, atrévete si tu eres hombre, pues salta y vamos a ver qué pasa. Y Pedro se sale y caminó sobre las aguas, pero le falló su fe. Dice que cuando comenzó el ruido de las olas, y de la lluvia y los truenos, comenzó a hundirse porque le quitó la mirada de Jesús.

Muchas veces los milagros del Señor requieren que nosotros nos persistamos, nos mantengamos allí, guerreemos. Guerrera por tu milagro. Toma riesgos, muévete, acciona el poder de Dios en tu vida, en otras palabras. Para mí es una de las cosas más reveladoras, fue en el momento en que Pedro lo tomó de la mano y lo jaló de su lugar cuando el poder que ya estaba declarado sobre él se activó. Hermano y hermana, medite en eso. No tengo todo el tiempo para sacarle todo el jugo que quisiera a eso, pero hay mucho allí que podemos aprender.

Entonces, otra cosa interesante sobre este milagro es que la sanidad es completa. Cuando Dios hace las cosas, hermanos, él las hace de las a hasta la z, perfecto. Esto es una sanidad tremenda. El cojo salta, anda, alaba, poco le faltaba para hacer unas cuantas volteretas en los aires. Esto es una sanidad total, radical. Y más adelante en el Capítulo 3, en versículo 16, Pedro se refiere a ese hecho, dice aquí:

“… y por la fe en su nombre, Jesús, a este que vosotros veis y conocéis le ha confirmado su nombre y la fe que es para él ha dado a este esta completa sanidad en presencia de todos vosotros…”

Que lindo es cuando Dios hace unas de esas sanidades radicales, no? es precioso. A veces las sanidades de Dios son graduales, a veces no son totales, por qué, no me pregunte. Pero es lindo ver una sanidad total así, porque Dios puede hacer eso, Dios lo hace cuando él escoge de esa manera.

Ahora, otra cosa acerca de este milagro es que Dios escoge a una persona estratégica para llevarlo a cabo. Alguien conocido por mucho tiempo como un paralítico. No había duda de que un milagro se había dado. Este hombre era conocido en las calles. Ah, mira ahí está fulanito. Lo habían visto por años y años, había estado paralítico desde su niñez. Es decir, que no había manera de decir que esto era un truco, de que lo habían traído de otra parte. No, este hombre era conocido y era incontrovertible el milagro que Dios había hecho.

Una última cosa acerca del milagro, note el comentario de Pedro: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy. El poder de Dios siempre será mucho más útil para el progreso del Evangelio que el dinero o los accesorios físicos del poder. Eso es lo que yo aprendo de allí.

Cuantas iglesias tienen grandes bocinas y templos y phd en todos los pastores, pero no hay poder de Dios. Tienen un gran caudal de dinero pero una teología y una enseñanza en bancarrota completamente. No hay poder. Pero todo lo contrario, cuando el poder de Dios está en una iglesita, esa pequeñitas por allá, cuando la presencia de Dios se manifiesta en la adoración, donde hay gente que clama a Dios, donde hay gente que está buscando el poder de Dios que saben cómo desatar la presencia de Dios, suceden cosas.

Hermanos, yo prefiero en cualquier momento ser pobre pero tener la gracia de Dios en mi vida, que tener mucho dinero y ser un desgraciado. Es decir, no tener gracia, eso es lo que quiero decir.

Que lindo es, hermanos, nosotros tenemos siempre… bueno, le damos gracias a Dios por sus provisiones, le damos gracias a Dios por todas las cosas que él provee pero no nos olvidemos que es con gasolina espiritual que corre la iglesia de Jesucristo. No es con espada ni con ejército, sino con mi espíritu dice el Señor. Tenemos que cultivar primero la presencia de Dios, la llenura del Espíritu Santo. Antes de que usted busque cualquier otra cosa, asegúrese de que su saco esté lleno de dones del Espíritu Santo y del poder de Dios en su vida. Sea una persona hambrienta de la gracia y el poder de Dios. Eso es número 1.

Todo lo demás muy bueno, muy lindo, un templo bonito, precioso, una buena cuenta en el banco, tremendo, buenos aparatos electrónicos, maravilloso; pero si no tengo el poder de Dios, no te vistas que no vas para ningún sitio. El poder de Dios es primordial. Que bueno que Pedro pudo decir, mira hermano, estoy quebrado, no tengo nada en el bolsillo, pero ¿Saben qué? Tengo una cosita que va a ser mejor. Cuanto habría dado ese hombre por recibir lo que recibió de Pedro. El poder de Dios es más poderoso que cualquier cantidad de dinero o cualquier cosa material.

Pidámosle al Señor que podamos decir asimismo como Pedro, lo que tengo te doy. El diablo muchas veces le pregunta a los cristianos, bueno, qué tienes tu? Vamos a ver. Ojalá que usted diga, yo tengo el poder del Espíritu Santo conmigo. Tengo la presencia de Dios en mi vida y que usted pueda usar eso para llevar a cabo las tareas que Dios tiene para usted.

Miremos un poquito más adelante, me quedan unos minutos todavía. Dice aquí que:

“… teniendo asidos a Pedro y a Juan, este hombre estaba agarrado de ellos, lo que había pasado era algo verdaderamente extraordinario y surge una gran conmoción, la gente conoce este hombre, ve que está saltando, antes lo habían visto totalmente impedido, y Pedro, como en la primera vez en su primer sermón, qué hace? Aprovecha el momento para predicar otro sermón evangelístico. Se frota las manos y dice, aquí está mi oportunidad, carne fresca. Se reunió la gente alrededor de él y de nuevo importante uno aprovechar los momentos, hermanos. Dios nos abre momentos para predicarle a la gente, no sea lento ni perezoso, tampoco, predique el Evangelio a tiempo y a destiempo. Usted es un evangelista. Pedro aprovechó esta oportunidad. La gente estaba sorprendida y él en seguida aprovecha la oportunidad. Mire qué hace Pedro en este sermón?

Número 1, quita la mirada de sí mismo y de Juan y la pone escuetamente sobre Jesús. Dice, por qué ustedes nos miran a nosotros? Quién somos nosotros? No somos nadie. Miren a Jesús, el que ha hecho este milagro. Eso es lo que debe hacer todo siervo de Dios, debe quitar la mirada de sí mismo y ponerla sobre el Señor.

Nosotros somos simplemente un dedo que apunta hacia Jesucristo. Cuantos creen eso? Amén. Hoy en día yo veo mucho en la televisión, todos estos sistemas evangelísticos, qué pasa? Se glorifica tanto a la persona. Hoy en día los predicadores son como artistas de cine, grandes casas, aviones privados por donde quiera, hoteles de $ 5000 la noche, corbata de $ 400, y fulanito de tal, fulanito de tal, son como artistas de cine, hermanos.

Ahora, yo creo que está bien que se reconozca la importancia de un nombre, porque todo se mueve hoy en día con la publicidad y todas estas cosas. Yo veo, por ejemplo, las diferencias entre un Billy Graham, la gente hablaba de las campañas de Billy Graham, amén, pero yo siempre vi en Billy Graham, a un hombre que apuntaba siempre hacia Jesucristo. Siempre sobrio, nunca llamando tanta atención hacia sí mismo. Era importante, sí, el nombre de él, porque la gente sabía que cuando estaba Billy Graham, que iban a recibir buena palabra, buena enseñanza, un hombre ungido de Dios, pero no había ese culto a la personalidad que hoy en día hay en muchos casos.

Hermano, no adore a ningún hombre por favor. No ponga su mirada sobre ninguna persona. Nosotros somos columnas muy, muy fallidas. No ponga su fe en ningún pastor, ni en ninguna iglesia tampoco, póngala en Jesucristo porque cualquier hombre le va a fallar a usted, sabe? Póngala en Jesús. Una iglesia le puede fallar, pero Cristo nunca le va a fallar.

Pedro dice, “… por qué os maravilláis de esto? Por qué ponen los ojos en nosotros? Como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a este hombre. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su Hijo Jesús…” usted ve? Es Cristo quien ha hecho este milagro a través del Padre, que lo ha glorificado a él.

Ve aquí esta interacción también el principio de la Trinidad, el esbozo de la Trinidad, el Padre glorifica al Hijo haciendo milagros en el nombre del Hijo para que se sepa que el Hijo es el Hijo y que es el Mesías que él ha enviado.

Entonces Pedro dice, no nos miren a nosotros, no nos adoren a nosotros, no nos conviertan ahora en un culto a nuestra personalidad. No, Dios, usando a su Hijo Jesucristo ha hecho esto para glorificar a su Hijo. Es muy importante esto. Y ha glorificado a su Hijo Jesús, edocsasen, es una palabra quiere decir, de donde viene la palabra docsología, lo ha hecho glorioso, la ha exaltado, lo ha adornado, le ha dado una gloria especial a su Hijo, haciendo esto que ustedes ven aquí. Esto es para el mérito de Jesús y no para nuestro mérito.

Otra cosa, en la manera en que Pedro habla hay una confrontación clara y directa. Los judíos han crucificado al autor de la vida. Irónicamente lo han matado al que es el autor de la vida. Ahora, quién es el autor de la vida sino Dios? ¿Verdad que sí? Hay algo interesante ahí también, no? es una implicación de que Jesucristo es Dios, porque solo Dios crea vida, sí o no? y Cristo dice, es el creador de la vida, es autor de la vida, entonces hay una implicación allí.

Ve por qué la iglesia siempre ha creído que Jesucristo es Dios? Porque es que en la mente bíblica, como que no hay separación entre el Hijo y el Padre, de su divinidad. Dios es el creador de la vida, es el autor de la vida. Dice en el versículo 14:

“… vosotros negasteis al santo y al justo y pedisteis que se os diese un homicida, y mataste al autor de la vida…”

Entonces hay una confrontación de la gente. Hermanos, y Pedro no lo hace en una forma cruel o dañina. Él simplemente está notificando, ustedes mataron al que da la vida, es una ironía. Yo siempre he dicho que a la gente hay que hablarle acerca de sus pecados, pero no con guille de ser uno más santo que ellos ni nada, sino simplemente hablarle de que todos somos pecadores y necesitamos arrepentimiento y sanidad a través de Jesucristo.

No podemos obviar eso, no podemos quitar la importancia del pecado, la santidad del arrepentimiento, del repertorio cristiano. Entonces Pedro los confronta y les deja saber que ellos han hecho algo terrible y que han matado al que Dios mismo autorizó como el Hijo de Dios, como el Mesías, y que ellos necesitan arrepentirse.

Entonces viene luego la misericordia. Dice:

“… más ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho como también vuestros gobernantes –versículo 17-“

En otras palabras, no se preocupen, está bien, no se vayan a pegar un tiro, todavía hay esperanza, no? Cójanlo suave, no? sí, hicieron un error pero hay una posibilidad de solución. Versículo 19:

“… así que arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio…”

Cuál es el llamado? Está bien, cometieron un pecado, pero la esperanza está. Arrepiéntanse y conviértanse al Señor. Cambien de mente. Recuerdan qué era arrepentimiento? Cambiar de mente, cambiar de dirección, cambiar de comportamiento. Esa es la respuesta.

Aquí hay algo interesante, no tengo tiempo para tantas cosas pero, fíjese que en el primer sermón Pedro dice, arrepiéntanse, bautícense para perdón de pecados y recibirán el don del Espíritu Santo. Porque en ese contexto era lo que llamó la atención de la gente fue el derramamiento del Espíritu Santo. Aquí fíjense que él omite esa parte del bautismo del Espíritu Santo. Una notita ahí, simplemente un detalle. Interesante, no? como que en esta ocasión esa parte no parece tan relevante, no es que no sea importante el bautismo del Espíritu Santo, pero él no lo menciona.

Y así en diferentes ocasiones en la Biblia no hay como una consistencia total acerca de que esto tiene que ir después de lo otro, y después de lo otro. Pero solamente me parece interesante, no? porque en este caso él no menciona como en el primero la cuestión del bautismo del Espíritu Santo.

Y finalmente, un versículo que a mí me cautivó mucho, el 21, dice:

“… para que él envíe a Jesucristo que os fue antes anunciado, versículo 20, entonces 21, a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de su santos profetas…”

Es decir, hablando de Jesucristo dice, a quien de cierto es necesario que el cielo reciba. En otras palabras, como que el cielo retenga, que el cielo aguante a Jesús, que él esté allá arriba como está todavía hace 2000 años que el cielo lo está recibiendo, lo está aguantando allá. Él está allí esperando su momento. Ese Jesús es importante que se quede allá arriba, hasta qué tiempo? Hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas.

La palabra restauración es apocatastaceo, de donde viene la palabra apocalipsis, apocatastaceo, es el final de los tiempos. Ahora, qué esto de la restauración de los tiempos? El Apóstol Pedro no explica, ni la Biblia explica, qué quiere decir Pedro. Pero es interesante a la luz de lo que hemos estado diciendo, yo creo, hermanos, que Jesucristo no vendrá. Yo me aseguré de leer algunos comentarios, por ejemplo el de John Wexley, que es uno de los grandes hombres de Dios, es exactamente lo que yo pienso que quiere decir esto. Yo no creo que Jesucristo va a venir hasta que no se den ciertas correcciones que tienen que darse en este mundo, hasta que Dios no haya cumplido su propósito.

El Señor Jesucristo le dijo a la iglesia, id y haced discípulos a las naciones. El Señor le dio a la iglesia autoridad. El Señor, yo no creo que va a venir necesariamente hasta que la iglesia no haya hecho todo lo que tiene que hacer aquí en la tierra. Yo no creo que Jesús va a venir hasta que Israel no llegue a su punto de conocer algo del Señor. Yo creo que tienen que darse ciertas correcciones, ciertas cosas en este mundo. Yo no creo que Cristo va a venir a un mundo totalmente caótico y deshecho, yo creo que todavía la iglesia tiene que establecer mucho orden en este mundo, y todavía todo lo que la iglesia tiene que cumplir en esta tierra no se ha dado.

Yo no creo que Jesucristo va a venir hasta que no haya, por lo menos, no sé exactamente lo que quiere decir, pero hasta que no haya una restauración de este mundo. Y por eso es que yo vivo siempre diciendo, Señor, qué es lo que tu tienes en mente? Qué es lo que tu vas a hacer todavía? Porque todavía queda mucho por hacer. Yo no creo que este mundo todavía esté restaurado como Dios lo quiere y esa es mi señal de que ya mi tiempo se termina. Como ustedes ven estoy tratando de ser más responsable con ustedes, sobre todo en el verano que la paciencia de la gente está un poquito más baja.

Pero no, estoy entrenando también para ser un poquito más parco en las enseñanzas porque sino no se puede ir por todas partes. Pero, es importante, hermanos, que nosotros le pidamos al Señor claridad acerca de eso. Señor, qué es lo que te falta todavía por hacer antes de que Cristo venga?

Dice también en otra parte que hasta los tiempos de los gentiles, cuando se haya cumplido el tiempo de los gentiles entonces Jesucristo vendrá. Es decir, Dios tiene un reloj, lo mínimo que eso quiere decir es que Dios sabe el momento preciso. Hay cosas que tienen que pasar en este mundo, hay restauraciones, hay correcciones que tienen que darse en este mundo antes de que el Señor venga. Y lo que tenemos que hacer, por lo menos yo sé esa cantidad, no sé exactamente todo. Habla aquí de la cual hablaron los profetas antiguos. Bueno, vaya a los profetas. Yo en este verano cuando estuve de vacaciones recorrí todos los libros proféticos, estoy haciendo un resumen, estoy sacando todos los textos proféticos, y yo veo allí claramente la restauración de Israel, el juicio de las naciones, cambios en la naturaleza, muchas cosas que tienen que suceder, de las cuales hablan los profetas: Isaías, Ezequiel, Jeremías, Zacarías, Malaquías, Joel. Hay muchas cosas que tienen que pasar antes de que Cristo venga y no todas han sucedido todavía.

Así que no se compre el paracaídas todavía porque quien sabe si todavía le falta tiempo antes de que usted suba. Hay mucha gente que dice, bueno, ya mañana y quién sabe Cristo puede venir en cualquier momento. Pero no se vaya tan rápido todavía, hay mucho trabajo que hacer aquí en la tierra, sabe? Y mucha bendición que todavía Dios quiere darle a su pueblo. Amén.

Así que apriétese los cinturones todavía, mi hermano, mi hermana, porque cosas buenas van a pasar. Amén. Gloria al nombre del Señor.

Vamos a ponernos de pie y vamos a darle gracias a Dios por su palabra. Vaya después durante la semana, medite en este milagro. Pídale Señor, yo quiero vivir esa vida milagrosa de estos primeros discípulos. Caramba, cómo se movía el Señor. Yo vivo con hambre y sed de ver ese mover de Dios en la vida de su iglesia. Un nuevo Pentecostés, necesitamos un bautismo del Espíritu Santo, un mover de Dios en la iglesia para que se den esos momentos. Porque la gente entonces va a estar interesada en escuchar y Dios va a abrir oportunidades para que le prediquemos el Evangelio.

Hoy en día la iglesia se mueve y ni una mosca se da por enterada y por eso es que hay que estarle rompiendo la puerta a la gente para que nos dejen entrar a hablar del Evangelio. Si el espíritu de Dios se está moviendo, si hay unción de Dios en los aires, la gente va a venir y vamos a tener nosotros que aprovechar oportunidades que Dios va a abrir en nuestras vidas. Yo quiero que Dios nos de una iglesia radioactiva, yo quiero ser una persona magnética para Dios. Tengo que llenarme del Espíritu Santo. Tengo que vivir una vida… hay que pagar un precio, esta gente había pagado un precio, habían recibido la unción del espíritu.

Pídele a Dios que te haga interesante, pídele a Dios que te haga intrigante. Pídele a Dios que te haga magnético para que otros vengan y te pregunten, qué es lo que tu tienes? Dime. Qué es lo que hace la diferencia en tu vida? Y nosotros podamos hablarle de ese Cristo que conocemos.

Así, Padre, en el nombre de Jesús pedimos en esta mañana, Señor, una fresca unción de tu espíritu. Gracias porque tu dejaste registrada en tu palabra estos milagros, Señor, que nos recuerdan sobre todo que tu no has terminado con nosotros. Tu quieres que esto mismo se de en nuestros tiempos en tu iglesia, en este lugar, Señor, en esta Congregación. Envía tu espíritu, Padre, haznos gente evangelística, haznos gente inquieta, haznos gente, Padre, que Dios se mueva de tal manera alrededor de nosotros que sea imposible esconder el hecho de que Cristo vive y que Dios lo ha glorificado por medio del poder de su espíritu en su nombre.

Yo bendigo a mis hermanos, Señor, en esta mañana y pido que tu gracia repose sobre cada uno de ellos. Bendice sus vidas, Señor, llévalos de este lugar con tu bendición y con la presencia poderosa de tu espíritu, Señor. Sus temas, sus luchas, sus dificultades, sus retos, trabajos, falta de trabajo, vivienda, falta de vivienda, situaciones matrimoniales o familiares, Padre, sus emociones, yo declaro ese mover poderoso de Jesucristo en sus vidas, y que al salir de aquí, Señor, salgamos como Pedro y Juan a ser testigos de un Cristo que todavía vive, un Cristo resucitado, un Cristo de poder, un Cristo de milagros y de sanidades, Señor. Llénanos con tu espíritu de nuevo Padre, porque sin tu espíritu no podemos hacer nada. A ti damos toda la gloria y toda la honra, Señor, y apuntamos hacia ti, Señor Jesús, el único y sabio Dios, el único que merece toda gloria, toda honra, todo honor por los siglos de los siglos. A ti Señor te adoramos, bendito sea tu nombre, amén y amén. Gloria al nombre del Señor, hermanos. Les bendigo en el nombre de Jesús. Amén. Amén

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Buscar sabiduria

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Vamos a hablar de búsqueda, y no de búsqueda de cualquier cosa, vamos a hablar de búsqueda de algo bien particular. Hay un verso en Santiago, Capítulo 1 verso 5 que dice lo siguiente. Yo no sé si alguno se lo sabe de memoria, pero Santiago Capítulo 1, verso 5 dice:

Si alguno tiene falta de sabiduría, pídasela a Rafael. Mire que este hombre es bien sabio. Caso perdido.

“….Si alguno está falto de sabiduría pídasela a Dios…”

Sabe usted que la sabiduría es una de las palabras más mencionadas en la Biblia? Particularmente entre los salmos, los proverbios y Eclesiastés. La sabiduría se iguala a la persona de Jesús que en Jesús se encuentra la sabiduría. Dice Proverbios, Capítulo 2, hay muchos proverbios que dicen esto, pero miren Proverbios, Capítulo 2 y si me lo podéis poner por ahí, mire esto, dice empezando en el verso 1:

“….Hijo mío o hija mía, si recibieres mis palabras y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría, si inclinares tu corazón a la prudencia que es una pariente de la sabiduría, si clamares a la inteligencia y a la prudencia dieres tu voz, si como a la plata la buscares y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios….”

Saben que cuando yo estaba en el tiempo de oración y yo me pongo a pensar, guau, son tantas las gentes que se desviven por buscar otras cosas en la vida, y obviamente cuando compara la sabiduría a la riquezas, hay mucha gente que se desviven, se vuelven locos y locas por tratar de adquirir los recursos financieros necesarios para poder vivir sus sueños. Y a cuantos de nosotros no nos ha pasado eso? Hay gente que se desviven por adquirir las ayudas financieras necesarias para poder estudiar, para poder aclarar sus papeles, para poderse comprar su casa de sueño, para poderse comprar el carro de sueño, para poderse comprar la ropa de sueño, para poder arreglarse partes del cuerpo, el viaje del sueño. Gracias a Dios que el paréntesis que dije ahí no lo oyeron. No lo voy a repetir. No.

Hay gente sí que gastan su dinero por tratar de verse un poquito mejor de lo que Dios los creó. Lo voy a decir de esa forma. No se dieron la liposucción que yo me hice? Hasta que como…. Se va la liposucción. Eso lo estoy sacado todo de Proverbios 2.

Pero mis hermanos, el asunto es que hoy más que nunca, yo no sé cuantos de ustedes estuvieron aquí el domingo y tuvieron la oportunidad de escuchar el mensaje que compartí. Pero ese mensaje a mí me ha seguido rodando, rodando en mi cabeza y en mi corazón. Y yo me digo, guau, Señor, o sea hoy más nunca literalmente, hoy más que nunca es tan y tan importante uno poder buscar de ti esa sabiduría que necesitamos para saber cómo proceder en todo lo que hacemos, en todas nuestras andanzas, para saber cómo vivir como seres humanos en nuestras relaciones con otras personas, para saber vivir como hijos e hijas tuyas, Señor, entendidos de qué es lo que tu esperas de nosotros, qué es lo que tu quieres hacer en nosotros, qué es lo que tu quieres hacer a través de nosotros, mis hermanos.

Yo no sé si ustedes se han dado cuenta, pero para mí ya eso es un refrán. Cada vez que Dios nos bendice no es solamente, esa bendición no es para enriquecer tu vida personal, sino para que a través de ti tu puedas enriquecer la vida otro u otra persona a tu alrededor. La bendición de Dios es así, es como un efecto dominó, te toca a ti y por ahí sigue llegando a otras personas.

Y ¿Saben qué? Yo entiendo que hoy uno tiene que ser sabio también para poder entender y comprender cómo es que Dios quiere bendecirnos a nosotros. Esa sabiduría de la cual está hablando los Proverbios, de buscarla, y lo dice con tanta intensidad, mis hermanos, si ustedes siguen leyendo ese Capítulo 2 de Proverbios, ustedes se van a dar cuenta que Salomón está poniendo un sentido de urgencia tan y tan grande al poder encontrar la sabiduría, a poder buscarla y encontrarla y vivir de acuerdo a ella.

Y miren que estoy diciendo sabiduría, no como un concepto ético, estoy diciendo la sabiduría como una representación del mismo Jesús, de poder buscar su persona, de poder buscar quién él es, lo que el significa en medio de nuestras vidas, lo que él puede hacer en nosotros, y cómo él nos equipa para nosotros poder llevar a cabo nuestro diario vivir.

Hay que buscar esa sabiduría, mis hermanos, y cuando lleguemos a los momentos donde nos trancamos, miren esto, vayan conmigo a Eclesiastés, yo no sé cuántos de ustedes leen Eclesiastés, pero yo les sugiero que lean Eclesiastés. En el Capítulo 7 de Eclesiastés me crucé con estos versos que me parecieron bien interesantes. Y mire cómo dice, Eclesiastés, Capítulo 7 empezando en el verso 9, válgame, déjame empezar en el verso 5, es que es tan bueno el Capítulo que por eso es que sigo subiendo, subiendo para leer otras cosas. Miren estos dichos que salen aquí, dice:

“… mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios porque la risa del necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla…” ahí me perdiste, déjame leerlo en esta versión que se oye mejor.

“…la risas del necio se parecen al crujir de las zarzas en el fuego –eso lo entiendo mejor- … y también son vana ilusión,- esto también es vanidad- …ciertamente la opresión hace entontecer al sabio y las dádivas corrompen el corazón. Mejor es el fin del negocio que su principio, ¿verdad? ¿Verdad que es mejor cuando usted cierra el día en la casa que cuando lo está empezando? ¿Verdad que es mejor cuando usted ya usted firma y le dan el carro, que cuando está empezando a buscarlo? ¿verdad que es mejor cuando, entre su esposo o su esposa, ustedes llegan a un acuerdo que tu vas a hacer esto y yo voy a hacer aquello, y están todos tranquilos, que el procesos antes que fuera como jalándose los pelos? Ah, pero que si tu no haces esto, no haces lo otro, ¿verdad? La gente se siente mejor cuando el negocio se cierra a que cuando se está empezando.

“… mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu… -sigamos pues, ahora -… no te apresures en tu espíritu a enojarte porque el enojo reposa en el seno de los necios…”

Óigame aquí fue donde este pasaje me empezó a atraer. Y lo voy a leer en esta versión Dios habla hoy, porque aquí me gustó como lo leí. Dice:

“… No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo es propio de gente necia…”

Ahora, no significa que no nos enojemos, yo sé que nosotros podemos experimentar el enojo, pero que el enojo vaya a dominar sobre nosotros, ahí es donde la necedad puede entrar a nuestras vidas, ahí es cuando, si uno se deja llevar por el enojo que nos pueden causar las situaciones, muchas veces el enojo nos puede cegar y entorpecer y entonces actuamos neciamente. Exacto, el necio dice locamente, o el enojo no nos ayuda, nos provoca a hablar neciamente. Cuando usted está enojado con alguien y dice algo que no tiene que decir, sabe dónde se ve la necedad? Cuando después usted tiene que venir con el rabo metido entre las piernas a pedir perdón. Y qué es lo primero que uno dice? Yo sé que hice mal. Yo sé que metí la pata, yo sé que actué mal. Y uno tiene que pedir perdón.

Pero siga leyendo, mira el verso 10, a mí me gustó el verso 10, porque hay muchos que decimos esto, dice:

“… No te preguntes por qué los días del pasado fueron mejor… “-cuántos han dicho, ay, los días de antaño, qué buenos eran esos días! ¿Verdad? Qué buenos eran aquellos días que la Coca Cola valía 5 centavos! Qué buenos eran aquellos días cuando me levantaban con caricias en el cutis y ahora me levantan ahí a regañadientes, ¡Levántate! Y prepara la cama! Qué buenos eran aquellos días donde cada pedazo de piel del cuerpo estaba en su lugar! Y ahora hay que mirarse en el espejo y como que… por algo estaba diciendo aquellas personas que gastan dinero en…óigame. Un chiste, Dios mío.

Padre debería decir esto, dame sabiduría para ver si tengo que decir esto o no. Es que saben por qué estoy diciendo eso, mis hermanos, porque es que ayer yo me estaba reuniendo con un amigo mío y estábamos en el Mall de South Plaza y cuando yo voy llegando, yo veo a esta mujer que viene caminando hacia mí, mis ojos se concentraron solamente en su boca. And you can tell, cuando una boca es de verdad y cuando una boca es artificial. So, yo había visto esas cosas en televisión pero cuando lo vi en carne y hueso, delante de mí, yo me dije, como que… dinero mal gastado, eso fue lo único que yo pude decir.

Pero, dónde estaba, ok, miren, no nos pongamos a soñar por los tiempos pasados pues mira cómo dice:

“… esa no es una pregunta inteligente…” Guau, eso a mí me cogió “… porque nunca de esto preguntarás con sabiduría…”

En otras palabras lo que está queriendo decir, por qué te vas a quedar soñando en los días de ayer, cuando tu tienes que vivir el día de hoy, enfocándote en lo que está adelante. Tal vez tu puedas adquirir experiencias del día de ayer, pero muchas veces esa experiencia del día de ayer no necesariamente te van a dar lo que tu necesitas para hacer lo que tienes que hacer en el día de hoy and beyond.

So, no gastes mucha energía cerebral pensando en los días de ayer. Miren, esto, verso 11, me gusta esta versión, me casé con esta versión, dice

“…Buena y provechosa es la sabiduría para los que viven en este mundo si además va acompañada de una herencia, porque la sabiduría protege lo mismo que el dinero, pero la sabiduría tiene ventaja de darle vida al sabio…”

Y ahora miren el verso 13, aquí sí que lo podemos leer, verso 13:

“… Mira la obra de Dios porque quién podrá….” defenderme, no, eso es el Chapulín Colorado, ¿verdad? Dice, “…. Quién podrá enderezar lo que él torció….”

Estoy siendo bien visual. Quién puede enderezar lo que él torció. Él mismo, gracias. Se recuerdan el mensaje del domingo que hay veces que uno está dándole la matraca como que, Señor, endereza esto, endereza esto, endereza esto, y él lo creó torcido por un propósito, y muchas veces no recibimos esa respuesta y estamos buscando, porque es que Dios quiere que se quede torcido por un tiempo. Y puede ser que después él lo tuerza del otro lado, y uno, no, no, tiene que estar derecho. No, yo lo quiero torcer del otro lado ahora.

Pero Dios es el que hace y deshace, o sea, eso es lo que yo veo ahí. Hay cosas que Dios determina, mis hermanos, que por más que lo peleemos it’s up to him. Depende de él. Pero si seguimos leyendo, miren esto, se va poniendo más interesante, verso 14, por favor, dice:

“… En el día de bien goza del bien, y en el día de la adversidad considera, porque Dios hizo tanto lo uno como lo otro a fin de que el hombre nada halle después de él…”

Ah, no, eso suena muy deprimente. No, no. Déjeme leerlo de acá.

“… Cuando te vaya bien mira disfruta de ese bienestar, pero cuando te vaya mal ponte a pensar, miren esto, ponte a pensar que lo uno y lo otro son cosas de Dios y que el hombre, ve aquí suena mejor, suena más poético, y que el hombre nunca sabe lo que le va a traer el futuro…”

En otras palabras está diciendo que mira, no, cuando las cosas te vayan mal no te quedes, ah, se me fueron a fuste mis planes que yo tenía, no voy a poder hacer nada más ahora. No. Qué es lo que dice Romano 8?

… que todas las cosas obran para bien a los que aman a Dios…”

So, eso es lo que yo estoy leyendo aquí. Cuando las cosas te vayan bien, gózate, fíjate tus pasitos de jazz, ponte tu ropa fina, vete a comer al Eagle Seafoods, mejor vete al colmado y compra el pescado y te lo comes tu en tu casa, sale más barato. Lo hacen en barbecue. Y mire, cuando te vaya mal, aquí es donde el fuego quema de verdad, porque muchas veces cuando va mal, hay veces que se nos hace difícil como poder decir como, Señor, pero por qué, por qué esto me sucede a mí? Pero miren ahí es donde está la sabiduría, mis hermanos, ahí es donde está la sabiduría espiritual. Déjame definirla así: la sabiduría que proviene de Dios se encuentra ahí, en el mero hecho de que cuando las cosas van bien, cuando las cosas van mal, Dios nos da a nosotros la capacidad de poder entender cómo vivir a través de esas cosas. Y de nosotros poder ver a Dios en medio de todas esas cosas.

Así que yo quiero resumir aquí ahora: tu estás escuchando estas palabra ahora mismo y tu entiendes muy bien cuál es el panorama de tu vida, tu entiendes muy bien en qué sentido tu estás necesitando sabiduría ahora mismo. Tal vez tu eres la madre de adolescentes y como que tus chicos están como que sus hormonas están corriendo y no están pensando inteligentemente, por algo es que Salomón escribió en Proverbios a su hijo, como que, mira, cuando lleguen esos años de locura, lee lo que te estoy diciendo, para que sepas bien cómo actuar. Pero lo que esas palabras se nos aplican a nosotros aunque nuestras hormonas estén tambaleando en otra forma, pero la enseñanza se aplica a nosotros como quiera.

Así que, mis hermanos, yo quiero animarles a ustedes, la sabiduría es un don de Dios que está ahí presta, está, Dios la tiene ahí en sus manos para darla a quien la pide. Si usted es el tipo de persona que se deja ahogar por las circunstancias que lo rodean, o por las cosas que diga la gente, o por lo que usted pueda ver con sus ojos naturales, mire, su capacidad de poder percibir las cosas como Dios intenciona se va a empequeñecer y a nublar. Pero si nosotros en medio de todo eso podemos decir, mira, Dios yo necesito que tu me des esa sabiduría sobrenatural para yo saber cómo hablar, sabe cómo hablarle a alguien y yo no sé, yo estoy diciendo estas cosas sabrá como esa gotita le está mojando la cabeza. Pero saber cómo hablarle a alguien, saber cómo tratar a su cónyuge, su pareja, saber cómo tratar a ese colega de trabajo, saber cómo tratar a ese hermano, esa hermana en la iglesia que piensa distinto a usted, que le gusta hacer las cosas distinto a usted. Es más, que Dios le de la sabiduría para usted saber tratar con usted mismo o con usted misma. Y ahí es donde verdaderamente la batalla se da.

Cuantos de ustedes se soportan a sí mismos? Algunas veces, ok, algunas veces. Cuantos se soportan y cuantos unas veces es como si se pudiesen dar una patada, pórtate bien. Pero miren aún para eso, mis hermanos, porque ¿Saben qué? Muchas veces… la sabiduría de Dios actuó ahí. Pero miren hermanos, hay veces que lo que percibimos fuera de nosotros es provocado por lo que está en nuestro interior. Hay veces que esos pleitos que hay con otras personas a nuestro alrededor es porque no hemos sabido verdaderamente tratar el interior. Por eso es que si yo estoy leyendo esto, mis hermanos, que cuando estemos en esa búsqueda de sabiduría no estés diciendo, Señor, dame sabiduría para saber tratar con fulano, fulana, mengana y sutana. No, pídele sabiduría para saber cómo tratar conmigo mismo, conmigo misma.

Que esa sabiduría me ayude a entender que si hay algo que yo estoy haciendo incorrectamente, que si estoy pensando incorrectamente, que si estoy actuando en la forma que no es debida, permite que esa sabiduría me ayude a mí, a yo poder descubrir esas cosas que están en mí para entonces ver esos cambios que yo quiero ver a mi alrededor. Pero Dios primero tiene que obrar en uno, por eso es que ese libro de Proverbios dice, busca la sabiduría, búscala como un tesoro, búscala como agua fría cuando estás en medio de un desierto y no tienes nada de beber. Búscala. Busca la inteligencia, busca la prudencia, busca todos esos atributos de Dios que puedan transformar tu ser para que entonces tu te conviertas en un agente de transformación de las cosas que están a tu alrededor. Amén.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Amado Dios yo te doy las gracias de verdad porque tu sabes cómo trabajar con nosotros, Señor, tu sabes cómo tratarnos, tu sabes cómo llenar nuestras vidas como nadie más lo puede hacer. Y yo te ruego, Padre, yo sé como dije hace unos minutos atrás, yo sé que esta noche ha sido una noche de renuevo, una noche refrescante para muchos, y a la misma vez tal vez puede ser que haya algunas personas que hayan dicho, aquí no ha pasado nada, gente cantando, gente llorando, eso es lo que he visto. Pero Padre, tu sabes tus tiempos, tus temporadas con la gente. Y aquellos que han sido renovados, Señor, yo sé que tu vas a seguir cumpliendo tu propósito en medio de sus vidas. Y en el segundo grupo de personas, mi Dios, yo sé que tu tiempo también vendrá para ellos, donde tu palabra va a penetrar tan profundo en su corazón que no van a poderse contener.

Yo te pido que esta palabra de sabiduría que hemos compartido hoy, traiga luz a nuestras mentes y a nuestros corazones, para saber descubrir, conocer nuestro interior como tu lo conoces, para entonces podernos convertir en hijos e hijas útiles para ti en la transformación de las circunstancias de nuestro alrededor.

Padre llénanos, llévanos con bien ahora hasta nuestros hogares, permite Señor, que tu espíritu vaya con nosotros, que tu renueves nuestro ser, que nuestros sueños esta noche sean reparador, que aún en nuestro sueño tu te encuentres con nosotros y nos hables, nos reveles tus propósitos, tus intenciones para con nuestra vida. Gracias te doy, bendice a cada uno de mis hermanos y hermanas que han llegado hasta aquí esta noche, Señor, y yo sigo orando que tu sigas trayendo a aquellos que tu sabes que necesitan ese toque tuyo los miércoles por la noche.

Reclamamos tu bendición sobre nuestras vidas, tu paz, tu poder, tu amor, tu unción, Señor, y mañana es otro día, que tu nos permites vivir, Señor, para declarar tu gloria, tu bendición, tu majestad y vivir a la altura de lo que tu pides para nosotros, Señor. Te bendecimos, te damos la gloria y la honra en el nombre de Jesús. Amén, amén. Gracias Señor.

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La Carrera

9 de agosto del 2010 - Por Miriam Díaz

Me dirigía a la iglesia con pasos muy aligerados, muy feliz, bien vestida y deseosa de adorar. Cuando de repente me percato de un hombre que iba para la iglesia en el mismo camino que yo. Los dos estábamos solos en el camino y si yo continuaba al mismo paso le iba a pasar por el lado bien pronto.

Me detengo y lo saludo, le sonrío y le invito a subir a la acera ya que los carros iban a pasar y además se nos hacía más rápido para llegar a la iglesia. Muy pronto me indicó que sus piernas no lo dejaban que había tenido un accidente y no podía subir tan ágilmente como yo. Su cadera había sido remplazada y tenía una pierna más corta que la otra. A medida que el SEÑOR me daba palabra para este hombre, el Espíritu Santo me tocaba a mí. El Espíritu le decía a él “que no importaba cuan rápida o lenta era su carrera que lo que importaba era que él estaba en la carrera y que no se saliera jamás de ella”. Recordaba a mi esposo en casa y como él no podía correr la carrera espiritual como la estaba corriendo yo. Miraba y escuchaba al hombre a mi lado y lo esperaba con paciencia a medida que caminaba a su paso y no al mío. El hombre me hablaba y estaba muy feliz de caminar con alguien.

El Espíritu continuaba redarguyéndome acerca de mi marido, no podía caminar tan ligero como yo, ni brincar los obstáculos con mi agilidad y estaba solo. Mis lágrimas a medida que caminaba con este hombre se detenían detrás de mis ojos. Quería correr al altar y pedirle perdón a mi Dios. Mi esposo necesitaba que me compadeciera de él, que le esperara, que lo acompañara y caminara a su paso al mismo lugar, el templo. Mi paso había sido tan aligerado que mi esposo había decidido no correr más ¿para qué? solo e impedido, se había desanimado.

El Espíritu Santo continuaba su conversación conmigo: “Para y camina con el lisiado y con los que han sufrido accidentes y no pueden correr tan rápido como tú. Sigue tu carrera, despacio o ligera más siempre con misericordia y amando aquellos que pueden mucho como a aquellos que no pueden.”

Los corredores de verdad paran y ayudan y no se preocupan tanto por quien llega primero, sino por los que no pueden llegar y necesitan ayuda, una palabra o simple compañía. Los corredores de verdad esperan, se sacrifican y aman de corazón. El camino está lleno de corredores que se paran a ayudar. Los lisiados están puestos ahí para enseñarte a amar y probar el crecimiento de tu amor. Están puestos ahí para moldearte, para Dios ver como Su trabajo está progresando en ti.
Para de correr y camina con aquellos que han sufrido accidentes, para y ten misericordia, anima y da compañía. Para, es necesario. Para y ama.

Pablo lo describe muy bonito en su carta a los corintios: 1 Corintios 9: 19-27.

“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.
Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.
Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”

Gloria al que vive para siempre y por la eternidad.

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El hombre propone y Dios dispone

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El hombre propone y Dios dispone. Cuantos de ustedes viven de acuerdo a ese refrán en muchas ocasiones? Vivimos de acuerdo de eso, y ¿Saben qué? Es bien interesante porque muchas veces en nuestras vidas nosotros podemos hacer planes, podemos trazarnos metas que queremos alcanzar y en varias ocasiones las logramos alcanzar. Pero qué pasa con esos momentos donde no se alcanzan esas metas, qué hacemos? Qué hacemos en esos momentos cuando estamos orando por cosas que son bien duras, que son bien profundas en nuestro corazón y estamos orando y no recibimos las respuestas a esas oraciones, qué hacemos? Qué hacemos entonces?

Y yo quisiera preguntarles algo, solamente para hacerlos reflexionar. Qué sería de un niño o una niña si su papá o su mamá le diera todo lo que ese niño o esa niña pide? Qué sería de él o de ella? Qué sería de una pareja, de un matrimonio, de una pareja de novios si una de las partes siempre está buscando que la otra le satisfaga todas sus necesidades a expensas de lo que el otro pueda pensar o sentir? Qué sería de esa pareja? O es más, qué sería de cada uno de nosotros, qué sería de cada uno de nosotros si Dios nos concediera todos los caprichos de nuestro corazón?

Yo me atrevería a decir que necesariamente no sería un mundo mejor. Porque estaríamos llenos de personas consentidas por todos lados. Y yo no estoy diciendo que Dios no nos consienta a nosotros, yo sé que Dios nos consiente pero no en todo y es precisamente en esto, mis hermanos, en lo que yo quiero meditar. Qué pasa en nuestras vidas cuando no recibimos lo que estamos buscando? Qué hacemos cuando no recibimos aquello por lo cual estamos, como quien dice, desesperados por ello en alguna forma u otra?

Y yo quisiera contarles una historia, un relato para que ustedes puedan, más o menos, ver mi sentir que quiero comunicarles a ustedes. Hace un mes atrás yo salí de vacaciones con mi familia, y estábamos en Orlando, y fuimos a uno de los parques de atracción, fuimos a Seaworld que es uno de los favoritos de mi hijo Lucas, a él le encanta ver las ballenas, los delfines, las focas, todo eso, entonces cuando fuimos el ticket que compramos nos daba la oportunidad de tener una segunda entrada gratis al parque. So, yo me dije, bueno, mira que chévere como ahí en Seaworld hay muchas montañas rusas y a mí me encanta todo eso. Bueno, no es que hay muchas, hay como tres al menos. Pues, siempre me gusta meterme en esas cosas, me gusta ese adrenaline rush que le da a uno. So, yo me dijo, bueno, pues este primer día déjeme concentrarme en Lucas, vamos a caminar con él todo el parque, que él vea todo lo que quiera ver, y entonces el segundo día que vengamos pues yo me doy el gusto, y me meto en todas las montañas rusas que puedo.

So, así lo hicimos. El primer día fue concentración en Lucas total. Lo consentimos definitivamente hablando de esa pregunta. Y fuimos a todos los lados, compartimos con él, fue una chulería. Ahora, el segundo día cuando vino para nosotros ir, pues ahora yo era el que estaba como que, guau, ahora yo voy a disfrutar. Entonces nosotros llegamos y yo hablo con mi esposa, con mi suegro y ellos dicen, pues, mira, vete tu a la primera montaña rusa y nosotros nos quedamos con Lucas. Fantástico. Voy, me meto en la fila, y para mi sorpresa había una espera solamente como de 20 minutos. Entonces yo voy ahí bien emocionado, a mí me gusta meterme en la línea al frente, así cuando uno lo ve todo bajando, dando todas las vueltas. So, yo voy estoy en la fila, y estoy a ley de una vuelta para entrar y montarme en la máquina, y de repente sale este mensaje, la máquina la tuvimos que parar por desperfectos técnicos. Por favor, espere en la fila. Y yo me quedo ahí esperando, pasan 5, 10, 15 minutos y el mismo mensaje se seguía repitiendo, se seguía repitiendo. Y no fue hasta 25 minutos después que de repente salen y dicen, necesitamos que desaloje el edificio por desperfectos técnicos. Entonces todo el mundo tuvo que salir del edificio, y yo me quedé con las ganas.

Ok, salgo yo así, medio tristón, no fue gran cosa, había otra máquina. Voy y le digo a mi esposa, mira, nos sacaron por desperfectos técnicos, pues me voy a ir a la otra entonces. Pues, fantástico, vete a la otra. Entonces voy a la otra, y la línea de espera allí era como de 15 minutos. Y yo, ahora, esta es mi oportunidad. Voy, me meto en la fila y llego casi, casi al frente. Me toca esperar como unos 15 minutos, y déjeme decirles, era un día bien caliente en Orlando. Yo no sé cuantos ustedes han experimentado el calor de Orlando, Florida, pero es caliente. Eso es como un sauna, ese vapor que se siente ahí. Ahí estoy yoi en la fila, los abanicos que ponen en la fila, lo que sopla es aire caliente, y uno ahí como que me estaba empezando a sentir medio débil, no tenía agua, yo veía a otra gente bebiendo agua y yo… pueden compartir un poquito de agua?

El asunto es que yo veo que viene el carro, sale, y viene otro grupo y sale, y me voy acercando, y estoy, mis hermanos, literalmente ahí en el portón para pasar y montarme en la máquina. Y cuando llego ahí algo pasó de nuevo, pasan el mensaje y dicen, la máquina la tuvimos que detener por desperfectos técnicos. Por favor espere en línea. Entonces, desde donde yo estoy yo veo el carrito que venía entrando que se quedó parado en el sol, y la gente ahí, en el sol esperando. Y yo ahí espera, vuelve y pasan el otro mensaje que había que seguir esperando. Y de repente la muchacha que estaba al frente mío, yo veo que la muchacha se desplomó completa, y se quedó agarrada de la verja y de repente se cayó, así para atrás. Guau! Un heat stroke le dio a la muchacha que estaba ahí esperando.

Entonces tuvimos que cogerla, ponerla en el piso, alguien tiene agua, por favor, para atenderla, echarle aire. Vamos a llamar a los paramédicos, algo así, pero yo no sé la muchacha de repente se levantó. Y nosotros como que, mira, vamos a buscar los paramédicos, y ella, no, no, yo me quiero montar. Y yo, pero hello, te acabas de caer y te quieres montar. Como quieras! Te quieres desmayar ahí arriba trepada. No, no, déjeme aquí.

La cosa es que se quedó ahí parada y nosotros seguimos esperando. Y miren, después de 20 minutos, saben lo que pasó? Necesitamos que desalojen el edificio por desperfectos técnicos. Y yo, noo! So, yo voy saliendo y no hace mi esposa y mi suegro más que verme la cara y yo, voy así como, cerraron otra vez. Y se echaron a reír. Y ese fue el chiste del día.

La cosa fue que seguimos paseando el parque y ya como a eso de las 5.30, 6 de la tarde, que yo me empiezo a dar cuenta que mucha gente se empieza a ir, yo me digo, bueno pues, esta es mi oportunidad. Yo le digo a mi esposa, voy a ver si ahora tengo el break de ir a montarme aunque sea en una.

Entonces vuelvo otra vez a una de las máquinas y cuando voy entrando para hacer la fila, pasan un mensaje que dice: la máquina está cerrada por causas de una tormenta eléctrica. Y yo, nooo! Mi frustración fue tanta que yo lo puse en Facebook. Entonces los que me han visto en Facebook vieron que yo escribí ahí como que, este no fue mi día de montaña rusa definitivamente.

Pero el asunto fue, mis hermanos, que al yo pensar en esto, yo no sé cuántos de ustedes han dicho como yo, no, si Dios me tiene que decir algo, tiene que caer un rayo y decírmelo. Yo no sé cuantos de ustedes han dicho eso, pero yo lo he dicho. Y el asunto fue que para mí se dio literal, porque yo vi la tormenta eléctrica pasar definitivamente. Pero el asunto fue que cuando yo estaba ahí, después que mi esposa y yo nos reímos, mi suegro, hicimos un chiste de esto, yo me quedé pensando y yo me decía, caramba, la verdad es que yo sería bien ignorante y bien inmaduro si yo no me doy cuenta que hay algo que Dios me quiere enseñar a través de este experiencia.

Y literalmente, mis hermanos, así fue. En medio de ese pensar, sí, Dios me llevó a ese pasaje de Proverbios que leí, el hombre propone y Dios dispone, pero también estaba haciendo eco en mi cabeza ese texto de Eclesiastés, Capítulo 3, que dice “todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora”.

Pero asimismo como digo eso, me atrevo a decir que no todo lo que se quiere debajo del sol se va obtener. Me siguen? No todo lo que se quiere está intencionado para ser obtenido. Y aquí es donde quiero reflexionar con ustedes un poco.

Por qué yo hago mención de esto, mis hermanos, miren, este miércoles por la noche, el miércoles pasado, mientras estábamos aquí en el servicio de oración, que tuvimos un momento bien bonito, un momento de oración bien lleno de la presencia de Dios, que de hecho, recuerden, no se olviden de nuestro servicio de oración los miércoles por la noche, si tienen el tiempo les animamos. Vengan, congréguense aquí en la iglesia para ese tiempo de oración. Cierro el paréntesis.

Cuando estábamos ahí orando el Señor puso una impresión en mi corazón. Estábamos cantando el himno Grandes cosas ha hecho Dios por su pueblo, y mientras estábamos cantando eso, el Señor puso esta impresión y me dijo, dile a la gente que aún si no han recibido la respuesta a su oración, con toda la declaración de fe se ve cuando podemos decir que Dios ha hecho grandes cosas por nosotros. Que aunque vemos esa respuesta, como quiera, Dios hace grandes cosas. Y yo compartí eso y miren oramos en línea de esa petición. Es más, hasta hicimos algo que hace tiempo no hacíamos. Yo le dije a la gente, mire, saque su celular y llame a alguien que usted entiende que necesita esa palabra. Y lo hicimos, y oramos por la gente a través de los celulares.

Y yo sé que cuando hacemos eso hay una bendición que sale de aquí y llega a cada una de esas personas. Pero el asunto fue que a medida que yo salí de aquí ese día, y me quedé pensando y reflexionando y yo me digo, mira, Señor, yo sé que tu haces grandes cosas por nosotros, y que tu te interesas de responder a nuestras peticiones, pero a la misma vez yo sé que no todo el tiempo tu vas a responder a esas peticiones que nosotros te hacemos. Y tal vez usted me diga, pero Omar, cómo va a ser? Si la Biblia dice que pedir y se os dará, buscad y hallareis, tocad a la puerta y se os abrirá. Sí, pero aún esa enseñanza no significa que siempre vamos a recibir lo que estamos pidiendo, lo que estamos buscando, lo que estamos tocando.

Por qué? Les explico. Déjeme solamente darles unos ejemplos bíblicos de lo que estoy diciendo. Si ustedes se recuerdan de la historia de Moisés, qué fue lo que pasó con Moisés? Moisés fue el líder escogido por Dios para llevar al pueblo de Israel a la tierra prometida. Moisés entró a la tierra prometida? No. Usted cree que él quería entrar a la tierra prometida? Usted no cree que en su tiempo, aunque Dios le dijo, porque hiciste esto y aquello y lo otro, usted no cree que en algún momento Moisés habrá dicho como que, Dios, tu sabes, reconsidera, dame un break, déjame entrar? No? No, entró. No entró.

Qué fue lo que le pasó al profeta Elías? Después que degolló a los profetas de Baal y que se enteró que la reina Jezabel quería cortarle la cabeza a él, qué fue lo hizo él? Se asustó, salió corriendo y mientras iba corriendo en el desierto, qué era lo que le pedía a Dios? Se recuerdan del relato? Busquen, Primera de Reyes, Capítulo 19 y lo leen ahí. Él le estaba diciendo a Dios, se volvió suicida el tipo, él estaba, Señor, quítame la vida porque no puedo con esto. Él estaba pidiendo algo bien craso, que yo sé que tal vez alguno de nosotros también nos ha pasado por la mente. Y si sí, pues, en el nombre de Jesús cancela esos pensamientos porque eso no es de Dios.

Pero él estaba pidiendo eso, y usted cree que se lo concedieron? No. Que fue lo que Dios le dijo, un verso después? Le dijo, levántate y come porque largo camino te resta. Pero él quería terminar su vida, y Dios le decía, no papá, te falta más todavía, así que sigue por ahí.

Otro ejemplo que les puedo mencionar tiene que ver con Daniel. No sé si ustedes recuerdan el relato de Daniel, entre los Capítulos 9 y 10, Daniel comienza a orar por el perdón de los pecados del pueblo de Israel. Y en el versículo 10 se cuenta el relato de cómo después de 21 días de oración, se le aparece el arcángel Gabriel y le da un mensaje, y como parte de ese mensaje, le dice a Daniel, Daniel, no te preocupes, porque desde el primer día que tu dispusiste tu corazón a orar por esto, tu respuesta fue dada.

Pero la respuesta no llegó. Por qué? Qué es lo que dice Gabriel? Porque el príncipe de Persia, él estaba hablando de Satanás, del enemigo, que estaba haciendo bulla allá arriba en los aires espirituales impidiendo que esa respuesta llegara a Daniel. So, muchas veces lo que nosotros pedimos encuentra en los aires resistencia, no porque Dios no quiera sino porque hay otro que está impidiendo que usted reciba lo que Dios quiere para su vida. Y uno tiene que entender esa dinámica también. Él lo recibió pero lo recibió más tarde.

Otro ejemplo que les puedo dar, Pedro, miren esto, Pedro en una conversación que tuvo con Jesús en el libro de Juan, Capítulo 13. Jesús estaba hablando acerca de la llegada de su muerte y Pedro de repente le pregunta, Señor, dinos a dónde vas? Porque él estaba insinuando, porque yo estoy dispuesto a ir contigo, yo quiero ir contigo. Y Jesús le responde como que, Pedro, a donde yo voy tu no puedes ir, tu no estás preparado para eso. Es más, antes de que cante el gallo, tu sabes lo que va a pasar? Tu me vas a negar 3 veces. Yo? Así mismo fue. Yo? Tu discípulo más fiel? Pero eso mismo fue lo que pasó, él estaba pidiéndole algo a Jesús que el mismo Jesús le dijo, ah, it’s not time for that yet. Todavía no es tiempo.

Y es más, miren este ejemplo de Pablo, a mí me gusta mucho este. Pablo en el libro de Hechos, Capítulo 16. En un relato muy interesante, porque esta fue una de las salidas de Pablo cuando fue en algunos de sus viaje misioneros, que Pablo tenía la intensión de parar en algunos puertos específicos, más sin embargo el relato cuando usted lo lee, dice específicamente que el Espíritu Santo le impidió él poder llegar a esos lugares. Porque lo que quería el espíritu de Dios es que él llegara a otro lugar.

Así que ustedes ven, mis hermanos, que bíblicamente y aún en nuestras vidas, nosotros podemos comprobar de que hay momentos que lo que nosotros pedimos no está intencionado a que se nos de. Y yo sé que podrá sonar algo fuerte, pero la intención que yo tengo con este mensaje, mis hermanos, el propósito que yo quiero compartir con ustedes, es que nosotros podamos hacer paz con la idea de que no siempre lo que estamos pidiendo se nos va a dar, y eso es algo que está en Dios.

Pero aún cuando digo eso, lo importante es que nosotros podamos buscar la forma de descubrir, de discernir y de entender por qué eso no se nos está siendo dado. Me siguen? Están conmigo?

Miren, déjeme darles unos cuatro puntos bien breves que quiero hablar, de por qué muchas veces cuando no recibimos algo, qué es lo que Dios está haciendo detrás de todo eso? Y lo primero que puedo decir, mis hermanos, es que plena y básicamente no te conviene. Cuando tu no recibes algo por lo cual tu estás pidiendo es básicamente porque no te conviene.

Acaso en Primera de Corintios, Capítulo 6, no hay un verso dice, “todas las cosas me son lícitas, pero qué dice después? ... pero no todo conviene”. Es más, hasta le añade, y no voy a dejarme dominar por ninguna. Pero eso es otro mensaje. Y más adelante en el Capítulo 10, versículo 23 y 24, también repite la misma frase. Pablo es bien intencionado porque él lo dice, todo me es lícito más no todo edifica.

Miren, ¿Saben qué? Salomón, cuando escribió Eclesiastés en el Capítulo 12 de Eclesiastés, él dijo, le dijo a la gente, se estaba dirigiendo a la gente joven, pero yo lo cojo para todos, él le estaba diciendo, mira, persigue los placeres de tu corazón, has todo cuanto tengas en tu mano de hacer, dondequiera tus ojos se siembren búscalo, aséchalo. Si un hombre que estás mirando y eres una mujer, y quieres ese hombre, persigue los deseos de tus ojos, y viceversa. Si viste un carro, busca ese carro. Si viste un cazón, vete y busca ese cazón. Pero lo que dice ese texto es que de todas esas cosas que tu decidas hacer, que va a pasar? Dios te va a juzgar por cada una de ellas.

So, definitivamente nosotros tenemos al alcance todas las cosas que nosotros queramos hacer, tanto lo bueno como lo malo, todo está a nuestro alcance. Pero sea bueno o sea malo, no todo nos es lícito, no todo edifica nuestras vidas. Yo puede decir, ah, pues, me voy a ir a Argentina, de misionero por un año, y puede sonar bien bonito, pero si no está en los planes de Dios, esa movida que yo estoy tratando de hacer no se va a dar. Porque no está intencionado.

Así que, si no recibe algo, mire, piense en eso, que tal vez no le conviene. Pleno y simple. El segundo punto, tal vez no es el tiempo de recibirlo. Tal vez no es el tiempo. Qué es lo que dice Eclesiastés cuando lo leímos ahorita? Todo tiene qué? Su tiempo. Lea el relato, ahí le dice un montón de cosas, hay tiempo para todo. Hay tiempo para llorar, hay tiempo para reír, tiempo para abrazar, tiempo para despegarse, tiempo para hablar, tiempo para estar en silencio. Hay tiempo para vivir y hay tiempo para morir.

Puede ser que por mucho tiempo usted tenga un familiar que está a punto de morir y usted está orando, orando, orando, Señor, que no se muera, dale vida, un milagro y es bueno orar de esa forma. Pero si es el tiempo de Dios de que el final de esa persona llegue, llega. Si Dios quiere hacer un milagro y darle vida, Dios lo puede hacer también. Pero tenemos que entender, mis hermanos, que si hay algo que no estamos recibiendo está en el tiempo de Dios o está en el tiempo de nosotros. Estoy yo queriendo ajustarme al reloj de Dios o estoy yo queriendo ajustar el reloj de Dios al mío, de que Dios haga las cosas en mi tiempo. Esto tiene que ser rápido, Dios, yo necesito esto inmediato, es como ir al ATH o el ATM, usted mete la tarjeta, saca los chavos y ya, Señor, así es como yo quiero que tu respondas aquí. Y consta, hay veces que uno tiene que orar de esa forma, diciendo Señor, esto es urgente. Y mire, puede ser que Dios en su misericordia responda inmediatamente, pero la mayor parte de las veces que yo sepa, Dios se toma su tiempo. Y nosotros tenemos que ajustarnos al tiempo de Dios.

Un tercer punto que les puedo mencionar, mis hermanos, es que tal vez la forma en la cual estamos orando no está en línea con la voluntad de Dios. Y esto es algo bien, bien importante de poder entender. Cuando hablamos de la voluntad de Dios muchas veces nosotros pensamos que la voluntad de mi Dios para mi vida es esto, esto así bien específico. Y yo sé, mis hermanos, que para algunas personas la voluntad de Dios es algo bien marcado, bien definido, muy determinado, pero aún cuando está eso ahí, la voluntad de Dios tiene, como puedo decir, tiene unos ámbitos que son bien vastos para explorar. Dios puede hacer muchas cosas y con todo y eso estamos en la voluntad de Dios.

Si yo hablo un poquito de mi ejemplo, cuando yo recibí mi llamado para ser pastor, yo creo que ya lo he compartido esto antes, yo recuerdo que yo completé mis estudios de bachillerato y para eso yo sabía que Dios me estaba llamando a ser pastor. Cuando me gradué de mi bachillerato yo quería venir aquí a hacer una maestría en fisiología del ejercicio, porque yo quería trabajar como un rehabilitador clínico. Y me vine aquí para estudiar eso y apliqué a universidades y ¿Saben qué? Ninguna de esas universidades me aceptó. Apliqué al seminario y en cuestión de dos meses ya me dieron beca y todo.

So, dígame usted cuando uno trata, como quien dice, de, ah, Señor dame un break de tu voluntad, déjame venirme por acá y hacer esto en otra forma. Miren, si Dios tiene algo, Dios lo va a hacer. Pero asimismo le doy otro ejemplo. Ya una vez yo estaba en el ministerio, yo entonces estaba explorando, ok, Señor, cuál es la forma específica ¿verdad? Porque nosotros no nos convencemos con algo tan general, siempre queremos algo más al dedillo. Si yo así en el ministerio digo, ok, Señor, dónde tu quieres que yo esté? Tu quieres que yo esté aquí, que yo esté allá, o por allá, o que haga esto con esta persona, con aquella otra? Y uno se pone a explorar, así en todas esas áreas, y ahí es donde yo digo, mis hermanos, que ahí es donde yo veo que la voluntad de Dios tiene sus, cómo puedo decirlo? Tiene sus áreas que son medio nébulas, por así decir. Me explico? Hay nébulas, es como si usted va por una calle y está todo el día soleado y de repente llega a un área de neblina, que cuando usted prende los headlights del carro usted solamente puede ver como 10 ó 15 metros al frente de usted, y tiene que reducir la velocidad, ir con precaución para poder ver por donde es que está yendo el camino, pero usted no discierne el camino hasta que no esté ahí.

Así muchas veces es la voluntad de Dios. Y no para todos pero sí con algunos. Que hay veces que nosotros estamos buscando, Señor, cómo tu quieres que yo te sirva? Qué tu quieres que yo haga? Y parece que el camino se pone medio nébulo. Y uno está tratando de discernir, Señor, qué es lo que tu quieres? Y uno tiene el miedo de que uno se está saliendo de la voluntad de Dios porque uno cree, no, porque la voluntad de Dios tiene que ser clara, no puede haber ningún tipo de sombra de duda, porque es la voluntad de Dios. Así fue como lo enseñaron. Pero mire, Dios permite que vengan esos tiempos de nébulas, para ver cómo uno va encaminándose y como uno va tanteando las cosas hasta que llegue el momento donde esa neblina se esfuma y uno puede ver que, all along the way, que a través de todo el camino usted estaba en los propósitos, en los planes, en la voluntad de Dios.

Tal vez uno estaba atrás freaking out, como quien dice, ya perdí de línea lo que Dios quería. Olvídate, aquí me fregué. Pero no, cuando usted sale al otro lado y usted mira para mira usted dice, guau, tu estabas ahí todo el tiempo. Tu estuviste ahí todo el tiempo conmigo.

Y eso yo lo traigo, mis hermanos, en este sentido de que muchas veces cuando pedimos, estamos pidiendo en línea con la voluntad de Dios. Miren esto: yo tuve una etapa de mi vida donde mi oración era toda centrada alrededor de mí, myself, and all mine. Ha escuchado esa expresión? Mi oración era eso, todo el tiempo. Yo sé que a ninguno de ustedes les pasa, yo sé que ustedes oran por muchas otras personas, usted nunca ora por usted. Pero yo no sé si usted se ha escuchado mucho a veces que uno está como que, Señor, has esto por mí, y Señor, yo quiero esto, y Señor, aquello otro conmigo. Y Padre, yo necesito que tu hagas esto en mi vida. Y ah, sí, Señor, acuérdate de Javier, pero Señor, yo necesito esto conmigo, esta es mi presión ahora mismo. Me siguen por donde voy? Es como que nuestra oración es todo nuestro entorno.

Y miren, saben lo que pasa? Cuando usted se queda orando mucho tiempo en ese entorno, usted pierde perspectiva de cuál es la voluntad de Dios para su vida y para otros a su alrededor. Y por ende, cuando termina orando, sabe lo que va a pasar? Va a estar orando más bien para satisfacer, usted lo que va a estar buscando es que Dios satisfaga caprichos suyos, en vez de que verdaderamente Dios opera en usted de acuerdo a su voluntad para su vida.

Miren esto, en Santiago, hay un pasaje en Santiago que cada vez que lo leo me fascina cada vez más y más, en Santiago, Capítulo 4. Hay un texto muy interesante. Santiago Capítulo 4, verso 1 dice: “… De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes, no es precisamente de esas pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? En otras palabras, de esos caprichos que uno tiene, esos anhelos, esos deseos empedernecidos que uno tiene por dentro.

Ustedes desean algo y no lo consiguen, matan y sienten envidia y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se echan a la guerra, no tienen porque no piden, y cuando piden no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

Yo no sé pero para mí ese verso es bien revelador. Estaba leyéndole la nueva versión internacional, por si acaso, porque me di cuenta que no era lo mismo. Entendieron la idea? Cuando uno pide en oración, uno tiene que saber como alinearse. Señor, estoy pidiendo solamente por mero caprichos esto. O estoy pidiendo porque verdaderamente hay algo que tu me estás mostrando?

Así que ese es el tercer punto, mis hermanos, es bien importante. Medite en ello. Cuando usted ore, cuando usted pida algo, está pidiendo en línea con la voluntad de Dios? O está pidiendo en línea con la voluntad suya? Es más, déjeme darle otro ejemplo, este es el favorito de todos.

Miren lo que le pasó a Jesús. Qué le pasó a Jesús cuando estaba en Getsemaní, que estaba a horas de ser arrestado. Si yo recuerdo bien el relato bíblico, me pueden corregir si estoy mal, pero yo creo que en su oración él estaba llorando amargamente hasta que en un punto él dijo, Dios, Papá, tu hiciste este plan, tu me mandaste aquí con un propósito, pero ese propósito se me está haciendo difícil. Si es posible, podemos cambiar los planes? Se lo dijo así? Obviamente, si es posible pasa de mí esta copa. Pero entiendan, se lo estoy diciendo en la versión popular. Si es posible podemos cambiar los planes, Dios? Porque esto se me está haciendo bien difícil. Pero qué fue lo él dijo después? Pero que no sea mi voluntad sino que sea la tuya.

Miren lo que pasa, mis hermanos, cuando nosotros logramos discernir si estamos orando o no, de acuerdo a la voluntad de Dios, miren, nuestras oraciones se acomodan a lo que Dios quiere hacer en nosotros. Jesús mismo en un momento estaba diciendo, Señor, esto es duro, esto es muy difícil, yo no sé si estoy listo para morir por todas estar personas, así que vamos a cambiar los planes. Envía tus ángeles y vamos a hacer otra cosa para salvar el mundo. Pero cuando Jesús se dio cuenta que esa no era la intención, que ese no era el propósito de Dios, Jesús mismo tuvo que ajustar su oración y empezó a decir, yo me imagino, leyendo yo entre líneas el relato. Yo me imagino que Jesús tuvo que haber dicho, bueno , mira Dios, yo sé cuál es tu plan, yo sé cuál es tu propósito, así que yo te pido que tu me des fuerza para poder resistir todos los azotes que me van a dar. Yo te pido que tu me de s el valor moral que necesito para aceptar que uno de mis discípulos me va a negar. Yo te pido que tu me des la gracia para perdonar a ese ladrón que me va a pedir que me lo lleve conmigo al reino cuando estemos en la cruz.

Hermanos, ustedes se imaginan. Si Jesús hubiera seguido con sus deseos, como él lo quería, nosotros no estaríamos aquí ahora mismo. Más sin embargo, porque él entendía cuál era la voluntad del Padre, se sujetó a esa voluntad y supo cómo alinear su oración en línea con esa y por él nosotros estamos aquí ahora.

Un último punto que les quiero decir, y con esto voy terminando. Cuarto, saben por qué muchas veces no recibimos lo que queremos? Porque es parte de la disciplina de Dios para cada uno de nosotros. Hay algo que Dios quiere formar, hay algo que Dios quiere moldear en usted y en mí. Uno de los problemas más grandes que Dios tiene con nosotros, sabe lo que es? Nuestro orgullo. Tenemos problemas con nuestro orgullo. Vamos a ser honestos. Yo puedo levantar las dos manos, los pies. Yo tengo problemas con mi orgullo. Y ¿Saben qué? Uno de los mejores recursos que Dios usa para lidiar con nuestro orgullo es ponernos al lado de una persona que es más orgullosa que nosotros todavía. Yo creo que hay matrimonios que pueden probar esto. Yo creo que hay relaciones de colegas de trabajo que pueden probar esto. Muchos de ustedes pueden decirme, ese jefe mío, sí, esa jefa tuya, los dos. Dios te los pone ahí.

Y saben por qué digo eso? Porque…hasta cuando, hasta cuando, Señor. Yo no sé es el tiempo de Dios. Pero mira, saben por qué digo eso? Porque así como tu piensas de esos superiores que están por encima de ti, que tienen un problema de orgullo, lo mismo pensarán otros de ti, que están por debajo tuyo también. Y esto es re fácil, hermanos, yo estoy hablando esto con las muelas de atrás. Estoy siendo bien honesto.

Pero así es como Dios nos enseña. Eso es una de las formas que Dios usa para moldearnos a cada uno de nosotros. Porque él sabe que lo que él quiere darnos, que es mucho mejor de lo que nosotros podemos pedirle a él, nuestra forma de pedir siempre está limitada. Pero lo que él quiere darnos es mucho más de lo que usted puede pedir o entender, si yo leo bien el contexto bíblico.

Y como él quiere darle algo mejor, él se tiene que asegurar que ese vaso, que ese instrumento sobre el cual va a depositar su bendición tiene que estar en la forma apropiada, tiene que tener la capacidad apropiada para entonces poder depositar toda su gracia sobre cada uno de nosotros.

¿Saben qué? Jesús le dijo a sus discípulos cuando se estaba preparando para morir, él les dijo a sus discípulos, aún tengo muchas cosas que revelarles, que mostrarles, que hablarles, pero todavía ustedes no las pueden sobrellevar. No es el tiempo para mostrarles todas estas cosas. Ven? La bendición de Dios cae sobre nosotros cuando usted ora por algo, tal vez usted está pidiendo, Señor, yo quiero un Mustang rojo convertible y que la capa sea negra, y que los aros sean de cuántas pulgadas? De 22 pulgadas los aros, y que tenga el …., y que tenga sillas de cuero y cosas así. Y ¿Saben qué? Puede ser que Dios te día, de verdad? Pues, mira te voy a dar un Volki del 86 color azul, con los asientos que lo más seguro es que se los vas a tener que tapizar, y que para prenderlo le vas a tener que dar manigueta.

Aprende a apreciar ese tipo de convertible. Tu querías un convertible? Te dio un convertible. No era el que tu pedías, pero al menos te dio un convertible. Si tu lo que tu querías era quemarte ahí en el sol, y fiebrar ahí con el sol y que el aire te pase mientras ibas a la playa, pues al menos lo tienes. Eso es un ejemplo bien… pero siguen la idea ¿verdad?

Hay veces que lo que tu pides, Dios te lo da pero en otra forma. Te lo da en otro paquete. Te lo da con otro nombre. Te lo da con otro sabor. Te lo da con otros olores. Te lo da a través de otras personas. Y uno tiene que aprender que, ah, no, yo no puedo ser tan orgulloso que yo diga, no se dio a mi forma, no me lo dieron como yo quería, no estaba well done, estaba médium regular, metí el cuchillo y salió sangre todavía. No lo quiero. Si usted se porta así con Dios, sabe lo que va a pasar? Usted se va de time out. Usted se va ir de time out porque Dios que es nuestro Padre, él se procura en disciplinarnos a nosotros.

Miren, yo se los digo, yo como papá ahora, yo veo esta dinámica de Dios conmigo como yo la veo con Lucas ahora mismo. Cuantas veces yo le he tenido que poner a Lucas en time out, porque él se empeña en algo, y yo sé que no es el tiempo para dárselo, más sin embargo él está ahí, y dale y dale, y yo, ah sí, tu quieres? Nos vamos de time out. Y allá empieza a llorar y a pataletear como hacíamos nosotros.

Miren, quién de sus padres, dígame si es verdad o no, quién de sus padres cuando usted le pedía algo y le decía que no, usted… rápido se entrompaba rápido. Y empezaba a pataletear, y empezaba a hablar entre dientes, o se encerraba o se empezaba a dar cabezazos en la pared o algo o lo que sea para que su padre le diera lo que usted quería, ¿verdad?

Yo veo algunos por ahí que tienen chichones en la cabeza. Miren, y ¿Saben qué? Lo más interesante es que yo veo que Dios muchas veces nos trata igual. Es más, hay veces que los padres, para mantener el interés de sus hijos los dejan como quien dice, en standby. Yo no sé si a usted le pasó que cuando usted quería algo y su papá se lo quería dar, pero le decía después. ¿Verdad? Ahorita te lo doy, ahorita no, bueno, el ahorita mío puertorriqueño es como ahorita, más tarde. Pero el ahorita de algunos de ustedes es como que ya, ahora. So, a mí me decían, Omar, ahorita. Y saben lo que pasaba cuando me decían ahorita? Yo me llenaba de esperanza porque ok, me lo van a dar, tal vez no ahora, pero a los 5 minutos, qué pasaba? Yo volvía. Ahora sí me lo das? Después. Ok, volvía seguía haciendo lo mío, jugando por ahí, pero yo sabía en mi mente, ah, lo que yo quiero me lo van a dar. So, a los 5 minutos volvía de nuevo, mami, ya? Ahora? Ya mismo? Ok, ya mismo, ya no es después, ahora es ya mismo. O sea, se está acercando el momento.

Miren, dígame usted si Dios no trata con nosotros igual, que nos mantiene, como quien dice, on the hook, nos mantiene ahí enganchados y nosotros estamos orando, estamos orando, y Dios te puede traer una palabra que esa palabra profética, lo que está diciendo, ya mismo, después, sigue esperando, ya viene. Y usted, va y viene, y usted va y viene, esa es la única forma que Dios tiene para mantenerlo a usted ahí interesado. Porque si se lo da todo, sabe lo que va a pasar? Es más, qué es lo que pasa cuando usted obtiene lo que quiere? Ya, lo tengo, yo quería un teléfono y estaba esperando que me dieran la oportunidad de hacer el…. gratis para no tener que pagar gratis, so, me llegó el …. y todo el mundo corre a la tienda, coge su nuevo teléfono y una vez que lo tiene es como, y qué? Ya lo tengo. Tu querías tu carro convertible, pues, ya lo tienes, y ahora qué? Ahora necesito una compañera al lado para compartir el carro.

Miren, mis hermanos, yo traigo este mensaje de verdad porque para mí esto ha sido algo bien revelador. Yo no estoy tirando por el piso la enseñanza bíblica, yo sé que Dios quiere que nosotros oremos a él, que nosotros pidamos, que nosotros nos llenemos de valor para poder buscar aquellas cosas que él tiene para nosotros, pero cuando no recibimos lo que estamos esperando, mis hermanos, yo creo que Dios no intenciona con ese propósito. Dios no quiere niños consentidos y niñas consentidas, aunque muchas veces lo puede hacer. Hay veces que yo entiendo que Dios me ha consentido en algunas cosas. Pero aún así, Dios también me mantiene en la línea, no todo el tiempo me dice, Omar, esto todavía no va a llegar. Y yo sé que así ha pasado con muchos de nosotros.

Pero miren, nosotros tenemos que seguir buscando. Acaso, miren como dice el Salmo 37. Bruce lo tienes por ahí? El salmo 37 otra vez. Uno de mis salmos favoritos, cada vez que yo lo leo, me inspira, me da nuevas fuerzas, pero miren, como dice el salmo 37? Dice, confía en el Señor, lo estoy leyendo en otra versión, pero dice, confía en el Señor y has el bien. Confía en Jehová y has el bien y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate, aquí está la clave, deleita asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará.

Miren, mis hermanos, la Biblia está llena de todas estas promesas. El mismo Jesús nos enseñó a nosotros a pedir que se nos va a dar, a buscar porque vamos a encontrar, a tocar a la puerta porque tarde o temprano esa puerta se va a abrir. So, ese sentido de pedir, de búsqueda, es necesario, tenemos que insistir en ello.

Pero cuando no se vea la respuesta, cuando no se vea la respuesta al menos como a nosotros nos gustaría recibirla, entonces tenemos que entrar en un proceso de discernir, ok, qué es lo que está pasando aquí? Será que lo que estoy pidiendo no me conviene?, número 1. Será que lo que estoy pidiendo, no está en el tiempo de Dios?, número 2. Será que lo que estoy pidiendo está fuera de la voluntad de Dios y tengo que reajustarme en ese sentido? Y número 4, será que lo que estoy pidiendo, Dios necesita trabajar algo conmigo primero para entonces poderme dar aquello que él quiere darme.

Miren, como dije, aquello que él quiere darme. No lo que yo quiero. Yo creo, mis hermanos, que hoy más que nunca, escuchen bien estas palabra, hoy más que nunca, Dios está llamando a su pueblo a que pueda perseverar en él en sus promesas. Saben por qué lo digo? Porque hoy más que nunca cientos de cristianos, porque no reciben las respuestas a sus oraciones el mundo los seduce fácilmente y terminan yéndose como el hijo pródigo.

Y Dios no quiere que eso pase con su pueblo. Sabiendo que estamos en tiempos finales, hoy más nunca Dios quiere mantener a su pueblo bien unido, bien cubierto, bien protegido, bien nutrido. Dios quiere hacer eso. Pero nosotros como pueblo tenernos que tener eso en mente también. Fácilmente en el mundo en el cual estamos viviendo, cualquiera de nosotros puede ser engatusado por las mentiras del mundo y ponerse a pensar en papas fritas y en hamburguesas. Pero si estamos bien alertas, de poder discernir qué es lo que Dios quiere hacer en nosotros y a través de nosotros, a través de nuestras vidas como una comunidad, como una familia, miren, mis hermanos, ahí es donde está nuestro llamado de poder perseverar.

Es bien fácil tirar la toalla y hacer otra cosa. Es bien fácil poder hacer eso. Pero si nosotros seguimos el ejemplo de Jesús que no tiró la toalla cuando lo pudo haber hecho, más sin embargo se mantuvo ahí con los guantos puestos y aguantó, y a través de su triunfo nosotros estamos entonces donde estamos.

Yo creo que nosotros también podemos esperar en nuestro tiempo, podemos esperar a esas oraciones que no han llegado, que en el tiempo de Dios llegarán. Podemos entonces entender que tal vez que si lo que estoy pidiendo no está en línea con la voluntad de Dios, que entonces yo pueda sacrificar, entre comillas, que yo pueda sacrificar ese deseo, que yo pueda sacrificar ese capricho, que yo pueda sacrificar esa pasión interna, por entonces ajustarme a lo que Dios quiere.

Eso es lo que Dios está llamándonos a nosotros a hacer ahora más que nunca, mis hermanos. Así que yo quiere inspirarte un sentido de esperanza hoy. Yo los miro a ustedes aquí, y yo no sé si algunos de ustedes han sentido como que, para qué seguí orando por esto si no funciona, para qué voy a seguir insistiendo en esto si no llega. Y tu has sentido tal vez como que tu ánimo como que ha mermado, como que ha bajado. Si tu te sientes así hoy, yo creo que hoy es una oportunidad para coger nuevas fuerzas y seguir adelante.

Si tu estabas demasiado centrado en algo y tal vez Dios lo que te está queriendo dejar saber es como que tweak your prayers, ajusta tus oraciones de alguna forma, busca orar en una forma distinta para ver si entonces no vas a ver tu respuesta. Si se te hace difícil cambiar el enfoque de tu oración, pues mira, pídele al Señor que te muestre entonces qué es lo que hay ahí, para que tu oración pueda tener entonces la certeza con la cual Dios quiere que tu le des ….., por decirlo así. Si tu estás en un tiempo donde tu estás tratando de ajustar el reloj de Dios para ajustarlo al tuyo, definitivamente ten bien claro que el reloj de Dios es más importante que el tuyo. Nunca, escucha bien, nunca Dios se deja manipular. Dios es un Dios de amor, Dios responde a sus hijos, pero nunca se deja manipular. Dios sabe lo que hace en su tiempo.

Yo puedo ayunar, yo me puede tirar de cabeza en el piso, puedo caminar por fuego, Señor, estoy haciendo todo esto porque quiero esa respuesta, pero si no está en Dios, me quemé los pies.

Quiero que se pongan de pie, mis hermanos, que vamos a orar. A mi me gusta cuando todo el mundo se queda así bien callado. Yo sé que están reflexionando. Ya yo he aprendido mi lección. Pero hermanos, yo quiero orar por ustedes, esas cosas que yo he dicho aquí, usted sabe dónde usted está, usted sabe qué parte de este mensaje le llega a usted. You know better than me. Usted lo sabe.

Y si hoy usted necesita ajustarse, afirmarse, coger fuerzas, o mire, quién sabe si hasta alguno de nosotros tengamos que pedirle perdón a Dios, quién sabe si alguno de nosotros aquí tenemos que llegar delante de la presencia de Dios y decir, Señor, perdóname porque he sido un hipócrita, he sido un orgulloso. Aún eso, mis hermanos, si tenemos que pedirle perdón a Dios, estas son las oportunidades para poderlo hacer.

Así que yo te animo ahí donde tu estás, tu sabes, tu sabes lo que tu necesitas. Tu sabes cómo este mensaje se aplica a las circunstancias en las cuales tu estás, y Dios te está hablando a ti ahora mismo. Yo lo creo así, Dios te está hablando. No es el pastor Omar, yo sé que es el espíritu de Dios ahora mismo que está redarguyendo tu corazón.

Así que espíritu de Dios, en esta misma solemnidad yo te pido que seas tu operando en los corazones de mis hermanos y hermanas. Permite que ellos puedan recibir de ti hoy la fuerzas que necesitan para poder seguir adelante en su búsqueda de ti, su búsqueda de esa respuestas, de esas peticiones que tanto están anhelando, en cualquier forma que eso se pueda manifestar. Puede ser que estén orando por algún familiar, por alguna situación en el trabajo, alguna situación financiera, por alguna sanidad física, Señor, puede ser que hasta haya alguien que está pidiendo que tu confirmes un llamado en su vida y todavía esa confirmación no ha llegado. Puede ser que están pidiéndote que tu les des algún don específico y ese don todavía no se ha manifestado. Se puede aplicar de tantas formas, Señor, pero yo te ruego que de acuerdo a tu conocimiento sobre la vida de cada uno de nosotros, Señor, que esta palabra cobre vida y que tu traigas convicción sobre nuestros corazones. Trae convicción en nuestras mentes, de lo que tu verdaderamente quieres revelarnos a nosotros.

Señor, si nuestra respuesta no llega porque no conviene, pues, mira, Señor, let it be. Que nosotros no sigamos empujando en algo que tu no nos vas a dar, que podamos entonces re enfocarnos en alguna otra dirección.

Señor, si lo que estamos tratando de hacer es que tu te ajustes a nuestro tiempo, cuando lo que tu quieres es que nosotros nos ajustemos a tu tiempo, mira, Señor, danos la sensibilidad de espíritu para hacer precisamente eso. Si estamos orando fuera de tu voluntad, si estamos pidiendo cosas que no están en línea con lo que tu quieres para nosotros, si estamos pidiendo cosas que no están en acorde con esos planes de bien que tu tienes para nuestras vidas, pues, mira Señor, ayúdanos a discernir tu voz para saber acomodarnos entonces a lo que tu tienes, lo que tu mandas.

Y Señor, si en algunos de nosotros tu lo que estás haciendo es dándonos una disciplina para poder moldear nuestro carácter, para poder moldear la forma en que hablamos con otros, para poder moldear la forma en que pensamos acerca del mundo a nuestro alrededor, o quién sabe si hasta poder cambiar la forma en que nos apreciamos a nosotros mismos, Señor, entonces ayúdanos a recibir esa disciplina porque tu a quien amas disciplinas, porque somos tus hijos, tus hijas, sino fuéramos unos bastardos.

Pero porque somos tuyos, somos tu posesión, somos parte de familia, tu buscas corregirnos. Así que, Señor, sea cual sea la etapa, o la situación de vida en la cual estemos, yo te pido que tu nos hables y que nosotros podamos responder al llamado de tu voz, que sepamos discernir cuáles son tus intenciones, mi Dios, para entonces vivir en esa vida abundante que tu tienes para cada uno de nosotros. Te damos la gloria y el honor, solamente a ti Señor y como decía al principio aunque no veamos la respuesta, Señor, tu pueblo te dice gracias, porque son grandes las cosas que tu has hecho, son grandes las cosas que tu estás haciendo, y son grandes las cosas que tu harás en nosotros, en favor de nosotros y a través de nosotros. Por eso mismo entonces, Señor, te damos toda la gloria y toda la honra, por tu hijo Jesús te bendecimos, Señor. Amén. Amén.

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Esperanza contra esperanza

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Cuantos están aquí esperando que el Señor realice una promesa que le ha hecho, que hace tiempo que el Señor ha hecho esta promesa. Y usted vive con esperanza, contra esperanza por esta promesa. Cuántos de ustedes pueden describir, ese soy yo?

Hermano, sabe lo que usted está a punto de ser? Un héroe de la fe. Así el Señor crea héroes de la fe. Esa es la manera en que el Señor lo hace. Vamos abrir a Romanos Capítulo 4, por favor. Mis hermanos, yo no sé cuáles opciones usted tuvo esta noche a propósito, pero yo no cambio estar en la casa de Dios por nada del mundo. Esto ha sido una fiesta esta noche, es un gozo estar en la presencia del Señor, no por nada.

Romanos, Capítulo 4, comenzando, mis hermanos, con el versículo 17. Venimos delante de la presencia del Señor. Señor, tu has llenado este altar con tu presencia. Tu presencia ha sido manifiesta aquí, palpable. Señor, este pueblo te ha tocado, se ha acercado a ti. Tu nos has permitido ver tu gloria manifiesta. Señor, nuestros corazones se abren ahora, son tratables. Tu has rasgado el velo, espíritu de Dios, para darnos acceso a tu gloria shekina, y un pueblo hambriento, espera que tu los nutras y que sacies nuestra sed. Espíritu de Dios sopla sobre esta palabra y vivifícala, te suplico en el nombre de Jesús.

Mis hermanos, declaro esta palabra comenzando con el versículo 13, es más todo este Capítulo trata la idea de que Abraham es el padre de la fe. Cuántos han oído esa frase? Que Abraham es el padre de la fe y que el Señor le dio la promesa que él iba a ser, como declara aquí, en el versículo 17, eso es promesa que el Señor le ha hecho a Abraham, el cual, versículo 16, declara, el cual es padre de todos nosotros, padre de todos nosotros, padre de cada uno de ustedes, siendo gentil, siendo judío, siendo puertorriqueño, siendo dominicano, siendo colombiano, siendo de donde es, de la China, èl es padre de todos nosotros en este sentido, como está escrito, te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios y esto nos dice cómo él se hizo padre de todos nosotros, a quién el creyó, creyó en este Dios el cual da vida a los muertos y llama a las cosas que no son. Él llama a las cosas que no son como si fuesen. Y él creyó. Él creyó en esperanza.

Diga conmigo, esperanza contra esperanza. Digamos de nuevo, esperanza contra esperanza. Él creyó en esperanza contra esperanza para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme lo que se había dicho, así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe a considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto, siendo de casi 100 años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Cómo iba Dios a hacer esto? Ahí veremos.

Pero fíjese, en el versículo 20, “…tampoco dudó por incredulidad de la promesa de Dios sino que se fortaleció en fe dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido, por lo cual también su fe fue contada por justicia…”

Ese es el punto, hermanos, esperanza contra esperanza. Hermanos, nosotros somos descendencia de Abraham, no por linaje de sangre. Esto es algo más poderoso que esto. Para mí esto es emocionante. Nosotros somos descendencia de Abraham porque Abraham fue el que fui primogénito, el que abrió todo… nos introdujo a una fe práctica, y nosotros que caminamos en esta fe, esto es lo que nos está diciendo el Señor. Si nosotros aprendemos a caminar en esta fe, si nosotros nos abrimos al tratamiento de Dios que desde ahora yo les advierto, este tratamiento no es para todo el mundo, aquí se descalifican muchos porque no es fácil. Es un horno que nos prueba y quema lo que no hace falta y que nos purifica y nos hace algo especial.

Pero mi hermano, yo le garantizo, si usted se deja tratar por este proceso de esperanza contra esperanza, hermanos, una cosa es la promesa del Señor, pero vale mucho más a Dios el proceso por el cual nosotros pasamos para que se realice esa promesa.

Ustedes saben, mis hermanos, que le importa más a Dios este proceso que aún la promesa. El proceso, hermanos, el que ha experimentado esto, y para nadie esto es cómodo, pero el que ha experimentado el proceso, el que puede testificar, sí, pastor, yo conozco lo que es esto de vivir, de creer en las promesas del Señor, en esperanza contra esperanza, sí, a lo largo el Señor me bendijo con creces. Vi la promesa del Señor una y otra vez, pero yo bendigo a Dios más por el proceso que por la misma promesa.

Ya Dios está cumpliendo sus propósitos, aún por la jornada en que nosotros pasamos para que se cumplan sus promesas. Y hermanos, es fácil describir el proceso, lo difícil es vivirlo. Y el proceso es muy fácil. Aquí cada palabra de esta fórmula está cargado con significancia y son tres palabras muy fáciles, y dos de ellas se repiten: esperanza. Esta frase y solamente lo encontramos en la versión Reina Valera, fíjate, en la nueva versión internacional y probablemente ellos están traduciendo el griego mucho más efectivamente pero, como yo no leo griego, yo prefiero esta versión que declara esto: con esperanza contra esperanza creyó Abraham.

Esperanza. Saben lo que esa primera palabra me indica a mi? La promesa en sí, que recibimos de parte del Señor. Usted ha recibido una promesa de parte del Señor? Sabe, Abraham fue padre de una gran herencia, una gran descendencia habiendo recibido una promesa que le parecía imposible. Un día el Señor visitó a Abraham, ustedes se acuerdan tal vez el día en que el Señor los visitó. Un día el Señor visitó a Abraham, y le dijo, Abraham, tu no seguirás siendo como eres, yo tengo otro plan para ti. No es semejante a lo que tienes, no tienes idea lo que yo tengo para ti, pero si tu confías en mí, si me crees, si te atreves a creer, si te atreves a seguirme, si te atreves dar la espalda a tu parentela y a tu pueblo, y a todo lo que tu conoces y todo lo que da seguridad, si tu dejas el mundo que tu conoces, deja que yo te dirija a donde yo te quiera dirigir, deja que yo te tome de la mano y te diga dónde ir, qué hacer y cómo actuar, yo te voy a dar un herencia inconcebible. Y no serás el mismo.

Mis hermanos, a cuántos el Señor le habló así? Saben, yo creo que esto es un milagro. El Señor habla así domingo tras domingo. El Señor habla así a seres a cada rato. Esto es el Evangelio. Qué es el Evangelio si no es la promesa de Dios anunciada y la gente atreviéndose a creer esta promesa. El Evangelio diciendo, no importa la condición en que llegaste, no importa quién fue su padre, no importa qué es lo que tienes o qué es lo que falta, no importa cómo has vivido, no importa las deudas que tu tienes con Dios, no importa lo que tu has conocido, no importa quién está en tu árbol familiar, no importa nada de eso, no importa lo que estudiaste o dejaste de estudiar, si te atreves a creer a Dios y sus promesas, tu vida cambiará, tu vida dejará de ser igual.

Si te atreves a creer las promesas de Dios el Señor te hará otro. El Señor te hará otro hombre, el Señor te hará otra mujer, el Señor te dará otra familia, el Señor te dará otro futuro, el Señor cambiará lamento en baile, el Señor cambiará silicio por lino fino. El Señor cambiará tus ropas viles por ropa de sacerdote. El Señor te cambiará. Si te atreves a creer las promesas del Señor. Y gloria a Dios que aún hoy bendito es el nombre de Jesús. Aquí hay gente que se atreven a creer eso.

No estaríamos aquí si no nos atreviéramos a creer eso. Si usted está aquí es porque una promesa del Señor se le acercó y en ese momento usted se apropió de esa promesa y la hizo suya. Esa es la manera en que nosotros llegamos al Evangelio.

Saben, mis hermanos, conozcan las promesas del Señor. Sabe cuántas promesas? Yo les he contado, pero yo leí en alguna parte, yo no sé cómo lo hizo, Dios bendiga al hermano, la hermana que lo hizo, pero alguien se molestó en contar las promesas que se encuentran en la Biblia. Hay 1260 promesas en la Biblia. 1260 promesas. Si usted se atreviera a aprenderlas todas, memorizarlas, una promesa al día, se tardaría 3 años y medio memorizando las promesas del Señor, y haciéndolas suyas.

Saben, mis hermanos, pero solamente requiere una promesa para cambiar una vida. Para mí fue Hebreos Capítulo 13, versículo 5 al 6, me acuerdo como hoy, esto hace más de 20 años atrás, y tropecé con este texto, leí cuando el Señor prometió: “… no te desampararé ni te dejaré de manera de que podamos decir confiadamente, el Señor es mi ayudador, no temeré lo que me puede hacer el hombre.

Cuando tropecé con este versículo, ya no era meramente una promesa anónima, a través del espíritu de Dios el Señor me dijo, Samuel, esta promesa se aplica a ti, esto es tuyo. Esto es para ti. Y saben, yo aprendí en ese momento, eso fue 20 años atrás, pero lo que hice en ese momento fue arrodillarme, abrir la palabra delante de mí, señalarla al Señor y dije, Señor, esta promesa en esta página, Padre, yo me lo aplico a mí.

Y de una forma muy distinta todavía el Señor habla mi vida. Cuantos tomaron la clase de discipulado? Eso es meditar en la palabra. El verdadero meditar en la palabra no es nada menos que leer la palabra, apropiarte de la palabra, hacerla tuya. Se acuerdan, masticar la palabra y aplicársela a su vida. Sea de una forma así a través de sus oraciones, o sea usando un diario, pero hermanos, conozca las promesas del Señor. Aprópiate de las promesas del Señor. Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces. Son promesas del Señor, si mi pueblo se humillare y me buscare y si apartare de sus malos caminos, él tornará su rostro hacia nosotros y nos bendecirá y oirá nuestras oraciones.

1260 promesas, comience esta noche. Nos vemos en tres años. Pero véalas todas, conózcalas todas, porque son suyas en el nombre de Jesús. Sabes por qué es tan importante? Esperanza, y la próxima es qué? Contra. Esperanza contra esperanza. Saben lo que es la contra en esta fórmula? Confrontando la verdad. Dice la palabra, sigue diciendo

“….que Abraham su fe no flaqueó… Él creyó en esperanza contra esperanza para llegar a ser padre de mucha gente, del siglo XIX …y no se debilitó la fe al considerar su cuerpo…”

Qué es lo que quiere decir esto? Saben, mis hermanos, en la fe, en la verdadera fe, la verdadera no corre contra la realidad sino la abraza, sino la abraza. Abraham sabía esperar. Él no se había olvidado de que el tenía casi 100 años. Abraham sabía que su mujer era estéril. Él no se había olvidado de esto. Él estaba consciente de los hechos. Él estaba consciente de la realidad.

Saben, me gusta como este versículo es traducido en la nueva versión internacional. Ese versículo se traduce, “Abraham faced the facts of his age”. Abraham faced the facts. Abraham confrontó la realidad. Abraham confrontó los hechos.

Mis hermanos, este proceso es al instante. Cuántos de ustedes experimentaron… praise the lord, estamos hablando en lenguas en esta noche! Por todas partes. No siente usted una… he regresado al púlpito pentecostal, sigan hablando en lenguas, mis hermanos, bendiciendo al Señor. Gloria a Dios.

Mis hermanos, él conocía la condición – and if someone would just love that child and give him a big hug and tell him that Jesus loves him, that would be awesome. Amen.

Mis hermanos, en el momento que nosotros recibimos al Señor y te llena, cuántos de ustedes experimentaron eso? Usted se llena de gozo. Usted no sabe quién primero saludar, está flotando sobre una nube, hasta el momento que usted llega a su coche. Y es el mismo coche hecho leña que llevaste a la iglesia. Y te subes a ese coche, a ese carro con sus llantas con tres llantas ya medias cuadradas, llega al mismo apartamento que dejaste y sobre la mesa de ese apartamento está la montaña de cuentas que dejaste cuando saliste a la iglesia. Y cuando llegas al trabajo, si es que tienes trabajo, te encuentras con la misma situación que el día anterior. Sabe qué es eso? The facts. Los hechos. La realidad.

Hermanos, eso es parte de la fe, parte de la gloria de Dios en su vida es confrontar los hechos. Y mis hermanos, yo conozco muchos hermanos que abrazan la promesa hasta que se encuentren, hasta que chocan con los hechos. Y los hechos te dicen, ‘pero cómo es esto posible?’ El Señor me ha prometido que él sanaría mi hogar, pero cómo si esto es un infierno? El Señor ha prometido que él bendecirá mis finanzas, pero cómo si esto es un caso perdido, si ni siquiera tengo un trabajo?

The facts. The facts. Hermanos, tome este consejo: no corra de los hechos, abrácenlos. No tenga temor de los hechos, no se amedrenten por los hechos, no se sienta deprimido por los hechos. Mírale los ojos, mírale los dientes a ese perro bravo, confróntalo. Eso es precisamente la manera en que Dios te va a bendecir en ti, en lo imposible de la promesa.

Hermanos, y muchos de estos hechos son muy difíciles. Hermanos, tal vez usted está orando por una bendición financiera. Muchos de nosotros hoy estamos `pidiendo eso al Señor, face the facts. Face the facts. Confronta los hechos.

Hermanos, usted está pidiendo una bendición de parte del Señor? Haga algo que te va a hacer la mano temblar. Pida un reporte de crédito. Pida un reporte de crédito. Face the facts. Abra esos sobres. Cuenta y preséntalos delante del Señor. Señor, yo no sé ni siquiera dónde comenzar aquí? Face the facts. Estos son los hechos.

Hermanos, los hechos van a señalar tal vez cosas que tu no quieres confrontar. Nuestra realidad como padres, nuestra realidad como hijos, nuestra realidad como esposos, nuestra realidad como empleados, nuestra realidad, la realidad de nuestro carácter. Estos son los hechos. Y saben qué? Eso es precisamente la manera en que Dios se va a glorificar en ti.

No tengas pena, confróntalo. Confróntalo. Señor, yo creo, es más, quiere una historia fresca y verídica? El lunes tuve el privilegio de orar con una hermana que le han dado un pronóstico muy pobre. Los doctores ya no le están administrando medicina, le han dado 3 días de vida. Hace 3 días que la vi y hoy estoy seguro, hoy está tan en victoria como el lunes. Aquí está todavía. Sabe por qué yo sé que ella tiene 3 días? El doctor le dio ese pronóstico. Porque ella me lo dijo. Ella está muy consciente de su situación. Ella sabe los hechos, pero ¿Saben qué? El Señor le ha dado esperanza y a pesar de los hechos que ella está confrontando, ella sabe que ella sirve a un Dios poderoso. Y esta es la clave, hermanos.

Esperanza, la promesa del Señor. Contra, usted va confrontar hechos que te van a decir, esto es imposible, jamás se va a cumplir. Esperanza contra esperanza. Y esa última esperanza representa esto, el poder de un Dios poderoso que te ama y que esto no depende de ti. Declara la palabra. Declara la palabra:

“… él no se debilitó la fe al considerar su cuerpo y estaba ya como muerto, siendo casi cien años, pero tampoco dudó por incredulidad la promesa de Dios, sino que se fortalecía en fe dando a gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido….”

¿Saben qué? Cuando al Señor bendecirte, al Señor cumplir sus promesas, por el hecho de que usted ha confrontado los hechos, sabe quién va a tomar la gloria y el crédito y el que se va a quedar con el show? Ese Dios que te hizo esa promesa. God it had to be you. Tenías que ser tu. Era imposible. No había manera, no había nada en mí que prometía que esto iba a ser un éxito. Solo por tu gracia. Solo porque tu eres un Dios que hace vivir los muertos y un Dios que llama las cosas que no son, como si fueran.

Espera en ese Dios. Espera en ese Dios. Hermanos, te hizo una promesa, confronta hechos que te dicen, jamás el Señor va a cumplir esa promesa. Sepa que si Dios te lo prometió, él es justo y fiel y poderoso para cumplirlo. Él tomará el tiempo que él tomará y a través de ese tiempo, porque Abraham esperó bastante, y eso hizo de ese hombre un gigante en la fe, un hombre que conocía este Dios.

Pongámonos de pie. Un Dios que conocía en esta jornada que Dios era un Dios fiel y que él cumpliría su palabra. Ahora hermanos, tomemos un momento. Vamos a revisitar esa promesa. Vamos a revisitar por un momento esa promesa. Cerremos nuestros ojos por un momento. Thank you Jesus, for this opportunity.

Por más grande que sea la promesa que el Señor ha hecho en ti, para muchos de nosotros ni siquiera hemos compartido las promesas, porque parecerían ridículos aún entre cristianos. Cuántos de ustedes están esperanza en una promesa de ese tamaño? Usted ni siquiera se atreve a compartirlo, porque aún su hermano en la fe, tal vez no lo entendería, así de grande es.

Sabe, eso se aplica a iglesias también. Nosotros estamos esperando un avivamiento en Nueva Inglaterra. Imagínese, en Nueva Inglaterra. Entre las iglesias de Nueva Inglaterra. Ridiculous. Imposible. No way.

Pero nuestro Dios llama a las cosas que no son, como si fueran. Él nos prometió. Él lo sigue prometiendo. Él no nos deja en paz. Recordándonos de su fidelidad y su poder. Él ha hecho lo mismo contigo, ¿verdad? No te ha dejado olvidar sus promesas. No importa lo que esté confrontando, Señor, así es. Declaramos que sí. Tu has hecho grandes, grandes promesas delante de nosotros y tenemos grandes peticiones delante de ti, y no vemos la manera cómo, aparte de esto, vemos tu gloria, vemos tu fidelidad, vemos tus promesas a través de la palabra, vemos cómo una y otra vez tu nos has rescatado desde el lodo, vemos Señor, cuando no hubo provisión, tu proveíste de una forma milagrosa. Vemos Señor, como cuando ya habíamos dado la espalda, Señor, a la promesa, tu enviaste un ángel o una voz profética, o alguien, y no nos dejaste olvidar. Tu nos arropaste en tu mano, nos amarraste a esta promesa y por eso, Señor, nuestra confianza, dilo, nuestra confianza está en ti. Nuestra confianza está en ti.

Tu eres justo. Tu no mientes. Tu eres poderoso y tu eres fiel. El hombre nos faltará, yo mismo puedo me faltar, pero jamás tu faltarás, Señor. Hermano, a través de su promesa en ti el Señor está levantando un pueblo imparable, un pueblo que se atreve a creer en él. Amén.

Amén. Las promesas del Señor mías son, en la Biblia yo las leo. Las promesas del Señor mías son, gloria a Dios, las promesas del Señor mías son y en la Biblia yo lo leo y yo sé las promesas del Señor mías son.

Hermanos, démosle la bienvenida a la hermana Josefita, no ha hecho falta. Dios te guarde. Padre, estas promesas son nuestras. Es más importante que la promesa, tu eres nuestro y nosotros tuyos, nosotros tuyos. El ver tu rostro es promesa suficiente, Señor, para atarnos a ti. Bendice a este pueblo, creemos, Señor, ayuda a nuestra incredulidad.

Gracias Señor por la promesa que has hecho a cada familia, a cada padre, a cada hijo, a cada joven, a cada techo, a cada puerta, representada aquí. Te bendecimos, bendice este pueblo y nuestra jornada hacia la gloria en el nombre de Jesús.

Dígale a su vecino, la promesas del Señor mías son. Dígale a su vecino y bendícelo en el nombre de Jesús.

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Detente a lo largo del camino… ¡y deléitate!

2 de agosto del 2010 - Por Meche López-Miranda

Al final del día una mujer le contaba con entusiasmo a su amiga las cosas maravillosas que había visto desde la mañana. Le contó de la misteriosa neblina que se posó sobre el lago. Habló del concierto que disfrutó gracias al canto de las aves, de la lluvia que le refrescó la frente. Le relató cómo se fortalecieron sus músculos al subir una alta colina y trepar sobre grandes rocas. Como si eso fuera poco, continuó contando la mujer, aspiró el olor de las flores silvestres a lo largo del camino y observó la labor de las abejas extrayéndoles su néctar.

La otra amiga, por su parte, le compartió cuán difícil había sido su jornada. Se quejó del fastidio de la niebla y la lluvia. Lamentó los molestosos ruidos del ambiente y los grandes obstáculos a los cuales se enfrentó que la agotaron y frustraron. Apenada por la dura experiencia de su amiga la mujer le preguntó por cuál duro camino había pasado hoy. Al comparar cuidadosamente sus trayectorias se dieron cuenta de que habían atravesado exactamente por los mismos lugares.

¿Con cuál de estas amigas te identificas tú? ¿Permites que una actitud de queja y descontento contamine tu visión de los sucesos de la vida? O por el contrario ¿ves claramente las oportunidades para deleitar tu corazón a lo largo del camino? Es muy cierto el dicho popular de que las cosas se ven del color del lente a través del cual se miran. Dependiendo del nivel de contentamiento que tenemos en nuestro corazón así aprovecharemos o rechazaremos los pequeños placeres que Dios en su misericordia nos regala cada día. He mirado con el lente de la amiga negativa más de lo que quisiera admitir. Pero me he determinado a contrarrestar los efectos del afán y de los contratiempos inevitables de la vida. Me he dado cuenta de que es mi decisión decidir cada mañana si voy a decir: “¡Qué día tan pesado me espera”!, o si voy a declara como el rey David en el salmo 118, “¡Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en El!

La verdad es que prácticamente ningún día es perfecto. Así que si estamos esperando que todo marche como queremos vamos a perder muchas oportunidades para nutrir el gozo de nuestro corazón y de los corazones de los que nos rodean. Diariamente le pido a mi Señor que forme en mí un corazón que desborde en contentamiento para no despreciar, ni ignorar ninguna de Sus bendiciones. Me he propuesto detenerme a lo largo del camino sólo con el propósito de deleitarme en Sus multiformes maravillas. Mi querida amiga, ¿me acompañas a hacer lo mismo?

En esta semana medita y examina tu corazón en base a la verdad universal de Proverbios 17:22:

El corazón alegre constituye buen remedio;
Mas el espíritu triste seca los huesos.

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Tres actitudes - perserverar, compartir y orar

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Hechos Capítulo 2, quiero comenzar en el versículo 42. Recordemos que estamos estudiando el libro de los Hechos y que no es solamente un libro lo que estamos estudiando, estamos usando el libro de los Hechos para estudiar muchos textos, muchos temas de la Biblia, muchos principios espirituales que son parte de nuestra vida. El libro de los Hechos es simplemente un trampolín, un punto de partida hacia las demás enseñanzas. Así que no se sienta como que estamos demasiado limitados porque estamos solamente estudiando el libro de los Hechos. Al contrario, esto es parte de conocer las cosas bien a fondo y sacarle máximo provecho a la Escritura. Así que vamos a tomar, yo creo que en realidad, aunque hay una división, no sé si en su Biblia está, comenzando en el versículo 43 hasta el 47, en realidad el versículo 42 debiera estar metido ahí también junto con los demás versículos finales porque hacen parte de una totalidad, de una idea que quiere proyectar el escritor. Dice el versículo 42:

“…Y perseveraban en la doctrina de los Apóstoles en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones…”

Cuatro cosas que dice que los primeros cristianos enfatizaban y se mantenían en eso como parte central, fundamental de su vida como iglesia, como comunidad. La doctrina de los Apóstoles, la comunión unos con otros, el partimiento del pan y las oraciones. Entonces el versículo 43 dice:

“… y sobrevino temor a toda persona y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles…”

Recuerden, nos está dando un reporte, un resumen de lo que era la vida de las cosas que caracterizaban a esa comunidad de fe, y por extensión, nosotros creemos que también debe caracterizar nuestra vida como iglesia. Esos son los elementos que deben caracterizar la vida de León de Judá también y la vida de cada persona que está integrada a esta iglesia.

“… sobrevino temor a toda persona y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas y vendían sus propiedades y sus bienes y los repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el final de toda esa vida y de toda esa forma de vivir, dice, y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Como ustedes ven, hermanos, aquí tenemos un retrato de la vida de los primeros creyentes. El domingo pasado vimos a Pedro aprovechando una oportunidad para predicar un sermón que conmovió a las personas que lo escucharon. Como resultado de ese sermón 3000 personas se convirtieron al Señor. Pedro los llamó a arrepentirse, es decir, cambiar de forma de vivir, cambiar de forma de pensar, reconocer que habían pecado, crucificando al Hijo de Dios que ahora, por medio de su resurrección, Dios había mostrado que efectivamente era el Mesías del cual hablaban los profetas, los animó a bautizarse como una señal de arrepentimiento y también los animó a abrir sus vidas y recibir el don del Espíritu Santo.

Y decíamos que esas son tres cosas que son importantes, en cualquier experiencia de conversión de un hombre o una mujer que entra al Evangelio: arrepentimiento, cambio de corazón y de mente, bautizarse, porque es un acto de obediencia al Señor y vemos que los primeros cristianos le daban mucha importancia al bautismo y que de hecho bautizaban a la gente inmediatamente que se convertían, desde que podían los pasaban por las aguas del bautismo.

El bautismo no salva, recuerde eso, el bautismo no salva pero sí es una expresión de algo muy poderoso que se da en nuestra vida y es uno de esos sacramentos, es una de esas ordenanzas que hacemos muy bien en nosotros obedecer. Y también, no quedarse solamente con esas dos cosas, sino pasar a pedirle al Espíritu Santo que se activara dentro de ellos, que vivir una vida llena del Espíritu Santo, recibir la presencia del espíritu, el bautismo del espíritu, los dones del espíritu, para poder vivir una vida verdaderamente sobrenatural.

Hemos estado enfatizando a través de todas estas enseñanzas que el Espíritu Santo es tremendamente importante a la vida del creyente, que tenemos que vivir una vida llena del espíritu, una vida vital, una vida gozosa, una vida de poder, no podemos vivir una vida simplemente a la merced de las circunstancias, viniendo a la iglesia como si fuera una rutina, es una vida vital, es una vida llena de fuerza y de poder. Tenemos que cultivar.

Pablo le dice a Timoteo, “te aconsejo que avives el fuego del don de Dios…”. La misma palabra, el don del Espíritu Santo, “…el don de Dios que está en ti…” No podemos simplemente conformarnos, ok, bueno yo ya tengo el don del espíritu y ahora vivir una vida toda rutinaria. No, hay que siempre estar atizando el fuego, hay que estar siempre asegurándose de que el fuego tiene combustible para poder hacer lo que tiene que hacerse.

Entonces, esos tres elementos y exhortaba a la persona a convertirse al Evangelio. Y entonces, el resultado de todo ese sermón dice, que se convirtieron como 3000 personas y uno se pregunta, bueno, y qué le pasó a esa gente? Porque está apenas comenzando la predicación del Evangelio, es apenas una iglesia virgen, una iglesia bebé, es la primera vez que se predica en realidad de una manera multitudinaria después que Cristo asciende, un sermón que inicia la vida evangelística de la iglesia en el mundo, en la historia.

Qué pasó con esas 3000 personas más los pocos discípulos que ya conocían a Jesús durante el tiempo del ministerio terrenal de Jesucristo? Bueno, dice que estas personas tenían un cierto estilo de vida, y cómo se caracterizaba ese estilo de vida? Bueno, primeramente perseveraban en la doctrina de los Apóstoles. Dos palabras aquí bien importantes, perseveraban. Eso quiere decir que se mantenían enfocados. La palabra proscareontes en griego, que se traduce perseveraban, quiere decir como que estaban enfocados seriamente, se dedicaban a, le daban mucha atención y energía a eso que estaban haciendo. Y a qué perseveraban? Dice, en la doctrina de los Apóstoles. La palabra didaqué es la palabra que se traduce doctrina en español. En qué perseveraban ellos? En la doctrina de los Apóstoles.

A qué se refiere la doctrina de los Apóstoles? Se refiere a la enseñanza de los Apóstoles. Y cuál era esa enseñanza? Bueno, los principios que Cristo les instruyó cuando estaba en la tierra acerca de él como el Señor, su muerte expiatoria en la cruz, su ascenso al cielo, su venida algún día, un Dios que los amaba, acerca del Espíritu Santo. Eran los elementos de la fe cristiana que los Apóstoles eran los que, al iniciarse la fe cristiana, eran los que estaban diseminando esa.

Siempre recuerden, la enseñanza bíblica no es algo que uno se inventa. La enseñanza bíblica que forma parte de nuestra fe nos viene a través de esta Escritura. Los libros que fueron escritos por los Apóstoles, los profetas de Dios, los escritores de Dios, no es una doctrina hecha por nosotros, es una doctrina que nosotros hemos recibido y que no tenemos derecho a cambiar.

Hay cosas de la Biblia que a mí no me gusta. Yo se lo confieso. Hay que cosas que si yo pudiera controlar, yo lo hubiera escrito diferente. Yo lo hubiera hecho diferente y me haría la vida más fácil a mí como pastor y como predicador, pero ¿Saben qué? Yo no tengo derecho a cambiar ni una letra de esa palabra. Yo tengo que sujetarme a ella. Yo tengo que vivir por ella. Yo tengo que dedicarme a conocerla, indagarla, aprenderla y entonces a obedecerla, porque yo sé que viene de Dios a través de sus Apóstoles y profetas, viene de Dios a través de esos seres escogidos que él dejo que la registraron en su palabra. Y yo lo que tengo que hacer es perseverar en ella, en la doctrina.

Y ¿Saben qué, León de Judá? nosotros tenemos que hacer lo mismo como iglesia. Tenemos que perseverar en la doctrina. Tenemos que dedicarnos a conocerla. Por qué nosotros tenemos clases de discipulado? Por qué instruimos a los niños en sus clases ahora mismo, por ejemplo, allá arriba? Por qué está usted escuchando este sermón? Por qué estamos escogiendo un pasaje de la Biblia para exponerlo de la manera en que lo estamos haciendo? Por qué me tomo yo trabajo para dilucidar y extraer estos principios y enseñarles en una manera práctica y aplicarlos a la vida? Porque tenemos que perseverar en la doctrina.

Nosotros queremos una iglesia instruida en la palabra. Nosotros no queremos una iglesia solamente basada en emociones, ¿sabe? No podemos dedicarnos solamente a que nos den escalofríos y supuestos actos milagrosos y solamente eso, y palabras. No, hay que dedicarle tiempo a conocer la palabra, enseñar la doctrina. Conoces tu la doctrina bíblica? Si alguien te pregunta por qué tu crees en Dios? Por qué tu crees que Cristo es el Hijo de Dios? Quién era Abraham? Por qué tuvo Cristo que morir en la cruz del calvario? El bautismo salva o sino por qué es importante? Por qué hay que arrepentirse? Qué es el bautismo del Espíritu Santo? Por qué el Espíritu Santo es importante? Por qué Cristo es Dios y no simplemente una creación más de Dios? Preguntas que son partes de la doctrina de la Biblia. Y tu y yo debemos aprenderla para poder vivir vidas adecuadas, vidas efectivas.

Por eso es que yo te animo en el nombre del Señor Jesucristo, aprende de la Biblia, estudia la palabra y persevera en ella. No te salgas de ella. No trates de jugar con ella. No, persevera en la enseñanza de la palabra de Dios. Entonces, esta gente perseveraba en la doctrina que había recibido de parte de los Apóstoles que eran los que los pastores, eran los indoctrinadores de esa nueva comunidad. Pero no solamente se quedaron allí. Hay iglesias que solamente es palabra, palabra, palabra, Biblia, Biblia, Biblia, y ¿Saben qué? Cuando una gente viene a la iglesia quiere compañerismo, quiere amistad, quiere un sentido de familia.

Qué cosa más desalentadora que usted viene a una iglesia, primera vez a visitar, nadie lo mira, nadie lo saluda, usted se sienta al lado y es totalmente invisible. La persona que está a su derecha, a su izquierda ni siquiera se percatan de que usted llegó. Si usted está predicando, no le traen un poquito de te para que la garganta… gracias, hermana. Cuantas veces usted ha ido a una iglesia y se siente como que guau, mejor me hubiera quedado en mi casa. A nadie le importa que usted llegue, no le dan la bienvenida, no le hacen sentirse a gusto, no hay sonrisa, no hay alegría, no hay un saludo al final del servicio. Todo el mundo comienza a saludarse y se buscan por allá y usted ahí como perdido completamente, no importa y se va a su casa todo triste, cabizbajo porque nadie le amó. Y usted viene semana tras semana y se siente… y desgraciadamente debemos decir probablemente ha pasado y pasará aquí en nuestra iglesia, gracias a Dios mucha gente me dice, esta es una iglesia amorosa. Yo le doy gloria a Señor por eso. Podemos hacer un mejor trabajo, sabe?

De dónde yo saco eso? Dicen que estaban en la comunión unos con otros. Comunión, la palabra coinonía. Usted ha oído la palabra coinonía? Cuántos han oído esa palabra alguna vez? Coinonía quiere decir, compañerismo, comunión, familia, comunidad, compartir junto, coinonía. Una palabra muy bíblica. Y yo le tengo que pedir al Señor cada día, Padre, haznos más y más una iglesia amorosa.

Oiga, que bueno sería si la Ciudad de Boston conociera León de Judá como una iglesia amorosa, que nadie se siente extraño. Como el nombre de la serie “Where everybody knows your name” de la barra esa aquí en Boston. Cómo se llama la barra? Shear. Donde todo el mundo conoce tu nombre, esa serie, la recuerdan?

Y que bueno es una iglesia donde todo el mundo conoce tu nombre. Tenemos que esforzarnos. Somos una comunidad grande, diversa, hay dos servicios, para más fragmentación todavía, un grupo en inglés, podríamos ser una iglesia anónima, donde nadie conoce tu nombre. Pero Dios nos libre de eso.

Hermanos, permítanme hacer un llamado pastoral, en esta mañana. Vamos a hacer esfuerzos por ser una iglesia de amor. Y usted es parte de ese milagro. Quizás usted se siente como que no, son los ujieres y los pastores quienes tienen que darle el saludo a la gente, yo soy un miembro solamente. A mí que me saluden. Señores, si tu tienes a alguien allí, te sentaste al lado, viniste por la mañana, saluda a esa persona. Si no lo conoces, preséntate. Si se ve como que está un poquito perdido, es un visitante, más razón para asegurarte de que lo saludes. Cuando le damos la bienvenida a los visitantes identifícalos y al final del servicio ve y dale un saludo, sobretodo si están cerca de ti, que nadie se vaya sin recibir un cálido saludo. Y vamos a esforzarnos por tener vida de familia también. Invitémonos unos a otros a nuestras casas, llamémonos por teléfono. Todo eso lo que hace, esa comunión, esa coinonía posible. No nos conformemos.

Que lindo es cuando miramos, si pudiéramos ver una radiografía de la vida social de León de Judá, viéramos como una red de relaciones bien enmarañada donde todo el mundo está relacionado unos con los otros, nos amamos, nos conocemos, nos tratamos, nos respaldamos. Cuando yo fui a visitar con Gregory esta semana a la hermana María que estaba enferma en el hospital Mass General, en ese momento cuando salíamos del elevador, con quién me encuentro? Con Maira Rodríguez que iba a entrando al elevador que había estado visitando a la hermana María. Y la hermana Dilma y Marvin nos dijeron, varios hermanos, nos sentimos tan respaldados porque muchos hermanos han orado por nosotros y han estado visitando a mi mamá. Que lindo eso. Comunión, vamos a esforzarnos por ser una comunidad, no solamente gente de la palabra, muy lindo eso, pero la palabra es… la iglesia cristiana tiene que ser de toda una iglesia de amor, una iglesia de afecto, ayudémonos unos a otros, respaldémonos unos a otros y expresémonos amor unos a otros.

Perseveraban en la doctrina, en la comunión unos con los otros, en el partimiento del pan. Eso es raro, en el partimiento del pan. Es una expresión, no es que solamente comían pan, yo creo que el escritor quiere decir en compartir juntos comida, comer juntos. Es una expresión un poquito elusiva y difícil de entender, qué quiso decir Lucas con esa expresión? Algunos piensan que quiere decir el ágape del cual habla Primera de Corintios, Capítulo 11, el que yo leo cuando estoy celebrando la santa cena. El Señor Jesucristo dijo, cada vez que os reunís haced esto en memoria de mí, cada vez que coméis del pan haced esto en memoria de mí.

Vemos aquí, quizás, el comienzo de una tradición, que luego llegó a ser la eucaristía, o la santa cena de la iglesia, donde los cristianos se reunían para comer juntos y para recordar el sacrificio de Jesús en la cruz, y que llegó a ser todo un rito muy bello que era una celebración de la pascua, en la cual el cordero pascual, Jesucristo, se había entregado su sangre para salvación de la humanidad. No estamos seguros, parece que aquí se refiere, era una ocasión social con ciertas connotaciones espírituales.

Pero yo extraigo de aquí algo muy importante y es que: que lindo es cuando, sí, comemos juntos y compartimos juntos. A veces tenemos esas comidas allá abajo para levantar fondos, gloria a Dios por el aspecto financiero, pero también a mi me encanta la idea de que mis hermanos están ahí abajo comiendo juntos. Saben qué cuando usted come con alguien es como que se da algo bien importante, es un grado de intimidad mayor, cuando se comparte comida juntos.

Y yo les animo, en el nombre del Señor a invitarse unos a otros también, en nuestros países antes…, yo no sé cuantos de ustedes, pero la gente comía y se reservaba un plato para la vecina. Por su risa sé que muchos entienden a qué me refiero, no? Y ahí iba el plato, la vecina con el plato a cruzar el callejón, o lo que sea, vecina, aquí le traigo un plato de comida, un poquito de arroz, frijoles, un pedacito de carne, si podían.

Pero la idea era expresarse cariño. Había pobreza, muchas veces, y cuantas veces a cuantos nos salvó un plato de comida que trajo la vecina, quizás era la única comida que tenía. Que lindas esas experiencias, no? Eso se ha perdido en las ciudades anónimas y en las iglesias grandes, se pierde ese sentido de compañerismo, pero compartir el pan juntos es bien importante. Invite a alguien a su casa. Su casa no tiene que ser un palacio, ni todo tiene que estar absolutamente perfecto. La Biblia dice que no nos olvidemos de la hospitalidad. Recuerdan? Es un valor cristiano muy sólido: la hospitalidad. Hay gente que su casa es su castillo y lo cierran como con 40 candados para que nadie entre. Y cuando llegan del trabajo se refugian, corren, prenden el televisor y se sientan allí a adorarlo con un plato de comida y que nadie venga a su casa, porque es su refugio, no?

Hermanos, nuestra casa tiene que ser lugares también de hospitalidad. Tenemos que practicar la hospitalidad como un valor cristiano, sabe? Invite a alguien a su casa. Hay gente solitaria, hay gente que tiene sus familias en sus países, necesita gente que los invite. Compartan, invítense unos a otros, compartan el pan y hágalo como una muestra de amor cristiano. No tiene que ponerse muy religioso allí y parecer como que están celebrando la eucaristía. No, coman juntos, oren juntos, adoren al Señor y celebren el amor cristiano. Que cosa más linda que es esa. Y yo creo que el Señor recibe eso y le agrada, no? Amén. Eso es parte de ser una comunidad vital, así que visite a hermanos sobretodo a aquellos que quizás no le pueden reciprocar también con una invitación a su casa después. Y extienda el amor cristiano de esta manera.

Doctrina, comunión y esa comunión se expresaba prácticamente en compartir hospitalidad unos con los otros, y finalmente en las oraciones. Otra cosa que suena rara, participaban juntos en las oraciones, a qué se refiere? Bueno, yo me imagino que está hablando de tiempos juntos de adoración. Los judíos, y recuerde que esta es una comunidad que está saliendo del judaísmo. Ellos todavía se consideran judíos con el adicional elemento muy importante de que creen que ya el Mesías, ellos saben quién es el Mesías, que es Jesús, pero son judíos.

Todavía, lo que hoy en día es la iglesia evangélica o la iglesia cristiana católica o lo que sea, no ha llegado a su plena expresión. Esta gente todavía está como medio judíos y medio cristianos pero están todavía asumiendo una identidad cristiana. Entonces, probablemente estas oraciones las hacían en el templo judío, se reunían, algunos creen que en un lugar ahí en el templo que se llamaba el pórtico de Salomón, uno de esos espacios, porque el templo era grandísimo, y ahí se reunían esos primeros cristianos a hablar juntos de la Biblia, a orar juntos y llegaban al templo en el tiempo de las oraciones formales del templo. Pero ahí vemos algo, que es el inicio de la vida de adoración del pueblo de Dios que hoy en día es venir el domingo, por ejemplo, a la iglesia a adorar al Señor, venir el miércoles, ir a una casa para uno de estos grupos de células, los hombres se reúnen los martes en la noche para adorar juntos, los sábados por la mañana para orar como estuvimos aquí ayer por la mañana. Perseveraban en las oraciones unos con otros.

Que lindo es, hermanos, que nosotros entendemos algo que es bueno venir a la casa del Señor y adorar juntos, orar juntos. No solamente orar sino que perseveraban en la oración que incluía la oración. Cuando venimos al templo de Dios, venimos a cantar, orar, leer la palabra, dar nuestros diezmos, meditar en la palabra de Dios, todas estas cosas caracterizan una vez redondeada de adoración. Es importante venir a la casa del Señor. Mucha gente dice, yo puedo adorar a Dios dondequiera porque él está dondequiera. Eso es cierto, pero que bueno es cuando el pueblo de Dios así como estamos nosotros en comunión unos con los otros. Lea este momento, no venga así… lea este momento, entienda lo que estamos haciendo. Que raro es esto?

Si usted fuera un marciano viniendo de Plutón, de un planeta de esos y ve esto, no le parecería extraño? Lo que pasa es que nosotros lo hacemos tanto que ya es algo normal. Pero que cosa más rara. Gente de toda la ciudad se citan para venir a un lugar, sentarse y hacer una cantidad de musarañas y de cosas raras juntos. Eso es bello, eso es algo maravilloso, extraordinario, nunca pierda el sentido de misterio de lo que usted está haciendo, nunca piense que lo mismo es sentarse en su casa con un plato de cereal mirando el televisor, un predicador con una corbata de 700 dólares, y que usted cree que eso hace de sustituto de venir a la casa de Dios, de ser esfuerzo, de vestirse lo mejor que usted puede, venir a la iglesia, adorar con sus hermanos, gozar de coinonía juntos, y presentar nuestra adoración en vivo al Señor, eso es importante. Nunca pierda ese aspecto de su vida, mi hermano, mi hermana.

El Apóstol Pablo advierte a los creyentes, dice, “no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre…”, algunos se quedan en su casa por allá. Estoy demasiado cansado, demasiado deprimido, demasiado molesto. Venga a la casa del Señor y adore el Señor. Persevere en la oración, juntos unos con los otros. Eso es parte de una vida cristiana balanceada. Yo creo que no se puede ser un cristiano fidedigno, verdaderamente sin gozar de la comunión de los santos. Eso es esencial, no hay cristianos llaneros solitarios, no lo hay. Los cristiano somos una comunidad por definición y tenemos que ser parte de esa comunidad dondequiera que vayamos tenemos que buscar una comunidad de creyentes.

Termino con esto. Lo que ven aquí en el resto es más bien una elaboración de todo esto que yo acabo de decir. El resultado final de todo esto, gracias Enrique, qué pasa en el versículo 43? Dice, “…sobrevino temor a toda persona…”

La palabra temor en el griego original es fobos, de donde viene la palabra fobia o miedo. No es que sobrevino miedo de esta gente, fue como un asombro lo que sucedió en toda la comunidad, fue como un sentido de guau, algo importante está pasando entre esta gente. Al ver estas miles de personas, en el segundo sermón de Pedro, se convirtieron 5000. Imagínense en una ciudad pequeña, relativamente pequeña de apenas unas decenas de miles Jerusalén, que se conviertan 3000 y después 5000, y que se hable de un hombre que murió y resucitó y que ahora su pueblo, su gente está predicando la palabra y que ven a esta gente viviendo una vida ejemplar, adorando juntos, comiendo juntos, amándose unos a otros, apoyándose unos a otros, sobrevino un temor. Los periódicos comenzaron a escribir, algo extraño está pasando en Jerusalén. El reportaje, sí, yo me convertí y conocí a Cristo y mi vida cambió. Otro por allá, sí, yo estaba enfermo y Dios me sanó. Otro por allá, fulanita vendió su casa y repartió dinero a todos los pobres. Guau! La gente está asombrada, no sabe que decir. Un sano sentido como que guau, Dios está en la ciudad, algo raro está pasando, Dios se está moviendo en medio Dios de su pueblo, guau! Muchos quizás que recuperaron un sentido de lo sagrado, dijeron, bueno, yo tengo que examinar mi vida también, estaré yo viviendo una vida como Dios quiere? Sobrevino temor.

Que pasa cuando una iglesia vive la vida cristiana en una forma ejemplar, como esta gente? ¿Saben qué? El mundo se da cuenta. Yo creo que, más adelante, en el versículo 47 en el final dice:

“… y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos…”

Mire que interesante. El resultado fue, primero, asombro en la gente; sano temor de Dios. Yo creo que por qué la gente no respeta más las cosas del Evangelio? Yo creo que la culpa mayormente es de la iglesia, no es de la gente, es que los cristianos no estamos viviendo la vida que Dios nos llama a vivir.

Cuando la iglesia se pone de pie comienza a vivir como Dios manda, nos amamos, nos arrepentimos de nuestros pecados, cambiamos de vida, oramos al Señor, adoramos al Señor, la gracia del Señor se manifiesta. Dios hace milagros y señales y prodigios, como vemos aquí. Estamos juntos, compartimos las cosas, el Espíritu Santo se manifiesta, vivimos con alegría y sencillez de corazón, como dice ese pasaje, mire, ¿Saben qué? La gente comienza a venir solo, sin que se les invite y se entregan su vida al Señor.

Por qué la sociedad no está experimentando un mayor efecto del Evangelio? Es que nosotros nos falta autenticidad, no estamos viviendo la vida cristiana como Dios quiere. O como iglesia, asumamos nosotros la responsabilidad de ser una iglesia vital, una iglesia llena del Espíritu Santo, una iglesia generosa, una iglesia de amor unos con los otros. Y yo creo yo sé que ya mucha gente en esta comunidad latina sabe que existe una iglesia que se llama Congregación León de Judá, para gloria del Señor, para gloria exclusiva de Dios.

Gregory y yo fuimos a una cita con un miembro de la iglesia que está tomando consejería con un psicólogo, un psiquiatra hispano, aquí en la comunidad, estuvimos el jueves, el viernes, jueves. Este hombre es un profesional, un excelente psicólogo, de paso, y yo creo que es un hombre temeroso de Dios. ¿Saben qué? Ahí yo me di cuenta, él conoce nuestra iglesia, conoce a nuestro ministerio y tiene mucho respeto por nuestra iglesia. Gloria a Dios por eso, porque podemos dar buen testimonio y la gente sabe que hay gente que ama a Dios y que están sirviendo a Dios como Dios quiere. Y esos son trabajos evangelísticos, lo que pasa es que poco a poco va viniendo al Evangelio.

Ahí mismo cuando entrábamos a la clínica una señora estaba sentada ahí en una silla de espera, cuando nos vio, se levantó con una gran sonrisa: yo asisto a su iglesia pastor hace poco, escuchamos su programa en la radio y yo estoy asistiendo a su iglesia. Que lindo eso. Que hermoso cuando una comunidad se da a conocer por la genuinidad de su vida y genera buen testimonio en la comunidad y como que el Señor está trayendo la gente.

Yo creo que no hay que retorcerse para que la gente conozca a Jesucristo, lo que hay que hacer es vivir la vida cristiana a diario, mantener buena higiene espiritual y cuando una iglesia vive la vida cristiana como se supone que la viva, todos los días, de día en día, suavemente sin mucha agonía, ni nada, Dios añade los que han de ser salvos, van viniendo ellos solos. Y también uno hace sus esfuerzos, como hemos hecho esta semana, gloria a Dios.

Pero Dios va añadiendo la vida, y si León de Judá se une a la iglesia que está a tres cuadras, y esa iglesia se une a la iglesia que está a cinco cuadras, y esas tres iglesias se unen a otra que está por allá, por el otro lado de Roxbury y esa se unen a tres o cuatro que están en el Southend, y otras se unen a los que están en Randolph, o en Queency o en Brighton o en Cambridge, óigame, qué pasaría, hermanos si esta ciudad se llenara de iglesias, de comunidades viviendo auténticamente la vida cristiana como describe aquí? Sería la gloria de Dios en la tierra, los demonios tendrían que salir huyendo y gritando, aullando saldrían, se escucharían mientras van metiéndose al hoyo de donde vinieron. Porque la vida de Dios se manifiesta en medio de su pueblo, nuestra comunidad.

Así que yo le pido, Señor, ayúdanos a nosotros a ser una iglesia auténtica, una vida guau! Puntos de hoy: who did this? Tremendo. Gracias. Eso es el comienzo de una traición? Ojalá que así fuera.

Perseveraban en la doctrina, esfuerzo para hacer una iglesia de amor, compartir el pan, hospitalidad y oraciones, comunión, comunidad, coinonía entre hermanos, autenticidad, vivir una vida cristiana auténtica.

Hermanos, si León de Judá hace eso, si usted y yo lo hacemos, no hay fracaso posible. Dios va a hacer cosas extraordinario en medio de nosotros. Amén. Que lindo es saber que ahora mismo hay hermanos en inglés recibiendo su sermón, aquí en español, quien sabe si un día lo tendremos en chino y en creole, en portugués. Gloria a Dios, eso va a ser la gloria de Dios en la tierra. Amén.

Gloria al Señor. Que bueno. Coinonía, comunidad, compartir unos con los otros, amarnos, apoyarnos a pesar de nuestras diferencias. Si hay una necesidad acudir todos allí al lugar de encuentro para llenar esa necesidad. Yo le doy gracias al Señor.

Levántese un momentito y reciba un pedacito de esta enseñanza, algo que le toque a usted, algo que le toque su corazón en esta mañana, recíbalo en el nombre de Jesús. Yo sé que hay cosas que a mí me toca recibir. Donde está la parte que Dios me está llamando a ejecutar en este día en mi vida? Yo pido que el Señor Jesucristo haga real esta vida del espíritu en León de Judá, en esta comunidad, una iglesia de amor, una iglesia de perdón, compasión, misericordia, afecto fraternal, entrega a los valores del Reino de Dios, todas esas cosas buenas.

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Cuando llegue el Lunes a tu vida

26 de julio del 2010 - Por Gloria Marroquín

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmo 5:3

Mientras pagaba la cuenta en una tienda de la ciudad de Boston, la persona que me atendía no podía disimular lo disgustaba que se encontraba, parecía estar muy contrariada, como si estar ahí, en ese día a esa hora y en ese lugar fuera el castigo más grande que pudiera recibir. Traté de iniciar una conversación diciéndole, que la temperatura estaba muy agradable, a lo cual me contestó, lo mucho que detestaba los días lunes, siempre había sido el día que a ella más le disgustaba. A lo cual le respondí, fíjese que el lunes es uno de mis días favoritos. “No veo por qué”, dijo ella, “pues a mí me parece que son muy pesados, y me ponen de muy mal humor”. Porque he aprendido, le respondí, que ese día es un día que hizo Dios, que es una nueva oportunidad, un nuevo comienzo de semana, un nuevo reto, un día de trabajo donde mi tiempo será recompensado en forma especial. En cambio, en este día, mucha gente no tendrá un trabajo donde ir, muchos estarán postrados en una cama con alguna enfermedad, deseando mejorarse y poder ganar para el sustento de su familia o en alguna prisión sin poder salir, para estar en cualquier otra parte. Muchos estarán buscando la oportunidad de conseguir un trabajo, tal vez más pesado o difícil que el que nos toca hacer y darían cualquier cosa por una oportunidad nueva hoy y nosotros que la tenemos, no lo vemos así. A la verdad debemos de dar gracias a Dios y pedir por aquellos que no tienen un trabajo. Ella me escuchó en silencio y poco a poco su expresión fue cambiando, los músculos de su cara se suavizaron en una tímida sonrisa mientras decía, “nunca lo había visto de esa manera, creo que hay mucha razón en eso”.

Mientras me alejaba pensaba, Dios danos un corazón agradecido, que no nos olvidemos de dar gracias, porque recibimos las cosas, casi sin prestar atención, sin escuchar la voz de Dios que en medio del vaivén del mundo nos regala sus milagros y su gran misericordia.
¿Qué haremos cuando venga el lunes a nuestra vida? Ese tiempo difícil donde no tenemos deseos de agradecer ni de ver que bendición encierra, cuando las circunstancias son tan y tan negativas que no vemos nada bueno y solamente deseamos quejarnos y criticar. Vamos a presentarle a Dios nuestra queja en oración, a buscar su consejo en su Palabra, vamos a cambiar nuestra actitud, ver las opciones que nos presenta Dios.

¿Qué haremos cuando llegue el "Lunes" a nuestra vida?

Oración:
Padre Celestial, queremos ser un pueblo agradecido, que obremos bien, que bendigamos a los demás, con una vida que cada día se presente ante tu trono de gracia para buscar consejo y presentar nuestras cargas. Que como el profeta podamos testificar “Jehová es Bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.” Nahúm 1:7

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Tres pasos - arrepentimiento, bautismo, y recibir el Espiritu Santo

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Vamos al Capítulo 2, versículo 36, el sermón del Apóstol Pedro, el día de Pentecostés. Dice el Apóstol Pedro:

“… Sepa pues, ciertísimamente toda la casa de Israel que a este que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis le ha hecho Señor y Cristo. Y al oír esto, dice el 37, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: varones hermanos, qué haremos? Y Pedro les dijo: arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo, porque para vosotros es la promesa y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para cuántos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba diciendo: sed salvos de esta perversa generación…”

Bendiga el Señor su santa palabra. Como le decimos, estamos haciendo un recorrido cuando podemos del Libro de los Hechos. Ustedes recordarán que la última vez que estuvimos hablando aquí, hablamos del pasaje anterior en el cual vimos, que cuando se manifestó la presencia del Espíritu Santo, cuando cayó el Espíritu Santo sobre esos discípulos que estaban reunidos, ellos comenzaron a profetizar y a hablar en lenguas comprensibles para esos judíos que venían de diferentes países y que estaban allí en Jerusalén precisamente para celebrar el festival del Pentecostés.

Y al ellos ver la conmoción y ver estos discípulos exaltados en el poder del Espíritu Santo y me imagino que ese era un gran festín, estaban embriagados con la presencia del Señor, mucha gente que no tenía experiencia previa con este tipo de manifestaciones, pensaron que estaban borrachos. Y el Apóstol Pedro aprovechó esa oportunidad para aclarar, no, esta gente no está embriagada, esta gente no está borracha, es temprano en la mañana, lo que pasa es que tienen la llenura del Espíritu Santo y entonces Pedro aprovecha y va al libro de Joel, uno de los profetas judíos y les muestra que allí en el libro de Joel, en el Capítulo 2, había una profecía donde decía que en los postreros tiempos Dios derramaría de su espíritu sobre toda carne.

Entonces Pedro les aclara y les dice, eso que profetizó el profeta Joel es lo que ustedes están viendo en este momento. Es el cumplimiento de esa profecía. Y queremos aclarar aquí de nuevo y enfatizarles que esta profecía de Joel es muy profunda porque en realidad es una profecía que se ha cumplido ya dos veces y todavía le falta una tercera vez para cumplirse. La primera vez que se cumplió en el mismo tiempo del profeta Joel, en un tiempo de sequía espiritual, un tiempo de tristeza para el pueblo de Israel, y donde Joel llamó a los judíos en ese tiempo a convocar una solemne asamblea, humillarse, pedir bendición de Dios y que Dios vendría y sanaría la tierra y traería prosperidad y que después de eso derramaría de su espíritu.

Y entonces la segunda vez que se cumplió esa profecía fue precisamente en el tiempo de Pentecostés, cuando Pedro dirigido por el Espíritu Santo, discierne que esa profecía no era solamente para aquel tiempo, sino también para el tiempo en que estaban viviendo, en que Dios ahora estaba derramando de su espíritu en una manera más universal, más abundante, más abarcadora porque antes, como decíamos, los dones del espíritu estaban reservados para los profetas, para los sacerdotes y para los reyes. Pero el Señor había dicho que él derramaría su espíritu sobre toda carne. Y Pedro dice, eso es lo que está pasando aquí.

La tercera vez que se ha de cumplir esa profecía es cuándo? En los últimos tiempos, en los postreros días, como dice Joel. Yo creo que los tiempos que estamos viviendo, donde habrá una gran manifestación de los dones del espíritu. Y quiero enfatizar eso, y re enfatizarlo porque es importante para que nosotros podamos discernir los tiempos que estamos viviendo.

Y el profeta Joel dijo que en esos tiempos también muchos clamarían al Señor. Dice que todos los que clamaren al nombre del Señor serán salvos. Nosotros creemos que va a haber una gran cosecha de almas en los últimos tiempos. Creemos también que, como dice esa misma profecía, el pueblo de Israel, sería reunido de todos los países a donde había sido disperso como lo fue en el año 1948, Israel pasó a ser una nación después de dos mil años de no existir como nación. Y los judíos han estado viniendo de todas partes de la tierra, de la India, en la India se han encontrado judíos perdidos durante siglos y siglos que han reconocido su trasfondo hebreo. En Etiopía, yo cuando estuve la última vez en Jerusalén visité un centro comunitario donde hay etíopes, es una comunidad grandísima que han sido traídos de Etiopía, que habían retenido sus costumbres judías durante siglos. En la China se han encontrado judíos. En África del Sur se han encontrado descendientes de judíos. En la India hay toda una población que ya está casi despareciendo completamente de judíos que trazan su linaje a los tiempos de siglos y siglos atrás. Y esa gente ha estado viniendo. Esa profecía dice que junto con ese derramamiento sería el recogimiento de las naciones.

Y habla también del día de Jehová que es un día de grandes conmociones naturales, manifestaciones sobrenaturales en el cielo y en la tierra, en el mar, que es el gran día de Jehová, y todo esto estaba bullendo ahí en el espíritu del Apóstol Pedro mientras él expresaba este primer sermón bajo la unción del Espíritu Santo.

Entonces, ahora Pedro, después de decir esto, en los versículos anteriores, lleva el evento de Pentecostés hacia la figura de Jesús. En el versículo 32 Pedro dice:

“… a este Jesús resucitó Dios, a ese mismo Jesús que ustedes crucificaron y que lo había entregado, y dice en el versículo 23, … a este entregado por el determinado consejo, y anticipado conocimiento de Dios, ustedes lo prendieron y lo mataron por manos de inicuos, crucificándole. Y ese mismo Jesús que ustedes crucificaron Dios lo ha levantado y lo ha hecho Señor y Dios, Señor y Cristo.

Versículo 36 dice: “… sepa pues ciertísima toda la casa de Israel que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis Dios le ha hecho Señor y Cristo…”

En otras palabras, después de hacer ese recorrido en la Escritura profética, y también va al libro de los Salmos para mostrar que Cristo, ese hombre resucitado del cual hablaba David, en el libro de Salmos, era Jesús también. Y qué interesante que Pedro, una y otra vez va a la Escritura para interpretar lo que está pasando en ese momento de unción pentecostal.

Yo decía esta mañana a los hermanos, que es importante que nosotros conozcamos la Biblia, hermanos, para que cuando vengan momentos en nuestra vida como este, que nosotros podamos acudir a la palabra de Dios para interpretar lo que está pasando en nuestra propia vida. Que importante es que cuando estamos pasando por tiempos de crisis, o momentos de celebración, porque Dios nos ha dado una victoria o cuando hay una oportunidad de hablarle a alguien de la palabra de Dios, que nosotros tengamos dentro de nosotros la palabra porque nos las hayamos memorizado, porque la leamos continuamente, porque estemos familiarizados con esos grandes temas de la Escritura, con los personajes de la Escritura, con los grandes eventos de la Escritura, con los grandes temas de la Escritura y podamos acudir a ellos en los momentos en que necesitamos acudir a ellos.

Pedro en este momento conocía la Escritura y va al libro de Joel, al libro de los Salmos, e ilumina lo que está pasando a la luz de la palabra de Dios. Y también decimos que siempre toda cosa en nuestra vida, toda experiencia sobrenatural, toda palabra profética, tiene que caber dentro de la revelación divina.

Si la palabra de Dios no afirma lo que estamos experimentando y viendo, entonces no es de Dios. Cuántos dicen amén a eso? Están ahí, todavía o el calor ya me los durmió? Están ahí? Están vivos y están ahí, como dice una hermana predicadora? Amén. Es importante, hermanos, que siempre la palabra sea el fundamento de todas las cosas que nosotros hacemos y experimentamos.

Y que a la larga todo apunte hacia Jesús, por eso es que Pedro, después de hablar de lo que ha pasado, gira la predicación hacia Cristo, y dice, esto que nosotros estamos experimentando es porque Dios ha hecho a Cristo Señor y Cristo y le ha dado el poder para manifestar eso que ustedes están viendo.

En otras palabras, es importante también que nosotros dirijamos la mirada de la gente hacia Jesús, porque en él, en Cristo es donde está el poder para transformar las vidas. Y yo creo que el nombre de Jesús tiene un poder extraordinario, la figura de Jesús tiene el poder para romper cadenas. Hay gente que está atada, muchas veces, espiritualmente, y cuando usted les habla de Jesús, del nombre de Jesús aclara su mente, o los confronta de manera que huyen, porque a mucha gente no le gusta conocer el nombre de Jesús porque están endemoniados, están bajo presión demoníaca.

Pero cuando usted habla en nombre de Jesús las aguas se dividen, hay claridad. Y Pedro, dirígela visión de esta gente hacia Jesús, les dice, lo que está pasando aquí es muestra de que Cristo es el Señor, Cristo es el rey.

Y un detalle que me interesó de estos pasajes también, es el hecho de que Pedro no titubea en confrontar a la gente que está predicándole con el hecho de que ellos han pecado, con el hecho de que ellos crucificaron a Cristo.

En el versículo 23 dice que ustedes prendieron y mataron por manos de inicuos a Cristo y lo crucificaron. Y en el versículo 36 dice, sepa pues, toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Es importante, hermanos, que nosotros seamos claros cuando predicamos el Evangelio y que con una gran humildad, y con una gran gracia, incluyéndonos nosotros también como pecadores que somos, le recordemos a la gente también que todos estamos bajo pecado, y que sin Cristo estamos condenados a la condenación eterna.

Hoy en día hay mucha gente que dice que las iglesias no deben hablar de pecado, no deben mencionar ni siquiera la palabra pecado, que hay que hablarle a la gente de cosas lindas y atractivas y resolver sus necesidades y decirles que Dios les ama y que Dios les sana, y que Dios les prospera, pero no les hablemos de que tienen que cambiar su estilo de vida, no les hablemos de que están bajo pecado y que necesitan recibir a Cristo como Señor y salvador.

Y yo creo que eso es cambiar la Escritura. Yo veo siempre que en la palabra de Dios los cristianos, los predicadores sean claros. El Apóstol Pablo en Romanos dice: “… por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios…”.

Ahora, que bueno que nosotros nos quedamos allí en decir, no, tu has pecado, sino que también decimos, pero en Cristo Jesús hay perdón de pecados, en Cristo Jesús hay salvación. Siempre acompañe cualquier tipo de señalamiento de pecado con una palabra de sanidad y de bendición y de esperanza. Necesitamos siempre, sí, si abrimos la herida, asegurémonos de poner también ungüento sobre la herida, y ese ungüento es Cristo Jesús. Siempre, nuestra palabra esté sazonada con sal, siempre nuestra predicación emita la gracia y la simpatía de Cristo Jesús.

El modelo para evangelizar a la gente yo lo veo cuando Cristo le predica a la mujer samaritana. Que linda combinación! El Señor le recuerda a la samaritana, sí, tu tienes una vida pecaminosa, has tenido 5 maridos y el que tienes ahora ni siquiera es tu marido también. Pero le dice también que Dios la ama y que tiene un propósito para su vida. Y dice, yo, el que habla contigo, soy el Cristo. Y esa mujer que nadie quería saber de ella, de momento, recibe a Jesús como el enviado de Dios y se va a su aldea y se convierte, yo diría, en la primera evangelista que registra el Nuevo Testamento y trae a su aldea al conocimiento de Cristo. Por qué? Porque el Señor combinó esa claridad, él le dijo, sí, ustedes adoran, los samaritanos adoran a Dios en su lugar pero nosotros los judíos, lo adoramos y conocemos al Padre. Y él aclara, ustedes tienen un culto que no es el verdadero, pero también le dice, pero el que habla contigo, yo soy el verdadero objeto de toda adoración. Y entonces la bendice y ella se va gozosa y así tenemos que hacer nosotros.

Sí, yo creo que a la gente hay que hablarle acerca del pecado, porque el pecado es real, pero también entonces le hablamos acerca de Cristo Jesús en el cual hay misericordia y perdón. Entonces, es interesante, yo creo que cuando nosotros combinamos, hermanos, ese balance de una llamada al arrepentimiento y al reconocimiento de los pecados con una palabra de esperanza y de gracia y de restauración por medio de Jesucristo la gente generalmente va a reaccionar positivamente.

Y eso es lo que pasa aquí en el versículo 37 dice, que al oír las palabras del Apóstol Pedro se compungieron de corazón. En otras palabras, sintieron la penetración de esa flecha que era necesaria para desangrar esa herida, sacar esa sangre mala de pecado que estaba en ellos. Se compungieron, se entristecieron, reconocieron su pecado y entonces preguntaron lo que cada uno de nosotros debe preguntar, cuando somos confrontados con la verdad de Dios. Cada vez que usted lee la palabra si hay algo que la palabra le señala, si alguien le confronta con una verdad de la palabra, usted sabe lo que tiene que hacer? No ofenderse, ni cerrar su corazón, sino hacer lo que esta gente hizo. Varones, hermanos, qué haremos?

Cuando la palabra de Dios llega a tu vida, cuando la verdad de Dios llega a tu vida en cualquier manera, no rehúyas de ella, no te cierres a ella, no la rechaces, tu tienes que preguntar, Señor, qué quieres que yo haga? Siempre lee la Biblia con esa pregunta en mente, cómo puedo yo ajustar mi vida a esa palabra que Dios me está trayendo? El cristiano que vive así su vida cristiana, siempre va ir creciendo, creciendo, creciendo, porque cada día Dios le va a recordar algo más y algo más y será un hombre, una mujer que siempre estará en perpetuo estado de desarrollo.

Varones, hermanos, qué haremos? Estamos claros, sí, hemos pecado, hemos ofendido a Dios, entregando a este hombre que verdaderamente no reconocimos, era y es el Hijos de Dios. Y Pedro, entonces ahí les da la savia, ahí les da el aceite, el ungüento, ahí les da el vino que va a sanar su herida. Y Pedro les dice, arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Yo digo que aquí tenemos tres cosas, hermanos, tres cosas que constituyen la esencia misma de la experiencia de conversión de cada creyente. Toda persona que verdaderamente vaya a pasar por unas etapas de verdadero acercamiento a Dios por medio de Cristo, necesita incluir estos tres elementos.

El primer elemento es arrepentimiento, el segundo elemento bautismo en agua, y el tercer elemento es recibir el don del Espíritu Santo. Déjeme dilucidar cada uno de ellos brevísimamente.

Él dice arrepentíos, toda confrontación con Cristo Jesús y sus reclamos tiene que incluir arrepentimiento. Cuando estamos sin Cristo estamos perdidos en nuestros pecados y maldades, dice la palabra. Nuestra mente está turbia, nuestro entendimiento está contaminado con toda la maldad del enemigo y entonces cuando nos confrontamos con el Evangelio tenemos que arrepentirnos. Arrepentirse quiere decir cambiar de rumbo. La palabra que se incluye en el griego original del cual se traduce arrepentíos y arrepentimiento es la palabra meta noia, que quiere decir cambiar de mente. Meta es cambiar, de ahí la palabra metamorfosis, en el griego. Y noia es la palabra que se usa para mente, en el griego original. Entonces meta noia quiere decir un cambio de mentalidad. Esa es la palabra que nosotros llamamos arrepentimiento.

Y que linda manera de expresar las cosas. Cuando tu te arrepientes de tus pecados lo que tu haces es cambiar de mente. El Apóstol Pablo, de hecho, en el libro de Romanos dice, no os conforméis a este siglo, sino transformaos. Por qué? Por medio de la renovación de vuestra mente, de vuestro entendimiento.

Entonces, lo que nosotros tenemos que hacer es cambiar de manera de pensar, cambiar la modalidad con que nosotros procesamos la vida. Eso es arrepentimiento. Yo les llamo a ustedes y a mi propia persona, hermanos, a ir cada día renovando nuestra mente. Ser un pueblo en perpetuo estado de arrepentimiento, cambio de manera de pensar, cambio de manera de ver la vida, cambio en la manera en que relacionamos unos con los otros, cambio en la forma en que tratamos a nuestros cónyuges, cambio en la forma en que le hablamos a nuestros hijos, cambio en la forma en que nos divertimos, cambio en la forma en que nos vestimos, cambio en la forma en que gastamos nuestro dinero, cambio en la forma en que nosotros invertimos nuestro tiempo, cambio en la forma en que vemos la adoración al Señor, cambio en la proporción que le dedicamos de nuestras energías y de nuestro tiempo a las diferentes cosas que hacemos en la vida.

Eso es arrepentimiento. Yo creo que arrepentimiento es algo sí que se da en un momento dado, cuando reconozco que yo estoy sumido en pecados y que necesito la gracia que solo Cristo puede ofrecer, y me prometo a mí mismo, cambiar de forma de vivir y de pensar.

Pero también arrepentimiento es algo que se debe dar cada día en nosotros. No creen ustedes? Que cada día hay cosas de las cuales yo me tengo que arrepentir. Cada día hay algo que yo he hecho y haré que no está conforme a la voluntad de Dios y tengo que venir ante el Padre y decir, Señor, me arrepiento. Y tengo que confesar mi pecado, y tengo que mejorar. Es perpetuo arrepentimiento. Mucha gente se estanca en la vida cristiana porque no se arrepienten más frecuentemente. Continuamente tenemos que estar trayendo nuestra necesidad de perdón delante de Dios. Y el arrepentimiento tiene que ser algo que no rehuyamos de ello, sino que lo cultivemos con gozo, porque tenemos un Padre que cuando nos arrepentimos inmediatamente dice, te perdono, y me olvido de lo que hiciste.

La palabra dice que “… si vuestros pecados fueren rojos como la grana, vendrán a ser como blanca lana. Y dice, y no me acordaré más de sus pecados, los echaré al fondo del mar…”

Que bueno es cuando uno reconoce sus pecados y en vez de quedarse allí como nadando en su propia culpabilidad, se siente libre porque ya sabe que su padre nos perdonó. Y ahora entonces nos prometemos ser mejores y seguir adelante. Tenemos que cambiar de forma de actuar. El llamado a la santidad y al arrepentimiento es algo muy importante en la vida cristiana.

El segundo elemento, Pedro dice aquí en su sermón, bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo. Es interesante aquí para perdón de los pecados, yo quiero aclarar algo acerca de eso. Primeramente, ayer tuvimos el gran gozo de bautizar 30 hermanos, gloria a Dios. Estuvimos allá en Hopkinton y nos gozamos en entrar a las aguas bautismales a 30 hermanos y no se nos hundió ninguno de ellos, no se nos ahogó nadie. Gloria a Dios. También hay que darle gracias a Dios por eso. Que lindo. Y si usted ha conocido a Cristo recientemente y no lo ha hecho todavía, prepárese porque queremos también bautizarlo a usted. Un hermano me pidió que lo hundiera dos veces y yo tuve que hacerlo. Parece que necesitaba bastante purificación. No sé si eso está en algún libro de teología, pero yo lo hice de todas maneras. Y él sabrá ya con su Dios lo que hace con eso.

Amén. Pero el bautismo es necesario. El bautismo es una ordenanza del Señor, dice, bautícese en el nombre de Jesucristo, es decir, es algo que hacemos por obediencia. Bautizarse quiere decir dar muestra pública de lo que Dios ya ha hecho en nuestras vidas y en nuestros corazones. El bautismo es uno de los sacramentos que nosotros hacemos para dar expresión al morir al mundo, y eso es lo que hacemos cuando nos sumergimos en el agua, estamos como muriendo al mundo. Es un acto muy simbólico. Usted en un momento está sumergido en el agua y entonces cuando usted sale del agua está saliendo simbólicamente a una vida nueva, resurrección en Cristo Jesús. Que lindo símbolo ¿verdad?

Y tenemos que practicar. Ahora, qué dice, y bautícese para arrepentimiento de pecado. Yo quiero aclarar algo, hermanos, como es que dice, para el perdón de los pecados. Yo no creo que el bautismo perdona los pecados, el que perdona los pecados es Cristo Jesús. Amén. Y aceptar a Cristo como Señor y salvador. Yo creo que si una persona acepta a Cristo y no tiene oportunidad de bautizarse y se muere, esa persona se va al cielo de todas maneras, como todo y zapatos. Eso no tiene nada que ver. Pero sí, es como una expresión de arrepentimiento y de perdón de los pecados, porque es clara, la Escritura dice que solo Cristo salva, ni la circuncisión, ni el bautismo ni ninguna otra cosa externa puede salvarnos, solo Jesús y su sangre. Pero sí el bautismo es algo muy importante y mucha gente como que descuida eso.

Si usted ha recibido como Señor y salvador, no se ha bautizado, yo le recomiendo, a través de la historia la iglesia ha creído que el bautismo tiene una gracia especial. Y cuando uno se bautiza por fe uno recibe una bendición especial. Y usted no quiere perderse esa vitamina extra, así que busque del Señor en ese sentido.

Otra cosa bien interesante es que la iglesia primitiva bautizaba a los nuevos conversos inmediatamente. Que interesante. Hoy en día nosotros los pasamos a través de una clase de discipulado y los metemos ahí un rito hasta que finalmente creemos que están bien cociditos y entonces los bautizamos. Y eso tiene su mérito, no se crea, porque mucha gente entra a los caminos del Señor, hoy en día, donde hay tanta superficialidad en las cosas de Dios. La gente pasa aquí al frente cree que con levantar la mano, ya le meten un sello en la cabeza y ya son cristianos y están salvos. La vida cristiana es algo dinámico, usted vive continuamente la vida cristiana. Y es por eso que es importante que la gente conozca lo que ha creído y por qué ha creído antes de bautizarse. Pero también, es bien clara la Escritura que los primeros creyentes y la forma más escritural de bautizar a la gente es muy pronto después que se convierten.

Recuerdan al eunuco? Que cuando Felipe, el evangelista, le predicó el Evangelio pasaron por un charco de agua y el eunuco dijo, bueno, mira, aquí hay agua, que impide que yo me bautice? Vamos ‘pa ‘lante le dijo Felipe. Esa es la traducción Miranda de la Biblia. Metamos mano, y lo bautizó ahí mismo y el hombre se fue feliz por su camino.

Y está el carcelero de Filipos que cuando se convirtió esa misma noche, antes de cenar ya lo estaban metiendo en el agua. Ahora, yo me pregunto dónde bautizaron al carcelero? Un pedacito de trivia, porque yo no creo que a las 12 de la noche se fueron por ahí en el medio de la oscuridad, a buscar un charco por ahí para bautizar al pobre carcelero y su familia. No, yo creo que ellos cogieron una batea, la llenaron de agua y lo metieron ahí como pudieron y lo bautizaron de esa manera.

Cuántos saben lo que es una batea? Es una palabra muy dominicana. Se me salió lo dominicano. Eso es como una vasija grande de agua, y ahí lo metieron al pobre hombre. Yo creo que no tenemos que andar con tantos miramientos, lo importante es que haya fe. Yo creo que si usted lo único que tiene es una ollita de agua, pues vamos a echarle el agua al pobre hombre por la cabeza, o la mujer, y que se bautice. Lo importante es la fe con que recibimos esos elementos.

Pero dice, bautícese para perdón de pecado. Así que: arrepentimiento, bautismo y el tercer elemento que vemos aquí, muy interesante, dice: y recibiréis. Ahí no hay nada intermediario, ni que quizás, posiblemente, si Dios está de buen humor. No dice, y recibiréis el don del Espíritu Santo. A qué don se refiere? Bueno, el don es el regalo de Dios, la caída del Espíritu Santo. Recuerde que Pedro está hablando en el contexto de Pentecostés. Ese mismo don, dice Pedro, que nosotros hemos recibido también es para ustedes.

¿Saben qué, hermanos? Es muy importante que a los cristianos siempre se les recuerde que además de recibir a Cristo como Señor y salvador pueden recibir la entrada, la presencia del Espíritu Santo en sus vidas, el bautismo del Espíritu Santo. Porque es que Dios hace las cosas completas y cuando él nos llama también nos equipa. Y cuando él nos da nueva vida en Cristo Jesús nos da también la capacidad para servirlo, para obedecerlo y para vivir una vida victoriosa y vencer al diablo que va a querer también sacarnos del camino que Dios nos ha encomendado. Y para eso Dios ha provisto algo, una unción especial, una dotación especial, una capacitación especial, el regalo del Espíritu Santo.

Todo creyente que está en Cristo Jesús tiene el Espíritu Santo. Ahora, yo animo a todo creyente también a buscar como ese activamiento de la unción del Espíritu Santo en su vida. Eso es lo que los pentecostales llamamos el bautismo del Espíritu Santo. Yo veo gente que son muy imperfecto en muchas maneras, pero han tenido ese encuentro frontal con el Espíritu Santo y esa presencia del espíritu en sus vidas les da un sello especial, tienen algo diferente, vienen las pruebas, las dificultades pero ellos se mantienen firmes, testifican con entusiasmo de Cristo como Señor y salvador, viven una vida apasionada para con Dios, sirven al Señor en diferentes maneras, evangelizan a otros, hablan con convicción de que Cristo es el Señor. Yo creo que eso viene de esa presencia del Espíritu Santo.

Por eso es que tenemos que pedirle al Señor, Señor, bautízame con tu Espíritu Santo, lléname con tu Espíritu Santo. Usted puede hacer eso, simplemente como reclamando lo que es suyo. Esa es una posesión suya. Si la palabra dice, para los que están lejos y los que están cerca, para todos cuantos nuestro Señor llamare. Es decir, hermanos, que todos nosotros podemos acudir y tener eso, es simplemente reclamarlo y decir, Señor, yo recibo tu Espíritu Santo.

Y entonces busque esa unción realizándose en su vida. Una vez que usted aspire la presencia del Espíritu Santo y la activación del poder de Dios en su vida, entonces, éntrese a vivir una vida sobrenatural. Crea que Dios está dentro de usted, que los dones del Espíritu Santo van a comenzar a manifestarse, comience a orar, comience a profetizar, comience a evangelizar, abra su boca y adore al Señor con vitalidad y con entusiasmo y abra su boca y hable en otras lenguas también. Ya está dentro de usted, comience con una o dos palabras que Dios ponga en su espíritu y Dios irá abriendo más y más ese caudal hasta que usted pueda fluir plenamente en los dones del Espíritu Santo.

Yo creo que mucha gente no fluye en el espíritu, no porque no lo tengan ya dentro de ellos, sino porque no han aprendido simplemente a comenzar a dar pasos de fe, como un bebé comienza titubeante y se cae, y vuelve y se levanta, y tiene accidentes y se ve un poco gracioso y hasta ridículo caminando y nos reímos de él, pero después sus pies se van afirmando hasta que corre inclusive y es un gran atleta. Así pasa, comience con lo que usted tiene a la mano, y diga, yo tengo el bautismo del Espíritu Santo, porque lo reclamé, lo pedí, y eso es para mí, para mi vida. Y entonces comience a vivir esa vida apasionada cristiana. De pasos de fe, use.

La Biblia dice, te pido que avives el fuego del don de Dios que está en ti. Muchos cristianos están mendigándole al Señor, dame, dame, dame y Dios dice, pero si ya lo tienes, menso, ya está ahí dentro de ti. Úsalo ahora. Aviva el fuego del don que está dentro de ti. Pero sí, te pido, vive una vida pentecostal y no dependas de tu propia fuerza ni de tu propia integridad, sino depende de la unción del espíritu, la gasolina que Dios ha puesto dentro de ti.

Póngase de pie. Me quedan 15 segundos, todavía. Gloria a Dios, parece que había una unción especial en esta mañana. Hermano, deja que la palabra del Señor hable a tu vida en este día y agarra algo de lo que yo he predicado en esta tarde porque es para ti. Si necesitas arrepentirte de algo ahora mismo porque estás practicando en tu vida, toma de eso. Si hay algo que tienes que cambiar en tu vida, entrégaselo al Señor. Si Dios te confronta con algo, recíbelo y has lo que tienes que hacer. Si Dios te está llamando a bautizarte físicamente prepárate para hacerlo. Si Dios te está llamando a buscar una unción fresca del Espíritu Santo en tu vida, no esperes más. Rechaza la idea de que ya tu tienes todo lo que necesitas y ábrete a la idea de que Dios quiere darte alas para que surques los aires como el águila.

Y Dios quiere darte poder y autoridad. No te conformes con una vida mediocre, una vida convencional, sino abre tus ojos a la idea de que Dios quiere que tu seas un gigante espiritual, que tu seas un gran guerrero, una guerrera espiritual, un hombre, una mujer de santidad, un hombre, una mujer de dominio propio, un hombre, una mujer de pasión evangelística, un hombre, una mujer generoso, generosa para con el Reino de Dios y todas sus necesidades, un hombre en perpetuo, una mujer en perpetuo estado de santificación y de creciente entrega a las demandas y expectativas del Reino de Dios; un hombre, una mujer en perpetuo estado de crecimiento sabiendo que tienes un Dios que quiere sanar tus heridas, un Dios que no quiere que tu vivas en enfermedad, un Dios que no quiere que tu vivas en depresión, un Dios que no quiere que tu vivas esclavo del pecado y de las fantasías, y de las ataduras que hacen daño a tu vida.

Dios te llama a ser un hombre, una mujer libre y a celebrar la sanidad que tu has recibido a través de Cristo Jesús. Quítate ese manto mojado y frío de depresión, de dependencia de alguna sustancia, de baja autoestima, de resentimiento y creo que el Señor le está hablando a algunos de ustedes ahora mismo, de paso. El Señor te dice, quítate el manto feo y opresivo del pasado porque yo te quiero dar vestiduras nuevas. Así como vestía Josué y le quité sus vestiduras viles y le puse vestiduras blancas y le puse mitra sobre su cabeza, y vara de autoridad en su mano, así yo también te digo ahora, hijo mío, hija mía, quítate el manto de impureza, quítate el manto de opresión, quítate el manto del pasado, quítate el manto de pecado y asume las vestiduras nuevas que yo pongo sobre ti y toman en tu mano mi palabra de autoridad con la cual yo te envío para que venzas al enemigo porque yo te he dado poder y te he dado autoridad, para que no vivas debajo de las circunstancias, sino sobre las circunstancias, dice el Señor, para que no vivas bajo la opresión del diablo, porque yo lo he sujetado a mi buena voluntad para con mis hijos y vivas por encima de todo ataque del diablo y seas victorioso en toda situación que tu confrontes.

Y pongo esa mitra sobre tu cabeza porque es una mitra de reinar y de ejercer autoridad y de andar con elegancia en el mundo en el cual yo te he puesto, señalando que tu eres uno de esos redimidos que yo he comprado con la sangre de mi Hijo.

Así que recibe todo lo que yo he puesto en tus manos y no andes como un mendigo, no andes como un pobre que no tiene nada, porque tu eres un hijo de un rey, tu eres una hija de un rey, tu eres realeza espiritual y yo he puesto grandes cosas en ti y tengo grandes propósitos para tu vida, tengo grandes visiones para ti, tengo grandes planes para ti y te he de usar, te he de usar, y te he de usar, pero te llamo, ponte la ropa que yo he designado para ti y vístete según la posición que tu ocupas, no camines más como un pordiosero, no camines más como una mendiga, no camines más como un ciudadano común un corriente, porque tu eres real sacerdocio, tu eres nación santa, tu eres un pueblo escogido por Dios para que anuncies las virtudes de aquel que te ha llamado de las tinieblas a su luz admirable, dice el Señor.

Así que, mi hermano, mi hermana, has un viro, un viraje de 180º ahora mismo, si ibas en la dirección opuesta, ahora camina directamente hacia el propósito de Dios en tu vida. Eso es arrepentimiento, cambiar de dirección, moverse de los caminos de las tinieblas y de la opresión del diablo a los caminos de liberación y de buenas obras y dar fruto para gloria del Señor. Recibe la buena voluntad de tu Padre, recibe la bendición de Dios, recibe el llamado de Dios para tu vida en esta tarde, y sabe que Dios tiene buenos propósitos para ti, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús.

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Como orar?

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Hoy quisiera enfocarme en algo que tiene que ver con el tema de la oración. Y si pudiesen ir conmigo al libro de Lucas, capítulo 11, hay algo que quisiera hacer referencia aquí a este verso. Voy a estar en Lucas, capítulo 11 y en Mateo, capítulo 6. Y tal vez usted dirá, como que guau, el tema de la oración está quemado como quien dice, pero no, no, no; el tema de la oración siempre es vital, muy importante.

Esto no pasa de onda ni de moda. Lucas, capítulo 11, verso 1. Yo estoy leyendo la edición Dios habla hoy, así que me pueden seguir. Me gusta mucho la versión, Dios habla hoy. Dice, una vez, Jesús estaba orando en un lugar y cuando terminó uno de sus discípulos le dijo, ‘Señor, podrías enseñarnos a orar así como Juan le enseñó a sus discípulos,’ y Jesús les dijo, ‘digan cuando…’ No, no, no lean el resto.

Él dijo, cuando oren, digan… Miren, aquí hay algo que yo creo es bien importante. Y lo primero que estoy viendo es que si usted tiene que preguntar algo, muchas veces es importante que usted le pregunte a un experto en esa área que usted está preguntando, ¿verdad? Si usted quiere saber de computadoras a quién le tiene que preguntar… A un Bill Gates o un Steve Jobs, o algo así, le tiene que preguntar a ellos.

Si usted quiere saber algo acerca de… estoy tratando de pensar. Ah, si quiere preguntar algo de ciclismo, pregúntele a Lance Armstrong, a mí no. Si usted quiere saber algo en el área de música, ¿a quién le puede preguntar? ¿A quién? A Bethoven, bueno, búsquelo siete pies bajo tierra o yo no sé donde esté ahora, pero, vamos más cercano no tan contemporáneo. ¿A quién le pueden preguntar? ¿Dónde está Quique? Se me pierde Enrique. Lo ve que está allá adentro, no, okay. Allá arriba, claro que sí a Arturo también. Oh, es más, si usted quiere saber de sonidos y audiovisual, otro experto también, allí está Bruno, a él también le pueden preguntar.

Si usted quiere saber acerca de cómo cocinar, al estilo, voy a mencionar distintos estilos. Voy a comenzar con el estilo dominicano, mire aquí tiene bastantes personas a las que le puede preguntar. Si quiere aprender a cocinar al estilo colombiano, ¿a quién le podemos decir? Colombianos, aquí, yeah? Miguel, claro, Tú eres un experto en la cocina. Si quieren preguntarle cómo se cocina algo en Costa Rica, ¿con quién vamos a hablar? Allí está Berta, allí está también Antonio. Le podemos preguntar a ellos. De Puerto Rico, yo sé que hay otros que no soy yo. Así que…

Ahora, pero cuando viene el tema de la oración, aquí es donde yo veo un ejemplo donde los discípulos de Jesús fueron al experto, fueron al Maestro a preguntar acerca de la oración. No se pusieron a hablar entre ellos, sino que fuero directamente al recurso de información. Y aquí es donde yo veo, mis hermanos, que había algo en el estilo de orar de Jesús, que les cautivó la atención a sus discípulos de tal forma que los provocó a ellos a ir en un momento donde Jesús, y decirles… ¡Chicos! Thank you. Les provocó a ellos decirles en un momento, ‘Jesús, necesitamos que nos enseñes a orar como Tú oras, nosotros queremos aprender a orar como Tú oras.’

Y aquí es donde yo veo que hay algo que es bien importante. Aquí hay algo bien importante, porque el asunto es que… Eso me lo hace Lucas a cada rato… Así… Diana, no te apures, yo estoy totalmente familiarizado con esa escena, así que me voy por un lado y se van por otro, pero yo estoy bien claro, mis hermanos, que hay algo en lo que Jesús estaba haciendo que los discípulos dijeron, guau, hay algo distinto aquí y yo quiero aprender como él lo hace.

Y miren lo que me llama la atención de lo que les dijo Jesús, cuando Jesús dice, bueno, “cuando ustedes oren háganlo de esta forma....” Miren, qué interesante, porque esa frase es bien importante. Él no dijo, si quieren oren de esta forma. Él dijo, cuando oren, háganlo de esta forma. En otras palabras, Jesús estaba asumiendo de que sus discípulos iban a tener… ¿qué? El tiempo para orar.

Y aquí fue donde yo me di cuenta de que esto es algo tan revelador y no es que yo esté diciendo, guau, yo no sabía que tenía que sacar tiempo para… Pero, más bien en esas palabras de Jesús, porque Jesús cuando nos enseña a orar es porque nos está diciendo, bueno, si Tú quieres orar es porque tienes el tiempo para hacerlo. Miren, cómo estoy diciendo esto. Si quieres orar, si quieres hablar conmigo es porque tienes el tiempo para hacerlo. Y mi pregunta básica hoy es, ¿le estamos sacando el máximo a nuestro tiempo de oración? ¿Le estamos sacando el máximo a nuestro tiempo de oración?

Y, miren mis hermanos, yo voy a hacer una confesión aquí delante de todos ustedes y de todo el mundo en el Internet, yo no le estoy sacando el máximo a mi tiempo de oración. ¿Por qué? Porque no tengo tiempo a veces, o no hago el tiempo, mejor dicho. Déjame decírtelo así. No hago el tiempo como debería hacerlo. Yo sé que muchos de nosotros cuando estamos orando, sí, yo oro en mi casa y cosas así, fácil, cuando me voy a acostar a dormir, yo me arrodillo y oro y allí estoy cinco minutos y después de cinco minutos, el cansancio es tanto que uno se queda dormido.

Entonces decimos que usamos la oración como una anestesia para poder dormir bien. O si no, cuando nos invitan a venir al tiempo de oración a las cinco de la mañana, es como que, ¡Ay, pero levantarme tan temprano! Cuando usualmente el mejor sueño se coge a las cinco de la mañana y hay veces que se hace difícil, y de cuatro sábados en la mañana vengo uno cada… fill in the blank. Mensual, okay, me entendió, gracias, uno mensual.

So, el asunto es, mis hermanos, que aquí el aspecto del tiempo es clave. Y el asunto es que el mismo Jesús en su ejemplo, él sacaba tiempo para orar. Y no es que Jesús no tenía, como quien dice, una agenda vacía. Jesús tenía una agenda bastante llena, pero aún en su agenda, él sacaba ese tiempo para hablar con papá… hablar con su papá, hablar con su padre. Y él nos estaba dejando ese ejemplo a nosotros también. Mis hermanos, yo sé, y aquí nos montamos todos en el mismo barco, las circunstancias de la vida pueden ahogar ese tiempo de oración.

Hay veces que uno se preocupa tanto por los afanes y los quehaceres del diario vivir, que mire, yo entiendo que muchas veces es difícil, es duro sacar ese tiempo; sacar ese tiempo es un sacrificio, es un esfuerzo, o hay que sacrificar, horas de sueño o hay que sacrificar horas para llegar al trabajo, o hay que sacrificar tiempo que compartir con la familia por hacer esto o aquello o lo otro. Requiere tiempo, pero si yo no saco ese tiempo hay algo que nos estamos, hay algo que no, sí, que lo estoy diciendo por todos… Hay algo que nos estamos perdiendo. ¿Y qué es eso que nos estamos perdiendo?

Vayan conmigo a Mateo, un momentito, Mateo, capítulo 6. Solamente algunas observaciones que quiero hacer aquí desde el verso 5 en adelante, porque cuando digo que hay que sacarle el máximo a ese tiempo de oración, es poder aprovechar bien el tiempo. No significa que el tiempo tiene que ser una hora entera, que yo pase orando delante de la presencia del Señor, o dos horas, o tres horas. Sino que el más mínimo tiempo que yo pueda sacar, aunque sean cinco o diez, o quince minutos, pero que sean cinco, diez o quince minutos bien intencionados, bien significativos pero que yo le estoy sacando el máximo a ese tiempo.

Miren como dice el verso 5, “y cuando ustedes oren…” Es más, Jesús está haciendo el énfasis, “y cuando oren,” en otras palabras, cuando saquen el tiempo para orar, “no seamos como los hipócritas a quienes les gusta orar de pie en la sinagoga y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio.”

Ahora, déjame hacer una nota al calce aquí. Porque no significa que si nosotros estamos aquí en la iglesia en público, no significa que estamos siendo hipócritas, no es eso, al contrario cuando estamos aquí en la iglesia nosotros fomentamos el hecho de que todos podamos orar, porque esa oración que estamos haciendo aquí es para bendecir unos a los otros, para llamar la presencia de Dios aquí en este lugar, invocar su presencia y pedirle que Él se mueva en medio de la iglesia.

So, ese tipo de oración, a la cual nosotros practicamos es una totalmente distinta a la que Jesús está hablando aquí. Porque lo que Jesús está enfatizando es la gente que habla más bien por un sentido, o que ora, no que habla… sino, gente que ora más bien con un sentido de altanería y egoísmo y vanagloria, como quien dice, mírame aquí qué bien oro con toda esta palabrería de… las últimas palabras del Diccionario de la Real Academia Española y nadie puede orar con la elocuencia que yo lo hago.

Ese tipo de espíritu, yo creo que es el espíritu… entiendo que es el espíritu que Jesús dice, mira no lo hagas así, porque eso es una forma falsa, no es genuino. Allí estás queriendo aparentar algo que no eres, o estás queriendo ofrecer algo que no tienes. Y no estoy diciendo que uno no aprenda a hablar bien, obviamente con Dios, pero el asunto es que también Dios se enfoca en las palabras que uno habla con sencillez. Miren cómo dice, el verso 7, voy a brincar el verso 6.

Dice el verso 7, “pero al orar no repitan ustedes palabras inútiles como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les va a hacer Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.” Miren esto, aquí yo quiero parar un momento, mis hermanos, porque a mí el Pastor Gilberto, cuando él estuvo predicando ciertos miércoles atrás me hizo reflexionar en esto.

Él estaba hablando de el ejemplo de muchas veces la gente que viene, “Oh, Santo Dios, Aleluya!” Y tienen que adornar su oración con esta palabra así, miren a mí me cayó el baño de agua. Yo oro en la misma forma, y me embollo y estoy allí, “Santo Señor, Aleluya, y Tú vives y tienes poder y me salen todas estas palabras que son como quien dice, bien, repetitivas.

Pero el asunto es que muchas veces el uno quedarse en esas palabras bien repetitivas, uno le está perdiendo el son y el ton a lo que la oración verdaderamente quiere hacer. No se ha dado cuenta usted que hay algunas personas que cuando están orando tienen la frase, “Santo Padre” y “Santo Padre” esto y “Santo Padre” aquello, y “Santo Padre” lo otro, y todo esto es “Santo Padre” y “Santo Padre” y la mayor parte de la oración se va en “Santo Padre”. ¿Han escuchado eso o yo soy el único que ha escuchado eso? Okay. Ya me estaba asustando yo como que, estoy yendo a otra iglesia o algo así.

Pero uno oye eso y, mis hermanos, la cosas es que eso se convierte en una muletilla, eso es como le dicen, una muletilla, que hay que, como quien dice, para que la oración se más larga y más llena y más poderosa, pues tengo que decir estas cosas para que Dios me oiga un poquito más o para que la gente grite, “¡Gloria a Dios, Aleluya!” Pero no necesariamente es así.

Saben, hay veces que la oración que Dios más escucha es la oración que es más una conversación. Cuando tratamos de definir oración, ¿qué es lo que siempre decimos? Es una conversación con Dios. Sentarme yo con Dios a hablar con Él y expresarle mi sentir. Por eso es que Jesús cuando está diciendo, miren cómo Jesús dice, en el verso 6: “pero cuando Tú ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en lo secreto.” O sea, eso está implicando una conversación bien sencilla entre dos personas, y esto aquí es donde yo veo que está la belleza de la oración. Porque hay veces que yo pienso en lo que Jesús dice, como que queremos adornar y elaborar nuestra oración en una forma tan religiosa, dominguera, con un vocabulario bien bíblico, bien proper, y como que esta es la forma, esta es la fórmula en la cual Dios me va a escuchar a mí.

Pero mira, no, hay veces que el mero hecho que uno se siente en una silla y que uno pueda decir, ‘Señor, no puedo más.’ Ya eso se convierte en una oración. Es decir, el mero hecho de que yo pueda venir y sentarme y mirar las estrellas una noche y yo quedarme así atónito, es decir, ¡guau Dios, la verdad es que Tú eres increíble! Tú que hiciste todo eso, si Tú estás en control de todas esas cosas que están allá arriba, cómo no vas a estar en control del dolor de muela que yo tengo, por decir un ejemplo.

Y yo entiendo que hay veces que la oración se pone intensa. ¿Cuántas veces una conversación entre dos personas no se pone intensa? Que uno está hablando entre dos personas y el argumento se puede poner medio intenso, mira, hay veces que uno expresa esa intensidad en esa conversación con Dios. Pero el asunto es que estamos hablando en una forma tan libre con Él. Y si yo veo lo que dice la segunda parte del verso 6, “y tu Padre que ve lo que haces en secreto te dará tu premio.” Y la versión de ustedes dice, te dará tu premio en público.

Miren esto, o sea, no te creas como que para que Dios me recompense en público me voy de aquí, me voy a mi casa, me encierro en el cuarto y vamos a orar porque yo quiero ver mi recompensa en público Oiga si usted procede con la oración así yo creo que su recompensa se va a quedar en privado y se va a quedar en privado en Dios porque ni usted la va a ver. O sea, no procedamos en la conversación. Ahora sé yo, ahora sé yo que yo voy a hablar con Blanca que se está riendo aquí y yo voy a hablar con Blanca porque yo quiero que ella me dé 10 dólares para yo poder llegar a mi casa hoy. Y voy a empezar a hablar y le voy a dar la vuelta a Blanca solamente porque quiero 10 dólares. Solo estoy esperando aquí en público, ahora, los 10 dólares.

Mis hermanos, allí es donde yo veo que está la sencillez de cómo Jesús nos enseña a orar. Tal vez los discípulos estaban esperando que Jesús les diera una cátedra en la oración. Estas son las palabras apropiadas para usar para dirigirse al Padre, para dirigirse al Rey de Reyes, al Señor de Señores… no vengas con palabras así, porquerías del bajo mundo, no, no, no, no. Te estás dirigiendo al creador del universo, tienes que hablarle así con este tono de voz porque si no pones ese tono de voz no te va a escuchar Dios. Si le hablas así pues no te va a escuchar.

No, esa es otra cosa porque a veces hasta el tono de voz nos cambia cuando estamos orando. ¡Dios! Hasta con eco y todo. O sea, Dios escucha ese corazón sencillo. La oración del justo, Dios la escucha, mis hermanos. Esa oración suave que muchas veces hasta se susurra. ¿Qué fue lo que pasó con Ana, la mamá de Samuel? Ella estaba hablando entre labios pero su oración estaba siendo tan intensa que Dios la escuchó. Es más, miren, ¿saben qué? Hay veces que hasta yo mismo cuando estoy en una conversación con otra persona, en una consejería o algo, hay veces que la gente se asombra de por qué yo no termino orando al final de esa consejería.

Y sabes lo que yo siempre le respondo a esa persona, mira, yo creo que esta conversación fue una conversación delante de Dios, también. Que tal vez lo único que tengo que decir, amén, que Dios se encargue de todo pero la persona espera que yo le imponga manos y que la unja con aceite y reprenda al diablo y allí es donde se da la consejería.

No, mira, hay veces que una mera conversación. Yo lo creo, cuando… antes de que la persona llegue a mi oficina, allí estoy, “Señor, esta conversación es delante de ti, toma control, guíanos y que Tú te encargues de hacer lo que tienes que hacer.” Y nos sentamos, hablamos, lloramos, reímos, nos hacemos chiste y todo. Aún los chistes, Dios se ríe con nosotros de los chistes también. Los que sean buenos, porque Dios tiene sentido del humor. Si el chiste no es bueno, no se va a reís. Se tenían que reís allí ustedes.

Miren, mis hermanos, quiero dejarlos con este pensamiento. Yo creo que en esa enseñanza que Jesús le estaba dando a sus discípulos era una enseñanza de mantener un corazón sencillo delante de Él. Si ustedes se quieren llevar algo esta noche, llévese eso. Cuando usted saque su tiempo para hablar con Dios, mantenga su conversación con Él sencilla. No se preocupe por adornarla, de ponerle sabores, de ponerle sonidos, si usted quiere poner música de fondo, ponga música de fondo pero su oración hágala sencilla delante de Él.

Y Él que lo está escuchando a usted, Él se va a encargar de darle su respuesta. No tan solamente en público sino también en privado, como Él quiera hacerlo en su vida. Él se va a encargar de darle su respuesta. Así que yo solamente quiero animarlos con esto, es más voy a terminar así: Hay veces que Dios los va a poner en situaciones y yo no sé a quién le caiga esta gota pero, hay veces que Dios los va a poner a algunos de ustedes en situaciones que podrá parecer algo medio, como ¿qué pasó? Si yo le estoy pidiendo algo bueno y me sucede esto y hay veces que Dios tiene que ponernos en esas situaciones que aparentemente podrán ser negativas pero si no caemos en esas situaciones no vamos a poder prestar atención o sacar el tiempo para conectar con Él.

Yo, en mis vacaciones me tuve que enfermar de cama por dos días para prestar atención. “Señor en mis vacaciones, ¿por qué? ¿Por qué me tengo que enfermar?” Pero, por eso les estoy predicando, aprendí mi lección muy bien.

Así que, mis hermanos, no se sorprendan si hay algún… digo, no estoy deseando ningún mal sobre su vida, conste. Quiero aclarar eso. Pero no se sorprenda si aún cuando usted esté tratando de sacar ese tiempo, si usted ve que aún llegan situaciones que puedan parecer un poco adversas, mire, no vaya como quien dice, en contra de Dios rápido. ¡Ah! Pero Señor, ¿por qué Tú permites esto? Porque tal vez la respuesta que usted va a recibir es, lo permití porque necesito sacar tiempo contigo. Necesito que bajes tus revoluciones para verdaderamente Tú y yo poder conectar.

Así que hablemos, hablemos con Dios. No adornes tu vocabulario, déjalo sencillo, keep it simple, directo al grano. Dígale, “Señor, mira aquí está.” Si tus lágrimas no te dejan hablar, pues mira, deja que tus lágrimas hablen por ti, porque Dios entiende el lenguaje de las lágrimas también, pero el mero hecho es que estamos manteniéndolo sencillo y que estamos siendo intencionales en sacar ese tiempo. ¿Cuándo? No sé, yo no te voy a dar una receta, mira la mejor hora para orar es a las cinco de la mañana. Para algunos esa pueda ser la alternativa, para otros tal vez, la mejor hora para orar es en el trabajo al medio día cuando se cogen su lunch break que se meten en ese cubículo allí donde nadie los molesta, esa es su mejor hora para orar. Para otros tal vez su mejor hora para orar es cuando los niños se acuestan a dormir, que entonces usted puede, como quien dice, aunque sea separar media hora y sentirse, okay, Dios, one on one. Maintenance check, let’s talk.

Proceda con Dios, proceda con Dios. Y obviamente no nos olvidemos estos tiempos congregacionales también, esto es tiempo no solo para hablar con Dios. Cuando usted viene aquí los miércoles, usted tiene su tiempo para quedarse allí a solas en su silla y hablar con Dios como también tiene tiempo para unirse con otro hermano, con otra hermana, y hablar juntos con Dios a interceder unos por otros en favor de… Así que el tiempo está allí, solamente tenemos que estar bien alertas de… y recordar la sencillez en nuestras palabras.

Así que, mis hermanos, los dejo con eso, no dejemos que las vacaciones del verano nos coman el tiempo de… nuestro tiempo – nos coman el tiempo de nuestro tiempo de oración con Dios. Pero entienden la imagen, ¿verdad? Okay. Estoy volviendo de vacaciones todavía. El miércoles que viene voy a hablar más claro.

Mis hermanos, vamos a ponernos de pie, vamos a terminar. Terminar. Vamos a concluir nuestro tiempo hoy. ¡Guau! Y tengo tiempo todavía, Dios mío. Okay. No, tengo diez minutos, ¿sí? Tenemos diez minutos para hablar con Dios, así que ¿por qué no? ¿Por qué no?

Amado Dios, ¡qué lindo fue verte en los rostros de cada una de estas personas, Señor! Qué lindo es saber que Tú buscas a que nosotros te hablemos, que Tú anhelas que nosotros hablemos contigo. Y, Señor, te dejamos saber que nosotros anhelamos el escucharte a ti hablar a nuestras vidas. Tal vez, si escuchamos tu voz no lo podríamos resistir. Pero, Señor, anhelamos escucharte, Dios, a través de tu palabra, a través de la palabra de otras personas a nuestro alrededor.

A través de la naturaleza, Señor, al medio nuestro. A través de una palabra predicada, una palabra cantada, a través del silencio queremos escucharte. Así que, Señor, como dijeron muy bien los discípulos, nosotros también lo decimos. Enséñanos a orar cada día, más y más. Enséñanos a saber lo que significa verdaderamente entrar en una conversación directa contigo, sin distracciones, una conversación bien intencionada, una conversación que aunque sea de cinco minutos, pero son cinco minutos que llenan ese espacio que solamente Tú puedes llenar.

Y que nosotros podamos llenar ese espacio que está en tu corazón también. Que Tú anhelas, y que nosotros podamos alegrar tu vida, Señor, cuando podemos hablar contigo. Dios, yo te pido por cada uno de mis hermanos y hermanas aquí esta noche, te ruego Jesús que en sus agendas como puedan ser cualquier de ellas, Señor, llenas o medio llenas, yo te ruego que por favor nos ayudes a ser bien intencionales con nuestro tiempo, Señor. Y poder verdaderamente apartar esos momentos, Señor, en que podamos hablar contigo.

Provee esas oportunidades, Señor. Donde quiera que sean esas oportunidades, pero ábrelas. Señor, sea en el tráfico, sea mientras estamos cocinando, sean cuando estemos hablando con una persona o sea que estemos caminando por el parque solos o sea que estemos disfrutando con la familia, Señor. Sea cual sea la oportunidad, permite que siempre podamos ser bien intencional con usar nuestro tiempo y separar la porción que Tú mereces en ese día.

Enséñanos también a cómo orar, a cómo usar nuestras palabras, Señor, que no estemos repitiendo cosas que no tienen son ni ton, Señor. Y que sí sepamos usar nuestras palabras en los momentos específicos, estratégicos donde verdaderamente invoquen tu presencia, Señor, en medio de nuestras vidas, en medio de la reunión congregacional. Ayúdanos a estar bien pendientes de eso, Señor. Que no oremos como se dice por allí, a lo papagayo, sino que oremos siempre conscientemente, Señor, de lo que está saliendo por nuestras bocas.

Porque nuestras bocas reflejan lo que está en el corazón, y si el corazón está hablando a lo papagayo, pues entonces, hay problemas. Llena nuestros corazones de conversaciones contigo, Señor. Yo declaro tu bendición sobre cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche. Llénalos con bien, su familia, sus hogares, sus trabajos, mi Dios, que ellos puedan salir de aquí con un sentido de paz que solamente Tú puedes dar.

Renueva nuestras vidas en el descanso de esta noche y que mañana si así Tú lo permites, Señor, podamos echarle mano a todo lo que venga en el día. Lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesús. Amén y amén.

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Sal de la tierra

19 de julio del 2010 - Por Raquel De Jesús

Vosotros sois la sal de la tierra; Mateo 5:13a

¿Cuántas veces hemos escuchado este términos y nos ha gustado? Pero ¿sabemos cuáles son las implicaciones de ser sal de la tierra? En Santo Domingo donde yo nací, me pongo a pensar en cuando mi mama estaba cocinando y una de las primeras cosas que hacia al preparar el sazón era agarrar las piedras enteras de sal y echarlas en el pilón y comenzar majarlas hasta que quedaran en granitos tan pequeñitos que parecía polvo.

Cuantas veces no nos hemos sentido como una de esas piedras de sal que hemos sido machacadas y machacadas una y otra vez y cuando pensamos que el proceso termino entonces viene el cocinero y encuentra que todavía hay en nosotras aun un pedacito que no ha sido pulverizado y comienza el proceso nuevamente.

Muchas veces le hemos dicho al Señor que queremos ser sal de la tierra pero para que la sal sea usada tiene que primeramente ser pulverizada antes de este proceso no puede ser usada. Hay procesos de pruebas que parecen que nunca van a terminar o que simplemente parecen que van a terminar con lo que somos y tal vez ese es el propósito que salgamos transformados a una nueva vida. Una nueva vida que pueda ser usada por el Señor y que pueda usar esos procesos y esas pruebas por los cuales ha atravesado no solo para publicar sus heridas sino para levantar a otros que en el camino van atravesando por el mismo proceso de ser pulverizados. No desmayemos que el que la buena obra empezó El es fiel en completarla.

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Iglesia, levántate y evangeliza!

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Capítulo 26 en el Libro de los Hechos comenzando con el versículo 14. No se de su versión, yo estoy leyendo de la versión Reina Valera antigua y los Editores de mi Biblia comienzan esta porción Bíblica con el título: Pablo relata su conversión. ¿Cuántos de nosotros tenemos una Biblia que tiene un título así? Y ustedes reconocerán, especialmente los que han estado en el Señor por un tiempo o los que han estado leyendo el Libro de los Hechos, van a conocer esta historia.

Esta historia es relatada bastantes veces en el Libro de los Hechos, y por una razón. Y los que no la conocen; Pablo está en camino a Damasco. En ese momento lo conocía como Saulo. Él era un enemigo de la verdad, un enemigo de cristianos, su misión en la vida era terminar con todo lo que era ser cristiano. Iba a Damasco con cartas de autoridad para arrestar, detener y aún a lo largo la gente que él arrestaba y detenía se entendía que esa gente: hombres, mujeres, jóvenes, niños lo iban a matar, lo iban a apedrear.

Pues iba a Damasco con el propósito de matar a esta gente y de momento al mediodía se le aparece esta luz del Cielo. Lo tumba de su caballo, los que están a su alrededor ven esta misma luz. Esta impactó a Pablo y él relata en esta historia –en el versículo 14-: ‘Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba y decía en lengua hebrea: "Saulo, Saulo, ¿por qué les persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” Y entonces dije: “¿Quién eres señor?” y el Señor le dijo “Yo soy Jesús, a quien tú persigues.”

“Pero levántate y ponte sobre tus pies porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti. Librando de tu pueblo y de los gentiles a quienes ahora te envío”. Y digan todos: ¿Para qué? “Para que abras sus ojos”. ¿Para qué? “Para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios”. ¿Para qué? “Para que reciban por la Fe que es en mi, perdón de pecados y herencia entre los santificados".

Gloria a Dios. Vamos a la presencia del Señor, mis hermanos. Señor nosotros te damos gracias por el tiempo en el que tú nos has permitido vivir. Gracias, Señor, que Tú nos has permitido nacer y vivir para ver lo que nuestros ojos… “Benditos son los ojos que ven”, que verán lo que Tú has preparado para Tu iglesia en este tiempo. Y para esta región. Señor, sopla sobre esta palabra. Queremos ver transformación de vidas. Señor, ya este edificio que se está edificando como un faro de luz en este vecindario.

Padre, queremos que desde ya Tú estés llamando corazones y que desde ya este lugar esté lleno de familias enteras que a la vez que a la vez vengan a conocerte como Rey y Señor, arrodillados allí buscando Tu rostro. Padre, comenzando desde hoy, desde esta tarde, aquí sopla sobre esta Palabra. Vivifícala, Señor. Padre, que el poder de la verdad de Tu salvación, Jesús, inunde nuestros corazones y que Tú seas exaltado sobre toda carne, Jesús. En el nombre de Jesús, Amén.

Mis hermanos, esta sí es la historia de la conversión de Pablo pero desde ahora les digo mis hermanos, al leer esta encomienda que el Señor le comparte a Pablo, Pablo nunca se olvidó de lo que el Señor le dijo en ese camino. Pablo nunca se olvidó de la misión que el Señor le delegó. Mis hermanos, aunque esas palabras fueron dirigidas a Pablo, podemos tomar la libertad hoy y estar muy seguros de que también el Señor está dirigiendo la misma misión, está delegando el mismo encargo a nosotros como su iglesia.

Pablo compartió esta historia, una y otra vez y lo compartió con sus discípulos; con Tito, con Timoteo, esto se convirtió en su misión y la razón por la que ellos ministraban. Y por generaciones, la iglesia, vivió para agradecer el corazón de Jesús, para cumplir con la encomienda de Jesús. Y mis hermanos, yo le doy gracias al Señor por los tiempos en que estamos viviendo. Como compartía el Pastor Gregory, la semana que viene, será una semana extraordinaria.

Viene un grupo de misioneros, entrenados, mis hermanos para trabajar con niños específicamente. Y son misioneros que el Señor ha traído a Boston, ha traído a esta ciudad y escogieron a la Congregación León de Judá, gracias a Dios, de cuantas Congregaciones pudieron escoger en esta ciudad. Todas muy aptas, todas ungidas del Espíritu Santo. Gloria hacia el Señor que contactaron a esta Iglesia, al Pastor Gregory y nuestro vecindario para esta obra de evangelismo viendo alguna de las esquinas más tenebrosas de esta ciudad: Ramsey Park, Villa Victoria, las calles que nos rodean.

Y allí ellos estarán ministrando directamente a niños y a sus padres. Y yo le pido al Señor que el viernes que viene, este humilde templo, este humilde lugar esté repleto de gente que no tienen ni siquiera idea de cómo ellos llegaron aquí, con sus niños oyendo la Palabra de Dios, tal vez por primera vez. Y viniendo ellos, ya mis hermanos, han hecho caminatas de oración, han repartido folletos, estamos orando aún, deseamos sus oraciones. Pero ellos vienen con este propósito.

Si eso no fuera suficiente… el viernes pasado tuve el privilegio de compartir en una reunión con el Pastor Sámano, el Pastor Gilberto de aquí de la Congregación León Judá y el Pastor Joshua Malten que es el Pastor que dirige la operación de Teen Challenge, el ministerio de Teen Challenge aquí en Boston. Yo no dudo si eso no es el Pastor Sámano, ahora mismo, diciendo Amén, llamándome, Gloria a Dios. El Pastor Sámano y yo, el Pastor Joshua salimos de allá como niños, sonriendo.

Imagínate, tres Pastores Pentecostales, hablando de evangelismo en Boston e imaginándonos maneras en que cientos de hombres de nuestra iglesia colaboren con Teen Challenge. ¡Imagínese! Los hombres del ministerio de hombres de nuestra iglesia caminando estas calles acompañados con brigadas de Teen Challenge, tomado posesión de Blackstone Park; tomando posesión de Ramsey Park y allí anunciando la Palabra de Dios. Y por cierto el día 31 de julio, el último sábado de este mes, habrá un gran rally también auspiciado por Teen Challenge en Ramsey Park.

Y ya nosotros estamos orando que el Señor haga milagros de evangelismo aquí. El Señor nos ha llamado a evangelizar. El Señor nos ha llamado a compartir su Palabra con las mismas razones que el Señor lo comparte con Pablo. Él le dice “¿Sabes? Yo te voy a sacar de dentro de tu pueblo. Te voy a rescatar de entre ellos para enviarte de nuevo a ellos y a los gentiles. Te voy a enviar a ellos". ¿Para qué? Es una serie de " ¿Para qué?" Pero esa serie de "Para qué" terminan en esta realidad.

¿Vamos a ver si estamos de acuerdo? Cuando yo veo eso, el Señor le está diciendo a Pablo “Te envío a ellos, a tu pueblo” y todos tenemos un pueblo, tenemos hermanos, tenemos padres, tenemos colegas en el trabajo, tenemos esposos, esposas, tenemos hijos, tenemos seres queridos. “A tu pueblo y a los gentiles”. La gente desconocida a tu alrededor que quizás hasta son hostiles al evangelio. Ahí yo te he enviado a ellos para una razón y solo una razón: para que ellos sean transformados.

En otras palabras, para cambiar la cultura. Para crear entre ellos una cultura que esté en sintonía con el corazón y el deseo de Jesucristo. Para que la oración apostólica de Jesús, el Reino de Dios, se establezca sobre la Tierra. Y eso, mis hermanos, por lo menos en esta iglesia, eso es lo que nosotros queremos decir cuando usamos la palabra “avivamiento”. Ver a nuestro alrededor una cultura que se asemeje al corazón de Dios, una cultura que esté en sintonía con los propósitos de Cristo para esta área, para esta ciudad.

Hermanos, les confieso que sí hay un debate teológico en estos días. Hay algunos hermanos que se identifican por lo menos como evangélicos pero han puesto en tela de juicio aún la necesidad de evangelizar. Y no se sorprendan si oyen o leen mensajes así, está bien. Y son predicados por hermanos que yo los conozco, yo los amo, yo recibiría palabra de ellos aparte de esto. Good men and women of God. Buenos ministerios, el Señor los usa. Yo no dudo de esto.

Pero en esto tenemos una diferencia, yo creo, clave. Porque en estos mensajes que algunos llamarían ‘The emerging church movement' se predica que tal vez el llamado de la iglesia no es cambiar la cultura que eso es demasiado confrontativo y radical. Tal vez lo que el Señor prefiere es que la iglesia esté entretejida en la cultura. O sea, y es cierto, estamos en este mundo aunque no somos de este mundo; no nos vamos a despegar de este mundo. Pero la diferencia está en esto: ¿con qué propósito?

Y ellos dirían: tal vez el propósito es coexistir. ¿Cuántos no han visto aún ese afiche en Cambridge, en Somerville y aquí? “Coexist” Y tal vez la gente llegará a Dios a través de osmosis, a través de los buenos testimonios y de las buenas obras. Eso está bien. Sí, hermanos, nuestras palabras sin un testimonio que lo respalde no vale nada. Pero yo quisiera, hermanos, que fuera tan fácil como eso. Es más, yo no puedo leer la Palabra de Dios y no puedo leer esta Palabra sin ver claramente que querámoslo o no lo queramos el Evangelio es confrontativo.

El Evangelio es directo. No hay debate en la Palabra acerca de esto. El Señor usó esta Palabra “Te envío para que se conviertan”. Esas son palabras muy directas, no hay debate en la Palabra. Y ¿sabes qué? Tampoco hay debate en las calles, tampoco hay debate en el pueblo que nos rodea. Compartimos esto hace poco. No hace mucho el Alcalde de la ciudad junto con el comisionado del Departamento de Policía de la ciudad, junto con el Departamento de Salud, junto con Representantes del Sistema escolar de Boston. Imagínate.

Toda esa gente reunidos en una reunión en la Sede Central del Departamento de la Policía y entre ellos Pastores. Muy específicamente Pastores. Pastores de iglesias de nuestro alrededor, ministros. Y uno oye estos Directores de estas agencias, estos políticos sin ningún problema, sin ninguna duda diciéndole a la iglesia '¿A dónde han estado?' Ellos, paganos, diciéndonos 'Póngase de pie, Levántense’ que hay jóvenes de 14 años -true story- matándose por una mirada que ellos perciben que sea inadecuada en una parada de bus en Boston. Eso aconteció hace tres semanas.

Y ellos juntaron a los Pastores, a los ministros de esta ciudad con un mensaje increíble: “Te necesitamos. Salgan a las calles, hagan lo que ustedes hacen. Hace tiempo que no lo hacen. ¡Salgan!”. Como dijo un director de una Agencia sin Fines de Lucro: ‘La cultura” –dicho por una persona que no es cristiana- si hay debate entre los cristianos, entre la gente a nuestro alrededor, ya no hay debate. Ella dice: “La cultura tiene que cambiar”.

Mis hermanos, ellos están diciendo “Iglesia, levántate y ponte sobre tus pies”. Y esto es lo triste porque, francamente, después de muchos años de esta misma gente diciéndonos "No oren en el nombre en ese nombre. No prediquen en ese nombre. ¡Por favor! No coexistamos”. Ahora que estamos en un aprieto ellos dicen: “Salgan en el nombre de Jesús. Digan ‘Padre, Hijo y el Espíritu Santo si quieren’. Vayan. Do what you have to do. Tú sabes lo que tienes que hacer”.

Ya no hablemos más: ¡Caminen, caminen! El problema es que después de muchos años, una iglesia, yo vi esto entre estos ministros, no saben siquiera como comenzar. How do you do this? ¿Cómo se hace eso? Yo como que me recuerdo una vez hasta evangelizar. Pero una iglesia acobardada después de muchos años ahora tomar las calles de nuevo. Jesús ¿qué hacemos? Yo veo la respuesta de Jesús aquí. Yo oigo al Señor diciéndonos: “León de Judá levántate. León de Judá ponte sobre tus pies". Pero Señor, ¿a hacer qué? ¿Qué digo?

Tú eres testigo, se tu testigo, tú eres un ministro. Se tu testigo de lo que yo te he revelado. Hermanos, la Palabra declara que algunos de nosotros son llamados a Pastor, otros a evangelistas, otros a profetas, otros a maestros. Pero, mis hermanos, aparte de su llamado, todos nosotros somos llamados a ser testigos de Jesucristo. Tú eres testigo de Jesucristo. Es más, uno no puede ser un testigo de segunda mano. En sí, el evangelizar quiere decir que no estamos hablando de algo que nosotros oímos de otra parte, o que leímos una vez o que alguien nos contó.

El ser testigo implica una experiencia personal que usted tuvo. Usted tuvo esta experiencia con un Cristo que vino a tu encuentro en el camino y usted está relatando por más primitivo que sea, por más simple que sea usted está relatando lo que usted vio, lo que usted oyó, lo que usted sintió, lo que usted experimentó en su presencia. Usted está relatando la historia de ese Jesús frente al cual usted se arrodilló en un momento de crisis y esa es su historia. Esa es su historia, mi hermano.

Pablo nunca olvidó su historia. Mira que cosa. Al estudiar el Libro de Hechos, usted verá que la historia de la conversión de Pablo usted la lee en Hechos Capítulo 9 pero usted descubre que también está relatado en Hechos Capítulo 22. Pablo aprovechó en momento en que él estuvo delante del Sanedrín, en Hechos Capítulo 22. En ese momento de su defensa legal a donde estaba en tela de juicio si era vivir o morir, él aprovechó ese momento para compartir esta historia relatada prácticamente palabra por palabra de la misma manera en que está relatada en Hechos Capítulo 9.

Ahora, en Hechos Capítulo 26, frente del Rey Agripa, está compartiendo la misma historia. Jesús convenció. ¿Qué te dice esto? Primeramente, me dice a mí que de todas las cosas que experimentó Pablo en su vida esto lo impactó y él nunca se olvidó de esto. Este es un hombre que pudo predicar de la manera que él quiso predicar. Un hombre entrenado tanto en la cultura griega y romana como a la vez empapado de las Escrituras. El hombre pudo predicar del tema que le daba la gana predicar pero siempre, siempre, siempre regresaba a su historia.

¿Por qué? Mis hermanos, podrán debatir teología, pero nadie, nadie puede negar tu historia. Nadie puede negar lo que Jesús hizo por ti. Nadie puede borrar los hechos que Dios hizo por ti. Yo estaba caminando por el camino, como Pablo, de momento el Señor me iluminó con su luz. Yo estaba equivocado y caminando en un camino en un camino que no iba bien y de momento el Señor me convirtió, me cambió de camino. Llenó mi vida de paz. Y me dio significancia, me perdonó mis pecados, me sanó mis heridas, sanó mis relaciones, abrió mis ojos.

Me devolvió el sentido de risa y de paz. Tengo una paz indescriptible, eso lo hizo un día con Cristo. Y así como Jesús tiene imborrablemente en sus manos y en sus pies las marcas de su cruz, tú también tienes tus marcas y el Señor lo ha permitido así. ¿Saben? Yo no soy perfecto, pero un día, el Señor me libró de esto. Un día el Señor me sanó de esto. Es poderoso. Tu historia. Hermanos que se bautizan este sábado, cada uno de ustedes, cada uno de ustedes, sin excepción, cada uno de ustedes tiene su historia.

Y no se olviden de lo que Dios, de lo que Jesús ha hecho por ti. Hay en poder en esa historia que el Señor ha plantado en ti. Y sabemos que eso es dinámico. El Señor le dice a Pablo “No es meramente lo que te he revelado. Pero de las distintas maneras en que te apareceré". Y mientras usted está caminando en el Señor y disfrutando de su Palabra, conociéndolo, obedeciéndolo, integrándote a Él, ¿no has visto tú una revelación o dos del Señor en el camino? ¿No ha visto usted como el Señor contestó su oración en el momento que usted estaba entregado a lo que iba a hacer?

En el momento de aprieto y “pum” el Señor apareció con su provisión y salvación. ¿Cuántos aquí tienen un testimonio así? ¿Cuántos aquí? El Señor es mi provisión. El Señor es mi sanidad, el Señor escuchó mi oración. Este pobre clamó y el Señor inclinó su oído y oyó mi clamor y me rescató del lago cenagoso. Ese es tu testimonio y como nunca se necesita ese testimonio. We need your story. Se necesita esa historia de salvación y de rescate. No lo archives. No lo archives. No te olvides de eso.

Con cada día que pase, si es meramente para agradecerle a Dios, no te olvides de lo que Él ha hecho por ti. ¿Por qué? Porque no es poca cosa a lo que nos ha llamado el Señor. Si esta iglesia está siendo efectiva en su llamado de evangelismo lo que el Señor ha encomendado que nosotros hagamos, los objetivos, the outcomes, los resultados que espera el Señor de la iglesia no es poca cosa. El Señor, su corazón, se quebranta al ver esta cultura y esta sociedad y Él comparte eso con Pablo.

Él abre su corazón a Pablo y le deja por lo menos estos tres objetivos, estas tres metas. No es poca cosa. Lo primero que Él le dice a Pablo es esto: “Yo te envío para que seas testigo, para que les digas lo que vista ahorita. Para que compartas lo que tú oíste de mi". ¿Para qué? Y lo primero que Él dice en el versículo 18 es: "Para que abran sus ojos". ¿Ven ahí? 'Para que abran sus ojos. Para que se conviertan de las tinieblas a la luz'. Hermanos, los ciegos no distinguen entre las tinieblas y la luz. Necesitan a alguien que de, a alguien que sí puede distinguir entre las tinieblas y la luz.

Necesitan a alguien que los puedan, alguien que los pueda guiar como a Ananías, que pueda poner mano sobre ellos para que la escama caiga de sus ojos y para que ellos vuelvan a ver. Para que vean la luz. ¿Saben? El Señor advirtió a su iglesia hablándonos a nosotros a través de los años. Al principio, al comenzar el sermón del Monte, una de las primeras advertencias del Señor es esto: 'Vosotros sois la luz del mundo'. Vosotros. Mateo 5:14. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.

Interesante nota de historia. Historia de Nueva Inglaterra. El Gobernador Jonathan Winthrope aún antes de desembarcar, en el año 1630, su nave “El Arabela” todavía estaba anclado en la bahía de Boston y él ni siquiera había bajado. Aún antes de salir de su cabina, a solas con el Señor, él escribió un pacto. Hizo esta declaración y le dijo al Señor: “Señor, esa península a donde nosotros vamos” –no era muy prometedor Boston en esos días. Boston era solamente una península de un milla y media. A través de los años hemos estado añadiendo terreno, ha crecido. Dios ha bendecido a Boston.

Selami y Boston se fundaron en el mismo año. ¿Se dan cuenta? Y antes de él desembarcar para traer ese pueblo a este bosque lleno de peligros y mucha lucha y trabajo, él le hizo esta promesa al Señor. Él le dijo: “Señor, esta ciudad, que ni siquiera existe será una luz asentada sobre un monte”. Esas palabras usted las puede encontrar ¿saben donde? En una placa de bronce sobre una verja frente del Boston Common. Entre el Boston Common y la casa Estatal como si fuera un testimonio eterno y frío.

A la Casa Estatal, al gobierno de Massachusetts, al Gobernador y los Senadores y los que dirigen este país, este estado. Esa tabla de bronce le testifica aún ahora ese silencio: esta ciudad es un monte, es una luz, una ciudad fundada sobre un monte con ese propósito. Esa es nuestra herencia mis hermanos. Y el Señor nos advierte: ‘Si eso no acontece, si se enciende una luz y se pone debajo de un almud, no se enciende la luz, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa'.

Y eso es lo que ha pasado en Boston, mis hermanos. La Iglesia en Boston, con “i” mayúscula, la Iglesia de Jesucristo en Boston ha escondido su luz bajo un almud y eso ha provocado unas tinieblas que han descendido palpablemente sobre Boston. No hay quien distinga entre las tinieblas y la luz. No hay manera de distinguir. ¿A quién se le ocurre que un joven de 14 años mate por matar? Eso no aconteció 10 o 20 años atrás. Eso es nuevo. ¿Por qué? Porque no hay un eje moral.

El Señor ve a ese joven y estoy seguro que si buscáramos la opinión de Jesús: ese muchacho es una oveja sin pastor. Sin que alguien le diga: “joven esto es luz, esto es tiniebla. Esto es vida esto es muerte”. En Gloucester, ¿Quién ha visto esto? Un grupo de jovencitas haciendo un pacto para ver cual de estas jóvenes de high school saldrá embarazada primero. ¿Por qué cree que nosotros necesitamos un "Vale esperar"? ¿Por qué cree que nosotros necesitamos un ministerio de niños?

¿Por qué cree que se necesita un ministerio de jóvenes? ¿Dónde está la luz allí? No hay credibilidad. Aún los mismos maestros que intentan distinguirle la luz de la verdad no lo pueden hacer. Porque es claro, es evidente, que aún a ellos les falta la luz y la verdad. Ciegos dirigiendo a ciegos. Ciegos criando a nuestros niños. Ciegos levantando a nuestros jóvenes.
Ciegos ofreciéndose como mentores a nuestros jóvenes sin poder distinguir la luz de las tinieblas. ¡Oh, Samuel! ¿Cual es la luz? My friend, mi amigo, aquí está.

“Lámpara es a mis pies, tu palabra y lumbrera a mi camino”. La palabra de Dios revelado por el Espíritu Santo, soplado sobre ella para que sea una palabra viva y eficaz esa es la luz y por eso mis hermanos, el Señor insiste y pide. Si nosotros nos vamos a meter en este terreno, Él insiste que nosotros vivamos, también, aferrados incondicionalmente a la luz del Señor. Por eso es que nosotros nos encontramos en nos encontramos en los enredos que nos encontramos, mis hermanos.

Por eso en una comunidad, rodeado de una comunidad que se opone a muchas de las mismas cosas de las cuales nosotros defendemos, creemos que el matrimonio -esto es raro aquí ahora en Massachusetts- como bíblicamente es entre un hombre y una mujer. Cuarenta años atrás, no problem, hoy somos radicales. Hoy eso es tiniebla. Hoy somos excepcionales. Pero si queremos ser la gente capaz de guiar a otros tenemos que tener nuestras lámparas encendidas y aceite en nuestra lámparas.

Como declara el Apóstol Pedro en su Primera Carta –Primera de Pedro, capítulo 2 versículo 9, muchos de nosotros lo conocemos de memoria- ‘Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó -¿de dónde te llamó? ¿De donde te sacó? y ¿te metió donde?- a su luz admirable’. Para anunciar las virtudes del que me sacó, ese que me sacó de las tinieblas. Sus virtudes.

Yo no se lo que tú has oído de Dios, pero yo lo conozco, ¿Tú lo conoces? Yo lo conozco porque Él habló esta mañana. Él es bueno, Él es bondadoso, es generoso, es misericordioso. Yo no se que opinión tú tienes. Yo lo conozco, yo te puedo decir, de primera persona: Él escucha la oración del justo. Él es bueno, Él es poderoso. Él puede hacer milagros en tu vida si tú le das la oportunidad. Anunciad virtudes de un Dios que nos sacó de tinieblas.

Don't forget your shadows. No te olvides las tinieblas. No para habitar allí pero para que nunca, nunca, nunca, nunca, nunca te olvides que tú una vez conociste tinieblas, que una vez tú no tenías respuesta, que una vez, tú eras como ellos no tenías quien te guiara, que una vez no tenías a quien orar; que una vez no sabías la diferencia entre lo bueno y lo malo, las tinieblas y la luz, la vida y la verdad. Y ahora tenemos por sentados, estamos en su luz admirable.

¡Eso lo hizo Jesús contigo! ¡Él lo hizo contigo! Eso es gran cosa, mi hermano. Sure, there's more to do! ¡Hay trabajo que hacer! Pero, my God! ¡Que bueno estar en la luz admirable! Y eso lo tienes tú. ¡Lo tienes tú! Lo tiene tu hogar, lo tienen tus hijos, lo tienen tus nietos, lo tienen tus tataranietos hasta la tercera, la cuarta, la quinta, la séptima generación. Dale Gloria a Dios que ya las tinieblas no tienen que ver nada más contigo, con tus hijos, con la generación que te siga. La tuya es una generación ¡de luz! It is light.

En tu genealogía hasta ese momento en la rama que venía había tinieblas pero “¡pum!” nace un gran rayo de luz en tu árbol familiar; fruto brotando de ese árbol. Nace vida. Forever, forever hasta que el Señor regrese en Gloria. Una viña de vida brota de ese momento en el árbol familiar. Gloria a Dios. Gloria a Dios para siempre. Él dice que salimos de las tinieblas a su luz admirable y la potestad de Satanás a Dios.

Mis hermanos, nadie fue más claro que Jesús en su ministerio terrenal para enfatizar que estamos… esto es guerra espiritual. Eso es guerra espiritual. Él lo dijo cuando los discípulos se acercaron a Jesús después de salir por todos sus vecindarios como el Señor nos ha llamado a hacer declarando ¡Guau! Ahora Jesús vimos mudos y sordos, testificando grandeza. Vimos cojos levantarse y danzar en adoración a Ti Vimos muertos resucitar, vimos demonios salir saltando de cuerpos y dejándolos libres.

Yo les digo: ‘¿Sabes? En esos momentos yo vi al diablo, yo vi a Satanás caer como rayo del Cielo. Hay autoridad. En esa historia tuya, es más que una historia, es más que meramente una historia. Esa historia tuya es nada menos que exaltar el nombre de Jesucristo. Esa historia tuya es una bomba atómica que Satanás no quiere que se comparta, que quiere como nada más que se detenga. Eso es guerra. Por toda la palabra es así, se dice así. El mismo Pablo en Efesios Capítulo 6 nos añade, nos advierte.

¿Saben? Nuestra lucha no es contra nuestro vecino, el que se opone a ti en Villa Victoria o en Ramsey Park. Nuestra lucha no es contra tu jefe del trabajo, nuestra lucha no es contra tu esposo, tu amigo o tus hijos. Nuestra lucha es contra potestades y principados y nos dice: “Párate firme. Mantente firme. Aférrate. Ármate con la armadura de Dios". Asegúrate que estás armado de la verdad, de la justicia. Que estás, que tienes en tu mano la espada de la fe. Asegúrate que estás revestido.

En la Primera Carta de Juan, él declara muy claro a que vino Jesús. Yo te voy a decir a que vino Jesús. Jesús vino para destruir las obras del diablo. Así de claro. Primera de Juan, Capítulo 3. Él vino para destruir las obras del diablo. Mis hermanos, vale esperar. Nosotros a través de ese ministerio estamos tratando de destruir todas las obras del diablo. En el futuro tratar de revestir a esos jóvenes y convertirlos a un futuro que se asemeje a un futuro al que el Señor quiere para ellos.

Igual Berk, igual Alpha. Pero ¿sabes qué? Yo creo que el Señor, ¿no está usted cansado mi hermano de estar limpiando la telaraña? Es tiempo de buscar la araña, ¿no? Es tiempo de buscar esa araña. Es tiempo de ¡pisar la araña! Es tiempo de pisarla. Un día de estos lo veremos encadenado y echado en el lago de fuego. Pero ese día solamente vendrá a través de una iglesia revestida del poder del Espíritu Santo. Y, mis hermanos, no hay opción. Esta es la razón por la que nuestro Pastor se ha detenido en el Libro de los Hechos.

¿Por qué tantas semanas en el Libro de los Hechos? Porque al Señor despertar en nuestro Pastor su llamado Apostólico y el llamado de esta iglesia y el llamado de la iglesia de Jesucristo en esta era, en estos días, es necesario volver al manual y ver como el Espíritu Santo se movía en la iglesia. Como estos hombres buscaban la llenura del Espíritu Santo, como fueron sus obras respaldadas por el Espíritu Santo; como es que nace la Palabra con el poder y la autoridad del Espíritu Santo.

Mi hermano, hay una razón por la que nos ha hecho tan difícil entrar en Villa Victoria. Eso sería la cosa más fácil del mundo. Son latinos, son nuestros vecinos. ¿Por qué esta iglesia después de 20 años es una frontera para nosotros? I’ll tell you why. Yo te digo por qué. Yo viví en Villa Victoria. Yo tenía un apartamento en Villa Victoria, yo te digo también como testigo de allí: hay estructuras que no respetan a nada y a nadie menos la sangre de Jesucristo. Hay estructuras en ese lugar que no respetan sino un pueblo revestido del poder del Espíritu Santo.

Por mejor que usted testifique será por testimonio del poder de Dios, ese pueblo vendrá a conocer al Señor. El Apóstol Pablo escribió de una comunidad semejante. Cuando Pablo testificó, predicó en Corintios ¿no cree usted que habían estructuras diabólicas allí? Esto es Corintios, mis hermanos. Él no iba a llegar con tres puntos y un poema y creer que esta gente dado a prostitución y dado a avaricia y dado a mercantilismo, comercialismo, dado a Satanás en tantos niveles de momento se iban a entregar al Señor.

Es más, el Señor le tuvo que aparecer a Pablo en un sueño y decir: 'Mira, no te des por vencido aquí', le dijo a Pablo. 'No te des por vencido aquí. Yo tengo mucha gente aquí. Sigue predicando aquí. Tú estás haciendo más efecto de lo que piensas'. ¿Te ha pasado así? ¿Has pensado que tal vez tú estás predicando a las paredes? ¿Qué no está teniendo efecto? A Pablo le pasó esto. El mismo Señor tuvo que revelarse a él y decirle 'Mi hermano, mantente fiel. Predica la Palabra del Señor. Yo estoy contigo'.

Y Pablo le escribe. 'Ni mi palabra, ni mi predicación' –Primera de Corintios Capítulo 2, Versículo 4- 'fue con palabras persuasivas de humana sabiduría sino con demostración del Espíritu y del poder porque vuestra Fe no está fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios'. En la mayoría de los casos nosotros hemos venido al Señor a través de un momento de crisis. No se si eso fue así con usted. En la mayoría de los casos venimos al Señor con líos que de momento necesitamos que Él arregle y rápido.

Y en ese momento lo que necesitamos es una demostración del poder de Dios. Y eso se hace más importante cuando nosotros pensamos en la tercera prioridad de Jesús. Él dice, también ahora esto es Capítulo 26 versículo 18, regresando a ese versículo, Él le dice a Pablo: "Para que reciban por la fe que es en mi perdón de pecados y herencia entre los santificados". Pecados. Esa palabra del siglo diecinueve, por lo menos.

Una palabra totalmente desclasificada y fuera de moda. Especialmente en el mundo occidental, especialmente en los Estados Unidos y en Europa. No es la costumbre hablar de pecado. Aún en las iglesias usar esa palabra “pecado” ¡tan fuerte! ¿verdad? ¡Tan feo! Aún esa palabra. Es fea esa palabra: pecado. Hay razones porque es fea. Un consejo: no subestimen, mis hermanos. No subestimes la carga del pecado sobre una vida. No subestimes el efecto de lo que es vivir bajo una mancha de pecado o el gozo que es recibir las nuevas que no tenemos que vivir así; que hay una solución, que podemos ser libres.

Pecado. Este es el punto. Este es el blanco. Hermanos, dirijan sus rifles espirituales allí. Pecado. La frontera entre la luz y la verdad. Pecado. Lo que le da a Satanás la autoridad de hacer lo que a él le da la gana de hacer con nuestra sociedad, con nuestras instituciones, con nuestros hijos, con nuestros jóvenes. Pecado. Y qué cosa que la única solución a este problema de pecado está en la fe en Jesucristo. Está en la sangre de Jesucristo. Cuando uno llega a reconocer eso, ¡qué fácil se pone la cosa!

Una intervención de parte del Señor y de momento uno traspasa las tinieblas a la luz. De momento Satanás pierde su autoridad porque declara la Palabra que el acta y el decreto que Satanás tenía contra ti, dice la Palabra que “fue clavada sobre la Cruz del Calvario y ya no tiene autoridad sobre ti”. Ya él no te lo puede sacar en cara aunque fuera esta mañana o treinta años atrás, fue grabada en la Cruz y pierde su autoridad. Y si eso no fuera suficiente, y ese es el corazón latente de Dios, ese ser querido, esa alma que usted ve perdida, el Señor lo ve y lo que Él ve es un hijo, una hija por el cual Él ha preparado una herencia.

¿Sabe? El Señor está loco por entregárselo como el padre del hijo pródigo. Está loco por entregarle la herencia que Él le tiene guardada desde antes de nacer el mundo a estos chicos. Usted se puede ahora imaginar este mundo como lo ve Jesús. Un ejército, toda una generación de jóvenes levantándose conociendo su herencia en el Señor y creciendo bajo la Gracia de Jesucristo. Can you imagine that? Tu familia viviendo Su herencia, la herencia que el Señor desde antes de usted nacer, desde antes de nacer el mundo, su familia compartiendo esa herencia.

Sentado a la mesa con el Señor. Compartiendo su Gloria. My God! ¡Qué tremendo sería! El Señor anhela que esta iglesia se levante, que la iglesia de Jesucristo… Porque ¿sabes qué? Si usted está oyendo en el Internet lo que distingue una iglesia efectiva de una iglesia no tan efectiva en Perú, en Venezuela, en Brasil, en Guatemala, en la República Dominicana, en Ecuador, en Colombia, en Puerto Rico, en Orlando, en Inglaterra, en Alemania, en el Polo Norte; lo que distingue una iglesia efectiva y una iglesia que existe pero no está haciendo mella en su cultura es una iglesia que puede dirigirse al enemigo del pecado a su alrededor y plantar la bandera de Jesucristo de una forma palpable.

Y ver esta generación convertirse a Cristo. Convertirse a Cristo. Hacer una decisión de que ahora mi vida pertenece a Cristo. Y si usted hace esa decisión su vida cambiará, la vida de sus familiares cambiará, la vida de sus hijos nunca será igual, la vida de su vecindario no será igual. Y a lo largo ¿sabe lo que ha hecho por el hecho de que usted ha venido al Señor y le eres fiel? Has cambiado la cultura. No me diga a mí que la cultura no puede cambiar. Estoy mirando una cultura cambiada. Estoy mirando una evidencia detrás de la otra, un testimonio tras el otro.

Yo estoy viendo testigos que dudan que una cultura no puede cambiar, no te conoce y no sabe lo que Dios ha hecho en ti. My Goodness! ¿Qué es una iglesia sino es una cultura cambiada en la imagen de Cristo? Antes no éramos pueblo pero ahora somos real sacerdocio, nación santa, pueblo escogido por Dios para anunciar las virtudes de aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable.

Iglesia de Jesucristo levantémonos y pongámonos de pie. Pido que los músicos me acompañen en este momento. Oh, God! I thank you Lord. Oren conmigo, mis hermanos. Señor, nosotros no esperábamos, tal vez, muchos de nosotros no esperábamos encontrarnos aquí en esta ciudad, en esta iglesia, digamos tal vez, en este edificio, en este momento de nuestras vidas. Era otro camino que teníamos, era otra cosa, era otro destino, era otra jornada. Padre no sabíamos lo que estábamos haciendo, no sabíamos como vivíamos, no teníamos idea lo que era la luz, lo que era la tiniebla, lo que era la vida, lo que era la verdad. Estábamos muertos, todo eso era desconocido.

Señor, nos recordamos de eso y te damos gracias por encontrarnos en el camino. Te damos gracias, Señor, por revelarte a nosotros. Te damos gracias, Señor. You are a good God. We thank you Jesus. Thank you my Jesus for that day. Thank you Jesus for that long night. Thank you dear God that you had mercy. Thank you, Jesus! Thank you, Lord God that we have something to share, that we've seen your Glory, that we've seen the Revelation of Your presence, that we know who You are because You in your Grace and in your Mercy you revel Your beauty.

The beauty of Your one and only living Son of the most I’ve got. We rebelled against you Jesus because we didn't know what we were doing. We didn't know who You were, we didn't know how beautiful You were but You are a God of Mercy. You are a God of Love. You are a God who's good. You've made us along the way. You have Mercy on us Jesus and you flooded us with Your lights. Nos inundaste con Tu luz. Nos inundaste con Tu verdad, nos rescataste de nuestro camino. Nos dirigiste en camino de verdad.

Nos convertiste en hijos de luz y viviremos, viviremos, viviremos agradecidos Señor Jesús. Viviremos agradecidos. Padre, una vida puede pasar como la flor que se marchita. Señor, la hierba que se seca. Pero podemos vivir toda una eternidad agradecidos de Ti Ahora, Padre, revístenos de poder, revístenos de poder. Señor, cada alma aquí, como una saeta en Tu alforja. Cada alma aquí como una saeta lista para ser enviada a donde Tú has marcado al blanco que Tú tienes para cada vida, cada hombre, cada mujer, cada hijo, cada hija aún de los labios de los bebés y de los que maman. De allí, Señor, salga palabra profética.

God is saying that we may not know what hit them, that He may not know what hit them, Jesus. A mighty army prepared as a bride for You, Jesus. Prepared as a bride for You, Master, that you would see pride on it, Jesus. That you may use us as You see fit for the Glory of your Holy name. Do it, Master.

Quiero que hagas esto. Primeramente, tomo este momento, si hay alguien aquí que no ha dicho: “Señor, yo te quiero en mi vida y te recibo". Tal vez lo hiciste pero no estás seguro, pero no te acuerdas. Si usted dice: 'Samuel yo no tengo una historia así como tú dices. No me acuerdo haber tenido este encuentro que tú describes. Pero yo lo quiero. Yo quiero eso lo que que acabas de compartir". Si ese eres tú, yo te invito a levantar tu mano en alto. Si ese eres tú, Gloria a Dios.

Si quieres recibir a Cristo de una forma pública que es lo que el Señor quiere que hagas contigo, te invito ahora en nombre de Jesús. Amen. Si usted ha levantado su mano para ese propósito le invito a que pase al altar y públicamente recibas al Señor como tu Salvador. Oraremos por ti y de aquí en adelante, de este momento en adelante tu vida no será igual. Glory God. Glory God. Glory God. Praise the Lord. Praise the Lord. Amén. Gloria a Dios. ¿Alguien más antes de orar por esta hermana preciosa? Démosle un aplauso al Señor. Permítenos orar por usted, mi hermana. Padre, Gracias por esta bella hermana. Yo declaro Tu cobertura sobre su vida. Yo declaro el Cielo abierto sobre ella, yo declaro un velo rasgado, yo declaro acceso a Tu Trono, yo declaro Tus verdades abiertas delante de ella. Yo declaro este cuerpo que ella trae a aportar es Templo del Espíritu Santo y Tú mora en ella. La bendecimos, la cubrimos, Señor. Cúbrela con la sangre del cordero.

Declaramos, Señor, el poder de Satanás cancelado en su vida y en la vida de su alrededor. Padre, la lámpara que Tú enciendes en su corazón en esta tarde, Tú tendrás aceite suficiente, Señor para que esa lámpara siga prendida hasta que ella te lo entregue en Gloria. Tú eres su sanador, Tú tienes compasión de ella y eres su sanador. Su sanador. En nombre de Jesús. Amén. Los demás hermanos antes de despedirnos les tenemos una asignación.

Cierren sus ojos por un momento. Solamente porque quiero que se concentren ahora. Yo no se donde está esta persona pero hay alguien en tu vida que tu amas y que todavía está en el otro lado de la frontera y el Señor te ha dado autoridad. Hermanos, tú eres el evangelista primordial asignado para esa vida. No se si es tu hermano, tu hermana, tu madre, tu esposo, tu colega en el trabajo, tu vecino. No se donde se encuentra esta persona. Yo quiero que te enfoques en una persona que ha resistido la luz de Jesucristo pero tú estás allí.

I know who I am praying for. I know who I am praying for. I hope they watch it. I know who I am praying for. Toma un momento e intercede. Intercede. Tú eres un testigo. Hay autoridad en tu corazón. Intercede por esa vida. Levántalo, nómbralos, nómbralos, nómbralos ante este Altar. Place that name here. Entrégaselos al Señor. Pide sabiduría, pide unción, pide unción, pide unción. Pida la Palabra. La autoridad de Jesús está sobre ti, la autoridad de Jesús está en ti, sobre ti.

Tú tienes lo que ellos necesitan y el Señor lo ha plantado en ti. Nómbralos delante del Señor, nómbralos, entrégaselos al Señor. Espíritu Santo persíguelos, Espíritu Santo ve a su encuentro, Espíritu Santo ve a donde están, ve a su lecho. Hazles la vida imposible, Maestro hasta el día que ellos se entreguen a ti. Señor, yo te traigo mis seres queridos, Maestro. Te traigo lo que más amo, Maestro. Pido que Tu luz sea derramada y que Tus promesas sean cumplidas.

Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa. Tú y tu casa dice el Señor. Tú y tu casa dice el Señor. Tú y tu casa dice el Señor. Mas yo y mi casa serviremos a Jehová. Yo y mi casa serviremos a Jehová. Señor, Tú lo prometiste. Padre lo traemos delante de Ti Nos paramos porque es promesa tuya. Te creemos, Señor. Tantas cosas, tantas promesas que Tú has cumplido, Señor. Cumple esta, Señor.

Lord God! Bring them to peace, bring them to victory, bring them to life, bring them to your presence, Jesus. Bring them to your Glory, bring them. Tráelos, trails. Tráelos, Jesús. Tú los amas. Maestro, de la misma manera que te encontraste conmigo. De la misma manera que te encontraste en mi camino, de la misma manera que me iluminaste. De la misma manera. Ilumínalos. Tráelos a Ti, Señor.

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Eres testigo del poder de Dios en tu vida?

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El Señor es el Señor de nuestras vidas y es nuestro salvador. Quiero invitarles a abrir sus Biblias en el libro de Hechos, capítulo 1, versículo 8. Es un texto muy evangélico, muy pentecostal, así que el que no se lo sepa de memoria, tenemos que meterlo en una centrífuga de pentecostalismo. Así que no quiero preguntar quién no se lo sabe, quiero preguntar quién se lo sabe de memoria? Ah? Sino, parece que vamos a tener que meter a toda la iglesia en…

Hay una cosa importante, probablemente mucho tiempo hemos hablado de esto, pero yo quiero invitarles a tomar detalle en una parte, en un aspecto de este versículo y luego nos vamos a trasladar a otra historia en el libro de Juan, porque quiero ilustrarle a través de esa historia, el efecto de este versículo. Aunque este versículo es para estos tiempos, es para los que tienen ese poder del Señor adentro, que explota, que está como un volcán a punto de hacer erupción. Lo bueno es que haga erupción ya.

Dice, Hechos, capítulo 1, versículo 8 dice:

“… pero recibiréis poder, poder, poder… diga poder, diga poder, dígale a su hermano que está al lado, recibirás poder. Cuando haya venido sobre vosotros, quién? Quién? Quién? El Espíritu Santo y me seréis testigos. Diga testigos. No testigos de Jehová, por si acaso. Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra…”

Interesante porque no empieza por lo último de la tierra y termina en Jerusalén. Empieza en Jerusalén y termina en lo último de la tierra. Alguno que se quieren a lo último de la tierra primero, y todavía no han ni siquiera dado sombras en Jerusalén. Pero es interesante. Aquí yo quiero invitarlos a que podamos analizar este versículo un poquito. Y hay tres aspectos importantes en este versículo.

Dice la primera declaración es una declaración de que somos dependientes del Espíritu Santo. Es necesario que la iglesia del Señor entienda que somos dependientes del Espíritu Santo. No solo en lo teórico, no solo en la lectura, sino en la acción, en hechos concretos, en experiencias espirituales, poderosas. Cualquier persona que no sea dependiente del Espíritu Santo es una persona que está expuesta a que el enemigo haga y deshaga con él. Así que dígale al Señor, Señor, yo quiero ser dependiente del Espíritu Santo. Quiero depender cada día.

La segunda declaración es que al ser dependientes del Espíritu Santo recibimos, recibimos, recibimos poder. O sea, ahora usted va a empuñar su mano así, y cuando diga poder, usted va a hacer poder. Recibimos poder. Recibimos poder. Imagínese que le está dando un piñazo a alguien. Recibimos poder. A quién le dio? A ver? A quién le dio? No, no, no se metan en problemas familiares. Yo no me meto en eso. Ni con la suegra, ni con el suegro, ni nadie.

Al recibir y al recibir el poder del Espíritu Santo, aquí es donde yo quiero detenerme, obligadamente al recibir el poder del Espíritu Santo obligatoriamente somos testigos, somos testigos de las maravillas que él ha hecho en nosotros y puede hacer en el que está a nuestro alrededor, el que está aquí en Jerusalén, el que está en Samaria, el que está en Judea, y hasta lo último de la tierra.

Y aquí quiero detenerme. Quiero enfocarme en este tercer punto. Como evangélicos estamos saturados probablemente de mucha teología acerca del Espíritu Santo, y probablemente sabemos más del Espíritu Santo de lo que el mismo Espíritu Santo sabía de él mismo. Hasta inventamos algunas cosas, intentamos algunos pasitos espirituales, algunos vocabularios espirituales. Inventamos algunos hábitos del espíritu y que muchas veces son producto de nuestras emociones, muchas veces son producto de nuestras inquietudes naturales como seres humanos.

Pero quiero invitarlos a ir más allá. Quiero invitarlos a que hoy día usted comience a declararse un testigo del poder de Dios en su vida. Romanos capítulo 1, versículo 16 dice:

“… porque no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios…”

Hay una conexión. El Evangelio habla de Cristo y el Espíritu Santo viene a establecer lo que Cristo vivió en este mundo para nosotros. Así que cuando usted sienta esa palabra del Espíritu Santo en su vida, va a sentir que hay una convicción de poder sobre usted que lo va a obligar a ser testigo de las maravillas del Señor.

Alguien puede ser testigo? Alguien tiene algún testimonio de lo que el Señor ha hecho en su vida? Alguien el Señor lo sanó? A alguien el Señor lo libró de alguna cosa? A alguien el Señor milagrosamente le proveyó de algo? A alguien el Señor lo sacó de alguna situación personal? Hay testigos del poder del Señor aquí? Pueden levantar la mano aquellos que son testigos del poder del Señor. Puede mirar a su lado, mire a su alrededor con la mano levantada, con personalidad, y diga, yo soy testigo del poder del Espíritu Santo en mi vida. Así es.

Y debemos declararlo con convicción. Debemos declararlo con autoridad. Debemos declararlo sin miedo a que el enemigo quiera avergonzar a los hijos de Dios, porque el enemigo no puede avergonzar a los hijos de Dios que andan caminando con el poder del Espíritu Santo.

Pero definamos un poquito lo que es ser testigo. Según alguna definición, el testigo es el que ha estado presente o ha visto algunos acontecimientos. Usted ha visto algún acontecimiento que le permita ser testigo del poder del Señor? Sí? Está seguro?

También es una persona que declara, mira esta es la que me gustó a mí, hechos relevantes. Yo soy un convencido de que las cosas que Dios hace son relevantes. Yo soy un convencido de lo que Dios hace no es nada así nomás. Por muy simple que parezca a la mente humana, o a la vista del hombre, Dios hace cosas relevantes. Y esas cosas relevantes tienen que ver con un relieve, con algo que sobresale de lo normal. Y usted sobresale de lo normal porque usted es un fruto del poder de Dios, activo en estos tiempos.

Se dice que hay tres clases de testigos: los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto; los que han visto mal, pero creen haber visto bien; y los que no han visto nada y aseguran haberlo visto todo. Cuál de esos es usted? Espero que ni uno. Vale más un testigo de vista que diez de oídas.

Es interesante la capacidad de un testigo, en la Biblia encontramos testigos presenciales del poder de Dios. Y aquí quiero invitarles al libro de Juan, capítulo 4. Romanos, capítulo 3, versículo 23 dice:

“… La fe viene por el oír y el oír, no oír cualquier cosa, oír la palabra de Dios..”

Y es interesante porque aquí se habla de la mujer samaritana. Hay un diálogo entre Jesús y la mujer samaritana. Y aquí podemos sacar muchas enseñanzas. En estos días hablé con un pastor que sacó todo un manual de evangelismo de este capítulo, que lo enseñó en tres días de 6 cada día, imagínense, 18 horas, solo para enseñar el capítulo 4 del libro de Juan, para enseñarle a su iglesia una metodología de evangelismo, una mentalidad de evangelismo. Y aquí hay algo que nosotros tenemos que empezar a entender. Versículo 39:

Después que Jesús habló con la mujer y declaró sobre ella algunas verdades. Cuántos conocen esta historia? O quieren que leamos completo el capítulo? No lo vamos a leer completo. Versículo 39. Acuérdense de Hechos capítulo 1, versículo 8, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. Okay? Y me seréis testigos. Aquí vino el Cristo poderoso a encontrarse con una mujer no tenía por dónde, a los ojos naturales representar ser testigo del poder de Dios. Versículo 39 dice:

“… y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en el…. En qué? en él por la palabra de quién? De la mujer que daba testimonio…

Miren, el impacto que tuvo esta mujer al hablar con Cristo, al abrir su corazón. ¿Saben qué? cuando nosotros nos presentamos en diferentes lugares, en la ciudad, con nuestros amigos, qué interesante sería que nuestros amigos, nuestra familia recibieran un impacto de nuestras palabras que el Señor ponga en nuestro corazón para hablar del plan de salvación que Dios tiene para la vida del ser humano.

Hablamos del juego, hablamos de la telenovela, hablamos de lo que dijo la vecina, hablamos de lo que le pasó a la tía, pero no hablamos de lo que realmente Cristo hace y puede hacer en nuestra vida y en la vida de otros.

La mujer samaritana no fue a decir, miren, saben, me encontré con un hombre judío que me pidió agua. Ella no fue a decir eso. Ella fue a hablarle a su pueblo de lo que este hombre había declarado sobre el corazón de ella y ella había creído en el poder de la palabra del Señor. Ella se había transformado en un testigo de la palabra poderosa, transformadora y restauradora del Señor.

Muchos de nosotros solo somos evangélicos. No nos alcanza para ser testigo. Nos falta entender, o nos falta creer que realmente Dios ha depositado en nosotros una autoridad, un poder tan grande para declarar las maravillas que Dios hace y hará, que él es el mismo según Juan capítulo 14:6

“…. Yo soy el mismo ayer, hoy y siempre…”

Hay una verdad, la palabra de Dios no pasa, no pasa de moda. La palabra de Dios sigue siendo tan poderosa como en los días en que Jesús estuvo caminando en Galilea. Nosotros le hemos quitado autoridad a la palabra del Señor diciendo, que estos tiempos hay tanta gente que cree tantas cosas, mejor los respetamos a todos y así no nos hacemos problema.

Hasta la iglesia ha caído en ese camino. Y yo quiero invitarle hoy día a que salga dispuesto a ser testigo del poder del Señor. La mujer samaritana reflejó este acontecimiento. Versículo 40:

“… Entonces vinieron los samaritanos a quién vinieron? A él, a Jesucristo, y le rogaron que se quedase con ellos, y se quedó allí dos días. El Señor permanece hasta cuando…, él está al lado nuestro hasta cuando es necesario para que su poder se haga realidad.

Versículo 41, dice, “… y creyeron algunos pocos, y creyeron muchos más por la palabra de él..” fíjese, que la mujer samaritana con su testimonio llegó hasta ahí, pero cuando Jesús realmente entró en la vida de este pueblo, muchos más fueron transformados por el poder.

A mi me encanta el último capítulo del libro Juan, en su versículo dice: “y aún mayores cosas vosotros haréis…”

Si el Señor tuvo poder, caminó la tierra haciendo milagros, hablando y transformando corazones, conductas, hábitos, transformando la vida de las personas, mire usted donde se pare usted puede ser un revolucionario de la palabra del Señor, donde esté. Deje de estar callado, deje de ser un cristiano de la policía secreta del Evangelio, y comience a identificarse como un hombre o una mujer que es pertenecedora al ejército del Señor.

Versículo 42: “… y decían a la mujer, yo no creemos solamente por lo que tu has dicho, y aquí hay un misterio enorme… ya no creemos solamente por lo que tu has dicho, porque nosotros mismos, ya ellos mismos, se transformaron en testigos presenciales de hechos relevantes, directamente con la palabra de Jesús.

Ya no necesitaban que la mujer les dijera cuántas cosas el Señor estaba haciendo, ellos mismos ya se habían hecho testigos del poder de Dios. Y ¿saben qué? a la iglesia hoy día le falta esa convicción de que son testigos poderosos del poder de Dios. A usted y a mí nos falta caminar con personalidad en la calle y decir, y hablar, y demostrar que dentro de nosotros hay un poder que no todos tienen y que usted puede, es la voluntad del Señor, desarrollarlo cuando el Señor se lo pida.

Se acuerda de este camino de Pedro y Juan, cuando iban al templo y estaba el paralítico ahí sentado, el ciego, y pasa la sombra, solo la sombra. Dice que la sombra de Pedro pasaba y muchos eran sanados. Yo creo que la sombra de nosotros se nos esconde de nosotros, no quiere ni andar con nosotros la sombra, de tanta vergüenza que le damos. Se imagina, la sombra de Pedro, toda orgullosa, y yo voy aquí al lado de Pedro, y la de nosotros, nosotros la andamos buscando. Dónde estará mi sombra? Pregúntele a su sombra por qué no anda con usted. Yo creo que su sombra sabe mucho más de por qué usted no es testigo del Evangelio de Cristo.

No, no me haga caso. En Lucas, capítulo 24, versículo 48 y 49: “…. Todas las cosas que Jesús hizo significan que somos testigos de su poder y él nos recomienda ser investidos, vestidos, transformados, revestidos por el Espíritu Santo. Lucas, capítulo 24, versículo 48 y 49.

En Hechos capítulo 22, versículo 12 y 16, hay otra experiencia de testimonio, la sanidad de Pablo. Cuando Pablo relata su sanidad. Podemos seguir buscando en la palabra ejemplos de personas que fueron tocados por el poder de Dios y comenzaron a ser testigos de las maravillas hacia otros.

Usted es testigo del poder de Dios en su familia? Sus hijos le creen cuando usted levanta sus manos al cielo? Su esposa le cree cuando usted cierra sus ojos y se pega esa llorada bien buena? Su esposo le cree? Entre la familia hay capacidad de mirarse y llorando y siendo ministrados y ministrar el nombre del Señor? Es testigo del poder de Dios en su familia? Es testigo del poder de Dios con sus familiares, con los que están un poquito más alejados? Es testigo del poder de Dios con sus vecinos? O cuando ya se junta con su vecino, ya vengan las coronas, y vengas las cervezas, total, al borracho más borracho, dice Pablo.

Es necesario en estos tiempos, donde las definiciones cuestan. Usted va por el mundo y usted habla con alguien y hoy día tiene una posición y mañana tiene otra. Y los cristianos estamos en la misma. Muchas veces no somos de una misma posición. Cambiamos de acuerdo a como alumbre el sol o depende como cambie la luna, o nuestro estado de ánimo. El Señor no está buscando esos testigos, está buscando testigos relevantes del poder de Dios, que sean capaces de levantarse y aunque sea mordiendo el piso, no volver a caerse.

El Evangelio del Señor hoy día necesita hombres y mujeres que no andan haciendo escusas, simplemente porque, no, yo no aguanté, cedí a la tentación y ya. Soy hombre, soy mujer, soy ser humano. Usted es hijo de Dios. Usted es hijo de Dios. Y representa los valores del reino. Cuando usted camina, el Reino de Dios camina con usted. Usted se imagina la impresión de un reino? Usted puede imaginarse en su cabeza lo que es un Reino. No se imagina a la Reina Isabel con su corona y toda sentadita ahí, apena moviéndose. Esos reinos de hoy día no valen. El reinado de Inglaterra no vale. El reinado de España no vale. Los tienen ahí para no quitarles el poco salario que tiene esa gente.

Cuando usted camina en la calle, en downtown, aquí por vía Victoria está caminando aquí en los proyectos, y usted siendo testigo del poder de Dios, usted no está caminando solo. Está el Reino de Dios caminando con usted. Y en el Reino de Dios hay sanidad. En el Reino de Dios hay provisión. En el Reino de Dios hay abundancia. En el Reino de Dios hay justicia. En el Reino de Dios hay paz. En el Reino de Dios hay salud. En el Reino de Dios hay bienestar. En el Reino de Dios está el shalom de Dios operando de diferentes maneras, Jehová rafa, Jehová giré. Dios todopoderoso, es el Señor transformador de la vida.

Lo que pasa es que usted y yo no vemos al reino, y como no lo vemos, no creemos que está con nosotros. Pèro donde usted camina, el Reino de Dios se mueve con usted. Donde está tu testimonio? Es un testimonio válido? Es un testimonio que está siendo presencia? Eres un testigo fiel del poder del Señor? Crees que el Evangelio de Cristo es poder para transformar al que cree? Tu crees que el Señor transforma al que cree?

Para el que cree todo es posible y nada es imposible para Dios. Esta palabra ha sido un impacto en mi vida. Esta pequeña palabra de testigo en este versículo donde lo he leído cientos de veces, toda mi vida he escuchado este versículo, y el Señor me llevó a esta expresión de testigo. Si realmente soy un hijo de Dios transformado por la sangre de Jesús estoy obligado a ser testigo verdadero, un testigo relevante, no hoy día testigo y mañana mejor escondo la mano. No, todos los días estoy obligado a ser testigo del poder de Dios.

En palabra, en conducta, en pensamiento, si eres una persona que tiene un negocio, en lo justo de tu negocio, en la responsabilidad, si eres un trabajador en lo responsable de tu trabajo, puedes ser testigo de que eres un hombre o una mujer lavado por la sangre de Jesús.

Ahí demuestras el poder del Espíritu Santo. Puedes hablar en lenguas. Yo creo eso. Puedes danzar. Yo creo eso. Y puedes levantar las manos, y puedes llorar, y puedes decir, el domingo estuvo el servicio bonito, y el miércoles estuvo bonito, pero la verdad de las cosas es que aquí adentro no somos testigos. Los testigos se demuestran allí afuera, cuando tu caminas, cuando el diablo te confronta, cuando estos gigantes se levantan cada mañana contigo a desafiar tu fe, a desafiar lo que el Señor ha puesto sobre ti.

Así que no tengas miedo, pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y serás testigo, y serás testigo. Ya nadie más se reirá de ti, tu comenzarás a rescatar a otros, de las manos, de las garras del enemigo. Cierra tus ojos.

Que le parece si nos ponemos de pie en una actitud de reconocer, de reflexionar acerca de lo que realmente estamos planteando como hijos de Dios. Quiero invitarle a tener un tiempo de oración con su palabra, quiero invitarle a que pueda a ser sincero y honesto con el Señor, quiero invitarle que pueda abrir su corazón y su mente. Nunca es suficiente lo que hacemos, nunca, ninguno de nosotros por mucho que estemos en el pastorado, ya es suficiente con lo que hemos hecho, al contrario, cada día necesitamos ponernos más ahí, cubrirnos con el manto del Espíritu Santo para ser testigos fieles.

Quiero invitarle que su abra su boca y comience a declarar delante del Señor que quiere ser un testigo fiel. Señor, queremos ser testigos fieles del poder tuyo. Cuan grandes cosas tu has hecho, cuan grandes cosas, Señor, tu haces en medio nuestro cada día, Señor, son grandes, Señor, tus maravillas. Cada día, Señor, son grandes tus obras. Cada día, Señor, son grandes las cosas, tus milagros. Necesitamos ser una iglesia, Dios, que sea fiel testigo de lo que tu has hecho en nuestra vida.

Señor, enséñanos a ser responsables con tu Evangelio, una responsabilidad que nos lleve, Señor, a hablarle a otros de lo maravilloso que tu has sido para nuestra vida. Saca nuestro secularismo, saca nuestro humanismo, saca nuestra liberalidad de nuestra mente, y pon tus pensamientos, pon tus emociones, pon los deseos de tu corazón en nosotros, Señor.

Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.

Señor, si en algo hemos fallado, si en algo hemos ofendido, Señor, el maravilloso nombre de Jesús, perdónanos, Señor, y enséñanos a ser testigos poderosos, porque grandes cosas aún tienes para nosotros.

Gracias, Señor. Gracias, Señor. Gracias, Señor por este tiempo. Gracias, Señor, por estar en tu casa de oración. Gracias, Señor, porque hoy día ha sido un día que tu creaste para nuestra vida, para orarte, para bendecirte, para dejar nuestras cargas delante de ti y para rendirte todo honor y toda gloria, y toda majestad, en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Dele un buen abrazo a su hermano, bendígalo.

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De regreso a la vida

12 de julio del 2010 - Por Miriam Carrasquillo

“Y estas señales seguirán a los que creen... sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán” (Mr. 16:17-18).

Quisiera compartir una experiencia que tuvo un impacto incalculable en mi vida cristiana. A Dios le plació que fuese testigo de su poder sanador y su gran misericordia para con los míos.

Recuerdo años atrás se nos notifico que a mi hermana le quedaba poco tiempo de vida, a causa de a una enfermedad que se le había desarrollado. Mi hermana no había cumplido aún los 27 años de edad, y era madre de dos criaturas cuando fue diagnosticada. De acuerdo a los doctores, todo su sistema inmunológico se había debilitado. Sus músculos, piel, y órganos se endurecerían, en un proceso lento y agonizante, que al final la dejarían sin vida. El diagnostico fue “Escleroderma”.

Toda mi familia fue profundamente impactada con esta noticia. Para mi madre y mi anciana abuelita esta noticia fue devastadora. Una enfermedad que no conocíamos, que nunca habíamos oído hablar de ella. Teníamos temor por no saber a que nos estábamos enfrentando.
Pero como una familia cristiana que somos por generaciones, empezamos a pedirle a Dios misericordia, sin cuestionarlo, solo suplicándole su favor. No sabíamos cual sería su última voluntad, pero confiábamos en su promesa de que todo lo que pasa en nuestras vidas obra para bien, de acuerdo a su palabra (Romanos 8:28).

Mientras la enfermedad avanzaba, nosotros también avanzábamos en la oración y el ayuno, sin darnos por vencida, confiando en la misericordia de Dios. Todos sabíamos que El podía tornar esta tragedia en bendición.
Recuerdo que en una ocasión mi hermana me pidió que le acompañara a una conferencia de Escleroderma, que su Doctora le había recomendado. En dicha conferencia vimos muchas personas desfiguradas por la enfermedad, muchas de ellas en sillas de ruedas por lo avanzado de su estado. Salimos de aquel lugar totalmente compungidas, atemorizadas, con un sin número de emociones encontradas, que no sabíamos que hacer, o decir. Recuerdo que mientras esperábamos la persona que nos recogería, entre lágrimas le dije a mi hermana: nosotras le servíamos a un Dios poderoso. El es el dueño y Señor de nuestras vidas, El tendrá la última palabra en tu enfermedad. Le dije con una convicción sobrenatural: Dios te va a sanar. Sin embargo, en aquel momento todo indicaba lo contrario porque ya en su cuerpo se podían notar las huellas de la enfermedad.
Los médicos le habían recetado un sin número de medicamentos los cuales ella no quiso tomar, porque sabía que los efectos secundarios podrían ser peor que la enfermedad misma.

Pero sin darnos cuenta... sin un momento específico, sin saber cómo, ocurrió el milagro. Lentamente la enfermedad se detuvo - La gloria sea a Dios.
De los 2 a 3 años que le daban de vida ya han pasado 18 años. Los médicos no se explican que sucedió porque incluso ella no tomaba medicamentos para poder atribuirle su sanidad.

Dios para confirmar que El había hecho la obra completa, le concedió otro hijo a mi hermana, confirmando así que todo su organismo estaba en buen estado.
Nuestro Padre Eterno quiso mostrar su poder y su gran misericordia entre nosotros, y en el proceso aumentarnos la fe.

Oración:
Señor, te pedimos muestres tu poder y tu gran misericordia en aquellos que estén pasando por situaciones similares en estos momentos. En Jesús tu hijo. Amén.

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