Despertar

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Hermanos, vayan conmigo al libro de Hageo, Capítulo 1. Está en el Antiguo Testamento llegando casi al final, después de Sofonías y antes de Zacarías. Está ahí entre medio de esos dos, entre Sofonías y Zacarías. Hageo, Capítulo 1. Voy a leer algunos versos de aquí, este es bien interesante porque este pasaje me llegó hoy después de una conversación que tuve con una persona, después que hablé con esta persona, yo sentí en corazón irme a orar un rato, y yo estaba diciendo, Señor, yo necesito que tu me hables, basado en esa conversación, para mí fue una conversación tan reveladora, que yo dije, Señor, yo necesito que tu hables a mi espíritu, que confirmes algo. No tan solamente para mi vida personal, sino también para lo que tu estás haciendo en nosotros como iglesia. Para mí se ha convertido en una carga, pero una buena carga. El poder estar tan y tan en sintonía con el espíritu de Dios, particularmente los miércoles, mis hermanos, porque yo lo creo en mi corazón, que hay algo que Dios va a hacer con estos servicios de mitad de semana. Yo lo creo y lo confieso que aquí se van a dar unas visitaciones sobrenaturales. Yo sé que nosotros vamos a estar escuchando testimonios de personas que van a ser transformadas por el poder de Dios, que ya lo han sido, pero que también va a seguir sucediendo, que usted va a llegar aquí un miércoles por la noche, y se va a quedar, guau, espérate, hoy es miércoles, hoy es domingo, qué es esto? Un nuevo día en la semana o algo así.

Y mi carga se ha convertido en eso, mi carga se ha convertido en el sentido de poder orar intensamente pidiéndole al Señor esa visitación, mis hermanos. Por favor, en ningún momento hago este disclaimer, en ningún momento que Dios le libre, pensar que los miércoles por la noche es el show del pastor Omar, o el servicio del pastor Omar, Dios le libre de decir eso. Es más, que el Señor reprenda un pensamiento como ese. Porque esto no tiene nada que ver con el pastor Omar, yo sé que yo soy un recurso, yo me he puesto a la disposición de Dios, así como todos nosotros nos ponemos a la disposición de Dios. Pero esto es un servicio de la iglesia y es un momento donde nos encontramos con Dios, es un momento donde venimos, lo apartamos, lo tenemos ahí consagrado a él para llenarnos, para afirmarnos, para poder seguir adelante con los diarios vivir, y miren, para exponernos a la palabra de Dios que tiene tanto que ofrecer a nuestras vidas.

Este es cargando las pilas en el medio de la semana. Dale manigueta ahí. Hageo, comenzando en el verso 2, dice:

“… Así ha hablado Jehová de los Ejércitos diciendo: ‘Este pueblo dice… - y de hecho les dejo saber, esta palabra puede sonar un poco fuerte pero es importante, así que tengan eso en mente - … ‘este pueblo dice: no ha llegado aún el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada’…. - Miren por donde empieza esto -….Entonces vino la palabra de Jehová por medio del profeta Hageo diciendo: “Acaso es para ustedes tiempo de habitar en sus casas artesonadas, más sin embargo esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los Ejércitos… -marquen esta frase- … ‘Meditad sobre vuestros caminos’…”

Mediten sobre sus caminos, mediten sobre sus andares, mediten sobre su conducta, mediten sobre su pensamiento, mediten sobre su forma de proceder, su forma de hablar, su forma de conectarse con Dios, su forma de ver la vida, mediten sobre su forma de si vemos el vaso mitad lleno o mitad vacío. Mediten sobre sus caminos. Miren cómo dice el verso 6:

“… ustedes siembran mucho y recogen poco, comen y no se sacian, beben y no quedan satisfechos, se visten y no se calientan y el que trabaja a salario, recibe su salario como en un saco roto. Así les ha dicho Jehová de los Ejércitos… -qué dice?- … meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte y traed madera y reedificad la casa y pondré en ella mi voluntad y seré glorificado, ha dicho Jehová. Ustedes buscan mucho y hallar poco y se encierran en casa y ¿Saben qué? Yo lo disiparé de un soplo, por qué? Dice Jehová de los Ejércitos, porque mi casa está desierta y cada uno de ustedes corre a su propia casa…”

Brinquen al verso 12, dice:

“-…Y oyó Zorozábel … -que en aquel entonces estaba dirigiendo, gobernando Judá- … hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josadac que era el sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová, su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová, Dios, y temió el pueblo delante de Jehová. Pero entonces Hageo enviado por Dios, habló por mandato al pueblo diciendo: ‘Yo estoy con ustedes, dice Jehová’…”

Una afirmación muy importante en medio de todo esto: ‘Yo estoy con ustedes’. Y el verso 14, aquí es donde está el punch line, que les quiero traer:

“… Y despertó Jehová, el espíritu de Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá y el espíritu de Josué, hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los Ejércitos, su Dios. Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos…”

Diga conmigo: Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos. Ahora dígaselo a la persona al lado suyo. Y despertó Dios el espíritu de cada uno de ellos. Dígaselo usted mismo: y despertó Dios el espíritu de mí persona.

Mire, yo creo que yo voy a coger este libro de Hageo y lo voy a repasar con ustedes los miércoles, porque aquí hay mucha tela que cortar, sin duda alguna. Pero hay algo que yo quiero hacer. Yo quiero poner un contexto para que todos podamos ir entendiendo por dónde va esta línea de estas palabras que está diciendo el Señor.

Déjeme darle un poquito de historia. Cuántos les gusta la historia? Les gusta la historia sí? Seguro, no mienta. Cuántos de ustedes estudiaban historia cuando estaban en el high school? Sí, pero lo hacían a regañadientes, ¿verdad? Lo hacían con la muelas de atrás. Ustedes eran los que se sentaban ahí a leer historia por las noches. Guau, que interesante!

Déjeme darle un poquito de historia. Este pasaje, mis hermanos, viene en el tiempo cuando el pueblo de Israel estaba regresando a Jerusalén después de sus 70 años en el exilio en Babilonia. Durante el exilio en Babilonia, quiénes fueron los profetas que hablaron al pueblo? Fueron Isaías, Jeremías y Ezequiel estaba como que en esa transición, al final del exilio, y entrando otra vez al tiempo que el pueblo volvía a Israel. Esos fueron los profetas más importantes durante el tiempo de exilio.

Pero una vez que estaban regresando, ahí fue donde Dios tuvo que levantar otros profetas para animar y dirigir al pueblo concerniente a lo que tenían que hacer una vez más y estuvieran en Judá.

Ahora, digo intencionalmente que los tenía que animar, por qué? Si yo preguntase, por qué el pueblo de Dios estaba desanimado con el mero hecho de que habían regresado a su casa, había regresado a su tierra prometida, habían regresado al lugar donde Dios los estableció y los afirmó? Por qué ese pueblo estaba, como quien dice, con su ánimo por el piso?

Vamos a explorar algunas cosas. Por un lado, mis hermanos, yo quiero que consideremos esto. Por un lado, después de 70 años en el exilio, yo me imagino que gran parte de este pueblo se había, como que acomodado al exilio. Como que hicieron de Babilonia su casa. Imagínate, uno aquí en Estados Unidos, después de 3, 5 años ya es como que… ya perdí mis esperanzas de regresar a mi país, pues me voy a quedar aquí, voy a hacer de Estados Unidos mi exilio, mi Babilonia, mi casa. Yo no sé cuántos de ustedes se sienten así, pero yo lo siento así. Aquí está mi casa ahora. Hay veces me siento como que estoy en dos bases todavía, pero no. estoy aquí.

Una segunda razón puede ser que tal vez algunas de las personas que estaban en el exilio, sus negocios les iban muy bien. Estaban ganando sus buenos chavitos, su buen dinero y regresar a Israel significaba tener que dejar todo ese esfuerzo, todas esas ganancias y tener que enfrentar una vez más los retos y los riesgos de tener que entrar a una ciudad que estaba abandonada y destruida. So, ahí había un sacrificio muy grande que tal vez no muchos estaban dispuestos a hacer. Aunque era palabra de Dios, que les llegó, pero tal vez no muchos estaban dispuestos a hacer eso.

Una tercera opción que tal vez les puedo dar, es que muchos de ellos, ¿Saben qué? Tal vez estaban bien enfocados en la palabra del profeta Jeremías. Si usted se recuerda en Jeremías, Capítulo 29, es una palabra que nosotros leemos mucho. Jeremías 29, miren cómo Dios le habló al pueblo de Israel en el exilio, durante el exilio a través de Jeremías y les dijo:

“… Así ha dicho Jehová de los Ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia… - mira cómo les dice - … edificad casas y habitadlas, plantad huertos y comed del fruto de ellos, casaos y engendrad hijos e hijas, dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas para que tengan hijos e hijas y multiplicaos allí y no se disminuyan, y procurad la paz de la ciudad a la cual los hice transportar y rogad a Dios por ella, porque en su paz tendrán ustedes paz…”

Quién sabe si algunas de esas personas recibieron esa palabra y estaban tan y tan afincados a esa palabra que pensaban, como que volver a Judá, no, pero si Dios nos dijo que nos quedáramos aquí, que hiciéramos casas, que nos casemos, que hiciéramos negocios, que nos fructifiquemos, y todo eso, esa fue la palabra de Dios, así que nos estamos afincando a esa palabra.

Y mire, ¿Saben qué? Puede ser que tengan razón. Pero eso era lo que Dios quería? No necesariamente. Y miren, una cuarta opción, yo creo que uno de los problemas más grandes que tenían en ese retorno a Judá era tener que enfrentar a los samaritanos y otros grupos étnicos que se apoderaron de sus tierras mientras ellos estaban en el exilio.

En otras palabras, tenían que volver a confrontar los enemigos que una vez pelearon contra ellos, cuando estaban en el proceso de conquistar la Tierra Prometida, me siguen por donde voy? Al menos ahí yo creo que había 4 razones que para muchos de ellos tenían que ser bien obvias, de por qué se sentían un poco como que, ay, volver a todo esto otra vez.

Así que si yo lo resumo sería por un lado, había una actitud de comodidad con la actualidad y conformarse con lo que tenían en el exilio. Comodidad y conformismo. Por otro lado, yo creo que también había un sentido de insensibilidad a responder al deseo del corazón de Dios. Y el deseo del corazón de Dios era volver a su pueblo al lugar donde él primero los plantó, los engendró. Una tercera es enfocarse en una palabra profética, como que no, esta fue la palabra de Dios y guau, se le mete entre ceja y ceja y no hay quién lo saque de ahí. Cuando tal vez esa palabra, mis hermanos, estaba intencionada a tener una efectividad por un período de tiempo específico y determinado.

Es más, cuando leemos esas palabras de Jeremías, nosotros podemos deducir que esa era la intención de esa palabra, que la intención de esa palabra cuando Dios dice, mira, cásense, hagan casa, hagan negocio, lo que Dios estaba diciendo era, yo necesito que mi pueblo se multiplique para que pueda permanecer. Mi pueblo en el exilio estaba, como quien dice, disminuyendo, se estaba muriendo las generaciones y si los judíos se hubiesen quedado entre los judíos nada más y no se hubiesen mezclado con otros, sus oportunidades de supervivencia hubiesen sido mínimas.

Entonces por algo Dios entonces está diciendo, hey, conéctense, cásense, vayan, hagan vivir, o sea multiplíquense porque una vez más el deseo de mi corazón es que ustedes puedan volver al lugar de donde yo los saqué, porque ahí es donde yo los quiero. Ok, pastor Omar, cómo se conecta todo esto a nosotros?

Esa es la pregunta que yo siempre me hago, créame cuando estoy viendo la palabra. Cuál es la relevancia que esto tiene a nuestras vidas? Yo entiendo que Dios está en un proceso de despertar a su pueblo. Dios desea despertarte. Dios quiere despertar tu espíritu. Dios quiere despertar tu corazón.

Y a qué me refiero con la palabra despertar? En la intención de esa palabra aquí en este texto, quiere insinuar el sentido de levantar, de excitar, de incitar, de provocar, de abrirle los ojos a alguien. Ese es el propósito de esa palabra ahí en el contexto de Hageo. Hay muchas referencias, varias referencias que puede hacer sentido, por ejemplo, déjeme decirle esto: en Isaías, para que vean que no me estoy inventando esto. Isaías, Capítulo 50, miren cómo él dice en el verso 4, dice:

“…Jehová el Señor, me dio lengua de sabios para saber hablar palabras al cansado, despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios…”

Mira eso, el mismo Isaías está diciendo, Señor, tu eres el que me despierta para que yo preste atención a lo que tu me quieres dejar saber. Un poquito más adelante en Isaías 52, verso 1, qué es lo que dice?

“… despierta, despierta, vístete de poder, oh Sión, viste tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa porque nunca más vendrá a ti incircunciso o inmundo…”

Una vez más Dios está incitando el espíritu de su pueblo. Despierta, wake up! Otra referencia que también yo puedo marcar aquí está en el Capítulo 60, de Isaías, cuando dice:

“… Levántate y resplandece porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti…”

Ese sentido de levantarse significa eso, hey, despierta, wake up, smell the rose. Digo, en este caso sería smell the presence of God. Huele la presencia de Dios de cómo se está moviendo en tu vida. Saben por qué ese llamado de despertar a la gente? Dios tenía mucho cuidado con sus hijos e hijas, porque es que él sabía que una vez que sus hijos volvieran a su casa, se iban a encontrar con todo este meollo de cosas, que él sabía que se iban a desanimar. A lo largo de toda la Escritura en varias ocasiones, Dios siempre está animando sus escogidos, llamándolos a esforzarse, llamándolos a cobrar ánimo, llamándolos a ver las cosas como él las ve y no como ellos las ven.

Josué se lo dijo, esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que tu vayas. A Gedeón, qué fue lo que le dijo? Gedeón estaba ahí escondidito como un ratón, diciendo, quién soy yo para poder hacer algo como eso? Más sin embargo él le dice, hombre, varón, valiente esforzado, así te dice Jehová. No te veas con los ojos tuyos, despiértate. No es la realidad que tu estás viendo, es la realidad que está viendo Dios.

Y ¿Saben qué? Mis hermanos, nosotros tenemos que abrir nuestros ojos, nosotros tenemos abrir, despertar nuestro corazón para poder ver y discernir lo que Dios anhela y desea hacer en medio de nuestras vidas hoy más que nunca. Se han estado danto cuenta que yo estoy repitiendo esa frase mucho en estos últimos días? Hoy más que nunca el Señor quiere despertar nuestro corazón. El Señor quiere despertar a su pueblo, porque hay algo que él quiere revelar.

Y ¿Saben qué? Mis hermanos, yo le digo amén a esta palabra. Porque fácilmente cada uno de nosotros, si yo me pusiera a enumerar las distintas circunstancias que nosotros vivimos día tras día, esas circunstancias fácilmente nos pueden cegar nuestro entendimiento, fácilmente nos pueden distraer de lo que Dios verdaderamente quiere hacer. O es más, puede ser que las cosas te están yendo tan y tan y tan bien que tu te estás acomodando mucho, mucho, mucho a todas esas cosas que estás viviendo ahora, cuando tal vez el deseo del corazón de Dios es… flip your life around, y dirigirte en otra dirección. Pero no, el Señor me tiene en una iglesia tremenda. Esta es la mejor iglesia de todo Boston. Por qué Dios me va a querer sacar de aquí? Ah, la casa donde yo vivo, tengo el …. Y voy allí de frente al televisor de 57”, el carro que yo guío, ah la ropa con la que me visto, caché, Dolce & Gabbanna, como es Che Guevara. No, o Dolce & Gabbana, hay que decirlo con el acento francés. Yo no sé si eso es francés, tal vez eso es garabato mío.

Pero, entienden lo que estoy diciendo, mis hermanos? Esto se puede ir en muchas direcciones. Y yo entiendo que Papá quiere despertar algo en nosotros. Hay algo que el Señor nos está llamando la atención, mis hermanos, y no podemos dejar que las circunstancias de nuestro alrededor, las ansiedades y las preocupaciones así también como nuestros logros y conformidades, nos vayan a nublar de nosotros verdaderamente poder estar en sintonía con lo que Dios quiere hacer.

Miren, yo no sé cuántos de nosotros tal vez nos identificamos con esas palabras que dijo Hageo, siembra y recogen poco. Hay veces que uno está… mire, siembran mucho y recogen poco, comen y no se sacian, beben y quedan satisfechos, se visten y no se calientan y el que trabaja a jornales es como si viven del plato a la boca, es como quien dice, tu recibes tu cheque hoy y mañana es como, ooops, se me fue el cheque. Qué pasó? O te mandan un email que te dicen tu cuenta de banco no tiene suficientes fondos.

Miren, uno ve todas esas cosas y miren cómo Dios dice, hay veces que uno piensa como que, ay, válgame, la suerte que yo tengo, que mira cómo me están saliendo todas las cosas. Más sin embargo hay veces que el mismo Dios dice, miren cómo dice en el verso 9:

“… buscan mucho, hallan poco, se encierra en casa y yo lo disiparé todo por cuanto mi casa está desierta y cada uno de ustedes se va y corre a su propia casa…”

Saben lo que significa eso? Dios lo que está diciendo es, poder establecer prioridades. Esto no significa que uno desconsidere sus propias cosas. No es eso, porque no es que vas a tirar tu casa, tu familia a la borda. No es eso, pero sí de uno poder verdaderamente alinear esas prioridades y de saber reconocer a Dios en todo lo que uno hace.

Aquí obviamente había un caso que era craso, un caso importante. Y era el hecho de que el templo estaba en ruinas, el lugar más importante y eso era lo que Dios estaba llamando. Dios estaba llamando a restaurar el templo. Y miren, yo les invito a que ustedes estudien esto, porque hay veces que hablamos de Nehemías, y hay veces que hablamos de Esdras y todo eso, pero ¿Saben qué? Todos estos personajes funcionaron más o menos en el mismo episodio de tiempo. Hageo y Zacarías fueron los profetas que estuvieron hablando durante el tiempo del reinado de Zorobabel, y el llamado de Zorobabel fue a restaurar el templo.

Después de esto vino Esdras como otro de los gobernadores de Judá, y a través de Esdras se estima que el profeta que habló fue Malaquías durante el tiempo de Esdras. Y a través de él lo que sucedió fue un avivamiento en el pueblo para restaurar la experiencia del culto de adoración en el templo. Y después de Esdras vino entonces quién? A ver si saben? Nehemías. Cuantos de nosotros nos fascina la historia de Nehemías, ¿verdad?

Pero entonces llegó Nehemías y cuál fue el propósito de Nehemías? Restaurar las murallas que protegían la ciudad de Jerusalén. Esos 3 episodios que estamos hablando, que fueron casi como un promedio de 100 a 120 años más o menos, que sucedieron ahí. Dios lo que estaba haciendo era restaurando su pueblo y lo hizo a través de tres personajes específicos. Y en todo momento Dios estaba incitando al pueblo, Dios estaba provocando, Dios estaba causando ansiedad en el pueblo.

Y miren, yo no sé usted pero a mí últimamente me está dando esta piquiña en mi corazón de anhelar conocer lo que Dios tiene, de buscar no tan solamente cuáles son los propósitos de las intenciones de Dios para mi vida personal, pero poder buscar identificar cómo Dios quiere usar mi vida a la luz del contexto de esta iglesia. O a la luz del contexto de la iglesia con I mayúscula, alrededor del mundo entero de qué Dios quiere que yo pueda hacer, cómo Dios quiere que yo pueda contribuir con lo mucho o lo poco que Dios ha puesto en mis manos.

¿Saben qué? Cuando él dice, meditad sobre vuestros caminos, Dios lo que está diciendo, no te enfoques demasiado en tus propias cosas, broaden your perspectives, amplía tus horizontes. Y empieza a ver las cosas como yo las veo. No significa que Dios no va a proveer a tu necesidad personal, eso lo vamos a leer un poquito más adelante, pero sí implica que el deseo de Dios es que nosotros podamos estar más abiertos y dispuestos, disponibles, mejor dicho, a poder entender y discernir qué es lo que Dios quiere hacer, qué es lo que Dios quiere hacer en estos tiempos.

Miren, Efesios, Capítulo 5, verso 14 dice, es un verso muy interesante porque dice:

“… Despiértate tu que duermes y te alumbrará Cristo…”

Déjeme leerlo porque es chévere. Efesios Capítulo 5, verso 14, miren cómo dice el verso 14:

“… Por lo cual, dice, despiértate tu que duermes y levántate de los muertos y te alumbrará Cristo. Mirad pues, aquí es donde está la cosa, mirad pues con diligencia cómo andéis… -una vez más, esto se conecta con ‘meditad sobre vuestros caminos’.

Oye, dile un secreto a la persona al lado tuyo, dile, hey, medita sobre tus caminos. Tu que me estás viendo allá arriba, enfócate aquí, medita sobre tus caminos.

“…. Mirad pues con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos. Por tanto, no seamos insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor…”

Oye, no andes por ahí emborrachándote con ….. Miller light, con Heinken, con cualquier otra cosa que se pueda mencionar, sino busca emborracharte con aquel que verdaderamente puede llenar tu vida por completo. En vez de beberse cerveza boca abajo con un tubo, bebe el espíritu de Dios como Dios intenciona que uno beba las cosas. Despierta, despierta, despierta, mis hermanos, tenemos que despertar. Yo lo creo así. No nos podemos conformar a lo cotidiano, a lo ordinario, no, no, no, mis hermanos.

Miren, el sábado pasado aquí en la actividad de soul revival con los jóvenes se cantó un himno que para mí es tan edificante. Y este himno decía, que no nos conformaremos con nada ordinario, te queremos a ti, Dios. Dice, we won’t be satisfied with anything ordinary, we won’t be satisfied at all, we won’t be satisfied with anything ordinary, all we want is you.

Y yo lo creo así, mis hermanos. Mire, voy a cerrar con esto, yo sé que me he extendido un poco, pero voy a cerrar con esto. Cuando usted llegue aquí a la iglesia, si hay una palabra que usted pueda recibir de mí como pastor, cuando usted llegue aquí a la iglesia Dios lo libre, es más, Dios nos libre de venir aquí con un sentido de, oh, otro servicio más, uy, válgame Dios. No, reprenda ese pensamiento, mis hermanos. Dios nos libre de venir con un pensamiento así. Dios nos libre de venir y sentarnos aquí y pensar, ahora el pastor Omar va a decir esto, y esto, y esto, o ahora el pastor Roberto va a orar de esta y esta otra forma. Y ahora es que viene la predicación, y ahora es que vienen las ofrendas y ya uno está como… next, next, next.

Mire, no, si usted viene así, ¿Saben qué? Usted va a arruinarle la fiesta a Dios. Vengamos siempre con un corazón dispuesto, con un corazón despierto. Venga ahí Señor, como que mira, tengo mis necesidades Papá, pero quiero conocer qué es lo que tu tienes. Señor, mira, mi cuenta de banco está un poquito baja, pero Señor, yo confío en ti, yo sé que tu eres el proveedor de todas las cosas y vengo a buscarte a ti. Señor, tal vez hoy no tengo el ánimo, me siento cansado, quiero quedarme en casa durmiendo. Señor, tal vez se explotó la goma del carro de camino aquí o en la casa, se me explotó la goma y no puedo salir.

Mire, cualquier razón, por no decir excusa, que nos podamos inventar, miren, no lleguemos a estos encuentros, no lleguemos a estos servicios a sentarse aplatanadamente como que, ah, sí, aquí vamos a cantar, ¡Aleluya! Gloria a Dios. No, no, no, venga con intencionalidad, venga a propósito, venga con la expectativa, venga como que guau, Señor, que hay, qué hay de nuevo hoy, viejo. Dígaselo al Señor, mire esté pendiente, esté pendiente porque usted nunca sabe cuándo Dios lo vaya, o la vaya a sorprender.

Es más, tal vez usted está viniendo aquí, me está escuchando a mí ahora, y usted está, como que, pastor, acabe que me quiero ir, quiero irme a comer un sándwich de jamón y queso con un poquito de Quick con leche. Digo, leche con quick y ya acostarme a dormir. Avanza, pastor, son las 9.15, te pasaste por 15 minutos.

Miren, mis hermanos, no, vengamos a la expectativa, vengamos a la expectativa, hay algo, hay algo, hay algo que Dios quiere, mis hermanos, y no me pregunten a mí qué es porque yo no sé, yo también estoy buscando. Yo también quiero saber. Yo tal vez puedo tener una idea pero no lo sé todo. Quién sabe si Dios te revela una parte a ti, y otra a ti, y otra parte a ti, entonces todo el conjunto de todo es como que, bing! Eso es lo que Dios quiere hacer.

Pero lleguemos, lleguemos a la expectativa. Vamos a contagiarnos con eso. Mire, ¿Saben qué? Mis hermanos, esto es algo que tenemos que aprender. Saben que mi papá estuvo visitándome en estos días y yo amo a mi padre, el Señor lo sabe, pero mi padre desde que llegó él estuvo conectado a las noticas de Guapa Televisión, manteniéndose enterado de cuánta gente mataban en Puerto Rico, que si la madre del niño, que si aquel otro lo asesinaron, y todas las noticas negativas, negativas, negativas. Yo creo que yo podría coger el televisor y mirarlo así de lado y salía sangre por todas las cosas negativas que estaban diciendo.

Y yo me senté a hablar con mi papá, y yo como que, papi, papi, para, para, hay algo positivo que tu me puedas decir de lo que está sucediendo en Puerto Rico? Ah, sí, pues claro que hay cosas positivas. Dime una aunque sea. Pero es que mataron a tantos y tantos y tantos. Y yo, no, no me digas eso, dime lo bueno que está sucediendo.

Miren, mis hermanos, hay veces que, dígame si la ha pasado o no? Omar, termina, termina. Oh, que bien voy, y sigo hablando. Miren, dígame si le ha pasado o no? que cuando ocurre algo malo, se riega como pólvora, ese es el bochinche, todo el mundo habla de lo malo. Pero si sucede algo bueno, dicen, ah, sí, mira qué chévere! Y ahí se murió. No dicen más nada. Oigan, mis hermanos, vamos a despertar, vamos a despertar nuestro espíritu, abrirnos, a decir, Señor, el vaso tu quieres que lo veamos mitad lleno, no mitad vacío. Tu quieres que nosotros podamos ver nuestras vidas literalmente a la luz de lo que tu tienes para nosotros. Tu no quieres que yo esté pensando, como que, guau, cuando salga de aquí me van a dar ganas de fumar. Mira, no pienses que te van a dar ganas de fumar, piensa en que Dios te va a dar la fuerza para no fumar. Piensa que tal vez cuando llegues a tu casa, vas a tener un esposo, una esposa ahí refunfuñón, y está como que, guau, ahora me tengo que enfrentar…

Mira, no, piensa positivamente. Si algo pasa, Señor, tu me vas a dar la paz para estar tranquilo, tranquila y para poder proceder en la forma que tu quieres que yo haga. Ah, mira me está esperando mi mamá, mi papá en casa, con una correa en la mano. Pues, ¿Saben qué? Si tienen una correa, ah… ponte una almohada por si acaso.

Pero, mis hermanos, tenemos que despertar. Yo me voy a callar la boca. Miren, mis hermanos, yo quiero ver, yo quiero, anhelo y deseo ver lo que Dios tiene, y estas cosas que yo he mencionado, esos 4 puntos, miren, en alguna forma u otra yo me veo en ese espejo. Hay veces que yo veo que yo me conformo con las cosas. Bueno, esta es mi rutina, pues así sigo, pero quién sabe si Dios lo que quiere es apuntarme en otra dirección.

Hay veces que yo me digo, bueno, pues, esto está yendo bien, por qué tirarme a la aventura de hacer algo nuevo? O tal vez no me atrevo a considerar los riesgos de hacer algo nuevo, y cómo eso puede afectar mi vida. Pero ¿Saben qué? Confiemos en el Señor.

Yo creo que ahí está la aventura de nuestra fe. Como que me fui de frente. Ahí está la aventura de nuestra fe, mis hermanos, en el mero hecho de que la fe no se mide porque ya escribimos todo lo que teníamos. No, es aburrido. La fe se mide porque hay algo nuevo, hay una aventura. Mira, créase que usted está en una película de Indiana Jones con Dios, que siempre hay una aventura, siempre hay un tesoro nuevo que buscar.

Vamos a ponernos de pie y vamos a orar. Ya me voy a callar la boca. Padre, hoy estoy híper. Mire, extienda la mano sobre la persona al lado suyo, póngale la mano ahí sobre el hombro a la persona. Ay, gracias, Señor Jesús, Padre te adoramos, te bendecimos. Gracias por tu palabra, Señor, tu palabra es tan rica, es tan dulce, Señor, poder escuchar, leer esta palabra, escucharla, Señor, internalizarla, digerirla, Padre. Y yo te pido que esta palabra, Señor, permanezca en nuestros corazones, Señor.

Oh, mi Dios, yo quiero y al igual que yo sé que muchos de mis hermanos y hermanas queremos despertar, queremos abrir nuestros ojos, Señor, queremos responder a esa forma que tu nos estás provocando, mi Dios, a poder responder a tu voz, al llamado tuyo en nuestras vidas, mi Dios. Y Señor, si hay alguno en nosotros que está frío, que está rígido, que está estéril, Señor, y que tal vez no percibe esa incitación de parte tuya de tu espíritu, mi Dios, ahora mismo yo declaro que esos corazones puedan empezar a abrirse, mi Dios, yo te pida, que esas mentes comiencen a abrirse, Padre, que cualquier pensamiento de rebeldía, cualquier pensamiento de indiferencia, cualquier pensamiento de whatever, mi Dios, que eso se caiga por completo y que seas tu trayendo revelación, revelación clara, mi Dios, una revelación que sea tan tangible que nosotros podamos decir, como que, sí, Señor, esto es lo que tu quieres. Por aquí es que tu quieres que caminemos.

Pero Padre, que no nos enfoquemos tanto en estas cosas sino que siempre podamos estar mirándote a ti por encima de todo, mi Dios. Estamos como parte de esta iglesia ahora, pero sabes, tu solamente sabes dónde nos pondrás después. Así que, mi Dios, por este interino de tiempo, por esta temporada de nuestras vidas, por esta época en la cual estamos viviendo, Señor, te pedimos que por favor, nos ayudes a vivir sabiamente, no como insensatos, ayúdanos, mi Dios, a poder tener esa iniciativa de buscar tu presencia para saber cómo, mi Dios, saber cómo conocer tu voluntad en medio de nosotros, de nuestras vidas personales, de nuestras familias, de nuestros lugares de trabajo, de nuestro vecindario, donde vivimos, de la iglesia donde nos congregamos, de la célula de que participamos, del ministerio donde estamos involucrados. Señor, en todos los lugares, aún donde hacemos compras, donde echamos gasolina, Padre, donde compramos ropa, en cualquier lugar, ayúdanos a conocer tu propósito y tu voluntad.

Queremos ver tu mano, Señor, obrando con poder en medio de nosotros. Así que, Padre, have your way, toma tu lugar, Señor, toma tu forma de saber cómo hablar a nuestras vidas y que nosotros tengamos el valor de poder decir como dijo Isaías, heme aquí, envíame a mí. Úsame a mí, transfórmame a mí, equípame a mí, Señor, para yo poder ser un buen colaborador tuyo en el establecimiento y la expansión de tu reino aquí en este mundo en el cual nos has puesto a vivir.

Te damos la gloria y la honra solo a ti, bendícenos mi Dios, a medida que nos preparamos para salir a nuestros hogares. Llévanos con bien, llévanos con tu protección, Señor, que ese gozo que tu nos das pueda permanecer con nosotros y Señor, que esta noche, tu nos des un sueño tranquilo, reparador, placentero, Padre, que podamos dormir en tu mano y que mañana si así tu lo permites, podamos levantarnos con nuevas fuerzas, nuevas energías, Señor, y cumplir con aquello para lo cual tu nos llamas. Bendice a tus hijos e hijas, lo pedimos en nombre de Jesús. Amén. Amén. ¡Aleluya! Salúdense unos a otros.