El hombre propone y Dios dispone

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El hombre propone y Dios dispone. Cuantos de ustedes viven de acuerdo a ese refrán en muchas ocasiones? Vivimos de acuerdo de eso, y ¿Saben qué? Es bien interesante porque muchas veces en nuestras vidas nosotros podemos hacer planes, podemos trazarnos metas que queremos alcanzar y en varias ocasiones las logramos alcanzar. Pero qué pasa con esos momentos donde no se alcanzan esas metas, qué hacemos? Qué hacemos en esos momentos cuando estamos orando por cosas que son bien duras, que son bien profundas en nuestro corazón y estamos orando y no recibimos las respuestas a esas oraciones, qué hacemos? Qué hacemos entonces?

Y yo quisiera preguntarles algo, solamente para hacerlos reflexionar. Qué sería de un niño o una niña si su papá o su mamá le diera todo lo que ese niño o esa niña pide? Qué sería de él o de ella? Qué sería de una pareja, de un matrimonio, de una pareja de novios si una de las partes siempre está buscando que la otra le satisfaga todas sus necesidades a expensas de lo que el otro pueda pensar o sentir? Qué sería de esa pareja? O es más, qué sería de cada uno de nosotros, qué sería de cada uno de nosotros si Dios nos concediera todos los caprichos de nuestro corazón?

Yo me atrevería a decir que necesariamente no sería un mundo mejor. Porque estaríamos llenos de personas consentidas por todos lados. Y yo no estoy diciendo que Dios no nos consienta a nosotros, yo sé que Dios nos consiente pero no en todo y es precisamente en esto, mis hermanos, en lo que yo quiero meditar. Qué pasa en nuestras vidas cuando no recibimos lo que estamos buscando? Qué hacemos cuando no recibimos aquello por lo cual estamos, como quien dice, desesperados por ello en alguna forma u otra?

Y yo quisiera contarles una historia, un relato para que ustedes puedan, más o menos, ver mi sentir que quiero comunicarles a ustedes. Hace un mes atrás yo salí de vacaciones con mi familia, y estábamos en Orlando, y fuimos a uno de los parques de atracción, fuimos a Seaworld que es uno de los favoritos de mi hijo Lucas, a él le encanta ver las ballenas, los delfines, las focas, todo eso, entonces cuando fuimos el ticket que compramos nos daba la oportunidad de tener una segunda entrada gratis al parque. So, yo me dije, bueno, mira que chévere como ahí en Seaworld hay muchas montañas rusas y a mí me encanta todo eso. Bueno, no es que hay muchas, hay como tres al menos. Pues, siempre me gusta meterme en esas cosas, me gusta ese adrenaline rush que le da a uno. So, yo me dijo, bueno, pues este primer día déjeme concentrarme en Lucas, vamos a caminar con él todo el parque, que él vea todo lo que quiera ver, y entonces el segundo día que vengamos pues yo me doy el gusto, y me meto en todas las montañas rusas que puedo.

So, así lo hicimos. El primer día fue concentración en Lucas total. Lo consentimos definitivamente hablando de esa pregunta. Y fuimos a todos los lados, compartimos con él, fue una chulería. Ahora, el segundo día cuando vino para nosotros ir, pues ahora yo era el que estaba como que, guau, ahora yo voy a disfrutar. Entonces nosotros llegamos y yo hablo con mi esposa, con mi suegro y ellos dicen, pues, mira, vete tu a la primera montaña rusa y nosotros nos quedamos con Lucas. Fantástico. Voy, me meto en la fila, y para mi sorpresa había una espera solamente como de 20 minutos. Entonces yo voy ahí bien emocionado, a mí me gusta meterme en la línea al frente, así cuando uno lo ve todo bajando, dando todas las vueltas. So, yo voy estoy en la fila, y estoy a ley de una vuelta para entrar y montarme en la máquina, y de repente sale este mensaje, la máquina la tuvimos que parar por desperfectos técnicos. Por favor, espere en la fila. Y yo me quedo ahí esperando, pasan 5, 10, 15 minutos y el mismo mensaje se seguía repitiendo, se seguía repitiendo. Y no fue hasta 25 minutos después que de repente salen y dicen, necesitamos que desaloje el edificio por desperfectos técnicos. Entonces todo el mundo tuvo que salir del edificio, y yo me quedé con las ganas.

Ok, salgo yo así, medio tristón, no fue gran cosa, había otra máquina. Voy y le digo a mi esposa, mira, nos sacaron por desperfectos técnicos, pues me voy a ir a la otra entonces. Pues, fantástico, vete a la otra. Entonces voy a la otra, y la línea de espera allí era como de 15 minutos. Y yo, ahora, esta es mi oportunidad. Voy, me meto en la fila y llego casi, casi al frente. Me toca esperar como unos 15 minutos, y déjeme decirles, era un día bien caliente en Orlando. Yo no sé cuantos ustedes han experimentado el calor de Orlando, Florida, pero es caliente. Eso es como un sauna, ese vapor que se siente ahí. Ahí estoy yoi en la fila, los abanicos que ponen en la fila, lo que sopla es aire caliente, y uno ahí como que me estaba empezando a sentir medio débil, no tenía agua, yo veía a otra gente bebiendo agua y yo… pueden compartir un poquito de agua?

El asunto es que yo veo que viene el carro, sale, y viene otro grupo y sale, y me voy acercando, y estoy, mis hermanos, literalmente ahí en el portón para pasar y montarme en la máquina. Y cuando llego ahí algo pasó de nuevo, pasan el mensaje y dicen, la máquina la tuvimos que detener por desperfectos técnicos. Por favor espere en línea. Entonces, desde donde yo estoy yo veo el carrito que venía entrando que se quedó parado en el sol, y la gente ahí, en el sol esperando. Y yo ahí espera, vuelve y pasan el otro mensaje que había que seguir esperando. Y de repente la muchacha que estaba al frente mío, yo veo que la muchacha se desplomó completa, y se quedó agarrada de la verja y de repente se cayó, así para atrás. Guau! Un heat stroke le dio a la muchacha que estaba ahí esperando.

Entonces tuvimos que cogerla, ponerla en el piso, alguien tiene agua, por favor, para atenderla, echarle aire. Vamos a llamar a los paramédicos, algo así, pero yo no sé la muchacha de repente se levantó. Y nosotros como que, mira, vamos a buscar los paramédicos, y ella, no, no, yo me quiero montar. Y yo, pero hello, te acabas de caer y te quieres montar. Como quieras! Te quieres desmayar ahí arriba trepada. No, no, déjeme aquí.

La cosa es que se quedó ahí parada y nosotros seguimos esperando. Y miren, después de 20 minutos, saben lo que pasó? Necesitamos que desalojen el edificio por desperfectos técnicos. Y yo, noo! So, yo voy saliendo y no hace mi esposa y mi suegro más que verme la cara y yo, voy así como, cerraron otra vez. Y se echaron a reír. Y ese fue el chiste del día.

La cosa fue que seguimos paseando el parque y ya como a eso de las 5.30, 6 de la tarde, que yo me empiezo a dar cuenta que mucha gente se empieza a ir, yo me digo, bueno pues, esta es mi oportunidad. Yo le digo a mi esposa, voy a ver si ahora tengo el break de ir a montarme aunque sea en una.

Entonces vuelvo otra vez a una de las máquinas y cuando voy entrando para hacer la fila, pasan un mensaje que dice: la máquina está cerrada por causas de una tormenta eléctrica. Y yo, nooo! Mi frustración fue tanta que yo lo puse en Facebook. Entonces los que me han visto en Facebook vieron que yo escribí ahí como que, este no fue mi día de montaña rusa definitivamente.

Pero el asunto fue, mis hermanos, que al yo pensar en esto, yo no sé cuántos de ustedes han dicho como yo, no, si Dios me tiene que decir algo, tiene que caer un rayo y decírmelo. Yo no sé cuantos de ustedes han dicho eso, pero yo lo he dicho. Y el asunto fue que para mí se dio literal, porque yo vi la tormenta eléctrica pasar definitivamente. Pero el asunto fue que cuando yo estaba ahí, después que mi esposa y yo nos reímos, mi suegro, hicimos un chiste de esto, yo me quedé pensando y yo me decía, caramba, la verdad es que yo sería bien ignorante y bien inmaduro si yo no me doy cuenta que hay algo que Dios me quiere enseñar a través de este experiencia.

Y literalmente, mis hermanos, así fue. En medio de ese pensar, sí, Dios me llevó a ese pasaje de Proverbios que leí, el hombre propone y Dios dispone, pero también estaba haciendo eco en mi cabeza ese texto de Eclesiastés, Capítulo 3, que dice “todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del sol tiene su hora”.

Pero asimismo como digo eso, me atrevo a decir que no todo lo que se quiere debajo del sol se va obtener. Me siguen? No todo lo que se quiere está intencionado para ser obtenido. Y aquí es donde quiero reflexionar con ustedes un poco.

Por qué yo hago mención de esto, mis hermanos, miren, este miércoles por la noche, el miércoles pasado, mientras estábamos aquí en el servicio de oración, que tuvimos un momento bien bonito, un momento de oración bien lleno de la presencia de Dios, que de hecho, recuerden, no se olviden de nuestro servicio de oración los miércoles por la noche, si tienen el tiempo les animamos. Vengan, congréguense aquí en la iglesia para ese tiempo de oración. Cierro el paréntesis.

Cuando estábamos ahí orando el Señor puso una impresión en mi corazón. Estábamos cantando el himno Grandes cosas ha hecho Dios por su pueblo, y mientras estábamos cantando eso, el Señor puso esta impresión y me dijo, dile a la gente que aún si no han recibido la respuesta a su oración, con toda la declaración de fe se ve cuando podemos decir que Dios ha hecho grandes cosas por nosotros. Que aunque vemos esa respuesta, como quiera, Dios hace grandes cosas. Y yo compartí eso y miren oramos en línea de esa petición. Es más, hasta hicimos algo que hace tiempo no hacíamos. Yo le dije a la gente, mire, saque su celular y llame a alguien que usted entiende que necesita esa palabra. Y lo hicimos, y oramos por la gente a través de los celulares.

Y yo sé que cuando hacemos eso hay una bendición que sale de aquí y llega a cada una de esas personas. Pero el asunto fue que a medida que yo salí de aquí ese día, y me quedé pensando y reflexionando y yo me digo, mira, Señor, yo sé que tu haces grandes cosas por nosotros, y que tu te interesas de responder a nuestras peticiones, pero a la misma vez yo sé que no todo el tiempo tu vas a responder a esas peticiones que nosotros te hacemos. Y tal vez usted me diga, pero Omar, cómo va a ser? Si la Biblia dice que pedir y se os dará, buscad y hallareis, tocad a la puerta y se os abrirá. Sí, pero aún esa enseñanza no significa que siempre vamos a recibir lo que estamos pidiendo, lo que estamos buscando, lo que estamos tocando.

Por qué? Les explico. Déjeme solamente darles unos ejemplos bíblicos de lo que estoy diciendo. Si ustedes se recuerdan de la historia de Moisés, qué fue lo que pasó con Moisés? Moisés fue el líder escogido por Dios para llevar al pueblo de Israel a la tierra prometida. Moisés entró a la tierra prometida? No. Usted cree que él quería entrar a la tierra prometida? Usted no cree que en su tiempo, aunque Dios le dijo, porque hiciste esto y aquello y lo otro, usted no cree que en algún momento Moisés habrá dicho como que, Dios, tu sabes, reconsidera, dame un break, déjame entrar? No? No, entró. No entró.

Qué fue lo que le pasó al profeta Elías? Después que degolló a los profetas de Baal y que se enteró que la reina Jezabel quería cortarle la cabeza a él, qué fue lo hizo él? Se asustó, salió corriendo y mientras iba corriendo en el desierto, qué era lo que le pedía a Dios? Se recuerdan del relato? Busquen, Primera de Reyes, Capítulo 19 y lo leen ahí. Él le estaba diciendo a Dios, se volvió suicida el tipo, él estaba, Señor, quítame la vida porque no puedo con esto. Él estaba pidiendo algo bien craso, que yo sé que tal vez alguno de nosotros también nos ha pasado por la mente. Y si sí, pues, en el nombre de Jesús cancela esos pensamientos porque eso no es de Dios.

Pero él estaba pidiendo eso, y usted cree que se lo concedieron? No. Que fue lo que Dios le dijo, un verso después? Le dijo, levántate y come porque largo camino te resta. Pero él quería terminar su vida, y Dios le decía, no papá, te falta más todavía, así que sigue por ahí.

Otro ejemplo que les puedo mencionar tiene que ver con Daniel. No sé si ustedes recuerdan el relato de Daniel, entre los Capítulos 9 y 10, Daniel comienza a orar por el perdón de los pecados del pueblo de Israel. Y en el versículo 10 se cuenta el relato de cómo después de 21 días de oración, se le aparece el arcángel Gabriel y le da un mensaje, y como parte de ese mensaje, le dice a Daniel, Daniel, no te preocupes, porque desde el primer día que tu dispusiste tu corazón a orar por esto, tu respuesta fue dada.

Pero la respuesta no llegó. Por qué? Qué es lo que dice Gabriel? Porque el príncipe de Persia, él estaba hablando de Satanás, del enemigo, que estaba haciendo bulla allá arriba en los aires espirituales impidiendo que esa respuesta llegara a Daniel. So, muchas veces lo que nosotros pedimos encuentra en los aires resistencia, no porque Dios no quiera sino porque hay otro que está impidiendo que usted reciba lo que Dios quiere para su vida. Y uno tiene que entender esa dinámica también. Él lo recibió pero lo recibió más tarde.

Otro ejemplo que les puedo dar, Pedro, miren esto, Pedro en una conversación que tuvo con Jesús en el libro de Juan, Capítulo 13. Jesús estaba hablando acerca de la llegada de su muerte y Pedro de repente le pregunta, Señor, dinos a dónde vas? Porque él estaba insinuando, porque yo estoy dispuesto a ir contigo, yo quiero ir contigo. Y Jesús le responde como que, Pedro, a donde yo voy tu no puedes ir, tu no estás preparado para eso. Es más, antes de que cante el gallo, tu sabes lo que va a pasar? Tu me vas a negar 3 veces. Yo? Así mismo fue. Yo? Tu discípulo más fiel? Pero eso mismo fue lo que pasó, él estaba pidiéndole algo a Jesús que el mismo Jesús le dijo, ah, it’s not time for that yet. Todavía no es tiempo.

Y es más, miren este ejemplo de Pablo, a mí me gusta mucho este. Pablo en el libro de Hechos, Capítulo 16. En un relato muy interesante, porque esta fue una de las salidas de Pablo cuando fue en algunos de sus viaje misioneros, que Pablo tenía la intensión de parar en algunos puertos específicos, más sin embargo el relato cuando usted lo lee, dice específicamente que el Espíritu Santo le impidió él poder llegar a esos lugares. Porque lo que quería el espíritu de Dios es que él llegara a otro lugar.

Así que ustedes ven, mis hermanos, que bíblicamente y aún en nuestras vidas, nosotros podemos comprobar de que hay momentos que lo que nosotros pedimos no está intencionado a que se nos de. Y yo sé que podrá sonar algo fuerte, pero la intención que yo tengo con este mensaje, mis hermanos, el propósito que yo quiero compartir con ustedes, es que nosotros podamos hacer paz con la idea de que no siempre lo que estamos pidiendo se nos va a dar, y eso es algo que está en Dios.

Pero aún cuando digo eso, lo importante es que nosotros podamos buscar la forma de descubrir, de discernir y de entender por qué eso no se nos está siendo dado. Me siguen? Están conmigo?

Miren, déjeme darles unos cuatro puntos bien breves que quiero hablar, de por qué muchas veces cuando no recibimos algo, qué es lo que Dios está haciendo detrás de todo eso? Y lo primero que puedo decir, mis hermanos, es que plena y básicamente no te conviene. Cuando tu no recibes algo por lo cual tu estás pidiendo es básicamente porque no te conviene.

Acaso en Primera de Corintios, Capítulo 6, no hay un verso dice, “todas las cosas me son lícitas, pero qué dice después? ... pero no todo conviene”. Es más, hasta le añade, y no voy a dejarme dominar por ninguna. Pero eso es otro mensaje. Y más adelante en el Capítulo 10, versículo 23 y 24, también repite la misma frase. Pablo es bien intencionado porque él lo dice, todo me es lícito más no todo edifica.

Miren, ¿Saben qué? Salomón, cuando escribió Eclesiastés en el Capítulo 12 de Eclesiastés, él dijo, le dijo a la gente, se estaba dirigiendo a la gente joven, pero yo lo cojo para todos, él le estaba diciendo, mira, persigue los placeres de tu corazón, has todo cuanto tengas en tu mano de hacer, dondequiera tus ojos se siembren búscalo, aséchalo. Si un hombre que estás mirando y eres una mujer, y quieres ese hombre, persigue los deseos de tus ojos, y viceversa. Si viste un carro, busca ese carro. Si viste un cazón, vete y busca ese cazón. Pero lo que dice ese texto es que de todas esas cosas que tu decidas hacer, que va a pasar? Dios te va a juzgar por cada una de ellas.

So, definitivamente nosotros tenemos al alcance todas las cosas que nosotros queramos hacer, tanto lo bueno como lo malo, todo está a nuestro alcance. Pero sea bueno o sea malo, no todo nos es lícito, no todo edifica nuestras vidas. Yo puede decir, ah, pues, me voy a ir a Argentina, de misionero por un año, y puede sonar bien bonito, pero si no está en los planes de Dios, esa movida que yo estoy tratando de hacer no se va a dar. Porque no está intencionado.

Así que, si no recibe algo, mire, piense en eso, que tal vez no le conviene. Pleno y simple. El segundo punto, tal vez no es el tiempo de recibirlo. Tal vez no es el tiempo. Qué es lo que dice Eclesiastés cuando lo leímos ahorita? Todo tiene qué? Su tiempo. Lea el relato, ahí le dice un montón de cosas, hay tiempo para todo. Hay tiempo para llorar, hay tiempo para reír, tiempo para abrazar, tiempo para despegarse, tiempo para hablar, tiempo para estar en silencio. Hay tiempo para vivir y hay tiempo para morir.

Puede ser que por mucho tiempo usted tenga un familiar que está a punto de morir y usted está orando, orando, orando, Señor, que no se muera, dale vida, un milagro y es bueno orar de esa forma. Pero si es el tiempo de Dios de que el final de esa persona llegue, llega. Si Dios quiere hacer un milagro y darle vida, Dios lo puede hacer también. Pero tenemos que entender, mis hermanos, que si hay algo que no estamos recibiendo está en el tiempo de Dios o está en el tiempo de nosotros. Estoy yo queriendo ajustarme al reloj de Dios o estoy yo queriendo ajustar el reloj de Dios al mío, de que Dios haga las cosas en mi tiempo. Esto tiene que ser rápido, Dios, yo necesito esto inmediato, es como ir al ATH o el ATM, usted mete la tarjeta, saca los chavos y ya, Señor, así es como yo quiero que tu respondas aquí. Y consta, hay veces que uno tiene que orar de esa forma, diciendo Señor, esto es urgente. Y mire, puede ser que Dios en su misericordia responda inmediatamente, pero la mayor parte de las veces que yo sepa, Dios se toma su tiempo. Y nosotros tenemos que ajustarnos al tiempo de Dios.

Un tercer punto que les puedo mencionar, mis hermanos, es que tal vez la forma en la cual estamos orando no está en línea con la voluntad de Dios. Y esto es algo bien, bien importante de poder entender. Cuando hablamos de la voluntad de Dios muchas veces nosotros pensamos que la voluntad de mi Dios para mi vida es esto, esto así bien específico. Y yo sé, mis hermanos, que para algunas personas la voluntad de Dios es algo bien marcado, bien definido, muy determinado, pero aún cuando está eso ahí, la voluntad de Dios tiene, como puedo decir, tiene unos ámbitos que son bien vastos para explorar. Dios puede hacer muchas cosas y con todo y eso estamos en la voluntad de Dios.

Si yo hablo un poquito de mi ejemplo, cuando yo recibí mi llamado para ser pastor, yo creo que ya lo he compartido esto antes, yo recuerdo que yo completé mis estudios de bachillerato y para eso yo sabía que Dios me estaba llamando a ser pastor. Cuando me gradué de mi bachillerato yo quería venir aquí a hacer una maestría en fisiología del ejercicio, porque yo quería trabajar como un rehabilitador clínico. Y me vine aquí para estudiar eso y apliqué a universidades y ¿Saben qué? Ninguna de esas universidades me aceptó. Apliqué al seminario y en cuestión de dos meses ya me dieron beca y todo.

So, dígame usted cuando uno trata, como quien dice, de, ah, Señor dame un break de tu voluntad, déjame venirme por acá y hacer esto en otra forma. Miren, si Dios tiene algo, Dios lo va a hacer. Pero asimismo le doy otro ejemplo. Ya una vez yo estaba en el ministerio, yo entonces estaba explorando, ok, Señor, cuál es la forma específica ¿verdad? Porque nosotros no nos convencemos con algo tan general, siempre queremos algo más al dedillo. Si yo así en el ministerio digo, ok, Señor, dónde tu quieres que yo esté? Tu quieres que yo esté aquí, que yo esté allá, o por allá, o que haga esto con esta persona, con aquella otra? Y uno se pone a explorar, así en todas esas áreas, y ahí es donde yo digo, mis hermanos, que ahí es donde yo veo que la voluntad de Dios tiene sus, cómo puedo decirlo? Tiene sus áreas que son medio nébulas, por así decir. Me explico? Hay nébulas, es como si usted va por una calle y está todo el día soleado y de repente llega a un área de neblina, que cuando usted prende los headlights del carro usted solamente puede ver como 10 ó 15 metros al frente de usted, y tiene que reducir la velocidad, ir con precaución para poder ver por donde es que está yendo el camino, pero usted no discierne el camino hasta que no esté ahí.

Así muchas veces es la voluntad de Dios. Y no para todos pero sí con algunos. Que hay veces que nosotros estamos buscando, Señor, cómo tu quieres que yo te sirva? Qué tu quieres que yo haga? Y parece que el camino se pone medio nébulo. Y uno está tratando de discernir, Señor, qué es lo que tu quieres? Y uno tiene el miedo de que uno se está saliendo de la voluntad de Dios porque uno cree, no, porque la voluntad de Dios tiene que ser clara, no puede haber ningún tipo de sombra de duda, porque es la voluntad de Dios. Así fue como lo enseñaron. Pero mire, Dios permite que vengan esos tiempos de nébulas, para ver cómo uno va encaminándose y como uno va tanteando las cosas hasta que llegue el momento donde esa neblina se esfuma y uno puede ver que, all along the way, que a través de todo el camino usted estaba en los propósitos, en los planes, en la voluntad de Dios.

Tal vez uno estaba atrás freaking out, como quien dice, ya perdí de línea lo que Dios quería. Olvídate, aquí me fregué. Pero no, cuando usted sale al otro lado y usted mira para mira usted dice, guau, tu estabas ahí todo el tiempo. Tu estuviste ahí todo el tiempo conmigo.

Y eso yo lo traigo, mis hermanos, en este sentido de que muchas veces cuando pedimos, estamos pidiendo en línea con la voluntad de Dios. Miren esto: yo tuve una etapa de mi vida donde mi oración era toda centrada alrededor de mí, myself, and all mine. Ha escuchado esa expresión? Mi oración era eso, todo el tiempo. Yo sé que a ninguno de ustedes les pasa, yo sé que ustedes oran por muchas otras personas, usted nunca ora por usted. Pero yo no sé si usted se ha escuchado mucho a veces que uno está como que, Señor, has esto por mí, y Señor, yo quiero esto, y Señor, aquello otro conmigo. Y Padre, yo necesito que tu hagas esto en mi vida. Y ah, sí, Señor, acuérdate de Javier, pero Señor, yo necesito esto conmigo, esta es mi presión ahora mismo. Me siguen por donde voy? Es como que nuestra oración es todo nuestro entorno.

Y miren, saben lo que pasa? Cuando usted se queda orando mucho tiempo en ese entorno, usted pierde perspectiva de cuál es la voluntad de Dios para su vida y para otros a su alrededor. Y por ende, cuando termina orando, sabe lo que va a pasar? Va a estar orando más bien para satisfacer, usted lo que va a estar buscando es que Dios satisfaga caprichos suyos, en vez de que verdaderamente Dios opera en usted de acuerdo a su voluntad para su vida.

Miren esto, en Santiago, hay un pasaje en Santiago que cada vez que lo leo me fascina cada vez más y más, en Santiago, Capítulo 4. Hay un texto muy interesante. Santiago Capítulo 4, verso 1 dice: “… De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes, no es precisamente de esas pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? En otras palabras, de esos caprichos que uno tiene, esos anhelos, esos deseos empedernecidos que uno tiene por dentro.

Ustedes desean algo y no lo consiguen, matan y sienten envidia y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se echan a la guerra, no tienen porque no piden, y cuando piden no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.

Yo no sé pero para mí ese verso es bien revelador. Estaba leyéndole la nueva versión internacional, por si acaso, porque me di cuenta que no era lo mismo. Entendieron la idea? Cuando uno pide en oración, uno tiene que saber como alinearse. Señor, estoy pidiendo solamente por mero caprichos esto. O estoy pidiendo porque verdaderamente hay algo que tu me estás mostrando?

Así que ese es el tercer punto, mis hermanos, es bien importante. Medite en ello. Cuando usted ore, cuando usted pida algo, está pidiendo en línea con la voluntad de Dios? O está pidiendo en línea con la voluntad suya? Es más, déjeme darle otro ejemplo, este es el favorito de todos.

Miren lo que le pasó a Jesús. Qué le pasó a Jesús cuando estaba en Getsemaní, que estaba a horas de ser arrestado. Si yo recuerdo bien el relato bíblico, me pueden corregir si estoy mal, pero yo creo que en su oración él estaba llorando amargamente hasta que en un punto él dijo, Dios, Papá, tu hiciste este plan, tu me mandaste aquí con un propósito, pero ese propósito se me está haciendo difícil. Si es posible, podemos cambiar los planes? Se lo dijo así? Obviamente, si es posible pasa de mí esta copa. Pero entiendan, se lo estoy diciendo en la versión popular. Si es posible podemos cambiar los planes, Dios? Porque esto se me está haciendo bien difícil. Pero qué fue lo él dijo después? Pero que no sea mi voluntad sino que sea la tuya.

Miren lo que pasa, mis hermanos, cuando nosotros logramos discernir si estamos orando o no, de acuerdo a la voluntad de Dios, miren, nuestras oraciones se acomodan a lo que Dios quiere hacer en nosotros. Jesús mismo en un momento estaba diciendo, Señor, esto es duro, esto es muy difícil, yo no sé si estoy listo para morir por todas estar personas, así que vamos a cambiar los planes. Envía tus ángeles y vamos a hacer otra cosa para salvar el mundo. Pero cuando Jesús se dio cuenta que esa no era la intención, que ese no era el propósito de Dios, Jesús mismo tuvo que ajustar su oración y empezó a decir, yo me imagino, leyendo yo entre líneas el relato. Yo me imagino que Jesús tuvo que haber dicho, bueno , mira Dios, yo sé cuál es tu plan, yo sé cuál es tu propósito, así que yo te pido que tu me des fuerza para poder resistir todos los azotes que me van a dar. Yo te pido que tu me de s el valor moral que necesito para aceptar que uno de mis discípulos me va a negar. Yo te pido que tu me des la gracia para perdonar a ese ladrón que me va a pedir que me lo lleve conmigo al reino cuando estemos en la cruz.

Hermanos, ustedes se imaginan. Si Jesús hubiera seguido con sus deseos, como él lo quería, nosotros no estaríamos aquí ahora mismo. Más sin embargo, porque él entendía cuál era la voluntad del Padre, se sujetó a esa voluntad y supo cómo alinear su oración en línea con esa y por él nosotros estamos aquí ahora.

Un último punto que les quiero decir, y con esto voy terminando. Cuarto, saben por qué muchas veces no recibimos lo que queremos? Porque es parte de la disciplina de Dios para cada uno de nosotros. Hay algo que Dios quiere formar, hay algo que Dios quiere moldear en usted y en mí. Uno de los problemas más grandes que Dios tiene con nosotros, sabe lo que es? Nuestro orgullo. Tenemos problemas con nuestro orgullo. Vamos a ser honestos. Yo puedo levantar las dos manos, los pies. Yo tengo problemas con mi orgullo. Y ¿Saben qué? Uno de los mejores recursos que Dios usa para lidiar con nuestro orgullo es ponernos al lado de una persona que es más orgullosa que nosotros todavía. Yo creo que hay matrimonios que pueden probar esto. Yo creo que hay relaciones de colegas de trabajo que pueden probar esto. Muchos de ustedes pueden decirme, ese jefe mío, sí, esa jefa tuya, los dos. Dios te los pone ahí.

Y saben por qué digo eso? Porque…hasta cuando, hasta cuando, Señor. Yo no sé es el tiempo de Dios. Pero mira, saben por qué digo eso? Porque así como tu piensas de esos superiores que están por encima de ti, que tienen un problema de orgullo, lo mismo pensarán otros de ti, que están por debajo tuyo también. Y esto es re fácil, hermanos, yo estoy hablando esto con las muelas de atrás. Estoy siendo bien honesto.

Pero así es como Dios nos enseña. Eso es una de las formas que Dios usa para moldearnos a cada uno de nosotros. Porque él sabe que lo que él quiere darnos, que es mucho mejor de lo que nosotros podemos pedirle a él, nuestra forma de pedir siempre está limitada. Pero lo que él quiere darnos es mucho más de lo que usted puede pedir o entender, si yo leo bien el contexto bíblico.

Y como él quiere darle algo mejor, él se tiene que asegurar que ese vaso, que ese instrumento sobre el cual va a depositar su bendición tiene que estar en la forma apropiada, tiene que tener la capacidad apropiada para entonces poder depositar toda su gracia sobre cada uno de nosotros.

¿Saben qué? Jesús le dijo a sus discípulos cuando se estaba preparando para morir, él les dijo a sus discípulos, aún tengo muchas cosas que revelarles, que mostrarles, que hablarles, pero todavía ustedes no las pueden sobrellevar. No es el tiempo para mostrarles todas estas cosas. Ven? La bendición de Dios cae sobre nosotros cuando usted ora por algo, tal vez usted está pidiendo, Señor, yo quiero un Mustang rojo convertible y que la capa sea negra, y que los aros sean de cuántas pulgadas? De 22 pulgadas los aros, y que tenga el …., y que tenga sillas de cuero y cosas así. Y ¿Saben qué? Puede ser que Dios te día, de verdad? Pues, mira te voy a dar un Volki del 86 color azul, con los asientos que lo más seguro es que se los vas a tener que tapizar, y que para prenderlo le vas a tener que dar manigueta.

Aprende a apreciar ese tipo de convertible. Tu querías un convertible? Te dio un convertible. No era el que tu pedías, pero al menos te dio un convertible. Si tu lo que tu querías era quemarte ahí en el sol, y fiebrar ahí con el sol y que el aire te pase mientras ibas a la playa, pues al menos lo tienes. Eso es un ejemplo bien… pero siguen la idea ¿verdad?

Hay veces que lo que tu pides, Dios te lo da pero en otra forma. Te lo da en otro paquete. Te lo da con otro nombre. Te lo da con otro sabor. Te lo da con otros olores. Te lo da a través de otras personas. Y uno tiene que aprender que, ah, no, yo no puedo ser tan orgulloso que yo diga, no se dio a mi forma, no me lo dieron como yo quería, no estaba well done, estaba médium regular, metí el cuchillo y salió sangre todavía. No lo quiero. Si usted se porta así con Dios, sabe lo que va a pasar? Usted se va de time out. Usted se va ir de time out porque Dios que es nuestro Padre, él se procura en disciplinarnos a nosotros.

Miren, yo se los digo, yo como papá ahora, yo veo esta dinámica de Dios conmigo como yo la veo con Lucas ahora mismo. Cuantas veces yo le he tenido que poner a Lucas en time out, porque él se empeña en algo, y yo sé que no es el tiempo para dárselo, más sin embargo él está ahí, y dale y dale, y yo, ah sí, tu quieres? Nos vamos de time out. Y allá empieza a llorar y a pataletear como hacíamos nosotros.

Miren, quién de sus padres, dígame si es verdad o no, quién de sus padres cuando usted le pedía algo y le decía que no, usted… rápido se entrompaba rápido. Y empezaba a pataletear, y empezaba a hablar entre dientes, o se encerraba o se empezaba a dar cabezazos en la pared o algo o lo que sea para que su padre le diera lo que usted quería, ¿verdad?

Yo veo algunos por ahí que tienen chichones en la cabeza. Miren, y ¿Saben qué? Lo más interesante es que yo veo que Dios muchas veces nos trata igual. Es más, hay veces que los padres, para mantener el interés de sus hijos los dejan como quien dice, en standby. Yo no sé si a usted le pasó que cuando usted quería algo y su papá se lo quería dar, pero le decía después. ¿Verdad? Ahorita te lo doy, ahorita no, bueno, el ahorita mío puertorriqueño es como ahorita, más tarde. Pero el ahorita de algunos de ustedes es como que ya, ahora. So, a mí me decían, Omar, ahorita. Y saben lo que pasaba cuando me decían ahorita? Yo me llenaba de esperanza porque ok, me lo van a dar, tal vez no ahora, pero a los 5 minutos, qué pasaba? Yo volvía. Ahora sí me lo das? Después. Ok, volvía seguía haciendo lo mío, jugando por ahí, pero yo sabía en mi mente, ah, lo que yo quiero me lo van a dar. So, a los 5 minutos volvía de nuevo, mami, ya? Ahora? Ya mismo? Ok, ya mismo, ya no es después, ahora es ya mismo. O sea, se está acercando el momento.

Miren, dígame usted si Dios no trata con nosotros igual, que nos mantiene, como quien dice, on the hook, nos mantiene ahí enganchados y nosotros estamos orando, estamos orando, y Dios te puede traer una palabra que esa palabra profética, lo que está diciendo, ya mismo, después, sigue esperando, ya viene. Y usted, va y viene, y usted va y viene, esa es la única forma que Dios tiene para mantenerlo a usted ahí interesado. Porque si se lo da todo, sabe lo que va a pasar? Es más, qué es lo que pasa cuando usted obtiene lo que quiere? Ya, lo tengo, yo quería un teléfono y estaba esperando que me dieran la oportunidad de hacer el…. gratis para no tener que pagar gratis, so, me llegó el …. y todo el mundo corre a la tienda, coge su nuevo teléfono y una vez que lo tiene es como, y qué? Ya lo tengo. Tu querías tu carro convertible, pues, ya lo tienes, y ahora qué? Ahora necesito una compañera al lado para compartir el carro.

Miren, mis hermanos, yo traigo este mensaje de verdad porque para mí esto ha sido algo bien revelador. Yo no estoy tirando por el piso la enseñanza bíblica, yo sé que Dios quiere que nosotros oremos a él, que nosotros pidamos, que nosotros nos llenemos de valor para poder buscar aquellas cosas que él tiene para nosotros, pero cuando no recibimos lo que estamos esperando, mis hermanos, yo creo que Dios no intenciona con ese propósito. Dios no quiere niños consentidos y niñas consentidas, aunque muchas veces lo puede hacer. Hay veces que yo entiendo que Dios me ha consentido en algunas cosas. Pero aún así, Dios también me mantiene en la línea, no todo el tiempo me dice, Omar, esto todavía no va a llegar. Y yo sé que así ha pasado con muchos de nosotros.

Pero miren, nosotros tenemos que seguir buscando. Acaso, miren como dice el Salmo 37. Bruce lo tienes por ahí? El salmo 37 otra vez. Uno de mis salmos favoritos, cada vez que yo lo leo, me inspira, me da nuevas fuerzas, pero miren, como dice el salmo 37? Dice, confía en el Señor, lo estoy leyendo en otra versión, pero dice, confía en el Señor y has el bien. Confía en Jehová y has el bien y habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. Deléitate, aquí está la clave, deleita asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará.

Miren, mis hermanos, la Biblia está llena de todas estas promesas. El mismo Jesús nos enseñó a nosotros a pedir que se nos va a dar, a buscar porque vamos a encontrar, a tocar a la puerta porque tarde o temprano esa puerta se va a abrir. So, ese sentido de pedir, de búsqueda, es necesario, tenemos que insistir en ello.

Pero cuando no se vea la respuesta, cuando no se vea la respuesta al menos como a nosotros nos gustaría recibirla, entonces tenemos que entrar en un proceso de discernir, ok, qué es lo que está pasando aquí? Será que lo que estoy pidiendo no me conviene?, número 1. Será que lo que estoy pidiendo, no está en el tiempo de Dios?, número 2. Será que lo que estoy pidiendo está fuera de la voluntad de Dios y tengo que reajustarme en ese sentido? Y número 4, será que lo que estoy pidiendo, Dios necesita trabajar algo conmigo primero para entonces poderme dar aquello que él quiere darme.

Miren, como dije, aquello que él quiere darme. No lo que yo quiero. Yo creo, mis hermanos, que hoy más que nunca, escuchen bien estas palabra, hoy más que nunca, Dios está llamando a su pueblo a que pueda perseverar en él en sus promesas. Saben por qué lo digo? Porque hoy más que nunca cientos de cristianos, porque no reciben las respuestas a sus oraciones el mundo los seduce fácilmente y terminan yéndose como el hijo pródigo.

Y Dios no quiere que eso pase con su pueblo. Sabiendo que estamos en tiempos finales, hoy más nunca Dios quiere mantener a su pueblo bien unido, bien cubierto, bien protegido, bien nutrido. Dios quiere hacer eso. Pero nosotros como pueblo tenernos que tener eso en mente también. Fácilmente en el mundo en el cual estamos viviendo, cualquiera de nosotros puede ser engatusado por las mentiras del mundo y ponerse a pensar en papas fritas y en hamburguesas. Pero si estamos bien alertas, de poder discernir qué es lo que Dios quiere hacer en nosotros y a través de nosotros, a través de nuestras vidas como una comunidad, como una familia, miren, mis hermanos, ahí es donde está nuestro llamado de poder perseverar.

Es bien fácil tirar la toalla y hacer otra cosa. Es bien fácil poder hacer eso. Pero si nosotros seguimos el ejemplo de Jesús que no tiró la toalla cuando lo pudo haber hecho, más sin embargo se mantuvo ahí con los guantos puestos y aguantó, y a través de su triunfo nosotros estamos entonces donde estamos.

Yo creo que nosotros también podemos esperar en nuestro tiempo, podemos esperar a esas oraciones que no han llegado, que en el tiempo de Dios llegarán. Podemos entonces entender que tal vez que si lo que estoy pidiendo no está en línea con la voluntad de Dios, que entonces yo pueda sacrificar, entre comillas, que yo pueda sacrificar ese deseo, que yo pueda sacrificar ese capricho, que yo pueda sacrificar esa pasión interna, por entonces ajustarme a lo que Dios quiere.

Eso es lo que Dios está llamándonos a nosotros a hacer ahora más que nunca, mis hermanos. Así que yo quiere inspirarte un sentido de esperanza hoy. Yo los miro a ustedes aquí, y yo no sé si algunos de ustedes han sentido como que, para qué seguí orando por esto si no funciona, para qué voy a seguir insistiendo en esto si no llega. Y tu has sentido tal vez como que tu ánimo como que ha mermado, como que ha bajado. Si tu te sientes así hoy, yo creo que hoy es una oportunidad para coger nuevas fuerzas y seguir adelante.

Si tu estabas demasiado centrado en algo y tal vez Dios lo que te está queriendo dejar saber es como que tweak your prayers, ajusta tus oraciones de alguna forma, busca orar en una forma distinta para ver si entonces no vas a ver tu respuesta. Si se te hace difícil cambiar el enfoque de tu oración, pues mira, pídele al Señor que te muestre entonces qué es lo que hay ahí, para que tu oración pueda tener entonces la certeza con la cual Dios quiere que tu le des ….., por decirlo así. Si tu estás en un tiempo donde tu estás tratando de ajustar el reloj de Dios para ajustarlo al tuyo, definitivamente ten bien claro que el reloj de Dios es más importante que el tuyo. Nunca, escucha bien, nunca Dios se deja manipular. Dios es un Dios de amor, Dios responde a sus hijos, pero nunca se deja manipular. Dios sabe lo que hace en su tiempo.

Yo puedo ayunar, yo me puede tirar de cabeza en el piso, puedo caminar por fuego, Señor, estoy haciendo todo esto porque quiero esa respuesta, pero si no está en Dios, me quemé los pies.

Quiero que se pongan de pie, mis hermanos, que vamos a orar. A mi me gusta cuando todo el mundo se queda así bien callado. Yo sé que están reflexionando. Ya yo he aprendido mi lección. Pero hermanos, yo quiero orar por ustedes, esas cosas que yo he dicho aquí, usted sabe dónde usted está, usted sabe qué parte de este mensaje le llega a usted. You know better than me. Usted lo sabe.

Y si hoy usted necesita ajustarse, afirmarse, coger fuerzas, o mire, quién sabe si hasta alguno de nosotros tengamos que pedirle perdón a Dios, quién sabe si alguno de nosotros aquí tenemos que llegar delante de la presencia de Dios y decir, Señor, perdóname porque he sido un hipócrita, he sido un orgulloso. Aún eso, mis hermanos, si tenemos que pedirle perdón a Dios, estas son las oportunidades para poderlo hacer.

Así que yo te animo ahí donde tu estás, tu sabes, tu sabes lo que tu necesitas. Tu sabes cómo este mensaje se aplica a las circunstancias en las cuales tu estás, y Dios te está hablando a ti ahora mismo. Yo lo creo así, Dios te está hablando. No es el pastor Omar, yo sé que es el espíritu de Dios ahora mismo que está redarguyendo tu corazón.

Así que espíritu de Dios, en esta misma solemnidad yo te pido que seas tu operando en los corazones de mis hermanos y hermanas. Permite que ellos puedan recibir de ti hoy la fuerzas que necesitan para poder seguir adelante en su búsqueda de ti, su búsqueda de esa respuestas, de esas peticiones que tanto están anhelando, en cualquier forma que eso se pueda manifestar. Puede ser que estén orando por algún familiar, por alguna situación en el trabajo, alguna situación financiera, por alguna sanidad física, Señor, puede ser que hasta haya alguien que está pidiendo que tu confirmes un llamado en su vida y todavía esa confirmación no ha llegado. Puede ser que están pidiéndote que tu les des algún don específico y ese don todavía no se ha manifestado. Se puede aplicar de tantas formas, Señor, pero yo te ruego que de acuerdo a tu conocimiento sobre la vida de cada uno de nosotros, Señor, que esta palabra cobre vida y que tu traigas convicción sobre nuestros corazones. Trae convicción en nuestras mentes, de lo que tu verdaderamente quieres revelarnos a nosotros.

Señor, si nuestra respuesta no llega porque no conviene, pues, mira, Señor, let it be. Que nosotros no sigamos empujando en algo que tu no nos vas a dar, que podamos entonces re enfocarnos en alguna otra dirección.

Señor, si lo que estamos tratando de hacer es que tu te ajustes a nuestro tiempo, cuando lo que tu quieres es que nosotros nos ajustemos a tu tiempo, mira, Señor, danos la sensibilidad de espíritu para hacer precisamente eso. Si estamos orando fuera de tu voluntad, si estamos pidiendo cosas que no están en línea con lo que tu quieres para nosotros, si estamos pidiendo cosas que no están en acorde con esos planes de bien que tu tienes para nuestras vidas, pues, mira Señor, ayúdanos a discernir tu voz para saber acomodarnos entonces a lo que tu tienes, lo que tu mandas.

Y Señor, si en algunos de nosotros tu lo que estás haciendo es dándonos una disciplina para poder moldear nuestro carácter, para poder moldear la forma en que hablamos con otros, para poder moldear la forma en que pensamos acerca del mundo a nuestro alrededor, o quién sabe si hasta poder cambiar la forma en que nos apreciamos a nosotros mismos, Señor, entonces ayúdanos a recibir esa disciplina porque tu a quien amas disciplinas, porque somos tus hijos, tus hijas, sino fuéramos unos bastardos.

Pero porque somos tuyos, somos tu posesión, somos parte de familia, tu buscas corregirnos. Así que, Señor, sea cual sea la etapa, o la situación de vida en la cual estemos, yo te pido que tu nos hables y que nosotros podamos responder al llamado de tu voz, que sepamos discernir cuáles son tus intenciones, mi Dios, para entonces vivir en esa vida abundante que tu tienes para cada uno de nosotros. Te damos la gloria y el honor, solamente a ti Señor y como decía al principio aunque no veamos la respuesta, Señor, tu pueblo te dice gracias, porque son grandes las cosas que tu has hecho, son grandes las cosas que tu estás haciendo, y son grandes las cosas que tu harás en nosotros, en favor de nosotros y a través de nosotros. Por eso mismo entonces, Señor, te damos toda la gloria y toda la honra, por tu hijo Jesús te bendecimos, Señor. Amén. Amén.