Después del milagro - la persecución

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Capítulo 4, libro de los Hechos, voy a leer solamente los primeros 3, 4 versículos y después seguiremos tratando con lo demás: “… Hablando ellos al pueblo vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo y los saduceos resentidos de que enseñasen al pueblo y anunciasen en Jesús – marque eso en Jesús- la resurrección de entre los muertos…”

What’s wrong with that? Como diría alguien por ahí. Qué tiene de malo eso?

“… Y les echaron mano y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente porque era ya tarde. Pero muchos de los que habían oído la palabra creyeron y el número de los varones era como 5000…”

Vamos a dejarlo allí en el nombre del Señor. Vamos a explorar lo más posible de este Capítulo 4. Queremos avanzar y sacarle el mayor provecho a esta enseñanza. El tema que vemos aquí claramente perfilado es el tema de la persecución en medio del servicio al Señor. Este Capítulo, su mayor parte, nos habla de la persecución que se desata cuando Pedro y Juan hacen la obra del Señor y movilizan el Espíritu Santo a favor de este paralítico que ha estado sentado a la puerta de la Hermosa. Y el Señor tiene un mensaje acerca de eso.

La semana pasada vimos a Pedro lleno del Espíritu Santo, fogoso en el espíritu, aclarándole a esa multitud que se ha reunido para contemplar este milagro de este hombre que tiene 40 años paralítico y que de momento está saltando, alabando, gozándose, declarando las grandezas del Señor. Ellos lo han visto tirado en el piso, todo el tiempo mendigando y ahora ven un hombre fortalecido por el espíritu, tan lleno de asombro.

Pedro, dirige la mirada de la multitud hacia Cristo. Le dice, nosotros no tenemos nada que ver con esto en un sentido, es el Señor, esto se ha hecho en nombre de aquel a quienes ustedes crucificaron. Él es quien ha hecho esa obra, su autoridad y su poder y Dios ha usado esto para mostrarles que él es el Hijo de Dios, él es el ungido de Dios. Quitaron la mirada de sí mismos y la pusieron escuetamente sobre Jesús, como debemos hacer nosotros siempre. Invitar a la gente a mirar.

Cristo dijo que es preciso que el Hijo del hombres sea levantado para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. En nosotros no hay poder, todo el poder está en Cristo Jesús. Amén.

Y de momento todo está muy bien, la gente está feliz, Pedro ha hecho un llamamiento y se ha convertido una cantidad inmensa de gente y Pedro dice, guau, de aquí me van a poner como presidente de la nación en cualquier momento. Pero qué pasa? Llega la policía, llegan 3 policías estatales de 300 libras cada uno, 6,5 y lo cogen y lo levantan y lo llevan en el aire a la cárcel. Qué ha pasado? Persecución, la ira del enemigo.

Hermanos, yo digo aquí que después de la bendición y el milagro, después de la cosecha de las almas viene la persecución, y aquí en ese Capítulo 4, se introduce un tema recurrente en el libro de los Hechos: la persecución que acompaña a la predicación del Evangelio, dondequiera que el Evangelio es proclamado con poder, eficacia, dondequiera que la gente se esté convirtiendo, dondequiera que la palabra de Dios está siendo anunciada con claridad, el Espíritu Santo se esté moviendo, se esté avanzando en contra de las fuerzas de las tinieblas, el diablo no va a estar contento y va a arrojar su furia contra la iglesia de Jesucristo.

Usted sabe cuándo el diablo se queda tranquilo y no hace nada en nuestra contra? Cuando nosotros no hacemos nada en su contra. Cuando hay una iglesia entretenida con ritual de la religión, ir a la iglesia los domingos, hacer lo que hace siempre la gente religiosa, no se afecta la cultura, no hay cambio, vidas no se convierten, Dios no hace milagros, el Espíritu Santo no se manifiesta, el enemigo no tiene que hacer nada. Ahora cuando él siente que sus intereses están siendo amenazados por una iglesia que se ha puesto las pilas, por gente que está viviendo el Evangelio al rojo vivo, por gente que ama a Dios por sobre todas las cosas, está santificando, están purificando, están conquistando terreno, entonces el enemigo arroja su ira.

Si usted está viviendo una vida que agrada al Señor, no se descuide, sino que fortalézcase. No es que anda asustado tampoco, mirando para atrás para ver si el diablo le va a dar un batazo. No, pero también sabe, guarde sana cautela. Yo digo que los cristianos deben ser como esos policías que andan por la calle pitando, dándole la vuelta a su macana, no? por si acaso. Están tranquilos pero siempre están mirando a ver de dónde puede salir un tiro o alguien que quiera hacerle daño. Y nosotros podemos vivir la vida cristiana muy bien pero saber que el enemigo siempre va a estar tratando de hacer daño a nuestras vidas.

Yo digo aquí que la ira del enemigo se desata cuando el Evangelio progresa como vemos aquí. Cuando los creyentes están cumpliendo con el mandato de Jesucristo, como Pedro y Juan haciendo las obras, deshaciendo las obras del diablo, este hombre atado 40 años, paralítico y ahora viene Pedro y Juan y lo desatan, es cuando entonces el enemigo quiere hacer estragos. El Evangelio siempre progresa en medio de la oposición y el conflicto. La fuerza del infierno y el mundo no se quedan tranquilas cuando sus intereses están siendo cuestionados y opuestos.

Qué pasa aquí? Estos intereses religiosos, los fariseos, los saduceos, la gente que gobierna en el área religiosa sienten que su imperio está siendo cuestionado. Ellos tienen el dominio. Ellos reparten el bacalao, como decimos nosotros. Ellos son los que gobiernan todas esas cosas, la industria de la religión ellos tienen el control y ahora de momento vienen estos renegados, estos rebeldes, no tienen autoridad, no tienen carné de nada, no han ido a un seminario, no pueden enseñar una identificación oficial de nada y están convirtiendo 5000 personas y tergiversando todo lo que ellos han pasado tanto tiempo para adormecer al pueblo y controlar ellos el sistema religioso.

De momento cuando ven que la gente está siendo liberada, sus ojos están siendo abiertos, claro, el diablo, no quiere eso. El diablo quiere una iglesia adormecida, quiere un sistema religioso que mate más bien la fe, y eso es lo que hace que esta gente se abalance contra ellos. Detrás de eso, hermanos, está el enemigo, el enemigo está como estuvo detrás de Judas, como estuvo detrás de Caifás, tratando de deshacer la obra de Dios.

Por eso en Mateo, Capítulo 11, versículo 12 el Señor dice:

“…Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan…”

Yo he hablado acerca de eso antes. En realidad la traducción original en el griego habla de …… es decir, biacetai quiere decir, no solo sufrir violencia sino también hacer violencia. Puede ser activo o pasivo. La idea que Jesucristo dice es que el reino de los cielos avanza con fuerza, avanza con violencia y también lo atacan con violencia.

Ahora, quién entra en contacto con el reino de los cielos? Quién se apodera de él? Quién se apodera de la bendición de ese reino? Quién arrebata lo que Dios tiene para ellos? ¿Saben qué? Los que son igual, de la misma temperatura que el Reino de Dios. El Reino de Dios está hecho para la guerra, hermanos.

Cuando usted busca dondequiera la palabra del Reino de Dios, ese término, y usted verá que se refiere al avance como de un ejército, es una nación, es un reino, es un gobierno. Qué dice Cristo acerca de este mundo? Dice que está gobernado por Satanás. El Príncipe de este mundo. Una y otra vez dice eso. Por eso el Apóstol Pablo también dice, nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo. Una y otra vez dice eso, que el mundo entero está bajo el dominio de Satanás.

Dios le entregó al hombre el mundo y el hombre a su vez se lo ha dejado arrebatar por el diablo. Y ahora, el enemigo, gobierna este mundo y cuando Cristo viene al mundo, viene para romper esas ataduras, viene para romper esas cadenas. Cristo, dice la Biblia, que vino para deshacer las obras del diablo.

Fíjense que siempre el Reino de Dios, el progreso del Evangelio está siempre siendo descrito en términos de batalla, guerra, atar, desatar, romper, deshacer. Qué dice el Señor Jesucristo? Dice que para que uno pueda saquear la casa de un hombre fuerte, recuerdan eso? Qué tiene que hacer primero? Atarlo. Y entonces puede saquear su casa. A qué se refería Jesucristo? Cuál es la casa? El mundo. El mundo está bajo el dominio de Satanás. Y para nosotros arrebatarle almas, vidas, para avanzar los intereses del Reino de Dios, para cambiar la sociedad, para convertir a la gente, para establecer los principios del Reino de Dios, primero tenemos que atar al diablo, tenemos que ser más fuertes que él. Tiene que darse una pelea, una confrontación y entonces podemos quitarle las armas.

Qué pasó aquí? 5000 almas, 5000 hombres además de sus mujeres, familias y la gente a quien ellos le iban a testificar más adelante, dice aquí 5000 varones, hombres, andronios es la palabra en el griego original. Pero y qué de las esposas y los hijos de esos hombres, los familiares que iban a evangelizar. El diablo ve, están saqueando mi casa y por eso envía las autoridades que él controla. Estos hombres que no aman a Dios sino que se aman a sí mismos y el poder que tienen, y los envían para que aprisionen y acallen la boca a esta gente.

Por eso es que Señor Jesucristo dice que Reino de los cielos avanza con violencia y los violentos, es decir, los que son iguales que ese reino, agresivos, por eso hermanos, es que pedirle al Señor, Señor, danos una mentalidad de guerra. Ese pueblo dócil, pasivo, acostumbrado a las cosas, queriendo el agrado del mundo, la aprobación del mundo, esa gente que le gusta la comodidad, que le gusta esa hora extra de sueño, que aman demasiado el televisor, el microondas, la nevera, y todas las cosas cómodas del mundo, entiende? Y las sedas de los vestidos bonitos, y trajes de 3 piezas, ya eso ni se usa, pero lo que sea, hay otros nuevos, usted entiende lo que estoy diciendo, ¿verdad? Esa gente que ama al mundo no tiene comunión con el Evangelio verdadero.

Si usted quiere servir al Señor, si usted quiere hacer las obras de Cristo, usted tiene que adoptar la mentalidad de Cristo. Es que mi reino no es de este mundo, que usted no vive para usted misma, usted vive para Dios, usted lo ha perdido todo, lo ha entregado todo, usted es un terrorista del Reino de los cielos, usted anda por ahí con 4 granadas y un cinturón lleno de explosivos para irse y llevarse a 50 ó 60 con usted para el Reino de Dios. Usted entiende lo que le estoy diciendo, no estoy predicando terrorismo aquí.

Pero los cristianos tenemos que ser peligrosos. El diablo no le interesa ni le molestan esos cristianos todos aburridos y deseosos simplemente de hacer su pastel aquí en la tierra y gozar del mundo a lo máximo. El diablo a quien le tiene miedo es a esa gente flaca, que no come mucho porque está siempre ayunando y orándole al Señor y con los ojos puestos en el cielo. Esa gente le inspira terror al reino de las tinieblas, la gente que ha muerto al mundo, la gente que vive para Cristo. Y contra esa gente él va a lanzar sus dardos, pero Dios es más poderoso, tome coraje, tome valor.

Este pasaje es acerca de eso, de la predicación del Evangelio como un asunto de guerra. El avance de un reino de luz contra un reino de tinieblas y de muerte. Cristo dice, el diablo solo sabe matar, robar, destruir, pero yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia. La Biblia dice que Cristo vino a deshacer las obras del diablo. La Biblia dice que en la cruz Cristo destronó a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente en la cruz del calvario. Todo el Evangelio, si usted mira el Evangelio, usted ve continuamente imágenes de guerra contra las tinieblas y los poderes del diablo. No necesariamente siempre se menciona Satanás, pero él está detrás del imperio de la muerte, y la persecución.

Y en el libro de los Hechos usted va a ver siempre cuando el Evangelio está más poderoso viene el ataque del diablo inmediatamente. Recuerdan cuando Pablo y Silas, lo veremos más adelante, liberan a esa joven que está atada por un demonio de adivinación? La gente se convierte, una gran multitud quiere adorarlo porque creen que son dioses. Pablo predica un mensaje y qué pasa? Ahí mismo vienen los judíos a meterlos a la cárcel. Los meten a la cárcel, los persiguen. Ahora, gloria a Dios que su fe los lleva a adorar al Señor y viene la liberación.

Pero dondequiera usted ve continuamente, cuando Esteban lleno del Espíritu Santo predica ese maravilloso sermón, qué pasa? La gente se llena de ira y el diabla los usa para apedrear a este hombre lleno del Espíritu Santo y qué pasa? Se desata todo el infierno, una gran persecución, los cristianos son usados. Pero qué pasa? Tienen que huir pero dondequiera que van comienzan a predicar el Evangelio y se llenan todas de alrededor del Evangelio.

Porque es que, hermanos, un pueblo de Dios que vive para Cristo, miren, como dice el Apóstol Pablo, ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo futuro ni lo por venir lo alto ni lo bajo, ni ninguna otra cosa creada lo podrá separar del amor de Dios que es Cristo Jesús. Cuando usted lo ha perdido todo por Cristo y usted vive para el Reino de Dios, el diablo le puede arrojar todos los proyectiles que él quiera, y todos usted se los batea de jonrón. La persecución simplemente lo pone a usted más furioso contra el infierno, eso es todo.

Por eso es que tenemos que vivir en el Señor, para bien, para mal, para bueno, es como el matrimonio, en enfermedad o en salud, en pobreza o en riqueza, hasta que la muerte nos separe. Lo bueno es que ni la muerte nos separa de Cristo. Pero usted se casa con Cristo y sea lo que sea ya usted vive para él, usted vive para el Reino de Dios, usted es un muerto en vida en un sentido, sabe? A un muerto no le pueden quitar nada, tampoco le pueden dar nada.

Sabe que usted ni las alabanzas del mundo, ni los prestigios del mundo, ni la gloria, a usted eso lo deja igualito, pero tampoco le molesta. Perdió la casa, gloria a Dios, más se perdió cuando quemaron a Roma. El carro ya se le despedazó, bueno, no te preocupes que como vino ese vendrá otro, el Señor proveerá. Se le muere un ser querido, Dios quitó, como dijo Job.

Hermanos, tenemos que despojarnos de todo, tenemos que vivir la vida para el reino de Dios. La eternidad está por ahí a la vuelta de la esquina. Viva para Cristo. Mi meta es que Dios me saque todo el jugo que pueda antes de yo irme de aquí. Esa es mi meta, hermanos. Y eso debe ser la suya también. Lo demás entrégueselo a Dios. Los diplomas, la profesión, la mujer, lo que sea, los hijos, entrégueselo a Dios, viva para él. Y lo irónico es que más le dará Dios.

Ustedes saben quién es la gente más bendecida y más gloriosa de la tierra? Lo que lo perdieron todo por Cristo ya en su corazón. Dijeron, Señor, ya yo no vivo para mí, como dijo Pablo, ya no vivo yo, más Cristo vive en mí, y lo que vivo ahora, lo vivo para gloria del Señor. Esa es la gente que Dios usa, esa es la gente más feliz de la tierra. Esa es la gente más bendecida porque usted está viviendo para el Reino y el diablo que ruja como quiera, que menee la cola, que le crujan los dientes, mejor, que sufra por malo que es. Usted viva gozoso en el Señor y sirva a Dios, no importa qué, porque el va a tratar, él va a hacer todo lo posible por atemorizarlo, intimidarlo, avergonzarlo, pero usted manténgase firme.

El Apóstol Pablo dice que nos mantengamos firmes y habiendo pasado el día malo todavía estemos firmes. Por qué dice el Apóstol Pablo eso? Revistámonos con toda la armadura de Dios porque estamos en guerra. Y eso es lo que este Capítulo 4 en el comienzo mismo del libro de los Hecho nos enseña y es un tema que va a ver una y otra vez usted en el libro de los Hechos. Cuando el Evangelio se predica con poder, viene la asechanza del enemigo, viene la guerra también, viene la persecución.

Muchas veces va a venir a través de enfermedades, pérdida de trabajo, pérdida de una relación que amamos, situaciones de conflicto en el hogar o en el trabajo, con un hijo, que de momento comienza a causar problemas, un choque en la carretera, cuando yo estaba escuchando a Marcos, metido estaba en la alabanza y entonces alguien le choca por detrás o lo que sea. Hay muchas maneras. El diablo es un desvergonzado, hermanos, él trata de destruir nuestro amor por Dios. Ahí está esa persona recién convertida, buscando de Dios, santificándose, queriendo servir al Señor y viene esa tentación de una manera u otra queriendo apartarla, complicando su vida. Hay manera, el diablo siempre está tratando cuando el Evangelio está haciendo su obra, envía, a veces sus armas pueden ser calientes, a veces pueden ser frías, a veces usa un cañón, a veces usa un puñal, pero él siempre sabe como se las arregla para tratar de tergiversar las cosas. Estamos en guerra, mantenga sus ojos… sed sobrios y velad.

Por qué la Biblia usa tantas imágenes? No es porque estemos paranoicos. Sed sobrios y velad, por qué? Porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar. Eso lo dice la palabra. Tenemos que ser sabios y velar.

Si tu estás sirviendo al Señor, si Dios está haciendo cosas en tu vida, no dejes que el enemigo te quite el gozo. Aún en la iglesia usted va a encontrar, hermanos, el ataque del diablo, un conflicto con una hermanita, una mirada que te dieron que no te gustó, un puesto que no te dieron, que te quitaron, un reconocimiento que no te hicieron, se lo hicieron a otro que hizo menos que tu, un líder que te traicionó o no se portó como debía. Hay muchas maneras, aún en la iglesia.

Miren, quién persigue a Pedro y a Juan? No es Roma, son los judíos, son gente religiosa. El diablo se viste como un ángel de luz, dice la Biblia. Él usa cualquier disfraz, él es un maestro de los disfraces, ni la CIA es tan buena en los disfraces como el diablo, hermanos. Él se puede vestir con la ropa de un profesor de universidad, una modelo un ladrón, un asesino en serie, lo que sea, él usa cualquier disfraz, un fariseo, a él no le importa, él usa cualquier apariencia, un pastor.

Sed sobrio, velad, pídele al Señor sabiduría. Si tu estás viviendo la vida cristiana, mantente alerta porque las circunstancias pueden cambiar, pero detrás está el mismo actor de siempre. Y eso es lo que nos enseña este pasaje. Por eso es que el Evangelio siempre usa estas imágenes de guerra, de combate.

Para predicar el Evangelio con efectividad hay que armarse de esta mentalidad combativa, dispuesta a padecer persecución, a experimentar el desprecio y la oposición del mundo. Hay que saber que estamos en guerra y que el mundo no es nuestro hogar. Hay que estar dispuesto a ser un mártir, lo cual quiere decir, tanto testigo como víctima de persecución.

Sabía usted que la palabra mártir que viene del griego original mártir, así mismo, quiere decir dos cosas: testigo, pero también quiere decir víctima de persecución. Es la misma palabra. Y es muy apropiado porque cuando testificamos de Cristo también vamos a padecer persecución.

Hermanos, yo creo que lo que Dios quiere decirnos a través de este pasaje, todo el Capítulo 4, que Dios me dijo esta mañana mientras yo trataba de extraer la enseñanza para ustedes, es que la mentalidad que adoptemos como cristianos tendrá mucho que ver con nuestro éxito en hacer la voluntad de Dios en la tierra. Nuestra predisposición inicial determinará nuestras acciones en el Reino.

Es decir, Dios quiere que tu te armes desde ahora de una mentalidad guerrera, una mentalidad de despojarte de todo y vivir solamente para Cristo, una mentalidad de Señor, todo lo que tengo es tuyo. El mundo no es mi hogar. Estoy en el mundo pero no soy del mundo. Mi vida te pertenece a ti, para muerte o para vida, yo soy tuyo. Yo voy a predicar tu palabra a tiempo o destiempo. No me importa que me boten del trabajo o lo que sea, pero yo voy a predicar la verdad, yo voy a vivir tu verdad. Entiende?

Ahora, si va a predicar predique en tiempo, no esté cogiendo un sueldo y predicando también. No, trabaje y haga sus 8 horas y cuando usted pueda predique el Evangelio. Pero en todo contexto predique la palabra de Dios y nunca tenga temor de decir lo que usted cree.

Esa mentalidad guerrera, hermanos, lo que yo digo es que tenemos que dejar a un lado la mentalidad religiosa convencional, entiende? La mentalidad de evangélico barato, hermanos, usted es un guerrero, una guerrera del Reino de Dios. Pídale a Dios que nos selle.

Eso es lo que tratamos con estos jovencitos aquí, es lo Dios tiene que hacer esa obra de renovación en sus vidas para cambiarle la mentalidad, sorberles la mentalidad esa de que ama el mundo. El diablo los ha hipnotizado y el diablo ha inventado una cantidad de juguetes y sistemas más poderosos que nunca para matarle la creatividad a esa juventud, para adormecerlos con el sexo, con la promiscuidad, la tecnología, son una tribu armada todos entre ellos, facebook, ha creado una familia más poderosa que la familia de la fe. La familia que esos jóvenes tienen en facebook es más fuerte que su propia familia en la casa. Usted sabe eso?

Sabe que esos jóvenes se están lavando los dientes y mandan un text, me estoy lavando los dientes, y lo escuchan todos sus amigos. Se están comiendo un perro caliente con mostaza, estoy comiendo un perro, la marca Nathan, estoy comiendo un perro caliente ahora mismo, está riquísimo, un hot dog, que bueno. Y todo, están en la clase, la maestra y haciendo texting, enviado a facebook or a twitter o lo que sea. Es increíble. El enemigo los ha ido amarrando y necesitan romper ese hechizo y adquirir una mentalidad del reino. Por eso es que hay enseñarles a pensar como hombres y mujeres de Dios, en nuestras casas, en nuestros hogares, nuestros hijos, hermanos, metámosle, embutámosle una mentalidad del reino para que puedan entrar en lo que Dios quiere para su vida. Y nosotros adoptemos también esa mentalidad guerrera.

Mi deseo, como les he dicho, de predicar acerca del libro de los Hechos es para inducir en nosotros esa mentalidad sobrenatural. Porque ahí es donde está la clave. Ahí es donde uno comienza a crecer y a hacer grandes cosas y a recibir de parte de Dios grandes bendiciones.

La mentalidad del cristiano tiene que ser aguerrida, quiere decir, eso de guerrero, agresiva, consciente de estar en guerra con el mundo, la carne y el diablo. Si se trata de una mentalidad de acomodamiento e integración al mundo y a la cultura, no habrá efectividad y poder espiritual. Conforme a su mente así será su efectividad, conforme a su disposición, así será los provechos que usted le saque al Reino de Dios. Dios obrará a través de un corazón guerrero y un corazón entregado completamente a los intereses del Reino de Dios. Eso es en gran parte el problema con la iglesia moderna en Occidente, en estos países de América, Europa, por eso la iglesia está tan impotente.

La iglesia moderna en muchas partes del mundo ha perdido esa mentalidad de separación, de oposición, de guerra, agresividad, dispuesta a guerrear y a padecer por Cristo. El Señor te está diciendo hoy, hijos de Dios aquí en León de Judá, te está diciendo, si tu me quieres servir, tienes que estar dispuesto a padecer por mí. Si tu quieres ser efectivo en mi reino y si tu quieres que yo te bendiga como yo quiero bendecirte, y tu quieres que yo te cubra de los ataques del diablo, aunque va a atacarte, pero yo te cubriré siempre, estate preparado para estar en guerra con el mundo y adopta una mentalidad guerrera, una mentalidad de separación del mundo. Ama el mundo, sirve al mundo pero no te apegues a él ni pongas tu lealtad en el mundo.

Tu tienes que estar dispuesto a morir por la humanidad pero no dejes la humanidad te controle a ti, no dejes que la humanidad determine tus valores, no dejes que la humanidad te ponga a vivir como ella quiere. No, no, tu eres el líder, tu le dices a la humanidad cómo vivir en el Reino de Dios. Porque Cristo dice, si tu vives una vida cristiana como yo la quiero, el mundo te va a perseguir, no te va a amar.

Qué dice Segunda de Timoteo, Capítulo 3, versículo 12? Búsquelo conmigo, dice:

“…y también todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución…”

Te aseguro una cosa, el mundo nunca te va a amar si tu representas los intereses del Reino de Dios, porque el mundo dice el Señor Jesucristo, no quiere que le señalen sus malas obras. Y si tu vives como Cristo quiere que tu vivas, tu vida va a ser una señal de lo que es el Reino de Dios. Y los que no quieren conformarse a ese reino, se van a oponer a ti. Así que la iglesia tiene que abandonar esa idea de que el mundo nos va a amar, tenemos que ganarnos al mundo. No, usted se gana al mundo predicando el Evangelio y viviendo un Evangelio auténtico. No entregando sus armas para que el mundo lo quiera. El mundo no lo va a amar a usted si usted vive como Cristo vivió. La vida cristiana es una vida de guerra y de oposición al mundo, aunque amamos, de nuevo, yo no estoy diciendo que anden por ahí con una cara de aburrido, de una persona que odia y detesta la vida, siempre serio, siempre aguándole la fiesta a la gente, hablando todo el tiempo solamente de las cosas espirituales. No, Dios quiere que usted sea una persona normal, se ría, que disfrute de la vida pero con una misión clara, como Cristo Jesús.

El Señor Jesucristo iba a una fiesta, iba a una cena pero usted lo ve siempre haciendo el trabajo del Padre, dondequiera que estaba. Y así tenemos que ser nosotros. Gente convencida y clara en lo que tenemos que hacer.

Ahora, mire aquí, quién encabeza la oposición? Dice los saduceos, con el jefe de la guardia del templo, los sacerdotes. Por qué? Porque predicaban la resurrección de los muertos en Cristo Jesús. Ellos negaban, los saduceos era una secta muy liberal, racional, muy entregada a la cultura griega, una cultura muy filosófica, muy racionalista, y por eso negaban la resurrección. Hoy en día, hay toda un ala del cristianismo que niega los milagros, niega los demonios, niega la vida sobrenatural porque se han metido un Evangelio racional y cuando nosotros le predicamos un Evangelio real, un Evangelio de milagros, de prodigios, de santidad, de entrega al Señor, no les gusta.

Entonces, note eso, los que persiguen son esa gente que no quieren que se predique un Evangelio lleno de vida, un Evangelio que libere a la gente de sus ataduras espirituales. Toda la casta directiva de Israel se abalanza contra los discípulos porque sienten que sus intereses están siendo amenazados, y así pasará siempre. Si tu quiere vivir una vida como Dios la manda, a veces hasta tu familia se va a abalanzar contra ti para tratar de apartarte de ese fuego para con el Señor, no se lo permitas.

Vamos un poquito más adelante. Noten la pregunta, más adelante cuando los arrestan, los llevan a la cárcel y los cuestionan, miren la pregunta que le hace los saduceos a Pedro y a Juan:

“… y poniéndoles en medio, versículo 7, les preguntaron, ‘con qué potestad o en qué nombre habéis hecho vosotros esto?’…”

Usted ve algo aquí interesante, esta gente religiosa sabe acerca de lo que es verdaderamente importante en la vida espiritual. Le preguntan qué poder, qué autoridad, con qué nombre ustedes han hecho esto, quién les dio derecho a hacer esto, por qué se sienten ustedes con el derecho de predicar el Evangelio?

Hermanos, porque ellos entienden que las cosas espirituales, las cosas religiosas tienen que manejarse en términos de poder y de autoridad. Hermanos, nosotros tenemos que entender, somos un pueblo que se mueve con combustible espiritual, con poder. El Apóstol Pablo dice, no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.

Dice en otra parte, el Evangelio no consiste en palabras sino en poder de Dios. Nosotros tenemos entender que necesitamos pegarnos a ese poder. Ahora, de dónde viene ese poder, cómo le contesta Pedro a los saduceos. Dice:

“…el Dios de Abraham, en versículo 13, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su hijo Jesús a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilatos, cuando éste había resuelto ponerle en libertad...”

Versículo 16: “… Y por la fe en su nombre a este que vosotros veis y conocéis le ha confirmado su nombre y la fe que es por él ha dado a éste hombre esta completa sanidad en presencia de todos vosotros….”

Pedro pone la mirada de nuevo sobre Jesús. Dice, okay, ustedes quieren saber en nombre de quién, con qué poder nosotros lo hemos hecho? Lo hemos hecho en el nombre y con el poder de Jesús de Nazaret.

Hermanos, la iglesia tiene que cultivar ese apego a Jesucristo y tiene que cultivar esa entrega total a Jesús. Cristo dice, permaneced en mí y yo en vosotros y llevaréis mucho fruto. La iglesia tiene que cultivar ese nombre, ese apetito de poder. Por eso es que nosotros venimos a la casa de Dios y buscamos en nuestro tiempo de adoración, lo que estamos buscando, como enchufar la batería, o mejor enchufar la computadora o el teléfono espiritual a esa batería que nos va a dar poder, nos va a llenar de la fuerza del espíritu.

La vida te va a absorber energía, la vida te va a quitar efectividad, el roce de los problemas y las luchas. Tu tienes que estar continuamente buscando poder, buscando la unción de Dios, buscando la llenura del Espíritu Santo.

Nosotros tenemos que conjugar la vida cristiana en términos de poder y pedirle al Señor siempre, Padre, enséñame cómo acumular poder para yo poder hacer las obras que tengo que hacer.

Es decir, anoche por ejemplo, ayer tarde, larga la historia pero de todas maneras, llegó como las 5 o las 6 de la tarde y yo lo que sentí deseos, mire, ¿Saben qué? Voy a ver un programita de televisión para ver si me distraigo un poco. Pero algo me dijo en mi espíritu, ¿Sabes qué? En vez de hacer eso, ayuna de eso y dedícame este tiempo a mí, y búscame a mí. Mañana tu tienes que estar predicando la palabra. Yo he aprendido algo, que aunque no hubiera sido nada de malo, yo hubiera visto un programa inofensivo, hubiera estado un tiempecito para distraerme. Uno necesita eso también. Pero yo sentí del Señor, ¿Sabes qué? Mejor voy a ayunar de esa comida de entretenimiento y le voy a dedicar ese tiempo al Señor para que mañana la unción de Dios se manifieste más poderosamente en el servicio. Yo soy la autoridad espiritual de esta iglesia, hay otras autoridades, pero yo soy el pastor principal. Y Dios obra a través de esas cosas de poder y autoridad.

Cuando los líderes de la iglesia están buscando el poder de Dios y conjugan las cosas en términos de poder, Dios puede moverse. Hoy ha sido un día glorioso, dos servicios maravillosos, hermanos, Dios se ha movida. No es que solamente se deba a esto, no? porque ha habido una adoración preciosa, pero todo eso tiene que estar unido. Si los adoradores el sábado en la noche se están preparando, o se levantan temprano en la mañana del domingo para buscar la unción de Dios, el que va a dirigir, los ujieres están ahí en sus casas, Señor, llénanos de tu santo espíritu, la iglesia está orando, Padre, unge a los pastores que van a predicar, unge a los que van a adorar, están en la mañana, en vez de estar ahí arropados y con las sábanas, están orando y haciendo guerra espiritual, hermanos, cuando viene aquí es una explosión del poder de Dios, el poder de Dios se manifiesta. El padre, la madre que están teniendo problemas en el hogar, hay dificultad en el hogar, los hijos están fuera del Evangelio, hermano, guerrea en el espíritu, llénate del poder de Dios, llénate de la autoridad de Dios, ayuna un poco más, lee más la palabra, pídele a alguien que ore contigo, busca el poder, porque tu eres un consumidor de poder, estás en guerra. El diablo te va preguntar, qué poder tu tienes? Me estás pidiendo a tu hijo, qué poder, en qué nombre tu lo estás pidiendo? Y tu tienes que saber exactamente a nombre de quién tu vas a guerrear. Con qué poder tu estás viviendo?

Por eso es que estos hombres no saben lo que están preguntando, pero están inspirados en un sentido casi por el Espíritu Santo. En qué nombre están ustedes haciendo esto, con qué autoridad, con qué poder? Gracias a Dios que Pedro y Juan conocían ese poder, dicen, en el nombre de Jesús de Nazaret.

Los músicos que pasen por acá, por favor. Ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha levantado de entre los muertos y le ha dado autoridad y poder. Usted quiere saber en qué poder? En el poder de él. Ese poder que Pedro le dijo al paralítico, no tengo plata ni oro, pero de lo que tengo te doy, en el nombre de Jesús levántate y anda. Ese poder, hermano, hermana, joven, anciano, esposa, ama de casa, trabajador, padre, cabeza de un hogar, ujier, siervo de Dios, persona que dirigen una célula, trabajador, profesional, maestra, tu quieres arrebatarle almas al diablo? Quieres vivir una vida de poder? Busca poder en Cristo Jesús, llénate, vive una vida.

Hermanos, hay que pagar el precio, hay que pagar el precio. Tu quieres ser efectivo para Dios? Tu quieres cubrir a tu familia con tu autoridad, invierte en el reino. Usa tu tiempo. El tiempo es corto, usa tu tiempo adecuadamente, úsalo para llenarte de poder. Oh, aprende a disfrutar de los manjares del Reino de Dios. Pon a un lado, a veces la comida del mundo y di ¿Sabe qué? Me voy a contentar con este manjar delicado del Reino de Dios.

¿Saben qué? En vez de esa película apetitosa e interesante, ¿Saben qué? Voy a decir, tiempo de ofrecerle esto al Señor, Padre, estas dos horas las voy a emplear leyendo un buen libro, escuchando un mensaje o simplemente estar en silencio, darte la gloria a ti. Uf, tengo sueño, queiro dormir. ¿Sabe qué, Padre? En la iglesia hay un servicio, estas dos horas te las voy a dedicar a ti, voy a ir allí para llenarme de poder. Voy a adorarte.

Usted entiende? Hay que vivir al rojo vivo. Para ser un instrumento de Dios hay que pagar un precio, hay que acumular poder. Si usted quiere ser usado, porque usted está en guerra, usted es un guerrero, usted está bajo opresión, el enemigo tiene su nombre y tiene su número y él quiere hacer estragos en su vida, así usted tiene que vivir como un soldado. La espada no puede estar muy lejos de su mano, nunca. La palabra de Dios no puede estar muy lejos de su mente. Usted tiene que estar continuamente renovando las fuerzas porque eso es lo que usted es, su identidad es guerrero. Su identidad es miembro del Reino de Dios que avanza, con fuerza y con vigor y rompe y va a recibir ataques del diablo, y yo soy, parte de ese reino poderoso.

Me explico? Pueblo de Dios, Dios te llama en esta tarde, asume una mentalidad correcta. Quítate la mentalidad de civil y asume la mentalidad de guerrero del reino. Ese cristiano que se rompe por cualquier cosita que le hacen 20 mil pedazos, como es que dicen por ahí? Como un vidrio de Belén. Lo miran y de una vez de deprime, se pone molesto, se ofende, se va de la iglesia, le pone mala cara a los pastores, deja de servir al Señor. Quítate ese vestido, ponte el vestido de una guerrera, un guerrero fuerte, un guerrero que las cosas le resbalan.

Esa persona que tiene un dolorcito de cabeza y por eso no va a ir a la iglesia. Vente a la iglesia con dolor de cabeza y todo, Dios te bendecirá, se te irá el dolor de cabeza cuando estés en la casa del Señor. Esa persona que está triste y deprimida y no siente deseos de alabar al Señor, dile a tus emociones, contrólense y sujétense al espíritu, yo voy a adorar al Señor, te guste o no te guste. Ese esposo, esa esposa que está teniendo problemas en el hogar y dice, por eso no voy a servir al Señor, porque ya se ofendió con Dios porque no le dio la respuesta inmediatamente. Mira, hay que pelear, hay que guerrear, hay que batallar, hay que doblar rodillas, hay que ayunar para conseguir las batallas de la vida y ganar victoria. Lo que tu necesitas te va a costar. Dios no te lo va a dar inmediatamente. Muchas veces quiere que desarrolles mollero espirituales, así que ora más, ayuna más, persiste hasta que Dios te de la victoria, lo que tu estás pidiéndole, pero mantente porque tu eres un guerrero.

La persona que se siente aburrida porque ya es lo mismo, todos los domingos, es lo mismo, ya yo llevo haciendo eso 10 años, me voy a tomar unas vacaciones. No, sigue. Tu eres un soldado, el soldado se disciplina, el soldado marcha aunque no sienta deseos de marchar. El soldado es un soldado 24 horas al día, se sienta contento o no, tu sirves al Señor, tengas ganas o no, tu sirves al Señor, esté aburrido o no tu sirves al Señor. Tengas o no tengas tu le das al Señor. Somos guerreros. Esa es la mentalidad que tu tienes que adoptar. Mentalidad de poder, mentalidad de disciplina, mentalidad de entrega porque estás en guerra. Hay un enemigo que quiere cortarte la cabeza y Dios te ha llamado a ser victorioso. Dios te ha llamado a batearle al diablo de jonrón todo lo que él te tira. Y necesitas el poder de Dios, en qué nombre, en qué autoridad tu estás sirviendo? Estás sirviendo en la autoridad de León de Judá, olvídese. Que si está sirviendo en eso, ahí no hay poder. Roberto Mirando, menos todavía, imagínese. Cristo Jesús, Cristo Jesús, Cristo resucitado, el Espíritu Santo, el poder de Dios. Eso, ahí está el poder. Estamos en guerra, por eso necesitamos poder y la mentalidad del soldado.

Ponte de pie un momento y recibe la unción de Dios, recibe el llamado de Dios en tu vida. Iglesia de Dios, ponte las pilas, iglesia de Dios, ponte el casco del guerrero, iglesia de Dios, ponte las botas del guerrero, ponte toda la armadura de Dios porque es tiempo de batalla, tiempo de arrebatarle al diablo las almas, es tiempo de avanzar el Reino de Dios, es tiempo de lograr cosas para Dios, es tiempo de unificar a tu familia, es tiempo de que tu hogar sea un templo donde more el Espíritu Santo con toda comodidad. Es tiempo de que tu trabajo sea la viña en la cual tu trabajes y traigas vida a Cristo, es tiempo de que la iglesia sea el lugar donde los guerreros se adiestran para la batalla y reciben la palabra que los hace diestros para servir al Señor y hacer grandes proezas para el Reino de Dios. Es tiempo que la iglesia cambie su mentalidad porque son tiempos de guerra, y tiempos de cosecha, y hay que acumular el poder, hay que acumular autoridad, hay que saber que nos movemos en el nombre de Jesús.

Y cuando nos digan en qué nombre tu sirves? Yo sirve en el nombre de Jesús de Nazaret, el Cristo resucitado. ¡Aleluya! Ese Cristo que yo conozco, hemos visto su resurrección. Lo hemos visto, oímos su palabra, yo lo conozco, él ha hecho cosas en mi vida, y ha hecho proezas a través de mí. En qué nombre yo sirvo? En el nombre de Jesús. Bajo qué autoridad? Bajo la autoridad de Cristo.

Iglesia llénate del llamado de Dios. No dejes que se escape lo que tu has recibido hoy. Cuando tu salgas de aquí atesora lo que te han dado, por favor, la mentalidad del guerrero, métela ahí adentro en tu mente, séllala. No permitas que nadie te quite eso. Cultívala cada día, más, más, porque Dios quiere hacer cosas grandes. Son tiempos de cosecha, son tiempos de hazañas, son tiempos de celebración, son tiempos de hacer cosas que serán leyendas en el futuro. Prepárate, pueblo de Dios, paga el precio, paga el precio. Hay mucho que morir, mucho que morir, mucho que matar, mucho que dar, mucho que entregarle al Señor. Hay que morir mucho, hay que ser como el grano de trigo que si no cae a tierra y muere, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto. Te está llamando a morir para vivir. Está llamando a dar para que pueda dar más, a perder para tener y recibir.

Llénate del poder de Dios. Vacíate de todo lo que no sea de Dios para que Dios pueda echar su aceite en ti. Él no va a llenar una vasija llena, va a llenar una vasija vacía con su unción y su poder. Así que, pueblo, recibe el llamado de Dios en tu vida. Padre, levanta tu manos ahora, levanta tus manos y recibe esta palabra es palabra de Dios, es palabra que ha salido del corazón de Dios para ti, pueblo. Y la palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es poder, es unción.

Yo no estoy comunicando información, estoy comunicando energía, estoy comunicando autoridad, estoy comunicando el Reino de Dios a través de las palabras. Es palabra profética apostólica la que yo te doy, pueblo. Recibe en el nombre de Jesús un corazón guerrero, recibe una mente guerrera, recibe una mentalidad sobrenatural, pueblo de Dios, abre tu corazón, abre tu mente.

Padre, abre las puertas grande en la mente de tus hijos ahora mismo para que entre el Reino de Dios en sus corazones. En el nombre de Jesús, créate una iglesia a tu medida, Padre, créate una iglesia que te honre, Señor. Créate una iglesia que traiga agrado a ti, Padre, a tu corazón. Comienza conmigo, Señor, quítanos todo lo barato, lo vil, lo terrestre, Señor, y pon el traje de un sacerdote guerrero, Padre, de príncipes y princesas que caminen con toda la autoridad de tu reino, en el nombre de Jesús, Señor, créate una iglesia nueva y alcanza los que estuvieron esta mañana, los que no vinieron también y llénalos con el mismo poder, Padre, la misma autoridad, en el nombre de Jesús.

Nos ponemos la armadura de Dios, el soldado, el uniforme del soldado, nos lo ponemos en el nombre de Jesús, la guerrera, la princesa con la espada en la mano, en nombre de Cristo. Declaro un corazón aguerrido, declaro una mente de guerrero, una mente agresiva, una mente conquistadora, en el nombre, cámbianos Padre, cambia esta iglesia, Señor, cambia a tu pueblo, Padre, cambia nuestras prioridades, Señor. Oh, perdónanos, Padre, porque amamos demasiado este mundo. Cámbianos, Señor, y danos una mente nueva, una mente renovada, Padre.

Morimos, morimos, morimos, morimos, nos despojamos de todo lo que no sea tuyo, Padre, todo lo que compita con la lealtad exclusiva a Cristo Jesús, a su reino y sus intereses, la eternidad. Vivo para la eternidad, soy de la eternidad, me muevo en la eternidad. Peleo y guerreo para la eternidad. Cristo es mi general, Cristo es mi cabeza, y lo que vivo lo vivo en el nombre de Jesús, en la obra, en la vida de Jesús.

Oh, Señor no nos dejes caer de la altura de este mensaje, sino llévanos cada vez más y `más, más alto, más consagrado, más entregados, Señor, más santificados. Gracias, Señor, te lo entregamos todo, te lo entregamos todo, Señor, te lo entregamos todo, todo, todo, Padre. Poséelo todo, llena nuestros hogares, llena nuestras finanzas, llena cada miembro de nuestro cuerpo, Señor, apodérate Señor de todo y haznos instrumentos en tus manos para gloria de tu nombre, Señor, queremos ser mártires, queremos ser mártires, queremos ser testigos y queremos ser también, si tenemos que morir por Cristo, amén, lo haremos, Señor, pero sabemos que tu nos darás la victoria en todo. Avergonzaremos al diablo y lo derrotaremos una y otra vez, porque nos movemos en el poder y la autoridad del nombre de Jesús.