SERMONES

español christian De Santiago español christian De Santiago

Debemos tener una perspectiva sobrenatural

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Quiero invitarles a buscar en sus Biblias en primera de Corintios, Capítulo 2, y yo quiero continuar con esta exploración de lo que llamamos la vida llena del Espíritu Santo.

Y quiero recordarles, el domingo antepasado creo que fue, sí, el domingo antepasado, estuvimos hablando acerca de las diferencias entre la vida meramente religiosa y la vida en el espíritu, lo que es la religión formal, superficial, y lo que es la espiritualidad vibrante y viva que Dios quiere que nosotros vivamos.

Y ustedes recordarán que yo estuve hablando acerca de que para mí una de las diferencias claves es que la vida formal, religiosa es una vida orientada hacia lo externo, lugares, ritos, personas, enseñanzas, doctrinas. Mientras que la vida del espíritu es una vida hacia lo interior. Usamos a la mujer samaritana como una ilustración y el Señor hablaba de que ‘el que cree en mí, ríos de agua viva correrán de su interior’. Y el Señor le hablaba a ella de que no se trata de lugares de adoración externos, donde hay que ir, ella decía, bueno, nosotros los samaritanos, adoramos aquí y ustedes, los judíos, adoran allá y ¿quién es el que tiene la razón?

Y el Señor Jesucristo le dice, ‘mira, mujer es cierto que los judíos es allá donde se adora, en Jerusalén, nosotros tenemos la verdad, porque hay tal cosa como la verdad, y la doctrina tiene su lugar ciertamente, pero él dice, pero llegará el día en que los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en espíritu y en verdad.

Es decir, no estarán limitados solamente sino que el espíritu estará dentro de ellos y su vida será una vida internamente orientada, donde el Padre habita dentro de ellos, y ellos pueden ir continuamente a esa fuente que llevan dentro. Esa era la idea del pozo, la mujer tenía que ir a sacar el agua afuera, con mucho esfuerzo, como la religión formal, que requiere mucho esfuerzo. Mientras que él dice, yo voy a darte un agua que va a estar dentro de ti, saltará para vida eterna.

Y otra de las cosas que decíamos es que esa religión espiritual, vital, a diferencia de la religión formal, es una fe que depende de una relación con una persona, en vez de con un sistema te creencias. Nada más gráfico que ese momento en que el Señor le dice a la mujer samaritana, cuando ella están hablando del Mesías, y él le dice, ‘ Yo soy el que habla contigo. Yo soy el Mesías’.

Y esta mujer de momento es confrontada con el carácter mesiánico de Jesús y entonces ella se va corriendo transformada. Pasa de ser una mujer solitaria, aislada, trabajando arduamente para extraer agua, cuando tiene una confrontación con una persona real, divinamente dotada, que es Jesús, ella es transformada instantáneamente. Sale corriendo y se convierte entonces en un instrumento de Dios.

Porque es lo que pasa, cuando uno tiene una experiencia vital con Dios, con el espíritu de Dios, con Cristo Jesús, con la persona de Jesús, uno cambia de ser un mero consumidor a ser un productor de vida. y entonces ella corre a su aldea, le comparte a otros de su experiencia y les dice, ‘vengan y vean, quizás este es el Mesías’.

Ellos vienen entonces, se confrontan con Jesús, reciben de él y entonces dicen, ‘¿saben qué? Ahora creemos, no solamente por tu palabra sino porque lo hemos experimentado.’

¿Usted ve? Esa es la vida experiencial, lo que yo llamaría la vida de experiencia cristiana que es tan importante, tan necesaria que nosotros entendamos esas diferencias. Y yo quiero continuar en esta tarde hablando acerca de la mentalidad que Dios quiere que tengamos, una mentalidad sobrenatural.

Digan todos, sobrenatural. Yo quiero hablar de las diferencias entre una mentalidad natural, meramente intelectual y una mentalidad sobrenatural. ¿Qué es mentalidad? Mentalidad es una postura, una forma de mirar las cosas. Alguien diría una cosmovisión para usar una palabra filosófica de diez dólares, una cosmovisión, una forma de concebir el mundo. Otros hablan de paradigmas que son formas de nosotros concebir el mundo, a veces tan profundamente integradas a nuestra sensibilidad y a nuestra psiquis que ni siquiera nos percatamos que está allí. Es como un punto de referencia, es una serie de principios a través de los cuales conjugamos la vida. y son expectativas inclusive que tenemos acerca del mundo.

Por ejemplo, la mente racional científica, meramente lógica cree que el mundo es solamente materia y que todo lo que solamente lo que se puede confirmar por medio de experimentos y por medio de los sentidos es real. Todo lo demás es cuestionable. Esa es una mentalidad secular, es una mentalidad racional, es una mentalidad meramente científica.

Mientras que la mente sobrenatural, la mente espiritual sabe que hay otras dimensiones. Es decir, es una actitud general, y yo quiero hablarles acerca de esa mentalidad que nosotros como cristianos debemos tener a la cual también nos llama la palabra de Dios. Yo estoy cada vez más convencido que mucho de los que sucede en nuestras vidas depende de lo que está aquí en nuestra mente. Dependiendo de nuestra actitud, expectativas, las cosas que asumimos acerca del mundo, será la experiencia que nosotros tengamos en el mundo, inclusive nuestra experiencia con Dios.

Y por eso es tan importante que nosotros establezcamos una plataforma correcta, lo que yo llamaría, una plataforma interpretativa, una matriz de referencia para acercarnos al mundo. Y muchos cristianos entramos al Evangelio pero no hacemos las transiciones adecuadas para poder pensar y poder conjugar y poder computar la vida correctamente.

Ustedes saben que en el mundo de las computadoras está lo que se llama el software. Mire, por ejemplo, Microsoft Windows, es un mundo que está instalado en la computadora y cuando usted prende la computadora y usted activa ese software, ese sistema lo que ese sistema hace es que simplemente, de momento hace posible una cantidad de potencialidades, entonces usted comienza a escribir, abre un documento y comienza a escribir y cuando viene a ver usted puede producir un documento y mientras está escribiendo el documento usted borra, usted quita palabras, transfiere textos de un sitio para otro, borra cosas, etc. lo que hace posible todas esas transacciones específicas es el software, es la plataforma que está rodeando todo lo que usted está haciendo. Cuando usted termina el documento, usted cierra y eso desaparece. Pero lo que hizo posible todos los milagros de ese momento es lo que está detrás, el programa.

Y asimismo pasa, nuestra mente y nuestra cosmovisión, nuestra mentalidad es el programa. Y según nosotros, el programa que tengamos, si es un programa material, científico, lógico, racional, materialista, eso va a permitir solamente ciertas cosas que se den en nuestra vida, porque vamos a restringir nuestra experiencia a esa interpretación. Espero que no esté siendo demasiado complicado, ¿me están siguiendo?

Ahora, si nuestro programa es un programa sobrenatural, amplio, entonces ahí se pueden dar otra cantidad de otras transacciones: milagros, revelaciones, contactos con Dios, visitaciones del poder, fruto en el Espíritu Santo, dones que se mueven en nuestra vida; porque nuestra plataforma es mucho más amplia, mucho más grande, ¿me entiende?

Esta plataforma mide como yo diría unos veintipico de pies, veinticinco pies por 11, 9, 10 pies más o menos, aquí solamente se pueden dar ciertas cosas. ¿Por qué nuestras hermanos danzan allá abajo y no aquí? Porque la plataforma es demasiado estrecha para permitirles danzar aquí arriba. Entonces, aquí solamente se pueden dar un número de transacciones muy pasivas, la gente parada y un poquito de espacio aquí para uno moverse. ¿Por qué? Porque la plataforma limita las posibilidades.

Si esta plataforma fuera de 25 pies de profundo y 30 pies de ancho, se podría danzar, se podrían dan tramas, se podría tener toda una orquesta, hasta un caballo podríamos traer aquí para que se pare en dos patas. Pero como es pequeña, permite solo transacciones modestas, pequeñas. Y eso es lo que yo quiero decir, según tu amplíes tu mundo de expectativas así podrá Dios actuar en él.

¿Cuántos entienden lo que estoy diciendo? Amen. Y por eso es que es importante que nosotros ensanchemos el ámbito espiritual en el cual nosotros nos movemos para que Dios pueda hacer todo lo que él quiere hacer.

Yo creo que el Espíritu Santo está deseoso de entrar en congregaciones enteras, en regiones enteras y hacer estallar el mundo con su poder, pero nosotros muchas veces lo frenamos y decimos, eso no puede pasar. Y a veces Dios quiere entrar e irrumpir en un servicio y moverse y tocar los corazones, y hacer sanidades, y convencer vidas de su poder y de su realidad, pero estamos tan metidos en nuestro patrón, la forma en que creemos que se debe llevar a cabo un servicio que le decimos al Espíritu Santo, ¿sabes qué? Si quieres obrar, obra dentro de este cuadrito que te estamos abriendo. Y el Señor dice, no señor, yo no me limito a los esquemas de los hombres, yo soy mucho más poderoso, más amplio. Y Dios quiere abrir nuestros puntos de referencia, como abre el punto de referencia de este personaje que nos presenta Stephanie aquí.

Dios quiere que haya una experiencia poderosa con él y hermanos, todos estos sermones que hemos estado predicando en estos días están orientados precisamente a ampliar nuestra mentalidad. Uno de los ...... si quieren entrado en el texto para referencia, busquen Primera de Corintios Capítulo 2, versículo 9 en adelante.

Pero déjenme compartir otro texto, ya estoy en el cuerpo mismo del sermón. En Isaías 54, uno de mis pasajes favoritos el Señor le dice a un personaje que es una mujer estéril, le dice, ‘ensancha el sitio de tu tienda, dice, expande tus cortinas, no seas escasa, alarga las cuerdas de tus cortinas y fortalece y ancha tus estacas porque te extenderás al norte y al sur, al este y al oeste.’

Y fíjese que a mí siempre me ha cautivado que lo primero que dice allí, y yo no creo que estoy sobre interpretando el texto, dice ‘ensancha el sitio de tu tienda...’ Está hablando de una tienda de campaña, usando un contexto beduino o nómada, donde mucha gente habitaba en tiendas de campaña. Dice, ‘ensancha el sitio de tu tienda’, y después le dice, ‘expande tus cortinas, alarga las cuerdas de tus cortinas, y tus estacas fortalécelas...’

¿Por qué le dice primero, ensancha el sitio de tu tienda? ¿Qué quiere decir, el sitio de tu tienda? El sitio de la tienda es el espacio donde la tienda va a ir. Uno podría decir ensancha tu solar, ensancha el plot, la tierra. ¿Por qué? Porque si usted quiere poner una tienda, una casa más grande en un lugar, ¿qué tiene que hacer primero? Tiene que ampliar el lugar, ¿sí o no? Usted no va a poner una casa de, digamos, mil pies cuadrados o dos mil pies cuadrados en un solar de 500 pies cuadrados. No le va a caber. Primero tiene que anchar el espacio y es así hermanos, muchas veces si usted quiere tener experiencias poderosas, transformadoras, amplias con Dios, usted tiene primero que ampliar el espacio mental, la expectativa, la mentalidad, la plataforma, la matriz que va a albergar las demás cosas.

¿Pueden decir amen? ¿Entienden? Por eso es que es importante, no estoy hablando mera teoría aquí, estoy hablando de cosas que tienen implicaciones prácticas, muy profundas.

Vamos ahora a Primera de Corintios, Capítulo 2, comenzando con el versículo 1. no voy a tener tiempo para exponerlo todo, pero por lo menos yo creo que ya establecí la base de lo que quiero decir. Este es el Apóstol Pablo escribiéndole a los corintios, dice:

“Así que hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios .....– él está hablando de una visita que hizo a la ciudad de Corinto y él está interpretando lo que él hizo allí cuando visitó esa iglesia de Corinto - .... cuando fui a ustedes para predicarles, para enseñarles, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría...”

Pablo era un hombre extremadamente docto y erudito. Había sido entrenado en toda la esgrima teológica de los fariseos bajo los pies de uno de los grandes maestros de su tiempo, Gamaliel. Pablo tenía un armazón teológico, intelectual muy grande y él podía muy bien, como vemos en muchos de sus escritos, por ejemplo en la epístola a los romanos, él podía muy bien hablar con palabras de sabiduría y podría impresionar a la gente con una complejidad teológica deslumbrante, y podía elaborar sermones muy complejos, con muchos puntos y sub puntos y cláusulas y sub cláusulas, así de hecho muchas Escrituras.

Pero él dice aquí que cuando fue a los corintios no fue con excelencia de palabras o de sabiduría, no porque la excelencia de palabra fuera mala, ni porque la sabiduría sea mala. Ahora, cuando él habla aquí de sabiduría, está hablando de esa sabiduría superficial, meramente retórica, que muchas veces tanto sermón es vestido.

Él dice, yo no fui a ustedes con mucha predicación compleja, dice, “....pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna... – ese ‘me propuse’ es bien significativo, porque quiere decir que él hizo una firme determinación previa, él hizo un propósito de ir allí en una forma bien sencilla - ..... me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo...”

Mire aquí lo que es tan importante esta dimensión.... ¿si alguien puede atender a ese niñito allá arriba se lo agradecería inmensamente ya que me interrumpe un poquito? Gracias, hermanos.

De nuevo, él se propone dos cosas, dice: quise aislar solamente una cosa a Jesucristo y quise presentar a Jesús, porque hermanos, yo les digo siempre esto que la vida cristiana es una vida inmensamente rica y compleja. Yo diría que hay muy pocos sistemas teológicos del mundo, de religiones tan complejos como el cristianismo. Tanto así que se han escrito, yo diría, decenas de miles de volúmenes que tienen que ver con la teología cristiana. el cristianismo es una fe extremadamente compleja, rica en todas las maneras.

Sin embargo, el cristianismo no es una religión de solamente doctrina sino que su verdadero fundamento es una persona, la persona de Cristo Jesús, y su fundamento es una serie de actos, acciones que Dios ha llevado a cabo, que están registrados en su palabra. Por eso yo creo que una gran parte de la Biblia es escrita en forma narrativa, porque relata los hechos de Dios, los actos de Dios.

Los judíos siempre hablaban de los actos de Dios cuando cruzaron el Mar Rojo, cuando fueron libertados del yugo de faraón, cuando Dios los tuvo en el desierto, cuando abrió el río Jordán delante de ellos, cuando venció a las tribus enemigas que habitaban la tierra de Canaán. Eran hechos, eran actos, eran acciones de parte de Dios que luego al interpretarse producen una teología y un sistema de pensamiento pero lo primero es esa experiencia con Dios.

Y yo creo que es muy importante, yo siempre he dicho que, claro que si nosotros necesitamos un marco de referencia teológico, pero ¿saben qué? Muchas veces la gente pone la carreta delante del caballo y entonces muchas veces en la iglesia y en la experiencia de la iglesia, y las iglesias en general y los ministerios, fundamentamos a la gente en enseñanza y en doctrina y lo que producimos son gente con una cabeza bien grande, pero con un corazón y un espíritu muy pequeñito.

Mientras que yo creo, personalmente y esto puede sonar controversial, pero yo creo que lo primero que nosotros tenemos que darle a la gente, proveerle, es una experiencia con el poder y la realidad del Espíritu Santo, del espíritu de Dios. Y cuando la gente es confrontada y quebrantada y desmoronada por el poder de Dios y su realidad, entonces viene la introspección y la interpretación, y el conocimiento.

Pero muchas veces yo creo que en le mundo evangélico traemos a la gente y los fundamentamos en una serie de enseñanzas y de doctrina y entonces lo que creamos, de nuevo es un pueblo que sí es ético, es muy moral y el muy conocedor de ciertas dimensiones, de paso, de la palabra de Dios, pero no tienen una experiencia, no tienen ese poder que necesitan para descabezar al diablo cuando viene a atacar sus vidas, no tienen esa intensidad, esa vibrancia, por inventar una palabra, de la verdadera vida cristiana.

Yo creo que primero, cada día, reflexiono más sobre eso, primero debe venir una confrontación con el poder de Dios y luego debe venir la instrucción que interpreta eso y la enmarca en la manera correcta.

Hay muchos pasajes que yo podría usar de eso. Estuve pensando por ejemplo en un pasaje en el ciego que Cristo sana en un momento dado, el Señor Jesucristo sana a un ciego y ese ciego se encuentra con los fariseos que están celosos de lo que Jesús ha hecho. Este ciego no sabe quién es Jesús en realidad, cuando Jesús lo sana Jesús no le dice, mira, yo soy el Hijo de Dios, el Mesías prometido, ninguna de esas cosas, simplemente sana al ciego. Y entonces, vienen los fariseos y le dicen, ‘da gloria a Dios, confiesa que el milagro que ese hombre hace es por poder demoníaco, porque el diablo le permite hacerlo’. Y el ciego dice, mire lo que dice el ciego, con esa teología instintiva del hombre que ha tenido un encuentro con el poder de Dios, dice, ‘si es de Dios o no es de Dios, no lo sé, pero una cosa sé que yo era ciego y ahora veo’.

Pero lo cosa no se queda ahí. Usted ve, mire hay mucha gente que no puede articular por qué creen en Dios, en términos sistémicos, teológicos, jamás podrán pelear con un teólogo materialista o no materialista porque sino no sería teólogo, pero hay veces teólogos que son materialistas de hecho. El materialismo es una teología, inversa y negativa, pero es una teología. Pero hay gente que quizás no pueden articular sistémicamente en su fe, aunque es muy bueno que lo hagan y puedan hacerlo, pero cuando han tenido un sello del Espíritu Santo y han tenido una experiencia con Dios, nadie los puede mover de eso, puede que se queden tartamudos y frenados en un argumento, pero usted no los puede sacar del hecho de que Dios es real, que Dios lo ha sellado con su espíritu.

Y hermanos, les digo la verdad, yo prefiero ese tiempo de creyente en cualquier momento, aunque también por eso nosotros tenemos clase de discipulado y hacemos tantas cosas aquí en esta iglesia para indoctrinar al pueblo acerca de la verdad de la palabra de Dios porque creemos que es importante,.... estableciendo prioridades. Pero ¿qué pasa? Que cuando dice la palabra, búsquelo después, Lucas 6 creo que es, dice que cuando Jesús se entera, de paso, lo expulsan de la sinagoga a este ciego, le dicen, no puedes volver más a la sinagoga de la ciudad. Y el pobre está por ahí deambulando quizás un poco deprimido y desmoralizado y dice que el Señor cuando supo que lo habían expulsado de la sinagoga va a su encuentro. Qué lindo es el Señor, qué misericordioso, el Hijo de Dios busca a este cieguito ahí, ya no es ciego pero es un ciudadano insignificante pero le interesa ministrarle a este hombre.

Yo creo que vale la pena, busque rápidamente, Lucas, creo que es Lucas 6, creo que es importante este pasaje. Bueno, no voy a perder tiempo, creo que no está ahí, pero el caso es que se encuentra con el ciego y le habla acerca de que lo han expulsado de la sinagoga y él dice, ‘tu conoces al Hijo de Dios’, y él dice, ‘no sé quién es para que yo crea en él’, y Jesús le dice de nuevo, ‘Yo soy el que habla contigo’. ¿Y sabe lo que hace el ciego? Dice postrado delante de Jesús lo adoró.

En otras palabras, aquí hay algo importante y es lo siguiente: fíjese la primera parte fue un encuentro desnudo con el poder de Cristo. No hubo mucha percepción teológica en ese momento pero después del encuentro con Dios, después del efecto sanador de Jesucristo, oigo la Biblia, ahora están curiosos para saber dónde está ¿verdad? Si alguien lo encuentra levánteme la mano y me deja saber. Busque en sus concordancia ciego, por ahí lo va a encontrar.

El caso es que cuando él ha experimentado el poder sanador de Cristo y ahora viene, después de la sanidad y el encuentro viene la interpretación teológica. Entonces Cristo le dice, sabes, el que te ha sanado, yo soy el Hijo de Dios, soy el Mesías’.

Esa es la parte de enseñanza y de doctrina. Y así hay tantos pasajes iguales que vemos ese mismo tipo de proceso. La mujer con el flujo de sangre, sabe que Jesús, hay un poder en él, hay un poder sanador. Ella no sabe que él es el Hijo de Dios, ella quizás ni le importa quién es. Ella sabe que hay un poder de Dios en él y ella se mete entre la multitud, hace una cantidad de cosas para tocar el borde del manto de Jesús. Hay una fe ciega en ella. y cuando toca el borde del manto de Jesús es inmediatamente sanada. ¿Y qué hace el Señor? Se detiene y entonces se voltea hacia ella y le habla y le ministra y le da paz y le dice, ‘tus pecados te son perdonados, vete en paz’.

Y entonces esa mujer puede irse habiendo resuelto su necesidad también emocional. Porque el poder de Dios va primero y después viene el conocimiento, la ministración más entendida de la palabra de Dios.

Yo quiero, hermanos, animarles siempre a cada uno de ustedes a no dejarse abrumar y abrazar solamente por una vida de religión, por lo que usted escucha aquí en la plataforma, o lo que hace la gente aquí arriba, por lo que usted lee, por los libros que usted lea. Hay gente que lee y lee, y lee y no da un paso hacia adelante ni que lo maten. Son consumidores.

Dice el Apóstol Pablo así que hay gente que están continuamente, tienen comezón de oír pero no hay poder en su vida, no hay transformaciones en sus vidas.

Y hermanos, yo les digo una y otra vez la vida cristiana requiere confrontaciones, requiere experiencias con el poder de Dios. y sobre ese poder entonces nosotros procedemos a entender muchas cosas. Yo les animo a una espiritualidad que no se conforme con mera religión que tiene su lugar, gloria a Dios por eso, que es mejor que la gente sea ética y moralmente educada.

Yo creo en un cristianismo moral, ético produce una sociedad ordenada y bendecida, pero qué bueno es cuando esa leña de la teología y de la educación intelectual se prende con el fuego que Dios que baja... cayó el fuego sobre el altar de Elías y hubo transformación en la comunidad.

Yo creo que el poder de Dios en corazones que han tenido con el poder de Dios y la reflexión de la verdad de Dios unidos hacen una combinación atómica, más que atómica, es totalmente, tergiversa el mundo y nosotros tenemos que aspirar a esa combinación poderosa que mezcla esos dos elementos de la vida cristiana.

¿Cuántos dicen amen a lo que estoy diciendo? Déjenme continuar con el texto. Nadie parece que lo ha encontrado, yo lo voy a encontrar, no se preocupe. En algún momento lo encontraremos. No me quiero perder en eso.

Pero vamos otra vez al Capítulo 2 de Primera de Corintios, voy a avanzar porque hay muchas cosas que queremos tocar. Dice,

“....me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a éste crucificado...”

¿Por qué dice Pablo a Jesucristo y no se queda ahí, no pone un punto y seguido, sino dice y a Cristo en su modalidad de crucifixión? Porque nosotros podemos hablar del Cristo resucitado, podemos hablar del Cristo que hace milagros, podemos hablar del Cristo que enseñó a la multitud. Hay muchas modalidades de Jesús pero Pablo aísla una que es el Cristo crucificado.

¿Por qué? Porque cuando nosotros meditamos en Cristo crucificado nos vemos obligados a ver lo divino en una forma que la razón no puede jamás entender. Y Pablo lo que quería era como romper el yugo de la razón, cogiendo el palo y doblándolo en la otra dirección totalmente opuesta. Yo creo que una de las cosas que nosotros tenemos que hacer continuamente con el hombre moderno sobre todo. El hombre moderno tiene una capacidad crítica como ninguna otra generación que ha caminado sobre la tierra, por toda la información que nos llega y por los programas de televisión que vemos muchas veces y la exposición a la diversidad de culturas en las cuales nos movemos en el mundo moderno.

Tenemos una capacidad crítica increíble para comparar, para ver los defectos en diferentes religiones, incluyendo el cristianismo. Y entonces, nos creamos una coraza intelectual, racional terrible que impide que la verdad de Dios pueda penetrar en nuestra sensibilidad. Y yo creo que una de las cosas que los pastores y los educadores cristianos tenemos que hacer es someter a la gente a ejercicios que les rompa esa tendencia, esa adicción a la razón y al intelecto.

¿Entienden lo que estoy diciendo? Tenemos que escandalizarlos para obligarlos a ejercer otra forma de ver el mundo que es la forma sobrenatural. Y el mundo no puede comprender, por ejemplo, el hecho de que un Dios pueda bajar a la tierra, hacerse hombre y dejarse crucificar por las mismas criaturas que él ha creado. Eso violaba la lógica de los griegos, y violaba las expectativas mesiánicas de los judíos y les planteaba a los oidores greco romanos de Corinto un dilema intelectual muy difícil de comprender y Pablo quería destetarlos de la razón. Y por eso presenta a Cristo en su modalidad de crucifixión y dice:

“... me prometí no enseñarles otra cosa ni mostrarles nada sino a Jesucristo y a éste crucificado....”

Es maravilloso, sabe porque la paradoja más profunda del Evangelio es la siguiente, que Jesús en la cruz imposibilitado, maniatado, totalmente debilitado en su poder humanamente hablando, allí llevó a cabo la victoria más grande de toda la historia del universo. Dice que allí el Señor derrotó a los principados y a las potestades. Dice que allí el Señor anuló el acta que nos era contraria de los decretos que había en contra de nosotros. y dice también allí que él exhibió públicamente a los poderes demoníacos y los avergonzó en la cruz del calvario. Todo eso maniatado, débil, imposibilitado. Eso es la paradoja de la mentalidad sobrenatural, el misterio de Dios que solo puede ser entendido cabalmente a través de la mente sobrenatural.

Nosotros tenemos que aprender, hermanos, a pensar en términos sobrenaturales. La persona que aprende a pensar en términos sobrenaturales puede entrar al corazón de Dios, recibe una llave para entender misterios que el hombre intelectualmente preparado no puede entender. Y por eso es que yo les digo, hermanos, aprendan a canjear en la economía del Reino de Dios porque con esa economía ustedes pueden comprar y vender en el mundo del espíritu.

Y aunque usted no tenga gran teología con esa moneda usted va a Júpiter y allá usted puede encontrar el poder de Dios. Usted va al infierno y allí usted puede hablar con autoridad mientras que el hombre material, natural, no entiende las cosas del espíritu. Su mente está imposibilitada y solo puede habitar en el mundo de la materia y del tiempo y del espacio.

Mientras que el hombre, la mujer espiritual navega los misterios del espíritu. Y si Dios le da gracia también puede navegar el intelecto y la ciencia y en todas las demás cosas. por eso Pablo en este mismo pasaje dice lo siguiente, dice en el versículo 14

“... pero el hombre natural no percibe las cosas que son del espíritu de Dios porque para él son locuras y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente, en cambio el espiritual juzga todas las cosas pero él no es juzgado de nadie....”

En otras palabras, el hombre, la mujer que sabe moverse en el terreno del espíritu puede comprender cosas que el hombre natural no puede entender, porque se mueve él en una plataforma muy limitada.

Yo les animo en el nombre del Señor, hermanos, desarrollen hambre y sed de conocer cosas más profundas del espíritu. pablo dice en Primera de Corintios, Capítulo 12:

“... hermanos, no quiero que ignoréis acerca de las cosas del espíritu....”

Lo traducen de los dones del espíritu, pero es neumático, quiere decir las cosas espirituales, la espiritualidades. Dios no quiere que nosotros seamos ignorantes de las cosas del espíritu. hay mucha gente ignorante en el mundo cristiano, hay muchas congregaciones superficiales, hay muchos cristianos que solo sabe navegar las capas más superficiales de la realidad espiritual y Dios quiere que nosotros como buzos podamos entrar en las profundidades de la fe y entender misterios que solo la persona iniciada en las cosas del espíritu puede entender. Por eso el concepto de misterium en la teología cristiana de esas profundidades que solo el iniciado puede tener acceso a ellas.

Y usted no tiene que tener gran teología para hacer eso. Inclusive muchas veces, hermanos, aunque yo amo, entiéndanme bien, yo amo el conocimiento, amo la lectura, amo el intelecto, amo la educación, amo la indoctrinación cristiana, pero lo que estoy diciendo, como Pablo aquí, esa no puede ser la base de nuestra vida cristiana. Esa simplemente es la súper estructura, el fundamento tiene que ser un fundamento espiritual, un contacto con Dios porque eso es lo que le permite a usted tener acceso.

Déjenme darle un ejemplo de esto. La mujer que quebró el vaso de perfume sobre Jesucristo, hay un contraste aquí entre esta mujer y Simón, el fariseo. Simón, el fariseo, es un hombre altamente enseñado en la teología de su tiempo como fariseo al fin conocía muy bien muchas enseñanzas. Era un hombre tremendamente recto, se comportaba bien en el mundo, respetable, docto en la esgrima religiosa, pero ¿qué pasa? Cuando Jesús mismo, el Hijo de Dios, Dios mismo, entra a su casa su entendimiento embotado no es capaz de discernir al Hijo de Dios y le da un trato indiferente, y formal y tibio. Y el Señor calladito deja que Simón, el fariseo, lo descuide y se queda callado.

Pero de momento en esa escena pasiva entra, irrumpe una persona no invitada, un personaje agónico y dramático y se abre paso entre esa distinguida compañía, se tira sobre Jesús, quiebra un vaso de alabastro que contiene un perfume muy caro, quién sabe de dónde lo consiguió esa mujer. Esta mujer es todo lo contrario de Simón el fariseo. Es una mujer poco educada, es mujer, es una mujer de dudoso pasado moral, posiblemente una prostituta, una mujer completamente lo contrario, no educada teológicamente, pero evidentemente había tenido un encuentro previo con Cristo Jesús. El Señor le había comunicado esperanza a esta mujer, había perdonado sus pecados, le había hablado de un Dios que tenía misericordia de ella y que no la rechazaba por sus pecados sino que abría su corazón para que ella tuviera un encuentro con él.

Cristo le comunicó valor a esta mujer y eso cambia su vida, y ella, consumida por una gratitud abrasadora, llega y quiere honrar a Jesús y lo reconoce y lo adora, dice la palabra. Usted no adora a algo que no sea Dios. Esta mujer, yo estoy seguro, que ella no hubiera podido verbalizar la teología judaica y decir, sí, este es el Mesías prometido según lo promete tal libro y que se yo. Ella no sabía nada de eso, pero en su corazón ella sabía que estaba frente a la persona divina, el Mesías. Experiencias.

Pero lo interesante es esto, que Simón, cuya mente está embotada, porque es la mente religiosa que la plataforma es muy pequeñita para entender los misterios de Dios, Simón ve a esta mujer derramar su perfume sobre Jesús, pegarse a él, una mujer de la calle, pegarse a Jesús, abrazarlo y establece una cosa sensual, es algo, hermanos, una de las cosas acerca de la fe espiritual es una fe de los sentidos también, es una fe que incluye la danza e incluye el cuerpo, incluye el grito, incluye las lágrimas, incluye la risa, incluye la saliva inclusive, hermanos.

La fe del espíritu es una fe paradójicamente que abre lugar a los sentidos también, es una fe tremendamente sensual. Esta mujer se pega a Jesús, llora encima de él, unge su cuerpo con sus cabellos, seca las lágrimas que ha vertido con su pelo, lo unge con el perfume caro en la casa, estoy seguro que se llenó del olor de la adoración de esta mujer y Simón, con su entendimiento religioso, pequeño, limitado, embotado, miren lo que él piensa, como Judas cuando ... en otros casos así que pensó, el dinero, oh, cuánto costaría ese perfume, lo hubiéramos podido usar para otras cosas porque la mente religiosa, la mente que no tiene contacto con el Dios verdadero, siempre está pensando en términos materiales, matemáticos o en términos de pura moralidad y de ética barata, superficial.

Y Simón, el fariseo, dice “... si este hombre fuera verdaderamente un profeta, dice, entendería que esta es una mala mujer y no dejaría que se le acercara a él. Y el Señor intuye, sabe los pensamientos de Simón, el fariseo que está a miles de millas de distancia espiritualmente de él. Pero le dice, ‘Simón, ven acá.’

Dos deudores fueron perdonados por un hombre, cuál de esas dos personas tu crees que tendrá más amor hacia el que lo perdonó. Y Simón con su mente intelectual hace una computación lógica, y dice, ‘bueno, al que se le perdonó más, ese va a tener más gratitud’. Y el Señor dice, ‘bien has dicho’. Entonces le dice él, ‘cuando yo entré a tu casa tu no me serviste ni siquiera una Coca Cola, me diste agua y estaba tibia, dice, no me lavaste los pies, lo cual era una costumbre básica para cuando venía una persona de esos caminos polvorientos de Medio Oriente, se le lavaban los pies.

Dice, no me diste un beso, no me diste ninguna marca preferencial, sino que simplemente me diste una entrada formal y cortés a tu casa. Mientras que esta mujer desde que yo entré no ha cesado de bendecirme, no ha cesado de besarme, no ha cesado de derramar su perfume y de ungirme, y te digo algo más, esta mujer lo que ha hecho lo ha hecho en expectativa de mi entierro. Me ha ungido para mi sepultura y te digo algo, que lo que esta mujer ha hecho se hablará de ellos hasta que yo venga de nuevo.

Miren hoy, dos mil años después estamos hablando todavía de lo que esa mujer hizo. La mentalidad sobrenatural de esta mujer le permitió tener acceso a una revelación del espíritu transracional, ella misma no entendía lo que estaba haciendo pero lo estaba haciendo proféticamente. La persona que tiene un encuentro con el poder de Dios puede que no pueda sistematizar lo que cree, pero cree lo que cree y sabe que lo cree, y puede operar en el poder y la energía que da esa creencia y esa experiencia.

Mientras que la mente meramente racional, lineal, numérica es torpe, es como una computadora que solo puede hacer ciertas transacciones, de esas computadoras de hace años atrás comparada con lo que hace hoy en día una. Es más es mucho más que eso, la mente santificada y quebrantada por el espíritu de Dios es una mente que se mueve a años luz y puede entrar inmediatamente a tono con el corazón de Dios.

Por eso los fariseos no podía jamás entender las transacciones que Jesús hacía. Veían a Jesús sanar un sábado y decían, oh, eso no se puede hacer, robóticamente. Recuerdan lo que decía, que a la mente religiosa es una mente robótica, cuadrada, mecánica. Solo opera en cuadros, en ángulos rectos.

Mientras que la mente espiritual es una mente fluida. El Señor cogía eso y decía, hey, tontos, iba a decir otra palabra pero no voy a decirla, tontos, si usted tiene un buey y ese buey está amarrado y tiene que comer y es sábado, ¿usted deja que el buey se muera de hambre? ¿Usted no lo saca? Los judíos le decían, Señor, ¿por qué tu dejas que tus discípulos coman sin lavarse las manos? Y el Señor les decía, miren, olvídense de eso, lo importante es que estén limpios por dentro, eso es lo importante.

Y la mente de Jesús computaba, conjugaba la realidad espiritual, la persona que está llena del Espíritu Santo a veces va a hacer cosas que van a parecer escandalosas a la mente robótica, religiosa, porque a veces Dios te dará un entendimiento que tu podrás entender el corazón profundo de Dios que te permite ir más allá de la mentalidad humana.

Todo eso es bueno, pero, óigame si a mí me dan una nave espacial que puede viajar a miles y miles de años luz, para qué yo montarme un volkswagen. Y eso es lo que Dios quiere que nosotros tengamos, tengamos, mire lo que dice aquí, de nuevo, en el versículo 16: “... porque quién conoció la mente del Señor, quién le instruirá, dice, más nosotros tenemos la mente de Cristo...”

La mente de Cristo, esa es la mente que nosotros tenemos que cultivar. Nosotros la tenemos, dice inclusive, ya está en nosotros. Ya esa mente, si nosotros la ejercemos, esa mente va cada día más y más ayudándonos a entender la realidad del espíritu más y más. Esa mente de Cristo, ese logos que fue lo que construyó el universo, el logos es el principio de cohesión, es el principio constructor de todo lo que existe.

En la mente judía, la filosofía judía el logos era lo que elaboraba todo el universo y le impartía su coherencia. Y ese logos lo tengo yo y lo tienes tú en tu vida, la mente de Cristo. Entonces, la mente de Cristo en ti va a entender la mente de Cristo en él, si usted entiende lo que estoy diciendo. El espíritu de Dios en ti va a poder entender el espíritu de Dios que es él.

Por eso Pablo dice, en el versículo 10, “... pero Dios nos la reveló a nosotros por el espíritu porque el espíritu todo lo escudriña aún lo profundo de Dios, porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en él, así tampoco nadie conoció las cosas de Dios sino el espíritu de Dios....”

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, esa mente mental, racional, legalista, sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. Tu sabes que Dios te ha concedido una cantidad de cosas, una herencia poderosa que tu tienes dentro de ti, un legado, unas propiedades, unos derechos, unas autoridades que tu tienes, unos dictados de poder, unas cartas de autoridad con las cuales tu puedes navegar la vida para recibir sanidad, dar sanidad, bendecir a otros, proclamar el shalom, la paz de Dios en el mundo, derrumbar gigantes, sanar enfermedades emocionales en tu vida, libertarte de opresiones demoníacas y libertar a otros, bendecirte a ti mismo materialmente, profesionalmente, moverte en un mundo de milagros, en un territorio imantado lleno del poder de Dios.

Todo eso está, Dios te lo ha concedido. Ese es el poder de Dios. Y tu no vas a poder entender esas cosas ni vas a poder usarlas hasta que tu no cultives una mente sobrenatural, la mente de Cristo.

Y termino con esto, por eso Pablo, volvamos otra vez al Capítulo 2, los primeros versículos, dice:

“... Y estuve entre vosotros con debilidad y mucho temor y temblor y ni palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del espíritu y de poder...”

Hermanos, la vida cristiana es una vida de poder. Pablo dijo, el Evangelio no consiste en palabras sino en poder de Dios. por más palabras que tu tengas, si no tienes el poder de Dios, si no tienes una vida efectiva en el Evangelio, está faltándote algo bien importante. Por eso yo creo, hermanos, cada día más y más que nosotros tenemos que ser un pueblo de poder, tener una mentalidad de poder.

Por eso Pablo dice, nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades, por tanto vistámonos con toda la armadura de Dios, porque nosotros navegamos un mundo conflictivo, un mundo de oposición, navegamos un mundo donde el diablo tiene agarradas todas las bendiciones de Dios y no las suelta a menos que un poder mayor no lo obligue a soltarlas. Y ese es el poder del Espíritu Santo que está dentro de ti. Tu no podrás recibir y ser bendecido y bendecir a otros, hasta que tu no neutralices ese gigante que se para frente a ti y dice, no puedes tener acceso al poder de Dios.

Pero cuando tu tienes la palabra mágica, tu le dices, apártate en el nombre de Jesús y puedes pasar y entrar y comer de la mesa y beber de esas aguas profundas que Dios te ha concedido y todo eso tú lo puedes saber por medio de la mente de Cristo Jesús.

Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabra de humana sabiduría sino con demostración del espíritu y de poder para que vuestra fe, esta es la culminación de todo, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios. ¡Aleluya!

Gloria al nombre del Señor. Mentalidad racional, natural y mentalidad sobrenatural. ¿Cuál de las dos tu quieres tener en tu vida? ¿Cuál de las dos tu quieres adoptar? Hay que pelear, hay que batallar por eso, hay que romper estructuras anquilosadas en la mente. El mundo se ha encargado de erigir un edificio petrificado que está en nosotros que impide que el poder de Dios pueda fluir a través de nosotros. y yo le pido al Señor, Padre, destruye toda estructura que se levante contra el espíritu de Jesucristo.

El Apóstol Pablo habla de derribar todos los argumentos que se levantan contra Jesús y tenemos que derribar el gigante de la razón mal dirigida que está agarrando Nueva Inglaterra, esta nación y todo el mundo occidental impidiendo que el poder de Dios se manifieste en esas naciones. El diablo se ha atrincherado y ha erigido una estructura intelectual, racional, materialista que impide que el hombre moderno pueda entrar en comunión con Dios, Dios quiere que el hombre moderno tenga contacto con él.

Dios no quiere destruir la humanidad pero se necesita una iglesia que ejemplifique el poder de Dios. Una iglesia que pueda moverse en el poder de Dios y decirle y oponer a ese modelo racionalista, materialista, la realidad y la vida de Dios y decir, miren hacia acá, miren a Dios reflejada en la vida de esta comunidad, miren el amor de Dios, miren la misericordia de Dios, miren la redención de Dios, miren el Dios transforma, el Dios que levanta, el Dios que coge lo humilde y lo pone a habitar en lugares de reyes, mire a Dios que coge al hombre egoísta y lo convierte en un hombre que ama y que perdona y que comparte.

Y cuando el mundo vea ese Dios sanador, libertador, restaurador, transformador, obrando en nuestras vidas, el mundo dirá, hay otro modelo, hay otra alternativa a la razón que me mata y me seca y me corrompe y destruye la imagen de Dios en mí, va a querer ese pan que nosotros estamos comiendo.

Quiera el Señor que esta comunidad, cada uno de nosotros, podamos comer del pan de vida que es Cristo Jesús, comer de su cuerpo, beber de su sangre y salir revitalizado para enseñarle al mundo otro modelo de vida.

Reciba en el nombre de Jesús en esta mañana, reciba gracia de Dios, reciba el reto de la palabra de Dios. Póngase de pie, adore al Señor. Póngase de pie y dígale, Padre, cambia mi mente, transforma mi mente, transforma mi manera de ver las cosas, transforma mi manera de computar el mundo, de procesar la realidad que yo habito y cambia mi plataforma, hazla más grande, más ancha, más profunda, más larga, más compleja, más abarcadora en el nombre de Jesús, yo declaro la mente de Cristo.

Di conmigo, yo recibo la mente de Cristo, el poder de Dios, la realidad del espíritu, los misterios de Dios dentro de mi vida y le pido al Espíritu Santo que me llene, me bautice y me transforme. Renuncio a la mente del mundo y recibo la mente de Cristo, el poder de Dios, el poder del Espíritu Santo en mi vida.

Denle gracias al Señor. Amen. ¡Aleluya! Gloria al nombre de Jesús. Gloria al nombre de Jesús. Mente sobrenatural, mente sobrenatural, eso es lo que Dios quiere para su pueblo. La vida llena del espíritu.

Pueblo de Dios, Dios no te ha llamado solamente a ser un pueblo de teorías, enseñanzas, doctrinas, formalidades, programas, sistemas, todo eso es muy bueno, pero si esa la base, el fundamento de tu experiencia con Dios, estás comiendo la cáscara y echando a un lado el fruto mismo. Cambia tu forma de pensar, cambia el orden de las cosas. Pídele al Señor que te de experiencias en la noche, pídele al Señor que te de revelación, pídele al Señor que el fruto de su espíritu y el don de su espíritu se manifiesta en tu vida. Pídele a Dios que te de poder sobre tus enfermedades, tus neurosis, tus ataduras. Pídele al Señor que te de tus propias historias y testimonios de poder, intervenciones poderosas del Dios que te va a permitir cruzar el río en seco, que abrirá el mar delante de ti, que derrotará al ejército de faraón, que te dejará libre para salir del desierto y entrar a la tierra prometida de Dios, en el nombre de Jesús recibe la mente de Jesús, el poder de Dios, la mente sobrenatural, la actitud sobrenatural, eso es lo que queremos, un pueblo de poder, un pueblo pentecostal, un pueblo del espíritu, un pueblo hambriento para la llenura del poder de Dios, un pueblo que sepa dónde ir a comer y a beber en las aguas del espíritu, que aunque no sea demasiado atractivo según los esquemas estéticos del hombre pero que tenga la belleza de la creatividad de Dios dentro de él o de ella, en el nombre de Jesús declaramos vidas de poder, vidas de transformación, vidas que ejemplifiquen la llenura y la realidad el poder de Dios. Gracias, Señor. Gracias Jesús, te adoramos, Señor, te bendecimos. Gloria a Dios.

De paso, el pasaje es Juan 9 así que para los que quieran estudiarlo más a fondo. Gracias Señor, te adoramos y te bendecimos, Padre. Gracias. Amen.

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No te quedes en la religión formal

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Quiero compartir con ustedes un pasaje de la Escritura. El domingo pasado de hecho, tuvimos al pastor Gilberto Sámano, ¿se acuerdan? Que nos habló de la vida del Espíritu Santo y estamos, continuamos con eso. él habló acerca de por qué es importante el Espíritu Santo y ciertas áreas en que es importante. Y como le decimos, mire, yo no sé, el Señor nos mantiene en ese tema y han venido otros temas, claro que sí, pero yo quiero continuar como, yo siento del Señor que tenemos que sellar esta iglesia con la doctrina del Espíritu Santo, tenemos que sellar a cada uno de nuestros hermanos. Yo te estoy hablando a ti, y a ti, y a ti, y a mí con respecto a la importancia de vivir en el espíritu, de vivir una vida llena del Espíritu Santo. Quiero hablarle a usted hermano, de que la vida cristiana es una vida llena del Espíritu Santo.

Les decía no se si les llegué a decir que me invitaron a hablar en el Gordon College, una escuela que yo tanto aprecio y que amo a esa universidad cristiana y me invitaron a hablar acerca de la vida llena del Espíritu Santo porque hay inquietud en el pueblo de Dios, hay necesidad en el pueblo de Dios, estamos concientes de que no podemos vivir sin la llenura del Espíritu Santo, sin el poder de Dios.

Y yo quiero animar a mis hermanos a cambiar de programa y a darnos cuenta más y más. Yo tengo que yo mismo refrescarme continuamente con esa enseñanza y con esa práctica. Así que yo le pido en el nombre de Jesús este mensaje es para ti, para cada uno de ustedes y vamos a continuar hablando.

Cuando yo estuve predicando en la iglesia Barbara Anne Rossler allá en Puerto Rico, tuve que resumir de lo que he estado predicando aquí en estas semanas y meses y entonces configuré de una manera diferente estas predicaciones sobre el bautismo del Espíritu Santo porque era mucho menos tiempo que tenía y Dios me dio nuevo material y siento que es bueno que lo comparta con ustedes para continuar apertrechando eso. Yo quiero que cada uno de nosotros nos preguntemos, estoy yo seguro que estoy lleno del Espíritu Santo, que soy bautizado en el Espíritu Santo, y que vivo en intimidad con el Espíritu Santo. Y si no, sigamos buscando, vamos a estar orando por ustedes, vamos a estar imponiéndole manos, vamos a estar haciendo todo lo que esté de nuestra parte para entrar en esa dimensión de la vida del espíritu.

Pero hoy yo quiero hablarles específicamente acerca de la diferencia entre la religión meramente formal y externa y la religión del espíritu. La religión estéril, formalista, y la religión del espíritu, ¿qué caracteriza a cada una de esas dos religiones o de esas espiritualidades? Es posible ser una persona muy religiosa y temerosa de Dios pero vivir en una modalidad estéril, farisaica o simplemente superficial, y no tener esa comunicación directa con el espíritu de Dios. Y por otra parte es posible vivir una vida vital, refrescante, viva que refleje esa relación con Dios, con el espíritu de Dios. ¿Cuáles son las diferencias y qué nos dice la Biblia acerca de eso, y cómo podemos entrar en esa dimensión de vida?

Así que pon mucha atención porque yo sé que eso te va a ser de mucha utilidad. Y yo veo estas verdades que voy a hablar reflejadas en un pasaje que se encuentra en Juan, Capítulo 4, un pasaje muy conocido, es el pasaje donde Jesús se encuentra con la mujer samaritana. ¿Cuántos han oído ese pasaje antes o lo han leído? Mucha gente ¿verdad? Ok, déjenme refrescarles la memoria, voy a simplemente saltar algunos versículos y luego continuaremos.

Versículo 7, Juan 4, dice, “... Vino una mujer de Samaria.... –que bueno, tenemos ahí en la pantalla-...... Vino una mujer de Samaria a sacar agua – de paso, antes de continuar. Esta mañana venía manejando hacia la iglesia y vi a un hombre parado en la estación de autobuses o parado en una parada de autobuses en la calle Broadway en Summerville. Este hombre tenía como unos treinta y pico de años, un hombre afro americano, se veía afro americano, bien elegante vestido con su traje varonil, y tenía una tremenda Biblia marrón en su mano. Y guau, eso fue de bendición para mí, porque digo qué lindo que este hombre tan varonil, tan elegante, pero anda con su Biblia en la mano dando testimonio en público. Todo el mundo que pasaba por la Broadway que es una calle con mucho tráfico, podía ver a ese hombres mientras esperaba, porque evidentemente iba a la iglesia. Estaba dando un mensaje con eso. Qué bueno es que nosotros traigamos nuestra Biblia a la iglesia, ¿verdad?

Por eso cuando vi aquí arriba, eso es bueno tener eso, pero eso no es sustituto para que nosotros traigamos nuestra Biblia. Amen. Traiga su Biblia a la casa del Señor. Un soldado no sale a la guerra sin su arma, nosotros nuestra arma es la Escritura, si vamos a la iglesia, traigan su Biblia porque usted va a entrar en diálogo de alguna manera, si en su iglesia se predica, es que también tener la Biblia en la mano, traerla a la iglesia es como algo simbólico, es como que yo soy un hombre, una mujer de la palabra y cuando voy a la sinagoga, quiero llevar mi palabra, quiero llevar mi Biblia conmigo. Eso es lindo porque refleja esa intimidad. Tenga su Biblia, el hombre de Dios, la mujer de Dios es una persona de la Escritura, no puede falta la Biblia en nuestras vidas diariamente. Así que les animo, eso está gratis, ese sermón eso es gratis.

Juan 4:7, “....Vino una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo, ‘Dame de beber’, pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer....”

Saltemos entonces, bueno la mujer le pregunta “... ¿Cómo tu siendo judío me pides a mí de beber que soy mujer samaritana?.... -Porque judíos y samaritanos no se trataban entre sí.- ..... respondiendo Jesús le dijo, ‘Si tu conocieras el don de Dios y quién es el que te dice, dame de beber, tu le pedirías y él te daría agua viva’....”

En otras palabras, el que está delante de ti es tan poderoso que en vez de él pedirte a ti, tu le tienes que pedir a él agua viva que es diferente.

“... Y la mujer le dijo, ‘Señor, no tiene con qué sacarla’.... – ella todavía está entendiendo puramente literal las palabras de Jesús,- .... no tienes con qué sacarla y el pozo es hondo, ¿de donde pues tienes el agua viva, acaso eres tu mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?’, respondió Jesús y le dijo ‘cualquiera que bebiere de esta agua... –es decir, del agua del pozo, física- .... volverá a tener sed, más el que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él o en ella una fuente de agua que salte para vida eterna...’

El Señor sigue estableciendo este contraste entre agua física y el agua espiritual que él da.

Entonces la mujer le dice, la mujer no era tonta, dice “... Señor, dame esa agua para que no tenga yo sed ni venga aquí a sacarla’.... – ella todavía está pensando que él tiene una medicina especial, un agua ahí rara que le va a quitar la sed, ella no entiende todavía espiritualmente lo que le está hablando. - ... Jesús le dijo ‘ve, llama a tu marido y ven acá’, y respondió la mujer y dijo, ‘no tengo marido’, Jesús le dijo ‘bien has dicho, no tengo marido, porque 5 maridos has tenido – guau, esta mujer era una veterana. ¿Cuántos conocer a Yaya Gabor que tuvo como no sé cuántos matrimonios. Eso le va a decir a usted cuántos años yo tengo aquí sobre la tierra, Elizabeth Taylor también, ciertamente.

“.... porque 5 maridos has tenido y el que ahora tienes, no es tu marido, esto has dicho con verdad...”

Esta mujer vivía una vida un poco suelta, libre, inmoral. “... Le dijo la mujer, ‘Señor, me parece que tu eres profeta...”

Gracias a Dios que no trató de esconderse. ¿Cuántos cuando nos señalan nuestras cosas tratamos de esconder nuestros pecados y nos ofendemos y nos ponemos medio arisco. Ella bajó la cabeza y reconoció que él tenía razón.

“..... me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar... – recuerden que ella es samaritana y está hablando de los judíos - .... y vosotros decís que es en Jerusalén donde se debe adorar.....”

Los samaritanos creían que la capital verdadera de la religión judaica estaba en su terreno. Los judíos decían, no, es en Jerusalén y había controversia entre ellos dos.

“... entonces Jesús le dijo, ‘mujer, créeme que el ahora viene cuando ni en este monte -Samaria- ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis porque nosotros adoramos lo que sabemos,... –es decir, los judíos- ..... porque la salvación viene de los judíos, más la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es espíritu y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que adoren’. Le dijo la mujer, ‘sé que ha de venir el Mesías llamado el Cristo, cuando él venga nos declara todas las cosas’. Jesús le dijo, ‘yo soy, el que habla contigo’...”

Gloria al Señor. Vamos a dejarlo hasta ahí, pocas veces, de paso, el Señor se reveló tan claramente a una persona, muy pocas veces fue él tan abierto en su ministerio en decirle, ‘yo soy el Mesías, el que está hablando contigo’, muy lindo ese pasaje.

Ahora permítame volver a desarrollar el punto que les planteé al principio. ¿Cuál es la diferencia entre una religión formal, fría e inefectiva y una religión vital, poderosa, transformadora, llena de vida? ¿Cuál de esas dos religiones le gustaría a usted? ¿Cuántos les gustaría tener la primera religión, la fría, la formal y la inefectiva. Levante su mano. Tengo un buen psiquiatra que le puedo recomendar enseguida.

¿Cuántos les gustaría tener esa religión vital, poderosa y transformadora? Amen. Eso es lo que nosotros tenemos que estar buscando. Yo le voy a ayudar dándole un mapita de cuáles son las diferencias entre esas dos.

Para entender la vida en el espíritu primero hay que entender lo contrario, la vida meramente formal, religiosa. La diferencia yo la voy a resumir en un par de palabras solamente. La diferencia se puede resumir en el contraste entre lo externo y lo interno. La religión formal, fría inefectiva tiene una orientación hacia fuera, hacia lo externo.

Mientras que la religión poderosa, transformadora, vital tiene una proyección hacia adentro, es desde adentro. Esto es una simplificación pero yo creo que se aplica muchísimo.

Otra cosa, la religión inefectiva tiende a ser mecánica, robótica, cuadrada, torpe en sus movimientos y en sus enseñanzas y en sus decisiones, mecánico. Es decir, es algo más bien, no tiene vida. Mientras que la religión del espíritu tiende a ser una religión orgánica, como el cuerpo. Es la diferencia entre un robot y cuerpo humano. Un robot se mueve con movimientos torpes porque está hecho por hombres mientras que el cuerpo humano es totalmente fluido, se mueve, los dedos tienen articulaciones, la muñeca une el antebrazo con la mano y todo está pegado perfectamente y fluye todo. Hay vida. No hay una parte, usted no ve las costuras entre un pedazo y otro sino que todo está perfectamente unido y conectado en una manera orgánica.

Eso es lo que yo quiero mirar aquí en este pasaje, porque todo esto yo lo veo aquí en este pasaje y en un par de otros pasajes que no sé si voy a tener tiempo, más adelante. Entonces, lo religioso está orientado hacia fuera, lo espiritual reside en lo de adentro. Lo religioso es robótico, rígido, cuadrado. Lo espiritual es orgánico, fluido, redondeado.

Cuando en el Nuevo Testamento se habla de la vida en el espíritu, usted sabe que el Apóstol Pablo habla muchas veces de vida en el espíritu le está hablando, recuerde, a judíos sobre todo, y a gente de las religiones greco romanas que solo conocían una religión externa, hacia fuera. Todo eran orientado hacia los templos, hacia las cosas de afuera, los rituales, todo este tipo de cosas. Y entonces necesitaban enseñanza de que el cristianismo era algo diferente. El cristianismo representaba una forma diferente de los hombres relacionarse con Dios.

Mire la diferencia por ejemplo entre cómo era el judaísmo, para que usted vea el contraste con el cristianismo. En el judaísmo había que ir al templo para encontrarse con Dios, uno tenía que tomar su sacrificios y una vez al año llevarlo al templo y allí era donde se suponía donde residía la presencia de Dios, en ese lugar santísimo. Era algo hacia fuera, había que ir a ese lugar externo para encontrarse con Dios.

En segundo lugar, había que ejecutar ritos externos, había que matar corderos, había que prender velas, había que entrar en lugares especiales y consistía en una cantidad de ritos, la levadura que había que buscar en las despensas y todo esto era ritual. Si usted mira las religiones que no tienen una relación vital con Dios dependen mucho de rituales, de apariencias externas, de cosas externas como para recordarle a la gente que Dios está en ese lugar, y si no están llenos de aparato y cosas la gente se siente como que no están entrando en comunión con Dios.

Mientras que la persona que tiene la vitalidad del Espíritu Santo dondequiera puede tener un encuentro con Dios, dondequiera sienta la presencia de Dios, aún en un tapón a las cinco de la tarde en la ruta 93, ahí puede sentir la presencia de Dios.

En tercer lugar, la religión externa judaica dependía de intermediarios humanos. Se necesitaba ese sumo sacerdote que llevara a la gente, que una vez al año entrara al lugar santísimo para ofrecer por los pecados del pueblo. El sacerdote lo hacía todo. La gente simplemente traía sus cositas y se las depositaba al sacerdote para que él se encargara de estar en la presencia.

Recuerda lo que le dijeron los judíos a Moisés cuando la presencia de Dios estaba en el monte y había truenos y rayos y todo, ellos le dijeron a Moisés, no nos mande que vayamos allá, ve tú y represéntanos a nosotros, nosotros nos vamos a quedar aquí, y que el rayo te parta a ti pero nosotros vamos a estar aquí tranquilos y vamos a ver qué pasa. Buena suerte, Moisés.

Había una desconexión entre Dios y el pueblo. Los intermediarios eran... y cuántas veces usted ve eso en las religiones que no son como el cristianismo hay una serie de especialistas que son los que conectan a la gente con Dios. Pero en el Evangelio usted se supone que tenga su conexión directa con Dios. Amen. Usted no me necesita a mí para tener diálogo con Dios, hermanos.

Yo creo que la madurez, mientras uno más maduro se pone en la fe uno es más capaz de procurarse su propia comida. Ahora, eso no quiere decir que no nos congreguemos porque hay algo especial cuando el pueblo de Dios se congrega y compartimos esta comunión preciosa. No somos llaneros solitarios tampoco. Pero se supone que usted tiene una relación directa con el Padre. Amen.

El Espíritu Santo está dentro de usted. Usted puede ir directamente, dice, ‘... acerquémonos confiadamente ante el trono de la gracia por ese camino nuevo y vivo que Cristo abrió a través de su muerte...’

Es decir, la vida espiritual viva no depende de ni un hombre, ni de un grupo de diáconos, ni de nadie. Usted directamente siente esa confianza y esa seguridad para ir ante el Padre, y usted sabe cómo buscar lo que usted necesita. Amen. Usted sabe cómo procurar en el nombre de Jesús su sanidad. Usted sabe cómo buscar cuando un demonio quiere hacer daño en su familia o en su vida, cómo descabezarlo en el nombre de Jesús porque usted tiene relación directa con Dios, usted conoce la palabra de Dios, usted tiene intimidad con Dios.

Mientras que la religión religiosa, todo es alrededor de intermediarios y de gente y de relaciones y de programas, y todo esto, en vez de directamente un cable que te une directamente al trono de Dios continuamente.

Otra cosa también, número cuatro, Dios se veía como que estaba afuera y no dentro del individuo. Ya he señalado eso pero es bien importante que yo aísle eso. En el Evangelio Dios dice que él morará dentro de nosotros. El Señor Jesucristo le dijo a sus discípulos, mire, conviene que yo me vaya, porque antes yo estaba con vosotros, pero ahora voy a estar en vosotros. El Espíritu Santo estará en vosotros. El Señor dice en Apocalipsis, ‘yo estoy a la puerta y llamo y si alguno escucha mi voz y abre la puerta yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo.’ Gloria al Señor.

Sabes que tu puedes desayunar, almorzar y cenar con Jesucristo todos los días. Puedes tener un banquete con Cristo todos los días porque él está dentro de ti y él ha dicho yo quiero tener intimidad contigo. Una cena es la cosa más íntima que uno puede tener con una persona, y sobretodo dentro de uno. Ya la vida cristiana no es acerca de ir a encontrarse con Dios en la iglesia. Olvídate de eso. Dios está contigo, tu vienes con Dios a la iglesia y tú eres un templo del Espíritu Santo. Dios habita dentro de ti.

¿Saben qué? El domingo pasado se me ocurrió eso, que la adoración cristiana es una adoración donde muchos templos pequeñitos vienen a un templo grande para encontrarse y adorar a Dios desde su templo espiritual. Aquí hay ahora mismo cientos de templitos adorando al Señor desde su templo, desde lo que tú eres. El Espíritu Santo está habitando contigo y todos nosotros hacemos un gran templo místico espiritual dentro de este templo físico. Gloria al Señor por su insondable sabiduría.

Entonces, Dios no está afuera sino que está adentro de nosotros. Y finalmente, la religión religiosa, formal es una religión de leyes, de mandamientos, de cosas que hay que hacer por fuera, todo el tiempo hay que estar apaciguando a ese Dios insaciable y ofreciendo sacrificios y cosas y haciendo promesas y prendiendo velas y dando dinero para esto, y poniendo el santo boca abajo para que haga algo. Es continuamente esta cuestión de manipular, de leyes externas, como los fariseos. Cantidad de cosas que tenían que hacer para asegurarse de que Dios estaba contento con ellos.

Mientras que en el cristianismo no es así. En el cristianismo hay una relación personal con Dios. Dios escribe su ley dentro de su corazón, dice su palabra, dentro de tu corazón y habita allí.

Entonces todo esto está ilustrado aquí en este pasaje de Jesús con la mujer samaritana. Vemos en el diálogo entre Jesús y la mujer samaritana un contraste entre esa religión del Antiguo Testamento, la mujer samaritana todavía está en el Antiguo Testamento. Ella es un personaje que vive todavía en el Antiguo Testamento.

Sus personajes son Jacob, y los padres del judaísmo, porque los samaritanos eran una mezcla de judíos y de paganos. Era una mezcolanza tremenda en su religión, pero reconocían muchas de las cosas del judaísmo. Entonces, esta mujer todavía está plantada su pie en la religión externa, la religión institucional y Cristo quiere traerla a lo que él representa: un nuevo pacto, una nueva forma de ver a Dios, un nueva forma de relacionarse con Dios.

Y de paso, déjenme decirle esto, hermanos, cuando yo hablo de religión formal, religión institucional externa, yo no me estoy refiriendo a una denominación. Sabe que es posible ser pentecostal y carismático y vivir en la religión formal, religiosa externa. A nosotros los pentecostales y los carismáticos nos encanta tirarle piedras a los evangélicos que no son pentecostales y carismáticos, y decimos, ellos son religiosos, ellos no tienen el Espíritu Santo, ellos no saben adorar, esto y lo otro.

Pero mire, déjenme decirle, es posible uno ser carismático pentecostal y no tener experiencia con el poder verdadero de la vida en el espíritu. La religión carismática pentecostal puede ser tan religiosa y tan estéril como la religión que no tiene el Espíritu Santo, se lo digo, por experiencia y por lo que yo he observado.

De la misma manera, uno puede en muchas ocasiones no moverse necesariamente en una denominación pentecostal carismática y ser lleno del Espíritu Santo y vivir una vida de relación con Dios. Yo veo mucha gente en las iglesias carismáticas pentecostales que creen que tienen pero no tienen y todos necesitamos buscar más de eso, tenemos que cuestionarnos continuamente. ¿Vivo yo esa vida llena del Espíritu Santo? ¿Vivo yo esa vida que rebosa vitalidad con Dios?

Mire, cómo se da este diálogo, ya estoy entrando en la segunda mitad de todo esto que quiero ya arropar en un momentito. Mire cómo se da ese diálogo entre Jesús y la mujer samaritana y lo que revela.

Vemos este contraste entre el viejo sistema y el nuevo sistema. El Señor comienza usando una imagen que es muy cercana a ella, el agua. Ella ha venido desde su aldea a buscar agua a este pozo central donde toda la comarca se aprovisionaba de agua. Entonces el Señor aprovecha esa imagen del agua para entablar un diálogo con ella. El agua representa vida, ¿si o no? No puede haber vida sin agua. El agua es el elemento más importante para que haya vida y es un elemento que simboliza vitalidad, refrescamiento, sanidad, vida, todas estas cosas están simbolizadas en el agua.

Y el Señor observa a esta mujer mientras él espera que sus discípulos regresen porque fueron a comprar comida al supermarket de la ciudad y era una larga caminata. Mientras él está, yo me imagino al Señor sentado en algún sitio por ahí mirando así, llega esta mujer con su lata y en este caso era una tinaja, y él la está observando y ella coge y mete el agua con mucho trabajo, me imagino que amarró el envase y entonces lo baja y tiene que jalar esa pesada vasija con agua, y el Señor la está mirando y proféticamente él sabe su vida, él sabe el drama que hay detrás de esta mujer, sabe su vida y milagros, todas sus cosas.

Y él dice, mira aquí un candidato para yo enseñarle quién soy yo y sanarla. El Señor quiere tener relación con nosotros. No importa cuál sea nuestra condición. Entonces él se acerca a ella y le dice, ‘mujer dame de beber’. Y ella se sorprende porque él es un judío y es un hombre evidentemente educado, y le dice, ‘¿Cómo tu, siendo judío, me pides a mí? Se sorprende ella. y entonces el Señor le dice, ‘mira mujer, si tu superas quién es el que te dice, dame de beber, tu le pedirías a él y él te daría agua que es diferente a esa agua.’

El agua del pozo era un agua estática, estaba allí muerta, y uno metía una lata y sacaba agua de ella. el Señor quería darle otro tipo de agua, un agua viva, un agua que corriera de adentro. Ella tenía que venir a ese pozo a sacar el agua. Como la gente que está en la religión aunque sea evangélica muchas veces tiene que ir a la iglesia para que le den una inyección de religión para sentirse como que está cerca de Dios pero desde que sale por la puerta, ya comienza a desinflarse otra vez y a secarse. Ya viene arrastrándose el domingo a duras penas para que el pastor vuelva a llenarlo de espiritualidad. Y así se pasa la vida: agua externa. Tenemos que ir al pozo a buscar agua.

Y Cristo dice, ‘mira, yo quiero que tu vivas con el agua corriendo dentro de ti.’ Dios quiere, hermano, que tu vivas en una relación con Jesús, que él te pueda dar el agua que tu necesitas. La religión solo nos puede dar satisfacción por un ratito mientras está dando el pastor a la manigueta y pasando los monitos y las cosas entonces uno se entretiene, se hipnotiza y uno se siente evangélico. Pero después ya cuando pasó el show como que volvemos otra vez a desinflarnos. No hay poder.

Y Cristo quiere que su persona, el Espíritu Santo que al tener una relación con él, al orar, al buscar su rostro continuamente, al tener una vida vital, esa agua esté continuamente corriendo dentro de nosotros. No es el agua externa de la religión, de la iglesia, sino el agua interna de una vida íntima con Dios. Entonces agua interna es lo que Dios quiere para nosotros, no agua externa.

Número dos, el agua externa tiene efectos temporeros solamente. Cuando usted bebe agua al ratito tiene sed otra vez, y el Señor dice, ‘mira, yo quiero darte algo que te satisfaga.’

Yo creo que la persona que hay tenido una relación íntima con el Espíritu Santo y con la vida vital, aunque pase como dice la Biblia por valles de sombra de muerte, siente que Dios está con él o con ella. Hay una intimidad que uno siente continuamente. Puede haber en la superficie de tu vida puede haber tiempos difíciles porque los hay, por qué mentir. Puede haber dificultades, pero uno como que sabe en lo hondo de su ser, yo soy un hijo de Dios, Dios está trabajando en mi vida. Dios está conmigo, Dios me va a sacar adelante y usted continúa su vida cristiana y usted sabe que el Señor está con usted. Y eso le da una paz que no permite que usted se desplome, que no permite que usted ceda a la ansiedad o a la depresión crónica, que no permite que usted ande como una oveja sin pastor, desorientado y neurótico.

El cristiano padece pero el padecer del cristiano que tiene una experiencia con Cristo es un padecer diferente. No es el padecer desgarrador y destructivo y deformador, y debilitante de la persona que no tiene a Cristo. Esa persona tiene una corriente de agua que corre secretamente y le va suavizando sus padecimientos. Muchas son las aflicciones del justo, dice la palabra, pero de todas les sacará el Señor.

Ahora, nosotros sufrimos y padecemos pero no padecemos como los que no tienen a Cristo. Tenemos esa agua refrescante que corre continuamente dentro de nosotros. no es ese estar secos un tiempo y contentos otro tiempo. No, nosotros somos como el camello tenemos una totuma ahí con mucho agua que nos va refrescando continuamente en medio del desierto. Hay una diferencia en eso ¿no?

Entonces la religión solamente llena a la gente por un momento y después viven vidas separadas y neuróticas y tienen que volver otra vez a sanarse y el pastor a imponerle manos y volver entonces a sentir el espíritu de Dios. No, el cristiano está continuamente sanado y ministrado por esa agua que no permite que nos sintamos secos.

En tercer lugar, el esta mujer sacar agua requiere un esfuerzo tremendo. Imagínese caminar kilómetros quizás para llegar a este pozo y sacar agua y ponérsela en la cabeza y volver a su aldea. Que trabajo tan grande, y hacer eso varias veces por la semana seguramente, sino todos los días. Mucho esfuerzo.

Y Cristo dice, ‘mira,’, él está hablando simbólicamente en el espíritu, ‘el agua que yo te quiero dar es un agua que va a fluir de ti’.

Tu vas a ir como hoy hacemos nosotros a la cocina y bum, tu abres la llave y ahí está el agua. Que bueno es cuando usted abre su refrigerador y puede meter el vasito en ese tubito y coger agua fría, agua fresca, agua filtrada. Hoy en día nosotros damos eso por sentado, pero no era así en aquel tiempo.

Entonces, Cristo dice, ‘mira, yo quiero poner el agua dentro de tu vida y que no requiera tanto esfuerzo sacarla’.

Yo creo que eso es uno de los problemas con la vida religiosa, cuánto trabajo le cuesta a la gente sentir la presencia de Dios. Y cuan escaso es. Y muchas veces uno tiene que hacer tantas cosas para sentir la presencia del Señor.

El judaísmo estaba lleno de cositas pequeñitas que había que hacer, y esto y lo otro. Y la religión sin Cristo, sin el poder de Cristo es así, aún hay espiritualidades cristianas que son llenas de esfuerzo y de trabajo y la gente no recibe de Dios lo que necesita porque no saben cómo comunicarse con Dios y tienen que estar continuamente....

¿Cuántos cristianos hay, por ejemplo, que tantos mandamientos y tanta cosa? Por eso es que yo digo, hay grupos religiosos que el vestido, y la medida, y no digo que eso no sea importante pero también se puede exagerar mucho, de un lado o del otro. Pero que el largo del cuello, y que si se pone arete uno, y cuán alto puede ser el moño o no, y si nos teñimos el pelo, si usamos barba, y todas estas cosas. Trabajo, esfuerzo.

Mientras que la persona que tiene una relación personal con Jesucristo, vital, sabe que la vida espiritual no depende de esas cosas, porque estamos en una relación diferente con un Dios que ahora se relaciona con nosotros como un padre se relaciona con un hijo. No quiere decir que no haya momentos de tensión entre el padre y el hijo. No quiere decir que el padre no tenga mandamientos con su hijo, pero hay una relación de confianza. Si se le perdieron las llaves del carro al hijo, él no se queda afuera en la calle durmiendo ese día porque no se atreve a decírselo a su papá. No, va donde su papá y le dice, mira, se me perdieron las llaves. Y el papá quizás le da un pequeño sermoncito pero consigue una respuesta y ya todo se arregló. No hay esa cuestión de esterilidad. Hay una naturalidad que en la vida cristiana que tiene una relación personal con Jesucristo, que es tan importante en ese sentido.

Otra cosa también, la vida espiritual, llena del Espíritu Santo es muy diferente en este sentido que la vida religiosa es una vida de enemistades y de controversias, mientras que la vida espiritual cristiana es una vida de gracia y de misericordia para con los demás.

Déjenme explicarles un poquito más. Mire el mundo ahora mismo cuántas pugnas religiosas hay en el mundo. En el islamismo ahora mismo hay tantas luchas entre chiítas y sunitas, se matan unos a otros continuamente. Y ahora traigamos eso al cristianismo. En el siglo XVI y XVII se dieron en Europa algunas de las guerras cristianas más terribles que usted se puede imaginar. Murieron cientos de miles de gentes cristianos matándose unos a otros. ¿Por qué? Porque era una religiosidad externa. No había una religión del Espíritu Santo era una religión de denominaciones, de creencias, de doctrinas. Desgraciadamente cuando vino la reforma protestante, también vino una pugna religiosa tremenda de doctrinas y la gente se mataba por eso. Porque el cristianismo debe ser acerca de doctrina, debe ser acerca de relación personal con Jesucristo.

La doctrina viene después del encuentro con Dios, recuerde eso siempre. Y hay mucha gente cristiana que cree que primero es la doctrina, la enseñanza, todo eso y después el encuentro con Dios. a la gente hay que facilitarle un encuentro con el Espíritu Santo y cuando están curados con el Espíritu Santo entonces se les debe enseñar cómo relacionarse con Dios y con el Espíritu Santo. Nosotros estamos continuamente poniendo la carreta en frente del caballo y lo que estamos creando muchas veces en las iglesias son gente con una cabeza inmensa, llena de doctrina y de teología y de enseñanza religiosa, pero con poca experiencia de la presencia de Dios. y por eso entonces, están continuamente tirándose piedrecitas unos a otros.

Esta mujer le dice a Jesús, ‘Señor, nosotros decimos que es aquí donde se debe adorar a Dios y ustedes dicen que es allá en Jerusalén’. El Señor le dice, ‘mira, aparte de todo eso, viene el día en que los verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, no se tratará de un templo, otro por aquí, que un monte allí, que ir allá a hacer una promesa. No, la presencia de Dios va a estar en el espíritu dentro de uno.’

Usted ve, cuando un cristiano tiene ese sentido de la presencia de Dios, tiene un discernimiento tremendo y le da gracia a los demás. Mire la pugna, por ejemplo, quiero hablar acerca de los evangélicos también, los cristianos, en Irlanda se han matado miles y miles de católicos y protestantes, luchas armadas, terribles. ¿Por qué? Porque no hay un verdadero discernimiento de la vida del espíritu. Es vida religiosa, es vida de doctrina, gente que no ha tenido un encuentro directo con el espíritu de Dios y por eso se matan unos a otros, porque la persona que tiene una experiencia con el Cristo de amor y de misericordia, con el Cristo vivo nunca va a matar, nunca va a oprimir, nunca va a explotar a otro. Eso yo lo puedo decir con toda confianza.

En este país por qué esclavizaron al negro, por qué hubo tantos años de esclavitud y de opresión contra seres humanos. Porque era una religión cultural, una religión donde la gente no se le predicaba la palabra de Dios, una religión simplemente religiosa, valga la redundancia. Donde hay un entendimiento de la persona de Jesús, las enseñanzas de Jesús yo no veo jamás que se pueda esclavizar u oprimir o matar a una persona o torturarlos como hizo la inquisición en el siglo XV y XVI en España, porque no hay un entendimiento de la palabra de Dios, no hay un entendimiento del Espíritu Santo.

Por eso, hermanos, nosotros tenemos que renovar continuamente nuestro entendimiento del espíritu de Dios para no estarle tirando piedras a los otros porque no hacen lo mismo que nosotros hacemos, porque no practican las cosas exactamente como nosotros las hacemos.

El hijo de Dios es una persona llena de gracia, es conocida por su simpatía, por su sonrisa benévola, por su carácter reconciliador, por su amor por los demás, no por estar simplemente, tu eres esto, tu eres lo otro, yo soy esto, yo soy lo otro. Yo rápidamente puedo saber cuando una persona tiene la vida del espíritu por esa actitud benévola, esa actitud misericordiosa, esa actitud reconciliadora en su corazón. La persona que tiene el espíritu de Cristo tiene ese mismo espíritu benévolo, no está estableciendo diferencias continuamente. Hay una aridez en la religión estéril que se identifica rápidamente y nosotros tenemos que buscar ese respirar del amor de Dios en nuestras vidas. Si no tenemos el fruto del Espíritu Santo estamos bien, bien perdidos.

La vida cristiano espiritual es una vida de reconciliación y de amor y de perdón, y de misericordia, aunque tiene su aspecto también de justicia y de santidad. No sé si me estoy explicando. Pueden decir amen, ¿están ahí todavía? O ya se me durmieron todos.

Ya yo voy cerrando, hermanos. Esto es importante. Lo que estoy tratando de hacer es ayudarlos y a mí también a identificar dónde estoy yo, los puntos de referencia de mi vida.

Otra cosa también, la religión espiritual y la religión externa, la religión estéril, en la religión estéril hay ataduras continuas en la vida de la persona. La religión externa no tiene poder para libertar al hombre de sus ataduras, por eso es que necesita continuamente estar yendo a que lo perdonen y está continuamente con rituales y cosas porque se siente sucio, se siente atado.

¿Cuánta gente atada hay en las iglesias evangélicas? Cuánta gente que tenemos cantidad de cosas que no logramos romper, estamos neuróticos, atados, estamos con ataduras de todos tipos y las tenemos y decimos, bueno, yo me voy a morir así porque no puedo romper esto, no puedo romper lo otro.

Hermanos, yo creo que en la religión vital de Cristo Jesús hay poder para romper cualquier cosa que te esté atando, sea depresión, sea ansiedad, sea rencor, sea baja autoestima, sea heridas del pasado, sea una dependencia de alguna droga o el alcohol o la pornografía o lo que sea, el Señor Jesucristo vino para romper las ligaduras de muerte. Y si nosotros vivimos atados a estas cosas entonces estamos desperdiciando el agua de vida que puede romper estas cosas. No te sometas a nada, como dice el Apóstol Pablo, no me someteré a nada excepto a Jesucristo.

Pero no permitas que nada te esclavice ni te mantenga atado en tu mente. Cualquier cosa que contradiga la paz de Dios y el propósito de Dios en tu vida, señalado, nómbralo y dile, a ti te voy a cortar la cabeza aunque sea dentro de un año o dos años, o lo que sea, pero yo voy en esa dirección. Porque la vida cristiana es una vida de continua restauración, continua transformación, continua renovación. Nos vamos renovando de día en día, dice la palabra del Señor, mirando cara a cara el rostro del Señor nos vamos pareciendo más y más a él cada día.

Entonces, siempre y cuando tu estés creciendo, estés progresando, las ataduras del diablo se estén aflojando en tu vida, haya progreso, haya crecimiento, tu puedes decir, yo estoy donde debo estar. Porque muchas veces la transformación no se da de la noche a la mañana, pero tenemos que ir hacia ella.

Muchos cristianos están patinando en el mismo lodazal toda su vida sin progresar ni una pulgada. El hijo de Dios tiene que ir continuamente yendo hacia adelante si está en la vida del espíritu.

¿Cómo yo veo aquí? Esta mujer estaba atada, su religión no la podía desatar de su vida inmoral, 5 hombres antes con quien había vivido y ahora el sexto, que no era ni siquiera su marido. Una mujer atada. Algunos dicen que por eso llegaba a esa hora del día para estar sola porque las demás mujeres quizás no querían tratar con ella. el Señor siempre tuvo misericordia de esa gente y por eso le dice, ‘mira, yo tengo un agua que te va a limpiar, te va a sanar, te va a romper esas ataduras’.

La Biblia dice que la unción pudre el yugo, dice la palabra del Señor. Esa agua pudriendo esa soga que te está atando y trae liberación a tu vida. Busca liberación en tu vida, no importa cuál sea el área de tu vida en que tu tienes, si Cristo está contigo tu puedes romper toda atadura en todas estas cosas, dice el Apóstol Pablo, somos más que victoriosos. Amen.

Hermanos, que esto sirva para instruirte a ti y a mí. No nos conformemos con decir, oh, yo voy a una iglesia pentecostal, pero ¿está el Espíritu Santo dentro de ti? Esa es la pregunta más bien, ¿está el Espíritu Santo saltando dentro de ti? Hay vida del espíritu, hay gozo, hay discernimiento de la voluntad de Dios en tu vida, hay buenas relaciones entre ti y los demás, hay constancia del sentido de que Dios está conmigo y que yo tengo una relación con él, hay un sentido de independencia de los hombres y de la iglesia y de los pastores Porque tu sabes que tu tienes una relación personal con Cristo y que dondequiera que tu estés, él está allí para resolver tus necesidades y tus problemas. Esa es la vida del espíritu a la cual yo te quiero llamar en esta mañana. Amen.

Recíbela en el nombre de Jesús. Di, Señor, yo quiero eso para mi vida. Yo quiero vivir en la vida del espíritu, Señor. Y ojalá que esta iglesia sea una iglesia siempre donde la presencia del Espíritu Santo se deje sentir, donde mucha gente caliente en el espíritu esté aquí. Que esta no sea una iglesia donde impere el programa, donde impere la formalidad. Tenemos que romper eso, hermanos, en el nombre del Señor, y tenemos que dejar que el espíritu respire en nuestras vidas.

Usted ve, tenemos que dejar de... yo entiendo eso cada vez más y le pido al Señor que me ayudo cada vez más a ser más y más libre en el espíritu. Ayer estuve oficiando en una boda en el norte de Boston, gente muy bien educada, muy apropiada, una iglesia muy formal y cuando íbamos a comenzar yo me sentía tenso. Y saben cómo son las bodas a veces que la gente como que está un poco tensa si va a salir todo bien y Dios me movió a hacer algo que nunca he hecho antes en mi vida.

Imagínese un ambiente así bien formal, y yo dije, Can I hear a praise the Lord. Y la gente se quedó como así de momento. Eso fue antes de comenzar la ceremonia porque yo sentí como del espíritu romper esa tensión que había y entonces la gente como que se despertó y praise the Lord. Y se despertaron un poquito.

Entonces dije, mire una boda es un tiempo para regocijarnos y para celebrar. Es que a veces tenemos que romper el frío. Usted sabe cuando usted mete una botella de algo en el freezer, al ratito hay como una capita que se pone por encima, que se está comenzando a congelar todo, pero esa capita impide que haya movimiento hacia arriba y eso pasa a veces con la religión.

La religión si usted no se cuida, la gente viene a la iglesia domingo tras domingo y es lo formal, el programa, siempre lo mismo. Nos sentamos en el mismo lugar, adoramos de la misma manera, los mismos coros, el mismo movimiento, todo siempre lo mismo y nosotros tenemos que cambiar el programa, hermanos, tenemos que venir a la iglesia a hacer un poquito de desorden de vez en cuando. Amen. Y dejar que el Señor se mueva como él quiere en nuestras vidas y decirle, Señor, ayúdanos a vivir una vida más en el espíritu. Amen.

Póngase de pie, vamos a hacer un poquito de desorden en esta mañana, amen. Alabe al Señor y glorifique. Pasen aquí al frente un momentito, vamos a adorar al Señor. Vengan dos o tres aquí, pase por aquí, salga de su banca y haga un poquito de ¡desorden y movámonos un poquito y venga aquí al frente y dele gracias y diga, Señor, yo quiero ser un hombre, una mujer del espíritu. Dígale al espíritu algo bueno, invite al Señor a moverse dentro de su vida ahora mismo.

Pase por aquí y adore al Señor. Tome un momentito para orar y darle.... vengan bien adelante, venga, si va a venir venga bien adelante aquí. Amen. Y dele gloria al Señor un momentito, aunque sea simbólicamente vamos a romper el orden del servicio y dígala a alguien algo, salude a alguien, venga por aquí, venga... llenen este lugar.

Hermanos, eso es lo que hay que hacer. Esta es la espiritualidad que Dios quiere. Es una espiritualidad viva en el nombre de Jesús. Rompa el espíritu religioso en el nombre de Cristo en esta mañana. ¡Aleluya!

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La vida del espíritu es una vida que fluye

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Quiero ahora invitarles a ir a la palabra del Señor. No creo que se me olvida nada de momento. Vamos a continuar, yo había determinado ya terminar esta serie dentro de una serie mayor que quizás ustedes ya se hayan olvidado cuál era la serie mayor, sobre verdades fundamentales de la vida cristianos, y entramos en este asunto del Espíritu Santo y ahí nos quedamos.

Estaba mirando mis notas y comenzamos en septiembre a hablar del bautismo del Espíritu Santo y la vida del Espíritu Santo, la llenura y todo esto. Y entonces me invitaron a Puerto Rico donde estuve predicando en la iglesia Barbara Anne Rossler y me invitaron a hablar acerca del bautismo del Espíritu Santo y la vida llena del Espíritu Santo, porque ellos habían visto algunos de los programas de León de Judá y les gustó ese tema para su congregación. Y en realidad como tenía que apretar todo en 5 intervenciones, creé cosas nuevas, diferentes, empacando algunas cosas de las que había tocado ya, pero en una manera diferente y siento del Señor compartir con ustedes esto que va a ser material nuevo de todas maneras.

Y yo creo que Dios está usando este tiempo en la vida de León de Judá como para sellarnos y apuntalar esta doctrina del Espíritu Santo para que toda nuestra congregación quede muy, pero muy grabado en sus corazones de la importancia de ser un pueblo lleno del Espíritu Santo, del poder de Dios, un pueblo con una visión sobrenatural, que es tan importante. Y yo sé que no va a haber redundancia en lo que voy a compartir con ustedes en este mañana. Le animo a preparar su corazón para lo que Dios tiene para nosotros.

Recuerden, voy a leer un par de versículos para enmarcar lo que estoy diciendo. Ese bien conocido versículo de Efesios 5:18 donde se nos recuerda que tenemos que, en vez de embriagarnos con vino, dice:

“... no os embriaguéis con vino en lo cual hay disolución antes bien sed llenos del espíritu hablando entre vosotros con salmos, himnos, cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones, sed llenos del Espíritu Santo....”

Pero en realidad el pasaje que más me interesa se encuentra en Juan, Capítulo 4, el conocido pasaje de la mujer samaritana. Juan, versículo 4, comenzando con el versículo 7. Voy a leer salteadamente unos cuántos versículos. Ustedes recuerdan la historia. Viene una mujer de Samaria. Samaria, una ciudad que era enemiga del judíos y los judíos enemigos de los samaritanos. Eran primos raciales lejanos, pero tenían diferentes religiones, religiones que se parecían y compartían ciertos elementos pero que por larga historia los samaritanos no eran de la religión hebrea judía, habían estado con otras doctrinas y otras cosas. Y los judíos los consideraban gente impura, y los samaritanos evidentemente no agradecían el favor sino que todo lo contrario, sino que también detestaban, había enemistad entre samaritanos y judíos. Pero el Señor está en Samaria y viene una mujer de ese pueblo a sacar agua, versículo 7 y Jesús le dice:

“... dame de beber, pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. Y la mujer samaritana le dice, ‘¿Cómo tu, siendo judío me pides a mí de beber que soy mujer samaritana? –porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí-. Entonces Jesús le responde, y le dice: “... si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice, ‘dame de beber’, tu le pedirías y él te daría agua viva....”

Aquí el Señor está entrando en materia y está intrigándola y está hablando en un lenguaje espiritual.

“... y la mujer le contesta, ‘Señor, no tienes con qué sacar... – ella está pensando que él le está hablando literalmente de agua física - .... no tienes con qué sacarla y el pozo es hondo. ¿De dónde pues tienes el agua viva? ¿Acaso eres tu mayor que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo, ‘Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener sed, más el que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás sino que el agua que yo le dará será en él una fuente de agua que salte a la vida eterna’. Y la mujer le dijo, ‘Señor, dame esa agua para que no tenga ya sed ni venga aquí a sacarla’. Jesús le dijo, ‘Ve, llama a tu marido, y ven acá’. Respondió la mujer y dijo, ‘no tengo marido’, Jesús le dijo, ‘bien has dicho, no tengo marido, porque 5 maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido, esto has dicho con verdad’. Y la mujer le dice entonces, ‘Señor, me parece que tu eres profeta’.... – él le está diciendo algo que ella sabe que es cierto y quizás no tan conocido por todo el mundo - ..... nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que es en Jerusalén que es el lugar donde debe adorar. Jesús le dijo, ‘mujer, créeme el ahora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros los samaritanos adoráis lo que no sabéis, nosotros, los judíos, adoramos lo que sabemos porque la salvación viene de los judíos. Más la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores buscan que le adoren. Dios es espíritu y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que adoren’. Le dijo la mujer ‘sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo, cuando él venga nos declarará todas las cosas’. Y Jesús le dijo, ‘Yo soy el que habla contigo’....”

Bendiga el Señor su santa palabra. Hermanos, yo quiero hablar de nuevo y enfatizarlo desde una perspectiva un poquito diferente, acerca de la vida llena del espíritu, que es la vida que cada uno de nosotros, si estamos en el Reino de Dios se supone que vivamos. Y yo quiero trazar una diferencia entre la vida llena del espíritu y la vida cristiana vivida no en el espíritu, una vida más bien religiosa, institucional, pero no una vida vital como Dios quiere que la vivamos.

Y para entender la vida en el espíritu hemos estado enfocándolo de diferentes perspectivas y para entender la vida en el espíritu primero hay que entender lo contrario de esa vida en el espíritu, es decir, esa vida meramente formal, religiosa.

Y yo podría resumir la diferencia y lo voy a hacer hoy desde esta perspectiva. Yo podría resumir el contraste entre las dos vidas como una diferencia entre una vida orientada hacia lo externo y una vida orientado hacia lo interno. Yo creo que la vida llena del espíritu es una vida cuyo asiento, cuyo punto de partida es interno, como que me ayuda a pensar en lo interno como el fundamento de una vida llena del espíritu.

Mientras que la vida religiosa, la vida que no conoce de la fuerza del espíritu es una vida orientada hacia el exterior, hacia lo externo. Podríamos por otra parte también enfocarlo de esta manera: la vida del espíritu es una vida orgánica, es una vida que fluye, es una vida hecha de partes que están perfectamente unidas y no se sabe cuándo termina una y comienza la otra, como el cuerpo humano, fluido completamente. Hay una totalidad aunque tiene una estructura, pero la vida es así. La vida es orgánica, se mueve con facilidad.

Mientras que la vida religiosa es una vida mecánica, es de movimientos angulares. La diferencia entre un cuerpo humano bien concertado y un robot de la Toyota tratando de hacer los movimientos de un ser humano. ¿Usted ha visto esos robots que están tratando de inventar hoy en día para que hagan diferentes cosas, que se mueva como se mueve un ser humano? Muy lejos todavía de poder captar la fluidez del cuerpo humano, de un ser viviente.

Entonces, diferencia entre externo y mecánico por una parte, la vida religiosa, formal, que no conoce el espíritu; y una vida de interno y de algo que es orgánico y fluido. Lo religioso está orientado generalmente hacia afuera, lo espiritual generalmente tiene que ver con lo interior, lo de adentro.

Entonces yo podría mencionar ciertas palabras: robótico, rígido, cuadrado, vida religiosa, versus, orgánico, fluido, redondo, vida en el espíritu.

Estas son cosas que nos ayudan como imágenes que nos ayudan a entender algo que es extremadamente complejo.

Cuando el Nuevo Testamento habla de la vida en el espíritu, la vida llena del espíritu recuerden algo, me ayudó pensar el contexto en que el Nuevo Testamento habla a la gente acerca de la vida llena del espíritu. es un contexto en que le está hablando a judíos que hasta entonces solo conocen la religión judaica, farisaica, externa, y la palabra de Dios quiere establecer para esa gente y para nosotros que lo que Cristo representa y lo que trae la nueva economía del Evangelio es algo totalmente diferente a esa vida que conocían estos judíos.

Mire algunas cosas, por ejemplo, en el judaísmo había que ir al templo para encontrarse con Dios. Allí estaba el lugar santísimo, supuestamente, donde estaba la gloria shekina de Dios. Ahí solamente podía entrar el sumo sacerdote una vez al año bajo condena de muerte si estaba en pecado. Y ahí se suponía que estaba la gloria de Dios, la presencia condensada de Dios en ese lugar santísimo, en un templo físico.

En segundo lugar, en el judaísmo había que ejecutar rituales externos para todo: lavarse manos, matar animales, hacer diferentes tipos de rituales, buscar la levadura en toda la casa, ritos externos que apuntaban hacia una realidad espiritual, pero esa realidad espiritual está basada en cosas externas, actos mecánicos.

En tercer lugar, el judaísmo dependía de intermediarios humanos. Ahora, fíjese algo que todas estas cosas aplican a un cristianismo formal, religioso que no conoce la vitalidad de Dios y del Espíritu Santo. Es posible en el cristianismo, tanto evangélico como católico de paso, estas cosas también, la gente pensar que hay que ir al templo para encontrarse con Dios, todo depender de rituales externos y cosas externas, actos mecánicos, y depender de intermediarios humanos para que nos lleven a la presencia de Dios. Está uno sentado allá y aquí arriba está el pastor o el sacerdote ejecutando cosas que conectan a la zona del espíritu pero tu estás allá, el sacerdote está aquí y Dios está allá. Y el sacerdote o el pastor es el intermediario. Y eso no es lo que necesariamente la Escritura presenta como el estado ideal de cosas.

Y en cuarto lugar, Dios está afuera y no dentro del individuo. Dios, en el judaísmo, Dios estaba allá afuera y en el mejor de los casos, un sacerdote, un profeta, un rey por medio de una unción especial podía disfrutar de intimidad con el espíritu pero era para llevar a cabo una tarea muy excepcional y sobrehumana. La mayoría de los seres humanos no podían tener intimidad con ese Dios totalmente otro en el exterior. Era una religión de afuera. Y por eso se depende de intermediarios humanos para que nos conecten con ese Dios que está fuera de nosotros.

Y en último lugar, la ley era externa basada en mandamientos, la vida moral está basada en mandamientos, en declaraciones que hay adherirse a ellas en una forma muy, muy rígida para poder tener contacto con ese ser sobrenatural.

Ven ustedes, entonces, que es una religión basada en lo externo y eso no es, eso fue bueno por un tiempo, pero Dios ha querido sobrepasar eso y Dios quiere sobrepasar eso en nuestras vidas. Dios no quiere que nosotros sintamos que tenemos que ir a la iglesia porque ahí es donde está Dios y ahí me tengo que encontrar y me tengo que dar mi inyección de religión hoy domingo. Y tengo de depender del pastor para que me entre a la presencia de Dios, y si no es un pastor, un diácono, un anciano, una persona ungida, yo no tengo contacto con Dios.

Dios no quiere que tu dependas de los rituales, de cantar o de saltar aunque esas cosas son buenas, pero eso no es donde está necesariamente la presencia de Dios. Y es fácil caer en esas cosas, aún, yo diría, en sectores cristianos que se autodenominan pentecostales y carismáticos, se puede caer en el mismo tipo de rutina, porque lo externo de la religión siempre está ahí listo para atraparte si tu no te cuidas y no usas el discernimiento del Espíritu Santo.

Ahora, todo eso que yo estoy diciendo aquí lo ilustra este texto de la conversación entre Jesús y la samaritana. Vemos aquí en un sentido en esa conversación implícitamente, el contraste entre el Viejo Testamento que representa esta mujer, que todavía está en los profetas, aunque su religión es una religión mixta, pero ella todavía está pensando en términos del Antiguo Testamento. Y Jesús representa lo nuevo de lo que Dios trae a la humanidad, una revelación nueva y diferente.

Y es como ver el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento hablando cara a cara entre estas dos personas. Y nosotros tenemos que preguntarnos de cuál de esas dos dimensiones represento yo, y dónde estoy yo en mi fe. ¿Tengo yo una vida verdaderamente en el espíritu?

El Apóstol Pablo siempre está enfatizando la vida en el espíritu. por ejemplo, él dice, “.....ahora ninguna condenación hay para aquellos que están en Cristo Jesús, los que no viven conforme a la carne sino conforme al espíritu...”

Dice, “... andad en el espíritu y no en la carne....”

Continuamente Pablo está trazando ese contraste entre esos dos estilo de vida. Miremos por ejemplo, hay unos 8 efectos que voy a pasar rápidamente porque lo que quiero es que ustedes entiendan esta dimensión, cuando hablamos del espíritu como algo interno, algo individual, íntimo, persona. Esa es la vida espiritual que Dios quiere para ti. Es bueno venir y gozarnos colectivamente, es muy importante, pero la necesidad primordial es que tu vivas una vida de intimidad con Dios, que tu sepas dónde ir a buscar agua tu mismo. Es más, que tu sepas que tu tienes el agua ya contigo. Y eso es importante, hay que cambiar de mentalidad, hay que cambiar de enfoque. Mucho de la vida del espíritu tiene que ver con un cambio de mentalidad.

Por eso el Apóstol Pablo dice, en romanos Capítulo 12, versículos del 1 al 3, entre otras cosas, “... no os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento.....” porque ahí comienza todo, es en la renovación del entendimiento.

Ahora bien, mire por ejemplo, la samaritana representa el agua externa. Ella está sacando agua de un pozo externo. El Señor le dice, ‘hey, si tu supieras quién te pide de beber, tu le pedirías a él y él te daría agua que salte para vida eterna’. El Señor se está refiriendo al agua del espíritu, esa agua que dice que yo le daré a todo el que me siga.

El Señor dijo, “el que creen en mí, ríos de agua viva correrán de su interior”. Al Señor se le asocia muchas veces con agua, eso es muy interesante. La vida del espíritu en muchas religiones la asocian, de paso, con agua. El río Ganges en la India, otras Escrituras de otros, el hombre sabe instintivamente que hay algo en el agua, asociado con la presencia de Dios, con lo divino. Y el Señor aquí se asocia con el agua.

Esta mujer representa esa religión que necesita continuamente, con mucho trabajo, ir. ¿Cuántos de nosotros hemos visto o quizás nosotros mismos, cogimos una lata de agua? Esas mujeres en nuestros países, con una lata de agua y una tela enrollada en su cabeza caminando para ir a su casa con una lata de agua. Admítalo. Usted quizás alguno de ustedes aquí tuvieron la bendición de cargar alguna vez una lata de agua. No hay nada de qué avergonzarse de eso. Todo lo contrario.

Pero ella representa el agua externa versus el agua interna que el Señor..... nosotros se supone, hermanos, que la vida de Dios esté dentro de nosotros refrescándonos, en vez de tener que ir continuamente afuera. Por otra parte, también está en ella esto de el efecto temporero de la religión.

El Señor le dice, tu vas a tomar esta agua pero vas a volver a tener sed. Pero si yo te doy del agua que yo sé dar, tu no volverás a tener sed jamás, es una metáfora lo que el Señor le está diciendo aquí. Pero hermanos, es así, la religión externa, la persona que no tiene una verdadera vida del espíritu, que no tiene un a conexión íntima, personal con Dios va a la iglesia, y mientras dura el show se sienten cerca de Dios, pero cuando se terminó la música y todo el mundo se fue para la casa y se mete otra vez en su carro, el decaimiento otra vez. La vida cotidiana, el tiempo y el espacio vuelve otra vez a caer como una cortina sobre la conciencia del individuo y ya no vuelve a ser un cristiano vital, hasta que vuelve otra vez al servicio.

Agua. La gente saca agua, la tiene por un rato y después se va. Como ir a una discoteca, por un rato muy bien, muy contentos todos, o la persona que se embriaga, se le van sus problemas, pero la mañana el dolor de la cabeza y la dura conciencia de que tus problemas están ahí tan fresquitos como antes de que tu te emborracharas.

Porque el hombre es así, el hombre puede tomar agua aún de la religión brevemente pero a menos que no tenga una relación personal no sabe cómo nutrirse cuando vienen los problemas, cuando vienen las dificultades, cuando está solo, cuando se siente deprimido, cuando hay enfermedad, cuando hay problemas financieros. Esa agua no está ahí porque el efecto de la religión es solamente temporero. Mientras tu te puedes intoxicar en el ritual, el símbolo, los vitrales, el incienso, el color oscuro de la madera, la vestidura del sacerdote o el pastor, por un momento tu puedes habitar lo sagrado, pero cuando todo se desaparece, estás otra vez en la realidad cotidiana del tiempo y del espacio.

Y eso no es lo que Dios quiere. Dios quiere que tu cargues lo sagrado dentro de ti. Amen. Dios quiere que tu cargues la eternidad dentro de ti. Dios quiere que tu, el Espíritu Santo lo puedas sacar en cualquier momento para revitalizarte cuando tu necesitas. Muy importante esta diferencia entre efectos temporeros y efectos, el Señor le dice, ‘no vas a tener sed’. Cuando tu tienes a Cristo en tu corazón, tienes una relación vital con Jesús, tu puedes resucitar a Cristo continuamente, por así decirlo, cada día, 24 horas al día, cuando tu lo necesitas él está ahí listo para surgir otra vez y para sanar tu herida, traer una conciencia de la presencia vital de Dios en ti, renovar tu visión, lo que sea. Tu no necesitas a un pastor o a una persona que te recuerde que Dios existe. No, tu sabes porque él está dentro de ti, está contigo. No es un efecto ficticio, temporero, dependiente de los símbolos, sino es dependiente de la presencia ininterrumpida de Dios dentro de ti.

Otra cosa que yo veo aquí en esta mujer es esto del esfuerzo. La religión formal está asociada con trabajo. Para mí la religión del espíritu está asociada con descanso, “estad quietos y sabed que yo soy Dios”. “...En descanso y reposo seréis salvos, en quietud y confianza será vuestra fortaleza...”, dice el Señor. “... tu guardarás en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en ti permanece...”

Descanso. “... venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados que yo os haré descansar....” dice el Señor. “... llevad mis yugos sobre los otros, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga, hallaréis descanso para vuestras almas....”

La vida del espíritu está asociada con descanso, aún cuando hay dificultades también. Hay una dimensión, de paso, agónica para la vida cristiana también, pero es porque hay ser, es porque hay conquista, es porque hay ganancia, es porque estamos avanzamos, es porque Dios nos está trabajando y nos está puliendo, y nos está disciplinando y en eso hay cierto nivel de trabajo, pero es un trabajo que no mata, sino que revive y fortalece.

Dice la palabra de Dios que cuando la disciplina de Dios se ha cumplido en nosotros deja un permanente dulce y apacible de paz y de vida en nosotros.

Entonces, esta mujer está con su lata, metiéndola en el pozo, sacando agua. Se lo tiene que poner en el hombro o en la cabeza y volver a su aldea para usar esa agua. Y Cristo le dice, ¿sabes qué, mujer? Yo tengo un agua que tu no tienes que meter esa lata ahí para sacarla. Esa agua está dentro de ti y salta para vida eterna, te va a refrescar continuamente.

Usted ve, la persona religiosa tiene que... es una vida de afán. Marta estaba cerca de Jesús pero estaba afanada, y el Señor le dijo, ‘Marta, Marta, tu estás afanada con muchas cosas y eso no es....’

Usted ve, la persona puede tener a Cristo muy cerca pero está afanada, está viviendo en sus propias fuerzas, sus propias energías, se quema continuamente, se frustra. Es un esfuerzo tremendo.

Hay que hacer promesas y eso fue lo que cansó a Martín Lutero. El afán terrible de la religión formal de la Edad Media y toda la terrible economía que se había creado de santos y de promesas, y de artículos supuestamente sagrados que tenían el poder de que yo que sé, las bulas y el caminar hasta Roma de rodillas, y todo ese aparato de trabajo que había que mantener continuamente dándole vueltas para que la gente se mantuviera hipnotizada con la religión porque la religión no se podía sostener por sí misma.

Los hombres cuando no tienen el Espíritu Santo tienen que estar continuamente barriendo las cosas para mantener la gente entretenida y con un sentido de lo sagrado. La religión sin Cristo en el interior es una religión de trabajo, hermanos, en vez de descanso. Yo creo a veces, yo me he rehusado mantener a mi iglesia entretenida. Hay iglesias que dependen de 27 campañas al año y 40 sanadores y 17 sesiones de reprensión de demonios, y 8 conciertos, y esto... y la cosa es mantener a la gente siempre activa, entretenida, algo nuevo, algo diferente. Y yo digo, y qué pasa cuando no podamos tener eso, todo se viene abajo, porque la gente se ha acostumbrado al aparato. La religión sin Cristo, sin el Espíritu Santo es una religión de externalidades, de objetos, de acciones, de esfuerzo.

Por eso es que Pablo, en Primera de Corintios, Capítulo 2 dice, “.. hermanos, cuando yo fui a vosotros me prometí no conocer a nada sino a Cristo y a este resucitado, y fui a vosotros, no con excelencia de palabra de sabiduría humana, sino con el poder de Dios para que vuestra fe no esté basada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios...”

Pablo no quería entretener a la gente, él no quería ir allí con una declamación, una retórica, unos movimientos orquestados y reensayados, él dijo, yo fui allí así, humilde, sencillo pero con el poder de Dios, porque yo no quiero que ustedes estén dependiendo de mucho griterío, mucho aparato, mucha cuestión. Eso no es la fe. La vida cristiana es un asiento donde está la presencia del Espíritu Santo dentro de uno.

Usted no necesita estar continuamente dándole vuelta a la manigueta para sentir el Espíritu Santo. La vida sin Cristo es una vida religiosa, afánica, carnal, continuo hacer, buscar por aquí, buscar mantenerse uno siempre atizado e hipnotizado con algo nuevo, algo diferente porque necesitas eso: un nuevo predicador, un nuevo programa, un nuevo libro, un nuevo lugar. Yo veo gente así continuamente afanosa en las cosas. Están por aquí, están por allí, un profeta nuevo, un movimiento nuevo, una iglesia nueva, y usted los ve allí corriendo, y yo digo, ‘hey, el espíritu está dentro de ti’.

Tu no puedes depender ni de mí, ni de esta iglesia, ni de los diáconos, ni de nadie. Cristo tiene que estar en tu vida. Y si no está en tu vida tienes que buscarlo y estar buscándolo hasta que sientas que él entre y se posee de tu vida, que el Espíritu Santo está dentro de ti. La persona que tiene una experiencia vital con Cristo, se puede desplomar el mundo, se pueden caer abajo veinte mil iglesias, se pueden desplomar ministerios y esa persona se mantiene firme en el Señor porque Cristo está dentro de ellos, no en el pastor, no en la iglesia, no en la institución, no en la denominación. Es importante vivir enfocado en Cristo porque sino vas a estar continuamente, se va a caer uno y vas a tener que levantar otro, otro santo por acá, se rompió ese tienes que buscar otro más: afán, trabajo continuamente.

Y tu dices, no, no es afán, no es lucha, esa lucha carnal, ese afán no es lo que Dios quiere para ti. Hay tantos ejemplos que podríamos usar. Piense en el paralítico de Betheesa, el agua, hay que removerla y cuando se remueve el agua, el primero que salta es el único que puede ser sanado. Y ahí viene Jesucristo silbando, tranquilito y ve a ese hombres que lleva años y años ahí al borde del estanque y le dice, ‘oye, qué te pasa, por qué estás allí’, ‘bueno es que llevo años y lo que pasa es que una vez, de vez en cuando viene un ángel y remueve el agua y el primero que salta es el que se sana y yo soy paralítico, imagínate, no puedo hacer nada’. Y Jesús le dice, ‘¿te gustaría ser sanado?’. El Señor le da una palabra de sanidad, el hombre se levanta y es sanado inmediatamente.

Y ahí quedó una imagen, hay algo gravado. Fíjese, agua, pero hay algo cuando usted tiene al Cristo resucitado dentro de usted, usted tiene la vida llena del Espíritu Santo, su vitalidad, su bendición no depende de competencia. Hay agua para todos, hay sanidad para todos. Y la sanidad te encuentra a ti, tu no la encuentras a ella. tu tienes acceso a la vitalidad de Dios, no es un asunto del primero que salga disparado cuando el revolver dispara, la vida de Dios se manifiesta espontánea, fluidamente dentro de ti. Eso es la diferente. Para mí más claro, la diferencia entre el fariseísmo y la vida religiosa evangélica con la vida fluida del espíritu que es orgánica, que se dan las cosas en una forma mágica, bella, hermosa, espontánea.

Otra cosa, la vida religiosa es una vida de enemistades, controversias, competencia. Un Dios limitado que si le da a aquel no me puede dar a mí y viceversa, mientras que la vida en el espíritu es una vida de gracia, es una vida de aceptación, es una vida de amor, es una vida de tolerancia, es una vida en que tu ves la vida de Dios en otros y te gozas y eso no quiere decir que tu estés más empobrecido porque Dios está bendiciendo a esos otros. Es una vida en que tu respetas la diversidad en el Reino de Dios, todo el mundo no tiene que creer lo mismo que tu crees siempre y cuando haya ciertas creencias fundamentales, pero dentro de eso hay libertad para respirar también.

Y si la hermanita se pinta, gloria a Dios, si tu no te pintas, no te preocupes, deja que el Señor tratará con ella en su momento. Si la hermanita tiene 2 cm menos de ruedo de lo que a ti te gustaría, déjala tranquila, ya el Señor en su momento, no le envíes una carta anónima. Y tantas otras cosas.

Esta mujer trata de involucrar a Cristo en una controversia. Ah, nosotros adoramos aquí y ustedes dicen que es allá. Mira mujer, la vida del espíritu no tiene que ver con esta cuestión de que allá en Jerusalén, aquí en Samaria, o el templo o lo que sea. Eso no es. Dice, viene el día y ya es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad.

La zona del espíritu es donde se adora al Señor. Y hay libertad. Hermanos, la vida religiosa formal es la madre de todas las grandes guerras religiosas que ha habido en el mundo. Mire Irlanda, mire las guerras del siglo XVI en Europa, miren las guerras internas de los árabes. Ahora, yo creo que cuando hay una verdadera vida del espíritu, una relación con el Espíritu Santo y la palabra de Dios esas trifulcas, esas luchas entre hermanos es muy difícil que se de, porque lo que impera es el espíritu de Cristo.

Cuando los Apóstoles vienen a donde Jesús y le dicen, mira, por ahí hay uno que está predicando en tu nombre y no nos sigue, quiere que le mandemos a callar. El Señor les dice, déjenlo tranquilo porque ninguno que predique en mi nombre o sane a alguien en mi nombre puede ser mi enemigo. El que no está contra nosotros es con nosotros.

Dijo algo ahí que había que yo creo, matizarlo mucho, pero se los dijo, no se preocupen tanto por eso. Otra vez, hay uno por allí que le predicamos y no quiso aceptarte, quieres que hagamos que caiga fuego sobre ellos. El Señor le dijo, ustedes no saben de qué espíritu está... el espíritu que lo está moviendo ahora mismo es el espíritu del diablo, les quiso decir. Porque no tenían una experiencia vital con el Cristo resucitado.

Eso les vino, de paso, esa verdad les vino cuando tuvieron el encuentro con el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Yo creo que ahí entendieron muchas cosas. Pero el hombre robótico formal, religioso siempre está tratando de trazar líneas bien definidas, en alta definición entre nosotros y ellos, los que creen y los que no. Mientras que yo creo que la vida del espíritu es una vida de unidad, donde está Cristo hay unidad.

Esa actitud de que yo soy, yo tengo, y ellos no, eso es del diablo, eso es de la carne, eso no es del Espíritu Santo, del verdadero Espíritu Santo. Hay gente que cree que tiene el Espíritu Santo pero no tienen el Espíritu Santo. Pero donde está el espíritu de Cristo con todo su amor, su bondad, su visión unitiva, armoniosa, ahí hay unidad, hay paz, hay gozo, hay bendición, hay benignidad, hay gracia del Señor.

Mientras que donde hay religiosas hay competencia, hay controversia, hay desunidad, hay conflicto, hay yo que todavía que todavía no está redimido tratando de ocupar su propio espacio y que se siente probrecito, porque otro está siendo bendecido, como si Dios tuviera medida. Dios puede bendecirte a ti mil por ciento y al otro también mil por ciento, y no se le acaba ni una sola gota de su gloria en su bendición.

La vida cristiana es una vida de amor, es el fruto del Espíritu Santo, es la bendición de Dios, no es una vida de controversias, enemistades, dificultades, conflictos, acusaciones, divisiones, preferencias, todo eso es de la carne y del diablo. Pidámosle al Señor que nos haga una iglesia verdaderamente de unidad, amor, armonía, tolerancia, gracia, que nos podamos bendecir unos a otros. Porque donde está la vida del espíritu es una vida hermosamente unitiva y armoniosa.

Otra cosa también, yo veo aquí que la vida formal religiosa es una vida de edificios y de lugares sagrados. Todo esto está aquí, este templo, este lugar, la gente religiosa está atada a una arquitectura, a una configuración física y el hijo de Dios tiene el templo 24 horas consigo, él es el templo del Espíritu Santo. Usted carga el templo con usted 24 horas al día, mi hermano. Y lo que usted viene a hacer aquí en este lugar ahora es simplemente, aquí hay ahora mismo dos, 300, 400 templos unidos en un solo templo adorando al Señor. Hay un templo místico que se erige cuando todos los templos de Dios se unen en el momento de la adoración. Y eso es lo que estamos haciendo ahora. Aquí hay templos, todos habitados por el Espíritu Santo, dentro de un templo físico en contacto con el templo supremo que es el templo eterno, infinito de Dios, allá arriba, algo místico, algo completamente sin forma. Y nosotros venimos a la iglesia pero no es para que nos inyecten con religión y fe, y espiritualidad, es simplemente para hacer un gran concierto de adoración a nuestro Padre y tomar cada uno nuestra braza pequeña y unirla y hacer un gran fuego que llegue hasta el trono de Dios. Esa es la diferencia.

Se matiza y se relativiza la experiencia de adoración dentro de un lugar, y usted sabe que usted puede adorar a Dios donde sea, en el cuarto de baño de su casa usted puede adorar al Señor allí, porque el templo está con usted, en usted y alrededor de usted. Usted camina en la calle y está en el templo. Usted trabaja en la máquina de coser y está en el templo. Usted hace la comida y está en el templo. Gloria al Señor. No hay distinción. Usted trabaja y usted adorando al Señor, usted está en el templo.

Y está en la iglesia y está en el templo también. Y está alabando y está en el templo. Y está escribiendo una carta en la computadora o a mano y está en el templo también. No hay distinción, es todo sagrado en un sentido. Cuando entendemos eso es algo revolucionario.

Mientras que esta mujer habita, la religión la habita a ella en lo físico. Ella está atada todavía a Samaria, su controversia con los judíos, el templo y el Señor le dice, ‘mujer, yo te estoy hablando de algo muy cualitativamente diferente.’

Lo otro también que yo veo aquí es que la religión cristiana espiritual, la religión verdadera del espíritu es una vida de gracia y no de condenación. La vida formal religiosa es una vida de condenación y no de gracia. y por eso es que el Apóstol Pablo dice, ‘.... ahora pues ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús...”

¿Por qué? Mire, esta mujer está todavía en ese lugar, algunos dicen que ¿por qué escogió esa hora del mediodía? Es una mujer pecadora, y está bajo la condenación de Dios. Su pecado está dentro de ella. Ella lo carga todos los días. Su sensualidad, su vida desordenada moralmente, y está aislada de las otras mujeres, no puede sentir la gracia de Dios, está atada, está aislada, está sola, porque la vida religiosa es eso.

La vida religiosa no te puede dar un sentido de reconciliación con lo eterno. Tu siempre tienes que estar viviendo de sustitutos y símbolos que te dan por un momento sentido de conexión con lo eterno. Pero cuando tu tienes a Cristo en tu corazón tu sabes que tu has sido perdonado. Tu tienes libertad.

En el Capítulo en Hebreos, no tengo tiempo para leerlo, habla de eso de que nos acerquemos confiadamente al trono de la gracia abierto por Cristo por medio de su cruz. La vida cristiana es una vida de bendición y de paz con Dios, reconciliación con el Padre. Mientras que la vida religiosa es una vida de condenación: no hagas, no toques, no bebas, no hagas, no vayas, no comas, no te vistas, no hagas esto, no hagas lo otro. Es una vida de esperando en cualquier momento que te va a caer un rayo de arriba porque Dios se levantó de malhumor hoy y lo ofendiste.

Mientras que en la vida cristiana, la vida espiritual es una vida de gozo. A Cristo lo llamaban un comelón y un bebedor porque le gustaba estar en los lugares donde había celebración, donde había paz y lo acusaban de que sus discípulos comían y que no ayunaban, y que cogían espigas el sábado, y lo acusaban de que él sanaba en el sábado y todas estas cosas, porque la religión formal es una religión de condenación. No te puede dar verdadero descanso, verdadera paz con Dios. Eso solamente lo puede hacer cuando Cristo entra a tu corazón y tu sabes que tu eres una hija, un hijo de Dios y que tu vida no depende de lo que tu haces, aunque es importante lo que tu haces, pero que Dios te ama porque Cristo murió por ti en la cruz. Se relaciona contigo a través de Cristo Jesús y tu tienes acceso al Padre, tu tienes la libertad de un niño que puede entrar a la oficina de su papá aunque su papá sea un gran hombre de estado y tu papá se recibe porque tú eres un hijo de Dios.

Dos cosas más, la vida formal religiosa es una vida de ataduras, no te puede dar libertad porque el diablo siempre va a tener formas de mantenerte atado. No hay esperanza de tu ser liberado. Esta mujer está atada a una vida sensual, está atada a un estilo de vida que la tiene encadenada y Cristo dice, ‘mira, yo te puedo libertar de eso, yo te puedo dar descanso de tu atadura’.

Y por eso la confronta para hacer un exorcismo. Dice ‘tu tienes 5 maridos has tenido’, porque antes de ser libres tenemos que ser limpios, tenemos que ser confrontados, tenemos que sacar las cosas a la luz a través de un encuentro con Cristo. Y cuando tu tienes a Cristo en tu corazón, ahí es donde yo creo que puede comenzar el tiempo de una verdadera liberación en tu vida. Nunca tengas vergüenza de traerle al Señor todo lo que está dentro de ti. No te avergüences jamás de decirle jamás tus pecados más íntimos, profundos y aterrorizantes. Él ya los conoce de todas maneras y él no se escandaliza de nada. Lo que él quiere es tomar eso y levantarlo y ponerlo a volar y transformarlo en una paloma blanca que te bendiga tu vida y que tu puedas entonces encontrar descanso.

Y si estás en lucha el Señor dice, yo te voy a dar la victoria, sigue la lucha porque la victoria va a ser tuya. Nunca vivas en esclavitud. El hijo de Dios no puede vivir en esclavitud. Cualquier atadura que tu tengas mental, emocional, lo que sea tráela una y otra vez al Padre hasta que el Padre conteste con una liberación total. No importa cuál sea tu atadura: depresión, miedo, conflictos interiores, complejos de inferioridad, heridas del pasado, lo que sea, el Señor es poderoso para libertarte.

Esta mujer no podía ser libre por la religión. Estaba viviendo una vida esquizofrénica, dividida, compartamentalizada y Cristo la unifica y la deja libre entonces para ir y servir al Señor y traer a otros al conocimiento de Cristo.

Y finalmente, la vida religiosa es una religión muerta, versus una persona viva. La vida religiosa está hecha de un sistema de creencias, un aparato externo, una teología, un aparato teológico, una cantidad de enseñanzas, rituales, hombres, edificios, constituciones, declaraciones, como era el judaísmo con todos sus decretos y cosas puntillosamente guardadas.

Cristo le dice, mira, tu tienes que conocerme a mí, fíjese que el momento culminante de este encuentro es cuando Cristo dice, ‘Yo soy el que habla contigo’. El ha estado llevando a esta mujer hasta ese punto de mostrarse a ella como el Hijo de Dios. Cuando ella tiene un encuentro con él entonces queda liberada para ir y buscar a sus compañeros y traerlos para que conozcan a Jesús, porque cuando tu te encuentras con un ser vivo, como es Cristo, entonces tu tienes vida espiritual verdaderamente.

Entonces tu estás libre para una vida de servicio, una vida de bendición, una vida de fruto, no una vida anónima, de pelear con tus demonios por dentro y ellos a puño limpio. Siempre vas a perder. Pero cuando Cristo entra a tu vida, entonces tu tienes un abogado, un ayudador dentro de ti, paracletos que te ayuda en todas tus luchas y que te deja libre para poder ser de bendición a otros.

Vida religiosa, vida espiritual. Todo eso ilustrado por el encuentro de Jesús con esta mujer samaritana. ¿Cuál es la vida que tu estás viviendo verdaderamente? Si tu enfocas tu vida ahora mismo, tu vida llamémosla espiritual, ¿dónde encajas tu mejor? En estos dos sistemas digamos, que yo estoy tratando de elaborar torpemente, ¿dónde está tu vida, más o menos? ¿Dónde tu te ubicarías? Yo no puedo decir todas las cosas con detalle finísimo porque esto no se presta a eso, sino estoy tratando de esbozar una zona y en cuál de esas dos zonas tu crees que tu cabes ahora mismo, en cuál de esas dos descripciones te encuentras tu.

Nosotros a veces les tiramos muchas piedras a los católicos, pero nosotros los evangélicos podemos ser más religiosos que los católicos mismos, déjenme decirles, y es más traicionera la religiosidad evangélica que la católica, porque pensamos que ya la trascendimos pero caemos otra vez de nuevo. Así que podemos hacer la espiritualidad pentecostal también, podemos caer en la misma roboticidad religiosa y nos creemos que todavía estamos más lejos y estamos metidos todavía en lo mismo. Es algo muy traicionero. Pero en esta descripción, en qué camino estás tu, hacia qué religiosidad, hacia qué espiritualidad te diriges tú en tu vida.

El Señor quiere agua que salte para vida eterna, relación, templos que habitamos y nos habitan, relación personal con un ser vivo, mirada amoroso, armoniosa, reconciliadora, poder para romper ataduras y cadenas, efectividad para traer a otros al conocimiento de Jesús, consuelo, sanidad y frescura en el desierto. No tener que ir a intermediarios, aunque es bueno de vez en cuando pero tu tienes tu propia agua y la cargas, y aunque estás en el desierto abres tu canequita y te refrescas y puedes continuar porque el agua está dentro de ti. Tu no tienes que ir a la iglesia para que te bombeen otra vez la goma, que se comienza a desinflar en el momento que pasas por la puerta del atrio de la iglesia, hasta que vuelvas otra vez ahí, como esos carros sin aire, la goma dando vueltas a la iglesia para que otra vez te llenen con un sermón más en el tiempo de alabanza.

Esa no es la vida que Dios quiere para ti. Dios quiere una vida interna, fluida, orgánica, continua, esa es la vida que Dios quiere. Si no estás viviendo esa vida el Señor te dice, hoy, pídeme que te de agua y yo te la voy a dar, hermanos. Dios está diciéndole al pueblo de Dios, yo quiero agua para ti, el agua de mi Hijo, agua viva.

¿Cuántos les gustaría tener esa agua en esta mañana? Amen. Gloria al Señor. Perdónenme si me he extendido demasiado pero esto es palabra de Dios que hay que completar. Y hay mucho más todavía para nosotros en ese texto.

Hermano, yo te invito a una vida de interiores, una vida de frescura interior, una vida de la habitación del Espíritu Santo dentro de ti. Ahora mismo, ahí en tu corazón di, yo renuncio a la vida religiosa, renuncio a la vida externa meramente, y abrazo la vida del espíritu. Enséñame Dios cómo vivir esa vida del espíritu en el nombre de Jesús, te invito a abrir tus ojos a una vida que Dios quiere que tu vivas. Quizás ya tu aceptaste al Señor pero eso simplemente es un comienzo, eso estableció un punto de partida pero hay zona, sobre zona, sobre zonas que Dios quiere que tu vayas continuamente abriendo puertas, compartimentos más profundos de llenura, de unción, de visión, de entendimiento. La vida cristiana es una vida de continuo crecimiento, la hemos empobrecido tanto haciéndole creer a la gente que sentándose en una banca evangélica van a tener contacto con Dios. Es terrible, terrible robo y la gente se deja engañar porque quieren ser engañados, porque no quieren darse cuenta de su pobreza y dejar que Dios les rompa y les quebrante. Tienen miedo.

Yo hablaba con una persona hace poco precisamente, necesita de Dios, está en la iglesia, ha aceptado a Cristo pero tiene miedo de tirarse a las aguas, porque tiene miedo de lo que le pueda pasar y es difícil hay que morir, hay que romper. Dios quiere que nosotros rompamos la corteza externa de la religión, que seamos apasionados, que haya risa, que haya llanto, que haya sudor, que haya lágrimas, que lo interno se comunique con lo externo, que haya compenetración con lo sagrado, lo cotidiano, el tiempo, la eternidad, lo divino, lo humano, lo banal, y lo sublime. Todas estas cosas unidas en una sola sustancia, esa es la vida del espíritu. No hay diferencias. Todo es una sola cosa. Todo en él es sí y amen, dice el Señor.

Hermano, yo te invito en el nombre de Jesús. Abraza la vida del espíritu en esta tarde, dile al Señor, entra Espíritu Santo, entra y envía tu unción a cada poro de mi piel, cada segmento de mi ser, envía tu ungüento y toma el cuero endurecido y hazlo respirar de nuevo y adquirir flexibilidad, Espíritu Santo. Te necesitamos, Señor. Queremos esa vida del espíritu para nosotros, vida que refresca, vida que salta para vida eterna.

Yo quiero invitar, si hay alguien en esta tarde que no ha conocido a esa Jesús. Piensa que tú eres como la mujer samaritana y tu ni siquiera has conocido a Cristo todavía. No has entregado tu vida a él, al Señor le gustaría en esta tarde que dijeras, ¿saben qué? Hoy encontré al Mesías y que vayas a donde tus compañeros y tus familiares y digas, ¿saben qué? Encontré al Mesías, vengan, vamos a verlo. Amen.

Yo quiero invitar que no haya recibido a Cristo todavía en su corazón a levantar su mano porque yo quiero orar, me gustaría orar por ti en esta tarde y ponerte en la mano del Señor de Señores y Rey de Reyes. ¿Habrá alguien que no ha entregado todavía su vida a Jesucristo y lo quiera hacer en esta tarde? Abrimos un momento para orar por ti. ¿Habrá alguien que quiera levantar su mano y decirle al Señor, Señor, yo quiero entrar en esa dimensión?

Abrimos un momento aquí. Dios te bendiga hermana, gloria al Señor. ¿Alguien más? Una mano allí que se levanta también, esa jovencita. Gloria al Señor. ¿Alguien más? Vamos a ver. Hay otros como la samaritana. Tú eres como la samaritana, yo soy como la samaritana. Necesitamos tener un encuentro con el Mesías y tenemos que ir y entonces decirle a otros.

¿Habrá alguien más? Vamos a ver, alguien más que entregue a Jesucristo en esta tarde, quiera entregar su vida al Señor. Sí, ya la reconocimos a ella. Pasen por acá, hermano, me gustaría orar, alguien que venga y acompañe a esas personas. Acompáñele aquí ahora y vamos a orar por ellos. Vengan por aquí y queremos iniciarte en una vida interna, una vida orgánica, una vida fluida.

Joven, Dios tiene grandes cosas para ti y Dios te va a bendecir y Dios te va a dar eso que tu necesitas y que estás buscando, lo puedes hacer en esta tarde, vas a recibir algo. Dios te va a tocar. Gracias, Señor Jesús.

¿Habrá alguien más todavía? Si hay alguien más que quiera entregar su vida al Mesías que es Cristo Jesús y vivir una vida uuuf, una vida atómica en el espíritu, pase por acá. No se preocupe si todo no está claro en su mente, hay algunas dudas, Cristo lo que quiere es que tu vengas, donde tu estás y que tengas un encuentro inicial con él, él te irá aclarando el camino después. Él te dirá lo que hay por delante. No te apures, ahora es simplemente dar ese primer paso de fe, ese primer paso de fe. ¡Aleluya!

¿Alguien más todavía que quiera pasar aquí para que oremos por ti? Venga adelante y entrega tu vida al Señor. si hay alguien todavía que está batallando, yo siento que quizás hay una o dos personas más que todavía están batallando y se preguntan, ¿no se, lo hago o no lo hago? Este es el momento, todavía se puede hacer. Venga por aquí y vamos a resolver esto de una vez por todas.

Gloria a Dios. Amen. Amen. Pasen por acá, hermanos, les bendecimos en el nombre del Señor. La joven, qué bueno es ver jovencitos que vienen a los pies del Señor. Tienen toda una vida por delante y Dios los va a bendecir grandemente. ¡Aleluya! Tienen un encuentro vital con Cristo Jesús esta tarde. Amen. Amen. Gloria al Señor. Gloria al Señor.

Hermanos, digan conmigo, ustedes que están ahí que han recibido al Señor en esta tarde, repitan conmigo: Señor Jesucristo, ..... como mi Dios y como mi salvador. Yo reconozco que en ti tengo perdón de mis pecados y vida eterna. Entra a mi espíritu y siéntate conmigo y vive la vida conmigo. Perdona mis pecados y lávame y séllame.

Y ahora di lo siguiente también, quiero que.. el Señor me dice cada día más y más que invite a la gente también a recibir el Espíritu Santo porque el Espíritu Santo es Cristo pero humanamente hablando es otra cosa también, aunque son la misma cosa pero el Espíritu Santo quiere entrar también para ser una fuente de poder en tu vida y para permitirte caminar la vida cristiana con más energía y más efectividad.

God wants you to walk the Christian life with power and effectiveness and with the capacity to deal with anything that might come your way, whether it’s crisis or difficulties or attacks from the enemy of your life, that you can fight back and you can live a victorious Christian life. And so you want to receive the Holy Spirit as well and you want to ask the Holy Spirit to come into to you and to walk with you because that’s what the Christian life is all about, it’s life in the spirit, life with the spirit of God running and jumping and moving inside of you for victory and for life.

Quiero por lo tanto que tu invites al Espíritu Santo también a entrar y di conmigo: Espíritu Santo te invito a entrar a mi vida. Lléname y bautízame y sumérgeme en ti. Dile al Señor, sumérgeme en ti, éntrame en ti y entra en mi y lléname hasta que reboce mi vida.

Imagínate que las aguas del río de Dios están entrando en tu corazón ahora mismo y te están lavando por dentro e invita al Espíritu Santo. Yo le invito a abrir su boca y yo se que es difícil esto que les voy a pedir, pero invita al Espíritu Santo a entrar. Di Espíritu Santo entra a mi vida, y di, te recibo, y di, gracias por entrar. Dile así y alaba al Señor.

Dile, gracias, Padre. Ahora, alaba al Señor. Alábalo, no tengas vergüenza. Dile, gracias Señor, gracias por estar conmigo. Bien quedo, bien suavecito, porque si tu vas a entrar ahora en la vida del espíritu tienes que comenzar a hablar, a moverte, a actuar, a tomar riesgos, a actuar en el espíritu. Ya tú lo tienes, el espíritu ha entrado en tu vida porque Cristo dice que si me invitas yo voy a entrar. Y si tu le pides al Padre el Espíritu Santo él te lo va a dar, y si tu se lo has pedido, él te lo ha dado. El Espíritu Santo está dentro de ti.

The Holy Spirit is inside of you and he will walk with you every step of the way. Know that you have the spirit of God in you.

El Espíritu Santo está con tu bebé, el espíritu está contigo y va a caminar contigo toda la vida. Créelo y sabe que lo tienes dentro de ti, no tienes que venir a la iglesia, aunque es bueno que vengas, pero esl Espíritu Santo va a estar contigo todos los días de tu vida, de aquí en adelante. Habla con él y pídele lo que tu necesites, háblale y él te lo va a dar.

Gracias Señor. Bendecimos estas vidas, las sellamos con el Espíritu Santo. Reciban el Espíritu Santo.

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La excelencia del poder

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Vamos a escuchar a nuestro hermano, el pastor Gilberto Samano, que está con nosotros. Gilberto y su esposa Carmen, sus hijos asisten a nuestra iglesia. Ellos han sido pastores en California y en diversos países de Europa. Lo hemos escuchado predicar y ha sido de gran bendición escuchar la palabra de Dios a través de él. Ellos están aquí en Boston por un tiempo y mientras tanto vamos a aprovechar las bendiciones que Dios ha puesto en su vida y en su ministerio. Así que en esta mañana yo le pido al hermano Gilberto que nos bendiga con una palabra de Dios, y ¿cuántos esperan bendición? Amen. Denle un gran aplauso de bienvenida al pastor Gilberto.

Bendiciones a todos en esta mañana. ¿Cuántos están contentos de estar en la casa de Dios? Voltee a su hermano ahí a un lado y dígale, estoy contento de estar en la casa de Dios.

Tell somebody you’re happy to be in house the Lord.

 

Hermanos, nos hemos gozado con la primera parte de este culto, y quiero agradecer a Dios por esta oportunidad y a nuestro pastor y a todos los pastores ancianos de esta iglesia por esta oportunidad que ustedes me dan para poder vocear la santa palabra de Dios.

Y hermanos, nos hemos gozado... ¿Cuántos han gozado sintiendo la presencia de Dios? Yo creo que es algo muy importante poder sentir su presencia y hermanos, nos hemos gozado al sentir su presencia y creo que todavía el Señor quiere bendecirnos.

¿Cuántos traen una necesidad? Levante su mano si usted trae una necesidad delante de Dios. Creo que todo los que estamos aquí tenemos necesidad de alto. Y hermanos, yo quiero inmediatamente entrar en la palabra de Dios para aprovechar el tiempo y no ser muy extenso. Pero, queremos dejarles en su corazón lo que Dios ha puesto para que sea su palabra la que nos edifique, nos santifique y nos dé nuevas fuerzas para seguir adelante.

Quiero, hermanos, en esta mañana seguir el hilo de que hemos estado escuchando las hermosas predicaciones y enseñanzas en estos últimos meses de nuestro pastor y los diferentes pastores, sobre el Espíritu Santo. Y yo quisiera unirme en ese mismo sentir de parte de Dios, hablar un poco sobre este tema de la importancia del Espíritu Santo en nuestras vidas, en nuestra iglesia, en nuestras actividades.

Y creo, hermanos que lo estamos viendo, lo estamos experimentando y estamos sintiendo a cada día, más y más su presencia en nosotros. Quiero hacer in hincapié, o enfatizar enfáticamente que es importantísimo entender lo que es el Espíritu Santo en nuestras vidas.

¿Cuántos dicen amen a esto?

Sin embargo, creo que con todo respeto, digo esto, ya que el Señor nos ha permitido viajar un poco y hemos visto que a veces no se aprecia el Espíritu Santo, el movimiento, los dones y quisiera, hermanos, felicitar a nuestro pastor porque yo sé que Dios ha puesto en su corazón con mucha eficacia, ha estado desarrollando un tema muy, muy importante.

Y en esta mañana quisiera leer dos Escrituras para poner la base. Les invito que abran su corazón juntamente con su Biblia o si nos pueden mostrar Hechos 1:8, será la primera Escritura. Una Escritura muy conocida, muy clásica y hermanos, de aquí vamos a comenzar y luego hermanos, estaremos leyendo Segunda de corintios 4:7 al 9.

Quisiera, hermanos, si ya lo tienen digan amen, que Hechos 1:8 es una Escritura muy conocida que dice:

“... pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra....”

la siguiente Escritura que quisiera, o versículo que quiero leer es en Segunda de Corintios 4:7 al 9. la Escritura que el Apóstol San Pablo nos da un gran revelación, dice:

“... pero tenemos este tesoro en vasos de barro....”

Voltea y dile ‘somos barro’. Dos pies cúbicos de barro somos. Somos tierra.

Dice, “.... para que la excelencia del poder....”

Todos digan, la excelencia del poder.

“... sea de Dios y no de nosotros que estamos atribulados en todo pero no angustiados, en apuros pero no desesperados; perseguidos pero no desamparados; derribados pero no destruidos...”

Para gran gloria del Señor quisiera hablar del tema, la excelencia del poder. Díganlo conmigo, la excelencia del poder.

Veo que el Apóstol San Pablo usa esta palabra para enfatizar la grandeza, la hermosura del poder del Espíritu Santo. Y lo trata de hacer en una manera tan eficaz para que podamos entender que es algo excelente, es algo maravilloso, esl algo hermoso, poder sentir el poder del Espíritu Santo, hermanos.

No poder explicar muchas cosas que el Espíritu Santo hace, no se pueden explicar con la sabiduría humana. A veces el Señor hace cosas que nosotros no pudiéramos ni escribir, ni explicar, pero cuando Dios las hace él tiene un propósito divino y perfecto en su voluntad. Alguien diga, gloria a Dios.

Y hermanos, la excelencia del poder del Espíritu Santo es algo muy importante. Creo que muchas personas les gusta hablar del Espíritu Santo, a muchas personas les gusta ver el Espíritu Santo pero muy pocos en verdad le han abierto la puerta de su corazón para ser llenos del Espíritu Santo o ser bautizados con el Espíritu Santo.

Y a veces, hermanos, como que falta algo en la vida de un creyente cuando todo está bien, pero es que todavía no ha podido alcanzar lo que es la excelencia del poder del Espíritu Santo. Canta bien, sabe muchas cosas, sabe la homelética, la hermenéutica, la teología, la claseología, la escatología, sabe muchas cosas. Sabe levantar sus manos, sabe toda la rutina pero como que le falta todavía algo en su vida. Llega un problema, llegan vientos, llegan situaciones y a veces aquel cristiano busca algo y no lo puede hallar. Es que le falta conocer la excelencia del poder del Espíritu Santo.

En la Biblia tenemos tipos y figuras que representan el Espíritu Santo como la paloma, como el aceite, como el vino, como el viento, como el fuego, como ríos de agua viva. El que creyere en mí, como dicen las Escrituras, de su interior correrán ríos de agua viva.

Yo no sé cuántos conocen los ríos de agua viva, aquí ya no se ven muchos ríos, pero un río activo, un río vivo se está moviendo, no está estancado sino que se mueve en la fuerza, la excelencia del poder, es algo que cada actividad, hermanos, podemos sentir la presencia de Dios.

¿Cuántos dicen amen a esto? No importa lo que esté haciendo, puede estar en el carro, puede estar en la casa, puede estar en el trabajo, puede estar en muchos lugares y ahí puede sentir el poder del Espíritu Santo. Sin embargo, muchas personas, hermanos, como digo, se olvidan de ser llenos del Espíritu Santo, de buscar más y más de esta excelencia del poder del Espíritu Santo.

¿Por qué necesito el Espíritu Santo? Hágase esa pregunta. Por qué hizo el pastor hincapié, la hace casi en cada reunión, seamos llenos, busquemos, seamos bautizados, ¿por qué es necesario? Y se habla, y se habla, y se habla del Espíritu Santo, ¿por qué necesito, hermanos, ser lleno del Espíritu Santo?

Vamos a tocar algunos puntos rápidamente. El primero es que se encuentra en Juan 3, Capítulo 3, versículo del 3 al 5, una Escritura también muy conocida donde le dijo:

“... respondió Jesús y le dijo, ‘de cierto, de cierto te digo, el que no nace de nuevo no puede ver el Reino de Dios, y luego dice, y Nicodemo le pregunta, ‘¿cómo puede un hombre nacer siendo viejo? Puesto que acaso entrará por segunda vez en el vientre de su madre y nacer....”

“...Y luego respondió Jesús y le dijo, ‘De cierto, de cierto te digo que el que no nace del agua y del espíritu no puede entrar en el Reino de Dios...”

Dos cosas, primero, ver el Reino y allí se quedan muchos creyentes, ver el Reino, pero no entran en el Reino porque no han experimentado la excelencia del poder de Dios, o no han abierto la puerta de su corazón para poder sentir lo que es el poder del Espíritu Santo.

Y, hermanos, yo no sé cuántos de ustedes comen viendo la comida nomás. Yo me acuerdo, creo que el pastor se acuerda, allí en Francia hay muchas pastries, pastelitos, panaderías donde hay dulces.. yo miraba cuando llegaba y miraba por la vitrina estos pastelitos, hermosos con piña, con fruta, y hermanos, pasaba por allí y los miraba, pero no los saboreaba, nomás los miraba y mi esposa se enojaba porque le decía, no puedo resistir, tengo que entrar a probar.

Looks too good! Se veían muy bien y entraba y entonces sí podía uno saborear lo que era que estaba viendo. Así es el Reino de Dios, hay muchos cristianos que vienen a la iglesia, y de afuerita, de lejecitos, están viendo el Espíritu Santo pero todavía no han entrado a esa dimensión de sentir lo que es el Espíritu Santo en sus vidas, y por a veces llega el enemigo, llegan vientos, llegan problemas, y aquel cristiano no sabe qué hacer porque todavía no ha entrado en el Reino de Dios para sentir el Espíritu Santo.

Alguien diga gloria a Dios o amen. Y dígame si me están entendiendo hermanos, porque yo pienso en muchos idiomas y yo tengo que traducir al español y mi español no es muy correcto. Si sale italiano, inglés o algo más, perdonen, pero quiero que me entiendan hermanos, la palabra de Dios es clara.

Número dos, necesitamos el Espíritu Santo para tener el fruto del espíritu. Gálatas 5:21 dice, “... pero el fruto del espíritu es amor....”

Todos digan amor. Amore, en italiano.

“... gozo.... – todos digan gozo, - paciencia, dignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza contra tales cosas no hay ley...”

Se necesita el fruto del Espíritu Santo pero necesitamos el espíritu en nuestras vidas que para que ese fruto se desarrolle en nuestras vidas.

 

¿Cuántos quieren más del fruto del espíritu en sus vidas? ¿Cuántos necesitan más del espíritu?

y luego, número tres, hermanos, Gálatas 5:16 dice:

 

“...pues andar en el espíritu y no satisfacéis los deseos de la carne...”

Número tres, para qué necesito el Espíritu Santo, para caminar en el espíritu. ¿qué significa esto? Algunos piensan que es una dimensión donde van flotando en el aire y a veces hermanos, no entendemos, tratamos con la mente humana poder entender esto. ¿Qué significa andar o caminar en el espíritu?

Pero, hermanos, aquí el Apóstol San Pablo está hablando de una dimensión tan profunda que el hijo de Dios pueden en verdad entender, que cuando él está lleno del Espíritu Santo, pase lo que pase en su vida, él tiene la fe basada en la palabra de Dios, él sabe que su redentor vive, él sabe que Jehová es su pastor y que nada le faltará. Él sabe que Jehová es un sanador, él sabe que Dios no lo va a dejar en el valle, en la sombra, no importa lo que pase, aquel cristiano camina, camina porque está fundado en la palabra de Dios y está caminando según el espíritu.

Llega a mi mente, hermanos, cuando estuve yo de misionero por allá en Italia, me tocó ver en el sur de Italia muchos pastores que cuidaban ovejas porque allá se vende mucho el fromaggio pecorino, el queso de cordero y había rediles, había lugares donde había muchas ovejas. Y, hermanos, yo en mi vida no conocía mucho este tipo de vida, pero llegó a mi mente, hermanos, cuando en una ocasión visitando un rancho, decimos nosotros los mexicanos, había muchas ovejas, y hermanos, miré que el pastor estaba muy atareado esa mañana, sacando cada oveja y haciendo algo muy importante y me dijo, fui y lo saludé, comenzamos a platicar, y me dijo, ¿sabes lo que estoy haciendo en este día? Tenía como cien o más ovejas y dice, tengo que a cada una de las ovejas, ungirlas con aceite. Y hermanos, llegó a mi mente, ese salmo, ungiste mi cabeza con aceite.

Y le pregunté, ¿y por qué las tienes que ungir? Y dice, es que ya viene el verano y las ungía con aceite de oliva puro, virgen, verde. Y dice, tengo que ungirlas porque hay enfermedades, hay plagas que atacan a las ovejas y no pueden las ovejas resistir ciertas plagas, pero con el aceite, cuando su cabeza, y las estaba bañando, orejas, ojos, boca y todo con aceite. Dice, pero cuando las unjo con aceite, los mosquitos, las plagas, dice hay una plaga muy grave que destruye a muchas ovejas, es que hay un mosquito que entra por la nariz y pone sus huevitos y nace un gusano y mata la oveja por medio de destruir su mente, su cerebro.

Y llegó a mi mente, hermanos, qué importante es entender que a veces las Escrituras, por eso el salmista, yo creo que él sabía esto, que cuando escribió el salmo 23 dijo, ungiste mi cabeza con aceite para protección, el Espíritu Santo nos protege de las acechanzas del enemigo. El Espíritu Santo nos protege de las plagas, de las enfermedades que el diablo quiere usar para destruir nuestras vidas, pero gracias a Dios que hay poder en el nombre de Jesús para resistir todo eso que viene contra nosotros.

Voltee a su hermano y diga, hay que caminar en el espíritu.

Y luego, hermanos, el número 4 dice, “.... para ser guiados a toda verdad y toda justicia”, Juan 16:13 dice, “... pero cuando venga el espíritu de verdad os guiará a toda verdad porque no hablará de su propia cuenta sino lo que había de todos y es saber las cosas que habrán de venir, os guiará...”

¿Cuántos necesitan a veces, hermanos, guía en su vida? Levanten su mano los que necesitan guía. No sabemos a dónde ir, qué vamos a hacer, qué me va a pasar y a veces cuando uno entiende la excelencia del poder del Espíritu Santo es guiado por el espíritu. Usted que está aquí, amigo o amiga que nos visita en esta mañana, no es una casualidad, es que Dios quiere tratar con su vida, Dios es un Dios bueno, es un Dios de amor, que él desea ayudar a la humanidad, él desea sanar al enfermo, él desea levantar a aquél que está caído, él desea ayudar al pobre.

Necesitamos, hermanos, ser guiados por el espíritu.

Número 5 dice, para tener poder, fuerzas y quiero quedarme unos minutos en esto hermanos. Poder, regresando al versículo que leí, “... pero recibiréis poder...”

Todos digan poder. ¿Por qué necesitaban los Apóstoles poder? Habían estado ya con Jesús tres años y medio, habían visto milagros, habían escuchado enseñanzas, sabían del reino, sabían todas las promesas. El Señor les había instruido, pero el Señor les decía, vayan a Jerusalén y esperen allí hasta que sean bautizados y reciban poder. Dicen, ¿para qué? ¿Para qué necesitaban ese poder?

Y luego algunos dicen para ser testigos, pero no, dice, seréis testigos a causa de recibir este poder. En Mateo 3:11 nos dice:

“... y en la verdad, dice, os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras de mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo....”, habla Juan el Bautista. Y luego dice “.... que los bautizará con Espíritu Santo y fuego”

Alguien diga fuego. Dígalo más fuerte, diga fuego. ¿Cuántos se han quemado con el fuego? ¿Cuántos se han quemado un dedo, una mano? Yo no he visto ninguna persona que cuando siente el fuego se queda muy calmado y tranquilo, es un anormal si no se mueve, o no tiene sentimientos, pero normalmente cuando alguien se quema, ¿qué hace, hermanos? Grita, aaaaaaah u otros dicen otras cosas que no se deben decir.

Pero verdad que cuando se siente el fuego hay una reacción y esa reacción, hermanos, a veces no la entendemos. Hay personas que gritan, otros lloran, otros se agarran el dedo, otros se ponen los remedios caseros, el hielo, el huevo, la harina, y otros remedios, pero el fuego es algo que en esta representación del Espíritu Santo es algo poderosos, hermanos, el fuego es una explosión.

Esa palabra griega tunamis, que quiere decir poder, ¿poder para qué? El Señor sabía que sus hijos, sus discípulos íbamos a necesitar poder para tomar decisiones, poder para orar, poder para ofrendar, poder para levantar nuestras manos, poder para poder servir a Dios, se necesita poder para poder, hermanos, sentir la presencia de Dios, para resistir al diablo se necesita poder.

Entonces, este poder, la excelencia del poder del Espíritu Santo es algo que necesitamos, hermanos, buscar en nuestras vidas para poder ser victoriosos. Y dice el salmo 84, dice, “...bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón está sus caminos atravesando el valle de lágrimas lo cual lo cambia en fuente como la lluvia que llena los estanques....”

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas. Todos digan fuerzas. ¿A cuantos se les ha acabado las fuerzas? A ver, levanten las manos. Yo creo que todos hemos pasado por a veces ese valle que hay algunos que dicen, no es muy temprano para ir a la iglesia. Otros les falta fuerza para, hermanos, alabar a Dios. El enemigo es tan astuto que nos quita la fuerza, nos roba la fuerza, para creer se necesita la fuerza, para abrir la palabra de Dios a veces, para escuchar la palabra y hay tantas distracciones, hay tantas cosas que nos roban a veces esas fuerzas que Dios nos quiere dar.

Pero en esta mañana quisiera que todos entendiéramos que la excelencia del poder del Espíritu Santo es tan grande que Dios por medio de su Espíritu Santo quiere ayudar a cada uno de nosotros para ser más que vencedores. No solo vencedores sino más que vencedores.

A ver digan, más que vencedores. No, nomás un vencedor, no nomás uno que levanta las manos, no nomás uno que dice yo siento a Dios o ve a otros y dice, ‘que bonito aquel hermano alaba a Dios, qué bonito canto, qué bonito que habla en lengua. Qué bonito Dios lo usa’ y nomás de afuera lo está viendo. Oh, no hermanos, es tiempo de entrar en el poder del Espíritu Santo y sentir ese poder en nuestras vidas.

Oh es algo hermoso cuando se siente el poder del Espíritu Santo porque se da cuenta uno, como dijo el Apóstol San Pablo, que nosotros somos barros, no merecemos esto. Los ángeles nos ven con envidia, que siendo ellos seres celestiales sí están delante de la presencia de Dios, pero nosotros somos el templo del Espíritu Santo.

Voltéese hermanos y dígale, yo soy el templo del Espíritu Santo. Despiértelo si está dormido.

Quiero terminar diciendo algo muy importante. En Isaías 40:31 dice, “... mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas...”

Algunos necesitan nuevas fuerzas para decirlo. ¿Cuántos no desayunaron? A ver dígalo, nuevas fuerzas. No, no se oye. Estoy sordo o no los oigo, hermanos. Dígalo otra vez, nuevas fuerzas, nuevas fuerzas, tendrán nuevas fuerzas. ¿Cuántos están esperando al Jehová, hermanos? ¿Cuántos saben que estas promesas de Dios tendrán nuevas fuerzas?

No importa lo que esté pasando en tu vida, tendrán nuevas fuerzas. Tendrán nuevas fuerzas. Tendrán nuevas fuerzas. El poder del Espíritu Santo, hermanos.

Pero eso fuerza la tenemos que recibir, no nomás verla. No nomás decir que bonito se siente, qué bonito. Hay personas que me han dicho, hermano, ¿por qué usted se emociona? Y algunos dicen y se mueve mucho. Ahorita estoy limitado a ..... scare anybody. Y es que les he dicho yo, por allá en Lucca, Italia, estaba predicando en un auditorio muy grande y pasó una ancianita italiana, los italianos son muy expresivos, muy artículos. Y estaba yo predicando la miré que la ancianita se quedó por allá en la puerta, lejos, y me estaba viendo. Y miré que fueron los hujieres a atenderla. Y corrió un hermano, corriendo y me dijo, hermano pastor, dice la ancianita que se calme porque le va a dar un infarto, le va a dar un infarto, que se calme, porque lo mira muy nervioso. Y cuando regresó le dije al ujier que le diga, dígale a la ancianita, que qué es lo que ella hace cuando siente fuego. Y corrió para atrás y se levantó sus manos y comenzó a decir, y de repente ella también comenzó a moverse, comenzó a sentir lo que yo sentía, y ya no me dijo que me iba a dar un infarto, sino que ella comenzó a pasar adelante, y comenzó a alabar y glorificar el nombre del Señor porque comenzó a sentir el fuego del Espíritu Santo.

 

 

Después se acercó y me dijo, perdóname, yo no sabía que dentro de ti este fuego está tremendo. Dice, yo me olvidé que tenía 80 años, y allí su bordón llegó y ya menos se caía pero Dios la levantó.

¿Cuántos saben que Dios levanta, hermanos? ¿Cuántos saben que Dios nos sana, hermanos? ¿Cuántos saben que hay poder en el nombre de Jesús?

 

Y luego, hermanos, quiero terminar como digo diciendo, que hay necesidad del gozo del Señor. ¿Cuántos necesitan gozo en esta mañana? Hermanos, la vida está llena de sinsabores. ¿Cuántos tienen problemas? A ver, hermanos, yo pensaba que yo era el único que tenía problemas. Yo pensaba que los problemas estaban en California. Usted tienen problemas con el clima, este frío está tremendo. Fíjese que ya estamos en abril, hermanos, y yo pensé ya ......... quité los termos y hermanos tuve que sacarlos otra vez, pero gracias a Dios que hay fuego del Espíritu Santo.

Gozo, todos digan gozo. Isaías 35:10 dice, “... y los redimidos por Jehová volverá a Sión con alegría y habrá gozo perpetuo....”

A ver, alguien diga, gozo perpetuo. “... sobre sus cabezas, tendrán gozo y alegría y huirán la tristeza y el gemido...”

Gozo perpetuo. Es un gozo que no se acaba. Todos digan, un gozo que no se acaba. ¿Será posible ser felices siempre, hermanos? ¿Será posible de veras ser felices? Algunos no pueden ni sonreír. A ver enseñen los dientes, si no tienen, no le hace. Voltéense y denle una sonrisa, hermanos. Denle una sonrisa a alguien, enseñen los dientes. Sáquese si los tiene postizos.

Gozo, gozo. Mucha ceremonia a veces, hermanos, no dejamos que el espíritu se mueva. Óigame bien, hermanos, hay mucha ceremonia y tenemos todo calculado. A las cinco y media pasa esto, y hay hermanos, que ya saben, hermanos, y están ya calculando, y va a decir el pastor esto, va a decir del diezmo, va a decir.... ya lo tienen bien programado. Pero ¿saben por qué, hermanos? Porque a veces nos falta el gozo perpetuo.

Cuando hay gozo, cuando hay alegría, hermanos, se ve, se nota. Dijo un grande hombre, si predicamos el Evangelio hay que demostrarlo, hermanos, hablamos del amor, hablamos del gozo, hablamos del poder, hablamos del fuego, hablamos que Dios es victorioso en nuestras vidas y a veces andamos con una cara de limón, con la cabeza caída, arrastrando los pies. Nadie me quiere, nadie.... pobrecito yo, soy muy grande. Alguien me va a ayudar pero no me han ayudado.

Eso no le costó nada, hermanos. Pero quiero decirles que a veces nuestras acciones hablan más que nuestras palabras. Gozo perpetuo. Joy unspeakable. Y la magnificencia, la excelencia del poder es cuando usted puede sonreír cuando no debe sonreír. A ver hermanos, otra sonrisa, sáquese los dientes.

Some of you don’t know how to smile. La iglesia nos ha hecho muy almidonados. Soldados de madera dicen algunos, estamos muy..... no nos podemos arrugar. Algunos .... zapato.... no nos quiere..... a acabar. Pero cuando hay gozo del poder del Espíritu Santo no le importa de los zapatos, no le importa del saco, de la corbata, lo que usted quiere es sentir a Dios, usted quiere que Dios le hable, usted quiere que Dios le levante, que sabiduría, quiere sentir el poder de Dios.

Hermanos, yo soy cristiano victorioso. Y hermanos, yo sirvo a Dios y allí voy a León de Judá y todo está bien hermoso y a veces los amigos dicen, yo no quiero ir allí porque en adelante yo también voy a andar así. ¡Aleluya!

 

Pero, qué hermoso es cuando usted siente alguien y es contagioso. Va y mira a esa persona y viene y lo saluda. Hermano pastor, cómo está, Dios le bendiga, Dios me ha bendecido.............. oh, hermano, yo siento es el poder de Dios. oh hermano, qué bueno es servir a Dios...... el poder, el gozo, no estamos muertos, servimos a un Dios vivo, servimos a un Dios vivo.

Ese Evangelio es para valientes, hermanos. Los valientes arrebatan el reino de los Cielos. Bendiciones. Hello. Y aquel hermano está lleno del poder y sirve a Dios y .... Señor ayúdame, porque a veces no entendemos que la magnificencia del poder de Dios es tan grande.... pero hermano, usted no sabe lo que yo estoy pasando, hermano. Tengo problemas y algunos hermanos viven en el problema pero no ven la solución.

Óigame bien, yo tengo algunos años caminando en esto y a veces hermanos, no crea que siempre ha estado todo color de rosa. Ha habido valles y yo me acuerdo hermanos, cuando comencé esto. Me acuerdo que estaba recién casado.

¿Cuántos se acuerdan cuando se casaron? No cansados. Dios bendiga a mi esposa que me ha aguantado más de 25 años, pero gracias a Dios que Dios nos ha conseguido hacer cosas. Yo le dije cuando me conoció, te voy a llevar por todo el mundo y le dijo mi suegro, no le creas nada. Pero gracias a Dios que ella siempre tenía el deseo de ir a Venecia y le gusta mucho la pizza italiana, y la comida italiana. Y yo le dije, un día vamos a vivir en Italia y ustedes saben que cuando uno está joven y habla estas cosas, pero es que nuestras palabras son vida. Gracias a Dios que Dios me ha concedido todo lo que le he pedido, tengo miedo de decir porque hay una responsabilidad cuando usted le pide a Dios algo.

La llevé a Vendencia, no una sino muchas veces, pero quiero decir esto para gloria de Dios, hermanos, cuando estaba preparándome para el ministerio, usted saben nos casamos y bien contentos, ya había estado yo preparándome para un año en un colegio. Estaba en una universidad estudiando teología, preparándome bien contento y estábamos esperando nuestro primer hijo o hija, lo que Dios nos iba a dar, todo contento, todo color de rosa, alegres, felices, Dios nos estaba bendiciendo. Y hermanos, pasaron los 9 meses, un día recibo la telefonada, yo estaba en San José, California, ella estaba en Fresno. Corrí para Fresno que estaba dando luz y llegué hermanos feliz, contento. Iba todo el camino cantando.

¿Cuántos de ustedes saben cantar cuando todo está bien? Verdad, que el canto viene hermoso con una sonrisa, esa alegría. Qué hermoso ese canto cuando todo va bien. pero llegué al hospital y me dieron las malas nuevas, Señor Samánolo, hubo complicaciones, su hija nació pero tiene un problema muy grave, una niña Marisela Ruth le pusimos, una niña blanca, así guapa como yo, ojos azules, mi abuelo era español y Dios nos bendijo con sus ojos azules. Yo bien contento, orgulloso y me dijo el doctor, agarre su niña porque está muy grave.

Me acuerda que pesaba 8 libras, bien sana, bien fuerte. La agarré, la miré y hermanos, murió en mis brazos. Hello! Así me pasó como a ustedes. Aterricé. Y de repente dije, ¿qué pasó? Y luego llegó el diablo y me dijo, ¿dónde está tu Dios? Y luego me convenció, ¿estás estudiando para el ministerio y acabas de perder tu hija? Y hermanos, allí mismo, cuando le entregué la hija mía al doctor, dijo, no se puede hacer nada, ya perdió su respiración.

Hermanos, allí comenzó el diablo a atacarme fuerte. Y la primer cosa que me dijo el diablo fue, ‘cómprate una botella de tequila’, como buen hispano. No se rían ustedes, en Puerto Rico usan el ron, ron, ron, la grapa, otras cosas, pero a nosotros los mexicanos nos gusta la tequila con un gusano adentro.

Pero le dije, no, no, no, yo creo que Dios está conmigo y comencé una reflexión tremenda, una lucha, una guerra. ¿Cuántos saben de lo que estoy hablando? Esa guerra, donde tu mente y tu corazón te dicen que hagas todo lo contrario a lo que la Biblia dice. De repente, hermanos, el Señor me dio nuevas fuerzas.

Todos digan, nuevas fuerzas. Y me llevó a aquel gran patriarca Job, dije él perdió no solo sus hijos, sino no una, sino todos sus hijos y comencé a agarrar un poco de fuerza pero con mucho temor, hermanos, y temblor. Estaba temblando y llorando, y estaba hasta enojado con Dios.

¿Cuántos están enojados con Dios? Sean sinceros. Levanten la mano todos los que se han enojado al menos una vez en su vida con Dios. Como somos mentirosos, algunos no han levantado la mano. Pero sí nos enojamos.

Yo me enojé y corrí, hermanos, ¿saben qué? Busqué una capilla ahí en el hospital, salí, busqué una capilla. Me acuerdo que llegue a Coliba con el chany como dicen aquí, y todo cubierto. Corrí a una capilla y comencé a platicar con Dios.

¿Cuántos saben de eso? No orar, porque a veces usamos unas oraciones muy largas, sino a platicar, Dios mío. ¿Cuántos saben de lo que estoy hablando? Esa oración íntima donde uno necesita paño, le está saliendo lágrimas y otras cosas, pero no le importa porque usted está platicando con Dios. ¿Cuántos saben de lo que estoy hablando? Y comencé a decir, ‘Señor, ¿qué pasó? Y como que el diablo, te dice, te está castigando Dios. A veces cuando pasamos por algo la primer cosa que el diablo te dice es, te está castigando Dios pero no es lo que Dios hace.

Me acuerdo que me hinqué y le dije, Señor, no se qué está pasando, acabo de perder mi hija. Yo no sé por qué, Señor, pero algo tengo que aprender. Ayúdame. Y allí platicando con Dios solo, porque la intimidad con Dios debe ser solo. Ya no había las masas, ya no había los templos, ya no había las luces, los micrófonos, era solamente yo y Dios. Tu y Dios. Usted y Dios.

Levante su mano si usted sabe de lo que estoy hablando. Allí en su lugar íntimo. Y le dije Señor, no sé qué está pasando, pero ayúdame. Y con mis lágrimas en mi boca, comencé a decir, gloria a Dios. Gracias, Jesús. Gracias por haberme quitado a mi hija. Algo no lógico.

Y estaba un señor allí, un doctor, se acercó y me dijo, necesitas medicina. You’re crazy. Le vas a agradecer a Dios porque te quitó tu hija. No estás bien, estás en luto. No, le digo, estoy platicando con Dios. y me miró, movió la cabeza y salió corriendo. Al rato llegaron unas enfermeras, me querían dar una inyección para calmarme los nervios y unas píldoras y que esta.... no, les dije, no, quiero platicar con Dios. Denme unos momentos. Y allí en esa capilla yo y Dios, no había una iglesia, no había amigos, no había pastores, no había nadie, pero ahí estaba el poder de Dios. Sentí la presencia de Dios y luego le dije, Señor, ¿por qué? ¿Por qué? Y pasaron los momentos y el Señor me comenzó a habar a mi corazón. Me dijo, ‘¿Tu quieres ser usado de Dios? ¿Cómo vas a poder consolar si no sabes lo que es dolor? ¿Cómo vas a poder ayudar a alguien si tu nunca has pasado por lo cuando se pierde.

¿Cuántos saben qué es lo que se siente cuando se pierde un ser querido, un hijo, una hija? Y luego me dijo el Señor, te estoy dando una lección y tu no la quieres recibir, como que me tuvo que.... de repente como que dentro de mi boca comenzó a salir más la adoración, la alabanza y la magnificencia del poder de Dios se comenzó a manifestar en mi vida algo que nunca lo podía imaginar, como gozo y alegría, nuevas fuerzas. Y gracias, Señor. Levanté mis manos y comencé a decir, Señor, todo el imperio, todo el Reino es tuyo, hágase tu voluntad, Señor. Dios dio, Dios quitó. Sea el nombre de Dios glorificado.

Y hermanos, pasaron unos días y pasó esa prueba tan grande y mi esposa decidió, como era nuestra primer hija, y los hermanos nos ayudaron y tuvimos un funeral, pesaba 8 libras. Tuvimos un funeral, se la entregamos a Dios y todo muy bonito, fuimos y dijo mi esposa, que ella quería ir al cementerio una sola vez, porque Marisela ella estaba allí pero que su cuerpo, pero ella sabía que estaba con Dios. Y yo, hermanos, como un buen esposo quise acompañarla. Dije, voy a ir y llegamos al cementerio a buscar como acababan de sepultarla, enterrarla, no hallábamos, estábamos buscando y pasamos por allí y vimos una señora que estaba gritando a grito alto y sacándose los cabellos, gritando hermanos, gritando y jalándose los cabellos y nosotros estábamos buscando los resto, dónde había puesto, no habían marcadores y mientras caminábamos esta señora se nos queda viendo, estaba gritando y jalándose los cabellos y gritando, y cuando pasamos por ahí gritó, ¿sabe lo que es perder un hijo? Y volteó y le digo yo, sí, nosotros también acabamos de perder nuestra hija.

Rápidamente me comentó que ella había perdido su hijo en un accidente en México, un hijo de 5 años, en una cacuneta había rodado, había aplastado, lo había matado instantáneamente. Y ella estaba amargada, gritando. De repente el Señor me dijo háblale de mi amor, háblale de mi poder. Ahí en el cementerio, ella se llama Yolanda, le dije, Yolanda, Dios es el único que te puede consolar.

Comencé a presentarle a Cristo, ella después me confesó que su esposo era maestro de la universidad de Fresno de francés. Ella era maestra en la universidad de español y comenzamos a platicar. Era una persona muy educada pero que había perdido sy hijo. Le presenté a Cristo, hermanos, y ella me dijo, yo soy católica, yo no necesito eso. pero le dije, mire Cristo la ama y le va a ayudar en esta situación.

Hermanos, comenzamos a hablarle de Cristo. En dos o tres días trajo a su esposo, le presentamos a Cristo. Aceptaron a Cristo los dos, pero no solo ellos, sino comenzaron a hablarle a toda su familia. De repente, hermanos, doce de ellos, de su familia inmediata aceptaron a Cristo. Hoy la mayoría de ellos son pastores o misioneros en otras partes del mundo. Mis caminos no son nuestros caminos, mis pensamientos no son nuestros pensamientos.

La excelencia del poder de Dios. Dios hace cosas en su voluntad perfecta que nosotros no entendemos. Ahora, cuando veo para atrás sí me duele, hermanos, pero enseguida después de esta conversión, de esta familia, de esta pareja ahí en el cementerio, Dios usó a ella para traer muchos ahora son pastores en California, tiene un hermano en Tejas, otro en México. Dios usó según lo que yo pensaba la pérdida de mi hija para salvar a muchos.

Después llegó palabra profética que Dios me daría otra hija. Gracias a Dios que tengo aquí mi chaparrita Diana, ponte de pie, hija. Estoy muy orgulloso de mi hija, hermanos. .... Dios en mayo se gradúa aquí de Boston University, BU, para comenzar su carrera para estudiar para médica. Ella quiere ser cardióloga. Ya acabó sus primeros cuatro años.

¿Cuántos saben que Dios es grande hermanos? Dios no te da nada, no te quita para darte algo, sino que él te ama tanto, hermano, que necesitamos entender la excelencia del poder de Dios.

yo no se cuántos de ustedes en esta mañana han venido buscando algo de Dios. yo pudiera decirte otras cosas pero lo que Dios puede hacer en un segundo, yo no lo puedo hacer en una media hora.

Los voy a invitar que se pongan sobre sus pies. La excelencia del poder del Espíritu Santo es algo tan grande, tan maravilloso. Yo siento en mi espíritu que hay personas que están pasando por cosas difíciles. Quiero que corran a este altar rápido. Si usted está en una situación, no, no problemitas, problemotes. Algo serio, corra para este alta. Si usted quiere que Dios le de una solución, quiere poder para vencer su enfermedad, sus hijos, siento que hay madres que están perdiendo sus hijos, tienen una enfermedad.

Dios me está enseñando otra persona que esta batallando porque alguien en su familia alcohólica. El alcohol está destruyendo la vida de alguien. Pase, preséntalo, intercede por él. Hay enfermedades, hay cáncer, siento que hay cáncer en la familia de alguien. Oh ¡Aleluya!

La magnificencia del poder de Dios es que Dios es el que hace las cosas. Hay problemas matrimoniales, veo una pareja que está por separarse, ya están por ir al divorcio, la voluntad de Dios es lo que Dios unió el hombre no lo separe. Si tú eres esa pareja, pasa. Yo no quiero saber quién eres, Dios ya sabe.

Hermanos, hay una persona, Dios me está enseñando que tiene problemas al corazón, ha estado llorando mucho. No sé quién es esa persona, ha estado llorando mucho. Oigo tus lágrimas. Veo alguien que un hijo que está en las drogas, aquí por aquí estás en una pandilla, veo a un hijo de alguien en una pandilla. Tu estás preocupado, piensas que lo van a matar.

La magnificencia del poder de Dios te va a dar la solución. Hay alguien que tiene problemas en los huesos, artritis. Siento artritis. ¿Cuántos saben que Dios puede sanar las enfermedades? Él es el que sana tus dolencias. Oh, Jesús. Yo no sé cuántos de ustedes han venido en verdad buscando a Dios pero yo lo siento que él está aquí en esta mañana.

Oh ¡Aleluya! Veo una esposa que está muy preocupada por su esposo. Se está alejando de Dios. Dios te lo puede traer para atrás a tus pies. Entrégalo en las manos de Dios. oh hermanos, Dios está haciendo ya cosas grandes.

Miren hermanos, nadie se preocupe, el espíritu de Dios está tan fuerte aquí ahorita, las personas están cayendo, no se preocupen, es el espíritu de Dios. Yo quiero que usted comience a decirle nuevas fuerzas. Dígale, Señor, necesito nuevas fuerzas. Dígale, necesito nuevas fuerzas.

Yo no sé qué hacer. I don’t know what to do. Pero, ahí viene la excelencia del poder de Dios, hermanos. Yo siento llorar con alguien. Alguien necesita llorar por alguien. Ya no puedes llorar. Hay tratado de llorar por años, estás amargado y tienes amargura de raíz. Llora, sácala y Dios te va a dar algo muy grande en tu vida. Yo necesito algo diferente alguien está diciéndole a Dios, y es.... la excelencia del poder es esto hermanos.

 

Que a lo mejor pensamos que nadie sabe de nuestra necesidad pero Dios sí sabe. No le has dicho a nadie tu problema, pero antes que salga la palabra de tu boca, ya Dios la sabe. Quiero que alguien levante manos en señal de victoria.

Pero no puedo, tengo problemas, pero levántela. Están pesadas, ahorita. Levante manos en señal de victoria. Ahí va, ahí va la presencia de Dios. Yo no lo puedo hacer, pero Dios sí lo está haciendo.

Yo no sé cómo lo vas a hacer, hay problemas económicos en una familia, alguien está perdiendo su casa. No te preocupes Dios da y Dios quita pero el nombre de Dios será glorificado.

Para mañana recibirá respuesta que una financiera te va a refinanciar tu casa. Dios te prosperará. Nuevas fuerzas.

Hay incertidumbre. Hay alguien que tiene mucha incertidumbre para hacer una decisión. Y yo no sé quién pero alguien está batallando para hacer una decisión. No sé si es para escuela, para estudios, para alguna operación, alguien está esperando una noticia muy importante en el correo. Dios te la va a dar. Ahí viene.

La excelencia del poder de Dios es tan grande que no lo podemos explicar. Quiero abraces a alguien que necesita un abrazo. Dios te está enseñando que abraces a alguien. Abrázalo. Abraza a alguien. A veces en la unión está la demostración del espíritu de Dios. A veces se necesita sentir el amor, a veces se necesita sentir el dolor de otra persona.

Algo está pasando en este altar hermanos, que usted no lo puede explicar. Hay lágrimas que salen de un corazón y ahí va el espíritu de Dios. En el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, glorifícate Señor.

Dios es tu consolador. Dios es tu salvador. Jehová es mi socorro. Jehová es mi socorro.

Alguien necesita su cabeza ungida con aceite, hay plagas, hay pensamientos malos, impuros, pero Dios te quiere limpiar en esta mañana. ¡Aleluya! oh hermanos, la dulce presencia de Dios se pasea.

Quiero que alguien levante su mano y la mueva un poquito nomás si usted siente. A ver levante la otra mano y muévalo un poquito. Se siente en el aire la presencia de Dios. la lluvia del Señor está cayendo. Jesús.

Nuevas fuerzas, saldrá victoria, reconciliación, perdón. Alguien necesita perdonar a alguien. El diablo ha puesto la raíz de amargura, tú lo perdonas, para prosperar tienes que perdonar, aquel que tu ofende, amenaza a tus enemigos. En esto conocerá el mundo que sois mis discípulos y que se aman los unos a los otros.

El Espíritu Santo está obrando en alguien ya, hermanos. Hay una persona que necesita trabajo, levante sus mano quien está buscando trabajo. Muévala así, no sé dónde está esa persona. Usted quiere un trabajo mejor.

La magnificencia, la excelencia del poder de Dios es esto que antes que nosotros pidamos Dios ya sabe nuestras necesidades. Voy a pedirle al grupo que cante hermanos, algo, una alabanza a Dios y ya voy a terminar, pero yo sé que no hay mucho tiempo y quiero terminar solamente diciendo esto:

Congregación, iglesia León de Judá, el Señor dice si me buscas me hallaréis, si pides recibiréis, si tocas se te abrirá. La excelencia del poder del Espíritu Santo. Mientras el grupo canta algo yo quiero terminar solamente pidiendo consolación para alguien, alguien está con mucha necesidad de ser consolado. Veo un corazón con muchas heridas, veo un corazón con muchas heridas sangrando. Dios quiere curar tus heridas.

El diablo te ha robado ya por mucho tiempo. Quítale con el poder que Dios te ha dado por medio de su Espíritu Santo. Quítale el terreno que el diablo te ha robado. Palabra profçetica para alguien. Take back what the devil has taken from you.

Quítale al diablo lo que él te ha quitado en el nombre de Jesús. La exceelcnai del poder de Dios, mientras se alaba a Dios manos levantadas, alguien que necesita algo diferente de Dios, tu ya sabes, tienes mucho tiempo sirviendo a Dios pero quieres entrar en otra dimensión espiritual, Dios quiere usar, Dios quiere levantar misioneros, apóstoles, profetas. Esa es la excelencia del poder de Dios.

Por la locura de la predicación salvad a los perdidos en el nombre de Jesús Señor te presento tu pueblo. Señor, yo no los conozco pero tu sí conoces cada corazón, cada familia, cada matrimonio, cada hijo, cada padre, cada madre, cada problema, te lo presentamos en este momento.

Oh, hermanos, hay victoria en esta mañana. Alguien diga victoria. Cuantos le pueden dar un aplauso de victoria al Señor.

¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

oh Jesús, yo quiero hermanos, terminar mientras los hermanos sigan tocando, sigan alabando a Dios, hay un hermoso espíritu de convicción. Habrá alguien que quiere renovar sus votos con Dios, óigame bien hermano pastor, I’m going to step up by faith. Habrá alguien que quiere ser misiones en otro país, no levante su mano porque se va a cumplir, quiere que Dios lo lleve a otro país para predicar su palabra. Levante su mano, una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez.

Diez misioneros para la gloria de Dios, palabra profética de Dios. Habrá alguien que quiere ir a Sudamérica. Levante su mano y muévala. Habrá alguien que quiere ir a Centroamérica y el Caribe, el África, Europa, esta mañana recibí un email de una mexicana que está en Ravigna, Italia abriendo una iglesia. Dios la llevó de México a Italia. No sabe italiano y me escribió diciéndome, hermano pastor, no sé por qué Dios me trajo de México, extraño la tortilla, los tacos, pero Dios me tiene aquí abriendo una iglesia y Dios nos está abriendo puertas.

Quiero decirles hay diez personas que pude contar yo, si alguien escribirá a esta profecía, van a salir 10 misioneros o más de este lugar para predicar su Evangelio. Oh hermanos, yo siento a Kenia, Dios me está enseñando Kenia ahorita. Quién quiere irse para Kenia.

Última cosa que quiero hacer, hermanos, quiero que se ......

 

¿Cuántos están casados? Levanten sus manos los que están casados. ¿Cuántos tienen a su esposo, su esposa aquí presente en este culto? Corra y vaya y tome la mano de su esposo, o de su esposa. Corra. Dios me está enseñando una bendición especial para las parejas. Corra, acérquese a su esposo a su esposa. No le importa los que estén viendo, usted necesita es tu esposa, es tu ayuda idónea que Dios te ha dado. Hay una bendición para algunos matrimonios necesitan reconciliarse. Abrace a su esposa, abrácela, abrácela, pídale perdón, hermano. Pídale perdón a su esposa porque a veces las ofendemos sin saber.

Oh Jesús. Something is happening. Siento una unión familiar hermanos, gracias Señor. Esta es la excelencia del poder de Dios. Tu esposo no está aquí o tu esposa no está aquí tu también puedes interceder, tráelo a la presencia de Dios. Dile, Señor bendice a mi esposo, bendice a mi esposa a dondequiera que ella esté, ayúdala, únela, únela a mí que pueda sentir lo que yo siento por ti Señor.

Reconciliación, perdón, limpia, Señor. Alguien diga, nuevas fuerzas. Alguien dígalo más fuerte, nuevas fuerzas.

La excelencia del poder de Dios. Voy a invitar a nuestro pastor que tome este lugar. Dios les bendiga hermanos, y sigan orando.

Gracias por esas nuevas fuerzas, Señor, que tu nos das en esta mañana. Recibimos tu bendición. We receive that new strenght, Father that comes from your Holy Spirit. Thank you for you word.

Gracias por tu palabra, Señor. Gracias por la inspiración. Recibimos todo lo que tu pones en nuestros corazones. Te damos gracias. ¡Aleluya!. Gracias Señor Jesús. Gracias Señor Jesús. ¡Aleluya! Gracias.

Vamos a cantar un coro antes, vamos a cantar un último coro y con eso somos despedidos. Siga ahí recibiendo.... siga recibiendo lo que el Señor ha puesto en su corazón ahora y échelo ahí dentro en lo hondo de su ser y regrese a su casa sabiendo que ha escuchado palabra de Dios y que Dios tiene bendición para su vida, lo que él ha prometido, él lo ha de cumplir. Agarre ese milagro que usted ha recibido, esa palabra, esa promesa y váyase de aquí segura, seguro de que Dios es fiel para contestar todas sus oraciones.

Gloria al nombre del Señor. amen. Amen. Gracias Jesús. Gracias Señor.

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Las resurrecciones cuestan

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Filipenses Capítulo 3, versículos 13 al 11. Léalo conmigo de alguna manera, creo que está puesto. Pues escúchenlo o léalo en su Biblia. Dice la palabra del Señor, y estas son palabras del Apóstol Pablo hablando a sus lectores en la ciudad de Filipos. Dice el Apóstol Pablo:

“... Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado –en otras palabras, las he considerado-, como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor del cual lo he perdido todo y lo tengo todo por basura para ganar a Cristo y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo. La justicia que es de Dios por la fe....”

ahora ponga su atención en este versículo 10, dice, “... (todo esto que él acaba de explicar), ....a fin de conocerle y el poder de su resurrección y la participación de sus padecimientos llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos....”

Bendiga el Señor su santa palabra. Amen. Hermanos, hoy celebramos, como ya hemos dicho en tantas maneras, la resurrección de Cristo, un evento de gran importancia en toda la cristiandad. En este día se han dado, y se darán celebraciones sobre el evento más transformador y más poderoso que se ha dado en toda la historia de la humanidad: en Asia, en África, en Australia, en Nueva Zelanda, en el Pacífico, en el Atlántico, en Norte América, en Sudamérica, en todos los países y continentes del mundo hay gente ahora mismo como nosotros, celebrando la resurrección de Cristo Jesús.

Eso es algo maravilloso. Es uno de los eventos más sagrados del calendario cristiano, junto con su nacimiento, junto con su crucifixión. La resurrección ocupa un lugar absolutamente esencial.

Ahora bien, hay por lo menos 3 dimensiones que se desprenden del hecho de la resurrección. Hay por menos 3 consecuencias muy grandes teológicas y prácticas que se desprenden del hecho de que Cristo ha resucitado.

Primeramente, el hecho de que Cristo ha resucitado es una promesa para nosotros de vida eterna. ¿Cuántos entienden lo que estoy diciendo? Quiere decir eso que como Cristo resucitó nosotros también vamos a ser resucitados. Gloria al Señor. Así lo dice el Apóstol Pablo en Primera de Corintios, Capítulo 15, que él es hecho primicia de entre los muertos. Muchos lo han seguido a él en su resurrección desde que él resucitó y nosotros, si él no viene antes, le seguiremos también.

Para el Hijo de Dios no hay muerte sino simplemente pasar de una vida inferior a una vida eterna y perfecta en Cristo Jesús porque él abrió el camino, él resucito y nos garantiza a nosotros también nuestra propia resurrección, primera consecuencia.

Segunda consecuencia: la resurrección de Cristo valida el carácter, la naturaleza mesiánica, divina de Jesús. Los Apóstoles en sus primeros sermones registrados en el Libro de los Hechos, empleaban la resurrección de Cristo como una tarjeta de validación de su carácter como Mesías, como el Hijo de Dios. Ellos decían, como Dios lo resucitó de entre los muertos, eso es prueba de que él es aquel que Dios ha enviado para intermediar entre él y la humanidad.

La resurrección de Cristo es algo único. Ninguna otra religión basa sus creencias en un fundador resucitado. Los demás fundadores de las grandes religiones, sabemos dónde está su tumba o sabemos del día en que murieron, pero no se habla de resurrección, se habla de otras cosas, pero resucitado corporalmente de entre los muertos, históricamente, como lo vimos ahí en un pequeño momento de una de las presentaciones, resucitado en cuerpo, cuando le dijo a Tomás ‘mete tu mano mi costado y mira las heridas de mis manos’, comiendo pescado con sus discípulos al final de uno de los Evangelios, eso no lo reclama ninguna otra religión.

Nuestro fundador, Cristo Jesús, es el Hijo de Dios y por eso Dios lo levantó de entre los muertos. Muy importante, segunda consecuencia. Y hay todavía una tercera consecuencias muy práctica y es que como Cristo resucitó de entre los muertos, cada uno de nosotros podemos vivir en el poder de la resurrección ahora en esta vida. Gloria al Señor.

Eso quiere decir que Dios ha desatado un poder, al resucitar a Cristo y vencer la muerte, él también venció todo lo que la muerte representa en este mundo: enfermedad, pobreza, tristeza, depresiones, derrotas, ataduras espirituales y mentales; todo eso Cristo rompió las ligaduras, y al resucitar él nos delegó a nosotros el poder para vivir vidas victoriosas. Lo más importante es eso, yo puedo vivir una vida victoriosa sobre la enfermedad, la depresión, la pobreza, los problemas, el pecado en esta vida por medio del poder que resucitó a Cristo Jesús.

Puedo vivir una vida resurrecta, en otras palabras, aquí en la tierra mientras espero mi resurrección definitiva y eterna. Y eso es una consecuencia muy importante y la voy a aclarar un poquito más por lo importante que es. Porque muchos cristianos no nos percatamos al entrar en la vida cristiana que estamos entrando en una dimensión de poder, de victoria, de promesa, de luminosidad, de esperanza, de rotura de ligaduras por medio del que la derrotó todo, en la cruz y en la resurrección.

Les doy dos ejemplos de esto. Uno de ellos, ya lo vimos aquí con estas dos hermanas que cantaron ese precioso himno y que elaboraron dramáticamente el encuentro de las dos Marías con el Cristo resucitado.

Usted ve a estas dos mujeres que van fielmente a ungir el cuerpo de su Maestro, que ellas piensan que está muerto. Para ellas no hay esperanza de que él ha resucitado, ellas piensan que él ha sido derrotado, pero todavía tienen sano deseo de bendecir y honrar el cuerpo de su Maestro.

¿Cuántos cristianos hay que aman a Dios y tienen un sano deseo de honrar a Dios? Pero como estas mujeres no saben que ya Dios ha desatado un poder a través de Cristo resucitado, Jesucristo no está muerto, está vivo como dice una canción por allí. Entonces, ellas están asustadas y preocupadas diciendo ‘¿quién nos removerá la piedra?’ Porque hay una piedra que cubre la tumba de Jesús. Fue puesta una gran piedra, era cueva y ponían un piedra, la rodaban para cubrirla. No había puertas en esos tiempos como nosotros las conocemos.

Ellas están preocupadas, quieren ungir el cuerpo de su Maestro y están caminando por fe pero se preocupan porque no tienen la fuerza. Pero ¿qué pasa? Dice la Biblia que cuando ellas llegan allí un ángel poderoso desciende del cielo, hay una luminosidad tremenda, el ángel quita la piedra y se sienta sobre ella, en señal de la victoria, de la resurrección, sobre la muerte y sobre todo obstáculo que se interpone entre nosotros y el Cristo resucitado.

Y el Señor sale y les dice, ‘Yo he resucitado, vayan y testifiquen de mi resurrección’. Ya los obstáculos de la vida no se ponían interponer entre esas mujeres y la gloriosa resurrección de Jesús. Y así nosotros, hermanos, podemos saber que todo problema en nuestra vida, toda dificultad en nuestra vida está vencida por la gloria de la resurrección.

Otro texto que nos afirma esto, yo lo encuentro en Efesios, Capítulo 1, versículo 17 al 21, donde el Apóstol Pablo ora, dice él:

“... para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo nos de a nosotros espíritu de sabiduría y de revelación, nos de entendimiento en otras palabras, para que sepamos cuál es la esperanza a que él nos ha llamado, y cuál es la riqueza de la gloria de la herencia que Dios nos ha dado a nosotros, y cuál la supereminente grandeza, es decir, aquí hay palabras repetitivas, la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos....”

Fíjese, esperanza, riquezas, poder, todas esas cosas, según dice la operación del poder de su fuerza. ¿Qué es lo que hace posible la riqueza, la esperanza, el poder? La operación del poder de su fuerza. Dice;

“... el cual operó en Cristo resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales....”

En otras palabras, Dios quiere que tu sepas, mi hermano, mi hermana que el mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos está dentro de ti ahora, y que tu puedes confrontar toda situación en tu vida porque el poder de la resurrección de Cristo se mueve en ti ahora, aquí y siempre. Recuerda eso. Es muy importante esa tercera consecuencia de la resurrección de Cristo.

En esta mañana, hermanos, resumo, tenemos que recordar que Dios quiere que vivamos vidas victoriosas por medio del poder que levantó a Cristo de los muertos. Su victoria sobre la muerte hoy nos garantiza victoria sobre la vida. Esta vida imperfecta donde la muerte asoma su cabeza por todas partes en el sufrimiento, en la enfermedad, en el pecado, en los conflictos, en los problemas económicos y familiares. Hermano, yo quiero decirte que todas esas piedras han sido removidas por medio del Cristo de la resurrección.

Ahora nosotros podríamos terminar aquí, yo podría cerrar este sermón, hacer un llamado, y ya ustedes podrían irse a comer jamón allá en su casa de Easter y a celebrar el resto del día, pero no tienen tal suerte se los voy a decir. Todavía queda un poquito más. Falta en realidad la parte más importante de este sermón, falta lo que yo llamaría la parte profética de este sermón.

Así que amárrense los cinturones ahí, póngase cómodo. Hermanos, Dios me ha dicho, lo voy a poner de esa manera, que les diga a ustedes en esta tarde lo siguiente, escuche bien, y este es el título de este sermón: ‘Las resurrecciones cuestan’.

Y Dios me dio ese texto de Filipenses 3:7 al 11 para fundamentar esta declaración y esta enseñanza que quiero dejar con ustedes. Y en la vida del Apóstol Pablo, en las palabras del Apóstol Pablo, tenemos ese llamado a da uno de nosotros en esta tarde a considerar el precio de vivir en el poder de la resurrección. Porque yo no puedo solamente declarar, ‘oh, sí tenemos el poder de la resurrección’, ¿cómo accedemos a ese poder? ¿Cómo aprendemos a usarlo? ¿Cómo nos convertimos en instrumentos de ese poder? ¿Cómo puedo yo aprender a usar la gloria de la resurrección? ¿Y qué tengo yo que hacer para que ese poder pueda caber dentro de mí y correr libremente a través de mí?

Pablo nos enseña tanto en sus palabras como en su vida. el Apóstol Pablo era un hombre que sabía vivir en el poder de la resurrección. Pablo muestra esto por su conducta victoriosa en su encarcelamiento. ¿Saben ustedes que Pablo escribe esta carta a los filipenses mientras está en una cárcel romana? Algunos historiadores dicen que estaba atado 24 horas al día por una larga cadena, siempre a un soldado romano. Y si iba al baño tenía que ir con ese soldado. Si comía tenía que comer con ese soldado. Si dormía, relevaban, siempre había un soldado pegado a él. Estaba en una mazmorra romana y por sus escritos sabemos que él no sabía si iba a salir con la cabeza encima de los hombros cuando terminara su prueba, no estaba seguro de su vida. Estaba allí esperando ser visto por el emperador y podían darle un fallo sí o no. Y de paso su vida sí terminó siendo ejecutado, no sabemos cuándo. Posiblemente no fue esta vez, pero en algún momento de vida Pablo sí terminó siendo ejecutado por su fe.

La mayoría de nosotros nos hubiéramos deprimido en circunstancias similares, pero de ese encarcelamiento de Pablo sale una de las cartas más hermosas y más llenas de gozo y de gracia que se han escrito en la Biblia y yo creo que en toda la literatura humana, la Epístola a los filipenses, de la cual yo estoy leyendo. Que se haya llamado la epístola del gozo, porque Pablo dice una y otra vez ‘regocijaos, otra vez os digo regocijaos, por nada estéis afanosos....’ dice el Apóstol Pablo, el Señor está cerca.

En otra parte dice, ‘vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres, gloria al Señor...” Y en otra parte dice, “... en vez de estar afanosos, dejen conocer sus peticiones ante el Padre, dice, y el Dios de paz guardará vuestra mente y corazón en Cristo Jesús, Señor nuestro..” Gloria a Dios.

Pablo escribió una carta llena de ánimo, gozo, paz, mientras estaba en una cárcel romana. Ese es, hermanos, el triunfo de la resurrección, ese es el poder de la resurrección. La mayoría de nosotros se hubiera deprimido y hubiéramos tirado la toalla y hubiéramos dicho, bueno, I didn’t sign up for this. Yo no firmé para este tipo de sufrimiento.

El poder de Dios también se manifestó elocuentemente en la vida de Pablo a través de un ministerio glorioso y poderoso, una palabra luminosa, una revelación como ningún otro hombre recibió revelación en toda la historia, sanidades. Pablo caminaba, dice la Biblia, a veces en la calle y su sombra caía sobre alguien y esa persona era sanada, paños.

Sabe que Yiye Ávila no inventó lo de los paños esos, de orar por los paños para que la gente se sane. El primero que lo hizo fue Pablo, si lo hubiera hecho otro hubiéramos dicho, oh, eso es una locura, eso es oscurantismo. No, Pablo lo hizo, él oraba y pañuelos que él había usado tocaban a la gente y eran sanados. Un hombre poderoso, el poder de la resurrección, un evangelista tremendo.

Profecía salió de su boca, dones se manifestaron en todas las dimensiones. Pablo decía, ‘yo hablo lenguas más que todos vosotros...’ y no lo decía de una manera arrogante. El poder de la resurrección se manifestó en el Apóstol Pablo, tanto en su victoria sobre las adversidades y los problemas de la vida, y los sufrimientos como también en una vida poderosísima sobre el mal, y sobre la muerte y los demonios, y las enfermedades.

Pero ¿saben qué? hermanos, el poder no le llegó a Pablo fácilmente, tuvo que padecer mucho. Y aquí me voy adelantando en la materia que les estoy presentando. Pablo pagó un alto precio en sufrimientos, adversidad y todo tipo de pruebas que él tuvo que pasar a través de su vida y su ministerio.

Ahí tenemos en Segunda de corintios, Capítulo 11, versículos 23 y 29, un largo recuento, 7 versículos largos le tomó a Pablo enumerar todas las cosas que él tuvo que padecer en su ministerio:

“... azotes, persecución de los judíos, naufragios, encarcelamientos, lo apedrearon varias veces y lo dejaron por muerte...”

a mi me tiran una sola piedra y ya yo digo, ‘renuncio, me voy para mi casa.’ A Pablo lo apedrearon varias veces. Un hombre que padeció en carne propia lo que es la lucha del Evangelio. Él tuvo que pagar un alto precio. Yo me imagino que la gente habrá visto, ‘oh los enfermos se sanan por la sombra de Pablo y habrán dicho, oh, yo quiero eso’. oh, Pablo impone manos y la gente recibe el bautismo del Espíritu Santo como Simón el mago, que quería pagarle al dinero, y Pablo dijo, ‘tu dinero perezca contigo, tu no sabes lo que estás pidiendo’.

Muchas veces vemos el poder de Dios correr a través de una vida, vemos gente llena del Espíritu Santo, vemos gente viviendo vidas victoriosas, vemos gente reflejando el gozo del Señor en medio de los sufrimientos y los padecimientos y decimos, ‘guau, yo quiero eso’, pero a veces que detrás de eso hay un precio que se ha pagado. Hay mucho padecimiento, hay mucho sufrimiento, hay mucha prueba, hay mucho dolor que se ha pasado, hay mucho trato de Dios, hay mucho cortar sobre la mesa de operaciones para que esa persona llegue a la libertad, a la ligereza de espíritu, a la liviandad que le permite caminar victoriosamente la vida cristiana.

Hay mucho que sufrir en la fe, hermanos. ¿Saben lo que más le costó a Pablo? lo que más le costó a él fue el tener que despojarse de sí mismo, de su ilustre pasado, de su bagaje personal, de todo lo que él consideraba valioso e importante en la vida. En Filipenses 3:4 al 6, versículos anteriores a los que leímos, Pablo de su pedigrí, habla de sus logros y credenciales según la carne, humanamente hablando.

Pablo hubiera podido decir, ‘yo me gradué de la mejor universidad en EEUU, yo me gané un salario de 6 cifras, yo enseñé en el mejor seminario de todo EEUU. Yo era conocido como una persona de autoridad y los presidentes consultaban mi sabiduría’.

Pablo hubiera podido decir, ‘yo nací en una familia ilustre, la mejor familia de mi ciudad y pertenezco a un linaje familiar de gente noble con grandes títulos a su nombre’. Todas estas cosas Pablo podía decirlas porque fueron una realidad en su vida. él estudió con el mejor maestro de su tiempo. Él fue miembro del Sanedrín, se cree, el grupo más selecto de rabinos judíos que tenían autoridad civil además de autoridad espiritual. Él era un hombre de gran autoridad y tenía cartas para perseguir a la iglesia y encarcelar a la gente, porque tenía poder y tenía autoridad.

Y en Filipenses 3:7 al 8, esos versículos que nosotros acabamos de leer, él dice, hermanos, que ha tenido que dejarlo todo y considerar todo eso que para él era sus credenciales de grandeza, ha tenido que considerar todo eso como basura para ganar a Cristo. Estiércol es la palabra en el griego original, todo eso que tanto placer le da a un hombre, Pablo tuvo que despojarse de todo eso y considerarlo que como si eso fuera nada y peor que nada, como si fuera algo de lo cual había que huir porque era desagradable.

Pablo tuvo que echar a la basura toda su educación, su teología, su posición social, su familia para poder ser cristiano y entrar en un llamado apostólico. Si Pablo se hubiera aferrado a todo eso, hubiera vivido una vida entre comillas, normal, pero se hubiera perdido la gloria de su apostolado.

Hermanos, ¿cuántos de ustedes les gusta vivir una vida normal? A mí me encantaría vivir una vida normal. Yo les decía a los hermanos esta mañana que a veces cuando yo veo a esa gente despreocupadamente, leyendo una buena revista en Starbucks un domingo por la mañana mientras yo voy manejando hacia la iglesia para predicar y para servir al Señor durante el día, les confieso que a veces a mí me gustaría vivir una vida normal, de vez en cuando, aunque sea 8 domingos al año, poder levantarme por la mañana con unas pantuflas y leer todo el New York Times, desde la primera hasta la última página, y disfrutar de una vida, entre comillas, normal. Y cuando yo los veo a ustedes allí tan bonitos sentados, con su esposa, o su hermano, o su hija o lo que sea, tan relajados mientras yo estoy aquí sudando la gota gorda predicándole a ustedes, a mi me gustaría vivir una vida normal también.

Pero ¿saben qué? Yo he entendido muy claro que el que quiere moño alto tiene que aguantar jalones, dicen por allí. El que quiere gloria en Dios tiene que pagar el precio. El que quiere ser usado por Dios tiene que abandonar la idea de vivir una vida normal y cómoda, hermanos. El que quiere que el poder de Cristo corra a través de su vida, tiene que estar dispuesto a sangrar, tiene que estar dispuesto a sudar, tiene que estar dispuesto a derramar lágrimas, tiene que estar dispuesto a pasar noches en vela, tiene que estar dispuesto a buscar la unción de Dios, tiene que estar dispuesto a dejar cosas que ama y que no son malas en si pero que son un obstáculo para que la gloria de Dios corra a través de su vida.

El camino al poder, a la victoria, a la grandeza moral que le permite escribir la luminosa carta a los filipenses en la cárcel, es el haberse despojado de cosas atractivas que eran un impedimento para entrar en el poder del Cristo resucitado.

Si Pablo, cuando Cristo se le revela, hubiera dicho, ‘no Señor, si yo te acepto a ti mis colegas me van a dejar, mi familia me va a desheredar, mis hermanos judíos me van a perseguir, yo voy a ser un don nadie, voy a perder mis títulos, voy a perder mis credenciales, voy a perder mi salario, voy a perder mi posición social’, Cristo hubiera dicho, ‘está bien, Pablo, no te preocupes, sigue adelante nos veremos por allá en algún sitio, no creo que va a ser bueno pero nos veremos de todas maneras en un momento.’

Y Pablo hubiera podido vivir su vida normalmente pero se hubiera perdido esa gloriosa victoria de ser un hombre usado en una manera extraordinaria por el poder de Dios. Mire que los fariseos, los judíos en general prefirieron el confort de su religión y su cultura a la gloria de conocer y recibir al Mesías.

Pero ¿Qué pasó? Se quedaron en estériles. Su religión no tuvo el poder y de hecho vino la gran persecución romana que destruyó a todo Jerusalén y los judíos vagaron por el mundo por casi 2000 años antes de poder volver a su patria porque cuando usted se aferra a la vida ilegítimamente y usted prefiere su vida a la vida que Cristo da, paradójicamente usted pierde su vida.

Por eso Cristo dice, ‘el que pierda su vida la ganará y el que gane su vida la perderá’. El que quiere preservar su vida, el que quiere preservar su normalidad, el que quiere preservarse tal y como es y no está dispuesto a ceder su vida y las cosas que valora a Cristo, nunca llegará a conocer e valor de la resurrección.

Cristo dice que si el grano de trigo no cae a tierra y muere se queda solito, un solo grano, pero si muere, lleva mucho fruto. Ese es el misterio de la vida cristiana, hermanos, y yo quisiera tener lengua de poeta o lengua de ángel para decirles una y otra vez, hermanos, ese es el corazón de la vida cristiana. El hecho de dejar cosas que amamos y que son importantes y ponerlas sobre el altar para que nosotros podamos experimentar el poder de la resurrección en nuestras vidas. Lo que amamos, lo que valoramos, lo que nos importa, tenemos que estar dispuestos a dárselo al Señor para que la gloria de Dios pueda moverse en nosotros.

Cuando Dios le pidió a Abraham que le entregara a su hijo, su único hijo a un hombre de ciento y pico de años, que tiene un solo hijo que ha esperado toda su vida y Dios se lo ha dado, y al final de su vida Dios le dice, ‘entrégame ese hijo y sacrifícamelo’. Abraham le hubiera podido decir, ‘No, Señor, gracias yo amo a mi hijo demasiado, tu me lo diste, ahora me lo voy a disfrutar hasta el último día’, y hubiera podido hacerlo. Pero Abraham no le negó a Dios su único hijo, y ¿saben qué? Dios le dijo ‘Abraham, está bien’. Cuando Abraham ya iba a meterle el puñal a su hijo, Dios le manda un ángel que le diga ‘No, Abraham, ya, y por cuanto no estaba dispuesto a negarme tu hijo, como estabas dispuesto a dármelo, yo te voy a bendecir de manera que tu descendencia va a ser tan numerosa que si el mar con su arena no se puede contar, sus granos de arenas, así tampoco se podrá contar tu descendencia’.

Y durante miles de años toda una humanidad ha descendido espiritualmente de ese hombre de fe que se llama Abraham. Porque estuvo dispuesto a despojarse de lo que amaba.

Filipenses 3:7 al 9, los primeros 3 versículos que yo leí son un preámbulo al versículo 10 que es el más importante todos. El versículo 10 dice aquí:

“... a fin de conocer a Cristo, a fin de conocerle, dice, y el poder de su resurrección y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte.’

Tres o cuatro cosas importantes: a fin de conocerle, el poder de su resurrección, la participación de sus padecimientos, y llegar a ser semejante a él en su muerte.

Mire esto, a fin de conocer a Cristo. Para conocer a Cristo hay que caminar el mismo camino que él anduvo, dice la palabra del Señor. ¿Y cuál fue el camino que Cristo anduvo? Léase Filipenses Capítulo 2, versículo 5 al 11, donde dice allí que Cristo, siendo igual a Dios no se aferró a ser igual a Dios sino que se despojó a sí mismo, se vació a sí mismo en obediencia al Padre, para salvar a la humanidad y vivió una vida de humildad, de obediencia, de sujeción a la voluntad del Padre. Y eso es lo que nosotros tenemos que hacer, si queremos tener el poder, si queremos conocer a Cristo, tenemos que conocerlo en lo que él anduvo, en el camino que él anduvo y eso quiere decir que tenemos que vivir de la misma manera, en humildad, en sujeción al Padre, en obediencia, en santidad, en darle al Señor todo lo que él quiera de nosotros.

Jesús decía que él no hablaba nada sino lo oía primero de su Padre, y no hacía nada si su Papá no se lo mandaba. Oh que nosotros podamos andar en esa obediencia en nuestra propia vida. Hermanos, mi deseo y tu deseo debe ser siempre darle al Señor todo lo que él nos pida, entregarle al Señor todo aquello que se interponga entre él y nosotros. ¿Cuántos pueden decir amen a eso? Hermano, que tu vida sea un continuo desangrarte, un continuo despojarte, que tu camino y el rastro que tu dejes en tu vida sea simplemente soltando cosas, que la gente pueda seguir tu camino y sepas donde tu estás porque detrás de ti, tu vas dejando cosas que no agradan al Señor, porque tu estás comprometido a que tu vida sea una vida de entrega total al Señor, de despojo continuo para que tu puedas conocer a Jesús. Si queremos conocer a Jesús tenemos que andar como él anduvo.

Y entonces Pablo añade, dice, “... y quiero conocerle a él y el poder de su resurrección....

Para conocer el poder de la resurrección hay que despojarse de muchas cosas que amamos pero que son obstáculos. Al poder de la resurrección no se llega sino por medio de someternos a la disciplina divina y al entrenamiento del soldado cristiano. Si tu quieres el poder de la resurrección, hermano, dale al Señor cosas.

Muchas veces nosotros decimos ‘oh sí yo quiero conocer a Cristo’, pero nos aguantamos cuando podemos hacer algo a favor del Reino de Dios. Yo veo a estos hermanos aquí hermosos adorando al Señor y bendiciéndonos con su música y su presentación pero ¿sabe usted que detrás de este momento glorioso hay horas, y horas de ensayo? Hay mucho trabajo, se han invertido literalmente, si usted suma las horas, yo diría, cientos de horas en ese momento glorioso. Gente ha tenido que preparar cánticos, músicos han tenido que venir en la noche a ensayar, y ha tenido que invertirse dinero y tiempo y muchas otras cosas. Óigame, pero qué gloria se desprende de esa inversión. Y yo digo, oh, si el pueblo de Dios entendiera eso, si el pueblo de Dios entendiera que dentro de ti hay un depósito de gracia, de poder, de energía que Dios quiere usar, pero te vas a tener que desangrar, vas a tener que pagar un precio, vas a tener que incomodarte, vas a tener que sacrificar tu privacidad, vas a tener que salir de tu casita deliciosa a una temperatura sub-congelada para venir a la casa del Señor.

Vas a tener que ir a tus clases de discipulado, vas a tener que levantarte media hora antes por la mañana para leer la palabra de Dios y tener un tiempo devocional. vas a tener que llevar a tu hijito, tu hijita al culto de los jóvenes cuando tu querrías quedarte en tu casa porque es viernes en la noche, ya tu has pagado el precio toda la semana trabajando y eso es lo que quieres hacer, pero tu dices, ‘no, buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, las demás cosas vendrán por añadidura. Y yo quiero que mi hijo, que mi hija reciba la palabra de Dios, yo voy a invertir en eso, que cuando tu iglesia tiene una necesidad financiera, tu das porque tu sabes que tu Padre celestial es más que fiel para reponerte todo lo que tu inviertas en el Reino de Dios, que en vez de tu deleitarte con cosas que no agradan al Señor, en lecturas indebidas y en entretenimientos que te empobrecen espiritualmente, tu dices, ‘no, yo voy a ayunar de esas cosas para que la unción de Dios pueda correr con más poder y más libertad a través de mi vida’. Y tu vives una vida de perpetuo ayuno porque están siempre entregándole cosas al Señor porque tu quieres conocer a Jesús y conocerlo en el poder de su resurrección.

Yo he aprendido que en la medida en que yo me vacío y le doy al Señor cosas que yo amo, el Señor corre con más poder y más facilidad a través de mi vida, y yo experimento más el gozo del Señor, y corro la carrera de la fe con más ligereza, y Dios me puede usar más, y disfruto más del poder de Dios que corre a través de mi. Y veo el privilegio de servir al Señor en vidas que se salvan.

Todos nosotros queremos dar fruto, todos nosotros queremos ver la bendición de Dios correr a través de nuestra vida. Hay un precio que pagar, hay que vaciarse, hay que despojarse, hay que sufrir, hay que confesar, hay que abandonar, hay que dejarse cortar sobre la mesa de operaciones del cirujano divino, hay que vivir como un muerto en vida, hay que despojarse de cosas. La vida cristiana debe ser una vida de perpetuo despojamiento, de perpetuo ayuno, pero ¿saben qué? Pero aún mientras tu te eximes de disfrutar esas cosas, hay un disfrute espiritual que tu sientes en tu corazón y que tu te ves ser un padre, una madres espiritual y tu ves el poder de Dios manifestarse en tu vida, y tu puedes decir, ‘yo conozco a Cristo y lo conozco en el poder de su resurrección, porque yo veo su resurrección manifestarse a través de mi vida’. A la vida de fruto, de efectividad, de victoria, de poder no se llega sino por medio de entrega continua.

Y Pablo añade finalmente, “....y la participación de sus padecimientos...”

Nosotros podemos decir Amen a conocer a Cristo, podemos decir amen al poder de la resurrección, ¿pero cuántos podemos decir amen a la participación de sus padecimientos? Ahí es como que calladitos nos vamos separando de esa declaración. Pero Pablo dice quiero conocerlo en la participación de sus padecimientos. ¿Por qué? Porque para conocer el poder de Cristo de la resurrección, hay que conocer los padecimientos del Cristo de la crucifixión.

Termino con una ilustración de Romanos, Capítulo 6 versículos 5 al 8. El mismo Apóstol Pablo que escribe lo otro, dice:

“...porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección....”

¿Usted ve aquí hermano, unido la muerte con la resurrección? ¿Sabe usted que cuando nosotros nos bautizamos en las aguas, y nos sumerge el pastor en las aguas, y hace así, nosotros entramos bajo las aguas, y por un instante nos perdemos al mundo.

En la teología cristiana ese instante de inmersión en las aguas es como morir y cuando el pastor lo saca de nuevo es el momento de la resurrección: muerte y resurrección están unidos en la vida cristiana.

Y Pablo añade, “... sabiendo esto que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él para que el cuerpo del pecado sea destruido a fin de que no sirvamos más al pecado...”

Hermanos, Pablo dice nuestro viejo hombre, nuestra vieja naturaleza, nuestros viejos pre requisitos, y privilegios y preferencias, todo eso ya fue crucificado, fue neutralizado, fue matado, en otras palabras, por lo menos en el espíritu y el pecado que nos ataba, tenemos que cada día someterlo más y más al cuchillo de Dios, todo lo que impida que la naturaleza divina se manifieste en nosotros.

Dice, “... porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado y si morimos con Cristo creemos que también viviremos con él....” ¡Aleluya! Dice, “... así también vosotros consideraos muertos al pecados pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.”

En otras palabras, hermanos, hay que morir para vivir, hay que ser crucificado para ser resucitado, hay que vivir el viernes de la crucifixión para participar del domingo de la resurrección.

Voy a pedir que los músicos vayan pasando por acá. Hermanos, en un día como hoy, domingo de resurrección se predican muchas superficialidades en las iglesias, se levanta mucho polvo, se hacen muchas declaraciones, se celebran muchos privilegios de la resurrección pero muchas veces no se aclara el principio que hay detrás y por eso hay mucho creyente que no está viviendo en el poder de la resurrección aunque nos dicen continuamente que ese es nuestro domicilio espiritual. Porque no se nos aclara que hay un camino al poder de la resurrección y es el camino del auto despojo, vivir una vida consagrada al Señor, no más gracia barata, no más querer ser gente de poder y de prosperidad, si no somos gente de crucifixión, si no somos gente de santidad, si no somos gente de consagración, si no somos gente de servicio, si no somos gente de devoción, si no somos gente de lectura de la palabra, si no somos gente de ayunar, si no somos gente de entregarle al Señor los hábitos que amamos y las prerrogativas y los privilegios que amamos, si no somos gente que cuando el Señor me dice, o te dice, ‘mira, eso no me agrada’, enseguida decimos, ‘Claro Señor, tómalo, tómalo, no te preocupes. ¿Qué más, te puedo dar algo más? No importa que sea la cosa que más amamos, el que vive así vive una vida de poder y todos nosotros tenemos cosas que tenemos que entregarle al Señor.

Diga amen. Yo soy el primero. Usted me ve aquí arriba predicando esto y yo digo, ‘Señor, me escandalizo de lo que estoy diciendo’ porque el primero que es cortado por lo que predico soy yo.

A mi me asusta predicar muchas veces de esta manera porque yo digo, ‘Padre, me he subido bien alto, si me descalabro de allí no me pueden recoger los pedazos. Es una alta enseñanza, es un gran mensaje que nos corta a todos nosotros.’

Hermanos, yo tengo una palabra profética y se la voy a leer, un párrafo: hoy Dios nos dice, congregación León de Judá, escucha esto bien, escucha esto bien. Esta es la palabra de Dios para ti y para mí. Hijos, yo quiero soltar el poder de la resurrección de mi Hijo sobre ustedes pero necesito que me entreguen sus vidas, que se sometan a mi trato, que me dejen operar sobre ustedes y cortar muchas cosas que no son de mi agrado. Estas cosas impiden que mi poder corra libremente a través de ustedes y que ustedes puedan experimentar el poder, el fruto, la victoria continua de una vida resurrecta. Anden por el mismo camino que mi Hijo anduvo, el camino de la obediencia, la santidad, la auto entrega, el despojo de sí mismo, la consagración total a mi voluntad. Si están dispuestos a hacer esto entonces yo entraré con todo el poder de la resurrección y haré posible que ustedes puedan vivir en ese mismo poder por el resto de sus vidas.

Esa es la palabra del Señor para ti y para mí en esta tarde, palabra del Señor, palabra profética del corazón de Dios. Yo quiero que tu bajes tu cabeza y ores conmigo. Lo primero que tenemos que hacer es confesarle a Dios que no estamos viviendo a ese nivel, pero queremos hacerlo. Así que dile:

“Padre, aunque no he vivido a ese nivel, pero quiero vivir a ese nivel, ayúdame. Yo reconozco que es allí donde tu me necesitas. No más cristianismo barato, no más cristianismo religioso, no más cristianismo simbólico. Yo quiero vivir un cristianismo auténtico, un cristianismo de batalla, de trinchera. Yo quiero vivir un cristianismo como mi fundador, quiero vivir a la altura del supremo llamado en Cristo Jesús. Quiero ser un soldado que pelee la batalla legítimamente con las armas de Dios, en el estilo de Dios, en la trinchera de Dios padeciendo como mi fundador, pagando el precio, caminando como él anduvo’.

Dile así al Señor y dile ‘yo sé que no he estado a la altura pero quiero estar a la altura, y declaro mi vida sometida a Cristo. Me arrepiento de aferrarme a lo que me gusta, pero que impide que yo entre en todo el poder de la resurrección. Me arrepiento y lo entrego.’

Y ahora Padre, te pido ayúdame a vivir una vida victoriosa, a ser un hombre, una mujer luminosa, a ser una persona íntegra, ética, que refleje el carácter de mi fundador, de mi Maestro, mi rabino, mi Señor, que yo honre a mi Maestro con la vida que yo viva. Entrego todas mis prerrogativas al Señor ahora.

Y por último yo quiero invitar a cualquier persona que haya venido en este día y que todavía no ha entregado su vida al Señor. Esta oración que acabamos de hacer es para todos los que están en la fe, que necesitan ir a un nivel más alto. Pero hay algunos que todavía no están en la fe y necesitan entrar en la fe del Hijo de Dios y necesitan entregar su corazón a Jesucristo y decir, ‘Yo también me uno ahora a esa vida cristiana’.

Y yo quiero invitarte a ti a reflexionar un momento. Si todavía no has entregado tu vida a Jesús yo quiero que tu salgas de aquí habiéndolo hecho, porque es un gran privilegio y es una gran bendición y va a soltar una vida y un poder y una transformación maravillosas, nunca vas a ser el mismo o la misma después de eso. Así que yo quiero invitarte en esta tarde, si eres joven, si eres adulto, si eres anciano, hombre, mujer, a considerar entregar tu vida al Señor y como Pablo lo hizo en el camino a Damasco, cuando el Señor lo llamó él dijo, ‘¿qué quieres que yo haga?’ Y el Señor le dijo, ‘Vete a un tal sitio, allá se te dirá lo que tienes que hacer’.

Y cuando tu aceptes a Jesús el Señor te va a decir, ‘Mira, yo te voy a esconder por un tiempo y yo te voy a decir lo que tu tienes que hacer de aquí en adelante. Vamos a tener tratos tú y yo, y yo te voy a enseñar el camino que debes andar, y yo te voy a ceñir y te voy a llevar donde tu quizás no quisieras ir, pero confía en mí porque yo te voy a llevar a un lugar seguro y mis tratos contigo van a ser buenos y yo te voy a bendecir más de lo que podrías ser bendecido sin mí.’

Así que yo quiero invitar, yo quiero hacer un llamado en esta tarde, si hay alguien en este lugar que no ha recibido a Cristo como Señor y salvador, quiero pedirte que tengas el valor de levantar tu mano ahora mismo y ofrecer tu vida al Señor Jesús.

¿Habrá alguien que quiera entregar su vida? Yo bendigo esa mano que se levanta aquí a mi izquierda. ¿Habrá alguien más? Yo se que hay algunos más aquí y quiero invitarles. Dios te bendiga, mi hermana, alguien más. Este es un tiempo precioso, qué mejor día para recordar que hoy yo le entregué mi vida al Señor, que el día de resurrección. Te marcará por el resto de tu vida.

Levanta tu mano y entrega tu vida al Señor. Tenga el valor. Muchos no entregan sus vidas.... este jovencito aquí también, muchos no entregan su vida.... allí detrás también, a Cristo porque dicen, ‘me da vergüenza, no quiero hacer esto delante de tantos extraños. Ah, eso es para evangélicos’, pero quieren hacerlo, en su corazón sienten un toque del Espíritu Santo, quieren hacerlo. Hay una lucha. Ahí comienza, hay que sacrificar cosas. Hay que entregar la dignidad, el sentido de elegancia, privacidad, autoridad que uno tiene. Todas esas cosas hay que ponerlas a los pies del Señor.

Humíllate, entrégate al Señor. ¿Habrá alguien más? Levanta tu mano. Yo te bendigo hermana, aquí. ¿Hay alguien más? Yo se que atrás también, reconozco esa mano. ¿Hay por aquí alguien? Allí detrás también, Dios te bendiga. ¿Alguien más? Yo sé que hay otros aquí.

Hermano, esto es serio y es un tiempo precioso, una oportunidad preciosa, no se lo pierda. No se pierda esa bendición. Aquí alguien creo que levantó la mano. Qué bendición. Yo sé que hay otros más que quieren entregar sus vidas al Señor. Gloria a Dios.

El Señor los ve, yo quizás no los veo pero el Señor los está viendo, no se preocupe. Si hay alguien. Quiero comenzar a invitarles, pasen aquí adelante y quiero que alguien de los que están cerca de ellos, un cristiano ya entregado venga y los acompañe. Venga por acá. Todas esas manos que se levantaron, vengan ustedes por acá un momentito. Eso es parte del morir, parte de entregar, parte de sangrar, parte de atreverse. Hermanos, y en eso hay bendición. Ahí comienzas tú a morir ya, ahí comienzas el camino de la obediencias, ahí comienzas el camino de conocer lo que es despojarse de cosas que tu amas.

Ven aquí al altar. Vengan aquí muchos al altar de Dios. Vengan aquí ahora y entreguen su vida al Señor. Y quiero que, hermanos, oren con ellos. Hermanos y hermanas en la fe, vengan y oren con ellos, oren con ellos y declárenlos miembros del Reino de Dios. ¡Aleluya!

Si hay alguien más, ven corriendo aquí y entrega tu vida al Señor. Y quiero que este sea un momento precioso de solidaridad con aquellos que entregan su vida al Señor. Que no se quede alguien sin cobertura espiritual ahora mismo.

Praise the Lord. Gloria al Señor. Venga por acá rápidamente. Venga por aquí y ore por su hermano, o venga usted y reciba a Cristo y entregue su vida al Señor Jesús. La unción de Dios está aquí para salvar, para sanar, para liberar y para hacer cosas transformadoras, así que hay tiempo. Pasen por acá.

Let the spirit touch your life. Commit your life to the Lord. Let him walk with you and you walk with him and let him do his work. Don’t try to do his work for him. Let him do the work. You may have too many doubts in your mind as to what’s going to happen, how it’s going to take place. Don’t worry about that. Just come and yield your life before Jesús.

¡Aleluya! ¡Aleluya! Entrega tu vida al Señor. Y yo quiero que ustedes, hermanos y hermanas, oren conmigo esta oración. Escuchen y repitan conmigo calladamente. Di conmigo:

Señor Jesús, entrego mi vida a ti y abro mi corazón y te recibo como mi Señor, mi dueño, y mi salvador. Reconozco que tú eres el Hijo de Dios y que tienes poder para salvarme. Y reconozco que tu resucitaste al tercer día y que estás sentado a la diestra de Dios y hoy yo declaro que mi vida te pertenece y me arrepiento de mis pecados y pido perdón por ellos. Quiero caminar contigo y que tu camines conmigo. Entra a mi corazón, entra a mi corazón y siéntate en el trono de mi vida.

¡Aleluya! hermano, Cristo dice que si alguno le abre la puerta él entra y él va a cenar contigo y tu con él. Recuerda eso. y quiero pedirte otra cosa más ahora, escucha. Invita al Espíritu Santo a entrar a tu vida, porque cuando entra Cristo también el Espíritu Santo quiere entrar. Cristo quiere bautizarte con Espíritu Santo y fuego, dice la palabra. Él quiere instalar dentro de ti el poder de la resurrección. Él quiere que su Espíritu Santo corra a través de ti para que tu puedas vivir una vida victoriosa.

Él no quiere que tu vivas a la defensiva, comiendo de cucharita. Él quiere que tu te sirvas con la cuchara grande. Él quiere matar el becerro gordo y celebrar fiesta contigo. Él quiere que tu caminar cristiano sea un caminar abundante, y por eso pídele al Señor que te bautice con el Espíritu Santo ahora mismo. Di, Espíritu Santo, dile, Espíritu Santo bautízame. Di, Espíritu Santo lléname. Espíritu Santo entra en mi vida y corre a través de mí como ríos de agua viva.

Ahora yo digo, recibe el bautismo del Espíritu Santo. Y di conmigo, lo recibo. Di conmigo, recibo el bautismo del Espíritu Santo. Di conmigo, recibo la llenura del Espíritu Santo. Y ustedes oren por ellos para que reciban esa llenura del Espíritu Santo.

Yo declaro que al ustedes decirlo, declararlo y recibirlo, eso se hace una realidad ahora mismo, en el nombre de Jesús, yo declaro cristianos victoriosos, cristianos poderosos, cristianos transformados, cristianos electrificados por el poder del Espíritu Santo.

Así que tienes dos personas dentro de ti: tienes el Hijo y tienes el Espíritu Santo y el Padre también se mete allí contigo. Tienes la Trinidad completa. Recuerda eso, el Espíritu Santo está dentro de ti para que salten ríos de agua viva de tu interior, para que haya entendimiento de la palabra de Dios, para que haya poder para servir al Señor. Declaro la llenura y el bautismo del Espíritu Santo. Recíbelo y adora al Señor ahora. Dile gracias y profetiza y adóralo. Dile gracias al Señor, tienes autoridad ahora para hacerlo. Ya no eres un novato, no eres una persona que se está allegando, tú eres un miembro fidedigno del Reino de Dios así que puedes adorarlo. Comienza a adorarlo, estrena tus nuevas armas ahora y dile, te adoro, Señor, te bendigo y te doy gracias. Me declaro libre, me declaro sano, me declaro lleno del espíritu. Gloria, glorifica al nombre del Señor. ¡Aleluya! Gloria al nombre de Jesús. Dios es bueno y para siempre su misericordia, están llenos del Espíritu Santo y están llenos del espíritu de Jesucristo. Hermanos, sean bendecidos en este día y llénense ustedes también de la gloria de Dios en esta tarde. Amen y amen.

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Llamados a conocer al Señor en sus padecimientos

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Esta es una noche de lo que llamamos sentimientos encontrados. Eso quiere decir, sentimientos en conflicto. En esta noche he estado, mientras escucho las alabanzas y el gozo que hay aquí, la adoración yo sé que para personas que vienen de una tradición más litúrgica, es la palabra más que se adhieren al calendario formal de la iglesia, por ejemplo, los que vienen de tradiciones católicas o episcopales por el estilo, puede parecer un poquito extraño que en una noche de viernes Santo haya tanto gozo y la manifestación de tanta alegría y aplausos, y música movida y todo esto, porque estamos acostumbrados a que Viernes Santo es una noche en que la gente no va a ningún baile, por lo menos las personas que son piadosas, y es más, yo creo que ni se come carne.

Yo he estado tan alejado de esa tradición, ¿verdad que sí? Y hasta la gente ayuna y se aflige y todo esto en recordatorio del Viernes Santo que es el día en que recordamos el padecimiento extremado de Jesús en la cruz y su arresto y su azote y todas las cosas que componen esa pasión que llamamos así, usando esa palabra de Jesucristo, y yo creo que hay algo muy bello en eso definitivamente, déjenme decirles. No estoy yendo en contra. Yo creo que hay un lugar para la solemnidad en la vida del pueblo de Dios, hay un lugar para afligir el alma en un sentido, no como un estado permanente, sino para recordar como hacer recordatorio, yo creo que a veces los evangélicos somos un poquito superficiales en ese sentido y hemos perdido la bendición también como de pasar por esos procesos y ensayar en nuestro espíritu lo que costó verdaderamente nuestra salvación y como que a veces tendemos a saltar apresuradamente al gozo y a la celebración y perdemos el beneficio de atravesar un poco por el proceso y recordar el precio que pagó nuestro Señor Jesucristo.

Pero yo creo que también podemos cometer el error de quedarnos demasiado en ese lugar de sufrimiento y de padecimiento y amarlo tanto por su producto y lo que ha alcanzado, que como que congelamos la historia y nos quedamos congelados en ese momento de la cruz y del padecimiento y la aflicción y la sangre. Y entonces como que nos olvidamos de que la vida cristiana, como resultado de ese proceso, es una vida ahora de celebración también y de gozo.

Entonces como que tenemos esas dos energías viviendo, o tratando de convivir dentro de nosotros. y es bueno que no perdamos esa tensión muchas veces, es bueno que vivamos en la tensión del Viernes de crucifixión, el sábado del Señor estar debajo de la tierra, o no debajo de la tierra, pero en el sentido, hoy en día lo hacemos así, él estuvo en una cueva, pero estuvo encerrado, y dice la Biblia que descendió a los lugares más profundos espirituales.

Hay un lugar para eso y hay un lugar también para la celebración y la resurrección, y estas dos cosas tenemos que mantenerlas en tensión a través de nuestra vida cristiana y no olvidar una cosa ni la otra. Sin la cruz Cristo sería un gran Maestro y un gran expositor de los principios espirituales, pero no habría salvación. Y sin la resurrección hubiera sido un gran mártir, un genio espiritual, una persona entregada completamente al bienestar de la humanidad pero hubiera sido simplemente una figura más. Tampoco hubiera habido sanidad para la humanidad ni la esperanza de nuestra propia resurrección, porque él es el primero, el primogénito de entre los muertos. Eso quiere decir que nosotros lo seguimos a él, ¿verdad?

Entonces hay esa tensión y ese habitar entre el dolor y la oscuridad de la crucifixión, del Viernes Santo, y la luz, la victoria, el gozo evidente del domingo de la resurrección. Y muchas veces nuestras vidas se mueven entre esos dos extremos, ¿verdad que sí? Y nosotros también somos llamados a, en un sentido a efectuar ese mismo proceso en nuestras vidas como creyentes.

El Apóstol Pablo habla de que quiere conocer el poder de Jesucristo y dice también ‘y conocerlo en sus padecimientos’. Y nosotros, hermanos, estamos llamados también a conocer al Señor en sus padecimientos, pero también en su victoria, y nuestra vida, si el Espíritu Santo se está moviendo entre nosotros va a manifestar esas dos dimensiones: la cruz, el Viernes, y también el levantarnos de la tumba, el domingo. Y en el medio, a veces la oscuridad de los infiernos, el valle de sombra de muerte, la espera de la resurrección, el depender absolutamente del Dios que nos va a levantar de nuestras crisis, de nuestros padecimientos y el preguntarnos, ‘¿se hará el domingo? ¿Vendrá el domingo de resurrección?

Porque muchos de nosotros pasamos y estamos pasando y hemos pasado por esos procesos, ¿sí o no? Amen. Y ese es el misterio de la vida cristiana, y por eso en esta noche se mezclan las dos cosas: se mezcla la mención de la cruz, se mezcla la mención del sufrimiento de nuestro Señor, pero también hay gozo, y hay alegría y hay celebración y hay exaltación y aplauso y regocijo en lo que el Señor ha conseguido por nosotros.

Y yo veo esa tensión en Isaías, Capítulo 53. Quizás el texto más misterioso y maravilloso que hay en la Escritura porque fue escrito cientos de años, cientos de años antes de que Cristo apareciera sobre la tierra y llevara a cabo su sacrificio en la cruz. Esto es uno de los textos que yo creo que si uno se acerca a ese texto, sin prejuicios ni resistencia previa a lo que dice y lo que el misterio que ese texto encarna e implica, yo creo que es muy difícil no salir de una lectura de este texto, sea uno evangélico, sea uno católico, ... sin decir, ‘guau, esto es misterioso’, porque hay demasiado paralelo entre lo que el profeta Isaías, cientos de años antes de que se diera el drama de la cruz, de la crucifixión, establece y lo que se da en efecto, a través de la vida de Jesucristo.

Ahora, mirando este texto con dos mil años de experiencia y de lectura del Nuevo Testamento y de la lectura de lo que Jesús alcanzó en la cruz escrito por diferentes hombres del los Evangelios y los textos de Pablo, de Pedro, de Juan, Santiago, el escritor de Hebreos, uno se da cuenta que esa gente no podía haber conspirado para escribir el Nuevo Testamento de manera que encajara tan bien con lo que Isaías declara. Ellos no se reunieron y dijeron, ‘bueno, ya tenemos a Jesús, él es nuestro patriarca y vamos ahora a escribir de manera que eso que escribió Isaías quepa dentro de la vida de él’.

No fue así. Ellos no se comunicaron entre sí. Estos textos fueron escritos, del Nuevo Testamento, en diferentes épocas. No había email, no había televisión, no había teléfono, esta gente no se podían comunicar entre sí, y sin embargo su interpretación de la vida de Jesús y el ministerio de Jesús es como una realización de lo que el profeta Isaías declara que alcanzará un ser que se llama, en la teología ‘el siervo sufriente’, cientos de años antes. El propio Isaías no sabía, me imagino, cuando estaba escribiendo que esto se refería a una persona específica que iba a venir. yo estoy seguro que él simplemente estaba escribiendo bajo la unción del Espíritu Santo y pone estas cosas aquí, pero él no pudo jamás imaginarse cómo es que eso se iba a realizar. Inclusive, los mismos fariseos y teólogos del judaísmo no entendieron que ese texto se aplicaba a Jesús.

Ahora, lea conmigo el versículo 4, este texto me vino esta mañana así como un ‘puf’, me lo pusieron en la mente, me lo implantaron allí, y yo dije, eso es lo que tengo que señalar ante el pueblo esta noche.

Isaías 53:4 dice, “... ciertamente llevó él.... – recuerde, esto es un judío de siglos antes de Jesús, antes de que nadie se imaginara la cruz y que un hombre iba a ser crucificado, y que ese hombre se iba a llamar el Hijo de Dios y que su muerte y su sangre iban a... nada de eso, eso no existe en nada de la teología hebrea y no existe en ningún mito, aunque hay mitos que admiten la muerte de un héroe, y todas estas cosas, pero de esta manera específica jamás.

Entonces el profeta Isaías dice, “.... ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido, más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados....”

Dice, todos nosotros, la humanidad entera, “... nos descarriamos como ovejas desperdigadas por todas partes, cada cual se apartó por su propio camino más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros....”

Imagínese esa intuición teológica espiritual del profeta Isaías, del Padre, Jehová, el Dios de los hebreos, el Dios de la humanidad según la teología judía, cargando, cogiendo todos los pecados de todos los hombres, recogiéndolos con una aspiradora espiritual, los hombres desde el pasado, el presente en que escribe Isaías y el futuro, cogiendo todos los pecados de cada individuo, haciendo una masa terriblemente grande, en términos espirituales, poniendo todo eso sobre los hombros de un ser misterioso.

Jehová cargó en él el pecado de todos. Digan ‘todos’. Eso es tu pecado, el mío, el de nuestros hijos, nuestros nietos, antepasados, los aztecas, cuando estaban en Tenochitlán, allá en México, y los asiáticos, en sus áreas por allá, cientos y cientos de años, los romanos, todos. El pecado de todos nosotros él lo cargó. Dios, Jehová, lo cargó. ¿Cómo lo cargó? Lo cargó administrativamente, espiritualmente, místicamente, no me pregunte cómo se dio esa transacción espiritual, pero Dios lo hizo. Él se aseguró de que todos los pecados de la humanidad fueran tomados, arropados y tirados sobre él.

Y de ahí se iba a determinar qué iba a pasar con esos pecados más adelante, según lo que cada uno de nosotros haga con esa transacción divina, ese misterio divino.

“...Angustiado él y afligido no abrió su boca, como cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante sus trasquiladores enmudeció y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado, y su generación quién la contará, porque no la hay, porque fue cortado de la tierra de los vivientes y por la rebelión de mi pueblo fue herido y se dispuso con los impíos su sepultura, más con los ricos fue en su muerte aunque nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca....”

Ahí hay un misterio que nos tomaría días en dilucidar y desmontar en todas las piezas que lo componen. Pero lo que yo veo aquí en este pasaje brevemente son tres cosas: veo un precio, veo un proceso, y veo un premio. Precio, proceso y premio. Y estas tres cosas son lo que Isaías quiere que nosotros entendamos acerca del ministerio de Jesús en la cruz del calvario.

¿Qué fue lo que estaba pasando allí? ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué estaba Dios llevando a cabo y cumpliendo por medio de esto? ¿Qué es la cruz? ¿Qué es la crucifixión? ¿Qué alcanza? ¿Por qué es necesario? ¿Cuál es su resultado? Judicialmente en la mente de Dios ¿por qué era necesario que esto necesario? ¿Por qué era necesario que Jesús, el Hijo de Dios, muriera en la cruz y derramara su sangre? ¿Para qué?

Tenemos que entender primeramente el pecado de la humanidad. Tenemos que entender la mente de Dios, tenemos que entender la naturaleza divina. Tenemos que entender una ley que Dios dictó cuando creó al hombre y le dijo ‘no comas de ese árbol porque de cierto, el día que comas de él vas a morir’. Y Adán y Eva eran representantes en sus lomos, en su persona, ellos tenían la autoridad como padres biológicos de los que habían de venir, ellos le delegarían a todos sus descendientes por los siglos de los siglos el mismo germen, la misma consecuencia espiritual, como los padres muchas veces le legamos a nuestros hijos nuestro temperamento y nuestra herencia espiritual y biológica, nuestras características.

Cuando el hombre allí, ese hombre prototípico en el Edén viola los mandamientos del Señor y rompe esa esencial obediencia al Padre, se desata un mal un toda la humanidad. El virus del pecado correrá y las consecuencias del pecado también correrán. Cada uno de nosotros peca, ofende a Dios, viola las leyes de Dios de maneras pequeñas y grandes, eso es una consecuencia del mismo mundo en que habitamos. Nadie puede no pecar y por lo tanto nadie puede no morir eternamente a menos que algo suceda desde afuera que cambie ese curso. Y eso fue lo que pasó.

Dios dictó una ley y desde ahí en adelante Dios tuvo que resolver su propio dilema. La humanidad ha pecado y yo no quiero matarlos, yo no quiero que mueran eternamente, esta criatura yo la amo. Y entonces Dios idea una solución y es que su justicia sea satisfecha. Tiene que haber muerte por medio de alguien que pague el precio, alguien que sea los suficientemente grande, lo suficientemente puro, lo suficientemente todopoderoso para que su vida tenga un precio tan y tan grande, tan infinito que sea capaz de cubrir todos los pecados de toda la humanidad, que no haya déficit.

Y el único ser que podía alcanzar eso era un ser divino y ese es el Hijo de Dios. Y Dios entonces lo hace, esto es todo un proceso judicial, lo hace entrar en forma humana, lo hace encarnar en hombre, adquirir la naturaleza humana, vivir como hombre, vivir perfectamente porque si peca, entonces ya su muerte no es una muerte judicialmente satisfactoria, ya es otro pecador más muriendo como tiene que morir. Cristo no podía pecar, tenía que vivir una vida pura y entonces subir a la cruz y simbólica, judicialmente derramar sangre.

Él no necesitaba derramar más que una gota de sangre y eso era suficiente. Hace poco unos abogados, no voy a entrar en mucho detalles por razones de privacidad, es interesante cómo piensan los abogados y cómo piensan los jueces. Los abogados pidieron tratando de defender a una persona, una condena de un año y un día. ¿Por qué un día? Porque ese día ponía a la persona en una categoría judicial que le era ventajosa. Ese día, 24 horas, soltaba una serie de consecuencias legales que eran importantísimas.

Uno que no sabe de leyes puede decir, ‘uy, qué pedante, un año y un día’. Ese diíta era bien importante porque en el mundo judicial lo que valen son los precedentes, los símbolos, cosas así.

Entonces, el Señor solo necesitaba derramar una gota de sangre y morir y ya eso era todo lo necesario judicialmente para que se satisficiera la justicia de Dios. y esa gota de sangre derramada por un hombre perfecto que también era un Dios perfecto, por su humanidad el Señor puede empalmar con nuestra humanidad y representarnos a nosotros y sanarnos a nosotros. Y por su divinidad él tiene suficiente poder y suficiente valor para pagar el precio de todos nosotros. ¿Usted entiende?

Eso estaba Dios resolviéndolo. Por eso es que yo digo que hay un proceso en todo esto. Y todo eso se está resolviendo allí en la cruz. Y por eso cuando leemos dice, ‘él llevó nuestras enfermedades...’

Hay un proceso y hay precio también, el precio es que él tenía que pagar por nosotros y el precio era tremendo sufrimiento para el Señor. El precio fue él en su cuerpo llevar nuestras enfermedades. Por eso es que nosotros oramos por sanidad, porque la Biblia dice judicialmente que en la cruz él también arrastró nuestras enfermedades. ¿Por qué? Porque las enfermedades son consecuencia del pecado.

Si el hombre no hubiera pecado no hubiera enfermedad y no hubiera muerte en la tierra. Entonces, el Señor al morir por nosotros también judicialmente lleva nuestras enfermedades. Dice también, “.... lleva nuestros dolores...”

¿Sabe que el precio fue que el Señor, no me pregunte cómo, ahí en la cruz él padeció todo el dolor de la humanidad como solamente Dios podía hacerlo? Sus hombros tenían que ser infinitamente poderosos. El marco de sus emociones tenía que ser tan y tan grande que pudiera resistir el dolor de la humanidad. El Señor llevó nuestras enfermedades físicas, nuestros dolores emocionales, fue azotado por nuestro..... Nosotros merecíamos ser azotados, él fue azotado por nosotros. Fue herido de Dios, fíjese eso, el Padre mismo lo hirió. Dios hirió a su Hijo. Dios puso en agonía a su Hijo para que nosotros no fuéramos heridos. Ese fue el precio y el proceso allí juntos. Él fue abatido, él sintió en ese momento una máxima depresión.

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

Ese proceso y ese precio, herido por nuestras rebeliones. Sabes que tus rebeliones del siglo XXI, y lo que te costaba eso, el Señor lo llevó en el siglo primero, el gasto, el precio de tus rebeliones, tus pecados. Él fue molido, su cuerpo fue triturado por tus pecados.

Y dice, “... el castigo de nuestra paz fue sobre él...”

¿Sabes tu que Cristo padeció tremenda agonía para que tu y yo podamos tener paz? Y paz dentro de nosotros, y paz con Dios, y paz unos con los otros. Todas esas cosas, el Señor, su castigo alcanzó nuestra paz.

Dice, “.....antes éramos enemigos de Dios y ahora somos amigos de Dios por su castigo. Y por su llaga fuimos nosotros curados....”

Fíjate, dice fuimos nosotros curados, fuimos sanados, fuimos salvados, y todo este proceso está allí. Yo veo algo, por una parte nosotros. Hay dos enfoques aquí; nosotros, los beneficios que recibimos, lo que causamos que el Señor tuviera que sufrir. Por otra parte está el enfoque sobre él, lo que él está sufriendo y lo que él está alcanzando por medio de su sufrimiento.

Dice, “... todos nosotros nos descarriamos como ovejas...”

Eso es algo bien importante. Sabe, mi hermano, mi hermana, que hasta que tu no reconoces eso el Evangelio comienza cuando cada uno de nosotros reconoce que ‘mira, yo soy un pecador y yo merezco la muerte y yo por más bueno que yo sea, más honesto, más trabajador, más filantrópico, más generoso, más buen padre, más buen esposo, eso no me hace nada. Yo soy pecador.

Dice la Biblia “... por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios....”

Es necesario eso. hay un pasaje en la Escritura, en el Libro de los Hechos, no tenemos tiempo para elaborarlo, cuando el eunuco que viene de Etiopía está leyendo el libro de Isaías, está leyendo precisamente eso, “...todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino...”

Es el pasaje que leía el eunuco en Isaías cuando Felipe es enviado por el Espíritu Santo para predicarle el Evangelio. Y dice la Biblia que comenzando con ese pasaje Felipe le explicó todo lo que había sucedido con Jesús y el Evangelio se lo explicó de allí.

Por qué el Espíritu Santo iluminó al eunuco para que leyera, uno de los primeros gentiles. Ese eunuco se fue para Etiopía y de hecho, históricamente los etíopes han sido una raza que ha estado muy en contacto con el Evangelio y con el judaísmo. Hay un misterio allí. Este hombre era un alto oficial, y nos imaginamos que él regresó a su país llevando el Evangelio.

Pero interesantemente, mire dónde comienza la exposición de Felipe, una de las primeras exposiciones del Evangelio a un hombre es con ese pasaje. ¿Por qué? Porque ahí es donde comienza el Evangelio es cuando yo reconozco que yo, personalmente, hay un drama, hay una controversia entre Dios y yo y solamente Cristo la puede resolver. Y yo tengo que reconocer que soy pecador. Yo tengo que reconocer que por más esfuerzo que yo haga yo no puedo justificarme delante de Dios. Yo tengo que humillarme delante de Dios. yo tengo que pedirle perdón a Dios. Yo tengo que reconocer que si no fuera por Cristo, yo sería un pobre diablo destinado al infierno.

Ahí es donde comienza la salvación y si en esta noche hay aquí una persona que todavía no ha entendido eso en su corazón, yo te suplico que te obligues a ti mismo a pasar por ese proceso de reconocimiento. Yo he pecado contra Dios, yo he ofendido a Dios. si yo no tengo a Cristo yo estoy en déficit con Dios y solamente por medio de Cristo, yo puedo pagar ese déficit y recibir salvación y reconciliación con Dios. Porque todos nosotros nos descarriamos.

Pero sin embargo, el Señor cargó en él ese pecado y eso es lo que nosotros celebramos en esta noche: todo eso, su angustia, su aflicción, el hecho de que no abrió su boca, fue llevado mansamente. Sabes, el Señor dijo una vez cuando estaba ahí dijo, yo podría mandar legiones de ángeles que vinieran y me salvaran de esta crucifixión, pero no lo hizo. Le dieron vinagre, una mezcla que se cree que era como un tipo de droga que daban a los crucificados para aminorar un poquito sus sufrimientos. Aún ese imperio cruel romano que sometía a la gente a la crucifixión tenía un poquito de misericordia y les administraba una mezcla de hierbas que los drogaba un poco y aminoraba un poquito su dolor. ¿Y sabe lo que hizo Jesucristo? Él no quiso tomarlo. ¿Por qué? Porque él sabía que él tenía que pagar hasta el último centavo. Él tenía que sentir el dolor en plenitud, él tenía que sufrirlo todo. Él tenía que pasar absolutamente ese momento sin ninguna ayuda de ningún tipo. Él no podía protestar, él no podía quejarse, él tenía que reconocer que lo que él estaba padeciendo era absolutamente justo, necesario y efectivo. Y no podía haber intervenciones de ningún tipo que interfirieran con eso. Por eso fue que él no abrió su boca, fue manso, se dejó azotar, se dejó poner la cruz, la cargó. Hizo todo lo que le pidieron que hiciera porque era necesario que se cumpliese toda la ley.

Y todo eso lo describe: no se abrió su boca, fue quitado por juicio su generación, quién la contará. Usted ve ahí el precio y ve el proceso. Eso es lo que nosotros reconocemos en una noche como esta: el precio y quién fue que lo llevó a la cruz. Fuimos nosotros, fuimos esa raza que se apartó, que se rebeló, que hirió a Dios. Somos nosotros, cuando nosotros pecamos, cuando hacemos las cosas que sabemos que no debemos hacer. Cuando nuestra humanidad y nuestros pecados nos arrastran a hacer cosas, nosotros estamos ahí ejemplificando este pasaje. Por eso es que cuando yo hago algo que no está conforme a la voluntad de Dios yo tengo que recordar, ah, yo entiendo por qué Cristo tuvo que pasar lo que pasó.

Él estaba cubriendo ese momento ahora, en que yo estoy haciendo algo contrario a la voluntad de Dios, una gota de sangre por así decirlo de Jesús, viene y cae sobre ese momento y lo cubre, si yo estoy en Cristo e impide que yo tenga que ir al infierno porque ya él administrativamente allí, hay una vasta reserva de gracia que siempre está cayendo, salpicando momentos, acciones, circunstancias, individuos, cada vez que hay una infracción de la ley y una persona está administrativamente bajo el sacrificio de Cristo, una gota de sangre de Jesús se suelta para cubrir ese momento, siempre y cuando nosotros nos mantengamos unidos a lo que Cristo hizo en la cruz.

Precio, proceso judicial, pero también un producto, un premio, hay un premio para nosotros y un premio para él. El premio para nosotros es salvación, vida eterna, reconciliación con Dios, acceso al Padre, acceso al trono de la gracia, no hay más condenación.

Dice el escritor de Hebreos que nos acerquemos confiadamente al trono de la gracia por ese camino ancho y despejado que Cristo abrió por medio de su cruz. Ese es el premio, el premio es que tu yo ahora no tenemos que acercarnos al Padre con miedo, con nauseas de terror y de incertidumbre, no tenemos que estar ahí begging, suplicando en un sentido barato a Dios. No, podemos venir con humildad, con mansedumbre, pero podemos venir con plena confianza al trono de la gracia, y sabemos que estamos cubiertos con la sangre de Jesús. Podemos celebrar, podemos gozarnos, podemos alabar, podemos pedirle al Señor cosas buenas, podemos esperar bendición para el futuro, podemos aprender de Dios, podemos besar su nombre y esperar bendiciones, sanidades, milagros y que sus dones van a correr en nuestra vida, todas esas cosas las podemos esperar porque él se dio en la cruz del calvario.

Hay un premio para nosotros y ¿saben qué? Un premio para él también. Con esto terminamos. Miren el versículo 10 en la segunda parte de ese versículo dice, “... cuando haya puesto su vida en expiación....”

Recuerde, esto lo está escribiendo Isaías, un hombre de siglos antes de Cristo, un profeta antes de que todo eso se de. Él también sabía que algo iba a pasar con ese ser sufriente.

Dice, “...cuando haya expuesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada...”

Fíjese, a veces los profetas profetizan y no saben las plenas consecuencias de lo que están diciendo. Él solamente dice, “... vivirá por largos días...” ¿Saben qué? That’s an understatement. That’s the understatement of the ages, “... vivirá por largos días...” Cristo vive por toda la eternidad.

Dice la Biblia en Filipenses, Capítulo 2, que por cuanto Cristo se hizo sufriente y esclavo y dio su vida, dice, “... por lo cual Dios le dio un nombre que es sobre todo nombre para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla de lo que está en los cielos, en la tierra, y debajo de la tierra....”

Es decir, Dios lo exaltó hasta lo sumo, lo levantó otra vez, esa muerte, ese precio, ese sufrimiento, todo ese aspecto judicial, todo ese padecimiento era para que se cumpliese la Escritura, pero cuando se cumplió la Escritura, cuando Cristo dijo, ‘consumado es...’ ya comenzó el proceso de ya no es más el siervo sufriente, ahora tu eres mi Hijo amado, ahora yo te levanto otra vez, yo te devuelvo tu gloria, toda tu divinidad sin ningún tipo de ambivalencia, ni ambigüedades, ni complejidades y te pongo otra vez en tu trono donde tienes que estar.

“... vivirá por largos días, la voluntad de Jehová será en su mano prosperada, verá linaje...”

Óigame, ¿qué linaje tiene Jesús? Billones y billones de almas redimidas y salvadas por su sangre derramada en la cruz. Ese que nunca se casó, que nunca tuvo hijos tiene hijos espirituales por todas las edades, una humanidad salvada por su sangre en la cruz.

“... verá linaje, vivirá por largos de días, la voluntad de Jehová será en su mano prosperada...”

Hermanos, dice la Biblia que un día toda la autoridad en esta tierra que ahora está tan resistida, le será entregada en las manos a Jesucristo. Los que no lo quieran aceptar van a ser destruidos y completamente apartados y sacados de la economía humana y solamente quedarán los que doblan su rodilla ante Cristo Jesús y reconocen su señorío. Y toda la autoridad le será entregada en su mano de manera que ya no haya resistencia a la voluntad de Dios aquí en la tierra. Aún el diablo y sus ángeles serán atados y echados al lago de fuego y azufre. No habrá resistencia a la voluntad de Dios ya. Y la voluntad de Dios será prosperada en sus manos por medio de él, y entonces el Hijo tomará esa autoridad que le es entregada a él sin cuestionamiento de ningún tipo y se la entrega al Padre. Eso dice la palabra.

Un día se dará esa transacción administrativa también, y la voluntad del Padre entonces, en esta tierra no tendrá resistencia de ningún tipo, será perfectamente canalizada en los mares, en los aires, en los árboles, en los peces, en los cuadrúpedos y en la humanidad, en los planetas, en las galaxias, en el átomo, en el cosmos, y el micro y el macro cosmos, todo, la voluntad del Señor correrá perfectamente porque Cristo hizo la obra en la cruz del calvario.

Dice la Biblia que él verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho. Gloria al Señor. Usted se imagina cuando el Señor mira aún ahora, en esta imperfección que se llama la iglesia, y en una noche como esta, él ve hombres y mujeres y jóvenes como los que están aquí, ancianos, gente de todas las culturas, los grupos étnicos, los colores, los géneros, todo eso, aquí reunidos, adorando el nombre del Señor y él mira desde su trono así sobre la tierra y ve a congregación León de Judá y dice, ‘guau, valió la pena, valió la pena, valió la pena mi sacrificio’.

Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho, pero más que eso, un día él verá a toda una humanidad redimida, cantando el cántico de los salvos y dirá ‘valió la pena, valió la pena’. Y verá una humanidad recreada, una naturaleza nueva, nuevos caminos, nuevos átomos que compondrán una materia totalmente redimida de su enemistad ahora mismo y su humillación, una naturaleza sanada, ríos que no tendrán contaminación, pájaros que cantarán con lenguajes que no podremos jamás imaginar sus notas, nosotros sanados de todas nuestras distorsiones, deformaciones, pecados, ataduras.

Hermanos, y el Señor mirará todo eso y dirá ‘Valió la pena’. Quiera el Señor en esta noche que cada uno de nosotros que está aquí esté seguro de que nosotros estamos dentro de ese plan. Quiero pedir que los músicos pasen por aquí. Quiera el Señor que cada uno de los que están aquí, tu y yo, no haya duda de lo que yo he declarado en esta noche y lo que la palabra de Dios ha declarado se aplica a tu vida porque tu hayas reconocido tu pecado, hayas reconocido tu parte en este proceso, hayas atado tu vida y tu destino y el proceso de tu vida al drama cósmico de Jesús y su cruz y que tu puedas decir ahora, ‘Yo me ato, me uno, no pongo barreras entre el drama de ese siervo sufriente y mi propio drama, su carrera y mi carrera, su destino y mi destino, su precio y mi beneficio. Y que tu digas, ‘ok, yo voy a escribir mi nombre sobre ese contrato que Dios ha descrito en el Libro de Isaías, y yo pongo mi voluntad, mi corazón y mi destino lo ato a ese drama que describe el profeta Isaías.’

Si tu no has hecho eso, por qué no hacerlo en esta noche. Yo quiero asegurarme. Voy a peinar esta iglesia ahora mismo con un peine bien fino, lo vamos a pasar por aquí, por allá arriba también, de manera que nos aseguremos que nadie se quede sin haber entrado en este maravilloso proceso que describe el profeta Isaías. Si tu no lo has hecho por qué no lo haces esta noche, por qué no recibes lo que yo he estado declarando aquí. ¿Por qué no dices, yo entiendo el proceso, yo entiendo el precio y yo entiendo el premio? Y yo me uno a eso, y yo digo, sí Señor, creo que esto me aplica a mí y pongo mi nombre y digo amen y levanto mi mano y salgo de esta noche con mi nombre escrito dentro de ese drama.

Bajemos nuestras cabezas un momento. Yo quiero invitarte en esta noche a unirte al drama que elabora el profeta Isaías. Quizás tu no lo habías entendido bien antes y estabas ahí a medias, pero esta noche tu vas a querer afirmarlo, si no lo has hecho antes, y quizás nunca lo has hecho, has estado resistiendo porque no entendías exactamente qué es lo que Dios esperaba y por qué lo hizo y qué quería alcanzar, pero esta noche tu lo has entendido y tu quieres entrar en eso. Cualquiera que sea tu situación, tu condición yo quiero darte una oportunidad en esta noche para que entres plenamente.

I want to give you a chance, young person, whoever it is. I hope everyone is paying attention to me right now. This is a very important moment and I really want you to pay attention. This is very serious. If you have not given your life and you have not acknowledged the seriousness of what we are elaborating here, I want to ask you to really take a step of faith and unite yourself to this drama that has been presented here.

Yo quiero que des un paso de fe en esta noche, si no lo has hecho antes y que oremos contigo y que todos oremos para unirnos a esta situación que describe aquí el profeta Isaías. Si hay alguien esta noche que siente que quiere dar ese paso de fe y que necesita darlo, quiero que levantes tu mano para orar por ti. Amen.

Esa jovencita allí detrás, también.

Yes, that’s fine. No, lift your hand. That’s beautiful, that’s beautiful.

Aquí hay una mano que se levanta también. Allí atrás hay otra mano que se levanta. No sé si arriba también, levante su mano, aquí, este varón, este joven aquí también. Gloria al Señor.

¿Alguien más? Levante su mano sin temor. Recuerde, es importante que nosotros entremos en estos dramas y que recordemos la importancia de ellos. No subestimemos la importancia de estas cosas. Levantar la mano puede parecer algo raro y sin consecuencia, pero es bien importante en términos espirituales.

Y no te preocupes, poco a poco Dios irá llevando tu vida hacia un entendimiento pleno de lo que esto quiere decir, pero yo te invito en esta noche a hacerlo. No te preocupes, no es con León de Judá que tu estás haciendo el compromiso, recuerda eso, es con el Evangelio que ha sido predicado, de donde sea que tu vienes, eso es importante. Hay una diferencia entre esta iglesia y el drama de Cristo. Tu te estás uniendo al drama de Cristo. Muy importante esa diferencia.

¿Alguien más que quiera unir su vida al drama de Jesús y al proceso de Jesús? Yo te bendigo, mi hermana, allí también. Eso está bien, no temas, no hay que avergonzarse. Oh, Señor Dios nos libre de tener miedo. Amen. Gloria a Dios. Mire qué lindo esta joven aquí mismo, cantando y quiere asegurarse de confirmar eso en su vida. Eso es bello, eso es bello.

Quiero que den otro paso de fe. Pasen por aquí adelante, esas manos que se han levantados. Hermanos, vengan con alguien, que alguien le acompañe. Vengan por aquí, alguien que esté cerca de ellos que sea de León de Judá, acérquese a ellos. Vengan acá un momentito.

Pase por aquí hermano, venga aquí. No tema y alguien que venga con ellos de la iglesia y les acompañe y ore con ellos en señal de solidaridad, solidaridad con estos hermanos, diciéndole te acompañamos y te bendecimos.

Vengan por acá y que haya alguien al lado de estas personas para orar por ellos en esta noche. Si hay alguien más que quiera dar ese paso de fe, venga por aquí, nunca es excesivo dar este paso, yo creo.

It’s never too much to acknowledge our unity with the drama of Jesus Christ and his crucifixion. There’s something always very beneficial when we declare that. So, just come forward.

Ven por aquí y adora al Señor y declara tu afiliación con lo que Cristo ha hecho.

I’m so glad to see this young lady right here who’s coming forward. I’m glad.

Me alegro que hiciera eso y te bendigo en el nombre de Jesús, niña. Para el Señor es bien importante tu mano que se levantó también. Gloria a Dios.

Te adoramos, Señor, te bendecimos.

I’m so glad to see these young children coming forward as well, it’s very powerful, very important, very important.

Gloria al Señor. Gracias padre, te adoramos. Entrega tu vida al Señor y dile ‘Señor, yo reconozco que yo me he descarriado como una oveja perdido. Yo me he descarriado. Yo he contribuido a tu crucifixión. Tu moriste por mí, tu moriste para cubrir mis pecados, mis ofensas, mis excesos, mis deslices, mis fracasos. Tu hiciste eso por mí y yo lo causé porque si yo no lo hubiera hecho, tu no hubieras tenido que hacer lo que hiciste.

Yo reconozco esto. ¿Tu entiendes? Ahí en tu corazón di, ‘Señor, yo reconozco que te ofendí aunque no lo había hecho, no había nacido cuando tu moriste en la cruz, pero tu sabías que yo lo iba a hacer, pero ahora en esta noche, yo reconozco que tu sangre me cubre, tu sacrificio me justifica, me sana, me bendice, mis pecados son perdonados, mi vida es cambiada. El diablo no me puede seguir acusando. Los pecados que yo he cometido en el pasado de hoy en adelante ya no cuentan en tu relación conmigo, ya ningún demonio puede venir a decirme, ‘mira, tu robaste, tu mataste, tu adulteraste, tu hiciste algo indebido,’ Ya eso no tiene importancia ahora al tu reconocer que Cristo murió por ti y que trajo sanidad y perdón a tu vida.

Ahora tu estás bajo una administración diferente. El diablo no puede acusarte. El fiscal espiritual de la humanidad no puede venir ante el trono de Dios y decir, ‘él ha pecado, tiene que condenarlo’, porque hay un defensor que dice, ‘sí, pero yo pagué con mi sangre el precio de su pecado, así que él está justificado, ella está justificada, está sanado’.

Puede pedir sanidad, puede pedir felicidad, puede pedir perdón, puede pedir gozo, puede pedir paz, puede esperar bendición, puede esperar un futuro brillante, puede esperar que mi espíritu, dice Dios, va a morar en el corazón de él o de ella, porque ya estamos bien, estamos reconciliados.

Eso es lo que tu estás ahora mismo experimentando en tu vida.

God is touching you. God is blessing you. God is doing something beautiful in your life. He is entering into your heart and he is blessing you in very beautiful ways and you’re going to grow up to be powerful men and women of God because he is with you and he is blessing you right now. ¡Aleluya!

Dale gracias al Señor por lo que él ha hecho, y dile, ‘Señor Jesús, te recibo en mi corazón’. Dile, ‘Señor Jesús, te recibo en mi corazón y yo reconozco que tú eres Dios y reconozco que tu eres Señor de mi vida y que también eres salvador de mi alma. Y reconozco que he pecado contra ti y que te he ofendido y he quebrado tus leyes pero hoy reconozco que tu me has perdonado y me has sanado y has cancelado mi deuda con tu sangre en la cruz y te doy gracias y te invito a entrar a mi corazón.’

Invita a Cristo a entrar en tu corazón. Di, ‘entra a mi corazón, Señor Jesús. Entra a mi corazón, Señor Jesús’, dile ‘y entra con tu Espíritu Santo, entra con tu Espíritu Santo’. Pide al Espíritu Santo que entre en tu vida ahora mismo.

Y yo voy a pedir que los que están orando allí. Impongan sus manos sobre esas vidas y di ‘declaro sobre ti el Espíritu Santo’. Diga eso, ‘declaro sobre ti el bautismo del Espíritu Santo’. Dilo, ‘declaro la llenura del Espíritu Santo’, dilo. ‘Declaro la llenura del Espíritu Santo en ti’. Di ‘declaro el bautismo del Espíritu Santo’.

Y esos que han aceptado a Cristo, digan ‘Recibo el Espíritu Santo’. Diga eso, ‘Recibo el Espíritu Santo’. Diga conmigo, ‘recibo el bautismo del Espíritu Santo’. Dígalo así, ‘recibo el bautismo del Espíritu Santo en mi ahora.’ Dígalo así. ‘Recibo al Espíritu Santo dentro de mí’.

Y dígale al Espíritu Santo ‘Lléname, Espíritu Santo, lléname Espíritu Santo, bautízame Espíritu Santo’, porque él entra a bautizarte ahora también, él entra a ocuparte y entra a bautizarte. Recibe el Espíritu Santo también. ¡Aleluya!

Recibe el bautismo del Espíritu Santo. Yo declaro la llenura del Espíritu Santo dentro de ti. Y recíbelo, recíbelo, recibe el bautismo, la llenura del Espíritu Santo. Se está moviendo dentro de ti, ¡Aleluya! Te está bautizando con fuego del espíritu de Dios. Alaba al Señor ahora. Glorifica al Señor.

Dile, ‘gracias, Señor, te alabo, te bendigo, te glorifico’.

Pónganse de pie, hermanos. Declaren la llenura del Espíritu Santo sobre estos hermanos. Gloria al nombre del Señor. Declare la llenura del Espíritu Santo sobre ellos. Oh, en el nombre de Jesús ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Gloria al nombre de Jesús. Alaba al Señor, alaba al Señor. Tienes autoridad para hacerlo, tienes autoridad. Alaba al Señor. Glorifica al Señor. ¡Aleluya!

Tú eres un hijo de Dios, una hija de Dios. Tienes el espíritu de Dios dentro de ti ahora. Usa ese espíritu y glorifica el nombre de Jesús. Gloria al nombre de Cristo. ¡Aleluya! Fuego del espíritu, bautismo del espíritu, llenura del Espíritu Santo sobre el pueblo de Dios.

Oh, lo declaramos en el nombre de Jesús. Unge, Señor, unge con tu espíritu, unge con tu espíritu, Señor. Gracias, Jesús, gracias, gracias, gracias, Jesús. Alaba al Señor, dile, estoy libre, soy libre, soy libre. Decláralo con tu boca en esta noche. Eres libre en el nombre de Jesús. ¡Aleluya! Gracias Señor Jesús, te adoramos, te bendecimos.

Eres libre, eres libre. Camina como una persona libre y llena del Espíritu Santo. Camina como una persona que tiene autoridad en esta noche. El Espíritu Santo está entrando en tu vida y te sana, dice el Señor, te libera, te da un nuevo corazón, una nueva mente, te da gozo en tu alma para alabar al Señor y servirlo. ¡Aleluya!

Lo declaro así en el nombre de Jesús. El pasado no tiene ya importancia en sus vidas. Están libres en el nombre de Jesús. Alabado sea el nombre del Señor. Declaramos unción de Dios en este lugar. Deje que el espíritu corra dentro de usted también, alabe y glorifique al Señor. Somos libres por su cruz, somos libres por su sacrificio, somos libres por el precio que él pagó. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Hay libertad en el pueblo de Dios.

Hay sanidad, hay esperanza, hay gozo, hay vida, hay triunfo, hay victoria, porque Cristo ganó esa victoria en la cruz del calvario por nosotros. ¡Aleluya! Alabado sea el nombre, alabado sea el nombre, alabado sea el nombre de Jesús. Glorificado sea el que vive y reina para siempre. A él la gloria y la honra.

Santo es el nombre del Señor. Santo es el nombre del Señor. Pueblo, llénate del poder de Dios, llénate de la gracia de Dios en esta noche. Gloria al nombre de Jesús. Denle un gran aplauso al Señor. Santo es el nombre del Señor. ¡Aleluya!

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