SERMONES
Dios quiere que nos podamos desarrollar
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Quisiera leer algunos versos del Libro de Jeremías capítulo 29, y el verso clave aquí es el verso 7 que dice: "Procurad la paz de la ciudad a la cual los hice transportar, y rogad a Dios por ella, porque en su paz ustedes tendrán paz." Este verso nosotros lo hemos escuchado en distintas maneras.
Ahora, sí me gustaría hacer hincapié sobre el contexto en el cual este verso se está diciendo, se está compartiendo. Porque aquí el pueblo de Israel está en cautiverio, está en Babilonia bajo cautiverio, o sea ellos están exiliados, no están en su patria. Y están en otro lugar donde por alguna razón u otra el sistema bajo el cual ellos están viviendo es un sistema opresor. Y en medio de esa desesperación el pueblo en distintas ocasiones se desesperaba y no sabía qué hacer y gracias a Dios, por Sus profetas porque habían otros profetas que querían hablar mensajes que no eran tan dirigidos de parte de Dios si no mas bien impulsados por concupicencias personales, pero Dios en Su misericordia enviaba a Sus profetas a hablarle a Su pueblo y en esta ocasión estaba enviando a Jeremías.
Y miren las palabras que les comparte para darle ánimo a Su pueblo y de alguna manera u otra darles un sentido de dirección para ellos saber cómo proceder con todas las cosas que puedan venir por delante para ellos.
Voy a leer en el verso 4, Jeremías 29 verso 4 dic: "Así ha dicho Jehová de los Ejércitos." Primero Dios se está identificando como un Dios de guerra, en otras palabras el Dios que protege, el Dios que está en favor de Su pueblo. "Jehová de los Ejércitos a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia." Verso 5 dice: "Edificad casas y habitadlas. Plantad huertos y comed del fruto de ellos. Casaos y engendrad hijos e hijas. Dad mujeres a vuestros hijos y maridos a vuestras hijas para que tengan hijos e hijas y multiplicaos ahí y no os disminuyais."
Claro está al haber estado, hago un paréntesis aquí, el pueblo de Israel al haber estado en un lugar donde ellos eran minoría, por la opresión Su pueblo iba como quien dice disminuyendo. So Dios quiere de alguna manera u otra Él quiere proteger a Su pueblo y que Su pueblo se siga multiplicando, así que Él les da el visto bueno, la luz verde; mira: hagan su vida, desarrollen su vida, no se cohiban, no se queden escondiditos por ahí en una esquina, hagan su vida.
Eso es lo que yo veo en esos versos cuando Él les dice: edificad casas, plantad huertos y comed de lo que ellos producen, envuélvanse en relaciones con otras personas pero obviamente relaciones de acuerdo a Su plan, no relaciones alocadas, pero interactúen. Interactúen, desarrollen sus vidas. Busquen que el pueblo pueda crecer aún en medio de esa opresión que ustedes puedan estar experimentando.
Pero el ánimo de Dios fue dejarles saber: vivan. No se dejen amedrentar por ese sentido de opresión y de esclavitud si no que vivan, hay un propósito que Yo tengo con ustedes en medio de todas las cosas y necesito que ustedes puedan seguir adelante. Desenvuélvanse, hagan negocios. Espárzance alrededor de la tierra, no se hagan pocos, no se achiquen si no vivan en una manera abundante.
A la luz de eso ahí es donde Dios le dice al pueblo: porque les estoy diciendo esto quiero que procuren la paz de la ciudad. En medio de todas las cosas que ustedes puedan hacer, en medio de todos los negocios que hagan. Desde ir a comprar leche al colmado hasta comprar una casa. Desde conseguirte un nuevo trabajo en una oficina a comprarte un carro nuevo. De ir y darle la bendición a tu hija que se quiere casar con un chino. No sé, por decir un ejemplo. Ok una hija guatemalteca que se quiere casar con un dominicano vamos a ponerlo asi, dale la bendición al dominicano, dale. Al chino también, (ríe) sí claro.
Pero Dios quiere que podamos vivir, que nos podamos desarrollar. Y a medida que hace eso procura la paz de la ciudad en todas tus intervenciones. Es como si hubiera un chip ahí en tu cabeza que de alguna manera u otra en todo lo que tú haces, en toda esa transacción tú estás pidiendo que la paz de Dios se lleve a cabo.
Ahora claro está lo interesante de esto es que cuando tú vives en un sistema donde tú eres minoría, donde tú estás en exilio, donde es un sistema que te oprime, el tú procurar la paz va a ser algo difícil. Va a venir con un tiempo de resistencia pero aún así Dios quiere que se procure la paz de esa ciudad donde uno está. Y esa paz se procura en uno poder mantener relaciones saludables, conciente de quién es uno, no es que uno se vaya a olvidar de quién uno es, uno sabe quién uno es pero a la luz de eso yo puedo entonces proceder y determinar cómo me voy a engranar con otras personas a mi alrededor en una manera saludable, donde yo pueda dar testimonio de quién yo soy y que esa luz que está en mí se pueda dejar ver en otros que están a mi alrededor.
Que otros puedan ver que nuestra vida es más que issues sociales si no que nuestra vida está dependiente de un Dios que es Todopoderoso, un Dios que es soberano. Y Él es el que le da vida a nuestra vida.
Todo esto viene con una advertencia, el mismo Dios lo dice: "Porque así ha dicho Jehová de los Ejércitos, Dios de Israel" verso 8, "que no los engañen estos profetas que están entre ustedes y sus adivinos, no atiendan a los sueños que ellos sueñan porque falsamente profetizan ellos en Mi Nombre, no los envié ha dicho Jehová." Dios está levantando como una alerta.
Muchas voces hay ahí afuera que se creen que están hablando en nombre de Dios pero lo que están haciendo es tergiversando en distintas maneras la verdad de Dios. Y hay muchas personas que en este mundo han decidido creer a esas voces o mejor dicho, que hasta se han formado sus propias voces y están viviendo a la luz de esas voces. Y uno tiene que tener mucho cuidado en poder discernir cuáles son esas voces inspiradas por Dios, que Dios verdaderamente está inspirando y que otros están siendo inspirados tal vez por sus propios deseos personales.
Es una advertencia que Dios nos está dando que tenemos que mantener ahí muy clara. En medio de esos negocios que Dios quiere que hagamos pueden salir muchas voces. Pueden salir muchas perspectivas que nos pueden tratar de confundir en esas interacciones que podamos hacer. Pero a la luz de todas esas cosas Dios nos está diciendo: cuidado, manténganse alerta, manténganse alerta.
¿Por qué?. Verso 11: "Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de ustedes, dice Jehová. Pensamientos de paz y no de mal para darles el fin que ustedes esperan." Qué lindo esto, qué Palabra de esperanza tan bonita. El fin que nosotros esperamos. Yo creo que ninguno de nosotros que esté en su sana mente no va a estar esperando un futuro que esté ahí lleno de muerte y sangre, complete doom por así decirlo. No, ninguno de nosotros quiere ver eso en su futuro.
Al contrario nosotros como hijos de Dios vemos un futuro donde Dios está y que reina y abunda todo lo que Dios es. Y ese es el punto final al cual Dios nos está dirigiendo a nosotros. Y aquí es donde se ve la soberanía de Dios cuando Dios dice: desde ese punto de vista más amplio del que nosotros podemos ver Él está diciendo: Yo sé los pensamientos que tengo acerca de ustedes. Yo puedo ver más allá de lo que ustedes ven.
Ustedes están viendo lo que tienen en frente y tal vez su realidad podrá parecer que es algo opresor, podrá parecer que es algo que no tiene mucha esperanza, que no saben cómo van a ser las cosas pero mira, tranquilo, tranquila, Yo sé los pensamientos que tengo concerniente a ti. Yo sé los pensamientos que tengo concerniente a tu vida. Ah pero Dios son tantos los cantazos que me he dado en la vida, no te apures, Yo sé los pensamientos que tengo con todos esos cantazos que te has dado. Algunos de ellos Yo no los intencioné pero como tú los hiciste como quiera, Yo los voy a usar para beneficio tuyo también.
Para darles el fin que ustedes esperan. Verso 12: "Entonces me invocarán y vendrán y me orarán a Mí y Yo los oiré, me buscarán y me hallarán porque me buscarán de todo su corazón."
Obviamente los tiempos en los que vivimos requieren, demandan de nosotros que nosotros estemos constantemente buscando a Dios. Hoy más que nunca la Iglesia tiene que estar buscando dirección de Dios. Usted para su vida personal tiene que pedir dirección de Dios. Para su familia usted necesita buscar al Señor hoy más que nunca. Padres tienen que buscar dirección de Dios para saber cómo bregar con sus hijos. Sea que tu hijo ya esté en college o sea que tu hijo tenga 5 años, necesitamos sabiduría de parte de Dios para saber cómo trabajar con ellos y poderlos educar a que sean hombres, mujeres de bien con valores de Dios, con temor de Dios.
Eso es una tarea, es un reto bien grande que padres enfrentan hoy día. Y si usted es soltero, soltera su reto está en que usted pueda como hombre, mujer que usted es que pueda permanecer fiel a los principios de la Palabra de Dios, adherirse a ellos y no dejarse llevar por la corriente de un mundo que vive locamente si no que usted pueda prevalecer en aquéllas cosas que Dios quiere para usted.
Si buscamos a Dios como dice el verso 14 seré hallado por ustedes dice Jehová y los haré volver de su cautividad. El deseo de Dios es llevarnos a esa vida abundante que Él tiene para nosotros. Hermanos tal vez hay algunas personas que están viendo los próximos 4 años como que wow, lo mejor está por venir, y hay otras personas que están viendo los próximos 4 años con un temor como que rayos, ¿y ahora quién podrá defendernos?. Están esperando que salga el Chapulín Colorado con su chipote chillón.
Pero mis hermanos, nosotros tenemos un Dios que es soberano. Aquí mismo en Isaías, yo estaba leyendo también ahurita en Isaías, Dios está hablando de cómo Él usó al Rey Ciro, Ciro que era un hombre pagano que adoraba a otros dioses, mas sin embargo Dios en su soberanía habla de cómo Él decidió usar a este hombre. Este hombre ni sabía que Dios lo estaba usando pero Dios en Su sabiduría, en Su soberanía estaba usando a este hombre. Tal vez él estaba maquinando por allá haciendo sus cosas y ni pensaba en Dios pero Dios desde acá mirando, sí, haz eso, haz aquéllo, que todo esto ya tú verás, el rompecabezas que tú estás armando, Yo lo voy a romper y voy a armar el Mío. Eso es lo que Dios hace en Su soberanía.
Ese es el Dios que mis hermanos nosotros adoramos, ese es el Dios que nos ha llamado como Iglesia, ese es el Dios al cual tenemos que buscar, ese es el Dios al cual tenemos que seguir y confiar mis hermanos como bien decía mi hermana Mirsa hace un rato, caminar tras de Él en fé. No dejándonos llevar por lo que nuestros ojos están viendo porque si nos dejamos llevar por lo que nuestros ojos ven fuf, vamos a perder la esperanza de aquí a mañana.
Romanos capítulo 14 dice: si vivimos, sea que muramos o que vivamos somos del Señor mis hermanos. Y eso puede sonar un poquito tétrico pero hay un sentido de verdad, nosotros pertenecemos al Señor. Como hijos e hijas suyas pertenecemos a Él. En otras palabras pase lo que pase, Dios es soberano y Dios se va a encargar de cumplir Su propósito en ti, en mí y en toda la Iglesia alrededor de todo el mundo. Dios se va a encargar de que Su propósito se lleve a cabo, de que Sus planes se lleven a cabo, de que Sus pensamientos se lleven a cabo. Y usted tranquilo, tranquila porque en los pensamientos de Dios estás tú, estoy yo.
Así que mis hermanos yo les animo. Con estas palabras yo los quiero animar. No miremos los próximos años que están por delante como que wow, esto va a ser difícil. Va a ser difícil pero en medio de toda esa dificultad Dios va a estar presente, y Dios va a estar hablándole a Su pueblo, va a estar dirigiendo a Su pueblo para saber cómo seguir funcionando como hijos e hijas de Dios. A eso es a lo que nosotros tenemos que aspirar. Sea quien sea que esté en poder, pase lo que pase en el mundo entero la Iglesia sigue siendo la Iglesia del Señor, y nosotros tenemos que seguir buscando escuchar Su voz, escuchando como quien dice Su comando para saber cuáles serán los próximos pasos que tomaremos para seguir adelante.
Y esto es algo que va para su vida personal, para su vida individual, en cómo Dios quiere que usted viva su vida hoy y en los próximos años, como también para toda su familia, como también para todos nosotros como un cuerpo colectivo que somos parte de esta Iglesia.
Así que hermanos, animáos unos a otros con estas palabras. Todo lo que sucede a nuestro alrededor son vislumbres de que el Señor está cerca. So ¿qué es lo peor que puede pasar? como dice un Pastor amigo mío por ahí, what is the worse that can happen?, ¿qué es lo que puede pasar?, que nos vamos con el Señor al final, o Él nos busca o nos vamos con Él, una de dos. Exacto gracias, sería lo mejor que puede pasar, no lo peor que puede pasar si no lo mejor que puede pasar.
Así que mis hermanos vamos a orar. Vamos a mantener nuestro ánimo arriba, el Señor está con nosotros, el Señor está con Su Iglesia alrededor de todo el mundo, el Señor está con Su Iglesia y Él ve todo lo bueno y todo lo malo. Dice la Palabra, los ojos del Señor escudriñan toda la Tierra, y ahí está Su soberanía buscando a todos los de corazón puro, y Dios sabe que hay un remanente fiel. Nuestra responsabilidad es asegurarnos de que estamos en ese remanente fiel.
Así que yo les invito: vamos a ponernos de pie, vamos a orar y se los dije que íbamos a terminar temprano. Padre te damos las gracias en esta noche por este tiempo que hemos tenido aquí Señor de buscar Tu rostro, de adorarte, de bendecirte Señor, de dirigir a Ti nuestras peticiones, y también te damos gracias por Tu Palabra Señor porque en Tu Palabra encontramos dirección, encontramos revelación, encontramos sabiduría para saber cómo llevar a cabo cada uno de nuestros días. Y te pedimos Señor que en los días que están por venir ante nuestros ojos podrá haber incertidumbre pero ante Tus ojos Señor, Tú conoces todas las cosas y por eso es que nosotros apoyamos nuestra confianza totalmente en Ti oh Dios.
Sigue guiándonos Señor. Yo pido protección sobre tus hijos e hijas donde quiera que vayamos, donde quiera que estemos Jesús, que Tú nos libres de cualquier cosa que pueda tratar de dañar lo que Tú estás haciendo en nuestras vidas. Pero aún así Señor tenemos la certeza de que todas las cosas obran para bien para aquéllos que te aman, aquéllos que te buscan de todo corazón Jesús. Así que nosotros mantendremos nuestra fé en Ti, nuestra mirada en Ti Señor esperando a Tu revelación, Tu comando, Tu mandato sobre nuestras vidas.
Ayúdanos Señor, danos el valor, la fuerza, el coraje Señor para vivir en una manera íntegra en estos tiempos que estamos viviendo Jesús, y que en todo lo que hagamos Señor, en todo lo que hagamos que siempre podamos reflejar Tu amor, que podamos reflejar el fruto de Tu Espíritu Señor para que el mundo allá afuera pueda ver que lo que sale de aquí de la vida de la Iglesia no es odio si no que es amor, es paciencia, es mansedumbre, es tolerancia, Señor ese fruto que está en Ti oh Dios.
También hay celo en ellos Señor porque amamos Tu Palabra, amamos Tus principios y te pedimos que por favor nos ilumines para saber cómo mantenernos fiel a esos principios Tuyos Señor.
Se con mis hermanos y hermanas a medida que van de regreso a sus casas, llévalos con bien, protégelos en el camino Padre y que en el día de mañana si así Tú lo permites que podamos levantarnos con nuevas fuerzas y energías para poder enfrentar todo lo que el día de mañana traiga. Bendecimos a tus hijos e hijas en el nombre de Jesús, amén y amén. Dios les bendiga mis hermanos, salúdense unos a otros y ya saben el viernes los que van a estar en el encuentro de sanidad nos estaremos viendo entonces. Dios les bendiga.
Sermon clásico #6052: Solitarios entre la multitud
Hoy vamos a ver esta idea del Ministerio desde una perspectiva muy interesante que yo creo que raramente la tocamos pero que es de mucho beneficio para nosotros ver lo que es el ministerio también, lo que puede ser cuando se vive a un nivel más profundo, a un nivel pastoral.
Vamos al capítulo 4 de Primera de Corintios. Dice la palabra del Señor: “Así pues…” '-y voy a leer todo el capítulo porque es una totalidad y podemos ver más claramente el tema que queremos tratar- “… ténganos los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel. Yo en muy poco tengo en se juzgado por vosotros o tribunal humano; y ni aún yo me juzgo a mí mismo.
“Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado pero el que me juzga es el Señor. Así que no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas y manifestará las intenciones de los corazones y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito. No sea que por causa de uno os envanezcáis unos contra otros. Porque ¿quién te distingue? O ¿qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis y ojalá reinases para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros.
“Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como sentenciados a muerte. Pues hemos llegado a hacer espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres. Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, más vosotros prudentes en Cristo. Nosotros débiles, más vosotros fuertes, vosotros honorables más nosotros despreciados hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras manos, nos maldicen y bendecimos. Padecemos persecución y la soportamos. Nos disfaman y rogamos. Hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.
“No escribo esto para avergonzaros sino para amonestaros como a hijos míos amados, porque aunque tengáis 10 mil ayos en Cristo no tendréis muchos padres, porque en Cristo Jesús yo os engendré por medio del Evangelio. Por tanto os ruego que me imitéis, por esto mismo hemos invitado a Timoteo que es mi hijo amado y fiel en el Señor él cual os recordará mi padecer en Cristo de la manera que enseño en todas partes y todas las iglesias. Más algunos están envanecidos como si yo nunca hubiese de ir a vosotros. Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré no las palabras sino el poder de los que andan envanecidos. Porque el reino de Dios no consiste en palabras sino en poder. ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara o con amor y espíritu de mansedumbre?” Bendiga el Señor Su palabra.
Como decía al introducir esta carta del Apóstol Pablo, primera de Corintios, es una carta eminentemente práctica que va al corazón de lo que es la vida cristiana. El apóstol Pablo ha escrito esta carta para resolver problemas inmediatos que hay en la iglesia de Corinto y nosotros hoy podemos estudiar esta epístola, no como un documento histórico sino como algo que nos habla a nuestro tiempo y a nuestra necesidad y a nuestra condición como iglesia y como individuos porque los principios establecidos en esta carta son valederos a través de todos los siglos.
Porque los hombres a los cuales les habló Pablo se parecen mucho a nosotros. Porque a la congregación a la cual le predicó Pablo es muy parecida a esta congregación y a tantas otras congregaciones que hoy en la ciudad de Boston, Estados Unidos, y en todo el mundo se unen para meditar sobre pasajes como estos.
Y veíamos en el principio como Pablo ha estado involucrado en una controversia con su congregación y como a través de este libro, además de él tratar de establecer claramente cual es la naturaleza verdadera del evangelio- él está tratando no solamente de expresar verdades universales, sino de corregir una situación torcida que hay en Corinto.
Los Corintios se han llenado de orgullo intelectual, se han dejado deslumbrar por predicadores que llegan a la congregación y tratan de impresionar con su oratoria y con sus conceptos meramente intelectuales que tienen muy poco de la levadura santa del espíritu y del evangelio. Y Pablo está diciendo una y otra vez: “Yo quiero Corintios que ustedes entiendan que la verdadera naturaleza del evangelio reside en la Cruz de Jesucristo y no en otras cosas llamativas”.
Y sabemos que Pablo está involucrado en una pugna con su propio pueblo, con su propia gente, no solamente con los maestros que tratan de torcer el evangelio o con hombres muy espirituales como Apolos que a pesar de no estar involucrados directamente en la controversia han sido alados por la inmadurez de algunos segmentos de la congregación Corintia. Pero también Pablo está luchando directamente con su congregación, con el pecado que hay en ellos y con esa tendencia que tienen a irse por el lado del orgullo y de la vanidad intelectual. Y entonces en este capítulo 4 yo creo que como que esos temas que han estado sobre entendidos en los previos tres capítulos de momento se hace mucho más claro lo que hay en el corazón de este hombre que además de ser un apóstol y un misionero y un plantador de iglesias es un pastor escribiéndole a su congregación.
Aquí se nos deja ver un poco de la agonía que está pasando el apóstol Pablo. Y ese capítulo, al yo meditar como yo enfocarlo en esta mañana con ustedes, en esta tarde; me llevó a meditar sobre lo que es el ministerio, lo que puede ser el pastorado y lo que puede ser también cualquier tipo de ministerio de índole pastoral.
Uno de mis retos fue como establecer un tono adecuado y balanceado que no suene negativo. Porque en realidad si uno lee este capítulo, uno se pregunta ¿dónde está lo positivo? ¿Dónde está lo edificante? ¿Dónde está lo que puede sacarnos de aquí estimulados a una mejor vida del Señor? Además una simple exposición, un explayar una condición negativa.
Sin embargo yo creo que hay mucho aquí. Y mientras yo meditaba sobre esto, recordé un pequeño libro muy conocido, sobre todo entre ministros y pastores y gente que trata en la dimensión pastoral de un escritor católico llamado Henry Nowen, un sacerdote católico. Hombre de Dios, muy entendido y muy conocedor en ciertas áreas de las cosas del espíritu.
Este libro se titula “El Sanador herido”. Es un pequeño libro de unas cuantas páginas y pequeño de tamaño inclusive, fino, pero contiene unas grandes verdades. Este libro ha hecho mucho impacto, no solo en el mundo católico sino en el mundo evangélico, no solo aquí en Estados Unidos sino en gran parte del mundo, también.
Y en ese libro, él tiene también un capitulo que se titula precisamente así “El Sanador Herido” donde él trata de exponer la condición de los que trabajan en el ministerio, en el pastorado que son sanadores heridos. Y hay allí una ilustración que él emplea, que me impresionó mucho hace tiempo cuando yo la leí. Él habla de esta ilustración que encontró en el Talmud, escrituras hebreas, donde dice que un rabino fue un día a una cueva donde vivía otro rabino y allí se encontró con el profeta Elías y le preguntó al profeta donde podía encontrar el Mesías. A lo cual se le respondió: “Encontrarás al Mesías a las puertas de la ciudad”.
Y entonces este rabino le preguntó ‘¿Y cómo podré yo reconocer cuál es el Mesías?’ a lo cual se le contestó: ‘Encontrarás al Mesías entre los pobres y los heridos a la puerta de la ciudad. Y lo podrás reconocer porque mientras los demás heridos y leprosos se desvendan y vendan sus heridas todas a la misma vez, el Mesías se quita las vendas y se las pone una por una diciendo: ‘Tengo que vendarme las heridas una a una por si acaso me llaman y tengo que salir rápidamente’.
Evidentemente el Mesías, en la imagen esta de esta ilustración, no quería estar desprevenido cuando vinieran a llamarlo para hacer alguna intervención sanadora en algún sitio. Sino que se desvendaba las heridas una a una por si acaso tenía que salir rápidamente.
Esta es una ilustración tomada de una sensibilidad judía que quizá no conoce también de ese aspecto del poder que hay en el Mesías. Pero es interesante este hecho de que el Mesías se encuentra entre los heridos, entre los pobres, teniendo él sus propias heridas y posponiendo la satisfacción de sus propias heridas para poder estar listo para ministrarle a otros. Y esa es la imagen que nos concierne en este día acerca del ministerio.
Henry Nowen continúa con su elaboración de la soledad del ministro y de su sufrimiento que tiene que posponer satisfacerlo para ministrarle a otros, hablando acerca de la soledad que hay en el hombre en toda la humanidad y como muchas veces la soledad que hay en nosotros mismos y el nosotros ser participes de los sufrimientos de la humanidad, nos capacita entonces para ministrarle a los que sufren y a los que lloran porque podemos identificarnos con lo que ellos están pasando.
Ciertamente esta es una buena imagen para sugerir lo que es el pastorado, lo que es el ministerio en general. Yo diría que la soledad, definitivamente, es una de las cualidades más resaltantes de todo aquel que ha ministrado en una forma profunda y pastoral como lo hace el apóstol Pablo en este pasaje; como podemos ver su soledad.
El hecho de que esa es la cualidad, yo diría del ministerio que más resalta: la soledad de todo el que sirve al Señor en una manera profunda. La soledad es una herida perpetua, que como el Mesías, en la ilustración que utiliza Henry Nowen siempre estará con nosotros en el ministerio, esto viene con el ministerio en general.
Todo siervo, y no sólo los pastores, están solos con su Señor en el ministerio y en el servicio. Hace poco estudiamos el libro de Nehemías y vimos allí claramente como el libro de Nehemías comienza con un hombre solo sintiendo una gran pasión por su pueblo y deseando hacer algo y termina con un hombre solo que todavía tiene que luchar con ese pecado que crece una y otra vez en el mismo corazón del pueblo que él ha tratado de purificar y llevar a una actitud de solidaridad con la palabra de Dios.
Nehemías comienza solo, termina solo. ¿Qué imagen más solitaria que la de Moisés subiéndose a una montaña para quedarse allí con su Dios, para allí morir y allí ser enterrado? Mientras el pueblo está allá abajo continuando con su corrupción moral y espiritual.
¿Qué imagen más solitaria que la de Jehová Dios bregando con los hebreos en el desierto y tratando de llevarnos a la tierra prometida y luchando agónicamente? Este Dios todo poderoso tratando de llevar a su criatura a un conocimiento pleno de lo que Él quiere hacer y su criatura siempre rechazándolo hasta el punto de que Dios mismo no pudo entrar esa primera generación a la tierra prometida y tuvo que dejar que se murieran todos en el desierto.
Y yo veo a Dios allí en el Viejo Testamento peleando agónicamente con su pueblo, queriendo llevarlo a una altura mayor y el pueblo resistiendo y Dios se siente solo también en esas imágenes que vemos también en el Antiguo Testamento.
¿Qué imagen más solitaria que la de Jesucristo en la Cruz del Calvario? Y ¿qué imagen más solitaria que la de Pablo en Primera y Segunda de Corintios luchando por la integridad de su pueblo en Corinto y en una pugna con ellos mismos también?
Eso es lo que vemos en ese capítulo 4 así como vemos también, si usted examina, los capítulos 10 al 12 de Segunda de Corintios. Allí vemos a Pablo en una posición lírica abrir su corazón y dejarnos ver algo de la angustia del ministro. Es claro que de todos los padecimientos que Pablo había sufrido el que más le dolía era verse en conflicto con su propia congregación, con sus propias gentes a quien él había engendrado en el evangelio, con aquellos que él había dado vida espiritualmente.
Y su dolor llega a un punto desesperante, podemos ver, en Segunda de Corintios, capítulo 11, versículos 16 al 21. Yo creo que aquí Pablo ya desesperado casi dice: “Otra vez digo que nadie me tenga por loco o de otra manera recibidme como a loco para que yo también me gloríe un poquito. Lo que hablo no lo hablo según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloriarme.
“Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré. Porque de buena gana toleráis a los necios siendo vosotros cuerdos. Pues toleráis si alguno se esclaviza, si alguno devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas para vergüenza mía lo digo. Para eso fuimos demasiado débiles. Pero en lo que otro tenga osadía también yo tengo osadía”.
¿Ven ustedes aquí la desesperación de este ministro luchando con su pueblo? Llega un punto ya en que no sabe que hacer y como un loco o impotente da manotazos al aire y da gritos de desesperación porque no sabe como convencer a su congregación de la veracidad y la integridad de ese ministerio que él ha emprendido.
Ese proceso se comienza a perfilar aquí en la carta de Primera de Corintios y comienza ya a adquirir cuerpo en el capítulo 4 y culmina en esos versículos que leímos de Segunda de Corintios. Y yo quiero decirles, hermanos, que como Pastor me identifico mucho con este aspecto del drama de Pablo en términos generales.
Hablo con muchos pastores continuamente y voy a reuniones de pastores, donde a veces los pastores tienen ocasión de hablar con soltura. Y podría decirles, hermanos, que sin excepción a través de años en el ministerio, puedo decirles que esa soledad y ese sentido de enajenación es una herida perpetuamente abierta dentro del Ministerio.
Yo he conocido pocos pastores que no hablen en una manera u otra, cuando tienen capacidad para hacerlo y soltura, de esa dimensión, de tensión y de lucha en el ministerio. Y diríamos que no es solo esa soledad existencial del hombre a nivel universal que todos padecemos de cierta soledad, sino que el ministro y la persona que ministra sufre una soledad todavía más agónica por saberse separado por una pared invisible de aquellos que ama y sirve. Es una pared transparente, delgadísima, pero está allí como un film como una capa que impide un contacto totalmente directo con aquellos a quienes se les ministra.
La soledad natural del hombre es magnificada dentro del ministerio y aunque el Pastor no usa sotana, su título y su profesión lo apartan de los demás, inevitablemente deforman su persona y generan en los demás expectativas en última instancia inalcanzables, irrealizables.
Yo diría que uno de los más graves dolores del que ministra es que el ministerio nos lleva a conocer la condición humana en una manera muy profunda porque uno está en contacto con diferentes llagas que lleva la humanidad y conocer esa condición humana como la llega a conocer el pastor es un privilegio. Yo no lo cambiaría por nada de este mundo. Le doy gracias al Señor por permitirme a través de años del ministerio llegar a conocerme a mi mismo primeramente, mi propia naturaleza caída y mis limitaciones como hombre y también llegar a conocer algo de los temas que rigen nuestra humanidad caída.
Pero también así como es un privilegio este conocimiento íntimo de la condición humana es también una agonía exquisita porque el peso de ese conocimiento sobre la psique humana es demasiado grande. Sólo Dios puede llevar el peso de la humanidad. El hombre es una caña muy débil que se rompe ante ese peso.
Malaquías Martin en un libro acerca del exorcismo habla acerca de esa herida imborrable que experimenta el que ha entrado en un contacto muy directo con lo satánico, con la presencia satánica de un demonio muy poderoso en un alma humana. Cuando se entra en lucha directa con un demonio a ese nivel, el exorcista se desangra por dentro y al su alma se tocada y rasgada por contacto con el mal puro, nunca vuelve a ser el mismo psicológica ni emocionalmente aunque pasen años después de esos encuentros.
Siempre he comparado y he usado esa ilustración antes al pastor o al consejero cristiano o a los que ministran al nivel pastoral en la iglesia, al bombero que se sube a una rama altísima porque hay un gatito allí asustado que no sabe como bajarse de esa altura. Y el bombero sabe que cuando tome al gatito en sus manos, el gatito por el temor que siente y por su angustia le va a hincar las uñas y lo va a hacer sangrar.
Y es así muchas veces. Nosotros al ministrarle a hombres y mujeres necesitados y penetrados por el pecado, muchas veces el gatito también hinca sus uñas en nuestra alma y nuestro corazón y nos deja ciertas heridas allí. Eso es parte del ministerio, ese es el privilegio del ministerio también.
Y usted se preguntará por qué he saltado de Pablo a nivel del pastor –no estoy abusando del texto- yo creo que vemos aquí a Pablo en su condición de pastor. Aquí Pablo no es el evangelista itinerario que va y predica un sermón y luego va a otra iglesia y se olvida de la iglesia previa a la cual él ministró.
Aquí Pablo es el que sufre por su congregación, por su salud. Ha ministrado en Corinto, ha estado allí año y medio previamente, posiblemente ha escrito otras cartas a su congregación. Ha estado en contacto con ellos, los ama, los ha engendrado espiritualmente. Tiene el amor de un padre hacia sus hijos, él sufre con ellos, él les enseña, él les discípula, él trata con ellos, él agoniza por ellos, está trabado en una lucha por el alma de los Corintios y por la sanidad de su evangelio.
Pero está trabado en esa lucha con los Corintios mismos. Y todo el que trabaja en un trabajo pastoral y muchos de ustedes están en esa condición, no solamente el pastor, estando el alcance de esta meditación pasará por esa contradicción y yo creo que ahí en última instancia recibe la esencia del sufrimiento de todo aquel que ministra.
El que ministra, pelea con los suyos, por el alma de los suyos. Está en una lucha a muerte con sus propios feligreses a quien les quiere ministrar. Yo digo que es una agonía de espejos que se reflejan mutuamente y multiplican su imagen hasta lo infinito porque es una contradicción pelear con los que amamos, por los que amamos. Mi mayor reto al elaborar este sermón, ha sido, como establecer ese tono balanceado y correcto y hacerle justicia a este pasaje.
¿Cómo hablamos de este texto y como exponemos el drama de un hombre como Pablo? Y ¿cómo extenderlo al ministerio sin sonar como que nos tenemos pena a nosotros mismos? Sin ofender a nadie, sin hacer sentir culpable a los demás, sin sonar como que estamos lanzado indirectas, sin hacer que la gente se sienta incómoda al tratar estos temas que son parte de la vida cristiana, parte de la vida congregacional y por eso están en la Escritura y por eso tenemos que meditar sobre ellos. Apartar un momento para meditar sobre estas cosas.
No es el tono triunfante de Gloria a Dios y el Aleluya y Cristo Sana y Cristo Salva y Cristo tiene poder. Sabemos todo eso, y lo hemos discutido antes. Pero también tenemos que hablar acerca de la vida congregacional, las relaciones entre pastores y congregación, entre los que ministran en la congregación y aquellos que son ministrados.
Por eso es que yo creo que puede ser beneficioso para nosotros dedicar un sermón a la agonía del ministerio. Es un aspecto importante de la experiencia cristiana. Todos pasaremos buena parte de nuestra vida cristiana en contacto con pastores, con misioneros, con personas que ministran en la iglesia y tenemos que conocer algo de su condición. Tenemos que conocer algo del diálogo que rige nuestra relación.
Este es un área que no enfocan la mayoría de la gente en las congregaciones y ciertamente no se trata desde los púlpitos porque nos sentimos incómodos y porque es difícil establecer la tonalidad correcta sin sonar defensivo. Sin sonar, simplemente, que estamos dando expresión a nuestras frustraciones internas. Y yo quiero establecer un tono de esperanza y de triunfo y de gloria y de gozo en medio de esta meditación sobre lo negativo del ministerio.
Yo conozco a muchos laicos heridos de muerte –espiritualmente hablando- por una mala experiencia con un pastor o con un misionero. Ustedes los conocen también y quizá puede que en esta misma iglesia haya algunos a esa dimensión. Eso es natural, eso pasa en toda congregación, pasa en todo ministerio. Y a menos que no entendamos esa dinámica, ese dialogo complejo del que ministra y del ministrado como que estaremos hablando dos idiomas diferentes y creeremos que nos estamos entendiendo, pero no nos estamos entendiendo.
Esta semana leí un artículo pequeño en un periódico. Un hombre pasó dos años metido en un hospital psiquiátrico, mexicano este hombre. Porque los psiquiatras pensaban que estaba esquizofrénico, que estaba loco. Llegó al hospital por una situación triste –lo que pasa es que los psiquiatras aún hablando español- lo entrevistaron y él hablaba un lenguaraje y creían que el hombre estaba loco.
A los dos años, una persona que trabaja con inmigrantes mexicanos, descubrió que este hombre era un indio de México que hablaba un idioma raro que se llama trique y que el pobre, el único idioma, no hablaba español, no hablaba inglés, y entonces estos psiquiatras oyéndolo hablar creían que estaba hablando lenguaraje porque estaba loco.
Finalmente, descubrieron que no, que el pobre hombre estaba muy cuerdo, simplemente tenía la mala suerte, por así decirlo, de hablar un idioma casi desconocido. Cuando descubrieron lo que hablaba vino el entendimiento y él pudo salir libre. Pero así mismo nos pasa muchas veces en el ministerio, ¿no? El pastor habla un lenguaje porque es pastor y habla el lenguaje de pastor y piensa las imágenes del pastor y piensa con el corazón y siente con el corazón de pastor. El laico piensa con corazón de laico y siente con corazón de laico.
Y entonces allí creemos que estamos hablando el mismo idioma pero son dos idiomas diferentes y entonces viene el mal entendido. Y es bueno a veces, entender esas partes, ¿no? Y poder ajustar el diálogo y poder traducir cuando llegue el mensaje al uno o al otro. Y por eso es bueno de vez en cuando detenernos sobre lo que es el ministerio.
Y yo veo que hay legitimidad en hablar de estas cosas desde el púlpito porque yo veo que en la Escritura, hombres como Pablo no tuvieron ningún temor de hablar de su agonía y de su angustia y de sus luchas en el texto bíblico. Y nosotros no podemos ser más sanitarios que ellos. Podemos también tocar esto temas y beneficiarnos de ellos.
Y aquí está lo verdaderamente importante –de nuevo repito- está dinámica es para todos, todos los que servimos; todo el que está involucrado en extender el reino de Dios, todo el que se esfuerza por llevar a otros a plenitud de vida en Cristo va a tener esa lucha.
Un momento será ministro, otro momento será laico. Todo el que trata con otros seres humanos en el ministerio sufrirá alguna variante -por más mínima que sea- de esta agonía. Y les hablo a los líderes de la congregación y a otros que están pensando en entrar en el liderazgo. Todo ministro padecerá este tipo de sufrimiento al tratar de restaurar pecadores, estaremos en lucha con el pecado que hay dentro de ellos. La guerra contra el pecado es una guerra de guerrillas, no es una guerra de ejércitos muy bien organizado, que van cada uno con sus pelotones al frente de batalla. Es una guerra de guerrillas.
Hola, Dios te bendiga. Te habla el Pastor Roberto Miranda. Gracias por escuchar nuestros mensajes y nos da mucho gozo saber que este programa está siendo de bendición para tu vida. Quiero dejarte con las palabras de bendición de Moisés al pueblo de Israel: “Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz”. Es un privilegio para mí ser parte de tu vida. Espero que sigas sintonizado a nuestro programa “Una cita con Cristo”. Te bendigo en nombre de Jesús.
El enemigo no está afuera en un campo de batalla bien delineado, separado de las áreas civiles. El enemigo está en el corazón de los que servimos y de aquellos a quienes les ministramos. Piensen en eso un momento. Y como toda guerra de guerrilla, la guerra que libra el siervo de Dios, la sierva de Dios, es una guerra sucia. Es una guerra llena de dilemas morales y de ambigüedades. Una guerra muy fácil de criticar. Y siempre deja cierta amargura y cierta culpabilidad aún dentro de la victoria.
Eso lo descubrió América en la guerra de Vietnam. Ese potente gigante americano cuando entró a pelear con un enemigo que no estaba en un campo de batalla separado sino en los villorrios de Vietnam y que venía con la cara del morador de la aldea y de la mujer que llevaba un cesto con un bebé adentro, que también tenía una granada, descubrió que también estaba maniatado por la complejidad de esa nueva guerra.
Esa –yo creo que- es la raíz de la agonía del que sirve para traer a otros a un conocimiento pleno de Dios. En muchas ocasiones, hermanos, el enemigo que estamos combatiendo y la víctima que estamos tratando de rescatar tendrán el mismo rostro. Y eso será una fuente de agonía para nosotros.
Y yo creo que ahí encontramos la primera lección positiva de esta meditación: cuando padezcamos a manos de los que hemos tratado de servir, sepamos separar; hagamos un esfuerzo hercúleo por separar a la persona del pecado que habita dentro de la persona. Esto nos ayudará a evitar rencores innecesarios; nos permitirá sanarnos más rápidamente. Tenemos que separar el pecado que habita en todo hombre –incluyendo el que les habla- de su humanidad.
Pero el pecado está en todos nosotros, muchas veces el pastor comete el error, muchas veces el laico comete el error o el diablo manipula la concupiscencia como dice Santiago que hay en nosotros y nos tienta y nos hace tendernos la zancadilla unos a los otros. Y es bueno que de vez en cuando nos sanemos separando el pecado y el mal que habita en los hombres y mujeres a quienes les ministramos y en nosotros mismos de la persona misma. Yo veo aquí en este pasaje un catálogo de los sufrimientos del siervo de Dios.
Les voy a hacer una lista de los que yo veo aquí. En los versículos del 3 al 5 vemos que el siervo de Dios es juzgado por todo el mundo. Por eso Pablo dice: “Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros o por tribunal humano y ni aún yo me juzgo a mi mismo. Pero aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado. Pero el que me juzga es el Señor”.
El que sirve al Señor siempre va a estar siendo juzgado. Está en una casa de vidrio y todo el mundo lo observa y todo el mundo juzga lo que hace y eso es una fuente de agonía. En segundo lugar el que sirve al Señor es subestimado, muchas veces, por algunos que a la vez se sobre estiman ellos mismos. Versículos 6 y 7: “Por esto hermanos, lo he presentado como ejemplo en mi y en Apolos para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito. No sea que por causa de unos envanezcáis unos contra otros. ¿Por qué quien te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? ¿Y si lo recibiste por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?”.
Los Corintios están juzgando a Pablo como que tienen ya autoridad y poder y prerrogativas para juzgar a este hombre. Ya han llegado espiritualmente, están plenamente realizados: pueden juzgar, pueden subestimar. Y Pablo dice: “¿Qué tienen ustedes que no hayan recibido? y ¿Qué tenemos nosotros los que servimos que no hayamos recibido? ¿Qué les da derecho a ustedes para estar juzgando y estar subestimando el valor de Pablo versus Apolos, etcétera?”
En tercer lugar, el que sirve al Señor frecuentemente es usado y luego desechado por algo mejor, más fresco. A veces los que sirven al Señor podríamos compararlos con esas cajitas que ponemos en –no es una imagen muy elegante- los baños para que absorban mal olor y ya cuando están saturadas, entonces, los desechamos y cogemos otras frescas para seguir acumulando.
Pasa muchas veces en el ministerio, pasa muchas veces que los que han servido al Señor saben que es así y se sienten usados. Pablo dice en el versículo 8: “Ya estáis saciados, ya estáis ricos. Sin nosotros reináis y ojalá reinasen para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros”. La desesperación de Pablo, yo creo que lo lleva, al sarcasmos también.
Ya ustedes están satisfechos, ya llegaron, ya creen que conocen entonces pues entonces a un lado. Ahora ustedes reinan sin nosotros. Y yo creo que, si Pablo hubiera sido honesto, yo creo que su elegancia estilística, le impide decir ‘ya reináis sin mi’, pero él no quiere ser tan personal y pues evita un poquito el centro y dice ‘sin nosotros’ pero en realidad creo que Pablo está diciendo “sin mi”. Pero eso suena un poquito no elegante y por eso yo creo que Pablo estilísticamente utiliza el nosotros.
Pero también aquí vemos a Pablo y por extensión todo el que sirve al Señor, muchas veces hay algo interesante y es que Dios lo va a usar –y vamos a hablar sobre eso más adelante- Dios usa a los ministros del Señor como continuadores de los padecimientos de Cristo. El ministro viene a ser, muchas veces, un ser raro, un espectáculo, un ser herido que va por allí rengueando, desangrándose. Algunos han dicho que la vida de un siervo es como un conejo herido que va caminando y dejando gotas de sangre en la nieve blanca.
Y dice Pablo en los versículos 9 al 13: “Según pienso Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte, pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres”.
Una vez más, es muy profundo, donde Pablo compara los ministros. Hay dos posibles comparaciones: eran los que eran lanzados al teatro Romano con los leones al final del espectáculo para ser despedazados por los leones y eran los últimos en el orden del espectáculo. O también a esos rehenes que eran traídos de guerras antiguas para ser exhibidos al final de la línea por los generales romanos que regresaban triunfantes de lejanas tierras de donde había peleado.
Pero el caso es que Pablo especula que quizás Dios ha escogido a los que sirven al Señor, para hacer de ellos como un espectáculo a la humanidad y para ser el objeto de observación de ángeles y él lo pone en una forma grandiosa al mundo, a los ángeles y a los hombres. Además el que sirve al Señor, la que sirve al Señor en ese nivel pastoral y quiero decir de nuevo en el trato humano con otros para traerlos a una mayor altura en Jesucristo; muchas veces ama como padre sin ser correspondido muchas veces.
Versículo 14 y 15: “No escribo esto para avergonzaros sino para amonestaros como hijos míos amados. Porque aunque tengáis 10 mil ayos en Cristo no tendréis muchos padres”.
Es decir aunque vengan muchos por ahí a predicar y luego se vayan, ustedes tienen un solo padre. Yo los he engendrado a ustedes en el evangelio. He sufrido por ustedes, he orado por ustedes. Es lo que dice Pablo aquí. Y ahora ustedes me están echando a un lado por algo que ustedes estiman mejor.
Y finalmente, muchas veces, los que servimos al Señor, están en frecuente conflicto con su ley. Ahí está en los versículos 18 al 21: “Más algunos están envanecidos como si yo nunca hubiese de ir a vosotros”. Hay una ley de amenaza allí disfrazada en eso, ¿no? Implícita. “Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré no las palabras sino el poder de los que andan envanecidos”
Versículo 21: “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara o con amor y espíritu de mansedumbre?” Hay una lucha también, hay una pugna, una pelea. Estos son aspectos del ministerio y yo veo aquí en este capítulo 4 una exposición de esos peligros del ministerio. Y en realidad, yo creo que lo que Pablo está haciendo en este pasaje, él está continuando con esa teología de la cruz, que él ha establecido desde el comienzo mismo.
No poder –según los hombres entienden- no elegancia –según el entendimiento racional de los hombres- es la cruz de Jesucristo la que impera, la que en última instancia vence al pecado y vence el mal. Y ahora Pablo aplica esa teología de la cruz al ministerio mismo. Y Pablo sugiere aquí que el verdadero ministro, la persona que sirve al Señor como Dios quiere que se le sirva, no es un “celebrity” como los conocemos en las películas y en las revistas de cine.
El que sirve al Señor no es una estrella de cine, no es una persona que ande por ahí con un traje de 700 dólares y zapatos de piel de cocodrilo y con estolas de mink. No se apea de un Rolls-Royce. Es un siervo herido, un animal que va –si es fiel al ejemplo que estableció su Señor- desangrándose mientras le ministra a los demás porque esa es la teología de la cruz que nuestro Señor nos ha dejado establecida.
Y una y otra vez, Pablo establece ese hecho: el sufrimiento como parte de la verdadera vida cristiana, de la genuina vida cristiana. Romanos 8:17: “Y si hijos somos, también somos herederos. Herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados”.
Filipenses capítulo 3 versículo 10, Pablo ora para que: “ser hallado en Él no tener mi propia justicia que es por la ley sino que es por la fe de Cristo. La justicia que es de Dios por la fe a fin de conocer a Jesucristo y el poder de su Resurrección y la participación de su padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte”.
Una y otra vez, y podríamos citar muchos versículos, no tenemos tiempo para hacerlo. Pero una y otra vez, el verdadero servicio al Señor, la persona que sirve al Señor con genuino carácter es una persona que va a experimentar los padecimientos que Cristo experimentó. Va a tener cotonía, va a tener compenetración y armonía y afinidad con los padecimientos de Jesucristo. Con su soledad, con su sufrimiento. Hermanos, aquí está la verdad central de todo esto: el padecimiento es algo normal en la vida de servicio cristiano.
Cristo estableció el patrón. Cristo lo estableció en una forma arquetípica y nosotros lo que hacemos es simplemente entrar en ese patrón que Cristo ha establecido. Isaías 53 lo ha dicho de maneras insuperables: “Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores y nosotros lo tuvimos por azotado y por herido de Dios y abatido. Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre Él y por sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas. Cada cual se apartó por su camino, más Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros.”
El siervo sufrido por excelencia es Jesucristo. Y los siervos con ese minúscula que imitan a su Señor y que son fieles al llamamiento de su Señor también serán siervos sufridos. También serán sanadores heridos. Con una mano estarán sanando de sus heridas y con otra mano estarán sanando la herida de aquel a quien están ministrando. En un momento darán un quejido de dolor por su propio dolor y en otro momento una palabra de consuelo para el que llora. Ese es el ministerio y Pablo es un excelente ejemplo de esto y este capítulo nos invita a meditar en ese hecho.
Les dejo con unas conclusiones y después ustedes examinen este pasaje a sus anchas y saquen lo que el Señor les diga; porque después de todo son conclusiones positivas. ¿Qué lecciones sacamos de todo esto? ¿Qué lecciones específicas?
Yo diría, primeramente, y vuelvo a enfatizar: al padecer sinsabores, decepciones, traiciones, críticas, persecución física, emocional o espiritual en el ministerio, estamos entrando, hermanos en una larga e ilustre tradición establecida por Jesucristo en una forma excelsa.
Estamos como sugiere Pablo completando, en esa imagen interesante, completando los padecimientos de nuestro Señor Jesucristo. Teniendo cotonía, teniendo comunión íntima, profunda, inexplicable con Él.
La gente te verá a ti sangrando y sintiéndote rechazado y triste; pero en ese momento tú estarás a un nivel de comunión con Jesucristo que tú mismo no podrás comprender en una forma mística. Esa es la verdad profunda.
Miren como lo establece, no Pablo sino Pedro, que también entendió lo que es el ministerio a ese nivel y que tuvo entonces capacidad para ministrarle a otros. Ahí está la cosa: si no sentimos ese dolor, si no nos identificamos con la agonía de la humanidad, no podemos verdaderamente consolar y ministrar a otros que están pasando por esa necesidad.
Y Pedro dice en Primera de Pedro capítulo 4: “Amados ustedes que sirven en el ministerio, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenidos como si alguna cosa extraña os aconteciese. Sino gozaos por cuanto sois participantes –esa es la palabra por cuanto tenéis comunión- de los padecimientos de Cristo para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría”.
Hay una relación íntima en la mente, tanto de Pedro como de Pablo, de ese hecho de participar en los sufrimientos de Cristo y también participar en su gloria venidera y en su gloria actual. “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso espíritu de Dios, reposa sobre vosotros” y finalmente versículo 19 dice: “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador y hagan el bien”.
No se cansen de hacer el bien. Cuando vengan las decepciones, los sinsabores, las fallas y los fracasos del ministerio, sigan haciendo el bien porque ustedes sirven a algo más alto: sirven a un ideal, sirven a un Señor que padeció todas esas cosas y más de lo que ustedes pueden imaginar. Y siguió adelante.
Es decir, al padecer todas esas cosas, sepamos que estamos entrando en esa larga tradición de los Moiseses y los Pablos y los Jesús y los Pedros y otros así.
Si vamos a ser siervos efectivos de larga duración, tenemos que armarnos con ese reconocimiento preventivamente. Esa es la segunda cosa. Si tú vas a servir al Señor, no solamente entiendas esa verdad a un nivel meramente intelectual y general, ármate activamente de ese reconocimiento y entonces entra al servicio cristiano como entra el soldado al frente de batalla mientras la balas viajan por encima de su cabeza. Ármate de ese pensamiento: voy a luchar, voy a guerrear, voy a padecer. Los padecimientos del ministerio tomarán muchas formas, miles y miles de formas según son las caras de los hombres así serán los diferentes padecimientos del ministerio.
Según son la multiplicidad de circunstancias humanas, así pueden ser los padecimientos del ministerio. Pero todos forman parte integral del servicio que Dios honra. El que quiera ser celebrado, el que quiera agasajado, el que quiera ser reconocido como que hizo algo bueno universalmente, no es un verdadero siervo de Dios y es más se está preparando para la decepción y la desilusión que inevitablemente vendrá.
Uno tiene que armarse con ese pensamiento: voy a guerrear, voy a entrar en lucha por el alma de mis hermanos con el pecado que hay en mis hermanos. Y al usted armarse de esa manera, usted entonces está listo y no está tan fácilmente abierto a la decepción, a la desilusión al sentido de víctima. Porque no somos víctimas, somos guerreros que tienen espaldas con callos porque han recibido tanto latigazos pero seguimos creciendo y los músculos se hacen más fuertes.
Y acometemos con más efectividad al enemigo y lo entendemos mejor en sus pensamientos enfermizos y podemos ser más efectivos en la lucha porque sabemos a lo que vamos. Estamos claros, no vamos a un picnic, vamos a una guerra y Dios nos ha dado el poder para vencer y la sabiduría para vencer. Pero sepamos que no podemos subestimar la complejidad de esa guerra ni ele poder de ese enemigo.
Armémonos preventivamente. Primero reconozcamos los que es el ministerio, segundo armémonos preventivamente: mental, psicológica y espiritualmente al entrar. En tercer lugar podríamos decir, según Pablo, aquí establece también la cualidad esencial del ministerio ¿saben lo qué es a la luz de esas consideraciones? La fidelidad. Ser fiel.
El seguir al timón allí agarrado, aunque ya no tiene más fuerza para estar parado, pero te agarras al timón siguiendo las instrucciones recibidas sin hacer muchas preguntas acerca de por qué las cosas son como son, o si el que escribió las instrucciones sabía lo que estaba haciendo cuando las escribió. Tú sigues allí pegado al timón.
Por eso es que yo siempre he dicho que el animal que mejor podría representar al cristiano efectivo no es el corcel lleno de músculos y llamativo en su apariencia física, no es el caballo bien atractivo y bien peinado, es el buey: manso, que está allí con su yugo sobre la nuca, arando y mirando simplemente y directamente enfrente. Y da un paso enfrente al otro. El buey representa la fidelidad del manso buey, lo que es verdaderamente el cristiano ante las instrucciones de su Señor.
Sé fiel, sé fiel hasta la muerte. Yo te daré la corona de la vida. Cuando estés en sufrimiento, en lucha, cuando las balas rujan a tu alrededor sigue el manual de instrucciones: se fiel y el Señor se encarga de todo lo demás.
Entonces en cuarto lugar, yo diría que, la gente siempre va a estar haciendo juicios acerca de lo que hacemos. Y ese es otro buen reconocimiento. Recuerde eso, si usted va a entrar al ministerio, siempre va a estar juzgado, siempre usted va a estar siendo catado como vino por diferentes personas.
Y por eso es que yo creo que Pablo dice: “Todo lo que hagáis sea de palabra o de hecho, hacedlo como para el Señor”. No nos preocupemos tanto por lo que otros piensen, preocupémonos mejor de los que nuestro Señor piensa de nosotros y de lo que hacemos. Sigamos adelante asegurándonos de ser fieles a ese manual de instrucciones recibido. No nos preocupemos por los juicios de los demás. Sirve tú. ¿A qué te ha llamado el Señor? Sírvelo en esa medida.
Por eso es que Pablo dice en versículo 3: “Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros”. Yo cuestionaría eso un poquito. De nuevo aquí está el hombre Pablo dándose fuerza a sí mismo y eso es lo que tenemos que hacer. Pero evidentemente el ser juzgado por los Corintios es una causa de agonía para él.
“Yo en muy poco –quizás intelectualmente- tengo el ser juzgado por vosotros o por tribunal humano. Y es más ni aún yo me juzgo a mi mismo porque aunque de nada tengo mala conciencia no por eso soy justificado. Pero el que me juzga es el Señor”. Escuche eso. Sigue adelante, cuando los juicios vuelen por encima de tu cabeza, sigue adelante, sigue el manual de operaciones.
Y tú ¿sabes lo qué pasa cuando tú eres fiel y dejas de darle demasiada atención a los juicios de los demás? Yo creo que aquí está lo maravilloso de ese tipo de conducta: es que aunque por el momento parezca que estamos como en derrota y confundidos y alados por diferentes opiniones y diferentes sugerencias y que estamos derrotados. A la larga el manual de instrucciones que Dios nos ha dado es el que triunfa. Y si nosotros seguimos el manual de instrucciones, triunfamos con el manual de instrucciones.
Pregúntese de quien se habla hoy como fundador de la teología al nivel humano, hablando, de la teología de la iglesia. ¿A quién estamos discutiendo hoy, alabando y exaltando, como ejemplo de servicio cristiano? ¿Es a esos maestros itinerarios? ¿A los grandes intelectuales que los Corintios se dejaron deslumbrar por ellos? Aún el pobre Apolo que yo creo que simplemente fue alado en esta controversia. Apolos es una nota al calce, Pablo.
Pablo, dos terceras partes del Nuevo Testamento las hemos preservado, escritos de él. Pablo es el ejemplo que hoy queremos seguir como ministro. Aunque en ese momento, él mismo no entendía las proyecciones de lo que estaba escribiendo y de su propio ministerio.
Pero Pablo siguió fiel a esa teología de la cruz, Pablo siguió fiel a esa concepción sencilla pero a la vez honorable del ministerio de servicio a Jesucristo y Pablo venció 2000 años después. Y nosotros también podemos vencer si nos apegamos al manual que Dios nos ha dejado en su palabra.
Si servimos al Señor con humildad, con sencillez, con pocas pretensiones, mirando a nuestro Maestro que es el ejemplo por excelencia, que al final de su ministerio miró a Jerusalén desde un monte y dijo: “Jerusalén, Jerusalén como hubiera yo querido cubrirte como la gallina cubre a sus polluelos y no quisiste”. Solo completamente.
Y nosotros servimos al Señor, servimos a los principios del Evangelio. Y si viene gloria y vienen abrazos y aplausos, Gloria a Dios, los recibimos pero no los dejamos que nos penetren demasiado tampoco. Así como no dejamos que los juicios negativos tampoco nos penetren. Seguimos el patrón establecido por el Señor. La palabra del Señor.
Olvidémonos, porque las multitudes serán cambiantes. Un día nos dirán: “¡Oh, Sana, oh, Sana al que viene en nombre del Señor!” y otro día dirán: “¡Crucifícale, crucifícale!”. Si tú unes tu estado emocional a las frustraciones del hombre estas perdido. Vas a ser como un cometa que sube y baja dando vueltas. Tú tienes que apegarte a la savia que sale de la palabra de Dios. Y a la promesa de Dios: “Si tú estás conmigo, si sufres conmigo, reinarás conmigo también. Vencerás conmigo como yo he vencido”.
Además de todo esto, hermanos, entender lo que es el ministerio que es padecimiento, armarnos de ese pensamiento activamente, ser fieles en nuestro servicio, esperar que va a haber juicio pero vamos a seguir fieles a lo que dice la palabra del Señor.
En quinto lugar, sabiendo todo eso, ahora yo le digo a los que no sirven tanto; no a los que no sirven, en el sentido de los que no sirven para nada, sino los que no trabajan tanto como trabajan aquellos que, a los que están más bien a nivel de servicios más bien a otros niveles. A esas personas, todos nosotros en algún sentido, alguno nos va a estar ministrando a nosotros, recuerden esto hermanos: toda persona que sirve al Señor, todo siervo sincero y que está siguiendo el ejemplo de su Señor, es un ser frágil, fácil de herir, generalmente inseguro de su efectividad.
Siempre va a tener algunas dudas de si está haciendo lo correcto o no. La inmensa mayoría de los que sirven al Señor, yo diría, que merecen el beneficio de la duda. Como dicen en inglés: the benefit of the doubt. Están haciendo lo mejor que pueden con lo poco que tienen a la mano. Están queriendo alimentar a una multitud con cinco panes y dos peces. Son llamados a cometer cosas grandes, sublimes, heroicas con una humanidad caída.
Se espera que carguen el agua preciosa, límpida, pura del evangelio en vasos de barro. Y cuando usted estén en duda acerca de cómo interpretar la actuación de alguien que sirve al Señor, yo le sugiero: opte por ser generoso y tolerante en vez de correr el riesgo de añadirle más carga de la que ya tiene con su propia humanidad y con sus propias angustias que lleva por dentro como consecuencia de servir al Señor a ese nivel.
Tratémoslos con delicadeza, con amor, con tolerancia, sabiendo que están en una situación imposible para el humano. Salir con elegancia del ministerio, hermanos, es muy difícil, recuerden eso. Por no decir imposible. El que sirve al Señor entra a una situación que inherentemente va a conllevar un sentido de fracaso.
¿Ustedes no ven lo que dice Jesucristo?: “Cuando hayáis hecho todo lo que se os a pedido, siervos inútiles sois.” Eso no fue simplemente una imagen bonita, poética, no, eso fue una realidad.
Yo cada día que termino de Pastorear, se que soy un fracaso en un sentido –aunque creo que la gloria y el triunfo viene del Señor- igual, se que no he hecho todo lo que hubiera podido hacer. Y se que he dado consejos mal dados y se que no he llamado a toda la gente que he debido llamar y que no he visitado a toda la gente que podría visitar. Somos siervos inútiles y ese hecho de que no alcanzaremos en la medida que merece nuestro Señor, nos va a hacer sentir inadecuados.
Entonces los que son servidos deben no solamente al Pastor sino a los demás que sirven y trabajan en diferentes ministerios en la iglesia. Se les debe dar el beneficio de la duda, se les debe tratar con cierta generosidad, cierta tolerancia porque están diseñados para hacer un trabajo, ahí, a duras penas con su humanidad. Esto es parte de la actitud positiva. Así podemos tener líderes contentos que puedan seguir creciendo y que se sientan contentos de ministrar al Señor.
Y finalmente decimos que la actitud madura, espiritual, profunda siempre será una, escuchen: de dejarle la última palabra al Señor y de posponer todo juicio conclusivo hasta que Cristo venga. Yo creo que ese pasaje nos enseña eso también. La actitud madura será siempre una de dejarle la última palabra al Señor y posponer los juicios hasta que Cristo venga. Yo creo que el estar criticando y comentando gratuitamente sobre el ministerio de otros en la iglesia eso no es del Señor.
La verdadera madurez implica una actitud de sobriedad y de discreción, de sana humildad que dice: “Por gracia de Dios yo no cometo el mismo error” y que espera a que el Señor tenga la última palabra. Es esa actitud que admira al que se atreve a meterse en el fragor de la lucha, a servir, es la que respeta a los que tienen la osadía de que con su humanidad caída, de meterse a trabajar en cosas tan excelsas.
Y en vez de criticarlo cuando se equivoca lo ayuda a levantarse. Es la actitud que se promete no ser piedra de tropiezo a los que entran, con buenas actitudes y buena voluntad y buenas intenciones a servir en esta lucha encarnada que es el ministerio.
Así que hermanos, les dejo con esas conclusiones positivas. Yo en todo esto yo veo el carácter sublime del evangelio, yo no veo ese evangelio fácil y superficial que tantos desprecian con la estrellita esa plateada de Hollywood, no. Yo veo algo serio para hombres y mujeres heroicos, para gigantes espirituales que entran a la lucha sabiendo a lo que van y eso para mi es lo que me hace verdaderamente estar en el ministerio. Si fuera un picnic, si fuera un club de Rotarios o de caballeros de Colón no estaría sirviendo en el pastorado. No hay nada más excelso que uno servir al Señor y tú que estás allí sentado y estás considerando servir al Señor, al yo decirte esto, no dejes que esto te atemorice, sino todo lo contrario: que te llame a una vida de servicio, lúcida.
Qué sepas bien a lo que vas y que sepas que cuando estás luchando y te están dando batazos por la espalda y las espadas te están golpeando y las balas rugen a tu alrededor, Cristo está allí contigo con todo su poder, diciéndote: “Vas a vencer, pero mantén tú la mirada puesta sobre mí.” Y en ese momento, nadie será más grande que tú. Nadie tendrá la gloria de Dios reposando sobre él o sobre ella con mayor poder que tú.
Cuando seas débil, entonces serás eminentemente fuerte. Eso no tiene nada de negativo, no tiene nada de pesimista derrotista. Sino todo lo contrario, nos atrae a una lucha lúcida y clara.
Los dejo con el versículo 5 de este pasaje que me parece totalmente llamativo: “Así que hermanos, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta el venga el Señor. El cual aclarará también lo oculto de las tinieblas y manifestará las intenciones de los corazones” y miren que bonita esperanza: “Y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios”. Bendiga el Señor Su palabra.
Salvación - Un Plan Completo
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Leamos la Palabra de Dios en Romanos capítulo 8 un verso muy conocido, pero quisiera arrojar nuevas luces sobre este tratado. Romanos 8 verso 28 al 30 dice: "Y sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Esto es a los que conforme a Su propósito son llamados, porque a los que antes conoció" dice la Palabra, "también los predestinó" o les fijó un destino conveniente "para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos, y a los que predestinó a estos también llamó, y a los que llamó a estos también justificó, y a los que justificó a estos también glorificó."
En la mente de Dios ya estamos empaquetados. Ya estamos realizados, actualizados, glorificados. Pero en nuestra experiencia tenemos que atravesar por todas estas peripecias de la vida, incluso ejercer nuestro ejercicio de voluntad, de dominio propio, de elección y de obedecer a nuestro Padre celestial.
Padre: bendice esta Palabra, haz que sea de provecho para nuestros cuerpos y almas, y espíritus para que podamos salir renovados de este lugar en el nombre de Jesús, amén.
No sé cuántos de ustedes han puesto rompecabezas juntos, que tienen que poner pieza por pieza para que el todo surja como una imagen total. Por muchos años cuando nuestros hijos iban creciendo teníamos un rompecabezas de mil o mil quinientas piezas sobre una mesita y cada uno iba agregando. Era una cosa familiar y queríamos compaginar todo lo que este rompecabezas quería decir.
Lógicamente que los chicos siempre escondían una pieza porque cada uno quería ser el último de poner la última piecita. Pero era lindo ver cómo la imagen surge y aparece cuando ponemos las piezas en su lugar. A veces las personas que van atravesando por alguna de estas cosas, Pablo dice todas las cosas que ayudan a bien, cuando vamos atravesando esas cosas parece que el rompecabezas no tiene sentido y nos empezamos a preguntar: ¿por qué Dios puso esta pieza, por qué Dios se olvido de la otra pieza y dónde está la pieza que faltaba?.
Y si Dios es bueno y todopoderoso ¿cómo es que pasa esto?, no cabe en la mente, no cabe en la razón, no cabe en la lógica por qué Dios permite el sufrimiento entre los seres humanos, por qué Él teniendo tantas cosas que hacer con nosotros elige que nosotros atravesemos por experiencias nefastas, críticas, pesarosas, traumáticas. ¿Dónde estaba Dios cuando me pasó esto, dónde estaba Dios cuando me pasó esto otro?. A veces no hay sentido porque no vemos todas las piezas en su conjunto. No las ponemos o compaginamos en una manera en que nos vemos enmarcados en un rompecabezas teológico que Dios se deleita en poner juntamente con nosotros en perspectiva.
Y realmente Dios puso su perspectiva pero a veces realmente a nosotros se nos escapa la perspectiva de Dios porque interpretamos Su perspectiva desde nuestra perspectiva y no tiene razón para nosotros. No da en la tecla, no suena bien. Porque la verdad los evangélicos especialmente subrayan todos los versículos de la Biblia que les convienen y se olvidan de los que no les convienen. Un ejemplo: afilamos el lapicito rojo y leemos por ahí "Jehová es mi pastor, nada me faltará." Ese sí lo subrayo.
"Ninguna de estas plagas vendrá a ti porque Yo soy Jehová tu sanador." A ese sí lo subrayamos. ¿Por qué no subrayamos de ahora en adelante "desde ahora en adelante bebe un poco de vino porque tu enfermedad te hace eso", Pablo le escribió eso a Timoteo. Los pañuelos de Pablo sanaban a la gente y a su mejor discípulo le manda una botella de vino para que se sane. ¡No tiene sentido!.
La sombra de Pedro sanaba a la gente y él murió crucificado cabeza para abajo, no se pudo salvar del César. And by the way, ninguno de los apóstoles murió rodeado de gente cantando cumbayá. Juan el único que murió en edad avanzada fue desterrado a la isla de Patmos. Todos los demás fueron aserrados, muertos a cuchillos, degollados. Muchos santos puestos a la hoguera y uno pregunta ¿así Dios trata a sus obreros?. ¿No les da el jubilado, no les da el seguro social?.
No. Un rompecabezas teológico. Hermano va a predicar un sermón teológico; ¿y por qué no?. La teología no tiene que ser áspera, árida, insípida, incolora, insabora. La teología puede tener chispa ¿sí o no?. Sí. Esto es un sermón teológico. Es decir que no se asuste. Agárrese de la montura que vamos a cabalgar por la Escritura.
En Efesios 1 tenemos antes que el rompecabezas surja, ya Dios nos había puesto en mente. En Génesis 2:7 "nos formó de la tierra." En Génesis 3 y Romanos 1:24 en adelante vemos que nuestro ser se deformó por el pecado. En Romanos 3 vemos que Dios nos reformó a través de su salvación. En Romanos 12 vemos que Dios nos transforma por su Espíritu. En Romanos 8 como hemos leído nos conforma a Cristo. Y finalmente nos glorifica.
El ser preformados y glorificados escapa a nuestro tiempo cronológico. Dentro del tiempo que nos formó hasta que nos conforma a Cristo vemos esta saga, esta historia, este narrativo de nuestra vida existencial debajo del sol donde muchas veces no tiene sentido, a menos que traigamos un punto de referencia trascendental que pueda dar significado a la vida trivial debajo del sol. Todo lo que es debajo del sol es vanidad a menos que le traigamos un punto de referencia que irradie, que ilumine, que provea significado a la vida debajo del sol.
Sea que corramos detrás del placer, o del trabajo o de la sabiduría todo termina en vanidad, pero cuando traemos lo trascendental a lo trivial trabajamos para el Señor. Acumulamos y lo damos para el Señor. ¿Tenemos sabiduría? la usamos para el Señor y la vida placentera se la debemos y la dedicamos al Señor. Todo cobra significado porque traemos lo trascendental a lo trivial.
Y entonces lo trascendental del tiempo antes de la fundación del tiempo y antes que el mundo termine le pertenece a Dios como autor, creador, sustentador del universo, como el gran arquitecto. El arquitecto se diferencia del albañil. Yo trabajé con mi papá de albañil y sé poner ladrillos, sé poner lozas y mosaicos y todo eso. Y un albañil pone los ladrillos derechitos y con plomadas pero no tiene toda la configuración, no tiene todo el bosquejo, no tiene todo el panorama del edificio. Tiene en mente ladrillo por ladrillo que los va a poner muy bien.
Ahora, el apóstol Pablo ¿se creía un ladrillero, un albañil o un perito arquitecto?. Él le dice a los Corintios en el capítulo 3: "Yo como perito arquitecto puse el fundamento y otros edificaron" es decir, él tenía en mente todo el edificio antes de poner el primer ladrillo. Y así Dios antes de ponerle un tornillo a este mundo ya lo tenía compaginado en su mente y adivina qué: te tenía a ti en mente antes de la fundación del mundo.
Y eso es lo que tenemos que decir: no somos producto del azar. Tenemos que tener una cosmovisión escritural, un diseño divino mayor porque Dios nos tiene en Su mente y en Su mano desde el principio al fin. Y hoy vivimos un paréntesis de una vida existencial debajo del sol pero abarcada por Dios que es el que era, el que será y el que es aquí ahora mismo. Para Dios no hay pasado ni futuro, es un eterno presente por eso es Yo soy el que soy. Yo era el que era, seré el que seré pero Yo soy el que soy.
Por eso lo que nos pase aquí, ojalá que esta tarde podamos tener una visión de que Dios está con nosotros a pesar de las circunstancias, de las peripecias, de las contingencias, a pesar de las pruebas, de las luchas, de las dificultades Dios está presente en nuestra vida. ¿Por qué no esperamos con fé y con gozo para ver el diseño de Dios?. Una vez más: ¿cuál es el diseño de Dios?. Preformados en la mente de Dios, formados del polvo de la Tierra por Dios para llegar a ser deformados por el pecado y después informados de que somos pecaminosos e informados de nuestra salvación posible, y después reformados o renacidos, justificados, aceptos, regenerados adoptados por Dios. Y ahí no termina la historia. Dios quiere que nosotros seamos transformados por la renovación de nuestro entendimiento.
Y ahí no termina la historia. Porque Él está conformándonos a la imagen de Jesucristo a través de todas las cosas que nos pasan. Por eso todo ayuda a bien, porque Dios el gran Arquitecto, el gran Artífice, el gran Compositor, Él sabe dónde van las piezas juntas y nos va compaginando y sacando aquí y poniendo acá para que nos parezcamos a Cristo Jesús al final.
¿Cuántos ya son como Jesús desde la caspa hasta los callos?, ¿cuántos son?. Nos falta un poco, por eso Dios está tratándonos día a día hasta que Cristo venga en un proceso que llamamos santificación, transformación, conformados. Y al mirarlo a Él somos transformados de gloria en gloria a su semejanza por el Espíritu Santo del Señor dice Pablo en Segunda de Corintios 3.
Pero empecemos por donde tenemos que empezar, ¿por dónde?. Por donde Dios empezó. Él nos ha preformado y en la mente de Dios según Efesios 1: "Estábamos ya según el beneplácito de Su Voluntad, diseñados para Su gloria. Y Él nos hizo conforme a Su diseño para vivir con Él."
Así que Dios ya tenía en mente todo lo que sería: biología molecular, lo que sería el DNA, lo que sería nuestra fisiología, nuestra manera de ser. Cómo lo iba a compaginar desde lo subatómico, las partículas, los campos electromagnéticos. Dios sabe física ¿sí o no?, Dios sabe biología también, Dios sabe bioquímica también, Dios sabe. Nosotros estamos aprendiendo.
Cuando Moisés escribe el Antiguo Testamento no lo escribe como un tratado de ciencias, lo escribe como un tratado de redención. Porque Moisés no lo hubiera captado si Dios le hubiera dicho: Moisés ¿tú sabes cuál es la raíz cuadrada de -1?. ¿Qué sabía Moisés de cálculo?. Por eso Dios le revela a su estilo, a su manera, en su tiempo lo necesario para nuestra salvación.
¿Cómo hizo Dios el mundo?. Beats me, pero lo hizo. Él ordenó y existió, transformar Su energía en materia al revés de Einstein en su fórmula famosa. Dios es el que nos compaginó y sabe. Por eso cuando yo oro a Dios Él me entiende, a cualquier nivel de análisis. Si yo estoy depresivo yo puedo decirle: Lord I feel blue. Me siento, en español no suena azul, me siento abombado, me siento aplastado, me pasó una aplanadora por encima Padre, ayúdame porque estoy más chato que un gusano que se arrastra por el suelo.
¿Entiende Dios cuando le digo eso sí o no?. Sí que entiende y me ayuda. Si soy un poquito más sofisticado y leí algunas cosas capaz que entonces: Señor yo tengo ciertos síntomas cognitivos (risas), el pensamiento, razonamiento, las percepciones, atribuciones, significado de la realidad que no encajan con la realidad porque las distorsiono bastante. Tengo pensamientos negativos acerca de mí mismo, del futuro, de la gente alrededor mío, tengo autoconfirmación acerca de mis propias querellas y tengo esas ruminaciones, esa manera de remasticar las cosas y como he leído algunas cositas por ahí me he dado cuenta que si eso lo acoplo a mi sentido de culpa, de bajeza y de denigración y aparte de eso tengo síntomas fisiológicos de desgano, y no tengo muchas ganas, tengo insomnio, Señor de acuerdo a lo que yo pienso estoy depresivo ¿me puedes ayudar? (risas).
Y Dios que leyó antes que los psiquiatras el diagnóstico de todas las enfermedades psiquiátricas, Él sabe lo que la depresión es. Cuando yo iba por el síntoma número tres, Él: ah ok, Pablo está depresivo, a ver ayúdenlo. ¿Y qué si yo crezco un poquito más en sofisticación?. Digo: Señor, en la cima de los sinápticos de los nervios que conducen los impulsos electromagnéticos del cerebro y que se transmiten a través de la sustancia bioquímica llamada neurotransmisora, me parece que la dopamina y la serotonina no están a tono ahí, están desbalanceadas (risas). No.
¿Sabe Dios bioquímica sí o no?. Y si no voy a la biología molecular y voy a los átomos y a las partículas: Señor este electrón no está danzando como corresponde delante del neutrón y el campo electromagnético no funciona bien, Dios sabe. ¿Sabe sí o no?.
Y Dios sabía de entrada antes de fundar el mundo cómo el mundo sería constituido en sus elementos esenciales desde el primer al último átomo que va a existir y de ahí es que dijo "Sea la luz" y fue la luz. Y creó el Dios a los cielos y la tierra y al final creó al hombre a Su imagen y semejanza. Ahí es donde empezamos, un Dios que sabe, que es Creador, que es Arquitecto, que es más científico que cualquiera. Un Dios que nos preformó en Su mente antes de poner un ladrillo en la Tierra.
¿Y después? nos formó, nos formó a la imagen de Dios. En hebreo Shalem Elohim, o el Imago Dei en latin o la imagen de Dios en castellano. ¿Qué somos?. Somos de la Tierra, de los elementos de este cosmos, creados al sexto día y participamos mucho con la creación del sexto día. Inclusive los mamíferos, capaz que Dios tenía una maqueta que le iba haciendo, por fin iba perfeccionando la cosa y acá estaban el hombre y la mujer como epítome de Su Creación original. Pero nos hizo del polvo y al polvo volveremos.
Nos hizo mayordomos de su mundo. No dueños, mayordomos de Su dominio. Creados por Dios a Su imagen y semejanza. Y hablando de semejanza observen esto: uno es Darwin y el otro es el Reverendo Coppen Matter, un predicador de la colonia de Nueva Inglaterra predicando antes de la emancipación de esta Inglaterra. ¿A quién nos parecemos?.
El predicador que hablaba tanto de los ángeles hasta se peinaba como las alas de uno de ellos. Y Darwin que se pasó la vida estudiando a los monos hasta se parece a uno de ellos. Dime con quién andas y te diré (risas).
Pero la Biblia dice que nos parecemos al objeto de nuestra adoración. A quien adoramos nos parecemos más y más a ellos. Los que adoran ídolos que no hablan también se vuelven mudos y sordos y no sirven para nada como cristianos. Los que adoran al Dios vivo diciendo el Espíritu Santo son pentecostales famosos.
Porque somos un poco menor que los ángeles según el Salmo 8 o un poco mayor que los monos según otras personas. ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria y el hijo del hombre para que lo visites?. Lo hiciste poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria, lo pusiste sobre todas las glorias de Tus manos dice el Salmo 8. ¡Qué glorioso es ser creados a la imagen y a la semejanza de Dios!.
Y hoy es antropología bíblica: preformados, ponemos el primero de los componentes de nuestro puzzle, de nuestro rompecabezas. Formados según la imagen y semejanza de Dios. ¿Pero sabe qué pasó?. Satanás viene y le dice a la mujer: ¿con que Dios dijo que no tocarán, no comerán de eso?. Él sabe que el día que toquen y coman de eso van a abrir los ojos y van a ser como Él. Y miren esa fruta, ¿no es linda?. Es bonita. ¿Tú sabes cómo sabe eso?, no pero Dios dijo que mejor que no lo toque. No no, pero si tú la pruebas, nunca has probado eso.
Olvídese de legalizar la marihuana y todo eso no, esto es mucho más, le va a dar mucho más kick a ustedes si la comen. Y aparte que van a saber el bien y el mal, van a ser como Dios. Tomad, comed; y él alarga su mano y metió la pata. ¿Sabe cuánto le costó a otra persona decir en una manera redentora: tomad y comed?. La segunda vez que una persona dice: tomad y comed es otra oferta al ser humano, pero para eso Él pagó con Su vida y con Su sangre. Para eso vino Jesús.
Pero hemos sido deformados por el pecado. Deformados como personas desobedientes con máscaras por todas partes. Deformados porque somos desviados del cometido de Dios, distorsionados de la Voluntad de Dios, destituídos de la Gloria de Dios, degradados de la posición dada y depravados en el carácter, conducta e influencia interpersonal. El pecado nos arruinó, nos deformó tanto que para Dios somos Su imagen pero es una especie de caricatura del original y Satanás se embeleza en arruinar al ser humano para denigrar la creación de Dios, mientras que Dios envía a Cristo Jesús para que Él sea el Salvador.
¿Y sabe qué pasa?. Cuando nosotros vemos al hombre formado y la segunda pieza del rompe cabezas es que es deformado, por ahí la tercera o cuarta pieza viene la noción de ser personas informadas. ¿Qué es lo que nos informa Dios?. Aún en Génesis 3 después del pecado Dios le dice al hombre y la mujer: la simiente de la mujer le pisará la cabeza a la simiente de la serpiente un día. La primer profecía acerca de Cristo Jesús que iba a venir: simiente de la mujer, de la Virgen María para ser el redentor y pisarle la cabeza a Satanás en la cruz del calvario.
Jesús es el redentor de la raza humana. Y se nos informa no sólo de nuestro pecado si no de nuestra posible salvación por fé y por gracia al obedecer al mandato de Dios. Y al Dios informarnos el Espíritu Santo abre la mente y el corazón para que aceptemos a Jesús como Salvador y Señor, y entramos entonces a una nueva etapa. Entramos a la manera de ser no solamente deformados e informados si no reformados delante de Dios.
Dios nos da forma otra vez. Dios nos toma en sus manos como el alfarero toma el barro y hace de vuelta la vasija que Él tenía en mente. Dios por gracia nos regenera. El ser reformados significa ser dados forma otra vez por el mismo creador. Nos hace renacer del Espíritu, nos hace regenerar del Espíritu y nos hace caminar en sus caminos, en alguna manera nos resocializa.
¿Qué es ser reformados por Dios?. Es ser dados un nuevo nacimiento. Es de tener una nueva generación de Dios en nosotros, un nuevo comienzo, una nueva vida. ¿Y cómo?. Porque Él proveyó un sustituto que se identificó con nosotros y nos identificamos con Él, y Él nos ha propiciado; propiciar significa cubrir nuestros pecados con Su sangre. Ha expiado nuestros pecados, ¿qué significa expiado?. Nos ha pagado hasta el último centavo la deuda que teníamos con Dios y nos dejó libres por la redención. ¿Qué significa redención?, volver a comprar por precio algo que se perdió y devolvérselo al dueño original.
Dios ha provisto a Cristo como sustitución, propiciación, redención para justificación. ¿Y qué es justificación?, nos declara libre de pena y cargo como que nunca pecamos porque hay uno que pagó por nosotros y nos ha dejado libres. Por eso es que justificados por la fé pues tenemos paz para con Dios. Todas estas palabras figuran en Romanos, todas estas palabras. Las grandes palabras del Evangelio. Reconciliados y en paz con Dios, por eso ahora tenemos una nueva vida en Cristo.
Segunda de Corintios dice: "Todo pasó. He aquí todo es hecho nuevo." ¿Cuántos nacieron de nuevo aquí?. Le digo un secretito: ahora tienen que crecer de nuevo. Hay que crecer de nuevo, sí mi hermano hay que crecer de nuevo. ¿Cuál es la novedad?. Una nueva creación, una nueva vida, un nuevo ser, un nuevo corazón, amor a Dios, amor al prójimo, una nueva esencia, partícipes de Su naturaleza divina aquí y ahora, un nuevo pacto con un nuevo mediador, con mejores ofrendas, mejores promesas, mejores premisas, mejores resultados. Un nuevo camino de acceso a Dios libre para entrar a Su lugar santísimo y una novedad de vida, un estilo, una nueva manera de vivir con un canto nuevo de libertad, de gozo, de paz y una nueva familia. He aquí una nueva familia a la cual nos relacionamos en amor y damos la vida el uno por el otro.
¿Sabías que en el Antiguo Testamento cincuenta y dos veces las palabras los unos a los otros aparecen?. Amaos los unos a los otros, servíos los unos a los otros, perdonaos los unos a los otros como Cristo os perdonó. Llevad las cargas los unos de los otros, interceded los unos por los otros, etc. Somos una comunidad, la familia de Dios. Entonces aprendemos hasta ahora que tenemos una nueva creación, un nuevo corazón, una nueva esencia, un nuevo pacto, un nuevo camino, una novedad de vida, un canto nuevo, una nueva familia y todo porque Él nos ha reformado y nos ha introducido a su casa espiritual. Así que tenemos otra pieza del rompecabezas.
Ahora preformados, formados, deformados, informados y reformados. ¿Van captando hasta ahora?. Adelante muchachos, adelante. Ahora estamos siendo transformados. En Romanos 12 Pablo dice: "No os conforméis a este siglo mas transformáos a través de la renovación de vuestro entendimiento para conocer cuál es la buena, agradable y santa Voluntad de Dios para vuestras vidas."
No hay que amoldarse a este siglo si no ser transformados. Este siglo ejerce presión. Existencialismo, socialismo, espiritismo, la Nueva Era, comunismo, cientismo. ¿Cuántas cosas militan contra la fé que tratan de atrapar la mente para que nos desviemos y desvirtuemos de Dios y nos atrapen otra vez en nuestra condición deforme?. Por eso Dios dice no os dejéis amoldar a las corrientes de este siglo, si no transformaos.
La palabra transformaos también se deriva de una palabra metamorfosis que significa cambio radical de estructuras y de funciones en un organismo. El ejemplo está en un gusano que está arrastrándose por el suelo; encuentra una planta, la sube, se cuelga de un gajito y hace una especie de cucurucho, se embute y se queda quietito ahí y la biología comienza a trabajar. Un principio epigenético de transformación de metamorfosis que hace que este gusano ahora cambie sus estructuras y crezca alas, antenas, colores y sale de su caparazón volando como un monarch butterfly, como una mariposa.
Hermano: transforme su ser. Deje de arrastrarse como un gusano y empiece a volar un poco más alto. Esa es la Voluntad de Dios. ¿Qué es lo que renovamos, qué es lo que transformamos, cómo logramos eso?. ¿Qué es lo que tiene que ser transformado?, el carácter, la estructura de nuestro ser. No solamente hacer cosas buenas si no sentirlas, pensarlas y también a la manera ontológica subestructural esencial, cambiar mente y corazón para después cambiar los procesos y los eventos.
Alguna gente se enfoca en los eventos nada más como Pedro. ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano, cuántas veces, tengo que contar?. Bueno los judíos perdonaban tres veces por día, si lo cruzabas la cuarta te la daban con todo. Entonces Pedro dice ¿hasta siete?, bueno se le fue la mano a este discípulo porque el doble de tres es seis. Bueno pero el seis es un número medio caído, ¿el siete?. ¡Ah!, perfecto. ¿Entonces hasta siete veces?. Y Jesús le responde: No Pedro setenta veces siete. Pedro dice: con este yo no pego ni una, no hay zapato que le calce a Jesús, ¿qué le pasa?, siempre levanta el palito, tengo que saltar más alto.
Entonces dice: No porque Pedro, el perdón no es un acto, es una actitud del corazón. Tienes que pensar, razonar, debatir, juntar todas las cosas, saber que perdonas como proceso pero aún más, quiero que tú seas una persona perdonadora a nivel ontológico esencial, estructural, caracterológico, temperamental, cuando nadie te mira que tú sepas: yo soy perdonador, por eso pienso, siento, calculo, razono en formas perdonadoras, por eso dispenso perdón pero no es un acto, es básico a mi ser.
Como ser, ustedes son la sal de la Tierra. No es que Dios dice usted tiene un salero, para la izquierda, para la derecha, no. El que lo muerda que lo encuentre salado. ¿No?, eso es. Ustedes son la sal de la Tierra.
También la luz; no es que uno tiene una antorchita y va alumbrando, no no no. Uno es luz, su vida habla, su carácter lleno de gozo, de paz, de amor, de bondad, de dignidad, paciencia, fé, mansedumbre, templanza. Ese es el carácter que arroja luz, que da sal a este mundo. Que es una ciudad sentada en un monte que no se puede esconder, ¿se da cuenta?. ¿Qué tiene que cambiar?, mi carácter.
Ah pero yo soy hispano, qué se le va a hacer (risas). ¿Y con eso qué?. Y que agarro a mi señora y la tiro de la soguita a mi señora y le digo: vieja, ¡cocináme!, ¡lustráme los zapatos!. No, no hermano no le amaneció todavía esto. Usted tiene que portarse mejor, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella.
En mi cultura hacemos como los coreanos también, porque la mujer del hispano es como el pescado que está allá como seco que se ablanda con los golpes (risas). No mi hermano, esa es su cultura, ¿sabe qué dice la Biblia?. Imitadores de Dios andad en amor como hijos amados, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, maridos amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella. ¿Y quién lo escribió?, un judío rabino que oraba tres veces antes de su conversión: Señor, te doy gracias que no me hiciste ni perro, ni rabino, ni gentil. Esa es la oración rabínica de Pablo el apóstol antes de convertirse. Y ahora este rabino judío ¿qué es?, ciudadano romano. Y los romanos trataban a la mujer como casi humana. Y escribió en griego, y los griegos trataron a la mujer como casi humana.
Así que este muchacho hebreo, ciudadano romano escribe en griego ¿a quién?, a los Efesios que ahora es Turquía, a los turcos de antes. Un judío romano escribiendo en griego a los turcos les dice: muchachos, amen a su señora y hagan todo como Cristo que se entregó por su Iglesia. ¿Puede Cristo transformar tu cultura sí o no?. ¿Puede Cristo enseñarte una vida mejor como matrimonio sí o no?.
A eso vamos, a que aprendemos de la Palabra de Dios siendo transformados en nuestra santidad. No es cuestión de dar saltos, gritos y aleluyas y tantas cosas más. No gaste todo el Espíritu Santo para hablar en lenguas solamente, gaste un poquito en amar a su señora, en hacer cosas para su marido también, para eso Dios le da la energía también. Procese.
Roberto no sé qué pasa, la gente aplaude por alguna razón. Bueno Roberto me dijo que no me restrinja tanto en la hora porque a la mañana, entonces yo voy a predicar como Pablo, si alguien se cae por la ventana lo resucitamos y seguimos predicando (risas).
No pero seriamente hablando: los procesos mentales, emocionales, volitivos, la motivación, la conducta, todo debe ser renovado. Entonces ¿cómo es que somos transformados?. Por medio de la renovación de nuestro entendimiento. La palabra metanoia, cambio de mente, transformación, redirección, el andar en el Espíritu nos transforma. ¿Y cómo andamos?.
La Palabra de Dios en Gálatas 5: andad en el Espíritu y la palabra griega significa: adquirid un sentido de rumbo, de dirección. Y después repite Pablo al final en el capítulo: andad en el Espíritu, pero esta palabra es diferente, significa ir en pos, en cadencia, tener ritmo, to be in step with the Holy Spirit, estar al paso con el Espíritu Santo. Así que usted para renovar su mente y recapacitar, para ser una persona transformada necesita tener las dos cosas: dirección y cadencia.
Muchas personas tienen un buen sentido de dirección, apuntan bien pero no tienen ritmo, no se mueven ¿you know?. Yo predico en tantas iglesias que no son tan llenos del Espíritu, carismáticos y yo les digo: miren hermanos cuando Cristo venga ustedes se van primero, y después yo quedo esperando y cuando todos ustedes pasen en fila india, después me va a resucitar a mí y me va a transformar, ay qué humilde hermano ¿y por qué dice eso?. Porque la Biblia dice que los muertos en Cristo resucitarán primero (risas).
Los que vivimos seremos transformados. Pero igual me siguen invitando así que sigo. No pero en serio la cuestión es de que tenemos no solamente dirección si no también ritmo. Pero por otra parte hay muchos hermanos, especialmente los hispanos que tienen mucho ritmo pero no tienen dirección, no saben a dónde van. Las dos cosas son esenciales: saber a dónde vamos y al paso que vamos a ir, y eso demanda una mente limpia, sana, agradable a Dios. Llamémoslo una repristinización de la mente, que sea prístina, que sea clara, meridiana, traslúcida para que el Señor pueda atravesarla con su Espíritu, una mente nueva, un realineado de pensamiento, ponerlo a tono con la Palabra, un razonamiento basado en Sus premisas verdaderas y claramente bíblicas. Una reatribución de significado a la realidad.
Cuando uno renueva su mente, ve las cosas que le pasan y no chilla tanto, no le rezonga tanto al Señor, uno acepta la Voluntad. No por ser masoquista ni un push over, ni codependiente si no porque sabe quién es en el Señor que todo ayuda a bien para que Él haga. Mire, un ejemplo. Pablo está predicando y fundando iglesias y por ahí lo agarra el César y le dice: Pablo, ¿por qué no pasas un tiempito ahí en la cárcel en Roma?. Y le pone los grillos y lo ata y lo pone ahí. Y Pablo está ahora ahí preso y dice: Señor ¿cómo?, ¿quién va a salvar al mundo, y a predicar, y a tocar la guitarra?.
Y Dios dice: Yo sé lo que hago. Y Pablo escribe cartas desde la prisión porque nunca tenía tiempo, era tan go getter que nunca tenía tiempo de sentarse a escribir cartas, entonces lo pone en la cárcel, total estaba pensando no me va a decir que por el beneplácito, ¡ah!, le debería escribir una carta a estos turcos ahí por ahí. Y escribe la Carta a los Efesios. Y escribe: heavy duty theology.
Los tres primeros capítulos son muy pero muy pesados en teología tan profunda. Pero después empieza el capítulo 4 ¿y sabes lo que dice?: Yo Pablo, prisionero de Jesucristo les escribo que andéis dignos de la vocación con la cual fuisteis llamados. ¿Por qué no dice: yo Pablo prisionero del César, prisionero de Roma, mártir por la causa del Señor, escribiendo un best seller ahora para que todo el mundo sepa mis martirios y mis penurias?.
¡No!. Él dice: Dios me puso acá para escribir esta carta, lean. Él retribuye significado a la realidad, él le cambia el significado a lo que pasa, y en vez de verse en cadena, masoquísticamente, pobremente atrapado y quejarse: Señor yo soy tu apósto, ¿qué pasó, qué pasó acá?, haz mi voluntad, él escribe y escribe cartas que hasta ahora leemos y que nos bendicen desde una prisión a los filipenses.
Lo meten, lo meten en seco ¿se acuerdan en Filipos lo que le pasa?. Entonces a ellos les escribe desde otra prisión y les dice: hermanos, gozaos en el Señor. ¡Otra vez, gozaos, gozaos!, ¿cuántas veces dice gozaos en esa carta?. Por eso Pablo reatribuye significado a la realidad. Por eso cuando a usted le llueve el techo usted dice: ah este Satanás me arruinó el día. No, capaz es un ángel que le hizo un agujero para que usted mire para arriba de vez en cuando. O si pierde veinte pesos de la billetera usted: ¡ay, Satanás me sacó 20 pesos de la billetera!, no, capaz que un pobre estaba orando que el Señor le provea pan y estaba alabando al Señor.
Nunca juzgue sus circunstancias en tono miópico si no vea el plan de Dios un poquito más grande. Reatribuya significado, tenga un buen juicio, una reorientación de valores, de actitudes, un nuevo sentir. A Job le quita todo, y hasta la mujer le dice: ¿por qué no maldices a Dios y te mueres de una vez por todas?. Y Job dice: Dios dió, Dios quitó, gloria al nombre del Señor. Porque nada trajimos a este mundo y nada vamos a llevar.
Ray Stateman era un predicador muy famoso de Palo Alto, y un día estaba predicando en la costa este y vino pero su maleta no vino, vino él pero su maleta no vino. Entonces no tenía con qué predicar porque tenía solamente un t-shirt y jeans. Si él hubiera venido aquí está bien, pero en otra Iglesia que necesitan que vengan de corbata y saco no podía predicar.
Entonces llama al Pastor y le dice: mira, no vino mi traje, tengo un problema. ¿Te puedo ayudar?. ¿Hay alguien que tenga un traje acá que yo pueda usar?. Sí, sí, ¿qué medida tienes?. Cuarenta. ¿Largo?, sí. ¿Treinta y dos, treinta?. Sí. Y al ratito viene una señora, le golpea la puerta, un traje negro bien pintado, se lo pone, parece de sastre, parece pintado sobre su cuerpo él bien contento, se pone el traje. Entonces toma las notas del sermón y se las va a poner y no tiene bolsillos. Acá tampoco tiene bolsillos, acá tampoco, acá tampoco, ¡qué traje raro!. Pero es por la billetera, va y predica y después de predicar curioso que es le dice al Pastor: ¿qué me trajiste, de dónde sacaste ese traje tan raro?. No, no te quiero decir, sí decime. Bueno ese es un traje que tengo, un amigo tiene una mortuaria (risas). Ese es el traje que le damos a los muertos cuando se van al cajón porque en el cajón no necesitamos bolsillos. Nada trajimos a este mundo, nada vamos a llevar de este mundo.
Así que teniendo contento y comida, y abrigo gloria a Dios ¿amén?. Todas las cosas ayudan a bien aún cuando no tenemos, sepa de necesidad, sé de ella, en todo y por todo soy enseñado, todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Amén.
Entonces tenemos ya preformados, formados, deformados, informados, reformados, transformados. Pero ahí no termina la historia porque Dios nos está conformando a la imagen de Jesucristo.
Una cosita más: el ser reformado está siempre en pugna entre el volver para atrás y ser deforme, o el avanzar y ser transformado. El ser deformado por un lado y el ser transformado por el otro constituyen la lucha diaria de cada cristiano que sabe que es redimido pero que todavía peca. Sabe que es redimido pero que todavía se porta mal. Sabe que es redimido pero de ahí tiene culpabilidad por haber metido la pata otra vez. ¿Sí o no?.
Como Pablo que dice: yo sé hacer el bien pero no lo puedo hacer. Trato de evitar el mal pero caigo otra vez y veo que en mí hay un pecado atrincherado que no da tregua y todo los días tengo que morir, todos los días tengo que rendirme como un sacrificio vivo, todos los días tengo que luchar conmigo mismo porque el ser reformado es como un ejecutivo, que tiene que hacer la decisión si sembrar para la carne o sembrar para el espíritu, si ceder a la tentación o dejarse arrastrar. Tenía un amigo que tenía un libro: yo puedo resistir todo menos la tentación. Y es así como somos. Somos así.
Dios nos ayude a sembrar para el espíritu, a siempre hacer caso a la voz interna que dice: no vayas, no te metas en eso, ríndete al espíritu, se fuerte, huye de la tentación, haz el bien, sigue la paz. Entonces siendo conformados es la etapa que Dios a través de todas las cosas nos está puliendo hacia la imagen de Jesucristo, Dios es quien nos libra de todo el mal y nos hace también partícipes de la naturaleza divina. Por un lado es como un cincel y un martillo que saca todo lo que estorba para que seamos una estatua perfecta.
¿Qué es una estatua?. Una estatua es lo que queda después que le sacamos todo lo que no sirve al costado. Lo que queda es la estatua. Y Dios te mira a ti, me mira a mí y dice: cuánto bajage, a ver el martillito otra vez. Dios no terminó conmigo, no terminó contigo tampoco así que va a seguir sacando cosas que estorban al conformado de la imagen de Jesucristo en tu esencia.
Por eso todas las cosas ayudan a bien a los que a Dios aman, y para eso Dios va a hacer Su Voluntad. Aparte que Él también agrega cosas, Dios a través de las cosas buenas, malas, regulares y pésimas, todo ayuda a bien a los que Dios aman, dolor, sufrimiento, crisis, penurias, luchas, nada nos separará del amor de Cristo y eso es que Dios nos está puliendo, conformando, alineando a la imagen de Jesucristo, y finalmente después de ser conformados somos glorificados, porque nuestros cuerpos se levantarán revestidos de una habitación celestial y ahí comprenderemos todo lo que Dios quiso hacer.
Ahí está el rompecabezas mis hermanos. La eternidad se viene y desde la eternidad pasada Dios ha preformado, repita conmigo: preformados, formados, deformados, reformados, transformados, conformados y glorificados. ¿Entendió el plan de Dios?. Tiempo nos falta pero ya terminamos, y ojalá que Dios imprima este mensaje en nuestros corazones especialmente al acercarnos a Su mesa, Dios les bendiga ricamente y que puedan estar en Su Voluntad.
Cómo debe votar un cristiano?
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El tópico que quiero compartir esta noche es un tema bien conflictivo. Y ya que estamos a dos semanas de las elecciones, obviamente yo he sentido en mi corazón la inquietud de poder compartir con ustedes algo al respecto. No es que voy a tener un sermón demasiado elaborado, solamente tengo unos puntos que me gustaría compartir con ustedes.
Y quisiera comenzar con una pregunta que yo sé que sucede en muchos creyentes, y siempre que viene el tiempo de elecciones, la pregunta es, por quién voy a votar? Cuántos se han hecho esa pregunta? Muchos de ustedes se acercan a nosotros, los pastores, y nos dicen, pastor, por quién usted cree que debo votar? Y lamento decirle pero nosotros no somos quién para decirle a usted por quién debe votar. Es más yo creo que esa pregunta es una pregunta equívoca.
Nosotros, como cristianos, como hijos e hijas de Dios, como pueblo de Dios, la pregunta que nos debemos hacer es cómo debemos votar? No, por quién sino cómo debemos votar? Y yo quisiera, primero que nada, basarme en un texto de la Escritura, quisiera que busquen conmigo Timoteo, capítulo 2, los versos del 1 al 4. Hay varias cosas que me gustaría leer aquí. Y yo espero, de nuevo, que esta meditación sirva de inspiración, tal vez, aún a nuestros hermanos que nos puedan estar viendo por internet, y yo quiero hacer un disclaimer, como quien dice, desde ya.
Al yo hablar de este tema, mis hermanos, no estoy diciendo que nosotros como iglesia, nos abanderizamos bajo algún partido en particular, Dios nos libre de hacer eso. Nuestro partido es el partido de Dios y Dios no se abanderiza bajo ningún color, bajo ningún partido, bajo ninguna institución. Al contrario, Dios se alinea al lado de aquellos que lo buscan y se humillan delante de él. Y yo quiero poner eso bien claro. Así que con lo que yo voy a decir, mis hermanos, no estoy diciendo, voten por demócratas, voten por republicano, voten por libertarios o absténgase de votar. No, yo solamente quiero instar algo en sus corazones.
Primera de Timoteo, capítulo 2, verso 1 dice:
“…Exhorto ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracia por todos los hombres – obviamente es un llamado a nosotros interceder, a nosotros ejercer ese rol como iglesia de estar en constante intercesión por todas las personas a nuestro alrededor. No tan solamente personas aquí a nivel de la iglesia, a nivel de contexto local, no tan solamente a nivel de nuestra familia, sino aún más allá. Nuestras oraciones, nuestra intercesión tiene que ir dirigida fuera de las cuatro paredes de este lugar. – por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en eminencia… − miren cómo dice – para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad porque esto es bueno y agradable delante de Dios, nuestro salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad…”
Este texto pone como fundamento, mis hermanos, lo que yo quiero compartir con ustedes. Porque al nosotros pensar cómo un cristiano debe votar, yo creo que lo primero que tenemos que reconocer es esto, que Dios no es un Dios partidista. Dios nunca se va a abanderizar bajo un partido político, nunca. Ningún partido político puede contener lo que es Dios.
Pero sí yo creo que Dios tiene un sistema de gobierno, a través de su Reino que lo establece a través de la iglesia. Y Dios se ajusta a su sistema de gobierno. Su sistema de gobierno es lo que lo hace a él un Dios soberano, que aunque a nuestros ojos parece que las cosas se están saliendo de control, pero ante los ojos de Dios, las cosas se están poniendo perfectamente bien ante él, porque él es el que tiene el control de todas las cosas.
A nuestros ojos podrá parecer el diablo se está saliendo de las suyas, el diablo está moviéndose, rompiendo la sociedad, y nosotros podemos ver eso y Dios también lo ve, pero Dios en su soberanía dice, déjalo, yo me voy a encargar de él ya mismo. Y todo lo que él está haciendo va a funcionar para que mis propósitos se lleven a cabo.
Cómo? Eso es parte del misterio de Dios, mis hermanos. No me pregunte, eso es parte del misterio de Dios. Pero qué nos toca a nosotros hacer como iglesia? Qué nos toca a nosotros hacer como hijos e hijas de Dios en un tiempo como este? Usted me va a decir, sí, pastor, tenemos que orar. Seguro, oren, es lo que el texto dice, tenemos que orar. Nosotros como iglesia, tenemos un llamado a orar por aquellos que gobiernan sobre esta nación sean cuales sean sus perspectivas, sus ideologías, sus filosofías, Dios nos llama a orar por cada uno de ellos y ellas. Sea a nivel local, en nuestra ciudad, sea a nivel estatal, sea a nivel de la nación completa, Dios nos llama a orar.
Y yo me pregunto, cuántos de nosotros intencionalmente en nuestro tiempo a solas oramos por eso? No me responda. Pero yo me pregunto cuántos de nosotros intencionalmente tenemos en nuestra lista de oración los gobernantes de mi ciudad, de mi estado y de la nación. Yo les digo, yo no lo hago todo el tiempo, yo tengo que ponerme las pilas concerniente a esto. Hago esa confesión.
Si yo quiero ser fiel a la palabra de Dios yo me tengo que poner las pilas concerniente a esto. Y no es orar solamente cuando viene el tiempo de elecciones. Eso es una de las cosas que yo quiero decir. El llamado de la iglesia a estar en acción no es solamente cuando vienen las elecciones. El llamado de la iglesia a estar en acción es los 365 días del año. La iglesia está llamado a estar en acción.
Ahora, mis hermanos, cuando queremos responder a esta pregunta de cómo uno debe votar, cómo debe votar un cristiano, tenemos que pensar con una mentalidad del Reino de Dios por encima de todas las cosas y no con una mentalidad de la sociedad en la cual vivimos. Porque obviamente al estar delante de los dos candidatos que tenemos ahora mismo, que es como decir, escoge el menor de los dos males, como quien dice, por así decirlo, porque ninguno de los dos candidatos encierra por completo los principios del Reino de Dios.
Tal vez alguno se llega más que otro, pero ninguno de los dos puede encerrar la perfección de lo que es los valores del Reino de Dios. Por eso digo que uno se tiene que tirar ahora por el menor de ambos males, por así decirlo, the lesser of both evils.
Pero sí, mis hermanos, tenemos que pensar, proceder en nuestra decisión con una mentalidad del Reino de Dios. Me explico? Siempre cuando estamos procediendo en estos tratos, obviamente empezamos a medir, quién es el que puede mejor trabajar por la economía de la nación? Quién es el que puede verdaderamente proveer un buen seguro médico, porque todos necesitamos seguro médico, todos necesitamos alguna cobertura médica. Quién es el que puede proveer la mejor cantidad de trabajo, cosa que cuando un joven se gradúe de universidad que pueda tener la certeza de que va a conseguir un trabajo. Quién es el mejor que tiene una póliza de seguridad a nivel nacional y a nivel internacional. Quién es el mejor que puede trabajar o proveer mejores servicios de mercado con el exterior de importación, exportación. Quién es el mejor que trae todas estas cosas? Pensamos en términos de lo humano.
Y yo creo que tenemos que pensar así, sin duda alguna. Pero ¿Saben qué, mis hermanos? Si yo me dijo llevar por lo que dice la palabra, como cristianos, como hijos e hijas de Dios, como hombres y mujeres que hemos sido marcados por el espíritu de Dios, tenemos que pensar más en nuestra decisión a través de los principios del Reino de Dios. Y claro está, si yo sigo esta línea, mis hermanos, obviamente uno de estos partidos intencionalmente ha sacado a Dios por completo de su panorama y ha puesto una agenda totalmente inspirada por el diablo, por así decirlo, como parte de su plataforma. Y lo que está haciendo a través de esto, mis hermanos, es que está buscando cada vez más y más de poner a la iglesia, al cuerpo de Cristo, ponerlo contra la espada y la pared, en una esquina para que se quede callado, y decirle al pueblo de Cristo, tu vas a tener que hacer las cosas como nosotros decimos.
Habrá algún personaje bíblico que les recuerda a esto? Por casualidad Sadrac, Mesac y Abednego no se encontraron en una situación igual? Al sonar de las trompetas, de los címbalos, de los tambores ustedes se tienen que arrodillar ante este ídolo que he fabricado porque sino van para el horno de fuego. Se puede decir que esa historia, de alguna manera u otra, se está repitiendo ahora en estos tiempos.
El enemigo está buscando cómo callar la iglesia, mis hermanos. Está buscando que la iglesia se meta la lengua en el estuche y que no pueda hablar. Está buscando intimidar a la iglesia. Pero nosotros no podemos dejar que el enemigo haga eso. Hoy más que nunca como estábamos orando hace unos minutos, la iglesia se tiene que parar firme, se tiene que parar firme en los principios de la palabra de Dios, declarar su verdad y denunciar las injusticias.
Como dice en Efesios, capítulo 5, la multiforme sabiduría de Dios le ha sido otorgada a la iglesia a comunicarla a los principios y potestades de este tiempo en el cual vivimos. Hoy más que nunca, la iglesia no se puede quedar callada. Y yo creo, mis hermanos, que cuando nosotros estemos llegando a ese cubículo donde nos metemos, y cierre el plastiquito detrás de nosotros y usted tiene su papeleta de frente a usted, cuando usted vaya a tomar su decisión, yo le animo a pensar de esta manera, no piense solamente , este personaje me va a dar un mejor beneficio de plan médico. Dios, tu sabes los achaques que yo tengo, esos dolores que yo tengo en las coyunturas, duele, Señor, y esta persona está viéndose muy prometedora.
Tal vez usted va a estar en ese cubículo y va a estar pensando, Señor, mis papeles de inmigración, este personaje puede provocar que se haga una ley que yo pueda ya sentirme seguro en esta nación, que no tenga que estar corriendo con ese fantasma detrás de mí, y este personaje puede hacer algo para que yo pueda estar seguro en esta nación.
Tal vez usted va a estar en esa cajita de cartón con su papeleta a punto de marcar su X y va a estar diciendo, Señor, es tan difícil mi cuenta de banco está siempre casi raspando el cero, Señor, y yo tengo mi esperanza que este personaje al menos me puede dejar que no llegue, que no baje de 100.
Óigame si usted piensa así usted está poniendo su esperanza en el lugar equivocado, porque ningún hombre, ningún sistema va a poder proveer a nuestras vidas como Dios lo hace. Recuerde que al usted ser parte del pueblo de Dios, parte de ser una nación santa, recuerde que usted es como peregrino y extranjero en esta tierra en la cual Dios nos ha puesto, que nuestra verdadera ciudadanía está arriba en el cielo y no necesariamente aquí en la tierra, mis hermanos.
Así que yo quiero animarles a ustedes hoy en esta noche, tal vez yo pudiese extenderme en muchas otras temáticas, pero quiero ser fiel con el tiempo, mis hermanos, yo creo que usted está entendiendo la línea de por dónde voy. Consta que no estoy diciendo, vote por este o vote por aquél. Yo sí le estoy exhortando a que cuando usted llegue a ese momento de tomar una decisión, que usted decida de acuerdo a lo que Dios está demandando de su iglesia hoy día. La iglesia no se puede dormir en sus laureles y dependiente de quién termine en el poder, ese proceso de silenciar la iglesia se puede o extender un poco más o se puede achicar.
Yo creo que Dios está por hacer algo. Y ustedes saben que parte de nuestra enseñanza aquí en esta iglesia, en congregación León de Judá, de parte de nosotros los pastores, es que entendemos que muchas veces para nosotros ver la bendición de Dios obrando en nuestras vidas, obrando en nuestro medio, hay veces que las cosas se tienen que poner de color de hormiga roja, brava, para que entonces las cosas se rompan y la bendición de Dios pueda fluir. Podrá sonar irónico porque nadie quiere verse en una situación demasiado apremiante, demasiado apretada, o demasiado amedrentante pero por alguna razón u otra, Dios en sus misterio siempre funciona así, o la mayor parte de las veces, déjenme no decir siempre. Pero la mayor parte de las veces Dios funciona así.
Hay veces que Dios está esperando a que estemos ahí guindando del último cordel de la soga, que sentimos que ya nos estamos cayendo, y ahí en ese momento es cuando Dios viene y interviene de alguna manera u otra. Así, iglesia, yo creo que con este mensaje, con esta reflexión bien breve, mi deseo más bien es animarles a ustedes a lo largo de estas próximas dos semanas, en las conversaciones que usted tenga con colegas de trabajo, en la escuela, en la universidad, en el tren, en su mesa de su casa con su cónyuge o sus hijos, sea como sea, piense de esta manera.
Sea quien sea quien salga electo el martes 6, tenemos un llamado de orar por ellos, como iglesia, sea quien sea. Pero yo creo que hoy más que nunca la iglesia de Cristo, la iglesia genuina de Cristo, el cuerpo de Cristo, tiene la capacidad de hacer una marca y dejar su voz sentir. Tal vez no verbalmente, pero sí a través de una marca en una papeleta.
Así que, hermanos, yo les animo, yo les exhorto, pensemos a la luz de los principios y los valores del Reino de Dios, qué Dios demanda de ti y de mi como hijo, como hija suya en una decisión como esta. Como se dice en inglés, there is a lot of things at stake, y tal vez nosotros en nuestra mente finita no podemos calcular la magnitud de todas esas cosas, pero podemos como quien dice ver un vislumbre de cómo pueden ser las cosas si seguimos en el tren en el cual vamos y necesitamos que Dios intervenga de alguna manera u otra.
Bueno, Dios va a intervenir, tarde o temprano, mis hermanos, téngalo por seguro que Dios va a intervenir y la iglesia tiene que estar preparado para cuando eso se de. Eso va a requerir que de alguna manera u otra nosotros como iglesia nos preparemos, mis hermanos.
Yo cierro con esto, como iglesia nos tenemos que preparar y no le estoy diciendo para asustarnos, lo estoy diciendo para animarnos. No podemos ser una iglesia que solamente ora y alborota el polvo cuando estamos aquí orando gloria a Dios, ¡Aleluya!, tenemos que ser una iglesia entendida, mis hermanos, tenemos que ser una iglesia que nos sentemos de vez en cuando leer un par de libros que nos ayuden a entender con mayor profundidad las cosas que están sucediendo en nuestra sociedad, de poder ver un reportaje en el Boston Globe y lo que estemos leyendo podamos ir a la Escritura, Señor, qué tu dices de esta situación en tu palabra? Cómo tu palabra me anima, me exhorta?
La palabra de Dios puede ayudar a alguien a nivel individual. La palabra de Dios puede inspirar a una familia. La palabra de Dios puede dirigir a una iglesia. Pero también concerniente a asuntos de nuestra cultura, de nuestra sociedad, de la política en la cual estamos moviéndonos, esto también tiene mucho que decir.
Fueron muchos los profetas que influyeron sobre reyes y sus historias están aquí. Yo creo que este es el tiempo de que muchos profetas se van a empezar a levantar e influenciar sobre los gobernantes de esta nación. Esa tiene que ser nuestra oración, mis hermanos, así que de nuevo, yo les animo, yo les exhorto, tengamos esto en nuestra mente, en nuestro corazón, de nuevo, quiero cerrar con esto, mi intención no es decirle a usted, vote demócrata, vote republicano. Pero sí es importante para nosotros como iglesia, dejarle saber dónde estamos.
Si usted considera esta su iglesia, usted tiene que estar bien claro qué es lo que nosotros pensamos y creemos, y por esta línea es por donde nosotros vamos. Tenemos que defender los principios del Reino de Dios. Ese es el llamado que Dios tiene para nosotros, el legado que van a tener nuestros hijos, yo les digo, yo miro mis hijos, yo miro sus muchachos que están ahí sentados en su falda, yo los miro y yo me digo, guau, qué será de ellos, cómo van a ser las cosas cuando les toque a ellos estar aquí en el lugar donde nosotros estamos? Cuáles van a ser las dificultades que ustedes van a tener que enfrentar, que ustedes van a tener que denunciar y mucho de cómo ellos puedan lidiar, va a depender de cómo nosotros, ahora, tomemos acción.
Así que mis hermanos, vamos a ponernos de pie, vamos a orar, vamos a cerrar este tiempo y pedirle al Señor su dirección total, su revelación total, no tan solamente sobre nosotros sino sobre toda la iglesia a través de esta nación, de costa a costa, de las Dakotas hasta Misisipi vamos a orar.
Amado Dios, entiendo que esto es un tema muy delicado, Señor, de poder abordar y hay veces que el tiempo no da, y hay tanta tela para contar en esta temática, Señor, y tantas perspectivas para tratar de reconciliar. Pero, Señor, la intención de esta noche es más bien nosotros podernos alinear a los principios de tu palabra, Señor, y que en toda decisión que nosotros podamos tomar, máxime concerniente, Señor, a nuestras responsabilidades civiles, yo te pido que ahora más que nunca los principios de tu palabra verdaderamente iluminen nuestra mente, nuestro corazón, nuestra capacidad de raciocinio, nuestra capacidad de decidir, Señor, y que no nos dejemos llevar necesariamente por las presiones o la corriente en la cual va esta sociedad, la dirección en la cual va esta sociedad, Señor. Ayúdanos a permanecer firmes en ti, Señor, y poder defender aquellas cosas que tu defiendes, defender aquellas cosas por las cuales tu lloras, por las cuales tu te conmueves, por las cuales tu te desbordas.
Ayúdanos a ser la iglesia que tu quieres que seamos en estos tiempos, Señor. Quita todo temor de nosotros, Jesús, aún en conversaciones que podamos tener, Señor, con colegas de trabajo, en la oficina, Señor, hay veces que estas son los tipos de conversaciones que se tratan de evitar, pero de alguna manera u otra surgen, y con estas conversaciones surgen temáticas que pueden ser bien conflictivas. Señor, mi oración es que a cada uno de mis hermanos y hermanas, incluyendo mi persona, que tu nos des la sabiduría, nos des la sagacidad, la mansedumbre, el discernimiento, Señor, y el valor, Jesús, para poder denunciar y declarar aquellas cosas que son y hablan de tu verdad y de tu justicia.
Prepáranos como iglesia, Señor, para las cosas que puedan estar por venir sean buenas o malas, Señor, prepáranos. Para nosotros podernos mover en sintonía contigo, Señor, y a tu paso, a tu tempo, Señor, poder seguir detrás de ti. Ayúdanos a ser la luz en medio de las tinieblas, Jesús, que tu nos llamas a ser, y enséñanos, Padre, enséñanos. Abre nuestra mente, abre nuestro entendimiento, Jesús, que no seamos cerrados sino que podamos estar abiertos a tu voz, a tu dirección, a tu enseñanza, Señor, sobre nuestras vidas.
Te pedimos todas estas cosas, Padre. Queremos ser una iglesia fiel, Señor, en estos tiempos, queremos ser fieles a ti. Ayúdanos a perseverar en tu verdad, Señor, en estos momentos, ahora más que nunca. Y de nuevo, esto no es una oración de debilidad o de duda, Señor, es un clamor que elevamos delante de ti, Señor, porque sabemos que la presión del enemigo ahí afuera va a seguir creciendo, Jesús , y ahora más que nunca tu estás llamando a una iglesia que no se acobarde sino que pueda poner su mano en el arado sin mirar atrás y continuar en ese curso que tu tienes para nosotros.
Pero una vez más nos declaramos en victoria seguros en ti, Señor. Se con cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche, Padre, llévanos con bien hacia nuestras casas, llévanos con tu paz, llévanos con tu protección, Jesús, concédenos un descanso profundo, reparador en esta noche y Padre, que si así tu lo permites mañana cuando nos levantemos, que podamos levantarnos con nuevas fuerzas, nuevas energías, nuevo ánimo, nuevo gozo, Señor Jesús, nueva esperanza, una fe fortalecida en ti, Señor, para enfrentar todo lo que el día de mañana pueda traer, te pedimos así en el nombre de Jesús, a quien le damos toda la gloria y toda la honra, amén y amén. Gracias Señor. Hermanos y hermanas salúdense unos a otros con la paz del Señor. Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, nos veremos el viernes a los que vengan a discipulado, sino hasta el domingo. Bendiciones.
El Señor está cerca
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Diga conmigo: "El Señor está cerca". Wow, y eso me vino a la mente esta mañana mientras yo oraba para que el Señor me aclarara sobre qué enfocar, esta idea de que el Señor está cerca ¿ok?. Y lo primero que quiero decirles es, vayamos un poquito hacia atrás. Aquí vemos el apóstol Pablo llamando a sus hermanos de Filipos pero también a nosotros por extensión a regocijarnos. Y cada día yo medito más y más en ese hecho de que la Palabra de Dios nos llama a regocijarnos.
No tengo todo el tiempo para desarrollar este punto pero lo primero que puedo decir es esto: fíjese que es un llamado, es un verbo aunque suene redundante, activo. Te están diciendo: regocíjate. Es como estar diciéndote: tómate un vaso de agua, o ve a la playa, o disfruta de un buen día de sol y sal al campo. Te están diciendo que hagas algo como consecuencia de una decisión que tú tienes que hacer, de un mover de tu voluntad. La Palabra te está llamando a que tú hagas algo para producir un efecto de regocijo en ti.
En otras palabras lo que quiero decir es que regocijarte es una acción, es una decisión en otras palabras. Tú puedes decidir regocijarte o no ¿ves?. Es un llamado de parte de Dios y para mí es una revelación el simple hecho de que Dios me llame a entrar en ese acto de regocijarme. Y claro está diciendo otra cosa, y es que el regocijo debe ser un estado persistente de los hijos de Dios, debe ser una condición y no solamente un momento aislado ¿ok?.
Así que hay dos cosas aquí bien importantes. Porque después él dice: Regocijáos en el Señor siempre. Es como dice la Palabra en otro caso: orad sin cesar. Y uno dice bueno, ¿qué quiere decir eso?, orar sin cesar ¿eso quiere decir que tengo que orar cuando estoy en la calle siempre moviendo los labios, y cuando estoy durmiendo?. No, es la idea de algo que es persistente, algo que se convierte en una cualidad de la vida. Es un fundamento de la vida. Es como un trasfondo el regocijo, el gozo del Señor.
Entonces es una revelación ese hecho de que Dios te llama, de que yo voy a decidir si me voy a regocijar o no. Y eso ayuda porque muchas veces nosotros pensamos como que las emociones es algo que nos debe gobernar a nosotros. Las emociones vienen y van, y ellas deciden lo que hacen con nosotros. Pero ¿sabes qué?, que tú tienes el poder y tú tienes dentro de ti la agencia, y la fuerza para o regocijarte, o deprimirte, estar ansioso o estar en paz. Y hay cosas que tú puedes hacer en tu vida para facilitar y para hacer posible que el gozo del Señor se manifieste dentro de ti.
Y miren lo que dice Pablo, dice: Regocijáos en el Señor siempre. Yo creo que parte de la capacidad del cristiano para gozarse es el hecho de entender que el gozo nuestro no es tampoco un gozo fácil, superficial de carcajadas continuamente y de estar diciendo chistes, y estar con una sonrisa de Barbie siempre ahí en la boca. Yo creo que el gozo del cristiano es un gozo que viene, que es algo del interior, de las entrañas. Es un gozo que la Presencia del Espíritu Santo hace posible dentro de nosotros. Y es un gozo yo creo que está allí a pesar de; a pesar de las pruebas, a pesar de las dificultades y las luchas de la vida, a pesar de los malos recuerdos de la vida. Uno puede gozarse en el Señor.
Es un gozo saber de que mi pasaje ya está pagado. Mi pasaporte está sellado y que me dieron la visa para la Patria Celestial ¿amén?. Es un gozo saber que yo estoy bien con Dios y Dios está bien conmigo, Dios está contento conmigo. Dios me ama, Dios me ha sanado, me ha salvado, me ha justificado a través de Cristo Jesús y por lo tanto todas las demás cosas de la vida son inconsecuentes ante el hecho grandioso de que yo sé de dónde vengo y a dónde voy ¿amén?.
Entonces es ese regocijo, ese gozo del Señor en el Señor que viene como producto de una cercanía con Cristo, un saber que Cristo está conmigo, yo estoy en Él. A la medida que nosotros permanecemos en Cristo y Él permanece en nosotros entonces podemos experimentar ese gozo de Dios. Muchas veces mire: cuando comenzamos el servicio esta mañana mire la progresión; yo como Pastor de la Iglesia siempre estoy observando la temperatura de la Iglesia ¿no?. Ustedes me ven allí pero a veces yo estoy allí sufriendo o gozando, pero yo no sé estoy ahí pensando, dándome terapia a mí mismo a veces ¿no?, y viendo cómo están las cosas y midiendo todas las diferentes agujas de la Iglesia.
Y cuando entramos y comenzamos estábamos allí como un poquito apretados, no era la misma intensidad ¿sí o no?. O yo me estoy imaginando las cosas, sea honesto. Y así pasa muchas veces. Muchos a las 9 de la mañana no saben si son salvos o no (risas). Pero comenzamos y con la bendición de los hermanos aquí que nos encabezaron y los coros, como que fue entrando el calor del Señor en nosotros ¿amén?. Y fue subiendo la temperatura hasta un crescendo ya hasta el final que pudimos proclamar el Señorío de Cristo con gozo, con intensidad. Ya los demás hermanos habían llegado, estaba lleno el lugar y gloria a Dios, el Espíritu Santo se comenzó a manifestar en una forma abierta y palpable ¿no?.
Pero ¿por qué?. Porque nosotros decidimos alabar al Señor. Si nos ponemos aquí a esperar que nos venga el gozo del Señor y que nos toque con una varita mágica estamos aquí todo el día. Pero cuando uno comienza a adorar, cuando uno comienza a alabar, cuando uno comienza a calentar los motores comienzan a fluir las cosas. Y entonces ese gozo del Señor que estaba en nosotros lo podemos sentir y procesar con nuestro sistema nervioso. Podemos experimentar el gozo del Señor.
Yo he aprendido así en mi vida, que yo estoy muchas veces ahí que no me huelen ni las azucenas, pero comienzo a pensar en el Señor, a orar a clamar, a veces hasta lágrimas salen, medito en las cosas buenas del Señor y como que el frío se comienza a ir, los demonios se meten en su escondite y viene el gozo del Señor ¿no?. Y nosotros tenemos que hacer una decisión en nuestra vida de gozarnos. Tú tienes que decidir que vas a ser una persona que se va a regocijar en el Señor.
Es algo que tiene que ser como una postura filosófica, bíblica, teológica de que yo voy a ser una persona gozosa. Me voy a regocijar en el Señor. Y usted tiene que hacer de eso una ética, un tema de su vida, una decisión. Porque déjeme decirle: la vida no le va a dar la oportunidad. Cristo dice que en el mundo hallaréis aflicción. Si usted se pone a pensar en todos los problemas que usted tiene y yo tengo, todas las dificultades; problemas de salud, problemas financieros, problemas familiares, problemas con las amistades, problemas en el trabajo, usted va y se pega un tiro lo más pronto posible para salir de este mundo cruel.
Y usted puede escoger en qué se va a enfocar. Se va a enfocar en las cosas malas y difíciles de la vida que todos las tenemos o se va a enfocar en el gozo del Señor, en el hecho de que usted es salvo por Cristo Jesús. De que Dios está contento con usted, que Dios tiene cosas buenas para su vida. De que los pensamientos de Dios son buenos para su vida. Y quizás ahora está pasando por un tiempo de tribulación pero el final siempre es bueno. Es lo que dice el apóstol, que el final de Dios siempre es bueno. Entonces usted tiene que decidir regocijarse.
Uno de los pasajes que yo amo es el pasaje de Abacuc capítulo 13 y lo voy a dejar con eso en torno al tema de regocijo porque hay mucho, mucho que cortar, mucha tela que cortar. Busque el sermón del domingo antepasado de las doce.
Pero mire lo que dice Abacuc 3:17: "Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos. Aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no hayan vacas en los corrales."
Ahora, estamos hablando de un hombre que vivía en un mundo agrícola ¿verdad?. Hoy en día nosotros diríamos: aunque la cuenta de banco esté en cero, aunque no haya sopa en la despensa, aunque no haya un container de leche en la nevera, aunque el carro esté por allí todo transtornado con los alambres fuera, aunque tenga problemas familiaries y dificultades en mi salud, dice: "Con todo yo me alegraré en Jehová." Aleluya.
Diga conmigo: con todo. Está diciendo allí: hey, no está diciendo como que con una varita mágica todo va a desaparecer ¿verdad?, no no no. No es que usted va a ser tampoco como esos pájaros ostriches, ¿cómo se dice en español?, avestruz que mete supuestamente la cabeza en la arena para no ver el peligro que se acerca. No, nosotros no somos ignorantes de la realidad de la vida ¿ok?. Al contrario, yo creo que el ser humano puede gozarse.
En otras palabras hermanos no es que nosotros ignoremos las cosas negativas de la vida si no que tenemos que recordar esto: que a pesar de todo y en medio de todo, a mí me gusta eso que dice: con todo, en otras palabras arrastrando todas las realides de la vida. Eso también me recuerda lo que dice el apóstol Pablo en otro pasaje, Romanos capítulo 8 creo que es. "¿Quién nos separará del amor de Cristo?. ¿Tribulación o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?. Como está escrito por causa de Ti somos muertos todo el tiempo, somos contados como ovejas de matadero."
El apóstol Pablo está allí como mirando la realidad de la vida. Todas las cosas that can go wrong, todas las cosas que pueden salir mal en la vida de un ser humano. Todos los adversarios jurados a muerte de destruírnos y de aguarnos el gozo de la vida. Y él pregunta retóricamente: ¿habrá algo en este mundo por grande que sea que nos pueda separar del amor de Cristo?. Nada, evidentemente la respuesta es nada. Entonces dice: "Antes en todas estas cosas somos más que vencedores."
Fíjese: antes en, no después que hayan terminado o cuando hayamos salido de ellas, dice: antes en todas estas cosas somos más que vencedores. Y me recuerdo que dice Abacuc, por eso la conexión que se hizo en mi mente, con todo. Porque de nuevo Dios te llama, hijo, hija de Dios en esta mañana, mírala desnudamente, mírala friamente, mírala lógicamente, reconoce todos los adversarios que tiene tu vida, lo difícil que es la vida, las luchas que hay. Pero yo quiero en esta mañana, el Señor quiere en esta mañana que con todo tú te regocijarás en el Señor.
Dice Abacuc: "Con todo yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová es mi fortaleza el cual hace mis pies como de siervas y en mis alturas me hace andar." Vea allí es como un gozo desafiante, es como una piedra que usted le tira al diablo en la misma frente, el gozo del Señor. Dice la Palabra que el gozo del Señor es nuestra fortaleza. El escritor de Abacuc está diciendo aquí: aunque venga lo que venga mi ética de vida va a ser: me voy a gozar, me voy a gozar en el Señor. Voy a vivir una vida gozosa, no una vida ignorante de las dificultades de la vida porque todos tenemos nuestras luchas, si no una vida de gozo en y a pesar de, y con todo lo que venga.
Yo siempre voy a mantener una sonrisa en mi rostro, voy a ser una persona de gracia. El apóstol Pablo después dice allí: vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. Hermanos yo creo que mire, la mayor carta de recomendación, el mayor recurso apologético del Señorío de Cristo que nosotros tenemos es nuestra gentileza. Ese carácter placentero en nosotros.
Un cristiano sangrigordo, aburrido, molesto con la vida, exigente de los demás, amargado no puede ser un evangelista absoluto. La gente necesita congregaciones cuando entra que sienta el gozo del Señor. Y la gente necesita cristianos en el trabajo que mientras todos los demás están chismeando y quejándose del jefe y de las condiciones de trabajo, y de lo poco que le pagan, que tenga una sonrisa placentera y profunda. No una sonrisa plástica si no una sonrisa que ha atravesado los meteoritos de la lucha, el sufrimiento, la falla, los fracasos de la vida y que sale del otro lado todavía victoriosa. Es una sonrisa diferente, una sonrisa profunda.
Que vuestra gentileza sea conocida. Yo quiero que nuestra Iglesia sea una Iglesia gentil. Yo me gozo cada vez que viene un visitante y me dice: esta Iglesia es una Iglesia amable. El domingo antepasado precisamente vinieron dos hermanos, yo los conozco hace mucho tiempo, miembros de la Iglesia Park Street, gente mayor, norteamericanos. Y estaban sentados allí, cuando yo vine los ví, fui a saludarlos antes de comenzar el servicio, me dijeron: la gente aquí es tan amable. Ahora, yo sé la otra parte de ustedes déjenme decirles (risas). Pero no se los dije en este momento.
Y ustedes saben la parte no amable de mí también, algunos más que otros. Pero yo declaro amén hermanos, sí es cierto, son gente. Yo les digo, yo vivo enamorado de mi Iglesia, porque la verdad es que nuestra Iglesia en un sentido general, total somos una Iglesia especial, somos una Iglesia gentil, y yo les animo a siempre ser una Iglesia generosa, una Iglesia amable, una Iglesia donde la risa pueda estar siempre en el labio de nosotros.
A mí me encanta cuando vienen las hermanas aquí a veces y se quitan los zapatos y están aquí al frente, y yo digo: gloria a Dios, se sienten libres ¿no?, para hacer eso. Varones si lo hacen asegúrense de tener medias limpias pero pueden hacerlo también (risas). Amén.
No, es bueno cuando la gente se siente libre en la casa del Señor para relajarse. La alternativa es todos ahí almidonados: Oh Padre Celestial Creador del Universo, Tú que lo puedes todo, tratamos a Dios como si estuviera a cien mil millas de distancia. Dios está presente, está aquí, está dentro de ti, te ama, tiene buenos pensamientos para ti por lo tanto regocíjate. Seamos una Iglesia hermanos generosa. Una Iglesia gentil, una Iglesia contenta, una Iglesia que se ría de sí misma y se ría con Dios.
Yo creo que Dios se ríe y el mundo tiembla, el universo tiembla cuando Dios se ríe. Dios tiene un sentido del humor también, miren me puso a mí a pastorearlos a ustedes, imagínese si tendrá sentido del humor. El caso es que tenemos un Padre amoroso y tenemos que enfocarnos en eso. Quiero salirme de este tema pero no puedo, es tan rico, tan jugoso. Tenemos que ser una Iglesia generosa. Y tú, te llamo a ti, hombre, mujer de Dios a ser generoso también en tu familia, tu matrimonio, la manera en que tratas a tus hijos, la manera en que tratas a los demás.
Porque ¿sabes qué?. Si uno es gentil uno puede sentir el gozo del Señor. Una persona exigente que guarda las cuentas y que tiene que pagar todo lo que le hicieron nunca va a ser feliz, nunca. ¿Sabe quién es la persona feliz?. La persona que da, la persona que comparte, la persona que bendice, la persona que afirma, la persona que cree en lo mejor de los demás, la persona que sabe que hay algo bueno en ese individuo aunque está bien metido al fondo pero sabe que hay algo bueno en él ¿no?, y tratamos de sacar eso bueno que está.
Somos generosos con nuestro cónyugue. Damos de lo que tenemos, no estamos pensando en nosotros mismos como miserables ahí contando las moneditas, compartimos nuestra comida, invitamos a los demás al hogar para que compartan nuestros dones. Y eso genera en nosotros gozo, nos aliviana. Sé generoso, que tu gentileza sea conocida de todos los hombres. Seamos una Iglesia generosa, una Iglesia gentil, que se distinga por ser un lugar donde nos amemos, compartamos, nos apoyemos unos a otros y usted verá que el gozo del Señor correrá en medio de nosotros. Es bien importante eso.
Les dejo allí porque si no no voy a entrar en lo que en realidad en lo que quería tocar, pero no quería dejarles así completamente. Porque después de Pablo decir todo eso, regocíjense en el Señor siempre y otra vez les repito: regocíjense, que su gentileza, su alegría, su generosidad, su amor, su liviandad de espíritu sea conocida de todo el vecindario. Entonces dice: el Señor está cerca. El Señor está cerca. Fíjese que para mucha gente decir que el Señor está cerca es como decir: oh oh, I do not want to see Him, He is going to be mad at me.
Para mucha gente decir que el Señor está cerca podría ser algo del fin del mundo, destrucción, fuego, azufre. Para Pablo en este contexto es un elemento de fortalecer el llamado al gozo. Hay un vínculo en la mente iluminada del apóstol Pablo entre su llamado al gozo y regocijarse y este hecho de que el Señor está cerca. No es una afirmación ahí idiosincrática que él puso allí para llenar espacio si no que hay una conexión íntima del Espíritu entre esas cosas.
¿Por qué es tan importante que para nosotros vivir una vida de gozo y de paz?, que es en realidad lo que abarca todo ese segmento de la carta, la vida de paz. Porque Pablo termina ahí diciendo: "Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará todos vuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús." La paz es la base, sin paz usted no puede gozarse ¿verdad que no?. Si usted está ansioso, nervioso, inseguro usted nada más va a poder tener gozo. La paz es la base del gozo y están los dos ahí unidos. En realidad es lo que enmarca.
Pero para Pablo el hecho de que Cristo está cerca es un elemento de fortalecimiento del llamado al gozo y a la paz. Y ustedes pensarán, déjeme comenzar por aquí porque creo que voy a seguir con este tema más adelante, es un tema importantísimo: la venida del Señor. Ustedes notarán que yo no hablo muy seguido acerca de la venida del Señor, en realidad yo debería hablar más acerca de la Segunda Venida. Yo hablo de muchos temas diferentes, muchas cosas pero la Segunda Venida no es un tema como puede suceder a veces en otras Iglesias más pentecostales, siempre estamos hablando de que Cristo viene, Cristo viene etc.
Normalmente yo no trato mucho ese tema pero tengo claro de la creciente importancia de entender lo que es la doctrina de la Segunda Venida del Señor y los elementos que la acompañan. Y a veces si no hablo tanto de la Segunda Venida es porque en mi espíritu hay una, es como una relación conflictiva de elementos que se contradicen unos a otros y están en tensión, y porque tomo tan en serio la Segunda Venida del Señor, a veces no hablo de ella pero es un tema de muucha meditación. Es un tema clave que nosotros tenemos que tener bien claro y entender de qué estamos hablando.
Por una parte está el hecho de que la Escritura una y otra vez nos dice eso de la cercanía de la venida de Cristo. Los primeros cristianos evidentemente vivían ocupados en su mente y en su sensibilidad por la inminente venida del Señor Jesucristo. Algunos han pensado inclusive que la Escritura como que ahí se equivoca, algunos escritores más liberales, porque dicen: bueno, simplemente que Pablo y aún el Jesús que nosotros leemos en los Evangelios pensaban que iba a ser algo bien rápido, o los evangelistas que escribieron acerca de las palabras de Jesús como que ellos pensaban que iba a venir ya inmediatamente, y se dejan a veces confundir un poquito cuando Cristo dice por ejemplo: Jesús dijo que esta generación no pasará sin que haya venido el Hijo del hombre.
Palabras misteriosas. Yo no sé exactamente cómo explicarlas ni quiero meterme mucho en ese abismo tampoco. Pero la verdad es que sí, que hay muchas aseveraciones a través de la Escritura que dicen que el Señor está a las puertas, está ya inminente. Pero han pasado dos mil años y Cristo no ha venido. Y vemos a través de los siglos generaciones de cristianos a veces han sentido una exaltación muy grande acerca de la venida de Jesucristo como los adventistas por ejemplo en tiempos pasados, y otros grupos, que vieron los tiempos y dijeron: ya Cristo está a las puertas y comenzaron a vivir una vida apocalíptica como que venía esta semana, y hasta le han puesto fechas.
Hace poco recuerdan este grupo, un hombre que yo creo bien intencionado pero se puso a poner fecha ahí que Cristo venía, ¿cuándo era?, el 2011 una fecha que puso allí, y mire todavía estamos aquí a no ser que esto sea un sueño y ya estemos en el cielo pero ¿no?, estamos aquí todavía ¿no?. Y así, por otra parte pasa el tiempo y todavía Cristo no viene.
Entonces nosotros tenemos que tener mucho cuidado. Es una tensión que hay en la Escritura y en la vida del creyente. Nosotros tenemos que vivir como si Cristo está a las puertas pero también tenemos que saber la hora ni el día en que Él ha de venir porque el mismo Señor lo dijo: eso está en la Providencia absoluta del Padre ¿ok?. El Cristo humano divino lo dijo así: ni el mismo Hijo del hombre sabe el día de la venida de Jesús. Hay una tensión allí.
Sin embargo la Biblia nos dice que miremos los tiempos y que hay unas señales que sí van a sugerir y van a ayudarnos a entender cuándo es que Cristo viene. Yo miro los tiempos que vivimos y definitivamente hay tantas cosas que me indican que la humanidad está llegando a un punto en que ya las baterías se le están gastando y ya no queda mucho más. Es como que hemos cerrado el círculo y algo tiene que suceder para liberar un poco esta presión tan grande que se está acumulando en la condición humana.
Entonces por una parte se nos llama a vivir poseídos de la inminencia de la Venida de Jesús y por otra parte se nos dice tampoco se pongan a especular demasiado, porque eso es un misterio y nadie puede decir con exactitud. ¿Puede ser ahora mismo, puede ser dentro de un año, puede ser dentro de diez años, podría ser dentro de cincuenta o cien años?. Quién sabe. Nadie sabe, eso es algo que tenemos que abordar con sumo cuidado y con suma humildad al respecto.
Y una de las cosas que podemos decir acerca de la especulación de la venida de Jesucristo es eso. Tenemos que no darle ni demasiada importancia pero tampoco demasiado poca importancia. Y el Señor como que una y otra vez nos dijo: miren, tengan cuidado, ese es un tema muy delicado y manténganse en la tensión de ambas cosas.
Mire por ejemplo en Hechos capítulo 1 cuando el Cristo resucitado está ya listo para su ascensión, los discípulos le hacen una pregunta apocalíptica a Él. Le dicen dice aquí en el versículo 6: "Entonces los que se habían reunido le preguntaron: Señor, ¿restaurarás el Reino a Israel en este tiempo?." Antes que se fuera querían hacerle una última pregunta allí, ¿Tú vas a restaurar a Israel a su antigua gloria cuando David era este rey poderoso, Israel tenía control sobre todas las naciones a su alrededor, ahora estamos bajo la bota romana, ¿Tú vas a restaurar a Israel?.
Y miren cómo les responde el Señor, les dijo: "No os toca a vosotros el tiempo o las sazones" es decir, seasons, primavera, verano, otoño, invierno, los tiempos de la historia. Eso no es provincia de ustedes. Que el Padre puso en su sola potestad ¿ok?. En otras palabras miren: no se pongan muchachos a estar haciendo muchas especulaciones, eso no es importante ahora mismo. Miren lo que era para el Señor importante en ese momento: "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la Tierra."
Eso es de lo que usted debe estar preocupándose ahora por hacer; predicar el Evangelio, proclamar la Palabra, buscar el poder del Espíritu Santo, vivir vidas poderosas y efectivas avanzando el Reino de Dios en lo que el Padre decide cuándo es que va a enviar a su Hijo y la Segunda Venida.
Entonces nosotros tenemos que siempre mantener ese sentido de humildad con respecto a la Segunda Venida. Pero mire algo importante, ahí es donde yo digo sí y no vivir la tensión. En ese mismo pasaje cuando el Señor se levanta y va subiendo, subiendo y ellos lo están mirando, qué cosa tan extraña este ascender del Hijo de Dios, dice que se le aparecieron dos varones, versículo 10: "Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo entre tanto que Él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo?."
Es interesante esto. Porque ahora dice mira, el Señor les dice: hey no estén mirando al cielo, miren a la Tierra lo que tienen que hacer. Y aquí estos les dicen: ¿por qué están mirando al cielo?, entonces ¿what do you mean?, acaban de decir que mire al cielo y ahora me dicen que no mire, entonces ¿que mire o que no mire?. Entonces dice: ¿por qué están mirando al cielo?. "Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo así vendrá como le habéis visto ir al cielo."
Llamado entonces, sí Él se va pero Él vuelve. Es una afirmación bien clara en ese momento clave de la historia, le están diciendo al pueblo de Dios: ese Cristo así como ustedes lo vieron subir así mismo lo han de ver venir. ¿Cómo subió Cristo?, en cuerpo visible, y así mismo también lo veremos a Él.
Así que es un llamado también a estar antentos y estar concientes de que Jesucristo viene, Cristo viene y viene pronto, es un pronto ahí que no sabemos cuándo se va a dar pero es un pronto y tenemos que vivir en la inminencia de esa venida.
Yo creo que una persona no puede ser verdaderamente feliz y regocijarse si no está centrada en la venida de Cristo algún día. Porque cuando yo sé que Cristo viene eso hace relativo todas las demás cosas de este mundo. Yo sé que este mundo un día será completamente anulado y será reemplazado por cielos nuevos y tierra nueva. Y yo creo que cuando uno está conciente de que Cristo viene y que este mundo pasajero no es todo y que todas estas cosas por las cuales nosotros nos afanamos y nos matamos, tener el carro de último modelo y el traje último que usó Oprah en la televisión y ahora yo lo quiero también aunque sea más barato pero una copia, y el título y la casa grande, y la gente se mata y deshace por tener estas cosas como si el mundo este fuera todo.
Y nosotros sabemos que el mundo este es pasajero. Y vivimos la vida entonces con ese sentido de hey, no sufras tanto, no te mates tanto, no te afanes tanto. Sí trabaja, gózate, emprende una vida fuerte y hacedora, emprendedora pero sabe que este mundo no es lo último. Que estamos aquí de paso y que nuestra verdadera ciudadanía está en la Patria Celestial ¿amén?. Y yo creo que tenemos siempre que tomarnos una píldora de Segunda Venida de Cristo.
Tenemos que recordar que el Señor está cerca y que Cristo viene. Y si Él no viene yo me voy a donde Él, pero de alguna manera sea que Él venga o que yo vaya, pero de alguna manera nos vamos a encontrar ¿no?. Y yo creo que todos nuestros afanes, esfuerzos y vivencias en nuestra vida las tenemos que vivir a la luz de esa venida de Jesús y de que no podemos, no estamos aquí para quedarnos. El mundo es una antesala. Y eso tiene que ver con muchas de las conversaciones que tuvimos el Doctor Villafañe, yo y nuestro compañero Lubomir Ondrashek que nos invitó allí en el carro, la mejor experiencia la tuvimos mientras manejában por las montañas y los caminos de Eslovaquia y estos sitios.
Muchas cosas ¿no?. Donde no quiere decir que nosotros vivamos una vida fatalista o derrotista. Y que digamos: bueno, como Cristo viene yo simplemente voy a convertirme en un monje de eso, a caminar con el mundo con una cucharita para que me den de comer en una casa como hacen los hindúes y los budistas que poseídos por el sentido de la inutilidad de la vida simplemente pues se olvidan de hacer cualquier cosa en este mundo y se convierten en simplemente monjes y pordioseros que no se preocupan por este mundo para nada. No, yo creo que la Palabra nos llama a vivir vidas plenas, vivir vidas gozosas.
Me encantan las palabras del sabio Salomón en Eclesiastés donde se habla de que nunca falte aceite sobre nuestras cabezas, vestidos blancos sobre nuestros cuerpos, de que nos gocemos con nuestros seres queridos, con las mujeres de nuestra juventud, con nuestro esposo, con nuestros logros en la vida, las cosas que podemos hacer y que vivamos en el presente y nos gocemos. Carpe diem, coge el día, agárralo por el cuello y vive y gózate en la vida.
Porque este mundo está lleno de vanidad. Así que disfruta. No estamos hablando tampoco cuando hablamos de la Segunda Venida de Cristo como que nos olvidemos, no. Dios te llama a vivir una vida plena aquí en la Tierra. Trabaja con gusto, emprende cosas fuertes en la vida, se emprendedor, pero mantén en una parte de tu cerebro que todo eso un día es pasajero. Tenemos que vivir una vida bipolar, bicameral entre las dos cosas viviendo con gusto, pero también sabiendo que un día les van a apagar las luces y que ya todo terminará, y que no podemos tomarnos todo tan en serio aquí en el mundo. Regocijáos.
Yo quiero que llegue el día cuando empiece la Segunda Venida de Cristo yo me frote las manos y tenga una sonrisa de loco en mi rostro, una mirada de wow. Sí, Cristo viene pronto y uno se goza y por eso uno vive en la inminencia, y que eso endulce y diluya todas las dificultades, todas las luchas de la vida. Cristo viene, maranatha, Cristo viene ¿no?. Y dice: ven Señor Jesús, sí, ven Señor Jesús.
Entonces Dios quiere que nosotros entendamos que sí, que Él viene. Y vamos a buscar otro pasaje; hay muchos pasajes acerca de esto que por eso digo: voy a hacer un recorrido. ¿Sabe que la Segunda Venida de Cristo no es algo que surge en el Nuevo Testamento solamente?. Hay mucha gente que cree que la Segunda Venida de Cristo es una doctrina o del Mesías, del Hijo de Dios que nace en el Nuevo Testamento. ¿Sabe usted que proféticamente hay muchos pasajes en el Antiguo Testamento que visualizan a este ser que ahora conocemos como Jesucristo viniendo al final de los tiempos?.
Esto es una doctrina que está en las Escrituras desde los primeros profetas, desde los primeros Libros. Me vino a la mente cuando estaba pensando en eso el profeta Daniel que fue uno de los primeros que habló y que escribió con mucho entendimiento acerca de la Segunda Venida del Hijo de Dios.
Mire por ejemplo ahora vamos a buscar un pasaje ahora como por ejemplo Daniel 7. Daniel fue uno de los grandes profetas apocalípticos y vió muchas cosas. Y ahí en el Libro de Daniel mire por ejemplo Daniel 7:13: "Miraba yo en la visión de la noche" estaba durmiendo pero le vino un sueño muy potente, muy poderoso, "y he aquí con las nubes del cielo", ¿cómo dice el Libro de los Hechos, que el Señor ascendía en las nubes ¿no?, y dice: "Y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de hombre." ¿Cómo se llamaba Jesucristo a sí mismo, el Hijo del hombre, nosotros también lo llamamos el Hijo de Dios porque Él es ambos, es el Hijo del hombre y el Hijo de Dios, es la esencia divina y la esencia humana en una sola persona ¿no?.
Daniel no tenía el privilegio que nosotros tenemos de saber el nombre de ese Hijo del hombre, nosotros sabemos quién es y lo tenemos bastante bien descrito en la Escritura. Dice: "Y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de hombre", en su mente parecía humano pero es más que eso, "como un Hijo de hombre que vino hasta el anciano de días" ¿quién es el anciano de días?, Jehová. Es una figura que él ve quizás este ser misterioso, poderoso, parece viejo pero está más allá del tiempo. "Y le hicieron acercarse delante de Él" ese le hicieron es como una invitación como cuando uno llega ante un Rey y alguien que es el camarero o el encargado le dice: acérquese.
¿Usted se puede imaginar ese momento en la historia cuando finalmente al Hijo de Dios, porque dice la Biblia que Él le entregará todo al Señor ya finalmente ¿no?, y toda rodilla se doblará, toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. Y dice: "Le hicieron acercarse delante de Él." Lo que está tratando de él señalar es la solemnidad de esa escena en que está ese anciano de días y este Hijo de hombre and they usher Him ito the Presence, into the inmediacy of this Ancient of days, lo hicieron acercarse delante de Él.
Y dice que: "Le fue dado dominio, gloria y reino para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran." Dice: "Su dominio es dominio eterno que nunca pasará y Su Reino uno que no será destruído." Eso merece un aplauso, gloria al Hijo de Dios.
Yo creo que lo que le fue deparado en esa visión a Daniel fue un momento de ver ese instante que vendrá. Porque ahora mismo no todas las naciones no reconocen el señorío de Cristo, es más aquí mismo en Estados Unidos hay ambivalencia. Aún yo creo en nuestro propio presidente si Jesucristo es el Señor, porque reconocer que Jesucristo es el Señor, yo no puedo poner aparte una cosa de la otra pero eso es otro tema ¿no?.
Pero ese momento en que todas las naciones son obligadas a reconocer que ese Jesús sí es el Hijo de Dios. En Irán, en Irak, en Corea del Norte, en Nueva Zelanda, en Canadá, en Londres tendrán que reconocer que Él es el Hijo de Dios, Él es el Señor y tendrán que entregarle todos los títulos de propiedad de todas las cosas de la Tierra a ese Hijo de hombre para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es dominio eterno. Tuya es la gloria, Tuya es la honra, Tuyo es el dominio, el poder. En Apocalipsis vemos una y otra vez esa escena de entrega al Cordero de todas las llaves y toda lengua, toda rodilla reconoce que Jesucristo es el Señor.
Entonces ven ese Hijo de hombre viniendo ante el Anciano de días. Mire otro pasaje allí mismo ¿no?, porque ese pasaje de Daniel es muy profundo. Vamos hacia atrás porque este es un pasaje que tenemos que entenderlo y después tome su tiempo, vamos a hacer un recorrido. Dice: "Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve y el pelo de su cabeza como lana limpia. Su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía delante de Él. Millares de millares le servían, y millones y millones asistían delante de Él. El Juez se sentó y los libros fueron abiertos."
¿Usted ha visto algún juez alguna vez llegar a una corte, y cuando él llega todos "all rise", todo el mundo se levante?. Esto es un mero hombre que quizás vino del baño en ese momento antes de llegar a la corte, pero todo el mundo: all rise, todo el mundo se levante y él entra con toda su potestad y toda su majestad, y entonces él va y se sienta y entonces todo mundo se sienta ¿no?. Está hablando de esa escena aquí ¿no?, en que ese Juez se sentó para juzgar, se sentó para determinar, se sentó para leer y discernir el destino de todos los hombres. Se sentó y los libros fueron abiertos, ¿los libros de qué?. De la historia, de la justicia, de todos los eventos del universo. Todo eso allí iba a ser ahora juzgado, medido y sopesado por el Anciano de días.
Dice: "Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno" ese es el otro personaje el Anticristo, ese ser terrible, diabólico ¿no?, dice: "Y miraba hasta que mataron a la bestia y su cuerpo fue destrozado, y entregado para ser quemado en el fuego. Habían también quitado a las otras bestias su dominio pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo." Eso habla un poquito de lo complejo de esos tiempos ¿no?, antes y después de estos momentos apocalípticos de terminar toda la historia, de que todo le sea entregado, y que todos los juicios sean hechos y todo sea aclarado ¿no?.
Entonces lo que Daniel pudo ver fue una visión de todas estas cosas que van a estar pasando y que quizás algunas de estas cosas ahora mismo están pasando en los aires, y en el mundo del Espíritu y nosotros no lo sabemos, nosotros sólo vemos en el plano visible, humano, material. Pero hay muchas cosas que están pasando en el plano espiritual ¿no?, hay lucha, hay poderes que quieren destruir el señorío de Cristo. Quieren arrancar el Nombre de Jesús de las ciudades, ese nombre que es sobre todo nombre para ellos tener más libertad de pervertir a las naciones. Pero el Señor va a llevarlo todo a un sólo lugar: el señorío de Cristo.
Y hay bestias, y hay seres que están allí ahora mismo luchando por quitarle el señorío a Jesús y también por humillar, quitarle el señorío a la Iglesia. Y aquí en el versículo 18 habla que después que todas estas bestias y seres anticristos son destruídos, y un día yo voy a hablar un poco más acerca de eso, quiero ahora enfatizar la Segunda Venida y las cosas que rodean esas escenas ¿no?. Dice: "Después recibirán el Reino los Santos del Altísimo." ¿Quiénes son los santos del Altísimo?. La Iglesia de Jesucristo. La iglesia de Jesucristo, nosotros recibiremos el Reino. Wow, gócese hermano porque ahora mismo quizá usted ni siquiera tenga papeles pero un día usted va a recibir el Reino, usted va a poder viajar a Marte y a Pluton y a Júpiter sin papeles, aleluya porque el Reino será suyo. Amén, gloria a Dios.
Un día nos van a ser entregados, nosotros vamos a juzgar a las autoridades dice la Palabra del Señor. Los principados y las potestades. "Después recibirán el Reino los Santos del Altísimo y poseerán el Reino hasta el siglo eternamente y para siempre." No nos será quitado ese señorío que Dios le devolverá a su Iglesia ¿no?, los que han creído en Jesucristo.
Hay tanto aquí ¿no?. Otra cosa interesante aquí de este mismo capítulo 7, vamos al versículo 21 porque vamos saltando así a diferentes cosas. Dice: "Y veía yo que este cuerno" este es el Anticristo, una imagen del Anticristo, "hacía guerra contra los santos y los vencía". La Biblia habla de un tiempo en que la Iglesia va a ser perseguida, va a haber persecución de la Iglesia. Yo no estoy seguro cuándo es ese momento, si es algo como algo definitivo que está por delante o si ahora en países donde la Iglesia es perseguida, hay cristianos ahora que son perseguidos en diferentes partes del mundo. Pero yo creo que el tono, la tonalidad de la Biblia cuando usted lee todos esos pasajes que hablan de la persecución de la Iglesia, es como algo muy grande, muy avasallador y mundial que viene.
No sabemos cuándo será ese tiempo. Uno de los problemas de todo esto de los asuntos apocalípticos es el tema de la cronología. Hay tantas declaraciones y tantas escenas diferentes, y a veces los profetas como Daniel o como Juan en Apocalipsis saltan de adelante para atrás, y vuelven al presente y vuelven hacia otro lado, y uno no sabe muchas veces cuándo era algo de algo que había pasado para hablar de algo que viene, y cuándo están hablando de algo que era en el pasado pero en realidad es en el presente, o que se cumplió dos veces en el tiempo del profeta o ya ahora, es un lío tremendo en ese sentido.
Por eso uno tiene que tener mucho cuidado cuando habla de las cosas apocalípticas. Porque la cronología no la sabemos exactamente. La tribulación es antes o después de la venida del milenio, o el rapto de la Iglesia es antes de la gran tribulación o después. Si usted lee los pasajes honestamente usted no va a saber exactamente qué viene primero y qué viene después Ahí es donde uno tiene que tener una santa humildad de creer todo lo que podamos, pero también dejar un espacio por si estoy equivocado.
Ese es el problema con tanta gente que cree que: oh, ya Dios me dijo qué es exactamente y ahora voy a escribir un libro acerca de eso, y el que no crea es un hijo del diablo, no. Hay que tener mucho cuidado con eso. La cronología no la sabemos exactamente. Cuando usted lee la Biblia honestamente, lo mejor que usted puede neutralmente usted va a ver que es así. Entonces aquí dice, versículo 25 que este Anticristo: "Hablará palabras contra el Altísimo y a los santos del Altísimo quebrantará y pensará en cambiar los tiempos y la ley, y serán entregados en su mano hasta tiempo y tiempos, y medio tiempo."
¿Qué estaba fumando Daniel cuando escribió eso?. Tiempo, dos tiempos y medio tiempo (risas). Es que él mismo no sabía, él está hablando ahí como en un trance, él está viendo cosas y está diciendo. Es como les digo, nadie sabe exactamente que es. Me pasé un poquito quizás, perdónenme. Es lo que pasa a veces cuando está predicando como que se suelta mucho y oh espérate, estoy en la Iglesia discúlpenme. Pero Daniel sabe que yo lo respeto mucho así que estamos bien él y yo.
Ok, dice: "Y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos y medio tiempo." Sí se habla que cuando venga el Anticristo va a perseguir la Iglesia. Va a haber una persecución muy fuerte de la Iglesia, "y le será dado derecho por un tiempo." Dios se lo va a permitir por razones que sólo Él sabe. Él no lo podría hacer si Dios no se lo diera el permiso, ¿sabe?. Él no puede hacer nada contra la Iglesia que primero no haya pasado por el Padre, quizá para purificar la Iglesia, quién sabe. Pero el caso es que en ese tiempo de la venida, también antes de esa venida definitiva va a haber una persecución de la Iglesia. Va a haber un ser como esta bestia con cuatro cuernos y un cuerno principal que es el cuerno del Anticristo, y por un tiempo serán entregados en su mano.
Dice luego en el versículo 26 sin embargo: "Pero se sentará el juez." Y otra vez esto de que se sienta el juez, pero ahora con más riqueza de imagen y de contexto en qué se da ese sentarse. Dice: "Pero se sentará el juez y le quitarán su dominio" a ese Anticristo que por un tiempo se le dará libertad para atacarla y perseguirla, luego vamos a ver eso otra vez, "y le quitarán su dominio para que sea destruído y arruinado hasta el fin, y que el Reino y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo sea dado a los pueblos de los Santos del Altísimo cuyo Reino es Reino eterno y todos los dominios le servirán y obedecerán." Eso es lo que prevalece.
Después que haya pasado ese tiempo de prueba, persecuciones, dificultad, que se le haya dado libertad al diablo para manifestarse con todo su poder en la historia y que pueda perseguir a la Iglesia por un tiempo llegará un momento en que el Juez entrará en Su salón de Justicia, se sentará en Su Trono y dará la última palabra: fin de todo esto. Y entonces ahora este ser misterioso que se le permite hacer tanto daño se le da fin, lo arruinan lo destruyen y entonces todos el Reino, el dominio, la majestad de los reinos debajo del cielo es dado al pueblo de los Santos del Altísimo, cuyo Reino es Reino eterno.
Daniel no entendía esto yo creo de la Iglesia. Claro porque él era un hombre, esto fue escrito miles y miles años atrás, cientos y cientos de años antes de que viniera Jesús a la Tierra. Entonces Dios nos da revelaciones pero es como usted ver una película, un video allí y usted ve cosas que no tienen punto de referencia, no hay nada en su marco de referencia ni en su conocimiento, ni en un marco teológico que le permita saber qué es lo que usted está viendo. Es como si usted viera un aparato que usted nunca ha visto antes en el mundo y la primera vez que usted lo ve usted no sabe qué es, ¿es un avión, es una abeja gigante, qué es?. Usted no sabe qué es eso, simplemente lo describe.
Pues así él dice: "Todo lo que está debajo del cielo se ha dado a los Santos del Altísimo." Queriendo decir aquéllos redimidos, quizás él pensó que hasta eran simplemente los judíos pero está refiriéndose a la Iglesia, todos los que han creído en el Señor, en Cristo Jesús ¿no?. "Cuyo Reino es eterno y todos los dominios le servirán y obedecerán." Entonces dice en el versículo 28: "Aquí fue el final de sus palabras, ese es un ángel que le está diciendo todas estas cosas como una revelación. Entonces dice: "En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos se turbaron y mi rostro se demudó, pero guardé el asunto en mi corazón." ¿No?.
Él escucha estas palabras y se queda turbado, como confundido, no sabe qué hacer de todo esto que se le ha dado, y dice que guardó todas estas cosas en su corazón. Eso es lo que nosotros tenemos que hacer con la Segunda venida de Cristo, la venida inminente del Señor y todas estas cosas, tenemos que guardar todas estas cosas en nuestro corazón. Hay muchos misterios.
Yo sí creo personalmente que nosotros estamos en un momento clave de la historia de la humanidad. Yo creo que nosotros estamos viviendo un tiempo como nunca antes en la historia, y creo que muchas de las cosas que el Señor dijo sí son aplicables al tiempo que nosotros estamos viviendo. Yo creo que por eso es que el Señor me presionó un poco para que hable de estas cosas. Porque en este año que hemos llamado un año de definición para nuestra congregación, una de las cosas que nosotros como Iglesia tenemos que recordar es que tenemos que ser una Iglesia que esté conciente de los tiempos que vivimos. Vivimos tiempos serios, no podemos vivir como ovejitas despejadas y despreocupadas como si no estuviéramos en un tiempo preñado de importancia.
El Señor quiere que tú y yo guardemos en nuestro corazón cada día y en nuestra mente ese llamado de la Palabra a vivir a la luz de la venida de Cristo Jesús. Cuando estemos trabajando, cuando estemos pensando en casarnos y tener hijos, cuando estemos ahorrando para comprar esa casa que nos vamos a comprar en 5, 7 años, cuando estemos construyendo nuestra carrera y estemos pensando pero tengo que hacer esto o lo otro porque quiero llegar a la cima de mi profesión, cuando estemos planificando a largo plazo recordemos siempre que Cristo viene. El Señor está cerca. La venida del Señor viene.
Nosotros no sabemos qué cosas, yo sí digo algo. Así como les he dicho esto: nadie sabe el día ni la hora que Cristo va a venir, pero sí una cosa les puedo decir: yo creo que tú y yo vamos a ver cosas extraordinarias. Yo no sé qué lugar van a tener en la gran escala de todo lo demás, pero yo les digo esto: prepárense y preparémonos porque vivimos tiempos pesados. Van a suceder cosas. Vienen tiempos como esas nubes que están cargadas de humedad y que van a soltar mucha lluvia, vienen tiempos difíciles y tiempos importantes.
Y sabe qué, eso no me causa a mí ningún temor, todo lo contrario. El Señor dice que cuando ustedes hayan visto estas cosas levanten sus cabezas porque el día de su redención está cerca. A mí no me preocupa nada de eso, yo tengo ya mi pasaje comprado y mi pasaporte sellado. Para mí la venida de Cristo no es una cosa de temor si no de gozo, de alegría. Gloria a Dios porque ya finalmente todo lo que he vivido, todo lo que he esperado, todo lo que he deseado, todo lo que he confesado lo podré ver con mis propios ojos. Gloria al Señor.
Así que tenemos que vivir gozosos. Pero también tenemos que vivir una vida de no apegarnos a nada de este mundo. No se meta tanto en el afán de la vida que se olvide de que Cristo está a las puertas y que todo esto un día va a terminar. Las grandes economías y los grandes movimientos militares, y las grandes doctrinas intelectuales, todo eso un día arderá. Y una de las cosas más poderosas es eso, que todo cristiano verdaderamente ortodoxo, apegado a la Biblia vive abrumado por la idea de que Cristo viene. Debe vivir así a la luz de la venida de Cristo. A la luz del señorío último de Jesús. Tenemos que vivir siempre de esa manera y tenemos que guardar estas cosas en nuestro corazón.
Yo sé que Daniel nunca fue el mismo hombre después de ver estas cosas, ni tú tampoco debes vivir la vida como si esto no fuera una realidad. Estamos en tiempos importantes, de mucho peso y tenemos que vivir a esa altura. Hombres de Dios que se espera de nosotros que hagamos muchas cosas entre ellas proclamar el Evangelio a toda criatura, nuestros vecinos, nuestros seres queridos, colegas, compañeros de trabajo. Asegurarnos de salvar el mayor número posible de personas y proclamar el Evangelio, y dar nuestro tiempo, nuestra vida, nuestro dinero para que se avance el Reino de Dios.
No estar allí como los que se piensan que esto va a durar para toda la eternidad, no. Vive y esfuérzate a la luz de la venida del Señor Jesucristo y el final de la historia y de todos los tiempos. Y recuerda que tú estás en una generación que va a vivir cosas muy importantes. Vamos a ver cosas bien importantes. Yo creo que yo no me voy a morir sin ver algo de la Gloria de Dios manifestada en la historia y en el tiempo y el espacio. Yo no sé en qué medida ni sé cuán definitivo va a ser pero vamos a ver cosas grandiosas en este tiempo. Oh qué bueno, gloria al Señor por ese privilegio de vivir en este momento de la historia, en este momento del mover universal de Dios. Recogijémonos y vivamos como los privilegiados que somos, los llamados que somos.
Dios tiene grandes cosas para nosotros hermanos. Vamos a vivir a esa altura. Vamos a ser una Iglesia que sepa que Cristo está a las puertas, Cristo viene pronto y vivamos de esa manera, seamos ese tipo de Iglesia para gloria del Señor. Aleluya.
Ten un momento de reflexión allí en tu espíritu, baja tu cabeza y recibe la Palabra del Señor. Vive tu vida con gozo, sí, regocíjate. Disfruta de la vida, emprende cosas grandes. Pero sabe que tendrás que dar cuentas un día al Señor de todas estas cosas. Que lo más importante de todo esto es tú recordar que tú no eres ciudadano de este mundo, este mundo es pasajero, este mundo tendrá su fin y no puedes vivir enamorado de éste, no puedes establecer una amistad profunda con éste. La única amistad que tú puedes establecer es con Dios.
Dios es celoso del amor de los suyos. Nuestro amor tiene que estar en lo eterno, lo permanente, lo duradero, no lo ilusorio. No lo que está destinado a quemarse y arder. Pueblo de Dios: Dios te llama, vive la vida a la luz de la venida y la cercanía de Cristo Jesús. Gracias Padre te amamos, te bendecimos Señor. Ayúdanos a estar a la altura de esta enseñanza Padre y llénanos con el sentido de Tu Señorío sobre todas las cosas y lo que Tú tienes en mente para este tiempo de la historia. Alabado y glorificado sea Tu Nombre, gracias Señor, gracias. Amén y amén. Gloria al nombre del Señor. Gracias Señor Jesús. Te amamos y te bendecimos.
Hermanos que la Gracia del Señor sea con todos ustedes. Les bendigo y les despido. Salude a alguien y felicítelo porque es miembro del Reino de Dios, amén y amén.
Perseverancia
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El libro de Lucas, capítulo 18, versículo 7: “…Y acaso no hará justicia a sus escogidos que claman a él día y noche? Se tardará en responderles?...” Sabe lo que puso en mi corazón hoy día el Señor? La necesidad de entender que en la perseverancia de su pueblo está su respuesta. Cuántos conocen lo que es perseverar? Más o menos sabemos lo que es perseverancia pero el diccionario dice que es mantenerse constante en la persecución de una idea desde el comienzo hasta el final.
Hoy día cuando muchos de nosotros no nos gusta que pasen más de 30 minutos haciendo el almuerzo, preferimos ir a Mc Donalds que es más rápido, aún si tenemos que hacer la línea de carros, nos desesperamos un poquito. No somos perseverantes, pacientes.
La perseverancia es una característica de la personalidad necesaria en el hijo de Dios y yo quiero llevarlo a un texto que está en el libro de Mateo, capítulo 7, versículo 7 al 11. Y acabamos de cantar un coro que en su parte de la estrofa del coro habla de ese texto. Dice.
“…Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, porque todo aquel que pide recibe, y el que busca hallará, y el que llama se le abrirá…”
Este es un texto donde el Señor no habla de la palabra perseverancia, pero está implícita ahí y que es interesante que tiene que ver con una relación directa con él. Cuando, como hijos de Dios, pedimos a quién le pedimos? Al Padre. Cuando estamos buscando algo, dónde lo buscamos? En el Padre. Y cuando necesitamos la atención de algo y llamamos a algo o a alguien, a quién llamamos? Al Padre, nuestro Señor, a Dios.
El Señor está llamando a una iglesia que comience a entender que su vida de fe necesariamente necesita los procesos de la perseverancia. Este texto nos habla de insistir, nos habla de un proceso constante en la lengua griega y en la lengua española, de un presente continuo, buscar, pedir, llamar.
Mañana buscad, pedid, llamad. Pasado mañana, buscar, pedir, llamar. Al siguiente día, buscar, pedir, llamar. Sabe que el Señor se alegra con los insistentes. Sabe que el Señor está necesariamente buscando los insistentes, no a los que se quejan, a los insistentes. No se queje, insista. No se queje por lo que no tiene, insista en lo que el Señor le va a dar, en lo que el Señor va a ser en su vida.
Cuando nos quejamos delante del Señor, cuando confundimos la insistencia o la perseverancia con quejarnos, cuando nos quejamos el Señor escucha esto, cua, cua, cua, cua… bla, bla, bla. Es un sonido repetitivo. Cuando alguien se queja, cuando tienen alguien a su lado que usted ya conoce por un cierto tiempo y comienza a quejarse usted dice, ya se está quejando. Porque dice los mismo, cua, cua, cua… ya lo conoce, ya la conoce, en el caso de los esposos.
Ya conocemos quién se queja, cómo se queja, lo que va a decir, cómo va a terminar, y siempre lo mismo cua, cua, cua… Sabe que así el Señor nos escucha cuando nos quejamos, cua, cua, cua…
Pero cuando le insistimos en este concepto de perseverancia él pone atención, él prepara sus oídos y comienza a escuchar y le dice a todo el cielo, cállense porque mi hijo está insistiendo, está buscando, está pidiendo, está llamando.
Nada en el mundo puede sustituir a la perseverancia. Si usted tiene talento, el talento no puede sustituir a la perseverancia. No hay nada más común en el mundo que ver un fracasado con talento. No mire al lado. La inteligencia, la sabiduría humana no puede sustituir la perseverancia.
Los inteligentes son como una poesía. Los inteligentes sin recompensa por su inteligencia son como una poesía, como un proverbio. Bien bonito, sabe mucho, no ha conseguido nada. Aún la educación no puede sustituir a la perseverancia. No le diga a nadie, de aquí no va a salir, pero el mundo está lleno de vagos educados, no mire para el lado ni se acuerde de nadie.
Debemos ser perseverantes en la oración. Debemos ser perseverantes en la búsqueda a nuestro servicio al Señor. El principio de la perseverancia implica que nosotros debemos insistir constantemente delante de la presencia del Señor. El Señor no se va a molestar. El texto que leímos en Lucas, capítulo 18, versículo 7, está hablando… la historia habla de una mujer que comenzó a insistir delante del juez injusto e insistía, la palabra está llena de ejemplos de hombres y mujeres que entendieron que en la perseverancia estaba su ganancia.
La mujer del flujo de sangre, por años buscó su sanidad, hasta que la encontró cuando Jesucristo iba pasando. Si solo tocare el borde del vestido del Señor, yo sé que voy a ser sana. Pero estuvo años.
La perseverancia es el proceso natural en la vida del hijo de Dios. Jacob le dice al ángel en una actitud de insistencia, de perseverancia, “No te dejaré hasta que no me bendigas, no te dejaré.” Pero a nosotros el Señor se demora un poquitito en su respuesta y ya nos volvemos casi ateos. No queremos saber nada de la Biblia.
El salmo 91 lo cerramos y lo cambiamos por un libro de Carlos Marx mejor. No te dejaré. Jacob está enseñándonos a que yo voy a insistirte. Nos está diciendo, yo te voy a insistir Dios, Señor, hasta que me bendigas.
Daniel insistía que aunque estuviera adentro con los leones su Dios lo iba a salvar. Aún sus amigos en el horno de fuego calentado siete veces más, sus amigos sabían que si insistían en lo que ellos creían, Dios los iba a rescatar de ahí.
Yo no sé si usted cree en estas historias bíblicas. Yo sí. Y así como el Señor miró la insistencia de Jacob, y así como miró la insistencia de Daniel y sus amigos, así como miró la perseverancia de José, está esperando que nosotros comencemos a ser perseverantes para ganar lo que él ha diseñado para nosotros, para que nosotros ganemos.
La perseverancia es relevante en el asunto de la oración. Saben, necesitamos entender que la perseverancia es parte de nuestra vida cristiana. No se desesperen. Esperemos en el Señor y en su respuesta.
Posaré mis ojos a los montes, dice el salmo 121, de dónde vendrá mi socorro? Ahí hay una pregunta insistente. Es interesante porque el salmista sabía de dónde, porque dice, alzaré mis ojos a los montes, y hace una pregunta un poco irónica, de dónde vendrá mi socorro? Y de dónde vendría, solo tenía que insistir y esperar. Dice, mi socorro viene de Jehová, ni siquiera, el Señor le dijo, yo soy tu socorro. No, él mismo se respondió, mi socorro viene de Jehová. Si yo insisto mi ayuda viene del Señor, si yo insisto lo que yo busco, el Señor me lo va hacer encontrar. Si yo insisto donde yo llamo, el Señor va a abrir esa puerta, si yo persevero la bendición del Señor estará conmigo.
El Señor quiere estar con nosotros. La mejor manera de perseverar hoy día es a través de la oración, a través de la comunión con el Señor, a través de la lectura diaria de su palabra, a través de la búsqueda constante de la obra salvadora, redentora y de la respuesta que el Señor tiene para nosotros cada día.
El mes pasado yo hice una declaración, lo hicimos aquí que el Señor trae cosas nuevas a nuestras vidas, a nuestros ministerios, a nuestras familias, a nuestros matrimonios, pero en la perseverancia y en la insistencia vamos a ir descubriendo cuáles cosas nuevas el Señor ha preparado, dice, yo ya he preparado, pongan atención, abran sus oídos, yo ya lo hice. Ahora insistan, cuál es, cuáles son las cosas nuevas que tengo que ustedes.
Perseveren. Perseveren. En Lucas, capítulo 21, versículo 19 la perseverancia hace que ganemos la salvación de nuestras almas. En Segunda de Pedro, capítulo 1, versículo 6, es parte del carácter del cristiano, si usted es un cristiano que se impacienta muy luego, yo le diría que se convierta de nuevo. Y si todavía le cuesta, yo sé que hay algunos aquí que tienen el ministerio de la liberación, un poquito de aceite hirviendo seguro…. también, también misericordia. Dice en Segunda de Timoteo, capítulo 2, versículo 12 que la perseverancia nos hará reinar.
En Mateo capítulo 24, versículo 13, dice que la perseverancia hasta el fin nos garantiza salvación. Si perseveras hasta el fin serás salvo. En Santiago capítulo 1, versículo 12, dice que somos bienaventurados y somos premiados si perseveramos. En Colosenses capítulo 1, versículo 11, cuando somos fortalecidos, este texto es tremendo, dice, somos fortalecidos por el poder de su gloria para ser perseverantes, para tener perseverancia y potencia. Así dice.
Cuando el Espíritu Santo viene a nosotros somos fortalecidos por el poder de su gloria. Cuando nosotros somos fortalecidos entonces está garantizada nuestra perseverancia. Nadie nos puede botar, nadie nos puede engañar, nadie nos puede mostrar otro camino, nadie nos puede mostrar otro Dios, nuestro Dios es único, creador de los cielos, de la tierra, el único que envió a su único Hijo a morir en la cruz del calvario por cada uno de nosotros. Dios es único y Dios quiere que le insistamos, que perseveremos, que estemos contentos, que nos fortalezcamos en su poder porque ahí encontraremos perseverancia.
La perseverancia no es solo una cualidad que debemos tratar de conseguir. Es parte de nuestro carácter que debemos cultivar cada día. Algunos nos odiarán, dice su palabra, pero si perseveramos la salvación estará con nosotros. En un mundo donde la impaciencia y la desesperanza está gobernando cada día, la insistencia y la perseverancia se está levantando como una alternativa para hombres y mujeres que dicen que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.
Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas. Y quiero invitarles a abrir en el libro de salmos, le dije que en 10 minutos íbamos a terminar, y ya vamos a terminar. La perseverancia cuando el hombre y la mujer de Dios entienden la perseverancia, entienden que Dios es soberano en sus tiempos para sus vidas. Dios no tarda su respuesta, pero él la hace y él la da cuando él lo estima que debe ser así.
Y en nuestra insistencia encontraremos nuestra respuesta en el tiempo del Señor. Pero mire este salmo, es un poco largo pero me encantó, lo relacioné con este concepto que nosotros debemos manejar, dice:
“Bendeciré a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de continuo en mi boca, en Jehová se gloriará mi alma, lo oirán los mansos y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo y exaltemos aún a su nombre, busqué a Jehová y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó y le oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. Gustad y ved que es bueno Jehová, dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Amén.”
Gloria a Dios. Puede darle gloria a Dios? Puede darle gloria a Dios? Puede darle gloria a Dios? Puede darle un aplauso al Señor? Dígale, Señor, yo quiero ser perseverante. Señor, yo quiero ser insistente. Yo no quiero dejar que pase un día sin perseverar en lo que tu has declarado para mi vida.
Vamos a ponernos de pie un momento. Yo no sé cuáles son sus planes, yo no sé cuáles son sus anhelos. Yo no sé cuáles son sus dificultades, pero en el libro de Génesis hay una pregunta que declara el escritor, habrá algo imposible para Dios? Habrá algo imposible para Dios? Y aún uno de los Evangelios declara, para el que cree todo es posible.
Levante sus brazos al cielo. Señor, dígale, enséñame a ser insistente contigo. Enséñame a que cada día las oportunidades son nuevas para mí. Enséñame a pedir, a buscar y a llamar. Quita la queja de mi boca. Declara tu palabra, declara tu unción sobre mi vida. Fortaléceme en la perseverancia. Úngeme con el poder de tu gloria.
Señor, muéstrame tu poder en el nombre de Jesús. Amén. Amén.
Una fé que se hace evidente
Transcripción
En esta mañana quiero hablarles acerca de una fé que se hace evidente. Si les preguntara a ustedes, ¿qué es fé? yo sé que lo primero que les viene a la mente es Hebreos 11:1 que dice: "Es pues la fé la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Esa es fé.
Pero mi experiencia me dice que muchos de nosotros lo que hacemos es que apretamos el botón de la fé en un momento y en otro momento apagamos el botón de la fé. Muchos no estamos viviendo continuamente sobre la plataforma de la fé. En un momento la tenemos, en otro no la tenemos. Y Dios no quiere que hagamos eso, Él quiere que vivamos continuamente en la fé. De hecho la fé yo lo veo como una postura espiritual que tiene que permear todo nuestro ser, tiene que permear todas nuestras decisiones y tiene que estar presente en medio de todas las circunstancias o situaciones de la vida. No es en un momento sí y en otro no, si no siempre.
Porque la fé en Jesucristo no es algo que nosotros solamente la aplicamos en ciertas áreas de la vida si no en todas. La fé es lo que te permite adorar a Dios en tiempos de adversidad. Cuando todo te dice: deprímete, tira la toalla, la fé te dice: no, sigue, adórame, pon tus ojos en Mí. Y en esta comunidad yo he visto muchos ejemplos de eso, muchas personas. Yo recuerdo precisamente una mujer que perdió a su esposo después de treinta y pico de años, lo perdió en esa semana y el domingo estaba aquí adorando al Señor, buscando el consuelo de parte de su Señor. Eso es un milagro porque en un tiempo así usted no piensa que esa es la respuesta del ser humano.
La fé es lo que permite que como en esta mañana, había una hermana que se llama Flor, regresó a Honduras, ella perdió a su hijita hace unos días y ella a pesar de esa terrible situación aquí estaba hoy despidiéndose, sí con mucha tristeza, claro que sí que hay tristeza, pero declarando su confianza en Dios y declarando que en fé ella regresa a su país a seguir haciendo la obra del Señor.
Esa es la fé que nosotros tenemos. La fé que nosotros tenemos es una fé vital. Es la fé que te permite cuando viene la tentación, la llamada del pecado te permite decir no, yo no voy a entrar por esa puerta, voy a resistirlo, voy a huir de eso. Y la fé es lo que te permite también a ti ser un recurso en los tiempos más difíciles, un recurso para otros cuando tú mismo eres el que necesita que alguien levante tus brazos.
Así que esa es la fé que nosotros tenemos, es una fé vital, cubre todas las circunstancias de la vida. Y algo que yo he aprendido es que la fé tiene que moldear las circunstancias. No son las circunstancias las que tienen que afectan la fé si no todo lo contrario, porque si no estamos como veletas, no progresamos en el caminar del Señor.
Así que esa es la fé que nosotros debemos cultivar. Y la Palabra nos dice que la fé es un don de Dios. No es algo que nosotros podemos hacer por nuestras propias fuerzas, es un don de Dios. Y nosotros sabemos que todo don recibido tiene que ser cultivado por el que lo recibe. Eso es en todos los dones que la Palabra indica que Dios nos da, tenemos que cultivarlo. Tenemos que en cierta manera, trabajar no es la palabra pero tenemos que nutrirlo y crecer en eso que Dios nos da.
Y la fé, parte de la fé es proceso. La fé no es algo mágico, la varita mágica ¡tin!, ya tienes fé, todo está resuelto, no te va a doler. No, la fé no es así, consiste de procesos. Y yo quiero proponerles en esta tarde tres fases de la fé que yo creo que la Escritura me respalda en este análisis.
La primera fase es discernir, la segunda es llegar a una determinación y la tercera es definirnos. Así son tres, fácil: discernir, determinar y definir. Esas son las tres fases que yo veo en lo que es el cultivar la fé y el ejercicio de nuestra fé.
Entonces ¿qué es discernir?. Lo que voy a hacer es definirlos brevemente para darles uno, dos ejemplos y luego entrar a la Escritura para poder aplicar estos principios. Discernir es algo que no se hace lo suficiente. Muchas veces vienen situaciones a nuestra vida y actuamos así, por reflejo en base a patrones errados que hemos aprendido en nuestra vida. Es una reacción inmediata. La Palabra nos invita a reflexionar, a examinar. Y el proceso de discernir precisamente se basa en eso, es examinar a algo o a alguien cuidadosamente. Es examinarnos a nosotros mismos. También distinguir entre pasar juicio sobre nuestros propios pensamientos y sentimientos. La Palabra nos anima a eso también, a examinarnos a nosotros mismos.
Muchos de nosotros no nos examinamos lo suficiente. A veces hay personas que se creen que son más fuertes y cuando viene la tentación caen porque no reconocen sus áreas de debilidad. Y así que la Palabra nos anima a examinarnos, a examinar. La Palabra nos anima a discriminar entre lo bueno y lo malo. Entre lo que es verdadero y lo que es falso, entre lo que nos conviene y no nos conviene. Parte de nuestro caminar de fé es discernir.
La próxima etapa después de discernir es, nosotros llegamos a una determinación. Es cuando nosotros nos establecemos un propósito, una línea de acción que es consistente a lo que hemos aprendido a través del discernimiento.
Y tercero, la fase de definición es cuando nosotros demarcamos nuestros límites claramente. ¿Dónde estamos, quiénes somos en Cristo en lo que respecta a esta situación que estamos enfrentando?. Así que otra vez es: discernir, determinar y definir.
Y le quiero dar un ejemplo muy de la vida diaria para ilustrar estos tres pasos, voy a dar un ejemplo de en la juventud: una jovencita la invita un joven a salir, un joven que es muy atractivo, muy popular en la escuela. Ella en el proceso de discernimiento, ve espérate, tiene un sticker, una calcomanía de una mujer desnuda en su carro. Oye por ahí que es un jovencito que le ha roto el corazón a muchas. Oye por otro lado, lo ha visto que se mofa de Dios.
Pues en la etapa de discernimiento esa joven empieza a pensar: ¿me conviene o no me conviene?. Y empieza a comparar entre lo bueno y lo malo: bueno es un joven atractivo, me gustaría, mis amigas me están animando a que ¡qué tonta eres!, ¿cómo no vas a salir con él?, mira esta tu oportunidad, todas esas cosas. Y esto se puede dar en otras maneras a otras edades ¿verdad?, pero estamos hablando de una jovencita en este momento.
Así que en la etapa de discernir está mirando, es la fase de adquirir inteligencia, conocimiento y determinar qué es lo que conviene y lo que no conviene. La próxima fase de determinar sería: esto no conviene. Como no conviene yo no voy a aceptar esta invitación. Muy amablemente le voy a decir: gracias por la invitación pero no puedo, lo que sea y voy a empezar a orar por ese joven para que el Señor le toque su corazón.
Y en la etapa de definición se define a sí misma: mi prioridad es servir a Dios, tengo que vencer la tentación en todo momento y tengo que dar ejemplo, testimonio de que soy una hija de Dios. Así que eso es un ejemplo sencillo de la vida diaria donde vemos que todas esas tres fases se dan.
Vamos ahora al Libro de Josué capítulo 2 para ver la fé en acción, una fé que se evidencia en la vida de Raab, una mujer de Jericó. Así que por falta de tiempo voy a darles una aplicación breve de la aplicación del contexto de este libro y de este pasaje. En el tiempo de Raab, Israel estaba en un tiempo crucial de su historia. Después de vagar por el desierto cuarenta años finalmente ya está listo para cruzar el Jordán que era el río que lo dividía de la Tierra Prometida. Están listos preparándose en todo sentido, militarmente, espiritualmente para cruzar el Jordán.
Y está Josué como líder del pueblo de Israel, ya muerto Moisés y esto es una nueva generación tomando, que llaman en vías de conquistar la Tierra Prometida, la tierra que Dios le había prometido a Abraham y a todos sus antecesores de ahí en adelante. Así que ese es el contexto general de la historia de Raab. Pero antes de cruzar el río Josué envía a dos hombres, a dos espías a la ciudad de Jericó. Estos dos hombres se alojan en la casa de Raab la ramera, era la ramera de la ciudad. Dios los lleva providencialmente a la única casa y la única persona en esa ciudad que los iba a proteger, y preparó el corazón de Raab, de esta mujer previamente para que así sucediera.
La presencia de los espías se detectó y el Rey envió a soldados a la casa de Raab a buscarlos. Pero ¿qué hizo Raab?. Escondió a los dos espías en su terrado y les dijo a estos hombres que buscaban a los espías: ellos ya salieron, estuvieron aquí pero ya no están. Vayan rápidamente, vayan por el camino y búsquenlos porque van a poder alcanzarlos. Eso fue lo que Raab hizo.
Y entonces vamos a leer en Josué 2 versículos del 8 al 11 para seguir la historia donde nos quedamos en términos de la narrativa que les compartí. Dice versículo 8: "Antes que los espías se durmiesen ella subió al terrado y les dijo: Sé que Jehová os ha dado esta tierra, porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Seón y a Og a los cuales habéis destruído. Oyendo esto ha desmayado nuestro corazón ni ha quedado más aliento alguno en hombre alguno por causa de vosotros."
Y mira lo que dice Raab, una mujer ramera, idólatra, dice: "Porque Jehová vuestro DiosE es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra." Esa es su declaración, la declaración de fé de Raab. Así que y vemos, fíjese que ella hace esa declaración y habla de un suceso que había pasado hace cuarenta años, hacía cuarenta años que el Señor había partido el Mar Rojo para que pasara el pueblo de Israel.
Así que ella ha estado examinando, discerniendo qué es lo que ha estado pasando aquí desde posiblemente mucho tiempo antes. Y nos preguntamos ¿por qué esta mujer de mala reputación, una ramera de un pueblo idólatra y conocido por su inmoralidad, por qué ella arriesgó su propia vida para salvar a los espías de un pueblo enemigo?. Porque recuerden si ella hubiera sido descubierta, muerte segura para ella y los espías, ¿por qué ella hizo esto?. Yo creo que la razón es que ella discernió a Dios obrando.
Primeramente ella discernió que estos dos hombres eran diferentes. Recuerden que esta es una mujer ramera, tenía un prostíbulo, a eso se dedicaba ella. Ella ha tratado con muchos hombres, conoce la psicología masculina muy bien. Y ve a estos hombres y sabe inmediatamente que son diferentes. Estos hombres tienen la gracia de Dios, no es el hombre que viene a usarla a ella si no son hombres que tienen un llamado a servir al Dios vivo, a, Dios de Israel.
Así que los recibió, discernió que ellos eran diferentes. ¿Qué más discernió ella?. Discernió que el Dios de Israel era el Dios verdadero y que los dioses a los cuales ella había adorado por mucho tiempo eran dioses falsos. Porque ella misma lo dice, ¿cuál es su declaración otra vez?: "Porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra." Ella hizo una declaración doctrinal sin saber nada de la Palabra, saber nada porque en realidad no estaba escrita la Palabra, ella hace esa declaración de fé. Y Discernió su propio corazón.
Fíjese que ella habla en el pasaje del temor que cundió en su pueblo. Dice que estaban prácticamente inmovilizados, ya no podía hacer nada, ya no tenía aliento en ellos. Y ella como parte del pueblo obviamente ella también tiene esa misma emoción, una emoción de miedo. Pero fíjense que ella, ¿se acuerdan que les dije que uno tiene que examinarse a uno mismo?. Ella discernió su propio corazón, el temor que había en su corazón. Y decidió que ese temor fuera tratado por Dios y no seguir lo que su pueblo iba a hacer en ese momento si no que ella tomó su propia línea de acción, se separó de lo que el pueblo estaba pensando y decidió que su temor podría ser usado como algo positivo.
Ella examinó las consecuencias del temor y no se dejó dominar por él. Que es un ejemplo para todos ¿verdad?, cuando vienen circunstancias difíciles no permitir que el temor nos agobie, que quite nuestro aliento si no que nos ayude a partir a una postura de fé en esa circunstacia. Así que ella discernió muchas cosas como acabamos de decir.
Una vez que ella discernió todas esas diferentes posturas, esas diferentes situaciones ella llegó a una línea de acción. Ella se determinó a hacer algo que es lo que nosotros tenemos que hacer. A veces el algo es estar tranquilos, callados a los pies del Señor, a veces el algo es hacer algo precisamente. Y Dios le dió a ella las estrategias.
Una vez que ella se determinó a seguir en base a lo que había discernido, seguir una línea de acción, entonces Dios le dió las estrategias y vamos a ver eso un poquito más adelante, entonces Dios le mostró como obrar. Vamos a continuar el relato en ese mismo capítulo, Josué 2, vamos a leer los versículos del 12 al 21. Dice así: "Os ruego pues ahora" esa es Raab hablándoles a los espías, "por Jehová que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre de lo cual me daréis una señal segura." Esta mujer enseguida, la estrategia vino, cuando ella se determinó a hacer algo la estrategia vino y ella se determinó a establecer un pacto con los espías.
Ella sabe que el pacto que está haciendo, el trato que ella está haciendo con los espías es por Jehová. Ahí ya ella ya otra vez está declarando que su fé ya no es en los dioses falsos que ella había adorado antes si no en el verdadero Dios. Y el 13 dice: "Y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas y todo lo que es suyo, y que libraréis nuestras vidas de la muerte." Y miren lo que dicen los espías: "Nuestra vida responderá por la vuestra si no denunciáreis este asunto nuestro y cuando Jehová nos haya dado la tierra nosotros haremos contigo misericordia y verdad."
Establecen un pacto de dos vías, ¿verdad?. Ella, la Palabra cuando dice misericorida es una manifestación del amor práctico. Ella dice: yo les he demostrado a ustedes amor práctico salvando su vida y poniendo mi vida en riesgo también, por favor hagan ustedes lo mismo conmigo. Vamos a hacer pacto que Dios es nuestro testigo, vamos a hacer pacto. Y los espías ven la fé de esta mujer en acción y entran en el trato que ella les ha propuesto.
El versículo 15 dice: "Y entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en el muro de la ciudad y ella vivía en el muro." Así que Dios atendió hasta ese pequeño detalle. La casa no estaba en el centro de la ciudad si no que estaba en el muro lo cual hizo más fácil el que ellos pudieran escapar con la ayuda de Raab. Y les dijo: marchaos al monte para que los que fueron tras vosotros no os encuentren y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto y después os iréis por vuestro camino."
Viene una estrategia más específica todavía: tienen que hacer esto: vayan por aquí específicamente, escóndanse allí por tres días, bien específico y después sigan su camino. Y el 17 dice: "Y ellos le dijeron: nosotros quedaremos libres de este juramento con el que nos has juramentado. He aquí cuando nosotros entremos en la tierra tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste, y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, y a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa, mas cualquiera que se estuviere en casa contigo su sangre será sobre nuestra cabeza si en algo te tocare. Y si tú denunciare este asunto nuestro nosotros quedamos libres de este juramento con que nos has juramentado."
Eso es el fine print, escribieron muy claro de ambos lados lo que tenían que hacer porque esta era una situación de vida o muerte. Ella respondió: "Sea así como habéis dicho. Luego los despidió y se fueron, y ella ató el cordón de grana a la ventana." Y lo que yo veo ahí es que yo veo que, piense que anteriormente ellos le dicen que: cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana. Y sin embargo dice que se fueron y ella corrió a amarrar el cordón de grana. Si fuéramos nosotros así, que cuando Dios nos pide algo fuéramos a hacerlo inmediatamente.
Yo me imagino a ella haciendo el nudo de los nudos, amarrándolo requete bien para que ese cordón de grana no se saliera porque de eso dependía su salvación. Así que ella fue diligente; se determinó a hacer algo, vinieron las estrategias, inmediatamente ella hizo lo que los espías le habían dicho que hiciera. Y Raab entendió, ella sabía que el pueblo hebreo destruiría la ciudad y que la única salvación que ella tenía era hacer pacto con los espías. Y vimos que Dios le dió las estrategias para lograr eso mismo.
Al pactar con los espías en el nombre de Jehová Raab se redefinió, entró una nueva definición en su vida. ¿Antes quién era?, era la ramera idólatra, una mujer de mala reputación. Al ella entrar en este pacto con Dios ya no es eso si no que se convierte en una mujer leal al Dios de Israel, porque como ha hecho pacto con los espías que son representantes de Dios en este caso ella se ha convertido en una mujer ya leal a Dios. Y es una mujer usada por Dios para salvación que Dios iba a usar para salvación de su familia.
Así que nosotros vemos allí esas tres fases y cómo se dieron en la vida de Raab. Y los capítulos del 3 al 5 más adelante, estábamos en el capítulo 2, los capítulos 3 al 5 y parte del 6 del Libro de Josué relatan cómo Israel cruzó milagrosamente por el Jordán. Algo parecido a lo que el Señor había hecho en el Mar Rojo. Y también describe la estrategia que el Dios le dió al pueblo de Israel que era un pueblo que caminaba en Dios y en fé, cómo la estrategia que Dios les dió, ya ustedes saben los siete días, los primeros seis días una vuelta alrededor de Jericó y finalmente el séptimo día siete vueltas hasta que cayó la muralla y ellos pudieron entrar al pueblo y conquistar, destruir la ciudad.
Así que esa es la historia que hay entre la historia que vimos de Raab ya en el capítulo 2 y en el capítulo 6 que es donde nos conectamos de nuevo con Raab. Y si vamos por favor a Josué, el capítulo 6 versículos 22 y 23, miren lo que dice aquí: "Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra" esto después que habían caído los muros, "entrad en la casa de la ramera y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo como lo jurásteis." Un Dios que cumple sus promesas. "Y los espías sacaron a Raab, su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo, y también sacaron a su parentela y los pusieron fuera del campamento de Israel."
Así que Raab creyó a la promesa de los espías y definió el lugar donde obedeció, los espías le dijeron: tienes que traer a tu gente en este ámbito específico en tu casa, y así mismo ella hizo. Y porque ella obedeció al Señor pudo mantenerse segura ella y su familia también. Así que nosotros vemos que la fé de Raab la llevó primero a discernir el mover de Dios, luego a determinarse un curso de acción que la llevó a pactarse con los espías que la ayudó a salvar a su familia, y a definirse ya no como una ramera si no como una mujer que Dios podía usar; una mujer ya separada de su pueblo anterior con una nueva identidad en un nuevo pueblo. Así que eso fue lo que la fé viva que se evidenció de Raab hizo en su vida.
Muchos cientos de años antes de que se escribiera el siguiente versículo en Hebreos 11:10 que dice: "Pero sin fé es imposible agradar a Dios, es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan." Así que ella, cientos, yo no sé cuántos cientos de años, muuchos años antes que eso se escribiera ya ella estaba viviendo esa realidad en su fé naciente porque acaba de comenzar. Y vemos en el versículo 25 en el mismo capítulo que dice: "Mas Josué salvó la vida a Raab la ramera, y a la casa de su padre y todo lo que tenía, y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó."
Así que imagínese todo lo que había sucedido porque ella creció en su fé y se determinó a moverse en el discernimiento que ella había tenido acerca de quién era el Dios de Israel. Evidentemente la fé de Raab encontró gracia con el Señor. Eso es lo que nos pasa a nosotros, encontramos gracia en el Señor cuando lo aceptamos a Él como Señor y Salvador, cuando lo ponemos primero en nuestra vida. Esa fé que nosotros tenemos trae la Gracia de Dios a consecuencia siempre en muchas áreas de nuestra vida o en todas las áreas de nuestra vida.
Nosotros vemos que Raab no se salvó sólo ella si no que salvó a su familia. Encontró, en ese versículo, encontró en Israel una nueva familia. Pasó de ser una mujer pagana a una hija de Dios. Pasó de vivir en verguenza y en pecado, porque ya sabemos a qué se dedicaba a tener una nueva identidad dentro de su nuevo pueblo. O sea, de la A a la Z, ¿no es así mismo en nuestras vidas que éramos una cosa y ahora somos otra?. Y según seguimos de la mano del Señor todavía más cosas maravillosas siguen sucediendo.
Y la extensión del galardón que recibió de Dios Raab no termina allí. Sabemos que su nombre se encuentra registrado en el Libro de Hebreos 11 que es el gran capítulo de la fé, si quieren pueden ir conmigo a Hebreos 11, vamos a leer solamente los versículo 30 y 31 pero quiero señalarles algo. En ese capítulo, le llaman el capítulo de la fé, el capítulo de los héroes de la fé, miren en la compañía en que está Raab: está Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Jacob, José, Moisés, David, y usted piensa ¿pero qué hace una mujer ramera cananea entre ese ilustre grupo?, porque así es Dios. A Dios le place hacer eso, usar nuestra debilidad y nuestro pasado para llevarnos al futuro que Él tiene para nosotros.
Y vamos a leer el versículo 30 y 31 de ese mismo capítulo 11: "Por la fé cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fé Raab la ramera, no pereció juntamente con los desobedientes habiendo recibido a los espías en paz." Y me está muy interesante ahí esa última frase, yo sé que en la Palabra de Dios no hay palabras ni de menos ni de más, están las que tienen que estar exactamente. Y fíjese que ahí dice: habiendo recibido a los espías en paz.
¿Por qué si ella está en una situación de guerra, de posibilidad inminente de muerte, por qué ella puede recibirlos en paz?. Porque fue una mujer de fé, puso su fé a actuar, por eso podía estar en paz. Porque cuando nosotros nos movemos en el tiempo de Dios, en obediencia a Dios eso es lo que viene, ahí hay paz. No importa que haya tormenta a nuestro alrededor, sentimos y podemos percibir la paz.
Y también Raab es mencionada en Santiago en un contexto de la fé, no vamos a leer ahora mismo pero es Santiago 2:25, y finalmente en el capítulo del Evangelio de San Mateo donde se detalla la genealogía del Señor, miren lo que dice los versículos 5 y 6, ahí descubrimos varias cosas: que Raab se casó con un hombre llamado Salmón quien no vió en ella a una ramera si no una mujer redimida por el poder y la gracia del Señor, que tuvo hijos, que fue la tatarabuela del Rey David, podríamos decir otros detallitos más que voy a omitir ahora, y que está incluída entre los antepasados del Mesías, del Salvador del mundo.
Imagínese eso para una mujer pecadora de un pueblo de hace miles de años y fíjese, todavía estamos hablando de ella y sacando enseñanzas, y todo porque decidió moverse en fé. Y otra vez; fíjese que ella no tenía una fé desarrollada, acababa de entrar en su fé, sin embargo Dios honró la fé de Raab. A través de los tiempos han habido personas que han querido negar que Raab fuera realmente una ramera porque piensa, ¿cómo es posible que entre los antepasados del Salvador, de Jesucristo, pueda haber una ramera?, no puede ser. Es que ella no era ramera, ella tenía una posada, ella administraba una posada. Pero sabemos que la Palabra dice las cosas como son.
Si ustedes leen la Biblia hay ejemplos como por ejemplo Abraham. Abraham mintió en varias ocasiones, negó hasta a su propia esposa en una ocasió y está escrito ahí en la Palabra. El Rey David adulteró y mandó a matar al esposo de la mujer con la que adulteró. Pablo fue un asesino, asesinaba cristianos y sin embargo esas personas, las cosas que hicieron antes de están ahí. Y uno se pregunta: ¿qué razón puede haber para que describa a Raab así como Raab la ramera?, sí estaba redimida, ya no era ramera, pero está ahí para mostrarnos a nosotros que como Dios obró en la vida de ella, de esos personajes que he mencionado así también Él puede obrar en tu vida y en la mía.
Cuando nosotros venimos al Señor venimos cargando un saco de cosas, ¿verdad?. Algunos de nosotros tenemos un bagaje significativo donde quizás cosas tan serias como las que hemos hablado, ¿verdad?, quizás promiscuidad sexual, abortos, asesinatos quién sabe, adicciones, tantas cosas. Y a veces no son cosas así pero aún así la fé del Señor las cubre, cosas tan sencillas como tener una tendencia a usar la lengua inapropiadamente contra la gente, al chisme, a la mentira, lo que sea. Cada uno sabe, cada uno pudiera escribir su propio libro de dónde el Señor lo sacó.
Pero lo importante es que al igual que el ejemplo de Raab nosotros no somos eso ya. Cuando el Señor viene a nuestra vida ese pasado no tiene efecto. Sí hay consecuencias obviamente de lo que hemos en el pasado, no podemos tapar el cielo con una mano, pero ya no somos eso. Ya hemos discernido lo que el Señor quiere hacer en nuestra vida, ya nos hemos determinado a una nueva línea de acción, de propósito en nuestra vida y ya nos hemos definido como lo que Dios dice que nosotros somos. O sea ya no somos esa persona aunque todavía estemos resolviendo los asuntos del pasado, ya no somos esa persona.
Eso es maravillos. Pensar cómo Dios puede tomar una vida que estaba condenada en este caso ella a la muerte, y antes de eso a vivir una vida de ataduras y ver cómo Dios la pudo sacar de allí y ponerla en un lugar de honor en todos esos pasajes que hemos leído en su historia inicial. Nosotros no podemos cuando hablamos de Raab dejar de mencionar al cordón de grana, ningún mensaje de Raab puede dejar el cordón de grana sin mencionar.
Eso era un símbolo de salvación. Ya vemos que ella en obediencia lo amarró a su ventana como una señal de que el pueblo de Israel le iba a perdonar su vida, iba a ser salvada ella y su familia. Era un símbolo de fé a la vez porque ya había un trato de fé de ella con los espías de Israel. Y cada vez que el pueblo marchaba alrededor de esa ciudad, de la ciudad de Jericó pasaban por ese cordón de grana colgado en la ventana y decían: ahí vive Raab la ramera, ahí vive la mujer que salvó a los espías, ahí vive la mujer que en fé está esperando salvación y su familia a través de ella. Es un símbolo de la fé de Raab.
Pero nosotros también sabemos que ese cordón de grana a mí me recuerda un versículo que es uno de mis versículos favoritos, están en Isaías 1:18, ese versículo dice: "Venid luego dice Jehová y estemos a cuenta." Eso es como una invitación tan gentil de parte de Dios, como: venid luego, vengan ahora a Mí y vamos a estar a cuentas, ¿qué hay en ti?, ¿qué tú tienes, qué Yo tengo que Yo te voy a ofrecer a ti para que tú no seas más como eras?.
"Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán enblanquecidos. Si fueren rojos como el camersí vendrán a ser como blanca lana." Esa es una promesa para todos nosotros. Ningún hijo de Dios debe sumirse en la autocondenación y quedarse estancado cuando tenemos un Dios tan generoso, tan amoroso que establece esos pactos con nosotros, hace esos pactos y no ve lo que nosotros merecemos si no que nos da salvación y una vida nueva, y una vida eterna también. Ese es el Dios al que nosotros servimos.
Ese cordón de grana es un símbolo de Jesucristo también, de la sangre de Jesús que Él vertió en la cruz por tus pecados y por los míos. ¿Verdad que ustedes son agradecidos?. Tenemos que estar infinitamente agradecidos, éramos una cosa y ahora ya no somos eso, hemos adquirido una nueva identidad. Estábamos en la oscuridad y ahora estamos en la luz, estábamos en el pecado y ahora tenemos pureza y una nueva vida. Eso es algo maravilloso.
Yo les animo todos los días, sentarte en tu regazo, escuchar de Él la obediencia. Yo mientras más camino en el Señor más me doy cuenta de la importancia de la obediencia, y más deseo que en mis pensamientos yo agrade a Dios. No solamente en el exterior si no que aún adentro, en mi ser más interior yo viva una vida interior de fé también. No solamente lo que yo demuestro, lo que evidencia mi exterior si no también lo que yo soy. Porque recuerda que a Dios no le importa tanto tu hacer como tu ser. Eso sí es importante para Dios, quién tú eres en Él, no lo que tú haces para Él.
Y lo que haces para Él tiene que estar fundamentado en la plataforma de la fé, de lo que le agrada a Él. Ese debe ser el deseo, el deleite, la pasión del hijo de Dios, agradar a su Padre. Había un predicador que decía que él vivía para traer una sonrisa de deleite en su Padre Celestial cada día. Esa es nuestra encomienda. Nosotros hemos venido a este mundo para traer gloria y honor a nuestro Dios, esa es nuestra razón de ser, darle la gloria y el honor a nuestro Dios. Y qué más que hacerlo con nuestra vida. Con la manera en que nos comportamos, con la manera en que traemos a otros al conocimiento de Él.
Así que yo te invito, vamos a ponernos de pie y a cerrar esta Palabra con una oración de fé, de dónde estamos nosotros parados en el Señor. Padre: gracias por Tu Palabra, gracias por la vida de personas como Raab que Tú pusiste en Tu Palabra como modelo para nosotros. Padre, en este día cada uno tiene diferentes circunstancias de vida, diferentes situaciones, pero en todas ellas Padre declaramos, nos ponemos de acuerdo en que queremos traer deleite a Tu corazón.
Padre ayúdanos a ser personas que disciernan Tu mover en todo. Dentro del mundo, dentro de la historia, dentro de nuestra familia, dentro de nuestro propio proceder como hijos Tuyos. Padre, que seamos personas determinadas a dar pasos de fé que traigan agrado a Ti Señor, que traigan gloria a Ti. Y Padre declaramos que somos un pueblo definido, un pueblo con definición que no está moviéndose de un lado a otro, si no un pueblo que quiere traer agrado a Tu corazón. Un pueblo que da testimonio en cada cosa de quién somos. No por nuestras propias fuerzas si no por lo que Tú has dicho en Tu Palabra que somos. Gracias Padre, somos un pueblo agradecido a Ti Señor. Gracias Señor, amén.
Una fé que se hace evidente
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En esta mañana quiero hablarles acerca de una fé que se hace evidente. Si les preguntara a ustedes, ¿qué es fé? yo sé que lo primero que les viene a la mente es Hebreos 11:1 que dice: "Es pues la fé la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Esa es fé.
Pero mi experiencia me dice que muchos de nosotros lo que hacemos es que apretamos el botón de la fé en un momento y en otro momento apagamos el botón de la fé. Muchos no estamos viviendo continuamente sobre la plataforma de la fé. En un momento la tenemos, en otro no la tenemos. Y Dios no quiere que hagamos eso, Él quiere que vivamos continuamente en la fé. De hecho la fé yo lo veo como una postura espiritual que tiene que permear todo nuestro ser, tiene que permear todas nuestras decisiones y tiene que estar presente en medio de todas las circunstancias o situaciones de la vida. No es en un momento sí y en otro no, si no siempre.
Porque la fé en Jesucristo no es algo que nosotros solamente la aplicamos en ciertas áreas de la vida si no en todas. La fé es lo que te permite adorar a Dios en tiempos de adversidad. Cuando todo te dice: deprímete, tira la toalla, la fé te dice: no, sigue, adórame, pon tus ojos en Mí. Y en esta comunidad yo he visto muchos ejemplos de eso, muchas personas. Yo recuerdo precisamente una mujer que perdió a su esposo después de treinta y pico de años, lo perdió en esa semana y el domingo estaba aquí adorando al Señor, buscando el consuelo de parte de su Señor. Eso es un milagro porque en un tiempo así usted no piensa que esa es la respuesta del ser humano.
La fé es lo que permite que como en esta mañana, había una hermana que se llama Flor, regresó a Honduras, ella perdió a su hijita hace unos días y ella a pesar de esa terrible situación aquí estaba hoy despidiéndose, sí con mucha tristeza, claro que sí que hay tristeza, pero declarando su confianza en Dios y declarando que en fé ella regresa a su país a seguir haciendo la obra del Señor.
Esa es la fé que nosotros tenemos. La fé que nosotros tenemos es una fé vital. Es la fé que te permite cuando viene la tentación, la llamada del pecado te permite decir no, yo no voy a entrar por esa puerta, voy a resistirlo, voy a huir de eso. Y la fé es lo que te permite también a ti ser un recurso en los tiempos más difíciles, un recurso para otros cuando tú mismo eres el que necesita que alguien levante tus brazos.
Así que esa es la fé que nosotros tenemos, es una fé vital, cubre todas las circunstancias de la vida. Y algo que yo he aprendido es que la fé tiene que moldear las circunstancias. No son las circunstancias las que tienen que afectan la fé si no todo lo contrario, porque si no estamos como veletas, no progresamos en el caminar del Señor.
Así que esa es la fé que nosotros debemos cultivar. Y la Palabra nos dice que la fé es un don de Dios. No es algo que nosotros podemos hacer por nuestras propias fuerzas, es un don de Dios. Y nosotros sabemos que todo don recibido tiene que ser cultivado por el que lo recibe. Eso es en todos los dones que la Palabra indica que Dios nos da, tenemos que cultivarlo. Tenemos que en cierta manera, trabajar no es la palabra pero tenemos que nutrirlo y crecer en eso que Dios nos da.
Y la fé, parte de la fé es proceso. La fé no es algo mágico, la varita mágica ¡tin!, ya tienes fé, todo está resuelto, no te va a doler. No, la fé no es así, consiste de procesos. Y yo quiero proponerles en esta tarde tres fases de la fé que yo creo que la Escritura me respalda en este análisis.
La primera fase es discernir, la segunda es llegar a una determinación y la tercera es definirnos. Así son tres, fácil: discernir, determinar y definir. Esas son las tres fases que yo veo en lo que es el cultivar la fé y el ejercicio de nuestra fé.
Entonces ¿qué es discernir?. Lo que voy a hacer es definirlos brevemente para darles uno, dos ejemplos y luego entrar a la Escritura para poder aplicar estos principios. Discernir es algo que no se hace lo suficiente. Muchas veces vienen situaciones a nuestra vida y actuamos así, por reflejo en base a patrones errados que hemos aprendido en nuestra vida. Es una reacción inmediata. La Palabra nos invita a reflexionar, a examinar. Y el proceso de discernir precisamente se basa en eso, es examinar a algo o a alguien cuidadosamente. Es examinarnos a nosotros mismos. También distinguir entre pasar juicio sobre nuestros propios pensamientos y sentimientos. La Palabra nos anima a eso también, a examinarnos a nosotros mismos.
Muchos de nosotros no nos examinamos lo suficiente. A veces hay personas que se creen que son más fuertes y cuando viene la tentación caen porque no reconocen sus áreas de debilidad. Y así que la Palabra nos anima a examinarnos, a examinar. La Palabra nos anima a discriminar entre lo bueno y lo malo. Entre lo que es verdadero y lo que es falso, entre lo que nos conviene y no nos conviene. Parte de nuestro caminar de fé es discernir.
La próxima etapa después de discernir es, nosotros llegamos a una determinación. Es cuando nosotros nos establecemos un propósito, una línea de acción que es consistente a lo que hemos aprendido a través del discernimiento.
Y tercero, la fase de definición es cuando nosotros demarcamos nuestros límites claramente. ¿Dónde estamos, quiénes somos en Cristo en lo que respecta a esta situación que estamos enfrentando?. Así que otra vez es: discernir, determinar y definir.
Y le quiero dar un ejemplo muy de la vida diaria para ilustrar estos tres pasos, voy a dar un ejemplo de en la juventud: una jovencita la invita un joven a salir, un joven que es muy atractivo, muy popular en la escuela. Ella en el proceso de discernimiento, ve espérate, tiene un sticker, una calcomanía de una mujer desnuda en su carro. Oye por ahí que es un jovencito que le ha roto el corazón a muchas. Oye por otro lado, lo ha visto que se mofa de Dios.
Pues en la etapa de discernimiento esa joven empieza a pensar: ¿me conviene o no me conviene?. Y empieza a comparar entre lo bueno y lo malo: bueno es un joven atractivo, me gustaría, mis amigas me están animando a que ¡qué tonta eres!, ¿cómo no vas a salir con él?, mira esta tu oportunidad, todas esas cosas. Y esto se puede dar en otras maneras a otras edades ¿verdad?, pero estamos hablando de una jovencita en este momento.
Así que en la etapa de discernir está mirando, es la fase de adquirir inteligencia, conocimiento y determinar qué es lo que conviene y lo que no conviene. La próxima fase de determinar sería: esto no conviene. Como no conviene yo no voy a aceptar esta invitación. Muy amablemente le voy a decir: gracias por la invitación pero no puedo, lo que sea y voy a empezar a orar por ese joven para que el Señor le toque su corazón.
Y en la etapa de definición se define a sí misma: mi prioridad es servir a Dios, tengo que vencer la tentación en todo momento y tengo que dar ejemplo, testimonio de que soy una hija de Dios. Así que eso es un ejemplo sencillo de la vida diaria donde vemos que todas esas tres fases se dan.
Vamos ahora al Libro de Josué capítulo 2 para ver la fé en acción, una fé que se evidencia en la vida de Raab, una mujer de Jericó. Así que por falta de tiempo voy a darles una aplicación breve de la aplicación del contexto de este libro y de este pasaje. En el tiempo de Raab, Israel estaba en un tiempo crucial de su historia. Después de vagar por el desierto cuarenta años finalmente ya está listo para cruzar el Jordán que era el río que lo dividía de la Tierra Prometida. Están listos preparándose en todo sentido, militarmente, espiritualmente para cruzar el Jordán.
Y está Josué como líder del pueblo de Israel, ya muerto Moisés y esto es una nueva generación tomando, que llaman en vías de conquistar la Tierra Prometida, la tierra que Dios le había prometido a Abraham y a todos sus antecesores de ahí en adelante. Así que ese es el contexto general de la historia de Raab. Pero antes de cruzar el río Josué envía a dos hombres, a dos espías a la ciudad de Jericó. Estos dos hombres se alojan en la casa de Raab la ramera, era la ramera de la ciudad. Dios los lleva providencialmente a la única casa y la única persona en esa ciudad que los iba a proteger, y preparó el corazón de Raab, de esta mujer previamente para que así sucediera.
La presencia de los espías se detectó y el Rey envió a soldados a la casa de Raab a buscarlos. Pero ¿qué hizo Raab?. Escondió a los dos espías en su terrado y les dijo a estos hombres que buscaban a los espías: ellos ya salieron, estuvieron aquí pero ya no están. Vayan rápidamente, vayan por el camino y búsquenlos porque van a poder alcanzarlos. Eso fue lo que Raab hizo.
Y entonces vamos a leer en Josué 2 versículos del 8 al 11 para seguir la historia donde nos quedamos en términos de la narrativa que les compartí. Dice versículo 8: "Antes que los espías se durmiesen ella subió al terrado y les dijo: Sé que Jehová os ha dado esta tierra, porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Seón y a Og a los cuales habéis destruído. Oyendo esto ha desmayado nuestro corazón ni ha quedado más aliento alguno en hombre alguno por causa de vosotros."
Y mira lo que dice Raab, una mujer ramera, idólatra, dice: "Porque Jehová vuestro DiosE es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra." Esa es su declaración, la declaración de fé de Raab. Así que y vemos, fíjese que ella hace esa declaración y habla de un suceso que había pasado hace cuarenta años, hacía cuarenta años que el Señor había partido el Mar Rojo para que pasara el pueblo de Israel.
Así que ella ha estado examinando, discerniendo qué es lo que ha estado pasando aquí desde posiblemente mucho tiempo antes. Y nos preguntamos ¿por qué esta mujer de mala reputación, una ramera de un pueblo idólatra y conocido por su inmoralidad, por qué ella arriesgó su propia vida para salvar a los espías de un pueblo enemigo?. Porque recuerden si ella hubiera sido descubierta, muerte segura para ella y los espías, ¿por qué ella hizo esto?. Yo creo que la razón es que ella discernió a Dios obrando.
Primeramente ella discernió que estos dos hombres eran diferentes. Recuerden que esta es una mujer ramera, tenía un prostíbulo, a eso se dedicaba ella. Ella ha tratado con muchos hombres, conoce la psicología masculina muy bien. Y ve a estos hombres y sabe inmediatamente que son diferentes. Estos hombres tienen la gracia de Dios, no es el hombre que viene a usarla a ella si no son hombres que tienen un llamado a servir al Dios vivo, a, Dios de Israel.
Así que los recibió, discernió que ellos eran diferentes. ¿Qué más discernió ella?. Discernió que el Dios de Israel era el Dios verdadero y que los dioses a los cuales ella había adorado por mucho tiempo eran dioses falsos. Porque ella misma lo dice, ¿cuál es su declaración otra vez?: "Porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra." Ella hizo una declaración doctrinal sin saber nada de la Palabra, saber nada porque en realidad no estaba escrita la Palabra, ella hace esa declaración de fé. Y Discernió su propio corazón.
Fíjese que ella habla en el pasaje del temor que cundió en su pueblo. Dice que estaban prácticamente inmovilizados, ya no podía hacer nada, ya no tenía aliento en ellos. Y ella como parte del pueblo obviamente ella también tiene esa misma emoción, una emoción de miedo. Pero fíjense que ella, ¿se acuerdan que les dije que uno tiene que examinarse a uno mismo?. Ella discernió su propio corazón, el temor que había en su corazón. Y decidió que ese temor fuera tratado por Dios y no seguir lo que su pueblo iba a hacer en ese momento si no que ella tomó su propia línea de acción, se separó de lo que el pueblo estaba pensando y decidió que su temor podría ser usado como algo positivo.
Ella examinó las consecuencias del temor y no se dejó dominar por él. Que es un ejemplo para todos ¿verdad?, cuando vienen circunstancias difíciles no permitir que el temor nos agobie, que quite nuestro aliento si no que nos ayude a partir a una postura de fé en esa circunstacia. Así que ella discernió muchas cosas como acabamos de decir.
Una vez que ella discernió todas esas diferentes posturas, esas diferentes situaciones ella llegó a una línea de acción. Ella se determinó a hacer algo que es lo que nosotros tenemos que hacer. A veces el algo es estar tranquilos, callados a los pies del Señor, a veces el algo es hacer algo precisamente. Y Dios le dió a ella las estrategias.
Una vez que ella se determinó a seguir en base a lo que había discernido, seguir una línea de acción, entonces Dios le dió las estrategias y vamos a ver eso un poquito más adelante, entonces Dios le mostró como obrar. Vamos a continuar el relato en ese mismo capítulo, Josué 2, vamos a leer los versículos del 12 al 21. Dice así: "Os ruego pues ahora" esa es Raab hablándoles a los espías, "por Jehová que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre de lo cual me daréis una señal segura." Esta mujer enseguida, la estrategia vino, cuando ella se determinó a hacer algo la estrategia vino y ella se determinó a establecer un pacto con los espías.
Ella sabe que el pacto que está haciendo, el trato que ella está haciendo con los espías es por Jehová. Ahí ya ella ya otra vez está declarando que su fé ya no es en los dioses falsos que ella había adorado antes si no en el verdadero Dios. Y el 13 dice: "Y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas y todo lo que es suyo, y que libraréis nuestras vidas de la muerte." Y miren lo que dicen los espías: "Nuestra vida responderá por la vuestra si no denunciáreis este asunto nuestro y cuando Jehová nos haya dado la tierra nosotros haremos contigo misericordia y verdad."
Establecen un pacto de dos vías, ¿verdad?. Ella, la Palabra cuando dice misericorida es una manifestación del amor práctico. Ella dice: yo les he demostrado a ustedes amor práctico salvando su vida y poniendo mi vida en riesgo también, por favor hagan ustedes lo mismo conmigo. Vamos a hacer pacto que Dios es nuestro testigo, vamos a hacer pacto. Y los espías ven la fé de esta mujer en acción y entran en el trato que ella les ha propuesto.
El versículo 15 dice: "Y entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en el muro de la ciudad y ella vivía en el muro." Así que Dios atendió hasta ese pequeño detalle. La casa no estaba en el centro de la ciudad si no que estaba en el muro lo cual hizo más fácil el que ellos pudieran escapar con la ayuda de Raab. Y les dijo: marchaos al monte para que los que fueron tras vosotros no os encuentren y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto y después os iréis por vuestro camino."
Viene una estrategia más específica todavía: tienen que hacer esto: vayan por aquí específicamente, escóndanse allí por tres días, bien específico y después sigan su camino. Y el 17 dice: "Y ellos le dijeron: nosotros quedaremos libres de este juramento con el que nos has juramentado. He aquí cuando nosotros entremos en la tierra tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste, y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, y a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa, mas cualquiera que se estuviere en casa contigo su sangre será sobre nuestra cabeza si en algo te tocare. Y si tú denunciare este asunto nuestro nosotros quedamos libres de este juramento con que nos has juramentado."
Eso es el fine print, escribieron muy claro de ambos lados lo que tenían que hacer porque esta era una situación de vida o muerte. Ella respondió: "Sea así como habéis dicho. Luego los despidió y se fueron, y ella ató el cordón de grana a la ventana." Y lo que yo veo ahí es que yo veo que, piense que anteriormente ellos le dicen que: cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana. Y sin embargo dice que se fueron y ella corrió a amarrar el cordón de grana. Si fuéramos nosotros así, que cuando Dios nos pide algo fuéramos a hacerlo inmediatamente.
Yo me imagino a ella haciendo el nudo de los nudos, amarrándolo requete bien para que ese cordón de grana no se saliera porque de eso dependía su salvación. Así que ella fue diligente; se determinó a hacer algo, vinieron las estrategias, inmediatamente ella hizo lo que los espías le habían dicho que hiciera. Y Raab entendió, ella sabía que el pueblo hebreo destruiría la ciudad y que la única salvación que ella tenía era hacer pacto con los espías. Y vimos que Dios le dió las estrategias para lograr eso mismo.
Al pactar con los espías en el nombre de Jehová Raab se redefinió, entró una nueva definición en su vida. ¿Antes quién era?, era la ramera idólatra, una mujer de mala reputación. Al ella entrar en este pacto con Dios ya no es eso si no que se convierte en una mujer leal al Dios de Israel, porque como ha hecho pacto con los espías que son representantes de Dios en este caso ella se ha convertido en una mujer ya leal a Dios. Y es una mujer usada por Dios para salvación que Dios iba a usar para salvación de su familia.
Así que nosotros vemos allí esas tres fases y cómo se dieron en la vida de Raab. Y los capítulos del 3 al 5 más adelante, estábamos en el capítulo 2, los capítulos 3 al 5 y parte del 6 del Libro de Josué relatan cómo Israel cruzó milagrosamente por el Jordán. Algo parecido a lo que el Señor había hecho en el Mar Rojo. Y también describe la estrategia que el Dios le dió al pueblo de Israel que era un pueblo que caminaba en Dios y en fé, cómo la estrategia que Dios les dió, ya ustedes saben los siete días, los primeros seis días una vuelta alrededor de Jericó y finalmente el séptimo día siete vueltas hasta que cayó la muralla y ellos pudieron entrar al pueblo y conquistar, destruir la ciudad.
Así que esa es la historia que hay entre la historia que vimos de Raab ya en el capítulo 2 y en el capítulo 6 que es donde nos conectamos de nuevo con Raab. Y si vamos por favor a Josué, el capítulo 6 versículos 22 y 23, miren lo que dice aquí: "Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra" esto después que habían caído los muros, "entrad en la casa de la ramera y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo como lo jurásteis." Un Dios que cumple sus promesas. "Y los espías sacaron a Raab, su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo, y también sacaron a su parentela y los pusieron fuera del campamento de Israel."
Así que Raab creyó a la promesa de los espías y definió el lugar donde obedeció, los espías le dijeron: tienes que traer a tu gente en este ámbito específico en tu casa, y así mismo ella hizo. Y porque ella obedeció al Señor pudo mantenerse segura ella y su familia también. Así que nosotros vemos que la fé de Raab la llevó primero a discernir el mover de Dios, luego a determinarse un curso de acción que la llevó a pactarse con los espías que la ayudó a salvar a su familia, y a definirse ya no como una ramera si no como una mujer que Dios podía usar; una mujer ya separada de su pueblo anterior con una nueva identidad en un nuevo pueblo. Así que eso fue lo que la fé viva que se evidenció de Raab hizo en su vida.
Muchos cientos de años antes de que se escribiera el siguiente versículo en Hebreos 11:10 que dice: "Pero sin fé es imposible agradar a Dios, es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan." Así que ella, cientos, yo no sé cuántos cientos de años, muuchos años antes que eso se escribiera ya ella estaba viviendo esa realidad en su fé naciente porque acaba de comenzar. Y vemos en el versículo 25 en el mismo capítulo que dice: "Mas Josué salvó la vida a Raab la ramera, y a la casa de su padre y todo lo que tenía, y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó."
Así que imagínese todo lo que había sucedido porque ella creció en su fé y se determinó a moverse en el discernimiento que ella había tenido acerca de quién era el Dios de Israel. Evidentemente la fé de Raab encontró gracia con el Señor. Eso es lo que nos pasa a nosotros, encontramos gracia en el Señor cuando lo aceptamos a Él como Señor y Salvador, cuando lo ponemos primero en nuestra vida. Esa fé que nosotros tenemos trae la Gracia de Dios a consecuencia siempre en muchas áreas de nuestra vida o en todas las áreas de nuestra vida.
Nosotros vemos que Raab no se salvó sólo ella si no que salvó a su familia. Encontró, en ese versículo, encontró en Israel una nueva familia. Pasó de ser una mujer pagana a una hija de Dios. Pasó de vivir en verguenza y en pecado, porque ya sabemos a qué se dedicaba a tener una nueva identidad dentro de su nuevo pueblo. O sea, de la A a la Z, ¿no es así mismo en nuestras vidas que éramos una cosa y ahora somos otra?. Y según seguimos de la mano del Señor todavía más cosas maravillosas siguen sucediendo.
Y la extensión del galardón que recibió de Dios Raab no termina allí. Sabemos que su nombre se encuentra registrado en el Libro de Hebreos 11 que es el gran capítulo de la fé, si quieren pueden ir conmigo a Hebreos 11, vamos a leer solamente los versículo 30 y 31 pero quiero señalarles algo. En ese capítulo, le llaman el capítulo de la fé, el capítulo de los héroes de la fé, miren en la compañía en que está Raab: está Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Jacob, José, Moisés, David, y usted piensa ¿pero qué hace una mujer ramera cananea entre ese ilustre grupo?, porque así es Dios. A Dios le place hacer eso, usar nuestra debilidad y nuestro pasado para llevarnos al futuro que Él tiene para nosotros.
Y vamos a leer el versículo 30 y 31 de ese mismo capítulo 11: "Por la fé cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fé Raab la ramera, no pereció juntamente con los desobedientes habiendo recibido a los espías en paz." Y me está muy interesante ahí esa última frase, yo sé que en la Palabra de Dios no hay palabras ni de menos ni de más, están las que tienen que estar exactamente. Y fíjese que ahí dice: habiendo recibido a los espías en paz.
¿Por qué si ella está en una situación de guerra, de posibilidad inminente de muerte, por qué ella puede recibirlos en paz?. Porque fue una mujer de fé, puso su fé a actuar, por eso podía estar en paz. Porque cuando nosotros nos movemos en el tiempo de Dios, en obediencia a Dios eso es lo que viene, ahí hay paz. No importa que haya tormenta a nuestro alrededor, sentimos y podemos percibir la paz.
Y también Raab es mencionada en Santiago en un contexto de la fé, no vamos a leer ahora mismo pero es Santiago 2:25, y finalmente en el capítulo del Evangelio de San Mateo donde se detalla la genealogía del Señor, miren lo que dice los versículos 5 y 6, ahí descubrimos varias cosas: que Raab se casó con un hombre llamado Salmón quien no vió en ella a una ramera si no una mujer redimida por el poder y la gracia del Señor, que tuvo hijos, que fue la tatarabuela del Rey David, podríamos decir otros detallitos más que voy a omitir ahora, y que está incluída entre los antepasados del Mesías, del Salvador del mundo.
Imagínese eso para una mujer pecadora de un pueblo de hace miles de años y fíjese, todavía estamos hablando de ella y sacando enseñanzas, y todo porque decidió moverse en fé. Y otra vez; fíjese que ella no tenía una fé desarrollada, acababa de entrar en su fé, sin embargo Dios honró la fé de Raab. A través de los tiempos han habido personas que han querido negar que Raab fuera realmente una ramera porque piensa, ¿cómo es posible que entre los antepasados del Salvador, de Jesucristo, pueda haber una ramera?, no puede ser. Es que ella no era ramera, ella tenía una posada, ella administraba una posada. Pero sabemos que la Palabra dice las cosas como son.
Si ustedes leen la Biblia hay ejemplos como por ejemplo Abraham. Abraham mintió en varias ocasiones, negó hasta a su propia esposa en una ocasió y está escrito ahí en la Palabra. El Rey David adulteró y mandó a matar al esposo de la mujer con la que adulteró. Pablo fue un asesino, asesinaba cristianos y sin embargo esas personas, las cosas que hicieron antes de están ahí. Y uno se pregunta: ¿qué razón puede haber para que describa a Raab así como Raab la ramera?, sí estaba redimida, ya no era ramera, pero está ahí para mostrarnos a nosotros que como Dios obró en la vida de ella, de esos personajes que he mencionado así también Él puede obrar en tu vida y en la mía.
Cuando nosotros venimos al Señor venimos cargando un saco de cosas, ¿verdad?. Algunos de nosotros tenemos un bagaje significativo donde quizás cosas tan serias como las que hemos hablado, ¿verdad?, quizás promiscuidad sexual, abortos, asesinatos quién sabe, adicciones, tantas cosas. Y a veces no son cosas así pero aún así la fé del Señor las cubre, cosas tan sencillas como tener una tendencia a usar la lengua inapropiadamente contra la gente, al chisme, a la mentira, lo que sea. Cada uno sabe, cada uno pudiera escribir su propio libro de dónde el Señor lo sacó.
Pero lo importante es que al igual que el ejemplo de Raab nosotros no somos eso ya. Cuando el Señor viene a nuestra vida ese pasado no tiene efecto. Sí hay consecuencias obviamente de lo que hemos en el pasado, no podemos tapar el cielo con una mano, pero ya no somos eso. Ya hemos discernido lo que el Señor quiere hacer en nuestra vida, ya nos hemos determinado a una nueva línea de acción, de propósito en nuestra vida y ya nos hemos definido como lo que Dios dice que nosotros somos. O sea ya no somos esa persona aunque todavía estemos resolviendo los asuntos del pasado, ya no somos esa persona.
Eso es maravillos. Pensar cómo Dios puede tomar una vida que estaba condenada en este caso ella a la muerte, y antes de eso a vivir una vida de ataduras y ver cómo Dios la pudo sacar de allí y ponerla en un lugar de honor en todos esos pasajes que hemos leído en su historia inicial. Nosotros no podemos cuando hablamos de Raab dejar de mencionar al cordón de grana, ningún mensaje de Raab puede dejar el cordón de grana sin mencionar.
Eso era un símbolo de salvación. Ya vemos que ella en obediencia lo amarró a su ventana como una señal de que el pueblo de Israel le iba a perdonar su vida, iba a ser salvada ella y su familia. Era un símbolo de fé a la vez porque ya había un trato de fé de ella con los espías de Israel. Y cada vez que el pueblo marchaba alrededor de esa ciudad, de la ciudad de Jericó pasaban por ese cordón de grana colgado en la ventana y decían: ahí vive Raab la ramera, ahí vive la mujer que salvó a los espías, ahí vive la mujer que en fé está esperando salvación y su familia a través de ella. Es un símbolo de la fé de Raab.
Pero nosotros también sabemos que ese cordón de grana a mí me recuerda un versículo que es uno de mis versículos favoritos, están en Isaías 1:18, ese versículo dice: "Venid luego dice Jehová y estemos a cuenta." Eso es como una invitación tan gentil de parte de Dios, como: venid luego, vengan ahora a Mí y vamos a estar a cuentas, ¿qué hay en ti?, ¿qué tú tienes, qué Yo tengo que Yo te voy a ofrecer a ti para que tú no seas más como eras?.
"Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán enblanquecidos. Si fueren rojos como el camersí vendrán a ser como blanca lana." Esa es una promesa para todos nosotros. Ningún hijo de Dios debe sumirse en la autocondenación y quedarse estancado cuando tenemos un Dios tan generoso, tan amoroso que establece esos pactos con nosotros, hace esos pactos y no ve lo que nosotros merecemos si no que nos da salvación y una vida nueva, y una vida eterna también. Ese es el Dios al que nosotros servimos.
Ese cordón de grana es un símbolo de Jesucristo también, de la sangre de Jesús que Él vertió en la cruz por tus pecados y por los míos. ¿Verdad que ustedes son agradecidos?. Tenemos que estar infinitamente agradecidos, éramos una cosa y ahora ya no somos eso, hemos adquirido una nueva identidad. Estábamos en la oscuridad y ahora estamos en la luz, estábamos en el pecado y ahora tenemos pureza y una nueva vida. Eso es algo maravilloso.
Yo les animo todos los días, sentarte en tu regazo, escuchar de Él la obediencia. Yo mientras más camino en el Señor más me doy cuenta de la importancia de la obediencia, y más deseo que en mis pensamientos yo agrade a Dios. No solamente en el exterior si no que aún adentro, en mi ser más interior yo viva una vida interior de fé también. No solamente lo que yo demuestro, lo que evidencia mi exterior si no también lo que yo soy. Porque recuerda que a Dios no le importa tanto tu hacer como tu ser. Eso sí es importante para Dios, quién tú eres en Él, no lo que tú haces para Él.
Y lo que haces para Él tiene que estar fundamentado en la plataforma de la fé, de lo que le agrada a Él. Ese debe ser el deseo, el deleite, la pasión del hijo de Dios, agradar a su Padre. Había un predicador que decía que él vivía para traer una sonrisa de deleite en su Padre Celestial cada día. Esa es nuestra encomienda. Nosotros hemos venido a este mundo para traer gloria y honor a nuestro Dios, esa es nuestra razón de ser, darle la gloria y el honor a nuestro Dios. Y qué más que hacerlo con nuestra vida. Con la manera en que nos comportamos, con la manera en que traemos a otros al conocimiento de Él.
Así que yo te invito, vamos a ponernos de pie y a cerrar esta Palabra con una oración de fé, de dónde estamos nosotros parados en el Señor. Padre: gracias por Tu Palabra, gracias por la vida de personas como Raab que Tú pusiste en Tu Palabra como modelo para nosotros. Padre, en este día cada uno tiene diferentes circunstancias de vida, diferentes situaciones, pero en todas ellas Padre declaramos, nos ponemos de acuerdo en que queremos traer deleite a Tu corazón.
Padre ayúdanos a ser personas que disciernan Tu mover en todo. Dentro del mundo, dentro de la historia, dentro de nuestra familia, dentro de nuestro propio proceder como hijos Tuyos. Padre, que seamos personas determinadas a dar pasos de fé que traigan agrado a Ti Señor, que traigan gloria a Ti. Y Padre declaramos que somos un pueblo definido, un pueblo con definición que no está moviéndose de un lado a otro, si no un pueblo que quiere traer agrado a Tu corazón. Un pueblo que da testimonio en cada cosa de quién somos. No por nuestras propias fuerzas si no por lo que Tú has dicho en Tu Palabra que somos. Gracias Padre, somos un pueblo agradecido a Ti Señor. Gracias Señor, amén.
Seré yo capaz? Podré yo hacer esto?
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Yo les hago una pregunta, mis hermanos, yo no sé si en algún momento usted se ha preguntado a sí mismo, ¿podré hacer esto? Yo no sé si usted se ha encontrado en alguna situación en su vida donde en algún momento usted se haya dicho a sí mismo, ¿podré yo hacer esto? Podré yo llevar esto a cabo? Tal vez en su trabajo o de repente, usted se enfrenta a un proyecto nuevo y le están poniendo ese proyecto en sus manos, y de repente usted le dice al jefe o a su jefe, sí, no hay problema, pero por dentro usted está como que guau, y yo voy a poder hacer esto?
O tal vez usted es un estudiante en universidad o en colegio, o como usted quiera decirlo, y de repente, usted se cruza con una materia que usted está totalmente bloqueado, bloqueada, con esa materia, y usted día tras día usted llega al salón de clase y usted está preguntándose, guau, podré yo hacer esto?
Tal vez usted es un padre o una madre, y sea que sus hijos sean niños o que ya tenga hijos adolescentes y quién sabe si ya sus hijos salieron del nido y están casados y teniendo sus propios hijos ahora, y usted está preguntándose, guau, podré yo hacer esto? Podré ser el tipo de padre, el tipo de madre que estos niños necesitan? O con tu esposo, con tu esposa, te lo has preguntado en algún momento? Los distintos conflictos que puedan surgir en una relación matrimonial, en algún momento te encuentras tu solo, tu sola, en una esquina de la casa, en la sala, o en el comedor o en el basement y te sientas y te estás preguntando, guau, podré yo ser el tipo de esposo, esposa que mi cónyuge necesita?
O si eres un soltero, una soltera, por no dejarlos afuera a ustedes también, y estás ahí en tu lucha del diario vivir y las hormonas te suben y te bajan y estás tratando de vivir a la luz de la palabra, y quieres ser fiel a lo que Dios demanda de ti en esta época en tu vida, y hay veces que las cosas se ponen tan y tan fuertes que tu te dices, guau, podré yo hacer esto?
Podré yo llevar a cabo esta vida? O cuándo llegará mi momento donde esta vida mía va a cambiar? Podré yo hacer esto? El asunto es que en distintos momentos, en distintas etapas, sea donde sea nos encontremos, tu y yo, bien sabemos que nos hemos preguntado, podré hacer esto? Seré capaz de hacerlo?
Se me ocurre decir, hay veces que nos vemos en la tentación de hacer el mal y aún esa pregunta, en ese contexto surge en nuestra cabeza. Guau, podré yo hacer esto? Pasas por el licor land de la esquina y algo en tu cuerpo te la pide, y tu te estás diciendo, guau, será yo capaz de volver ahí otra vez? Sí, en muchas maneras, siempre nos preguntamos, seré yo capaz? Podré yo hacer esto?
Y yo les digo algo, mis hermanos, no estamos solos en ese sentir. Distintas personas en distintos lugares alrededor del mundo en este mismo momento están luchando con esa misma pregunta. En este mismo momento que tu y yo estamos compartiendo esta palabra hay alguien que se está preguntando a sí mismo, podré yo hacer esto? Podré yo llevar a cabo esto? Podré responder a este reto que se me está presentando delante?
Aún en la Biblia hay innumerables casos de personas y aún naciones enteras que en algún momento se preguntaron, podré yo vivir a la luz de este estándar? Podré yo enfrentar esa otra nación? Y esas naciones tendían a mirarse a si mismas con ojos de que no podían. Y yo entiendo, mis hermanos, que es todo cuestión de perspectiva. Lo importante es cómo en nuestra mente y en nuestras emociones nosotros vemos la situación.
Si nosotros vemos esos retos con nuestros propios ojos humanos, nuestra capacidad de creer que podemos hacer algo va a ser menor. Porque del alguna manera u otra en nuestra naturaleza humana siempre tendemos a mirarnos como que somos poca cosa. Pero cuando miramos esas situaciones y las enfrentamos a los ojos, a través de los ojos de Dios, de la perspectiva de Dios, la capacidad de uno sube, tiene como un upgrade a otro nivel.
Y yo entiendo, mis hermanos, que Dios anhela y desea que nosotros nos veamos a través de sus ojos. Sabe, Dios es un Dios de paz. Por qué digo esto? Porque cuando nos enfrentamos a esos retos muchas veces nos ponemos ansiosos. La ansiedad trata de dominarnos y de neutralizarnos por completo. Y al yo decir que Dios es un Dios de paz, es porque Dios quiere que tu estés en paz.
El texto Hebreos, capítulo 13, vayan conmigo, verso 20, dice:
“…Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda buena obra para que hagan su voluntad, haciendo él en ustedes lo que es agradable delante de él a través de Jesucristo al cual le damos toda la gloria por todos los siglos. Amén…”
Miren estas palabras: el Dios de paz. Como empieza ese texto, el Dios de paz. Por qué esto como les dije? Si uno se deja llevar por esos retos que trae la vida, esos retos de lo desconocido, esos retos de que uno se pregunta, lo puedo hacer o no lo puedo hacer? Nuestra tendencia humana es responder ansiosamente.
Si usted es una de esas personas que ante cualquier reto usted se puede quedar bien cool, tranquilo, esto es pan con mantequilla. Yo me quiero sentar a sus pies y aprender de usted un poco.
Pero si usted es a veces como yo, que cuando me enfrento a un reto tal vez mi cara está como que tranquila, pero por dentro estoy en una barca en una tormenta. Señor, levántate que me hundo. Ahí es donde yo veo esta idea de que Dios es un Dios de paz, es un Dios de shalom, que aún a pesar de las circunstancias él quiere que nosotros podamos estar confiados, tranquilos en él, esperando en él, esperando en sus promesas.
Así como él es el único que puede traer paz a todos los rincones del mundo, también puede traer paz a cada rincón de tu mente y tu corazón. Cada rincón de mente y tu corazón, en los lugares más recónditos que tal vez tu ni te acuerdas que tienes ese espacio en tu ser, aún ahí Dios puede traer paz.
No tan solamente eso, a él que resucitó de los muertos, a nuestro Señor, y gran pastor Jesucristo. Yo les digo esto, mis hermanos, si en el momento más abrumador de su vida Dios tuvo el poder para resucitar a su Hijo, cuánto más él no va a poder tener el poder para responder a la situación en la cual nosotros nos podamos encontrar.
Imagínese usted por un minuto lo que Dios sufrió cuando estaba viendo a su Hijo siendo torturado en la cruz. Cada puñetazo, cada cachetada que le daba a él, él lo sentía también, lo sufría. Aunque él sabía que era un propósito, un designio que ya se había trazado, pero él lo sufría y lo sentía, ese dolor de ver a su Hijo muriendo en la cruz. Se habrá sentido ansioso Dios? Se habrá sentido desesperado Dios?
De alguna manera u otra él se tuvo que haber dolido con esa situación, pero él ejecutó un poder que se iba por encima del poder de la muerte para levantar a su Hijo y para ponerlo, sentarlo al lado de él una vez más, sentado en gloria, hacerlo sentar, reinar por todos los siglos eternamente a su lado, dándole un nombre que es sobre todo nombre.
Si Dios pudo hacer eso con su Hijo, cuánto más no podrá hacer con nosotros. Ay, que me duele el callo que tengo en el pie… Dios puede curar un callo y lo bajo a un nivel tan simple como eso, pero no es que estoy degradando la capacidad de Dios. No, Dios es capaz de hacer mucho más. Dios es capaz de poder consolar a un hombre, a una mujer que han perdido a su hijo y convertirlos en instrumentos de fortaleza para otros. Eso es algo que solamente Dios puede hacer.
Dios puede usar una persona que le han dicho, te quedan 6 meses de vida por la enfermedad que tienes, y Dios puede usar esa persona para convertirse en un instrumento de sanidad para otros. Eso es algo que solamente Dios lo puede hacer. Dios puede tomar una persona deprimida, hundida en sus propias circunstancias y lo puede tornar en un instrumento de fortaleza, de apoyo y de ánimo para otros, sanando y restaurando a esa persona por completo. Dios lo puede hacer.
Dios tiene la capacidad de hacerlo. Él es nuestro buen pastor. Una afirmación del salmo 23, cómo dice Jehová, es mi pastor y nada me faltará, nada me faltará. No estamos hablando solamente de cosas en la nevera, o cosas en la alacena, estamos hablando de ti y de tu vida en lo personal, en lo más íntimo, de todas aquellas cosas que tu puedas necesitar en tu vida, sabiduría para tomar una decisión concerniente a tus negocios, a tu matrimonio, a tu relación con tus hijos, o aún tu conexión aquí en la iglesia, cómo servir. Dios te puede hablar a esos niveles.
Dios puede suplir a esas necesidades en tu vida, en tu corazón. Dios lo puede hacer. Porque él es tu pastor y él se encarga de que nada te falte. Por qué esto, mis hermanos? Porque hay un pacto y nosotros sabemos muy bien que Dios no quebranta sus pactos, Dios los cumple. Hay un pacto de sangre.
Ustedes se recuerdan ese mensaje del domingo? Ese pacto que se hace con sangre es un pacto incorruptible, no se puede romper, es un pacto eterno. Y ese es el pacto que él ha hecho contigo y que él ha hecho conmigo. Nosotros podemos tratar de romper y violentar ese pacto o anular ese pacto, olvidarnos de ese pacto y vivir nuestra vida como nosotros queramos. Pero ¿Saben qué? Aunque nosotros hagamos eso el Señor va a mantener su lado del pacto y va a estar ahí pendiente a ti, buscándote a ti, ayudándote. Él cumple siempre su lado. Él sabe que hay un pacto que lo está atando a tu vida y que a ti te ata a él también.
Por lo tanto, mis hermanos, Dios es el que nos capacita a nosotros. Que ese mismo Dios nos capacite de todas aquellas cosas buenas para poder hacer su voluntad. Si yo fuera a preguntar cuántos hoy se sienten capaces. No me levanten la mano. Si yo te fuera a preguntar para que tu reflexiones en tu mente y en tu corazón, te sientes capaz? Te sientes capaz de hacer la voluntad de Dios en la manera que eso se pueda manifestar en tu vida? Si hay alguna gota de duda en tu mente o en tu corazón, como bien dice el libro de Santiago, si algunos de ustedes le hace falta sabiduría, pídala a Dios el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada.
Dios de la abundancia de su riquezas en gloria, él está dispuesto a darte aquellas cosas que tu necesitas. Él es el que da sus dones para que su cuerpo, su iglesia, pueda crecer de acuerdo a Primera de Corintios, capítulo 12, que lo dice muy bien ahí, Dios es el que da dones a través de su espíritu, a unos los equipa de una manera, a otros los equipa de otra, para que el cuerpo pueda crecer en una manera bien compleja, pero a la misma vez completa.
Si tu necesitas que tu vida de buen fruto, Dios de su espíritu, él es el que permite que esos frutos crezcan en ti. De acuerdo a Gálatas capítulo 5, verso 22, cuál es el fruto del espíritu? Amor, paz, paciencia, gozo, benignidad, mansedumbre, templanza, fe. Ante todas estas cosas no hay ley, no hay ley que se pueda parar en contra de eso.
Si tu no te sientes capaz en tu carácter como persona de poder llevar a cabo una relación saludable con otra persona, mira, pídele a Dios que el fruto de su espíritu se manifieste en ti, que él te capacite con el fruto de su espíritu, con ese sentido de amor, de paciencia, de benignidad hacia otros a tu alrededor. Es más contigo mismo para que tu puedas vivir en armonía con otros a tu alrededor. Él te hace capaz.
Nunca digas, no, mi relación ya no tiene resultado, ya esto se terminó. No te entierres siete pies bajo tierra demasiado rápido, pídele a Dios, Dios capacítame a poder vivir a la luz de ese fruto de tu espíritu, de los dones de tu espíritu. Ayúdame a poder vivir, Dios mío, como tu pides y mandas de mí.
Sí, pero pastor Omar, no es fácil, la gente sigue con sus mañas. Señor, aunque la gente siga con sus mañas ayúdame a vivir a la luz de tu palabra, Señor. Tu eres el que me capacita para yo poder vivir a la luz de esto. Tu eres el que me capacita para yo no romperle la cabeza a la otra persona, sino poder curar sus heridas. Tu eres el que me ayuda, el que me capacita para poder hacer eso.
Él nos hace competentes, mis hermanos. No tengas dudas de esto. Por qué digo esto? Él es el que está operando en ti, me encanta esta parte del verso cuando dice, haciendo él esto en nosotros, lo que es agradable a él, por medio de Jesucristo. Han escuchado esa frase ¿verdad? que dice, Dios obrando en nosotros y a través de nosotros. Eso es lo que este texto está llegando.
Cuando él te capacita, él está obrando en ti, es como él se mete dentro de ti, a través de su espíritu, él entra profundo a tu corazón y empieza a moverte, empieza a inquietarte, empieza a mostrar cosas ahí dentro de esos rincones más recónditos de los cuales estábamos hablando, él empieza a mostrar esas áreas y empieza a dirigirte para tratar contigo.
La palabra lo dice, Dios a quién él ama, él disciplina. Y esa disciplina no significa que le va a estar dando con una correa de cuero, esa disciplina significa que le va a mostrar el camino que él desea que esa persona pueda seguir. Es una corrección, es una enseñanza que le está dando, que le está brindando a esa persona. Porque él quiere que sus hijos y sus hijas vivan a la luz de sus principios, a la luz de sus mandatos, a la luz de estatutos. Eso es lo que Dios anhela y desea de nosotros.
Y para que nosotros podamos vivir a la luz de eso, él está dispuesto para entrar, para meterse y trabajar contigo, tomar un bisturí, abrir esos lugares más delicados en tu vida, pero tratarlos con la mano del mejor cirujano y hacer esas operaciones en ti. Porque al hacer eso en ti, él sabe que va a poder llegar a otros.
Dios en ti y a través de ti. Dios te capacita a ti y a través de ti logra alcanzar bendición para otras personas. Mis hermanos, cierro mi pensamiento así, todos nosotros en distintas maneras tenemos nuestros retos de la vida. Hoy mismo, antes de empezar el servicio yo me enfrenté a un reto. Y gracias a Dios que pone a otras partes del cuerpo para ayudar cuando uno tal vez no está totalmente preparado, equipado para lidiar con esa situación. Eso es Dios mandando a sus ángeles, Dios poniendo a personas alrededor, y yo le doy gracias a Dios por eso, porque en esa forma yo veo cómo el cuerpo de Cristo interviene, una parte ayudando a la otra, una parte moviéndose con la otra, y no significa que una parte esté mal y la otra esté bien. No, es que el cuerpo en sus funciones está trabajando unos con otros, y Dios a través de su espíritu está buscando cómo conectar a todas esas partes, una con la otra, y trabajar unos con los otros para sanarnos, para restaurarnos, para que todos podamos ser parte de un cuerpo bien fuerte, bien fortalecido.
Esta situación que yo viví hoy me enseña a amar a la gente más todavía y no reaccionar humanamente, sino amar a la gente aún más. Porque eso es lo que Dios manda, lo que Dios pide de nosotros. Cada uno de nosotros, en la manera en que sea, la situación en la que sea, Dios está ahí dispuesto para obrar, para transformar nuestras vidas y convertirnos en el tipo de hombre y mujer que él desea que nosotros seamos.
Ciertamente, mis hermanos, yo no estoy queriendo señalar a nadie aquí, pero yo estoy seguro que todos nosotros nos identificamos a la luz de esta palabra. Dios es el que está ahí para capacitarnos, para enseñarnos a cómo vivir, y no reaccionar de acuerdo a los patrones de este mundo, sino que podamos reaccionar a los patrones, el estándar de su palabra, así es como él anhela y desea que nosotros vivamos.
Mí oración y mi deseo es, mis hermanos, que momento a momento, minuto a minuto, porque esto es algo de cada segundo de la vida, nosotros estamos lidiando con cada una de estas situaciones, cuando menos uno se lo espera, sale una situación que pone estos principios a prueba, los pone en pregunta, los pone en duda. Cuando menos tu te lo esperas, algo sucede que es como que, guau, y esto de dónde salió? Yo no estaba preparado, no estaba preparada para esto, podré yo hacer esto? Mira, en el nombre de Jesús tu puedes.
Jesús está en ti. Él está obrando en ti y si viene un reto, si viene una circunstancia nueva, él está ahí para equiparte, para prepararte, para enseñarte el camino a seguir. No hagas de la situación tu enemigo, sino que permite que la situación se convierta en tu laboratorio de aprendizaje, para que tu puedas ver la mano de Dios obrando en ti y obrando en otros a tu alrededor.
Si podemos decir amén a esta palabra, yo te invito a que te pongas de pie y vamos a orar. Amado Dios, estamos delante de tu presencia, Señor, al haber recibido esta palabra, Señor, una palabra tan profunda pero que sabemos, Señor, que así de profunda puede llegar a nuestras vidas, a nuestros corazones, así es tu palabra, Señor, que llega hasta lo más profundo de nuestro ser, discerniendo las intensiones de nuestro corazón y revelándonos cómo estamos, Señor, para alinearnos cada vez más a los deseos de tu corazón y no a los nuestros, Señor.
Padre, yo te suplico que en tu soberanía estas palabras que se han compartido, Señor, puedan llegar a cada uno de los corazones de mis hermanos y hermanas, y que seas tu, Señor, operando, continúa esa tarea, esa labor, Señor, en medio de nuestras vidas, de enseñarnos a cómo ver nuestra vida a través de tus ojos y no a través de los nuestros, Jesús, a vernos como hijos e hijas tuyas, Señor, y poder recibir de ti, Señor, esa capacitación que solamente tu das, que tu puedes dar para llevar a cabo la vida, Señor, en las distintas facetas, en los distintos contextos, en los cuales nosotros nos podamos mover, como hombres, mujeres, esposos, esposas, hijos, hijas, padres o madres, empleados o empleadores, sea como sea, Señor, que nosotros podamos vernos a través de tus ojos y dejar que esta palabra corra y de vida, Señor, en medio de nosotros.
Enséñanos a vivir, Señor. Enséñanos a vivir a la luz de tu palabra. Y yo te ruego, Padre, que esta palabra traiga sus frutos, Señor, que esta palabra no vuelva atrás vacía, sino que cumpla con el propósito que se ha enviado hoy. pido tu bendición sobre cada uno de mis hermanos y hermanas, Señor, en esta noche, pido tu cobertura sobre cada uno de ellos, Señor, que al salir de aquí e ir a nuestros hogares, Señor, que tu nos lleves con paz, nos lleves con bien, que tu nos concedas un sueño reparador, Jesús, y que si así tu lo permites mañana al despertar podamos levantarnos con nuevas fuerzas y energías para enfrentar cualquier reto que el día de mañana pueda traer, y que al enfrentarnos a ellos, Señor, podamos decirnos a nosotros mismos, puedo hacerlo porque el Señor está en acción en mí. El Señor es quien me capacita, el Dios de paz que levantó al Señor de los muertos puede levantarme a mí de esta situación y llevarme al lugar que él quiere que estemos.
Te damos las gracias, Jesús, y a ti te damos toda la gloria, toda la honra y todo el honor. Amén. Amén. Gracias Jesús. Gracias Dios. Hermanos y hermanas que el Señor les bendiga, que el Señor les guarde, el Señor haga resplandecer su rostro sobre ustedes y les conceda su paz. Salúdense unos a otros, que tengan buena noche, mis hermanos, bendiciones.
La sangre del pacto eterno
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Abran sus biblias por favor al Libro de los Hebreos, Nuevo Testamento. Vamos a mirar algunas imágenes, algunas pinturas o imágenes en un momento pero antes quiero leerles unos cuantos versículos de la Biblia. Ahí en Hebreos, el capítulo 13, es el último capítulo del Libro de los Hebreos. Hebreos capítulo 13 versículos 20 y 21. Dice: "Ahora". ¿Pueden decir conmigo ahora?. Ahora. Dígale a su vecino ahora. Dios nos puede ayudar ahora. Dios nos ama ahora y tiene poder para nosotros ahora en este momento. Dios lo puede sanar ahora, Dios lo puede salvar ahora y nos puede consolar ahora, nos puede llenar con su Espíritu ahora.
Ayer, demasiado tarde ya. No sabemos acerca de mañana tampoco, pero estamos viviendo el ahora, ahora es cuando necesitamos que Dios nos ayude. Aleluya. Me puedo animar así que voy a tratar de comportarme y estar calmado. Pero ahora, ahora, ahora, Dios ven ahora y ayúdanos ahora.
Podríamos hacer todo un sermón acerca de la Palabra 'ahora' pero tenemos que seguir leyendo. "Ahora que el Dios de paz quien resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno os haga aptos en toda buena obra para que hagáis Su Voluntad, haciendo en vosotros lo que es agradable delante de Él por Jesucristo al cual sea la gloria por los siglos de los siglos, amén." Déle un gran aplauso al Señor.
Quiero que enfoque por un momento esa frase que acabamos de leer que dice: la sangre del pacto eterno. Esa sangre del pacto eterno es una de las frases más importantes de toda la Biblia. Eso quiere decir que en la eternidad pasada aún antes de que Dios nos creara Él hizo un pacto sagrado consigo mismo para hacer por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Aleluya.
Ese pacto está en el cielo, no lo podemos ver en el cielo y por eso Él tiene que traerlo y transportarlo a la Tierra para que podamos verlo. Y esto Él lo hizo a través de la persona de Cristo Jesús quien estableció un pacto con su Padre para hacer todo lo necesario por nosotros. Y queremos pasar unos minutos esta mañana obteniendo un breve resumen de ese pacto. Tengo que encontrar un pequeño aparatito que tengo en mi bolsillo, vamos a ver si funciona.
Hace años estudié este tema. Gente a través de todo el mundo establece pactos de sangre pero siempre hay unos elementos en común en todos estos rituales a través de las culturas del mundo. Y yo organicé este material para hacer posible que lo comprendiéramos mejor. Descubrí que se podía dividir en nueve pasos y esta mañana brevemente vamos a examinar esos nueve pasos, cómo apunta hacia Jesus y cómo se relaciona con nuestra vida hoy.
Espero que esté funcionando. Dios es bueno justo cuando tenemos problemas técnicos con los aparatos. Cámbielo arriba por favor, cámbielo arriba y vamos a ver entonces si está. Sí pero cambia tú mientras tanto. Mientras están haciendo esto vamos a continuar con el relato. Las mecánicas tendrán que ponerse al día con el predicador.
Primeramente quiero que entendamos que este pacto de sangre es el tema principal de las Escrituras. Todas las historias de la Biblia se relacionan específicamente con esta única historia. Es el relato que va desde Génesis hasta Apocalipsis y todo lo que yace en el medio entre esos dos Libros. Todos los pueblos antiguo establecían pactos de sangre entre sí. Cuando los europeos llegaron a América antes de desembarcar del barco Mayflower firmaron un pacto entre ellos, un documento que se llamaba el pacto Mayflower. Y ellos dijeron nosotros establecemos un pacto entre nosotros mismos, establecemos un pacto de sangre porque ellos sabían que la vida iba a ser muy difícil cuando salieran de ese barco.
Y también cuando encontraron a los indios, a los nativos americanos, estas tribus indígenas también establecieron un pacto entre sí. Y la forma en que lo hicieron fue fumando la pipa de la paz. Ellos teñían el tabaco con su propia sangre. Y aún habiendo siendo enemigos durante décadas entre esas diferentes tribus indígenas cuando ellos fumaban este tabaco, lo que estaban haciendo era establecer un pacto sagrado de sangre entre sí.
Así que vemos aquí un pacto de sangre. Se trata de un acuerdo obligatorio entre dos partes. Las buenas nuevas que hemos de recibir hoy es que Dios ha hecho un pacto en el cual Él se compromete consigo mismo de llenar toda necesidad que nosotros podamos tener en nuestra vida, y Él puede hacer esto ahora mismo. Aleluya, amen. Déle un aplauso al Señor.
Ahora un pacto en la Biblia quiere decir que tiene que haber un corte, tiene que zajarse la carne de la persona y tiene que haber algún tipo de derramamiento de sangre. Así que hay dos divisiones en la Biblia: una se llama el Antiguo Testamento pero en realidad la palabra más correcta es pacto, el Antiguo Pacto. Como pacto en la Biblia implica sangre tenemos una parte de la Biblia que es el Antiguo pacto de sangre y tenemos una parte de la Biblia que es el Nuevo pacto de sangre. Ambos relatan la misma historia.
En la primera parte de la Biblia Dios pinta una imagen, hace una pintura a través de esos pactos de sangre que están registrados. Y en la segunda parte de la Biblia Él viene a nosotros a través de la persona de Cristo Jesús, el Hijo viviente de Dios, nuestro Señor y Salvador. Así que, esto de un pacto de sangre es el más solemne, es el más sagrado de todos los pactos posibles. Simplemente no se puede quebrantar.
Dios ha establecido un pacto consigo mismo para nosotros que no puede ser quebrantado en absoluto. Aleluya, Dios es fiel, Dios guarda sus pactos. Dios es fiel. Dios guarda sus pactos. De nuevo diga conmigo: Dios es fiel y guarda sus pactos. Dígale a su compañero, su compañera: Dios es fiel y guarda sus pactos. Dios es fiel y guarda sus pactos.
Y Él es fiel aún cuando tú no sientas en tus emociones que Él es fiel. Él es fiel aún cuando tus circunstancias no van como tú quieres porque Él es fiel a Su propia Persona. Dios es fiel y guarda sus pactos. Y con su ayuda nosotros vamos a ver la próxima imagen. Aleluya.
Ahora el primer paso en ese pacto es que hay que intercambiar abrigos o mantos, hay que intercambiar alguna parte de la ropa. ¿Por qué se intercambian abrigos?. En un pacto de sangre cuando se establece este ritual el manto de la persona representa la persona misma. Cuando nosotros intercambiamos nuestra ropa estamos diciendo: tú eres mi compañero de sangre, de pacto. Este manto representa mi vida que yo intercambio contigo. Al yo darte mi manto simbólicamente te estoy dando mi vida y tú estás haciendo lo mismo al hacer ese intercambio.
Por ejemplo en un matrimonio no intercambiamos nuestros mantos o nuestras ropas si no que intercambiamos anillos, y ese anillo dice: yo pertenezco a ti y tú perteneces a mí, y los dos nos hacemos una sola persona. Un pacto de una sola carne. Y hoy podemos ver que Dios ha hecho un pacto de una sola carne por nosotros y para nosotros a través de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.
Ahora tenemos que apurarnos un poco en esta mañana. Así que veamos cómo el Señor llenó, cumplió esa parte del ritual de sangre. En la cruz, el Señor tomó nuestro manto de deudas y de déficits, nuestras fallas humanas, nuestros fallos y fracasos humanos, nuestros pecados y los asumió en su Espíritu. Tomó nuestras tristezas en su propia alma, nuestras enfermedades las asumió en su propio cuerpo, todas las cosas acerca de nosotros en la condición humana que nos hacen fracasar y fallar, el Señor tomó todo eso en sí mismo en la cruz. Aleluya.
Pero también Él recibió todas nuestras pertenencias que son en realidad cero, no tenemos nada que ofrecerle a Él, solamente deudas y déficits, nuestras fallas humanas. Y también en la cruz el Señor también nos entrega todo lo que Él debe, todas sus deudas. Pero Él no tiene ninguna deuda, Él sólo tiene pertenencias y cosas positivas, nos da Su vida, perdona nuestros pecados que no serán ya recordados y Él los echa al mar del olvido. Nos separa de nuestros pecados tan lejos como está el este del oeste y el Señor nos da Su propia vida que nace dentro de nosotros, para que podamos vivir para siempre con Él. Él intercambia Su naturaleza con la nuestra.
Desgraciadamente tenemos que ir de prisa. El segundo paso en un pacto de sangre es intercambiar cinturones. El cinturón sostenía las espadas, las armas de la persona en su cintura. Así que ese cinturón representaba la habilidad de la persona, su capacidad para pelear o defenderse a sí mismo. Cuando tú le das a una persona tu cinturón en este pacto le estás prometiendo toda tu fuerza, tu capacidad para pelear y hacer guerra. Si alguien viene a atacarte van a tener que pelear también con la otra persona del pacto. Si tú escuchas que el enemigo viene contra ti tú llamas a tu compañero de pacto, y él viene y te ayuda y te salva, y pelea tus peleas contigo y por ti, y te da la victoria.
Y ahí vemos también a Jesucristo quien nos ha dado su Espíritu Santo. Dice la Palabra que: mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. Cuando el enemigo viene a atacarnos no tenemos que estar peleando en nuestras propias fuerzas si no que el Espíritu de Dios en nosotros ha de derrotar a nuestros enemigos alrededor de nosotros.
Porque esa armadura de Dios es el Espíritu de Dios que está en nosotros. Y cuando dejamos que ese Espíritu de Dios esté en nosotros y que viva la vida de Jesús a través de nosotros entonces tenemos la victoria sobre todas las cosas que pueda hacernos daño. Y lo tenemos ahora, dele al Señor un aplauso.
Ahora el próximo paso en este ritual de pacto es cortar el pacto. Lo que se daba en este momento es que las personas, las partes cortaban un animal. Lo partían a la mitad. Y ese animal representaba las partes, las personas que estaban estableciendo ese pacto. Así que cada parte de ese animal representaba las personas que hacían el pacto. Y como usted puede ver ellos hacían una figura como de ocho en los pedazos del animal que representaba su persona. En la Biblia el número 8 representa nuevos comienzos.
Al caminar alrededor del animal están diciéndose el uno al otro: estoy sacrificando mi propia vida y ya no viviré para mí mismo, voy a vivir para el beneficio de mi compañero de pacto. Como en un matrimonio, cuando el esposo le dice a la esposa: de aquí en adelante tú eres más importante que yo, y la esposa le dice al esposo: ¡gracias querido!. Y esperamos que ella también diga: ahora tú eres más importante que yo. Y de paso la Biblia dice que el matrimonio es como un pacto de sangre.
Vemos esta historia en el Génesis capítulo 15 cuando Dios le dijo a Abraham que matara algunos animales, le dijo que se le aparecería y que cortara los animales, y Dios puso a Abraham en un sueño profundo. Y dice que vino una gran oscuridad que descendió sobre Abraham. Y dice el relato que Abraham vió algo que estaba caminando entre los pedazos de esos animales cortados donde en realidad, si fuera un pacto normal entre dos humanos Abraham también estaría caminando entre los pedazos.
Y es descrito en tal manera que lo que en realidad Abraham vió podemos entender es la Gloria de Dios caminando entre esas piezas del animal. Y al hacer eso Dios estaba diciendo en realidad: Abraham, vendrá un tiempo en la historia en que yo me depondré, me quitaré esta gloria refulgente, esta belleza asombrosa, y Yo prepararé para Mí mismo un cuerpo y como este animal Yo moriré a Mí mismo, daré Mi propia vida como un sacrificio inocente sustitutivo de sangre con Mi Padre a tu favor.
En Juan capítulo 8 versículo 56 el Señor dice: Abraham vió Mi día y se regocijó en él. Abraham pudo ver hacia el futuro en ese momento cuando Dios vendría a la Tierra y habría de entregar Su vida por nosotros.
Ahora el próximo paso en este ritual de sangre es golpear o chocar palmas. Lo que se hace en este caso es que antes de chocar las palmas se hace una pequeña rajadura, una pequeña cortadura en la palma y entonces se unen las dos palmas con esa sangre que está saliendo de cada uno. Y cuando se hace ese contacto entre las dos palmas esas dos sangres se mezclan la una con la otra, y lo que está haciendo allí es un pacto sagrado de sangre. Y como se dice en la Biblia que la vida de un ser está en su sangre estamos diciendo el uno al otro: mi vida está entrando en ti y tu vida está entrando en mí. Hay dos y los dos estamos siendo uno sólo por esa unión.
Y el Señor de paso hizo esto por nosotros, y podemos ver aquí esas escrituras en rojo en la proyección. Dice que el Señor ha jurado por Su Mano diestra que Él vendría a la Tierra y que Él derramaría Su propia sangre y habría de hacer un intercambio con nosotros. Y cuando esta gente hacía esa cortadura en su mano, se establecía una cicatriz y esa cicatriz siempre estaría allí en la palma de la mano, y esa cicatriz sería un testimonio de que siempre habrían de estar en pacto el uno con el otro.
Dios nos ha dicho a nosotros Su pueblo, Yo te he esculpido en la palma de Mi Mano. Nunca te dejaré, nunca te desampararé. No importa lo que esté pasando en tu vida, aunque lo sientas o no lo sientas, tú tienes un compañero de pacto que puede llenar toda necesidad en tu vida.
Ahora tenemos que apurarnos y eso es lo que siempre están diciendo todos los maestros. En ese pacto había una quinta cosa que se hacía y es intercambiar nombres, y eso es lo que se hace en este caso. Yo asumo tu apellido como parte de mi nombre, y tú asumes mi apellido como parte también de tu nombre. Y ahora nos llamamos los portadores del nombre.
En la Biblia vemos que el nombre de una persona nos habla acerca de su carácter, de su personalidad. Así que en cualquier momento que escucharan tu nombre con el mío habría de esperarse que yo actuara como el compañero del pacto, que pensara como mi compañero, que hablara como mi compañero, y que tú habrías de actuar como yo, que pensaras como yo pienso, que hables como yo pienso. Y dice la Palabra que el que te ha visto a ti me ha visto a mí, porque hemos sido hechos uno.
Dios ha intercambiado nombres con nosotros. Él se hizo hombre, el Hijo de Dios, se hizo el Hijo del hombre. Dios cambió nombres, Él intercambió Su naturaleza, se hizo como nosotros y eso hizo posible que Él pudiera identificarse con nuestras heridas.
Todas las cosas que decimos, que actuamos que no agradan a nuestro Padre en el cielo, dice que el Señor asumió todo eso en sí mismo, hubo un intercambio total de naturalezas y de nombres. Y Él puso en nosotros Su propia naturaleza justa. Ahora estamos justificados a través de la sangre de Jesús. Así que la manera en que nosotros actuamos debe ser que actuemos como Él actúa, porque nosotros llevamos Su Nombre, nos llamamos cristianos. Pequeños Cristos ungidos de Dios.
Se supone que actuemos como Él, que hablemos como Él, que pensemos como Él. Que la gente nos vea a nosotros y que vean entonces a Jesucristo. Porque los dos han sido hechos uno. Y entonces estamos debajo de esa sangre con nuestro Padre Jesucristo.
Ahora hemos hablado de que se hacía una cicatriz en la mano y que siempre habría de estar en ella. Quizá usted se siente como que nadie lo quiere, nadie lo aprecia, que nadie lo ama. Quizá se siente solo, quizá se siente tonto, y tal vez lo es pero no importa, Dios le ama. Usted no tiene una cicatriz en su mano pero está escrita en su corazón. El Espíritu Santo, esa es la cicatriz que está en su corazón. Usted ha nacido de nuevo por medio del Espíritu de Dios.
Así que cuando el enemigo viene a atacarlo usted no tiene que ponerse nervioso, tenso, usted no tiene que darse por vencido. En vez de mostrar la cicatriz que hay en su mano usted muestre la cicatriz que hay en su corazón. Aleluya. Demuestre que usted tiene un compañero de pacto de sangre quien le ha prometido que nunca lo dejará, nunca lo desamparará. No importa la circunstancia que haya en su vida, Dios es más grande que cualquier circunstancia en su vida y Él puede ayudarle ahora. Reconozcamos al Señor. Aleluya.
Normalmente yo me tomo una hora para explicar cada paso que estoy dando ahora pero con la ayuda de Dios, todo es posible. Ahora vamos al paso número siete. En este paso se declaran los términos, las condiciones del pacto. Y eso se hace con testigos alrededor de uno. Ahí se leen ante testigos las condiciones de ese pacto que se está haciendo. Se leen cuáles son las pertenencias, las propiedades de los pactantes. Todas esas cosas que ambos tienen como pertenencias, los chivos, las ovejas, todas estas cosas ¿no?. El dinero, las ropas extras que tiene la persona. Todo lo que yo tengo que tú puedas necesitar, todo eso se enlista ahí en ese documento.
Así que si alguno de los dos tiene hambre no tiene que estar mendigando, simplemente vaya a la casa del otro y consiga lo que necesita de la despensa del otro. Porque se trata de un pacto, una despensa de pacto.
Ahora las esposas instintivamente saben a qué me refiero, porque inmediatamente que ellas dicen: lo acepto, inmediatamente la esposa mira a su esposo que no tiene la menor idea de lo que acaba de hacer y ella dice, ok querido, de aquí en adelante lo que es mío es mío y lo que es tuyo es mío (risas). Ayuden esposas. Y el esposo está ahí sin ningún tipo de indicación, no sabe ni siquiera lo que quiere decir, pero pronto él se dará cuenta de lo que quiere decir.
Pero no solamente se intercambian pertenencias si no que se intercambian deudas y deficiencias, cosas negativas. Así que también el otro recibe todas las deudas, todas las cuentas. Sí, puedes tener la gran casa querida pero también la cuenta de 10.000 dólares de la tarjeta de crédito.
Aquí hay buenas nuevas ahora. ¿Sabes qué?, Dios no tiene ninguna deuda, no tiene negativos, solamente tiene pertenencias, propiedades. Nosotros en realidad estamos haciendo un pacto de un sólo lado, del lado de Dios. Dios ha hecho todo por nosotros y todo lo que Él tiene en el cielo está disponible para nosotros aquí en la Tierra para llenar toda necesidad en nuestra vida. Aleluya.
Así que seguimos adelante. Esto es lo que dice aquí el texto, las palabras en rojo dicen simplemente lo que acabo de decirles a ustedes. Dios solamente tiene pertenencias, no tiene nada de deudas ni deficiencias. Nosotros sin embargo solamente tenemos deudas y no tenemos pertenencias. No tenemos haberes, le damos al Señor nuestras deudas, nuestros pecados, enfermedades, dolores del corazón, nuestras deficiencias y desánimos, Dios en intercambio nos da todo lo que Él tiene, sólo pertenencias, sólo propiedades, cosas positivas que llena todas las necesidades de nuestra vida.
Vamos hacia el paso número ocho. En ese pacto también, en ese ritual se come una comida memorial. Siempre queremos recordar nuestro pacto, así que al final de una ceremonia de pacto de sangre se da lugar una comida, un banquete, pan y vino. Compartimos el pan el uno con el otro. Compartimos el vino y decimos: compañeros de pacto, este pan, este vino, representa mi vida y yo voy a entrar a ti, tú vas a entrar a mí y los dos nos hemos hecho uno.
En unos pocos minutos nosotros vamos a tener esa comida de pacto. Pero antes de hacer eso precisamente tengo un paso más que quiero compartir con ustedes. Pero recuerden cuando usted coma esa comida del pacto, eso representa una imagen de ese pacto de sangre que hemos establecido con Dios. Cuando usted toma esa comida es la mejor oportunidad para obtener un milagro de parte de Dios. Aleluya.
Porque cuando uno toma parte de ese alimento, esa comida de pacto, cualquier necesidad que tú puedas tener esta mañana eso representa tus deudas. Y esa negatividad, todo lo que tú debes se lo entregas al Señor, y le declaras al Señor esa necesidad calladamente. Tú le dices al Señor: te entrego lo que sea, cualquiera que sea tu necesidad. Muchos de ustedes tendrán muuuchas necesidades.
Pero usted dice: Señor yo recibo Tus haberes, recibo Tus pertenencias, Tus recursos de Tu perdón, de Tu limpieza, de Tu sanidad, Tu Salvación, el recurso de Tu redención, de Tu esperanza, de Tu fé, de Tu gozo, de Tu paz, y de Tu valor, cualquier cosa que tú necesites de parte de tu Dios haz un intercambio de pacto a través de ese pacto establecido cuando tú tomes esta comida simbólica y es lo que explican estas letras en rojo.
Así que finalmente nuestro noveno paso, en esos pactos de sangre se plantaba también un árbol memorial. Es un árbol de pacto. Y en ese pacto de sangre ese árbol se teñía con la sangre de pacto. Y en ese momento habían dos testigos para ese pacto. Los testigos daban testimonio de dos cosas: la cicatriz en la palma de la mano y en segundo lugar ese árbol que estaba teñido con sangre que siempre habría de estar allí como testigo de lo que se había dado a ese pacto de sangre.
Después que el Señor Jesús tomó el pan y el vino del pacto, el Señor también les habló acerca de las condiciones de ese pacto. Él dijo: Yo voy a llevarme todos sus pecados, voy a poner Mi Espíritu dentro de ustedes, y haré posible que ustedes caminen en Mis caminos y guarden Mis mandamientos. Yo estaré con ustedes aún en el fin de los tiempos.
Y entonces efectivamente lo que el Señor hizo fue plantar un árbol manchado, teñido de sangre. Su cruz teñida, manchada con su propia sangre como un recordatorio sempiterno de que Dios es un Dios fiel que siempre guarda Sus mandamientos. Quien nos ha llevado a una unión eterna consigo mismo. Él está dentro de ti y tú estás en Él. Los dos han sido hechos uno solo. Todo lo que Cristo es en el cielo es también lo que Él es efectivamente dentro de ti. El cielo ha descendido a la Tierra y se ha entrado a tu persona, a tu vida.
Y la mejor oportunidad para ti para experimentar eso que estoy diciendo es cuando tú tomas precisamente la Santa Cena esta mañana. Y esto es lo que yo te invito a hacer ahora. Cualquier necesidad que tú tengas, por ejemplo si nunca has recibido a Jesús como tu Señor y Salvador, ¿por qué no reconoces tu necesidad de Jesucristo, lo invitas a entrar a tu vida, le pides que perdone tus pecados y que te haga una persona nueva con una nueva esperanza que nace dentro de ti?.
Cualquiera que sea tu necesidad esta mañana Dios es más grande que cualquier necesidad tuya. Aleluya. Yo deseo que tú tengas fé en el Señor y que confíes en Él cuando tomes de este vino y este pan simbólicos. Entrégale tus necesidades al Señor y recibe la vida que Él tiene para ti. De manera que cuando salgas de este lugar hoy te puedas sentir sanado, hayas sido completado en cualquier necesidad, Dios haya perfeccionado su obra en ti, cuerpo, alma, espíritu. Que Dios te bendiga y recibe de parte del Señor. Amén, amén.
Qué manera más hermosa de nosotros ver. Como dice él esto es algo bien largo, complejo de explicar para establecer las conexiones precisas entre cada una de esas cosas se requiere mucho tiempo. Pero podemos tener una idea de la equivalencia de estas cosas antiguos con las cosas nuevas ¿no?.
Lo que el Señor hizo a través de estos pactos, estos rituales, estos símbolos del Antiguo Testamento, estaba mirando hacia el futuro lo que nosotros ahora disfrutamos en toda su plenitud, ¿amén?. Y por eso es que nosotros tenemos que saber estas cosas porque, Dios es un Dios muy intencional. Lo que Él hizo en el Antiguo Testamento, no es como que de momento hubo un corte entre esto y aquéllo, ¿no?. Hay una conexión.
Cuando Cristo viene al mundo viene no para cortar. Él no viene para anularlo o deshecharlo como si fuera basura que ya no se necesita. Él vino dice a cumplir la ley, Él dice vino a cumplir ese antiguo pacto en su persona y a establecer una conexión total entre lo que pasó y lo que habría de pasar en Su Persona. Así que debemos estudiar el Antiguo Testamento y a la luz de eso cómo apunta hacia Cristo Jesús. Así que gracias al Doctor Bookers por eso.
¡Regocijaos en el Señor siempre!
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Dios ha puesto en mi corazón de compartir con ustedes este llamado de la Palabra de Dios a regocijarnos. Filipenses capítulo 4 en el versículo 4 las palabras del Señor, es un llamado. Hay personas aquí que han perdido seres queridos, otras personas están pasando por diferentes tribulaciones. Y muchos de ustedes tienen sus temas como yo tengo los míos mi familia también, de luchas y de pruebas, dificultades y anhelos que queremos ver que Dios haga en nuestras vidas. Ninguno de nosotros puede decir como que, estamos completos, como que no necesitamos nada, ya todas las situaciones están resueltas. Todos tenemos cabos sueltos ¿verdad que sí?. Hay cosas allí que necesitan ser ministradas por el Señor, completadas por el Señor.
Pero ¿sabe qué?. Que en medio de todas esas cosas no resueltas, en medio de todas esas necesidades y pruebas y tribulaciones y luchas, la Palabra del Señor nos dice en Filipenses capítulo 4, hay un llamado de Dios para ti y para mí, y Dios nos dice: regocijaos. Escucha esto. El Señor mismo originalmente a través del escrito del apóstol Pablo pero ese llamado reverbera a través de veinte siglos, 2,000 años de historia de la Iglesia desde que esas palabras fueron emitidas y llegan a nosotros en esta tarde en este lugar. Y el Señor nos dice: regocíjense hermanos.
La Iglesia de Cristo, escuchen ese llamado, dice: regocíjense. Regocijaos dice en el Señor. Hay dos cosas que matizan ese llamado de Dios. Dice: regocijaos pero entonces dice en el Señor primeramente y después dice ¿qué?: siempre. Wow. Uno dice en la carne quizá yo me puedo regocijar en el Señor pero ¿siempre?, quizá es mucho que pedir, pero vamos a ver si es posible eso.
Dice: regocijaos en el Señor siempre. Y como hay gente que no está convencida de ese llamado, hay situaciones que a veces uno está pasando y hay dificultades y uno dice, ¿cómo será posible eso?, no estoy seguro y uno tiende a rechazar eso. Pero Pablo dice: "Otra vez les digo, regocijaos." A esto se añade: "Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres." Es un llamado para la Iglesia en general, "el Señor está cerca." "Por nada estéis afanosos."
¿A cuántos les llega esa Palabra en esta tarde?, ¿cuántos sienten que el Señor te está diciendo a ti?. Porque la tendencia de uno es afanarse, es así. Cuando estamos pasando por tribulaciones, luchas, dificultades en tiempos de prueba, escaseces de dificultades económicas en una nación como esta donde uno vive, la tendencia es a afanarse, estar ansiosos. Y el Señor nos dice en esta tarde: mire, por nada.
Digan todos: por nada. Nada, nada es nada. ¿Ok?. Eso quiere decir que no permitas que nada en este mundo te entre en un estado de ansiedad, de tribulación, y de comerte los nudillos allí en desesperanza e incertudumbre. Dice: "Por nada estéis afanosos" y el antídoto es: "si no, sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús."
Oiga ¡qué hermosa receta!. Usted no necesita ir al psiquiatra para que le endereze la mente después de leer este pasaje. Los psiquiatras son buenos, los trabajadores sociales son necesarios, los psicólogos tienen su lugar. Pero yo diría que el primer recurso que nosotros tenemos es la Palabra del Señor. Yo creo que si el pueblo de Dios pudiera meterse esa jeringuilla benevolente de la Palabra de Dios no necesitaríamos los psiquiatras.
Claro que otros quizás los van a necesitar pero el Hijo de Dios sí sabe. Lo que pasa es que nos es difícil suministrarnos esa medicina y por eso entramos en situaciones que requieren otras ayudas y otros recursos que tienen su lugar como digo, pero la Palabra del Señor nos llama a un estado de regocijo, de gozo.
Sabe que una de las pertenencias, uno de los elementos de la herencia multiforme que tenemos los hijos de Dios es el gozo. Una de las cosas a las que tú puedes aspirar en tu vida es a tener una vida que tenga el distintivo del gozo. Dios quiere que nos gocemos, ¿sabe?. Dios quiere que tú estés gozoso. Dios quiere que tú tengas paz en tu corazón, el propósito de Dios es ese para tu vida y para la mía.
Porque a veces no estamos claros con eso, creemos que el Señor es este task master, este capataz que lo que tiene es una cantidad larga de mandamientos y de expectativas y demandas para nosotros, y ciertamente en la vida cristiana hay responsabilidades pero también hay privilegios. Hay momentos en que Dios simplemente quiere que nos gocemos en Él, que celebremos.
Y tenemos que entender eso. Cuando yo entiendo, cuando tú entiendes que cuando venimos a los caminos del Señor entramos a una economía diferente, entramos a un gobierno diferente. Cuando uno no está en Cristo el diablo se sirve con la cuchara grande de la vida de uno. Hace todo tipo de maldades en nuestra vida y entra y sale como le da la gana porque no hay defensas en nosotros. Y es lo que pasa en las naciones también y en las ciudades, cuando Cristo no está reinando en un hogar, en un corazón, en una ciudad, en una nación entera, entonces el enemigo tiene libre entrada y salida y puede sembrar toda la tragedia, todo el sufrimiento, toda la ansiedad, todas las guerras y las opresiones que a él le da la gana porque el Señor no está presente, no puede defendernos. Pero el Señor quiere.
Eso no son truenos, esos son los niños allá arriba. Los niños siendo niños. Para que sepan cuando nosotros estamos aquí hay ciento y pico de niños allá arriba danzando y celebrando con el Señor y haciendo todas las cosas buenas que hacen en el Señor. No son caballos, no son truenos, son niños así que ustedes simplemente dejen que eso sea música como yo trato de hacerlo acá arriba (risas).
Bueno hermanos. Cuando las naciones no tienen a Cristo en el medio entonces el enemigo puede pasearse. Pero cuando Cristo está en nuestros corazones, nosotros tenemos que entender que Él viene, como dice: Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia. Juan en una de sus cartas creo que en tercera de Juan dice que: para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Entonces yo creo que una de las cosas, cuando nosotros entramos en el camino del Señor tenemos que pedirle que cambie nuestro programa. Cambie el programa cerebral que tenemos. Porque muchos de nosotros venimos al Reino después de muchas tragedias, dificultades, fracasos en la vida y pensamos como que lo que está por delante de nosotros es simplemente bueno seguir con las mismas cosas solo que ahora como cristianos, y cuando nos muramos nos vamos al cielo.
Cristo quiere que nosotros tengamos vida ahora y vida en abundancia ahora. Él quiere hacer el milagro ahora del gozo y de la bendición, y de la suficiencia ahora en nuestras vidas. Y entonces nosotros tenemos que cambiar de expectativa. Yo creo que una de las cosas que hace que nosotros vivamos en ese regocijo al cual la Palabra nos llama es cultivar esa expectativa. Visualizar a un Dios que quiere que nosotros disfrutemos de la vida. Que nosotros tengamos buenas cosas. Podrán venir pruebas y dificultades, vienen, pero Dios quiere que siempre el balance neto sea a favor del gozo, la suficiencia, la bendición, la provisión.
Y esos puntitos negros de dificultad y de pruebas serán simplemente como la sal que uno le pone a los bizcochos o al chocolate. Yo con Meche estábamos visitando al Caleb y a Abigail y a Miguel esta semana, y yo me puse a hacer un chocolate en la noche cuando llegamos de afuera. Y Abi vió que yo estaba echando un poquito de sal al chocolate. ¿Pero sal al chocolate?. Sí, yo le digo el chocolate sabe mucho mejor cuando le echas una gotitita de sal, un puntito de sal. Y entonces le dije: sí, también los pasteles, los bizcochos. ¿Sí o no?. Las hermanas que hacen repostería y que saben de esas cosas.
Uno pensaría como que no, es contrario, un bizcocho, un chocolate se supone que sea dulce, pero echarle sal, algo así corrosivo como contrario. Pero ¿sabe qué hace?, ese puntito de sal que quizá ni se siente, le da vida a esas cosas, le da un filo pequeñito que lo hace más interesante. El paladar, quizá el cerebro no lo registra pero el paladar sí lo registra, y la comida todo es el detalle hermanos.
¿Y sabe qué?. A veces uno quiere que como que todo en la vida sea dulce solamente, pero déjem decirle: si todo fuera dulce sería la cosa más aburrida del mundo. ¿Sabes lo que permite que tú aprecies el gozo y la paz?, como también hay momentos de dificultad que tú puedes contrastar una cosa con la otra. Entonces Dios permite a veces que un poquito de sal caiga sobre nuestros postres dulces y que vengan entonces las tribulaciones, las pruebas. Todo en la vida requiere hermanos sombras. Tiene que haber contraste en la vida si no, no hay diferencia. Lo bueno es bueno porque hay algo que se llama malo. La oscuridad es oscuridad porque hay luz. Siempre hay contraste.
Una pintura si es todo un sólo color, blanco por ejemplo o amarillo, no dice nada, necesita negro, necesita otros colores que contrasten. Y así es la vida también. Dios permite muchas veces que vengan dificultades a nuestra vida para hacernos más profundos, es como la sal en un postre. Nadie puede ser verdaderamente feliz si no hay un poquito de tristeza en sus recuerdos también. Es así, es inevitable.
Pero cuando tú vienes a los caminos del Señor el Señor entonces controla los ingredientes y Él se asegura que el balance sea un balance positivo. Que a la larga sí que lo dulce prevalezca, pero que haya profundidad en ti también. A veces necesitamos momentos de prueba y de dificultad en la vida; pero lo que tenemos que saber es que cuando venimos a los caminos del Señor vengamos con expectativa de un balance positivo, de gozo, de esperanza, de triunfos, de ganancia, de progresos, de avance en las cosas de la vida. Dios quiere que cada día seamos mejor, mejor y mejor.
Por eso el apóstol Pablo dice ¿no?: "a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien, aún las dificultades de la vida, aún las pruebas redundan en bendición y provecho en nosotros." Y el apóstol Pablo era una de esas personas que podía hablar de eso con autoridad porque él sabía. Él decía en una parte que quería conocer a Cristo en Su Poder pero también en Sus padecimientos. En Segunda de Corintios él hace una lista grandísima de todas las cosas que él ha pasado en su ministerio. Naufragios, persecuciones, lo han apedreado muchas veces, el rechazo de sus hermanos israelitas, aún mal entendido por sus propios hermanos cristianos muchas veces y encarcelado.
Cuando él escribe esta carta a los Filipenses lo hace desde una cárcel, está en prisión. No sabe si va a salir vivo de esta prisión y escribe esta carta para consolar esas iglesias en Filipos que él había plantado. Allí en Filipos él fue azotado y fue perseguido también. Y entonces el apóstol Pablo mientras está en la cárcel, eso es lo asombroso de esta carta a los Filipenses, que muchos de los analistas de esta carta han llamado: la epístola del gozo. Porque la palabra gozo surge muchas veces en esta carta pero la está escribiendo un hombre en cadenas, un hombre custodiado por soldados. Un hombre considerado un enemigo del estado, un hombre que lo ha perdido todo por Cristo Jesús. Y ese hombre puede decir entonces: regocíjense.
Terminando ya su carta él hace un llamado al cristianismo de todos los siglos y nos hace un llamado: regocíjense. ¿Qué había en Pablo que le impedía decir: deprímanse en vez de regocíjense?. ¿Qué había en Pablo y en su compañero Silas también, azotados, sangrando encarcelados después de predicar el Evangelio que le permitía cantar himnos al Señor como dice la Palabra?. "De tal manera que la cárcel en que estaban se estremeció y las cadenas cayeron de sus brazos y de sus tobillos, y las puertas de la prisión donde estaban se abrieron porque ellos podían cantarle al Señor."
Y es porque yo creo que el apóstol Pablo había cambiado su perspectiva. Él tenía la perspectiva del Reino, él veía las cosas a través del lente de la eternidad. Él conocía quién era Jesús. Él sabía que el Señor había cambiado su identidad, su naturaleza como hombre, él sabía que este mundo ya era simplemente algo pasajero, él entendía en su corazón que Dios está en control, que Cristo está en control y que él está en proceso de cambiar la historia, y que cuando él terminara su carrera aquí en la Tierra le esperaba una corona eterna, una vida eterna con Cristo Jesús.
Él había estado en el cielo. Él tenía el beneficio que muchos de nosotros no tenemos, porque por nosotros es por fé solamente pero Pablo había estado allá en el cielo. Él dice que fue llevado al cielo, dice si en el cuerpo no lo sé, si fuera del cuerpo no lo sé, pero Pablo entendía lo que esperaba como tú y yo entendemos también, una recompensa y una gloria eternas.
Entonces yo creo que otra cosa que nos permite también para regocijarnos en este mundo es entender que este mundo está en el control de Jesucristo. Que nuestras vidas como dice el apóstol Pablo están escondidas en Cristo Jesús. Que pase lo que pase aquí en la Tierra todo es puramente relativo porque lo verdadero es lo que nos espera del otro lado también, podemos encontrar consuelo y descanso también porque sabemos que hay una patria celestial donde todo tendrá explicación, todo tendrá su propósito y su significado.
A la familias que han perdido sus seres queridos, a la hermana Flor que acaba de perder su hijita de tres años, no me imagino lo que siente una madre al perder su hijita de tres años, a este hermano también que no recuerdo su nombre mientras estábamos aquí que acaba de perder a su hermana también, y otras personas. Yo les puedo decir hermanos, que un día si nosotros permanecemos en Cristo Jesús allí está esperando Flor a su madre, allí está esperando su hermana a este hermano también, y yo espero que eso endulce un poco nuestras carencias aquí en la tierra, las dificultades que pasamos. Siempre échale un poquito de eternidad a tus pruebas aquí en la Tierra y date terapia a ti mismo, recordando que este mundo es una antesala a una eternidad que podemos pasar con Cristo Jesús.
Y eso tenemos que repetírnoslo una y otra y otra vez. Tenemos que tener una perspectiva eterna, como Pablo tenía una perspectiva eterna. Siempre que a él le pasaba algo lo tomaba y lo analizaba a través de la economía de Dios y de la eternidad. Dice que hay hermanos por ahí que están tratando de predicar el Evangelio por razones de disensión y división con agendas personales. Porque eso pasa en el Reino de Dios, ¿sabe?. Hay personas que toman el Evangelio, lo pervierten y lo usan para sus propios beneficios y sus propias agendas, y desgraciadamente los de afuera ve eso y dicen: mira cómo son los evangélicos. No, es que es gente que está mal usando. Desgraciadamente cualquiera puede ponerse una licencia de predicador por allí, de evangelista, pero muchas veces el corazón está dañado.
Y Pablo dice en la carta a los Filipenses: hay algunos por allí que están predicando el Evangelio por razones indebidas, ¿pero sabe qué dice Pablo?, me gozo a pesar de eso, porque sea por celos o por razones indebidas el Evangelio es predicado de todas maneras y hay gente que viene al conocimiento del Señor.
¿Sabe que hay mucha gente que predica el Evangelio que no debiera predicarlo?. Pero la gente se convierte, encuentran al Cristo verdadero y entonces puede seguir su camino con el Cristo verdadero, y esta gente sirvió simplemente como un instrumento tenebroso que Dios usó, porque a la larga Dios se sale siempre con la suya.
Entonces Pablo dice: ¿sabes qué?, yo no voy a dejar que eso me quite mi paz. Porque sea por una razón o por la otra Cristo es predicado, yo lo voy a continuar predicando también. Cuando uno trata de ver las cosas a través de la Palabra del Señor, cuando estés en una situación difícil en tu vida sométela a la maquinaria del Evangelio; tómala y tritúrala. Y eso pasa cuando viene cualquier cosa a mi vida, cualquier situación difícil, cualquier prueba, cualquier dificultad enseguida yo lo primero que hago es definir al gigante: ¿cuál es su nombre, cuál es su naturaleza y cuál es el proceso por el cuál estoy pasando?. Entonces me recojo las mangas y digo: a trabajar ahora, vamos a demoler esto, vamos a someterlo a la perspectiva del Reino de Dios.
Y entonces uno comienza a orar, ¿amén?. Uno comienza a clamar al Señor. Uno se busca pasajes en la Biblia que nos hablen acerca de lo que uno está pasando. Uno va a esas declaraciones de la Palabra que nos animan a adoptar una postura positiva. Porque hay dos opciones: tú o te deprimes y dejas que la situación en tu vida te arrope como una sábana fría y mojada y se te meta por dentro o tú resistes en el nombre de Jesús, y usas las armas de la fé. Por eso es que hay que conocer la Escritura. Porque una de las cosas que nos ayuda a adoptar esa perspectiva del Reino que permite que nosotros veamos las cosas que nos suceden a través de la eternidad es conocer la Palabra de Dios.
Porque cuando tú estás en pruebas y en dificultades esa Palabra de Dios viene a tu corazón y a tu mente, y comienza a correr a través de ti. Y comienza a darte una perspectiva diferente, y la Palabra de Dios se convierte en una medicina que lava tu mente, lava tus pensamientos. Cuando tú estás en pruebas o en dificultades no te eches a morir, eso es lo que el diablo quiere. Nunca le voltees la espalda al diablo porque si le volteas la espalda te va a dar azotes hasta que no te quepan una cicatriz más. Siempre dale el frente con la Palabra del Señor.
La Palabra del Señor dice que resistamos. Que nos paremos en el día malo, que nos paremos sobre la Palabra del Señor, las promesas del Señor, las declaraciones del Señor. Usemos toda la armadura de la fé, dice la Palabra de Dios, para que cuando venga el día malo habiendo pasado todo estemos firmes. ¿Amén?. Y eso es lo que tenemos que hacer.
Y por eso es que es tan importante hermanos que nosotros mantengamos nuestra mente siempre en Cristo Jesús y en Su Palabra. Por eso es que es tan lindo lo que dice aquí: regocijaos en el Señor. Hay un regocijo que no es posible excepto en el Señor. Ese regocijo no viene de ti, ese regocijo no viene de una terapia que tú te das. Ese regocijo viene misteriosamente porque el Señor está dentro de ti, Su Espíritu Santo está dentro de ti. Y cuando vienen las pruebas y las dificultades y tú estás pegado a Cristo, si Su Palabra está corriendo a través de ti, y si tú te abres al consuelo y a la ministración del Señor tú vas a sentir algo diferente, va a nacer esperanza en ti, van a venir pensamientos que tú no tenías, que no era posible tenerlos excepto si Dios te suministraba. Va a venir una paz en tu corazón que tú no vas a entender.
Tienes que darle tiempo al Señor para que haga esa obra en ti. Por eso es que tenemos que mantenernos pegados al Señor, porque ahí está el gozo que nosotros necesitamos. El gozo que vas a sentir en última instancia va a ser un gozo que tú no lo vas a crear por ti mismo, es el gozo del Señor manifestándose dentro de ti en tu sistema nervioso, y entonces tú vas a sentir el gozo del Señor dentro de ti. Por eso es que Cristo dice: permaneced en Mí y Yo en vosotros.
Tenemos que manternernos pegados a Cristo Jesús. La Palabra del Señor tiene que estar corriendo continuamente a través de nuestra mente, de nuestros corazones. Por eso yo les animo hermanos, sean lectores asiduos de la Palabra de Dios, sean estudiantes de la Palabra del Señor. Llenen sus hogares con la Palabra de Dios, con sonidos de bendición. Pongan buena música del Reino en sus carros y en sus casas. Confiese la Palabra de Dios con su boca. Involúcrese en sanas conversaciones acerca del Reino con sus hermanos. Asistan a la Iglesia y llénense porque todas estas energías positivas son las que van a convertirles a ustedes en gente gozosa y suficiente en el Señor Jesucristo.
Porque así como tú comes así tú eres, ¿sabes?. Si tú consumes pensamientos de afán y de lucha y de aflicción, y de dificultad tú vas a ser así mismo. Ahora si tú consumes las promesas de Dios, la Palabra del Señor Cristo entonces se mantiene cerca de ti y tú te mantienes cerca de Él, y tu mente puede percibir las ondas del Señor en tu vida. Muchas veces no percibimos las ondas del Señor porque hay otras ondas que están compitiendo en nuestra mente por nuestra sensibilidad. Pero cuando nos mantememos cerca del Señor entonces la paz, el gozo del Señor puede estar en nosotros ¿amén?.
Porque esa es la naturaleza de Cristo. Y la Palabra de Dios nos llama muchas, muchas veces a esa perspectiva de suficiencia en el Señor y de que tenemos un Dios que nos ha llamado a ese gozo, y que nosotros tenemos que hacernos concientes y tenemos que cooperar con Él para que las sanas intenciones que Él tiene para con nosotros se hagan realidad en nuestra vida. Yo continuamente estoy pensando en el llamado de Dios para mi vida y el propósito de Dios para bendecirme y hacer que mi vida sea una vida de gozo y de paz.
Siempre les he dicho, para mí uno de mis versículos favoritos. Jeremías 29:11: Dios envía esta carta de amor a través del profeta Jeremías al pueblo hebreo cuando están en Babilonia, en exilio. Imagínese qué pasaría si viniera un ejército enemigo aquí a Estados Unidos y fuéramos transportados a otro país teniendo que dejar todas nuestras pertenencias y todas las cosas que amamos detrás de nosotros. Quizás seres queridos que murieron por los ataques de ese ejército enemigo. Quizás fueron separados gente en el transporte a Babilonia, un país enemigo, un país pagano donde la Palabra del Señor no corría en absoluto.
Y allí esta gente está deprimida y triste, y angustiada. Y están allí por su mala cabeza. Están allí porque Dios les advirtió durante mucho tiempo, les dijo: cambien sus caminos, no adoren otros ídolos. No sirvan a los ídolos. Búsquenme a mí que Yo soy su defensa. Este pueblo se empecinó en sus pecados. Los primeros que se pervirtieron fueron los sacerdotes y gente del pueblo espirituales.
Y finalmente el Señor después de advertirle muchas veces como le advierte a esta nación también, ¿cuántas palabras proféticas han venido sobre Estados Unidos de que cambie su dirección?. Y el Señor manda advertencias.
Vemos cómo hay tantas cosas impensables que podían suceder en esta nación y el Señor le está advirtiendo también a esta nación, y hago aquí un pequeño desvío pero mire cuántas cosas. Para mí una de las cosas significativas acerca de Estados Unidos es cómo su crédito y su status financiero ha sido devaluado inclusive por organismos internacionales, algo que hubiera sido impensable en otros tiempos. Situaciones de la naturaleza que pasan por todas partes. Crímenes horribles y otras cosas que pasan, el deterioro de los jóvenes y otras cosas, son advertencias del Señor.
¿Qué pasaría si después de décadas de advertencias viniera una gran catástrofe?. Uno se sentiría wow, por nuestra mala cabeza, y así se sentían los judíos. Sin embargo Dios envía a su profeta para que les de paz en su corazón. Y mire cómo dice Jeremías en Jeremías 29:4: "Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: A todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia" el Señor fue el que causó esa tragedia, "edifiquen casas y habítenlas. Planten huertos y coman del fruto de ellos. Cásense, engendren hijos e hijas. Den mujeres a sus hijos y denle maridos a sus hijas para que tengan hijos e hijas y multiplíquense allí y no disminuyan." Aleluya.
El diablo quiere cuando vienen las pruebas, las dificultades aún cuando nosotros mismos nos las hemos acarreado, nos las hemos causado, que nos deprimamos, dejemos de multiplicarnos. El diablo quiere que nosotros estemos así los cristianos. No nos atrevamos a testificarle a nadie, no abramos la boca, no digamos a nadie que somos cristianos, no compremos casa no tengamos hijos porque el mundo está perdido etc. Dios dice no no no, pueblen esta tierra de gente temerosa de Dios, cásense, emprendan cosas en Mi Nombre, atrévanse a hablar, atrévanse a tener buenas expectativas acerca del futuro. Dios te dice no disminuyas.
Si estás pasando por prueba, por dificultad ahí el diablo quiere que tú no vengas a la Iglesia, dejes de servir al Señor, dejes de darle al Señor, dejes de cantar cuando estamos en adoración o cuando estás en tu carro que te deprimas, que te alejes de las cosas de Dios, que disminuyas en tu generosidad para con tu familia. Todas estas cosas; que adoptes una perspectiva de persecución y de víctima. El Señor dice no no no, todo lo contrario: vive una vida feliz, gózate, emprende cosas.
Mira: hay veces que quizás tú no vas a poder controlar las cosas que están en tu corazón y en tus emociones. Quizás tú no vas a poder prender un switch de depresión a regocijo. Pero lo que tienes que hacer es tomar acciones que hablen de gozo. Acciones positivas. Quizás tú no puedes controlar tu corazón y tus emociones pero puedes controlar tus acciones. En vez de ponerte un traje ahí todo gris y sin colores, sin nada ponte un traje bonito, ponte una bufanda de colores. Ponte un traje y sal a la calle aunque sea a tomarte un café allí a un lugar o lo que sea.
En vez de estar allí contando moneditas y cocinando solamente para dos o tres de tu familia porque tú no sabes lo que va a pasar, no, invita a alguien a tu casa. Prepara una buena mesa y comparte de tus bienes con otros hermanos. Y aunque tú no lo sientas en tu corazón canta gozo, declara gozo. Y si te preguntas como estás resiste la tentación a decir no, estoy deprimido, la gente es mala, el mundo se está poniendo peor, en Cristo estoy bien en Cristo Jesús. Declara con tu boca cosas positivas.
¿Sabes?. Hay gente que se molestará conmigo porque cuando me preguntan tiendo a poner una colita positiva a todo lo que yo digo. A veces cuando digo algo que hablo tan negativo pero siempre me gusta añadir algo de esperanza cuado declaro una situación difícil, porque Dios siempre tiene la última palabra. Las cosas no terminan yo creo hasta que no terminan bien en la vida del hijo de Dios.
Hay una película por ahí que no les voy a decir el nombre porque tiene otras cosas complejas allí que no quiero confundirles a ustedes, pero dice: al final todo resulta bien y si no ha resultado bien entonces no es el final todavía. Yo creo que eso sí aplica a la vida de los hijos de Dios ¿sabe?. Yo siempre creo que la última palabra la tiene el Señor; no la tiene el diablo, no la tienen los hombres, mi propia humanidad no la tiene.
Yo creo que es importante que nosotros usemos acciones y palabras, porque eso yo puedo decidir si hablo o no, yo puedo decidir si obro o no. No puedo quizás decidir cómo me siento en el momento pero si yo puedo decidir la parte que yo puedo controlar, mis confesiones y mis canciones y mis actos, entonces el sentimiento va a venir detrás de eso. Entonces por eso yo creo que el Señor le dice a Jeremías: dile a ellos que compren casas, que se casen que celebren. Que disfruten de la vida aunque por dentro se sientan todavía como que están tomando agua tibia. Porque según tú vas haciendo esas cosas proféticamente el gozo del Señor comienza a invadir tu vida.
Según tú comienzas a compartir, a dar, a bendecir, a servir, asistir a la Iglesia, a buscar del Señor mire, el cansancio se va. La depresión se va. Mucha gente se siente solitaria y se quejan que la gente no los visita, no los llama, pero sabes la mejor manera de que la gente te busque y te solicite es tú dando a los demás, siendo generoso. Mucha gente no quiere saber de ti quizás porque se acercan y lo que sale es una cantidad de confesiones negativas de tu boca, no. Comienza a servir a otros, comienza a darle a otros.
No, que no me visitaron cuando estaba en el hospital. Comienza a dar al Señor y tú vas a ver cómo misteriosamente, mágicamente gente viene a tu alrededor. Comienza tú a hacer cosas buenas, positivas y el gozo viene detrás de eso, la bendición viene. Porque las acciones y las confesiones son como imanes que atraen el bien o el mal. Nosotros somos imanes y según lo que nosotros tenemos adentro eso es lo que atraemos.
Así que comienza a confesar fé, comienza a confesar gozo, comienza a confesar las buenas intenciones del Señor. Ora por alguien, visita a alguien, ministra a alguien, comparte con alguien y el gozo del Señor vendrá misteriosamente a ti. No esperes que el gozo venga, atrae el gozo a tu vida.
Dios quiere que seamos como dice: en vez de termómetros que seamos termostatos. ¿Sabes la diferencia?. El termómetro solamente registra la temperatura allá afuera, no puede hacer más nada que registrar. Si está frío el termómetro baja el mercurio y registra una temperatura baja, si está caliente el mercurio sube y se pone a la temperatura. El termostato controla la temperatura. Tú pones el termostato y él baja o sube, controla el calor, y eso es lo que tenemos que hacer. ¿Tú sabes que Dios te ha hecho termostato y no termómetro?. Y que eso viene como consecuencia de tus acciones, tus palabras proféticas, tu compartir, el ambiente interior que tú cultivas en tu vida. Y cuado tú entiendes que de alguna manera misteriosa tu interior controla tu exterior tú tratas en todo lo posible tu parte para que el ambiente sea el correcto que pueda traer la bendición de Dios.
Y muchas veces va a ser tú haciendo cosas en la parte de afuera, confesando positividad, cultivando pensamientos positivos, consumiendo energía positiva, poniendo a circular en tu hogar bendición y paz, y gozo, y entonces viene la otra parte. Por eso es que yo creo que Dios les dice a ellos, miren: compren casas, abran sus negocios, manden a sus hijos a la escuela, hagan jardines en sus casas, en sus patios, que hayan flores que traigan gozo a su vida, y eso va a cambiar su situación y hará que venga lo que ustedes están necesitando que es la paz y el gozo del Señor en su vida.
Y eso es tan importante que nosotros lo entendamos hermanos. Y estoy aquí pensando otro pensamiento: en este tiempo hemos estado hablando mucho aquí en León de Judá y en el Centro de Recursos Académicos acerca de las escuelas, ¿no?. Hay tantas escuelas aquí en esta nación, en el Departamento de Educación. Los departamentos de educación no saben qué hacer con las escuelas, nuestros hijos están en crisis ahora mismo. Y en parte yo creo que es porque el ambiente que hemos permitido que se cree en la generación nuestra de jóvenes, las confesiones que permitimos que lleguen a su mente, las cosas que hacemos en los hogares, las películas.
Hay todo un consumo negativo de esta sociedad que hemos estado suministrando. Y por eso el aire se está envenenando, porque las energías que estamos permitiendo son energías negativas que glorifican el infierno más que el cielo. Glorifican la muerte, la violencia, la promiscuidad y otras cosas en vez de la pureza, la santidad y el gozo en el Señor. Hay una diferencia tan grande, estuvimos ahora mismo en Tennesee donde están Aby y Miguel. Mire, yo creo que el diablo está en todas partes, no es que estoy idealizando esa ciudad ni nada por el estilo pero una de las cosas que me sorprende de esa área es el número de iglesias que hay. Usted tira una piedra y le da a una iglesia en el sur.
De nuevo entiéndame bien, ahí hay tanto pecado como lo hay muchas veces en las otras ciudades y demás, es muy posible. Pero, y eso me pasa cuando he viajado a otros estados de Estados Unidos. A veces la gente piensa que Estados Unidos es solamente Nueva York, San Francisco, Chicago, Boston y Los Ángeles o unos cuantos, y creemos como que eso es Estados Unidos. Sabe que: cuando usted viaja hay tantas partes, en la mayoría de los estados de esta nación hay gente temerosa de Dios. Hay mucha gente que tiene un sano temor de Dios.
No son perfectos, ¿ok?, no son unos santos ahí, ya todos listos y preparados para irse para el cielo pero son gente que teme al Señor. Y que aunque sea en sus confesiones generales reconocen que hay un Dios en la Tierra que vigila sobre la Tierra y que de alguna manera los hombres tenemos que inclinarnos ante ese Dios. Y muchos van un paso más allá y creen que Cristo es el defensor de la creación. Sabe que el único que puede defender a las ciudades, a las naciones, a las familias de los ataques del diablo es Jesucristo, la sangre de Jesús.
Hay una directa oposición entre el Nombre de Jesús y las huestes del infierno que quieren matar, robar y destruir en nuestras ciudades. Y cada día más yo entiendo una cosa: es que cuando un hombre, una mujer, una familia, una ciudad, un gobierno se afilia con Jesucristo, no solamente está diciéndole sí a Jesucristo si no que también está diciéndole no al diablo. Cristo es un elemento de guerra y de oposición al reino de las tinieblas. Cuando Cristo entra entra con Él el Reino de los cielos. Entran los valores del Reino de Dios, entra la positividad de Dios, entra el buen deseo de Dios para su creación.
Entonces yo le digo siempre a la gente: cuando tú recibas a Cristo, entiende lo que estás haciendo, tú estás firmando un pacto de guerra. No solamente estás neutralmente diciendo: ok Señor, yo te hago mi Jesús y mi Rey etc, no, usted está diciéndole al reino de las tinieblas: no te quiero aquí; no te quiero en mi vida, no te quiero en mi espíritu, no te quiero en mi economía, no te quiero en mi trabajo, quiero a Cristo.
Y ese elemento de guerra en la confesión de Jesús es lo que hace posible que entonces pueda venir la paz y el gozo del Señor a cualquier colectividad. Sea una familia, sea una ciudad, sea un departamento de gobierno, sea una escuela, sea un vecindario, sea una calle, etc, etc. ¿Y por qué digo otra vez?. Cuando estuvimos allá, hay algo lindo en esas ciudades, en esos estados donde todavía no reina el humanismo, el racionalismo y ese orgullo, esa soberbia que tiene el hombre intelectual como tiene aquí en la ciudad de Boston y de sus alrededores. Yo les hablo por experiencia, yo sé lo que es vivir en las entrañas del monstruo.
Yo sé la soberbia del hombre racional, el hombre intelectual y cómo el hombre moderno se cree que tiene el derecho a escoger y a decidir su destino, y lo que hacen es entonces ser como conejitos que se meten al bosque donde hay fieras que quieren matarlo y destruirlo. Pero cuando hay una colectividad que se humilla delante de Jesús, aunque no sean perfectos hay algo que sucede, las tinieblas tienen que retroceder un poco. Y entonces cuando uno camina uno siente como que hay una, ah como que es diferente, wow.
Y la gente es diferente. En esas áreas la gente te mira y te saluda. Oiga uno te sorprende aún en los restaurantes cómo te sirven. Las conversaciones que tú puedes tener con los extraños, el aire es diferente. ¿Por qué?, porque hay un reconocimiento aunque sea implícito de que Cristo es bienvenido. Esas familias cometen sus errores, sus pecados, pero muchas veces lo que Dios quiere es que alguien baje la cabeza ante Él y que se humille. Él dice ahora podemos bregar, no te preocupes; tienes muchos issues, tienes problemas, hay inconsistencias pero por lo menos bajaste tu cabeza ante Mí.
Yo digo: si las colectividades entendieran eso. Nuestras universidades, las plagas que hay hoy en día de la promiscuidad. La deserción escolar, las niñas prematuramente encintas, los varones que cada día se desmoronan cada día más y más en su masculinidad, hay casi una desaparición de los hombres en nuestras sociedades. Cuando nuestra sociedad baje la cabeza ante Jesús vendrá la paz y el gozo del Señor, yo les aseguro eso. No tendremos que tirar tantos millones de dólares que desperdiciamos.
Queremos tirarle Ipads al diablo y creer que con eso se va a ir, ¿sabe?. Le damos Ipads a todos los jóvenes, le damos computadoras a todos los jóvenes. Llenamos nuestros salones de clases de todo tipo de recursos, le tiramos cupones a los pobres para que a ver si con eso se aplaca su hambre y su sed. Metemos clínicas flamantes con mesas donde podemos hacer los abortos más exquisitos del mundo y creemos que con eso vamos a poder resolver el problema de nuestra juventud.
Hermanos, cuando Cristo viene el gozo es posible en las sociedades. Cuando Cristo viene, cuando el Señor, cuando hay un bajar de cabeza ante Jesús entonces podemos decir: no, yo me regocijaré, me gozaré en el Señor, porque Cristo hace el gozo posible. Cuando nos pegamos a Cristo el gozo del Señor se hace posible en nuestras sociedades. Los hombres, los seres humanos podemos gozarnos en el Señor, el regocijo se hace posible. Vamos a decirle a Cristo: entra en mi vida.
Yo no estaré contento hasta que Dios no nos use como Iglesia para decirle a nuestra comunidad y quizá a otras comunidades también que Dios nos permita, hablo de la comunidad latina porque eso es lo que somos pero yo quiero que Dios nos use para hablarles a los anglosajones, africanos, asiáticos, haitianos lo que sea, pero que le digamos a las comunidades: refúgiense en Cristo Jesús. Hay refugo en el Señor. Abrámosle las puertas de los hospitales al Señor, abrámosle las puertas de los manicomios al Señor, abramos las puertas de las clínicas de adicción al Señor, abramos las puertas de las oficinas psiquiátricas al Señor y entre la paz, el gozo del Señor a esos lugares.
Tenemos que decirles a nuestras comunidades: refúgiense en Cristo Jesús porque en Él hay gozo y hay esperanza, y hay paz y hay salvación. Tenemos un sagrado deber hermanos, yo siento como nunca que el Señor está llamando a nuestra Iglesia y a ti, cada uno de ustedes, a mí, en todo lo posible que le anunciemos a este mundo deprimido, triste que se deshace lentamente y se cuece en su propia sopa que Cristo es la solución a su necesidad, y que en Él, en el Señor es posible de nuevo el regocijo de nuestras comunidades. El regocijo de nuestras familias, el regocijo de nuestros hijos, la paz del Señor que sobrepasa todo entendimiento. La respuesta está en el Señor, regocijaos en el Señor siempre.
Y aún cuando hayan pruebas y dificultades, cuando todo no te vaya bien ese siempre hará sentido. Aún cuando hayan pruebas tú encontrarás la manera de gozarte porque el Señor será tu gozo. Les dejo con las palabras de Abacuc capítulo 3 versículo 17 en adelante, Abacuc 3:17, dice: "Aunque la higuera no florezca ni en las vides no haya fruto. Aunque falte el producto del olivo" hoy en día uno diría aunque no haya latas en la despensa, aunque no haya leche en la nevera, aunque hayamos cocinado el último poquito de arroz con habichuelas y ya no tengamos nada que comer. Aunque no haya tortillas ya que amasar ni nada por el estilo ni frijoles refritos que poner encima aunque sea, y las ovejas sean quitadas de la majada y no hayan vacas en los corrales digan con todo, con todo: "Yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación."
Gloria al Nombre del Señor. Tú tienes que hacer una decisión de vivir una vida feliz. Tú tienes que decidir gozarte. La vida no te va a dar esa oportunidad, tú tienes que arrancársela a la vida. Tú tienes que decidir: yo voy a ser una persona feliz. Yo voy a creer que Dios tiene buenas cosas para mí, yo voy a moverme en expectativa de la felicidad de Dios, yo voy a emprender cosas buenas, yo no voy a pensar cada vez que vaya a hacer una decisión que va a salirme algo mal, no, voy a pensar que va a salirme bien.
Y cuando yo regrese a mi casa al final del día voy a recostar mi cabeza sobre mi almohada y le voy a dar gracias a Dios por un buen día. No habrá sido perfecto pero ha sido un buen día porque ha sido el día en que he vivido en el Señor. Con todo yo me gozaré, that is the bottom line for the child of God. No matter what happens in my life: I am going to rejoice, I do not care. I am going to look at the devil right in the face and my joy is gonna spoil his day because I decided to be happy. I am going to rejoice, I am going to be a happy human being and I am going to be happy in the Lord.
My sufficiency is in the Lord. My definition, my worth is in the Lord, His love for me, His good intentions for me. Cuando tú te regocijas en el Señor y tú piensas: yo valgo, yo soy, yo tengo, yo puedo porque Cristo está dentro de mí y en Cristo Jesús yo soy más que vencedor en todas las pruebas, todas las aflicciones yo las bateo de home run, aleluya, yo puedo gozarme en el Señor.
Dios nos llama en esta mañana, regocijaos. Es más lo voy a poner en buen español: regocíjense, gócenze, celebren en el Señor. Ese regocijaos suena demasiado distante. Gózate hombre, mujer de Dios, gózate en el Señor, danza, disfruta, huele las azucenas alrededor de ti, tómate un cafecito con buen azúcar y di gracias Señor, gracias. Te bendigo Padre. Invita a tus amigos a la casa con buena música, ponte un perfumito de vez en cuando, ¿amén?, gózate en el Señor. Cómprate una camisita de colores alegres y póntela y celebra, que cuando el mundo te vea diga wow: ¿qué tiene esa persona?. Hay algo, hay un sabor allí que tiene ese individuo, ¿por qué, qué es lo que tiene?.
Por eso dice el apóstol Pablo: que vuestra gracia sea conocida de todos los hombres, vuestra gentileza. Eso quiere decir que el hijo de Dios debe tener un gozo tan bello dentro de él o de ella que cuando la gente que lo vea en el vecindario se sepa, esta persona es diferente a los demás. Es amorosa, gentil, perdonadora, generosa, paciente, positiva, siempre hay una canción que sale de su boca, hay una mirada de esperanza en su corazón. Hay pruebas pero yo veo como que siempre sale adelante. Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres, regocíjense en el Señor. Vamos a ser la gente más feliz de toda la Tierra.
Vamos a ponernos de pie, dale gloria al Señor. Confiesa gozo ahora mismo, recibe el gozo del Señor. Di: Señor yo recibo Tu gozo, me gozo en Ti. Tú eres mi fortaleza, Tú eres mi esperanza, Tú eres mi suficiencia, Tú eres mi sanidad, Tú eres el garante de mi vida, aleluya. Y en Ti tengo mi llenura, en Ti tengo todo lo que yo necesito. Aleluya, confiese allí ese carácter positivo del Señor en su vida.
Padre, nos gozamos en Ti, Te bendecimos Señor. Padre yo pido que si alguien ha venido esta mañana con pruebas en su vida, que el soplo de Tu boca ahora mismo se pose y lleve consigo toda negatividad, toda tiniebla, toda tristeza. Yo confieso, tú confiesas que cualquier cosa en mi vida ahora mismo que me quite el gozo será suplantada por la paz y el gozo del Señor. Tú nos darás la victoria en todas nuestras luchas. Todos los gigantes caerán ante nosotros.
Nuestros hijos serán como plantas que beben de un agua secreta. Nuestro vecindario será bendecido porque nosotros moramos en él. Seremos suficientes en Ti Señor y tendremos todo lo que necesitamos, aleluya porque tenemos a Cristo Jesús en nuestro corazón. Gloria al Nombre del Señor. Gracias Señor Jesús, te amamos, te bendecimos, gracias Señor Jesús.
Aleluya, te exaltamos Señor, este pueblo se goza en Ti Padre. El Señor es mi gozo, mi fortaleza. Mi vida depende de Él, de Su Presencia en mi vida. Oh Padre llena la ciudad, llena la ciudad de la Presencia de Jesús. El único que puede deshacer las obras del enemigo. Y llena Tu pueblo de un gozo tan abundante que reboce, reboce, se desparrame Señor por las calles de esta ciudad. Créate comunidades cristianas que reflejen el gozo del Señor. Te alabamos y te bendecimos. Gracias Cristo porque a través de Tu sangre y Tu cruz tú has hecho posible este gozo en nuestras vidas en Tu nombre gracias, amén y amén.
La relación entre fe y conducta
Transcripción
Cuando escuchamos la palabra de Dios tenemos que creerle y yo quiero saber esta tarde si usted va a creer la palabra, porque sino ni predico, vayámonos todos a comer, a ver quién invita. Porque predicar en medio de un pueblo que no cree, es mejor no predicar. Porque Hebreos, capítulo 11, versículo 6 dice que “sin fe es imposible.”
Mire, no la vamos a lograr, sin fe es imposible agradar a Dios. Oye, pero si yo canto bonito, sí, pero si no tienes fe no te sirve. Oye, pero tu no te imaginas lo que yo sirvo, el esfuerzo que hago. Pero si no tienes fe no te sirve. Oye, pero yo hago garabatos, salto, brinco, tengo trinquete. No te sirve. Oye que soy pato o gallareta, tampoco.
Me gustó, me gustó lo del trinquete. Yo tengo dominicanos allí en la escuela bíblico y voy a encontrar ahora y digo, m’hijo te me pones como trinquete, le voy a decir. Pero sabe, sin fe imposible.
Por eso es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay. Y sabe qué? Que él es galardonador de los que le buscan. Quiere decir que cuando buscamos a Dios no vengas así con las manos en la bolsa como no llevándote nada, porque cuando tu le buscas a Dios, prepárate para que Dios te sorprenda y te llene de bendiciones, porque él es un Dios que da.
Fíjense si miramos la Escritura y miramos la figura de Abraham cuando manda al siervo a buscar a una esposa. Ah, me encanta ese capítulo porque es de romántico, pero me encanta. Manda a buscar y sale Eleazar a buscar la esposa y dice que el siervo tomó regalos escogidos de la casa de su señor para llevarle a la amada.
En cuanto la vio a Rebeca empezó a soltar brazalete, aretes, cosas de oro, empezó a soltar los regalos escogidos. Mire, cada vez que el padre se encuentra con la amada, cada vez que tu vienes a la presencia del Señor, el Espíritu Santo, el siervo empieza a soltar regalos escogidos de la casa del Padre para ti. Por qué? Porque el es un Dios galardonador. Necesitamos creer.
Cuánto creemos, cuántos de los que están aquí tienen promesas que están esperando? No me diga amén, levante su mano, quiero ver la mano. Quiero que el cielo le saque fotos, porque le está sacando fotos el cielo. Levante su mano porque a veces el ángel se tarda. Promesas, usted las está esperando? Bueno, entonces usted esta tarde necesita creer , creer, creer.
Sabe, yo hoy estoy caminando, tengo 44 años, usted no va a decir nada a nadie. Tengo 44 años, pero hoy en mi vida estoy caminando en promesas que Dios me dio cuando yo tenía 12 años. Yo crecí en un ministerio profético, un hombre de Dios que no lo he vuelto a ver, alguien que se mueva con ese nivel de unción, un americano, un hermano americano, era pastor en Argentina, yo era una niña, la primera, en mi familia nadie conocía al Señor.
Me acuerdo en un culto, en un servicio yo estaba en un rinconcito, era una iglesia rectangular y yo en el rinconcito más rinconcito estaba ahí, y era un viernes y antes de la reunión, este hermano está por empezar el culto, quien era mi pastor, y se para detrás del púlpito y quiere empezar a predicar y yo le veía, y digo, qué le pasa a este? No podía hablar, en eso deja el púlpito –yo tenía 11, 12 años− baja corriendo de la plataforma, va corriendo, me busca entre las sillas y se para frente a mí y me dice, el Señor te dice, que te llevará lejos, te llevará a otra nación, dejarás a tus padres, dejarás a tu madre, y dejarás a tus amigos, y esa nación será tu pueblo. Y en esa nación me conocerás y verás mi gloria, y yo tenía 12 años. Y nadie en mi familia conocía al Señor.
Sabe lo que hice yo? Llegué a mi casa a hacer una maleta. Sabe la tunda que me dio mi mamá. Yo le creí a Dios. Dios me dijo, vete y yo me iba. De hecho, cuando tuve que entrar a la escuela bíblica, algo comenté ayer, mi padre me sacó un arma. Mi padre es un italiano que siempre carga un arma, hasta el día de hoy. Cristiano, tiene fe en Dios pero la lleva acá.
Y lleva siempre un cuchillo y un tenedor. Por si alguien tiene duda le digo que voy a comer un asado, me dice. Pero el día que yo me iba a la escuela bíblica, mi padre se me para enfrente y me saca el arma, a su hija adolescente, y me dijo, te prefiero prostituta. Papá, si vas a tener que disparar, dispara, y no te estoy mintiendo, en lo que te estoy diciendo, pero yo me voy porque el Señor me está llamando.
Yo no sé usted pero cuando a mí Dios me habla, yo le creo. Y ya ahora que soy cuarentona y que estoy viviendo las promesas que Dios me dio a los 12 años, me llevó a México y ha hecho que México sea mi nación. Mis hijos son mexicanos. Regreso a Argentina y me siento extranjera, en la cual tendría que ser mi tierra, porque tengo cara de [inaudible], hablo como chile, porque Dios me dio esa tierra dentro mío. Sabe por qué? Porque Dios lo que dijo lo cumple. Por eso esta tarde te digo, necesitamos creerle a Dios.
Si Dios te dijo que iba a hacer una obra en la vida de tus hijos, qué tienes que hacer? Creerle. No preguntes cómo, ni cuándo, el se reserva el cómo y el cuándo. Él se reserva el tiempo y la manera de obrar, pero que lo va a hacer, lo va a hacer. Porque él no es hombre para que mienta, lo que él dijo lo va a hacer.
Sabe qué? Hemos tenido la costumbre, y bueno, el Señor lo va a hacer. Y actuamos como que la promesa está lejos. Discúlpame, pero estamos viviendo tiempos donde nuestros padres espirituales les llevó 30 años ver, en nuestra generación, la mía, lo está viendo en 10 y déjenme decirte que a mis hijos, y mis hijos espirituales, lo van a ver en 5, y a mis nietos, lo van a ver en 3, y a mis bisnietos en menos, por los tiempos que estamos viviendo.
Es el tiempo del cumplimiento de la promesa. Mira, se emocionan mucho con el nuevo edificio. Prepárate porque Dios te va a poner a trabajar. Mire pastor, bajó el amén.
Hebreos 11:6, quiero hablarte esta mañana de cuán relacionado está lo que tu crees con tu conducta. Si tuviera que ponerle un título a mi mensaje le pondría ‘La relación entre fe y conducta’. Cómo lo que tu crees determina cómo tu actúas.
A veces no le creemos a Dios y no actuamos porque no creemos. Tenemos una fe tan pequeña, un nivel de fe tan pequeño, que no le creemos, entonces nuestro actuar es de acuerdo a la poca fe que tenemos. Cuando el Señor solo lo voy a mencionar, cuando el Señor le habló a Abraham, le dijo, sal de tu tierra y de tu parentela. Luego de muchas cosas dice que el Señor otra vez le habló a Abraham y le dijo, Abraham, no temas. Génesis capítulo 15, no temas, Abraham, yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Qué es algo grande? A ver, hazme así con la mano. Qué es algo grande para ti? De paso despiertas al de al lado. Ahora te voy a hacer otra pregunta, qué es algo sobremanera grande? Ahora te voy a hacer otra pregunta, qué es algo sobremanera grande en la mente de Dios? No nos entra aquí.
Imagínate Dios le dijo a Abraham, no temas, yo soy tu galardón, es decir, yo soy tu regalo y lo que voy a hacer contigo, va a ser sobremanera grande, va a ser más allá de lo que tu esperas. Yo me imagino que si Dios te habla así estarías sobre la silla gritando, guau, que tremendo. Saldrías afuera a gritar, momento, pare todo el mundo, Dios hará cosas grande conmigo. Pero qué crees que hizo Abraham? Y eso que no era de Boston. Sabes qué hizo Abraham? Dijo, Señor, entiendo todo lo que me estás diciendo, pero cómo es que lo harás? No te das cuenta que ya soy viejo, y mira a Sara cómo anda, y no tengo hijos, y lo único que tengo es un ciervo. Será que por ahí lo vas a hacer.
Entonces Dios le dice, Abraham, sal fuera. Por qué cree usted que Dios le dijo a Abraham, sal fuera? Por qué? A ver, que alguien me diga. Por qué cree usted que Dios le dijo sal fuera? Qué dice usted, pastor? Para expandir su visión. Quién más? Para hacer el milagro. Por qué cree usted que Dios le dijo? Por la mentalidad cerrada de Abraham, ¿verdad? Quién más tiene otra opinión? Por las maravillas que Dios ha hecho en el universo. Qué más? Alguien tiene otra opinión diferente? No? yo sí. Sabe por qué le dijo que saliera afuera? Porque estaba adentro.
Disculpe pastor. Se da cuenta cómo nos complicamos. Sabe por qué no podemos ver lo que dijo el hermano, las maravillas y las grandezas de Dios? Porque estamos adentro de nuestras cuevas y de nuestras tiendas. Y lo que Dios le estaba diciendo a Abraham, te voy a sacar tu techo y te voy a mostrar el techo de los cielos. Te voy a sacar de tu limitación. Te saco porque primero Abraham le dijo, ven y mira, mira mis miserias. Pero luego Dios le dijo, ven, sal fuera y mira, ahora te voy a mostrar yo, Abraham, te voy a mostrar sabes qué? Los cielos porque tienes un techo de tu tienda que no te deja ver lo que yo quiero hacer contigo.
Saben lo que Dios te está diciendo esta tarde? Sal fuera. Dios te va a llevar fuera de tus temores. Dios te va a llevar fuera de tus limitaciones. Dios te va a llevar fuera de las circunstancias del pasado que le pone límite para que tu no veas lo que Dios quiere hacer contigo. Prepárate, iglesia, porque con el nuevo templo Dios va a traer una nueva mentalidad sobre ti. Dios te va a llevar a poner en el pie en ese nuevo lugar y Dios te va a llevar con una nueva mentalidad y tu cielo va a ser el límite. No va a ser una tienda, no va a ser tu pasado, no van a ser tus heridas, va a hacer lo que Dios habló sobre ti, sobre esta ciudad. Necesitamos creer.
Ahora te voy a mostrar dos casos en las Escrituras donde de acuerdo a lo que creemos actuamos. Te voy a mostrar el primero, quiero que me acompañes al libro de Primera de Samuel, para mostrarte cuán relacionado está nuestra fe con nuestra conducta. Primera de Samuel capítulo 21, en algunas versiones está como título del capítulo ‘La gran huida de David’. David huye de Saúl, qué corrida se daba este hombre. De un lado para el otro, la persecución y la gran oportunidad de tantas veces que tenía David, pero no vamos a hablar de esto hoy, y cómo no tocó al ungido.
Pero en esta ocasión, en este capítulo David sigue huyendo de Saúl. Dice el versículo 10:
“David en Gath, ahí estaba, ese mismo día David, todavía huyendo de Saúl, se dirigió a Achis, rey de Gath. Los oficiales le dijeron a Achis, no es este David el rey del país? No es él por quien danzaban y en los cantos decían Saúl destruyó a un ejército pero David aniquiló a 10?
En otras versiones lo dice diferente, creo que aquí tengo otra versión, versículo 10, vuelvo a leerlo en otra versión en español.
“ Y levantándose David aquel día huyó de la presencia de Saúl y se fue a Achis, rey de Gath y los siervos de Achis le dijeron, no es este David el rey de la tierra? No es este de quién cantaban en las danzan diciendo – que dicho sea de paso, eran las mujeres que cantaban – hirió Saúl a sus miles y David a sus diez miles. Y versículo 12, fíjense, dice que David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Achis, rey de Gath, y cambió su manera de comportarse delante de ellos y se fingió loco entre ellos. Y escribía en las portadas de las puertas y dejaba correr la saliva por su barba…”
Algunos piensan que esto de los grafitis en las paredes es algo nuevo. David era un grafitero de primera. Dice que cuando vino el rey Achis y los siervos le dijeron, este no es el rey David, ese no es, dice que cuando él escuchó eso, esas palabras las puso en el corazón David, y cuando puso la palabra del enemigo del temor en su corazón inmediatamente lo que cambió fue su comportamiento.
Y cuando tuvo temor se fingió loco y empezó a actuar como loco y empezó a escribir en las paredes y dice que la baba le caía sobre su barba. Hágale al de al lado. Sabe las veces que andamos como locos en el mundo conociendo al Señor, porque hemos puesto nuestro corazón y la mentira del enemigo?
Yo te pregunto esta tarde, qué has puesto en tu corazón? Porque para creerle a Dios necesitas poner la verdad y la promesa de Dios en ti y atesorarla y guardarla y cuando tu le crees a Dios y abrazas la promesa de Dios, y abrazas lo que él habló a tu vida, no importa lo que otros digan, no importa los reyes de este mundo que diga, pero tu quién eres? Pero tu qué te haces? Pero tu quién te crees para actuar así? No importa, lo que otros digan, cuando lo que tu pones en tu corazón es la verdad de Dios y lo que Dios ha declarado sobre ti y lo que Dios ha declarado sobre tus hijos, sobre tu matrimonio, sobre esta ciudad, tu comportamiento va a ser en dirección a lo que Dios habló.
Yo me doy cuenta que la iglesia de hoy está llena de locos porque no le creen a Dios. Y vivimos en el mundo y nos comportamos como el mundo porque no le creemos a Dios. Cuando Dios está buscando un pueblo que camine en su verdad y le crea. Yo no sé lo que te han dicho en tu niñez, yo no sé cuánto te han herido y te han hablado en tu niñez, si te han dicho que tu no puedes, que es imposible tu sueño que se cumpla, pero quiero decirte este día, que si salió de la palabra de Dios y fue Dios el que habló sobre tu vida, no importa lo que digan los demás, lo que Dios dijo se va a cumplir.
Y no tienes que actuar como el mundo, actúa de acuerdo a la promesa. Cuando ponemos en el corazón palabra de temor, a veces no interpretamos lo que es huir y resistir porque no le creemos a Dios cuando dice Efesios 6 que somos atacados por hacer el bien, Efesios 6 dice:
“…Resistid al diablo…”
Y nosotros muchas veces en vez de resistir huimos. Y cuando tenemos que huir porque huye de algunas cosas mejor, huye, corre de allí, nosotros como malinterpretamos la palabra, en vez de huir decimos, acá resisto. Y resistimos donde tenemos que huir, y huimos donde tenemos que resistir. Y Dios está llamando a un pueblo que conozca la palabra, que camine la palabra, y que crea la palabra, el rema de Dios revelado al corazón.
Mire, yo le tengo que confesar algo, y disculpo si lo desilusiono esta tarde. Usted sabe que jamás tuve una visión. Yo no vi nunca ni siquiera una vaca dentro de un baño. Nunca vi nada. Me acuerdo en la escuela bíblica Dios visitó nuestro seminario y todos mis amigos, mis compañeros hablaban en no sé cuántos idiomas, caían, el Señor los llevaba a los cielos, tardaban dos horas en volver, y venían y contaban grandezas y cosas tremendas, revelaciones y todo, y qué cree? Yo estaba como estas columnas ahí. Nunca, nunca tuve una visión. Sabe cómo a mí me toca caminar? Por esta.
Ahora usted me dirá, qué no está de acuerdo con los sueños? Sí, que bueno. No está de acuerdo con las experiencias? Sí, me encanta que Dios te tire, te toque. Que bueno. Todo perfecto, pero todo tiene que ser filtrado por esta. Yo sé que lo que el Señor dijo aquí y lo que él prometió y él aquí dice que soy su hija y que él ha ganado el mayor botín en la cruz para mí, y yo me he determinado aún en mi juventud creerle. No solo para mí sino para el fruto de mi vientre, para los míos y para el fruto de mi vientre espiritual, porque Dios te da tanto hijos naturales como hijos espirituales. Yo creo que lo que Dios ha hablado en mi vida lo creo para mis hijos.
No me importa lo que se ve, no me importa lo que el enemigo grite a mis espaldas. Una cosa sé, lo que Dios dijo lo va a hacer, lo va a hacer. Permíteme, ahora David tenía un problema. El problema de David fue poner en el corazón lo que el enemigo dijo y trajo temor. El temor detiene tus pies, el temor no te deja avanzar. Yo te puedo contar cómo en mi vida por años el temor no me dejó avanzar. Yo era una persona de mucho temor, si tu supieras quién era yo, no me imaginas a mí aquí parada detrás de este púlpito. Jamás lo hubiese hecho. Porque por años el temor, porque atesoré palabras de mentira que otros habían declarado sobre mí, tu no sirves, cómo Dios te va a usar a ti? No, tu no tienes herencia, me habían dicho. No, para ti no es, cómo tu? Mira de la familia que vienes. Nadie en tu familia, mira la herencia que traes, Dios no te puede hacer a ti, literalmente y yo lo creí.
Por años estuve así. Quiero confesarles algo, sabe, y esto le va a parecer extraño pero por muchos años en el ministerio yo fui la gran frustración de mi marido. Y algún día él se los va a decir. Sabe por qué? Porque él sí creía lo que Dios tenía para mí y yo no lo creía. Nunca le tuve miedo al trabajo pero sí no le podía creer a Dios que Dios me podía usar. Porque el espíritu de temor había atado a mis pies, porque le había dado lugar aquí y me comportaba como loca.
Y te lo cuento porque siento que esta iglesia está entrando en un gran desafío en el mundo espiritual y no puedes estar con tus pies atados, ni de temor, ni de angustia, ni de depresión, ni de mirar el pasado. Prepárate porque Dios quiere soltar tus pies para la sorpresa, para lo sobremanera grande que Dios quiere traer para este lugar.
Algunos cantamos, si tuviera fe como el grano de mostaza. Sabes cuál es la característica del grano de mostaza? Que no se queda chiquito. Y todos andamos… que lindo que suena, pero la característica es que entra en un proceso y se convierte de ser la semilla más pequeña en un árbol tan grande y la fe tiene que ir creciendo como el grano de mostaza, chiquita a más, más, más y prepárate iglesia, porque Dios te va a llevar de la pequeñez a más, a más, a más y te va a sorprender.
Dice que David cambió su comportamiento. Pero quiero mostrarte cómo cuando sabemos quiénes somos, nuestro comportamiento cambia. Y quiero darte el más grande de los ejemplos, quiero hablarte de Jesús. Y quiero que me acompañes al libro de Juan, capítulo 13, te voy a decir que es uno de mis capítulos preferidos. Juan capítulo 13.
Hace poco estaba dando una clase en la escuela de ministerio la cual dirigimos con mi esposo en Buenos Aires, la clase era restaurando la visión de Dios para la iglesia de este siglo. Era un bimestre que me tocaba la clase y en esa ocasión me llevó a hablar el Señor, me tocaba dentro del tema, Juan capítulo 13 y se me ocurre por esas cosas, ocurrencias no sé de dónde, antes de empezar la clase puse al costado de mi púlpito en el salón de clases, donde viene gente de otros lados, de otras culturas, puse una toalla y una palangana, o un recipiente con agua ahí y no dije nada. Saludé a los alumnos y empecé mi clase y al costadito en el rincón lo dejé. Y empecé a impartir mi clase y en un momento el Espíritu Santo cayó en ese lugar y alguien se levanta y toma la palangana y comienza a lavarse los pies a otros alumnos. Quiero decir que no pude terminar mi clase.
No los mandé, no dije, pero el Espíritu Santo te sorprende. Por eso es uno de mis capítulos preferidos, dice, capítulo 13 del Evangelio según San Juan, dice:
“…Antes de la fiesta de la pascua sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin, y cuando cenaban como el diablo ya había puesto en el corazón Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase −y fíjate el siguiente versículo lo que dice,− sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en la mano y que había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena y se quitó su manto y tomó una toalla y se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y a enjugarlos con la toalla que estaba ceñida…”
Es como que me causa más de una vez conflicto a mí, en mi interior, este pasaje porque pareciera que se forma como un sándwich, a ver si me entienden, perdón la simpleza con la que te hablo. Pero primero empieza el capítulo diciendo, antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado… Te imaginas lo que Jesús sabía, sabía que el cumplimiento de la voluntad del Padre, la razón por la cual él estaba en la tierra, llegaba a su momento, llegaba el cumplimiento del Padre. Sabiendo Jesús que la hora se acercaba, yo me imagino el siguiente versículo sería tremendo.
Dice que Jesús sabía los tiempos que estaba viviendo, y dice, y sabiendo que ya el diablo había trabajado en el corazón de Judas, dije bueno, después de esto qué se viene? Después de este versículo, fíjate dice, sabiendo Jesús – versículo 3− que el Padre le había dado todas las cosas en sus manos, que del Padre venía y al Padre iba, si fuera yo la que escribo el Evangelio y tendría que yo marcar la historia diría, sabiendo quién soy y de dónde vengo, sabiendo que el Padre me ha dado todas las cosas en mi mano, sabiendo que Satanás ya entró en el corazón de Judas, sabiendo quién soy y el poder que tengo, mando un rayo que lo fulmine.
No dice eso. Dice sabiendo Jesús que del Padre venía y al Padre iba, y que todas las cosas le habían sido dadas en sus manos, sabía quién era, tenía una identidad con el Padre, si hubiese mandado un rayo, hubiese actuado como loco, si hubiese mandado a fulminar a Judas, hubiese actuado como David frente a Aquís, pero Jesús tenía bien clara la identidad con el Padre y de algo tan tremendo que marcaría la historia, porque es el parte agua de la historia lo que estaba por suceder, de la historia de la eternidad, desde antes que el mundo fuese, el deseo del corazón del Padre se estaba por cumplir la razón por la cual el Padre había enviado a su Hijo, se estaba por cumplir. Él sabía y pareciera que de aquello tan espiritual, tan profundo, le dio tanta identidad al Hijo que fue capaz de tomar una toalla y un lebrillo y lavar los pies.
Cuando la identidad de lo que Cristo es en ti, de lo que él ha hablado, de lo que él ha dicho, te lleva a hacer cosas que aún para la mente no son comprensibles. Sabiendo Jesús que del Padre venía y al Padre iba, pudo bajar y lavar los pies.
Sabes por qué a veces actuamos como locos? Porque no sabemos ni dónde venimos ni a dónde vamos. Sabes por qué tantas veces andamos que será Dios, no será Dios? Por qué? Porque no pasamos tiempo delante del Señor para que él traiga lo que él es en nosotros.
Déjame decirte que Dios está buscando hijos, hijos maduros. Dios está buscando este tiempo, está esperando la manifestación de los hijos ullos, aquellos de mayoría de edad, aquellos con madurez que saben que son hijos del Padre y que toman del reino, toman el poder del Padre y actúan aquí en este mundo. Porque saben que son hijos del Rey.
Jesús dijo, denme la palangana y la toalla y comenzó a lavar los pies. Yo al mirar esta Escritura puedo ver algo tan alto, sabiendo que venía del Padre y que al Padre iba, mandó a los ángeles que vengan, no pareciera que de este sándwich de estos versículos, de algo tan espiritual de repente pasa algo tan bajo, la actividad más bajo de un siervo, lo más bajo era lavar los pies y sin embargo, Jesús conociendo quién era, sabiendo su posición en el mundo espiritual, lo que estaba por suceder, a poco tiempo de allí ya sabía quién era, sabe lo que hizo? Hizo la actividad más baja, lavó los pies.
Y no dice la Escritura le lavó los pies a 11 de sus discípulos, porque si soy yo se lo lavo con cianuro, ácido muriático a Judas, agua hirviendo le meto. Tu también harías lo mismo. Pero no dice eso, dice que le lavó los pies a sus discípulos.
Cómo pudo? Cómo pudo? Sabes por qué? Sabía quién era. Sabía de dónde venía. Sabía quién lo había llamado, sabía quién era su Padre. Sabía cuál era el plan del Padre. Sabía que el Padre no se equivoca. Sabía que la palabra del Padre era mayor que todo pensamiento humano. Muchas veces no nos atrevemos a bajarnos y a cambiar de actitud porque no sabemos quiénes somos.
Muchas veces no podemos amar a nuestro prójimo porque no sabemos quiénes somos y a dónde vamos. Muchas veces no nos atrevemos a perdonar porque no sabemos quiénes somos. Muchas veces no creemos la palabra de Dios y actuamos como locos porque no tenemos la identidad de hijos de Dios.
Es el tiempo que Dios está buscando hijos, no esclavos, hijos porque son los hijos que se manifiestan para su gloria. Él no vino por esclavo, él no dio su vida por esclavos. Él vino y produjo hijos, hijos de Dios. Oye, y tu quién te crees? Me creo hija. Y porque soy hija tengo derechos.
Y comenzamos a lavar los pies. Oye, pero no, cómo voy a hacer esa actividad? Esa que la haga otro, yo no, yo soy líder acá, yo no. es que por qué? Cuando eres hijo, cuando sabes quién eres les lavas los pies hasta a Judas. Le crees a Dios, sabes por qué necesitamos pedir que el Espíritu Santo venga y sople en medio nuestro en todo este lugar? Porque empieza a soltarse su presencia la certeza, soy hijo. Y cuando soy hijo soy capaz de responder al desafío que sea.
Ay, pero estás mal, mira lo que vas a hacer. Yo sé que Dios no se equivoca. Yo sé que Dios me dijo que lo iba a hacer con los míos, y lo va a hacer. Yo sé que el Señor se va a encargar del otro edificio. Yo sé que el Señor tiene su plan. Pero por qué? Porque soy hija y por cuanto somos hijos tenemos derechos y tenemos herencia.
Y cuando tu le crees a Dios tu fe afecta la conducta. Hoy el pastor hablaba de la hermana que se atrevió a dar un paso de fe en el desafío de la congregación para el nuevo edificio. Oye, pero tu qué estás haciendo? Mira la economía, no ves las noticias? Yo sé que soy hija. Yo sé, no me importa lo que digan todo el mundo, yo sé que soy hija y me atrevo a hacer cosas que para otros son locuras, pero porque soy hija y yo sé que él no me va a fallar.
Sin fe es imposible agradar a Dios. Déjame decirte que Dios en cada momento, y mira, aún antes cuando estábamos viniendo de la oficina, se percibía que los vientos del espíritu en este lugar, estaban cantando y estábamos en otro… no sé dónde estaba, pero estaba en algún lugar de aquí, pero se percibía el Espíritu Santo en este lugar.
Sabes qué? Dios está soltando la certeza. Para qué el Espíritu Santo viene? Porque te quiere traer la certeza, quiere cautivar tu corazón y quiere llevarte a toda verdad. y la verdad es que Cristo Jesús te ha hecho hija del Padre. Eres hija y cuando tu vienes delante de Dios sabes de dónde vienes y a dónde vas. Y eres hija, hijo, de Dios.
Y yo quiero esta tarde, antes de entregar este lugar y antes de retirarme, yo quisiera todos aquellos que levantaron la mano que tienen una promesa, que se pongan de pie. Si pueden los músicos venir, por favor, cómo los he hecho trabajar. Dios te bendiga hijo. Gracias.
Quiero que cierres tus ojos y que empieces a desenterrar esa promesa. Algunos han recibido promesas en la niñez y han pensado, no, ya no. déjame decirte que sí, sí, Dios lo va a hacer. Quiero todos los que tienen promesas, cierren sus ojos y empieza a traer esa promesa a tu corazón. Comienza a traerla.
Porque no te he dicho que si crees verás mi gloria. Cuando Lázaro estaba enfermo pensaba en que Jesús llegaba tarde. Él no llega tarde, ni llegó tarde a la casa de Betania, no va a llegar tarde a tu casa tampoco. Tu dirás pero mi problema ya huele, no me importa, él lo va a resucitar. Y lo que él ha dicho lo cumplirá.
Fe. Fe. Fe. Fe. No hay Dios tan grande como tu. No lo hay, no lo hay, no lo hay, no lo hay. No hay Dios que pueda hacer las obras como tu las haces. Señor, esta tarde yo declaro que en este lugar tu tienes hijos. Y Señor, este día tu levantas y traes frente a ellos promesas y los acercas al día del cumplimiento. Señor, hay algunas vidas que han esperado por años a ti te digo, se acerca el tiempo del cumplimiento, verás su gloria. Lo verás en tus hijos, lo verás en tu matrimonio, lo verás en tu familia, lo verás en tus finanzas, lo verás. Por qué? Porque eres hijo, eres hijo.
Señor, tu llevas a esta iglesia a un nuevo nivel de fe, un nuevo nivel de fe. Señor, tu ensanchas, levantas estacas, ensanchas el territorio pero Señor, antes que el natural ensanchas el espiritual, lo ensanchas. Tu gloria, Señor, tu gloria. Padre, yo los bendigo y te decimos este día que confiamos en ti.
La obra extraña del Señor
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Quiero esta mañana compartir una Palabra que ha quemado en mi corazón este tiempo. Como decía la Pastora Meche, muchos años viví en México y de repente no fue algo planeado, con tiempo como a uno le gusta. De repente el Señor es como que me movió el piso. Y el Señor de México de un tiempo de oportunidades donde parecía que todo estaba funcionando y de repente el Señor dijo te vas a Argentina. ¿Qué?. Yo he orado por Argentina pero manda a otro Señor.
Pero bueno, el Señor nos tiene en Argentina y a veces viajamos con mi esposo a México por menos de 24 horas, tomamos nuestras dos reuniones que tenemos ahí en el servicio del domingo, viajamos tres horas hasta la capital de México y regresamos para tomar el avión a Buenos Aires, y llegamos en la mañana a Buenos Aires y en la tarde continuamos con la escuela bíblica que tenemos allí. Usted dirá ¡es cosa de locos!, sí, tiene razón. Pero mi esposo dice siempre algo: hay que hacer las cosas mientras uno tiene fuerzas. Mientras Dios lo permita.
Y estamos trabajando con gusto para el Señor. Entonces quiero que entienda que este mensaje nace en un tiempo muy especial de mi vida. Y quizás le voy a predicar a alguien que esta mañana siente que algo se le está moviendo. Que las cosas siempre fueron de una manera y de repente comienzan a cambiar. Una noticia, un diagnóstico, una crisis, un sentir interior, un cambio de ciudad. No sé, algo que el Señor está permitiendo y tú sientes que todo se te mueve.
Pero yo quiero decirte esta mañana: no le eches la culpa al diablo; Dios tiene todo bajo control. Y Él sabe lo que está haciendo. Pero quizás tú eres como yo y lo primero que dices es que yo no entiendo. ¿Cuántos han dicho que no entiendo?. Yo quiero decirte algo esta mañana: el día que entendamos a Dios nuestro Dios será chiquitito así. Pero Él es tan grande, pero tan grande, pero tan grande que es por eso que no lo entendemos. Pero sabemos algo: Él tiene un plan perfecto y lo que Él inicia lo termina. Lo termina.
Y quiero que me acompañes al Libro de Isaías al capítulo 28 versículo 20 y 21. Una escritura que yo la he conocido por muchos años pero como que el Señor este tiempo fue abriéndola y dándome un entendimiento diferente de esta escritura, como que fue hablando a mi corazón con esta escritura. Y esta mañana quiero hablarte de la extraña obra del Señor. Extraña obra. Y dice Isaías 28 versículo 20 al 21: "La cama será corta para poder estirarse y la manta estrecha para poder envolverse, porque Jehová se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará, para hacer su obra, su extraña obra y para hacer su trabajo, su extraño trabajo."
Mira yo creo que no hay nada más incómodo que una cama corta. A ver, ¿cuántos saben que dormir en una cama corta es muy incómodo?. Mire estos días estábamos hablando con Pamela, ella tiene un año de casada y su esposo le dió permiso de venir, ¿tú te sujetas verdad?, qué bueno amiga por fin aprendiste algo. ¿Y sabes algo?, su esposo no es mexicano, mide como dos metros. Y me estaba contando Pamela lo difícil que es conseguir una cama ahora. Es cierto. Y aquí el Señor dice que la cama les será corta.
Es como que el Señor dice: ¿sabes qué?, te voy a achicar la cama. Te voy a producir cierta incomodidad. Te voy a quitar un poco de estar comfortable porque voy a hacer Mi extraña obra. Lo que menos queremos nosotros, a nosotros nos gusta estar comfortables, ¿o eso solo pasa allá en Argentina?. ¡No!. Pero el Señor a veces provoca cierta incomodidad y nos mete en circunstancias que nos incomodan porque Él quiere obrar en nosotros.
Dice la cama les será corta ah y no sólo eso, y la manta les será estrecha dice para poder envolverse. No hay peor cosa para los casados que cuando te quieres envolver tu marido te jaló del otro lado la manta. ¿A cuántas les ha pasado eso?. Y al otro día le preguntas a tu esposo ¿por qué me quitaste la manta?. Y él te dice ¿yo?. ¡Sí tú!. Incomodidad.
¿Sabes que a Dios le gusta hacer cosas extrañas?. ¿Te has puesto a pensar en esto que al Señor le encanta romper nuestros esquemas?. Fíjate las extrañas obras que Dios hace y lo podemos ver a través de las Escrituras. Pone mesa en el desierto. ¿A quién se le ocurre?. Y no sólo la pone en el desierto, dice que la prepara delante de nuestros angustiadores. ¿Quién quiere comer con enemigos?. A mí me va a caer pesada esa comida. Yo creo que disfruto más una comida entre amigos, pero la extraña obra del Señor dice que a Él le encanta poner mesa en el desierto.
De hecho le dió al pueblo de Israel comer manjar de nobles. Tenían los mejores buffetes el pueblo de Israel, ¿y dónde?. En el desierto. Señor, eso a veces no entra en mi cabeza.
Miren lo extraño que el Señor hace, que a uno Dios le habló en el campo del enemigo. Lo mandó a escuchar a Gedeón lo que el enemigo decía y en el campo del enemigo Dios le habló que le iba a dar la victoria. ¿Señor no me lo puedes decir aquí?. No, vas a ir al campo del enemigo.
Hace obras tan extrañas que nuestro Señor duerme en las tormentas. Los discípulos estaban tratando de mantener la barca. Ellos creían conocer los vientos. ¿Por qué no se pusieron a hacer lo que el Señor estaba haciendo?. Porque era extraño lo que el Señor estaba haciendo, porque el Señor estaba durmiendo en las tormentas. Y no solo eso, mira qué especial es nuestro Dios: invita a comer a muchos cuando tiene poca comida. Parece mi marido (risas).
Y los discípulos no entendían: ¿cómo vamos a darle de comer a esta multitud?. Yo tengo compasión de ellos dijo, y los invitó a todos. Mire tan extraño el Señor que el Señor le habla a los muertos y le obedecen. Le habla a los muertos. ¿Y saben qué hacen los muertos?, salen fuera. Tú me preguntarás ¿cómo?, no sé. Yo cuando vaya al cielo le voy a preguntar a Lázaro ¿cómo saliste?. ¿Cómo salió Lázaro?. Yo creo que voló como Superman, pues estaba todo atado el cuate. Después que salió le dijo el Señor: desatadle. La obra extraña.
Y a uno el Señor le dió una quijada fresca para pelear y matar a miles. Yo diría Señor dame una espada o por lo menos una quijada seca. Pero el Señor le dió una quijada fresca, ¿sabes lo que es una quijada de burro sangrando, agarrarla y pelear?. Y Dios le dió la victoria. La obra extraña del Señor.
Qué decirte de las matemáticas del Señor. Él dice que multiplica cuando no hay nada. Ve a explicarle a un profesor, a un catedrático de matemáticas lo que es eso. Para multiplicar tienes que tener. El Señor hace una obra tan extraña que multiplica donde no hay nada. Ese es nuestro Dios. Ese es nuestro Dios.
Mire y podría seguir y seguir, y seguir contando de la obra extraña del Señor. Yo me puse un día el Señor comenzó a hablar y me puse a anotar: punto uno, dos y tres. Y parecía que venía sobre mi corazón una y otra obra extraña. Podría seguir dándote, podríamos seguir hablando sólo de esto. Oh, me encanta. Cuando el Señor ve un paralítico y le pregunta ¿qué quieres que te haga?. Por favor, sana mi suegra. ¡Estoy paralítico!, ¿qué crees?, o a un ciego ¿quieres ver?. ¡No!, me gusta estar así.
Parecían preguntas extrañas. Y hace la obra tan extraña que escoge vasos de barro para poner lo precioso. Llama lo que no es como si fuera. Y por eso obra extraña que el Señor hace tú y yo hoy estamos aquí. La extraña obra del Señor.
Pero yo me ponía a pensar ¿por qué en este pasaje de Isaías nos dice que el Señor se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón y que de esa manera el Señor hará su extraña obra?. Y yo me pregunté ¿qué pasó allí en ese valle?. ¿Cuál era la obra extraña que en ese valle había sucedido que la Gloria del Señor se mostró?. Y quiero que vayas conmigo y vamos a ver lo que sucedió en ese valle, y esa escritura hace referencia de Segunda de Samuel capítulo 5.
Versículo 17: "Oyendo los filisteos que David había sido ungido por Rey sobre Israel, subieron todos los filisteos para buscar a David. Y cuando David lo oyó", escuche esto y subráyelo en la Biblia, "descendió a la fortaleza."
David había sido ungido como Rey, había llegado esto a oídos del enemigo y el enemigo comenzó a planear venir a atacarlo. Entonces David va a buscar estrategia a las fortalezas. Cuando sabes que el enemigo está planeando, cuando sabes que hay una tormenta de oposición que se levanta, Iglesia no trates de poner tus mismas estrategias. No trates de hacer las cosas a tu manera. Necesitamos regresar a las fortalezas, ir al lugar de oración de búsqueda del Señor donde Él habla a nuestro corazón y nos dice cómo tratar con el filisteo.
No lo leas en un libro. No digas mi abuelito hizo así. No, baja a la fortaleza. ¿Tiempos difíciles?: baja a la fortaleza, consulta a tu Dios. Y dice que David descendió a la fortaleza y dice: "Y vinieron los filisteos y se extendieron en el valle Refain" que es el mismo valle que está hablando Isaías, "entonces consultó David a Jehová diciendo: ¿iré contra los filisteos, los entregarás en mi mano?.
Y Jehová respondió a David: ve porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano." Y versículo 20 dice: "Y vino David a Baal Perazim y allí los venció David, y dijo: quebrantó Jehová a mis enemigos delante de mí como corriente impetuosa, por esto llamó el nombre de aquél lugar Baal Perazim. Baal Perazim el Dios que quebranta. Dios trajo victoria.
Tal fue la victoria que dice el versículo 21: "Y dejaron allí sus ídolos y David y sus hombres los quemaron." ¡Qué festejo, quemaron los ídolos!. ¡El filisteo salió corriendo, lo logramos!. Dios trajo victoria. Pero yo hasta aquí no veía nada extraño. Aquí me parecía, no podía coordinar lo de Isaías con este pasaje hasta que leí los siguientes versículos.
Versículo 22, que es lo que no nos gusta escuchar generalmente: "Y los filisteos volvieron a venir y se extendieron en el valle Refain." ¿Qué hacemos cuando otra vez la situación vuelve?. Ah pues yo ya aprendí una vez en aquélla ocasión, ya fui a la fortaleza y ya el Señor me dijo cómo tengo que hacerlo. Yo ya a este viejo enemigo lo conozco, yo sé cómo lo voy a tratar pero quiero decirte Iglesia que la extraña obra del Señor para estos días es la que Él te está cambiando las estrategias. Prepárate para recibir nuevas estrategias en las fortalezas de Dios. Porque Dios te va a llevar a batallas para tomar victorias pero te va a llevar a batallas para mantener y vivir en victoria.
Otra vez el mismo filisteo en el mismo valle. Y comienza aquí lo extraño del Señor, versículo 23 dice: "Y consultando David a Jehová, Él le respondió: no subas, si no rodéalos y vendrás a ellos enfrente de las balsameras, y cuando oigas el ruido como de marcha por las copas de las balsameras es porque Jehová saldrá delante de ti a herir al campamento de los filisteos."
El Señor le estaba dando a David una nueva estrategia y la extraña obra del Señor este tiempo está soltando a la Iglesia una nueva estrategia. Dios comenzó a golpear a mi corazón que Dios está soltando a Su amada una nueva estrategia. Quizás lo que años atrás hiciste no te va a funcionar pero prepárate, porque Dios va a soltar sobre tu vida nuevas estrategias. Lo que Dios le estaba diciendo a David: no va a ser con espada. Mira vas a tener que tener sensibilidad a los vientos. Vas a tener que aprender cuando escuches cuando los vientes vienen y la copa de los árboles se mueve, cuando el viento del Espíritu comienza a sacudir el plantío de Jehová y el plantío de Jehová hace ruido, y comienza a meterse en el mundo espiritual el enemigo se confunde. ¡Ah!, muy similar a Josafad.
Y cuando los árboles se movían era como el ruido de una marcha. Yo quiero decirte que cuando comenzamos a alabar y adorar a Dios en el Espíritu el enemigo lo interpreta como una marcha de un ejército, y la adoración intimida al enemigo. No la queja, cuando él escucha queja dice: esto es papita para mí. Pero cuando encuentra un pueblo que se deja soplar por el Espíritu Santo y comienza a adorar a Dios y alabarle, oye, pero el enemigo está viniendo. Sí, pero Dios me dijo que le adore.
Oye pero te estás regresando, ¿qué hago, tomo espada?. Algo habrá que hacer. Solo alaba, adórale, comienza ese ruido en el mundo espiritual, y una marcha del ejército le confundirá al filisteo. Quiero decirte amada Iglesia que este tiempo la adoración, la Presencia de Dios será un arma para ti. No la descuides. No lo tomes como algo liviano.
Fíjate, yo pensaba en dos pasajes en las Escrituras. No lo busques pero te lo voy a mencionar, tú conoces muy bien Juan capítulo 6, cuando el Señor está con sus discípulos y está la gran multitud allí. Era un día agotador para los discípulos, no había un lugar para esconderse que la multitud no los viera. Y la compasión del Señor generaba tanto trabajo para los discípulos. Él les tenía compasión y los discípulos trabajaban. Y cuando llegaron los discípulos y un día cansados de las enseñanzas del Señor y de atender a todos comienza a hacerte esta figura en tu cabeza, cuando ya creían los discípulos que el día estaba por terminar, yo me puedo imaginar la cara de Pedro, y de repente el Señor les dice: yo tengo compasión por la gente, vamos a darle de comer a todos.
¿Qué?, debes estar bromeando. ¿Por qué no los despides?. Que se vayan y que coman en sus casitas. "No" dijo, denles ustedes. ¿Oye Juan, tienes algo?. No traje nada, ni para mí tengo. Alguien grita ¿trajiste algo tú?, nadie trajo nada. Mira Señor lo único que hay aquí es unos poquitos panes y unos poquitos peces, te aseguro maestro que no alcanza, no necesito ser Dios no alcanza. Entonces el Señor le dice: ok, hagan algo. Sienten a la multitud en grupos. No hay peor cosa en la Iglesia perdonen, esto pasa en México en mi congregación, que ser ujier.
"Hermanito siéntese aquí", "no, no quiero sentarme ahí." ¡Ah!, pasa aquí también (risas). Y uno mire, yo oro para que Dios le de flexibilidad a los ujieres. "Porque allá se sentó mi abuela yo quiero sentarme con mi abuelita allá." "Es que no hay lugar allá." Y el hermanito tiene que ver a quién saca para sentar. Ujier, ¿usted es ujier verdad hermano?. Lo noté en su rostro (risas).
Les dijo: siéntenlos en grupo. El Señor tomó los panes y los peces, los bendijo, algo sucedía en las manos del Señor, el milagro comenzó. El milagro comenzó. "Vayan, entréguenlo" y empezaron los discípulos. ¿Y saben qué?, comieron todos dice la Escritura. Pero espere, espere tantito. Comieron todos y no sólo eso; dice la Escritura en el versículo 12 que el Señor les dijo a los discípulos: "Vayan y recojan lo que sobró." Vayan y recojan lo que sobró, el Señor le estaba diciendo a los discípulos, hoy me voy a poner ahorrativo. Y los discípulos, imagínense en lo que iba del día, yo también me estoy imaginando. Y saben fueron y dice la Escritura que recojieron doce cestas.
Y yo me pregunto, ¿por qué no hizo el milagro exacto?. Podía haberlo hecho exacto, ¿qué piensa usted?. Sí, sin embargo el Señor dijo: no, va a sobrar y recojan lo que sobra, no se va a tirar. Y mandó a pesar de que era un día de mucho trabajo a recogerlo todo. Pero en otra ocasión, en otro pasaje que usted conoce muy bien en el Libro de Mateo capítulo 26 versículo 9, nos cuenta este pasaje, solo se lo voy a mencionar, que estaba el Señor Jesús en una casa y de repente interrumpe una mujer y entra con un vaso de alabastro y se tira a sus pies, y quiebra el vaso de alabastro y se empieza a derramar por todos lados. Y yo me imagino la mentalidad de ahorro de los discípulos, ya me veo juntando el perfume.
De hecho algunos dijeron: ¿por qué se produce ese desperdicio?. ¿Por qué en una ocasión el Señor no desperdición con los panes?. ¿Cuál era la diferencia que en esta ocasión sí se podía desperdiciar?. ¿Por qué el Señor mandó juntar las doce cestas de panes, pero por qué no detuvo a esta mujer cuando el perfume se estaba desperdiciando?. ¿Por qué detuvo aún los pensamientos de los discípulos y dijo: de esto se hablará donde se predique el Evangelio, del desperdicio de esta mujer. No dijo que se va a hablar de los panes.
¿Cuál era la diferencia?. La diferencia era y el Señor habló a mi corazón, es una nueva estrategia para su pueblo: los panes eran para su pueblo, pero el perfume era para Él. Y yo quiero decirte algo, Marta y María, Marta no sabía la diferencia. Ella no podía, ahorraba con los panes y no desperdiciaba el perfume. Desperdiciaba todo con los panes. Oye ¿pero está mal darle al pueblo?, no. Pero llega un momento que hay un límite que marca la importancia y marca prioridad en nuestra vida, si hay algún lugar donde tenemos que derribar, entregar, soltar y decir que toda mi vida se desperdicie es cuando mi copa entra al mundo espiritual y comienzo a adorarle, y comienzo a proclamar Su Nombre, ahí es donde no tengo que tener límites.
Ahí es donde tienes que desperdiciar tu vida. Cuando descubres que la adoración es una herramienta que Dios está soltando porque intimida. Sabes, cuando esta mujer vino el Señor dijo: dejadla. El Señor estaba dando una orden en dos direcciones; le estaba diciendo a la mujer: continúa lo que estabas haciendo, pero también esa orden: dejadla, le estaba diciendo a sus enemigos, le estaba diciendo a los discípulos que la querían quitar: retrocedan, y eso es lo que hace la adoración.
Cuando empiezas a adorar, el enemigo retrocede y la promesa de Dios avanza. La extraña obra. ¿Qué pasó en el valle de Perazim?. El Señor soltó una nueva estrategia en esa ocasión y en el valle de Gabaón que no lo voy a hablar ahora se enojó de una manera tremenda contra el enemigo. La extraña obra del Señor. ¿Estás pasando por un problema, sientes que el piso se te mueve?. Quizás los temores quieren subir tu piso. ¿Sientes inseguridades?. ¿Crees que la depresión que el Señor te liberó, temes que vuelva?. ¿Tienes temor a que se quiebre tu matrimonio?. Regresa a las fortalezas, métete en el mundo espiritual y que la copa de tu vida como árbol de justicia se mueva de acuerdo a los vientos del Espíritu, y el Espíritu Santo siempre te va a llevar a toda verdad. Y la verdad es Cristo, y Él puede, y esa verdad va a quemar dentro tuyo.
Y cuando tú adoras hay alguien que retrocede y se declara en el mundo espiritual: dejadla, dejadla. Yo te digo a ti Iglesia: no ahorres en adoración. Adórale. Dale gloria, como esta mañana lo estábamos haciendo. No digas: ay, no tengo ganas. Hay uno que está esperando que lo hagas, y hay otro que está esperando que no lo hagas.
Sabes me encanta David porque David se daba cachetitos él solo y se daba orden a sí mismo, y se decía: alma mía, alaba a Jehová. Alma mía, ¿qué estás pensando?, alaba a Jehová. Hazte cachetito esta mañana, alma mía alaba a Jehová. Dale cachetito al del lado despacito: alaba a Jehová, porque Él es digno de alabanza. Quiero decirte, toda esa estrategia, alaba más en el auto, dí: alma mía, alaba a Jehová. No pienses. No pienses en tu imposible. Aprende a alabar y para que el Señor diga dejadla, y todo imposible retrocede, y retrocede, tú alaba al Señor y cada vez que tú alabas y bendices, y la copa se mueve, hay alguien retrocediendo. ¿Podemos hacerlo antes de irnos?. Ponte de pie esta mañana.
¿Cuántos árboles de justicia hay en este lugar?. ¿Podemos levantar las manos así, como si fuera la copa de nuestro árbol?. ¿Qué sucede con las copas de los árboles cuando hay viento?. ¿Puedes mover tus manos como si la copa, el viento la está moviendo?. Dile alma mía, alaba a Jehová. Háblate y dí: alma mía, alaba a Jehová. Dile a tu alma, alma mía: alaba a Jehová. Y te digo algo más: no te olvides de ninguno de sus beneficios. El viento del Espíritu está en este lugar.
La obra extraña del Señor
Transcripción
Quiero esta mañana compartir una Palabra que ha quemado en mi corazón este tiempo. Como decía la Pastora Meche, muchos años viví en México y de repente no fue algo planeado, con tiempo como a uno le gusta. De repente el Señor es como que me movió el piso. Y el Señor de México de un tiempo de oportunidades donde parecía que todo estaba funcionando y de repente el Señor dijo te vas a Argentina. ¿Qué?. Yo he orado por Argentina pero manda a otro Señor.
Pero bueno, el Señor nos tiene en Argentina y a veces viajamos con mi esposo a México por menos de 24 horas, tomamos nuestras dos reuniones que tenemos ahí en el servicio del domingo, viajamos tres horas hasta la capital de México y regresamos para tomar el avión a Buenos Aires, y llegamos en la mañana a Buenos Aires y en la tarde continuamos con la escuela bíblica que tenemos allí. Usted dirá ¡es cosa de locos!, sí, tiene razón. Pero mi esposo dice siempre algo: hay que hacer las cosas mientras uno tiene fuerzas. Mientras Dios lo permita.
Y estamos trabajando con gusto para el Señor. Entonces quiero que entienda que este mensaje nace en un tiempo muy especial de mi vida. Y quizás le voy a predicar a alguien que esta mañana siente que algo se le está moviendo. Que las cosas siempre fueron de una manera y de repente comienzan a cambiar. Una noticia, un diagnóstico, una crisis, un sentir interior, un cambio de ciudad. No sé, algo que el Señor está permitiendo y tú sientes que todo se te mueve.
Pero yo quiero decirte esta mañana: no le eches la culpa al diablo; Dios tiene todo bajo control. Y Él sabe lo que está haciendo. Pero quizás tú eres como yo y lo primero que dices es que yo no entiendo. ¿Cuántos han dicho que no entiendo?. Yo quiero decirte algo esta mañana: el día que entendamos a Dios nuestro Dios será chiquitito así. Pero Él es tan grande, pero tan grande, pero tan grande que es por eso que no lo entendemos. Pero sabemos algo: Él tiene un plan perfecto y lo que Él inicia lo termina. Lo termina.
Y quiero que me acompañes al Libro de Isaías al capítulo 28 versículo 20 y 21. Una escritura que yo la he conocido por muchos años pero como que el Señor este tiempo fue abriéndola y dándome un entendimiento diferente de esta escritura, como que fue hablando a mi corazón con esta escritura. Y esta mañana quiero hablarte de la extraña obra del Señor. Extraña obra. Y dice Isaías 28 versículo 20 al 21: "La cama será corta para poder estirarse y la manta estrecha para poder envolverse, porque Jehová se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará, para hacer su obra, su extraña obra y para hacer su trabajo, su extraño trabajo."
Mira yo creo que no hay nada más incómodo que una cama corta. A ver, ¿cuántos saben que dormir en una cama corta es muy incómodo?. Mire estos días estábamos hablando con Pamela, ella tiene un año de casada y su esposo le dió permiso de venir, ¿tú te sujetas verdad?, qué bueno amiga por fin aprendiste algo. ¿Y sabes algo?, su esposo no es mexicano, mide como dos metros. Y me estaba contando Pamela lo difícil que es conseguir una cama ahora. Es cierto. Y aquí el Señor dice que la cama les será corta.
Es como que el Señor dice: ¿sabes qué?, te voy a achicar la cama. Te voy a producir cierta incomodidad. Te voy a quitar un poco de estar comfortable porque voy a hacer Mi extraña obra. Lo que menos queremos nosotros, a nosotros nos gusta estar comfortables, ¿o eso solo pasa allá en Argentina?. ¡No!. Pero el Señor a veces provoca cierta incomodidad y nos mete en circunstancias que nos incomodan porque Él quiere obrar en nosotros.
Dice la cama les será corta ah y no sólo eso, y la manta les será estrecha dice para poder envolverse. No hay peor cosa para los casados que cuando te quieres envolver tu marido te jaló del otro lado la manta. ¿A cuántas les ha pasado eso?. Y al otro día le preguntas a tu esposo ¿por qué me quitaste la manta?. Y él te dice ¿yo?. ¡Sí tú!. Incomodidad.
¿Sabes que a Dios le gusta hacer cosas extrañas?. ¿Te has puesto a pensar en esto que al Señor le encanta romper nuestros esquemas?. Fíjate las extrañas obras que Dios hace y lo podemos ver a través de las Escrituras. Pone mesa en el desierto. ¿A quién se le ocurre?. Y no sólo la pone en el desierto, dice que la prepara delante de nuestros angustiadores. ¿Quién quiere comer con enemigos?. A mí me va a caer pesada esa comida. Yo creo que disfruto más una comida entre amigos, pero la extraña obra del Señor dice que a Él le encanta poner mesa en el desierto.
De hecho le dió al pueblo de Israel comer manjar de nobles. Tenían los mejores buffetes el pueblo de Israel, ¿y dónde?. En el desierto. Señor, eso a veces no entra en mi cabeza.
Miren lo extraño que el Señor hace, que a uno Dios le habló en el campo del enemigo. Lo mandó a escuchar a Gedeón lo que el enemigo decía y en el campo del enemigo Dios le habló que le iba a dar la victoria. ¿Señor no me lo puedes decir aquí?. No, vas a ir al campo del enemigo.
Hace obras tan extrañas que nuestro Señor duerme en las tormentas. Los discípulos estaban tratando de mantener la barca. Ellos creían conocer los vientos. ¿Por qué no se pusieron a hacer lo que el Señor estaba haciendo?. Porque era extraño lo que el Señor estaba haciendo, porque el Señor estaba durmiendo en las tormentas. Y no solo eso, mira qué especial es nuestro Dios: invita a comer a muchos cuando tiene poca comida. Parece mi marido (risas).
Y los discípulos no entendían: ¿cómo vamos a darle de comer a esta multitud?. Yo tengo compasión de ellos dijo, y los invitó a todos. Mire tan extraño el Señor que el Señor le habla a los muertos y le obedecen. Le habla a los muertos. ¿Y saben qué hacen los muertos?, salen fuera. Tú me preguntarás ¿cómo?, no sé. Yo cuando vaya al cielo le voy a preguntar a Lázaro ¿cómo saliste?. ¿Cómo salió Lázaro?. Yo creo que voló como Superman, pues estaba todo atado el cuate. Después que salió le dijo el Señor: desatadle. La obra extraña.
Y a uno el Señor le dió una quijada fresca para pelear y matar a miles. Yo diría Señor dame una espada o por lo menos una quijada seca. Pero el Señor le dió una quijada fresca, ¿sabes lo que es una quijada de burro sangrando, agarrarla y pelear?. Y Dios le dió la victoria. La obra extraña del Señor.
Qué decirte de las matemáticas del Señor. Él dice que multiplica cuando no hay nada. Ve a explicarle a un profesor, a un catedrático de matemáticas lo que es eso. Para multiplicar tienes que tener. El Señor hace una obra tan extraña que multiplica donde no hay nada. Ese es nuestro Dios. Ese es nuestro Dios.
Mire y podría seguir y seguir, y seguir contando de la obra extraña del Señor. Yo me puse un día el Señor comenzó a hablar y me puse a anotar: punto uno, dos y tres. Y parecía que venía sobre mi corazón una y otra obra extraña. Podría seguir dándote, podríamos seguir hablando sólo de esto. Oh, me encanta. Cuando el Señor ve un paralítico y le pregunta ¿qué quieres que te haga?. Por favor, sana mi suegra. ¡Estoy paralítico!, ¿qué crees?, o a un ciego ¿quieres ver?. ¡No!, me gusta estar así.
Parecían preguntas extrañas. Y hace la obra tan extraña que escoge vasos de barro para poner lo precioso. Llama lo que no es como si fuera. Y por eso obra extraña que el Señor hace tú y yo hoy estamos aquí. La extraña obra del Señor.
Pero yo me ponía a pensar ¿por qué en este pasaje de Isaías nos dice que el Señor se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón y que de esa manera el Señor hará su extraña obra?. Y yo me pregunté ¿qué pasó allí en ese valle?. ¿Cuál era la obra extraña que en ese valle había sucedido que la Gloria del Señor se mostró?. Y quiero que vayas conmigo y vamos a ver lo que sucedió en ese valle, y esa escritura hace referencia de Segunda de Samuel capítulo 5.
Versículo 17: "Oyendo los filisteos que David había sido ungido por Rey sobre Israel, subieron todos los filisteos para buscar a David. Y cuando David lo oyó", escuche esto y subráyelo en la Biblia, "descendió a la fortaleza."
David había sido ungido como Rey, había llegado esto a oídos del enemigo y el enemigo comenzó a planear venir a atacarlo. Entonces David va a buscar estrategia a las fortalezas. Cuando sabes que el enemigo está planeando, cuando sabes que hay una tormenta de oposición que se levanta, Iglesia no trates de poner tus mismas estrategias. No trates de hacer las cosas a tu manera. Necesitamos regresar a las fortalezas, ir al lugar de oración de búsqueda del Señor donde Él habla a nuestro corazón y nos dice cómo tratar con el filisteo.
No lo leas en un libro. No digas mi abuelito hizo así. No, baja a la fortaleza. ¿Tiempos difíciles?: baja a la fortaleza, consulta a tu Dios. Y dice que David descendió a la fortaleza y dice: "Y vinieron los filisteos y se extendieron en el valle Refain" que es el mismo valle que está hablando Isaías, "entonces consultó David a Jehová diciendo: ¿iré contra los filisteos, los entregarás en mi mano?.
Y Jehová respondió a David: ve porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano." Y versículo 20 dice: "Y vino David a Baal Perazim y allí los venció David, y dijo: quebrantó Jehová a mis enemigos delante de mí como corriente impetuosa, por esto llamó el nombre de aquél lugar Baal Perazim. Baal Perazim el Dios que quebranta. Dios trajo victoria.
Tal fue la victoria que dice el versículo 21: "Y dejaron allí sus ídolos y David y sus hombres los quemaron." ¡Qué festejo, quemaron los ídolos!. ¡El filisteo salió corriendo, lo logramos!. Dios trajo victoria. Pero yo hasta aquí no veía nada extraño. Aquí me parecía, no podía coordinar lo de Isaías con este pasaje hasta que leí los siguientes versículos.
Versículo 22, que es lo que no nos gusta escuchar generalmente: "Y los filisteos volvieron a venir y se extendieron en el valle Refain." ¿Qué hacemos cuando otra vez la situación vuelve?. Ah pues yo ya aprendí una vez en aquélla ocasión, ya fui a la fortaleza y ya el Señor me dijo cómo tengo que hacerlo. Yo ya a este viejo enemigo lo conozco, yo sé cómo lo voy a tratar pero quiero decirte Iglesia que la extraña obra del Señor para estos días es la que Él te está cambiando las estrategias. Prepárate para recibir nuevas estrategias en las fortalezas de Dios. Porque Dios te va a llevar a batallas para tomar victorias pero te va a llevar a batallas para mantener y vivir en victoria.
Otra vez el mismo filisteo en el mismo valle. Y comienza aquí lo extraño del Señor, versículo 23 dice: "Y consultando David a Jehová, Él le respondió: no subas, si no rodéalos y vendrás a ellos enfrente de las balsameras, y cuando oigas el ruido como de marcha por las copas de las balsameras es porque Jehová saldrá delante de ti a herir al campamento de los filisteos."
El Señor le estaba dando a David una nueva estrategia y la extraña obra del Señor este tiempo está soltando a la Iglesia una nueva estrategia. Dios comenzó a golpear a mi corazón que Dios está soltando a Su amada una nueva estrategia. Quizás lo que años atrás hiciste no te va a funcionar pero prepárate, porque Dios va a soltar sobre tu vida nuevas estrategias. Lo que Dios le estaba diciendo a David: no va a ser con espada. Mira vas a tener que tener sensibilidad a los vientos. Vas a tener que aprender cuando escuches cuando los vientes vienen y la copa de los árboles se mueve, cuando el viento del Espíritu comienza a sacudir el plantío de Jehová y el plantío de Jehová hace ruido, y comienza a meterse en el mundo espiritual el enemigo se confunde. ¡Ah!, muy similar a Josafad.
Y cuando los árboles se movían era como el ruido de una marcha. Yo quiero decirte que cuando comenzamos a alabar y adorar a Dios en el Espíritu el enemigo lo interpreta como una marcha de un ejército, y la adoración intimida al enemigo. No la queja, cuando él escucha queja dice: esto es papita para mí. Pero cuando encuentra un pueblo que se deja soplar por el Espíritu Santo y comienza a adorar a Dios y alabarle, oye, pero el enemigo está viniendo. Sí, pero Dios me dijo que le adore.
Oye pero te estás regresando, ¿qué hago, tomo espada?. Algo habrá que hacer. Solo alaba, adórale, comienza ese ruido en el mundo espiritual, y una marcha del ejército le confundirá al filisteo. Quiero decirte amada Iglesia que este tiempo la adoración, la Presencia de Dios será un arma para ti. No la descuides. No lo tomes como algo liviano.
Fíjate, yo pensaba en dos pasajes en las Escrituras. No lo busques pero te lo voy a mencionar, tú conoces muy bien Juan capítulo 6, cuando el Señor está con sus discípulos y está la gran multitud allí. Era un día agotador para los discípulos, no había un lugar para esconderse que la multitud no los viera. Y la compasión del Señor generaba tanto trabajo para los discípulos. Él les tenía compasión y los discípulos trabajaban. Y cuando llegaron los discípulos y un día cansados de las enseñanzas del Señor y de atender a todos comienza a hacerte esta figura en tu cabeza, cuando ya creían los discípulos que el día estaba por terminar, yo me puedo imaginar la cara de Pedro, y de repente el Señor les dice: yo tengo compasión por la gente, vamos a darle de comer a todos.
¿Qué?, debes estar bromeando. ¿Por qué no los despides?. Que se vayan y que coman en sus casitas. "No" dijo, denles ustedes. ¿Oye Juan, tienes algo?. No traje nada, ni para mí tengo. Alguien grita ¿trajiste algo tú?, nadie trajo nada. Mira Señor lo único que hay aquí es unos poquitos panes y unos poquitos peces, te aseguro maestro que no alcanza, no necesito ser Dios no alcanza. Entonces el Señor le dice: ok, hagan algo. Sienten a la multitud en grupos. No hay peor cosa en la Iglesia perdonen, esto pasa en México en mi congregación, que ser ujier.
"Hermanito siéntese aquí", "no, no quiero sentarme ahí." ¡Ah!, pasa aquí también (risas). Y uno mire, yo oro para que Dios le de flexibilidad a los ujieres. "Porque allá se sentó mi abuela yo quiero sentarme con mi abuelita allá." "Es que no hay lugar allá." Y el hermanito tiene que ver a quién saca para sentar. Ujier, ¿usted es ujier verdad hermano?. Lo noté en su rostro (risas).
Les dijo: siéntenlos en grupo. El Señor tomó los panes y los peces, los bendijo, algo sucedía en las manos del Señor, el milagro comenzó. El milagro comenzó. "Vayan, entréguenlo" y empezaron los discípulos. ¿Y saben qué?, comieron todos dice la Escritura. Pero espere, espere tantito. Comieron todos y no sólo eso; dice la Escritura en el versículo 12 que el Señor les dijo a los discípulos: "Vayan y recojan lo que sobró." Vayan y recojan lo que sobró, el Señor le estaba diciendo a los discípulos, hoy me voy a poner ahorrativo. Y los discípulos, imagínense en lo que iba del día, yo también me estoy imaginando. Y saben fueron y dice la Escritura que recojieron doce cestas.
Y yo me pregunto, ¿por qué no hizo el milagro exacto?. Podía haberlo hecho exacto, ¿qué piensa usted?. Sí, sin embargo el Señor dijo: no, va a sobrar y recojan lo que sobra, no se va a tirar. Y mandó a pesar de que era un día de mucho trabajo a recogerlo todo. Pero en otra ocasión, en otro pasaje que usted conoce muy bien en el Libro de Mateo capítulo 26 versículo 9, nos cuenta este pasaje, solo se lo voy a mencionar, que estaba el Señor Jesús en una casa y de repente interrumpe una mujer y entra con un vaso de alabastro y se tira a sus pies, y quiebra el vaso de alabastro y se empieza a derramar por todos lados. Y yo me imagino la mentalidad de ahorro de los discípulos, ya me veo juntando el perfume.
De hecho algunos dijeron: ¿por qué se produce ese desperdicio?. ¿Por qué en una ocasión el Señor no desperdición con los panes?. ¿Cuál era la diferencia que en esta ocasión sí se podía desperdiciar?. ¿Por qué el Señor mandó juntar las doce cestas de panes, pero por qué no detuvo a esta mujer cuando el perfume se estaba desperdiciando?. ¿Por qué detuvo aún los pensamientos de los discípulos y dijo: de esto se hablará donde se predique el Evangelio, del desperdicio de esta mujer. No dijo que se va a hablar de los panes.
¿Cuál era la diferencia?. La diferencia era y el Señor habló a mi corazón, es una nueva estrategia para su pueblo: los panes eran para su pueblo, pero el perfume era para Él. Y yo quiero decirte algo, Marta y María, Marta no sabía la diferencia. Ella no podía, ahorraba con los panes y no desperdiciaba el perfume. Desperdiciaba todo con los panes. Oye ¿pero está mal darle al pueblo?, no. Pero llega un momento que hay un límite que marca la importancia y marca prioridad en nuestra vida, si hay algún lugar donde tenemos que derribar, entregar, soltar y decir que toda mi vida se desperdicie es cuando mi copa entra al mundo espiritual y comienzo a adorarle, y comienzo a proclamar Su Nombre, ahí es donde no tengo que tener límites.
Ahí es donde tienes que desperdiciar tu vida. Cuando descubres que la adoración es una herramienta que Dios está soltando porque intimida. Sabes, cuando esta mujer vino el Señor dijo: dejadla. El Señor estaba dando una orden en dos direcciones; le estaba diciendo a la mujer: continúa lo que estabas haciendo, pero también esa orden: dejadla, le estaba diciendo a sus enemigos, le estaba diciendo a los discípulos que la querían quitar: retrocedan, y eso es lo que hace la adoración.
Cuando empiezas a adorar, el enemigo retrocede y la promesa de Dios avanza. La extraña obra. ¿Qué pasó en el valle de Perazim?. El Señor soltó una nueva estrategia en esa ocasión y en el valle de Gabaón que no lo voy a hablar ahora se enojó de una manera tremenda contra el enemigo. La extraña obra del Señor. ¿Estás pasando por un problema, sientes que el piso se te mueve?. Quizás los temores quieren subir tu piso. ¿Sientes inseguridades?. ¿Crees que la depresión que el Señor te liberó, temes que vuelva?. ¿Tienes temor a que se quiebre tu matrimonio?. Regresa a las fortalezas, métete en el mundo espiritual y que la copa de tu vida como árbol de justicia se mueva de acuerdo a los vientos del Espíritu, y el Espíritu Santo siempre te va a llevar a toda verdad. Y la verdad es Cristo, y Él puede, y esa verdad va a quemar dentro tuyo.
Y cuando tú adoras hay alguien que retrocede y se declara en el mundo espiritual: dejadla, dejadla. Yo te digo a ti Iglesia: no ahorres en adoración. Adórale. Dale gloria, como esta mañana lo estábamos haciendo. No digas: ay, no tengo ganas. Hay uno que está esperando que lo hagas, y hay otro que está esperando que no lo hagas.
Sabes me encanta David porque David se daba cachetitos él solo y se daba orden a sí mismo, y se decía: alma mía, alaba a Jehová. Alma mía, ¿qué estás pensando?, alaba a Jehová. Hazte cachetito esta mañana, alma mía alaba a Jehová. Dale cachetito al del lado despacito: alaba a Jehová, porque Él es digno de alabanza. Quiero decirte, toda esa estrategia, alaba más en el auto, dí: alma mía, alaba a Jehová. No pienses. No pienses en tu imposible. Aprende a alabar y para que el Señor diga dejadla, y todo imposible retrocede, y retrocede, tú alaba al Señor y cada vez que tú alabas y bendices, y la copa se mueve, hay alguien retrocediendo. ¿Podemos hacerlo antes de irnos?. Ponte de pie esta mañana.
¿Cuántos árboles de justicia hay en este lugar?. ¿Podemos levantar las manos así, como si fuera la copa de nuestro árbol?. ¿Qué sucede con las copas de los árboles cuando hay viento?. ¿Puedes mover tus manos como si la copa, el viento la está moviendo?. Dile alma mía, alaba a Jehová. Háblate y dí: alma mía, alaba a Jehová. Dile a tu alma, alma mía: alaba a Jehová. Y te digo algo más: no te olvides de ninguno de sus beneficios. El viento del Espíritu está en este lugar.
La relación entre fe y conducta
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Cuando escuchamos la palabra de Dios tenemos que creerle y yo quiero saber esta tarde si usted va a creer la palabra, porque sino ni predico, vayámonos todos a comer, a ver quién invita. Porque predicar en medio de un pueblo que no cree, es mejor no predicar. Porque Hebreos, capítulo 11, versículo 6 dice que “sin fe es imposible.”
Mire, no la vamos a lograr, sin fe es imposible agradar a Dios. Oye, pero si yo canto bonito, sí, pero si no tienes fe no te sirve. Oye, pero tu no te imaginas lo que yo sirvo, el esfuerzo que hago. Pero si no tienes fe no te sirve. Oye, pero yo hago garabatos, salto, brinco, tengo trinquete. No te sirve. Oye que soy pato o gallareta, tampoco.
Me gustó, me gustó lo del trinquete. Yo tengo dominicanos allí en la escuela bíblico y voy a encontrar ahora y digo, m’hijo te me pones como trinquete, le voy a decir. Pero sabe, sin fe imposible.
Por eso es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay. Y sabe qué? Que él es galardonador de los que le buscan. Quiere decir que cuando buscamos a Dios no vengas así con las manos en la bolsa como no llevándote nada, porque cuando tu le buscas a Dios, prepárate para que Dios te sorprenda y te llene de bendiciones, porque él es un Dios que da.
Fíjense si miramos la Escritura y miramos la figura de Abraham cuando manda al siervo a buscar a una esposa. Ah, me encanta ese capítulo porque es de romántico, pero me encanta. Manda a buscar y sale Eleazar a buscar la esposa y dice que el siervo tomó regalos escogidos de la casa de su señor para llevarle a la amada.
En cuanto la vio a Rebeca empezó a soltar brazalete, aretes, cosas de oro, empezó a soltar los regalos escogidos. Mire, cada vez que el padre se encuentra con la amada, cada vez que tu vienes a la presencia del Señor, el Espíritu Santo, el siervo empieza a soltar regalos escogidos de la casa del Padre para ti. Por qué? Porque el es un Dios galardonador. Necesitamos creer.
Cuánto creemos, cuántos de los que están aquí tienen promesas que están esperando? No me diga amén, levante su mano, quiero ver la mano. Quiero que el cielo le saque fotos, porque le está sacando fotos el cielo. Levante su mano porque a veces el ángel se tarda. Promesas, usted las está esperando? Bueno, entonces usted esta tarde necesita creer , creer, creer.
Sabe, yo hoy estoy caminando, tengo 44 años, usted no va a decir nada a nadie. Tengo 44 años, pero hoy en mi vida estoy caminando en promesas que Dios me dio cuando yo tenía 12 años. Yo crecí en un ministerio profético, un hombre de Dios que no lo he vuelto a ver, alguien que se mueva con ese nivel de unción, un americano, un hermano americano, era pastor en Argentina, yo era una niña, la primera, en mi familia nadie conocía al Señor.
Me acuerdo en un culto, en un servicio yo estaba en un rinconcito, era una iglesia rectangular y yo en el rinconcito más rinconcito estaba ahí, y era un viernes y antes de la reunión, este hermano está por empezar el culto, quien era mi pastor, y se para detrás del púlpito y quiere empezar a predicar y yo le veía, y digo, qué le pasa a este? No podía hablar, en eso deja el púlpito –yo tenía 11, 12 años− baja corriendo de la plataforma, va corriendo, me busca entre las sillas y se para frente a mí y me dice, el Señor te dice, que te llevará lejos, te llevará a otra nación, dejarás a tus padres, dejarás a tu madre, y dejarás a tus amigos, y esa nación será tu pueblo. Y en esa nación me conocerás y verás mi gloria, y yo tenía 12 años. Y nadie en mi familia conocía al Señor.
Sabe lo que hice yo? Llegué a mi casa a hacer una maleta. Sabe la tunda que me dio mi mamá. Yo le creí a Dios. Dios me dijo, vete y yo me iba. De hecho, cuando tuve que entrar a la escuela bíblica, algo comenté ayer, mi padre me sacó un arma. Mi padre es un italiano que siempre carga un arma, hasta el día de hoy. Cristiano, tiene fe en Dios pero la lleva acá.
Y lleva siempre un cuchillo y un tenedor. Por si alguien tiene duda le digo que voy a comer un asado, me dice. Pero el día que yo me iba a la escuela bíblica, mi padre se me para enfrente y me saca el arma, a su hija adolescente, y me dijo, te prefiero prostituta. Papá, si vas a tener que disparar, dispara, y no te estoy mintiendo, en lo que te estoy diciendo, pero yo me voy porque el Señor me está llamando.
Yo no sé usted pero cuando a mí Dios me habla, yo le creo. Y ya ahora que soy cuarentona y que estoy viviendo las promesas que Dios me dio a los 12 años, me llevó a México y ha hecho que México sea mi nación. Mis hijos son mexicanos. Regreso a Argentina y me siento extranjera, en la cual tendría que ser mi tierra, porque tengo cara de [inaudible], hablo como chile, porque Dios me dio esa tierra dentro mío. Sabe por qué? Porque Dios lo que dijo lo cumple. Por eso esta tarde te digo, necesitamos creerle a Dios.
Si Dios te dijo que iba a hacer una obra en la vida de tus hijos, qué tienes que hacer? Creerle. No preguntes cómo, ni cuándo, el se reserva el cómo y el cuándo. Él se reserva el tiempo y la manera de obrar, pero que lo va a hacer, lo va a hacer. Porque él no es hombre para que mienta, lo que él dijo lo va a hacer.
Sabe qué? Hemos tenido la costumbre, y bueno, el Señor lo va a hacer. Y actuamos como que la promesa está lejos. Discúlpame, pero estamos viviendo tiempos donde nuestros padres espirituales les llevó 30 años ver, en nuestra generación, la mía, lo está viendo en 10 y déjenme decirte que a mis hijos, y mis hijos espirituales, lo van a ver en 5, y a mis nietos, lo van a ver en 3, y a mis bisnietos en menos, por los tiempos que estamos viviendo.
Es el tiempo del cumplimiento de la promesa. Mira, se emocionan mucho con el nuevo edificio. Prepárate porque Dios te va a poner a trabajar. Mire pastor, bajó el amén.
Hebreos 11:6, quiero hablarte esta mañana de cuán relacionado está lo que tu crees con tu conducta. Si tuviera que ponerle un título a mi mensaje le pondría ‘La relación entre fe y conducta’. Cómo lo que tu crees determina cómo tu actúas.
A veces no le creemos a Dios y no actuamos porque no creemos. Tenemos una fe tan pequeña, un nivel de fe tan pequeño, que no le creemos, entonces nuestro actuar es de acuerdo a la poca fe que tenemos. Cuando el Señor solo lo voy a mencionar, cuando el Señor le habló a Abraham, le dijo, sal de tu tierra y de tu parentela. Luego de muchas cosas dice que el Señor otra vez le habló a Abraham y le dijo, Abraham, no temas. Génesis capítulo 15, no temas, Abraham, yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.
Qué es algo grande? A ver, hazme así con la mano. Qué es algo grande para ti? De paso despiertas al de al lado. Ahora te voy a hacer otra pregunta, qué es algo sobremanera grande? Ahora te voy a hacer otra pregunta, qué es algo sobremanera grande en la mente de Dios? No nos entra aquí.
Imagínate Dios le dijo a Abraham, no temas, yo soy tu galardón, es decir, yo soy tu regalo y lo que voy a hacer contigo, va a ser sobremanera grande, va a ser más allá de lo que tu esperas. Yo me imagino que si Dios te habla así estarías sobre la silla gritando, guau, que tremendo. Saldrías afuera a gritar, momento, pare todo el mundo, Dios hará cosas grande conmigo. Pero qué crees que hizo Abraham? Y eso que no era de Boston. Sabes qué hizo Abraham? Dijo, Señor, entiendo todo lo que me estás diciendo, pero cómo es que lo harás? No te das cuenta que ya soy viejo, y mira a Sara cómo anda, y no tengo hijos, y lo único que tengo es un ciervo. Será que por ahí lo vas a hacer.
Entonces Dios le dice, Abraham, sal fuera. Por qué cree usted que Dios le dijo a Abraham, sal fuera? Por qué? A ver, que alguien me diga. Por qué cree usted que Dios le dijo sal fuera? Qué dice usted, pastor? Para expandir su visión. Quién más? Para hacer el milagro. Por qué cree usted que Dios le dijo? Por la mentalidad cerrada de Abraham, ¿verdad? Quién más tiene otra opinión? Por las maravillas que Dios ha hecho en el universo. Qué más? Alguien tiene otra opinión diferente? No? yo sí. Sabe por qué le dijo que saliera afuera? Porque estaba adentro.
Disculpe pastor. Se da cuenta cómo nos complicamos. Sabe por qué no podemos ver lo que dijo el hermano, las maravillas y las grandezas de Dios? Porque estamos adentro de nuestras cuevas y de nuestras tiendas. Y lo que Dios le estaba diciendo a Abraham, te voy a sacar tu techo y te voy a mostrar el techo de los cielos. Te voy a sacar de tu limitación. Te saco porque primero Abraham le dijo, ven y mira, mira mis miserias. Pero luego Dios le dijo, ven, sal fuera y mira, ahora te voy a mostrar yo, Abraham, te voy a mostrar sabes qué? Los cielos porque tienes un techo de tu tienda que no te deja ver lo que yo quiero hacer contigo.
Saben lo que Dios te está diciendo esta tarde? Sal fuera. Dios te va a llevar fuera de tus temores. Dios te va a llevar fuera de tus limitaciones. Dios te va a llevar fuera de las circunstancias del pasado que le pone límite para que tu no veas lo que Dios quiere hacer contigo. Prepárate, iglesia, porque con el nuevo templo Dios va a traer una nueva mentalidad sobre ti. Dios te va a llevar a poner en el pie en ese nuevo lugar y Dios te va a llevar con una nueva mentalidad y tu cielo va a ser el límite. No va a ser una tienda, no va a ser tu pasado, no van a ser tus heridas, va a hacer lo que Dios habló sobre ti, sobre esta ciudad. Necesitamos creer.
Ahora te voy a mostrar dos casos en las Escrituras donde de acuerdo a lo que creemos actuamos. Te voy a mostrar el primero, quiero que me acompañes al libro de Primera de Samuel, para mostrarte cuán relacionado está nuestra fe con nuestra conducta. Primera de Samuel capítulo 21, en algunas versiones está como título del capítulo ‘La gran huida de David’. David huye de Saúl, qué corrida se daba este hombre. De un lado para el otro, la persecución y la gran oportunidad de tantas veces que tenía David, pero no vamos a hablar de esto hoy, y cómo no tocó al ungido.
Pero en esta ocasión, en este capítulo David sigue huyendo de Saúl. Dice el versículo 10:
“David en Gath, ahí estaba, ese mismo día David, todavía huyendo de Saúl, se dirigió a Achis, rey de Gath. Los oficiales le dijeron a Achis, no es este David el rey del país? No es él por quien danzaban y en los cantos decían Saúl destruyó a un ejército pero David aniquiló a 10?
En otras versiones lo dice diferente, creo que aquí tengo otra versión, versículo 10, vuelvo a leerlo en otra versión en español.
“ Y levantándose David aquel día huyó de la presencia de Saúl y se fue a Achis, rey de Gath y los siervos de Achis le dijeron, no es este David el rey de la tierra? No es este de quién cantaban en las danzan diciendo – que dicho sea de paso, eran las mujeres que cantaban – hirió Saúl a sus miles y David a sus diez miles. Y versículo 12, fíjense, dice que David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Achis, rey de Gath, y cambió su manera de comportarse delante de ellos y se fingió loco entre ellos. Y escribía en las portadas de las puertas y dejaba correr la saliva por su barba…”
Algunos piensan que esto de los grafitis en las paredes es algo nuevo. David era un grafitero de primera. Dice que cuando vino el rey Achis y los siervos le dijeron, este no es el rey David, ese no es, dice que cuando él escuchó eso, esas palabras las puso en el corazón David, y cuando puso la palabra del enemigo del temor en su corazón inmediatamente lo que cambió fue su comportamiento.
Y cuando tuvo temor se fingió loco y empezó a actuar como loco y empezó a escribir en las paredes y dice que la baba le caía sobre su barba. Hágale al de al lado. Sabe las veces que andamos como locos en el mundo conociendo al Señor, porque hemos puesto nuestro corazón y la mentira del enemigo?
Yo te pregunto esta tarde, qué has puesto en tu corazón? Porque para creerle a Dios necesitas poner la verdad y la promesa de Dios en ti y atesorarla y guardarla y cuando tu le crees a Dios y abrazas la promesa de Dios, y abrazas lo que él habló a tu vida, no importa lo que otros digan, no importa los reyes de este mundo que diga, pero tu quién eres? Pero tu qué te haces? Pero tu quién te crees para actuar así? No importa, lo que otros digan, cuando lo que tu pones en tu corazón es la verdad de Dios y lo que Dios ha declarado sobre ti y lo que Dios ha declarado sobre tus hijos, sobre tu matrimonio, sobre esta ciudad, tu comportamiento va a ser en dirección a lo que Dios habló.
Yo me doy cuenta que la iglesia de hoy está llena de locos porque no le creen a Dios. Y vivimos en el mundo y nos comportamos como el mundo porque no le creemos a Dios. Cuando Dios está buscando un pueblo que camine en su verdad y le crea. Yo no sé lo que te han dicho en tu niñez, yo no sé cuánto te han herido y te han hablado en tu niñez, si te han dicho que tu no puedes, que es imposible tu sueño que se cumpla, pero quiero decirte este día, que si salió de la palabra de Dios y fue Dios el que habló sobre tu vida, no importa lo que digan los demás, lo que Dios dijo se va a cumplir.
Y no tienes que actuar como el mundo, actúa de acuerdo a la promesa. Cuando ponemos en el corazón palabra de temor, a veces no interpretamos lo que es huir y resistir porque no le creemos a Dios cuando dice Efesios 6 que somos atacados por hacer el bien, Efesios 6 dice:
“…Resistid al diablo…”
Y nosotros muchas veces en vez de resistir huimos. Y cuando tenemos que huir porque huye de algunas cosas mejor, huye, corre de allí, nosotros como malinterpretamos la palabra, en vez de huir decimos, acá resisto. Y resistimos donde tenemos que huir, y huimos donde tenemos que resistir. Y Dios está llamando a un pueblo que conozca la palabra, que camine la palabra, y que crea la palabra, el rema de Dios revelado al corazón.
Mire, yo le tengo que confesar algo, y disculpo si lo desilusiono esta tarde. Usted sabe que jamás tuve una visión. Yo no vi nunca ni siquiera una vaca dentro de un baño. Nunca vi nada. Me acuerdo en la escuela bíblica Dios visitó nuestro seminario y todos mis amigos, mis compañeros hablaban en no sé cuántos idiomas, caían, el Señor los llevaba a los cielos, tardaban dos horas en volver, y venían y contaban grandezas y cosas tremendas, revelaciones y todo, y qué cree? Yo estaba como estas columnas ahí. Nunca, nunca tuve una visión. Sabe cómo a mí me toca caminar? Por esta.
Ahora usted me dirá, qué no está de acuerdo con los sueños? Sí, que bueno. No está de acuerdo con las experiencias? Sí, me encanta que Dios te tire, te toque. Que bueno. Todo perfecto, pero todo tiene que ser filtrado por esta. Yo sé que lo que el Señor dijo aquí y lo que él prometió y él aquí dice que soy su hija y que él ha ganado el mayor botín en la cruz para mí, y yo me he determinado aún en mi juventud creerle. No solo para mí sino para el fruto de mi vientre, para los míos y para el fruto de mi vientre espiritual, porque Dios te da tanto hijos naturales como hijos espirituales. Yo creo que lo que Dios ha hablado en mi vida lo creo para mis hijos.
No me importa lo que se ve, no me importa lo que el enemigo grite a mis espaldas. Una cosa sé, lo que Dios dijo lo va a hacer, lo va a hacer. Permíteme, ahora David tenía un problema. El problema de David fue poner en el corazón lo que el enemigo dijo y trajo temor. El temor detiene tus pies, el temor no te deja avanzar. Yo te puedo contar cómo en mi vida por años el temor no me dejó avanzar. Yo era una persona de mucho temor, si tu supieras quién era yo, no me imaginas a mí aquí parada detrás de este púlpito. Jamás lo hubiese hecho. Porque por años el temor, porque atesoré palabras de mentira que otros habían declarado sobre mí, tu no sirves, cómo Dios te va a usar a ti? No, tu no tienes herencia, me habían dicho. No, para ti no es, cómo tu? Mira de la familia que vienes. Nadie en tu familia, mira la herencia que traes, Dios no te puede hacer a ti, literalmente y yo lo creí.
Por años estuve así. Quiero confesarles algo, sabe, y esto le va a parecer extraño pero por muchos años en el ministerio yo fui la gran frustración de mi marido. Y algún día él se los va a decir. Sabe por qué? Porque él sí creía lo que Dios tenía para mí y yo no lo creía. Nunca le tuve miedo al trabajo pero sí no le podía creer a Dios que Dios me podía usar. Porque el espíritu de temor había atado a mis pies, porque le había dado lugar aquí y me comportaba como loca.
Y te lo cuento porque siento que esta iglesia está entrando en un gran desafío en el mundo espiritual y no puedes estar con tus pies atados, ni de temor, ni de angustia, ni de depresión, ni de mirar el pasado. Prepárate porque Dios quiere soltar tus pies para la sorpresa, para lo sobremanera grande que Dios quiere traer para este lugar.
Algunos cantamos, si tuviera fe como el grano de mostaza. Sabes cuál es la característica del grano de mostaza? Que no se queda chiquito. Y todos andamos… que lindo que suena, pero la característica es que entra en un proceso y se convierte de ser la semilla más pequeña en un árbol tan grande y la fe tiene que ir creciendo como el grano de mostaza, chiquita a más, más, más y prepárate iglesia, porque Dios te va a llevar de la pequeñez a más, a más, a más y te va a sorprender.
Dice que David cambió su comportamiento. Pero quiero mostrarte cómo cuando sabemos quiénes somos, nuestro comportamiento cambia. Y quiero darte el más grande de los ejemplos, quiero hablarte de Jesús. Y quiero que me acompañes al libro de Juan, capítulo 13, te voy a decir que es uno de mis capítulos preferidos. Juan capítulo 13.
Hace poco estaba dando una clase en la escuela de ministerio la cual dirigimos con mi esposo en Buenos Aires, la clase era restaurando la visión de Dios para la iglesia de este siglo. Era un bimestre que me tocaba la clase y en esa ocasión me llevó a hablar el Señor, me tocaba dentro del tema, Juan capítulo 13 y se me ocurre por esas cosas, ocurrencias no sé de dónde, antes de empezar la clase puse al costado de mi púlpito en el salón de clases, donde viene gente de otros lados, de otras culturas, puse una toalla y una palangana, o un recipiente con agua ahí y no dije nada. Saludé a los alumnos y empecé mi clase y al costadito en el rincón lo dejé. Y empecé a impartir mi clase y en un momento el Espíritu Santo cayó en ese lugar y alguien se levanta y toma la palangana y comienza a lavarse los pies a otros alumnos. Quiero decir que no pude terminar mi clase.
No los mandé, no dije, pero el Espíritu Santo te sorprende. Por eso es uno de mis capítulos preferidos, dice, capítulo 13 del Evangelio según San Juan, dice:
“…Antes de la fiesta de la pascua sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin, y cuando cenaban como el diablo ya había puesto en el corazón Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase −y fíjate el siguiente versículo lo que dice,− sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en la mano y que había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena y se quitó su manto y tomó una toalla y se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y a enjugarlos con la toalla que estaba ceñida…”
Es como que me causa más de una vez conflicto a mí, en mi interior, este pasaje porque pareciera que se forma como un sándwich, a ver si me entienden, perdón la simpleza con la que te hablo. Pero primero empieza el capítulo diciendo, antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado… Te imaginas lo que Jesús sabía, sabía que el cumplimiento de la voluntad del Padre, la razón por la cual él estaba en la tierra, llegaba a su momento, llegaba el cumplimiento del Padre. Sabiendo Jesús que la hora se acercaba, yo me imagino el siguiente versículo sería tremendo.
Dice que Jesús sabía los tiempos que estaba viviendo, y dice, y sabiendo que ya el diablo había trabajado en el corazón de Judas, dije bueno, después de esto qué se viene? Después de este versículo, fíjate dice, sabiendo Jesús – versículo 3− que el Padre le había dado todas las cosas en sus manos, que del Padre venía y al Padre iba, si fuera yo la que escribo el Evangelio y tendría que yo marcar la historia diría, sabiendo quién soy y de dónde vengo, sabiendo que el Padre me ha dado todas las cosas en mi mano, sabiendo que Satanás ya entró en el corazón de Judas, sabiendo quién soy y el poder que tengo, mando un rayo que lo fulmine.
No dice eso. Dice sabiendo Jesús que del Padre venía y al Padre iba, y que todas las cosas le habían sido dadas en sus manos, sabía quién era, tenía una identidad con el Padre, si hubiese mandado un rayo, hubiese actuado como loco, si hubiese mandado a fulminar a Judas, hubiese actuado como David frente a Aquís, pero Jesús tenía bien clara la identidad con el Padre y de algo tan tremendo que marcaría la historia, porque es el parte agua de la historia lo que estaba por suceder, de la historia de la eternidad, desde antes que el mundo fuese, el deseo del corazón del Padre se estaba por cumplir la razón por la cual el Padre había enviado a su Hijo, se estaba por cumplir. Él sabía y pareciera que de aquello tan espiritual, tan profundo, le dio tanta identidad al Hijo que fue capaz de tomar una toalla y un lebrillo y lavar los pies.
Cuando la identidad de lo que Cristo es en ti, de lo que él ha hablado, de lo que él ha dicho, te lleva a hacer cosas que aún para la mente no son comprensibles. Sabiendo Jesús que del Padre venía y al Padre iba, pudo bajar y lavar los pies.
Sabes por qué a veces actuamos como locos? Porque no sabemos ni dónde venimos ni a dónde vamos. Sabes por qué tantas veces andamos que será Dios, no será Dios? Por qué? Porque no pasamos tiempo delante del Señor para que él traiga lo que él es en nosotros.
Déjame decirte que Dios está buscando hijos, hijos maduros. Dios está buscando este tiempo, está esperando la manifestación de los hijos ullos, aquellos de mayoría de edad, aquellos con madurez que saben que son hijos del Padre y que toman del reino, toman el poder del Padre y actúan aquí en este mundo. Porque saben que son hijos del Rey.
Jesús dijo, denme la palangana y la toalla y comenzó a lavar los pies. Yo al mirar esta Escritura puedo ver algo tan alto, sabiendo que venía del Padre y que al Padre iba, mandó a los ángeles que vengan, no pareciera que de este sándwich de estos versículos, de algo tan espiritual de repente pasa algo tan bajo, la actividad más bajo de un siervo, lo más bajo era lavar los pies y sin embargo, Jesús conociendo quién era, sabiendo su posición en el mundo espiritual, lo que estaba por suceder, a poco tiempo de allí ya sabía quién era, sabe lo que hizo? Hizo la actividad más baja, lavó los pies.
Y no dice la Escritura le lavó los pies a 11 de sus discípulos, porque si soy yo se lo lavo con cianuro, ácido muriático a Judas, agua hirviendo le meto. Tu también harías lo mismo. Pero no dice eso, dice que le lavó los pies a sus discípulos.
Cómo pudo? Cómo pudo? Sabes por qué? Sabía quién era. Sabía de dónde venía. Sabía quién lo había llamado, sabía quién era su Padre. Sabía cuál era el plan del Padre. Sabía que el Padre no se equivoca. Sabía que la palabra del Padre era mayor que todo pensamiento humano. Muchas veces no nos atrevemos a bajarnos y a cambiar de actitud porque no sabemos quiénes somos.
Muchas veces no podemos amar a nuestro prójimo porque no sabemos quiénes somos y a dónde vamos. Muchas veces no nos atrevemos a perdonar porque no sabemos quiénes somos. Muchas veces no creemos la palabra de Dios y actuamos como locos porque no tenemos la identidad de hijos de Dios.
Es el tiempo que Dios está buscando hijos, no esclavos, hijos porque son los hijos que se manifiestan para su gloria. Él no vino por esclavo, él no dio su vida por esclavos. Él vino y produjo hijos, hijos de Dios. Oye, y tu quién te crees? Me creo hija. Y porque soy hija tengo derechos.
Y comenzamos a lavar los pies. Oye, pero no, cómo voy a hacer esa actividad? Esa que la haga otro, yo no, yo soy líder acá, yo no. es que por qué? Cuando eres hijo, cuando sabes quién eres les lavas los pies hasta a Judas. Le crees a Dios, sabes por qué necesitamos pedir que el Espíritu Santo venga y sople en medio nuestro en todo este lugar? Porque empieza a soltarse su presencia la certeza, soy hijo. Y cuando soy hijo soy capaz de responder al desafío que sea.
Ay, pero estás mal, mira lo que vas a hacer. Yo sé que Dios no se equivoca. Yo sé que Dios me dijo que lo iba a hacer con los míos, y lo va a hacer. Yo sé que el Señor se va a encargar del otro edificio. Yo sé que el Señor tiene su plan. Pero por qué? Porque soy hija y por cuanto somos hijos tenemos derechos y tenemos herencia.
Y cuando tu le crees a Dios tu fe afecta la conducta. Hoy el pastor hablaba de la hermana que se atrevió a dar un paso de fe en el desafío de la congregación para el nuevo edificio. Oye, pero tu qué estás haciendo? Mira la economía, no ves las noticias? Yo sé que soy hija. Yo sé, no me importa lo que digan todo el mundo, yo sé que soy hija y me atrevo a hacer cosas que para otros son locuras, pero porque soy hija y yo sé que él no me va a fallar.
Sin fe es imposible agradar a Dios. Déjame decirte que Dios en cada momento, y mira, aún antes cuando estábamos viniendo de la oficina, se percibía que los vientos del espíritu en este lugar, estaban cantando y estábamos en otro… no sé dónde estaba, pero estaba en algún lugar de aquí, pero se percibía el Espíritu Santo en este lugar.
Sabes qué? Dios está soltando la certeza. Para qué el Espíritu Santo viene? Porque te quiere traer la certeza, quiere cautivar tu corazón y quiere llevarte a toda verdad. y la verdad es que Cristo Jesús te ha hecho hija del Padre. Eres hija y cuando tu vienes delante de Dios sabes de dónde vienes y a dónde vas. Y eres hija, hijo, de Dios.
Y yo quiero esta tarde, antes de entregar este lugar y antes de retirarme, yo quisiera todos aquellos que levantaron la mano que tienen una promesa, que se pongan de pie. Si pueden los músicos venir, por favor, cómo los he hecho trabajar. Dios te bendiga hijo. Gracias.
Quiero que cierres tus ojos y que empieces a desenterrar esa promesa. Algunos han recibido promesas en la niñez y han pensado, no, ya no. déjame decirte que sí, sí, Dios lo va a hacer. Quiero todos los que tienen promesas, cierren sus ojos y empieza a traer esa promesa a tu corazón. Comienza a traerla.
Porque no te he dicho que si crees verás mi gloria. Cuando Lázaro estaba enfermo pensaba en que Jesús llegaba tarde. Él no llega tarde, ni llegó tarde a la casa de Betania, no va a llegar tarde a tu casa tampoco. Tu dirás pero mi problema ya huele, no me importa, él lo va a resucitar. Y lo que él ha dicho lo cumplirá.
Fe. Fe. Fe. Fe. No hay Dios tan grande como tu. No lo hay, no lo hay, no lo hay, no lo hay. No hay Dios que pueda hacer las obras como tu las haces. Señor, esta tarde yo declaro que en este lugar tu tienes hijos. Y Señor, este día tu levantas y traes frente a ellos promesas y los acercas al día del cumplimiento. Señor, hay algunas vidas que han esperado por años a ti te digo, se acerca el tiempo del cumplimiento, verás su gloria. Lo verás en tus hijos, lo verás en tu matrimonio, lo verás en tu familia, lo verás en tus finanzas, lo verás. Por qué? Porque eres hijo, eres hijo.
Señor, tu llevas a esta iglesia a un nuevo nivel de fe, un nuevo nivel de fe. Señor, tu ensanchas, levantas estacas, ensanchas el territorio pero Señor, antes que el natural ensanchas el espiritual, lo ensanchas. Tu gloria, Señor, tu gloria. Padre, yo los bendigo y te decimos este día que confiamos en ti.
Sermon clásico #6062: El arca dentro de nosotros
Primera de Samuel, vamos a ir al capítulo 4, yo voy a repasar otra vez este pasaje, quiero continuar entonces con nuestra meditación en torno al tema de la santidad. Y yo espero que este estudio de la santidad no sea algo estéril para usted, yo no quiero que así sea, sino que quiero verdaderamente que usted sea bendecido, que su mente sea abierta, que usted se entusiasme, que vea la santidad no como algo seco, estéril y aburrido, sino como una meta a la cual debemos apuntar, que está llena de gozo y de promesas de parte del Señor. En realidad la santidad es el camino al gozo, el camino al poder. No está diseñada para aguarnos la fiesta, sino todo lo contrario, para hacer posible que la vida abundante de Cristo se manifieste en nuestras vidas.
Y así tenemos que ver la santidad, no como santurronería, digo yo, son dos cosas diferentes, sino como un regalo que Dios tiene para nosotros. Capítulo 4, Primera de Samuel, dice que Samuel habló a todo Israel, es decir, yo pienso que quiere decir que profetizó, le ministró, le habló para que corrigieran sus caminos. Vimos la bancarrota espiritual en que se encontraba Israel como consecuencia de la pobreza de sus líderes. Dios levanta un gran hombre, que es Samuel, un profeta que comenzó a reedificar los muros espirituales de ese pueblo. Y entonces aquí Samuel comienza su ministerio y dice que él habló, le ministró a todo Israel.
Por aquel tiempo salió Israel a encontrar en batalla a los filisteos y acampó junto a Ebenezer, y los filisteos acamparon en Afec, y los filisteos presentaron la batalla a Israel. Y trabándose el combate Israel fue vencido delante de los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a 4 mil hombres. Cuando volvió el pueblo al campamento los ancianos de Israel dijeron, ¿por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos? Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto de Jehová para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos. Y envió el pueblo a Silo y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos que moraba entre los querubines. Y los dos hijos de Elí, Ofni y Finés, estaban allí con el arca del pacto de Dios. Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. Cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo dijeron, que voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. Y los filisteos tuvieron miedo porque decían, ha venido Dios al campamento y dijeron, ay, de nosotros, pues antes de ahora no fue así, ay de nosotros, quién nos librará de las manos de estos Dioses poderosos? Estos son los Dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto. Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres para que no sirváis a los hebreos como ellos os han servido a vosotros. Sed hombres y pelead. Pelearon pues los filisteos e Israel fue vencido y huyeron cada cual a sus tiendas, y fue hecha muy grande mortandad pues cayeron de Israel 30 mil hombres de a pie y el arca de Dios fue tomada y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finés…”
Dice, “…. Y corriendo de la batalla un hombre de Benjamín, llegó el mismo día a Silo, rotos sus vestidos y tierra sobre su cabeza y cuando llegó he aquí, que Elí estaba sentado en una silla vigilando junto al camino porque su corazón estaba temblando por causa del arca de Dios…”
Este hombre se imaginaba el desastre que venía, el sabía de qué se trataba. Era un hombre ya de mucha experiencia espiritual, aunque no supo usarla.
“… Llegado pues aquel hombre a la ciudad, y dada las nuevas, toda la ciudad gritó. Cuando Elí oyó el estruendo de la gritería dijo, qué estruendo de alboroto es este? Y aquel hombre vino aprisa y dio las nuevas a Elí. Era ya Elí de edad de 98 años y sus ojos se habían oscurecido de modo que no podía ver. Dijo pues aquel hombre a Elí, yo vengo de la batalla, he escapado hoy del combate y Elí dijo, qué ha acontecido hijo mío? Y el mensajero respondió diciendo, Israel huyó delante de los filisteos y también fue hecha gran mortandad en el pueblo, y también tus dos hijos, Ofni y Finés, fueron muertos, y el arca de Dios ha sido tomada. Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios Elí cayó hacia atrás de la silla de la puerta y se desnucó y murió porque era hombre viejo y pesado y había juzgado a Israel 40 años….”
Vamos a dejarlo allí, hermanos, el resto de la historia es también muy triste, pero creo que tenemos una idea del desarrollo de este evento, como Dios se cumplió su promesa terrible, su castigo que le había prometido a Elí y a sus hijos como consecuencia de su descuido espiritual. Pero vamos ahora a meditar en esto y vamos a pedir que Dios nos bendiga en nuestro estudio.
Bueno, hermanos, estábamos diciendo el domingo pasado que hay una relación íntima entre el poder y la santidad. Decíamos que la santidad y el poder son hermanos, que no se pueden separar uno del otro. La santidad es el conducto a través del cual fluye el poder de Dios a nuestras vidas. Si nosotros queremos que la gracia de Dios esté en manifestación en nuestra vida, si queremos ser partícipes de los dones del Espíritu Santo, si queremos tener autoridad espiritual, tenemos que vivir una vida que agrade al Señor. No podemos estar viviendo en dos aguas.
Dice la palabra de Dios que el hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. No podemos estar con Dios y con el diablo, con el mundo y con el espíritu. Tenemos que servir a un solo Señor y si queremos que Dios manifieste todo su poder en nuestras vidas, tenemos que ceñirnos, ceñir nuestra vida, nuestro patrón de vida a lo que Dios manda en su palabra, a los valores del Reino de Dios.
Yo quiero continuar con este pasaje que nos expresa eso, porque aquí vemos que Israel cree que simplemente pues trayendo el arca van a resolver su problema. Y la cosa es mucho más honda que esto. Y yo quiero que continuemos en esa dirección. Hay algo que a mi me impacta acerca de este pasaje y es que vemos que Israel estuvo en una esterilidad espiritual tremenda durante muchos años. Veíamos en un pasaje anterior que dice que la voz de Dios no llegaba a Israel, no había, dice, profecía con frecuencia. Silo, donde estaba el arca de Dios, donde estaba el templo de adoración, estaba en una esterilidad tremenda. Dios había sido contristado por la impureza de Ofni y de Finés, de Elí y del pueblo de Dios también que se había dejado contaminar. Y el Espíritu Santo dejó de hablar. La iglesia, por así decirlo, dejó de recibir revelación, dejó de haber manifestación de los dones de Dios en medio de Israel.
De momento Dios levanta a Samuel. Samuel, un hombre de Dios, consagrado al Señor, criado en el templo, criado en las cosas de Dios, recibe palabra de Dios en una forma abundante y se constituye en un profeta, en un juez espiritual en Israel, que rige al pueblo con una mano sabia e íntegra. Y Dios comienza a hablarle otra vez a Israel.
Yo creo que eso, como decíamos, el significado de ese versículo al principio del capítulo 4 que dice, que Samuel habló a todo Israel. Comenzó a ministrarle a Israel y Dios respaldó la profecía y la predicación de Samuel con el cumplimiento de todo lo que Samuel profetizaba. Y vemos entonces que de ahí se salta y dice que entonces Israel trabó batalla con los filisteos. Los filisteos era una tribu muy poderosa, una nación muy poderosa cerca de los israelitas y para este tiempo los filisteos se han convertido en una nación que domina a Israel, que oprime a Israel. Era una nación más numerosa, más poderosa militarmente, e Israel ha caído en decadencia material porque la decadencia espiritual lleva una y otra vez lo vemos en el Antiguo Testamento a la decadencia material. Israel ha sido oprimido durante largo tiempo por los filisteos. De momento ellos desean libertarse del yugo de los filisteos y traban guerra, traban batalla contra los filisteos.
Y yo pienso, yo me preguntaba por qué esa conexión de que Samuel le habla a Israel e Israel comienza como a levantarse y a tratar de libertarse de sus opresores. Yo creo que hay una conexión en la mente del Espíritu Santo y de la persona que escribió esto. Yo creo, hermanos, que cuando Dios comienza a moverse en nuestras vidas, nosotros comenzamos a experimentar nuevas energías. Nuestro espíritu comienza a despertarse y a cobrar fuerza y cosas a las cuales nosotros estamos acostumbrados antes a mantenernos oprimidos y sin poder libertarnos de ellas, situaciones en nuestra vida, el rasgo de nuestro carácter, algo en nosotros comienza a despertarse y queremos quitarnos de esos yugos de encima. Porque el Espíritu Santo está comenzando a hablar a nuestras vidas. Estamos comenzando a experimentar la vida de Dios, aunque no la escuchamos claramente, aunque quizás todavía hay mucho que trabajar pero hay un nuevo impulso.
Porque cuando Dios entra a nuestra vida, cuando la energía de Dios, cuando la palabra de Dios comienza a correr en nuestras familias, en nuestros hogares, en nuestra mente, en nuestra personas, hay cosas positivas que comienzan a pasar. Hay vitalidad que comienza a surgir en nuestra vida, como una mata que no ha tenido alimento durante mucho tiempo, comienza a recibir agua, comienza a recibir alimento, comienza la vida a manifestarse en ella con más plenitud.
Y yo creo que algo de la vitalidad de Samuel y de la palabra de Dios que comenzó a caer sobre el pueblo llevó a Israel a levantarse contra sus enemigos y querer quitar el yugo filisteo de encima de ellos. Pero hermanos, hay algo importante también en esto, es que la vida de Dios está muchas veces acompañada también al juicio de Dios. Las dos cosas están ahí, a veces queremos solamente el aspecto positivo de Dios, el aspecto fácil, prometedor, conveniente de la presencia de Dios, pero hermanos, cuando Dios llega a nuestra vida hay muchas cosas que nosotros tenemos que poner en orden, porque cuando Dios viene, Dios viene con su bendición pero también viene con su juicio y con su santidad.
Y yo creo que cuando Dios comenzó a hablar a Israel, Israel comenzó también a sentir las demandas de Dios de poner su vida nacional a cuenta, de ponerse rectos con Dios. Por eso yo digo, hermanos, el peligro, cuando la gente viene a los caminos del Señor muchas veces están afuera en el mundo y hacen y deshacen, no tiene a Dios. Un día se encuentran con el Evangelio y entran al Evangelio por medio de una aceptación de Jesucristo, o lo que sea, comienzan a venir a la iglesia pero hermanos, yo quiero que usted entienda que eso es un arma de dos filos. La bendición de Dios comienza a entrar a su vida, Dios va a comenzar a hablar a su vida, pero ¿saben qué? Que Dios es un Dios que cuando trabaja, trabaja parejo y trabaja en una forma insobornable, y de total integridad, y de total pulcritud. Dios entonces va a entrar a tu vida con su bendición pero también él va a querer poner tu vida en orden. Dios va a, no solamente a bendecirte, sino que él va a comenzar a hablar también en otras áreas de tu vida que necesitan orden y dirección y enderezamiento.
Y quizás tu mismo ni siquiera estés consciente de esas áreas, quizás tu creas que en esas áreas tu estás bien pero la luz de Dios va a comenzar a brillar en tu vida y va a comenzar a alertarte de muchas otras cosas que tu tienes que poner en orden en tu vida. Porque muchos de nosotros tenemos una idea tan superficial de lo que es la vida cristiana y creemos que si yo dejo las cosas más burdas y más feas y más sucias, que ya con eso es suficiente. Pero Dios, hermanos, Dios quiere la totalidad de nuestro ser.
Dios quiere entrar en todas las áreas de nuestro ser. Y hay veces que hay cosas en nuestro pasado o hay cosas en nuestra vida, en nuestro sistema de vida, nuestras relaciones humanas o nuestro trabajo, o nuestra relación matrimonial o con nuestros hijos, o nuestra vida mental, o emocional que Dios también las quiere tratar y trabajar y él va a comenzar a entrar en esas áreas de nuestra vida y la espada de Dios va a comenzar a cortar y va a comenzar a disciplinar, no como castigo, no como juicio necesariamente sino porque Dios necesita que esas cosas sean puestas al día. Dios es un Dios que le gustan las cuentas claras.
Y cuando nosotros entramos a los caminos del Señor entendamos que es posible que por un tiempo cuando Dios comience a moverse en nosotros, van a haber tiempos de prueba y de dificultad y nosotros nos vamos a preguntar pero qué es lo que está pasando si yo acabo de entrar a los caminos del Señor? Ahora se supone que venga bendición y lo que hay es problemas. Y muchas veces yo he visto situaciones de familias o de individuos a los cuales yo aconsejo, y siempre el Señor me habla y me dice, diles que no es tanto esto una muestra de mi ausencia o de mi juicio sino todo lo contrario, de que yo estoy levantando cosas que estaban adormecidas y sucias y las estoy sacando a la luz y estoy haciendo que se pongan en claro y que se arreglen.
Pero ustedes saben, hermanos, que muchas veces para arreglar primero hay que desarreglar. Para edificar hay que destruir primero. Para poner fundamentos sólidos hay que tumbar el edificio de encima que está viejo y corroído y cavar los fundamentos sucios, y entonces poner nuevos fundamentos y entonces comenzar a construir positivamente. Y muchas veces hay situaciones en nuestra vida que van a parecer tragedias pero son simplemente parte del trabajo de Dios que está poniendo las cosas en orden en nuestra vida, y que estará levantando crisis y situaciónes y conflictos y tribulaciones quizás que son las formas en que nosotros vamos a trabar lucha con esa situación en nuestra vida y dominarlas y ponerlas en orden, entonces vendrá la bendición, el refrigerio, el descanso, el gozo, el crecimiento espiritual y la paz que estamos anhelando.
Pero muchas veces los tiempos de paz y de descanso y de cosecha tienen que estar precedidos por tiempos de lucha y de conflicto que son las formas en que Dios está sacando esos cuerpos muertos y podridos ya y los está sacando a la superficie, van a oler mal por un tiempo y perdone lo gráfico de la ilustración, pero una vez que sean arreglados y puestos en su lugar, entonces la vida nueva verdadera de Dios puede comenzar a fluir en tu vida.
El que no quiera pasar por tiempos de lucha, de confrontación y de tribulación que no le pida a Dios que arregle su vida, porque muchas veces Dios va a tener que tomar esas áreas que están allí, que nos han oprimido durante años, que no las hemos tratado, esos enemigos que están cómodos simplemente porque no se les está retando. Desde el momento que usted trate de romper la cadena, usted se dará cuenta que hay cadenas allí bien férreas, son transparentes pero son cadenas. Los demonios están muy contentos de mantenerse tranquilitos que nadie los moleste dentro de usted ni de su vida, excepto cuando usted comienza a retarlos, cuando la presencia de Dios comienza a entrar, cuando el vapor de la presencia de Dios comienza a hacerlos incómodos, entonces se revelan. Estaban allí, pero solo cuando la presencia de Dios comienza a obrar sale afuera y se manifiesta la lucha, entonces se traba la lucha, entonces viene a veces esos tiempos de dificultad y ahí es donde mucha gente se va del Evangelio.
Los primeros dos o tres meses son los tiempos de la luna de miel, todos los hermanos buscan a uno, le dan la mano a uno, llaman a uno por teléfono, usted es algo nuevo, interesante y todo el mundo está bien con usted, etc. pero ya después de 3, 4 meses, ya usted es de casa y entonces ya la gente a veces le pasa y ni siquiera lo ve, no le da el saludo, o ya comienzan a salirle el diablito que tenía escondido allí reprimido en sus relaciones. Ya comienzan a hacer cositas que usted le molestan, y comienzan entonces los problemas afuera a manifestarse. Usted se comienza a dar cuenta de que esto no es un picnic, que todos sus problemas no se resolvieron de la noche a la mañana, que esto no es un romance 24 horas al día, sino que también es trabajo, una relación que hay que pulirla, hay que trabajarla con Dios, que Dios no le va a resolver por varita mágica todos los problemas, que usted tiene que ponerse a trabajar también.
Y qué pasa? Que mucha gente ese tiempo crítico, después de la luna de miel es el tiempo que usted los ve que se van, se desaparecen de la iglesia, se desaparecen de los caminos del Señor. Por qué? Porque no se dieron cuenta que esto es una relación seria, es como digo yo, como una relación matrimonial, es a largo plazo. A Dios no se le puede poner tiempo, de decir, ok, Señor, yo quiero que tu me soluciones mis problemas en los próximos dos meses y sino pues, lo siento, me voy a ir. Eso tiene que ser un compromiso completo porque Dios trabaja en los fundamentos más hondos de nuestro ser. Dios se toma tiempo para arreglar nuestra vida, pero cuando él la arregla, hermanos, él la arregla bien. Y si usted se da por vencido, y como dicen los mexicanos, se raja al primer momento de prueba, usted nunca va a llegar a esos otros momentos de celebración y de gozo y de triunfo en el Señor.
Si usted va a invertir en el reino de los cielos, usted tiene que invertir a largo plazo para toda la vida porque va a haber fluctuaciones relativas, habrá momentos de dificultad, pero en esos momentos lo que Dios va a estar haciendo es simplemente sacando a la luz lo escondido, provocando las crisis para que tu las trabajes, para que te hagas conscientes de ellas, para que tu seas fortalecido, para que tu entiendas que el reino de los cielos es algo real, es verdadero, es sólido, es sobrio. No es pajaritos en el aire, no es algo romántico, no es algo etéreo, no es algo abstracto, esto es cuestión de meterse uno a trabajar y a hacer real el reino de los cielos en nuestra vida con el poder que Dios nos da.
Y va a haber que confrontar esos enemigos, y en esa guerra algunos de esos enemigos por un tiempo van a tener una aparente victoria, pero tu sigues adelante, Dios te va a ir purificando, Dios te va a ir confrontando, tu irás aprendiendo cosas, áreas de opresión en tu vida serán libertadas y entonces tu vas a ver cómo la línea de tu vida va a ser una línea ascendentes.
Habrá momentos, sí, relativos, en que vas a descender un poquito, pero cuando tu mires la dirección general de la línea, con una gráfica, tu vas a ver que tu vida va ir en aumento. Como dice la palabra, hasta que la luz es perfecta, hasta que la presencia de Dios se haga real en tu vida.
Pero se va a tomar tiempo y va a haber momentos así como le pasó a Israel, trabaron lucha y en el primer encontronazo fueron derrotados. Por qué? Porque había cosas escondidas en la vida de Israel, había impureza, había descuido de la gloria de Dios, había por allí dos sacerdotes, Ofni y Finés, que eran sacerdotes principales que estaban en un estado de impureza y de inmoralidad terrible. La gloria de Dios había sido mancilladla. Israel estaba en pecado y todo esto sirvió para que hubiera una crisis, un choque en la vida de Israel. Si usted lee esos capítulos que siguen, usted se da cuenta porque Dios es así, hermanos, y así va a tener que ser en nuestra vida también.
Porque cuando Samuel comienza su ministerio en un sentido hay bendición, comienza la vida de Dios a fluir, hay atentados de liberación, hay comienzos ya de bendición y de victoria pero hay al principio reveses, hay dificultades, hay derrotas parciales, temporales porque hay cosas que tienen que ser resueltas, y precisamente esas crisis sirven para hacer a Israel consciente de esas áreas que tienen que ser arregladas. Junto con la bendición viene también la corrección, viene también el poner las cuentas al día. Las dos cosas son importantes.
Entonces vemos que Israel sale en batalla y es derrotado por los filisteos. Sin embargo, Israel no se queda allí, dice, bueno, y miren lo interesante de su reacción: cuando ven que son derrotados, cómo reaccionan ellos, qué dicen? Dice, por qué nos ha herido hoy, en el versículo 3, por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos? Qué pasa aquí? Israel le echa la culpa a Dios.
No hacemos nosotros así muchas veces? Cuando tenemos dificultades en la vida, o cuando fuimos a esa entrevista y pensamos, olvídate ese trabajo es mío, estoy segurito y usted sale de ahí, y le dicen, lo sentimos mucho, no podemos, o ya conseguimos a otro. Y usted dice, caramba, dónde está Dios, dónde están sus promesas? Le echamos a culpa a Dios cuando tenemos dificultades, cuando tenemos problemas, por qué Dios me ha hecho esto? Por qué Dios no escucha mis oraciones? Acusamos a Dios de ser falto, de ser inconsistente en sus promesas.
Hermanos, en realidad el problema no era de Dios, el problema era de ellos. Dios estaba haciendo lo que él tenía que hacer. Dios estaba trabajando en su vida. Dios estaba llevando a Israel hacia una purificación.
Tengamos cuidado, hermanos, de echarle la culpa a Dios de cosas que nosotros somos responsables. Miremos hacia adentro muchas veces porque Dios es fiel siempre. Nosotros somos los que le fallamos a él muchas veces.
Israel necesitaba otra cosa más importante. Ahora, fíjese otra cosa que ellos hacen. Ellos dicen, bueno, el problema está en que necesitamos el arma especial de nosotros, necesitamos esa arma atómica y entonces dicen, bueno vamos a mandar a buscar el arca. Olvídate, que el arca aquí entre nosotros nos vamos a comer vivos, y manda a Silo donde el estaba el arca y ahí viene el arca, porque ellos creen que si el arca está entre ellos, la solución es segura, la victoria es segura. Ese era el problema. El problema era que no tenían el arca con ellos. Pues, vamos a traer el arca y entonces sí que vamos a tener la victoria.
Hermanos, una de las cosas que yo veo aquí es esa tendencia nuestra a mirar solamente lo externo muchas veces, a creer que la solución está en las cosas externas de la vida cristiana. No entendemos que la santidad es algo mucho más profundo que las cosas externas. Ellos pensaron, bueno, si traemos ese objeto que es el arca, ya entonces eso va a traer la solución. Ellos no entendían que había un drama interior que Dios tenía que resolver.
Esta gente estaba siendo superficial en su manera de ver las cosas. En vez de ellos mirar hacia sí mismos y decir, Señor, qué ha pasado, qué hemos hecho nosotros, en qué manera te hemos ofendido? Ellos buscan una solución afuera, trayendo el arca. Esa es su solución según ellos lo ven.
Yo diría, hermanos, que en esa reacción Israel se parece a muchas personas, muchos cristianos que tienen un concepto externo, superficial de lo que es la santidad y de lo que es la vida espiritual. Tenemos una idea superficial de lo que es la espiritualidad. Muchos de nosotros entramos al Evangelio pero no cambiamos de mentalidad, cambiamos podríamos decir, de club religioso, pero no de manera de pensar, no de manera de relacionarnos con Dios, no de manera de interpretar las cosas del Reino de Dios.
Y permítanme iluminar eso un poquito, y esto lo digo con respeto, lo que voy a decir, porque así como yo critico a la iglesia católica y lo hago con respeto, así también critico a los evangélicos. Nosotros, los evangélicos no tenemos un monopolio de la vida espiritual, quiero decirles, y lamento si decepciono a alguno de ustedes con eso. Hay muchas cosas que nosotros tenemos que aprender y mejorar en nuestra vida.
Pero hablando así en esa manera respetuosa, yo creo que una de las cosas acerca de los que han crecido en la tradición católica, que tiene tantas cosas buenas, la mentalidad católica, la teología católica es una teología, yo diría, sacramental, que muchas veces enfatiza el aspecto ritual de las cosas. Por ejemplo, en la teología católica el sacerdote cuando oficia y cuando administra los sacramentos, aunque esté en pecado los sacramentos tienen vida en sí mismo. Es decir, cuando esa persona oficia en el nombre del Señor, esos sacramentos tienen vida propia, y aunque esa persona esté en algún tipo de situación pecaminosa, se supone que esos sacramentos sean efectivos porque son independientes del individuo que está oficiando. Todos los ritos de las promesas y todas las cosas externas de la vida sacerdotal de la iglesia católica, el ritualismo religioso, el énfasis sobre actos externos, todo eso yo creo que a veces tiende a promover en la gente una actitud exterior de la vida cristiana, una actitud ritualista de que las cosas simplemente porque llevemos a cabo ciertos actos, ya es suficiente.
Yo sé que esa no es la intención, pero para mucha gente eso es lo que se tiende a promover. Ir a la iglesia simplemente estar allí, hacer los rezos, lo que sea, y eso es todo. Ya con eso somos bendecidos. Si yo estoy bajo la cobertura de la madre iglesia ya yo tengo mis asuntos resueltos porque la iglesia me cubre con su autoridad y con su poder, y con lo que Dios le ha dado, su respaldo. Pero no promueve ese sentido de que yo personalmente, yo soy responsable delante de Dios. Yo tengo que bregar con Dios porque la idea es, tu eres parte de una colectividad, de una comunidad que es la iglesia madre universal que te cubre a ti. Y qué pasa? Que muchas veces entramos al Evangelio, entramos a los caminos del Señor, y ¿saben qué, hermanos? La manera de pensar así exterior y ritualista la entramos a la vida cristiana y entonces no nos damos cuentas de que hay cosas interiores que para Dios son tan importantes como las cosas exteriores. Y entonces en realidad somos católicos evangélicos. Y creemos que simplemente el acto externo es suficiente, el venir a la iglesia, en vez de ir a misa, venimos a la iglesia evangélica, en vez de poner una limosna en el plato, echamos ofrenda, en vez de rezar, oramos. Lo que hemos hecho es simplemente traducir el lenguaje pero no hemos traducido la mentalidad.
Y yo creo que cuando uno viene al Evangelio tiene que darse una transformación total de la manera de pensar. Tenemos que entender que no es lo externo, es lo interno lo que importa. Tenemos que entender que los actos exteriores son importantes, pero a menos que no estén unidos a una relación personal con Jesucristo, a una entrega total del yo, a una crisis personal, emocional, que nos lleve a entregarnos totalmente a Jesucristo, las cosas externas no tienen ningún significado.
Yo digo, hermanos, que no es suficiente que traigamos el arca y la pongamos allí en un pedestal para que la vida de Dios se manifieste en nosotros. El arca, yo creo, que la tenemos que coger y meterla dentro de nosotros, y dejar que esa arca se disuelva dentro de nosotros y que se distribuya a través de todo nuestro ser, de toda nuestra mentalidad, toda nuestra manera de ver las cosas.
Tenemos que entender que Dios no quiere gente que simplemente cambie de carné, que en vez de llamarse católica ahora se llamen evangélicos, sino que Dios quiere gente que hayan sido transformados en su entendimiento del Reino de Dios.
Dice el Apóstol Pablo, no os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de qué? De la renovación de vuestro entendimiento. Tenemos que pedirle al Señor que nos ayude a mirar las cosas del Reino de Dios en una manera bíblica, en una manera espiritual, en una manera que entendamos los misterios más profundos del Espíritu Santo, que no podemos simplemente ver a lo evangélico como simplemente, como digo, un cambio de club.
Hay mucha gente extremadamente religiosos, van a la iglesia continuamente pero también van donde el espiritista, donde el brujo, tienen un altar en sus casas, santería, por ejemplo, en Haití, en Sudamérica, hay personas que se convierten del vudú o de la brujería y se convierten al Evangelio, y entonces viven una vida doble, van a la iglesia evangélica o a la iglesia católica y van también a la santería. Cómo es que pueden ellos hacer eso? Porque para nosotros parece algo tan lógico. Por qué ellos pueden vivir? Por la razón de que ven a Dios, el Dios cristiano y a Jesucristo como un Dios más. Ya ha entrado a su panteón de Dioses. Son sincretistas, son politeístas, en última instancia, lo que está operando siempre es una mentalidad pagana. Ellos creen que bueno, Jesucristo ayuda, es cierto, pero habrá cosas que solamente necesitamos al vudú para que nos ayude. Entonces van al santo, van al brujo, van a quien sea porque esa cosa aparentemente en su mente es de dios, con d minúscula cuando no la pueden resolver. Si no cambiaron, su mentalidad sigue siendo pagana. Creen en el acto externo, creen que a Dios se le puede manipular, creen que Dios es una máquina que si tu aprietas la manigueta correcta te va a dar los resultados correctos. No entienden que es algo que tu tienes que disolverte en Dios y Dios disolverse dentro de ti. Tienes que pasar por una crisis, tienes que morir, tienes que ser triturado, tienes que ser transformado, tienes que ser quebrantado, tienes que compenetrarte con la mente de Dios. Es un proceso de muerte y de resurrección. Dios tiene que derribar todas las estructuras de tu mente, de su cerebro, de tu intelecto, de su espiritualidad, y rehacerlas, porque sino te vas a quedar crudo. Vas a ser simplemente un pagano metido en la iglesia evangélica, sentado en una banca, creyendo que a Dios se le manipula, como esta gente.
Eran paganos, la mentalidad judía en este caso que trae el arca es una mentalidad pagana. Si traemos el arca, si traemos ese objeto sagrado que tiene el poder de Dios en él, lo metemos en medio nuestro ese poder se va a transferir a nosotros, algo mecánico, puramente técnico. Brujería, paganismo, eso es lo que era. Por eso es que usted ve que cuando llega eso los filisteos dicen, guau, ahora sí que nos metimos en problemas, el arca llegó y hemos oído hablar de esos dioses. Miren cómo dicen, esos dioses que sacaron a Israel por allá de Egipto. Ellos sabían más de la historia de Israel que los mismos israelitas, yo creo. Y ellos tenían miedo, por qué? Porque era una mentalidad pagana la que estaba operando, la misma mentalidad que llevó a los judíos a creer que el arca tenía poder, los lleva a ellos también a creer que el arca tiene poder. Es la misma mentalidad no tratada por el espíritu de Dios.
Los judíos no querían entender que Dios requería de ellos santidad, requería muerte del yo, requería que ellos santificaran su vida nacional, espiritual, individual. Creían que todo se resolvía simplemente con mover unas fichas sobre el tablero y que ya, si las fichas estaban en la posición correcta iban a sacar el dado correcto. Pero Dios quería algo más, Dios quería una consagración de su ser.
Muchos cristianos no entienden, hermanos, no entendemos que consagración no quiere decir traer el arca al campo de batalla, sino como digo, tomar los valores que representa el arca a integrarse a ellos, integrar los valores que representa el arca dentro de su vida para que entonces el poder de Dios pueda fluir en realidad. Por qué el arca cayó en manos de los filisteos? Porque Dios no tenía poder? No, al contrario, vemos que cuando el arca es llevada al tempo de Dagon los filisteos que capturan el arca, el arca se mete en el templo y la ponen al lado de Dagón, este dios de los filisteos, qué pasa? Al otro día, el dios Dagón, está en el piso y el arca está al lado, parada porque no podía tolerar Dios la presencia de un dios falso al lado de ella. Y vienen los filisteos, ponen otra vez el dios Dagón de pie y al otro día aparece Dagón con la cabeza cortada y con las manos cortadas, solamente el tronco. Ángeles vinieron y llevaron a cabo ese trabajo, por qué? Porque definitivamente el poder de Dios estaba representado allí. Dios no había cambiado, lo que pasa es que el conducto del poder de Dios estaba dañado y esta gente necesitaba tener un encuentro con Dios primeramente.
Hermanos, una y otra vez en la Escritura yo veo eso, y yo creo que eso es lo que el Señor nos está diciendo en este día, que nosotros tenemos que ser cristianos maduros, profundos, tenemos que dejarnos de superficialidades. Ustedes saben que hace poco hablamos de que el diezmo es bueno, es importante, ustedes saben que es bueno venir a la casa de Dios y adorarlo, ustedes saben que es bueno llevar a cabo actos de servicio al Señor, ustedes saben que es bueno adorar a Dios con manos levantados, con una voz clara y expresiva, y si hay que danzar. Yo creo en todas esas cosas, hermanos, yo creo en todo lo externo, eso es bello, pero si nosotros cometemos el error de creer que en eso está, en eso exclusivamente está el poder de Dios, somos la gente más digna de misericordia en esta tierra. Porque eso es simplemente una expresión pero no es la realidad del poder de Dios, usted entiende? Se supone que la realidad del poder de Dios esté dentro de usted, en su vida y que eso sea una manifestación de ese poder, pero para mucha gente creemos que lo externo es el fin, eso es simplemente un medio, o un resultado a lo máximo, pero lo verdadero, lo importante es la energía, el poder, la vida, los valores del Reino de Dios dentro de usted. Y gloria a Dios si las dos cosas están unidas y el poder y la realidad de Dios está acompañado de la expresión intensa, bello, maravilloso. Pero nosotros tenemos que entender que tenemos que ir una y otra vez a la cruz para que allí Dios vaya infundiendo sus valores en nuestra vida, que el espíritu de Dios vaya hablando dentro de nosotros y vaya primero limpiando y tratando las cosas que tienen que ser tratadas. No tratemos de, como hacen por ahí algunos, no nos bañamos y cuando comenzamos a oler mal nos ponemos mucho desodorante para matar el mal olor. No podemos hacer eso. Tenemos que arreglar cuentas con el Señor. Tenemos que ser consistentes, tenemos que ser implacables, tenemos que ser honestos con el Señor y tenemos que entender que la vida cristiana es una vida de esfuerzo, de trabajo, que Dios es un Dios que no puede ser engañado.
La Biblia dice, “no os engañéis, Dios no puede ser burlado porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”, y eso no se refiere solamente a los paganos, se refiere a nosotros los creyentes también. Conforme a la calidad de nuestra vida interior, de nuestra santidad para con Dios será nuestra vida exterior, serán nuestros frutos.
A Dios le interesa poner las cuentas claras antes de tener un encuentro con nosotros como él lo quiere tener. Con la samaritana el Señor primero tuvo que hablar acerca de quién él era, llevarla a través de un proceso de concientización, traerle a la luz sus pecados en una forma gentil, amorosa, pero muy firme. Tuvo que enseñarle que él era Dios, que él era el Mesías. Tuvo que enseñarle que no se trataba de adorar a Dios allá en Samaria o en Jerusalén sino que los verdaderos adoradores adorarían a Dios en el espíritu y en la verdad. Tuvo que enseñarle que él lo que quería era corazones entregados a él, que no era el ritualismo judío o samaritano, que allí no estaba la solución. Tuvo que llevarla a un encuentro de su yo, a una crisis. Y cuando hubo esa confrontación entonces le dijo, ok, ahora mira, a quien estás mirando es al Hijo de Dios. Y qué pasó? Que de ahí ella se fue y se convirtió en una evangelista para su pueblo.
Hermanos, seamos consistentes, Dios quiere consistencia. Dejémonos de dejar de manipular a Dios. Dejemos de querer poner el arca en un pedestal. Dios no puede ser engañado. Le arca es buena pero el arca tiene que estar unida a una experiencia interna. Hay cosas escondidas en nuestra vida? Hay áreas, han anatemas en nuestra vida que no están siendo tratados, que no hemos cedido al Señor? Queremos sobornar a Dios con actos, con dinero, con servicio, con asistencia a la iglesia, con alabanza, con manos levantadas? De nuevo todo eso es bueno, es necesario y entonces estamos dejando cosas allí encubiertas, y creemos que se hacemos lo externo, que lo interno no se va a ver. No es así.
Dios quiere consistencia en nosotros. Dios quiere que tratemos con todo, vayamos a lo profundo, trabajemos la vida cristiana, profesemos, pongamos todo en claro y entonces viene la bendición, viene la estabilidad en la vida cristiana. Si no estamos preparados para pasar por esos tiempos tormentosos, nunca llegaremos a los lados positivos de paz y de descanso.
Dios quiere darte descanso, mi hermano, mi hermana, Dios quiere darte descanso, pero vas a tener que pagar el precio, vas a tener que cortar áreas de tu vida, va a haber muerte. La hubo en la vida de Israel. Va a haber muerte, va a haber tiempos de lucha, pero Dios es fiel y el que promete cumplirá. Dios te llevará a la otra orilla aunque el camino sea tormentoso. Él está en tu barca. Tu barca no se va a hundir. Déjalo que obre, déjalo que te confronte. Déjalo que trate con tu vida. Déjalo que ponga en orden las áreas de tu ser que no están tratadas por Dios. Cuando Dios mata es para vida, hermanos. Cuando Dios corta es para sanar y para limpiar. No es para destruir ni empobrecer. Sometámonos a la espada de Dios. Sometámonos a la cruz de Cristo porque de esa manera vamos a llegar a donde Dios quiere que lleguemos. Amen.
Después que hayas sufrido un poco de tiempo...
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Isaías 41, del 10 al 13 dice: "…No temas porque yo estoy contigo. No desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos, sea principado, sea potestad, todos los que se enojen en contra de ti, todos los que traten de atentar en contra tuya serán avergonzados…"
Alguien en internet necesita recibir esta palabra. Para que me vean bien. Mira como el Señor te dice, no temas porque yo estoy contigo. Así sea quien sea que esté mirando ahora mismo esta palabra es para ti. No temas porque el Señor está contigo. No desmayes, no desmayes en tu causa porque el Señor es tu Dios que te esfuerza, siempre te ayudará, siempre te sustentará con la diestra de su justicia. Eso es palabra para ti, no tan solamente para nosotros aquí, es palabra para ti también. Recibe esa palabra hoy. Yo lo creo así, esa palabra te llegó.
Buscarás a los que tienen contienda contigo y no los vas a encontrar, serán como nada y como cosa que no es aquellos que te hacen la guerra, porque yo, Jehová, soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha.
Levanta tu mano derecha y apriétale la mano a Dios, y dile gracias, Señor, porque me sostienes, gracias Señor porque tu eres quien nos sostiene, Dios. Tu eres el que nos sostiene de nuestra mano, Señor, nunca nos dejas, no permites que desmayemos, Señor. Tu estás ahí para levantarnos, para alentarnos, Jesús. Y gracias te doy por haber por haber inquietado a mi hermana Mercedes, Señor, y traer esta palabra para sellar con broche de oro este tiempo de oración que hemos tenido, Jesús. Esta palabra ahora mismo nos da paz, nos da confianza, Jesús, y así lo recibimos de parte tuya. Gracias porque tu eres quien nos sostiene, Señor, y lo seguirás haciendo por el resto de nuestros días hasta que tu decidas a volver y llevarnos contigo, Señor. Y aún allá, tu presencia nos envolverá por completo, Jesús. Gracias te damos, por tu Hijo Jesús. Amén, amén. Gracias, Señor. Gracias Jesús.
John, tu ibas a decir algo? Solamente quería compartir con las mujeres que Dios está contigo. Amén. La Biblia dice que ningún forjada en contra tuya prosperará. Amén. Y que cada lengua que se levante en contra tuya, Dios la llevará a juicio. Así que te quiere comunicar en el espíritu del Señor hay libertad, hay libertad, hay libertad. Amén. Gloria a ti Señor. Yo les digo, vayan a este retiro de mujeres con fe, con firmeza, el enemigo está bajo la planta de tus pies. Así que el Señor sea con cada uno de ustedes. Y que Dios, que el Señor, las cubra con su sangre en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Gracias te damos.
Pueden sentirse libres de pasar acá adelante y entregar sus ofrendas al Señor. Dios, en esta atmósfera, Señor, solamente te queremos dar las gracias. Gracias Señor por la visitación tuya en medio nuestro. Gracias Señor por la forma en que tu te mueves, en la forma en cómo tu nos afirmas, Jesús, en tus propósitos, en tus llamados sobre nuestras vidas, en tus verdades sobre nuestras vidas, Jesús. A ti te damos la gloria y el honor por siempre, Jesús, recibe estas ofrendas que estamos trayendo delante de ti, Señor, que suban como un olor grato ante tu presencia, Jesús, y que en tus manos sean multiplicadas, mi Dios, para la expansión de tu reino, aquí donde tu nos has puesto y dondequiera que tu nos lleves también. Bendecimos a cada uno de nuestros hermanos a medida que dan, Jesús, y declaramos que tu eres nuestro proveedor en todo momento, en todo tiempo, Señor, tu eres quien provee a nuestra necesidad. Gracias te damos, Jesús. Gracias te damos, Señor. Amén y amén.
Yo les digo, la verdad que Dios es un ser tan interesante, tan misterioso, a Dios no se le escapa una. Hoy durante el día yo estaba bandeándome al Señor, qué mensaje puedo traer esta noche? Qué puedo predicar? Estaba verificando mis notas y yo me decía, ah, yo tenía un mensaje pendiente desde hace 3 semanas atrás, pero no, eso no fue lo que Dios quiso.
Dios me llevó, mis hermanos, a un himno que nosotros conocemos muy bien. Es el himno que dice, ‘más el Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna, nos perfeccione y afirme, fortalezca y establezca…”
Todos conocemos ese himno, ¿verdad? saben que este himno está inspirado en un verso bíblico. Quisiera llevarlos ahí. Por alguna razón el Señor me puso a meditar en este pasaje. Es un himno tan precios, mis hermanos, cada vez que lo cantamos nos transportamos, como quien dice, al séptimo cielo, nos transportamos a la presencia de Dios. Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna, rápido nos imaginamos un cielo precioso, esa gloria eterna de Dios, ah, cuántos quisiéramos estar allá. Le damos toda la gloria al Señor, ¿verdad?
Pero ¿Saben qué? El Señor me dirigió mi atención a una parte de ese texto bíblico, en un segmente de ese texto bíblico que esta canción como que la omite, la obvia, no la canta, y es como que usted va y de repente… como que choca. Mire cómo dice Primera de Pedro, capítulo 5, el verso 10 dice:
“….Más el Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo…”
Qué es lo que dice? “…Después que hayas padecido un poco de tiempo…” Ahí está el frenazo, ahí está el… Suena bien bonito, ¿verdad? El Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, y de repente, después que hayas padecido un poco de tiempo. Ay!
Él mismo los perfeccione, afirma, fortalezca y establezca. Tenemos que revisar esta canción. A los miembros del avance de oración, tenemos que revisar esta canción, de alguna manera u otra tenemos que añadir esa parte del verso en esa canción. Saben por qué? Porque esa parte del verso tiene un mensaje sumamente importante. En esta carta de Pedro esa idea de padecer por está all over, por todos lados en esa carta, desde el primer capítulo hasta el número 5 al final, están ahí.
Y yo me puse a meditar, yo me decía, guau, Señor, qué es lo que tu tienes aquí? Y yo me puse a romper este texto, más el Dios de toda gracia, una gracia inmerecida, una gracia que nos alcanzó en el momento en que peor nosotros nos encontrábamos, una gracia no merecida, un favor que alguien te extendió, que tu ni lo estabas buscando, como dice la Biblia, todavía estábamos nosotros hundidos en nuestros pecados y aún así Cristo murió por nosotros. Tu no estabas ni pensando en Dios y Dios ya había pensado en ti y te extendió su gracia, te extendió su favor. Eso es gracia, no es que te está diciendo muchas gracias, él te está extendiendo un favor. Te está poniendo en un lugar especial. Te está dando un sentido, te está dando un valor que nada ni nadie te puede dar a ti, y eso es algo que él lo hace a través de su gracia.
Que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo. Miren eso. Dios nos invita a compartir de uno de los atributos más grande que lo definen a él, un Dios eterno. Cuántos se acuerdan de lo que sucedió hace un mes atrás? Tal vez si ustedes como yo no nos acordamos mucho, pero Dios está allá, Dios está aquí ahora mismo y Dios te está esperando mañana. Dios está, Dios es eterno, y te invita a ti a compartir con él en todo ese espacio de tiempo. Yo no sé cómo, es algo misterioso. Obviamente yo no puedo estar en el pasado, Dios quiere que yo viva el presente y que vaya confiado en fe hacia el futuro, hacia lo que él tiene guardado para mí. Pero de alguna manera u otra Dios está en todo, ahí, activo, presente. Y te invita a compartir con él de toda esa eternidad, que tu puedas disfrutar de todos los beneficios de la eternidad gloriosa de Dios, desde ya hasta lo que viene por delante.
Pero no sin antes padecer un poquito. Le tuve que añadir una sombra a la pintura que les estaba haciendo. Por qué? Por qué ustedes creen, mis hermanos? Por qué el padecer? Sin duda, los padecimientos es lo que nos ayudan a nosotros a crecer y a madurar en nuestra vida de fe. Si usted vive una vida libre de padecimientos, guau! Usted sería un alien, por así decirlo, usted sería algo fuera de este mundo. Para serle honesto, ni quisiera ser amigo de usted, porque va a ser tan raro que… va a ser una persona bien aburrida.
Cómo me voy a identificar con alguien que no ha sufrido, sentido, al menos lo mismo que yo he sentido? Cómo usted me va a poder aconsejar? No voy a tener nada que hablar con usted, sin duda alguna. Ahora, pero si usted es como yo, que hemos tenido nuestras luchas, que hemos tenido nuestros padecimientos y que hemos visto padecimientos en distintos niveles en nuestra vida, hay veces que el padecimiento se ve a nivel interno, a nivel personal, y uno lo puede tolerar hasta cierto nivel.
Ojo, pero cuando el padecimiento, el sufrimiento viene con otros seres queridos, la cosa coge un rumbo totalmente distinto. Esos padres y madres que tienen que sufrir por padecimientos de sus hijos o hijas, es duro, es difícil. Eso un padecimiento que muchas veces uno tiene que experimentar con personas alrededor de uno que tal vez, o intencional o desintencionalmente pero te causan una serie de frustraciones que uno dice, como que,… por qué ahora? Por qué este? Por qué esta? Por qué tengo que lidiar con él o con ella? Más sin embargo, es parte de… es parte de. Está en el diseño del plan misterioso de Dios para tu vida y para la mía, que tal vez no lo vamos a poder explicar detalladamente con palabras, no lo vamos a poder decir, más sin embargo, está ahí.
Esa enfermedad, ese padecimiento, ese accidente que sucedió, todo eso de alguna manera u otra si creemos la palabra de Dios fielmente, todas las cosas obran para bien, para aquellos que aman a Dios.
Miren cómo dice Santiago, este pasaje de Santiago yo sé que muchos de nosotros lo conocemos, Santiago, capítulo 1, dice:
“…Hermanos míos, tenga por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia más tenga la paciencia su obra completa, para que sean perfectos y cabales sin que les falte cosa alguna…”
Perfectos y cabales en el ser interior, no está diciendo para que no te falte carro, para que no te falte casa o una tostada y un cereal que comerte. No necesariamente está diciendo eso. Es que no te falte nada a nivel interno, a nivel de tu ser, nivel de tu mente y de tu corazón, que tu puedas estar tan equipado, tan equipada que cualquier cosa que pueda venir a tu camino, tu sepas cómo sacarla fuera del parque. Porque no te falta nada aquí ni acá, estás completa, estás completo, porque has tenido tus padecimientos, tus sufrimientos, y Dios se ha glorificado a través de eso y te ha hecho el hombre y la mujer que tu seas, no que tu quieres que seas, el hombre que él quiere que tu seas, la mujer que él quiere que tu seas.
Ahí mismo en Pedro, como yo les dije, Pedro habla acerca de esto, de la prueba, en distintas maneras. Él habla de Jesús, de cómo Jesús soportó la prueba de la cruz, más sin embargo, miren cómo salió victorioso al otro lado de la tumba.
En el capítulo 4 justamente antes del capítulo 5 que estamos leyendo ahora, él dice:
“…Amados no se sorprendan del fuego de prueba que ha sobrevenido, que les sobrevenido, como si alguna cosa extraña les aconteciese…”
Oh, por qué esto me viene a suceder a mí ahora? Oh, por qué se murió? Oh, por qué me dejó? Obviamente yo sé que hay cosas que sorprenden a uno sin duda alguna, pero miren cómo es la palabra de Dios que ya se adelanta y te lo dice:
“No te sorprendas cuando te encuentres de frente a ese fuego, cuando te encuentres de frente a esa prueba, no te sorprendas sino gózate porque eres partícipe de los padecimientos de Cristo para que también en la revelación de su gloria se gocen con gran alegría…”
Miren eso. Ah, pero cómo me voy a gozar ahora? Ese pasaje está hablando de un tiempo futuro. No. Qué fue lo que dije? Dios es eterno. Y esa gloria de Dios se está manifestando ayer, se está manifestando hoy y se va a manifestar mañana. Esa es la gloria a la cual Dios quiere que nosotros podamos entrar y disfrutar.
Un último texto, ahí mismo, en el capítulo 5, miren cómo dice:
“…Humillaos pues, bajo la poderosa mano de Dios – verso 6 – para que él los exalte cuando fuere tiempo, echando toda tu ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de nosotros…”
Mire, haga así. Haga así. Eche su ansiedad en las manos del Señor. Eche su ansiedad en las manos del Señor porque él tiene cuidado de ti. Una advertencia: sed sobrios, sean entendidos y velad por qué? Porque hay alguien por ahí que quiere tirarte la zancadilla y hacerte caer. Pero ya le dimos dos o tres patadas aquí así que tranquilo, tranquila. Dios está contigo.
Qué tenemos que hacer? Verso 9.
“…Resistirlos firme en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en nuestros hermanos alrededor de todo el mundo…”
Mira tu no sufres solo, tu no sufres sola. Hay otros que sufren igual que tu. Y en esos otros Dios también se está glorificando ahora mismo, ahora mismo igual que tu puede haber un hijo, una hija de Dios allá en Sídney, Australia, que está recibiendo la mala noticia de un ser querido que está enfermo, y allá mismo también hay un pueblo, hay un cuerpo de Cristo que están orando por esa familia ahora mismo para que el poder de Dios se glorifique allá en ellos.
Dime tu si Dios tiene límites o no? ahora mismo como hemos orado aquí, en las pantallas, quién sabe si alguien en Argentina que o está escuchando o va a escuchar este mensaje, en algún momento, y aunque sea tres, 4, 5 horas después que lo oiga, esta palabra va a tener su efecto en esa vida, va tener ese efecto en ti, lo va a tener. Créelo, recíbelo que va a tener su efecto en ti. Y eso es Dios.
Así que no estás sufriendo solo, no estás sufriendo sola, nosotros también sufrimos y estamos todos en el mismo barco, pero ese barco no se hunde, porque hay alguien que está con nosotros en ese barco. Escúchalo bien. Hay alguien que está con nosotros en ese barco y podrá parecer que está durmiendo, pero no lo está, él está muy pendiente a tu situación, a tu condición, yo no sé cómo, no me preguntes, pero él tiene cuidado de ti.
Dime tu ahora si podemos cantar igual? Más el Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna aún cuando tengamos que padecer por un poco de tiempo, él nos perfecciones, nos afirme, nos fortalezca y establezca. Miren esto, voy a ir terminando aquí.
Te perfeccione, qué significa eso? Perfeccionar algo significa completar algo. Establecer, definirlo como Dios lo tiene intencionado. Eso significa perfeccionarlo. Dios te perfecciona. Dios te afirma, qué significa que te afirma? Que hace de tu mente, de tus pensamientos algo constante y no estás titubeando ni vagueando por ahí, sino que hace tu pensamiento algo constante. Ahí es donde viene la firmeza, la afirmación de Dios, en que esos principios de tu fe, queden bien cimentados ahí en tu mente, en tu corazón, cosas que cuando venga la prueba tu puedas estar afirmado, afirmada y nada ni nadie te vaya a poder confundir acá arriba.
Te fortalezca, ahí es donde se ve la manifestación del poder de Dios en tu cuerpo. Se mete por tus venas y coge tu sangre y tus músculos, y tus tendones, tus huesos, todo y donde había dolor antes ahora es como que… una fuerza que solamente Dios puede dar y te establezca, te posiciones en el lugar que él tiene para ti. No el lugar que otro determinan para ti, es lo que él ha determinado para ti. Él te va a posicionar a ti, él te va a establecer a ti.
Yo no sé cómo eso se pueda manifestar en tu vida, tal vez tu estás pensando que te establezcan en un trabajo, que te establezca en una casa nueva, que te establezca en una relación, que te establezca en un ministerio en la iglesia, sea como sea que eso se pueda dar, él mismo te perfeccione, te afirme, te fortalezca y te establezca, a él, a él, no es a mí, no es a ti, a él, sea la gloria, por todos los siglos y por siempre. Amén.
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Lucas capítulo 9, versículos 1 al 6, dice la Palabra: "Habiendo reunido a sus doce discípulos les dió poder y autoridad." El Señor Jesús les dió a sus discípulos poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades, y los envió a predicar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos. Bien importante esta dotación de poder.
Pero yo quiero hablar de otras cosas más importantes todavía, yo pienso. "Y les dijo a los discípulos: no toméis nada para el camino; ni bordón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis dos túnicas. Y en cualquier casa donde entréis quedad allí y de allí salid. Y donde quiera que no os recibieren salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Y saliendo pasaban por todas las aldeas anunciando el Evangelio y sanando por todas partes." Bendiga el Señor su Palabra.
Yo quiero hablar acerca de una actitud. Una disposición mental, espiritual que nosotros necesitamos cultivar y que el Señor quiere que nosotros cultivemos y adoptemos para poder ser siervos efectivos del Reino de Dios. El Señor quiere que tú y yo adoptemos una mentalidad, una forma de ver el mundo, la vida que es extremadamente importante para poder llevar a cabo las tareas, las labores que Él quiere que nosotros llevemos a cabo. Y de eso se trata este pasaje.
Normalmente uno tomaría este pasaje y lo enfocaría desde la perspectiva de el poder y la autoridad que recibieron los discípulos, y ciertamente eso es tremendamente importante. Porque nosotros que creemos en el Espíritu Santo y su vigencia para nuestros tiempos, sabemos que cuando nosotros entramos al Evangelio y somos llenos del Espíritu Santo y cultivamos los dones del Espíritu, recibimos poder, recibimos autoridad. La vida cristiana es una vida de poder y de autoridad como muy bien señalaba ese video.
Nosotros no somos llamados al Evangelio para seguir ahí soportando y aguantando, y apretando los dientes mientras recibimos golpes del diablo y de la vida. Hay muchos enfoques del Evangelio, que como que enfocan esa capacidad de los hijos de Dios para resistir, aceptar lo que Dios nos envía y simplemente vivir la vida obedientemente, mansamente, con las enfermedades, los sufrimientos de la vida y como que enfocan que en eso consiste verdaderamente el poder de la vida cristiana. Poder para resistir y aguantar.
Pero lo que yo veo en la Palabra es que Dios nos llama a una vida de poder para vencer y para avanzar, ¿amén?. Para conquistar y para sobreabundar. El apóstol Pablo dice que antes en todas estas cosas somos más que vencedores. Amén. Eso es tan cierto. Y es importante que nosotros entendamos esto: cuando Cristo nos llama al Evangelio, nos llama para vivir una vida de victoria sobre las circunstancias. Las carencias, las enfermedades, las necesidades, las ataduras de la mente y las emociones, el pasado que nos quiere asediar, todas estas cosas. Cuando tú entres al Evangelio entra con la expectativa de ser bendecido y prosperado.
Pero hay algo que el Señor quiere que tú pongas como el fundamento de esa vida de poder y de autoridad. Hay una condición, hay una infraestructura que está debajo de ese poder que Él quiere darte. Y eso es verdaderamente lo que yo veo en ese pasaje. Los tres pasajes, las tres versiones en los Evangelios donde está este primer envío de los discípulos. Porque según la Escritura, es el momento en que el Señor le dice a los discípulos: ahora es tiempo de que pongan en práctica lo que ustedes han sido enseñados, lo que han recibido de Mí, las instrucciones. Y ahora Yo los voy a mandar para que ustedes aprendan a cómo se hace el ministerio, cómo se lleva a cabo el trabajo de la evangelización de las naciones.
Y Él los manda a un practicum. Un experimento para que ellos puedan aprender algunas cosas. Él los envía a que pongan en práctica los valores del Evangelio, lo que han recibido. Y dice que los capacitó, les dió poder, autoridad para sanar enfermos, para liberar cautivos y para proclamar el Reino de Dios. Hay una tarea grande que el Señor quiere para nosotros. Y yo sé que el Señor quiere poder y autoridad para nuestras vidas. Pero hay una precondición, hay una actitud que Él quiere cultivar en nosotros y que yo quiero marcarles antes de salir de aquí esta tarde, con lo que verdaderamente este pasaje nos quiere enseñar.
Este pasaje nos muestra que hay una actitud fundamental que debemos cultivar a fin de poder llegar a ser verdaderos siervos de Jesucristo. ¿Dónde encuentro yo ese sustrato, esa base que tiene que tener el poder de Dios en nuestras vidas para que el poder de Dios se pueda manifestar legítimamente, auténticamente de manera que el diablo no lo pueda resistir ni pueda subvertirlo, ni dañarlo, ni afearlo. ¿Qué se necesita para que tú y yo podamos verdaderamente usar el poder y la autoridad de Dios como Dios quiere que lo usemos, a la manera del Reino?.
Está en el versículo 3, donde el Señor les dijo a los discípulos: "No tomen nada para el camino. Ni bordón ni alforja, ni pan ni dinero, ni lleven dos túnicas." Ahí está lo que el Señor quería que estos hombres y mujeres adoptaran como su modo de operar. Para recibir poder y autoridad, para poder anunciar el Evangelio auténticamente, para poder hacer el trabajo del Reino de Dios en una forma sostenida sin que el enemigo pueda venir y dañar lo que nosotros estamos haciendo. Sin que él pueda venir y entonces distorsionar la manifestación del poder y la autoridad que hemos recibido, se requiere algo.
Y antes de yo decirles qué es, si usted ya no lo ha descubierto, déjeme decirle algo. A través de la historia la Iglesia de Jesucristo ha recibido poder muchas veces. Ha recibido dominio sobre las naciones muchas veces, y cada vez se ha corrompido y le ha entregado su autoridad a Satanás. El diablo la ha podido engañar y ha subvertido esa autoridad que ha recibido. Cuando la Iglesia se ha movido en el poder y en la Gracia de Dios, ha habido bendición.
Cada vez que la Iglesia obra en una forma legítima y usa los valores del Reino de Dios recibe poder, autoridad y gracia. Pero el problema está en que cada vez que la Iglesia recibe ese poder con el poder vienen propiedades, riquezas, influencia, las masas vienen. Vienen la gente poderosa del mundo. Acuden los profesionales, acuden los reyes y las autoridades, vienen, entran a la Iglesia porque Dios le da ese poder a la Iglesia. Pero si la Iglesia no está preparada en su configuración interior y en sus actitudes, y en sus valores, esa misma autoridad y ese mismo poder, y esa misma influencia y prosperidad se convierten en una maldición para la Iglesia. Y entonces la Iglesia pierde su sabor. Como la sal entonces dice el Señor que ya no sirve para nada excepto para ser botada si pierde su sabor.
¿Cómo ha sido eso?. Por ejemplo los historiadores claramente reconocen, más o menos en el siglo IV de la época después de Jesucristo. Constantino, el gran emperador Constantino se convirtió, y la Iglesia cristiana pasó de ser una Iglesia perseguida, pobre, aunque creciente pasó a ser la religión oficial de Roma. Constantino se convirtió al Señor y con él se convirtió toda su corte, todos sus soldados, la gente importante del tiempo se convirtieron. Y la Iglesia pasó a tener autoridad. Pero con esa autoridad, con esa prosperidad vino también la corrupción.
Vino la pérdida de la legitimidad y de los valores del Reino de Dios. Y entonces la Iglesia comenzó a corromperse. Vino la gente poderosa, vino la gente culta, y la Iglesia para poder darle lugar a esa gente comenzó a cambiar los valores del Reino de Dios. Y esa Iglesia se convirtió en una Iglesia muy influyente pero una Iglesia corrupta que no reflejaba los valores del Reino.
Y a través de la historia todos los movimientos monásticos de la Iglesia, los franciscanos, los dominicos, los histercienses, todos estos eran grupos de avivamiento que venían a la Iglesia Católica con valores viejos de la Palabra para renovar y entonces Dios los bendecía con prosperidad, porque donde está el Evangelio hay poder. Pero también con esa prosperidad se iban corrompiendo también. Muchos de estos monasterios se hicieron sitios poderosísimos, riquísimos, mucho arte, mucha cultura, pero perdieron la visión original.
El Evangelio siempre se ha nutrido, el ministerio siempre se ha nutrido de gente nueva que viene y renueva a los que se han corrompido. Pero yo creo que el problema está en que no ha habido una formación adecuada del liderazgo de la Iglesia que esté capacitado para resistir ese proceso de seducción que se desata cuando el mundo llega a nosotros como producto del poder que Cristo nos da. Yo creo que lo que pasa es que no hemos sido preparados en nuestro interior primeramente. No hemos sido sellados con la actitud que conviene a un siervo de Dios con respecto a las cosas materiales y a las cosas de este mundo, y a los valores de este mundo, y a la seguridad que nosotros buscamos, y al apetito por las riquezas y las cosas del mundo.
Y entonces muchas veces usted ve que los siervos de Dios y las Iglesias están predicando el Evangelio pero desgraciadamente es un Evangelio corrupto que tiene sabor a carne y a mundo. Y por eso es que usted ve tanto de este Evangelio de prosperidad fácil, dame tu dinero y Dios te va a dar una casa grande, y te va a dar un carro y un trabajo. Hemos falseado la verdadera prosperidad del Reino de Dios y yo creo en un Dios que prospera y bendice hermanos. Lo he visto en mi propia vida, en mi familia, y yo creo eso. Cuando el Reino de Dios viene es para bendecirnos y prosperarnos. Pero lo importante es lo que está dentro de tu corazón.
Si tu corazón se apega a las cosas materiales. Si en tu corazón no ha habido una muerte a los afectos del mundo tú estás crudo todavía. Entonces cuando venga la bendición a tu vida y venga la prosperidad a tu vida, y vengan las propiedades a tu vida, y vengan las bendiciones materiales esas posesiones te van a poseer a ti en vez de tú poseerlas a ellas.
Yo creo que el Hijo de Dios debe haber pasado por un proceso. Que si viene la prosperidad a su vida, vienen los logros académicos o la influencia o el poder gubernamental o lo que sea, esa persona debe haber pasado por un proceso en que Dios haya matado en él o en ella el apego a esas cosas. Y entonces esa persona las usa y las disfruta pero como si no fueran de él, sabiendo que no le pertenecen y sabiendo que así como vinieron, así también se pueden ir. Uno las usa y las aprovecha pero livianamente sin posar su afecto sobre ellas.
Entonces si Dios te da una casa linda como la que vimos allí en el video, tú la disfrutas. Pero si un día pasa algo y tú pierdes esa casa, tú sabes que Dios sigue sentado en Su trono amándote como te amó cuando te la dió. Y tú dices como dió Dios, Dios quitó, sea hecha la Voluntad del Señor.
Si Dios te da un trabajo extraordinario tú lo disfrutas, tú inviertes en él, inviertes tu creatividad en él. Aprovechas el beneficio que ese trabajo te da. Pero tú sabes que si un día el Señor te dice: ¿sabes qué?, ahora te necesito para que me sirvas a tiempo completo. Ese trabajo tú tienes la suficiente distancia de él emocionalmente que tú puedes decir: ok Señor, ¿cuándo me quieres?, listo. Y si tienes que dejarlo lo dejas, si tienes que reducir tu estilo de vida a lo básico lo haces, porque tu trabajo no te posee a ti, tú eres dueño de tu trabajo. Y si el Señor te lo pide tú se lo das.
Porque tú sabes que este mundo es pasajero y tú has pasado por un proceso donde tú estás viviendo aquí pero no eres de aquí, tú estás viviendo en el mundo pero no eres del mundo. El mundo no te controla, no te posee. Tú eres señor del mundo y te mueves en él, disfrutas de la creación, pero la creación no te gobierna a ti. Y eso es lo que el Señor quiere en nuestras vidas.
Dios quiere una postura donde las bendiciones vienen pero nosotros no nos apegamos a las posiciones y a las bendiciones que vienen de Dios. Y yo veo siempre en la Escritura que Dios quiere siempre llevarnos a ese punto de despojamiento y de despegue de las cosas materiales. Y eso es lo que yo veo. ¿Por qué el Señor les da autoridad?.
Mire, Dios le puede dar autoridad y poder a su Iglesia porque eso viene de Él y Él se lo cede y se lo transfiere a sus siervos, y Él lo hace por decreto casi por así decirlo. Los discípulos en un momento cuando el Espíritu se posó sobre ellos el día de pentecostés instantáneamente fueron cambiados. De ser gente cobarde y pequeñita, y asustada y huyendo de los que crucificaron al Señor, de momento se convirtieron en leones. Y el mismo Pedro que negó a Jesucristo tres veces ahora anuncia y le dice a todo el mundo: es mejor obedecer al Señor que obedecer a los hombres. Así que si no les gusta too bad, yo voy a predicar el Evangelio de todas maneras.
Y se llena de coraje y de valor, y la Iglesia se convierte en una fuerza arrolladora, ¿por qué?. Porque Dios les transfirió poder a través del bautismo del Espíritu Santo. Pero hay algo que yo creo que Dios no lo hace de esa manera, Él escoje no hacerlo así, y es propiciar en nosotros la actitud de un siervo despegado de la materia y de las cosas del mundo. Y eso tiene que darlo a través de un proceso de formación en nosotros que con el paso del tiempo, nosotros cada día vamos despojándonos cada vez más y más de esa actitud que tiene el hombre típico, común y corriente, la mujer, que creemos que las posesiones son todo, mi vida es todo, los amigos, el dinero, el disfrute de las cosas materiales y sensuales, la ropa, ya dije las amistades, las cosas, sociales, el prestigio, el buen carro, la casa bien adornada, la ropa fina.
Tiene que llegar el día en que todas esas cosas pierdan su fascinación para ti. Las puedes usar, puedes disfrutar de ellas, pero sabes que eso no tiene vida, eso no eres tú, tú eres más que esas cosas. Y si no las tienes amén, puedes ser feliz. Si las tienes estás dispuesto a entregárselas al Señor cuando Él quiera. Y yo veo a través de la Escritura una y otra vez que Dios quiere pasarnos a través de procesos que vayan diluyendo y adelgazando esos hilos que el mundo tiene amarrados alrededor de nosotros, una y otra vez.
Para que un hombre o una mujer pueda ser usado con autoridad, necesita primero pasar por un proceso de crucifixión, de despojamiento, del yo, del apetito a las cosas materiales, de poner sus tesoros donde tienen que ir, de amar más el Reino de Dios y la eternidad que las cosas del mundo y de la materia.
Piense por ejemplo en Abraham: Dios le dió a Abraham un hijo. A los 100 años de edad le da un hijo. Después de 25 años de prometérselo. A los 75 años este hombre cree que se va a ir a la tumba sin heredero, y su esposa por igual. Y les dice te voy a dar un hijo, y lo pone a cocerse 25 años a fuego lento antes de dárselos a los 100 años. Y después que se los da, cuando este hijo es un adolescente, que ha aprendido a amarlo bien con el amor de un viejo, le dice: ahora dame tu hijo y mátamelo, y sacrifícamelo. ¿Usted se imagina la atrocidad, qué pasó en el corazón y la mente de Abraham cuando él tenía que llevar a su hijo a ese monte para sacrificarlo y matarlo él?.
Pero Abraham dijo: bueno Señor, si eso es lo que Tú quieres, no lo puedo entender pero si eso es lo que Tú me pides yo te lo voy a dar. El Señor quería llevar a Abraham hasta ese punto de estar dispuesto a darle lo que él más amaba. Toda su vida estaba cifrada en ese hijo, su afecto, su descendencia, las promesas que el Señor le había dado a Abraham, todo eso estaba cifrado en ese joven y Dios le permitió pasar por ese proceso. Hasta que en el mismo momento de meter el cuchillo a su hijo, Dios envía a su ángel y le dice a Abraham: detente. Como estuviste dispuesto a darte tu hijo, tu único hijo, Yo te daré una descendencia que si se pueden contar las arenas del mar y de la playa se podrá contar tu descendencia.
Y Yo te voy a dar influencia, y vas a ser de bendición a las naciones. El que te maldiga Yo lo voy a maldecir, el que te bendiga Yo lo voy a bendecir. Y las naciones se gozarán en llamarse descendientes tuyas como nosotros aquí hoy, qué bueno que somos descendientes del padre de la fé, Abraham, a través del cual vino Jesucristo. Pero todo comenzó con un momento de muerte donde Abraham tuvo que darle lo que él más apreciaba a Dios, en su corazón, en su mente, porque es allí donde se tiene que dar ese proceso. No necesariamente en la materia.
Es que en nosotros tiene que haber ese despegue, desde adentro. Y yo veo eso en toda la Escritura. Mire el joven rico. Cuando ese joven, que es un hombre de influencia, habrá tenido 30, 35 años en esos tiempos no era nada, como yo ahora veo a la gente de 35 años y digo qué joven está. Uno se pone más viejo y más joven se ve la gente, ¿no?. Pero este hombre tenía, nosotros decimos el joven rico, tenía quizás 30, 35 años, en una época como esa, 30, 35 años era una persona jovencita porque era una sociedad que miraba más hacia los ancianos.
Entonces este joven en la plenitud de su influencia, su carrera, su prestigio. Porque era un hombre de dinero y de influencia social. Algunos creen que era miembro del sanedrín religioso. La gente lo veía como una persona de prestigio. Y ese joven hombre en la plenitud de su hombría se acerca a Jesús con una necesidad imperiosa, lleno de ansiedad. Dice que vino corriendo y se tiró a los pies de Jesucristo y dijo: Señor, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?. No sabía qué debia hacer, estaba abrumado por la incertidumbre acerca del futuro.
El Señor lo mira, y como el Señor tiene unos ojos de taladro, enseguida fue al centro de su corazón, donde Él sabía de qué pie cojeaba este joven. Y le tendió una trampa. Y le dijo: bueno, no hay problema, qué bueno que estás interesado en las cosas del Reino. Mira lo único que tienes que hacer es: guarda los mandamientos. Guarda los mandamientos, pórtate bien, y estudia la Biblia y ve a la Iglesia. Y le dice: pero Señor si eso yo lo he hecho desde que era chiquito. Es más: yo soy pastor, soy predicador, soy miembro del Concilio de Iglesias de la Asamblea de Dios. Eso yo lo he guardado desde mi juventud dice él, y no me ha dado satisfacción.
Porque es lo que yo les digo hermanos: usted puede venir todos los domingos a la Iglesia. Saltar, dar dinero. Pero es lo que se da en la mente, en el corazón, en las emociones, en la voluntad, eso es lo que cuenta. Para el Señor no es tanto el hacer como el ser. El ser nace del ser. Lo que tú obras nace de lo que tú eres y de las obras que Dios ha hecho dentro de ti. El trabajo más difícil de la vida cristiana es lo que se da dentro de mí. Lo que nadie ve. La formación de mis estructuras de mi cerebro, mi mente, mi voluntad, mis emociones. Eso es.
Porque de ahí es que nace todo lo demás, esa es la fuerza motriz del ser humano. Si tus emociones están bien, si tu espíritu está bien, si tu mentalidad está alineada con el Reino de Dios lo que salga de ti va a ser bueno. Dice el Señor que del tesoro del corazón habla la boca. Y dice de lo que está en el corazón es que nacen todas las cosas. Los homicidios, los crímenes, la opresión, el robo, todo nace de lo que está dentro del ser humano. Por lo tanto lo primero que Dios quiere trabajar con nosotros es nuestro ser interior. Nuestros afectos, prioridades, apetitos, a qué le damos importancia, qué es lo prioritario en nuestra vida.
Entonces cuando el Señor le dice al joven este y el joven le contesta: yo hago todo eso. Todos los domingos voy a la Iglesia, yo dirijo la alabanza en la Iglesia. Yo predico de vez en cuando, yo soy miembro de la junta de diáconos. Y el Señor le dice: ah bueno, gracias por informarme. Entonces una sola cosa te falta, ¿sabes qué?, no hay problema, como ya tienes todo eso hecho, solo una pequeña asignación te voy a dar. Toma todo lo que tienes, todo tu dinero, y todas tus posesiones, las casas que tienes, los carros, véndelo todo. Haz una gran subasta o véndeselo al banco, lo que sea, y todo el dinero regálaselo a los pobres. Y entonces ven y sígueme, y hallarás la paz y la respuesta que tú necesitas.
Le dió exactamente en el centro de su corazón. Lo alcanzó en su mente, donde estaba su tesoro. Él le dirigió ese cohete, ese misil directamente ahí, a la esencia misma de sus apetitos y lo que él más valoraba, su dinero. Y esta es la cosa hermanos, que hasta que Dios no llega a instalarse en lo que nosotros más amamos no podemos verdaderamente decir que somos discípulos de Jesucristo.
Dice la Palabra que este joven al ser confrontado con esa asignación que Dios le daba, dice que se volvió a su casa cabizbajo y triste porque no tenía el valor para hacer lo que Cristo le decía que hiciera. El Señor mientras lo veía regresar a su realidad decía: ah, qué difícil es para un rico entrar en el Reino de los Cielos. ¿Por qué?. Porque usted tiene algo que. Usted no tiene que ser rico en dinero, uno puede ser rico en belleza, rico en amigos, rico en talentos, rico hasta en ritmo. Usted puede ser rico en ritmo y bailar como un trompo, y eso es lo que le gusta a usted, y usted quiere irse a las discotecas todos los sábados en la noche, y no es que sea malo en sí, pero no es el mejor lugar, y todo lo que viene. Y como el ritmo es lo que más le gusta el Señor le dice: sabes que quiero que me entregues tu ritmo. Y tú dices: Padre, ah, pero ¿por qué no me pediste otra cosa?.
Usted puede ser rico en energía de cualquier tipo. Buen humor, un humor de esos picante que a la gente le encanta cuando están en las fiestas pero no es lo que a Dios le place, y usted no quiere entonces Dios dice: ok, no hay problema. ¿Dónde está nuestra riqueza?. Eso es lo que leímos, donde está tu tesoro ahí está tu corazón. Y el Señor quiere ir a tu tesoro y que le firmes un vale donde diga: eso me pertenece a Mí. Y entonces cuando usted hace eso, le entrega a Dios lo que más ama, el Señor dice: ahora tú y Yo podemos trabajar, ahora Yo te puedo usar. Ahora el diablo no va a poder hacer estrago en tu ministerio y en tu vida. Yo creo que esa es la manera legítima de emprender un ministerio y un servicio al Señor. O en cualquier aspecto en nuestra vida.
Puedo de Dios, Dios quiere formarte. Entonces, ¿por qué le dijo el Señor: no vayan?. Si ustedes van a servirme en este viaje misionero, no lleven dos túnicas. No lleven dinero, lleven lo absolutamente necesario. No lleven comida ni dinero, ni alforja ni bordón para el camino ni nada. ¿Por qué dos túnicas?. Porque dos túnicas reflejan como la seguridad que uno tiene.
Hermanas, cuando ustedes viajan, ¿cómo están esas maletas?. Se van a un viaje de fin de semana y parece que se van al África o al Asia por 10 años. Necesitan dos o tres personas que empujen la maleta esa llena de diferentes carteras para cada momento, y zapato de diferentes colores y los aretes que vayan con el zapato, y con el collar y todas las cosas. Porque uno está pensando en la conveniencia, en todas las cosas que pueden surgir. Y el Señor les dijo a los discípulos ¿saben qué?, yo quiero que ustedes se despojen de todos los andamios de seguridad que uno usa en la vida.
Y Yo quiero comenzar a forjar en ustedes un aprecio por la simple dependencia de mi provisión. Yo quiero que ustedes aprendan a confiar en mí, y a confiar que si Yo los mando a algo y ustedes dependen de Mí no les faltará nada en el camino. Así que no me lleven nada. Váyasen y confíen en mi provisión para el camino.
Y así es que nosotros tenemos que hacer. La vida es un camino. A ti te faltan todavía 20, 30, 40 años todavía por vivir, y tú tienes que creer que Jehová es Tu proveedor. No te faltará para el camino. Y entonces tú tienes que vivir, no dependiendo de la cuenta del banco, de las amistades, de tu astucia, de tu preparación. Tú depende del Señor, tu confianza está en el Señor. Él es quien te va a proveer para el camino. Y yo te digo algo, si tú aprendes a vivir con una dependendia feroz y militante para con Dios, el Señor no te va a faltar ni un sólo segundo de tu vida. Cultiva esa dependencia del Señor.
Y cuando el Señor te diga: despójate. Porque Yo tengo otros intereses, y dame tu propiedad, y dame tus dones, y dame tu talento, lo que sea, entrégaselo al Señor, lo que sea, porque Dios es tu Proveedor. Y de donde eso vino vendrá más. Dios te puede proveer.
Vamos a terminar un momentito, pido a los músicos que pasen por acá rápidamente y les pido que se esperen un par de minutos más si usted puede, ¿ok?. Entonces es importante. Dios quiere crear un pueblo usado por Él. Yo creo que Dios tiene cosas verdaderamente extraordinarias para ti y para mí en el futuro. Pero Él quiere forjar en nosotros una mentalidad de discípulo. Una mentalidad de una persona que ha muerto al yo, a la necesidad y que vive para el Reino de Dios. Mira, la misericoridia de Dios, las provisiones de Dios no tienen fin, no tienen término.
No sé si he usado esta ilustración de nuestra propia vida. Años atrás cuando Mecha y yo nos casamos, y yo todavía estaba haciendo mis estudios graduados, Mecha estaba apenas comenzando su trabajo, yo recuerdo una vez. Nosotros inclusive ya habíamos comprado nuestra casa en Summerville, y el dinero estaba escaso. Y Dios siempre como que ha permitido que a veces el dinero y la alforja lleguen en un par de moneditas solamente. Y Dios permite que llegue a ese punto para mostrarnos: Yo soy tu Proveedor, Yo soy el que te puedo renovar eso.
Yo quizás les he dicho esto: yo recuerdo que estaba por Union Square ahí en Summerville, no sé por qué recuerdo claramente dónde era el sitio. Y Dios siempre me ha provisto hermanos, yo le puedo dar historias de cómo siempre he tenido que caminar creyendo en el Dios que es mi Proveedor, y me ha permitido vivir como un rey, como un príncipe hermanos, les digo, siempre me ha dado lo mejor, pero ha sido siempre así, yo dependiendo de Él. Y Él añoñándome como decimos nosotros los dominicanos. Sinceramente, dando lo mejor de lo mejor siempre.
Entonces estoy yo ese día caminando un poquito atribulado porque hay cosas que pagar, cuentas que pagar. Y por alguna razón abrí la cartera y allí había una tarjetita, que yo les digo que nunca he sabido de dónde vino esa tarjetita ni cómo llegó a mi cartera. La puso un ángel allí, no lo sé, la creó Dios de la nada, no lo sé, lo que pasa es que yo ya no uso cartera, todo en el bolsillo, muy bíblico, ¿no?. No sé por qué pero en algún momento dejé de usar cartera. Pero está ahí, la cartera está ahí en alguna parte, y un día la voy a buscar, la cargué conmigo muchos años en mi cartera.
Y había ahí una tarjetita chiquitita del tamaño casi de la cartera que decía lo siguiente: live it to the Lord, déjaselo al Señor. No decía más nada. Y me sorprendí de verla dentro de mi cartera, pero a la luz de mi necesidad, de mi condición, yo sabía que Dios me estaba diciendo: hey, Yo nunca te he faltado. Nunca te he dejado. Déjame, échame tu carga a Mí y Yo me voy a encargar de tu necesidad. Yo creí y recibí esa Palabra del Señor, y sobra decirles que Dios proveyó, me bendijo, yo ni me recuerdo cuál era la situación ni cómo se resolvió pero les aseguro que se resolvió, y vino la bendición y la provisión. Porque Dios quiere que aprendamos a vivir así.
Y en otra ocasión Dios me dió un sermón que yo sentí que era de bendición, rico, y que fue bien apreciado por mis hermanos muchos años atrás. Usted va a mi casa y hay dos cajas de sermones, que yo los fui almacenando allí durante años y años. Yo escribí a veces 12 y 18 páginas de notas para predicar. Dele gracias a Dios que ya esos tiempos pasaron. Y así eran de largos los sermones también. El caso es que ese día el Señor me dió una Palabra que yo no la había escrito. Y sabe lo que yo había pensado: qué bueno que yo estoy escribiendo todos estos sermones, porque llegará el día en que yo tendré 100, 150 sermones y ya no tengo que hacer más sermones nuevos, ya lo único que hago es que saco sermones de allí y los predico, los recaliento y vuelvo y los predico y ya. No tengo que trabajar más para hacer sermones.
Mire dónde estaba mi fé y mis ambiciones en ese tiempo. Entonces yo predico ese día ese sermón, y estaba lamentando que no lo había escrito, no tenía nota para el bendito sermón. Qué bueno está ese sermón, lo voy a perder, lo voy a desperdiciar. Y mi deseo era llegar a la casa y ponerme a escribirlo enseguida. Y el Señor me dijo en mi interior: de donde salió ese, van a salir muchos más. El Señor me dijo: Yo no tengo límites, así como te di ese te puedo dar otros sermones. No te preocupes por plasmarlo allí y ponerlo en bronce, si Mi creatividad es infinita.
Preocúpate mas bien por hacer una conexión con Mi Espíritu, porque si tú estás conectado con Mi Espíritu, Mi Espíritu es infinitamente creativo y tú siempre vas a ser creativo con Mi Palabra, no te va a faltar Mi Palabra. Eso es lo que tú tienes que asegurarte. Y el Señor nunca ha faltado, esa agua para gloria del Señor siempre ha fluído.
Y por eso es que yo te animo en esta tarde mi hermano, mi hermana, pégate a la fuente, y asegúrate de que si el Señor te pide algo tú se lo des, y que tu afecto esté en el Señor, en Su Reino y en las cosas de la eternidad. Hazte un instrumento en las manos de Dios, pon tu afecto en el Reino y el Señor nunca se cansará de bendecirte.
Yo termino con esto: ¿qué pasó con la historia de los discípulos al final de todo, cuando ellos fueron a su trabajo?. Predicaron el Evangelio, hicieron como el Señor les dijo, no llevaron dinero, no llevaron nada. Mire lo que pasó: días después, en Lucas capítulo 22, versículo 35, vemos al Señor otra vez con sus discípulos, y dice aquí: "Y les dijo a ellos: cuando Yo los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?." Mire la pregunta.
Cuando Yo los envié sin dinero, sin tarjeta de crédito, sin Master Card, sin cash, sin una computadora donde tú puedas transferir dinero o lo que fuera, cuando Yo los envié solamente dependiendo de Mi misericordia, Mi Gracia y Mi provisión a hacer el trabajo del Reino, ¿les faltó algo?. ¿Fallé algo en mi promesa?. Y ellos dijeron: nada, no nos faltó nada.
Hermanos, si el Señor te promete una vida bendecida, no titubees, no dudes. Lánzate a vivir la vida y a trabajar para el Reino y ser un instrumento, un canal de la Gracia de Dios. Vende, regala, presta, invierte, despójate, da, a derecha y a izquierda, reparte a siete y a ocho porque el Señor no se cansará de bendecirte. Nuevas son sus misericordias cada mañana, aleluya.
En esta tarde yo te invito: adopta la mentalidad de un siervo, una sierva de Dios. Vende lo que posees, entrégalo todo al Señor, despójate dentro de ti. Cierra tus ojos un momento y concéntrate en el llamado del Señor. Ahora mismo tú eres el joven, la joven rica y el Señor te dice: véndelo todo, despójate de todo, muere a ti mismo, ¿qué es lo que más amas?. Muere a tus sueños, muere a tus apetitos, muere a lo que tú más amas y aprecias, y atrévete a ponerlo a Mis pies. Inclusive el deseo de hacer cosas para Mí, entrégame eso. El deseo de ser usado inclusive, mira, hasta eso entrégamelo, y simplemente ámame y valórame por lo que Yo soy.
Apréciame desnudamente en lo que Yo valgo por Mí mismo, piérdete en Mí. Pierde tu vida y la ganarás. Muere y vivirás. Desgránate y deshazte en la tierra y darás fruto en abundancia para Mi Gloria. Adelgázate y tendrás muchos hijos espirituales, y tendrás bendición, y tendrás gloria en Mi Reino. Vive como un peregrino, estás de paso en el mundo. Tú eres un extranjero, no te apegues a nada del mundo, no ames las cosas del mundo, no ames lo que está en el mundo, porque amar algo que está en este mundo es enemistad con Mi Reino y enemistad conmigo. Ama a Mi Reino y ámame a Mí por lo que Yo soy.
Despójate, suelta todo lo que tú amas ahora mismo. Y que los próximos años de tu vida sea eso, entregarle al Señor todo lo que Él te pida, una cosa a la vez, una cosa a la vez, una cosa a la vez. Tu carácter, tu temperamento, tu personalidad, tus actitudes, tu forma de ser, tu forma de hablar. Dile Señor: yo quiero ser como Tú. Yo quiero amar como Tú, hablar como Tú, caminar como Tú. El Hijo del Hombre no tiene lugar dónde recostar su cabeza dice el Señor, y yo quiero ser como Tú en mi espiritu, y si Tú me llamas a ser un peregrino que no tenga dónde recostar su cabeza, yo lo haré para gloria de Tu nombre, porque mi deseo es que Tu nombre sea enaltecido y glorificado.
En el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús. Pueblo de Dios adopta la actitud de un discípulo. Y si hay alguien que no ha dado ese paso de fé, de adoptar la mentalidad de un discípulo, yo espero que no estemos demasiado apresurados en nuestro espíritu para entregar nuestras vidas al Señor ahora mismo.
Habrá alguien que no ha dado ese paso de fé todavía, entregar su vida a Jesús, y que lo quiera hacer antes de irnos de aquí como presentamos esos niños. Quizá tú te sientes llamado a presentar tu vida al Señor y entregarte a Él en esta tarde. Yo quisiera bendecirte y ponerte en las manos del Señor Jesucristo. Si hay alguien que no lo ha hecho todavía y quiere hacerlo en esta tarde, yo quiero tener esa oportunidad y bendecir tu vida.
Amén. Entrega tu vida sin embargo al Señor aquí dentro de tu corazón. Esta Iglesia se entrega a ti. Te entrego todo lo que tengo, todo lo que soy Señor. Que Tu Nombre sea entronado en mí, en nosotros, en esta Iglesia. Instala Tu bandera en el centro mismo de Congregación León de Judá. Instala Señor el símbolo de Tu Reino en nuestros corazones. Que no se vea León de Judá, se vea la cruz del cordero inmolado. Se vea la bandera del Reino de Dios, se vea el nombre de Jesucristo.
Ningún otro valor, ningún orgullo, ninguna reputación, solamente el nombre de Jesús, nada más Señor, Los valores de Tu Reino estableciéndose en esta Iglesia. Tenemos hambre y apetito de ver Tu agenda establecida Señor, por medio de esta comunidad. Que Tu Gloria sea vista y conocida en las naciones. Establece Tu propósito, aduéñate de nosotros Señor, te entregamos todo. Te entregamos todo, gracias Señor. Te adoramos, te bendecimos. Gracias Señor, alabado sea Tu Nombre.
Cosas nuevas
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Hoy es el día, este es el tiempo de las cosas nuevas. A cuántos les gustan las cosas nuevas? Cuando no nos alcanza para el carro nuevo a regañadientes nos compramos un auto usado y lo miramos por todos lados. Ya cuando estamos seguros nos llevamos el carro, pero justo se echó a perder la parte que no miramos. Las cosas nuevas traen sensaciones distintas al alma. Algunos que llegamos a este país a experimentar lo nuevo de vivir en otra cultura, algunos tuvimos que usar pantalones usados que nos regalaban. A cuántos les tocó vivir eso? No diga amén para que no se avergüence.
Cuántos tuvieron que usar esa camisa que usó cuántos años el vecino, y se la regaló a usted porque en invierno lo vio con una camiseta manga corta, y le dijo, tu no puedes andar así aquí. Pero cuando pudimos tener nuestro primer pantalón nuevo, pudimos comprar nuestra primera camisa, no importa si ha sido en Kmart o en alguna parte de esas o en Target, o en algún Dollar Store, también venden ropa ahí. Salvation Army, también a veces llegan cosas nuevas.
Que sensación distinta haber usado algo nuevo. Siempre le agradecemos al Señor por las experiencias que nos hace vivir. Pero hoy día quiero llevarlo por este concepto de cosas nuevas. Vivimos en un mundo donde lo nuevo tiene relevancia. Nadie le vende un auto usado en la televisión, todos procuran que usted compre un auto nuevo. Todas las cosas que son nuevas a uno lo hacen vivir mejores experiencias. De alguna manera no nos quejamos por tener algo nuevo, aún cuando no lo sabemos usar. Hoy día fue que sale el iphone 5, hoy día? Ayer, estos días salió. Es nuevo, pásenmelo a mí, seguirá nuevo el resto de su vida. No lo usaría para nada, no tengo idea cómo encenderlo. Es nuevo.
Interesante que aún en las cosas nuevas de la vida en Cristo, debemos abrir este manual y leer este manual todos los días para saber cómo usar las cosas nuevas que el Señor nos da. Gracias Señor por la llenura del Espíritu Santo y creemos que eso fue todo, y al otro día estaríamos caminando en el tercer cielo.
Es más, como Pablo creo que llegó al tercer cielo, llego Pablo, hasta el cuarto, nos animaríamos a llegar nosotros. Nos conformamos con la experiencia emocional y no nos ponemos a leer el manual de instrucciones para sacarle provecho a eso nuevo.
Usted tiene su ipad? Cuántos tienen su ipad? Yo quiero decirles que los que tengan ipad los felicito, si lo saben usar. Yo cada día veo a mi hijo y lo abrazo y le digo, gracias por enseñarme. Tiene dos años mi hijo. Maneja el ipad de mi esposa de una manera sorprendente. Bueno, dicen que está diseñado para los niños, para que los niños entiendan. Debe ser por eso que aún el Señor dijo, tiene que ser como niño para que tengas un ipad.
No se olvide hoy día el Señor tiene cosas nuevas. Isaías capítulo 42, versículo 9, quiero que tenga en su mente este versículo. Isaías capítulo 43 versículo 19 e Isaías capítulo 48 versículo 6. Tres expresiones, tres palabras que salen en cada uno de estos versículos que hacen interesante este concepto de cosas nuevas. Isaías capítulo 42, versículo 9 dice así, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Aquí no está el que escribió el otro día por internet y dice, Pastor, por qué usted lo dice todo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? Ese fue un comentario sobre un sermón que yo di.
“…He aquí se cumplieron las cosas primeras y yo anuncio cosas nuevas antes que salgan a la luz. Yo os las haré notorias…”
Guau! Versículo 19 del capítulo 43:
“…Yo anuncio, he aquí yo hago cosa nueva pronto saldrá a luz. No la conoceréis otra vez, abriré caminos en el desierto, si alguien está pasando por el desierto hoy día es el día que el Señor va a hacer cosa nueva, y ríos en la soledad… − alguien se siente solo? Alguien se ha sentido aislado? Hoy día subirán ríos que traerán acompañamiento, que traerán compañerismo – dice el versículo 20, … las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mí pueblo, mi escogido…”
Cuántos son escogidos del Señor? Yo te escogí dice Jeremías, el profeta dice, cuando el Señor habla dice, yo te escogí, yo te puse por nombre mío eres tu.
Así que usted no es cualquier cosa, usted es el pueblo escogido del Señor. De hecho, usted ya no se llama ni Norma, ni Juanita, ni María, ni Pedro, ni Juan, se llama mío y mía, esos son los nombres. El Señor te hizo de él. Eres de su propiedad. Él pagó el precio en la cruz del calvario. Sabes para qué? Para darte cosas nuevas, para que en medio del desierto comiences a florecer, para que en medio de un tiempo de sequía comiences a dar fruto agradable, para que en medio de la tristeza el gozo del Señor sea tu fortaleza.
Capítulo 48, versículo 6:
“…Lo oíste y lo viste todo y no lo anunciaréis vosotros. Ahora pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tu no sabías…”
Está preparado para recibir cosas nuevas? En un tiempo donde necesitamos la frescura del Espíritu Santo, necesitamos entender que cada día el Señor trae un nuevo afán a nuestra vida. Yo no entiendo cómo la iglesia del Señor o algunos que se denominan ser la iglesia del Señor, pueden tener conceptos de el día lunes no me gusta. A cuántos les gusta el día lunes? Guau! Esta es una iglesia maravillosa.
Si el día lunes me levanto con un ánimo tremendo. A las 5 de la mañana tengo que estar levantadito. A cuántos les gusta el viernes? Y los más espirituales qué día les gusta? El domingo. Es necesario que experimentemos la renovación constante y diaria del Espíritu Santo en nuestra vida. El Señor está provocando en nosotros cada día que busquemos lo nuevo que cada día trae para nosotros.
Dice el Evangelio no nos preocupemos, no nos afanemos por el día de mañana, cada día trae su propia novedad, su propio afán, aún para los hijos del Señor, ningún día es igual, ningún día se parece. Todos los días son distintos y todos los días son mejores, porque tu acercamiento con el Señor cada día es más profundo.
Necesitamos una iglesia que muestre la novedad del Señor diariamente en nuestra vida. Si ayer dijiste 10 palabras feas, hoy día tenías que haber dicho 9 por obligación. Y mañana serán 8. Si pensaste mal ayer 10 veces, hoy día pensaste mal 9 nomás. Es más, ya no deberías pensar mal.
Necesitamos una iglesia que se levante a exponerle al mundo que nuestro Dios no es un Dios de rutinas, que nuestro Señor no es un Dios de casualidades, que nuestro Señor no es un Dios de repeticiones banales, sino que es un Dios que creativo. Me encanta leer el relato de la creación, Dios es un Dios creativo, cada día hizo algo nuevo, cada día.
Y cada día que pasaba la creación anterior se complementaba con la nueva creación del día siguiente. Yo no sé si a usted le interesan las cosas nuevas del Señor, o usted está sumergido en una posición religiosa. Usted está aquí porque no quiere estar en una parroquia. O está aquí porque no quiere estar en el salón del reino. Está aquí porque no quiere estar en la iglesia de los mormones, aquí le cae mejor todo. Todos cantan bonito, tocan bonito. Hay cámaras de televisión.
En una de esas el camarógrafo lo enfoca y sale al mundo y se hace famoso con esa imagen. Yo no sé cuál es lo que motivo su corazón en esto, pero hoy día es tiempo de que entendamos que el único que puede hacerse notar a través de nosotros es el Señor a través del Espíritu Santo, en nuestra vida, para que todos los días proyectemos cosas nuevas que él ha preparado para nosotros.
Hoy día el Señor te está diciendo, sal de tu rutina, sal de tu aburrimiento, sal de tu religiosidad, yo tengo cosas nuevas, te las anuncio ahora, las vas a ver, las vas a vivir, las vas a experimentar, hoy día te las digo, para que no digas que lo hizo el de las cartas de la esquina.
Cuando usted lee los relatos de estos tres capítulos que yo le di, hay algo en común además de esta cosa de que él nos anuncia cosas nuevas, nos hace cosas nuevas, y también nos motiva a oír que él nos ha dicho que hará cosas nuevas. Sabe qué es lo común en estos relatos? Que él dice, para que no le vayas a contar a nadie ni a decir a tus hijos que lo hicieron los dioses de esos otros, porque mi gloria no la comparto con nadie. Dios no hace adivinanzas, Dios te dice, yo te lo voy a dar, créelo y lo verás.
Dice que la fe viene por el oír, y el oír la palabra de Dios. Así que escuchemos las cosas nuevas que el Señor ha preparado para nosotros. En Ezequiel capítulo 36, versículos 26 y 27, dice:
“… Os daré – cuántos tienen corazones nuevos? No, no hay mucho amén. − … Os daré corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros…”
Ha experimentado eso en su vida? Fíjense, vamos a Segunda de Corintios 5:17,
“…De modo que si alguno está en Cristo – qué es lo que es? Cuántos el Señor los hizo nuevos? A cuántos el Señor los hizo nuevas criaturas? A cuántos de nosotros ya las cosas viejas ya pasaron definitivamente? − ….os daré corazón nuevo y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne… − versículo 27 − … cuando nosotros comencemos a vivir con un corazón nuevo y un espíritu nuevo y pondré dentro de vosotros…− qué? Está convencido de eso usted? Cuántos tienen al espíritu del Señor dentro de su vida? Cuántos tienen al espíritu del Señor en su vida? − … y haré que andéis en mis estatutos y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra…”
Así que ya no puede existir un cristiano con síntomas de derrota. No puede existir un cristiano con síntomas de ser un perdedor, con síntomas de quejas, no puede haber un hijo del Señor que haya experimentado cosas nuevas y que tenga el espíritu del Señor en su vida, y experimentar cosas que no son del Señor. El desafío de hoy día es que cada uno de nosotros podamos entender de que cada día las misericordias del Señor son nuevas en nosotros.
Cada día el Señor quiere que entendamos que su poder actúa para cosas nuevas en nosotros. Estás luchando con algo? Cree, cree, el Señor te ha dicho, haré cosas nuevas, yo ya te las anuncié, te dejé que las escucharas, ya has visto las cosas primeras que yo hice, no voy a poder hacer las otras?
Todo aquel que está dispuesto a vivir experiencias de cosas nuevas debe estar vestido del nuevo hombre. En Efesios capítulo 4, versículo 24, que debemos ser un hombre vestido de nuevo, creados según Dios, dice que debemos despojarnos, desnudarnos del viejo hombre…
Cuántos se quieren deshacer del viejo? Del viejo hombre. De la vieja mujer. No, esa parte del viejo hombre habla de universalismo para que nadie se ofenda. Debemos ser vestidos del nuevo hombre, debemos estar revestidos de Cristo, sacando de nosotros toda actitud, todo hábito pecaminoso que ofenda el plan renovador, el plan de nueva vida que Dios tiene para con nosotros. Debemos vestirnos de Cristo. El vestirnos de Cristo me lleva a pensar en el fruto del espíritu.
En Gálatas, capítulo 5, versículo 22:
“…Más el fruto del espíritu es amor…”
Nadie que no tenga a Cristo puede amar, nadie que no esté vestido de Cristo puede amar. Dice,
“…Más el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…”
Nadie que no esté vestido del nuevo hombre puede practicar esas cosas. Es el desafío de una iglesia que cada día muestre a un Dios creador. Es no solo tenerlo de concepto, tenemos el logos en nuestra cabeza, la palabra en nuestra cabeza, debemos hacer la vida, que sea un lema constante, que fluya a través de nosotros, cuando abras tu boca que salga palabra de vida.
Dice la palabra del Señor que impondrán las manos sobre los enfermos y sanarán. No sé qué pasa últimamente muchos terminan más enfermos todavía. Qué cosas nuevas estamos entregando. Yo me imagino a Pedro, la sombra de Pedro no podía hacer nada, pero como Pedro estaba vestido del Cristo, de la gloria, cuando su sombra pasaba en las calles, dice que había señales, había sanidades, había milagros.
Sabe, una iglesia que predica y pregona cosas nuevas está hablando de un Dios vivo, de un Dios real que no hay nada imposible para él, que él todo lo puede, el que creó los cielos y la tierra, el que creó la naturaleza, no me importa lo que diga la ciencia, no me importa si algunos creen que vienen del mono, yo no. aunque a veces me levanto con una cara que a veces dudo.
Cada día podemos gozarnos en la novedad del Señor. Mañana tienes un desafío, preguntarle al Señor qué es lo nuevo que él tiene para ti. Mañana tienes un desafío, aún cuando salgas de aquí, le dices al Señor, qué es lo nuevo que vas a traer para mí? Tienes a Cristo en tu vida? Si has nacido de nuevo, si has entregado tu corazón a Jesús entonces debes experimentar la novedad del Señor. Todos los días. Este Dios que nosotros tenemos es inagotable.
Siempre peleo con este concepto, a nosotros nos enseñaron el concepto de Dios, en esta área del mundo, este concepto de Dios tiene que ver con el concepto griego, ese Dios casi místico, ese Dios casi muy lejano. Debemos entender que el Dios que nosotros conocemos, del que nosotros hablamos, del que realmente hace las cosas nuevas, es el creador, el todopoderoso, el soberano, el Señor, el que creó hasta el que pensó en el Dios griego. Al que escribió del Dios griego, el Dios de nosotros lo creó.
Qué cosas nuevas está experimentando? En este momento me viene a la memoria un texto bíblico que dice, cosas que ojo no vio, que ni oído oyó, ni en subido a corazón de hombre, son las que Dios ha preparado, ya las preparó para lo que le aman.
Así que no se preocupe por lo que no haya visto. Después de la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Apocalipsis capítulo 21, versículo 5:
“… Y el que estaba sentado en el trono dijo, he aquí yo hago nuevas todas las cosas y me dijo, escribe porque estas palabras son fieles y verdaderas… − versículo 6 − ….y me dijo, hecho está...”
Ya está. Lo crees? Lo crees? Lo cree usted? Ya está. Levante su mano y dígale, Señor, dame lo que preparaste porque hecho está. Vamos a ponernos de pie.
Vamos a darle un aplauso al Señor. Denle un aplauso fuerte al Señor. Y vamos a cerrar nuestros ojos porque ya el Señor ha sembrado en nosotros la semilla de lo nuevo. Ponlo ahí en el altar, ponlo ahí en el trono, dile, Señor, gracias. Señor Dios todopoderoso, honramos y declaramos que tu eres Dios, que no hay nada que se compare a ti. Tu eres el dador de la vida, el que creador de todas las cosas, tu eres el que hace nuevas cada mañanas tus misericordias. Tu eres el que nos da nuevas oportunidades.
Señor, aquí hay un pueblo que está sediento de cosas nuevas. Aquí hay un pueblo, Señor, que está sediento de la experiencia de tu espíritu cada día, Señor. Señor, imparte una unción nueva cada día sobre cada uno de mis hermanos. Señor, que tu unjas su vida para hablar, para declarar, para desatar, para decretar que vivamos como una iglesia, Señor, que experimenta el afán tuyo cada día, Señor, con alegría, con gozo, con esperanza.
Y que cada uno de mis hermanos, Señor, pueda ver aún en sus anhelos más profundos que lo nuevo que has preparado para ellos ya lo has hecho, ya lo has hecho, Señor, en el nombre de Jesús. Amén.
Un minutito más, les voy a pedir un minuto más. Yo entiendo muy claro que Dios ha hablado bien directo a nuestras vidas hoy, al menos a mí ha venido una palabra muy directa. Y Señor, mi oración es que no tomemos esta palabra en una forma muy ligera, Señor, sino que podamos meditar profundamente en lo que tu nos acabas de decir, Señor.
Las implicaciones de esta palabra, tu lo has hecho ya. Es una realidad, así que ya basta de estar viviendo en la perspectiva de lo poco, la perspectiva de lo mediocre, abre tus ojos a lo que ya Dios ha hecho. Escucha bien, no más quejas, no más excusas, muévete a esa dimensión donde ya todo está hecho. Abre tu oído a lo que yo he dicho ya. Siembra en tu corazón la realidad de aquellas cosas que ya yo he hecho para ti, para los tuyos. Persíguelas. Persíguelas y las encontrarás, día tras día, un vislumbre nuevo para ti, para que tu puedas disfrutar de esas cosas bellas, preciosas, abundantes que yo he hecho para ti, te dice el Señor, nos dice el Señor.
Gracias Jesús, de lo más profundo de nuestro ser, gracias por esta palabra, Señor, una palabra rema a su tiempo, Señor, sazonada como solamente tu lo puedes hacer. Así que, Señor nos vamos de aquí ahora, de este lugar, con la convicción de que esas cosas nuevas tu las tienes hechas ya, es cuestión de nosotros ya adentrarnos a eso. Ayúdanos a despojarnos de ese viejo hombre y dái tras día vestirnos de ese nuevo hombre, esa nueva mujer que tu tienes ya, que tu has declarado ya para con nosotros.
Llévanos con bien, Señor, hacia nuestros hogares, que aún en nuestro descanso de la noche esta palabra pueda seguir haciendo eco en nuestra mente, en nuestro espíritu, en nuestro corazón, y que en el día de mañana, Señor si así tu lo permites, cuando comience un nuevo día, que comience una nueva manera de ver la vida, Señor, la vida que tu ya nos has dado, en el nombre de Jesús. Amén, Señor, amén, amén, hermanos y hermanas que el Señor les bendiga, el Señor les guarde.
Sermón clásico 6011: Cubiertos por su justicia
Vamos al Salmo 103, hermanos, versículo 6. Ustedes recordarán que estamos analizando y estudiando este salmo 103 que siento claramente que el Señor nos ha dado para nuestro enriquecimiento, para nuestra edificación. Hoy yo espero concluir el estudio de este Salmo 103 con el versículo 6. Y vamos a comenzar con el versículo 1 y llegar hasta el versículo 6.
Dice la palabra del Señor: 'Bendice alma mía a Jehová y bendiga todo mi ser su Santo nombre. Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus inequidades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias. El que sacia de bien tu boca, de modo que te rejuvenezcas como el águila. Jehová es el que hace justicia y a todos los que padecen violencia’.
Vamos ha dejarlo ahí un momento en ese versículo 6 dice, ’Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia’. Oremos.
Padre venimos delante de ti en el nombre que es sobre todo nombre, que es el nombre de Jesús creyendo Señor que tú tienes un propósito en nuestras vidas; que tú vas a hablarnos Señor a través de este versículo; tú vas a ministrarnos, Señor. Creemos que ahora mismo ya te estás preparando en nuestros corazones y nuestras mentes para trabajar y tratar con nosotros.
Señor, si alguien ha llegado necesitando el consuelo que trae tu palabra, pedimos que esta palabra tuya caiga como una semilla profunda en nuestros corazones. Haz tu obra, Padre, en nuestras vidas y confirma el propósito que tú tienes a través de tu palabra. Qué así sea, Padre. Lo pedimos en nombre de Jesús, Amén.
Dice la palabra del Señor que, ‘Jehová es el que hace justicia y derecho a todos lo que padecen violencia’. Y yo pensaba el versículo anterior dice que, ‘Jehová es el que sacia de bien nuestra boca de modo que nos rejuvenezcamos como el águila’ y con esta serie de declaraciones, el salmista David está declarando todos los atributos de todas las obras positivas de Dios en nuestra vida.
El domingo anterior tocamos el tema de la renovación del creyente. El salmista David nos decía que en un mundo donde hay decadencia gradual de todas las cosas, en un mundo en donde todas las cosas comienzan nuevas y buenas y brillantes y poco a poco van perdiendo su fuerza y su belleza, Dios hace posible la renovación de sus hijos. Dios hace posible su rejuvenecimiento, su crecimiento a pesar del decaimiento natural de las cosas materiales.
El hijo de Dios el creyente se renueva de día en día aunque su cuerpo se desgaste, aunque su mente no sea tan ágil y tan rápida como lo era en los días de la juventud; dice la palabra de Dios, ‘que el espíritu del creyente se va haciendo más y más fuerte cada día.’
O sea que en ese reconocimiento, en esa promesa de rejuvenecimiento y renovación preside nuestra esperanza y nuestro gozo. Como creyentes podemos estar confiados, podemos estar seguros. Ya la vejez no tiene esos terrores que tiene para el que no cree en el Señor, que no tiene el consuelo de la palabra de Dios.
Pues sabemos de donde venimos, hacia donde vamos, tenemos una convicción espiritual en nosotros de lo que verdaderamente importa acerca de la vida; no vivimos en la vanidad de las apariencias físicas y de las cosas vanas del mundo. Podemos ya entrando y en cualquier edad de nuestra vida podemos encontrar gozo, podemos encontrar significado. En la juventud nos gozamos en la belleza y en la agilidad del cuerpo, en la vejez nos gozamos en la renovación del ser interior.
Como decía Pablo aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior se va renovando de día en día. Eso implica que tenemos que comenzar a sembrar temprano tenemos que comenzar a trabajar desde la juventud, tenemos que comenzar a trabajar en los días de la madurez –de la edad media- si acaso estamos en esa edad y hemos entrado en los caminos del Señor entonces.
Pero tenemos que comenzar a sembrar e invertir desde temprano para que esos años de la vejez sean años de gozo, sean años de felicidad en vez de años de decaimiento y de depresión y de tristeza y de sin sabores. como dice el escritor de Eclesiastés: ‘acordémonos de nuestro creador los días buenos de nuestra juventud antes de que vengan los días malos y los años de los cuales digamos “no tengo en ellos contentamiento”.
El cristiano comienza a invertir para que esa promesa de rejuvenecernos como el águila se haga una realidad cuando llegue el momento de la necesidad. Ahora bien, aquí David entra en otra dimensión y dice: ‘Jehová es el que hace justicia y derecho a todos a los que padecen violencia’. David declara aquí en una manera muy enfática que no permite que la injusticia prevalezca en el universo que Él ha creado.
Yo pongo aquí el énfasis en la palabra prevalecer porque injusticia hay en el mundo sin duda alguna pero lo que David dice que ‘en último caso y en última instancia la justicia de Dios se hace sentir y se establece en una forma definitiva sobre toda la injusticia que hay en el mundo.
Dios hace justicia y derecho a todos y es una palabra muy completa, muy contundente: a todos los que padecen violencia, a todos los que padecen opresión a todos los que padecen injusticia por implicación, Dios hace justicia en todo momento.
Yo digo que eso es una declaración atrevida, es una declaración radical y es una declaración que nos sorprende, como que de momento nos pone a pensar porque cuando uno observa el mundo en que nosotros vivimos parecería todo lo contrario el mundo está lleno aparentemente de justicia y para el observador canal para el hombre y la mujer que están mirando el mundo solamente con los ojos analíticos de la mente racional verdaderamente parecería como que es todo lo contrario, el mundo está invadido por injusticias, el mundo está penetrado por la maldad y la injusticia de los hombres contra los hombres.
Mire cómo lo pone Salomón en un momento de pesimismo, podríamos decir en el análisis de este hombre que ha visto tantas cosas debajo del sol, él lo pone en una forma desnuda así. Dice en el capítulo 3 versículo 16: ’vi más debajo del sol, en lugar del juicio allí vi impiedad, y en lugar de la justicia allí iniquidad’. En el capítulo 4 dice. “me volví y allí vi todas las violencias que se hacen debajo del sol y he aquí las lágrimas de los oprimidos sin tener quien los consuele y la fuerza estaba en las manos de sus opresores y para ellos no había consolador.”
Y mire hasta donde llega ese momento de pesadez y de pesimismo de Salomón: “Y alabé a los muertos o sea a los finados, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven todavía y tuve por más feliz que unos y otros al que ha sido aún que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen. He visto así mismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu”.
En realidad cuando uno mira al mundo con los ojos desnudos que no entiende lo que es el misterio de la justicia de Dios eso es lo que uno ve: la opresión, los oprimidos que no tienen tiene consuele, la fuerza que está en las manos de los opresores y que no hay consolación para los oprimidos. Y sin embargo aquí, David, tiene el atrevimiento de decir que no que: ‘Jehová hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia’.
Y aquí la palabra entra en un diálogo consigo misma. ¿Cuál de los dos hemos de creer? Yo creo que los dos tienen razón a un sentido material, político, histórico, social de la sangre, la carne ciertamente. Hay injusticia en el mundo y el mundo es un lugar de gran injusticia.
Pero por otra parte cuando miramos la historia a la luz de los propósitos de Dios y del mover de Dios en el mundo, podemos tener una perspectiva muy diferente y ver que en todo momento, la justicia de Dios se está haciendo valer y se está imponiendo sobre este mundo de injusticias.
Aquí se dice lo contrario: Dios hace justicia siempre y a todos los que sufren injusticias y en verdad, yo diría, hermanos, esto es buenas nuevas. Esto es el evangelio, estas son las buenas noticias para todos aquellos que creemos en un Dios justo.
Esta declaración debe llenarnos a todos nosotros de gozo y de esperanza. Aquí David está diciendo, ‘el mundo no es caótico, el mundo no es incoherente, el mundo no es una maquinaria que Dios cogió, le dio cuerda y entonces la lanzó a flotar por el espacio y se olvidó de ella como cree la filosofía teísta.
El mundo tiene diseño, tiene coherencia, tiene propósito y la justicia de Dios se hace sentir en la historia porque hay un Dios y sabio y coherente que gobierna sobre el mundo. Y eso, yo digo hermanos, que es buenas nuevas para nosotros. Eso debe llenarnos de gozo y de esperanza. Esto radica en el carácter justo de Dios. El hecho de que Dios es radicalmente justo, nuestro Dios, su carácter no admite la injusticia.
Por lo tanto, en todo momento, esa justicia de Dios se va a hacer valer porque Dios no va a permitir que en mundo que Él ha creado a pesar de que es un mundo caído, la injusticia prevalezca.
Yo les citaba en el contexto de la renovación del hijo de Dios, el salmo 92 y se los voy a recordar otra vez dice: el justo –es decir el creyente, el hijo de Dios- florecerá como la palmera, crecerá como cerro en el Líbano, plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán, aún en la vejez fructificarán. Estarán vigorosos y verdes para anunciar… ¿qué? ¿Por qué se renovará el justo? ¿Por qué tendrá belleza aún en los años de la vejez? ¿Por qué hay esperanza para el anciano? ¿Por qué hay fortalecimiento para el hijo de Dios? Porque el universo está gobernado por un Dios gusto y la persona temerosa de Dios, la persona que busca de Dios al final será bendecida.
Dice, ‘aún en la vejez fructificarán, estarán vigorosos y verdes para anunciar’. Es decir para proclamar que Jehová –mi fortaleza- es recto y que en Él no hay injusticias. Es una declaración del carácter absolutamente recto de Dios. Y eso, hermanos, es la garantía de un universo justo, también.
Job en el Capítulo 36 versículo 5 al 7 dice: ‘He aquí que Dios es grande pero no desestima a nadie. Es poderoso en fuerza de sabiduría’. Dice: ‘No otorgará vida al impío, ¿ven? Es el carácter de Dios: ‘no otorgará vida al impío pero a los afligidos dará su derecho. No apartará de los justos sus ojos. Ante bien, con los reyes, los pondrá en trono para siempre y serán exaltados’. Es el carácter de Dios, es la promesa de que tenemos un Dios que su carácter no admite la injusticia.
33:5 ‘Él ama –hablando de Dios– justicia y juicio. De la misericordia de Jehová está llena la tierra.’
Entonces, hermanos, ese es el fundamento de cualquier confianza que nosotros tenemos de que este mundo, en última instancia es un mundo justo a pesar de que es un mundo caído porque el Dios que lo gobierna y el Dios que afirma su señoría y su gobierno sobre este universo, es Dios y es un Dios justo, un Dios misericordioso, un Dios clemente, un Dios que no tolera la injusticia.
Y por implicación el justo que es el hijo de Dios, que ha sido hecho justo por la sangre de Jesucristo, porque nosotros en nosotros no tenemos justicia pero en Cristo Jesús somos justos. El hijo de Dios se mueve en una cobertura de justicia que lo gobierna todo.
Yo estoy aquí, hermanos, montando mi argumento porque eso tiene unas implicaciones muy grandes para nuestras vidas y entonces tenemos un Dios justo, radicalmente justo, tenemos un Dios que se asegura que el universo en el cual nos movemos, es un universo justo y por lo tanto, nosotros los hijos de Dios tenemos derecho a creer que nos movemos bajo una cobertura, una nube de justicia que nos cubre y nos dirige en todo momento.
Salmo 32, versículo 10 y 11: ‘Muchos dolores habrá para el impío, más al que espera en Jehová le rodea la misericordia’.
¿Usted ve? La persona impía, la persona injusta va a tener muchos dolores de cabeza muchos tropezones, muchos padecimientos. La ira del Señor va a estar persiguiendo esa persona. Ahora el que espera en Jehová le rodea la misericordia, hay como una luz un spotlight que donde quiera que el justo camina, la justicia de Dios, la misericordia de Dios le sigue.
Por eso David concluye en el versículo 11: “Alegraos en Jehová y gozaos justos y cantad con jubilo todos vosotros los rectos de corazón porque a ustedes les es asignado moverse bajo la misericordia, la provisión, la bendición de Dios. Mientras que el injusto y el impío les está asignado padecimiento y dolor y sufrimiento a través de toda su vida”.
‘Tarde o temprano -dice la palabra de Dios- la justicia del Señor se hace valer en la vida de aquellos que temen al Señor”.
Hermanos, eso es un consuelo para nosotros y ese es el fundamento de nuestra esperanza y de nuestro gozo y eso debe tener una implicación muy profunda para cada uno de nosotros.
Ese pensamiento y ese reconocimiento debe gobernar nuestra vida 24 horas al día. Esas verdades: un Dios justo, un Dios que no tolera la injusticia, un Dios que vela por los que le temen y que se asegura que el resultado final de su vida y el resultado neto de su existencia sea positivo para que él pueda ser declarado justo también en su trato con ellos. Eso tiene unas implicaciones en nuestra conducta, en nuestros pensamientos, nuestras actitudes que yo quiero examinar en una forma detallada en este día.
¿Cuáles son las consecuencias de ese hecho? Hasta aquí estamos predicando digamos teología, estamos predicando teoría teológica.
Ahora ¿qué implicaciones tiene eso para nuestro diario caminar? ¿Cómo afecta eso en nuestra vida? Vamos a ver.
Yo creo que hay ciertas consecuencias que yo quiero señalarles a ustedes. Número 1 si nosotros creemos en esas cosas. Si como dice David, Dios hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia. Entonces para mí una de las primeras consecuencias es que nosotros debemos vivir confiados y en paz. Sabiendo que nuestro Padre celestial y vela por nuestros intereses. El cristiano debe distinguirse por una actitud de confianza, de gozo en todas sus acciones y en su caminar aquí en la tierra porque él está seguro de que los frutos de su justicia lo seguirán todos los días de su vida.
La buena voluntad del Señor, como dice el Salmo 23: ‘Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida’ y quien que cree eso y espere eso puede permanecer demasiado tiempo en una actitud cínica o descreída o escéptica. Al contrario, el creyente al saber que su Dios gobierna debe moverse, entonces, en una actitud apacible, gozosa, optimista. No cínica, ni desconfiada, no amarga ni escéptica. Eso es fruto del espíritu del cual habla Gálatas 5:22 de la bondad, la benignidad, la paciencia, el amor.
Yo creo que vienen como consecuencia de uno saber que uno está bajo la bendición de su Dios. Es como el niño que se cría saludable en el seno de su hogar porque se cría con afirmación, con el amor de sus padres, con las declaraciones positivas, el estímulo de su padre, de su madre. Este niño, esa niña crece bajo una atmósfera de confianza va a ser probablemente una persona apacible y agradable que vive la vida en confianza.
Y así debemos ser nosotros. En la vida cristiana no hay lugar para un cristiano cuya postura es una postura amarga y como estéril y negativa. Porque cuando uno está penetrado por esa conciencia del Dios justo que gobierna nuestra vida y que asegura una vida netamente positiva, yo creo que eso debe disipar la amargura, debe disipar el cinismo.
Yo creo que un cristiano no puede permanecer demasiado tiempo en una postura cínica. El cristiano sabe que la cobertura de Dios está sobre él cuando se mueve dentro la voluntad del Señor. Yo creo que eso es lo que implica Juan cuando dice: “el perfecto amor, echa fuera el temor.” Cuando estamos consientes del perfecto amor de Dios y nuestro amor ha sido perfeccionado para con Dios, eso echa fuera ese temor, esa sequedad que hay en nuestras vidas.
Eso nos permite reír con soltura, eso nos permite caminar la vida –con problemas ciertos, con dificultades sí– pero también sabiendo que Dios vela por nosotros y que Dios está en control en última instancia de nuestra vida. Ese hecho una vida de confianza, una vida de paz.
En segundo lugar hay algo también interesante y yo creo que al yo saber que Dios es justo y que su justicia se va a hacer valer, eso me invita a mí a no envidiar al que prospera por medio de una conducta injusta. Eso me hace a mí pensar que a la persona que yo veo por allí prosperando y creciendo y haciendo grandes cosas y haciéndose de dinero basado en el robo o en opresión de los demás en las ganancias deshonestas.
Eso me invita a mí a no imitar a esa persona. Ni envidiarlo, ni imitarlo porque tarde o temprano, yo se que en público o en secreto, ahora o después, esa persona va a recibir su justo merecido.
Dice la Biblia que hay hombre de sus obras salen a la luz mientras están vivos otros después cuando venga el juicio de Dios sobre ello. Hay personas que sus obras –desgraciadamente injustas– salen a la luz después que mueren y a veces se manifiestan en sus hijos y en sus familiares porque las estructuras que ellos establecieron cuando en vida, después les deforman y tuercen a sus hijos.
Pero de alguna manera la injusticia del ser humano sale a la luz y eso debe hacer que nosotros; ese reconocimiento debe hacer que yo nunca me sienta tentado a envidiar, ni mucho menos a imitar a alguien que practica la injusticia.
Miren lo que dice el Salmo 37 que es un salmo dedicado precisamente a esa meditación del disgusto y cual debe ser la conducta del hijo de Dios. El Salmo 37, el versículo 1 y 2: “No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.” Ahí está claramente: ni te impacientes, ni tengas envidia porque ‘como hierba serán pronto cortados. Y como la hierba verde se secarán.’
En el versículo 8 la segunda parte dice: “no te excites en manera alguna a hacer lo malo, porque los malignos serán destruidos pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no exista el malo. Observará su lugar y no estará allí. Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz.”
No te metas en el error de porque tú vez a alguien prosperando a corto plazo, creer que ya tú debes imitar. ¿Cuántas personas yo he oído se meten a vender droga o hacer esas cosas porque ven esas grandes mansiones que tienen los que venden las drogas? ¿O cuantas personas ven a personas ricas que han prosperado vendiendo productos indebidos o cosas que sirven para el daño de la humanidad y dicen “bueno como aquel lo hizo, mira como prospera?
Y si aquel político, mira lo hipócrita que es y esto y lo otro. Yo he oído el argumento de personas que roban y hacen crímenes decir: ’Bueno, mira es que los policías, total ellos cogen dinero de soborno y los jueces esto y lo otro.’ Y entonces ellos son incitados a hacer el mal. Pero no se dan cuenta que detrás de esas cosas el juicio de Dios está pesando sobre esas personas.
Hace muchos años –yo recuerdo en una experiencia que me impresionó mucho– una amiga mía un domingo, estábamos almorzando juntos y me dice: ‘Después de este almuerzo, yo voy a visitar a la hija de un dictador- muy conocido en Centroamérica- ‘y ¿sabes a dónde la voy a visitar? La voy a visitar a un sanatorio.’ Porque esta joven, que era amiga de ella de hecho, estaba padeciendo durante años y años por una depresión terrible, un sentido de culpabilidad por las injusticias que su padre había cometido. Uno de los indicadores más sanguinarios que ha conocido Centroamérica.
Hola, te habla el Pastor Roberto Miranda y quiero darte las gracias por ser parte de nuestro programa “Un cita con Cristo” y quiero bendecirte con las palabras y la promesa de Cristo Jesús. Él ha dicho: ‘He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo’.
Recuerda eso, donde quiera que tú estás. Si eres un hijo de Dios, Cristo va contigo y si Cristo está en tu vida, todo tiene solución y siempre hay esperanza. Dios te bendiga y hasta la próxima.
Yo pensaba después de esa conversación: el que contempla esta familia con sus millones, millones de dólares y con sus limosinas y sus palacios y su dinero de sangre y todos sus lujos, podrían solamente ver esa imagen y creer: ‘Yo quisiera ser así’. Pero no saben detrás toda la tragedia y todos los sinsabores y todos los sufrimientos y toda la mala conciencia y las noches sin dormir y toda las cosas que están detrás de eso.
El juicio de Dios descansa sobre los que cometen impiedad y nosotros no debemos ser incitados a imitarlos y tampoco a admirarlos.
En tercer lugar no debemos amargarnos cuando contemplamos las injusticias del mundo, no debemos vivir con el afán… como yo veo a veces personas que viven amargadas por lo injusto que es la vida. Y ‘mira fulanito como está padeciendo’. Se obsesionan tanto con las injusticias del mundo que entonces ellos mismos se amargan también y adoptan una actitud negativa acerca de la vida.
Y a veces yo veo gente que aún en la iglesia del Señor tienen esa perspectiva negativa de la vida porque ya sean las injusticias que padecieron cuando niños o que han visto en el mundo. Como que siempre tienen esa perspectiva negativa de las cosas. Siempre están viendo el mal en los demás.
Están amargados por dentro por esa situación de opresión. O a veces esa pasión por la injusticia que ven los lleva a la violencia y a actitudes que son indebidas para un hijo de Dios.
Y de nuevo el Salmo 37 versículo siete al once habla de eso: ‘Guarda silencio ante Jehová y espera en Él.’
Salmo 37:7:’No te alteres y no afanes. No te alteres con motivo del que prospera en su camino por el hombre que hace maldades. Deja la ira y desecha el enojo. No te excites en manera alguna a hacer lo malo’.
Deja la ira, desecha el enojo, guarda silencio ante Jehová, espera en Él. Hay algo aquí también de esa postura, de que cuando vemos tanta injusticia en el mundo, en vez de nosotros querer como lanzarnos y acometer contra todo en una manera compulsiva y amargarnos y ponernos cínicos contra todas esas cosas, debemos también esperar en Dios.
Debemos estar tranquilos ante el Señor. Eso no quiere decir que vamos a ser pasivos pero sí quiere decir que la manera en que nosotros peleemos será una manera en que de lugar al fruto del espíritu en nuestras vidas.
No debemos amargarnos cuando contemplamos las injusticias del mundo.
En cuarto lugar, cuando la injusticia toca nuestra propia vida, cuando la injusticia nos afecta a nosotros personalmente. Y ¿quién de nosotros no se ha sentido en algún momento tocado por un acto injusto de alguien? ¿Quién de nosotros no se ha sentido violado por una traición de alguien? ¿Por una mentira que alguien dijo acerca de nosotros? ¿Por algo que nos fue quitado, que nosotros amábamos y que sabemos que nos ha sido quitado injustamente? ¿Quién no se ha sentido violentado por un acto donde alguien ha impuesto su fuerza y nos ha arrebatado algo en una manera injusta e indebida?
Hermanos, lo que la palabra del Señor nos llama cuando la injusticia toca nuestra vida y esto yo lo extraigo de de ese pasaje de que Dios es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia.
Yo creo que cuando la injusticia toca en mi vida, cuando la injusticia nos afecta personalmente, de nuevo tampoco debemos nosotros amargarnos ni revelarnos contra Dios, sino más bien yo diría adoptar una perspectiva a largo plazo. Y es muy importante esa idea, una perspectiva que confía en los principios invisibles y eternos que gobiernan el universo.
En vez de yo, inmediatamente, actuar como el caballo cuando se le mete la espuela y llenarme de amargura y llenarme de odio y llenarme de cinismo. Yo debo dar tiempo a que la justicia de Dios se cumpla. Porque muchas veces el látigo de Dios se toma tiempo o la justicia de Dios se toma su tiempo para llevarse a cabo y yo no estoy en control de todos los mecanismos que Dios usa.
Yo tengo que darle tiempo al tiempo y aún si yo no veo la justicia de Dios cumplirse yo tengo que confiar en que de alguna manera misteriosa esa justicia se ha hecho real en mi vida y en la vida de aquellos, también que me han ofendido y me han atacado.
De nuevo, miren, el Salmo 140. Estoy usando lo más posible los salmos. Porque David desarrolla su pensamiento en una manera muy coherente. Versículos del 9 al 13 ya aquí, David dice: ‘en cuanto a los que por todas partes me la maldad de sus propios labios cubrirán su cabeza. Caerán sobre ellos brasas serán echados en el fuego, en abismos profundos de donde no salgan’. Dice: “El hombre deslenguado no será firme en la tierra. El mal cazará al hombre injusto para derribarle’.
Fíjese las acciones mismas del injusto lo van a perseguir, lo van a alcanzar, van a establecer la justicia de Dios sobre esa persona. Versículo 12: ‘Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido y el derecho de los necesitados. Ciertamente los justos alabarán tu nombre, los rectos morarán en tu presencia’.
Y esa es la consolación que David recibe: ¡Oh, sí, me están persiguiendo! ¡Oh, sí! Me están mordiendo y me están comiendo mis carnes pero yo se que a la larga la justicia del Señor se hará manifiesta y que esas actitudes y esas obras malignas van a recaer sobre ellos en alguna manera. Y en eso yo encuentro consuelo y mientras tanto yo voy a afirmar y a declarar la justicia de Dios.
Yo sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido y los derechos de los necesitados. A la larga Dios hará prevalecer su justicia en mi vida. Yo, entonces, me puedo permitir que cuando la justicia me toque a mi, yo me amargue y me llene y me deforme mentalmente. Y yo creo hermanos que esa es una fuente de salud mental, de higiene porque a la larga estamos hablando de eso.
¿Por qué la gente se deprime, por qué se amargan, por qué se tuercen en su carácter? Porque ha habido injusticias que la vida ha cometido, ya sea las circunstancias, ya sean nuestros padres en su ignorancia, ya sea alguien que nos traicionó. Ya sea lo que sea, entonces cogemos eso, lo metemos allí, nos obsesionamos con eso, pensamos en eso, nuestro panorama se convierte en un panorama sombrío donde esa injusticia se convierte por una planta que va creciendo dentro de nosotros y va echando sus raíces y las raíces se van extendiendo por nuestra mente, nuestros sentimientos y hasta nuestro cuerpo también y no pensamos en ningún momento en la perspectiva positiva de Dios.
En que Dios está cumpliendo su propósito y que la injusticia cometida contra nosotros encuentra su disolvente en la justicia mayor de Dios. Entonces lo que tenemos que hacer es por una obra de nuestra voluntad tornar la mirada hacia esos principios de justicia que gobiernan en el mundo y no dejarnos obsesionar por la injusticia que se nos ha cometido.
Yo lo que creo que eso hace, es que una persona pueda sobrevivir las crisis de la vida y seguir adelante y cuando viene el momento de una injusticia y sufrimiento y de dolor y cuando parece que las cosas no nos han ido como parece que debieran irnos, nosotros entonces remitimos al Señor la última palabra y adoptamos una actitud a largo plazo, no nos revelamos, no nos torcemos, no empezamos a pelear con las cosas sino que nos metemos dentro del dolor y dejamos que el dolor se meta dentro de nosotros y lo neutralizamos, lo disolvemos.
Esa postura positiva y de ahí yo creo que viene la salud mental, la paz. A veces son las personas que son endulzados a través de los sufrimientos de la vida a diferencia de aquellos que son amargados y son torcidos por los mismos sufrimientos. Porque la persona que triunfa y prospera sobre el mal es aquella que no pelea contra el mal en una forma compulsiva, neurótica, sino que adopta la perspectiva a largo plazo del Dios que gobierna el universo.
Tenemos que pensar en los propósitos benévolos de Dios a largo plazo. Entonces vemos eso, cuando la justicia toca nuestra vida, no nos amargamos, no nos revelamos, adoptamos una postura a largo plazo, donde Dios está cumpliendo sus propósitos.
En quinto lugar, cuando padecemos injusticia nosotros, debemos hacer lo posible nosotros, sí para defendernos.
Yo no estoy aquí hablando de una postura pacifista y mística donde usted simplemente deja que le hagan y deshagan y donde usted no toma acción contra el mal y usted no se defiende y usted no toma recursos que son legítimos para corregir la injusticia. No, yo no estoy diciendo eso. Yo creo que nosotros debemos luchar contra el mal y voy a hablar un poquito más sobre eso.
Pero hay algo más importante que yo creo que mientras nosotros adoptamos medidas para defendernos en una forma legítima, hay otra cosa que yo creo que tenemos que hacer y es encomendar nuestra causa al Señor.
Y si peleamos, peleemos sabiendo que en último caso, el resultado final depende del Señor y no de nosotros. Usted ve, usted lucha, usted pelea pero usted lo hace con una postura en donde usted sabe que el Señor tendrá que establecer su justicia al final de todo y que el Señor está peleando con usted y dentro de usted. Y que a la larga él es quien tiene que hacer prevalecer su principio final.
Yo creo que eso también es muy importante. Mire como dice Job, capítulo 5 versículo 8. Eso es lo que uno debe hacer primeramente cuando padece injusticia. Job 5:8: ‘Ciertamente yo buscaría a Dios y encomendaría a él mi causa el cual hace grandes e inescrutables cosas y maravillas sin número, que pone a los humildes en altura y a los enlutados levanta seguridad.’
‘Qué frustra los pensamientos de los astutos para que sus manos no hagan nada, que prende a los sabios en la astucia de ellos y frustra los designios de los perversos. Así libra de la espada al pobre de la boca de los impíos y de la mano violenta pues es esperanza al menesterosos y la inequidad cerrará su boca’.
Ve hermano, cuando usted luche, luche en una seguridad de que en último caso su causa tiene que estar encomendada al Señor. Y por eso, que yo creo que hay tanta gente que cuando luchan, lucha en una forma destructiva y auto destructivo porque no están peleando en el Señor. No están dejando que el aceite del Señor lubrique la maquinaria esa que está luchando y por eso a veces se desgastan y se tuercen y se queman y se tornan en personas de nuevo distorsionadas por la lucha.
Salmo 37 otra vez, versículo cinco: ‘Encomienda a Jehová tu camino y confía en él y él hará, exhibirá tu justicia como la luz y tu derecho como el mediodía’. Encomienda al Señor tu causa, encomienda al Señor tu indignación, encomienda al Señor tu padecimiento. ¿Te han violado? ¿Te han violentado? Encomienda tu causa el Señor, mientras tú luchas, pero encomienda esa causa al Señor y deja que tu lucha sea una lucha también dulce.
Aunque parezca paradójico. Qué sea apasionada y fuerte pero también descansando en la paz del Señor. Y esa es una postura paradójica pero es lo que Dios nos llama a hacer.
Primera de Pedro capítulo 4, versículo 19: ‘De modo que los que padecen según la voluntad de Dios encomienden sus almas al fiel creador y hagan el bien’. Mientras tú padeces, mientras luchas encomienda tu alma al Señor y continúa haciendo el bien. No dejes que la lucha por la injusticia también te neutralice en las áreas del bien.
Y al tú pelear en esa manera la paz de Dios que gobierna, gobernará tus pensamientos. La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento estará contigo en todo momento. Eso te librará de pelear con amargura en una forma distorsionadora y violenta. De dar buen testimonio y aún avergonzar a Satanás.
En sexto lugar, el hijo de Dios que confía en la justicia divina no debe buscar venganza por él mismo, sino dejar lugar a la venganza del Señor.
Hermano, esto es algo muy, muy importante. Cuando nosotros somos violentados y violados en nuestra justicia no debemos vengarnos por nosotros mismos. Y en este mundo y en las iglesias, hermanos, hay mucha gente que no ha entendido ese principio y nos vengamos en muchas maneras: sutiles y no sutiles y encontramos manera siempre de hacer retribución por lo que nos han hecho.
Y en la vida familiar y en la vida matrimonial y en la vida del trabajo y en otras áreas siempre buscamos formas de vengarnos a nosotros mismos sutil o no tan sutilmente. Pero la palabra del Señor nos dice: ‘No te vengues tú a ti mismo’.
Romanos 12, versículo 17: ‘No paguéis a nadie mal por mal. Procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible en cuanto dependa de vosotros estad en paz con todos los hombre, no os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios porque escrito está, “mía es la venganza, yo pagaré,” dice el Señor. No podemos vengarnos a nosotros mismos.
No podemos buscar la venganza, no podemos buscar retribuirle. Al cristiano la venganza, le está prohibida porque la justicia es de Dios y no de nosotros. Y hermanos, si usted cree que eso es un principio solamente del Nuevo Testamento, que la gente habla de la ley del talión y todo eso ya allí mismo Dios había establecido esa regla.
Es una regla eterna, es una regla que es para todos los que siguen los principios divinos. En Levíticos 19, 17 y 18 dice: ‘No aborrecerás a tu hermano en tu corazón. Razonarás con tu prójimo para que no participes de su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová’.
En el nuevo Testamento: ‘La venganza no es la actitud apropiada para ningún hijo de Dios, ahora lo contrario lo es’. Y aquí esto es lo más difícil que yo podría decir en este día, no solamente no vengarnos sino que la palabra del Señor me llama a mi a amar a mis enemigos, a orar por los que me persiguen, a bendecir a los que me maldicen. Porque dice la Palabra de esa manera: ‘ascuas de fuego tú estarás amontonando sobre la cabeza de la persona’.
‘Así que si tu enemigo tuviere hambre, -Romanos 12:20- dale de comer. Si tuviere sed, dale de beber pues haciendo esto ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.’ ¿Tú quieres vengarte de tu enemigo? Hazle el bien, eso es lo que dice la palabra. ¿Tú quieres verdaderamente darle en el centro mismo de su vida? Hazle el bien, bendícelo, ora por él, perdónalo, véngate perdonando, amando, dando.
¿Por qué? Porque dice porque de alguna manera misteriosa y tu amontonas carbones encendidos sobre su cabeza.
Entonces la justicia del Señor es la que se establece. Entonces yo prefiero que la justicia de Dios sea la que haga justicia, que la justicia del hombre. Porque cuando Dios hace justicia, lo hace en una forma, hermanos, exquisita, por así decirlo y no es que usted esté deseando el mal de nadie. Pero Dios, es un Dios perfectamente equilibrado en sus actos de justicia. Entonces yo daño las cosas cuando yo me vengo, cuando yo tomo en las manos un mecanismo que solo Dios debe tomar.
Cuando tú padeces injusticia, cuando te han violentado, no tomes venganza tú mismo, sino deja lugar a la venganza de Dios. Y tu parte es manifestar los frutos del espíritu. No seas vencido de lo malo sino vence con el bien el mal. Neutraliza el aspecto diabólico de las relaciones humanas con el aspecto positivo del evangelio de Dios.
Esa es la actitud. No tomes venganza y por extensión hay otro principio aquí muy importarte. Porque cuando yo digo: no tomes venganza, me estoy refiriendo a acciones, pero ¿y qué del corazón? Hay personas que no toman venganza pero su corazón se llena de ¿qué? De rencor y de resentimiento.
Cuando padece injusticia la gente el corazón alberga ese sentido de quemazón, de la ira retenida, la ira a fuego lento. Es la ira que va cociendo poco a poco el alma que se convierte en resentimiento y en rencor, que envenena los pensamientos y envenena los sentimientos y eso me lleva a mi a la séptima justicia de Dios que hay en el mundo: No debemos dar lugar al rencor y al resentimiento en nuestro corazón.
Ya usted vio lo que dice Levíticos 19: ‘No aborrezcas, hermano’. Dijo Jesucristo’ el que llama a su hermano, tonto o pato o estúpido o necio ya merece el fuego del infierno.
Hermanos, esa es una de las cosas más importantes y claves de la vida humana, yo creo también de la salud emocional y espiritual del hombre: el hecho de que el rencor no debe albergarse en nuestro corazón.
¿Qué dice el Padre Nuestro? Y perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Ahí no hay cuestión de que si los perdonamos o… No, se asume que estamos perdonando a nuestros deudores: a los que nos deben a nosotros.
Mateo 6:14 palabra de Jesucristo. El Señor dice: ‘el que no perdona no podrá ser perdonado’. Dice porque ‘si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará a vosotros también vuestro Padre celestial. Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas’.
Si tú retienes rencor, si tú retienes resentimiento, si tú albergas de la cárcel -¿saben ustedes que la palabra perdonar, la imagen en el griego original es eso de soltar de la cárcel?- es como abrirle la puerta de la celda a una persona.
Muchos de nosotros metemos a la gente, no los podemos meter a la cárcel con nuestras acciones, ¿sabe lo que hacemos? Lo metemos en la cárcel de nuestra imaginación. Cogemos una celda bien lúgubre, bien oscura, con ratones y con agua cubriendo el piso y metemos allí a la persona que nos ofendió.
Le cerramos la puerta y cuidamos de tirar la llave al fondo del mar y lo dejamos allí año, tras año, tras año y de vez en cuando lo venimos a visitar y miramos a través de la reja y nos gozamos viéndoles allí metidos en esa celda que nosotros le hemos creado mentalmente.
La palabra dice que cuando perdonemos abramos esa celda y los dejemos ir y esa es la idea.
El que retiene la ira y el rencor es prisionero, yo digo del que resiente. ¿Usted sabe eso? Usted cree que lo ha hecho prisionero pero usted es prisionero de esa persona. Usted pasa los años viviendo en términos del acto que esa persona hizo. Esa persona gobierna sus actos y pensamientos. ¿Usted quiere vengarse otra vez de la persona? No retenga el resentimiento, déjelo ir, sea generoso. Perdónelo, no retenga el rencor.
Los médicos le dirán que muchos padecimientos, muchos dolores, muchas enfermedades psicosomáticas vienen del hecho de que no hemos perdonado, que albergamos el resentimiento, nosotros.
El rencor no nos permite retener ni disfrutar de las bendiciones de la vida cristiana. Por eso hay tanto cristiano en la iglesia con caras decaídas, con padecimientos de todo tipo que se preguntan ¿dónde están las bendiciones que promete la Biblia para mí? Y que escuchan la palabra de Dios y no les penetran, la buena nueva de salvación.
¿Por qué? Porque hay un parásito que cuando la bendición llega a su vida se come la bendición y eso se llama el rencor y el resentimiento. Y entonces no alberga la gracia de Dios. Esa persona no es capaz de hacerlo porque el rencor es un animal que está comiéndose antes que llegue a su corazón la bendición de Dios y la está neutralizando y quemando.
El rencor es la cosa más destructiva que hay en el mundo y no podemos albergarlo por nuestro propio bien, aunque sea por egoísmo, no albergue el rencor en su vida. Yo diría otra cosa, el rencor nos hace reos del diablo. ¿Sabe eso? El rencor es una herida perpetuamente abierta por donde entran los microbios diabólicos, por donde entra a veces la penetración del mal.
Han hecho muchos estudios, a veces, de las personas que son afectadas por los poderes satánicos. Por ejemplo las personas que han sufrido abuso sexual o abuso físico muchas veces terminan endemoniadas, sufriendo padecimientos demoniacos. ¿Sabe por qué? Porque al padecer esas opresiones, se llenan de opresión contra sus opresores. Entonces por ahí viene la infestación demoníaca.
El rencor es una de las áreas más débiles para la penetración demoníaca. No podemos albergar el rencor en nuestro corazón. Es imposible que podamos recibir las bendiciones de Dios teniendo rencor en nuestra vida.
Y finalmente, hermanos, esa justicia de Dios debe hacernos a nosotros agentes de justicia donde quiera que nosotros vayamos.
Escuche eso. Si el Dios que usted sirve y el Dios que usted imita es un Dios justo, usted también debe ser una persona justa y debe ser un agente de justicia, inclusive en su diario vivir. Nunca debe la injusticia a través de usted en una forma deliberada. Nunca debe usted cometer una injusticia contra otra persona. Usted debe emular e imitar el carácter de Dios y ser un agente de justicia.
De nuevo el Libro de Romanos capítulo 6 versículo 12 y 13: ‘No reine pues el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencia y tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumento de inequidad’.
¿Ve? No presente su cuerpo o no presente su persona, no ofrezca sus dones y sus capacidades, para usted ser un instrumento de pecado. Sino… ¿qué? Dice: ‘Sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivo dentro de los muertos y vuestros miembros –es decir sus manos, sus pies, sus ojos, su boca, sus orejas– a Dios como instrumentos de justicia. Hermanos, usted y yo debemos ser en este mundo agentes de la justicia de Dios.
Donde quiera que usted camine asegúrese que la justicia de Dios se manifieste en todo momento. No la injusticia. Que sus acciones se distingan por ser acciones de justicia. Que la gente cuando comente su comportamiento diga: “esa persona es una persona que es justa cuando hace las cosas. Es una persona que se puede confiar en que no va a traicionar a nadie. No le va a hacer daño intencional a nadie. Esa persona es la persona más benévola.”
Porque de ahí viene la palabra benévola, es uno de los frutos del espíritu: la benevolencia, la bondad. Porque el hijo de Dios tiene buena disposición para con los demás y es un agente de justicia donde quiera que vaya.
Hermanos, el ser agente de justicia tiene que ser una pasión donde quiera que vayamos. Nuestro comportamiento debe ser un comportamiento radicalmente justo en todo momento.
Y por eso es que yo creo, que aunque el Evangelio no atacó la esclavitud, aunque en la Biblia no se ataca la esclavitud en una manera abierta, pero los principios del evangelio ya estaban socavando fundamentos de la esclavitud desde hace siglos. Porque toda la palabra de Dios habla de la justicia. Les hablaba a los amos: ‘trate a sus siervos como hijos de Dios, como iguales delante de Dios’.
Usted no puede tratar a un esclavo como su igual, imposible. Entonces ya había allí un socavamiento implícito de la injusticia de la esclavitud. La palabra de Dios llama a todo hijo de Dios a ser un agente de justicia continuamente y por extensión eso quiere decir que usted debe en todo momento, hermano, ser una persona de misericordia y ayudar a la persona que está en necesidad: al menesteroso, al pobre, al que padece injusticias. Uno debe ser un escudo en lo que uno pueda.
De nuevo no en una forma compulsiva y neurótica pero si el cristiano debe tener un hambre y sed de justicia. Debe distinguirse por ser una persona que cubre al que está padeciendo injusticias. El hijo de Dios siempre debe ayudar al que padece necesidad. No solamente debemos nosotros ser agente de justicia sino que debemos cubrir a los que están necesitados y debemos ayudar y debemos distinguirnos por eso.
Salmo 82 versículos 3 y 4. Quiero dejar este pensamiento porque es importante que nosotros éticamente, nuestro comportamiento, nuestro caminar seamos siempre que se distinga. A los niños hay que enseñarle. A veces los niños son la gente más injusta.
Cuando un niñito está padeciendo en la clase y todo el mundo le cae encima, tenemos que enseñar a nuestros niños: ‘Mira, tú se justo, nunca cooperes cuando tú ves a un niñito siendo burlado, siendo abusado, se tú ahí un defensor y no cooperes con los actos de injusticia’. Ya desde chiquitos debemos enseñarles a ser agentes de la misericordia de Dios porque eso es lo que Dios hace.
El salmo 82, versículos 3 y 4 dice: ‘Defended al débil y al huérfano. Haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado, libradlo de mano de los impíos’.
Entonces como ven ustedes esa declaración tan potente de David: ‘Él es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia’. Está lleno de implicaciones para nosotros. Debemos ser gente que camine bajo esa justicia divina, que tengamos actitudes positivas porque Dios nos ha de bendecir. Debemos nosotros también ser agentes de la justicia de Dios.
Que el Señor nos bendiga.
Padre, gracias porque tu palabra nos llama a una actitud radicalmente justa. Ponemos a un lado, Padre, todo rencor, todo resentimiento, toda amargura de corazón, todo cinismo, todo escepticismo, todo aquello que glorifica al diablo y sus ondas negativas y te establecemos a ti Señor como ese agente de justicia que gobierna todo el universo.
Ayúdanos, Padre, a adoptar esa actitud positiva y en todo momento establecerte a ti como el que gobierna en justicia y ser imitadores fieles de nuestro Dios que es justo. Gracias, Padre, por esta dedicación, que nuestros corazones, Señor, sean penetrados y embargados del consejo de tu palabra en este día. En nombre de Jesús amén.