Remar aunque la tempestad está en contra

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Voy a estar hablando del Libro de San Marcos capítulo 6, versos 45 al 52. Es un pasaje que es tratado por tres Evangelistas, Mateo, Marcos y Juan, hablan de esta experiencia, Jesús caminando sobre las aguas. Mateo es el único que menciona a Pedro, Marcos y Juan no lo mencionan.

Y yo quiero que durante mi exposición mantengan esta frase en sus mentes: "Un concepto erróneo de Jesús evitará el conocimiento necesario para el crecimiento espiritual." Si no entendemos a Jesús, no entendemos lo que significa Jesús en nuestras vidas y Su magnífico plan.

Dice la Palabra: "Enseguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de Él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que Él despedía a la multitud, y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; Y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar y Él solo en tierra; Y viéndoles remar con gran fatiga porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles."

"Viéndole ellos andar sobre el mar pensaron que era un fantasma y gritaron, porque todos le veían y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos y les dijo: Tened ánimo, Yo soy, no temáis; Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento, y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones." Dios bendiga Su Palabra en esta mañana.

Al comienzo de este capítulo (capítulo 6), comienza con la decapitación de Juan el Bautista. Es una introducción bien terrible, es una pesadilla, no es una buena noticia que ellos se dan cuenta que el precursor de Jesús ya no existe, le cortaron la cabeza. Llega la escena precedente a este evento de la barca en que la multitud está escuchando a Jesús y no se quiere ir, pasan horas, tal vez se anochece, y Jesús los despide. Juan abunda más y dice que ellos querían hacer a Jesús Rey, porque después de ese milagro de alimentar a 5.000, el instinto, la inclinación, el ímpetu era "pues vamos a hacerlo Rey", porque si puede alimentar a 5.000 personas, hombres sin contar mujeres, ¿cuánto más Él puede hacer? eso es lo que está en la mente de las personas ¿no? esa emoción, ese momento de alegría indescriptible.

Imaginémonos que estamos en un partido de fútbol o de béisbol y anotan un gol, cómo se pone la gente; se estimulan, se levantan, se saludan aunque no conocen al que está al lado, se abrazan, porque han hecho un gol.

Yo me acuerdo de joven estando en Puerto Rico, mi mamá era bien fanática del béisbol y fuimos a ver un juego allá en Puerto Rico entre dos equipos, el equipo estaba jugando la semifinal, mi mamá creció jugando béisbol, fanática de su equipo, el equipo nunca había podido ganarle a ese equipo, y en ese momento el equipo por el que mi mamá hinchaba conectó un cuadrangular, un home-run.

Y yo me acuerdo que mi mamá, una mujer serena, bajita, bien pentecostal, bien tranquila, de momento ¡mi mamá se me perdió! (risas), y yo le digo a mi hermano: ¿y dónde está mami? Ella estaba por todos los bancos abrazando a la gente, high-five - low-five, y yo dije: pero mamá ya usted está en edad, ¡eso no importa, hay que celebrar el momento!

Así estaba esta multitud que cuando saben que tienen hambre, están lejos de su casa, están lejos de donde ellos están, de momento esta persona puede proveer alimento suficiente, humanamente pensaron: si Él puede proveer alimento para 5.000 hombres sin tener que ir al congreso ni promulgar una ley, ni tener que ir al sanedrín, ni tener que esperar por el emperador romano ni el gobernador ¿cuánto más este Jesús nos puede dar? hay que hacerlo Rey. Pero Jesús, en Su sabiduría, dice que Él empuja, dice que Él empuja, dicen los versos en griego, dice que Él empuja a los discípulos para que se metan en la barca porque Él no quiere que ellos sean influenciados por la multitud, Él no quiere que la multitud cambie el plan divino. Un concepto erróneo de Jesús va a evitar el conocimiento necesario para que crezcamos espiritualmente.

Ellos pensaron en un Jesús material, en un reino material, en una abundancia de beneficios materiales, no habían entendido todavía el significado, la importancia, el motivo que hacía que Jesús se moviese por ellos.

Un dato bien interesante es que Jesús los envía en la barca y si Jesús me envía a mí a algo ¿verdad que vamos? Si Jesús viene y te dice: Mira coge ese avión y vete a Guatemala, tú vas a coger el avión y vas a Guatemala porque Dios te está enviando. Si Dios me dice a mí: Coge ese avión y vete a Puerto Rico yo no me lo pienso dos veces, yo cojo el avión y me voy a Puerto Rico porque Dios me ha dicho que me vaya a Puerto Rico. Y en este caso Jesús, el que acaba de alimentar a 5.000 personas, les dice a Sus discípulos: métanse en esa barca, cojan ese bote y vayan al otro lado.

Ellos contentos están en su bote, muchos de ellos son expertos en pesca, han pescado, saben lo que es un bote, saben a lo que se pueden enfrentar, pero aquí viene una contradicción: Jesús los envía a ellos y Jesús sabía que venía una tormenta, pero ellos no lo sabían, y a veces nosotros no entendemos: ¿cómo es posible que yo esté haciendo las cosas bien por el Señor, estoy haciendo lo que Él me ha llamado a hacer, estoy haciendo lo que Él me ha dado a mí para que haga, mi ministerio, mi visión, lo que siente mi corazón, y haciendo y cumpliendo, y siendo obediente a Sus mandamientos, se levantan tormentas que yo no puedo controlar, y empezamos a analizarnos internamente: ¿habré pecado, he dejado de orar, no soy obediente, he hecho malo a algún semejante, algo está mal en mi familia?

So imagínense los discípulos siguiendo el mandato de Jesús y estando dentro de esta barca, s encuentran con esta tormenta. Me imagino que algunos pensarían: ¿cómo es posible que Jesús nos mande en la barca y Él se quede en tierra?

Pensemos en esa escena: ellos están en medio del mar y dice el verso 48: "Y Él que estaba orando los veía remar con gran fatiga". El griego dice: "remaban con gran énfasis, con gran fuerza" pero el viente les era contrario so ellos no podían adelantar ese bote. No sé cuántos han pescado por la noche o cuántos han remado. En la época que pasa este pasaje es cerca de la Pascua en Jerusalén y se dice que siempre había luna llena, so donde estaba Jesús orando en ese monte, Él podía ver a estas personas tratando de remar y el barco no moverse hacia adelante.

La pregunta que surge es ¿por qué Dios me ha enviado a mí en una misión que parece una misión imposible? Cuando miro y estoy en esta barca rodeado de mis compañeros, mis discípulos yo no veo a Jesús, Jesús no está en la barca, entonces uno recurre a sus capacidades, sus destrezas, su experiencia, pero con todo y eso, lo que ellos sabían hacer, la barca no se podía adelantar.

Una de las cosas que permeaba, que fluía en la mentalidad judía de aquél siglo era que Domiciano, el emperador romano enfatizaba que él era jefe y que él mandaba los cielos, la tierra y el mar, era una frase romana, "Domiciano gobierna y manda los cielos, tierra y mar."

Jesús que aparentemente ha perdido el control pero Él está en control, un Dios soberano, sabe lo que está pasando, ve a su gente que está fatigada, que está trabajando pero esta gente no se desanimó, ellos no pararon de remar. Los tiempos fuera de la barca que pueden significar tiempos espirituales, pueden significar tiempos sociales, pueden significar tiempos de nuestra cultura, porque la barca representa a la Iglesia y si lo traemos en ese punto teológico al siglo XXI nuestra barca, la Iglesia en el siglo XXI está navegando en contra de tiempos tempestuosos, está remando en contra de situaciones teológicas erróneas, está navegando en contra de lo que la ley afirma.

Y Jesús nos dice en esta mañana que Él nos ha enviado a remar aunque la tempestad está en contra, aunque los tiempos sean diferentes, aunque la escena se vea demasiado oscura y la barca no parezca progresar o adelantar Jesús nos sigue enviando, porque mientras trabajamos y remamos no cedemos a los vientos, ¿cuántos dicen amén en esta mañana?

¿Alguien aquí ha visto alguna vez un fantasma? porque si lo ha visto hay que llamar a psiquiatría, los fantasmas no existen, ¿cuántos aquí le tienen miedo a la oscuridad? levanten la mano, no se asusten. Miren, en mi casa me conocen porque me encanta asustar, soy fanático de eso (risas). Por ejemplo si estamos todos en la sala y yo me desaparezco nadie quiere ir para los cuartos porque no saben dónde es que yo estoy. So mi esposa me dijo: yo voy a enseñarle a Isaías lo que es el susto ¿no?

Estoy yo un día bien, bien dormido, un sueño profundo, eran como las cuatro o cinco de la mañana, ella se despertó primero que yo, yo no noté que se bajó de la cama, ella se viene por mi lado y me pone su cara al lado de mi cara pero yo estoy durmiendo (risas). Cuando yo desperté yo di un brinco (risas) y yo no ví un fantasma.

Ahora imagínense esta gente: ellos acaban de ver a Jesús alimentar a 5.000 personas. Ellos lo han visto, en el capítulo 4 del mismo Libro cuando Él calma con Su Voz la tempestad, ellos saben quién es este Jesús aparentemente, y ahora en medio de esa tempestad cuando Él viene caminando sobre las aguas ellos creen que es un fantasma. Dice que se asombraron en gran manera, que gritaron, porque todo lo que veían no lo entendían. Todo lo que ellos veían no lo entendían.

Ellos andan con Jesús, ellos se sientan con Jesús, ellos ven a Jesús operar como nadie en la historia lo ha visto operar, juntamente con Él, son testigos oculares de lo que Jesús puede hacer y del milagro de las 5.000 personas, a este momento de la barca no ha pasado un día, solamente horas, y ellos no entendieron que este Jesús no estaba siendo limitado por ninguna ley romana, no estaba limitado por el emperador Domiciano, este Jesús era el Creador y Señor del cielo, de la tierra y del mar. Pero ellos no entendían.

Y nosotros en el siglo XXI no somos diferentes a ellos. Estamos con Jesús, buscamos a Jesús, leemos de Jesús, le oramos a Jesús, pero cuando las cosas no mejoran el panorama exterior no parece muy bonito.

Un Pastor dijo que si esta escena la hicieran en esta época, meter un grupo de la Iglesia del siglo XXI dentro de una barca y comienzan a remar, la barca se paran y no pueden seguir porque los vientos son contrarios, él dice que en esta época nos daríamos con los remos porque culparíamos a alguien, porque estamos programados para pensar que nada nos puede ir mal, que todo tiene que salir bien, que siempre Dios va a proveer, que siempre Dios va a estar ahí, que todo lo que le pidamos nos lo va a dar e históricamente no pasa así. Dentro de la Voluntad de Dios si a Él le place darnos Él nos da, y si no nos da sigue siendo nuestro Dios.

Tenemos que salir de esa programación mundana, de esa programación completamente humanista. Lo que sí es seguro es que si tú tomastes tu cruz ¿cuántos tomarán su cruz, cuántos han tomado su cruz? y al entrar en la barca no sabiendo qué va a pasar en el camino ni quién se va a levantar o qué se va a levantar o qué va a venir, una cosa sí yo sé: que el Creador del cielo, de la tierra y del mar me ha dicho: Entra en la barca y ve al otro lado, y yo voy a remar no importa lo que pase porque mi función, mi llamado, mi asiento en esa barca es para remar.

Yo una vez traté de remar con tres personas y descubrí que los que van en el medio son los que llevan el peso, es el remo que más adentro entra, y los que van al frente van dirigiendo hacia dónde se mueve, so a mí me vieron gordito y me pusieron en el medio (risas).

Los discípulos no le dijeron a Jesús: bueno Señor ¿quién va a ser el líder cuando estemos en la barca, quién se va a sentar al frente, quién va a estar en el medio, quién va a ir atrás, quién va a tener los remos más nuevos o de mejor marca? ¿quién va a tener guantes, quién va a estar sin guantes? porque nosotros preguntaríamos eso, cómo hacer el trabajo. Y Jesús lo que pide es: En tu sencillez y tu obediencia hacia la Voluntad del Señor se sencillo, se sencilla, se humilde, acepta que tu trabajo es un remo, y remando, la barca comienza a caminar.

Para cuando llega ese Jesús que mientras están remando Él está orando, ¿¡qué escena bonita esa, no?! mientras ellos están remando Jesús está orando, intercediendo. Mientras usted y yo estamos pasando por ese tipo de tormenta Jesús no está descansando, Jesús está orando, intercediendo por nosotros, y aunque yo no vea ese Jesús, cuando llegue a mi presencia ese Jesús dentro de la barca yo no me asombro porque yo he creído. Yo me asombro cuando yo no he creído, cuando algo me espanta, cuando algo es asombroso, pero lo que Jesús hace es completamente creíble y es asombroso.

Jesús les dice: "Tened ánimos, Yo soy, no temáis" antes que se calmasen los vientos, antes que Él entrase a la barca Él les trae a ellos esa palabra "tened ánimo." Para no temer hay que tener ánimo.

Algunos dicen en la psicología que te pares frente al espejo en la mañana antes de ir a trabajar y le digas al espejo: hoy me veo bien, hoy tengo mejor vida, voy a trabajar y a disfrutar el día. Yo te diría algo diferente: yo no le diría al espejo, yo le diría a los cielos.

Dios me ha permitido hoy levantarme con vida y yo voy a ir a trabajar porque Él me da el aliento y Él me da el espíritu. No importa lo que pase en mi trabajo o dónde yo vaya, Él me ha dicho "no temas, ten ánimo, anímate, alégrate". El Pastor una vez me dijo: Isaías, uno tiene derecho a ser feliz, reclama tu bendición. Aunque tu barca esté en el medio, aunque tu barca no se esté moviendo no importa, tú insiste en lo que te enviaron, ahora el resto lo va a hacer Jesús. Ahora va a llegar el barco que te va a arrastrar y te va a llevar a puerto seguro pero tú no pares de remar, hermano no pare de remar. Y si el que está a tu lado no quiere remar, tíralo por la borda (risas) no, no, anímalo.

Hay una lección en esto, los países de Escandinavia dentro de las iglesias, ellos tienen una barca pequeña en los altares porque para ellos el simbolismo de la barca es una iglesia, y para ellos en las iglesias no hay rangos, no hay divisiones, todos son iguales; el trabajo es remar, remar. Los tiempos se están poniendo difíciles.

Nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros bisnietos se van a enfrentar a otro tipo de sociedad, a otros tipos de problemas culturales. Es nuestra responsabilidad como padres, como abuelos, como hermanos instruir a esos pequeños que se van a quedar aquí para que esa barca que Dios nos ha dado no se quede parada en el medio, sino que cuando ellos estén en su barca y vengan los momentos, vengan las tormentas, y ellos no sepan qué más hacer que ellos sepan que todavía no ha llegado el dueño y Creador de esa barca que tiene que llegar para que la barca siga moviéndose. Dice que las puertas del infierno no van a prevalecer contra la Iglesia de Jesucristo, jamás, no va eso históricamente.

Cada vez que tratan de parar la Iglesia, el avance de la Iglesia, su teología, su formación, sus mandamientos, sus principios, sí nos pueden quitar la vida, pero la barca de la Iglesia jamás será detenida, jamás será parada, jamás será confundida, jamás nos podrán parar como Iglesia y como barca.

En un momento así necesitamos entonces detenernos. Estamos en el medio del mar, los vientos no han bajado su fuerza, las aguas están bien, bien turbias, en momentos en que nos detenemos, no paremos de remar, no pares de creer en el llamado que Dios te ha dado. No guardes el remo que Dios te entregó. No entierres ese remo que Dios te ha dado en forma de un talento o una destreza, o un don porque los tiempos se han puesto difíciles. Iglesia, desenterremos nuestros remos. Quítale el polvo al remo, la barca necesita los remos en el agua, y una vez tengamos los remos en esa agua, unos adelante, unos atrás, unos en el medio, la barca no va a ser detenida porque entonces Jesús hará Su aparición milagrosa.

Cuando los aspectos espirituales, los dominios, los principados escucharon a Jesús decir: "Yo soy" ellos sabían que ese Yo soy es un Yo soy eterno. Es el mismo que se expresa en el Éxodo, es el mismo que se expresa en el Reino de los Cielos, Él es, no es una copia, es el original, es el mismo que con Su Boca ordenó y creó, que con Su Boca ordenó y las cosas fueron creadas aunque nadie.

Muchas veces nos pasa eso, a veces hacemos estas cosas y nadie se da cuenta, sigue remando, sigue remando, no se puede parar, no se puede parar ahora porque si paramos de remar la tormenta nos va a destruir, si paramos de remar la tormenta nos va a hacer pedazos, si paramos de remar vamos a desaparecer, si paramos de remar nos ahogamos, si paramos de remar le estamos diciendo al mundo que no creemos en aquél que nos ha llamado. Si paramos de remar le decimos al mundo que es más importante lo que yo puedo hacer que lo que pueda hacer mi remo dentro de la barca con un solo grupo, un solo equipo. Si dejo de remar me convierto en una persona egoísta porque estoy pensando en mí y no en los demás. Si yo paro de remar ¿qué va a ser de la Iglesia? Si yo paro de remar ¿quién le hablará a aquél que no lo conoce? En esta mañana dile al Señor: Señor, dame las fuerzas para yo tomar ese remo y entrar al agua, entrar dentro de la barca.

Si yo no puedo remar porque estoy cansado le digo al que está a mi lado: mira, estoy cansado y voy a remar más suave, pero no voy a parar. Mi remo quizá no sea como el remo de Damaris, pero yo veo que con Damaris remamos juntos dentro de la misma barca. Quizá mi remo no es como el de Wilston, pero yo no paro de remar y tampoco Wilston. Es importante el remo de Wilston como es importante mi remo.

Necesitamos a todo el mundo remando. Dios no necesita que le demos ideas para dónde vamos, ya dijo que es a la otra orilla, ya está la dirección puesta en el GPS, no hay que buscar ningún shortcut, es a la otra orilla y aunque no me lleve con el hermano aprende a llevarte con el hermano porque hay que remar con el hermano. El remo de Camilo es tan importante como mi remo. Si Camilo rema en su casa con su esposa y la familia rema a un solo ritmo, cuando llegan a la Iglesia, a la barca mayor ya vienen con el entrenamiento de remar en un solo ritmo hacia una sola dirección.

Qué lindo es remar en una sola dirección. Quiere decir que nos tenemos que desprogramar: "yo puedo remar". Dilo conmigo: yo puedo remar, yo voy a remar, vamos a remar, no es que no pare, vamos a remar, no nos vamos a ahogar. Se ven las cosas difíciles, siempre se han visto las cosas difíciles porque no es por vista, es por fe y nuestro Señor está a tu lado aunque Tú no lo veas, Él está orando, Él está intercediendo, Él está ahí, Él te va a bendecir, no dejes de remar, no vamos a parar de remar, nadie va a parar la Iglesia. Levanta las manos y alaba Dios en esta mañana, es momento de alabar a Dios, aleluya.

Mi remo es importante, qué lindo es mi remo, qué lindo es tu remo en el agua. La tormenta viene, gloria a Dios, no lo entiendo, es que yo no lo entiendo pero Él viene, no está solo, no está sola, Jesús viene porque nunca se ha ido. El mundo nos enseña que hay un vacío que Él se va, Él no se ha ido, Él dejó el paracletos, Su Espíritu Santo so tú no estás solo, tú no estás sola.

Iglesia ten ánimo, en esta mañana, ten ánimo. Tulio ten ánimo, no temáis, no temáis, estamos en la barca que construyó el Señor, estamos en la barca que fue diseñada por el Señor, estamos en la barca que fue made in heaven, esa barca no sé a dónde, pero tú y yo tenemos que remar. Dios los bendiga.