SERMONES

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La deidad de Jesucristo

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Quiero ir con ustedes a la palabra del Señor en la Epístola a los Colosenses, el Capítulo 1 versículos 15 al 20.

Dice la palabra del Señor: “..él es la imagen del Dios invisible – refiriéndose evidentemente a Jesucristo - ... él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación porque en él, es decir en Jesucristo, fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades, todo fue creado por medio de él y para él. Y él, Jesús, es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, el que es el principio, el primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.”

Bendiga el Señor su santa palabra. Ustedes recordarán quizás algunos que tienen buena memoria que hace ya muchos meses atrás yo inicié una serie de mensajes que podríamos titular algo como ‘grandes verdades de la palabra de Dios’. Mi intención cuando inicié esa serie era y es todavía, exponer a mis hermanos a diferentes enseñanzas, diferente doctrinas o aspectos de la doctrina cristiana que son esenciales, yo creo, para una salud espiritual como iglesia y como individuos, como Dios la desea para nosotros. Hay verdades de la Escritura que no podemos ignorar que tenemos que abrazar y conocer y entender para ser cristianos saludables.

Y yo comencé con varias cosas, hablé por ejemplo acerca de la salvación por gracia y hablamos acerca del Dios que es un Dios de justicia y de amor y de misericordia pero que también es un Dios que condena a aquellos que no obedecen sus mandamiento y que no quiere en realidad, sino que todos procedan a salvación pero que también muchas veces se ve obligado a hacerlo a pesar de que su deseo es tener gracia para con todos.

Hablamos acerca de la necesidad de evangelizar el mundo porque solamente por medio de Jesucristo hay salvación para los hombres. Y luego yo entré la doctrina del Espíritu Santo y me di cuenta inmediatamente que había tanta enseñanza de importancia en esa área del Espíritu Santo, de los dones del espíritu, de la vida llena del espíritu, que me detuve allí y pasamos varios meses hablando acerca de la doctrina del Espíritu Santo con todas sus diferentes ramificaciones.

Y ahora quiero continuar con esa serie de mensajes, ya volviendo a un ritmo un poco menos intensivo, y quiero hablar en esta tarde de un tema que me tomaría en realidad, yo creo, hasta más tiempo inclusive de lo que me tomó la doctrina del Espíritu Santo y es la deidad de Jesucristo.

Cuando digo deidad me refiero a la divinidad de Jesús, su naturaleza divina, el hecho de que Jesucristo es Dios y esa doctrina se ha enseñado en la iglesia de Jesucristo a través de los siglos. La iglesia de Jesucristo la ha considerado una de las columnas, de los puntales de la doctrina cristiana y contra esa doctrina han arremetido muchas herejías y muchas falsas vertientes cristiana a través de los siglos, pero la iglesia siempre ha insistido en que la creencia en la divinidad de Jesús no es algo negociable.

Hay muchas cosas que podemos decir, bueno, cada cual allí en la Biblia hay para preferencias teológicas, ¿no? Por ejemplo, algunos creen que la gran tribulación va a ser después del anticristo, otros creen que va a ser antes del anticristo, o mejor dicho el rapto, perdón, que el rapto va a ser antes del anticristo o después del anticristo. Y hay buenos cristianos, muiy teológicamente fuertes que creen una cosa o que creen otra. Hay diferente ideas acerca del milenio también. Y hay diferentes matices, digamos, de estas doctrinas y yo creo que hay muchas cosas, nosotros podemos permitirnos cierta libertad, pero hay doctrinas que son absolutamente esenciales para la salud de la iglesia y la salud del cristiano, que es importante que nosotros seamos claros al respecto y que no haya duda ni titubeo acerca de ellas y la deidad de Jesucristo es una de esas doctrinas.

Yo creo que nadie podrá jamás hacerle plena justicia a algo tan misterioso como lo es la naturaleza de Jesucristo. El hecho de que Dios en toda su potencia y un hombre perfecto puedan cohabitar por así decirlo en el marco de una humanidad, de un cuerpo, eso jamás lo podremos entender, cómo Dios pudo encarnar en el vientre de una mujer y adquirir forma humana y habitar entre los hombres, no lo podemos entender. Cómo Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo constituyen no tres deidades, ni tres dioses, sino un solo Dios y sin embargo ser tres, digamos esencias que podemos reconocer en diferentes funciones, y sin embargo ser diferentes pero ser la misma cosa. El cerebro humano no se construyó para procesar misterios tan profundos. El problema no es Dios, el problema es la máquina que tenemos aquí, esta computadora no tiene suficiente poder para manejar esa verdad completamente.

Pero de todas maneras, Cristo es una realidad, habitó entre nosotros y Dios quiere que nos entendamos algo acerca de su Hijo y acerca de su naturaleza. Entonces la iglesia de Jesucristo no tiene otra opción que aunque sea torpemente, aunque sea ahí dando tumbones y a veces cometiendo errores, estoy seguro, tenemos que hablar acerca de eso, tenemos que enseñar acerca de ello.

Pero una cosa sí quiero que tengamos claro hermanos, es eso de que la doctrina de la divinidad de Jesús es absolutamente esencial para la salud de la iglesia de Jesucristo que es algo que nosotros jamás debemos negociar ni comprometer. Cualquier religión que se llame cristiana pero que ponga en tela de juicio la divinidad de Jesús ya debe ser sospechosa para nosotros porque esa es una enseñanza que la Escritura defiende en muchas diferentes maneras. De hecho la carta a los Colosenses fue escrita según los estudiosos de la Biblia específicamente para defender la doctrina de Cristo como Dios, como único, para defender una enseñanza, una herejía, una doctrina que estaba entrando a la iglesia de Colosas que disminuía la estatura de Cristo, que lo ponía como uno más entre otros dioses, que trataba de incluir otros rituales y otras creencias para como fortalecer un poco la persona de Jesús, y añadir otras cosas que complementaran la obra que Jesucristo hacía.

Y el Apóstol Pablo, dirigido por el Espíritu Santo cuando se le informó que esta iglesia en Colosas que iba también y que era una iglesia bendecida, estaba comenzando a tambalearse un poquito con respecto a la deidad de Jesucristo escribió esta carta, para declarar sin ambigüedades la verdadera naturaleza y la verdadera función de Jesús en el Reino de Dios, en la creación y con respecto a Dios mismo.

Y yo veo siempre que en la Escritura el Apóstol Pablo hizo eso en varias ocasiones. La epístola a los Gálatas, otra de las cartas del Nuevo Testamento fue escrita por el Apóstol Pablo por la misma razón, aunque en una situación diferente. La iglesia en Galacia estaba como aceptando enseñanzas de parte de grupos judíos cristianos que declaraban que para uno verdaderamente ser salvo no solamente tenía que creer en Cristo como el Hijo de Dios, el Mesías, sino que también tenía que guardar los ritos de la ley judía. Y entonces Pablo escribió esa carta a los Gálatas y dijo, ustedes están completos en Cristo Jesús, ustedes no necesitan los ritos de la ley para completar lo que Cristo hizo en la cruz, ustedes solamente necesitan creer por fe porque la salvación es por gracia, por la obra que Cristo llevó a cabo en la cruz del calvario y no es como que Cristo más obras van a serle salvo.

Ahora, después que uno es salvo Dios espera que haya obras de justicia en nuestra vida. ¿Entienden? Pero las obras no nos hacen salvos. Entonces, el Apóstol Pablo en algo tan sutil como eso, escribió toda una carta para defender el carácter salvífico de Cristo Jesús por sí solo.

Ve porque, hay algo que al Espíritu Santo no le gusta que la figura de Jesús sea en alguna manera disminuida o que en alguna manera venga a compartir su poder y su obra con otros elementos. Yo veo siempre en la Escritura exaltando y levantando el nombre de Jesús, poniéndolo en alto, declarando la excepcionalidad, la unicidad de Jesucristo y por eso Dios Padre, recordamos esta escena cuando el Señor es bautizado dice que se posó una paloma, es decir el Espíritu Santo en forma de paloma, sobre esa escena en ese momento y es interesante porque ahí tenemos una presentación de la Trinidad, el Espíritu Santo en forma de paloma, el Hijo siendo bautizado, y dice que se escuchó una voz del cielo. Ustedes recuerdan que decía, este es mi Hijo amado, a él oíd, en él tengo contentamiento, a él oíd. Entonces, ahí vemos el Padre dando testimonio del Hijo y el Espíritu Santo respaldando esa escena con su presencia.

Pero lo que me interesa de esa escena es el Padre señalando al Hijo y diciendo, hey, traten con él, él es quien tiene la preeminencia. Y el mismo Señor Jesucristo, él no titubeó en presentarse a sí mismo de esa manera. El único que tiene derecho a hablar de sí mismo como habló Jesucristo es él mismo. Porque el Señor Jesucristo habló de sí mismo en términos muy exclusivos.

Por ejemplo, él dijo, yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al Padre, si no es por mí. Y él dijo también, yo soy la luz del mundo, el que anda en mí no andará en tinieblas. Dijo, el que cree en mí, ríos de agua viva correrán de su interior.

¿Usted ve? Él siempre estuvo señalándose a sí mismo. ¿Por qué? No porque él tuviera algún tipo de orgullo personal en su persona, sino por él sabía clínicamente que la salud de los seres humanos, la salud de su iglesia depende de tener una relación adecuada con él, porque en él hay poder, en él hay virtud, en él hay vida.

Dice la palabra que Dios le asignó vida para que en Cristo Jesús haya vida. Él es el único que puede dar vida, Jesús. El único que tiene vida en sí mismo, y por eso al Señor señalarse a sí mismo, lo que está haciendo y diciendo, miren, yo soy esencial. En mí hay algo que ustedes no pueden encontrar en ninguna otra persona.

Ustedes recuerdan el diálogo con Nicodemo, el maestro de la religión farisea que se acercó a Jesús y el Señor le relató un evento del Antiguo Testamento cuando los israelitas fueron atacados por una plaga de serpientes venenosas en el desierto y muchos de ellos fueron picados por esas serpientes, se estaban muriendo, y Dios mandó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y que la pusiera en alto y que todos los que miraran a esa serpiente pudieran ser sanados. Y el Señor Jesucristo tomó esa escena de siglos atrás en la historia de Israel, y le dijo a Nicodemo, así como Moisés levantó la serpiente de bronce para que fueran sanados los israelitas, así también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado ante los hombres, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Lo que nosotros vemos a través de la Escritura, y por eso es que los teólogos de la iglesia, yo creo que fueron como arrinconados hacia la conclusión de que Jesucristo es Dios. Yo no creo que la iglesia, como han querido algunos críticos de la teología cristiana, yo no creo que la iglesia se planteó primero la divinidad de Jesucristo y entonces procedieron a justificarla usando las Escrituras y buscando versículos para justificar la divinidad de Jesucristo. Yo creo que fue todo lo contrario, la iglesia a fuerza de leer la Biblia, a fuerza de leer las Escrituras fue como poco a poco llevada a la conclusión de que Jesucristo es Dios. Porque hay muchos pasajes que no tenemos tiempo de analizarlos todos donde vemos claramente que esta idea que presenta Pablo aquí. Miren el versículo 15 que acabamos de leer del Capítulo de los Colosenses, “... él es la imagen del Dios invisible...”

Ese es uno de esos pasajes donde claramente declara la igualdad de Cristo con Dios.y yo voy a desempacar eso un poquito más, más adelante, pero vamos a buscar otros versículos porque quiero nada más hacer un recorrido bien breve acerca de diferentes versículos que nos hablan acerca de eso.

Ahí mismo en el Capítulo 2 de Colosenses versículo 9, dice, “... porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad...”

¿Qué está diciendo allí? Que todo lo que está en Dios, todo lo que contiene la personalidad de Dios, la esencia de Dios está ¿dónde? Está en Cristo. Entonces si todo lo que Dios es y tiene está en Cristo, ¿cuál es la conclusión entonces? Que él es Dios también, que él tiene la misma sustancia, la misma esencia que tiene Dios.

Vamos a Hebreos y como digo, son solamente unos cuantos de muchos diferentes, Capítulo 1 de Hebreos, en el versículo 3 hablando de Jesús. Dice en el versículo 2:

“... en estos postreros días Dios nos ha hablado por el Hijo a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo, el cual, dice, siendo el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia...”

Mire allí lo que dice, ¿no? Que Cristo es el resplandor de la gloria de Dios. En otras palabras, es como que Cristo encarna y refleja la gloria shekina de Dios, el poder, la majestad, la magnificencia, todo el poderío de Dios está proyectado en la persona de Jesucristo. Y él es la imagen misma de su sustancia. La palabra que usa el griego original es aikon que quiere decir, es una copia, una fotocopia de Dios. Hoy diríamos él es la fotocopia, así como mucha gente dice, ese bebé es la foto del papá, es la misma cara del papá, bueno, eso se puede decir de Jesucristo, él es la imagen misma de la sustancia de Dios, es decir, la esencia de Dios. ¿Cuál es la sustancia de Dios? Bueno, él es divino, él es todopoderoso, él es omnisciente, él es omnipresente, todas esas cosas son las sustancia de Dios, la esencia de Dios, se pueden aplicar a Cristo Jesús también.

Siga conmigo ahí mismo en el versículo 8 de Hebreos 1, hablando de la diferencia y Cristo y los ángeles, dice: “... más del Hijo Dios dice, tu trono oh Dios por el siglo del siglo....”

Que interesante, ¿no? Hablando acerca del Hijo, ¿cómo se refiere? Tu trono oh Dios por el siglo del siglo. En otras palabras, de nuevo ahí tenemos otra sugerencia muy fuerte acerca de la deidad de Jesucristo.

Mire otro más ahí mismo en el versículo 10, Hebreos 1:10, hablando de Cristo dice, “... tu, oh Señor, en el principio fundaste la tierra y los cielos son obra de tus manos....”

Ahora, qué dice, Génesis Capítulo 1, versículo 1, los eruditos aquí de la palabra, “... en el principio creó Dios los cielos y la tierra....”

¿Quién creó los cielos y la tierra? ¿Y qué creó Dios? Los cielos y la tierra, ¿verdad? Ahora, ¿y qué está diciendo aquí en este pasaje, según Hebreos Capítulo 10, quién fundó la tierra y los cielos que son obras de sus manos? El Hijo. Entonces qué tenemos que concluir, o se equivocó el escritor de Hebreos o de Génesis, uno de los dos, o es que está implicando que hay algo, hay una identidad entre el Hijo y el Padre que nos lleva lógica irremisiblemente nos arrastra a esa idea de que hay algo misteriosa, hay una misteriosa identidad entre el Hijo y el Padre.

La iglesia ha tenido que bregar con textos como estos a través de todos los siglos. Por ejemplo, otro pasaje cuando Cristo dice, “... antes que fuese Abraham, yo soy...”

Mire qué dije, no dice yo era, sino yo soy. ¿Qué quiere decir Jehová? Yo soy. ¿Y sabe lo que pasó cuando él dijo antes que fuera Abraham yo soy? ¿Qué hicieron los fariseos que estaban alrededor de él que conocían bien el texto bíblico? Le dijeron, ok, no hay problema. No, cogieron piedras para apedrearlo. ¿Por qué? Porque entendieron la intención de lo que él estaba diciendo, entendieron que él estaba equiparándose en ese momento a Dios y que él estaba diciendo, yo soy el que soy, yo soy Dios. y por eso quisieron apedrearlos.

Hay tantos versículos, Juan 1:16, “... en el principio era el verbo y el verbo era con Dios y el verbo era Dios ...”

Y podríamos pasar muchas horas mirando diferentes, un solo versículo en sí no constituye la doctrina de la deidad de Cristo, pero cuando usted los junta a todos, y cuando usted mira el lenguaje acumulativo de la Escritura con respecto a Jesús, el hecho de que él recibió adoración cuando solamente Dios, ni los ángeles reciben adoración. Cada vez en la Escritura que usted ve un ángel siendo adorado por una persona que se sorprende de ver una visión angelical, ¿qué le dicen los ángeles? No, adora a Dios, no nos adores a nosotros.

Cuando Tomás duda de Jesucristo y el Señor le dice, bueno, mira mete tu mano en mi costado, mira mis señales en las manos de la cruz, ¿qué hace Tomás? Dice, se hincó ante él y lo adoró. ¿Y sabe lo que dijo? Mi Señor y mi Dios. y el Señor no lo contradijo.

Es decir, que hay todo ese cúmulo de enseñanzas que nos van llevando a la conclusión inescapable de que algo misterioso hay. Yo nunca podré decirle a ustedes exactamente en qué consiste esa identidad entre Cristo y el Padre y el Espíritu Santo porque no hay palabras humanas, el lenguaje humano tampoco fue hecho para procesar cosas tan profundas. Pero nosotros obedientemente apuntamos hacia un misterio y decimos, no nos pregunten exactamente cuáles son los detalles de ese misterio pero lo que vemos es que hay una esencia divina que se manifiesta en un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo y la Biblia dice que no son tres dioses porque Dios es uno solo, y por lo tanto nuestra conclusión es de alguna manera misteriosa y rara y difícil de explicar, que Dios se manifiesta en tres personas y esas tres personas son un solo Dios. Y esa es la doctrina.

La Biblia es bien clara con respecto a eso, y dondequiera que hemos visto herejías y mala doctrina hemos visto la figura de Cristo siendo minimizada y siendo como puesta a un lado, y siendo cubierta con un follaje adicional a lo que debiera ser él solamente parado. Y es muy importante que nosotros nunca compartamos, hermanos, la persona de Jesús con ningún otro elemento en nuestra fe. Cristo debe estar, él es sui generis como dicen en la filosofía, él está en un género por sí solo. Y nosotros tenemos que darle a él un lugar muy, pero muy preferencial.

El diablo siempre querrá apartar a la iglesia sutilmente del enfoque en la deidad de Jesucristo y en su carácter único, y querrá añadir otros componentes, si no quitar a Cristo completamente de la película, querrá añadir otras cosas que lo vayan comprometiendo y disminuyendo en su función única. Y nosotros siempre tendremos que resistir eso y tendremos que tener una nariz bien afilada para detectar cualquier cosa que quiera cambiar esa función especial de Jesucristo.

En los principios mismos de la era cristiana surgió la doctrina gnóstica, el gnosticismo. Era una enseñanza que venía mezclada de Asia y de Grecia y el Mediterránea y que incluía un poquito de sazón a veces judaico y un poquito de filosofía meramente intelectual y mezclaba todas esas cosas y se desarrolló como un síndrome de doctrina que se llamó la doctrina gnóstica. Y esencialmente lo que doctrina gnóstica hacía era precisamente tratar de diluir la persona de Jesús, de convertirlo en un semi Dios, de añadir conocimiento, de donde viene la palabra gnóstico, de conocimiento y de tratar de proveer el conocimiento como la manera de alcanzar a Dios.

Y la inmediatamente se paró contra esa doctrina, peleó contra ella porque fue una doctrina muy fuerte que casi arropa a la iglesia cristiana y la doctrina de la deidad de Cristo y de ahí salió la enseñanza codificada para el resto de la historia de parte de la iglesia cristiana de que Jesucristo es Dios. Y eso es uno de los distintivos de la iglesia cristiana.

Como ustedes saben hay diferentes grupos hoy en día en el mundo que, gente muy sincera, muy noble y a mí hasta me da pena a veces hablar de estas cosas porque suena como que uno le está tirando insultos a gente de fe, pero yo creo que siempre tenemos que ser claros, respetamos diferentes doctrinas, pero digamos por ejemplo, los Testigos de Jehová, una de las razones por las cuales el resto del cristianismo tiene serias diferencias con los Testigos de Jehová, y mire que hay mucha gente sana, hay mucha gente noble y seria. Yo he conocido alguno de ellos y yo me sorprende muchas veces la entrega de esa gente al Señor, pero la razón por la cual la gran mayoría del cristianismo, no recibe a los Testigos de Jehová como miembros de la iglesia de Jesucristo en su diversidad es porque los Testigos de Jehová no reconocen la deidad de Jesucristo. Ellos creen que Jesucristo es la criatura más exaltada que Dios ha creado, pero es una creación, tiene fecha de creación y de ahí en adelante pues es eterno, pero lo que la Biblia nos enseña es que él existe antes del tiempo, o más allá del tiempo, más allá del espacio, y por eso cuando él dijo, antes que Abraham fuese yo soy, estaba aludiendo a su eternidad.

Cristo encarnó en María pero lo que Cristo es, existía mucho antes de María. Por eso tampoco con resto digo esto, nosotros no creemos como dicen los hermanos católicos que María es la madre de Dios, no, ella es la madre de Cristo en su encarnación humana, pero Dios no tiene madre, Dios es, suena raro hasta decirlo, Dios es nuestro padre y nuestra madre. Dios es Dios, Dios es eterno. No me salió bien eso.

María fue usada como la matriz que le asignara a Dios una naturaleza humana pero ella no fue su madre, sino que todo lo contrario, Dios la creó a ella también y antes de que María fuese, Jesucristo era.

Entonces lo que tenemos que entender es que Jesucristo no conoce de tiempo, no conoce de espacio, no conoce de comienzos. Él es eterno. Y nosotros tenemos que verlo a él en esa manera y tenemos que verlo como Señor de todas las cosas.

Ahora, aquí en este pasaje, en Colosenses, Pablo establece tres maneras en que la deidad de Jesucristo se manifiesta, con respecto al Padre, con respecto a la creación, y con respecto a la iglesia.

Miren primero, él es la imagen del Dios invisible. En otras palabras, hemos dicho eso, que Jesucristo es un reflejo perfecto de la presencia de Dios. En otro pasaje, en Juan, Capítulo 14 el Señor Jesucristo dice, ‘el que me ha visto a mí, ha visto al padre’. En otras palabras, no es que Jesucristo fuera la reflexión física del Padre, pero el que ve a Cristo en su capacidad milagrosa, el que ve a Cristo en su carácter perfecto, el que lo ve en su comportamiento impecable, el que lo ve en su dominio sobre los demonios, el que lo ve en su capacidad para obrar milagros, el que lo ve en su capacidad para resistir la tribulación, el rechazo de los hombres, la soledad, la lucha de su humanidad con su deidad, el que lo ve resistir la tentación directa de Satanás en la lucha en el desierto, el que ve su amor por una samaritana o por un saqueo, el que ve la perfección de Jesús en su comportamiento está viendo la belleza y el carácter del Padre, los atributos del Padre.

Entonces en ese sentido Cristo refleja. Él es la imagen, él es la estampa, él es la esencia del Padre manifestándose y en ese sentido, con respecto al Padre, él es lo mismo que el Padre. Ahora, con respecto a la creación dice el Apóstol Pablo, “... porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra....”

En otras palabras, de nuevo la misma cosa, Dios creó los cielos y la tierra. Aquí se refleja claramente que Cristo estuvo presente y estuvo involucrado en el acto de la creación. Él es creador junto con el Padre, junto con el Espíritu Santo él está involucrado en la creación también. Es decir, que él está por encima de todas las cosas creadas.

Y el Apóstol Pablo añade aquí, “... sean visibles o invisibles...”

En otras palabras, hermanos, no solamente lo material fue creado por Cristo sino también aún lo espiritual, por eso el Apóstol Pablo también en Filipenses Capítulo 2 dice que un día toda rodilla de lo que está en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, él tiene un nombre que es sobre todo nombre, sobre todo lo que existe, y Pablo añade, sean principados, sean potestades, sean autoridades, sea lo que sea. Misteriosamente Cristo es creador de los ángeles, los arcángeles, los querubines y aún, no entendemos cómo, pero esos espíritus malignos que son el origen de la maldad en el universidad están creados.

La iglesia cree que son espíritus angelicales que se rebelaron contra Dios y que Dios entonces los arrojó de su presencia y son lo que llamamos demonios, hoy en día, ángeles caídos. Pero aún esos poderes, aún el mismo Satanás, Lucifer, la criatura más exaltada que Dios creó que se rebeló contra Dios, todos esos principados, todas esas potestades, todos esos espíritus fueron creados por Jesucristo y eso es muy importante por eso nos dice a nosotros que si él los creó él está por encima de ellos. Él es poderoso sobre ellos, él tiene autoridad sobre ellos. No hay poder en esta tierra que pueda resistir el nombre de Jesús. Y por eso cuando nosotros batallamos contra principados, contra potestades en nuestras vidas. Nosotros podemos relacionarnos con ellos desde una perspectiva de autoridad y de confianza porque ellos están bajo Cristo Jesús, están bajo el señorío de Cristo, él los ha creado, y nosotros gozamos de la autoridad de Cristo y por lo tanto nosotros podemos ejercer en el nombre de Jesús autoridad sobre los principados y las potestades.

Esta mañana yo oraba con una hermana de la congregación y ella me hablaba precisamente acerca de su lucha con espíritus que ha tenido en el pasado y es larga la historia pero mi consejo para ella fue, hermana, usted al ser una hija de Dios y al tener el espíritu de Cristo en su vida, usted no tiene que estar atormentada ni perseguida por espíritus malignos, usted tiene autoridad sobre ellos. Use esa autoridad. Y oramos allí por ella y yo confío en el nombre del Señor que allí quedó neutralizado todo ataque del enemigo, porque la iglesia de Jesucristo tiene la autoridad que Cristo tiene sobre los demonios, porque él es el creador de todo lo que existe.

Y dice aquí que todo fue creado por medio de él y para él y él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten.

Eso quiere decir, hermanos, que el universo está sostenido por Cristo Jesús. Si los átomos de la materia misma se mantienen ordenados para producir una silla o un cuerpo o una puesta de sol o la onda de sonido que llega a tus oídos en términos de música o lo que sea, si las células de tu cuerpo están saludables y si tu sistema nervioso o tu sistema cardíaco funcionan adecuadamente es porque todo eso está subsistiendo en Cristo Jesús. Cristo es el elemento unificador de todo lo que existe.

Toda la creación se mantiene en orden porque el Señor es, porque el Señor vive. Y el Apóstol Juan cuando escribió en Juan 1:1 acerca de que en el principio era el verbo, usando la palabra logos, estaba tomando prestada una palabra de la filosofía griega, platónica donde los griegos creían que el logos era... ellos no creían en Cristo, no creían en el Dios que nosotros conocemos, pero Dios le dio suficiente iluminación a esta cultura para entender que había un principio que regía el universo, había algo, había una fuerza que le daba coherencia a todo lo que existía. Era como el eje de una rueda y todo giraba alrededor de ese eje. Y ellos entendía que si el universo tenía significado era porque había algo, una deidad, un Dios, un principio regidor, algo de coherencia que le impartía orden al universo y a ese principio ordenador ellos llamaron logos.

Entonces el Apóstol Juan atentando, tratando de explicar lo que Jesús era, tomó ese concepto de la filosofía griega y dijo, en el principio era el logos, y el logos era con Dios y el logos era Dios, refiriéndose a Jesucristo.

Y ahora Pablo aquí en este pasaje dirigido por el Espíritu Santo dice lo mismo, él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él, en el logos, en el principio ordenador, en el principio sustentador, en Cristo subsisten.

Yo me pregunto, ¿si la Biblia no quisiera sugerir la deidad de Jesucristo hubiera usando un lenguaje tan exaltado, hubiera usado un lenguaje que nos obliga casi a asumir la deidad de Jesucristo? Yo creo que Dios es mucho mejor maestro que eso. él hubiera tomado otro vocablo o vocabulario menos exaltado para referirse a su Hijo, sin embargo el Espíritu Santo una y otra vez usa un lenguaje que solo conviene a Dios mismo, a la deidad. Y por eso nosotros tenemos que siempre defender y apoyarnos en ese principio de la deidad de Jesucristo.

Entonces tenemos, Cristo Dios con respecto al Padre, Cristo Dios con respecto a la creación, y mire lo que dice con respecto a la iglesia, versículo 18 y con esto ya vamos terminando:

“... y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, el que es el principio, el primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia...”

Cristo, la cabeza que fale, la cabeza de la iglesia. y nosotros somos el cuerpo. Sabe usted, hermano, la palabra visualiza a la iglesia como un cuerpo. Aquí estamos muchos diferentes cuerpos, pero místicamente, espiritualmente nosotros estamos unidos en un solo cuerpo. Y cuando la iglesia se mueve y se mueve en el espíritu, la iglesia se mueve como un cuerpo, y la iglesia inicia cosas y hace decisiones y mueve cosas y lleva a cabo programas, y ejecuta una cantidad de cosas, pero todo eso requiere que esté sometido bajo la dirección de Cristo Jesús, que haya un dirección, una coherencia que imparte Cristo Jesús y esa es una implicación bien importante y es que nosotros siempre tenemos que ir a Cristo para todas nuestras iniciativas.

La iglesia de Jesucristo tiene que siempre buscar el modelo que Cristo establece. ¿Qué haría Cristo? ¿Qué desea Cristo? ¿Qué desea el espíritu de Cristo? ¿Estamos nosotros ministrando y sirviendo conforme al espíritu de Jesucristo? ¿Está la iglesia manifestando el amor de Cristo? ¿Está la iglesia manifestando el poder de Cristo? ¿Está la iglesia viviendo conforme a la palabra de Jesucristo?

NO es conforme a los modelos del mundo, no es conforme al estilo del siglo XXI con su insistencia sobre el mercadeo y satisfacer las necesidades de la gente, etc. No, siempre nuestro modelo para hacer la iglesia es Cristo Jesús, su carácter, sus enseñanzas, y sabia es la iglesia que se fundamenta en Jesucristo. Por eso esta palabra es tan importante, que nosotros en esta tarde renovemos nuestra conciencia sobre Cristo Jesús, que sepamos que todo lo demás es totalmente secundario.

Voy a pedirle a los músicos que pasen por acá. Y que recordemos siempre eso, nosotros estamos fundamentados en la deidad de Jesucristo. Cualquier otra creencia que te aparte de eso, tu tienes que volver de nuevo a fundamentarte en Jesús, por la mañana tu tienes que enfocar la persona de Jesucristo y recordar, yo estoy atado a él, yo estoy vinculado a él, yo estoy arraigado en él.

El Señor Jesucristo dijo, porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí permanece llevará mucho fruto. El que se separa de mí se seca y hay que sacarlo y echarlo como ramas que se han desgajado del árbol y ya no tienen vida. Nosotros tenemos que reconocer que en Cristo Jesús hay algo místico, hay un poder sobrenatural, hay una naturaleza única y en oración nosotros tenemos que ir y vincularnos con la persona de Jesús.

No es tanto que leamos acerca de Jesucristo, no es tanto que estemos en un ambiente donde se menciona a Jesús. Hay algo que nosotros tenemos que como un enfermo que necesita cada día una dosis de medicina, tenemos que volver a inyectarnos la energía que solo viene de Cristo Jesús, permanecer centrados en él, permanecer en su naturaleza divina y recordar que Dios lo ha hecho a él Señor y rey y fuente de toda vida para su iglesia.

En esta tarde vamos a ponernos de pie un momento y vamos a reconocer esa deidad de Jesús, el señorío de Cristo en nuestras vidas, vamos a señalar a Cristo, vamos a levantarlo en esta tarde en una sociedad que en muchas ocasiones ha tratado de minimizar el nombre de Jesús y de quitarle a la iglesia su dependencia de Cristo y de poner a la iglesia a depender de programas, o de plantas física, o teología o lo que sea. Nosotros en esta tarde vamos a declarar que nosotros dependemos de la energía que sale de la persona y del nombre de Jesucristo.

¡Aleluya! Y que somos una iglesia anclada en Jesús.

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Tiene la iglesia lo que se requiere?

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Les invito a ir hermanos, a Lucas, Capítulo 13, comenzando con el versículo 10. No sé cuántos han tenido ocasión alguna vez de leer o meditar sobre la figura de esta mujer encorvada. El Señor Jesucristo le ministró muchas veces a mujeres, la mujer con el flujo de sangre, la mujer samaritana, las sanó, sanó a sus hijos, por ejemplo la viuda de Naín que resucitó a su hijo y muchos milagros que hizo y hay figuras inolvidables en la Escritura. Esta mujer encorvada a la cual el Señor sana es uno de esos personajes muy interesantes.

Y quiero compartir con ustedes desde el versículo 10, Capítulo 13, Lucas, dice: “... enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo y había allí una mujer que desde hacía 18 años tenía espíritu de enfermedad y andaba encorvada. Y en ninguna manera se podía enderezar. Y cuando Jesús la vio la llamó y le dijo, ‘mujer, eres libre de tu enfermedad’. Y puso las manos sobre ella y ella se enderezó luego –es decir, inmediatamente- fue sanada. Pero el principal de la sinagoga enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente, ‘seis días hay en que se debe trabajar, en estos pues venid y sed sanados y no en el día de reposo’. Entonces el Señor le respondió y dijo, ‘hipócrita, cada uno de vosotros no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber y a esta hija de Abraham que Satanás había atado 18 años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?’ Al decir él estas cosas se avergonzaban todos sus adversarios, pero todo el pueblo de regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.”

Bendiga el Señor su santa palabra. Qué hermoso pasaje de la Escritura. Hemos estado hablando, hermanos, en los últimos meses como ustedes bien ya saben de la necesidad y en un sentido la obligación de ser llenos del Espíritu Santo. Hemos demostrado por qué es imprescindible que vivamos y nos movamos en la vida cristiana en ese poder y esa llenura del Espíritu Santo. Yo me he tomado este tiempo porque quiero, como he dicho antes, sellar a esta congregación sobre el hecho de que Dios quiere que vivamos vidas abundantes, vidas llenas del Espíritu Santo, que no vivamos simplemente con el carro casi en e ahí casi tosiendo para llegar a los sitios, sino que vivamos una vida plenamente llenos del poder de Dios.

En los sermones anteriores hemos visto que muchos creyentes como la samaritana, por ejemplo, fue creo que la última vez que prediqué sobre el bautismo del Espíritu Santo y la vida llena del Espíritu Santo, muchos creyentes como la mujer samaritana, entran en el Evangelio, están en la fe, pero frecuentemente no han cambiado su mentalidad, su visión no cambia a una visión sobrenatural, siguen conjugando y procesando los eventos y los aspectos de la vida religiosa racionalmente. Pero la Biblia nos llama a renovar nuestra mente, nos llama a mirar la vida a través de los ojos espirituales, nos llama a procesar los eventos de la vida desde una perspectiva sobrenatural. Dios quiere que nosotros seamo seres sobrenaturales, que sepamos movernos cómodamente en la zona del espíritu y cuando tengamos problemas, necesidades, dificultades, enfermedades, triunfos en la vida, que no los miremos simplemente de la perspectiva meramente humana, natural, sino que siempre podamos hacer la conexión de estas cosas que estamos viviendo en el tiempo y el espacio con aspectos del espíritu que nuestra mente pueda procesar la vida en una forma espiritual.

Por eso es que tenemos que renovar nuestra mente, no podemos simplemente vivir la vida cristiana con los lentes naturales. Nosotros no somos gente natural. La Biblia habla del hombre natural y del hombre o la mujer espiritual. Nosotros tenemos que aprender a mirar con una mente renovada, esa mente que dice el Apóstol Pablo en Romanos 12, no os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. El cristiano natural, el cristiano que viene a la iglesia, tiene como una capa sutil de religiosidad pero no ... la visión sobrenatural no ha penetrado en su vida, no puede entrar en el pleno uso de la herencia que Dios le ha legado como hijo de Dios.

Muchos cristianos vivimos como pordioseros, mendigos cuando Dios nos ha hecho ricos en Cristo Jesús. Amen. Por eso el Apóstol Pablo dice que ora para que Dios nos de espíritu de sabiduría y de entendimiento para que seamos capaces de entender todo lo que Dios nos ha entregado. Cuan grande es la riqueza de la herencia que nosotros tenemos en Cristo Jesús y cuan grande es el poder que Dios ha hecho habitar en nosotros, dice que es como el poder que levantó a Cristo de los muertos.

Y tu tienes ese poder como hijo de Dios dentro de ti, y es importante que tu aprendas a usar ese poder y a saber cómo usarlo adecuadamente. Hemos visto que Dios quiere que haya una transformación de la mente, que cambiemos a una mentalidad de poder y de misterio para poder vivir esa vida efectiva que Dios quiere que vivamos.

Jesús le dijo a sus discípulos, recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo. No podemos hacer en este mundo como cristianos si no tenemos ese poder de Dios. Siempre que él envió a sus discípulos los envió con una dotación de poder y les dio poder para tener autoridad sobre los demonios, sobre las enfermedades, sobre los problemas de la vida.

Una persona llena del Espíritu Santo es una persona de poder y de autoridad y esa autoridad viene como resultado de la abundancia, de la gracia del Señor dentro de nosotros. Siempre que hay llenura del Espíritu Santo va a haber manifestaciones de poder. Una persona que está llena del Espíritu Santo va a ser una persona usada por Dios, va a ser imposible que una persona que tenga el poder de Dios de él o de ella, sea inútil. Dondequiera que esa persona vaya Dios lo va a poder usar en alguna manera, pero tenemos que estar llenos del poder de Dios.

Por eso es que tenemos que promover en el pueblo de Dios la formación de esa mentalidad sobrenatural que lo incline a buscar la acumulación de ese poder y autoridad en la experiencia cristiana y que prepare al hijo de Dios para recibir y reconocer ese poder. Dondequiera que yo voy, hermanos, me doy cuenta que esa es una de las cosas que les falta a muchos cristianos en esta época, donde Dios quiere hacer grandes cosas, Dios quiere hacer proezas y vivimos en un mundo que está atado y cerrado y no vamos a resolver los problemas de este mundo con simplemente sermones y apologética y muchos programas y muchas cosas, se necesita algo más poderoso para romper los muros de Jericó.

Dice la palabra que Jericó estaba cerrada, bien cerrada, era una ciudad blindada completamente, unos muros que dicen algunos que eran como de 14 pies de ancho, podían correr 2 carros con caballos encima de esos muros y una altura increíble. Y ahí estaban los judíos, pequeñitos y tenían que penetrar en esa ciudad y Dios les dio una estrategia de poder y esos muros cayeron porque el pueblo de Dios tenía la estrategia de Dios, tenía el poder de Dios.

Esta sociedad está cerrada, bien cerrada como los muros de Jericó, y necesita la liberación que solo Dios puede darle, necesita algo más que simplemente fuerza humana y eso viene con el poder de Dios.

Ahora, este texto ejemplifica para mí muy claramente toda esta dinámica de poder de la cual yo estoy hablando. Y ¿por qué es importante que nosotros seamos una iglesia poderosa? Este texto me muestra a mí dos iglesias. Usted sabe que hemos estado hablando últimamente acerca de la mentalidad religiosa y la mentalidad espiritual. Usted no sé si recuerdan ese sermón que usamos a la samaritana como ejemplo. La samaritana tenía un grado de religión, ella conocía la historia de su religión, conocía los lugares sagrados de su fe samaritana, pero no tenía una fe vibrante, no había tenido un encuentro real con el Cristo de poder. Y ella no entendía muchas cosas porque estaba ciega y necesitó que Cristo la libertara y le diera un conocimiento de lo que verdaderamente es la vida espiritual. Y por eso el Señor le dijo que los que adoran al Señor en espíritu y en verdad, esos son los que Dios quiere que lo adoren verdaderamente.

Y aquí en este pasaje yo veo en una manera muy elocuente dos tipos de iglesia, una iglesia donde está el poder de Dios y que por lo tanto es efectiva y hace lo que tiene que hacer, y una iglesia enclenque, una iglesia débil, una iglesia que no tiene lo que se requiere en el momento de la necesidad.

Ahora yo voy a mostrarles cómo yo veo eso, pero vayamos al pasaje mismo. Vemos aquí al Señor Jesucristo en una sinagoga y dice el escritor Lucas que estaba allí en el día de reposo y eso es muy importante, muy significativo, el hecho de que era en el día de reposo. Porque se supone que en el día de reposo según los fariseos con su religión muy estricta y muy rígida, no se podían hacer ningún tipo de obras de trabajo, no se podía trabajar en ninguna manera. Los fariseos eran muy, pero enfermizamente estrictos con respecto al día de reposo.

Y el Señor estaba allí como hoy, un domingo por ejemplo, predicando la palabra de Dios en una sinagoga y dice que, yo me imagino al Señor mientras predicaba, había una mujer ahí en la sinagoga que estaba totalmente encorvada. Y yo me imagino que mientras el Señor predicaba de vez en cuando sus ojos iban hacia ella. Yo sospecho que esta mujer quizás ni se podía sentar porque su condición encorvada era tan extrema que posiblemente ella ni podía hacer eso. y me imagino que quizás estaba en una esquina parada avergonzada y el Señor estaba predicando.

Les voy a pedir que los hermanos allá arriba si me pueden guardar orden, escucho alguien, a veces no saben que hay gente aquí que está y que se escuchan sus voces. Gracias.

Pues, sí, hermanos, y yo me imagino que el Señor estaba molesto porque esta mujer representaba algo que era contrario a lo que él adoraba, que era la vida y la calidad de vida de una persona. Y yo pienso que él tomó notas mentales acerca de esta mujer mientras predicaba y que desde que terminó su sermón, él bajó de la plataforma y se acercó a ella.

Dice la Biblia aquí claramente que ella no le pidió a él que la sanara sino que él fue a donde ella. Y eso me impacta a mí acerca de Jesucristo, el hecho de que el amor de Jesús es tan grande, donde hay necesidad ahí él afluye. Y el Señor tocó a esta mujer con su poder y ella fue sanada.

Pero vamos un poquito hacia atrás, antes de entrar en el análisis de lo que él hizo. Mire algo bien interesante, yo les he hablado acerca de la importancia del poder en la vida cristiana, de la necesidad de estar llenos del Espíritu Santo, pero siempre me ha intrigado en este pasaje que el Señor no estaba allí para sanar a nadie necesariamente, él estaba allí para dar enseñanza. Dice que Jesús enseñaba en la sinagoga. Y yo digo que es importante que nosotros entendamos que nosotros no tenemos que estar obsesionados con los milagros. Los milagros son importantes y el poder es importante, pero más importante que el poder es nosotros tener conocimiento de la palabra del Señor y conocer cómo tener acceso al poder de Dios a través de su palabra.

El Señor no tenía un ministerio de sanidad, entiendan esto, el Señor tenía un ministerio de enseñanza de la palabra de Dios y en el curso de enseñar su compasión, su amor, su misericordia, se extendía en obras de sanidad también. Pero ¿saben por qué yo digo eso? Porque es una manera de corregir a veces los excesos que vemos en el mundo carismático pentecostal que le da importancia a las obras de poder, que muchas veces como que nos enfocamos demasiado en los milagros. Y a veces nos olvidamos que hay cosas que son más importantes que los milagros, como lo es conocer la palabra del Señor, como lo es tener un carácter cristiano que sea como el carácter de Jesucristo. Es importante vivir una vida cristiana balanceada, que balanceemos el poder y el hambre de poder y deseo de ver la gloria de Dios también, con un deseo de que nuestra vida refleje el carácter de Jesucristo.

Por eso yo enfatizo siempre que una congregación balanceada y un cristiano balanceado es un cristiano que conoce toda la palabra de Dios, que conoce el llamado a vivir una vida ética, una vida moral, una vida de buenas relaciones humanas con los demás, de actos de misericordia, de compasión, de tolerancia, que nosotros trabajemos mucho, hermanos, también en el pulimento de nuestro carácter, que nuestra vida está en conformidad con la palabra del Señor. Eso es bien, bien importante.

Mire, hermanas, pueden sentarse aquí adelante. Vengan por aquí, vengan aquí y siéntense aquí. El ojo siempre del pastor por aquí viendo a los.... pasen hermanas, tomen asiento aquí adelante y gracias a los hujieres también por ayudarles, vinieron juntas, quiero que se sienten juntas.

Pues, sí, hermanos, muy importante que nuestras vidas reflejen ese carácter de Jesús. Porque mire, nosotros podremos hacer muchos milagros y muchas cosas pero a la larga si nosotros no vivimos una vida que refleje el carácter de Cristo, vamos a estar cojeando y muchas veces el enemigo puede hacer estragos en nuestra vida. Yo veo que el Señor Jesucristo siempre quería enseñar a la gente y su corazón era un corazón de amor, y entonces cuando había necesidad él se extendía a ello, pero yo creo que muchas veces hay ministerios que se caracterizan tanto por los milagros y por los hechos de poder, pero no hay la palabra de instrucción que la gente necesita muchas veces y a veces hasta hay doctrina mala, doctrina que es confusa y entonces no representamos bien el Evangelio y no hay la credibilidad suficiente para que la gente pueda creer en los supuestos milagros que ven.

Ahora, un pueblo que está viviendo en el orden Dios y un pueblo que está viviendo en la palabra de Dios es un pueblo que va a ser bendecido grandemente. Yo creo que lo más importante es eso, que nosotros estemos llenos del Espíritu Santo y entonces cualquiera que sea la necesidad que encontremos en el camino vamos a poder resolverla. Si alguien necesita consuelo vamos a darle consuelo porque tenemos palabra de consuelo, si alguien necesita instrucción y un consejo para la vida práctica, esa palabra de Dios va a fluir de nosotros también. Y si alguien necesita un par de dólares porque necesita comer algo pues también de nuestro bolsillo va a salir esa obra de bendición. Y si alguien necesita una oración por sanidad, le damos esa oración y lo bendecimos en el nombre del Señor. ¿Por qué? Porque el hijo de Dios está preparado para toda situación. Cuando usted está lleno del Espíritu Santo usted es una fuente de poder y ese poder asume cualquier forma que sea necesaria.

Lo que se necesite usted se lo podrá dar a la gente, eso era lo que caracterizaba al Señor Jesucristo. En uno de sus milagros lo vemos predicándole a la multitud todo el día, pasa el día y llega la noche y los discípulos le dicen a Jesucristo, ‘Señor, despídelos porque ya se hizo noche y mándalos a que compren comida donde puedan’, y el Señor les dice ‘no, denle ustedes de comer’. El corazón del Señor tenía compasión en ese momento. Les dio la comida espiritual, la enseñanza bíblica pero también había otra necesidad física de comida, también el Señor tenía poder y multiplicó los panes y los peces y le dio de comer a toda la multitud.

¿Usted ve, hermano? Ese es el balance que a mí me encanta de Jesús, compasión, amor, conocimiento de la palabra de Dios y unción cuando era necesaria también. No nos enfoquemos solamente en una cosa, sino en la totalidad de la revelación de Dios. el Señor estaba enseñando en la sinagoga, de momento su ojo enfoca a una mujer necesitada. Esta mujer no necesita enseñanza, aunque que quizás la necesitaba hasta cierto punto, no necesitaba comida, no necesitaba quizás compañía en ese momento, necesitaba un milagro de sanidad y eso fue lo que el Señor le dio a ella. Entonces, ese balance para mí eso es una comunidad poderosa, no es una comunidad solamente milagros, milagros, milagros, sino que es una comunidad que tiene toda la unción de Dios en todas las dimensiones.

Ahora miremos el milagro que el Señor hace. Esta mujer dice que su condición era extremada, la palabra que se usa en el griego original es ‘suncuopto’ que se traduce en el español encorvada, y el prefijo ‘sun’ lo que quiere decir es como junto. Esta mujer estaba junta en sí misma, estaba tan doblada que estaba como encorvada sobre sí misma, era una cosa totalmente, estaba inclinada desde la nuca hacia abajo y tenía 18 años en esa condición. Y yo me imagino esa pobre mujer viniendo a esa sinagoga año tras año con su vergüenza caminando por las calles de la ciudad y la gente la miraba con pena, quizás hasta asco, horror hasta cierto punto, era un espectáculo humano esta pobre mujer. Y venía a esa congregación y nadie se dio cuenta, ni ella misma quizás, que lo que ella tenía quizás fue a donde un quiropráctico y le dijeron, bueno sus vértebras están un poco débiles y usted tiene falta de calcio y le dio unas pastillas de calcio. Pero ¿sabe cuál era el problema en este caso de esta mujer? Había un espíritu demoníaco en ella.

Fíjese lo que dice aquí la palabra, es bien clara, dice que tenía espíritu de enfermedad. Y en el ministerio de Jesucristo en ocasiones vemos gente que tiene por ejemplo espíritu de sordomudo, o espíritu de mudez, y en este caso esta mujer tenía un espíritu que se manifestaba en una encorvadura severísima. El origen de esa enfermedad en particular de ella, no todas las enfermedades evidentemente son de origen demoníaco sabemos eso, pero esa mujer su origen fundamental era, había un espíritu.

Y yo me pregunto, hermanos, no le da a usted curiosidad qué hacía este espíritu allí metido y por qué se manifestó y qué es un espíritu maligno. Hay espíritus que tienen una naturaleza dañina, destructiva y cuando contagian a una persona, la contagian con su maldad, la contagian con su especialidad, por así decirlo, demoníaca. Y este espíritu al pegarse a esta mujer encorvó su cuerpo. Y yo creo que su placer era mantener a esta hija de Dios totalmente imposibilitada y carente de su humanidad como Dios la había diseñado, porque los espíritus solo saben matar, robar y destruir y ahí estaba sin embargo el Señor de vida, el Señor que había venido para que la humanidad tuviera y tenga vida abundante.

Y se dio ahí una lucha de poder en ese momento y el Señor se acercó a esta mujer, le impuso manos y dice que inmediatamente la mujer fue enderezada. Yo le decía a los hermanos de esta mañana que hay algunos videos que yo quiero ver cuando ellos vayan al cielo y uno de ellos es esta mujer cuando se enderezó completamente, qué espectáculo habrá sido ese, ¿verdad? La gente la había visto todos los días entrar a la sinagoga y de momento esta mujer quizás medía con su encorvadura tres pies con cuatro y de momento la gente se dio cuenta, oye, pero es una mujer altísima, mide 5 con 8 ó 6 pies o lo que sea, porque pudo regresar a su estatura normal. Su cuerpo regresó a funcionar como Dios lo había diseñado.

Mientras tanto el diablo la tenía encorvada, atada, sin poder gozar de la vida, sin poder mirar hacia el cielo. Sabe, yo creo que por eso era claramente algo demoníaco. Para mí esta mujer representa la humanidad en su condición caída. ¿Sabe cómo viven los hombres? Así mismo encorvados sin poder mirar hacia el cielo, mirando siempre a la tierra, mirando siempre al tiempo y el espacio, mirando siempre a las circunstancias, mirando siempre a la materia, mirando siempre a su condición y su situación y el diablo tiene su mente cegada de manera que no pueden mirar hacia Dios y decir, Padre, sálvame, sáname, límpiame, rompe mis ataduras. El diablo quiere que nuestra mirada siempre esté como la de esta mujer, mirando hacia el piso y lo que el diablo quiere es humillar a la gente, robarle su dignidad, robarle su humanidad, hacerlos un espectáculo ante los demás.

Cristo ha venido para deshacer las obras del diablo. cristo ha venido para libertar al cautivo. Cristo ha venido para enderezar a los encorvados. Cristo ha venido para que el diablo sepa que ya tiene noticias de desalojar la casa en el nombre de Jesús. Este mundo está ocupado actualmente por poderes demoníacos. Satanás es el príncipe de este mundo y él ha tomado autoridad donde no tiene que tener autoridad y el Reino de los Cielos ha venido para notificarle a los demonios que ya no tiene poder sobre la humanidad legalmente hablando.

Ahora, todo aquel que se acoge al gobierno del Reino de los Cielos es un ciudadano que tiene poder y autoridad sobre los demonios. Y tu no tienes que vivir tu vida atormentado, tu no tienes que vivir tu vida atado, tu no tienes que vivir tu vida encarcelado, tu no tienes que vivir tu vida bajo ningún tipo de yugo porque el Señor ha quebrado los yugos.

Y esta mujer necesitaba una liberación que solo Cristo le puede dar. Y a mí lo que me impacta es esto, hermanos, por eso yo digo, el contraste entre una iglesia impotente y una iglesia de poder. Mire, esta mujer había estado en esa sinagoga todos esos años como yo decía, nunca nadie se había dado cuenta del origen de su enfermedad, nunca nada había sucedido allí que mostrara que era un espíritu demoníaco lo que estaba metido en esa mujer, no había habido poder para libertarla de su atadura. Y así hay tanto cristiano y tanta iglesia donde no tenemos el poder para libertar vidas, para regenerar a la gente, para que haya cambios. La gente viene a las iglesias y muchos estamos atados y luchando con tantas cosas y no hay el poder para libertar a la gente.

Por eso yo les digo, hermanos, tenemos que buscar más y más como iglesia el poder de Dios. No podemos conformarnos con servicios bonitos, con gente muy bien perfumada y con buena pintura en las paredes y mucho aparato y mucha buena música, si el poder de Dios no está con nosotros, de nada sirven ninguna de esas cosas. Tenemos que pedirle al Señor, Señor úngenos más cada día, llénanos más con el Espíritu Santo. Esa es la gran hambre en este tiempo de mi vida. No queremos seguir jugando a la iglesia, ya de eso estamos hartos, hermanos, nosotros necesitamos ir más y más al poder de Dios, queremos vidas vitales. Y si en tu vida tu no estás experimentando esa llenura del Espíritu Santo, si tu vida no refleja, hermano, hermana, esa plenitud, esa efectividad del Hijo de Dios, te animo, sigue buscando más, no te conformes donde estás. Estudia la palabra del Señor, ora, ayuna, conságrate más al Señor, pégate a gente ungida, dedícale más tiempo al Señor, métete en un ayuno y dile al Señor, no te voy a dejar hasta que no me bendigas, como le dijo Jacob al ángel. No nos conformemos con religión, no nos conformemos con simplemente venir a la iglesia, no nos conformemos con decir, oh, yo soy evangélico. No, yo quiero vivir una vida vital, una vida llena del Espíritu Santo, una vida que rebose de gozo, una vida que pueda entender los misterios del Evangelio. La iglesia evangélica en Estados Unidos yen todo occidente, porque en muchos otros países Dios está haciendo cosas interesantes en África, en Asia, en Latinoamérica, hay mucha gente, hay mucho pueblo que conoce el poder de Dios. Tienen sus propias fallas pero conocen por lo menos del poder sobrenatural de Dios hasta cierto punto. En todo occidente se necesita conocer más del poder Dios, hay que estar predicando el Evangelio de poder. ¿Por qué? Porque hay iglesias que están vacías, están débiles, no hay autoridad contra los poderes del diablo y viene la gente atada y asimismo siguen sus vidas. Yo creo que cuando hay un ambiente de poder los demonios tienen que revelarse, tienen que salir a la luz para ser reprendidos y ser echados fuera.

El domingo pasado en el servicio de oración que tuvimos en la tarde, a las 4 comenzaron a las 6 yo tuve ocasión de orar por una hermana, viene aquí a la iglesia, es nueva en la congregación y ahí cuando estábamos orando con ella, porque estuvo un tiempo precioso, hermanos, eso fue la gloria de Dios el domingo pasado y ahí había una señora y yo me acerqué simplemente para orar por ella porque estaba con otra hermana de la congregación y no la reconocí y esa hermana en el momento que orábamos por ella cayó al piso y había estado sintiendo un dolor de cabeza bien fuerte y una de las cosas que sucede cuando hay un ambiente de poder como el que había aquí en el tiempo de oración, el poder del enemigo se manifiesta en síntomas físicos en la gente. Yo he oído de gente que siente ira, siente deseos de huir de la iglesia, siente deseos de atacar al pastor, sienten odio, cantidad de cosas, no son ellos, es el espíritu que está dentro de ellos que se siente incómodo por el ambiente de poder donde están. Y esa mujer se levantó liberada de donde estaba porque había unción en ese ambiente, había el poder de Dios. y por eso yo digo, Señor ayúdanos a cultivar más y más el poder de Dios, por eso es que nuestros servicios en todo lo posible tienen que incluir bastante oración.

Esta mañana comenzamos el servicio en oración. Estuvimos unos 15, 20 minutos orando y alabando libremente y cuando comenzó la alabanza se sentía el ambiente lleno del poder de Dios. Tuvimos un servicio precioso como en esta tarde también. ¿Por qué? Porque hay que tomarse tiempo, porque nosotros los cristianos conjugamos los procesos espirituales en una manera diferente a como lo hace el mundo. Usted puede cumplir todo el programa que se propuso y no pasar nada porque eso no era lo que Dios quería. Dios quería que el pueblo hiciera otra cosa, pero como no discernimos lo que Dios quería, pues, completamos el programa pero no se da la liberación que Dios quiere en nuestras vidas.

¿Qué queremos? ¿Llenar el programa o hacer las cosas como Dios quiere que se hagan? Yo creo que lo segundo, ¿verdad? Y entonces es por eso que la iglesia, nosotros tenemos que ir cada vez más y más madurando como pueblo de Dios. el show cristiano tenemos que ponerlo a un lado. La gente viene aquí muchas veces a un teatro, la gente va a la iglesia a veces para ver una presentación. No, venimos aquí a hacer guerra espiritual, venimos aquí a ser liberados, venimos aquí a sudar, venimos aquí a echar lágrimas, venimos aquí a gritar si tenemos que hacerlo, a reírnos si tenemos que hacerlo, a saltar, a levantar manos, a hacer la obra de Dios aquí a favor de esta ciudad que necesita liberación.

Y por eso es que cuando salimos de aquí si hemos adorado al Señor como es debido, salimos nutridos, listos para confrontar lo que venga a nuestra vida. Esta sinagoga no tenía ese poder excepto ahora que Cristo estaba en medio de ella. 18 años esta mujer encorvada, un minuto ante la presencia de Jesús y quedó liberada completamente. Ese demonio se vio obligado a huir. Y tenemos que pedirle al Señor, Padre, no queremos ser la sinagoga, queremos ser la iglesia de Jesucristo con Cristo en el centro, Cristo haciendo sus obras de poder, Cristo llevando a cabo sus labores.

Y es importante que veamos eso, hermanos, el mundo como esta mujer encorvada que es una imagen del mundo caído, el mundo oprimido por el diablo, el mundo distorsionado por el enemigo, ese mundo necesita gente con la unción de Dios que impongan manos, que oren por ellos, le digan, estás sano en el nombre de Jesús. Y por eso esa iglesia necesita ser levantada por el Señor.

Yo tuve un sueño que compartí con los hermanos esta mañana hace unos meses atrás, y no creo que lo he compartido aquí tampoco. Hace unos meses de esos sueños que yo he tenido a través de mi vida que me han dejado intrigado, me han dejado con una carga en mi espíritu sabiendo que he recibido algo de parte de Dios. En ese sueño yo vi a un arquero, un hombre con un arco, un guerrero tomar un arco en su mano y tomar una flecha, tirar del arco y lanzar una flecha a través de un campo que estaba frente a mí. Yo podía ver el campo y podía ver en un extremo a este hombre, un guerrero vestido de guerrero con ese arco, y él cogió la flecha y la lanzó al espacio. Y esa flecha viajó a través de ese campo, muy largo el viaje y yo sabía en mi espíritu que ese arquero era un personaje demoníaco, era un representante del infierno y que esa flecha que él estaba lanzando al aire estaba lanzándose para demarcar territorio, para marcar el territorio que pertenecía a Satanás, al reino del infierno. Y esa flecha cayó, por esas cosas de los símbolos de los sueños, es como que en un extremo estaba este arquero y en el otro extremo estaba el patio de mi casa. Y era como que el patio de mi casa tenía una valla alta y la flecha cayó a unos cuantos pies del patio de mi casa. Y yo sabía que en el sueño me estaban diciendo, todo ese territorio que ha viajado esa flecha hasta donde aterrizó, eso pertenece a Satanás, pertenece al infierno, y ese territorio no se supone que tu lo toques.

Cuando esa flecha aterrizó cerca de la valla esta de mi patio, no era una flecha ya más, era una lanza como de 8 pies de altura dorada, muy ornamentada, porque el diablo es muy elegante, para que ustedes lo sepan, es un reino de poder, es un general maligno, psicopático, pero es un general pero tiene mucho poder y mucha dignidad maligna. Y cuando esa lanza bien ornamentada y bien poderosa cayó, yo podía ver a través de los ojos en mi sueño, podía ver el hueco que hizo, la grama se abrió, y podía ver la tierra que se abría con los pedazos de grama donde aterrizó esa lanza, pegada así.

Y yo tomé la lanza con mi mano, la arranqué de la tierra y la entré en el patio de mi casa y la acosté encima en una señal de desafío y de no reconocer el reto que se me estaba tirando. Porque yo entendía que si yo acogía lo que se me estaba diciendo, era una derrota implícita. Y hermanos, Satanás no tiene poder, Satanás no tiene el derecho, no tiene la legitimidad para ocupar el mundo. Él quiere hacernos creer que nosotros somos impotentes contra su poder, y si nosotros nos dejamos amedrentar él va a hacer lo que le de la gana en el mundo.

Ahora, en un momento dado yo pude ver como desde una altura, en ese campo que había sido demarcado por esa flecha que había viajado, vi escenas de gente que estaban caminando y entraban como en una pelea que había entre demonios mismos, y esa gente como que caía en esa lucha y los demonios en su propia pelea entre ellos mismos, le hacían daño a esta persona que había caído en esa dinámica maligna. Y yo en mi sueño pensaba, mataron a esa persona porque era tan grande el ultraje que experimentaba esa gente que parecería como que no iban a sobrevivir, pero no, salían de la lucha maltrechos y tambaleándose como borrachos y continuaban caminando. Y vi

eso como dos o tres veces en sucesión rápida en el sueño.

Y yo entendí en el sueño que se me estaba dando una imagen acerca de Satanás demarcando territorio y diciendo, este territorio es mío. Ahí no debe entrar la iglesia, ahí solamente entre yo, y ese es mí territorio y si usted entra en ese territorio, sepa que va a estar haciendo guerra conmigo.

Y así hay gente en este mundo, como esas personas que yo vis en el sueño, maltratadas por el diablo, en este mundo dominado por Satanás lo que tenemos es eso: gente bajo el yugo del pecado, gente deformada, gente que están siendo distorsionados y neurotizados por el poder del enemigo y solamente una iglesia poderosa, solamente una iglesia ungida va a poder hacer guerra efectiva contra los poderes del diablo. Ese reino de Satanás no es un reino cualquiera, hermanos, y cuando nos enfrentamos a ese reino tenemos que saber que vamos a entrar en lucha, que tenemos que tener toda la unción de Dios.

El Señor Jesucristo dijo, toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id y predicad el Evangelio. No podemos ir contra esa fuerza enemigo si no tenemos la unción de Dios y no estamos bien protegidos, porque es una lucha encarnada, hermanos, y el más bonito va a recibir unos cuantos cantazos, como decimos por ahí, en esa lucha.

Ahora, el Señor Jesucristo dijo, nadie puede saquear la casa de un hombre fuerte si antes no lo ata. Y solamente después de haberlo atado puede saquear su casa. Satanás está ocupando, el hombre fuerte de este país y de este mundo se llama Satanás y necesita una iglesia poderosa, una iglesia llena de la sabiduría de Dios, una iglesia con la estrategia de Dios, una iglesia ungida con el Espíritu Santo que pueda arrebatarle almas como esta mujer encorvada.

Quiera el Señor, hermanos, que nosotros entendamos esto. Dios quiere levantar una iglesia apostólica. Le voy a pedir que los músicos pasen por aquí por favor. Dios quiere levantar una iglesia apostólica. Dios quiere levantar una iglesia llena del Espíritu Santo. En este tiempo de la historia las cosas se van a poner cada vez peores. No se van a poner mejores, vamos a necesitar más que nunca el poder de Dios. Los hombres van a estar más y más maltratados por el enemigo, va a haber más luchas espirituales, va a haber más necesidades que nunca, va a haber más enfermedades que nunca y solamente un pueblo que conozca cómo hacer guerra en el nombre del Señor Jesucristo podrá ser efectivo.

Y yo pido que el Señor levante hombres y mujeres apostólicos, hombres y mujeres ungidos, hombres y mujeres conocedores de la palabra de Dios, hombres y mujeres que caminen en santidad y que caminen conforme a los mandamientos del Señor, para que Dios pueda hacer la obra que quiere hacer en nuestras vidas.

Yo le pido al Señor que nuestra iglesia pueda llegar a esa altura, pueda llegar a ese poder, que no haya mujeres encorvadas, ni hombres encorvados en nuestra congregación siendo oprimidos por el diablo, que haya siempre una visión de rayos X que pueda ver lo que está detrás e ir directamente al corazón de la necesidad, una iglesia capaz de hacer señales, prodigios, milagros y que esté deseosa y hambrienta buscando más del poder de Dios en nuestras vidas.

Hermanos, ¿les gustaría ser usted parte de ese nuevo ejército que Dios está levantando? Amen. Yo quiero ser parte de esa iglesia. No queremos una iglesia de programa, no queremos una iglesia rutinaria, no queremos una iglesia de espectáculo, no queremos ni siquiera una iglesia superficial que solamente esté detrás de los milagros, saltando de un sitio para otro, queremos una iglesia sobria, una iglesia madura, una iglesia anclada en el poder y la palabra de Dios, una iglesia de obras, de poder y de misericordia, una iglesia que ejemplifique el carácter de Jesús. Y tenemos que estar pegados a Cristo, pegados a Cristo, pegaditos a él como dice.

Es así de esa manera solamente que vamos a recibir lo que necesitamos. Yo quiero retarte en el nombre del Señor en esta tarde a hacer un pacto de nuevo de que tu no vas a ser un cristiano mediocre, cuando tu veas la oportunidad de estudiar la palabra del Señor, siempre tenemos aquí cursos y programas de discipulado para nuestros hijos, para los adultos, para los jóvenes. Yo les animo a registrarse para esas enseñanzas, son tan necesarias. No se puede tener poder sin conocer la palabra del Señor.

Cuando hay tiempos de oración, hermanos, mire, el domingo yo estaba cansado, bien cansado como Jericó en este caso, y teníamos este servicio a las 6 de la tarde y la verdad es que yo les digo, yo no estaba tan contento de tener que comenzar el servicio a las 6, pero ¿saben qué? Cuando terminó como a las ocho y media yo me sentía como si el poder de Dios hubiera descendido completamente sobre mí, me alegré tanto de estar allí en ese tiempo de oración. Era día de las madres, yo sé para muchos de ustedes irse a la casa y volver otra vez pero nosotros tenemos que hacer un voto de querer buscar más de la unción del Señor. Hay que pagar un precio. No podemos solamente vivir del domingo. El domingo está bien, y quiero que vengan siempre los domingos, pero hay otras ocasiones que usted puede buscar el poder de Dios en su vida y en su propia casa también, saque tiempo para orar, saque tiempo para bendecir su casa, saque para atar al hombre fuerte que quiere meterse ahí en esa casa y hacer estragos en ella. Y decirle al diablo, por aquí tu no vas a pasar porque mi familia está cubierta con la sangre de Jesús.

Se me ocurre ahora mismo esa imagen, hermanos, y creo que el Señor la pone en mi corazón. Recuerdan ustedes cuando Dios mandó el ángel de la muerte en Egipto a matar a todos los primogénitos, ¿qué le dijo a los judíos que hicieran? Que cogieran un cordero, símbolo del cordero inmolado que iba a ser Cristo Jesús y que pintaran el dintel de su casa, es decir la puerta de su casa con la sangre del cordero. Y cuando el ángel de la muerte pasara por los vecindarios ahí en esos vecindarios vivían judíos y egipcios, gente que conocía del poder de Dios y gente que estaba completamente ignorante del poder de Dios. Cuando el ángel de la muerte pasaba a matar a los primogénitos, si veía la sangre en el dintel de la puerta, él pasaba de largo y esa familia era libertada.

Nosotros tenemos que escribir la sangre de Jesús en nuestras puertas, pero no escribirla como un talismán, escribirla como oración, escribirla con declaraciones de poder, escribirla con alabanza, pintar la sangre del cordero de Dios con una vida atraiga la presencia del Espíritu Santo. Nuestra familia necesita sanidad, hay mucha lucha hoy en día, hay mucha opresión en los hogares, hay un enemigo que quiere matar, robar y destruir y que dice, este mundo me pertenece a mí, este vecindario me pertenece a mí, este edificio me pertenece a mí, esta familia me pertenece a mí y usted tiene que tener poder y sabiduría para decirle, mentirosos, esta familia pertenece a Jesucristo propiedad del Reino de Dios.

¿Cómo vamos, hermanos, a obtener ese poder? Es a través de una búsqueda del poder de Dios. el poder de Dios no se adquiere por inercia, no se adquiere simplemente por accidente, hay que buscarlo, hay que clamar al Señor, hay que pagar el precio, hay que ayunar, orar, adorar, leer la palabra, congregarse, tenemos que estar, ya los tiempos no son para estar jugando a la iglesia, los tiempos son serios. Son tiempos malos y hay que fortalecerse y hay que establecer la presencia del Espíritu Santo en nuestras iglesias, trabajos, vecindarios, edificios, escuelas.

Cuando tu vayas a la escuela, tu lugar de trabajo, di aquí entra el Reino de Dios conmigo y yo bendigo este lugar, y yo lo pongo bajo la autoridad del Reino de Dios. si nosotros hiciéramos eso en nuestros vecindarios, hermanos, si en cada calle hubiera alguien clamando y diciendo, Señor, esta calle yo la entrego al Reino de Dios y yo ordeno que el orden de Dios entre en esta calle. Y si hay desorden, si hay gritos, si hay lucha, poco a poco esa calle se va a ir ordenando y va estar tomando el orden del Reino de Dios. Porque, hermanos, nosotros tenemos el poder, el diablo no tiene el poder. El poder lo tiene la iglesia de Jesucristo, todo poder le ha sido dado a la iglesia, hermanos.

Vamos a llenarnos de ese poder de Dios, vamos a clamar al Señor, vamos a pedirle al Señor que descienda sobre nuestras vidas. Oh en el nombre de Jesús. No desperdiciemos la unción que Dios ha hecho depositarse sobre nosotros.

Dile al diablo ahora mismo, tu no te vas a salir con la tuya en mi vida, ese problema que yo estoy peleando, yo lo voy a vencer en el nombre de Jesús, no más depresión, esa enfermedad se va a sanar en el nombre de Cristo, esa carencia económica va a ser reemplazada con provisión de parte de Dios, esa depresión se va, esa ansiedad se somete al orden de Dios, esos temores, esas dudas, esos pecados se sujetan a la palabra del Señor, al poder de Dios. ese titubeo, lo someto a la palabra, a la autoridad del Señor.

Vamos a clamar, vamos a usar ese poder que hay en nuestras vidas. Tómate un momento allí y llénate del espíritu del Señor de nuevo, dile al Espíritu Santo, te recibo, recibo tu poder, recibo tu unción, recibo tu llenura, doble porción del Espíritu Santo en esta tarde para tu pueblo, Señor en el nombre de Jesús, llena, llena a tus hijos ahora con el poder de Dios. Renueva las mentes, Señor, abre el entendimiento, Padre, quita el velo.

Lord take away the veil of ignorance and misunderstanding and make us whole, give us your power.

Danos tu poder, Señor, haznos un pueblo poderoso, haznos un pueblo lleno del Espíritu Santo. Derrama tu unción ahora, Padre, que salgamos de aquí refrescados, que salgamos de aquí con nuestras baterías llenas del poder de Dios, que salgamos de aquí con nuevas fuerzas, oh Dios, nuevo ánimo, nuevo gozo. Oh Señor que el viento de tu espíritu se lleve toda la maldad del enemigo, todos los cuervos que el diablo trata de traer a nuestras vidas, los reprendemos y los echamos fuera en esta tarde, y nos llenamos del Espíritu Santo.

Recibo espíritu fresco del Señor en esta tarde, frescura del Señor, la brisa del Señor sopla sobre tu vida, hermano, hermana, nuevas fuerzas, nueva visión, renovación del poder de Dios. ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor.

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La relación entre Jesus y su mamá

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Quiero invitarlos a buscar conmigo un pasaje conocidísimo en el Evangelio según San Juan, en el Capítulo 2, versículos del 1 al 11, el famoso pasaje de la bodas de Caná.

Dice allí, “ Al tercer día se hicieron una bodas en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos, y faltando el vino la madre de Jesús le dijo, ‘No tienen vino’, Jesús le dijo, ‘¿qué tienes conmigo, mujer, aún no ha venido mi hora?’. Su madre dijo a los que servían, ‘haced todo lo que os dijere’. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo, ‘llenad estas tinajas de agua’, y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo ‘sacad ahora y llevadlo al maestresala’. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo, ‘todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior, más tu has reservado el buen vino hasta ahora’. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea y manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.”

Gloria al Señor. ¿Qué tiene esto que ver con el día de las madres? Vamos a ver. El Señor me habló en esta mañana mientras preparaba algunas notas para compartir con ustedes en honor a nuestras madres. Siempre nos gusta en todo lo posible traer una meditación que tenga que ver con el área de la familia, el área de la maternidad en todo lo posible. Y la verdad es que nunca había visto este pasaje desde esa perspectiva, pero es precioso y muy revelador con respecto a lo que es una, yo quiero hablar en esta mañana acerca de una relación saludable entre madre e hijo, o puede ser también entre padre e hijo, pero en este caso Jesús y su madre expresan una relación saludable.

María expresa una maternidad sabia y Jesús se comporta como un hijo también sabio, un hijo legítimo que llena bien su papel como hijo. ¿Qué es lo que compone esa relación saludable entre madre e hijo? Vamos a ver eso en esta meditación. Interesantemente Juan es el único de los cuatro Evangelistas que registra dos escenas que yo consideraría muy tiernas y muy íntimas entre Jesús y su madre. Una se da al principio mismo del ministerio de Jesús, aquí. Él está apenas iniciando su ministerio terrenal y se encuentran en una boda y se da este lindo diálogo, intercambio entre él y su madre.

La otra escena, el otro momento no es tan positivo como este, sino que se da al final del ministerio terrenal de Jesús cuando el Señor está, no en una boda celebrando y gozándose con amigos, sino en una cruz, crucificado mirando a su madre y al discípulo amado que era Juan, precisamente. Y por eso yo me pregunto si como Juan tenía una relación de intimidad mayor que los demás discípulos con la madre de Jesús, y con Jesús mismo, quizás por eso él registró estos dos eventos que ningún otro evangelista registra, solamente Juan registra esos dos momentos tan tiernos, tan reveladores, tan hermosos, entre Jesús, el hijo, y María, la madre. Y son eventos muy reveladores acerca de Jesucristo.

Tenemos que recordar, hermanos, que Jesús poseía una dimensión humana, plenamente humana. Él también tenía otra parte que era plenamente divina y en él convivían esas dos dimensiones, la humana y la divina. Y me imagino que había tensión en él en ocasiones con respecto a esa humanidad perfecta y esa divinidad perfecta. Cuando él entraba en contacto con su familia, con la gente de su comunidad, el ser Dios y hombre a la vez lo ponía en tensión.

Vemos por ejemplo, cuando él visita su aldea natal que la gente no quiere creer en él porque dicen, ‘pero si ese muchachito andaba por ahí con una ruedita dando vueltas y caminando y ahora mírenlo, un gran profeta, no es posible que sea tan especial como parece que es. Y tenían incredulidad en su corazón y por eso dice que él no pudo hacer todo los milagros que él quería hacer.

Vemos también por ejemplo en el famoso pasaje del templo cuando el Señor se les pierde a sus padres cuando niño, y los padres andan buscándolo locos y finalmente lo encuentran, ¿dónde? En el templo, dialogando con los hombres sabios y los teólogos y sorprendiéndolos con el conocimiento sobrenatural que evidentemente tenía. Y en ese momento los padre lo tratan conforme a su humanidad y le dice, ¡pero hijo, ¿por qué nos hiciste esto, por qué te comportas de esa manera?’ Pero la divinidad de Jesús responde y dice, ‘hey, ¿no saben ustedes que en los negocios de mi Padre me es preciso estar? Entonces vemos esas tensiones continuamente que hay, cuando dicen, tu madre y tus hermanos te buscan, pensando que está loco por las cosas que está diciendo. Y él dice ‘¿quiénes son mi madre y mis hermanos? Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de mi Padre y la hacen.

Entonces, vemos que hay una tensión allí entre esas dos dimensiones de Jesús, que sale a la luz cuando él entra en contacto con la gente allegada a él. Ahora, esas escenas en que la humanidad de Jesús se manifiesta de esa manera nos enseñan a nosotros cómo ser seres humanos plenamente realizados, porque si alguien fue humanamente realizado y perfecto fue Jesucristo. Y al yo observar esos momentos en que su humanidad florece o aflora, mejor dicho, se manifiesta, yo generalmente logro aprender algo acerca de Jesús y de cómo reconciliar a veces dimensiones de nuestro ser que a veces nos ponen en conflicto posible y en tensión con nuestros seres queridos.

Por ejemplo, es interesante, yo nunca había observado esto pero en ese pasaje donde el Señor se les pierde a sus padres, él les dice, ¿por qué me buscabais, no sabías que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Más ellos no entendieron las palabras que les habló y mire aquí, Lucas, donde se registra este pasaje, añade una nota, dice:

“... y descendió con ellos y volvió a Nazaret y estaba sujeto a ellos...”

¿Por qué añadió Lucas ese detalle? Bueno, porque el Señor no dijo, ‘hey, yo soy Dios y yo por lo tanto no me tengo que sujetar a mis padres’. Él se sujetó a sus padres a pesar de ser quien él era. Y eso me dio a mi una lección de la importancias de sujetarme yo a las autoridad y los que tienen sus padres y sus madres vivos de que aún en nuestra adultez. Si el Hijo de Dios se sujetó a sus padres, cuánto más nosotros debemos sujetarnos a nuestros padres aunque seamos adultos y hay una dimensión que nunca se debe perder, esa dimensión.

Ahora bien, ¿qué cosas específicas aprendemos de este pasaje, qué nos revela este pasaje? Yo tengo varias lecciones morales y espirituales que he extraídos estudiando este pasaje. Primeramente vemos aquí que Jesús, ya un adulto, un ministro, y su madre avanzada en edad ya, me imagino, comparten una experiencia social. Es lo primero que yo veo aquí, en el versículo 1 y 2 dice que la madre de Jesús estaba en unas bodas y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos, y allí se dan cita madre e hijo y se encuentran los dos y comparten una experiencia, una situación social.

Y yo veo en esto algo importante, y es que es importante que los hijos mantengan una relación intencional con sus padres y que compartan experiencias sociales con sus padres. Muchas veces, qué pasa con los jóvenes, cuando nos ponemos adultos, bueno, queremos ir a la casa para que mamá nos cocine, ¿verdad que sí? Y vamos allá y la visitamos a veces en la casa, pero ¿qué de sacarla a comer un día? ¿Qué de llevarla a una fiesta o a una reunión familiar? ¿Qué de ir con ella a un parque o algún lugar, o a un cine y honrarle y compartir con ella socialmente? Y hablo a los jóvenes aquí, ya teen agers y jóvenes más, jóvenes adultos, 19, 20, 23, 24 años, porque cuando uno es joven, ¿qué pasa muchas veces? Uno lo que quiere es compartir con sus amigos y ¿saben qué? Los adultos, los padres nos bendicen y nos honra cuando nuestros hijos nos invitan a salir.

Ayer Sonia, nuestra hija, invitó a Meche aparte para ir a comer algo, y eso yo estoy seguro que honra a su madre. Y yo creo que así es importante que nosotros siempre seamos intencionales en honrar a nuestros padres y compartir con ellos, endulzarles la vida. Jóvenes, eso requiere intencionalidad porque hoy en día más y más la dirección de los jóvenes es muy diferente a la dirección de los adultos y cada día se van separando más y más las direcciones. Y a menos que ustedes, jóvenes, no han un esfuerzo por bendecir a sus padres y honrarlos y decir, hoy yo voy a invitar a papá o a mamá a ir al cine. Y quizás te vas a sentir un poquito incómodo al principio porque no estás acostumbrado a ver a tu papá o a tu mamá en esa condición, en esa luz, pero ¿saben qué? Con el tiempo uno se va acostumbrando y hay tanta bendición y nuestros padres son bendecidos.

Es decir, es importante que los jóvenes y los adultos reduzcamos esa distancia que el siglo XXI, la sociedad moderna ha establecido entre los adultos y los jóvenes y que honremos a nuestros padres y a nuestras madres de esa manera.

Hay un texto en Proverbios que siempre me ha cautivado. Es en el Capítulo 23 de Proverbios, versículo 22, dice:

“.. y cuando tu madre envejeciere no la menosprecies....”

¿Cuántos han oído ese versículo antes? ¿Cuántos lo han leído? No me mienta, si no lo ha leído no me... ¿verdad? Ok, mire que eso está ahí metido como una joya escondida en la Escritura. Cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies”.

El sabio sabía de lo que estaba hablando. ¿Saben qué? Cuando nuestros padres envejecen ya no son tan cool, ¿sabe? Ya como que no queremos andar con ellos, ya cojean un poco, son más lentos, quizás dicen cosas inapropiadas, quien sabe, no están tan a tono con las reglas sociales y pueden a veces no hacerlo todo como es correcto. ¿Y qué hacemos nosotros? Nos avergonzamos de ellos y queremos como limitarlos. ¿Y qué pasa? Muchas veces vamos aislando más y más a los ancianos y van perdiendo más y más destrezas sociales, personales, espirituales y a veces aceleramos su envejecimiento, a menos que no haya esa disposición previa de parte de nosotros de honrar a nuestros padres, y sobretodo si tenemos padrea ancianos y bendecirlos con un compartir socialmente con ellos. Me parece algo precioso.

Yo veo eso, me evocó esa asociación, esa conexión al leer este pasaje. Los jóvenes y los adultos deben compartir y muchas veces los jóvenes tendrán que iniciar el contacto en este tiempo.

Segundo lugar, hay algo muy bello que yo veo en este pasaje y es que hay balance en la relación entre Jesús y su madre. Yo creo que todo este pasaje gira alrededor del tema del balance. Mire esto, es interesante cuando uno lo estudia más a fondo el concepto de balance surge en maneras muy interesantes.

Yo veo en este pasaje en el diálogo tenso entre Jesús y su madre, balance entre, por ejemplo, independencia e intimidad. Después yo voy a desarrollar un poquito más esto. Hay un balance entre independencia de parte de Jesús y también intimidad con su madre. Hay también un balance entre sujeción de parte de Jesús a su madre que le pide que se le haga un favor a alguien, y por otra parte una cierta autoridad personal que Jesús ejerce también. Mujer, no sabes que todavía mi tiempo no ha llegado, ¿pero qué hace al final? Que la complace. Pero hay balance, hay una tensión ahí entre esas dos dimensiones.

Y hay también balance entre María ejerciendo sus privilegios de madre pero también respetando barreras y sus limitaciones. María se allega a Jesús, le pide que le haga un favor a ella y a esta familia pero también llega un momento en que dice a la gente de la boda, hagan todo lo que él les diga, y ella se echa para atrás para que él determine cómo va a llevar a cabo el milagro.

Es decir, ella ejerce sus privilegios de madre pero también en cierto momento respeta sus limitaciones también como madre, ya tratando a un adulto y un hombre de Dios muy especial.

Yo digo aquí que la relación familiar apropiada, como el matrimonio, por ejemplo, es una danza delicada. Nunca es rígida y fija, todo de un solo lado, por ejemplo, ya sea de parte de los padres o de los hijos, sino que es más bien un continuo buscar un balance. Y ese balance es algo dinámico, algo que cambia de día en día. Nunca es, por ejemplo, los padres tienen toda la autoridad y aquí se hace lo que yo digo porque yo soy el papá de la casa y los muchachos hablan cuando las gallinas ya usted sabe, los dominicanos y otros saben lo que....

No es así. Hay un balance siempre en la vida. Hay un buscar ese término medio de las cosas. Y yo veo eso, que hay una dinámica aquí, hay una flexibilidad en el diálogo y en la relación que manifiestan Jesús y María. La madre que ejerce su autoridad y me imagino que alguien, o ella misma dijo, no, yo soy la mamá de este hombre y él tiene la solución así que yo voy a ir a donde él. Quizás nadie más se hubiera atrevido a venir a donde él, pero ella sabía que tenía una entrada especial al corazón de él y a este hombre misterioso que ella misma no entendía que era plenamente Dios también. Pero ella se atreve a acercarse a él con autoridad, pero también sabe que a este hombre él sabe como hacer sus cosas, así que hagan las cosas como él lo dice y allá ustedes, pero entiéndanse ahora, ya yo hice mi parte, ahora déjenlo a él que él haga la suya, que obre. Ella no está ahí mirando por encima, ya le echaste suficiente vino, le echaste esto o lo otro al agua. No, no, ella simplemente lo deja, él sabrá como hace el milagro.

Hay balance en eso y eso es muy bello. Y yo creo que en la bella entre los padres y los hijos es así. A veces nosotros tenemos ciertas autoridades, ciertas cosas que podríamos hacer si nos diera la gana, porque somos los padres. Pero ¿saben qué? Como dice Pablo, todo me es lícito más no todo me conviene. A veces hay que saber cómo también dejar que el tiempo vaya haciendo las cosas y a veces cuando llega un momento en que ya tenemos a nuestros hijos cansados y lo que hacemos es provocarlos más a ira y entonces lo que hacemos es cerrar la relación de manera que ya no hay contacto, no hay diálogo. Entonces a veces los padres más sabios tenemos que saber cuándo echar un poco hacia atrás y dejar que el Señor haga la obra en su momento. Tiene que haber balance también, no tenemos una autoridad absoluta sobre nuestros hijos tampoco.

Entonces yo creo que todas las familias sanas y saludables tienen ese distintivo de que siempre están negociando aunque se sabe bien que hay una autoridad que tiene el padre y la madre que es importante y si a veces yo no soy un fly al pitcher, como dicen por ahí tampoco como papá, entiéndanme, yo creo que hay momentos en que hay que poner los pies sobre el piso y decir, por aquí usted no pasa porque tiene que hacerse así, y ya le di bastantes explicaciones y ahora usted tiene que hacerlo y punto. Pero también en todo momento hay que tener también sanidad de mente para saber cuándo también abrir espacio, porque si usted jala la soga demasiado rápido le parte el cuello al pobre muchacho y entonces no hay nada que arreglar. Así que balance, balance es una cosa muy importante.

En tercer lugar, yo veo aquí también que hay una tensión constructiva y amorosa entre Jesús y su madre, llamo a esto una tensión constructiva y amorosa entre Jesús y su madre. Ella presiona un poco, le dice, mira, se le acabó el vino. Y me imagino que solamente hay un resumen de algo que ella estuvo negociando con él. Ella presiona un poco y ejerce su privilegio materno.

Él obedece a una agenda celestial, él dice, mira, Dios tiene un propósito conmigo, y ella como que lo violenta un poco esa agenda celestial. Y él se lo aclara, pero al final, ¿qué hace? Se sujeta y es condescendiente con su madre. Hay como una tensión allí, hijo, se les acabó el vino. Mamá, pero este no es mi tiempo para hacer un milagro de esa manera, va a salir en los periódicos y entonces van a venir los reporteros y me van a estar buscando y tirándome fotos y todo esto y todavía no es el tiempo, mamá. Pero, hijo, mira caramba es que van a pasar una vergüenza tremenda, ayúdalos aunque sea un poquito. Haz algo. Y Jesús finalmente dice, bueno, mamá, está bien, vamos a hacerlo. Y él condesciende con su madre y al final nadie reciente el proceso.

Ella no le dice, pero recuérdate que yo te di tanta comida cuando tu eras un muchachito y que esto y que lo otro, y que.. No, no ella interviene y él le aclara algo y al final..... Y yo creo que eso es lindo porque toda relación saludable entre padre e hijo está nutrida por ese tipo de negociación, ese tipo de tanteo, un forcejeo amoroso a través de muchos contactos, muchos encuentros, muchas negociaciones, hasta que se encuentra el balance adecuado.

Los hijos van creciendo, se van haciendo más complejos, más maduros, más complicados muchas veces, hay influencias que ahora vienen de fuera y entonces el padre, la madre, según el hijo va creciendo tiene que ir ajustándose. Y ¿cómo se hacen esos ajustes? ¿Cómo un hijo aprende a afirmarse? Los psicólogos hablan de la palabra individuación que quiere decir, cómo una persona se va haciendo un individuo, se va separando de la tutela materna, paterna, y se va haciendo un hombre, una mujer individual, separada, definida.

Y nosotros, los padres, tenemos que ayudarlos y una de las maneras en que eso se hace es a través de ese diálogo, ese forcejeo, ese negociar, esas tensiones, a veces disgustos que se da entre padres e hijos, y en esos encuentros a veces tensos y a veces hasta fuertes, y a veces un poco simplemente de negociar se va definiendo la personalidad del hijo y el padre y la madre también van aprendiendo cómo definir su relación, dónde están las distancias, dónde están los derechos, todas estas cosas.

Yo lo veo aquí en Jesús y su madre. Él ya es un joven adulto, un ministro, y su madre todavía está apegada a él. Poco a poco él se está separando más y más y siendo más el Hijo de Dios, el Mesías que está entrando en su plena manifestación como un ser misterioso enviado por Dios y ya la relación entre madre e hijo se está haciendo un poquito más distante, pero todavía la madre está allí negociando con él y él está aclarando ciertas cosas y hay ese forcejeo, ese proceso de individuación que tenemos que ayudar a nuestros hijos a llegar a ser plenamente ellos, individuos. Y tenemos que saber cómo ayudarlos y cómo respetar ese proceso y cómo no aferrarnos y poseerlos y tratar de alguna manera manipularlo para que nunca corten el cordón umbilical. Y tenemos que dejarlos ir. Y ese proceso requiere que tanto nosotros como ellos aprendan a llevarlo a cabo. Tensión constructiva.

Otro elemento que yo veo aquí es que María reconoce la adultez, la independencia y la autoridad de su hijo. Ella encuentra paz en reconocer que ya su hijo es un ser diferente a ella y que habita en otra dimensión.

Cuando ella dice, ‘haced todo lo que os dijere’, ella está reconociendo allí ciertos talentos y ciertos dones que tiene su hijo que ella no tiene nada que ver con eso. Llega un momento en que tenemos que reconocer que nuestros hijos ya son adultos y tratarlos como tal, aún cuando retenemos ciertos privilegios de padres. Hay que mantener un balance allí con respecto a eso. Llega un momento en que tenemos que decir, mira, ya este es un adulto.

Usted sabe que hay padres que dicen, yo, a mi hijo aunque se case y tenga nietos, si le tengo que dar su bofetada se la doy. ¿Usted ha oído eso de los padres viejos, de antes? Bueno, es lindo hasta cierto punto. Y yo creo que, que lindo cuando un joven o un adulto se somete a ese respeto, eso se ha perdido desgraciadamente y yo creo que la humanidad es mucho más pobre por esa falta de respeto así, de reverencia al hecho de que te parieron y te trajeron a la vida y eso les da unos derechos que tienen que nadie más los tiene y eso es maravilloso y eso es irrompible, no cambia.

Pero qué lindo es cuando el padre también dice, ok, mira, ya yo se que tu eres un individuo, tu eres un adulto, eres independiente y ahora vamos a establecer una relación diferente entre tu y yo y vamos a ser amigos, vamos a ser interlocutores, vamos a ser compañeros y vamos a tratarnos en una manera diferente, ya yo voy a ser ahora más bien un mentor para ti, y ahora yo tengo que dejar que tu matrimonio....

Cuantos padres estamos siempre mirando por encima de los hijos a ver cómo está el matrimonio y metiendo la cuchareta, y haciendo comentarios y criticando y diciendo, tu debieras hacer esto, y que lo otro. Mire, cuando ya, por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne. Hay que respetar ciertas cosas que la adultez trae consigo.

Y María parece que representa muy bien esa actitud de respetar la autoridad y la adultez de su hijo. Otra cosa, yo veo aquí es que Jesús por su parte refleja una madurez saludable con respecto a su madre. Él refleja una madurez y una seguridad en sí mismo que yo creo que viene como resultado de ser Dios pero humanamente hablando también como resultado de que su padre y su madre han sabido cómo navegar el misterio que es ese ser con el cual ellos han convivido todos estos años.

Se ve en Jesús, el hombre que se ha individuado, el hombre que se ha hecho un individuo y que refleja cierta independencia saludable de la tutela paternal o maternal. Mire, con qué seguridad el Señor dice, mujer, mi tiempo. Y esa palabra mujer aquí no es despreciativa, es más bien una expresión hebrea que yo creo que era más bien de respeto a ella hasta cierto punto, pero que también refleja cierta autoridad. Si él hubiera dicho mamá, en ese mamá hubiera habido un autoridad también.

Él se mueve muy confiadamente, muy seguro de su llamado, muy seguro de la cronología de su ministerio, y sabe que en ese momento lo que su madre le pide no está adecuado con los planes que Dios tiene para su vida. Hay una independencia saludable que yo creo que es la meta que nosotros debemos apuntar para nuestros hijos, que llegue el día en que nuestros hijos nos amen, nos busquen, nos respeten, les guste estar con nosotros, pero que también sean independientes y puedan estar solos y hacerse su vida ellos. Muchas veces los padres creamos hijos dependientes y no les damos suficiente espacio para que vayan desarrollando, y esa jornada de creciente madurez e independización debemos nosotros como padres iniciarla poquito a poquito desde el primer día en que nacen de hecho, poco a poco irlos ayudando a reconocer su independencia y ayudarlos a habitar cómodamente dentro de su propia piel. Jesús refleja eso, el individuo que está seguro de sí mismo porque sus padres lo han ayudado a expresar esa seguridad.

Ahora, es interesante, aquí yo veo también que el problema surge cuando tratamos de hacer esto antes de tiempo. Ahora hablo a los hijos y a los jóvenes, como el caso del hijo pródigo y de tantos jóvenes de esta generación que muchas veces hoy en día la independencia se tira prematuramente y se crea rebeldía más bien, y los muchachos no quieren oír consejos de sus padres.

Oh, yo lo sé hacer. Esa es la respuesta. I know how to do it. Y entonces ¿saben qué? Eso crea juicio y condenación para los jóvenes. Yo creo que uno de los grandes problemas hoy en día de mucha juventud y van a pagar el precio, si Dios no mete su mano, cuando sean más adultos porque eso te sigue con la vida. Es la rebeldía y la falta de honra a los padres y yo creo que cuando un hijo honra a su padre y a su madre, lo obedece y juega un papel de bendecir a sus padres y de sujetarse a su tutela, ese hijo es bendecido y protegido por Dios. Cuando trata de independizarse prematuramente y no respeta las leyes que Dios ha establecido, hay una sombra que lo sigue toda su vida.

Honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien, dice la palabra y para que seas de largos días. Eso es un mandamiento pero también es una advertencia. Si no lo haces, no te va a ir bien. Así es importante.

Pero el Señor muestra esa individuación en su tiempo. Ahora, añado de nuevo esto mismo, que otra cosa que yo veo aquí, en sexto lugar, es que Jesús complace y honra a su madre aunque no está plenamente en sincronía con ella. Ese no era el momento que él quería hacer un milagro tan notorio y tan resaltante como ese, pero se lo aclara y ¿qué hace? Finalmente reconoce, mira, es mamá cómo le puedo decir que no. Y condesciende con ella.

Y para mí eso es verdaderamente honrar a nuestros padres y autoridades, complacerlos y escucharlos aunque a veces no estemos de acuerdo con ellos. Esa es la verdadera sujeción y la verdadera armonía. Yo veo mucha gente que solo respetan a sus autoridades cuando ellas están de acuerdo con ellos, pero cuando no están de acuerdo entonces ahí como que pierden la relación de autoridad.

El Señor Jesucristo decía, ¿por qué me dicen Señor, Señor y no hacen lo que yo les digo? Yo tengo una pequeña heridita que siempre me está sangrando un poquito, porque yo veo eso que muchas veces en este tiempo la gente quiere mentores, la gente quiere pastores, pero muchas veces no quieren sujetarse a ellos, y nos sujetamos a nuestros pastores, autoridades, mentores, solamente cuando estamos de acuerdo con ellos. Yo creo que a través de toda la historia yo he visto siempre que el mentor, el pastor, la autoridad espiritual se le acata su enseñanza, ese es el privilegio de una relación de mentoría o de tutela espiritual donde uno se sujeta, uno complace, uno honra al tutor, uno muchas veces pone en paréntesis sus propias ideas y cosas porque es tu tutor, es tu mentor, es tu pastor, y Dios bendice eso, siempre y cuando haya una relación de opresión o de explotación o de manipulación de parte del tutor. Pero si tu mentor, tu pastor, tu autoridad, tu anciano, tu madre, tu padre reflejan una sana autoridad sujétate a ellos y Dios te bendecirá a la larga.

El gran problema de esta generación moderna es eso, hemos perdido el concepto de autoridad y de honrar a nuestras autoridades. El Señor aquí honra a su madre aunque no está plenamente de acuerdo con el ritmo que ella le establece.

Ya voy terminando. En séptimo lugar, María se sujeta por su parte a la autoridad de su hijo y reconoce sus aptitudes y talentos. Saben, no hay nada de mala con que usted de vez en cuando se sujete a su hijo o a su hija, eso es lo maravilloso de la familia. Así como no hay nada malo de que un esposo se sujete a su esposa en muchas ocasiones. La Biblia habla de sujetaos los unos a los otros, cuando tu esposa tiene razón, sujétese a su razón, no te sujetes a ella, pero sujétate a la razón que ella representa. Cuando tu hijo tiene razón, sujétate a la razón que él representa, no te sujetes a tu hijo si acaso, pero sujétate a la verdad que él encarna.

Hay que sujetarse a la verdad venga de donde venga, de un asno, si viene de un asno usted se sujeta a esa autoridad también. Entonces, ella se deja guiar por la sabiduría del hijo. “Haced todo lo que él os mande”. Hay un momento en que nuestros hijos comienzan a manifestar destrezas y conocimiento que nosotros no tenemos. Y debemos aprender a escucharlos y ser humildes en esas ocasiones.

Cuando los hijos van creciendo llega un momento en que casi hay ocasiones en que la relación se invierte y los hijos a fuerza de estudiar, de tener contacto con un mundo mucho más amplio, de enriquecerse intelectualmente, de tener una plenitud de vida mayor que la que nosotros, que nos movemos en un ámbito más limitado tenemos, se conviertes a veces en nuestros educadores, o a veces revelan cosas que nosotros no sabemos y nosotros tenemos que aprender a celebrar eso y bendecirlos y aprender de ellos de darle gracias a Dios de que hemos producido seres que ahora nos pueden enseñar a nosotros.

Y qué lindo es cuando puede haber ese sujetarse mutuamente y bendecirnos mutuamente y así bendecimos a nuestros hijos y los afirmamos en sus dones, en sus destrezas también, en su crecimiento y su proceso de maduración. Al hacer esto los bendecimos y afirmamos y les damos permiso para avanzar en el proceso de la maduración y la seguridad personal.

Nuestros hijos a veces son muy inseguros y se sienten bendecidos cuando sus padres los afirman y les dicen, guau, mira yo nunca lo había visto de esa manera. Gracias por dejármelo saber. Y de esa forma usted también los está bendiciendo a ellos.

Dos cositas más, número ocho, yo veo entre Jesús y María un balance de independencia e intimidad, como señalé antes. No hay lo que los psicólogos llaman enmarañamiento, ni hay como dependencia entre ellos. Hay una intimidad de madre e hijo, muy linda, pero también hay una independencia, como dicen por ahí, están juntos pero revueltos.

Miren como yo veo esto aquí, en el versículo 1 y 2 dice, “... al tercer día se hicieron una bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús, pero dice, y fueron también invitados a las bodas, Jesús y sus discípulos....”

Ellos llegaron allí y se encontraron. La mamá estaba allí y Jesús llega a la boda con su grupo de seguidores, que son sus discípulos, ahora él es rabino ya, exitoso, influyente, que tiene sus discípulos y él llega a la boda y se encuentra allí con su madre, comparten un evento, comparten un espacio, comparten un proceso muy íntimo, pero también cada uno está allí en calidad independiente. Y eso es tan importante, hermanos, en las familias. Hay familias enmarañadas donde los hijos crecen pero no se dibujan claramente las fronteras, boundaries.

Yo, creo que he aludido antes a una familia que me señalaron una vez que el hijo, cuando se casó se mudó al otro lado del patio de donde vivía la mamá, y su ropa la lavaba la mamá, y allí era que él iba a cambiarse. Y allá comía también. Yo me imagino esa pobre mujer cómo se habrá sentido. What am I, chop liver? Como dicen en inglés y eso es enmarañamiento, hay padres y madres que a veces no soltamos a nuestros hijos y nos aseguramos de tirarles unos lazos mágicos, transparentes, que no se ven pero son muy fuertes porque no se ven precisamente, y les prevenimos, les impedimos a ellos entrar en su plena manifestación personal.

Jesús anda con sus discípulos, ya ejerce su ministerio, es un profesional exitoso, por así decirlo, pero aún así tienen comunicación, cooperan en una causa común, dialogan y se relacionan mutuamente y mantienen una linda relación de madre e hijo.

Yo doy gracias al Señor porque mi madre nunca nos puso lazos, fue totalmente independiente. Nosotros teníamos que obligarla a que se quedara con nosotros. Marina porque ella, decía, yo no quiero ser carga y celebramos ese hecho de una madre que siempre supo.... hay que respetar barreras, hay que respetar linderos y sabios es el padre o la madre que siempre está observando para mantener ese balance y darle al hijo, o a la hija la libertad que necesita para encontrar su destino y encontrar su personalidad, como hizo el padre sabio cuando el hijo pródigo le dijo, mira, dame esto. Él dijo, está bien hijo, aquí está, vamos a ver, adelante en tu proceso y hablaremos al final de él.

Finalmente, digan todos, gracias Señor. Finalmente, como resultado de la actitud sabia de Jesús, este es el desenlace de este drama, hacia su madre, él la honra, la escucha, la complace, y la actitud de María hacia Jesús, lo respeta, le da su lugar, respeta linderos y barreras, hay un bendición para todo el mundo. La comunidad entera es bendecida.

Eso es lo que pasa cuando hay familias sanas. Y por eso es que hay que aprender estas cosas, hay que estudiar, hay que aprovechar oportunidades así porque no solamente nuestras familias son bendecidas, no solamente nosotros somos bendecidos al tener una familia que nos trae gozo y orgullo y bendición y proceso de crecimiento porque ahí aprendieron mucho ambos, yo creo, en ese proceso y hubo bendición, sino que la comunidad entera, la comunidad latina necesita familias sanas, las iglesias necesitan familias.

María sale honrada de todo el proceso, respetó su lugar y en vez de salir empobrecida, sale honrada y brillando como el oro. Digo, sale tan honrada, hermanos, que los católicos han visto en este evento, yo creo que personalmente, más de lo que deben ver, y han hecho de todo esto la base para la obra intercesora de María, que vino ante su hijo a interceder para que hiciera un favor y de ahí se ha construido toda una teología, me parece a mí, injustificadamente, pero respeto diferencias en ese sentido. Pero es evidente que el Señor respetó a su madre, y que su madre tenía un lugar especial en el corazón de su hijo. Eso es innegable y ella sale de allí honrada.

Me imagino que ese ramo de flores se lo ganó, se lo mandó esa pareja a María después. Gracias por habernos librado de la situación embarazosa. Por otra parte Jesús también es bendecido porque miren dice aquí que al final del proceso él manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. Hubo avance para el reino y hubo avance, por así decirlo para el ministerio de Jesús también.

Cuando un hijo honra a su madre, cuando un hijo le concede su lugar al padre o a la madre y se sujeta a la autoridad y aunque tenga fuerza y autoridad y dinero y riqueza y todo lo demás, influencia, cuando honra a su padre y a su madre hay bendición y prosperidad y avance para su vida.

Y finalmente una familia también es librada de la vergüenza, una gran vergüenza hubiera sido para esa familia si no hubiera habido allí una relación sana y un acceso de comunicación adecuado entre madre e hijo. Y finalmente millones de personas como nosotros hoy han sido bendecidos a través de la historia por este hermoso relato de las bodas de Caná.

Que el Señor bendiga su palabra. Felicitamos a nuestras madres. Las bendecimos en el nombre del Señor y les damos gracias a Dios por sus vidas, y pedimos que el Señor cada día nos ayude como familias a ejemplificar estos valores hermosos del Reino de Dios. vamos a ponernos de pie y considerémonos todos instruidos, el primero que es instruido soy yo. Yo quisiera tener a mi padre y a mi madre, hoy en día conmigo para poder poner en práctica algo de estas hermosas enseñanzas. Si usted los tiene aproveche.

Ahora, si hay una tía por allí o un abuelo o un hermano mayor que ha bendecido su vida o alguien que ha tenido una influencia especial en su vida, mire, hónrelo, respételo, bendígalo, muéstrele preferencia y usted también será bendecido. Y con nuestros hijos seamos también sabios, no los provoquemos a ira, no abusemos de nuestra autoridad, no los tratemos como objetos, son interlocutores, son amigos también y que el Señor nos ayude a todos nosotros.

Padre, gracias por las sabiduría que encierra tu palabra en esta mañana Señor pedimos que tu nos llenes con tu doble porción y que estas verdades, Señor, que hemos recibido se graben en nuestros corazones, permítenos tener familias saludables, Señor, ser padres sabios que entendamos el misterio que representan nuestros hijos, padre, que sepamos cuándo echarnos a un lado y dejar que tu les tomes la mano y nosotros simplemente ir detrás de ti entonces, observando y participando en el misterio de otro ser que se une a la vida individual, Señor, y gracias porque en tu palabra hay gran sabiduría y consejo para todos nosotros. Gracias por nuestras madres de nuevo te damos Señor y las bendecimos en este día en el nombre poderoso de Jesús, amen y amen. Que el Señor les bendiga, hermanos, que su gracia sea con todos ustedes. Amen.

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