SERMONES

español christian De Santiago español christian De Santiago

Los viajes de Dios

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Me estoy parando aquí arriba dejando que el Señor sea quien dirija mis pensamientos, tengo aquí algunas cosas para respaldarme, por si acaso, pero he estado dice el Señor, cuál es la próxima idea que tu quieres que yo comparta con mis hermanos, y tengo en la mente aquí una imagen del viaje, los viajes de Dios y los procesos de Dios. Nosotros tenemos un Dios de viajes y de procesos y de eso voy a tratar de compartir con ustedes aquí, que el Señor hable a través de estos minutos.

Cuando tu entras en los caminos del Señor, y concibes el deseo de servir al Señor en alguna manera en tu vida y de ser usado por Dios y entras en el desarrollo de tu don Dios te da un boleto de viaje, no es un viaje solamente físico, pero es sobre todo un viaje espiritual y es un viaje dentro de ti mismo, dentro del territorio inexplorado que hay dentro de ti. Tu eres un mundo, tu eres un universo, tu tienes un cuerpo limitado y concreto, pero Dios te ha creado de manera que tu también eres una galaxia, eres un mundo precioso, tu mente, tu espíritu, tus emociones, tus ideas, tus pensamientos, tu voluntad, tus experiencias, todas esas cosas te hacen una dimensión donde uno puede meterse y viajar y explorar y descubrir cosas.

Entonces cuando Dios nos llama nos llama a iniciar un viaje con El y ese viaje se da en el tiempo, se da en el espacio, muchas veces, como nuestro hermano que vino desde Guatemala hasta Mérida, México, y se da también dentro de él. Al él descubrir cosas que no entendía acerca de si mismo, y añadir otras cosas, en su persona y así pasa con cada uno de nosotros cuando Dios nos llama al servicio, cuando Dios nos llama a la vida cristiana. El nos dice: ven, móntate conmigo y vamos a dar un viaje. Los próximos años de tu vida van a ser un viaje, amárrate el cinturón, pide un cafecito, mira por la ventana, y trata de disfrutar el viaje, todo lo que tu puedas. A veces vas a pasar por unos lugares tormentosos y el avión se va a mover, pero no te preocupes, yo te voy a llevar hasta la otra orilla del otro lugar. No te impacientes, no te pongas ansiosa, no te desesperes, Yo estoy contigo y esa barca no se va a hundir porque Yo estoy dentro de ella.

Y entonces el resto de tu vida y el resto de tu jornada espiritual, tu lo tienes que concebir así, como un viaje contigo y Dios metidos en una nave, a una tierra a donde Dios te quiere llevar. Y todo lo que pase en ese viaje va a tener un propósito, una razón, un significado, algo que aprender, y nada se va a desperdiciar. Todo lo que tu veas, todo lo que te suceda, todo lo que tu experimentes, Dios se va a asegurar que tu le saques provecho. Va a haber una fotografía memorable de ese momento que tu podrás luego visitar y mirar y compartirla con tus nietos o con tus discípulos, porque el Señor se va a asegurar de que nada se desperdicie. Es como esas hermanas que tienen ese pavo allí, ellas hacen su pavo, lo sazonan y comienzan a jalarle toda la carne y nada se desperdicia, ni siquiera la grasita se desperdicia, porque hay alguien que le gusta esa grasita. Y cuando ya quedan los huesos, cogen los huesos y los cortan y hacen una sopa. ¿si o no? Y cuando ya el hueso se dio todo lo que tenía, lo cogen y hacen una estatua del hueso y la enganchan en una pared para sacarle todavía provecho a lo que queda.

Y así es Dios con todos los eventos de nuestra vida. Cuando nosotros nos metemos en el viaje de Dios, Dios se va a asegurar que nada se desperdicie y que todo lleve alguna bendición, algún crecimiento, algún aprendizaje, a algo que sea de bendición para alguien. Es un entrenamiento y por eso la palabra del Señor dice, y por eso podemos entender lo que dice en Romanos 8 que a los que aman a Dios, esto es a los que son llamados por El, ¿qué dice? Todas las cosas ayudan a bien. Eso es lo que quiere decir, que Dios te ha llamado, Dios te ha comisionado, te ha enviado a un viaje con El en el viaje y entonces El dice: no te preocupes porque todo lo que te pase va a tener significado, propósito, razón de ser, y provecho y valor. ¡Guau!

Mire, yo mismo que les digo eso no me lo creo totalmente. Porque si me lo creyera, jamás me pondría ansioso, ni me pondría preocupado ni nada porque yo sabría que todo lo que me sucede es porque Dios lo ha permitido o lo ha diseñado así. Y entonces yo podría estar en paz y no tendría temor, pero mi cerebro y mi biología me traicionan continuamente. Y lo que mi espíritu sabe, mi mente se revela contra ello, y por eso me pongo ansioso, pero yo se en mi espíritu que así es. Oiga, pero qué difícil es creer eso cuando los indios están tirándote flechazos y tu estás en el medio del círculo y los vagones están ahí alrededor y no llega la caballería para sacarte a tiempo. Y tu dices: bueno, quizás hay una excepción por allí y yo soy la excepción. Cuando vienen los aprietos financieros o las luchas de ministerios o los tiempos de avidez y esterilidad o los problemas matrimoniales, o el hijo rebelde, o la enfermedad que no se va, en esos momentos qué importante es que nosotros digamos: yo todavía estoy en la nave y Dios todavía está conmigo y la nave no se va a hundir. Dios no me llamó a este viaje a fracasar. Esta nave no se va a ir de pique, no se va a estrellar contra el precipicio porque Dios ha dicho: pues a sus ángeles mandará cerca de ti que te guarden en todos tus caminos, en las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque Tu estarás conmigo. El viaje, aunque el viaje sea por un valle donde haya monstruos y en la oscuridad yo solamente pueda ver sus ojos fosforescentes, llenos de odio contra mi, yo sentiré la mano de mi Padre, que me dice: no te preocupes, yo quiero que tu pases por esta selva porque quiero que aprendas a no temerle a los monstruos y que sepas que tu padre es más poderoso que los monstruos.

Sabe usted que a veces Dios deja que el diablo nos mire directamente a los ojos para que aprendamos a no tenerle miedo y aprendamos que nuestro Dios es más poderoso que Satanás. Hace poco yo estaba en mi oficina dándole consejería a una señora que acababa de llegar a la iglesia hacía unas semanas, dos o tres meses que estaba con nosotros, una mujer especial, linda, dulce, una señora bien comportada, educada, y estábamos hablando acerca de su vida y de cómo sentía una opresión espirituales y de su pasado, y cantidad de cosas y yo la llevé a confesar algunas cosas que ...... porque sentí que había una opresión demoníaca en su vida y comenzamos a hablar y yo tengo ya un proceso a través del cual llevo a la gente cuando se dan esas cosas y entonces dije: ahora hermana vamos a orar, después de ir a renunciar y confesar y todo. Ella cerró los ojos por un momento y comenzamos a reprender y en un instante el aire se puso denso y ella abrió los ojos y lo que me miraba no era la mujer que yo tenía conmigo hace un segundo antes. Era un ser siniestro que veía a través de mi y veía dentro de mi y todo mi ser se llenó de miedo, lo confieso, porque usted sabe lo que es estar sentado aquí y que esta persona que usted pensó que conocía ahora lo mira y es otra persona que usted tiene enfrente de usted. Y me miró con esa sonrisa arrogante y yo sentí el temor y traté de disimularlo lo más posible, y me dijo: me tiene miedo ¿verdad? Y yo tuve que reponerme y recordar con quién yo estaba allí, que no era ella y yo solamente sino que estaba el espíritu santo a quien yo había invocado y los ángeles de Dios, antes de comenzar la sesión, me repuse y reprendí y declaré la autoridad de Cristo. Nos enfrascamos como pasa muchas veces estas cosas, por unos 45 ó 50 minutos, mientras salían diferentes demonios, diferentes niveles de arrogancia y de entendimiento y de lucidez y cantidad de cosas, pero al final, el último demonio tuvo que irse y esa mujer quedó completamente libre diciendo, veo hasta los colores veo diferentes. Yo he escuchado tantas veces de personas que son liberadas, que ven la vida como de nuevo, recién nacidos. Pero esa mirada del enemigo cuando te mira y te traspasa, si tu te dejas, te hiela por dentro, porque es una mirada que sabe quién tu eres, sabes que tu eres simplemente una criatura frágil y pecadora, quiere atemorizarte con eso y llenarte de culpabilidad y de temor, pero tu tienes que saber que Dios está contigo y que es más poderoso el que está con nosotros que el que está en el mundo. Pero a veces Dios permite que miremos al enemigo y que el enemigo nos roce y que la serpiente nos abra la boca y veamos sus dientes llenos de veneno para que aprendamos a no temerle, sepamos que nuestro Dios es más poderoso.

Así que por eso a veces Dios permite que vengan adversidades a nuestra vida y dificultades, y fracasos y fallos en el viaje porque eso es parte del entrenamiento, y eso es parte de lo que Dios quiere mostrarnos. Y por eso es que nosotros no debemos temer de emprender el viaje, no podemos temer de lanzarnos al agua y emprender nuevas cosas y tratar de hacer cosas que nunca hemos hecho antes y probar nuestras alas en otra altura que no estamos acostumbrado a probarlas y arriesgar nuevas cosas y experimentar con nuevos ministerios y nuevas formas de hacer las cosas porque eso le agrada al Padre. El Padre es infinitamente creativo y le gusta cuando nosotros somos creativos también e inventamos nuevas cosas y experimentamos. A El le encanta ese juego y El se sienta con nosotros en el piso y dice: adelante, me gusta lo que estás haciendo. Porque Dios es un Dios de procesos y a El le encantan más que los resultados. A El le encanta más el viaje que el lugar de llegada. ¡Qué interesante! Pero nosotros muchas veces estamos más pensando en el destino que en el viaje y Dios dice: yo se ya cuál es el destino, a mi lo que me interesa es el viaje. Mirar por la ventana y ver las cosas y verte a ti, mi criatura interactuando con el mundo y con las experiencias que Yo permito que vengan a tu vida y viendo qué sacas de esas experiencias. Eso es lo que a Dios le gusta porque Dios es infinitamente creativo.

El ya no tiene nada que tu le puedas enseñar. Dios se entretiene con nuestros juegos y nuestras ocurrencias, como el papá se entretiene con las ocurrencias del bebé cuando habla una nueva palabra o hace una travesura o hace algo diferente y se deleita y tira una carcajada porque su hijo le sorprendió con algo nuevo. Y eso es lo que le gusta al padre. El padre no quiere que el hijo nazca a los 9 meses de embarazo, que de la noche a la mañana ya sea un grandulón lleno de barba o de pelo en el pecho, o lo que sea. El padre quiere ver a su hijo crecer de bebé a infante, a adolescente, a joven, a adulto y aún a veces verlo allá anciano. Eso es lo que le gusta al papá, es el juego, es el deleite de interactuar con su criatura y verla desarrollarse a..... ¿por qué es que las mujeres quieren tener un bebé muchas veces? Es porque quieren el gozo de ver esa criatura, concebirla en su vientre y entonces interactuar con ella a través de todas sus facetas y sentirse ella parte de esa vida, y sentirse ella como también creadora de esa vida y realizarse a través de la interacción con esa criatura, ¿si o no? Eso es lo que llena a la madre o al padre también.

Y en nuestro Padre es igual. A nuestro Padre le interesa inmensamente, le encanta lo que pasa en el viaje cuando nosotros nos montamos en El. Y El quiere tener experiencias junto con nosotros y por eso nosotros no debemos temerle al viaje, sino que debemos meternos en la nave, confiadamente porque el que comenzó la buena obra será fiel, y es fiel para terminarla.

En el mar de Dios hay muy pocos naufragios y los naufragios son de personas que dejaron de confiar en El porque lo sacaron de la barca. Pero los que lo mantuvieron en la barca nunca naufragaron, ni nunca naufragarán porque mientras El está en la barca, la nave no puede naufragar. Por eso está la historia de cuando el Señor envía a los discípulos en uno de esos viajes que hay en la Escritura y les dice: móntense en la barca y pasen a la otra orilla donde Yo los voy a encontrar. ¿Recuerdan ese pasaje? Miren cuando ya el Señor les dio el mandamiento de que viajaran a la otra orilla y que El los iba a encontrar, ya había una promesa implícita de que ellos llegarían. Porque El no les hubiera dicho: vayan a la otra orilla, si no se iba a cumplir, porque El sabe todo y por lo tanto si El hubiera sabido que no iban a llegar no le hubiera dicho: vayan a la otra orilla.

Cuando Dios te manda su mismo mando, su mismo orden es ya una constitución de éxito. Porque Dios nunca te manda a hacer algo con lo cual El no se comprometa para llevarte a una conclusión exitosa, si tu sigues el manual de la fe. Pero ¿qué pasó en el viaje? Los discípulos confrontaron algo que no esperaban y el mar se puso tormentoso, y dice la Biblia que ellos estuvieron remando toda la noche en el medio del mar, que yo estuve allá ahora cuando estuve en Israel hace poco, y es interesante porque en el Evangelio dice que El estaba orando en un lugar alto, en una de las versiones de ese evento desde donde podía verlos a ellos. Y es interesante cuando yo fui ahora al área de Galilea, si usted mira el mar de Galilea que es un lago inmenso, hay montañas y hay montes alrededor precisamente donde una persona, si está allí parada, aunque el mar bastante..... no lo llaman mar, pero es un lago grande.... no es tan grande que no se pueda ver, hay sitios donde se puede ver casi dos terceras partes del lago y por lo tanto es así como sugiere el texto. Por eso es que la Biblia es tan real, ¿no? Es decir, hay esos lugares desde donde se puede ver todo. Y dice la Biblia que el Señor estaba allí orando y veía a sus discípulos remar toda la noche porque la corriente les era contraria, se desató una tormenta, y El estuvo allí orando y mirándolos. Y yo me imagino que si ahora la cámara va de Jesús mirando a los discípulos, a los discípulos metidos en la barca es un cambio, como en esas películas..... ¿no? Ahí esta Jesús orando todo tranquilo, silencioso, callado, paz y de momento cambia la cámara y está el ruido de la tormenta, los discípulos gritando: nos vamos a hundir, saquen el agua, esto y lo otro, y un ruido tremendo..... y el Señor allí mirándolos. Y ellos no están conscientes de que el Señor los puede ver desde su altura. Ellos no están conscientes de que el hijo está allí orando, intercediendo por ellos quizás. Y que también el hijo sabe que en un momento El va a bajar de esa montaña y se va a subir sobre las aguas y va a caminar hacia ellos. Y que El no va a permitir que ellos se hundan en la barca. Y que El ha permitido que esa tormenta se desate porque El tiene un propósito en eso. Y cuando El comienza a caminar sobre las aguas y ellos comienzan a verlo, El les estaba dando una lección tremendamente importante que ellos iban a necesitar como fundadores de la iglesia universal de Jesucristo. Y era, El quería mostrarles que El es Señor de las tormentas, que El es Señor de la naturaleza, que El es Señor de la fuerza de la gravedad, que El es Señor de todas las leyes del universo, y que El está por encima de cualquier situación tormentosa que alguno de sus hijos pueda pasar. Y que El siempre los está viendo desde su altura y que sus ojos nunca se apartan delos que lo aman y lo sirven. Y cuando El vino caminando sobre las aguas les estaba deparando una lección eminentemente visual y gráfica que se grabaría en sus corazones por el resto de sus vidas. Ese Cristo que camina sobre la mar y hace algo que es totalmente inconcebible para el cerebro humano y cuando se monta en la barca, da una palabra a la tormenta: calla, y en un instante el mar se despeja, el viento calla, las olas se suavizan y hay una calma total, porque el Señor es el Señor de la naturaleza y el Señor de las tormentas.

Ese tiempo de pánico y de terror que ellos experimentaron, esas horas que probablemente eran como las dos o las tres de la mañana, según el relato. Ellos pasaron unas cuatro, seis horas en el mar, luchando contra la tormenta. Y esas 6 horas imagino que equivaldrían a una eternidad para ellos y mientras ellos estaban dentro de esa tormenta, dentro de esa burbuja de pánico y terror e incertidumbre, impotencia, Dios estaba trabajando en ellos para formar su carácter, formar su actitud, formar su mentalidad ministerial, formar su concepto de quién es Jesús, porque al Señor le interesa que nosotros sepamos quién El es verdaderamente. Que El no es simplemente un profeta o una persona muy poderosa, o un gran pensador o un espíritu muy desarrollado, El es el hijos de Dios, Dios mismo, el camino, la verdad y la vida.

Y por eso les pregunta en un momento a sus discípulos: ¿quién dice los hombres que yo soy? Y algunos dicen que tu eres Juan el Bautista, otros dicen que tu eres Elías, esto y lo otro. Y El dice: bueno, ¿y quién dicen ustedes que yo soy? Porque hasta que nosotros no resolvamos ese problema, quién es Cristo para mi y cómo concibo yo a Jesús en mi vida, su papel, su envolvimiento en mi vida, su involucramiento, su mirada minuciosa sobre cada evento de mi vida, su control de todos los eventos de mi vida, hasta que yo no esté bien compenetrado con esa idea, de que El si tiene control de todos los aspectos de mi vida, El va a hacer todo lo posible para enseñarme de que eso es lo que El es. Y me va a poner a través de diferentes experiencias para que yo lo pueda conocer en su totalidad, no en su totalidad, porque nunca lo conoceremos, pero por lo menos en lo que se relaciona conmigo, lo que El quiere que yo conozca de El: su misericordia, su amor, su poder, su justicia, su santidad, su gracia, su creatividad, su sabiduría. Son elemento que El quiere que nosotros los conozcamos y por eso está continuamente exponiéndonos en diferentes maneras a diferentes aspectos de su personalidad, como cuando uno toma una estatua y la mueve en diferentes áreas o la mira de diferentes ángulos para verla en su totalidad, porque nunca la podemos ver 360º.

Así el Señor está continuamente enseñándonos diferentes facetas de su ser y de su relación con nosotros a través de experiencias que solo se pueden conseguir en el viaje. Y a veces esas experiencias van a ser experiencias de fracaso, de traiciones, de pecados, de ignorancias, de enfermedades, de crisis económicas, problemas matrimoniales, problemas con nuestros hijos, tantas diferentes cosas, porque recuerden lo que yo decía que el viaje es tanto afuera como adentro, para que nosotros, no solamente lo conozcamos a El sino que nos conozcamos a nosotros mismos también. Y por eso Dios nos envía a viajes para que lo conozcamos a El y para que nos conozcamos a nosotros mismos. Porque el hombre que no se conoce, la mujer que no se conoce a si misma va a tener problemas en el servicio y en el ministerio. Dios necesita que tu te conozcas, con todas tus arrugas y verrugas y todas tus virtudes también. Que tu no te engañes a ti misma y que sepas quién tu eres, porque cuando una persona se conoce a si misma sabe de qué cuidarse, y sabe también de qué es capaz, y no tiene ilusiones acerca de si mismo, no se enorgullece más de la cuenta, pero tampoco se echa tierra sobre la cabeza porque sabe lo que es y sabe lo Dios le ha dado y no se enorgullece por eso y sabe que todo viene de Dios y cuando no se porta bien Dios se lo quita, si tiene que quitárselo.

Usted mire al Apóstol Pablo, él era un hombre que se conocía muy bien a si mismo. Pablo no sufría de baja autoestima, señores, déjenme decirles. Pablo, a veces hasta suena un poquito orgulloso y como muy seguro de si mismo, pero también era un hombre inmensamente humilde, por eso también Dios lo confrontó. Dios puso a Pablo en un viaje también, a Saulo, en este caso, uno de los varios viajes que pone a Saulo es cuando.... en la Escritura hay un pasaje donde Pablo dice, creo que es Primera de Corintios 12, o Segunda de Corintios 12, donde Pablo dice que Dios lo llevó al cielo, al tercer cielo y allí dice que él vio cosas que eran tan sublimes que ni siquiera le era permitido compartirlas con otros seres humanos. Y entonces dice: y para que la grandeza de la revelaciones no me exaltasen desmedidamente, Dios me envió un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee para que no me enorgullezca, acerca de lo cual he pedido 3 veces que me libre y 3 veces me ha contestado: bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Pablo, dice; bueno, entonces si cuando soy débil, soy fuerte, más bien me engloriaré en las debilidades. Aprendió una lección acerca de si mismo. Dios permitió que Pablo entrara en un aspecto que hemos tratado, la gente ha tratado de higienizar cuál era el problema de Pablo, porque no pueden pensar que el gran Apóstol tuviera una lucha espiritual o emocional de algún tipo. Y han dicho que era que sufría de ceguera en los ojos, que esto y lo otro. Miren, son pamplinas, eso es mentira, eso es nosotros tratando de ayudar a Dios. Dios no necesita que lo ayudemos. Dios siempre bregó a través de gente impura y dada a fallar.

¿Por qué tenemos ahí a Abraham en su viaje allá, a Moisés en su viaje, y a David en su viaje fallándole a Dios? Pablo era un hombre...... Elías dice, era un hombre sujeto a emociones y a pasiones como nosotros y le dijo a Dios, oró para que no lloviera 3 años y medio y no llovió, queriendo decir tu mismo puedes, si ese ser tan fallido, tan imperfecto podía ser usado por Dios de esa manera, Dios te puede usar a ti también. No te preocupes. En toda obra creativa siempre hay deshechos y desperdicios, pero eso no importa. Hay que seguir adelante. Si uno se pusiera a preocuparse por la basura que genera una construcción, nunca haría nada, hermanos. Y el ser humano, cuando trabaja suda y huele mal, aunque usted lo quiera o no, aunque usted sea el santo más puro de la tierra, usted siempre va a ir al baño, siempre va a sudar, y siempre va a oler mal a menos que no se bañe otra vez. Porque esa es..... y Dios entiende eso, a Dios no le molestan los malos olores, porque Dios es un Dios campechano, no es que venga de Campeche, por si acaso hay alguno aquí, pero Dios es un Dios realista y llano y El se sienta a la mesa y se come una tortilla así como se como también un chicken cordón bleue. A Dios le encanta la gente sencilla y le encantan las cosas..... como el Señor Jesucristo, que yo creo que se sentaba y se comía un sancocho como cualquier hijo de vecina.

 

 

Y el Señor le saca provecho a cada una de las experiencias y cada una de las cosas que nosotros experimentamos y por eso es que no tenemos que temer al viaje. Pablo entendió que esa lucha que él tenía, y él dice: como Dios entendió que había en mi una tendencia al orgullo, y uno lo puede ver cuando uno estudia la psicología de Pablo, si uno lo analiza psico-terapéuticamente por sus escritos, porque Dios no saca esa parte en su revelación, recuerdan lo que yo les dije cuando Dios inspiró las Escrituras pero no las dictó. En la Escritura se ve el carácter de los escritores y su tiempo y sus luchas y otras cosas. La inspiración de la Escrituras no quiere decir un dictado letra por letra, ¿por qué? Porque Dios no le quita uno, Dios nunca te torna en un autómata, nunca te torna en un robot, nunca te quita tu creatividad, tu personalidad, tus experiencias, El le encanta trabajar a través de eso. El te dice: mira, lo que yo quiero decir es esto, asegúrate de que eso es lo que salga, pero si tu quieres usar una fotografía o quieres usar una pintura o una parábola, ese es asunto tuyo, pero asegúrate de que mi mensaje llegue exactamente como yo quiero. Lo demás yo te lo delego a ti. ¿usted entiende?

Y así es que el Señor obra, entonces Pablo que tenía esa área de su vida, Dios como lo llevó tan alto y le dio tanto El sabía que había que cuidar a Pablo porque era tan excepcional lo que él había ha recibido que se iba a comenzar a enorgullecer y se iba a abrir entonces a la caída y al ataque de Satanás que lo iba a llevar al fracaso ministerial. Entonces Dios lo toma y permite que venga, hermanos, y esto es otra cosa que han tratado los comentadores de arreglar, tratamos de arreglar la Biblia porque le tenemos miedo a veces a las cosas que Dios nos revela, y la sanitamos o la limpiamos un poquito, porque Pablo dice: Dios me envió un mensajero de Satanás, esa es la traducción en el español, un aguijón, acerca de lo cual le pedí 3 veces. Es decir, Dios le envió, no es ni siquiera que, como decimos a veces, que Dios permitió, como para ayudar un poquito a Dios porque la idea de que Dios envíe un mensajero de Satanás, eso nos asusta un poquito porque... ¡guau! Y ya entonces tratamos de arreglar un poquito el muñeco y decimos: Dios lo permitió, pero hey, que lo permita o que lo mande siempre El es responsable, en una corte de ley El sigue siendo responsable, aunque usemos otra palabrita y cojamos el cadáver y le pongamos un poquito más de pintalabios, sigue siendo un cadáver. Y entonces dice, Dios me envió un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás. Yo creo que Pablo estaba peleando, batallando con algo allí emocional, mental, espiritual. No tenía nada que ver con sus ojos y yo busqué la palabra en el griego original que se traduce mensajero de Satanás y la palabra es angelos santan. Usted no tiene que ser un conocer del griego para saber lo que es angelos satan, lo que pasa es que en el griego original la palabra angelos puede querer decir ángel o mensajero, entonces los traductores escogieron la palabra que se prestaba un poquito más de, como dijéramos, de cuidado acerca de la personalidad de Dios y de las interacciones, porque a nosotros no nos gusta la complejidad, a los cristianos no nos gustas las cosas sencillitas y Dios es un Dios que siempre saca el conejo de otra parte de donde lo esperamos. Y hay cosas raras en la Biblia que si no estuvieran en la Biblia yo diría eso es una herejía, pero están allí y hay que aceptarlas.

Yo, lo que me dice la Biblia eso es lo que yo creo y brego con lo que me plantea pero no trato de simplificarla. Entonces dice que Dios le envió un ángel, yo prefiero la idea porque el contexto lo sugiere, un ángel de Satanás, que es ¿qué?, un demonio, un espíritu. Ahora si usted no puede recibir eso, no lo reciba. Su pastor tiene la última autoridad en eso, pero vaya al griego original y busque la palabra angelos satan. Dios envió un espíritu, se puede decir o un ángel de Satanás o un mensajero de Satanás, no importa, sea lo que sea, es un mensajero, es un agente de Satanás. Dios permitió como que un espíritu acosara a Pablo. ¿Por qué? Porque ,mira hermano, muchas veces cuando Dios nos quiere entrenar nos busca un buen oponente. Si usted quiere entrenar un buen boxeador, si usted tiene un buen boxeador que usted sabe que tiene madera para un campeonato mundial, ¿usted le va a poner un muchachito de la calle salido para que lo entrene, verdad que no? Usted va a buscar un buen boxeador, ya quizás un poquito cansado que le obligue a ese boxeador a sacar lo máximo que él tiene dentro de él para poder llegar a su potencialidad. Y muchas veces Dios va a permitir opositores en tu vida, luchas en tu vida, procesos en tu vida que te van a parecer como que vienen del infierno mismo y es Dios que lo ha delegado para entrenarte en la guerra y para llevarte a la altura a la cual El te quiere llevar, porque Dios quiere entrenar guerreros. Dios no está en el negocio de entrenar parásitos. Dios no quiere entrenar pavos, Dios quiere entrenar águilas. ¡Aleluya! Y por eso El nos diseña enemigos que nos entrenen y nos lleven a donde tenemos que llegar y a veces son enemigos, les digo, son siniestros. Y son tan siniestros que uno jamás podría pensar que vienen de Dios pero en el viaje El ha dicho que: Yo quiero que paremos en tal sitio, que tu veas lo que hay allí para que conozcas la guerra y para que te conozcas a ti mejor, para que cuando el enemigo venga a tentarte en esa área, ya tu hayas bregado con ella y la hayas rebasado y no te pille, y te destruya.

Hay cosas a veces que suceden en tu vida que Dios está mirando a diez años de distancia que está preparando ahora, porque Dios es un jugador de ajedrez que tiene un tablero con millones de piezas y El puede jugar todas piezas a la misma vez. Y puede jugar con cien o mil o diez mil otros jugadores, como esos grandes genios de ajedrez, simultáneamente y El no se molesta. Y Dios siempre está pensando en la eternidad y a veces hace una movida en tu vida que ni siquiera va a tener que ver contigo sino con alguien que va a venir dentro de tres generaciones y El te necesita ahora, en ese momento específico, para preparar diez o veinte movidas más adelante para que se cumpla algo que El quiere más allá, en cien años. Y tu eres importante ahora y quizás te morirás sin saber que Dios te usó estratégicamente en un punto dado y te morirás diciendo quizás ‘Dios nunca me usó’. Pero mira te usó ya, pero tu no lo sabes solamente. Porque en ese viaje vas a tener paradas que ni tu mismo sabes que la hiciste.

Alguien me decía ayer del gran pintor Van Gogh, uno de los grandes genios de la pintura. Hoy se le reconoce como un gran genio de la pintura y yo he visto sus pinturas en el Museo de Bellas Artes de Boston y hay museos dedicados solamente a él en Europa. Van Gogh murió sin haber vendido una sola de sus pinturas y pensó que era un fracaso totalmente como pintor y se suicidó por su fracaso, deprimido completamente. Sin embargo hoy en día una pintura de Van Gogh, un dibujito de Van Gogh vale millones de dólares porque estaba demasiado adelantado para su tiempo, era lo que pasaba. El hombre era demasiado brillante y hacía unas mezclas de colores y de imágenes que eran simplemente demasiado avanzadas para su tiempo. Se ha tomado casi un siglo para la sociedad ponerse al día con el genio que había en Van Gogh. Sin embargo él no lo pudo ver.

Usted ve que hay pasajes en el libro de la fe, en Hebreos 11, dice que algunos murieron sin haber visto lo que se les había prometido y murieron simplemente saludándolos desde lejos, y hoy somos nosotros los que disfrutamos de esas inversiones que ellos hicieron. Porque ellos también hicieron sus viajes. Y yo creo que cuando nosotros nos montamos en el viaje de Dios tenemos que saber que el timón lo tiene El, no nosotros. Nosotros no podemos controlar las experiencias. Nosotros simplemente tenemos que confiar que El sabe lo que hace y que cada aspecto de ese viaje tiene sentido y que Él no ha desperdiciado nada y que El sabrá cómo lo configura, y cómo lo lleva a su terminación. Tenemos que confiar absolutamente en El y ponernos en sus manos, y aunque la tormenta ruja alrededor de nosotros, tenemos que decir ‘Padre, tu me has prometido que voy a llegar a la otra orilla’, y usted se agarra bien, se pone un buen impermeable y se lo pone por la cabeza, y deje que sople la tormenta. No se preocupe, usted va a llegar y va a llegar más fuerte que antes y más confiado que nunca y más seguro del Dios que usted tiene.

A veces en la Escrituras dice, por ejemplo, hijitos míos, hay un pasaje en el Antiguo Testamento, dice: “éntrate en el aposento un ratito hasta que pase la ira” y a veces va a ser así, hermanos, a veces Dios va a estar en asuntos en su vida y va a estar bregando en su vida y va a desatarse una tormenta y una persecución y una guerra alrededor de usted, y una balacera terrible, y lo único que usted va a poder hacer es métase en su dormitorio, tranque la puerta, ponga planchas sobre las ventanas y aguántese ahí en fe hasta que pase la tormenta, y después quite las planchas y abra la puerta y recoja los escombritos que quedaron y siga adelante, porque Dios es un entrenador férreo. El a veces te pone en situaciones y tu estás allí con la lengua afuera diciendo ‘ya no puedo más’ y El te dice ‘puedes más, hay más en ti, te lo quiero sacar. Yo se que hay madera en ti para grandezas y si no te presiono no vas a sacar esa madera’.

Mi esposa es terapeuta ocupacional, ella trabaja con niños que tienen problemas de desarrollo neurológico. Y hay niños, por ejemplo a veces que no pueden mover sus piernitas bien y tiene bajo tono muscular y otras cosas, y yo he aprendido ese vocabulario viviendo con ella. Y ella va a veces a las casas y me decía por ejemplo, de una niñita que tiene bajo tono muscular, no se puede mover mucho en las piernas, no tiene mucha fuerza en las piernas todavía, y es gordita y es muy comodita y ella solamente quiere estar sentada, sin moverse, sin que la presionen mucho ni nada, porque está muy contenta así simplemente tranquilita, porque su organismo no le pide que haga más. Entonces mi esposa tiene que venir, cogerle las piernitas y movérselas y pararla y sentarla y obligarla a que se mueva y a veces la niñita comienza a gritar y a protestar, pero ella la obliga y ella ve como a través de los días la niñita ha comenzado ya a sentarse solita y a moverse, pero la obligó, la tuvo que obligar, la tuvo que sacar se su zona de comodidad. Dios muchas veces nos saca de nuestra zona de comodidad y nos lleva a donde no queremos ir porque El está en el negocio de sacarle el máximo provecho a sus hijos y de sacar a la luz la grandeza escondida. Y por eso nos pone en situaciones de aprietos muchas veces, para sacar a la luz lo que necesitamos conocer acerca de nosotros, porque es un viaje dentro de nosotros también.

Un hermano pastor me decía aquí de cómo él comenzó en su iglesia en una casa que alguien le alquiló. Y dice que como a los dos o tres meses de estar allí, venían dos o tres personas, cuatro personas y le sale la señora con que quiere la casa y él le dijo ‘pero, si usted me prometió un año’, y dijo ‘no, porque ustedes están aquí predicando la Biblia y esto y lo otro, y no los quiero aquí y se me tienen que ir’, y lo trató mal y dijo ‘bueno, está bien’. Le pagó lo que tenía que pagarle. Se sintió desesperado, se cuestionó a si mismo. Señor, o me vas a bendecir o no me llamaste al ministerio. Se tiró al piso. Dice que oyó claramente en su mente o en su ser, oyó la palabra ‘hotel’ y comenzó a buscar y todos los hoteles eran demasiado caros. Finalmente llegó al hotel que era de un familiar de él y le cedieron un cuarto de hotel por un precio ridículamente bajo y ya tiene como cuarenta personas, 40, 50 personas allí. Si se hubiera quedado en lo cómodo, todavía tendría quizás 7 gatos con él. Pero Dios lo sacó se su zona de comodidad a otro nivel y tenemos que entender, hermanos, que Dios es un entrenador que usted no lo puede sobornar con protestas, llantos y que me duele, y que no puedo..... El dice ‘tu si puedes, porque Yo te creé y Yo se exactamente lo que hay dentro de ti, y vas a entrar en la grandeza aunque sea pataleando, pero te voy a llevar a ella’.

Por eso la Biblia dice que ninguna disciplina mientras la sufrimos es agradable, pero cuando Dios la ha completado, dice que da un fruto dulce y apacible de justicia. A nadie le gusta la disciplina. A un soldado no le gusta la disciplina, pero la disciplina le va a salvar la vida y le va a permitir ser impactante contra el enemigo. Y Dios está creando soldados, guerreros. Dios no está creando jugadores de golf, El quiere crear gente que sepa usar una espada, que sepa usar un arco. Como dice David ‘ el que fortalece mis manos para entesar el arco de bronce’. Dios quiere hombres y mujeres que puedan entesar el arco de bronce. Sabe lo difícil que es coger ese aparato de bronce y doblarlo así y meterle la cuerda para poder disparar el arco. Eso no se crea agarrando almohadas, se crea levantando pesas, ejercitándonos. Por eso es que Dios siempre nos dice ‘mira, que te mando que te esfuerces, que seas valiente’.

El le dijo a Josué ‘Yo te he dado todo lo que tu pises, pero una sola cosa te digo, esfuérzate y se valiente’. Se lo dijo tres veces, búsquenlo. Porque a todos nosotros nos dice ‘Yo te voy a enviar a un viaje y vas a tener que trabajar duro en ese viaje. Yo no estoy creando parásitos, no estoy creando gente cómoda’. A Dios le encanta la gente esforzada, la gente valiente, emprendedora, empresarial, creativa, inquieta. El Reino de los Cielos se hace fuerte y los valientes o los violentos, en otra versión, lo arrebatan.

Dios está en el negocio de los viajes. Hay un texto, que uno de mis textos favoritos en la Escritura y que nos habla acerca de..... y que lo pone en una forma muy elocuente, lo que es los viajes de Dios. Mire, vaya a Deuteronomio Capítulo 8. “Dios envió al pueblo judío en un viaje, un viaje de 40 años en el desierto”, un viaje que en realidad no debió tomarse más de unas 3 semanas, les tomó 40 años. “antes de llevarlos al destino que les tenía determinado. El sabía que los iba a meter a la tierra de Canaán 400 antes de que llegaran allí, cuando llamó al padre Abraham y le dijo ‘yo, esta tierra te la voy a entregar a ti’, y puso a Abraham simplemente a caminar sobre la tierra en su propio viaje. Porque Dios le dijo a Abraham, ‘vete de tu tierra y de tu parentela a una tierra que yo te he de enseñar’. Y Abraham entró en un propio..... que era su viaje más bien dentro de si mismo.

Y 400 años pasaron y ya Dios sabía que los iba a traer a esa tierra, pero no los llevó en el momento. Y después de esos 40 años cerca de la tierra y no les da permiso para entrar, sino que los mantiene en un viaje circular alrededor del desierto. Y miren lo que El les dice ya después que han pasado los 40 años y están cerca de la llegada y ya queda poco tiempo para ellos entrar a la tierra prometida, y mire cómo El les habla. Dice, Deuteronomio 8 “cuidaréis del poner por obra todo mandamiento que Yo os ordeno hoy para que viváis y seáis multiplicados y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres”. Y mire aquí el versículo 2, dice “y te acordarás de todo el camino (ahí está el viaje)..., de todo el camino por donde te ha traído Jehová, tu Dios, estos 40 años en el desierto”, ¿para qué?,.... “para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón (ahí está el viaje interior, el viaje de adentro, la exploración interior), si habías de guardar o no sus mandamientos y te afligió y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías ni tu ni tu padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre más de todo lo que sale de la boca de Jehová, vivirá el hombre (ahí está el Dios, el viaje que te enseña quién es Dios y cuál es tu relación con Dios) ...tu vestido nunca se envejeció, (de nuevo ahí está el Dios proveedor, el Dios fiel)... nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos 40 años. Reconoce asimismo en tu corazón que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová, tu Dios, te castiga. Yo quiero que tome conozcas y sepas quién yo soy, cómo yo actúo para que en el futuro no te equivoques, porque si haces cosas que están fuera de mi aprobación te voy a disciplinar. Porque Jehová, tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales que brotan en vegas y montes, etc.... en el versículo 10 “y comerás y te saciarás y bendecirás a Jehová, tu Dios” por la buena tierra que te habrá dado. Y entonces hay una cantidad de cosas, dice “cuídate de no olvidarte de Jehová, tu Dios”; 12 “no suceda que comas y te sacies”; 14 “y se enorgullezca tu corazón y te olvides de Jehová, tu Dios” que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. Ya Dios estaba viendo lo que le iba a pasar a este pueblo. El sabía lo que estaba advirtiendo, sabía lo que iban a hacer. Sabía que había orgullo en ellos. Sabía que había rebeldía en ellos, sabía que había tendencia a criticar a Dios y dudar de El rápidamente. Miren el versículo 16 “que te sustentó con maná en el desierto, comida que tu padre no habían conocido, afligiéndote y probándote para a la postre hacerte bien”.

Entonces entendemos que los 40 años en el desierto no eran una coincidencia necesariamente solamente, no era producto meramente del pecado de los judíos, sino que Dios estaba profundamente involucrado en esos 40 años. El quería que esta nación que iba a nacer una nación fundadora, una nación apostólica, una nación madre espiritual, que iba a ser un modelo para incontables generaciones de creyentes a través de la historia, El tenía que usar a esta nación para exhibir ciertos principios de su forma de actuar con el hombre, para mostrar ciertos aspectos de su personalidad y para establecer precedentes legales, judiciales, que cuando El los juzgara en otras ocasiones, habría evidencia de que El estaba obrando con justicia y con equidad para con ellos. Porque Dios es así, Dios siempre está viendo las cosas a mil años de distancia, cien años, diez años.

Entonces, esos 40 años, ese viaje que El los puso por el desierto era para mostrarles a ellos ‘mira, quiénes son ustedes, gente rebelde, gente crítica, gente desobediente, gente que huye del enemigo cuando está muy grande, cuando los dos espías. Tu no eres nadie, tu entras a esta tierra, no porque te lo mereces, sino porque mi gracia te permite entrar. Yo te doy esa tierra, tu vas a beber aguas de pozos que tu no cavaste, vas a vivir en casas que tu no edificaste, te van a proteger muros que tu no levantaste y vas a vencer enemigos que no puedes vencer por ti mismo, sino es con mi poder. Dios tenía que exponer todas esas cosas, exhibirlas como evidencia, porque Dios es un Dios judicial. Y El procede como un juez, El procede como un abogado que monta la evidencia y la documentación antes de obrar, porque El es así. El no tiene que hacerlo pero El es un Dios justo, y a El le interesa que su justicia no tenga nadie que se la pueda criticar ni cuestionar con evidencia contraria. Todo hombre sea hallado mentiroso y Jehová justo y verdadero.

Por eso cuando David peca y ofende a Dios de una manera terrible cuando manda a matar Urías, cuando el escribe el salmo 51, que es el salmo de la confesión, dice: ‘contra ti, contra ti solo he pecado y echo lo malo delante de tus ojos para que seas reconocido justo en tu palabra y tenido por puro en tu juicio’. David está diciendo, como que él había pecado para que fuera evidente para todo el mundo que Dios es justo cuando enjuicia a los hombres, cuando condena y que solamente Dios es justo, y que todos nos descarriamos como ovejas y que solo El permanece santo y perfecto. Muchas veces Dios va a permitir que pasen cosas en nuestra vida para que sea claro primero que es por gracia y no por obras, y por lo tanto hay procesos de nuestra vida donde Dios primero va a tener que llevarnos a través del fracaso y del sufrimiento para entonces poder usarnos.

A Pedro lo metió en un viaje así cuando Pedro con su orgullo y su autosuficiencia y su autoestima por las nubes le dijo: ‘Señor, aunque todo de aparte de ti, este macho que está aquí no se va a rajar’, como dicen los mexicanos. Esos cobardes allí se podrán ir, pero no te preocupes Señor, yo voy a estar ahí contigo hasta la muerte. Y el Señor le dice: ‘Pedro, Pedro, Pedrito, mira, no solamente me vas a rechazar, me vas a negar una vez, me vas a negar 3 veces, Pedro’, porque a Dios le interesaba que Pedro, que iba a ser gigante espiritual y un fundamento para su iglesia en el futuro, Pedro no podía ser el hombre que Dios quería que él fuera con ese orgullo, porque a la primer toreo le iban a meter un cuernazo, lo iban a tumbar y lo iban a sacar de la plaza. Y por eso Dios tuvo que desangrarlo y rebajar su orgullo y debilitarlo y mostrarle que ‘tu no eres tan guapo como tu piensas que eres’. Y como una muchachita sirvienta se dejó atemorizar y negó al Señor Jesucristo, lo negó, negó, negó y la tercera vez lo negó con maldiciones. ‘Ya te dije que yo no conozco a ese....’ quizás algo así fue lo que dijo. No te he dicho que...... lo hizo como que Dios quería subrayar y pintarle en la cara y pintarle la camisa para que él supiera quién él era. Porque El necesitaba a Pedro, pero no podía usar a Pedro por toda ese orgullo de hombre, esa autosuficiencia, esa fuerza, esa seguridad en si mismo. Dios aborrece eso y el diablo usa eso para destruirnos muchas veces y Dios en su misericordia permite a veces que caigamos y nos ensuciemos las rodillas y nos pelemos los pantalones, por misericordia para que el diablo no nos juzgue a nosotros entonces. El se mete primero y nos juzga El porque El lo hace con misericordia y amor para fortalecernos, antes de que el diablo lo haga para destruirnos.

Y por eso es que yo veo, cuando el Señor resucita y se acerca a Pedro, yo me imagino que se acercó con una sonrisa maliciosa en la cara. Dice ‘Pedro, ¿te acuerdas de lo que dijiste? Pedro ¿me amas?’. Ni siquiera le dijo lo que le había hecho ni cómo le había fallado y cómo lo había negado. No, le dijo ‘Pedro, ¿me amas?’ Fíjate el Señor se hubiera podido ir sin preguntarle a Pedro nada. Pero, qué maravilloso es el Señor y qué bondadoso es el Señor que El no quiso que Pedro se quedara con esa herida en su ser de haber negado al Señor, y no saber que su Señor pensaba de él. Esa hubiera sido una herida que lo hubiera desangrado toda su vida. Entonces el Señor se acerca como un buen consejero y dice ‘Pedro, ¿me amas?’, y dice ‘si, Señor, tu sabes que te amo’. En otros tiempos le hubiera dicho: ‘Señor, te amo más todos esos pampalanes que están ahí, Tu lo sabes bien, te lo he probado mil veces, hasta la muerte. ¿Dónde quieres que vayamos, dónde están esos demonios para que le metamos mano ahora mismo? ‘Si, Señor, tu sabes que te amo.’ ‘Pedro, ¿me amas?’. Señor, te dije que te amo. Fíjese que le preguntó tres veces, las mismas tres veces que lo negó, como le dio tres oportunidades para neutralizar cada vez que lo negó con una afirmación de amor, y la tercera vez lo miró directamente a los ojos, así, ‘Pedro, ¿de verdad me amas?’. Pedro simplemente tiró las manos al aire y dijo ‘Señor, a la verdad, que ahora mismo yo no estoy seguro, después de lo que hice. Tu sabes todas las cosas, Señor.’

 

 

En otras palabras así es que nosotros tenemos muchas veces hermanos, yo digo, bueno, yo amo a Dios y la verdad es que yo no estoy seguro si amo a Dios o no. Si yo amara a Dios como El es verdaderamente, yo no se, ya yo me hubiera inmolado o algo para glorificarlo a El. Uno cree que uno ama a Dios, y uno cree que uno está dispuesto a morir por El. Yo no me atrevo a decir: Padre, yo voy a morir por ti. Yo espero que pueda hacerlo un día si me llega la necesidad, pero yo no estoy seguro. Yo creo que esa es la respuesta que conviene, muchas veces. Ahora si usted está seguro en Cristo y Dios le da la gracia de usted saber que no es por usted sino por que El lo fortalecerá, pues, amén, confiéselo, pero que no sea con orgullo carnal ni en fe en usted. Discierna el espíritu, si no hay cosas donde es mejor uno, como dicen por ahí en mi país ‘mejor digan aquí corrió que aquí murió’. Mejor tome una respuesta ahí, suave y que le de un poquito de espacio. Porque Dios necesita llevarnos a esos viajes donde nos conozcamos a nosotros mismos, conozcamos de qué estamos hechos y para El entonces poder trabajar con nosotros y usarnos como El quiere.

Hay momentos en tu vida, yo creo que para todos los que seguimos al Señor eso nos pasa, en que es como los soldados cuando están en tiempos de paz les permiten estar en sus casas y vivir en sus casas, cómodos, con su familia y todo eso, pero de vez en cuando los llaman para entrenamiento y tienen que tomar dos o tres semanas e irse al campo a hacer ejercicios de guerra y a correr y a estudiar la guerra y todo eso. ¿Para qué? Para que no se pongan demasiados cómodos y no pierdan el arte de la guerra y también para darles entrenamientos adicionales que llenen su portafolio militar. Los mandan a un entrenamiento de batallas en la montaña o en el frío o los ponen a estudiar estrategias, diferentes cosas para que se pueda completar su perfil de militar. Y yo creo que así pasa con nosotros, cuando servimos al Señor periódicamente Dios nos dice ‘ven conmigo, estás muy bien en el ministerio, todo te está yendo bien. Ven, te voy a meter para asustarte un poquito y para quitarte un poquito ese exceso de fuerza que tienes y de confianza que has adquirido por los triunfos que has tenido últimamente en el ministerio’, y te hace así y te hace tropezar y te rompes la boca y te rompes los pantalones y descubres que no eres tan grande ni tan fuerte, ni tan..... como dicen por ahí ‘la última coca cola en el desierto’, como algunos piensan que son. Y nos recuerda eso y nos dice ‘ok, ahora regresa....’.

A mi, en mi vida, me ha pasado ya tres, cuatro veces más o menos, cuatro o cinco veces, donde Dios me ha metido en tiempos de prueba y de fuego como Israel para sacar lo que estaba escondido, para mostrarme lo que yo soy, para humillarme y para enseñarme a depender más de El. Y me ha regresado más peligroso para el diablo que nunca. Porque mientras más débiles somos, más fuertes somos. Mientras más nos dejemos humillar y trabajar por el Señor, más Dios nos va a exaltar.

Eso fue lo que Pablo entendió cuando dijo ‘ si cuando soy débil entonces soy fuerte, pues más bien me gloriaré en las afrentas, en las debilidades y en las pruebas, para que el poder de Dios se manifieste con más magnitud dentro de mi’. Porque mientras más débil el vaso, más frágil, más quebradizo el vaso, más gloria puede Dios expresar a través de sus hijos. Por eso es que Dios dice ‘si el grano de trigo no cae a tierra y muere, queda solo, pero si muere lleva mucho fruto’. El quebrantamiento es la cosa más bella del creyente. Todos tenemos que ser quebrantados si vamos a ser usados. Apúntelo que hasta me salió con rima. Todos tenemos que ser quebrantados si queremos ser usados. Si tu quieres verdaderamente que Dios te use, prepárate porque El te va a probar, te va a quebrantar, te va a asustar, te va a poner a través de tiempos de prueba, pero no te preocupes, el Señor sabe exactamente de qué madera tu estás hecho y no te vas romper en 20.000 pedazos. El te va a llevar solamente al nivel donde El te puede llevar. Por eso es que dice que nunca seremos probados más allá de lo que podemos resistir. Dios sabe, tu no lo sabes, pero Dios sabe y a veces tu vas a creer que tu no puedes más, pero El te dice ‘tu si puedes más, hay más allí todavía. No te preocupes, aguanta ahí.’ Podríamos seguir en esto, hay muchas más cosas, yo creo que tienen el punto ¿no?

No tema el viaje. No le tema al Dios de los viajes. No le tema al Dios de los procesos. No le tema al Dios que lo llamó. No le tema a las experiencias por las cuales usted ha pasado. No mire su pasado como que usted ha sido una víctima, todo lo que ha sucedido en tu vida es porque Dios lo ha permitido, aún si tu fuiste abusada por tu padre, aún si cometiste un grave error en tu vida, aún si no te amaron, aún si tuviste un grave accidente, aún si quedaste limitado en tu movimiento por algo, Dios estaba allí en ese momento y El ha permitido eso con un propósito sublime que tu mismo quizás no puedes entenderlo ahora mismo, pero todo lo que ha sucedido en tu vida, en tu caminar, en tu jornada espiritual, todo Dios estaba allí contigo. Aún antes de tu recibirlo y reconocerlo, aún en el vientre de tu madre, el Señor estaba allí. Y si pasaste por algo y tu pensaste que tu estabas sola y que Dios te había desamparado, sabe que esas gotas que están en la tierra son las lágrimas de Dios que lloró cuando estaba pasando contigo lo que tu pasaste. Y El lo permitió por un propósito que está mucho más allá de lo que tu puedes entender.

Y entonces mira tu pasado no como un fracaso, no como algo que no tiene sentido o valor, sino míralo como algo que Dios ha usado, un pincelazo oscuro en una pintura que necesita oscuridad para hacer resplandecer los brillos que hay en ella. Porque no todo puede ser luz y colores livianos en una pintura, sino es monótona y aburrida. Necesita oscuridad como contraste. Y a veces hay pincelazos oscuros que tienen que darse en la pintura de nuestra vida para que resalte la belleza que hay en ella, para que el llamado de Dios pueda brillar y exponer con toda su belleza. Pero si Dios lo permitió, El lo va a colocar estratégicamente de manera que sea para bien y no para mal. Cuando tu mires tu vida, desde esa perspectiva redentiva, redentora, entonces lo que te pareció un acto aborrecible y sin significado, tu lo verás a la luz del diseño positivo de Dios y entenderás de que Dios lo ideó para bien y no para mal.

Cuando José se acercó a sus hermanos, ellos pensaron que él los iba a matar ya como segunda mano del faraón, y él les dijo ‘no se preocupen. Ustedes me hicieron algo y lo hicieron para mal, pero Dios lo usó para preservación de vida. Por eso es que yo no los puedo odiar a ustedes porque yo se que ni siquiera eran ustedes quienes me vendieron a Egipto, sino que era Dios que me estaba llevando en un viaje hacia el destino que El me había dicho años atrás cuando me dio dos sueños, donde me decía que mi padre y mis hermanos se iban a humillar delante de mi. Y ustedes creían que me estaban mandando a la muerte, pero Dios me estaba mandando a la vida y al encuentro de mi destino. Y por eso es que yo no los puedo odiar a ustedes, lo que parecía algo terrible e inhumano, ahora yo entiendo que eran una bondad que ustedes me hicieron a mi porque me estaban enviando a mi destino como preservador de mi familia y como apóstol y como patriarca de todo el pueblo de Dios.

Y nosotros tenemos que creer eso, que todo lo que ha pasado en mi vida, todo lo que pasará, todo lo que está pasando es mi Padre que lo está usando para llevarme al destino que yo tengo determinado. Por lo tanto no puedo odiar a nadie. No puedo amargarme. No puedo sentirme víctima. No puedo rebelarme contra Dios porque todo lo que Dios hace por definición es bueno y es para preservación de vida o para gloria de su nombre o para exaltación de mi persona. Por lo tanto yo no voy a mirar nada como sin sentido, como una violación. Lo voy a mirar como un misterio que Dios permite con propósito benévolo en la vida de su hija o su hijo, y que aún mientras El lo ve y El sabe que es para bien, llora conmigo. Pero El destina a algo bueno. Que el Señor nos ayude.

Yo creo que esta palabra es para algunas de ustedes y algunos aquí que han pasado por situaciones difíciles en su vida o que están dudando de la misericordia del Señor o que han tenido algún fracaso en su vida y Dios te dice ‘Yo he estado contigo en la nave, tu no estabas solo. Yo he estado allí y estaré y pelearé por ti ferozmente, todos los días de tu vida. Y te amo y nadie te podrá arrebatar de mi mano, ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestad, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada te podrá separar de mi amor a través de mi hijo Cristo Jesús, dice el Señor. Nada, ningún error que tu cometas, inclusive, te va a arrancar de mi amor por ti. Y ningún demonio de este mundo, ninguna fuerza dentro del cosmos que Yo he creado es capaz de violar mi propósito en tu vida. No hay ningún hombre que te pueda desviar del destino que yo tengo para ti. No hay ningún error, no hay nada que haya pasado en tu vida, Yo lo he manejado todo, por eso puedes estar tranquila de que lo que te ha pasado es más bien una prueba de mi amor, mi amor misterioso que es tan grande, tan profundo y tan ancho y tan complejo y tan multifacético que tu no lo vas a poder comprender. A veces va a ser tan misterioso que te va a parecer odio o descuido, pero es todo lo contrario, es un amor más allá de lo que tu jamás puedes entender. Y lo entenderás a la luz de la eternidad.

Cuando mires hacia atrás y puedas ver, como yo veo, la historia que tu has vivido, cuando puedas ver con su complejidad, el principio del fin y entonces puedas ver, como yo veo, la realidad que tu vives. Ahora tu eres un infante, tu eres un bebé, tu puedes manejar un pedacito de mi revelación y por eso hay cosas que yo hago que te parecen sin sentido, descuido, odio, infidelidad, pero cuando tu puedas ver, como dice Pablo, ‘cuando yo vea cara a cara, no como niño ahora como veo, entonces yo podré entender, podré conocer como soy conocido’. Mientras tanto a lo único que podemos aspirar es decir ‘Señor, ¿por qué me ha pasado esto?, ¿por qué me está pasando esto? Yo no lo entiendo. Pero yo voy a confiar en que tu sabes lo que estás haciendo. Y entonces dejamos eso en las manos del Señor y seguimos adelante.

Yo le pido al Señor, Padre, si algún día me pasa algo terrible que yo verdaderamente me haga un daño, yo espero que tu me des la gracia para amarte aún así. Y creer que no fue que tu me odiabas o me rechazaste o que no eres tan fiel como tu dices, sino que dame la gracia para confesar y apretar los dientes y decir ‘yo se que mi redentor vive. Aunque El me mate yo seguiré confesándolo y amándolo’. Como dijo Job, cuando su mujer le dice ‘maldice a Dios y muérete porque lo que te está pasando, nadie lo puede explicar. Tu te has portado bien, has hecho todo por el libro y aún así te pasa esto.’ Y Job dijo: ‘mira, aunque yo no pueda entenderlo y aunque me rebelo y aunque todos los días vengo y le pregunto a Dios que por qué lo permitió, pero aún así yo voy a besar su mano y voy a decir tu eres mi papá todavía, aunque yo no puedo entender lo que está pasando.’

Eso es lo que glorifica a Dios hermanos. Tenemos que pedirle al Señor que nos de esa gracia para, hasta el último respiro de nuestras vida, confesar amor y sujeción al Padre y besarle la mano cuando nos abofetea y decir ‘ tu sabes lo que haces, cúmplase tu voluntad y no la mía’. Y lanzarnos a vivir la vida con gozo, hermanos, por eso esto empata muy bien con lo que yo decía anoche, cuando tu entiendes eso mira, tu puedes soltar el timón y dedicarte a mirar el panorama y a disfrutar del viaje porque tu sabes que ya todo está hecho. Ya tu papá lo determinó todo. Entonces mira por la ventana, baja el vidrio, respira, abre los ojos para que puedas ver la belleza de alrededor porque ya el Señor tiene todos los detalles atendidos. Entonces tu puedes soltarte y experimentar y hacer cosas nuevas y dar saltos en el aire, porque tu sabes que vas a caer siempre en una malla de seguridad que Dios ha puesto allí, que es su amor. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Ninguna cosa. Quién nos acusará si Dios es el que justifica. ¿Quién podrá venir contra un hijo de Dios si su padre ya lo dio todo? El que nos dio a Cristo Jesús cómo no nos dará juntamente con El todas las cosas. Todo lo demás de tu vida es pequeñito junto con aquel que dio a su hijo benemérito. Si Él te dio eso como no te va a dar otras cosas que son tan mínimas comparadas con lo preciosa que era la vida de su hijo. Por eso es que nosotros podemos gozarnos, reírnos y disfrutar y por eso es que el escritor Salomón dice ‘nunca falte vestido blanco sobre tu cuerpo y aceite, ungüento sobre tu cabeza. Ponte un buen perfume, celebra la vida, comete una buena comida, dad una buena carcajada, ve a una fiesta en el Señor porque todo eso ya Dios resolvió todos los problemas y ya tu tienes tu pasaje pagado y tu pasaporte sellado y tu vas a entrar a la tierra prometida, porque nadie podrá separarte del Dios que te llamó mientras tu mantengas tu mano sobre la mano de El. Y aún a veces cosas que tu vas a hacer, el Señor te va a agarrar de la mano, te disciplinará pero te agarrará de su mano y no permitirá que tu te sueltes de El, porque tu eres una de esas cosas creadas que no puede separarte ni a ti mismo, por eso es que algunos teólogos han predicado esto de la salvación eterna y aquí uno se puede perder. Yo creo que es un exceso de lo que dice la Biblia, pero es que es tan clara la promesa de Dios, como dice ¿? nada podrá separarnos del amor de Dios, ni la muerte ni la vida podrá separarnos de El. Así que vive la vida con gozo, entra en ministerio, entra en tu llamado con gozos, trata nuevas cosas, experimenta, trata con nuevas personas, nuevos lugares, nuevos experimentos porque Dios te tiene en su mano y todas las maromas que tu des en el aire, como el trapecista que da vueltas opero sabe que si se cae hay una malla allí que lo protege, Dios te mantendrá. No dejará que tu pie tropiece en piedra, dice el Señor, pues a sus ángeles mandará cerca de ti que te guarden en todos tus caminos. El Señor nos bendiga.

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Dios quiere una iglesia ágil, una iglesia nueva, una iglesia poderosa, una iglesia que pueda funcionar en el siglo XXI y hay unos recursos tremendos que el hombre ha desarrollado en este tiempo, como es el Internet. Y nosotros tenemos que entrar a ese nuevo mundo, la iglesia no se puede quedar atrás.

La iglesia tiene que evolucionar con los tiempos, reteniendo el Evangelio, que como dice la palabra fue una vez dado a los hombres, pero encontrando formas nuevas y más poderosas de llevarlo. Recuerden que en la palabra dice que el Señor no vendrá hasta que el Evangelio no sea predicado a todas las naciones. Y yo creo que Dios está proveyendo en este tiempo formas de que eso se haga posible, porque ya su tiempo está cerca de venir. Entonces yo creo que Dios está usando la mente humana para desarrollar formas de alcanzar a toda la humanidad, y eso incluye, por ejemplo, esta maravillosa tecnología del Internet.

Usted se imagina que nosotros estamos aquí en Mérida, México, y ahora mismo hay personas, potencialmente ahora podrían estarnos escuchando en la China o en el Japón o en Canadá o en Australia, en el mismo tiempo en que nosotros estamos transmitiendo aquí, podrían estarnos escuchando en un campo por allá de Tailandia o de África. ¡Es increíble el tiempo que estamos viviendo! Y la iglesia tiene que agilizar su mente para poder entrar en esa nueva dimensión. No nos podemos quedar atrás. Es más, sería una deshonra para el Señor, porque como hemos dicho antes, nosotros tenemos la mente de Cristo. Amen. Y eso quiere decir que nosotros tenemos que funcionar a un nivel mucho más efectivo que las demás personas.

Esta mañana el doctor Ernst Diehl y yo fuimos a desayunar a un Burger King que estaba cerca. ¿Cuántos saben lo que es Burger King? Y yo le decía a Ernst, nos atendió una señora de evidentes facciones indígenas, pero esta señora tenía su uniforme de Burger King, tenía su aparato electrónico puesto en los oídos y para escuchar las órdenes y comunicarse con las personas que estaban haciendo la comida, tenía la tecnología de una corporación multinacional norteamericana y a mi me causó, me intrigó esta combinación, ¿no?, de esta señora de facciones indígenas, representando una cultura milenaria de hace miles de años, con su tecnología del siglo XXI puesta, ¿no?. Y ese es el México nuevo, que está unido a las corporaciones multinacionales, y el mundo se está estrechando. Y el mundo se ha hecho muy pequeño a través de las comunicaciones y de la tecnología. Y Dios ha puesto en nuestras manos un instrumento tremendamente poderoso que nosotros tenemos que aprender a usar. Amen. Y por eso es que ustedes también deben aprender a usar su computadoras.

No le tengan miedo a esa máquina rara que están allí, que le miran con ojo grande, luminoso. Esas máquinas están bajo su autoridad y usted puede aprender a usarla. Diga amen. Y Dios va a darles computadoras en el nombre de Jesús para que ustedes aprendan. Lo declaramos en el nombre de Cristo y usted trate de conseguir una, de alguna manera, y pídale al Señor que se la de para sus hijos para que puedan entrenarse en eso y puedan usar esa tecnología para gloria del Señor. Y Dios quiere sacar a su iglesia del encogimiento y si no lo hacemos nosotros Dios va a mandar a los inconversos para que nos obliguen a hacerlo a nosotros, hermanos. Porque cuando Dios tiene un propósito, El usa hasta el diablo para entrenarnos contra el mismo. Así es Dios de poderoso y de efectivo en el uso de sus hijos y en sacarles el máximo provecho. Todavía ni siquiera he comenzado a predicar, pero es gratis. Eso le va ahí a ustedes de yapa, como decimos los dominicanos.

Pero hay otra cosa que quiero compartir con ustedes antes de entrar de lleno. Yo aquí he estado pensando en estos días y creo que aquí hay una palabra profética para ustedes, esta congregación y para todas las congregaciones que están representadas aquí esta noche. He estado pensando en el proceso que ustedes acaban de vivir en estas últimas semanas como iglesia, y el pastor Antonio me hablaba acerca de cómo ustedes han estado en cierto conflicto y cierta tensión por el sonido que emite una congregación dinámica como es esta y que está incrustada en un vecindario residencial, y cómo la gente pues,..... claro, también por ciertas oposiciones religiosas y otras cosas, han reaccionado con respecto a esto y cómo han tenido luchas con las autoridades y han tenido las dificultades a veces en abrir su templo y otras cosas. Y yo le decía al hermano Antonio, cuando veníamos desde el aeropuerto que yo siento que el diablo ha querido usar esto para destruir esta congregación o para oprimirla o obstaculizarla, pero Dios lo ha usado en realidad para bendecir a esta congregación.

El Señor Jesucristo dijo una vez, ‘el enemigo solo sabe matar, robar y destruir, pero Yo he venido para que tengáis vida y para que la tengáis en abundancia’. En otras palabras el Señor ha venido para neutralizar las malas intenciones del enemigo y convertirlas en caminos e instrumentos para bendición y vida para su pueblo. Porque eso es lo que pasa cuando tu estás en la gracia de Dios y el amor de Cristo está fluyendo en tu vida, y esa bendición que Dios ha declarado sobre tu vida de la cual hablamos anoche, está desarrollándose dentro de ti y tu estás moviéndote en esa atmósfera de bendición que Cristo hace posible. Mira, aún tus enemigos Dios los usa para bendecirte y para sacarte adelante.

Y el Señor me dio una palabra acerca de eso que se encuentra en Proverbios y dice allí en Proverbios 16 versículo 7 que dice: “cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aún a sus enemigos hace estar en paz con El”. Mire eso, cuando tus caminos son agradables a Jehová, son agradables porque tu estás en Cristo Jesús, aún a tus enemigo Dios los lleva y los doma y los hace estar en paz contigo y los usa para bendecirte y para llevarte a otro nivel de gloria, de bendición y de provisión. Y yo creo que eso es lo que ha pasado en este proceso y lo que está pasando que Dios ha usado la adversidad por la cual ha estado pasando esta congregación y las dificultades para obligar a esta congregación a entrar a un nuevo nivel de excelencia y de efectividad ministerial y evangelística. Porque en esos contactos con las autoridades y en esas negociaciones, y todas esas zozobras y ese hablar con diferentes personas allá afuera de la autoridad, sus líderes van perdiendo el miedo a esas dimensiones de diálogo, Dios nos obliga a salir del cocuyo protector de las paredes de la iglesia y del mundo evangélico y nos echa a nadar, nos tira al agua.

Usted sabe que cuando el águila quiere entrenar a sus polluelos los toma en el pico, los levanta a las alturas y los suelta. Y ese polluelo o aprende a volar o hay huevos estrellados en algún momento. Porque el águila es un ave de presa y es un ave guerrera y entrena a sus polluelos por medio de la presión y la guerra y así es Dios también. Dios quiere entrenar hombres y mujeres llenos del espíritu santo, guerreros, agresivos en el espíritu, poderosos para con Dios y El usa medios, a veces un poco ásperos para entrarnos en la grandeza a la cual nos quiere entrar.

Entonces Dios ha estado usando eso para obligar a esta avecita que está apenas probando sus alas, a levantarse a un nivel más alto. Y cuando yo miro alrededor a mi me dicen que hace poco aquí no había estas paredes, y ahora, miren, mi hermano aquí me decía, pastor le cambiaron el color de la plataforma. Hace un ratito era verde y mire ahora qué bonita se ve esta plataforma bien formal, ya bien bonita, estas cortinas lindísimas y todo esto y ya este lugar, me imagino que parece más iglesia que antes y ustedes están más protegidos, más formales. Dios los está llevando a otro nivel de excelencia. Dios ha usado los problemas de allí afuera para llevar a la iglesia y desarrollarla y poner presión sobre ella para que salte a otro nivel y los ha obligado a ustedes entonces a dar más y a comprometerse más con sus pastores, con sus líderes, con la visión de la iglesia para que la iglesia pueda avanzar a otro nivel.

Y cuando ustedes hayan ya tomado este nivel y hayan aprendido a funcionar en el, Dios les sacará a un nivel todavía más alto, de más expectativas, de más demanda, pero también de más gloria, de más alcance y de más capacidad para abarcar más pueblo. Porque el Señor nos lleva de nivel en nivel y cuando un pueblo está siendo dirigido por el Señor, y está siendo entrenado por el Señor, y cuando el espíritu santo se está moviendo en una familia, en un individuo o en una congregación, el Señor es el entrenador y El toma control y comienza a llevarnos en una forma fuerte pero también tremendamente gentil y amorosa y paternal a nuevos niveles de efectividad y de alcance.

Entonces, yo quiero decirles que el Señor está obrando y el Señor está coordinando el crecimiento y el desarrollo de esta congregación. Y el Señor está asegurándose de que ustedes crezcan en una forma orgánica. Les va a poner ciertos niveles de presión cuando se sientan cómodos para llevarlos a otro nivel, y a otro nivel. Y eso es lo que dice la palabra, la palabra de Dios dice que ‘la senda del justo es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día perfecto’. Y así es que tu tienes que ver tu vida, hermano. Tu tienes que ver tu vida como que tu vas de gloria en gloria, como que tu vas de crecimiento en crecimiento, como que Dios te ha llamado a ser cada día mejor, cada día más sabio, cada día más profunda, cada día más peligrosa para el diablo y las huestes de maldad, cada día más entendida en los misterios de Dios y el espíritu santo te va a ir guiando paso a paso. Y tu tienes que cooperar con el espíritu santo, tu tienes que estar atento a los movimientos del espíritu santo. Tu tienes que estar alerta a la voz profética de Dios que te va a hablar a través de las circunstancias y los eventos de la vida y a través de las personas que van a entrar en contacto contigo. Y tu tienes que creer que cada momento de tu vida, cada cosa que pasa, cada conversación que tu tienes, cada evento que sucede en tu vida, todo es parte de la revelación de Dios para llevarte al nivel donde El te quiere llevar.

No desperdicies nada. Dios siempre nos está hablando. Dios se está revelando a nosotros, pero a veces nosotros somos torpes y ásperos en nuestro entendimiento y no podemos apreciar esa voz sutil de Dios que quiere hablarnos a través de cosas pequeñas y de revelaciones pequeñas. Y cada vez que tu salgas de tu casa, y es más aún antes de salir de tu casa, tu tienes que creer y decir ‘hoy Dios me va a hablar y hoy Dios va a usar los eventos de mi vida para entrenarme y prepararme y hacerme más útil para su reino y entrenarme y quebrantarme para hacer que yo pueda habitar en paz conmigo mismo y con los demás’. Y Dios va a estar usando todas las dimensiones de tu vida para esto.

Por eso el Señor Jesucristo dijo ‘el que tenga ojos para ver, vea’ porque hay mucha gente que tiene ojos para ver, pero no ven. Las palabras de Dios y las revelaciones de Dios nos pasan a mil millas por hora por encima de la cabeza y desperdiciamos esos momentos que Dios está usando para entrenarnos, para llevarnos a nuevos niveles. Por eso es que nosotros tenemos que ver que Dios siempre nos va a estar hablando, y Dios le ha estado hablando a esta congregación y Dios les dice ‘pongan atención porque Yo los estoy entrenando. Pongan atención porque Yo los estoy llevando y hay un propósito que Yo tengo con ustedes y Yo los voy a dirigir paso a paso’.

Así trabajó el Señor en nuestra vida y ha trabajado en mi vida continuamente a través de todos los años que yo tengo sirviendo al Señor, veintipico de años como pastor de mi congregación, siempre he podido ver la mano de Dios coordinando todos los aspectos de mi ministerio, no porque yo sea la gran cosas ni nada, sino porque Dios lo quiere hacer con cualquiera que se rinda al Señor y que se entregue y que se abra y que quiera ser usado grandemente por el Señor. Dios te va a tomar en serio y va a comenzar un programa de entrenamiento exclusivamente diseñado para ti, según tu temperamento, según tus cualidades, según tu historial pasado, según tus circunstancias, según el propósito que El tiene para tu vida, según la dotación que El ha puesto en ti. Dios va a leer todo eso y va a diseñar un plan de entrenamiento específicamente para ti, como hacen los grandes entrenadores cuando reciben un atleta que tiene potencial, identifican dónde está la fuerza de ese atleta. Si es un boxeador por ejemplo, y quizás no es muy pesado o musculoso pero tiene agilidad, entonces lo que le falta en peso, lo repone en agilidad o en tamaño. Entonces el entrenador va a ver la fuerza del boxeador y va a adecuar su entrenamiento para desarrollar la parte fuerte de ese boxeador. Porque quizás ese boxeador no va a poder competir con su contrincante al nivel de fuerza, pero va a poder reponer al nivel de agilidad, de inteligencia. Entonces el entrenador usa eso para entrenarlo.

Y asimismo Dios es capaz de entender exactamente cuál es el llamado que hay en tu vida, cuál es la dotación que El ha puesto en ti, cuál es el área en que tu puedes servir, y entonces Dios va a diseñar un programa, una forma de entrenarte que va a ser cada día, cada momento, cada encuentro, cada intervención, Dios la va a estar usando para desarrollar en ti el llamado que El tiene para tu vida. Y si tu eres alerta, y si tienes fe y si crees que Dios obra en esa manera con los hombres, entonces tu vas a ser un estudiante observador y vas a aprender cada día lo que Dios está diciendo en tu vida, y tu crecimiento va a acelerarse y a desarrollarse mucho más rápidamente porque tu vas a ver con ojos espirituales y vas a poder interpretar lo que Dios está haciendo en tu vida. Y te vas a poder entrar en el fluir de Dios y eso va a acelerar tu movimiento.

Es importante que nosotros aprendamos a fluir con el trato de Dios en nuestras vidas y rápidamente coger en el aire la enseñanza que Dios nos está dando y correr con ella, antes de que Dios nos tenga que venir con un bate de 10 libras a darnos por la cabeza. Dios comienza a veces con una plumita, y si no entendemos con una cuchara, y si no entendemos coge una tabla, y si no entendemos coge un bate, y si no coge una viga de acero y nos da por la cabeza. Yo prefiero escucharlo y entenderlo desde que coge la plumita. Amen. Tenemos que ser sensitivos a la voz de Dios y entender lo que Dios está haciendo en nuestras vidas.

Yo he visto la mano del Señor, y ya entré en mi sermón hace tiempo. Yo he decidido que en estos tiempos voy a dejar simplemente que el Señor hable como El quiera. Yo he visto cómo Dios ha ido interviniendo en nuestra congregación a través de los años y déjenme compartir algo de ese testimonio porque quizás pueda ser de bendición para ustedes como líderes y para esta congregación también. Porque así es que Dios obra. Dios pone un llamamiento en nuestras vidas.

El texto de hecho que yo iba usar, y simplemente lo voy a relatar, es un texto que muchos de ustedes conocen, y es el texto de cuando el Señor Jesucristo encuentra a Pedro, después que Pedro ha estado una noche completa tratando de pescar y no encuentra ningún pez. Eso se encuentra en Lucas, Capítulo 5, usted lo puede buscar allí si quiere. Dice que había unos pescadores que estaban en la orilla lavando sus redes, después de una noche de tratar de pescar, y el Señor Jesucristo fue abrumado por la multitud que quería escuchar palabras de vida que salían de El, y el Señor se vio de momento abrumado por toda esa gente y entendió que El tenía usar un instrumento, algo, una plataforma para poder hablarle a tanta gente, porque todos estaban alrededor de El y no podía llegar su voz de esa manera. Entonces El miró alrededor vio la barca de Pedro que estaba un poquito retirada de la orilla, llamó a Pedro, se subió en la barca, y le pidió a Pedro, dice que le rogó a Pedro que le dejara usar la barca para predicarle a la multitud. Y después que el Señor terminó su mensaje a la multitud se viró hacia Pedro: ‘Pedro, ahora boga mar adentro, boga mar adentro y echa tus redes para pescar. Y Pedro obedientemente cogió su barca, la echó hacia el mar y entonces cuando estaba allí el Señor le dice: ‘echa tus redes’, y Pedro le dice: ‘Señor, toda la noche hemos estado pescando y no hemos cogido ni un solo pez, pero en tu palabra yo echaré la red.’ Dice la Biblia que Pedro echó la red obedientemente y ¿qué pasó? .... cogió una multitud de peces, tanto que la barca se hundía. Y Pedro al ver esto, asombrado y lleno de temor santo, ante la presencia de uno que él entendía claramente que tenía que ser Dios, para poder ejecutar un milagro tan portentoso, se echó al suelo enseguida de la barca, temiendo, como han temido los profetas a través de la historia y todo aquel que ha tenido un encuentro con la deidad de Dios, su terrible presencia, y como dijo uno de los profetas ‘ay de mi porque he visto la gloria de Dios’ y Dios siempre dice ‘no temas’. Y el Señor Jesucristo le dijo ‘no temas, porque desde hoy vas a ser pescador de hombres’. Dice la Biblia que Pedro, dejando sus redes, siguió al Señor. ¡Qué maravilloso pasaje! ¿no?

Ahí yo veo a Dios tratando con un hombre a quien El quiere usar, como Dios está tratando con ustedes a quien Él quiere usar, como Dios está tratando contigo, pastor, como Dios está tratando contigo, líder de la congregación, como Dios está tratando con los pastores de esta congregación, como está tratando con mi vida y con mi congregación. Porque cuando Dios nos llama, El siempre establece tratos con nosotros.

Esta mañana yo hablaba acerca de los viajes que Dios diseña cuando nos llama, cuando nosotros aceptamos el llamado de Dios. Dios siempre nos mete en unos viajes individuales donde El se mete con nosotros como se mete aquí con Pedro, y nos lleva a un lugar donde El quiere revelarnos algo diferente acerca de su gloria. Y nos quiere dar una visión de quién El es para con nosotros. Y entonces nos dice, como le dice a Pedro aquí..... nos mete en un viaje y le dice a Pedro ‘boga mar adentro’, que es un símbolo de una trayectoria del Pedro torpe y meramente humano, un pescador como cualquier otro, anónimo, sin nada que lo distinga, y lo saca de allí, lo mete a un viaje mar adentro, pero que también es un viaje hacia su destino, y cuando está bien apartado de la orilla, se le revela y se quita su traje de Clark Kent y se revela como Superman que es el Señor Jesús, hijo de Dios.

Y así Dios quiere darte a ti una revelación de su gloria. Dios quiere que tu lo conozcas. Al Señor le encanta que lo conozcamos. El quiere revelarse. El nunca va a poder revelarse en toda su gloria, pero si El quiere revelarse a ti en una manera diferente. El quiere que tu lo conozcas íntimamente para que tu puedas serle útil entonces. Solamente una persona que ha tenido un encuentro poderoso con Jesús puede ser útil al Señor. Y por eso en este pasaje, y yo veo que hay 3 niveles de cercanía que Pedro tiene con el Cristo todopoderoso. Hay 3 niveles de profundidad espiritual que Pedro ocupa en ese pasaje. Como hay diferentes niveles de espiritualidad que nosotros ocupamos en nuestra trayectoria espiritual.

Mire que Pedro lo vemos, al principio en la misma playa, junto con el montón de la gente, bien cerca de la gente. Está allí lavando sus redes para pescar, está sobre tierra firme. Ese es el primer nivel. El segundo nivel es cuando el Señor le dice ‘aparta tu barca de la tierra un poco para que Yo pueda hablar a la multitud’, ese es el segundo nivel, apartarse un poco de la tierra firme donde está la multitud. Y el tercer nivel el cuando el Señor termina de predicar le dice ‘ahora, boga mar adentro’ que es un nivel de mayor separación y distancia de la multitud y de la tierra firme.

Y yo creo que allí hay 3 diferentes niveles de profundidad espiritual, 3 diferentes niveles de conocimiento del Señor, 3 diferentes niveles de desarrollo ministerial en la vida de Pedro. Entonces entendemos que Dios no quiere que tu te quedes estático. Dios no quiere que tu seas el mismo ministerialmente, o temperamentalmente o relacionalmente, que tu eras hace un año o diez días, o cinco años o lo que serás dentro diez años. El cristiano siempre tiene que estar evolucionando. Las iglesias siempre tienen que estar desarrollándose, los ministerios siempre tienen que estar en movimiento, porque nosotros no somos lagos, somos ríos que tenemos que estar siempre fluyendo. Si nos estancamos, nos morimos. Siempre tenemos que estar en proceso, siempre tenemos que estar yendo hacia la próxima etapa, hacía el próximo nivel, hacia la próxima meta y Dios es glorificado en eso. Dios aborrece la persona haragana y cómoda, por eso le dice a Josué ‘mira que te mando que te esfuerces y seas valiente porque Dios nos llama a estar siempre en proceso, siempre en movimiento. Cuando nos paramos, nos morimos.

 

 

Siempre tenemos que estar alerta. A donde se va a mover la nube, a dónde se va a mover la gloria de Dios, a dónde va a ir la columna de fuego, y cuando el Señor dice ‘muévete’, tu tienes que moverte porque si no te mueves, te vas a morir. Y por eso tenemos que estar siempre alerta, donde Dios me está llevando, qué Dios me está diciendo, cómo me está hablando. Yo quiero infundir en ti una visión de un Dios dinámico y de una vida cristiana dinámica donde tu tienes que estar siempre alerta a lo que el espíritu santo te está diciendo y dónde está la próxima montaña que tu tienes que escalar.

Entonces, en la primera etapa de Pedro, en ese viaje es donde Pedro está allí en la tierra, junto con el montón de la gente. Y para muchos líderes ese es el nivel donde simplemente somos gente que estamos haciendo cosas en la vida cristiana o en el ministerio o simplemente quizás estamos en el mundo y todavía no somos ni siquiera hijos de Dios y nada nos separa del montón. Tenemos una espiritualidad religiosa, venimos a la iglesia, hacemos los movimientos que todos los demás hacen, pero no hay profundidad espiritual, no hay contacto con Dios, no ha habido un entrar y trabar relación personal, un diálogo de comunicación con Cristo y con el espíritu santo. Y la mayoría de los cristianos desgraciadamente, están en ese nivel donde el 70%, el 60% de las congregaciones son personas que simplemente llegan a la congregación. Gloria a Dios porque aceptaron a Cristo. Gloria a Dios porque se van a ir al cielo, pero qué lástima que se están perdiendo la oportunidad de ser útiles para el Señor aquí en la tierra y se están perdiendo de la oportunidad de beber la leche y la miel que Dios tiene para aquellos que se dan a servirlo. Y es un desperdicio, un desperdicio para la iglesia, porque se les roba talentos y recursos que podría usar para expandirse y es un desperdicio para las personas que viven a ese nivel porque no reciben la bendición y la gloria que Dios tiene destinada para sus vidas. Y yo te digo a ti que no te quedes a ese nivel. ‘Despiértate tu que duermes y te alumbrará Cristo’, dice el Señor en esta noche. Esas rodillas que están paralizadas, que se doblen en oración y ayuno para buscar la gloria de Dios. Esas manos que están caídas y puestas en el piso y en los bolsillos, que se levantes para recibir el fuego que va a venir sobre tu vida cuando tu clames al Señor y busques la unción de Dios en tu vida, cuando tengas hambre de Dios.

Dios te dice ‘despiértate, salte del montón, desarrolla hambre, sed de mi porque Yo quiero usarte, Yo quiero bendecirte, Yo quiero revelarme a ti, Yo quiero que tu me conozcas en una manera diferente. Yo no soy un Dios genérico. Yo soy un Dios personal, un Dios individual y Yo me aparezco a mis hijos y Yo quiero hablarle a mis hijos y Yo quiero que mis hijos me conozcan a mi como Yo los conozco. Yo quiero que mis hijos tengan tratos conmigo. Yo quiero hablarles en el sueño de la noche. Yo quiero usar las circunstancias de su vida para revelarme a ellos detrás de las cortinas del tiempo y del espacio. Yo quiero que mis hijos vean algo de mi gloria y que conozcan mis tratos, que puedan transferirle a sus hijos las leyendas y las hazañas que ellos han hecho a través de mi poder y puedan transmitirle a sus hijos la pasión por el Evangelio y que puedan convertirlos entonces en instrumentos también, en una nueva generación que haya visto la gloria de Dios reflejada en sus padres’.

Tu no le puedes dar a tus hijos ni a las personas que tu estás discipulando, tu no les puedes transmitir lo que tu no has experimentado en tu vida. tu no puedes esperar que tus hijos amen al Señor y crezcan con una pasión por el Señor, si ellos no ven esa pasión reflejada en tu vida. Tu no puedes esperar a hablarles a tus vecinos de Jesucristo si tu voz es una voz débil y que no tiene autoridad, que no tiene el tono de autoridad que solo se consigue habiendo batallado y peleado y habiendo domado a los demonios y a los poderes del enemigo, habiendo sufrido mucho y ganado mucho y entonces tu voz se torna, de un simple raso a la voz de un oficial del ejército que cuando habla tiene el peso de Dios en su voz y la gente se alinea porque entiende que hay alguien allí que tiene autoridad.

Se necesita salirse del montón. Dile a tu hermano ahí a tu lado ‘salte del montón’. Díselo, díselo, ‘salte del montón’. Amen. Tenemos que salirnos del montón. Tenemos que salirnos de la mediocridad. Tenemos que salirnos de lo genérico. Tenemos que entrar en lo específico. ¡Aleluya! Tenemos que entrar en ese lugar secreto y tenemos que ir al monte para que Dios nos hable, para que podamos bajar del monte entonces con la gloria de Dios manifestándose en nuestros rostros. La palabra del Señor dice que ‘mirando a cara el rostro del Señor somos transformados de gloria en gloria’. Si tu no miras el rostro del Señor, la gloria del Señor no se va a poder transferir a tu vida. Tu necesitas pasar tiempo con Dios. Tu necesitas salirte de la multitud. Tu necesitas apartarte de lo común y lo corriente para que Dios pueda tratar con tu vida y revelarse a tu vida. Tu tienes que desarrollar apetito por Dios. Desgraciadamente la mayoría de la iglesia está adormecida, está indiferente, piensan ‘Dios no tiene nada conmigo, eso es para el educado. Ah, eso es para fulanita que fue a la escuela superior. O eso es para aquel hermanito que ora mucho y que ayuna mucho. Eso es para el otro que sabe hablar y que no le tiene miedo a la gente’. Mira, la revelación, el don de Dios es para todos. El Señor nos ha llamado a todos a desarrollar un plan, una meta en la vida, y tu tienes que dejar de pensar de ti mismo como insignificante, como no llamado, no dotado. Todos tenemos algo que contribuir al Reino de Dios.

Dice la Biblia que Dios vino y distribuyó dones a los hombres. Nosotros todos recibimos un don. No importa cuán nuevo tu seas, no importa cuán pequeñito tu seas, no importa cuán ineducado tu seas, Dios te puede usar si tu te atreves a usar su gloria y apartarte de la multitud y apartarte de lo genérico y meterte a pedirle al Señor y a ayunar y a pedirle a Dios un llamado para tu vida. Créelo. Y tócale a la puerta a Dios hasta que Dios haga bajar su fuego hasta tu vida y te transforme en un hombre o una mujer llena del espíritu santo. Pero no te quedes, no te quedes en la orilla. No te quedes con la multitud, no te quedes con el montón porque allí te vas a morir y vas a desperdiciar la bendición de Dios para tu vida. Y nunca vas a entrar en el destino que Dios ha determinado para ti. En el nombre de Jesús yo ahora mismo desato la mente del pueblo de Dios para que entienda que sus ojos sean abiertos, que el velo sea quitado del entendimiento, que sean despertados para entender que Dios les está llamando para cumplir un propósito para llegar a una meta. Que se inquieten, que no se les permita dormir ni descansar hasta que busquen la gloria de Dios y encuentren el llamado de Dios para sus vidas. En el nombre de Jesús, ¡Aleluya! Recibe eso en esta noche. Dios te está llamando. Dios quiere que te salgas del montón y que entres a un nivel de poder y de efectividad. Atrévete en nombre del Señor. Esa es la palabra del Señor para tu vida. Atrévete a creer que Dios tiene un llamado para tu vida y comienza a dar pasos de fe, pequeñitos al principio, pero se irán haciendo más y más grandes, más y más firmes, más y más confiados y si en lo poco eres fiel, en lo mucho serás puesto, dice el Señor.

Pero hay que salirse de lo cómodo, hay que salirse de lo general, hay que salirse del sueño que muchos de nosotros estamos metidos. Y luego viene el llamado al servicio y el Señor le dice a Pedro: ‘Pedro, permíteme usar tu barca para poder hablarle a la multitud’, y ahí hay algo maravilloso que nos revela algo acerca de cómo es que Dios obra para llevar a cabo el mensaje a las naciones y las multitudes. Fíjese que había una gran necesidad, la gente estaba hambrienta de la palabra de Dios, estaban como ovejas sin pastor, dice la palabra. Los líderes religiosos les había fallado, habían convertido la revelación de Dios en religión muerta. Los fariseos en vez de atraer a la gente a Dios, los había alejado y los habían apartado con un montón de mandamientos y de leyes y era una religión muerta, llena de letra, pero hacía años que el espíritu de Dios se había ido de esa letra, y lo único que tenían era entonces eran prohibiciones. Y la religión se había convertido en algo para los privilegiados, los que habían estudiado, los que eran atletas de la religión, la gente respetable, la gente de bien entre comillas, la gente decente, la gente de clase media, clase alta, y sabemos que ahí no está, no puede estar Dios porque su revelación es para todos, para los grandes y para los pequeños. Pero el fariseísmo le había fallado, el judaísmo le había fallado a Dios y le había fallado al pueblo.

Y cuando viene Jesús con su poder expresando una fe viva y una espiritualidad personal y un Evangelio de esperanza y de buenas nuevas, la gente siente en su espíritu que hay algo que tiene ese ser que no tienen los fariseos. Usted ve que continuamente había personas que apasionadamente seguían a Jesús, porque en algún momento el les había tocado con su mensaje de vida y de esperanza y de amor y de redención y esas personas que se habían sentido rechazadas y sin esperanza por parte de los líderes religiosos, y pensaban que Dios no los necesitaba, ni los quería, y es más los aborrecía, de momento se despertó su espíritu y sintieron que había un llamado posible para sus vidas, que había esperanza para ellos. Y cuando esperaban recibir condenación de Cristo, lo que recibieron fue amor y gracia y perdón y esperanza.

Y por eso vemos a esta mujer en las páginas de Escrituras que se acerca a Jesús, era una mujer de mala vida, una mujer que todo el mundo la rechazaba cuando pasaba por las calles murmuraban de ella, susurraban. Las mujeres la veían venir y agarraban sus maridos y se los llevaban para el otro lado de la calle. Y parece que esa mujer fue tocada por Cristo y por su mensaje de esperanza y esa mujer sintió que para ella había una posibilidad.

Tenemos que abrir puertas para que la gente pueda venir. Cuando entren entonces les enseñamos, cuando les hemos mostrado que hay posibilidad en Cristo, que no lo tienen que hacer ellos sino el espíritu de Dios en ellos, y que Dios los va a redimir, Dios los va a cambiar, no eres tu ni soy yo ni es la iglesia la que va a cambiar a los pecadores. Cuando una iglesia está siendo eminentemente evangelística va a tener unos problemas grandísimos que no va a encontrar los manuales que te digan ¿cómo brego yo con esto?, esta situación nunca la he visto antes en mi vida. ¿Por qué? Porque Dios va a estar trayendo gente con todo tipo de problemas y situaciones raras y difíciles y tu vas a necesitar del espíritu santo y de la gracia de Dios para poder resolverlo. ¿Por qué? Porque eso es lo que Dios quiere. Cristo vino a buscarlo porque se había perdido. A Cristo no le interesa la gente que está con todas sus cosas resueltas y todos los papeles en orden. Dios quiere a la gente que viene con todos los problemas habidos y por haber para que la iglesia los resuelva. Cristo le dice a la iglesia ‘Denle vosotros de comer.’ Una iglesia que está siendo usada por Dios es una iglesia que va a tener problemas y gloria a Dios por eso. Las iglesias muertas son las que no tienen problemas, pero una iglesia que tiene la vida de Dios va a tener retos y tiene que estar preparada. Por eso es que Dios le dice a la iglesia ‘¡despiértense!’, porque estamos en un tiempo con tantos problemas y la gente va a venir atados con todo tipo de ataduras, y si usted quiere una iglesia bien limpiecita, bien bonita, donde nadie rompa un vaso, donde todos se comporten bien, usted no está fluyendo en la voluntad de Dios. Porque si usted mira Cristo siempre fue rodeado de gente que los respetables no los querían. Saqueo, los publicanos, las mujeres de mala reputación, la gente de mal temperamento como Pedro, etc. etc. el Señor siempre estaba rodeado de una gente que la mayoría de nosotros no queremos ser vistos con ellos en la calle.

Pero lo que quiero decir, hermanos, es que esta mujer vino con Jesús porque el Señor le había dado esperanza, en vez de rechazarla, en vez de juzgarla, en vez de castigarla, el Señor le dijo: ‘mira, tu puedes salir de esa vida. Dios usándote y trabajándote en tu vida puede romper tus ataduras y convertirte en una mujer respetable, una consejera, una esposa.’ Y esa mujer sintió tal agradecimiento por Jesús que lo buscó hasta que lo encontró en la casa de Simón, el fariseo, y llegó y trajo un vaso de perfume caro en un vaso de alabastro, quebró el cuello del vaso y vertió el perfume sobre el Señor y con sus lágrimas mojaba los pies del Señor y con sus mismos cabellos secaba los pies del Señor. ¿Por qué? Porque había recibido esperanza, porque el Evangelio que Cristo predicaba era un Evangelio de bendición y cuando haya una iglesia que predique bendición y gracia y amor y potencialidad y posibilidad de transformación y el poder de Dios para cambiar las vidas y para transformar las generaciones y traer prosperidad y santidad y poder y autoridad sobre los yugos y las ataduras, esa iglesia va a ser prosperada y la gente va a venir a ella, va a querer encontrar esa iglesia.

Y por eso es que cuando el Señor está allí, la multitud vino donde El y se le agolpaban y se le tiraban encima porque los fariseos no predicaban así. Si tu estás lleno de la gloria de Dios, si tu pasas tiempo con Dios, si tu estás cerca de Jesús, tu vas a ser contagioso y te va a pasar lo mismo que le pasó a Jesús, que la gente va a buscarte y no vas a poder estar tranquilo porque van a estar tocándole a la puerta a la vecina para que tu le des un consejo, te va buscar aquel que tiene un problema matrimonial para que tu ores por él. Y te van a pedir que los lleves a la iglesia, en vez de tu tener que estar rogándoles que vayan, porque el poder del espíritu santo se va a manifestar en tu vida. Por eso el Señor Jesucristo dice ‘permaneced en mi, permaneced en mi y yo en vosotros y llevaréis mucho fruto’.

Hermanos, el dar fruto viene como producto de permanecer en Cristo, de tener intimidad con El, de meterse a Cristo dentro de nosotros y nosotros meternos dentro de Cristo. Y entonces la vitalidad de Jesús, el mismo estilo de Jesús, el atractivo de Jesús, se transmite a través de nosotros y nos tornamos en gente magnética que otros vienen a nosotros. Y Dios nos fecunda y pasamos de ser estériles, como decíamos anoche, a habitar en familia. Porque a Dios le encanta tornar nuestra esterilidad en fertilidad y bendición. Por eso hay en la Escritura hay tanta gente estéril, tantas mujeres estériles que Dios tornó en mujeres fructíferas y muchos de los grande líderes que vemos en la Biblia nacen de mujeres estériles, como Samuel, de Ana; como Juan el Bautista, de Elizabeth; como Jesús de María que aunque no era estéril, pero no podía concebir porque no era esposa todavía; como Sara que da a luz un hijo, Isaac. ¿Por qué Dios siempre usa mujeres estériles para traer sus grandes líderes? Porque Dios dice a la humanidad ‘Yo quiero tornar tu esterilidad en fruto. Yo quiero tomar tu vida estéril, improductiva, impotente, a la merced de las circunstancias, bajo el yugo del diablo y quiero tornar esa vida en un instrumento para mi gloria. Yo quiero tornarte en un hombre, una mujer que pueda bendecir a otros, que pueda usarse para traer redención a la humanidad. Yo quiero tu des vida. yo quiero que tu des a luz hijos espirituales. Yo quiero cambiar tu nombre de Abran a Abraham, padre de multitudes. Quiero cambiar tu nombre de Sarai, a Sara, mujer que habita en familia, madre’.

Dios quiere cambiar tu nombre, Dios quiere cambiar tu identidad y el Señor está buscando gente a quienes El pueda preñar, perdone que use esa palabra así gráfica, impregnarnos con su vida para que podamos dar a luz hijos y traer a otros al conocimiento de Jesús. Pero hay un precio que pagar. Hay que pegarse a Jesús. Hay que llenarse de la vida de El. No podemos ser usados. El Señor Jesucristo quiere que nosotros nos impregnemos de su personalidad que es una personalidad eminentemente fructífera, por eso donde Jesús iba, iban los milagros, iba la revelación, iba el consuelo, iba la sanidad, iba la multiplicación de los recursos, iba la palabra de potencial que daba vida a la gente que rompía sus ataduras, que vencía a la muerte, y el Señor está diciendo ‘Yo quiero esa misma vida para ti. Yo quiero que tu seas como Yo. Yo quiero transferirte mi código genético para que tu también seas un dador de vida, para que tu también seas un transmisor de la gracia del padre, pero tienes que salirte del montón.’

Y por eso cuando el Señor está allí predicando la gente viene hacia El, la gente lo busca porque la gente tenía hambre y sabía que El tenía algo que darle que la iglesia institucional, religiosa, no le podía dar. Ayer yo hablaba con un médico eminente aquí en México que fue a Boston a visitar, allá conoció al Señor en nuestra iglesia. Vive en Morelia y cuando supo que iba a estar acá, pues vino y me honró con su visita aquí y trajo a otro médico eminente de aquí de Mérida y él hablaba precisamente de su vida, y de todas las cosas como Dios ahora está abriendo su vida y está haciendo transformaciones en él y está acercándolo más al Señor.

Esa es la idea, que Dios quiere tocar gente y traerlos al conocimiento del Señor e inquietarlos y tornarlos en gente que pueda a su vez traer a otros al conocimiento de Jesús. Y él decía sobre todo, decía esto, porque es un nuevo creyente, él hablaba...... y miren hermanos yo no tengo nada contra la iglesia católica. Yo creo que hay mucha gente de Dios en la iglesia católica. Yo no se cuál es su teología y yo la respeto, pero yo creo que hay gente católica que se va a ir al cielo con todo y zapatos, porque no es cuestión de religión, es cuestión de relación con Jesucristo, pero muchos de sus líderes les han fallado y por eso están teniendo los problemas que tienen. Pero también hay muchos evangélicos, muchos en mi país ahora mismo hay muchos evangélicos que están apoyando el aborto y apoyando la homosexualidad, iglesias que se llaman evangélicas y están recibiendo a todo tipo de gente, le están diciendo ‘sigue con tus pecados’, ni siquiera le llaman pecado, no hay problema porque Dios te ama así. Y esa gente está tan lejos de Dios, esas iglesias están tan lejos de la voluntad de Dios como están los católicos. Porque sean evangélicos eso no les el privilegio de violar la palabra de Dios.

Pero este hombre decía, este médico decía, acerca..... dice hay una catedral allá inmensa en Morelia y allí va toda la gente y lo que se hace dice, se lee la Biblia, unos minutos y el sacerdote lo que hace es que la lee literalmente y ni siquiera la explica. Y todo termina allí y la gente se va y no ha recibido la palabra de vida, y se van como entraron. Yo espero que Dios traiga un avivamiento a la iglesia católica. Yo espero que Dios la despierte y que puedan entrar en la vitalidad. No es que estamos hablando en contra de ellas, son gente que Dios ama y hay allí mucha gente que ama a Dios, pero les ha fallado su visión. Y donde nosotros tenemos que estar es donde está la palabra de vida siendo predicada, y donde esa palabra de vida sea predicada la gente va a venir y donde haya gente que tenga entendimiento de Dios y una experiencia con Cristo, con el Cristo personal, esa gente va a ser efectiva, y por eso la gente viene donde Jesús y está allí. Y entonces Jesús tiene un dilema, ¿cómo alcanzo yo a esta gente?

 

 

Ve, cuando una iglesia está llena del espíritu santo va a tener problemas y el problema va a ser no, ‘no tenemos gente’, sino ‘tenemos demasiada gente, y cómo vamos a resolver el problema’. Ese es el tipo de problema que yo como pastor quiero tener. Ahora mismo allá en Boston tenemos ese problema. Nosotros construimos una iglesia hace diez años y nos permitió saltar a otro nivel, y tuvimos que ir a dos servicios, ya tenemos dos servicios y ya estamos claros de que ya aún esos dos servicios no nos dan y tenemos que estar pensando, rompiéndonos la cabeza cuál es el próximo nivel. Y ahí estamos en ese momento ahora mismo. Yo tenía una conversación con el Dr Diehl esta mañana, ¿qué hacemos, construimos un nuevo templo y estamos en ese proceso, alquilamos, qué hacemos, gastamos millones de dólares en un nuevo templo, qué pasa, cuáles son....? Hay problemas que surgen cuando Dios te está usando, cuando el poder de Dios está en tu vida, cuando tu iglesia está experimentando la gloria de Dios, van a tener problemas, pero van a ser buenos problemas. Yo prefiero tener el problema de que voy a hacer con la gente, de que no hay gente con que hacer nada. ¿Usted entiende?

Y cuando usted está lleno del espíritu santo, su problema va a ser ‘tengo demasiada gente, me están buscando, tengo que esconderme. Porque llego a la casa y ya me están esperando allí y pedirme consejo y pedirme que ore con ellos’. Ese es el problema de Jesús, dondequiera que iba, ya la gente lo estaba esperando. ¿Usted recuerda? Mandó a sus discípulos, estuvieron trabajando y dijo ‘vamos a un lugar ahí de vacaciones, vamos a playa del mar, ¿del mar o del Carmen?, Playa del Carmen, vámonos a Acapulco. Les dijo el Señor, ‘muchachos, porque al Señor le gustaba de vez en cuando descansar. Sus pastores deben tener también tiempo para descansar. Digan amen. Hay que refrescarse, hay que buscar. Pero ¿qué pasó?. Cuando llegaron allá ya la gente de alguna manera había descubierto dónde iban a estar, y cuando llegan allá ahí están todos sonrientes esperándolo. ‘Señor ¡qué bueno que viniste! Estábamos esperándote. Gloria a Dios.’

Ese es el problema de la gente que tiene la unción de Dios. La gente lo va a estar buscando porque hay necesidad en este mundo. En tu vecindario hay gente que se está cociendo en su propio jugo, todos los días, con problemas, con dificultades financieras, con problemas matrimoniales, problemas con los hijos, problemas en el trabajo, problemas de salud, problemas existenciales, problemas del pasado, problemas del presente y problemas del futuro, problemas con el jefe, problemas con los amigos y problemas con los enemigos, y necesitan consejo, necesitan una palabra redentora, y esa palabra está en tu boca porque tu conoces al Dios que puede resolver los problemas. Y Dios quiere que tu compartas esa palabra. Y cuando la gente sepa que hay un creyente lleno del espíritu santo esa gente va a fluir a donde está esa persona, por eso es que necesitamos cristianos llenos del espíritu santo. Necesitamos gente experta en la guerra para que puedan guerrear a favor de los pobrecitos y de los impotentes y de los indefensos que el diablo tiene bajo su yugo, en todos los vecindarios de la ciudad de Mérida. Y necesita Dios a mujeres como las tres que veo aquí ahora mismo. Ustedes así hermanas, Dios las quiere usar, las va a usar en el nombre de Jesús. Ustedes representa esa Mérida humilde que Dios necesita su voz, su presencia en los vecindarios de esta ciudad para que prediquen el Evangelio del poder y transformación en su vida. Dios tiene un llamado para ustedes, entren en su llamado y déjense usar por el Señor. Conviértanse en consejeras, madres espirituales, maestras del Evangelio. Ahora mismo en el nombre de Jesús lanzo el poder, la potencialidad de Dios en sus entrañas espirituales, las declaro ungidas en el nombre del Señor para ser usadas por Dios grandemente. Recibe la dotación del poder de Dios en tu vida.

Hermanos Dios quiere una iglesia redimida, una iglesia llena del espíritu santo, una iglesia que sepa donde está el agua para beber, dónde hay pan para comer y entonces decirles a otros ‘vengan aquí hay pan, aquí hay agua. Coman.’ Pero si no hemos ido a esas fuentes, cómo podemos llevar a otros. Por eso tenemos que pedir al Señor: ‘Señor, ayúdame a entrar en tu intimidad.’

Y el Señor tenía ese problema, dondequiera que iba la gente lo seguía. Ahí lo vemos retratado, donde comienza este texto en el Capítulo 5 de Lucas, tiene el problema, la gente está fluyendo a donde está él, y El mira a su alrededor y su mente divina le dicta lo que El tiene que hacer, y ve una barca. Hermanos, estos pasajes son tan profundos que uno podría pasar mucho tiempo exponiéndolos y dele gracias a Dios que voy a ser respetuoso de su tiempo y no lo voy a hacer así. Pero hay tantas cosas porque mire por ejemplo, si me da un par de minutos más, ¿está bien?

El Señor vio la barca y yo siempre he dicho que el Señor es el creador del universo y El hubiera podido magnificar su voz, si El hubiera querido. Ustedes saben que El tenía poder para hacerlo, ¿si o no? El no necesitaba este micrófono, en una ocasión vinieron a cobrarle los impuestos y El le dijo a Pedro, creo que fue, ‘vayan al mar, saquen un pez y ahí van a encontrar unas monedas. Vayan y paguen con eso’. Yo creo que el Señor se estaba riendo, estaba haciendo un chiste con eso. Porque después le dijo ‘hey, quiénes son los que pagan los impuestos? Son los ciudadanos, los meros ciudadanos o los hijos de los reyes? bueno, claro, los que son ciudadanos, los reyes no pagan impuestos. El Señor estaba diciendo: ‘ven, yo no tengo que pagar los impuestos’ pero para que se cumpla la Escritura y para respetar la ley, pues vayan y páguenlo, está bien, muchachos’, pero le guiñó el ojo a los discípulos, usando un instrumento sobrenatural para pagar los impuestos. ¿Usted ve? El tenía poder para hacer lo que le daba la gana.

El hubiera podido predicar el Evangelio sobrenaturalmente con una voz magnificada. Es más, El hubiera podido levantarse de los aires diez pies de altura y predicarle a la gente sin ningún problema. Pero ¿qué hizo? Buscó una solución humana, natural para resolver el problema y encontró una barca, y encontró un hombre que era el dueño de esa barca, y le pidió a ese hombre que le dejara usar esa barca. Y ¿saben qué? Dios, si hubiera querido, hubiera desarrollado un plan mucho más económico para predicar el Evangelio. El hubiera podido enviar un arcángel poderoso, con una voz de trompeta, que ni come, ni duerme, ni peca, y haberlo enviado a predicar todo el Evangelio en todas partes del mundo y el mundo se hubiera convertido en unos cuantos días ¿si o no? Imagínense que un arcángel se le aparezca a usted y diga ‘recibe al Señor’. Usted le va a decir, ‘bueno, déjame pensarlo.’ Usted enseguida se va a tirar al piso y le va a decir, dónde, dónde, dónde tengo que ir. Pero Dios escogió un plan, escogió usarnos a nosotros, escogió una forma humilde de llevar a cabo, porque Dios siempre quiere cooperar y trabajar en asociación con su criatura, que es el hombre, la humanidad. El Evangelio no se va a predicar si tu no ayudas a predicarlo. Ese es el plan que Dios desarrolló. Y por eso el Señor miró, y en vez de hacer El la labor sobrenaturalmente, buscó un hombre y buscó una barca para que ese hombre le prestara su barca, para El poder predicar el Evangelio.

Y yo siempre he dicho que nuestras vidas son como la barca de Pedro. Y el Señor siempre está buscando nuestras vidas para poder subirse a ellas y poder predicarle a la multitud hambrienta. Tu eres la barca de Pedro, yo soy la barca de Pedro y Dios continuamente se está acercando a los creyentes y les está diciendo ‘¿me permites usar tu barca para predicarle a una multitud hambrienta? Y tu puedes escoger decirle al Señor, si o no, como hacen tantos. Y cuando el Señor viene a sus vidas y les llama se hacen loco y se hacen que no oyeron y continúan haciendo lo que siempre hacen en su vida. Se creen que el Señor no se dio cuenta de que le voltearon la cara, y el Señor los deja y los sigue amando, pero se perdieron la gran oportunidad de ser usados por Dios.

Hace veintipico de años el Señor me llamó y me dijo ‘¿puedo usar tu barca?’, cuando yo estaba en medio de mis estudios en la universidad de Harvard, una de las universidades más selectas del mundo, deseoso de entrar en el mundo académico y de lograrme académicamente y de vivir la vida elegante y afluente de un profesor universitario, en EEUU, y ese era mi sueño. Yo venía de una familia pobre y por fin aquí tenía la oportunidad de hacer algo sobresaliente y de entrar en una vida elegante y intelectual y yo estaba deseoso de seguir en ese curso. Y ahí me interrumpió el Señor y me dijo ‘Yo quiero usar tu barca.’ Y el pastor que había fundado nuestra iglesia tuvo que irse y nuestra iglesia estaba apenas comenzando, y no habrá nadie que atendiera esa iglesia, no había posibilidades en ese tiempo, de que alguien capacitado que pudiera con una iglesieta pequeñita que ni siquiera tenía dinero para pagar part time al pastor. Y el Señor me habló y me dijo ‘ a mi me gustaría usarte a ti para pastorear estas vidas. Que no se pierda esto que está comenzando tan bonito. Y Yo quiero usarte. ¿Me dejarías usarte?’

Yo le doy gracias al Señor, veintipico de años después que tuve el valor de decirle ‘si, Señor’. Y dejé mis redes por la gloria de Dios, Dios me dio el gozo y el privilegio y la satisfacción de terminar mi doctorado en el mundo secular, pero yo hace veinte años que creo que no leo un libro de literatura, esa fue mi área, porque me dediqué al pastorado. Y yo les digo hermanos, Dios no me debe nada, Dios ha sido más que generoso conmigo. Por cualquier cosita que yo le he dado, Dios me ha dado con creces y me ha bendecido y me ha hecho padre de multitudes. Y cada vez que yo veo un hombre que fue alcohólico y drogadicto, lúcido y cuerdo y vestido bien, viviendo una vida productiva, y yo fui usado por el Señor para que esa vida se mejorara y se sanara, yo me siento glorificado, me siento bendecido, me siento como que ¡qué privilegio que Dios me pueda usar a mi para redimir una vida! Y ese hombre es un libro, yo quizás no llegué a escribir los libros que yo quería escribir, pero ese hombre es un libro viviente que yo he ayudado a escribir.

Como Pablo dice, ‘vosotros sois mis cartas abiertas’. Mis libros son la gente que Dios me ha ayudado a redimir por el poder del Evangelio. Y dejé lo que amaba y dejé lo que me hubiera gustado hacer, pero eso no me da ninguna gloria, como digo, Dios no me debe nada. Dios me ha pagado mucho más de lo que yo jamás hubiera pensado. Quizás no me ha pagado con dinero, pero me ha pagado con felicidad, con satisfacción, con un sentido de destino, con el privilegio de ser usado por Dios para bendecir a seres humanos, de ser un instrumento a través del cual corre la bendita y pura y santa gracia de Dios. ¡Qué privilegio que por un instante la energía divina que bendice y que da vida pueda correr a través de ti y detenerse por un milésimo de segundo para que tu puedas usarla para bendecir a otros!

Por eso cuando Pedro ve la gloria del Señor, el Señor le dice ‘No te preocupes, ahora vas a ser pescador de hombres’. Porque cuando tu te dejas usar por el Señor, Dios cambia tu destino y lo eleva. Tu podrías simplemente estar haciendo cosas meramente humanas que se quedan aquí en la tierra. Yo le decía a alguien hoy, nada que esté en este mundo se va a ir de este mundo, porque dice la Biblia que un día Dios hará arder los elementos, los átomos mismos que componen la materia, van a prenderse y el cielo se va a enrollar como un pergamino y la tierra va arder en llamas y Dios va a crear una tierra nueva y un cielo nuevo, porque a esa dimensión pura donde Dios tiene determinado que viviremos por la eternidad, no puede entrar nada que haya sido tocado por el pecado. Y esta tierra, y este universo, dice la Biblia que ‘la creación misma gime con gemidos indecibles porque hay pecado en ella’, el pecado ha manchado la creación y por lo tanto todas las obras de este mundo se quedarán. Nada que tu has hecho en este mundo se irá, ni las pinturas que hay en los grandes museos de este mundo, ni los grandes rascacielos, ni los carros brillosos que hay en las calles, ni los dólares que hay en todos los bancos del mundo, ni las estatuas que escultores han hecho a través de todos los siglos, nada de eso va a sobrevivir. Ningún libro que se ha escrito, ninguna gran obra que se haya hecho, ninguna construcción que se haya edificado, nada va a entrar en la eternidad. Lo único que va a entrar en la eternidad es esas inversiones que tu has hecho para el Reino de Dios.

Por eso es que la Biblia dice que invirtamos en bancos donde no se corrompen las cosas, donde no penetra el óxido, donde no penetran los insectos, donde no hay come gen, porque esas cosas materiales se van a quedar aquí, lo único que tu vas a poder reclamar por la eternidad es esas obras que Dios permitió que tu hicieras para traer a otros al conocimiento de Jesucristo. Y por eso es que Dios te dice ‘no te entusiasmes con las cosas de este mundo. Déjame Yo usarte, porque eso es lo que te va a dar una nueva identidad y te va a ascender a un nivel mucho más alto. Todo lo demás aquí se va a quedar. Tu podrías pasar toda tu vida como Pedro pescando peces malolientes, y oliendo a peces toda tu vida, o puedes convertirte en un pescador de hombres que dos mil años después de tu vida, todavía hablen en Mérida, México acerca de ti, como estamos haciendo acerca de ese humilde pescador. Y por eso el Señor cuando termina ..... con esta idea termino.....

Cuando Pedro le permite usar su barca habiéndola retirado u poquito de la tierra, porque para transmitir el mensaje de Dios hay que retirarse del montón, hay que apartarse, hay que buscar tiempos, hay que apartarse de la influencia de la gente, del control de la gente, del qué dirán, qué piensan de mi, el prestigio que queremos, la aprobación de la gente. Cuando nos retiramos de todo eso, bogamos mar adentro y entramos en la intimidad donde el Señor nos puede hablar, donde el Señor nos puede dar su revelación y allí el Señor nos revela quién El es, y allí el Señor nos provee.

Pedro había pasado toda la noche pescando y no cogieron un solo pez, pero ahora el Señor le dice ‘mira, te voy a bendecir espiritualmente y también te voy a bendecir materialmente’. Cuando tu sirves al Señor, Dios te provee. Yo te lo aseguro. Una de las razones por las cuales yo no quería ser pastor era porque pensaba que me iba a morir de hambre. Y yo les digo hermanos, Dios me ha sido fiel todos estos años, no me ha faltado nada y Dios nos ha bendecido mucho más de lo que yo hubiera pensado cuando me inicié. Porque es que Dios bendice a sus siervos. Yo creo que Dios no te llama para morirte de hambre, Dios te llama para bendecirte, pero tienes que ser fiel y tienes que pagar el precio. Y Dios cambia tu destino. Yo te quiero preguntar si te gustaría ceder tu barca al Señor en esta noche. Yo voy a pedir a los músicos que pasen por aquí.

Dios está llamando a Pedros en esta noche para servirle y para usarlos para su gloria, para usarlos como instrumentos en su gloria y tu tienes el poder de decirle si o no al Señor. Si tu quieres ser usada por Dios hay un precio que pagar. Tu vas a tener que vivir como sacerdotisa, como un sacerdote. Tu vas a tener que ser un nazareo, no vas a poder vivir como la gente del montón. Hay un precio que pagar. Pero yo te aseguro que no hay nada que se pueda comparar con el estado privilegiado de un sacerdote del Señor. Una persona que vive en una dimensión diferente a los demás, que se preserva y se aparta para que el Señor le hable, lo impregne con su vida, para entonces salir y dar de lo que ha cultivado en el sitio de intimidad con el Señor. Vas a tener que eximirte de muchas cosas. Vas a tener que vivir la vida de un atleta, de un sacerdote consagrado. Vas a tener que orientar tu vida hacia tu llamado y vas a tener que alinear tu vida con el llamado que Dios te ha dado para poder fluir en el poder de Dios y para mantenerte siempre alerta a la voz y al entrenamiento de Dios, pero vas a ser una pescadora, un pescador de hombres. Tu vas a ver la gloria de Dios manifestada en tu vida y vas a mamar de los pechos de Dios. Vas a comer de su mesa. Vas a sentir la palabra de Dios hablando a tu vida y qué privilegio más grande que ese. Vale la pena pagar el precio. Vale la pena apartarse de la orilla. Vale la pena ir mar adentro porque en esos lugares hay bendición. Si tu quieres ser usado por Dios yo te pido, ponte de pie, no lo hagas por cortesía sino hazlo porque verdaderamente tu sientes que el Señor en esta noche te está llamando a ser un sacerdote, una sierva del Señor. Si tu no sientes preparado no te levantes, pero si tu sientes que tu quieres que Dios haga esa obra en tu vida y que te use, yo te pido que te pongas de pie en esta noche.

Y yo quisiera preguntar también si hay alguien aquí en esta noche, yo no conozco aquí, pero quizás haya alguien que ha venido en esta noche, y todavía no ha dado un paso de fe para entrar en intimidad con Jesucristo y todavía está con la multitud y no conoce a Jesús, como Pedro no conocía todavía quién era Jesús. Y en esta noche el Señor te ha hablado y te ha dicho ‘hija, hijo, yo quiero tener una relación contigo. Yo quiero que tu abras tu corazón y me dejes entrar a tu vida y me aceptes como tu Señor para Yo trazar un plan contigo. Yo quiero sanarte. Yo quiero limpiarte y Yo quiero darte un nuevo nombre. Yo quiero que tu habites en la eternidad conmigo y quiero tener diálogos contigo y me interesa tu vida. Yo quiero que tu abras tu corazón y me dejes entrar a tu vida, porque cuando Yo toco la puerta, si tu escuchas mi voz y abres la puerta, Yo te prometo que Yo voy a entrar y voy a cenar contigo y tu vas a cenar conmigo’.

Yo quiero preguntar si hay alguien en esta noche que le quiera decir a Jesús “entra a mi vida”, y lo quiere invitar a ser el Señor de su vida, yo te pido que levantes tu mano si no lo has hecho antes. Veo una mano allí. ¿Tu mano se ha levantado? No temas, no temas. Amen. Dios te bendiga. Una mano aquí se levanta también, aquí al lado. Alguien más que le diga a Jesús “yo te recibo en esta noche, Señor, como mi Señor y salvador”. No lo has hecho antes. Dios te bendiga. Hay manos que se levantan, manos que se levantan.

Atrévete en el nombre del Señor. Dios tiene un plan para tu vida. Dios te está llamando en esta noche. Dios quiere convertirte de un mero pescador de peces a un pescador de hombres y mujeres. Dios quiere darte una nueva identidad. Levanta tu mano y dile al Señor Jesús “entra a mi vida”.

Yo quiero invitar a esas personas, pasen aquí adelante. No tengan temor. Si usted vino con alguien, venga con esa persona aquí, que venga aquí adelante. No tenga temor. Esto es la familia de Dios. Usted no está entre extraños. Esta es la familia del Padre que está aquí y Dios quiere bendecirte en esta noche y Dios quiere convertirte en una pescadora de mujeres. Pasa por acá inmediatamente. No temas. Ven acá. Diste el primer paso de levantar tu mano, ahora ten el valor de pasar aquí al frente. Y vamos a orar por ti y tu vida va a cambiar en esta noche y tu vas a ser transformado en una persona diferente porque el espíritu de Dios va a entrar a tu vida. Si hay alguien más, no se detenga, venga ahora.

Dice la palabra que hoy es el día de salvación, ahora es el momento en que Cristo quiere hacer una obra en tu vida. no te detengas. Pasa aquí adelante y recibe y abre tu corazón al Señor, y Dios va a hacer grandes cosas en tu vida. yo te aseguro que tu no estás aquí por coincidencia ni porque no tenías otro lugar a donde ir, tu estás aquí porque el espíritu santo te trajo, porque tiene un encuentro destinado contigo en esta noche. Si hay alguien más todavía, yo le quiero invitar. Ven, pasa por acá. Eso es, joven, no temas. Todavía hay tiempo, Dios quiere hacer una obra. Aunque tu quizás no entiendas todo, no todo esté claro en tu mente, no te preocupes. A veces decimos, bueno, yo primero tengo que arreglar esto, tengo que arreglar lo otro, tengo que arreglar mi situación. No, no, el Señor dice: “ven tal y como tu estás, ven con tus problemas, ven con tus trabas, ven con tus dificultades y entonces comencemos a trabajar juntos para llevarte a dónde Yo te quiero llevar”.

Si tu tuvieras todos tus problemas resueltos y todas las cosas en orden, no necesitarías a Cristo. Precisamente porque tienes trabas y tienes dificultades, es que tu necesitas venir al pie de Jesús. Y aunque tu no entiendas toda la teología y toda la doctrina que está involucrada en esto, lo importante es que tu sepas que Cristo murió por ti y que El dice “si tu me dejas entrar, Yo entraré a tu vida, sanaré tu vida, escribiré tu nombre y el libro de la vida y te daré una nueva identidad”. Eso es todo, lo demás viene por añadidura, viene con el caminar, viene con el trato, viene con la conversación que vas a tener durante años y años para conocer a plenitud lo que Cristo quiere hacer en tu vida. Pero en esta noche lo que El quiere es que tu hagas una conexión con El y entonces comiences un peregrinaje que te lleve a donde El te quiere llevar.

Di conmigo: Señor Jesús te recibo como mi salvador y como el dueño de mi vida. reconozco mis pecados y te doy gracias porque a través de tu cruz tengo perdón de mis pecados. Rompo todo trato con Satanás y establezco un pacto contigo. Tu eres el dueño de todo lo que tengo y todo lo que soy. Entra a mi vida y transformarme y enséñame lo que Tu quieres de mi. Gracias Señor Jesús. Amen. Amen. Gloria al Señor. Denle un aplauso al Señor en esta noche. ¡Aleluya!. Te adoramos. Te bendecimos. Ahora yo quiero que tu sepas, que aunque tu no hayas sentido nada, pero si invitaste a Jesús a entrar, El entró, El entró, porque El dice: “Yo entraré. Yo entraré. Si alguien abre la puerta Yo entraré, cenaré con él y el conmigo".

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Jueces 7:7

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Vamos directamente al Libro de Jueces, Capítulo 7 y vamos a ver que esta palabra fluye en mucha afinidad con lo que el pastor Basil estaba hablando y es precisamente la palabra del Señor para nosotros en esta mañana.

Capítulo 7. Vamos a los versículos 7 en adelante. ¿saben qué, hermanos? Lo voy a leer en inglés para beneficio de lo que vamos a hacer en la radio y ustedes por favor cojan sus Biblias, y yo se que todos traen Biblias aquí, en esta congregación, así que usted la puede leer, Capítulo 7 versículo 9 al 23.

Es una palabra maravillosa para nosotros y nosotros sabemos que en la Escritura muchas de estas intervenciones de Dios han sido puestas allí porque Dios quiere enseñarnos cómo El obra en momentos de prueba. Al Señor le encanta cuando nos encontramos con más enemigos de los que podemos lidiar, que parece que todo está en contra de nosotros, parece que vamos a ser derrotados, no hay esperanza, no hay forma de salir, estamos rodeados. Esos son los momentos en que Dios le encanta aparecerse y mostrar que El todavía está presente, que no está dormido. Amen.

El Señor quiere que nosotros observemos las páginas de la Biblia y que saquemos los principios espirituales que están encerrados en estos textos y que los pongamos en práctica también en situaciones de prueba en nuestras propias vidas. Yo quiero aplicar específicamente este texto de Gedeón al tiempo que está viviendo la iglesia de Jesucristo en América y en todo el mundo occidental.

La iglesia hoy, en América, en Canadá, en Europa, en Australia, es una iglesia debilitada, es una iglesia que se siente rodeada, se siente .... ha perdido su reputación. Ha perdido relevancia, no es respetada, al contrario, muchas veces es vista con antagonismo y en una manera poco popular. Hace años aquí en EEUU cuando se hacían encuestas de los profesionales de mayor prestigio, siempre los pastores salían en primer lugar. Ya ese no es el hecho, estamos por ahí con los abogados, con los vendedores de carros, y con mucha gente a los cuales la gente les tiene sospecha, porque la iglesia ha perdido mucho de su poder, ha perdido mucho de su influencia.

En América lo que tenemos más bien es una iglesia que como en el Libro de los Jueces está a la merced del enemigo, rodeada por el enemigo, mucho más numeroso que ella, la agenda de la iglesia está siendo dictada por el enemigo, Satanás echa fuegos por todas partes y nosotros vamos allí como bomberos a apagarlos, y cuando terminamos ese él prende otro en otro lugar y mantiene a la iglesia distraída para que no prosiga con la agenda proactiva, sistemática, coherente, que Dios quiere que ella persiga.

Cuando el ángel se acerca a Gedeón, Gedeón lo único que puede responder es con una palabra de desmoralización: ¿Quién soy yo? Yo no soy nadie, y si Dios está con nosotros por qué nos están pasando todas estas cosas. Yo no puedo hacerlo. Era un símbolo precisamente de lo que pasaba. Y sin embargo, Dios usó a Gedeón, Dios llama a Gedeón y lo que hemos hecho en este texto es mirar ya después de una serie de dinámicas el momento en que la batalla se va a confrontar, y podemos ver que en la estrategia que Gedeón sigue en ese momento de la batalla, del encuentro con el enemigo, hay unos principios que la iglesia debe usar en este tiempo donde ya Dios está listo para entrar en batalla directa con el enemigo.

Nosotros estamos en la posición ahora mismo de ir hacia el enemigo, Dios está definiendo al enemigo, y Dios está definiendo también a las personas que van a pelear en favor y en contra de El. Dios está usando todo esto del matrimonio homosexual, toda esta cosa. No es que estamos obsesionados con esto. Yo entiendo muy bien que la homosexualidad y el matrimonio homosexual es solamente una gotita en el cubo de Dios. Eso no es nada, pero Dios está usando estas cosas para que haya definición, para que la batalla pueda definirse, para que el enemigo se defina, para que todos tomen lugar, lados y para que entonces la batalla pueda definirse.

Estas son cosas que tienen que definirse, tenemos que definir quién creemos que es Dios, la palabra de Dios, la sexualidad humana, el matrimonio, quién diseñó el universo, y si la palabra de Dios es algo simplemente para un momento hace 2000 años o si es también relevante para el siglo XXI. Y yo creo que hay 5 cosas, rápidamente, específicamente que Gedeón, vemos aquí en la estrategia. La voy a señalar lo más pronto posible.

Un principio es el principio de simplemente entrar en la batalla, confrontación. La confrontación es importante en la batalla.

El segundo principio es unción.

El tercer principio: discernimiento profético.

Entonces tenemos, confrontación, unción, discernimiento profético.

El cuarto elemento es la visibilidad de la iglesia.

El último principio es proclamación.

El primer principio que tenemos es el principio de la confrontación. El enemigo necesitaba ser confrontado, ya todo estaba preparado, había que ir hacia el enemigo. El enemigo va a asumir diferentes formas a través de la historia y de las culturas y el pueblo de Dios es llamado en cada cultura, en cada tiempo, a identificar al enemigo, definirlo y atacarlo. La iglesia necesita confrontar el racionalismo, la apostasía, la rebeldía espiritual, el secularismo, la licencia y el desenfreno sexual, el orgullo espiritual, la resistencia a la palabra de Dios, el escepticismo acerca de los valores que Dios ha declarado. Esos son los enemigos, los principados, las potestades, las fortalezas que la iglesia de Jesucristo confronta en esta nación, en este estado y en esta ciudad. Tenemos, como David, que identificar al gigante y confrontarlo.

El enemigo ha usado el temor para tirar un ropaje de miedo y de conservatismo y de timidez sobre la iglesia y nosotros hemos absorbido sus acusaciones de que odiamos, de que nos sentimos mejores que los demás, de que somos homo fóbicos, de que estamos politizando la iglesia, y de que estamos dañando la atmósfera en las iglesias, y los pastores y las iglesias hemos absorbido ese mensaje de temor y las iglesias se han caído en un sopor, en un sueño ilusorio donde escuchan las voces del diablo, y lo ven haciendo cosas pero no tienen el poder para levantarse y confrontarlo.

El Señor le dijo a Gedeón: Ve, confronta, destruye el ídolo de Aserah y Gedeón trató de hacerlo en la noche para no causar mucha consternación y mucho conflicto pero por la mañana supo que era él, porque a Dios le gusta que sus líderes se definan, que aclaren las cosas.

La iglesia tiene que confrontar al enemigo, la iglesia tiene, y no tenemos que hacerlo en una forma odiosa o como que somos mejores que nadie, o con superioridad, lo hacemos en el amor de Jesucristo que para mí es una de las personas más confrontadoras que yo veo en toda la Escritura.

El amor es feroz, en defender la vida. El amor no permite que el diablo haga lo que quiera en nombre de la supuesta unidad y del amor. El enemigo necesita ser confrontado.

Lo segundo es la unción. Cuando Gedeón es confrontado por el ángel y Gedeón da una respuesta tímida y pusilánime, el ángel lo mira a los ojos y dice: ve, con esta fuerza que tu tienes.

La iglesia no puede confrontar al enemigo en el espíritu simplemente del hombre, no es en la fuerza del hombre, no es en las técnicas humanas, no es en los grandes recursos humanos que tengamos, no es en dinero, no es en los Phd, o los Ddd, es de los ministros, no en el pedigrí educativo que tengamos, no es en lo educado de nuestra gente, no es en las técnicas administrativas que tengamos o la técnica de liderazgo. Todas esas cosas son buenas, yo abogo por ellas pero tiene que haber una unción espiritual, el poder de Dios tiene que estar en nuestras iglesias y en nuestras vidas.

Por eso es que cuando Gedeón recibe ese poder, recibe con ese poder el espíritu de la convocación, la gente viene alrededor de él, y se unen porque tiene la unción de Dios. El muchacho tímido, ese que responde con timidez, ahora toca la trompeta y el poder de Dios hace que todo el mundo venga a su alrededor, porque se necesita la unción del espíritu santo.

Necesitamos la unción de Dios para poder movernos contra el enemigo. Esa unción se encuentra en la oración, la consagración de nuestra vida, el permanecer en la palabra, el servir al Señor, la creciente santidad en nuestra vida, en buscar la unción, los dones del espíritu santo.

La tercera cosa que Gedeón vemos aquí es el discernimiento profético. Gedeón constantemente se comunicaba con Dios. La iglesia tiene que discernir proféticamente el espíritu de Dios. Vemos a Gedeón continuamente recibiendo instrucción, y Dios le dice: ve al campamento, escucha lo que están diciendo allá, escucha ese sueño que yo voy a infundirle a una persona para que tu veas que ya la batalla está hecha. Ya yo la he ganado, y que tu recibas ánimo para seguir adelante.

Hermanos, cuando una fluye en la palabra de Dios, que Dios quiere derramar sobre nosotros a diario, nuestras luchas las vamos a pelear mucho mejor porque podremos fluir en la estrategia específica que Dios quiere dar. Dios siempre quiere darte estrategia sobre las cosas en tu vida. Dios siempre quiere hablarte y darte información.

La iglesia para poder pelear la guerra en el siglo XXI, donde el hombre ha sido tan penetrado por toda la sofisticación del racionalismo, el secularismo, donde las mentes de los niños y de los adolescentes y los jóvenes está tan penetrada de secularismo y de toda la porquería que el diablo ha metido a través de todos los recursos tremendos que él tiene, la iglesia necesita una palabra profética de Dios.

Nosotros necesitamos recibir la vida de Dios que viene cuando escuchamos de Dios, cuando Dios nos da estrategias. Por eso necesitamos fluir en el discernimiento profético de Dios.

La iglesia necesita ponerse en una posición de visibilidad en esta ciudad y en esta nación. Gedeón se puso en posiciones, él y sus hombres, donde el enemigo lo pudiera escuchar y ver cuando llegara el momento de la confrontación. Tenemos que usar lo que recibimos aquí para ir allá, a la calle, y hacer lo que Dios quiere que hagamos en nuestras vidas. Si tu recibes aquí y saltas mucho y el moño se te cae, pero después regresas a tu casa y te olvidas de todo lo que pasó aquí, de nada sirve. Tu tienes que testificarle al mundo allá afuera. Tu tienes que vivir una vida de victoria, de autenticidad. El mundo tiene que ver a Cristo reflejado en ti y eso tiene que darse allá afuera, es allá donde se define verdaderamente si el poder de Dios está aquí o no.

Hace poco el alcalde de Boston con todo el respeto que le tenemos, y algunos oficiales de la ciudad, quisieron cambiar el nombre del árbol navideño que todos los años se expone aquí en la ciudad de Boston. En vez de llamarlo árbol de Christmas, que quiere decir de Navidad que tiene la palabra Cristo en ello, lo quisieron cambiar por simplemente árbol festivo, para que sea universal y que no ofenda a nadie, que no tenga ningún tipo de asociación cristiana. Gracias a Dios que algunos cristianos dijeron: “No vamos a permitir eso”, confrontaron a la ciudad, amenazaron a la ciudad con meterle una demanda y finalmente el alcalde se echó para atrás y todavía se llama un árbol navideño, como tiene que ser. Gloria de Dios.

Tenemos que hacerlo en las artes, tenemos que hacerlo en el gobierno, las leyes. Tenemos que hacerlo en el avivamiento trayéndolo a las iglesias. Tenemos que hacerlo en el mundo académico. Tenemos que hacerlo en el mundo de los servicios sociales. Tenemos que hacerlo en los hospitales. Tenemos que penetrar el mundo con la levadura del Evangelio y hacerlo visiblemente. La iglesia no va a ser empujada al mar, la iglesia va a mantenerse siempre a donde tiene que estar, en su posición de autoridad sobre las naciones.

Tenemos que usar las armas.... ¿cuáles son las armas que usó Gedeón para hacerse visible? Unos vasos de barro que cuando se quebraban hacía ruido. Imagínense 300 vasos quebrándose en el medio de la oscuridad y de momento 300 luces que se levantan así en medio de la oscuridad por todas partes, y gritos de 300 hombres que hacen creer que son muchos más que ellos. Todo eso era diseñado para crear una presencia visible que confundiera al enemigo. Siempre que Dios quiere hacer algo grande le dice a su pueblo: declaren, proclamen, griten. Así lo hizo con Jericó cuando los puso a correr 6 días y al séptimo día, griten duro y entonces los muros se caerán. Nuestro poder está en la proclamación del Evangelio, la proclamación de las verdades de Dios encerradas en su palabra.

Nosotros tenemos que aprender que no podemos sacar de nuestro servicio lo que no es popular, lo que no le gusta a los hermanos. Yo tengo un pacto feroz con mi Dios. Hermanos, yo prefiero quedarme solo. Yo espero que ustedes me voten antes de que así sea, si ustedes no lo quieren, pero yo prefiero hablar la palabra del Señor, no voy a sacar una sola palabra, un solo concepto, un solo principio aunque se escandalice quien se escandalice, porque yo se que si somos fieles a la palabra de Dios, Dios nos va a honrar a nosotros. Y si nuestra iglesia ha sido bendecida por Dios es porque hemos sido fieles a la palabra del Señor.

Quizás no lograremos ciento por ciento pero tenemos que probar, tratar por lo menos de ser fieles a la palabra del Señor. El Evangelio predicado en todo su poder es escandaloso.

Tenemos que confrontar al enemigo. Tenemos que ser ungidos. Tenemos que fluir en la palabra profética. Tenemos que ser visibles. Tenemos que proclamar el Evangelio completo del Señor. ¡Aleluya!.

¿Cuántos quieren hacer un pacto ahora mismo para que así sea? Pónganse de pie.

Hacemos un pacto contigo Señor en esta mañana, de fluir en esa revelación tuya. Recibimos, recibimos tu unción. Padre, llena tu pueblo.

Renuévanos, Señor. Renueva tu poder en nosotros, Padre. Queremos más, queremos más de ti. Queremos más de tu gloria Señor. Queremos más de tu poder, Padre. Queremos más de tu espíritu, Padre. Te adoramos, te bendecimos. Dale gloria al Señor.

Si, Señor. Te adoramos, te bendecimos, oh Dios. Vamos a adorar al Señor. Gloria a Dios. ¡Aleluya! Un grito para el Señor de alabanza. ¡Aleluya! Te adoramos, Jesús. Te adoramos, Jesús. Tu eres el Señor. ¡Aleluya! Tu eres el gran Dios hoy, el todopoderoso, el rey de reyes, el Señor de Señores. Todavía tu nombre se oirá, Padre, mencionado en las naciones.

 

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Segundo Servicio Jueces 7:7

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Esta mañana usé una Biblia en inglés ya que el servicio iba a ser transmitido por la radio y le dimos un poco más de énfasis al inglés. Ahora por lo menos tengo un poquito más de libertad para hacerlo directamente al español y en Libro de los Jueces, Capítulo 7, vamos a ir a los versículos 9 al 23.

Dice allí “entonces Jehová dijo a Gedeón: “con estos 300 hombres que lamieron el agua os salvaré y entregaré a los madianitas en tus manos y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. Y habiendo tomando provisiones para el pueblo y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda y retuvo a aquellos 300 hombres y tenía el campamento de Madián abajo, en el valle. Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate y desciende al campamento porque Yo lo he entregado en tus manos, y si tienes temor de descender, baja tu con Fura, tu criado, al campamento y oirás lo que hablan y entonces tus manos se esforzarán y descenderás al campamento.

Y él descendió con Fura, su criado, hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente, estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud. Cuando llegó Gedeón he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: he aquí yo soñé un sueño. Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián y llegó a la tienda, es decir a la tienda principal del general, y la golpeó de tal manera que cayó y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.

Y su compañero respondió y dijo: esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación adoró y vuelto al campamento de Israel dijo: Levantaos porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. Y repartiendo los 300 hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos y cántaros vacíos con teas, es decir antorchas, ardiendo dentro de los cántaros, y les dijo: miradme a mi, y haced como hago yo. He aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. Yo tocaré la trompeta y todos los que estarán conmigo, y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento y diréis: por Jehová y por Gedeón.

Llegaron pues Gedeón y los 100 hombres que llevaba consigo al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos y los 3 escuadrones tocaron las trompetas y quebrando los cántaros, tomaron en la mano izquierda las teas y en las derecha las trompetas con que tocaban y gritaron: “por la espada de Jehová y de Gedeón”, y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento. Entonces todo el ejército echó a correr, dando gritos y huyendo y los 300 tocaban las trompetas, y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento y el ejército huyó hasta Betsita, en dirección de Zerera y hasta la frontera de Abelmehola en Tabat, y juntándose los de Israel de Neftalí de Aser y de todo Manasés siguieron a los madianitas.” Bendiga el Señor su santa palabra.

Yo espero que si usted no tenía su Biblia pudo seguir la cronología de este relato. Es un relato fascinante de guerra. Yo no se por que no se ha hecho una buena película con Gedeón como personaje principal, porque la verdad es que es una figura tremendamente interesante y se presta mucho toda su biografía a muchas cosas bien dramáticas. Y es como una destilación, una condensación de muchos temas que vemos a través de la Escritura.

A mi me encanta este pasaje y he predicado anteriormente sobre la vida de Gedeón porque Dios, como ustedes saben, registra en la Escritura estos relatos históricos porque no solamente para que queden allí registrados para el interés del historiador, sino sobre todo para un propósito práctico y usted sabe cuál es ¿verdad? Es que usted al leer estos pasajes, pueda entender cómo Dios ha obrado en tiempos antiguos porque El obra de la misma manera a través de toda la historia, lo cual quiere decir que así como obró en aquel tiempo, también puede obrar hoy en tu vida. No solamente eso, sino que también Dios quiere que tu al estudiar estos pasajes puedas extraer de ellos los principios espirituales que tu necesitas para poder desencadenar el poder de Dios a favor de tu propia vida, y lo que vemos aquí es una escena de gran desventaja y de gran crisis.

Israel, si usted lee todos los Capítulos anteriores, ha estado bajo el poder y el dominio de un ejército muy poderoso, una nación que cuando le da la gana, entra, saquea la nación, se lleva todo lo que quiere llevarse y los deja pobres y vuelve después unos años más adelante y vuelve y hace lo mismo con total impunidad, porque los judíos son demasiado débiles para hacer nada al respecto. Dice la palabra que el pueblo de Dios se había prostituido detrás de la idolatría, habían pecada sistemática, repetitivamente contra el Señor y Dios suelta esta plaga militar contra ellos para advertirles y confrontarles acerca de sus caminos, la manera en que están obrando con El. A través de toda la historia Dios hizo lo mismo con Israel. Siglo tras siglo, los judíos se pervertía y Dios enviaba juicio sobre ellos y entonces los judíos se arrepentían porque sufrían y veían el fuego que estaba cayendo sobre ellos, se arrepentían, clamaban a Dios, Dios enviaba profetas que los confrontaban y entonces enviaba a alguien que los liberaba. Venía un tiempo de prosperidad y de libertad y volvía otra vez el mismo ciclo y se repetía cada vez, y esto es lo que está pasando en este momento.

Dios ha enviado a los amalecitas, a los madianitas y a otros grupos de tribus para atacar a Israel y mantenerlo débil, porque muchas veces Dios envía juicio y envía castigo, no porque a Dios le guste el castigo sino porque nos ama y quiere a través de la prueba nosotros recapacitemos y busquemos de Dios y nos arrepintamos. Y como esta nación, hoy en día está en algo parecido, y la iglesia de Jesucristo que Israel es un tipo de la iglesia, mejor dicho, lo que fue cierto para Israel, es cierto para los hijos de Dios también. Y nosotros leemos estos pasajes porque aquí hay lecciones de vida espiritual para nosotros también.

Y vemos aquí lo siguiente, que hay una situación de gran desventaja entonces. Israel está rodeado por el enemigo y ha enviado a este hombre inexperto en la guerra para que libere a su pueblo. Y yo trazo un paralelo a lo que está pasando hoy en día aquí en EEUU, y no solamente en EEUU, sino en todo el mundo occidental, con respecto a la iglesia de Jesucristo. En la misma manera nosotros, la iglesia de Jesucristo en este tiempo, en esta nación se encuentra en una posición de desventaja. Nosotros también, hermanos, estamos rodeados por poderes, por corrientes políticas, culturales que son contrarias a los intereses de la iglesia y del Reino de Dios. La iglesia cristiana en EEUU está débil así como también lo está en todos los países de Europa, en Australia, en Canadá. El Evangelio está perdiendo terreno. Cada día la palabra de Cristo es menos escuchada. Iglesias se mueren a diestra y a siniestra en Massachussets, cierran sus puertas. Hay muchos pastores desanimados, con congregaciones mínimas, pequeñas. El promedio del tamaño de una iglesia en Massachussets creo que es como de 50 personas a lo máximo. Hay un debilidad tremenda. La gente mira al cristianismo con gran escepticismo y muchas veces con hostilidad.

Los pastores son vistos en una forma negativa. El Evangelio cada día quieren relegarlo más y más al salón más remoto de la cultura. Y hoy en día el Evangelio, cuando no es contrariado y recibido con oposición, es simplemente visto en una forma ridícula y como si simplemente no importara. Vemos aquí en Massachussets todas las corrientes que hay ahora mismo en función que muestran que la iglesia como que ha perdido su poder y todo sugiere que en los próximos 15, 20 años, si no hay una intervención poderosa de Dios, las cosas continuarán yendo de peor en peor. Y eso se repite en todo el mundo occidental donde la industrialización, la tecnología, la razón, la cultura ha penetrado en los valores de una sociedad tremendamente secular, gobernada por los valores de la ciencia y no del espíritu, cada día se aleja más y más de los valores que Dios ha declarado a lo largo de su palabra.

Hoy en día la gente dice: bueno, si tu quieres ser cristiano, eso es asunto tuyo. Vive tu vida cristiana en tu mundo privado pero no pretendas que los valores de tu cristianismo penetren en el ámbito general de la sociedad, digamos, en las artes, o en el gobierno, o en el mundo de los negocios, o en el mundo de la ciencia o del conocimiento. Se supone que en esos lugares la iglesia simplemente se quede callada. Y cada día nosotros nos vemos como más y más cercados alrededor por una fuerza que no podemos entender que va como reduciendo la vitalidad del pueblo de Dios.

Por eso es muy fácil que la iglesia se sienta como se sintió Gedeón cuando vino el ángel y se le apareció mientras él estaba tratando de cultivar el trigo y prepararlo para el uso que se le quería dar, escondido para el enemigo no lo viera, para que no vinieran a robárselo, y el ángel se le aparece y le dice: Dios está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón dice: bueno, pero si está con nosotros, ¿por qué estamos en esta condición tan terrible? ¿por qué estamos tan aislados, y qué pudo yo hacer si yo soy el más pequeñito de una tribu pequeña en una nación que está bajo opresión. Gedeón ha sido tan abatido por la fuerza del enemigo que él no puede creer que Dios pueda estar con él o que pueda estar con su nación para librarla del yugo. Y así yo creo, que nos sentimos muchas veces aquí. ¿cuántos si examinan verdaderamente su subconscientes, cristianos, es decir, no se sienten que están en un mundo que cada día se va más y más alejado de la fe, nos sentimos como asediados, como que estamos en un castillo y alrededor escuchamos los gritos de un gran ejército que quiere destruir y meterse por las puertas y comernos vivos. Nos sentimos en oposición, cercados, en lucha, contra poderes más grandes que nosotros.

Bueno, hermanos, yo quiero decirles que Dios tiene buenas noticias para nosotros y que Dios tiene bendición para su pueblo. Dios quiere enseñarnos cómo hacer la guerra, y por eso es que yo salté a este punto aquí donde ya Gedeón está listo para entrar en la batalla. Y lo que vemos aquí es que Dios le da a Gedeón unos principios que él puede usar para hacerle la guerra al enemigo y esos principios nosotros también los debemos que usar en nuestro tiempo.

Yo quiero compartir, así rápidamente, cinco elementos que compartí esta mañana que nosotros debemos usar como cristianos para llevar la batalla al enemigo. Y no solamente eso, yo diría hermanos que aún para cualquier situación en tu vida hay algo que Dios puede hacer a través de esta enseñanza. Es una enseñanza más bien dirigida a la iglesia de Jesucristo, al ejército que Dios quiere levantar, porque Dios quiere traer avivamiento a Massachussets. Dios quiere traer avivamiento a nuestra comunidad. Ahora mismo mientras yo miro, yo veo este lugar completamente lleno y gloria a Dios por eso, pero ¿saben qué, hermanos? Yo miro multitudes, yo miro este escenario multiplicado 5, 10, 15 veces. Eso es lo que a mi me interesa, hermanos. Y ¿saben qué? No es porque yo quiera ver un grupo grande de gente, sin que eso me de algún tipo de masaje a mi ego, es porque yo se que cuando el Evangelio entra a las vidas y a las familias, transformaciones suceden, cadenas son rotas, las familias son bendecidas, matrimonios son sanados, asperezas son suavizadas, hijos son reconciliados con sus padres. Hay esperanza que surge para una comunidad, hay sanidad y por eso es que no podemos permitir que los valores del Evangelio sean aislados y metidos en un cajón para ser olvidados, porque esa es la única esperanza para esta sociedad, hermanos.

Los científicos, los sociólogos, los educadores, los intelectuales tienen algo que decir, pero yo les digo, hermanos que la solución a los problemas de nuestras ciudades, nuestras comunidades solamente está en los valores del Reino de Dios. En esa palabra que está allí cuando es aplicada en una forma verdadera, y por eso es que es importante que nosotros aprendamos a usar estos principios y que se los transmitamos a otros, porque Dios quiere darnos una tremenda cosecha para el Evangelio.

Hermanos, me salgo un poquito del hilo, pero tengo un gran sentido de urgencia para que Dios nos permita construir nuestro nuevo templo. Hace meses que no he mencionado mucho de eso porque estamos haciendo algunas negociaciones y todo eso, oren, una de las cosa que necesitamos es la confirmación del préstamo que necesitamos para hacer este templo que va a costar bastante y ahora mismo los arquitectos, los ingenieros están diseñando los planos. Nuestro gran deseo es que el año que viene, hacia el final del año a más tardar, nosotros estemos comenzando a construir nuestro templo, porque yo se que necesitamos un lugar más grande, porque la cosecha que viene es inmensa. La cosas que Dios quiere hacer en este tempo son tremendas. Ahora mismo nosotros estamos en el borde de un avivamiento. Dios quiere traer una visitación bien grande y una cosecha de almas sin precedentes y tenemos que estarnos prepararndo.

Dios está preparando esta congregación. Dios está removiendo las aguas. Usted siente una intensidad mayor en la adoración. Usted siente vida que estás siendo tocadas, y yo quiero que todos ustedes sean parte de un gran milagro que Dios quiere traer a Massachussets. Dios va a usar a los pobres, Dios va a usar a los que no hablan inglés, Dios va a usar a las amas de casa, Dios va a usar a los ignorantes, Dios va a usar a los que no tienen grandes finanzas y El se va a glorificar con instrumentos que van a poner en vergüenza a los grandes y a los poderosos de la tierra. Pero lo que tenemos que hacer es aprender las técnicas de la guerra, aprender cómo llevar la batalla al enemigo, cómo presentar un Evangelio poderoso, un Evangelio lleno de vida, un Evangelio que es esperanza, un Evangelio que es gozo.

Tenemos que decirle al Señor; Padre, lléname a mi primero. Sáname a mi primero. Sana mi hogar primero. Pon tu vitalidad, pon tu gozo en mi, pon tu conocimiento en mi, para que cuando la gente me mire diga: yo quiero eso que esa persona tiene. Primero tenemos que pedirle al Señor, sana nuestros hijos, sana nuestras familias, sana nuestra mente, sana nuestras emociones, sana nuestras relaciones, entra, Señor en las estructuras de mi vida, de mi familia, de mi casa y hazme entonces una muestra de la vida abundante que Cristo puede darme. Yo miro a muchos de ustedes y yo se lo que está pasando en sus vidas, en términos de que Dios les está reclamando, Dios les está visitando, Dios está metiéndose en los cubículos de su alma y está limpiando y sanando sus vidas y preparándote para ser instrumento de Dios. Yo les pido que se dejen tratar, que sean gente apasionada para con Dios. Inviertan, hermanos, inviertan porque la cosecha es grande.

Si a ti te dijeran, mira si tu trabajas arduamente y te esfuerzas vas a colectar un millón de dólares dentro de 3 años, ¿no te bajarías tu a trabajar con todo lo que tu pudieras? ¿verdad que si? Pues ¿saben qué? El Señor Jesucristo dice que el reino de los cielos es como un hombre que encontró una gran perla, una perla preciosa y fue a su casa y vendió todo lo que tenía para comprar esa perla, y dice el Señor también que es también como un hombre que descubrió un tesoro en un lugar escondido, enterrado y fue por todas las partes, vendió todo lo que tenía, consiguió suficiente dinero, compró la tierra, para poder poseer el tesoro. ¿saben qué, hermanos? Dios quiere darte en tus manos una cosecha de almas. Dios quiere usarte como instrumento. Dios quiere ennoblecer tu alma como hizo con Pedro que lo convirtió de pescador de peces malolientes a un pescador de hombres. Dios quiere hacerte a ti un instrumento de su gracia en esta ciudad, pero necesitas invertir en el Reino de Dios, necesitas, trabajar, estudiar la palabra, orar, ayunar, venir a la iglesia, llenarte del espíritu santo, interactuar con el espíritu de Dios para que pueda usarte a ti y ennoblecerte y levantarte y hacerte un consejero, un evangelista, un predicador, una maestra, una rescatadora de vidas jóvenes, pero tienes que meterte a hacer guerra por tu herencia. Dios quiere hacerlo en tu vida. ¿no te gustaría a ti ser uno de sus grandes hombres o mujeres que Dios use?

El Señor en el espíritu, ponte de pie ahora mismo, si tu quieres ser uno de esos, no lo hagas por cortesía, hazlo porque tu quieres verdaderamente hacerlo y vamos a pedirle al Señor que nos transmita. Vamos a tomarnos un momentito aquí para hacer eso. Si tu quieres, only if you feel that God is calling you, do not do it out of courtesy because it’s not about courtesy at all, it’s about really wanting the spirit of God to make you into a powerful instrument for his glory.

Tu has un pacto con Dios ahora mismo. Dile al Padre: Señor, yo quiero los últimos años de mi vida que me queden, ver una persona avanzada en edad o los muchos años que tengas, si eres joven, o mi profesión la quiero dedicar a ti. Yo quiero que tu me uses. Y ahora mismo yo pacto contigo, Señor, de echarlo todo a un lado, como ese hombre que lo vendió todo para comprar una perla preciosa. Yo te lo doy todo para ser usado por ti. Yo te entrego todo para ser un instrumento en tus manos. Sáname y purifícame.

Just ask the Lord, Father, make me an instrument for your glory, I’m willing to pay the price and that’s a very big thing to say.

Pero úsanos, Padre. Mira este pueblo, Señor. Queremos ser usados por ti. Queremos que tu gloria invada, Señor a esta comunidad. Glorifícate en tus hijos, Padre. Yo los bendigo en el nombre de Jesús, declaro tus dones. Declaro tu unción sobre sus vidas, Padre. Comienza conmigo, Señor,. Llénanos, llena nuestras copas hasta que reboce con tu espíritu, con tu unción, con tu aceite, Padre. Queremos gente apasionada, Señor. Queremos gente que no te ponga trabas. Queremos gente que no te ponga límites de tiempo. Queremos gente apetitosa por las cosas del espíritu. Envía tu poder, Señor. Envía tu gracia a estos jóvenes allá arriba, Señor. Conviértelos en guerreros, conviértelos en gente feroz, para ti, Señor. Mira a los nuevos que están aquí quizás por primera vez, los consagro a ti, Padre. Consagro sus vidas, consagro sus familias, sus emociones. Sana, sana en el nombre de Jesús. Rompe, quebranta, Señor. Ahora mismo quebrantamos yugos del diablo. Quebrantamos ataduras espirituales. Quebrantamos cascos de acero alrededor de las mentes de tus hijos. Quebrantamos pesos, Señor, y fardos que el diablo tiene sobre vidas, ahora en el nombre de Jesús, quebranto maldiciones en el nombre de Cristo. Padre, declaro familias libres, Señor.

Declaro con corazones anchados y vaciados de toda impureza para que tu gloria, tu aceite quepa en ellos, en nombre de Jesús. Di amen. Di amen. Recibe en el nombre de Jesús. Padre, declaramos tu gloria, Señor. Declaramos tu gloria en esta mañana. Levántate un pueblo feroz, Padre. Levántate un pueblo que uno traiga a 100, oh Señor, a la casa de Dios. Que cien traigan a un millón, Padre, a la casa de Dios, en el nombre de Jesús haznos radioactivos, Señor en las cosas del espíritu. Haznos magnéticos, Señor, que cuando esta comunidad testifique de ti, abra la boca, Padre, cosas sucedan. Señor, milagros sucedan, vidas sean tocadas, Señor, que tengan una estampa de autenticidad en su boca. Que cuando abran la boca, Señor, sea el espíritu santo hablando a través de ellos. En el nombre de Jesús soltamos un fluir de tu espíritu, soltamos, Señor ondas que son terremotos, Padre, para remover los cimientos de esta ciudad, de esta iglesia, Padre. En el nombre de Jesús que tu ungüento, Señor corra, que tu unción corra, Padre, que todo miedo huya, Señor amado, toda timidez huya, Padre. Toda actitud conservadora y timorata, Señor amado, toda pequeñez de ánimo ceda en el nombre de Jesús reemplazada por pasión por ti. Gracias, Señor. Lo recibimos, lo recibimos, lo recibimos. Recíbelo ahí en tu corazón. ¡Aleluya! ¡Aleluya! En el nombre de Jesús, gracias, Señor, gracias, Cristo. Amen y amen. Denle un gran aplauso al Señor porque Dios lo hace.

Tome asiento. No es el final del sermón pero le prometo que voy a hacer bien, bien rápido. Cinco cosas que nosotros necesitamos tener para poseer la tierra y para derrotar al enemigo. Se las voy a enlistar una por una.

Necesitamos confrontar al enemigo. Necesitamos confrontar al enemigo. Necesitamos la unción, tiene que haber confrontación, tiene que haber unción de Dios en nuestras vidas. Tiene que haber discernimiento profético en nuestras vidas y en la iglesia de Jesucristo. Tiene que haber una visibilidad del pueblo de Dios y tiene que haber una proclamación de la completa palabra de Dios en medio de la ciudad.

Confrontación, unción, discernimiento profético, visibilidad y proclamación. Estas son las 5 cosas, entre muchas otras quizás, que necesitamos usar para contrarrestar lo que está pasando en nuestra cultura. Y quiero aclarar algo para nuestros visitantes y personas que quizás no están acostumbradas a este vocabulario que yo estoy usando. Yo hablo de enemigo, hablo de guerra, hablo de confrontación, hablo de violencia espiritual. Hermanos, déjenme decirles algo, yo estoy claro en una cosa y es que nosotros somos un pueblo que tenemos que tener el amor de Cristo en nuestros corazones. Yo no estoy hablando de demonizar a nadie allá afuera. Lo que yo veo allá afuera es más bien gente confundida que no saben como dice el Señor, le dice a Jonás: “no saben discernir su mano derecha de su mano izquierda” porque no les ha llegado la palabra de Dios o porque el enemigo, como dice el Apóstol Pablo, ha cegado en entendimiento de ellos para que no les resplandezca el Evangelio de Jesucristo.

Cuando yo hablo de enemigo lo estoy diciendo en ese sentido. Para mi el verdadero enemigo es Satanás, el enemigo de las almas, que solo sabe matar, robar y destruir. Los enemigos no son los homosexuales, los enemigos no son los intelectuales que están simplemente engañados por Satanás, el enemigo no son los políticos que están tratando de cerrarle la puerta a la iglesia. El Señor Jesucristo dijo a través del Apóstol Pablo que nuestra lucha no es contra sangre y carne sino contra principados y potestades. Yo hablo de una guerra al nivel espiritual sobretodo. Yo hablo de que el pueblo de Dios tiene que ser militante al nivel espiritual. Yo hablo de que nosotros tenemos que estar seguros de que Dios nos ha dado una revelación diferente a la que le ha dado a cualquier otra religión o a cualquier otro movimiento espiritual. Nosotros tenemos una revelación que viene directamente de la boca de Dios. Esto no quiere decir que faltamos el respeto a nadie ni consideramos a nadie un enemigo. Nosotros amamos al contrario, cada día, yo lo que me mueve más es el amor que yo tengo a las almas que se pierden allá afuera, incluyendo a aquellos que hablan en contra de nosotros y que están simplemente poseídos por un engaño de su mente y de su espíritu y nosotros lo que queremos hacer es meter y saquear la casa del ladrón de sus almas y traerlos a conocimiento de Jesucristo, pero no podemos ser tímidos acerca de eso. Tenemos que confrontar, tiene que haber una confrontación.

Gedeón en algún momento decide ir en contra de los madianitas y lo vemos aquí en este pasaje listo para meterse en la confrontación con el enemigo. Asimismo la iglesia de Jesucristo tiene que confrontar. Nosotros somos, estamos aquí, hermanos, en el mundo para hacer un movimiento contra cultural. La iglesia siempre ha estado contraria al mundo. La iglesia siempre ha sido un ejército que está tratando de quitarle el poder a un enemigo que ilegítimamente está poseyendo la tierra. Satanás es el príncipe de este mundo y Cristo bajó a la iglesia en paracaídas y les dijo: tomen ese territorio que me pertenece a mi. Y por eso es que la iglesia tiene que verse a si misma como un ejército, y tiene que tener la misma actitud militante, confrontadora pero con armas de amor. Es una agresividad que paradójicamente no excluye el amor y la mansedumbre y la humildad y el sentido de necesidad propia de la redención de Dios, pero nosotros tenemos que confrontar a la sociedad.

Si nosotros nos quedamos callados y tomamos nuestro Evangelio y lo metemos debajo de una silla, como dice Jesucristo: una luz no se pone debajo de una cama, sino que se pone en un lugar alto para que alumbre. Y nosotros tenemos que confrontar a esta sociedad con una palabra de que no todo está bien, de que hay pecados que Dios los aborrece, de que hay comportamientos que tienen que ser cambiados, de que hay leyes y hay principios morales que están haciendo daño a la misma raíz de nuestra comunidad, de nuestra sociedad y que esas cosas tienen que ser abandonadas si queremos tener sociedades productivas y bendecidas por Dios.

Entonces la iglesia tiene que confrontar, la iglesia tiene que identificar al enemigo y tiene que decirle: nosotros le decimos una palabra de Dios y es que hay que tener arrepentimiento. Muchas iglesias se han dejado sobornar emocionalmente y hoy en día, están calladas y no hablan en una forma clara el Evangelio y están simplemente cada una allí tratando de agradar a todo el mundo y de decir las cosas que la gente quiere. Y yo mismo hermanos, cada vez que yo me paro aquí un domingo, yo miro y veo gente nueva que está visitando, algunos de ellos bien vestiditos y que se ve que son personas bien estudiadas y que quizás no comparte con nosotros lo que nosotros entendemos del Evangelio, muchas veces me siento tentado a suavizar algunas de las cosas que digo para no escandalizar y no hacer daño. Pero, hermanos, Dios me ha dicho claramente, tengo que predicar la totalidad del Evangelio. Esa es la única esperanza para esta sociedad y nosotros tenemos que confrontar, tenemos que hablar claramente al mundo y tenemos que identificar estos poderes de racionalismo, de humanismo, de rebeldía, de posesión de lujuria y de desenfreno sexual, de tratar de definir lo que es la humanidad y de rebelarse contra lo que Dios ha dictado que es el hombre.

Hermanos, Dios nos hizo. Dios nos programó, Dios tejió, dice la palabra, en su vientre, en el vientre de nuestra madre cada cosa que nosotros somos. Nosotros tenemos escrito en nuestro ser el código moral, espiritual que Dios declaró sobre nosotros. Nosotros podemos cambiar nuestra contextura espiritual de la misma manera que podemos cambiar nuestra contextura biológica. No se puede. Lo que tenemos que hacer es entrar en lo que Dios ha declarado a la humanidad y la iglesia tiene que anunciarle a la sociedad cuál es el programa de Dios para nosotros, cuál es el programa que Dios ha escrito en el ser del hombre. Cuando el hombre trata de rebelarse contra la programación divina, lo que hace es que se mete en grandes problemas.

Es más, la misma naturaleza se rebela porque todo en el universo está conectado, lo biológico con lo psicológico, con lo espiritual, con lo geológico, todo. Yo sinceramente creo que por esta razón el hombre está experimentando tantos desastres al nivel geológico, al nivel de la naturaleza, aún en esta nación, porque..... y esto no lo digo yo solamente, algunos psicólogos que se han metido más hondo, como Karl Jung, habla acerca de cómo la energía mental también penetra muchas veces en el mundo físico. Yo creo que la naturaleza se rebela contra todo tipo de rebeldía contra Dios. Cuando la naciones practican cosas que son aborrecibles ante lo que Dios como Dios ha estructurado el universo, el universo mismo se remueve en sus fundamentos y hay movimientos tectónicos también porque hay resistencia a la energía divina que quiere pasar libremente a través de las estructuras rebeldes y resistentes que los hombres ponen, entonces vienen las conmociones, vienen los grandes desastres, vienen las guerras. Porque es que el espíritu del hombre y de la sociedad está en desenfreno, está en quietud y lo siente la naturaleza y hace hechos proféticos de lo que está pasando a nivel de las estructuras sociales.

Y por eso es que la iglesia, la iglesia es la sal de la tierra, la iglesia es la luz del mundo, la iglesia es la autoridad espiritual, la iglesia es la madre que le dice a los adolescentes rebeldes; pónganse en orden con lo que dice su padre. En los últimos tiempos Dios enviará profetas que dice reconciliarán el corazón de los hijos con el corazón de los padres. La iglesia es ese poder reconciliador. Qué dice la sociedad, nos confrontamos porque les amamos, porque el Padre quiere reconciliación con ustedes. Papá no está allí con una escopeta de dos cartuchos queriendo dispararle a ustedes. El papá dice: vengan, vengan, yo quiero reconciliarme con ustedes, quiero paz pero necesito que ustedes me respeten, que ustedes se ciñan a mis valores. Pero si la iglesia abandona su voz confrontadora en amor, pierde su sal, pierde su sabor, entonces no sirve para nada. Hay que confrontar en el amor de Jesucristo. Tenemos que ser gente confrontadora en nuestras escuelas, en nuestros trabajos, en nuestros hogares, donde sea, en el amor de Cristo tenemos que decir: no, eso no se puede hacer porque Dios lo prohíbe. En nuestras vidas nosotros también tenemos que confrontarnos a nosotros mismos y pedirle al Señor que nos purifique cada día más y más, que nos limpie cuando en nosotros se levantan estructuras que son rebeldes contra la voluntad de Dios también. La confrontación tiene que ir en todas las dimensiones. Gedeón confrontó al enemigo.

En segundo lugar, la iglesia necesita la unción de Dios. Gedeón era un hombre ungido, el ángel tuvo un encuentro con Gedeón, le dio una mirada de capacitación, lo llenó del espíritu y al otro día Gedeón se movió y destruyó el ídolo de Asherah y la gente vino inmediatamente y se pusieron alrededor de Gedeón y Gedeón hizo un llamado y vinieron 32.000 hombres, ¿por qué? Porque Dios le había dado el poder de la convocación. Cuando Dios unge a una persona, a una iglesia, un ministerio, le da un poder, un atractivo porque se necesita para poder hacer lo que Dios quiere que haga. La iglesia necesita, nosotros necesitamos, por eso hicimos este momento de ponernos de pie, porque tenemos que pedirle al Señor: Señor, úngenos, llénanos con tu espíritu.

Dice la palabra “no es con espada, no es con ejército, es con mi espíritu”, dice Jehová, el Señor. La batallas se ganan en el poder del espíritu, pero necesitamos una iglesia unida. El domingo pasado hablábamos de que tenemos que llenarnos de Dios. Tenemos que dejar de mirar afuera y mirar al Dios que nos capacita. Tenemos que pegarnos de Dios, enchufarnos a Dios para que el poder de Dios corra a través de nosotros y entonces se manifieste hacia fuera. Tenemos que pedirle al Señor: Padre, capacítame. (No se apure que eso es música de fondo allí para alguien que está, ojalá y hubieran escogido una musiquita un poquito más suave, pero está bien, por lo menos.....). la idea es, hermanos, necesitamos unción. La iglesia tiene que estar ungida. Hay muchas iglesias que lo que tienen es mucho aparato. Tenemos muchos edificios bonitos, dinero en el banco, grandes sistemas de sonido, pedigríes educativos para todos los líderes, pero si no tenemos el poder de Dios en nuestra vida, la iglesia no va a poder hacer nada. Por eso es tan bueno cuando nosotros nos tomamos tiempo para adorar al Señor.

 

 

Usted ve cuando usted está 40 minutos, 50 minutos adorando.... tenemos que entender lo que pasa allí, no es simplemente cantando cumbayá y teniendo un momento romanticón, unos con los otros, es cuando nosotros estamos adorando al Señor, y la atmósfera se está cargando de energía espiritual, usted se convierte como en una de esas baterías que está recibiendo fuerza. La adoración, la unción de Dios, la energía que se está desatando en el aire es como un vapor que está penetrando por los poros y los está suavizando, los está abriendo en su interior, en su mente, en sus emociones, ustedes se están llenando de la presencia de Dios. Usted está siendo masajeado por el espíritu santo. Su mente está comenzando a pensar en formas diferentes. Quizás hay llanto, quizás hay risa de liberación, cosas se desprenden de usted. No es simplemente cantar, porque sería tremendamente monótono y aburrido, es entrar en esa nube de la presencia de Dios y recibir la unción de Dios y entonces salir a la calle para servir al Señor.

Y la iglesia tiene que aprender más y más. Dios necesita iglesias unidas, Dios necesita gente unida. No es solamente gente evangélica, no es solamente gente protestante, no es solamente gente que vengan a la iglesia, no, es gente que lleve a la iglesia dentro de ellos 24 horas al día, es gente que sepa como moverse en la unción de Dios, es gente que haya sido capacitada por un encuentro con el espíritu santo. Tenemos que pedirle al Señor cada día: Señor, haznos cada día más y más una iglesia pentecostal, una iglesia que sepa moverse en la unción tuya, en el poder para que podamos hacer las obras que tu quieres hacer.

Dios le dijo a los Apóstoles, no se vayan. Jesús les dijo: No se vayan de Jerusalén hasta que no seáis investidos con poder de lo alto. Porque El sabía que para poder hacer la tarea de evangelizar el mundo, necesitaban algo diferente. Entiende, hermanos, la predicación no te da eso. La lectura de la Biblia no te da eso. El estudio de los discipulados no te da eso. diezmar no te da eso. El cantar no te da eso. Tiene que ser un encuentro directamente con la unción de Dios. Recibir una impartición de poder en tu vida, llenarte del espíritu santo, moverte en esa unción en tu vida y eso te dará autoridad para vencer a los gigantes que hay en tu vida, sea de matrimonio, sea una adicción a droga, sea un problema mental, sea depresión, sea un problema físico, financiero, lo que sea, la unción de Dios es la que pudre el yugo, la que hace posible que vengan las demás cosas.

Hay tanta gente que conoce de Dios y conocen de religión, aún en los púlpitos, aún en el servicio de Dios, pero todavía están en derrota porque todavía no han podido enchufarse a ese poder misterioso del espíritu santo, hermanos. Eso es lo que necesitamos más y más en nuestra vida cada día, esa unción. Y Gedeón la tenía porque la recibió de Dios y se vio la diferencia inmediatamente en su comportamiento cuando se encontró con el ángel y después Dios se la dio en otras maneras. Nosotros necesitamos eso también.

Hemos hablado de la tercera cosas, discernimiento profético.¿Qué quiero yo decir con eso? me refiero, hermanos a que Gedeón escuchaba de Dios continuamente, tuvo un encuentro con el ángel, después le dijeron: ve y destruye el ídolo de Asherah. El hizo eso, después Dios le pidió él a Dios que le diera una señal de su favor y Dios se lo dio a través del vellón que estaba lleno de agua, sereno, después de eso también se lo dio mojando el terreno alrededor de él pero dejando el vellón seco, y después de eso le dijo: mira, ve ahora y escucha lo que está pasando en el campamento, Yo te voy a demostrar que yo estoy contigo allí, todas maneras en que Gedeón estaba en continuo diálogo con Dios, estaba recibiendo palabra, estaba recibiendo revelación de parte de Dios. Dios le decía qué es lo que tenía que hacer, cómo moverse, le dio la estrategia de esta ateas ardiendo y estos vasos vacíos y estas trompetas, ¿por qué? Porque cuando Dios nos llama El nos quiere dar estrategia. Dios quiere hablar a tu vida cada día.

Quizás tu tienes, por ejemplo, un hijo adolescente rebelde y no sabe cómo tratar con él y no has encontrado la clave para entrar a su alma. Tienes que ir a Dios, tienes que decirle; Padre, háblame, enséñame, ¿cómo tu quieres que yo trate a mi hijo? Quizás tu tienes un problema matrimonial y no sabes cómo resolverlo, estás quizás distanciado emocionalmente de tu esposa, hay problemas en ti, en tu carácter, en tu trato, y tu necesitas liberación de esas actitudes. Tienes que ir en oración, tienes que ayunar y pedirle al Padre consejo específico ¿cómo puedo yo romper este problema, Señor? Quizás hay actitudes en tu vida, quizás hay un problema financiero, la iglesia necesita poder fluir en el discernimiento profético de Dios. Necesitamos palabra ahora. Dios quiere hablar a sus hijos. Dios quiere hablarte a ti. Dios quiere tener diálogos personales contigo. Dios quiere cada día en el trabajo, en el tren, en el carro donde vas, El quiere traer cosas a tu espíritu. Dios nos está hablando en este tiempo proféticamente.

Esta mañana vino el pastor Basil Yarde aquí y nos dio una palabra profética preciosa. Dios nos está hablando de que... a mi me dice proféticamente de que este es el tiempo ya, estamos al borde de entrar en un gran avivamiento. Por eso yo siento esta gran urgencia, Dios me está hablando acerca de eso. Dios me está hablando de que Dios está haciendo cosas nuevas en esta congregación. Dios me está hablando de que cuando yo fui a Israel y regresé Dios hizo algo en mi vida y lo está transmitiendo a ustedes. Dios nos está hablando de que hay algo nuevo en los aires de que Dios quiere que tratemos con El en una manera diferente. Dios nos está hablando de que necesitamos arreglar los patrones de nuestra vida, poner las cosas en orden, prepararnos para la cosecha, dejar de estar jugando al Evangelio y entrar serios ya de una vez por todas, para que Dios pueda hacer lo que El quiere. Dios me está hablando en mi ministerio y en mi vida, acerca de cosas que yo tengo que hacer en mi propia vida y arreglar con Dios y poner en orden para que Dios pueda usarme como El quiere usarme.

Y Dios quiere amar a tu vida también de la misma manera, para hacer cosas en ti, para que tu puedas vivir esa vida victoriosa que El quiere que tu vivas. ¿Cómo lo vas a conseguir? Tienes que apartar tiempo para buscar de Dios. Tienes que apartar tiempo para orar, para ayunar, para leer la palabra, y cuando tu abras la palabra dile: Padre, háblame. No la leas rutinariamente, Dios te va a hablar a través de palabras escritas y El va a activar pasajes de la Escritura que va a ser como si ese pasaje, de momento se pusiera en relieve y te estuviera hablando a ti solamente. Y cuando tu vayas al tiempo de oración personal, ve esperando escuchar que Dios te va a decir algo específicamente a ti a través de ese tiempo de oración, y pon tus oídos alerta. Pero se necesita una iglesia que fluya en los dones del espíritu santo, lo cual incluye la palabra profética, los sueños, las revelaciones, las impresiones del espíritu, las imágenes que vendrán a nuestra mente. Se necesita eso para poder rescatar a esta sociedad porque este mundo en que vivimos está demasiado atado con ataduras racionales, intelectuales, culturales.

Hoy en día el hombre ha sido capacitado para producir cosas en las artes y en todas las dimensiones de la existencia humana que lo apartan más y más de Dios. La dureza de corazón del hombre hoy es mayor que nunca antes en toda la historia y por lo tanto la iglesia necesita nuevas herramientas que tienen que venir de Dios y van a ser herramientas ridículas, como estas. ¿Cómo podía uno derrotar un ejército que era más numeroso que dice como las arenas del mar, con unas teas ardiendo y unas vasijas vacías? Porque eso era lo que Dios quería. Y cuando Dios está en una revelación específica tu puedes coger una espada de goma y con eso tu puedes derrotar a un monstruo porque la espada está ungida con el espíritu de Dios, pero tienes que saber que eso es lo que Dios quiere. En las manos de una David ungido que recibía palabra profética de Dios una honda fue todo lo que se necesitó para derribar a un gigante que todo un ejército israelita no lo pudo hacer. Si nosotros fluimos en la revelación específica de Dios, Dios nos va a dar estrategia y herramienta que en un momento destruirán al enemigo, pero tenemos que estar atentos a esas cosas. Quizás todos los años de lucha que tu has tenido, peleando con algo en tu vida, Dios lo va a derrotar en un instante, pero necesitas saber qué es lo que Dios quiere de ti y cómo El quiere usarte en esa manera.

Confrontación, unción, discernimiento profético, la cuarta cosa, visibilidad. Tenemos que ser visibles, hermanos. Ahora mismo aquí nosotros somos visibles unos para con los otros, pero allá afuera el mundo no sabe que aquí hay cientos de personas en este lugar adorando al Señor. ¿Cómo lo van a saber? Cuando tu salgas a la calle. Mañana muchos de ustedes van a estar en una fábrica, en una oficina, en un aula escolar, en la calle manejando, tomando un autobús, la iglesia de Cristo tiene que hacerse visible. No podemos refugiarnos en las cuatro paredes. Tenemos que estar allá afuera, dejándole saber al mundo que somos una presencia. Yo le doy gracias al Señor, lo que ha pasado en este tiempo con toda la cuestión del matrimonio y todo eso, yo creo que Dios está permitiendo todo eso simplemente para obligar a la iglesia a hacerse presente. Hemos estado demasiado escondidos, mientras tanto el enemigo se sirve con la cuchara grande y hace esto y hace lo otro y solamente cuando nos despertamos y nos damos cuenta de cómo se ha posesionado de todo, entonces nos ponemos las manos en la cabeza y decimos: ¡qué desastre!, y comenzamos a apagar el fuego.

Pero Dios quiere que la iglesia sea activa, que sea presente, que sea visible, que ensanche su tienda como le dice en Isaías 54: ensancha el sitio de tu tienda, alarga tus cortinas, afirma tus estacas, alarga las cuerdas de tus cortinas, porque yo te voy a extender al norte y al sur, al este y al oeste. Le dice: no seas tímido porque te extenderás, darás a luz, poseerás las naciones, poseerás la vida de tus hijos.

Eso es lo que Dios le está diciendo a la iglesia, hombres. Donde quiera que tu estés, se una presencia visible. A los jóvenes les digo, no se dejen intimidar por sus profesores, Dios les va a dar sabiduría para hablar con autoridad. No se dejen intimidar por sus compañeros de clase que están hablando de esto o de lo otro y repitiendo como el papagayo las teorías anticristianas y antinaturales y antidivinas. Usted sea una presencia inquietante donde quiera que usted esté. Dígale a la gente: yo soy cristiano ¿y qué? ¿usted entiende? Seamos claros en nuestra fe. No nos dejemos intimidar porque nosotros tenemos el poder de Dios con nosotros. Dice la palabra: con ellos está el brazo de carne, pero que con nosotros está Jehová de los ejércitos. Dios nos ha dado la palabra.

Hermanos, si nosotros fluimos en esa palabra y hablamos con autoridad y nos paramos y decimos aquí yo estoy, como un príncipe de Jehová, como un representante del Reino de Dios. Abre tu boca y Dios te va a dar palabra de autoridad, pero tenemos que ser visibles, tenemos que ser presente, tenemos que ser una iglesia que esté allá en la calle, tenemos que invitar a otros a venir a la iglesia. Tenemos que testificar en nuestros vecindarios. Tenemos que abogar por los valores del Reino de Dios. No pidamos disculpas por lo que nosotros creemos. El enemigo quiere que nosotros cojamos miedo y nos dice: ah, tu odios a los homosexuales, tu estás lleno de odio, tu estás lleno de tu propia justicia, estás criticando continuamente. Todas esas acusaciones que son lanzadas contra nosotros, como maldiciones para intimidarnos y hacer que nosotros aceptemos la visión del Evangelio que nos esta siendo transmitida por el enemigo.

Y nosotros tenemos que decir: que el Señor te reprenda, yo no recibo eso. yo soy un hijo de Dios. Yo tengo amor en mi, yo amo a la humanidad, yo te amo a ti. Yo tengo la verdad de Dios en mi vida, yo tengo una revelación una vez dada a los hombres por todos los siglos. Yo tengo la verdad de Dios que creó el universo y que fundó los cimientos de los planetas. Yo tengo una fe que habla tanto a nivel microcósmico como al macrocósmico. Yo puedo hablar tanto de las cosas que tienen que ver con la naturaleza y también por las cosas que tienen que ver con el espíritu. Yo puedo hablar de lo temporal y de lo eterno. Puedo hablar de lo científico y puedo hablar de lo moral. Puedo hablar de lo individual y puedo hablar de lo colectivo, puedo hablar de lo político y puedo hablar de lo artístico porque tengo la sabiduría, la mente de Cristo. Esa es la palabra que nosotros tenemos que estar diciéndole al mundo hoy en día. No pidamos disculpas por lo que Dios le ha rebelado a su iglesia. Si el mundo no se ha desmoronado y se ha partido en cincuenta mil pedazos es porque la iglesia de Jesucristo todavía está presente para preservarlo. No nos amedrentemos, hermanos. No tengamos temor. Levantemos la voz. Toquemos las trompetas. Quebremos las teas. Dejemos que nuestra luz de nuestra antorcha brille y que el mundo vea un hombre, una mujer llenos de la revelación de Dios. Seamos visibles.

Yo les compartí a los hermanos, una última ilustración con respecto a este punto y ya me queda uno más. Estos últimos días el alcalde de la ciudad de Boston a quien nosotros apreciamos, porque es un hombre decente, y algunas autoridades de la ciudad quisieron quitarle el nombre del árbol navideño a un árbol que siempre se ha puesto en la Boystron Street, cada año para celebrar la navidad. Pero como usted sabe en esta sociedad hay un espíritu de anticristo, en inglés navidad es Christmas, que viene de la palabra Christ, Cristo, entonces yo se, hoy en día, hermanos, la palabra Cristo escandaliza. Usted menciona la palabra Cristo y hay un movimiento espiritual en el aire.

Yo he estado en reuniones sociales de gente decente y que tiene buenas intenciones y muy profesional y cuando se menciona algo que es muy puro del Evangelio usted siente la incomodidad en el aire. ¿Por qué? Porque hay energías espirituales que resienten la mención del nombre de Jesús. Ese es el espíritu de anticristo que hay en la sociedad y aún personas bien intencionadas y decentes están poseídas por ese espíritu de anticristo hoy en día, por eso es que la iglesia no puede sujetarse a eso. El caso fue que quisieron quitarle el nombre de árbol navideño, Christmas Tree, y ponerle simplemente árbol festivo porque no querían ofender, supuestamente a las personas que no compartan la fe cristiana. Aunque ese árbol lleva 50, 60 años que se está enviando siempre de Nueva Escocia, en Canadá en agradecimiento a la ciudad de Boston por un acto de ayuda que le dio Boston a Nueva Escocia y hoy en día usted ve eso más y más. Dondequiera se quiere extirpar cualquier señal de cristianismo de los recintos y de los lugares públicos de esta nación, porque el diablo sabe que cuando una nación quita la persona, el nombre, la sangre de Jesús, de sus dinteles está abierta a toda penetración demoníaca posible.

Yo les puedo decir que lo único que hace temblar al diablo es el nombre de Jesús. Y yo he tenido mucha oportunidad a través de los años de ver una persona endemoniada o infectada por demonios, cómo los demonios aborrecen el nombre de Jesús y la sangre de Jesús, porque hay poder en esa sangre. El nombre de Jesús es una llave mágica que abre puertas y cierra puertas. La figura de Jesús es un talismán sagrado, cuando usted lo tira cosas explotan y estallan, los demonios huyen. Hay poder en la sangre de Cristo, hay poder misterioso, no nos podemos avergonzar de decir la sangre de Jesús, el nombre de Jesús. El caso fue que el alcalde quiso quitar eso y estas autoridades de la ciudad en su deseo de ser políticamente correctos, gracias al Señor que un grupo de cristianos que siempre están vigilando precisamente ese tipo de acción, le escribieron a la ciudad y les dijeron: si ustedes hacen eso, les vamos a meter una demanda y los vamos a llevar a la corte. El alcalde y las demás personas se retiraron y hoy todavía se llama árbol navideño.

Las encuestas dicen que esta nación, el noventa y pico, yo mismo me quedé sorprendido, el noventa y pico por mucho de la gente se identifica como de extracción cristiana aunque no practiquen el cristianismo, y hay una cantidad mayoritaria de gente que dice que va a la iglesia cristiana todos los domingos, aún en esta nación, escuchen. El porcentaje de personas que se identifican como budistas, hinduistas, y otras religiones es como un 5 ó un 7% de toda la nación, ¿por qué el noventa y pico por ciento de esta nación va a dejarse, que por no ofender sensibilidades demasiado desarrolladas, que se extirpen las señales del Evangelio en todas partes de esta nación. No estamos diciendo que se excluyan, que se pisoteen los demás. Estamos diciendo que la mayoría tiene derecho también a celebrar sus raíces y sus símbolos y sus creencias.

Gracias al Señor, hermanos que hay gente que todavía militante están defendiendo, no pidamos disculpas. Está orgulloso del Evangelio que te ha sido dado y celébralo y seamos una presencia visible en las naciones y en las ciudades y en los estados. Dios está esperando, hermanos que la iglesia se ponga de pie y diga: aquí estamos. Cuando la iglesia haga sentir su presencia, Dios entrará en acción.

Cuando Gedeón se paró, rodeó el campamento enemigo y quebraron las vasijas y salieron esas antorchas a encenderse en el medio de la medianoche de esa oscuridad, de ese campo, donde estaba ese enemigo, y comenzaron a tocar sus trompetas, y comenzaron a gritar por Jehová y por Gedeón, el espíritu de Dios cayó en esa declaración y puso la espada de uno contra el otro. Porque cuando la iglesia se hace presente, visible se convierte en un instrumento, en un canal presente. Ahí es donde el poder de Dios entra en el hospital, en la escuela, en la oficina, en la calle, en el hogar, en el vecindario. Dios hace su obra, pero si nosotros estamos escondiendo nuestra luz debajo del almud y estamos calladitos y temerosos, y no queremos que nadie sepa, usted no sabe cuánta gente por lo general que yo conozco, que los he conocido durante tiempo y solo después de mucho tiempo descubro que son cristianos, son cristianos encubiertos.

Necesitan salir del closet también, hay otros que están saliendo del closet pues salgamos nosotros del closet también, hermanos. Joven no pidas disculpas por tu fe. Trabajador, obrero, profesional, ama de casa, no pidas disculpas porque has recibido una revelación única, excepcional para todos los tiempos. Vamos a ser visibles. Cuando tu camines di: conmigo camina el Reino de Dios. Dondequiera que tu vayas, Dios te ha entregado toda la tierra que pise la planta de tus pies. No temas de ser visible, atrévete en el nombre de Jesús. Atrévete en el nombre de Jesús. Dios necesita iglesias visibles, iglesias presentes, iglesias “in your face” como dicen en inglés, ahí, que anuncien el Evangelio a tiempo y fuera de tiempo, sino quieren aceptarlo eso es asunto de ellos, pero tu descarga tu responsabilidad delante de Dios.

Lo último, y digan todos Gloria a Dios. Proclamación. Esto va a ser bien breve. Proclamación. Ya yo lo he dicho en un sentido. Necesitamos proclamar el Evangelio completo de Jesucristo. ¿Cómo vemos la proclamación? En ese alardeo, esa algarabía que hubo cuando Gedeón y sus hombres gritan y tocan las trompetas y brillan sus antorchas y rompen los cántaros, en ese momento vemos que en esa proclamación de alabanza y de adoración, la presencia de Dios comienza a moverse y suceden cosas.

La iglesia tiene que proclamar la verdad del Evangelio. Para que ustedes vean que estoy en serio, y a invitarlos a los músicos a que pasen por acá y que suban y que comiencen ya a cerrarnos en esto.

El enemigo quiere robarnos el Evangelio. El enemigo quiere que nosotros editemos el Evangelio para que la gente no se moleste. Hay muchas iglesias, y lo digo respetuosamente sobretodo en el mundo anglosajón, que hoy en día bajo el deseo de no escandalizar a la gente, no confrontar, no ofender, están sacando una cantidad de verdades del Evangelio y las están metiendo debajo de la alfombra, porque supuestamente son demasiado confrontativas y son desagradables para la gente. ¿Por qué? Porque la gente viene de afuera llenos de este espíritu secular, racional, rebelde contra Dios y llegan y cuando la palabra se anuncia en toda su plenitud, hay un choque de poder, pero a menos que nosotros no estemos dispuestos a que haya ese choque y a ofender a la gente, pero ¿saben qué?, que muchas veces al ofenderlos, removemos los cimientos de su espíritu y entonces permite que Dios pueda entrar. Quizás se van echando chispas y maldiciéndote pero después llegan a sus casas y ya el germen del espíritu está en su corazón y entonces Dios puede comenzar a obrar en sus vidas. Pero si tu estás más interesado en agradarlos a ellos que agradar al Dios que te envió, vas a perder esa oportunidad de ser un elemento regenerador en la cultura en que estamos.

Si la iglesia pierde su sabor, no sirve más que para ser botada. Si la sal pierde su sabor, ¿para qué servimos? Nosotros no vamos a perder nuestro sabor, vamos a proclamar, vamos a adorar, vamos a buscar una plenitud de vida, vamos a anunciar el Evangelio completo que Dios nos ha dado. No vamos a rehuir de anunciar, como dice Pablo, el Evangelio, la verdad de Dios a los que Dios nos ha encomendado. Tiene que haber proclamación. Lo hacemos al adorar al Señor con libertad, lo hacemos al predicar la palabra. Yo no solamente predico para ustedes hermanos, predico a los demonios también que están alrededor escuchando, predico a los ángeles de Dios para adorarlos, predico al Padre para decirle: yo creo lo que tu dices. Predico a los aires para enviar ondas que penetren en el mundo espiritual. Hay que proclamar, hay que anunciar, hay que declarar y entonces que cada uno se encargue de hacer lo que quiera con la palabra, eso es asunto de ellos. Nosotros descargamos nuestra responsabilidad.

Unción, visibilidad, discernimiento profético, proclamación, confrontación. Estos son los elementos que tenemos que usar en la batalla, tanto en nuestras vidas individuales como en nuestras vidas colectivas.

Pongámonos de pie, démosle gracias al Señor y vamos a decirle: Padre, nos entregamos a ti como iglesia en esta mañana, nos entregamos como iglesia. Hermanos, les doy gracias por su tiempo pero esto es el tiempo de Dios. Entra esa palabra en su vida, Dios quiere hacer grandes cosas con su pueblo. Este es el tiempo de la guerra, es el tiempo de la guerra amorosa. Nuestras armas no son carnales, dice la palabra, son poderosas en Dios para la destrucción de fortaleza. No son armas de oscuridad son armas de luz, son armas de amor, armas de verdad, armas de justicia, armas de transparencia, armas de reconocimiento personal de nuestra necesidad de Dios. Y al nosotros humillarnos y reconocer que nosotros somos los primeros necesitados, entonces podemos extender manos de misericordia a otros también. Que Dios nos bendiga y que su gracia repose sobre nosotros en esta tarde.

Padre, bendigo a tu pueblo, los libero de aquí para servir, Señor. Oh, que tu unción vaya con nosotros, Padre, en esta tarde. Que estas palabras que han sido declaradas, no caigan a tierra. Yo creo que harán todo aquello para lo cual tu las enviaste, Señor. Las atesoramos en nuestros corazones. Bendigo a tu pueblo. Ayúdanos a ser testigos fieles y verdaderos, auténticos e íntegros del Evangelio precioso que tu nos has confiado. Gracias Señor en el nombre poderoso de Jesús. Amen y amen. Hermanos, que la gracia del Señor siga con ustedes. Amen. Amen.

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Isaías 40:27

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En el versículo 27, Isaías 40:27, dice “¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tu Israel, mi camino está escondido de Jehová y de mi Dios pasó mi juicio? No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, El cual creó los confines de la tierra. El no desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas a quien no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas, como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.” Bendiga el Señor su santa palabra.

Esta mañana, en realidad el sábado por la mañana, como a las 4 de la mañana, mientras teníamos nuestro tiempo de vigilia aquí, un momento para yo compartir algo con los hermanos y estaba buscando allí una palabra fresca de parte del Señor y encontré este pasaje de Isaías, Capítulo 40, y mientras lo examinaba para ver si era apropiado para animar a nuestros hermanos, pensé: “en realidad es tan básico ese mensaje que quizás no se presta más que a una o dos oraciones rápidas, con frases rápida de comentario.” Porque mucho hemos recitado ese pasaje donde dice que los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen, pero los que esperan a Jehová..... etc, etc.

Pero siendo obediente a lo que sentía que era una palabra del Señor para el grupo, obedecí y la compartí con los hermanos y algunos me testificaron que fue de gran bendición, y mientras lo hacía sentía en realidad, la confirmación del Señor, y por eso, era un grupo pequeño ya a esa hora de la mañana, siento que Dios quiere darnos una palabra de ánimo. El viernes todo el fluir desde el comienzo mismo de la reunión fue del amor de Dios para con nosotros, la gracia de Dios que fluye sobre nuestras vidas, las buenas intenciones del Señor, el deseo que tiene el Señor de que nuestra vida espiritual no sea estéril, no sea rígida, no sea gravosa, sino que verdaderamente Dios tiene buenas intenciones para con nosotros, Dios quiere bendecirnos, Dios quiere afirmarnos y fortalecernos.

Y este pasaje habla precisamente a personas que quizás se sienten como que han llegado al final del camino. Quizás tu te sientes que tu carga te pesa demasiado, y llevas demasiado tiempo bregando con una situación difícil que no obedece a las oraciones, no obedece a las peticiones ni a los ayunos y tu ya estás quizás sintiéndote tentado a decir: ya no más, no voy a seguir intercediendo ni orando porque ya Dios se olvidó de mi y de mi camino. Esta mañana cuando entraba al servicio saludé una hermana que hacía un tiempecito que no la veía y me decía: Pastor, estoy aquí, estoy contenta pero llevo ya tres meses de lucha y de situaciones difíciles. Yo le dije, hermana usted está en el lugar correcto, aquí en la casa del Señor, aquí puede encontrar la esperanza que usted necesita, el gozo y la palabra que usted necesita. Y quizás como ella, yo sentí que eso fue una confirmación del Señor de que Dios quiere darnos ánimo para seguir en la batalla, seguir allí hasta que el Señor de lo que El tiene para nosotros.

El escritor Isaías, el profeta de Dios, comienza ahí en el versículo 27 con una pregunta, que es una pregunta retórica porque tiene su propia respuesta ya, la respuesta es obvia. ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tu Israel, mi camino está escondido de Jehová y de mi Dios pasó mi juicio? En otras palabras, Isaías está refiriendo a Israel mismo, Jacob era otro nombre que se le daba a Israel, y le está diciendo: ¿Por qué piensas tu que Dios ya se olvidó de ti? Tenemos que entender el libro de Isaías, y el ministerio de Isaías. Isaías escribió a un pueblo derrotado, a un pueblo que estaba ya siendo exiliado, estaba pagando el fruto de su pecado de idolatría, de olvido de Dios, habían pecado contra Dios, estaban bebiendo las consecuencias de sus pecados, se sentían alejados de Dios, se sentía que no había esperanza para ellos. Un poderoso reino estaba en contra de ellos, no podían contar con el favor de Dios y Dios usó al profeta Isaías para escribir palabras, entre otras cosas, de ánimo para esa nación bajo juicio, esa nación desmoralizada.

Y por eso Isaías tiene pasajes maravillosos de consuelo, de parte del Señor, y por eso es que Isaías también contiene algunas de las profecías más bellas acerca del Mesías venidero. Porque el Señor quiso, no solamente bendecir a los judíos en exilio con palabra de promesa y de esperanza para ellos en el momento histórico que estaban viviendo, sino que también quiso bendecirlos con una visión a largo plazo, de un día en que Dios manifestaría su favor en una forma sin precedentes, final, y por eso hay estos pasajes también de promesa mesiánica, para el pueblo de Israel. Pero aquí específicamente le habla a los judíos y por extensión nos habla a nosotros, te habla a ti, y me habla a mi también. Porque Israel es el pueblo original de Dios pero la iglesia es esa continuación del favor de Dios entre los hombres. Nosotros somos el nuevo Israel. No que Dios haya terminado su propósito con Israel, pero esas promesas dadas a Israel, son promesas dadas a los hijos de Dios y nosotros también podemos tomarlas en el nombre del Señor. Amen. Están muy callados ustedes en esta mañana.

Pero Dios quiere también bendecirlos con esa promesa. Israel eres tu, Jacob eres tu y Dios te dice a ti. ¿Por qué tu dices que tu camino ha desaparecido de la vista del Señor? ¿Por qué te sientes tu como que ya Dios se olvidó de ti? Hermanos, el Señor, dice la palabra “nos tiene esculpidos en la palma de su mano”. Dios te conoce, Dios tiene conciencia de tu necesidad y a veces tu quizás te sientas como que tu has hecho cosas que ya te han quitado el favor de Dios, ya tu no tienes derecho a recibir nada de Dios. Quizás tu has cometido errores en tu vida y te has metido en situaciones serias, quizás hasta has negado a Dios en algún momento de tu vida, y tu quizás, como Israel, te sientas, ya mi oportunidad pasó, ya mi tiempo pasó. No hay esperanza para mi. O quizás es la primera vez que tu vienes a la iglesia y sientes que esos milagros que la Biblia dice que pueden suceder y esas respuestas son para aquellos que llevan mucho tiempo en el Evangelio o los que saben orar, o los que son expertos en la Biblia o los que saben hacer guerra espiritual. Yo quiero decirte que lo único que Dios necesita es un corazón que le crea, un corazón contrito y humillado. Un corazón que diga: Señor, para ti no hay nada imposible.

Cuando tu miras en la palabra, yo recordaba esta mañana, el caso del paralítico sentado allí al lado del estanque y dice la Biblia que cada cierto de número de meses o años venía un ángel misteriosamente, invisiblemente, removía el agua y la gente ya sabía que cuando veían esa agua removerse así, por una mano invisible, eso quería decir que el poder de Dios estaba allí y el primero que se lanzara al agua recibía la bendición y era sanado. Y ese hombre paralítico estaba allí y llevaba años sin poder recibir su milagro, porque había otros más ágiles que él que se lanzaban antes. Y quizás ese hombre se sintió como se sentía Israel, o quizás como te sientes tu. Ya mi esperanza ha pasado y no hay futuro para mi porque otros..... y así es que piensa el hombre, pero Cristo ha venido a traer una nueva forma de Dios relacionarse con los hombres. Ahora no es por el esfuerzo, ahora es por la gracia de Dios, esa gracia que nosotros no merecemos. No es por lo que tu haces, no es por la fuerza que tu tengas, no es por tus buenas obras, no es por el dinero que tu das a la iglesia, es simplemente por el favor y la gracia y la misericordia de Dios en tu vida.

Si tu tienes un corazón que desea ver la gloria de Dios y tu te estás humillando delante del Señor, y tu dices: “Padre, para ti no hay nada imposible”, ese milagro puede darse en tu vida también como se dio en la vida de ese paralítico. Porque el Señor Jesús se acercó a él y le dijo: “¿Cuál es tu problema, qué tu necesitas?”, él le explicó “cada vez que yo quiero tirarme al agua cuando se mueve siempre hay alguien que se viene delante de mi y yo pierdo la oportunidad”, y el Señor le dijo: “No te preocupes, yo te sano”. Y ese hombre salió con su camilla en el brazo como un símbolo de que con Cristo todo es posible, de que Cristo es la fuente de la gracia y de la misericordia.

Anoche mientras comenzábamos, o la noche anterior, mientras comenzábamos nuestro servicio, el Señor me hablaba en el Libro de Zacarías acerca, precisamente en la construcción del templo, en el Capítulo IV, en el Libro de Zacarías hay un llamado al pueblo de Israel a edificar el templo después del exilio, después de los tiempos de Isaías, precisamente. Dios invita al pueblo hebreo cuando han regresado del exilio a edificar su templo. Y los israelitas se sentían derrotados después del exilio, era un grupo pequeño el que había regresado a Israel. La tarea de construir un templo digno del Señor parecía muy grande, parecía muy difícil, no tenían recursos, no tenían dinero suficiente, no tenían suficientes albañiles y gente talentosa. Y el Señor quiso animarlos a que le construyeran el templo, porque el Señor quiere su templo construido, así como lo quiere aquí también en León de Judá, que le construyamos un templo. Se necesita gente esforzada que entiendan que Dios quiere que ese templo sea construido y que crean que Dios lo hace posible.

Entonces El le escribió a través de Zacarías al pueblo, y miren cómo le dice aquí en el versículo 6, 4:6, Zacarías. “...... entonces respondió y me habló diciendo: “esta es palabra de Jehová a Zorobabel”, es decir, Zorobabel era el que iba a construir ese templo, un gobernante de Israel, “..... que dice, no con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿quién eres tu, oh, gran monte, delante de Zorobabel serás reducido a llanura. El sacará la primera piedra con aclamaciones de ¡gracia, gracia! a ella.”

¿Y qué es lo que está diciendo aquí? Dios está animando a su pueblo diciendo: “miren, ustedes van a construir ese templo, parece difícil, pero mi templo no se va a construir necesariamente con el esfuerzo de los hombres sino con mi espíritu. Ven, las obras del Señor se hacen no con el talento, no con lo que nosotros podemos necesariamente hacer nosotros, sino es Dios usándonos. Y entonces Dios dice: “..... y entonces cuando ustedes pongan la primera piedra, en señal del comienzo de la obra, el pueblo va a decir ¡gracia, gracia! Es decir, ese templo va a ser construido no con sudor necesariamente y lágrimas y sufrimiento y padecimiento, sino con mi gracia, con mi favor, con mi bendición y ustedes lo van a levantar, y ese monte que parece inmenso, ustedes lo van a aplanar para que sobre el esté mi templo, y será reducido a un valle en un momento, porque mi gracia va a fluir a través de ustedes.

Hermanos, la idea es que quizás hay una tarea que Dios tiene en tu vida, hay una situación, hay un gran monte que está frente a ti, tu estás luchando con alguna situación difícil y Dios dice: “mira, en un momento ese gigante que parece invencible, Yo lo voy a reducir a nada, y tu vas a comenzar a ser bendecido, y tu vida va a ser edificada, y tu vas a oír aclamaciones de ¡gracia, gracia!. Cuando tu estés en dificultades, hermano, cuando tu estés en problemas, di ¡gracia, del Señor!. Envía la gracia de Dios contra tu problema. Envía la gracia del Señor contra tu necesidad y esa declaración del favor de Dios reduce los obstáculos a nada.

En vez de nosotros dejarnos atemorizar por los problemas y las dificultades de la vida, Dios nos llama más bien a confiar en su favor, en su bondad, en su misericordia, en su fidelidad. Y por eso aquí en el siguiente versículo dice en Isaías, Capítulo 40; “no has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra. El no desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance”. Miren la respuesta que le da Isaías a esa gente que está desmoralizada. No les dice “tu problema tiene solución, no te preocupes, Dios te va a contestar”. La contestación de Isaías es una invitación a mirar hacia Dios, a poner la mirada en el Señor, a enfocar los atributos de Dios, a pensar quién es Dios, y a meditar en sus obras maravillosas, en su carácter perfecto, en su poder, en su conocimiento, en su sabiduría. Isaías le dice a esa gente afligida: “miren a Dios, miren los atributos de Dios, miren quién es Dios. Dios conoce todas las cosas, El no desfallece”, es decir, Dios tiene conocimiento de todo y también tiene poder para resolverlo todo.

Y si usted mira todo ese Capítulo 40, sobretodo el versículo 12 en adelante, es una gran alabanza y un gran señalamiento de quién es Dios, del poder que El tiene, lo invencible que Dios es. Y en realidad lo que tenemos aquí en el versículo 27, aunque yo comencé con el 27 es más bien la culminación de esos versículos anteriores, porque es simplemente una aplicación práctica de todo lo que antecede a esa pregunta retórica. Si usted mira en el versículo 12, Isaías dice “¿quién midió las aguas con el hueco de su mano, y los cielos con su palmo, con 3 dedos juntó el polvo de la tierra y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al espíritu de Jehová o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado?

Versículo 15 “he aquí que las naciones le son como gota de agua que cae del cubo y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas. He aquí que El hace desaparecer las islas como polvo, ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio, como nada son todas las naciones delante de El y en su comparación serán estimadas en menos que nada y que lo que no es”. ¿Tu entiendes?

La clave al poder del cristiano está en enfocar a Dios, no enfocar las crisis, no enfocar los problemas, no enfocar las situaciones difíciles por las cuales estamos pasando, ni siquiera enfocarnos a nosotros mismos y nuestras limitaciones personales, sino poner la mirada en el Dios poderoso que nosotros tenemos. Ese es el secreto, hermanos, de una vida llena de poder. Esa es una de las armas más efectivas que nosotros tenemos para vivir una vida exitosa. Es mantener la mirada puesta en nuestro Dios, llenarnos tanto de la conciencia de quién es Dios que al nosotros mirar por nuestros ojos, estemos mirando por los ojos de Dios y sintamos el mismo poder y la misma confianza que Dios tiene para remover cualquier obstáculo, para vencer cualquier situación.

Usted recuerdan el pasaje cuando Josué y Caleb son enviados con los 12 espías a la tierra prometida, y cuando ellos regresan de la tierra prometida, 10 de los espías dieron un reporte muy negativo. Los espías no miraron y vieron esa tierra que fluía leche y miel, no vieron los grandes racimos de uva, señal de una fertilidad muy grande en la tierra, sino que vieron a esas tribus que eran dueñas de esas tierras que Dios les había entregado a ellos, y vieron sus grandes cuerpos y su fuerza y vieron sus ejércitos bien desarrollados, y vieron sus armaduras y sus armamentos muy bien preparados y ellos se miraron a sí mismos, habiendo estado años y años en el desierto, quizás no tan nutridos como ellos, ni tan bien entrenados en la guerra y se enfocaron en las dificultades, se enfocaron en las amenazas que había, pero Josué y Caleb, dice la Biblia, que “en ellos había un espíritu diferente a los otros 10” y Josué y Caleb miraron donde tenían que mirar.

Si usted busca en Números, Capítulo 13, después de todas las diferentes quejas del pueblo, dice que Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés y dijo: “subamos luego y tomemos posesión de ellas porque más podremos nosotros que ellos”, y entonces dice más abajo, “los israelitas mirando, dice en el versículo 33 decían, y éramos nosotros a nuestro parecer como langostas”, es decir se estaban mirando a ellos mismos. Pero Josué y Caleb estaban mirando al Señor.

Si usted busca también en el Deuteronomio, Capítulo 1, en el versículo 28 dice “¿a dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón diciendo “este pueblo es mayor y más alto que nosotros, la ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo, y también vimos allí a los hijos de Anac, entonces os dije: “No temáis, ni tengáis miedo de ellos. Jehová, vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, El peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto, delante de vuestros ojos.”

En otras palabras, los judíos, los 10 espías estaban mirando las cosas negativamente, miraron la grandeza de los gigantes, miraron los ejércitos, se miraron a sí mismos y se vieron como insectos ante la grandeza del enemigo, pero Josué y Caleb dicen: “pero Dios está con nosotros.” Ellos miraron a Dios, ellos miraron al Señor que había prometido acompañarlo, y dijo “no temamos, nosotros vamos a destruir, nosotros vamos a vencer”, y por eso, hermano, cuando tu encuentres en una situación difícil, no te enfoques sobre el problema. Enfócate sobre Dios que es fiel. Dios que es bondadoso, Dios que es misericordioso. Al tu enfocar tu mirada en El, al tu empaparte con su presencia, el poder de Dios va a entrar a tu vida, la confianza del Señor te van infundir ánimo para tu confrontar cualquier situación que tu te puedas encontrar. Lo importante, hermanos, para el creyente es precisamente estar siempre enfocado en la persona del Señor.

¿Por qué nosotros tomamos tiempo para ayunar, tomamos tiempo para estar en una vigilia? A algunos le puede parecer quizás una vigilia..... yo he hablado con Meche acerca de esto en años anteriores y aún en este año, y decíamos: “la verdad es que una inversión bastante grande de tiempo, son 12 horas en este caso, como hicimos este viernes, más después todo el tiempo de recuperación. Alguno se puede preguntar ¿valdrá la pena esto? Y yo creo que el provecho de uno pasar tiempo así delante del Señor es que nosotros vamos almacenando el poder y la gloria del Señor. Cuando estamos ante la presencia de Dios, cuando pasamos tiempo meditando en el Señor, orando, clamando, nos convertimos en esponjas que van atesorando y amontonando el poder y la gracia de Dios dentro de nosotros. Nuestra conciencia va siendo renovada y entonces podemos con más fuerza, con más ánimo, salir y confrontar los problemas.

¿Por qué venimos a la casa de Dios? Una buena parte es adorar al Señor, rendirle gloria y honor pero también es renovar nuestra conciencia del Dios Todopoderoso al cual servimos, es recordarnos que somos miembros del reino de la eternidad, que somos espíritu, que las batallas se ganan con el espíritu del Señor, que por más que nosotros trabajemos, por más que nos esforcemos, si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican. Pero si Jehová edifica la casa, entonces sabemos que la casa va a permanecer y nosotros entonces buscamos esa renovación de la conciencia del poder de Dios en nuestra vida.

Cuando estés pasando por situaciones difíciles, de dificultad, de reto en tu vida, mira hacia tu Dios. No te concentres en el problema. No te concentres en esa situación persistente de tu vida. No te concentres en los fracasos del pasado. No te concentres en lo grande del enemigo, sino piensa: “mi Dios es mucho más grande, y Dios está conmigo y yo venceré en su nombre.”

Cuando el Apóstol Pedro era un mero pescador se encontró en una gran tormenta con los demás discípulos y clamaron al Señor y vieron al Señor caminando sobre las aguas en señal de su señorío, de su poder. Y Pedro, como siempre se había adelantado, le dijo: Señor, si eres tu has que yo camine hacia ti. Y el Señor le dijo: “Pues, adelante, Pedro”. Y dice la palabra que mientras Pedro caminó en fe, él caminó sobre las aguas pero en una parte del relato dice que cuando él comenzó a ver la tormenta que rugía alrededor de él, comenzó a hundirse. Quitó la mirada del Señor, se concentró en el problema, se concentró en lo racional. El comenzó a pensar: es imposible, ¿cómo puedo yo estar caminando sobre las aguas con esta tormenta tan grande, con estas olas tan inestables? Nadie ha hecho eso jamás, el Señor quizás lo pueda hacer, pero yo no. Y al comenzar a mirar la situación, las circunstancias, perdió su poder y tuvo que clamar de nuevo al Señor y el Señor le tendió la mano y lo sacó para que él pudiera caminar efectivamente sobre las aguas.

No podemos mirar al problema. No podemos estar mirando lo difícil que parece la visión, quizás Dios ha puesto algo en tu vida, un deseo de seguir adelante y de superarte en algún aspecto de tu vida. No pienses: es demasiado grande, es demasiado difícil. Si Dios está contigo, tu puedes hacer cualquier cosa. El Apóstol Pablo dice que todo lo podemos en Cristo Jesús. No mires lo grande de la dificultad, mira lo grande del Dios que dice “yo estoy contigo”. El Señor Jesucristo dice: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. Yo he visto a muchos de ustedes hacer cosas maravillosas, el mismo Mark, que Dios lo está usando allí en Honduras, he visto su persistencia a través de todos estos años. Ha habido momentos en que ha habido contratiempos y cosas que pensamos que se iban a dar, no se dieron, pero este hombre ha persistido y ha sido fiel a una visión y se ha mantenido allí, y vemos como Dios lo está levantando, lo está bendiciendo, está dando lo que se necesita para un ministerio exitoso.

Ayer mismo hablaba con una hermana de la congregación, la conozco hace muchos años y he visto como esta hermana que tiene sus limitaciones con el inglés, y ya con dos hijos crecidos y con un trabajo a tiempo completo, y con cantidad de dificultades, cómo Dios la motivó a comenzar sus estudios, hace muchos años atrás. Y esta mujer ayer me decía: “Pastor, ya estoy escribiendo mi tesis para mi maestría”, escuchen, para su maestría. Y yo le decía: “Hermana, yo quiero ir un día también a tu graduación de tu doctorado. La tesis que tu vas a escribir al final va a ser la tesis del doctorado.” Y yo lo creo, los hombres quizás dirían imposible, pero con Dios no hay nada imposible, hermanos. Lo importante es que la gente mantenga la mirada puesta en la grandeza del Señor, no en las dificultades, no en los problemas. Al Señor le encantan los problemas, porque son oportunidades para El mostrar su gloria. Y muchas veces más Dios va a reducir nuestra capacidad humana para que cuando El haga el milagro, sea evidente que El lo hizo y que nuestra fe pueda ser aumentada.

Mientras decía esto, miré a...... mientras hablaba de esto precisamente no porque ni siquiera había mirado en esa dirección, aquí hay otra mujer, no se por qué todas son mujeres, porque hay hombres que también hacen cosas grandes y que Dios los bendice también, esta mañana alguien oraba por mi, de hecho aquí, un varón de Dios, que llegó aquí a la iglesia hace unos tres, cuatro años, no recuerdo. Llegó con un brazo en un sling, como en una...... se había roto el brazo y estaba sostenido el brazo con algo aquí, el caso es que este hombre, recién llegado a la iglesia, oramos por él. Yo sentí al Señor decir: “tu eres un guerrero y Dios te va a levantar, y Dios va a hacer cosas grandes para ti. Es el hermano Francisco, de hecho. En ese tiempo su esposa no quería venir a la iglesia, le dijo a él: “si tu crees que tu me vas a ver en esa iglesia, tu vas a esperar hasta tu muerte porque yo nunca voy a ir a la iglesia.” Esa mujer ahora está llena del espíritu santo, es una guerrera de Dios, viene él, vienen sus hijos aquí a la iglesia, estuvimos en Israel juntos, esta mañana oró por mi. Yo sentí la bendición, intercedió por mi vida, profetizó sobre mi vida, y me fue de gran bendición porque a Dios le encanta levantar, lo que parece pequeño Dios lo pone grande y Dios lo pone a bendecir a otros porque lo importante es, hermanos, que nosotros pongamos nuestra mirada sobre El.

Esta persona de quien les decía hace un momento hace poco fui a su oficina profesional y me enseñó su tarjeta de wellfare. Hoy es una persona que trabaja en el mundo de la medicina, no voy a decir mucho más que eso. Tiene su consultorio, tiene una casa muy bonita en uno de los barrios más selectos de la ciudad de Boston y Dios la está bendiciendo y está siendo prosperada. Y yo la conozco desde que comenzó a ir a la universidad para sacar su grado profesional. Ese es el Dios que bendice a su pueblo, hermanos. Ese es el Dios para el cual no hay nada imposible. Dios puede hacer. Dios le encanta sacar del anonimato a la persona que nunca ha hecho nada grande. Dios quiere obrar en tu vida.

Si tu tienes un sueño, si tu tienes una visión, o si tienes un problema no te enfoques en lo grande de la dificultad, enfócate en el Dios Todopoderoso que dice: “mientras tu más mires hacia mi más poder va a correr a través de ti y más grande van a ser las cosas que tu vas a hacer, porque a mi me gusta manifestar mi poder a través de los que me buscan”. No mires, esa es la palabra de Dios para tu vida en este día. No mires las dificultades, ni mires lo crónico, lo persistente de tu problema. Mantén tu mirada enfocada en mi y deja que al tu estar en comunión conmigo, mi poder pueda correr a través de tu vida.

Por eso yo digo, hermanos saquen tiempo para buscar del Señor, saquen tiempo para llenarse del espíritu santo. La salvación es gratis pero el poder de Dios requiere hombres y mujeres valientes, esforzados. Dios ama a la gente que se esfuerza y que están buscando como mineros el oro escondido para que Dios los use para gloria de El y para bendición de otros. Dios quiere levantar un pueblo poderoso que tenga suficiente provisión para todo lo que ellos necesitan en su vida, para su vida familiar, para su vida emocional, para su vida relacional, para su vida financiera, para su vida de trabajo y que entonces tengan suficiente extra para darle a otro para ser de bendición a otros.

La viuda de Sarepta cuando llegó Elías a pedirle comida, le dijo: “Mira, lo único que yo tengo es un poquitito de harina y un poquitito de aceite y ya íbamos a hacer una torta para comérnosla yo y mi hijo para morir porque no nos queda más nada.” Elías le dijo: “No te preocupes, mira, dame a mi primero y no te va a faltar a ti”. La mujer obedeció y dice la palabra de Dios que hubo suficiente comida para Elías, para ella y para su hijo en todos los días que hubo hambre en la tierra. Porque cuando Dios da, Dios da en abundancia, porque no importa que parezca imposible. Lo importante es que tu mires a Dios. Dios te da para que tu comas tu en todas la áreas de tu vida y para que tengas suficiente para otros también. Porque cuando Dios bendice, Dios da en gran cantidad. No mires al problema, mira al Dios que está sobre el problema.

 

 

El Señor le dijo a Pedro: “Pedro, echa tu red para pescar”, y Pedro dijo: “Pero, Señor toda la noche hemos estado pescando y no hemos sacado un solo pez, pero en tu nombre, en tu palabra yo echaré la red.” Y dice la palabra que cuando Pedro echó la red en el nombre de Jesús, esa red cogió tantos peces que tuvieron que llamar a otros barcos porque el barco de ellos se estaba hundiendo de tantos peces que tomaron. Porque cuando Dios da, Dios da en abundancia. Porque cuando Cristo te dice “echa la red”, aunque no hayas cogido peces antes, esta vez la vas a coger porque Cristo es quien está dando la palabra. Cuando Cristo te dice, mírame a Mi, concéntrate en Mi, llénate de Mi, llénate de Mi poder y deja entonces que Yo obre a través de ti. Si nosotros pasáramos más tiempo buscando el poder de Dios y llenándonos de la unción de Dios, tendríamos que pasar menos tiempo trabajando y entonces podríamos levantar el edificio con palabras de “gracia, gracia”, en vez de sufrimiento y padecimiento. Atrévete a pasar más tiempo buscando de Dios, buscando el poder, buscando la unción de Dios. Y tu vas a ver cuanto más fácil se hacen las cosas que ahora te cuestan tanto trabajo.

Yo les digo a mis hijas, sobre todo a Sonia, mi hija mayor que está en Harvard haciendo sus estudios, le digo: “Sonia, no mires las dificultades académicas, no mires en lo difícil que es el reto tan grande. Asegúrate de llenarte del poder de Dios primeramente. Asegúrate de poner tu mirada en Cristo Jesús. Asegúrate de estar lo suficientemente fuerte espiritualmente. Porque yo les digo, hermanos, cuando usted tiene el poder de Dios en su vida, no hay nada que se haga difícil. Dios hace las cosas, se hacen como por arte de magia. Otros están allí sudando y luchando y peleando y tu vas suave porque Dios está contigo, Dios te bendice, y si estás esforzándote, Dios renueva tus fuerzas en el mismo acto de trabajar, Dios te bendice y te da más fuerzas para que sigas adelante.

Por eso aquí dice que el Señor da fuerzas al que no tiene ninguna y multiplica las fuerzas de los demás. En otras palabras, aún cuando hay cosas que requieren esfuerzo, el Señor te va a renovar. Yo cada día veo más y más eso. A veces la gente dice: “te vas a quemar, estás trabajando demasiado, esto y lo otro”. Mire, yo le digo “yo me siento más contento ahora que hace 15 años cuando tenía mucho menos trabajo. Me siento con más energía, más fuerza, más ánimo para servir al Señor porque estoy buscando más de la unción de Dios en mi vida. Y cuando nosotros hacemos eso, hay que trabajar menos, Dios nos renueva en el acto. Somos como esos aviones que vuelan y no tienen ni siquiera que parar para llenarse de gasolina, en el aire mismo y pueden seguir el viaje. Dios quiere renovar tu vida. Dios quiere bendecirte y darte más y más. Tu puedes trabajar, puedes esforzarte, puedes hacer muchas cosas. Si tu tienes una mentalidad pequeña y temes y dudas, ahí viene el sufrimiento, ahí viene el fracaso, ahí viene la quemazón, ahí viene la esterilidad. Pero si tu te mantienes con el Señor corriendo a través de tu vida, si tu vas otra vez y bebes el agua cristalina de la presencia de Dios, tu te vas a renovar, vas a seguir adelante, vas a tener más fuerzas. Asegúrate de primero buscar el Reino de Dios, y su justicia y todas las demás cosas te vendrán como por añadidura.

Oh, hermanos, si nosotros entendiéramos, si pudiéramos poner la mirada en el Señor antes que cualquier otra cosa. Si pudiéramos llenarnos de la presencia de Dios, cuán fácil serían las cosas.

Les dejo con este versículo de Segunda de Corintios, Capítulo 3, versículo 17 y 18. Dice allí “.... porque el Señor es el espíritu y donde está el espíritu del Señor allí hay libertad, por tanto nosotros todos mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen como por el espíritu de Dios.”

Usted ve, donde está el espíritu de Dios, donde está la presencia del Señor, donde está la compañía del espíritu, allí viene la libertad, allí viene el éxito, allí viene la respuesta al problema. Pero entonces dice “.... por tanto nosotros mirando cara a cara el rostro del Señor, somos transformados y la gloria del Señor viene a ser parte de nuestra gloria”. Eso es lo que está diciendo aquí, y yo creo que el escritor de Segunda de Corintios, el Apóstol Pablo, está yo creo que haciendo una leve referencia a cuando Moisés subió al monte y dice la Biblia que estuvo 40 días ante la presencia del Señor. ¿Y qué pasó cuando Moisés bajó del monte? Dice que su cara reflejaba la gloria del Señor, su cara reflejaba el brillo de la gloria de Dios ante el cual había estado durante 40 días. Y era tan grande la gloria de Dios sobre el rostro de Moisés, que tuvo que ponerse un saco porque le inspiraba miedo, era terrible, la presencia de la cual él se había empapado, estando en cercanía, en intimidad con Dios durante 40 días y 40 noches.

Porque eso es lo que pasa cuando tu estás en la presencia de Dios, cuando tu estás mirando la gloria de Dios continuamente, cuando tu estás renovando periódicamente tu conciencia eterna, espiritual, ultra mundo. Cuando tu estás recordándote a ti mismo que tu eres un hijo de Dios, que tu no corres con gasolina meramente humana, tu verdadera comida no es la comida física, material, sino que tu verdadera comida como dijo Jesucristo es que tu hagas la voluntad de tu Padre, que tu estés en comunión con tu Padre. Cuando tu entiendes esto, ¿saben qué? La gloria de Dios comienza a llenar tu vida misteriosamente.

Hermanos, cada día más y más yo entiendo bien claro que el crecimiento del creyente no se da por medio de enseñanza, aunque yo creo en la enseñanza, no se da leyendo buenos libros, aunque creo y soy un ávido lector de buenos libros, no se escuchando sermones como este, aunque creo que tienen su utilidad, se da cuando tu vas directamente y comes y bebes de la mesa del Señor directamente.

Cuando tu buscas la presencia de Dios en tu vida, cuando tu te renuevas en la presencia de Dios porque lo que pasa muchas veces es que la vida con sus ajetreos y sus dolores y sus cansancios y su desasosiego te va minando, te va debilitando, y cada día que pasa tu te haces más y más un prisionero del tiempo del espacio de tu dimensión humana y como que vas mirando más y más hacia abajo y a tu alrededor y tu conciencia se vuelve una conciencia horizontal, humana, carnal, terrenal, teológica. Y entonces tu tienes que periódicamente ir y sanarte, curarte de esa mentalidad cotidiana, temporal.

Y el único lugar a donde puedes ir es a la presencia del Señor para que El tome su paño y te quite toda esa costra, todo ese polvo humano, temporal, lave tu rostro con su palabra, con su presencia y tu lo puedas mirar otra vez, y recuerda que El está contigo, que tu eres una hija de Dios, que tu eres un hijo de Dios, que tu no perteneces a esta ciudad, que hay una ciudad no construida de manos de hombres que te espera y que tu destino es un destino eterno, y que tu energía tiene que ser una energía del espíritu, no la energía de los hombres, que tus batallas tu las ganas con el poder de Dios, no con tu propia fuerza, y que es en el poder de Cristo corriendo a través de ti que tu puedes levantar alas como las águilas, y surcar los aires y vencer a los gigantes que están en tu vida.

Es el poder de Dios corriendo a través de tu vida mientras tu tomas tu mano y la extiendes hacia El y te pegas hacia El y la electricidad de Cristo corre a través de ti y destruye el yugo, destruye la opresión, destruye la sequía, destruye la enfermedad, y la gloria de Dios puede fluir para sanar tu vida. Es a través de esa cercanía, esa intimidad. Tienes que buscar esa intimidad con Dios. Tienes que sacar tiempo. Tienes que tener el valor espiritual para quitar tu mirada del problema con el cual estás bregando, que mientras más lo tratas de manejar tu, más te metes como un carro enchivado en el lodo, y tienes que dejar un momento, apartarte del problema e ir a donde tu Dios para que tu Dios bregue con el problema por ti y contigo. Esa es la respuesta a toda necesidad.

El Señor Jesucristo dice “permaneced en mi y yo en vosotros y llevaréis muchos frutos, porque sin mi nada podéis hacer.” Cuando tu permaneces en Cristo, cuando miras a lo glorioso de tu Dios, mira lo poderoso de tu Dios, mira lo fiel de tu Dios, mira lo bondadoso que Dios es. Recuerda que cuando tu te viste en un gran aprieto una vez, y no parecía que nadie podía resolverlo, el Señor hizo el milagro. ¿Si o no? ¿Cuántos de nosotros podemos decir eso? ¿Cuantos de nosotros podemos decir pacientemente esperé a Jehová y se inclinó y escuchó mi clamor y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, puso mis pies sobre peña, enderezó mis pasos, y puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios? ¿Cuántos podemos decir eso? ¿A cuántos nos ha sacado Dios del desierto? ¿A cuántos nos ha sacado Dios de dificultades y el que lo hizo una vez lo vuelve a hacer. Pon la mirada en el Señor. Pon la mirada en el Señor. Pon tu esperanza en el Señor. Renueva tu conciencia de la proximidad de Dios. Renueva tu conciencia de tu identidad. Tu no estás solo, tu no eres un producto de una coincidencia. Tu no eres un producto del azar, del tiempo, Dios te creó en el vientre de tu madre y te ha sacado con un propósito, con un destino, y Dios quiere bendecir tu vida y Dios quiere llevarte a la otra orilla porque comenzó la buena obra, será fiel para terminarla.

El Señor está hablando de gracia, gracia, gracia, a su pueblo, hermanos. Es el tiempo de la celebración porque el esposo viene pronto y no es tiempo para estar en esterilidades y en sequías, sino para celebrar y decir: Padre, gracias porque tu vienes pronto y podemos vivir una vida de esperanza.

Esta mañana cuando yo llegué al servicio de las 12 había una jovencita distribuyendo rosas, están por ahí, ustedes las tienen. Eso yo no se lo pedí, esto no era parte de un programa sino que ella sintió en su corazón distribuirles rosas a los hermanos y en eso yo vi una palabra profética de Dios para nosotros. Ustedes recuerdan que hace 2 domingos o 3 domingos, hacia el final del servicio había aquí un hermoso florero con cantidad de flores y en un momento de gran celebración y de entusiasmo, Dios me motivó a coger flores y tirárselas y yo lo hice porque sentí del Señor que era una palabra que iba muy bien con la predicadora había anunciado a nosotros del Dios que nos liberta, el Dios que nos bendice, el Dios que está contento con nosotros, el Dios que quiere llevarnos al lugar de delicados pastos y que quiere aderezar mesa delante de nosotros para que comamos y gocemos en presencia de nuestros enemigos. El Dios que tiene grandes y buenos propósitos para cada uno de nosotros.

Y en esta mañana yo creo que en ese regalo de esas flores, Dios está diciéndote: “mira, yo quiero bendecir tu vida, Yo quiero llenar tu vida de esperanza. Yo estoy contento contigo. Yo no te quiero destruir, todo lo contrario, quiero darte vida y una vida con bendición y con futuro.” No tienes que temer a la vejez. No tienes que temer que no tienes un buen plan de retiro. No tienes que temer que te vas a quedar solo. No tienes que temer que no estás casada. Confía en tu Señor que dice “Yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo, no te preocupes acerca del futuro, no te preocupes acerca de lo grande del problema. Esas flores son señales del favor de Dios. Dios dice gracia para mi pueblo, bendición para mi pueblo, buenos propósitos para mi pueblo. No mires tus dificultades, no mires tus luchas, mírame a Mi. Yo soy fiel, yo estoy contigo. Yo te bendigo. Yo te levanto. Yo te doy victoria. Yo no dejaré que tu seas avergonzada. Todas las batallas que tu emprendas en mi nombre, Yo te daré la victoria, dice el Señor. Mantente pegado a tu Dios, mantén la mirada puesta en El. Confía en el Señor. Llénate del poder de Dios.

Alguien ha dicho “no maldigas la oscuridad, prende una luz”. Es tiempo ya de que el pueblo de Dios deje de estar peleando contra lo negativo. Llénate de lo positivo, y lo positivo anulará lo negativo. Cuando uno prende una luz la oscuridad se va, porque la oscuridad no tiene vida propia. La oscuridad es simplemente la ausencia de la luz. Cuando hay luz la oscuridad cede automáticamente. Cuando hay unción, cuando la ¿? del espíritu santo está en tu vida, cuando la presencia de Dios está en tu vida plena, los gigantes son derribados, los demonios huyen, las tinieblas ceden, las cortinas del infierno son descorridas y la presencia de Dios puede hacer valer su poder en tu vida. Llénate del poder de Dios. Llena tu mente de..... pon la mirada en Dios, no te preocupes de los fracasos del pasado, dice el Señor. No te preocupes de los errores, las caídas del pasado, no te preocupes de las derrotas del pasado. No te preocupes de los diagnósticos del pasado. Cree en el favor, la misericordia, la bondad, el poder, la conciencia de Dios de tu vida, y no te atrevas a decir “ya mi camino está desconocido para Dios. Ya pasó de Dios mi causa.” Dios todavía está en el asunto. Dios todavía quiere darte tu milagro. Dios todavía quiere darte la victoria que tu necesitas.

Levántate y ponte de pie y levanta esa flor y si alguien no tiene, favor a los demás, y algunos quizás puedan venir aquí..... Se generoso y comparte esas flores con otros, si no la tienen, compártanla con alguien más. Si usted tiene más de una, yo le invito en el nombre del Señor, a hacerlo también como un acto de generosidad. ¿Sabe por qué? Porque mientras más damos, más somos bendecidos. Lo que tenemos no es solamente para nosotros sino para otros. Compártanlo. Compártanlo en el nombre del Señor. Atrévase a compartir y levante eso, porque ese es el favor de Dios para su pueblo, esa es la bendición de Dios para nosotros. Allá arriba también, nosotros decimos “nuestro Dios tiene buenas cosas para nosotros, nuestro Dios tiene buenos propósitos para nosotros. Lo mejor todavía está por venir. El mejor vino todavía está por ser servido, hermanos. El mejor manjar, Dios lo tiene reservado para nosotros todavía. ¡Aleluya! Todavía falta la mayor visitación de Dios en todos los tiempos. Yo lo creo, aquí en Massachussets donde el diablo parece que se está paseando por encima de los cristianos, aquí mismo el Señor lo va a humillar, y aquí vamos a ver la gloria de Dios manifestada. Porque no es lo grande del gigante, es lo grande del Dios al cual nosotros servimos. ¡Aleluya!.

Y Dios no permitirá que su pueblo sea avergonzado. A veces Dios permite precisamente que el enemigo parezca grande y que el león parezca que nos va comer y que nos va a derribar y que nos va a triturar, para que cuando salga el poder de Dios sea manifiesto. Nada puede permanecer contra Dios. Las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia, dice el Señor. Créelo en esta tarde el Señor te está animando, el Señor te está bendiciendo, el Señor te está ungiendo, y ahí está el favor de Dios para tu vida, para esta congregación, para cada familia aquí representada, para cada hogar aquí representado, para cada problema que el diablo quiere avergonzarnos con ello. Nosotros decimos “gracia”.

Digan todos “gracia, gracia, gracia, gracia de Dios. Gracia en mi vida. Gracia en mi comunidad. Gracia en mi ciudad. Gracia en mi familia. Gracia con mis hijos. Gracia con mi vida. Gracia con mis finanzas. Gracia con mi salud. ¡Aleluya!. Gracia con mi espíritu. Gracia al pueblo de Dios dice ¡Aleluya! Es con la gracia de Dios manifiesta en nuestras vidas, esa conciencia de Dios en nuestra vida. Te damos gloria Señor. Ponemos la mirada en ti, Padre en esta tarde. Celebramos quién tu eres. No nos miramos a nosotros mismos, no miramos a los hombres, no miramos, Señor, a los grande del problema, no miramos a las amenazas que se mueven alrededor de nuestra cabeza, miramos a nuestro Dios. Te miramos a ti, Dios eterno. Padre misericordioso. Dios de amor y de bondad. Dios que siempre has amado a tus hijos. Dios que enviaste a Jesús para que tuviéramos vida y para que la tuviéramos en abundancia. Dios que enviaste a Jesús para que rescatara lo que se había perdido, para que tomara lo vil y lo sanara y lo limpiara, para que derramara sangre preciosa para que nadie pudiera acusarnos porque tu eres el que nos ha justificado por medio de la sangre de tu hijo.

Te adoramos y te bendecimos, Señor. Perdona nuestra incredulidad. Perdona nuestra falta de fe. Perdona los escenarios de mal que a veces permitimos que el diablo arroje sobre nuestra conciencia. Neutralizamos todo eso, Señor y nos pegamos a ti, nos llenamos de tu gloria, miramos a ti, te consideramos a ti, Jesús. Te consideramos a ti solamente Señor. Tu has dicho “yo he vencido al mundo” y nosotros podemos vencer también porque tu has vencido y vencerás a través de nosotros. ¡Aleluya! Gracias Jesús. Te adoramos y te bendecimos Señor. Celebramos eso.

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La Prosperidad - El aún de Dios

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Estamos hablando acerca de la prosperidad en estos domingos. Cómo vivir vidas prósperas, bendecidas, exitosas. ¿Cuántos quieren vivir vidas exitosas y prósperas?

¿Cómo vivir vidas prósperas? De eso estamos hablando en estos domingos, cómo vivir vidas prósperas, cómo llegar a ese estado de prosperidad que es nuestra herencia como hijos de Dios porque Cristo vino para que tengamos ¿qué? Vida, y vida en abundancia. Eso es prosperidad. Es disfrutar de la vida. ¿Saben que hay personas, que yo en realidad, les predico el Evangelio, y les digo “acepta a Cristo personalmente y entra en una vida más profunda con El”, no tanto porque necesite ser salvo, porque yo creo ya en su corazón creen en Jesús y lo conocen como hijo de Dios, pero simplemente es porque no han entrado en la plenitud de vida que Dios ha declarado para ellos. Simplemente han recibido a Cristo pero no han aprendido cómo usar los principios del Reino de Dios para generar prosperidad en sus vidas. Hay tanto cristiano que está en el reino, son salvos, se van a ir al cielo con todo y zapatos, pero aquí en la tierra están viviendo una vida miserable y apocada porque no saben usar las leyes del Reino de Dios, no saben usar los principios que llevan a la prosperidad.

Son como gente que tiene mucho dinero en el banco, pero se están muriendo de hambre, porque no saben cómo acceder a la cuenta que tienen en el banco. Y entonces nosotros tenemos que aprender los principios de la prosperidad, y cuando entramos al Evangelio tenemos que entrar para que Dios nos bendiga, nos prospere, prospere nuestros hijos, prospere nuestros matrimonio, nuestra salud, nuestra mente, nuestro intelecto, nuestra finanzas, nuestra vida de trabajo, nuestra disciplina, todas las cosas que hacemos, tienen que ser leudadas. ¡Qué bonita palabra: leudada! Diga leudada. Quizás es la única vez en su vida que usted va a usar esa palabra, leudada, por la levadura del Evangelio. El Evangelio debe penetrar todas las áreas, por eso es que en la Biblia se compara al Evangelio con esa levadura que leuda toda la masa. Yo cada vez me enamoro más y más de ese principio, hermanos, de que el Evangelio tienen que penetrar todos los recintos de la vida humana, no solamente el recinto espiritual, sino el recinto del intelecto, por eso trabajamos para educar a nuestros hijos.

Yo quiero ver una congregación prosperada, con sus hijos estudiando, yendo a la universidad, siendo profesionales, con adultos yendo a la escuela de noche, aprendiendo inglés, tomando más entrenamiento para ser ascendido en su trabajo, porque yo creo que Dios nos da la mente de Cristo. Y somos a veces como esas viejitas que se compran un carro deportivo que puede correr a 150 millas por hora y solamente lo manejamos en la ciudad a 30 y nunca lo metemos en una carretera para probar cuán fuerte es el motor.

La mayoría de los cristianos vivimos a una mínima porción del poder que Dios ha hecho habitar en nosotros, y ese poder se transmite al intelecto. Nosotros tenemos...., yo toda mi vida he vivido con esa idea, de que Dios me ha dado, nos ha dado un intelecto mejor que cualquier persona del mundo, porque Dios nos da. Si Dios nos da..... Miren El creó todo el universo, ¿no nos va a dar una mente privilegiada y ser la mente de Cristo? Dios también puede penetrar en tu familia, las estructuras de tu familia, nunca le des al diablo lugar y espacio para que se pasee impunemente en tu casa. Tu tienes que informarles a los principados de las potestades: “aquí vive un hijo de Dios, aquí mora el espíritu santo, esta casa está regida por las leyes del Reino de Dios y ustedes no tienen derecho para entrar en este lugar”. Cuando tu estás en Cristo Jesús, has valer tu autoridad en el Reino de Dios, porque Dios te ha dado autoridad, quizás tu no lo sientes así, pero tu tienes autoridad en el Reino de Dios y los principados y las potestades tienen que sujetarse a la autoridad del hijo de Dios. Lo que pasa es que a veces no usamos esa autoridad, o a veces no estamos viviendo como una persona que tiene autoridad. Porque tener autoridad también implica tener responsabilidad, para que esa autoridad puede correr a través de ti, ¿entiendes?

Si tu tienes unas insignias de capitán o de coronel y te han dado esa autoridad pero te comportas como un cabo, no esperes que te respetes cuando tu des ordenes. Tienes que caminar como un coronel, tienes que hablar como un coronel, tienes que pensar como un coronel, tienes que comportarte como un coronel, tienes que ejercitarte como un coronel, y tienes que parecer un coronel. Es decir que la autoridad requiere también responsabilidad, un comportamiento, una vivencia que respalde esa autoridad y nosotros tenemos que aprender como usar los principios del Reino de Dios, cómo integrar los principios del Reino de Dios a todas las dimensiones de nuestra vida para que entonces esa autoridad de Dios, esa bendición de Dios se transmita a nuestra vida familiar, financiera, emocional, espiritual, relacional, intelectual, no se si ya lo dije, todas las dimensiones de la vida, el Reino de Dios, la abundancia de Dios penetra y hace cosas maravillosas. Eso es vivir en la prosperidad de Dios.

Y a mi no me importa cuán atrasado en la carrera tu comienzas. En la carrera de la vida algunos comienzan bien cerquita del frente, son como los maratones de Boston, que usted ve esa gran multitud. Hay tanta gente que algunos están bien por atrás, otros están más adelante y otros están por el medio. ¿saben qué? Pero ya a las 26 millas ¿saben qué? Ahí se igualó todo, ya que uno comenzara 100 yardas antes, eso ya no.... en 26 millas eso pierde su relevancia. Y así pasa en la carrera de la vida. Quizás tu estás comenzando muy atrasado porque no fuiste a la escuela, o tienes un pasado familiar poco ventajoso, o tienes problemas emocionales, o nunca has resaltado en nada en la vida, o no hablas inglés, o vienes de una extracción humilde financieramente y educativamente. Mira hermano a Dios no le importa eso. Dios es perfectamente capaz de ponerte a la cabeza de la fila si tu usas los principios del Reino de Dios. Eso es lo maravilloso.

A Dios le encanta sacar al pobre del muladar y ponerlo a habitar en lugares de ricos y de gente próspera. A El le encanta eso hermanos, a El le encanta coger a la gente sencilla que no promete nada y ponerla a habitar en lugares de reyes, si se atreven a usar los principios del Reino. Por eso Dios escogió a colectores de impuestos corruptos y pescadores y prostitutas y con esa gente esa gente El fundó su iglesia y conquistó el imperio más grande de la historia, que es el imperio romano. Porque a Dios le gusta usar lo vil, lo pobre, lo poco prometedor, lo humilde, lo sencillo, lo trabado, lo atado, desatarlo, bendecirlo, soplar sobre ello y ponerlo a volar a alturas como las águilas. Dios quiere bendecirte. Y ojalá que nosotros pudiéramos entender ese principio de que Dios ha hecho habitar un poder en nosotros que ninguna facultad de este mundo puede competir con ella.

Pero hay un precio que pagar. Tenemos que conocer las leyes del Reino de Dios. Tenemos que movernos conforme a las leyes del Reino de Dios, tenemos que tomar a Dios en serio. Muchos cristianos no toman a Dios en serio, y ese es el problema. Venimos a la iglesia, simplemente aquí nos quedamos y miramos al pastor cuando predica, hacemos gestos por allí raros, y todo eso, y nos vamos a la casa, y el fuego del espíritu no ha roto los esquemas interiores de nuestras mentes, de nuestras emociones. Entonces no podemos esperar que Dios nos bendiga de esa manera.

Uno de los principios más poderosos del Reino de Dios es ese principio de dar. Ponernos en desventaja y abrir un espacio para que Dios lo llene, nos bendiga y nos prospere.

Miren lo que dice Proverbios, Capítulo 11, versículos 24 y 25: “Hay quienes reparten y les es añadido más y hay quienes retienen más de lo que es justo pero vienen a pobreza. El alma generosa será ¿qué? ¿Será qué, hermanos?..... y el que saciare él también será saciado”. Ve aquí unas paradojas, lo que se llaman paradojas en la lógica. Son como contradicciones aparentes, son cosas como que se contra balancean. Hay quienes reparten, es decir, hay personas que recogen dinero del que tienen en el banco y lo dan y reducen su cuenta. ¿Pero qué les pasa a esa gente? Son prosperadas, ¿en qué manera? Como dice aquí: “..... les es añadido más”. Hay personas que invierten digamos, cierto dinero en una causa para el Reino de Dios, se empobrecen un poco, pero maravillosamente se les añade más y al final de cierto tiempo, su cuenta con la cual se empobrecieron provisionalmente, de momento, no solamente es puesta al día sino que se les ha añadido más. Una paradoja, porque uno esperaría que si uno reduce lo que le queda a uno es menos, ¿verdad que si? Pero hay gente que reparte y da y les será añadido más, y hay quienes retienen más de lo que es justo, ahí está la clave, más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. ¿Qué es eso de retener más de lo que es justo? No me voy a adelantar demasiado a ese texto, espero antes de terminar el sermón, volver a ello, que ustedes entiendan. ¿qué quiere decir más de lo que es justo? Retener más, aguantar más, no dar, recibir, retener, cuando viene el llamado a dar más de lo que tu tienes derecho espiritualmente a retener, y entonces vienes a pobreza. En vez de decir: bueno, como tengo más entonces voy a guardar más, retener más ¿no? Esa es la paradoja del Evangelio.

Hermanos, una de las claves para la prosperidad, yo les puedo decir eso en mi vida, con tanta convicción de que cuando tu le das al Señor generosamente, y todavía yo le puedo dar más, le podría dar más, le debo dar más. Pero cuando se le da al Señor generosamente viene la prosperidad y cuando vivimos con el dar como un principio a largo plazo, toda la vida, es un valor gobernante de nuestra vida, dar, dar, dar generosamente, ser una persona generosa, dadivosa, amplia en lo que le damos al Señor, y en tres dimensiones dar: dar al Señor primeramente. Digan “al Señor”, en segundo dar a mi iglesia. Díganlo todos para que no se equivoquen “a mi iglesia” y quiero que eso le aplique a todos, y a los demás. Al Señor, a mi iglesia, y a los demás. Cuando nosotros le damos al Señor y a la iglesia y a los demás generosamente, como un principio de vida, somos prosperados, somos bendecidos, venimos a más. Nos es añadido más. Vivimos vidas prósperas.

Un principio esencial en toda la Escritura desde Génesis hasta Apocalipsis, vemos este principio expuesto en diferentes maneras, narraciones, biografías, textos teológicos, declarativos, pero siempre el mismo principio. Escúchelo: “cuando uno sufre pérdida o se pone en desventaja para honrar u obedecer al Señor, Dios se agrada, se compromete a bendecirnos”. Si usted tiene un lápiz apúntelo, porque esto es pan sacado del horno, ni siquiera les voy a cobrar por esto, gratis. Principios para los jóvenes, para los negociantes, para las madres y los padres. “Cuando uno sufre pérdida o se pone en desventaja a fin de honrar u obedecer al Señor, Dios se agrada y se compromete a bendecirnos.” Ese principio está en toda la Escritura.

Déjenme tomar uno ó dos ejemplos de esto. Daniel, un joven cautivo, llevado a Babilonia de la aristocracia judía, lo ponen en la universidad más avanzada de Babilonia para llegar a ser miembro de la burocracia babilonia, porque el rey había decidido que estos jóvenes judíos eran muy inteligentes. Los judíos siempre son bendecidos, ustedes saben eso ¿verdad? Son gente inteligente, culta, disciplinada. El dijo a estos jóvenes, los voy a coger, los voy a entrenar y ese espíritu judío va a bendecir a mi nación. Cogió a Daniel y un grupo de otros judíos y los puso en su mejor universidad para entrenarlos por un tiempo y después ascenderlos a diferentes posiciones de gobierno en su país.

Daniel era un muchacho consagrado al Señor, amaba al Señor, ustedes saben la historia. Pero como a los muchachitos yo se que les gusta oírla otra vez y entonces Daniel, cuando iba al comedor de la universidad se daba cuenta que esa comida había sido sacrificada a los ídolos babilonios, y él era un muchacho piadoso. ¡Qué raro es un joven, hermanos, hoy en día, piadoso! Tan raro como en Babilonia. Y Daniel dijo: yo no me voy a contaminar con esa comida, porque yo quiero honrar a mi Dios. ¿usted ve la idea de honrar al Señor? Obedecer al Señor. Los otros jóvenes, yo no creo que Dios los castigó por decidir comer la comida. Yo no creo que fue así, ellos simplemente estaban, no estaban computando como Daniel.

Daniel tenía un corazón diferente, era un corazón como el de Jabes que decía que era más ilustre que sus hermanos, porque a veces Dios pone ese llamado en algunas vidas, de ser, de amar más al Señor, obedecerlo más, ser más atrevido con el Señor, darle más al Señor. Ese es un don y Dios se lo dio a Daniel. Y Daniel dijo: yo no voy a sacrificar mi fe. Y trabó un trato con el jefe de todos ellos, le dijo: Déjame comer legumbres, espinacas todos los días, vegetales, lechuga y pepinos, con un poquito de aderezo. Todos los días y no coma yo de la comida que ha sido sacrificada a los ídolos. Entonces el jefe de ellos le dijo: pero, muchacho, según..... fíjese él estaba computando según el mundo, según la razón, que es lo que nosotros usamos muchas veces cuando decimos: le doy a Dios o no. Usamos la razón. El dijo, si tu no comes, vas a ponerte demacrado, vas a debilitarte y me van a echar a mi la culpa de ser descuidado con los jóvenes que el rey me ha confiado. Daniel dijo; no, dame, ponme a prueba, ¿10 días creo que fue? Y vamos a ver qué pasa. Y usted sabe la historia.

Daniel, Capítulo 1, versículos8, 15. dice que “.....al cabo de los 10 días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que de los otros muchachos que comían de las porciones de la comida del rey”. Porque hubo otros amigos que se bendijeron con el ejemplo de Daniel y tomaron también. ¿Qué es lo que pasa? Cuando nosotros somos generosos con Dios otros son bendecidos, son inspirados también a ser generosos con Dios .... y dice la Biblia que a estos 4 muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. Ve, como Daniel se empobreció por un momento, no jugó como los demás, arriesgó su posición privilegiada. Arriesgó pasar hambre, demacrarse, debilitarse para glorificar a su padre, honrar a su Dios, Dios lo bendijo con sabiduría, ciencia, inteligencia, éxito académico, gracia. Le dio entendimiento en el terreno subterráneo del espíritu con visiones y sueños porque cuando Dios da, Dios da generosamente. Cuantos millones pagaría gente para tener entendimiento sobre las cosas secretas del universo. Dios se las dio gratis a Daniel.

Cuando tu le das al Señor generosamente, Dios te bendice. ¿Tu entiendes? Ese es el principio, Daniel se empobreció, Daniel se debilitó en la carne, Daniel se puso en desventaja por un tiempo para honrar a Dios y Dios se comprometió con él y lo bendijo más allá de lo que Daniel dio. Y la vida de Daniel siempre fue un ejemplo de eso. Esa idea, hermanos, de que tu te empobrezcas, te debilites, caigas en desventaja, y entonces digas: Padre, que ese sea mi holocausto a Ti, mi sacrificio, bendícelo, bendíceme. Que no hay nada de malo en esperar bendición de Dios cuando tu eres fiel a El. No tenemos que ser más católicos que el Papa, tampoco. No yo solamente le quiero dar al Señor por amor a El, no necesito que me de nada. Mentira. Uno siempre quiere algo, que Dios bendiga a uno. Y si no lo pide para ti, pídelo para otro alrededor de ti, hermano. Como cuando uno va a los restaurantes ¿no? Meche dice: ¡oh!, no quiero una ensalada, yo le digo, no, pídela, dámela, yo me la como. Si estamos pagando por ella. Si usted no quiere bendición, pídala por su hijo, pídalo por su hermano, pídalo por su iglesia, por alguien. Pero a Dios le gusta que le pidamos, y que seamos fieles a El y que esperemos ser bendecidos, porque El es así, El bendice a los que lo honran.

En el caso de Salomón Dios le dijo: Pide lo que tu quieras. Salomón no le pidió gloria, no le pidió dinero, no le pidió la muerte de sus opositores, le pidió sabiduría para ser fiel a El como rey. ¿Qué hizo Dios? Lo bendijo.

Mire Primera de Reyes, Capítulo 3, versículos 10 al 14. Dios se gozó tanto de que este muchacho joven, se empobreciera, se debilitara cuando tenía oportunidad para pedirle lo que él quisiera que como otros hombres lo harían según el dinero, las cosas que egoístas, y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Porque cuando buscamos el Reino de Dios, su justicia las demás cosas vienen por añadidura. Cuando tu buscas en la gloria de Dios y el agrado de Dios entonces dice, ¿qué pasa?, dice “agradó, Dios se agradó” delante del Señor que Salomón pidiese esto, y le dijo Dios “...porque has demandado esto y no pediste para ti”, el egoísmo es el principio que siempre nos destruye, es el “yo”, la ventaja personal, lo que me da a mi placer o..... “y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, es decir, para beneficiar a otros. He aquí lo he hecho conforme a tu palabra. Es decir te doy todo lo que me pediste. He aquí que te he dado un corazón sabio y entendido tanto, porque cuando Dios da en abundancia, que no ha habido antes de ti otro como tu ni después de ti se levantará otro como tu. Y mire aquí el “aún”, el “aún”. Eso es lo que a mi me gusta de Dios. Esa es la partecita que yo siempre quiero en mi vida, el aún de Dios, porque cuando yo le doy a Dios, Dios me da lo que le he dado, me lo devuelve, pero entonces dice “aún” te voy a dar más.

Digan todos “aún”. Y desde ya les digo, titulen este sermón “el aún de Dios”, porque aquí dice: “ y aún también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria de tal manera de que entre los reyes ninguno haya como tu en todos los días y si anduvieran en mis camino guardando mis estatutos y mandamientos como tu y David, tu padre, Yo alargaré tus días.” En otras palabras aún te voy a dar, dinero, gloria, poder, paz en tu recintos y te voy de ñapa de voy a dar una vejez larga. ¿Quién no quiere eso, hermanos? Pero Salomón tuvo que primero ponerse en desventaja, ¿usted entiende? Buscar la gloria de Dios, pensar en el papá, no pensar en él. Entonces papá le da lo que le dio porque se lo devuelve, y entonces le dio mucho más. ¡Que bendición tan grande!

Si nosotros entendiéramos estos principios. A veces leemos la Biblia y nos pasan por encima estas cosas. Ahora la pregunta ¿te atreves tu a creer que Dios todavía obra así como obró con Salomón? Que esto no era solamente para Salomón, en el siglo qué se yo antes de Cristo, sino que ahora en el siglo XXI en este tiempo para ti, pon tu nombre sobre ese texto, es también esa dinámica. Si tu les das al Señor, si buscas su gloria, si buscas su reino, si buscas los principios de su Reino, si buscas honrarlo a El primero, El te dará algo que tu le has dado y aún te dará mucho más, las peticiones de tu corazón, aquellas secretas, que necesitarían un psiquiatra para que te las revelara, Dios las lee y te las da. Porque El se goza en darle a sus hijos más de lo que le piden y más de lo que le dan.

 

 

Tu no le puedes dar nada a Dios, como decía el hermano Montaña ayer: Dios es el dueño de todo. ¿Qué tu le puedes dar a Dios? ¿Oro? El hizo el oro. ¿Una iglesia lujosa?, el bloque que usas y el shiprock es de Dios. Tu vida, El la creó. Tu alabanza, himnos, obras de artes, ¿quién te dio la inteligencia y la creatividad para concebir esas cosas? Te las dio Dios. Tu no puedes salirte de lo que Dios ha hecho y ha creado. Todo lo que tu eres, piensas, deseas, ofreces, viene de Dios. Así que de lo que tu has recibido tu le estás dando al Padre. Tu no le puedes dar nada a Dios, en otras palabras. Lo que puedes hacer es ofrendas simbólicas, y esas El las recibe, y las bendice y te mucho más. Secretos de vivir una vida próspera y abundante.

En Reino de Dios cuando tu te debilitas, o empobreces para agradarlo o servirlo, El te repone lo perdido y te da aún más. Ese es el principio, hermanos, es el principio estructural que rige otras prácticas. Entonces las prácticas simplemente son la manifestación de los principios. Otro día les voy a explicar eso, es demasiado temprano ahora en la mañana. Las prácticas son simplemente la expresión de los principios, los fundamentos. Es como en la matemática, las leyes de la matemáticas están predicadas sobre lo que se llaman postulados, que son principios fundamentales desde los cuales procede todo lo demás, todas las operaciones, suma, resta, división, multiplicación, geometría. Todas estas cosas dependen de postulados lógicos, postulados físicos, etc.

Los postulados de la Escritura entre ellos está ese principio que luego se manifiesta en prácticas como el diezmo o el ayuno. Son prácticas, pero el principio es ese, empobrécete, redúcete, cae en desventaja para abrir espacio para que se aumente el poder de Dios en ti, la bendición de Dios en ti.

¿Qué es el diezmo? Ya ayer se lo expliqué, tu te pones en desventaja, ese 10%, que a veces ni siquiera te da para pagar las cuentas. Entonces dices: como le voy a dar yo el 10% si apenas mantengo a raya a quienes les debo, y apenas puedo pagar el carro y la casa, y ahora me pide el Señor que le de el 10% de mi dinero. Pero entonces tu dices, no, pero la lógica de Dios es diferente. Dios dice: si tu te empobreces, si te atreves a creerle a Dios y reduces ese 10%, Dios te va, hasta música de trasfondo tengo para mi predicación este momento, Dios está diciendo, vas bien. Amen. Si tu reduces ese 10% , te debilitas en tus finanzas, Yo te voy a reponer el 10% y te voy a dar más. Es el postulado del empobrecimiento, la reducción para gloria de Dios y que Dios se comprometa.

El ayuno también es explicado de esa manera. La lógica y la razón te dice, mientras yo más coma más fuerza voy a tener. Usted sabe que eso no es verdad, aún ni siquiera la lógica apoya eso. Pero usted sabe que si usted no come se debilita, hay un nivel razonable de comer y el ayuno dice: no, si tu en el espíritu te debilitas físicamente y esa comida que es tan importante para tu mente o para tu cuerpo, tu te eximes de participar en ella, y en el espíritu tu reduces tu cantidad de comida y le ofreces ese sacrificio, ese espacio en tu estómago al Señor, Dios te va a reponer y te va bendecir y te va a prosperar, te va a dar fuerzas como las del búfalo. Diga amen, aunque sea para agradarme, ¿usted entiende?

Esa es la idea, si tu ayunas, te debilitas, Dios te hace fuerte. Vigilia, si tu pasas sueño, y pasas y poquito de trabajo, Dios te bendice. Es un principio, es así. Yo se lo puedo enseñar eso a través de toda la Biblia, muchos textos se abren cuando entendemos este principio. Ruth en vez de irse detrás de un pantalón a buscar a su hombre por allá en otro lugar, como le dijo Noemí, dice: No, yo te voy a ser fiel a ti, te voy amar a ti, vieja. Voy a ir contigo, voy a caminar contigo, voy a serte fiel, voy as ser una mujer noble, y me voy a pegar a ti, te voy a proteger y te voy a guardar. Yo, mi juventud, te voy a cubrir con ella. ¿Y qué pasa? Dios le consigue a su varón más tarde y la bendice siendo antepasado de Jesucristo y bisabuela del rey David, y la redime de ser una mera moabita que no tiene derecho ni siquiera de ser parte del Reino de Dios según la ley, la convierte en una integrante de la familia de Jesucristo. ¡Aleluya! Y a través de toda la Escritura usted ve ese principio. Cuando usted se pone en desventaja, se empobrece en alguna manera, se debilita en alguna manera para glorificar a Dios, Dios promete bendecirlo, prosperarlo y eso tiene que ser una práctica todos los días de nuestra vida. Y si no practicamos ese principio estamos en desobediencia, yo me atrevo a decir.

Vamos a un texto..... volvamos un momento para sacarle el jugo ya final a ese texto de Proverbios 11. Examinémoslos a la luz de lo que le estoy diciendo. Yo espero que ahora se hace más claro. “.... hay quienes reparten y les es añadido más, es decir, hay quienes se empobrecen y reciben más de lo que se reducen ¿por qué? Porque están operando conforme a ese principio espiritual, ese postulado del Reino del espíritu, y hay quienes retienen más de lo que es justo pero vienen a pobreza. ¿Por qué? Porque están violando ese postulado del Reino espiritual, porque no hay nada de malo con retener algo, hermanos, es bueno ahorrar, es bueno, mira si..... Dios no está pidiendo que tu seas un tonto, que te exploten y que hagan de ti lo que la gente le de la gana. No, hay que retener, hay que hacer sus cuentas y que asegurarse de que uno pueda pagar las cosas de la vida. Hay que ser prudente. Está bien, pero lo que Dios dice es no retengas ¿qué? Más de lo que es ¿qué? Justo. En otras palabras, hay cosas que a ti no te es legítimo retener, como el diezmo por ejemplo.

Si usted lee la Escritura continuamente y si ustedes .... esa expresión que no la digo yo, la dice: “ustedes me han robado la nación toda, dice el Señor, me han robado. Porque el diezmo es una porción sagrada de tu dinero como creyente, como hijo de Dios que no es tuyo, no te es justo retenerlo. Si tu lo retienes estás entrando en el terreno de la ilegitimidad entonces vienes a pobreza. Estás echando tu dinero en saco roto. Si alguien necesitado viene a ti y tu tienes la manera de bendecir a esa persona, tu hermano necesita algo, y tu retienes ayudarlo, bendecirlo, contribuir a su bienestar, tu estás reteniendo más de lo que es justo. Si tu iglesia necesita algo para bendecir el Reino de Dios, avanzar los propósitos del Reino de Dios y tu puedes ayudarla, y estás en posición para hacerlo, y no lo haces, estás reteniendo más de lo que es justo. Si tu tienes un talento y el Reino de Dios lo necesita, y tu no se lo estás dando al Reino de Dios estás reteniendo más de lo que es justo y estás viniendo a pobreza espiritual en tu vida. Entonces digo, ¡ay! de aquellos que Dios dota con un talento y no lo están usando para el Reino de Dios y lo retienen injustamente, vienen a pobreza espiritual. Hay que darle al Señor, darle a tu iglesia, darle a los demás generosamente. Dios ama la gente generosa.

En realidad el origen de esta inquietud mía de predicar este sermón es porque, hermanos, yo quiero ver una congregación de hombres y mujeres que le den al Señor generosamente porque esa es la clave para una congregación prosperada, esa es la clave para que dentro de 10 años yo los vea a ustedes habiendo comprado sus casas, habiendo ascendido en sus trabajos, habiendo aprendido a hablar inglés, habiendo sujetado a su hijos a la disciplina del Señor y tener a sus hijos, habiendo visto sus matrimonios sanados y bendecidos, viendo sus talentos usados para gloria del Señor y levantados, viendo madres solteras que llegaron ignorantes y viéndolas cubriendo a jovencitas con su consejo, discipulando a otras mujeres, diezmando al Reino del Señor, usando sus talentos para bendecir la iglesia de Dios, porque han dado generosamente.

Una comunidad prosperada es una comunidad que reconoce el señorío de Cristo y le da al Señor generosamente. Cuando el Señor dice dame, simplemente porque quiere ver si le damos, y le damos, Dios bendice esa comunidad. ¿Usted quiere ser bendecido al nivel individual, ustedes quieren ser bendecidos a nivel de comunidad espiritual?, denle al Señor generosamente. Cuando Dios les pida denle, no le aguanten más de que es justo al Señor. Ese es el principio.

Cuando Dios te llama ven y estudia, ven y vigila, ven y ayuna, ven y diezma, ven y sirve, no le digas al Señor no, estoy cansado, estoy deprimido o tengo otras cosas que hacer. No le des excusas al Señor, dale al Señor generosamente, quieras o no quieras, estés en ventaja o en desventaja tengas mucho o poco, no importa, dale al Señor generosamente, imponte sobre tu carne y hazlo por principio espiritual y Dios te bendecirá. Yo veo mucha gente en nuestra congregación, lo digo ahora pastoralmente que tienen dones y talentos y no le están dando al Señor como deben darle y a veces son tacaños, cuando su iglesia los necesita y a veces están demasiados cómodos, hermanos y demasiados agarrados con sus dones, y el Señor dice: no te voy a bendecir, no te puedo bendecir y hasta que no me des generosamente. A Dios lo honra el hombre, la mujer apasionada para con El y generosa para con El. La persona que le da al Señor sin medida, esa es la persona que es bendecida y nosotros queremos gente con corazón guerrero en esta comunidad, que estén siendo bendecidos y estén ganándose a sus compañeros y las almas de sus compañeros también porque hay abundancia de pasión en sus corazones.

Nosotros queremos, hermanos, una.... el voluntariado es algo importante en una iglesia. Yo espero que si el Señor nos diera 50 millones de presupuesto cada año, que todavía esta iglesia tenga hombres y mujeres que lo sirven de gratis en esta iglesia y que esta iglesia no se convierta en una iglesia de profesionales. Yo reprendo ese espíritu en el nombre de Jesús. Hay gente que no quiere hacer nada por el Señor si no se le paga. Yo reprendo ese espíritu en el nombre de Jesús. Y tu entiendes entonces que si te pagan a ti los hombres, Dios no te puede pagar porque ya tu recibiste tu recompensa. Y no estoy diciendo, yo creo que el obrero es digno de su salario, a mi me pagan por lo que yo hago, pero yo no serví al Señor por el dinero, que si yo quisiera daría más dinero afuera, pero hay cosas que nosotros tenemos que darle al Señor que solo El y yo lo sepamos, nadie más.

La gente no entiende eso, cuando tu le das al Señor generosamente, Dios no se cansa de bendecirte, la manera de tu ser prosperado financieramente es diciendo: no, no quiero, yo quisiera poder trabajar sin que me pagaran. Si yo pudiera hacer lo que hago, con un trabajo secular allá afuera, yo preferiría eso mil veces. Y eso lo hice por un tiempo, hasta que el trabajo aumentó demasiado para yo poder hacer las dos cosas físicamente. Pero yo prefiero mucho más darle todo lo que yo puedo al Señor, desde mi vida, lo que yo tengo, de mi porción, que el Señor me recompense, porque yo quiere que ese me pague, porque cuando ese me paga, me paga mucho mejor que lo que cualquier hombre me puede pagar.

Si entendiéramos ese principio, hermanos en todo lo que nosotros hacemos en nuestra vida, cómo seríamos bendecidos. Dale al Señor generosamente siempre. Y mira hacia arriba y di: Padre, lo hago para tu gloria y tu honra. Mira desde tu reino y bendíceme como tu sabes bendecirme. Si quieres bendecirme en dinero, bendíceme en dinero. Si quieres bendecirme con salud, bendíceme con salud. Si quieres bendecirme con reconciliación de mis emociones, hazlo así, o con las peticiones secretas de mi corazón que tu bien conoces, ven, págame en la moneda que tu quieras, pero lo hago para ti. Esta es la ofrenda, Señor que yo tengo para ti. Vive generosamente. Da, al Señor, a tu iglesia, a los demás. Se generoso con Dios. Yo quiero una iglesia que siempre esté empobreciéndose para el Señor porque esa iglesia siempre va a ser enriquecida por el Señor. Escucha el postulado, si te empobreces para el Señor, vas a ser enriquecido por el Señor. Escríbalo antes de que se le escape porque eso está bueno. Si te empobreces para el Señor vas a ser enriquecido por el Señor. Aplica ese principio todos los días de tu vida, en cada transacción, en cada decisión que tu hagas y dice el Señor, y mira, si yo no abriré la ventana de los cielos y te daré hasta que sobreabunde, es la palabra del Señor para ti en esta mañana.

Vamos a ponernos de pie. Quisiera tener más tiempo porque hay tantas cosas en el tesoro de la palabra de Dios sobre este principio y yo no quiero que se nos escape, hermanos. Seamos gente diligente, despierta, apasionada para con Dios. Levantemos una iglesia que los ojos sean como dos brazas encendidas de pasión para con Dios, una iglesia apasionada para el Señor, que sepa moverse en los principios del Reino de Dios.

God wants to bless you, but you must give to Him generously of everything, time, talent, gifts, energies, sleep, emotions, everything. Just give to the Lord passionately and trust in Him. He will bless you beyond your wildest dreams. He will prosper you. He will place His hand on you. His love will be on you 24 hours a day.

Esa es la bendición del Señor para los hijos de Dios. No seamos niños, dice el Señor, en las cosas del espíritu, seamos niños para la malicia y la maldad, pero seamos sabios para las cosas del espíritu, dice el Señor, seamos maduros para las cosas del espíritu. Aprendamos a procesar las leyes del espíritu como Dios pide. Seamos apasionados para sacar esas pepitas de oro que están encerradas en la palabra de Dios.

Bajemos las cabezas. Arrepintámonos de todo egoísmo. Arrepintámonos de todo materialismo en lo que se refiere al Señor, arrepintámonos de toda timidez, de todo carácter conservador y agarrado en lo que tiene que ver con las cosas del Reino de Dios. Arrepintámonos de ser demasiado conservadores, demasiado tímidos con nuestros talentos y nuestros dones. Dale al Señor, enamórate del Señor. Créele al Señor. Aplica los principios de la palabra del Señor y serás prosperado, serás bendecido. Padre, que esta palabra se incruste en las paredes de esta iglesia, reverbere todos los días que esta congregación exista, Señor. Estos principios que han sido enunciados, Padre, los abrazamos. Son principios regidores de esta iglesia y si no los obedecemos y vivimos por ....... ten misericordia y alértanos y disciplínanos para que volvamos a ese camino, Señor, porque sabemos que ese es el camino de la bendición para una comunidad.

Graba estos principios en nuestros corazones Señor, y no dejes que esta palabra, que es una promesa, caiga a tierra, Señor. No dejes que esta profecía caiga a tierra, Padre. Los que la apliquen sean bendecidos y vean la bendición, Señor. Yo lanzo esta palabra, Padre, como un proyectil al corazón y al espíritu de mis hermanos en esta mañana y los bendigo con ella, Padre, los fertilizo con esa palabra, los impregno con la semilla de tu reino y de tu Evangelio, Padre, en esta mañana. Que los que la reciban sean prosperados y bendecidos, los que se cierren contra ella, Padre, experimenten la verdad de tu palabra también. Nos sometemos a tu juicio, Señor, en esta mañana como iglesia, abrazamos tu verdad, Señor. Abrazamos tu juicio, Señor. Abrazamos tus mandamientos y tus preceptos, Señor. Ten misericordia de nosotros Padre. Ayúdanos a ser rectos e íntegros delante de ti, Señor y a vivir conforme a lo que tu palabra nos revela. Oh Señor . Te adoramos, te bendecimos, Señor. Gracias Jesús. Gracias Jesús. Gracias Jesús. Te adoramos, Señor, te bendecimos.

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Génesis 37 - La vida de José

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Lo mejor está todavía por ahí por venir. Vamos al Libro de Génesis. Génesis, Capítulo 37. Hace ya unas 3 semanas más o menos ya que yo inicié un estudio sobre la vida de José y han intervenido diferentes cosas en el interino, y quizás usted hasta ya usted hasta se ha olvidado un poquito de lo que hablamos, pero vamos a refrescarle la memoria y también abundar más hondo en la vida de José.

Mientras tanto le animo a buscar allí, Capítulo 37 de Génesis y vamos a ir comenzando con el versículo 2. Se me ocurre quiero poner algo en la sensibilidad de Terry y de Bruce López que controlan allá el..... yo se que hay formas de poner las letras y la palabra de la Biblia, no lo hemos en el pasado pero en un futuro quizás podemos ver cómo podemos hacer eso y que los hermanos que no tienen, los visitantes y otras cosas, porque ya se que todos los de León de Judá traen su Biblia. Amen, ¿verdad que si?, pero los demás, los que están comenzando los caminos del Señor, así les podemos facilitar para que ellos también puedan leer las Escrituras, en Génesis Capítulo 37, en el versículo 2:

Dice: “ Esta es la historia de la familia de Jacob. José siendo de edad de 17 años apacentaba las ovejas con sus hermanos y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre e informaba José a su padre la mala fama de ellos (not good!) y amaba Israel a José más que a todos sus hijos porque lo había tenido en su vejez, y le hizo una túnica de diversos colores. Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos y ellos llegaron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: “oíd ahora este sueño que he soñado, he aquí que atábamos manojos en medio del campo y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al mío.” Le respondieron sus hermanos: “¿reinarás tu sobre nosotros o señorearás sobre nosotros?, y le aborrecieron aún más a causa de su sueños y sus palabras. Soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos diciendo: “he aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y 11 estrellas se inclinaban a mi”. Y lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre esta vez le reprendió y le dijo: “Qué sueño es este que soñaste, ¿acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, más su padre meditaba en esto.”

El viejo sabía que había algo ahí raro en ese sueño, y aunque lo rechazó de momento pero como que se quedó un rato pensando verdaderamente y evidentemente marcó su sensibilidad en alguna manera, él discernía que algo de Dios estaba en este proceso. Esta mañana yo tomé este pasaje y hablé un poco acerca de soñar, soñar en el Señor, los sueños que Dios pone en nuestros espíritus, cómo Dios nos visita a veces con sueños y nos impregna, nos embaraza con sus sueños y sus visiones, y eso es muy importante para el pueblo de Dios porque el pueblo de Dios tiene que ser un pueblo soñador. Dios es un Dios de sueños. Vemos en toda la Escritura una y otra vez que Dios habla a través de los sueños.

Jacob tuvo un sueño, mientras subía de Esaú llegó a un sitio y cansado se acostó sobre una piedra. Y dice la Biblia que Jacob soñó que ángeles subían y bajaban por una escalera del cielo a la tierra y de la tierra al cielo, y en ese lugar, allí estaba la presencia de Dios. Y en ese lugar Jacob tuvo un encuentro poderoso con el ángel del Señor y eso marcó su vida, lo marcó literalmente, físicamente por el resto de su vida. Jacob allí tuvo una lucha con el ángel del Señor y Dios le concedió algo muy especial. El también tenía un sueño, pero tuvo que pagar un precio. Todos los sueños tienen su precio.

Pero lo que vemos es que a través de toda la Escritura hay sueños, hay visiones, Dios habla a su pueblo a través de sueños y visiones. A Pedro, en el Nuevo Testamento miles de años después le dio una visión, le dio un sueño y Pedro vio una visión donde había una cantidad de animales puros e impuros, Dios usó esa visión y ese sueño para dar una revelación mayor acerca de los planes que El tenía con los gentiles, cómo El iba a ampliar su obra en la tierra.

Así que Dios habla, hermanos. Y yo quiero animarlos a ustedes a ser un pueblo de soñadores en el espíritu y no de soñadores vanos sino de soñadores en el espíritu. Yo le estoy pidiendo al Señor, y pídale usted también que Dios traiga revelación a nuestras vidas, que seamos una congregación que reciba palabra de Dios. ¿Saben ustedes que León de Judá es producto de un sueño? Y el nombre de nuestra congregación es producto de un sueño, y la localidad donde estamos es producto de un sueño también, porque Dios habla todavía a través de los sueños.

Hace unos, más o menos 92, 93, en el año 93, para los que no saben la historia: una noche yo tuve un sueño donde vi la ciudad de Boston, los rascacielos de la ciudad de Boston, como en una pantalla, así mismo, como si yo estuviera aquí y yo estuviera viendo guau..... me tomaron en serio la ........ la gente son peligrosos, hay que tener cuidado con lo que uno dice. Era como si yo estuviera viendo una gran pantalla así y yo veía los rascacielos y específicamente del área financiera de la ciudad de Boston, y por encima de esos rascacielos de momento comenzaron a deslizarse unas grandes arañas venenosas gigantescas, como el tamaño de aviones, y comenzaron silenciosamente a posarse y a cubrir todo el panorama, por encima de esos grandes edificios. Y yo podía ver esos seres que eran seres demoníacos, llenos de veneno, su piel tesa y brillosa por todo el veneno que tenían dentro de ellos. Y yo podía ver que eran seres inteligentes y malévolos, pero inteligentes y entendí que eran entidades demoníacas que estaban ejerciendo su influencia oscura sobre la ciudad de Boston.

Yo contemplaba esa imagen y de momento encima, muy por encima, como a la izquierda, así allá arriba del firmamento de esa pantalla, yo pude ver la imagen de un rostro de un león, y era como un círculo, como un plato en la esquina izquierda superior de esa pantalla. Y ese león miraba, estaba muy por encima de esos seres demoníacos y miraba sobre ese escenario y yo podía ver sus ojos bien de cerca. Eran ojos humanos, aunque era un rostro de león, los ojos eran humanos, y eran ojos de autoridad y de confianza y de bondad que me decían a mi que con simplemente mirar sobre esa escena, él estaba ejerciendo su autoridad y que él estaba en control de todo, que no había que preocuparse, porque él tenía la última palabra. Y desde donde yo estaba, yo apunté con mi dedo y recuerdo que yo estaba como semiconsciente en ese momento y apunté tres veces hacia el león, y dije tres veces “Tu eres el Señor, tu eres el Señor, tu eres el Señor”, y ahí terminó mi sueño, y desde ese día en adelante nació en mi espíritu la idea de venir a Boston.

Nosotros teníamos nuestra iglesia en la ciudad de Cambridge. Yo se que muchos de ustedes ya han escuchado esto, pero lo hago porque siento que el Señor este momento y porque empata bien con lo que ....... y muchas gente viene a veces y no escucha y no sabe por qué nos llamamos León de Judá. Dice, un animal, que nombre más raro “León de Judá2 , ¿qué es eso?, pero es un nombre bíblico.

Yo entendí en el sueño que ese león que yo estaba viendo era el León de Judá porque yo conocía de la Biblia, pero en realidad el León de Judá no había sido una imagen muy impactante en mi vida, no había meditado en eso demasiado, ni nada por el estilo, no tenía mucho significado, excepto el significado bíblico, pero yo salí de ese sueño impactado, con esa imagen, y desde ahí nació el deseo y la intención de la venir a la ciudad de Boston, y cambiarnos desde Cambridge, donde Dios nos había dado un templo bellísimo, gratis, lo habíamos adoptado de una iglesia que se había muerto, una iglesia norteamericana, había entregado el espíritu literalmente y habían dejado de existir y nosotros apenas teníamos 6 meses de haber sido fundados como iglesia y nos mudamos de aquí de Boston, del Center a Cambridge y allí tomamos posesión de ese bello templo, en un área lindísima de la ciudad, clase media, media alta, casas de una familia, dos familias, y allí nos mudamos, y estuvimos allí 15 años creciendo como iglesia, haciéndonos más o menos fuertes, definiendo nuestra identidad, peleando algunas batallas y cuando el Señor ya llegó el momento.... porque Dios tiene sus momento ¿usted entiende? La vida cristiana es una vida de procesos, y Dios está en control de cada momento. Y cuando llega el momento de la madurez, Dios dice: ahora te tienes que mover a otro lugar. Es tan bueno cuando uno camina en la voluntad del Señor, hermanos.

Es tan bueno cuando tu sabes que tu vida está gobernada por el tiempo de Dios, que tu no te mueves simplemente porque te ofrecieron un mejor trabajo, o porque te cansaste del frío, o lo que sea, tu te mueves porque Dios te da libertad para hacerlo, porque Dios pone un peso y dice: ahora, coge tu tienda y múdate a otro lugar. O cuando ..... es decir que tu sabes que tu te mueves en la voluntad divina, porque entonces Dios te da directivas. Y Dios nos dijo en un momento dado, a través de ese sueño, “yo quiero que ustedes se muden de acá”. No teníamos razón para mudarnos de ese lugar. Teníamos un templo pago completamente, estábamos en un área bien cómoda y como digo, un vecindario bien, bien cómodo, céntrico hasta cierto punto, en términos de trenes y otras cosas. Sin embargo Dios nos dijo “ya es tiempo de que se muden de allí”.

Ese sueño es como que destapó algo y activó otro componente en nuestro espíritu. Y yo compartí con la congregación ese sueño, y compartí...... algunos de ustedes saben porque estuvieron allí y comenzó una búsqueda de un lugar nuevo donde mudarnos y ahora yo entiendo cuán tonto yo era en aquel tiempo. Si yo hubiera sabido todo lo que nos esperaba no me hubiera metido en ese lío. Pero Dios a veces nos ciega para que no entendamos lo que tenemos que pasar para que nos lancemos a las aguas, y comenzamos a buscar y encontramos este lugar donde ustedes están. Y antes de mudarnos aquí, yo había compartido con la iglesia también, la idea o la visión, de que nuestra iglesia cambiara su nombre de Iglesia Bautista Central, que era su nombre original, a Congregación León de Judá y lo discutimos, y esto y lo otro, y determinamos que sí que nos íbamos a llamar Congregación León de Judá cuando llegara el momento de mudarnos para acá. Y yo recuerdo que cuando vine aquí, visité este lugar que Dios nos proveyó en una forma muy providencial, muy bella y con la segunda o tercera visita que yo hice, mientras negociábamos con el dueño de este sitio, que era un almacén aquí, yo salí por un momento allá a la calle y cuando miré al frente vi la fachada de la iglesia y allí había, y hay una cara de león que está puesta allí. Si usted va a la puerta de vidrio, usted mira arriba, usted ve la cara del león allí. Y yo sentí que esa era la confirmación de que Dios aquí nos quería. Y después de años de trabajo nos mudamos aquí y aquí estamos.

Y yo se lo que Dios puso en el espíritu cuando hablaba del León de Judá y nos dio esa marca a nosotros. Todavía nosotros no somos leones, somos cachorro de león, pero no somos leones. Dios quiere todavía que esta iglesia llegue a ser, que llegue a su “leoncidad” y vamos a llegar en el nombre del Señor, estamos camino a eso. Pero es así, hermanos, Dios habla a través de sueños, pero tenemos que atrevernos a soñar y tenemos que apropiarnos. Cuando Dios pone una imagen en tu espíritu El no necesariamente la pone perfectamente dibujada, con todos sus bigotitos, y sus cositas, no.... el Señor lo que pone es simplemente un embrión en ti, una semilla, como cuando el hombre impregna a la mujer y le planta una semilla y esa semilla va creciendo y multiplicándose y va desarrollándose dentro del vientre de la mujer, hasta que se da a luz.

Y eso fue lo que Dios puso en el vientre de José cuando le dio ese sueño. Lo que Dios puso en José fue la vida suya que lo iba a guiar por el resto de los años, y desde ese momento la vida de José fue gravitando hacia el sueño que Dios puso en él. José ya ahora, iba camino a lo que Dios había puesto. Y por eso yo les digo, hermanos, nosotros tenemos que aprender a soñar porque eso que Dios, que vemos en la Escritura de sueños, Dios quiere volver a activar eso en su pueblo. Y Dios quiere que nosotros volvamos a soñar sueños.

Cuando digo eso, recuerdo lo que dice la palabra de Joel que no se me ocurrió esta mañana, si usted quiere encuéntrelo antes que yo hágalo, donde habla acerca de los últimos tiempos...... el Libro de Joel, Capítulo 2, donde dice que ... 2:28 “.... después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos soñarán sueños y vuestros jóvenes verán visiones”. Este es el tiempo ahora, hermanos, “....y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días”. Este es el tiempo de los sueños y las visiones. Y se me ocurre que tenemos que detenernos un momentito aquí y orar para activar esa palabra en esta Congregación para que Dios nos comience a dar sueños y visiones. Que nuestros ancianos sueñen sueños, nuestros jóvenes vean visiones, y saben lo que dice, que vuestros siervos y vuestras siervas, ¿por qué añadió el Señor vuestros siervos y vuestras siervas? Es decir vuestros esclavos y vuestras esclavas, porque la visitación de Dios no era solamente para la gente de bien, no era solamente para la gente privilegiada, no era solamente para la gente obviamente capacitada para soñar sueños, sino también era para la gente humilde, sencilla, que se sentía que no tenían derecho para entrar en esa herencia que Dios tenía para los últimos tiempos.

Lo que Dios está diciendo es que en los últimos tiempos Dios va a derramar capacidad para soñar y envisionar no solamente sobre los que están preparados sino sobre los pequeñitos de la congregación, sobre la gente que se siente que es insignificante y que no tiene mucho que dar. Sobre ustedes Dios también quiere derramar sus sueños y sus visiones. Es más, Dios se va a gozar en comenzar con los pequeñitos de la congregación, con jóvenes, con personas que no están muy educadas, el Señor quiere ponerte a soñar sueños y a ver visiones. Y tenemos que decirle al Señor: “Padre, yo quiero eso, yo lo deseo”, porque los dones se reciben cuando uno los invita a venir y cuando uno tiene hambre y sed de ellos, entonces Dios los activa. Y cuando decimos espíritu santo estamos listos para que tu vengas y nos visites y nos impregnes con tus sueños.

¿Qué les parece si tomamos un momento ahora? Póngase de pie un segundo, vamos a pedirle al Señor, vamos a hacer un paréntesis, pedirle al Señor que nos visite con su sueño ahora.

Este es el tiempo para que Dios active en nosotros, póngase bien, bien atento a este momento. Siente usted la presencia del Señor ahora mismo. Padre, queremos ser un pueblo del espíritu, un pueblo de dones, Señor, un pueblo saturado de tu espíritu, queremos ser un pueblo saturado de tu espíritu, queremos ser un pueblo pentecostal. Este tiempo, Señor, nosotros creemos que es el tiempo de tu visitación. Abrimos nuestras manos, abrimos nuestro espíritu, Padre. Pedimos ahora mismo que tu implantes en esta congregación todo lo que están aquí, Señor, sueños y visiones, capacidad para moverse, para vivir en el espíritu. Desata tus dones en el nombre de Jesús. Desatamos dones, Señor, en el pueblo de Dios. Capacidad para soñar sueños, para ver visiones, para concebir cosas en la noche, Padre. Tu nos vas a inquietar en la noche para que recibamos la implantación de tu espíritu. Señor yo desato en el nombre de Jesús la capacidad para ver en los lugares secretos. Tu nos vas a estar hablando, Padre, porque tu quieres darnos instrucciones. Nosotros creemos que este es el tiempo del cual habla Joel, tiempos de sueños y de visiones para tus hijos, Padre. En el nombre de Jesús recibe esa capacidad. Desatamos capacidad para soñar para envisionar en el nombre de Jesús, en el pueblo de Dios, recíbelo en el nombre de Jesús. Recibe en el nombre de Jesús.

Este es el tiempo para soñar sueños, para ver visiones, para hablar en lenguas, para revelaciones, para sanidades, para milagros, para prodigios, para profecía. Es el tiempo del Señor. Gracias Padre, gracias. Danos la capacidad de José. Danos la capacidad de Daniel. Danos la capacidad de Jacob, Señor. Revelación, Padre para recibir sueños y para interpretar sueños, Señor. Para recibir visiones y para interpretar visiones y para declararlas, Señor en medio de la tierra. ¡Aleluya! Recibe en el nombre de Jesús y comienza a soñar y cuando sueñes, declara los sueños, escríbelos y pídele al Señor que te de la interpretación de esos sueños. Y si tu crees que es algo compártelo con los líderes de la congregación. Porque Dios quiere traer revelación. Cultiva la capacidad para soñar. Ese es un don que se desarrolla por medio de la práctica. Y pídele al Señor que te recuerde los sueños cuando los sueñes, porque muchas veces soñamos y después se nos olvidan los sueños, pero cultívalos en el nombre de Jesús. Soltamos esa capacidad ahora. Gracias, Señor. Gracias. Amen. Amen. Gloria a Dios.

Tomen asiento, hermanos. Entonces yo decía, hermanos que tenemos que cultivar esa capacidad. José fue marcado por su sueño y cuando José recibió esa visitación enseguida su vida comenzó a moverse hacia el sueño. Todo lo que comenzó a pasar, incluyendo el odio de sus hermanos, el plan que ellos tenían de hacerle daño, todo Dios lo hizo que conspirara para que José llegara a donde tenía que llegar. Y una cosa es lo siguiente, cuando tu sueñes, cuando Dios ponga una visión en tu vida, si Dios ha puesto una inquietud en tu vida, no te desalientes si se toma tiempo para que el sueño se cumpla, porque muchas veces los sueños de Dios no se cumplen de la noche a la mañana. Se toma mucho tiempo. Un hijo no nace inmediatamente que la mujer concibe sino que se toma 9 meses de gran angustia y de gran proceso para que finalmente venga la vida a la luz. Y así también muchas veces los sueños de Dios se van a tomar tiempo. A José le tomó mucho tiempo. Cuando Dios le dijo eso, él mismo no entendía completamente a qué se refería, pero Dios le fue dando como en pequeños pedacitos lo que El quería mostrarle y pasaron, yo creo que pasaron más de 10 años antes que José recibiera su sueño. Si Dios pone en ti, Dios ha puesto en ti algo, una inquietud, una visión acerca de la vida, algo que tu quieres hacer, algo que quieres lograr, un llamado que tu sientes que El te ha dado. Cultiva eso, esa matita tienes que regarla, no permitas que aunque pase mucho tiempo tu la eches a un lado, sino mantenla viva siempre y está atento a lo que Dios te diga.

Otra cosa acerca de los sueños. Ten cuidado con quién tu compartes tus sueños. José compartió su sueño con gente que no entendía. Es más, se sentían amenazados por ellos y muchas veces los sueños que Dios ponga en ti, van a molestar los principados y las potestades o van a cuestionar inclusive las estructuras alrededor de ti, van a, como dijera yo, a inquietar el status quo, van a ser a veces sueños que van a confrontar y en el caso de José, sus sueños eran muy, muy inquietantes y desagradables para sus hermanos que no lo querían ver a él en esa posición de autoridad, y aún para su papá que no entendía todo lo que Dios estaba haciendo. Si nosotros a veces compartimos nuestros sueños prematuramente, hermanos, y con la gente inadecuada, van a querer matar nuestros sueños. Así que cuando tu concibas un sueño, guárdalo por un tiempo en silencio, ora sobre el sueño y cuando Dios te de libertad para comenzar a compartirlo, entonces comienza a compartirlo. Y ten cuidado mientras tanto con quién, asegúrate de que sea gente de visión, que sea gente que entienda los misterios de Dios, que sea gente que crea en esas cosas, porque sino el peligro está en que te maten tu entusiasmo antes de tiempo y que tu comiences a pensar que esos son simplemente creaciones de tu imaginación.

Así que es bien importante que tu permitas que llegue el momento preciso para comenzar a declarar lo que Dios ha puesto en tu vida. Solamente en este tiempo yo me he comenzado a sentir un poquito más libre, como yo decía en la oración esta mañana, para declarar sueños que Dios ha puesto en mi vida cuando yo era pequeñito, y que los he alimentado todos estos años y siento que ya el tiempo se acerca para comenzar a declararlo más claramente, porque yo creo que llega un momento también para comenzar a hablar lo que Dios ha puesto en nuestras vidas. Pero mientras tanto hay que tener mucho cuidado. Uno tiene que ser bien sobrio con los sueños que Dios nos da porque muchas veces, si nos lanzamos también prematuramente en vez de madurar el sueño y asegurarnos de que es de Dios, desprestigiamos en el arte de soñar. A veces mucha gente está diciendo: Oh, Dios me dijo esto, Dios me dijo lo otro, y no es así entonces se abarata ese don tan precioso. Entonces tenemos que tener mucho cuidado cómo cultivamos, cómo declaramos, cuándo hablamos, a quién se lo decimos. Es muy importante que nos movamos en el tiempo de Dios.

Pero otra cosa bien importante es eso, que cuando Dios pone un sueño y tu estás seguro de que es de Dios y llega el momento de tu hablarlo, comienza a declarar el sueño. Comienza a compartirlo porque al tu compartirlo con tu boca, vas a estar profetizando sobre ese sueño y lo vas a estar activando más todavía. Así que también hay que atreverse, cuando es el momento de Dios a comenzar a hablar y a profetizar sobre el sueño.

Otra cosa también acerca de los sueños. Es importante que si Dios ha puesto en ti una visión acerca de algo que Dios quiere que tu hagas, una inquietud, un ministerio, un logro que tu sientes que Dios te quiere llevar, es importante que tu celebres eso y que lo mires y que lo visualices en todos sus detalles y que te veas dentro de ese sueño. A Dios le gusta que nosotros cultivemos y celebremos el sueño. En el Libro de los Hebreos dice que muchos esperaban la ciudad que estaba construida por las manos de Dios y no por manos de hombres. Dice que la saludaron desde lejos y la celebraban desde lejos. Y es importante que nosotros aprendamos, cuando Dios pone una inquietud, un deseo en nuestras vidas que visualicemos esas cosas, que tomemos tiempo para meditar en ello, que saquemos tiempo para escribirlo, desarrollarlo, pensar en ello, para que ese sueño se vaya activando más y más. Yo creo que hay mucha gente que sueña, pero sueña en términos generales, no sueña en términos específicos. Y es importante ponerle de tal sueños que soñamos y es importante también añadirles intensidad a los sueños.

 

 

Yo hablaba con los hermanos acerca del sueño de Jabes, en Primera de Corintios, Capítulo 4, versículo 9 en adelante. Jabes concibió un sueño, y fíjese cuando yo hablo de sueño, hermanos, puede ser cualquier cosa. Una joven me decía cuando terminamos el servicio aquí que su sueño es ir a Boston College, una universidad aquí en la ciudad de Boston, muy buena, y para mi eso es algo que Dios ha puesto en ella. Su mamá me dijo ella quiere ir a Boston College. Bueno, ahí hay un sueño y yo le pregunté ¿qué tu estás haciendo para ir hacia ese sueño? Y me di cuenta, que todavía ella necesitaba dar pasos para que el sueño se activara. Pero puede ser algo así, puede ser que Dios haya puesto en ti un sueño de predicar el evangelio o hacer un viaje misionero, como hizo un grupo de hermanos a República Dominicana, este verano, y Dios bendijo ese sueño de una manera extraordinaria. Puede ser que Dios te está llamando ..... un deseo de tener un matrimonio idóneo, un matrimonio bendecido y tu matrimonio ahora está lejos de ser eso, pues toma ese sueño y visualiza, visualiza tu matrimonio, bendecido, visualízate sentada con tu esposo comiendo en un restaurante y buena conversación entre ustedes, risas, intimidades siendo compartidas en ese momento. Visualiza bendiciendo a otros, las discusiones que tienen y las peleas, eliminadas y reemplazadas por un hogar de paz. Y visualiza estas cosas y celébralas y dale gracias al Señor y mantén ese sueño vivo. O puede ser para un joven sueños de éxito financiero y de logros profesionales. Bueno, toma ese sueño y éntralo en tu corazón y pídele a Dios que lo bautice con su aprobación y entonces mantén ahí tu vida, a la luz de ese sueño.

Voy a compartir algo acerca de eso en un momentito más. Pero eso, hermanos es importante que nuestro sueños tengan cuerpo, necesitamos intensificarlos con pasión y con emoción. Jabes concibió un sueño, Primera de Crónicas, Capítulo 4, versículo 9. Vayan allí un momentito.

Dice que “...Jabes fue más ilustre que sus hermanos”. ¿Qué quiere decir eso con que Jabes fue más ilustre que sus hermanos? Yo creo que quiere decir que Jabes fue más noble que sus hermanos, como que Dios le dio una capacidad para soñar algo, para desear algo, tenía un corazón noble y Jabes se atrevió a venir ante Dios y creerle a Dios. Muchos de nosotros hermanos no tenemos suficiente conocimiento de Dios como para creer que El es un Padre amoroso y noble y fiel, que si El nos dice “Pídeme, yo te daré”, no nos atrevemos a pedirle. No hay nobleza en nuestro corazón muchas veces para amar a Dios con el alma, con el espíritu y entonces no sentimos ese llamado de venir ante la presencia de Dios. Jabes tenía un don especial, y dice que fue más ilustre que sus hermanos y hay un detalle importante que dice que su madre llamó a Jabes, le dio un nombre, dice “.... por cuanto lo di a luz en dolor”. El nombre que le dieron a Jabes era un nombre de fracaso, un nombre de que no iba a llegar muy lejos.

Imagínese que a usted le pusieran el nombre Adolorido, ¿no? ¡Qué bonito nombre para usted anunciar su presencia! ¿Cómo te llamas? Oh, me llamo Adolorido. O concebido en dolor. Su mamá le puso ese nombre, Jabes tenía la marca del fracaso en su vida. Jabes no tenía posibilidades de ser un hombre exitoso, pero Jabes concibió eso y miren lo que dice, que “....Jabes invocó al Dios de Israel diciendo: Oh, si me dieras bendición”, y yo les decía a los hermanos esta mañana, que ese “Oh” es lo que nosotros necesitamos cultivar. Necesitamos cultivar un “Oh” que nos salga de lo profundo de las entrañas.

Digan todos “Oh”. Eso es. Es un “Oh” que tiene que salir de lo hondo de la tierra.

Cuando su deseo, cuando su necesidad llega al punto del “Oh”, ahí es donde Dios responde muchas veces, pero mientras sus sueños, son sueños más o menos generales, descuidados, de vez en cuando, Dios no le va generalmente a dar lo que usted necesita. Dios quiere llevar sus sueño a punto de rojo vivo, en que usted desee algo y si usted no lo recibe, se muere.

Como le dijo Ana a su esposo. Su esposo le dijo: “pero, Ana, si yo te quiero”, Ana no podía tener hijos, “pero si tu eres mi favorita, si todo lo que yo tengo es tuyo”. Pero Ana lo que quería era un hijo. Ana quería que sus entrañas fueran estrenadas por un hijo y Ana comenzó a llorar y a aclamar y Dios le dio no solamente un hijo, sino un Samuel y le dio otros hijos. Y Jabes le dijo: “Oh, Señor si me bendijeras, si me dieras bendición” -y mire qué específico fue Jabes- “....si me dieras bendición, si ensancharas mi territorio, si tu mano estuviera conmigo, si me libraras del mal para que no me dañe” –usted ve lo específico que fue Jabes-. Así tiene usted que ser en las peticiones y en los sueños que usted presenta delante del Señor. Usted tiene que ponerle pies y manos a sus sueños, tiene que cultivarlos, tiene que celebrarlos, tiene que echarle agua a esa matita de sus sueños. Es la única manera en que Dios le va a ......... pero Jabes se atrevió a pedirle a Dios su sueño, y ¿qué paso, qué dice la Biblia aquí, qué hizo Dios? Dice: “.... le otorgó Dios lo que pidió”.

Atrévete a soñar, hermano, hermana. Yo creo que muchos de nosotros nos han matado la capacidad para soñar, porque en la niñez no nos bendijeron, nuestros padres, los pobres hicieron lo que pudieron pero no engendraron en nosotros la capacidad para anhelar cosas grandes y creer que nosotros podríamos llegar lejos, y que podíamos hacer cosas grandes en el Señor. No hay nada imposible para un hijo de Dios, hermanos. Yo quisiera plantar en ustedes esa seguridad de que Dios puede hacer cualquier cosa en tu vida, si tu te atreves a concebirlo y te lanzas entonces día a día a echarle un poquito de agua a la matita de tus sueños. Dios quiere darte las naciones, Dios quiere darte tus hijos, Dios quiere darte tu salud, Dios quiere darte la paz del corazón, Dios quiere darte un sueño tranquilo, Dios quiere que la depresión huya de tu vida. Dios quiere que el pesimismo, en derrotismo se salga de tu vida. Dios quiere que las aflicciones que estás confrontando sean vencidas y que tu tengas libertad para volar como el águila. Pero tienes que atreverte a creer en los sueños de Dios y a concebir cosas grandes y entonces a lanzarte en la búsqueda como José creyó su sueño y Dios enseguida desató lo que él necesitaba para que su sueño se hiciera realidad.

Isaías 54. “Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas. Levanta canción, da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que la casada, ha dicho Jehová.”

Hermanos, Dios está continuamente invitándonos a creer cosas grandes, a creer que El va a hacer cosas maravillosas. “Clama a mi y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces”. Atrévete a creer en los sueños de Dios, sueños en Dios. Y finalmente si tu tienes un sueño, y lo presentas delante del Señor comienza a vivir tu vida a la luz de ese sueño y a tomar decisiones a la luz de ese sueño. Alinea tu vida con ese sueño. Por ejemplo, si una persona me dice a mi, a mi me gustaría llegar a ser el ejecutivo principal de una corporación, un joven me dice eso. Bueno, Gloria a Dios por eso, qué bueno, ese es un sueño precioso. Pero no creas que simplemente porque tu tengas ese sueño, y tu le ores al Señor el sueño como que va a venir mágicamente. Tu tienes que tomar ese sueño, meterlo dentro de tu corazón, presentarlo delante del Señor, orar por él continuamente pero será mejor que tu te pongas a trabajar duramente y a estudiar y a esforzarte para concebir en tu ser la excelencia, la disciplina, las destrezas, el carácter, las relaciones que son necesarias para llegar a esa posición.

Cuando estábamos allá en Israel conocimos a una pareja preciosa del Ecuador. Este hombre estuvo en la alta política en el Ecuador durante un tiempo de su vida, pero tuvo unos grandes trastornos y tuvo inclusive que huir del Ecuador refugiado, como exiliado y pasó un tiempo fuera y volvió a Ecuador, y él siente y ha recibido mucha profecía de parte de muchas personas, que le han dicho que él va a ser presidente del Ecuador en algún momento. Y yo lo creo porque es un hombre muy especial y su esposa, una mujer bellísima, preciosa sierva del Señor, gente muy, muy sólida. Yo creo que podrían ser un día una pareja escogida por Dios para eso, gente que ama al Señor, noble en muchos sentidos, y que tiene unos valores muy sólidos.

Y yo pude compartir con él en el ultimo día ya casi cuando íbamos hacia el hotel donde nos íbamos a quedar antes de partir de regreso y yo hablé con él, y él.....vi, porque él no estaba haciendo nada, sino esperando simplemente en el Señor, que Dios lo iba a levantar y lo iba a llevar a esa posición. Ahora yo le decía, “mira hermano, permíteme, con todo respeto, quiero entrar porque quiero plantar una semilla en ti porque quizás Dios –fui muy cuidadoso, muy cauteloso en decirle, pero- le dije “quizás Dios te está llamando a que tu primero comiences y corras para el Senado o para la Legislatura y que tu vayas creándote un nombre de nuevo. El tiene una fundación filantrópica que él está dirigiendo y que él ha formado para trabajo social. Yo le dije, “mira, ahí está posiblemente la clave, porque al tu darte a conocer como una persona que está haciendo obras de justicia social y otras cosas, tu puedes ir dándote a conocer públicamente y usar eso como un punto de partida. Quizás Dios te quiere usar entonces para que tu aprendas sobre la política, que tu nombre se de a conocer, corre para una legislatura, para un Senado y de ahí entonces Dios te puede tirar a la próxima etapa, y Dios te puede llevar. Y yo creo que Dios te va a llevar a la presidencia, pero comienza por algo intermedio.

Entonces yo creo que es importante que nosotros seamos tan místicos, como hay personas por allí que todo se les va en soñar, en profecías, y en Dios me dijo, y Dios te va a hacer esto y te va a hacer lo otro, pero, hermanos, cuando nosotros concebimos un sueño de Dios tenemos que ponernos a trabajar también. Porque Dios te va a encontrar en el camino, ¿usted entiende? Y Dios va a hacer su parte pero tu tienes que hacer la tuya también. Y tu tienes que usar el entendimiento que Dios te da, la sabiduría, la destreza, las herramientas que Dios te da para ir hacia el sueño. Y tu tienes que estar viviendo toda tu vida con respecto a ese sueño y tienes que ser diligente también para que el sueño se haga realidad.

Miren lo que le pasó a José. José estaba en la cárcel y el copero de faraón y el panadero tuvieron un sueño ¿recuerdan? Y José se lo interpretó porque José tenía ese don de sueño como tenía Daniel también. Y entonces ¿qué les dijo José al panadero y al copero? Les dijo: “cuando ustedes salgan y se cumpla el sueño que yo les he revelado háblenle a faraón de mi. ¿Qué pasó? José fue diligente. Muchos de nosotros no nos atreveríamos a decir eso, pero José dijo: “Hey, Señor, yo les he ayudado así que acuérdense de mi también cuando estén allá afuera”. Fue diligente y eso ayudó para que el sueño se cumpliera. ¿por qué? Cuál fue, de nuevo se me olvida el panadero o el copero que..... el copero, sí, al panadero le cortaron la cabeza, tenía el cesto de panes aquí en la cabeza. Cuando el copero pasó tiempo, el copero se acordó de lo que José le había dicho y del favor que le había hecho, y le dijo a faraón. Ve entonces como la iniciativa del hombre José pidiéndole que se acordara de él cuando saliera, y la iniciativa de Dios que quería llevar a José a la vicepresidencia de Egipto, se encontraron y el sueño quedó realizado. Es muy importante que si tu tienes una visión que tu hagas tu parte para que la visión, el sueño se cumpla.

Hay hermanitos que quieren ser, hablarle a multitudes y predicar el Evangelio como Billy Graham pero cuando llega el momento de inscribirse para una clase de discipulado están demasiado ocupados. ¿usted entiende? Cuando llega el momento de ir a un congreso de mujeres o algo por el estilo, no tienen tiempo, no tienen dinero, se le enfrían los pies, y el sueño se queda inactivo, porque Dios espera que también tu hagas tu parte para que el sueño se realice, se cumpla. Hay que ser diligente. El sueño es simplemente un vehículo que Dios usa, pero Dios quiere que tu también hagas tu parte, así que esfuérzate, sé dinámico. Dios le dio un sueño a Josué, y le dijo “yo te voy a entregar toda la tierra que pisen la plantas de tus pies pero te recuerdo una cosa, mira que te mando que te esfuerces y seas valiente. No temas ni desmayes, yo estaré contigo. Que mi palabra no escasee en tu vida. Ejercítate.”

Es importante que tu, si tu tienes un sueño que Dios ha puesto en tu vida, en tu espíritu, que des pasos de fe y te atrevas a hacer cosas que avancen ese sueño. Tu tienes que vivir mirando, espiando a ver. Yo vivo, hermanos, les digo, Meche lo sabe porque hablamos sobre esto muchas veces, hay sueños en mi vida y yo siempre estoy observando lo que me vida acerca de ese sueño, esa visión que Dios ha puesto, y cuando yo veo algo que ......parece que está avanzando el sueño, yo estoy bien alerta, bien atento y pongo mucha atención a ver si eso es algo que me va a llevar y me va a acercar a la realización de mi sueño, del sueño de Dios en mi vida. Y entonces estoy dispuesto a invertir.

Este viaje que yo dije a Israel, saben porque hace años, muchos de ustedes saben que hace años que yo quería ir a Israel, y siempre ha habido algo que se interfiere y nunca me había activado a ir a Israel, pero cuando vino Juan Carlos y Fanny y otros que fueron a Israel hace poco, y casi me obligan a ir y pusieron mucha presión sobre mi para que yo fuera. Este era el peor de los tiempos para yo ir a Israel, para yo hacer un viaje de 11 días, tantas cosas que hay ahora mismo en la iglesia que están pasando, y tanta responsabilidad que uno tiene. ¿Pero sabe qué? Que yo me puse a escuchar y sentí como que en ese llamado de estos hermanos y en esa presión había algo de Dios que me estaba diciendo: esto te va a llevar más cerca al sueño y es el tiempo.

Y entonces yo dije: bueno, Señor, me voy a tomar un riesgo, no estaba ciento por ciento seguro, pero dije, bueno, quién sabe si Dios tiene algo para mi allí. Y entonces me atreví a dar el paso de dar ese viaje con temores y temblores y cantidad de dudas, pero lo hice, porque yo vivo a la luz del sueño que Dios ha puesto en mi espíritu, y si yo soy pastor hoy y dejé mis ambiciones académicas y todo esto es porque un día cuando Dios me dijo: Te gustaría pastorear esta congregación pequeña, que está apenas comenzando”, yo sentí que decirle sí al Señor me acercaba al sueño que Dios había puesto en mi cuando yo era pequeñito. Y llevo 22 años, 21..... 1884, 21 años trabajando en esta iglesia, pastoreándola, esperando la plena realización del sueño de Dios todavía. 21 años ¿eh? Y cuarenta y pico que Dios me habló cuando niño acerca de algo que yo todavía no discierno completamente bien, qué es lo que Dios tiene entre manos, pero se que hay algo allí que Dios ha puesto en mi espíritu, y yo vivo con eso, pensándolo, meditándolo, preguntándome si es de Dios, si no es de Dios, si es un figmento de imaginación, pero ese sueño anima mi vida. Es como una brújula magnética que me predispone a ciertas cosas y eso es lo que uno tiene que hacer cuando Dios habla a nuestra vida hermanos. Tenemos que creer. Esto no es mi imaginación, esto es de Dios. Y apropiarnos, y entonces comenzamos a interpretar la vida, las circunstancias, los encuentros, los eventos, las oportunidades a la luz del sueño y Dios le va impartiendo más claridad, más precisión al sueño y entonces el sueño va haciéndose más concreto en nuestra vida. Deja que el sueño de Dios llene tu vida. Cultiva la capacidad para soñar. Incuba el sueño en la quietud y en la oración y en el ayuno y Dios te va a llevar como llevó a José al encuentro de ese sueño.

Que el Señor los bendiga. Vamos a bajar nuestras cabezas, ahora e invito a los músicos a pasar aquí un momentito. Los sueños de Dios. Dios quiere una congregación de soñadores despiertos, de visionarios, esa es la palabra de Dios para tu vida. Dios quiere activar sus sueños en nosotros, quiere impregnarnos con una visión fresca. Y cuando Dios da un sueño El se compromete a llevarlo a la realidad, pero trabájalo, edúcalo, instrúyelo, cultívalo y cultívate a ti mismo también para que tengas la capacidad para manejar eso que Dios te quiere dar. Gracias Señor. Te adoramos, Padre. Te bendecimos.

Señor, nosotros creemos en esta tarde que tu palabra va a ser marco en la vida de tus hijos. Esta palabra que tiene la vida tuya, Señor, dentro de ella, y al hablarla, Señor y lanzarla a la sensibilidad de tu pueblo ella se hace realidad. Que tus hijos, Señor sean impregnados en esta tarde por la buena palabra que sale de tu boca. Queremos ser soñadores y visionarios, Señor. Gracias porque todavía tu estás en el asunto de ¿? . recibimos tu revelación, Padre. Gracias Dios. Amén. Amen. Amen.

Vamos a cantar ese coro que dice “...sendas Dios hará donde piensas que no hay”. Tu quizás no sabes cómo el sueño se va a realizar en tu vida, pero Dios lo va a hacer una realidad.

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II Crónicas 29 (Parte 2)

Dice, Segunda de Crónica, 29 y retomamos el pasaje que iniciamos hace dos semanas: “... comenzó a reinar Ezequías siendo de 25 años y reinó 29 años en Jerusalén.

El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías, e hizo lo recto ante los ojos de Jehová, ahí está la clave, conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre. En el primer año de su reinado, en el mes primero abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó, e hizo venir a los sacerdotes y levitas y los reunió en la plaza oriental, y les dijo: “Oídme levitas, santificaos ahora y santificad la casa de Jehová, el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia, porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios.” Vamos al versículo 10, dice: “... ahora pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová, el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. Hijos míos no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de El y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso”. Bendiga el Señor su santa palabra.

El domingo antepasado, como decía, iniciamos esta serie de estudios sobre cuáles son las leyes, cuáles son los secretos que están debajo, como un fundamento subyacente de la prosperidad y de la bendición. Déjenme hacer una pregunta: ¿a cuántos de ustedes les gustaría vivir una próspera y bendecida? Levante su mano. Yo espero que todos aquí, sino yo conozco un buen psiquiatra que les puedo recomendar. Todos en alguna manera queremos ser bendecidos y eso es parte de la naturaleza humana, el ser humano quiere auto preservarse y tener seguridad y caminar seguramente sobre la vida y con bendición, eso es un instinto natural. Y hay leyes que gobiernan la prosperidad en la vida, así como hay leyes universales en el ámbito físico, que los científicos han descubierto y todavía están en proceso de descubrir y que rigen nuestro mover en el mundo físico, así también hay leyes espirituales que gobiernan la vida de los hombres y que determinan si viven vidas prósperas o vidas fracasadas. Hay misterios que rigen la vida humana que nosotros ni siquiera comenzamos a entender, y que si tuviéramos los ojos de Dios podríamos ver muchas cosas que no nos explicamos el por qué de ciertas circunstancias que se dan en la vida.

Una de las cosas que nosotros tenemos que hacer continuamente como pueblo de Dios es tratar de descubrir, como mineros tratando de extraer el oro de las profundidades de la tierra, cuáles son esas leyes, cuáles son esos principios que determinan que una persona pueda vivir una vida próspera. Y déjenme decirle algo, al continuar en esta serie de meditaciones, cuando yo hablo de prosperidad, no me refiero solamente a una cuenta más alta en el banco. No me estoy refiriendo solamente a tener dos BMW en la marquesina de su casa. No me estoy refiriendo a tener una casa con 18 dormitorios y 4 lavaplatos. No me estoy refiriendo a esas cosas solamente aunque la bendición material, financiera es parte de la prosperidad que Dios quiere darle a sus hijos. Me estoy refiriendo más bien a un estado de plenitud y de bendición. Cuando los hebreos hablaban de shalom, que se traduce paz en español inadecuadamente, yo creo, se referían al bienestar total que Dios provee, bienestar físico, bienestar emocional, bienestar familiar, bienestar económico, social, espiritual y eso es lo que yo creo que Dios quiere para su pueblo. Eso es lo que yo creo que Cristo quiso decir cuando dijo: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia.” Es esa prosperidad que Dios quiere darnos.

¿Cómo vivir una vida exitosa? ¿Cómo vivir una vida plena? Y al nosotros entender y aplicar estos principios, algunos de ellos van a ser muy sublimes y obviamente espirituales, y otros yo creo que van a ser bastante prácticos y bastante a ras del suelo y comunes y corrientes. Pero yo quiero compartir con ustedes en lo que Dios me de libertad, estos principios a través de las próximas semanas. Y ustedes recordarán que yo les decía cuando comencé a meditar sobre esto quise ilustrar algunos de estos principios con personajes de la Escritura y enseguida uno de los personajes que me vino a la mente fue Ezequías, el rey Ezequías, un ser muy interesante, muy complejo en la Escritura. Vemos allí que Ezequías fue un rey próspero, un rey bendecido. Primeramente comenzando con el hecho que reinó en Israel durante 29 años, casi 30 años fue rey sobre Israel. Yo creería que 30 años es bastante tiempo para uno ser líder de una nación, ¿verdad que sí? Y fue bendecido en todas partes. Vimos que dice la palabra que “dondequiera que él iba, Dios lo prosperaba”. Todo lo que él hacía era bendecido y coronado con éxito.

¿Cuáles eran los secretos del rey Ezequías? Pero antes de entrar en eso, yo quiero decir algo que es bien importante porque de nuevo, muchas veces cuando hablamos de que Dios quiere prosperarnos o de que nosotros queremos vivir vidas prósperas, hay personas que se resisten a esa idea y no ven la vida cristiana necesariamente como esa vida que Dios nos ha llamado a vivir en ese estado de plenitud. Muchas personas entran al Evangelio con modelos erróneos de lo que es la vida cristiana y creen muchas veces que el cristianismo es para simplemente aguantar para que Dios nos de la fuerza para vivir vidas pobres y sufrientes y enfermizas, y a lo máximo que mucha gente aspira en el Evangelio es simplemente a soportar, a aguantar hasta que Cristo venga y se los lleve de la miseria que tienen sobre la tierra. Y hermanos, yo les quiero decir que eso es totalmente falso.

Tenemos que cambiar nuestro programa mental porque Dios quiere prosperarnos, Dios quiere bendecirnos, y toda vida próspera comienza con una expectativa de ser prosperados. No podemos entrar en las leyes de la prosperidad y de la bendición a menos que no entendamos previamente que la trayectoria normal del hijo, de la hija de Dios es hacia la bendición y hacia la prosperidad, hacia la provisión, hacia la plenitud de vida. Uno de mis versículos favoritos, versículo lema es el que dice: “porque la senda del justo es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.” ¡Aleluya!

Piense en su vida como esa luz que comienza en las horas tempranas de la madrugada, tenue, batallando con las tinieblas imperantes de la noche y de momento comienza a brillar y a hacer huir las tinieblas hasta que llega la plenitud del mediodía, deslumbrante en toda su manifestación. Así es que Dios quiere que sea la trayectoria de tu vida. Quizás tu vida comenzó como esas madrugadas oscuras, quizás tu tuviste un pasado terrible y difícil. Quizás tus padres nunca te dieron la afirmación emocional que tu necesitabas. Quizás tu padre abusó de ti, inclusive, físicamente. Quizás hubo palabra más bien de apocamiento y de condena y de culpabilidad y de acusación en tu vida. Quizás tuviste algún fracaso amoroso. Quizás viviste en pobreza cuando eras niño. Pero ¿saben qué? El Señor quiere que todo eso sea repuesto y que sea sustituido con su bendición, con su luz, con su prosperidad. No te quedes en los patrones del pasado, por favor. No te quedes en la circunstancias de tu niñez o de tu pasado, porque en Cristo Jesús ahora todas las cosas son hechas nuevas.

Hay bendición para ti. Eso es lo que dice la palabra, ¿no? Que si alguno está en Cristo es una nueva criatura, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas y desgraciadamente hay muchos creyentes que no entienden lo absoluto de esa declaración. No es solamente en el nivel espiritual que todas las cosas son hechas nuevas, sino que yo creo que el Señor cuando tu lo recibes en tu corazón, tu pasas de una dimensión espiritual donde el diablo y la maldad y la negatividad rigen tu vida, a una dimensión donde la bendición de Dios está sobre ti. Quizás tu dirección física no cambia, pero tu domicilio espiritual sí cambia. Dice la palabra del Señor que “el Señor nos ha transferido del reino de las tinieblas a su luz admirable”. Dice la palabra que estamos puestos a la derecha del Padre, estamos sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales. Amen. Eso quiere decir, hermanos, que nuestro destino espiritual ha cambiado, si estamos en Cristo Jesús.

Desgraciadamente muchos de nosotros entramos en el Evangelio pero no cambiamos el cassette. Estamos tocando todavía la misma melodía sombría, triste, pesimista, de cuando estábamos fuera del Evangelio. E inclusive muchos de nosotros a veces hemos crecido en el Evangelio pero no hemos recibido esa buena nueva de que Dios quiere bendecirnos y prosperarnos y por eso muchas veces tenemos miedo de emprender nuevas cosas. Nos conformamos con lo mínimo de la vida, no nos atrevemos a tomar un curso de inglés, o abrir un negocio, o comprar una casa, o comenzar una relación, porque tenemos miedo de fracasar. Y muchas veces tenemos la idea de que, y a veces ni siquiera es una idea, es algo que ha penetrado tan hondo en nosotros que es parte de los poros mismos de nuestro ser y no estamos ni siquiera conscientes del complejo de inferioridad que tenemos, y por eso cuando llegamos a un lugar es como que desciende sobre nosotros una cortina que nos esconde de los que están alrededor de nosotros y nadie, ni siquiera se percata de que nosotros estamos en ese salón, porque secretamente hemos apagado la luz alrededor de nosotros y dondequiera que estamos la gente no se percata de nosotros, no nos ponen atención muchas veces. Vienen proyectos y propuestas de esto y de lo otro y los puestos se los dan a otros, porque secretamente hay en nosotros un programa mental que absorbe como un hoyo negro en el espacio toda señal de nuestra presencia en el mundo. Y la gente no se da cuenta de que existimos y nosotros hemos apagado subconscientemente todo impulso de superación, de lucha en la vida, de emprender retos, de conquistar cosas y nos conformamos con lo mínimo de la vida. Y en el nombre de Jesús nosotros tenemos que decir eso no es para mi, Dios quiere bendecirme. Dios quiere sacarme del anonimato.

Dios me dice: “a la estéril yo la voy a ser habitar en familia”, dice el Señor. La palabra dice: “a la que no ha dado hijos, que cantidad”e. Llama al que está en el muladar dice que Dios lo levanta para que habite entre príncipes, pero todo comienza con un cambio en nuestro espacio mental. La expectativa de que Dios quiere bendecirnos.

Nunca podremos ascender a las alturas de un Ezequías, por ejemplo a menos que nosotros no entandamos, que cuando estamos en el Reino de Dios ahora hay nutrientes secretos que están llenando y nutriendo nuestra vida, que las cosas que nosotros emprendemos ahora las emprendemos con el soplo de Dios detrás de nosotros. Que cuando nos movemos un poquito, como que sentimos que alguien nos empujó más adelante, porque la gracias de Dios está detrás de nosotros. A diferencia de cuando uno está solamente en el mundo, que lo que sucede es que tu como que estás peleando con la fuerza de la gravedad y cada paso que tu das es difícil y laborioso, porque tienes una dificultad que no entiendes qué es lo que es. Cuando estamos en Cristo Jesús la bendición está sobre nosotros, y nosotros tenemos que pedir al Señor: Padre, cambia mi programa, cambia mi forma de pensar y ayúdame ahora a ver las cosas diferentes.

Hay unos hermanos aquí con quienes hablaba ayer. Me voy a tomar la libertad porque tuvimos una linda conversación, jóvenes preciosos en el Señor que Dios está haciendo cosas bellas en su vida y yo se que Dios tiene un destino precioso para ellos. Y uno de los jóvenes me hablaba acerca de cómo creció en un hogar donde había mucha negatividad, mucho pesimismo y cosas negativas que había en los patrones familiares y todo esto cómo afectó su vida y la vida de sus hermanos y cómo hoy en día todavía hay estas influencias negativas en su vida, sus padres mismo reflejan toda esa negatividad de años y años y qué difícil ha sido romper ese patrón, aún cuando la familia está ahora en los caminos del Señor, todavía hay esa pared de negatividad con la cual siempre están bregando, ese paño frío y húmedo que está sobre la psiquis de todos los miembros de la familia. Y esta persona me preguntaba por qué si uno de mis padres, por ejemplo, conoce al Señor y hace poco entró, hace 5 años está en el Evangelio, por qué sigue con los mismo patrones negativos, hasta el punto de que yo ya tengo miedo de hablar por teléfono con mi madre, porque simplemente lo que hace es arrojarme negatividad y me contamina más con eso. Yo trataba de decirle, hay muchas razones por las cuales gente viene a los caminos del Señor, están en la iglesia pero siguen con esos patrones negativos. No han cambiado su espacio mental. Y una de las cosas es, yo creo, a veces falta de instrucción de parte del púlpito, de que ha amanecido un nuevo día cuando uno está en Cristo Jesús, de que el Evangelio es buenas nuevas, de que ya Dios no está airado con nosotros, de que ya tenemos una línea directa al Padre, no tenemos que ponernos en línea para esperar para que venga nuestro número, no, ahora podemos ir directamente al Padre Celestial y podemos recibir socorro para toda situación porque Cristo ha venido para romper la maldición.

Cuando dije eso me vino a la mente como un flash el evento del paralítico que estaba en el estanque de Betesda. Y dice allí la Biblia que ese paralítico llevaba allí años, junto al estanque porque se decía y parece que era cierta, que de vez en cuando venía un ángel invisiblemente y removía las aguas del estanque. Y cuando la gente, los enfermos que estaban alrededor del estanque veían que las aguas comenzaban a moverse, sabían que era un ángel que las estaba moviendo, y había la creencia de que el primero que se tirara al agua era sanado. ¿Recuerdan la historia? Y había allí un hombre paralítico, el pobre no se podía mover, ahí se tiraban los sordos y los mudos y se sanaban pero el pobre todos los días ahí, al borde del estanque, como símbolo de la miseria humana, cerca de la sanidad y la salvación pero sin acceso a ella, paradójicamente por las limitaciones interiores de la persona.

Y dice la palabra que vino el Señor Jesucristo, se acercó tomando la iniciativa, como hace Dios. Mire cuán grande es la gracia de Dios. Muchas veces en nosotros no hay suficiente fuerza ni siquiera para pedirle al Señor que nos sane y que nos salve y Dios en su misericordia se acerca a nosotros, rompe la inercia y El mismo se ofrece y nos dice: ¿quieres ser sano? Tan grande es la misericordia de Dios, tan buenas son las intenciones de Dios para nosotros. Y Cristo se acercó al paralítico y le dijo: ¿qué te pasa, quieres ser sano? Y el paralítico le dijo: si Señor, quiero ser sano, pero hay un problema y es que cada vez que se remueve el agua, alguien se tira antes que yo y no puedo ser sano, no puedo sanarme. Y el Señor, dice la palabra, que con una palabra de sanidad le dijo al hombre: “levántate, toma tu lecho y anda”, y al instante el hombre fue sanado y salió glorificando a Dios. Y yo siempre he visto de que esa señal de que él tomara su lecho es parte, en varias ocasiones que el Señor sanó a paralíticos les dijo: toma tu lecho y los paralíticos salieron cargando el símbolo de su caída, de su destrucción y de su derrota, diciendo estoy por encima de toda esa cosa.

Cuando Cristo hace una obra en tu vida la hace completa, te pone por encima de las circunstancias, te pone por encima de las dolencias, te pone por encima de las limitaciones. Pero lo más importante, hermanos, de ese incidente bíblico es el hecho de que hay una forma, Dios se manifestaba antes a los hombres a través de los sacrificios, a través de los esfuerzos, a través de un sistema laborioso y lleno de trabajo y dependiente, muchas veces de información que la gente tuviera y de destrezas humanas, como lo era el sistema de la ley y de los sacrificios y todas estas cosas que impedía acceso a muchos para recibir la gracia del Señor. Ese es el sistema de Betesda. Uno tenía que ser ágil y rápido. Ver la oportunidad y tener la rapidez.... era una competencia, había que lanzarse y agarrar la bendición antes de que otro te la agarrara. Había una competencia. La bendición estaba limitada. Pero ¿saben qué? En Cristo Jesús es diferente porque la gracia de Dios en Cristo Jesús no tiene límites, es para todos. ¡Aleluya! Y es por fe. Y mientras más débil, mientras destruidos, mientras más problemas tenemos, mientras más negativo nuestro pasado, más Dios quiere manifestar su gracia redentora sobre nuestra vida, más Dios quiere bendecirte y levantarte y por eso este paralítico pudo recibir la bendición de un Cristo generoso, misericordioso, lleno de gracia que dijo: yo quiero bendecirte. No tienes tu que hacer sacrificios, no tienes que buscar a alguien que te eche al agua. Yo soy el agua de vida. Yo te bendigo, toma tu lecho y anda y camina a la vida sobre las circunstancias, no debajo de las circunstancias. ¿Usted entiende?

Ese es el sistema en el cual usted se mueve ahora en Cristo Jesús, el sistema del mundo, el sistema de la ley, el sistema de que usted tenía que hace algo para que Dios lo amara, para que Dios lo aprobara. Tenía que caminar de rodillas y mostrarle al Señor las rodillas sangrantes y haber pasado diez horas haciendo genuflexiones y todo tipo de cosas para que el Señor lo bendijera. Eso ya pasó. Ahora nosotros tenemos un caudal de bendición que nos sigue dondequiera que vayamos. Ahora podemos decir con el salmista con corazón convencido ciertamente “el bien y la misericordia me perseguirán todos los días de mi vida y en la casa de Jehová moraré por largos días”. ¡Aleluya! Ese el estado normal de un hijo de Dios. Dios quiere bendecirte. Pero necesitas cambiar el programa, necesitas alertarte a esta verdad de que ahora en Cristo Jesús hay buenos propósitos para tu vida, no temas. Hay muchos hermanos llenos de ansiedad y de temor. Y yo se que la vida a veces no nos ha dado buenas cosas, pero yo quiero radicalizar tu mente y decirte ahora que al estar en Cristo Jesús tu tienes un Dios que dice la palabra, que “Cristo ha abierto un camino ancho y fácil para llegar hasta el Padre”, y tu puedes presentarle a Dios tus necesidades y tu puedes emprender grandes cosas en el nombre del Señor.

Dice Isaías en el Capítulo 54, “ensancha el sitio de tu tienda”, y eso es ensancha aquí, antes de tu poner una tienda más grande en tu vida, tu tienes que ensanchar el sitio de esa tienda primero, es decir el espacio mental, el espacio conceptual, y tienes que entender que hay una bendición que Dios quiere darte pero que tu necesitas alertarte a ella primeramente para poder entonces tener acceso a ella. “

Regocíjate oh estéril, la que no daba luz, levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas, no seas escasa, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas, porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas”. Ese es el destino de Dios para tu vida, mi hermano, mi hermana. Llénate de esa convicción.

Mi consejo a este joven ayer era eso. No te preocupes por todos esos años de hambre espiritual y emocional que pasaste. Ahora que tu estás en Cristo, Dios tiene buenas cosas para ti. Comienza a leer la palabra y a aislar todas esas promesas de bendición que hay en la Biblia. Una de las cosas que yo sugiero para mis hermanos que han vivido una vida de derrota y que viven presos de la depresión y la ansiedad y la tristeza. Mira, tu necesitas una dieta rica en vitaminas espirituales. Tu necesitas mucha proteína espiritual. Tus células rojas tienen que aumentar el contaje y por eso te animo a buscar esos pasajes de la Escritura que tienen promesa y a memorizar muchos de ellos y.................. ese espacio de posibilidades en tu vida, va a convertirse en un imán que va a atraer la bendición a tu vida.

Confiesa con tu boca, la boca del hijo de Dios es radioactiva, es creativa. Dios crea con su boca y también los hijos de Dios crean con su boca. Confiesa cosas positivas. Si tu estás esperando a sentirte positivo antes de confesar positivo, olvídate, nunca va a llegar ese momento sobre todo si tu vienes de un trasfondo negativo. Pero al tu confesar con tu boca, la prosperidad de Dios, la bendición de Dios, las buenas intenciones de Dios, eso va a cambiar tu cerebro y va reprogramarte de manera que un día tu vas a comenzar a sentir esas cosas. Al principio te vas a sentir como un gran hipócrita al hablar positivamente pero poco a poco tu cerebro va a ser reprogramado. Los psicólogos saben más y más después de todas las exploraciones que se están haciendo con el cerebro humano y hay tantas formas de rastrear la formación de los programas cerebrales y de cómo la mente humana funciona, han confirmado una y otra vez, el cerebro es la cosa más flexible del mundo. El cerebro se recalibra y establece nuevos surcos por los cuales corren las comunicaciones cerebrales y eso depende muchas veces de lo que nosotros visualizamos. Hay un libro muy interesante, se llama Mozart and the brain of the fighter pilot. Es un libro acerca del funcionamiento del cerebro y es muy interesante ver las cosas que dice este neuropsicólogo muy conocido. Muchas investigaciones han descubierto que si uno visualiza ciertas cosas literalmente hay áreas del cerebro que comienzan a funcionar como si uno estuviera viviéndolas actualmente y el cerebro comienza a tirar neuronas y conexiones neurológicas que hacen como si uno estuviera viviendo esas cosas, como si fuera una experiencia verdadera. Es decir la visualización tiene un poder tremendo para reestablecer inclusive las estructuras físicas del cerebro.

Entonces cuando tu visualizas cosas positivas en el Señor, no estoy hablando de pensamiento positivo según los hombres, estoy hablando en Cristo Jesús, visualiza cosas positivas, confiesa cosas positivas, emprende cosas positivas aunque estés temblando de miedo, lánzate en el nombre del Señor, haz algo nuevo y diferente que te asuste y que te preguntes cómo me metí yo en eso. Dios te va a sacar. Dios es poderoso. Prueba y si te caes del caballo, súbete otra vez hasta que te mantengas firme. ¡Aleluya!.

No esperes a sentirte como un león para rugir como un león. Ruge como un león y quizás te vas a sorprender de que dos o tres van a huir de ti, y poco a poco vas a sentir en tu corazón el corazón de un león. Pero hay que creer primeramente. Hermanos, es lo que Dios ha dicho no lo que tu dices. Tu llamado es simplemente confiesa la palabra del Señor. La responsabilidad es de El. Ora por otros, algunos piensan; bueno, yo no tengo el don de sanidad. Mira, el Señor ha dado su unción a todo creyente. Decíamos, como decía Gregory, todos somos ministros aunque tu no sientas la unción, ora. Ora por alguien, intercede por alguien. Y eso va a hacer que tu fe aumente, eso va a hacer que tu confianza en el Señor y quién sabe, te vas a sorprender un día, Dios va a sanar a alguien y tu fe va a aumentar. Haz cosas positivas. Cree en la bendición de Dios. Cree que Dios tiene buenas cosas para ti, entonces camina en fe. Camina en fe y tu vas a ver que la fe va a comenzar a ser parte de tu programa mental, espiritual. Cree que Dios quiere bendecirte. La prosperidad comienza allí. Antes de ser un rey Ezequías, tu tienes que ser un creyente común y corriente que cree que la bendición de Dios está sobre tu vida.

El Señor dice, “porque yo se los pensamiento que tengo acerca de vosotros, pensamiento de bien y no de mal para daros el fin que esperáis”. Dios te ha traído a su reino para que seas bendecido, para que prosperes. Si tu estás en el ministerio, si tu quieres trabajar en el ministerio, mira, Dios te ha llamado para éxito. Entra al ministerio para reinar sobre el ámbito espiritual. No entres para cosas pequeñas. Cree que Dios te llamó y que Dios tiene grandes cosas para ti y mantente firma allí y sirve al Señor, y dale todo lo que tu puedas y emprende cosas grandes en el nombre del Señor y Dios te prosperará y te bendecirá. “Yo estaré todos los días de tu vida”, dice el Señor. “Todo lo que pise la planta de tus pies será tuyo. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente”, dice el Señor que Yo estoy contigo. Esa es la palabra para ti mi hermano en esta tarde. Recíbela en el nombre del Señor, cambia tu programa. Dios quiere prosperarte. Dios quiere prosperarte.

Vamos a ponernos de pie. ¡Aleluya! Gloria al Señor. Cambiemos nuestro programa. Cambiemos nuestro programa. ¡Aleluya! Yo quisiera tener diez vidas para cada vida vivirla exitosamente en el Señor y probar este principio. Dondequiera que tu vayas, Dios irá contigo. Si vas a la China allí Dios te va bendecir. Abre un restaurant mexicano y tu vas a ver que Dios lo prospera, pero Dios quiere bendecirte. Dios quiere prosperarte. No te preocupes. Hay hermanos que viven con temor. Qué si me agarra la migra y me llevan a mi país de nuevo. Qué si esto.... Dios es el Señor de la luna, de la tierra, de Júpiter y de todos los planetas y las galaxias. Es el mismo dondequiera que sea. Te puede bendecir aquí, te puede bendecir en los extremos de la tierra. Dios puede hacer brotar agua de la roca. Dios puede abrir el mar para que tu pases en seco. Dios puede hacer que maná caiga en el desierto para darte de comer. Dios puede hacer que tus zapatos no se envejezcan, que tu ropa no se envejezca sobre tu cuerpo, que haya luz en medio de las tinieblas, que haya una columna de fuego para alumbrar tu caminar en la noche y una columna de humo para cubrirte en el día y darte señal de donde Dios te quiere. Dios quiere bendecirte. Te ha llamado para que seas prosperado, para que tus hijos crezcan y sean bendecidos, para que tu casa no carezca de nada de lo necesario. El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida. ¡Aleluya! Y cuando todo haya concluido en la casa de Jehová moraré por largos días, dice el Señor. La bendición de Dios para tu vida.

Padre, te adoramos, te bendecimos, Señor. Gracias por tu corazón de Padre tan grande, tan grande. Gracias porque tu amor es incomprensible, Señor. Gracias porque no asustaríamos si viéramos el latido de tu corazón para con nosotros, Señor. Qué bueno tu eres y por eso te amamos, por eso te bendecimos, Señor, por eso nos gozamos de estar en tu casa. Yo pido que la mente de mis hermanos sea renovada, Señor, desde el más chiquito hasta el más viejo en este día. Cambia nuestra mente, Padre, cambia nuestro programa. Ayúdanos a vivir vidas agresivas en Cristo Jesús. La expectativa grande de que tu tienes cosas para nosotros. Danos convicción, Padre. Danos convicción de tu bendición. Te amamos. Nos gozamos en ti y bendecimos tu nombre, Padre. Te adoramos. Gracias Señor Jesús. Amen. Amen.

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Perfíl de un hombre recto

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Job, capítulo 1, versículos del 1 al 5: “.... Hubo en tierra de Us un varón llamado Job y era éste hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal y le nacieron 7 hijos y 3 hijas, era fértil el hombre, su hacienda era 7000 ovejas, 3000 camellos, 500 yuntas de bueyes, 500 asnas y muchísimos criados y era aquel varón más grande que todos los orientales e iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas cada uno en su día y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos, porque decía Job: quizá habrán pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días”. Bendiga el Señor su santa palabra.

A veces cuando pensamos en Job solamente pensamos en su sufrimiento y su agonía extendida, pero no pensamos en este hombre que pudo rebasar y superar todas sus crisis terribles, y su tragedia porque era un hombre de corazón recto y eso fue lo que le acarreó, irónicamente su prueba. Pero Job era además de un hombre recto era un padre ejemplar. Esta mañana yo le pedí al Señor un texto base para mi meditación y me vino a la imagen lo que Job hacía y que en algún momento del sermón voy a tener tiempo para tocar un poquito sobre lo que dice este texto.

Pero, yo quiero dirigirme a los hombre, porque hoy es un día que se presta para esto, y además Meche me mandó que lo hiciera. Quiero compartir con nuestros hermanos y conmigo mismo, predicarme a mi mismo estos sermones que siempre hago, acerca del hombre que Dios quiere, el hombre que Dios quiere. Mientras estaba allí mirando a nuestros hermanos cantando y viendo esa hombría sana, bella, adorando a Dios con gusto y con pasión, me vino a la mente también una imagen que yo vi desde mi ventana de oficina, creo que fue el jueves o el viernes o el miércoles, fue esta semana. Están haciendo un trabajo ahí como ustedes saben, en la calle, y por un grupo de hombres de los que estaban trabajando en la calle, con sus sombreros duros y sus ropas de trabajo y había dos hombres riéndose a carcajadas y hablando y en una se abrazaron y después se empujaron como hacen los hombres cuando detectan que ha habido un momento de ternura entre ellos para asegurarse que su masculinidad está intacta, ¿no? Y yo los veía de mi ventana y decía: ¡qué misteriosa criatura es un hombre! Y mientras estaba aquí esperando a que terminara, y los hombres me van a perdonar, porque me puse a escribir algo en vez de poner atención a lo que estaban haciendo y dejar de escribir por ello, pero escribí un semi poema que quiero leer para ustedes.

Dice: ¡Qué hermoso espectáculo un hombre cuando camina bien! Criatura misteriosa, animada con extraña energía, un poquito menor que un ángel, mezcla de tierra y espíritu se pasea por la tierra como una adivinanza. Misterio que Dios mismo está en proceso de resolver. ¡Qué hermosa criatura un hombre! Alabanza andante, tesoro en tensión, luz debajo de un almud, tributo al artista supremo. Un día expresará todo aquello para lo cual fue hecho, mientras tanto todo su ser grita: Redímeme, sáname, reconcíliame. Junto con toda la creación espera impaciente, agónico, erguido, el día de su liberación.

Hermanos, a mi no deja de asombrarme cuando miro a un hombre así como cuando miro a una mujer, el misterio que encarna, la belleza que es un hombre. Esa criatura misteriosamente dotada de vida como ninguna otra criatura que camina sobre la tierra, con todas sus tensiones, sus luchas, sus contradicciones, su agonía interna. Yo creo que Dios hizo al hombre simplemente para divertirse, como las niñas tienen una muñeca, Dios tiene la virtud de crear un juguete viviente que es el hombres, y lleva miles y miles de años tratando de domarlo y de enamorarlo y atraerlo hacia sí, porque Dios se tenía que plantear en el hombre una tarea digna de su divinidad. Por eso creó una criatura tan misteriosa, tan elusiva, tan resbalosa como es el hombre, y se planteó la tarea cósmica de coger esa criatura y enlazarla y atraerla hacia sí conforme a leyes que El mismo se planteó y a límites que El mismo se estableció. E hizo al hombre casi igual a El en un sentido, en capacidad creativa, en capacidad para inventar y resbalarse y apartarse y ser autosuficiente para que esa tarea fuera todavía más entretenida para El.

Y yo creo que este mundo es simplemente el juego de Dios. Dios allí se planteó una tarea y la está tratando de resolver, y con eso pasa el tiempo El. Y nosotros somos eso, somos un proyecto en acción, somos algo que está en juego todavía no sabemos que va a resultar, por eso yo lo llamo así, una adivinanza que Dios mismo está tratando de resolver. Esa belleza del hombre, sin embargo cuando yo me miro a mi mismo y miro a los hombre, veo también tanta distancia del modelo que Dios creó. Pero cada vez mientras nos acercamos un poquito más al diseño original, más bellos somos, más misteriosos, más atractivos somos. Por eso digo ¡qué hermoso espectáculo un hombre cuando camina bien! Es algo digno de verse, una persona bien trabajada, un hombre, una mujer bien trabajados es algo bello, perfecto, es hermoso mirarlo. Sin embargo, cuando yo miro el funcionamiento del hombre, y me incluyo a mi mismo evidentemente como digo, veo tantos defectos, tantos errores, tanta cosa todavía, es una luz debajo del almud, todavía la grandeza de Dios está escondida en nosotros, es un tesoro en tensión. Hay belleza, hay dones, hay virtudes, pero también está el otro lado, la caída en nosotros que nos jala hacia abajo.

Entonces, hay allí esa contradicción. Cuando yo veo el funcionamiento del hombre, en la iglesia veo mucho de eso, veo que muchas veces..... yo le doy gracias al Señor porque aquí tenemos un grupo sano de hombres. Ahora mismo yo miro alrededor y veo muchos hombres y este ha sido un proyecto a largo a plazo, que nosotros nos hemos planteado, que León de Judá no sea una iglesia de mujeres, sino que sea una iglesia de hombres y de hombres sanos, hombres y mujeres sanos, para en balance unos con los otros. Esta semana tuve oportunidad de observar un grupo de personas que se estaba entrenando en un lugar, era un entrenamiento para líderes de una iglesia y ¡qué bello! Y no estoy empobreciendo lo que esa iglesia estaba haciendo, pero me dio un poquito de tristeza notar que casi todas las que estaban allí eran mujeres solamente. Había un solo hombre que yo creo que inclusive era pastor, pero las demás eran mujeres. Y eso pasa, nosotros nos reíamos el día de la presentación en la casa estatal, que al principio solo llegaron cantidad de mujeres, gracias a Dios que después vinieron esos hombres que habían estado en la calle trabajando, dirigiendo personas, y eso, y había un balance pero definitivamente la inmensa mayoría eran mujeres. Gloria a Dios por ellas, amen. No estoy empobreciendo la importancia de la mujer, entiéndanme bien, pero a mi me gusta el balance, a mi me gusta..... Yo creo que Dios nos hizo para balancearnos, y Dios quiere una iglesia balanceada. Dios quiere una iglesia complementaria. Eso es nada nuevo.

Una mira en las página de las Escrituras y uno ve que las mujeres estaban allí cuando Cristo estaba siendo crucificado, estaban allí cuando Cristo resucitó, y a través de la historia las mujeres han jugado un papel desproporcionado al nivel de influencia que se les ha reconocido en la iglesia. Y muchas veces nosotros los hombres brillamos por nuestra ausencia en los eventos espirituales y en los procesos de la iglesia y generalmente el ministerio de hombres en todas las iglesias es la parte más débil de una congregación. Gracias a Dios porque aquí estamos en alas de mejorar eso cada día más, y yo les animo a mis hermanos varones, les bendigo en el nombre del Señor, declaro el espíritu de Jesucristo sobre cada uno de ustedes, y llamamos a esos que están durmiendo ahora mismo, que se despierten de sus camas, y se pongan su ropa y vengan a adorar al Señor junto con nosotros, y que sirvan a Dios en espíritu y en verdad.

Entonces, ese dominio femenino de la iglesia en realidad, sin embargo vemos que en la Biblia hay un modelo contrario. La Biblia nos enseña algo muy diferente a lo que es la realidad humana de hombres deformados y cojos. En la Biblia yo veo más bien que una de las cosas que Dios ha hecho al hombre cabeza y sacerdote y líder. Perdóneme las hermanas que no compartan eso conmigo, pero yo amo demasiado la Biblia para decir lo contrario por miedo o por lo que sea. La Biblia establece al hombre como líder de su hogar, como cabeza de su hogar y de su iglesia. Yo no creo que por calificación, porque muchos de nosotros, es simplemente porque Dios le flujo que así fuera. Y si hiciéramos lo que tenemos que hacer, veríamos la virtud de esa determinación divina. Pero yo veo que Dios quiere que el hombre encabece, que sea el líder, que sea sacerdote espiritual en su casa, en su matrimonio, en la sociedad, en la iglesia. Eso es bíblico.

Veo también el hombre ocupa un lugar especial en el corazón de Dios, voy a matizar esas ideas, no me tiren piedras todavía, mis hermanas. Pero, hay algo especial que el hombre tiene en el corazón de Dios, así como hay la mujer tiene otras cosas especiales. Pero yo veo a través de las páginas de la Escrituras, aunque fuera estadísticamente solamente, veo la prominencia del hombre, veo allí algo especial que Dios tiene con los hombres. Y veo también que Dios mismo es enfocado en toda la Escritura desde una perspectiva decididamente masculina, aunque yo creo que Dios no es hombre, en el sentido sexual de la palabra evidentemente, y Dios tiene aspectos que generalmente identificamos con la mujer, pero yo detecto en el carácter de Dios y en su personalidad una energía decididamente que yo, como hombre, me puedo identificar con ella. Es una energía masculina y por eso Dios es Padre en la Escritura. Hoy en día yo se que la teología ha tenido el atrevimiento de llamarlo madre, pero yo creo que eso es ir demasiado lejos, personalmente. Yo creo que eso es demasiado osado para mi, quizás cuando vaya al seminario, por unos diez años quizás me suavice un poquito en cuanto a eso. Yo entiendo lo que se quiere decir, pero yo creo que eso no encaja dentro del marco de referencia que yo tengo del Dios que yo veo reflejado en la Escritura. Hay un misterio, hay una misteriosa comunicación y afinidad entre Dios, el Padre, y la energía masculina. Sin embargo hay una diferencia muy grande en lo que vemos en la realidad.

Ahora, yo hago dos aclaraciones cada vez que digo eso, hago dos aclaraciones por consideración a mis hermanas, y por eso de ser matizado: Número uno: el hombre no es superior a la mujer ontológicamente. Es decir en su ser el hombres y la mujer somos absolutamente iguales ante los ojos de Dios. Digan amen. No hay tal cosa como que el hombre es mejor que la mujer. La mujer es co-heredera del Reino de Dios, así lo dice la palabra. Entiéndanme eso bien claro. En ningún momento un hombre puede sentirse superior a una mujer, y por eso es que tenemos que respetar a la mujer porque es la imagen de Dios también, y una mujer es tan bella, tan misteriosa, tan profunda como un hombre. Hay que darle el mismo valor: la mujer en los ojos de Dios es igualita, es una co-heredera.

Y también digo otra cosa, la mujer es tan importante como el hombre en la economía de la creación, yo diría en la ecología de la creación. Dios hizo al hombre con una energía, e hizo a la mujer con otro tipo de energía, los dos son complementarios. Un mundo de hombres es inconcebible y por eso Dios tuvo que crear a una mujer, porque la mujer tiene algo que complementa. Las virtudes y fuerzas del hombre, también constituyen sus debilidades y las virtudes y fuerzas de las mujeres constituyen sus debilidades. Juntos en la economía total de la creación se aseguran que el mundo proceda balanceadamente. Y también yo creo que el hombre y la mujer fueron hechos para hacer dos poemas, que continuamente al moverse sobre la tierra están declarando la complejidad absoluta del Dios que los creó. Cuando la mujer abre la boca en su tono femenino, está declarando algo que hay en Dios. Cuando el hombre abre la boca en su tono masculino, está declarando otra parte de Dios. Cuando un hombre y una mujer buscan unirse y meterse el uno dentro del otro, están tratando de ejemplificar esa unidad de lo masculino y lo femenino que hay en Dios.

Y por eso es que ambos son absolutamente necesarios y no podemos prescindir el uno del otro. El hombre y la mujer son complementarios, complementarios en su totalidad. Usted mira las líneas suaves y ondulantes de una mujer y la angularidad de un hombre y usted ve en eso aún la complementariedad y lo ve en la sensibilidades y la cablería del hombre y de la mujer, todas esas cosas hablan de que Dios los hizo para estar unidos y para trabajar juntos sobre la tierra. Por eso es que no puede haber un sentido de superioridad. Dependemos ambos el uno del otro para ser perfectos y para estar bien combinados.

Por eso, entre muchas otras cosas, yo me rebelo contra la idea de la homosexualidad o el lesbianismo como algo natural o el matrimonio homosexual como algo capaz de ser contemplado, excepto por una sociedad tan alejada de lo que es humano como esta sociedad del siglo XXI, aquí en EEUU o en Europa Occidental. Solamente una sociedad desorientada como esta puede contemplar la posibilidad de que tal cosa sea normal. Y siempre digo, amo, amo, amo, amo a los homosexuales y las lesbianas y deseo ardientemente que el Señor nos conceda una forma de ministrarles más allá de simplemente confrontarlos. Y si usted está luchando con esa lucha, esas tensiones, y está en nuestra iglesia y reconoce que necesita el toque de Dios en esas áreas, bienvenido peregrino a hermano en el camino de la fe. Porque somos todos, estamos en ese proceso, de dominar nuestros impulsos y nuestras deformaciones. Les amamos y yo les suplico que nunca se sientan atacados cuando yo hablo en esta manera. Estamos hablando de aquellos que practican esto sin sentir remordimiento, sin sentir arrepentimiento, sin reconocer que es algo que necesita sanidad. Contra eso yo me rebelo, y eso yo lo voy a resistir hasta el último día de mi vida porque creo que es dañino para la sociedad y para el hombre a quien yo amo y quiero su bien.

Entonces, yo creo que Dios creó al hombre y a la mujer para que se complementaran el uno al otro. No hay superioridad del uno o del otro.

Ahora, los modelos del hombre en el mundo, y como yo decía y aún en la iglesia no son muy buenos. En el Medio Oriente vemos al hombre oprimiendo a la mujer, abusando a la mujer ocultándola detrás de velos, quemándola, enterrándola viva, apedreándola, impidiéndole educarse y ascender a su plena humanidad. Eso yo lo encuentro, yo no creo que hay una palabra que yo conozca, suficientemente fuerte para yo expresar mi repulsión, mi asco a ese tipo de opresión de nuestras hermanas, pero lo vemos en muchas partes del mundo. En el resto del Tercer Mundo vemos también mucho abuso de la mujer, los hombres golpean a las mujeres, abusan de su fuerza, mantienen a las mujeres ignorantes y aisladas para poder abusar de ellas mejor, y eso es totalmente contrario al corazón de Dios.

 

En las iglesias desgraciadamente para ser justos, no todo está bien en las relaciones entre los hombres y las mujeres. Hay mucho egoísmo entre nosotros los hombres que practicamos en las iglesia. Hay muchas mujeres descontentas, muchas de nuestras hermanas están descontentas. Y yo le tengo que dar la razón si soy justo, en muchas áreas, y hay mucha injusticia, muchos hombres que.... no hay balance adecuado en la distribución de deberes y tareas en el hogar y que hay que buscar una distribución más adecuada y tenemos que ser humildes para reconocer esto y tratar de hacer cambios en la forma en que tratamos nuestras esposas, que nos distribuimos las cargas y las responsabilidades. Hay mucho maltrato verbal, emocional y aún físico de nuestras esposas y de nuestras hijas y eso es totalmente ilegal en el contexto de la iglesia. Y lo repudiamos totalmente. No hay excusa para que un hombre le ponga la mano a una mujer sobretodo a una hija de Dios. Esta iglesia repudia eso completamente y cualquiera que lo practique sepa que está fuera de ley y que se acarrea el juicio de Dios. No es posible practicar eso y llamarse cristiano. Hay negligencia, nuestras mujeres se sienten descuidadas, a veces sexualmente, a veces emocionalmente, a veces en términos de atención y cuidado, y eso no es bueno. Hay descuido en muchas maneras. Es decir, hay mucho que hacer, mucho trabajo, hermanos en esa área.

Pero, de nuevo yo no he venido aquí a azotar a mis hermanos. Pueden respirar porque ya lo peor pasó. Respiren hondo, ya pasó lo peor. Hay que ser justos, hermanos, así como digo una cosa, digo la otra. La palabra de Dios es la palabra de Dios y el primero que se lleva su aguacero soy yo cuando estoy predicando aquí arriba, pero es la palabra de Dios y hay que predicarla tal y como es. Y cuando la violamos, ese es el problema, entre los hombres y las mujeres, que cogemos lo que nos gusta solamente. O a veces reaccionamos y entonces deformamos la palabra por la ira que tenemos y la cambiamos para vengarnos y eso tampoco es bueno. Hay que ir a la verdad en toda su complejidad y aplicársela y bebérsela, sepa dulce o amarga. A veces la verdad va a saber amarga, a veces va a saber más dulce que la miel, pero hay que aplicársela en toda su complejidad, y no sentirnos atacados ni nada, sino decir gracias Señor, qué medicina más amarga pero me está mejorando mi vida.

Ahora bien, ¿cuál es el modelo bíblico de un hombre, de un buen hombre, cuál es el modelo bíblico? La dificultad que yo tuve fue en meter este animal y domarlo porque hay tantas cosas que yo podría decir acerca de esa pregunta. ¿Cuál es el modelo bíblico de un buen hombre? Déjenme simplemente apuntar rápidamente una o dos cositas aquí.

Número uno: un buen hombre recibe sus instrucciones de la palabra de Dios, recibe sus instrucciones, sus modelos, sus normas de la palabra de Dios. Ese es su punto de referencia. En el salmo 1 dice: “bienaventurado el varón que no anduvo en consejos de malos ni estuvo en caminos de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, sino que en la ley de Jehová está su delicia y en su ley medita de día y de noche”. En la ley de Jehová está su delicia.

Yo cuando pienso en un hombre sano, pienso en un hombre que ama la palabra, la lee, la conoce, se fundamenta en ella, busca en ella los modelos que necesita para vivir, es aquí donde están los consejos que usted y yo debemos usar para aprender lo que es una sana masculinidad, hombre. Por eso yo les suplico, conozca la Biblia. Si usted es un nuevo creyente y estás apenas entrando en los caminos del Señor, yo espero que tu tengas una buena Biblia, y que cultives el hábito de leerla, estudiarla, porque no es posible tener una sana masculinidad sin ir a los modelos que establece la Escritura, de lo que es una paternidad balanceada, una masculinidad balanceada. Para mi, cuando yo estudio la persona de Jesucristo, yo veo allí lo que es un modelo de un hombre balanceado, tierno, y feroz, apasionado y paciente, habla claro pero también sabe cuándo callar, dirige y sirve, sufre y ataca, todas esas cosas están dentro de una sola personalidad. Yo digo, eso es lo que a mi me gustaría encarnar en mi vida. El Señor Jesús es un modelo fabuloso de masculinidad y por eso hacemos bien en imitarlo a El.

Por ejemplo yo lo veo cuando los discípulos están ahí en su masculinidad distorsionada, queriendo que el Señor los ponga uno a su derecha y uno a su izquierda cuando esté en el cielo, el Señor les dice: miren, en el mundo los que gobiernan se enseñorean de la gente que gobiernan, los dominan, los oprimen, los explotan, pero no será así entre ustedes, sino que el mayor será como el menor, y el más fuerte servirá al más débil. Ahí yo veo masculinidad balanceada, un hombre que confronta, dirige, habla claro, pero también dice: hay que ser un líder pero también hay que ser un siervo. Y así es que tenemos que ser en el hogar, también. Ser líderes, pero ser líderes que sirvamos a nuestras esposas y a nuestros hijos y que nos desvivamos por ellas. Antes de meterse esa cuchara en la boca asegúrese de que los pichones y la pichona mayor tienen también comida. Antes de comprarse el carro lujoso asegúrese de que hay una lavadora que funciona.

Hermanos, tiene que haber ese balance en nuestras vidas. Yo veo que eso es un líder siervo, una persona que usa su capacidad que Dios le ha dado, y sus dones para servir a los demás que están bajo su dirección y su liderazgo. Un líder siervo, y Jesús modela eso. ¿Y cómo podemos encontrar eso si no es en las páginas de la Escritura? Cuando yo veo a Job, por ejemplo, yo veo aquí a este hombre que cuando sus hijos tenían sus celebraciones y sus cosas, él cuando había terminado todo, oraba por ellos. Padre, si te ofendieron en algo en su celebración algo de lo que hicieron, perdónalos, sánalos. Estaba atento al destino y al estado espiritual de sus hijos. Y dice que esto lo hacía todos los días, imagínense. Este hombre era un modelo en su comportamiento y era un modelo en la cámara de la oración. Era un sacerdote que se paraba frente al Padre para interceder por sus hijos.

Padres, ¿oramos por nuestros hijos? Vamos a orar por nuestros hijos. ¿Cómo aprendemos estas cosas si no es leyendo las páginas de la Escritura? Aislando esos modelos, aislando esos consejos. Padre, ama la palabra de Dios, léela continuamente y no busques tus modelos de tus amigos en la fábrica o en la calle, búscalo en estos modelos de la Escritura. Hay modelos positivos y modelos negativos. Los modelos positivos imítalos, los negativos aprende de ellos para evitarlos. Pero la Biblia encierra esto. Se un hombre de la palabra. Los árabes, el Corán, ya ustedes saben, el escándalo tan grande que hubo hace poco aquí en EEUU acerca del Corán, el abuso del Corán. Los árabes, para ellos el Corán es la cosa más increíble. Es un libro literalmente sagrado en las páginas, en su materialidad es sagrado. Es un pueblo del libro. El Corán. Desgraciadamente nuestros hombres cristianos tienen una revelación infinitamente superior al Corán, y sin embargo la descuidamos y no es posible. Si fuéramos hombres de la palabra habría gran bendición en nuestra vida. Es decir que recibe sus instrucciones y modelaje de la palabra de Dios.

Número dos: un hombre modelo dirige por ejemplo y por decreto. Dirige por ejemplo y no por decreto. ¿qué quiero decir con eso? Ser cabeza no quiere decir dar ordenes o mandar o tener una insignia de general en el hombro, y por eso me tienes que atender y obedecer porque yo soy el que manda aquí en la casa. Yo soy la cabeza. Eso no es, nosotros no mandamos porque tenemos posición, sino se supone que es porque tenemos autoridad espiritual, moral, calidad y capital que nos hemos ganado con nuestro comportamiento, no es por decreto. Tienes que hacer esto, tienes que hacer lo otro, yo mando, y se hacen las cosas cuando yo digo, cómo yo digo, y etc. No, sino que tiene que haber un modelaje. Yo creo que para mi que el hombre sea cabeza quiere decir que encabeza, quiere decir que está al frente, modelando, ejemplificando algo, ¿no? Entonces me doy cuenta que tengo que ir mucho más rápido. Muchos hombres demandan un respeto que no se han ganado, por no andar correctamente y por eso estamos siempre peleando: respétame, venérame, atiéndeme, ámame, escúchame, pero es algo que se gana, no algo que se obliga. Nuestras esposas tienen que querer estar con nosotros, no podemos obligarlas, tiene que haber algo que las atraiga. Nuestros hijos por igual. Somos cabeza, somos líder pero para encabezar y ejemplificar. Un hombre modelo, dirige por su ejemplo y no por sus decretos.

Número tres: es un jugador de equipo, no un llanero solitario. Un hombre bíblico es un jugador en equipo, no un llanero solitario. Son muchos hombres son solitarios, encerrados y aislados en sí mismos, aún en su propio hogar. Y están como encarcelados en su propia casa, llegan y no se sienten que son parte del equipo. Papá es una sustancia que no ha sido digerida por el resto del sistema. Veo eso a veces en los hombres ¿por qué? Porque a veces una conciencia culpable y a veces el sistema los rechaza porque no ha habido una integración de todas las piezas. Y parte de eso se lo debemos a nuestros padres y nuestros modelos anteriores en nuestros países y la cultura que tenemos donde el hombre es un ser huraño y un poco amenazante y peligroso. Hay que mantenerlo contento y tranquilo porque en cualquier momento se le zafa algo y rompe algo y daña la fiesta. Entonces hay que andar despacito, bien de puntillitas para que papá no se moleste. Entonces, claro se crea una separación del hombre y entonces en vez de ser un equipo. Yo digo, hermanos, nosotros los cristianos hombres somos una nueva generación en Cristo. No podemos dejarnos dominar por los modelos anteriores, de gente que no conocía muchas veces al Señor. Ustedes ahora está en la palabra, en la revelación de Dios, es una criatura nueva, con nuevos modelos, es una generación que Dios está creando nueva. Debemos reconocer los talentos de nuestros hijos, de nuestras esposas, y jugar en equipo, distribuir responsabilidades, delegar cosas, preparar el liderazgo de nuestras esposas, permitir que se eduquen, que hagan cosas para que puedan desarrollarse en su liderazgo, depender de ellas también, ser parte de la economía, quitarnos el sombrero de general y quitarnos los zapatos y jugar y tirarnos al piso con nuestros hijos y nuestras esposas. Tiene que haber ese elemento de juego y de compartir en el hogar para que pueda haber sanidad. Hay que ser jugadores de equipo. Quisiera tener más tiempo para desarrollar esto, pero ustedes tienen la idea.

Tenemos que valorar a nuestros hijos, sus opiniones, tratarlos como entidades dignas y no como subestimando su importancia. Nuestros hijos son importantes, por eso la Biblia dice: “padres, no llevéis a ira a vuestros hijos”. No podemos acosar y descuidar a nuestros hijos hasta el punto de que se airan contra nosotros. Tenemos que tomarlos muy en cuenta también. Eso es lo que yo entiendo por esto de ser un jugador en equipo.

Dos cosas más: un hombre modelo sabe ser frágil y transparente, sabe ser frágil y transparente. Todo lo que tiene que ver con el área de la debilidad es lo que yo quiero abrazar en esa idea. Yo pienso en Jesucristo que cuando estaba pronto para ir a la cruz sentía temor y sentido de soledad y tristeza y angustia por lo que le esperaba, y les dijo a sus discípulos: hermanos, amigos, estoy angustiado hasta la muerte, y los necesito a ustedes. Y por eso se los llevó para que oraran por El y se hirió cuando se le durmieron allí, porque El necesitaba el apoyo de sus compañeros y le fallaron. El no tuvo temor, el Hijo de Dios, imagínese, mostrando debilidad, pero hermanos yo he aprendido algo, y es que cuando nosotros mostramos debilidad en vez de la gente patearnos, nos ama más, y en nuestros hogares, en nuestra familia es así. Cuando nosotros abandonamos esa coraza falsa de inviolabilidad y somos más frágiles y compartimos temor o cuando erramos y pedimos perdón, eso enternece y en vez de acarrearnos el desrespeto y el descuido nos hace más accesibles y nos aman más. Entonces la debilidad combinada con la fortaleza moral del buen comportamiento varonil, del líder, esas dos cosas hacen una mezcla increíblemente bella y atractiva. Debilidad y fuerza es la cosa más linda que hay en el universo. Y eso es lo que nosotros debemos encarnar. Nunca temas, hombre, de bajar la guardia y revelar miedo o admitir error o pedir consejo porque eso es bueno y eso permite que otros sean bendecidos con ese aspecto de tu vida en tu hogar. Así que comparte tu debilidad. Se transparente. Siéntate, habla, ríete, se niño de vez en cuando. Hay muchos hombres que hemos matado al niño en nosotros y no sabemos cómo hacer el ridículo en un momento dado, y eso afecta todo lo demás. Hay que soltarse, hay que relajarse. Hay que dejar a la gente ver nuestra humanidad. Eso es bien importante y eso bendice a nuestros hijos y bendice a nuestras esposas.

Y finalmente, un hombre modelo es un sacerdote en su casa. Ya lo que vimos allí de Job que intercedía por sus hijos continuamente. Los traía ante el Señor. Para mi esa es una de las funciones más bellas y más esenciales de un padre. Hay una responsabilidad sagrada de orar por su esposa y por sus hijos y por la economía de su casa. Cuando tu estés ahí con tu tacita de café por la mañana, ante el Padre, bendice tu hogar, bendice las columnas del basement de la casa donde vives. Bendice a tus hijas y a tus hijos, pídele al Señor su protección. Bendice la economía de tu casa y el fruto de tu trabajo, el destino de tus hijos, su futuro, tu esposa, derrama gracia del Señor sobre ella. Y pide sabiduría para ti mismo también. Intercede por tu hogar. Ama a tu iglesia. Sirve a tu iglesia, varón. No seas escaso y no seas tacaño con tu dinero, con tu tiempo, con tu fuerza varonil en tu iglesia. Dale a tu iglesia generosamente de tu tiempo y de tus energías. Se un sacerdote. Ama al Señor. Bendice a tus hijos con el recuerdo de un padre que amó los atrios de Dios.

Mi papá era un hombre muy imperfecto en muchas cosas pero 27 años después de su muerte, todavía su imagen es un ancla en mi conciencia. ¿Cómo bendice un padre a un hijo o una hija? La imagen de ese padre aunque muera lo sigue a esa persona hasta su tumba también. El recuerdo de un padre amante, sólido, justo, frágil, trabajador, es un ancla en la psiquis de un hombre o de una mujer. Es una herencia para toda la vida. Tu le puedes dejar a tus hijos millones de dólares pero si no les dejas una imagen atesorable, no les dejaste nada. Déjale a tus hijos quizás, poco pero déjales un tesoro de recuerdos y le habrás dejado un destino maravilloso. Un padre puede bendecir una hija en maneras que usted ni siquiera se imagina, en su sexualidad, en su capacidad para ser una buena esposa, para darse a un hombre, para apreciar la masculinidad en otros, para ser una mujer balanceada y sobria y segura de sí misma, todo eso se lo da un hombre, no solamente una madre a una hija. El olor masculino de un hombre que ella identifica con algo positivo, bendice a esa mujer. Padre, no subestimes lo que tu tienes en tus manos. El privilegio de bendecir a tus hijos hasta el último día de sus vidas.

Quiera el Señor bendecirnos. Si tu has fallado, si hemos fallado en alguna área no es para que salgamos de aquí hoy, diciendo: guau, cómo he fracasado. No, es simplemente para que tu sepas que a eso tenemos que apuntar y que todavía hay mucho camino que andar. Si hemos errado en algo, Dios es poderoso para rectificar todo y para bendecir tu vida y arreglar lo que ha sido dañado. Todavía hay mucho tiempo, ponte a trabajar y pídele al espíritu santo que te ayude en esa tarea, él está más que dispuesto.

Vamos a ponernos de pie. Vamos a darles gracias al Señor. ¿saben qué? Antes de terminar tenemos algo muy importante. Yo voy a pedir a los hermanos hujieres que se encarguen, pasen por aquí, traigan la santa cena pero quiero tener un momento de recibir lo que hemos escuchado y enterrarlo en nuestro corazón ahora mismo.

Toma un segundo para atesorar el consejo de Dios y prométete que no vas a subestimar esto que has oído. Vas a meditar en ello y vas a ponerlo en práctica en todo lo posible. Padre, gracias por tu palabra, gracias por tu consejo, lo recibimos, no rehuimos de ello. Gracias porque tu confías a nosotros estos tesoros de tu sabiduría,. Yo bendigo a mis hermanos, me bendigo a mi mismo. Juntos tomados de la mano esta comunidad va a ir cada día más y más, hacia una masculinidad, una feminidad bendecida y bíblica y gracias porque en ese proyecto tu nos acompañas Señor. Bendice nuestros hijos, que sean nuestros hijos como árboles plantados junto a aguas corrientes, nuestras mujeres como palmeras que crecen erguidas y bendecidas, nuestro ganado, nuestras herencias que no falten nunca porque tenemos un Dios que prospera a su pueblo. Gracias Señor, te bendecimos en el nombre de Jesús. Amen y amen.

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II Crónicas 29

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Hay unos libros históricos en el Antiguo Testamento que relatan la historia del pueblo de Israel, todos los diferentes reyes que hubo en Israel, comenzando con el Rey Saúl, y que relata toda la historia del pueblo judío hasta cuando fueron tomados en cautiverio por los babilonios y llevados fuera de la tierra de Israel, y fueron exiliados. Y estos libros son los libros de Primero y Segundo de Samuel, Primero y Segundo de Reyes, Primero y Segundo de Crónicas. Muchos de los relatos que hay en estos libros se repiten en algunos de ellos complementariamente siempre, algunos proveen detalles sobre ciertos eventos que otros no proveen. Y hay que concatenarlos el uno con el otro, pero son libros muy interesantes.

Ahora, ¿por qué el pueblo de Dios usa estos libros para su meditaciones y sus sermones? Bueno, porque nosotros creemos que lo que Dios hizo fue proveer a través de la historia de un pueblo, y de los personajes que aparecen en esa historia, modelos de vida para nosotros y formas en que nosotros podemos entender cómo es que Dios obra a través de toda la historia con todos los hombres de la tierra. Es decir, Israel es simplemente, entre otras cosas un modelo, para que al nosotros estudiar la relación de Dios con Israel y su tratos, nosotros podamos entender cómo nosotros también nos relacionamos con Dios y cómo debemos comportarnos ante el Señor. Es como en las escuelas de leyes, o en las escuelas de administración de empresas se usa el método de casos. Se enseña mucho la teoría de la ley o de la administración de empresas estudiando casos de compañías específicas y entonces al estudiar cómo una compañía emprendió una cierta estrategia financiera o qué llevó al fracaso de una compañía, los estudiantes de leyes o en caso de la administración de empresas, o en el caso de leyes cómo cierto caso se resolvió ante la Corte Suprema y qué implicaciones legales tuvo ese caso para el futuro de la ley en EEUU. Al estudiar casos específicos de allí se extraen los principios generales que entonces se pueden usar para la conducta de la ley o de las empresas.

Bueno, la Biblia es algo parecido donde se estudian casos y de allí se extraen principios para la vida de los hombres, sea en el siglo XXI, en el siglo XV, en el siglo X ó en el siglo I. Los principios espirituales son los mismos. Entonces por eso la iglesia estudia estos casos, porque de ellos podemos extraer enseñanzas bíblicas espirituales para nuestra vida.

Hay una historia que es la historia del Rey Ezequías en el Capítulo 29 de Segundo de Crónicas, y quiero que nosotros vayamos allí un momento. Ezequías es un rey muy interesante y hace años que yo he querido estudiarlo con ustedes y les voy a decir después un momentito por qué hoy escogí a Ezequías. Su vida y su trayectoria es muy aleccionadora, es muy ilustrativa de principios espirituales muy lindos. Entonces en el Capítulo 29 es un relato bastante largo, yo voy a saltar aquí y allí porque evidentemente no voy a leer todo los 36 versículos de este largo Capítulo, pero dice, versículo 1 del Capítulo 29: “... comenzó a reinar Ezequías siendo de 25 años y reinó 29 años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías, e hizo lo recto ante los ojos de Jehová conforme a todas las cosas que había hecho David, su padre”.

Evidentemente Ezequías fue un hombre recto, un hombre que se comportó en una forma agradable delante de Dios, uno de esos reyes, porque hubo también reyes que se comportaron tremendamente incorrectamente delante de Dios. El fue uno de los reyes justos en ese tiempo de la historia de Jerusalén.

“En el primer año de su reinado, en el mes primero abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó, e hizo venir a los sacerdotes y levitas y los reunió en la plaza oriental, y les dijo: “Oídme levitas, santificaos ahora y santificad la casa de Jehová, el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia, porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios porque le dejaron y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová y le volvieron las espaldas.”

Vamos al versículo 10. El continúa, dice: “... ahora pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová, el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira. Hijos míos no os engañéis ahora, porque Jehová os ha escogido a vosotros para que estéis delante de El y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso”.

Entonces lo que sigue es un relato de cómo los levitas y los sacerdotes se levantaron e hicieron lo que el rey les pedía que hicieran con respecto a la casa del Señor. Vamos al versículo 20, dice : “.... y levantándose de mañana, después de estas reformas en el templo, el rey Ezequías reunió los principales de la ciudad y subió a la casa de Jehová y presentaron 7 novillos, 7 carneros, 7 corderos y 7 machos cabríos para expiación por el reino, por el santuario y por Judá, y dijo a los sacerdotes, hijos de Aarón que los ofreciesen sobre el altar de Jehová.”

Final del versículo 24: “.... para reconciliar a todo Israel porque por todo Israel mandó el rey a hacer el holocausto y la expiación.”

Y aquí hay otra fase de este avivamiento, de esta renovación, en el versículo 25: “... puso también levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios y harpas”, estos eran instrumentos de música. “... conforme al mandamiento de David, de Gad, vidente del rey y de Natán, porque aquel mandamiento procedía de Jehová por medio de sus profetas.

Versículo 27: “.... entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar y cuando comenzó el holocausto, comenzó también el cántico de Jehová con las trompetas y los instrumentos de David, rey de Israel y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas. Todo esto duró hasta consumirse el holocausto. Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey y todos los que con él estaban, y adoraron. Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David, y de Asaf viviente y ellos alabaron con gran alegría y se inclinaron y adoraron.” Bendiga el Señor su santa palabra.

Ahora, Padre aviva tu palabra en nosotros, Señor. Danos entendimiento para exponerla, aviva nuestros espíritu, nuestras mentes, Padre, que tu nombre sea glorificado por medio de la exposición de tu palabra. En el nombre de Jesús lo pedimos. Amen. Amen.

Hace poco, como ustedes saben, terminamos una serie sobre el Capítulo 15 del Evangelio según San Juan, hablamos acerca de esa palabra tan poderosa del Señor, “permaneced en mi y yo en vosotros”, de permanecer en Jesucristo, del Dios que nos poda, de dar fruto, de los beneficios de dar fruto. Hablamos de la oración que Dios contesta y cómo es necesario fluir en afinidad con el espíritu santo, con el espíritu de Dios para que Dios conteste a nuestras oraciones. Fue una serie que yo disfruté bastante. Bueno, ahora se nos terminó el negocio y vamos a comenzar con otra serie.

El Señor ha puesto en mi corazón hace tiempo, discutir con ustedes lo que yo llamo “principios para la prosperidad”, principios para ser prosperados, para ser bendecidos en la tierra, para vivir vidas exitosas. Podríamos decir principios para el éxito también, y comencé a hacer algunas notas sobre esto y yo espero compartir con ustedes consejos sencillos acerca de cómo ser prosperados en las cosas que nosotros emprendemos, nuestros negocios, nuestras familias, nuestra vida personal, física, nuestras emociones, nuestras relaciones humanas y cómo vivir vidas exitosas.

Hay principios prácticos que Dios quiere que nosotros aprendamos, y me puse a hacer una lista de cosas allí, a escribir pensamientos al azar y una de las cosas que me vino a la mente es que quiero usar personajes de la Escritura para ilustrar alguno de estos principios e inmediatamente me puse a hacer una lista de personas que me parecían importantes en este respecto. Me vino a la mente, por ejemplo Josué. Me vino a la mente José que dice la Biblia que todo lo que él tocaba era prosperado y bendecido. Me vino a la mente Ruth que fue una mujer que experimentó gran pérdida en su vida y que llegó un día en que estaba en cero, bancarrota, sin esposo, sin hijos, sola en el mundo, una viuda en medio de Israel hace 3000 años y sin embargo Dios la bendijo y la prosperó y la sacó a camino.

Bueno, me puse a pensar así en diferentes personas y a buscar también la palabra prosperidad y prosperar en la Escritura y allí encontré, me tropecé con el personaje de Ezequías también. Y entonces cuando me puse a leer algo, recordé que Ezequías ha sido un personaje muy interesante para mí cuando yo lo he estudiado en el pasado, y como les dije, quería compartir algo de su vida y de su biografía con ustedes. Así que me decidí: vamos a tomar, no hay prisa en esto, vamos a tomarnos el camino escénico y vamos a ver las flores y los lagos y vamos a tomarnos tiempo. Voy a soltar la agenda que tenía de cómo quería hacerlo originalmente y simplemente vamos a buscar en la Biblia a ver qué sale, y qué Dios nos enseña.

Así que voy a comenzar con Ezequías, más bien directamente con una biografía de Ezequías. Vamos a estudiar la biografía de Ezequías, y yo voy a tratar de recordar siempre estas ideas de prosperidad, y de bendición y de éxito, y cómo se relacionan con nuestra vida y nuestra conducta. Ustedes ven ya qué tipo de corazón tenía Ezequías, era un corazón noble para con Dios, un hombre que tenía pasión para con Dios.

Pero, miren el primer pasaje que en realidad me hizo tropezar con la vida de Ezequías se encuentra más atrás en el Libro de Segundo de Reyes y allí en el Capítulo 18, también trata con el reinado de Ezequías y habla en una forma más apretada de estas reformas que él hizo. Crónicas entra en mucho más detalle. Pero hay allí algo bien lindo. Miren en el Capítulo 18, versículo 3, dice: “.... hizo lo recto ante los ojos de Jehová conforma a todas las cosas que había hecho David, su padre”. Es el mismo asesoramiento de Ezequías, un hombre recto, agradó al Señor, hizo la voluntad de Dios. Pero miren entonces lo que dice en el versículo 7, como consecuencia de esa rectitud de corazón y comportamiento, dice: “... y Jehová estaba con él y a dondequiera que salía, ¿qué pasaba?, prosperaba. A dondequiera que salía prosperaba.”

Ustedes ven la conexión allí entre una vida recta ante el Señor, que agrada a Dios, un corazón que ama al Señor y que busca hacer la voluntad de Dios. ¿qué pasa? Que todo lo que él hacía, dondequiera que él salía, Dios lo prosperaba. ¿Qué quiere decir esto de que dondequiera que salía? Bueno, un rey salía a la guerra, salía al comercio, salía a visitar naciones alrededor de Israel, salía en proyectos de construcción y de renovación de la nación, salía, me imagino, a reuniones con oficiales de su nación, la palabra salía quiere decir que todo lo que él emprendía en su capacidad como rey, era prosperado y Dios lo bendecía. De nuevo, ¿de dónde venía el secreto de la prosperidad de Ezequías? De ese corazón que amaba al Señor, ese corazón que honraba a Dios, ese corazón apasionado para con Dios. Nos recuerda de David, por eso la conexión allí, dice: “hizo lo conforme al corazón de David”, porque David era otro hombre que amaba al Señor apasionadamente.

Hermanos, hay una conexión misteriosa y yo la he visto a través de toda mi vida, la he observado, que cuando una mujer, un hombre ama a Dios apasionadamente y su corazón desea la honra de Dios y esa persona se preocupa porque Dios sea honrado y agradado y que los negocios y los asuntos de Dios sean prosperados, y que la iglesia de Dios no sufra, esa persona, hermanos, es bendecida y prosperada en todo lo que emprende. Los cristianos no saben cómo se engañan a sí mismos y lo que pierden cuando son mediocres y tibios para con el Señor. Cuando están preocupándose solamente por su propia necesidad y por sus pertenencias, y por su tiempo, su dinero, su sueño, su privacidad, agenda personal, en vez de poner primero la agenda de Dios y los intereses de Dios en sus vidas.

Hermanos, Dios ama al hombre, a la mujer apasionada para con El. El hombre o la mujer que ama a Dios por sobre todas las cosas, es una persona que va a ser prosperada y bendecida todos los días de su vida, todo lo que emprenda, el Señor lo va a bendecir, va a tener el toque del Rey Midas, que todo lo que tocaba se convertía en oro.

Hermanos, eso es lo que yo creo. Yo les puedo decir que en mi vida lo he comprobado y puedo decirle que todas las personas que yo he observado que aman al Señor con esa pasión, ustedes los ven que son bendecidos en lo que emprenden. Dios honra sus esfuerzos y todo lo que emprenden Dios lo prospera. ¿Tu quieres ser prosperado en tu vida financiera? ¿Quieres ser prosperado en tu vida matrimonial? ¿Quieres ser prosperado con tu familia y con tus hijos? Ama al Señor por sobre todas las cosas. Ama al Señor con pasión. Ponlo a El en el primer lugar de tu vida. Y yo te aseguro que Dios te va a bendecir. Dios te va a prosperar. Dios no se va a cansar de derramar gracia sobre tu vida. Oh si Señor, yo les puedo decir, hermanos, eso es una realidad. La vida de los grandes héroes de la Biblia muestra esta conexión entre pasión y prosperidad.

Ezequías era un hombre que ejemplificaba esto. Miren, dice que cuando él, regresando al texto de Segundo de Crónicas, cuando Ezequías ascendió al trono, que finalmente tenía el control de la nación, ¿qué fue lo primero que hizo? Primero, él no dijo: bueno, tengo que agrandar mi palacio, porque para un hombre de mi dignidad conviene una casa más grande y más lujosa. Ezequías no dijo: bueno, vamos primero a darle atención a la economía de la nación y vamos a asegurarnos de que todo los asuntos financieros y económicos de la nación estén en orden. Ezequías no primero emprendió una reforma del sistema político. ¿Qué fue lo primero que Ezequías buscó? Reparar y poner en orden la casa de Dios. Mírenlo ahí, si no me lo cree, si estaba durmiendo cuando yo lo leí, vaya ahora de nuevo a la Biblia. Dice: “..... en el primer año de su reinado, en el mes primero, fíjese eso, en el mes primero de su reinado abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó.

Hermanos, eso es lo que a mi me consume con respecto...., una nación, escúchenme, una nación en la cual los asuntos espirituales no están en orden, por más esfuerzos que haga en cualquier otra área va a fracasar. Si la casa del Señor no está en orden. Si los asuntos de Dios no están siendo atendidos, si Dios está molesto con una nación, ¿usted cree que Dios va a bendecir esa nación? Por más que los líderes se esfuercen por hacer reformas económicas, por establecer justicia, por hacer cualquier tipo de reforma política o estructural que sea, si la bendición de Dios no está sobre la nación, la tierra está maldecida. Escuchen eso. La palabra del Señor dice, “si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican. Si Jehová no vigila sobre la ciudad, en vano vela la guardia”. Escúchenme. Lo primero es el fundamento espiritual. Ojalá los líderes de esta nación entendieran eso. Ojalá nosotros entendiéramos, hermanos, que el fundamento de la vida de un hombre, de una mujer es primero lo espiritual. No se puede ir más adelante hasta que lo espiritual no ha sido resuelto en nuestras vidas, o en la vida de una nación o de una ciudad. La gente siempre está poniendo el carro delante del caballo. Es una locura. El fundamento, por eso el Señor Jesucristo dijo: “buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia”. La justicia de Dios, no la justicia como la definen los hombres, la justicia de Dios, y todas las demás cosas que los hombres se matan, poder traer vendrán. ¿Saben qué? Por añadidura. No tendrán que matarse, no tendrán que estrujarse.

Hermanos, yo les digo algo, cuando usted se preocupa por las cosas de Dios primero, las cosas que otros se matan por conseguir, Dios se las consigue sin esfuerzo. Los partos suyos son sin dolor. Ese es el secreto más hermoso de la vida. Olvídate te ti mismo, y apasiónate por Dios y sus negocios, y sus asuntos y Dios te bendecirá una y otra, y otra vez. Ese es el secreto de la prosperidad más poderoso que yo puedo compartir con ustedes.

Sea íntegro con el Señor, primeramente. Atienda los asuntos de Dios porque Dios es un ser que si está a su favor ¿quién estará contra usted? Mire hermano, podrá haber la depresión más grande en la nación y en su casa no faltará comida. Eso es lo que yo creo. Podrá, todo el mundo estará sufriendo de cualquier cosa, pero dice la palabra que el Señor nos guardará, el Señor nos protegerá. “Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, más a ti no llegará. Por cuanto en mi ha puesto su amor, dice el Señor, yo también lo libraré, le pondré en alto por cuanto ha conocido mi nombre, me invocará y Yo le responderé, por cuanto ha conocido mi nombre, por cuanto ha puesto en mi su amor.” ¿Usted entiende eso? Por cuanto ha puesto en mi su amor.

¿Cuántos de nosotros hemos puesto en Dios nuestro amor? Amor. Cuando yo veo esa imagen en mi mente, yo veo a alguien tomando un manojo de flores y poniéndolas a los pies del Señor, este es mi amor, Padre. Aquí están mis afectos, aquí están mis aspiraciones, aquí están mis deseos, aquí está todo lo que yo aprecio y disfruto. Te lo pongo a tus pies. Haz lo que tu quieras de ellos, Padre. Cuando un hombre o una mujer llega a amar a Dios de esa manera, hermanos, Dios no se cansa de derramar bendiciones sobre su vida, inclusive cuando cae y cuando yerra, el Señor lo perdona y lo sana, y lo levanta. “Con El estaré yo en la angustia, dice, lo libraré y lo glorificaré, lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación,” dice el Señor.

David era un hombre con muchos defectos, cometió errores graves en su vida, pero ¿sabe qué? La pasión de David para con Dios era tan grande, que su amor era como un fuego que comía todas sus imperfecciones. Y por eso la norma a través de todos los siglos de reyes en Israel fue que eran conforme, los buenos, eran conforme al corazón de David. Hicieron conforme a David. Dios no miró sus defectos, no miró sus errores, miró su pasión para con El, su amor, que David siempre tuvo para con el Señor.

Y eso es lo que ustedes y yo tenemos que entender en nuestra vida, o que nuestra iglesia estuviera compuesta de hombres y mujeres llenos de pasión por el Señor. No gente mediocre, no gente religiosa, no gente burguesa, no gente de clase media espiritual, gente exaltada para con Dios, apasionada para con el Señor, porque la gente tibia, Dios la vomita de su boca. Escúchenme. En Apocalipsis, por eso tenemos allí en la iglesia la odisea, el Señor le dijo “por cuanto no eres ni fría, ni caliente, te voy a vomitar de mi boca”. Usted ha tratado de tomarse un vaso de agua tibia. ¿Cuántos se han tomado un vaso de agua tibia? ¿Qué pasa? No tienen que decirme. El cuerpo lo rechaza, naturalmente. Y hay tanta gente que se llama cristiana, hermanos, que son tibios, tantas iglesias tibias. Hermanos, lo único que toca el corazón de Dios es la pasión al rojo vivo. No hay otra temperatura para Dios, sino rojo vivo, apasionado. Todo o nada. El Señor es un ser apasionado y le gusta la gente apasionada. Si usted no ama a Dios con todo su corazón, toda su mente, toda sus fuerzas, toda su alma, usted no es agradable ante el Señor. Ahora, ame a Dios apasionadamente y Dios será su aliado más fiel a través de toda su vida. Y Dios le respaldará y le bendecirá y estará con usted en sus batallas, le dará consejo en su necesidades, lo sacará de aprietos, lo bendecirá aún mientras camina por el valle de sombra de muerte. El Señor será fiel para con usted porque Dios ama la gente apasionada. Y donde hay un hombre, una mujer que está ardiendo en fuego por el Señor, ahí los ojos del Señor se dirigen.

 

Por eso la palabra de Dios dice que “los ojos del Señor recorren toda la tierra para encontrar aquellos de corazón perfecto para con El, para mostrarse a su favor”. Cuando el corazón de una persona está a favor de los asuntos de Dios, Dios lo va a bendecir, lo va a prosperar, le va a abrir puertas, lo va a sacar de callejones sin salida, va a hacer que brote agua de la peña, hará que los cuervos le den comida, porque el Señor es fiel para con los que lo aman.

Ezequías era un hombre fiel, por eso cuando él comenzó su reinado lo primero que hizo fue, vio la casa del Señor que estaba deshecha. Imagínese eso, habían pasado décadas. Imagínense que esta nación, la comparación sería que pasen 50, 100 años, la iglesia cristiana deje de buscar de Dios, los cristianos poco a poco vayan perdiendo la energía, la pasión, la iglesia se vaya haciendo irrelevante, como está pasando en este tiempo, se vayan muriendo las iglesias, como está pasando en este tiempo, la gente se vaya adormeciendo, y de momento las iglesias se cierren. Hermanos, ¿saben cuántas iglesias hoy en día se están cerrando? Es increíble. Aquí en EEUU la iglesia católica, por ejemplo desgraciadamente, ha tenido que cerrar decenas de iglesias, y hay iglesias evangélicas norteamericanas, con templos preciosos que están también cerrando su puertas, y ¿quiénes las están heredando? Los pobres de la tierra, los latinos, los haitianos, están cogiendo esas iglesias, porque el fuego del Señor está allí por lo menos todavía un poco. Nosotros ustedes recordarán, hace 20 y pico de años heredamos un templo de una iglesia que se murió en Cambridge, y allí estuvimos 15 años hasta que el Señor nos trajo aquí, porque esa iglesia se murió. ¿Qué pasaría si poco a poco las iglesias se van muriendo, se van cerrando y comienza a crecer la grama y se llena de polvo los lugares? Eso pasó con el templo en Jerusalén, un templo precioso pero como no había amor por Dios se cerró el templo, se llenó de porquería, los animales y las ratas corrían por todo el templo, los sacerdotes y los levitas y los pastores de ese tiempo se fueron para sus casas a trabajar porque no tenían dinero, no podían recibir sus salarios, y se quedó la adoración y el servicio al Señor en cero. No había adoración. ¿Y sabe que? Que cuando no hay cuidado de la grama, la hierba crece y lo que pasó en Israel fue que se llenó de idolatría. La gente ya no iba al templo a adorar al Señor sino que iban a los lugares altos a adorar los ídolos, y a adorar los demonios, y a adorar los dioses de la región y el culto a Jehová quedó totalmente descuidado.

Ezequías cuando llegó al reino, dijo esto no puede seguir, yo no voy a dar un paso en lo económico ni el lo político ni el lo estructural, hasta que yo no me haya asegurado de que haya renovación en lo espiritual, que la casa del Señor no esté limpia y sanada y trabajada como tiene que estar. Por eso entonces Ezequías abrió las puertas de la casa de Jehová y las reparó. Las puertas son como el símbolo de la esencia de un lugar, y esas puertas estaban descuidadas, estaban caídas. Por eso el Señor Jesucristo dijo que yo pondré mi iglesia sobre la roca y las puertas del infierno no prevalecerán contra ellas, porque las puertas son como símbolos de la autoridad en un edificio. Las puertas son lo que simboliza la fortaleza de un edificio, y entonces Ezequías dijo, primero repárenme esas puertas, están podridas, los cerrojos están vencidos, repárenlas y pónganlas como es, y abran la casa del Señor y reparenla completamente. No solamente eso sino que llamó a los sacerdotes y a los levitas que estaban por allá en sus pueblos, se habían ido para allá, y los reunió, los llamó a todos, hizo una gran reunión y les dijo: óiganme levitas, “santifíquense ahora y santifiquen la casa de Jehová, el Dios de nuestros padres, y saquen del santuario la inmundicia”, versículo 5. llamó a los sacerdotes y les dijo: sacerdotes prepárense para ejercer su llamado.

Hermanos, como pastor yo se la carga que nos incumbe a nosotros, no podemos llamar al pueblo a avivamiento, si no ha habido avivamiento en nuestras propias vidas, no podemos llamar al pueblo a santidad si no hay santidad en nuestras propias vidas. Esa es una carga pesada que llevan los líderes espirituales del Señor, pero tenemos que recibirla y recibimos el peso de ese llamado. Cuando los pastores, cuando los líderes espirituales de la iglesia se pongan en orden en sus vidas, y tengamos el amor de Dios y el fuego de Dios en nuestros corazones y haya habido despertamiento en nuestras propias vidas, y haya una conducta agradable al Señor, entonces puede venir la bendición de Dios sobre los demás. Entendemos eso y aceptamos esa responsabilidad. No la rehuimos. Y lo primero que él hizo fue, dijo traigan santidad a la casa del Señor.

Ahora también eso se extiende al pueblo de Dios, cada uno de ustedes como miembros de la casa del Señor también son llamados a santidad, a santificarse. Tiene que haber santificación, tiene que haber limpieza, tiene que haber conducta que agrade al Señor. Tiene que haber un caminar recto delante de Dios. Esa limpieza física era símbolo de la limpieza espiritual que tiene que haber en la casa del Señor. Hemos sido llamados a una vida íntegra delante de Dios, una vida que esté conforme a los mandamientos del Señor.

Yo creo que si el avivamiento va a venir a EEUU tiene que comenzar por la casa de Dios. No podemos pedirle al mundo que se ponga bien con Dios si nosotros no estamos bien con Dios primeramente. Hay un llamado a la integridad. Ezequías llamó a los sacerdotes, los levitas, les dijo: purifíquense, santifíquense, conságrense, actívense otra vez, prepárense para ejercer sus funciones de nuevo. Entonces los llamó a un tiempo de consagración, de retiro, de ayuno quizás, y de oración y de consagrarse al Señor, de lavar sus vestiduras, y de prepararse para ejercer otra vez el oficio del sacerdocio. Y los sacerdotes hicieron lo que el rey les había mandado. Dice: “... y sacad del santuario la inmundicia”. Yo creo que el avivamiento comienza con un mover de Dios en un hombre, en un ser escogido por Dios para ser una persona profética. Yo creo que así Dios siempre ha trabajado, pero después de eso se extiende a los líderes y después de eso se extiende a la iglesia, y después de eso cae sobre la nación. Vemos ese patrón aquí, círculos concéntricos, del más chiquito al más grande, al más grande. Esa es la forma en que va extendiéndose el llamado de Dios a la vida de una nación o de una época.

Entonces vemos aquí, primero el rey, el líder espiritual y político de la nación experimenta avivamiento. Luego, los sacerdotes son llamados a ejercer sus funciones y prepararse, después de eso, hermanos, yo creo que para que haya verdadera visitación de Dios en la iglesia y en la nación, tiene que haber algo que vemos aquí, es confesión de pecado. Hay reconocimiento de pecado. Mire cómo, versículo 6, “ el llamó a los sacerdotes, se reunió con ellos y les dijo: “porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios, porque le dejaron”. El hubiera podido parar allí, y decir simplemente nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios. Pero ¿saben qué? La confesión es algo específico. Tenemos que reconocer nuestras faltas específicamente delante del Señor. No es suficiente que tu le digas al Señor: Padre, perdóname por mis pecados. Hay que ir bien al fondo y coger ese cuchillo y meterselo exactamente donde está la necesidad y allí solar lo que está agarrando la bendición de Dios.

Dice: “.... lo dejaron, apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, le volvieron las espaldas y aún cerraron las puertas del pórtico y apagaron las lámparas, no quemaron incienso y ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel.” Usted, ve. Hermanos nosotros tenemos que confesar nuestros pecados ante el Señor. Dios no requiere que tu seas perfecto, aunque El quiere que seas perfecto, pero sí requiere que cuando tu pecas y deshonras al Señor, que tu vayas y confieses tus pecados. La Biblia dice que el que encubra su pecado no será prosperado. La Biblia dice también, que al corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia. Si tu y yo venimos ante el Señor, nos humillamos, admitimos nuestros errores, El es fiel para perdonarlo, dice la palabra del Señor. Pero tiene que haber eso. Si lo que nosotros hacemos es una práctica pecaminosa, si hay un patrón de pecar continuamente, haciendo lo mismo continuamente, sin experimentar arrepentimiento, sin experimentar un cambio de comportamiento, entonces el Señor no se agradará de nosotros y vendrán las consecuencias de nuestro mal comportamiento. El Señor dice cuando tu hayas pecado, hayas errado delante de mi, ven, arrepiéntete, estemos a cuenta, dice el Señor. Tu ves, tu tienes que arreglar cuentas con Dios. No puedes disimular tu pecado, no puedes encubrirlo, no puedes esconderlo, no puedes justificarlo. Tienes que nombrarlo por nombre y apellido y entonces decir: Padre, ahora yo me arrepiento y me comprometo a ser diferente. Y ¿saben qué? El Señor inmediatamente dice: hijo, estate tranquilo, te perdono, tu eres limpio. Venid y estemos a cuenta, “si vuestros pecados fueren rojos como la grana, vendrán a ser blancos como blanca lana”, dice el Señor. Pero hay que tener reconocimiento, no encubras, no practiques, no hagas un sistema de la vida pecaminosa, sino que guarda cuentas cortas. Si le debes al Señor, págale enseguida, tu voto de sacrificio, de confesión de pecado.

Ezequías hizo eso, pidió perdón por los pecados de los padres y de la nación y reconoció específicamente dónde habían fallado. Descuidamos tu templo, descuidamos tu casa, Señor. Cerramos los pórticos de tu casa, no te prendimos lámparas, no ofrecimos holocaustos a ti.

Miren entonces en el versículo 10, tenemos entonces, hermanos un llamado a la consagración, una confesión de pecado y en el versículo 10 dice: “.... ahora pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová, el Dios de Israel para que aparte de nosotros el ardor de su ira.” Aquí hay otro paso también para que la bendición de Dios pueda fluir en tu vida, para que pueda venir una visitación poderosa de Dios en tu vida, o para que pueda venir la visitación que Dios quiere traer a esta nación y este país y a este estado de Massachussets, tiene que haber una determinación de aquí en adelante ir en otra manera. Usted ve, hemos hablado de santificarnos, de quitar la inmundicia, de confesar nuestros pecados, todas esas son cosas como arreglando cuentas, poniendo las cosas al día, pero ¿qué pasa cuando usted ha pagado sus cuentas y ha pagado los intereses que debía y todo eso? Tiene que haber entonces algo positivo, usted tiene que decir: bueno, ahora voy a trabajar, ahora voy a hacer esto, ahora voy a hacer lo otro para tener una vida normal. Eso fue lo que hizo Ezequías. Ezequías dijo: bueno, ya arreglamos cuentas con Dios, ahora yo he determinado hacer pacto con el Señor, un nuevo pacto. Me gusta la palabra de este hombre, él dijo: yo he determinado. Este era un hombre serio, era un hombre recto, era un hombre de palabra y era un hombre de decisiones firmes. El dijo yo he hecho una determinación, me senté en mi escritorio, pensé bien en las cosas como están e hice una decisión firme y me comprometo públicamente, como una parte de la política de mi reinado, yo he determinado hacer pacto con Dios. Y ese hacer pacto, quería decir renovar el pacto que ya había sido establecido antes.

Hermanos, la bendición de Dios viene a nuestra vida cuando nosotros hacemos una determinación firme de seguir al Señor no importa qué, de agradar al Señor en todos los aspectos de nuestra vida, de caminar con el Señor. Mucha gente, más bien como que se desliza a la vida espiritual, más bien como que entran sin dolor y sin crisis al Evangelio y llegan allí y se sientan en una banca y entonces comienzan una vida cristiana de llegar los domingos a la iglesia, pero yo los veo y noto que pasan meses y meses y vienen de vez en cuando, no vienen, a veces ni cantan en el culto. Hermanos, perdónenme, ustedes saben que yo no soy generalmente tan específico en las cosas, me gusta ser un poquito más cortés, pero yo quiero animarle en el nombre del Señor. Mire, alabe al Señor, abra su boca. Hombres, yo se que a veces a los hombres nos resulta difícil cantar, no estamos acostumbrados, qué cosa hermanos, ¿eh? Hay hombres que no cantamos porque cuando niños nos enseñaron que eso era de las mujeres, o de los hombres afeminados e irresponsables cantar. Nosotros no, somos fuertes y feos y formales, pero nada de cantar porque eso no es de un hombre que se respeta a si mismo. Abre tu boca, atrévete, en el nombre del Señor, olvídate de tu mujer que está allí que se va a sorprender cuando abras la boca y cantes, pero hazlo por el Señor.

Hermanos, lo que quiero decir es que uno no puede como deslizarse así tan gradual y tan informalmente a la vida del Evangelio. Tiene que haber una decisión. Tiene que haber un pacto. Tiene que haber una determinación firme. Borrón y cuenta nueva. Yo voy a servirle al Señor, voy a cambiar, voy a hacer un viraje de U en medio de mi vida y voy a hacer un hombre y una mujer que voy a servirle al Señor y voy a caminar seriamente delante de Dios. Y el que no me quiera seguir eso es problema de ellos, yo y mi casa serviremos al Señor. Tiene que haber un cambio. Tiene que haber una determinación. Tiene que haber una experiencia de crisis en que uno diga: no voy a seguir como era antes, voy a cambiar mi vida, que la gente diga: ¿ese es fulanito? Si, ese es fulanito, renovado, tocado por el espíritu santo y habiendo hecho una determinación con Dios, un pacto con el Señor de vivir de cierta manera. Hasta que el hombre o la mujer no hace eso, hermanos, hasta que no pasamos por esa experiencia de crisis, no hay cambio en nuestra vida verdaderamente.

Yo recuerdo, yo crecí en el Evangelio a los 5 años mi mamá se convirtió, no ella, yo a mis 5 años, ya ella tenía muchos más años que eso, se convirtió al Señor en la República Dominicana. Yo crecí en el Evangelio pero cuando entré a un internado aquí mismo en Massachussets, en Philips Academy, en el año 72, del 72 al 82 mi vida cambió, yo no me comportaba verdaderamente como un cristiano, aunque amaba al Señor, servía al Señor, sabía que Dios tenía un llamado para mi vida, pero fueron años de desierto espiritual en muchas maneras. En el año 82 Dios tuvo un llamado sobre mi vida, yo entré en una crisis, es la única manera que lo puedo describir, tanto así que me tuve que tomar un año fuera de la universidad, cuando estaba en Harvard. En mi tercer año yo me salí de la escuela, porque Dios estaba haciendo renovaciones en mi vida, y me dijo que tienes que cambiar cosas. Y yo no pude seguir estudiando, en realidad me fui al desierto por un año, porque cuando Dios te llama y hay cambios en tu vida.... uno puede decir: yo soy cristiano. Yo era cristiano, amaba al Señor, hubiera dado mi vida por el Señor en esos 10 años, pero no estaba viviendo según el Señor quería. Pero cuando Dios me tocó, yo entré en una experiencia de crisis y desde de ese año en adelante Dios cambió completamente mi vida. Me consiguió la iglesia que hoy pastoreo veintipico de años después. Me consiguió la mujer con la cual estoy casado, cambió mi forma de ser y de pensar y de hacer las cosas, hermanos, porque cuando un hombre.... tiene que haber esa experiencia, tiene que haber cambios.

Y yo recuerdo que fui a visitar unos meses después a un jovencito a quien yo había, era consejero de él en su primer año en Harvard, estaba muriéndose, un joven chino, y en su cama de agonía casi muriéndose, ya casi no veía, cuando yo fui a visitarlo después de meses de no haberlo visto porque él pidió que yo fuera a visitarlo, y me dijo: no te veo bien, pero hay algo en ti que es diferente; porque en ese ínterin, en los meses entre la última vez que yo lo vi y por y lo que Dios había hecho en mi vida, la energía que había en mi era diferente, y él en su agonía la pudo sentir. Porque cuando un hombre cambia, se arrepiente y se ordena su vida con Dios, eso se puede sentir.

La mayoría de la gente entra al Evangelio y lo que hacen es que cambian un carné, en vez de ser católico, dicen ahora soy católico evangélico. ¿Entienden? Pero no cambian su forma de pensar, de actuar, de ser, de ser con Dios, su relación con Dios, su forma de comportarse, su forma de sentir en el corazón y entonces simplemente lo que hicieron fue cambiar de carné, pero no hay un cambio de corazón y de mente. Dios quiere una firme determinación, un pacto con El. A razo partido, Señor, tu y yo vamos a caminar la vida juntos y yo voy a ser tu marioneta. Yo te voy a amar y te voy a servir con todo mi corazón y te voy a dar lo que tu me pidas, lo que tu me pidas, tómalo y te lo voy a dar con gusto, y no voy a mirar a los hombres y aunque no me vean, yo te voy a honrar. Y cuando una persona camina así, Dios le bendice, le prospera, no se cansa de derramar su gracia sobre él o sobre ella. Tiene que haber integridad delante de Dios. Tiene que haber pasión para con el Señor, es la única forma, hermanos.

Y por eso Ezequías dijo: “o he determinado hacer pacto con Jehová, el Dios de Israel para que aparte de nosotros el ardor de su ira” Cuando los líderes espirituales de una nación, los líderes políticos de una nación hacen pacto firme con el Señor, cuando los líderes de una casa, el padre, la madre, determinan hacer pacto con Dios, sus hijos son bendecidos, sus finanzas son bendecidas, su matrimonio es bendecido, sus relaciones son bendecidas, todo es bendecido porque ha habido una firme determinación de hacer pacto con Dios, entonces se establece bien la conexión, los cables se aprietan bien, y la electricidad divina corre sin interrupciones a través de la familia. Viene la bendición. Esa es la clave, determinar firmemente hacer pacto con el Señor.

Lo último, dice: “... hijos míos no se engañen, porque Jehová los ha escogido a ustedes para que estén delante de Él y le sirvan y sean sus ministros y le quemen incienso”. Eso se lo dice el Señor a esta congregación; no se engañen, no crean que por simplemente venir a la iglesia y sentarse en una banca, eso es lo que agrada al Señor. Eso es mentira, el Señor demanda mucho más que eso. No nos engañemos, no nos engañemos creyendo que si nos escondemos y que nos hacemos los que no estamos viendo lo que está pasando allá afuera, que los demonios se van a ir y nos van a dejar tranquilo. Eso es lo que tantos pastores están predicando hoy en día. No confronten, no molesten, simplemente hablen el Evangelio y eso es todo. Eso no es suficiente, hay que vivir apasionadamente. Hay que confrontar al diablo, hay que hacer guerra. Te van a herir, vas a sufrir unos cuantos sustos, pero el Señor te sacará adelante. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio de ser la iglesia de Jesucristo verdaderamente y vivir como sacerdotes del Señor? Porque dice aquí: “Dios los ha escogido a ustedes para que estén delante de El y le sirvan y sean sus ministros y le quemen incienso”. La Biblia dice que cada uno de nosotros es un rey y un sacerdote delante de Dios. Los tiempos de que solamente había un grupito especializado de sacerdotes, ya eso no existe. Hoy en día cada creyente es un sacerdote delante del reino del Señor y Dios nos ha escogido a nosotros para que estemos delante de El y le quememos incienso y seamos sus ministros. ¡Aleluya! Eso es lo que el Señor quiere de cada uno de nosotros. Que seamos sus ministros. Dios te necesita, Dios nos necesita a cada uno de nosotros.

Hermanos así es que va a venir el avivamiento a nuestras vidas. ¿tu quieres ser bendecido, tu quieres ser prosperado? Apasiónate para con Dios, ámalo por encima de todas las cosas. Haz pacto firme con El, arregla tu vida con El. Arreglemos nuestra vida con el Señor.

Vamos a bajar nuestras cabezas. Gracias, Señor. Gracias, Dios te adoramos, te bendecimos, Padre. A ti la gloria y la honra, Señor Jesús. Padre entendemos el peso de lo que estamos predicando y yo mismo me asusto Señor de lo terrible, lo serio que es lo que acabo de decir pero es tu palabra, Padre, no podemos atenuarla, no podemos huir de ella, solo tenemos que someternos a ella, no nos queda otra opción. Perdónanos por no amarte como tu mereces que te amemos. Nos arrepentimos Señor en esta mañana. Y queremos vivir una vida que te agrade a ti, Padre, una vida que honre tu nombre. Perdónanos por la tibieza de corazón y por la indiferencia con que a veces te servimos, Señor. Mira a esta iglesia, purifícala, saca la inmundicia de ella, saca todo lo que no te agrade, Señor, quita todo lo que no sea tuyo, Señor. Ayúdanos a vivir en una manera que sea agradable ante ti, Padre. Te necesitamos, necesitamos el toque de tu espíritu en esta mañana, Señor. Queremos tener los triunfos de Ezequías pero sabemos que también tenemos que tener la actitud de él, su corazón, su pasión por ti, su disposición a sacrificarlo todo por ti, Señor. Espíritu santo visítanos, visita a tu pueblo en toda esta nación. Señor tu pueblo necesita avivamiento. Padre, envía tu fuego, envía tu lluvia, Señor y haz florecer el desierto, Padre. Gracias, descansamos en ti, Señor en esta mañana. Reposamos en ti, Jehová. Te necesitamos, Señor. Necesitamos tu gracia.

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Celebración Ministerio de Niños

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Tenemos la encargada de escuela dominical a las 12, Carlota Noriega con un equipo bello de líderes, con Naomi Blanco, con Cenia Paulino, con Eunice, con Carlos Beltrán, buen equipo de líderes y ella solo va a compartir un poquito del ministerio con ustedes.

Hermanos, yo creo que con lo que se ha escuchado han podido procesar por algunos segundos que de veras el ministerio de niños está dando resultado, y que está dando resultado porque están siendo pioneros. Hermanos, esa palabra me gustó mucho, pioneros de la palabra de Dios. Esas criaturitas pequeñas están saliendo evangelistas, ¿verdad? Están saliendo personas que están llevando a sus padres, que no conocen al Señor, la palabra, y ese es nuestro llamado. Yo les invito a todos aquellos que nos visitan por primera vez a que puedan subir al tercer nivel y puedan ver los salones, y puedan ver los dibujos que hay en las paredes y todo, y todo mis hermanos que está ahí, se ha programado, se ha tomado tiempo para que no solo los niños disfruten de ellos, sino también los padres. Cuando usted suba al tercer piso, hágame el favor de bajar a la edad de su niño y así sentir también lo que su niño siente allá arriba. Así que cada vez que suba, baje a ser un niño que es lindo, ¿no?, porque baja al nivel de él. Y les quiero decir también que no voy a dar un testimonio, voy a leer una cosita, una notita rápida y se llama “quisiera ser televisión”. Esta fue la oración de una niña de 6 años y dice así:

Imagínese usted de 6 años. Bajemos todos a esa edad, ¿verdad? 6 años. "Señor, esta noche te pido algo especial. Conviérteme en televisor, quisiera ocupar su lugar para poder vivir lo que él vive en mi casa. Tener cuarto especial para mi, congregar a todos los miembros de mi familia alrededor, ser el centro de atención al que todos quieren escuchar sin ser interrumpido ni cuestionado, que me tomen en serio cuando hablo, que se crean todo lo que digo, sentir el cuidado especial e inmediato que recibe el televisor cuando algo no le funciona, tener la compañía de mi papá cuando llega a casa aunque venga cansado del trabajo, que mi mamá me busque cuando esté sola y aburrida en lugar de ignorarme, que mis hermanos se peleen para estar conmigo, divertirlos a todos aunque a veces no les diga nada, vivir la sensación de lo que dejen todo por pasar algunos momentos a mi lado. Señor, no te pido mucho. Todo esto lo vive cualquier televisor así que espero ser respondida”.

Mis hermanos es una niña de 6 años que quisiera ser un televisor. Yo creo que no solo un niño, o una niña de 6 años quiere ser un televisor, a veces un adulto quisiera ser un televisor para que le pusieran atención. Así que mis hermanos, es nada más una notita para que tomemos en cuenta qué tan importante quiere ser un niño, y yo creo también que también un adulto quiere ser un televisor. Ahora mismo usted quisiera ser un televisor, ¿verdad?, porque quiere comunicar tanto y que si el televisor se para, nosotros nos quedamos...... y si un botón se arruina queremos arreglarlo así..... A quien le guste el deporte, sus novelas, y todo, mis hermanos, les digo.... haga de su niño la importancia y haga por favor del ministerio de niños la importancia. Yo no se si decirlo así, pero vamos a ver: yo creo que si fuera una niña yo pediría que el ministerio de niños fuera un televisor para tener la atención de todos ustedes siempre, y sus oraciones y sus ayudas. Así que el Señor les bendiga y sigamos adelante entonces.

Gracias, Carlota. Dios te bendiga. No se vaya porque vamos a orar por ti. Puede sentarse pero vamos a orar por ti después. Eliana también tiene testimonio. Que sea un poquito breve porque el tiempo va corriendo. Una pareja nueva lleva un año aquí, son un familia linda, linda, así que les damos la bienvenida y por favor adelante.

Buenas tardes, pues mi testimonio es de gran bendición, quiero contarles que en nuestra familia nosotros somos pioneros en el Señor, somos los primeros cristianos. Entonces no se si a ustedes les pasa, pero en mi caso mi familia no quiere oír nada del Señor, porque nos lavaron el cerebro, porque nos están sacando todo el dinero y por miles de cosas más. Entonces el llegar a ellos y el poder compartir es.... hay una barrera bien grande que solos nos admiten como familia pero no como una nueva creencia, una nueva familia, aunque ven que nuestra familia es de testimonio. Entonces algo pasó muy particular con nuestros hijos porque ustedes saben que los abuelos y los tíos quieren mucho a los niños, y entonces lo que nosotros no pudimos hacer como adultos y como hijos, lo hicieron nuestros hijos. Entonces mi hija, que es tan querida por mi mamá y por sus abuelos y por su tíos, ella llega y le dice: abuela, el rencor no es bueno. Si hay rencor en tu corazón Jesús puede sanarte. Al tío le dice: tío, si tu estás tomando, ese no es el camino, Jesús puede ayudarte. Entonces mis hijos pudieron entrar más fácil a esa área tan dura que fue para mi esposo y para mi y poder llevar un testimonio de Jesús a nuestros hogares. Amen.

Solo quiero agregar algo, y Nelson si puedes saludar desde allí, el esposo Nelson que está ahí. Y gracias a Dios. Solo quiero decir que me gustó que ella usó la palabra pionera y pionero. Hay muchos gracias a Dios, hay muchos en esta iglesia que son los primeros cristianos en su familia, los padres o los abuelos no eran así. Hay un montón de cosas generacionales que vienen y lo que Dios hace es que salva una pareja que se ponen en la brecha y dicen que ahí para los patrones malos. ¿Cuántos saben que hay pecados que corren en familia? Puede ser alcoholismo, abuso, lo que sea, y lo que Dios quiere son pioneros para decir yo y mi casa serviremos a Jehová. Y cuando se hace, cuando se hace así comienza una cadena de bendición generacional, los niños crecen bajo la sombra del Altísimo y tienen la bendición del espíritu santo desde su niñez, y sus hijos mejor, mejor, cadenas de bendición. Así que muchos de ustedes están en la lucha pero espero que se vean como pioneras y que no se cansen en educar sus hijos en los caminos del Señor. Gracias, Eliana, Dios te bendiga. Amen. Gracias.

Ahora me toca compartir mi testimonio breve y después lo vamos a pasar al pastor. Quiero compartir con ustedes mis primera Biblia de niños. Yo jamás pude olvidar este libro y ni es mío, fíjate. Yo estaba en la casa de mi esposa, en California desde su niñez, y estaban limpiando la casa y yo vi ese libro y me di cuenta de que era la misma Biblia de niños que yo había tenido cuando niño, y eso fue como.... tengo ya 37 años que algo por ahí, 36, 37. soy más viejo de lo que aparento, así que ....... y así que hace 30 años y yo recuerdo los colores y los dibujos y las historias y casi siento como si he encontrado un amigo. Está gravado en mi mente, en mi conciencia, la Biblia que se compartió conmigo cuando yo era niño. Hermanos, las cosas que sembramos en los niños siguen con ellos el resto de sus vidas y aunque se extravían por un tiempo ellos tienen eso ahí gravado y es una semilla y es una semilla poderosa. Una semilla que da fruto y con tiempo el espíritu santo los persigue y los trae otra vez donde tienen que estar. Quiero animarles, ustedes son ministros y ministras de niños. Mi mamá me regaló esta Biblia, mi mamá me ministró. Yo recuerdo queríamos una vez ver una película de horror ...... con todos los demonios y mi mamá, que casi nunca, ella no era muy estricta con nosotros, era como tranquila, pero ese día ella dijo: “No. Esa película en mi casa, no”. Y yo, “mamá estás en serio, eso solo es una película”. “No, No, No, Satanás no tiene lugar en esta casa”. Yo le doy gracias. Mi papá, que ni es cristiano, yo recuerdo una vez, yo me robé un diente de tiburón que yo encontré en una tienda. Me lo robé y lo dije a mi papá y después lo devolví, solo por el gozo de robar. Tenía como 7 años y yo lo comparto con mi papá como si él iba a decirme: ¡Ay, bien hecho mi hijo! Yo pensé: ay, qué chistoso, ¿no papá? Y se enojó conmigo. Yo, cómo va a ser. Y yo jamás olvido su reacción y su ira pero su ira muy santa, su ira buena conmigo. Y yo.... ¡guau!, no robé más dientes de tiburones. Lo que se siembra en un niño sigue con ellos. También yo iba a escuela dominical, con los católicos y también con los protestantes. Me enviaron a escuela dominical protestante, “nursery school”, cuando tenía 5 años. Me enseñaron a orar ahí, y yo volvía a la casa como un pentescostalito, con los ojos cerrados: Señor. Y mis padres, como riéndose de mi, pero qué lindo ¿no? Yo aprendí a orar. Yo creo, yo siempre digo que acepté a Cristo a los 16 años, pero ¿sabes qué?. Yo creo que no es así, yo creo que acepté a Cristo a los 5 años en nursery school y olvidé y después el espíritu santo me persiguió hasta yo aceptarle a los 16 años. Lo que sembramos en ellos sigue con ellos para siempre.

Padres, ustedes son ministros. Saben que el ministerio de niños es una extensión del ministerio del padre y de la madre. Ustedes tal vez, no sabrán dónde comenzar, alguien recién llegado. Ellos envían a la casa un versículo, estudia el versículo con el niño, ora con el niño, te vas a sorprender lo que Dios puede hacer a través de ti porque todos somos ministros y ministras de niños levantando una nueva generación, una generación Josué que va a conquistar la tierra.

Voy a invitar al pastor y vamos a orar una vez más a dedicar todo este asunto al Señor y yo te invito, vamos a hacer ejercicios este día. Póngase de pie una vez más y una vez más les animo después de este culto, es más si usted es papá no tiene opción, súbase, tiene que subir al tercer piso, sus maestros de niños están esperando y van a ver adornos lindos que han puesto en las paredes, ganamos a Disney con eso, OK.

Saben qué hermanos vamos a cambiar un poquito el programa para fluir con lo que está diciendo Gregory y simplemente voy a pedir que permanezcan de pie mientras yo leo una porción de la palabra, voy a ser bien breve y entonces vamos a terminar para no mezclar demasiados mensajes, porque yo creo que este mensaje que se ha compartido hoy es lo suficientemente importante para que lo retengamos y así no se van ustedes con una cantidad de diferentes cosas y diferentes ideas porque es tan importante esto. Así que voy a leer la palabra y entonces voy a compartir un pensamiento y cerramos y entonces quizás nos puedes despedir con una oración, Greg.

Dice aquí en Mateo, Capítulo 19, versículos 13 al 15, pasaje muy conocido de todos ustedes. “Entonces fueron presentados unos niños para que Jesús pusiese las manos sobre ellos y orase. Y los discípulos les reprendieron pero Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a mi y no se lo impidáis porque de los tales es el reino de los Cielos” y habiendo puesto sobre ellos las manos se fue de allí”. Bendiga el Señor su palabra.

Tomen asiento un segundito. Esta mañana yo estuve predicando y lo que creo es que voy a hacer es que voy a compartir eso más adelante con ustedes, quizás el domingo que viene para que recibamos la misma enseñanza acerca de podar y estamos todavía abundando en ese pasaje de Juan 15, donde el Señor habla de que El es la vid y nosotros los pámpanos y permanecer en El, etc. Fue un mensaje que, creo que fue de bendición para muchos y por eso me habían pedido que lo diera otra vez, aunque no era el plan original, porque queríamos dedicarlos a esto, pero en ese mensaje hay algo muy importante en esta idea de que Dios invierte en nosotros. Dios no meramente nos llama a su Reino, y entonces dice: bueno, ya tu estas salvo, ya te vas al cielo, así que bueno, no tengo que entenderme más contigo, simplemente ya se hizo lo más importante que es salvar tu alma. Ahora siéntate a esperar hasta que llegue tu día para reunirte conmigo en la eternidad. Dios no hace eso, sino que Dios invierte en nosotros y nos cuida y nos trabaja.

En esa imagen que yo leí de Juan 15 está la idea de un.... bueno, está Juan 15, está Lucas también. Leí un pasaje de Lucas, el conocido pasaje de la higuera que no está dando fruto y viene el dueño de la tierra y dice: mire, esa higuera no está dando fruto así que córtala, para qué inutiliza la tierra. Y hay un personaje allí que es muy interesante que se llama el viñador, y el viñador me imagino que es como un tipo de jardinero, de trabajador agrícola cuya función es trabajar esta viña, trabajar esta planta y asegurarse que de fruto y el viñador le dice al dueño: Por favor espera un tiempecito, dame un año, déjame que yo cave alrededor de esa viña, déjame que yo la abone y entonces vamos a ver si da fruto. Y si no da fruto entonces, bueno, hagamos como tu pides. Y yo creo que a la existencia meramente que haya un viñador en esa tierra, es importante y es indicio del estilo de Dios de tratar con nosotros. Fíjese que Dios no simplemente crea cosas, sino que Dios las nutre, Dios las trabaja, Dios pone personajes, por así decirlo, en este caso, en el caso de cada creyente es el espíritu santo. Cuando nosotros entramos a los caminos del Señor, cada uno de nosotros recibe el espíritu santo que viene a morar con nosotros y que se convierte en un viñador que trabaja en nuestra vida y que poda, y cava y hace todo lo necesario para que la planta de fruto.

¿Y hermanos no es así también con los niños, que debemos nosotros hacer como padres? Nosotros damos a luz vida. Yo veía estas criaturas aquí tan bellas. Cada uno de ellos es un drama, cada uno de ellos es una historia, cada uno de ellos es una película maravillosa por desarrollarse todavía. Y usted los ve allí cada uno con su carácter, uno jugando con una barajita, que tiene que venir el maestro y quitárselas, otro por allí queriendo ser baterista, otra niñita por allí, dulce y tierna, otra inquieta y ... cada uno tiene.... ya hay cosas escritas dentro de ellos de lo que van a hacer un día en su vida. Y son vidas preciosas. Gregory decía, ciertamente su alma no es menor que la de un adulto. El alma nace en su totalidad. Y son cosas preciosas que nosotros no podemos darnos el lujo de simplemente, como creían los filósofos teístas, el teísmo es una filosofía del siglo 18 y 19 que profesaba que cuando Dios creó el universo, simplemente le dio cuerda como se le da a un reloj y lo lanzó al espacio a flotar y se desentendió de él. Ellos creen que Dios existe pero lo ven como un Dios desentendido de su creación. Y nosotros sabemos que no es así. Dios es un Dios tremendamente involucrado en su creación. ¿Y saben qué? Yo pienso que así debe ser cada padre y cada madre. Nosotros damos a luz vida, creamos en un sentido porque Dios nos ha dado esa capacidad creativa y generamos algo maravilloso, misterioso, rico en potencialidades y no podemos, como el Dios del teísmo, darle cuerda a esa criatura y pensar que esa criatura va a desarrollarse en algo precioso, armonioso, creativo simplemente por magia. ¿Cuándo ha visto usted un hermoso jardín compuesto de flores de diferentes colores, texturas, que florecen en diferentes etapas de la temporada, que se complementan en su forma, y en su tamaño, y pensar que ese hermoso jardín con sus espacios bien planificados, se dio por arte de magia? Inmediatamente que usted ve eso, usted sabe que detrás de ese bello jardín hay una mano cuidadosa, que se ha dedicado a atender ese jardín. ¿Si o no? Y usted sabe que allí ha habido horas invertidas en esa tierra quitándole las yerbas malas y cuidando que los insectos no se coman la tierra, fertilizándola, podándola, apartándolas unas de la otras para que no se abrumen y se destruyan unas a otras, para mantener la armonía de todas esas diferentes plantas. Y asimismo es la vida humana. La vida humana está compuesta de diferentes facultades, diferentes emociones, diferentes posibilidades, diferentes impulsos. Hay impulsos negativos, impulsos positivos, y toda esa maza de creatividad que es la criatura cuando nace tiene que ser ordenada también, tiene que ser manejada, tiene que ser irrigada y abonada. Y eso es la parte que le toca a cada padre o cada madre. El Señor valoró a los niños.

Fíjese que los discípulos se parecen tanto a nosotros, tanto en nuestra capacidad como padres, como también como la iglesia de Jesucristo porque esos discípulos representan esa iglesia que cree que el maestro es importante o demasiado importante para atender a esos mocosos insignificantes. No, eso es para los inferiores. ¿Cómo vamos a preocupar al maestro para tomar un momentito para cuidar esos niños? El Señor les dijo: No, no, no, espérense un momento señores. Déjenme decirles algo, si ustedes no se hacen como uno de esos niños, ustedes no van a ir al Reino de los Cielos. Y entonces detuvo su grupo de gente, paró toda su importante misión y pasó tiempo con cada uno de esos niños. Les impuso las manos, oró por ellos, los bendijo y entonces siguió su camino. Hay una lección allí hermanos, la iglesia y nosotros los padres tenemos que invertir en nuestros hijos. Amen. Tenemos que valorar la niñez, hay que sacar tiempo.

Ayer Gregory y yo tuvimos un momento de crisis pastoral mientras hablábamos porque nos preguntamos ¿qué hacemos hoy? Lo que pasó fue que ayer invitamos a los padres, como ustedes recuerdan, para venir y visitar los salones, que de hecho, enfatizo que después de aquí, suban un momentito allá y vean lo que han hecho los maestros, nuestra hermana Sara Naranjo, la hija de nuestro hermano Naranjo, hizo un trabajo excelente en decorar mucho esos salones. Han pasado horas y los maestros estuvieron allí un tiempo grande. Invitamos a los padres y vino un grupito lindo, pero no eran todos los que nos hubiera gustado ver. Entonces Gregory estaba hablando conmigo allí, y yo le dije: Mira, Gregory por qué no mañana tornamos el servicio en un tiempo para celebrar el ministerio de niños. Saben que tuvimos que decidir si lo íbamos a hacer o no, porque uno piensa muchas veces como que hacer eso es interrumpir el curso normal de las cosas. Fíjense a donde hemos llegado, hermanos, nunca nos tomamos tiempo para celebrar los niños, y un día que escogemos es como que estamos haciendo algo malo. Gloria al Señor que tuvimos la lucidez espiritual de decir: no, vamos a hacerlo en el nombre del Señor, vamos a hacerlo y vamos a concientizar al pueblo. Es importante que la iglesia detenga su camino para valorar a los niños y bendecirlos y extender la mirada hacia ellos y dedicarles atención. Gracias, hermanos. Yo creo que el hacer eso solamente ya es inherentemente de bendición para nuestros niños. Lo que nosotros hemos hecho esta tarde aquí es un acto profético, no es solamente lo que se ha dicho, no, no yo creo que hay una energía espiritual que es liberada con solamente una congregación reconocer la importancia de la niñez.

Déjenme decirles otra cosa, ya voy terminando, que está en mi mente aquí y es algo muy importante: saben no solamente Jesucristo valora a los niños, sino, voy a decir algo estremecedor, Satanás valora a los niños. Satanás y sus demonios no cometen el error que comete la iglesia. Satanás invierte en la niñez. Da pena decirlo, pero es cierto, hermanos. Vivimos en un mundo en el que el diablo ha recibido libertad inclusive para entrar en la dimensión más noble, más inocente de la vida y vemos en la televisión ya anuncios que sexualizan la mente de los niños, ya usted ve las intimaciones de sexualidad en los anuncios de cosas para los niños. Vemos el consumerismo con que están siendo llenados nuestros niños de apetito por esta marca, esta ropa, ese juguete. Vemos la violencia en los juegos digitales, de computadoras. Vemos la rebeldía contra la autoridad ya metida sutilmente en algunos de los programas infantiles. Y vemos ya la semilla de la rebeldía siendo metida en los programas, la homosexualidad está siendo infiltrada en muchas maneras en los programas de televisión educativos de niños. Ya eso es una realidad y las autoridades de esta nación están muchas veces cooperando con la desensibilización de nuestros hijos en el área de la homosexualidad también. ¿Por qué? Porque Satanás valora a los niños. No solamente Jesús valora a los niños, las fuerzas del infierno que piensan estratégicamente, saben que si pueden alcanzar el corazón frágil de una criatura y meterse en su mente, así como esas imágenes de ese libro se quedaron allí plantadas como una bomba de tiempo en el corazón de Gregory, el pastor de 36 años, así mismo Satanás planta imágenes, impulsos, energías, actitudes que como una bomba de tiempo se plantan como una semilla maldita en la sensibilidad de nuestros hijos, esperando el día para explotar. ¿Qué va hacer la iglesia y qué vamos a hacer los padres?

Hermanos, ser padre es una cosa de 24 horas al día, 7 días a la semana. Diga amen y recíbalo. Hermanos, esa criatura que usted tiene ahí a su lado, o que está allá arriba, es una cosa tan preciosa que usted debe dedicarle tiempo, debe dedicarle atención, debe apagar el televisor de vez en cuando y más que de vez en cuando, esa es su prioridad. Debe sentarse a conversar con esa criatura, debe sentarse a veces a ver algún programa de televisión e interpretarle lo que está viendo para que aprenda a criticar lo que se le está tratando de vender en esa pantalla. Usted debe sacar tiempo para compartir con ellos los asuntos de la vida, para compartir la palabra de Dios. No escatime, hermanos, oportunidades de usted sembrar una semilla en la sensibilidad de sus hijos. Meche y yo muchas veces tenemos que correr de un sitio para otro, no digo esto para que digan: Oh, que gran.... ,pero a veces Meche el viernes llega de estar aquí en consejería o en otras cosas, Abigail llega de la escuela, un rato después tiene que venir aquí para el tiempo de los niños, mejor dicho de los jóvenes, el servicio de jóvenes. A veces tiene que quedarse aquí porque no vale la pena venir y volver entonces a la casa y volver a regresar, y ya 10 y pico o algo así de la noche está regresando. O el lunes para que venga... para nosotros es un gozo que esté ensayando con el grupo de alabanza y otras cosas y que invierta tiempo en la escuela, y tenemos que invertir en su educación también. Gloria a Dios que puede asistir a una escuela cristiana y que allí hay hombres y mujeres que están invirtiendo en esa niñez. Yo le doy Gloria al Señor por proyectos como el de Boston Trinity Academy y ojalá que corran otros, porque la iglesia de Jesucristo necesita invertir en la niñez. Nosotros tenemos que dedicarle tiempo a nuestros niños. Hermanos, que hoy nosotros tomemos una renovada conciencia de la importancia de valorar a nuestros hijos. Invierta tiempo en ellos. Desvélese por ellos. El tiempo de los desvelos no es solamente cuando esa criatura está gritando a los dos o tres meses por una botella de leche, es también cuando tiene 11, 10, 9 años. Algo pasa en la mente de nuestros niños cuando llegan a la edad de 7, 8 años. Algo pasa, yo hace un tiempo atrás fui a una reunión con el superintendente de escuelas de Boston y nos enseñaba una.... él mismo ni sabía lo que estaba enseñándonos en un sentido espiritual, pero nos mostraba cómo hasta cierta edad había una curva que mostraba que los niños funcionan bastante bien académicamente aquí en la ciudad de Boston, pero cuando llegan a una cierta edad esa curva comienza a bajar y a descender. ¿Qué está pasando? Que esos niños ya entran en interacción con el mundo, comienzan a ver la televisión, el mundo les comienza a hablar a ellos, porque ya pueden pagar dinero, ya pueden ser consumidores, ya el diablo sabe que su sexualidad se está despertando, su conciencia está comenzando a funcionar, su adultez está comenzando a desarrollarse en ellos y ese es el tiempo preciso, esa es la primavera para esos niños y hay que, en ese tiempo, hay que aprovecharlos, y el diablo usa ese tiempo de florecimiento para meter cosas y para dañar esa tierra.

Hermanos, nosotros tenemos que contrarrestar eso. Y usted tiene un hijo, una niña, un teenager saque tiempo, valórelo como hijo Jesucristo al orar por ellos, ore por sus hijos. Entienda que usted es un ejemplo para ellos, bueno o malo pero es un ejemplo para ellos. Entienda algo, que si usted quiere que una verdad se grave en su niño, usted va a tener que repetírsela como unas 500 veces en diferentes maneras, por lo menos 100 ó 200 veces. Ese niño va a tener que observarlo a usted en alguna manera para que esa verdad traspase a su conciencia y se convierta en algo constitutivo, algo estructural en su personalidad. No es un trabajo para cobardes ni para gente haragana, ni para gente con bajo nivel de atención. Usted tiene que hacerlo continuamente y ese es su llamado, esa es su misión, esa es su visión como hombre o mujer de Dios. Entonces hermanos vamos a cultivar nuestro jardín, vamos a atender nuestra tierra, vamos a valorar a nuestros hijos porque hay un enemigo que no duerme y él quiere esas criaturas, y usted es la única línea de defensa ahora mismo que tiene. La iglesia no es la primera línea de defensa. Quítese eso de la mente. La iglesia puede complementar lo que usted hace, pero no podemos hacer el trabajo de usted. Usted tiene que... esa criatura que Dios le ha dado valorizarla, orar por ella, imponerle mano, sacar tiempo para ella, salir de su rutina y ponerle atención como hizo el Señor Jesucristo. Amen. Gloria a Dios. Recibamos esa palabra de Dios en esta tarde y renovemos nuestro compromiso como iglesia de valorar la tierra y las plantas que Dios nos ha dado. Amen. Amen.

Hermanos, ahora pongámonos de pie. Saben que yo todavía no tengo hijos, pero tengo sobrinos y todos los hijos suyos no se... yo siento amor por ellos. Uno no tiene que ser mamá o papá para ser una mamá o un papá espiritual. Uno puede tener nietos o animar a familias jóvenes a orar por los niños. Todos aquí tenemos una responsabilidad sagrada con el Señor de cuidar los hijos que están, los niños que están en la iglesia de Jesucristo. Si están en la iglesia de Jesucristo son mis hijos y siento esta responsabilidad por ellos, así que vamos a entregarnos al Señor, vamos a encomendarnos a El, que El afirme nuestro llamado en el nombre de Jesús. Oremos juntos y yo te invito a repetir esta declaración conmigo.

Señor Jesús, yo soy un ministro o una ministra de niños. Yo voy a ser responsable, Señor. Voy a cuidar tus niños por el poder de tu espíritu santo en el nombre de Jesús. Amen.

Y padre, yo bendigo a todos los que están aquí, Señor, y yo bendigo en el nombre de Jesús los hogares de esta iglesia, Señor. Oro especialmente por padre, por madres que están solas en educar a sus hijos, te pido que les des fuerza, Señor, que les des unción, que proveas todo lo que necesitan para cumplir, Señor, el trabajo que tu le has dado, Señor. Te pido por padres, Señor, que puedan ser el ejemplo del corazón de Dios Padre, Señor. Padre te pido por parejas que están luchando, que tu les des fuerza, Señor. Y que ellos sepan que no están solos en cuidar sus hijos y educar sus hijos. Que tu les poder y unción en hacerlo. Te pido por padres que tus hijos están extraviados en este momento y ellos lloran, día y noche, no sabiendo qué hacer. Señor, tu sabes qué hacer. Señor, yo te pido que esas mamás y papás puedan confiar en ti, Señor, que puedan dejar sus hijos en tus manos, Señor, que veamos milagros, el milagro del hijo pródigo porque vivimos en la última generación cuando tu vas a estar volviendo los corazones de los hijos hacia los padres y los corazones de los padres hacia los hijos, Señor. Tu lo prometiste, que en los últimos días será una señal profética de tu venida. Hazlo aquí en esta casa, Señor. Hazlo aquí te pido, Señor y bendice el ministerio de niños una vez más. Te lo pedimos Señor, y sabemos que todo está en tus manos en el nombre de Jesús. Amen. Amen.

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Profecía para la Congregación León de Judá y el Dr. Miranda

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Quiero invitar al Reverendo Paul Taylor. El Reverendo Taylor pastorea la iglesia en inglés se llama Flame of Fire Covenant Church, Iglesia del Pacto Llama de Fuego, así que ustedes ya saben que no están bregando con una persona dormida y apagada, una iglesia muerta, sino una iglesia en fuego para con el Señor. Nuestro hermano Paul Taylor pastorea una iglesia en la South shore, en la parte sur de aquí de la región, y Dios está usando esa iglesia para levantar una unción de oración, de adoración al Señor, y él también dirige lo que se llama el North East Prayer Centre, el Centro del Noreste de Oración, y este centro fomenta la oración en esa región del noreste, y la idea es proveer recursos, proveer enseñanza, diferentes materiales que promuevan la actitud y el espíritu de la oración en Nueva Inglaterra y en la región del noreste, así que es un hombre grandemente usado por el Señor, es un amigo personal, un pastor con una visión regional. Vamos a darle un aplauso.

Alabado el Señor. Es maravilloso estar aquí hoy. Alguien me preguntó: ¿entiende usted algo de lo que se está hablando? Yo les conozco por el espíritu, no tengo que entender las palabras. Hay solamente un lenguaje en los cielos y lo hablaremos. Gloria a Dios. No importa a dónde vaya, y de hecho voy a muchas iglesias brasileñas, yo entiendo y conozco a través del espíritu. Es tan maravilloso estar hoy aquí en su presencia, pero más importante que nada es estar en Su presencia. Siento una hermosa unción en ustedes en esta mañana y ya experimentamos un maravilloso servicio anteriormente.

Vine hoy porque fui invitado pero también he venido porque he sido enviado y el ser enviados por Dios es tan importante porque yo creo que tengo un mensaje para soltar sobre ustedes hoy. Yo creo que Dios les está trayendo a ustedes a un tiempo muy especial, y yo creo que su visión es demasiado pequeña y que ustedes deben comenzar a preparase para hacer campo para mucho más: más gente, más unción, un edificio más grande, ministerios aún mayores. Hay gente sentada hoy aquí que van a ser liberadas para entrar al ministerio, algunos ministerios de iglesia y otros en el lugar de trabajo, en los lugares de trabajo. El Señor Jesús murió por el mundo y nos ha llamado a alcanzar la humanidad. Pueden decir amen.

Y por lo tanto nuestra visión debe expandirse, debe ir más allá de simplemente ir, asistir a la iglesia porque ustedes no han sido llamados simplemente a ir a la iglesia, ustedes han sido llamados a ser la iglesia. Amen. Y de nuevo le doy las gracias al pastor Roberto por darme esta oportunidad.

He estado aquí en otras ocasiones anteriormente, ustedes nos abrieron las puertas a nosotros hace un año aproximadamente cuando tuvimos una convocación de oración. ¿Cuántos estuvieron aquí en ese tiempo? Nuestro corazón, nuestro ministerio, es entrenar, equipar gente y soltarlos, algunas para regresar a sus iglesias, otras para ir a los lugares de trabajo, pero nuestro ministerio es el Centro de Oración del Noreste, se trata de intercesión profética y estratégica y en algún otro momento quizás podré volver a ustedes y hablarles acerca de lo que es la verdadera adoración y oración intercesora, qué es un verdadero intercesor. Amen. Pero tengo un mensaje diferente en esta ocasión. Yo había invitado a su pastor para que fuera con nosotros en junio al Perú y estoy mencionándoles esto ahora para pedirles que oren por nosotros. Antes hemos estado en Perú y esta será nuestro tercer viaje allá, esta vez al ir en junio los locales, los nativos de la iglesia peruana nos han pedido que vayamos para enseñar y entrenar a sus pastores y líderes en el área de la intercesión para el propósito de tomar la tierra.

¿Cuántos de ustedes saben que hemos sido llamados a tomar y a poseer la tierra? A tomar y poseer territorio. Nosotros somos un pueblo de gente que posee la tierra. Estamos cansados de que el diablo esté arrebatándonos las cosas. Y es tiempo de nosotros arrancarle al diablo lo que se ha robado. Así que el Señor ha abierto la puerta, y nosotros pensábamos, bueno, es una puerta pequeñita, pero se ha hecho una puerta bastante grande. Estamos pensando quizás unos cien pastores y líderes allá en Perú, precisamente le di a su pastor un panfleto que ellos nos enviaron, una especie de anuncio que ellos enviaron y estamos pensando ministrarle a unos trescientos a quinientos pastores y líderes, a través de denominaciones, y actualmente han alquilado un lugar para unas mil personas. Y de eso se trata cuando yo hablo de expandir nuestra visión. Estamos creyéndole al Señor para una capacidad de remover los cimientos de la nación de Perú. ¿Creen ustedes que lo podemos hacer? Yo creo también que si es posible, especialmente al unirnos unos a otros y orar juntos. Nosotros hemos estado orando por sus proyectos de construcción y sabemos que ya tienen la victoria. Amen.

¿Tenemos algún peruano aquí en esta mañana? Vamos a estar yendo a la ciudad de Iquitos y esto es durante los tiempos más sagrados del calendario en Iquitos. Así que necesitamos su oración, su cobertura de oración. Ellos tienen allí una fiesta de tres días al dios del sol y nosotros vamos a tener también nuestra propia fiesta al Hijo. Es un juego de palabras entre Hijo y sol, y estamos creyendo cosas grandes y poderosas.

Y también tengo una series de CDs para ayudarles a hacer esa transición de mentalidad de iglesia a mentalidad del Reino, porque Dios nos ha llamado a todos a ser parte del Reino de Dios. ¿Cuántos saben que Dios les ha llamado a ustedes para construir su iglesia, edificar su iglesia? No solamente León de Judá, sino la iglesia de Jesucristo. Por eso es tan importante y maravilloso para mi estar aquí hoy con ustedes porque hay una unción increíble sobre su pastor y sobre esta iglesia y al unirnos todos, nosotros podremos impactar esta región para el Reino de Dios.

Uno de los mensajes aquí en este set les va a enseñar que hay cosas que Dios no puede hacer porque El se las ha delegado a ustedes para que las hagan. Amen. De la misma manera que el rey David no pudo construir el templo, sino que su hijo Salomón fue quien lo construyó. La palabra de Dios dice que porque David “era un hombre de sangre”, había derramado mucha sangre. ¿Cuántos recuerdan que el Señor Jesucristo también fue un hombre de sangre? Derramo, de hecho, su sangre por ti y por mí. Y el Señor no puede edificar él solo su iglesia, sino que nos ha dado a nosotros que edifiquemos su iglesia. Pueden decir Amen a eso. Y así como David venció a todos sus enemigos, él sometió a sus enemigos y le proveyó a Salomón todos los materiales para la edificación del templo. Como sabemos él le dio a Salomón todo lo necesario para edificar el templo. Y de esa misma manera, Jesús también ha sometido bajo sus pies a sus enemigos y El ha provisto todo lo que ustedes necesitan, todo lo que yo necesito para edificar su iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y esto les va a ayudar.

Bajemos nuestras cabezas por un momento y pidámosle al Señor que venga y bendiga este tiempo. Porque Dios va a hacer algo muy especial en esta tarde. Yo he sido enviado con un mensaje y le doy tantas gracias al Señor porque El habla a nuestros corazones. Porque no fue hasta esta mañana que el Señor abrió mis ojos para entender su imagen más amplia que El tiene, sus planes más amplios de por qué El me trajo aquí hoy. Así que Señor hoy pedimos, espíritu santo desciende, prepara nuestros corazones, abre nuestros oídos para escuchar y ver lo que tu quieres hacer hoy, no solamente hoy sino hasta el día en que tu vengas a nosotros, hasta que tu termines la obra que tu has enviado a hacer. Señor pedimos ahora mismo para que el espíritu santo se sienta sobre cada persona en este lugar, así como cantamos en esta mañana “abre los ojos de mi alma, abre los ojos de nuestra alma, Señor, que podamos verte. Deseamos verte en este día, en el nombre de Jesús. Amen.”

Quiero primero llevarles a Apocalipsis, Capítulo 15. Dios quiere soltar sobre ustedes una unción, una dotación de poder sobre ustedes. Muchos de ustedes quizás ni siquiera lo sepan que su pastor recientemente ha sido apartado como uno de los Apóstoles de la ciudad de Boston. ¿Cuántos sabían esto? Y Dios me ha llamado para venir a ustedes hoy para un tiempo como este para soltar y declarar este mensaje para que ustedes puedan reconocer la unción y el llamado sobre la vida de su pastor, pero para que ustedes también reconozcan la unción que hay sobre sus vidas individuales. Este hombre solo puede ir hasta donde ustedes lo ayuden a llegar. El y su esposa, me alegro tanto de que ella esté aquí en esta tarde, y vamos a imponer nuestras manos sobre ellos al final del servicio y vamos a pedir la unción de Dios que descienda en forma poderosa porque Dios les ha separado a ustedes. Hay un propósito detrás de ese nombre León de Judá, vemos que la tribu de Judá siempre iba adelante en la guerra en el Antiguo Testamento. Juda es una tribu apostólica, con una unción apostólica, y se llama eso la unción que quebranta, la unción que rompe. Una unción que permite derribar y romper las filas del enemigo y liberar a los cautivos. Y quizás ustedes ni lo sabían, pero a eso les ha llamado Dios. Yo quiero que ustedes entiendan esto hoy, que con esta unción tienen también una gran responsabilidad y ustedes pueden hacerlo, pueden lograrlo. Dile a la persona al lado tuyo: podemos hacerlo. Cuando usted se miró en el espejo en esta mañana, ¿qué vio usted allí? No lo digan.... Quiero que se entrenen, se acostumbren cuando ustedes se miren en el espejo cada mañana que usted pueda decir: hombre, mujer poderosa de Dios. Vamos a ver practíquenlo, practíquenlo. Hombre, mujer poderoso de Dios.

La palabra de Dios dice que según un hombre o una mujer piensa, así es. Amen. Así que usted tiene que continuamente declarar “Yo soy un hombre, una mujer poderoso de Dios”. Pero no me siento como un gran, poderoso hombre o mujer de Dios. Nosotros no caminamos por sentimientos, nosotros caminamos por fe, por lo que Dios ha declarado. No caminamos por lo que dice el hombre ni por lo que dice nuestro papá o nuestra mamá. No caminamos por lo que la gente nos ha dicho que somos en nuestra vida. Vamos a romper algunas cosas en este día. Caminamos por lo que Dios declara. Dios dice que tu eres un hombre o una mujer poderoso de Dios. Tu no eres débil, tu eres fuerte. Has sido llamado a ser la cabeza no la cola. Has sido llamado a estar encima y no por debajo. ¿Me entienden hoy? Vamos a romper esa mentalidad derrotista porque esta iglesia va hacia delante, hombre y mujer de Dios van hacia delante y ellos necesitan gente victoriosa detrás de ellos. Y por lo tanto Dios va a hacer eso en este mañana.

Allí en Apocalipsis, 11:15, y la palabra del Señor declara: El séptimo ángel sonó la trompeta y hubo altas voces en los cielos diciendo los reinos de esta tierra han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo y El reinará por los siglos de los siglos, y El reinará por los siglos de los siglos. Yo les voy a dar una imagen profética en esta mañana de dónde nos encontramos actualmente como la iglesia de Jesucristo, yo les estoy diciendo lo siguiente, los Reinos de Dios están comenzando a alinearse y los reinos de este mundo van a doblar sus rodillas al reino de nuestro Dios y de Jesucristo. Toda rodilla doblará, toda lengua confesará que El es el Señor. Eso es lo que Dios está preparando a su pueblo para hacer.

Ok, vamos ahora a segundo de Samuel, en el segundo Capítulo de segunda de Samuel, en el primer versículo. ¿Cuántos de ustedes conocen la historia del rey David? Les voy a dar un poquito de trasfondo rápidamente. Es importante entender lo que estaba tomando lugar en ese tiempo histórico. Antes de ese momento que describe aquí, los hijos de Israel tenían un fuerte deseo de ser como las demás naciones, así que le dijeron al profeta Samuel: danos un rey. Samuel sintió luto y se dolió por esto, porque él pensaba y les dijo Dios es su rey. Y ellos dijeron: no, de ninguna manera queremos ser como las demás naciones a nuestro alrededor. Y yo estoy aquí para decirles hoy, no somos como las demás naciones. No somos como las demás gente. No estoy hablando ahora de América, sino de el Israel espiritual que somos nosotros. Ustedes no son simples hombres y mujeres, ustedes están llenos del espíritu santo y de poder. Ustedes han sido dotados con autoridad y con poder y ustedes son llamados para construir el Reino de Dios. Así que vemos que Israel escogió a un hombre, su nombre era Saúl. Saúl en el hebreo original quiere decir “pedido”. Ellos le pidieron y recibieron a Saúl. Sin embargo si estudiamos la escritura vemos que Saúl es un tipo, una representación de la religiosidad. Saúl representa en la Escritura lo que el hombre solamente puede hacer y por un breve tiempo Saúl sirvió al Señor, pero vemos que la religión está hecha para el hombre no para Dios. Saúl tenía un fuerte deseo de agradar más al hombre que a Dios así que lo vemos deslizarse, se apartaron de Dios Israel y Saúl, y Dios entonces le habló al profeta Samuel y le dijo: ve, y escoge a otro hombre, un hombre conforme a mi corazón que me ha de servir con todo su corazón y por lo tanto Samuel fue y ungió a David. David es el único personaje en la Escritura del cual se dice que su corazón era como el corazón de Dios. Y cuando David entra a la escenario, Saúl vemos que siente un fuerte celo de David.

La iglesia religiosa siempre sentirá celos de la iglesia unida. Los religiosos siempre perseguirán la iglesia verdadera de Dios, la gente de Dios, el pueblo de Dios. Así que finalmente llegamos a este punto aquí en la Escritura. Saúl muere, Saúl es matado por el enemigo. Yo estoy aquí para decirles que la religión está muriendo, la mera religión está muerta, la gente ya está cansada de la religión, ellos quieren una relación con Jesús. Quieren hombres y mujeres que tengan un corazón para con Dios. El reino de Saúl tiene una forma de piedad pero niega el poder de ella. La gente en el mundo están cansados de iglesia, no quieren iglesia. Quieren algo que cambie sus vidas. Les digo hoy, mis hermanos, que Dios está reavivando su iglesia, está llamando a sus hombres y mujeres y ellos simplemente no tendrán una mera forma de piedad, sino como dice el Apóstol Pablo: no vengo en palabra solamente, sino en poder. Y Dios está levantando un pueblo como ustedes. Digo como ustedes, digo hombres poderosos de Dios que hagan cosas grandes para el Señor. ¿Creen eso? Deben, tienen que creerlo. Amen.

Así que vemos que Saúl muere y cuando Saúl muere, David se acerca al Señor y consulta y dice: ¿subiré a ellos, a sus enemigos? Y Dios le habla al corazón de David y le dice: sí, sube. Podemos leerlo allí en el versículo uno del Capítulo 2, Segunda Samuel: “Dios le dice: sube y David le pregunta: “bueno, ¿a cuál ciudad voy?, y Dios le dice “Ve a Hebrón”. Y yo les voy a pedir que hagan un pequeño estudio ahora. Cuando ustedes vayan a sus casas quiero que le pregunten a Dios, ¿por qué a Hebrón específicamente? Y yo les voy a dar un poquito de información pero hay mucha más información sin embargo. ¿Cuántos saben que hay que excavar hondo, hay que entrar profundo en la palabra de Dios para encontrar el verdadero significado de lo que Dios quiere decir. ¿Por qué no por ejemplo Jerusalén, o Betél? ¿Por qué no Gabaón? Había muchísimas ciudades en Israel. ¿Por qué específicamente Hebrón? Y les voy a decir por qué.

Hebrón en el hebreo original quiere decir el lugar de asociación o compañerismo, es el lugar de compañía, de comunidad, compañerismo. Y en Hebrón, Abraham, Isaac y Jacob fueron sepultados. Hebrón también históricamente fue la ciudad que se le entregó a Caleb. Caleb fue uno de esos doce espías enviados por Moisés que regresó con su reporte, con Josué también, ¿recuerdan?, y estos hombres dijeron: sí, podemos tomar la tierra. Caleb era un hombre de un espíritu diferente a los demás. Espero que ustedes entiendan en qué dirección estoy yendo aquí. Hay una necesidad de que la iglesia verdadera vaya otra vez a Hebrón. Hay una necesidad de que cada uno de nosotros vayamos a Hebrón, antes de ir a Jerusalén, esa ciudad de paz, primero hay que ir a Hebrón antes de Jerusalén. Hebrón es el lugar de fe sinergística, es decir poderosa, concentrada. Es el lugar donde recibieron las promesas Abraham, Isaac y Jacob. ¿Entienden hoy lo que estoy diciendo?

Cada promesa que recibió Abraham es mía también. Cada promesa de Jacob es mía también. El espíritu de Caleb es mi espíritu también. Dios está buscando un pueblo que se levante hoy actualmente y que diga también: nosotros también podemos tomar la tierra. Y decimos otra vez: podemos tomar la tierra, nosotros podemos tomar la tierra. Dios está llamando a esta iglesia para que sea una iglesia ungida de Dios, con un pastor, una pastora ungido de Dios, con un pueblo que crea que las promesas de Abraham, Isaac y Jacob son mías también, así como el le prometió a Abraham las naciones, así también le ha prometido a usted las naciones, como le prometió a Caleb la ciudad, así también te ha prometido tu ciudad. Escúchame, el diablo no nos puede detener. Nosotros nos paramos sobre la palabra de Dios hoy, y ese espíritu igual, que levantó a Cristo de los muertos, también mora dentro de mi, y mora dentro de ti.¿Tu sabes dónde está el Reino de Dios? Adentro de nosotros. Está dentro de ti, el espíritu de Dios no está allá afuera, todo el mundo anda buscando el espíritu del Señor allá afuera en el exterior. Les estoy diciendo el espíritu santo, el Reino de Dios está en usted y Dios está esperando que usted le de curso, lo libere y nosotros libertamos ese espíritu por fe.

Nosotros transferimos el cielo a la tierra por medio de la moneda de la fe. Amen. Y así por lo tanto Dios está tratando de ayudarte en esta mañana. Yo quiero edificar tu fe, yo quiero animarles en su corazón, yo quiero que conozcan sin lugar a dudas que ustedes son llamados, que ustedes son apartados y que hay una unción y una autoridad en su vida para hacer todo, absolutamente todo lo que El ha puesto en su corazón. Escúchenme, hay muchos de ustedes que han estado soñando sueños, algunos tienen visiones de cosas que ustedes quieren hacer para Dios. El reino de Saúl siempre le estará diciendo que eso es ambición, que necesitas callarte, les va a decir que no puedes hacer eso la religión, pero ese no es el Reino de Dios. El espíritu del Dios viviente nos da sueño para que soñemos y el espíritu de David se está levantando en su iglesia y está diciendo todo lo que has recibido y lo que te he hablado lo puedes hacer. Esos sueños vienen de Dios. Y digo otra vez, esos sueños vienen de Dios. No dejes que el diablo te diga que no son de Dios.

Algunos piensan que quizás esos sueños vienen de haber comido demasiado arroz, por ejemplo, en América decimos pizza, pero eso no es cierto. ¿Cuántos saben acerca de esos 7 años que David estuvo huyendo de Saúl? En esos 7 años de huida él ya había sido ungido anteriormente como rey, estudien la vida de David. Sus hermanos se acercaron y le dijeron: “¿Cómo te atreves? ¿Qué estas haciendo? Tu eres una persona mala. Eres simplemente un mero soñador. Eres un simplemente un pastorcito, ¿dónde están las ovejas?” ¿Entienden a lo que me estoy refiriendo? El enemigo va a tratar todo lo posible por aplastarte, disociarte. Pero David sabía dentro de su corazón que él había sido escogido. Amen.

Y yo quiero que ustedes sepan, ustedes han sido elegidos, ustedes son un sacerdocio real, una persona de poder, un hombre poderoso, una mujer poderosa y tu has sido llamado a hacer grandes hazañas, digo hazañas, digo mucho más de lo que tu puedes lograr . Quiero retarte en este día, nosotros vamos a liberar, a declarar la unción de Dios en unos minutos, y te digo tienes que dejar de hacer lo que estás haciendo. Repito, debes dejar de hacer lo que piensas que solamente puedes hacer y tienes que comenzar tratando de hacer solamente aquellas cosas que Dios te ha dicho que puedes hacer. Amen. Cuando tu haces simplemente lo que eres capaz de hacer Dios no recibe ninguna gloria, pero cuando te sales de tu zona de confort y haces lo que solamente Dios puede hacer, entonces Dios recibe toda la gloria. Es hora de que la iglesia se meta en esa dimensión de Dios y las cosas mayores de Dios, las cosas de la fe. Amen.

Ahí vemos el versículo uno del Capítulo 3 de Segunda de Samuel. Les estoy diciendo, mis hermanos, que el reino de David cada día se pone más y más fuerte y esa Escritura dice que el reino de Saúl se debilitaba cada día más. Les estoy diciendo, hermanos, la iglesia sobre la cual Dios está soplando, la iglesia que tiene el corazón de Dios es una iglesia davídica, es una iglesia adoradora, es una iglesia en fuego, con una llama de fuego, es una iglesia León de Judá, es la iglesia sobre la cual Dios está soplando en este tiempo. Esta iglesia se está haciendo más y más fuerte. El reino de Saúl está decayendo más y más. Ahora escúchenme esto, lo siguiente: cuando Saúl murió David no se regocijó. David más bien guardó luto y se entristeció por la muerte de Saúl. Así que no estoy diciendo estas cosas para que la iglesia carismática o pentecostal o evangelística que está creciendo y ganando ascenso vea a las demás iglesias y se ría de ella y diga: bueno, que te pase. Cada vez que vemos que una iglesia más se cierra, nosotros tenemos que llorar y guardar luto. Tenemos que gritar. David guardó luto pensando en lo que Saúl hubiera podido llegar a ser, no se gozó por lo que había sucedido. ¿Me están escuchando hermanos?

 

Escúchenme, este es un buen ejemplo para ustedes se están gozando de los fracasos y los fallos de sus enemigos en vez de llorar por lo que hubieran podido ser. ¿Me entienden lo que estoy diciendo? Hay gente en su trabajo, sería simple gozarse por su fracaso, quizás le ha perseguido, por ejemplo, o se han reído de ustedes. No podemos gozarnos de eso, sino llorar por su fracaso o su derrota porque cuando nosotros lloramos Dios se mueve. Porque la misericordia triunfa sobre el juicio. Y nosotros debemos decir: ahí voy yo, excepto por la gracia y la misericordia de Dios. Así que David sube a la ciudad de Hebrón, una tribu y solamente una tribu escoge a David, 11 tribus se quedan con el reino de Saúl. Esa única tribu es.... ¿quién sabe? Juda. Amen. La tribu del León de Judá. Judá solamente escoge a David. Yo creo, hermanos, que hay un simbolismo profético en ese texto. Los líderes de esta ciudad han escogido a su pastor para ser Apóstol en esta ciudad y él pastorea la iglesia León de Judá. Judá tiene que ir siempre primero. Judá, ustedes, ustedes deben ir primero. Es tiempo de que te levantes Judá. Es tiempo de escoger Judá. ¿En cuál reino va usted a vivir? Es muy fácil permanecer en el reino de Saúl. Allí uno no recibe ninguna presión en el reino de Saúl. Uno puede simplemente estar tranquilo, sentado en el reino de Saúl. Pero cuando usted se une al reino de David, ese es un reino de una nueva unción, es un reino de tomar territorios, es un reino donde hay un equipo ganador. Yo les voy a decir algo, estos tipos no van a perder. Ellos salen a jugar para ganar. Dios está llamando al equipo de Judá para levantarse y para apartarlos bajo un líder davídico, un líder apostólico en esta región para que ustedes lo apoyen. Y hay cinco cosas que el Señor va liberar sobre esta casa en este día. Ya estamos terminando.

Primero de Crónicas, Capítulo 12:23. Cinco cosas que vemos, que Dios le entrega a David mientras él se encuentra en Hebrón durante 7 años y medio solamente una tribu totalmente reconoce a David como rey, pero durante ese período de 7 años y medio 340.000 hombres vienen de las otras 11 tribus reconociendo la unción que hay sobre David. Yo les estoy diciendo hoy, ellos están reconociendo la unción que hay sobre ese hombre. Les estoy diciendo hoy que vienen, estoy diciendo que vienen esa gente, dile a tu compañero vienen, esos guerreros vienen del reino de Saúl. Dios está moviéndose en sus corazones ahora mismo, hay gente ahora mismo que está esperando para ser liberados para que puedan entrar al reino de David, para seguir ese orden davídico, esa unción davídica porque es ese reino el que está siendo restaurado hoy. Pueden decir amen.

Ustedes pueden leerlo en el Libro de Hechos. Hay un tabernáculo que Dios está reedificando, no es el tabernáculo de Moisés, no es el templo de Salomón, es el tabernáculo de David. Para un tiempo como este, por favor manténganse un momento con nosotros. Hay 5 dones, Dios quiere soltar 5 dones en tu vida para que esta iglesia pueda ir hacia delante para que tu también puedas hacia adelante. ¿Cuántos creen que hay un destino que Dios tiene sobre tu vida? Tu tienes un destino, tienes un propósito. Tu necesitas esta unción para alcanzar ese destino y eso es exactamente lo que yo hago. De eso se trata todo nuestro ministerio, una impartición de unción para ayudarte a alcanzar tu destino, enseñando la palabra de Dios de manera que tu seas equipado para alcanzar el destino que Dios tiene para ti.

Mira allí en el versículo 23. Dice allí: y este es el número de los principales que estaban listos para la guerra y vinieron a David en Hebrón para traspasarle el reino de Saúl conforme a la palabra de Jehová. Yo estoy parado aquí con una gran confianza, que estas no son mis palabras, estas palabras son conforme a la palabra del Señor. ¿Por qué sucedió que ese reino de Saúl vino hacia el reino de David? Porque se trataba de la palabra de Dios. Y yo les estoy dando la palabra de Dios en este día. Va a suceder asimismo. Digo va a suceder así. ¿Lo creen ustedes?

Cinco cosas comenzando con versículo 23. lo primero que Dios está soltando en esta casa León de Judá, guerreros, guerreros. Dios está liberando guerreros a esta casa. Ahora, escúchenme ustedes, hay que entender que nosotros estamos en guerra. He dicho hermanos estamos en guerra. ¿Cuándo comprenderá la iglesia que estamos en una guerra? Satanás está robando nuestros hijos, él está tomando nuestra tierra, está arrebatando y arropando nuestras escuelas, y la iglesia allí impotente, inactiva, sin saber qué hacer. Yo les estoy diciendo, hay un David que se está levantando. Hay un David que se está levantando, quizás su nombre puede que sea Roberto. Pero hay un David, un movimiento davídico levantándose y Dios está diciendo, estamos cansados de estar inactivos. Estamos cansados de que los filisteos tomen nuestra tierra. Estamos cansado de Satanás robando a nuestros hijos. ¿Están conmigo en esta mañana? Es tiempo de que el espíritu guerrero se ponga de pie, y ese espíritu está siendo liberado sobre tu vida en este día. ¿Lo vas a recibir? ¿Eres capaz de recibirlo? ¿Vas a recibir el espíritu del Dios viviente? Es un espíritu de guerra que dice las puertas del infierno no prevalecerán contra la iglesia. Dios está retornando en espíritu para una iglesia victoriosa sin mancha, sin arruga.

Número 2, versículo 27. Asimismo Joiada, príncipe de los del linaje de Aarón, y con él 3700. Versículo 28: y Sadoc, joven valiente, y de la casa de su padre con 22 de los principales. Más adelante Sadoc se convierte en el sumo sacerdote del reino de David y yo les estoy diciendo, mis hermanos, ustedes son una casa de sacerdotes, ustedes son una casa de intercesores. Los sacerdotes interceden, los sacerdotes van al muro y claman. Los sacerdotes se paran en la brecha y ellos declaran: no pasarás más adelante. Los sacerdotes eran los adoradores que David estableció en su tabernáculo. Así que lo segundo que Dios está desarrollando en su iglesia es adoradores, sacerdotes adoradores. Esta iglesia es una iglesia adoradora, es su adoración lo que ganará la guerra. Fueron los adoradores de Josafat que derrotaron al enemigo. Usted tiene que entender la naturaleza guerrera de su adoración, así que conviértase en un adorador. Les digo, conviértete en un adorador. Enfermos de amor por el Señor Jesucristo, apasionados por Jesús. Adórenlo con todo su corazón.

Número 3 ahí en el versículo 32: De los hijos de Isacar que sabían interpretar los tiempos, entendidos en los tiempos y que sabía lo que Israel debía hacer. De los cuales había 200 y todos sus hermanos estaban bajo su mando. Hermanos, Dios está declarando sabiduría sobre esta casa. ¿Cuántos necesitan sabiduría hoy?

Salmo 24:3, dice: la sabiduría edifica la casa y a través de la ciencia es establecido. Dios está declarando sabiduría sobre ustedes. Sabiduría para estrategia. Sabiduría para entender los tiempos y las sazones. Tiempo para saber cuando moverse y cuando estar detenidos. ¿Están entendiendo lo que les estoy diciendo? Dios nunca se tarda ni se adelanta. Debemos movernos in sincronía en el tiempo de Dios. Eso solo se discierne por medio del conocimiento de Dios, la sabiduría divina.

Y el cuarto don allí en el versículo 33: De Zabulón 50.000 que salían a campaña prontos para la guerra, expertos en toda clase de armas de guerra, dispuestos a pelear sin doblez de corazón. Dios está soltando armas, hermanos en este lugar. ¿Cuántos de ustedes dicen, yo soy una de esas armas? Vamos, jóvenes, ni siquiera se dan cuenta de esto. La palabra de Dios dice que los niños son como flechas porque en las manos de un hombre poderoso. Ustedes son las armas. Ustedes son las armas. Dios está soltando armas en esta casa. Está trayendo gente a esta casa. Ustedes van a convertirse en expertos en lo que hacen. Ustedes van a aprender computadoras, análisis científico, artes gráficas, carpintería y albañilería, abogados, amas de casa. Gloria de Dios, amen, amas de casa. Una de mis mayores intercesoras son amas de casa. Así que esposos liberen a sus esposas. Suéltenlas, les digo. Que se conviertan en armas en las manos de un Dios poderoso. Que sean soltadas. No hay nada como la oración de una madre. Son efectivas y poderosas y llegan al blanco. Dios está soltando armas en este lugar.

Y el último don en el versículo 40, dice la palabra del Señor: que el Señor soltó abundancia al reino de David. Vinieron de Zabulón y de otras partes y trajeron todo tipo de mercancías en gran abundancia porque había gozo en la casa del Señor. Dije porque había gozo en la casa del Señor. Dios está soltando riqueza, abundancia en su casa. Les digo de nuevo, Dios está soltando abundancia. ¿Cuántos quieren abundancia, cuántos quieren riqueza? Póngase de pie. Esa riqueza vendrá a través de usted. Ahora, lo que deben entender. ¿Cuántos de ustedes conocen la Escritura? La palabra de Dios declara que el está desplazando, moviendo la riqueza de los impíos a las casas de los justos. ¿Cuántos creen eso en esta tarde? Amen. ¿Cuántos creen que los malos simplemente van a venir y le van a entregar su dinero así por así? No pasará exactamente. Si ustedes estudian la palabra riqueza es la palabra hebrea chaiel, que quiere decir influencia. Yo les digo que Dios les va a aumentar su nivel de influencia. Dios les va a promover. Dios les va a promover a posiciones estratégicas.

Dios está levantando a Josés en esta casa que van a ser ubicados en la casa del faraón. Escucha, para un tiempo como este, Dios está levantando Danieles, llenos de sabiduría y va a haber un cambio, un desplazamiento de influencia. No solamente quiere decir esa palabra influencia, sino que también quiere decir los despojos de la guerra. Amen. Yo estoy listo para recibir esos despojos de guerra. Yo estoy listo para poseer el territorio del enemigo porque todo lo que tiene ese territorio es mío, me pertenece. Vamos dilo, amen, me pertenece. Es mío. El diablo ya hace tiempo que lo robó ........., ahora viene un cambio, un desplazamiento. El está trayendo guerreros a esta casa. Está trayendo adoradores a esta casa. Está trayendo sabiduría a esta casa. Está trayendo armas a esta casa. Y está trayendo riqueza, abundancia también a esta casa.

Si usted lo cree, levante sus manos. Levanten sus manos. Yo voy a hacer una oración y yo creo que Dios me ha enviado aquí hoy para liberar esta palabra. Esto es solamente el comienzo. Digo lo mejor está todavía por delante de ustedes. Hay muchas buenas cosas por delante. No se satisfaga solamente con lo que tiene ahora mismo porque Dios tiene grandes cosas para usted. Padre, ahora mismo digo esta palabra profética sobre esta iglesia, sobre este pueblo porque esta son gente especial. Estas son gentes grande y ellas recibirán el territorio. Recibirán todo lo que apliquen sus manos. Yo suelto el don de fe sobre ellos, sobre esta iglesia, sobre este cuerpo para que comiencen a creer que hay cosas mayores delante de ellos, que ojos no han visto, ni oídos han oído, ni les ha entrado a la mente de sus corazones, las cosas que Dios ha preparado para ellos. Y Padre ahora mismo te suplico, suelta las cosas que tienes en tu corazón guardadas para ellos, suelta las cosas en tu corazón y empieza a declararlas y depositarlas sobre este pueblo.

Padre para cada persona que se encuentra desalentada, envía esperanza hoy. Suelta fe para creer, dales ojos para ver, oídos para oír, y un corazón que pueda entender. Que puedan entender que están en un tiempo que ha habido un desplazamiento ya, y que ellos reconozcan esa unción, que ellos han sido traídos a este lugar León de Judá, a esta iglesia porque han sido atraídos por ti. No hay ni un solo error aquí en esta mañana, ni un solo error, tu no estás aquí por equivocación, estás aquí porque Dios te ha llamado. Tu estás aquí para levantar los brazos de este hombre, tu estás aquí para tener una unción quebrantadora, para tomar el territorio. Y la ciudad de Boston, en el estado de Massachussets, en toda esta región de Nueva Inglaterra, y aún en los Estados Unidos, y Dios te ha dado las naciones.

Ahora mismo Dios dice: pídeme y recibirás. El está esperando que tu le pidas. Lo único que tienes que hacer es pedir. Oh, Señor yo quiero ser un guerrero. Yo quiero ser un adorador. Yo quiero tu sabiduría. Yo quiero armas que lleguen a mi vida. Hazme un arma hoy, Señor. Libera influencia y riqueza y yo he de usarla para tu reino. Y Dios dice: ahora es tuyo. Ahora mismo, tu lo tienes. Es tuyo ahora. Gózate, regocíjate y recibe la bondad del Señor. Amen. Amen. Gloria al Señor. Gloria a Dios. ¡Aleluya!

Vamos a pedirle a sus pastores que pasen aquí adelante, esta mañana les ungimos en primer servicio. Es muy, muy importante, así como Israel o Judá reconocieron la unción de David. ¿Me escuchan? Es un reconocimiento, en ese reconocimiento hay una soltura de la unción para que David sea rey. Hoy los líderes de esta ciudad han reconocido a su pastor como un Apóstol y es importante ahora que ustedes reconozcan a su pastor y su esposa como líderes en esta región. Y mientras nosotros oramos la unción de reconocimiento va a ser soltada sobre su vida. El no sabía que yo venía a hacer esto en este día, yo mismo no sabía que iba a hacer esto en este día hasta esta mañana. Pero este es un momento crítico importantísimo para esta congregación porque ustedes saben que Dios ha llamado a esta congregación a algunas cosas muy importantes. Nosotros no hacemos alarde de nosotros mismos, todo es en El, su gracia.

El presidente Bush dijo lo siguiente: al reconocer al equipo de fútbol los Patriotas de Nueva Inglaterra en la Casa Blanca, él les dijo: saben los patriotas, los Patriots, se les reconoce por el espíritu de equipo, no hay allí ninguna súper estrella, sino que todos trabajan como un solo equipo, juntos. Pueden decir amen. Y ese es el cuerpo de Cristo. Y el presidente Bush dijo lo siguiente: cuando la gente escogen trabajar junta para algo mayor que ellos, todo el mundo gana. Todo el mundo resulta ganando.

Este cuerpo, ustedes han escogido trabajar juntos para algo que va más allá de cada uno de ustedes. Y yo les digo en este día, que esta iglesia va a impactar esta ciudad, va a impactar este estado, esta región, se escuchará de ella, sale un sonido de aquí y David ha sido ungido y el pueblo ha de venir. Digo, esa gente viene ya.

Vamos a orar. Pasen los líderes y el pueblo. Vengan, acérquense aquí. Amen. Vamos a enfocarnos en el Señor. Sígannos enfocados. Los invito, hermanos, pasen. Vamos a orar por los pastores, vengan. Me siento como Samuel hoy. Unción sobre un rey, unción sobre un hombre y mujer de Dios. Suelta, Señor, suelta..... de Dios que está dentro de ti, que se junte en una fe unida, como la fe de Abraham, Isaac y Jacob, David se unió a su fe, y así hoy nuestra fe se está uniendo y se está soltando y podemos hacer más en unidad de lo que podemos hacer aparte. El poder de la sinergia, la unidad. Una llama puede dar luz para miles, dos para diez mil, no para dos mil. Vamos a orar.

Padre, en el nombre de Jesús unjo a este hombre y su esposa. ¡Aleluya! Como se han humillado ante ti, Señor. Señor, han estado dispuestos a pagar el precio, como siguen humildes delante de ti, yo suelto una unción mayor sobre ellos, no solamente unción de sacerdocio, sino unción de reino, autoridad para llegar contra el enemigo, estrategia para que se suelte en esta región y en tu reino, Señor. Señor hacen guerra para ti, hacen guerra en el nombre tuyo, hacen guerra en tu nombre, Señor, para tu reino Señor, y en la misma manera que David siguió adelante y venció a sus enemigos, en la misma manera hoy, declaro que todos sus enemigos, todos los enemigos del Reino de Dios caerán ante el ministerio de este hombre y mujer de Dios. Ruego que tu unción esté sobre él para tomar la tierra para reclamar todo lo que tu le has dado, Señor, se suelta hoy. Estamos en unidad, en un acuerdo hoy. Tu dices que donde están 2 o 3 unidos en tu nombre en fe, creyendo, tu lo harás. Te damos gracias Señor en el nombre de Jesús te pedimos. Amen.

Pastor Roberto, es tiempo de extender, yo veo ríos, grandes ríos fluyendo, no solamente estás destapando pozos, hay un rio también que se está soltando. Dios dice que no es solamente que hay pozos que se destapan, sino de tus entrañas van a fluir ríos de agua viva. En este día un río se está soltando, un río no solamente un pozo, un río para ti y tu esposa. Señor pedimos protección sobre esta pareja. Señor, protección, en esta casa, levanta guerreros de oración en esta casa, levanta intercesores, que estén en la muralla, que den protección alrededor del pastor y su esposa y su familia hoy, Señor, y yo te digo Satanás, tu estás negado acceso a esta pareja. No tienes permiso, no vas a entrar ahí, no vas a dañar el plan que Dios tiene para ellos en esta casa en el nombre de Jesús y todos decimos juntos. Gracias Señor.

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II Corintios 9:6

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Vamos a la palabra del Señor. Quiero compartir con ustedes en unos 30 minutos que nos quedan, la Segunda Carta del Apóstol Pablo a los Corintios. Allí en el versículo 6, dice el Apóstol Pablo: “.... pero esto digo el que siembra escasamente también segará escasamente, y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno, digan todos, cada uno, ve como propuso en su corazón no con tristeza ni por necesidad porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia a fin de que teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.”

Y déjenme ahora leer en español solamente para adelantar el proceso. Esta es la esencia, lo que acabo de leer de lo que voy a predicar. Dice “.... como está escrito, repartió, dio a los pobres su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra y pan al que come proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia para que estéis enriquecidos en todo, para toda liberalidad la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.” Bendiga el Señor su palabra.

En estas últimos semanas hemos sacado el tiempo de las predicaciones para, como ustedes han visto, establecer un fundamento bíblico para esta campaña financiera que estamos llevando a cabo. Al levantar dinero para cualquier causa hemos querido seguir un patrón bíblico al hacerlo. Hemos querido honrar al Señor y su espíritu y no hemos querido usar de técnicas de manipulación mental o emocional. También hemos querido levantar su nivel de fe y su visión. No hemos querido tanto levantar dinero para un edificio de ladrillos y acero, sino más bien para la misión que ese edificio ha de hacer factible.

Samuel decía en una predicación hace poco, que Dios no estaba levantando tanto un edificio como un pueblo. Y también otro de los principios que hemos querido seguir es que al darle al Señor para esta causa en particular, en realidad lo que estamos haciendo es entrando en un patrón de vida. El darle al Señor no es tanto un acto como un estilo de vida. Es algo que hacemos continuamente al ver cómo Dios nos bendice al ser generosos para con El y su reino. Hay gente que quizás dice: pero, pastor, ustedes están hablando demasiado acerca del dinero. Nosotros lo que hacemos es establecer un proyecto y entonces hemos tratado de concentrar nuestras energías por un tiempo para sacar adelante ese proyecto. El Señor Jesucristo habló en muchas ocasiones acerca del dinero. El no tenía temor en usar las posesiones y el dinero como una forma de interpretar el grado de compromiso de la gente con el Reino de Dios. En toda la Escrituras tenemos numerosas referencias acerca de cómo el dinero y los bienes materiales se relacionan con la espiritualidad de las personas.

Recientemente al considerar este tiempo de campaña financiera, hice un recorrido mental de textos que yo pensaba eran apropiados, serían apropiados para diferentes sermones, y quiero decirles que en mi casa tengo una lista de unos treinta textos que me parece cada uno de ellos ideal para un sermón sobre diferentes aspectos de la mayordomía. Pero para su descanso quiero dejarles saber que no pienso predicar 30 sermones acerca de este tema. Pero lo que sí se me hizo claro es que, a través de toda la Escritura esta temática surge una y otra vez, que conforme nosotros nos relacionemos con el dinero y las posesiones materiales, así será nuestra relación con el Señor y con su reino. Yo he derivado consuelo de saber que el Apóstol Pablo me ganó probablemente en campañas financieras. El Apóstol Pablo no tenía miedo de ser muy directo en lo que se refería a levantar fondos para su obra misionera. Y de hecho en todo lo posible siempre que hemos levantado fondos a través de los años, el Apóstol Pablo, yo he querido que sea mi mentor en términos de la metodología que uso para levantar fondos, y en tiempo de escándalos financieros en el Reino de Dios es más importante que nunca que los que levantamos fondos para ese Reino lo hagamos con integridad.

Hace poco me enteré de un gran escándalo que ha habido ahora mismo en EEUU, acerca de uno de los ministerios evangelísticos más grandes del mundo. Un reporte muy poco halagador acerca de cómo este ministerio maneja los fondos que recibe. No me atrevería a negar cómo Dios ha usado este ministerio para esparcir el Evangelio, pero por lo que podemos ver podrían haber sido un poco más cuidadosos en el uso del dinero y la imagen de integridad con el dinero que han proyectado al mundo. Y por eso es importante no que nosotros dejemos de pedir para la causa del Señor, pero más bien que lo hagamos en una forma que sea conforme a los principios de la palabra de Dios.

Si nosotros vamos rápidamente a Segunda de Corintios, Capítulo 9 y aún en el Capítulo 8, podemos repasar algunos de esos conceptos. No se si voy a poder llegar a todo lo que quiero en esta mañana, pero yo estoy seguro que lo que vamos a tocar va a ser de bendición para su vida. Y van a ver que muchos de los principios que hemos señalado en estas últimas semanas, el Apóstol Pablo los emplea en su propia campaña financiera. Los Capítulo 8 y 9 de Segunda de Corintios nos entran en una de esas campañas financieras del Apóstol. El está levantando fondos para los santos en un área muy necesitada y por ejemplo en el versículo 3 hablando de los macedonios, en el Capítulo 8. Dice aquí: “... doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas y aún más allá de sus fuerzas”.

Aquí tenemos un par de principios de cómo darle al Señor. El Apóstol Pablo dice “han dado con agrado, primeramente. En otras palabras, hermanos cuando nosotros le damos al Señor tenemos que hacerlo con gozo. Se debe dar al Señor porque es un privilegio darle al Señor. Y también dice que han dado conforme a sus fuerzas. En otras palabras muchos de nosotros el Señor nos está llamando a dar según la capacidad que tenemos financieramente para dar. Y en esta campaña financiera no queremos que nadie se sienta, como que se le está obligando a actos heroicos. Y cuando usted firme o ponga, llene su tarjeta de promesa, hágalo en una forma que usted se sienta bien en su conciencia.

Pero también el Apóstol Pablo dice que dieron más allá de sus fuerzas. Yo me atrevo a decir que esta es la manera que más agrada al Señor cuando le damos. Nosotros hemos hablado de darle al Señor en la zona de la incomodidad. Hemos visto como el Señor muchas veces nos llama a estirarnos más allá de lo que en nuestra razón pensamos que es factible darle al Señor. Y los que conocen de los principios de la fe saben que muchas veces la fe comienza donde la razón comienza a estremecerse. Y muchas veces los razonamientos de la fe van a ir muy por encima de los razonamientos de la razón y del intelecto. Y por eso Dios pide muchas veces que nos atrevamos a ir a esa zona de la incomodidad como hicieron los macedonios. Estos macedonios también rogaron con muchos ruegos que se les concediera el privilegio de participar en este servicio. Quiera Dios que con el paso de los años nuestra iglesia venga a componerse de gente que esté siempre pidiéndole: Señor, dame oportunidades de dar para avanzar tu reino.

En el versículo 7 de ese mismo Capítulo el Apóstol Pablo dice: “por tanto como en todo abundáis, en fe, palabra, ciencia y en vuestro amor, abundad también en esta gracia”. Y aquí vemos algo que al Señor no solamente se le da con sentimientos y con palabras, sino se le da con acciones específicas. Es muy fácil decir sí al llamado del Señor de amar a Dios con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas. Pero el Señor ha dicho que el que ama el dinero no puede amar a Dios en la misma manera, porque no se puede amar a dos señores. Entonces el amor indica que también tenemos que traducirlo en actos de amor específicamente hacia el Señor.

Y hay muchos otros principios aquí, por ejemplo en el versículo 12 dice: “porque si primero hay la voluntad dispuesta será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene”. Esto de tener la voluntad dispuesta es muy importante. Porque aquí vemos algo y es que el Apóstol Pablo ha estado preparando a los cristianos de esta región para que cuando llegue el momento de pedir la ofrenda ellos estén dispuestos intelectual y volitivamente. Y es lo que hemos querido hacer a través de estas semanas, es prepararlos a ustedes para que cuando llegue el momento de entregar sus ofrendas, ustedes sepan por qué y cómo lo están haciendo. Porque muchas veces darle al Señor no es solamente cuestión de los afectos, sino también una decisión de la voluntad y en disciplina, que se hace.

Ahora en el versículo 6 del Capítulo 9 entramos en el texto que yo acabo de leer hace un ratito. El Apóstol Pablo establece un principio que ya hemos oído en muchas maneras, dice: “el que siembra escasamente también segará escasamente, y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cuando yo leo textos como estos inmediatamente me viene a la mente el concepto de gracia versus obras. Nosotros sabemos que la salvación es por gracia, pero sabe usted que una vez que usted ha entrado en el dominio del reino por gracia, el grado de crecimiento, de productividad y de bendición que usted alcance, va a depender de en la medida en que usted se esfuerce e invierta en el Reino del Señor. Es decir una vez que estamos ya salvados hay una parte de esfuerzo y de inversión que Dios espera que nosotros hagamos. Las bendiciones que nosotros alcancemos en el Reino de Dios, el entendimiento espiritual del Reino de Dios va a depender mucho de nuestros propios esfuerzos.

Por eso el Señor Jesucristo dice “pedid y se os dará. Buscad y hallaréis. Tocad y se os abrirá”. Es decir en el Reino de Dios la respuesta depende mucho de la acción inicial de nuestra parte. Y según nosotros invirtamos de nuestros dineros y nuestro tiempo y energía en el Reino de Dios, así será nuestro provecho espiritual y personal. Este concepto de sembrar yo lo llamaría más bien, en lenguaje moderno, invertir. El inversionista invierte una cantidad porque sabe que por un proceso complejo esa cantidad invertida se multiplicará y le retornará en crecimiento. Y así nosotros, los hijos del reino, usamos lo que Dios nos ha dado, lo invertimos y bendice tanto el Reino de Dios como también nos bendice a nosotros. Y no es que nosotros tratemos de manipular a Dios o establecer una relación mecánica de los retornos de nuestras inversiones, pero simplemente se trata de insertarnos dentro de una dinámica que el mismo Dios ha establecido en su palabra. Dios dice: si siembras poco, vas a cosechar poco. Si siembras mucho vas a cosechar mucho en mi reino. Yo no puedo ser más elegante o más generoso que Dios. Hay personas que se resienten cuando los predicadores predicamos en estos términos porque creen que tienen una mejor capacidad teológica que el Dios mismo que escribió la Biblia. Ellos creen que tienen una mejor capacidad teológica que el mismo Dios, y nosotros tenemos que ver cómo es que Dios nos llama a vivir la vida cristiana y a darle a El.

Ahora en el versículo 7 también hay una serie de principios, dice: “cada uno” quiere decir, hermanos y ustedes saben que uno de los principios de esta campaña ha sido que nosotros con la ayuda del Señor tengamos un ciento por ciento de participación. Yo creo que todos los que son miembros de esta iglesia, y no me refiero a visitantes o personas que no tienen una relación personal con el Señor, entiéndase eso. Pero dice aquí que cada uno, refiriéndose a que, yo creo que en este tiempo yo quiero aplicar eso en el sentido de que yo llamo a cada uno de mis hermanos a considerar el llamado de Dios para su vida en este tiempo. Usted quizás no podrá ser uno de esos 200 que de esos 5000 dólares en dos años, como hemos pedido, o quizás usted no sea uno de aquellos que va a dar más de 5000 dólares en esos dos años y va a dar mucho más quizás, como algunos ya han prometido, pero yo se que cada uno de nosotros puede dar sin sentido de vergüenza ni pena, conforme a lo que siente que el Señor ha puesto en su corazón. Yo le suplico, hermano o hermana, que usted de en esa manera, en una conciencia con el Señor. No se preocupe que nadie va a estar juzgando: ah, él dio más, o él dio menos. En el nombre del Señor rechazamos ese espíritu ahora mismo. Pero si, no perdamos de vista este principio de “cada uno” porque el Señor quiere que cada uno de nosotros cargue su parte del Reino de Dios. Y ojalá tuviéramos más tiempo para señalar, pero no puedo fallar en esto de que los estudios que se hacen en todas las congregaciones sugieren que solamente un 20% de la congregación carga con el 80% de la responsabilidades de esa congregación. Y yo creo que la meta del Señor es que cada uno de nosotros proporcionalmente cargue su parte de responsabilidad por el mantenimiento de la obra de Dios. Por que aunque sea para agradarme no dicen Amen a esto, hermanos. Gloria de Dios. Amen.

Entonces dice aquí que cada uno de, es decir hay que dar, en algún momento hay que tomar acción. Hay que tomar acción, es decir que hay que en algún momento hay que pasar de lo teórico a lo práctico, en otras palabras. Y vemos entonces aquí que dice “como propuso en su corazón”. En otras palabras yo le invito a reflexionar con anterioridad qué es lo que el Señor me está llamando a mi a dar.

Esta idea de proponer en el corazón sugiere un grado de seriedad, de intencionalidad, darle al Señor es algo serio, requiere reflexión previa. Debemos estar claros en lo que estamos haciendo. No tomar las cosas a la ligera, porque las cosas del Señor son serias. Entonces como propuso en su corazón, yo quiero que cuando usted traiga su ofrenda, usted lo haga con un sentido de reverencia y de seriedad de lo que usted está haciendo ante el Señor. Y el Apóstol Pablo dice “no con tristeza”, en otras palabras, hermanos, no de cómo mirando ese dinero que se le va a ir y usted va a estar penando: caramba, ¡qué hubiera podido hacer con ese dinero! No vea dólares con alitas volando de su cuenta de banco, en otras palabras. Al Señor no se le puede dar con tristeza. Al Señor hay que darle con alegría y con gozo. Amen porque Dios ama al dador alegre.

Y dice también “ni por necesidad”, yo diría que la traducción correcta sería “ni por compromiso”, porque yo me imagino que algunos piensan que: caramba, si no ven mi tarjeta en ese grupo de tarjetas, ¿qué va a pensar el pastor? Y yo puedo ver a un diácono, algún líder de la iglesia: bueno, qué mas me queda, si quiero seguir en el liderazgo voy a tener que darle a esta gente. Bueno, yo se que nuestros diáconos no, esa gente son de primera, olvídense, van a dar. Amen, diáconos, los que hay por aquí.

Hermanos, no demos por compromiso. No demos por obligación en el sentido de que si no doy, qué va a pensar la gente. Porque déjame decirte que el Señor lee los corazones y si tu estás dando en esa manera, tu ofrenda no va a agradar al Señor y estás desperdiciando tu dinero entonces. Es necesario que tu le des al Señor para su iglesia y que por lo tanto lo hagas con alegría, y con un sentido de compromiso personal, eso es muy importante. Dios ama al dador alegre. Es cuando nosotros recibimos un regalo, qué bueno es cuando nos dan ese regalo con una gran sonrisa en la boca. Qué malo es cuando la gente nos da un regalo y nos dice: tómalo, qué más. No, es importante que haya es sentido de entrega del corazón y del alma también.

Y hay una promesa aquí maravillosa en este pasaje que no debemos perder de vista. Dice: “poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia”. Yo he descubierto que en las Escrituras casi cada vez que el Señor nos llama a darle generosamente, también añade una palabra de promesa. Porque el Señor es bueno y misericordioso, y El dice: mi hijo, mi hija no te preocupes que yo soy poderoso para reponerte eso que tu me has dado. Y siempre hemos hablado, recuerden, en estas últimas predicaciones que cuando nosotros le demos al Señor para cualquier causa, demos desde una perspectiva de suficiencia y no de una perspectiva de incertidumbre o temor, porque vemos que Dios siempre dice: no te preocupes, que nada te faltará porque yo soy tu pastor.

Y aquí el Apóstol Pablo después de su sobria advertencia acerca de cómo debemos darle al Señor nos pasa un poquito de aceite por la espalda, donde nos acaba de azotar amorosamente. Y dice: recuerda, que Dios tiene suficiente poder para darte gracia, es decir provisión. Y dice aquí “toda gracia”, en otras palabras el poder de Dios para reponerte lo que tu le das es ilimitado, en todas las dimensiones.

Y mire aquí el lenguaje sobreabundante del Apóstol. Dice: “a fin de que teniendo siempre, en todas las cosas, todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. En otras palabras hay aquí como una redundancia de la provisión del Señor. El nos da toda gracia, para toda situación, siempre, en todas las cosas, todo lo suficiente para que abundemos en toda buena obra. Dios promete: yo te voy a dar siempre en tu vida. ¿y sabe para qué? Para que tu puedas hacer bien siempre en tu vida. ¡Aleluya! Porque el Señor nos suple y nos da para que nosotros seamos canales de su gracia, para que lo podamos bendecir a otros con los conocimientos que El nos da, con los talentos que El nos da, con la energía que nos da, con nuestras profesiones, con nuestra cuenta de banco y nuestro dinero. El Señor dice: yo me voy a asegurar que tu siempre tengas todo lo que necesitas para que puedas darle a otros.

En otras palabras, hermanos el Señor nos dice: da. El Señor te dice a ti y me dice a mi: dame, y no tengas miedo. No des pensando en lo que te va a faltar, y no des pensando en el qué dirán si no das. No des con tristeza pensando en lo que has perdido, sino da mirándome a mi. Te prometo que soy poderoso para darte más de lo que tu me das. Que ese sea nuestro sentir en esta mañana y siempre que demos para la causa del Señor. Amen. Bendito sea el Señor.

Pongámonos de pie, hermanos. Terminamos con nuestra reunión. Vamos a tomar un momento para internalizar lo que acabamos de recibir, esa parte que tu entiendes que es del Señor. Pídele al espíritu santo que la grabe dentro de ti, que el Señor integre todo eso en cada parte de tu ser. Que nosotros podamos ser dadores alegres. Que adoptemos esa mentalidad, es un estilo de vida maravilloso. Que cada vez que haya una oportunidad para contribuir a la causa del Señor, Dios tenga en ti y en mi un partícipe de buena voluntad, un partícipe bien dispuesto. Que nosotros podamos, hermanos habitar en la zona del espíritu y no tanto en la zona de la materia, del dinero, de las finanzas, porque los que son del espíritu piensan en las cosas primeramente del espíritu. Así que en esta mañana yo recibo la palabra del Señor, lo que me toca a mi. Y recibe tu esa misma palabra, como la palabra del Señor. Gracias Señor. Ayúdanos a ser gente comprometida. Ayúdanos a ser buenos entendedores de los principios que gobiernan tu reino y aún todo el universo, porque tu palabra es fiel y verdadera y tu respaldas a los que respaldan tu reino. Gracias Señor, participamos en tu sistema y damos como tu prescribes en tu palabra. Gracias Dios. Gracias Señor. Denle un aplauso a la palabra del Señor. Que el Señor les bendiga.

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Lucas 5

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Vamos a Lucas Capítulo 5, el famoso pasaje de la pesca milagrosa: “Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre El para oír la palabra de Dios y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago, y los pescadores habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco, y sentándose enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar dijo a Simón: “boga mar adentro y echad vuestras redes para pescar”.

Respondiendo Simón le dijo: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado. Más en tu palabra, en tu palabra echaré la red”. Y habiéndolo hecho encerraron gran cantidad de peces y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que viniesen a ayudarles y vinieron y llenaron ambas barcas de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús diciendo: “Apártate de mi, Señor porque soy hombre pecador”, porque por la pesca que habían hecho el temor se había apoderado de él y de todos los que estaban con él. Y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo que eran compañeros de Simón, pero Jesús dijo a Simón: NO temas, desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas dejándolo todo le siguieron”. Bendiga el Señor su santa palabra.

Padre, encomendamos esta maravillosa palabra a ti y nuestras vidas, nuestra voz, nuestras enseñanzas. Háblanos a través de tu palabra y edifícanos. Nútrenos en nuestro fe Señor y danos la visión para ver tu forma generosa de obrar para con nosotros. En el nombre de Jesús. Amen.

Hemos estado hablando acerca de la vida generosa, una vida de dar. Hemos hablado acerca, usando por ejemplo la vida del profeta Elías, de la necesidad de dar en la zona de la incomodidad, más allá de lo familiar, más allá de lo cómodo. La viuda de Sarepta tuvo que darle al profeta Elías algo que era muy precioso para ella. Ella tuvo que dar en esa dimensión para poder extraer la bendición que Dios quería darle a su vida.

Hemos hablado también acerca de que Dios es el dueño de todo el oro, la plata, todo lo que tenemos, todo lo que somos es de El. El Señor es el dueño de todo. El Santas es el dueño de los átomos querer componen la materia, la realidad, nuestros pensamientos, los procesos electroquímicos que gobiernan nuestro cerebro, todo es en última instancia fruto y producto de El. Cuando le damos a El, le damos de lo que es suyo, no de lo que es nuestro, nosotros no tenemos nada por nosotros mismos.

Hemos dicho también que cuando vivimos en esa forma, en una forma generosa, dadivosa, hermanos la bendición fluye en nuestras vidas. Esa es la matemática de Dios. La matemática del hombre y de la razón dice: mientras yo más retengo, más tengo. La matemática de Dios dice: mientras yo doy, más recibo. ¿Ustedes ven? En la matemática de Dios menos es más cuando se hace en fe, conforme a la bendición del Señor. En la matemática de Dios, morir es un preludio para vivir. En la matemática de Dios el rebajarse es el preludio para subir.

Miremos Filipenses 2 del 5 al 11: “... el Señor se despojó de si mismo, se despojó de su gloria por lo cual Dios lo levantó y le dio un nombre que es sobre todo nombre.” En la matemática de Dios la contradicción, la paradoja es predominante. En la razón siempre todo tiene que ser lógico.

Y esto lo vemos aquí en la vida del Apóstol Pedro. Hasta aquí hemos predicado sobre todo basándonos en el Antiguo Testamento y yo quería mostrar que estos principios también son los mismos en el Nuevo Testamento.

Vemos aquí que el pasaje comienza con una situación de necesidad. La necesidad es de parte de Jesús. El Señor está aquí sintiendo la necesidad, ¿cuál es la necesidad? La multitud lo ha seguido, como lo seguían siempre porque solo El tenía palabra de vida eterna. La multitud se agolpa sobre El y El no puede hablar con libertad, están todos arropándolo y en su naturaleza humana, El no puede hablarles en la manera que quiere hablarles. Entonces no tiene una plataforma, no tiene micrófono. El hubiera podido si hubiera querido hablar con una voz sobrenatural, pero el Señor se ciñó a su forma humana en este caso. El está experimentando una necesidad: ¿cómo le hablo a la multitud? ¿Cómo resuelvo este dilema? ¿Cómo puedo yo comunicarme y darle vida a esta gente por medio de mi palabra?

Miremos un momentito ese dilema antes de continuar. El Señor pudiera, como decimos, hablar sobrenaturalmente pero prefiere limitarse a su voz humana. Y así pasa, hermanos con el Reino de Dios aquí en esta administración actual, en que Dios ha escogido limitarse en su capacidad para hablarle a la humanidad y le habla a través de ¿quién? A través de la iglesia, el Señor no ha escogido ángeles para viajar por los diferentes países del mundo predicando el Evangelio. ¿A quién ha escogido? Nos ha escogido a nosotros, El hubiera podida si hubiera querido hacerlo, pero Dios ha inventado un sistema que se llama la iglesia, los fieles, los hijos de Dios para predicar su palabra a una multitud, a un mundo necesitado.

Entonces dice que el Señor mira alrededor y dice que vio dos barcas sobre las cuales estaban unos pescadores lavando sus redes después de una noche de pesca, que después descubrimos que fue una noche totalmente infructuosa, no pescaron ni un solo pez. Y ahí están allí, como buenos pescadores, lavando sus barcas de la sal o sus redes de la sal, para que no se les corrompan. Pero el Señor ve que ellos tienen algo que El puede usar: una barca. Y su mente le dice que si El puede subirse sobre esa barca, distanciarse un poco de la orilla, y estar a distancia de la gente, El puede mejor proyectar su voz y dar su mensaje de vida.

Y aquí también vemos un paralelo, porque yo siempre he pensado que nuestras vidas son como esa barca que el Señor le pide a Pedro que le permita usar. Nuestras vidas son así, nosotros somos esa barca, nosotros somos la barca de Pedro. El Señor está diciéndonos: yo necesito tu vida. Yo necesito tu propiedad. Yo necesito tus recursos para Yo subirme sobre ellos y proyectar mi mensaje de vida a la multitud que lo necesita. Digan amen aunque sea para agradarme un poquito, para saber que no se han ido o no se han dormido. El Señor necesita nuestras vidas. ¿Por qué? Porque El lo ha decidido así.

El Señor que es el creador, el dueño de todo, dice: Yo necesito lo que tu tienes. Porque sabe algo, hermanos esa barca no pertenecía a Pedro, pertenecía al Señor porque el Señor hizo el árbol del cual fue hecha esa barca. El Señor dice: me permites usarte? ¿Me permites usarte? ¿Me permites montarme dentro de ti y tomar control de tu vida, de tus recursos, de tu dinero, de tu tiempo, de tus talentos? Escúchame. El Señor siempre está preguntando eso. El Señor siempre está buscando gente que le diga: Señor, úsame.

Una vez el Señor miró y vio una multitud y su corazón se rompió porque dice que los vio como ovejas sin pastor. Y el Señor dijo: los campos están blancos, blancos para la siega y no hay obreros para trabajar esa cosecha. Y el dijo: rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies, hay necesidad.

Hermanos esta época es una época de gran oportunidad para el mundo. La iglesia de Jesucristo tiene más trabajo que nunca y necesita más recursos que nunca para poder proyectar el mensaje de salvación. El Señor dice: ¿dónde están los obreros? ¿Dónde está la gente que se de y que de para llevar a cabo la obra del Señor? Yo pienso en el futuro de nuestra iglesia y yo veo grandes posibilidades que el Señor puede usar esta congregación más y más cada día. Pero, hermanos, yo entiendo también que una iglesia necesitará invertir, invertir para que esas cosas se hagan posibles. Nosotros queremos una iglesia de excelencia. Y hermanos, eso cuesta. Requiere, hermanos una congregación generosa, escúcheme. Una congregación generosa. Hombres y mujeres generosos. ¿Entiende? Que no tengamos que estar mendigando ni manipulando, sino que usted de porque ese es el gozo y el privilegio de usted. Amen.

Y eso es lo que hemos entendido de la vida de Elías también, que cuando nosotros damos debemos dar desde una postura de suficiencia en el Señor, no teniendo miedo ¿de dónde vendrá este pancito que estoy dando ahora y me va a faltar? ¿Usted entiende? Esa es la mentalidad de escasez, de pobreza del mundo. La mentalidad del hijo de Dios es una mentalidad de suficiencia, de bendición, de provisión. Jehová es mi pastor, nada me faltará, dice la palabra del Señor.

Hermanos yo creo que el creyente tiene que practicar la generosidad como una disciplina. Tenemos que practicar la generosidad despreocupada. Y tenemos que a veces, hermanos ser un poquito desordenados, voy a decir eso. Al dar así, deliberadamente y ser un poco atrevidos, y ser a veces un poquito desordenados, miren, el Señor bendice y ahí descubrimos la bendición del Señor. Aquí en nuestra iglesia yo trato de que practiquemos eso.

Y yo le pido al Señor: Padre, no nos hagas tan prudentes y tan administrativos en nuestra mentalidad que nos pongamos mezquinos en lo que demos al Señor. Vamos a ser libres para dar a diestra y a siniestra. Vamos a ser una congregación generosa con nuestra planta física, nuestros recursos financieros y vamos a darles a otros ministerios, vamos a darle a otras iglesias, vamos a darle a otros ministros, vamos a desarrollar más para el Reino de Dios porque a nosotros dar, Dios nos va a bendecir más y más cada día.

La palabra del Señor dice en Eclesiastés: “...echa tu pan a las aguas porque después de muchos días volverá a ti. Dice, reparte a 7 y a 8 porque no sabes el mal que vendrá.” Por eso yo les animo en este tiempo de esta visión de levantar nuestro templo, que usted no pierda esa oportunidad de comenzar a practicar una vida de generosidad para con Dios. Atrévete en el nombre del Señor. Esa es la palabra, atrévete en el nombre del Señor. Salte de tu comodidad y atrévete a hacer algo noble, heroico, generoso. El Señor dice: Yo tengo una necesidad, ayúdame. Ayúdame dice el Señor.

Mire como eso es escandaloso. Algunos teólogos me sacarían del púlpito si me oyen decir eso. Pero el Señor dice: ayúdame. A ti energúmeno, insignificante, el Señor dice: ayúdame. Dice: yo quiero hacer un templo para que mi comunidad latina escuche el mensaje. Ayúdame. Y si tu te atreves, Dios te va a bendecir.

Yo termino con esto. Miren lo que pasó aquí, y esto es un mensaje precioso. Pedro tuvo la sensibilidad de darle al Señor su barca. Entonces el Señor se torna hacia Pedro, después que predica el mensaje, después que ha satisfecho a la multitud, después que Pedro le ha dado su propiedad al Señor para que la use, y ahora le dice a Pedro: Pedro, ahora vamos tu y yo vamos mar adentro. Tengo algo que enseñarte. Y allí, cuando han ido mar adentro el Señor le dice a Pedro: Pedro, ahora echa tu red para pescar. Yo te aseguro que el Señor se lo dijo con un poquito de malicia porque El sabía lo que le había pasado a Pedro la noche anterior. El sabía que Pedro había estado tratando de pescar toda la noche y no había cogido un solo pez con su fuerza natural y su propia astucia y sus propios recursos. Pedro no sabía que El sabía pero el Señor sabía que El sabía. Y le dice ahora a Pedro: ven, vamos a hacer un experimento tu y yo.

El Señor ha estado elaborando toda una enseñanza objetiva a través de todo este proceso. Y el Señor le dice: boga mar adentro Pedro, porque yo te quiero enseñar una cosa que te va a servir para toda vida y todo tu ministerio y es que cuando tu me das a mi, yo voy a estar muy conciente de tu necesidad y te voy a bendecir y te voy a proveer más de lo que tu con tu propia fuerza lo vas a recibir.

Entonces el Señor le dice a Pedro: echa tu red para pescar. Y la razón le dice a Pedro, pero si yo estuve en la noche pescando en condiciones óptimas, en la noche cuando se pesca porque no hay ruido, no hay luz que asuste a los peces, no pude pescar nada, y ahora este hombre que no sabe nada de pesca me dice que eche la red ahora. El Señor dice: pero, no uses tu razón, usa mi poder. Mi poder puede más que la razón.

Pero Pedro tuvo la sensatez de ser obediente. Pedro tuvo el sentido de poner a un lado su razón y entró en una modalidad de fe y de obediencia. Digan todos: obediencia. Esa es la clave. Hay muchas cosas que no van a ser sentido para ti. El diezmo quizás no va a ser sentido para ti, pero hazlo en obediencia, como yo lo tuve que hacer hace 25 años en obediencia, y no me ha faltado y Dios me ha bendecido. Yo no lo creía necesariamente pero dije: bueno, hay tanta gente espiritual a través de los siglos que ha practicado esto, y la palabra del Señor es bastante clara, pue yo voy a ser obediente. Voy a poner a un lado mis dudas, mis temores y lo voy a hacer. Y ¿saben qué? Ese mismo año Dios me bendijo mucho más de lo que yo me hubiera imaginado.

A veces tenemos que hacer las cosas por simple obediencia. Aprieta los dientes y hazlo porque el Señor lo dice y olvídate de tus preguntas, tus temores, tus reservas, tus dudas y las circunstancias o lo que has visto de otros. Hazlo porque el Señor lo dice.

Pedro dijo: Señor, toda la noche he tratado de pescar, no he cogido nada, pero en tu palabra, por tu promesa, por tu fidelidad, por tu personalidad, porque tu eres fiel, yo lo voy a hacer. ¿Y qué pasó? Dice la Biblia que recogió multitud de peces. Esos peces vinieron de todas partes de ese lago, vinieron del norte, del sur, del este y del oeste. Escucharon una voz allá en lo profundo de las aguas que dijeron: vayan a donde está cayendo esa red porque yo he dado la palabra que esa red no quede vacía. ¿Ve? Pero todo comienza con un acto allá atrás. Pedro, ¿me prestas tu barca, me cedes tu propiedad, te atreves a buscar primeramente el Reino de Dios y su justicia y a confiar en que todas las demás cosas te serán añadidas?

Aquí hay una oportunidad. El Señor está diciendo: ¿te atreves a bendecir mi iglesia? Y no te preocupes Yo te voy a bendecir. Mira, lo último cuando tu das al Señor, Dios te bendice materialmente, ya lo hemos visto en el caso de Pedro, porque cosechó mucho más, recogió mucho más de lo que jamás él hubiera pensado. Lo segundo sin embargo es que cuando tu le das al Señor Dios te eleva a un nuevo nivel espiritual. Cuando nosotros damos al Señor podemos ver la gloria de Dios. Conocemos en una forma más íntima. Crecemos en fe. Tenemos más intimidad con el Señor. Dejamos la zona de la retórica y entramos en la zona de realidad. Y hablamos, y hablamos, y hablamos pero cuando llega el momento de la verdad, muchos de nosotros nos rajamos, como dicen los mejicanos, salimos corriendo. Pero cuando tu comienzas a darle al Señor sacrificialmente tu estás entrando en el nivel de la realidad, de la verdad, de la consistencia, de la integridad y ahí no hay escapatoria.

Podemos entonces comenzar, cuando tu le das al Señor, el Señor se muestra fiel y entonces tu comienzas a crecer en fe, tu comienzas a ver a Dios de una manera que la mayoría de los cristianos que viven solamente en la teoría y en la retórica de boca para afuera, nunca experimentan. Porque cuando tu le das al Señor, El comienza entonces a mostrarse fiel a tu vida.

Pedro salió de allí bendecido, porque el Señor le dijo: ¿sabes qué, pedro? De hoy en adelante ya no vas a oler a peces más, ya no vas a ser un mero pescador de animales acuáticos, vas a ser un pescador de hombres. ¡Aleluya! Te has atrevido a arriesgarte. Te has atrevido a hacer algo loco en mi nombre. Te has atrevido a darme y por eso yo te voy a levantar y te voy a dar otro nombre, ya no vas a ser un simple hombre más sino que vas a ser una piedra sobre la cual yo voy a fundar mi iglesia. Cuando tu le das al Señor tu eres bendecido materialmente pero también eres elevado espiritualmente. No pierdas esta oportunidad de ser más que un simple mortal y ver la gloria de Dios.

Bajemos nuestras cabezas. Señor, te adoramos, te bendecimos. Gracias Señor porque estos principios han estado operando a través de todas las edades y todavía operan en mi vida y en la vida de mis hermanos. Señor queremos ser como Pedro. Queremos darte nuestra barca. Queremos vivir vidas de sacrificio y servicio, Señor. Queremos darte lo máximo. Creemos, ayuda nuestra incredulidad, Señor. Ayuda nuestra incredulidad. Rompe las amarras de la incredulidad, la razón, la mezquindad y de la pequeñez y de la timidez y del pasado.

Déjanos ver tu gloria. Déjanos mirar hacia delante, hacia esa zona de suficiencia y de privilegio a la cual tu nos llamas. Padre, danos victoria en esta etapa de la vida de nuestra iglesia. Danos esa fe, Señor para saber que cuando gente pequeña, humilde, anónima se atreve a darte tu los bendices y los prosperas. Que esta comunidad de León de Judá sea una voz, un ejemplo para toda la ciudad de Boston, de cómo tu bendices a aquellos que se atreven a bendecirte a ti primero, Señor y a entrar en zonas de fe. Aumenta nuestra fe, aumenta nuestra fe.

Mira así como tu estás con tu cabeza baja, si tu en esta mañana has escuchado bien la palabra del Señor y sabes que Dios te está llamando a una nueva zona de fe y de creencia, levanta tu mano. Levanta tu mano, simplemente. Si tu crees que Dios te está llamando a una nueva zona de fe y de creencia, por lo menos hay tres o cuatro que entienden lo que estoy diciendo. No juegues con el Señor. No seas más tímido de la cuenta,. Si tu crees que el Señor te está llamando a una zona nueva de fe, levanta tu mano en esta mañana. Oh Señor confío, confío, confío en tu provisión Dios. Ayúdame a entrar, Señor en esa zona de fe y de creencia en ti, oh Dios. Gracias Señor. Gracias Jesús.

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Génesis 22 (parte 2)

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Vamos a ir del versículo 1 hasta el 14 más o menos, si ustedes me siguen por favor.

Dice la palabra del Señor: “.... aconteció después de estas cosas que probó Dios a Abraham y le dijo: Abraham, y él respondió “heme aquí”, y dijo: “toma ahora tu hijo, tu único, Isaac a quien amas, y vete a tierra de Moría y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.” Y Abraham se levantó muy de mañana y enalbardó su asno y tomó consigo dos siervos suyos y a Isaac, su hijo, y cortó leña para el holocausto y se levantó y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio el lugar de lejos, entonces dijo Abraham a sus siervos: “esperad aquí con el asno y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos y volveremos a vosotros”. Y tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham, su padre, y dijo: “Padre mío”, y él respondió: “Heme aquí mi hijo”, y él dijo: “he aquí el fuego y la leña, ¿más dónde está el cordero para el holocausto?” y respondió Abraham: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío”, e iban juntos. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar y compuso la leña, y ató a Isaac, su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo y dijo: “Abraham, Abraham”, y él respondió: “heme aquí”, y dijo “no extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada porque ya conozco que temes a Dios por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”, entonces alzó Abraham sus ojos y miró y aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos, y fue Abraham y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo, y llamó Abraham el nombre de aquél lugar Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy en el monte de Jehová será provisto.”

Gracias Señor por tu bendita palabra. La encomendamos a ti ahora para nuestro alimento, Padre, nuestra instrucción. Usa todos los recursos que tu quieras usar Señor para llevar este mensaje a nuestros corazones. En el nombre de Jesús. Amen.

Decíamos que el domingo pasado se nos quedaron una serie de pensamientos bien importantes y no quiero dejar este hermoso y rico texto a medio trabajar así que vamos a continuar con nuestro estudio en esta mañana.

Hemos dicho, hermanos, en el contexto de nuestra campaña financiera acerca de la importancia de vivir una vida de dar, una vida de generosidad, una vida de entrega al Señor. Decíamos que el cristiano tiene que dar en la zona de la incomodidad. Cuando nosotros damos solamente lo que nos es cómodo, lo que no nos fuerza, lo que no nos pone incómodos, en realidad no honra al Señor como Dios se merece. Lo que honra al Señor es el holocausto, el sacrificio, es la vida que se quema, la vida que arde, esa es la idea del sacrificio y del holocausto. Es el sacrificio de algo precioso, valioso, que se libera y que asciende hasta la presencia de Dios como una ofrenda y Dios entonces la recibe. Pero esa idea de muerte y de crucifixión que hay en todo acto de dar que vemos desde Génesis hasta el mismo Apocalipsis, que es un libro de gran adoración y holocausto ofrecido al Señor.

Hablamos acerca de las ilustraciones que hay en la Escritura, la más elocuente y más breve es la de la viuda que dio todo lo que tenía. Cuando esta mujer dio todo lo que tenía estaba sacrificando sus esperanzas, poniendo toda su esperanza en el Señor, en otras palabras. Así es que nosotros tenemos que dar muchas veces tenemos que dar poniendo nuestra esperanza en que el Señor nos suplirá, el Señor nos dará más. Y es interesante algo que después vamos a ver; cuando Abraham da él dice en todo momento: “El Señor proveerá”. Isaac no entiende: “de donde va a venir el sacrificio.”Abraham le dice: “no te preocupes, hijo, Dios proveerá”. ¿Recuerdan lo que decíamos también que cuando damos al Señor, otro principio bien importante en cualquier zona de la vida, de hecho, tenemos que confiar en la provisión del Señor. Tu esposa o tu esposo te va a decir: bueno, pero vamos a dar este dinero para este proyecto, pero de dónde va a venir esto, de dónde va a venir lo otro? Y la respuesta es: Dios proveerá. Esa es la postura básica del creyente, siempre: Dios proveerá. Y vamos a ver de que Abraham estaba pensando en esos términos en una forma muy, muy profunda.

Así que, hermanos, darle al Señor en la zona de la incomodidad implica crucifixión y muerte al yo. Había mucha muerte que estaba sucediendo en la vida de Abraham. Abraham estaba muriendo, es decir, hermanos, hubo mucha muerte allí en ese drama: murió Isaac, figurativamente, como dice el escritor de Hebreos 11. Isaac murió espiritualmente murió, no murió físicamente pero, en ese momento en que Abraham iba a meter el puñal hubo muerte, una muerte espiritual, figurativa. Pero también murió Abraham a su sueños, a su imagen de un Dios coherente, amoroso, porque le estaba pidiendo que matara a su hijo como cualquier otro Dios pagano, a sus sueños de preservación espiritual que Dios le había dicho: tu descendencia bendecirá las naciones. Y ahora en este momento Dios le estaba cortando cruelmente esa esperanza y Abraham murió muchas muertes mientras ascendía al monte de Moría, que he dicho que es un juego de palabra en español muy interesante.

Ahora bien, nosotros tenemos que morir también, hermanos. Darle al Señor es morir. Tenemos que morir continuamente. Hemos dicho que hay otros principios adicionales aquí. Dice en el Capítulo 22, versículo 1 que “Dios probó a Abraham”, y hemos dicho que Dios nos prueba. ¿Cuántos saben que Dios nos prueba? Dios nos prueba. Hemos dicho que Dios prueba los corazones y yo esta mañana hice rápidamente, no toqué eso el domingo pasado. ¿Por qué Dios nos prueba? Miren, hay varias razones: nos prueba para su gloria, simplemente para glorificarse El. En el caso de Job versus Satanás, Dios quería su gloria sea manifestada, estaba siendo puesta en duda por el diablo. Dios dijo: está bien, vamos a ver qué pasa. Dios fue glorificado.

Dios nos prueba para sacar a la luz lo que hay en nosotros. Dios nos prueba también para mostrar lo que hay escondido en nosotros como en el caso de Israel que dijo: “te probé para saber lo que había escondido dentro de ti”.

En tercer lugar Dios nos prueba para fortalecer nuestra fe. Nos prueba para fortalecer nuestra fe como en el caso de Abraham. Al final de esa amarga prueba, la vida de Abraham estaba mucho más fuerte.

Dios nos prueba también para establecer principios espirituales que han de ser de edificación para futuras generaciones. También Dios nos prueba para establecer principios espirituales como en el caso, digamos de Pedro, fue probado en esa amarga prueba de negar al Señor. Pedro fue edificado pero también nosotros también hemos sido edificados a través de los siglos leyendo de la prueba que Pedro experimentó.

Finalmente Dios nos prueba para promover nuestro crecimiento. Volvamos al caso de Pedro, la prueba, el negar el Señor engendró en él un sentido de quebrantamiento, de humildad y de dependencia de Dios y de conocerse mejor a si mismo. Virtudes cada una de ellas que son esenciales para alguien que va a servir al Señor. Fue amargo, el precio fue grande, pero Dios tenía un propósito, entonces lo probó para edificarlo y fortalecerlo. El diablo te tienta, Dios te prueba. El diablo te tienta para que falles el examen. Dios te prueba para que seas fortalecido y bendecido y seas más fuerte para su gloria. Amen.

Hay tienen algunas ideas. Dios probó a Abraham. No lo probó porque Dios es un Dios cruel, sino porque Dios es un Dios tierno pero también un padre severo y fuerte que quiere crear guerreros, no gente débil y dependiente, solamente en una manera negativa.

Pero ahora, Dios nos prueba muchas veces, hermanos, en la Biblia, yo veo algo, que Dios nos prueba nuestro corazón por medio de nuestra actitud hacia las posesiones y los tesoros. Dios nos prueba muchas veces en afectos para ver donde está nuestro corazón y Dios dice: bueno, ¿estás tu dispuesto a sacrificarme esa lavadora nueva?, que nunca en Guatemala tenías una pero aquí está y la quieres tener, ok. Y Dios dice_ ¿bueno, estas dispuesto a seguir lavando tu ropa allá en el laundry por un tiempo? Y si usted mira las manos y dice: guau, no se Señor. Pero si tu estás dispuesto a hacerlo, ahí viene la bendición. Porque a veces nuestro afecto está ahí en esas cosas materiales y es importante que Dios nos prueba muchas veces como probó a Abraham. El tesoro de Abraham era su hijo. Hermanos a los 130 años si usted le importa su descendencia, un hijo va a importarle mucho, y Dios le dijo: ok, lo que más tu aprecias, esa posesión que tu más amas, estás dispuesto a dármela? ¿Me amas tu a mi más que esa posesión, Isaac, esa que yo te he dado?

Hay algo que Dios tiene un deseo de que sus hijos lo honren. Y Dios es como un padre que ha sufrido tantas violaciones de parte de hijos ingratos que cuando un hijo le resulta bueno y noble, su corazón es agradado. Hay un poquito de sanidad en su corazón, por así decirlo, aunque Dios no necesita sanidad. Dios es perfecto y autosuficiente totalmente, pero hay algo allí, hay un drama que es importante no olvidarlo.

Yo voy a saltar ahora rápidamente y vamos a enfocar ahora bien específicamente la actitud de Abraham cuando Dios le pide el sacrificio final. Vamos a ver a Abraham ahora como un ejemplar y vamos al verlo a él reaccionar y aislar los aspectos de su reacción, nosotros vamos a aprender cómo nosotros cuando se nos pide algo grande debemos también actuar.

Lo primero que yo veo es que Abraham obedece inmediatamente. Vemos que Abraham obedece inmediatamente. El no negocia con Dios. El no le dice, por ejemplo: bueno, Señor que te parece si en vez de darte a Isaac te doy a Ismael que no es el legítimo? El no va donde Sara y le dice: bueno, Sara yo se que tu tienes algo que decir en este asunto, porque después de todo tuviste algo que ver con el nacimiento de Isaac, así que te parece, le damos a Isaac? No, él simplemente dice: sí, Señor. Quizás en su corazón había duda, había lucha, había un hervidor de emociones pero él obedece inmediatamente. Está dispuesto. Esa es la postura básica, hermanos del creyente. Nosotros debemos estar disponibles todo lo que tenemos. Si el Señor te lo pide entrégaselo. No lo cuestiones. Es una de las cosas más bellas que yo veo en la Escritura una y otra vez. Los grandes hombres y mujeres de Dios siempre estuvieron dispuestos a darle al Señor cualquier cosa en el momento en que Dios se lo pidió.

Así que es importante que cuando Dios nos pide algo..... Corrie Ten Boom, una gran escritora cristiana decía, “Yo he aprendido a aguantar todas las posesiones livianamente en mis manos para que si Dios me las arranca, no me duela”.

Así que Abraham obedece inmediatamente. Lo segundo que yo veo aquí es que Abraham tiene buena disposición. ¿Dónde vemos esto que Abraham tiene esa buena disposición? Mire, dice en el versículo 3: “y Abraham se levantó ...” a las 12 del día pensando que quizás Dios se iba a arrepentir y entonces ya se le iba a olvidar lo que le había pedido, a regañadientes. ¿Cómo se levantó Abraham? Dice que “...se levantó muy de mañana”. Aquí yo veo un principio y es que la Biblia dice que Dios ama al dador alegre. Muchos de nosotros damos como rezongando: bueno, si me lo está pidiendo lo voy a hacer porque qué más me queda. Para que no digan. Pero Dios ama a la persona que dice: amen, hay una necesidad en el pueblo de Dios, aquí estoy yo Dios primero. Eso es de gran bendición.

Esta semana alguien nos bendijo en una conversación diciendo: pastor, hemos estado pensando mi esposo y yo y hemos decidido que Dios nos está llamando y vamos a hacer una promesa de 20.000 dólares y estas personas, de la jubilación, no quieren que se sepa su nombre, han decidido hacer un donativo de 20.000 dólares como parte de esta campaña. Y eso yo llamo, dar alegremente. Esta personas decían: pastor, el Señor nos ha bendecido en tantas maneras y hemos visto la bendición de Dios y han sido prosperados que queremos darle al Señor más allá de lo que nosotros nos sentimos cómodos haciendo.

Hermanos eso es un dador alegre. Esa es una persona que está dando más allá de la línea de la comodidad. Una de mis imágenes favoritas en la Escritura es la imagen de Jesús, cuando iba hacia Jerusalén camino a ser crucificado. Y si fuera yo que fuera a ir sacrificado, yo iría al final de la línea, para que quizás no me vieran, ¿verdad? Pero ¿qué dice la Biblia?, que el Señor iba delante de sus discípulos. Búsquelo. Dice que iba delante de sus discípulos hacia Jerusalén sabiendo que iba a ser sacrificado, porque ahí es donde está la persona..... el Señor no iba tratando de escabullirse. El dijo; no, bueno, mi padre pide este sacrificio de mi, yo lo voy a dar y voy a ir delante, encabezando la línea. Eso es darle al Señor alegremente.

Lo tercero que yo veo aquí; entonces hemos visto que obedece inmediatamente, muestra buena disposición. Lo tercero aquí es que fue al lugar que Dios le dijo que viera. Aquí en el versículo 2, Dios le dice: “ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. En el versículo 3, en el final del versículo 3 dice: “y se levantó y fue al lugar que Dios le dijo”. Aquí hay algo importante y es la obediencia específica. Nosotros tenemos que darle a Dios donde Dios dice que le demos y en la manera en que Dios dice que le demos, no en la manera que nosotros creemos más conveniente, o que queremos ajustar.

Hermanos la Biblia habla, dice la Biblia que llevemos los diezmos al Alfolí. ¿Sabe dónde usted ofrenda, donde usted diezma? En el lugar donde usted adora, en la iglesia donde usted se alimenta. Y la Biblia dice que allí es donde nosotros traemos nuestro diezmo, nuestras ofrendas. No es necesariamente enviándoselo a un evangelista por televisión o lo que sea, eso es en adición a nuestro diezmo y nuestras ofrendas aquí en nuestra iglesia. Ahora si usted quiere darle y debe ser así para otras obras y adoptar un niñito en Honduras, Gloria a Dios, ¡hágalo! O en República Dominicana. Amen. Pero su diezmo, su ofrenda debe ser en el lugar donde Dios le bendice a usted. El diezmo, la ofrenda se trae a la casa del Señor.

Nosotros tenemos que darle al Señor allí en el monte Moría, donde Dios dijo que se le diera, nosotros no hacemos ajustes. Allí es donde tenemos que llevar. Dios le pidió a Abraham que hiciera algo en ese lugar y Abraham lo hizo.

Otro principio bien importante, ejerció fe. Ejerció fe y la declaró verbalmente. Miren lo que dice en el versículo 5, Abraham le dice a sus siervos “esperad aquí con el asno y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos y volveremos a vosotros”. ¡Guau! ¿Qué está Abraham implicando aquí? Que él va a volver con su hijo, que él no sabe por qué Dios le está pidiendo este gran sacrificio, él no sabe todas las minucias y los detalles del proceso, pero él sabe que al final Dios es fiel y Dios es coherente y que él podrá regresar con su hijo. ¡Aleluya! Eso es fe, hermanos. Eso es fe.

Y hermanos, por eso es que el diezmo y el darle al Señor financieramente es tan importante porque es una forma de uno declarar y evidenciar fe aún cuando muchas veces dentro de uno, uno tiene dudas. Esa cosa de que cuando usted le da al Señor así, en fe, contrario a lo que usted está sintiendo en su carne y en su mente, porque usted dice: no, pero mi Dios es fiel, mi Dios es bueno, mi Dios es coherente, El ha prometido, El ha de cumplir, y eso es algo que fortalece nuestra vida, hermanos, y eso se convierte entonces en un sentimiento consumidor dentro de nosotros. El ejerció fe y la declaró.

El último principio, el confió en la provisión divina, confió en la provisión divina, en una forma muy específica. ¿Dónde veo yo esto? Cuando Isaac le pregunta: ¿Quién proveerá el sacrificio?, Abraham responde: Dios se proveerá de cordero, hijo mío. Hermanos, lo bueno es que la Biblia misma nos ha provisto un entendimiento aún mucho más profundo de lo que había en la mente de Abraham cuando el decía: Dios proveerá, en Hebreos Capítulo 11.

Vamos a Hebreos 11:17. Dice aquí: “... por la fe Abraham cuando fue probado ofreció a Isaac y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho “en Isaac te será llamada descendencia.” Miren el versículo 19, dice: “pensando él que Dios es poderoso para levantar aún de entre los muertos”. ¡Aleluya! Eso es lo que había en la mente de Abraham. Abraham estaba pensando, lo que nos sugiere el escritor de Hebreos que es el espíritu santo y que conoce todos los pensamientos que había en la mente de Abraham tres mil años atrás, Abraham estaba diciendo: aunque Dios me pida que mate a mi hijo, yo se que El es poderoso para resucitármelo. El estaba dispuesto a matar a su hijo, él no sabía que Dios tenía otro plan más benévolo y era que no tenía que sacrificarlo. Pero él dijo, aunque Dios me está pidiendo que lo mate, yo se que El es poderoso para levantármelo, para que yo pueda regresar con él y que la promesa de Dios pueda cumplirse. Hermanos, eso es fe en la provisión divina. Gloria a Dios. Eso quiere decir, mis hermanos, que habrá momentos en que Dios te va a pedir algo y tu no vas a ver la salida, y van a pasar días y tu no vas a poder entender de dónde va a venir la solución, pero tu tienes que creer que Dios de alguna manera que tu no ni siquiera te imaginas, El va a sacar el conejo del sombrero y El sabe cómo lo hace. Dios tiene métodos que tu jamás podrás entender. La creatividad de Dios no tiene límites. La manera de El bendecir a sus hijos son ilimitadas. Las maneras de El mostrarse fiel, coherente, justo son incontables. Nuestra parte es creer que El puede hacerlo, y déjale los detalles al Señor. Esa postura de fe es difícil para todos incluyendo el que les predica pero yo se que ahí es donde Dios me quiere. Y aunque yo no sepa todos los detalles yo se que mi Dios es poderoso y que lo que El quiere es simplemente que yo pase por ese proceso y aprenda ciertas cosas.

Hermanos las respuesta de Dios, la bendición no se dejó esperar. El ángel de Dios le dijo: detente por cuanto me has mostrado tu fidelidad yo te voy a bendecir, te voy a dar no solamente a Isaac, te voy a dar otros hijos, te voy a dar descendientes que si tu pudieras contar las arenas del mar, podrás contar tu descendencia. Dios le dijo: Abraham tu descendencia será tan grande que no la vas a poder contar. Mire, tres mil y pico de años después aquí hay doscientos y pico de esos descendientes de Abraham, aquí en Boston, en Roxbury. Imagínense. ¿Qué era Roxbury cuando Dios le dio esa promesa a Abraham? Yo creo que era un pedazo de piedra solamente. Mire hoy hay una ciudad aquí y los descendientes de Abraham están exponiendo esa historia. Se cumplió la bendición porque Abraham estuvo dispuesto a abrir esa zona de déficit, entrar en esa zona de incomodidad, sacrificarse a sí mismo, morir en el holocausto y Dios le dijo: ahora, de ese holocausto yo voy a sacar bendición para ti y para muchos también que serán parte de tu drama.

Que esta sea nuestra herencia, hermanos y que podamos honrar la vida de este hombre al nosotros darle al Señor en todos los aspectos de nuestra vida. Amen. Gloria al Señor.

Vamos a ponernos de pie. Vamos a tomar un momentito solamente para ofrecer nuestras vidas, consagrar eso allí en nuestros corazones, esa actitud de Abraham. Vamos a absorberlo en nuestros corazones. Vamos a decirle: Padre, yo quiero ser como Abraham. Que si tu me pides lo que yo más amo, lo que más me da comodidad, lo que más me gusta, lo que más placer me trae, eso Señor yo estoy dispuesto a dártelo si tu me lo pides, y al yo honrarte de esa manera, yo se que tu me vas a bendecir. Gracias Señor. Te adoramos, Padre. Nos entregamos a ti. Señor, ayúdame a mi primero a poder absorber esa postura de Abraham en mi vida. Ayúdanos a cada uno de nosotros. Espíritu santo sabemos que solo tu puedes darnos ese nivel de nobleza. Sabemos Señor, allí hay vida, hay riqueza, hay bendición. El que muere, vive. El que se entrega, recibe. El que se entierra, asciende. El que se niega, es afirmado. El que se empobrece, es enriquecido. El que se abre es llenado. Queremos así, Señor, tener ese espíritu. Gracias Señor. Gracias en tu nombre Jesús. Gracias Señor. Amen. Amen.

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Génesis 22 (parte 1)

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Vamos al Libro de Génesis rápidamente y allí usted va a encontrar en el Capítulo 22, y déjenme leer algunos versículos aquí, comenzando con el versículo 1, Génesis 22: “... aconteció después de estas cosas que probó Dios a Abraham y le dijo: “Abraham”, y él respondió: “heme aquí”, y dijo: “toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moría y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.” Y Abraham se levantó muy de mañana y enalbardó su asno y tomó consigo dos siervos suyos y a Isaac, su hijo, y cortó leña para el holocausto y se levantó y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio el lugar de lejos, entonces dijo Abraham a sus siervos: “esperad aquí con el asno y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos y volveremos a vosotros”. Y tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham, su padre, y dijo: “Padre mío”, y él respondió: “Heme aquí mi hijo”, y él dijo: “he aquí el fuego y la leña, ¿más dónde está el cordero para el holocausto?” (una de las preguntas más inocentes que se han hecho en toda la historia de la humanidad, esa) y respondió Abraham: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío”, e iban juntos. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar y compuso la leña, y ató a Isaac, su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo y dijo: “Abraham, Abraham”, y él respondió: “heme aquí”, y dijo “no extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada porque ya conozco que temes a Dios por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único”, entonces alzó Abraham sus ojos y miró y aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos y fue Abraham y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo, y llamó Abraham el nombre de aquél lugar Jehová proveerá. (Digan todos: Jehová proveerá. Amen.) Por tanto se dice hoy en el monte de Jehová será provisto. Amen”

Vamos a dejarlo hasta allí, después yo puedo elaborar quizás un poco más sobre lo que continúa pero en ánimo de avanzar.... Como saben hermanos estamos usando estos domingos para meditar sobre el tema de la mayordomía, de nuestra vida de entrega al Señor, de darle al Señor generosamente. Estamos meditando sobre las posesiones, sobre el dinero, sobre los talentos, sobre el tiempo, sobre esas cosas que nosotros consideramos nuestras, nuestra familia, nuestro cuerpo, nuestras vidas en total, y cómo Dios espera que nosotros nos relacionemos con esas cosas cuando las relacionamos a su vez con El y con lo que El espera de nosotros.

Y la idea es animarnos a todo. Primeramente a hacer de estos principios universales que están en la palabra de Dios, principios que gobiernan en todos los aspectos de nuestras vidas, pero también específicamente animarles a ustedes a disponerse, a disponerse a darle al Señor en una forma generosa en estas próximas semanas cuando hagamos el llamado ya para ofrecer nuestra promesa, para levantar nuestro hermoso templo y que nuestra iglesia haga acto de presencia.

Ayer me pasé tres horas hablando con nuestro arquitecto y hablando acerca de las próximas etapas de nuestro proceso de diseño y de trabajo en el templo. El domingo pasado yo presenté a dos hermanas, en el servicio de las 12 que estaban aquí, que venían de California. No dije quiénes eran, pero eran la vicepresidenta de la Christian Community Credit Union de California y uno de los empleados de esa institución, y ella venía para conocer la iglesia. Después tuvimos la oportunidad de almorzar con ella y nuestro tesorero, Alejandro Calderón, y ella estaba tremendamente agradecida de haber estado aquí, impresionada con el ánimo y el espíritu de la congregación y con las cosas que Dios está haciendo a través de esta iglesia que son ustedes y yo. Estaba impresionadísima y comprometida en ayudarnos en el financiamiento de nuestro templo.

Y hay una pieza muy importante que es lo que nosotros vamos a dar y yo le he mandado un reto a la congregación, a esta iglesia y es que..... hay un grupo de 200 personas que estamos llamando a que se comprometan a dar en un período de 24 meses, dos años, 5000 dólares y también que otros den, los que no puedan entrar en ese grupo, porque estamos haciendo un llamado conforme a la fe, y que estiremos un poco nuestra fe también. Algunos no podrán, o no se sentirán que pueden ir a ese nivel, y está bien, hermanos, porque no queremos que nadie se sienta presionado en una forma inapropiada. Así que el que pueda dar mil, el que pueda dar 2000, el que pueda dar 500 dólares, lo que sea, queremos que un ciento por ciento de la congregación de algo, hermanos. ¿Cuántos dicen amen, que pueden dar algo, eh, aunque sea algo, usted puede dar? Y no se sienta en ninguna manera empobrecido por eso si no puede dar todo lo que estamos pidiendo, pero que todos demos algo para avanzar este templo a su conclusión. Yo les prometo en el nombre del Señor que Dios ha de bendecirnos.

Como nuestro hermano Yoalmo nos decía en esta mañana, él ha podido ver esa bendición. Nosotros hemos seguido la trayectoria de esta familia y de muchos de ustedes, cómo Dios les ha bendecido a través de los años porque han dado generosamente al Señor. Y Dios ama eso. Dios ama al dador alegro. Entonces queremos primero esos 5000 dólares de parte de 200 personas y también finalmente esa idea, el que no pueda dar eso, puede dar lo que sea.

Y tercero que quizás hay algunos hermanos, algunas familias que Dios ha bendecido en una manera extraordinaria, por una razón u otra o que sienten que darle al Señor algo todavía mayor que eso, no queremos limitarlos. Queremos también algunas promesas y algunas ofrendas que sean mayor de 5000 dólares, si Dios le mueve en esa manera. No queremos tampoco poner una limitación ni de un extremo ni tampoco del otro. Pero yo creo que mi meta es que todos demos, todos los que nos identificamos con esta iglesia, hermanos, demos algo, así que recuerde esto también. Y gracias a Dios gente como Yoalmo ya se han sentido inclusive antes de ni siquiera de que hagamos un llamado oficial, han dicho: pastor, yo quiero dar ese paso de fe y gloria a Dios por eso. Ahora, ya hacia el final de marzo vamos a estar haciendo un llamado congregacional para que nos lancemos a esta gran empresa. Yo se que Dios nos va a dar la victoria en el nombre de Jesús. Amen.

Así que en estos domingos yo estoy levantando esa fe en nosotros, y estoy con la ayuda del Señor proveyendo una plataforma bíblica para esto que estamos haciendo. Estoy tratando de proveer principios de vida porque queremos también enriquecerlos a ustedes que no sea solamente sacarles el dinero, sino también dejarlos bendecidos con estos principios que nos permiten recibir las bendiciones de Dios, porque son principios extraídos de la Escritura.

Yo les decía el domingo pasado, hablamos acerca de Elías y la viuda, ¿recuerdan? La viuda de Sarepta, veíamos como el Señor proveyó para Elías, porque Dios es un Dios proveedor. Y cuando le damos a Dios tenemos que darle desde esa perspectiva, de que Dios va a proveer. Cuando Elías le pida a la viuda que le de esa torta cocida con un poco de agua, él le dice: “no te preocupes”, como dice el Señor en Lucas después, donde leímos, “no temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.”

Cada vez que Dios nos pide que le demos algo, El nos está diciendo: “no te preocupes”. Dame a mi primero porque hay más de donde eso vino, hay mucho más. Y Dios nos llama a darle a El. Elías le pidió a la viuda, decíamos, que le diera en la zona de la incomodidad, ¿recuerdan eso? La viuda estaba dispuesta a darle a Elías un poco de agua, no había problema porque ella tenía mucho agua, pero cuando Elías le pidió de lo poco que ella tenía, que era la harina y el aceite, ahí ella dijo: no puedo. Y ahí es donde Dios quería que esta viuda fuera probada, fuera estirada su fe.

Mire qué interesante que Dios le pidió a esta viuda que fuera la proveedora de Elías, que sacrificara, pero no solamente Dios quería algo de ella, sino que Dios quería bendecirla a ella, quería bendecirla mostrándole al Dios verdadero por medio de su profeta, quería bendecirla mostrándole un principio para que ella pudiera vivir una vida bendecida y próspera, y quería bendecirla también proveyéndole comida en medio de una gran hambre nacional para todo el tiempo que durara esa sequía. Es decir que cuando Dios nos pide que le demos algo, El siempre tiene un plan mayor, es un ejercicio. Yo creo que cuando nosotros le damos a Dios es más bien un ejercicio simbólico, que Dios nos permite participar en ello para bendecirnos y enseñarnos ciertas cosas y estirar nuestra fe, y llevarnos a otro nivel de madurez espiritual. Pero Dios quiere que le demos siempre en la zona de lo incómodo, donde nos cuesta, donde nos estiramos. Yo creo que cuando le damos a Dios, hermanos, siempre tiene que haber ese sentido de sacrificio porque si le damos a Dios simplemente lo que no nos cuesta, lo que no nos amenaza, lo que no nos incomoda entonces no tiene el mismo valor.

Yo recuerdo el pasaje de..... ¿cuántos han leído la historia de Ornan el jebuseo? Usted dirá ¿con qué se come eso? Nadie, parece. Ornan, el jebuseo, esto está en la Biblia en Primero de Crónicas, Dios le dijo a David que le ofreciera sacrificio en un terreno cuyo dueño era un hombre que se llamaba Ornan, y que comprara ese terreno y que lo reservara para Dios y para sus sacrificios y David se acercó a Ornan, ahí está en Primera de Crónicas 21, de 22 a 25, David se acercó a Ornan y le dijo: “Ornan, quiero comprarte esta tierra para ofrecerle sacrificio al Señor”. Ornan, que era un hombre muy sabio, muy entendido, le dijo a David –miren el 22- “entonces dijo David a Ornan: “dame este lugar de la era para que edifique un altar a Jehová, damelo por su cabal precio para que cese la mortandad en el pueblo”, y Ornan respondió a David (miren lo que es tener un corazón dadivoso para con el Señor, y generoso). El rey viene a donde usted y le dice: “quiero comprarte esa tierra”, y usted le dice: “este hombre tiene muchísimo dinero así que se lo voy a vender por lo más caro, para sacarle mayor provecho. ¿verdad?. Mire cual fue la reacción de este hombre generoso). Le dice Ornan a David: “tómala para ti y haga mi Señor el rey lo que bien le parezca, es más dice, aún los bueyes daré para el holocausto y los trillos para leña, y trigo para la ofrenda. Yo lo doy todo.”

Miren la generosidad de este hombre para con Dios. El sabía que esto era para Dios y dijo: no, yo no se lo voy a vender, rey. Se lo voy a regalar, es más no solamente le voy a regalar la tierra, sino que le voy a dar la leña para el holocausto, le voy a dar el metal que usted necesita, todo para que se de esa ofrenda. Yo lo doy todo.

Digan, hermanos, yo lo doy todo. No sabemos lo que decimos a veces, ¿verdad? Pero mire no solamente eso. Había una competencia en estos dos hombres. Qué bueno es cuando competimos para quién le da más al Señor. Esas competencias a Dios le gustan. En el versículo 24, miren la respuesta de David, dice: “... entonces el rey David dijo a Ornan: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio.” Y aquí estas palabras son famosas en la Escrituras. Estas palabra siempre me han perseguido a mi a través de toda mi vida, “.... porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste”.

Hermanos, nosotros no queremos sacrificarle al Señor holocausto que no nos cueste. Usted ve que ese principio universal, siempre que le demos a Dios debemos darle de manera que nos cueste. Si usted le está dando a Dios y no te duele, si no te estás estirando en fe, si no te está incomodando, si no tienes que rascar la cabeza y decir: me atrevo yo a eso, ¿saben qué? Posiblemente no le estés dando a Dios en la zona que a El le gusta que le den: la zona de la incomodidad, la zona donde nos cueste.

David bien hubiera podido decir: bueno, está bien, gracias. Que generoso este hombre. David dijo: no, no yo quiero darle al Señor un holocausto, pero quiero que me cueste. A Dios le gusta cuando nosotros le damos. Y eso es lo que yo quiero animarles, hermanos a que en esta campaña que nosotros le demos al Señor un holocausto que nos cueste, que nos incomode. Pídele al Señor que te ilumine, que estire y aumente tu fe para que tu puedas darle al Señor más allá de lo cómodo. A Dios le gusta eso. Y esto es un principio bíblico que se repite una y otra vez.

La viuda, recordemos este principio, los ricos le daban al Señor de su exceso, de lo que les sobraba. Y el Señor dijo: bueno, eso está bien. Pero esa viuda, que dio la única blanca que tenía, la peseta que le quedaba, esa dio más que los que dieron 25.000 dólares, porque ella dio todo lo que tenía. Dio todo su sustento. Puso toda su vida, toda su seguridad sobre la mesa. Amó al Señor tanto y dio en la zona de lo difícil.

Un último pasaje aunque no termine este estudio y lo continué el domingo, pero si usted va a Segundo de Corintios, porque a veces la gente piensa, bueno si, está bien pero algo está ahí haciendo el pastor para como hacer un juego de manos, para confundirme y yo quiero que usted vea que este principio se repite varias veces en la Escritura.

Segunda de Corintios, Capítulo 8, versículos del 1 al 3. Pablo alaba a los macedonios, -un día volveremos a este pasaje seguramente-, a los macedonios por su ofrenda. Segunda de Corintios, Capítulo 8:1: “.... asimismo hermanos os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia que en grande prueba de tribulación la abundancia de su gozo y su profunda pobreza, abundaron en riquezas de su generosidad”. Mire aquí lo que dice el versículo 3: “.... pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme sus fuerzas y aún más allá de sus fuerzas”. Esta gente era pobre, estaba en tribulación, estaban bajo persecución y aun así le dieron al Señor, no solamente conforme a su fuerza sino que más allá de sus fuerzas, y Pablo los alabó. Pablo los señaló en una manera especial por esa generosidad con que ellos dieron.

Muchas veces nosotros le damos al Señor de nuestra riqueza, nuestra abundancia, nuestra suficiencia, nuestra comodidad, y Dios dice: No, no, no me des de tu comodidad, no me des tu seguridad. Dame de tu inseguridad. Dame desde la zona donde no te siente que hay razón para tu pensar que te va a ir bien. Entra en la zona de la fe, la zona de la fe es siempre la zona del déficit. Eso suena también que yo quisiera escribirlo para que no se me olvide. La zona de la fe es la zona del déficit, es la zona donde tu te sientes que no tienes seguridad de que vas a salir ileso. Y ahí es donde nuestra vida tiene que ser así siempre, hermanos. Un día con la ayuda del Señor, construiremos nuestro templo, habremos recibido la ofrenda necesaria, pero habrá otros momentos en tu vida en que Dios te va a preguntar a ti: ¿estás tu dispuesto a creer en mi, como Abraham?

Entremos por un momento ahora, directamente. Abraham ilustra este principio y yo voy a señalarles a través de la Escritura, yo espero en los próximos minutos, como un abogado que está tratando de construir un caso, yo les voy a enseñar que este principio se ve una y otra y otra vez, a través de la Escritura. Estos principios que yo le estoy elaborando aquí. Abraham era un hombre que amaba a Dios. Dios, a los 75 años, estéril su esposa, le promete un hijo, a los 100 años le cumple la promesa y le da un hijo, y a los 130 años le dice: dame ese hijo que tu amas tanto y sacrifícamelo. Mátamelo. Ofrécemelo como un holocausto. Córtalo en pedazos como se corta y buey y ofrécemelo a mi. Ahí comienza un drama que es de mucha instrucción para nosotros. Hay un principio que yo veo en la vida de Abraham en este pasaje. A mi siempre me ha conmovido ese pasaje del Capítulo 22. Yo creo que fue el momento más grandioso en toda la vida de Abraham. Fue el momento que definió a este hombre. Ese momento nos mostró el corazón de este hombre y por qué Dios había escogido a Abraham y por qué Abraham podía ser el padre espiritual del pueblo hebreo y de la iglesia de Jesucristo por extensión.

Aquí vemos muchos principios espirituales que nos pueden ayudar en nuestra vida de mayordomía y en todos los aspectos de nuestra relación con Dios. Yo veo algo aquí, hermanos, y es este principio que cuando Dios nos pide que le demos algo, Dios involucra siempre un proceso de crucifixión. Siempre en el dar, en esa manera, cada vez que yo diezmo, Dios me crucifica un poquito. Cada vez que yo le doy al Señor una ofrenda más allá de lo cómodo o de lo normal, yo muero un poquito, porque tengo que morir a mi yo, tengo que morir a mi deseo de seguridad, tengo que morir a mi razón que me dice “no des porque si das te va a faltar”, tengo que morir al instinto humano de supervivencia, de querer asegurarse siempre su comodidad y su seguridad, tengo que morir a esas cosas. Tengo que morir a mi amor al dinero, tengo que morir a mi apego a las cosas que me gustan y ponerlas en riesgo y en ese momento hay una gota de sangre invisible que se desprende de nuestro corazón porque tenemos que morir a lo humano, a lo normal, a lo biológico, y Dios nos está pidiendo que nos movamos a la zona de la espiritualidad, de la fe. Por eso es que si usted no está dispuesto a morir, usted no puede agradar al Señor porque siempre hay esa idea de que tenemos que vivir entregando las cosas al Señor. Y por eso es que el Señor nos dice en otro pasaje que si nosotros no estamos dispuestos a darle todo, a entregarle todo, padre, madre, hijo, lo que sea, no merecemos ser sus discípulos, porque hay que morir, hay que estar dispuestos a vivir como un peregrino. Y Abraham era un hombre que entendía esto, porque Dios le da su hijo y después al final, el único hijo que él tenía con aspiración de descendencia... él tenía un hijo ilegítimo pero ese no era el hijo de la herencia, Dios había dicho que era a través de Sara y el hijo que él había tenido a través de Sara, Dios ahora se lo pide para que lo sacrifique. Y Abraham hubiera podido decirle: no. Porque Dios le estaba pidiendo algo irrazonable, porque Dios le estaba pidiendo algo que no era legítimo en un sentido, pero vemos aquí que Abraham no le dijo al Señor “No”, sino que dijo: bueno, aunque yo no entiendo.

¿Les ha pedido Dios a ustedes algo en su vida, ha hecho Dios algo en su vida que usted no entiende por qué? ¿Lo ha puesto Dios en algunas situación que usted cuestiona hasta la bondad y la consistencia y la justicia de Dios? Usted dice: Señor, pero si yo te he servido. Yo he hecho esto, yo he hecho lo otro, y tu me estás quitando esto. Y uno se aira y se molesta con Dios muchas veces. Pero Dios es soberano y Dios a veces nos crucifica y nos pone.... Yo titularía este sermón Muerte en los montes de Moría, porque allí fue donde.... se llamaba el monte de Moría, donde Dios le pidió que sacrificara a su hijo. La muerte no fue la muerte de Isaac, la muerte fue la muerte de Abraham. Cuando Abraham bajó de esa montaña Abraham era otro hombre, Abraham había muerto, Abraham había dejado su vida allí, porque él ya estaba dispuesto a meterle el puñal a su hijo y matarlo y con eso ya destruir toda su vida, su felicidad, sus aspiraciones de descendencia espiritual y biológica. Todo, un anciano de 130 años, Dios le está pidiendo que le mate a su único hijo. Está diciendo: mátate tu mismo. Y Abraham estuvo dispuesto a hacerlo, así que allí se quedó Abraham. Hermanos y por eso es que Abraham es un ejemplo para nosotros. Y mire, cuando Dios nos pide algo, nos pide: dame esto, dame lo otro, y nosotros refunfuñamos y nos quejamos y nos rebelamos y criticamos al Señor. Óigame, a este hombre Dios le pidió la totalidad de su vida, y en ese proceso que explora aquí en Génesis 22, hay una serie de principios muy importantes que yo quiero dejar con ustedes.

Lo primero, miren el versículo 1 dice: “.... aconteció después de estas cosas que probó Dios a Abraham”. Probó, “probó Dios a Abraham”. ¿Cuántos saben que Dios prueba? Hermanos, Dios siempre nos está probando. A veces en las cosas más sencillas que usted no piensa, Dios está poniéndole una prueba a ver cómo usted va a reaccionar. Y a veces nosotros ni siquiera sabemos que Dios está involucrado en una situación pero es El quien está diciendo: bueno, ¿a ver qué tu vas a hacer en este caso? Si tu me vas a honrar, si tu crees mis principios o si verdaderamente tu simplemente eres de la boca para afuera, como decimos nosotros. Hay situaciones en que Dios.... Yo creo, por ejemplo, que para muchos de nosotros esto que estamos viviendo, este drama de construir nuestro templo es una prueba. Si tu vas a hacer caso omiso y te vas a considerar no aludido,.... bueno, eso es para otros, pero yo ahora mismo no puedo, no tengo tiempo, lo que sea. O tu vas a decir: no, yo soy parte de este proceso y yo le voy a dar al Señor, y yo voy a creer que Dios me va a bendecir.

Dios siempre nos está probando. La Biblia dice en un pasaje muy maravilloso que siempre me impacta también, dice que “los ojos del Señor recorren toda la tierra para encontrar a aquellos que tienen corazón perfecto para con El para bendecirlos”. Y entonces Dios a veces prueba, como probó a Israel en el desierto, dice: “para saber lo que había escondido dentro de ti”, dice, para probarte, para humillarte, para quebrantarte, para sacar a la luz. Las pruebas sacan a la luz lo que está dentro de nosotros. Si un hombre solamente tiene comodidad y retórica y boca solamente para con el Señor, la prueba va a sacar eso a la luz, porque el oro es probado por el fuego, dice que Dios nos prueba como el oro por el fuego para sacar, para separar la impureza y dejar solamente el oro puro. Por eso es que el oro se funde y se derrite para que se le saquen la escoria y quede solamente el metal purificado y así Dios nos prueba a nosotros. Y nos dice: ¿estás tu dispuesto a sacrificar eso que tu tanto amas por mí? Dios probó a Abraham. Recuerde eso siempre, Dios nos prueba.

Yo le puedo decir personalmente y como muchos de ustedes pueden dar su testimonio, Dios me ha probado a mi continuamente a través de mi vida. Me probó hace 21 años cuando me llamó a pastorear esta iglesia, cuando el reverendo Juan Vergara se regresó a Puerto Rico. Yo era un estudiante graduado de la universidad, no tenía deseo.... yo sabía que Dios me había llamado al ministerio en general pero yo había pensado que Dios me había llamado a trabajar en el mundo académico, en la universidad, enseñando esto y lo otro, escribiendo libros y eso era mi deseo, y para eso yo había vivido toda mi vida desde niñito, educándome, deseando tener una vida académica. Ese era mi gran plan, ese era mi gran propósito y yo vivía con ese sueño, me veía en una oficina universitaria viendo estudiantes y dando conferencias y escribiendo libros y viajando muy elegantemente por el mundo. Así cualquiera sirve al Señor, ¿verdad que sí? Y entonces, Dios me llamó y en mi corazón me dijo: Roberto, yo no quiero que esta iglesia desaparezca. Yo se lo voy a poner en esa manera. Quiero que esta iglesia permanezca. Yo te he llamado a pastorear esta iglesia, esta comunidad que está naciendo, que ha comenzado tan bonita, no la dejes que se muera. Pastoréamela.

Y yo comencé a razonar con el Señor, le dije: pero Señor, si en mi familia nunca ha habido gente así universitaria y ahora tengo la oportunidad de yo desquitarme de todos esos años de pobreza y vivir la vida que yo he querido vivir. Y además esta es una iglesia demasiado pequeña, no me pueden pagar mi salario y además yo no quiero depender de un grupo de gente para mi vida. Me acabo de casar. Quiero tener mi familia, quiero tener mi casa y yo, los pastores que he visto siempre en mi pasado dominicano o en Brooklyn, NY todos son muertos de hambre, no ganan dinero, pasan trabajo, los tratan mal. Yo no quiero ese tipo de vida. El Señor me dijo: bueno, eso es lo que yo te estoy pidiendo, ¿quieres tu pastorearme esta iglesia, quieres tu servirme? Yo estoy pensando.... es mi segundo año en la universidad de Harvard, quiero seguir adelante, quiero sacar mi doctorado, Señor. Me dijo;: no te preocupes, yo me voy a encargar de tu doctorado. No lo vas a perder. Pasaron 5 años después de eso hasta que yo pude graduarme en mi doctorado, y casi lo pierdo. Pero les podría decir cómo el Señor se movió tan maravillosamente para que yo pudiera terminar mi doctorado. Un milagro de los más grandes de los que yo he experimentado en mi vida. Pero decidí darle mi vida al Señor, y perdone que traiga mi testimonio personal pero a veces que más podemos hacer que compartir lo que Dios ha hecho en nuestra vida. Le dije: está bien, Señor. Lo voy a hacer. Aquí estoy 21 años después pastoreando y sirviendo al Señor porque El me lo pidió.

Ahora, déjenme decirles algo, eso no me hace a mi ningún héroe ni nada, yo me atreví a decirle si al Señor. Con esa comunidad pequeña de personas que comenzaba allí en ese lugar. Pero en 21 años, hermanos yo les puedo decir que Dios me ha bendecido mil veces más de lo que yo le he dado a El. Hoy en día la gente ve una congregación de cierto tamaño y ven cierto tipo de ministerio en la ciudad y esto, y dicen: ¡ah, qué bien, qué suerte ha tenido el pastor Miranda! Hermanos, uno tiene que sacrificarse en el Monte de Moría. Hay que morir. Tu tienes que morir a lo que tu amas, tu tienes que morir a tus sueños, tu tienes que morir a tus preferencias personales. Tu tienes que incomodarte. Tu tienes que sacrificarte. Tu tienes que sangrar delante de Dios. Tu tienes que pagarle al Señor por adelantado para que el Señor te bendiga después. Esa es la ley. Hay que darle al Señor primeramente para que el Señor pueda bendecirnos. Y entonces Dios, como en el caso de Abraham, te ha de bendecir y dar con abundancia y con creces. “El grano de trigo, si cae a tierra y muere, lleva fruto, pero si no muere queda solo”, dice la palabra del Señor. Si tu mantienes tu vida solamente en lo cómodo, en lo seguro, tu no vas a morir. Pero si tu mueres y mueres a tus sueños de seguridad, de grandeza, de aspiraciones personales Dios te dice: Yo te voy a dar vida como tu conoces.

Esa es la regla de la palabra del Señor. Y Dios nos prueba.

Yo le hubiera podido decir al Señor: Señor lo siento mucho. No puedo. Eso es demasiado grande para mi, lo que tu me estás pidiendo. Y ¿saben qué? Dios hubiera dicho: Roberto, yo comprendo. No te preocupes porque así es el Señor. Pero me hubiera perdido yo de tremenda bendición. Hubiera estado escribiendo quizás algún libro por allí cogiendo polvo en algún anaquel de una biblioteca que nadie lo lea siquiera. Yo le digo a la gente, mis libros son mi pueblo, la gente que yo ministro y lo que Dios está bendiciendo a través de este ministerio. Son, como decía Pablo, son cartas abiertas. Son libros vivos, libros que están siendo predicados en la vivencia de la gente, y para mi eso no tiene precio, no hay gloria como esa. Pero Dios te va a probar. Escúchame, muchas veces nosotros, Dios nos dice: ¿estás tu dispuesto a servir un aprendizaje de unos cuantos años? Yo llevo 21 años de aprendizaje, como Jacob con Laban, y todavía no me han dado lo que prometieron. Si no me lo dan nunca, Gloria a Dios, me moriré tranquilo. Pero estoy en aprendizaje hasta que Dios decida, porque a veces las pruebas de Dios son bien largas. Hay maneras en que Dios está trabajando que nosotros ni siquiera nos damos cuenta. Pídele a Dios que te abra tus ojos para ver las pruebas que Dios trae a tu vida, para sacar algo que está escondido en ti y para llevarte a otro nivel de vida y pregúntale al Señor si este no es un tiempo en que Dios te está probando.

Ahora, lo segundo, ya lo he enunciado más o menos lo que voy a decir, es que Dios nos prueba. Dios prueba nuestro corazón por medio de nuestras posesiones. Escuche eso. Dios prueba nuestro corazón por medio de nuestras posesiones. Dios prueba lo espiritual por medio de lo material. Dios probó a Abraham pidiéndole su hijo, su posesión más querida. “Toma ahora tu hijo, mire como se lo subrayó, tu único, Isaac”, por si acaso no sabía a quien se refería todavía, y también le dijo “a quien amas”. ¿Era Dios un sádico que estaba allí deleitándose, tu hijo, tu único, Isaac a quien amas? Óigame se lo estaba como estrujando en la cara. Ese ser que es tan valioso, tan precioso, tan único para ti, dámelo. Tómalo, sacrifícamelo, end of story, como se dice en inglés. No le pidió disculpas, no le dijo que lo iba a bendecir, no le explicó nada, porque Dios, hermanos, Dios es el dueño de todo y Dios hace lo que le da la gana. Nosotros no podemos quejarnos de Dios en ultima instancia. Dios es soberano. Dios podía pedirle a Abraham su hijo porque Dios era el dueño de Isaac. Dios lo había creado. Dios le dio a Isaac de una mujer estéril y vieja como era Sara, así que ese hijo era de Dios.

A veces, hermanos las peticiones de Dios vienen en un paquete bien desagradable porque Dios quiere saber si estamos dispuestos a honrarlo aún en lo escandaloso y en lo insultante. Si estamos dispuestos a mantenernos ahí firmes, y le dijo: dame ese hijo y adiós ya sabes cuál es la orden. Dios nos prueba a veces en nuestro corazón por medio de aquellas cosas. El Señor dice que donde está nuestro tesoro, allí está nuestro corazón, y Dios quería saber dónde estaba el tesoro de Abraham. ¿Era Dios su tesoro o era Isaac su tesoro? Hasta que tu no has resuelto ese problema, hasta que tu no has decidido, quién es el que tiene prioridad en tu vida, quién es el que está sentado en el trono de tu vida. Es tu dinero, es tu tiempo, es tu comodidad, es tu privacidad, es tu casa, es tu esposa o tu esposo, son tus hijos, es tu reputación. ¿Dónde está tu tesoro? Y donde está tu tesoro ese es el que va a dominar tu vida. Dios dice: mira, Yo no comparto mi prominencia con nadie. Yo no comparto mi trono con nadie. Tu tienes que decidir primero. Y Yo te voy a poner en una situación en que tu tienes que determinar qué es lo que tu más amas: si amas mi reino o amas las cosas del mundo, incluyendo el dinero, el tiempo y todo lo demás. Yo te voy a poner en situaciones que te van a hacer decidir, en situaciones de crisis donde tu vas a ser confrontado con una opción o la otra. Decide y determina qué es lo que tiene prioridad en tu vida. La palabra del Señor dice que “nadie puede servir a dos señores” y el primer mandamiento de la Escritura es “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu mente, toda tu alma, todas tus fuerzas”. No hay segundo lugar para el Señor. Es una cosa o la otra,. Y Dios quería como hacer eso claro en la vida de Abraham antes de poder bendecirlo.

Antes de que Dios pueda bendecirnos El tiene que determinar qué es lo que más amamos y nos prueba a través de las posesiones porque eso es lo que nosotros más amamos generalmente. Y probó entonces a Abraham, así como probó Jesús al joven rico y cuando el joven rico vino y le dijo: Señor, ¿qué tengo que hacer para ser salvo, para ganar la vida eterna? El Señor le dijo: bueno, lo único al final de la conversación le dijo, “toma todo lo que tienes, véndelo, dáselo a los pobres y sígueme”. El Señor lo estaba probando a ese joven. Yo sostengo, no tengo razones para probarlo, pero yo creo, hermanos que si ese joven rico le dice al Señor Jesucristo: está bien Señor, aquí tienes todo mis bienes, lo voy a hacer como tu dices. ¿saben qué? Cuando ese joven iba al ATM a buscar todo el dinero, el Señor le hubiera dicho: párate, regresa acá. ¿sabes qué? Quédate con tu dinero, yo solamente estaba haciéndolo para probarte, para ver si tu estabas dispuesto a pagar el precio de esa tranquilidad espiritual que tu estás buscando, que no te la ha dado la riqueza, ni la reputación religiosa que tienes, ni tu posición en el Sanedrín, ni tu prestigio social, que te inquieta venir a mi corriendo así desesperado como llegaste. Y si tu quieres ganar esa paz que tu estás buscando, Yo solamente quería saber: el precio es que tu me des todo lo que tu amas. Y dice la Biblia que este joven se fue triste porque tenía muchas posesiones. ¿Qué pasó? Su tesoro, su corazón estaba en su dinero, en su posición, y el Señor lo probó por medio de sus posesiones. Y este joven se fue triste como llegó porque si no buscamos primeramente el Reino de Dios y su justicia, las demás cosas no vienen por añadidura. Se quedan allá.

Ahora si le damos al Señor primero y buscamos primeramente el Reino de Dios las demás cosas Dios las provee en su momento, incluyendo el dinero, la comodidad, la privacidad, la paz del alma, todas esas cosas vienen porque a Dios le gusta bendecir a sus hijos, hermanos. Pero El quiere resolver el asunto del corazón. Dios quiere bendecir a gente que ha muerto y que no necesita el dinero ni las comodidades para entonces darles las comodidades y el dinero. Esa es la ironía de Dios. Por eso muchas veces nos presenta la disyuntiva: ¿estás dispuesto a sacrificármela? Y no te dice nada más a veces sino que simplemente te pone allí. Es decir que eso es un principio muy importante. Dios prueba nuestro corazón por medio de nuestras posesiones.

Otro principio: Dios no nos garantiza a veces que saldremos ganando de la prueba. Dios no le garantizó a Abraham que iba a pasar nada con su hijo. Le dijo simplemente: entrégamelo y mátamelo. Sin embargo, Dios tenía algo tremendamente poderoso. Hermanos, yo no te puedo garantizar, digamos que tu decides, bueno yo quiero ser uno de esos 200 que le hacen los 5000 dólares, yo no me atrevo ni te voy a decir: no te preocupes hermanos que Dios te va a dar 10.000 ó 20.000. Sería un charlatán si yo dijera eso. Yo no te puedo probar, y por eso es precisamente un movimiento de fe, porque no hay garantía de retorno. Y tu tienes que jugártelas y tienes que decidir, o tienes que ponerte a esperar a ver cómo Dios te va a bendecir, si te va a bendecir a través de dinero, si te va a bendecir a través de salud, si te va a bendecir a través de ese príncipe azul que has estado esperando durante 10 años, si te va a bendecir a través de esa casa que estás anhelando, si te va a bendecir a través de una sanidad interior, emocional, espiritual. Hay muchas maneras en que Dios te puede bendecir, la manera Dios va a saber si vas a experimentar un crecimiento espiritual y tu fe va a ser aumentada y entonces vas a tener acceso a otras riquezas divinas. Yo no se, no puedo garantizarte eso. Es un riesgo el que nos tomamos, pero yo te puedo asegurar que yo, lo que veo una y otra vez en las páginas de la Biblia es que si tu te atreves, Dios no se va a quedar deudor. Dios no te va a fallar, no te va a faltar, no debes temer porque el principio de Dios es proveerle a los que lo honran y los bendicen. Abraham no estaba seguro de eso.

Y lo último y lo voy a dejar aquí, y creo que voy a continuar el domingo que viene entonces, es que Dios lo ha dado todo. Dios lo ha dado todo. Y por eso El puede pedírtelo todo. ¿Dónde yo veo eso aquí en esta Escritura? Mire, hay un drama invisible que está dibujado en este drama y es el drama de Dios y Jesucristo. Desde que Dios le dijo a Abraham: dame tu hijo, tu único, ahí ya el lector inteligente espiritualmente de una vez, ¿qué hace? Recuerda, porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que crea no se pierda sino que tenga la vida eterna. Dios sabía que un día El tenía que dar a su único hijo también. Es más yo no se cuántos tienes una Biblia que tienen las palabras en rojo, que se refieren al Mesías, a Jesucristo. Mi Biblia en el versículo 8 del Capítulo 22 tiene ese versículo en rojo porque se refiere, según la interpretación de los críticos, lo pusieron así porque cree que se refiere a Jesucristo. Dice: “... y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío”. Ese cordero es el cordero pascual que se llama Jesucristo que Dios estuvo meditando en su propio sacrificio como Abraham en esos tres días camino a Moría. Dios estuvo meditando desde Edén y sabes y antes de la fundación del mundo yo creo. Pero Dios estuvo rumiando el día en que el iba a tener que entregar a su hijo también, su cordero, en la cruz. Y a través de la Escritura vemos el pensamiento obsesivo de Dios en muchas ocasiones acerca de su cordero, que El tenía que ofrecer, su único hijo, como por ejemplo en la pascua que celebraron los hebreos antes de salir de Egipto, y otros pasajes. Dios estaba rumiando ahí, un día yo voy a tener que entregar a mi único hijo también. Y aquí, cuando le pide a Abraham que entregue su hijo, su único hijo Dios sabe. El está probando al que va a ser el padre espiritual de todo Israel y de toda la iglesia, ese padre espiritual tiene que saber lo que el Padre Universal siente en su corazón de sacrificar a su único hijo. Yo creo que había un principio casi judicial aquí establecido que ese padre espiritual que era Abraham tenía salir de la misma cepa que su padre espiritual allí en el cielo, y experimentar el dolor de un padre que sacrifica lo que más ama por un principio universal de amor por la humanidad. Y por eso Dios le dijo a Abraham: yo quiero meterte en mi drama y quiero hacerte partícipe, como Pablo que decía: yo quiero conocer a Cristo en su resurrección, dice, y en sus padecimientos también. Que muchas veces queremos conocer a Cristo en el poder y en su poder para sanar, y para hacer milagros y todo eso, pero cuando nos dicen: mira, por qué no conoces a Jesús también en su padecimiento. Ahí nos echamos para atrás y comenzamos a resbalar.

Pero sabe que usted no puede conocer a Cristo en su totalidad hasta que usted no lo conozca en los montes de Moría cuando El le dice: dame lo que tu más amas. Dame lo que a ti más te gusta. Dame lo que más te agrade. Dame lo que tu más valoras, porque yo hice eso. Hasta que usted no se encuentra en esos puntos así de crucifixión usted no es digno de llevar el nombre de cristiano, déjenme decirles. Si usted no ha dado algo que le ha dolido en el alma, usted no sabe lo que es la cruz. Y por eso es que yo decía es que en todo evento de darle al Señor como Dios quiere, hay un principio de crucifixión. Bueno, Abraham estaba siendo crucificado. Y Dios le dice: mira, Abraham, yo te puedo pedir ese único hijo porque Yo sí que lo voy a dar. Para ti yo te estoy pidiendo simplemente un ejercicio espiritual, pero para mí, Yo voy a dar mi único hijo.

Y hermanos a veces nosotros le negamos a Dios tantas cosas y nos escandaliza cuando Dios nos pide algo, y nunca pensamos que Dios lo dio todo. Y que cuando nosotros le damos al Señor le estamos dando a un ser que no escatimó. Dice el Apóstol Pablo: “ el que no escatimó ni aún su propio hijo”, dice y también añade “ como no nos dará también juntamente con El todas las cosas”. ¡Que bendición! Eso es lo maravilloso, es que Dios no solamente Dios todo lo que El tenía, en términos de lo que más amaba, sino que también dice: mira, como Yo lo di a El, yo te voy a dar todas las demás cosas. Eso es lo bello,. Por eso yo digo de nuevo, volviendo a otro principio que enuncié antes, que nosotros siempre tenemos que darle a Dios desde esa postura de que Dios es generoso con nosotros. Dios nos da con abundancia y entonces El dice: dame, porque Yo soy un padre generoso. Y si Yo te di a mi hijo como no te voy a dar también, juntamente con mi hijo, el carro, la casa, la comida, la supervivencia, la salud, la paz de tu corazón, la salvación de tu alma. Yo di lo más precioso.

Hermanos nosotros no podemos ser tacaños con un Dios que lo ha dado todo. Ese es mi principio final. Tenemos que ser generosos. El que lo ha dado todo merece que nosotros le demos lo mejor de nosotros mismos.

Vamos a bajar nuestras cabezas. Gloria al Señor. Si Dios te pidiera lo que tu más amas, si Dios te pidiera tus sueños, tu comodidad, tu dinero, ¿podrías tu hacer lo que hizo Abraham? ¿Podrías decirle al Señor sin regaños, ni argumentos ni resistencia: está bien, Señor y humildemente lanzarte al camino a crucifixión como lo hizo Abraham? Tres días de camino pensando, me espera el trago más amargo de todos y aquí nunca veo a Abraham quejándose, nunca veo a Abraham echando pestes de Dios o diciendo nada rebelde, sino: Señor, tu me lo pediste,. Tu sabes, amen. No entiendo, pero si eso es lo que tu quieres de mi, te lo voy a dar. ¡Qué ejemplo para nosotros, hermanos! Yo quiero ser como Abraham. Yo no le he dado al Señor hasta la sangre. Yo no le he dado al Señor hasta la sangre. Y todavía hay mucho que yo se que el Señor quiere que yo le tengo que dar, y tu también.

We have a lot o things that God is expecting of us and we haven’t given it all, I assure you. As a matter of fact, I think constitutionally we are not able to give it all, because our brain, our humanity will not let us. We will never give God our all, I think, by definition because we’re not able to do that. We can only give God partially. But to what degree are we willing to give to the Lord. That’s the question. Abraham, really, I mean, he was crucified, he gave it all in his spirit. That’s all that God wants. For us to relinquish inside of us the sense of belonging this mind. He wants to, that membrane, He wants to just yank it away from us so that we can be free from attachments.

El Señor quiere que nosotros nos despeguemos de las cosas, que soltemos. Eso es todo lo que el quiere, que tu sueltes. Suelta desde adentro. Muere desde adentro para que no tengas que morir por afuera. Esa es la clave.

Señor ayúdanos, ayúdanos a morir.

Lord help us to die, help us to die to self.

Ayúdanos a morir a lo que más amamos y a la comodidad y las otras cosas.

Help us to lose our attachment to comfort, security, privacy, rest, dreams, money, time, all those things that are so precious to our carnal nature. Free us from that Lord.

Libértanos Señor de todo lo que amamos y déjanos transferir todo nuestro tesoro, esa perla de gran precio, déjanos venderlo todo para comprarla a ella en esta mañana Señor. Necesitamos tu ministración, padre. ¡Aleluya! Gracias Jesús. Gracias Jesús.

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La viuda de Sarepta ( I Reyes 17)

TRANSCIRPT

Primer libro de los Reyes, Capítulo 17, dice la palabra del Señor acerca del profeta Elías:

“.... vino luego a él palabra de Jehová diciendo: “levántate, vete a Sarepta de Sidón y mora allí. He aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente”. Entonces Elías se levantó y se fue a Sarepta y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña y él la llamó y le dijo: “Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso para que beba”, y yendo ella para traérsela él la volvió a llamar y le dijo: “Te ruego que me traigas un bocado de pan en tu mano”, y ella respondió: “Vive Jehová tu Dios que no tengo pan cocido, solamente un puñado de harina tengo en la tinaja y un poco de aceite en una vasija, y ahora recogía dos leños para entrar y prepararlo para mi y para mi hijo para que lo comamos y nos dejemos morir”. Elías le dijo: “No tengas temor, ve has como has dicho pero hazme a mi primero -digan todos “a mi primero”, eso suena bien Pentescotal hacerlos decir eso- hazme a mi primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza y tráemela y después harás para ti y para tu hijo porque Jehová, Dios de Israel, ha dicho así. La harina de la tinaja no escaseará ni el aceite de la vasija disminuirá hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra”. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías y comió él y ella y su casa muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó ni el aceite de la vasija menguó conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.” Bendiga el Señor su palabra a nosotros. Amen.

Bueno, para los que se unen a nosotros recientemente quizás no estuvieron ni el domingo pasado ni el ante pasado, estamos como decíamos en medio de un tiempo de reflexionar sobre el tema de la mayordomía, específicamente aplicándolo a nuestra campaña financiera que tenemos para levantar nuestro templo, que sabemos que el Señor nos ha llamado a hacerlo. Dios nos ha llamado a edificarle este templo que va a ser como en un sentido yo creo, la culminación de muchos años de nuestra iglesia estar construyendo.

Yo creo que desde que nosotros llegamos aquí hemos estado en construcción de algo. ¡Qué interesante Dios nos ha llamado a ser constructores! Y yo no creo que esto es coincidencia sino que eso es algo profético de nuestra iglesia porque uno de los pasajes que a mi más me gusta de todo el Antiguo Testamento y que yo creo que Dios nos lo dio hace años atrás, antes de ni siquiera venir aquí a Boston, es ese que dice que reedificarán las ruinas antiguas y levantarán los escombros de muchas generaciones. Y Dios nos ha llamado a ser una iglesia constructora, de hecho que cuando íbamos a hacer el logo de la iglesia una de las imágenes que se me vino a la mente..... ¿saben lo que es logo? Es el símbolo de la iglesia, que actualmente es un león así esquematizado. Cuando estábamos considerando ideas diferentes para el logo, el símbolo de nuestra iglesia, a mi se me ocurrió la idea de una grúa, una grúa en forma de cruz, no se si ustedes han visto estas grúas bien grandes que tienen como una pequeña, una leve sugerencia de cruz, y la idea era hacer una grúa en forma de cruz, que fuera como el símbolo de nuestra iglesia. Porque fíjense nuestra iglesia ha estado, desde que estamos aquí, están construyendo el big dig y todas las carreteras y todas estas cosas, y estamos aquí nosotros.

Construimos primero, renovamos este edificio, luego estamos renovando el otro de acá y ahora vamos a construir un templo con la ayuda del Señor. Y yo creo que hay algo allí de que Dios nos ha llamado a ser una iglesia que siempre esté construyendo, reedificando cosas, renovando cosas, renovando la ciudad, y renovando vidas y ayudando a reconstruir vidas y esa es la obra de la iglesia: ser una reedificadora. Y nosotros somos parte de eso. Así que siempre hemos estado en algo de construir y yo creo que el Señor nos ha dicho de esa manera en una forma profética decirnos: ustedes son constructores, ustedes son reedificadores de ruinas, ustedes levantan cosas que la gente no ve el valor en ellas y las ponen otra vez a funcionar y a ser una fuente de bendición.

Y yo creo que ese es nuestro templo, cuando yo a veces leo sermones de años pasados, como en estos días, que estaba recolectando los sermones que tienen que ver con mayordomía, que yo he predicado a través de los años, y los tengo en diferentes lugares así según libros, etc., pude rescatar sermones cuyo bosquejo hice en el año ’95, ’94 cuando apenas nosotros estábamos comenzando a construir este lugar aquí. Me río a veces de mi inocencia porque en uno yo digo, cuando estamos comenzando a construir aquí, que espero que en 6 meses podamos tener el edificio hecho. Yo escribí allí: ¡jah!, puse allí en el sermón porque la verdad es que la inocencia a veces es una cosa triste. Nos tomó dos años y pico hacerlo y con mucho trabajo y mucho arduo esfuerzo y por mucho más dinero de lo que pensábamos, aunque siempre mucho menos de lo que hubiera costado hacerlo normalmente.

Pero una de las cosas que veo también cuando leo esos sermones es que yo hablo allí acerca de que Dios nos ha llamado a ser una iglesia y que animando a los hermanos a que trabajen y den para construir este edificio que va a ser de bendición a la ciudad de Boston, y hablo acerca de que Dios nos va a permitir establecer relaciones con la ciudad y con el gobierno de la ciudad, con otras iglesias y tantas cosas, hermanos, que yo digo: ¡guau gloria al Señor!, porque todo se ha cumplido. Y eso que lo estamos diciendo, ¿de dónde me salía eso? Yo no sé por que en realidad nada sugería que esa iglesita oscura, allí en Cambridge pudiera llegar a tener alguna de las relaciones y el impacto que Dios por su misericordia y para El la gloria, nos ha permitido tener en la ciudad de Boston y establecer las relaciones y yo se que todavía no hemos visto nada de lo que Dios va a hacer a través de ustedes, de esta congregación por medio de su santo espíritu en nosotros, y si seguimos fundamentados en la palabra del Señor y haciendo las cosas con humildad, como Dios quiere.

Pero verdaderamente uno no se imaginaba en ese tiempo que Dios iba a permitirnos ser constructores y edificadores junto con otras iglesias en la ciudad para bendecir a nuestra comunidad. Y estamos ahora en ese proceso de construir este edificio que yo espero que ya sea en realidad, nunca digas “de esta agua no beberé”, pero que sea lo último ya que Dios nos llame a hacer por un buen, buen tiempo. Y esto es la construcción, no de ladrillos como decimos, sino de una visión para la ciudad de Boston. Yo quiero animar a mis hermanos en estas semanas a reflexionar sobre lo que Dios te está llamando a ti a hacer. Cada uno de nosotros es uno de esos ladrillos de ese edificio. Dentro de ti hay quizás uno y quizás muchos más ladrillos, para construir nuestro edificio. Tienes que verte así, cada uno de nosotros, y hablo aquí sobre todo a los hermanos que se identifican con esta congregación, si tu nos visitas o todavía no estás en esa onda, no te sientas aludido, respetamos donde tu estás en tu jornada espiritual, pero yo creo que a los que están más maduros en el Señor, se identifican con nuestra iglesia, son miembros o aman a nuestra congregación y se alimentan aquí, yo les animo a no quedarse cortos en esta gran empresa que Dios nos permite que es construirle al Señor un templo que nos permita hacer de más bendición todavía a la ciudad y para ese proceso estamos estos domingos hablando acerca de la mayordomía. Yo espero a través de estas enseñanzas, edificar en nosotros una postura de fe, de fe, de generosidad para con el Señor, aumentar nuestra visión para ver todo lo que Dios quiere que nosotros hagamos porque si usted mira en la Escritura que Dios tiene un gran proyecto escoge hombres y mujeres.

El primer proyecto de construcción que hay en la Biblia fue la construcción del Tabernáculo, cuando el pueblo hebreo estaba en el desierto. Y fíjense que aunque Dios envió maná del cielo para que comieran los hebreos, y no permitió que sus zapatos envejecieran y su ropa se deshiciera sobre ellos, sin embargo para la construcción de su tabernáculo, Dios no hizo descender del cielo un tabernáculo hecho, sino que mandó al pueblo a dar, y diferentes personas trajeron diferentes cosas. Unos trajeron telas, otros trajeron metales, algunos contribuyeron sus destrezas de artesanía, otros trajeron madera y diferentes cosas para la construcción del templo. Dios usó a su pueblo y usó a Moisés para impartirle la visión al pueblo de un tabernáculo, y de ahí otros procesos de construcción que hay en la Escritura, como por ejemplo el templo salomónico, y los otros templos que fueron reedificados después de la destrucción del primer templo. Los muros de Jerusalén a través de Neemías y tantas otras cosas, de obras de construcción, siempre vemos que están precedidas, es decir antes de la construcción siempre hay un llamado al pueblo a darle al Señor para hacer posible esa obra, porque al Señor le gusta construir en cooperación con sus hijos. Y nosotros cuando recibimos esos llamados, decimos: amen, Señor, yo estoy presente. Yo quiero ser parte de eso.

Ustedes recuerdan..... lo que estoy poniendo allí en el corazón de mis hermanos, que Dios nos permita tener 200 personas o familias, o unidades familiares, 200 individuos u hogares que se comprometan en dos años, 24 meses a darle al Señor para la construcción de nuestro templo 5000 dólares, que son como 50 dólares por semana, por dos años. Yo se que eso solamente en capuchinos algunos de ustedes lo consumen cada semana. Si usted solamente deja de tomarse esos capuchinos que lo que va a hacerle es engordarle de todas maneras, y ponerle los dientes amarillos, déselos al Señor para que usted vea un gran templo edificado para gloria de Dios. Hay tantas cosas que podemos hacer hermanos, que en realidad si miramos a ver, no son de vida o muerte, y si nosotros decimos: yo voy a eximirme un poquito de aquí y de allí, mire va a salir bendecido usted. Esos trajes viejos que están allí que no se los puede poner hace 5 años, de momento le van a servir y tantas otras cosas, porque usted habrá encontrado una manera creativa de darle al Señor. Así que esa es nuestra petición.

Ahora, nosotros queremos que todo el mundo pueda dar y esa es la segunda meta que Dios ha puesto en nuestro corazón que todo el mundo que se identifica con la congregación León de Judá pueda darle al Señor algo. Si el Señor no le ha dado esa posibilidad o esa fe para dar de esa manera, no se sienta mal, no se sienta aludido y despreciado porque esa no es la idea. Usted puede darle al Señor algo. Todos podemos venir ante el Señor con algo en nuestras manos, así que pídale al espíritu santo que le ilumine, entonces acerca de cómo usted puede darle al Señor, y en qué forma y en qué grado y entonces allí usted con su Señor, nadie debe juzgarle a usted por eso, sino todo lo contrario, el Señor bendice lo que sale del corazón. La Biblia dice que no demos al Señor por obligación o por culpabilidad, sino que con alegría. Así que dele al Señor lo que usted pueda darle con alegría y otro quizás con dolor. Está bien, no hay problema en darle al Señor con dolor también. Eso es importante también.

Y lo tercero, el tercer punto, y con esto ya termino lo prelimar, porque es que estoy poniendo en contexto lo que estamos predicando, es que quizás hay personas, quizás haya personas en esta congregación y yo se que las hay, que podrán dar más de 5000 dólares en dos años, y quizás Dios le ha bendecido a usted en alguna forma o le va a bendecir de alguna manera y quizás Dios ponga allí que yo quiero honrar al Señor con algo más allá de esos 5000 dólares. Si Dios pone eso en su corazón yo le aseguro que no lo vamos a resistir. Bendiga al Señor y bendiga a su pueblo de esa manera. Así que si alguno siente del Señor de dar más de esos 5000 dólares, por favor les animamos a pensar también en eso y pedirle al Señor que le ilumine con respecto a eso.

Hay tienen ustedes lo preliminar. Ahora vamos a la palabra del Señor. Primera de Reyes 17. La Biblia está llena, hermanos, de referencias a este principio de dar. Ahora que yo he estado haciendo una lista de textos desde los cuales predicar en estos domingos, porque quiero verdaderamente bendecir su vida y enseñarles principios para la provisión de su vida, para vivir una vida próspera en todas la áreas de la vida. He encontrado decenas de textos porque la Biblia habla continuamente acerca de este concepto de dar y recibir, de cómo tenemos un Dios que quiere bendecir a su pueblo, pero un Dios también que ha establecido ciertas leyes, ciertos principios, ciertas formas en que nosotros podemos desencadenar su bendición para nuestra vida. Y esos textos están en todas partes. Y de hecho les digo, hermanos que este texto que vamos a estudiar aquí en esta mañana, no es solamente con respecto a recibir comida, alimento o dinero, yo creo que se refiere a cualquier milagro, cualquier intervención divina que tu quieras recibir en tu vida. Puede ser la solución a un problema familiar, a un problema emocional, a una atadura mental que hay en tu vida, a una herida emocional que hay en ti, un problema con un hijo o lo que sea, problema de provisión material, vivienda, dinero, trabajo, estudios, esto se aplica a todas esas dimensiones de la vida. Lo que uno necesita recibir para tener una vida prospera y bendecida, cómo ha Dios establecido principios espirituales para poder desencadenar su bendición. Porque si usted mira Dios es un Dios de orden, y Dios ha establecido principios físicos que los científicos al descubrirlos les permiten operar sobre la realidad y levantar aviones de toneladas que pueden viajar por los aires, meter submarinos en le fondo del mar que pueden viajar por el fondo del mar, carros que corren por la superficie de la tierra, rayos láser que operan sobre algo tan delicado como la pupila de un ojo, porque los científicos han descubierto los principios físicos que Dios ha enterrado en la naturaleza y al descubrir esos principios y ponerlos en operación pueden sacar ventaja de ellos.

Yo sostengo que lo mismo es cierto para los principios espirituales. Dios ha establecido principios espirituales y ha dado un mapa para descubrirlos, los cuales se llama su palabra. Al nosotros poner en práctica esos principios de su palabra podemos, como los científicos en el mundo físico, recibir bendiciones también en el mundo espiritual. Y aquí por ejemplo tenemos uno de esos mapas pequeños, en este texto tan rico que es el texto de la viuda de Sarepta y dice aquí que Dios llamó a Elías a apartarse por un tiempo de Acab y Jezabel, esos reyes malignos que querían matarlo, porque a través de Elías Dios había dicho que no llovería sobre Israel hasta que Elías no diera la palabra, y entonces Dios le pidió a Elías que se escondiera por el tiempo que fuera necesario. Y Elías se escondió en el arroyo de Cherit , ustedes saben la historia, y allí Dios le proveyó a su profeta durante muchos días pan y carne a través de cuervos, y agua a través de un arroyo. Un día, dice la Biblia, que el arroyo se secó y no había más agua porque había sequía en la tierra y entonces Dios le dijo a Elías: ok, Elías ahora vete de aquí, y ahí comienza nuestro texto y ve a Sarepta de Sidón, era una tierra no judía, un pueblo que no era hebreo, vete allí a esa ciudad y allí, dice el Señor, Yo he dado orden, mire eso, yo he dado orden a una mujer viuda que te de de comer, que te sustente, que te mantenga por el tiempo que sea necesario.

Ahí ya yo veo algo, hermanos, es esto: que Dios es un Dios proveedor de sus siervos, de sus hijos. Toda enseñanza de mayordomía primero dice que Dios es el dueño de todo lo existente, como vimos el domingo pasado, pero otro principio de la mayordomía es que Dios es proveedor de aquellos que lo honran y le temen. Y no importa cuanta carencia haya en una tierra, hermanos, Dios es poderoso para proveerle a los suyos. Yo se que hay personas que aman al Señor que padecen miseria en otros países de la vida, pero por experiencia propia de mi familia yo aprendí una cosa y es que cuando Dios llega a una casa, las circunstancias financieras negativas cambian y comienza la bendición. Yo lo puedo decir porque cuando mi mamá conoció al Señor Jesucristo hace muchos años en la República Dominicana, nuestra familia, sus circunstancias financieras eran muy adversas, pero yo recuerdo en mi mente de niño pequeñito que cuando mi mama conoció al Señor algo cambió en nuestra vida y Dios comenzó a proveernos de una manera preciosa. Y yo podría explicarles pero eso no es el punto, el punto es que cuando Cristo entra a la vida de una familia comienzan los procesos de bendición y de prosperidad, si esa familia es fiel al Señor y si usa los principios de la fe.

Eso está en la Escritura, eso no se dice para manipular, no. Yo veo eso en todas las páginas de la Escritura que Dios provee. La Biblia dice, por ejemplo, “joven fui y he envejecido y no he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan”. Yo creo que si Dios me tira en la luna, allá yo se que yo conseguiría un árbol de algo para comer, si fuera necesario, porque ese texto está allí y alcanza hasta la luna misma. “No he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan”. Ahora, podríamos nosotros creer eso, hermanos. ¡Qué difícil es ajustar la mente a las promesas de Dios! Pero Dios es un Dios proveedor, de hecho, uno de los nombres que se le da a Jehová en la Biblia, ¿cuál es? Jehová Giré, que en hebreo quiere decir Jehová es mi proveedor. La esencia misma del carácter de Dios es proveer a sus hijos por eso les proveyó a los hebreos maná en el desierto, les proveyó agua de una roca, les proveyó vestido y zapato y les proveyó su poder, y les proveyó la nube de humo en el día para que los guiara y la columna de fuego en la noche. Óiganme, ni Mapquest tenía un servicio tan bueno como esa nube y esa columna de fuego, era un mapa a través del cual Dios le guiaba a sus hijos a donde tenían que ir, porque Dios es un Dios proveedor en todas las dimensiones de la vida, si nosotros lo creemos. Le proveyó a su siervo Elías, cuando se le acabó el agua dijo: ahora ve, yo tengo otra opción para ti. Siempre hay una opción.

Yo he descubierto eso, hermanos, en la vida. Mi lema es siempre hay una solución. ¿saben qué lo que yo practico en mi vida? y cuando hay.... puede ser una cosa sencillita, pequeña pero mi lema: siempre hay una salida, siempre hay una solución a cualquier problema, porque Dios es la solución a cualquier problema de la vida. Dios es la puerta que se abre cuando todo parece oscuro y no hay nada que la razón sugiera de soluciones, Dios puede proveer en nuestra vida, si creemos, si confiamos en el Señor. Imagínese, usó cuervos para proveerle a su siervo y ahora usa.... fíjese es interesante que a través de la Escritura nosotros vemos algo que Dios usa muchas veces algo que parece que no puede proveer para proveer. Fíjese proveyó agua, ¿de qué? De una peña. Proveyó comida en la alimentación de los 5000 ¿de parte de quién? De un niñito con cinco panes dos peces por allí. Dios siempre.... le gusta proveer a través de cosas aparentemente áridas y estériles. Aquí provee a través de una viuda que ni seguro social, la pobre estaba cogiendo. No había welfare en esos tiempos, no había seguro social, ni cupones, nada, hermanos, ni tarjetas de crédito que uno pudiera por lo menos dar un tarjetazo y decir: ya veré como salgo de esa después. Nada, esta mujer estaba desprovista y al Señor le gusta proveer a través de formas inesperadas.

¿Cuántos han recibido algo en la vida a través de una forma inesperada o de alguien que no parecía que podía serle de una fuente de solución? Porque a Dios le encanta, porque Dios es un Dios..... El tiene un sentido del humor, yo creo. Inclusive El lo hace así para que sea evidente que es su gloria, que no es el hombre sino es El quien verdaderamente en última instancia provee. Y Dios le dice a Elías: yo he dado la orden para que esta mujer te alimente. Ahora, lo hace a través de un proceso complejo y zigzagueante, porque cuando Elías llega allá, a Sarepta, yo creo que él esperaba que lo iba a encontrar una mujer con un abrigo de mink, en una limosina, una viuda rica que quizás hasta se iba a casar con él si le iba bien, o algo por el estilo. Pero cuando llega a Sarepta, fíjese Dios dice: Yo he dado orden, y cuando él llega allí lo primero que ve es una mujer toda deshecha y deprimida porque está llegando a lo último de su vida, y ya lo que le queda es un puñadito de harina y unas cuantas gotitas de aceite para hacer un pankake sin leche ni siquiera. Y esta viuda para peor la situación, ni siquiera sabe quién es Elías y que Dios te dijo, ¿qué? Tu estás loco, muchacho, vete a un psiquiatra. ¿qué te diera yo comida? Pero, si esto es lo último que a mí me queda, me lo voy a comer con mi hijo ya para echarme a morir. ¡Qué interesante!

Hermanos ahí está la cosa, usted ve. Dios da declaraciones en el espíritu que luego tienen que realizarse en el mundo del tiempo y del espacio. Y a nosotros nos toca ser participes muchas veces de los milagros. Dios a veces declara cosas en el ámbito espiritual y a través de su boca que en la realidad externa no parece que nada concuerda con lo que Dios ha dicho y ahí es donde nosotros, muchas veces somos los protagonistas de la segunda parte del drama, porque Dios ha declarado su principio espiritual, pero entonces ahora nos toca a nosotros desarrollar eso, y ser parte del milagro. Nosotros quisiéramos como que los principios de Dios fueran de ‘a’ a ‘b’ a ‘c’ a ‘z’, punto, recto, línea recta, pero Dios no obra así. Dios obra a través de procesos complejos como el que se da aquí. El ha dicho: esta mujer le va a proveer a mi profeta pero los detalles de ese proceso van a ser desarrollados por la interacción entre Elías y la viuda de Sarepta. Dios es un Dios así. Dios es un Dios economista. El dice: se va a hacer esto. Los detalles. Ustedes encárguense de eso, como hacen los grandes ejecutivos. ¡qué fuerte es el Señor!

Y a nosotros entonces nos toca, dependiendo de nuestra fe, ¿ve? Dios al decir que esta viuda le provea a mi profeta ya ha declarado un principio que está reverberando en los aires espirituales, pero ahora entra en acción la fe del profeta y la fe de la viuda y el diálogo que se da entre ellos. Así es, hermanos, muchas veces Dios te ha dicho a ti en tu vida: ese sueño que tu tienes, Yo he declarado que se cumpla. Ese proyecto económico, financiero que tu tienes, Yo he declarado que tenga éxito. Ese deseo que usted tiene de estudiar y de llegar a ser una mujer profesional, aunque tienes 40 años y tres hijos y el resto del tiempo te lo pasas lavando platos, y limpiando la casa, Yo he dado orden para que tu llegues a tomar una maestría. O que aprendas a hablar inglés. O que tengas tu casa un día. Dios ha dado la palabra, ¿usted ve? Pero ahora nos toca a nosotros un proceso de fe para que eso que Dios ha declarado en los aires se realice. Y ahí es donde muchos de nosotros fallamos muchas veces. No le creemos a Dios o porque el proceso se hace un poquito difícil en el camino y no nos va bien, la primera vez que tratamos ya nos echamos a morir y decimos: Olvídate, Dios no es fiel, Dios no cumple lo que promete. Y entonces nos lamemos las heridas por el resto de nuestra vida y llamamos a Dios infiel, cuando era que Dios quería que diéramos un poquito más de esfuerzo y que aprendiéramos, que sacáramos algo de ello.

¿Usted ve? Aquí a Dios no le interesa solamente que esta viuda le de de comer a su profeta y le llene el estómago de pan y de agua. No, Dios quiere algo más. Dios quiere que el profeta aprenda ciertas cosas y que la viuda también aprenda ciertas cosas de fe y del espíritu y que ella también sea bendecida con toda su casa. Porque cuando Dios obra, muchas veces sus procesos arrastran no solamente a nosotros sino a otros que están alrededor de nosotros. Y si nosotros actuamos en fe, somos bendecidos nosotros y otros también que son testigos del proceso de fe que nosotros estamos viviendo. ¡Qué precioso es el Señor! ¿verdad? ¡Qué compleja es la forma de Dios operar! El quería desarrollar un drama entre Elías y esta viuda.

Pero no nos olvidemos de eso, hermanos. El principio aquí que yo veo importante es que Dios está proveyendo. Dios ha dado una orden: mi profeta no puede pasar hambre. Mi profeta tiene que ser bendecido. Aunque otros están pasando hambre por su maldad y su falta de fe, yo quiero que mi profeta sea bendecido. Y esto hermanos, aquí hay otro principio bien importante: cuando nosotros le damos al Señor siempre tenemos que darle al Señor desde una postura de confianza y de fe de que El es nuestro proveedor. El trasfondo mental de nuestra acción de fe siempre debe ser Dios es poderoso y fiel para proveerme. ¿usted ve?

Mire que cada vez que Dios llama a la gente a dar, hay algo como que le dice: no temas o le dice: no te preocupes, yo te voy a dar. Mire por ejemplo Lucas, Capítulo 12, porque estos principios están en todas partes, no solamente en Antiguo Testamento. Lucas 12:32, dice: “no temáis” –digan conmigo, hermanos “no temáis”, otra vez “no temáis”- manada pequeña porque a vuestro padre le ha placido daros el reino”.

Mire la promesa allí. El dice, gente de León de Judá no teman, no se preocupen, ustedes no os afanéis por el día de mañana. No anden con esa ansiedad en sus vidas y esa idea de que su vida es algo frágil que en el día menos pensado va a perder su trabajo, lo van a botar de la casa, se va a enfermar, le va a faltar el dinero para pagar el agua o la luz. El Señor dice: no temas, yo soy tu proveedor. No temas, manada pequeña, porque a tu papá le ha dado la gana de darte el reino completo, todo. Dios te ha prometido todo. Yo vivo como que la tierra es mía, porque es de mi padre que me ama, y yo trato de vivir de esa manera, de esa confianza de que Dios es mi proveedor. El ha dejado esos textos ahí en la Escritura, de Elías y de otros para enseñar que El puede hacer lo mismo conmigo.

Y entonces miren lo que continúa, a vuestro padre le ha placido daros el reino, dice: “vended lo que poseéis y dad limosna. Haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega ni polilla destruye”. Usted ve, primero él establece un trasfondo de provisión y de promesa y de fe. No temáis. A mi me ha placido entregarles el reino, y ahora miren la consecuencia de eso. Por lo tanto, vendan lo que tienen, denle limosna a los pobres, sean generosos, porque ustedes tienen una línea, tienen una cuenta de crédito ilimitada, es como los bancos le dan una tarjeta a alguien, dice: límite, 100.000 dólares.

Hermanos nosotros tenemos una línea de crédito en el reino de los cielos y Dios dice por lo tanto atrévete a ser generoso aquí en la vida. Da. En todo lo que tu puedas, ayuda al pobre. Ayuda a la gente necesitada. Da de tu tiempo generosamente, da de tus energías. A mi me gustan los cristianos enérgicos, hermanos. La gente aplatanada, como dicen los caribeños, no son santos de mi devoción, porque yo creo que Dios quiere gente con un exceso de energía porque sabe que de esa energía hay mucha más que tiene Dios. Dios es poder y cuando tu das al Señor..... mira, no te va a faltar. Créelo. Esfuérzate y se valiente, dice el Señor, porque Yo estaré contigo donde quiera que tu vayas. En otras palabras, lánzate, atrévete, has cosas, emprende cosas, porque Yo estoy contigo. Y de donde tu diste hay más para que tu recibas más todavía.

Lo que pasa es que nosotros no le creemos a Dios y somos conservadores con nuestra energía, con nuestro tiempo, con nuestro dinero, con nuestras posesiones, y siempre estamos contando como miserables las moneditas que tenemos.... y Dios dice: no seas tacaño. Da. Porque a mi me ha dado la gana de darte el reino. Atrévete en el nombre del Señor. Muchas veces tantas oportunidades que hay, hermanos para nosotros servir a alguien o darle a alguien y no nos atrevemos porque estamos pensando,.... Alguien nos llama deprimido y nos dice: me voy a pegar un tiro, hermano, estoy deprimido aquí. Dice: bueno, si hermano, por favor hablemos otro día porque yo tengo que irme a dormir, estoy cansado y tengo que levantarme a las 5 de la mañana. En vez de decir: bueno, voy a consolar a este hermano, le voy a hablar porque aunque tengo sueño y pierda una hora y media de sueño, pero el Señor me lo repondrá mañana por la madrugada.

Entonces estamos siempre pensando en el temor, lo que no tenemos, en vez de pensar en el Dios que ha dicho: yo tengo más de donde salió eso. Hay más, hay un tesoro ilimitado. Atrévete. Da de tu energía, da de tu tiempo, da de tus talentos, invierte en mi reino porque Yo no tengo límites en lo que te puedo dar.

Y por eso muchos de nosotros, hermanos, vivimos vidas mediocres y vidas limitadas, donde la provisión de Dios no nos llega y es porque tenemos unos cablecitos bien finititos por donde solamente puede pasar un poquitito de la bendición de d. Yo he aprendido que mientras yo más doy, Dios más me da. Mientras más generoso yo soy en el Señor, más generoso es Dios conmigo. Por eso es que Dios dice: no te preocupes, da.

Mire cómo le dice Elías a la viuda. Mire aquí la mentalidad del hombre y la mentalidad de Dios. Elías manda a la viuda a buscarle un poquito de agua. Esa es la cascarita para que ella resbale. “Busca un poquito de agua”. Y ella, parece que tenía bastante agua, “claro que si, no hay problema”. Y después como quien no quiere la cosa dice: “ah, y por favor si me puedes traer una tortita hecha con ese harina y ese aceite”. Dice: “ah, no ahí si que no, no te puedo ayudar. Ahí si que no se va a poder, como decía un señor que conocíamos nosotros cuando éramos chiquitos. No se va a poder”. ¿Por qué? Porque ella dice, lo único que tengo es un poquito de harina y un poquito de aceite y eso está reservado para mi y para mi hijo y ya pensamos con eso nos echamos a morir porque no hay más nada. No digas más me (34:41) que no hay más yerba, como dicen los dominicanos. Fíjese ella está pensando en su limitación. Ella no ha escuchado la palabra del Dios proveedor. Ella no conoce al Dios proveedor que Elías conoce. Entonces ella solamente está pensando en sus limitaciones. Ella está pensando en lo que no tiene. Ella está operando, en lo que yo llamo, la mentalidad de carencia. Los cristianos podemos operar de dos zonas: la zona de carencia o la zona de abundancia y provisión. El cristiano carnal, racional solamente opera pensando en que si yo doy al Señor me va a faltar. Si yo saco de mi cuenta ese dinero que no voy a tener para pagar los biles o para completar el proyecto que yo tenía, o lo que sea. Ve, uno piensa con la mentalidad de carencia, y eso se ve en toda la Escritura.

Por ejemplo cuando Caleb y Josué y los otros 10 espías regresan de la tierra prometida, los diez espías incrédulos le dicen pueblo hebreo que lo habían mandado: miren, señores, ni se molesten en ir a Canaan. Eso está lleno allí de una gente que miden 6, 8 y 7 pies y tienen unos molleros que ni Arnold Swarzenneger y tienen unos carros y lanzas de metal y caballos gigantes y nosotros al mirar esa gente tan alta nos veíamos como energúmenos, como langostas, dice, como cositas chiquititas. Esa es la mentalidad de carencia. Es la mentalidad que solo ve las limitaciones en la vida. Es la mentalidad de la persona que solo piensa, bueno, pero en mi familia nunca ha habido nadie que tenga dinero. No ha habido ningún profesional. Qué es eso de que yo dijo: comprar mi casa o yo ir a la universidad. No es posible. Porque está pensando de la carencia.

Es la idea cuando el Señor te dice dame a mi primero, como le dice Elías a ella, atrévete a honrarme con tu diezmo. Atrévete a honrarme con una promesa y yo te prometo que no te va a faltar. Pero la persona dice: bueno, pero esos serán otros allí porque ese gana 50.000 al año, pero yo solamente gano 24 ó 20 ó 18. Yo no puedo hacerlo. Porque uno está pensando en la limitación, uno está pensando según la carne. Uno está pensando según la razón. Como esta mujer solo pensó, me queda solo un puñadito de harina, un poquito de aceite, y ya me voy a morir, y de dónde le voy a dar yo a este hombre lo que a mi me toca. ¿usted ve? Esa es la mentalidad de carencia. La mentalidad de carencia la vemos a través de toda la Escritura.

Los discípulos cuando el Señor les dice: Denle ustedes de comer a toda la multitud. Ellos dicen: ¿que le demos nosotros de comer a toda esta gente? Mire si tuviéramos 20.000 dólares no podríamos comprar pan, y es más si tuviéramos el dinero dónde íbamos a comprar, si por aquí no hay una panadería en todos los alrededores. La mentalidad de carencia. Pero el Señor que conoce al Dios proveedor, les dice: vayan por allí, pónganse a buscar y miren a ver qué encuentran. Cinco panes, dos peces. Vengan acá, los bendice, ora por ellos, y come toda la multitud y sobran 12 cestas llenas de panes y de peces. ¿Por qué? Porque el Señor quería darles una lección: no vivan conforme a la mentalidad de carencia. Vivan conforme a la mentalidad de fe.

Hermanos, hay una cosa, que cuando tu vives conforme a una mentalidad de fe y de posibilidades, tu vida se convierte en algo magnético hacia la bendición y hacia la prosperidad y hacia las oportunidades. Hermanos, yo trato en todo lo posible de cultivar una mentalidad de posibilidades y yo he descubierto que secretamente es como que hay un magnetismo que atrae las posibilidades, atrae las bendiciones. Yo quisiera tener tiempo para darles ejemplos de esto, pero miren, uno solo aunque el tiempo se nos va, pero estas cosas son importantes.

Ese edificio hacía años que Dios había puesto en mi corazón construir ese edificio y yo quería comenzar mucho antes de que se complicara el vecindario con todos los condominios que se han mudado aquí, porque yo sabía que iba a ser mucho más difícil el proceso del vecindario. Sin embargo había tantas trabas legales y tantas dificultades en el proceso, que yo sabía que iban a venir, que yo me acobardé durante mucho tiempo y esperé y esperé y esperé. Porque no me atrevía a meterle mano, parecía imposible. Yo me acuerdo un día en que Meche y yo en la cocina de casa, yo le dije a Meche: Meche, si ese proyecto un día tu ves que se da y tu ves que nos aprueba la ciudad el que hagamos ese edificio, di que tu has visto un milagro. Ella misma estuvo de acuerdo en que así era. Porque había cosas allí, imposibilidades que ni siquiera surgieron, que nos hubieran podido impedir que ese edificio siguiera, si ellos hubieran sabido cosas que podían usar. Y sin embargo un día yo dijo: Señor, si esto es de ti, lo único que yo puedo hacer es comenzar a caminar en fe. Y si esto es de ti tu vas a resolver los problemas y tu vas a tumbar a los gigantes y eso se va a dar, y la ciudad nos va a dar el permiso. Y saben, yo comencé a orar y decidí en mi mente que, ok vamos a emprender eso.

Un día invitaron al grupo de alabanza, ellos recuerdan, el grupo de alabanza a la iglesia de Roxbury Presbiterian Church para que tocara allá en una reunión de varias iglesias de oración y adoración y eso fue unos pocos días después que yo decidí. Y le dije al Señor: Señor, lo primero que yo necesito es un arquitecto, alguien que nos haga estos planos por un precio bien bajo y ser una persona lo mejor que hay en la ciudad de Boston. ¿Y saben qué? Ese día domingo después del servicio cansado yo y agotado después de las reuniones aquí en la iglesia, llego allí cuando ya comenzaba el servicio, nuestro grupo estaba tocando y cuando voy caminando hacia el asiento que encontré, detrás del asiento donde yo me iba a sentar estaba Glenn Knowles, un arquitecto cristiano que yo había conocido años atrás en Cambridge, en la iglesia norteamericana que compartía el edificio con nosotros. Y Glenn Knowles es graduado de Harvard y trabaja para una de las mejores compañías de arquitectura de aquí, de la ciudad de Boston, un hombre ilustre en la arquitectura y con corazón de servicio al Señor y cuando yo lo vi, en mi corazón yo dije: este es mi hombre, este el hombre que Dios ha puesto allí para hacer este trabajo. Comencé a hablarle y acordamos reunirnos y el resto es historia. Ahí están los diseños que nos salieron por una fracción del costo de lo que salen normalmente ese tipo de cosas. Al Señor la gloria.

Y este hombre a través del proceso fue mi abogado, mi arquitecto y mi compañero de batalla. Cada vez que nos metíamos en la boca del león con un grupo del vecindario o de la ciudad porque el Señor cuando provee, provee en grande. Pero, se requirió que yo dejara mi mentalidad de dificultades y de obstáculos y la cambiara a una mentalidad de posibilidad, y que me atreviera a dar los primeros pasos de fe. Cuando usted comienza a caminar en el nombre del Señor el río se abre delante de usted, porque eso es lo que Dios está esperando. Un mover de fe. El está esperando que nos atrevamos, que rompamos la mentalidad esta de limitaciones y de imposibilidades y de que nunca se hizo antes esto, que nadie en mi familia, o que yo no tengo, no puedo, no se, y que usted diga: todo lo puedo en Cristo que me fortalece, como dice el Apóstol Pablo.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Y tu puedes romper todas las cadenas que el diablo pone en tu mente y en tu vida y en tu circunstancias, todo está en que tu le creas al Señor y que te atrevas y que tengas lo que se llama una mentalidad de posibilidad. Y eso es lo que yo veo en Josué y Caleb. Dice la Biblia que había en ellos un espíritu diferente al de los otros. Y Caleb y Josué, cuando estos diez espías dijeron: esto es imposible, esta gente son inmensas, son demasiado grandes para nosotros, Josué y Caleb dijeron: No le teman a ellos, porque Dios los ha entregado a nosotros y lo vamos a comer como pan, dijo Josué y Caleb. Porque más grande es el que está en nosotros que el que está en el mundo. Yo creo que la gente que está en Cristo y que tiene su fe activa piensa en esa manera. El Dios que está dentro de mi es más grande que cualquier circunstancia. Yo voy a salir adelante sea como sea. Dios abrirá un camino. Ese coro (43:09) dice: sendas Dios hará donde piensas que no hay. Eso es verdadero para el que cree, hermanos. ¡Aleluya! Pero sabes que en el proceso muchas veces hay trabas porque ese es el Dios que tenemos.

Hace poco escuchamos una enseñanza de un escritor llamado Elbridge que habla del Dios desde los dramas y del Dios que hace dramas. A mi me encanta los dramas. Mi doctorado es en literatura, y yo amo los dramas, amo la trama de una novela o aún de un poema o de un cuento. A Dios le gustan los dramas y en los dramas, miren las comedias de televisión por ejemplo, el muchacho conoce a la muchacha, se enamoran, pero si se casaran enseguida la película tomaría 5 minutos, pero ¿qué pasa? No, viene una que el conocía hace 10 años y se pone a hablar con ella en la calle y la primera que se enamoró de él los ve hablando y ya piensa que él la ha dejado y se mete un lío allí tremendo, y los próximos 45 minutos se tratan de resolver ese problemita que comenzó para alargar la cosa y ahí estamos nosotros llorando con los Kleenex o comiendo pop corn a diestra y a siniestra, porque la trama se está poniendo sabrosa ¿no?, hasta que llega finalmente que se casan y viven felices para el resto de sus vidas ¿no?. Porque esa es la esencia, la trama es la complicación, eso es lo que hace un drama y Dios se le encanta, Dios es el novelista por excelencia.

Entonces Dios nos dice: yo te voy a bendecir, yo he dado la palabra para que tu seas bendecido, entonces tu le crees al Señor y ahí comienza un proceso que puede durar años, meses, semanas. Va a haber dificultades, gigantes a quienes les vas a tumbar la cabeza, mares que vas a atravesar, doncellas a quienes vas a salvar de gigantes terribles, pero llegarás a la meta porque Dios dijo: llegarás porque Yo lo he dicho.

Pasen a la otra orilla, dice el Señor Jesús. Mientras van hacia la otra orilla encuentran un mar bravo, una tormenta y el Señor allá en su trono orando, los ve y a medio de la noche camina hacia ellos y se monta en la barca y le dice a la tormenta: Cesa, calla. Y se calla la tormenta y llegan a la otra orilla porque el Señor dijo: llegarán a la otra orilla. Dios es complejo en sus procesos. Muchas veces nosotros nos dejamos intimidar por la complejidad de los procesos y nos acobardamos y entonces perdemos la oportunidad que Dios quiere darnos. Nunca te des por vencido porque el proceso se haga arduo en el camino. Di: no, lo que el Señor está haciendo es que me está enseñando cosas. El quiere bendecirme más allá de la meta pequeñita que yo tenia. Las metas del Señor siempre son mucho más amplias de lo que tu mente pequeñita puede concebir, mi hermano, mi hermana. A Dios le encantan los viajes, le encantan los procesos. La vida del cristiano es siempre lo mismo, lo que dice: vete de tu tierra y de tu parentela a una tierra que yo te he de enseñar. Ese es el proceso de fe en su esencia misma. Y cada vez que Dios te da un sueño, una palabra, una meta, una trama, lánzate en el nombre del Señor. Como Abraham pasarás sustos, cometerás errores, harás cosas que no pensabas que ibas a hacer, pero llegarás a la meta porque el Señor te dijo: Yo voy a estar contigo donde quiera que tu vayas.

Hermanos yo quisiera tener más tiempo para desarrollar todos estos temas. Quizás continuaremos el próximo domingo. Pero lo importante es que veamos aquí eso. Esta mujer es probada. Elías le dice: Ve y búscame a mi primero. Dice: dame a mi primero. Hay que darle al Señor primero.

Digan conmigo: hay que darle al Señor primero, primero. Cuando usted le da al Señor primero usted recibe. Elías le dice: dame a mi primero y después tu vas a tener para comer, no solamente hoy sino mañana y pasado mañana, y la semana que viene y el mes que viene hasta que vuelva otra vez a crecer pan en la tierra. Así es que Dios obra, usted se atreve en el nombre del Señor. Nada le garantiza que usted va a llegar, solamente la palabra de Dios. Las primicias es un concepto que está en la Escritura de Génesis hasta Apocalipsis. “Honra al Señor con tus primicias.” Dale al Señor primero.

Proverbios 3:9, “honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos y serán llenos tus graneros con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto”, dice el Señor. Tus graneros estarán abundantes y llenos, mi hermano, mi hermana. Pero honra al Señor con tus bienes, dale al Señor las primicias. No le des la rabandija (48:06), no le des la cola, no le des lo que te queda, no le des lo que te sobra, no le des cuando tu ya pagaste todo y sabes que todo está bien y todo está cubierto, entonces de lo que te queda tu le das al Señor. No, al Señor hay que darle primero, hay que sacarlo a El, lo de El primero.

Si tu tienes fe en que tu Dios provee, dale al El primero. Atrévete en el nombre del Señor. Yo no creo que tu vida está tan extrema como la de esta mujer, por eso es que Dios escoge los extremos también, para ilustrar sus principios claramente, en la pureza del tubo artificial que El construye. Esta mujer no tiene nada. No le queda nada. Está en los extremos de su vida. La mayoría de nosotros no está en esa posición extrema. Y ahí es donde el Señor le dice: dame, ahora, primero. Arriesga tu vida. Arriesga tu provisión,. Arriesga tu esperanza. Arriesga tus ilusiones. Ponlas sobre la mesa del sacrificio. Dame a mi primero, y entonces tu verás si yo soy Jehová, si yo soy fiel y si yo cumplo lo que prometo o no. O si yo tengo poder o no para bendecirte y abrirte el mar delante de ti. Honra al Señor con tus bienes. Ahí tiene un principio que es más preciso que los principios de la gravedad o de cualquier otro principio físico. El que honra al Señor primero, el que pone al Señor primero en su vida, el que ama al Señor de todo corazón con toda su mente, con todas sus fuerzas, el que no se preocupa por si mismo, sino se preocupa por la gloria del Dios. El que siempre que hay una necesidad dice: yo estoy presente porque yo tengo una línea de crédito directa a mi Padre. Y le da al Señor en cualquier situación, o da con generosidad en su vida en el nombre del Señor. Esa persona será prosperada, será bendecida y nunca le faltará nada. Escuche que se lo digo, escríbalo, ponga la fecha y póngalo a prueba y usted verá si Dios es fiel o no en su vida.

Vamos a ponernos de pie. Gloria al Señor. No dejes que esa palabra se escape de tu corazón porque yo creo que es palabra que Dios me ha dado en esta mañana para usted. Esos son principios de la Biblia, esos principios no están en el corazón del hombre. Esos principios son principios divinos. Si tu quieres compra ese cassette y escúchalo de nuevo porque es semilla de fe que Dios pone en tu vida. Dios quiere bendecirte. Dios quiere proveerte. Dios quiere sacarte de tu carencia. Dios quiere que tu tengas una vida amplia, una vida de logros, una vida exitosa. Pero hay principios espirituales y Dios te dice: toma riesgo, arriésgate. Si tu no te arriesgas no va a venir la bendición, dice el Señor. Siempre hay que arriesgarse. David se arriesgó cuando se tiró encima de Goliat, un energúmeno, un muchachito enano contra ese gran gigante. Nada más que unas piedras y una honda. ¿Qué le garantizaba a David que él iba a regresar sano? Nada. Si los grandes soldados no se atrevían a meterle mano a Goliat pero David arriesgó su vida porque amaba al Señor y amaba la gloria de Dios. El resto es historia.

Tu eres un David, tu eres una David. Tu puedes hacer cosas grandes en el Señor. Tu puedes vivir una vida próspera. Tu futuro, la curva de tu vida será ascendente. Tus hijos serán bendecidos. Tu llegarás a cosas que tu no te imaginas. Los mejores tiempos de tu vida están delante de ti pero tienes que creerle al Señor primeramente. Si tu te quedas en la zona de la limitación, en la zona de la carencia, en la zona de la timidez, en la zona de la pobreza, en la zona del no puedo, no se, no tengo, Dios no va a activar su palabra que El ha dado para bendecirte.

Todo creyente vive en la zona del logro, del éxito, de la posibilidad. Algunos no realizan eso porque se quedan solamente en potencialidades. No usan los principios de la Escritura y por lo tanto siempre su vida es pequeña, sus hijos son pequeños, su familia, su casa es pequeña. Pero si nosotros nos atrevemos, hermanos a vivir en la zona de la posibilidad, en Dios y nos atrevemos a arriesgar, a morir porque antes de toda resurrección tiene que haber muerte. Si no hay muerte, no hay bendición. Siempre cuando Dios quiere bendecirte, primero te mata. En alguna manera pequeña o grande pero te mata, te lo aseguro. Siempre tiene que haber crucifixión de la mente, de la razón, el yo, el orgullo, la autosuficiencia, lo que sea, pero algo Dios siempre te pide. Sacrifícame eso primero. Muérete y entonces Yo te voy a bendecir, te voy a levantar. Vas a ser mucho mayor de lo que eras cuando comenzaste.

Hermanos, quiera el Señor que nuestra mente sea revolucionada en este día por la palabra de Dios. Bajemos nuestra cabeza. Recibe en el nombre de Jesús, recibe en el nombre de Jesús la palabra de fe. Recibe en el nombre de Jesús, la palabra de posibilidad, vive tu vida, vive tu vida creyendo en el Dios de los milagros, en el Dios de la provisión, en el Dios fiel, el Dios que dice que toda la tierra es suya. El es dueño de todo y El quiere usar su poder a tu favor. Recibe la palabra de fe. Renuncia a la mentalidad pequeña. Ahora mismo di: renuncio a la mentalidad limitada, a la mentalidad del no puedo. Renuncio a la mentalidad de la pequeñez, de las limitaciones y abrazo el espíritu de la posibilidad en Cristo. Todo lo puedo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. ¡Aleluya! Gracias Señor. Gracias Señor. Gracias Dios, te adoramos Señor.

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Lucas 16:1

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Vamos al Evangelio según San Lucas, Capítulo 16, comenzando con el primer versículo. Lo voy a leer en español. Vamos directamente allí ahora. Capítulo 16, versículo 1: “... dijo también a sus discípulos, “había un hombre rico que tenía un mayordomo y éste, es decir el mayordomo, fue acusado ante él como disipador (es decir como haciendo mal uso de sus bienes) entonces el rico le llamó al mayordomo y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía porque ya no podrás más ser mayordomo. Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿qué haré porque mi amo me quita la mayordomía? Cavar no puedo, mendigar me da vergüenza, ah! Ya sé lo que haré, para que cuando se me quite de la mayordomía me reciban en sus casas. Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿cuánto debes a mi amo? El dijo: “cien barriles de aceite”, y le dijo: “toma tu cuenta, siéntate pronto y escribe 50”. Después dijo a otro: “¿y tu cuánto debes?”, y él dijo: “100 medidas de trigo”. El le dijo: “toma tu cuenta y escribe 80”. Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de la luz. Y yo os digo ganad amigos por medio de las riquezas injustas para que cuando éstas falten os reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel. Y el que en lo muy poco es injusto también en lo más es injusto, pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Bendiga el Señor su santa palabra. De sabiduría para exponerla.

La última vez que prediqué inicié casi informalmente una serie de mensajes sobre el concepto de mayordomía. Voy a continuar con esto como parte de lo que va a ser una especie de campaña financiera hacia levantar los fondos para nuestro templo. Lo que queremos por medio de esta campaña financiera, no es solamente obtener un dinero de parte de ustedes, y de nosotros también, porque yo también soy parte de eso, todos los líderes de esta iglesia son parte este proceso. Queremos también enriquecer sus vidas, nuestras vidas con una reflexión acerca de lo que es la mayordomía cristiana, lo que es la administración correcta de los bienes que el Señor pone en nuestras manos.

Queremos poner esto en su contexto bíblico adecuado, no queremos manipular a las personas. No queremos explotar a nadie ni queremos usar las emociones, ni el sentido de culpabilidad. Queremos hacer esto en una forma verdaderamente bíblica. La palabra de Dios tiene muchos, muchos temas en esa dirección.

Sabe que se ha dicho que el Señor Jesús habló más de dinero que de cualquier otra cosa en sus enseñanzas y El lo hizo de muchas diferentes maneras. El Señor no tenía miedo de hablar acerca del dinero. Pero El siempre habló del dinero en relación al Reino de Dios. Y siempre buscó hacer esa conexión entre nuestra identidad como pertenecientes a un reino ultra mundo y nuestra relación con nuestras posesiones y nuestra vida aquí en la tierra. El Señor siempre habló acerca de eso en muchas maneras y alabó a las personas que daban en una forma generosa al Reino de Dios. Recuerden por ejemplo la historia de la viuda pobre que dio todo lo que tenía. Algunos esperarían como que el Señor hubiera quizás hasta visto como inapropiado que esa pobre mujer diera todo lo para tenía, pero el Señor no la criticó sino que dijo: hey, miren ese es el nivel de entrega que debe haber hacia el Reino de Dios. Y siempre que Dios quiere hacer algo en el mundo usa hombres y mujeres, El no obra unilateralmente. Al Señor siempre le gusta trabajar en unidad con su pueblo y en eso hay una enseñanza y es que Dios quiere tratarnos como adultos. El permite eso con un propósito. Nuestra iglesia tiene este gran sueño ahora, esta gran visión de levantar un templo para gloria de Dios. Un lugar donde puedan venir muchas almas a escuchar el Evangelio de Dios, un lugar donde nosotros podamos adorar al Señor cómodamente y con mucho más espacio y más libertad y más comodidades que lo que lo hacemos ahora, y el Señor ha sido generoso con nosotros aún aquí, lo sabemos. Y queremos que sea un lugar también que sea una declaración a la ciudad de que Dios está bendiciendo a su pueblo, de que Dios prospera a hombres y mujeres inmigrantes muchos de nosotros, como somos humildes, pero Dios nos está permitiendo porque hay pasión para el Reino de Dios y eso es un ejemplo para todo el mundo, para toda la comunidad.

Esta semana pasada salió un artículo escrito por un reportero que estuvo aquí visitándonos hace unas semanas, y yo estuve en comunicación con él por varios meses, y él escribe para un periódico local el “Boston Globe”, pero también escribe para Associated Press, para la prensa asociada que los artículos los publica en muchos diferentes periódicos de los EEUU. Y este reportero escribió acerca del avivamiento silencioso que está viendo en la ciudad de Boston, y usó nuestra iglesia como ilustración de ese avivamiento. Hay una foto muy bonita, de hecho, en ese artículo y hay muchos diferentes periódicos. En toda la nación nos han llamado para decir que leyeron ese artículo. Y el reportero vino precisamente el día que yo anuncié que la ciudad nos había dado el permiso para construir el templo. Y él escribe acerca de eso en su artículo como un ejemplo de cómo Dios está bendiciendo a esas congregaciones que están siendo fieles a la palabra de Dios a diferencia de muchas otras iglesias que están decayendo porque se están separando de la palabra de Dios. Dios esa manera el Evangelio ya estaba siendo predicado a personas que leyeron ese artículo por un hombre que su interés no era en absoluto promover una fidelidad a la palabra de Dios. El es simplemente un reportero que está reportando sobre un fenómeno.

Lo que quiero decir, hermanos es que muchas veces las cosas que uno hace no tienen resonancia solamente para unos sino también para otros, y yo creo que este edificio es una de esas cosas. Por eso es que nosotros tenemos una gran nube de testigos alrededor de nosotros. Hay mucha gente que está observando para ver el poder en nuestras vidas y para ver si nosotros verdaderamente somos fieles a lo que decimos, si la retórica se ajusta a la vivencia. Y por eso hermanos yo les animo a ver esta campaña financiera, no como un esfuerzo para sacar dinero, porque en última instancia eso es secundario. Es para llevarnos a un nuevo nivel de fidelidad en el Señor y para llevarnos también a una visión que va a permitir mucha gloria para el Señor que sea realizada.

Es más, antes de continuar yo quisiera que tomara un momentito para orar sobre esto, para poner esta campaña en las manos del Señor. Que sea un acto de adoración al Señor. Padre, ahora mismo ponemos en tus manos, Señor, esta campaña financiera y pedimos que sea para tu gloria. Que tu nombre sea glorificado, que los valores de tu reino, Señor, sean exaltados. Dame sabiduría, danos sabiduría como iglesia. Y Padre, ahora mismo yo pido que tu espíritu santo tome control de cada hombre, cada mujer en nuestra congregación y que seas Tu Señor hablando a los corazones. Corona este esfuerzo, Señor, con éxito, que al final de este proceso digamos: el Señor lo hizo. Padre, que así como pudimos darte gracias por el éxito que experimentamos con respecto a la ciudad de Boston y el esfuerzo que hicimos, así mismo, Señor, al final de esta campaña podamos darte la gloria y la honra a ti y decir: Dios lo hizo, y te daremos a ti Señor todo el éxito, todo el crédito, Padre. Gracias Señor en el nombre de Jesús, amen. Amen.

Ya voy a entrar directamente, pero quiero poner algo en su corazón hermanos. Mire, nosotros hemos considerado traer una compañía que como hacen muchas iglesias norteamericana sobretodo, y que nos guiara a través de esa campaña. Cuesta decenas y decenas de miles de dólares y ninguna está ajustada al contexto latino, a la cultura latina. Y después de considerar todo eso decidimos que no es adecuado para nosotros. Y ¿saben qué, hermanos? Yo creo que nosotros no lo necesitamos, porque yo creo, hermanos que tenemos una congregación comprometida. Yo creo que nosotros podemos hacerlo sin tener que darle 100.000 dólares ó 75.000 dólares a una compañía, nos quedamos con ese dinero nosotros, hermanos. 75.000 dólares es un elevador, por Dios. Nosotros podemos hacerlo. ¿Saben por qué a veces hay que gastar tanto dinero? Porque los corazones son duros. A veces es como que necesitamos una gran fuerza para que esa maquinaria de los corazones comience a moverse, que la gente pueda dar. Pero yo creo que cuando tenemos un pueblo tierno que conoce la palabra del Señor no hay que luchar tanto, no hay que pelear tanto y se hacen las cosas más orgánicamente, mas espontáneamente, sin tanto dolor.

Y el Señor me dio algo sencillo que voy a compartir con ustedes por primera vez así en términos públicos y no vamos a hacer nada acerca de eso por un buen tiempo, pero lo voy a poner allí para que el espíritu comience a trabajar en ustedes, como ya trabajó en mí. Yo creo, hermanos, sencillamente que hay dos partes de esta campaña:

Si nosotros logramos conseguir en una iglesia de más de mil personas como es esta, que se asocian con nuestra congregación en una manera u otra, si nosotros logramos que 200 personas se comprometan a dar en dos años, 24 meses, 5000 dólares, ahí tenemos un millón de dólares que es la meta de esta campaña y yo creo, hermanos, que para algo de esta naturaleza vale la pena. El primero ya que se comprometió con el Señor es este que está aquí, porque yo creo que las cosas comienzan por el liderazgo mayor. De paso este es un proyecto que nos va a costar como 4 millones de dólares, cuando haya terminado, porque tiene que hacerse a través de una compañía y tiene que hacerse rápido. Y a través de los años, hermanos, yo he visto que cuando uno le da al Señor generosamente, Dios bendice más allá de lo que esperamos. Y yo quiero dejar allí en su corazón, ahora mismo, depositar esa visión. Yo le pido al espíritu santo que comience a hablar en mis hermanos y que ustedes allí en su corazón sin afán, sin lucha ni nada, usted le pregunte al espíritu santo si usted puede ser una de esas 200 personas que puede en dos años, en 24 meses. Eso quiere decir, hermanos, si usted da 50 dólares semanalmente son 2500 dólares en un año y son para dos años, porque el proyecto nos va a tomar 2 años para completarlo. Es nuestra meta. Y eso es claro, por encima de los diezmos, porque si usted le saca.... porque si desviste un santo para vestir a otro entonces no tiene sentido.

Déjenme aclarar eso, quise incluir un poquito de liviandad para que respiren. Respiren así, hermanos. Respiren. Respiren. Yo se que la gente se pone un poco tensa cuando se habla de dinero, ¿no? Piensen en eso, deposito esa visión ahí en su corazón. Hermanos, usted yo creo no tendrá la oportunidad de participar en algo tan glorioso, no tendrá mucha oportunidad de participar en algo tan glorioso como en esta visión. Yo le doy gracias al Señor porque yo fui parte de este proyecto aquí, de ver este edificio y muchos de ustedes también lo fueron, dieron tiempo, dieron trabajo, dieron de sus dones. Yo miro aquí, y veo a muchos de ustedes como participaron para ver este lugar que ha traído tanta gloria al Señor. ¡Qué contentos nos sentimos de nuestro edificio! ¿verdad? Nosotros, comunidades étnicas que la gente piensa, son pobres, son miserables, son problemáticas, son disfuncionales, qué bueno es cambiar la mente de la gente cada vez que vienen a un edificio bonito, hermoso, bien preparado, bien arreglado y que vean la bendición que Dios le ha dado a nuestra comunidad, el genio que le ha dado a nuestra comunidad. Y por eso hermanos yo quiero animarles en el nombre del Señor a que desde ya se atrevan porque esto... mire hay congregaciones que dan mucho más que nosotros en esto así que esto no es un esfuerzo tampoco heroico en un sentido de la palabra, esto requiere que empujemos un poco, vayamos un poco más allá de lo cómodo. Y eso es lo que requiere que tu y yo nos esforcemos un poco, estiremos un poco las membranas de nuestra generosidad para darle al Señor, para algo glorioso que lo podremos hacer, y vamos a celebrar, yo puedo ya ver esa celebración ese día cuando estemos en nuestro templo. Lo pongo ahí en su corazón, estaremos hablando acerca de eso pero desde ya yo quiero que ustedes comiencen a orar para ver si Dios no les está llamando a usted para ser parte de esa gran visión de 200 personas que den 5000 dólares en dos años. 200, 5000, 2. 200 personas, 5000 dólares, 2 años. Ahí lo tienen ustedes en su corazón.

Vamos a la palabra del Señor para ver cómo eso se encarna. Primeramente hermanos aquí en este pasaje dice que había un hombre rico que tenía un mayordomo. Oiconomos es la palabra que se traduce mayordomo, de donde viene la palabra economía. Y desde ahí ya comenzamos a ver algoacerca de la palabra del Señor, esa idea de un administrador. Claro, se refiere a nosotros, es una imagen de un hombre, una persona que puede ser nosotros. Este hombre no es el dueño de la riquezas, el le administra las riquezas al que es el dueño, que es el rico y ahí hay una idea ya. Es la idea, hermanos, de que todo pertenece a Dios y ¿quiénes son los administradores? Nosotros. Usted va al libro de Génesis y allí Dios creó la tierra y puso al hombre para que la administrara. Desde ahí en adelante toda la Escritura nos dice, todo lo que hay en este mundo pertenece a Dios y nosotros somos administradores de ello, y por eso Dios tiene derecho a pedirnos lo que El quiera a nosotros.

Miren el salmo 24. ¿Qué dice allí? De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan, porque El la fundó sobre los mares y la afirmó sobre los ríos. Así que ahí está la idea, hermanos de que todo lo que usted tiene.... Mire el trabajo que usted hace y el provecho que usted le saca al trabajo es de Dios, ¿saben por qué? Porque el cerebro con que usted hace el proceso y el cuerpo con que trabaja es de Dios, Dios lo creó y por eso lo que usted gana no es suyo sino que es de Dios en ultima instancia. Los átomos que componen tu materia pertenecen a Dios. El piso sobre el cual tu caminas, la salud que tu tienes es un producto de Dios. Es decir que todo lo que tu haces, tu no te puedes salir del señorío de Dios porque todo lo que tu respiras, todo lo que tu haces es un producto de la creación de Dios, el acto creativo de Dios. Todo lo que tu piensas, lo que tu haces, lo que aspiras a ser, tus talentos, tus dones, todo es de Dios y esa es la clave, ese el pensamiento central en el concepto de mayordomía. Y la Biblia está llena de ese principio, no tengo tiempo para desempacarlo completamente. Así que ese es la primera enseñanza.

Aquí hay otra cosa también muy importante y es que fíjese, llega un momento en que el dueño de las riquezas le dice al mayordomo: ven, y da cuenta de lo que tu has hecho con mi dinero. Y eso es también un principio que hay muchas veces en la Escrituras de que un día a todos nosotros se nos pedirá cuenta de lo que nosotros hicimos con lo que a Dios le pertenece que nos fue confiado. Eso, hermanos, la Biblia está llena de eso, de ese principio. El Señor Jesucristo en muchas de sus parábolas habló de que por ejemplo en la parábola del siervo infiel que el Señor de la tierra se va y le dice: trabaja y mientras yo vengo, y entonces regresa y le dice: qué hicieron con sus talentos. Y cada uno tiene que darle cuentas. Y a mi siempre me impresiona el tono de esos momentos no es un tono de favor y de: ¿te gustaría decirme lo que tu hiciste? No, es: Hey, ¿qué hiciste con lo que yo te di? Y la idea es que se espera, se espera que tu uses lo que Dios te da, tu dinero, tu tiempo, tus talentos, para avanzar el reino del que es el dueño de ese talento y que tu hagas algo, que tu inviertas, que tu uses tu creatividad, que uses de visión, que tomes riesgos, pero que de alguna manera tu le rindas lo que el Señor de la tierra te ha confiado a tus manos. Así que eso es algo que a mi me persigue, ese pensamiento. Y yo creo que tu y yo queremos, eso es algo que a mi me persigue continuamente que yo pueda, cuando yo venga ante el Señor y decirle por lo menos con cierta confianza: Padre, yo hice todo lo que pude para avanzar un poco tu reino, mientras yo estuve en el cuerpo y en la tierra.

Yo creo que cada uno de nosotros, si tomamos en serio nuestra identidad cristiana tiene que estar pensando eso. Nosotros nos tomamos tantas libertades, hermanos como cristianos y creemos que esto es algo opcional. Bueno, ¿le doy al Señor hoy o le doy mañana? ¿Tomo parte activa en la vida cristiana o simplemente soy un calentador de banca? Eso no es una opción, tu tienes que producir para el Reino de Dios. Dios espera que tu produzcas. El te ha dado el reino de los cielos, te ha dado la salvación eterna de tu alma y El espera que tu trabajes para su reino y que le rindas lo que El pone en tus manos.

Hay otro punto aquí bien importante y es lo que dice más adelante. Voy a saltar un poco. Dice en el versículo 9, dice: “...y yo os digo ganad amigos por medio de las riquezas injustas para que cuando estas falten os reciban en las moradas eternas”. ¿Qué quiere decir eso? Este hombre cuando se dio cuenta que estaba siendo un mal mayordomo y nosotros no queremos ser un mal mayordomo, diga amen, este hombre cuando se dio cuenta de que iban a despedirlo se puso a trabajar rápidamente para prepararse su salida y le comenzó a perdonar deudas usando el último momentito que le quedaba, perdonándole grandes deudas, porque eso era mucho dinero lo que estaba perdonándole a los deudores del dueño para preparar su salida al final. Y fue astuto, planificó para el futuro. Esto fue lo que el Señor alabó. No es que el Señor está diciendo que es bueno robar y ser deshonesto como este hombre, porque yo se que ustedes a veces cogen las cosas por donde no tienen que cogerlas. No, lo que el Señor alabó fue su astucia en planificar para el futuro, en vez de solamente obsesionarse con lo que estaba pasando en el momento. Hay una gran enseñanza allí y es la siguiente, hermanos: muchos de nosotros los cristianos estamos tan consumidos con las crisis y las necesidades del momento que no planificamos acerca de lo que va a ser el futuro.

Y lo que el Señor está diciendo es: miren, hay una conexión entre cómo tu te comportas con tu dinero y tus pertenencias aquí, y hay una conexión y lo que tu vas a tener en Reino de los Cielos. No estoy diciendo que la salvación depende de las obras y de lo que demos, aclaro eso. Lo que estoy diciendo es, hermanos, que en muchos pasajes de la Escritura misteriosamente se nos dice que en el mundo venidero no es como que todos vamos a tener una batita blanca y un arpa y una nube y eso es todo, el mundo venidero va a ser un mundo de gran dinamismo y de diferentes estados de gloria y de responsabilidad y de acción, no vamos a estar solamente comiendo uvas allí continuamente por toda la eternidad. Yo creo que esto va a ser algo maravillosamente activo, si esto aquí en la tierra es inmensamente creativo y retador, ¿cuanto será la eternidad, hermanos? Piense en eso solamente. La verdad es que yo no quisiera ir con una batita blanca allá, si eso es lo que Dios quiere, amén, no quiero ser hereje tampoco pero yo creo que Dios tiene mucho más para la eternidad y que eso va a depender de cómo nosotros nos comportamos aquí con las riquezas, determinará si te dan un planeta inmenso para gobernar o te dan un pedacito de tierra allí en un planeta de esos fríos e infernales por allá en el final del universo. Yo no se, pero todo dependerá..... es decir la gloria que tu tengas, el nivel de recompensa que tu recibas, el nivel de aprobación, el grado de responsabilidad, algo, tu estado futuro va a depender de cómo aquí tu inviertas para el Reino de Dios. Eso lo dice una y otra vez, lo sugiere en diferentes maneras la Escritura. El Apóstol Pablo habla de diferentes coronas, habla de un trono donde se nos va a dar diferentes grados de recompensa.

Es esta idea de que según nosotros sembremos aquí en el futuro allá, será de igual manera. Miren otro pasaje interesante con respecto a eso, en Capítulo 12 de Lucas. Lucas 12:33: “.... vended lo que poseéis y dad limosna, haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega ni polilla destruya.” La idea es atesora para el cielo porque allá es posible afectar el cielo a través de lo que tu haces aquí en otras palabras. Hay una conexión muy sutil pero muy real entre esas dos dimensiones, la dimensión venidera y esta dimensión. Yo termino aquí. Hay muchas cosas muy importantes en este texto pero lo voy a dejar allí y quizás continúe el domingo que viene. Pero es esta idea, hermanos que no quiero que se pierda, de que en el futuro se nos va a pedir cuentas y que cómo Dios nos trate según lo que hicimos, como el Señor trata al siervo infiel y a los siervos que dieron. Al siervo infiel le dice: sáquenlo fuera, si vamos a ser fieles al texto uno hasta podría decir, bueno, esta persona no usó su bienes así que simplemente no creyó en Jesús. Porque también se podría decir eso, una persona que tiene una experiencia real con Jesucristo le da al Señor, no hay posibilidad de que no le de, y si no le da es porque no tiene una relación personal con Jesús. Uno podría usar ese argumento.

Hermanos Dios nos está llamando a un compromiso, no solamente ahora, yo quisiera hermanos que en el resto de nuestra vida, donde quiera que usted vea necesidad en el Reino de Dios usted diga, eso es para mi, me están diciendo a mi, toma parte en este asunto. Yo quiero que tu te comprometas, mi hermano, mi hermana a una vida de dador alegre, 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año. No hay mejor vida que ser un dador alegre. Yo he visto al Señor bendecirme y bendecir a muchos de nosotros podemos decir lo mismo, en lo poquitito que yo le he dado, cada vez que le doy el me da más y más y más, así que comprométete a ser un dador alegre. Yo quiero que seamos bendecidos con este tiempo hermanos, amen.

Vamos a bajar nuestras cabezas un momento. Vamos a abrazar esa visión de una actitud de ser dadores alegres. Dios ama al dador alegre, dice la Biblia. El Señor bendice al dador alegre, se goza en darle más y más y más, los que toman riesgos, los que se atreven, el siervo infiel de la otra parábola no invirtió el don porque tenía miedo de perderlo, se quedó entonces con el don solamente. Nunca dejes que el miedo te impida darle al Señor. El dar es un asunto de la voluntad y de la razón, iluminada por el espíritu santo, no es asunto se emociones ni de circunstancias. Es uno de los principios más poderosos que yo puedo compartir con ustedes en este día. Señor yo quiero ser un dador alegre, dile. Quiero darme a mi mismo primeramente. Cuando tu me tengas a mi lo tendrás todo de mi. ¡Aleluya! Gracias Señor. Gracias. Abrazamos tu llamado. Padre rechazamos la mentalidad afanosa y que se agarra de las cosas. Nos desvestimos de todo lo que amamos y te lo damos a ti solamente, Señor. Te entregamos todo a ti. Padre, todo te lo entregamos. Danos solamente lo que tu quieras dejarnos. Ayúdanos a ser administradores sabios, íntegros. Gracias, Señor. Gracias, Jesús. En tu nombre, en tu nombre, gracias. Amen. Amen. Gloria al Señor. Denle un aplauso al Señor, hermanos. Amen.

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Gálatas 2:20

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Galatas 2:20 y 21. El versículo 20 dice: “Con Cristo, diga.... estoy juntamente crucificado.... y ya no vivo yo...... más vive Cristo en mi.... y lo que ahora vivo..... en la carne..... lo vivo.... en la fe del hijo de Dios, ..... el cual me amó..... y se entregó a sí mismo por mí.....” Dejémoslo ahí.

Este versículo lo escogí como un punto de partida para mi meditación en esta mañana. Como ustedes saben les acabo de decir que vine de visitar la ciudad de Medellín, en Colombia y fue una gran experiencia, una experiencia muy hermosa y le agradezco mucho al hermano Fabio Alsate, a su familia allá, a la familia Alsate, que me auspiciaron y nos bendijeron con su respaldo y mucha ayuda que nos dieron allá. Pero una de las cosas que experimenté..... Medellín es una ciudad quinta esencialmente latinoamericana, es como si fuera una especie de microcosmos del continente latinoamericano. Ahí se pueden ver todas las bellezas de nuestro continente y también todos sus aspectos quebrantados. Medellín es una ciudad que es como si usted imagínese una gran montaña y un dedo viene y aprieta la sima de la montaña y lo mete así, imagínese como una montaña de goma, ¿verdad?, y ese dedo viene, aprieta la montaña en el medio y hace una cavidad en el medio, y ahí está la ciudad e Medellín, en el centro, y entonces a todo la extensión de esa montaña alrededor, grandes montañas alrededor, la ciudad ha crecido y se ha desparramado en todas las faldas de esas montañas, y esa es una hermosa vista de la ciudad de Medellín. En esas faldas de la montaña hay de todo, hay edificios muy caros y muy lujosos, y casas de mucho dinero, con quintas y grandes extensiones de tierra para la gente muy rica, y hay condominios como aquí en EEUU y también hay inmensas extensiones de pobreza. Familias que están amontonados unas con las otras y hay extrema pobreza también como lo hay en todos los países de Latinoamerica. Así como en Latinoamérica, porque en Latinoamérica sabemos que dondequiera, en Brasil tengo entendido que es así, en República Dominicana de donde yo vengo, definitivamente es así. Muchas veces usted está en una calle muy lujosa y cruza a dos cuadras y está en el medio de la pobreza más extrema. Y así es en todos los países de Latinoamérica. Es lo mismo en todas partes. Si usted va a Tailandia, a Indonesia, al Asia, al África es esa mezcla increíble de gran riqueza y gran pobreza.

Otra cosa que me impacta acerca de Medellín es la gran sensibilidad espiritual que tiene la gente, la gente ama a Dios. Y sin embargo también uno nota una gran esterilidad espiritual. Mucha religión muerta, mucha religiosidad muerta, mucho formulismo espiritual, mucha gente que en realidad conoce de Dios pero no conoce a Dios, no han tenido una experiencia personal con Jesucristo. Los taxistas pasan por una iglesia y se hacen la señal, se persignan y todos son muy respetuosos. Y también Medellín como todas las ciudades de Latinoamérica es una ciudad de gran sensualidad también y de mucho pecado como toda ciudad, eso no la distingue en absolutamente nada de cualquier otra ciudad en Latinoamérica. Yo creo que Medellín como ustedes saben ha sido el lugar del cartel famoso de Medellín pero hubiera podido ser cualquier otro país de Latinoamérica, se lo aseguro. El diablo escogió ese lugar por razones que el bien conoce, pero en ese sentido Medellín no fue nada extraordinario, sino que fue el lugar que allí se posó una maldad por un tiempo, pero esa sensualidad que se ve allí en esa ciudad, existe en cualquier otro país de Latinoamérica. Medellín necesita sanidad de Dios. La cultura de la droga y de la muerte ha dejado en los antioqueños un sentido como de dolor y de luto y mucha gente está herida, son como refugiados que pasaron por una guerra, y hablan de la guerra, de la cual acaban de terminar y hay mucho dolor, mucha gente que perdió sus hijos y la ciudad estuvo como bajo un poder maléfico durante muchos años. Gracias a Dios eso ha sido quebrantado hasta cierto punto bastante, pero no se crea que las raíces parece que todavía no se han arrancado completamente, el mal está ahí como agazapado, listo para volver a surgir si se le da oportunidad y hay una gran necesidad de sanidad espiritual.

Y todo eso me hizo pensar, hermanos en la gran necesidad que hay en nuestro continente, incluyendo Brasil, esa gran extensión de tierra de Latinoamérica, en nuestro continente de Jesucristo. Me acordé mucho mientras estaba allí, viendo esas masas de gente. En el hotel donde yo estaba, estaba muy en el centro de la ciudad y yo descubrí un balconcito en un pasillo y ahí cogí una silla, me la llevaba, a veces pensaban que me la estaba robando la silla del cuarto, y la llevaba allí a esa esquina y ahí me ponía a mirar toda la ciudad. Yo creo que Dios me dio ese lugar para observar, tanto las montañas donde estaba la ciudad y la calle donde había todo tipo de vendedores, vendiendo absolutamente de todo allí. Y mientras yo miraba veía una célula de lo que es Latinoamérica con sus almas tan necesitadas del Evangelio. Y me acuerdo de la palabra de Jesucristo que dijo cuando vio las multitudes dice que “tuvo compasión de ellas porque eran como ovejas sin pastor.” Cuando uno habla con los pastores de Medellín y con la gente uno se da cuenta que aunque hay muchas iglesias, todavía faltan muchas iglesias y hay iglesias que, como que, como lo digo sin sonar crítico, pero.... que las iglesias no están haciendo todo lo que se puede hacer. No están dando el testimonio que se debe dar. Hay mucha gente descontenta y muchos pastores que ellos mismos entienden como que, que todavía falta mucho, se necesita una iglesia que de un testimonio creíble, un testimonio sólido del Evangelio para que esas masas que necesitan puedan encontrar a dónde ir. Se necesitan iglesias, se necesitan personas que puedan servir para apuntalar la necesidad que hay en nuestros países, que sean lugares de refugio, que sean lugares donde la gente pueda ser pastoreada, pueda ser enseñada, puedan recibir instrucción de la palabra de Dios, puedan recibir amor, puedan recibir apoyo, donde pueda haber una comunidad sólida, donde ellos se sientan que: Ok, he llegado a un lugar tranquilo y donde puede reposar y puedo enmendar mi vida y seguir adelante con lo que Dios quiere para mí. Y ese es el punto que yo quiero enfatizar hoy en día.

He dado todo ese trasfondo a manera de información, pero también a manera de preparar lo que es la palabra que Dios quiere para nosotros. La esencia de esa meditación es hermanos, bueno, ¿quién irá? ¿quién irá? Dios necesita, Dios necesita hombres y mujeres que vayan a esas ciudades y aquí mismo en Boston. Voy a usar Medellín simplemente como una ilustración, pero ¿quién va a ir sino nosotros? ¿Quién va a predicar el Evangelio sino nosotros? ¿Quién va a ser el recurso para la humanidad sino nosotros?

Dios nos está recordando que hay una gran necesidad y que Dios necesita obreros, Dios necesita iglesias que sean iglesias recurso, que sean iglesias refugio, necesita hombres y mujeres que estén dispuestos a morir y a entregarlo todo y dar sus vidas, y consagrar sus recursos y vivir a lo mínimo en un sentido y todo el exceso que quede dedicárselo al Señor. La manera en que nosotros computamos y calculamos en la vida es: bueno, primero me atiendo yo, primero me aseguro de que toda mis necesidades estén generosamente atendidas, que yo tenga todo lo que necesito para saciarme y para vivir en gran comodidad y entonces lo que me quede yo se lo daré al Señor. Esa es la manera ¿no? La mayor parte para mi y lo mínimo para el Señor, y Dios quiere que nosotros esa pirámide la pongamos de cabeza, que hagamos lo contrario. Yo voy a vivir en lo que puedo, no? Porque tampoco es que vamos a vivir andrajosos y sin nada, pero voy a minimizar las necesidades de mi vida y voy a darle al Señor lo máximo para que su obra avance, para que su obra continúe. Eso es lo que yo creo que Dios quiere. Y por eso cuando yo leía lo que dice el Apóstol Pablo aquí. Pablo dice: “con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo más Cristo vive en mi”. Pablo era un hombre que había visto la necesidad y le había dicho al Señor: Señor, yo voy a ir. El Señor le dijo a Saulo que lo necesitaba y Saulo lo entregó todo, entregó su carrera, entregó su conocimiento farisaico, entregó su prestigio. El dice que todo lo tenía como por basura, para conquistar lo que Cristo tenía para él. Pablo decía “lo que ahora yo vivo, lo vivo en la fe del hijo de Dios”. En otras palabra ya Pablo no era el hombre queriendo ganar su vida, sino era Pablo el crucificado que vivía como un instrumento de Dios para la salvación de la humanidad, vivía como un medio a través del cual Dios podía llevar su mensaje y canalizar sus recursos para que la humanidad pudiera conocer a Jesucristo.

Dios necesita hermanos, que nosotros hagamos un compromiso que nosotros vengamos aquí como muertos en vida. Que cada uno de nosotros cuando llegue a la iglesia, llegue un fantasma. En otras palabras, nosotros cuando cada uno de nosotros recibe a Jesucristo como Señor y salvador, hermanos tenemos que entender esto, lo que estamos haciendo es estamos muriendo para volver a resucitar en una identidad nueva y ese yo creo que es el problema con muchos cristianos, que no entendemos lo que significa verdaderamente entregar nuestra vida a Jesucristo, que quiere decir que tenemos que morir a las prioridades personales y renacer a una vida nueva en Jesucristo, una identidad nueva, con valores nuevos, con prioridades nuevas. La mayoría de la gente lo que quiere es venir, simplemente pasan, se dan un barnicito evangélico pero siguen igual con sus mismas prioridades, las prioridad es el mundo, yo, el beneficio propio, el dinero, el trabajo, lo que piensa la gente, pero no saben que lo que Cristo nos llama es a morir y asumir una nueva identidad de una persona muerta, que ahora no vive ya para el mundo sino vive solamente para Jesucristo.

Saben los palestinos, los terroristas suicidas muchas veces los meten en un ataúd y los entierran vivos por un rato para que visualicen lo que es morir y para que se preparen mejor para explotar en una bomba porque de esa manera pueden como visualizar y pasar por el proceso. Y así es que nosotros tenemos que hacer cuando morimos en Cristo tenemos que entender que lo que estamos haciendo es ya perdiendo nuestra identidad meramente humana y que estamos resucitando a una nueva identidad.

Miren conmigo en Romanos, un momentito y allí podemos ver eso un poquito más. Romanos Capítulo 6, donde el Apóstol Pablo habla acerca de esto en el bautismo. Dice: “ ... ¿o no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte?, porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” Ese es el significado del bautismo. En el bautismo cuando tu entras a las aguas, tu mueres simbólicamente. Y cuando sales de las aguas tu resucitas a una nueva vida. Ese es el significado del bautismo. El bautismo nos dice: tu has muerto, tu has resucitado a una nueva vida, a una nueva identidad y ahora tienes que vivir en esa manera, con nuevas prioridades. Cristo está necesitando gente así que ya hayan dado ese paso y ahora viven solamente para lo que El los necesite que hagan. Cualquier tipo de existencia cristiana, hermanos que no sea una existencia completamente dedicada a Jesucristo y a las necesidades del Reino de Dios no es autentica. Es falsa, es un cristianismo falso, ficticio. Yo espero que ustedes y yo podamos pedirle al Señor, Señor mátame para que yo pueda vivir solamente para ti.

El Señor me ha estado hablando mucho en estos días acerca de morir, de morir finalmente y de entregar lo que falte para el Señor. Eso es algo muy personal que Dios me ha estado hablando y yo creo que le está hablando a toda la congregación, de morir para que Dios verdaderamente pueda usarnos. Muchos de nosotros creemos que le hemos dado todo al Señor pero ¿saben qué? Quedan todavía pedacitos, quedan raíces que si no las entregamos al Señor todavía entonces Dios no puede hacer lo que El quiere hacer a través de nosotros. El quiere que nosotros le entreguemos todo, todo, todo al Señor para entonces El poder hacer lo que El quiere hacer de nosotros. Tenemos que morir. El Señor Jesucristo dice que si el grano de trigo no cae a tierra y muere queda solo, pero si muere lleva mucho fruto.

Hay muchos pasajes que nos hablan acerca de eso, por ejemplo en Segunda de Timoteo vemos allí en el Capítulo 2, versículo 21, dice allí: “.... así que si alguno se limpia de estas cosas será instrumento para honra, santificado, útil al Señor y dispuesto para toda buena obra”. Tiene que haber un proceso. Dios necesita obreros, hermanos pero necesita obreros santificados, obreros preparados, obreros tratados y trabajados. Dice el Apóstol Pablo que si alguien se purifica, se santifica entonces será útil, estará preparado para toda buena obra. Lo que el Apóstol Pablo dice es que si tu te purificas, te santificas, te entregas al Señor, mueres a El, dejas que tu mente sea conformada a la mente de Jesucristo, entonces tu vas a estar preparado para toda buena obra. Así que Dios necesita hombres y mujeres que se santifiquen, hombres y mujeres que le den al Señor todo su ser para que entonces El pueda usarlos.

Me recordó eso a otro pasaje en Jeremías Capítulo 15 donde el Señor le dice a Jeremías: “.... por tanto así dijo Jehová, si te convirtieres yo te restauraré”, se lo dice a un profeta ya consagrado, un hombres que ha sufrido mucho y que uno pensaría ya no necesita más pero dice: “si te convirtieres yo te restauraré y delante de mí estarás y si entresacares lo precioso de lo vil serás como mi boca, conviértanse ellos a ti y tu no te conviertas a ellos.” En otras palabras hermanos, si nosotros separamos lo santo, lo cristocéntrico, lo bíblico, lo que es de Dios en nosotros y lo separamos de lo cotidiano, lo secular, lo carnal, lo personal, lo meramente biológico, si hacemos una separación de esas dos cosas y nos quedamos con el oro del espíritu entonces dice que Dios nos va a usar de manera que cuando hablemos vamos a ser como su boca que está hablando. ¡qué poder! ¿Por qué a veces no tenemos autoridad como queremos? Porque nos falta esa relación de compenetración con Jesucristo, entonces nos permite hablar con la autoridad del Padre. Y podemos decir como Elías entonces: vive Jehová ante cuya presencia estoy, que no habrá lluvia o lo que sea, o habrá lluvia, sino por mi palabra, porque entonces la boca nuestra viene a ser la boca de Dios. Hay que pagar el precio para que Dios pueda usarnos en una sociedad que necesita de Dios pero necesita hombres y mujeres, instrumentos santificados, preparados, que hayan hecho el duro trabajo de morir y que estén dispuestos a vivir la vida cristiana auténticamente.

El Señor me habló de otros personaje en la Escrituras mientras meditaba en esto y es un personaje que yo estoy seguro que ustedes ni siquiera.... me sorprendería mucho si ustedes saben a quién se refiere el personaje de Baruk, y está en Jeremías también, 45, que viene al punto de lo que estoy diciendo de hombres y mujeres consagrados en un contexto de gran necesidad. Dice, palabras que habló el profeta Jeremías a Baruk cuando escribía estas palabras de boca de Jeremías, versículo 2: “... así ha dicho Jehová, Dios de Israel a ti, oh Baruk. Tu dijiste: ay de mí ahora, ¿por qué ha añadido Jehová tristeza a mi dolor? Fatigado estoy de gemir y no he hallado descanso, así le dirás ha dicho Jehová, he aquí que yo destruyo a los que edifiqué y arranco a los que planté y a toda esta tierra y tu buscas para ti grandezas? No las busques porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová, pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares a donde fueres.” Profundo eso ¿verdad? Tenemos que entender que el Señor le escribe este pasaje, Jeremías es un libro escrito en el contexto de una destrucción muy grande que Dios iba a traer a Judá, por su pecado y el Señor envió a Jeremías como un profeta que le dijera, le advirtiera a los hebreos en Judá que El iba a destruir la ciudad, y ya la destrucción estaba inminente y ya los babilonios iban a destruir a Judá y a llevarse cautivos a los hebreos y ese es el contexto en que este pasaje se da.

En otras palabras Baruk era un hombre aparentemente exitoso, un escriba y parece que Baruk estaba pensando en términos de esa destrucción que iba a suceder y pensaba en sí mismo, en lo que él iba a perder, en su propia gloria, en su carrera, quizás en los sueños que él tenía de grandeza y de realización personal y Dios le dice: mira, hombre yo me preparo para destruir todo lo que yo amo y para traer un apocalipsis sobre esta ciudad y tu estás pensando en cosas de grandeza personal. Y hermanos así somos muchos de nosotros, ¿saben qué? Vivimos en un mundo que Dios está preparándose para destruirlo y para cambiar el estilo de vida de la humanidad en una forma radical. Estos son tiempos terribles los que vivimos. Y a la humanidad le espera grandes cosas en este tiempo y mucha destrucción y mucho juicio de Dios y Dios va a quebrantar a la humanidad porque Dios quiere traer arrepentimiento al hombre y hay muchas vidas que necesitan ser salvadas, pero ¿saben qué? Hay muchos de nosotros, que como Baruk, estamos pensando en lo que nosotros necesitamos y en nuestra propia carrera, y nuestro propio dinero, y cuando Dios está diciendo: yo quiero usarte a ti como un instrumento mío. Yo quiero que tu me des tus talentos, tu dinero, tu tiempo y que te prepares porque yo quiero usarte a ti y no estés pensando en grandes cosas porque los tiempos son tiempos difíciles y hay una humanidad en Medellín y en Lima, Perú, y en San Pablo, Brasil, y en Roxbury, Massachussets que necesita del Evangelio y necesita hombres y mujeres que se constituyan en instrumentos para que Dios pueda usarlos.

Dios necesita, hermanos, Dios necesita hombres y mujeres como Pablo y como otros que se preparen para la cosecha.

Voy a pedirle a los hermanos de la adoración que pasen por aquí un momento. Pero hermanos tenemos que dar un paso de fe. Tenemos que dar un paso de fe para que el Señor pueda hacer lo que quiere hacer. Y déjenme darles una última estocada al toro, que es usted, voy a ser bien, bien concreto aquí. Mucha de esta meditación se aplica a este templo que nosotros queremos construir. Hay una dimensión allí, nuestra iglesia, nuestra iglesia va a comenzar una campaña en algún momento porque necesitamos un templo ya, porque yo creo que Dios va a traer una gran cosecha a nuestra congregación y yo se que Dios necesita que nosotros tengamos un lugar más grande porque Dios obra en formas ordenadas, ¿usted sabe? Dios obra en formas ordenadas y El siempre prepara el lugar. Dios no quiere..... ¿dónde vamos a meter las almas? Y por eso yo he estado agonizando en estos meses, peleando con el diablo mismo para que la ciudad nos concediera este permiso y por eso mi alma temía, aunque yo he dicho: Señor, tu sabes todas las cosas, si no es aquí será en otro lugar, pero yo temía porque yo se lo necesario que es que nosotros tengamos un templo mayor preparado para lo que Dios quiere hacer. Y ese templo va a costar una gran cantidad de dinero. No lo estamos haciendo para lujo, ni nada. Ustedes saben que nosotros hemos aguantado aquí, y nunca buscamos nada lujoso n nada por el estilo. No estamos aquí buscando construir un mausoleo para la iglesia León de Judá ni para ningún pastor ni nadie, es un lugar donde puedan caber las almas que Dios quiere traer para este último tiempo y necesitamos hombres y mujeres que estén dispuestos, hermanos a dar lo que se necesita. ¿usted entiende? No estoy aquí manipulando sino estoy trayendo una necesidad delante de mi congregación y quiero que ustedes vayan pensando en eso, porque en algún momento vamos a hablar más a fondo de eso.

¿Ustedes entienden, hermanos? En algún momento... nuestra iglesia nunca ha tenido que sangrar por su construcciones, siempre Dios nos lo ha entregado, nos lo ha regalado prácticamente. Otros han sangrado muchas veces pero es tiempo de que ya nosotros comencemos a pensar en eso, porque nuestra iglesia está madura ya y va a necesitar poder entregar al Señor y cuando ese llamado venga yo quiero que tu recuerdes a Baruk, cuando el Señor le dice, mira, yo necesito, hay una gran urgencia, no pienses en grandezas para ti. Dame. Dios quiere que ese templo sea levantado y Dios quiere que se preparen obreros para discipular a esa gente y que haya gente santificada, lista para ser usada por Dios. Todo eso es parte de un plan que Dios está.... yo conozco algo de los planes de Dios y se que el espíritu del Señor está preparando las piezas porque Dios siempre obra en orden. Primero tienen que estar preparados los soldados, tienen que estar preparados los guerreros, tienen que estar preparado el lugar, las estructuras para que entonces pueda reposar la bendición que Dios quiere traer.

El Señor quiere, hermanos que nosotros nos preparemos, nos consagremos, para El tener lo que El necesita. ¿Cuántos quieren morir para Cristo? Yo espero que tu puedas decir: si, yo quiero, yo quiero entregar mi vida al Señor que lo que el Señor quiera de mi, lo que el Señor pida de mi yo lo pueda hacer en este tiempo.

Vamos a bajar nuestras cabezas y si usted quiere ponerse de pie, póngase de pie y dígale al Señor: Señor, yo me entrego a ti. Yo te entrego mi ser. Te doy mi mente, te doy mi corazón. Entrégale tu vida al Señor como yo quiero hacer ahora mismo y dile al Señor: Señor, mátame. Dile asimismo: Señor, destrúyeme y hazme de nuevo. Entiérrame y levántame otra vez a tu imagen y semejanza. Entrégale tu vida al Señor. Padre nos consagramos a ti. Consagramos esta iglesia a ti. Nos consagramos a tus propósitos. Úsanos, Señor. Úsanos, Señor. Mátanos, Señor. Mátanos para que podamos vivir a una nueva vida. Perdónanos Señor porque es tan difícil morir. Y nos apegamos a la vida, pues, toma tu Señor el cuchillo y has la obra tu, Padre. Conságranos Señor a ti. ¡Aleluya! Gracias, Señor.

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Hageo 1:2-7

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Ya nosotros hemos dado nuestra alabanza y adoración y el Señor ha comenzado definitivamente a ministrar en nuestros corazones, así que vamos a prepararnos ahora para escuchar la palabra y ve como el Señor nos dirige a través de su palabra.

Quisiera que vayan conmigo al libro de Hageo, Capítulo 1. Voy a comenzar a leer del verso 2 al verso 7, Hageo, Capítulo 1. Es tiempo hermanos, ¿verdad? Es tiempo. Esa frase muchas veces nosotros la escuchamos: Ya es tiempo. Y hoy quisiera reflexionar con ustedes algunos aspectos de esa palabra tiempo, y cómo la palabra tiempo la podemos dividir en 3 distintas dimensiones con respecto a nuestra vidas.

Dice así la palabra del Señor, yo voy a leer y ustedes pueden seguir la lectura. Dice en el verso 2: “.... así dice el Señor todopoderoso”, es un oráculo. Ya una declaración como esa demuestra que es un oráculo profético, o sea una palabra profética que está viniendo al pueblo. Dice: este pueblo alega que todavía no es el momento apropiado para ir a reconstruir la casa del Señor. Y también vino esta palabra del Señor por medio del profeta Ageo diciendo: “... acaso es el momento apropiado para que ustedes residan en casas techadas mientras que esta casa está en ruinas. Así dice el Señor todopoderoso una vez más. Mediten sobre sus caminos. Ustedes siembran mucho pero cosechan poco, comen pero no quedan satisfechos, beben pero no llegan a saciarse, se visten pero no logran abrigarse, y al jornalero se le va su salario como por un saco roto. Una vez más así dice el Señor. Mediten bien sobre sus caminos.” Repito una vez más esa frase: mediten bien sobre sus caminos.

Hermanos yo reconozco que muchas cosas en nuestra vida están medidas por tiempo. Tiempo con respecto a nuestras vidas individuales que estamos en un proceso, un tiempo. Tiempo respecto al momento en el cual estamos viviendo en nuestra sociedad del día de hoy. Y tiempo también con respecto a nosotros tomar unas acciones debidas que tenemos que tomar.

Parte de este mensaje yo lo había compartido ya en el retiro de hombres. Otra parte también la compartí en el ministerio de jóvenes, pero ahora yo quiero traer esta reflexión y compartirlas con ustedes, la iglesia por completo. Si ustedes se dan cuenta en el pasaje que nosotros leímos el profeta Ageo le está haciendo un llamado de parte de Dios al pueblo de Israel acerca de sus prioridades en sus vidas. El momento del cual está hablando es cuando el pueblo de Israel había vuelto a la tierra de Jerusalén después de haber estado mucho tiempo en el exilio. Imagínense ustedes cuando ustedes regresan a un lugar que ha sido destruido por enemigos, ¿qué es lo primero que uno va a querer hacer? Uno ve lo que era su casa antes que ahora mismo está echo cenizas y está tirada en el piso por completo, y la tendencia es de reconstruir su propia casa. Obviamente uno necesita un lugar en donde vivir, por lo tanto como un sentido de supervivencia tu vas a querer edificar el lugar donde tu vas a estar morando.

Pero en este momento el pueblo de Israel estaba dedicándose demasiado a sus propias cosas y estaban dejando a un lado lo que era la casa del Señor, el templo. Para el pueblo de Israel el templo significaba el núcleo de su propia sociedad, esto era antes de haber ido al exilio. Alrededor del templo era que se edificaba el resto de toda la ciudad. Ahora, dependiendo de cómo estaban las prioridades organizadas después que el pueblo salió de exilio, parece que aquí habían experimentado un cambio. En vez de darle una atención primaria a lo que era la casa del Señor y lo que esto implicaba en medio de sus vidas, estaban dando una mayor atención a sus propias vidas personales. ¿Y saben qué? Yo no estoy diciendo que es malo el uno prestarle atención a su propia vida y lo que significa su familia y su casa, pero hay un principio que tenemos que entender aquí que está siendo comunicado a través de Dios y es el principio de prioridades. ¿Cómo nosotros tenemos las prioridades de nuestra vida organizadas? ¿Qué es lo que tiene primero, segundo y tercer lugar? ¿Y cómo el tiempo de nuestras vidas está influenciando de alguna manera u otra esas prioridades?

Quiero hablarles de esa primera dimensión, acerca del tiempo de nuestras vidas. La Biblia dice en Filipenses 1:6 que nosotros, de hecho la habíamos cantado, que Dios ha comenzado en nosotros una obra que la va a completar hasta el día en que Jesús vuelva. Cada uno de nosotros somos una obra de arte en las manos del Señor.

Dígale a la persona que está a su lado: usted es una obra de arte. Yo no se si usted es una obra de arte de barro, de hierro o de pintura, o no se, pero es una obra de arte. Pero yo les puedo decir de seguro que el artista que nos está bregando es un experto en todos esos materiales. Así que quédense tranquilos.

Hay artistas que se decían solamente a la pintura, y si le ponen un pedazo de hierro lo que hacen es derretirlo por completo. Pero Dios como nuestro gran artista es un experto trabajando con todo tipo de materiales. Y ustedes son cada uno de esos materiales. Dios está haciendo una obra tan bella en cada uno de ustedes que cuando llega el momento de su perfección yo quiero estar ahí para verlo.

Pero esto implica, mis hermanos que nuestras vidas, todo lo que nosotros pasamos, lo bueno, lo malo y lo bien malo, todo tiene que ver con el tiempo del Señor y cómo El está trabajando en cada uno de nosotros. Y aunque muchas veces cuando uno tiene experiencias negativas uno tiende a ver esas experiencias como si mi vida fuera un desastre: que nuestra vida no vale, nuestra vida no tiene sentido, no tiene dirección, no tiene propósito, solamente por ver toda esta negatividad a nuestro alrededor. Si yo veo que hay alguien que me dice que soy un cero a la izquierda pues entonces voy a estar viviendo toda mi vida pensando que soy un cero a la izquierda. Ahora, pero si hay una persona que me dice: usted es un cero a la mano derecha, y usted le va a dar un valor a toda la ecuación bien grande, pues entonces yo voy a estar viviendo de esa manera también. Yo creo que los contables entienden bien eso, ¿verdad?

Ahora, hermanos yo creo que nosotros tenemos que desarrollar una apreciación bien profunda por todas esas experiencias en nuestra vida. Y yo se que estoy diciendo algo bien radical aquí porque yo imagino como yo le voy a decir a una persona que tal vez su hijo fue asesinado en un accidente, ¿cómo yo le voy a decir a esa persona, sabe que, usted tiene que desarrollar una apreciación por eso que pasó? Y me va a dar una bofetada si yo le digo eso. Obviamente el uno poder decir estas cosas, tienen su momento, tienen su lugar y tienen su tiempo. Yo creo que una persona que haya pasado por eso proceso, en el momento lo mejor que hay que hacer es solamente una presencia silenciosa de compañía. Compartir una oración de fortaleza. No es buscar tan solamente un ensayo entero de cosas para decirle a la persona en esa situación. Pero cuando haya pasado el tiempo oportuno y uno puede con esa persona mirar para atrás y ver como Dios ha estado en acción en distintas etapas con esa persona, entonces uno sí puede decir que hay una apreciación por todo eso. Pero todo esto implica, mis hermanos que nuestras vidas son un proceso completo de formación.

Usted puede tener una lista de estudio, de experiencia, de trabajo, pero con todo y eso su vida todavía está en formación. Todo esto marca un tiempo y dentro de ese tiempo hay uno en el cual nosotros tenemos que reflexionar. Y eso es en cómo nosotros estamos llevando nuestras vidas a cabo en nuestro diario vivir.

Hay una versión en la Biblia que dice que nosotros tenemos que redimir bien el tiempo. Redimir el tiempo tiene mucho que ver con discernir el momento en el cual estamos viviendo y de buscar la manera en que Dios está dirigiendo cada uno de nuestras etapas y decisiones en la vida. Y eso es un proceso que tiene que ser constante en medio de cada uno de sus vidas individuales.

Ese proceso te va a llevar entonces a la segunda dimensión de la cual te quiero hablar con respecto a tiempo. La manera en cómo tu disciernes tu vida personal va a estar grandemente influenciada por el tiempo y momento en el cual nosotros estamos viviendo hoy día en la sociedad. Así que el primer aspecto de tiempo es el aspecto de tu vida personal y el segundo es el tiempo respecto al momento presente que vivimos.

En el libro de Colosenses hay un pasaje bien interesante. Colosenses Capítulo 4, comenzando desde el verso 3. Pablo está hablandole a los colosenses y les dice lo siguiente: “.... al mismo tiempo intercedan por nosotros a fin de que Dios nos abra las puertas para proclamar la palabra. Oren para que yo lo anuncie con claridad como debo hacerlo.” Pablo está pidiendo que la iglesia de los colosenses pueda interceder por él para que él sepa cómo discernir el momento y el tiempo para comunicar la palabra de Dios y hacerlo de la manera más correcta. Entonces Pablo le dice a la iglesia, le dice en el verso 5 “... compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo”. Exacto, en otras versiones dice “miren cómo se comportan para con los de afuera”, significando los que no conocen a Jesús.

Miren cómo dice: “...aprovechando al máximo cada momento oportuno. Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto así sabrán como responder a cada uno” ¿Saben que mis hermanos? En la medida en que nosotros meditamos sobre nuestro camino, sobre nuestra vida personal y el tiempo en el cual estamos, eso va a influenciar entonces en cómo nosotros meditamos y reflexionamos sobre el tiempo en el cual estamos viviendo ahora. Yo compartía con el grupo de esta mañana que la sociedad en que nosotros vivimos hoy día se distingue por muchas cosas pero hay una que es bien importante y es el aspecto del consumerismo. Yo se que la política es un aspecto bien importante que define como muchas personas rigen su vida. La intelectualidad o la grande educación es otra manera por las cuales otras personas definen su vida, como también hay aquellos que viven por esta filosofía que a mi no me gusta nada que es el “whatever”, lo que venga por ahí voy. Son los que se dejan llevar por todo viento de filosofía en el mundo.

¿Pero saben qué? Hay un gran porcentaje de personas que sus vidas están definidas por un aspecto de consumerismo. Y yo les puedo dar un ejemplo bien sencillo: una persona, yo me refiero mucho al pastor Greg en esto. El pastor Greg tenía una de esas primeras laptop que salió. Creo que él la compró en el ’96 si no me equivoco, algo así. Obviamente es una pantalla en blanco y negro, creo que es como de 13 pulgadas si no me equivoco la pantalla. Pero la cosa es que su computadora ahora mismo mis hermanos está totalmente obsoleta, hay veces que ni le funciona, ni prende tan siquiera. Pero miren como funciona ese tipo de industria que en un mes te dan un producto y en ese momento es lo último en la avenida: yo lo tengo que conseguir. Tres meses después le añaden otro componente que la hace mejor y te vale 300 dólares más. Tal vez es un poquito de memoria o al menos una pantalla color. Y el asunto es que te lo venden como lo último en la avenida cosa que lo que tu tenías ya no sirve para nada, te tienes que conseguir esto nuevo.

Antes una laptop pesaba tal vez como 21 libras, ahora como pesa 5 libras pues te están diciendo: mira, te tienes que conseguir una que pese 5 libras ahora. Ya ahí te están vendiendo 1000 dólares más, solamente porque pesa menos. Pero el asunto es que toda esta dinámica del consumerismo está formando necesidades en nosotros que realmente no necesitamos. Y eso se ve en todos los aspectos, aún en la pasta de dientes. Colgate antes tenía un solo sabor y una sola función que era limpiarte la boca y que no te de caries, ¿verdad? Ahora mismo Colgate tiene como 6 ó 7 distintas pastas supuestamente para o darte mejor aliento, o que no te de sarro, o que no se te infecten las encías, and on and on. Entonces cuando la persona va a comprar tiene un dilema porque lo que quiere es conseguir una pasta para limiparte los dientes y entonces entra en un dilema: ok, ¿qué quiero, que huela bien la boca o que no se me infecten las encías, o que tenga buen aliento por 24 horas, con cuál me voy? Miren esta última, miren esto: yo no se cuantos de ustedes han entrado en un Wallgreens o en un CBS o alguna farmacia, y cuando van a pagar en la caja, yo no se si ustedes se dan cuenta que justamente en frente está la sección de todos los cigarrillos habidos y por haber, y justamente al lado está todas las maneras habidas y por haber para evitar el fumar o dejar de fumar.

Y entonces una persona que tal vez esté lidiando con el vicio o la adicción de fumar, cuando va a pagar y está pensando: “yo quiero dejar de fumar”, y mira de frente se va a encontrar con un dilema. El consumerismo le está poniendo dos alternativas justamente de frente: tienes o nickored en chicle, en parche o en inyección para que dejes de fumar; o tienes Winston, Malboro, y todas las demás que hay por ahí con peppermint y cinamon también. ¿Dónde nos vamos a ir? O sea que la industria de América se decida. Eso es lo que yo me digo. O sea si ustedes están viendo que el cigarrillo, lo que hace dañar a una persona, ¿por qué ponen a una persona en ese dilema? Si van a hacer un producto para que la persona deje de fumar, pues, vendan ese producto nada más. O si van a vender un producto para que una persona se acabe de morir, pues véndalo, pero no le pongan las dos opciones al frente.

Y hermanos ese es el tiempo en el cual estamos viviendo. Cada uno de ustedes tiene una opción por delante. Todo se te presta ahí delante de ti, para que tu decidas que es lo que tu vas a hacer con tu vida. Te lo ponen de todos los colores y todos los sabores para que pruebes todos y entonces puedas tomar una decisión.

Hay un anuncio en la televisión acerca de una pastilla del asma de Avir, creo que es que se llama y la cosa es que la cancioncita que le ponen de fondo, la canción dice: Do what you want, go where you want.... Es como quien dice una pastilla, un anuncio de una pastilla del asma te están poniendo por detrás como un mensaje subliminal que dice: tu tienes el derecho de hacer lo que tu quieres, y de ir a donde tu quieras. Y hermanos sin darnos cuenta esos mensajes se pasan así por desapercibido y se quedan grabados en nuestra mente. Y muchas veces esa mentalidad del mundo en el cual vivimos ahoga la mentalidad que Dios quiere que tengamos que es preguntarnos: ¿Señor, qué es lo que tu quieres y pides de mi?

Pasa en algo bien sutil, poco a poco te va engatusando hasta que uno pierde todas la sensitividad de uno de preguntarse: ¿Señor qué tu pides de mi?

Y como ese es el tiempo en el cual nosotros estamos viviendo yo me dirijo otra vez a ese pasaje de Ageo cuando el mismo Dios nos pregunta a nosotros: tienen que meditar sobre sus caminos. El Señor nos está diciendo: miren, consideren sus prioridades y dónde estoy Yo en todas esas prioridades. Podrá sonar como algo que aprendemos desde kindergarden pero, hermanos sigue siendo un mensaje y un principio tan efectivo como desde aquel momento que lo aprendimos hasta ahora y seguirá siendo.

Eso entonces me dirige a mi a esa tercera dimensión con respecto al tiempo que ya es tiempo de que nosotros tomemos acción. Si una madre le pide a un hijo o una hija: me puedes lavar los platos y tiene que esperar tres horas y después de las tres horas, lava los platos, ¿qué es lo que usted le dice al hijo? Guau, ya era hora, ya era tiempo..... Hermanos es todo acerca de tiempo. Nosotros ahora mismo estamos en un tiempo donde tenemos que tomar unas acciones más firmes y más decisivas con respecto a lo que Dios pide de nosotros. Y sí son acciones que uno tiene que tomar con respecto a sus vidas de familia, acciones con respecto a sus vidas individuales, acciones con respecto a cómo ustedes se van a integrar en la sociedad, pero también acciones con respecto a cómo voy a responder a lo que Dios está pidiendo de mí. Por más difícil que sea ¿cuál va a ser la respuesta que yo le voy a dar a Dios? Yo siempre recuerdo esto otra vez, hubo un momento en que yo lo mencioné, hacer la voluntad de Dios no es nada fácil. Y hay muchas personas que piensan de yo discernir que estoy en la voluntad de Dios es porque tengo paz en mi corazón. Pero ¿saben qué? No siempre la paz va a ser un ingrediente esencial o determinante para yo saber si estoy en la voluntad de Dios o no.

Fíjense en el ejemplo de Jesús cuando estaba en Getsemaní. Cuando estaba llorando ahí tirado en el piso diciendo: Señor, pasa de mi esta copa. ¿Ustedes se creen que Jesús tenía paz en ese momento? Yo creo que lo que Jesús tenía era una angustia bien fuerte que se estaba reflejando en gotas de sangre cayendo a través de su cara. Por lo tanto, hermanos yo reconozco que nosotros como individuos, como familias, como iglesia nos estamos acercando a un momento donde Dios va a comenzar a pedir algo de nosotros. Dios va a comenzar a llamar a muchos de ustedes a llegar a un nivel más allá de lo que tal vez han experimentado hasta el día de hoy. Y, hermanos yo espero que cuando ese momento llegue, nosotros podamos obedecer a su llamado.

Hermanos podrá parecer como un mensaje bien familiar, tal vez usted se está diciendo: Omar, yo ya he escuchado ese mensaje tantas y tantas veces que ya hasta me aburre escucharlo otra vez. Pero yo reprendo ese pensamiento ahora mismo. ¿Saben por qué? Porque yo te estoy hablando principios de la palabra de Dios que no pierden su sentido ni su dirección. Y estos son unos principios que tienen una capacidad para moldear tu vida en una manera que tu solo, tu sola no lo puedes hacer. Solamente cuando uno se somete a esos principios de la palabra de Dios es que verdaderamente uno puede experimentar esa bendición de Dios que de la nada sale y hace algo nuevo en nuestras vidas y uno se queda como que ¡Guau! Esto es verdaderamente de Dios. Ciertamente tenemos que seguir lo que dice en este pasaje, tenemos que tomar tiempo para meditar. Pero que ese tiempo no se quede en una mera meditación sino que me lleve a una acciones de vida que tengo que tomar.

Miren qué interesante. En el Capítulo 2 de Ageo. Voy a cerrar con esto hermanos. El Capítulo 2 de Ageo, en el verso 15, miren cómo dice: “... ahora pues meditad ¿en donde?, en vuestro corazón.” Ya no te está diciendo que medites sobre tus caminos, ahora te está pidiendo que medites en tu corazón. Yo tuve que detenerme a analizar algo aquí. ¿Saben qué? Era una palabra profética ¿verdad? Dios hablando a través de Ageo una palabra profética al pueblo. Y yo no se ustedes, yo me imagino que si, pero cuando a alguien le da una palabra profética usted ¿verdad que uno se emociona? La primera reacción es como que emoción, es como que ¡guau! Dios me habló. Y a uno como que le entra esa corriente, como que los jugos de uno se empiezan a mover en una manera distinta, y es como que uno no se puede contener, es como que ¡guau! Dios me habló. Pero si yo me quedo en ese mero emocionalismo, yo no estoy haciendo nada con esa palabra profética. Una persona que se queda en la emocionalidad, es solamente eso: emoción.

Cuando yo veo al profeta Ageo diciéndole al pueblo: mediten ahora en su corazón. ¿Saben lo que le está diciendo? Es como si le estuviera diciendo: si, sabes qué es bien emocionante cuando Dios te habla, pero no lo dejes ahí, lleva esa experiencia aún mucho más profundo en tu ser para que puedas aprender lo que Dios está pidiendo de ti a través de esa palabra. Si nos quedamos en meras emociones, hermanos, el propósito de esa palabra profética se va a quedar a mitad. Cuando esa palabra se lleva bien adentro, se usa la razón, se usa la lógica que son dones que Dios también nos da a nosotros, usted se va a convertir y ¿saben qué? En un cristiano más balanceado y más preparado para poder compartir la palabra a tiempo oportuno y de la manera oportuna.

Hermanos nuestra vida es acerca de tiempo. Muchas veces muchos de nosotros tenemos una pelea con el tiempo bien grande. ¿Cuándo esto? ¿cuándo aquello? ¿cuándo va a pasar lo otro? ¿Cuándo tal persona va a dejar de ser como es conmigo? ¿O cuándo yo voy a dejar de ser como soy? Pero, hermanos sabiendo que un año nuevo ha comenzado, yo les invito a que ustedes sigan ese consejo del profeta Ageo: mediten sobre sus caminos. Mediten sobre el tiempo en el cual están sus vidas. Y que esa reflexión del tiempo de sus vidas los lleve a discernir cómo ustedes van a interactuar en una manera efectiva y afirmativa con la sociedad y en el tiempo en el cual estamos viviendo. Que no seamos ambivalentes en aspecto de nuestras vidas sino que podamos ser personas de convicciones firmes que saben como llevar una vida basada en los principios de la Escritura de Dios. Y una vez que ustedes hayan reflexionado en eso, mis hermanos, que la tercera dimensión se lleve a su perfección también, que es el tomar acción. Tomemos acción sobre nuestra vida y sobre el llamado que Dios tiene para nosotros. Y así mis hermanos nuestra vidas van a ser distintas. Así yo lo creo y así yo lo profeso. Solamente cuando nosotros obedecemos a Dios en una manera afirmativa es que nuestras vidas tienen la capacidad de poder hacer un impacto a nuestro alrededor.

Vamos a estar puestos de pie y vamos a orar. Gracias Jesús. Hermano tu estás en un tiempo. Dios te tiene en un tiempo. Y en ese tiempo hay propósitos que se van a cumplir. Solamente como nosotros respondamos a ese tiempo es que podremos ver la grandeza del Señor en medio de nuestras vidas. Señor Jesús presentamos a tu pueblo ahora delante de ti. Tu conoces el corazón y la condición de cada uno de ellos: de niños, de jóvenes, de hombres, de mujeres. Padre, yo te pido que en este año 2005 tu vengas a un encuentro con cada uno de ellos, no importa cuanto tiempo llevan en el Evangelio, no importa si son acabaditos de llegar hoy, pero que ellos se puedan encontrar contigo Jesús, un encuentro contigo transforma todas las cosas. Un encuentro contigo hace de nuestras vidas algo totalmente nuevo. Señor y yo presente a este pueblo delante de ti ahora. Así como hiciste con Sorobabel y Josué en el libro de Ageo, despierta nuestro espíritu, Señor. Despierta nuestro espíritu, Señor. Padre que no seamos indiferentes a tu voz. Pero que podamos responder en una manera afirmativa a ti, Señor. Padre yo creo que si han ocurrido grandes cosas en el año 2004 mayores van a ser las que van a ocurrir ahora en el 2005. La gloria venidera va a ser mucho mejor que la pasada. Y esto no tan solamente lo declaro para la iglesia, lo declaro también para cada uno de las familias e individuos que están aquí presentes en este día. Que la gloria tuya sea mayor de lo que ya se ha experimentado, Jesús. Sorpréndenos a todos. Sorpréndenos Jesús. Gracias te damos Señor. Amen, amen, amen. Gracias Jesús.

Hermanos nos preparamos ahora, vamos ahora a participar de la cena del Señor, hermanos. Esto para mi, ¿saben qué? Para mi lo que es un momento de alabanza de oración, lo que son los bautismos y lo que es esto, es cuando Dios está en su máximo potencial. Es un símbolo hermanos, un simple pedacito de pan y una simple copita de jugo de uva, pero ese símbolo tiene un poder transformador. Símbolo del cuerpo de Jesús que fue partido por nosotros para darnos la libertad que hoy muchos experimentamos. Símbolo de su sangre que nos limpia y nos perdona y nos restaura de todo pecado. Señor yo consagro estos elementos a ti ahora, Jesús. Y que tu te hagas presente y real ahora, Señor en medio de nuestras vidas, que esto sea un momento de encuentro contigo, Señor. Amen, Jesús.

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