El poder sagrado de un corazón

TRANSCIRPT

Ahora vamos a hablar de lo sagrado, de un corazón dispuesto a escuchar a Dios. Y el pasaje está en Primera de Samuel, capítulo 3, una historia famosa de escuela dominical. Todo niño que ha estado unos años en la escuela bíblica conoce este pasaje. Y una de las cosas que me llama la atención de este pasaje es que la situación social en la cual estaba el pueblo de Israel en aquel entonces es muy parecida al día de hoy.

Dios se había llamado a Elí como sumo sacerdote y bajo su ministerio él tenía la responsabilidad de educar, preparar, entrenar a ese legado de sacerdotes que día a día iban a estar trabajando con el pueblo. Esa era su responsabilidad. Pero uno de los problemas que siempre hemos tenido como seres humanos es que no sabemos escuchar. Oímos, pero no escuchamos.

Chuck Swindoll, un famoso predicador y escritor de libros cuenta, su vida se puso tan y tan ocupada, su itinerario en el trabajo, que es su ministerio, escribiendo libros, atendiendo llamados, yendo a conferencias, estaba una noche en su casa con su familia comiendo y él está comiendo como que Cristo viene en una hora. Su hija le dice, “Daddy, daddy, daddy, yo quiero hablar contigo y te voy a hablar bien rápido.” Él entendió, “No, niña, no hija, no, háblame con calma, no tienes por qué irte rápido.” Y la niña le dijo a él, “Daddy, si tu quieres que yo hable rápido escúchame, no rápido, lento para entonces yo poder hablar lento.”

A nosotros nos han programado que todo tiene que ser rápido. Esa es nuestra programación. Si estás jugando baseball te dicen, hay que anotar primero para que el lanzador se ponga nervioso. Hacen estadísticas quién hace un gol primero tiene chance de ganar un juego.

Samuel, como dice el pasaje, ministraba a Jehová en presencia de Elí y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días, no había visión con frecuencia. Entonces Samuel está siendo instruido en cómo trabajar como sacerdote, cómo dirigir una ceremonia, dónde y cuándo prender los candelabros, cuánto aceite poner en la lámpara, espera que en un momento que le va a tocar a él ser el sacerdote. Y dice el pasaje más adelante que él estaba durmiendo cerca del arca del pacto y la lámpara que todavía estaba encendida, y Elí estaba durmiendo en su sitio usual.

Samuel escucha su nombre y corre donde Elí. Elí está durmiendo. No te ha pasado a ti eso, que estás durmiendo y te despierta un muchacho y tu no sabes de qué están hablando? O como a veces me ha pasado a mí. Yo me levanto a la 1:30 de la mañana todos los días para ir a trabajar, si yo he dejado mi llave en el automóvil, en un sitio equivocado, y Vivian la ha recogido y la ha puesto en otro sitio, a las 2 de la mañana yo no consigo mi llave, so qué tengo que hacer? Vivian, dónde está la llave de mi carro? Ella entre un ojo cerrado y uno abierto, “oh, la puse…” tengo que [inaudible] para que yo le revele a ella dónde está esa llave.

So, Elí que es el sumo sacerdote, es el hombre que está encargado de toda la espiritualidad de Israel, es el experto al que todos miran como el líder religioso de ese momento, es un juez. No entendió tampoco porque para Elí hacía tanto tiempo que Dios no se comunicaba que él no podía pensar que ese era Dios. y él es el máximo líder, enseñando a Samuel todo lo práctico pero no la intimidad porque él no la tenía.

Samuel regresa a su aposento. Samuel, surge nuevamente el llamado, y él corre donde Elí. Y Elí le dice, “Yo no te he llamado, vuelve a tu aposento y descansa.” Surge una tercera vez y ahí Samuel entiende cuando Elí le explica que quien está llamando es Jehová. Y el escritor hace una aclaración y ahí nos vamos a detener por un tiempo.

Samuel no conocía la voz de Dios. Iglesia o congregación León de Judá, mañana comenzamos una semana de oración y ayuno. La idea es no es que añadas a tu agenda lo que va a pasar en esta semana, es que esta semana sea tu agenda para que puedas encontrarte con la voz de Dios.

Cuántos de nosotros como Samuel nos han presentado al Señor o dedicado cuando éramos niños? Cuántos hemos pedido al Señor cuando estábamos ya en la edad de juventud o en nuestra edad madura? Y pasamos el tiempo en la iglesia, venimos los domingos, venimos los miércoles, venimos los lunes, venimos los martes, venimos los sábados, dedicamos el tiempo por completo a la iglesia pero nunca hemos escuchado la voz de Dios hablarle a nosotros.

Para escuchar la voz de Dios lo primero, hay que hacer lo que Samuel hizo. Cuando Samuel respondió él regresó a su aposento. Dice en inglés, he lay down. Se acostó. Lo que implica hay que parar de correr. Nos tenemos que detener pero en este detener es para esperar qué es lo que Dios tiene para tu vida. Para yo poder detenerme, si eres líder en el ministerio de mujeres, quítate el saco de liderazgo y ve a tu aposento.

Si eres líder en los ministerios de hombres, quítate esa ropa de líder y camina a descansar al aposento que Dios tiene. Si eres pastor quítate ese rol de pastor y regresa a la cama a descansar y esperar que Dios te llame por tu nombre. Si eres líder de ujieres, líder de adoración, músicos o líderes, es un momento de parar, salirme de lo que estoy haciendo durante el día, ese [inaudible] que me consume mi mente, me consume mi corazón, detente. Hay que hacer un silencio, hay que tener paciencia, porque Dios se ha levantado de su trono para llamarte a ti por tu nombre.

No estamos programados para esperar. Eso no está en nuestro ADN pero Dios quiere que te pares. En la mañana yo dije que te pongas un zipper en la boca, qué difícil es eso. Detente. Tu sabes que cuando te despojas de todos esos roles entonces vas a asumir el rol de siervo, para que el Rey de Reyes y el Señor de Señores le hable a su siervo o a su sierva. Tenemos que romper con esta tradición generacional diabólica que el orgullo no nos permite desprendernos de lo que somos. No somos nada. Solamente somos siervos del Dios Altísimo.

Aleluya! Yo te reto a ti en esta tarde como reté en la mañana, iglesia, iglesia, hay que romper con los moldes viejos del orgullo. Hay que romper con los moldes viejos de la arrogancia, hay que entender que somos siervos, que Jesús murió por los siervos, por las siervas, y siendo nada tenemos acceso al trono de la gracia.

Cuando yo soy siervo, en la mañana tuve que explicar que yo me bajo del altar para que no se confundieran. Cuando yo soy siervo, mi hermano o mi hermana, yo lo veo como mi hermano o mi hermana, no hay rangos, no hay distinciones, no hay trato VIP, todos somos siervos. Jesús te necesita.

Esta semana puede ser un turning point en nuestra iglesia. Y el pastorado junto con los diáconos te estamos retando. Esta es la semana para hacer los cambios. Esta es la semana para cuando yo esté acostado y esté callado y esté en silencio, pueda escucha qué es lo que Dios tiene para mi vida. No llegar a donde ese sitio descansando con mi agenda propia y añadir lo que yo creo que él quiere para mi vida, o lo que yo quiero para mi vida, o lo que me han dicho que él tiene para mi vida.

Yo no quiero escuchar más lo que la gente dice que yo puedo hacer. Qué él tiene para mi vida? Porque como Samuel al final del tiempo, Samuel ungió a Saúl, primer rey de Israel, Samuel ungió a David, segundo rey de Israel, pero nada empezó cuando fue a ungir, empezó cuando se acostó y descansó. Y al acostarte tu estás dando todo, un compromiso total.

Si tu en tu casa con tu familia procesas en esta tarde qué yo puedo hacer diferente como familia en esta semana, es que como familia vamos a dejar de hablar para empezar a orar y a descansar. A ver qué Dios tiene para mi vida?

En la clase de parejas hay una clase que se le enseña a los hermanos, el uso de la servilleta o un pañuelo. Y la idea es que quien de la pareja tenga la servilleta o el pañuelo va a hablar y mientras la persona no suelte la servilleta o el pañuelo la otra parte no puede hablar. So, en esta semana Dios tiene la servilleta.

Algunos pueden decir, bueno, hay que estar en el lugar santo al lado del arca del pacto para que Dios me escuche? No. pedro estaba preso, encadenado y con una rotación de 4 soldados pero sus compañeros de milicia estaban orando y cuando Pedro fue libertado, que regresa a ese hogar que toca la puerta, hay una muchacha que reconoce a Pedro por su voz, cuando ella va para atrás dice, mira, afuera está Pedro. Tu estás loca, Pedro está preso.

Cuando la iglesia se acuesta a esperar que Dios hable Dios tiene un solo mensaje. Él no tiene 20 diferentes mensajes. Contaba en la mañana que cuando mi hijo salió de la coma inducida en el accidente, estábamos Vivian y yo en la cama y cuando él despertó por nuestro físico él no nos conoció. Cuando hablamos él reconoció nuestra voz y dijo, “Daddy y mami.” El accidente no le borró lo que él conocía.

Los accidentes de la vida en el Evangelio no pueden borrar lo que tu conoces. La voz de Dios es indiscutible, diferente y única en medio de otras voces. Es que tenemos que aprender a comenzar a apagar todo lo que está alrededor, comenzar a apagar en el nombre de Jesús, comenzar a apagarlo en el nombre de Jesús. Apaga a todo aquel que está hablando de lo que no tiene que hablar. Vamos a empezar por ahí. Vamos a hablar cosas constructivas, cosas positivas, vamos a construir el reino. No lo vamos a destruir con nuestra forma de expresarnos. Apaga, desconéctate para que entonces Jesús te pueda escuchar, tu puedas escuchar su llamado, porque Jesús te ha estado llamando pero tu no sabes que él te está llamando porque no conoces su voz.

Segundo punto, todos lo que estamos en liderazgo en esta iglesia, Dios te ha dado a ti un equipo para que lo prepares, para que lo entrenes, para que ese equipo que está debajo de ti, cuando venga la voz de Dios pueda reconocer la voz de Dios. No podemos trabajar como Elí, tenemos que trabajar como Samuel.

No se puede trabajar por la tradición ni por lo que yo sé, ni por lo que yo he obtenido. Hay que trabajar cómo es que la voz de Dios quiere que tu trabajes, cuál es el plan de Dios que viene del cielo, no mío. Cuántas veces vamos a una reunión con una agenda y esa es mi agenda, eso es lo que se va a discutir, eso es lo que vamos a hacer. Mi pregunta es, qué espacio tu como líder has dejado en la agenda para lo que Dios tiene que hacer dentro de tu ministerio? Hay que regresar a esa senda antigua en que Dios hable pero que sea Dios que hable con un plan en específico.

Y cuando Dios te da a ti el plan, by the way, piensen por un segundo que estamos en el cuarto con Samuel, pensemos que somos Samuel por un segundo. Y hemos trabajado y aprendido muchas cosas de lo que es la religión judía y después que Elí nos dice, cuando él te llame otra vez contéstale, ‘heme aquí, tu siervo escucha, y habla’ estamos esperando que él nos diga, ‘muchacho, buen trabajo. Adelante. Sigue haciéndolo. Te vamos a dar más trabajo.’

No, lo que Dios le dice según el pasaje a Samuel, es un mensaje fuerte, es un mensaje de castigo. Y le está hablando a Samuel de su jefe Elí, que va a destruir toda la casa. Y tengan en mente que Samuel tenía como 12 años, dicen los eruditos, era un niño. Imagínense la presión psicológica emocional de ese niño de recibir… por primera vez, escucha la voz de Dios y es una voz que tiene un mensaje para castigar. Cómo un niño va a procesar eso?

Y después al otro día, Elí le pregunta a él, ‘Qué fue lo que te habló a ti el Señor?’ Y ustedes saben que los niños no mienten o algunos. Los que somos padres sabemos eso. Hermanas, hermanos en esta tarde, en este día, Dios te ofrece una oportunidad, una semana para poner en pausa todo lo mío.

Cuánto tu darías si tu supieras que vas a escuchar la voz de Dios? Dios no va a hablar por un profeta. Dios quiere hablar contigo. Y cuando Dios quiere hablar contigo es porque hay un ministerio en específico, algo mayor, Dios piensa que tu eres importante. Dios cree que tu eres importante. Cuánto cuesta una semana en que yo me detengo de todo lo que yo hago para poder escuchar lo que Dios tiene para mi vida? Cuánto cuesta eso?

Un mensaje, iglesia, que va a cambiar el paradigma de esta ciudad, un mensaje que va a ser el turning point en tu vida. Tu tienes planes, como tenemos muchos y es bueno tener plan, pero es bueno saber si ese plan encaja en el plan perfecto que Dios tiene para tu vida. En inglés dirían, don’t serve for less. Por qué ceder a lo más fácil si Dios quiere que tu unjas reyes?

Si Dios quiere que tu como iglesia comiences a decirle a otros, yo no sé de ustedes, pero Dios nos está hablando a nuestra iglesia en este momento, en este tiempo, un momento crucial. La historia tiene que cambiar porque Dios todavía sigue siendo Dios y sigue hablando con su gente. Las órdenes están ya ready para salir. Tu tienes que estar dispuesto a escuchar. So, no te quejes, no te quejes, no te quejes, hay que ir al lugar de descanso, hay que descansar, hay que bajar la guardia, hay que creerle a Dios.

Y tu sabes qué? Hay que seguir a nuestros líderes. Hay que seguir a nuestros líderes. Samuel siguió a Elí. Todo lo que Samuel hizo Elí se lo enseñó. Muchos quieren recibir el llamado de ser Elí, sin acostarse. Muchos quieren ser Samuel sin acostarse. Muchos quieren ungir reyes sin pagar el precio de someterse, de comprometerse, o estés hasta la muerte o hasta que el Señor venga. Esto no es part time o temporal, la idea es que dondequiera que tu estés entres a ese lugar santo, te acuestes, descanses y pienses que en el momento de Dios él va a hablar con un mensaje para tu vida, un mensaje para cambiar, un mensaje para que tu sepas, ‘yo estoy encargado de lo que Dios me ha dado. Y si lo que Dios me ha dado a mí es discipulado, yo trabajo con discipulado porque eso me lo dio Dios.’

Y si Dios te ha dado a ti ser un ujier de la iglesia, hazlo con orgullo porque Dios te ha dado a ti un trabajo dentro del reino. Aleluya! En cada esquina si pensamos de esta manera, como iglesia, como pueblo de Dios, dondequiera que estemos, lo que Dios nos de es mejor que lo que podamos alcanzar porque lo que nos da Dios es permanente, es eterno, no es revocable, no nos lo pueden quitar.

Ojo que no me ponen en nada, decía [inaudible] que estaba en Nueva York. Sabes qué? Donde tu estás en tu trabajo, tu eres llamado. Tu puedes cambiar el ambiente de tu trabajo porque tus ordenes no vienen de Recursos Humanos, tus ordenes vienen de un Cristo que fue clavado en la cruz pero se levantó al tercer día con una autoridad y ya él venció al mundo.

Iglesia, regresa al aposento y descansa y deja que Dios sea Dios. Tú has tu trabajo pero deja que Dios sea Dios. Jamás te va a defraudar.

En el verso 19, con esto voy a acabar, de ese capítulo el escritor nos dice, “Y Samuel creció y Jehová estaba con él y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.”

Cuando escuchamos la voz de Dios y actuamos en ese mandamiento de Dios lo que digamos no va a caer a tierra. Lo que hemos predicado no va a caer a tierra. Lo que hemos creído por años no va a caer a tierra. Dios tiene un tiempo. Dios tiene un momento pero también Dios tiene a su palabra. Y su palabra no volverá atrás vacía.

Yo lo he visto en mi vida. Cuando no escucho su voz me meto en problema, cuando escucho su voz no tengo problemas. Qué mejor que escuchar la voz. So, de hoy en adelante póngale un zipper a su boca y comience a escuchar, no a oír, comience a escuchar que Dios te está llamando.

A veces decimos, bueno, para qué Dios me quiere a mí en esta tierra? Un zipper en la boca y comience a escuchar. Deja que él te hable. Él te va a dirigir. Lo mejor de todo es cuando yo estoy como siervo, cuando yo estoy como siervo en ese sitio tan tranquilo, no tengo que ser líder porque el Rey de Reyes está conmigo en ese sitio, yo soy su sirviente y le sirvo y le adoro. No tengo que ser líder, yo puedo descansar en las manos del trono del Dios poderoso.

Cuántos quisieran vivir así de esa manera? Descansando. No importa lo que pase afuera, yo estoy descansando porque mi Dios está encargado del asunto. Yo solamente trabajo en la obra. Él, que murió por mí, es el dueño de la obra. Y él no nos dejará caer en vergüenza. So, líderes, pastores, gózate en esta tarde, regocíjate en el descanso y espera que Dios te va a hablar. Dios va a hablar, Dios va a hablar y te va a dar nuevas órdenes.

Cuántos alabarán su nombre? Cuántos quieren que Dios les hable? Cuántos están esperando la orden del cielo? Cuántos estamos esperando la orden del cielo para marchar, para conquistar, para vencer, para romper cadenas generacionales, para vencer al enemigo, para decirle a este pueblo, hay esperanza? Porque nosotros no tenemos que pelear, tenemos que descansar y él pelea por nosotros. Él tiene el control.

Aleluya! Que nuestros corazones se unan y puedan escuchar la voz de Dios. Que nuestros corazones puedan realmente abrirse y decir, Señor, he aquí tu siervo. Yo voy a descansar para que tu seas Dios. yo quiero que tu me hables porque yo quiero mis nuevas órdenes. Ordenes que son enormes, es como un big boom, something is coming. Algo viene para esta iglesia, no en el futuro, pronto, pero tenemos que descansar para que Dios sea Dios. Dios les bendiga.

Ahora vamos a hablar de lo sagrado, de un corazón dispuesto a escuchar a Dios. Y el pasaje está en Primera de Samuel, capítulo 3, una historia famosa de escuela dominical. Todo niño que ha estado unos años en la escuela bíblica conoce este pasaje. Y una de las cosas que me llama la atención de este pasaje es que la situación social en la cual estaba el pueblo de Israel en aquel entonces es muy parecida al día de hoy.

Dios se había llamado a Elí como sumo sacerdote y bajo su ministerio él tenía la responsabilidad de educar, preparar, entrenar a ese legado de sacerdotes que día a día iban a estar trabajando con el pueblo. Esa era su responsabilidad. Pero uno de los problemas que siempre hemos tenido como seres humanos es que no sabemos escuchar. Oímos, pero no escuchamos.

Chuck Swindoll, un famoso predicador y escritor de libros cuenta, su vida se puso tan y tan ocupada, su itinerario en el trabajo, que es su ministerio, escribiendo libros, atendiendo llamados, yendo a conferencias, estaba una noche en su casa con su familia comiendo y él está comiendo como que Cristo viene en una hora. Su hija le dice, “Daddy, daddy, daddy, yo quiero hablar contigo y te voy a hablar bien rápido.” Él entendió, “No, niña, no hija, no, háblame con calma, no tienes por qué irte rápido.” Y la niña le dijo a él, “Daddy, si tu quieres que yo hable rápido escúchame, no rápido, lento para entonces yo poder hablar lento.”

A nosotros nos han programado que todo tiene que ser rápido. Esa es nuestra programación. Si estás jugando baseball te dicen, hay que anotar primero para que el lanzador se ponga nervioso. Hacen estadísticas quién hace un gol primero tiene chance de ganar un juego.

Samuel, como dice el pasaje, ministraba a Jehová en presencia de Elí y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días, no había visión con frecuencia. Entonces Samuel está siendo instruido en cómo trabajar como sacerdote, cómo dirigir una ceremonia, dónde y cuándo prender los candelabros, cuánto aceite poner en la lámpara, espera que en un momento que le va a tocar a él ser el sacerdote. Y dice el pasaje más adelante que él estaba durmiendo cerca del arca del pacto y la lámpara que todavía estaba encendida, y Elí estaba durmiendo en su sitio usual.

Samuel escucha su nombre y corre donde Elí. Elí está durmiendo. No te ha pasado a ti eso, que estás durmiendo y te despierta un muchacho y tu no sabes de qué están hablando? O como a veces me ha pasado a mí. Yo me levanto a la 1:30 de la mañana todos los días para ir a trabajar, si yo he dejado mi llave en el automóvil, en un sitio equivocado, y Vivian la ha recogido y la ha puesto en otro sitio, a las 2 de la mañana yo no consigo mi llave, so qué tengo que hacer? Vivian, dónde está la llave de mi carro? Ella entre un ojo cerrado y uno abierto, “oh, la puse…” tengo que [inaudible] para que yo le revele a ella dónde está esa llave.

So, Elí que es el sumo sacerdote, es el hombre que está encargado de toda la espiritualidad de Israel, es el experto al que todos miran como el líder religioso de ese momento, es un juez. No entendió tampoco porque para Elí hacía tanto tiempo que Dios no se comunicaba que él no podía pensar que ese era Dios. y él es el máximo líder, enseñando a Samuel todo lo práctico pero no la intimidad porque él no la tenía.

Samuel regresa a su aposento. Samuel, surge nuevamente el llamado, y él corre donde Elí. Y Elí le dice, “Yo no te he llamado, vuelve a tu aposento y descansa.” Surge una tercera vez y ahí Samuel entiende cuando Elí le explica que quien está llamando es Jehová. Y el escritor hace una aclaración y ahí nos vamos a detener por un tiempo.

Samuel no conocía la voz de Dios. Iglesia o congregación León de Judá, mañana comenzamos una semana de oración y ayuno. La idea es no es que añadas a tu agenda lo que va a pasar en esta semana, es que esta semana sea tu agenda para que puedas encontrarte con la voz de Dios.

Cuántos de nosotros como Samuel nos han presentado al Señor o dedicado cuando éramos niños? Cuántos hemos pedido al Señor cuando estábamos ya en la edad de juventud o en nuestra edad madura? Y pasamos el tiempo en la iglesia, venimos los domingos, venimos los miércoles, venimos los lunes, venimos los martes, venimos los sábados, dedicamos el tiempo por completo a la iglesia pero nunca hemos escuchado la voz de Dios hablarle a nosotros.

Para escuchar la voz de Dios lo primero, hay que hacer lo que Samuel hizo. Cuando Samuel respondió él regresó a su aposento. Dice en inglés, he lay down. Se acostó. Lo que implica hay que parar de correr. Nos tenemos que detener pero en este detener es para esperar qué es lo que Dios tiene para tu vida. Para yo poder detenerme, si eres líder en el ministerio de mujeres, quítate el saco de liderazgo y ve a tu aposento.

Si eres líder en los ministerios de hombres, quítate esa ropa de líder y camina a descansar al aposento que Dios tiene. Si eres pastor quítate ese rol de pastor y regresa a la cama a descansar y esperar que Dios te llame por tu nombre. Si eres líder de ujieres, líder de adoración, músicos o líderes, es un momento de parar, salirme de lo que estoy haciendo durante el día, ese [inaudible] que me consume mi mente, me consume mi corazón, detente. Hay que hacer un silencio, hay que tener paciencia, porque Dios se ha levantado de su trono para llamarte a ti por tu nombre.

No estamos programados para esperar. Eso no está en nuestro ADN pero Dios quiere que te pares. En la mañana yo dije que te pongas un zipper en la boca, qué difícil es eso. Detente. Tu sabes que cuando te despojas de todos esos roles entonces vas a asumir el rol de siervo, para que el Rey de Reyes y el Señor de Señores le hable a su siervo o a su sierva. Tenemos que romper con esta tradición generacional diabólica que el orgullo no nos permite desprendernos de lo que somos. No somos nada. Solamente somos siervos del Dios Altísimo.

Aleluya! Yo te reto a ti en esta tarde como reté en la mañana, iglesia, iglesia, hay que romper con los moldes viejos del orgullo. Hay que romper con los moldes viejos de la arrogancia, hay que entender que somos siervos, que Jesús murió por los siervos, por las siervas, y siendo nada tenemos acceso al trono de la gracia.

Cuando yo soy siervo, en la mañana tuve que explicar que yo me bajo del altar para que no se confundieran. Cuando yo soy siervo, mi hermano o mi hermana, yo lo veo como mi hermano o mi hermana, no hay rangos, no hay distinciones, no hay trato VIP, todos somos siervos. Jesús te necesita.

Esta semana puede ser un turning point en nuestra iglesia. Y el pastorado junto con los diáconos te estamos retando. Esta es la semana para hacer los cambios. Esta es la semana para cuando yo esté acostado y esté callado y esté en silencio, pueda escucha qué es lo que Dios tiene para mi vida. No llegar a donde ese sitio descansando con mi agenda propia y añadir lo que yo creo que él quiere para mi vida, o lo que yo quiero para mi vida, o lo que me han dicho que él tiene para mi vida.

Yo no quiero escuchar más lo que la gente dice que yo puedo hacer. Qué él tiene para mi vida? Porque como Samuel al final del tiempo, Samuel ungió a Saúl, primer rey de Israel, Samuel ungió a David, segundo rey de Israel, pero nada empezó cuando fue a ungir, empezó cuando se acostó y descansó. Y al acostarte tu estás dando todo, un compromiso total.

Si tu en tu casa con tu familia procesas en esta tarde qué yo puedo hacer diferente como familia en esta semana, es que como familia vamos a dejar de hablar para empezar a orar y a descansar. A ver qué Dios tiene para mi vida?

En la clase de parejas hay una clase que se le enseña a los hermanos, el uso de la servilleta o un pañuelo. Y la idea es que quien de la pareja tenga la servilleta o el pañuelo va a hablar y mientras la persona no suelte la servilleta o el pañuelo la otra parte no puede hablar. So, en esta semana Dios tiene la servilleta.

Algunos pueden decir, bueno, hay que estar en el lugar santo al lado del arca del pacto para que Dios me escuche? No. pedro estaba preso, encadenado y con una rotación de 4 soldados pero sus compañeros de milicia estaban orando y cuando Pedro fue libertado, que regresa a ese hogar que toca la puerta, hay una muchacha que reconoce a Pedro por su voz, cuando ella va para atrás dice, mira, afuera está Pedro. Tu estás loca, Pedro está preso.

Cuando la iglesia se acuesta a esperar que Dios hable Dios tiene un solo mensaje. Él no tiene 20 diferentes mensajes. Contaba en la mañana que cuando mi hijo salió de la coma inducida en el accidente, estábamos Vivian y yo en la cama y cuando él despertó por nuestro físico él no nos conoció. Cuando hablamos él reconoció nuestra voz y dijo, “Daddy y mami.” El accidente no le borró lo que él conocía.

Los accidentes de la vida en el Evangelio no pueden borrar lo que tu conoces. La voz de Dios es indiscutible, diferente y única en medio de otras voces. Es que tenemos que aprender a comenzar a apagar todo lo que está alrededor, comenzar a apagar en el nombre de Jesús, comenzar a apagarlo en el nombre de Jesús. Apaga a todo aquel que está hablando de lo que no tiene que hablar. Vamos a empezar por ahí. Vamos a hablar cosas constructivas, cosas positivas, vamos a construir el reino. No lo vamos a destruir con nuestra forma de expresarnos. Apaga, desconéctate para que entonces Jesús te pueda escuchar, tu puedas escuchar su llamado, porque Jesús te ha estado llamando pero tu no sabes que él te está llamando porque no conoces su voz.

Segundo punto, todos lo que estamos en liderazgo en esta iglesia, Dios te ha dado a ti un equipo para que lo prepares, para que lo entrenes, para que ese equipo que está debajo de ti, cuando venga la voz de Dios pueda reconocer la voz de Dios. No podemos trabajar como Elí, tenemos que trabajar como Samuel.

No se puede trabajar por la tradición ni por lo que yo sé, ni por lo que yo he obtenido. Hay que trabajar cómo es que la voz de Dios quiere que tu trabajes, cuál es el plan de Dios que viene del cielo, no mío. Cuántas veces vamos a una reunión con una agenda y esa es mi agenda, eso es lo que se va a discutir, eso es lo que vamos a hacer. Mi pregunta es, qué espacio tu como líder has dejado en la agenda para lo que Dios tiene que hacer dentro de tu ministerio? Hay que regresar a esa senda antigua en que Dios hable pero que sea Dios que hable con un plan en específico.

Y cuando Dios te da a ti el plan, by the way, piensen por un segundo que estamos en el cuarto con Samuel, pensemos que somos Samuel por un segundo. Y hemos trabajado y aprendido muchas cosas de lo que es la religión judía y después que Elí nos dice, cuando él te llame otra vez contéstale, ‘heme aquí, tu siervo escucha, y habla’ estamos esperando que él nos diga, ‘muchacho, buen trabajo. Adelante. Sigue haciéndolo. Te vamos a dar más trabajo.’

No, lo que Dios le dice según el pasaje a Samuel, es un mensaje fuerte, es un mensaje de castigo. Y le está hablando a Samuel de su jefe Elí, que va a destruir toda la casa. Y tengan en mente que Samuel tenía como 12 años, dicen los eruditos, era un niño. Imagínense la presión psicológica emocional de ese niño de recibir… por primera vez, escucha la voz de Dios y es una voz que tiene un mensaje para castigar. Cómo un niño va a procesar eso?

Y después al otro día, Elí le pregunta a él, ‘Qué fue lo que te habló a ti el Señor?’ Y ustedes saben que los niños no mienten o algunos. Los que somos padres sabemos eso. Hermanas, hermanos en esta tarde, en este día, Dios te ofrece una oportunidad, una semana para poner en pausa todo lo mío.

Cuánto tu darías si tu supieras que vas a escuchar la voz de Dios? Dios no va a hablar por un profeta. Dios quiere hablar contigo. Y cuando Dios quiere hablar contigo es porque hay un ministerio en específico, algo mayor, Dios piensa que tu eres importante. Dios cree que tu eres importante. Cuánto cuesta una semana en que yo me detengo de todo lo que yo hago para poder escuchar lo que Dios tiene para mi vida? Cuánto cuesta eso?

Un mensaje, iglesia, que va a cambiar el paradigma de esta ciudad, un mensaje que va a ser el turning point en tu vida. Tu tienes planes, como tenemos muchos y es bueno tener plan, pero es bueno saber si ese plan encaja en el plan perfecto que Dios tiene para tu vida. En inglés dirían, don’t serve for less. Por qué ceder a lo más fácil si Dios quiere que tu unjas reyes?

Si Dios quiere que tu como iglesia comiences a decirle a otros, yo no sé de ustedes, pero Dios nos está hablando a nuestra iglesia en este momento, en este tiempo, un momento crucial. La historia tiene que cambiar porque Dios todavía sigue siendo Dios y sigue hablando con su gente. Las órdenes están ya ready para salir. Tu tienes que estar dispuesto a escuchar. So, no te quejes, no te quejes, no te quejes, hay que ir al lugar de descanso, hay que descansar, hay que bajar la guardia, hay que creerle a Dios.

Y tu sabes qué? Hay que seguir a nuestros líderes. Hay que seguir a nuestros líderes. Samuel siguió a Elí. Todo lo que Samuel hizo Elí se lo enseñó. Muchos quieren recibir el llamado de ser Elí, sin acostarse. Muchos quieren ser Samuel sin acostarse. Muchos quieren ungir reyes sin pagar el precio de someterse, de comprometerse, o estés hasta la muerte o hasta que el Señor venga. Esto no es part time o temporal, la idea es que dondequiera que tu estés entres a ese lugar santo, te acuestes, descanses y pienses que en el momento de Dios él va a hablar con un mensaje para tu vida, un mensaje para cambiar, un mensaje para que tu sepas, ‘yo estoy encargado de lo que Dios me ha dado. Y si lo que Dios me ha dado a mí es discipulado, yo trabajo con discipulado porque eso me lo dio Dios.’

Y si Dios te ha dado a ti ser un ujier de la iglesia, hazlo con orgullo porque Dios te ha dado a ti un trabajo dentro del reino. Aleluya! En cada esquina si pensamos de esta manera, como iglesia, como pueblo de Dios, dondequiera que estemos, lo que Dios nos de es mejor que lo que podamos alcanzar porque lo que nos da Dios es permanente, es eterno, no es revocable, no nos lo pueden quitar.

Ojo que no me ponen en nada, decía [inaudible] que estaba en Nueva York. Sabes qué? Donde tu estás en tu trabajo, tu eres llamado. Tu puedes cambiar el ambiente de tu trabajo porque tus ordenes no vienen de Recursos Humanos, tus ordenes vienen de un Cristo que fue clavado en la cruz pero se levantó al tercer día con una autoridad y ya él venció al mundo.

Iglesia, regresa al aposento y descansa y deja que Dios sea Dios. Tú has tu trabajo pero deja que Dios sea Dios. Jamás te va a defraudar.

En el verso 19, con esto voy a acabar, de ese capítulo el escritor nos dice, “Y Samuel creció y Jehová estaba con él y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.”

Cuando escuchamos la voz de Dios y actuamos en ese mandamiento de Dios lo que digamos no va a caer a tierra. Lo que hemos predicado no va a caer a tierra. Lo que hemos creído por años no va a caer a tierra. Dios tiene un tiempo. Dios tiene un momento pero también Dios tiene a su palabra. Y su palabra no volverá atrás vacía.

Yo lo he visto en mi vida. Cuando no escucho su voz me meto en problema, cuando escucho su voz no tengo problemas. Qué mejor que escuchar la voz. So, de hoy en adelante póngale un zipper a su boca y comience a escuchar, no a oír, comience a escuchar que Dios te está llamando.

A veces decimos, bueno, para qué Dios me quiere a mí en esta tierra? Un zipper en la boca y comience a escuchar. Deja que él te hable. Él te va a dirigir. Lo mejor de todo es cuando yo estoy como siervo, cuando yo estoy como siervo en ese sitio tan tranquilo, no tengo que ser líder porque el Rey de Reyes está conmigo en ese sitio, yo soy su sirviente y le sirvo y le adoro. No tengo que ser líder, yo puedo descansar en las manos del trono del Dios poderoso.

Cuántos quisieran vivir así de esa manera? Descansando. No importa lo que pase afuera, yo estoy descansando porque mi Dios está encargado del asunto. Yo solamente trabajo en la obra. Él, que murió por mí, es el dueño de la obra. Y él no nos dejará caer en vergüenza. So, líderes, pastores, gózate en esta tarde, regocíjate en el descanso y espera que Dios te va a hablar. Dios va a hablar, Dios va a hablar y te va a dar nuevas órdenes.

Cuántos alabarán su nombre? Cuántos quieren que Dios les hable? Cuántos están esperando la orden del cielo? Cuántos estamos esperando la orden del cielo para marchar, para conquistar, para vencer, para romper cadenas generacionales, para vencer al enemigo, para decirle a este pueblo, hay esperanza? Porque nosotros no tenemos que pelear, tenemos que descansar y él pelea por nosotros. Él tiene el control.

Aleluya! Que nuestros corazones se unan y puedan escuchar la voz de Dios. Que nuestros corazones puedan realmente abrirse y decir, Señor, he aquí tu siervo. Yo voy a descansar para que tu seas Dios. yo quiero que tu me hables porque yo quiero mis nuevas órdenes. Ordenes que son enormes, es como un big boom, something is coming. Algo viene para esta iglesia, no en el futuro, pronto, pero tenemos que descansar para que Dios sea Dios. Dios les bendiga.