Cuando lo eterno toca lo interno, transforma lo externo

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Isaías Capítulo 40 verso 28. Estoy seguro que es un pasaje que muchos conocemos, pero dice la Escritura: “¿Acaso no lo sabes, acaso no te has enterado –estoy leyendo de la nueva versión internacional por si acaso ven palabras distintas ahí- que el Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra, no se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable?”

Déjame leer esa parte de nuevo: “El Señor es el Dios eterno”.

Yo quiero que usted le diga a la persona que está al lado suyo lo siguiente, dígale: ‘Cuando lo eterno toca lo interno transforma lo externo’. Suena como un trabalenguas, yo lo se pero está aquí no se confunda. Otra vez, concéntrese bien: ‘Cuando lo eterno toca lo interno transforma lo externo’. Okay. Se pueden sentar.

¡Guau! Ustedes están llenos de energía hoy. Yo me siento energizado ahora. Gracias, Señor.

Miren hermanos, este tema es un tema que el Señor ha estado cocinando en mi cabeza y mi corazón ya por varias semanas y este tema surgió de una de las prédicas que yo hice un miércoles en la noche.

Que de hecho, hago un paréntesis hermanos: aquellos de ustedes que puedan llegar los miércoles en la noche al servicio de oración, mis hermanos, el Señor se está moviendo aquí en una forma exorbitante, extraordinaria por así decirlo. Así que si usted tiene la oportunidad de sacar una hora, una hora y media, miren eso es de bendición. Es algo que les recarga las baterías a través de la semana. Así que ténganlo en mente. Cierro el paréntesis.

Pero a través de esos mensajes que yo he estado predicando, el Señor puso esto en mi corazón y hay algo bien importante que yo quiero compartir con ustedes en el tiempo que me queda. Pero en esta frase hay un secreto que está inmerso en esto, que tal vez no es tan secreto, pero es algo que es bien sencillo y profundo a la misma vez. Pero esa dinámica de que ‘cuando lo eterno toca lo interno transforma lo externo’ esto es una dinámica que sale del corazón de Dios.

¿A qué yo me refiero? ¿Cuál es la implicación de todo esto? Miren lo eterno es todo aquello que se refiere a Dios. Eso es lo eterno. Si usted busca la definición de la palabra “eterno” en el diccionario, eterno significa algo que no tiene ni principio ni fin, algo que es persistente, algo que es constante, algo que no se rinde, algo que está en constante búsqueda todo el tiempo y nada ni nadie lo puede detener. Eso es el significado de lo eterno.

Y que yo sepa en el mundo entero donde nosotros vivimos lo único que encierra esa capacidad o él único que encierra esa definición se encuentra en Dios. Los atributos de Dios lo distinguen a él como un Dios eterno. Ese pasaje que acabamos de leer en Isaías es la base de todo. El Señor Jehová es el Dios eterno.

Hay otro pasaje que dice que con misericordia eterna me acordé de ti, te recogí, te restauré, te levanté… las misericordias de Dios son nuevas cada mañana. Todo esto implica que es algo que es nuevo, constante, se mantiene, permanece y que aunque tal vez por un momento uno como que ‘mete las patas’ y el Señor como que ahí ‘falló de nuevo’ pero con misericordia eterna una vez más vuelve y lo recoge y lo restaura y lo anima a seguir adelante.

Esas son las características de Dios. Es más Juan 3:16 ¿qué significa? Digo ¿cómo dice Juan 3:16? ‘De tal manera amó Dios al mundo que ha dado su hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda más tenga vida eterna’.

Nadie puede dar vida eterna, más que Él. Así que estos son atributos que encierran lo que es Dios. Dios es un ser eterno. Pero con todo y que es un ser eterno, Él tiene el deseo y la intención de invadir el mundo interno. El mundo interno ¿de quién? De usted y yo. El mundo interno del ser humano. Ese es el deseo de Dios de invadir todo lo que nosotros somos.

Ahora, este mundo interno también tiene una serie de atributos y características. En Jeremías se dice “engañoso es el corazón más que cualquier otra cosa”, ¿quién lo podrá entender? Solamente el Dios eterno lo puede entender. Usted hoy puede estar pensando una cosa y cuando salga ahí a la puerta va a estar pensando otra cosa totalmente distinta.

Hoy usted le puede decir a su esposo o a su esposa: ‘Mi amor, ¡qué lindo te ves!’ y por la tarde le va a decir ‘¡Eesh! ¿Qué pasó?’ o por la mañana, mejor dicho, cuando uno se levanta con todos los olores de la mañana, ¿verdad? Uno bosteza y ‘mi amor ¿cómo estas?’, ‘¡Hg! Si te amo’. Engañoso es el corazón más que cualquier otra cosa. Gracias a Dios que Dios es el único que lo entiende.

Es más en el ser interior, mis hermanos, hay veces que sucede algo que yo lo he identificado como la “esquizofrenia del alma” por así decirlo y no lo estoy diciendo en términos negativos pero es algo que demuestra lo que sucede en el ser interior. ¿Cuántos de ustedes se recuerdan las palabras de Pablo en Romanos Capítulo 7? En donde Pablo está diciendo de esa lucha interna que está dentro de él. Que él dice: ‘No entiendo que es lo que me pasa, pues no hago lo que quiero sino aquellas cosas que aborrezco. Eso es lo que hago’.

Y si sigo leyendo, ahora bien, ‘si hago lo que no quiero estoy de acuerdo con que la ley es buena, pero en ese caso ya no soy yo quien lo hace sino el pecador que está en mí. Ahora, yo sé que en mí –en mi naturaleza pecaminosa- no hay nada bueno. Aunque deseo hacer lo bueno pero no soy capaz de hacer lo bueno’. Yo no se, pero yo leyendo estas palabras ya me confundo yo mismo. ¿Qué revolú tiene este en la cabeza, ahí?

Pero esto es algo que muestra, mis hermanos, lo que sucede en el ser interior, en el mundo interior de cada uno de nosotros; que hoy somos sí y mañana somos no; que hoy estamos más o menos y yo no se que pasa después. Pero son cosas que suceden en nuestro ser interior. Es una dinámica que está ahí y obviamente cuando estoy hablando de lo “externo”; lo externo me refiero al mundo en el cual vivimos, la sociedad en la cual vivimos, los trabajos en los cual nos metemos, los colmados donde hacemos compras, las escuelas donde nuestros hijos estudian o donde usted se prepara para la universidad, el banco donde usted hace fila para cambiar su cheque. Todas esas cosas son el mundo que nos rodea.

La música que oímos, ‘Pegado de Cristo’ eso es como el “concón de Cristo”. Tenía que usar una expresión así. Pero eso es lo que pasa en el mundo en el cual estamos, mis hermanos, la música que escuchamos, todo eso influye sobre nuestras vidas.

Ahora, hay algo que yo quiero aplicar, porque voy a ir a un punto con esto. Hay una dinámica que se da entre estos mundos. En el mundo eterno -y quiero ser bien visual para que usted pueda entender lo que estoy diciendo- el mundo eterno siempre ha tenido ese deseo de conectar con ese mundo interno de nuestras vidas.

Si usted se da cuenta del centro de ese círculo emana esta luz blanca y para mí eso implica lo que la palabra dice ‘que nosotros somos creados y hechos a imagen de Dios’. Por lo tanto hay algo en nosotros, hay una esencia en nosotros y por eso es que yo lo identifiqué como esa luz ahí en el mismo medio.

Ahora pero en el círculo exterior ¿qué es lo que hay? Una sombra negra. Esas son las áreas negras y oscuras de nuestra naturaleza pecaminosa que alguna forma u otra ahí es donde se ve esa dinámica de “esquizofrenia del alma” que están estas dos personalidades en constante lucha y pelea por “quien va a dominar más que quien”.

Esta mañana yo decía es como tener dos perritos en mi casa y el que más yo alimente es el que más va a ganar, el que más fuerte se va a poner. Si yo alimento mi carne, pues mi carne es la que va a dominar y ese círculo negro se va a engrandecer y la luz del medio se va a ir apagando. Ahora si yo alimento ese espíritu, esa esencia de Dios que está en mi, esa luz va a brillar y va a ir creciendo de tal forma que esa influencia pecaminosa en mí se va a ver cada vez más pegada a los bordes hasta que se deshaga por completo.

Ahora lo interesante es –esa flecha amarilla que ustedes ve ahí- que hay una lucha constante entre lo eterno y lo interno. Siempre hay una lucha entre las intenciones que Dios tiene con cada uno de nosotros y como nosotros respondemos a esa intención de Dios. Y aquí es donde yo digo que el fuego quema, por así decirlo, porque en esa lucha mis hermanos es que nosotros podemos ver si esa luz que está en el interior crece o se debilita.

En como nosotros podamos responder a ese trato de Dios en medio de nuestras vidas, como Dios pueda trabajar en nosotros de una forma u otra. Ahí es donde nosotros vamos a ver si ese ser interno que está ahí, verdaderamente anhela y desea seguir lo que está guardado en lo eterno o si solamente se va a dejar llevar entonces por las influencias del mundo externo en el cual estamos. Y esto es algo que está en constante comunicación.

En ese mundo de lo eterno, mis hermanos, hay una serie de secretos, hay una serie de misterios que Dios anhela y desea revelar a cada uno de nosotros en algún aspecto de nuestras vidas, en alguna etapa de nuestras vidas.

Si usted se fija la parábola del sembrador, yo no se cuantos de ustedes son familiares con la parábola del sembrador- pero cuando Jesús habló por primera vez la palabra del sembrador y me estoy refiriendo a Mateo capítulo 13. La primera vez que él dijo esa parábola sus discípulos se le vinieron a él aparte y le preguntaron: ‘Jesús ¿por qué tú le hablas a la gente con parábolas? La gente no te está entendiendo’ y Jesús le dejó responder a sus discípulos: ‘A ustedes –esto es a los discípulos- se les da a conocer los secretos del reino de Dios pero a ellos que no han querido recibir esa verdad, le son ocultos’.

Por lo tanto, mis hermanos, yo escucho una palabra así, yo le doy Gloria a Dios porque nosotros que hemos decidido recibir ese trato de Dios, Dios nos da a conocer, Dios nos da a revelar esos secretos que Él tiene guardados en su corazón para cada uno de nosotros.

Pero la dinámica de nosotros…la belleza de nosotros poder vivir a la luz de esos secretos va a depender de cómo nosotros respondemos a ese trato de Dios.

¿Me están siguiendo hasta aquí? Déjame concretizar esto un poco más. ¿A qué se refiere esto con nosotros como León de Judá? ¿Qué es lo que está hablando el Pastor Omar? Miren, sin duda alguna a través de estos últimos 25 años de historia de Congregación León de Judá Dios ha tenido un trato bien directo con nuestra iglesia.

Dios ha tenido un trato bien directo con cada uno de nosotros. Desde que esta iglesia empezó en sus inicios allá en el Corpus Centre de ahí trasladarse a Cambridge y de Cambridge cruzar el río y venir hasta acá, Dios ha tenido ciertos tratos con esta iglesia. Dios ha permitido que esta iglesia llegue a unas profundidades en la dimensión espiritual que otros no han podido disfrutar, que otros no han podido experimentar.

Y quiero que tengan bien claro mis hermanos, que cuando yo estoy hablando de iglesia, yo no estoy hablando de la estructura de este edificio. Cuando yo hablo de iglesia, yo me refiero a cada uno de nosotros, porque ustedes son los que hacen la iglesia... Usted aquí, tal y como usted es, tal y como usted está, usted es la iglesia. Con sus defectos y sus virtudes, usted es la iglesia.

Cuando usted sale por esas puertas, la iglesia no se acaba, la iglesia continua porque: usted es la iglesia. Así que grábese eso bien: usted es la iglesia.

Por lo tanto a través de todos estos años, Dios ha tenido un trato con lo que es Congregación León de Judá, e distintas facetas, en distintas formas de nuestras vidas, Dios ha estado y ministrando en sus vidas. Yo puedo ver aquí alrededor de este salón y yo se que distintas personas aquí han experimentado una transformación de Dios de alguna forma u otra.

Ustedes han experimentado la bendición, el toque de Dios en medio de sus vidas en alguna forma u otra. Cosas tal vez tan sencillas como que no tenían que comer y de repente alguien se apareció y le dejó una compra ahí a la puerta de su casa. O el mero hecho, o algo tan grande y tan poderoso como que estaban a punto de desahuciarlo de su casa y Dios operó en una forma milagrosa y a usted le dieron el permiso de quedarse en su casa y no tan solamente eso sino que, le permitieron comprarse un carro, también. I don’t know. Un ejemplo.

Cosas tan bellas y preciosas como ver familias que estaban llegando aquí que se estaban rompiendo en cantos; que la esposa le estaba dejando al esposo calvo porque le estaba arrancando los pelos y el esposo porque tal vez no soportaba más a la esposa y ver a esas familias que llegan aquí y son transformadas, son renovadas y ahora son familias sólidas, bellas, preciosas que adornan la vida de esta iglesia y que adornan el reino de Dios.

Dios está haciendo cosas y yo no tengo duda de eso. Pero, hay algo más que el Señor quiere hacer. Hay algo más a lo cual el Señor quiere llevar a esta iglesia y aquí yo quiero hacer referencia, mis hermanos, al mensaje que predicó el Pastor Miranda el domingo pasado. Yo estoy seguro que la mayoría de ustedes lograron escuchar ese mensaje si estaban aquí. Si no lo han escuchado, por favor, vaya al internet y escuche ese mensaje del domingo pasado.

Pero ese mensaje, mis hermanos, a mí me hizo que me temblaran las rodillas y les voy a explicar por qué. El mero hecho de que yo escuche a nuestro Pastor decir que esta iglesia todavía no ha llegado al nivel que Dios quiere que llegue y que aún encima de eso decir que esta iglesia no está preparada para recibir lo que Dios tiene. Hay que prestar atención.

¿Saben por qué yo digo esto mis hermanos? Porque si yo veo todo lo que esta iglesia ha logrado alcanzar yo me voy a decir como que “¿cómo voy a hacer?” Todo lo que esta iglesia hace, la gente que esta iglesia ha logrado bendecir, las personas que han sido restablecidas. Tantas cosas que yo me pongo a pensar y escuchar que ¿todavía no estamos ahí? ¡Guau! Eso es fuerte mis hermanos, porque eso requiere un nivel de entrega, un nivel de sometimiento de parte nuestra a lo que Dios quiere hacer y como quien dice desventurarnos a los misterios y los secretos que Dios tiene guardados en su mente y su corazón para nosotros aunque nosotros no los conozcamos.

Miren, hay un pasaje bien bonito en Isaías 42, el Señor está diciendo a través del profeta: “Yo les anuncio cosas nuevas, pronto saldrán a la luz. No la conoceréis pero ya están en camino de suceder”. Y es bien interesante mis hermanos porque cuando yo oigo palabras así, yo me digo ‘¿qué es lo que ha pasado hasta el día de hoy?’.

Y me gustó la ilustración que el Pastor Miranda usó el domingo pasado cuando dijo que lo que nosotros hemos vivido y experimentado hasta el día de hoy ha sido todo a través de un velo. Usted se pone un velo en la cara y tal vez usted puede ver al otro lado pero en una forma borrosa, empeñosa pero no ve las cosas tal y como son.

Ahora una vez que ese velo es quitado y removido pues ya nuestros ojos se abren a una dimensión totalmente clara, nueva, que uno puede ver las cosas con un nivel de detalle, con un nivel de perfección. Y cuando usted hace eso su vida entonces se siente aún mucho más completa, su vida se siente hasta en cierto aspecto aún más útil porque al uno poder discernir las cosas mejor, uno entonces puede proceder en una forma más certera con lo que uno tiene que hacer.

Y yo entiendo mis hermanos que eso es parte del trato de lo que Dios está queriendo hacer con nosotros hoy día y esto por más excitante y aventurero que pueda sonar no va a ser nada fácil mis hermanos. Y esto yo lo estoy diciendo con mucha cautela, con mucho respeto de cada uno de ustedes, con respeto delante de Dios pero yo creo mis hermanos que esta iglesia va a ser estirada a un nivel totalmente nuevo, comenzando con el liderazgo del Pastor.

Déjenme decirles por qué. Conociendo yo al Pastor Miranda por estos últimos diez años que he trabajado con él –y esto yo lo digo con certeza, yo se que a él no le gusta que hablen mucho de- pero yo quiero mencionar esto porque esto nos puede ayudar a nosotros como iglesia a procesar algunas cosas. Cuando yo escuché en el mensaje del domingo pasado al Pastor decir que el llamado que Dios tiene para su vida es uno profético y apostólico, eso a mí me hizo llorar cuando yo lo escuché.

Pero no llorar en el sentido de duda, llorar en el sentido de que ‘finally’-finalmente como quien dice- hay una puerta que se está abriendo aquí. ¿Saben por qué yo entiendo que esto fue algo difícil para el Pastor mencionar? Porque conociendo a nuestro Pastor y esto lo digo para que usted lo conozca, él es bien cauteloso. A él no le gusta decir muchas así de su persona pero cuando él llega al punto de decir algo, es porque él entiende que es el tiempo de Dios de decirlo y que si lo dice es porque reconoce el reto y la responsabilidad que eso conlleva también.

¿Saben? Esto es algo que yo digo con mucho cuidado pero hay muchas personas allá afuera en el mundo donde nosotros vivimos hoy día que se protagonizan a sí mismos como profetas y apóstoles. Y, ¿saben qué? Algunas de esas personas, yo entiendo que tienen un llamado genuino de parte de Dios de ejercer ese tipo de ministerio, este tipo de llamado en el tiempo en el cual nosotros estamos viviendo hoy día. Pero hay otros, mis hermanos, que no dan el grado. Que se han autodenominado a si mismos sin verdaderamente Dios haber declarado eso –como quien dice- en los reinos espirituales para que se concretice en el mundo en el cual vivimos hoy día.

Yo quiero presentarles un panorama a ustedes, mis hermanos, porque parte de este trato que Dios está teniendo con nosotros como iglesia, todos nosotros vamos a jugar un rol en esto mis hermanos. Todos nosotros vamos a tener que apoyar en oración a nuestro Pastor ahora más que nunca. Si usted oraba por el Pastor dos o tres días a la semana, yo le sugiero que usted ahora por él: 7 días a la semana, es más 8 días a la semana ore por el Pastor ahora.

Porque yo entiendo que no es fácil la nueva dimensión a la cual Dios lo está moviendo a él. Y él va a necesitar todo el discernimiento que hay en el mundo espiritual para saber como moverse en eso. Y ¿por qué lo estoy diciendo, mis hermanos? Porque a medida que él se mueva en esa dirección van a haber implicaciones para nosotros como iglesia, también.

Nosotros como iglesia vamos a tener una responsabilidad de saber como responder a ese nuevo llamado, a ese nuevo nivel que Dios está moviendo, no solamente a nuestro Pastor sino también a nosotros como iglesia. Esta iglesia siempre ha sido bien cautelosa de no abusar de los dones del espíritu santo sino que los dones del espíritu santo se puedan mover con libertad en una forma genuina como mucho discernimiento porque entendemos que esos dones son para la edificación del cuerpo y no para la destrucción del cuerpo.

Y cuando estamos hablando de lo profético y de lo apostólico estamos hablando de ministerios que han sido ordenados por Cristo Jesús para el funcionamiento de la iglesia. Y es por eso, mis hermanos, que nosotros vamos a tener que ‘endure the process’, vamos a tener que soportar el proceso y dejar que el trato de Dios opere en medio de nuestras vidas.

¿Cómo el trato de Dios se da en medio de nosotros? Miren, mis hermanos, Dios puede tratar con usted en una forma individual como también Dios puede tratar con usted a través de las autoridades que ha establecido aquí hoy día. Yo decía este comentario en la mañana y yo reconozco, mis hermanos, que parte de ese trato de Dios también se da a través de los Pastores que nosotros tenemos aquí y de cómo nosotros somos receptivos a la enseñanza, la corrección, el ánimo que nosotros recibimos de nuestros Pastores.

Yo decía esta mañana que en una reunión que yo estuve con los diáconos y el Pastor donde él estaba empezando a comunicar toda esta visión donde él entiende que el Señor lo está moviendo, él en una mencionó en esa reunión –y me rio pero es serio- diciendo que él por muchos años, hay veces que se ha aguantado de decir cosas que él siente en su corazón por evitar problemas con la gente, por evitar problemas con nosotros porque no quiere con quien dice ‘pisarnos los callos’. Pero él ha entendido que por no hacer eso ha aguantado la bendición que Dios quiere traer a muchas personas.

Pero él ha reconocido ahora que, ‘miren yo estoy seguro que –estas son las palabras de él- si yo les digo algunas de las cosas que el Señor me inquieta, algunos de ustedes que están aquí yo se que van a salir corriendo porque no van a poder soportar lo que yo les voy a tener que decir. Se van a molestar, se van a frustrar, me van a mal entender y por eso se van a ir algunos. Y yo entiendo eso’.

Y cuando yo escuché eso, yo me hundí en mi asiento porque yo me dije: ¡Guau! ¿Qué tú me vas a querer decir a mí a través del Pastor? Yo usé este ejemplo esta mañana, es un ejemplo, pero yo me dije, miren si a mi el Pastor me sienta en un momento y me dice: ‘Mira Omar, yo se que a ti te gusta mucho hacer ejercicio, a ti te gusta correr bicicleta, participas en competencias y todo eso, pero yo creo Omar que por una temporada tú te deberías aguantar, abstener de todo eso y dedicar ese tiempo más a orar, a buscar la presencia del Señor, a estudiar la palabra”.

Yo estoy seguro que si el Pastor me dice eso a mí, yo estoy seguro que me van a crujir los dientes. Porque estaría quitándome algo que para mí es tan valeroso, o sea, yo admiro eso, yo admiro el hacer ejercicio. Me entretiene, mantiene mi cuerpo físicamente activo, con energía y me encanta participar de todo eso. Si él en un momento me dice ‘Yo creo que tú tienes que sacar eso de tu plato e incorporar esta otra cosa’, yo sé que yo me voy a molestar. Y les estoy hablando claramente y quien sabe si hasta me estoy preparando a escuchar eso en algún momento.

Estoy predicando. Señor ten misericordia por favor. Aunque sea salir a correr bicicleta dos o tres veces al año, please. Pero, ¿entienden lo que les estoy diciendo, mis hermanos? Yo creo que el trato de Dios con nosotros a veces se mete por donde más nos gusta y por donde más nos duele. Piense usted, ¿qué sería algo en su vida que por alguna razón u otra, Dios ha tratado de meterse por ahí, pero como a usted le gusta tanto y se siente tan cómodo y “no me toques por aquí, tócame por acá”, la bendición no está entrando por ahí?

Y de alguna forma u otra, mis hermanos, es como una palabra que Dios reveló a través de un hermano aquí en la iglesia. Por esas cosas nosotros le estamos robando el tiempo a Dios. Le robamos el tiempo de lo que Dios quiere hacer con nosotros. No dejamos que Dios, que esa dimensión de lo eterno verdaderamente se meta en nuestras vidas y haga los cambios que tiene que hacer.

Y mira, mi hermano, mi hermana, aunque duela, yo les estoy hablando ahora mismo y a mí me duele el corazón con lo que yo estoy diciendo porque sé que me estoy predicando a mí mismo. Pero aunque duela, mis hermanos, la bendición de Dios no avergüenza, la bendición de Dios es para prosperar nuestras vidas, a que nosotros podamos verdaderamente movernos en esas dimensiones que Dios tiene guardadas para cada uno de nosotros.

Y hermanos, movernos en esa dimensión no significa que yo voy a andar con dos alitas de ángel y una aureola, no significa eso; pero significa que mi vida personal sea mucho más genuina, más activa en cuanto a las cosas que Dios quiere que yo pueda hacer, que si Él me dice: “Omar brinca” que yo le diga ‘¿Cuán alto tú quieres que yo brinque y cuanto tiempo me quedo en el aire?’ No que: “Omar necesito que hagamos esto”, y empieza a refunfuñar ahí como si nada.

Y hermanos, yo les digo esto es algo serio, algo bien serio que todavía no lo logro comprender en su plenitud. Pero yo estoy seguro, mis hermanos, que si nosotros nos sometemos a ese trato de Dios como iglesia, si nosotros nos sometemos a ese trato de Dios que no tan solamente de parte de Él directa, que cuando Él ponga alguna impresión en nuestro corazón que nosotros no digamos “No, no. Eso es invento mío. Eso no proviene de Dios”.

Pero mire, recíbalo como de parte de Dios. Es más, ¿saben qué? Hay veces que –yo he dicho esto anteriormente, pero lo voy a mencionar otra vez- hay gente que viene donde mi y me dice ‘¡Ay! Pastor Omar si yo vengo a Cristo, Cristo me tiene que aceptar tal y como yo soy. Yo no tengo que cambiar nada porque Él me acepta tal y como yo soy’

Y, ¿saben qué? Yo estoy de acuerdo con esa persona. Dios te acepta tal y como tú eres. A ti te gusta darte dos o tres cervezas en una hora, date dos o tres cervezas, como tú quieras. Te gusta ir a Vincent’s por las noches y disfrutar allá –no he visto a nadie allá by the way- pero ¿te gusta ir clubbing o algo así? Es que yo vivo cerca, mis hermanos, todos los días yo tengo que pasar por Vincent para llegar a mi casa so por eso es que digo que no he visto a nadie cuando paso por el estacionamiento.

Pero miren si a ustedes les gusta, usted era de esas personas que se fumaba tres cajetillas de cigarrillos al día venga con sus tres cajetillas de cigarrillos. A mí no me importa, venga tal y como está, pero venga con el deseo de verdaderamente conocer a ese Dios eterno.

¿Saben por qué hago énfasis en eso, mis hermanos? Porque si usted viene con un deseo genuino de encontrarse con ese Dios eterno, de conectarse con todos esos misterios y secretos que están en ese nivel de lo eterno, mire por osmosis usted va a cambiar. Bueno, no por osmosis, bueno por esa conexión con lo eterno, su vida va a cambiar. Usted mismo va a venir donde mi y me va a decir ‘Mire Pastor, ya no estoy fumando 3, estoy fumando una.’ Fantástico, amén. Yo no te tuve que decir que cambiaras pero Dios está obrando ese cambio en ti.

Mire que si antes ‘iba cuatro noches a Vincent’s y ahora estoy yendo solamente una…’ Amén, ¡qué Dios haga ese cambio en ti! ¡Que si me compraba six packs de cerveza y ahora lo reduje a un pack nada más! Amen, que sea así. ¡Que si antes me salían cuatro palabras malas en una oración y ahora me sale uno, y es más o menos, mira, Amén! La cosa es que Dios está obrado el cambio en ti ¿por qué? Porque tú has decidido someterte a ese trato de Dios.

‘Pastor antes oraba 5 minutos. Ahora estoy orando 15’. Amén, Gloria a Dios o si antes oraba una vez a la semana y ahora estoy orando tres veces a la semana, amén. Gloria a Dios.

Esos cambios los produce Dios en ti.

Antes tú veías tu vida a través de unos lentes bien específicos. Cuando tú llegas a la presencia de Dios, Dios lo que te va a decir es: “Te tengo que cambiar la receta. ¿Me permites cambiarte los espejuelos?” y te los va a quitar y te va a poner otros lentes para que puedas ver la vida a través de la perspectiva de él.

Miren, mis hermanos, estas cosas que yo estoy compartiendo con ustedes yo las comparto con mucho temor, mis hermanos, porque yo sé, y una vez que Dios decida comenzar a interrumpir el transcurso de nuestras vidas para Él meter su agenda en medio de nosotros, las cosas van a cambiar. Las cosas van a cambiar.

Milagros que nosotros hemos visto hasta el día de hoy se van a quedar cortos al lado de lo que Dios va a estar haciendo. Restauraciones en las vidas de personas, de parejas, de familias que nosotros hemos visto van a ser nada comparado a lo que Dios va a estar haciendo desde ese momento en adelante.

Y yo les digo, mis hermanos, para mí esto es una aventura, para mí esto es algo bien excitante y yo quiero que ustedes reciban este mensaje así. Yo no lo estoy diciendo para que salgan de aquí diciendo “¡Ah! Esa iglesia, León de Judá se va a meter en lo apostólico ahora; van a ser un chorro de locos que van a estar diciendo un montón de cosas. Yo no vuelvo a esa iglesia”.

Mire, no piense así porque eso no es lo que va a estar ocurriendo. Déjenme decirles: ¿ustedes entienden lo que es un ministerio apostólico? ¿Entendemos lo que es un ministerio apostólico genuino? Mire, un apóstol, no es necesariamente una palabra que se para aquí en el altar y empieza a decir ‘así dice el Señor, así dice el Señor’ y está dando palabra profética por todos lados. No, no. Si usted ve el ministerio apostólico bíblicamente, ministerios apostólicos son aquellos donde si fluyen las palabras proféticas pero que son líderes que Dios establece para cubrir el liderazgo de otros.

El Apóstol Pablo donde quiera que él abría y plantaba una iglesia ¿qué hacia? Dejaba un líder, un Pastor a cargo de esas iglesias. Uno de los ejemplos mejores que tenemos es el ejemplo de Timoteo. Ese es uno de los perfectos ejemplos que tenemos acerca de eso. ¿Qué es lo que hacía Pablo? Pablo –como puedo decir- daba una cobertura espiritual sobre cada uno de esos líderes que estaban a cargo de cada una de esas iglesias y esa cobertura se veía también a través de una palabra profética donde Dios le hablaba contextualmente a cada una de esas iglesias y traía mensajes específicos para cada una de esas iglesias.

Si Dios mueve esta iglesia, en ese ámbito ahora mismo, por un lado yo no estaría sorprendido porque son muchos los Pastores hoy día que llaman aquí a esta oficina pidiendo cobertura de nuestro Pastor Roberto Miranda. Son muchos los Pastores que vienen y se quieren acobijar bajo sus alas porque entienden que hay una autoridad que Dios ha puesto sobre él.

Ahora, esto no es algo fácil de entender o recibir mis hermanos. Pero aquí es donde yo veo que está la conexión de todo esto. Porque si es algo que Dios tiene intencionado no tan solamente para nuestro Pastor sino también para nuestras vidas como iglesia entonces tenemos que decir ‘Señor, mira… -es más, como decía el texto Bíblico del domingo pasado- Señor no sé que hacer. Me estoy encontrando ante este nuevo reto y no se que hacer. Pero te miro a ti porque yo se que tú eres el que tienes la respuesta a todo esto’

En esta misma forma, mis hermanos, cada uno de nosotros, en esta etapa de nuestras vidas como iglesias, en esta etapa de su vida personal donde usted está tal vez estamos diciendo lo mismo, ‘Señor aquí estoy. No sé que hacer, no se que significa esto, yo no se que nuevo reto va a traer esto a nuestra iglesia pero Tú estás ahí arriba y yo estoy acá abajo, yo voy a decidir confiar en ti, yo voy a decidir confiar en tu palabra, yo voy a decidir confiar en lo que Tú quieras hacer’.

Mis hermanos, por último punto y déjenme subrayar esto aquí. Gran parte de la bendición que esta iglesia pueda experimentar se va a ver en la forma en como nosotros nos sometamos a la autoridad de ese líder principal que Dios ha establecido aquí. Hay un principio bien importante aquí mis hermanos y es ese principio de aprender a someternos a esa autoridad.

Si usted ven ejemplos bíblicos a través de toda la escritura, el más tangible que yo puedo pensar es el del Rey David. El Rey David –bueno David porque no… había sido ungido Rey pero todavía no era rey. Saúl todavía estaba en el poder- ¿qué era lo que estaba tratando de hacer Saúl? Tratando de eliminar a David. Estaba buscándolo por cielo, tierra y mar tratando de matar a ese que le iba a coger su puesto.

Y ¿Cuántas veces David tuvo la oportunidad de eliminar al Rey Saúl? En tres veces David estuvo ahí hasta en clavar una lanza en la cabeza de Saúl, pero no lo hizo. ¿Por qué? Porque él sabía que Saúl aunque estuviera loco, desquiciado, que lo quisiera matar, él sabía que Saúl fue un escogido de Dios y el estaba respetando eso. Y porque él respetó eso él pudo cubrir su Ministerio cuando le tocara a él subir al reino. Por eso es que como David no ha habido ningún otro Rey en la historia de Israel.

Asimismo, mis hermanos, nosotros hoy día si nosotros aprendemos a someternos a esas autoridades que Dios ha establecido en medio nuestro, nosotros –yo estoy seguro- que vamos a poder experimentar la bendición de Dios en una forma más tangible y más fluida en medio de nuestras vidas.

Miren, ¿cuál es una de las primeras autoridades que Dios estableció para nosotros? Dígame usted, piense, rápido. Piense desde que usted nació ¿cuál es una de las primeras autoridades que tenemos en nuestras vidas? Los padres. ¿Qué es lo que dice uno de los mandamientos? Honra a papi y a mami para que te vaya bien y tengas una vida larga en este mundo en el cual tú estas. Ese es el primer mandamiento que tiene una promesa.

Piense ¿usted ha tenido una vida abundante? ¿Usted puede mirar atrás en los tantos años que usted tenga, mirar atrás y decir ‘sí mi vida ha sido abundante, placentera, chévere, guau? Si usted no puede decir eso, analícese como usted ha estado en su relación con sus padres.

¿Usted ha honrado a sus padres en todo? Pregunta retórica.

Pero el punto es ese, mis hermanos, yo creo que el trato que Dios tiene con nosotros como iglesia, la intención de Dios es que esta iglesia pueda seguir siendo una influencia solida sobre la comunidad, la sociedad en la cual nos ha tocado vivir. No tan solamente aquí en este estado, sino también a través de las redes de la Internet hasta donde quiera que llegue esta iglesia.

Dios nos está llamando a nosotros continuar siendo los transmisores de esa bendición de Él, de que ese centro en medio de nuestras vidas, esa luz que el Señor ha puesto en medio de nuestros vidas, pueda seguir creciendo y creciendo y aunque en el proceso duela; aunque hayan cosas que tenga que cambiar en mi vida. Si tengo que cambiar mí forma de vestir y vestirme de otra forma solamente para que Dios pueda moverse a través de mí en una forma totalmente nuevamente nueva y distinta, pues mira: lo hago.

Si tengo que llevar mi chequera de otra forma para experimentar la bendición de Dios, pues mira, déjame llevar la chequera en otra forma para experimentar la bendición de Dios. Si en vez de estar tirándole cuchillos a una persona por la espalda y tengo que te tirarme esos cuchillos yo a mí entonces, entonces pues mira lo hago, para poder experimentar la bendición de Dios.

Si tengo que bajar mi nivel de orgullo porque estoy admirando los títulos que tengo en la pared de mi casa y poderme hacer tan humilde como otra persona que Dios ha puesto a mi lado, pues mira, lo hago por el mero hecho de experimentar la bendición de Dios en mi vida y de seguirla transmitiendo a otros a mi alrededor.

Hermanos, esto es algo serio y profundo y es bello a la misma vez. Ya emociona el mero hecho de que Dios tiene esta iglesia en su radar, de que Dios tiene esta iglesia bien pendiente, de que la está mirando con un microscopio y está diciendo: ‘Mira ahí está Françoise, yo veo a Françoise allí, tiene su vida bien medida. Y allí está Rosa. La estoy viendo a Rosa, la tengo bien clara y ahí está María y está Pedro y está Juan’.

Y Dios nos ve a todos y a cada uno de nosotros, ‘y esa es mi iglesia, una iglesia que yo he escogido con la cual yo tengo propósitos’.Miren, yo les voy a decir algo. Son muchas las personas hoy día que cuando tú le preguntas, ¿a qué iglesia es que tú vas? Ah, yo voy a Congregación León de Judá y esa es mi iglesia. Te dicen ‘esa es mi iglesia’ pero no se aparecen aquí más que dos o tres veces al año. Y ellos se caen de pecho diciendo que esa es su iglesia. Mira, amen, que digan que esa es su iglesia. Fine.

Pero yo creo que está llegando el momento donde Dios va a empezar a decir: ‘Tú dices que tú eres de Congregación León de Judá. Let’s prove it!. Vamos a probarlo a ver si tú verdaderamente eres de Congregación León de Judá. Vamos a ver si tú estas viviendo de acuerdo a todos los principios que se transmiten a través de la palabra que se predica en León de Judá’.

Si a ti te preguntan de que iglesia tú eres y dices ‘Yo soy de León de Judá, de verdad’ Y ¿por qué? Porque en León de Judá se predica esto, esto, esto y esto y yo estoy viviendo de acuerdo a cada una de esas cosas que se predican en esa iglesia y te las puedo enumerar desde la ‘a’ hasta la ‘z’ y desde la z hasta la a otra vez. Te las puedo enumerar. Una persona que no pueda responder a eso lamentablemente no creo que nosotros vayamos a reconocer que tú vienes a León de Judá. ¿De verdad? Como diría Jesús ‘No te conozco’.

Vienen tiempos emocionantes, mis hermanos. A esta iglesia se están acercando unos momentos sólidos, se están acercando unos momentos transformadores. Miren, yo le estoy orando a Dios que haya domingos donde la gente solamente por entrar por esas puertas, miren que se quebranten en llanto, que se quebranten en gozo, que cualquier cadena que tengan que ya estén entregando sus vidas al Señor y vengan de rodillas por ahí caminando porque no pueden cargar la gloria que hay en este lugar.

Amén.

Yo estoy orando, mis hermanos, de que si Dios pone algo en nuestro corazón y hablo de nuestro como autoridad pastoral para comunicar con usted uno no tenga que venir con “¡Ay! Bendito mi hermano, pero si puede hacer esto’. Pero el mero hecho de uno sentarse en una mesa con usted, que ya usted diga “yo sé que tengo que trabajar en esto”. Amén. Nos van a librar un dolor de cabeza bien grande, sin tener que romper la noticia a usted porque ya usted se está sometiendo al trato de Dios.

Mire que si aquí se hace un llamado tenemos que orar, tenemos que ayudar, mira que la iglesia se replete y la gente se esté tirando por los balcones porque no cabemos. Pero después que estamos ahí buscando intensamente la presencia de Dios.

Que si hay que hacer algún tipo de impacto en medio de la ciudad en la cual nosotros vivimos, mira que no titubeemos en hacer eso, pero en la medida en que Dios determine para cada uno de nosotros que nosotros podamos hacer nuestra parte. Que si yo tengo que ir desde Randolph hasta Burlington porque hay que ayudar a una señora porque no tiene, pues mira, que yo me mueva desde Randolph hasta Burlington para hacer la compra, llevársela a la casa, ponerla en la nevera y volver otra vez a mi casa y aunque sean dos horas del día pero lo implementé en edificar la vida de una hija o un hijo de Dios. Amén.

Yo quiero cerrar este momento, ¡guau! Me extendí. Yo quiero tomarme un momento para orar.

Vamos a ponernos de pie, vamos a orar. Cuando lo eterno toca lo interno transforma lo externo. Señor tú eres un Dios eterno, Tú eres el mismo de ayer, hoy y siempre y no hay nada ni nadie que se pueda comparar contigo, Señor. Y es por eso que yo te doy a ti toda la gloria y toda la honra Dios, porque solo tú la mereces. Nosotros somos nada, Jesús, somos polvo, somos un grano de arena, como cantaba Ramón hace unos minutos.

Sin embargo, de ese grano de arena, Señor, tú has decidido edificarte un pueblo, edificarte un ejercito Señor. El cual tú puedas usar, el cual tú puedas trabajar con ellos. Y Padre reconocemos que tú estás moviendo a Congregación León de Judá y a todos sus integrantes, todas esas partes de su cuerpo. Tú nos estas moviendo a nuevos niveles que por una parte no sabemos como nos vamos a mover en esas dimensiones pero sabemos y creemos que de ti provienen las palabras de vida.

De ti provienen esas palabras que nos van a enseñar el camino para nosotros poder andar en él. Yo te pido Señor de que cuando llegue el tiempo de que tú empieces a demandar, a requerir de nosotros, no porque eres un Dios autoritario sino porque eres un Dios que nos amas, eres un Dios que es todo amor. Que nosotros como hijos e hijas podamos alinearnos a ese llamado que tú tienes sobre nuestras vidas Jesús, que no seamos rebeldes, que no seamos testarudos pero que podamos ser sensibles a tu voz.

Crea en nosotros, Señor, un espíritu noble, un espíritu recto, un espíritu enseñable. Danos un corazón abierto y sensible a ti, Señor para poder recibir esta palabra mi Dios y poder responder en una forma afirmativa Jesús.

Padre en una forma especial, como iglesia queremos orar e interceder por nuestro Pastor Roberto Miranda, Señor. Padre le decimos Amén a lo que tú tienes guardado para él y para su familia, Señor y primero que nada sobre todos ellos pedimos tu cobertura, Señor, pedimos tu provisión, pedimos tu paz a través de este proceso, Señor, que tú les enseñes, que tú traigas revelación tanto a Roberto como a Mercedes, a sus hijas, Señor Jesús. Que tú traigas revelación de los planes que tú tienes allá guardados en lo eterno para cada uno de ellos.

Enséñales el camino en que deben andar y a nosotros como iglesia enséñanos a saber ser una piedra de apoyo para nuestro Pastor, Jesús, en este ministerio. Que no seamos piedras de tropiezo, Señor, que no entorpezcamos lo que tú quieres hacer para este tiempo sino que todos nosotros mi Dios, podamos estar listos, dispuestos a responder a lo que tú tengas para nosotros y lo que tú quieras transmitir a nuestras vidas a través de él Jesús.

Padre, declaramos tiempos nuevos sobre la vida de esta iglesia. Yo lo declaro así, Jesús. Yo declaro un tiempo nuevo, yo declaro que ese viento, ese aire fresco, esa agua renovadora que tú estas trayendo a esta iglesia Señor. Abrimos las puertas para que tú entres, entra como el Rey que tú eres de esta iglesia, como el Señor que tú eres de esta Iglesia y al menos para aquellos que así lo sientan, Señor, yo declaro esto: Te damos permiso para que tú trabajes en esas áreas de nuestras vidas que tienen que ser tratadas por ti.

Señor, que aunque duela, aunque moleste aunque incomode pero si proviene de ti Señor, lo recibimos con brazos abiertos. Tú sabes como tratar con nosotros, tú no avergüenzas, tú no avergüenzas, Señor sino que tú traes convicción para edificar nuestras vidas y levantarnos al nivel que tú tienes para nosotros.

Señor yo declaro tu bendición sobre tu pueblo, Jesús. Declaro tu bendición sobre tu pueblo, Señor. Enséñanos, enséñanos. Una vez más yo te lo pido, Señor, enséñanos a saber como colaborar contigo en este tiempo y no se estorbos para ti.

Enséñanos a como colaborar contigo, con ese Dios eterno. Interrumpe la agenda de nuestro interior para nosotros poder ser esas luces en el exterior que tú nos llamas a vivir. Padre, llénanos con tu presencia, llénanos con tu espíritu Señor. Que no estemos andando por ahí soñando con pajaritos en el aire, Señor sino que sepamos como traer tu palabra a cada una de esas esquinas de nuestras vidas, para saber como vivir una vida justa, una vida digna, integra, delante de ti y de aquellas otras personas que tenemos a tu alrededor.

Permite que esta casa, Señor, sea una casa donde tu Gloria se manifieste. Que si hay cosas que limpiar en esta casa, Señor, enséñanos a como limpiar, a como desechar esas cosas que hay que desechar para traer esos utensilios mi Dios que tú estas trayendo una vez más. Esos dones que tú quieres traer en medio de tu pueblo, Señor.

Llena, llena tu iglesia, llena a tus hijos e hijas, Señor. Te lo pido en el nombre de tu hijo Jesús. Tú que has sido el que comenzó esa obra en nosotros, Señor, lo declaramos que tú vas a ser fiel en completarla. Nuestro deseo es honrarte a ti, Señor. Nuestro deseo es honrarte a ti con nuestro corazón, con nuestras acciones, con nuestros pensamientos, con nuestras palabras queremos traer honra y gloria a tu nombre. Se tú exaltado por encima de todas las cosas.

En el nombre de tu hijo Jesús, te adoramos, Señor. Amén. Amén. Gracias Jesús, Gracias Dios.