Somos los mentores de nuestros hijos

TRANSCRIPT

Yo llevo casi 40 años trabajando con niños pequeños en el margen de edad de 0 a 3 años, mi especialidad es desarrollo motor más que nada y he trabajado con niños con incapacidades en su desarrollo y con niños que se están desarrollando normalmente también, y a pesar de que llevo tantos años en ese campo me apasionan los niños, pienso que los niños son los recursos más grandes que tenemos entre nosotros y debemos invertir en ellos así que yo doy gracias a Dios por recursos como ese que están dándole la capacidad a los padres, las herramientas para hacer un trabajo excelente en la crianza de sus niños específicamente en esa edad de los 0 a los 3 años, así que por favor aprovechen esos recursos ¿no? no pierdan esa oportunidad.

Y a través de mi carrera he visto cómo el factor principal para que un niño logre su mayor potencial son los padres a cargo de ese niño, no hay secretos, si un niño está progresando, aprendiendo bien es porque hay alguien que está invirtiendo sus recursos en cuidar ese niño, en darle lo que necesita para que llegue a un nuevo nivel y pueda en el futuro aceptar otras oportunidades y retos. Así que les animo a que esa sea la actitud de todos nosotros, a invertir en los niños no importa en qué sea; muchos de nosotros no tenemos niños pero tenemos sobrinos, otros en el trabajo, hagamos todo lo que podamos por invertir en la vida de esos niños.

Así que profesionalmente pues cuando yo tuve a nuestra primera hija hace 32 años yo sabía bastante acerca del desarrollo pero cuando uno tiene un hijo uno se da cuenta, aún como profesional me di cuenta que sabía muy poco y que en realidad el aprendizaje real estaba comenzando con tener a nuestra primera hija. Y bueno yo me percaté de que yo sabía muy poco y me di cuenta que ese niño tenía la capacidad de volcar nuestra vida patas arriba, un cambio dramático y todos los que han sido padres, que están empezando esa carrera saben a qué me refiero, uno cambia sus prioridades. Cosas que uno jamás pensaba que iba a hacer comienza a hacerlas, sentimientos que uno jamás había tenido florecen en el corazón, es una experiencia maravillosa.

Es una criaturita, un ser tan pequeño que te cambia la vida pero que a la misma vez tú tienes la responsabilidad de cambiar en la vida de esa persona, de ayudarlo a crecer, a desarrollarse, pero en ese proceso las personas más cambiadas y más requetecambiadas somos nosotros los padres y yo doy gracias a Dios por eso, por esa bendición de la maternidad.

Como padres se nos confía un pequeño ser que está hecho a la imagen y semejanza de Dios, es un ser que lleva nuestro ADN biológico, de sus padres pero nunca olviden que también tiene el ADN de su padre celestial, esa criaturita, y nuestra mayor encomienda en la vida como padres es nutrir a ese niño para que llegue a ser, para que se llegue a cumplir el destino y el propósito de Dios en esa vida plenamente, que no se desperdicie nada, ningún don que un niño pueda tener, porque los estamos ayudando a seguir adelante.

Como cada papá y cada mamá, yo sé que ustedes son como nosotros también, como padre y madre, desean que sus hijos tengan éxito en todos. A uno se le rompe el corazón cuando el chiquito de uno no puede lograr algo, así somos nosotros los padres, y una de las peticiones más importantes que nosotros podemos presentarle al Señor es que Él nos dé toda la sabiduría que necesitamos para guiar a nuestros hijos en todas las áreas, no solamente en lo educativo sino en lo espiritual, en lo emocional, en todas las áreas. Nosotros somos los mayordomos de los recursos que ese niño tiene y tenemos que sacarle el mayor recurso, el mayor provecho para que florezca en todo el esplendor que Dios tiene intención que ese niño crezca.

En el hogar como padres nosotros somos los primeros evangelistas de esa criaturita, el hogar es donde nuestros hijos ven a las Escrituras y los principios bíblicos hacerse una realidad, y es en el hogar donde nosotros tenemos que tener tanto cuidado de que no haya una desconexión entre lo que nosotros aparentemente creemos en lo espiritual de la Palabra de Dios y cómo vivimos nuestra vida, no debe haber desconexión, debe haber una fluidez absoluta. Ese niño debe crecer en un hogar donde a cada momento salga de la boca de sus padres principios bíblicos que lo guíen y que lo mismo sea domingo en la Iglesia que lunes o martes y que el resto de la semana, esa es nuestra encomienda, que cada niño que esté en nuestros hogares los niños crezcan amando al Señor desde pequeños.

Yo creo que es nuestra responsabilidad ser mayordomos de todos los recursos que ese niño trae consigo en todas las áreas pero especialmente en lo espiritual, nunca lo olvidemos. Cuando nosotros criamos no podemos estar improvisando estrategias según nos sintamos o según vengan las circunstancias, los criamos de esta manera si nos sentimos así o dependiendo de tal o cual circunstancia, no debe ser así, nosotros en nuestra paternidad no podemos estar improvisando.

El tiempo va a volar y se lo digo por experiencia, ya yo tengo la perspectiva de ser abuela, así que nuestro nido como dicen por ahí popularmente está vacío, no se ha vaciado, mas bien se ha llenado de más gracias a Dios pero no están con nosotros en la casa, y nuestra responsabilidad es aprovechar cada momento porque el tiempo es tan corto y vuela tan rápido, y muchas veces en nuestra cultura norteamericana ya los niños a los 18 años van a la universidad, ya no están en casa así que nosotros tenemos que aprovechar cada minuto que ese niño está bajo nuestro techo, esa niña está bajo nuestro techo para inculcarle el amor al Señor, para enseñarle en todas las áreas de la vida.

Cuando nosotros comenzamos un gran proyecto o una gran obra como es la paternidad nosotros tenemos que definir desde el principio qué queremos lograr. Cada papá, cada persona que trabaja con niños se debe preguntar ¿cuál es mi meta, cuál es mi visión del futuro de ese niño o de esa niña? esa es una pregunta que debemos estar repasando en nuestra mente y contestándola con acciones concretas no solamente con buenos deseos y sueños, sino poniendo todo de nuestra parte para que ese sueño que nosotros tenemos acerca de la vida de ese niño que debe ser el mismo sueño que Dios tiene, se haga una realidad, esa debe ser nuestra encomienda para cada niño.

Y me temo que como padres nosotros tenemos la tendencia a subestimar la capacidad de nuestros niños pequeños para entender conceptos bíblicos. Cuando es un tiempo tan fructífero, la tierra está fértil tenemos que enseñarles a nuestros niños conceptos bíblicos, guiarlos, mostrárselos, el Evangelio tiene que hacerse real en nuestro hogar, en el ámbito del hogar primero y luego en otras áreas por lo mismo.

Y un ejemplo de cómo un niño pequeño puede entender conceptos bíblicos profundos llegó por cortesía de mi yerno. Desde que nuestro nieto Caleb tenía un año de edad Miguel, así se llama su papá, comenzó a entrenarlo en los conceptos de sabiduría, prudencia y dominio propio y usted dirá: ¿qué, un niño chiquito aprendiendo acerca de sabiduría, prudencia y dominio propio? y pues así mismo es, yo misma me sorprendí de esa enseñanza que él estaba dando.

Y lo que pasaba es que cada vez que el comportamiento de Caleb era menos que deseable Miguel lo convocaba a que lo acompañara a otra habitación y cerraba la puerta ¿para qué? para darle privacidad a él, para poder corregirlo él solo con el niño para que no se avergonzara, y a cada conversación cuando Caleb violaba una regla o algo comenzaba con esta pregunta: Caleb ¿qué tú eres? esa pregunta era así a lo que Caleb invariablemente respondía: soy un niño sabio, prudente y con dominio propio, y entonces su padre fácilmente lo dirigía en una conversación apropiada para su edad y su conocimiento, claro, donde le hacía entender cuáles eran las expectativas en términos de su comportamiento, qué regla había él violado, y lo llevaba a examinarse a sí mismo para ver cuál era su responsabilidad en cuanto a eso que él había violado.

Un proceso muy interesante que todavía sigue funcionando, y claro, les aclaro, su comportamiento no es perfecto como todo niño, es un niño después de todo, sin embargo lo que yo he visto que ha quedado de ese proceso que comenzó tan temprano es que Caleb tiene una transparencia con sus padres, él va a donde ellos, cuando le preguntan algo él dice: sí yo hice eso y asume su responsabilidad, y está poniendo todo de su parte para aprender y discernir lo que es bueno y lo que es malo, lo que honra a Dios y lo que deshonra a Dios, y eso es un proceso maravilloso, y yo doy gracias a Dios porque a Miguel se le ocurrió tal estrategia que él ha sacado lo mejor que había en la mente y en el espíritu de Caleb para ponerlo por obra y es algo que todavía sigue dando fruto.

Aunque nosotros como padres muchas veces no admitimos esto porque es difícil de admitir, muchas veces nosotros actuamos como si los niños fueran una interrupción, pero los niños no son una interrupción que tenemos que resolver para entonces hacer las cosas que verdaderamente son importantes en la vida, los niños nunca son una interrupción, podemos estar ocupados o haciendo otras cosas pero los niños nunca son una interrupción y ellos son el ministerio más importante del momento.

Yo te pido que ores para que Dios te dé la sabiduría y el entendimiento para ver la sabiduría en eso, cuando lo tedioso de la vida, cuando las ocupaciones, cuando el cansancio, cuando la misma acción repetida que ya dices: pero yo ya estoy cansado, en el cuidado de tus hijos, especialmente si tienes más de uno que se hace más complicado todavía, en ese momento reconoce la belleza de ese momento y disfrútala porque muy pronto no va a estar, muy pronto vas a decir: ay ojalá fueran chiquitos otra vez, pero los niños crecen, así que pídele a Dios eso activamente, que Dios te dé los ojos para reconocer la belleza de esos momentos y sacarles el máximo provecho.

Todos sabemos que criar hijos no es fácil ¿no? requiere paciencia, requiere determinación, intencionalidad continua en medio de un mar de miles de responsabilidades porque todos tenemos muchas cosas que hacer, y en medio de eso nosotros tenemos que renovarnos en paciencia, en enfoque para seguir haciendo la tarea que Dios nos ha dado.

Yo recuerdo lo difícil que era para mí sacar tiempo para leerle a nuestras hijas, a veces ellas tenían un libro favorito y ellas en vez de leerlo una sola vez querían leerlo dos y tres veces, o sea una vez tras otra. Les confieso que eso mi enojaba y a veces me salía la tentación de demostrar mi enojo y pensar: ¡qué injusto, cómo se les ocurre después que una mujer ha trabajado todo el día, que ha hecho esto y esto, y ahora tú quieres que yo te lea ese libro otra vez! y a pesar que tenía la tentación de que me saliera el monstruito que todos llevamos adentro supe, porque sabía lo importante que era eso, podía entonces complacerlas ¿y saben lo que ha pasado? pues uno que ellas son amantes de los libros y otra, son memorias que nosotras hemos podido atesorar hasta el día de hoy así que vale la pena, porque esos momentos nos ayudan a establecer bases para muchas cosas en el futuro incluyendo el vínculo del amor que se hace más fuerte.

Nunca es demasiado temprano para empezar a leerles a nuestros hijos. Si usted todavía no tiene o está esperando bebé o está pensando en encargar bebé empiece hasta a comprar libros, rompecabezas, cositas que ellos más adelante, que usted las va a tener ahí ya listas, nunca es suficientemente temprano, de hecho hay programas ahora, especialmente en los cuidados intensivos donde ya se les insta a las mamás a leerles a sus hijos desde que están adentro o en otros casos cuando han nacido prematuros, así que nunca es muy temprano para buscar los materiales apropiados y leerles a nuestros niños.

Y aquí solamente un pequeño aparte que pude expandirlo en la mañana pero no hay tiempo ahora, tengamos cuidado con los aparatitos móviles que están en donde quiera, los jueguitos, todo lo que está en esos aparatitos no es apropiado para los niños pequeños y a la larga puede hacerles daño, eso simplemente como cautela, ya hay muchos estudios acerca de eso y está comprobado que es dañino para ellos así que si usted puede ser portavoz de ese mensaje se lo agradezco infinitamente.

Como padres Dios nos ha confiado la tarea de ser los mayordomos y los promotores de todo el potencial en nuestros hijos, y como sus mentores principales nosotros tenemos que darnos a la tarea de varias cosas y la primera es conocerlos personalmente. Nuestros niños no son una extensión de nosotros, son individuos: cuando nacen ya tienen características únicas, intereses únicos, son individuos así que es bien importante que nosotros nos demos a la tarea de descubrir qué les gusta, qué les disgusta, qué intereses tienen y ayudarlos a construir sobre esos intereses que ya ellos tienen, porque nosotros que cada, si nosotros tenemos más de un hijo veremos que cada uno es diferente totalmente uno del otro, cada uno tiene sus propias cualidades y su propio temperamento y es importante que nosotros nos tomemos el tiempo de conocerlos así personalmente.

Otra tarea que nos corresponde como los mentores de nuestros hijos es ser intencionales en proporcionarles el ambiente que los atraiga a explorar y a aprender más, esa es nuestra responsabilidad, y recuerden que cada uno de ustedes es el factor más importante en ese ambiente y usted va a ser el que le va a modelar en diferentes áreas, cómo comunicarse, cómo resolver problemas, cómo correr, todo, nosotros vamos a ser los que les vamos a modelar todo eso y a que se les cree el ambiente que ellos deseen imitar lo que nosotros les estamos enseñando.

También nosotros tenemos que compartir con nuestros hijos la alegría de la exploración y el descubrimiento. Todos nosotros si estamos aprendiendo algo nuevo, explorando algo nuevo ¿verdad que no es lo mismo hacerlo solo que acompañado? cuando estamos acompañados tiene un sabor diferente, hay una alegría diferente y como padres nosotros tenemos que estar ahí, en inglés es la palabra cheerleader, animadores, el que está ahí aplaudiendo y motivando al niño, animándolo a que siga explorando más.

Una vez, un ejemplo rápido, mi hija una vez vió un pajarito en el patio que se estaba muriendo bien pequeñito que se cayó del nido y ella me buscó para que yo la ayudara a sanar el pajarito, y eso, ella aprendió tanto con ese proceso, de hecho no creo que fue por eso necesariamente pero años después escogió la enfermería así que era algo que ya estaba dentro de ella, y ella me enlistó para montar una sala de emergencias para el pajarito. El pajarito murió unas horas después pero eso nos ayudó a ella y a mí a que ella supiera que yo la apoyaba en sus intereses y tuvimos unas conversaciones maravillosas acerca de filosofía y de las cosas espirituales porque yo me tomé el tiempo de acompañarla en ese descubrimiento y en esa exploración, y esas oportunidades se dan diariamente, el asunto es no pensar que estamos tan ocupados que no podemos aprovechar esas oportunidades.

Y el último, otro recurso que nosotros debemos aprovechar de estar ahí para nuestros hijos en la mentoría para ellos es compartir el gozo de dominar una destreza, en inglés se llama mastery, compartir el gozo de dominar una destreza. Los niños pequeños cuando se les mete algo en la cabeza, por ejemplo que quiero dominar el caminar eso practican, practican, practican, qué maravilloso que nosotros estemos ahí acompañándolos en ese proceso y aplaudiéndoles también porque otra vez eso va a motivarles a ellos aún más a querer dominar cosas aún más complejas.

Así que estas cuatro áreas, primero que son las que nosotros como padres o cualquier persona que tiene niños a su cuidado, especialmente niños pequeños, son conocerlos como seres únicos, como los individuos que son, proveerles un ambiente espiritual emocional que les facilite que ellos imiten la comunicación y el modelaje que nosotros estamos ofreciéndoles, acompañarlos activamente en su gozo de explorar y descubrir y en su gozo de dominar, esas cuatro. Si nosotros hacemos esas cuatro cosas con los niños que están a nuestro alrededor vamos a producir gran fruto.

Lo primero es que esas experiencias van a ser escritas en el libro de memorias de nuestros hijos, van a estar ahí por siempre, segundo, te van a posicionar a ti como un recurso importante en la vida de ese niño y más adelante te van a volver a buscar para que tú estés acompañándolos en ese proceso, tercer fruto es que van a solidificar el lazo de amor, el amor inquebrantable, lo van a hacer todavía más real, y cuarto, cuando nosotros hacemos todas esas cosas que he dicho les vamos a proporcionar un fundamento sólido que los va a llevar a ellos a intentar cosas nuevas y a facilitarles el éxito en oportunidades y retos en el futuro. Qué maravilloso que nosotros podamos simplemente con tomar el tiempo y hacer las cosas que yo he dicho, podamos obtener ese gran fruto por nuestra inversión en la vida de nuestros hijos.

Jonathan Edwards, si pueden pasar ya los músicos, gracias, ya están aquí, Jonathan Edwards fue un famoso predicador de los 1800s y él oraba lo siguiente, escuchen esta oración, es una frase muy sencilla, dice: “Señor, estampa la eternidad en mis ojos” o sea que tú como padre, como persona que eres influencia sobre niños, niños pequeños, niños de cualquier edad, que tú veas la eternidad y el propósito que Dios ha puesto en cada niño que está a tu alrededor y que todos seamos hallados fieles de haber invertido todo lo que tenemos, poner todo lo que podemos en la vida de ese niño para que llegue a cumplirse el potencial de Dios en ese niño para la gloria de Dios, esa debe ser nuestra oración. Así que si quieren me acompañan en una oración final para darle cierre a nuestro servicio.

Gracias Padre, te doy gracias por la vida de los niños, por el tesoro que son, te doy gracias por la maternidad, te doy gracias por la oportunidad de influenciar a niños en los diferentes ambientes en los que nosotros nos movemos. Padre, así como decía Jonathan Edwards, enséñanos a nosotros a ver la eternidad en cada niño, dános la sabiduría, el entendimiento, la fuerza para ministrar a sus vidas Señor con todo el ánimo, con toda la pasión sabiendo Señor que eso no va a ser en vano, que va a haber gran fruto, que la eternidad y el propósito, el destino que Tú has puesto en cada niño bajo nuestro cuidado va a florecer, se va a cumplir Tu propósito para su vida y que todo va a ser para que Tus propósitos sean cumplidos y para que sea todo para Tu gloria Señor.

Ayúdanos Señor, enséñanos, enséñanos a ministrar a los niños en todas las áreas, Señor bendice su intelecto, bendice su conocimiento, sus emociones, su espíritu, Señor que nosotros nunca subestimemos a un niño sino que todo lo contrario Señor, invirtamos, hagamos una parte, un alto e invirtamos en la vida de ese niño Señor, ayúdanos a ministrar con poder y sabiduría en sus vidas Señor, gracias Padre en el Nombre de Jesús hemos orado Padre, amén, gracias Padre.