Hay que odiar lo que Dios odia

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Libro de Apocalipsis capítulo 1, vamos a leer hoy juntos la primera carta en el libro de Apocalipsis de Jesucristo directo a las iglesias locales del día de Juan, el Apóstol. El Señor habló directamente a ciertas iglesias, mensajes proféticos. Y vamos a comenzar hoy con la Primera Carta que el Señor en el libro de Apocalipsis habló a la iglesia de Éfeso.

Pero primero solo quisiera decir que el libro de Apocalipsis es algo importante para nosotros hoy en día, porque yo creo que estamos viviendo los últimos días. Yo no sé si es nuestra generación o la próxima pero como dice la palabra, el tiempo es corto. Y es importante los cristianos estar despiertos como hemos hablado antes. El libro de Apocalipsis fue escrito del Apóstol Juan cuando él estaba en exilio en una isla, la isla de Patmos.

Ahora, estar en una isla suena como una vacación para nosotros. Pero yo te aseguro no fue Punta Cana, ni Roatán ni no sé qué, ni Luquillo o Hawái. No, no, él estaba en castigo exiliado por la palabra de Dios. Imagínate, ¿has visto la película Cast Away? Ese hombre que vivía en esa isla así, más así que vacaciones. Pero ahí él estaba en el espíritu y el Señor le reveló un mensaje, pero fue más que un mensaje, fue una visión del mundo espiritual. Y él pudo ver lo que estaba detrás de la realidad física, y él pudo ver la realidad espiritual.

El Señor usó símbolos en una visión profética, se llama literatura apocalíptica porque usa muchas figuras para comunicar realidades espirituales que un ser humano muchas veces no tiene la capacidad de entender. Por eso muchos dragones y otras cosas son símbolos que representa otra cosa. Pero el Señor le habló y le reveló lo que estaba detrás y comenzó con la visión de la cosa más importante que está en el ambiente espiritual y eso es el Señor Jesucristo mismo, más importante que cualquier ángel, cualquier demonio, cualquier nación o mensaje, es la revelación de Jesucristo mismo a la iglesia. Amén.

Y comenzó con esa visión, porque Juan conocía bien a Jesús, era un Apóstol íntimo, allegado a Jesús. Pero ahora él ve que el Cristo que vive ahora es un Cristo muy diferente a lo que él conoció antes. Él conoció antes el Cristo humano, un Jesús humano como nosotros, que se cansaba, que vivía como un ser humano, divino, Dios, pero también humano, pero el Cristo que él vio ahora, antes de su revelación es el Cristo exaltado y glorificado, el Cristo que ya venció la muerte, el diablo y el pecado y está a la diestra del Padre reinando por los siglos de los siglos. Ese Cristo se reveló a Juan. Así que comenzamos con la visión que él tuvo en capítulo 1, versículo 9.

“…Yo Juan, vuestro hermano y coparticipe vuestro en la tribulación, en el reino, en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios, y el testimonio de Jesucristo, y yo estaba en el espíritu en el día del Señor y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta que decía, ‘Yo soy el alfa y la omega, el principio y el último, escribe en un libro lo que ves, envíalo a las 7 iglesias que están en Asia a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y la Odisea.’ Y yo me volví para ver la voz que hablaba conmigo y vuelto vi 7 candeleros de oro y en medio de los 7 candeleros a uno semejante el Hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro y su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego y sus pies semejantes al bronce bruñido refulgente como en un horno, y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra 7 estrellas, de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

Y cuando le vi caí como muerto a sus pies y él puso su diestra sobre mí diciéndome ‘No temas, yo soy el primero y el último y el que vivo y estuve muerto, más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y el hades, escribe las cosas que has visto y las que son y las que han de ser después de estas, el misterio de las 7 estrellas que has visto en mi diestra y de los 7 candeleros de oro. Las 7 estrellas son los ángeles de las 7 iglesias y los 7 candeleros que has visto son las 7 iglesias.”

Así que esta carta, esta revelación y esas cartas fueron escritas a ciertas iglesias locales específicas e históricas que existían en el área que se llama Asia Menor, moderna Turquía, ahí el mapa. Y si tuviéramos para verlo hay una isla al lado de Éfeso que se llama Patmos. Así que yo creo que Juan estaba mirando la costa de Turquía y él estaba pensando en estas iglesias allá, y él vio en el espíritu lo que Dios estaba haciendo y lo que él iba a hacer. Y ahí vino la revelación de los mensajes para estas iglesias.

Las iglesias son candeleros de oro. En el espíritu el Señor usaba esa imagen para comunicar lo que es una iglesia de verdad, es un candelero de oro. Si puedes poner la foto de un candelero de oro se usaban en el templo, se llama en el hebreo menora, para brillar en el templo como un símbolo de la presencia de Jehová entre su pueblo, y un símbolo de las oraciones del pueblo constante delante de Dios.

El sacerdote era muy cuidadoso de nunca dejar que la luz se apague, siempre tenía que estar brillando delante de Dios en el candelero la luz de la llama del fuego, de la adoración de su pueblo en su presencia. Así que para Cristo, para Dios, la iglesia es un candelero. Si te fijas hay ciertas ramas, son 7, simbolizan algo en la Biblia que también tiene ramas, que también ardía pero no se consumía, puedes pensar en la Biblia. Algo con ramas que quemaba sin ser quemado, la zarza ardiente, ahí Jehová, la gloria shekina de Jehová apareció a Moisés en la zarza ardiente.

Así que el candelero representa la zarza de la presencia de Dios entre su pueblo, y ahora sabemos que si el candelero es la iglesia, entonces nosotros somos la zarza. Dios es el fuego y nosotros somos la zarza que no se consume pero se quema con la gloria shekina de Jehová. La razón de existir una iglesia es llevar la llama de la presencia de Dios en el mundo y no funciona una luz moderna. ¿Cómo funciona una luz moderna? Lo tienes que enchufar a electricidad. Una luz antigua, ese candelero, solo funciona si tiene aceite, sin aceite no hay luz, sin luz el candelero es inútil. El candelero solo funciona si hay aceite. Que es el aceite para nosotros? El aceite es la presencia del Espíritu Santo entre nosotros. Una iglesia sin el espíritu no tiene luz, no tiene vida, deja de ser una iglesia. Vamos a hablar de eso más tarde. Pero gracias a Dios podemos celebrar que una iglesia genuina tiene el privilegio de ser una zarza que arde con el fuego divino, porque el aceite del Espíritu Santo nos mantiene prendidos con esta llama. Esa sí es una iglesia en el espíritu.

Y las estrellas. Jesús tenía las estrellas en la mano. Podemos ver la foto de estrellas en la mano derecha, bajo su dominio y control. Y la Biblia dice que cada estrella es un ángel de cada iglesia. Hay interpretaciones diferentes, algunos creen que cada ángel es un ángel literal, que cada iglesia en el ambiente espiritual tiene un ángel que guerrea por nosotros. Qué lindo! Yo creo que el nuestro es un ángel guerrero y medio loco y multiétnico, pero cada iglesia tiene su ángel.

Pero pienso en eso, cómo es que él escribe mensajes a ángeles para llevar el mensaje. No entiendo eso mucho. Es interesante. Pero él está en una isla y en el libro de Daniel ángeles llevan mensajes proféticos a Daniel, y puede ser algo parecido que el mensaje va a ser llevado a las iglesias en el espíritu por los ángeles.

Hay otros que creen que la palabra en griego angelos significa mensajero y que son líderes humanos, que son pastores de la iglesia, que cada estrella representa un pastor sobre la iglesia, que es un mensajero del Evangelio para su gente y que las cartas son dirigidas a estos pastores que están en la diestra de Jesús bajo su domino. Qué lindo! Esa es otra interpretación linda.

El lunes yo creía que eran ángeles literales, el martes decidí que no, son pastores. Después el miércoles decidí que son ángeles, así que yo no sé qué voy a creer mañana pero son una de estas 2 cosas, ángeles de las iglesia que están recibiendo este mensaje y así Dios está ahí enviando mensajes a las iglesias.

Y este es el mensaje a la iglesia de Éfeso. Yo tomo cada mensaje profético, no solamente para ellos sino para nosotros también. Cada carta tiene principios de cómo ser una iglesia vencedora y usa esta palabra, al que venciere le daré tal cosa. Así que cada carta, cada mensaje es que Jesús quiere que las iglesias sean iglesias vencedoras porque estamos en una lucha. Hay muchas fuerzas que quieren derrotar la iglesia y para vencer la oposición espiritual que tenemos, tenemos que tomar a pecho lo que Dios nos dice en estas cartas. Debemos leer estas cartas para nosotros.

La Biblia dice que si leemos estos mensajes y los tomamos seremos bendecidos. Así que al solo leerlo con un corazón abierto vamos a ser bendecidos. Así que vamos a leer en Apocalipsis 2, la primera carta a Éfeso y primero déjame orar.

Padre, te pido en el en el nombre de Jesús que cada palabra que leemos, Señor, lo saboreamos como una palabra directa de ti y para nosotros. Gracias Jesús que tu reinas en el ambiente espiritual, que tu andas en medio de los candeleros y que tu pones el aceite y que tu cuidas los candeleros y nos estás hablando hoy. Tu pueblo te está escuchando, en el en el nombre de Jesús.

Apocalipsis 2, “Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso, el que tiene las 7 estrellas en su diestra, el que anda en medio de los 7 candeleros de oro dice esto, ‘Yo conozco tus obras y tu arduo trabajo y paciencia y que no puedes soportar a los malos y has probado a los que se dicen ser Apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos, y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado, pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete y has las primeras obras pues si no vendré pronto a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído oiga lo que el espíritu dice a las iglesias, al que venciere le daré a comer del árbol de vida el cual está en medio del paraíso de Dios.”

Señor, que comamos como iglesia de ese árbol en el en el nombre de Jesús. El Señor está llamando y escribiendo a Éfeso como una iglesia guerrera. Tenía que ser, porque Éfeso no era una ciudad fácil, era el centro de idolatría de una diosa que se llamada Diana. Cuando Pablo predicó ahí primero había los hijos de Esgueva, había mucha lucha espiritual, gente quemaba sus rollos de los magos y todas las cosas de la magia que tenía. Y había un evento en un centro comercial grande, un auditorio grande porque había un hombre que su trabajo era hacer ídolos, él era un artesano que estaba temiendo que iba a perder dinero, porque todo el mundo enamorado de Jesús va a dejar a nuestra diosita. Así que él dijo, ‘Esto es peligroso,” y la gente se juntaba en el teatro, en un gran auditorio y todo el mundo gritando por 3 horas, ‘grande es Diana de los efesios,’ un espíritu demoníaco en esta ciudad. Y esa iglesia estaba allí en medio del malo, tenía que ser una iglesia luchadora, una iglesia guerrera, una iglesia vencedora, sabe lo que es fajarse para Cristo.

Yo escuché esta palabra con mucho cuidado, fajarse. That means work really hard. Sudar para Cristo, ser una luchadora, no venir para sentarse y estar cómodo, si no he llegado a poner manos a las obras. Yo no he venido para calentar una banca, yo le doy gracias a Dios porque León de Judá es una iglesia guerrera y yo estoy orgulloso de eso.

Ahora, puede haber personas que han llegado heridas, que necesitan tiempo de descansar en un pasto delicado y estar al lado de las aguas de reposo y sanarse. Gracias a Dios, hazlo si tienes que hacerlo, pero todos los que estamos aquí sabemos que no estamos para descansar siempre y no trabajar. Descansamos y trabajamos, las dos cosas porque Dios nos ha llamado para ser una iglesia fuerte, guerrera, que suda para la obra del Señor, una iglesia dedicada ferozmente a la verdad de la Biblia, una iglesia que no aguanta un predicador falso. Yo espero, me da un poquito de miedo si meto la pata.

Pero las iglesias de Éfeso probaban a los Apóstoles falsos que llegaban y había Apóstoles impresionantes que daban un gran show. Había algunos Apóstoles que antes eran magos, había uno que se llamaba Simón, el mago, y él vio el poder del Espíritu Santo a través de Felipe. Él dice, ‘guau, yo quiero eso, yo quiero hacer los trucos con el Espíritu Santo. Dame eso. ¿Cuánto cuesta?’ Y Pedro le dijo, ‘Mira, te puedes quedar con tu dinero, hijo del diablo, porque tu no vas a ser un mago cristiano,’ pero él puede ser que llegó a ser. Había muchos que combinaban el espiritismo con el cristianismo y hacía señales milagrosas. Era difícil discernir lo verdadero de lo falso, pero los efesios sabían que hay que probar los espíritus.

Jesús lo dice ‘guardaos de los falso profetas que vienen a vosotros vestidos de ovejas pero por dentro son lobos rapaces, por sus frutos los conoceréis.’ Mira los frutas, mira la manipulación, el control, doble vida. Hay que tener mucho cuidado porque hoy en día más que nunca en el internet cualquiera se puede presentar como el Apóstol de no sé dónde. Cuidado. Porque por internet es difícil discernir los frutos. Cuidado, hay que discernir los espíritus y buscar no una persona, un ministerio perfecto porque no lo son, no hay, no hay persona perfecta, te aseguro. Solo hay que preguntar a mi esposa y tu sabrás que no hay ningún pastor perfecto.

Pero lo que sí no hay otra opción, tiene que ser auténtico, sincero, no un engaño. El Apóstol Pablo dice así, ‘nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza ni fue por engaño, al contrario, si hablamos es porque Dios nos aprobó y nos confió el Evangelio, no procuramos agradar a los hombres sino a Dios que prueba nuestros corazones.’ Esto es lo que buscamos, autenticidad, no perfección, pero sinceridad.

Pero fíjate, alguien puede ser sincero y estar equivocado. Hay muchos líderes de sectas que enseñan falsedades sinceramente. Así que es más que buscar sinceridad sino evaluar según la palabra de Dios el contenido del mensaje. Hay muchos mensajes, hay que escuchar y estudiar y estudiar para saber si lo que estoy escuchando cuadra con lo que dice la palabra de Dios.

La iglesia de Éfeso era una iglesia vencedora porque sabía probar los espíritus y rechazaba lo falso. Eran personas esforzadas que no se cansaban, personas que sufrían por ser cristianos. Jesús nos advirtió muy fuertemente, si me odian a mí te van a odiar a ti, porque el discípulo no es mejor que su líder. Si llamaban a Jesús Belcebú ¿qué van a decir de nosotros? Si llaman a Jesús un demonio, van a decir cosas más feas de ti y de mí por ser cristianos.

Si queremos ser amados por el mundo no podemos ser una iglesia vencedora. Ahora nuestra iglesia es interesante porque los políticos nos aman, cada 5 días uno está tropezando con algún político aquí. Vienen gobernadores, él tuvo su culto aquí, ha venido la senadora Warren cuando hablábamos de la salud viene el alcalde y nuestra fe es si viene un político lo honramos y damos lugar, no decimos que vamos a votar por él o por ella, pero lo honramos como un siervo civil y le damos su lugar de cualquier partido, de cualquier lado.

Pero después muchos de esos mismos políticos que nos aman, nos respetan con muchas cosas que hacemos en la sociedad, muchos el próximo día tienen que decir que no están de acuerdo con muchas cosas que nosotros creemos, ellos tienen que decir ‘pero no aprobamos ciertas creencias que tienen.’ Menos mal, si somos una iglesia que los políticos están de acuerdo con todo lo que creemos, ¿qué creemos? No vamos a quedar bien con todo el mundo y no debemos tratar de quedar bien con todo el mundo.

Pero si nos odian, que nos odien por ser fieles y no por ser malos. Ese es el problema. Muchas veces nos odian por ser malos no por ser fieles. Pero así va a ser. Esta iglesia era una iglesia fiel, una iglesia que no había perdido el escándalo de la cruz. Si vamos a ser una iglesia vencedera tenemos siempre que ser una iglesia escandalosa en cierto sentido, que nuestra creencia ofenda porque está diciendo que el pecado es el pecado. Una iglesia vencedora, una iglesia fiel que cumplía su deber, pero una iglesia hace más que luchar.

Una iglesia vencedora no puede ser solamente una iglesia guerrera, también tiene que ser la novia de Cristo. No es solamente cumplir con nuestro deber y sudar y luchar, es también amar a Jesús sobre todas las cosas con un amor entrañable y apasionado. Jesús dijo, ‘pero tengo esto contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caída, arrepiéntete y has las primeras cosas pues si no te arrepientes pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar.’

Hermanos, es posible ser fiel y desenamorarse, desencantarse, perder el amor por Jesús, ¿es posible? Hay una parábola interesante, la parábola linda del hijo pródigo. Sabemos la historia del hijo que pide todos los bienes de su papá y él sale y malgasta todo y después él vuelve y dice, ‘mira, en la casa de mi padre los siervos viven bien, yo vuelvo a la casa de mi padre y le voy a pedir que me reciba como uno de sus siervos.’¿Se acuerdan de la historia?

Él viene con su discurso todo memorizado y él llega a la casa y el padre viene corriendo y le abraza y el hijo comienza con su discurso, y él dice, ‘Papá, he pecado contra los cielos y contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu hijo, recíbeme como uno de tus…’ y el papá dice, ‘No, no, no, tu no eres un siervo, tu eres mi hijo, y vamos a poner el anillo y la túnica hermosa y vamos a matar el becerro gordo y vamos a festejar porque tu eres mi hijo y te amo.’

Pero había otro hijo, ¿te acuerdas? El hijo bueno, el hijo bien portadito, que se quedaba en la casa trabajando, fajándose. Este hijo viene a la casa y escucha el sonido de la música y dice, ¿qué está pasando? Ellos le dicen, ‘bueno, tu hijo malo regresó a la casa y a este sinvergüenza se le dio una fiesta y todo bien…’ y el hijo bueno se enoja. El padre, porque el padre es amoroso, sale de la casa y él le ruega que entre en la casa para festejar. Y el hijo bueno dice, ‘Mira, todos estos años yo he luchado, yo he trabajado y nunca he desobedecido ninguno de tus mandamientos, he cumplido con todo y nunca me has dado ni un cabrito para festejar con mis amigos.’ ¿Cómo es que él mira a su papá? Lo mira no como papi sino como un dueño de esclavos, como un jefe y no un jefe bueno, un jefe malo que obliga mucho y no le da nada. El padre le dice, ‘Mi hijito, siempre estás conmigo y todo lo que tengo es tuyo, tu no entiendes. ¿Has olvidado cuando tu fuiste un bebé y estábamos juntos y jugábamos en el campo juntos? Y tu siempre querías estar conmigo y pasar tiempo conmigo en el campo y jugar y escuchando historias al lado del fuego en la noche, y ahora solo trabajas pero no me amas.’ Eso no es cristianismo.

Una iglesia vencedora no solamente sirve a Cristo, sino ama a Cristo y disfruta a Cristo. Yo quiero, Dios quiere que seamos una iglesia enamorada de Jesús, llena de aceite, llena de fuego para él. Es posible que el candelero sea quitado de su lugar. Eso es fuerte. Una iglesia puede dejar de ser iglesia en el espíritu. Tal vez el edificio sigue, tal vez la organización sigue, tal vez hay hermanos salvas en la iglesia, pero una iglesia que ha dejado de estar enamorada de Cristo puede perder su lugar como iglesia delante del Señor en el ambiente espiritual, puede llegar a ser un candelero lindo que brilla, pero que ya no funciona, que se apaga la luz porque ya no hay aceite.

Esto pasa. De hecho, yo creo que esto le ha pasado a la mayoría de las iglesias que han existido en la historia. Casi toda iglesia cristiana comenzó en avivamiento, comenzó con personas orando y luchando y predicando y sufriendo para el Evangelio, pero después de los años llegó a ser una organización y perdió la vida y dejó de ser un organismo delante del Señor, perdió el aceite, perdió la luz y dejó de ser una iglesia funcional en la presencia del Señor.

Que esto nunca sea el caso con nosotros, que nunca perdamos el aceite del Espíritu Santo entre nosotros y el fuego del amor por él. ¿Cómo podemos asegurarnos de eso? gracias a Dios Jesús le da consejos a ellos. Él dice, ‘recuerda por tanto, de dónde has caído.’ Recuerda, recuerda los días al principio, recuerda tu primer amor, tu luna de miel con Cristo. Yo pasé un tiempo pensando en mis primeros meses como cristiano. Yo, un joven de 16 años fanático para Jesús. Mis papás estaban seguros que yo ya estaba en una secta porque yo me había vuelto loco de remate. Porque yo era en fuego para Cristo. Recuerda el asombro, el gozo de conocer a Cristo la primera vez.

Yo recuerdo salir afuera y ver los árboles y los cielos y pensar, ¿quién puso todo en HD? Los colores son más lindos, el aire es más fresco. Pero no fue el mundo que había cambiado, fui yo. La palabra… yo pude leer la palabra y ver cosas maravillosas en la palabra, la entendí y pensé guau… Y llegué a ser adicto a la palabra de Dios, lo comía como dulce, como popcorn, como cotton candy, llorando, memorizando la palabra de Dios.

Yo recuerdo caminatas largas con el Señor en la noche mirando las estrellas y hablándole día y noche. Yo hablaba en lenguas tanto que mi familia pensarme enviarme al psicólogo de niños. Mi mamá me lo dijo, literalmente, no lo digas a tu papá porque te envía al psicólogo de niños. Y no hay nada malo de hecho pero… mi hermana me preguntó un día, “Gregory, ¿qué hacía en el baño? Tu estabas en la ducha y estabas hablando esa palabrería. Todos te escuchamos.” Se me había olvidado porque era una conversación constante con Jesús.

Yo recuerdo mis amigos locos para Jesús, más locos que yo. Nuestro héroe era Charles Finney, un revivalist y leíamos y queríamos… vamos a hacer avivamiento en todas partes porque sabemos mejor que los demás, porque tenemos 16 años. Pero había un gozo, evangelizábamos como locos. Hablábamos a cualquier humano, animal, objeto, le hablábamos de Jesús. Así era, ¿te acuerdas?

Un día, yo recuerdo, había una nevada hermosa, fresca, y decidimos ir a nuestra escuela secundaria y poner mensajes en la nieve. Y caminábamos y hacíamos la palabra en grande, gigantesco, Arrepiéntete, Sálvate, Jesús vive, y grande y después el próximo día… me sentí como Gedeón, el próximo día qué hizo, quién quemó el ídolo. Todo el mundo mirando por las ventanas y era grande. Se ve. Loco para Cristo.

Recuerda de dónde has caído. Recuerda esa locura de ser un nuevo creyente. El amor alocado para él. Visita lugares, piensa en eso, escucha la música de antes. Hay que pensar en eso. Arrepiéntete y haz las primeras obras.

Para arrepentirse esto sí es un regalo de Dios, arrepentirse no es malo, es bueno. Es un regalo que Dios nos da que significa, no importa qué ha pasado o lo malo, o cómo yo he metido la pata, siempre puedo arrepentirme y cambiar otra vez. Gracias a Dios por las segundas oportunidades que nos da.

Arrepentirse es algo lindo, hermoso, cambiar y comenzar de nuevo con Cristo. Arrepiéntete y haz las primeras obras. Ahora mi plan entonces, en la primera nevada ir a la escuela de mi hija, que está en segundo grado y… tal vez no esto, ¿entonces qué? Si no voy a repetir exactamente qué hizo, yo recomiendo que pases tiempo con nuevos creyentes ahora. Yo lo hago como medicina para mi alma. Me encanta estar con nuevos creyentes nivel 1, nivel 2, en discipulado. Me encanta estar con personas saliendo de las adicciones, la persona homeless que hacemos estudios bíblicos con ellos, porque buscan de Dios con gratitud. Un nuevo creyente es agradecido porque sabe que ha sido perdonado mucho. No importa qué, todos hemos sido perdonados mucho, pero olvidamos cuánto Dios nos ha perdonado. Olvidamos de la gracia.

Piense en los nuevos creyentes en la Biblia, el demoníaco gadareno ¿te acuerdas de él? Tenía una legión de demonios. Jesús echó fuera a los demonios y después él estaba vestido y bien. Y después Jesús se iba y el hombre como un niño le ruega, ‘no, yo quiero meterme en la barca contigo, Jesús.’ Jesús dice, ‘No, tu tienes que volver a la casa para predicar.’ Dice, ‘No, no quiero, no me gusta, no me caen bien, yo quiero estar contigo. Yo te amo a ti.’ Piensa en la mujer pecaminosa que era famosa por su vida mala en la calle, pero Jesús la perdonó, le echó fuera 7 demonios. Llegó a ser María Magdalena.

Piense en alguien como ella que escuchó que Jesús estaba en la casa de un fariseo, ¿te acuerdas del momento? Y a ella no le molestaba entrar en la casa del fariseo, buscar a Jesús ahí en el comedor, echarse a los pies y besar sus pies, llorando tanto que hizo toda la cosa fea y decidió ¿cómo voy a secar mis lágrimas? Voy a usar mis cabellos, agradecida porque el que ha sido perdonado mucho ama mucho.

Alabad a Jehová porque su misericordia son nuevas cada mañana. Dale gracias al Señor porque su misericordia es buena. Yo te animo como una práctica, y dice, volver a tus primeras prácticas, no tratamos de sentir algo, tratamos de hacer algo diferente y los sentimientos siguen. So, la práctica de darle gracias al Señor.

Yo te animo apartar media hora para dar gracias a Dios por todo, por el árbol, por el aire, por el oxigeno, por la persona a tu lado, por tu familia, por tu jefe, porque por lo menos tienes trabajo, por todo lo que Dios te ha dado, por Jesús, por la Biblia, por tu iglesia, por tus hermanos, gracias Señor. Gracias.

Si tu tomas aún 5 minutos para hacer esto va a comenzar a fluir el aceite y la llama del amor por Cristo va a volver a ti. Hacer las primeras cosas. Los nuevos creyentes tienen hambre para estar en la presencia de Dios y escuchar la palabra, como María que sentaba a los pies de Jesús. Sabemos qué pasó, su hermana Marta se enoja, ‘Jesús, dile que me ayude con la comida.’ ‘Marta, Marta – porque ella le está regañando a Jesús – por qué estás afanada y preocupada por tantas cosas, pocas cosas son necesarias. María ha escogido lo mejor.’

Tenemos que tener ese hambre para estar en la presencia de Dios otra vez. Hace dos años atrás yo prediqué de Salmo 1, bienaventurado el hombre que no se sienta en sillas de escarnecedores ni en camino de perversidad ha andado, etc… Si no en la ley de Jehová estás su delicia y en su ley medita de día y de noche.

Y yo me puse a pensar de verdad tengo delicia en la palabra de Dios, como una comida rica. Y yo pensé, bueno, me gusta la Biblia, yo amo la Biblia, estudio la Biblia, predico la Biblia, fui al seminario, todo eso, pero eso no es delicia, y yo decidí, mira, sabes lo que voy a hacer? Voy a buscar reactivar el gusto. Tu coges el gusto por una comida comiéndola. Y yo decidí sacar mi teléfono mágico y uno puede tener un app que se llama el Bible app. ¿Has escuchado de eso? búscate alguien, un joven, un niño de 6 años y te lo pone en tu teléfono en 5 segundos.

Y después tu puedes escuchar cualquier versión de la Biblia escrito en mil años, está ahí, en cualquier idioma, inglés, español, swahili, francés, alemán, lo que quieras. Y si tu quieres lo puedes escuchar. Y yo decidí, yo mato tanto tiempo en el carro por qué no escuchar la palabra siempre y escuchar, escuchar, escuchar y comenzó a crecer en mí otra vez el gusto que si yo no lo tenía era como hambre, yo necesito, casi como una droga buena, necesito mi dosis de la palabra porque era como miel para el alma.

Hay que hacer la práctica para reactivar el gusto. Haz las primeras obras y así renovamos el amor que tenemos y evangelizar. También y ahí eso es muy importante nuevos creyentes tienen tristeza por su pecado. Yo, nuevo cristiano, 16 años decidí escribir todos mis pecados en hojas, me costó mucho. Solamente había vivido 16 años pero llené muchas hojas y después de escribir todo, me metí en el baño y las quemé. Y otra vez, ¿qué estás haciendo ahí? Hay humo, ¿qué estás haciendo? Pobre familia, pobres papás, confesando mi pecado.

Hay que aborrecer lo que Dios aborrece. No podemos minimizar el pecado y a la misma vez amar a Jesús porque esto es amar lo que él odia. Hay que odiar lo que Dios odia. Mira lo que dice, ‘pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.’ Nicolaítas, una secta que existía en esa época. Hay muchas opiniones diferentes, no está completamente seguro de lo que eran y qué creían, pero parece que ellos mezclaban cristianismo con prácticas inmorales, o sea, inmoralidad sexual, idolatría, diciendo que tu puedes tener tus ídolos y también adorar a Cristo, tu puedes practicar la inmoralidad sexual y todavía amar a Cristo. Y la Biblia dice que hay que aborrecer ciertas obras si queremos amar a Cristo, hay que rechazar ciertas cosas.

No es odiar a personas, gracias a Dios porque habrá algún pecador aquí en esta iglesia, ¿tenemos algunos? Uno o dos. Gracias a Dios, somos un lugar que Jesús dijo, no son los sanos que necesitan el médico, sino los enfermos. No he venido para llamar a los justos sino yo llamo a pecadores al arrepentimiento. Él llama a personas pecadoras, gracias a Dios. Califico. Yo le doy gracias a Dios que nuestra iglesia es un lugar donde tu puedes llegar tal como estás. En la mañana tu vas a ver mucha gente, y ahora en la tarde también, personas que vienen de la calle, que tu ves viviendo en la esquina, que son homeless, que todavía tienen sus adicciones, que todavía están dormitando en el culto, pero están en la casa de Dios buscando la vida de Cristo. Que siempre seamos una iglesia para pecadores.

Pero no hacemos nada bien, si cambiamos la definición de pecado y decimos que está bien, que el pecado no es pecado. Hay que odiar lo que Dios odia. Cada generación va a tener su lucha y si queremos ser una iglesia prendida con la llama del fuego, hay que ser firmes en lo que la Biblia llama pecado. Amamos al pecador.

No son los nicolaítas que odiamos, son las obras de los nicolaítas quienes son, las obras, no las personas. Muchas iglesias en sus celos por la justicia odian personas, ellos hablan como si persona y pecado están aquí abajo, debemos venir con amor, con gracias, tolerar la persona pero nunca tolerar prácticas que no son de la palabra. La iglesia está para sanar no para que las personas sigamos en nuestro pecado. Si toleramos el mal sofocamos la llama del fuego de amor de un Dios santo. Por el lamento de la maldad se enfría el amor de la mayoría. No queremos amor frío.

Ahora todo esto termina, hermanos, con una invitación. Primero una advertencia y después una invitación. La advertencia: el que tiene oído que oiga lo que el espíritu dice a las iglesias. Hermanos, es posible oír sin escuchar. No sé si esto funciona en español. El niño escucha las palabras pero te está escuchando el significado. Si nosotros queremos ser una iglesia vencedora que siempre tengamos oídos para oír la voz del buen pastor que nos está hablando y corazones tiernos. Tierra fértil para la palabra de Dios entrar.

Y termina con una invitación, el amar a Jesús es comer del árbol de vida en el paraíso de Dios. Al que venciere le daré el derecho de comer de ese árbol. ¿Qué es comer del árbol de la vida? Es gustar intimidad con Cristo, eso es como comida para tu espíritu y para tu alma. Nosotros si dejamos de amarlo estamos dando hambre al corazón.

La palabra dice, gustad y ved que es bueno Jehová. Hermanos, yo quiero y yo oro que siempre seamos una iglesia que come bien de Dios. Jesús dijo, yo soy el pan de vida, el que viene a mí nunca tendrá hambre, el que en mí cree no tendrá sed jamás. Que seamos una iglesia llena de la comida, de la intimidad con nuestro Cristo. Adereza mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores, unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebozando. Este aceite está rebozando del candelero de León de Judá.

Pero ¿sabes qué? Yo predico esto no porque nosotros hemos dejado nuestro primer amor, yo no creo que este es el caso, pero siempre hay que avivarlo. Se habló antes, creo que Sara mencionó, la parábola o el evento cuando Jesús cambió el agua en vino. Después de la fiesta de las bodas el jefe de la boda, probando el vino rico dice, mira, pero tu has guardado el mejor vino para último. León de Judá, el mejor vino está por venir si nosotros lo queremos. La mejor comida.

Yo quiero que estemos más enamorados de Cristo ahora que hace 15 años atrás, y que en 5 años estemos aún más enamorados de él, que seamos como jóvenes enamorados de nuestro salvador, la novia de crsito, lo mejor está por venir.

Señor, danos ese aceite para llenar nuestro candelero. Pongámonos de pie y Padre, en el en el nombre de Jesús confesamos que muchas veces, Señor, hemos dejado enfriar el amor por ti, Señor. Yo te pido en el en el nombre de Jesús que nunca se apague la llama del fuego del amor por ti, que seamos fieles, Señor, pero nunca como el hijo bueno de la parábola, Señor. Antes de ser tu siervo, Señor, somos tu hijo, somos tu novia, Señor, queremos ser una iglesia que toca tu corazón, Padre, una iglesia adoradora, una iglesia enamorada de Jesús, una iglesia prendida con el fuego del amor por ti, Señor. Oh, Jesús, que volvamos a hacer las primeras obras.

Padre, te pido que seamos más locos, aunque más maduros en cierto sentido pero más locos que nunca por ti, Señor. Oh, Jesús que seamos una iglesia vencedora.