SERMONES
300 hombres cansados más todavía persiguiendo
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Jueces, Capítulo 8, hay un versículo allí que yo le decía a los hermanos esta mañana, que siempre he querido predicar sobre ese versículo. Y como que nunca se había prestado el momento para hacerlo, y nunca había encontrado el ángulo para entrarle a ese versículo. Pero yo lo tengo subrayado en mi Biblia de muchos años, y esta semana cuando estaba hablando con estas hermanas fieles que han sido parte de la elaboración de nuestra campaña financiera. Yo bendigo a Patty y a Damaris y Herenia y a Florecita y otros varones, Rupert y otros hermanos también que nos han ayudado en la elaboración de estas campañas. Gloria a Dios por esos hermanos.
Sabía que este domingo para ser consistente debía hacer un interludio de nuestras predicaciones sobre el libro de los Hechos y predicar algo que estuviera en consonancia con la campaña y me vino a la mente, como estamos a la mitad de esta campaña. De paso, no se si es posible poner la proyección de la gráfica esa de la campaña, para aclarar algo, para que ustedes estén claros, un momentito. Yo sé que no se ve tan bien la parte superior después de donde están los números de 1.141.000 dólares que es la promesa total, eso es simplemente el territorio desconocido de otras cosas que ustedes puedan dar. Pero de ahí para abajo, es donde más o menos, es lo que tenemos ya de promesas y si usted mira las rayitas, donde está la flecha, si usted subiera dos rayitas más de encima de la flecha es más o menos donde debiéramos estar ahora. Es decir, que estamos, no estamos ahí exactamente a la mitad, donde queremos, pero no estamos tan lejos tampoco. Dos rayitas más y estuviéramos más o menos donde queremos estar. Así que no es que… la otra parte simplemente extra, ese es el territorio de la fe extremada, donde Dios nos puede llevar también.
Así que estamos bastante cerca. No quiero que se descorazonen tampoco, pero podemos llegar más lejos todavía. Y quizás algunos hermanos quieran decir, ¿Saben qué? Quiero sacarme este mono de la espalda y voy a dar ya todo lo que tengo que dar y entregárselo al Señor ya. Si usted lo tiene ahí en el banco, saque esos dólares, los pobres que se están congelando en la cuenta, quién sabe lo que pueda pasar. Déselo al Señor. No se arrepienta después y diga, caramba, se lo hubiera dado al Señor mejor.
Así que, una manera de bendecirnos también. De todas maneras yo sé que algunos hermanos piensan, ¿Saben qué? Voy a esperar un tiempo más y entonces lo voy a dar al final. Eso nos bendice ahora, ahora podemos usarlo. Así que yo invito a algunos a concebir el reto. Después vamos a mostrarle ya, hay decenas de personas que ya cumplieron su compromiso y ya están tranquilitos por allá, echándose fresco y dando gracias Señor. Y algunos saben que han dicho? Yo quiero registrarme otra vez para seguir y darle más al Señor. No se ría. Quizás Dios le va a pedir a usted que haga lo mismo. Quizás Dios va a poner en su corazón, ¿Saben qué? Voy a ser atrevido o atrevida y le voy a decir al Señor, sabes qué, Padre? Cumplí mi promesa y me voy registrar otra vez para darte más. Por qué no? Dios les va a bendecir.
Hay ejemplos en la Biblia de esas ofrendas extremadas. La ofrenda de la viuda, yo lo llamaría, que Dios bendijo grande, grandemente. Yo le animo a romper el marco de su límite e ir a otro nivel de fe, de crecimiento espiritual, de atrevimiento en el Señor.
Cuántos pueden decir amén aunque sea por fe a lo que estoy diciendo? Amén, amén, atrévase. Anche su territorio, hermano. Yo siempre le estoy pidiendo al Señor y Dios siempre me está poniendo en áreas como más atrevidas para expandir mi territorio, y así tenemos que hacer nosotros también en nuestra vida espiritual. Ahí es donde se crece en fe, se madura y vienen las bendiciones más grandes de Dios. Porque no se trata solamente de dar dinero estérilmente a un templo, se trata de que tu vida sea bendecida y sea expandida para que tu vivas como un guerrero en todas las áreas de tu vida y experimentes la gloria de Dios en tu vida.
Entonces, yo les decía acerca de un versículo hace tiempo que yo les hablé que yo quería predicar sobre él. Quiero invitarles en el versículo 4 del libro de Jueces, y mire cómo dice aquí:
“…. Vino Gedeón al Jordán…”
Cuántos saben quién era Gedeón? Cuántos han oído hablar de Gedeón? Levante su mano. Están aquí. Están dormidos o están despiertos? Cuántos han oído hablar de Gedeón? Levante su mano y diga amén. Ok. Gedeón era un gran hombre de Dios, un guerrero, un juez que Dios escogió para libertar a su pueblo de la opresión de una nación o naciones que oprimían al pueblo de Dios. Y Dios llamó a Gedeón jovencito y Gedeón necesitaba expandir su visión también.
Recordamos que cuando el ángel se le apareció a Gedeón originalmente le dijo, el Señor está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le salió con una vocecita chiquitita diciéndole, pero si yo soy el más chiquito de mi tierra, y mi familia es la más chiquita de toda mi tribu, cómo es que tu dices que Dios está conmigo? El Señor le dijo, no, tu eres un varón esforzado y valiente. Yo te quiero llevar a la grandeza.
Cuántos de nosotros cuando vienen las visiones de Dios, las impresiones de Dios a nuestra vida solo miramos hacia acá y vemos a esta persona a medio cocer, y decimos, yo no puedo ser ese gran hombre, esa gran mujer que Dios tiene su mente. Dios quiere anchar tu territorio. Dios quiere que te atrevas en el nombre del Señor.
Y finalmente Dios le dijo a Gedeón, Ve con esta fuerza que yo pongo en ti, esa fuerza que tu tienes ya y haz lo que yo te mando hacer. Y Dios le dice a esta Congregación, yo tengo grandes metas para ti, tu eres una Congregación esforzada y valiente, tu eres una gran guerrera y yo quiero llevarte a lo máximo. Yo quiero que tu hagas mis hazañas. Yo quiero que un día la gente pueda ver en este pueblo inmigrante en su mayoría, una lanza escogida de Dios para edificar su reino aquí en Nueva Inglaterra.
En este lugar donde los peregrinos hace 400 años casi llegaron aquí, esa gente blanca de Europa, de Inglaterra, llegó aquí, hoy, ¿Saben qué? Nosotros somos los peregrinos nuevos aquí en esta nación, y Dios nos llama para bendecir a esta nación y renovar los propósitos que él concibió hace 400 años cuando fundó esta nación. Yo creo eso.
Y esa visión quizás suena demasiado exagerada para ustedes, pero yo creo que así es y Dios te dice, yo te he escogido para que hagas algo grandioso. No le respondas al Señor con una vocecita mínima de gato asustado. No, respóndele como un león, una leona. Amén, Señor, yo lo voy a hacer en tu nombre, lo voy a lanzar en tu nombre. Ni siquiera he leído el versículo este. Parece que tenía ganas de predicar yo hoy.
Quiero compensar por todas esas semanas en que no prediqué. Dice aquí el versículo 4:
“… Y vino Gedeón al Jordán y pasó él y los 300 hombres que traía consigo… aquí está el centro de este sermón y el tema de lo que quiero tocar con ustedes… 300 hombres cansados más todavía persiguiendo, cansados más todavía persiguiendo…”
Diga todavía. Diga cansados. Más todavía persiguiendo. Yo quiero oírlos a todos: cansados más todavía persiguiendo. Me gusta esa palabra, persiguiendo. Porque es una palabra como tiene intencionalidad, persiguiendo. Estaban cazando al enemigo, estaban comprometidos con una meta y no se iban a dar por vencidos hasta que no llegaran a esa meta, aunque estaban agotados.
En la traducción, en el inglés que leyó Gregory esta mañana cuando traducía dice exhausted, estaban exhaustos pero todavía, como el atleta maratonista en la milla 25 y medio, antes de llegar a la milla 26, que es el final de su carrera, ya no lo queda nada de fuerza a su cuerpo. Lo único que le queda es su fuerza de voluntad y su disciplina. Lo único que le queda es su espíritu que dice, yo no me voy cansar, no voy a terminar hasta que no llegue a la meta, porque me propuse 26 millas y las voy a alcanzar.
Y así pasa muchas veces en la vida, en proyectos que concebimos, visiones que Dios pone en nuestro corazón, que muchas veces ya han pasado los años y nos queda solamente un hilito de energía y de voluntad y tenemos que preguntarnos, me voy a cansar y voy o me voy a dar por vencido y voy a bajar los brazos y me voy a ir hacia atrás avergonzado y descorazonado o voy a dar un paso más de fe hasta que llegue a la meta.
Y de eso se trata, hermanos, la vida cristiana, aunque tu estés agotado, aunque estés cansado, aunque el mundo alrededor de ti te diga, baja la guardia, ya peleaste bastante por ese proyecto, esa visión, ese propósito en tu vida, ese sueño que tu concebiste hace 10 años, ya has tratado, se te han cerrado varias puertas. Tu le dices al Señor, tu has puesto esa visión en mí y yo la voy a terminar en el nombre de Jesús. Y tu sigues hacia adelante, esa es la clave para una vida victoriosa que alcanza metas.
Yo le doy gracias al Señor por tanta gente en esta Congregación que yo veo año tras año alcanzando sus metas. Y yo los he visto batallando durante muchos años a veces, pero un día llegan a su meta. He visto esas hermanita y hermanitos peleando contra el peso por ejemplo, de sus cuerpos, y a veces rebajan y otra vez suben un poco más, y rebajan y suben, pero yo los veo peleando. Y un día finalmente se estabilizan y tienen lo que estaban buscando. te puede parecer como algo banal esa ilustración. Pero ¿Saben qué? La vida está llena de pequeñas visiones así, que tu concibes en tu espíritu y tu te comprometes en el nombre del Señor y dices, ¿Saben qué?, yo no voy a despegar la mano de la espada hasta que no cumpla lo que yo me prometí. Porque yo soy un hijo de Dios y yo tengo de mí la genética de Dios y Dios nunca terminó una batalla avergonzado o derrotado.
Dios lleva miles de años batallando con su creación, la humanidad para que lleguen a ver la visión que él tiene para ella. Y todavía la humanidad no está convencida, pero Dios ha cejado en sus esfuerzos, él sigue trabajando a través de la historia, sigue trabajando a través de su iglesia, porque él sabe cuál es la meta. Cielos nueva y tierra nueva. Una creación redimida. Hombres y mujeres tocados por el espíritu de Dios, renovados y hasta que esa visión no se cumpla ante los ojos de Dios, Dios no va a dejar de trabajar en la historia y él nos ha escogido a nosotros para que llevemos a cabo la redención de esta tierra. Cada día nosotros aquí damos golpes de espada para cumplir la visión de Dios en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.
Yo amo este pasaje porque habla de hombres que estaban cansados, habían emprendido una batalla pero todavía seguían persiguiendo. Es más, ni siquiera voy a mirar mis notas, porque simplemente me voy a concentrar en eso. A mí me gusta este pasaje, hermanos, porque ese es el lema de mi vida. Yo no quiero vivir conforme a mis emociones ni mi mente, ni siquiera lo que me dicte mi cuerpo. La mayoría de los seres humanos vive esclavizado a lo que siente su sistema nervioso, a si están cansados o no, si están animados o no. si están animados hacen algo, si están desanimados no lo hacen. Si están tristes no vienen a la iglesia, no alaban a Dios, no dan, no sirven, no evangelizan. Si están con adrenalina en el cuerpo entonces dan, alaban, escuchan a Marcos Sweet en el radio, sino lo apagan y lo ponen de castigo porque Dios no los ha bendecido. Cuando me bendiga entonces lo prendo otra vez.
Estamos viviendo a merced de las circunstancias y de las emociones, de los pensamientos, de la carne. Pero el hijo de Dios no es así, el hijo de Dios, la hija de Dios vive conforme a lo que Dios ha dicho a través de su palabra. A mí me persiguen las palabras de Cristo Jesús, él dice, “no solo de pan vivirá el hombre”. Ponga allí en vez de pan, ponga no solo de impresiones, emociones y cosas circunstanciales y materiales vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Para mí eso es lo que quiere decir. Yo no voy a vivir de emociones ni de circunstancias, yo voy a vivir de lo que Dios ha dictado. Si Dios ha dicho hazlo, yo lo voy a hacer. Si Dios ha dicho, ejecútale, yo lo voy a ejecutar. Si Dios ha dicho cámbialo en tu personalidad, yo lo voy a cambiar y yo voy a batallar no importa qué hasta que yo vea la meta de Dios en mi vida realizada.
Y eso me gusta, porque estos hombres ya su cuerpo, decía ríndete, ya hiciste bastante, pero ellos seguían, aunque estaban cansados seguían persiguiendo al enemigo. Qué había pasado? Dios le había dado una visión a Gedeón? Lo había llamado, liberta a mi pueblo de la opresión de Madián y de Amalek. Libértalo, ya ha llegado el tiempo de la liberación.
Gedeón concibió la visión de Dios. Yo creo que Dios ha llamado a esta Congregación a este Gedeoncito que es León de Judá, lleno de inmigrantes, gente que no hace mucho dinero. Nosotros no tenemos demasiada gente que hace millones de dólares. No los tenemos, punto. Pero ¿Saben qué? Con ese poquito, hermanos, con 5 panes y dos peces Dios nos permite hacer cosas que Congregaciones mucho más grandes y más ricas no logran hacer.
Y Dios sabe que no digo esto con orgullo en mi corazón porque somos precisamente, Dios nos ha escogido no porque seamos los mejores, sino quizás porque somos los peores, como escogió a Israel de esa manera. No hay orgullo en eso sino yo le doy gloria a Dios que él pueda hacer con lo pequeñito cosas grandes. Y mientras lo pequeñito concibe más cosas grandes, más cosas grandes puede hacer para el Señor.
Entonces, yo creo que como Gedeón Dios nos llama a liberar a su pueblo. Hay otras Congregaciones que quizás Dios también está llamando. No somos la única pero Dios dice, León de Judá yo quiero que ustedes sean un león aquí en Boston, en Roxbury. Yo quiero que ustedes rujan en mi nombre y hagan cosas grandes. Conciban mi visión. Hay tanta opresión demoníaca en esta zona. Esta zona se ha liberado económicamente. Aquí hay condominios y estudios al lado de nuestro edificio que valen 300.000 dólares, 350.000 dólares, del tamaño de una cocina de algunas casas. Pero sabe que así también la opresión se ha hecho más fuerte las tinieblas en esta región: más secularismo, más humanismo, más rebeldía contra los dictados de Dios.
Esta iglesia es una fortaleza espiritual del Reino de Dios aquí metida, como esos fuertes que había en los lugares en el oeste de Estados Unidos, en medio de áreas nuevas que estaban conquistando, estaban allí puestos para hacer acto de presencia. Nosotros somos aquí una fortaleza en el sentido positivo de la palabra, del espíritu. Aquí y no estamos atrincherados, estamos conquistando más bien. No es que estamos mirando a través de hoyitos para ver cuándo viene el enemigo. No, no, tenemos las puertas abiertas porque hay poder de Dios en medio de nosotros.
Y hermanos, yo sigo insistiendo en que los mejores tiempos están delante de nosotros. El llamado de Dios se ha dado a esta Congregación. Si nosotros estamos edificando un santuario, no es porque al pastor Roberto Miranda se le antojó edificar un mausoleo a su pastorado. No se trata de eso. Se trata de que Dios puso una visión, como la puso en Gedeón para edificarle templo al Señor y declararle a esta región de la ciudad que no estamos retrocediendo sino que estamos avanzando. El Reino de Dios avanza. El Reino de Dios no retrocede.
Muchos han declarado a Nueva Inglaterra una tierra inhóspita para el Evangelio. Y nosotros le decimos, no, lo mejor está por delante. La cosecha de Dios está por delante de nosotros. Hay que preparar nuevos lugares para que la gloria de Dios sea levantada. Dios no nos llama a guardar vasijas sino que nos llama a encontrar vasijas, no pocas, para que el aceite de Dios pueda caber en ella y Dios pueda hacer lo que él quiere. No estamos aquí siendo conservadores, sino que estamos levantando nuevos lugares para que los que vienen puedan encontrar lugar.
Si usted mira alrededor ahora mismo hay unas cuantas sillas, tristes todavía aquí vacías. Lo demás está lleno. Allá arriba hay ciento y pico de niños ahora mismo recibiendo la palabra de Dios en el tercer piso. Y esta mañana el lugar estaba lleno también, afroamericanos, anglosajones, asiáticos, africanos, latinos adorando al Señor en nuestro ministerio en inglés.
Dios está haciendo cosas grandes y necesitamos más vasijas para que la unción de Dios pueda ser más amplia, más grande. Edificamos para el futuro, no para el presente. Edificamos para lo que Dios tiene por delante. Y Dios necesita Gedeones que conciban la visión de Dios y se lancen entonces a ejecutarla.
Gedeón concibió la visión de Dios y Dios le dio una forma muy rara de derrotar al enemigo. Le dio 300 hombres solamente, contra un ejército de cientos de miles de hombres. Y las armas y la estrategia que Dios usó, se la deparó Dios a Gedeón de una forma que no tenemos tiempo para explicarles, pero esa estrategia loca y rara y diferente, esparció al enemigo, lo confundió. Se lanzaron a pelear unos contra los otros. Hubo confusión en el campamento de Madián y de Amalek y hubo una gran derrota y el pánico cundió en el campamento enemigo y todo ese gran ejército se mandó a correr y Gedeón tenía un compromiso con Dios que era completar lo que Dios le había dicho.
Si él hubiera dejado que se escapara ese ejército, hubiera tenido graves problemas, porque ese ejército hubiera podido quizás consolidarse de nuevo, recuperarse y volver otra vez a atacar y a oprimir al pueblo de Dios. Gedeón quería terminar con lo que se había comprometido.
Si usted mira las historias, por ejemplo de la Segunda Guerra Mundial, y usted ve que hubo momentos en la Segunda guerra Mundial en que los aliados hubieran podido terminar, derrotar al enemigo en un momento clave, en una batalla clave, pero desgraciadamente retrocedieron antes de culminar lo que habían comenzado. Lo mismo pasaba con el enemigo alemán. Hubieran podido derrotar a los aliados en una batalla clave, pero por formas inexplicables y errores de estrategia se retiraron antes de consumar lo que habían comenzado. No usaron el momento para realizar la obra totalmente.
Y así nos pasa muchas veces a nosotros. Nos conformamos con victorias parciales y después nos echamos a descansar y echarnos fresco porque… no, pero Dios quiere que lleguemos a la meta.
Entonces Gedeón se lanzó detrás del enemigo porque él quería cortarle cualquier posibilidad de recuperación al enemigo. Cuando entramos en el Capítulo 8 en este momento que yo leo aquí, es ese momento en que los hombres de Gedeón, después de ya haber barrido con la parte inicial del enemigo, están detrás del enemigo, lo quieren destruir completamente. Porque el pueblo de Dios cuando comienza algo, tiene que terminarlo. Y entonces vemos aquí a Gedeón y sus hombres cansados pero persiguiendo. Han pasado todo el día peleando pero tienen que completar la batalla.
Hermanos, no hay que elaborar mucho las comparaciones. Nosotros estamos más o menos a la mitad, un poquito más de la mitad de nuestra campaña financiera. Dios nos ha bendecido grandemente, comenzamos en julio a edificar y vamos exactamente donde queremos estar con la construcción allá afuera, pero ustedes están en la batalla. Quizás algunos de ustedes están cansados pero siguen persiguiendo. Mi meta es decirles, hermanos, sigan persiguiendo. Si usted se comprometió delante del Señor, no diga, ah, eso fue un sueño vano, un compromiso, no me necesitan. Todas las cosas parece que van bien por allá. Quién sabe si al final nosotros daremos algo. Pero no, no, usted concibió algo en su corazón, renueve, refresque su compromiso delante del Señor. Y aunque la economía esté mala y su trabajo quizás le hayan quitado horas, como decía hermana marroquí.
Mire, Dios no conoce de poquitas horas o poquitas horas. Dios puede coger 5 panes y 2 peces que están oliendo mal porque estuvieron todo el día en el sol y bendecir a toda una Congregación con eso, sabe? Bendecir una ciudad con eso. Necesitamos un depósito. Dios siempre obra a través de los depósitos que nosotros ponemos en la tierra.
Cristo tomó 5 panes y 2 peces, los levantó al cielo, los bendijo y dio para comer toda la multitud y sobraron 12 cestas llenas. Y si nosotros no ponemos 5 panes y 2 peces Dios no hace su parte, hermanos, esa es la clave de la vida cristiana. Si no hay un Gedeón que diga, sí, Señor, yo lo voy a hacer. Si no hay hombres que sigan persiguiendo a pesar del cansancio no se logran las metas de Dios. Y tu eres parte de ese milagro, tu eres parte de los 300.
Pido que los músicos pasen por acá rápidamente. Tu eres parte de los 300. Nunca vivas tu vida por emociones. Tu sabes por qué no te bendice más? Saben ustedes hermanos por qué no hay más familias prosperadas? Por qué no hay más jóvenes en nuestra comunidad estudiando? Porque a veces no han visto una ética de esfuerzo, persistencia y disciplina sobre las emociones en sus familias. Lo que han visto es gente más bien que se han acomodado a las circunstancias, se han acomodado a su pasado, están simplemente haciendo lo mismo que sus generaciones antiguas hicieron. Si mis padres no estudiaron y mis abuelos, por qué yo voy a estudiar? Si ellos fueron obreros, yo también voy a ser un obrero. Nuestros niños ven ese mensaje y entonces se quedan cortos también.
Qué sería si en cada familia hubiera padres y madres que aunque estuvieran tristes o aunque estuviera nevando, lloviendo van a ir a la casa del Señor a ofrecerle su sacrificio. Y esos niños vieran a esos padres siendo firmes en sus compromisos. Qué sería si esos niños vieran a sus padres leyendo la palabra de Dios regularmente, o leyendo un buen libro regularmente, o viendo documentales que alimenten su cultura y su inteligencia, en vez de verlos viendo cosas tontas que para nada los edifica.
Hay veces que yo veo cosas tontas en la televisión y al final me siento como que me comí 20 galletitas con el estómago lleno y digo, aaajj! Si no yo hubiera comida eso, si hubiera comido algo saludable en vez. Así somos a veces. Pasamos 3 horas en el televisor y al final lo que nos queda es un gran dolor de estómago.
Qué sería si nosotros en vez de hacer eso edificáramos, leyéramos, nos disciplináramos y nuestros hijos vieran esa disciplina, esa cultura de disciplina sobre las emociones, sobre la mente, el cuerpo. Nuestros hijos serían como nosotros. Dios quiere bendecir a su pueblo, pero el pueblo de Dios tiene sobreponerse al cansancio. Dios quiere ese templo edificado, hermanos, yo estoy seguro de eso. Cuando Dios me habló en ese edificio, ese cuarto número 208 allá arriba, con este lugar completamente lleno de polvo y de escombros, todavía ni siquiera habíamos apenas comenzado la edificación de este santuario, y este edificio, y Dios me dijo, un día allá afuera en ese estacionamiento yo quiero que tu me construyas un edificio con el estacionamiento debajo, pilotes que sostengan el edificio y encima un santuario con un balcón y encima de eso otro piso más. Hace, tiene que ser como 10, 12, 13 años, hermanos. Y esa visión me ha perseguido y yo he querido realizar, imprimir esa visión de Dios. Y yo no lo quiero hacer solo, ni Dios quiere que yo lo haga solo, porque las cosas de Dios se hacen en comunidad.
Yo quiero que el honor sea un pedacito para cada uno de ustedes, cada familia, cada casa. Dios quiere que así sea. Dios nunca hace nada solo, siempre lo hace en equipo. Si ustedes leen ese Capítulo, el Capítulo 8, Gedeón tuvo que pedirle ayuda a la gente mientras iba persiguiendo porque necesitaban ayuda de otros que vinieran a completar la tarea. Dios siempre trabaja en comunidad. Tu eres parte de esa comunidad. Cansados pero persiguiendo. Estamos a mitad de camino, todavía nos resta camino por andar.
Yo quiero invitarles en esta tarde a que renueven la visión de Dios, como iglesia vamos a decir, Señor, queremos seguir hasta completar la meta, queremos pulverizar esa meta y excederla, entrar en el terreno de lo imprevisto, lo incómodo y explotar aún las visiones ambiciosas que concebimos al inicio para gloria de Dios.
Y un día cuando veamos ese santuario totalmente edificado, nos deleitaremos cada vez que caminemos a entrar en él y cuando nos sentemos en esas bancas y adoremos al Señor y suene la voz de la gran Congregación que Dios va a levantar, podemos decir, yo fui parte de este milagro. Dios me usó para imprimir la visión de Dios. Y qué bueno ser parte de los milagros de Dios.
Así que, pueblo de Dios, en esta tarde yo te invito refresca la visión de Dios. Ponte de pie ahora, pongámonos de pie todos y Padre, yo me comprometo a darte más inclusive de lo que concebí al inicio. Y yo pido que tu pueblo sea refrescado, Señor, que el darte a ti no sea motivo de sequía ni de angustia ni agonía, sino que sea un deleite, Padre, y que veamos que lo que te entregamos a ti, tu lo haces rebotar para bendición de nuestras vidas.
Pedimos un pueblo prosperado. Pedimos un pueblo escandalosamente bendecido. Pedimos un pueblo que provoque la envidia de los que no te conocen porque tu los hayas bendecido como bendeciste a tu pueblo, Israel, cuando fue fiel a tu llamado. Queremos una iglesia, Padre, ejemplar, una iglesia que anuncie con su vida la fidelidad del Dios al cual servimos. Renovamos nuestro compromiso en el nombre de Jesús.
Y yo quiero invitar a esos hermanos y hermanas que son nuevos a la Congregación, quizás tu has venido en este último año, meses, semanas, si tu no has tenido oportunidad todavía, si el espíritu de Dios no te ha motiva todavía y ahora sientes que te motiva a renovar o a por primera vez comprometerte, a mí me daría mucho gozo ver hermanos tomar uno de esos ladrillos. Quizás tu necesitas hablar con tu esposa, tu esposo, y decir, mira, por cuánto nos vamos a comprometer? Quiero que lo piense bien para que así tenga tiempo de darle más al Señor todavía.
Se supone que es un chiste, pueden reírse. Pero la idea es que al final del servicio ustedes puedan venir por aquí y entregarle al Señor un compromiso. Si usted no lo ha hecho antes, puede entonces la semana que viene decir, por tanto, pero hoy me encantaría que ustedes simplemente dijeran por fe, voy a poner mi nombre y entonces le voy a dejar saber a los hermanos por cuánto me comprometo. O sino hágalo ahora mismo en el nombre del Señor. Pídale a Dios, pregunte, porque Dios habla, pídale a Dios que le de claridad al respecto. No se vaya de aquí siendo uno de aquellos que todavía no se ha comprometido, porque los gedeones de Dios necesitan la ayuda de otros que se unan para perseguir al enemigo hasta pulverizarlo y terminar lo que se comenzó.
Así que yo pongo esa visión en sus manos y en sus corazones. Hacia el final del servicio le invito a pasar por acá, si no lo ha hecho todavía y si usted quiere renovar, ya habiendo dado, vamos a ver dentro de un momentito los nombres de muchas docenas de personas que ya han dado su compromiso totalmente. Yo espero que esto sea de inspiración para su vida.
Ese coro me encanta, Te daré lo mejor de mi vida. Así que, Omar, ven por acá y vamos a decirle al Señor, te daré lo mejor de mi vida. Amén. Y entonces vamos a escuchar una cosita más de parte de los hermanos de la campaña y entonces nos vamos a ir a nuestras casas bendecidos. Amén.
Cuantos creen que Dios quiere bendecir tu vida? Cuántos creen que Dios quiere que tu imprimas su mensajes aquí en la tierra? Amén. Gloria al nombre del Señor. Así que vamos a traer ante el Señor y su altar nuestras coronas, nuestra autoridad, nuestros recursos y tendérselos a sus pies, y él estará más que contento de ver a su pueblo comprometerse con él. Amén y amén.
Traemos hoy ante tu alta
Nuestras coronas
Queremos darte lo mejor de nuestras vidas
Te entregaré mi amor entero
Los sueños que logré alcanzar.
Te daré lo mejor de mi vida
Te daré lo mejor cada día
Será mucho más que una canción
La obediencia es mi mejor adoración
Te daré lo mejor de mi vida
Te daré lo mejor cada día
Será mucho más que una canción
La obediencia es mi mejor adoración
Mis hermanos en este mismo espíritu de que realmente creemos, creemos que las bendiciones, si fuera fácil, no fueran bendiciones y porque atesoramos lo que estamos escuchando, que sí estamos cansados de no ver las soluciones, sí estamos cansados de ver esas cuentas en rojo. Sí, estamos cansados de no ver esas puertas abiertas, sin embargo, más todavía vamos a perseguir, vamos a continuar y queremos tomar este momento para agradecerle a usted, hermano, hermana, que solo su vida, solo con su testimonio, usted puede dar fe de que esto es cierto. Y aquí hay docenas de personas que tal vez se les ha hecho difícil pero ya cumplieron con su promesa para la gloria del Señor. Y miremos este slide.
Te daré lo mejor de mi vida
Te daré lo mejor cada día
Será mucho más que una canción
La obediencia es mi mejor adoración
Te daré lo mejor de mi vida
Te daré lo mejor cada día
Será mucho más que una canción
La obediencia es mi mejor adoración
Te daré lo mejor de mí,
Te daré lo mejor de mí,
Te daré lo mejor de mí.
Te daré lo mejor.
¡Aleluya!
Oh Señor, nos comprometemos a darte siempre lo mejor sabiendo que tu siempre nos darás lo mejor. Te bendecimos, Padre. Gracias en el nombre de Jesús. Amén y amén. Tomen asiento, hermanos, al celebrar la santa cena que nos toca este último domingo de mes, hacemos recordatorios que a través de estos símbolos somos fortalecidos y yo le pido a los hermanos que no se me quiteen demasiado rápido. Si usted tiene que irse, váyase con toda la reverencia que usted pueda, porque tenemos todavía que darle respeto a la santa cena que tenemos aquí delante del Señor y queremos decir. Señor, gracias, porque tu diste lo mejor.
Dice la palabra que el que no escatimó ni aún a su Hijo, fíjense eso, Dios no escatimó a su Hijo, si el Señor le pidiera, dame tu hijo, dame tu hija, como le pidió a Abraham, usted le daría a su hijo? Hermanos, a decir la verdad, yo no estoy seguro. Yo espero que sí, me gustaría pensar que sí. Dios no lo pensó dos veces. Cuando llegó el momento de redimir a su criatura, usted y yo, Dios dijo, la única solución es dar a mi Hijo, y lo dio. Por eso dice la palabra, el que no escatimó ni aún a su propio Hijo como no nos dará juntamente con él también todas las demás cosas.
Así que al nosotros celebrar la santa cena, recordamos que Dios nos dio lo mejor. Cómo podemos nosotros no darle lo mejor a él? Y nuestro mejor, no se comparará jamás con lo mejor de Dios, recuerde eso siempre. Dele lo mejor a Dios y usted va a ver cómo su vida va a ser transformada. Dele al Señor la mejor ofrenda, dele al Señor lo mejor de sus días, energías, talentos, dones, emociones, dinero, propiedad, profesión. Dele lo mejor a él, la parte escogida, la mejor parte désela a él, las primicias.
Y llámeme mentiroso un día si usted no ve la bendición de Dios explotar en su tierra, en su vida. Yo no he conocido a nadie que le de lo mejor a Dios y que después venga diciendo ¿Saben qué? Me vendieron un producto mentiroso. Yo siempre he visto gente que cuando le da a Dios lo mejor son bendecidos. Sí, pasan por tribulaciones, dificultades, pero siempre salen victoriosos, más fuertes que nunca, habiendo desechado la piel de bebé y una piel ahora de guerrero. Así es que se alcanzan las grandes victorias del Señor. Gloria al nombre del Señor.
Así que vamos a recordar ese Dios.
Acción de Gracias
22 de noviembre del 2010 - Por Betsy Behan
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. Salmo 100:4
Cada nuevo día es una nueva oportunidad para celebrar con actitud de agradecimiento. Muchas veces esperamos un gran acontecimiento, una gran bendición para expresar nuestra gratitud. Cada día el Señor nos regala un lindo acontecimiento, ese es el ver la luz de “UN NUEVO DIA”
Entremos por sus puertas con Acción de Gracias, alabando al dador de la vida, de los días, esto nos ayudará a sacar mejor provecho a cada minuto, disfrutar con gozo y a plenitud las bendiciones adjuntas a El. Esta misma“Acción de Gratitud” nos reviste de fe y victoria para enfrentar las dificultades que se puedan presentar.
Un corazón agradecido es un corazón preparado para recibir más bendiciones. Cuando tenemos una actitud de gratitud le abrimos las puertas a más bendiciones, al favor, al amor. El no agradecer por lo que tenemos detiene lo que Dios tiene par darnos, que muchas veces es mayor a lo que ya nos regaló “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” Mateo 25:21. El Señor tiene buen sentido del humor y se ríe a carcajadas cuando le obedecemos, le servimos, le alabamos y también cuando vivimos una vida de “Acción de Gracias” la cual debemos renovar cada mañana.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con “Acción de Gracias” Filipenses 4:16
Señor Jesús, nos faltan las palabras para expresar cuan agradecidos estamos por tu obra en nuestras vidas. Con cada día nos brindas un nuevo comienzo, el cual viene acompañado de amor, bondad, misericordia, protección. Gracias de todo corazón Padre Celestial por lo bueno que eres, una vez más ¡GRACIAS! ¡Amén!
Cambiar los patrones de pensamiento
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Hechos, Capítulo 8. Vamos a continuar con el pasaje que comenzamos a discutir el domingo pasado. Había tantas cosas que se quedaron en el tintero que en realidad no puedo resistir la idea de quedarnos un poquito más de tiempo en ese Capítulo 8, que tiene tanto material bien importante para nuestra vida espiritual.
Miguel, por favor, nuestro caminar con el Señor, mucha enseñanza y muy positiva, muy importante que no podemos dejar pasar. A veces en el deseo de ir rápido perdemos la oportunidad de ser edificados por temas que son muy importantes para nuestro caminar cristiano y para conocer la palabra del Señor.
Yo espero que usted está tomando estas enseñanzas y la está meditando en su propio tiempo también, sobre todo para los nuevos creyentes que están apenas aprendiendo acerca de estos temas tan importantes y personajes, intervenciones. No hay un libro, yo creo, más importante en la Escritura que el libro de los Hechos, por muchas diferentes razones. Así que yo les animo a tomar bien en serio este tiempo de reflexión y continuar reflexionando en su propio tiempo allá en su casa acerca de estos pasajes y gravándolos en su corazón.
Vamos así rápidamente al Capítulo 8 de Hechos, versículo 18 al 25, y yo voy a hacer un brevísimo resumen para continuar entonces. Dice aquí que:
“…cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los Apóstoles se daba el Espíritu Santo les ofreció dinero…”
Ahora, déjeme ir un poquito hacia atrás, ya que quizás usted no estuvo la semana pasada o no recuerda quién es este Simón. Vaya conmigo al versículo 9 de ese mismo Capítulo, dice que cuando Felipe, el evangelista, va a Samaria, mucha gente se convierte y dice en el versículo 9 que:
“… había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad y había engañado a la gente de Samaria haciéndose pasar por algún grande, una gran persona, un gran personaje. A éste oían atentamente todos desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo “Este es el gran poder de Dios”, y le estaban atentos porque con sus artes mágicas, sus trucos, ponga allí, sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. Pero cuando creyeron a Felipe que anunciaba el Evangelio del Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres…”
Note aquí algo interesante, esta gente se bautizaba enseguida que se convertía. Es un reto para muchos de nosotros que a veces pensamos que a la gente hay que… y yo creo que es bueno, no me malentiendan, instruirlos y voy a hablar un poquito acerca de eso también, y que pase mucho tiempo a veces antes de que se bauticen, hay que ponerlos a través del fuego y del agua para ver si son verdaderamente cristianos y se han convertido verdaderamente.
Muchas veces uno ve en el libro de los Hechos que la gente se convertía e inmediatamente los metían en el agua. Ahora, yo creo que lo importante en ese caso, es la sinceridad de corazón, la convicción. Muchas veces en nuestro tiempo hay gente que pasa al frente y hacen profesión de fe y no entienden lo que están haciendo. Y es bueno que la gente tenga consciencia y convicción y entendimiento y discernimiento acerca de qué es lo que hacen cuando entregan su vida a Jesucristo.
Pero yo creo que si una persona es sincera, convencida, clara en su entrega al Señor, yo diría lo mismo que le dijo Felipe al eunuco, de quien hablaremos quizás un poquito más adelante. Bueno, el eunuco dijo, “Aquí hay agua, qué impide que me bautices? Amén, para adelante vamos. Mete mano,” en la traducción Roberto Miranda. Entonces vemos aquí que mucha gente se convertía y enseguida los bautizaban, por si acaso, no sabe lo que va a pasar.
Entonces se bautizaba mucha gente dice el versículo 13, “…. Que también creyó Simón mismo…”
Subraye la palabra ‘creyó’ porque yo voy a volver a eso.
“… también creyó Simón mismo. Y habiéndose bautizado estaba siempre con Felipe y viendo las señales y grandes milagros que se hacían estaba boquiabierto, estaba atónito…”
Entonces ahora vamos al 18 donde dice que: “… cuando vio Simón…” ─ recuerden lo que decíamos que los samaritanos se habían convertido pero todavía no habían recibido el bautismo del Espíritu Santo y vino una comisión de los Apóstoles en Jerusalén, Pedro y Juan, el dúo dinámico, vinieron a orar por estos nuevos creyentes.
De paso, una pregunta aquí a los que estamos oyendo diferentes… fíjense que interesante que estos creyentes y el evangelista, y quizás otros cristianos que habían salido de la persecución de Jerusalén, que estaban en Samaria, esperaron a que vinieran los Apóstoles para imponer manos sobre los samaritanos.
Bueno, primero subrayamos el hecho de que según los discípulos y los Apóstoles no era suficiente simplemente que esta gente se convirtiera a Jesucristo, sino que ellos sabían que esta gente necesitaba como un sello, un imprimatur directamente de Dios, que era ese bautismo del Espíritu Santo.
Y de nuevo, como iglesia pentecostal, carismática que nosotros somos, nosotros creemos también, como decía el domingo pasado, que el creyente además de tener a Cristo en su corazón, necesita como esa activación de la presencia del Espíritu Santo en su vida. No hay palabra quizás que pueda expresar lo que es el bautismo del Espíritu Santo, sin hacerla problemática.
Pero las complejidades no las vamos a discutir ahora mismo, es importante que nosotros entendamos que como creyentes en la Escritura y el modelo escriturado es que esa experiencia, así como creemos que el bautismo en agua es una experiencia secundaria a la conversión, no salva, pero es importante, así también creemos que el bautismo del Espíritu Santo es una dotación de poder, de capacidad para servicio, para santidad, para activación de los dones de Dios en la vida del creyente, para vivir una vida verdaderamente sobrenatural. Y eso requiere una transacción, por así decirlo, de fe en la vida de ese hijo o hija de Dios.
Y yo animo al pueblo de Dios a buscar esa experiencia. Nosotros tratamos de facilitarla en muchas maneras aquí como Congregación, pero no tiene que ser necesariamente solamente que alguien venga y le imponga manos, hay muchas formas diferentes. No tiene que ser en un servicio formal de domingo, donde usted puede recibir y tener ese encuentro con Dios.
Una de las cosas que vemos en el libro de los Hechos es que hay una diversidad de experiencias.
Pedro ni siquiera había terminado los tres puntos y el poema de su sermón cuando cayó el Espíritu Santo y bautizó a él y a su familia. Así que Dios es soberanos y nosotros tenemos que abrirnos en esa manera. Pero sí es importante buscar eso.
Ahora, he hablado tanto que ya hasta se me olvidó qué es lo que iba a decir al respecto. Pero, lo importante es que Simón está allí entre ese grupo de personas, Simón cree…
Ah, sí, lo que iba a decir ya ahora me acordé. No me digan que es porque tengo 55 años porque a ustedes les pasa también… lo que quería resaltar es el hecho de que Simón recibe, cree en el Señor Jesucristo, es bautizado y sin embargo todavía hay una experiencia adicional en su vida que tiene que darse también. Hay un cambio en su vida, hay una transacción también que tiene que darse en su vida que es muy interesante. Así como esos discípulos tienen que recibir el bautismo del Espíritu Santo, Simón también tiene que experimentar, yo diría, no una segunda conversión, sino una transformación de su ser interior.
Vamos a ver por qué. Y esto es algo que nosotros también tenemos que buscar, así como buscamos el bautismo del Espíritu Santo en nuestra vida, nosotros también cuando entramos a los caminos del Señor, yo creo que eso es simplemente el comienzo de una larga jornada de experiencias. Y si nosotros nos quedamos solamente en eso de que… inclusive me convertí, recibí el bautismo del Espíritu Santo, ya todo está bien y nos quedamos allí, corremos el riesgo de estancarnos y perder la oportunidad de ir mucho más lejos como Dios quiere que vayamos.
Porque qué pasa? Mire aquí, que interesante, por eso es que yo no podía dejar este pasaje así por alto. Dice que:
“… cuando Simón vio que por la imposición de las manos de los Apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero…”
De paso, hay una palabra, por ejemplo en inglés simony, y en español es simonía, si no me equivoco, viene de este hombre, de Simón, y es la idea de sacar lucro, sacar provecho del Evangelio, usar el Evangelio para hacer dinero y para sacar dinero.
Entonces, Simón ve lo que está pasando, ve se le está imponiendo mano a los samaritanos. Ahora, es interesante esto también aquí, fíjense por qué Simón sabe que esto es algo milagroso? Algo pasaba, había alguna manifestación. Porque si hubiera sido simplemente que imponen manos, y se van ya para su casa como una forma ritual de hacer las cosas. Pero evidentemente algo pasaba en estos samaritanos. No decía exactamente que hablaban en lenguas, pero quizás había lágrimas, quizás había una infusión emocional del espíritu, quizás profetizaban y daban gloria a Dios. Pero había algo que este hombre veía que sucedía cuando los Apóstoles imponían manos sobre ellos.
Ahora, otra cosa que tenemos que ver aquí, es esto también, piense también en cómo se va desarrollando la identidad institucional de la iglesia en este tiempo. Que ese es uno de los temas del libro de los Hechos también. Vemos como que la iglesia es como mirar el cerebro de un bebé que va creciendo y haciéndose más complejo, con el paso de los Capítulos de este libro.
Yo creo que estamos viendo como la formación de la identidad teológica, institucional de la iglesia. Estos son pasajes preciosos porque evidentemente estos Apóstoles están imponiendo manos sobre esta gente. Ahora, yo creo que no necesariamente tenían que ser Apóstoles los que imponían manos. En el caso de Saulo, veremos más adelante, que Ananías, un simple creyente es enviado por Dios para imponer manos y yo creo que ahí comenzamos a ver el desarrollo de esta idea. Quizás estos creyentes pensaban que tenían que ser los Apóstoles, como pasa muchas veces ¿no?, solamente el pastor puede orar por los enfermos, solamente los ungidos, los que tienen un puesto misionero en la iglesia, que tienen un carné de misioneros pueden orar por los enfermos o las personas que están deprimidas y visitar a la gente en el hospital.
Hoy en día, nosotros sabemos que hay tal cosa como el sacerdocio de todo creyente, donde usted tiene toda la autoridad del Espíritu Santo en su vida. Usted también puede orar pero en este caso los Apóstoles oraban por esta gente y algo sucedía evidentemente. Simón se había convertido, había creído y cuando ve que esto sucede, quiere ofrecerle dinero para que le den el mismo poder que ellos tienen.
Dice, “… dadme también a mí este poder para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo, “tu dinero perezca contigo porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero”…”
Este Pedro no era fácil. Yo no sé cuántos de nosotros nos atreveríamos a reaccionar así de una manera tan vivaz. Una de las cosas también acerca del libro de los Hechos que a mí siempre me impacta es ese tono de seriedad que a veces tienen las cosas en el Evangelio.
Hoy en día en nuestra cultura hemos adoptado, yo entiendo bien, un tono como más relacional y cada día ves más y más en el mundo evangélico, en América, se habla de esta imagen simpática de la iglesia que tenemos que presentar para ganarnos a la gente. Y a veces eso llega hasta el punto de que sacrificamos puntos importantes de la enseñanza y la doctrina de la iglesia para no escandalizar a las personas cuando vienen a la iglesia. Quitamos la cruz del frente de la iglesia porque mucha gente se ofende por la cruz. Quitamos el nombre denominacional o nombres raros.
Yo recuerdo cuán difícil fue el nombre de León de Judá cuando Dios puso en mi corazón, porque claro, choca. León de Judá, qué es eso? Es un zoológico o qué? Y a veces dicen León de Judas, y Judas Iscariote o cuál Judas? Entonces, pero Dios puso eso en mi corazón. La verdad es que la Biblia tiene muchas cosas que son raras, con contracultura, son diferentes y si nosotros comenzamos a sanitizar o hacer una higiene cultural de los distintivos del Evangelio, óigame, nos quedaremos como Hare Krishna o yo no sé qué, pero perderemos…
Yo creo que hay un punto en que uno tiene que decir, no, esto es… que vengan ellos hacia nosotros, no nosotros hacia ellos. Que se conviertan ellos a ti y no tu a ellos. Ve? No es que vamos a hacer tampoco el Evangelio misterioso simplemente para hacer la vida difícil a la gente, para que entren. No. pero yo creo que también tenemos que tener en cuenta que en el Evangelio a veces hay que ser claro en las cosas. Yo he visto que cuando el Espíritu Santo remueve, hermanos, y cuando una persona tiene esa llenura del Espíritu Santo no le interesa necesariamente ser simpático. Es bueno ser simpático, claro que sí, pero a veces las cosas de Dios son asuntos de vida o muerte y hay que ser claros, y a veces hay confrontación que es necesaria.
Ahora, no le digo eso para una licencia para sea sangrigordo con la gente, yo sé que muchos dicen, ah, amén, yo sabía que yo tenía razón. Tampoco, no? pero hay veces que uno tiene que aclararle a la gente ciertas cosas. El Evangelio es santidad y la gente no puede hacer simplemente lo que le da la gana. El Evangelio es serio.
Mucha gente entra al Evangelio, por eso es que Simón me fascinó, y yo dije, guau, sería una gran injusticia si yo no hablara de este personaje. Yo lo encuentro fascinante. Simón es uno de los personajes más complejos y yo creo que nos dice muchas cosas acerca de la trayectoria del creyente en el Evangelio.
Entonces, Pedro lo confronta. Yo veo aquí como una confrontación de culturas y de mentalidades. Le voy a decir por qué en este caso. Y Pedro dice, el rayo te parta:
“…que tu crees que yo voy a dar por dinero, voy a dar los dones de Dios que se pueden comprar por dinero? No tienes tu parte ni suerte en este asunto porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete pues, de esta, tu maldad, y ruega a Dios y quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás…”
Yo creo que este hombre ya estaba tirado en el piso temblando y tenía un ataque al corazón casi.
“… Respondiendo entonces, Simón, el mago, dijo, Rogad vosotros por mí al Señor para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí…”
Que linda es la humildad. Bajó la guardia. Hombre sabio, si no era humilde por lo menos era sabio.
“… Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el Evangelio…”
Qué es lo que yo veo aquí, hermanos? De nuevo, fíjense por qué Simón para mí es importante? Porque yo veo aquí la necesidad de discipular a la gente, cuando entra a los caminos del Señor. La necesidad de mostrarles que las cosas en el Reino de Dios no se hacen como se hacen en el mundo de donde vienen. Cuando una persona cree en Cristo Jesús como Señor y salvador y acepta a Jesús, yo creo que inmediatamente, o antes inclusive, se da un choque de poderes, un choque de mentalidades, un choque de culturas, un choque de paradigmas o modelos de pensamiento. El mundo ve las cosas de una manera muy diferente a como las ve el Reino de Dios.
Por eso es que la Biblia habla de que “no os conforméis a esta cultura sino transformaos por medio de la renovación de vuestra mente, de vuestro entendimiento…”
Metanoia, cambio de mente, cambio de manera de pensar. Cuando una persona pasa por la cortina invisible del Evangelio y recibe a Cristo como Señor y salvador, debe entender inmediatamente que está entrando a un universo totalmente diferente al universo que ocupaba antes. Hay cosas que antes a esa persona le parecían justas y no son necesariamente justas para Dios. Hay cosas que a esa persona le parecían éticas y ahora tendrá que verlas de una manera diferente. Hay libertades que esa persona se permitía que ahora no se puede permitir. Hay razonamientos que antes esta persona participaba en ellos y ahora tiene que cambiar. Tiene que tomar una cantidad de cosas, herramientas, recursos, formas de pensar y de computar la vida y ahora cuando pasa por ese atrio del Evangelio hay una cantidad… se inicia una carrera de transformación en su vida, cambio de mente, cambio de formas de pensar y de ver la vida.
Y desgraciadamente yo creo que la iglesia de Jesucristo no hace el trabajo que debiera hacer para hacer a cada persona que entra al Evangelio consciente de eso. Y yo creo que más que nunca en este tiempo de la historia en que el mundo se ha secularizado tanto, en que la razón humana ha tomado tanto control de la cultura y del ser humano, más que nunca el Evangelio hoy en día es contra cultura, el Evangelio es escandaloso, para usar una palabra bíblica, es el escándalo de la cruz de Jesucristo.
Y como en los tiempos, yo diría, de los griegos y los romanos en que también era una cultura pagana y tremendamente racional y humanista, hoy en día también, la gente va a entrar al Evangelio con una mente dañada, una mente corrupta, una mente torcida como habla el Apóstol Pablo en el libro de los Romanos, creo que es el Capítulo 2, como ellos no tomaron en cuenta Dios para darle la gloria que él se merecía, y lo convirtieron en objeto de adoración idólatra, cambiando su forma, en forma de animales y reptiles, y se involucraron en prácticas inmundas y aborrecibles para Dios, dice que Dios los entregó a una mente reprobada. Eso quiere decir, una mente fallida, una mente dañada, para hacer cosas que no convienen.
La mente del hombre sin Dios, la mente del hombre secular, la mente del hombre que no ha sido tocado por la presencia del Espíritu Santo, es una mente que es como una computadora que tiene un virus. Una computadora puede tener un virus y todavía hacer varias cosas bien hechas, el problema está en que ustedes no saben cuándo le va a salir como un garabato, una cantidad de cosas raras. Usted no se puede confiar a ella. Hace cosas muy buenas, pero también hace cosas terribles y usted no se puede confiar.
Y asimismo pasa con el hombre moderno, sin Dios, el hombre puede enviar gente a la luna, puede enviar gente a las profundidades del mar, puede explorar la naturaleza minúscula de la materia, pero también puede decidir cosas terribles, como matar millones de vidas en el vientre de una mujer porque ese es su territorio y ella tiene derecho a hacer lo que ella quiere porque ese es su solar, su patio, y por lo tanto puede hacer…. Razonamiento fallido.
Entonces, ese razonamiento fallido lleva a esa persona que dice, yo me puede deshacer de esa vida sin ningún tipo de recriminación de mi consciencia, pero pelear por un delfín que se muere allá en una playa o una ballena y gastar 10 millones de dólares para salvar esa ballena, porque hay que salvar las ballenas.
Entonces, es una mente reprobada, una mente fallida, una mente que computa en una forma rara y confusa. Entonces, cuando esa persona viene al Evangelio hay que comenzar a vestir y desvestir, hay que comenzar a elaborar una nueva forma de ver la vida. Y ese eres tu y soy yo porque aún cuando tu digas, bueno, yo nunca he sido un científico, un secular, un racionalista, un humanista, un comunista, nada de esas cosas, uno de izquierda, pero hay otras cosas en tu vida, hay sensualidad, hay egoísmo en todos nosotros, hay diferentes cosas, formas malas de tratar a la gente, manipulación, materialismo, amor al dinero, cantidad de cosas, rebeldía contra Dios, rencores que tenemos, hambre de poder y de dominio, rencor, una cantidad de cosas que nosotros tenemos, que traemos ese bagaje al mundo puro del Evangelio y Dios dice, ¿Saben qué? Puede pasar a mi reino, pero ahora se tiene que iniciar un proceso de transformación en tu vida. Cambio en tu vida, y tu y yo vamos a caminar este camino juntos y te va a tomar toda la vida pero yo voy a ir cambiando tu mente y voy a meter mis dedos, por así decirlo, vez tras vez en tu cerebro lleno de telarañas y las voy a sacar una a una hasta que yo te deje con la mente de mi Hijo Jesucristo.
En efecto, porque dice la Biblia, que tenemos la mente de Cristo, pero la tenemos yo creo que como una declaración de Dios, pero entonces nosotros tenemos que hacer esa mente de Cristo real y efectiva en nuestras vidas, aprender a pensar como Cristo, aprender a sentir como Cristo, aprender a aborrecer lo que Cristo aborrece, y a amar lo que Cristo ama, hablar como Cristo habla, tratar a la gente como Cristo la trata, sacrificarnos por los demás como Cristo se sacrificó por los demás.
Hay un cambio de mente. Ahora, usted dice, de dónde saca el pastor Miranda todo eso? Simón, el mago. A Simón, el mago, se le ha hecho una injusticia muy grande y es decir que él no se convirtió verdaderamente. De hecho, hay leyendas en los textos antiguos de que Simón, el mago, creó toda una religión falsa después de allí y que se opuso a los Apóstoles. Nada de eso tiene base bíblica ni aparentemente base en la historia, pero algunos creyentes creyeron como necesario crear todo esto. Porque la verdad es que es un mago, imagínense, solamente por eso era un ser un poco siniestro, no? Y es difícil creer que este hombre y por lo que su comportamiento, qué hace uno? No, este hombre, evidentemente no era un creyente, era un farsante, lo que quería era sacar dinero.
Y yo insisto, hermanos, es que por eso es que la iglesia de Jesucristo tiene que cambiar sus patrones de pensamiento también, hasta cierto punto, porque también tenemos interesantemente patrones mundanos de lo que es la santidad y la conversión, etc. Nosotros decimos que si una persona se convierte pues, hay gente que cree que bueno, ya, es un dechado de virtudes, ya debe hacer ciertas cosas, pensar en cierta manera, etc.
Yo creo que al pobre Simón se le ha hecho una injusticia, porque evidentemente el problema con Simón era que se convirtió, porque mire dice allí:
“…. Creyó, también creyó Simón mismo…”
La Biblia no matiza eso, él creyó también con lo demás que creyeron. Él creyó. Se bautizó, estaba atónito ante las cosas que se veían, pero cuál era el problema de Simón? El problema de Simón es que no se había dado un proceso de conversión interna, transformación de su mente, y desgraciadamente yo no veo en ninguna parte que a él lo tomaran y le dieran los 4 cursos de discipulado de León de Judá. Entonces, qué pasa? Este hombre se convierte, se mete de una vez… porque mire, lo que pasa es que Simón cree en Jesucristo pero su forma de pensar sigue siendo la misma de un empresario, un entrepeneur, un showman, un manipulador que está acostumbrado a salirse con la suya. Qué hace él? Cuando se convierte, dónde está el poder? Con los Apóstoles. Y qué hace un empresario y una agente diestra y sabia en el manejo de la gente? Métete con los que están en el poder. Entonces, él se pega a los Apóstoles, va con ellos dondequiera, él quiere estar donde se está moviendo la cosa, no? y está tratando de aprender. Por qué? Porque un mago dice, siempre hay un truco. Algo tiene que estar haciendo esta gente, le están metiendo una pastilla sin que se den cuenta, una inyección o lo que sea, pero algo está pasando aquí. él está computando la experiencia cristiana desde su forma de pensar. Él ha pasado toda una vida engañando a la gente, diseñando trucos tras bastidores. Él cree que todo se resuelve con dinero, está acostumbrado a ejercer influencia.
Entonces, claro, cuando él ve que está pasando esto, él está pensando como un mago, como una persona que hace trucos, como una persona que cree que todo se compra con dinero. Quizás él le compró algunos trucos a otros magos para que se los enseñaran a él y él entonces continuar con su repertorio. Entonces, él naturalmente yo podría decir casi como que “inocentemente”, ponga una comillas alrededor de esa palabra, va donde Pedro y le dice, hey, yo te puedo pagar para que me enseñes como se hace eso. Y se lo preguntó a la persona equivocada. Pedro le ladra y le dice, vete al infierno, cómo te atreves tu a pensar que las cosas de Dios se compran con dinero. Usted ve?
Entonces, el problema yo diría que no era Simón, yo creo que Simón creyó, pero necesitaba un cambio de mente, cambio de cultura. Pero yo creo que el pobre Simón hubiera necesitado alguien que le dijera, mira, eso no es así, vete al curso número 1 de León de Judá de discipulado para que te enseñen acerca de cómo es que se manejan las cosas en el Reino de Dios. No es por dinero, es por humildad, es por soberanía de Dios, es por pedirle al Señor, es por servir a otros, etc., etc. Es por amor. No es por la materia. El mundo lo hace así pero en el Evangelio no se hace de esa manera.
Entonces, mi punto es, hermanos, que la iglesia de Jesucristo cuando una persona se convierte y usted, si ha entrado recientemente a los caminos del Señor, yo le animo, le insto a que busque cómo conocer mejor la palabra de Dios, conocer más, cómo se hacen las cosas en el Reino de Dios. No se quede solamente viniendo a la iglesia, persignándose y yéndose a su casa. Ok, el pastor hizo lo que tenía que hacer, ya canté y ya di una moneda ahí en el cesto y ya me voy para mi casa. No, el Evangelio es terriblemente cuerpo a cuerpo, lucha interna, es sacrificio, es Dios, te toma su espada y te corta en veinte mil pedazos y te hace otra vez. Te mete por el trapiche como un pedazo de caña, te muele, y entonces te vuelve a rehacer. Eres una vasija de barro que Dios no le gusta cómo está, y la deshace como el alfarero o el barro y lo vuelve a formar como él quiere.
El Evangelio es tremendamente dinámico, mis hermanos. Yo creo que cuando un hombre o una mujer de Dios entiende eso, su vida cambia completamente. Porque la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a pensar que el Evangelio es simplemente esto, sentarse, venir a la iglesia, sentarnos allí los domingos, escuchar, dar diezmo. Todo es externo, artificial, religioso, pero cuando usted se le prende la bombilla y usted entiende que mire, cuando usted entra al Evangelio usted entra a la zona más peligrosa del universo. Dios lo va a tomar y posiblemente lo mate y lo vuelva a rehacer, sabe? Dios es siniestro. Y nosotros tenemos que estar dispuestos a entrar en esa zona riesgosa de la vida cristiana.
Si usted no está sufriendo y sangrando en el Evangelio, usted está en el lugar equivocado, sabe? Porque el Evangelio es tremendamente cuerpo a cuerpo, lucha de Dios con el hombre, la mujer para formarla, trabajarla, quitar todo lo que no es de Dios y dejar lo que es de él, lo que es de su reino.
Tu tienes que venir al Evangelio pensando, Señor, soy un niño torpe, tonto, y necesito que tu ahora me enseñes cómo hacer las cosas, porque mucha gente viene al Evangelio y enseguida quieren meterse, que los pongan a hacer algo, a dirigir, a cantar, son astutos. Unos los ve, los ojos le saltan, quieren cambiar, quieren cambiar las cosas, que se hagan las cosas como ellos quieren, meterse de una vez. Eso no es así. El Evangelio es muy diferente, es un proceso muy, muy diferente. Y hay cambios que tienen que darse en tu vida, en tu matrimonio, tu vida emocional, tus heridas del pasado, tus deformaciones del pasado, tus apetitos, tus ataduras, tus depresiones y ansiedades y afanes y obsesiones, resentimientos, cosas.
Tu mente es un enjambre de maldad. No te quiero deprimir, pero esa es la… gloria a Dios porque eso es simplemente un diagnóstico e inmediatamente Dios te dice, pero ¿Saben qué? Hay una cura para ti. Hay esperanza para ti.
Yo creo que nosotros debemos entender eso. Yo creo que no hay una posición más bella para un ser humano que reconocer, yo necesito que Dios me cambie y me transforme, porque ese es el momento que Dios está esperando para venir con todos sus recursos y comenzar a trabajar en tu vida y transformarte y llevarte a donde él te quiere llevar. Pero tu tienes que entender eso, que en el Evangelio no se puede vivir como se vive en el mundo.
Y quizás tu tengas 30 en el Evangelio y quizás hoy necesites escuchar, yo tengo que rendirle al Señor. Cambamos ‘Have your way in me’ ‘Haz lo que quieras de mí’. Y eso es real, cuando venimos tenemos que firmarle una nota en blanco al Señor y Dios va a decir, ¿Saben qué? No me gusta esa forma de tu ser. No me gusta esto, no me gusta lo otro, y Dios va a forjar todo un plan de tratamiento exclusivamente para ti. Te va a pasar a través de experiencias dolorosas. Te va a llevar donde tu no quieras ir, como le dijo el Señor Jesucristo a Pedro.
“Pedro, Pedro, cuando tu eras joven te vestías y te ceñías como tu querías, pero cuando seas viejo, te vestirá otro y te llevará por donde tu no quieres ir.”
Yo creo que esa es una imagen perfecta de lo que es la vida del discipulado, la vida de la formación cristiana. Es un proceso donde Dios te da cosas que tu no quieres y no te da cosas que tu quieres. Te lleva a lugares que te lleva pataleando yu protestando, y te sacas de otros donde tu darías la vida por quedarte un poco más, literalmente. Donde Dios se constituye en el soberano de tu vida, en el cirujano mental, emocional, espiritual que entra a cualquier región de tu ser que a él le de la gana y hace cosas allí que solo él sabe por qué las hace.
Y cuando entramos al Evangelio tenemos que entender eso, porque sino nos quedamos como Simón. La iglesia de Jesucristo está llena, inclusive de ministros y ministerios que dejan a la gente en la simonía, inclusive con el dinero, el poder, la manipulación, el control. Todas estas cosas, que son cosas del mundo, las hemos importado a la iglesia, y hay cantidad de gente que van a la iglesia para que Dios los bendiga, para tener un carro mejor, más nuevo, una casa mayor, una esposa bonita, o lo que sea, y porque le han dicho que ahí se hace eso. Brujería! Vienen a la iglesia a santería y brujería. La iglesia se ha convertido en un lugar de brujería, de magia y de santería, donde si la gente le da dinero a Dios, mete una palanca, como en uno de esos casinos, y le salen 4 limones y entonces sale una cantidad de dinero y se los puede llevar para su casa. Y nosotros participamos en esa magia, hermanos, cuando a la gente hay que decirles, no, ven a Cristo y quizás vas a perder tu casa, y tu salud y tu carro y entonces vas a ser salvo y vas a descubrir la vida eterna, y vas a ser feliz verdaderamente.
Es diferente la forma de ver las cosas, hermanos, muy diferente. Y la iglesia tiene que ayudar a la gente a entender eso. El Reino de Dios no es como el reino del mundo. Y no hay lugar más hermoso para un hijo, una hija de Dios que cuando nos sometemos a la mesa de operaciones de Dios. Bajamos la guardia y las manos, y decimos, ok, Señor, haz lo que quieras. Imponte sobre mi vida. Y el resto de mis días yo los viviré dejando que tu entres y salgas cuando a ti te de la gana. Tu eres el ingeniero de mi vida. Tu eres el divino arquitecto, tu eres el soberano. Y yo creo que lo que tu haces por definición es bueno, aunque a mí no me parezca que así sea.
Yo quiero creer que Simón se arrepintió y que llegó a ser un gran evangelista y quizás un maestro. Porque con esas dotes de mago que él tenía, hubiera sido un gran evangelista yo creo, sabe? Yo persisto en creer que Simón fue salvo, cogió su lección, no nos dicen qué pasó. Yo quiero ser optimista. Yo creo que hubo un sano arrepentimiento allí, de momento se dio cuenta, esto es diferente.
Ve? Lo que pasa, hermanos, es que nosotros estamos acostumbrados a un Evangelio estático. Ok, esto que él hizo es escandaloso. Pablo lo reprendió, eso quiere decir que no sirve este hombre, vamos a desecharlo. No. tenemos que ver el Evangelio de una manera… en el Evangelio la gente, mientras Dios los está tratando hacen cosas horrorosas, hacemos cosas horrorosas y escandalosas. El Evangelio es dinámico, el Evangelio es proceso.
En el caso de Ananías y Safira, yo personalmente, personalmente, creo que Ananías y Safira fueron salvos. Dios cuando los mató, no los condenó sino que los disciplinó. Tremenda disciplina, los mató, pero una disciplina de Dios. Porque yo creo que en el Evangelio las cosas no son negras o blancas, son grises a veces. Hay complejidades que nosotros no entendemos y una persona puede ser salva y amar a Dios terriblemente y también cometer graves errores en lo que Dios va discipulándolo y preparando. Mire a Pedro, mire a David, mire a Pablo, mire a los grandes héroes de la fe.
Entonces, tenemos que entender que entramos a un mundo dinámico, explosivo, substancias que se crean y se destruyen, emergen nuevas y diferentes. Esa es tu vida. Dios está trabajando contigo. Tu eres Simón, el mago. Yo soy Simón, el mago. Y estamos aprendiendo, cometeremos graves errores en el camino, pero tendremos un Dios misericordioso que nos dirá, no te preocupes, todavía estás en formación. Sigue adelante, yo estoy contigo hasta que Cristo sea formado en ti, hasta la imagen de Jesús sea actualizada en tu vida.
Bienvenido al taller de Dios. Gloria al nombre de Jesús. Vamos a bajar la cabeza un momentito, hermanos, y queremos aprovechar este momento para dar oportunidad a cualquier persona que esté aquí en este día, si tu nos estás visitando esta mañana y tu sientes el toque de Dios en tu vida a través de la música que se ha tocado, los coros que hemos cantado, la palabra que ha sido anunciada, o simplemente la dulce presencia de Dios y del Espíritu Santo en tu corazón mientras has estado en este lugar santo, dedicado a la adoración y la alabanza al Señor, y tu sientes que tu quieres iniciar ese mismo camino que inició Simón de descubrimiento de cosas nuevas y diferentes, y te quieres confiar a ese Dios misericordioso y de gracia, que dice, ¿Sabes qué? Ven conmigo y vamos a trabajar juntos. Yo te voy a tomar de la mano y te voy a llevar a través de un proceso y no hay fracaso posible, porque yo no te voy a dejar fracasar.
Así que si tu sientes un llamado de Dios en esta mañana a poner tu mano en la mano de Jesús, yo te invito a considerar eso y si Dios ha tocado tu vida y quieres levantar tu mano ahora mismo donde tu estás, yo quisiera orar por ti y decirte bienvenido al taller de Dios, bienvenido a la compañía de gente en formación, santos que estamos en el proceso de ser conformados a la imagen de Cristo Jesús.
Hay dos manos que se levantan allí. Alguien `más que quiera poner su mano en la mano del misericordioso discipulador que es Cristo Jesús. Otra mano allí se levanta. Alguien más? Es hermoso entrar en esa zona mágica del Evangelio. Dios te bendiga, aquí a mi izquierda también. Es una zona donde no hay pérdida, sabe? Es una zona como digo, peligrosa pero es una zona también de caballeros andantes y de dragones que vencemos con el poder la espada mágica de Dios. No hay fracaso en el Reino de Dios si nos mantenemos pegados al Señor.
Y yo te invito, quiero invitarte a que no pierdas esa oportunidad. Quiero invitarles a pasar por aquí. Podría usted pasar un momentito, y alguien acompañar a esos hermanos? Alguien que acompañe a mis hermanos y hermanas, y venga, queremos orar por usted en esta mañana, y entregarle a las misericordias de Dios, un Dios amante y amable. Gracias a Dios que Dios es más misericordioso que Pedro, sabe? Dios te ama y tiene propósitos buenos para tu vida y él no se va a escandalizar si tu de vez en cuando cometes un error, pecas contra él. Él te va a decir, ok, vamos a comenzar de nuevo, vamos a poner el disco otra vez desde el principio y vamos a seguir adelante. Dios te llama. Dios te está llamando y tu has dicho sí, y el Señor dice, si yo toco a la puerta y tu abres la puerta, yo voy a entrar, dice el Señor, no es quizás entre posiblemente. No, dice, yo entraré.
Si tu le has abierto tu puerta al Señor de tu vida, el Señor ahora mismo, créelo ya está dentro de ti, se está sentando en el trono de tu vida y ya está comenzando a tirar líneas eléctricas por todas las partes de tu ser y él va a enviar mensajes e impulsos transformadores a tu cerebro, a tu corazón, a tu cuerpo, a tus emociones, a todas las partes de tu ser. Él va a comenzar a transformar y re calibrar tu vida, porque eso es lo que él hace. Él se especializa en eso.
Y no entres al Evangelio simplemente para calentar una banca, entra al Evangelio para que Dios te transforme, te cambie y te haga nueva o nuevo, una criatura que brille como los ángeles brillan. Así que dile sí al Señor, dile sí, Señor. Entra a mi vida. Tu eres mi Señor y mi rey, mi dueño, tu controlarás mi vida. Yo te doy permiso. Haz como tu quieras de mi vida. Tu eres mi Dios, mi salvador, mis pecados perdonados por ti en la cruz del calvario.
Gracias por ser mi Dios y mi Señor. Te recibo y me entrego a ti en esta mañana, Señor Jesús. ¡Aleluya! Te bendigo. Padre, bendigo a mis hermanos y hermanas en el nombre de Jesús en esta mañana. Declaro sobre ellos gracia sobre gracia. Son preciosos delante de ti, cada uno de ellos, Señor. Son príncipes y princesas que valen la sangre del Hijo de Dios, y yo los bendigo en el nombre de Jesús y con tu espada, Señor, corto los amarres del diablo sobre sus vidas.
Satanás, te informamos, estas criaturas pertenecen al Cristo que las compró con su sangre. Y toda acusación queda neutralizada, todo cargo queda despedido de sus vidas y declaramos, Señor, nuevo territorio que se abre delante de ellos, aventuras que van a vivir contigo, Padre, bendiciones que van a experimentar en este camino nuevo y fascinante, que es el camino del Evangelio. Cambia sus mentes, Señor, cambia sus corazones, Padre. Lo sellamos y los atamos a tu misericordia y a tu fidelidad, Padre, y decimos que nada los arrebatará de tu mano, Señor, porque ellos serán más que vencedores en Cristo Jesús. Bendecimos sus vidas. Gracias, Padre, gracias, gracias, Señor, gracias porque lo has hecho conmigo, gracias porque lo harás con muchos más y gracias porque esto es real, Señor, es real. Bendecimos sus vidas y declaramos la unción de tu espíritu sobre ellos.
Recuerden, hermanos, ustedes entran ahora a una aventura con el Espíritu Santo también. Yo quiero pedirles, digan conmigo lo siguiente, repitan conmigo esto: Espíritu Santo te invito a entrar a mi vida, tomar control de mí y bautizarme, llenarme con tu presencia. Dile, lléname Espíritu Santo. Derrama tu unción sobre mi vida. Creo que tu eres real, espíritu de Dios, bautízame con tu fuego, bautízame con tu fuego. Gracias, Señor, gracias en el nombre de Jesús.
Aunque la higuera no florezca...
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Vamos al libro de Habacuc, Capítulo 3. Hermanos, tal vez para alguno de ustedes es la primera vez que han, tal vez si son muy nuevos, es la primera vez que han oído de un tal libro de Habacuc. Y la primera vez que ven este texto. Para otros, tal vez, está muy familiarizado con este texto, es más, tal vez es su salvavidas. Si usted es nuevo este texto, este sea su texto lema, pido en el Señor que esto le bendiga en esta noche. Habacuc, Capítulo 3, versículo 17.
Señor te damos gracias por la manera en que tu nos has hablado. Espíritu de Dios yo me regocijo en la manera en que tu has ablandado nuestros corazones. Señor, un soplo de tu espíritu sobre esta palabra y sobre nuestras almas. Maestro, eso es suficiente para que nos vivifique y para que tu nombre sea exaltado en nuestras vidas, Jesús. Te pedimos en el nombre de Jesús.
Habacuc, Capítulo 3, versículos 17, 18 y 19. Amén.
“… Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales, con todo yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová, el Señor, es mi fortaleza el cual hace mis pies como de siervas y en mis alturas me hace andar…”
Amén. Cuántos el Señor le ha llevado a este versículo en un momento u otro en su jornada en el Señor? Si no se lo encomiendo, es precioso este versículo. Precioso! El pastor, citó este versículo dos domingos atrás en su primer mensaje después de su ausencia de un mes. Para él es un texto lema.
Pero ahora yo me dirijo al algunos de ustedes, tal vez usted está sentado oyendo el anuncio del pastor Omar, que el domingo que viene, es nuestro servicio de día de acción de gracias, el miércoles, perdón. Veo que ustedes oyeron mucho mejor que yo. El miércoles que viene es el día en que estaremos celebrando el día de acción de gracias, y tal vez usted está diciendo, ojalá que el micrófono no me toque porque ni siquiera sé de qué le voy a dar gracias al Señor. Cómo y de qué, de dónde va a salir mi cántico de acción de gracias.
Si usted está leyendo esto tan precioso como se oiga, piensen bien cómo es que nosotros nos regocijamos aún si no hay cosecha. Y aún si no vemos frutos sobre la siega. Déjeme traducir eso:
Usted está pasando tal vez, por un tiempo retante en su vida. Está aquí este miércoles y ha estado aquí miércoles tras miércoles porque no hay higuera sobre su planta, no hay fruto sobre su vid, no ha habido por buen tiempo vacas en sus corrales. Ha estado usted pasando por un momento u otro de sequía y por eso estás aquí. Y estás pidiendo al Señor, “Señor, yo quiero creer así, y Maestro, yo quiero, anhelo que esto sea mí cántico. Yo anhelo poder con todo mi corazón, poder adorar al Señor con libertad, quiero ver fin a este desierto”.
Puede ser un desierto económico, puede ser un desierto de salud, puede ser un ser querido que está sufriendo, pasando por un tiempo difícil en su familia, aquí o lejano y usted sufre con él o ella. Sea lo que sea, este es tu temporada de acción de gracias este año, cómo lo vas a hacer?
Primeramente, mis hermanos, sepan algo, que eso es precisamente lo que pasó el primer día de acción gracias en el año 1621, unas 37 millas de aquí, 52 km de aquí, la gente que estaba celebrando ese primer día de acción de gracias, el invierno anterior, habían enterrado mitad de los que llegaron con ellos en el barco. Eran muy semejantes a nosotros, peregrinos. Salieron de su país, de su pueblo, lo que conocían. El Señor les había dado una visión de llegar aquí y comenzar una nueva vida. Le oye familiar a algunos de ustedes? Llegaron a un lugar hostil, todo le fue mal y… amén, hay un peregrino en la casa.
Pero en qué cabeza cabe que a la vista de los sepulcros de sus esposos, esposas, hijos, padres, salgan de esta gente acción de gracias. Esta gente estaba celebrando delante del Señor. Hermanos, primeramente el enfoque de esta declaración, el versículo 17 es necesario, pero sepa algo, qué es lo que nos dice este versículo:
“… Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falta el producto del olivo, aunque , aunque….”
Le garantizo, primeramente, aunque usted esté cierto de su salvación, aunque usted esté como el pastor ha estado predicando en estos días, bajo la bendición del Señor, haciendo la voluntad, precisamente en el propósito de Dios, habrán en sus vidas cosas sobre las cuales usted no tiene control. Habrá, en sus vidas, acontecimientos que usted no tiene control, jamás tendrá control. Usted no tiene control sobre la siega. Usted puede plantar, ahí está la semilla. Usted hace de su parte, pero usted no controla el tiempo, usted no controla la lluvia, usted no controla lo que hace esa tierra después de que se chupe esa semilla. Qué control tiene usted sobre eso? Usted no tiene control sobre la economía. Usted no tiene control sobre muchos aspectos de su salud. Usted no tiene control sobre la vida, la muerte suya o de sus seres queridos. Y por más que ame usted al Señor, usted no tiene control de estas cosas.
Cómo le hace eso sentir? En la mayoría de los casos nos hace sentir temor, no? solemos atemorizarnos delante de las cosas que no podemos controlar. Hermanos, ese es el punto de este versículo. Usted no está celebrando el hecho de que su casa está perdiendo la hipoteca. Usted tal vez no esté celebrando el hecho de que perdió un ser querido este año. Pero sabe lo que usted sí está celebrando? El enfoque está en el versículo 18, dice:
“… Con todo yo me alegraré…” ─ pastor Samuel, cómo me voy a alegrar en estas cosas? Léelo bien.
“… yo me alegraré en Jehová…” Amén, Jehová. “… y me gozaré en el Dios de mi salvación…”
Hermanos, no estamos celebrando la circunstancias que no podemos controlar. Nos gozamos en el Señor, nos gozamos en Dios nuestra salvación. En otras palabras, ustedes quieren sobrevivir este invierno. Todo se trata de la presencia del Señor. Así es como estoy leyendo este texto. Eso es lo que veo en este texto. Todo gira hacia él.
Usted no puede controlar estas cosas pero esto sí puede hacer. Usted tiene acceso al trono de aquel que sí tiene control sobre todas las cosas. Se trata de acceso a su presencia. Hermanos, yo creo que todo lo que Dios hizo hoy fue del Señor, aún ese último canto. No estuvo de más.
Es más, y ese es el punto, mis hermanos, por qué ustedes creen que nosotros invertimos tanto tiempo, tanta energía, tanta oración en invitar la presencia del Señor que se manifieste? Por qué? Por qué tanto énfasis en establecer ministerios que sean sensibles al espíritu de Dios? Preparar un ambiente que sean invitador a la presencia del Señor. Garantizar que nuestros corazones estén listos para entrar en la presencia del Señor. Porque todo se trata de la presencia del Señor.
Sabe, una de mis favoritas maneras de orar es salir y caminar. Y así puedo hablar solo. En Nueva York es mucho más fácil, porque mucha más gente habla sola caminando por la calle que aquí. Pero aquí, si me pongo los audífonos van a creer que estoy cantando o hablando solo, rapping o lo que sea. Orando mientras estoy caminando y anoche mismo estaba compartiendo esto ahí en una de esas calles de Summerville, mi lista, al Señor.
Y como hace el Señor muchas veces, el espíritu de Dios me interrumpió y me dio como si fuera… era como si el espíritu de Dios me dijo, “Samuel, dime esto. Declárame esto. Cántame esto.” Y en medio de eso el Señor me dice, “My presence fills every desire. My presence vanishes every fear”. “Mi presencia satisface cada necesidad. Mi presencia conquista cada temor. Lo entiendes, Samuel?” Sí, ahora dímelo.
Señor, tu presencia satisface cada necesidad. Señor, tu presencia conquista cada temor. Amén. Sí, Samuel, dímelo de nuevo. Amén. Tu presencia satisface cada necesidad. Tu presencia conquista cada temor. Samuel, síguelo diciendo hasta que yo me canse de oírlo, sigue. Va bien.
Hermanos, yo no sé cuántas veces yo le declaré eso al Señor. Pero yo sí sé que en el momento que llegué a la casa el shalom, la paz del Señor, aún me hizo olvidar de la razón por qué le estaba hablando y orando. Porque solo podía ver su presencia.
Hermanos, en la presencia del Señor como declara el versículo 19 está su fortaleza, el control. Los deseos que te están quemando por dentro el hambre que tal vez usted siente o ha sentido por años, el Señor o lo satisface en el momento que usted entra en su presencia, o lo seca y lo desecha y lo quema. Por qué hojarasca que no importa, porque la cosa más bella del mundo lo tienes tu delante de ti. Y los temores que te agobian no pueden sobrevivir la autoridad de la presencia del Señor.
Pongámonos de pie. Mi hermano, tal vez los miércoles hemos estado pegándole un truco a ustedes. Les voy a ser sincero. Ustedes llegan y el anzuelo de por qué muchos de nosotros llegamos, es porque tenemos unas necesidades que solo Dios sabe cómo usted lo carga día tras día, el Señor lo sabe. Pero la idea es que al momento que usted entre por las puertas de este lugar, y logre, esa es la idea, usted llega y usted le dice, “Señor, tengo esta necesidad”, y los que están dirigiendo la alabanza, y los pastores, y todos los que estamos aquí, le están diciendo, amén. Busque su presencia. Amén, entremos en su presencia.
Pero acabo de decir, tengo esta necesidad, tengo esta cosa que arde dentro de mí. Y nosotros respondemos igual, y responderemos igual, miércoles tras miércoles, domingo tras domingo, amén, busquemos su presencia.
Señor, manifiesta tu presencia. Señor, derrama tu presencia. Es tan simple, pero en el momento que usted logre su presencia todo lo demás pierde su prioridad y somos transformados.
Señor, te amamos porque siempre fiel eres. Señor, tu sabes que no tenemos ningún control sobre la higuera. Hay tantas cosas, gracias, Señor, porque nadie te tiene que explicar a ti que somos siervos inútiles, totalmente inútiles. Jesus we admit it, we are helpless, utterly helpless. We are children. Somos niños incapaces aún de añadir un codo a nuestra altura, incapaces aún de cambiar el color de nuestra piel. Pero sí a través del poder de tu espíritu tu nos das acceso a tu presencia. Hazlo, Señor.
Señor, si acaso alguien está aquí que no entiende eso, que no aún en estos momentos que estamos por cerrar, no ha logrado un momento en tu presencia, espíritu de Dios manifiéstate, manifiéstate y minístrale su alma, ministra nuestras almas en el nombre de Jesús.
Cúbreme, con tu amor rodéame
Tómame, cerca quiero estar
Y al esperar nuevas fuerzas yo tendré
Y me levantaré como las águilas por el poder de tu amor.
Cúbreme, con tu amor rodéame
Tómame, cerca quiero estar
Y al esperar nuevas fuerzas yo tendré
Y me levantaré como las águilas por el poder de tu amor.
Y me levantaré como las águilas por el poder de tu amor.
Gloria en tu nombre Jesús. Tu eres vencedor. Señor, tu nos conoces, tu nos llamas, tu eres poderoso, tu eres bondadoso, tu eres el que nos sana, tu eres el que levanta nuestra cabeza, tu eres el que abre las puertas de la prisión, Señor, tu eres el que sana el corazón quebrantado, tu eres el que consuela, Señor, al huérfano y a la viuda. Tu eres bello. Tu eres bello. Y nunca jamás tendremos demasiado de ti, nunca jamás nuestra copa tendrá demasiado de tu belleza, demasiado de tu presencia, es una fuente que reboza por toda una vida y por toda una eternidad. En otras palabras, Señor, tu eres todo lo que se necesita.
You are all that we need, Jesus.
"Orad por los demás"
15 de noviembre del 2010 - Por Betsy Behan
Hermanos, orad por nosotros
1 Tesalonicenses 5:25
La conexión de una madre con su hijo no termina cuando se corta el cordón umbilical. El sentir de una madre es especial, y sobre eso, como tantas madres hay, hay experiencias que testificar, les testificaré de una: era el medio día de un bello día soleado, mi madre estaba en su habitación orando, mi abuela lavando, una hermana de la iglesia cocinando....de repente mami viene donde ellas, y les dice: “por favor dejen de hacer lo que están haciendo, vamos a orar”; mi abuela, y la hermana miran el reloj....no eran las tres de la tarde todavía (en mi casa se ora a las tres de la tarde..recuerdo ese reloj despertador que sonaba cada tarde a las tres, ¡sin fallar!) Mami continúa diciendo: “siento una gran necesidad, un sentir urgente de orar por la familia”.
Fue una oración de intercesión, después de terminada, y habiendo pasado solo dos o tres minutos, tocan a la puerta con la terrible noticia de que un carro había atropellado a mi hermano Ariel que para ese entonces era un adolescente, y a mi hermana Katia, la cual era una niña. El vehículo les dio de frente, el impacto hizo que mi hermanita saltara varios pies, y luego el vehículo le pasó por arriba, ella estaba grave, la operaron de emergencia, la cirugía duro alrededor de once horas. Ariel físicamente estaba bien, gracias a Dios, pero emocionalmente no; fue un tiempo bien difícil para todos. Hace dos días mi hermana Katia cumplió años, tiene cuatro hijos bellos Kayrim (17), Winnie (15), Jorge Roberto (12), y Katia Marie 2 años/8meses. Mi hermana es un milagro, un testimonio vivo de una oración oportuna.
Así como está esa conexión, ese sentir de madre a hijo, la cual viene de Dios, también está la conexión de nuestro Padre Celestial con nosotros. El sabe perfectamente por lo que podemos estar pasando, y es especial saber que El pone el sentir para que oremos unos por los otros. Nosotros le servimos a Dios, eso quiere decir que también estamos a Su servicio, por lo que cuando El ponga el sentir en nosotros de orar por alguien, o alguien simplemente llegue a nuestra mente, en ese mismo momento elevemos una oración por esa persona. En ese momento Dios sabe por la situación por la que está pasando; El luego se encargará de que nos enteremos del testimonio. Hay muchos, muchos testimonios de estos.
Amado Dios, te alabamos, y damos gracias por tu bondad infinita, y por esa misma bondad te presentamos en éste mismo momento cualquier persona que esté pasando una dificultad espiritual, familiar, emocional, de salud, de peligro, laborar, económica, sea la situación que sea, unidos te pedimos que derrames Tu poder, que desates lo que debe ser desatado, y que la liberación llegue, para Tu honra, y gloria, en el nombre de tu hijo Jesús, ¡Amén!
El Evangelio avanza a pesar de la oposición
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Estamos estudiando el libro de los Hechos. Alguien me decía que ya llevamos 16 sermones. Y estamos por el Capítulo 8, yo tengo que ponerme las pilas y hacer un poquito las cosas más rápido porque sino Cristo va a venir y todavía no habremos terminado el libro de los Hechos. Capítulo 8.
Pero como decíamos antes, estamos usando este texto, este libro como punta de partida y un punto de regreso, una fuente de meditación sobre verdades que cubren toda la Escritura, como vamos a ver dentro de un momentito. Es decir, aunque estamos concentrados en un solo libro, pero yo creo que también a través de este proceso podemos aprender cómo estudiar la palabra, cómo se lee la Escritura, cómo se saborea, cómo se le saca todo su provecho, no es solamente lo que usted está escuchando de mi parte, sino también piense en cómo yo estoy pensando, cómo estoy analizando la Escritura para que usted también pueda aplicar esa misma técnica, o esos mismos procedimientos a su propio estudio bíblico, en su tiempo.
Queremos promover en el pueblo de Dios un sano respeto por la palabra de Dios y aprender cómo mantenernos basándose en lo que dice la palabra, que nos enseña tantas cosas maravillosas. Solo tenemos que ir a la Biblia directamente y ella misma nos habla, nos enseña. Hay tesoro inagotable de verdades. Sea un estudioso de la palabra de Dios, eso es lo que queremos enfatizar a través de estos estudios y siempre que nos paramos aquí queremos promover ese mismo espíritu. Amén.
Pues bien, vamos simplemente a saltear algunos versículos porque es un Capítulo bastante largo, como ustedes ven. Tiene 40 versículos, no los vamos a leer todos. Vamos a ver una muestra de diferentes momentos y entonces entramos en la exposición de la palabra. Capítulo 8, Hechos, versículo 1 dice, recordemos que Esteban ha sido martirizado, ha sido apedreado, asesinado vilmente por gente que no desea escuchar el Evangelio, se sienten amenazados por lo que representa el Evangelio. Se sintieron ofendidos en una manera muy, muy fuerte, por el mensaje confrontador que les presentó Esteban. Y por eso lo mataron, lo llevaron fuera de la ciudad, lo apedrean, y aquí dice en el versículo 1:
“… Saulo consentía en su muerte…”
Y si usted analiza el griego original de la palabra consentía, que se traduce en español consentía, es como que consentía vivazmente, estaba contento de que hubieran matado a Esteban. Saulo afirmaba la muerte de Esteban. Era un co-partícipe al nivel emocional y también a nivel de ayudar a los que estaban apedreando a Esteban a hacer su trabajo, aguantando sus vestidos. Es decir, que se nos presenta allí Saulo consintiendo activamente en la muerte de Esteban. Entonces dice:
“… en aquel día, ese mismo día en que se mató a Esteban, hubo una gran persecución contra la iglesia, es decir, los creyentes que estaban en Jerusalén, dice aquí, y todos fueron esparcidos por la tierra de Judea y de Samaria, excepto los Apóstoles, y hombres piadosos. Lea aquí, quizás judíos que no eran necesariamente creyentes en Jesucristo pero que tenían un corazón tierno y que no consentían con el asesinato de este hombre de esa manera. Ellos sabían que algo andaba mal. No se debió haber matado a este hombre.
Y la idea es que quizás estos hombres piadosos eran más bien judíos, no creyentes, pero de corazón sano y temeroso de Dios.
“… hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban e hicieron gran llanto sobre él…”
Y se nos vuelve a presentar la figura de Saulo aquí.
“… azolaba la iglesia…”
Es una palabra fuerte azolaba, perseguía, con saña, destruía la iglesia.
“… y entrando casa por casa arrastraba a hombres y a mujeres y los entregaba en la cárcel…”
Que interesante, no? después ese hombre había de escribir dos terceras partes del Evangelio. Ese mismo hombre con tanta saña y con tanta violencia perseguía a los creyentes, Dios iba a hacer algo en su vida muy especial. Aquí dice:
“… pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el Evangelio…”
Lo voy a dejar aquí, después vamos a entrar en el resto del texto. Yo titulé este mensaje “El Evangelio avanza a pesar de la oposición” porque yo creo que ese es el centro de este Capítulo 8. Vemos aquí el Evangelio de Jesucristo oprimido, perseguido, martirizado, violentado, pero en realidad, lo que vemos a través de todo este Capítulo es que el Evangelio avanza, continua avanzando.
Este Capítulo no resalta tanto la oposición y la persecución como el triunfo del Evangelio y el mover poderoso de Dios en medio de esos ataques del enemigo. Entonces, estos versículos del 1 al 3, nos trazan un escenario muy sombrío, tétrico, yo diría.
Todo parece ir de mal en peor. Todo está oscuro, negativo. Toda la iglesia en Jerusalén está esparcida por todas partes. Surge un gran enemigo del Evangelio, Saulo, como un monstruo que se levanta, un hombre de recursos, inteligencia, valor físico, buscando al pueblo y asumimos que con él, había mucha gente más. Todo parece que el Evangelio va a ser destruido y va a ser completamente aniquilado.
Pero, de nuevo, yo resalto, hermanos, que si usted lee todo ese Capítulo, usted verá que en realidad, ese momento es más bien como un trasfondo oscuro para hacer resaltar lo luminoso de lo que Dios va a hacer. Porque el tono de todo este Capítulo es un tono de avance y de triunfo como vamos a ver dentro de un momentito. Es más, yo diría que Saulo es mencionado aquí precisamente porque en el Capítulo más adelante, en el Capítulo 9, vamos a ver su conversión.
Yo creo que lo que está haciendo el escritor es preparándonos más bien para lo que viene después, haciendo más dramática la conversión de Saulo. Él quiere que tengamos un poco de trasfondo para que entendamos cuán grande es el milagro de lo que sucede cuando Saulo se convierte, cuán poderosa es la intervención de Dios cuando tumba el caballo a través de Jesucristo y le dice, “Saulo, Saulo, por qué me persigues?” Y el que era un gran perseguidor de la iglesia, entonces se convierte en un gran aliado y promotor del Evangelio de Jesucristo.
Entonces, yo creo que aún en esa parte que está allí de Saulo persiguiendo, consintiendo la muerte, es para resaltar lo que Dios va a hacer más adelante. Entonces, yo creo que hay que recordar que todo lo negativo aquí está señalado para resaltar el avance dramático del Evangelio en medio de la persecución y la oposición diabólica.
Y aquí yo recuerdo algo que dice la Biblia, si usted busca en Mateo 11:12, dice allí que el reino de los cielos sufre violencia y los valientes lo arrebatan.
Y recuerden lo que yo siempre he dicho acerca del versículo 12 de Mateo 11, que en realidad en el griego original, y otras traducciones concuerdan con esto. Estas no son cosas que yo estoy sacando de la nada, la traducción más correcta es, el Evangelio avanza forzadamente, avanza con esfuerza, avanza con violencia. El verbo original en el griego se puede traducir tanto pasivamente como activamente.
El reino de los cielos siempre avanza por medio de oposición y fuerza, violencia en un sentido. Cuándo usted ha visto el Evangelio entrar a un sitio donde el diablo está en control, y todo suena, la gente se inclina de una vez ante el Evangelio, no hay lucha, no hay oposición. Qué dijo Cristo que uno no puede saquear la casa de un hombre fuerte si antes lo ata. El Evangelio siempre que está avanzando, está avanzando en lucha contra los poderes de las tinieblas. Y en este caso había mucho territorio que conquistar así que el diablo iba a hacer lo posible por crear oposición.
Si usted está sirviendo a Dios, yo he dicho, ¿verdad? Va a tener oposición. Dice el Apóstol Pedro, creo que es, si todos los que quieran vivir piadosamente, padecerán persecución. El Evangelio es una fuerza conquistadora en medio de la guerra y el rechazo de los incrédulos. Habrá oposición y odio del mundo hacia los valores y reclamos del Evangelio. Gente de buena voluntad designada por el Señor creerá, porque habrá gente que Dios tendrá planes con ellos, y esa gente cuando el Evangelio sea predicado, escucharán el Evangelio, recibirán a Cristo, como lo hicieron tantos miles en mismo Jerusalén. Pero otros, están empedernidos y empecinados en sus obras y no creerán aunque los arrastren con una cuerda. Y esa gente se opondrá al Evangelio. Siempre habrá lucha en el mundo cuando el Evangelio se anuncia con claridad.
Entonces, hay que señalar la diferencia de esta verdad porque nosotros tenemos que saber, hermanos, que entre el mundo y la palabra de Dios no va a haber amistad. Esa idea de que nosotros queremos como en un sentido, ganarnos la simpatía del mundo, a mí me parece un poquito fuera de lugar, porque nosotros lo que debemos hacer es ganarnos las almas. Predicar el Evangelio, sí, con amor, con mansedumbre, con sencillez de corazón, pero va a haber oposición de todas maneras. La gente se va a oponer al Evangelio, va a haber lucha y no todos van a creer.
Yo creo que no podemos tampoco reducir el Evangelio al mínimo y quitarle la cantidad de reclamos, el llamado a la santidad, el llamado a una vida moral, adecuada, el llamado a darle a Dios siempre la gloria, a ponerlo en el primer lugar. No podemos quitar la esencia del Evangelio para que el mundo entonces nos ame. Siempre va a haber oposición. Lo que nosotros tenemos que hacer es predicar la palabra de Dios y entonces la palabra de Dios hará su obra. No podemos hacerle el trabajo a Dios. Siempre va a haber oposición.
El modelo bíblico que yo veo aquí es uno de triunfo en medio de la oposición, por medio de la proclamación de la verdad de Dios. Además de la obra del Espíritu Santo que va a estar haciendo cosas, abriendo caminos, como veremos adelante, para que la gente que él ha designado entre al conocimiento de Dios.
En este Capítulo 8 tenemos varias muestras de cómo el Evangelio avanza en el mundo. Vemos aquí las complejidades, las sutilezas que acompañan la proclamación del Evangelio. Mire aquí en el versículo 4, dice algo bien interesante. Cuál es la primera palabra que hay en el versículo 4? Alguien me puede decir? Pero. Usted sabe que esa palabra lo cambia todo.
Pero, a pesar de todo eso tétrico que está pasando, los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el Evangelio. Los primeros versículos muestran la oposición, todo parece terrible, pero ese ‘pero’ cambia todo. Dios se está moviendo, los discípulos ejercen fe.
Sabe lo que cambia la circunstancia, hermanos? Su fe. Sabe lo que cambia lo terrible de su vida? Usted, como bien decía el domingo pasado, pararse sobre la palabra de Dios. Obedecer al Señor. No importa lo que pase en tu vida, sigue sirviendo al Señor, hasta que las cosas se arreglen, hasta que el diablo se canse y el Señor lo saque.
Dice la Biblia, resistid al diablo y huirá de vosotros. La iglesia tiene 2000 años derrotando a Satanás, hermanos, y lo que ha hecho la diferencia es, hombres y mujeres de Dios que a pesar de las tribulaciones, angustias, luchas, pérdidas, tragedias, se mantienen firmes en lo que ellos han creído, lo que han confesado.
Estos creyentes lo botaron de Jerusalén, tuvieron que huir por sus vidas y ¿Saben qué? En vez de encerrarse en una casa todos temerosos, que nadie los vea, que nadie los oiga, ya vamos a dejar de predicar el Evangelio, continuó predicando el Evangelio dondequiera que van. Dios los convierte en levadura para el esparcimiento del Evangelio. Gloria al Señor.
Hermanos, recuerden eso, tu fe es lo que hace la diferencia. Tu fe es el pero de Dios. Eso es lo que cambia los ataques del diablo. Eso es lo que torna la saña del enemigo en vergüenza para las tinieblas y victoria para el Reino de Dios. Esta gente creyó y siguieron anunciando el Evangelio.
Qué haría usted si usted tuviera que salir huyendo para Providence o meterse por allá, por Nebraska porque lo persiguieron aquí en Boston y mataron quizás algún ser querido por el Evangelio? Quizás algunos de nosotros jamás hablaríamos del Evangelio, nunca sacaríamos una Biblia para que nadie la viera. Seríamos evangélicos encubiertos, secretos.
Hermanos, el Evangelio tiene que ser anunciado, no importa qué. Aunque esté usted sangrando, proclama la verdad de Dios. Hazlo por obediencia aunque no sea por sentimiento, y eso cambia, lo cambia todo. Es la persistencia, la fe del pueblo de Dios.
Parecía que el diablo estaba en control, pero en realidad lo que vemos es que Dios está en control, Dios era el agente protagonista. Qué está haciendo? Usando la persecución para guiar a la iglesia a salir de Jerusalén y predicar el Evangelio dentro del mundo conforme a la gran convicción.
Sabe, si no predicamos el Evangelio por las buenas, lo vamos a tener que predicar por las malas. A veces nosotros queremos ser como los discípulos, vamos a hacer 3 tiendas y quedarnos aquí arriba en la montaña disfrutando. Que bueno es venir a la iglesia, todo está bien, todas son gente cristiana, creo, casi todos aquí, bien comportados, la mayoría, estamos bien vestiditos, bien cómodos, y aquí es bien fácil entre las 4 paredes, pero qué pasa ahí afuera? En su trabajo, su vecindario, entre sus hermanos, su familia. Ahí es donde hay que predicar el Evangelio. ¿Saben qué? Si la iglesia no lo hace de una manera, lo hace de la otra, porque el Evangelio tiene que ser predicado.
Dios usó la persecución, okay, ya la fiesta pasó, ya ustedes creyeron. Gloria a Dios. Recibieron a Cristo en Jerusalén, ahora hagan lo que tiene que hacer la iglesia: ir hacia fuera. Miren lo interesante. Aquí, y a mí hasta me da temor a veces decir esto, Dios y el diablo, aunque no hay comparación, están trabajando los dos. Ahora, el diablo está bajo el control de Dios, a un nivel inmediato Satanás está persiguiendo a la iglesia, matando.
Quién estaba detrás de los que apedrearon a Esteban? Satanás. Quién estaba detrás de ese espíritu que animaba a Saulo a gozarse de que estaban matando a Esteban? Satanás. Quién estaba detrás de la crucifixión de Jesús en un sentido? Satanás. Quién se metió en Judas para que fuera a denunciar a Jesús? Satanás. Pero quién estaba detrás de todo eso, más atrás? Dios.
Quién estaba detrás de la crucifixión de Jesús? Dios, llevando a cabo su plan salvífico para la humanidad. A veces he dicho, con temor y temblor, los teólogos aquí me van a corregir, que Satanás es el guante negro de Dios. Y me mando corriendo después que lo digo. Porque muchas veces, hermanos, yo creo que el diablo está obligado a hacer la obra de Dios en la tierra y él solo sabe matar, robar y destruir. Pero a veces cuando hay un trabajo sucio que hacer, Dios manda este ser extraño para que haga ese trabajo. No me pregunte cómo funcionan esas químicas espirituales?
Pero muchas veces el diablo está haciendo cosas queriendo destruir al pueblo, queriendo hacer que un hombre caiga, un hombre de Dios caiga, queriendo matar a una persona que está bendiciendo el Reino de Dios. Y Dios le da lugar porque detrás de esa lucha. Hay una bendición que esa persona va a experimentar y cuando salga de esa lucha va a salir fortalecido y bendecido.
En este tiempo de mi enfermedad, de que yo estuve en el hospital, que me tenían 40 diferentes monitores pegados en el cuerpo y tantas cosas examinándome todo esto, yo sabía que había una parte, siempre hay una parte del enemigo queriendo empobrecer el ministerio de una persona. Pero ¿Saben qué? Que en todo momento yo he sabido que Dios era quien estaba en control de todo. Y siempre he sentido en mi corazón que él ha estado obrando para bendición y no para mal. Él ha estado invirtiendo en mi vida más bien, así yo lo veo.
Dios siempre obra en la vida de sus siervos, a un nivel inmediato puede usted estar padeciendo dificultades, sufrimiento, enfermedades, lucha, pero siempre recuerda que dice la palabra, a los que a Dios aman, todas las cosas ayudan a bien. Dice el Apóstol Pablo, quién nos separará del amor de Cristo? Tribulación o angustia? O hambre o desnudez, o peligro o espada? Dice, antes en todas estas cosas somos más que vencedores. Fíjense lo que dice, en todas estas cosas, no fuera de estas cosas, sino en todas estas cosas. Porque muchas veces en medio de la prueba y la dificultad, si mantenemos nuestra fe y nuestra confesión a Dios somos más que vencedores. El diablo sale con el rabo metido entre las piernas y nosotros fresquecitos como una lechuga para servir al Señor con más fuerza que nunca.
Qué le dijo Jesucristo a Pedro? “…Pedro, Satanás os a pedido a ustedes, los discípulos, para zarandearlos como trigo…” Diablo, tratando de hacer daño. Dice, “…pero yo he rogado, que tu fe no falte y tu, una vez que hayas salido de esa prueba, ve y fortalece a tus hermanos….”
Usted ve esa forma misteriosa del enemigo haciendo estragos a nivel personal inmediato, pero Dios detrás, bendiciendo, intercediendo, llevando a sus hijos a un nivel mayor de poder. El Apóstol Pablo decía, Dios envió un mensajero de Satanás para que me abofetee. Y entonces después él dice, y sabes que yo he descubierto? Es más, Dios no le quitó el aguijón este, y Pablo dijo, ¿Saben qué? Yo he descubierto que entonces cuando soy débil entonces soy fuerte. Así que me gloriaré, me gozaré en medio de las tribulaciones, las angustias, las pruebas que el diablo me trae para que Dios sea glorificado en mi vida.
Así que, hermanos, tenemos siempre que ver esto. La fe de la iglesia, a veces al nivel personal, pueden ir pasando por situaciones bien difíciles, mucha lucha, pero recuerda que detrás de eso, Dios está bendiciendo tu vida. Y lo que va a asegurarse que sean los propósitos de Dios y no los propósitos del diablo los que triunfen en tu vida, es tu fe, tu confesión de la palabra de Dios, tu persistencia en creer que Dios es bueno, a pesar de todo.
Como dijo Job, otro caso en que vemos a Satanás obrando a un nivel personal, y vemos a Dios detrás también. Que joya más hermosa el libro de Job, ha consolado a billones de personas, yo diría billones por lo menos, desde los miles de años que fue escrito, pero costó la sangre y el sufrimiento de un hombre abofeteado por Satanás, pero bendecido por Dios que tenía un propósito sublime.
“…Satanás sabe solo robar, matar y destruir pero yo he venido para que tengáis vida y la tengáis en abundancia…”
Me he tomado mucho tiempo en eso pero es una de las cosas más lindas. Yo creo que solamente nos quedamos allí, gloria a Dios, pero voy a dar una cosita más y quizás después el domingo que viene vamos a seguir.
Qué pasa? Los discípulos son perseguidos y llegan unos cuantos a Samaria, se van para Providence allá, llegan a Lawrence, donde están todos esos dominicanos que necesitan escuchar el Evangelio, yo uno de ellos. Llegan a Lawrence y comienzan a predicar el Evangelio. Se desata un gran avivamiento. El Espíritu Santo estaba esperando que eso se diera. Cae la lluvia de Dios. Mucha gente se convierte al Evangelio, y hay una gran cosecha. Dios está usando un hombre, Felipe, el evangelista y hay señales y prodigios, demonios son echados fuera. Cojos y paralíticos son sanados, dice la palabra, y hay una gran cosecha de almas.
Aquí hay algo bien interesante, quizás voy a tener solo tiempo para tocar ese otro punto. Qué pasa aquí? Dice más adelante, después de esta gran bendición que los Apóstoles que estaban en Jerusalén, porque se quedaron los Apóstoles, la junta directiva de la iglesia se quedó en Jerusalén, porque es la capital, hasta ese momento es el centro de la nueva iglesia. Los Apóstoles se quedan allí, quizás los escondieron, como fuera, pero como que el gobierno de la iglesia necesitaba quedarse unido. Ellos se quedaron en Jerusalén.
Algunos piensan que la persecución solo fue para un tipo de creyente, lo que llaman los helénicos, un tipo de creyente pero no importa mucho en eso. Lo importante es que los Apóstoles se quedan en Jerusalén. Oyen que hay un avivamiento, le envía un mensaje por internet, los samaritanos se están convirtiendo. Esos dominicanos mala sangre están entrando al Evangelio, vengan pronto hay que hacer algo.
Llegan a Samaria, pero miren lo interesante, dice que “…fueron enviados Pedro y Juan como delegados, los cuales habiendo venido oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo…”
Hermanos, hay mucha tela que cortar, sabe? Usted tiene una hora más o dos para trabajemos en eso? Se ríen con nerviosamente, como si estará en serio el pastor o no ¿verdad? Dele gracias a Dios que no es así, que vamos a terminar pronto.
Pero fíjense aquí lo interesante, acerca de la importancia de esa experiencia que nosotros denominamos el bautismo del Espíritu Santo. Porque hay mucha controversia en la iglesia y yo respeto todas las diferentes opiniones. Nuestra Congregación cree, junto con millones y millones de cristianos, que hay una experiencia secundaria a la conversión que se llama el bautismo del Espíritu Santo. Y que eso que llamamos el bautismo del Espíritu Santo que es tan difícil de definir completamente acerca de lo cual hay tanta controversia, no se da necesariamente, automáticamente cuando usted recibe al Señor.
Ahora, yo creo que uno recibe al Espíritu Santo porque la Biblia dice que yo entraré y cenaré con él. Cristo entra a tu vida. El espíritu está allí contigo. Pero, de nuevo, hay tantas maneras que podríamos poner esto y tenemos dos tres minutos nada más. Pero lo que yo quiero señalar es esto.
Mire aquí, lo primero es que los Apóstoles no asumen, oh, se convirtieron, ya no necesitan más nada, simplemente pongámonos a tomar una clase de discipulado y mandémoslos también a predicar el Evangelio. No. ellos saben que no han recibido todavía esta gente el bautismo del Espíritu Santo. Por qué? Yo quiero decirte esto. Si tu has recibido a Cristo como tu Señor y salvador, tu necesitas buscar esa experiencia que completará tu inicio en las misterios del Espíritu Santo y después tu continuarás el proceso.
Pidiéndole al Señor que te de una impartición de poder, pongámoslo así. Yo no me atrevo a decir, como algunos dicen que para tu recibir el Espíritu Santo en su bautismo tienes que hablar en lenguas. Yo creo que esa doctrina no responde necesariamente a la complejidad de la Biblia ni tampoco responde a la experiencia que yo tengo viendo tanto ya en el mundo acerca de eso. Yo creo, sí, que cuando una persona recibe el Espíritu Santo tiene derecho a buscar algo que será una manifestación a través, ya sea, de lenguas, porque yo creo que las lenguas son para todos los creyentes. Se habla también de que profetizaban cuando recibían el Espíritu Santo.
Qué es profetizar? Quizás había adoración exaltada. Cuántas personas a veces son tocadas por el Espíritu Santo y alaban a Dios? Puede haber lágrimas, puede haber una emoción fuerte que tu sientes, puede que tu caigas al piso, tocado por el poder de Dios.
Yo creo, personalmente, que hay muchas maneras de manifestar la unción del Espíritu Santo en nuestra vida. Ahora, yo diría otra cosa también, muchas veces nosotros oramos por la gente para que reciban el bautismo del Espíritu Santo y ¿Saben qué? Que muchas veces la psicología interviene con el espíritu. Hay personas que por naturaleza son privadas, no les gusta expresarse mucho en público. Algunas hermanas caen al piso y enseguida, uf, qué estarán mirando? Se recogen la falda o buscan algo… están muy conscientes alrededor de ellas de lo que está pasando. Algunos hombres son excesivamente conscientes de su dignidad y de que la esposa no lo vea llorar o alabar al Señor. Y muchas veces esto interfiere con que una persona pueda manifestar lo que ya está dentro de ellos.
Y yo animo a esa gente, ¿Saben qué? Allá en la privacidad de su casa, busque después esa soltura del Espíritu Santo en un tiempo de adoración, cuando usted se puede confundir con todo el mundo y nadie se da cuenta, abra su boca y hable en lenguas, exalte al Señor. Si usted siente lágrimas que van hacia sus ojos, deje que las lágrimas fluyan, no las reprima.
Busque esa manera. Quizás va a ser en tu célula. Quizás va a ser con dos o tres hermanos cerca de ti. Yo sí creo que cuando una persona está llena del Espíritu Santo hay una libertad para experimentar esa presencia, hay tiempos de exaltación, hay tiempos de liberación. Yo creo que una persona bautizada en el Espíritu Santo es una persona gozosa, es una persona que siente emoción, siente la presencia de Dios y yo sí animo al pueblo de Dios a ser expresivo en su espiritualidad, levantar manos, arrodillarse, llorar, saltar. El cuerpo es tan santo en las cosas del espíritu como la mente y el espíritu también.
Lo que estoy diciendo, hermanos, es que hay manifestación pero por diferentes circunstancias no tiene en el momento en que se impone manos. Ahora, yo sí le digo, busque esa experiencia en que usted sabe que sabe que ha sido bautismo con el Espíritu Santo. Hay tiempo para entonces usted ir poco a poco. Yo creo que aceleramos las cosas, queremos que todo el mundo hable en lenguas en el mismo momento en que le imponemos manos y hablan en lenguas, o le metemos una zancadillas y lo tiramos al piso, y les obligamos a hablar en lenguas.
Sabe que hay por allí grabaciones que enseñan cómo hablar en lenguas a la gente, imagínese qué escándalo, no? por qué? Porque nos metemos en unas trampas y entonces tenemos que salir de alguna manera adelante. Y a veces fabricamos el bautismo del Espíritu Santo, no se vaya, usted lo va a tener aquí, usted va a hablar, no se va de aquí hoy. Y ya a veces la gente a las 4 de la madrugada porque quieren irse para su casa para dormir, pues, abren la boca y dicen cualquier cosa, olvídese.
Si usted tortura a alguien lo suficiente van a decir lo que usted quiera que digan. Olvídese. Es decir, hermanos, lo que estoy diciendo, entiéndanme bien, yo creo en las lenguas. Yo hablo en lenguas, yo adoro al Señor, a veces en privado porque soy más una persona más privada que otra cosa. Y por eso entiendo muy bien a esos hermanitos que no son tan expresivos, pero que están llenos del Espíritu Santo también. Les animo una espiritualidad vital, gozosa, expresiva. Le animo a buscar esa experiencia de bautismo del Espíritu Santo.
Yo recibí el bautismo del Espíritu Santo solo hablé en lenguas y un día muchos años después, ya he dicho esto, Dios me dio una experiencia que yo sé que fue como que, okay, tienes dudas, pues para que cojas, toma esto. Y yo en ese momento yo sabía que sabía que sabía que tenía el bautismo del Espíritu Santo en mi vida.
Continúe, va a ver muchas veces que usted se va lleno del Espíritu Santo. No va a ser una sola vez. Usted debe llenarse con el Espíritu Santo todas las mañanas. Después que come su cereal, llénese del Espíritu Santo también. Sed llenos del Espíritu Santo, continuad siendo llenos del Espíritu Santo. Llénese todos los días. eso nunca se acaba. Usted vació la botella y otra vez cuando mira está llena otra vez. Eso es para todo creyente.
Los discípulos vinieron impartieron manos, porque querían que estos samaritanos tuvieran la llenura del Espíritu Santo, querían que estuvieran completos. Más adelante los efesios, pasa lo mismo, creo que es Hechos, Capítulo 19, Pablo se encuentra con ellos y le pregunta, ustedes fueron bautizados con el Espíritu Santo cuando creyeron? Y sabemos con qué se come eso, el bautismo del Espíritu Santo. Entonces, ora por ellos y son bautizados en el Espíritu Santo.
Es decir, hay una segunda experiencia que nosotros debemos buscar, ser llenos del Espíritu Santo. Ser efusivo, ser expresivo, sentir la presencia de Dios. No hay nada de malo con eso, hermanos, sabe? Eso no hizo daño a nadie, sentir la presencia de Dios nunca. Amén.
Hay mucha tela que cortar en ese Capítulo 8, quizás el domingo que viene, si Dios nos da licencia continuaremos. Pero lo importante es eso, victoria en medio de la persecución. Su fe hace la diferencia. Diga conmigo, mi fe hace la diferencia. ¡Aleluya! Ese es el pero de Dios, nuestra fe, eso cambia las circunstancias 180 grados. Amén. Amén.
Nuestros músicos, estén por allí. Llénense del Espíritu Santo, vengan por acá. Vamos a adorar al Señor. Gloria a Dios. Amén. Amén. Póngase de pie, hermano, ahora mismo vamos a pedirle al Señor una llenura extra de fe en nuestra vida. Pídale al Señor ahora mismo que ponga su tanque espiritual al full de nuevo.
Óigame yo cada día me enamoro más y más de servir al Señor, sabe? El Evangelio es gozo. El Evangelio no es tristeza. El Evangelio es triunfo en medio de las tribulaciones, hermanos. El Evangelio torna las acechanzas del diablo en victoria. Así que, Padre, pedimos un pueblo persistente, Señor, pedimos un pueblo victorioso, pedimos un pueblo que torne todas las piedras del enemigo en pan y alimento para sus vidas.
Padre, nosotros creemos en esta tarde, este día, que todo lo que suceda en nuestra vida tendrá un propósito benévolo porque tu pensamiento para nosotros son de bien y no de mal, Señor. Y nosotros hacemos un compromiso, Padre, a mantenernos firmes en lo que tu has declarado, aún en medio de la sequía de la vida, aún cuando no sintamos tu presencia, sabremos que tu estás ahí, Señor. Aún cuando no sintamos tu bondad sabremos que tu eres bueno, Señor.
Aún cuando no te veamos sabremos que invisiblemente tu has dicho, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Y Padre, creemos también que cuando haya pasado la tormenta, tu nos devolverás todo lo que nos robaron y nos darás con creces tu bendición. Padre, yo pido que este pueblo sea un pueblo lleno del Espíritu Santo, un pueblo complejo y balanceado, Señor. Queremos tu espíritu, queremos tu espíritu.
Hermanos, dígale ahora al Señor, bautízame con tu espíritu, Señor. Baptize me with your spirit, Lord. Fill me anew with your spirit. Lléname de Nuevo con tu espíritu, Señor.
Dile al Espíritu Santo que te llene, refresque tu espíritu ahora mismo. Cuando estés orando allá en tu casa, lo primero que tienes que decir, Espíritu Santo, lléname. Espíritu Santo bautízame, llena mi mente, llena mi corazón, llena mi ser de tu presencia.
Padre, más, queremos más de ti. Queremos más de ti, queremos más de tu presencia, Señor, en nuestra vida. Glorifícate en nosotros, Padre. Queremos un pueblo al rojo vivo, un pueblo al rojo vivo, Señor, un pueblo ardiendo en fe y amor por ti y tus cosas, Padre, un pueblo radicalmente comprometido con el Reino de Dios, Señor, un pueblo que sepa ir a las aguas y tomar directamente del lago de agua pura, Señor, de esos ríos de agua viva, Señor, que tu has dicho que correrán en la vida de tus hijos. Enséñanos a ir a las aguas directamente, Padre. Queremos un pueblo que sepa dónde tomar y comer el alimento que tu tienes para él.
Gracias, Señor. Tenemos sed de ti. Queremos ver tu gloria manifestada, Señor, en nuestras vidas. Te bendecimos. Gracias, gracias por tu presencia, Señor, damos gracias por tu presencia en este lugar.
We thank you for your presence, Father. We thank you for your presence, Holy Spirit of God that never leaves us, Lord, is with us every step of the way. Be glorified. Be glorified. Thank you Jesus.
Gracias, Señor Jesús, amén y amén. Gloria a Dios.
Fe para recibir y para sufrir
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Todavía me da vuelta un poquito lo que hablé hace un mes con ustedes, acerca del evanecer diario que debiéramos tener cada uno de nosotros en nuestra vida. En las últimas semanas he sido impactado por algún tipo de noticias que han andado dando vueltas en el mundo, sobre todo en nuestros hermanos cristianos, pastores, misioneros y personas que están en lugares donde pensamos que no debieran tener tantos problemas por predicar la palabra del Señor y las buenas nuevas.
Pero me sorprendió la reacción de muchos países de Medio Oriente donde profesan mayoritariamente la religión musulmana, donde muchos pastores, muchos hombres y mujeres de Dios, muchas familias, niños, han sido muertos por causa de predicar el Evangelio. Otros están en proceso de condena por la pena de muerte que ellos tienen por predicar el Evangelio de Jesucristo, y también a muchos se les está proponiendo que pueden seguir viviendo si niegan su fe en Jesús.
Para nosotros hoy día no nos entra muy fácil eso. Vivimos en un país donde el que nos obliga a negar el nombre de Jesús se puede llevar un problema, lo podemos llevar a la corte y a lo mejor sacamos unos buenos miles de dólares, no? pero en otros países no se puede vivir así.
En América, en lo que el continente Americano, en Cuba, hay muchos presos que están ahí porque son hijos del Señor, han predicado el Evangelio de Jesucristo y aunque se preocupan de decir que no es así, muchos sabemos que sí es así.
Pero aquí en Estados Unidos también hay un tipo de persecución. Aquí hay hombres y mujeres que están siendo perseguidos por su fe, ya sea por un asunto de tradición, ya sea por un asunto de punto de vista político o filosófico, ya sea por un asunto económico, de diferentes maneras nosotros podemos expresar ese movimiento acerca de los cristianos hoy día.
Y quiero hablarles de un tema muy desconocido para nosotros que se llama la fe. Cuántos han escuchado esa palabra? No, no es cierto? Siempre nos han hablado de una parte de la fe, esta parte bonita de la fe. Y por qué yo digo esta parte bonita de la fe? Porque dentro de todas estas noticias que yo he visto, he visto también otra serie de predicaciones donde habla de la fe, y la fe se traduce en un auto, o la fe se traduce en una casa, o la fe se traduce en buen cheque, o la fe se traduce en un buen milagro, o la fe se traduce en bienestar.
Y yo quiero llevarlos al Capítulo 11 del libro de Hebreos. Ustedes saben que ese Capítulo, es el Capítulo por excelencia de la fe. Hebreos 11:1, dice:
“… Es pues la fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve…”
Entonces cuando preguntamos los pastores, qué es la fe? Ah, yo sé pastor, es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Lo sabemos de memoria eso, pero más que dos conceptos es la única palabra bíblica que tiene como dos conceptos, y yo diría que son dos características importantes en la vida del hombre y de la mujer que ha aceptado a Jesucristo en su corazón.
Hoy día no quiero hablar de esa fe, que se abren los cielos y le cae un Rolls Royce afuera de su casa. No quiero hablar de esa fe que se abren los cielos y ya tiene una casa de 3 pisos para usted solo. No quiero hablar de esta fe que lo único que hace abrirle caminos anchos para que usted camine con el cuello levantado. No piensen que voy a hablar de Hebreos, Capítulo 11, versículo 1. Vamos a ir las versículo 32 y vamos a ir leyendo algunas cosas.
Hoy quiero llamar su atención acerca de este tema que es tan hermoso pero a veces tan limitado cuando nos hablan de esto. Siempre hablamos de la fe en un tono de beneficios personales. La fe para mí significa cuánto he logrado en mi cuenta de cheques desde cuando llegué al Señor. La fe para algunos de nosotros puede haber significado cuánto ha prosperado mi negocio desde que llegué al Señor, cuántas cosas he adquirido en la medida que he caminado en la fe de Cristo Jesús.
Pero quiero invitarles a leer una parte de la fe que no está siendo muy popular en medio de estos tiempos. Dice el versículo 32:
“… Y qué más dijo? Porque el tiempo me faltaría contando de la fe de Gedeón, de Barak, de Sansón, de Gepté, de David y así como de Samuel y de quién más?
Alguien se acuerda de alguna historia de fe de estos hombres? Son los relatos preferidos de nosotros, son esos relatos que tienen que ver con abundancia, con prosperidad, con cosas extraordinarias. Vamos a seguir leyendo el versículo 33:
“… que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon boca de los leones. Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batalla, pusieron en fuga ejércitos extranjeros…”
Vamos a detenernos ahí. Vamos a volver a Hebreos 11:1. Entonces más que un concepto de fe hay una característica en la fe, la fe tiene que tener certeza y tiene que tener convicción. Es necesario entender que a la fe no podemos aplicarle un concepto único, porque la fe actúa de acuerdo a como actúa Dios, si hay mil situaciones, hay mil maneras distintas en que Dios actúa. Por lo tanto la situación puede ser muy similar entre nosotros, pero Dios tiene un plan perfecto y por alguna razón estamos pasando situaciones que nos van a llevar en el camino que él ha diseñado para nuestras vidas.
Por eso la fe es más que una acción litúrgica, religiosa, acompañada de un par de coros, o de unos buenos saltos, o de unos buenos instrumentos. La fe es más allá que una acción litúrgica que tiene que ver con un edificio. La fe tiene que ver con una forma de vida y con una forma de mirar aquel que es el dador de la salvación, a aquel que es dador de la vida, a aquel que es el dador del perdón para nosotros.
La fe no solo debe estar basada en nuestra vida, en lo que hemos recibido como beneficios, sino en cuánto también hemos tenido que aprender a negarnos por amor a Jesucristo.
Cuántos se han negado algunas cosas en su vida? Alguno ha tenido que decir, no, no puedo hacer eso, porque amo ahora al Señor, porque a mi Dios no le gusta que yo haga eso, porque a mi Dios no le gusta que yo hable de esa manera, porque a mi Dios no le gusta que yo actúe de esa manera, porque a mi Señor no le gusta que yo piense de esa manera.
La fe es más amplia que solo los intereses que tenemos acerca de nuestras peticiones diarias. En Romanos, Capítulo 10, versículo 17 un versículo evangélico muy, muy conocido. Quién se lo sabe? Estamos en una iglesia evangélica?
“…. La fe viene por el oír y el oír la telenovela, el oír los chismes, el oír del noticiarios todos los días, el oír la radio, la música, la última música que sacó el último cantante, o la última cantante? El oír qué? Específicamente la palabra de Dios. Y eso no solo se traduce en leer la Biblia, se traduce en tiempos de oración, se traduce en tiempos de intimidad con Dios, se traduce en tiempos de ayuno, se traduce en tiempos de coinonía, se traduce en tiempos cuando nos juntamos los santos a orar y a bendecir el nombre del Señor. Eso es oír la palabra de Dios.
Cuando tu te juntas aquí cada miércoles, cada domingo, cada vez que tu puedas juntarte, tu fe está siendo alimentada, tu convicción acerca de Jesucristo está creciendo y tu esperanza cada vez es mucho mayor en lo que él pueda hacer. Es la manera como tenemos que conocer al Señor.
En Hebreos Capítulo 11, versículo 6, dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Es un elemento importante la fe en nuestra vida. No es solo una acción de un grupo religioso específico sino que es un elemento para llegar a la misma presencia del Señor. Agradar a Dios. Cuántos quieren agradar a Dios? Cuántos se esfuerzan diariamente por agradar a Dios?
No es solo una opción, el agradar a Dios no es solo una opción sino es una condición que necesitamos cada día practicar para llegar al mismo trono, a la misma presencia del Señor. Algunas cosas que debemos comprender acerca de la fe. La fe es un mandato.
En Lucas, Capítulo 8, versículo 50 dice que no temas, cree solamente. En Marcos, Capítulo 11, versículo 22 dice, tened fe en Dios. No dice, mire si ustedes quieren creen. Si les parece, si tienen otra opción, vea si les conviene. Dice, tened fe en Dios. Cuántos tienen fe en Dios? Cuántos tienen fe en lo que él puede hacer en sus vidas? Cuántos creen que el Señor los tiene para más allá de estar sentado en ese asiento? O cuántos quieren quedarse sentados en ese asiento? Por lo menos cámbiese de asiento.
Otra de las características que debemos observar es que la fe es un arma defensiva. En Efesios Capítulo 6, versículo 16, dice “… toma el escudo de la fe para que apagues los dardos de fuego del enemigo…”
En una parte dice que tiene un Rolls Royce, en una parte dice que la fe se traduce en un valor monetario. La fe es una condición necesaria para mover la mano de Dios.
Otra de las consideraciones, quiere invitarlos a discernir y a experimentar un área de la fe que hoy día nos puede hacer crecer. Y esta es la parte que yo quería leer. Lo otro que leí era para rellenar un poquito los minutos que me dio Omar. Versículo 36, esta la parte es que yo quiero preguntarle a usted y quiero preguntarme yo si estoy dispuesto a vivir por una convicción de fe. Dice, versículo 36, Hebreos, Capítulo 11, versículo 36:
“…Otros experimentaron vituperios y azotes y a más de esto prisiones y cárceles…”
Todavía tienen fe en Jesús? Nadie se está arrepintiendo? Porque ya no estamos hablando de conquistar, ya no estamos hablando de abrir espacios, ya no estamos hablando de destruir, ahora estamos hablando de pararse bien. Esta es la parte de la fe que a veces nos asombra de otros en otros países. Yo sé que muchos no tendríamos alma de mártir para ir a vivir a algún país musulmán. Yo creo que hay que tener un buen llamado del Señor y creer que él va ser tu ayudador, porque el resto nadie te va a ayudar. Esta es la parte de la fe que a mí me tiene intrigado en estos tiempos.
Cuántos nacieron en la iglesia? Cuántos nacieron, vienen de chiquititos, nacieron y esta pregunta tradicional, darías tu vida por el Señor? Si viniera aquí alguien y te apuntara a la cabeza, negarías a Cristo? Es una pregunta muy…. Hoy día no se pregunta eso porque la verdad es que no queremos que la gente se vaya, queremos que la gente se quede.
Entre pastores no hay como mucho discurso en eso, al contrario, mientras más hablemos de que las arcas del banco van a estar llenitas, mucho mejor la fe. Mientras más pobre, menos fe.
Versículo 37, “… Fueron apedreados, usted cree que le tiraron piedrecitas así, moneditas? Fueron apedreados. Cuántos están dispuestos a recibir una pedrada en su cabeza por amor a Jesucristo? Ya me puse medio pentecostal para mis cosas. Fueron apedreados, fueron, esta es la parte, esta sí que trae dolor, aserrados.
La historia, hay una historia paralela en el Nuevo Testamento del libro de Josefo, un gran historiador judío romano, y habla mucha de las experiencias que vivieron los primeros cristianos. Él es mucho más explícito, más que la Biblia incluso, más que el libro de los Hechos acerca de la primera iglesia. Josefo habla de cómo eran los ritos y las tradiciones romanas para poder testiguar este tipo de terroristas cristianos en esos años.
Así que “….fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada, anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras pobres….” Hoy día vemos a alguien pobre y comenzamos a dudar de su espiritualidad. Estamos tan rodeados de predicadores que hablan de la teología de la prosperidad, y ya pensamos que de cualquiera que ande con el zapato roto tiene problemas espirituales. De verdad!
Hay gente que se ha atrevido a decir de que tu condición económica necesariamente pasa por tu falta de espiritualidad. Uno dijo por ahí, todo lo que el Señor me ha dado provoca envidia en otros. No, si ese no es el problema, el problema es cómo lo consiguió. No es que uno envidie la prosperidad de otros, pero nadie de nosotros, puede asumir un rol de juez acerca de cuál es el tipo de fe que estamos viviendo.
Y después le voy a decir por qué? Dice, “… pobres, angustiados, maltratados…” podríamos ponerle malolientes, sin bañarse. Agregue usted algún otro adjetivo ahí. “… de los cuales el mundo no era digno. Errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra…”
Quiero quedar hasta ahí porque sino me voy a poner a llorar. La verdad es que de alguna manera hoy día quiero decirles que cuando llegamos a la convicción de lo que es la fe hacemos que la certeza de lo que se espera tiene un nombre y se llama Jesucristo. Y la convicción de lo que no se ve también tiene un nombre y se llama Jesucristo. Por lo tanto, nuestra fe sea para grandes victorias o sea para estar en tiempos de dificultad, es por el nombre de Jesucristo.
Cuál es el área de la fe que usted está experimentando ahora? Hay algunos que están siendo estropeados por el enemigo. Hay algunos que están siendo perseguidos por el enemigo y se está manifestando en su familia, en sus amigos, en los seres más queridos, en los que usted no esperaba, en algunos hermanos de la iglesia, vaya a saber uno?
Dónde está siendo probada su fe? Dónde está siendo probado su convicción acerca de quién es el dador de la fe? Sabe, el reino de los cielos sufre violencia y solo los valientes lo arrebatan. Y sabe que quiere decir eso? Que todo aquel que tiene fe en Jesucristo puede arrebatar el reino de los cielos. Y no importa la condición de fe que tenga que vivir, si tiene que ser un gran líder y mover ciudades completas o tiene que estar en el grupo de los aserrados, de los apedreados, de los pobres, de los que tienen que andar errantes de aquí para allá. No piense que si es indocumentado, sea una maldición, puede ser una tremenda bendición para nuestras vidas.
Viva su fe, no por las cosas que le convienen sino también por las que no le convienen. Viva su fe no solo por lo que le interesa sino por aquello que nunca deseó que le pasara. Viva su fe no solo por lo que el otro está viviendo, sino por lo que el Señor quiere que usted viva. Él ha diseñado un camino perfecto, tiene un propósito perfecto para su vida y para mi vida, y ese camino él lo ha diseñado pacientemente.
Esperé a Jehová, ese salmo me encanta, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor, dice, me hizo sacar del pozo cenagoso, del lodo de la desesperación. Puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanzas al Señor. Esto lo oirán muchos, dice, y creerán.
Necesitamos cambiar ese concepto limitado de fe, de solo entender que la fe es lo que me conviene recibir. Necesitamos cambiar ese concepto de fe que tiene que ver con lo que tiene relación con el materialismo que me rodea. La fe no es lo que tengo ni es lo que no tengo. La fe es Jesucristo. Por esa fe fui justificado, por esa fe he sido perdonado, por esa fe he sido salvo, por esa fe he adquirido misericordia de parte del Señor. Esa fe. No solo vayamos a lo que realmente nos interesa sino que vayamos al que provee lo que nos interesa. No solo demos gracias al Señor por la vida, sino a aquel que es el dador de la vida. No solo por las cosas materiales que tenemos sino a aquel que es el dador de las cosas que podemos tener.
La iglesia hoy día necesita levantarse como un cuerpo en fe para enfrentar los dardos de fuego del enemigo y no solo estar predicando lo que le conviene, sino también asumir lo que no nos conviene. Porque eso es amar al Señor, eso es cansarse con Jesús, eso es tener sed con Jesús, eso es llorar con Jesús, eso es reír con Jesús, eso es caminar con Jesús. Él es la vida, él es la verdad.
El Espíritu Santo hoy día está en medio de nosotros para guiarnos a esta certeza y a esta convicción. Olvídese de la fe y la certeza de lo que se espera, Señor, tu sabes. Yo tengo certeza Señor que tu me vas a mandar eso, pero no voy a tener que pagar nada. Señor, y la convicción, yo ya me la imagino, Señor, de color blanco, o con ruedas deportivas.
O, Señor, yo no hablo de crucero porque esta semana un crucero se quedó en medio del océano, así que yo creo que nadie va a tomarse un crucero en un par de semanas por lo menos. Señor, sí, Señor que sea un asiento ancho en primera clase, para volar unas cuantas horas. Señor, ya veo la línea aérea que me va a llevar a donde yo quiero ir. Señor, yo quiero esto, Señor, yo quiero, Señor, la certeza y la convicción de lo que necesito y lo que me conviene.
Saben, leyendo esto llegué a entender que la única certeza que yo espero es ser agradable a Jesucristo. La única convicción que aún no veo que espero agradar a Jesucristo. La única certeza que yo espero es amar a Jesucristo. La única convicción que yo no veo es llegar amar a Jesucristo como él quiere que yo lo ame. Lo demás, sabe lo que es? Mateo 6:33, añadidura.
Yo creo que el Señor se merece un aplauso mucho más fuerte. Yo quiero invitarlos, cierren sus ojos un momento. A mí me gusta esa canción que dice, poderoso Dios. Yo quiero invitarlo a reflexionar, no estoy aquí para juzgar su manera de ver la fe o cómo usted está experimentando su fe. Solo traje esto, porque hoy día seguir a Jesucristo demanda valentía, demanda decisión y va más allá de los milagros que yo necesito, de las sanidades que yo necesito. Él es poderoso para hacer milagros, yo sé, él es poderoso para sanar, él es poderoso para proveer. Hay algunos que han tenido y han llegado a situaciones donde hasta lo que no han tenido se les ha quitado, han sufrido burlas, se les ha apuntado con el dedo. Muchas de nuestras situaciones tienen que ver con nuestras malas decisiones, pero hay muchas también de nuestras situaciones que tienen que ver con un propósito de Dios para nuestras vidas. Y yo quiero apelar a ese propósito de Dios en su vida y en mí vida.
Qué es lo primero que usted piensa cuando habla de fe? Cuando le mencionan la fe, qué es lo primero que se le viene a su mente? La fe es Jesucristo. Todo lo demás es la bendición que él tiene para nosotros. Él quiere que cambiemos nuestra mentalidad, nuestra manera de verlo a él, simplemente como un objeto de traernos nuestros más interesantes deseos.
Una última reflexión. Cuando yo leí el nombre de todos estos hombres en el versículo 32 y 33, lo escuché hace algunas semanas y hoy día me hizo sentido eso, Gedeón, David, podríamos meter a Elías, a Eliseo, Josué, Moisés, José. Y nosotros podríamos preguntarnos dónde está el Dios de ellos? Que estos hombres se movieron por la fe en ese Dios, no por los resultados, sino por la fe en ese Dios. El resultado a ellos no les importaba, porque si tenían fe en su Dios, el resultado iba a ser bueno de todas maneras.
Sabe qué me llevó a preguntarme eso? A pensar que Dios está preguntando y dónde están los Gedeones de estos tiempos, dónde están los Josué de estos tiempos, dónde están los Elías, los Eliseo, los José, dónde están todos esos hombres y mujeres que leemos en las Escrituras, dónde están en estos tiempos?
Te tengo buenas noticias, tu eres uno de ellos y Dios quiere mostrar su poder a través de ti, perfeccionarse a través de ti.
Una Vida Organizada en Cristo
8 de noviembre del 2010 - Por Myrza Marilys Lassús
“Pero hágase todo decentemente y con orden”. 1 Corintios 14:40
“Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo”. Colosenses 2:5
Hay un programa de TV que se llama “Horders”. Estas son personas que guardan todo. No votan nada. Tanto es lo que tienen, que muchos no tienen por donde caminar en sus propias casas. Muchos no pueden usar sus cocinas para preparar sus alimentos. Muchos no pueden usar sus baños. Muchas casas se veían lindas y grandes por fuera; pero, por dentro eran basureros contenidos en cuatro paredes. En fín, sus vidas están tan desorganizadas que algunos terminan en hogares de refugio.
Ver este programa me dio una perspectiva diferente acerca de lo que llamamos organización. Este programa habla de la falta de organización de la persona en lo físico, pero a medida que las personas hablaban de su problema, se nota claramente que sus mentes, sus pensamientos, sus emociones, sus vidas espiritualmente estaban desorganizadas también. Es más, podría decir que estaban atados a ser esclavos de su falta de control propio.
Esto me lleva a una ocasión que eran tantos los papeles que yo tenía en casa, desorganizados, que cuando por fin me organicé me encontré con un cheque de más de $200 de un reembolso que me habían mandado. Gracias a Dios que no estaba expirado, pero por la falta de organización, no me había percatado que tenía posesión del cheque.
¿Por qué hablo de esto? El programa me llevó a meditar en la vida espiritual. Cuando recibimos a nuestro Señor como Salvador, estábamos llenos de cargas, de basura, nuestras vidas estaban desorganizadas. Con el recibimos amor, paz, libertad, gozo y muchas cosas más. Pero, ¿andamos en Sus caminos como dice la palabra? ¿Estamos manteniendo nuestras vidas en orden? La vida de estas personas con sus casas llenas de posesiones y basura no estaban siendo beneficiadas. Al contrario, estaban confundidos y llenos de mucho pesar y mucha tristeza. No entendían que esas posesiones les estaba llenando de carga. Sus vidas estaban en puro caos. Así es la vida del cristiano sin orden. Si no tenemos orden en nuestro diario vivir, en nuestro andar, en nuestras mentes, en nuestros corazones, seremos como esas personas llamadas “horders”. Dios nos manda a que saquemos de nuestra casa (corazón)toda basura y posesión que no nos corresponde. Una vez estas personas lograron sacar todo de sus casas, toda basura, todo lo que estaba de más, sus vidas cambiaron. Muchos lograron que sus familias regresaran a visitarles, comenzaron a comer bien y a mantener su salud. La organización en nuestro hogar, en nuestras finanzas, en nuestros trabajos, en nuestra vida espiritual trae paz, gozo, tranquilidad, libertad.
Si no estas organizada, comienza. Si necesitas ayuda, pídela. Seamos ejemplos del orden divino con nuestras vidas. Cuando nuestras vidas están en orden, las situaciones del diario vivir se pueden enfrentar mejor, podemos ayudar al hermano necesitado, podemos ser más eficientes como esposas, madres, hijas, cristianas….podemos ser organizadas y ser llamadas mujer virtuosa. Proverbios 31:10-31.
Señor Jesús, gracias por tu dirección divina trayendo a nuestras vidas orden, paz, y libertad. Agradecemos tus mandamientos y estatutos que nos bendicen y nos liberan de la esclavitud del pecado, del mundo, de todas las cosas que nos atan. Gracias por tu libertad. Amén.
Hacer la voluntad de Dios y (aún) sufrir
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Hermanos, yo les digo algo con toda convicción y es que las cosas que Dios tiene para nosotros por delante ni siquiera nos las podemos imaginar. Yo creo que estamos al borde de una gran explosión, numérica y espiritual sobre todo. Y yo creo que Dios me ha hablado proféticamente también acerca de una visitación de Dios, no solamente para esta iglesia, sino para toda la tierra.
Y Dios tiene algo con este pueblo y por eso nuestra visión y nuestro compromiso tiene que estar al nivel de la visión de Dios para nosotros. En este tiempo que yo he estado recuperándome de mi enfermedad y he estado en caso, yo le doy gracias al Señor porque muchos de ustedes se han puesto de pie, han dicho presente, y no se ha sentido mi ausencia, gracias a Dios, inclusive las cosas yo creo que van mucho mejor que cuando yo estoy aquí.
Y no digo eso por modestia, sino porque he visto como Dios ha usado esto para darle a la iglesia un sentido de que, guau, somos un pueblo maduro y no dependemos de un hombre para nuestra salud y para continuar haciendo las cosas del Reino de Dios. Mi rol como pastor principal, yo les decía a los hermanos que estaban en el encuentro de sanidad interior ayer, mi rol es más bien simplemente mantener el espacio limpio para que el pueblo de Dios se pueda preparar para hacer la obra del Reino de Dios.
Y como les digo, Dios va a levantar cientos de ustedes como maestros, pastores, evangelistas, consejeros, siervos de Dios y siervas de Dios en todas las diferentes áreas del ministerio. Prepárense porque la cosecha es grande. Y Dios necesita hombres y mujeres radicalmente comprometidos con el Reino de Dios. Hombres y mujeres que han, y ya entré en mi sermón de paso, hombres y mujeres que han muerto al mundo y que viven para Dios y para el reino y para los propósitos de Dios.
Jóvenes que están preparándose para ser hombres y mujeres grandemente usados por Dios. Gente que ha decidido darle la espalda a la realización personal y los logros personales, y han dicho, ¿saben qué? Yo quiero que mi vida sirva para bendecir los propósitos del Reino de Dios.
Yo quiero que mi dinero, mi profesión, mis conocimientos, mis relaciones sociales, mis talentos, todo sea madera para el fuego que Dios quiere desarrollar en la tierra. Dios quiere, hermanos, que ustedes y yo, y todos los líderes de esta congregación nos santifiquemos. Dios quiere que nos consagremos y nos entreguemos totalmente para servirlo a él. Que nos purifiquemos totalmente adentro y afuera para que él pueda usarnos como instrumentos para su gloria.
Dios me ha hablado mucho a través de estos años, a través del libro de Zacarías en el capítulo 3, la visión que tuvo el sacerdote Josué. Yo sé que es la voluntad de Dios que estemos aquí juntos esta mañana, hermanos, estoy seguro de eso.
Ahí en el capítulo 3 de Zacarías Dios le dice a Josué simplemente:
“… Si anduvieres por mis caminos y guardares mi ordenanza también tu gobernarás mi casa y también guardarás mis atrios y entre estos que aquí están te daré lugar…”
Y hay otro pasaje, no recuerdo ahora mismo exactamente, pero dice que si entresacares lo precioso de lo vil serás como mi boca y te daré autoridad sobre mi iglesia, mi pueblo.
Mis hermanos, yo siento que Dios nos está diciendo a nosotros que nos prepararemos, nos purifiquemos como pueblo de Dios, que lo demos todo al Señor para que él pueda tener un pueblo preparado para estos últimos tiempos en que estamos viviendo. Y aunque yo estoy hablando en plural, yo quiero que tu pongas tu nombre en eso que yo estoy diciendo, que sientas el llamado personal de Dios a entregar todo lo que tu eres, y todo lo que tienes para servir al Señor.
Y entonces cierro todo lo que he dicho, regresando a lo que me motivó a decir esto, es la edificación de ese santuario. Sí, porque todo esto que yo he dicho es específicamente para eso. Porque yo creo que ese edificio tiene un propósito muy especial en avanzar lo que Dios tiene para nosotros. Y esa es la tarea inmediata de Dios para esta congregación, edifíquenme ese santuario porque yo lo voy a usar para mi gloria.
Entonces nosotros, como un ejército disciplinado y bien dispuesto, decimos, sí, Señor, amén te vamos a edificar ese santuario y vamos a hacer todo lo necesario para levantártelo. Y yo sé, hermanos, que vamos a ser bendecidos materialmente y espiritualmente en lo que contribuyamos para la construcción de ese santuario. Así que yo te digo a ti personalmente, no pierdas la oportunidad de ser bendecido y honrado participando en algo que está muy cercano al corazón de Dios. Amén, gloria al Señor. Gracias por escuchar esa parte, hermanos.
Ahora, quiero dirigirles al libro de los Hechos en el capítulo 6, rápidamente. Y este pasaje interesantemente se supone que yo lo predicara, probablemente, más de un mes, pero han intervenido diferentes cosas. Pero, ¿saben qué? Yo creo que Dios lo tenía reservado específicamente para este momento, porque este texto en realidad va desde Hechos 6 hasta Hechos 8, porque comenzando con el versículo 8 del capítulo 6, tenemos aquí el martirio de Esteban, el primer mártir de la iglesia. En el capítulo 7 tenemos el discurso muy largo, de hecho, que Esteban da ante el concilio en Jerusalén, que lo está acusando de violar la ley judía y de insultar el Reino de Dios, su defensa también. Un discurso que lo lleva a recorrer toda la historia del pueblo judío desde su fundación a través de Abraham hasta los mismos tiempos en que matan a Jesús por medio de la cruz.
En el capítulo 8, en los primeros 3 versículos vemos un detallito interesante y es que dice que mientras estaban apedreando y matando a Esteban, había un joven fariseo que estaba aguantando las vestiduras de los que estaban apedreando a Esteban y consentía en la muerte de Esteban. Y es gráfico ver esto, porque lo que Saulo estaba haciendo y sabemos que es Saulo el que más tarde sería el Apóstol Pablo.
Imagínese, Saulo estaba aguantando las vestiduras de estos hombres, me imagino para que pudieran apedrear a Esteban con más comodidad y con más efectividad. Antes de yo estar en el hospital y todo esto, Dios había puesto en mi corazón meditar acerca de cuando pasamos por tiempos de pruebas y de sufrimiento, y de en un sentido crucifixión, aún por el hecho de que estamos sirviendo al Señor.
Y por eso me parece sumamente apropiado que ahora que regreso a mis labores pastorales, por así decirlo, y de predicación, que me toque precisamente hablar sobre ese tema del sufrimiento y el martirio de Esteban. No es que yo me considere un mártir, entiéndalo bien, pero sí muchas veces en nuestra vida cristiana vamos a pasar por tiempos de persecución y de sufrimiento y de adversidad. Y tenemos que estar preparados para atravesar esos tiempos difíciles en una forma que glorifique a Dios y que nos permita salir victoriosos y aún mejores de esas pruebas.
Yo creo que muchas veces las iglesias fallamos en preparar a nuestra gente para los sufrimientos, y las pérdidas y las adversidades que inevitablemente vienen a la vida de todo creyente, y fallamos en eso. Particularmente las iglesias que enfatizamos el poder de Dios y que nos movemos en el mover pentecostal, hablamos de la victoria y de la guerra espiritual, pero no hablamos a veces de esos tiempos en que tenemos que sufrir y que simplemente lo que tenemos que hacer en ese caso, es encomendar nuestras almas a Dios hasta que pase la prueba.
Cuántas veces tu has pasado por una situación de dificultad en tu vida, enfermedad, carencia económica, dificultades en tu trabajo y en tu profesión? Quizás ha habido un tiempo de sequía espiritual, aún de depresión, problemas matrimoniales, y dificultades en la vida, y tu le has orado al Señor que pase de ti esa copa. Y tu has ayunado, y has confesado todos los pecados que te acuerdas y los que quizás podrías haber cometido sin darte cuenta y los que vas a cometer también. Te has reconciliado con toda la gente que te hizo algo y con los que tu les debes también, y has reprendido y declarado, has hecho todo lo que prescribe el manual pentecostal para salir victorioso de la prueba, y sin embargo todavía continua el problema, la enfermedad, la dificultad. Cuántos han estado ahí? Yo creo que todos, no?
Y muchas veces entonces nuestra tendencia es a dudar de la fidelidad y la misericordia de Dios. La verdad es que a nuestra vida van a venir situaciones que no las vamos a poder explicar de ninguna manera, y en esos casos tenemos simplemente que aceptar que Dios es soberano, Dios es Señor, que él no se equivoca, que él por definición no hace nada malo, que todo lo que él hace en la vida de uno de sus hijos es bueno por definición, y que aunque quizás en el momento que estamos pasando por la prueba no sepamos la explicación, el Señor sabe que eso es necesario y es para nuestro bien, y para bendición de los que están alrededor de nosotros.
Muchas veces nuestros sufrimientos no serán porque estamos fuera de la voluntad de Dios, sino precisamente porque estamos dentro de la voluntad de Dios. Como en el caso de Esteban que estaba haciendo la voluntad de Dios, estaba predicando su palabra, estaba defendiendo el señorío de Jesucristo, su martirio viene precisamente porque está declarando la verdad de Dios y moviéndose en integridad como ministro.
En un caso reciente, Dios había escogido librar a Pedro y a Juan del martirio, sacándolos milagrosamente de la cárcel y sin embargo en este caso, con un hombre lleno del Espíritu Santo, íntegro en su caminar con Dios, Dios escoge soberanamente no librarlo de una muerte dolorosa y cruel.
Por qué esas dos diferentes maneras de proceder con siervos suyos? Los designios y los caminos de Dios no son nuestros caminos. Y muchas veces cuando viene la prueba a nuestra vida si no tenemos una explicación, simplemente tenemos que decir, ¿saben qué, Padre, aunque que no entiendo, me someto a tu voluntad, tu eres Señor y tu eres bueno.
Sin embargo, a través del estudio de este texto uno puede ver un poquito de los misterios de Dios explicados en esta jornada de su siervo Esteban y nos resulta iluminador a nosotros. Vemos aquí, Esteban es llevado ante el tribunal y él hace un recorrido histórico de las Escrituras mostrando la dureza de corazón del pueblo judío a través de la historia contra los profetas de Dios.
A través de su largo discurso Esteban muestra lo fiel que ha sido una y otra vez llamando a Abraham, a José, a Moisés y cómo estos hombres tuvieron que sufrir por la infidelidad del propio pueblo de Dios.
En el caso de Moisés, por ejemplo, Esteban señala que aún mientras Moisés estaba en el monte recibiendo las tablas de la ley, el pueblo judío estaba allá abajo corrompiéndose, levantando ídolos.
Y allá en el versículo 51 finalmente Esteban concluye su sermón apasionado y no puede reprimir una palabra de acusación contra la dureza de corazón de los judíos y dice:
“… duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo como vuestros padres así también vosotros. A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del justo de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores? Vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y no la guardasteis…”
Y cuando estos hombres escuchan eso, en vez de quebrantarse, lo que hacen es como que se llenan de una ira demoníaca, le crujen los dientes y se tiran sobre Esteban y lo arrebatan y lo sacan fuera del pueblo para matarlo y destruirlo.
Leyendo el sermón de Esteban y su largo recuento de la historia de los judíos, una de las cosas que yo concluí es la importancia de no ser sacos rotos, hermanos, de escuchar con reverencia y retener las experiencias y las enseñanzas del Espíritu Santo a lo largo de nuestra vida.
Porque lo que Esteban acusa a los judíos es, ustedes han recibido revelación una y otra vez, profetas que Dios les ha enviados, revelación a través de todos los siglos, y ustedes han seguido empecinados en su rebeldía y su carnalidad.
Y yo pensaba, hermanos, que muchas veces en las iglesias hay personas, en esta iglesia gracias a Dios eso no existe, pero en otras iglesias hay personas que pasan años y años y años, viniendo a la iglesia cada domingo, recibiendo palabras, sermones, discursos y simplemente se mantienen igual, estériles, no crecen, no entran en la revelación de Dios para sus vidas.
Y Dios te dice, no seas un saco roto, retén la palabra de Dios, atesórala y ponla en práctica en tu vida, abre tus oídos para escuchar la palabra, interactúa con la palabra de Dios, siente su llamado personal e individual para tu vida. Y pregúntate cómo tu puedes abrazar esa palabra y vivirla y ponerla en práctica cada día de tu vida, porque sino lo que pasa es que como con estos judíos nos endurecemos y ya nos hacemos insensibles a la palabra de Dios.
Entonces venimos a la iglesia y ya la palabra es como cuando uno tiene un cayo en una mano, de tanto trabajar esa mano o ese pedazo de piel se endurece y ya tu casi no sientes la aspereza de la superficie porque está endurecida la piel.
Mucha gente viene a la iglesia domingo tras domingo y ya se han acostumbrado tanto a escuchar la predicación que ya no la escuchan con el corazón. Entonces esa es una de las enseñanzas pero ese no es el punto principal de este sermón, pero es una cosa importante que se ve aquí.
Pero de lo que yo quería hablar es de eso del martirio y el sufrimiento en la vida del creyente. Yo decía que hay varias lecciones que podemos aprender de la vida y el padecimiento de Esteban.
Y una de las cosas que yo he aprendido es que, ya lo dije, en ocasiones precisamente por servir al Señor y serle fieles padeceremos los ataques del enemigo. Segunda Timoteo 3:12, dice:
“… Y también los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución…”
En ocasiones por hablar la verdad y tener una conducta ejemplar habrá gente que querrá perseguirnos y atacarnos. El enemigo tratará de destruirnos y de llevarnos a negar la fidelidad y la misericordia de Dios, querrá neutralizar nuestro testimonio que tanto bendice a las personas alrededor de nosotros.
Así que, como decíamos hermanos, no siempre el sufrimiento se debe a que estemos en pecado. A veces será todo lo contrario. A veces pensamos que como servimos al Señor todo nos tiene que salir bien siempre. No siempre será así. Tenemos que estar preparados para cuando viene el día malo, cuando la persecución viene a nuestras vidas, cuando viene la enfermedad, los problemas económicos, las pérdidas de seres queridos, los conflictos familiares. A veces la adversidad será la mayor muestra de que estamos agradando a Dios y que estamos en el centro de su voluntad, en vez de lo contrario.
Cuando viene la prueba, hermanos, el cristiano contraataca con las palabras y las promesas de Dios. El creyente poderoso usa las armas del espíritu pero muchas veces dura más tiempo de lo que queremos la prueba y la sequía. Y en esos casos lo único que podemos hacer es pararnos sobre la palabra de Dios, necesitamos ejercer fe y mantenernos firmes hasta que pase el día malo, y tendrá que pasar. Esa será nuestra mayor arma de pelea, simplemente resistir en la palabra de Dios.
Miremos el capítulo 6 de Efesios, los versículos 10 al 20 donde el Apóstol Pablo dice:
“…Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne sino contra principados, potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo. Por tanto, dice, tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día y habiendo acabado todo estar firmes…”
Y entonces el Apóstol Pablo nos aconseja de estar firmes, parados mientras alrededor de nosotros ruge la tormenta y persiste el ataque del enemigo, simplemente mantenernos cubiertos con los elementos del Evangelio alrededor de nosotros.
Muchas veces, hermanos, cuando el huracán de la prueba y de las dificultades ruge alrededor de nosotros, lo que tenemos que hacer es coger nuestras ventanas, meterle una plancha de plywood de 4 por 8 por todas las ventanas, encerrarnos bien, y dejar que la tormenta se gaste alrededor de nosotros. Y cuando ya el huracán se cansó y se agotó, tu quitas las planchas de plywood y limpias los árboles que se cayeron, y los pajaritos cantando, tu vuelves a tu vida normalmente, protegido por la cobertura de la palabra de Dios.
Cuando pasamos por dificultades en la vida esa es la clave, hermanos, orar más, leer más la palabra, bendecir a Dios, mantenernos fieles en lo que tenemos que hacer y dejar que el diablo haga lo que quiera y amenace y ruja, y dice la palabra, resistid al diablo y huirá de vosotros.
Para mí esa es la mejor manera, cuando lo hemos dicho todo eso es lo que verdaderamente resulta en la vida del creyente, porque las dificultades y las pruebas van a venir a nuestra vida de una manera u otra. Y al final, definitivamente, como dice el Apóstol Pablo, en todas estas cosas somos más que vencedores.
En última instancia, hermanos, uno se tiene que armar preventivamente de esa actitud de que no importa lo que pase en mi vida, yo voy a glorificar y alabar y adorar a mi Dios, no importa lo que pase. Yo voy a armarme de las promesas de Dios y voy a creer que Dios tiene buenas cosas para mí, pero si viene el día del mal, aún ahí yo también voy a servir al Señor y voy a glorificar su nombre, no importa lo que pase.
Las palabras de Habakuk en el capítulo 3:17 al 19 son palabras inmortales que debemos grabar en nuestros corazones siempre:
“… aunque la higuera no florezca ni las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labradores no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales, con todo yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación. Aleluya! Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de siervas y en mis alturas me hace andar…”
Esa es la actitud que el diablo no sabrá jamás que hacer, un cristiano no podrá ser derrotado mientras mantenga esa actitud, esa postura en su corazón. Otra lección importante, y ya voy cerrando, que aprendemos del martirio de Esteban es que cuando sufrimos en Cristo generalmente Dios nos bendice con bendiciones espirituales que compensan por el sufrimiento a nivel físico, material.
Yo he aprendido que en los tiempos de prueba y de padecimiento, como que nos acercamos más que nunca al Señor. Estamos más sensibles a las verdades del espíritu. Hubo un tiempo de carencia en la vida de mi familia, muchos años atrás, cuando yo era pequeñito en la República Dominicana, y llegó aún a escasear la comida en mi casa y yo recuerdo que mi mamá que había conocido al Señor recientemente, ella decía que cuando no había tanta comida en la comida entonces ella se sentía más libre para adorar al Señor y buscar de Dios porque no tenía que cocinar, ella hasta le daba gracias a Dios por esos tiempos. Y nosotros, los niños pensábamos de una manera diferente, no éramos tan espirituales.
Pero sí, Esteban vio la gloria de Dios. Dice que mientras estos hombres se preparaban para apedrearlo los cielos se abrieron. Esteban vio la gloria de Dios y a Jesús sentado a la diestra del Padre.
Hermanos, yo estoy dispuesto a soportar unas cuantas pedradas para ver lo que Esteban vio. A Esteban le fue dado el privilegio excepcional de ver el señorío de Dios sobre la historia y sobre la creación. Es importante recordar ese señorío de Dios cuando pasamos por situaciones que nos parecen injustas e inexplicables.
Como Job tenemos que decir, Dios dio y Dios quitó, sea el nombre de Jehová bendito. El Apóstol Pedro, en primero de Pedro 4:12 dice:
“… amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo para que también en la revelación de su gloria os gozeis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo sois bienaventurados porque el glorioso espíritu de Dios reposa sobre vosotros…”
Ojalá que cuando nosotros estemos pasando por situaciones de prueba en nuestra vida física podamos cambiar de canal y sintonizarnos en el mundo espiritual y sentir y discernir lo que Dios está haciendo en nuestra vida para prepararnos para ver cosas mayores.
Sí, hermanos, en este tiempo de estar en la casa descansando tranquilo esperando a que mi cuerpo se reajuste de nuevo a la normalidad, yo he estado aprovechando este tiempo para buscar de Dios y preguntarle al Señor, bueno, Padre, qué tu me estás enseñando? Cómo puedo yo ponerme a tono con las bendiciones secretaras que tu estás trayendo a mi vida?
Y no me cabe la menor duda, hermanos, de que Dios ha estado cavando en mí para que más de la unción del Espíritu Santo quepa en mi vida. Mientras mi cuerpo estaba siendo apedreado, yo sé que mi espíritu estaba viendo la gloria de Dios. Y yo sé que Dios tiene propósitos mayores en mi vida y en la vida de esta congregación.
En las crucifixiones siempre el diablo está trabajando pero Dios está trabajando por encima del diablo, cumpliendo con el propósito de nuestra vida y preparándonos para ser más como Cristo.
Y no puedo reprimir una tercera lección, perdónenme si me extiendo un poquito más, y es que mientras Esteban estaba siendo apedreado, este hombre, este joven fariseo que no sabía que Dios tenía un propósito en su vida estaba allí participando en ese martirio de este hombre. Fíjese que Dios estaba usando el martirio de este hombre primero para desatar una persecución que llevaría a los cristianos a través de muchas diferentes pueblos para predicar el Evangelio, y quizás más importante y más estratégico estaba como poniendo una semilla de conversión y de convicción en la vida de ese joven fariseo que estaba viendo a este hombre morir en una manera tan ejemplar y perdonando a los que lo estaban apedreando.
No mucho tiempo después de ese momento el Señor tumbó a Pablo, a Saulo de su caballo y lo llamó a servirlo a él como el gran Apóstol Pablo. No solamente eso, sino que muchos años después el Apóstol Pablo ya habiendo él sufrido muchos padecimientos y muchas crucifixiones, él recordaba ese momento en que él participó en la muerte de Esteban y decía, solamente por la gracia de Dios soy yo un Apóstol del Evangelio de Jesucristo.
Yo creo que la conversión de Saulo comenzó en ese momento, mientras Esteban sangraba y derramaba su espiritualidad al aire, libertaba el poder de Dios de su cuerpo. Algo de la gracia de Dios en Esteban rozó el corazón de Pablo y lo preparó para llegar a ser el gran siervo de Dios que luego fue.
Por lo ranto recuerda, mi hermano, mi hermana, que cuando tu pasas por la prueba, conforme a los modelos de la palabra de Dios, tu vida va a bendecir a otros también. Dios usará tus padecimientos para bendecir a otros y te hará un instrumento de la gracia de Dios
Recuerda que tus sufrimientos nunca son en vano, siempre hay un propósito. Dios siempre está trabajando en la vida de sus hijos. Nada de lo que pasa en un siervo o una sierva de Dios carece de significado.
Vivamos la vida cristiana con ese sentido de que nada nos podrá separar del amor de Dios, ni la muerte ni la vida podrá separarnos del amor de Cristo. Que el Señor les continúe bendiciendo, amén, amén.
Vamos ahora a celebrar hermanos la santa cena y precisamente hablando de crucifixiones vamos a recordar el sacrificio de Cristo en la cruz del calvario. Padre, bendecimos estos elementos, los consagramos a ti, prepara nuestros corazones, nuestros espíritus para discernir el cuerpo de Jesús y para participar de este privilegio como hermanos en Cristo, un solo cuerpo en Cristo Jesús. Confesamos que no somos merecedores de este privilegio pero participamos con gusto de ello. Bendice este pueblo, Señor, derrama tu gracia sobre ellos y levántate una iglesia ejemplar para gloria de tu nombre. Fortalécenos ahora por medio de estos símbolos, en el nombre de Jesús. Amén.
Mayor es El que esta en ti
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Hermanos, Primera de Juan, capítulo 4. Enfoquémonos en el versículo 4. El versículo que acabamos de declarar el uno al otro. “Hijitos,” ese es usted, “vosotros sois de Dios y los habéis vencido porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.”
“Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido porque mayor es el que está en vosotros…” Greater is He who is in you, then who he is in the World. “Mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.”
Mi hermano, no tiene idea de lo que se ha levantado contra usted y su deseo de seguir a Cristo. No tiene idea de lo que se levantado para perseguirlo y para parar en seco su proyecto de crecer en el Señor. Pero, desafortunadamente, muchos de nosotros tampoco tenemos idea que mana dentro de usted – que Dios ha derramado, está sobre usted. Y hoy vamos a explorar un poco acerca de esto hoy.
Fíjate, el versículo 4, si uno lo lee fuera de su contexto, está incompleto. Si uno lo lee fuera de su contexto, a menos que usted no lo lea dentro de su contexto, crea más preguntas que respuestas.
Por ejemplo, ¿qué o a quién he vencido? Si no leemos más esto no lo dice. “Ustedes lo han vencido.” ¿A qué? ¿A quién? ¿Quién es éste que se supone que esté dentro de mí? Y este que está en el mundo, ¿qué es? ¿Quién es? Es más, ¿cuál mundo? ¿De qué estamos hablando?
Y, para entender esto, mis hermanos, vamos a dejar que el Espíritu Santo desglose esto y abra su contexto. Pero antes de eso, miren bien este primer versículo. ¿Qué te dice el Señor cuando lees esta declaración? “Hermanos – hijitos, vosotros sois de Dios.”
Hermanos, primeramente – y esto básicamente es el tema que correrá sobre toda esta reflexión. El universo está dividido – créelo o no. Ahorita hay muchas cosas, que tal vez dividen al ser humano. Pero mientras nosotros nos acerquemos más y más al día del Señor, se hace más claro que la división más importante y en un día será la única división que importa. La única diferencia que importa. Será entre aquellos que se identifican como hijos de Dios y aquellos que no lo son.
Y, qué es lo que quiere decir el Señor con esto: “vosotros sois de Dios.” Hermanos, si nosotros nos detuviéramos sobre este versículo nada más, aquí nos podríamos detener. ¡Qué bello está! Vosotros sois de Dios. Meditando sobre esto esta tarde, el Señor me demostraba cosas. Me habló su Espíritu de una manera que nunca había leído este versículo de esta manera. La riqueza que salta de eso. El hecho de que tú y yo – usted que ha depositado su esperanza en el Señor y confía en el Señor como su Salvador y su Señor, somos de Él. “Sois de Él.”
Ahora, ¿qué quiere decir eso? Primeramente, lo primero que viene a la mente es esto: si soy de Dios, somos uno – tal vez, propiedad de Él. Pues, un aspecto de el hecho de que “soy de Dios” es que tú eres Su propiedad. El Señor te mira a ti, como su pertenencia.
Ahora, en el mundo antiguo hablaban de, tal vez, esclavos. Y en eso sí, Pablo escribía una y otra vez, “esclavo soy yo de Jesucristo. Soy su siervo.” Y a él no le daba vergüenza decirlo. Pero más bien, el Señor te ve a ti como joya. Como su propiedad. Y si eres su propiedad, el Señor sabe defender su propiedad.
Y si eres su propiedad, tú eres su pertenencia. El Señor va a defender lo de Él. Pues, si sois de Dios, 1) somos propiedad de él; si soy de Dios, somos nacidos de Él. Así como yo soy de Carlos Acevedo y Ester, mis padres. O cuando en nuestra tradición latina, alguien se casa, una mujer se casa y dice sí, soy ahora “de Acevedo.” O “de… tal y tal” y adoptan el nombre de su marido.
El Señor está aquí diciendo, ¿sabes qué? No eres meramente un esclavo. Y esta práctica había en el mundo antiguo. Uno podía – un dueño – podía adoptar a su esclavo. Y ya él dejaba de ser su esclavo, dejaba de ser su siervo. Era ya el heredero en ese hogar. Tenía todos los derechos como si fuera del hogar, como si fuera un hijo natura.
¿Sabe? Esa ley sigue ahora. La ley de la adopción, aún en los Estados Unidos en el siglo XXI es precisamente esa ley. ¿Usted lo sabía? El hijo o la hija, la niña, el niño que usted adopta hereda todos los derechos legalmente como si fuera su hijo o su hija. Hoy, en Boston, en el siglo XXI. Y lo que el Señor dice es, ¿sabe? Tú eres mío. El Señor te ha adoptado y ahora tú eres de la casa.
Tienes la libertad de entrar y acercarte a la mesa del Señor. A donde otros tal vez se puedan detener, tú puedes entrar y conversar con tu padre libremente. Porque eres de Él. “Vosotros sois de Dios.” Somos parte de su equipo, su comunidad, su ejército, su plan. En otras palabras, si “sois de Dios” somos instrumentos en las manos de Dios.
Tú eres una herramienta que el Señor tiene a su disposición para ejecutar su plan, ejecutar su autoridad sobre la tierra. Tú eres de Él. Y en el momento preciso te usa para extender los intereses del Reino de Dios, porque eres de Él. Y sobretodo, mis hermanos, “sois de Dios.” Si somos de Él, somos amados de Él. Tú eres de Él.
A muchos de nosotros - de todos los conceptos, todo lo que puede indicar, - yo soy de Dios, ese es el más difícil para muchos de nosotros de dirigir. Que Dios te ame. No solamente que seas tú su propiedad. No solamente que Él tenga la disposición de usarte para extender los intereses del Reino; no solamente que te ha hecho heredero de sus promesas y parte de su Casa Real, pero sobre todo Él piensa en ti. Él vela por ti. Él ha creado mansiones por ti. Su anhelo es estar cerca de ti.
Y no hay manera de explicar esto teológicamente. La única manera de explicar el cielo y el sacrificio de Jesús y su gloria venidera, es simplemente decir: bueno, ¿por qué lo hace? Porque nos ama. Porque nos ama.
Hermano, tú eres de Cristo. “Vosotros sois de Dios porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.” Hermanos, y el Señor – dice esta Palabra, que el Señor marca. ¿Cómo sabemos nosotros? Declara el apóstol Juan en el capítulo 5. “¿Cómo es que nosotros sabemos que somos amados?” Por el Espíritu Santo.
Por el Espíritu santo que ya por el hecho de que tú eres ya propiedad de Él. Por el hecho de que Él te adoptó. Por el hecho de que Él te apropió a su heredad, nos ha santificado. Ya nuestros cuerpos se convierten en templos de Espíritu Santo y Dios mismo a través del Espíritu Santo mora dentro de ti. Mora dentro de ti.
Pues, Pastor, si es así – sí, todo eso quiere decir ser un hijo de Dios. Y sépalo, mi hermano, adóptelo, abra su corazón a toda esa realidad. Y el hecho de que el Espíritu Santo mora dentro de ti, entonces, ¿quién está en el mundo? Si todo eso es lo que el Señor está haciendo a nuestro favor, entonces, ¿cuál es este hecho? ¿Quién es este tipo que está en el mundo? Y, ¿con qué lo hemos vencido?
Bueno, muchos de nosotros ya tenemos la respuesta a eso. Satanás, ¿no? El diablo. Pero, sepan eso. Y hablar de Satanás, como declara la Palabra, no estamos hablando de un ser que podemos comprender de la misma manera que podemos comprender cualquier otra persona o cualquier otra energía que usted ha conocido o se ha levantado en su vida.
¿Por qué? Él es espíritu. Y, ¿por qué eso nos importa? ¿Por qué nos importa ese espíritu? La Palabra declara – nosotros conocemos este versículo, Esefios 6:12, “porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados. Contra potestades. Contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo.”
¿Ustedes están oyendo palabras de estrategia? Esto no es una anomalía. Hay orden, plan, estrategia en el mundo de Satanás. Es un reino. Así lo dijo el Señor. Hay un propósito tras esto. Hay un orden tras de esto, hay rangos tras de esto, declara la palabra. Contra huestes espirituales de maldad, en las regiones celestes. Y si son huestes de maldad, por lo menos esto sabemos de esto; no son discernibles. No son discernibles a través de las herramientas que nosotros tenemos en la carne.
No son discernibles, mis hermanos, por sus cinco sentidos. Más asustante, no son ni siquiera discernibles a través de su intuición, a través de su common sense – su sentido común. Aún a través de sus pensamientos. Más bien, esos espíritus – y eso es lo interesante – Satanás, y los ángeles caídos que lo sirven, operan a través de nuestros sentidos.
El canal que ellos usan para influenciarnos es nuestra carne. Precisamente las cuales sobre las cuales usted depende para conocer y gobernar, y caminar en su realidad – sus ojos, sus oídos, su capacidad para palpar. Sus experiencias, sus pensamientos, su capacidad para analizar. Aún la capacidad de levantarte por la mañana, mirar afuera y decir es de día, porque veo sol. Es noche porque ha atardecido – nada de eso te sirve cuando estamos hablando de luchar contra este ser.
Más bien, ellos han aprendido a usar y comunicar su influencia, a través de precisamente las cosas sobre las cuales nosotros dependemos para definir nuestra autoridad. ¿Ahora entienden contra quién ustedes estaban luchando? ¿Ahora entienden por qué cuando usted sirve al Señor, muchas veces, las cosas que deberían tener sentido no tienen?
¿Ahora entienden por qué algunas de las cosas que deberían operar a su favor, muchas veces parece que están operando en su contra? Ahora entienden por qué tú sabes que estás con el Señor – el Espíritu Santo está dentro de ti – sabes que Dios te ama, eres de Él, lo sabes, lo has declarado, pero, como que por más que tú te acercas al Señor más tu te sientes – y voy a usar esta palabra – como un extraterrestre.
¿Sabes lo que esa palabra quiere decir? No de este mundo. Convicted. Si eso es lo que es un extraterrestre, usted estaba mirando un extraterrestre. No somos, y por más que usted se acerca al Señor, más raro – más raro se va a sentir. Más rara su realidad se va a sentir. Más raro, aún dentro de ti, se va a sentir. No se va a sentir ni siquiera cómodo contigo mismo. Eso no es señal de pobreza espiritual, eso es señal que el Espíritu Santo está creciendo dentro de ti, despegándote del mundo. Creciendo dentro de ti.
Vosotros sois hijos de Dios – lo sois. Y entonces, ¿qué? ¿Cómo luchamos?
Ahora vamos a ver el contexto. Versículo 1: “Amados, no creáis a todo espíritu.” Ya ven, no podemos creer en todo espíritu, ¿entienden ahora por qué? We can’t trust every spirit, we can’t relieve every spirit. Y, ¿qué quiere decir allí? No toda influencia – no puedes confiar en eso – no toda oportunidad, no todo pensamiento….
Aún no toda emoción. Hermanos, no se deje llevar. ¿Cuántas veces no ha oído al Pastor decir esto? No se deje llevar por sus emociones. No se deje llevar por sus patrones de pensar. No se deje llevar aún por oportunidades doradas que se abren delante de ti.
“… probad los espíritus si son de Dios; porque muchos profetas han salido por el mundo.” Hermanos, el Señor – el Espíritu Santo que está dentro de ti – usted tal vez no puede discernir, porque no estamos equipados para discernir en nuestra carne, estos espíritus. Pero el Espíritu Santo lo ve de lejos, el Espíritu Santo lo ve de lejos. El Espíritu Santo que está dentro de ti, y te da la capacidad de probar estos espíritus.
Y, ¿cómo se prueban estos espíritus? Sigue la palabra, “En esto conoced el Espíritu de Dios: …” Aquí viene la regla dorada. “En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios: Y todo espíritu que confiesa que Jesucristo…” Perdón, “Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios: y éste es el espíritu del anticristo.”
¿Qué está diciendo esto aquí? Todo, todo, todo esto se trata de Jesús. Todo se trata de Jesús. Hermanos, Cristo marcó lo que divide el universo. Es Cristo lo que marca y define nuestro universo, no su realidad. Sino el señoría de Cristo y su palabra. Y, mis hermanos, mientras más y más este mundo – y hermanos si se le ha hecho difícil mencionar el nombre de Cristo… si nuestra cultura ha llegado al extremo que ni siquiera podemos usar la palabra Christmas por la Navidad, porque es una referencia directa a Jesucristo, y eso ofensivo, bienvenido al siglo XXI y al espíritu del… ¿cuál es la palabra? Anticristo.
Es más, hermanos, esa palabra anticristo, es mucho más fácil de lo que usted puede pensar. Es francamente lo que se oye, anticristo es todo lo que se levanta en contra o se opone a el señorío y la ley de Jesús.
Hermanos, no es una casualidad que nosotros exaltamos el nombre de Jesús ahorita. No es una casualidad que nos detuvimos en bendecir su nombre y adorarlo y glorificarlo – eso, mi hermano, es guerra espiritual. Porque el señor Jesús, divide… ¿sabe? En el libro de Apocalipsis, cuando usted lea el nombre – esa palabra, anticristo, muchas veces usted lo va a leer con una “a” mayúscula. Y allí refiere una persona que será, en la escatología de muchos, y así yo lo creo, será revelado a la humanidad como la encarnación de todo este sistema anticristo.
Pero, anticristo como está escrito aquí en Primera de Juan, capítulo 4, con “a” minúscula, habla de un sistema. Habla de una cultura, habla de todo lo que se levanta para oponer el reinado de Jesús y su gobierno sobre la tierra. Incluyendo el arte, incluyendo la economía, incluyendo la academia, incluyendo las instituciones judiciales y legislativos. Todo lo que el enemigo pueda infiltrar.
Y, hermanos, hay cristianos en cada uno de esos lugares. Está bien. Y ellos están allí como luces en medio de las tinieblas. Pero, el sistema anticristo – el sistema que se ha levantado contra Jesús, eso hace siglos que está allí. El enemigo ha estado tratando, conociendo él que sus días son pocos, desde el momento que Jesús salió victorioso de la tumba ha luchado, hermano, para separarte de la única verdad que te puede dar libertad.
Y esa verdad se reduce a esta frase: Jesucristo es Señor.
Jesucristo es Señor y todo lo que se levante contra esa sencilla verdad, ¿qué crees tú? ¿Quieres identificar los espíritus? Decláralo. Y lo que tú declares, ¿qué piensas tú, Jesucristo es Señor? ¿Lo obedeces? Y tenemos buenas nuevas, hermanos, cuanto más usted cae bajo el reinado de Jesús, más autoridad tiene contra todo sistema anticristo.
Contra todo sistema que se ha levantado para confundirlo. Contra el sistema que se ha levantado para empobrecerlo. Contra el sistema que se ha levantado para atormentarlo. Contra el sistema que se ha levantado para debilitarlo. El sistema que se ha levantado para esclavizarte.
Contra ese sistema, su única defensa – y la única defensa que usted necesita – es Jesucristo morando dentro de ti, a través de su espíritu. That’s all you need. That’s all you need. Eres invencible.
Pongámonos de pie, mis hermanos. Enrique, sugiero, “Jesús, Señor de la Creación.” Amén.
Siendo en forma de Dios, se despojó de sí mismo.
Tomó la semejanza del hombre,
y siendo puro y sin mancha entre nosotros vivió.
Y así mismo se humilló tomando forma de siervo
hasta su vida entregar y en una cruz terminar.
Mas Dios a lo sumo lo exaltó y a su nombre engrandeció
para que ante su autoridad toda rodilla se doble
y toda lengua confiese que Jesús es el Señor.
Jesús, Señor de la Creación,
siendo en forma de Dios, se despojó de sí mismo.
Y Él tomó la semejanza del hombre
y siendo puro y sin mancha entre nosotros vivió.
Y así mismo se humilló tomando forma de siervo
hasta su vida entregar y en una cruz terminar.
Mas Dios a lo sumo lo exaltó y su nombre engrandeció
para que ante su autoridad toda rodilla se doble
y toda lengua confiese que Jesús es el Señor.
Mas Dios a lo sumo lo exaltó y su nombre engrandeció
para que ante su autoridad toda rodilla se doble
y toda lengua confiese que Jesús es el Señor.
El Señor, ¡Aleluya! Tú eres Señor. El Señor, el Señor. Tú eres Señor, sí, Señor. El Señor, tú eres Señor. El Señor, el Señor. ¡Aleluya!
¡Aleluya! ¡Aleluya a ti, Dios!
Mis hermanos, oren conmigo. Oren conmigo, mis hermanos, presentando sus corazones y su – hermano, usted conocerá su lucha y ya sabe contra qué está usted luchando. Pero sepan, mis hermanos, mayor es el que está en ti. Mayor es el que está en ti. Usted no está solo, mayor es el que está en ti. Amén.
Gloria a Dios. Y, mis hermanos, con la ofrenda acompáñenme aquí un momento. Quiero que sigamos dando ofrenda en un momento, pero vamos a orar en este moment. Okay. Pues congelémonos – freeze for just a second y vamos a… Amen.
Padre, venimos delante de ti y hemos declarado lo que declara tu palabra. Que Tú moras en nosotros y nos amas. Señor, crea de la Congregación León de Judá y de cada ser, cada pueblo que esté escuchando este mensaje. Padre, en estos últimos días, levanta un pueblo profético. Levanta un pueblo profético, un pueblo acostumbrado a caminar en la verdad tuya.
Un pueblo que levanta a Jesús, aún cuando todo el mundo le da la espalda. Y un pueblo que sabe probar los espíritus. Que sabe defenderse en guerra espiritual. Que espera y sabrá que un día veremos todos este sistema y todo lo que se levante contra Jesucristo, rindiéndose delante de Él.
Nuestra cultura rindiéndose delante de Él. Nuestra economía rindiéndose delante de Él. Todo sistema en esta Tierra, toda fortaleza caerá delante de Él. Padre, y todo ser creado, no solamente lo nacido pero lo creado, lo hecho por las manos del hombre declarará con una voz: Jesucristo es el Señor.
Jesucristo es el Señor. Y hasta ese día cubre a tu pueblo. Acompaña a tu pueblo. Bendice a tu pueblo. Señor, dale victoria a tu pueblo. Que la victoria de él es tu victoria. Que la victoria que Tú les des es Tu nombre exaltado. Sea Tu nombre exaltado, para siempre, en el nombre de Jesús.
Paz ~ Peace ~ Shalom
1 de noviembre del 2010 - Por Betsy Behan
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da…Juan 14:27
Recientemente el Señor nos permitió compartir, y convivir por ocho días con la familia Valles. Esta es una familia cristiana, linda, y unida en amor, y nosotros poquito a poco, y sin darnos cuenta nos consideramos parte de ella.
Uno de esos días visitamos la Isla "Culebra" la cual corresponde a Puerto Rico. Cuando llegamos, y vi ese lindo paisaje experimenté una paz especial, entonces vino a mi mente el verso: "la paz os dejo, mi paz os doy". Aunque estoy lejos de esa bella isla y de vuelta a los deberes, y responsabilidades diarias, ese verso se mantiene vivo en mi mente.
¿Alguna vez has estado en un lugar donde sientes la Paz de Dios de manera especial? ¿Alguna vez has compartido con alguien que te transmite paz? Seguro que si, como también te aseguro que nuestros hogares se puede transformar en un lugar donde reine la paz, y también podemos, y más que poder estamos llamados como hijos de Dios a transmitir Su paz. Ya El nos la dio, nosotros solo tenemos que poseerla, apropiarnos de ella, no soltarla, vivir con ella. Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz (Salmo 29:11).
Proyectemos la Paz de Dios en nuestro hablar, actuar, en lo que hacemos, y servimos, en nuestras mentes, en nuestro caminar El guardará en completa paz aquel cuyo pensamiento en el persevera (Isaías 26:3)
¡No permitas que ninguna situación, pensamiento amengüe tu paz, Dios te la dio, tómala y declara tu vida en victoria!!
Padre Celestial,TU paz es genuina, la poseemos, la abrigamos desde nuestro descansar. Hasta nuestro despertar, declaramos TU paz en nuestros hogares, trabajos, y por donde quiera que pisemos, en el nombre de Jesús, ¡Amén!!
¡LA PAZ DE DIOS ESTE DERRAMADA SOBRE SUS VIDAS!!
Sabes tu cuál es el diseño que Dios tiene para ti?
TRANSCRIPT
Cuántos están convencidos que estamos viviendo tiempos determinantes? Y cuántos creen que nosotros como iglesia somos el factor determinante de que las cosas a nuestro alrededor puedan cambiar?
El Señor nos puso a nosotros como iglesia, nosotros, su pueblo, somos el instrumento para hacer que todas las cosas que están desordenadas y desalineadas puedan ubicarse en el destino profético de Dios. Sabe, Dios tenía un diseño de cada uno de nosotros, Dios tiene un diseño de cada ciudad y de cada nación. A nosotros, como restauradores nos toca recibir la revelación de cuál es el diseño y no descansar hasta que las cosas se alineen y vuelvan al propósito y al destino eterno del Señor.
Yo te quiero preguntar esta mañana, sin que me tengas que responder, sabes tu cuál es el diseño que Dios tiene para ti? Yo quiero que nada más lo medites, quizás en casa. Sabes tu cuál es el diseño que Dios tiene para tu ciudad? Sabes tu cuál es el diseño y el propósito que Dios tiene para tu nación?
Es importante que nosotros como hijos del reino y como responsables de todo lo que ocurre en el planeta tierra, encontremos nuestro destino, nuestro propósito en Dios y nuestro diseño. Cada uno de nosotros cuando nació, no nació al azar, no nació por accidente, nació con un papel y una función predominante en esta tierra, por pequeña que parezca, que sea mi contribución, es importante para que se cumpla todo lo que Dios dijo que tendría que cumplir. Ninguno de nosotros es menos importante porque cuando hacemos lo que Dios dijo que haríamos y hacemos la voluntad de él, entonces estamos en obediencia y estamos haciendo lo que él determinó que haríamos. Pero si nosotros no lo hacemos, no hay nadie más que pueda hacer aquello que te fue encomendado particularmente.
Así que esta mañana yo quiero que tu sepas que tu eres un elemento importante y determinante en todo lo que ocurre en el planeta tierra. Sabe, mi amado, mi amada, que cuando ocurren catástrofes, cosas a nivel mundial, a veces aún delincuencia, masacre, anoche veía mi esposo las noticias, y dice, “otra masacre en San Pedro Sur, matan a diez personas de una vez en tal y tal lugar.
Y uno, automáticamente comienza a pensar, es que es culpa de la policía? Es que las autoridades son corruptas? Y comenzamos a buscar un culpable de las cosas cuando realmente los responsables somos la iglesia. Porque a nosotros se nos dio la autoridad para establecer la luz y que las tinieblas retrocedan.
Saben, a mí me inquieta un poco cuando vemos, y no hablo de aquí, tal vez de Latinoamérica, pero vemos iglesias que crecen numéricamente, iglesia con muchos miles pero así como crece la iglesia, pareciera que está creciendo la criminalidad y la maldad. Entonces nos preguntamos, qué estamos haciendo como iglesia? Estamos solo creciendo numéricamente o estamos haciendo la función que estamos determinados a hacer para que la maldad no llene la tierra sino que la luz del Señor sea establecida?
Yo quiero referirme un poco a la profecía del profeta Joel. Muchas veces nosotros mencionamos la consecuencia de todo lo que el profeta Joel habló y hablamos, ¿verdad? Del verso 29 y a veces la mitad del verso 28, porque es hermoso ver que él derramará de su espíritu sobre toda carne y las consecuencias que allí dice que habrá. Pero es interesante leer todo el contexto del capítulo 2 del profeta Joel porque vemos que antes del derramamiento del Espíritu Santo viene todo un proceso de restauración. Y en el capítulo 2 de Joel vemos que dice que:
“… el Señor restaurará todo lo que se comió la oruga, el saltón y el revoltón…”
La oruga, el saltón y el revoltón son insectos depredadores pero cada uno de ellos afecta una parte de la planta, unos afectan la raíz, el otro afecta el tallo, el otro afecta las ramas, las hojas, o sea que es un ejército depredador que arrasa con todo. Pero que buena noticia saber que será restaurado y restituido.
Y cuando hablamos de restituir no solamente devolver lo que se perdió, sino devolver multiplicado. Y entonces cuando esto sea restaurado, dice, vamos a leer Joel 2:28, porque es interesante que dice:
“… y sucederá que después de esto, o sea, que lo que sigue no va a ocurrir sino hasta después de esto, que es la restauración…”
Y si vemos los versos anteriores que es lo que está incluido en esto, nos está hablando de que:
“…las eras se llenarán de trigo, los lagares se llenarán de mosto y se llenarán de aceite…”
Una era, un silo, o un granero, no sé como lo llama usted, cualquiera de ellos, es un recipiente grande, gigante, inmenso para acumular trigo. Ahora, quién es de acuerdo a la Escritura lo mejor del trigo? Quién es la semilla de trigo que cayó tierra y murió, sino el Señor Jesucristo.
Si la Escritura nos habla de que las eras se llenarán de trigo como parte de la restauración o de la restitución de lo que se comió la oruga, el saltón y el revoltón, estamos entendiendo que nosotros somos las eras o los silos o los recipientes. Cuántos se identifican con esto? Que seremos llenos de la palabra revelada del Señor, porque el trigo tiene que ver con una palabra revelada que produce vida, que produce vigor, que produce salud.
Y entonces como parte de la restitución es que nosotros, como silos, como graneros, como eras, seremos llenos de una palabra viva, de una palabra que es sólida, que nos sostiene. Es una palabra revelada. Sabe que el profeta Amos dice que en los últimos tiempos la gente irá errante de mar a mar buscando palabra de Jehová pero no la encontrará. Pero nosotros, las eras de Dios, tendremos la palabra revelada dentro de nosotros porque estamos viviendo tiempos críticos, determinantes donde muchos púlpitos quizás lo que se escucha es palabra de hombre y la gente irá sedienta buscando palabra de Dios, una palabra que de respuesta, que te de dirección, que te de fundamente, y que te de establecimiento, una palabra no adulterada. Eso es el trigo.
Y entonces, como parte de la restitución, nosotros seremos llenos de esa palabra revelada del Señor. Y dice que los lagares se llenarán de vino, se llenarán de mosto, se llenarán de aceite. Y el vino tiene mucho que ver con el gozo. Tiene mucho que ver con el amor de Dios, del Espíritu Santo y el aceite pues sabemos que es la unción del Espíritu Santo. Estamos hablando de elementos espirituales necesarios para enfrentar el último tiempo. Pero yo entiendo que esta profecía de que las eras se llenarán de trigo y los lagares de vino, de mosto y de aceite, es para nosotros como iglesia. Porque dice que después de esto, derramará de su espíritu sobre toda carne y estoy entendiendo que se refiere a toda carne que aún no ha conocido al Señor. Pero que primero tiene que venir una restauración en nosotros, los hijos de Dios en la casa del Señor, los que somos las eras, y somos los lagares de Dios.
O sea que muchas veces estamos viendo lo que tiene que ser restaurado afuera, pero yo estoy convencido que primero tiene que venir la restauración aquí adentro, a nosotros, para que nosotros entonces en esa restauración podamos ir en el poder y la autoridad que el Señor nos ha dado y nos ha delegado, para ordenar que todas las cosas caigan en el orden perfecto.
Isaías 40 nos dice que hay una voz que clama en el desierto, dice:
“… Qué es lo que dice a voces? Bájese todo monte y collado, súbase todo valle, lo torcido se enderece y lo áspero se allane…”
Eso nos habla de restauración. Y habla de una voz que clama en el desierto que tipifica a Juan el Bautista, pero Juan el Bautista es la señal del ministerio profético. O sea que gran parte de la restauración tiene que ver con que la iglesia del Señor que prepara el camino para la segunda venida de Cristo, comience a declarar la restauración de todas las cosas para que lo que esté torcido pueda enderezarse, para que lo que está levantado pueda bajarse, que aquello que están hundido pueda nivelarse, que todo lo que está áspero pueda alisarse.
Ahora, no habla solamente de montes físicos ni de valles físicos. Muchos de nosotros estamos llenos de montes, y los montes tienen que ver la altivez, con orgullo. Hace un rato el pastor hablaba de la humildad que a veces somos presuntuosos nosotros, aún como ministros del Señor, podemos a veces creernos que somos nosotros y no el Señor en nosotros y a veces Dios nos tiene que pasar por procesos para que reconozcamos que es él y solamente él.
Pero este es un tiempo en que Dios está buscando con lupa ministros que le sirvan con un corazón sencillo, no por ganancia deshonesta, no por publicidad, no por otras razones sino que le sirvan por amor a él. Y entonces ese amor a él es el hacernos como niños, el hacernos pequeños, el podernos humillar y depender de él.
Sabe que humildad es depender de Dios en todo. El soberbio y el altivo no dependen de Dios porque cree en su experiencia, cree en su conocimiento, depende de lo que estudió, depende de lo que ya vivió, pero el que tiene humildad, el que es humilde depende de Dios en todo. Y cada vez es una nueva vivencia. No va a decir, yo ya lo sé hacer, sino que cada vez depende de la dirección del Espíritu Santo, de la capacidad de Dios en su vida.
Porque a veces podemos hacernos diestros en lo que sabemos hacer, así como un panadero, yo creo que ya se sabe de memoria cuántas tazas de harina y cuántas de sal para hacer un pan, ya lo hace mecánicamente. Pero los que servimos a Dios no podemos hacer nada mecánicamente, basado en nuestra destreza. El que toca el instrumento, sí, el que lo toca en un bar puede hacerlo, por la práctica que tiene, pero el que toca para adorar a Dios no puede depender de su habilidad, tiene que depender de la unción. El que canta para Dios no, ay, que ya me lo sé, cada vez tiene que depender del Espíritu Santo. Y si nosotros aprendemos a depender del Espíritu Santo para todo y en todo lo que hacemos, entonces podemos mantenernos humildes y sencillos, reconociendo que es él en nosotros y no nosotros.
Y esto, el bajarnos tiene que ver con la restauración porque sabemos que el primer pecado que se registra en la historia fue el de altivez cuando se encontró iniquidad en el corazón de Luzbel, que se sintió altivo porque sabía adorar, porque sabía tocar los instrumentos, porque sabía hacer las cosas, y entonces se encontró en él maldad, iniquidad.
Y luego vemos el mismo pecado en Adán y en Eva obviamente, en Adán en el género humano que se levantaron contra Dios en rebeldía no obedeciendo, no acatando sino queriendo ser igual que Dios.
Por eso el Padre tuvo que buscar a uno que se humillara hasta lo sumo para que nos fuera modelo de humildad. Por eso, él se despojó de la deidad, se despojó del manto de autoridad, y se bajó hasta hacerse hombre igual que nosotros, y no menospreció el hacerse más vil todavía, y bajar a una ultratumba, pero para conquistar un nombre que sobretodo todo nombre, para que nosotros pudiésemos usar ese nombre de autoridad. Y Jesucristo ha sido el hombre más manso sobre la faz de la tierra y es la única que yo veo en la Escritura que Jesús dice que aprendamos algo de él, dice:
“… aprended de mí que soy manso y humilde de corazón …”
O sea, que la restauración tiene que ver con que nosotros volvamos a la sencillez, a ese punto quiero llegar. Restauración tiene que ver con volver a la sencillez, que yo no tenga ni un concepto más alto ni más bajo de mí mismo que el que debo tener. Las hondonadas que tienen que ser levantadas, tienen que ver con el problema de autoestima, tienen que ver con la falsa modestia, tienen que ver con creer que yo no puedo, pero Cristo nosotros entendemos que no somos, pero él en nosotros es. No éramos nada pero por la sangre de Cristo somos dignos. Él nos hizo dignos, él es el grande, él es el rey, él es el todopoderoso, él es que lo puede, y todo esto tiene que ver con restauración.
Y una vez que la iglesia entra en ese proceso de restauración o que continua en el proceso de restauración, nosotros todo como iglesia, porque no es que Dios viene y agarra una congregación, es que cada uno somos iglesia. Es que el trabajo es individual y es personal, porque de pronto algunos tenemos unos montes más altos pero otros tienen unas hondonadas más profundas. Entonces Dios no trabaja de una manera simétrica, Dios trabaja con cada uno en particular, y Dios sabe hasta donde puede apretar y en qué área nos puede apretar, y cosas que no entendemos que nos ocurren son, no para que le preguntemos, Señor, por qué, por qué? Sino para que entendamos para qué.
Porque, como decía el pastor hace un rato, los pensamientos de él son de bien y no de mal para nosotros. Sabe, pero Dios siempre ve el producto terminado. O sea, mientras Dios está apretando, él no es un sadista para gozarse con que tu llores y que tu sufras. No es el deseo de Dios, Dios lo que quiere es terminar el producto. Sabes, es como un pedazo de carbón o un diamante en bruto. El diamante en bruto tiene que pasar por muchas presiones, tiene que pasar por muchos procesos, tiene que pasar por muchos cortes. Entre más cortes le hagan, más caras o quilates tiene el diamante, un mayor quilataje y un mejor brillo.
Ahora, Dios no se complace en que tu llores, el deseo de Dios es que mientras estás en el proceso, tu desgracia es en todo porque él no quiere verte llorar, él lo que quiere ver es el diamante pulido, el fruto terminado. Porque a Dios le interesa más tu vida que lo que tu puedes hacer. A Dios le interesa que seas y no que hagas. Hay gente que puede hacer muchas cosas y de manera muy efectiva, pero a Dios le interesa el corazón con que haces cada cosa.
Y eso tiene que ver con restauración. Un corazón conforme al corazón de Dios, un pueblo con la misma naturaleza del Padre, una iglesia restaurada conforme a su imagen, a la imagen del amado, un pueblo que así como Jesús en medio del dolor y del quebranto, dijo, Señor, perdónalos que no saben lo que hacen. Un pueblo, que en medio de la necesidad y del molino diga, no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y a veces los procesos son dolorosos a la carne, pero el producto vale la pena. Hay cosas que no entendemos. Y no hemos de preguntar. Dios sabrá cuáles son los elementos para lograr cada cosa. A unos les tiene que dar con martillo, a otras con almarna, a otros con cincel, a otros quizás unos brochacitos basta. Pero él quiere lo bueno para nosotros, lo que es de bien y no de mal.
Él trabaja con la grosura de nuestra alma hasta que podamos entonces ser ese instrumento que Dios quiere usar en sus manos. Le comentaba el otro día a alguien, le digo, para el que nunca ha tenido necesidad económica es fácil decir, hay que tener fe, pero la verdad es que la fe se activa en la necesidad. Cuando tu no tienes nada y tienes que creer por algo, allí vas a ser fuerte en la fe, cierto? Es fácil decir, el Señor es sanador, pero hasta que no has estado confrontado con una enfermedad incurable, algo difícil realmente no creces en la fe.
O sea, para que haya una victoria tiene que haber una batalla, eso es así, es una premisa. El Señor Jesús tuvo que llevar toda la enfermedad y todo el oprobio y toda la iniquidad la llevó sobre él como el cántico que me gusta muchísimos, que los hermanos entonan, acerca de que aún el Padre volvió su mirada porque todo estaba sobre él, para entonces poder resucitar en gloria, para podernos dar a nosotros salud.
Sabe que se ha determinado científicamente, que hay 39 géneros de enfermedades y ese fue el número de azotes que el Señor Jesús recibió, 40 menos 1, 1 por cada género para que recibiéramos salud. Todo está tan ordenado en el panorama de Dios. Estamos en el tiempo de la restauración de todas las cosas. Pero nosotros como iglesia necesitamos tener una perspectiva, una proyección y una reacción diferente que la que hemos tenido hasta ahora. Necesitamos aprender una dependencia del Señor, dependencia del Espíritu Santo, dependencia de la palabra que tiene que hacer un depósito en nosotros.
Y la palabra que hace un depósito en nosotros será un arma cortante, más cortante que una espada de dos filos, pero esa es el arma del espíritu, quiere decir que es el Espíritu Santo quien va a usar ese depósito y esa espada en el momento oportuno. Por eso el Señor Jesucristo cuando fue tentado en el desierto, venció a Satanás con la palabra, pero fue una palabra rema, porque nosotros vemos Mateo 4 que el diablo se sabía bien la palabra, se la recitaba de memoria. Escrito está ta tan… pero el Señor Jesús era la palabra viviente. O sea, Dios no quiere intelectuales del Evangelio, ni teólogos, quiere vidas que vivan su palabra para que la palabra sea encarnada y sea vida en nosotros.
Sabe, la revelación es para los hijos, los misterios son de Dios. Pero a él le place revelarnos sus misterios, pero la revelación no es para que prediquemos y que tengo la última revelación, y que soy lo último de la revelación, sino que la revelación es una ventana de oportunidad para vivir la palabra. Cada vez que te viene una revelación de parte de Dios, sobre su palabra, te viene la fuerza y la capacidad para vivir esa dimensión y ese nivel, y no podrás subir a otro nivel mientras no hayas vivido el nivel de la revelación en la cual estás.
Por eso cuando a Pedro le vino la revelación y supo que él era Cristo, el hijo del Dios viviente, tenía que venir el momento de vivir la revelación porque sino no tendría autoridad. Toda revelación es para que tu la vivas y que entonces tengas autoridad sobre ello.
Pero cuando uno comienza a imitar a otros y a copiar la revelación que tiene otro, eso es como címbalo que retiñe y metal que resuena, no tiene ninguna autoridad porque si no te lo dio Dios a ti, no tiene autoridad. Tiene que ser una revelación particular y personal.
Y hay cosas que son tratos personales de Dios con el individuo. Pero Dios quiere una iglesia genuina que aprenda a depender del Espíritu Santo y aprenda a depender de la voz de Dios, una iglesia que pueda pasar por los desiertos y tomar la tierra prometida sin murmurar. Porque por eso a Israel le tomó 40 años llegar al otro lado, pudieron haberlo hecho en dos meses y medio, pero la murmuración del corazón, el estar cuestionando a Dios, el estar cuestionando a su líder no les permitió llegar antes. Porque los desiertos son para procesar tu grosura.
Si el desierto ya te está muy largo, comienza a cuestionar tu corazón. Porque Dios no nos lleva al desierto para dejarnos ahí toda la vida, Dios nos pasa para procesarnos. El pueblo de Israel cuando salió de Israel tenía una mentalidad de esclavitud, habían sido esclavos todo el tiempo, estaban acostumbrados a responder al látigo, al azote, a los trabajos forzados. Entonces, con esa mentalidad no podían entrar a poseer una tierra, tenían que cambiar la mentalidad de esclavitud, por una mentalidad de señorío. Pero para eso Dios tenía que quitarles la grosura y la murmuración. Y ese fue el proceso que tomó 40 años.
Yo espero que a nosotros nos tome menos. Porque sino quizás no alcanzamos a llegar, ¿verdad? Pero cuando nosotros respondemos para colaborar con Dios y no nos quejamos y no murmuramos, sino que alabamos y agradecemos a Dios por todo, el tiempo se te va a acortar en que puedas tomar autoridad y poseer la tierra prometida. Dios está interesado en llevar a la iglesia a un nuevo nivel, a una nueva dimensión.
Llevo tiempo escuchando que Dios me dice, yo quiero hacer cosas extraordinarias y sobrenaturales en medio de ustedes. Mi Dios es sobrenatural por tanto él espero que yo viva en el ambiente de lo sobrenatural, porque eso es lo normal para Dios. Pero nosotros seguimos en una dimensión natural y carnal viendo como que él es sobrenatural, pero yo soy su hijo, soy su hija, tengo su misma naturaleza, tengo sus genes, y así es como Dios quiere moverse.
Pero entiendo, que si Dios no lo ha podido hacer a la plenitud que él lo quiere hacer, no es porque es una falla de parte de Dios, es porque hay algo en mí que le estorba a Dios en su proceso. Entonces entiendo que debo de meterme voluntariamente a ese proceso de restauración. No voy a esperar que restaure a la policía, que restaure al gobierno, primero me voy a disponer para que me restaure a mí y que así como en el principios en que la tierra estaba desordenada y vacía, pero el Espíritu Santo de Dios se movía sobre la faz de las aguas, así también está el Espíritu Santo sobre mí corazón y sobre tu corazón esperando la voz de Dios que dice, sea la luz y las tinieblas se van, y la luz comienza a alumbrar.
Hay áreas de nuestra vida que quizás todavía tienen tinieblas y no permiten que la luz fluya como tiene que pasar. Tenemos un Dios poderoso, pero yo quiero que veas conmigo el libro de los Hechos, voy a leer nada más tres versos, del capítulo 3 y tiene que ver con la restauración de Joel, está conectado todo. Hechos 3:18, dice:
“… Pero Dios ha cumplido así lo que anunció de antemano por boca de todos los profetas que su Cristo debería padecer por tanto arrepentíos y convertíos para que vuestros pecados sean borrados a fin de que tiempo de refrigerio vengan de la presencia del Señor y él envíe a Jesucristo designado de antemano para vosotros a quien el cielo debe retener hasta el día de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual Dios habló por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos…”
El Apóstol Pedro está hablando aquí del Señor Jesucristo y todas las manifestaciones sobrenaturales que ellos tuvieron. Y él está diciendo a los demás, en un discurso, así es que arrepiéntanse y conviértanse. Eso me deja pensando, porque de pronto, nosotros hacemos énfasis en arrepentirnos del hombre viejo, pero poco énfasis en convertirnos a la naturaleza de Cristo. Pero esto es como una premisa, dice, arrepiéntanse y conviértanse para que sean borrados sus pecados y vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.
Pero luego habla de que esto tiene que estar ocurriendo hasta la restauración de todas las cosas y que entonces sea enviado de nuevo el Señor Jesucristo quien está siendo retenido mientras el Espíritu Santo está aquí en la tierra restaurando todas las cosas. Si nosotros colaboramos para esa restauración, el Señor Jesucristo vendrá para reinar muy pronto otra vez. Yo creo en el retorno del Señor Jesucristo. Cuántos creen?
Pero aquí me dice que hasta la restauración de todas las cosas va a venir el Señor Jesucristo. Yo quiero ver el retorno del Señor Jesucristo. Cuántos quieren verlo? O sea que si nosotros colaboramos en ese proceso que está directamente relacionado con arrepentirnos y convertirnos de acuerdo a esto.
Sabe qué es convertirnos? Es un cambio completo de dirección. Cuando usted va en una dirección y le da una instrucción y le dicen, conversión izquierda o derecha, usted cambia de dirección. O sea, yo iba en la dirección de satisfacer mis deseos naturales, yo quería satisfacer lo que a mi corazón le gustaba, pero yo tuve un encuentro con Jesús y me dijo, no solo te arrepientas de lo de allá, sino que conviértete y ahora cambia tu propósito, ahora encaja en tu destino, ahora busca qué es lo que a mí me agrada para que ya no sea tu deseo, sino el deseo de Dios.
Cuántos estamos dispuestos a decirle, no se haga mi voluntad, sino la tuya? Que tu puedas hacer una obra restauradora dentro de mí aunque me duela. Que metas tu mano y saques lo que tiene que ser sacado aunque me duela. Pero yo quiero agradarte a ti, yo quiero venir en la naturaleza tuya, yo quiero depender de ti en todo. Yo quiero ser la iglesia pura, blanca, sin mancha, sin arruga ni cosa semejante. La arruga de la iglesia tiene que ver con tradición, sin mancha y sin arruga.
El Señor quiere que podamos despojarnos de tradiciones, que podamos despojarnos de religiosidad y disfrutar con libertad todo lo que él ha hecho para nosotros. Cuántos están dispuestos o dispuestas a decirle al Señor, restaura lo que tiene que ser restaurado, vuélvelo al modelo original. Quiero que tu voz sea escuchada, y quiero que tu luz sea hecha dentro de mí. Yo estoy dispuesta, dispuesto hoy a renunciar, a toda tiniebla a la cual yo me he aferrado. Porque muchas veces hay áreas en nuestra vida que sabemos que no agradan al Señor pero como agradan a nuestra alma no queremos dejarlas ir. Y pueden ser pequeñas horras, pueden ser pequeñas cosas aparentemente insignificantes, pero sabes que en la desobediencia no hay cosa grande ni pequeña, sencillamente no hacer lo que agrada a Dios es desobediencia. Porque al que saber lo bueno y no lo hace, le es pecado.
Y sabes, mi amado, desde el momento que tu tuviste acceso a la palabra del Señor eres responsable de toda, de principio a fin. Y entonces, creo yo que es un buen día, mañana comienza un nuevo mes, y es el último mes del año. Muchos esperamos el 31 de diciembre para hacer propósitos para un nuevo año, pero hoy es un buen tiempo. Yo creo que Dios está queriendo llevarnos a un nuevo nivel de preparación, de unción, de autoridad, muy fuerte he sentido quiere Dios quiere activar la intercesión profética en esta casa. Dios quiere hacer de esta casa una casa de intercesión profética en favor de la ciudad.
Siento que hay personas con dones de revelaciones específicos que el Señor va a activar y les va a mostrar cosas acerca de la ciudad, aún actos proféticos que es necesario hacer en la ciudad. Dios quiere usarles como instrumentos para esta ciudad y para esta nación. Yo quisiera que si tu estás de acuerdo en meterte en las manos de Dios para un proceso que va a comenzar hoy, que tu te pongas de pie, si tu estás dispuesto. Lo único que te puedo decir que lo mejor de Dios está por venir, que no lo hemos visto todo, que Dios tiene cosas maravillosas para nosotros, que no las hemos entendido, pero que están en su mano y que este es un día hermoso, es un día especial, es un día en el cual tu puedes ser confrontado con mismo interior, contigo mismo y el Espíritu Santo está aquí para reargüirte, el Espíritu Santo está aquí para hablarte, para enseñarte, para animarte, para exhortarte y vamos a voluntariamente, a venir delante del Señor.
Si mientras oramos el Espíritu Santo te muestra áreas de ti que están estorbando el fluir, yo te voy a pedir que con mucha honestidad vayas pasando al frente. Puede ser negligencia, que tu sabes que Dios te llama a orar pero tu lo dejas para después. Puede ser poco apetito por la palabra del Señor; puede ser dificultad para perdonar al que te hizo una ofensa. Pero que tu puedas ser muy honesto, muy honesta esta mañana, esta tarde, este mediodía, y que creas que Dios va a hacer una obra poderosa en ti.
Rigo, puedes venir, mi amor? Gracias, Padre, gracias Padre, por la transformación, por la obra que estás haciendo y quieres hacer en nuestras vidas. Gracias por tus hijos muy amados, por tu iglesia. Gracias por la sinceridad, por la honestidad de sus corazones, Señor. Gracias por la obra maravillosa, poderosa. Entregamos a ti, Señor, entregamos a ti con libertad todo lo que te estorba y te suplicamos, Señor, que metas tu mano y arranques lo que tiene que ser arrancado. Sabemos que tu pones el bálsamo.
Oh, Dios, pero hoy renunciamos a todo lo que impida el fluir, a todo lo que impida el fluir renunciamos porque lo que queremos es agradarte a ti, Señor. Hable con el Señor, hable con el Señor. Hable con el Señor. Oh, santo espíritu de Dios, trae un bálsamo profundo al corazón, Señor, trae un bálsamo profundo que solo tu puedes poner, que solo tu, Señor, puedes ministrar, Padre, porque tu quieres usarla con mucha autoridad para consolar a otros.
Padre, gracias por lo que estás haciendo y lo que harás. Espíritu Santo, gracias por la obra profunda tuya, por la obra poderosa tuya, muchas gracias, Espíritu de Dios. Gracias porque aunque los años hayan pasado todavía hay mucho trabajo para ellos, hay mucho trabajo, mucho trabajo, Señor, gracias, por los años que ellos te han servido, que te han dedicado, Señor, pero gracias por la nueva dimensión, por la nueva etapa y por la nueva visión. Gracias por la frescura que traerás, gracias por el refrigerio que traerás.
Gracias por la renovación, por la renovación, por el aceite fresco, por el aceite fresco, muchas gracias. Gracias por tus siervos. Gracias, Padre, gracias poderoso Dios. Mete tu mano, Señor, mete tu mano, arranca, mete tu mano, Señor, purifica. Mete tu mano y limpia, mete tu mano y limpia, Señor, espíritu de Dios, gracias. Gracias por un pueblo que te ama y responde a tu palabra. Padre, gracias por este varón. Yo te bendigo por él. Gracias por tu obra preciosa, poderosa, Espíritu Santo. Gracias santo, gracias por lo que estás haciendo, Señor.
Gracias por obra maravillosa, declaramos la restauración de todas las cosas. Declaramos restauración en las vidas, declaramos ahora restitución. Yo creo, Señor, yo declaro, que lo que la oruga, el saltón, el revoltón se llevaron, será restituido, será restituido. Declaramos un tiempo de restitución, un tiempo nuevo, un tiempo fresco, un tiempo de refrigerio, un tiempo en que oiremos la voz de Dios, un tiempo en que oirás la voz de Dios como tu Padre en el nombre de Jesús declaro restauración, restitución.
Yo quiero que este día, esta tarde tu creas que tu Dios es restaurador de todas las cosas. Ponte delante del Señor y dile, yo quiero ser esa era llena de trigo, yo quiero ser ese lagar lleno de mosto, yo quiero abrazar tu voz o tu amor, tu misericordia, yo quiero conocerte íntimamente, yo quiero conocer más tu naturaleza, quiero ser lleno de ti, quiero estar fusionado contigo, que nada ni nadie me pueda desligar de ti. Yo, Señor estoy dispuesto a depender de ti en todo.
Gracias, Espíritu Santo, gracias por tu obra maravillosa. Comienza a hablar con el Señor. El pasar al frente es la primera acción, pero el decirle a él es importante. Él es el Dios de toda restauración, él es el que restituye, él es el que hace todas las cosas nuevas. Disponte en las manos de él porque el va hacer algo poderoso.
Y mientras seguimos orando, aquellos que sienten el llamado a la intercesión profética, a la guerra espiritual pueden levantar su mano. Yo quiero hacer una declaración sobre ustedes. En el nombre poderoso de Jesús yo declaro una activación ahora, de los dones de revelación. Yo declaración ahora de la sensibilidad espiritual para percibir las cosas del ámbito del espíritu, para poder orar, para poder interceder, para poder quebrantar, para poder hacer actos proféticos.
Señor, yo declaro que mis amados son fortalecidos, fortalecidas, esta mañana, Señor, en el hombre interior, en los dones del Espíritu Santo para llevar a cabo aquello que tu les has encomendado. Señor, levanta una tribu guerrera en este lugar, levanta un equipo de guerreros, Señor, que clamen por esta ciudad hasta ver la restauración completa en el nombre de Jesús. Declaro que la unción profética es activada en esta casa, es activada en esta casa, que el carácter de Cristo, Señor, es visto.
Oh, Padre, en el nombre poderoso de Jesús, oh, santo, santo, santo, gracias, Señor, por la misericordia, por la compasión, por el espíritu con el cual, Señor, ellos orarán, intercederán. Gracias por la restauración de la casa, por la restauración de la iglesia, gracias, Señor, por la obra de tus manos. Muchísimas gracias, Señor. Gracias, espíritu de Dios. Gracias Espíritu Santo de Dios. Gracias, Espíritu Santo.
Sabes tu cuál es el diseño que Dios tiene para ti?
Transcripción
Cuántos están convencidos que estamos viviendo tiempos determinantes? Y cuántos creen que nosotros como iglesia somos el factor determinante de que las cosas a nuestro alrededor puedan cambiar?
El Señor nos puso a nosotros como iglesia, nosotros, su pueblo, somos el instrumento para hacer que todas las cosas que están desordenadas y desalineadas puedan ubicarse en el destino profético de Dios. Sabe, Dios tenía un diseño de cada uno de nosotros, Dios tiene un diseño de cada ciudad y de cada nación. A nosotros, como restauradores nos toca recibir la revelación de cuál es el diseño y no descansar hasta que las cosas se alineen y vuelvan al propósito y al destino eterno del Señor.
Yo te quiero preguntar esta mañana, sin que me tengas que responder, sabes tu cuál es el diseño que Dios tiene para ti? Yo quiero que nada más lo medites, quizás en casa. Sabes tu cuál es el diseño que Dios tiene para tu ciudad? Sabes tu cuál es el diseño y el propósito que Dios tiene para tu nación?
Es importante que nosotros como hijos del reino y como responsables de todo lo que ocurre en el planeta tierra, encontremos nuestro destino, nuestro propósito en Dios y nuestro diseño. Cada uno de nosotros cuando nació, no nació al azar, no nació por accidente, nació con un papel y una función predominante en esta tierra, por pequeña que parezca, que sea mi contribución, es importante para que se cumpla todo lo que Dios dijo que tendría que cumplir. Ninguno de nosotros es menos importante porque cuando hacemos lo que Dios dijo que haríamos y hacemos la voluntad de él, entonces estamos en obediencia y estamos haciendo lo que él determinó que haríamos. Pero si nosotros no lo hacemos, no hay nadie más que pueda hacer aquello que te fue encomendado particularmente.
Así que esta mañana yo quiero que tu sepas que tu eres un elemento importante y determinante en todo lo que ocurre en el planeta tierra. Sabe, mi amado, mi amada, que cuando ocurren catástrofes, cosas a nivel mundial, a veces aún delincuencia, masacre, anoche veía mi esposo las noticias, y dice, “otra masacre en San Pedro Sur, matan a diez personas de una vez en tal y tal lugar.
Y uno, automáticamente comienza a pensar, es que es culpa de la policía? Es que las autoridades son corruptas? Y comenzamos a buscar un culpable de las cosas cuando realmente los responsables somos la iglesia. Porque a nosotros se nos dio la autoridad para establecer la luz y que las tinieblas retrocedan.
Saben, a mí me inquieta un poco cuando vemos, y no hablo de aquí, tal vez de Latinoamérica, pero vemos iglesias que crecen numéricamente, iglesia con muchos miles pero así como crece la iglesia, pareciera que está creciendo la criminalidad y la maldad. Entonces nos preguntamos, qué estamos haciendo como iglesia? Estamos solo creciendo numéricamente o estamos haciendo la función que estamos determinados a hacer para que la maldad no llene la tierra sino que la luz del Señor sea establecida?
Yo quiero referirme un poco a la profecía del profeta Joel. Muchas veces nosotros mencionamos la consecuencia de todo lo que el profeta Joel habló y hablamos, ¿verdad? Del verso 29 y a veces la mitad del verso 28, porque es hermoso ver que él derramará de su espíritu sobre toda carne y las consecuencias que allí dice que habrá. Pero es interesante leer todo el contexto del capítulo 2 del profeta Joel porque vemos que antes del derramamiento del Espíritu Santo viene todo un proceso de restauración. Y en el capítulo 2 de Joel vemos que dice que:
“… el Señor restaurará todo lo que se comió la oruga, el saltón y el revoltón…”
La oruga, el saltón y el revoltón son insectos depredadores pero cada uno de ellos afecta una parte de la planta, unos afectan la raíz, el otro afecta el tallo, el otro afecta las ramas, las hojas, o sea que es un ejército depredador que arrasa con todo. Pero que buena noticia saber que será restaurado y restituido.
Y cuando hablamos de restituir no solamente devolver lo que se perdió, sino devolver multiplicado. Y entonces cuando esto sea restaurado, dice, vamos a leer Joel 2:28, porque es interesante que dice:
“… y sucederá que después de esto, o sea, que lo que sigue no va a ocurrir sino hasta después de esto, que es la restauración…”
Y si vemos los versos anteriores que es lo que está incluido en esto, nos está hablando de que:
“…las eras se llenarán de trigo, los lagares se llenarán de mosto y se llenarán de aceite…”
Una era, un silo, o un granero, no sé como lo llama usted, cualquiera de ellos, es un recipiente grande, gigante, inmenso para acumular trigo. Ahora, quién es de acuerdo a la Escritura lo mejor del trigo? Quién es la semilla de trigo que cayó tierra y murió, sino el Señor Jesucristo.
Si la Escritura nos habla de que las eras se llenarán de trigo como parte de la restauración o de la restitución de lo que se comió la oruga, el saltón y el revoltón, estamos entendiendo que nosotros somos las eras o los silos o los recipientes. Cuántos se identifican con esto? Que seremos llenos de la palabra revelada del Señor, porque el trigo tiene que ver con una palabra revelada que produce vida, que produce vigor, que produce salud.
Y entonces como parte de la restitución es que nosotros, como silos, como graneros, como eras, seremos llenos de una palabra viva, de una palabra que es sólida, que nos sostiene. Es una palabra revelada. Sabe que el profeta Amos dice que en los últimos tiempos la gente irá errante de mar a mar buscando palabra de Jehová pero no la encontrará. Pero nosotros, las eras de Dios, tendremos la palabra revelada dentro de nosotros porque estamos viviendo tiempos críticos, determinantes donde muchos púlpitos quizás lo que se escucha es palabra de hombre y la gente irá sedienta buscando palabra de Dios, una palabra que de respuesta, que te de dirección, que te de fundamente, y que te de establecimiento, una palabra no adulterada. Eso es el trigo.
Y entonces, como parte de la restitución, nosotros seremos llenos de esa palabra revelada del Señor. Y dice que los lagares se llenarán de vino, se llenarán de mosto, se llenarán de aceite. Y el vino tiene mucho que ver con el gozo. Tiene mucho que ver con el amor de Dios, del Espíritu Santo y el aceite pues sabemos que es la unción del Espíritu Santo. Estamos hablando de elementos espirituales necesarios para enfrentar el último tiempo. Pero yo entiendo que esta profecía de que las eras se llenarán de trigo y los lagares de vino, de mosto y de aceite, es para nosotros como iglesia. Porque dice que después de esto, derramará de su espíritu sobre toda carne y estoy entendiendo que se refiere a toda carne que aún no ha conocido al Señor. Pero que primero tiene que venir una restauración en nosotros, los hijos de Dios en la casa del Señor, los que somos las eras, y somos los lagares de Dios.
O sea que muchas veces estamos viendo lo que tiene que ser restaurado afuera, pero yo estoy convencido que primero tiene que venir la restauración aquí adentro, a nosotros, para que nosotros entonces en esa restauración podamos ir en el poder y la autoridad que el Señor nos ha dado y nos ha delegado, para ordenar que todas las cosas caigan en el orden perfecto.
Isaías 40 nos dice que hay una voz que clama en el desierto, dice:
“… Qué es lo que dice a voces? Bájese todo monte y collado, súbase todo valle, lo torcido se enderece y lo áspero se allane…”
Eso nos habla de restauración. Y habla de una voz que clama en el desierto que tipifica a Juan el Bautista, pero Juan el Bautista es la señal del ministerio profético. O sea que gran parte de la restauración tiene que ver con que la iglesia del Señor que prepara el camino para la segunda venida de Cristo, comience a declarar la restauración de todas las cosas para que lo que esté torcido pueda enderezarse, para que lo que está levantado pueda bajarse, que aquello que están hundido pueda nivelarse, que todo lo que está áspero pueda alisarse.
Ahora, no habla solamente de montes físicos ni de valles físicos. Muchos de nosotros estamos llenos de montes, y los montes tienen que ver la altivez, con orgullo. Hace un rato el pastor hablaba de la humildad que a veces somos presuntuosos nosotros, aún como ministros del Señor, podemos a veces creernos que somos nosotros y no el Señor en nosotros y a veces Dios nos tiene que pasar por procesos para que reconozcamos que es él y solamente él.
Pero este es un tiempo en que Dios está buscando con lupa ministros que le sirvan con un corazón sencillo, no por ganancia deshonesta, no por publicidad, no por otras razones sino que le sirvan por amor a él. Y entonces ese amor a él es el hacernos como niños, el hacernos pequeños, el podernos humillar y depender de él.
Sabe que humildad es depender de Dios en todo. El soberbio y el altivo no dependen de Dios porque cree en su experiencia, cree en su conocimiento, depende de lo que estudió, depende de lo que ya vivió, pero el que tiene humildad, el que es humilde depende de Dios en todo. Y cada vez es una nueva vivencia. No va a decir, yo ya lo sé hacer, sino que cada vez depende de la dirección del Espíritu Santo, de la capacidad de Dios en su vida.
Porque a veces podemos hacernos diestros en lo que sabemos hacer, así como un panadero, yo creo que ya se sabe de memoria cuántas tazas de harina y cuántas de sal para hacer un pan, ya lo hace mecánicamente. Pero los que servimos a Dios no podemos hacer nada mecánicamente, basado en nuestra destreza. El que toca el instrumento, sí, el que lo toca en un bar puede hacerlo, por la práctica que tiene, pero el que toca para adorar a Dios no puede depender de su habilidad, tiene que depender de la unción. El que canta para Dios no, ay, que ya me lo sé, cada vez tiene que depender del Espíritu Santo. Y si nosotros aprendemos a depender del Espíritu Santo para todo y en todo lo que hacemos, entonces podemos mantenernos humildes y sencillos, reconociendo que es él en nosotros y no nosotros.
Y esto, el bajarnos tiene que ver con la restauración porque sabemos que el primer pecado que se registra en la historia fue el de altivez cuando se encontró iniquidad en el corazón de Luzbel, que se sintió altivo porque sabía adorar, porque sabía tocar los instrumentos, porque sabía hacer las cosas, y entonces se encontró en él maldad, iniquidad.
Y luego vemos el mismo pecado en Adán y en Eva obviamente, en Adán en el género humano que se levantaron contra Dios en rebeldía no obedeciendo, no acatando sino queriendo ser igual que Dios.
Por eso el Padre tuvo que buscar a uno que se humillara hasta lo sumo para que nos fuera modelo de humildad. Por eso, él se despojó de la deidad, se despojó del manto de autoridad, y se bajó hasta hacerse hombre igual que nosotros, y no menospreció el hacerse más vil todavía, y bajar a una ultratumba, pero para conquistar un nombre que sobretodo todo nombre, para que nosotros pudiésemos usar ese nombre de autoridad. Y Jesucristo ha sido el hombre más manso sobre la faz de la tierra y es la única que yo veo en la Escritura que Jesús dice que aprendamos algo de él, dice:
“… aprended de mí que soy manso y humilde de corazón …”
O sea, que la restauración tiene que ver con que nosotros volvamos a la sencillez, a ese punto quiero llegar. Restauración tiene que ver con volver a la sencillez, que yo no tenga ni un concepto más alto ni más bajo de mí mismo que el que debo tener. Las hondonadas que tienen que ser levantadas, tienen que ver con el problema de autoestima, tienen que ver con la falsa modestia, tienen que ver con creer que yo no puedo, pero Cristo nosotros entendemos que no somos, pero él en nosotros es. No éramos nada pero por la sangre de Cristo somos dignos. Él nos hizo dignos, él es el grande, él es el rey, él es el todopoderoso, él es que lo puede, y todo esto tiene que ver con restauración.
Y una vez que la iglesia entra en ese proceso de restauración o que continua en el proceso de restauración, nosotros todo como iglesia, porque no es que Dios viene y agarra una congregación, es que cada uno somos iglesia. Es que el trabajo es individual y es personal, porque de pronto algunos tenemos unos montes más altos pero otros tienen unas hondonadas más profundas. Entonces Dios no trabaja de una manera simétrica, Dios trabaja con cada uno en particular, y Dios sabe hasta donde puede apretar y en qué área nos puede apretar, y cosas que no entendemos que nos ocurren son, no para que le preguntemos, Señor, por qué, por qué? Sino para que entendamos para qué.
Porque, como decía el pastor hace un rato, los pensamientos de él son de bien y no de mal para nosotros. Sabe, pero Dios siempre ve el producto terminado. O sea, mientras Dios está apretando, él no es un sadista para gozarse con que tu llores y que tu sufras. No es el deseo de Dios, Dios lo que quiere es terminar el producto. Sabes, es como un pedazo de carbón o un diamante en bruto. El diamante en bruto tiene que pasar por muchas presiones, tiene que pasar por muchos procesos, tiene que pasar por muchos cortes. Entre más cortes le hagan, más caras o quilates tiene el diamante, un mayor quilataje y un mejor brillo.
Ahora, Dios no se complace en que tu llores, el deseo de Dios es que mientras estás en el proceso, tu desgracia es en todo porque él no quiere verte llorar, él lo que quiere ver es el diamante pulido, el fruto terminado. Porque a Dios le interesa más tu vida que lo que tu puedes hacer. A Dios le interesa que seas y no que hagas. Hay gente que puede hacer muchas cosas y de manera muy efectiva, pero a Dios le interesa el corazón con que haces cada cosa.
Y eso tiene que ver con restauración. Un corazón conforme al corazón de Dios, un pueblo con la misma naturaleza del Padre, una iglesia restaurada conforme a su imagen, a la imagen del amado, un pueblo que así como Jesús en medio del dolor y del quebranto, dijo, Señor, perdónalos que no saben lo que hacen. Un pueblo, que en medio de la necesidad y del molino diga, no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y a veces los procesos son dolorosos a la carne, pero el producto vale la pena. Hay cosas que no entendemos. Y no hemos de preguntar. Dios sabrá cuáles son los elementos para lograr cada cosa. A unos les tiene que dar con martillo, a otras con almarna, a otros con cincel, a otros quizás unos brochacitos basta. Pero él quiere lo bueno para nosotros, lo que es de bien y no de mal.
Él trabaja con la grosura de nuestra alma hasta que podamos entonces ser ese instrumento que Dios quiere usar en sus manos. Le comentaba el otro día a alguien, le digo, para el que nunca ha tenido necesidad económica es fácil decir, hay que tener fe, pero la verdad es que la fe se activa en la necesidad. Cuando tu no tienes nada y tienes que creer por algo, allí vas a ser fuerte en la fe, cierto? Es fácil decir, el Señor es sanador, pero hasta que no has estado confrontado con una enfermedad incurable, algo difícil realmente no creces en la fe.
O sea, para que haya una victoria tiene que haber una batalla, eso es así, es una premisa. El Señor Jesús tuvo que llevar toda la enfermedad y todo el oprobio y toda la iniquidad la llevó sobre él como el cántico que me gusta muchísimos, que los hermanos entonan, acerca de que aún el Padre volvió su mirada porque todo estaba sobre él, para entonces poder resucitar en gloria, para podernos dar a nosotros salud.
Sabe que se ha determinado científicamente, que hay 39 géneros de enfermedades y ese fue el número de azotes que el Señor Jesús recibió, 40 menos 1, 1 por cada género para que recibiéramos salud. Todo está tan ordenado en el panorama de Dios. Estamos en el tiempo de la restauración de todas las cosas. Pero nosotros como iglesia necesitamos tener una perspectiva, una proyección y una reacción diferente que la que hemos tenido hasta ahora. Necesitamos aprender una dependencia del Señor, dependencia del Espíritu Santo, dependencia de la palabra que tiene que hacer un depósito en nosotros.
Y la palabra que hace un depósito en nosotros será un arma cortante, más cortante que una espada de dos filos, pero esa es el arma del espíritu, quiere decir que es el Espíritu Santo quien va a usar ese depósito y esa espada en el momento oportuno. Por eso el Señor Jesucristo cuando fue tentado en el desierto, venció a Satanás con la palabra, pero fue una palabra rema, porque nosotros vemos Mateo 4 que el diablo se sabía bien la palabra, se la recitaba de memoria. Escrito está ta tan… pero el Señor Jesús era la palabra viviente. O sea, Dios no quiere intelectuales del Evangelio, ni teólogos, quiere vidas que vivan su palabra para que la palabra sea encarnada y sea vida en nosotros.
Sabe, la revelación es para los hijos, los misterios son de Dios. Pero a él le place revelarnos sus misterios, pero la revelación no es para que prediquemos y que tengo la última revelación, y que soy lo último de la revelación, sino que la revelación es una ventana de oportunidad para vivir la palabra. Cada vez que te viene una revelación de parte de Dios, sobre su palabra, te viene la fuerza y la capacidad para vivir esa dimensión y ese nivel, y no podrás subir a otro nivel mientras no hayas vivido el nivel de la revelación en la cual estás.
Por eso cuando a Pedro le vino la revelación y supo que él era Cristo, el hijo del Dios viviente, tenía que venir el momento de vivir la revelación porque sino no tendría autoridad. Toda revelación es para que tu la vivas y que entonces tengas autoridad sobre ello.
Pero cuando uno comienza a imitar a otros y a copiar la revelación que tiene otro, eso es como címbalo que retiñe y metal que resuena, no tiene ninguna autoridad porque si no te lo dio Dios a ti, no tiene autoridad. Tiene que ser una revelación particular y personal.
Y hay cosas que son tratos personales de Dios con el individuo. Pero Dios quiere una iglesia genuina que aprenda a depender del Espíritu Santo y aprenda a depender de la voz de Dios, una iglesia que pueda pasar por los desiertos y tomar la tierra prometida sin murmurar. Porque por eso a Israel le tomó 40 años llegar al otro lado, pudieron haberlo hecho en dos meses y medio, pero la murmuración del corazón, el estar cuestionando a Dios, el estar cuestionando a su líder no les permitió llegar antes. Porque los desiertos son para procesar tu grosura.
Si el desierto ya te está muy largo, comienza a cuestionar tu corazón. Porque Dios no nos lleva al desierto para dejarnos ahí toda la vida, Dios nos pasa para procesarnos. El pueblo de Israel cuando salió de Israel tenía una mentalidad de esclavitud, habían sido esclavos todo el tiempo, estaban acostumbrados a responder al látigo, al azote, a los trabajos forzados. Entonces, con esa mentalidad no podían entrar a poseer una tierra, tenían que cambiar la mentalidad de esclavitud, por una mentalidad de señorío. Pero para eso Dios tenía que quitarles la grosura y la murmuración. Y ese fue el proceso que tomó 40 años.
Yo espero que a nosotros nos tome menos. Porque sino quizás no alcanzamos a llegar, ¿verdad? Pero cuando nosotros respondemos para colaborar con Dios y no nos quejamos y no murmuramos, sino que alabamos y agradecemos a Dios por todo, el tiempo se te va a acortar en que puedas tomar autoridad y poseer la tierra prometida. Dios está interesado en llevar a la iglesia a un nuevo nivel, a una nueva dimensión.
Llevo tiempo escuchando que Dios me dice, yo quiero hacer cosas extraordinarias y sobrenaturales en medio de ustedes. Mi Dios es sobrenatural por tanto él espero que yo viva en el ambiente de lo sobrenatural, porque eso es lo normal para Dios. Pero nosotros seguimos en una dimensión natural y carnal viendo como que él es sobrenatural, pero yo soy su hijo, soy su hija, tengo su misma naturaleza, tengo sus genes, y así es como Dios quiere moverse.
Pero entiendo, que si Dios no lo ha podido hacer a la plenitud que él lo quiere hacer, no es porque es una falla de parte de Dios, es porque hay algo en mí que le estorba a Dios en su proceso. Entonces entiendo que debo de meterme voluntariamente a ese proceso de restauración. No voy a esperar que restaure a la policía, que restaure al gobierno, primero me voy a disponer para que me restaure a mí y que así como en el principios en que la tierra estaba desordenada y vacía, pero el Espíritu Santo de Dios se movía sobre la faz de las aguas, así también está el Espíritu Santo sobre mí corazón y sobre tu corazón esperando la voz de Dios que dice, sea la luz y las tinieblas se van, y la luz comienza a alumbrar.
Hay áreas de nuestra vida que quizás todavía tienen tinieblas y no permiten que la luz fluya como tiene que pasar. Tenemos un Dios poderoso, pero yo quiero que veas conmigo el libro de los Hechos, voy a leer nada más tres versos, del capítulo 3 y tiene que ver con la restauración de Joel, está conectado todo. Hechos 3:18, dice:
“… Pero Dios ha cumplido así lo que anunció de antemano por boca de todos los profetas que su Cristo debería padecer por tanto arrepentíos y convertíos para que vuestros pecados sean borrados a fin de que tiempo de refrigerio vengan de la presencia del Señor y él envíe a Jesucristo designado de antemano para vosotros a quien el cielo debe retener hasta el día de la restauración de todas las cosas, acerca de lo cual Dios habló por boca de sus santos profetas desde tiempos antiguos…”
El Apóstol Pedro está hablando aquí del Señor Jesucristo y todas las manifestaciones sobrenaturales que ellos tuvieron. Y él está diciendo a los demás, en un discurso, así es que arrepiéntanse y conviértanse. Eso me deja pensando, porque de pronto, nosotros hacemos énfasis en arrepentirnos del hombre viejo, pero poco énfasis en convertirnos a la naturaleza de Cristo. Pero esto es como una premisa, dice, arrepiéntanse y conviértanse para que sean borrados sus pecados y vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.
Pero luego habla de que esto tiene que estar ocurriendo hasta la restauración de todas las cosas y que entonces sea enviado de nuevo el Señor Jesucristo quien está siendo retenido mientras el Espíritu Santo está aquí en la tierra restaurando todas las cosas. Si nosotros colaboramos para esa restauración, el Señor Jesucristo vendrá para reinar muy pronto otra vez. Yo creo en el retorno del Señor Jesucristo. Cuántos creen?
Pero aquí me dice que hasta la restauración de todas las cosas va a venir el Señor Jesucristo. Yo quiero ver el retorno del Señor Jesucristo. Cuántos quieren verlo? O sea que si nosotros colaboramos en ese proceso que está directamente relacionado con arrepentirnos y convertirnos de acuerdo a esto.
Sabe qué es convertirnos? Es un cambio completo de dirección. Cuando usted va en una dirección y le da una instrucción y le dicen, conversión izquierda o derecha, usted cambia de dirección. O sea, yo iba en la dirección de satisfacer mis deseos naturales, yo quería satisfacer lo que a mi corazón le gustaba, pero yo tuve un encuentro con Jesús y me dijo, no solo te arrepientas de lo de allá, sino que conviértete y ahora cambia tu propósito, ahora encaja en tu destino, ahora busca qué es lo que a mí me agrada para que ya no sea tu deseo, sino el deseo de Dios.
Cuántos estamos dispuestos a decirle, no se haga mi voluntad, sino la tuya? Que tu puedas hacer una obra restauradora dentro de mí aunque me duela. Que metas tu mano y saques lo que tiene que ser sacado aunque me duela. Pero yo quiero agradarte a ti, yo quiero venir en la naturaleza tuya, yo quiero depender de ti en todo. Yo quiero ser la iglesia pura, blanca, sin mancha, sin arruga ni cosa semejante. La arruga de la iglesia tiene que ver con tradición, sin mancha y sin arruga.
El Señor quiere que podamos despojarnos de tradiciones, que podamos despojarnos de religiosidad y disfrutar con libertad todo lo que él ha hecho para nosotros. Cuántos están dispuestos o dispuestas a decirle al Señor, restaura lo que tiene que ser restaurado, vuélvelo al modelo original. Quiero que tu voz sea escuchada, y quiero que tu luz sea hecha dentro de mí. Yo estoy dispuesta, dispuesto hoy a renunciar, a toda tiniebla a la cual yo me he aferrado. Porque muchas veces hay áreas en nuestra vida que sabemos que no agradan al Señor pero como agradan a nuestra alma no queremos dejarlas ir. Y pueden ser pequeñas horras, pueden ser pequeñas cosas aparentemente insignificantes, pero sabes que en la desobediencia no hay cosa grande ni pequeña, sencillamente no hacer lo que agrada a Dios es desobediencia. Porque al que saber lo bueno y no lo hace, le es pecado.
Y sabes, mi amado, desde el momento que tu tuviste acceso a la palabra del Señor eres responsable de toda, de principio a fin. Y entonces, creo yo que es un buen día, mañana comienza un nuevo mes, y es el último mes del año. Muchos esperamos el 31 de diciembre para hacer propósitos para un nuevo año, pero hoy es un buen tiempo. Yo creo que Dios está queriendo llevarnos a un nuevo nivel de preparación, de unción, de autoridad, muy fuerte he sentido quiere Dios quiere activar la intercesión profética en esta casa. Dios quiere hacer de esta casa una casa de intercesión profética en favor de la ciudad.
Siento que hay personas con dones de revelaciones específicos que el Señor va a activar y les va a mostrar cosas acerca de la ciudad, aún actos proféticos que es necesario hacer en la ciudad. Dios quiere usarles como instrumentos para esta ciudad y para esta nación. Yo quisiera que si tu estás de acuerdo en meterte en las manos de Dios para un proceso que va a comenzar hoy, que tu te pongas de pie, si tu estás dispuesto. Lo único que te puedo decir que lo mejor de Dios está por venir, que no lo hemos visto todo, que Dios tiene cosas maravillosas para nosotros, que no las hemos entendido, pero que están en su mano y que este es un día hermoso, es un día especial, es un día en el cual tu puedes ser confrontado con mismo interior, contigo mismo y el Espíritu Santo está aquí para reargüirte, el Espíritu Santo está aquí para hablarte, para enseñarte, para animarte, para exhortarte y vamos a voluntariamente, a venir delante del Señor.
Si mientras oramos el Espíritu Santo te muestra áreas de ti que están estorbando el fluir, yo te voy a pedir que con mucha honestidad vayas pasando al frente. Puede ser negligencia, que tu sabes que Dios te llama a orar pero tu lo dejas para después. Puede ser poco apetito por la palabra del Señor; puede ser dificultad para perdonar al que te hizo una ofensa. Pero que tu puedas ser muy honesto, muy honesta esta mañana, esta tarde, este mediodía, y que creas que Dios va a hacer una obra poderosa en ti.
Rigo, puedes venir, mi amor? Gracias, Padre, gracias Padre, por la transformación, por la obra que estás haciendo y quieres hacer en nuestras vidas. Gracias por tus hijos muy amados, por tu iglesia. Gracias por la sinceridad, por la honestidad de sus corazones, Señor. Gracias por la obra maravillosa, poderosa. Entregamos a ti, Señor, entregamos a ti con libertad todo lo que te estorba y te suplicamos, Señor, que metas tu mano y arranques lo que tiene que ser arrancado. Sabemos que tu pones el bálsamo.
Oh, Dios, pero hoy renunciamos a todo lo que impida el fluir, a todo lo que impida el fluir renunciamos porque lo que queremos es agradarte a ti, Señor. Hable con el Señor, hable con el Señor. Hable con el Señor. Oh, santo espíritu de Dios, trae un bálsamo profundo al corazón, Señor, trae un bálsamo profundo que solo tu puedes poner, que solo tu, Señor, puedes ministrar, Padre, porque tu quieres usarla con mucha autoridad para consolar a otros.
Padre, gracias por lo que estás haciendo y lo que harás. Espíritu Santo, gracias por la obra profunda tuya, por la obra poderosa tuya, muchas gracias, Espíritu de Dios. Gracias porque aunque los años hayan pasado todavía hay mucho trabajo para ellos, hay mucho trabajo, mucho trabajo, Señor, gracias, por los años que ellos te han servido, que te han dedicado, Señor, pero gracias por la nueva dimensión, por la nueva etapa y por la nueva visión. Gracias por la frescura que traerás, gracias por el refrigerio que traerás.
Gracias por la renovación, por la renovación, por el aceite fresco, por el aceite fresco, muchas gracias. Gracias por tus siervos. Gracias, Padre, gracias poderoso Dios. Mete tu mano, Señor, mete tu mano, arranca, mete tu mano, Señor, purifica. Mete tu mano y limpia, mete tu mano y limpia, Señor, espíritu de Dios, gracias. Gracias por un pueblo que te ama y responde a tu palabra. Padre, gracias por este varón. Yo te bendigo por él. Gracias por tu obra preciosa, poderosa, Espíritu Santo. Gracias santo, gracias por lo que estás haciendo, Señor.
Gracias por obra maravillosa, declaramos la restauración de todas las cosas. Declaramos restauración en las vidas, declaramos ahora restitución. Yo creo, Señor, yo declaro, que lo que la oruga, el saltón, el revoltón se llevaron, será restituido, será restituido. Declaramos un tiempo de restitución, un tiempo nuevo, un tiempo fresco, un tiempo de refrigerio, un tiempo en que oiremos la voz de Dios, un tiempo en que oirás la voz de Dios como tu Padre en el nombre de Jesús declaro restauración, restitución.
Yo quiero que este día, esta tarde tu creas que tu Dios es restaurador de todas las cosas. Ponte delante del Señor y dile, yo quiero ser esa era llena de trigo, yo quiero ser ese lagar lleno de mosto, yo quiero abrazar tu voz o tu amor, tu misericordia, yo quiero conocerte íntimamente, yo quiero conocer más tu naturaleza, quiero ser lleno de ti, quiero estar fusionado contigo, que nada ni nadie me pueda desligar de ti. Yo, Señor estoy dispuesto a depender de ti en todo.
Gracias, Espíritu Santo, gracias por tu obra maravillosa. Comienza a hablar con el Señor. El pasar al frente es la primera acción, pero el decirle a él es importante. Él es el Dios de toda restauración, él es el que restituye, él es el que hace todas las cosas nuevas. Disponte en las manos de él porque el va hacer algo poderoso.
Y mientras seguimos orando, aquellos que sienten el llamado a la intercesión profética, a la guerra espiritual pueden levantar su mano. Yo quiero hacer una declaración sobre ustedes. En el nombre poderoso de Jesús yo declaro una activación ahora, de los dones de revelación. Yo declaración ahora de la sensibilidad espiritual para percibir las cosas del ámbito del espíritu, para poder orar, para poder interceder, para poder quebrantar, para poder hacer actos proféticos.
Señor, yo declaro que mis amados son fortalecidos, fortalecidas, esta mañana, Señor, en el hombre interior, en los dones del Espíritu Santo para llevar a cabo aquello que tu les has encomendado. Señor, levanta una tribu guerrera en este lugar, levanta un equipo de guerreros, Señor, que clamen por esta ciudad hasta ver la restauración completa en el nombre de Jesús. Declaro que la unción profética es activada en esta casa, es activada en esta casa, que el carácter de Cristo, Señor, es visto.
Oh, Padre, en el nombre poderoso de Jesús, oh, santo, santo, santo, gracias, Señor, por la misericordia, por la compasión, por el espíritu con el cual, Señor, ellos orarán, intercederán. Gracias por la restauración de la casa, por la restauración de la iglesia, gracias, Señor, por la obra de tus manos. Muchísimas gracias, Señor. Gracias, espíritu de Dios. Gracias Espíritu Santo de Dios. Gracias, Espíritu Santo.
Fe suficiente para dar un paso adicional
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Seguimos adelante. Qué fue lo que yo estaba diciendo el miércoles pasado? No hay vocación perdurable que no sea antes sacudida, en otras palabras, no hay vida cristiana que no tenga sentido de sí sin que antes sea zarandeada. Estábamos leyendo en Lucas, capítulo 22, si pueden ir conmigo una vez más para refrescarle su memoria. Lucas, capítulo 22, el verso 31, es el suceso en el cual Jesús está en el proceso de instituir la cena y está identificando a la persona que lo iba a traicionar y de repente se dirige a Pedro, en el verso 31 y le dice:
“… Simón, Simón, he aquí que Satanás los ha pedido para zarandearlos como a trigo, pero yo he rogado por ti – perdón, estoy en Lucas 22, verso 31, a los que no me oyeron antes, dice - … Simón, Simón he aquí que Satanás los ha pedido para zarandearlos como a trigo pero yo he rogado por ti para que tu fe no falte y tu una vez vuelta que puedas confirmar a tus hermanos…”
El miércoles pasado obviamente yo estaba hablando acerca de esta idea de cómo muchas veces nosotros tenemos este ideal de que si entramos a una vida cristiana, si entramos a una relación con Cristo, yo no sé por qué pero muchas veces tenemos este ideal utópica, que ah, bueno, si me hago cristiano que todo me va a salir bien, y no necesariamente es así. Es más, yo diría que es todo lo contrario. Cuando uno entrega su vida al Señor las cosas se ponen aún más duras y tal vez alguien allá afuera, oye, pero ustedes son unos masoquistas entonces que se tiran al sufrimiento de pecho. Pero no, es un sufrimiento que vale la pena, es un sufrimiento que edifica la vida, por así decirlo, edifica el ser, edifica el corazón.
Y claro está, mis hermanos, ese zarandeo, esas sacudidas que se dan en nuestro ser, pueden venir por muchas formas y yo estaba reflexionando el miércoles pasado en el personaje de Pedro, de cómo él a través de la experiencia que él tuvo, la cual fue también medida por Jesús, ya Jesús sabía que iba a suceder. Esa negación que se vio de Pedro, cuando el mismo Pedro se tiró como quien dice, de pecho, ah, Jesús aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré, yo estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y hasta morir contigo si es necesario. Y ahí fue cuando el mismo Jesús le dice, ay, Pedro, si tu supieras que ya mismito dentro de un par de horas tu me vas a negar 3 veces antes de que cante in quiquiriquí. El asunto es que así se dio.
Y saben, es bien interesante porque justamente el miércoles pasado cuando yo terminé de hablar, la hermana Clara, no sé si la hermana Clara está por ahí, no, no la veo, pero la hermana Clara se me acerca y me dice, oye pastor Omar, que interesante lo que usted dijo. Y ella me empezó a mencionar como quien dice, caso tras caso en la vida de Pedro de todas las cosas que Pedro experimentó con el Señor de cómo primero que nada Jesús lo identificó a él de la nada, un hombre que estaba destinado a ser un pescador triste en la esquinita. Jesús lo identificó y lo escogió a él y empezó a hacer de él un gran hombre. Pedro empezó a ver milagros de parte de Jesús, empezó a ver la multiplicación de panes, la multiplicación de peces, la sanidad de enfermos, la liberación de personas poseídas, endemoniadas, encadenadas de alguna forma u otra mental, emocionalmente, físicamente, sanidad de enfermos, no tan solamente eso, sino que estaba escuchando una enseñanza de el Maestro más importante en la historia y no tan solamente estaba escuchando la enseñanza de un Maestro más importante a nivel público sino que también tenía la oportunidad en la intimidad, como quien dice, de hacer un debrief de todas esas cosas y recibir una enseñanza más nutrida que le llegara al corazón .
Ese fue el Pedro mira que interesante, que en el monte de la transfiguración, no tan solamente vio a Jesús que sus vestiduras se cambiaron a un blanco que resplandecía y su rostro también le resplandecía, sino que también pudo ver a dos personajes adicionales que nunca antes había visto, a Moisés y a Elías. Se recuerdan que estaba haciendo referencia a ese pasaje donde él mismo, Jesús, estaba preguntando, y quién dicen ustedes que soy yo? Y nadie se atrevía a decir nada, y de repente, Pedro recibió esta revelación y dijo, Tu eres el Cristo, tu eres el Hijo de Dios”.
Así que con todas esas manifestaciones del poder de Dios que Pedro vio ocurrir, no tan solamente en Jesús sino a través de él también, con todo y eso, miren este secreto, Pedro lo negó, Pedro dudó de quién él era. Pedro no tuvo la fe suficiente para dar ese paso adicional. Y ¿saben qué? Yo me puse a reflexionar en esto porque yo me decía que nosotros somos bien similares a ese personaje también en muchas formas. Hay tantas cosas que nosotros hemos visto de parte de Dios en medio de nuestras vidas de cómo Dios se ha movido en nosotros, de cómo Dios nos ha dado palabras para animar nuestro ser y tal vez no estamos diciendo que Dios mismo nos hable así con una voz audible, que Dios pueda usar a otras personas en momentos claves y específicos para decirnos algo que nos prenda en el volvillo y nos ayuden a seguir adelante, que de repente no encontramos que estábamos en un aprieto y no sabíamos qué íbamos a hacer y se abrió una puerta y llegó la provisión en una forma milagrosa. Y con todo y eso que vemos esa forma de Dios obrar en medio de nuestras vidas, con todo y eso nosotros también le negamos en distintas formas, nos olvidamos de quién él es, de lo que él ha hecho y de lo que puede hacer.
Pero ¿saben qué? A mí lo que me da paz de esto que estoy diciendo por más oscuro y morboso que pueda sonar, lo que me da paz es que ya Jesús lo sabía y Jesús sabía que eso tenía que pasar. Si tenía que pasar en la vida de Pedro, yo me atrevo a decir que también él sabe que cosas como esas tienen que pasar en nosotros, para que nosotros verdaderamente podamos comprobar quién es la persona de Jesús en medio de nuestras vidas, para que nosotros verdaderamente podamos comprobar, como decía el pastor Greg el domingo pasado, que nos estamos pegando a una gloria, a un fuego, a un shekina que es peligroso, que tiene poder, sí para fortalecernos, para edificarnos, pero también tiene poder para aniquilarnos a la misma vez.
Y eso es lo que Dios quiere que nosotros podamos conocer de él. Y conste que yo no estoy diciendo que Dios quiera que nos eliminemos nosotros. No, no, no, pero hay algo que sí Dios quiere eliminar, y es lo que pasaba con el zarandeo que yo les estaba hablando el miércoles pasado. Lo que hace el zarandear es separar lo desechable de lo deseado, separar lo malo de lo bueno, lo que se puede comer de lo que no se puede comer. Eso es lo que hace el zarandeo.
Y Dios para poder usarnos a nosotros, para el verdaderamente poderse mostrar en medio de nuestras vidas él sabe que nosotros tenemos que ser tratados, tenemos que ser zarandeados en alguna forma u otra. Y yo miro aquí a lo largo de este salón, y es bien interesante porque algunos de nosotros ese zarandeo se da por circunstancias de la vida externas, pero para muchos de nosotros ese zarandeo viene de las personas que más amamos y más queremos, los más cercanos a nuestra vida.
Hay veces que viene así también y eso fue lo que le pasó a Jesús con Pedro. Uno de los discípulos más cercanos a él fue el que hizo esta fechoría, no necesariamente, pero que cometió esta… la fregó, okay, me entienden, la fregó bien mala y cómo lloró. No fue que lloró de poquito, oh, bendito, traicioné a Jesús y después se fue. No, la Biblia dice que este hombre lloró amargamente. Usted ha probado un dulce de esos que son amargos? Ustedes que tienen hijos que tal vez su hijo viene con esta bola que es así de grande y le dice, toma, prueba esto. Y cuando usted se lo pone en la lengua la cara se le arruga completa. Pues un llorar así fue lo que Pedro vivió. A él no se le arrugó la cara, a él se le arrugó el ser completo porque había traicionado a un hombre que él mismo había jurado que iba a estar ahí con él hasta el final.
Pero era necesario. Es bien interesante, mis hermanos, mientras yo pensaba en esto, hay algo que el Señor puso ahí en mi cabeza. Y lo voy a decir bien brevemente y es el mero hecho de que cuando parece que algo ha terminado, no significa que Dios haya terminado con usted. Déjenme decirlo de nuevo: cuando parece que algo haya llegado a su final, que haya terminado, usted no se puede detener, porque Dios no ha terminado literalmente con usted. La conclusión de una época, de una temporada en su vida no determina cuál es su destino, lo que Dios ha establecido ya para usted.
Y yo quiero que usted se grabe esto porque para Pedro en ese momento podía haber parecido que todo se acabó para él. Yo me imagino que parte de ese lloro angustiado que él tenía era que fíjate, ya, aquí Dios me descartó por completo, yo no sirvo, no me va a usar, aquí se acabó todo. Más sin embargo Dios tenía otros planes y bien grandes que eran esos planes, bien grandes.
Y para mí esto fue algo muy revelador, mis hermanos, porque hay veces que nosotros nos apegamos tanto a la situaciones que nosotros estamos viviendo, o temporadas en las cuales nosotros nos podemos encontrar que cuando parece que esas cosas han llegado a su final es como si nuestra vida completa se hubiese acabado y decimos, ya aquí, se acabó mi razón de ser, se acabó mi propósito. No hay nada más que buscar.
Y eso se da en muchas formas, o sea, hay muchas formas, gente lo experimenta en muchas formas, algunos lo experimentan tal vez cuando una relación matrimonial llega a un punto de divorcio y tal vez una de las partes dice, aquí ya se fue todo, no hay más nada que buscar. O cuando muere un ser querido, de repente, que la gente como que se dice, ah, esto me ha cogido de sorpresa, yo no me esperaba esto y pensamos que la muerte de esa persona ya, ahí se acabó mi vida y ustedes ven que la gente se deprimen, se encierran y es como que ya se desconectan del mundo, porque piensan que su vida entera se fue con esa persona.
Cuando alguien pierde un trabajo o que le den layoff o que se retire o lo que sea, que llega el final de una temporada y ya hay personas que dicen, y ahora qué voy a hacer? Yo que era un hombre, una mujer tan activa y ahora me encuentro sin hacer nada, pues, ya se acabó todo. No, lo que implica es que una temporada en la vida se acaba y otra comienza. Hay veces que hay temporadas que terminan en formas bien tristes y bien dolorosas porque son parte de la vida también. Pero aún con ese sentido de tristeza va a comenzar otra temporada también que va a traer sus gozos, va a traer sus alegrías como también va a traer sus nuevos llantos y sus nuevos sufrir y querenderes también.
Pero lo que yo veo en esto, mis hermanos, es que ese momentum de Dios, si se recuerdan que todo esto lo estoy hablando dentro de ese tema del momentum de Dios. Todo esto ocurre en nuestras vidas de alguna forma u otra. Es bien interesante porque yo estaba escuchando una ilustración de algo que sucede muchas veces en el aeropuerto. Ustedes se dan cuenta en el aeropuerto cuando usted va a cruzar del parking central a usualmente a la Terminal donde está Delta o American, ustedes saben que está esa.. no son las escaleras que van así, sino las escaleras que son flat completas, que se van moviendo de un lado para el otro. Yo no sé si a usted le ha pasado, pero a mí me pasó una vez que, obviamente cuando usted viene parado en esta correa, y usted se va moviendo y es entonces cuando usted para el otro lado, se siente como que si uno para de cantazo, pero no sabe que uno tiene que seguir caminando. Yo no sé si le ha pasado a usted que usted viene en esta correa, y usted viene con un grupo de personas detrás de usted y de repente cuando usted se va a bajar, la persona que está frente suyo, cuando llega al otro lado para en seco, y yo no sé si ha visto que entonces es como que… el momentum que traen las otras personas como que se van con esa persona y le caen encima también. Eso yo lo vi una vez pasar. Fue bien cómico pero fue una viejita la que estaba al frente y como que… toda la gente le cae encima a la señora y yo ahí, Padre, por favor.
Pero es bien interesante porque eso es una muy buena ilustración para entender esto que les estoy diciendo, que muchas veces nosotros en la vida podemos llevar un momentum y de repente que si parece que hay algo que llegó a su final, que uno como que lo corta y corta ese momentum y asimismo le cortamos el momentum a otras personas que están a nuestro alrededor o a otros planes que Dios tiene para nosotros, porque pensamos que todo se acabó ahí, cuando no necesariamente se acaba.
Tu sales de sales de la correa y te paras, pero tienes que seguir caminando. So, muchas veces el zarandeo puede causar eso en nuestras vidas, que nos provoque detenernos, perder la perspectiva, pero no es lo que Dios quiere. Lo que Dios quiere es que nosotros podamos proseguir, que podamos seguir moviéndonos hasta que quede un último aliente de suspiro en su vida, no se detenga.
Miren, déjenme ir resumiendo con esto. Cuáles son algunas áreas en las cuales nosotros podemos ser zarandeados en nuestra vida? Les voy a mencionar solamente algunas de las cientos que hay. Y una de las primeras que yo puedo mencionar es en el área del carácter. Ustedes saben que yo hablo mucho de esto, del carácter de uno, la integridad que uno pueda tener, lo que uno es delante de algunas personas, lo que uno es delante de otras personas, lo que uno es cuando uno está solo o sola, ahí es donde se mide mucho el carácter.
Y yo creo que Dios muchas veces permite que la situaciones de nuestra vida nos zarandeen en ese ámbito de nosotros. Hay veces que decimos, por qué a mí me pasa lo que a mí me pasa. Cuántos se han dicho eso alguna vez? Por qué a mí me pasa esto? ¿Verdad? Sean sinceros conmigo, yo lo he dicho, por qué a mí me pasa lo que me pasa? Por qué yo? A mí nada más me pasa esto, a nadie más, a mí nada más.
Y miren, muchas veces lo que nos pasa porque a nosotros mismos nos lo buscamos, damos y caballeros. En un momento de la vida que se nos fue el momentum, paramos, perdimos el enfoque, perdimos la visión y la fregamos nosotros mismos con las decisiones que tomamos, y mucho de eso está arraigado a ese sentido de carácter que nosotros tenemos.
Muchas personas, no ustedes que son bien duros de servicio, que son bien testaduras, que es como que no, una vez que yo me decido a hacer algo, me meto por ahí. Y mira que interesante, esto se ve también en la historia de Pedro. Que era como que aún después que se atrevió a decir, no, Señor, yo me tiro de pecho, que yo no te voy a negar, yo hasta puedo morir por ti. Después de haber dicho una confesión como esa, fue tan… que yo no sé cómo rayos se le olvidó que negó a Jesús, y es más, el nuevo Evangelio dice que él hasta maldijo cuando le dijeron, tu, tu te pareces a él. Tu hablas como él, tu hueles como él. Y él…. Yo no sé que palabrota le salió en hebreo a él de su boca pero maldijo, la palabra dice que él maldijo, en hebreo o en arameo, yo no sé en qué lengua, en uno de esos maldijo. Si en español se oye feo, imagínense como se oye en arameo.
Pero el asunto es que son cosas que están ahí en el carácter, y Dios necesita tratar con eso, mis hermanos. Y miren, ¿saben qué? Un secreto, miren que se los estoy advirtiendo. Una de las mejores formas que Dios zarandea, bueno no, perdón, rewind, delete. Una de las formas en que Dios permite que ese zarandeo se de en nuestras vidas, es que él lo hace a través de las personas más cercanas a nosotros, mis hermanos. Póngale el sello, que sea su esposa, su esposo, su hijo, su hija, su mamá, su papá, su abuelo, su abuela que en paz descanse, su hermano, su hermana.
Hay veces que las personas más cercanas a uno son los que más bregan allá adentro. Porque de alguna forma u otra son las personas que saben lo que hay ahí, y uno hay veces que lo quiere tratar de esconder pero mira, no lo escondan muchacho, muchacha, si te lo están diciendo. No seamos testarudos, y me incluyo en esto, no seamos testarudos sino aceptemos como Dios nos trata a través de esas personas también, cómo Dios nos trata a través de otros líderes en la iglesia.
Mire, si un líder en la iglesia le dice a usted con mucho respeto de su persona, le dice, mira, yo no sé tu pero yo me fijo que tu tienes esto y esto y esto, que yo creo que tu deberías trabajar. Pero qué se cree el pastor Omar para decirme eso? A mí nunca nadie me había dicho algo así. Ahí es donde sale el orgullo y se interpone. Y precisamente Dios pone esas personas a su alrededor para que poquito a poquito le aprieten como quien dice, sus botones, para que usted pueda despertar a esa realidad de que, espérate hay cosas en las cuales yo tengo que trabajar.
Así que el carácter es un área bien importante. Yo podría abundar más ahí, pero déjenme moverme. Obviamente el área de la familia también es otra de las cuales se da el zarandeo, que uno quisiera que su familia, su hogar, que todo esté perfectamente bien culiclean, como quien dice, que todo esté ahí a la perfección. Pero muchas veces las cosas no se dan a la perfección como uno quisiera. Hay veces que los cónyuges por más que se amen, siempre se van a estar jalando las greñas en alguna forma u otra, siempre va a suceder.
Por más que uno quiera que sus hijos se comporten en la forma más adecuada, siempre van a hacer algo que le va a hacer perder la paciencia. Por más que uno trate de mantener la cuenta de banco ahí, con un balance de 3000 dólares para arriba o algo, aquí yo pensando utópicamente también, pero siempre va a causar algo, siempre va a haber algo que va a poner los números en color rojo y yo uno se las va a tener que ver negras y uno va a tener que decir, okay, tenemos que ajustar el presupuesto. Y miren si me asusta que hasta se me va la voz cuando hablo de esto.
Es duro, Señor. Pero son cosas que nos trabajan. Y aún cuando hablamos a nivel de matrimonio también, yo no sé si yo mencioné esto el miércoles pasado pero a veces que esto también se da mucho a nivel del matrimonio cuando una de las dos partes no está satisfaciendo las necesidades del otro o de la otra, las expectativas que se tienen. ¿saben qué? La naturaleza humana de nosotros siempre va a tener la tendencia de empezar a pensar como que guau, que lindo se ve el pasto más verde al otro lado. Y les voy a hablar bien honestamente y bien sinceros, yo podría decir que habría un puñado bien diminuto de matrimonios que se atreverían a decir, no, yo nunca he pensado así, y aún si me dijeran eso, yo me diría, bueno, yo no lo sé pero Dios lo sabe, pero yo mantendría mi sentido de duda ahí. Y conste no es que estoy dudando de la gente, pero yes, lo hago.
Pero el asunto es que cuando eso no se da, miren, mis hermanos, la mente empieza a trabajar, dice ah, mira aquel muchacho, mira a aquella muchacha. O empezamos con el what if? Y que? Qué hubiese sido mi vida con fulano o con fulana? Y si nosotros dejamos que ese fantaseo en la mente se corra demasiado millaje, mire, ahí el zarandeo no está viniendo por cosa externa, ahí el zarandeo está viniendo porque uno mismo lo permite que entre. Y uno tiene que cuidar esas áreas en la vida a nivel natural.
Si yo le pongo otra área, su área de trabajo, en su vecindario, cosas así, miren, se pueden presentar personas que lo van a cucar por así decirlo. Y tal vez le sea una palabra o sea una mirada o sean un mover de pelo, o sea una muestra de brazos o algo, qué se yo, lo que sea que hagan los hombres o las mujeres para llamarse la atención. Son cosas que si uno no está bien claro en su vida, en su vida cristiana, en sus valores, en su relación matrimonial o en cualquier otro aspecto.
Es más, yo voy a llevarlo al nivel de los negocios, o sea, si usted está en su trabajo y usted está tratando de hacer una buena labor para que superiores estén contentos con su labor, y de repente hay otro que está ahí cuchicheando, mira, lo que está lambiéndole los ojos al jefe, como quien dice, para llegar más arriba, y si uno se deja llevar por esos comentarios, mira, pierde uno la perspectiva.
Y es por eso, mis hermanos, que uno tiene que estar bien pendiente cuando se da esos tipos de zarandeo, esos tiempos de situaciones que pueden poner a uno en situaciones un poco medio comprometedores, uno tiene que entonces evaluarse a sí mismo y entonces decir, okay, espérate, qué es lo que está pasando con esta situación? Qué es lo que yo estoy haciendo? Qué está provocando esta situación? O qué yo no estoy haciendo que debería estar haciendo? También. Y cómo esta situación puede sacar de mí lo que no es necesario a nivel de carácter, a nivel de pensamiento, a nivel de proyección, a nivel de personalidad. Qué cosas se tienen que sacar de mí para que entonces yo me pueda convertir en el tipo de hombre o en el tipo de mujer que Dios desea que nosotros podamos ser.
Obviamente, esto muchas veces se da a nivel, el zarandeo se da a nivel de la salud. Mire cuando uno recibe una noticia mala de que mira, te diagnosticaron con algo y es como que, híjale, y ahora qué? Cuando se dan esas cosas así, mire eso puede ser una situación que estremecen nuestra fe y como que crees o no crees? Qué es lo que va a pasar ahora?
Y asimismo, mis hermanos, también se da aquí en la iglesia. Aquí más todavía en la iglesia. A mí me da gracia porque hay veces que decimos, ay, ese pastor tan bueno que se ve, pero a la primera que el pastor le pise un callo, ya es como que ese pastor me cae mal. No quiero hablar con ese pastor, voy a habar con el otro, prefiero al otro. Y nos vamos con el otro pastor, pero cuando el otro pastor le pise el callo usted también, ah, no, es que tienen un compinche esos pastores, me voy a ir con otro pastor.
O sí, exacto, me voy para otra iglesia. Y cuando llega a la otra iglesia usted le pisa los callos a otra persona en esa iglesia, entonces lo tienen que botar de ahí para que se vaya a otra iglesia.
Miren, cuál es el propósito final de todo esto, mis hermanos, yo entiendo que cuando se dan esas oportunidades, o esas situaciones donde nuestras vidas son sacudidas de una forma u otra, yo entiendo que Dios lo que está provocando es pulirnos, sacar de nosotros lo que es desechable, lo que apesta, lo que es feo, lo que es sucio, lo que Dios no quiere que esté ahí.
Se me viene a la mente la imagen del alfarero trabajando con el barro que cuando lo está preparando y mete sus dedos ahí, esos dedos lo que están haciendo es sacando esas piedras sucias, pedacitos de madera de raíz que están en el barro, y hay que sacarlos para que esa vasija tenga la forma necesaria y que no se rompa. Eso es lo que Dios hace con cada uno de nosotros. Así que miren, mis hermanos, si ustedes en algún momento de ahora en adelante, yo espero que esto sea así. Esta va a ser mi oración, si usted en algún momento de ahora en adelante se encuentra en una situación donde usted pueda decir, como que mi vida está siendo zarandeada, piense lo siguiente: que ya el Señor lo sabía que iba a suceder. Y que a través de esa situación el Señor está sacando lo mejor de usted para que usted se pueda convertir en la persona que Dios quiere que usted se convierta. No piense que la persona o la situación a través de la cual está viniendo ese zarandeo no vaya a pensar, ese es el diablo, es una diabla que me está atacando la vida. No lo piense así. Porque rápido le echamos la culpa al diablo, y aunque el diablo puede ser que tenga algo que ver en esto, pero mire, enfóquese, mantenga su enfoque, su mente, su corazón, su espíritu pensando, okay, Señor, qué puedo sacar de esto? O qué tu quieres sacar de esto?
Y esto requiero un esfuerzo bien intencional, mis hermanos, porque nuestra tendencia va a ser lo mismo que hizo Pedro, que cuando llegue el zarandeo, salgamos corriendo como a las millas de cuchiflán. Le cogemos miedo a la situación. Nuestra fe se esconde, como decía el pasaje que leía el miércoles, seguimos a Jesús de lejitos para que no me identifiquen, pero no, ese no es el tipo de discípulo que el Señor quiere. Él quiere aquellos que verdaderamente van de cerca de él, que están ahí conectados con él. Y aunque sí pasen por esos tiempos de zarandeo, con todo y eso se mantienen firmes porque saben que esa situación los va a sacar a algo mayor.
Así que recuerden que si ustedes creen que esa situación está trayendo algo a su final, piensa lo siguiente que después de ese final algo nuevo va a comenzar. Como yo aprendí una vez, de hecho de parte de Miguel Pérez yo aprendí esto, que cuando uno se cree que una situación ha terminado los sueños de Dios con uno no terminan, los sueños de Dios con uno continúan, me gusto eso.
Dios tiene sueños contigo y él tiene un momentun donde está bregando en cada uno de nosotros. Así que ya saben, mis hermano, mi hermana, que me escuchan, llévate esto esta noche. No hay llamado, no hay vocación, no hay ministerio, no hay una vida cristiana sólida y perdurable que antes no sea sacudida. Así que cuando su vida sea sacudida, no se quede sacudido, no se deprima, no sea achongue ni nada. Párese firme y diga, me caigo pero tengo alguien que me puede levantar, y que me puede afirmar para yo seguir adelante y que pueda enseñar a mi vida cómo debo proceder.
Así que vamos a ponernos de pie, y vamos a orar. Padre, te damos la gloria solamente a ti Señor, porque tu eres el que está en control de toda nuestra vida, Señor, tu eres el que nos dirige, tu eres el que marca nuestro caminar, Señor, tu eres el que permite que lleguen situaciones a nuestra vida que nos puedan moldear y que nos puedan acercar más a ti, Señor.
Tu deseo no es que nos alejemos, al contrario, tu deseo es que nosotros nos alleguemos más a ti. Y Padre, yo te pido por cada uno de mis hermanos y hermanas en esta noche que han llegado aquí que estas palabras sobre las cuales hemos estado meditando, Señor, que animen nuestro caminar contigo, que animen y fortalezcan nuestra fe y que nos permitan saber, Señor, que aún a pesar de las circunstancias negativas que puedan llegar a nuestra vida, Señor, que tu estás ahí también. Y que tu permites, Señor, que nuestro ser, nuestro espíritu, nuestra mente en varias ocasiones pase por momentos difíciles pero es para sacar algo mejor de nosotros, Señor, para nosotros convertirnos en alguien mucho mejor, mucho más deseable delante de ti.
Así que, Padre, sigue trabajando con nosotros, Señor, yo afirmo lo que dice la Escritura, que tu no permites que llegue tentación alguna a nuestra vida que nosotros no podamos soportar. Así que si hay algo o alguien que trata de acusarnos o de tentarnos en una forma que no viene de ti, Señor, mira, libéranos de eso, pon ángeles que nos protejan en todo momento, Señor, y líbranos de esas situaciones.
Pero si son cosas que provienen de ti, que son permitidas por ti, Señor, entonces ayúdanos a tener el discernimiento y la sabiduría para poder saber cómo tu estás trabajando en esas cosas y poder confiar en ti, Señor. Afirmo esta palabra, poder confiar en ti, Señor, en tu persona, en tus propósitos para nuestras vidas de que tu sabes mucho mejor que nosotros lo que necesitamos.
Bendecimos tu nombre en esta noche, Señor. Gracias por cada uno de mis hermanos y hermanas que han llegado aquí en esta noche. Declaro sobre ellos tu bendición y Padre, que tu nos permitas un descanso profundo, reparador en esta noche y que mañana si es tu volunta podamos levantarnos, Señor, y echarle mano al día con todo lo que pueda traernos.
Bendícenos a medida que salimos de aquí en el nombre de Jesús.
¡No sueltes tu gozo!
25 de octubre del 2010 - Por Sandra Pérez
…No estén tristes, pues El gozo del Señor es nuestra fortaleza. Nehemías 8:10
El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.
Proverbios 15:13 (NIV)
Contemplando a mi nietecita Arianna, de casi 3 años, me gozaba al verla reírse, ella siempre está gozosa. Es cierto que ella no tiene las preocupaciones que nosotros como adultos tenemos, pero si creo que podemos aprender un poco de los niños, a lo mejor sonreiriamos como ellos. Jesús dijo: “que debemos ser como niños”. Es muy lindo ver sonreír a un niño.
Dios nos creó con la habilidad de reírnos y gozarnos y nos dice que no estemos triste porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Estar felices y gozosos nos hace fuerte, efectivos para el reino y estar triste y enojados nos hace débil y por lo tanto inefectivos para el reino. A Satanás no le conviene que nosotros estemos gozosos, el quiere quitarnos nuestra fuerza, él quiere que estemos débil, desgatados y deprimidos.
No importa por lo que estemos pasando ahora mismo, no le permitamos al enemigo que nos quite el gozo sino digamos como el profeta Habacuc: “Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozare en el Dios de mi salvación” Habacuc 3:18
El mundo busca el gozo en el alcohol, drogas, fiestas y en muchas otras cosas pero sólo obtienen un gozo pasajero y ficticio que no los fortalece sino todo lo contrario. Nosotros los cristianos tenemos la ventaja de tener una fuente que nos fortalece, el gozo del Señor.
El profeta Nehemías le decía al pueblo “No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza” Una de las estrategias del enemigo es mantenernos triste, deprimido y desalentados pues él sabe que cuando estamos así no tenemos fuerzas para orar, para leer la Palabra, para alabar a Dios y mucho menos para pararnos y pelear. ¡Levántate! Y dile al enemigo que tu fortaleza es el gozo del Señor; que tú todo lo puedes en Cristo que te fortalece Filipenses 4:13. El gozo tu sólo lo puedes hallar en el Señor Isaías 58:14. Todo lo que nosotros necesitamos, está en El.
¡No sueltes tu gozo!
Padre, gracias por que tu levantas nuestras cabeza y eres escudo alrededor de nosotros. Gracias por el gozo que tu nos da. En Jesús, amén.
La sangre de Cristo
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Primera de Corintios, Capítulo 2, versículo 1 al 5. Dice la palabra de Dios: “… Así que hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría, pues me propuse no saber de vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a él, éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad y mucho temor y temblor y ni mi palabra, ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría sino con demostración del espíritu y de poder para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios…”
Padre, en el nombre de Jesús queremos ser una iglesia así, Señor, cuando predicamos y compartimos la palabra lo hacemos también como una oración delante de ti, diciendo, Señor, haz esto entre nosotros. Padre, queremos ser una iglesia no llena de sabiduría o fuerza humana, queremos lo verdadero, Señor, una demostración del poder divino entre nosotros. Que sea genuino, Señor, no solamente el mover tuyo entre nosotros sino la fe de cada uno que repose sobre ti y no sobre el hombre. Así que háblanos en el día de hoy, yo te pido que tu poder se perfeccione en la debilidad de este vaso, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén y amén.
Sabe que sentí del Señor hablar hoy acerca de la sangre de Cristo. Como dice la palabra aquí, pues me propuse no saber de vosotros cosa alguna sino a Jesucristo y a éste crucificado. Sabes qué? En la época del Apóstol Pablo, la gente no quería escuchar de esto. Había personas judías que querían saber de milagros, ellos querían un salvador como uno de los profetas que levantaba los muertos, que hacía maravillas. Ellos querían algo espectacular para ver. Los griegos querían elocuencia y sabiduría como los filósofos, querían sermones y discursos bien elaborados y bien perfectos.
El Apóstol Pablo dijo, sabes qué? Si tu quieres eso vaya al teatro para verlo, porque yo les voy a dar lo que quieres pero lo que necesitas. Es la historia de una salvador, un Dios que se hizo hombre y que se dejó crucificar. Y esto es un poquito sucio, hermanos, es nuestra tentación a veces a limpiar el Evangelio, todo sanitize things.
Pero la verdad es que el centro de nuestra fe se basa en sangre, en sangre. La sangre de Jesús es la clave, la base del poder que nosotros vivimos como cristianos. Y muchas veces no queremos pensar en eso, no lo entendemos. Pero Pablo dijo, yo no quiero saber nada sino Jesucristo y a él crucificado.
Saben que yo recuerdo, invitamos unos hermanos, estaban aquí este verano haciendo ministerio con los niños en los parques y estuvimos en un parque con mucha gente liberal de la Ciudad de Boston, no cristianos mirando, y había todos los niños ahí sentados. Y los hermanos sacaron su posters, una pancarta y lo primero que tenía dijo, que sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados, no hay remisión de pecados. Y yo pude ver toda esa gente, bien sofisticada, bien liberal mirando como, hmmm, sangre… remisión de pecados. Ese grupo será una secta, será un grupo terrorista que está hablando de violencia? Y yo me puse a pensar, ¿Saben qué? Aunque tal vez uno quisiera comenzar con algo más divertido, algo más suave, no me avergüenzo del Evangelio. Es el poder de Dios para salvación de todos.
¿Saben qué? Si tratamos de limpiar el Evangelio demasiado le quitamos su poder. Si tratamos de explicarlo demasiado y modernizarlo tanto, pierde el poder que tiene. La sangre de Jesús para sanarnos, para liberarnos, para quitar nuestra vergüenza delante de Dios. Gracias a él.
Yo quiero que pensemos un poquito en la sangre de Jesús. Yo tuve una experiencia como hablé en la mañana, yo leyendo una Biblia para niños, con mi hijo Noah que tiene 3 años ya, y nosotros leyendo la Biblia había un dibujo de Jesús caminando hacia la cruz. Y había detrás de él un soldado que tenía una espada o algo así. Y él dijo, una lanza, y él dijo, Daddy, qué es esto? What’s that? Y yo le dijo, “It’s a spear”, “Es una lanza”. Y no me gusta hablar de las armas con él, no quiero que aprenda esas cosas. Y yo dije, es una lanza, y él me pregunta, “Is it sharp?” y él dice, “Qué hacen con esta lanza?” “Do they poke people?” and I said, “We’re not supposed to poke people, but, yes he pokes people with that”. Y él después de una pausa larga me preguntó, “Is he going to poke Jesus with that?” “Él va a Jesús con esto?” Y yo le dije que sí, y después otra pausa. “Is it going to hurt?” I said, “yes, it’s going to hurt”
Saben qué? Yo no quise, ay, pero ya estoy asustándolo. Saben que yo no quisiera tener que, quiero que todo sea happy, pero ¿Saben qué? Nuestro Evangelio, esa sangre que Jesús derramó es la base de nuestra esperanza en la vida, es el poder de todos los días. yo no puedo sacar esto del Evangelio, para nadie, ni aún un niño. Y así para nosotros es tiempo de volver a recordar el poder de la sangre de Jesús. Y si se animan, quiero que reflexionemos en 4 escenas de la Biblia que nos enseña el poder de la sangre.
Y vamos a comenzar bien en el principio, Génesis, Capítulo 3. La historia de Adán y Eva, qué pasó? Después de ellos meter la pata, sabemos qué pasó, no? estaban desnudos desde la creación pero después se dieron cuenta de que estaban desnudos. Qué vergüenza! Y qué hicieron para tapar su vergüenza? Hicieron ropa con higos, hojas de higos, hicieron un ropaje con hojas, pero que cosa más ridícula, no? pero hicieron eso para…, algo tenemos que hacer. Y después cuando viene Dios en el torbellino del viento de su majestad, se asustan y qué hicieron Adán y Eva? Se escondieron en los árboles.
Pero qué escena más patética. Esas dos personas mal vestidas, escondidas en árboles, temblando, con vergüenza. Pero sabes lo que hubiera sido más triste? Si Dios no los hubiera buscado, si Dios los hubiera dejado ahí escondiéndose. Pero él dijo, “Adán dónde estás?” son las palabras más tristes y más lindas de la Biblia. Dice que ya la amistad entre el hombre y Dios se rompió, pero gracias a Dios que no iba a quedar así. Hay un Dios que nos busca.
Qué hacemos nosotros cuando pecamos? Tu sabes como es? Hay ciertos amigos que tu no quieres mirarlos a los ojos. Algunos dejan de congregarse, aunque la iglesia es un lugar de sanidad, uno puede llegar tal como es. Pero nuestra tendencia es escondernos y Dios nos busca ahí.
Después ellos salen y después toda la cosa, saben qué? Yo conté otra historia esta mañana y no puedo resistir, otra historia de Noah. Yo lo busqué en la escuela esta semana un día y saliendo de la escuela él escuchó a un niño diciendo, “am am am am” y me pregunta, “Daddy, qué significa am” y yo le dije, “bueno, eso es lo que dices cuando no sabes qué decir”. Y después la maestra me dice, “oh, Sr. Bishop, sabe que tu hijo hubo un problemita…” and I like, ah, okay. Así que después en el carro yo ahí manejando, después de un tiempo tranquilo, yo le pregunté “Noah, la profesora me dice que había un problemita, qué me cuentas, qué pasó?” Y yo escucho ahí en el back seat “am, am, am, am” Noah, yo quiero saber qué pasó? “Am, am, am, am”. Que malicia, tres años, el pecado natural que sale.
Somos así, no? cuando tenemos vergüenza y Adán y Eva con su ropaje ridículo y su esconderse. Pero Dios no los deja así. Saben que Dios dice, yo sé que tienes vergüenza por lo que has hecho, pero quiero que sepas que no tienes que vivir con vergüenza. Yo puedo cubrir tu vergüenza de verdad. Este ropaje que hiciste no sirve. Déjame hacerte otra vestimenta.
Dice el versículo 21 “… El Señor Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles y los vistió…”
Que lindo, no? Dios dice, ¿Saben qué? Yo creo que tu no sabías que yo soy un buen costurero y yo puedo hacerte un vestido mejor que esto, y voy a cubrir tu vergüenza por ti.
Pero cómo lo hizo, cómo consiguió estas pieles? Fue a la tienda? Entró en Google para pedir una qué se yo? De lo que yo sepa una piel viene de un animal que estaba utilizándola, no? que usa su piel. Para conseguir su piel no te la da. Tuvo que haber allí en el huerto de Edén muy al principio, sacrificio de un animal, sangre derramada para cubrir la vergüenza del hombre y de la mujer. ¿Saben qué? La sangre de Jesús puede cubrir tu vergüenza.
Nosotros tratamos tantas cosas, nos tapamos con máscaras y cosas y tratamos de disimular y Dios dice, yo tengo la cura que tu necesitas, la sangre, la sangre del cordero.
Génesis 15, otra escena, otro poder de la sangre. Abraham, un hombre que amaba a Dios, que Dios le había hecho grandes promesas, y un día él sacó a Abraham en la noche. Cuántos han visto las estrellas en estos días? que lindo cielo en el otoño. La luna tan fuerte y Júpiter ahí mismo, que bello. Todo brillando.
Él saca a Abraham a ver las estrellas y él dice “así será tu descendencia”, aunque tu eres un ancianito ya y la esposa ancianita, y aún jovencitos no pudieron tener, ahora sí va a tener tu bebé y así será tu descendencia. Y también además te voy a dar la tierra prometida para tu vivir ahí con toda la multitud de tus hijos y nietos y bisnietos. Y Abraham creyó a Dios, él tuvo fe y le fue contado por justicia, pero le quedó un poquito de duda y él dijo, “Pero Dios cómo puedo estar seguro que tu me vas a dar la tierra?” y Dios dice, “Yo te voy a enseñar cómo puedes tener seguridad de la promesas que yo te hago”. Él dijo “Tienes que tomar unos animales y tomar esos animales y tienes que matarlos.” Y todo esto bien sucio. Tienes que matarlos, tienes que cortarlos y partirlos en dos piezas, varios. Y después quiero que tu coloques las piezas como un runway, un caminito, y ahí te voy a enseñar algo. Y que fue, hay sangre, hay cosas… y después algo maravilloso pasó.
Porque sabes qué? En esa época hacían pactos en esta manera. Hoy en día, se firma, en esa época mataban animales entre dos reyes y pusieron las piezas y después el rey más pequeño, menos poderoso, caminaba en la ceremonia dentro de las piezas de los animales. Y llegar al otro lado, él dice, “así seré yo como uno de ellos si yo no cumplo con mi parte de este pacto”. Así que después de eso que vas a hacer? Cumplir con tu lado del pacto, no?
En inglés se dice, la idea de to cut a deal, o to cut a covenant. Have you ever heard of that? They cut a deal. Eso es como cortar un pacto, se usa en inglés esto, en español creo que no. pero sale de eso. La idea de un pacto que se basa en sangre. Y siempre es el rey más pequeño que camina entre las piezas de animales. Mira lo que pasa en la noche con Abraham después de él poner, colocar todas las piezas. Dice que en el versículo 17. En la noche cayó una oscuridad terrible sobre Abraham, fue una escena casi sobrenatural, un ambiente pesado. Y en el versículo 17 dice:
“… Y sucedió que puesto el sol y ya oscurecido se veía un horno humeando y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. Y en aquel día hizo Jehová un pacto con Abraham, diciendo a tu descendencia daré esta tierra, y después hace su promesa…”
Así que, qué pasa? Abraham ve un horno con humo ahí y también una antorcha con fuego moviendo entre las piezas. Ahora tu puedes pensar en otro momento en la Biblia más adelante, cuando Dios se va a revelar con una nube y también fuego? Cuando el pueblo de Israel salgan de Egipto Dios va estar delante de ellos con una nube sobrenatural y fuego divino, la gloria shekida de Jehová. Y ahora Dios está dando a Abraham un saborcito de su gloria y él aparece a Abraham, pero una pregunta, si es el rey más pequeño que tiene que caminar entre las piezas, en esta historia quién es el que pasa por las piezas? No es Abraham, es Dios. Él pasa ahí como para decir, si yo no cumplo mi palabra contigo, así moriré. Y ¿Saben qué? Él sí murió en la cruz, cumpliendo no por la falta de fidelidad de él, sino la falta de fidelidad del hombre. Él hizo un pacto con Abraham y dice, tu puedes confiar en mi porque yo he dicho mi palabra y la voy subrayar con sangre.
Hermanos, yo no sé qué promesas Dios te ha hecho pero podemos confiar en ellas. Dios no cambia de idea, él no se levanta un día de mal humor y decide no amarnos más, él ha jurado cumplir su buena promesa con nosotros y lo ha firmado en sangre y la sangre de Jesús no cambia y nos da confianza.
Sabes que en el tiempo de acercarnos a la muerte, qué va a pasar con todos nosotros? Va a llegar un momento que yo pienso en qué estoy contando yo para mí destino espiritual con Dios cuando yo tenga que estar delante de él? Yo quiero confiar en un pacto hecho en sangre, quiero confiar en la sangre de Dios que quita mi vergüenza. Y saber que yo puedo descansar porque eso no es algo liviano o pasajero, mi Dios está en serio conmigo.
Más adelante ya hablando tantas cosas feas, pero son cosas feas y bonitas a la vez. Génesis 22, Dios le da el hijo prometido a Abraham, se llama Isaac, un hijo de la promesa y Dios dice, tienes que tomar a este hijo y sacrificarlo a mí. Sabemos la historia. Abraham lo lleva a la montaña y está a punto de sacrificar a su hijo cuando Dios dice, “Abraham, Abraham, versículo 11, Abraham y Abraham, y él respondió, “Heme aquí”, y dijo, “No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada porque ya conozco que temes a Dios por cuanto no me rehusaste tu único hijo. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos. Y fue Abraham y tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en aquel lugar en lugar de su hijo.
Abraham estaba a punto de ofrecer su hijo como un sacrificio y gracias a Dios no lo tuvo que hacer, pero sí se derramó sangre en este día, de un animal que fue un substituto por el hijo Isaac. Y Dios está diciendo algo, él está diciendo, lo que Abraham no tuvo que hacer yo haré por ti, yo voy a dar un substituto a morir en tu lugar, que va a tomar todo el castigo por ti. Él es culpable, todos estamos bajo sentencia de muerte pero hay otro, hay un substituto que está dispuesto a ir a este lugar de castigo por nosotros.
Lo que Abraham solo tuvo que estar dispuesto a hacer, Dios cumplió cuando ofreció a su Hijo, Jesús. Sabemos la expresión Jehová shiré. Viene de aquí. El Señor proveerá un substituto para mí.
La próxima vez que tu sientas, ya no puedo más, Jehová shiré. Cuanto tu acercas a la muerte o estás pensando en la culpabilidad que todos tenemos como seres humanos, Jehová shiré, un substituto para mí.
Sabe que a veces nosotros hablamos mucho de la gracia y debemos hacerlo, porque la iglesia es un hospital para sanidad de nuestras heridas espirituales y Dios es misericordioso y paciente, gracias a Dios. Pero siempre debemos recordar el costo del pecado que no es barato. Dios no puede perdonar solo porque le da la gana, él perdona porque como un buen juez él hizo posible que se cumpliera los requisitos de la ley.
Había pecado tiene que haber muerte. Donde hay pecado tiene que haber sangre. Y él suplió el substituto por nosotros. Gracias a Dios. La sangre del cordero. Sabemos que hay mucho otro que podemos hablar, la Pascua, no? están ahí en Egipto como esclavos y Dios dice, sabes que estás en esclavitud pero te voy a liberar de tu esclavitud. Los israelitas esclavos en Egipto y sabemos que hoy en día tal vez no somos esclavos en la natural, pero sí somos esclavos al pecado.
Cuantos vienen a la casa de Dios con ataduras, con tantos problemas que uno siente que no está libre porque la …. te jala algo. El pecado te ha abrumado. Hay situaciones en que mucha gente se siente atrapada como si estuvieran presos. Gracias a Dios hay sangre para eso. Porque en esta historia de la pascua, qué hicieron los israelitas? Tomaron un cordero, mataron el cordero, tomaron la sangre y la pusieron sobre dinteles de la casa y los postes y cuando pasaba el ángel de la muerte para matar cada primogénito de la tierra de Egipto, él vio la sangre y pasó esta casa sin hacer daño. Y todavía es así.
Ponemos la sangre sobre el dintel de nuestra vida y cuando viene el castigo del pecado estamos refugiados ahí y gracias a Dios no tenemos que tener temor. Y los israelitas salieron corriendo de Egipto, pasaron, llegaron al mar, estaban atrapados, viene faraón cambiando de idea, buscándolo, Dios parte las aguas, separa las aguas, pasan por el medio y son libres y sabe que eso es lo que sucede con la sangre de Cristo para nosotros.
Ustedes saben para mí el gozo mejor, creo, que tengo en el ministerio es ver personas liberadas delante de mis ojos. Es ver personas que llegan a la iglesia, que no ven la salida, tu sabes? Llegan con problemas que son tan fuertes y cargas que siente, yo no sé cómo voy a salir de eso? Yo he tenido ese problema por tantos años, estoy tan atado en eso, que yo no veo la libertad, pero bueno, voy a darle a Jesús la oportunidad de mi vida. Y buscan a Jesús y comienzan a tomar esta sangre y ponerla sobre su vida y aceptar a Cristo, y durante la oración vienen al frente y oran aquí y lloran y dejan que la gente ore por uno. Van a tomar clases y aprenden la palabra y con tiempo esta carga comienza a quitarse poco a poco.
Y casi como si tu pudieras ver el cambio, tu ves una sombra quitarse de la persona y una nueva luz comenzar a brillar. Y después me gusta mucho cuando los veo bailando aquí, danzando delante de la presencia de Dios, aunque no siempre tiene que ser así, pero hay un sentido de que Dios me ha puesto libre, libre, libre, Cristo. Es la sangre de Jesús que nos hace libres, es el sacrificio que él hizo cuando él vino a bautizarse, Juan dijo, “he aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Aquí está el cordero, es su sangre que te va a sanar. Es su sangre que va a quitar tu vergüenza, es su sangre que va a también hacerte seguro de su promesa y hacerte sentir que ya hay liberación en la vida. Es la sangre de Jesús.
Sabe que a veces oramos diciendo, Señor, yo pido la sangre sobre esta persona. Yo pido la sangre sobre mi vida. Y a veces lo decimos como, no sé, casi comunicando que esto no es bueno, porque no creemos en palabras de fórmulas que funcionan solo por ser palabras. Pero sabes que? La idea de pedir la sangre de Jesús es algo muy bueno. Es algo muy bueno, porque todos estamos en corte delante de un juez divino, y todos quedamos cortos delante de este juez.
Como hablamos en discipulado, si tu te crees bueno, bueno, vamos a comenzar a leerte los pensamientos y ver cómo sale la película. PG 13, pg 14, el pecado. No es solamente matar gente, son pensamientos que tenemos palabras grabadas que Dios tiene que hemos dicho. Todos quedamos cortos.
Y hay delante de este juez, hay un fiscal, un fiscal excelente en lo que él hace, que sabe hacer su argumento en contra nuestro. Sabe que la palabra para fiscal en griego es diábolos. Y no es que todo abogado es diablo, no? hay fiscales buenos que, uno que otro… pero eso… Satanás es un acusador y él tiene caso, tiene caso. Las mentiras de Satanás se ganan porque hay mucha verdad que él usa en contra nuestro. Y él acusando, diciendo, este tipo no merece el amor tuyo, Dios, es un pecador. Ha pecado, debe estar escondido en los árboles todavía. Qué va a ser nuestro argumento? Oh, no, no, pero no entiendes, es que no, es que también hice buenas cosas también. No, no, Dios pero no fue tan malo porque tuve razón. He had it coming. Esa persona era mala y lo merecía. Qué se yo los argumentos que usamos?
Pero esos argumentos no sirven. Pero sí hay un argumento que sirve. En corte, delante de Dios y también el diablo mismo. Decimos, sí, yo sé que he pecado, y yo sé que la paga del pecado es la muerte, yo sé que tiene que haber sangre pero gracias a Dios hay uno que lo ha pagado por mí, hay sangre, hay sangre. Yo pido la sangre de Cristo. Es como en corte, you offer a plea, right? You offer a plea, you can plead insanity. You can plead no sé qué, self defense, tu puedes pedir algo en cierta base. Nosotros como cristianos podemos pedir la sangre de Cristo como una base para cubrirnos legalmente y el ambiente espiritual funcional con ley. El enemigo, Dios mismo, se ajusta a su ley. Por esto él envió su Hijo y murió para pegar, para pagar las consecuencias de la ley.
Y nosotros también podemos decir, estoy justificado ante la ley de Dios. No por lo que hice yo, pero otro lo hizo por mí. Ese ladrón en la cruz que mira a Jesús y él dice, miren, este no ha hecho nada malo, nosotros estamos aquí porque lo buscamos. Y después mira a Jesús y le dice, acuérdate de mí cuando vengas a tu reino. Sabiendo que éste me puede perdonar, yo no puedo hacer nada para ganar mi salvación, pero éste está pagando la sangre que yo debo. Gracias a Dios, la sangre del cordero.
Por eso dice la palabra de Dios en Apocalipsis, 12:11 dice:_
“… Y ellos le han vencido por medio de la sangre del cordero y de la palabra del testimonio de ellos y menospreciaron sus vidas hasta la muerte…”
Gracias a Dios. Sabe que para un ser humano es imposible estar en la presencia de Dios solo. Sabe que la presencia de Dios no es algo liviano, algo suave, la presencia de Dios de verdad es algo súper peligroso. La santidad de Jehová es algo majestuoso, algo como poder nuclear, que tiene un poder tremendo pero también peligro si alguien está ahí en una manera que no es apropiada. En el templo, la presencia de Dios estaba ahí en presencia de una nube brillando con luz y fuego. Sabes qué era el templo? Tu podías ver la gloria de Dios en el tabernáculo saliendo de la tienda. Era algo visible. Y una vez había algunos hijos del sacerdote que querían entrar ahí al templo con un fuego nuevo, que ellos inventaron, pensando a Dios le va gustar eso, que yo no hago sacrificios como él dice, yo voy a inventar un nuevo sacrificio para que no se aburra el Señor. Y entran estos dos jóvenes y el fuego de Dios los consumió porque el poder de Dios, la presencia de Dios es peligrosa.
Si tu vas a entrar en una planta de poder nuclear, qué vas a hacer antes? Vas a… espero que leas el manual de cómo se hace, qué no se hace, porque ese poder, mira hermano, por más bien intencionado que seas, si tu entras ahí a lo loco, la cosa no sale bien. Y es así con la presencia de Dios.
Había un arca con la ley de Dios, las tablas de la ley que Moisés tenía en ese arca, y la gloria de Dios delante del arca, y ángeles como estatuas de ángeles grandes mirando a esta arca, este mueble, y gracias a Dios había una tapa sobre este arca que se llamaba el propiciatorio. Puedes decir eso conmigo, el propiciatorio, todos dicen mejor que yo.
Y lo que hacía el sacerdote, una vez al año tomaba la sangre de un animal y lo ponía sobre esta tapa para que Dios mirando con su gloria a la ley de los mandamientos, sabiendo que el ser humano había violado cada mandamiento, él miraba no solamente la ley, sino la sangre que cubría la ley.
Hermanos, en la ley solo estamos mal, pero cuando Dios te mira, aunque estamos mal él nos mira con la sangre de Jesús cubriéndonos, él mira su hijo, él nos mira con ojos de amor, porque su sangre nos ha limpiado.
Traté de explicar esto a mi hijo y no salió muy bien. Pero así es. Ellos pudieron sobrevencer, vencido por medio de la sangre del cordero. Hermanos, queremos ser una iglesia de verdad vencedora, una iglesia que sigue prosperando. Esto no se hace con nosotros ser súper hombres y súper mujer, esto se hace con personas quebrantadas y humildes que sepamos en el centro de nuestro ser que no merecemos nada, pero que hay sangre para nosotros. Hay uno que murió por nosotros.
Volviendo al texto en Primera de Corintios, Capítulo 2, dice que yo propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino Jesucristo este crucificado, y estuve entre vosotros con debilidad y mucho temor y temblor, ni mi palabra ni mi predicación fueron palabras persuasivas, sino con demostración del espíritu y de poder para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios.
Hermanos, no es solamente creer en la sangre, creer en la cruz, es también vivir la cruz. Había en esta época ciertos súper Apóstoles, hombres impresionantes que llegaron a los lugares donde Pablo había estado y ellos llegaban y predicaban y como robaban mucho dinero a la gente, y comenzaban a hablar mal de Pablo, no? They started talking some trash about Paul. Comenzaban a decir, ese Pablo, cómo pueden respetar a Pablo? Él sufre tanto, él sufre persecuciones, tiene problemas a veces, tiene que hacer tiendas para ganar su sueldo, hasta he escuchado que tiene un aguijón en la carne. Cómo puede él ser un Apóstol? El Apóstol Pablo dice, sabes qué? Tal vez son súper Apóstoles, pero yo tengo un súper Dios. Y yo no siento obligado de impresionar a nadie sino de vivir la cruz para que haya un poder genuino que fluya a través de mi vida.
Y el Apóstol Pablo dice, además tu quieres saber la debilidad humana? Yo te digo la debilidad humana, voy a contar muchos problemas que tengo. En los libros de Primera y Segunda de Corintios, él habla de sus luchas, de sus persecuciones, de sus sufrimientos y él no dice que fue todo fácil, que cuando me perseguían yo estaba tranquilo y no sentí nada de angustia. Él dice, mira, yo tenía mucha presión y temor a la muerte, y yo sentí la sentencia de muerte, pero Dios me dejó sufrir estas cosas para que yo aprendiera a confiar no en el hombre, sino en Dios que levanta los muertos. Y yo sé que si yo voy a mover en el poder de la resurrección de Jesucristo, tengo que aprender a vivir la cruz de Jesucristo, tengo que dejar tomar mi cruz todos los días, abrazar el sufrimiento por el Evangelio, reconocer mis debilidades y decir cuando estoy débil, entonces soy fuerte, porque hay un Dios poderosos que reposa sobre mí. Tengo este tesoro no en platos finos sino en vasos de barro.
Algo tan común, algo tan cotidiano, un vaso de barro. Él dice, sabe qué? Si tu quieres alguien espectacular, vaya al teatro o no sé qué. Tu vas a tener un tipo normal aquí con ustedes, un vaso de barro, pero el tesoro que llevamos por dentro, esto no es algo normal, es algo extraordinario y es algo que brilla, es algo precioso y se va a ver más obvio lo lindo y lo precioso de la gloria que llevo por dentro porque llevo también en mi cuerpo la muerte de Cristo. Y es obvio que no puede ser Pablo tiene que ser Dios. Gracias a Dios.
Hermanos, Dios nos está llamando cada día más a ser personas que creemos en la cruz y que vivimos la cruz, que sabemos que cuando tengo un problema es otra puerta por la cual el poder de Dios se puede manifestar en mi vida, donde hay muerte ahí puede haber resurrección, donde hay luchas y problemas y lo feo de la vida, ahí lo lindo de Dios va a resplandecer, porque donde hay muerte, hay nueva vida, si creemos en él. Amén. Amén.
El Apóstol Pablo llega al punto de hablar de su aguijón en la carne. Él dice que él fue llevado a los cielos y él vio revelaciones de los cielos. Yo creo que Dios lo hace, fíjate, yo creo que aún ahora algunos de ustedes han tenido experiencias que el velo se ha quitado y ustedes han visto la gloria de Dios en una manera palpable. Hay uno o que otro. El Apóstol Pablo tuvo experiencias así. El vio los cielos, vio cosas tan maravillosas que Dios le dijo, tu no tienes permiso de hablar de eso, ni lo puedes hablar, eso solo es para ti.
Y Dios sabía que si un hombre tiene estas experiencias fácilmente puede llegar a ser orgulloso y sentir que Dios se revela a mí, y sentirse orgulloso. Y Dios dice, para mantenerte humilde te voy a dar un regalo, creo que él dice, un mensajero de Satanás para abofetearte. Que regalo más lindo!
Y Pablo dice, muchas gracias, Señor, pero si puedo llevarlo a la tienda de regreso, tal vez buscamos otro. Y el Apóstol Pablo es honesto, él dice, Señor, por favor, este aguijón y no sabemos qué es. Por favor, quítamelo. Y oró una vez. Y tu crees que es suficiente, orar una vez? Y Dios dice que no. pero cuántas veces oró? 3 veces.
Puedes pensar en otra persona en la Biblia que oró 3 veces para que se le quitara un dolor que le esperaba. Que 3 veces venía ante Dios sangrando, sudando sangre, la gota gorda, orando con angustia diciendo, Padre, si es posible que esta copa pase de mí. Jesús en el huerto del Edén, nunca pecó, nunca pecó pero en su humanidad luchó con su llamado a llegar a la cruz, y dijo al Padre, si es posible que esta copa pase de mí, pero que no sea mi voluntad sino la tuya.
Hay algunas batallas, hermanos, que tenemos que perderlas, tenemos que dejar que Dios nos conquiste para que seamos conquistadores. Al final Jesús aceptó la cruz y sabe ahí delante de Pilatos y la cruz y el sufrimiento, tranquilo porque él ya había luchado con Dios y es así con el Apóstol Pablo. 3 veces, Señor, quítame mi aguijón. Qué dice Dios? Bástate mi gracia. Señor, quita mi aguijón. Bástate mi gracia. Señor, quita mi aguijón. Y después la tercera vez, me imagino que él lo dijo con Dios, bástate mi gracia, ok, I get the picture. Para qué tu poder perfeccione mis debilidades.
El Apóstol dice, no, yo soy la gran cosa, yo soy el súper Apóstol. No, él dice, por tanto, de buena gana me glorificaré más bien en mis debilidades para que repose sobre mí el poder de Cristo, por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias. Porque cuando soy débil entonces soy fuerte.
Gracias a Dios. Hermanos, cuál es tu área, cuál es tu aguijón? Sabe que Dios quiere decir, mi poder se perfecciona en tu debilidad. Si me dejas voy a enseñarte mi poder ahí, en ti, y a través de ti, y los demás lo verán porque verán que no puede ser tu, sino es el poder de Dios en ti a través de esta lucha.
Gracias a Dios. Tenemos un Dios poderoso. Cristo no quedó en la cruz, no quedó en la tumba, después de 3 días se levantó de los muertos y ya no muere más y el poder de la resurrección está disponible para nosotros también que vivimos la cruz todos los días.
Hay que abrazarlo, hermanos, hay que pedir la sangre y abrazar la cruz en nuestra vida. Así que, yo los invito a orar conmigo. Pongámonos de pie y vamos a orar. Vamos a venir ante un Dios poderoso y misericordioso. Primero que todo, Señor, quisiera darte las gracias por la sangre. Señor, no sé cómo lo hiciste, aunque tu palabra no dice que es por el gozo delante de ti, es por amor a tu Padre, a nosotros. Tu fuiste a la cruz por nosotros. Gracias, Señor, gracias, por tu sangre. No nos dejes olvidar de darte las gracias por tu sangre.
Ayúdanos a pedir la sangre sobre nosotros cuando hay guerra espiritual, cuando hay luchas, cuando hay problemas, cuando hemos pecado, o cuando hemos ganado una lucha. A pedir la sangre a cubrirnos, que tu sangre me cubra, que tu sangre cubra León de Judá, que tu sangre cubra a pastor Mirando y toda su familia. Que tu sangre cubra a esta ciudad, a este país. Que tu sangre nos cubra, pedimos la sangre, que no veas nuestros pecados sino el sacrificio perfecto de tu Hijo Jesús.
Y hermanos, yo no puedo dejar pasar este momento sin dar una oportunidad. Si hay alguien que quiere en este momento levantar su mano y aceptar a Cristo como tu Señor y salvador, ahora es un buen momento para hacerlo. Dios te bendiga, hermano. Si hay otros que quieren aceptar a Cristo, levantar tu mano diciéndole no al hombre, sino a Dios.
No hay vocación perdurable que antes no sea sacudida
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Yo los invito a ir al libro de Lucas. Y, hoy, he querido compartir con ustedes que está bien conectado al mensaje que estaba compartiendo el domingo. Dios me ha tenido reflexionando mucho en esa idea de lo que es el momentum… el momentum. El ímpetu del Espíritu de Dios moviéndose dentro de nosotros. Y yo les puedo decir, mis hermanos, hay tantas dimensiones, tantas variantes, tantas perspectivas que uno puede analizar de esto que yo podría seguir predicando de esto por lo menos dos semanas más. Amén.
Al menos a alguien le gusta ese mensaje. No le pagué, ¡válgame! Ah, verdad, si ustedes hablan, yo no predico, eso es así. Pero, miren, el domingo pasado después que yo terminé de predicar, que yo evalué mis notas yo me decía, ¡guau! Como que me comenzó a traer nuevas ideas a mi cabeza y anoche yo estuve compartiendo con el grupo de hombres en su reunión y estuve predicando también en una misma línea.
Y, después que terminé de predicar, el pastor Gilberto se paró y tuvo un momento para ministrar y él dijo una frase que estaba muy conectada con lo que yo estaba predicando que me prendió el bombillo aún más. Y yo me dije, pérate, yo creo que aquí hay algo. Si me perdonan voy a compartir mi corazón con ustedes, también. No es que me tengan que perdonar, o sea…
Pero, miren, qué tal si yo les digo lo siguiente… escuchen bien: No hay vocación perdurable que antes no sea sacudida. Ese es el tema que traigo en esta noche. No hay vocación perdurable – genuina – que antes no sea sacudida.
Voy a explicar esto. Yo les puedo decir que yo entendí la dolorosa verdad que estoy diciendo hoy. Y digo dolorosa porque la mayor parte del tiempo uno desearía que el envolvimiento que uno tenga en su vida cristiana sea libre de traumas o aflicciones o ansiedades. Pero obviamente eso sería un deseo utópico por así decirlo porque no es la realidad. Yo creo que uno tiene que aprender a hacer la paz con la idea de que en todo momento si uno quiere vivir genuina y honestamente como un discípulo de Cristo, tenemos que hacer la paz con la idea de que van a venir esos momentos en que nuestra vida va a ser sacudida en distintas formas.
Entonces, yo me pregunto cuál es la intención – ¿cuál es el propósito de esto? De esos momentos en los cuales nuestra vida es sacudida. ¿Por qué Dios a través de la persona de Jesús permite que el enemigo nos zarandee a nosotros? ¿Por qué Él permite que el enemigo nos zarandee?
Vamos a Lucas, capítulo 22. Lucas, capítulo 22; y vamos a leer en el verso 31. Y claro está, mis hermanos, estoy diciendo esto entendiendo el contexto en el cual lo digo. O sea, si nosotros anhelamos y deseamos ver un mover de Dios en medio de nuestras vidas, tenemos que hacer la paz con la idea de que con ese mover van a venir momentos de contienda, van a venir momentos de prueba – van a venir momentos de zarandeo por así decirlo. Pero sí, es una palabra bíblica.
Miren cómo dice el texto, Lucas 22, verso 31 dice: “Dijo también el Señor: ‘Simón, Simón, he aquí Satanás los os ha pedido para zarandearlos como a trigo, pero yo he rogado por ti que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.”
Déjame leer ese verso 31, otra vez, dice: Simón, Simón… o Juan, Juan… o Lucy, Lucy… Julia, Julia… o Miguel, Miguel… o Pedro, Pedro… o Mauricio, Mauricio… o Antonio, Antonio… puedo seguir diciendo nombres. O Felipe, Felipe. Omar, Omar, ¡válgame! ¡Por qué no voy a decir mi nombre, claro que sí! “… he aquí Satanás los os ha pedido para zarandearlos como a trigo, pero yo he rogado…” Mira cómo dice, “yo he rogado”. Rogado tiene una intensidad mucho más grande que decir el mero hecho que yo he orado.
Orar es como, Señor, sí, cuídalos. Sé con ellos. Pero, rogar es como: ¡Señor! ¡Pare! Hay una fuerza interna que sale del vientre de uno cuando uno ruega, por así decirlo.
Pero miren, ¿qué significa zarandear? Nosotros que hemos tenido familiares en el campo o algo así que zarandean muchas cosas. Básicamente zarandear es separar una cosa de otra. Sí, pero yo se que se hace a través del meneo. Es más, si yo les digo, demuéstreme cómo usted zarandea a alguien, yo sé que todo el mundo me va a bailar el twist aquí.
Pero, el zarandear lo que está haciendo es separar una cosa de la otra, ¿verdad? Los constructores cuando están zarandeando la tierra, ¿qué es lo que están haciendo? Están separando las piedras grandes de la tierrilla que necesitan para poder construir, o con el cemento. Otro ejemplo, se habla mucho del trigo, ¿verdad? Cuando se zarandea el trigo, ¿qué es lo que se está buscando hacer con eso? Se está buscando sacar el grano del caparazón que cubre al trigo.
Si usted coge una alfombra y usted la sacude, ¿qué es lo que está haciendo? Usted está separando el polvo y el sucio y la tierra de esa alfombra, para que la alfombra pueda seguir siendo usable y que no huela mal y que no afee la casa. So, el zarandeo se da de distintas formas y lo usamos nosotros también para distintas formas. Pero, en la misma forma – se me quedó la palabra forma… formados. En la misma forma – en el mismo modo, nuestras vidas pasan por distintos zarandeos.
Y, miren, vamos a… déjenme analizar este texto con ustedes un momento. Este texto de Lucas 24. Voy a hacer un pequeño estudio bíblico aquí con ustedes, en tres minutos. Miren, si usted se fija en los versos del 24 al 27 de este pasaje. Perdón, empezando los pasajes del verso 14 al 23, usted lo puede leer; pero le voy a contar, resumido. Los versos del 14 al 23, Jesús está instituyendo lo que hoy nosotros conocemos como la Santa Cena con sus discípulos.
Y fue en este instante donde Jesús identificó la persona que… ¿qué? Que lo iba a traicionar. En los versos del 24 al 27, Jesús empieza a darles a sus discípulos una cátedra acerca de quién es el mayor en el Reino de los Cielos. En otras palabras, Jesús les estaba dando una lección acerca de lo que es el verdadero liderazgo. Quién es el verdadero líder. Y Él estaba diciendo que el verdadero líder no es el que se sienta primero a la mesa y los demás le sirven, sino que el verdadero líder es el líder-siervo. Es el que sirve a otros.
Ahora, aquí es donde yo veo una clave bien importante. El verso 28, si ustedes lo leen; miren cómo dice el verso 28. El verso 28 dice: “Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.” Ese verso para mí es clave en este contexto. Porque lo que significa es que Jesús está exaltando a sus discípulos por su fidelidad a Él a pesar de que ya se había identificado que había un traidor en medio de ellos.
Después de todos los traumas que Jesús había pasado enfrentándose a los fariseos, a los saduceos, a los mengueos y todos los demás que habían por ahí… después de todas las cosas que sucedieron; personas que lo rechazaban, personas que lo aceptaban, sus discípulos estuvieron allí, fielmente con Él. Y Jesús los estaba exaltando por eso.
Pero, en el verso 31, que es lo que acabamos de leer, yo digo que Jesús les vira la tortilla a los discípulos. Les dice algo que es como contradecirles. Porque después que los exalta diciéndoles, “¡Guau! Ustedes se han quedado conmigo hasta el final y yo estoy bien contento con eso.” Después viene y sale con eso, “pero, Satanás ha pedido zarandearlos como a trigo.” Óigame, yo no sé usted, pero eso a mí me parece muy particular.
Satanás los ha pedido para zarandearlos… en otras palabras aunque ellos estaban disfrutando de un mover de Dios en la persona de Jesús, en una forma bien tangible; no implicaba que ellos estaban libres de peligro o de tentación. ¿Me siguen por dónde voy?
Al contrario, ahora era que las cosas se iban a poner buenas. Después que Jesús fuera arrestado, allí era que las cosas se iban a poner de color de hormiga brava para todos ellos. Y es aquí, mis hermanos, donde yo entiendo que para poder tener un sentido de vocación – y con vocación me refiero a un sentido de llamado – vocación no es como que usted se va a una escuela vocacional y estudia para hacer secretario o carpintero. Esos son vocaciones; pero vocación, en este sentido, yo lo estoy usando como ese sentido del llamado.
Como esa razón de ser, ese propósito que Dios le da a nuestras vidas. Allí es donde yo me refiero, o ese es el uso que yo le estoy dando a la palabra vocación. Para nosotros poder tener una vocación, un llamado, un ministerio perdurable, hay que enfrentar momentos de zarandeo.
Miren qué fue lo que pasó con Pedro; qué fue lo que causó con él este zarandeo. ¿A qué se debió el fracaso de Pedro? Si ustedes recuerdan bien la historia, ¿dónde se dio el fracaso de Pedro? Si yo les sigo leyendo, qué fue lo que Pedro le dice: Dispuesto estoy, Señor, a estar contigo no solo a la cárcel sino también a la muerte. Pedro, te digo que el gallo no va a cantar hoy, antes de que tú me niegues… ¿qué? Tres veces que no me conoces.
Entonces, tú sabes, eso tiene que haber sido una cachetada en la cara de Pedro. O sea, es como que, “¡Válgame! Te estoy diciendo que estoy dispuesto a morir por ti o a morir contigo y a ir para la cárcel contigo y tú me estás diciendo que yo te voy a negar. Hello! ¿Qué es lo que pasa?” Sin embargo, Jesús sabía por qué lo estaba diciendo y se vio el fracaso de Pedro se vio en su negación.
¿A qué se debió el que Pedro negara a Jesús? Perdonen que les estoy haciendo tantas preguntas pero es que me gusta ponerlos a pensar. ¿Cuántos de ustedes – por muestra de manos – cuántos de ustedes creen que Pedro tenía miedo? Vamos a ver. Que la negación de Pedro fue por causa de miedo. Que él tenía miedo de lo que le iba a pasar. Okay. Les voy a dar otra opción. ¿Cuántos de ustedes creen que la negación de Pedro fue por falta de fe? Ah, no… Okay, la tercera opción, ¿cuántos de ustedes dicen que es la primera y la segunda?
Cubrí todas las bases entonces. Miren, no, no, no. Para mí la b) es la correcta. Saben que yo no creo que Pedro haya tenido miedo. ¿Acaso Pedro no le cortó una oreja a uno de los que vino a buscar – a arrestar a Jesús? ¿Tú crees que eso fue por miedo? ¡Ah, ya! Porque estaba al lado de Jesús se atrevió a cortarle la oreja. “Ah, sí, le voy a cortar…” Es un ímpetu, sí… un, pah. Allí se vio un momentum, le cortó un canto de oreja al soldado.
Pero no, mis hermanos, yo no creo que haya sido por miedo. Yo creo que fue más falta de fe. Y falta de fe en el sentido de creer en la persona de Jesús. Es interesante que unos capítulos antes, si ustedes leen esto en el capítulo 9 de Lucas. Miren esto, les estoy contando un secreto, una historia aquí.
Lucas, capítulo 9. Acaso en Lucas, capítulo 9, verso 18, ¿no se dio un momentum en la vida de Pedro? Miren cómo dice, Lucas 9:18, dice: Aconteció que mientras Jesús oraba aparte estaban con él los discípulos y les preguntó diciendo: ¿quién dice la gente que soy yo? Y ellos respondieron. Ah, unos dicen que Tú eres Juan el Bautista, otros dicen que tú eres Elías y otros dicen que tú eres algún profeta de los antiguos que ha resucitado. Y Él les dice, oye, y ustedes, ¿qué ustedes piensan de mí? ¿Qué ustedes creen que soy yo? ¿Quién ustedes creen que soy yo? Y allá se paró Pedro.
Yo me quiero imaginar ese momento. Yo me imagino a Jesús haciendo esa pregunta, y tal vez los muchachos estaban así sentados en el suelo, tal vez Pedro se estaba mordiendo un catito de trigo de esos así bien largos, estaba como que mordiéndolo y de repente oye esta pregunta de parte de Jesús: Y, ustedes, ¿quién ustedes dicen que yo soy?
Yo me imagino que él se quedó como que… Tú eres el Cristo, el hijo de Dios. Óigame, pero no me digo, ¡Gloria de Dios! todavía, ¿sabe por qué? ¿Qué fue lo que Jesús dice? Bienaventurado eres porque no te lo ha revelado carne ni sangre, sino que esto ha sido revelación de Dios sobre tu vida.
Miren esto, Pedro recibió esa revelación de parte de Dios. Sin embargo, la revelación no se hubiese cimentado o no se hubiese penetrado hasta lo más profundo del ser de Pedro, si él no hubiese sido zarandeado de la forma que fue. ¿Me entendieron o lo tengo que repetir?
Esta revelación que se dio en Pedro, no se hubiese cimentado en su vida si él no hubiese sido zarandeado de la forma que fue. Mire, esto para mí fue revelación, porque yo sé que nosotros podemos tener muchos profetas en medio nuestro. O que Dios pueda traer revelación en medio nuestro y yo amo eso, y lo deseo eso, que Dios hable pero el mero hecho de que haya una revelación en medio de nuestras vidas no significa que esa palabra se va a concretizar hasta que algo suceda entre nosotros que libere el poder de esa palabra. Amén.
¿Me están entendiendo o los estoy confundiendo? Yo creo que hay palabras que Dios trae a nuestras vidas, que en el momento suenan bien ricas, que en el momento suenan como que esto es gloria aquí en el monte de la transfiguración por así decirlo. Pero el mero hecho que usted haya recibido la palabra, no significa que usted vaya a experimentar el poder de esa palabra en su vida hasta que algo más abundante suceda en usted.
Hasta que algo más impactante no suceda en usted. Es como si decir que esa palabra que Dios le da lo mete a usted en una burbuja. Y usted está en esa burbuja, ¡guau! Qué palabra más linda. Y no es hasta que viene un suceso de la realidad, de la vida, que viene y le hace ‘pop’ y le explota la burbuja, que entonces cuando se explota esa burbuja usted entiende esa palabra de una forma totalmente distinta. Amén.
¿Dígame usted si eso no fue lo que sucedió en la vida de Pedro? Que Pedro con toda esa celebración que él recibió – y miren cómo se dio la revelación de Pedro, no fue solamente en ese instante que dijo, ¡Ah, tú eres el Cristo, el hijo de Dios! No, no, no. La revelación de Pedro se dio de muchas otras formas; el mero hecho que él pudo contemplar los milagros que Jesús hizo, es más que fue, como quien dice, copartícipe de esos milagros. Que también sanó enfermos, que echó fuera demonios, que anunciaba o decía unas cosas que tal vez antes él no pensaba que las podía decir, pero como estaba en presencia de Jesús estaba fluyendo ese poder a través de él.
Pero como que todavía no se había concretizado aún. Oh, sí, Jesús yo estoy dispuesto a morir contigo, a ir contigo a la cárcel. Pero él ni sabía lo que estaba diciendo.
¿Por qué? Porque él… Okay, se los voy a decir de esta forma: ¿cuántas veces Jesús no esta anunciando que él tenía que morir? Y, en cuántas ocasiones también Pedro, “Pero, Jesús, ¿qué estas diciendo? Tú eres el Rey de los Judíos. Tú eres el que vas a gobernar sobre nosotros.”
O sea, en varias ocasiones, en el instante bíblico se ve, que Pedro está persiguiendo a Jesús de la forma incorrecta. So, imagínense ustedes cuando le cogen a Jesús, que lo quitan, que lo arrestan. Él se queda como que… ¿y qué pasó aquí? No está tu poder, no están los ángeles que pueden venir y liberarte a ti. Y ahora te estoy viendo en el punto más vulnerable de tu vida. Te dan cachetadas, te escupen. ¿Quién no se va a confundir con eso? Obviamente cuando se da el momento de la negación, se pone más interesante la historia.
Pero, miren mis hermanos, déjenme ir avanzando porque son las nueve ya. Lo bello de este relato es lo siguiente. Y fue que el mismo Jesús se lo advirtió. En otras palabras, Jesús sabía que era necesario que esto aconteciese en Pedro. Es más, yo me atrevería hasta decir, que es por esto que Jesús mismo permite que nuestro enemigo se acerque a nuestras vidas y cause algún tipo de desajuste sin hacer estragos con el mero propósito de sacar lo mejor en nosotros.
Acaso la Biblia no dice lo siguiente: Por algo es que el Señor permite que el enemigo se acerque a nosotros y nos zarandee, pero sin causar estragos. Porque él quiere, como quien dice, usar al diablito este de conejillo de indias, lo voy a hacer como mi instrumento para sacar lo mejor que hay en ellos. Acaso la Biblia no dice lo siguiente, en Juan, capítulo 16, versos 33, que dice: “En el mundo ustedes van a tener aflicción…” Pero, ¿qué dice Jesús? Yo he vencido al mundo.
Romanos, capítulo 8, verso 31, nos dice: “Si Dios es por nosotros, quién contra nosotros.” Primera de Corintios, capítulo 10, verso 13 dice, “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al ser humano; pero, fiel es Dios que no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que…” ¿Qué? “… puedan resistir o aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, Él les va a dar…” ¿Qué? Lo va a hacer fácil: les va a dar la salida, también, con la tentación.
Y, en Primera de Juan, el favorito mío; en Primera de Juan, capítulo 4, verso 4 dice: “Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a estos falsos profetas…” ¿Por qué? “… porque el que está en ustedes es más…” ¿Que el que está dónde? Eso sí, puede venir a molestar nuestras vidas, pero no es que no nos va a destrozar o nos va a derribar. Es más, yo les puedo decir tantos otros versos bíblicos pero no tengo tiempo.
Miren, todos estos pasajes, mis hermanos, nos ayudan a entender que cuando Dios comienza a moverse en nosotros, hay otro que va a querer moverse también. Para que nosotros lleguemos a lo que Dios intenciona en nuestras vidas. Obviamente ese otro, ese enemigo, sabe que se va a quedar en desventaja si nosotros nos comenzamos a mover en la dirección de lo que Dios quiere para nosotros.
Déjame ir terminando aquí. Yo creo que esto se va a quedar, to be continued. Continuará la semana que viene. No, no, no. Déjame terminar aquí.
Yo es por eso digo, mis hermanos, que es importante reconocer cómo Jesús en su conocimiento infinito, sabe por dónde nos mete y a quién trae a nuestro camino. Déjame terminar reflexionando en esto concerniente a Pedro. Jesús sabía lo que iba a hacer con Pedro, y en la misma forma el Señor sabe lo que está haciendo con cada uno de ustedes. Aunque no parezca aquí, pero Él sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros.
Jesús sabía la capacidad y el potencial que tenía Pedro, así como también sabe y conoce el potencial y la capacidad que usted también tiene. Pero así mismo Él tenía que tratarlo. Jesús tenía que tratar con Pedro. Jesús, yo me atrevo a decir que Jesús mismo zarandeó a Pedro en muchas ocasiones. ¡Ay, se está haciendo tarde y hay mucha gente aquí! Vayan ustedes y denles de comer. Pero estas hablando de cinco mil personas y no tenemos nada. Vayan… ¿Acaso Jesús no está poniendo a prueba ahí mismo a sus discípulos? ¿Claro que sí!
Oh, no, déjame reírme.
Los voy a dejar en suspenso, los voy a dejar aquí. Allí mismo en ese capítulo de Lucas 22, verso 54 me encontré con algo que fue bien particular. Porque cuando Jesús fue arrestado, que se lo llevaron, miren lo que dice el verso 54: “Lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote.” Y dice…. “Y Pedro le seguía…” Allí si que puedo decir que el hombre tenia miedo.
Mire, ¿usted cree que este es el tipo de discípulo que Jesús quiere? El discípulo que se esconde, el discípulo tímido. El discípulo que está intimidado por las cosas o que se deja amedrentar por las circunstancias de la vida. Por algo es que Él quiere tratar con nosotros. Porque Él sabe lo que Él está haciendo en usted.
A nivel individual Él sabe lo que Él está haciendo en usted. Y como usted es parte, no de cualquier iglesia, sino que usted es parte de esta iglesia; con más razón el Señor quiere tratar con usted y conmigo. ¡Válgame! Déjame ponerme yo también allí.
So, usted tiene doble carga. Perdóneme que le rompa la noticia así, pero usted tiene doble carga. No tan solamente el Señor quiere trabajar con usted en forma individual, quiere trabajar con usted porque usted es parte de esta iglesia. Para un tiempo así, como le dijeron a la Reina Ester, para un tiempo así… “Para un tiempo como este, Dios te ha levantado para estar aquí.”
Así que yo los quiero dejar en suspenso.
Tú vocación no va a ser perdurable antes que no sea sacudida. Si quieres escuchar más, no te lo pierdas el miércoles que viene.
Vamos a ponernos de pie, mis hermanos, y vamos a orar. Padre, en el nombre de Jesús, reconocemos que estamos delante de ti, oh, Dios. Reconocemos que Tú tienes un llamado sobre nuestras vidas, Señor. Tú nos llamas, deseas que nosotros podamos vivir acorde con los deseos que Tú tienes para nuestros corazón; para nuestra vida como iglesia.
Y, Señor, Padre, lo que yo estoy diciendo… yo sé que nos reímos pero es algo bien serio, Señor. Porque no se nos hace fácil lidiar con ese zarandeo que viene en nuestras vidas. Al menos por esta primera parte, en las cosas que he compartido, Señor, yo te pido que Tú nos ayudes a comenzar a reflexionar en nuestro interior, bien profundo en nuestro corazón, Señor.
Que así como Tú trataste con tus discípulos, aquellas personas… esos hombres que caminaron tan de cerca contigo, Señor, y vieron maravillas de parte tuya. Así también Tú caminas en el día de hoy Tú también. Y Tú quieres tratar con nosotros; Tú quieres sacar también lo mejor de nosotros. Tú quieres que a través de la vida nosotros podamos ser zarandeados para sacar lo más valioso que Tú buscas en medio de nuestras vidas.
Así que Señor, en medida que continuamos meditando en esta Palabra, Señor, que estamos escuchando todos estos mensajes de el mover tuyo en medio de esta iglesia, en medio de nuestras vidas. El mover en Tú espíritu, Señor, y de cómo Tú deseas que seamos una iglesia de poder y de autoridad; yo te pido que también nos ayudes a meditar concerniente a esto; cómo Tu quieres trabajar nuestro carácter, trabajar nuestra persona para que podamos ser siervos efectivos, discípulos radicales comprometidos contigo, con Tu reino.
Padre, yo te pido que Tú bendigas a mis hermanos y hermanas en esta noche a medida que ellos salen de aquí, de este lugar, Padre, que esta palabra pueda salir haciendo eco en sus corazones y que los provoque a seguir buscando, estudiando más de Ti, Señor. Para ver qué descubrimos en la riqueza de Tu palabra, Señor. Que sea de bendición a nuestras vidas.
Permite que esta noche podamos tener un sueño tranquilo, reparador, mi Dios. Y que mañana, si así Tú lo permites, ¡guau! Nos levantemos como si hubiésemos dormido toda una semana corrida, Señor.
Así que, Padre, bendice a mis hermanos y hermanas. Te damos la honra y la gloria a Ti, Señor. Celebramos lo que Tú haces en nuestras vidas. Y a Ti te damos las gracias, en el nombre de Jesús. Amén. Y Amén. Mis hermanos Dios les bendiga.
La gran Comisión
18 de octubre del 2010 - Por Fanny Rodríguez
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 28:19-20
En días pasados, estaba con deseos de ver una película y cambiando de canal, me encontré con una historia muy bonita que me ministró. No te estoy animando a ver televisión, ¡Ojo! El personaje principal un estudiante de sexto grado al que el profesor de Estudios Sociales les asignó buscar una manera en que ellos podían aportar a la humanidad en alguna manera. Este niño no esperó sino ese mismo día invitó a un indigente a su casa (su mamá estaba trabajando) le dio de comer y lo organizó para que pasara la noche en el garaje. La mamá que era alcohólica llegó del trabajo, bebió y se durmió.
Al día siguiente al levantarse la mamá se encontró con el hombre, se asustó, lo gritó y hecho de la casa. El niño no tuvo chance de explicarle; solo le dijo que era parte de una tarea de la escuela y se marchó enojado. En la escuela los niños explicaron sus ideas de cómo reciclar y otras actividades que ayudarían al medio ambiente. Pero este niño hizo un esquema en el que representaba una pirámide de personas, el en la punta tres personad debajo de el y otras tres personas debajo de cada una (9 personas), y otras tres debajo de estas y así sucesivamente. Explicando que si el lograba ayudar a tres personas a restaurar su vida y esas a su vez otras tres etc. entonces el mundo sería transformado. El profesor le dijo que era una buena idea pero solo una utopía. Mientras tanto la mamá se dirigía a la escuela enojada con el maestro que no sabia lo que el estudiante había hecho.
El niño sigue persistiendo en ayudar y logra su objetivo con perseverancia y valor a costa de un gran precio. La película se llama ‘Pay forward’ págale a otro, no te doy más detalles por si la quieres ver. Pero mientras escuchaba la sabiduría de este pequeño y la seriedad con que tomó esta misión de ayudar a la humanidad, pensaba en nosotros, todos los que hemos recibido el regalo maravilloso de la salvación. Nosotros si que podemos transformar el mundo por que nos movemos, hablamos y ayudamos en el poder del Espíritu Santo, que es como dinamita. No será, que no se nos ha alumbrado el entendimiento y estamos tan ocupados en las actividades cotidianas que nos hemos olvidado del mandato del Señor y pensamos que con ir a la iglesia y hacer unos cuantos ejercicios religiosos, es suficiente? La oración, el congregarnos, el estudiar la palabra, buscar santidad y todas las disciplinas espirituales son importantes; pero el mandato importante es ”Hacer discípulos…” Cuando fue la ultima vez que le hablaste del Señor y su amor a una persona y la invitaste a la iglesia, la célula, un retiro, etc.
Padre Celestial ayúdame a organizar mis prioridades, de tal manera que aproveche el tiempo para ayudar a transformar este mundo. No quiero estar quejándome de la situación que estamos viviendo, sino considerar: ¿que estoy yo haciendo para traer tu reino? Dame sabiduría, discernimiento y denuedo para acercarme a personas necesitadas de un encuentro con el Señor. Ayúdame a sembrar tu palabra sabiendo que aunque la persona no te acepte en ese momento, la semilla quedará sembrada. Gracias por tu amor y tus bendiciones, en el nombre de Jesús. Amén.
Un momentum, un ímpetu divino
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Quisiera compartir con ustedes algunas cosas que el Señor había puesto en mi corazón ya hace un mes y medio atrás, más o menos, podría decir yo, hoy más bien lo que voy a hacer es completar un poco más un mensaje que yo traje un miércoles comenzando el mes de septiembre, hace ya varias semanas atrás. Y tiene que ver con esta idea del mover de Dios en medio de nuestras vidas.
Y mucho de esto sale inspirado de toda esta serie que nuestro pastor Miranda ha estado predicando concerniente al libro de los Hechos, y cómo la iglesia en el libro de los Hechos experimentó un mover de Dios en medio de sus tiempos. Y fue un mover de Dios que no dependía de las circunstancias en las cuales ellos estaban viviendo, los cuales por algún lado se puede decir, que eran circunstancias negativas, era una ambiente que en alguna forma se oponía a todo lo que la iglesia estaba experimentando, pero con todo y eso, había un mover, había un momentum por así decirlo, un ímpetu de parte de Dios que se estaba moviendo en medio de sus discípulos y todos aquellos que decidían creer y aceptar su palabra.
Y yo creo, mis hermanos, que en la misma forma esas palabras que, o esas cosas que sucedieron en la iglesia de los Apóstoles hace siglos atrás, yo creo que Dios también lo está haciendo en medio de nosotros, en distintas formas. Pero que para nosotros poderlas discernir hace falta que nosotros precisamente tengamos eso, el discernimiento correcto en nuestra mente, en nuestro espíritu, la intensión correcta de nuestro corazón.
El martes pasado yo estaba en una de las reuniones de COPANI y estuvo predicando el superintendente de las iglesias metodistas libres del área del noreste de los Estados Unidos. Es un hombre americano y mientras él predicaba me estuvo tan particular porque él también comenzó a predicar del libro de los Hechos, y yo me decía, guau, ya el libro de los Hechos me sale por los poros. Pero algo hay en medio de esto, hay un propósito en medio de esto. Y ciertamente este hombre, mientras él iba predicando, al principio yo no se los puedo negar, yo estaba un poquito medio resistente a la forma en que él estaba comunicando, pero a mitad de mensaje este hombre se quebrantó. Yo creo que él se quitó su sombrero de pastor, superintendente de las escuelas metodistas y comenzó a hablarle a todos los pastores y pastoras que estaban allí como uno más de ellos.
Y a mí me fue tan particular el poder escucharlo a él decir, yo anhelo, yo tengo hambre, yo tengo sed de ver un mover de Dios en medio de nuestro tiempo. De verdaderamente poder ver esos milagros que ocurrían o que ocurrieron en la iglesia de los Hechos, de ver esos milagros ocurrir ahora en medio de nuestros tiempos, o de verlos en alguna otra forma, pero el mero hecho de que se manifieste algo y de nosotros poder saber y entender que Dios estaba en medio de esas circunstancias. Eso es lo que él estaba diciendo que anhelaba y deseaba ver.
Él no hizo una pregunta, qué tenemos que hacer nosotros para poder ver y comprender eso? Y yo no les puedo decir que yo tengo una respuesta específica o acertada, sí puedo mencionar algunas cosas que nosotros podemos hacer, pero, en gran parte ese mover, ese momentum. Y entienden a lo que me refiero con momentum. Yo mismo lo voy a explicar, pero me refiero a ese ímpetu. Es como una energía que proviene de Dios que nosotros no la podemos manipular sino que viene directamente de él.
Yo puedo mencionar este hecho reciente del cual todos nosotros hemos estado escuchando en las noticias, de los 33 mineros que salieron salvos de cuántos pies de profundidad? 2300 pies, 2600 pies bajo tierra, más sin embargo todos lograron salir.
Sí, obviamente los médicos dicen que van a tener complicaciones en el funcionamiento de sus pulmones, sus ojos que tal vez tanto tiempo que estuvieron en la oscuridad y ahora al ver la luz del sol, pero ¿Saben qué? Dios se las inventa para hacer de las suyas con la gente. Y a mí no me extrañaría que Dios decida contradecir las palabras de todos esos médicos que han hablado de las complicaciones que estos hombres van a tener y que esos hombres estén sanitos y salvos de aquí a par de semanas.
Pero yo lo más que a mí me impactó de esto fue el testimonio que esos hombres dieron delante de todo el mundo. Cuando cada uno iban saliendo con esa camisa que decía, Gracias, Señor Jesús así sobre sus hombros, y en la parte de atrás el verso del salmo 95, creo que es, salmo 95, verso 4, “las profundidades de la tierra y la anchura de los cielos está en la palma de la mano del Señor”.
Así que esos hombres sabían muy bien dónde ellos estaban. Y esos son los moveres, esos son los ímpetus, esos son los momentum que Dios está aprovechando para dejar saber que él está en acción en medio de la tierra, que él está haciendo algo en medio de su pueblo, que aunque tal vez habrá muchas personas que niegan su mover, que niegan su existencia, pero Dios aún en medio de todas esas cosas nos deja saber a nosotros, ah, I am not done, yo todavía no he terminado, yo estoy bien activo en medio de ustedes.
Pero nosotros tenemos que aceptar y recibir eso, mis hermanos. Y es por eso que yo me he movido a compartir esto con ustedes. Y yo espero que esta meditación de mi corazón llegue a algún rincón de su corazón y que le anime a usted poder comprender cómo Dios se mueve en medio de su vida.
Pero yo titulé este mensaje “Un momentum, un ímpetu divino”, un ímpetu, un mover. Y cuando hablo de momentum yo me imagino que usted en algún momento en su vida ha experimentado lo que es un momentum, ¿verdad? Suena redundante pero me entienden por donde voy. Es uno de esos momentos como que cuando usted se levanta por la mañana, usted se levanta con un sentido de energía y no hace más que poner los pies en el piso y ya los pies le cayeron en las chancletas rápido, no las tuvo que buscar, las chancletas estaban ahí, puso sus pies. Y fue de momento a la cocina y no tuvo que estar morroso buscando el café sino que ya fue… ya estaba, lo prendió y empezó a funcionar.
Es el tipo de día como que todos los pensamientos le empiezan a fluir uno detrás del otro y con una lucidez que usted dice, guau, espérate, qué me pasó a mí hoy? O si les doy un ejemplo más exacto, es como si usted viniera por la Mass avenue, digamos que usted venga desde Symphony Hall a llegar acá, y de repente en una forma milagrosa todas las luces se ponen verdes una detrás de la otra, y es como que se dividió el Mar Rojo delante de mí. Eso es un momentum divino. Como que Dios permite que todas las cosas se orquesten en favor de usted.
Si usted ha participado en algún deporte hay veces que en los deportes se experimenta esto mucho. Que cuando usted como que desde que usted sale del bloque hasta que llega a la línea final, es como que todos sus movimientos están fríamente calculados y usted no lo está haciendo con presión o con tensión, sino que todas las fibras de los músculos de su cuerpo están fluyendo de tal forma que cuando usted viene a ver si se acabó la competencia, usted llegó primero.
O que si usted está cocinando un bizcocho, un pastel, una torta o algo y antes tal vez usted leía la receta y era como que qué difícil, que punto viene ahora, y de repente, lo tira en la batidora y la harina salió volando por todos lados. Pero ahora cuando usted está en un momentum es como que todo fluye y cae y el pastel sale al final una delicia.
Me entienden por dónde voy con el momentum? Cuando yo hablo de un momentum divino, me refiero precisamente a eso, mis hermanos, me refiero al mero hecho que es como que Dios está metido en cada uno de las cosas, una detrás de la otra, y todo funciona para que los hijos y las hijas de Dios puedan crecer y experimentar lo que Dios está haciendo en medio de ellos.
Ahora, puede ser que los ejemplos que yo mencioné funcionan como quien dice, bajo las circunstancias correctas, como que cuando todo funciona perfectamente bien. Pero lo bueno de ese ímpetu de Dios es que no todo tiene que estar perfectamente bien para nosotros poder saber que Dios está en medio de las cosas. No todo tiene que estar bien del 1 al 10, de la A a la Z sino que Dios permite que todas las cosas operen como él intenciona.
Es más, aún en medio de la oposición, mis hermanos, el Señor se encarga de que esas cosas que parecen ser opuestas a lo que nosotros como hijos e hijas de Dios deseamos ver, Dios se encarga en que esas cosas funcionen, como dice la Escritura, para el bien de aquellos que aman a Dios.
Miren, déjeme darle algunos ejemplos en la Escritura de personas que experimentaron un momentum divino. Hay muchas personas pero me voy a enfocar en algunos. El primero que a mí se me ocurrió fue el personaje de José en Génesis. José el soñador, en Génesis, Capítulo 39, miren esto.
Obviamente nosotros sabemos que José vivió una serie de cosas de principio a final que podrían parecer que eran injustas basada en los sueños que Dios le había dado a José. Obviamente sus hermanos primero que nada sintieron envidia de él. Fue el primer cantazo que él recibió. De ahí lo tiraron a un pozo, del pozo lo sacaron y lo vendieron como esclavo. Después que lo vendieron como esclavo terminó siendo el guardador de Potifar, el que mantenía la casa, el mayordomo de la casa de Potifar. Obviamente allí hubo una conspiración en contra de él de parte de la esposa de Potifar, y dónde terminó de nuevo? En una cárcel. Y después de que estuvo ese tiempo en una cárcel, que supuestamente fue casi un período de 2 años, cómo terminó después? Interpretando uno de los sueños del faraón y después de haber interpretado ese sueño, el faraón lo puso como gobernador.
Miren que cosa. O sea, todas las circunstancias que podrían haber sido adversas a él, pero saben cuál fue la clave en todo esto? Miren cómo dice Génesis, Capítulo 39 verso 2, esto es algo que se repite en varias ocasiones, el verso dice:
“… Más Jehová estaba con José y fue varón próspero y estaba en la casa de su amo, el egipcio, y vio su amo que Jehová estaba con él….”
Más adelante en el verso 21, una vez más se repite: “…. Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel…”
Y una vez más el verso 23 enfatiza que “… porque Jehová estaba con José y lo que él hacía Jehová lo prosperaba…”
Cuando yo leo esos versos para mí es un ejemplo perfecto de un hombre que está en un momentum divino que a pesar de las circunstancias que se le aparecían en su vida, Jehová estaba con él. Y no importando lo que sucediera, las personas que conspiraran en contra de él, como Dios estaba con él y tenía un propósito, una intención con él, Dios se encargó de que todo funcionara en su favor.
Miren este otro ejemplo, en Éxodo, Capítulo 1, miren lo que habla acerca del pueblo de Israel, verso 7 dice:
“…. Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y esto vino obviamente después de la muerte de José, muchos años después de la muerte de José… fructificaron y se multiplicaron y fueron aumentados y fortalecidos en extremo y se llenó de ellos la tierra. Entre tanto se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José, por ende no conocía el legado de José, y dijo a su pueblo, “He aquí que el pueblo de los hijos de Israel es mayor y `más fuerte que nosotros, ahora pues, vamos a ser sabios para con él para que no se multiplique y acontezca que viniendo guerra ellos también se unan a nuestros enemigos y peleen contra nosotros y se vaya de la tierra. Entonces aquí fue donde comenzó el proceso de esclavitud de los israelitas. Entonces, pusieron sobre ellos comisarios de tribus que los molestasen con sus cargas y edificaron para faraón las ciudades de almacenaje, el verso 12, miren como dice, pero cuanto más los oprimían tanto más se multiplicaban y crecían de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel…”
Miren esto, que interesante mis hermanos, hablando de un ímpetu divino. El pueblo de Israel sabíamos que era el pueblo del pacto de Dios, el pueblo escogido por Dios, y aunque muchas veces este mismo pueblo se olvidaba de Dios, Dios con todo y eso no se olvidaba de las promesas que tenía sobre ellos. Y aunque otros pueblos trataren de oprimirlos, de ser una opresión para ellos, de tratar de frenarlos, de disminuir lo que estaba aconteciendo con ellos, nada podía contener lo que Dios estaba haciendo en medio de ellos.
Me siguen por donde voy? Cogieron bien esa idea de lo que dije? No es que el pueblo de Israel necesariamente se estuviese multiplicando ellos por su propia intencionalidad, aunque claro que sí había algo de eso, pero lo que más yo veo aquí es que nadie podía contener lo que Dios estaba haciendo en medio de ellos.
Hay veces que el momentum puede parecer que va en una forma reversible, por así decirlo. Se acuerdan del personaje Job en la Biblia? Qué fue lo que le pasó a Job? Una cosa detrás de la otra, iba como quien dice, en descuento. Le estaban haciendo una resta total. Es como si el IRS le estaba cobrando todo a Job. Iba una detrás de la otra. Ah, tus hijos…. Los cojo. Tus vacas… las cojo. Tus cabras, tus caballos, tus gallinas, tus gallos, todo lo que tu tienes… te lo voy quitando. Tu esposa también, dámela. Te la cogieron. Tu salud… la voy a apuntar ahí también. Es como que una cosa detrás de la otra se la iban quitando. Más qué fue lo que pasó al final? Dios se le devolvió todo otra vez. Dios se lo devolvió todo otra vez.
Miren, ¿Saben qué? Una vez, esto yo lo compartí cuando hice este mensaje, porque lo hice en el contexto de un servicio de los miércoles. Cuando yo empecé a dirigir los servicios de los miércoles, yo sentí que yo iba en un momentun regresivo también, por así decirlo. Y estoy hablando que esto fue como hace tal vez, como unos 3, 4 años atrás más o menos. Y yo recuerdo que cuando yo empecé, que el pastor me dijo, Omar, mira encárgate tu de los servicios de oración, yo sé que Dios está contigo. Echa mano. Vamos a ver cómo Dios hace crecer esto. Uy, yo ahí bien confiado, vamos a ver cómo Dios hace crecer esto? Y yo recuerdo que las primeras veces que estábamos aquí los servicios de los miércoles, tal vez llegaban como unas 40 personas más o menos, diría yo, que llegaban los miércoles a orar. Y obviamente en aquel entonces yo recuerdo que mi hermano Gonzalo estaba aquí solo con la guitarra, y él dirigía la alabanza y la oración y entre él y yo nos turnábamos de vez en cuando. Y como que mientras el tiempo iba pasando, mis hermanos, yo no sé qué pasó, que de 40 bajamos a 30, de 30 bajamos a 20 y así seguíamos por el estilo y hasta que llegamos al punto como que yo digo, con mucho respeto, que habíamos 2 ó 3 pelagatos aquí reunido los miércoles por la noche. Y yo triste solito con la guitarrita también. Y yo me decía, ay, Señor, y ahora qué hago?
Y yo venía donde el pastor y lloraba, pastor, no, no está viniendo la gente. Tu crees que deberíamos seguir con los servicios de oración? Sigue. Sigue. Sigue que como le decía a José, Jehová está contigo. Y te prosperará.
Pero miren, mis hermanos, yo llegué a un punto literalmente, yo creo que estos personajes que yo he mencionado de la Biblia también, tuvieron que haber sentido eso en un momento, porque hay momentos en los que uno desea tener ese momentum pero como que no lo hay. Uno desea ese second wind, ese aire que venga y levante a uno, pero no llega y uno se siente frustrado a veces. Y uno como que, guau, Señor, será algo que yo estoy haciendo, o algo que no estoy haciendo?
Y yo recuerdo que yo comencé a orar y yo me dije, Señor, yo necesito que tu empieces a proveer a esto, no tan solamente provee la gente que pueda venir y sacar tiempo para orar, pero provee otra cosas, otros recursos que me ayuden con este servicio porque yo estaba viendo así, es un servicio de la iglesia. Yo me decía, cómo va a ser que en una iglesia de 900 plus miembros, que solamente llegue un miércoles por la noche a orar 15 ó 10 personas nada más. Eso no hace justicia, como que no cabía en mi cabeza. Yo estaba tratando de razonarlo, pero no me cabía en mi cabeza. Y yo comencé a orar y yo, mira, Señor, tu te vas a encargar de proveer poco a poco. Y yo recuerdo que mi hermano Gonzalo seguí viniendo, de repente, empezó a llegar mi hermana Raquel y me ayudaba cantando. Y yo, pues ya no estoy cantando yo solo, y ahí nos batíamos en aquel entonces, llegó nuestro hermano Bruno también y empezó a ayudarnos en la alabanza. Después llegó Enrique, con su esposa Dulce, después llegó mi hermana Mirsa, y como que, guau, espérate, esto se está poniendo bueno porque a medida que crecían las cosas acá arriba, empezaban a crecer las cosas acá abajo. Y de 30 subimos a 40, de 40 subimos entonces a 50 y seguía viniendo la gente y yo me decía, guau, Señor, gracias, tu estás escuchando mis oraciones. Y yo recuerdo que también llegó mi hermano Rafael, y mi hermano Rafael, yo siempre lo identifico porque era una persona muy particular. Él siempre venía aquí a la oficina y me animaba, y me decía, Omar, sigue orando porque tu verás que los miércoles va a ser un servicio de bendición y mucha gente va a llegar para recargar sus baterías a lo largo de la semana. Y yo, amén. Yo celebraba eso.
Y miren, mis hermanos, el mero hecho de que ahora están viniendo aproximadamente 90 personas los miércoles por la noche y yo lo celebro como si fuera un servicio así de domingo total. Lo que parecía ser un momentum que iba en cuenta regresiva de alguna forma u otra, Dios lo tornó en un momentum de forma que va adelantándose ahora. Porque no es el mero hecho de que yo quiero ver un grupo de personas aquí un miércoles por la noche, sino es el mero hecho de que entonces yo estoy entendiendo de que la gente está sacando el valor de lo que es separar esos momentos para orar, para venir y congregarse, para buscar al Señor, para ver la cara de los hermanos y hermanas otro día durante la semana, que no necesariamente es el domingo.
Oigan, mis hermanos, y cómo disfrutamos de la presencia del Señor aquí los miércoles. Cómo se disfruta. O sea, yo sé que aquí los domingos se disfruta también, pero que hay como que una, diría yo, una formalidad y aunque los miércoles no se pierde esa formalidad, es otra. Aquí los miércoles la gente se siente libre de venir al altar, de reír y sentarse por ahí, quitarse los zapatos si quieren, y estar, como quien dice, en la presencia del Señor y disfrutar de esa hora y media completa. Así que un anuncio pagado, ya saben, mis hermanos, espero verlos los miércoles por la noche.
Tenemos cuido de niños también que estamos haciendo los miércoles por la noche. So, si eso le funciona a algunos también. Tenemos el estacionamiento del Boston Water …. Hasta julio también, so, si le preocupa el estacionamiento, lo tenemos ahí. Así que, vamos a ver a cuántos veo el miércoles por la noche.
Pero miren, mis hermanos, déjeme decirles algo, déjeme hacer una pregunta, qué puede detener un mover de Dios? Qué puede detener ese momentun de Dios? Y una de primeras cosas que yo puedo decir es que no estemos en la mentalidad correcta, que no estemos en la sintonía correcta con Dios.
Primera de Corintios, Capítulo 2, el Apóstol Pablo habla de lo siguiente, él menciona que “…Dios mandó a su espíritu, que nadie conoce las Dios como el espíritu de Dios, pero Dios nos las reveló a nosotros por su espíritu, porque el espíritu todo lo escrudiña, aún lo profundo de Dios, ─estoy leyendo en Primera de Corintios, Capítulo 2, versículo 10 ─ …. Porque quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en él. Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios sino el espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios para que sepamos lo que Dios nos ha, miren esta palabra que bella, lo que Dios nos ha concedido…”
Óigame, lo que Dios me ha concedido es algo muy distinto como si hubiese dicho, lo que Dios está pensando darles. O lo que Dios está planeado hacer en un futuro. Cuando dice lo que Dios ha concedido, es qué? Que ya está hecho. Es algo que ya está hecho. Y obviamente nuestra mente humana lógica no puede percibir eso, no lo puede entender, pero como Dios nos ha dado a nosotros su espíritu, entonces sí nosotros lo podemos entender. y lo que Dios ha concedido no es algo que necesariamente se vea a nivel tangible, pero sí sabemos que si Dios lo ha concedido es porque él lo ha decretado, lo ha dicho ya, en algún lugar en los cielos está hecho. Y nosotros como bien cantaba nuestro hermano Jorge Michel ahorita, nosotros no andamos por visto sino que andamos por fe, estamos viendo las cosas que no se ven así es como si se fueran, exacto.
Por lo tanto, si ya Dios lo concedió, aunque no se ve, yo creo que él lo concedió y ando como que ya lo tengo, como que es algo que está en mí. El yo estar en la mentalidad correcta me ayuda entonces a percibir bien cuando Dios está haciendo algo para entonces yo poder correr con esa misma ola de Dios.
Pero qué más lo puede detener, mis hermanos? Incredulidad. Si yo no tengo fe, yo puedo parar, yo puedo cortar, yo puedo castrar cualquier movimiento que Dios pueda tratar de hacer. Hay que tener ese sentido, esa dimensión de fe de que Dios verdaderamente está haciendo algo. Ahora, yo no estoy diciendo, que necesariamente esto va a ser algo duradero porque no todos los días se cogen las luces verdes en masa desde Symphony Hall hasta acá. Obviamente. Hay momentos en los que esto se da. Y yo creo que Dios lo hace y lo intenciona así. Obviamente si nos está dando la misma cosa todos los días, miren, nosotros vamos a crecer como niños y niñas engreídos, como que Papá me da lo que yo quiero todo el tiempo. Y eso es necesariamente lo que Dios hace. Dios sí nos da, nos da como quien dice, estos insumos para que nosotros podamos ver que él sí está ahí.
Ahora, hay algo bien importante mis hermanos, y esto fue algo que yo lo aprendí de cuando lo prediqué hace eso varios miércoles atrás, y ahora mientras lo estaba revisando de nuevo yo, como que, re calculé algunas cosas en mi mente. Porque yo me estaba diciendo que no es que uno pueda manipular un mover de Dios, pero sí uno lo puede provocar. Eso era lo que yo entendí. Yo no puedo manipular, yo no puedo decir, voy a orar tantas horas, voy a ayunar tanto tiempo, voy a visitar a tantas personas en el hospital solamente para que Dios haga algo en mi vida. Yo no puedo manipular a Dios de esa forma.
Esas cosas que yo acabo de mencionar, las tengo que hacer. Qué yo puedo hacer? Yo tengo que seguir orando. El momento que yo deje de orar, eso es gasolina que yo voy perdiendo. Al momento que yo dejo de ser dadivoso y generoso con personas a mi alrededor, con la iglesia. Y no estoy hablando necesariamente de dinero, yo estoy hablando de mi tiempo, de mi fuerza, de mis energías. Al momento que yo acorte mi mano concerniente a esas cosas, esa gasolina se va a ir bajando, bajando, bajando.
El momento que yo dejo de congregarme, eso es otra cosa que va a disminuir la intensidad con que yo pueda experimentar ese mover de Dios. Acaso no hay un texto en la Biblia que dice, hermanos, os insto, no dejen de congregarse como algunos tienen de costumbre. Y yo no estoy diciendo que alguno de ustedes tengan esa costumbre aquí, porque yo sé que todos ustedes siempre vienen, excepto los miércoles y espero verlos ahora.
Pero miren, esa idea es bien importante, mis hermanos. Saben que soy un fanático del servicio de los miércoles, ¿verdad? Pero miren, mis hermanos, esto es ciencia básica. Cuando usted está haciendo barbecue, si usted toma una carbón y lo separa de donde está el resto de los carbones encendidos, qué va a pasar con ese carbón? Se va a apagar. Usted cree que ese carbón va a coger fuego por sí solo? No. Acaso no pasa lo mismo cuando nosotros dejamos de venir a la iglesia por algún tiempo, por alguna razón, o por alguna circunstancia? No hacemos, ah sí, Gonzalo, yo sigo orando en mi casa. Dios me escucha a mí en mi casa. Mira, amén, gloria a Dios. Dios te escucha aunque tu estés en el tope de Mount Washington, por ahí arriba en New Hampshire, Dios, es más, allá te va a escuchar más todavía porque vas a estar más cerca del cielo. Pero no significa que una cosa va a reemplazar a la otra.
Dios tenía un propósito con la formación de la iglesia. Dios tenía un propósito con que este cuerpo tomara su forma, con que cada cual con sus mañas y con sus vainas, pero que todo el mundo pudiese venir aquí y congregarse, calentarse unos a otros, poder entender que ahí, en esa unidad hay un misterio que Dios opera, hay una fuerza, hay un ímpetu, hay una energía que Dios infunde sobre esa Congregación, sobre dondequiera ese cuerpo esté reunido que promueve algo que proviene del corazón de Dios.
Y claro está, aunque somos parte de un grupo, de un contexto de personas de distintos trasfondos, culturas, y miren, muchas veces, bueno la mayor parte de las veces, no significa que tengamos que ser un cuerpo con personalidades totalmente perfectas, donde todo el mundo se lleve bien. No, mis hermanos, yo no estoy diciendo eso. Van a haber sus traumas. Le van a pisar los callos. Yo se los voy a pisar. Usted me los va a pisar a mí, vamos a tener esos roces, pero eso no implica que esos roces vayan a impedir que nosotros sigamos siendo el cuerpo de Cristo.
Y que así en esa forma entonces nosotros podamos seguir promoviendo ese momentum, ese mover de Dios en nuestra vida como iglesia. Tenemos que tener esa mentalidad correcta, mis hermanos. Mira, Dios sí quiere bendecir tu vida a nivel individual, Dios quiere llenar tu matrimonio, Dios quiere llenar a tus hijos, Dios te quiere bendecir a ti en tus estudios, en tu trabajo, en lo que sea que tu estés haciendo, pero esa bendición no es para que te la disfrutes tu solo, o tu sola, es para que tu también la puedas compartir con otros hermanos y hermanas a tu alrededor.
Es más, otra cosa que yo aprendí, también que yo reconozco que tal vez son pensamientos medio cocinados. Yo decía que tu no puedes correr el momentum de otra persona. Es como quien dice, tu no puedes correr la ola de otra persona. Si usted ve un ejemplo de los surfeadores, los surfistas, los que se meten en esas olas de diez pies para arriba, yo no sé si usted ha visto esto, pero muchas veces cuando ya uno de ellos se montó en una ola, si hay otro que se trata de montar le pasa por encima, porque no se puede detener. Obviamente cuando ya va con ese momentum, no hay quien lo detenga, y si se sale de la ola pues obviamente la pierde. Pero hay veces que hay gente que quieren correr la ola donde uno está montado, y no necesariamente eso se puede hacer así. Usted no puede depender todo el tiempo en las oraciones que otra persona pueda hacer por usted, no puede depender todo el tiempo en que otra persona ayune por usted, o que lea la Biblia por usted, o que vaya a visitarlo a usted. No todo el tiempo se puede depender de eso.
Mira, puedes decir que la ola de esa persona comience una en ti pero una vez que ya tu estás corriendo la tuya, disfrútala y sigue por ahí entonces. Descubre lo que Dios está haciendo en tu vida. Y que tu incites una ola para otros también.
Ahora, mis hermanos, cuando tu veas que ese momentum se ha detenido, como muchas veces se puede experimentar, muchas veces nosotros decimos que esto es el tiempo del desierto en medio de nuestras vidas, ¿verdad? Hemos experimentado eso? Como que la voz de Dios se apaga, como que, hello? Y como que no está ahí. O empezamos a oír otras voces que no tenemos que oír. Miren, como yo siempre digo, mis hermanos, esto es algo que para mí ha sido medicina al alma, cuando usted se encuentra en esos momentos, por favor, no piense que Dios se ha olvidado de usted. Imagínense cómo se sintió José.
Miren, yo hasta tuve que ver una película de niños para poder entender esto. Y válgame que lo vi allá arriba en el … y una vez que estaba pasando y precisamente tenían esta parte de la película de José. Y fue la parte donde le hicieron esa conspiración de parte de la mujer de Potifar y lo metieron en este calabozo. Y en ese calabozo pasó el tiempo cuando el panadero y el copero del rey salieron y José estaba llegando a un tiempo de desesperación, que él mismo de repente en la película, yo recuerdo así, él mismo sale y dice, Dios, dónde estás que todavía estoy aquí metido? Acaso tu no tenías sueños para mí? Y él se echó a llorar, en la película él se echó a llorar, y después de ese llanto de repente sale y dijo, Señor, yo seguiré confiando en ti.
Y ¿Saben qué? Esto es bien interesante porque en el relato de José no necesariamente sale eso. El relato de José no necesariamente dice que José dudó de Dios. No, no dice en el relato bíblico, pero a mí me gustó la creatividad de esa película porque presentó la humanidad de él en un momento. Quién no, después de tantas injusticias que le hicieron, quién no va a decir, bueno Dios, pero ven acá, tu no tenías sueños conmigo? Qué pasó con todos esos manojos de trigo que se inclinaron ante uno que estaba puesto en el medio? Y qué pasó con todas las estrellas que se inclinaron? Acaso no era yo el que estaba en el medio de esas estrellas? Qué pasó Dios?
¿Saben qué? Usted está en todo permiso de sentir o de pensar como que Dios tal vez en algún momento se esfumó, como que se alejó. Pero ¿Saben qué? No se confunda, no se equivoque. Cuidado. Eso no lo estoy haciendo yo, eso usted te lo hace Dios a ti. Dios te dice, mira, te estoy mirando. Podrá parecer que no estoy ahí, pero yo estoy ahí. Que fue lo que pasó con José? Decía, pero Jehová estaba con él y lo prosperaba en todo lo que hacía.
El momentum de Dios no había acabado porque Dios sabía las intenciones que él tenía con ese hombre, y así mismo Dios sabe las intenciones que él tiene contigo. En cualquier faceta que tu estés en tu vida, Dios sabe las intenciones que tu estés contigo.
Miren, a mí me recuerda las cosas que hemos estado hablando concerniente al libro de los Hechos y aún este último pasaje que nosotros hablamos de Hechos, Capítulo 6, cuando habla que los Apóstoles se encontraron con este dilema de las viudas de los judíos y de los griegos, y qué vamos a hacer? Miren, aún en eso, yo recuerdo las palabras que el pastor Greg decía que, tal vez usted se va a sentir que hasta los mismos pastores lo traicionan a usted, o que usted piensa que los pastores no se preocupan por usted o que usted no le importa.
Mira, no deje que su mente humana vaya a impedir el que ese mover de Dios se siga manifestando en su vida, porque ese no es la verdad. Eso es una mentira del diablo por ponerme pentecostal, por así decirlo. Miren, no, mis hermanos, cuando Dios tiene algo, cuando Dios provee esas oportunidades, cuando Dios trae esos momentum, son oportunidades sí para que usted se acerque más a él, para que usted experimente algo nuevo de él, para que usted conozca algo nuevo de usted mismo, de usted misma, y que entonces usted pueda crecer aún más y se pueda convertir en la persona, en el hombre, en la mujer, en el cristiano, la cristiana que Dios tiene verdaderamente intencionado para usted.
Eso es lo que Dios intenciona. Eso es lo que Dios provoca cuando ese ímpetu de vida viene así a nuestras vidas, tanto a nivel individual, como también a nivel congregacional, como cuerpo, como iglesia.
Miren, yo les digo algo, no es que yo me tenga guille fiero de profeta, pero aún yo me atrevo a pensar que esta situación que nosotros como iglesia hemos vivido con nuestro pastor, y aunque está recuperando y le damos gloria a Dios por eso, pero yo me atrevo a pensar, que aún esta situación va a traer un momentum nuevo y distinto, no tan solamente en la vida de nuestro pastor, sino en la vida de nosotros como iglesia.
Qué significa eso? No aplaudan todavía. Qué significa eso? Le puedo decir un secreto? Yo no sé. Cosas que ojo no vio ni oído nunca oyó, cosas que no han subido a corazón de ningún hombre, sino que están guardadas en el corazón de Dios. Esas son las cosas que yo entiendo que Dios va a traer a nuestra vida como iglesia. Cuál es nuestra responsabilidad ahora, mis hermanos?
Miren, solamente les digo esto, como quien dice un preview, y ya voy terminando porque sé que se me acabó el tiempo. Pero no vayan a pensar como que ya sí llegó el pastor de nuevo, ya todo está bien, life as usual. No, no, no. ya el pastor está aquí, él se va a encargar de todas las cosas. No, no, no.
Yo sé que en algún momento nosotros nos enteraremos de todas las cosas que Dios está trabajando con el corazón del pastor. Pero yo espero, y aquí yo les hablo a ustedes también como pastor, como colega del pastor, yo espero que todos nosotros estemos sacando el tiempo, las energías, la intencionalidad para poder descubrir qué es lo que Dios ha intencionado con todo esto aún en nosotros como iglesia.
Las cosas no pueden seguir como siempre han estado. Yo lo creo así, las cosas tienen que ser distintas. Nuevos líderes tienen que surgir. Y no es para reemplazar a líderes existentes, yo no estoy diciendo eso. Puede ser que los líderes existentes necesiten pasar por un renuevo también de alguna forma u otra, pero yo creo que esto va a traer un momentum de parte de Dios, un ímpetu, una fuerza, nosotros vamos a empezar a ver que las luces se van a empezar a poner verdes una detrás de la otra, que tal vez antes nos comíamos las amarillas pero yo creo que ahora va a empezar a llegar un momento donde todas las luces se van a empezar a poner verdes, donde todas las cosas van a empezar a aparecer en su lugar. Y nosotros como iglesia, vamos a podernos levantar a ese nuevo nivel que Dios nos ha estado hablando por mucho tiempo, mis hermanos.
Ahora, qué requiere eso de nosotros? Eso va a requerir que nosotros estemos pendientes a ese mover de Dios, que nosotros hagamos las cosas que tenemos que hacer, que no dejemos de orar, que no dejemos de congregarnos, que no dejemos de dar, de ser generosos con otros a nuestro alrededor, mis hermanos, saben por qué? Porque todas esas cosas van a causar que Dios empiece a infundir algo en medio de ustedes.
Así que yo quisiera orar ahora. Yo le invito a que usted se ponga de pie. Vamos a orar basados en esto, iglesia. Yo no sé si usted tiene el mismo deseo que yo, pero yo me siento movido delante de Dios para buscar ese momentum en mí vida, para buscar ese ímpetu de Dios en mí vida. Yo anhelo y deseo ver ese nuevo mover de Dios en medio de mí, estoy hablando yo a nivel personal. Y yo espero que usted también lo esté deseando sobre su vida también.
Miren, mis hermanos, no tengan temor de algún cambio que Dios pueda hacer a nivel de su pensamiento, de su forma de pensar. Yo creo que para muchos de nosotros nuestra forma de pensar tiene que cambiar. Yo creo que para muchos de nosotros Dios tiene que trabajar bien directo también a nivel de nuestro carácter, cosas bien profundas que están ahí, orgullos que están bien cimentados en nosotros que en vez de promover ese mover de Dios, lo que hacen es que lo limitan y lo detienen aún más.
Y yo creo que Dios está deseando trabajar a esos niveles en medio de nuestras vidas. Si no fuera así, mis hermanos, no sé qué más puedo decir, pero yo lo creo en mi corazón, yo lo creo en mi corazón, que Dios todavía está en acción.
Si lo ha demostrado en formas tan grandes allá en Chile, que lo pueda demostrar en una forma también en medio de su vida, permitiendo que tal vez sus papeles de inmigración de repente sean arreglados. Que tal vez usted siente que su relación con su cónyuge está medio shaky, y de repente usted empieza a experimentar cosas que empiezan a traer un aire nuevo en esa relación.
Mire, es más, si usted quiere experimentar algo nuevo en medio de su relación con su cónyuge no espere a que su cónyuge empiece a hacer cosas para usted. Empiece a hacer cosas usted por su cónyuge y usted verá como las cosas se van a empezar a mover por otra dirección. Tal vez en las primeras semanas, su cónyuge le va a decir, qué tu quieres que te estás portando así conmigo? Qué tu estás buscando? estoy buscando algo pero no te voy a decir todavía. Sigue haciendo lo que estás haciendo, lo que Dios te mueva a hacer. Ora por tu esposo, ora por tu esposa, unge la almohada donde duermen con aceite aunque huela mal después, pero úngela. La silla donde se sienta comer en la mesa, pon tu mano sobre esa silla y diga, Señor, que así de bueno que le caiga el café, que así también le caiga yo. Haz lo mismo por tus hijos, por tus hijas, y hazlo también por ti mismo, por el bienestar de tu propia vida. Pide al Señor que llene tu vida, pide al Señor, mira Dios, yo quiero experimentar un mover tuyo, a pesar de las distintas oposiciones o circunstancias que yo pueda experimentar en mi vida, yo quiero sentir que tu estás conmigo, yo quiero poder expresar como dice de José, que a pesar de las circunstancias Dios está conmigo y me hacía prosperar en todo lo que yo hacía. Pídelo así delante de Dios.
Obviamente mira, para tu poder experimentar esa prosperidad de parte de Dios, de nuevo, tu vida tiene que estar en el lugar correcto. Si tu vida y tu corazón no están en el lugar correcto delante de Dios, esa prosperidad yo creo que te vas a tardar en experimentarla. Pero si tu arreglas tus cuentas con Dios, si pides perdón en lo que hay que pedir perdón, si empiezas a cambiar tus actitudes donde hay que cambiar las actitudes, tus pensamientos, tus palabras, mira, yo estoy seguro entonces que Dios va a empezar a traer esa bendición en tu camino.
Así, Padre en el nombre de Jesús, yo he expresado, he comunicado este mensaje, esta palabra con mis hermanos y hermanas, y yo reconozco que cada uno de ellos está en distintos lugares en su jornada de fe, en su jornada de vida, en su jornada de familia, en su jornada personal, están en distintos niveles, Señor. Y yo me atrevo a decir, y confío que tu estás en cada uno de ellos, que tu te encuentras con ellos dondequiera que ellos estén, Señor. Como diría el pacto de un matrimonio en el altar, en enfermedad o en salud, en tristeza o en alegría, en pobreza o en riqueza, tu también estás ahí con cada uno de ellos, Señor. Y yo solamente te pido, Señor que ellos puedan, bueno, déjame decirlo así Dios, como dijo Elías con su siervo, yo te pido que tu abras nuestros ojos para poder ver tu poder en medio de nuestras vidas, para poder ver esa legión de ángeles que está alrededor de nosotros.
Y Señor, que nosotros podamos discernir tu mover, tus intenciones en medio de nuestras vidas, que no seamos tan endebles, Señor, que no seamos tan frágiles en nuestras vida de fe, en nuestra perspectiva de vida, Señor, sino que nosotros podamos mantenernos enfocados y saber que a pesar de las circunstancias, que no importa lo que venga a nuestra vida, Señor, que podamos tener el valor y la firmeza de decir y declarar que tu estás ahí en medio de las cosas, que tu puedes estar con nosotros en las profundidades de la tierra, Señor, como lo hiciste en Chile hace varios días atrás, como también puedes estar con nosotros en las alturas, mi Dios, como también puedes estar con nosotros caminando por el colmado, mi Dios.
Tu estás con nosotros en todo momento. Padre, permite que nosotros como iglesia podamos abrirnos a tu mover, a tu momentum, a tu ímpetu, Señor, que nuestro corazón pueda abrise a esa energía que tu anhelas y deseas derramar sobre cada uno de nosotros, Señor, ven y llénanos, mi Dios, llénanos con tu vida, llénanos con tu amor, llénanos con tu fuerza, Señor, ahora mismo en el nombre de Jesús yo te pido que tu quebrantes cualquier cosa que pueda detener a mis hermanos y a mis hermanas de experimentar tu mover en medio de sus vidas, Señor. Y yo desato ahora, Jesús, que tu espíritu se mueva sobre cada una de sus vidas, Señor, en formas nuevas, en formas refrescantes, Señor, en formas sutiles como también en formas obvias, que ellos puedan saber y confirmar que tu estás en medio de ellos y que todos juntos podamos decir, Jehová está conmigo. Jehová es el que hace prosperar mi caminar. Jehová es el que hace mis piernas fuertes para poder andar en mis alturas como tu también intencionas.
Te damos a tu ti la gloria y la honra, Señor, en el nombre de Jesús. Amén y amén. Gracias Dios.
Hasta aquí el Señor me ha ayudado
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Escuche bien lo que dice la palabra del Señor en Primera de Samuel, Capítulo 7 versículo 12: “….Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen y le puso por nombre, Ebenezer, diciendo, hasta aquí nos ayudó Jehová…”
Puede decirle a su hermano, hasta aquí el Señor me ha ayudado. Puede decírselo? Hasta aquí el Señor ha abierto caminos. Hasta aquí el Señor ha mostrado su sanidad. Hasta aquí el Señor ha mostrado su provisión. Hasta aquí el Señor ha estado conmigo. Usted lo cree? Usted puede recordar un momento? Cierre sus ojos un momento y en estos pocos minutos vamos a tratar de hacer una memoria de a cuántas veces el Señor ha provocado su Ebenezer en nuestras vidas.
Cierre sus ojos un momento y recuerde a lo mejor una enfermedad, recuerde a lo mejor un problema familiar, un problema financiero, recuerde a lo mejor alguna situación incómoda donde solo la mano del Señor provocó el Ebenezer en su vida. No lo provoca emoción recordar el toque del Señor en un momento oportuno, en un momento determinado? Entonces, quiero invitarlos a celebrar el Ebenezer diariamente en nuestras vidas.
Cuando nosotros celebramos el Ebenezer en nuestras vidas, estamos celebrando la mano poderosa, la mano de provisión, la mano prodigiosa de nuestro Dios todo poderoso. Cuántos dicen amén?
Ebenezer, saben lo que significa Ebenezer? Significa piedra de ayuda, piedra de ayuda significa Ebenezer. Saben lo que movió al profeta a declarar el Ebenezer para el pueblo? Era el compromiso que el pueblo había tomado con Dios de dejar todos los dioses ajenos, de dejar toda una vida de paganismo, de dejar todos unos hábitos que no estaban de acuerdo a lo que Dios estaba exigiendo de su pueblo.
Si usted puede leer el Capítulo 7 en el versículo 1 se da cuenta, 1, 2 y 3, se da cuenta cómo Samuel comienza a desafiar al pueblo, dejen de vivir de esa manera. Si quieren nuevamente la gracia del Señor en medio de este pueblo dejen de vivir como están viviendo. Muchas veces el pueblo de Dios pierde la gracia del Señor porque comenzamos a mirar a Dioses ajenos, porque comenzamos a mirar las cosas que el Señor nos ha encargado que no miremos.
Esta palabra Ebenezer vino a mi corazón, es una palabra muy evangélico. Cuántos son evangélicos de nacimiento? Esto todos los años no escucho un sermón del Ebenezer, y qué significa? Hasta aquí nos ayudó Jehová. No, significa, piedra de ayuda.
Y me remonta a esta gran declaración de Pedro, en Mateo, Capítulo 16, versículo 18, la gran declaración de Pedro y dice:
“… Y tu Pedro, quién dices que soy yo? Y saben lo que le dice Pedro, Tu eres el Cristo, el Hijo de quién? El Hijo de quién? Parece que no está muy viviente el Dios. Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente, a lo cual el Señor le responde, Guau, Pedro, a ti no te lo reveló ni carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos, por lo tanto, sobre esta roca, sobre esta piedra edificaré mi iglesia…”
Quién era la piedra? Pedro o la declaración de Pedro? Lo que declaró Pedro, y quién era esa declaración? A quién le correspondía? A Jesús. Y si Jesús es nuestra piedra, él es nuestra piedra de ayuda, él es nuestro Ebenezer en estos tiempos. Cada día debemos declarar un altar con esa piedra de ayuda que se llama Jesucristo, en nuestras vidas.
Y yo quiero invitarlos hoy día a que podamos desarrollar en nuestra vida un modelo de vida agradable al Señor, y comencemos a dejar todas esas maneras de vivir que no le gustan al Señor, que no le corresponden, todas esas maneras de vivir, que muchas de ellas, sabe que dice Gálatas 5:19? Muchas de ellas no nos van a llevar, ni nos vamos a heredar el reino de Dios.
Ni las borracheras, ni una serie de listas que hay ahí, una lista grande de hábitos, de adoraciones, de maneras de vivir. Eso es lo que quiere el Señor, que como iglesia, podamos decir cada día, Ebenezer hasta aquí tu has sido mi ayuda, tu has sido mi roca, tu has sido mi fortaleza, tu has sido mi refugio, tu eres mi socorro, tu eres mi abrigo, tu eres mi sombra. Gracias Dios. Gracias Señor.
Así que la declaración de Pedro para estos tiempos es el punto de partida para nuestro Ebenezer. Cada día cuando usted se levante, usted debe decirle al Señor, gracias porque hasta aquí has permitido que mis ojos se abran. Gracias, Señor, porque tu ayuda no ha sido condicionada a nada y siempre has estado conmigo, siempre me has protegido.
En Mateo, Capítulo 7, versículo 24 y 25 hay otra característica de esta piedra de ayuda, sirve para construir un modelo de vida. El hombre sabio que construyó su casa sobre la roca. Así que si usted quiere construir un modelo de vida adecuado, si usted quiere construir un modelo de vida que realmente exalte el nombre del Señor comience a construir su casa sobre esta piedra de ayuda, cada día esta piedra va a ser la base de su casa y vendrán vientos, vendrán tormentas, vendrán lluvias, vendrán terremotos, vendrá lo que sea y su casa no se caerá. Lo que usted ha edificado con la base de Jesucristo no se puede caer. El diablo no tiene poder para derribar lo que el Señor ha construido. Esa es nuestra piedra de ayuda.
La roca del Señor está diseminada por todas las Escrituras. Allá en el Antiguo Testamento con Moisés, en Éxodo, Capítulo 17, ahí estaba Cristo como la peña de Oreb donde te agua en un agua que tienes sed. Gracias porque ese ha sido mi Ebenezer, Señor, porque cuando he tenido sed tu has sido quien ha saciado ese momento en mi vida.
Ebenezer. Es una palabra que no debiéramos olvidarnos. No por ser una moda, sino porque representa un cambio de actitud del pueblo de Dios para su Dios. No creer en el Ebenezer solamente por las bendiciones, no diga ya voy a meter el Ebenezer en mi cabeza para que el Señor me siga bendiciendo. Ponga su Ebenezer en su corazón por amor a Dios, porque él lo amó primero, porque él ha diseñado esta estructura de bendición para su vida, para mi vida.
Ebenezer. Hasta aquí el Señor nos ha ayudado. Ebenezer, hasta aquí el Señor nos ha guardado. Ebenezer hasta aquí el Señor nos ha sostenido. Ebenezer, hasta aquí el Señor siempre me ha recogido. Cada día está su mano estirada con sus ojos de amor y con su mano de poder, está esperando que su pueblo lo mire y le diga, gracias, Señor. Yo siento que estás conmigo.
Salmo, Capítulo 18, quiero invitarlos a ver esos versículos, versículo 2:
“… Tu eres roca mía, castillo mío…”
Salmo Capítulo 18, versículo 31: “… Y qué roca hay, mire esta pregunta, y qué roca hay fuera de Dios?...”
Qué hay más fuerte fuera de Dios? Que hay más resistente fuera de Dios? Qué hay más grande fuera de Dios? Si nada, no hay Dios antes ni habrá un Dios después, este es el Dios todopoderoso. Qué roca es más fuerte que él?
Usted no está aquí simplemente porque se cambió de una religión a otra. Usted está aquí porque entendió que Jesucristo es su fortaleza. Porque Jesucristo es su pronto auxilio, porque Jesucristo es el dador de la salvación, del perdón, de la misericordia. Esa es la roca inconmovible, esa es la roca que no tiene comparación, esa es la roca de ayuda que cada día necesitamos levantar en adoración y en alabanza.
Dice el salmista en el salmo 61, versículo 2 dice: “…Llévame a la roca que es más alta que yo, ahí estarás seguro…”
El salmo 40 dice, “…Pacientemente esperé a Jehová y se inclinó a mí y oyó mi clamor, me hizo sacar del pozo cenagoso, del lodo de la desesperación…”
Mire lo que dice el siguiente versículo “… puso mis pies sobre peña…”, sobre esa piedra de ayuda, sobre esa piedra que me estabiliza, sobre esa piedra que me da firmeza, sobre esa piedra que me da seguridad.
“… Puso mis pies sobre peña y no solo conforme con eso, dice, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanzas al Señor …”
Cuántos alaban al Señor? Pueden cerrar sus ojos y levantar sus manos al cielo y decir, Señor, yo quiero que cada día adorar el Ebenezer que tu has declarado sobre mi vida. Ese Ebenezer que es Cristo, ese Ebenezer que ha hecho que yo pueda ser transformado, pueda estar un momento en la presencia del Señor y declarar que la roca que lo mueve, la roca que lo sostiene, es Jesucristo.
Tómese su tiempo, deje que el Espíritu Santo hoy día pueda revelarle, pueda recordarle cuán maravilloso ha sido él con su vida. Hay alguien que hay sido tocado por el poder sanador del Señor? Entonces, todos los días usted y yo necesitamos levantar esa roca, esa piedra de ayuda y decir, Señor, Ebenezer, hasta aquí tu me has ayudado. Señor, Ebenezer, hasta aquí tu has sido fiel. Oh Ebenezer, hasta aquí tu has sido mi refugio, mi fortaleza. Tu llenas mi corazón.
Baje su mano un momento. El Ebenezer nos representa una tradición religiosa. El evenzer diario sabe lo que demuestra? Que cada día mi amor por el Señor es más grande, que cada día este Ebenezer representa que el conocimiento que tengo de Dios me permita entrar mucho más en el amor de Dios para entenderlo en mi vida.
Usted y yo, como hijos de Dios, estamos, tenemos la responsabilidad de levantar esta piedra de ayuda y declarar el Ebenezer del Señor sobre cada una de nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros trabajos.
Hace un momento atrás, el pastor Omar nos motivaba a orar por las comunidades, por los vecindarios, por las ciudades donde estamos viviendo, por la comunidad inmigrante. Declarar esa piedra de ayuda en cada uno de estos lugares donde estamos nosotros viviendo, donde nosotros estamos participando.
Usted y yo hoy día tenemos el privilegio, no solo la responsabilidad, el privilegio de declarar ante el mundo entero que Dios es quien me sostiene, que Dios es quien me lleva adelante, y no importa lo que diga el sistema, y no importa lo que diga la economía, no importa lo que diga la política, Dios es el que alumbra mi camino, Dios es el que me lleva sobre la roca firme que es Jesucristo.
Cada día el Espíritu Santo está motivándonos y llevándonos a esa instancia. Agradeciste hoy día? Agradeciste? Te has declarado un hijo agradecido de las bondades de Dios, de la misericordia? Te has declarado un hijo agradecido de los milagros, de las señales y los prodigios que Dios está haciendo en tu vida diariamente?
A veces pasamos tan ocupados que no tenemos tiempo para ese altar para el Señor. A veces pasa nuestra vida de un full time a un part time y de un part timecito como dicen otros, no tenemos tiempo para ese altar, para reconocer la piedra de ayuda en su momento diariamente.
Quiero invitarle a que seamos verdaderos hijos agradecidos y que reconozcamos el poder de Dios sobre nosotros. Cierre sus ojos un momento y vamos a orar al Señor, y vamos a declarar su amor sobre nosotros.
Gracias, Señor Jesús. Puede ponerse en pie un momento. Pónganse en pie. Tome la mano de su hermano que está al lado. Muchas veces esta piedra de ayuda tiene que ser establecida por el pueblo, cuando nos sentimos acompañados de esta piedra ayuda, toma fuerza. Ya no necesitamos poner una piedra físicamente porque ya es Jesucristo la roca de nuestra salvación.
En él está nuestro descanso, en él está en el agua que tomamos, espiritual. Pablo nos recuerda en Primera de Corintios, Capítulo 10 que esa agua que el pueblo tomó allá en Oreb era el agua que es Cristo hoy día para nosotros. Señor Dios, oh Espíritu Santo, Dios trino, ven sobre este lugar y muévete, muévete de una manera tan profunda pero tan poderosa, Señor, sobre nuestras vidas que no haya un minuto en que no declaremos un altar delante de ti, reconociendo que tu has sido nuestra piedra de ayuda, reconociendo que tu has sido nuestro Ebenezer, que hasta aquí tu has sido fiel, que hasta aquí tu has sido nuestro ayudador, que hasta aquí tu has sido mi Señor. Gracias, Señor. Gracias, Señor Jesús.