Fe para recibir y para sufrir

TRANSCRIPT

Todavía me da vuelta un poquito lo que hablé hace un mes con ustedes, acerca del evanecer diario que debiéramos tener cada uno de nosotros en nuestra vida. En las últimas semanas he sido impactado por algún tipo de noticias que han andado dando vueltas en el mundo, sobre todo en nuestros hermanos cristianos, pastores, misioneros y personas que están en lugares donde pensamos que no debieran tener tantos problemas por predicar la palabra del Señor y las buenas nuevas.

Pero me sorprendió la reacción de muchos países de Medio Oriente donde profesan mayoritariamente la religión musulmana, donde muchos pastores, muchos hombres y mujeres de Dios, muchas familias, niños, han sido muertos por causa de predicar el Evangelio. Otros están en proceso de condena por la pena de muerte que ellos tienen por predicar el Evangelio de Jesucristo, y también a muchos se les está proponiendo que pueden seguir viviendo si niegan su fe en Jesús.

Para nosotros hoy día no nos entra muy fácil eso. Vivimos en un país donde el que nos obliga a negar el nombre de Jesús se puede llevar un problema, lo podemos llevar a la corte y a lo mejor sacamos unos buenos miles de dólares, no? pero en otros países no se puede vivir así.

En América, en lo que el continente Americano, en Cuba, hay muchos presos que están ahí porque son hijos del Señor, han predicado el Evangelio de Jesucristo y aunque se preocupan de decir que no es así, muchos sabemos que sí es así.

Pero aquí en Estados Unidos también hay un tipo de persecución. Aquí hay hombres y mujeres que están siendo perseguidos por su fe, ya sea por un asunto de tradición, ya sea por un asunto de punto de vista político o filosófico, ya sea por un asunto económico, de diferentes maneras nosotros podemos expresar ese movimiento acerca de los cristianos hoy día.

Y quiero hablarles de un tema muy desconocido para nosotros que se llama la fe. Cuántos han escuchado esa palabra? No, no es cierto? Siempre nos han hablado de una parte de la fe, esta parte bonita de la fe. Y por qué yo digo esta parte bonita de la fe? Porque dentro de todas estas noticias que yo he visto, he visto también otra serie de predicaciones donde habla de la fe, y la fe se traduce en un auto, o la fe se traduce en una casa, o la fe se traduce en buen cheque, o la fe se traduce en un buen milagro, o la fe se traduce en bienestar.

Y yo quiero llevarlos al Capítulo 11 del libro de Hebreos. Ustedes saben que ese Capítulo, es el Capítulo por excelencia de la fe. Hebreos 11:1, dice:

“… Es pues la fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve…”

Entonces cuando preguntamos los pastores, qué es la fe? Ah, yo sé pastor, es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Lo sabemos de memoria eso, pero más que dos conceptos es la única palabra bíblica que tiene como dos conceptos, y yo diría que son dos características importantes en la vida del hombre y de la mujer que ha aceptado a Jesucristo en su corazón.

Hoy día no quiero hablar de esa fe, que se abren los cielos y le cae un Rolls Royce afuera de su casa. No quiero hablar de esa fe que se abren los cielos y ya tiene una casa de 3 pisos para usted solo. No quiero hablar de esta fe que lo único que hace abrirle caminos anchos para que usted camine con el cuello levantado. No piensen que voy a hablar de Hebreos, Capítulo 11, versículo 1. Vamos a ir las versículo 32 y vamos a ir leyendo algunas cosas.

Hoy quiero llamar su atención acerca de este tema que es tan hermoso pero a veces tan limitado cuando nos hablan de esto. Siempre hablamos de la fe en un tono de beneficios personales. La fe para mí significa cuánto he logrado en mi cuenta de cheques desde cuando llegué al Señor. La fe para algunos de nosotros puede haber significado cuánto ha prosperado mi negocio desde que llegué al Señor, cuántas cosas he adquirido en la medida que he caminado en la fe de Cristo Jesús.

Pero quiero invitarles a leer una parte de la fe que no está siendo muy popular en medio de estos tiempos. Dice el versículo 32:

“… Y qué más dijo? Porque el tiempo me faltaría contando de la fe de Gedeón, de Barak, de Sansón, de Gepté, de David y así como de Samuel y de quién más?

Alguien se acuerda de alguna historia de fe de estos hombres? Son los relatos preferidos de nosotros, son esos relatos que tienen que ver con abundancia, con prosperidad, con cosas extraordinarias. Vamos a seguir leyendo el versículo 33:

“… que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon boca de los leones. Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batalla, pusieron en fuga ejércitos extranjeros…”

Vamos a detenernos ahí. Vamos a volver a Hebreos 11:1. Entonces más que un concepto de fe hay una característica en la fe, la fe tiene que tener certeza y tiene que tener convicción. Es necesario entender que a la fe no podemos aplicarle un concepto único, porque la fe actúa de acuerdo a como actúa Dios, si hay mil situaciones, hay mil maneras distintas en que Dios actúa. Por lo tanto la situación puede ser muy similar entre nosotros, pero Dios tiene un plan perfecto y por alguna razón estamos pasando situaciones que nos van a llevar en el camino que él ha diseñado para nuestras vidas.

Por eso la fe es más que una acción litúrgica, religiosa, acompañada de un par de coros, o de unos buenos saltos, o de unos buenos instrumentos. La fe es más allá que una acción litúrgica que tiene que ver con un edificio. La fe tiene que ver con una forma de vida y con una forma de mirar aquel que es el dador de la salvación, a aquel que es dador de la vida, a aquel que es el dador del perdón para nosotros.

La fe no solo debe estar basada en nuestra vida, en lo que hemos recibido como beneficios, sino en cuánto también hemos tenido que aprender a negarnos por amor a Jesucristo.

Cuántos se han negado algunas cosas en su vida? Alguno ha tenido que decir, no, no puedo hacer eso, porque amo ahora al Señor, porque a mi Dios no le gusta que yo haga eso, porque a mi Dios no le gusta que yo hable de esa manera, porque a mi Dios no le gusta que yo actúe de esa manera, porque a mi Señor no le gusta que yo piense de esa manera.

La fe es más amplia que solo los intereses que tenemos acerca de nuestras peticiones diarias. En Romanos, Capítulo 10, versículo 17 un versículo evangélico muy, muy conocido. Quién se lo sabe? Estamos en una iglesia evangélica?

“…. La fe viene por el oír y el oír la telenovela, el oír los chismes, el oír del noticiarios todos los días, el oír la radio, la música, la última música que sacó el último cantante, o la última cantante? El oír qué? Específicamente la palabra de Dios. Y eso no solo se traduce en leer la Biblia, se traduce en tiempos de oración, se traduce en tiempos de intimidad con Dios, se traduce en tiempos de ayuno, se traduce en tiempos de coinonía, se traduce en tiempos cuando nos juntamos los santos a orar y a bendecir el nombre del Señor. Eso es oír la palabra de Dios.

Cuando tu te juntas aquí cada miércoles, cada domingo, cada vez que tu puedas juntarte, tu fe está siendo alimentada, tu convicción acerca de Jesucristo está creciendo y tu esperanza cada vez es mucho mayor en lo que él pueda hacer. Es la manera como tenemos que conocer al Señor.

En Hebreos Capítulo 11, versículo 6, dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Es un elemento importante la fe en nuestra vida. No es solo una acción de un grupo religioso específico sino que es un elemento para llegar a la misma presencia del Señor. Agradar a Dios. Cuántos quieren agradar a Dios? Cuántos se esfuerzan diariamente por agradar a Dios?

No es solo una opción, el agradar a Dios no es solo una opción sino es una condición que necesitamos cada día practicar para llegar al mismo trono, a la misma presencia del Señor. Algunas cosas que debemos comprender acerca de la fe. La fe es un mandato.

En Lucas, Capítulo 8, versículo 50 dice que no temas, cree solamente. En Marcos, Capítulo 11, versículo 22 dice, tened fe en Dios. No dice, mire si ustedes quieren creen. Si les parece, si tienen otra opción, vea si les conviene. Dice, tened fe en Dios. Cuántos tienen fe en Dios? Cuántos tienen fe en lo que él puede hacer en sus vidas? Cuántos creen que el Señor los tiene para más allá de estar sentado en ese asiento? O cuántos quieren quedarse sentados en ese asiento? Por lo menos cámbiese de asiento.

Otra de las características que debemos observar es que la fe es un arma defensiva. En Efesios Capítulo 6, versículo 16, dice “… toma el escudo de la fe para que apagues los dardos de fuego del enemigo…”

En una parte dice que tiene un Rolls Royce, en una parte dice que la fe se traduce en un valor monetario. La fe es una condición necesaria para mover la mano de Dios.

Otra de las consideraciones, quiere invitarlos a discernir y a experimentar un área de la fe que hoy día nos puede hacer crecer. Y esta es la parte que yo quería leer. Lo otro que leí era para rellenar un poquito los minutos que me dio Omar. Versículo 36, esta la parte es que yo quiero preguntarle a usted y quiero preguntarme yo si estoy dispuesto a vivir por una convicción de fe. Dice, versículo 36, Hebreos, Capítulo 11, versículo 36:

“…Otros experimentaron vituperios y azotes y a más de esto prisiones y cárceles…”

Todavía tienen fe en Jesús? Nadie se está arrepintiendo? Porque ya no estamos hablando de conquistar, ya no estamos hablando de abrir espacios, ya no estamos hablando de destruir, ahora estamos hablando de pararse bien. Esta es la parte de la fe que a veces nos asombra de otros en otros países. Yo sé que muchos no tendríamos alma de mártir para ir a vivir a algún país musulmán. Yo creo que hay que tener un buen llamado del Señor y creer que él va ser tu ayudador, porque el resto nadie te va a ayudar. Esta es la parte de la fe que a mí me tiene intrigado en estos tiempos.

Cuántos nacieron en la iglesia? Cuántos nacieron, vienen de chiquititos, nacieron y esta pregunta tradicional, darías tu vida por el Señor? Si viniera aquí alguien y te apuntara a la cabeza, negarías a Cristo? Es una pregunta muy…. Hoy día no se pregunta eso porque la verdad es que no queremos que la gente se vaya, queremos que la gente se quede.

Entre pastores no hay como mucho discurso en eso, al contrario, mientras más hablemos de que las arcas del banco van a estar llenitas, mucho mejor la fe. Mientras más pobre, menos fe.

Versículo 37, “… Fueron apedreados, usted cree que le tiraron piedrecitas así, moneditas? Fueron apedreados. Cuántos están dispuestos a recibir una pedrada en su cabeza por amor a Jesucristo? Ya me puse medio pentecostal para mis cosas. Fueron apedreados, fueron, esta es la parte, esta sí que trae dolor, aserrados.

La historia, hay una historia paralela en el Nuevo Testamento del libro de Josefo, un gran historiador judío romano, y habla mucha de las experiencias que vivieron los primeros cristianos. Él es mucho más explícito, más que la Biblia incluso, más que el libro de los Hechos acerca de la primera iglesia. Josefo habla de cómo eran los ritos y las tradiciones romanas para poder testiguar este tipo de terroristas cristianos en esos años.

Así que “….fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada, anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras pobres….” Hoy día vemos a alguien pobre y comenzamos a dudar de su espiritualidad. Estamos tan rodeados de predicadores que hablan de la teología de la prosperidad, y ya pensamos que de cualquiera que ande con el zapato roto tiene problemas espirituales. De verdad!

Hay gente que se ha atrevido a decir de que tu condición económica necesariamente pasa por tu falta de espiritualidad. Uno dijo por ahí, todo lo que el Señor me ha dado provoca envidia en otros. No, si ese no es el problema, el problema es cómo lo consiguió. No es que uno envidie la prosperidad de otros, pero nadie de nosotros, puede asumir un rol de juez acerca de cuál es el tipo de fe que estamos viviendo.

Y después le voy a decir por qué? Dice, “… pobres, angustiados, maltratados…” podríamos ponerle malolientes, sin bañarse. Agregue usted algún otro adjetivo ahí. “… de los cuales el mundo no era digno. Errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra…”

Quiero quedar hasta ahí porque sino me voy a poner a llorar. La verdad es que de alguna manera hoy día quiero decirles que cuando llegamos a la convicción de lo que es la fe hacemos que la certeza de lo que se espera tiene un nombre y se llama Jesucristo. Y la convicción de lo que no se ve también tiene un nombre y se llama Jesucristo. Por lo tanto, nuestra fe sea para grandes victorias o sea para estar en tiempos de dificultad, es por el nombre de Jesucristo.

Cuál es el área de la fe que usted está experimentando ahora? Hay algunos que están siendo estropeados por el enemigo. Hay algunos que están siendo perseguidos por el enemigo y se está manifestando en su familia, en sus amigos, en los seres más queridos, en los que usted no esperaba, en algunos hermanos de la iglesia, vaya a saber uno?

Dónde está siendo probada su fe? Dónde está siendo probado su convicción acerca de quién es el dador de la fe? Sabe, el reino de los cielos sufre violencia y solo los valientes lo arrebatan. Y sabe que quiere decir eso? Que todo aquel que tiene fe en Jesucristo puede arrebatar el reino de los cielos. Y no importa la condición de fe que tenga que vivir, si tiene que ser un gran líder y mover ciudades completas o tiene que estar en el grupo de los aserrados, de los apedreados, de los pobres, de los que tienen que andar errantes de aquí para allá. No piense que si es indocumentado, sea una maldición, puede ser una tremenda bendición para nuestras vidas.

Viva su fe, no por las cosas que le convienen sino también por las que no le convienen. Viva su fe no solo por lo que le interesa sino por aquello que nunca deseó que le pasara. Viva su fe no solo por lo que el otro está viviendo, sino por lo que el Señor quiere que usted viva. Él ha diseñado un camino perfecto, tiene un propósito perfecto para su vida y para mi vida, y ese camino él lo ha diseñado pacientemente.

Esperé a Jehová, ese salmo me encanta, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor, dice, me hizo sacar del pozo cenagoso, del lodo de la desesperación. Puso mis pies sobre peña y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanzas al Señor. Esto lo oirán muchos, dice, y creerán.

Necesitamos cambiar ese concepto limitado de fe, de solo entender que la fe es lo que me conviene recibir. Necesitamos cambiar ese concepto de fe que tiene que ver con lo que tiene relación con el materialismo que me rodea. La fe no es lo que tengo ni es lo que no tengo. La fe es Jesucristo. Por esa fe fui justificado, por esa fe he sido perdonado, por esa fe he sido salvo, por esa fe he adquirido misericordia de parte del Señor. Esa fe. No solo vayamos a lo que realmente nos interesa sino que vayamos al que provee lo que nos interesa. No solo demos gracias al Señor por la vida, sino a aquel que es el dador de la vida. No solo por las cosas materiales que tenemos sino a aquel que es el dador de las cosas que podemos tener.

La iglesia hoy día necesita levantarse como un cuerpo en fe para enfrentar los dardos de fuego del enemigo y no solo estar predicando lo que le conviene, sino también asumir lo que no nos conviene. Porque eso es amar al Señor, eso es cansarse con Jesús, eso es tener sed con Jesús, eso es llorar con Jesús, eso es reír con Jesús, eso es caminar con Jesús. Él es la vida, él es la verdad.

El Espíritu Santo hoy día está en medio de nosotros para guiarnos a esta certeza y a esta convicción. Olvídese de la fe y la certeza de lo que se espera, Señor, tu sabes. Yo tengo certeza Señor que tu me vas a mandar eso, pero no voy a tener que pagar nada. Señor, y la convicción, yo ya me la imagino, Señor, de color blanco, o con ruedas deportivas.

O, Señor, yo no hablo de crucero porque esta semana un crucero se quedó en medio del océano, así que yo creo que nadie va a tomarse un crucero en un par de semanas por lo menos. Señor, sí, Señor que sea un asiento ancho en primera clase, para volar unas cuantas horas. Señor, ya veo la línea aérea que me va a llevar a donde yo quiero ir. Señor, yo quiero esto, Señor, yo quiero, Señor, la certeza y la convicción de lo que necesito y lo que me conviene.

Saben, leyendo esto llegué a entender que la única certeza que yo espero es ser agradable a Jesucristo. La única convicción que aún no veo que espero agradar a Jesucristo. La única certeza que yo espero es amar a Jesucristo. La única convicción que yo no veo es llegar amar a Jesucristo como él quiere que yo lo ame. Lo demás, sabe lo que es? Mateo 6:33, añadidura.

Yo creo que el Señor se merece un aplauso mucho más fuerte. Yo quiero invitarlos, cierren sus ojos un momento. A mí me gusta esa canción que dice, poderoso Dios. Yo quiero invitarlo a reflexionar, no estoy aquí para juzgar su manera de ver la fe o cómo usted está experimentando su fe. Solo traje esto, porque hoy día seguir a Jesucristo demanda valentía, demanda decisión y va más allá de los milagros que yo necesito, de las sanidades que yo necesito. Él es poderoso para hacer milagros, yo sé, él es poderoso para sanar, él es poderoso para proveer. Hay algunos que han tenido y han llegado a situaciones donde hasta lo que no han tenido se les ha quitado, han sufrido burlas, se les ha apuntado con el dedo. Muchas de nuestras situaciones tienen que ver con nuestras malas decisiones, pero hay muchas también de nuestras situaciones que tienen que ver con un propósito de Dios para nuestras vidas. Y yo quiero apelar a ese propósito de Dios en su vida y en mí vida.

Qué es lo primero que usted piensa cuando habla de fe? Cuando le mencionan la fe, qué es lo primero que se le viene a su mente? La fe es Jesucristo. Todo lo demás es la bendición que él tiene para nosotros. Él quiere que cambiemos nuestra mentalidad, nuestra manera de verlo a él, simplemente como un objeto de traernos nuestros más interesantes deseos.

Una última reflexión. Cuando yo leí el nombre de todos estos hombres en el versículo 32 y 33, lo escuché hace algunas semanas y hoy día me hizo sentido eso, Gedeón, David, podríamos meter a Elías, a Eliseo, Josué, Moisés, José. Y nosotros podríamos preguntarnos dónde está el Dios de ellos? Que estos hombres se movieron por la fe en ese Dios, no por los resultados, sino por la fe en ese Dios. El resultado a ellos no les importaba, porque si tenían fe en su Dios, el resultado iba a ser bueno de todas maneras.

Sabe qué me llevó a preguntarme eso? A pensar que Dios está preguntando y dónde están los Gedeones de estos tiempos, dónde están los Josué de estos tiempos, dónde están los Elías, los Eliseo, los José, dónde están todos esos hombres y mujeres que leemos en las Escrituras, dónde están en estos tiempos?

Te tengo buenas noticias, tu eres uno de ellos y Dios quiere mostrar su poder a través de ti, perfeccionarse a través de ti.