¿Cómo será esto? (Parte 2)

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Yo quiero concluir el estudio que inicié la semana pasada, o la meditación y recordarán que la meditación la fundamentamos en una pregunta que hizo María cuando el ángel Gabriel le anuncia que va a ser madre y que el ser que va a nacer de su vida va a ser llamado Hijo del Altísimo que es un ser maravilloso que Dios ha escogido para sanidad de la humanidad, el Mesías prometido. Y María hace una pregunta clave y dice, ¿Cómo será esto? ¿Qué va a pasar? ¿Cómo se va a dar esto?

Ahí en el versículo 31, Lucas 1:31 el ángel le dice, “… y ahora concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, llamarás su nombre Jesús, este será grande, será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre,….” Y le dice una serie de cosas maravillosas que van a surgir de la vida de ese ser sobrenatural. “… Reinará sobre la casa de Jacob, su reino no tendrá fin…”

Pero al escuchar todas esas promesas, grandes, que va a salir de su vientre, María hace esa pregunta, “…. María dijo al ángel, ¿Cómo será esto pues no conozco varón?...” Entonces el ángel le da la respuesta y le dice, “-… el Espíritu Santo vendrá sobre ti, engendrará en ti la vida de Dios y como resultado de ese trato de Dios sobre ti nacerá un ser santo que será llamado Hijo de Dios..”

Pero lo importante de ese pasaje es la pregunta que le hace María, ¿Cómo será esto? Y ustedes recuerdan que también antes de eso, 5 meses antes, Dios se le había aparecido a Zacarías, sacerdote, mientras preparaba el incienso que había de ser ofrecido al Señor y estaba solo él en el lugar santo. El mismo ángel se le había aparecido a él y le había dicho algo similar pero en menor escala, le dijo, Zacarías, tu y tu esposa van a tener un hijo también. Y ese hombre, ese niño, va a ser algo maravilloso, va a ser un profeta de Dios. Dios lo va a usar grandemente, él va a ser preparado para abrir el camino del otro ser que ha de venir que es el Mesías.

Y se me ocurre al decir esto que Dios siempre tiene un plan. Era un plan que estaba bien concebido, primero, iba a anunciar, segundo, el que iba a ser anunciado, de dar la palabra y tenía su manera de preparar todo, en el tiempo propicio. Dios siempre tiene un plan y el problema es que nosotros muchas veces no sabemos cuál es el plan. Él simplemente nos dice va a suceder esto, pero nosotros no sabemos cómo va a suceder.

Ahora, miren lo siguiente que cuando el ángel le anuncia a Zacarías, tu vas a tener un hijo con tu esposa que ha sido llamada estéril toda su vida, y ya ellos son entrados en edad, son gente ya bastante avanzada en edad, nunca han tenido hijos y Zacarías le sale con una pregunta similar al ángel. En el versículo 18 “… dijo Zacarías al ángel, ¿en qué conoceré esto?...”

Cuando Dios trae un anuncio a nuestra vida, como decíamos el domingo pasado, cuando Dios genera en nosotros algo de vida y de creatividad y de transformación, y de estación de algo nuevo, en nosotros siempre surge una pregunta. Ahora, hay una diferencia cualitativa en estas dos preguntas. Zacarías pregunta con incredulidad, ¿Cómo va a ser eso? ¿Qué señal tu me vas a dar? El Señor Jesucristo dijo que los judíos siempre estaban pidiendo señales, siempre estaban pidiendo señales para que Dios le confirmara las cosas. Y había una semilla como de duda y de resistencia al mover de Dios, de dureza de corazón en esas preguntas y esas peticiones de señales. Y Dios discernió, el ángel discernió que en la pregunta de Zacarías había duda y cuestionamiento. Y por eso la reacción del ángel a esa pregunta de Zacarías es diferente a la reacción que tiene a María.

Zacarías, el ángel le dice, como tu dudaste del Señor vas a quedar mudo, vas a ser disciplinado, y Dios la señal que te va a dar es que tu vas a quedar mudo hasta que nazca el hijo que te hemos prometido. Y cuando nazca entonces tu vas a poder volver a hablar. Hay una disciplina que se le impone. ¿Por qué? Cuando María hace la pregunta, ¿Cómo será esto? La pregunta de María nace de una sana curiosidad, bueno ¿y cómo va a ser eso posible, qué va a hacer Dios en mi vida? No hay en ella necesariamente un cuestionamiento, pero en Zacarías lo hay y yo he dicho que siempre cuando Dios quiere hacer algo en nosotros va a surgir algo de cuestionamiento o de pregunta y todo depende de cómo nosotros preguntamos, cómo nosotros reaccionamos a la oferta de Dios de hacer algo diferente en nosotros.

Pero la dinámica es similar, por eso está aquí en la Escritura. Yo he dicho que lo que sugieren estos dos relatos que es aplicable a todas las generaciones es que Dios siempre quiere tornar nuestra esterilidad en creatividad. Dios quiere tornar nuestros vacíos en presencias. Dios quiere tornar nuestros callejones sin salida en avenidas para el fluir de su espíritu. Dios quiere tornar nuestro anonimato en noticia y algo sobresaliente que sea visible a todos. Dios quiere tornar nuestra mediocridad en excelencia.

Y esa es la esencia de este pasaje, porque tanto María como Elizabeth y Zacarías, reflejan lo estancado, lo vacío, lo que no tiene potencialidad. María no había tenido contacto con su prometido, no podía concebir. Elizabeth era estéril, toda su vida y ambas representan los vacíos que hay nuestra propia vida, la potencialidad que está allí sin activarse. Y así como Dios quiso activar la vida suya en María y en Elizabeth y Zacarías, Dios quiere hacer lo mismo en nuestras vidas.

Usted ve, porque los relatos de la Biblia son paradigmas, son modelos, son ejemplos que cuando extraemos la estructura que está debajo de ellos podemos aplicar eso a nuestras vidas. Y Navidad es en parte ese mensaje de que hay un Dios que está dispuesto a descender a nuestra realidad y depositar su poder en la vida humana que está atrancada, cerrada, vacía y activarla con su poder para que demos vida. Esa es la encarnación, ese es el advenimiento, eso es Navidad.

Por eso nosotros damos, sin saber, los regalos. La humanidad da instintivamente entendido, sí, los reyes magos trajeron regalos, pero detrás de eso había algo de la gracia de Dios, de darnos cosas que no merecemos, que no tenemos, de enriquecer nuestra vida, de aumentar nuestro caudal. Para mí la Navidad es aumento, la Navidad es vida que nace de la nada, vacíos que se convierten en fuentes que fluyen. Y eso es lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Y Dios siempre, hermanos, nos está animando a creer que un milagro se va a actualizar en tu vida y en la mía y tenemos que adoptar una mentalidad de que la bendición está a la vuelta de la esquina, de que Dios quiere darme vida abundante, de que yo no he sido llamado a vivir del plato a la boca, como dicen. Muchos de nosotros venimos de trasfondos de pobreza, de familias disfuncionales, de matrimonios que quizás inexistentes en nuestros padres, fracasos que hemos tenido, carencia, falta de educación. Vemos tanta gente afuera disfrutando de carros y de casas, y de familias estables, y de profesiones productivas, y nosotros decimos, bueno, eso es para ellos, a los blancos, a los que tienen ojos azules, a los que hablan inglés o alemán o francés, pero no es para mí.

Hermanos, Dios quiere tornar tu vacía en fruto. Dios quiere tornar tu matriz inactiva en una matriz que de a luz la vida de Dios. Y todo depende de que tu creas eso, de que tu cambies tu modelo mental y que creas que para él no hay imposibles, que para él no hay de que, ah, bueno, tu vienes de una familia disfuncional o que nunca tuvo un profesional, o lo que sea. No, Dios puede activarte, Dios puede activar tu mente, Dios puede activar tu vida y eso de esterilidad convertida en productividad está a través de toda la Escritura.

Uno de mis pasajes favoritos es Isaías 54: “… regocíjate oh estéril…” Usted ve ahí ese mismo patrón: “… regocíjate oh estéril, la que no daba a luz, levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová…”

Y en preparación a ese milagro dice, “… ensancha el sitio de tu vientre y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas. No seas escasa, alarga tus cuerdas, refuerza tus estacas, porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades azoladas…”

¿No le da gozo a usted escuchar esa promesa de parte de Dios? Pero ve usted le mismo patrón que se realiza en la vida de Zacarías y su esposa Elizabeth, y en la vida de María, y en la vida de Sara y Abraham, cientos de años antes, y en la vida de los padres de Sansón, que también no podía tener hijos. El mismo patrón del Dios que torna matrices cerradas en matrices abiertas que dan a luz vida.

Hay algo en la mente de Dios que le gusta tornar lo humilde, lo mediocre, lo sin sentido en algo positivo, coherente, bello, creativo, productor de vida. Y eso suena muy alto, muy altisonante, muy poético, muy simbólico pero esa es tu vida, hermano, mi vida. Dios puede hacer cosas en ti para fecundarte también como fecundó a María. Todo está en que tu creas como creyó María, que no seas incrédulo.

Yo he dicho también, recuerdan que, hay anuncios, nosotros cuando Dios quiere hacer algo en nuestra vida no va a venir un ángel o un arcángel como Gabriel para decirte, he aquí así te dice el Señor, hija mía o hijo mío. Muchas veces el anuncio de Dios va a ser como un impulso dentro de ti, una inquietud, un pensamiento, algo que nace y que tu dices, guau, de dónde vino eso. Que interesante, la primera vez que te surja ese pensamiento por tu mente. Ese es el anuncio de Dios. Y tu tienes la misma opción que tuvo María o que tuvo Zacarías, tu puedes despedir el anuncio de Dios y decir, bueno, esos son sueños vanos, y no volver a pensar en eso. O tu puedes decir, hmm, espérate un momento, déjame pensar un poco, quizás es Dios que me está hablando. Y tu puedes entonces entrar en una acción, en una relación entre el anuncio divino que se ha gestado dentro de ti, la inquietud de fe que Dios ha puesto, la vida esa embriónica que Dios ha puesto en tu mente, en su sensibilidad y comenzar a activarla y comenzar a trabajar en ella.

No ves tu lo que le dijo Pablo a Timoteo? Le dijo, te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por medio de la imposición de mis manos, en uno de los dos pasajes donde Pablo le dice así a Timoteo. En otras palabras, Timoteo había recibido una palabra profética de parte del Apóstol Pablo y Pablo había proferido un don en la vida de Timoteo, era un don quizás un don pastoral, un don de maestro. Pero ese don estaba allí, el anuncio de Dios, el germen de vida de Dios estaba ya en Timoteo, ahora a Timoteo le tocaba avivar ese fuego y convertirlo en una realidad. Se habrá tomado muchos años, pero la vida de Dios así viene a nuestra vida y como una criatura que se toma 9 meses para nacer dentro de la madre, así a veces nuestros milagros que Dios quiere hacer se tomarán tiempo.

Y la pregunta que tu tienes que hacerle a Dios cuando viene ese gesto de vida dentro de ti es, Señor, ¿cómo tu vas a hacer esto, qué tu quieres que yo haga, cuál es la labor que tu y yo vamos a hacer juntos?

Y ahí fue que nos quedamos en ese, yo quería, voy a ir rápidamente, darles a ustedes una serie de sugerencias que no pude hacerlo el domingo pasado. Mire aquí, este es el tema esencial de mi meditación: la pregunta es esta, cuando Dios anuncia un milagro en la manera en que sea, cuando Dios anuncia su intensión milagrosa en nuestra vida, cómo debemos nosotros reaccionar, qué hacemos con esas inquietudes creativas que Dios pone en nosotros. Cuando Dios quiere fecundarnos, cuál es nuestra reacción o nuestra labor. Y yo quiero darles a ustedes algunas ideas sobre eso, así que si usted tiene su lapiz apúntelo allí o tome nota porque esto es bien importante.

Bueno, ok, Dios me ha tocado, Dios ha puesto una semilla de vida en mí, una inquietud, algo de fe que ha nacido en mí, un anuncio que ha venido de alguna manera, alguien me ha dicho, tu puedes hacer esto, un pensamiento ha cruzado mi mente, un pastor ha orado por mí, alguien ha profetizado en mi vida. Mientras yo lavaba los platos vino una inquietud a mi espíritu y a mi corazón, ok, ¿Qué hace usted con eso, qué hace usted con ese anuncio de Dios en su vida? Si el ángel le ha dicho tu puedes, tu debes, tu vas a, ¿qué hace usted con eso? Quiero darle algunas ideas aquí.

Una de las preguntas, cómo se yo si esto es de Dios o no. Muchas veces, cómo se yo que esto no es simplemente algo carnal en mí, o lo que sea. Bueno, lo primero que uno hace es discernir si viene de Dios o no. Yo creo que mucha gente me pregunta siempre, bueno, pastor, cómo se yo discernir la voluntad de Dios en mi vida, cómo puedo yo escoger entre esto o lo otro, si me mudo a tal ciudad, si me quedo aquí, si escojo una profesión u otra, si me caso con fulanita o con fulanita, si me compro una casa o no la compro, si comienzo este negocio o no lo comienzo. Una pregunta que la gente siempre hace es, bueno, cómo se yo, cómo puedo yo discernir.

Déjenme decirle, nunca va a haber una respuesta ciento por ciento cierta porque yo creo que las jornadas de Dios siempre son unas jornadas de fe, siempre va a haber cierto grado de incertidumbre y eso es parte de la jornada de fe. Yo no puedo decir que voy a aquietar toda duda o todo temor en ustedes y que no va a quedar cierta inquietud, pero puedo ayudarlos, yo creo en algunas cosas.

Bueno, ok, discernir si viene de Dios o no. ¿Cómo, qué elementos podemos usar para discernir si es de Dios o no?

1). Usted puede hacer una pregunta y es, está esta inquietud de acuerdo a la palabra de Dios. Porque yo creo que los impulsos que nosotros tenemos a lo mínimo deben fluír en armonía con la palabra de Dios. Si está de acuerdo con la palabra de Dios entonces hay una buena posibilidad de que tu estás en buen camino. No seas tu como una señora que me dijo alguien aquí de la iglesia, que se acercó a un pastor que conocemos en Puerto Rico y en una sesión de consejería le dijo, pastor, el Señor me ha dicho que usted tiene que divorciarse de su esposa y casarse conmigo. Probablemente eso no era de Dios.

Las inquietudes tenemos que examinarlas a la luz de la palabra del Señor, tienen que fluir primeramente y habiendo dicho esto también digo algo más concerniente a la palabra de Dios y es que por eso es bueno conocer la palabra de Dios, porque muchas veces cuando oramos es bueno entre comillas, recordarle a Dios lo que él nos ha prometido. Y usar la Biblia para apuntalar y respaldar nuestras oraciones. Que lindo es cuando uno le dice, Padre, tu dijiste tal cosa en tu palabra, tu prometiste darle vida al que está muerto, generar en la estéril vida. Tu prometiste que nos has venido a dar vida en abundancia, tu dijiste que oraríamos por los enfermos y sanarían. Óigame, eso le fortalece su fe y también es una bendición para el Padre que escucha su palabra siendo devuelta a él. Y eso apuntala nuestras oraciones.

Así que nuestros deseos, nuestros impulsos de fe tienen que fluir conforme a la palabra. Y por eso es tan importante que nosotros leamos la palabra para que Dios tenga más como pistas de aterrizajes para sus impulsos milagrosos. ¿Me doy a entender? Cuando la palabra está fluyendo y bullendo dentro de ti eso permite que el Espíritu Santo tenga más material para prender el fuego de la fe dentro de tu vida. Es decir, que para el propósito de discernimiento siempre hay que preguntarse, bueno, fluye esto conforme a la palabra de Dios.

2). Tu puedes preguntarte, esto que yo siento, que deseo, que estoy buscando glorifica a Dios o más bien me está satisfaciendo a mí y glorificándome a mí? Porque muchas veces hay peticiones que nosotros le hacemos al Señor pero en realidad es nuestra carne la que la está pidiendo o hay orgullo en nosotros u otras cosas, pero yo creo que si glorifica a Dios y estamos buscando la gloria, la honra de Dios y aún por ejemplo, si tu quiere digamos, ok, yo quiero ir a estudiar. Bueno, ¿por qué quiero ir yo a estudiar? Simplemente para tener `más dinero y tener un título que le voy a estrujar a la gente en la cara, mira yo el licenciado tal; o es para yo poder servir mejor a Dios, para bendecir a mi familia, para bendecir a mi iglesia, para glorificar al Padre que puede hacer cosas imposibles en vidas estériles. Yo creo que el impulso principal debe ser la gloria de Dios y entonces nosotros tenemos que examinar nuestros impulsos para ver qué hay allí que pueda glorificar a Dios o glorificar a mi propia persona.

3). Y eso me lleva a una tercera cosa en el discernir el propósito de Dios y es que también es bueno preguntarse asimismo, bueno, coincide este impulso, esta inquietud con alguna debilidad o cualidad de mi carácter; o si coincide con alguna debilidad o va contrario a debilidades que hay en mi vida. ¿Por qué eso es importante? Porque muchas veces hay cosas que Dios pone en nuestra mente o en nuestro espíritu que son tan contrarias a lo que nosotros normalmente haríamos que tiene que ser de Dios, porque no puede haber otra alternativa.

Hay cosas que Dios pone que uno dice, bueno, si esto me vino a la mente, hay que ponerle atención por lo menos porque puede que sea de Dios porque yo soy una persona tímida o nunca he estudiado o siempre he pensado que no podía aprender un nuevo idioma, o tener un ascenso en mi trabajo y usted al discernir que es contrario al fluir natural de su carne puede decir, mira, déjame darle un poquito más de mente a esto. Por otro lado, muchas veces hay deseos incursos en nosotros que son más bien expresión de defectos de nuestro carácter. Hay personas que dicen, oh, yo me voy a mudar a otra ciudad o voy a comprar un carro nuevo y muchas veces hay impulsividad en su carácter, más bien es una personalidad materialista, consumerista, impulsiva que no ha pensado bien las cosas. Hay que meditar bien, que muchas veces lo que nosotros sentimos que es Dios no lo confundamos con lo que más bien es de la carne y hay que pedirle al Señor de nuevo, Padre, dónde estoy yo con respecto a eso. Hay que buscar, discernir una cosa con la otra.

Por ejemplo, les confieso, en este asunto de construir un nuevo santuario, yo le he tenido que preguntar a Dios varias veces, Señor, ¿es eso un sano deseo de avanzar el destino de esta congregación y tu reino sobre todo o es Roberto Mirando con un complejo faraónico de construir nuevos edificios y esto y lo otro? Yo he tenido que examinar mi propio corazón y en este tiempo de dificultades financieras he tenido que volver a examinarme y preguntar, ¿ese soy yo, Señor o eres tu que estás hablando? Y me parece algo tan, precisamente, tan difícil y tan contrario que mira, tiene que ser Dios porque el tiempo no es para pescar. La hora no es para pescar como dijo Pedro. Toda la noche hemos tratado de pescar y no hemos cogido un solo pez pero en tu nombre yo echaré la red.

Yo le dije a los diáconos recientemente, cuando nos reunamos otra vez vamos a analizar de nuevo si este proyecto es de Dios, si estamos seguros de que es de Dios, porque si es de Dios se hace. ¿Usted entiende? Hay que ser sobrio, hermanos. La vida de fe es una vida también de prudencia y de sobriedad y hay que usar estas coordenadas para tirarlas para tener una idea clara. Eso no está en conflicto con la fe.

Entonces, que coincide con otra debilidad. Otra forma de discernir si es de Dios, y esto es muy importante, lo voy a leer como lo escribí. Resiste la oración, la consulta con gente sabia y madura y sobretodo la espera y el paso del tiempo. Cuando usted recibe de Dios algo, muchas veces, mira póngalo en remojo allí, póngalo a ablandarse un poco como las habichuelas, métalo en oración enseguida y comience a gestarlo en oración y métale la luz de la oración encima. Padre, he recibido esto, confírmalo, acláramelo, dame seguridad. Si no es de ti te lo entrego ahora mismo y quítalo de mi mente. Y si cuando usted ora así, ahora, si es de ti, confírmalo y pon en mí una imperiosa necesidad de llevarlo a cabo. No permitas que ni mi carne ni nada me aparten de ello.

Entonces usted lo somete al horno de la oración. Y si con el tiempo resiste y usted todavía tiene ese impulso y lo siente en su corazón, mire, siga a del en el nombre del Señor. Y si usted al consultarlo con una persona madura, no consulte sus sueños y sus visiones con todo el mundo, porque le van a echar agua muchas veces y se lo van a dañar en un momento. Yo he aprendido ya que hay cosas que yo tengo que pelearlas con Dios solamente directamente, él y yo, porque si se las digo a otra persona puede que no entienda y entonces no es el momento, hay que tener, pero busque, hay un pastor sólido, una persona madura en la fe, alguien que usted sabe que puede resistir su consulta. Consúltelo con esa persona y someta su visión a un nuevo cedazo, porque de nuevo hay que buscar todos estos recursos.

Otra cosa, espere. Hay cosas que se puede esperar y que es bueno a veces esperar que pase un ratito y usted se enfríe, y si cuando usted se enfrió todavía está ahí eso, eso entonces posiblemente sea de Dios. Porque a veces somos impulsivos y, ah, Dios me habló, venimos en la tarde y le decimos a la mujer, cojan todas las cosas, empáquenla porque nos vamos para Chicago. Dios me dijo que llegamos allá y Dios dice quién te mandó aquí, yo no te dije nunca eso, muchacho.

Tenemos que esperar, tenemos que madurar. Ahora, si tu impulso espiritual, si lo que está dentro de ti resiste la oración, la consulta con gente madura, la consulta con la palabra de Dios, la espera en el espíritu y el paso del tiempo, mira, muy posiblemente esto es de Dios.

Y por último en términos de discernimiento, todavía estamos allí, te puedes preguntar, ¿obedece este impulso, este santo propósito, si lo quieres llamar así, obedece a los patrones milagrosos de la palabra de Dios? Porque hay formas en que Dios obra.

Por ejemplo, yo les he dicho uno ahora mismo: el Dios que torna matrices vacías en matrices fructíferas. Eso es un patrón. Bueno, ahí está una manera y esto posiblemente, mi vida nunca ha habido, yo nunca he estudiado, nunca ha habido un profesional, bueno, mira, eso posiblemente es de Dios. Es tan loco que tiene que ser de Dios. Rompe un patrón carnal y establece uno espiritual. Formas de discernir.

Entonces, aquí usted tiene, lo primero, cuando Dios pone un impulso en su vida usted siente algo nuevo, algo diferente, algo creativo, algo de fe, disciérnalo primeramente conforme a estos patrones.

Ahora, segundo, pensaban que ya terminé? No, Ahora estoy comenzando. Estábamos hablando de discernimiento, pero segundo lugar, voy a ir rápido. Ese fue el que más tiempo va a tomar.

No se detenga mucho a pensar que es demasiado difícil, que no es posible. No se pierda en las tecnicalidades del asunto porque si usted se enmaraña en lo difícil, que cuantos años, que con quién va a hablar, que dónde va a conseguir el dinero, que quién lo va a ayudar. Mire, se va a volver un mar de imposibilidades y no va a hacer nada. No se detenga demasiado en lo difícil del asunto.

Recuerden a Josué y Caleb. Los 10 espías pensaron: imposible, gente grande, gente con armas de guerra, experimentadas en la guerra. Nosotros no sabemos ni cómo usar un palo si quiera. No vamos a poder entrar en esa tierra prometida. Josué y Caleb dijeron, miren, si Dios está con nosotros nos los vamos a comer como pan y mantequilla. Yo añado la mantequilla para hacerlo más fácil todavía. Ellos pensaron en el poder de Dios no pensaron en los obstáculos. No se pierdan en cómo.

Mire, cuando viene el gesto de Dios, el impulso, el anuncio de Dios deténgase allí solamente, si es de Dios, Dios sabe, Dios tiene la técnica, Dios tiene la solución, Dios tiene el procedimiento como lo tenía con María, como lo tenía… Dios siempre tiene la salida, Dios tiene siempre el conejo dentro del sombrero y lo va a sacar. Usted no sabe cómo pero él lo va a sacar de alguna manera. No se complique la vida demasiado, todavía, después habrá tiempo para esa parte, habrá tiempo para eso. Pero en el momento no se concentre demasiado en lo difícil que va a ser, porque sino va a perder inmediatamente el impulso. No se detenga mucho a pensar cómo será posible.

Tercero: bien interesante esto. Cuando venga la duda a su corazón y yo digo que vendrá, si es algo de Dios, de escala divina, la carne se va a resistir un poco a ello. Cuando venga la duda a tu corazón no te dejes dominar por ella, sino aquí está la clave, continua dando pasos de fe. No cedas a la crítica, al temor, a la oposición, a las dificultades del proceso, sino simplemente ve conforme al manual de operaciones. Sigue caminando en fe. Has lo que dice el manual y deja que Dios abra el camino delante de ti. No cedas al temor y a la duda, o a las críticas de la gente, o los que te van a decir, eso no se hace, no se puede, no se hizo nunca. Si Dios te lo confirmó aunque tu mente y tus emociones se rebelen diles, hey, sujétense. Yo voy detrás de lo que Dios ha dicho en mi vida.

Lo que yo decía el domingo pasado, cuando yo iba allí, ya me habían dicho, no es posible que, están cerrados los estacionamientos, ya dijeron que no, fue rotunda la negativa. Pero yo dije, Señor, tu puedes hacer algo y cada paso que yo daba en medio de esa nieve y bajo ese granizo con lluvia que estaba cayendo, yo pensaba, yo voy a hacer el ridículo. Me van a decir otra vez, no le dijimos ya pastor que no se podía estacionar allá. Dios hizo el milagro, hermanos. Y vino de la manera en que yo no esperaba. La gente me estaba viendo por la ventana a 3 cuadras de distancia y vieron mi cara destruida y dijeron, a este hombre hay que ayudarlo. Vamos a sacarlo de su miseria, vamos a darle un estacionamiento allá para su gente. Yo no sabía cómo iba a ser la respuesta, pero mire que fácil Dios lo hizo.

Ahora, si yo me pongo a pensar en mi temperamento, las dudas, el temor, la negatividad ya recibida, no hubiera hecho nada. Uno tiene que imponerse sobre los sentimientos. Hermanos, la gente madura de Dios, la gente creativa en el mundo es gente que vive por principios y no por emociones. Recuerde eso. Sus emociones son unos animalitos malcriados. Si usted los deja se adueñan de la casa y lo sacan del sofá y se sientan ellos y hasta prenden la televisión ellos si quieren y dicen, váyanse para su cama o lo que sea. Mire, las emociones son irredentas, las emociones son biología, carnalidad.

Dice la Biblia que el corazón humano es la cosa más engañosa del mundo. Nosotros los cristianos tenemos que aprender a poner el corazón y las emociones en paréntesis y obrar por lo que dice la palabra de Dios, aunque su carne le grite, no lo hagas, te vas a despeñar. Si Dios le ha dicho, se puede hacer, mire, camine adelante y el diablo tendrá que echarse a un lado para que usted pase. Hay que creerle al Señor. Y no le de demasiada atención a la carne.

Recuerde a Ester. Ester dijo, mira, nadie jamás ha entrado ahí sin autoridad, al salón del rey. Los han matado a todos por atrevidos pero yo voy a entrar porque hay una necesidad y si perezco que perezca. Y mandó a sus amigas a orar por ella, a ayunar 3 días, todos los judíos que pudieron encontrar, y cuando ella entró el rey le extendió su cetro, ha hallado gracia delante de mí.

Hay que atreverse, hermanos. El temor nunca… mire, si yo me pusiera a obedecer el miedo yo no haría nada. Estaría metido en un rinconcito de mi casa con la luces apagadas temblando de miedo porque siempre lo siento, siempre que me paro aquí a predicar tengo temor y tengo dudas de si Dios va a bendecirme, si me voy a bajar en ridículo de la plataforma. Pero lo hago porque creo que Dios es proveedor, hermanos.

Nunca te dejes dominar por el miedo. Nunca te dejes dominar por lo que no ha pasado en tu vida y lo que no se dio, lo que no te dijeron, lo que no te permitieron. Confía que Dios tiene algo nuevo para tu vida. No le pongas atención a la carne porque eso nunca fue buen vehículo para los milagros de Dios. El único vehículo para los milagros de Dios, la única pista de aterrizaje confiable es el espíritu. Dice el Señor Jesucristo, la carne es débil pero el espíritu siempre está dispuesto. Las emociones las procesa el cerebro, la razón, el sistema nervioso. El espíritu tiene otro canal. Conéctate con tu espíritu, vive conforme al espíritu, no conforme a la carne. Los milagros de Dios se darán cuando aprendamos a movernos por lo que Dios ha declarado. No te pierdas demasiado en la crítica, el temor, la oposición, las dificultades.

Cuarto: has tu parte. Di conmigo, has tu parte. Muy importante, has tu parte para que el milagro de Dios se complete. Generalmente hay una parte, cierto esfuerzo que tenemos nosotros que ejecutar para que el milagro de Dios se confirme en nuestra vida. Si no participamos el milagro posiblemente no se dará.

Recuerden hay muchos de estos paradigmas en la Escritura, ¿Qué pasó cuando el Señor le dice a los discípulos, denle ustedes de comer a la multitud? ¿Recuerdan la historia? Más de cinco mil personas al final del día sin comida en un lugar desierto y el Señor les dice a los discípulos, hey, no los manden al market basket, denle ustedes de comer. Y ellos le dicen, pero Señor si aquí ni siquiera una bodeguita latina hay en ninguna parte en todo este vecindario. Esto es el desierto aquí, el campo abierto. Aún si tuviéramos dinero no hay para comprar. Ve, esa es la mentalidad de estrechez. Recuerdan la diferencia entre mentalidad de abundancia y mentalidad tímida, de estrechez. Los discípulos pensaron, no tenemos, no hay, no hemos, no se puede, y el Señor tenía algo ahí en su mente que estaba ya pensando. Y entonces qué les pregunta, ¿Qué tienen entre ustedes? Ellos van y buscan, porque el Señor siempre te hace esa pregunta, ¿Qué hay?

Cuando Dios pone un impulso milagroso en tu vida, mira, generalmente hay cosas en tu ámbito de acción, en tu área de influencia, o en tu mundo relacional que hay cositas allí que Dios ha puesto como semillitas para que tu puedas caminar y encontrar la salida. Tu puedes siempre en tu iglesia va a haber alguien, tu puedes consultar con un pastor, con un anciano, con alguien de discipulado, con tu líder de célula, hay quizás en tu familia alguien que fue a la universidad y tu puedes decirle, cómo tu lo hiciste; quizás hay alguien que trabaja en un programa como Herk o una persona que es un consejero profesional, vocacional. Hay gente en tu ámbito que Dios ha puesto como ángeles secretos esperando a que tu vayas. Yo creo que la potencialidad de Dios está entre nosotros lo que pasa es que nosotros a veces no tenemos ojos para ver y no estamos buscando porque creemos que si Dios me lo va a dar él va a venir en un lacito, una cajita bien envuelta con papel de regalo y una cinta bien bonita y un moño encima y Dios me lo va a bajar del cielo y me lo va a poner en la mano. Mire, generalmente Dios da milagros prefabricados, por así decirle, te los da como a mitad de hacer. Y él dice, ahora termínalo tu. Hay una parte que tu tienes que hacer.

Recuerdan ustedes esas estatuillas que las venden por allí y las compran la gente de artesanías y las terminan de pintar? La estatuilla ya está hecha pero está en yeso y entonces la persona la termina con su pinturitas y sus detallitos. Yo diría que así es como Dios obra, por lo menos así ha obrado en mi vida y yo lo veo obrando en la Escritura muchas veces, es que él te da el 80% pero hay un 20% que él quiere tu hagas. Y eso es porque él quiere que tu aprendas a guerrear, que tu aprendas a usar los principios del reino, que tu desarrolles músculos espirituales, que tu desarrolles fe, paciencia, humildad, dependencia de él, hábitos de oración, persistencia, todos los elementos que son necesarios para una vida victoriosa en el mundo. Y si Dios te diera las cosas cien por ciento hechas cada vez que tu abres la boquita nunca desarrollarías madurez espiritual, nunca desarrollarías músculos espirituales. Dios quiere formar guerreros, Dios quiere formar gente de poder, Dios quiere formar gente de carácter y por eso él nos pone a trabajar muchas veces y nos da los milagros semi trabajados para que nosotros los terminemos y nos dice, ponte a buscar ahí en tu mundo hay cosas que ya yo he puesto. Yo las he depositado como uno de esos juegos de Semana Santa que dónde está el huevo y los ponen a los niños a buscar en el jardín hasta que encuentran el regalito escondido por allá. Mira así es, Dios tiene sus juegos con su pueblo y a veces nos dice, mira, yo quiero que tu te esfuerces un poquito, suda un poquito, busca el depósito, tráeme el germen y yo eso lo voy a bendecir.

Le trajeron 5 panes y dos peces, cuando encontraron la multitud, cinco panes y dos peces y se los trajeron, mira Señor, lo único que encontramos. Ramajeamos por todas partes, como dicen los dominicanos, y lo único que encontramos fueron 5 panes y dos peces. Mira, eso es lo único. Te lo dijimos, no se podía hacer nada. Dénmelos, los cogió, los levantó al cielo, oró, lo bendijo, se multiplicaron, miles de personas comieron. No me pregunten cómo se dio eso, el video lo vamos a ver cuando lleguemos al cielo. Pero miles de personas comieron y sobraron 12 cestas llenas para que no hubiera duda de que cuando Dios bendice hay suficiencia. Pero se requirió un depósito. Hay una parte que tu tienes que hacer.

Así que cuando tu sientas que Dios te dice, mira, yo te voy a bendecir, yo te voy a hacer profesional, yo te voy a hacer el primer graduando de universidad, el primer pastor o pastora en tu iglesia, la primera persona que yo voy a usar en evangelismo en toda tu familia. Yo te voy a dar un aumento en tu salario, esa casa tu la vas a tener, ese negocio tu lo vas a abrir, entonces hay una parte que tu vas a hacer en tu vida y entonces tu vas a meter tu brazo en el brazo de Dios y van a decir, juntos papá lo vamos a hacer y Dios va a decir, vamos muchacho, yo estoy contigo. Da el primer paso, es más, el primer paso lo dio Dios ya, da el segundo paso. Y tu te agarras de Dios hasta que tu veas ese milagro hecho, no dejes de hacer tu parte. Has tu parte. Ese es otro patrón bíblico, has tu parte y Dios completará lo que él ya ha puesto en ti.

Otra cosa, baña el milagro con oración. Me quedan dos nada más. Baña el milagro en oración hasta que se de. Adóbalo en oración. Yo no sé si eso está en algún concepto teológico pero hay que adobar los milagros. ¿Qué pasa cuando una mujer o un hombre adoba una carne, lo sazona? Coge el adobe, coge el marinade ese, como dicen, y meten la carne allí para que se compenetre con el sabor de las especies. Bueno, nuestros milagros tenemos que adobarlos con oración. Hay que ablandarlo. Esa piedra dura métela en agua hirviendo de oración y se va a ablandar aunque no parezca posible.

Mire, cuando tu recibes la vida de Dios dentro de ti comienza a orar y tu no sabes cuánto tiempo tu vas a tener que esperar pero bendice ese milagro y mientras el milagro se está convirtiendo en una vida completa, báñalo con la vida de Dios, declara victoria, declara recursos, pide influencias que vengan, pide puertas que se abran, pide sabiduría de tu parte, pide disciplina para llevar a cabo las cosas, pide circunstancias milagrosas que vengan a tu camino, pide energía física, pide persistencia, pide humildad, pide espíritu de oración, pide entendimiento, lo que sea pero comienza a bañar el milagro con todas las cosas que tu te imaginas que pueden necesitar para convertirse en realidad. Y báñalo en oración día tras días y así como te cepillas los dientes por disciplina, órale al Señor para que haga el milagro, preséntale todos los aspectos del milagro, visualízalo en diferentes maneras y declara la vida de Dios y báñalo en oración y eso te va a fortalecer a ti también. Baña el milagro en oración.

Penúltimo, muy importante esto. Decláralo con tu boca. Llegará un momento en que el milagro tendrá que salir del proceso de gestación al proceso de declaración. Todo milagro tiene, yo diría, dos partes: una parte es la parte de la matriz o debajo de la tierra. Una mata primero crece debajo de la tierra, se rompe el grano, echa raíces, se compenetra con los químicos y las nutrientes de la tierra y nadie ve nada por unos días, pero debajo de la tierra hay vida que se está formando y cuando Dios pone un milagro en tu vida recíbelo y muchas veces es mejor quedarte callado por un tiempecito. Géstalo en oración, báñalo con la vida de Dios, medita, has estas cosas que yo dije con respecto al discernimiento, preséntaselo que Dios, examínalo y déjalo allí cultivándose en la oscuridad, como el niño en el vientre de su madre antes que aparezca.

Ahora, llegará un momento en que Dios te dirá, mira, ya llegó el momento, comienza a anunciarlo porque viene. A Elías, o fue Eliseo, cuando llegó Dios dijo, va a llover sobre la tierra, fue Elías, va a llover sobre la tierra y va a venir una nubecita allá y la vas a ver y Elías mandó a su criado varias veces para que viera si venía la nube. En una el criado le dijo, aquí está la nube, ya la vi, una cosita chiquitita. Él dijo, mandémonos a correr porque viene la lluvia. Muchas veces Dios ha dicho algo y no se ve nada en la superficie, pero debajo de la tierra, tu tierra, Dios está preparando todo para que el milagro salga a la luz y tu vas a sentir dentro de ti una presión que va creciendo, va creciendo, va creciendo y llega un momento en que tu espíritu te va a decir, ahora comienza a anunciarlo y mándate a correr porque el milagro ya viene detrás de ti.

Es así hermanos. Como las contracciones en el vientre de la mujer se hacen más intensas y más frecuentes: eso quiere decir el niño va a nacer pronto. Comienza a declararlo con tu boca. Hay veces que hay que abrir la boca y decir cosas que después que tu las dices te asustas y te quieres mandar a correr porque te coge miedo a ti mismo, pero hay momentos que la palabra anunciada, proferida, declarada, confesada rompe la matriz para que salga el bebé, rompe fuente. Y a veces Dios te dice, habla ahora y di, Dios me va a fecundar, yo me voy a graduar, esa casa la voy a comprar, ese negocio es mío, esa profesión es mía, ese aumento Dios me lo prometió, habla como un loco, una loca y deja que Dios se encargue. No serán avergonzados cuantos en él confían dice la palabra del Señor.

Y si tu has sometido tu milagro a todos esos procesos y has esperado, si has orado, si has consultado, si has discernido, si has pagado el precio, si has hecho tu parte y el milagro todavía resiste, y el bebé está dentro de ti, anúncialo, decláralo, el Señor se tomó tiempo antes de decir, yo soy el Mesías, porque siempre los milagros de Dios se toman tiempo y hay que esperar el momento preciso para disparar. Pero cuando Dios te dice ahora, comienza a declararlo en el nombre de Jesús aunque no te sientas ciento por ciento seguro, decláralo en el nombre del Señor.

Y finalmente, esto es bien importante, aunque se tarde el milagro, aunque el proceso sea más largo de lo que tu pensabas, espéralo, no flaquees, no te des por vencida, no digas, bueno, yo ya esperé bastante, Dios me dijo esto y no ha venido así que me voy para mi casa. Los milagros de Dios…. Yo he aprendido hermanos que Dios no tiene la misma agenda que nosotros tenemos. Dios piensa en términos eternos y cósmicos, la escala del pensamiento de Dios es infinitamente más grande que la nuestra así que lo que a Dios le parece un instante, un segundo, a nosotros nos parece una eternidad. Lo dijo el profeta, un día para Dios es como mil años y mil años como un día. Y nosotros, nuestra mente es corta, las escalas nuestras son bien pequeñitas. Dios nos dice algo y creemos que mañana tiene que darse y si no se dio, pues vamos a buscar otra cosa.

¿Saben qué? a veces Dios te dice algo y mira, eso es simplemente un comienza, ahora viene lo bueno, ahora viene el viaje. Porque nosotros somos impacientes y queremos las cosas. Pero mire, yo siempre he dicho a Dios no le interesa tanto el resultado como el proceso y Dios se toma tiempo para las cosas. Yo le pido al Señor, Padre, siempre alarga mi visión para que yo pueda pensar en la magnitud en que tu piensas y no acobardarme prematuramente. Porque muchos de los procesos que nosotros vemos en la Escritura los leemos y se toma una página o dos pero es algo condensado. Si pudiéramos vivirlo con esa gente que lo vivió descubriríamos que muchas veces se tomó décadas. Lo que pareció tres días, cuatro días, eso fue décadas. Y Dios se toma su tiempo, él va haciendo las cosas.

A Abraham le ofreció un hijo a los 75 años, saben qué edad tenía Abraham cuando finalmente vio al hijo que Dios le había prometido? 100 años, 25 años estuvo el pobre esperando el milagro ese que Dios le ofreció. Y se impacientó en el camino y mire todos los líos que ha causado Ismael, todavía los está causando allá en el Medio Oriente. 25 años.

A David mandó a Samuel que lo ungiera y algunos piensan que entre la unción de Samuel sobre David y el día que él ascendió al reino, hay como 15 años. Y usted sabe todo lo que tuvo que huir David de Saúl para llegar al reinado y todas las cuevas que tuvo que visitar, y todos los líos y humillaciones que tuvo que pasar antes de que lo coronaran rey, mucho tiempo.

Saulo fue encontrado en el camino a Damasco y dice la Biblia que después de eso él estuvo un tiempo escondido por ahí en el Medio Oriente, no se sabe exactamente cuánto tiempo, pero pasaron años antes de que Saulo se convirtiera en el Apóstol Pablo. Muchos años. Uno se pregunta, bueno por qué simplemente Dios no esperó un poco más y cuando lo llamó pues ya lo envió enseguida? Procesos.

Y nosotros somos gente que somos cortos de atención, si Dios no lo hace en las próximas 24 horas que se olvide de mí porque… y por eso es que no hay más riqueza en nuestras vidas. Yo he aprendido una cosa, la gente madura, la gente creativa, la gente de poder es capaz de pensar a largo plazo. Para mí es una de las grandes destrezas del líder, la líder de Dios, puede pensar a largo plazo, como ustedes aquí que se han tomado un sermón a largo plazo ahora.

Pido que los músicos pasen por acá por favor. Vengan. Pero, se va a tomar tiempo, hermanos, si se toma tiempo espérelo que vendrá. Les termino con las palabras de Habacuc en el Capítulo 2, versículo 1, palabras de toda visión, dice Habacuc:

“…Sobre mi guarda estaré y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá y Jehová me respondió y dijo, escribe la visión…”

Hermano, cuando tu recibes algo de Dios, un impulso, una inquietud, un pensamiento preñado o lo que sea, escríbelo, apúntalo, señálalo, pon un bookmark en tu mente, como sea, pero señálalo, subráyalo, pon algo, coloréalo, lo que sea pero escribe la visión.-

“…..decláralo en tablas dice, para que corra el que leyere en ella…”

Nosotros necesitamos esas visiones que Dios ha puesto en nosotros para guiarnos a través de la vida, para darnos un derrotero a seguir. Dice aquí, esta es la clave:

“… aunque la visión tardará aún por un tiempo, dice, más se apresura hacia el fin…”

Que contradicción. Se tarda y se apresura. Hermanos, no trate de descifrar el corazón y la mente de Dios. Cristo viene pronto y se ha tomado dos mil años para llegar. Por eso es que usted no puede estarle poniendo relojes a Dios. Si Dios puso algo en ti, deja que esa vida, los partos de Dios no son nuevemecinos, a veces son cuatro añinos, o diez añinos o lo que sea. No le ponga tiempo, cultívalos, géstalos en la oración, en la espera y deja que Dios use esa visión para ir formándose un hombre, una mujer llena del Espíritu Santo, lleno de la palabra de Dios, capacitado para hacer cosas grandes más allá del milagro inmediato.

Aunque la visión tardara aún por un tiempo, se apresura hacia el fin y no mentirá. Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Los dones de Dios son irrevocables, las promesas, los llamados de Dios son inviolables. Si Dios puso algo en ti, una vida, una promesa de vida enamórate de ella y pégate a ella hasta que tu la veas realizada aunque se tarde espérala. Aunque tardare espéralo porque sin duda vendrá. No tardará, dice el Señor.

Pongámonos de pie, hermanos. Pongámonos de pie. Y recordemos esas lecciones: discierne, no te detengas a pensar en lo difícil, cuando venga la duda sigue el manual, sigue adelante, has tu parte para que el milagro se de, baña el milagro con oración, decláralo con tu boca y finalmente aunque se tarde espéralo porque Dios no miente. El milagro vendrá.

¿Cuántos creen eso en esta tarde? Recíbelo, pon ahí lo que sea, pon ahí lo que Dios te ha dicho, pon ahí los sueños de tu vida, pon ahí los impulsos del liberación, pon ahí la necesidades que tu has tenido, los sueños que has tenido, los gigantes con los cuales todavía estás peleando, los demonios que no se han querido ir de tu familia, las luchas en tu hogar, la creatividad que tu has querido ejercer en tu vida, los sueños profesionales, ministeriales, escribe lo que sea. Si Dios te ha dicho algo, bautízalo con el nombre de Jesús y báñalo en oración y no te safes de esa rama hasta que tu veas frutos en tu vida, aunque seas un anciano sigue saludándolo al milagro, sigue señalándolo, sigue esperándolo, síguelo confesando con tu boca como hicieron esos grandes hombres y mujeres de Hebreos 11, saludaron de lejos el milagro. Dios les dio sus milagros, se sanaron de enfermedades, sanaron enfermos, revivieron muertos, derribaron muros, o resistieron el mal pero Dios les dio lo que necesitaban para la victoria. Dios quiere una vida fructífera para ti, hermano, hermana. Dios quiere una familia bendecida, Dios te quiere un profesional resaltante, Dios te quiere una mujer llena del Espíritu Santo, Dios quiere para ti una familia bendecida, Dios quiere para ti salud física, Dios quiere para ti consejo para otros y palabras evangelísticas para otros. Dios quiere hacerte una sanadora de vidas. Todo lo que Dios ha dicho, él te lo va a dar pero créelo en el nombre de Jesús. Celébralo, visualízalo, óralo, actúalo y Dios te va a dar esos bebés santos, esos seres maravillosos que él ha dicho, tu matriz lo va a producir. Créelo en el nombre de Jesús ahora mismo, vive en ese espíritu, vive en ese espíritu.

Padre, yo declaro sobre tu pueblo ahora mismo gestos milagrosos, acciones milagrosas en el nombre de Jesús, sus matrices, Padre, las preñamos con la vida de Dios, Señor. Envía tu espíritu, Padre, comienza conmigo, Señor, desata tu vida sobre esta comunidad. Los que están cerca y los que están lejos, Señor, sobre esta comunidad de León de Judá, sobre la comunidad latina, afro americana, blanca ahora mismo estéril, Padre, fructífica, multiplica, pon la estéril a cantar, pon la estéril a tener más hijos que las casadas, Señor, en el nombre de Jesús. La desamparado, Padre, el desamparado sean más prominente y más próspero que el que tiene riquezas porque tu eres el dueño de la bendición.

Padre, ese es el Dios que servimos, esos son los patrones que tu nos has puesto a esperar en tu palabra. Señor, tu mismo has abierto en nosotros esa hambre y esa sed y te recordamos, Padre, que tu nos has dicho que si creyéremos veremos la gloria de Dios. Nosotros creemos en milagros, creemos en algo grave, grande, terrible, Padre, que tu vas a hacer en este tiempo, Señor. Creemos en mares que se van a abrir delante de nosotros, rocas que van a manar agua, Padre, maná que va a caer del cielo, Señor, casas que no hemos construido que vamos a habitar, Señor, pozos que no hemos cavado del cual vamos a beber agua. Señor, profesiones que no trabajamos pero que tu vas a hacer posibles en nuestras vidas, inteligencia que va a venir, Señor, que no sabemos de dónde va a venir, pero tu nos vas a dar la respuesta, tu nos vas a dar la salida, tu nos vas a dar el detalle, tu nos vas a dar la solución, Señor en el nombre de Jesús. Dios poderoso, gracias, Señor, gracias, recibimos. Preña a tu pueblo, Padre, y fertiliza a tus hijos, Padre, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús. Recibimos tu vida, Señor, por esta palabra que ha sido proferida, Señor, nosotros declaramos vida en esta nación que tu estás levantando, esta familia sagrada, Padre, gracias, Señor, gracias.

Dile gracias a Dios por su propósito en tu vida. Dile gracias al Señor. Recibe la vida de Dios. Amen y amen. Gloria a Dios. Gloria al Señor.