Emanuel = Dios contigo, siempre

TRANSCRIPT

A la palabra del Señor en el Capítulo 28 de Mateo, versículo 20. hay un versículo bien sencillo, unas palabras del Señor conocidas. La segunda parte de ese versículo 20 de Mateo 28 dice: “... y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo...”

¿Cuántos pueden decir amen a eso? Quiero que digan conmigo, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, todos los días, hasta el fin del mundo. Amen. Esa palabra es para ti, mi hermano, mi hermana en esta mañana y yo quiero que se grabe ese concepto del Dios que está con nosotros, el Dios con nosotros.

De nuevo buscando un tema para mi presentación de esta mañana, mi meditación de esta mañana, me cruzó rápidamente por mi espíritu como un rayo bien, bien claro, ese texto que yo acabo de leer con ustedes. Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.

Esa es la palabra para ustedes, mis hermanos, y para mí en esta mañana. Esa es la palabra del Señor, la promesa del Señor. Recíbela ahora en el nombre de Jesús. El Señor te dice a ti, individuo y te dice a ti, congregación León de Judá, he aquí yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.

El Señor quiere que nosotros sepamos que él está con nosotros, que su compañía no nos deja y que su ojo, sus ojos están sobre ti, están sobre tus hijos, está sobre tu cuerpo mismo, está sobre los órganos de tu cuerpo, está sobre tus finanzas, está sobre tu trabajo, está sobre tus aspiraciones, está en medio de tus luchas, está en medio de los temas persistentes de tu vida, la mirada del Señor, la presencia del Señor está contigo.

Y él quiere que tu recuerdes eso. si te sientes en esta mañana un poco afligido, dudoso, triste, abrumado, con preocupaciones, quizás con dificultades financieras, sientes dudas acerca de tu futuro en este país, o tienes preocupaciones acerca de tus hijos o tu familia en Latinoamérica o en África o en Europa, de dondequiera que tu vengas, el Señor te dice en esta mañana, he aquí yo estoy contigo, todos los días hasta el fin del mundo.

Ese es un pasaje maravilloso, la verdad es que cuando yo me puse a meditar en él y decir, bueno, cómo abordo yo ese texto, cómo le saco provecho al texto. Hay tantas maneras según uno comienza a meditar en él.

Lo primero que me impacta acerca del texto es simplemente ese contraste, esa complementación entre todos los días y el fin del mundo. Todos los días me recuerda a mi de lo cotidiano, lo diario, lunes, mañana, cuando tu regreses a tu trabajo, el Señor te dice, yo estoy contigo el lunes por la mañana, y el martes también, y el miércoles también. Cuando estés en la fábrica o en el nursing home donde trabajas, o en el restaurante donde lavas platos o sirves o cocinas, o en la oficina, o en el negocio, o donde sea en la escuela, donde estés estudiando, el Señor dice, yo estoy contigo, yo camino contigo, yo estoy ahí en tu negocio. Yo estoy ahí en el salón de clases contigo. Yo estoy en la oficina mientras tu luchas con los deberes y las responsabilidades. Estoy en el camión cuando manejas en la carretera, estoy contigo todos los días y hasta el fin del mundo.

Ese es un concepto muy sublime, ¿no? Porque todos los días es el diario vivir. Uno se levanta y toma un café y come un pedazo de pan o un cereal, lo que sea, y se va al trabajo, pero también esa idea del fin del mundo cuando la historia cese. El Señor dice, yo estoy con vosotros también allí, y estaré con ustedes en el interino, en todo momento yo estoy con vosotros.

Y hermanos, nosotros tenemos que hacernos conscientes cada día de ese hecho, de que el Señor Jesucristo está con nosotros cada día. Esa es la fuente de nuestro poder, esa es la fuente de nuestra esperanza y nuestra vitalidad. Es el hecho de saber que Dios está con nosotros, cuando salimos, cuando entramos. Yo creo que eso es una de las grandes diferencias del cristiano, es que nosotros tenemos esa idea de un Dios presente, un Dios inmediato, un Dios personal, un Dios que me conoce, un Dios que me ha formado en el vientre de mi madre.

Dice que Dios formó los órganos internos de nuestro ser y embrión vieron tus ojos, dice la Biblia, el Señor ha estado allí presente desde antes de la concepción de nuestra vida, ya el Señor sabía quiénes éramos y está con nosotros, nos acompaña en todo momento. Y esa idea del Dios inmediato, el Dios personal, el Dios presente es un distintivo del cristianismo, del Evangelio, ese Dios personal que yo le puedo orar si me duele la cabeza, o si tengo un cáncer, él está conmigo. Sea para algo pequeño, sea para algo grande, sea para que me lleve a tiempo a una cita médica o de trabajo porque hay un tapón en la 93, yo puedo apelar a mi Dios y él no va a decir, no, esa petición no califica porque no es lo suficientemente importante. El Dios que tenemos es un Dios para todos los días, es un Dios para toda situación.

Y hay muchos textos que me vinieron entonces a la mente y comencé a desglosar esta idea del Dios que está con nosotros. yo quiero, esa preposición, con, quiero darle énfasis en esta mañana. Esta idea del Dios conmigo, el Dios contigo y las implicaciones de ese hecho de que Dios está con nosotros, está conmigo, qué implicaciones tiene eso, prácticas para la vida.

Mire, por ejemplo, una de las primeras cosas, en el mismo libro de Mateo, Evangelio según san Mateo en el Capítulo 1, la misma naturaleza de Jesucristo es estar con nosotros. ¿Qué nombre se le dio, uno de los nombres de Jesús es cuál? Emmanuel, ¿y qué quiere decir el nombre Emmanuel? Dios con nosotros, 1:23 Mateo:

“.... y llamarás su nombre Emmanuel que traducido es Dios con nosotros....”

De paso, recuerdan que yo decía acerca de Jesucristo Dios como una de las grandes doctrinas, que yo voy a estar visitando de vez en cuando esas doctrinas grandes de la Escritura, que hay grupos que se llaman cristianos que niegan la deidad de Jesucristo. Mire aquí cómo se le llama a Jesús, Dios con nosotros. Que expresión más clara de la divinidad de Jesús que esa. Cuando Cristo nació se hizo una realidad el hecho más que nunca que Dios está con nosotros, su nombre mismo refleja su deidad, pero más todavía y práctico para nosotros, refleja el hecho de que él está.

Es decir, la misma encarnación, el fenómeno de la encarnación, la venida de Dios y su hechura como hombre, sugiere ese hecho de que él está con nosotros. Esa es su naturaleza misma, eso está en su esencia. No es estar allá en el cielo separado de la historia y del hombre, de la naturaleza. Lo hermoso de Dios es que él está profundamente involucrado con la historia. Él no es la naturaleza, hay teologías o religiones que hablan de la inmanencia de Dios en el sentido de que Dios es la piedra, Dios es el animal, Dios es el agua o el cielo o la luna, no, Dios no es esas cosas, pero está en ellas. ¿Me entiende? Dios las creó y está eminentemente envuelto, involucrado en el mundo que él ha creado, continuamente y eso el Señor les recordó a sus discípulos cuando él iba a ascender ya presto para terminar su ministerio terrenal, resucitado, listo para ser tomado y llevado al cielo, él dijo, y he aquí yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.

Y eso es un recordatorio que él les dejo. Y vamos a ver dentro de un momento por qué él escogió ese momento en particular para recordarles a ellos que él iba a estar con ellos, con los discípulos y que por lo tanto también está con nosotros.

Se me ocurre otro pasaje también donde el Señor le dice a los discípulos, hey, alégrense de que yo me voy porque hasta entonces yo estaba con ustedes, pero ahora voy a estar en ustedes. Mire si la presencia de Dios es profunda en la vida de sus hijos que no solamente está contigo sino que está dentro de ti para que no se vaya a escapar por allí en un frenazo que tu diste en la 93 o un arrancón demasiado rápido y que él se quede atrás, no, él está dentro de ti así que donde tu vas él tiene que ir también contigo. El Señor está en ti y por lo tanto está contigo dondequiera que tu vayas. Di amen en el nombre de Jesús.

Hay tantos pasajes así preciosos. Se me ocurrió Isaías 41, un versículo que yo tengo aquí escrito en mi propia mano, que yo creo que se lo he dicho antes y si lo tengo aquí en mi Biblia continuamente. Isaías 41, versículo 10 dice, “ no temas porque yo estoy contigo”. “....No temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia....” Amen.

Que bella promesa del Señor, ¿no? Es como que Dios sabe que el simplemente decirme, yo estoy contigo, eso es suficiente. Si Dios está conmigo yo no necesito más nada, déjenme decirles. Es como que Dios dice, mira, si yo estoy contigo no te preocupes si te voy a ayudar, si no te voy a ayudar, si te voy a dar, si no te voy a dar. Yo estoy contigo, tu tienes todo lo que tu necesitas. La mera presencia de Dios en nuestras vidas ya significa que nosotros tenemos todo lo que necesitamos para las demandas de la existencia, para los retos de la vida.

Y esa es la gran herencia del Hijo de Dios, el hecho de que como resultado que tenemos a Cristo en nuestros corazones, que tenemos a Cristo como nuestro salvador, él está con nosotros, él está. Una cosa va con la otra, si tu eres un hijo de Dios, Dios está contigo y no debes dudar de eso jamás.

Miren el versículo 1 de Isaías 43, es más el comienzo mismo de Isaías 43. que bueno es tener su Biblia porque usted puede seguir, ¿verdad que sí? Aunque también tenemos aquí la ayuda del Internet, pero dice:

“Ahora así dice Jehová, creador tuyo – ve, como Dios es tu creador, eso tiene una implicación bien seria acerca de eso en relación con Dios – creador tuyo, oh Jacob y formador tuyo, oh Israel, no temas porque yo te redimí, te puse nombre, mío eres tu. Dice, cuando pases por las aguas yo estaré contigo....” Gloria al nombre del Señor.

Cuando pases por las aguas, eso es cuando pases por la angustia, las aguas son, ya tu sabes cuando está llegando el agua al cuello, yo estaba pensando dónde está el salvavidas para que me saque de aquí lo más pronto posible. Cuando hay problemas en la vida, cuando hay preocupaciones, cuando la renta hay que pagarla y el cheque no ha llegado todavía, y hay demasiado mes para el dinero que te queda y tu no sabes de dónde va a venir la respuesta.

Cuando pases por las aguas, el Señor dice, no te preocupes, yo estaré contigo. Yo estaré contigo y si por los ríos no te anegarán cuando vengan las tribulaciones fuertes así de que te va a arrastrar ya la corriente, y te va a llevar y parece que no hay esperanza ya, y dice, no te preocupes, los ríos no te van a hundir, no te van a ahogar.

Cuando pases por el fuego, no te quemarás, cuando la prueba ya se ponga al rojo vivo en tu vida y ya te hayan declarado sin esperanza y que no hay solución para ti, el Señor dice, no te quemarás ni la llama arderá en ti, porque yo, Jehová, Dios tuyo, el santo de Israel soy tu salvador. Gloria al nombre del Señor.

Yo estaré contigo. Esa es la promesa de los hijos de Dios. Hay un pasaje que dice asimismo, no lo tengo conmigo pero dice, y esta es la herencia, esta es la herencia de los hijos de Dios. El hecho de que Dios está con nosotros. Así que si tu eres un hijo de Dios, una hija de Dios, si tu estás en Cristo Jesús, si tu tienes a Cristo como el mediador de tu vida, si tu estás conectado al Internet divino, Dios está contigo. No te tienes que preocupar de si está o no está, él está contigo y eso, mi hermano, mi hermana te debe dar ánimo para emprender cualquier cosa en la vida. El hecho de nosotros cultivar siempre el sentido de la presencia de Dios.

Sabe qué hay tiempos en que uno como que se mete tanto en los afanes de la vida que uno como que pierde un podo el sentido de la presencia de Dios, ¿si o no? Como que a veces uno pasa un tiempo y deja de orar, y deja de buscar el rostro de Dios y vienen los afanes de la vida, el trabajo y las luchas, nos metemos en proyectos y situaciones, y viene también a veces tiempos de enfermedad o de dificultades económicas o lo que sea, y como que decae un poco nuestra búsqueda de Dios, esas prácticas que nos mantienen. Porque hay que cultivar el sentido de la presencia de Dios, hermanos, eso no viene automáticamente. Déjenme decirle que eso se le va a uno en un instante, en dos o tres días si usted no busca de Dios, la mente es la cosa más traicionera del mundo, se empolva la sensibilidad hacia el Señor y se cubre con una capa de polvo y que no permite que la electricidad, que haya conexión con los cables divinos. Y entonces usted como que decae un poco en su sentido de la presencia de Dios.

¿Qué tiene que hacer usted en ese momento? ¿Saben qué? Meterse un ayunito por allí o sacarse unas tres, cuatro horas para buscar más de lleno del Señor, trancarse en un cuarto, decirle a los muchachos que se comen una lata de ravioles o lo que sea, pero hoy yo voy a buscar el rostro del Señor y voy a llenarme otra vez de la presencia, voy a cargar las baterías, voy a recordar que Dios está conmigo.

Porque hay que, cuando uno está consciente de que la presencia de Dios está con nosotros, eso es lo que nos da ánimo. Por eso es que la vida cristiana no se puede vivir de domingo en domingo dependiendo de una carguita allí rápido el domingo a vapor. Uno tiene que estar buscando su bendición todos los días, hermanos. Uno tiene que estar revisitando la presencia de Dios porque esa conexión con la presencia de Dios en nuestras vidas, eso es lo que nos da ánimo y valor para emprender las cosas de la vida. Cultivar el sentido de la presencia de Dios, de que Dios está conmigo y entonces como él está conmigo, yo puedo emprender en el nombre del Señor todo lo que yo desee, todo lo que yo necesite en la vida, sea un nuevo negocio, un futuro matrimonio, una carrera, una movida, lo que sea, tu tienes que asegurarte.

¿Qué le dijeron los hebreos a Moisés? Asegúrate de que Dios vaya con nosotros, que Dios esté contigo. Y creo que fue el mismo Moisés que dijo, si tu no vas con nosotros no nos saques de aquí. Nosotros tenemos que saber que Dios va con nosotros dondequiera y tenemos que cultivar eso. Dios quiere que tu sepas que él está contigo porque si tu sabes que él está contigo es como tu tener dos guardaespaldas ahí de 6 pies con 8 detrás de ti. Tu sabes que tu puedes acometer cualquier cosa porque tienes allí un respaldo. Asimismo tu tienes uno que mide más que 6 con 8, mide la extensión del universo, que es infinita. Y él está contigo, él quiere ser usado a tu favor.

Yo recuerdo, pensaba en eso y recuerdo mi madre que era una mujer que vivía embargada con el sentido de la presencia de Dios en su vida y por eso yo creo como ella sabía que Dios estaba con ella, mis recuerdos más gratos y más inspiradores de ella son de cosas que ella emprendió que parecía imposible que una mujer como ella, que no había hecho grandes estudios y era una mujer humilde, sencilla, pudiera emprender, y sin embargo las emprendió y Dios siempre la sacó con victoria. Porque ella tenía esa seguridad de que Dios estaba con ella y entonces ella se atrevía a hacer cosas locas.

Yo recordaba esta mañana una vez en la República Dominicana una tía mía que había dado a luz y usted sabe todas esas cosas de las familias hispanas, no estaba casada con este señor y tuvo una hija, una bebé que ya es una mujer casada y todo esto, hace muchos años atrás, y este hombre, ella llevó a la niña a la República Dominicana donde estaba este señor, el papá de la niña en un campo allá de República Dominicana, y la dejó por un tiempecito con él en ese campo. Él no podía venir aquí a Estados Unidos y ella regresó a Estados Unidos, se enfermó aquí y el hombre al fin de cuentas dijo que no la iba a soltar a la niña, y la tenía escondida en un campo de República Dominicana y había dicho en forma muy clara y muy amenazante que nadie se atreviera a quitarle esa niña a él porque él no la iba a entregar.

Y mi mamá fue a República Dominicana y todo el mundo le advirtió, Toñita, no vaya a ese lugar porque son gente peligrosa allí, y esa familia controla todo ese campo donde está la niña. Un sitio alejado de la ciudad, muy aleado de la ciudad. Y mi mamá estuvo allí levándose más bien de lo decía la gente y con mucho temor porque mi tía no podía, no estaba en condiciones de poder hacer nada al respecto y mi mamá casi regresa de República Dominicana a Estados Unidos sin ver a la niña ni hacer nada al respecto. Pero un par de días antes de que ella regresara de la República Dominicana, Dios puso en su corazón que ella quería ir al campo ese y le iba a hablar a este hombre, y sentía que el Señor tenía algo que iba a hacer en esa intervención.

Y mi mamá le pidió a mi cuñado, que le decimos Pucho, él se llama Juan Ramón, pero le decimos Pucho de apodo, y le dijo, Pucho, llévame al campo ese porque yo quiero hablar con ese hombre. Y Pucho le dijo, doña Toñita usted sabe que esta gente son gente peligrosa, eso es un campo allá muy aislado y ese hombre no es cosa fácil y yo no quiero meterme allí a correr un peligro como ese. Pero mi mamá insistió y Pucho finalmente asintió y se fue con ella con temor y temblor a ese campo recóndito de República Dominicana. Y allí llegó mi mamá con Pucho, según me contaba ella la historia, y él siempre respaldaba todos los detalles, llegaron ya anocheciendo a ese campo alejado allá en la República Dominicana y allí se orientaron, llegaron al sitio donde vivía este hombre que no los recibió con cara muy amistosa, de paso. Y mi mamá se sentó con este hombre y como Dios siempre le había dado a ella una gracia especial, que podía mezclar la firmeza con la bondad y la mansedumbre y mi mamá razonó con este hombre y entre otras cosas le dijo, mire, esta niña es una ciudadana norteamericana así que no se meta con el gobierno norteamericano, ellos pueden hacer cualquier cosa y esto y lo otro. Pero también le habló de que esa niña en ese campo no tenía mucho futuro, pero que en Estados Unidos con su madre podía tener un futuro y que hiciera lo que era correcto como padre para esa niña.

El caso fue, hermanos, que terminando ya el día, ya oscuro, mi madre regresó con esa niña a Santo Domingo y la pudo traer a Estados Unidos para que se reuniera con su madre. Y yo recuerdo que Pucho siempre que se contaba esa historia, con asombre decía, mire, yo nunca vi una cosa parecida, yo nunca me hubiera atrevido a ir a ese lugar como doña Toñita, le decía, se atrevió.

¿Qué era lo que le daba a mi madre esa fortaleza? Era el sentido de que Dios estaba con ella. y así como ella hizo esa proeza, así hizo muchas otras en su vida y yo creo que uno de los legados que ella nos dejó a nosotros como familia fue precisamente ese sentido de que Dios está con nosotros y que por lo tanto no importa cuán serio sea el problema, cuán grande sea la lucha, cuán difícil sea el reto, nosotros podemos emprender cosas grandes porque Dios está con nosotros. Con nuestro Dios nosotros podemos hacer proezas, hermanos.

Si una mujer sencilla como ella, con relativamente poca educación, no era un genio espiritual, no tenía estudios teológicos, no tenía dinero, podía hacer tantas cosas que bendijo a tanta gente, tu puedes hacer mucho más inclusive. Si tu cultivas el sentido de la presencia de Dios en tu vida, si tu sientes que Dios está contigo, que él está allí como poderoso gigante, como dice la palabra de Dios, que él te respalda, que él camina contigo, cuando tu sales de tu casa en ese frío de diciembre o febrero aquí en Boston el Señor va contigo a tu lugar de trabajo. Él está contigo en tus luchas y en tus tribulaciones.

Hay cinco cosas que yo voy a relatar rápidamente en las cuales Dios está con nosotros y que tenemos que tener siempre bien en cuenta. Primeramente ya he señalado esto y lo voy a simplemente a aislar y reforzarlo un poquito. Dios está contigo en el diario vivir, en las tareas cotidianas de la vida, en el day to day stuff of life, en los asuntos normales, cotidianos, sencillos, consuetudinarios, no sé cómo decirlo más claramente, simplemente en la sencillez de la vida. Dios no está con nosotros solamente en las grande crisis, en las grandes tribulaciones y en las grandes luchas, Dios está con nosotros simplemente cuando entramos y salimos, cuando estamos en una conversación, cuando estamos ganándonos el cheque del viernes, cuando estamos cocinándole a los hijos o bregando con el papeleo de la profesión. El Señor está con nosotros, ahí en ese momento cotidiano, aburrido, sencillo, sin mucho esplendor, Dios está contigo, fortaleciéndote y llenándote.

Pensé en José, miren en Génesis, Capítulo 39, como José fue beneficiado de la presencia de Dios en su vida. Usted sabe que José fue un hombre que pasó por grandes tribulaciones y luchas, fue vendido por sus hermanos, Dios estaba con él desde el principio, Dios tenía un propósito para la vida de José y Dios estaba con José. Sus hermanos lo vendieron porque, déjenme decirte que la presencia de Dios contigo no dice, no implica que no vas a pasar por problemas y tribulaciones. ¿Estamos claro en eso, verdad? Dice cuando pases por el fuego, no te quemarás. No es que si vas a pasar por el fuego o que no vas a pasar por el fuego, no, cuando pases, cuando pases por las aguas no te anegarás.

Y José, Dios estaba con él desde niño pero fue vendido por sus hermanos, sin embargo en Génesis 39, versículo 2 dice:

“... más Jehová estaba con José...”

Tu ves, pueden venir luchas en tu vida, reversos, persecuciones, la gente se puede poner en contra tuya, pero tu tienes siempre que decirte no, pero más Jehová está conmigo. Y eso te debe dar fuerza para tu espigarte otra vez y en vez de estar ahí como una florecita caída y muerta, tu te levantas otra vez, y dices, voy a seguir adelante, voy a seguir la batalla. ¿Por qué? Porque Dios está conmigo.

Entonces, mire esto: “... y fue varón próspero y estaba en la casa de su amo, el egipcio, y vio su amo que Jehová estaba con él y que todo lo que él hacía Jehová lo hacía prosperar en su mano....”

Todo lo que él hacía, ahí yo veo la vida cotidiana. Todo lo que José emprendía, si lo mandaban a comprar algo venía con dos bolsas en vez de una que era lo que se esperaba. ¿Por qué? Porque Dios estaba con él. Si lo ponía a hacer una comida, esa comida sabía sabrosa porque Dios estaba con él. Si lo ponía a administrar su dinero, el dinero como que mágicamente se multiplicaba y rendía porque Dios estaba con él. Entonces hermanos, mire lo que pasó:

“.... así halló José gracia en sus ojos y le servía y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo...”

Y este hombre no muy lento ni perezoso dejó todo lo que tenía en manos de José. ¿Por qué? Porque él sabía que si Dios estaba con José y José estaba metido en algo, pues Dios iba a estar en ese algo.

¿Ve? Y eso es algo que yo siempre he creído hermanos, ¿saben qué? Esta nación es bendecida porque hijos de Dios están en ella. Nosotros somos levadura de la tierra, somos sal de la tierra, somos luz del mundo. Donde nosotros vamos va la presencia de Dios con nosotros. Recuerda que tu tienes derecho a creer que Dios está bendiciendo tu vecindario porque tu estás en él, porque la presencia de Dios está contigo. Dios bendice tu trabajo porque tu estás en ese trabajo.

Yo creo que ni nosotros cultiváramos más ese sentido de la bendición activa de Dios porque yo soy un hijo de Dios y porque estoy tocando el ambiente donde yo me muevo, Dios se movería con más poder sobre nosotros. Lo que pasa es que muchas veces nosotros no cultivamos ese sentido activo de la presencia de Dios con sus implicaciones de prosperidad, bendición, fruto para nuestros ambientes. Yo creo que este vecindario ha sido bendecido entre otras cosas porque León de Judá llegó a él hace 10 años atrás. Y yo creo que la comunidad general a la cual nosotros pertenecemos con nuestras diferentes nacionalidades y culturas está siendo bendecida porque hijos de Dios que van a esta congregación y a otras congregaciones cristianas están en esos lugares bendiciendo con su presencia.

Ahora, yo creo que nosotros tenemos que cultivar, porque mucha gente no cultiva ese sentido de la presencia de Dios y por eso Dios no se mueve. Usted ve, uno tiene que estar consciente de la presencia de Dios y uno tiene que cultivarla porque eso entonces le da a uno más poder, no es que Dios no esté si tu no estás consciente de ella, pero la presencia de Dios se mueve con más poder cuando tu cultivas el sentido de la presencia de Dios. Pide cada día por eso que es buscar de Dios, buscar de la palabra del Señor, buscar del tiempo de oración para que se renueve tu conciencia de que Dios está contigo. Yo trato de nunca ascender a esta plataforma sin estar cargado del sentido de la presencia de Dios conmigo. Yo no podría ministrar subiendo simplemente aquí como si fuera una rutina cotidianamente. Eso me da miedo a mi, hermanos, uno tiene que ministrar con la seguridad y la conciencia, Dios está conmigo en este momento. Dios me va a abrir camino, Dios me va a abrir paso, Dios me va a dar la palabra, Dios me va a dar la unción que yo necesito.

Y así en el trabajo, dondequiera que tu estés, cada día recuerda el Señor está contigo en las cosas cotidianas de la vida, tu trabajo, tu lucha con tus hijos, en todas las cosas, Dios está contigo.

Y Dios estaba con José y por eso Dios lo prosperó. La gente se da cuenta cuando una persona tiene el toque de Dios, la gracia de Dios en su vida. Entonces, Dios está con nosotros en las tareas cotidianas pero Dios también está con nosotros cuando lo servimos a él, en el servicio cristiano Dios está con nosotros. Dios nos llama a testificarle a otros de Jesucristo, muchos estamos sirviendo en nuestra congregación como maestro, como instructores de niños, como hujieres, en la alabanza, en diferentes ministerios el Señor ha querido que nosotros sepamos que cuando servimos al Señor hay una unción especial que reposa sobre nosotros. Nosotros no servimos al Señor en las fuerzas humanas, eso no es suficiente. Es la unción de Dios, por eso el Señor Jesucristo les dijo a los discípulos, no se vayan de Jerusalén hasta que no sean investidos de poder. Y cuando reciban el Espíritu Santo entonces iré y me seréis testigos.

Recuerda, nunca trates de servir al Señor a menos que tu no estés lleno de la presencia del Señor. Todo lo que tu hagas, sea sencillo o grande, para el Señor siempre asegúrate de que Dios esté allí muy presente contigo y que tu mente esté conciente y tu corazón de la presencia de Dios, que lo que tu hagas lo emprendas con Dios, en Dios.

Un ministerio cuando es dirigido por una persona que está consciente de la presencia de Dios en su vida y cree que Dios lo ha llamado y que cultiva esa conciencia de la presencia de Dios, es un ministerio que va a prosperar, sea de hujieres, sea de lo que sea, algo sencillo, cuando un hujier hace un trabajo de sentar a una persona, o entra en su función un domingo por la mañana, debe siempre cargarse de la presencia de Dios y decir, Señor, que cuando mi mano toque que una persona para recibirla o le hable a alguien para que ceda su asiento o lo que sea, que tu estés conmigo también, que tu vayas conmigo y tu cultiva eso.

Emprende, cualquier cosa que tu hagas para el servicio de Dios, con una conciencia pesada de que Dios está contigo y eso te va a prosperar y te va a bendecir grandemente.

La tercera categoría de la presencia de Dios con nosotros es que Dios está con nosotros en los problemas de la vida, en los retos de la vida, en las dificultades de la vida, en las pruebas que nos vienen inevitablemente a la existencia. Dios está con nosotros.

Mire Segundo de Crónica, la vida del rey Ezequías es muy instructiva al respecto. Ezequías fue un hombre que sirvió al Señor, amó a Dios, fue fiel al Señor, hizo muchas cosas para que su reinado reflejara la gloria de Dios. Pero llegó un momento en la vida de Ezequías que un rey muy poderoso, el rey Zenakerib invadió el reino de Israel y Zenakerib llegó con todo su ejército y rodeó a Jerusalén y este rey se jactaba de que ninguno de los dioses de las otras naciones que habían confrontado su ejército, habían podido proteger a ninguna de esas naciones. Y se mofaba de los hebreos porque Ezequías había dicho que no adorarán a ningún otro Dios sino a Jehová solamente. Y él le tiró eso en cara a Ezequías mientras rodeaba su ciudad.

Y Ezequías animó al pueblo de Israel a que confiaran en su Dios. y mire aquí dice en el versículo 5, Segundo de Crónicas 32:6 dice:

“... y puso capitanes de guerra sobre el pueblo y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad y habló al corazón de ellos....”

Es decir, Ezequías le habla al corazón de su pueblo para que no se dejen intimidar por este gran problema que tienen encima, este rey poderosísimo que está rodeando a Israel y que parece que no hay manera de que puedan vencerlo.

Dice, versículo 7 “ ... habló al corazón de ellos y les dijo, esforzaos y animaos, no temáis ni tengáis miedo del rey de Asiria ni de toda la multitud que con él viene....”

Ve, esa es la cosa, cuando tu sabes que la presencia de Dios está contigo, eso debe infundirte ánimo, valor, confianza para acometer las situaciones difíciles de la vida. dice:

“... porque más hay con nosotros que con él, con él está el brazo de carne...”

Mucha gente solo tiene los recursos humanos, el dinero, la influencia, la posición, la inteligencia humana.

“... con él está el brazo de carne, más con nosotros está Jehová, nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas....”

¡Aleluya! “.... más con nosotros está el Dios, nuestro Dios para ayudarnos a pelear nuestras batallas...”

Mi hermano, cuando tu te encuentres en situaciones difíciles, una de las cosas que la crisis va a querer hacer en tu vida es borrarte la conciencia de la presencia de Dios y que tu te enfoques en la crisis y te enfoques en el problema y en la lucha y en la dificultad y que dejes de confiar en el Señor, que te desanimes, que decaigas en la oración, en el servicio al Señor, en la lectura de la palabra y tu tienes que decirte, no, es cierto, estoy pasando por un problema, es difícil la situación, pero Dios está conmigo y yo me voy a animar y voy a emprender la tarea, voy a seguir adelante, voy a seguir confiando.

Dice que cuando el pueblo escuchó este ánimo que les daba Ezequías tuvo confianza en las palabras de Ezequías, rey de Judá. ¿Y saben lo que pasó finalmente? Dice la Biblia que milagrosamente, misteriosamente un ángel del Señor caminó por el campamento del rey Zenakerib, lo dicen varios libros, no solamente el libro de Segundo de Crónicas sino el libro de Isaías también creo que lo menciona, el ángel de Jehová destruyó a todo el ejército de Zenakerib, porque Zenakerib se enorgulleció tanto de insultar al Señor y yo creo que eso fue lo que provocó que Dios lo atacó y lo mató con una, dice que cuando Zenakerib regresó avergonzado a su tierra porque su ejército había sido destruido, dos de sus hijos lo mataron a él mientras adoraba en el templo a su Dios.

Porque es que cuando usted se mete con los hijos del Señor usted tiene problemas serios. Cuando los hijos del Señor se llenan de la presencia de Dios suceden cosas, como dice el corito. Nosotros, tenemos, hermanos, que batallar nuestras batallas con la conciencia de la presencia del Señor. no nos dejemos intimidar por los problemas de la vida, peleemos con la conciencia de que Dios está con nosotros.

Dos cositas más, hemos visto que Dios está con nosotros en las tareas cotidianas, cuando servimos al Señor, cuando tenemos problema y también yo creo que hay tiempos en que vienen no solamente un problema, sino viene como un tiempo de problemas, es como una mala racha, creo que es así que se le dice, una racha de problemas que nos vienen, un ventarrón de esos que dejan todas las langostas, esos insectos encima de la tierra y como que comienzan a comerse la tierra y no sabemos cómo deshacernos de ella. Viene una estación casi de problemas y pasamos por semanas y meses y el sol no sale.

Es como estos días que la lluvia ha estado ahí continuamente, cayendo un día tras otro. Y así pasa en la vida del hijo de Dios, a veces vienen tiempos de carencia, tiempos de dificultades, yo sé que para algunos de nosotros estos tiempos de recesión y de dificultad ha sido penoso, algunos hemos perdido casas o hemos tenido dificultad de diferente tipo financieras, se han perdido trabajos, ha habido tiempos secos, y en esos tiempos largos uno como que también va decayéndose. De hecho, el Apóstol Pablo habla de cuando venga el día malo, ¿recuerdan? Cuando venga el tiempo de la aflicción a la vida.

Hermanos, ¿saben qué? Ese es el tiempo para tu recordar que Dios no se ha ido de tu vida. Él dijo, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, él no puso allí asteriscos, por si acaso, si estoy de buen humor, no, él dijo, todos los días hasta el fin del mundo. A veces el sol tu no lo puedes ver, pero tu sabes que el sol está allí, está simplemente cubierto por las nubes. A veces la vida va a impedir que tu sientas y veas la presencia de Dios, pero tu tienes que saber, no, Dios está allí.

Y cuando esta racha de dificultad termine yo voy a estar, como dice el Apóstol Pablo, parado, firme, habiendo pasado el día malo, habiéndome acorazado con la armadura de Dios. Hay veces que cuando viene el ventarrón lo que tenemos que hacer es cerrar bien las ventanas, ponerle un 4 x 8 a cada ventana o a la puerta y que ruja el viento y venga la tempestad y cuando salga el sol, pues abrimos la puerta otra vez y salimos y celebramos de nuevo.

Hay tiempos en que lo único que tu puedes hacer, mi hermano, mi hermana, es apretar los dientes y decir, Dios está conmigo y agarrarte ahí hasta que pase la tormenta, meterte en el basement de la presencia de Dios, asegúrate que lleves una buena Biblia y que leas allí mientras ruje el viento alrededor de tu casa, quédate ahí metido hasta que pase el tiempo malo. Agárrate de todo lo que Dios te ha dicho, todas las promesas que te ha dado, repítelas, óralas, confiésalas y cuando el diablo se canse de tirarle piedras a tu casa, el Señor va a decir, ok, ya pasó, te tienes que ir, mi siervo, mi sierva ha sido fiel, ahora viene la bendición. Porque Dios bendice a los hijos de Dios cuando son fieles al Señor.

Cuando pasamos por las dificultades, los problemas matrimoniales, las luchas con los hijos, y oramos y oramos y oramos y como la viuda insistimos al Dios justo que nos haga justicia, y Dios dice, por cuanto has creído en mí, te has mantenido, yo te bendigo ahora y te doy mucho más de lo que perdiste.

Tan importante, hermanos, cuando viene el día malo, cuando vienen las rachas de dificultad, agárrese con uñas y dientes de las promesas del Señor. Él dice yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo.

Y finalmente Dios está con nosotros también en nuestros esfuerzos de superación. Lo he puesto de esa manera, nuestros esfuerzos de superación, cuando queremos hacer algo no solamente a la defensiva, peleando con algo malo, sino cuando vamos a emprender algo bueno en nuestras vidas. Cuando vamos emprender un nuestro trabajo que va a demandar más de nosotros, o vamos a un programa de estudios y no nos sentimos cómodos, que no tenemos la destreza quizás que se requiere, o cuando vamos a abrir un negocio. Una hermana esta mañana me entregó una tarjeta de su nuevo negocio y el negocio es Emmanuel, precisamente. Yo dije, ah, precisamente de eso voy a predicar. Pues esa hermana yo le pude decir, mira ese nombre cree que Dios te está diciendo, Dios está contigo en ese negocio que estás emprendiendo. Dios te bendice y tu puedes creer, Dios está conmigo en ese negocio que yo voy a emprender.

Es tan importante hermanos que cuando nosotros emprendamos cosas nuevas sepamos que Dios está con nosotros. Les dejo con un último pasaje, Deuteronomio 31, versículos 6 al 8 donde ya el pueblo de Dios está presto a entrar a la tierra prometida, se abre delante de ellos un gran camino, una gran nueva era de sus vidas. Han estado 40 años en el desierto, ahora les espera algo bien grande allí, muy bueno, es un cambio de vida radical para la nación pero también tienen gente que va a pelear contra ellos y que va a querer impedir que ellos entren en esa herencia que el Señor les ha dado. Y miren cómo les habla Moisés a Josué y al pueblo, porque ellos van a emprender algo grande, bueno, noble, hermoso, lleno de futuro y de promesa y:

“... llamó Moisés a Josué y le dijo en presencia de todo Israel, esfuérzate y anímate porque tu entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tu se la harás heredar. Dice aquí, en versículo 8, y Jehová va delante de ti, él estará contigo, no te dejará ni te desamparará, no temas ni te intimides....”

Me gusta eso, hermanos “... no temas ni te intimides...” ¡Aleluya!

“... no temas ni te intimides”. Dile a tu hermano que está al lado tuyo, no temas ni te intimides. Ok. Asimismo hermanos, es una doble advertencia y un doble llamado. No temas ni cojan miedo ni siquiera. Ok. Ni te intimides.

Es decir, hermanos, en el corazón del hijo de Dios no hay ni siquiera, no debe haber lugar ni siquiera para un pellizquito de duda ni de temor. Nosotros tenemos que emprender nuestras cosas. Dice la palabra que en Dios todo es sí y amen. Y nosotros tenemos que entender que ese Dios que está con nosotros él nos permite, hermanos, emprender cosas grandes en la vida.

Yo le digo a los que están batallando con un vicio, con una dificultad en sus vidas, no temas ni te intimides, Dios te puede dar la victoria. Una persona que está tratando de perder peso, no temas ni te intimides, Dios está contigo. Una persona que está considerando un programa de estudios, no temas ni te intimides, Dios está contigo. Una persona que está contemplando un cambio en su vida de algún tipo, no temas ni te intimides. Alguien que está pasando por una dificultad en este tiempo en su vida, un problema financiera, lo que sea, de trabajo, de vivienda, no temas ni te intimides porque Dios está contigo. Él va delante de ti. Créelo en el nombre del Señor en esta mañana. ¡Aleluya!

Vamos a llenarnos de esa conciencia de la presencia de Dios. Póngase de pie en el nombre de Jesús y crea, sea lo que sea, yo no sé qué está delante de ti, qué tierra tu tienes delante de ti. Hay un río en el medio, un río Jordán que impide que tu entres a esa tierra prometida. El diablo muchas veces arroja cosas en nuestro camino para que no entremos en todo lo que Dios tiene, y Dios te está diciendo, mira, no te atemorices por ese río crecido que está delante de ti porque yo tengo poder para abrir ese río para que tu pases en seco. No se te van a mojar esos zapatos que te compraste. Yo voy a asegurarme que una gota de agua caiga sobre ellos, vas a pasar en seco para entrar en la bendición que yo tengo para ti. Créelo en el nombre de Jesús en esta mañana.

Llénate del sentido de la presencia del Dios que está contigo. Dios está conmigo. Si Dios está con nosotros, quién contra nosotros, dice la palabra del Señor. ¡Aleluya!. Oh pueblo de Dios, cree que Dios está contigo. El mero hecho de que tu eres un hijo de Dios a través de Cristo Jesús ya te garantiza la compañía del Señor. Podrás tener tus dificultades, podrá haber inconsistencias en tu vida, pero mira, yo quiero decirte que mientras tu te agarres de Cristo Jesús, el Señor no te dejará ni te desamparará.

Si fuera asunto de perfección yo creo que ninguno de nosotros podríamos aspirar a la presencia de Dios, esto es la fidelidad del Señor, no la fidelidad nuestra. Todo está en que nosotros creamos en el Cristo que nos ha llamado y que nos ha dicho, yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo.

Cuando tu salgas por esa puerta vas a salir a batallar con los gigantes, vas a volver a tu situación cotidiana, di dentro de ti, el Señor está conmigo todos los días. Dios está conmigo. Cuando yo llegue a mi negocio, a mi oficina, a mi casa, al comedor del restaurant, donde se lavan los platos, o lo que sea, di, aquí entra el Señor conmigo, aquí entra la presencia de Dios en este lugar porque yo soy un hijo de Dios, una hija de Dios y la presencia del Señor va conmigo.

Hijo de Dios llénate de esa seguridad en esta mañana, cultívalo ahí mismo en tu espíritu, di, Señor gracias porque tu estás conmigo. Yo recibo el toque de tu presencia en esta mañana, yo recibo renovación para mis fuerzas aunque tenga dificultades, aunque ande por valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque tu estarás conmigo. ¡Aleluya! Tu estarás conmigo, santo es el nombre del Señor. Gracias, Jesús. Te adoramos.

God is with you. Have no fear; you must dare to undertake great things in the name of the Lord. You must dare to look at the future with great hope and great confidence because the Lord has said; I am with you every day until the end of time. I will be with you in the fire, I will be with you in the storm, I will be with you when the waters threaten to overwhelm you, I will be with you in the midst of difficulty when the enemy comes to you like a wall, that cannot be resisted. The Lord says I am with you, and the fact that the Lord is with you, means that nothing can stand against you, nothing can prevail against you, not even yourself, not even the difficulties in your life, not even the inconsistencies in your life, not even the defects in your character can stand between you and the blessing of the Lord. Now, you must hold on the Jesus Christ, you must be faithful to him, you must seek him, you must make sure that you are aware of the fact that he is your Lord, he is your savior, and you must confront any situation with that certainty that God is with you and that he walks with you every day of the week in every situation of your life. Do cultivate that sense of the presence of the Lord and walk in that confidence, walk in that vitality that comes from knowing that the Lord of the universe is with you, so I bless you in the name of Jesus Christ this morning.

Les bendigo en el nombre de Jesús. Confiesa que Cristo está contigo en esta mañana, confiésalo, gracias, Señor. Gracias, porque estás conmigo, gracias porque vas conmigo. Gracias porque tu presencia me sigue. ¡Aleluya! Yo bendigo a este pueblo, padre, y te pido que lo llenes con el sentido de tu presencia. Alabado sea el nombre de Jesús. Gloria al nombre de Jesús. Gracias Señor. Te bendecimos. Alaba el nombre del Señor. Antes de salir de aquí cultiva la presencia de Dios, vete cargada tu batería con la presencia del Señor. Te amamos, Padre, te bendecimos, Señor. Gracias Jesucristo, gracias, gracias, Señor. Te adoramos, te bendecimos. Alabado sea el nombre de Jesús. Amen.