¿Hasta cuando?

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Yo quisiera llevarlos al Salmo 90, yo quisiera compartir el Salmo 90 hoy. Y mi Dios yo solamente te pido que estas palabras que Tú has puesto ahí, que estás cocinando en mi corazón aún a medida que hablo, como siempre te pido, ruego Señor que la meditación de mi corazón y las palabras que salgan de mi boca sean de bendición a cada uno de mis hermanos y hermanas aquí esta noche.

Los que están aquí, los que nos ven por el Internet y que tu palabra cumpla el propósito, Señor con el cual Tú la envías. El instrumento podrá ser fértil pero tu palabra es poderosa, Señor y Tú puedes hacer lo que Tú bien intencionas. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén.

Bien. Yo quisiera reflexionar en algo hoy y yo se que tal vez la mayoría de todos ustedes que están aquí estuvieron el domingo pasado cuando estuvimos allí afuera que estuvimos rompiendo terreno en esa ceremonia simbólica donde estamos declarando ese terreno del nuevo santuario como propiedad de Dios. Hemos declarado y yo lo creo así que cuando se rompe ese terreno se están rompiendo maldiciones que atan a la gente.

Se están rompiendo maldiciones generacionales que quieren dañar el propósito de Dios en nosotros aún hoy día y en las generaciones que están por venir. Yo creo que ese gesto que nosotros hicimos el domingo pasado tiene poder. Yo no se si usted lo cree pero yo sí lo creo. Yo tengo una colección de cuatrocientas y pico de fotos y cada foto que yo vi me convencía cada vez más y más de eso.

Fotos que representaban sus caras, las caras de muchos de ustedes estaban en esas fotos y mientras yo veía todas esas caras yo no podía parar de cantar en mi corazón. En mi corazón yo cantaba “Tu pueblo dice gracias, porque muchas cosas ha hecho Dios por su pueblo”. Yo digo eso mis hermanos, aún las personas que salieron de espaldas pero que yo reconocía y sabía quien era esa persona yo decía ‘yo se que lo que Dios está haciendo en esa persona es algo bueno’.

Y yo se que su final va a ser aún mucho mejor. Puede que el proceso sea duro, sea fuerte, que nos cortemos unos de otro lado, pero yo se que va a ser un final bueno. Porque los planes que Dios tiene para nuestras vidas ¿son qué? Buenos. Son planes de bien y no de mal para darnos el fin que esperamos en Él.

Pero cuando yo pensaba en esto, me crucé con este Salmo 90. Miren el Salmo 90. Comenzando en el verso 11. Dice ‘¿Quién conoce el poder de tu ira y tu indignación según que debe ser temido? Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría’. Es un verso rima, ¿verdad? ‘Enséñanos de tal modo a contar nuestros días para que traigamos al corazón sabiduría’.

Miren esto, el verso 13 dice ‘Vuélvete ¡oh, Jehová! ¿Hasta cuando?’. ¿Hasta cuando? Es como una expresión que dice ¡Guau, Señor! Vete por un tiempo a causa de la ira que Tú tenías sobre mi y mis faltas y sobre mis debilidades, por un tiempo, como que yo he podido sentir como que tú me has dado la espalda. Eso es lo que yo estoy leyendo en este Salmo.

Y es lo que este Salmo intenciona, también. Que por las maldades del pueblo de Israel, mira que hubo un tiempo en que Dios como que dijo ‘This is too much for me’. Yo no voy a volver. Yo te he demostrado amor, he estado ahí una y otra vez, una y otra vez pero tú insistes, eres terco, eres terco, eres testarudo, testadura y va a llegar un tiempo donde yo me voy a cansar de ti y te voy a dar la espalda.

Yo lo se porque yo como padre ahora he experimentado eso en muchas ocasiones. Llega un tiempo donde mí querido Lucas me hierve la paciencia y es como que Lucas “set back”. Tengo un perfecto ejemplo de algo como esto. Yo no se pero cuando un niño se pone chango, ¿entienden esa expresión ‘chango’? Se pone ñoño, es como que de todo, de nada llora. Tú le tocas así y llora. Yo le pagué a mi hijo una clasecita de “teebo” como el chico tiene buena habilidad con las manos, no digo que vaya a ser pelotero, pero tiene buena habilidad.

Le pago la clase, la primera clase. Fine. Yo entro, fui el único papá que entró al field con él porque él estaba así medio tenebroso. So el maestro me dejó entrar y él fine, en toda la clase aprendió a tirar las bases, aprendió a tirar el bate, aprendió a tirar la bola, aprendió a cacharla. Okay. La segunda vez que vamos, óigame, ese chico no paraba de llorar. Yo no se pero él entró en ese field verde y fue como que el llanto empezó. Parecía un chiste, si él se echaba para atrás dejaba de llorar pero si echaba para el frente comenzaba.

‘Pero Lucas, yo estoy contigo’ Entro y me siento al lado de él y llorando. Miren mis hermanos, yo tengo que confesar, yo me molesté. Se me hinchó la paciencia. Yo me fui y el maestro como que me vio yéndome y me decía “No. no, no, dele tiempo”. “Yo me voy a ir”. El chico iba llorando por todo el camino hacia el carro. Lo senté en el carro y le dije “Lucas yo me siento tan decepcionado”. Se lo dije así, con razón.

Y ese Lucas se quedó ahí tranqui, llorando, sobbing. Me partía el corazón pero yo quería que él aprendiera una lección. En todo el camino a la casa yo no le hablé. Él me trataba de decir “Papi”, “No me digas nada, ahora”. Pero tú estas siendo muy fuerte, el chamaquito tiene tres años nada más. Tiene que aprender. Hasta mi mamá me regañó: “Pero Omar como lo va a tratar así”.

“No, tiene que aprender”. El asunto fue que la siguiente semana cuando íbamos a la clase no hubo clase porque era el fin de semana libre que pasó, fue Memorial Day por eso no hubo clase. So, el lunes pasado tuvimos la tercera clase. So, desde la noche anterior, la noche del domingo yo le empecé a decir a Lucas: “Lucas ¿quieres ir a la clase de teeble, jugar baseball con los otros niños? Y él “No”, se recordó.

¿Saben por qué él se recordó? Porqué él decía “Voy a llorar”, “No, no vas a llorar. Tú jugaste muy bien”. Me daba la espalda y no me hacía caso. Por la mañana cuando se levanta lo primero que me dice es “¿No hay baseball con los niños?” “Sí vamos a jugar”. “Sí, si vamos a jugar”. Lo vestí, lo preparé le di el desayuno y yo acá estoy maquinando como que “este se me va a echar a llorar otra vez. Mira que se me va a echar a llorar de nuevo”.

Vamos y entramos al área del parquecito, jugamos por el área de las chorreras. El chico estaba feliz. Cuando llegó la hora de la clase yo le digo “Lucas ¿vamos a baseball?” “Sí”. Para mi sorpresa, yo me quedó atónico, el chico cogió el guante, se lo puso y entró, mientras iba entrando él miraba para atrás y me decía “Papi”. Yo le enseñé a saludar así y el ahora lo hace.

Miren ese chico se metió toda la clase, la hizo completa sin decir nada. Yo estaba atrás sentado y le estaba mandando text messages a mi esposa “Tú no vas a creer lo que está pasando”. Yo cogí fotos y se las mandé y mi esposa siempre me respondía “¡Ay, sí! Estoy orando” Y yo “Sí, sigue orando, ayuna. Todo lo que tú quieras”. Pero el muchacho está haciendo la clase completa. Ves, mira eso, lo que hace la tecnología.

Bien, mis hermanos la cosa es que el chico hizo la clase entera y el maestro lo felicitó. Hasta otros padres que estaban allí lo felicitaron y él se quedó como “¡Guau!”. Mira esto, ¿Por qué yo hago esta ilustración, mis hermanos? Porque este texto que yo estoy leyendo implica algo parecido en la relación de Dios con nosotros. Hay veces que nosotros por nuestra ñoñería el Señor tiene como que “Hn. Espérate. Déjame darte un break. Ve y párate en aquella esquina mirando la pared”.

Y hay veces que Dios nos tiene que tratar de esa forma. Pero ¿tú sabes qué? Mira que interesante. Aquí fue donde a mi me cautivó la actitud de Lucas porque Lucas cuando llegó el día él empezó a hablarme a mi de lo que él quería hacer: “¿Vamos a jugar baseball con los otros niños?” “Sí, vamos”. “Yo voy”. Yo no estaba diciendo nada, pero la actitud de él fue lo que me movió a mí a ir.

Miren lo que pasa en este Salmo. Miren como dice el verso 13. Dice: “¿Hasta cuando?” y ahí está haciendo una súplica como que “Señor, te necesito, ya tus espaldas no las quiero ver mas, quiero ver algo más”. Y “aplácate para con tus siervos, de mañana sácianos de Tu misericordia y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días”. “Alégranos conforme a los días que nos afligiste y los años que vivimos mal”.

Y aquí es donde está lo bello de este Salmo dice: “aparezca en tus siervos tu obra y tu gloria tus hijos. Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros” y luego mira el énfasis “Sí la obra de nuestras manos confirma”. Yo no se usted, pero yo oigo eso y a mi me entra el gozo de medio esto es, aquí estamos.

Miren esto, mis hermanos, aquí hay una transición como quien dice – ¿como es que dice la frase en inglés?- from ashes to grandness. Como quien dice mi tristeza la estoy cambiando por algo mejor. Ya les estoy dando lo que vamos a cantar ahorita. No Enrique me dice como que “No, Omar, no”. Pero miren esto. En este Salmo las personas están diciendo como que “¡Guau! Espérate ya yo estoy cansado de esto. Yo necesito algo más. Yo necesito algo nuevo”.

Están entrando en una iniciativa como que “Señor yo necesito algo de Ti Estoy buscando algo de ti. Estoy buscándote, Señor. Yo necesito que hagas algo sobre mi vida. Yo necesito que tu obra aparezca en mí. Yo necesito que estas cosas que yo quiero emprender, yo quiero que estas cosas que yo quiero hacer que tu luz, que tu gloria alumbre en ello para yo luego romper por ahí y lograr alcanzar todo eso y más”.

Yo no se tú pero eso de pesimismo no tiene ni un pelo. Eso es un espíritu no solamente optimista sino que es un espíritu que está totalmente confiado en la provisión del Padre. Si yo pienso en Lucas cuando Lucas esa mañana desde que se levantó hasta que nos montamos en el carro y aún cuando llegamos al lugar donde estaban teniendo la clase, todo el tiempo el iba “Papi, jugar baseball con los niños. Papi jugar baseball con los niños”. Estaba repitiendo todo el tiempo como que lo mismo.

Pero el asunto es que la insistencia de él me movió a mi a yo estar ahí con él, apoyarlo, no gritarle pero no a gritarle como echándole porra “¡Ya!” por cualquier cosa que él hacía. Miren cuando él corrió a primera base yo me decía “Este va a ir por ahí haciendo zigzag o algo”. El corrió a primera base y se paró en primera base. Cuando el maestro dijo “Ve a segunda”, corrió a segunda y se quedó en la segunda. Y yo diciendo “Este se va a perder ahora va a hacer otra cosa”. Pero lo hizo todo y tan bien.

Yo me quedé tan contento, mis hermanos. Que cuando él llegó donde mi yo no pude evitar darle un abrazo, tirarme al piso con él. Yo me ensucié en el piso con él pero él estaba tan pero tan contento y yo más todavía por el logro que él había alcanzado. Yo creo que él logró hacer todo lo que hizo porque él sabía que su papá no estaba en un estado de molestia sino que el favor de su papá estaba con él.

Cualquier volteadita de cara que él hiciera yo rápido. Él me miraba y me decía “Papi”, “Sí dale duro”. Yo me volvía todo un ocho por mirarlo a él y eso es lo que este salmo está diciendo. Este salmo está diciendo “Mira Señor han sido tantos los años de aflicción que hemos vivido que ya estoy hastiado de esto. No quiero más. No quiero comer más de este pan, no lo quiero. Yo quiero algo más. Yo quiero algo nuevo”.

Cuando nosotros estábamos rompiendo ese terreno ahí afuera yo me puse a pensar en ese verso “Señor confirma la obra de estas manos. Confirma esto que nosotros estamos emprendiendo ahora. Tal vez a los ojos de otro podrá ser una locura pero a tus ojos, Señor esto es algo que Tú lo haces posible” Y nosotros nos lanzamos en fe y creyendo que Dios va a suplir a lo largo del camino y que su favor va a estar abriendo puertas para cada uno de nosotros.

Lo mismo en cada una de sus vidas, sea lo que sea que usted está viviendo. Cualquiera sea la situación, la circunstancia, you name it, llene el blanco, fill in the blank, whatever is there, fill it. Si usted se está diciendo: “¡Ah, Señor! Mira no consigo trabajo porque no tengo papeles”. Mire como quiera, láncese en fe y el Señor usted verá que le va a abrir la puerta y le va a conceder su favor. Tarde o temprano sea en este país o en otro el Señor se lo va a conseguir.

“Señor no consigo novia. No consigo novio”. “Recórtese. Aféitese. Pásese colonia, algo” y el Señor se va a encargar de darle favor después. Pero ¿entienden la idea, mis hermanos? Mire, cualquiera si lo pongo ahora en un tono serio, de verdad, si lo pongo en un tono serio. Bueno, aquí yo siempre estoy hablando en serio aunque me este riendo.

Miren esto. Cuando yo veo que están esos años de angustia. Puede ser que alguno de ustedes este en esos años de angustia. Puede ser que alguno de ustedes estén saliendo de o puede que estén ahí todavía pero a muchos de ustedes que están ahí. Ustedes tienen una de dos opciones: usted se puede dejar llevar por su angustia o usted se puede parar en seco de repente y decir “no more. Hasta aquí llegamos”. Aunque Dios no haya hecho vislumbres en el cielo para decirle “ya llegó tu hora de salir de tu angustia”.

Pero el mero hecho de que usted se está moviendo en fe, de que usted está diciendo “Mira Señor tal vez yo estoy en esta angustia porque yo metí la pata o yo misma la fregué. Pero Señor yo me arrepiento. Tú pones esa convicción en mi espíritu y yo ahora muevo con fe porque yo se el Dios que yo tengo arriba en los Cielos, los recursos que Tú provees para mi vida y yo voy a empezar a tomar las medidas necesarias ahora para poder disfrutar de lo que Tú verdaderamente tienes”.

“Y de yo poder vivir en el favor tuyo. Y yo poder caminar con mi cabeza en alto sin estar pensado que ‘¡Ah! Me falta para esto, me falta para aquello” o “Aquel me va a dar un tortazo”. No yo no camino con miedo, yo camino con autoridad, camino con convicción, camino con seguridad porque mira yo se que estás conmigo. Tú me puedes ver que estoy caminando así de repente y me pides un don o algo así y o te digo “Mira solamente tengo una peseta pero lo que tengo te lo doy” Y esa peseta, perdón veinticinco centavos… pero ¿entienden lo que les estoy diciendo mis hermanos?

Yo creo que Dios quiere que nosotros vivamos a la luz de lo que está en este texto. Una cosa es que el Señor diga “¡Ah, sí! Yo estoy confirmando esa obra en ti” que suena bien bonito y todos queremos escuchar eso y otra cosa es que nosotros en fe digamos “Señor yo quiero que Tú confirmes esto en mi vida”. “Yo quiero que Tú traigas favor sobre esto que yo estoy haciendo”.

Obviamente esto tiene, there´s a catch for this. Hay un lado para esto. Si lo que usted está emprendiendo está con unas intenciones que no son muy buenas, think again. ¿Qué es lo que dice la palabra en Hebreos capítulo 4? Dice que la palabra de Dios es “viva y eficaz y mas cortante que toda espada y filos y penetra hasta partir el alma, el espíritu y las coyunturas y los tuétanos”. Y miren que dice: “y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Yo te digo ese es el rayos X el MRI de Dios está ahí en la palabra. Tú puedes venir con tu congoja, con tu queja “¡Ay, Señor! Apiádate de mí. Que si esto y si lo otro” Y tú puedes tratar de hacerte toda una historia delante de Dios, pero Dios huele bien. Dios sabe cuando uno viene con “bla, bla” y cuando uno viene en serio delante de Dios.

Tú ¿sabes qué? Yo no soy bien intencional al decir esto porque me estoy predicando a mi mismo. Usted puede venir donde mi y puede venir “¡Ay, Pastor Omar! Que si esto, que si lo otro”. Usted me puede contar su historia y yo le puedo creer. Yo le puedo dar a usted cien por ciento del beneficio de duda pero con Dios la historia es distinta. Porque al momento de la verdad nosotros como seres humanos con tal de ganar el favor de alguien aquí en la tierra we can go the limits. Y si pueden leer entre líneas.

Nosotros como seres humanos nos atrevemos a hacer cualquier cosa por ganar el favor de alguien aquí. Pero con Dios yo no puedo jugar ese jueguito. Y miren que estoy tirando candela yo mismo ahora. Estoy siendo bien honesto, yo me estoy tirando candela a mi mismo. Muchas veces yo he querido hablar de una forma que manipulo la situación para yo salirme con la mía. Y yo confieso, he pecado de esa forma pero me he encontrado con mis consecuencias después.

Pero cuando yo me encuentro con Dios, yo puedo venir como con el rabo entre las patas ‘Señor, sabes esto y lo otro’ pero Dios sabe. Él entiende, el discierne mis pensamientos y las intenciones de mi corazón. Si las intenciones de mi corazón cuando yo me acerco a Él no son las correctas, mira, créeme pero si me permiten la expresión ‘me va a salir el tiro por…’ tú sabes donde. Los que son puertorriqueños y dominicanos yo creo que me entienden.

A los otros les cuento después. Pero si yo vengo delante de Dios con unas intenciones claras, si yo vengo delante de Dios no tan solamente por mis meros caprichos sino que estoy viniendo delante de Dios porque yo se y estoy convencido de que lo que estoy pidiendo está en línea con su voluntad para mi vida y para la vida de otras personas a mi alrededor, miren, entonces no hay duda que todas las compuertas de los cielos se van a abrir a favor de usted. Porque Dios lo que está ahí.

Entonces cuando usted viene con esa actitud delante de Dios: “Mira yo se que no soy poca cosa, pero Señor Tú sabes que yo te amo, Tú sabes que yo te quiero servir, Tú sabes que yo quiero hacer las cosas bien. Quiero vivir bien con mi esposa, con mis hijos, con mi iglesia, con el resto de mis familiares, con otros amigos. Yo quiero hacer las cosas bien aunque a veces mi carne me obligue ha hacer otra cosa. Pero, Señor, ayúdame a vivir como es correcto.

Yo necesito que Tú me des favor en esto. Necesito que Tú me des favor en esta conversación con esta persona, necesito que Tú me des favor en este negocio que tengo que hacer con fulano y fulano de tal. Necesito que me des favor en emprender la construcción de todo un Santuario nuevo. Necesito que me des favor en poder arreglar mi vida y romper con cualquier vicio que yo tengo. Necesito que mes tu favor y yo dejar de estar hablando tanta mala palabra con mi boca y poder hablar cosas que sean buenas.

Si nos ponemos las pilas y nos ponemos en el lugar que tenemos que estar de acuerdo con lo que leí en ese Salmo. Señor, mira ya, de mañana sácianos con tu verdad, que tu verdad sea lo que esté en mi todo el tiempo y que toda porquería que hay en mi desvanezca. Señor, entonces yo me atrevo a decir ‘confirma esta obra’. Confirma estas cosas que yo te estoy pidiendo que Tú hagas en mi, que se abran las puertas para yo poder estudiar, que se abran las puertas para yo poder conseguir una casa nueva, que se abran las puertas para yo poder restablecer mi contacto con mi hijos que hace años no veo.

¡Que Dios te abra las puertas para poder restaurar todo lo que es tu vida! Todos tus entornos y poder salir adelante. Nosotros tenemos que hacer un cambio, si ese cambio no se da… Yo se que hay cosas que Dios comienza, que Dios impulsa en nosotros, que Dios nos empuja a… Pero hay otras cosas que salen de acá, hay otras cosas que tienen que salir de uno diciendo “Señor Tú me has dado una palabra, Tú me has dado una promesa yo me voy a mover en esto. Yo voy a confiar en Ti”

Ahora Tú confirma, Tú traes esa confirmación. Si eso no esta no puedo llegar muy lejos. Así que mis hermanos, yo no se usted pero hay algo que tenemos que hacer. Hay algo que tenemos que hacer. Hay una actitud que tiene que haber en nosotros. ¿Verdad? Si están meditando se pueden poner de pie. Yo creo que así se oye mejor. ¿Vale? Otro testimonio.

Hablando de confirmaciones, hace ocho semanas atrás yo estaba esperando una respuesta para una persona que amo mucho, que no pudo obtener la documentación de aquí y teníamos el 99.99 por ciento de las posibilidades de que se lo dieran y migración solo dijo “No”. Y no pudimos decir nada. Yo me puse muy frustrada. Lloré y lloré la mañana, el día entero y me fui caminando por ahí y nada. Me senté en mi carro y dije “Señor si ahora Tú me estas escuchando esta gente necesita una persona que hable. Un vocero. Una persona que… la que Tú escojas”. So yo estaba sentada en ese sitio y estaba llorando bien frustrada pero yo estaba con mi Señor, ¿saben?

En eso yo le dije “Si de verdad me has escuchado y vas a mandar una persona quiero que aquí en este lugar donde nadie me conoces me hables”. Y yo estaba ahí parada en ese sitio donde nadie me escuchó. Entró Vanessa y dio dos vueltas así y se fue. Entonces yo le dije, llame a una persona y le dije “¿Tú sabes donde vive Vanessa?” Y ella me dice “Pues vive en Jamaica Plain”

Y estábamos totalmente al otro extremo de Jamaica Plain y después yo le dije a Vanessa “El Señor me habló de que tú me enviaras como un mensajero”. Y tú eres el mensajero que el Señor usó. Y ahora la confirmación de lo que ella va a hacer ante Dios, ¿saben? Amén. Yo quiero que usted cierre sus ojos ahí donde usted está. Padre te damos las gracias, Señor, porque Tu favor siempre está con nosotros Jesús. Tú quieres bendecir nuestras vidas, Señor. Tú quieres darnos planes de bien, las cosas que Tú tienes en tu corazón para con nosotros.

Señor aunque hay veces que reconocemos que los achaques en los cuales estamos son por causa de nuestras propias decisiones, mi Dios, pero sabemos que Tú eres el que nos va a dar la salida. Porque no hay ninguna tentación fuerte que Tú no permitas que llegue a nuestras vidas, que Tú mismo no nos proveas las salidas, Señor. Y esas salidas muchas veces están en nosotros, en ese espíritu, en esa promesa que Tú has puesto en nuestros corazones para nosotros poder reconocer nuestra falta, pedir perdón, arrepentirnos y a la misma vez afincarnos a ti, aferrarnos a ti, Señor.

Y poder salir adelante creyendo que Tú eres, mi Dios, el que abre puertas para cada uno de nosotros mi Dios. Así que Señor en esta noche, decidimos mi Dios, echar a un lado la tristeza, decidimos echar a un lado nuestras enfermedades, nuestros pesares y lo cambiamos todo Señor Jesús por tu gozo. Lo cambiamos todo por tus promesas, lo cambiamos todo por tu amor, lo cambiamos todo por tu sabiduría en medio de nuestras vidas, Señor Jesús.

A ti te damos la gloria Señor Jesús.