Tu proxima cita divina - estas preparado?

TRANSCRIPT

Vamos a la Palabra, un momento. Y, Señor, ahora mismo, yo te suplico que por favor, que esta palabra, Señor, pueda ser como un viento refrescante que alivia nuestras vidas, Señor y que Tú nos inspires en nuestro corazón, que Tú nos hables a nuestras vidas. Que Tu palabra no regrese atrás vacía, sino que cumpla el propósito con el cual Tú la envías hoy. Bendice a mis hermanos y hermanas y que todos nuestros corazones y mentes puedan estar abiertos y receptivos a Tu palabra, hoy. En el nombre de Jesús. Amén.

¿Saben hermanos? Yo quiero compartir algo con ustedes que me sucedió ayer. Fue... ayer, yo puedo decir que yo tuve una cita divina, por así decirlo. Pero ayer, mi esposa y yo salimos con mi cuñado y su esposa, ya que ellos nos estaban visitando de la Florida. Ellos ayer salían una vez más, iban a estar conduciendo, me imagino que todavía están conduciendo en dirección allá ya que ellos se iban ayer.

Pero ayer decidimos tomar el tren, ya que el día estaba precioso. Tomamos el tren para ir a Boston y caminar para que ellos pudieran ver la ciudad. Pero mientras estábamos en el tren, algo bien interesante me sucedió en el tren. Algo que usualmente nunca me pasa en el tren.

Pero mientras estábamos en el tren, yo estaba en los asientos, obviamente y a mi mano derecha yo tenía a mi esposa, mi cuñado y a la esposa de él. Estábamos así hablando y de repente yo veo este hombre americano, alto, bastante grande. No grande de gordura, sino grande de músculos, un hombre "husky". El hombre pasa así, yo lo veo y se sienta como que al lado mío y él empieza a soplar estos globos que hacen figuritas de perros y cosas así.

Y él empieza a soplar los globos y había unos niños sentados en la otra esquina y él parece que empezó a entretener a los niños. Yo como que me fijé en eso. Pero no le presté atención y seguía hablando con mi esposa, haciendo chistes así con ellos.

Y como a los minutos yo de repente siento que alguien me estaba hablando así por la parte de atrás. Y cuando me doy cuenta, era este hombre que se me acercó y me empezó a hacer una pregunta acerca de la camisa que yo tenía puesta.

Yo tenía una T-shirt que tenía un parafraseo del Pasaje de Segundas de Timoteo 1:7. El pasaje que dice: “Porque Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y dominio propio.”

Todo ese pasaje estaba escrito completo en mi espalda. Era la camisa del retiro de jóvenes. Entonces, yo como que no me había percatado de qué era lo que él me estaba preguntando. Y por un momento yo me encontré en una encrucijada donde, ¿le corto la conversación a esta persona y lo ignoro o entro en una conversación?

Y a medida que él me seguía haciendo preguntas porque le pareció tan interesante la camisa a este hombre, especialmente esa parte que decía "un espíritu de dominio propio" -o sea self-control- estaba en inglés la camisa, y yo me dije "Okay. Aquí tengo una decisión. O ignoro la conversación que estoy teniendo con mi esposa y con mi cuñado y le presto atención a este hombre o ignoro por completo a este hombre y sigo acá en mi conversación."

Pero yo no sé por qué me sentí movido a hablar con este hombre y tal vez si ustedes lo hubiesen visto... miren... yo tengo que hacer una confesión.

Hay veces que uno está en el tren y hay gente que uno siente ignorar por completo, porque es como que, 'no quiero hablar con esa persona'. Y yo puedo decir que este hombre hubiese llenado ese tipo de categoría. No es un hombre con el cual yo me hubiese sentido cómodo hablando y lo estoy diciendo honestamente. Pero mientras ese hombre me seguía haciendo preguntas y preguntas yo me dije, "okay, yo tengo que romper ese estereotipo ahora mismo y enredarme en una conversación con este hombre".

Así que mis hermanos, por los próximos cinco minutos yo estuve hablando con esta persona. Él me seguía haciendo preguntas acerca de mi fe. Resulta que él es de Broughton y estaba tratando de hacer algún tipo de actividad con distintas iglesias, pero las iglesias lo habían rechazado porque pensaban que él estaba fuera de sus cabales y el hombre me empezó a preguntar de cómo él puede hacer algún tipo de rally con distintas iglesias para limitar o impedir la violencia en las calles de Broughton.

Y yo me impresioné tanto con este hombre que yo me enredé en la conversación que yo seguí hablando con él, seguí hablando con él hasta que la parada de él llegó y se tuvo que ir.

Mientras yo hablaba con él yo me di cuenta que entró también una señora con lo que yo entiendo era su hija, una hija adolescente y ellos estaban como agarrados del tubo y estaban justamente al frente de nosotros, so estaban escuchado nuestra conversación.

Y hubo un momento, mis hermanos, yo no se los puedo negar, ustedes me ven que yo me paro aquí y hablo y ustedes pueden decir '¡Guau! Omar habla sin miedo'. Pero hay veces que cuando yo estoy en conversaciones así, como que me cohíbo un poco y trato de no hablar muy duro, para que la gente no oiga que estoy hablando de la iglesia o que estoy hablando de Jesús, cosas así. Pero, ahí yo no sé, se me fueron mis inhibiciones y estuve hablando ahí y yo sabía que esta persona me estaba oyendo, que las personas al frente mío me estaban oyendo. Yo sabía que mi esposa y mi cuñado también me estaban oyendo. Y cuando este hombre se levantó y se fue yo me quedé con una sonrisa en mi cara.

Y yo miré a mi esposa y yo le dije a mi esposa, '¡guau! Tengo un amigo nuevo'. Se lo dije en inglés, 'I have a new friend'. Y cuando dije eso, mis hermanos, en una manera que a mi me sorprendió, esta señora con su hija se me sentaron al lado y me dicen "I want to have a friend like you as well".

Y yo como que ¡guau! so por las próximas tres paradas me volví a olvidar de mi esposa y de mi cuñado y de la esposa de él y seguí hablando con esta otra señora y con su hija. Y me seguían haciendo preguntas de la camisa porque también habían visto mi camisa.

Yo me decía, "¡guau, Señor!". La verdad es que hay momentos en los cuales uno tiene citas divinas, que uno no está preparado para esas citas pero que cuando llegan uno tiene que saber como discernir el momento de Dios para uno poder impartir una palabra de bien a estas personas.

Y yo les quiero dirigir la atención, mis hermanos, a una parte bien particular que tuve precisamente con este hombre. Con el primer hombre que estuve hablando porque él me hizo esta pregunta y yo les quiero hacer la misma pregunta a ustedes. Este hombre me preguntó, "¿cuál es el distintivo de tu fe cristiana? ¿Cuales son esas características que distingue a tu fe de cualquier otra?".

Y no se los puedo negar, mis hermanos, yo me dije 'esta pregunta puede ser bien conflictiva,' pero en los pequeños minutos que tenía yo tuve que darle una respuesta a esta persona. Y, precisamente en esa respuesta es en la que yo quiero reflexionar con ustedes ahora, mis hermanos.

El propósito de este mensaje tal vez no es el que usted vaya por ahí ahora y empiece a hablar con todo el mundo en el tren o en la guagua o donde sea. Si lo quiere hacer, amén.

Pero yo quiero reflexionar con usted a cerca de los distintivos de nuestra fe cristiana. ¿Qué es lo que separa la fe cristiana de tantas otras religiones, de tantos otros grupos que hay ahí afuera? Y, en este mensaje yo quiero, al menos, resaltar tres cosas que son bien particulares; que fueron tres cosas que yo hablé con esta persona.

Pero al meditar yo en esto, mis hermanos, yo me puse a pensar lo siguiente, ¿por qué una persona tiene que aceptar la fe cristiana? Y estoy haciendo preguntas retóricas para que ustedes vayan siguiendo mi línea de pensamiento.

¿Por qué alguien tiene que aceptar la fe cristiana? ¿Qué diferencia puede hacer esa vida en una persona? Y, por último, ¿qué nos distingue de otros grupos religiosos que están en la sociedad en que vivimos?

Para contestar a estas preguntas yo pensé en estos tres elementos: el primer elemento que yo logré identificar es el siguiente: "Toda persona necesita algo en que creer".

Y usualmente yo no hablo en absolutos, pero es la verdad. Aquí yo sí me tiro en un absoluto.

"Toda persona necesita algo en que creer".

Y esto se puede manifestar en muchas formas. El mero hecho de uno poder tener una creencia o una filosofía de vida o una base doctrinal o un fundamento de fe, le da a la persona un sentido de dirección y propósito que no puede tener sin ese fundamento. Hay personas que deciden creer en algún sistema o en alguna institución que fue establecido por patrones humanos. Hay personas que prefieren creer en el sistema de un gobierno; hay otras personas que deciden creen en un sistema educativo establecido en una sociedad; como también hay personas que pueden decidir creer en un sistema económico que también fue establecido por patrones humanos.

Pero que todos estos que yo he mencionado tienen sus lados que son fallidos, que en algún momento u otro van a frustrar ese sentido de creencia en la gente. Y también están aquellas personas que aún cuando dicen no creer en nada, en otras palabras, estos "supuestos ateos" por así decirlo. Ateos significando, teos significa "Dios" y a- preposición "algo ausente de”… Dios, como quiera ese ateísmo se convierte en su base de creencia. O sea, sea como sea, están creyendo en algo.

Y, mis hermanos, esto es algo que es crucial, que es un sistema que es también… que está constantemente cambiando. Qué cada día salen nuevas ideas, cada día salen nuevas filosofías, que si a alguien se le inventó un aire cuando estaba en el campo allí arriba, eso se convierte en la modalidad de toda la sociedad.

Y la gente que empezó a creer en algo de repente se confunde y dice "No, ahora pues, tengo que creer en esto" y siempre están constantemente cambiando. Y hay un sentido de imbalance en esto.

Pero ese sentido de esperanza, mis hermanos, es lo que nos ayuda a nosotros a forjar nuestras vidas en una forma alrededor de una cosa u otra.

Déjenme aclararme aún más. Porque veo sus caras ahí como que no me están siguiendo.

Miren lo que quiero decir: en la sociedad en la que nosotros vivimos, sí existen todas estas filosofías que pueden ofrecer alternativas de como vivir, pero muchas de estas perspectivas son incompletas.

Si yo empiezo a hablar de las distintas religiones que nosotros tenemos -y recuerden que estoy reflexionando en esta perspectiva de que es lo que distingue nuestra fe cristiana-; ¿Por qué aceptar esta fe cristiana?, ¿Por qué vivir esta fe cristiana? ¿Qué es lo que hace la diferencia en mi vida?

Miren esto. Ayer yo me puse ha hablar con mi cuñado y yo le hice esta pregunta y a su esposa. Empezamos a analizar distintas religiones que hay hoy día.

Pero miren, ese sentido de esperanza en algunas religiones, miren esto, para los budistas y los hindúes -los que se van con esas líneas- la promesa de vida que ellos tienen es que van a reencarnar en alguna otra cosa. Algunos reencarnarán en una vaca, otros van a reencarnar en una mariposa, otros van a reencarnar en uno de los vientos Alisios que soplan del norte a sur, o algo. No sé si lo dije bien; pero ellos creen que van a reencarnar en otra cosa. Ese es su sentido de esperanza. Lo que ellos buscan hacia el futuro.

Para los islámicos -los que practican el Islam- su sentido de esperanza es llegar a esta nueva vida donde cada hombre va a tener 72 vírgenes con las cuales va a vivir y obviamente ya eso separa a las mujeres de ese grupo porque dice que solamente los hombres son los que van a llegar. Y las mujeres que lleguen son aquellas que caigan en la categoría de los 72.

Así que miren que mucha esperanza ofrece eso.

Y hay otro grupo así bien común, allá afuera, que -diría yo- es lo que se conoce como el grupo de "Los Testigos de Jehová" y créanme que estoy hablando con mucho respeto de esto. Pero es el grupo donde solamente un escogido de 144 mil son los que van a llegar a esa vida eterna.

So, cuando yo escucho todas estas cosas, mis hermanos, yo me digo, "pues entonces ¿qué es lo qué separa nuestra fe cristiana de todos estos grupos religiosos que están ahí afuera?" Y ¿saben qué, mis hermanos? yo me puse a buscar así en la Escritura y llegué a un libro que usualmente nosotros no leemos mucho o predicamos mucho de él, pero llegué al libro de Apocalipsis.

En el libro de Apocalipsis yo me encontré en el último Capítulo, el Capítulo 22, me encontré con este verso -que hace tiempo no leía que cuando lo leí me agarró la cabeza. Apocalipsis Capítulo 22 dice el Verso 20 -miren lo que dice este verso: "El que da testimonio de estas cosas" -obviamente está hablando de Jesús- "dice: Ciertamente vengo en breve".

Y yo quisiera hablarles hoy de ese distintivo de nuestra fe cristiana, mis hermanos, lo que separa a esta fe de cualquier otra. Y es algo que muchas veces no escuchamos de los pulpitos pero yo he sentido en mi corazón hablar de esto hoy. Y es que nuestra fe cristiana ofrece una vida eterna que ningún otro grupo, ninguna otra filosofía de vida puede ofrecer, porque es una vida eterna que no se centra en paradigmas o en ideales sino que está centrados en las promesas que el mismo Jesús le ha ofrecido a cada uno de sus hijos e hijas. Qué le ha ofrecido a aquellos que han tomado la decisión de creer en Él, de entregar sus vidas a Él y de vivir completamente por Él.

Si usted me pregunta ¿qué es lo que distingue esta fe cristiana de todas las demás? Es precisamente eso, de que yo tengo una promesa de vida eterna que está esperando por mí, que está esperando por todos nosotros.

Si usted le quita ese elemento a la fe cristiana, ¿saben lo que va a pasar? Vamos a ser otro grupo religioso que solamente se enfoca en acción social, que solamente se enfoca en poder llevar una vida bien. Yo con mi familia sin molestar a más nadie y cuando tenga oportunidad de servir a mi prójimo y ya. Así acumulo mis puntos y estoy bien.

Pero la vida cristiana es mucho más que eso, mis hermanos, la vida cristiana ofrece tanto y tanto y tanto... no tan solamente para nosotros en el día de hoy; no tan solamente Jesús quiere ofrecer una vida abundante que tú puedas disfrutar mientras tú existas aquí en la tierra, pero que esa vida abundante se transmita por toda una eternidad. Cuando Él decida regresar por cada uno de nosotros y nosotras.

Y ¿saben qué, mis hermanos? es ese distintivo que muchas veces nosotros perdemos de vista. Perdemos de vista porque nosotros tenemos que reconocer que vivimos sí en una realidad, vivimos en un tiempo, tenemos que ser alertas a lo que estamos viviendo en el día de hoy, pero también tenemos que estar alerta, mis hermanos, que hay una realidad que se acerca en el futuro. Qué cada vez más y más se está acercando y que viene a nosotros.

Ese suceso que yo tuve ayer, mis hermanos, me hizo pensar tanto, precisamente en ese elemento.

A mí hasta se me había olvidado la camisa que yo tenía puesta. A mí se me había olvidado el mensaje que yo estaba transmitiendo a través de esa camisa. Se me había olvidado por completo. Si no llega a ser porque ese hombre me hizo reaccionar acerca de eso, yo hubiese seguido caminando por ahí de rolling-pin y ¿quién sabe si tal vez no hubiese hecho que no se hubiese visto como parejo con el mensaje de la camisa? No es que yo esté diciendo que yo sea un sinvergüenza pero quien sabe porque hay veces que uno se va por ahí... ¿cuántos de ustedes usan camisas así con mensajes cristianos "Cristo te ama" o cosas así? Qué salen por ahí al parque o una gorrita que dice "Jesús te ama", sea lo que sea. Okay.

Ahí tengo mi respuesta.

Y digo, mis hermanos, no estoy, perdonen, no estoy diciendo esto por hacer sentir a nadie mal, pero más bien lo que quiero es, mis hermanos, que nosotros podamos reaccionar. Que hay algo que el Señor pide de nosotros.

¿Saben qué? Ese suceso de ayer, también me hizo pensar, "¡guau! ¿Si yo no hubiese tenido esa camisa hubiese causado la misma reacción en la persona? ¿Mis hechos, mi forma de sentarme, mi forma de proyectarme hubiese causado en esa persona la reacción de que se hubiese acercado a mí y me hubiese hecho una pregunta de algo en la vida, sea lo que sea? O ¿necesito tener una camisa para poder tener una conversación religiosa con alguien?

Todas estas cosas me hacen pensar mis hermanos en ¿cuán alertas yo estoy acerca de la vida que el Señor Jesús quiere que nosotros manifestemos? y ¿cómo yo logro identificar esas cosas que distinguen mi fe cristiana en el diario vivir, en todas las cosas que yo hago, en todas las cosas que yo vivo?

Que sí hay un fundamento de fe en el cual yo me puedo parar, en el cual yo puedo creer, en el cual yo puedo forjar en mi vida un sentido de dirección y que a la misma vez es un recurso que yo lo puedo compartir con otros para que ellos también puedan tener un fundamento sólido, un fundamento clave, un fundamento vital, lleno de vida. Para que ellos también puedan forjar sus vidas así y que eso en cambio le de a ellos un sentido de esperanza.

¿Cómo nosotros inspiramos esa esperanza en las personas que nosotros tenemos a nuestro alrededor? Los ojos de este hombre con el cual yo hablaba ayer se veían tan faltos de esperanza. Porque ya las muchas puertas que él había tocado, se las habían restrellado en la nariz por completo. ¿Y cómo yo entonces en ese momento puedo sacar una palabra de mi boca y de mi corazón que pueda inspirar a ese hombre con la misma esperanza que yo vivo día tras día?

De qué hay algo mejor por lo cual vivir. Qué si me cierran esta puerta, pues entonces me muevo a la otra, y que si me cierran la otra, pues entonces busco abrir una venta y si me tratan de cerrar la ventana, pues entonces hago un hueco en la pared para poder entrar.

¿Por qué? Porque está ese sentido de esperanza que me mueve, que me propulsa hacia adelante para poder alcanzar las cosas que Dios tiene, no tan solamente para mí, sino como esa bendición se puede extender de mí también a otras personas a mí alrededor.

¿Saben? el cristianismo no se distingue tan solamente porque tenemos un Dios bueno, que es poderoso, que es todo amor, que es bendito. No, no, no hermanos. Yo creo que nosotros estamos bien claros con eso.

Dios también tiene un lado que es bien fuerte. Dios también tiene un lado que es tajante: donde hay que cortar, hay que cortar.

Si ustedes recuerdan las mismas palabras de Jesús en el Libro de Mateo cuando Jesús mismo dice que 'a los cabritos los va a poner en su mano izquierda y a las ovejas las va a poner en su mano derecha. Y a unos les va a decir "Vente conmigo, tú has sido fiel, vas a estar conmigo por toda la Gloria". Pero a esos otros les va a decir 'Chau, chau. Bye, bye. Have fun wherever you... donde vas a terminar. Disfruta por allá el calor que te vas a encontrar'.

Si aquí hace calor, ¡yo no me quiero imaginar cuanto calor va a hacer allá abajo! Pero mis hermanos, yo tengo que reconocer que eso es un distintivo también que marca mi vida.

¿Saben? Este fin de semana, el viernes, aquí en la Iglesia estuvimos celebrando un servicio memorial para el hijo mayor del Pastor David Marrero que falleció. Ellos aquí, la familia completa, se reunió el viernes y ellos hicieron este servicio.

¡Y fue algo tan tremendo, tan bello y tan hermoso! La verdad es que parecía más una fiesta que un servicio memorial, literalmente. Aquí el Pastor Marrero se paró al final y hasta empezó a cantar coritos al son de merengue y salsa con sus hermanos Felipe y Medrad y fue una celebración total.

Y el yo haber visto eso, me dijo "eso es un distintivo de nuestra fe cristiana". Qué aún cuando supuestamente la muerte ha tocado nuestras puertas, la vida de Cristo se manifiesta aún más. La vida de Cristo toma poder, toma control, toma dirección e inspira. La gente le da un sentido de esperanza.

Pero ese viernes pasado, mis hermanos, yo viví esto como nunca antes lo había visto.

Toda la familia -miren esto que interesante- en vez de vestirse de negro, enlutados, todos estaban vestidos de blanco. Cuando yo vi eso, yo me sentí tan fuera de lugar, porque yo estaba con mi traje negro y yo era el único. Yo parecía una mosca en un vaso de leche.

Eso era lo que yo parecía cuando yo me paré aquí. Pero el asunto es que aún eso, mis hermanos, estaba transmitiendo un mensaje de vida que esta familia tiene inmerso en el tuétano de su cuerpo, de su ser por completo.

Y al final el Pastor David terminó mencionando estas palabras que se quedaron ahí plasmadas en mi mente. El Pastor David terminó diciendo que él sabe donde está su hijo y él sabe que va a llegar el momento en el cual él se va a encontrar con él y van a poder celebrar. Porque hay una vida que Dios les ha prometido a ellos.

Y aquí fue donde estuvo el "catch" como quien dice, de esas palabras del Pastor David, para mí, al menos para mí. Porque él dice: 'Por eso es que yo amo tanto al Señor Jesús. Porque el Señor Jesús siempre se han mantenido fiel y yo se lo digo todo el tiempo. ¡Qué lo amo! Si estoy en el baño se lo digo, ¡qué lo amo!

En estas últimas noches, decía él, que yo he estado llorando y llorando y llorando... después de llorar me paraba y lo primero que salía de mi boca era "Señor te amo. Porque Tú te has llevado a mi hijo. Tú diste y Tú quitaste. Me diste a mi hijo y te lo llevaste otra vez. Así que por eso te amo".

Y después él sale y dice: "Y aún si yo no llegare al cielo y termino en el infierno... se fue ajuste la cosa porque entonces desde el infierno, Dios va a tener a alguien que le va a estar diciendo ¡Qué lo ama como quiera!"

Oigan, mis hermanos, esas palabras a mí me sacaron de ritmo, se los tengo que decir. Esas palabras a mí me sacaron de ritmo, y yo sé que lo estaba diciendo con un sentido más poético de querer transmitir un mensaje. Pero a mí me cautivaron.

Porque sea donde sea el lugar donde uno pueda terminar, si uno ha decidido amar a Dios, yo sé que Dios va a honrar la fe de esa persona y que esa persona va a poder disfrutar de esa vida eterna que solamente Dios puede ofrecer.

Oigan, mis hermanos, yo no sé usted, pero este fin de semana para mi, en cierta forma como que ha destapado ese primer amor en mí. Y yo quiero compartir eso con ustedes también.

Porque hay veces que nos ocupamos tanto y tanto y tanto en el que hacer, que si hay que preparar esta actividad, que si hay que ir y orar por tal persona, que si tengo que ir y preparar un estudio bíblico, que si tengo que llamar a 30 personas a lo largo de toda la semana o que si tengo que ir y hacer esto con mi familia o si tengo que ir al Banco o tengo que llevar al carro a hacerle el cambio de aceite... y uno como se ocupa y se ocupa en tantas cosas y oímos de tantas cosas alrededor del mundo entero que están sucediendo y muchas veces la fe de uno como qué en vez de alentarse, hay veces que esa fe lo que hace, es como que se apaga. Y si uno no llega un momento en que uno se encuentra consigo mismo y dice 'Espérate un momento, ¿qué es lo que yo creo? ¿Dónde es qué está centrada mi fe? ¿Cómo es que yo puedo responder a las preguntas que personas en el tren me van a hacer? y poder responder sin ningún pachó, sin ningún sentido de timidez, pero responder con un sentido de autoridad, de claridad, para que la gente pueda salir de ese tren con un nuevo sentido de esperanza, de algo mejor que les espera cuando logramos abanderizarnos bajo esa persona de Cristo Jesús y no cualquier otra cosa.

Así que, hermanos, yo quiero que ustedes reflexionen en esta mañana.

Yo quiero que ustedes reflexionen esto: ¿cuál es ese distintivo de fe que verdaderamente separa lo que es Cristo Jesús de cualquier otro? ¿Qué es lo qué verdaderamente nos aparta de otros grupos?

Y yo no estoy diciendo que somos supremos o que estamos por encima de algún otro, pero yo sí estoy diciendo lo siguiente... y es que hay un fundamento que nos da un sentido de firmeza que nos puede llevar aún mucho más arriba, mis hermanos, que nos permite ver la vida en una forma mucho más completa, en una forma más amplia y que nos provee un sentido de esperanza que ninguna otra cosa en la vida nos puede proveer a nosotros.

¿Sabes qué? Si usted se encuentra aquí hoy y usted en algún momento ha pensado adoptar algún tipo de filosofía de vida solamente por vivir la vida día tras día como quien dice del plato a la boca, de cheque a cheque... mire si usted quiere vivir su vida así... fine, go ahead, make your day. Haga su día.

Pero yo le voy a decir, en algún momento u otro ese estilo se va a quedar corto. Porque hay algo más que está cimentado en la promesa de vida que el Señor Jesús nos da.

Hermanos, podrá parecer un mensaje simple, sencillo y anticuado, que le tuve que sacar el polvo a la Biblia para poder leer esto. Pero son palabras de Jesús. Están marcadas en rojo en mi Biblia, yo no sé si en la de usted. Pero cuando yo leo que dice, "ciertamente vengo en breve" y en ese mismo capítulo tres veces lo menciona: "He aquí yo vengo pronto y mi galardón y mi recompensa conmigo según la obra de cada uno" "Yo soy el Alfa, el Omega, el Principio, el Fin. El primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de vida, para entrar por las puertas de la ciudad".

"Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles testimonio de todas estas cosas a las iglesias. Yo soy la raíz, el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Ciertamente, vengo en breve".

Oigan, hermanos, yo no sé ustedes, pero yo quiero disfrutar ese día cuando el Señor venga. Yo quiero disfrutar ese día cuando el Señor venga. Y sea que yo esté en la tumba, pero aunque yo esté en la tumba, también hay una promesa de que 'los muertos en Cristo resucitarán primero'.

Y esto es algo que solamente es posible a través de la persona de Jesús. No hay mejor fundamento que ese. Nosotros como hombres o mujeres somos fallidos, en algún momento se nos van a quebrar los tobillos y vamos a caer. Pero en la persona de Jesús que fue quebrado en la cruz por nosotros, todas estas promesas reciben una vida, que ninguna otra cosa lo puede dar. Se me puede estar cayendo el mundo alrededor, al lado mío. Se me puede estar cayendo en piezas, pero yo estoy seguro de que hay una promesa que se me ha dado y yo vivo y alineo mi vida a esa promesa.

No significa que me desconecto de la realidad en la cual estoy viviendo ahora. Estoy bien conectado estoy, bien alerta de las cosas que estoy viviendo hoy día, de las necesidades de mi prójimo, de las necesidades de mi familia, de mis necesidades personales. Estoy bien al tanto de cada una de esas cosas, mis hermanos.

Pero a la misma vez, estoy al tanto de que hay una realidad que se está acercando cada día más y más. Hay una realidad que está llegando, que la veo que viene ya pronto, pronto. Y no es que me la estoy imaginando, pero sé que está ahí.

¿Saben qué? Déjenme terminar con esto. La semana pasada tuve la oportunidad de participar en una competencia, en uno de esos triatlong, que a veces, me entra estas loqueras y me meto en esas competencias así a veces.

Por si acaso, si no sabe, los triatlong son estas competencias donde uno nada, corre bicicleta y después sale a correr a pie los tres en uno. Me metí a hacer una de esas competencias. Y obviamente, yo estaba entrenando, me preparo, pero siempre cuando uno está en el momento, uno siente el dolor, el cansancio y cuando voy en la parte de la corrida que todo el mundo... yo oigo a la gente alrededor mío "Dale que te falta media milla por llegar a la meta" y fue bien bonito, mis hermanos.

Fue en un lugar que era más o menos residencial. Y yo quiero que usted se imagine esto conmigo. Porque esa corrida para mí fue una demostración de fe. Así fue como yo lo vi. Dios me habló a mí a través de esa carrera.

En esa corrida, cuando yo salgo, mis piernas estaban tensas, después de haber corrido la distancia en bicicleta y salgo y me siento bien, acalambrado... yo tratando de soltar mis piernas y sigo corriendo. Había gente que me pasaban por el lado y yo alcanzaba a otros. Y yo veía que el tramo de correr iba como que subiendo cuesta a cuesta y de repente nos metemos en un bosque.

La ruta de la carrera era en un bosque. Y cuando yo veo, mis hermanos, que voy así corriendo y de repente me encuentro con esta cuesta empinada, digo '¡Guau! ¿Y ahora cómo voy a subir esa cuesta?'

Y no estoy hablando que era una cuesta en brea, estoy hablando que era fango, piedra, raíces de árboles y uno tenía que correr como que con cuidado y hermanos, todo el mundo se rajó en esa cuesta. Todo el mundo... íbamos corriendo y cuando íbamos a mitad fue como que....'¡Aaahh! ¿Y ahora cómo llego allá arriba?'

Había un hombre que se me paró al lado y me dice, "this is where the men are separated from the little boys", y yo "yeah? Go ahead, after you".

El asunto es, mis hermanos, que subí la cuesta caminando, lo confieso. No tenía fuerzas para correr la cuesta, pero la subí caminando. Cuando llegué arriba, cogí aire y salimos a la calle y allí estaban todos los vecinos, estaban con cowbells. Estaban como con unas campanas de vacas, que parece que es una tradición. Y la gente empezaba a sonar las campanas.

Y empezaron a gritar "Dale que te falta media milla... Go! Half a mile, half a mile! You can do this, you can do this". Yo como que, “okay”.

Entonces vamos corriendo y era una cuesta, bajando, y entonces cuando bajamos, damos una curva y yo empiezo a ver la bandera del finish line ahí abajo y la vi, mis hermanos, y fue como que algo me inspiró.

Me dije, 'okay, media milla. Vamos a agachar el resto ahora' y hermanos, fue como que un second wind se me metió por la nariz, por la boca, por los poros y como que saqué fuerzas yo no sé de donde. Y en mi mente yo iba pensando en este pasaje de Hebreos Capítulo 12 que dice "Puestos los ojos en Jesús. Despojados de todo pecado y sigamos adelante la carrera que tenemos puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe".

¿Saben qué, mis hermanos? Cuando yo veo esa línea final y veo a mi esposa y veo a mi hijo yo me dije, "¡guau! Si así va a ser cuando el Señor regrese, que yo pueda llegar y que lo vea a Él ahí y que yo vea a toda esta multitud de testigos que puedan gritar y sonar las campanas y decir, "ven, buen siervo, fiel. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré. Has corrido la carrera, has llegado".

¿Saben qué, mis hermanos? Ese es el distintivo de mi fe cristiana, ese es el distintivo de por que yo he puesto mi fe en Cristo Jesús: porque Él ofrece algo mucho mejor. Porque Él ofrece un final que ningún otro puede ofrecer.

Qué sí tendremos nuestras cuestas y nuestros planos a lo largo de la carrera... pero al final ¡ahh! ¡Qué rico va a ser poder llegar a los brazos de Papá y poder decir, "finalmente llegué a casa. Llegué al lugar de donde yo salí!"

Llegamos al lugar del cual todos nosotros salimos. Eso hace la diferencia en nuestra fe cristiana. Así que yo quisiera tomar un momento ahora, mis hermanos, para invitarlos a orar con respecto a esto.

¿Saben? Si aquí hay alguien en esta mañana que todavía no ha tomado una decisión por Cristo Jesús, yo quiero invitarte a tú hagas de esta oportunidad, esto. Yo no podría compartir todas estas cosas que yo estoy compartiendo si la persona de Jesús no fuera central en mi vida.

Jesús ha hecho la diferencia en mí. Y yo sé que Jesús puede hacer la diferencia en tu vida, también. Así que tú que me escuchas hoy que todavía no has tomado una decisión por Cristo Jesús, mira, yo te quiero animar con estas palabras.

Esos ejemplos, esas ilustraciones que yo he dicho... tal vez tu vida se ha visto así en algún momento... que te has encontrado con cuestas que tú piensas que no puedas subir, que te has encontrado con tramos en tu vida en donde pensabas que no había sentido de esperanza... pero, ¿sabes qué?

Quiero decirte hoy que en el Señor Jesús hay esperanza. Jesús puede hacer la diferencia en tu vida y si tú así lo decides... Él va a hacer esa diferencia.

Y yo quiero invitarte a que si tú quieres tomar esa decisión hoy, mira, que hoy tires la casa por la ventana y que tú entregues todo lo que tú eres al Señor Jesús. Un momento como que no sabes definir cuales son esos distintivos de tu fe cristiana porque otras cosas te han abacarado y han ocupado tu mente y han ocupado tu corazón y tú entiendes hoy que tú necesitas un renuevo completo. Qué tú necesitas como un second o un third o un fourth wind que venga y se meta dentro de ti y te de fuerzas y energías para seguir adelante.

Este llamado también es para ti.

Si tú quieres responder a este llamado, solamente a este llamado, escucha bien. No te pongas de pie porque todo el mundo se puso de pie. Ponte de pie, solamente, si tú quieres responder a ese llamado en donde tú sientes que tienes que refrescar tu vida en el Señor para poder seguir adelante.

Yo te invito a que te pongas de pie. Yo quiero tomar un momento para orar por ti. Y aún si tú quieres pasar al frente, por favor, siéntete libre de pasar al frente. Hay una carrera que está en tu vida. Dios te ha puesto en una carrera y yo estoy seguro que el Señor está aquí para echarte porras, para animarte, para decirte 'Mira, sigue adelante, Yo estoy contigo'. Hay una meta que se acerca a tu vida.

'Tú no estas solo, tú no estas sola. No tienes por que correr esto tú solo o sola porque Yo estoy contigo'. Así que yo te animo, mi hermano, mi hermana, a que tú recibas estas palabras porque no vienen de mí. Yo sé que son palabras que vienen del Señor Jesús.

Padre, en Tu nombre ahora mismo, yo quiero elevar delante de Ti a cada uno de estos hombres y mujeres que se han puesto sobre sus pies. Sea que estén tomando una decisión por Ti por primera vez, o sea que han reconocido que necesitan un renuevo en sus vidas, que necesitan reconciliar su visión, su vida entera contigo, Señor.

Yo te suplico ahora mismo que Tu Espíritu Santo sea sobre cada uno de ellos y ellas. Acércate ahora mismo a sus corazones. Padre, trae ese viento que aliente sus vidas. Trae ese refrigerio de parte tuya, que los aliente a seguir adelante.

Padre, yo te ruego ahora mismo, en el nombre de Jesús... cómo solamente Tú sabes hacerlo que Tú pongas Tu mano sobre cada uno de su corazones y que Tú avives ese primer amor en cada uno de sus corazones, Señor.

Padre, que nada ni nadie impida el que ellos puedan acercarse a Ti, sino que Tú seas refrescando sus corazones, refrescando su espíritu, su alma. Refréscalos en ti. Dales esa vitalidad una vez más. Qué solamente Tú puedes dar a sus vidas, Señor. Padre afirma sus corazones, yo te lo suplico en el nombre de Jesús.

Qué Tú afirmes los corazones de cada uno de tus hijos e hijas, Señor. Llénales, mi Dios, y que en cada una de las carreras de sus vidas, Señor, qué seas Tú afirmando sus corazones. Qué cuando ellos se encuentren con esas cuestas difíciles de subir, que ellos puedan encontrar en Ti las fuerzas y el ánimo para poder subir a la cima, Señor y poder ver la bendición que Tú tienes para cada uno de ellos.

¡Que esa meta, Señor, a la cual Tú les llamas se acerca cada día más y más! Afirma nuestros corazones en las promesas que Tú has dado sobre nuestras vidas: ¡Que Tú vienes pronto, que Tú vienes pronto por nosotros! Y Señor, nosotros dedicamos nuestro corazón a ti aún más. Qué aún a pesar o a través de las rutinas de nuestro diario vivir, Señor, que nosotros podamos saber y estar alertas, Señor que tú tienes una promesa de que volverás.

¡Qué tu volverás por tu pueblo! ¡Qué Tú vas a volver por cada uno de nosotros y nos va a llevar a reinar contigo en Gloria, Jesús!

Afirmamos nuestras vidas, afirmamos nuestras mentes, afirmamos nuestros corazones en Ti y en tus promesas, Señor. Le decimos que "No" a cualquier otra y nos afirmamos en lo que solamente Tú tienes para ofrecer.

La honra y la Gloria es toda para ti, Señor. Gracias por tu pueblo. Gracias por tus hijos e hijas, Señor. Extiende a cada uno de ellos Tu bendición. Te damos la Gloria, Señor. Bendice a tu pueblo en esta mañana, Señor. Y que esta palabra haga eco en sus corazones a través del día en todo lo que ellos hagan, a través de la semana, Señor.

Inquieta los corazones a buscar cada vez más y más de ti. Gracias Jesús. Gracias, Señor. Amén y amén. Gracias. ¡Aleluya!