El privilegio de ser informado antes que las cosas ocurran

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Vamos a escuchar lo que Dios tiene para nosotros a través del pastor, Reverendo Pedro Julio Fernández, es un hombre de Dios, lo conocemos hace muchos años, él junto a su esposa Belkis han venido a la iglesia varias veces ya a través de los años, siempre han sido fieles en amarnos, en compartir con nosotros, él ha escrito varios libros porque es un hombre que ama la Palabra y Dios le ha dado esa capacidad para reflexionar sobre ella y escribir sobre ella. El trae alguno de esos libros con él así que al final del servicio bendígalo también y bendígase usted sobretodo, participando en el caudal que Dios ha puesto sobre su vida al final del servicio estarán disponibles. Hay un par aquí que yo tengo, Se Oye un Rumor y también está el libro sobre el evento en la vida Cades Barnea, y son libros para la vida cristiana, el crecimiento devocional, el desarrollo espiritual de los hijos de Dios. Yo sé que va a ser muy útil para ustedes y para nosotros. Ellos pastorean una hermosa iglesia en Toronto, Canadá donde hay muchos latinos allá en Toronto. Y es un privilegio para nosotros unirnos hoy a su ministerio y tenerlos aquí a ambos, a su hijo Naún también que está por allí. Así que... pero Julio, denle un aplauso de bienvenida al Reverendo Pedro Julio Fernández.

Dios te bendiga, hermano. Bienvenido. Amén.

Gloria a Jesús, aquí como somos deudores, gloria a Dios. Mucho es lo que hemos recibido en León de Judá y yo soy un miembro virtual de la iglesia porque me envían mi correo electrónico y también yo me meto como se dice, ¿no? En el Internet y es mucha las bendiciones que he tomado de aquí, las pongo en el contexto de Toronto y ellos nos saben que es de aquí que yo las he tomado, eso se lo digo a ustedes nada más. No vaya ninguno a decir eso por allá cuando les toque ir, pero... es mucho lo que hemos llevado de aquí para allá, y ¡qué bueno es el Señor! Gloria en Jesús, agradezco mucho al Pastor Miranda por esta brillante oportunidad que nos brinda de estar aquí en la Casa del Señor y bueno ya él ha presentado a mi familia y entonces me gustaría que vayamos de una vez a la palabra del Señor al libro de Apocalipsis, capítulo 1.

Apocalipsis, capítulo 1.Vamos a leer los primeros tres versículos. En esa misma posición, hermanos, vamos a leer y ojalá que esta palabra rápidamente entren en el mismo contexto en el cual ellas se dijeron y el motivo y la razón por la cual el Señor permitió que esto se escribiera. Así dice la palabra, "La Revelación de Jesucristo, que Dios le dio para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan que ha dado testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo y de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía y guardan las cosas en ella escritas porque el tiempo está cerca. Oh, gloria a Dios. Más bendiciones puede agregar el señor a su santa y bendita palabra, gloria a Jesús. Yo pienso que esta introducción al libro de Apocalipsis era muy necesaria de parte del Señor porque después que todo está escrito, todos los libros de la Biblia, el enemigo de la justicia como que le tiene algo a este libro en particular; y le ha hecho una fama muy mal, incluso dentro del pueblo de Dios llegando a haber cristianos que ellos pueden leer cualquier libro de la Biblia y en Apocalipsis se detienen.

Entonces, lo que la propaganda del enemigo dice, ellos lo han tomado muy en serio y no quieren tocar el libro del Apocalipsis porque han vendido la idea de que eso no se entiende, que es un lenguaje muy figurado y que eso solamente habla de dragones, de bestias, de animales y no hay quien pueda… gracias, Hermana… quien pueda comprender lo que aquí está escrito. Pero qué pasa, nosotros no podemos llevarnos de la opinión de él, mucho menos podemos llevarnos de la opinión que tengo el mundo de la palabra de Dios, puesto que lo que acabamos de leer aquí, primeramente nos informa cuán fidedigna es la palabra del señor, cuál ha sido el canal utilizado por Dios para que algo tan maravilloso llegue hasta nosotros.

Es algo de Dios puesto en la mano de Jesús, Jesús envía un ángel para que le lleve esto a Juan y Juan nos lo hace llegar a nosotros y pasando por tantas manos, esto no fue alterado en absolutamente nada. Entonces, una cosa tan grande como el libro de Apocalipsis, Dios ha confiado en que Su Iglesia esté bien enterada del porvenir. Sabe lo que nosotros tener algo seguro, seguro que nos hablan del destino humano completamente aquí en la tierra, el libro del Apocalipsis.

La introducción dice a quienes se le envía, a los siervos de Él. Esto es un libro escrito para nosotros, es algo enviado a nosotros. Dios quiere que usted como Iglesia esté bien informado de las cosas del presente pero también de las cosas del futuro puesto que nosotros somos los llamados para decirle al mundo qué es lo que está pasando. No es el mundo que tiene que entrar aquí a decirnos esto. Yo les aseguro hermanos que aún en cuestiones de economía y de finanzas, nosotros le podemos decir al presidente de la Reserva Federal qué es lo que está pasando.

Miren que los amines son pocos, por lo menos los aquí presentes, porque tal vez por el Internet la gente está diciendo más. La Iglesia tiene una capacidad tan grande que ella es la llamada para decirle al imperio qué es lo que está pasando. Ella es la llamada para decirle al imperio qué es lo que tiene que hacer porque los que saben están diciendo qué es lo que hay que hacer pero ellos mismos dicen: hay que salir de esto pero no sabemos para donde vamos; pero la Iglesia sí sabe qué es lo que está pasando y sabe para dónde vamos. Oh, gloria a Dios.

El solo hecho de recibir esto, lo hace a usted y a mí, personas comprometidas con un mensaje que es altamente fidedigno. Dios nos ha honrado con hacernos conocer el porvenir; el presente y el porvenir, para que la Iglesia esté claro por donde va en su jornada hacia la tierra prometida. No debe sorprendernos nada, nosotros estamos plenamente informados de qué es lo que tiene que suceder. Yo no sé, pero en esta Biblia todavía dice que los malos hombres irán de mal en peor, eso no lo han quitado de aquí. Todavía dice que los malos hombres irán de mal en peor, engañando y siendo engañados, que es lo que nosotros hemos visto en los últimos años cuando se destapan estas crisis porque había confianza primero en el sistema, segundo en gente.

Nosotros no confiamos en ninguna de esas cosas, nos movemos en niveles de confianza porque aquí vivimos, pero la Iglesia alza sus ojos a los montes, no, a Dios que hizo los montes, a Dios el creador de todas las cosas y seguimos confiando plenamente en Él, porque a la Iglesia Él la mueve, Él la protege, Él la cuida, Él es que la va llevando. Entonces, nosotros tenemos una información de parte de Dios que tenemos que salir de este lugar y tenemos que decirle a la gente qué es lo que está pasando. Pero también debemos decirle qué es lo que hay que hacer. Alabado sea el nombre de Jesús.

En estos últimos tiempos, yo pienso que el Espíritu Santo del Señor me ha motivado mucho como a re-estudiar los consejos apostólicos de Pablo, de Pedro, de Judas, de Santiago porque son como muy pertinentes para lo que ahora está pasando, no solamente en el mundo pero también dentro de la Iglesia del señor Jesucristo donde, aunque usted no lo crea, hay personas pero muy desorientados… pero muy desorientados, concerniente a las cosas que están sucediendo en el primer mundo, en el primer nivel, en el nivel que se consideraba excelente, sabelotodo, y dueño hasta de sí mismo.

No, hermanos, para nosotros esto está demasiado claro. Lo que está pasando es una lección después la Bíblica para cualquiera de nosotros porque la Iglesia tiene que saber qué es lo que está pasando. Y aquí claramente, la Palabra nos está diciendo cosas que deben suceder pronto; está hablando la Palabra manifestar a sus ciervos. Oiga, cuánto se humilla nuestro Dios. Porque yo pienso que es un acto de humillación de Dios soberano, Dios todopoderoso, develar un poco de la historia y hacernos saber a nosotros qué es lo que va a ocurrir. Pero también hacernos ver qué es lo que está ya ocurriendo, dentro y fuera de la Iglesia que va para el Cielo. Gloria a Dios.

En uno de los consejos apostólicos del Apóstol Pedro, yo encontré este hombre, un hombre muy humilde también, porque Pedro pasó unos procesos que posteriormente él no lo esconde, caídas tremendas que tuvo, que cualquiera de nosotros probablemente no quiere ni que le toquen ese tema del pasado de uno y más un pasado dentro del Evangelio ya. Pero el hombre cree que contando su historia hace bien, hace bien para que otro no caiga en donde él cayó; y él está escribiéndole al pueblo y le está advirtiendo de cosas que ocurrieron en el Antiguo Testamento y que probablemente ocurrieron en su tiempo y en el nuestro también… de personas con falsas ideas que iban a penetrar círculos de confianza como es el de la Iglesia para alterar o trastornar una cosa buena, pura y verdadera como la Palabra de Dios.

Él le dice: mira, nosotros como cristianos tenemos que saber medir la experiencia espiritual que tenemos y no hay experiencia espiritual que se pueda medir fuera de otra cosa que no sea la Biblia; si nosotros medimos una experiencia espiritual con otros parámetros fuera de la Biblia hay mucho peligro. Entonces, él dice: miren, lo que les estoy diciendo del poder de Dios, de la venida de Cristo Jesús, de la primera, no es conforme a fábulas artificiosas. Una fábula artificiosa, una persona con toda la premeditación del mundo, se sienta a diseñar algo que él sabe que es falso, que él sabe que es una mentira, que el único que está seguro que eso es una mentira es él. Esa es la única verdad dentro de la fábula artificiosa: crear un escenario que no tiene sustento en las Escrituras para caer bien o para conseguir algo de alguien.

Dice: “nosotros no damos a conocer el poder de Dios ni su venida de acuerdo a fabulación de acuerdo a un testimonio poderoso.” Dice: “nosotros estuvimos en el monte…” y ahí comienza él a contar su experiencia. Y estando en el monte santo, Moisés, Elías, Jacobo, Juan, Pedro, Jesús. Estando en ese lugar la gloria de Dios, la majestad de Dios, allí se manifestó pero a mí se me ocurrió interpretar lo que estaba pasando de una manera privada. Es un hombre sincero, yo se los dije, es un hombre que está lleno de la presencia de Dios porque la vida lo que dice la majestad de Dios, en ese monte que lo llaman santo porque fue apartado para Dios. Una cosa trae linda mi hermano, Cristo se transfigura delante de estas personas, Elías y Moisés, personas que ellos lo conocían por las Escrituras pero nunca personalmente porque ya habían desaparecido del escenario terrestre.

Ahora aparecen allí, hablando con Jesús, los planes de Cristo, su partida de Jerusalén, hablando. Él, sin nadie decírselo, decide interpretar lo que está pasando. Qué cosa seria mi hermano cuando uno no le da chance al Espíritu Santo que él termine de hacer lo que tiene que hacer, uno medio se desespera y a uno se prende en el Espíritu y uno comienza por un lado, hermano, que no es la dirección de él; como que hay que esperar, decantar un poco como se dice, para saber qué es lo que nos está pasando. Entonces, allí dice, mira Jesús aquí hay que hacer tres pabellones. Esa es una persona que lo invitaron al monte santo y ya él está tomando dominio del asunto, diciendo hasta lo que hay que hacer.

Dice: “aquí hay que hacer tres pabellones, uno para ti, uno para Moisés y otro para Elías.” El Doctor Lucas que era un hombre muy investigador, averiguando todos los detalles que otro no dijo pues lo dice. Y el Doctor Lucas en su evangelio dice que Pedro decía lo que no sabía, que Pedro estaba diciendo lo qué el no sabía, en otras palabras, Pedro estaba diciendo un señor disparate pero estaba diciendo un señor disparate un hombre que está con la gloria de Dios porque cómo se le ocurre a este hombre igualar a Jesús con Moisés y con Elías. Quiere decir que la experiencia él no la está evaluando con las Escrituras.

Oh, bendito sea el nombre del Señor, tiene que aparecer el Libro de Hebreo, tiene que aparecer este libro interpretando toda la narración del Antiguo Testamento, que tiene que ver con esa persona de Cristo Jesús para decir que Cristo es más grande primero que los ángeles, segundo que Moisés, que Aarón, que Josué, que La Ley, que El Pacto, que La Creación, que Jesús es más grande que todo.

Oh, gloria a Dios. Bendito sea el nombre del Señor, que Moisés fue un gran siervo de Dios, que Elías también pero Jesús no se puede comparar con ellos. Y noten ustedes que cuando Cristo mismo pregunta: ¿qué opinión tiene la gente de mí? ¿Quién creen ellos que soy yo? Nadie la pegó, como decimos, nadie, todo el mundo mantuvo a Cristo al nivel de un profeta más. Y, probablemente, esa sea la opinión que todavía tenga la gente fuera de este lugar. ¿Quién es Jesús? Cualquier cosa dicen. Elías, Moisés, Mengá, un profeta más. Esa es la opinión que la gente tiene de Jesús.

Quiere decir que a ese punto de Jesús haberse presentado, de Juan el Bautista haber dicho dos o tres veces: “he ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,” al tiempo de Jesús haber ido a la sinagoga, tomar el Libro de Isaías capítulo 61 decir: “el Ungido soy yo,” todavía la opinión que la gente tiene es que es un profeta más pero la Iglesia no puede tener esa opinión, una persona como Pedro no puede tener esa opinión porque él mismo fue el que dijo tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente.

Oh, bendito sea el Señor. Pero también Jesucristo le aclaró y le dijo: mira, Pedro, lo que tú estás diciendo no es ser humano que te lo ha revelado, aunque tu hermano Andrés me conoció primero y él te trajo, no fue a través de él que vino la revelación. Lo que tú estás diciendo, lo estás diciendo porque Dios te lo está revelando. Ciertamente yo soy el Hijo de Dios, ciertamente yo soy el Ungido, yo soy el Cristo. Para después, venir con el proyecto de hacer tres ramadas y hasta quedarse ahí arriba en el monte santo y, dije, no bajar de ahí.

Pues, yo les dije al principio que el hombre fue muy sincero, en serio hermanos, él está contando en dónde se equivocó porque es que uno lleno del Espíritu Santo es algo tan grande, la gloria de Dios en vaso de barro, que hay momentos que hasta uno abusa de la confianza. Lo bueno del caso es que él dice, “nosotros tenemos también la palabra profética más segura a la cual la Iglesia le hace bien en poner atención…” y allí mismo está diciendo porque la cosa está en oscuridad. Esto está oscuro, mi hermano, y un mundo en oscuridad, yo no sabe para donde van. Pero usted y yo sabemos, mire sabemos para donde vamos usted y yo y sabemos para donde van ellos si no arreglan su camino.

Dice: hasta que el lucero de la mañana resplandezca la palabra profética más segura, la palabra escrita, es una palabra viva, es una palabra vigente, es una palabra pertinente para este tiempo dicha por el señor que cobra vida en el contexto en el cual estamos usted y yo, hermanos. Quiere decir que el buen consejo de él, es que nos remitamos a las Escrituras, como ancla segura, como palabra que no puede fallar, que nosotros estamos llamados a evaluar lo que está pasando solamente con la palabra de Dios.

Yo recuerdo en el… por lo menos en diciembre del ‘99, diciembre de 1999, yo sé que fue todo el ’99, los debates era primero que si el siglo XX terminaba ahí, el 31 de diciembre del ’99, y estaban los teóricos y la gente contando y dándole para atrás y recogiendo historias porque esto no sabe nadie, hermano, por donde estamos en sí, decimos 2009 pero nadie está seguro de que eso sea así. Comienza la gente que si el siglo XX termina ahora o el 31 de diciembre del 2000. Bueno, debates van y debates vienen, muchos de ellos ni siquiera edificantes fueron.

Luego vino el siguiente debate con las computadoras, el 31 de diciembre del ’99. Y se lo digo, mi hermano, sin ofender a nadie pero hasta los pelagatos opinaban de computadoras, de informática, de cualquier cosa como si fueran expertos de la materia. Que los aviones, que los elevadores, que aquí, que aquí. De momento llega todo eso a la Iglesia y los hermanos ya preocupados, una Iglesia desorientada… que el conserje del edificio dijo que los ascensores no van a trabajar esa noche… que los aviones todos se van a caer porque las computadoras van a leer el 2000 como si fuera un cero, que hay males en los últimos dos dígitos.

Hermanos, se levantaron expertos, no sé si aquí se levantaron algunos. Hermano, como me pasó a mí una vez en un trabajo que fui a solicitar en Santo Domingo y me llamaron a esa compañía industrial, me llevan al departamento de recursos humanos y con la primera pregunta yo tuve para irme de ahí. Yo pensaba que calificaba en ese trabajo, me dice la encargada: ¿usted sabe operar una computadora? Le dije: yo no sé ni encenderla, yo no sé ni por dónde se prende eso. Hasta ahí llegó la entrevista. Pase buenas tardes y que venga el que sigue.

Si yo no sé de eso, hermanos, qué es lo que voy a decir que yo no sé de eso. Entonces, personas que no saben absolutamente nada, usted los ve opinando; pero lo grande del caso es según el apóstol Pedro que el problema no es que esta persona se levante, ese no es el problema. El problema es la gente que siguen a esta persona, entonces, quedan tan desorientados como la misma persona que los está orientando porque no tiene ningún fundamento.

La palabra escrita de parte de Dios es un legado que vale oro. Mire todo el esfuerzo que ha hecho Dios, solamente miramos nosotros el final del siglo XV o el siglo XVI con la reforma protestante y que este libro, tanto Juan Gutenberg como Martín Lutero, poder comenzar a traducir esto, hermano. El privilegio que tenemos los hispanos de que ya bien cerca de ahí Casiodoro de Reina nos tenía la Biblia en español.

Y como Dios, a través de hombres, de mujeres, de agencias... Hermanos, que la Biblia sea traducida, traducida, traducida, hay un empeño generalizado para que la palabra escrita esté en todo idioma, todo dialecto, toda nación… que sepan de fuente segura cuál es la voluntad de Dios, qué es lo que Él quiere para nosotros.

Todo el Apocalipsis, todo este preámbulo, todo este prólogo, hermanos, es conducente para que nosotros estemos claros y amantes de la lectura bíblica, de oír la palabra, de guardar la palabra, de practicar la palabra porque mientras más la practicamos, más se ejercitan nuestro sentidos. Yo entiendo que es muy bueno cuando nosotros les decimos a las personas anhele la palabra de Dios como la leche, como un niño anhela la leche. Eso está correcto, una leche no adulterada, pura, de la madre a la criatura. ¿Pero nos vamos a quedar siempre de ese tamaño? ¿Vamos a ser siempre unos inexpertos dependiendo siempre del seno de mamá?

La palabra de Dios aspira a que uno crezca en conocimiento que uno ejercite la palabra del Señor para que sea diestro para que tenga experiencia y todo este tipo de cosas las pueda manejar como un experto en la palabra del Señor. Usted mañana va a llegar a su trabajo o al centro de estudio y usted es el que tiene la razón, hermano, usted es el que puede opinar con base, porque la opinión tuya, tiene que sanar al que te esté oyendo. Oh, gloria a Jesús.

Este señor que era un emperador muy grande, el tal Nabucodonosor. Ese hombre tuvo muchas revelaciones de parte de Dios. Dios en su infinita misericordia hablándole a este hombre para que cambiara, y en una ocasión Dios le dio un sueño y como siempre Dios hace se lo bloquea a los astrólogos y adivinos para que no digan lo que no es porque son expertos diciendo lo que no es y quedar bien con el rey. Entonces, el hombre cuenta el sueño y nadie, nadie da con la interpretación pero Daniel que tiene la interpretación correcta le dijo a este hombre: mire, este sueño es esto, esto, esto, esto lo otro y ese eres tú. Ahora, después de contarte la interpretación del sueño ahora te voy a dar un consejo: arrepiéntete de tus pecados, arrepiéntete Rey de tus pecados, humíllate delante de Dios.

Porque hermano no podemos quedarnos callados cuando previamente somos informados de parte de Dios de lo que va a ocurrir. Usted y yo tenemos que ponernos en la brecha, en el centro de estudio, en el centro de trabajo, en el vecindario, en el hogar… donde Dios lo permita para decirle al mundo cuál es el nivel, qué es lo que está pasando.

Digo, yo te recomiendo que te arrepientas. Decirle eso a ese hombre; el no tenía que escribir, nomás tenía que hacer señas y le cortaban la cabeza a Daniel, fácilmente. Y el hombre no tomó en cuenta el consejo divino a través de un hombre y pasó 12 meses haciendo lo mismo y a los 12 meses vino la sentencia de Dios, el cumplimiento y el hombre se quedó loco de remate por siete años… peor que de remate. Informados ya nosotros tenemos que hablar pero siempre en base a la palabra de Dios. Nosotros tenemos que ver cualquier mover del Espíritu Santo de Dios, que no estoy hablando doctrinas raras ni espíritus raros sino del Espíritu Santo de Dios, aún ese mover, hay que evaluarlo por lo que ya está escrito porque Dios no se va a violar a sí mismo, su palabra de mano Dios no la va a corromper. Entonces, si no puedo medir eso a la luz de la palabra del Señor, lo menos que puedo hacer es quedarme tranquilo y esperar que el mismo Dios tal vez con el tiempo me explique qué experiencia fue que yo pasé. Oh, gloria a Jesús.

En el Libro de los Hechos, hay también otra experiencia que la narra Lucas porque era un hombre muy observador, por la formación misma, profesional que tuvo más el Espíritu Santo en su vida, era un hombre que podía observar y podía escribir lo que él observaba experimentalmente como se le quiera llamar. Y la Biblia dice que él y Pablo y otros más llegaron a un lugar llamado Tesalónica y los hermanos de Tesalónica recibieron la Palabra de Dios en medio de una gran tribulación, problema terrible. Y Pablo siendo perseguido, acusado, apedreado, pero ahí Dios lo ayudó para que por más o menos tres semanas Pablo pudiera pasar un tiempo con ellos y explicar la palabra del Señor, lindos los hermanos de Tesalónica.

Luego, Pablo tuvo que salir huyendo y de ahí llegó a un lugar llamado Berea y aquí es que viene la observación del Doctor Lucas porque en Berea él vio que los hermanos igual recibieron la palabra con solicitud pero estos era distintos de los de Tesalónica porque escudriñaban en lo que estaba escrito probablemente el antiguo testamento nada más, para ver si lo que Pablo estaba diciendo era así o no era así.

Lucas no es ningún protagonista allí, Lucas está observando las cosas y observando el perfil de estos hermanos me parece ver hablar con el Apóstol Pablo diciéndole: noto la diferencia; los hermanos de Tesalónica son amorosos, tienen fe, tienen esperanza, se mueven sin mandarlos, hacen esto, esa gente son increíble, se ganan a Macedonia, acá y a todo para Cristo. Pero veo cierta diferencia entre aquellos y éstos, los de aquí son más nobles, aquellos son nobles pero los de aquí son más nobles porque estos están día a día escudriñando las escrituras para comprobar que lo que Pablo está predicando o enseñando está de acuerdo con lo que está escrito.

Y aquí viene entonces hermano de parte de uno, la inquietud, muy probablemente, ¿por qué Pablo nunca le mandó una carta a los hermanos de Berea? ¿Por qué no se le escribe a ellos? Y ¿qué ustedes creen que puede ser la respuesta? ¿Qué a un hermano así no hay que mandarle cartas? ¿Con gente como la de Berea no hay que enviarle cartas? Los Tesalonicenses mírenlo ahí, Pablo sale, se va, luego mandan una pregunta. Dice, ahora estamos nosotros turbados no sabemos bien esto de arrebatamiento, quién viene primero si el anticristo, la apostasía, no, que estamos turbados. Y Pablo dice: yo no se los decía a ustedes cuando estaba allá.

Pablo lo dice Primero y Segundo a Tesalonicenses. Dice: ¿pero cuándo yo estaba con ustedes yo no les decía esto? Sí, tú lo decías pero nosotros no pusimos mucha atención. El típico caso del que pregunta por una dirección bien difícil, el otro se lo explica y después dice: ¿tú entendiste? Y dice, no, nada. Dice, yo le dije a ustedes como eran las cosas, ¿saben por qué les pasó eso? Miren hasta se levantaron unos tipos allí diciendo que no había resurrección y ellos le creían eso. Ven, hermanos, como la Iglesia puede quedar desorientada completamente sin esa brújula que es la palabra de Dios. Hermanos, cuando es quitada la intensión de leerla, de escucharla, de practicarla, de guardar la palabra de Dios.

Miren, hermanos, los sentidos espirituales se ejercitan, cualquier cosa que pasa dondequiera uno rápidamente los filtra por la palabra de Dios pero en fracciones de segundo recibe aprobación o eso no está bien, pero rápidamente. Y si no tiene la capacidad mental para eso no tome ninguna decisión, espere llegar a su casa, abra su Biblia, llame al pastor, un maestro o alguien que te oriente porque si los reyes llamaron a los profetas, llame usted a su pastor, llame usted a su maestro. No le quiero poner más trabajo, hermano, pero... Oh, gloria a Dios.

O los que están cerca porque el pastor debe tener mucho trabajo. Gloria a Dios. Pienso que nos pasa lo mismo, hay mucha gente que me acerca a mí o a mi esposa y nos dice, ay, no hicimos tal cosa porque usted siempre tan ocupado. Y yo: no, no, espérese un momento hermana, nosotros siempre estamos ocupados pero siempre estamos disponibles. Siempre estamos disponibles porque por eso uno está en esto y uno no está en esto porque uno quiso, fue porque de ahí arriba metieron a uno en esto porque nadie con juicio normal se mete en esto.

Uno está en esto porque Dios confió y puso a uno en este asunto pero, de lo contrario, uno estuviera como está el grupo también. Gloria a Dios. Pues yo siento que la sanidad de esa Iglesia, radicó en tener las Sagradas Escrituras como autoridad máxima, como palabra infalible, como la palabra de mando y reconocer que es Dios a través de estas personas.

Hermano, y entrando a la parte ya concluyente de esta presentación yo encuentro por ejemplo en el caso de Daniel y traigo un poco a Daniel para acá para que nos oriente un poco concerniente a la situación que Daniel dice dos veces en el capítulo dos… Él está hablando de una situación escatológica, un poco también confusa. Dice, mucho mover de la gente de un lugar para otro, las migraciones por cualquier razón, al momento, ahora mismo yo estoy hablando y tiene que haber más de tres millones desplazándose o desplazados en algún lugar del mundo que estamos en un lugar que no somos de ahí, que llegamos porque alguien no trajo o lo que fuera pero que no somos. Habla del aumento de la ciencia de una forma desorbitante y tantas cosas como ocurriendo muy rápido, ocurriendo como muy rápido entonces él dice, mira, los entendidos van a entender, los entendidos comprenderán, los entendidos van a comprender qué es lo que está pasando y, ¿quiénes son los entendidos?

Yo no me encuentro esto aquí en la Iglesia, yo no hallo que la Iglesia es la entendida, la conciencia de la humanidad. Dios ha tenido, hermano, confianza en nosotros, nos ha dicho ahí está mi palabra, ahí está la revelación entiéndela, compréndela, sal y explícale a la gente qué es lo que está pasando, hazlo fundamentado en la palabra de Dios no en ningún libro del pastor Pedro Julio, en lo que diga la Biblia.

Usted lo puede leer los libros también. Pero tiene que ser la autoridad bíblica, la palabra del Señor. Dice, “los entendidos van a comprender, lo entendidos.” ¿Quién es el entendido? Aquél que previamente informado de parte de Dios de las cosas que están sucediendo en el presente y de las cosas que van a ocurrir en un futuro no muy lejano. Gloria a Dios.

De ahí de Daniel, capítulo 12, caemos una vez más donde el Apóstol Pedro segunda carta capítulo tres, donde él dice, hermano, esta es la segunda vez que yo le escribo y para mí no es ninguna molestia escribirle para despertar su limpio entendimiento… su limpio entendimiento; y vuelve otra vez a llover sobre mojado para explicarle las cosas que están dentro de la agenda escatológica de Dios. Esto debe suceder de esta manera, por lo tanto, volvamos al capítulo 14 del Evangelio de Juan y no se turbe nuestro corazón, creámosle a Dios, creamos también a la palabra de Cristo Jesús que es el logos eterno, que es la palabra que se humanó y habitó entre nosotros.

Nos clarificó las cosas para que ahora de una forma cómoda, solamente tengamos que pisar donde él pisó. ¡Oh, gloria a Dios, qué lindo es tener la palabra escrita como ancla segura! ¡Qué bien hacemos nosotros en seguir esa palabra como antorcha ardiendo en medio de un mundo que está en tinieblas y tenemos que poner atención a esa escritura hasta que Cristo aparezca. Gloria a Dios. Entonces le diremos a Dios Escritura, porque ya Cristo llegó, el consumador de todas las cosas.

Iglesia de Jesucristo que está aquí presente en León de Judá y los que están oyendo a través de Internet este es un tiempo de oro para la Iglesia. Este es uno de los mejores momentos de la Iglesia de Jesucristo, el dormir se terminó para nosotros. Nosotros tenemos ahora que ocupar el puesto al que Dios nos ha llamado, mírese como un vigilante en la ciudad, mírese como un instrumento de Dios en el lugar donde usted está, nosotros no estamos llamados a propagar rumores. Creo que el lenguaje nuestro ha sido dañado un poco en los últimos meses y hemos cambiado una realidad por otra. No digo que escondamos una cosa por decir que no hay si hay, pero hermano, Dios sigue ahí, él no ha cambiado. No sé qué le pasa a mucha gente, Dios está ahí, hermanos.

Jacob lo dejó por 20 años y volvió y lo encontró en el mismo sitio donde él estaba. Dijo: mira, yo estoy aquí, yo no me he movido de aquí. Tú me hiciste una promesa aquí en Betel y aquí te estoy esperando. Dios no cambia, parecen absurdas las cosas de Dios pero cuando las creemos, eso es claro. Elías muévete. Oh, gloria a Dios, santo es el Señor. Muévete Elías. Después de estar en un hotel cinco estrellas, mi hermano, Dios alimentándolo, hermano, agua pura y comida dos veces al día. Se seque el arroyo y para afuera Elías. ¿Y para dónde voy? Donde una viuda. Adónde, en Sarepta de Sidón, fuera de país. Ya yo hablé con ella para que ella te mantenga. Llega Elías, saluda a la doña y dice. Doña, dígame lo que hay en su casa. La señora le dice: comida para un día y dos personas. Oh, gloria a Dios.

Y Elías mira para arriba. ¿Tú me mandaste aquí? ¿Tú hablaste con esta señora? Porque hay comida para un día y dos gente y conmigo somos tres y no voy a durar un día aquí. Hermano, Dios está en el mismo lugar, Dios no se ha movido. Oh, gloria a Jesús. Sí señor en el nombre de Jesús para bien, Dios desata bendición para su pueblo y Dios prueba nuestra disposición, hermanos. Dios observa si estamos dispuestos o no estamos dispuestos a nosotros servir y a obedecer su bendita palabra. Dios comienza a medirnos desde aquí desde el interior viendo la disposición nuestra. Dios está en el mismo lugar, nuestro vocabulario no puede ser alterado, debe ser mantenido igualmente, hermanos.

Tenemos que reconocer lo que está pasando, nosotros ya fuimos informados. Gloria a Dios. En otra ocasión yo pienso que podemos seguir hablando porque esto se terminó el tiempo y bueno y hay tantas cosas que decir de las palabras del Señor que el tiempo no basta, nunca alcanza porque uno habla y habla y esto fluye y fluye como un panal pero de miel pura. Gloria a Dios.

Pero vamos a usar de la prudencia y vamos a detenernos en este punto hermanos, pidiéndole por favor que incline su rostro y cierre sus ojos. ¡Oh, bendito sea tu nombre! ¡Padre cuánto te amamos! ¡Cuánto te queremos! Qué dichosos somos nosotros la primera bienaventuranza del libro de Apocalipsis, leer tu palabra, oír tu palabra, guardar tu palabra Señor, pertinente a toda la Biblia pero bien enfatizado en la revelación del Apocalipsis.

Gracias Señor por el privilegio de ser informado antes que las cosas ocurran, no para apropiarnos de esta información, no para interpretarla de manera privada, para salir, para comenzar por casa, para hablar con nuestros parientes y decirle bíblicamente lo que está ocurriendo. Gracias porque somos los José de este tiempo. Gracias, Señor, porque esperamos no defraudar la confianza que tú has puesto en nosotros como Iglesia.

Oh, Dios, retira de nuestros corazones, retira de nuestras mentes inquietudes que no vienen de parte tuya y afírmalo en la esperanza, en la confianza, en la paciencia y en la fe. Dios agarrado de esa ancla segura, tu palabra escrita. Gracias te damos Señor. Mira Dios si hay algún corazón tocado, dispuesto a nacer de nuevo, entrando Dios mío en esa sala de operación con tu Santo Espíritu, Dios para producir esa redención. Bendigo esa decisión, Señor, la bendigo por el Internet, la bendigo aquí presente, mi Dios. Que tu palabra nos cubra, que tu palabra nos oriente Dios claramente. Oh, Señor gracias te damos, en el nombre de Cristo Jesús, amén y amen.