Una iglesia de carne y hueso

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Lucas 24:36. Y dice la palabra del Señor: "Mientras ellos aún hablaban de estas cosas…” es decir, de la Resurrección de Jesucristo –el revuelo que hubo alrededor del hecho de que Cristo había resucitado, ellos comentaban acerca de estas cosas– “Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: ‘Paz a vosotros, Shalom’, les dijo, entonces "espantados y atemorizados pensaban que veían a un espíritu", y eso es muy... o que veían un espíritu, que veían un fantasma en otras palabras. En el griego original la idea es que pensaban que estaban viendo un fantasma –un ghost–, esa era la idea. Pero Él les dijo: "¿Por qué estáis turbados y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?" y este versículo es clave para lo que yo quiero desarrollar en este momento. "Mirad mis manos y mis pies que yo mismo soy, que yo mismo soy. Palpad y ved porque un espíritu no tiene carne ni huesos" Lucas 24:39. Este es el versículo clave de todo este pasaje, yo podría inclusive leer solamente ese Versículo como base. "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo".

Fíjense lo que Él dijo allí, ¿no?: no espiritualicemos demasiado las cosas, ¿no? Dice aquí, "un espíritu no tiene ni carne ni huesos, como veis que yo tengo", porque a veces, ¿cuántas veces hemos tratado de espiritualizar un poco el Cristo resucitado? y quizás lo vemos con una túnica blanca, semitransparente como un espíritu; pero miren que aquí dice que tenía "carne y huesos". Nos atrevemos a decir que también tenía intestinos, ¡guau! ¿Se atreven ustedes a pensar eso?, que tenía corazón y esófago, que tenía costillas, ¿hm?, es decir dele carne a Jesús en ese momento, no le quite su carne al Señor. Dice aquí bien claro "un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo". Él tenía sangre que estaba corriendo por sus venas. Visualizénlo en toda su corporeidad en ese momento, que eso es muy importante.

"Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como todavía ellos de gozo no lo creían y estaban maravillados, les dijo: ‘¿Tenéis aquí algo de comer?’, así que yo asumo que también tenía dientes, tenía boca, tenía garganta y estómago e intestinos posiblemente, yo no sé, pero yo creo que tenía todo lo que tiene un cuerpo humano. Voy a decirlo: órganos sexuales, ¡ugg! Tenía todo lo que tiene un ser humano y digo eso no para escandalizar sino porque hay un propósito en lo que estoy diciendo y quiero chocarles a ustedes porque eso es bien importante. ‘¿Tenéis aquí algo de comer?’ "Entonces le dieron parte de un pez asado y un panal de miel y Él lo tomó y comió". Digan todos: comió... "delante de ellos". Bendiga el Señor su Santa Palabra.

¿Qué se le metió al Pastor Miranda en la cabeza al leer este pasaje y tratar de sacarle algo de provecho a él? Bueno, siempre me gusta cuando hablo acerca de estos, en estos días que se repiten cada año, no quiero volver con el mismo Sermón todo el tiempo, sino siempre... yo creo que la Resurrección, lo que es la crucifixión, el padecimiento de Jesús, la Navidad; esos eventos que celebramos año tras año, tienen tanta enseñanza que se les puede extraer que hacemos una injusticia siempre predicando los mismos temas una y otra vez.

Hay mucho, muchos ángulos interpretativos acerca de estos eventos y mientras yo pensaba en eso en esta semana y pensaba acerca de la Resurrección, de la muerte de Jesús, su crucifixión y todas estas cosas me vino a la mente este pasaje. De nuevo, como yo decía el viernes pasado hablando de Pedro negando a Jesús, uno a veces como que se tropieza con estos versículos, estos pasajes y uno sabe que hay algo escondido en ellos; el espíritu reacciona a ellos y entonces la mente dice "bueno ¿qué es lo que está sintiendo y qué es lo que está viendo mí espíritu?", entonces la tarea del Maestro, Predicador, Exégeta, estudioso de la Biblia como usted y yo lo debemos ser, nuestra parte es entonces es que nuestro espíritu nos hable y que el Señor comience a pasar a nuestro entendimiento lo que estamos percibiendo espiritualmente. Yo quiero compartir con ustedes lo que yo siento que el Señor me ha hablado acerca de ese versículo donde dice:"Palpad y ved porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo".

Este pasaje, hermanos, nos habla acerca de algo muy importante y es que la Resurrección y su poder, sus consecuencias, el efecto, el impacto –escúchenme bien– que ha tenido la Resurrección han invadido la realidad humana, el ámbito del tiempo y el espacio, el ahora y el aquí. No solamente la eternidad, no solamente el futuro, no solamente el porvenir, sino que la Resurrección fue un estallido de energía, como una bomba atómica pero de una magnitud inconcebible. Cuando la Resurrección estalló, cuando Cristo resucitó de entre los muertos, cuando la vida entró a través de los lienzos de su cuerpo muerto y una energía poderosa desató su cuerpo y... esa energía puso a un lado la roca que se interponía entre la vida de Dios que había explotado dentro de esa cueva y el mundo allá afuera, algo extraordinario, revolucionario, irrevocable, sin precedentes pasó en el ámbito del tiempo y del espacio. La historia nunca más sería igual. El mundo nunca más sería igual, así como el pecado y la caída desataron consecuencias irrevocables en el contexto humano, en el tiempo y el espacio en la materia misma, de igual manera la Resurrección desató consecuencias igualmente radicales y poderosas. Ahora lo Sagrado en una manera como nunca antes en realidad y sus consecuencias habían invadido la realidad humana y de ahí de esa Resurrección se abrió una potencialidad como nunca antes y de ahí en adelante todo hombre, toda mujer que quisiera abrazar lo que Cristo representa y aceptarlo como Señor y Salvador podía entonces entrar en una nueva realidad, en una nueva economía –podríamos así decirlo– espiritual.

Un ámbito donde el poder de Dios se podía manifestar, donde el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos como dice Pablo en Efesios 1:17,18 "ahora había de habitar en cada creyente", donde nosotros más no teníamos que vivir encadenados al poder del Diablo y a su reino ilegítimo. Ustedes ven, si Cristo hubiera simplemente venido a la Tierra predicado, proclamado, sanado, libertado de endemoniados pero cuando fue crucificado su cuerpo hubiera sido enterrado y ahí se hubiera quedado todo, yo les aseguro que no ... este asunto del Cristianismo no tendría el poder y el significado que tiene. La Resurrección era absolutamente clave e importante en todo el plan de Dios, era la joya encima de la corona. Por eso Pablo en Primera de Corintios: 15 dice –léalo después cuando usted quiera– que "Si Cristo no resucitó de entre los muertos entonces nosotros somos los más dignos de Misericordia, porque estamos todavía perdidos en el pecado". La Resurrección es lo que confirma, consolida el triunfo de Cristo sobre la muerte y sobre las tinieblas y voy a estar caminado y pisando aquí para celebrar el hecho de que está esta plataforma aquí también. Gloria a Dios.

La Resurrección ha invadido también el vacío de la escalera aquí. Entonces, hermanos, es muy importante decir, entiendan esto, a mí siempre me gusta cuando hablo de la Resurrección no hablar de ella como algo simplemente que nos asegura vida eterna, que nos asegura nuestra propia Resurrección en la Segunda Venida, que nos abre acceso al Paraíso y a la nueva vida en el Cielo; siempre yo he tratado de predicar que la Resurrección tiene consecuencias para el ahora y el aquí, para nuestro tiempo; ¿Cuántos pueden decir...? Okay, para asustarse un poquito digan amén. Tiene consecuencias para la realidad que nosotros habitamos, para tu vida y para la mía, mañana cuando tú vayas al trabajo, tú estarás viviendo en el poder de la Resurrección. Gloria a Dios.

La Resurrección ha invadido el lunes por la mañana, mi hermano, aún esos días cuando hay nieve y hay frío y hay hielo; dice "yo vivo en el poder de la Resurrección" y usted puede caminar con esa autoridad, aún cuando tu cuerpo esté enfermo y tú estés luchando con situaciones difíciles en tu vida, dile a tu carne, dile a la realidad de esa diabólica que quiere destruirte:"yo habito, me muevo y vivo en el poder de la Resurrección". El poder de Dios está en mí y por eso yo soy más que victorioso, todo lo puedo en Cristo que me fortalece y cuando nosotros estamos habitando en esa lucha de la caída del mundo sin la Resurrección, nosotros tenemos que recordar: "no, yo me muevo en una dimensión donde Cristo ha resucitado y ha delegado su Poder en mi vida", donde el poder que levantó a Cristo de los muertos se mueve dentro de mí y yo puedo mirar ese gigante en la cara y decirle: "yo te voy a derribar, te voy a destruir porque el poder de Dios vive en mí.

Eso es importante, hermanos, entiendan, porque muchos cristianos somos como estos discípulos: que Cristo ha resucitado ellos no lo saben y peor aún no lo creen, tanto que sufrieron, tanto que padecieron, tanto que lo oyeron decir que Él iba a resucitar y cuando Cristo resucita no lo saben y no lo creen, no lo pueden... adoptar, digerir y a Cristo le interesa que usted y yo sepamos que Él ha resucitado. Pero más importante que eso, a Él le interesa saber...que usted y yo sepamos cómo el ha resucitado, en qué forma Él ha resucitado. Pero, hermanos, es muy importante que ustedes no se vayan de aquí en este día, por favor recuerden esto: "si usted está en Cristo, usted habita una nueva realidad", usted no puede seguir viviendo bajo el dominio del diablo, usted no puede seguir viviendo bajo la inercia de la vida caída, usted no puede seguir viviendo como si Cristo no hubiera resucitado, usted no puede seguir viviendo como sí la Resurrección no hubiera sido una revolución, usted no puede seguir viviendo como... de la misma manera que usted vivía antes. ¿Qué dice la Palabra? Dice: "Si alguno está en Cristo, nueva criatura es". Las cosas viejas pasaron y he aquí, ¡TODAS! son hechas nuevas, mi vida financiera y económica, mi vida moral, mi vida mental, mi vida emocional, mi vida familiar, mi vida matrimonial, mi vida en todo.... ponga lo que usted quiera allí, es nuevo en Cristo y su... la Resurrección. Eso es lo que yo creo que es importante en el Cristo resucitado se mezclan lo humano y lo divino en una manera nueva y diferente a como se mezclaban en la encarnación meramente.

Yo sé que soy... sé que va a necesitar un poquito de tiempo para digerirlo, pero la encarnación mezcló lo humano con lo divino, ¿Sí o no? En la matriz de María se hizo una química muy especial: lo humano y lo Divino se mezclaron, pero ¿Saben qué? Ahora cuando Cristo resucita lo humano y lo divino han adquirido una nueva forma de mezclarse. Yo sé que me estoy metiendo en aguas profundas aquí teológicamente hablando, pero es importante que entendamos esto. Antes la esencia Divina habitaba el cuerpo de Jesús y sí había una mezcla perfecta de lo humano y lo Divino, pero ahora lo interesante es que como que el cuerpo mismo de Jesús aunque es el cuerpo que Él caminaba antes en la Tierra está saturado con una nueva Gloria. Pero es como que ahora todavía lo divino se ha metido en una manera diferente en lo humano, lo corporal. Ahora es un cuerpo verdaderamente como glorificado, donde el Señor se mueve, se aparece, se desaparece. Lea después de la Resurrección como Él se le aparece a los discípulos y de momento como que se desaparece, lo ven y no lo ven, camina con los discípulos en el camino a Emaus y no lo conocen y de momento Él abre... rompe el pan y ¡oh! lo descubren entonces se desaparece de ellos y aparece en otro lugar...

Hay una nueva forma, es Jesús, pero su deidad y su cuerpo están mezclados en una forma como diferente. Es el cuerpo ahora glorificado, la Resurrección ha operado algo diferente, pero es todavía un cuerpo, y eso es muy importante. Esa es una de las grandes lecciones de la Resurrección, es la siguiente, escuche esto también: "es un evento que afecta el ahora y el aquí de los hijos de Dios." El cuerpo y el Espíritu se mezclan en una forma diferente, cambia completamente el significado de la vida, nuestro sufrimiento, nuestros inconvenientes, nuestras luchas son redimidos y penetrados por la Gloria de Dios. Nosotros ahora podemos vivir en los sobrenatural en una manera diferente, podemos habitar y movernos en una forma completamente diferente a como lo hacíamos antes.

Déjenme preguntarles algo ¿Por qué Jesucristo no ascendió directamente al Cielo después de su Resurrección? ¿Usted se ha preguntado eso? ¿Por qué tenía Él que venir al mundo, por un breve tiempo? Porque fue muy breve el tiempo que Él estuvo en el mundo antes de volver, ¿Por qué simplemente no lo mandaron directamente al Cielo después que estuvo en la tumba y quizá fue al infierno a declarar algo allí? ¿Por qué tuvo Él que venir y entrar en el mundo, en el tiempo y en el espacio hablar con sus discípulos, llevar a cabo ciertas cosas? ¿Por qué? A menos que Dios no quisiera que quedara claro que ahora a lo que su Hijo había experimentado su Resurrección invadía la realidad humana, en una forma preliminar hasta cuando Él viniera que consumara la transformación total en su segunda venida. Pero la Re... el Cristo que caminó sobre la Tierra en el tiempo y en el espacio, por un tiempecito, después de resucitar, quería anunciarle al mundo, a la realidad humana: "Yo he resucitado y el mundo no volverá a ser el mismo de aquí en adelante". Él quiso caminar otra vez ahora en su poder resurrecto, el hombre que había sido resucitado tenía que caminar sobre la Tierra, declarando la victoria de Dios sobre la muerte, invadiendo nuestra vida, dejándonos saber:" ahora tú y yo habitamos en una nueva potencialidad, un nuevo poder, una nueva dimensión".

Hermanos, es bien importante esto, que entendamos que Dios quiere unir el Cielo y la Tierra, el cuerpo y el espíritu, porque este sermón es acerca del cuerpo más que nada, pero ¿cómo se relaciona con el Espíritu? Yo quiero enfatizar que el poder de Dios invade la corporeidad de la vida, invade la materia, invade el cuerpo, invade ... por eso es que yo enfaticé acerca de Jesús, sus órganos, su cuerpo, su corporeidad y a Cristo le interesa que los discípulos sepan que Él no es simplemente un espíritu etéreo, desencarnado, caminando por allí. A Él le interesa que sepan que es un cuerpo, que ese es Él, que ese es su cuerpo, que cuando Él resucitó, resucitó con el cuerpo. ¿Saben qué, hermanos? Yo no tengo manera de probarlo pero ¿Saben? yo creo que Cristo allá arriba en el Cielo no es... ¿Cómo lo imaginamos?

Yo quiero que ustedes entiendan, ¿Cómo se imaginan a Jesús allá sentado a la diestra del Padre? ¿Cómo se imagina usted a Jesús en el Cielo? ¿Usted se lo imagina como un espíritu así meramente etéreo? Es un cuerpo. Mire cuando Cristo... yo no sé lo que Él era antes de bajar, pero creo que sé lo que Él es ahora, después de subir. Es el que caminó sobre… Él que se comió ese pedazo de pan y ese pez fue el que subió arriba y el que vendrá... su cuerpo, es un hombre... Dios. Yo... no me pregunte la química de ese asunto pero es... cuando Cristo se hizo hombre, Él no dejó su humanidad aquí abajo cuando ascendió. Eso es importante. Yo sé que me estoy metiendo en aguas calientes, aquí en eso, pero recuerde eso bien, quizá cuando yo llegue allá me tendrán que dar una lección de teología, pero yo cada día entiendo más y más este asunto de que ... mire yo creo que cuando Cristo bajó a la Tierra, encarnó, se hizo hombre, Él no dejó su humanidad aquí abajo como creo que "ya la usé para lo que necesitaba, ya –buff– la dejó allí y entonces subió un espíritu" No, subió un hombre, Dios, perfectamente unido, glorificado, en un cuerpo glorificado y por eso, yo creo que ese Jesús, miré, eso tiene unas implicaciones terribles, grandes, serias y eso es lo que yo quiero desarrollar en los minutos que me quedan.

La corporeidad, la humanidad de Jesús glorificada eso le permite un contacto con nosotros que usted ni siquiera se puede imaginar. Eso le permite una forma de entendernos y de nosotros relacionarnos... ¿Sabe qué el ser humano, la humanidad necesita eso? Por eso es que, yo creo, que al no entender la corporeidad de Jesús, la Humanidad se ha tenido que inventar a María como esa madre, esa intermediaria humana; porque el ser humano siempre está como necesitando algo con lo cual identificarse, tocar, ver, sentir, identificarse con ello.

Mire... yo... Cristo es de...Cristo es humano, divino, es un cuerpo glorificado, es Dios, pero es también humanidad allá en el Cielo y viene al mundo y Él conoce mis debilidades, conoce mis luchas, conoce mis afanes, conoce mis dolores, yo puedo hablar con Él. Dice la palabra que tenemos un Sumo sacerdote que es capaz de compadecerse de nosotros porque Él sabe lo que nosotros sentimos. Y yo puedo hablarle a ese Jesús, Él es mi hermano, es mi amigo, es mi consejero, es mi cuate –como dicen los mexicanos– y cuando yo le hablo a Él de cualquier cosa que yo siento dice: "claro que sí, yo sé, porque yo estuve allí", sin pecado, pero Él conoce. Su cuerpo, su humanidad redimida se puede identificar y conectarse con esa dimensión de quien yo soy y por eso es tan importante que nosotros enfoquemos ese momento en que Jesús les dice "miren yo no soy un espíritu, señores", le dice, "yo tengo carne y hueso" y si no me creen busquen unas hamburguesas por ahí con un poquito de ‘bacon’ a ver si no le meto mano.

Un espíritu no hace eso, es como los muñequitos... si hubiera sido un espíritu, cuando se la come ¿qué pasa? se le va y se ve ahí mismo la hamburguesa bajando, no, no... Él la digirió, Él se la comió, la masticó por así decirlo, porque era un cuerpo glorificado. Hermanos, miren, eso no es algo vano, eso tiene unas implicaciones que nos tomaría mucho tiempo para desgranar eso... no se asusten no la voy a sacar toda pero simplemente quiero sugerirle que sí, es muy importante que ustedes y yo entendamos esto. ¿Saben que los discípulos siempre estaban tratando de tornar a Jesús en un fantasma?

Mire un pasaje cuando Cristo... cuando estaban en el mar que había una tormenta que los había... los estaba atormentando, habían estado toda la noche bajo la tormenta y dice que el viento les era contrario y dice que al final de la noche en la madrugada vino Jesús caminando sobre las aguas y ¿qué dice el versículo 49? Dice que,:"Viéndole ellos andar sobre el mar pensaron que era un fantasma y gritaron" porque todos lo veían y se turbaron pero enseguida habló con ellos y les dijo: "Tened ánimo, Yo Soy". Lo mismo que dice cuando resucita: "Yo mismo Soy", ego eimi, yo mismo soy. El Señor siempre estaba diciendo eso:"Yo soy", ustedes ven cuando ven a Jesús caminando sobre las aguas ellos dicen: "nadie puede hacer eso excepto un fantasma". Esto es un muerto que se nos ha aparecido aquí, el Señor dice: "no, no señores yo soy que estoy caminando sobre esas aguas, mi poder. No me quieran volver un fantasma". Saben, hermanos, la Iglesia... nosotros en nuestra humanidad y nuestra falta de fe como que siempre estamos tratando de reducir el poder del Cristianismo y de la fe y de la Resurrección y de la promesa de Dios, yo le digo: "Padre ayúdame" porque yo... mi biología... yo tengo como una tela delgada que cubre mi entendimiento espiritual que me impide sentir el poder de Dios como Dios quiere que yo lo sienta. Yo le digo: "Señor, arranca es membranita, que cubre mi fe, para que yo pueda ver y sentir todo el poder que habita dentro de mí por medio de Cristo Jesús; que yo no esté tentado a espiritualizar, metaforizar, poetizar, literaturizar tus declaraciones de poder y de potencialidad".

¿Saben qué? Hoy en día hay muchas iglesias que están continuamente haciendo eso, cobardemente, han dejado de insistir en las declaraciones que Dios ha hecho y han vendido el Evangelio y lo deshonran y han matado el poder de las declaraciones de Dios en la Palabra. Iglesias muertas, iglesias... mucha poesía, mucha teología, mucha declaraciones baratas que suenan muy bien pero deshonran al Dios que las declaró porque le han quitado su poder a las declaraciones y han adormecido el pueblo de Dios y han creado un pueblo endeble, un pueblo cobarde, un pueblo tímido, un pueblo que no vive y vibra bajo las declaraciones de Dios, incapaz de entrar en contacto con el poder de la Resurrección. Y lo han tornado en un fantasma en vez de decir: "No, la eternidad, el poder de Dios, las declaraciones de Dios, el mover milagroso, la vida abundante de Dios existe aquí en el tiempo y el espacio, se mueve en mi vida, se mueve en mi realidad y con Cristo, con ese Cristo resucitado yo puedo hacer cualquier cosa".

Hermanos, yo me moriré, insistiendo en que las cosas son exactamente como Dios las dijo. Y si yo no las puedo ver en mi vida o en mi Iglesia el problema es mío, no de Dios o de la palabra que lo declaró y nunca bajaré lo que dice la Palabra para adecuarlo a lo que yo vivo. No, lo que yo vivo tiene que adecuarse a la Palabra. Cristo está aquí, Cristo vive, Cristo es real. Cristo ha invadido la realidad corporal, el cuerpo, la materia, el tiempo, el espacio. Cristo dice: "Yo no soy un fantasma" ese es el título de este Sermón, es más "Yo no soy un fantasma". Cristo es un ser viviente, real, que ha invadido el tiempo y el espacio y esa realidad invade mi vida, también y a Él le interesa en extremo. Por eso es que Él insistió, ¿Por qué se toma tanta molestia en probarles a los discípulos? Él les dice ‘Miren, toquen mis manos, mi cuerpo. Miren mis manos, miren mis pies. Miren ahí están las marcas de la herida’. Miren ahí están las marcas, si yo fuera un fantasma eso ya estaría cosmetizado, me hubieran hecho cirugía plástica allá en el Cielo. No, todavía tengo las marcas, ahí. Óiganme, si nosotros pudiéramos ver ahora mismo... cuando a una persona le metieron un clavo, de quizá, un cuarto de pulgada de grueso y se lo metieron que le pasara los tendones y el hueso como se le hacía a esos crucificados... ¿Usted cree que en tres, cuatro días iba a estar eso cerrado y bonito? Mire, usted se hace una cortadita, y durante años después le queda la marca, cuanto más que le metan unos clavos. Cuando le clavaron las manos, no eran las manos aquí como pensamos, el cuerpo se hubiera desgarrado. Se lo clavaban en la muñeca, se lo metían, era un clavo fuerte para romper el hueso y que traspasara y se metiera en la madera.

Cristo cuando resucita dice: ‘Miren eso, este soy yo’. Pero ahora mi cuerpo tiene un poder y una cosa muy diferente, y Cristo quiere que tú sepas que Él ya resucitó. Ese cuerpo magullado, ese cuerpo traspasado, ese cuerpo penetrado rompió lo amarres de la muerte y ahora a ese no lo vuelven a crucificar jamás. Cuando vuelva otra vez, viene a poner... dice: "Reinará sobre las naciones con vara de hierro". Nadie podrá resistirse. Ese es el Cristo que yo creo, hermanos, ese es el León de Judá, ese león que está allá afuera rugiendo. Ese es el Cristo que Dios me ha llamado a servir. No es el Cristo que se acobarda, ¿Saben? Es un Cristo de poder, es un Cristo de autoridad.

Miren, déjenme concluir con esto, el hecho de que Jesús comiera y resucitara con un cuerpo físico aunque glorificado, nos enseña varias cosas. Escuchen eso de nuevo... el hecho de que Jesús comiera y resucitara con sus clavos, sus marcas y que les probara a los discípulos que Él era un cuerpo con carne y hueso, estómago y tendones físicos aunque glorificado nos enseña varias cosas.

Número uno –no tengo tiempo para hacerlo, pero apúntelo allí, medítelo después– una de las cosas que le parecerá un poquito rara es esta: los cristianos tenemos que ser campechanos, realistas, de la tierra, accesibles para nosotros, hermanos, no espiritualidad farisaica, barata, esotérica, mística, santurrona... yo renuncio a eso en el nombre del Jesús. Dios quiere hombre y mujeres de carne y hueso. Con desodorante allí, oliendo, no, no, no, que huelan a sudor de vez en cuando, ¿sabes? Sí, señores, que coman carne de pollo y de cerdo y todo lo demás en medio. Gente que sí que sepa ayunar, orar, clamar, buscar santidad, pero también gente que sepan hacer un buen chiste, reírse de sí mismos, disfrutar de la vida, ser accesible a los demás.

Hermanos, esa conciencia culpable que se proyecta en un espiritualidad barata, inútil, inservible, farisaica no le sirve a Dios. Dios necesita hombres y mujeres con cuerpo. ¿Ustedes entienden? Que rescaten su humanidad, gente que sí, que sean santos, que busquen la voluntad de Dios en sus vidas, pero que la gente allá afuera pueda reconocerlos. Esta es una persona como yo, tiene sus luchas, tiene sus dificultades, tiene sus defectos, pero está viviendo una vida glorificada que... de una manera que yo no sé como lo hace. Que cuando la gente venga a nuestras iglesias vea gente que se ríe, que disfruta de la vida, que se da un palmotazo en la espalda, que de vez en cuando tienen sus frotes pero luego se reconcilian, gente que disfruta de la vida, se goza en el Señor. Gente que ha rescatado la materia.

¿Usted entiende? Porque la Iglesia siempre ha querido rechazar el cuerpo. Si usted se remonta a los tiempos del Segundo Siglo allá con el movimiento monástico al inicio ¿no? los monjes estos allá metidos en su celdas, azotándose cada vez que tenían un pensamiento malo o lo que fuera y todo lo esto y rechazando el matrimonio. Luego dicen "no mi creación es buena, y ustedes lo que necesitan hacer es redimirla, pero no me la rechacen porque todo lo que yo hice es bueno". La familia es buena, el matrimonio es bueno, la amistad es buena, el sexo es bueno, hermanos perdónenme, la comida es buena, todo yo lo hice y es bueno en mí Santidad. Y tenemos que entender eso hermanos y celebrarlo, vivirlo, nada de esas santurronerías para esta Iglesia. Yo las reprendo y las rechazo en el nombre de Jesús. Queremos gente real, gente verdadera y eso es lo que Cristo quiso decir, donde,.... denme un pedazo de pan y un pedazo de salmón y yo les voy a probar a ustedes: "Esto que está aquí es un hombre, es un cuerpo, y no me tornen ahí en un Santo de palo o de yeso. Yo soy un hombre redimido o glorificado" Y nuestras iglesias tienen que ser así.

Este mundo no va a venir a otra cosa que no sea eso. Yo creo en la risa, creo en la celebración, creo en el gozo, creo en la fiesta. En el Señor.

Esta semana estaba leyendo una cita que dijo Martín Lutero, el Reformador de la Iglesia, y Martín Lutero dijo: ‘Si en el Cielo no se puede reír, yo no quiero ir allá’ y eso es... pidámosle al Señor que nos enseñe el balance entre nuestra humanidad y nuestra santidad, nuestra eternidad y nuestra temporalidad, nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Una Iglesia balanceada. Eso es lo que yo le pido al Señor: "Señor enséñame, enséñanos el balance”. Una personalidad saludable, una Iglesia que represente el gozo del Señor, la vida abundante en Cristo Jesús, la capacidad para disfrutarlo todo pero ahora bajo el poder de la Resurrección. El cuerpo rescatado, preservado, redimido, glorificado, viviendo como Dios lo diseñó que viviera en todo lo posible. Porque nunca alcanzaremos la totalidad de lo que Dios quiere y eso me lleva a otra cosa, yo creo que necesitamos una Iglesia que pueda entender el pecado y que pueda... estas almas que serán cada días más y más destruidas por la guerra que se está desatando allá afuera, por una humanidad que cada día rechaza más y más los valores de Dios; las vidas que lleguen aquí tendrán unas enfermedades espirituales más terribles que nunca antes en toda la historia. Y si tenemos una iglesia aquí que derrama un poquito de sangre y mal olor y de una vez comienzan a hacer muecas y todo eso y "¡uy, uy!" no vamos a poder bregar con esa humanidad. Necesitamos gente que como los cirujanos, como los médicos puedan ver los intestinos explayados y malos olores y puedan decir: “¡Ey! en nombre de Jesús declaramos la vida y la sanidad de Dios".

Si al lado suyo se sienta una persona que no parece, no huele, no habla como usted está acostumbrado, abrácela y bendígala en él nombre del Señor. No se me ponga allí mirando con cosas raras.

Yo les digo, hermanos, en el nombre de Jesús rechazo todo rechazo de la gente que viene de allá afuera de esta Iglesia, no importa como sea. Esta Iglesia está abierta, bendecida a los alcohólicos, al homosexual, al adúltero, al drogadicto a la persona pervertida por la vida, a la persona que ha pasado muchas malas noches. Que vengan que aquí van a encontrar Sanidad, aquí van a encontrar el poder del Cristo resucitado, aquí van a encontrar la capacidad de que el cuerpo se torne en algo que verdaderamente glorifique a Dios.

Porque la Iglesia de Jesucristo tiene que estar a tono con el cuerpo, con la Humanidad, con lo concreto, ¿usted entiende? Hemos tratado de que nuestras iglesias sean antisépticas, como un salón de operaciones quirúrgico en un hospital. Yo les he dicho si ustedes quieren verme molesto díganme: "Pastor en la Iglesia hay pecado" y yo le voy a decir "¿Dónde usted estaba? Claro que sí, que hay pecado, está lleno de seres humanos" ¿Qué es lo que esperamos?

Lo que tenemos que hacer es relacionarnos adecuadamente y bregar con el pecado y declarar la santidad de Dios. Pero mire no se me escandalicen y anden por allí con mucha muecas y muchas cosas. El pecado estará con nosotros hasta que Cristo venga. Acostúmbrese a eso de una vez. Lo que tenemos que hacer es bregar con él adecuadamente, declarar la palabra. Yo nunca voy a sesgar en lo que dice la Palabra de Dios. Bregaré con mi humanidad y bregaré con el pecado hasta el último día de mi vida, pero yo digo, no me voy a poner neurótico por el pecado, ni en mí ni en los demás.

Yo voy a bregar con el pecado como brega el médico con la enfermedad, en la gracia y el poder y la suficiencia y la positividad del Señor. Necesitamos Iglesias así con una teología clara del pecado y de la Santidad. Una mezcla muy adecuada.

Así que eso es balance, tenemos que ser campechanos. El Cristo que comió pan y pescado y que tiene carne y huesos dice "yo quiero una Iglesia con carne y huesos" y que sepa como relacionarse con otra gente con la carne y con los huesos. Muy importante.

Otra cosa, tenemos que... esto de nuestra Iglesia León de Judá y la iglesia de Cristo tiene cada vez más y más que tomar en cuenta el cuerpo y no solamente el espíritu en su ministerio. Por eso que a mí me encanta cada día más y más cuando nosotros, por ejemplo, este ministerio de Crown Financial Ministry –El Ministerio Financiero– esta clase que están tomando como cincuenta personas en el área de las Finanzas. A mí me encanta esa idea de que la Finanzas ya no es algo que se dice en el púlpito espiritualmente hablando así esotérica, abstractamente, no, mire ¿Qué quiere decir Finanzas? Quiere decir crédito, quiere decir ahorrar, quiere decir tener un presupuesto, quiere decir sujetarte tú a cierto orden, quiere decir darle tu diezmo al Señor, quiere decir si tienes deudas pagar tus deudas, quiere decir planificar. La gente necesita que la Iglesia con su sabiduría divina le enseñe como vivir en esa dimensión concreta. Cada día la Iglesia tiene que desarrollar más programas que tengan carne y hueso. No solamente la eterialidad de aquí del púlpito, sino que baje allá y se mezcle con la gente en su día a día.

La iglesia tiene que estar dando más enseñanzas sobre finanzas, trabajar con la gente que está bregando con inmigración, en la consejería. Levantar, ayudar a través del Instituto para la Excelencia Pastoral. Levantar Pastores que puedan bregar con la comunidad, que puedan bregar con las familias, que puedan bregar con la juventud, que puedan bregar con la sexualidad, que puedan bregar con la consejería, para que nuestras iglesias tengan esa corporeidad. Esos Ministerios concretos, esos Ministerios de la lucha cuerpo a cuerpo, el discipulamiento. ¿Cómo encarnan las verdades de Dios en la vida humana? ¿En el día a día? y ¿Cómo tú puedes hacer, darle vida y cuerpo a los valores del Reino de Dios? y cada día yo pido al Señor que nuestra Iglesia pueda más y más tener ese nivel de especificidad en su Ministerio, segunda cosa.

En tercer... bueno, eso va mucho allí... perdónenme hermanos, yo a veces que trato de ser breve y de ser... pero hay tantas cosas y... yo no puedo... es que la palabra de Dios es demasiado... el Evangelio, la Iglesia tiene que involucrarse en las necesidades del hombre total, tiene que incluir lo social, lo político, lo artístico, lo intelectual. Tenemos que buscar afectar e inseminar toda la realidad humana. Que no me hablen de meter el Evangelio en un closet, en un templo, en una casa, tenemos que leudar toda la masa de la humanidad, hermanos.

Leí ayer un artículo, Rupert are you here? Rupert envío un artículo de Times Magazine "La muerte y el declive del Cristianismo en América". Yo reprendo es una mentira del diablo, el Cristianismo va a tener más poder que nunca, yo lo declaro, la Iglesia no va a morir. Y este episcopal confundido, lo voy a decir así mismo, que escribe el artículo dice que es bueno que la Iglesia Cristiana pierda influencia en América y que cada día la Iglesia deje de hablar a la sexualidad, a las leyes, a la política.

El Señor reprenda, esas son las doctrinas de demonio de las cuales habló el Apóstol en su libro que vendría en estos tiempos "falsos cristianos", discúlpenme, hermanos, porque es que la ira de Dios me llena muchas veces. Ya yo no me voy a quedar callado con ciertas cosas. Por una falsa decencia y cortesía que no conviene al Reino de Dios. Yo reprendo cualquier cristiano que esté celebrando la muerte y el decaimiento de la influencia cristiana en esta nación. Y él celebra supuestamente el hecho de que la Iglesia ya no tiene tanta influencia y que el Evangelio va a ser extraído de la política y de la sociedad. Yo sé que los evangélicos aquí en América no han sabido manejar ese asunto muy bien, pero hermanos, déjenme decirles algo, el Evangelio se supone que penetre en la política, en las leyes, en la moralidad, en la educación, en el arte, en el intelecto, en la filosofía, en todas la dimensiones de la vida.

Y el diablo ha querido acobardar a la iglesia y limitar el Evangelio a la casa, a las cuatro paredes del Templo. Eso es lo que a él le gustaría, meter al Evangelio en el closet, mientras otros salen del closet.

Señor, reprenda esa maldad del diablo. La Iglesia tiene que hablarle a todas las dimensiones de la vida. Y por eso es que esa teología es tan importante. Cristo resucitó en carne y hueso y vino aquí a la historia, el tiempo y al espacio antes de irse al Cielo. No se fue directamente, pasó a través del mundo para dejar aquí de los depósitos de su Resurrección.

La iglesia tiene que trabajar eso mucho. ¿Cuáles son las implicaciones de esa corporeidad de Cristo en términos de nuestra forma de hacer el Ministerio?

Tercera cosa, esto es bien importante, por eso perdonen si me excedo un poquito. Escuche esto, la sexualidad, digan todos: sexualidad. La sexualidad está incluida en la Resurrección, en el plan de Dios. Por eso yo celebro este programa que está... gracias Señor... es a través de Copani pero León de Judá está jugando un papel bien importante y este programa se llama : "Vale esperar"– ustedes no sabe, pero ese grant de tres millones de dólares que recibimos a través de Copani, para trabajar con Copani y con los recursos que Dios nos ha dado para enseñarles a nuestros jóvenes a esperar, por eso "vale esperar", a tener una sexualidad sana, una sexualidad... porque este mundo hermanos, está pervirtiendo cada vez más y más a nuestra juventud.

Hasta el punto de llegar a decir que son como animales que no pueden reprimirse, mejor enseñémosle entonces como canalizar su promiscuidad, en vez de decirles, "No, hay que hacer todo lo posible por permanecer en Santidad delante de Dios, aunque fallemos", aunque sea lo que sea, eso tenemos que decirlo una y otra vez. La Iglesia tiene que ser ese muro de contención. Si a nuestra juventud no se le dice por lo menos: "mira esto... a esto es a lo que tienes que apuntar", entonces ¿dónde van a llegar? Si no hay una voz que diga: "Mira esto es lo que Dios espera de ti" por lo menos hay que apuntar a la luna, para que le des aunque sea al techo de tu casa, apunta alto. Si bajamos la guardia, si dejamos de hablarle a la Humanidad de los valores de Dios, ¿qué se espera entonces, hermanos? La Iglesia no puede sacarse del aspecto de la sexualidad y eso cubre todas las áreas. Una sexualidad sana, exuberante, santa, balanceada para los hijos de Dios en este tiempo. Tenemos que hablar claramente con respecto a lo que está pasando en Estados Unidos. Una revisión del concepto de la sexualidad humana, en todas las áreas, en todas las áreas y yo incluyo no solamente la homosexualidad, que es importantísimo, sino también todo lo demás: la promiscuidad, el adulterio, la pornografía –que se está comiendo la Iglesia y el Pastorado– en todas las áreas, hermanos. Hay una sexualidad sana que Dios quiere para sus hijos y la Iglesia no puede bajar el estándar, tenemos que seguir aunque fallemos, aunque luchemos, pero esa es la verdad de Dios y tenemos que declararla y tenemos que amarrarnos a ella y que Dios tenga misericordia de nosotros.

Pero si nosotros bajamos eso y decimos "no eso no podemos hablar, porque la gente se ofende", mire ese es el diablo tratando de acobardar a David para que no le meta la pedrada que le tiene que meter al gigante en la frente.

La iglesia tiene que decir "No, ese es nuestro territorio, también" y eso está haciéndole daño, está destruyendo, está carcomiendo la contextura de esta sociedad y nosotros somos aquí agentes de vida y de la verdad de Dios. Y no vamos a callarnos, eso es lo que el diablo quiere, amordazar a la Iglesia para entonces darle el jaque mate a esta Humanidad, que ya está casi caída completamente.

Lo último, se los prometo, tenemos que cultivar una visión diferente de lo que es el Cielo y de como serán las cosas en la segunda venida. Eso se los dejo allí simplemente para un futuro. Pero muy importante eso, ¿cómo se ve usted en el Cielo? ¿Se ve usted también a sí mismo, cuando usted llegue allí a la puerta le van a dar una bata blanca del mismo tamaño con tres hoyitos, cuatro, uno para la cabeza, otro para los brazos y otro para que simplemente caiga abajo? Con un arpa hecha a la medida, sabe, todo del mismo tamaño y una nubecita para que usted se siente en ella y esté tocando por toda la eternidad. ¿Eso es lo que usted cree del Cielo? Hermanos, yo creo que es otra cosa completamente diferente. Yo creo que en el Cielo vamos a trabajar, vamos a crear, el Cielo habla de las naciones. Va a haber naciones, va a haber gobierno, yo no sé pero yo no creo que... eso no es... esa realidad monocromática, todo igualito.

Tenemos que darle cuerpo y huesos al Cielo. Es un lugar. Además la Biblia habla de Cielos nuevos y ¿qué? y Tierra nueva. Esta Tierra va a ser renovada, esta Tierra penetrada por el pecado, esos Cielos que están contaminados, Dios los va a limpiar todos, los va a purificar y los va a poner "opt to speck" y a nosotros también, como Él nos diseñó originalmente.

Mire el Cielo así, anticipe algo increíble, yo soy como Martín Lutero, si el Cielo es tocar un arpa para toda la eternidad, mire yo no voy a decir que no quiero ir allá pero me decepcionaría muchísimo. Creo que Dios es mucho más creativo que eso. Y por eso es que tenemos que mirar hacia el futuro con gran expectativa, vivir aquí esperando, ¡guau! ¿Qué es lo que Dios tiene al otro lado del asunto? Y anhelarlo y celebrarlo y desearlo.

Pónganse de pie, nuestros músicos, por favor pasen por acá. Hermanos, vamos a hacer una Iglesia que celebre el Cristo, el cuerpo resucitado de Jesús. Una Iglesia que pueda habitar cómodamente en la dimensión del tiempo, del espacio, del cuerpo, del ahora y del aquí. ¡Cristo ha resucitado! y Cristo ha penetrado en la realidad humana. ¡Aleluya! Gloria al nombre del Señor. Padre, enséñanos, enséñanos a ser tu Iglesia, una Iglesia que sirva al Cristo resucitado de carne y hueso. Él no es un fantasma. Señor, en el nombre de Jesús por la Palabra que ha sido proclamada, ayúdanos a vivir de esa manera, enséñanos el balance, Señor de tu perfecta reconciliación del cuerpo y el espíritu, la materia y el Cielo, el tiempo y la eternidad. Y ayúdanos a vivir en ese balance, Padre, como congregación, te damos gracias por la proclamación bella de tu Evangelio en este día.

Bendice a mis hermanos, Padre. Permite que al salir de aquí puedan moverse, en el poder de la Resurrección. Gloria al nombre del Señor. Dele un gran aplauso al Señor. Ada ven por acá un momentito e Iris vengan acá. Vamos a cantar de nuevo ese coro: "Vivo está", por favor y si lo pueden dirigir todos los hermanos, y vamos a declarar eso antes de irnos de aquí. ¡Qué el Señor les bendiga, hermanos! Cristo está en su trono y reina sobre el tiempo y el espacio, el cuerpo y el espíritu. Viva de esa manera. Gloria al nombre del Señor. Amén.