La relación entre fe y conducta

Transcripción

Cuando escuchamos la palabra de Dios tenemos que creerle y yo quiero saber esta tarde si usted va a creer la palabra, porque sino ni predico, vayámonos todos a comer, a ver quién invita. Porque predicar en medio de un pueblo que no cree, es mejor no predicar. Porque Hebreos, capítulo 11, versículo 6 dice que “sin fe es imposible.”

Mire, no la vamos a lograr, sin fe es imposible agradar a Dios. Oye, pero si yo canto bonito, sí, pero si no tienes fe no te sirve. Oye, pero tu no te imaginas lo que yo sirvo, el esfuerzo que hago. Pero si no tienes fe no te sirve. Oye, pero yo hago garabatos, salto, brinco, tengo trinquete. No te sirve. Oye que soy pato o gallareta, tampoco.

Me gustó, me gustó lo del trinquete. Yo tengo dominicanos allí en la escuela bíblico y voy a encontrar ahora y digo, m’hijo te me pones como trinquete, le voy a decir. Pero sabe, sin fe imposible.

Por eso es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay. Y sabe qué? Que él es galardonador de los que le buscan. Quiere decir que cuando buscamos a Dios no vengas así con las manos en la bolsa como no llevándote nada, porque cuando tu le buscas a Dios, prepárate para que Dios te sorprenda y te llene de bendiciones, porque él es un Dios que da.

Fíjense si miramos la Escritura y miramos la figura de Abraham cuando manda al siervo a buscar a una esposa. Ah, me encanta ese capítulo porque es de romántico, pero me encanta. Manda a buscar y sale Eleazar a buscar la esposa y dice que el siervo tomó regalos escogidos de la casa de su señor para llevarle a la amada.

En cuanto la vio a Rebeca empezó a soltar brazalete, aretes, cosas de oro, empezó a soltar los regalos escogidos. Mire, cada vez que el padre se encuentra con la amada, cada vez que tu vienes a la presencia del Señor, el Espíritu Santo, el siervo empieza a soltar regalos escogidos de la casa del Padre para ti. Por qué? Porque el es un Dios galardonador. Necesitamos creer.

Cuánto creemos, cuántos de los que están aquí tienen promesas que están esperando? No me diga amén, levante su mano, quiero ver la mano. Quiero que el cielo le saque fotos, porque le está sacando fotos el cielo. Levante su mano porque a veces el ángel se tarda. Promesas, usted las está esperando? Bueno, entonces usted esta tarde necesita creer , creer, creer.

Sabe, yo hoy estoy caminando, tengo 44 años, usted no va a decir nada a nadie. Tengo 44 años, pero hoy en mi vida estoy caminando en promesas que Dios me dio cuando yo tenía 12 años. Yo crecí en un ministerio profético, un hombre de Dios que no lo he vuelto a ver, alguien que se mueva con ese nivel de unción, un americano, un hermano americano, era pastor en Argentina, yo era una niña, la primera, en mi familia nadie conocía al Señor.

Me acuerdo en un culto, en un servicio yo estaba en un rinconcito, era una iglesia rectangular y yo en el rinconcito más rinconcito estaba ahí, y era un viernes y antes de la reunión, este hermano está por empezar el culto, quien era mi pastor, y se para detrás del púlpito y quiere empezar a predicar y yo le veía, y digo, qué le pasa a este? No podía hablar, en eso deja el púlpito –yo tenía 11, 12 años− baja corriendo de la plataforma, va corriendo, me busca entre las sillas y se para frente a mí y me dice, el Señor te dice, que te llevará lejos, te llevará a otra nación, dejarás a tus padres, dejarás a tu madre, y dejarás a tus amigos, y esa nación será tu pueblo. Y en esa nación me conocerás y verás mi gloria, y yo tenía 12 años. Y nadie en mi familia conocía al Señor.

Sabe lo que hice yo? Llegué a mi casa a hacer una maleta. Sabe la tunda que me dio mi mamá. Yo le creí a Dios. Dios me dijo, vete y yo me iba. De hecho, cuando tuve que entrar a la escuela bíblica, algo comenté ayer, mi padre me sacó un arma. Mi padre es un italiano que siempre carga un arma, hasta el día de hoy. Cristiano, tiene fe en Dios pero la lleva acá.

Y lleva siempre un cuchillo y un tenedor. Por si alguien tiene duda le digo que voy a comer un asado, me dice. Pero el día que yo me iba a la escuela bíblica, mi padre se me para enfrente y me saca el arma, a su hija adolescente, y me dijo, te prefiero prostituta. Papá, si vas a tener que disparar, dispara, y no te estoy mintiendo, en lo que te estoy diciendo, pero yo me voy porque el Señor me está llamando.

Yo no sé usted pero cuando a mí Dios me habla, yo le creo. Y ya ahora que soy cuarentona y que estoy viviendo las promesas que Dios me dio a los 12 años, me llevó a México y ha hecho que México sea mi nación. Mis hijos son mexicanos. Regreso a Argentina y me siento extranjera, en la cual tendría que ser mi tierra, porque tengo cara de [inaudible], hablo como chile, porque Dios me dio esa tierra dentro mío. Sabe por qué? Porque Dios lo que dijo lo cumple. Por eso esta tarde te digo, necesitamos creerle a Dios.

Si Dios te dijo que iba a hacer una obra en la vida de tus hijos, qué tienes que hacer? Creerle. No preguntes cómo, ni cuándo, el se reserva el cómo y el cuándo. Él se reserva el tiempo y la manera de obrar, pero que lo va a hacer, lo va a hacer. Porque él no es hombre para que mienta, lo que él dijo lo va a hacer.

Sabe qué? Hemos tenido la costumbre, y bueno, el Señor lo va a hacer. Y actuamos como que la promesa está lejos. Discúlpame, pero estamos viviendo tiempos donde nuestros padres espirituales les llevó 30 años ver, en nuestra generación, la mía, lo está viendo en 10 y déjenme decirte que a mis hijos, y mis hijos espirituales, lo van a ver en 5, y a mis nietos, lo van a ver en 3, y a mis bisnietos en menos, por los tiempos que estamos viviendo.

Es el tiempo del cumplimiento de la promesa. Mira, se emocionan mucho con el nuevo edificio. Prepárate porque Dios te va a poner a trabajar. Mire pastor, bajó el amén.

Hebreos 11:6, quiero hablarte esta mañana de cuán relacionado está lo que tu crees con tu conducta. Si tuviera que ponerle un título a mi mensaje le pondría ‘La relación entre fe y conducta’. Cómo lo que tu crees determina cómo tu actúas.

A veces no le creemos a Dios y no actuamos porque no creemos. Tenemos una fe tan pequeña, un nivel de fe tan pequeño, que no le creemos, entonces nuestro actuar es de acuerdo a la poca fe que tenemos. Cuando el Señor solo lo voy a mencionar, cuando el Señor le habló a Abraham, le dijo, sal de tu tierra y de tu parentela. Luego de muchas cosas dice que el Señor otra vez le habló a Abraham y le dijo, Abraham, no temas. Génesis capítulo 15, no temas, Abraham, yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.

Qué es algo grande? A ver, hazme así con la mano. Qué es algo grande para ti? De paso despiertas al de al lado. Ahora te voy a hacer otra pregunta, qué es algo sobremanera grande? Ahora te voy a hacer otra pregunta, qué es algo sobremanera grande en la mente de Dios? No nos entra aquí.

Imagínate Dios le dijo a Abraham, no temas, yo soy tu galardón, es decir, yo soy tu regalo y lo que voy a hacer contigo, va a ser sobremanera grande, va a ser más allá de lo que tu esperas. Yo me imagino que si Dios te habla así estarías sobre la silla gritando, guau, que tremendo. Saldrías afuera a gritar, momento, pare todo el mundo, Dios hará cosas grande conmigo. Pero qué crees que hizo Abraham? Y eso que no era de Boston. Sabes qué hizo Abraham? Dijo, Señor, entiendo todo lo que me estás diciendo, pero cómo es que lo harás? No te das cuenta que ya soy viejo, y mira a Sara cómo anda, y no tengo hijos, y lo único que tengo es un ciervo. Será que por ahí lo vas a hacer.

Entonces Dios le dice, Abraham, sal fuera. Por qué cree usted que Dios le dijo a Abraham, sal fuera? Por qué? A ver, que alguien me diga. Por qué cree usted que Dios le dijo sal fuera? Qué dice usted, pastor? Para expandir su visión. Quién más? Para hacer el milagro. Por qué cree usted que Dios le dijo? Por la mentalidad cerrada de Abraham, ¿verdad? Quién más tiene otra opinión? Por las maravillas que Dios ha hecho en el universo. Qué más? Alguien tiene otra opinión diferente? No? yo sí. Sabe por qué le dijo que saliera afuera? Porque estaba adentro.

Disculpe pastor. Se da cuenta cómo nos complicamos. Sabe por qué no podemos ver lo que dijo el hermano, las maravillas y las grandezas de Dios? Porque estamos adentro de nuestras cuevas y de nuestras tiendas. Y lo que Dios le estaba diciendo a Abraham, te voy a sacar tu techo y te voy a mostrar el techo de los cielos. Te voy a sacar de tu limitación. Te saco porque primero Abraham le dijo, ven y mira, mira mis miserias. Pero luego Dios le dijo, ven, sal fuera y mira, ahora te voy a mostrar yo, Abraham, te voy a mostrar sabes qué? Los cielos porque tienes un techo de tu tienda que no te deja ver lo que yo quiero hacer contigo.

Saben lo que Dios te está diciendo esta tarde? Sal fuera. Dios te va a llevar fuera de tus temores. Dios te va a llevar fuera de tus limitaciones. Dios te va a llevar fuera de las circunstancias del pasado que le pone límite para que tu no veas lo que Dios quiere hacer contigo. Prepárate, iglesia, porque con el nuevo templo Dios va a traer una nueva mentalidad sobre ti. Dios te va a llevar a poner en el pie en ese nuevo lugar y Dios te va a llevar con una nueva mentalidad y tu cielo va a ser el límite. No va a ser una tienda, no va a ser tu pasado, no van a ser tus heridas, va a hacer lo que Dios habló sobre ti, sobre esta ciudad. Necesitamos creer.

Ahora te voy a mostrar dos casos en las Escrituras donde de acuerdo a lo que creemos actuamos. Te voy a mostrar el primero, quiero que me acompañes al libro de Primera de Samuel, para mostrarte cuán relacionado está nuestra fe con nuestra conducta. Primera de Samuel capítulo 21, en algunas versiones está como título del capítulo ‘La gran huida de David’. David huye de Saúl, qué corrida se daba este hombre. De un lado para el otro, la persecución y la gran oportunidad de tantas veces que tenía David, pero no vamos a hablar de esto hoy, y cómo no tocó al ungido.

Pero en esta ocasión, en este capítulo David sigue huyendo de Saúl. Dice el versículo 10:

“David en Gath, ahí estaba, ese mismo día David, todavía huyendo de Saúl, se dirigió a Achis, rey de Gath. Los oficiales le dijeron a Achis, no es este David el rey del país? No es él por quien danzaban y en los cantos decían Saúl destruyó a un ejército pero David aniquiló a 10?

En otras versiones lo dice diferente, creo que aquí tengo otra versión, versículo 10, vuelvo a leerlo en otra versión en español.

“ Y levantándose David aquel día huyó de la presencia de Saúl y se fue a Achis, rey de Gath y los siervos de Achis le dijeron, no es este David el rey de la tierra? No es este de quién cantaban en las danzan diciendo – que dicho sea de paso, eran las mujeres que cantaban – hirió Saúl a sus miles y David a sus diez miles. Y versículo 12, fíjense, dice que David puso en su corazón estas palabras, y tuvo gran temor de Achis, rey de Gath, y cambió su manera de comportarse delante de ellos y se fingió loco entre ellos. Y escribía en las portadas de las puertas y dejaba correr la saliva por su barba…”

Algunos piensan que esto de los grafitis en las paredes es algo nuevo. David era un grafitero de primera. Dice que cuando vino el rey Achis y los siervos le dijeron, este no es el rey David, ese no es, dice que cuando él escuchó eso, esas palabras las puso en el corazón David, y cuando puso la palabra del enemigo del temor en su corazón inmediatamente lo que cambió fue su comportamiento.

Y cuando tuvo temor se fingió loco y empezó a actuar como loco y empezó a escribir en las paredes y dice que la baba le caía sobre su barba. Hágale al de al lado. Sabe las veces que andamos como locos en el mundo conociendo al Señor, porque hemos puesto nuestro corazón y la mentira del enemigo?

Yo te pregunto esta tarde, qué has puesto en tu corazón? Porque para creerle a Dios necesitas poner la verdad y la promesa de Dios en ti y atesorarla y guardarla y cuando tu le crees a Dios y abrazas la promesa de Dios, y abrazas lo que él habló a tu vida, no importa lo que otros digan, no importa los reyes de este mundo que diga, pero tu quién eres? Pero tu qué te haces? Pero tu quién te crees para actuar así? No importa, lo que otros digan, cuando lo que tu pones en tu corazón es la verdad de Dios y lo que Dios ha declarado sobre ti y lo que Dios ha declarado sobre tus hijos, sobre tu matrimonio, sobre esta ciudad, tu comportamiento va a ser en dirección a lo que Dios habló.

Yo me doy cuenta que la iglesia de hoy está llena de locos porque no le creen a Dios. Y vivimos en el mundo y nos comportamos como el mundo porque no le creemos a Dios. Cuando Dios está buscando un pueblo que camine en su verdad y le crea. Yo no sé lo que te han dicho en tu niñez, yo no sé cuánto te han herido y te han hablado en tu niñez, si te han dicho que tu no puedes, que es imposible tu sueño que se cumpla, pero quiero decirte este día, que si salió de la palabra de Dios y fue Dios el que habló sobre tu vida, no importa lo que digan los demás, lo que Dios dijo se va a cumplir.

Y no tienes que actuar como el mundo, actúa de acuerdo a la promesa. Cuando ponemos en el corazón palabra de temor, a veces no interpretamos lo que es huir y resistir porque no le creemos a Dios cuando dice Efesios 6 que somos atacados por hacer el bien, Efesios 6 dice:

“…Resistid al diablo…”

Y nosotros muchas veces en vez de resistir huimos. Y cuando tenemos que huir porque huye de algunas cosas mejor, huye, corre de allí, nosotros como malinterpretamos la palabra, en vez de huir decimos, acá resisto. Y resistimos donde tenemos que huir, y huimos donde tenemos que resistir. Y Dios está llamando a un pueblo que conozca la palabra, que camine la palabra, y que crea la palabra, el rema de Dios revelado al corazón.

Mire, yo le tengo que confesar algo, y disculpo si lo desilusiono esta tarde. Usted sabe que jamás tuve una visión. Yo no vi nunca ni siquiera una vaca dentro de un baño. Nunca vi nada. Me acuerdo en la escuela bíblica Dios visitó nuestro seminario y todos mis amigos, mis compañeros hablaban en no sé cuántos idiomas, caían, el Señor los llevaba a los cielos, tardaban dos horas en volver, y venían y contaban grandezas y cosas tremendas, revelaciones y todo, y qué cree? Yo estaba como estas columnas ahí. Nunca, nunca tuve una visión. Sabe cómo a mí me toca caminar? Por esta.

Ahora usted me dirá, qué no está de acuerdo con los sueños? Sí, que bueno. No está de acuerdo con las experiencias? Sí, me encanta que Dios te tire, te toque. Que bueno. Todo perfecto, pero todo tiene que ser filtrado por esta. Yo sé que lo que el Señor dijo aquí y lo que él prometió y él aquí dice que soy su hija y que él ha ganado el mayor botín en la cruz para mí, y yo me he determinado aún en mi juventud creerle. No solo para mí sino para el fruto de mi vientre, para los míos y para el fruto de mi vientre espiritual, porque Dios te da tanto hijos naturales como hijos espirituales. Yo creo que lo que Dios ha hablado en mi vida lo creo para mis hijos.

No me importa lo que se ve, no me importa lo que el enemigo grite a mis espaldas. Una cosa sé, lo que Dios dijo lo va a hacer, lo va a hacer. Permíteme, ahora David tenía un problema. El problema de David fue poner en el corazón lo que el enemigo dijo y trajo temor. El temor detiene tus pies, el temor no te deja avanzar. Yo te puedo contar cómo en mi vida por años el temor no me dejó avanzar. Yo era una persona de mucho temor, si tu supieras quién era yo, no me imaginas a mí aquí parada detrás de este púlpito. Jamás lo hubiese hecho. Porque por años el temor, porque atesoré palabras de mentira que otros habían declarado sobre mí, tu no sirves, cómo Dios te va a usar a ti? No, tu no tienes herencia, me habían dicho. No, para ti no es, cómo tu? Mira de la familia que vienes. Nadie en tu familia, mira la herencia que traes, Dios no te puede hacer a ti, literalmente y yo lo creí.

Por años estuve así. Quiero confesarles algo, sabe, y esto le va a parecer extraño pero por muchos años en el ministerio yo fui la gran frustración de mi marido. Y algún día él se los va a decir. Sabe por qué? Porque él sí creía lo que Dios tenía para mí y yo no lo creía. Nunca le tuve miedo al trabajo pero sí no le podía creer a Dios que Dios me podía usar. Porque el espíritu de temor había atado a mis pies, porque le había dado lugar aquí y me comportaba como loca.

Y te lo cuento porque siento que esta iglesia está entrando en un gran desafío en el mundo espiritual y no puedes estar con tus pies atados, ni de temor, ni de angustia, ni de depresión, ni de mirar el pasado. Prepárate porque Dios quiere soltar tus pies para la sorpresa, para lo sobremanera grande que Dios quiere traer para este lugar.

Algunos cantamos, si tuviera fe como el grano de mostaza. Sabes cuál es la característica del grano de mostaza? Que no se queda chiquito. Y todos andamos… que lindo que suena, pero la característica es que entra en un proceso y se convierte de ser la semilla más pequeña en un árbol tan grande y la fe tiene que ir creciendo como el grano de mostaza, chiquita a más, más, más y prepárate iglesia, porque Dios te va a llevar de la pequeñez a más, a más, a más y te va a sorprender.

Dice que David cambió su comportamiento. Pero quiero mostrarte cómo cuando sabemos quiénes somos, nuestro comportamiento cambia. Y quiero darte el más grande de los ejemplos, quiero hablarte de Jesús. Y quiero que me acompañes al libro de Juan, capítulo 13, te voy a decir que es uno de mis capítulos preferidos. Juan capítulo 13.

Hace poco estaba dando una clase en la escuela de ministerio la cual dirigimos con mi esposo en Buenos Aires, la clase era restaurando la visión de Dios para la iglesia de este siglo. Era un bimestre que me tocaba la clase y en esa ocasión me llevó a hablar el Señor, me tocaba dentro del tema, Juan capítulo 13 y se me ocurre por esas cosas, ocurrencias no sé de dónde, antes de empezar la clase puse al costado de mi púlpito en el salón de clases, donde viene gente de otros lados, de otras culturas, puse una toalla y una palangana, o un recipiente con agua ahí y no dije nada. Saludé a los alumnos y empecé mi clase y al costadito en el rincón lo dejé. Y empecé a impartir mi clase y en un momento el Espíritu Santo cayó en ese lugar y alguien se levanta y toma la palangana y comienza a lavarse los pies a otros alumnos. Quiero decir que no pude terminar mi clase.

No los mandé, no dije, pero el Espíritu Santo te sorprende. Por eso es uno de mis capítulos preferidos, dice, capítulo 13 del Evangelio según San Juan, dice:

“…Antes de la fiesta de la pascua sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin, y cuando cenaban como el diablo ya había puesto en el corazón Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase −y fíjate el siguiente versículo lo que dice,− sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en la mano y que había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena y se quitó su manto y tomó una toalla y se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y a enjugarlos con la toalla que estaba ceñida…”

Es como que me causa más de una vez conflicto a mí, en mi interior, este pasaje porque pareciera que se forma como un sándwich, a ver si me entienden, perdón la simpleza con la que te hablo. Pero primero empieza el capítulo diciendo, antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado… Te imaginas lo que Jesús sabía, sabía que el cumplimiento de la voluntad del Padre, la razón por la cual él estaba en la tierra, llegaba a su momento, llegaba el cumplimiento del Padre. Sabiendo Jesús que la hora se acercaba, yo me imagino el siguiente versículo sería tremendo.

Dice que Jesús sabía los tiempos que estaba viviendo, y dice, y sabiendo que ya el diablo había trabajado en el corazón de Judas, dije bueno, después de esto qué se viene? Después de este versículo, fíjate dice, sabiendo Jesús – versículo 3− que el Padre le había dado todas las cosas en sus manos, que del Padre venía y al Padre iba, si fuera yo la que escribo el Evangelio y tendría que yo marcar la historia diría, sabiendo quién soy y de dónde vengo, sabiendo que el Padre me ha dado todas las cosas en mi mano, sabiendo que Satanás ya entró en el corazón de Judas, sabiendo quién soy y el poder que tengo, mando un rayo que lo fulmine.

No dice eso. Dice sabiendo Jesús que del Padre venía y al Padre iba, y que todas las cosas le habían sido dadas en sus manos, sabía quién era, tenía una identidad con el Padre, si hubiese mandado un rayo, hubiese actuado como loco, si hubiese mandado a fulminar a Judas, hubiese actuado como David frente a Aquís, pero Jesús tenía bien clara la identidad con el Padre y de algo tan tremendo que marcaría la historia, porque es el parte agua de la historia lo que estaba por suceder, de la historia de la eternidad, desde antes que el mundo fuese, el deseo del corazón del Padre se estaba por cumplir la razón por la cual el Padre había enviado a su Hijo, se estaba por cumplir. Él sabía y pareciera que de aquello tan espiritual, tan profundo, le dio tanta identidad al Hijo que fue capaz de tomar una toalla y un lebrillo y lavar los pies.

Cuando la identidad de lo que Cristo es en ti, de lo que él ha hablado, de lo que él ha dicho, te lleva a hacer cosas que aún para la mente no son comprensibles. Sabiendo Jesús que del Padre venía y al Padre iba, pudo bajar y lavar los pies.

Sabes por qué a veces actuamos como locos? Porque no sabemos ni dónde venimos ni a dónde vamos. Sabes por qué tantas veces andamos que será Dios, no será Dios? Por qué? Porque no pasamos tiempo delante del Señor para que él traiga lo que él es en nosotros.

Déjame decirte que Dios está buscando hijos, hijos maduros. Dios está buscando este tiempo, está esperando la manifestación de los hijos ullos, aquellos de mayoría de edad, aquellos con madurez que saben que son hijos del Padre y que toman del reino, toman el poder del Padre y actúan aquí en este mundo. Porque saben que son hijos del Rey.

Jesús dijo, denme la palangana y la toalla y comenzó a lavar los pies. Yo al mirar esta Escritura puedo ver algo tan alto, sabiendo que venía del Padre y que al Padre iba, mandó a los ángeles que vengan, no pareciera que de este sándwich de estos versículos, de algo tan espiritual de repente pasa algo tan bajo, la actividad más bajo de un siervo, lo más bajo era lavar los pies y sin embargo, Jesús conociendo quién era, sabiendo su posición en el mundo espiritual, lo que estaba por suceder, a poco tiempo de allí ya sabía quién era, sabe lo que hizo? Hizo la actividad más baja, lavó los pies.

Y no dice la Escritura le lavó los pies a 11 de sus discípulos, porque si soy yo se lo lavo con cianuro, ácido muriático a Judas, agua hirviendo le meto. Tu también harías lo mismo. Pero no dice eso, dice que le lavó los pies a sus discípulos.

Cómo pudo? Cómo pudo? Sabes por qué? Sabía quién era. Sabía de dónde venía. Sabía quién lo había llamado, sabía quién era su Padre. Sabía cuál era el plan del Padre. Sabía que el Padre no se equivoca. Sabía que la palabra del Padre era mayor que todo pensamiento humano. Muchas veces no nos atrevemos a bajarnos y a cambiar de actitud porque no sabemos quiénes somos.

Muchas veces no podemos amar a nuestro prójimo porque no sabemos quiénes somos y a dónde vamos. Muchas veces no nos atrevemos a perdonar porque no sabemos quiénes somos. Muchas veces no creemos la palabra de Dios y actuamos como locos porque no tenemos la identidad de hijos de Dios.

Es el tiempo que Dios está buscando hijos, no esclavos, hijos porque son los hijos que se manifiestan para su gloria. Él no vino por esclavo, él no dio su vida por esclavos. Él vino y produjo hijos, hijos de Dios. Oye, y tu quién te crees? Me creo hija. Y porque soy hija tengo derechos.

Y comenzamos a lavar los pies. Oye, pero no, cómo voy a hacer esa actividad? Esa que la haga otro, yo no, yo soy líder acá, yo no. es que por qué? Cuando eres hijo, cuando sabes quién eres les lavas los pies hasta a Judas. Le crees a Dios, sabes por qué necesitamos pedir que el Espíritu Santo venga y sople en medio nuestro en todo este lugar? Porque empieza a soltarse su presencia la certeza, soy hijo. Y cuando soy hijo soy capaz de responder al desafío que sea.

Ay, pero estás mal, mira lo que vas a hacer. Yo sé que Dios no se equivoca. Yo sé que Dios me dijo que lo iba a hacer con los míos, y lo va a hacer. Yo sé que el Señor se va a encargar del otro edificio. Yo sé que el Señor tiene su plan. Pero por qué? Porque soy hija y por cuanto somos hijos tenemos derechos y tenemos herencia.

Y cuando tu le crees a Dios tu fe afecta la conducta. Hoy el pastor hablaba de la hermana que se atrevió a dar un paso de fe en el desafío de la congregación para el nuevo edificio. Oye, pero tu qué estás haciendo? Mira la economía, no ves las noticias? Yo sé que soy hija. Yo sé, no me importa lo que digan todo el mundo, yo sé que soy hija y me atrevo a hacer cosas que para otros son locuras, pero porque soy hija y yo sé que él no me va a fallar.

Sin fe es imposible agradar a Dios. Déjame decirte que Dios en cada momento, y mira, aún antes cuando estábamos viniendo de la oficina, se percibía que los vientos del espíritu en este lugar, estaban cantando y estábamos en otro… no sé dónde estaba, pero estaba en algún lugar de aquí, pero se percibía el Espíritu Santo en este lugar.

Sabes qué? Dios está soltando la certeza. Para qué el Espíritu Santo viene? Porque te quiere traer la certeza, quiere cautivar tu corazón y quiere llevarte a toda verdad. y la verdad es que Cristo Jesús te ha hecho hija del Padre. Eres hija y cuando tu vienes delante de Dios sabes de dónde vienes y a dónde vas. Y eres hija, hijo, de Dios.

Y yo quiero esta tarde, antes de entregar este lugar y antes de retirarme, yo quisiera todos aquellos que levantaron la mano que tienen una promesa, que se pongan de pie. Si pueden los músicos venir, por favor, cómo los he hecho trabajar. Dios te bendiga hijo. Gracias.

Quiero que cierres tus ojos y que empieces a desenterrar esa promesa. Algunos han recibido promesas en la niñez y han pensado, no, ya no. déjame decirte que sí, sí, Dios lo va a hacer. Quiero todos los que tienen promesas, cierren sus ojos y empieza a traer esa promesa a tu corazón. Comienza a traerla.

Porque no te he dicho que si crees verás mi gloria. Cuando Lázaro estaba enfermo pensaba en que Jesús llegaba tarde. Él no llega tarde, ni llegó tarde a la casa de Betania, no va a llegar tarde a tu casa tampoco. Tu dirás pero mi problema ya huele, no me importa, él lo va a resucitar. Y lo que él ha dicho lo cumplirá.

Fe. Fe. Fe. Fe. No hay Dios tan grande como tu. No lo hay, no lo hay, no lo hay, no lo hay. No hay Dios que pueda hacer las obras como tu las haces. Señor, esta tarde yo declaro que en este lugar tu tienes hijos. Y Señor, este día tu levantas y traes frente a ellos promesas y los acercas al día del cumplimiento. Señor, hay algunas vidas que han esperado por años a ti te digo, se acerca el tiempo del cumplimiento, verás su gloria. Lo verás en tus hijos, lo verás en tu matrimonio, lo verás en tu familia, lo verás en tus finanzas, lo verás. Por qué? Porque eres hijo, eres hijo.

Señor, tu llevas a esta iglesia a un nuevo nivel de fe, un nuevo nivel de fe. Señor, tu ensanchas, levantas estacas, ensanchas el territorio pero Señor, antes que el natural ensanchas el espiritual, lo ensanchas. Tu gloria, Señor, tu gloria. Padre, yo los bendigo y te decimos este día que confiamos en ti.