Ana y Simeón - Promesas de Dios se cumplen

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Quiero invitarles a ir a Lucas en el Capítulo 2. Hay un texto aquí que quiero compartir con ustedes, la presentación de Jesús en el templo. Yo he querido poner a un lado por un momento esta serie de sermones que yo he titulado “Fe compleja” y en este tiempo más cercano a la navidad, pues quiero también honrar el tema navideño y por eso voy a poner a un lado por un momento el complicarles la mente y se la voy a aquietar un poquito con un mensaje más tierno de navidad. Y luego volveré a hacerles la vida difícil, dentro de un par de domingos más, seguiremos con esta serie que espero que sea de bendición para usted, de edificación. Pero hoy vamos a hablar acerca de este evento en la vida y en el ministerio de Jesús, muy cercano a su nacimiento.

Todo los relatos que hay en la Escritura acerca del nacimiento de Jesús, su niñez, el inicio de su ministerio, en realidad, toda su vida, tienen algo que ver con la persona de Jesús, el mensaje evangélico y proyectan y presentan algún aspecto, alguna verdad espiritual que nosotros tenemos que recordar. Y tenemos que integrar nuestra vida.

Este texto no es diferente, señala un momento especial en el comienzo de la carrera terrenal de Jesús, vamos a leerlo, y hay dos personajes que quiero que reflexionemos sobre ellos un poquito y que aprendamos de ellos, Ana y Simeón. Dice aquí, Lucas 2:21.

“…Cumplidos los 8 días para circuncidar al niño… ─ una costumbre hebrea era que a los 8 días el niño era presentado al Señor y como que era integrado en una manera más formal a la comunidad humana y era presentado ante Dios para recibir bendición espiritual y Jesús y sus padres se sometieron a esa costumbre y llegó 8 días de nacimiento y se presentaron al templo que circuncidar al niño y para consagrarlo al Señor.

La circuncisión era esa operación quirúrgica sencilla que marcaba al varón como propiedad del Señor y miembro de la comunidad de Israel.

“…Y le pusieron por nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el ángel, antes que fuese concebido. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos ─ de los padres ─ conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor…”

Cómo Dios se las arregló para presentarse a sí mismo, él mismo, yo no sé pero eso él lo puede hacer. Dios se estaba presentando a sí mismo. Qué le parece, esos son los misterios de la Trinidad y la encarnación. El hombre, Dios, se presenta ante el Padre. Y dice:

“… como está escrito en la ley del Señor todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor…”

Eso es lo que estaba en la ley. Es decir, que el primogénito. Usted sabe que en Israel todo lo primogénito era del Señor, el primer varón, la primera parte de la cosecha, los primeros animales, los mejores eran del Señor, eran consagrados al Señor. Por eso la Biblia habla de las primicias, de traer las primicias al Señor. Y todo primogénito que abría la matriz, es decir, que era el primer fruto de la mujer, ese varón se consideraba apartado para el servicio y para los propósitos del Señor. Todos eran, pero ese varón primogénito en particular era bien, bien importante. Y de nuevo, el Señor se somete a ese. Quién más que el Señor que fue concebido precisamente para cumplir los propósitos del Padre.

“…Y también vinieron al templo para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor un par de tórtolas o dos palominos…”

Algunos creen que María y José presentaron un sacrificio sencillo al Señor porque no podían ofrecer mucho más que eso, eran miembros de la clase más pobre y por lo tanto su sacrificio, su entrega al Señor en ese momento era algo sencillo, dos tórtolas, dos palominos. No eran miembros de la casta dominante, de ninguna manera.

“… y he aquí, había en Jerusalén ─ y aquí entramos en el relato nuestro ─ … y he aquí, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón y este hombre, justo y piadoso…”

Yo quiero que piensen en esas dos palabras porque las vamos a tratar más adelante.

“…justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo estaba sobre él…”

Muy importante, ahí hay varias cosas, era justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo estaba sobre él.

“… y le había sido revelado por el Espíritu Santo ─ note el ministerio del Espíritu Santo en todo este relato ─… le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viese al ungido, al Mesías, del Señor. Y movido por el espíritu, ─otra vez la presencia del espíritu ─ …movido por el espíritu vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo para hacer por él conforme al rito de la ley, él, Simeón, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo, “Ahora Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos. Luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel. Y José y su madre estaban maravillados…”

Imagínense esto, no me puedo escapar de detener un poquito la narrativa. José y María tienen este ser misterioso cuyo nacimiento ha sido acompañado por el anuncio de un ángel, y cosas misteriosas que ellos, gente humilde, sencilla, no muy docta ni muy intelectualmente desarrollado, no entienden totalmente qué significa. No tienen un estudio de teología. Yo no sé si quizás ellos ni siquiera sabían quién era el Mesías, que eso esta prescrito y profetizado por los profetas. Yo creo que esta gente, José y María, no sabían leer ni escribir seguramente, hermanos.

Sin embargo, ellos ven esto, traen a su hijo para lo que ellos piensan que va a ser una ceremonia común y corriente, como bautizar un niño o algo por el estilo, presentarlo en la iglesia. Y de momento viene este anciano misterioso y lleno de emoción habla acerca de este y dice, “Señor, ahora ya me puedo ir ya, ya yo me puedo morir. Tu me despides ya en paz porque lo has preparado.” Imagínense si se dijera eso de su hijo en presencia de todos los pueblos y él es luz para revelación a todas las naciones del mundo, los gentiles y es la gloria de tu pueblo. Es decir, tu pueblo es glorificado y honrado en él. Cómo reaccionaría usted? Porque a veces pensamos que bueno, si el ángel le anunció a María y si él nació por concepción inmaculada como dicen los hermanos católicos, pues qué más preguntas? Ya tu sabes que este es un ser extraterrestre y que es algo maravilloso, pero todavía ellos están aprendiendo quién es el ser que ha nacido entre ellos y de ellos.

Y dice que estaban atónitos escuchando lo que este hombre extraño, que no los conoce, no conoce al niño, pero entonces tiene que haber una conexión, ellos en ese momento se conectaron con los pastores que vinieron, con los magos que vinieron del oriente a traerles regalos para un rey, y dijeron, “Oye, qué es lo que nosotros tenemos en nuestra familia?”

Y entonces estaban maravillados de todo lo que se decía de él. Y los bendijo Simeón, bendijo a María y a José y dijo a su madre, María, “he aquí, este niño está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel.”

Es lo que yo digo, no puedo suprimir esto. Es que Jesús, esto empalma con mis sermones de fe compleja, Jesús no solamente vino para cargar un corderito todo humilde y sencillo. Él vino también para destruir y vino para rebajar y vino para romper, y vino para crear división también. él no solamente era el humilde pastorcito, él vino para provocar conflicto.

He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel. Y para señal que será contradicha, en otras palabras, va a causar controversia. No todos van a creer en él y algunos van a negarlo y van a condenarlo y van a negar que él es quién él dice que él es.

Y una espada, eso como que lo metió el Espíritu Santo de ñapa, pero mire qué ñapan y una espada traspasará tu misma alma.

Cuándo traspasó esa espada el alma de María? Cuando ella vio a su hijo crucificado. Una madre ver a su hijo, aunque fuera el Hijo de Dios, sufriendo lo indecible, esa espada traspasó su alma en ese momento. Fíjense cómo Dios, en su misericordia o en lo que fuera, porque yo preferiría no saber eso, francamente. Pero el Señor hace lo que a él le da absolutamente la real gana, y quiso declarar eso allí.

Así es que son las revelaciones de Dios, de paso hermanos. Las revelaciones de Dios a veces son siniestras. Los tratos de Dios a veces son cosas raras en uno y él hace lo que él le da la gana cuando quiere y cómo él quiere. Dios no solamente está aquí para hacer lo que nosotros nos gusta que él haga.

Dice, “ …para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones, lo que estaba escondido, toda la podredumbre, toda la hipocresía que había en Israel y en su sistema y aparato religioso, todo eso Cristo lo sacó á la luz, los pensamientos de muchos corazones.

Cuando Cristo está en un lugar, hermanos, las cucarachas comienzan a correr como cuando le prenden la luz. Esa es la cosa cuando usted está en la presencia de Dios, usted es un rayo x entra a su vida y lo revela todo.

Para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones, este es Simeón, dice, entonces estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido 7 años desde su virginidad y era vida hacía 84 años. Haga la matemáticas. 7 años casada, 84 años de viuda, cuánto es? 91. Y no se casó me imagino cuando nació, tenía 14, 15 años, ya era una mujer, es decir, 104 a 106 años más o menos tenía esta mujer, pero todavía estaba dura como un coco, fuerte en el Señor, llena de pasión para con Dios, llena del espíritu, fuerte en el Señor.

Dice que, no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayuno y oraciones. Hay gente por ahí que trabajan 6 horas al día y ya no pueden ayunar, no pueden orar, no pueden ir a la iglesia porque ya tienen dolor de cabeza. Esta mujer tenía 100 y pico de años ayunaba y oraba. Gloria a Dios por esa gente apasionada. Yo quisiera ser uno de esos, espero que sea y tu también, queremos levantar una iglesia de gente llena del espíritu de Dios.

Era viuda hacía 84 años, no se apartaba del templo. Esta presentándose en la misma hora, una cita divinamente concertada, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todo los que esperaban la redención en Jerusalén. Gloria al Señor.

Que bello pasaje. Creo que ya podría cerrar aquí porque ya he predicado la mitad del sermón interpretándolo mientras lo leo. Los personajes que aparecen en este pasaje son ejemplares, están allí puestos por un propósito, están allí para señalar algo, ejemplificar algo, encarnar una verdad espiritual.

Nosotros tenemos que aprender lecciones morales, éticas y espirituales de ellos. Simeón y Ana son como una encarnación de virtudes que nosotros podemos aprender y por eso Dios nos escogió para este relato en ese momento.

Otro punto aquí en preparación, Lucas es el escritor que llamaría como el escritor del Espíritu Santo. Lucas escribió el libro de los Hechos, ustedes recordarán, que es el libro que más poderosamente expresa la obra milagrosa del Espíritu Santo en la vida de su iglesia. Y también escribió el Evangelio según San Lucas. Y uno de los atributos distintivos del Evangelio según San Lucas es su continuo señalamiento de la obra del Espíritu Santo. Si usted explora a Lucas a la luz de esto que yo estoy diciendo, usted descubrirá que de los cuatro evangelistas él es el que más fuertemente hace resaltar el ministerio del Espíritu Santo en la vida de Jesús y en su ministerio y en el ministerio de los discípulos.

Entonces no es casualidad que este texto que estamos leyendo señala dos personas llenas del Espíritu Santo que están siendo dirigidas por el espíritu para un encuentro singular con el Hijo de Dios. Lucas enfatiza el rol del espíritu en todo el ministerio de Jesús.

Quiero decirle otra cosa también y es que el Espíritu Santo no aparece por primera vez en el Nuevo Testamento. Sabe que el Espíritu Santo no aparece en Azusa en el año 1906 por primera vez, el Espíritu Santo está en la Escritura y en la historia de la humanidad y en la creación desde el inicio mismo de la eternidad, no tiene inicio, pero de la creación por lo menos. Es el Espíritu de Dios eterno y siempre moviéndose.

Si usted va al Antiguo Testamento usted ve el espíritu de Dios obrando a través de los jueces, de los profetas, de los reyes ungidos, de los grandes hombres y mujeres de Dios, los grandes movimientos de Dios en la historia siempre están energizados y posibilitados por el Espíritu Santo.

Lo vemos en la creación mismo, dice que el espíritu de Dios se movía sobre las aguas. El espíritu está activo en todos los actos creativos de Dios. es Dios mismo moviéndose en medio de su creación, en poder, en acción, y hermanos, saben algo, que si tu quieres tener una vida creativa y poderosa, tu necesitas el mover del Espíritu Santo en tu vida. Eso es lo que este pasaje nos relata.

Que Simeón y Ana son dos personas que se mueven bajo la unción y el poder del espíritu de Dios, y que nosotros también necesitamos como el mismo Hijo de Dios también, necesitamos que nuestra vida sea una búsqueda continua de una frescura del Espíritu Santo.

A veces lo que el espíritu requiere es simplemente un toque de nosotros, un leve llamado y él está ahí listo para volver a refrescar nuestras aguas cuando necesitamos.

Yo creo que este pasaje debe servir como un recordatorio, un llamado a todos nosotros que tu vida sea como la de Simeón y Ana, tu movimientos, tus decisiones, todo lo que tu haces dirigido y gobernado y coordinado por el Espíritu Santo. Todos los actos creativos de Dios tienen el Espíritu Santo. Es Dios moviéndose en medio de su creación en poder y acción.

Yo veo el Espíritu Santo como el elemento ejecutivo, la manifestación de la persona de Dios que crea, que obra, que se mueve, que energiza, que posibilita cosas y por eso es que nosotros, los hijos de Dios, no podemos simplemente ver al Espíritu Santo como una presencia implícita, genérica en la vida religiosa nuestra. No, hay que enfocarlo continuamente.

Muchas iglesias y muchos cristianos simplemente hacen una mención casual del Espíritu Santo. Y lo tratan como algo por eliminación está allí. Pero no, la clave para una vida llena del espíritu es cuando tu ves el Espíritu Santo como un enfoque continuo de tu vida. Tu siempre lo estás enamorando, llamando, exaltando, celebrando, pidiendo, nadando dentro de él, refrescando, tomándote la temperatura y la presión espiritual para ver dónde estás en términos del espíritu. Y cuando tu sientes que está decayendo, tiempo para meterse otra vez a las aguas, tiempo para pedir, Señor, refréscame, porque ya no siento lo mismo en la oración, ya no me toca tanto la adoración, ya como que voy a la iglesia y es lo mismo, ya oro pero es una rutina, ya leo la palabra pero no me entusiasma.

Cuando tu sientas esas cosas, cuando tu no te sientes que estás vivo a la presencia de Dios, métete a las aguas de nuevo y refresca tu cultivo del espíritu. Tiene que ser así en toda la vida. Porque eso es lo que posibilita toda creatividad en tu vida. Nada es posible para los hijos de Dios verdaderamente, genuinamente si no está motivado y energizado por la acción del Espíritu Santo. Tu puedes hacer muchas cosas en la carne.

Yo puedo pararme aquí, recitar un sermón y engañarlos a ustedes con unas palabras semi elocuentes, pero ¿Saben qué? Si en mi palabra no está metida la energía del Espíritu Santo va a rebotar de todos ustedes y no va a hacer absolutamente nada. Solamente cuando el espíritu está dentro de esas palabras y llega al corazón y explota dentro de usted, y se hace vida, entonces hay cambio y hay impacto, y por eso es que yo, antes de pararme aquí, tengo que asegurarme que tengo la aprobación y el sello, y el respaldo del Espíritu Santo para predicarles a ustedes.

Porque francamente, ciertamente no me puedo engañar a mí mismo, no voy a engañar al diablo, ni engaño a Dios, quizás los puedo engañar a ustedes pero tarde o temprano se van a dar cuenta y van a decir, Señor, ten misericordia del pastor, tócalo de alguna manera. En las cosas del pueblo de Dios tienen que hacerse en el espíritu.

Una iglesia puede crecer, puede prosperar, puede tener un gran coro, puede tener mucho aparato religioso y todas esas cosas y la gente lo ve de afuera y dice, guau, que iglesia! Mire, pero eso no quiere decir que el espíritu de Dios está moviéndose en esa iglesia y mi pasión y mi deseo es, Señor, siempre muévete en medio de nuestro pueblo.

Y yo sí creo que Dios se mueve en este lugar. Algunos pensarán que no, pero Dios se mueve en este lugar. Con todo y arrugas e imperfecciones y verrugas, y pecados, el espíritu de Dios está en este lugar. El espíritu del Señor se mueve en este lugar. Yo creo, porque Dios es misericordioso, no por nosotros, sino por él que es misericordioso y porque él sabe que hay lugar para él en este espacio.

Y tenemos que ser así en nuestra vida. Simeón y Ana ejemplifican eso. El Señor mismo se sometió, hermanos, a esa ley de que es por el espíritu no es con espada, no es con ejército, es con espíritu. Cuando el Señor encarnó en hombre, Dios, él como que abandonó su autonomía divina y se sometió a las reglas humanas. Y como todo ser humano él mismo necesitaba la unción del Espíritu Santo y por eso él es presentado en el templo y bendecido. Por eso él va y se bautiza con su primo Juan, y por eso el espíritu de Dios descendió sobre su cabeza en forma de paloma y lo llenó y lo bautizó.

Y cuando él salió de esas aguas que eran espirituales y líquidas, dice que el Espíritu Santo lo impelió y lo movió y lo tiró al desierto para tener su primer encuentro frontal que lo capacitaría para comenzar su ministerio público. Porque lo primero que tuvo que hacer es confrontar al diablo directamente y derrotarlo judicialmente, someterse a que le tirara los mejores pelotazos que podía y él se los batió de jonrón todos y entonces habiéndolo derrotado jurídicamente, porque después él volvió pero eso fue una derrota judicial, la que él le dio a Satanás en el desierto.

Ahora, una vez que era claro ya que Satanás no tenía parte ni suerte con él, entonces él sale y entra a su ministerio público. Sabe que muchas veces, esto es una ñapita del sermón, para que Dios pueda llevarte a dónde él quiere verdaderamente, para que Dios pueda cumplir su propósito final contigo, hay peleas que tu tienes que tener primero con el diablo. Y ¿Saben qué? Desgraciadamente ninguno de nosotros sale como Jesús ileso. Yo le puedo mostrar algunas marquitas que yo tengo por ahí de mis encuentros con el diablo. Quisiera poder decirles que salí ciento por ciento ileso, pero no.

Pero muchas veces para Dios prepararte a ti y para completar lo que se necesita para que tu puedas iniciar tu llamado, tienes que pasar primero por esas preparaciones. Para que él sea reconocido justo en su palabra y tenido por puro en su juicio, dice la palabra del Señor.

Ahora, el Señor nace por el espíritu, porque es incubado por el Señor, el ser santo que nace de María es resultado del depósito del Espíritu Santo. Cuando llega a la edad mayor, es bautizado por el Espíritu Santo, impelido por el Espíritu Santo entra en esa prueba demoníaca. Y una vez que sale de esa prueba, su primera aparición pública, en un sentido, como nuevo ministro de Dios es cuando sale a la sinagoga y le entregan el rollo de la ley para que lea, y por coincidencia él saca el libro de Isaías y lee y dice, el espíritu de Dios está sobre mí y me ha ungido para proclamar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, sanidad a los enfermos, para declarar el buen día de la salvación de Jehová.

Que maravilloso, hermanos. El ministerio de Jesús es una y otra vez buscando. Él se mueve por la unción del Espíritu Santo y nosotros tenemos que hacer lo mismo en nuestras vidas. Por eso es que yo creo que este pasaje es tan importante, porque al inicio mismo del ministerio de Jesús estas dos personas, Ana y Simeón, ejemplifican esa llenura del Espíritu Santo.

Mire lo primero que yo veo acerca de Ana y Simeón, son gente humilde, pobre, nada sobresalientes, gente común y corriente, como usted y como yo, y quizás hasta menos. Usted los hubiera visto ahí en el templo, con miles de personas en la corte de los gentiles o la corte de las mujeres o la corte de los hombres y usted los hubiera pasado de largo, no había nada en ellos físicamente que les llamara mucho la atención. Pero ¿Saben qué? Eran súper héroes encubiertos, eran Superman y Wonder Woman en vestido humano, pero eran gente llena del Espíritu Santo.

Y eso es lo que hace la diferencia en la vida. Quizás nunca fueron a un seminario, quizás nunca predicaron un sermón, quizás nunca leyeron una concordancia, no creo que ni siquiera supieran leer o escribir, pero era gente llena del Espíritu Santo.

Y yo siempre digo que el Espíritu Santo es el normalizador, el nivelador de las desigualdades humanas en la iglesia. Tu puedes no tener mucha enseñanza, tu puedes ser una persona humilde de condición, pero si tu estás lleno del Espíritu Santo tu tienes todo lo que tu necesitas para ir adelante.

Ahora, es bueno que te eduques, que crezcas en el Señor y que aprendas más y que leas y estudies, porque todo eso es leña para el fuego de Dios. Amén. Pero la base de todo es ese combustible poderoso que es el espíritu de Dios y por eso es que tenemos que buscar eso antes que nada, antes que un doctorado o 4 cursos de discipulado, busque la energía bruta, desnuda del espíritu de Dios en su vida, y llénese de eso primero: oración, ayuno, palabra de Dios, consagración, entrega al Señor, despojarse cada día más y buscar la presencia de Dios, desearla con hambre y sed, como dice el salmista.

Como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo, dice, cuándo vendré y me presentaré delante de la casa de Dios?

Así es que tu tienes que vivir tu vida. Mi alma tiene sed de Dios, pero no del Dios de la religión, no del Dios de los domingos, sino el Dios vivo, el Dios de poder. Y si tu vives así el Señor te va a visitar, el Señor va a hacer cosas a través de tu vida. Ana y Simeón, aunque eran pobres, humildes de condición, pero eran gente llena del Espíritu Santo. Y eso es bien importante.

Es decir, aunque eran humildes, Dios, no hace acepción de personas. Dice la Biblia que los ojos de Dios recorren toda la tierra buscando a los que son de perfecto corazón para mostrar su favor para con ellos. Lo único que tu necesitas es un corazón deseoso de la gloria de Dios, un corazón que ponga la presencia y el mover de Dios por encima de todas las demás cosas en tu vida y Dios te va a tocar y Dios te va a tratar y va a tratar contigo. Gente común y corriente pero llena del espíritu.

Qué otras cosas vemos aquí también en estos personajes? Otra cosa que yo veo es que era gente fiel. Digan conmigo, fiel. Era gente de larga duración. Eran maratonistas, no eran gente de 100 yardas solamente, eran personas a largo plazo. Ambos eran gente avanzada en edad. Ana tenía más de cien años, Simeón yo creo que él estaba ahí siguiendo los pasos, pero ¿Saben qué? Habían preservado la fe, habían retenido lo que el espíritu les había encomendado a través del muchos años.

Cómo es que Pablo dice al final? Dice, he guardado la fe, algo así, he corrido la carrera, he peleado la buena batalla y me espera simplemente ya la recompensa al final de mi vida. Óigame, yo quisiera terminar mi vida y decir lo que dijo Pablo y tu también. Reten lo que tienes, a quién le dice eso? A una de las iglesias en Apocalipsis? Retén lo que te ha sido confiado.

Qué cosas ha hablado Dios a tu vida, mi hermano, mi hermana? Quizás un día Dios te tocó y te llamó a su reino y con lágrimas tu pasaste al altar y entregaste tu vida y quizás era un tiempo de dificultad y tu te tiraste a los pies del Señor y Dios te sacó del hoyo, del lodo cenagoso, como dice, de la profundidad. Y qué pasó? Regresaste a tu casa bendecido, viste la mano del Señor enderezar tu camino, pero vino la normalidad y te olvidaste de esas primeras promesas al Señor, te olvidaste del primer amor.

A alguien Dios le está hablando en esta tarde. Y Dios te dice, retén lo que has recibido, no te olvides de tus comienzos, no te olvides de esos primeros pasos que tu diste cuando me amabas por encima de todas las cosas, cuando me prometiste que sería mía o mío y te has olvidado de eso, y ahora simplemente me das un poco. Regresa al primer amor y cultiva ese primer amor. Vive en él. Y cuando tu veas que decae, vuelve otra vez a recordar dónde estaba y recógelo y quítale el polvo y ponlo otra vez en un lugar visible.

Simeón había recibido una promesa, a qué edad? 30 años, 40 años? quién sabe. Se le apareció un ángel? Yo no creo. Pero a él se le metió una impresión por dentro, muy poderosa, quién sabe si fue un sueño, es posible. Pero yo creo que a veces nosotros romantizamos demasiado las cosas de Dios y proyectamos cosas donde no hay. Quién sabe si fue simplemente que en alguna forma poderosa Dios le dijo, mira, tu no vas a morir sin antes ver al Prometido de las naciones, la salvación del mundo.

Y Simeón absorbió, se impregnó de esa promesa. Fue embarazado con la promesa de Dios y vivió toda su vida con esa promesa ahí, esperando un día antes de morir que vería al prometido de Dios. y vivió en esa manera y cuando llegó el momento, Dios le dijo, hoy es el día.

Si Dios ha puesto algo en tu vida, un llamado, una inquietud, una impresión de algo que él quiere que tu hagas, un impulso de consagración, una entrega de algo, una promesa que tu le hiciste al Señor, no te olvides de ella. Retenla, cultívala, bendícela y salúdala y vive en ella hasta que tu veas su cumplimiento. Si es de Dios se cumplirá, se podrá tomar 10, 20, 30, 40 años pero sé fiel al Señor. Retén lo que tienes, le dice el Señor a alguien a aquí o a algunos esta tarde. Retén lo que has recibido, tal y como yo te lo entregué y no lo comprometas. Se fiel.

A Dios le gusta la gente que vive ahí, cada día. Si Dios te puso en un puesto, quédate allí y no mires si estás contento, si estás entusiasmado, si estás aburrido. Usted es un soldado, si lo pusieron allí, quédese allí y cultívelo hasta el último momento.

La iglesia está llena de personas que retienen sus visiones simplemente según sus emociones. No, usted sirve al Señor por integridad. Usted sirve al Señor por convicción, no por calofrío o que se le engranuja la piel, o hay ángeles que le gritan o algo. No, es porque Dios lo dijo y yo lo voy a hacer y la carne que se ajuste. Punto. Fieles al Señor.

Ana, a los ciento y pico de años todavía está ahí como una jovencita, ayunando, orando, intercediendo, clamando, visitando el templo todos los días, anunciando la palabra de Dios. óigame para llegar a esa edad consagrada al Señor, esa son la gente que Dios ama, sabe? La gente entregada al Señor y que retienen lo que han recibido y que son fieles y estas dos personas, por eso Dios los llamó a ser testigos de algo tan excelso como la presentación de su Hijo.

Dos cosas acerca de Simeón. Simeón dice la Biblia, que era justo y piadoso. A mí me ha perseguido el carácter de Simeón y sus cualidades a través de los años. yo busqué las dos palabras, porque cuando yo veo unas palabras así en la Biblia, siempre trato de sacarle todo el jugo y entonces fui al griego original, que se traduce al español justo y piadoso, y busqué estas dos palabras porque ahí están puestas. Dice, Simeón era justo y piadoso. La palabra justo en el griego original es dicaios. Que bien se escuchan, se ve que son gente inteligente, hasta griego hablan.

Y la otra palabra piadoso es eulabes. Digan todos eulabes. Cuántas personas dicaious y eulabes tenemos aquí en la iglesia hoy? Y estas palabras son como dos astros que giran alrededor de un sol y las dos palabras se matizan la una a la otra. Es como que uno las puede entender mejor cuando están en juego una con la otra. Y lo que yo pensaba cuando lo busqué en el griego original y la sugerencia de estas palabras en la literatura griega y en el Nuevo Testamento y el Antiguo Testamento, verificaron lo que yo pensaba.

Porque usted puede decir justo y piadoso. No es una repetición, era algo que había en la persona de Simeón que yo quisiera que ustedes y yo pudiéramos encarnar en nuestras propias vidas. Y cuando a mí me preguntan, bueno, pastor, qué es lo que usted cree? Una de las cosas que yo creo es eso, que nosotros necesitamos una espiritualidad balanceada y como iglesia tenemos que buscar las dos cosas.

La palabra dicaios, que tiene muchas diferentes variantes en la Escritura, generalmente se refiere a medir cosas, a pesarlas y a juzgarlas y discernir su verdadera naturaleza, ir más allá de las apariencias y ver la realidad de las cosas. Esa es la entimación de la palabra dicaios, diacrino, de ahí viene la palabra crítica, de hecho, de criticar, de analizar.

Y lo que dice la Escritura es que esa palabra, dicaios, se refiere a carácter, se refiere a lo que yo diría que era el caminar de Simeón. Simeón era un hombre de integridad, Simeón era un hombre que vivía lo que predicaba. Simeón era un hombre de buen testimonio ante los demás. Simeón era un hombre que cuando usted buscaba dentro de las hojas, usted encontraba fruto.

Hay mucha gente que usted busca dentro de las hojas y no encuentra nada, por eso el Señor maldijo la higuera, porque le recordó a tanto cristiano y tanto judío que aparentan mucha religiosidad pero no dan fruto. Pero Simeón en ese sentido justicia, cumplía la justicia de Dios y esto es lo que yo digo, hermanos, mire como cristianos, nosotros tenemos que buscar esa vida que respalde lo que nosotros predicamos, una vida consistente, pero hay más que eso.

Porque ahora mismo yo sé que muchos de ustedes, o algunos, están escuchando y dicen, ah, eso me aplica a mí, gloria a Dios. Son los otros, estos hipócritas que están alrededor de mí. No, mire, eso le aplica.

Porque la palabra piadoso se refiere a la parte apasionada de la vida cristiana, y sabe que es lo que pasa? Por eso yo digo que estas dos palabras se matizan. Nosotros tenemos que buscar gente espiritual, apasionada, pero también que cuando usted los mide en la balanza, dan la medida, dan la talla de verdaderos cristianos, el carácter.

Lo que Dios está buscando, hermanos, cada día más y más en nosotros, en mí, es un carácter que refleje el carácter de Cristo Jesús. Integridad, solidez espiritual. Yo compartía con los hermanos esta mañana, por ejemplo, perdone si soy brusco y soy áspero en la manera que me expreso, pero ese no es mi deseo.

Cada año cuando hay el congreso de mujeres que de tanta bendición es, tantas vidas son tocadas, mujeres son impactadas, llenas del espíritu, la palabra de Dios fluye, es un tiempo de adoración maravilloso, pero ¿Saben qué? Muchas veces las líderes, incluyendo mi esposa, regresan al hogar un poquito tristes. Porque sobretodo al comienzo, como este último año, se dan tantos momentos feos de conflicto, mujeres que quieren los primeros asientos. Una hermana cogió, imagínese, había una mesa que decía reservada y estas hermanas a sus anchas, o como se llame, cogieron y se sentaron allí quitaron el cartel.

Y cuando llegó esta hermana que era de las ujieres y preguntó, mire, hermanas, esto está reservado aquí, no estaba el rótulo? Y ¿Saben qué? Hermana, aquí estaba un rótulo, dónde está? Y una hermanita con una sonrisa de lo más fresca, se lo sacó de abajo, se había sentado encima de él para esconderlo, como una muchachita traviesa haría las cosas.

Otras hermanas apenas hay que aguantarlas para que no se jalen los moños unas a otras. Ujieres que son ofendidas y yo digo eso con dolor en mi corazón, pero hay que decirlo porque nosotros queremos una medida apretada. Y ahora eso pasa en todas las iglesias y yo sé que eso no es provincia nuestra. Desgraciadamente algunas de esas personas son de nuestra iglesia y son a veces de las más viejas. A veces las más jóvenes se portan mucho mejor que las más viejas.

Hay también pastoras y eso es cada año, porque no se sujetan a las leyes y reaccionan en una manera violenta cuando se les llama la atención y se les pide lo más gentilmente posible. A estas hermanas poco les falta de untarse betún antes de ir allá por la mañana porque saben que van a confrontar al mismo diablo.

Entonces, usted ve por qué yo digo eso hermanos? Porque es que dónde está el carácter de Jesús? Dónde está esa justicia de Dios? justo y piadoso. Hay personas que creen que porque son piadosas no tienen que ser justos. Lo que dice esta idea de dicaoios es que él era un hombre que reflejaba el carácter de Jesús.

Usted sabe cuándo usted y yo vamos a saber que tenemos verdaderamente el carácter justo de Dios? cuando Frances, el que atiende, se acerque a usted y le toque al vidrio y usted lo baje, sí, hermano. Hermanito, usted se puede echar un poquito más para que quepa otro carro allí? Y usted dice, claro, hermano, como no, claro que sí. Y usted se muerde su orgullo y coge su carrito y lo echa un poquito más y lo mete allí. O cuando usted deja de ocupar dos espacios porque es un BMW y usted no quiere que nadie se lo gualle así que quiere espacio entre los dos lados, pero le está robando espacio a un hermano. Eso es ser justo.

Y mire, yo me tengo que echar mi propia medicina. Hay áreas en mi vida que yo tengo que tratar, pero no me deja estar tranquilo porque yo sé que a eso es que me llama Dios. y usted y yo, esta iglesia, tiene que cada día, y tu tienes que preguntarte, refleja mi vida el carácter de Cristo? En qué medida estoy yo reflejando el amor, la paciencia, la bondad, la mansedumbre, la sujeción, la tolerancia de Cristo? El fruto del Espíritu Santo, porque a veces somos unos titanes con los dones, pero y qué del fruto del espíritu. Para mí uno como otro son evidencias de la presencia del espíritu en tu vida, no compartamentalices y no dividas, todo es, todo.

Entonces, Simeón era justo pero también era piadoso. La palabra piadoso, eulabes, lo que quiere decir es que él también amaba a Dios, era apasionado con las cosas de Dios, guardaba los ritos de la fe, asistía a la iglesia, diezmaba, ayunaba, guardaba las promesas, era apasionado para con Dios, piadoso. Esa es la idea. La idea de piedad quiere decir eso, es pasión con Dios, no es simplemente un santurrón. No, es una persona apasionada para con Dios. es esa parte vertical. Justo es la parte horizontal, mi trato con los demás, el tipo de hombre, mujer, que yo y tu somos, de esposo, hermano, amigo, trabajador, chofer, que la gente que yo no tengo púas escondidas y me pueden tocar y no va a haber nada allí que los hinque. Porque hemos sido tratados por el agua de Dios que ha ido limando las asperezas. Pero también somos gente que saltamos, porque esto no se trata de quitar tampoco… No, gloria a Dios, Dios quiere gente apasionada que salte y que brinque y que canten coritos pentecostales, que sean ungidos, que vayan a la iglesia, todo eso, pero también que esa parte humilde y sencilla de la vida cristiana esté en su lugar. Me doy a entender, hermanos?

Es un balance justo y piadoso. Y Simeón ejemplificaba las dos cosas. Y era un hombre también lleno del Espíritu Santo. A veces cuando la gente me oye decir esto creen que yo estoy tirando agua al Espíritu Santo. No, todo lo contrario. Es que para que el Espíritu Santo verdaderamente se mueva en tu vida, tu necesitas el fundamento de un carácter Cristo céntrico. Y no me diga lo contrario porque eso es lo que dice la palabra del Señor. Y yo lucho con eso, eso me persigue continuamente en mi vida, porque me lo aplico a mí mismo, usted también se lo tiene que aplicar porque eso muchas veces me agua la fiesta a mí, cuando yo recuerdo, todavía me falta mucho para expresar el carácter de Jesús, pero yo sé que ahí es que me llama Dios.

Pero también quiero ser apasionado para con Dios, quiero ser lleno del Espíritu Santo. Simeón era un hombre que se movía, su vida, dice que estaba lleno del espíritu. El espíritu de Dios estaba con él y en él y todo lo que él hace está caracterizado por el espíritu. El recibe revelación de Dios. Dios le dijo, no te vas a morir hasta que no veas a mi ungido. Y dice que impelido por el Espíritu Santo, en el espíritu, es la traducción en el griego original, el espíritu lo coge y lo lleva al templo en el momento indicado para que sea testigo de la presentación de su Hijo en el templo. Porque Dios quería un testigo humano, aparte de José y María, que estaban implicados inevitablemente.

Yo creo que Ana y Simeón, para mí, quizás yo soy un poco romántico, eran como representantes de la raza humana independientes testigos, que Dios había traído y quería que en ese momento estuvieran allí para ser testigos cuando se diera ese momento increíble en que la Trinidad estaba allí, el Hijo, siendo presentado, el Padre, recibiendo la presentación, y el Espíritu Santo moviéndose, trayendo a Simeón, y los tres allí presentes en ese momento.

Y Ana y Simeón, un hombre y una mujer, como Adán y Eva, pero ya avanzaditos en edad, representando la raza humana, dándole la bienvenido al Hijo de Dios a su ministerio, y diciendo, bienvenido, Mesías, bienvenido Hijo de Dios a la tierra. Te bendecimos y te abrimos las puertas.

¿Saben qué? Porque Dios le ha dado al hombre señorío sobre la tierra. Le entregó la tierra. Y Dios mismo se rige por autoridad. Que cosa, su propia autoridad, él la somete, y él le declaró al hombre autoridad en la tierra y dijo, yo quiero que dos miembros de la raza humana le den la bienvenida a mi Hijo y estén presentes y que sean gente llena del espíritu y gente ya avanzada en edad, que tienen millaje. Sabe por qué? Es una de las cosas que yo digo que esta cultura glorifica a los jóvenes, pero ¿Saben qué? Los viejos también tienen mucho que hacer.

Yo les decía a los hermanos, miren, unas de las cosas que Dios me ha dicho que diga a ustedes es, no te eches a morir porque están pasando los años. Los mejores de tu vida todavía están por delante. Sí. Y según van pasando los años, más bueno, más buena te pones, sabes? Amén.

Para mí, no hay anticipación de una vejez decrépita, hermanos. Yo quiero servir al Señor con fuego y pasión hasta el último de mis días. Y yo creo que lo que pasa es que mientras más batallas tu has peleado, y mientras más te han sacado cosas, más preparado estás tu para recibir la verdadera unción de Dios en tu vida. Porque es que Dios no solamente se mueve a través de los jóvenes o de los viejos, Dios se mueve a través de vasijas vacías que pueden contener su espíritu. Y a veces Dios tiene que vaciarnos de una cantidad de cosas para que entonces su gloria pueda depositarse sobre nosotros y los viejos han batallado mucho y hemos perdido mucho, y hemos experimentado mucho y entonces Dios puede decir, ahora, tu y yo podemos tratar. Ahora yo te puedo usar.

No te rindas, no te eches a morir, no te des por vencido, no creas que tu eres como una velita que se va apagando y la cera se va secando hasta que ya no queda nada. Los mejores tiempos están delante de ti. Mientras el hombre exterior se va desgastando, el interior se renueva de día en día.

Dice la palabra del Señor, que aún en la vejez fructificarán, estarán vigorosos y verdes para anunciar que Jehová, mi fortaleza, es recto y que en él no hay injusticia. Dios no le da a los jóvenes más que a los viejos, él no es injusto, él le da a todos igual. Le da una cosa a los jóvenes pero a los viejos le da otra. Si a mí me dijeran, tu quieres volver a los 20 años? de ninguna manera, sinceramente se los digo, hermanos. Yo me veo a los 20, 25 y cojo miedo a mí mismo, sinceramente. Me avergüenzo.

Dios te da conforme a lo que hay dentro de ti, hermano. Y Dios te puede usar a cualquier edad, lo único es que seas fiel, que te llenes del espíritu, que lo ames por sobre todas las cosas, que retengas lo que has recibido, que busques de su presencia, que te dejes mover por su espíritu, que ames el lugar íntimo de la presencia de Dios y que pagues el precio y que te despojes de todo interés secundario, excepto la gloria de Dios en tu vida. Vive para él, consumiéndote en deseo por él.

Y eso es que Simeón cuando ha cumplido su propósito, y ya Dios llenó la promesa que le había dado, dice, Señor, ahora tu me despides en paz. Fíjense algo, él no dice, despídeme en paz, no, dice, ahora me despides. ¿sí o no? en otras palabras, lo que él está diciendo es una certeza, ya yo me voy, ya mi pasaje me lo estamparon, porque ya yo cumplí mi propósito aquí en la tierra. Nada me aguanta en este mundo. Él no le pide, Señor, dame 20 años más de vida. No. Señor, ya cumplí, gloria a Dios, me voy contigo.

Porque es que uno tiene que vivir así, hermanos. Lo único que nos aguanta en este mundo es cómo yo pueda ser usado por Dios, eso es lo que debe aguantarte a ti. Cómo tu puedes serle útil al Espíritu Santo, al Reino de Dios? pablo lo dijo, me encantaría estar con Cristo porque estar con Cristo es mucho mejor, pero si mi permanecer aquí en la tierra sirve para algo, entonces gloria a Dios, me voy a quedar.

Y esas son nuestras perspectivas, hermanos. Nosotros decimos lo contrario, yo me voy a agarrar con uñas y dientes a la vida, y si Dios me quiere llevar, tendré que decirle que sí. No, es todo lo contrario. El hijo de Dios vive en términos de la eternidad. Cómo Dios te puede usar? Lo que te da valor a ti y valer es en qué medida tu sirves para el Reino de Dios. En qué medida el espíritu de Dios se goza de estar en ti y moverse a través de ti. Lo demás, es secundario. Despójate de todo para que como Simeón y Ana tu puedas ser usada, usado, para los grandes propósitos de Dios y los moveres de Dios en la historia.

Despojémonos de todo. Póngase de pie, por favor. El Señor nos llama, hermanos. El Señor nos llama en esta tarde a llenarnos de su presencia y yo creo que el anticipo del tiempo de la adoración era para prepararnos. Yo le doy gloria a Dios por el grupo de alabanza y el enemigo a veces francamente, hermanos, la carne se mueve y trata de impedir ciertas cosas, pero no. lo que Dios me dice, mira, iglesia, llénate del Espíritu Santo, dame a mí mi porción y Dios te dice a ti, dame mí porción, búscame por sobre todas las cosas porque yo quiero hacer grandes cosas.

Hay mucho que se me ha quedado, hermanos, en el sermón, pero permítame esta cosita solamente. Simeón le dice al Señor, que él es la consolación de Israel. Eso es lo que Jesús era. Simeón lo vio como la consolación de Israel. Por qué la consolación de Israel? Israel había padecido mucho y había sido castigado mucho, había sido humillado mucho, había sido avergonzado mucho, estaba bajo la bota romana y el Mesías era la gloria de su pueblo, era la consolación para su pueblo.

Y Simeón discernió eso, que la historia iba a cambiar con la venida del Mesías, y la condición de su pueblo iba a ser diferente después. Mire, yo creo que hoy la iglesia está como Israel, en vergüenza, en esterilidad y lo que nosotros hacemos muchas veces es fabricar la gloria, porque la deseamos y como buenos pentecostales inventamos la gloria. Pero no es la gloria genuina muchas veces.

Y eso es lo que yo he estado predicando muchas veces. A veces sí lo es pero a veces no lo es. Y la iglesia de Cristo en este tiempo está en vergüenza. Y la palabra de Dios no fluye con generosidad como Dios quiere. La palabra profética, los dones del Espíritu Santo y la iglesia como Israel está en vergüenza en este tiempo ante la sociedad, ante los principados y las potestades y ante sí misma.

Y yo creo que Dios tiene una visitación de su espíritu en la cual él quiere cambiar y levantar la cabeza de su iglesia y devolverle su honra. Yo no sé por cuánto tiempo, pero para que la iglesia pueda regocijarse otra vez y celebrar los dones del Espíritu Santo y tener autoridad por un tiempo sobre la tierra. Y hay una visitación del Espíritu Santo que viene para consolar a la iglesia y para darle su gloria que merece la iglesia, y se necesita gente como Simeón y como Ana que hayan intuido esa visitación inminente del espíritu de Dios y que estén deseosos y preparándose, y que cuando eso venga y se manifieste, puedan discernirlo y celebrarlo y reconocerlo y declararlo y anunciárselo a otros. Y ese es el tiempo en que nosotros estamos ahora. Y se necesita gente que lo pierda todo y lo entregue todo para que Dios pueda anunciarles a ellos, este es el tiempo de mi visitación.

Así que preparémonos hermanos para lo que viene. Dice el Señor, prepara tu casa, prepara tu templo, límpiate y sánate. Entrégalo todo, muere a todo lo que tu puedas porque mi visitación es inminente y yo quiero que tu estés allí presente y que lo disciernas y lo veas. Yo quiero que tu seas uno de mis testigos y que tu se lo anuncies a otros. Nosotros estamos siendo llamados a eso. Yo estoy siendo llamado a eso.

Créalo y recíbalo y dígalo no ya a Evangelio genérico, Evangelio religioso, mediocre. Ya, tiempo de como Ana y Simeón, secos en la carne pero el espíritu quemándolo por dentro y manifestándose, porque hay menos carne que quemar. Ya lo que queda es la piel, el pergamino. Se ve la llama en las entrañas porque la piel está tan transparente por la vejez. Así debe ser en nosotros. Que la carne esté casi transparente. Nunca va a estar completamente transparente, le digo, pero hay mucha carne que debilitar todavía. Pero así el poder de Dios se podrá manifestar en nosotros.

Que la gloria del Señor nos visite en este espíritu navideño, recibimos la visitación del Espíritu Santo y decimos, Señor, ven y llénanos, llénanos y trata con nosotros. Límpianos, despójanos de todo lo que no sea tuyo, Señor, de toda agenda que no venga de ti. Perdónanos por ser tan difíciles de ablandar, Padre, pero deseamos que tu cumplas tus propósitos en nosotros, Señor. Y queremos serte instrumentos adecuados a través de los cuales tu puedas manifestarte. Hazlo, Señor, por amor a ti mismo y no por nosotros porque no lo merecemos, pero por amor a ti mismo, Señor, hazlo.

Te adoramos, te bendecimos y te besamos los pies y las manos, Señor. Nuestro Dios y nuestro soberano, nuestro rey, nuestro Padre celestial, te amamos, te amamos, te amamos, Señor. Glorifícate. Gracias, gracias por tu don inefable, Señor. Bendito y alabado sea tu nombre. Gracias Jesús, amén y amén y amén.

Gloria al nombre de Jesús.