Danzando en el horno de fuego

Transcripción

A ver qué voy a hablar al pueblo de Dios de parte de Dios. Y Dios me dio una palabra en Daniel, capítulo 3, yo quiero que tu lo busques conmigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Este capítulo es muy lindo, muy específico, tiene varias facetas muy lindas, pero vamos a tomar del versículo 20 en adelante. Yo quiero que los que están atrás se desactiven de lo que están cuidando y vengan hacia aquí y tomen la Biblia porque Dios tiene un propósito con ustedes que sirven también. Olvídense de las mesas, nadie se va a llevar esas mesas. Yo quiero que tu recibas esta palabra. El Espíritu Santo me dijo esas mujeres que van a llegar allí tienen hambre y sed de Dios.

Todos los tienen? Si hay una amiga le damos la bienvenida, si hay una pródiga también le damos la bienvenida. Hoy va a haber fiesta en esta casa y hoy te enamorarás de este ser supremo que se llama Dios porque no es religión sino relación de amor para gloria del Señor.

Daniel capítulo 3, versículo 20. La palabra del Señor se lee en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y dice así:

“… Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego para echarlos en el horno ardiendo.”

Diga conmigo, horno ardiendo. “Entonces estos varones fueron atados con sus manos, sus calzados, sus turbantes y sus vestidos y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y como la orden del rey era apremiante y le habían causado mucho daño, la llama de fuego mató – diga conmigo mató – a aquellos que los estaban lanzando. Y estos 3 varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego cayeron amarrados dentro del horno de fuego ardiendo.”

Tómale la mano a la que está a tu lado y di, Señor Jesús, yo declaro que este día no saldré la misma. No saldré el mismo de esta casa, en el nombre de Jesús. Yo declaro que esta palabra yo la haré y la llevaré a los míos en el nombre de Jesús. Amén. Denle un aplauso a Jesús. Siéntese a su lado. Dígale a la que está a su lado, no me hables por favor.

Más allá de lo que mis ojos, es el tema del congreso anual de esta congregación, y cuando la pastora Mercedes Miranda me llamó me dijo, “Mándame una cita bíblica que pueda ser un clic con este tema.” Inmediatamente el Espíritu Santo me mostró Efesios 3:20 y él hará cosas más abundantemente de las que tu y yo estábamos imaginando y entendiendo. La pastora misma dijo a algunas de ustedes, si pasan aquí a testificar hay cosas que ustedes van a decir, guau, yo no me esperaba esa. Y Dios es plus en nuestra vida, cuántas creen que Dios es plus en nuestra vida? Dios es más de lo que tu y yo estamos entendiendo e imaginando.

Hay un libro que se llama ‘Cuando lo que Dios hace no tiene sentido’, no tiene sentido para ti y para mí en lo humano, porque nuestras expectativas humanas están limitadas al pensamiento de Dios pero cuando tu lo alineas con la palabra y con la alianza del Espíritu Santo, oh, dile a la que está a tu lado, mira, no te equivoques, mírame bien porque tu te vas a salir equivocada de aquí quién soy yo. Cuando tu alineas la palabra es cuando la revelación a tu vida con esa relación, con ese Dios todopoderoso comienza a ser diferente y es a donde te desarrollas como mujer, te desarrollas quizás como madre, como amiga, como esposa, como hermana, como mujer profesional.

Nosotras las mujeres, de hecho, tenemos una diversidad de rol. Yo admiraba a esta sierva de Dios que es toda una poeta profética y cantando, adorando, ella tiene un manantial que ella quisiera callar pero no puede. Hay algo lindo dentro de ti que brota, que mana sabiduría cuando tu alineas lo tuyo con Dios.

Y aquí yo operaba en la palabra y decía, Señor, pero ubícame con esta palabra porque yo sé que fuego significa tribulación en alguna… si vamos a buscar en algún contexto, pero también fuego significa unción y bautismo de poder y de gloria. Pero Dios me ubicaba en esa vida, en esos sistemas, le vamos a llamar nabucos, ya que el personaje principal es Nabucodonosor. Hay sistemas en nuestra mente que nos quieren limitar, que lo que tu estás viendo en el momento – yo me imagino el pastor Roberto Miranda cuando Dios le reveló este templo y dijo, “hijo, me vas a hacer un templo más grande,” en la mente humana él rápido pensó y dijo, economía. Pero como Dios es plus y Dios es nuestro Jehová Jiré, Dios es nuestro proveedor, él hace cosas más abundantemente de las que tu y yo estamos imaginando y entendiendo.

Entonces, esos sistemas nabuco vienen emocionalmente, específicamente a nosotras las mujeres en algunas áreas de nuestra vida a querernos limitar, a querernos estancar, y no nos gozamos la vida a plenitud en Cristo. Muchas veces estamos… hoy estamos, mañana no estamos, hoy estoy triste, mañana estoy alegre, y es normal porque también el alma está compuesta de voluntad, intelecto y emociones, pero es que en Cristo tu tienes que someter todo tu ser, como dice la palabra del Señor, amándolo a él con tu mente, con tu fuerza, con tu corazón, con tu alma y con todo tu ser.

Cuando tu alineas tu vida de esa manera entonces tu vas a poder entender que él hará cosas más abundantes de las que tu y yo estábamos imaginando o creyendo o entendiendo. En Romanos 8 dice que él a los que le aman todas las cosas le ayudan a bien. Y si tu radicas esa palabra dentro de tu mente, dentro de tu espíritu, dentro de tu alma, tu vas a entender lo que estos jóvenes que yo he tomado de ejemplo, pudieron llevar a cabo ante este sistema llamado nabuco que quería obligarles a que se arrodillaran a una estatua.

Cuando tu estás pasando un momento de tribulación, un diagnóstico de una enfermedad incurable, un cáncer, un hijo quizás en la cárcel, un hijo en la droga, un esposo que no quiere recibir a Cristo, un negocio que lo estás viendo tambalear, una carrera universitaria que no encuentra si te van a dar beca o no te van a dar beca. Hoy con esto de las circunstancias de migración, que si voy a tener documentos o no voy a tener documentos, y ese sistema nabuco te atormenta, pero déjame decirte que está de ti y de mí doblegarnos ante la estatua del miedo, ante la estatua del desánimo, ante la estatua de la desconfianza, ante la estatua de la falta de fe, ante la estatua de la opresión. Está de ti y de mí, o nos atrevemos a ver más allá de lo que los otros están viendo porque nuestra confianza no es en un ser humano, es en un ser supremo que se llama Dios.

Y estos muchachos me impresionan que a medida… yo casi no he dormido, acá hay gente que ha demandado esta palabra. Yo tengo una circunstancia cuando me invitan a predicar que desde que me encuentran a la puerta me dicen, yo estaba orando por ti porque dejó una palabra. Y es Dios que las pone a demandar. Y el Espíritu Santo me tenía en la madrugada y me hacía escribir y escribir y borrar y escribir de nuevo y comenzaba, y me dio algo muy importante basado con esta palabra.

Número 1, los hombres vigoroso, oiga bien, que lanzaron estos tres jóvenes murieron en el mismo momento. Cuando se acercaron al horno de fuego ellos fueron quemados. Hay cosas en tu vida que hoy serán quemadas por el poder del Espíritu Santo. Hoy mismo en tu vida lo emocional, ese nabuco que tienes enfrente susurrándote, diciéndote, “no se va a dar la expectativa que tu tienes,” tu le vas a decir, “¿sabes qué? Más allá de lo que mis ojos me ven estoy viendo que Dios quemó a los que lanzaron al horno de fuego y lo equivocado en mi vida hoy se quema por el fuego del Espíritu Santo. Hoy se quema por el poder de la palabra. Yo voy a renunciar a ese miedo. Yo voy a renunciar a esa opresión. Yo voy a renuncia a esa noticia quizás mal que he recibido, o la mala noticia que todavía no la he recibido.” Vas a renunciar que no te siga atormentando.

Número 2, que me Dios me daba, era que la soga con lo que ellos habían sido amarrados para lanzarlos al fuego en el aire se quemó, en el aire los soltó. Yo quiero que te pongas de pie y digas, “la atadura que yo traje esta mañana, llámese como se llame, con el fuego de la palabra, con el fuego del Espíritu Santo, me desato. Me desato. Me desato. Me desato en el nombre de Jesús. Me desato por el poder de la palabra.”

Es así como tu tienes que contradecir los preceptos, los designios, los mares que el Espíritu Santo y la palabra de Dios en nuestras vidas. Siéntate si deseas.

Número 3. El cuarto hombre, ay, a mí me gustó esto, hermanos, yo me gozo la palabra. Hay algo en mí que Dios me pone como a navegar en la palabra a mí solita. Yo tengo una niña ahora que la estoy preparando, tiene 5 añitos y ella profetiza conmigo, pero cuando yo encontré esta palabra yo hasta la quería despertar a ella para que danzara conmigo porque dice, el cuarto hombre estaba danzando dentro del fuego esperándolos. Dile a la que está a tu lado, ‘tu te equivocaste si yo estaba sola en este asunto.’ El cuarto hombre, el hombre semejando al Padre, Hijo y Espíritu Santo esta danzando conmigo en esta batalla, en esta guerra, en esta prueba, en esta circunstancia, él está danzando conmigo.

Y no solo eso, lo estaba esperando. Por eso es que yo a veces me pongo un poquito… hoy que me está llamando mucha gente, porque el teléfono olvídese, no ha parado, tanta llamada, orando, orando por gente. Me siento sola. El Espíritu Santo está allí. No lo contristes. Él te está esperando en esa prueba de fuego. Él te está esperando en esta mala noticia para que dances con él.

Usted veía cuando decía, él está en su trono rodeado de luz y serán testigos mis enemigos – diga conmigo, mis enemigos – que Jesús es el Señor. Yo no voy a dejar que ningún espíritu nabuco venga a oprimirme, venga a darme depre. Dígale, depre, te vas. La depresión no es mi amiga, la opresión no es mi amiga, el desánimo no es mi amigo, el cansancio no es mi amigo, ni siquiera el tiempo es mi amigo. Porque hay veces, ay, está lloviendo, cómo me voy a peinar, ay no, me voy a poner cualquier cosa. No, es cuando más linda te vas a poner porque vas a lucir la gloria de Jehová, vas a danzar que el cuarto hombre se va a manifestar en esa prueba, en esa circunstancia. Que cuando la gente vea tu rostro diga, ‘pero qué es lo que tiene ella? Ella tiene algo. Ella tiene algo diferente, hay un brillo.’

Bueno, Vilma cuando me saludó me decía, ‘Iris, chica, pero tu estás más linda ahora.’ ‘Pasada de hermosa pero bella, elegante.’ Tu tienes que dejar que el brillo de la gloria de Dios se manifieste en ese horno de fuego, que tu lo veas danzando, que tu lo veas que la situación o las circunstancias que estás atravesando en tu casa no será para que dejes de congregarte, para que quizás dejes de escuchar palabra del Señor. Es cuando más tu vas a poner música, adoración, y te vas a dar tu danzadita.

Déjame decirte que los psicólogos le recomiendan a la gente que ponga música para que se relaje. La yoga te manda a hacer una [inaudible] trascendental que para que tu espíritu se vivifique. Tu y yo tenemos el fuego del Espíritu Santo, tenemos el poder del Espíritu Santo, y si sabemos que en ese horno está ahora mismo el cuarto hombre esperando, no importa lo que yo esté atravesando – diga conmigo, yo sé que yo sé, que yo sé que veré la gloria de Dios en la tierra de los vivientes. La veré. Diga conmigo, la veré, la veré porque él mira más allá y él me hace ver más allá de lo que yo me estoy imaginando y queriendo.

Me llama la atención el número 4. Nabucodonosor, el primero en darse cuenta que no son 3 los que están adentro del horno. Sabes una cosa? Hay enemigos ocultos que a lo mejor hasta se ponen a ver tu página de Facebook o ahora mismo que nos están mirando en YouTube porque Mercedes Miranda es específica para darme honra. Cuando yo le pido al Señor que no quiero en las redes sociales es cuando más Dios me saca y no entiendo a Dios, es como que me entregó al mundo de las comunicaciones. Y esos enemigos ocultos usados por el enemigo no te quieren dar likes para que no te des cuenta que tu estás predicando, que tu estás danzando, que tu estás cantando, que tu has venido al pre congreso más allá de lo que mis ojos ven.

Dile al que está a tu lado, ‘mira, aquí estoy porque voy a darle la gloria al Señor, porque serán los mismos enemigos para que sean testigos mis enemigos, digan conmigo, que Jesús es el Señor, es mi vida, es lo que yo estoy declarando, es lo que yo estoy decretando, que serán testigos, aún los que fueron usados quizás no son mis enemigos. Porque hay gente que habla… dile al que está a tu lado, ‘habla equivocadamente.’ Yo he aprendido como ministro del Señor a tomar las cosas de donde vienen y como yo soy madura para gloria del Señor, yo solamente le digo, okay, muchas gracias.

Le doy un abracito. Tu no tienes que venir a discutir porque el mismo, oye bien, Dios dice en el Salmo 23 que él adereza mesa enfrente de tus angustiadores y a mí me fascina esto tanto porque dice que unge tu cabeza con aceite fresco. Yo estaba pasando esta semana en un lugar un momento donde me estaban humillando, pero yo me quedé sentadita allí y de momento chequeo mi teléfono y mi hijo estaba aquí en León de Judá el domingo pasado, y me dice, “Mami, tu vas a predicar en León de Judá?” “Sí, el sábado que viene.” “Ay, mami pusieron tu foto en la pantalla grande de la iglesia.” Cuando Dios está permitiendo que te humillen es que ya te está exaltando. Él ya está diciendo, [inaudible] ya está diciendo hacia dónde te lleva, hacia dónde te pondrá, qué hará contigo. Ese el Dios que tu y yo tenemos, el Dios verdadero, el Dios que pasará como dice Isaías, por el fuego pero no te quemarás ni aún las llamas arderán en ti.

Eso dice Isaías. Es que depende cómo yo lo vea. Imagine que yo me hubiera frustrado en ese lugar. Pide a su hermano no me mande el texto mi hijo diciéndome que aquí me estaban poniendo en pantalla grande para gloria del Señor. Esos pequeños detalles que yo puedo ver este tema, más allá de lo que mis ojos me ven porque allá no me estaban mencionando y aquí me estaban poniendo en una pantalla grande. Tu no sabes ahora mismo lo que Dios está haciendo, tu sentada aquí por estar escuchando esta palabra ahora mismo.

Nabucodonosor está espantado, está sorprendido de que no son tres, son 4, porque Dios le revela a tus enemigos que tu no estás solo, que él es tu guardia y de hecho hay un salmo que dice, no dormirá el que te guarda. Aún dormidita siéntete segura que ahí te están cuidando. Ahí tienes quién te está cuidando. Por eso a veces tu te despiertas y dices, ay, como que sentí como si alguien me peinó. Como que sentí una brisita. Como que tuve un sueño. Es Dios que te está diciendo, ‘yo te estoy mirando. Tu estás aquí conmigo.’

Hay veces que tu ni siquiera lo sientes, a mí me ha pasado como ministra del Señor. Hay gente que cree que porque yo hablo lenguas y predico tanto y ando viajando para allá y para acá es que yo todo el tiempo ando en la dimensión que yo sé que Dios está ahí. Y no, hay veces que ni lo siento, pero ¿sabes qué? Él me dice, ‘No te preocupes que no me estás sintiendo porque te estoy cargando.’ Dios te carga. En estas circunstancias difíciles, dile a la que está a tu lado, ‘Dios me está cargando, yo siento a Dios cargándome. Yo siento que Dios me está llevando en estas circunstancias, él me está llevando y está siendo testigo de que Dios está conmigo.’

El número 5. Nabucodonosor se arrepintió. Tu sabes que hay cosas que te van a pasar que te van a venir a decir, ‘ay, yo no sé por qué, manita, pero perdóname. Yo he visto a Dios en ti.’ Yo tengo una amiga que me quiere mucho, ella me dijo, ‘Iris, a mí me llamaron de un sitio y me estaban hablando mal de ti,’ y dice que ella rápido les dijo, ‘A mí el Espíritu Santo no me dice eso de Iris, chica.’ Y yo le di un besito y me fui porque yo no pregunto quién fue, cómo se llama, dónde vive, porque no me interesa.

Yo sé que lo que dice aquí Nabucodonosor se arrepintió va a provocar arrepentimiento dependiendo de tu postura, de saber que el que pelea por ti es Jehová de los Ejércitos. Mía es la venganza, dice el Señor. Mío es tu pleito, mío, yo soy tu abogado, yo soy el juez, yo tengo a tus hijos en mis manos, yo tengo ese caso, yo tengo ese negocio, esa empresa, ese empleo, esa profesión, yo soy el que lo tengo. Ese ministerio, no te adelantes a lucirte, rápido a querer hacer… mira, que Dios lo haga contigo. Es él el que te va a llamar, es él el que te va a solicitar, tu agenda se llenará rápido que tu vas a quedar asustada.

Ellos mismos arrepentidos van a decir, mire, llame por favor a esta sierva que es una tremenda intercesora. Llámela porque a ella le gusta repartir comida como lazos de misericordia. Y va a ver la expansión del asunto en tu vida. No vas a tener que empujar la cosa. Tengo 20 años para gloria del Señor de ministerio y todos los pastores de Massachusetts pueden llamar aquí personalmente a esta casa de que si Iris chica llama un domingo, ‘mira hoy tengo libre, no me quieren invitar para una ofrenda.’ No, es Dios llenando la agenda, es Dios… no dejes que Nabucodonosor se adelante a los propósitos que Dios tiene en tu vida. Espera que Dios haga contigo en todas las áreas de tu vida, tal vez en tu vida emocional estás adelantándote a tomar….

Yo me quedaba impresionada porque a mí me llama mucha gente para oración y me decía, ‘pero por qué le pasan cosas malas a la gente buena?’ y Dios me dijo, ‘Porque toman decisiones equivocadas como las has tomado tu alguna vez, hija mía.’ Soy buena, diga conmigo, soy buena pero tomo decisiones equivocadas y tengo que vivir el proceso, pero como él mira más allá, el mismo que me metió y me lanzó al horno de fuego, se manifieste el cuarto hombre. Diga conmigo, se manifiesta. Entonces empiezan los enemigos a arrepentirse, a decir, no, verdaderamente Dios está con esa persona. Verdaderamente es un hijo de Dios, verdaderamente es cristiano, verdaderamente es cristiana. No tiene ni que discutir el asunto con nadie.

A los mejor hay vecinos que no los aceptan. Tu sabías que hay vecinos que uno como que no los quiere mucho, no, no me lo diga pero sea sincera. Pero ¿sabes qué? Ore a Dios que esos vecinos se van a convertir a través de su oración para gloria del Señor. Y entonces van a decir como Nabucodonosor, ‘arrepentido’.

El número 6 dice que los envió a salir del horno de fuego. Tu sabes lo que… yo me quedé impresionada porque a los primeros que los lanzaron los quemó, los mató ahí mismo el fuego. Pero a Nabucodonosor no lo mató y me dijo el Señor, ‘Hay enemigos que Dios muchas veces perseguidores que tu y yo queremos que se vayan y Dios los deja como testigos y los deja para que den ordenes a favor tuyo, para que digan, no, espérese un momento, no, no, yo también estaba equivocado pensando esto de ella. Puede ser quizás tu mismo esposo pero no se lo digas que te lo dije yo porque entonces no me va…. No, puede ser un familiar, pero si tu sometes esos espíritus de verdad bajo la planta de los pies porque no son ellos, tu lucha no es con carne ni sangre. El horno de fuego que pasaron estos jóvenes lo vencieron porque ellos no se dejaron. Fue aquí. No se dejaron rendir a esa estatua, a ese sistema.

Si tu no te dejas rendir emocionalmente a esos traumas, a esos miedos, a ese no puedo, no creo, ay, cuántos muchas veces decimos cosas negativas en vez de decir, sí, yo creo en el nombre de Jesús, sí, yo lo puedo en el nombre de Jesús y si no lo sé lo voy a aprender en el nombre de Jesús porque él es el Padre de la sabiduría.

Como madre, porque yo tengo un hijo de 27 años y comencé a ser mamá de nuevo, hoy me toca vivir una experiencia con mi niña de 5 años y mi niña a veces me dice, ‘Mami, yo no puedo,’ y yo le digo, ‘Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Venga, vamos a enseñarle.’ Dios nos da estrategia hasta para decirle a nuestros hijos, “ah, no tu no puedes, ven, yo te lo voy a hacer.” No, no le digas así, tu tienes que enseñar a tus hijos como madre, como esposa, a tu relativo, enseñarles que tu lo puedes en Cristo, porque más él hará, cosas más abundantes de las que tu y yo nos estamos imaginando y creyendo. Entonces, él les dio la orden y los envió a salir del fuego.

El número 7 dice que reconoció que eran hijos del Dios Altísimo. Tu vivencia cristiana va a reconocer a este Dios Altísimo. Lo que tu vives ahora en Cristo va a ser ver que la gente diga, ‘estos no le sirven a un Dios muerto, ellos le sirven a un Dios vivo. Ellos de verdad le sirven a Dios.’

Los otros días se me acercó una persona y me dijo, ‘yo soy santera.’ ‘Oh, qué bueno,’ le dije, ‘contigo quería hablar.’ Sí, porque hay gente que cree que cuando tu le dices, ‘yo soy santero, yo soy brujo,’ le vas a tener miedo. Ahí mismo en Romanos 8, más abajito, dice que si Dios conmigo quién contra mí. Y mi meta es ayudar a ella a sacarla.

Sabe lo que hizo? Reconoció que el Hijo de Dios Altísimo está conmigo. Y me dijo, ‘yo te he hecho tantos trabajos, muchacha. He matado gallinas,’ y me dijo todo lo que hacía y yo después, ‘ven para acá, que ahora vamos a matar la gallina en el nombre de Jesús, vas a recibir a Cristo y de una gallina te levantas como un águila.’

Cuántas son mujeres águilas aquí? cuántas le creen a Dios? hay poder en la sangre de Cristo. Él es quien permite que tus enemigos exalten al Dios Altísimo. No es el santero, no es el agorero, no es el espiritista, es Dios que hará cosas más allá de lo que tu y yo estamos viendo y estamos entendiendo.

Número 8. A Nabucodonosor no le bastó y llamó a los sátrapas y a los gobernadores, a los mismos que le dijeron, ‘mi rey, estos jóvenes no se han querido adorarte a ti.’ ‘Ah,’ pues dijo Nabucodonosor, ‘ahora es mi tiempo de yo exhibir el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego. Vengan para acá los sátrapas y los gobernadores a ser testigos de que no son tres, que son 4.’

Ay, ay, ay, yo no sé si tu me estás entendiendo. Yo quiero que tu te pares un momento y tu digas, no son los 3 los que están, es Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahí danzando en esta circunstancia, en esta prueba, oye, date la danzadita, dátela, dátela porque música hay dentro de ti. Hay música dentro de ti, hay canción dentro de ti. Eso es lo que Dios quiere. Vas a Beniamar, dice que se levanta multitud de pensamiento para quererte atormentar. Hay domingos que tu te levantas y dices, ay, hoy no voy a la iglesia. No. date la danzadita y di, yo voy para la iglesia. Yo voy para la iglesia porque si Dios está llamando a los sátrapas, los gobernadores, junto con los espíritus del sistema de nabuco para que sea testigo, yo voy a exaltar a mi Rey. Puede sentarse si lo desea.

Dice que ellos, oye bien, fueron tan… porque hay gente que están más allá del asunto, le vinieron y le examinaron hasta los pelitos y vieron que estaban intactos, que el fuego no les había tocado la ropa ni los cabellos y ni siquiera olor a humo. Porque es que hay guerras espirituales que lo vas a oler tu es a gloria, es al poder de Dios, es al perfume del Espíritu Santo, es como le pasó a una hermana que estaba aquí, me dice, ‘cuando tu llegaste aquí la atmosfera se transformó.’ Yo sentí algo, la gloria es para el Señor, cancelamos toda vanagloria por el poder de la palabra, ella me dijo, ‘Yo sentí que la atmósfera se transformó y sentí algo cuando tu entraste en esa puerta.’

¿Sabes qué? Me gozo que ella sea cristiana y me lo dice, pero me gozo más cuando la gente no es cristiana y entro a los lugares y me dicen, ‘Tu cargas algo.’ Di conmigo, yo cargo, soy portadora de la gloria de Dios, cargo la presencia de Dios, cargo la fe, cargo la confianza. Ningún sistema de Nabucodonosor me va a poner en el horno de fuego porque aunque me ponga el cuarto hombre se manifiesta, el todopoderoso, Jehová el shaddai, Jehová [inaudible], él está conmigo en este diagnóstico, en esa mala noticia, en esa circunstancia relacional, en esta circunstancia relacional con tu matrimonio, con tus hijos, en esas circunstancias financiera, él hará más allá.

Yo estaba en Colombia predicando y una hermana me dijo, ‘Hermana, pero usted donde cae hay un favor y una gracia con usted.’ Y yo le digo, ‘Por qué?’ Porque esta señora no quiere que siga pagando hotel usted, se la quiere llevar para su mansión. Sabe lo que me dijo Dios? es que el Dios que está en Estados Unidos es el que está en Colombia para Iris Chica. Yo soy el proveedor de ella, yo soy el Jehová Jireh, él hará más allá.

Yo fui a pagar un hotel y Dios vino y me sacó y me puso en una mansión. Dale la gloria a Dios. Eso lo hace Dios. Eso lo hace Dios. Él hará cosas más abundantes, él proveerá. Es más, me dice que le diga que ya proveyó. Ya lo proveyó para ti. Yo no sé cuál es tu expectativa por la que tu viniste hoy, porque tu no viniste a ver a Iris Chica, y si tu viniste a verme a mí ya me viste, ya te puedes ir, o tu viniste a recibir una palabra, a creerle a Dios que Dios está contigo, que él es el que está hablando en mi boca, porque yo lo único que soy es su instrumento de gloria y alabanza.

Dice el 9, Nabucodonosor adora al Dios todopoderoso de ver la victoria de ellos. Eso es lo que tu vas a provocar. En estas circunstancias que estás atravesando dile a la que está a tu lado, ‘mírame bien, porque aquí se va aparecer la vecina que no me quiere, adorar a Dios aquí a León de Judá. Oh, sí aquí se va a aparecer mi esposo que no quería ser cristiano. Aquí se van a aparecer mis hijos, aquí viene mi suegra, esa suegra que casi no la quieren.’ Diga, aquí viene mi suegra a adorar a Dios en León de Judá. Oh, yo le creo a Dios. porque ellos van a ver tu victoria, que tu vas de poder en poder y de gloria en gloria. Qué se está oyendo de ti…

Yo usualmente no hago mucho Facebook de likes solamente cuando predico, pero hay que me solicita y me dice, ‘haga un videíto, por favor, y esto y lo otro.’ ¿Sabes qué? Yo quiero que me vean exaltando al Rey de Reyes y Señor de Señores, predicando el Evangelio. Yo no saco un plato de comida, yo no saco que si me veo sexy o no me veo sexy, yo pongo a Jesucristo porque yo quiero que le adoren los santeros, que le adoren los que no conocen a Cristo, que le adoren a ese Rey de Reyes y Señor de Señores. Y él ´se va a manifestar a través de ti de esa manera. Yo sé que Dios te está tocando. Yo recibo que alguien está demandando esta palabra fuertemente.

Y saben lo que más recibo? Que te la está llevando para multiplicarla. Oh, sí, copia, copia todo lo que quieras porque yo no vendo el Evangelio, la palabra se multiplica. Por eso cuando la pastora Meche me dice, ‘[Inaudible] por YouTube,’ que lance por YouTube para que lo vea todo el mundo. Hay que multiplicar la palabra. Diga conmigo, yo compro la verdad y no la vendo. Yo soy predicadora, yo vivo un Evangelio. Dígale. Yo lo quiero ver porque yo quiero que Nabucodonosor adore al Dios vivo, que los católicos, que los religiosos crean lo que hay en ti cuando te vean vivir diferente.

El número 10, hizo un decreto. Esto me gustó. Ay, pero qué decreto? Se parece al himno último que ella cantó de la victoria, que ella cantó, porque esto es lo que tu vas a hacer ahora. hizo un decreto que toda lengua, que toda nación… tu sabes lo que una mujer que permite que Dios vea más allá de lo que los ojos de ella vean provoque no solamente a los relativos cercanos de su casa, sino que va a los lejanos, va a la comunidad, va a la nación y va a todo el mundo.

Mi hijo, él es mentor financiero, para gloria del Señor, y me puso en unos seguros y me dijo, “Mami, yo quiero saber cómo te gustaría que te reconocieran si un día partes de este mundo.” “Ah, no no, mi hijito, de mí que se diga que yo predicaba, que yo gritaba, que yo adoraba al Rey. Eso es lo único que yo quiero que digan. Y la alabanza que yo quiero que canten es la Miel San Marco, Por Amor a su nombre no callaré.” Yo quiero que se diga eso, que brote eso cuando después los que dejen legado puedan decir, “Ella decía, por amor a su nombre no callaré.”

Diga conmigo que por amor al nombre de Dios no me hagan callar. Aunque caiga en el horno de fuego que comience a danzar, porque la soga ya se soltó, ya fui desatada, con esta palabra Dios me la está dando a mí espíritu. Él está haciendo que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria del Padre, para gloria del Hijo, dondequiera que tu entres que conozcan que el Señor está contigo.

Yo recientemente acabo de suspender los programas de la radio y hay gente que yo creo que evalúa mi espiritualidad, si le podemos llamar así, o mi vida cristiana, por hablar en un micrófono en una radio. Y entonces yo me puse a pensar, porque me mandan correo electrónico, me mandan palabra profética, y que las almas, y que tu no estás predicando, y que Dios aquí y que Dios allá, yo digo, espérate un momento, a mí Dios no me van a matar, yo tengo 20 años de ministerio de radio para gloria del Señor y hoy en día si me estoy dando este break es lo mismo que decía la pastora Meche, que Dios me lo confirmó, que cuando yo pensaba es que él ya se había levantado a hacer cosas más allá de lo que yo me estoy imaginando.

En el área que yo vivo, yo vivo por el área de Lexington Concord, Burlington, donde están los millonetas, como les llaman, entonces yo me quedé y yo dije, espérate un momento, yo no estoy en la radio, qué yo puedo hacer? Y usted la palabra presentada al estilo caribeño, en salvadoreño es metida, pero una cosa es ser metida para lo malo o presentada para lo malo, a ser presentada para lo bueno.

Yo me fui a inscribir a una oficina de voluntarios y yo dije, bueno, aquí estoy yo, si ustedes me necesitan, yo no sé mucho inglés, pero me fluye cuando el Padre quiere que me fluya. Por él hace más allá de lo que tu y yo estamos entendiendo e imaginando. Mire, este tema es tan poderoso que yo no sé si Mercedes me va a querer tener en ese congreso pero ya yo me he metido una vez para gloria del Señor. Porque es que Dios es especial.

Entonces me comenzaron a llamar, y yo digo, ¡guau! pero qué digo yo? Qué hago yo? No, hay unas personas, me dijo, que lo que necesitan es que te rías con ellos. Otros lo que quieren es que converses un poquito y como yo ando sí, yo le pongo musiquita y me pongo a danzar con el pandero. Un señor me dijo, ‘Usted hace danzas privadas?’ “Sí, pero solo para mujeres,” le dije, “tenga cuidado.” Sí, porque hay que tener cuidado. Acuérdese que Nabucodonosor está allí y usted tiene que tener cuidado. Eso es para que se rían un rato.

Pero entonces comienzo a visitar y me encuentro una señora de 52 años, una ingeniera, caminando así, que perdió el balance. Mi corazón se compujo pero como yo he sido enseñada por pastores puertorriqueños y a mí me quitaron el llorisqueo los puertorriqueños, porque yo era bien lloroncita, yo iba a un hospital y yo no oraba, sino que me ponía a llorar con el enfermo. Y me agarró una pastora y me dio un entrenamiento cómo es que yo tengo que entrar al hospital en el nombre de Jesús, que se me quitó el llorisqueo y ahora digo, sé sano en el nombre de Jesús. Sé sano por el poder de la palabra.

Entonces yo ya iba a llorar con esta ingeniera, pero dije yo, no, espérate, le dije, “En qué te puedo ayudar?” y me dijo, “He perdido el balance y necesito que alguien me vaya a hacer un shopping, por favor. Me pudieras ir a comprar la comida?” “Oh, con mucho gusto.” Me voy a comprarle la comida, cuando regreso ella estaba en una cosa ancestral de yoga y yo dije, ay, Dios mío.

Le dije, “Tu me permites el baño?” y me dijo, “Sí,” y en el baño yo comienzo a orar, yo dije, yo pido asistencia de ángeles, yo pido ahora que nadie me va a impedir que le hable de Jesucristo a ella, que el Espíritu Santo me va a dar el permiso. Padre, dame el permiso, porque hay veces que el Espíritu Santo le dice que no, eso se lo enseñé en otra clase, pero en esta ocasión el amor de Dios en mi vida me dijo, “Suéltale la palabra.”

Cuando yo la encuentro sentadita que ya terminó lo ancestral que estaba haciendo, le digo, “Can I talk to you please?” Ella me dice, “Yes.” Yo le dije, “Dios no te ha llamado para que estés así. Dios no me envió hoy a comprarte la comida, Dios me envió a hablarte, que tu tienes… cuántos años tienes?” “52.” “Qué profesión?” “Ingeniera.” Un carrazo, una mansión, el banco de lado con dinero, Dios no te mandó a eso, levántate. Levántate porque me dice el Señor que te llamó a levantarte. Le vas a dar su vida a él y van a morir estos dioses.

Ay, porque Nabucodonosor cuando se levantó a hacer el decreto, escuchen bien lo que dice ahí en la palabra, yo no sé si usted lo quiere leer en su casa todo, pero él dice que todo mundo reconozca que el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego es el Dios verdadero, el Dios altísimo, el Dios real, el que todo lo puede, el que todo lo hace y por lo tanto, el que no adore ese Dios será descuartizado. Este fue agresivo, este tenía un crimen adentro de él, pero toda lengua tuvo que reconocer que Jesús es el Señor para gloria del Padre.

Cuando tu le crees a Dios, Dios está contigo en más allá de lo que tu estás imaginando y creyendo. Después de que le prediqué a ella, oré sobre ella, ella lloró, la abracé, la dejé allí y me fui. En el carro yo lloré. Y yo le dije, “Señor, qué es lo que tu me tienes haciendo ahora?” y me dijo, “Tu sabes lo que dice esto? Cómo van a creer si no hay alguien que les predique. Y aguanté la radio porque quiero que te ganes los millonarios, quiero que te ganes los abogados, quiero que te ganes los ingenieros, quiero que te ganes los judíos para Cristo, quiero que sepan que yo soy el Señor de Señores, el que les puede sanar, el que les puede libertar, el que les puede levantar para gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Mi hijo me dijo, “Mami, pero te gusta lo que estás haciendo?” Y yo le dije, “Sí, porque Nabucodonosor se equivocó que creía que solo en un micrófono en una radio puedo declarar y decretar en el nombre de Jesús.” Sabe lo que está haciendo Dios? en mis manos ha depositado unción para sanar y libertar y salvar. Ahora voy en el nombre de Jesús para gloria del Padre y los enfermos son sanos y los enfermos son libres. Y le dije a mi hijo, “Me tiene desarrollando el don de sanidad y no me estaba dando cuenta porque él hace cosas más allá de la que tu y yo podemos ver, podemos entender, podemos imaginar.”

Hay cosas que tu crees que estás estancada, es más, dile a la que está a tu lado, mira, hazte para allá porque yo creía que estaba estancada pero hoy me voy a expandir, hoy me voy a extender, hoy yo le voy a creer a Dios que Dios me tiene haciendo algo, no es que estoy estancada, es que él está viendo por mí hacia dónde me está llevando y hacia dónde está haciendo.

Yo tengo alguien que me está… quiero que me haga seña con el tiempo. Dice que Nabucodonosor engrandeció y esto me gustó más, a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Primero, adoró a Dios e hizo un decreto, y después los engrandeció a ellos.

Isaías, te puse el nombre nuevo. Mío eres tu. Cuando pases por las aguas no te anegarás. Cuando pases por el fuego ni la llama arderá en ti. Eso es lo que Dios hace y te engrandece. Quién era yo cuando vine a esta nación? Una pródiga. Una que se parecía a la samaritana y de una vida promiscua me levantó como una evangelista.

Yo te pudiera mencionar a ti pero mis testimonios son mis testimonios y prefiero hablar de mí y no de ti porque a lo mejor no te va a agradar si yo cuento tu testimonio. Me puso nombre nuevo, me engrandeció a saber que el grande tuvo privilegio yo de que él me viera, que me sacara del muladar, que me limpiara y que me levantara como su instrumento.

Mujer tu eres el vehículo de la gloria de Dios. Dios te dio un nombre nuevo. Dios no te ve como tu te ves. Inclusive cuando yo estaba apartada, yo no andaba ropa casi, y sabe una cosa, todo mundo cuando me encontraba en la calle me decía, “Tu eres cristiana?” y yo me miraba y yo iba a llorar al baño y decía, “Señor,” y cuando yo vine a Cristo Dios me dijo, “Yo nunca te vi desnuda porque yo siempre te cubrí con mi amor. Yo siempre te vi que te iba a levantar para predicar mi palabra.”

Yo sé que tu estás ahí como madre, como esposa, como mujer empresaria, como mujer amiga, como pastora, como líder, como profeta, como ministra del Señor, como hermana, como mejor amiga, como profesional, no sé cuál es el rol tuyo que tu más te destacas, pero Dios no está viendo lo que tu estás viendo. Hoy el Señor te dice, lo que hice con Nabucodonosor que exaltó mi nombre y engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego lo hago contigo. No te ves como te ves ahora, hoy saldrás de aquí victoriosa.

Esa mujer llamada Abigail, por el amor Dios le dio a ella la victoria por ser humilde. Fue honrada. Dios le restauró todo después de pasar violencia doméstica. Dios está contigo, mujer. Yo no sé lo que tu estás pasando. Yo quiero que salgas de tu asiento y vengas aquí al frente porque Dios quiere hacer algo con tu vida. Dios quiere administrar todo corazón, tu alma. Si hay una enfermedad, si hay una vida que quiera hoy recibir a Jesús, lo que tu quieras, salte de tu asiento, ven. Rompe con eso y ven a manifestarte aquí con el cuarto hombre en el horno de fuego.

Salgan todas, salgan todas. Él quiere que todas se lancen al altar. No me miren a mí, miren al Padre, Hijo y Espíritu Santo que les está invitando, que es él el que quiere hacerles una manifestación. Una mujer llamada Rispa, su nombre carbón encendido, mujer ardiente, dice que levantó una tela, vamos a pensar que esto es tela, de silicio y lo puso sobre los peñascos hasta que hizo llover agua del cielo y no dejaba que ni una ave de rapiña, ni de día ni de noche se acercara a sus hijos.

Y usted sabe lo que hizo David cuando oyó ese amor, dijo, “Voy a honrar la sepultura de los hijos.” Cada acto que tu estás haciendo aquí hoy en este congreso, en este pre congreso, Dios lo está honrando, Dios lo está viendo, cada acto independientemente de qué, Dios lo está viendo.

Yo quiero que te unas, como estábamos hablando de tres y del cuarto, te unas de cuatro en cuatro y vamos a hacer un clamor juntas todas. Vamos a clamar quizás por las circunstancias de tu vida, por los Nabucodonosor que estaban viéndote estancada, por los Nabucodonosor que creían que tu te paralizabas. Cierren el círculo de cuatro, ciérrelo. Ciérrelo y créale a Dios. Créale a Dios que Dios está con usted, que sus hijos están ahí danzando con usted, que su esposo que no es cristiano, está danzando con usted. Créele a Dios.

Mientras tanto la hermana va cantando, me voy preparando para que podamos hacer el clamor. Pero vaya orando ya, diga, el espíritu de Nabucodonosor de miedo, de opresión, renuncio ahora, los renuncio a través de este cántico. Vaya renunciando porque después lo que va a recibir es una declaración profética que Dios me permite darle en un segundo para su vida, para que podamos estar preparadas para el congreso del 4 de noviembre. En el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús, en el nombre de Jesús escucha esta alabanza y siga orando, siga renunciando, no esté mirando a nadie.

Dígale, yo no voy a ver a nadie. Yo quiero que el cuarto hombre se me manifieste aquí y me traslade si es posible a mi casa, me traslade si es posible a mi empleo, me lleve allá donde está la circunstancia de Nabucodonosor molestando mi vida. Yo quiero que me lleve.