La importancia del bautizmo

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A la luz de todo lo que hemos estado hablando acerca de santidad, consagración de vida, entrega al Señor, ser un pueblo apartado, identificarnos con la santidad de Jesús y de nuestro Dios que servimos, el bautismo es uno de esos rituales cristianos, y uso la palabra en el sentido exaltado de ese término ritual. Los rituales tienen su lugar, de paso, en la vida cristiana, hemos perdido mucho de ello y yo creo que debemos rescatarlos.

Es un ritual que habla precisamente acerca de una nueva vida, una vida consagrada, una vida que se identifica con Jesús, una vida de muerte al mundo y al pecado y de resurrección a una vida entregada al Señor de santidad, de diferencia con el resto del mundo.

Y por eso es tan importante y muchos de ustedes son gente nueva en la fe y otros quizás nunca han tenido una presentación específica de lo que es el bautismo, lo que significa el bautismo, por qué lo practicamos, por qué es tan importante, cuáles son sus orígenes, cuáles son sus connotaciones.

Y hay alguna persona que dice, bueno, eso es un acto bonito. Amén. Un día de estos quizás yo lo haga, pero vamos a ver su importancia y su significado ahora a través de esta presentación. Y quiero que me acompañen, quiero hablar acerca de la importancia del bautismo. Y quiero comenzar, tenemos muchas Escrituras, las voy a estar leyendo según vayamos nuestra exposición.

Lo primero que tenemos que decir es que el bautismo es una parte esencial de la experiencia de conversión y de vida cristiana. No es algo como decía antes, opcional, o simplemente algo aleatorio, secundario, terciario de la vida cristiana, vamos a ver que es una parte esencial. Mucha gente subestima la importancia del bautismo, quizás otros le den demasiada importancia. Queremos hacer una presentación balanceada.

Vemos en la Escritura que la Biblia, Jesús, los Apóstoles le asignan un rol importantísimo, junto con la confesión de Jesús como salvador, junto con la conversión, y la experiencia de confesión de Cristo como salvador, vemos que muchas veces en la misma oración estaba también la idea del bautismo.

Vamos, por ejemplo, a Marcos capítulo 16, vamos a ver algunos pasajes rápidamente. Marcos 16 versículo 15 y 16, el Señor Jesucristo dijo:

“…Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura, el que creyere ─ y mire esto ─ y fuere bautizado será salvo, más el que no creyere será condenado…”

Ahora, déjenme decirle rápidamente, yo voy a señalárselo después, el bautismo no salva. Si usted se convirtió y no se llegó a bautizar por alguna razón u otra, no se va a ir al infierno, así que relájese, no se preocupe de eso. Vamos a aclara esto, pero noten la estrecha asociación que hay en muchos pasajes.

Si uno los tomara así, estrictamente literalmente, y no los pusiera en el resto del contexto de otros pasajes de la Escritura, uno podría concluir que hay que convertirse y confesar a Cristo como Señor, y bautizarse para ser salvo. Pero lo que quiero que vean es la conexión íntima, estrecha entre esas dos cosas. No es algo como secundario, como decía, en la mente de los escritores de la Biblia había una estrecha conexión entra la experiencia de salvación y la experiencia de bautismo.

Miren Mateo 28, en una de las últimas declaraciones de Jesús que registra Mateo en el versículo 19 y 20, Mateo 28, dice:

“…Por tanto id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…”

Una de las últimas declaraciones y mandamientos de Jesús, enséñele la palabra a los pueblos y bautícenlos y discipúlenlos. Ahí usted tiene una linda progresión, confesar a Cristo, bautizarse y entonces entrar en una enseñanza que nos enseñe nuestros derechos y responsabilidades y nos formateen nuestra sensibilidad conforme a los valores y la palabra del Evangelio, discipulamiento.

Para el Señor Jesús era algo muy importante esto de bautizarse junto con la experiencia de conversión. Vayamos, por ejemplo, también a Hechos, capítulo 2, como ustedes pueden ver en la mente de los escritores de la palabra y sobretodo para estos primeros creyentes, era algo tremendamente importante. Una vez que usted se convertía debía bautizarse. Y yo le podría dar muchos textos, no tenemos tiempo para agotar esta enseñanza, porque no quiero perderme en tantas cosas, pero es muy bello. Y yo quiero que esto le marque a usted por el resto de su vida. Hechos 2, 38 al 41, vemos aquí dice que:

“…Pedro les dijo, “arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados y recibiréis el don del Espíritu Santo…”

Aquí en la mente de Pedro hay otra cosa también, que no quiero complicarles demasiado la vida, pero es arrepentimiento, bautismo en agua y bautismo en el Espíritu Santo. Amén.

Mire aquí también, es que muchas veces nosotros hemos diluido y distorsionado a veces estas cosas que están tan estrechamente unidas en la palabra del Señor. Aquí tenemos bautismo en agua pero también bautismo en el Espíritu Santo como experiencias que van allí estrechamente vinculadas a la experiencia de un cristiano saludable, un cristiano que ha pasado por las facetas importantes de la vida cristiana.

Junto con el bautismo en agua que practicó Juan, está el bautismo del Espíritu Santo, que distinguía a Jesús como Mesías. Juan dijo, “Yo bautizo en agua pero viene uno que bautizará en el Espíritu Santo y fuego.” Que linda enseñanza adicional.

Finalmente en Hechos capítulo 22, hay otra enseñanza en esa dirección. Quiero aquí señalar la estrecha relación para la Escritura entre experiencia de salvación y bautismo. Hechos 22:16, Pablo está relatando su experiencia de conversión y el Señor Jesucristo mandó a este profeta Ananías para que lo bautizara en el Espíritu Santo y en el versículo 16 dice:

“…Ahora pues, por qué te detienes? ─ esto es Ananías hablándole a Saulo que acaba de experimentar la salvación a través de Jesucristo ─ …Ahora pues, ¿por qué te detienes? ─ Esa sí es una buena pregunta para usted. Si usted tiene tiempo en el Evangelio, si usted se ha convertido al Señor Jesucristo, está claro en que usted ama a Jesús y que usted ha comprometido con él, por qué te detienes? Guau! Espero que no le esté profetizando a alguien. No se vaya, no se asuste, es una pregunta amorosa, por qué te detienes?

“…Levántate pues, por qué te detienes? Levántate y bautízate y lava tus pecados invocando su nombre…”

Levántate y bautízate y lava tus pecados. Noto aquí otra pequeña implicación acerca del agua y el perdón de los pecados. La Biblia habla de lavamiento por el agua del espíritu y el agua de la palabra. Hay una asociación metafórica pero muy real también, el agua es un símbolo de sumergirnos en el agua, cargada de fe y de simbolismo espiritual, hay una experiencia de lavamiento también que podría interpretarse muy fuertemente o simbólicamente, pero como que es muy estrecha la cosa.

Levántate y bautízate y lava tus pecados invocando su nombre. Entonces, noten de nuevo, la asociación estrecha entre una experiencia de conversión real y la experiencia del bautismo. Es importante esto.

Ahora muchas otras cosas pueden ser opcionales, eso es lo que quiero enfatizarles a ustedes. Hay muchas que en la Biblia, bueno quizás se hace, quizás no se hace: guardar el sábado, por ejemplo, guardar las fiestas de purificación y otros rituales de la Escritura, pero en la experiencia cristiana el bautismo no parece ser una de ellas. Se trata de algo importantísimo, algo clave. Es posible que insustituible, inescapable de la experiencia de un cristiano maduro y obediente.

Ahora, voy a entrar aquí en otro punto bien importante. A través de los años he leído diferentes cosas acerca de los judíos y sus prácticas aquí en Estados Unidos y en Israel y en otras partes del mundo. Para los judíos una de las cosas bien importantes, dondequiera que hay una comunidad judía tiene que haber, lo que se llama, un micfah. Micfah quiere decir como fluir de aguas. Para toda comunidad judía en el mundo es importante que donde hay cierto número de judíos, generalmente varones, pero dondequiera que hay cierto número de varones judíos, debe haber una micfah. Es decir, es un lugar, es como un pool, como una piscina donde los hombres generalmente, yo no sé ahora con el judaísmo reformado y todo esto, me imagino que las mujeres también, pero donde puedan ir a purificarse y a celebrar ciertos ritos de lavamiento y de baños ritualísticos.

Esto es algo que data desde el Antiguo Testamento. En algún momento se desarrolló esta idea del lavamiento ritualista del hombre, del creyente judío. Entonces, uno puede ver, todo el que haya estudiado todas estas cosas lo sabe, hay una estrecha relación entre el bautismo que Jesús practicó y los discípulos y esa práctica judía del micfah, del lavamiento ritual.

Y al leer sobre esto, se me hizo tan evidente por qué es importante entender los antepasados del bautismo, antes que Jesús. Porque lo que hicieron los cristianos fue tomar esta práctica ritual judía y transferirla, como se hizo con tantas diferentes cosas, la santa cena y otras cosas que datan del passover, la Pascua judía, y transferirla al simbolismo cristiano, y adaptarla para los propósitos y los principios espirituales del cristianismo. Pero en realidad, los cristianos no inventan el bautismo. El bautismo ya existía solo que no con las connotaciones que los cristianos le damos, en el judaísmo de los tiempos de Jesús.

Entonces, una vez que está establecida esa relación al nosotros ver cómo se practicaba y qué simbolizaba para los judíos y que fue transferida a los cristianos podemos ver todavía más claramente los significados del bautismo.

Por ejemplo, nosotros cómo sabemos qué se practicaba antes? Antes de que Jesús ni siquiera comience a predicar, Juan ya está practicando el bautismo. El Señor se somete a ese ritual. Los esenios y otras sectas judías practicaban el baño ritual y lo hacían diariamente algunos de ellos. Era una purificación ritual, un símbolo de lavamiento de pecado y de impureza.

Entonces, vemos a Juan el Bautista practicando el bautismo y vemos a Jesús sometiéndose a este ritual. Juan, cuando lo ve venir a bautizarse con él, le dice, “Yo no soy digno, tu deberías estar bautizándome a mí.” Jesús le dice, “No, no, es necesario que se cumpla la Escritura.” Y él es bautizado en agua.

Importante aquí acerca de la obediencia, hay una connotación allí que luego voy a enseñanza un poquito. Nos bautizamos en obediencia. No es como yo me sienta, si quiero o no, si me gusta o no, es una obediencia. Pero ya vemos que antes de Jesús iniciar su ministerio, ya el bautismo existía como una práctica judaica.

Cómo se veía el micfah? Ese lavamiento ritual de los judíos, qué significaba? Era primero una inmersión total. Hay mucha controversia entre los cristianos que practican el bautismo por aspersión, por inmersión, algunos bautizan a niños, agua bendita, leche en la frente o algo por el estilo. Pero vamos a ver algo interesante acerca de esto.

Recuerde, el bautismo nace de un ritual judío. Ese ritual judío, cómo se practicaba? Era una inmersión total, hasta el punto de que nadie podía tocar al iniciado, al que se iba a bautizar, porque se suponía que hubiera contacto total de todo el cuerpo. Se practicaba desnudos, hermanos y hermanas denle gracias al Señor que eso no se transfirió a la práctica cristiana. Pero eran desnudos porque se suponía que tenía que haber contacto total de la persona bautizada con el agua. Ni siquiera se le podía poner manos porque eso podía interferir con la inmersión total. Esas obsesiones judías.

Primero se le daba mucha importancia a la inmersión total y el lavamiento total del cuerpo. En segundo lugar, era un acto de purificación, de lavamiento de la persona. Tercer lugar, era interesantemente una iniciación a una nueva vida como pasa con el bautismo cristiano también. Cuando una persona se convertía al judaísmo, tenía que inmediatamente ir al micfah y bañarse ritualmente. Esto era algo importante, como nosotros también vemos en la Escritura.

Y era como una impartición de una nueva identidad. Esa persona salía del lugar ahora con una nueva identidad. Ahora era un judío, miembro de la tribu de Israel, de la familia de Israel. Ya no era un gentil. Ahora tenía una nueva identidad como ser humano, como nosotros también en un sentido, vamos a ver más adelante, experimentamos algo parecido a través del bautismo.

Era un nuevo nacimiento después de la conversión. Era una confirmación después de la conversión al judaísmo de lo que esa persona había experimentado en su vida espiritual. Al bautizarse daba expresión pública de lo que se había dado en su vida. Otra cosa, era de extremada importancia. Esto era un sinequanon, era algo absolutamente imprescindible de la experiencia de conversión para los judíos que practicaban el micfah.

No era algo opcional. Era tan serio, tan clave que, por ejemplo, la persona no podía salir por el mismo lado en que entraba. Tenía que salir por otro lado para no contaminar el agua, por si acaso. Si se purificaba aquí, entraba por acá impuro, salía por acá puro y se repetían muchas cosas. Tenía que haber testigos, una cantidad de cosas, bien serias y personas que oficialmente confirmaran, miembros del sanedrín inclusive en los orígenes. Era algo muy, muy importante. Y era un lavamiento espiritual.

Todas estas cosas las encontramos después en el cristianismo, lo cual me dice a mí que para ser fidedignos a ese espíritu que se transfirió y que se practicó en la Escrituras debe haber elementos muy similares. Y los hay en la Escritura.

El cristianismo tomó el micfah y lo aplicó a sus propios propósitos y simbolismos como con otros rituales tomados del Antiguo Testamento, como la santa cena como yo decía, que nade de la experiencia de los judíos cuando salieron en la Pascua de Egipto.

Ahora, cuáles son algunas de las connotaciones del bautismo? Ya las he dicho en manera inicial. Primeramente es un acto de obediencia. Ya vimos en Mateo 3:14, 15, cómo el Señor dijo, no es necesario que se cumpla la Escritura. Juan, no importa lo que tu pienses, tus emociones aquí no cuentan en nada, ni siquiera importa mi condición y mi posición ontológica como Hijo de Dios. Es importante que si esto se manda en la Escritura, si esto es un mandamiento y es un ritual de nuestras costumbres judaicas que yo me someta porque yo he venido a cumplir la ley. El Señor cumplió la ley, se sometió.

Y yo creo que también los cristianos en obediencia debemos bautizarnos. Hay muchas cosas que yo me pregunto acerca del bautismo y usted también quizás, pero si usted obedece a la palabra del Señor y se somete a esta tradición cristiana y a esas leyes de la palabra del Señor, usted se va a bautizar porque es algo que está asociado con sujeción a la autoridad de la Escritura.

En otro sentido, también es un símbolo de la unidad del cuerpo de Jesucristo. En el capítulo 4 de Efesios, versículo 4 y 5, vemos aquí que dice:

“…Un cuerpo y un espíritu ─ dice en el versículo 3 inclusive, ─ solícitos en guardar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Un cuerpo y un espíritu, como fuiste también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos…”

Fíjese que en toda esa experiencia que unifican al pueblo de Dios, en todas estas cosas que son parte de nuestra unidad, una fe, un mismo Señor, una misma experiencia de salvación, está el bautismo. El bautismo como que te unifica con esa gran familia de la fe a través de los tiempos y en tu propio tiempo, y en tu propia comunidad. Es como una experiencia de sellamiento, así como la santa cena también. al tomar la santa cena lo hacemos en el mismo momento, con una misma mente, con una solemnidad total, eso bonds us, nos une, nos unifica en una manera poderosa. Así que es un símbolo de unidad de la vida cristiana.

También nos identifica con la muerte de Jesús. Si usted busca en Romanos, capítulo 6, versículos del 2 al 5, vemos aquí también algo parecido, de paso, ojalá que pronto podamos tener nosotros la capacidad para poner estas ─ yo no tengo el tiempo para ponerme a incluirlas en la presentación, pero estos textos es bien importante que lo vean también en la pantalla. En el capítulo 6 versículos 2 y 5 de Romanos, una de las exposiciones más largas en la Escritura del significado del bautismo, dice aquí:

“…En ninguna manera, porque los que hemos muerto al pecado cómo viviremos aún en el, o no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte…”

Fíjese que el Apóstol Pablo está pensando aquí, primero en no vivir en pecado. Hemos muerto al pecado. Tan cortante es la relación con el pecado de una persona genuinamente cristiana que ya está muerta al pecado. Les desenchufaron todas las conexiones con el pecado. Y nos identificamos con muerte al pecado, como Cristo muere también.

Hemos sido bautizados en la muerte de Jesús en todo sentido de la palabra “…porque somos sepultados, dice el versículo 4, juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos, por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva…”

Muerte y vida nueva. Y el bautismo es una expresión muy elocuente de esa trayectoria. El bautismo al entrar en el agua y perdernos por un instante al mundo, al sumergirnos en el agua, en ese momento en que estamos ahí, no escuchamos nada, porque estamos metidos en el agua, es como un símbolo de inmersión en la muerte del Señor. Nos desconecta simbólicamente con el pecado y con todo lo que tiene que ver con esta vida impura.

Pero también nos identifica con la resurrección de Jesús. Ahí mismo en Romanos 6:4 leímos:

“…A fin de que como Cristo resucitó de los muertos, por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva…”

Yo siempre digo, recuerdan que la santidad no es solamente para destruir, apartar de, sino también para construir y preparar para, es para bendecir, fortalecer, preparar, capacitar, no solamente para no tocar, no hacer, no dejar, no pensar. Es una cosa muy constructiva.

Morimos al pecado pero resucitamos a nueva vida. Morimos a una cantidad de cosas que nos gustan, pero nos dan también una cantidad de privilegios que la resurrección ejemplifica, poder, autoridad, victoria sobre la muerte, victoria sobre el pecado, victoria sobre el diablo y sus obras, victoria sobre la enfermedad, todo eso está ejemplificado en el bautismo, así que no es solamente malo sino cosas muy buenas también.

Amén. Me alegro que ustedes estén citados conmigo en eso. Es una vida nueva, una conducta, un comportamiento nuevo. Físicamente, entonces, vemos que al entrar, salir del agua, representa muerte, representa sepultura y levantamiento de la tumba a una nueva vida en Cristo Jesús. Todas esas cosas están simbolizadas en el bautismo. Gloria a Dios.

Lo meten al agua, me lo sacan, usted sale por allí a una vida. Que cosa más linda! Que bello símbolo de los diferentes elementos espirituales de la vida cristiana. Además de eso, no solamente es muerte física, resurrección, acto de obediencia, es también una expresión pública de lo que se ha dado dentro de nosotros en el espíritu.

De paso, en la celebración del micfah judío, no se permitía, por ejemplo, que una madre o un padre llevaran a su hijo a ser bautizado. No podía bautizarse solo, no podía hacer una ceremonia privada, tenía que haber testigos. No le parece interesante eso, uno se casa, hay testigos, uno se gradúa hay testigos, era tan importante que se suponía que hubiera testigos para confirmar, para que te afirmaras en tu decisión. Por eso es tan hermoso cuando nos bautizamos y tenemos nuestra comunidad alrededor de nosotros. Qué pasa? Cuando se hacen las cosas públicamente nos fortalecemos, le da peso, le da importancia, le da significado permanente, algo comunitario. Eso nos ayuda a seguir hacia adelante.

Es decir, un lavamiento de nuestros pecados que ya se ha dado. El agua del bautismo no le lava los pecados, aunque déjenme decirle, hay toda una interpretación sacramental, pero no quiero meterme en ese lío ahora mismo. Hay todo un sector del cristianismo que cree que el bautismo tiene un efecto real sobre el espíritu, sobre la ontología espiritual de la persona, no solamente algo simbólico, sino que confiere gracia, confiere un efecto sobre la vida de la persona y hay toda una rama, grandes ramas del cristianismo, todas las ramas griega ortodoxa, católica y aún episcopal y otros grupos creen, vamos a ver después un poquito más acerca de eso. Hay una interpretación sacramental del bautismo.

Nosotros los bautistas, muchos grupos evangélicos modernos no le vemos ese aspecto de una cosa que verdaderamente te cambia a ti en una manera radical, tu ontología, sino que lo vemos más bien como una expresión de algo que ya se ha dado dentro de ti.

El caso es que tu lo expresas públicamente. Otra cosa es que está conectado con el perdón de los pecados. En la Escritura, por ejemplo, mire un pasaje al azar, vamos a ir a Pedro, que no lo hemos usado, para que no se sienta rechazado tampoco. Pedro, capítulo 3, versículo 21, dice:

“…El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva, por eso es que mucha gente ha interpretado estas cosas como algo sacramental, algo verdaderamente que cambia tu vida y te opera en ti y te asigna salvación, ─ el bautismo que corresponde a esto ahora nos salva... ─ ahora interesantemente dice, ─ …no quitando las inmundicias de la carne sino como la aspiración de una buena consciencia hacia Dios por la resurrección de Jesucristo…”

En otras palabras, ahí hay una complejidad. Nos salva pero no es que te quita las impurezas de la carne cuando tu te metes al agua, sino que es más bien una expresión, una aspiración, algo que tu deseas, algo que tu crees y declaras simbólicamente con tu boca, y te afirmas en ello a través del bautismo.

Pero definitivamente hay varios pasajes, que no me voy a detener en los demás, que hablan del bautízate para el perdón de pecados. Y por eso es que es tan importante. Muchos creyentes, a través de los siglos, han interpretado esto como algo verdaderamente real. Nosotros quizás no vamos a llegar ese punto, pero por lo menos, óigame, tema y tiemble, por lo menos reconozca, como que aquí hay una conexión un poquito rara y mejor no me juego con eso.

Si me dice que me bautice, mira, déjame ser inteligente y me voy a bautizar por si las moscas. Así si me voy, me voy con todos los sellos en mi pasaporte y nadie me puede decir allá arriba, oops, esperáte, te falta algo aquí. Así que yo prefiero pecar de exceso que equivocarme. Usted qué le parece? Sí o no? Si usted es una persona sabia y entendida, no va a hacer lo mismo?

Ahora bien, no sabemos totalmente, no lo voy a decir, pero hay una conexión bien estrecha entre esto del perdón de pecados y el uno bautizarse. Que quede claro esto, el bautismo no salva. El ladrón en la cruz no se bautizó, sin embargo se fue directo para el Paraíso. Yo creo que hay una señal allí de que salva es la gracia.

Si alguien me dice a mí que hay que bautizarse para ser salvo, entonces no ha leído Gálatas, por ejemplo, donde la circuncisión, que era la cosa más sagrada para los judíos, Pablo dice, hey, si tu le añades a Cristo circuncisión para ser salvo, entonces estás anulando la salvación por gracia. La salvación es por gracia, me entienden?

Por eso es que es tan importante, hermanos, uno leer todos los pasajes de la Escritura, para que juntos peleen unos con los otros y uno los ve ahí que se fajen ellos porque son blancos y se entienden. Al final yo voy a ver lo que pasa.

Tenemos que mirar la Escritura en todas las dimensiones. Coger esos pasajes, juntarlos, ponerlos en el piso, sentarnos y mirarlos qué hacen ellos juntos. Entonces, definitivamente, aunque hay esas sugerencias del bautismo como algo absolutamente esencial para la salvación y el perdón del pecado, sabemos por otra parte que dice la Biblia, que la salvación es por gracia no por obras, para que nadie se gloríe. Nada que tu puedas hacer físicamente, simbólicamente, como sea, te asigna salvación, solo Cristo, confesión de pecados.

Ahora, hay una importancia esencial que tu debes también mirar las dos cosas, y pedirle al Señor, Señor, ayúdame a entender estos dos pasajes y meterlos a que convivan dentro de mi alma uno con el otro, en toda su tensión y su complejidad.

No salva pero es un fuerte símbolo de la experiencia de perdón y lavamiento de pecados. Hay una conexión muy estrecha entre ambos que seremos sabios en retener y guardar y no subestimar.

Como decía antes, el bautismo no es algo opcional. Yo no veo eso. Aunque es algo que no te salva, pero debes practicarlo, por obediencia, prudencia, respeto a la palabra, identificación con tantos otros cristianos a través de la historia y tu no eres mejor que ellos. Entonces todo eso nos empuja irremisiblemente hacia la experiencia del bautismo.

Es un requisito de la experiencia cristiana. Se debe practicar en todo lo posible. Mire Gálatas 3:26. gálatas es el libro de la gracia y de lo secundario de las obras y de los rituales, a la luz de la gracia que Cristo desató por su muerte en la cruz. Pero ahí en Gálatas inclusive, Gálatas 3:26 y 27 se nos dice:

“…Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos…”

Mire que interesante en la mente del Apóstol Pablo dice, todos los que sean bautizados en Cristo, de Cristo están revestidos. De nuevo, se prestaría a una mala interpretación. Gracias a Dios que en Gálatas, en su contexto no va a contradecirse de una manera tan obvia diciendo, bueno, tienen que bautizarse para ser revestidos en Cristo. Pero en la mente del Apóstol Pablo hay como una cosa tan estrecha que le resulta difícil ver la aparente contradicción en que nos está metiendo a nosotros.

Si han sido bautizados en Cristo, de él están revestidos. Es algo que en todo lo posible se debe practicar porque es tan clara la conexión en la Biblia.

El bautismo debe ser por inmersión. Eso es lo que yo creo. Ahora vamos a matizar eso un poquito. Ustedes vieron ya cómo el antepasado del bautismo, micfah, era inmersión y a un nivel bien delicado. Nosotros, como cristianos le añadimos otros matices. Pero yo creo que definitivamente el bautismo en todo lo posible debe ser por inmersión. Por qué? Porque dadas sus conexiones con el antiguo rito judío de baño ceremonial, en segundo lugar, todas referencias bíblicas que tenemos acerca de experiencias de bautismo, sugieren inmersión. Aún algunos dirían, bueno, la cuestión del carcelero de Filipos que se bautizó en la noche. Dónde encontraron agua? Pablo buscó una batea por allí y rengueando de todos los azotes que le dieron, bautizó al pobre hombre, allí lo metió. O quizás en el vecindario había una piscina de esas micfah y lo bautizaron allí. Yo no sé, pero no hay buscarle 5 patas al gato.

En las todas experiencias, ahí estaba el eunuco que pasaron por allí, se convirtió al Señor Jesucristo, vio un cuerpo de agua, mira ahí hay agua, por qué no bautizamos? Amén. Si tu tienes fe, hazlo. Lo bautizaron allí.

Todas las experiencias bíblicas que nosotros tenemos aquí nos sugieren el bautismo por inmersión. No hay ninguna que yo sepa, excepto esa que cuando uno quiere buscarle agarrando algo del carcelero de Filipos, puede quizás de decir algo. Pero no, normalmente son referencias por inmersión.

Y por el significado de la palabra misma, baptizo o baptisma que es el sujeto es bautismo quiere decir inmersión. Inmersión, saturación de algo. Es decir, que todo en la Biblia sugiere que fue por inmersión, no por aspersión o algún otro tipo de… y no fueron niños sino gente adulta que se bautizó.

Pero voy a matizar eso un poquito. Entonces, el bautismo yo digo, debe ser primordialmente practicado por adultos creyentes, por inmersión y no por aspersión o algún otro método.

Lo que yo quiero decir con esto es que, mire, si del todo se puede practicar el bautismo, debe practicarse de esta manera. Ahora, si hubiera alguna situación excepcional, que la puede haber, entonces nuestra fe, nuestra confianza en la gracia, nuestra confianza en el poder transformador de la fe para tomar un símbolo y darle vida cuando se practica en fe, aunque sea solamente un núcleo de lo que ese símbolo era inicialmente, nos da libertad también para jugar un poquito con el asunto.

Por ejemplo, yo hace años, uno de los momentos más lindos de mi experiencia como pastor fue, y en ese tiempo yo era más joven y loco, fui a visitar a una persona en el hospital, tenía sida y estaba ya declarado a muerte. No podía salir del hospital. Y este era un joven que se había convertido al Señor en una experiencia poderosa después de una vida de drogas, y ese hombre nos llamó diciendo “yo quiero, necesito, bautizarme antes de morirme.”

Pues, yo cogí a esta persona, la sacamos de su cama, asegurándonos de que no hubiera un médico alrededor, y la llevamos al baño y allí ayudamos a poner su cabeza hacia atrás y yo abrí la llave del lavamanos y le echamos agua por la cabeza y para mí, yo sé que ese muchacho, se fue con todo y zapatos para el cielo, contento. Y él se consideró bautizado.

Yo no tengo ninguna duda de que en ese momento eso era lo que la gracia del Señor nos permitía hacer, la libertad que tenemos en Cristo y poder de la fe. Entonces, yo no tengo problema con eso, pero yo digo que si del todo posible se puede hacer de esa manera, yo diría que la forma normativa de practicar el bautismo debe ser por inmersión, una persona adulta que cree en Jesucristo.

Ahora les voy a decir por qué también. Me doy a entender? No estoy siendo legalista ni farisaico ni nada. El bautismo, una de las cosas acerca del bautismo, como hemos visto ya, está fuertemente asociado con creer en Jesucristo como algo consciente y deliberado. Si usted va a bautizar porque ha creído en Jesús como Señor y salvador, y quiere expresar eso por medio del acto del bautismo, se presupone que usted ha creído. Y si usted ha creído quiere decir que usted ha considerado consciente, intelectualmente, los reclamos de Jesús y entonces ha dicho, sí, a esos reclamos. Sí o no? Estoy siendo muy complicado? Sino bajo un poquito el volumen.

Es decir, creer presupone un acto intelectual, un proceso intelectual de consideración y afirmación de la voluntad a lo que usted ha considerado. Eso es lo que el bautismo presupone. Cuando usted se bautiza se supone que ya ese proceso se ha dado en su mente.

Un infante, un bebé, a menos que no sea un genio, no puede pasar por ese proceso de creencia, afirmación, consideración de alternativas, y entonces una opción final a favor de. Un bebé no puede pasar por ese proceso, entonces, hay una problemática que si el bautismo es una expresión de una experiencia de creencia y afirmación, entonces como que falta algo.

Nosotros, por ejemplo, presentamos un bebe esta mañana. Nosotros creemos en eso, en consagrar, confirmar, declarar bendición, sellar, yo creo que ese acto tiene poder, hermanos, déjenme decirle, por eso lo practicamos aquí. La fe de esos padres. Porque eso es otra cosa también, que es importantísimo. El mundo sacramental cree que no es la fe del bebé la que hace el bautismo importante, sino la fe de los padres.

Ahora, eso me mete en otro lío y ni siquiera me voy a meter mucho en ese asunto. Pero mire que es importante esto, hermanos, que yo siempre le digo a los hermanos que presentan a los bebés, en un sentido no solamente están presentando a su bebé, sino que se están presentando ellos también, porque ese bebé necesita un hogar donde se ame a Cristo, donde la palabra de Dios germine y crezca y abunde, donde haya buenos ejemplos, buenas enseñanzas, cristianos que amen al Señor por encima de todas las cosas.

Entonces, no es como que venimos aquí y le echamos la carga al pastor. Encárguese de mi bebé aquí, bendígamelo y santifíquemelo y todo y uno se queda. No, el papá, la mamá, los padrinos están unidos a ese bebé en un sentido, nosotros nos comprometemos de ser de bendición a esta criatura y levantarla en el temor de Dios. Sí o no?

Entonces, a través de los siglos los cristianos que han creído en el bautismo de niños dicen, bueno, no es que el niño crea, es que la fe sustucionaria de los padres se le asigna al niño y por la fe de los padres el niño es salvado o bautizado. Eso es otra cosa compleja.

Después de eso, de hecho, la iglesia católica, viendo el problemita que tiene eso, ha creado el rito de la confirmación. Después viene la confirmación más adelante. Pero yo digo, para qué complicarse tanto la vida? Para qué añadir otro ritual más? Con uno baste. Bautícese en el tiempo de adultez y presente a los niños como nosotros hacemos, y ahí nos cubrimos por todas las partes.

Por eso es que yo quiero también que el bautismo deben ser adultos que se bautizan por inmersión. Por toda esa trayectoria histórica que tiene el bautismo.

Sin embargo, quiero aclarar que la metodología externa, perdonen el uso de palabrotas grandes, que la metodología externa del bautismo tampoco tiene un poder absoluto, como sucede con la santa cena, que solo la practicamos en forma muy simbólica y básica.

Qué quiero decir con esto? la santa cena que nosotros practicamos aquí, no es ese ágape que practicaban los primeros cristianos, una comida total, pernil, arroz con gandules, puposa, todo, no pernil quizás si era un contexto judío, pero por lo menos una carne guisada o algo. Era una comida completa donde los cristianos traían su comida y la pasaban juntos en la armonía y el amor de Cristo, compartían su comida, unidad.

Hoy en día, qué hacemos? Lo hemos reducido a una cosita chiquitita, un poquito de jugo de uva welsh. A veces yo he querido practicar un poquito con un vinito, aunque sea para alegrar, pero digo no, no, hay demasiado por allí, así mejor no darle patitas al diablo ni nada, vamos a dejarlo tranquilo.

Pero fíjese que nosotros no tenemos ningún problema con comernos un pedacito de pan wonderbread, cortadito con un poquito de jugo de uva, y lo consideramos como una realización del acto de la santa cena. Porque la fe es lo que importa en este caso. Si es un pan completo o un pedacito, no importa porque la fe lo transforma.

Yo no creo, por ejemplo, que en último caso, para mí si una persona es bautizada por aspersión y su fe le da para creer que se le cubrió todo el cuerpo, gloria a Dios, conforme a tu fe te será hecho.

Yo tampoco estoy siendo absolutamente rígido. Eso es lo que mata al cristianismo, esa rigidez, que entonces queremos atrapar a los que no creen como nosotros en una camisa de 11 varas y meterlos allí, ya como no lo hiciste como yo, entonces estás fuera de la familia. Tampoco. Así que hay que ver la complejidad, la amplitud del Evangelio.

El que lo hagamos absolutamente por inmersión, desnudos, en pantaloncillos, solo con pantalón y camisa, con lo que sea, una bata blanca, amarilla, azul clara, no importa en última instancia, lo que importa es la fe de la persona, su consagración al Señor, su convicción de que Cristo es mi Señor y salvador, y qué? Entonces se paran allí y dan testimonio público de lo que ha pasado dentro de ellos. Tampoco podemos ser rígidos al respecto.

Pero habiendo dicho todo lo demás, guardamos también esa salvedad. El bautismo estaba fuertemente asociado con la salvación como un sacramento, en la mente de los primeros cristianos. Yo creo que la razón por la cual se comenzó a practicar, personalmente esto, no soy antropólogo ni cosa que se parezca, pero yo creo que la razón por la cual se comenzó a practicar el bautismo de los niños es porque los primeros cristianos tenían esta fuerte asociación de salvación con bautismo. Tenían una mente todavía sacramental, mágica un poquito, por así decirlo, una palabra problemática.

Pero yo creo que esos primeros cristianos sacados de un mundo totalmente inmerso en un universo simbólico, donde los rituales tenían poder, la magia, la brujería, todas estas cosas donde el mundo se abría a las operaciones eternas de los hombres, las palabras, los gestos, las cosas. Esa mentalidad les resultaba más fácil ver esto que vemos aquí, esa asociación estrecha entre el bautismo y una operación directa sobre la ontología del individuo, su identidad. Entonces ellos decían, bueno, si el bautismo verdaderamente tiene que ver con la salvación y otra cosa que en ese mundo los niños morían mucho más fácilmente. Muchos niños morían. La mortalidad infantil era grandísima. Entonces, esos niños, los padres se quedaban… se murió chiquitito, bebé, se habrá salvado o no? entonces, qué pasa? Bueno, vamos a meterle agua hasta que rompa, para asegurarnos de que si se muere, por lo menos se vaya al cielo.

Entonces yo creo que por allí comenzó eso de bautizar a los niños también. Por esa estrecha asociación del bautismo con la salvación. Y entonces después siguió en el mundo sacramental católico, cuando entró el protestantismo, que rompió con una cantidad de cosas, se quedaron con ese ritual, el bautismo por aspersión y todo eso, y el bautismo de niños, y ahí entró la complejidad sin embargo para bautistas y otros grupos cristianos, y ahí se abrió la caja de Pandora, de la diversidad del mundo cristiano.

Pero originalmente yo creo que se debió a ese asunto de los niños se mueren, a veces temprano, vamos a asegurarnos que se vayan con Dios, si la salvación se adquiere a través del bautismo o es algo que verdaderamente está unido a ella, entonces vamos a bautizarlos, y después con siglos eso se afirmó tan fuertemente que resultó muy difícil para todo un segmento del cristianismo deshacerse de esa idea. Eso se lo debo ahí de ñapa. Eso no le voy a cobrar por esa enseñanza.

Hermanos, el bautismo es un importante aspecto. La conclusión de todo esto, hermanos, llévese esto para su casa. El bautismo es un importante aspecto de la experiencia cristiana. Yo diría un aspecto esencial, extraordinariamente importante. En segundo lugar, debe tomarse muy en serio y practicarse lo más pronto posible después de creer en Jesucristo como Señor y salvador, en todo lo posible, mis hermanos.

Yo sé que hay hermanos que tienen una vida compleja, tienen circunstancias difíciles en su vida, y a veces me preguntan, pastor, debo yo bautizarme? Yo le digo a esa gente, bañándome con la sangre de Jesús yo mismo, les digo, miren, si usted ha creído en Jesús, como Señor y salvador, si usted lo ama con su corazón, si usted se ha encomendado a la gracia del Señor y si usted ha dicho no vuelvo atrás, no importa qué, mire, yo lo voy a zambullir tres veces, no una, sino tres, con toda libertad de consciencia.

Es como recibir a Cristo como Señor y salvador, con todo y sus pecados, porque él lo encuentra donde usted está, yo creo a asimismo tiene que ser con el bautismo también. Ahora, no es que lo tome livianamente tampoco, entiéndame. Si usted está allí entre dos aguas, bueno, quizás me convierto, quizás no, quizás, bueno, pero si fulanita me dice que sí yo entonces voy a dejar la iglesia. No, si usted está en eso, no se meta a las aguas. Pero si usted tiene fe, usted ama al Señor, usted lo ha aceptado, usted está entregada a él, entonces encomiéndese a la gracia del Señor y pase adelante, y el Señor le irá… a veces el bautismo puede ser inclusive una fuente de poder y de convicción que lo va a ayudar a salir adelante en las demás cosas. Y yo creo que el bautismo tiene, sí, hay algo especial, hay un partimiento de gracia y de poder. Yo creo en ese aspecto sacramentalmente, sí.

Yo creo que hay algo que se da. No es puramente simbólico. Hay una gracia especial por fe que activamos cuando esas aguas nos tocan y se convierten en algo que nos penetra y nos baña y nos sella. Véalo así cuando usted se vaya a bautizar, si se va a bautizar. Es algo muy importante. Debe practicarse lo más posible.

No salva pero la Biblia sugiere que está fuertemente conectado a la madurez y a la vitalidad espiritual. Si usted no se ha bautizado y lleva tiempo en el Evangelio, yo creo que le falta algo y debe hacerlo lo más pronto posible. Debe hacer en el nombre del Señor porque está conectado a la madurez, a la vitalidad espiritual.

Finalmente, es una elocuente declaración pública de creencia y consagración espiritual. Así que, hermanos, vamos a darle gracias al Señor por lo profundo que es este acto y darle gracias a Dios porque podemos participar en él a través de Cristo Jesús.

Póngase de pie un momentito. Vamos a darle gracias al Señor por esta palabra. Vamos a recibirla en nuestros corazones, vamos a sellarla dentro de nosotros. Yo deseo ardientemente que cada día crezca el número de gente que conozca a Jesús como Señor y salvador y que también pase a través de las aguas del bautismo y diga, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás. Amén.

Gloria al nombre del Señor. Padre, gracias, gracias por tu palabra hermosa, gracias por sus enseñanzas, gracias por esas vidas que se van a bautizar esta tarde. Gracias por hacernos partícipes de símbolos y verdades que aún los ángeles anhelarían participar de ellos como nosotros participamos de ellos. Gracias porque nos has dado un manjar que a nadie `más en la creación le toca, Señor, solo a tu familia redimida por la sangre del Cordero. Gracias por permitirnos un día entrar a las aguas bautismales y bendice a mis hermanos que están todavía en ese proceso y séllalos con este sentido de compromiso, Padre.

Gracias, te adoramos, te bendecimos. Hermanos, dile sí a esta verdad del Señor y cualquier otra cosa que tu hayas recibido allí. Queremos dar una oportunidad aunque el tiempo pasa, pero si hay alguien que no ha recibido a Jesús todavía como Señor y salvador, escúchame, si tu no has recibido a Cristo todavía, antes de tu bautizarte tienes que pasar por ese acto de obediencia. No te pongas a pensar mucho, que si esto, que si lo otro. No. la palabra dice que si confesares al Señor con tu boca, si creyeres en tu corazón que Cristo levantó de los muertos, entonces eres salvo. Tienes que pasar por ese acto de confesión y de creer en Jesús.