Conócete a ti mismo

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La epístola de Santiago está llena de consejos prácticos acerca de la vida. Santiago salta como de una cosa a la otra porque es como tener un consejero al lado tuyo que te está dando pequeños consejos acerca de la vida. Por eso muchas veces él salta de un tema al otro y uno necesariamente ve cuál es la conexión entre lo que estuvo antes y lo que viene después. Pero sí hay como una coherencia interna que es la coherencia del pastor que le está hablando a su congregación acerca de cosas prácticas de la vida cristiano, del comportamiento cristiano. Claro, todo esto inspirado por el Espíritu Santo porque no es simplemente un hombre escribiendo lo que se le ocurre. Hay en esta epístola, en esta carta una cantidad de verdades y de enseñanzas muy necesarias y muy buenas para la vida.

Ustedes recordarán, los que pudieron venir a una serie de estudios que di, cuando comencé esto hace ya unas cuantas semanas atrás, después han intervenido tantas cosas de por medio, pero estuvimos hablando acerca de las pruebas, ¿recuerdan? De que las pruebas, las dificultades de la vida, los sufrimientos de la vida, los padecimientos, los sinsabores, los reversos de la vida no son necesariamente como algo que no tiene sentido, sino que Dios muchas veces permite estas cosas en nuestra vida para propósitos muy buenos, muy benévolos.

Recordamos lo que dice el Apóstol Pablo también, que a los que aman a Dios, qué pasa? Todas las cosas ayudan a bien pase lo que pase en nuestra vida, algo bueno sale de ello siempre, si por fe nosotros lo recibimos de esa manera. Entonces hay veces que Dios permite que vengan adversidades y situaciones difíciles a nuestra vida para provocar en nosotros una reacción que formen nuestro carácter y nos acerque más a Cristo Jesús. A veces la prueba puede quebrantarnos y quebrar en nosotros orgullo o demasiado auto suficiencia, o un mal carácter, o unas actitudes dañinas que nos hacen a nosotros sufrir y hacen sufrir a los que están alrededor de nosotros.

Y muchas veces al ser debilitados por ciertas situaciones difíciles de la vida, paradójicamente nosotros nos fortalecemos. Viene a suceder lo que dice el Apóstol Pablo que entonces cuando soy débil soy fuerte. Y a veces Dios mismo provee situaciones difíciles en nuestra vida para obligarnos a conocernos mejor a nosotros mismos, para obligarnos a ir dentro de nosotros mismos.

Como recordarán ese pasaje cuando él escribe en Deuteronomio, capítulo 7, a los hebreos, y dice que ‘recuérdate cuando estabas en el desierto que yo te probé, te examiné, te hice comer maná para ver lo que había dentro de ti, para enseñarte que no solo de pan vive el hombre, sino que de toda palabra que sale de la boca de Dios. Y recuerda ahora cuando entres a la tierra prometida, que fluye leche y miel, que tiene mucha abundancia, dónde estuviste y cómo esto fue usado para que tu te conocieras mejor.’

Es decir, que Dios muchas veces permite que las pruebas vengan a nuestra vida para que nos conozcamos mejor, para que tengamos más profundidad espiritual. Una persona que solo tiene buenas cosas pasándole todo el tiempo en la vida, imagínese, no pasa, porque la vida sabemos que tiene dificultades, generalmente va a ser una persona superficial, generalmente la profundidad y la grandeza espiritual viene como producto de muchas veces tiempos difíciles por los cuales hemos pasado.

Ahora, también vienen tiempos bellos y hermosos en la vida cristiana. Pero recuerde eso, que no todo en la vida cristiana es solamente rosas y buenos momentos, hay también tiempos de prueba y de dificultad que Dios va a usar si nosotros nos agarramos de él y creemos que él es bueno y fiel en medio de todo, para llevarnos a un nuevo nivel, a una nueva altura espiritual.

Ahora, vamos a otro pasaje interesante dentro de esta carta, que se encuentra todavía en el capítulo 1, lo que hablamos acerca de las pruebas estaba en el capítulo 1, versículo 2 en adelante, donde decía:

“… Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia…”

Vamos a saltar unos cuantos versículos porque lo que quiero… después podría volver más hacia adelante a otras cosas que están allí, pero vamos al versículo 12, porque aquí tenemos como una unidad de enseñanza. Esta tarde yo estaba hablando con alguien de la congregación, en la sesión de consejería y estábamos hablando acerca de la tentación y de lo importante que es saber cómo lidiar con la tentación.

Cuántas personas han sido tentadas alguna vez en su vida? No tienen que levantar la mano. A mí me dicen que eso existe, que la tentación existe, yo no sé exactamente qué es eso, pero, por teoría sé… mentira, todos somos tentados en alguna manera u otra, todos pasamos por tentación. Tentación es cuando sentimos una inclinación a hacer algo que es contrario a la voluntad de Dios esencialmente. Cuando sentimos una inclinación, un llamado, una atracción hacia algo que Dios ha dicho, ‘no pases por allí.’ Lo clásico, Eva, cuando Dios le dice, ‘mira, tu puedes comerte todo lo que te dé la gana, las mandarinas que están allí, las manzanas, la lechosa tan linda que está allá, lo que tu quieras, come de ellos, pero tu ves ese fruto que está ahí, no me lo toques, porque el día que tu comas de eso, ahí termina todo.’

Qué pasa? Viene la serpiente o Satanás en forma de serpiente, según el relato de Génesis, y la comienza a engatusar, la comienza a tentar. Y ella siente esa atracción, ‘qué bello ese árbol, qué fruta más apetitosa,’ y cuando viene a ver, cae. Eso es la tentación. Tentación es cuando te sientes atraído, inclinado a hacer algo que Dios ha dicho, ‘no lo hagas, no vayas por allí.’

Ahora, generalmente vamos a ver esto en un momentito, la tentación sobretodo se da en la mente o en el corazón o en el sistema nervioso, si usted quiere ser muy psicológico, en esa parte sensible, sensitiva, senseship, como dirían en inglés, that senseship part of yourself. Donde están los deseos, los apetitos, la inclinación hacia el placer o hacia la gratificación personal a algo que te da placer, o que te hace sentir que una tensión se va porque has satisfecho lo que estaba dentro de ti.

Pero generalmente la tentación es algo interno. Yo digo que todo el mundo puede ser tentado, nadie diga que no es tentado. Ser tentado no es pecado, lo que es pecado es acceder a la tentación y actualizarla. Pero tentación es algo que a todos nos va atacar en algún momento.

Billy Graham, creo que fue que dijo, ‘yo no puedo impedir que un pájaro vuele por encima de mi cabeza, lo que no debo permitir es que se siente sobre mi cabeza.’ Entiende? a veces la tentación puede pasar, un pensamiento puede pasar por su mente, pero cuando usted permite que se detenga allí, entonces obre sobre eso.

Ahora, miren lo que dice acerca de la tentación, el versículo 12 en delante de Santiago 1, dice:

“…Bienaventurado el varón – hermanas, no se me pongan demasiado cómodas, porque eso es también para ustedes. Santiago está escribiendo hace mucho tiempo y es genérico – bienaventurada la mujer que soporta la tentación… “

Soportar la tentación quiere decir qué? Resistirla. No darle comida, soportar en ese sentido, al contrario, es resistirla, es no ponerle atención, no hacer lo que ella te pide que hagas.

“…Bienaventurado el individuo que soporta la tentación, − la resiste – porque cuando haya resistido – ahora en vez de decir tentación dice la prueba. A veces la tentación es una prueba para ver si tu vas a hacer lo que Dios te dice que hagas. A veces es simplemente una tentación del diablo para ver si tu caes. Generalmente la tentación es para caer. Dios nos prueba para bendecirnos, el diablo nos tienta para destruirnos y hacernos caer.

“…Bienaventurada la persona que soporta la tentación porque cuando la haya resistido – podría decirse, − recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman. – y aquí viene algo bien interesante – Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie…”

En otras palabras, Dios no sabe lo que es la tentación, no le llega. Nada lo puede tentar a él, no solamente eso, sino que él tampoco está en el negocio de tentar a nadie. Él no hace eso.

“…sino que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia después que da concebido, da a luz el pecado y el pecado siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos míos, no herréis toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las Luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación. Él de su voluntad nos hizo nacer por la prueba de verdad para que seamos primicias de sus criaturas…”

Qué pasaje más interesante! Es más, yo casi tendría que corregirme, al decir que Santiago es llano y simple en las observaciones que hace, para mí este es uno de los pasajes más profundos en términos de darnos un entendimiento de lo que yo llamo, como la radiografía de la tentación, o la cronología de la tentación, la naturaleza… es como que el Espíritu Santo en Santiago, desmonta y subdivide para nuestro beneficio lo que es el proceso de la tentación, cómo es que se da la tentación.

Y este es un pasaje que trate de iluminarnos acerca de la naturaleza y los elementos que componen la tentación. Sabemos que vivimos en un mundo lleno de pruebas y hoyos que nos pueden hacer caer y ofender a Dios. Cuando nosotros entramos en los caminos del Señor y cuando una persona está tratando de agradar a Dios van a venir tentaciones, van a venir pruebas, van a venir ataques del enemigo. Satanás es el tentador, es el acusador, es el que quiere que nosotros caigamos para que entonces entremos en culpa, castigo, sufrimientos de todo tipo, etc.

Entonces una de las cosas que yo creo que los cristianos tenemos que aprender cada día más y más, es cómo vivir vidas agradables delante de Dios, cómo ser obedientes al Señor, cómo bregar con esa tendencia que hay en nosotros que nos invitan a ofender al Señor y a hacer aquello que es contrario a Dios.

Entonces Santiago nos dice primeramente algo muy importante, “nadie le eche la culpa al Señor cuando peca…”, como por qué tu me hiciste hacer eso? Cuántas veces le echamos la culpa al Señor a veces? Mira, hice esto, hice lo otro, Dios no me protegió. El Señor no tienta a nadie. Ahí lo dice bien claro. Dios no hace eso. Dios sí puede probarnos, como yo decía antes, y permitir que caigamos en pruebas, porque esto nos va a fortalecer. Pero la tentación generalmente lo que produce es pecado, condenación, distancia de Dios, culpabilidad dentro de nosotros, alejamiento de las cosas del Espíritu Santo.

Entonces la tentación no tiene ninguna cosa buena. Es algo negativo. Es algo dañino. Es algo destructivo, y por lo tanto Dios no te va a meter en una situación que te lleve a la destrucción o al decaimiento o a la separación de él, Dios no hace eso.

Quién es el que nos tienta? Satanás. Santiago dice, primero, eliminen esa idea de que Dios tienta a alguien. Y mire qué interesante, aquí es lo que yo llamo esta radiografía de la tentación, cuáles son los pasos. Dice: “sino que cada uno es tentado, versículo 14, cuando de su propia concupiscencia…”

Párese ahí un momentito. La palabra que se traduce al español concupiscencia, es una palabra griega que se pronuncia epitumía, lo que quiere decir es cualquier deseo fuerte, cualquier apetito. Cuando uno piensa en concupiscencia generalmente la gente piensa con algo sexual, ¿verdad que sí? Lascivia, etc. pero no, la palabra epitumía en el griego original lo que quiere decir es cualquier sensación fuerte, cualquier deseo fuerte, cualquier apetito, cualquier inclinación. Epitumía puede ser el amor que alguien le tiene al dinero y la avaricia es concupiscencia.

Epitumía puede ser el deseo de gloria de un filántropo que da 10 millones de dólares para que metan en cemento el nombre de su familia en la entrada al edificio que él ayudó a construir con su dinero. O el artista que tiene un apetito de fama y de gloria y de grandeza y de éxito, eso puede ser epitumía.

Epitumía puede ser el apetito por llegar a la posición cúspide de la corporación donde tu trabajas, llegar a ser el CEO y estar dispuesto a vender tu alma al diablo y a pisar por encima de todo el mundo para llegar a esa posición, eso es concupiscencia. Cualquier cosa que tu la ves y te brillan los ojos.

Recuerdan la historia, por ejemplo, de este hombre que – no recuerdo su nombre – Dios le dijo a los judíos cuando entraran a Jericó que destruyeran todo lo que había en la ciudad, absolutamente todo, animales, todo absolutamente y que no cogieran nada de la ciudad porque todo era maldito. Era una ciudad pecaminosa eminentemente, no se llevaran nada de la ciudad porque todo era maldito. Sin embargo, este hombre dice que vio un… Akán? Guau, esta gente está mejor educada que el propio pastor, qué bien. Eso es bueno.

Akán cogió ciertas cosas y las escondió y después Dios lo descubrió y él le dijo al pueblo, sí es verdad, cuando yo entré a la ciudad vi un lingote de oro, una barra de oro, vi un manto babilónico también – una vestidura muy bella, − y no pude resistir. Lo cogí, me lo llevé y lo metí en la tierra y lo escondí. Pero ahí encontró su pecado de todas maneras. Eso es epitumía. Cuando tu ves algo y te llena los ojos y es algo que tu lo quieres y estás dispuesto a hacer lo que sea. Es el adicto a drogas que le roba a su madre el crucifijo que ella ha tenido por 50 años para írselo a vender en la esquina y comprarse drogas porque está poseído por un apetito, un deseo muy fuerte.

Cualquier cosa que te lleva a desear algo y que te neutraliza tu capacidad para medir las consecuencias de lo que vas a hacer, de tan fuerte que es el deseo que te anima, eso es epitumía. En varios pasajes de la Escritura se usa esa palabra para hablar de eso, y todos nosotros en alguna manera u otra, hermanos, vamos a padecer de esto.

Por ejemplo, a veces la ira es parte de eso, podríamos también ver en epitumía en Gálatas, capítulo 5, cuando el Apóstol Pablo habla de las obras de la carne, ahí también hay algo de eso. Pero por ejemplo, mire la ira, uno a veces no asociaría la ira con concupiscencia, pero piense, una persona está en una conversación y se mete en una conversación conflictiva con alguien y se encienden los ánimos y esa persona tiene tanta ira que quiere herir a esa… puede ser su hermano, puede ser su esposa, puede ser un amigo querido, y tiene tanta ira que le viene a la mente decirle algo a esa persona que sabe que le va a cortar por el mismo medio y tiene tanta ira que sabe que puede satisfacer su ira diciéndole esto, pero sabe también que si le dice eso va a herir a ese amigo y esa amistad va a sufrir un daño irreparable. Pero es tan grande a veces la ira que siente que lo dice de todas maneras. Y no piensa en las consecuencias, o piensa pero es demasiado fuerte entonces ahí viene la división, viene la herida que nunca más se sana, la separación.

Todos nosotros padecemos de esto en alguna manera u otra en nuestras vidas. Y esto es lo que el enemigo más usa para hacer daño en las filas de los hijos de Dios. Y por eso es que nosotros tenemos que siempre medir nuestras vidas continuamente y pedirle al Señor que nos ayude a ganar lo que yo llamo dominio propio, es el control de uno mismo, control de sus apetitos, control de esas actitudes y esos deseos y esas inclinaciones que a la larga son para nuestro daño.

Pero mire más allá, entonces habiendo definido eso, dice, “cuando alguno es tentado no diga que Dios lo tienta, sino que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia, epitumía, es atraído y seducido.”

Aquí hay otra cosa también, Dios no tienta a nadie. Dice, cuando es atraído y seducido. Atraer y seducir son verbos, ¿verdad? Y verbos presuponen un agente que lo lleva a cabo. Quién atrae y seduce normalmente? Satanás. Qué dijeron? Las mujeres, pero hay algunos hombres que seducen también como Don Juan en la literatura clásica.

El último, el fundamental seductor es Satanás. Pero no solamente eso, puede ser simplemente algo que te seduce y te atrae. Pero para mí el insight, la idea más profunda de todo esto es la siguiente, es que cuando tu caes en algún tipo de pecado es porque ya en ti estaba la raíz se ese pecado, es que ya en ti está la semilla de cualquier cosa.

Satanás no puede coger a una persona perfectamente pura y meterle una semilla de pecado en esa persona y entonces llevarla a pecar. No. Satanás es el gran cazador que lo que hace es que te estudia a ti y a mí, y como es un psicólogo que tiene dos mil años, por lo menos, o mucho más que eso, siglos y siglos.

Dicen por ahí, que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Eso quiere decir que toda esta experiencia que él tiene en conocer la psiquis humana, él sabe de qué cojea cada persona. Los espíritus demoníacos estudian a las personas y, esto no es para que nos pongamos paranoicos, pero sí cada uno de nosotros tiene áreas de su vida que son heridas, deficiencias, fallas estructurales, defectos, inclinaciones, apetitos, deseos, temores, todo ese terreno nebuloso, negativo de nuestro ser, esas son las áreas que son usadas para llevarnos a pecar.

Entonces, Satanás, sus espíritus observan las debilidades estructurales que hay en el ser humano y eso es lo que usan para llevar a los seres humanos al pecado y la destrucción. Por ejemplo, voy a coger algo que puede ser relativamente inofensivo, digamos el orgullo intelectual, eso no es como pornografía o asesinato. No, simplemente hay personas que son orgullosas intelectualmente, aman el conocimiento, aman el intelecto, les gusta el estudio, se creen muchas veces que saben más que los demás, porque sí saben muchísimo, tienen unas destrezas intelectuales académicas increíbles, quieren llegar a la gloria académica.

Y el diablo comienza y dice, ah, esto es lo que le gusta a esta persona? Quiere llevarlo a la destrucción, quiere alejarlo de Dios entonces comienza a darle éxito, lo parea, le atrae gente igualmente intelectualmente desarrollada como ellos, pero materialistas, humanistas, entonces esta persona, para agradar a esos compañeros que son contrarios a la palabra de Dios, contrario a los intereses del Reino de Dios, los une en relaciones y entonces esta persona poco a poco para agradar a los demás, se va apartando de Dios, va asumiendo las doctrinas, las enseñanzas, la corrientes intelectuales de esas otras personas, o culturales, y poco a poco esta persona, para poder tener éxito en el campo académico, en la universidad, que le exige que escriba en cierta manera, y declare ciertas ideas…

Por ejemplo, hoy en día si usted está en universidades como Harvard o Princeton o Yale, o lo que sea, se espera que usted exprese las cosas en cierto vocabulario intelectual. Si usted como académico escribe en cierta manera ciertas cosas, será mejor que usted sea muy, pero muy por encima del promedio, aún en las normas de esas universidades, para usted hablar en una forma bíblica, cristiana, tradicional, ortodoxa. No, usted tiene que escribir con respecto a ciertos elementos morales, intelectuales, en una forma que responda a los valores intelectuales de esa comunidad.

Aún dentro de la originalidad que se espera de usted, hay un lenguaje común que usted tiene que hablar y por eso mucha gente que se mueve en el mundo académico para poder tener éxito, van alejándose de sus convicciones espirituales cristianas y van asumiendo el lenguaje intelectual y el vocabulario intelectual de ese ambiente y van perdiéndose poco a poco hasta que se alejan completamente de Dios.

Entonces, el diablo puede usar ese apetito que había en ti, de gloria intelectual, de desarrollo intelectual y te puede ir llevando poco a poco, alejándote de ese acercamiento a Dios hasta que tu te desorientaste completamente y perdiste tu alma. O puede ser un apetito, en el otro extremo, un apetito sexual o amor al dinero o lo que sea. Entonces el enemigo sabe de qué cojea una persona.

Hay personas que el adultero o la sensualidad no les interesa, ese no es su debilidad o su falla estructural. Pero el diablo si eso no es lo tuyo, pues él te ofrece dinero o te ofrece amigos que te llevan por otro lado o te ofrece otro tipo de placer, lo que sea. El diablo tiene carnadas para todos los peces del océano.

Cómo usted agarra un pez? Según la carnada que le gusta. Usted no agarra un pez con un pedazo de carne de res. No, usted lo agarra con una lombriz porque a los peces les gusta la lombriz u otro tipo de carnada. Ahora, usted agarra un león con un pedazo de una res o lo que sea, de esa manera. Cada ser humano tiene sus áreas defectuosas y sus áreas por donde el diablo puede entrar y atacarlo.

Por eso es que una de las cosas que nosotros tenemos que pedirle al Señor, ‘Señor, hazme entender mi vida, hazme entender mi carácter, quién yo soy’. Pídale al Señor que le dé introspección, capacidad para conocerse a si mismo. Estúdiese a sí mismo, lea la palabra. La palabra de Dios es una fuente de introspección y de conocimiento de uno mismo, del corazón humano.

Yo no conozco un libro que cree en el ser humano más introspección psicológica y capacidad de discernimiento que la Biblia, sinceramente, y he leído mucho en mi vida. Y es importante que ustedes y yo no seamos superficiales en la forma en que nos analizamos a nosotros mismos, conózcase a sí mismo.

La mayoría de los seres humanos, incluyendo los cristianos, no pasan tiempo estudiándose a sí mismo y pidiéndole al Señor que le dé sabiduría, conocimiento, entendimiento de sí mismo. Por qué es importante eso? Porque una de las cosas que usted tiene que saber y yo también es de qué pie cojeamos. No se engañe a sí mismo. Conozca sus debilidades, escríbalas por nombre y ore acerca de eso y guárdese de esas áreas, porque esas son las áreas que el diablo va a usar para hacerlo caer en su vida.

Son las debilidades que ya usted lleva, las heridas, los temores, el deseo de agradar a la gente, el resentimiento, complejo de inferioridad, ansiedad, estas son las cosas, odio, ira, rencor, deseo de agradar a la gente, temor de desagradar a la gente. Hay cientos y cientos de defectos en el alma humana que el enemigo usa, estudia.

Por eso es que Santiago dice ‘no diga que Dios lo tienta, sino cuando de tu propia debilidad interna es ahí donde el enemigo…’

Cuando la gente viene a la iglesia, yo lo he visto tantas veces, hermanos, vienen personas a la congregación y están creciendo, aman a la iglesia, y se enamoran de la congregación, conocen al Señor, se entregan a Dios, pasan un año, dos años, están floreciendo, creciendo, un día se encuentran con alguien en la iglesia – yo lo he visto tantas veces.

Una de las maneras en que tanta gente cae en una congregación es eso. El diablo sabe y los parea, fulanito y fulanita, los dos adolecen de la misma cosa. Cuando una mujer, por ejemplo, desea casarse y tiene esa inquietud y ese deseo y esa necesidad, si no se casa se siente como que está indefensa, se siente como que su vida no está realizada si no tiene un hombre, si no se casa con un hombre, hasta que no poncha esa tarjeta de casada, no se siente contenta. Qué pasa? El enemigo muchas veces usa eso y viene alguien por allí que no está a su altura, no es una persona que verdaderamente merece esta hermana, pero ella quiere salir del apuro y cuando viene a ver comienza a salir con este hombre, vienen problemas, o se casa o cae en algún tipo de relación indebida, y cuando viene a ver ahí se va todo por el suelo. Y si no funciona bien la cosa ya no quiere venir a la iglesia porque no quiere ver a fulanito, ya se queja de Dios de que, mira, por qué no me protegiste, y yo veo cómo eso aleja a la gente de Dios.

Les digo, hermanos, que Satanás es terriblemente malo, en caso que ustedes no se hayan dado cuenta. Por eso es que tenemos que… Señor, nada hermano, nada en su vida debe quitarle la paz, nada debe llevarlo a usted a hacer las cosas compulsivamente, simplemente porque sí, porque desea. No. manténgase dentro del Señor, sea suficiente. Dios es suficiente para usted y para su vida, ni el dinero ni la fama, ni la gloria, ni una posición ministerial, nada de este mundo debe poseerlo a usted de manera que lo lleve a hacer cosas que van a ser para su destrucción. Lo que sea, pongo simplemente un ejemplo de muchos.

Pero cualquier cosa en su vida que esté débil, esas son las cosas que el enemigo puede usar para destruirlo. Perdonen, yo sé que el tiempo ha pasado, y es lo que les digo, cuando uno se entra en estas cosas son tan profundas. Yo tengo la opción de quizás lo que puedo hacer es… vamos a dejarlo aquí y yo quizás la próxima vez que nos veamos, quizás dentro de una o dos miércoles, puedo continuar. Qué les parece? Yo sé que es tarde ya y ustedes tienen que irse para sus casas y no quiero que mi epitumía de terminar me lleve a cansarlos a ustedes más de la cuenta.

Recuerde eso, por lo menos en este sentido porque hay mucha tela que cortar y yo quiero seguir y voy a hacer un repaso la próxima vez que nos veamos, y entonces continuamos. Pero esta idea, conócete a ti mismo, es una de las grandes declaraciones de la filosofía griega, conócete a ti mismo.

Uno de los grandes filósofos griegos dijo que la vida no examinada no merece ser vivida, porque cuando nos conocemos a nosotros mismos, conocemos nuestras debilidades, nuestras deficiencias, y entonces podemos fortalecernos contra ellas. Muchas veces tu no vas a poder eliminar las deficiencias de tu vida, los psiquiatras y los psicólogos dicen… mire, la experiencia pastoral me ha indicado eso, muchas veces lo único que usted va a poder hacer en su vida es mantener a raya ciertas heridas de su pasado, usted no va a poder eliminarlas completamente ni va a poder tener amnesia como que no se recuerde de ellas.

Pero lo que sí usted puede hacer es mantenerlas bajo control, en el poder del Espíritu Santo. Y no dejar que tomen posesión de usted y que le controlen a usted. Tómese una cucharadita de dominio propio todos los días con respecto a esas áreas de su vida, porque hay tentaciones, apetitos, inclinaciones en nosotros que nunca van a desaparecer hasta que nos vayamos a la tumba. Uno piensa, cuando yo tenga 80 años ya voy a estar tan viejo que no voy a sentir nada, entonces no voy a tener tentaciones. Mentira. Uno hasta el último respiro puede estar deseando cosas que no son de Dios, se lo aseguro.

Uno lo que puede hacer es sí, cuando usted ve eso, déjelo pasar, no le ponga demasiada atención, sino aprenda cómo administrar eso y cómo mantenerlo bajo el dominio del Espíritu Santo y de la palabra de Dios. Pero conozca sus debilidades. Mucha gente falla y cae y peca porque no se conocen a sí mismos, como Pedro piensan que todo el mundo te va a ofender, Señor, pero yo nunca. El Señor le dice, mira, Pedro, tu vas a ser el primero, no solamente una vez sino tres veces antes que cante el gallo. Pedro no se conocía a sí mismo.

Ve lo que yo digo? A veces la prueba y las dificultades vienen para fortalecernos. Ya Pedro era un hombre que se conocía mucho mejor después de negar a Jesús. Hay mucha gente que no se examina, creen que son unos titanes espirituales, todo el mundo menos ellos. Mentira. Por eso es que tenemos que saber cuáles son mis áreas de defecto, mis debilidades y siempre estárselas sometiendo al Señor, orando acerca de esto, ayunando de vez en cuando, leyendo buenos libros en ese respecto, mantenerse cerca del Señor para que esas áreas puedan mantenerse bajo control.

No es que usted sea menos espiritual, no, es que simplemente somos humanos y el mundo nos crea defectos. Quién no tiene cicatrices en su cuerpo después de vivir 30, 40 años? Nadie. O se quemó cogiendo un plato caliente, o un perro lo mordió en la mano, o se cortó cocinando, todo el mundo tiene cicatrices en su cuerpo. ¿Sí o no? y así somos nosotros en nuestra alma también. Todos tenemos deformaciones, defectos, debilidades y la cosa es que tenemos que estar conscientes de ello para mantenerlo bajo control. Y en eso Dios se glorifica muchísimo también.

Somos tentados, eso le pasa a cualquiera, la cosa es no ceder a ello y conocer nuestras áreas débiles para agradar al Señor. Amén. Luego continuaremos con esta radiografía de la tentación y espero que sea de bendición para sus vidas.

Padre, gracias por esta noche. Te bendecimos, Señor, gracias por permitirnos venir a tu casa. Qué bueno es estar en tu casa y adorarte, Señor. Es lindo y te doy gracias por mis hermanos y mis hermanas, bendícelos y repón sus fuerzas y dales en esta noche descanso profundo, sueño restaurador, Padre. Quita todas sus ansiedades y sus temores y danos a todos un sueño que nos prepare para el día de mañana. Y encomendamos a ti nuestras vidas, Señor, siempre en el nombre de Jesús. Amén.