Entrevista de parejas

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Y hoy tenemos algo muy único que fue de gran bendición esta mañana y que yo creo que va a ser de gran bendición para ustedes, Jhonatan y yo vamos a estar de Oprah y de Steve Harley, Don Francisco, queremos que ustedes reciban la Palabra de una forma nueva y diferente, una forma dinámica, hoy es el primer día de nuestro programa “CLJ presenta” y esto está al vivo a todo color por el internet, por todas partes.

Pastor Roberto: Sí señor y lo que queremos es presentar un tema que es muy adecuado para el tiempo que estamos celebrando, el amor, la amistad, las relaciones humanas y cómo el Evangelio de Jesucristo hace posibles transformaciones en medio de circunstancias difíciles, cómo Dios cambia las situaciones amargas y las convierte en algo maravilloso de crecimiento para todos los que están involucrados en el Reino de Dios, así que queremos hacerlo entrevistando algunos hermanos y reflexionando sobre cómo la fe puede transformar situaciones difíciles.

El hecho de que somos cristianos no quiere decir que estamos exentos de las luchas y las dificultades que todo ser humano tiene que pasar, la diferencia está ¿en qué, dirías tú?

Jonatán: La diferencia está en Cristo, está en Cristo, en la oración y en el desarrollo de una relación íntima con el Señor a medida que uno convive con otra persona, y hoy queremos hablar acerca de eso, de matrimonios que vencen. Vamos a hablar de historias reales de personas en nuestra Congregación que ejemplifican ciertas características que nosotros queremos resaltar el día de hoy, y también vamos a estar hablando acerca de la complejidad de muchas relaciones maritales en nuestra Iglesia porque no todo es color de rosa.

Roberto: Ciertamente, como digo somos imperfectos y el matrimonio yo creo que Dios lo diseñó para que sirviera como un mecanismo para el crecimiento y el perfeccionamiento del creyente, sabemos que el matrimonio estuvo allí en los comienzos mismos de la creación y Dios sabía que había algo muy especial en esa relación entre dos seres humanos que entran con sus imperfecciones, con sus bagajes que tienen y entonces proceden a formar un solo ser prácticamente, y que en ese proceso de aunarse más y más tienen que empezar a dejar cosas; a perdonarse, a tolerarse el uno al otro, a ver lo mejor en cada uno, a sacar lo mejor del otro a través de la relación matrimonial y es un maravilloso mecanismo.

Jonatán: Así es y queremos resaltar el rol y el poder del perdón en diferentes tipos de relaciones, relaciones de parejas, relaciones familiares, relaciones entre amigos y también la importancia de la reconciliación, de uno poder reconciliarse, los diferentes elementos que están involucrados en eso, la importancia de dejar el pasado atrás ¿verdad? y tratar de enfocarse en el presente con vista hacia el futuro.

Claro que sí pero espérese ¿ustedes han visto Despierta América verdad que sí? Nosotros vamos a invitar unas personas que vengan aquí pero nosotros queremos que ustedes les aplaudan, que haya algarabía ¿okay?

Roberto: va a haber una pantalla ahí que diga: ría y ustedes ríen, aplaudan y ustedes aplauden, digan “buu” y ustedes hacen “ooh yaay” hay que animar esto, hay que animarlos si no la gente se me aburre.

Jonatán: La primera pareja que queremos invitar ellos son originarios de la República Dominicana pero se conocieron en Puerto Rico, en la isla del encanto, sí, tienen 11 años de casados, dos hermosos hijos, 9 años en nuestra Congregación y queremos que ustedes reciban con un fuerte aplauso a Marino e Isabel López, fuerte el aplauso ¡wooo! ¡Bienvenidos, bienvenidos! Así me gusta, así me gusta con energía (recibe a los invitados con un abrazo) chévere, bienvenidos Marino e Isabel a CLJ presenta el programa inaugural de nuestra Congregación, cuéntenme ¿cómo se sienten?

Para que ustedes tengan una pequeña historia son una familia que han estado íntimamente involucrada en la vida de nuestra Congregación, por varios años ellos han servido en el ministerio de I Wanna, en el ministerio de la escuela dominical, actividades con parejas y son una familia joven que nosotros escogimos para que nos cuenten un poquito de su historia, cómo llegaron a nuestra Iglesia y cuáles han sido algunos de los retos que han enfrentado. Esta mañana fue de bendición y yo sé que esta tarde también Dios va a tocar muchos corazones.

Roberto: Bienvenidos Marino e Isabel, desde que ustedes llegaron a León de Judá se han hecho muy visibles, han hecho tantas actividades y yo siempre los viernes cuando estoy caminando por allí en los pasillos del santuario original viéndoles que ustedes han estado involucrados en la vida de nuestra Iglesia y resulta difícil pensar que hace relativamente poco tiempo ustedes no conocían al Señor y que estaban pasando por un tiempo relativamente difícil, dígannos ¿cómo llegaron ustedes a León de Judá, cómo conocieron la Iglesia, qué los llevó a venir a nuestra Congregación?

Isabel: Okay, bendiciones a todos, muchas gracias por la invitación. Nosotros como dice Jonatán nos conocimos en Puerto Rico y de Puerto Rico nos casamos y nos vivimos a vivir a Boston, entonces a través del transcurso de nuestros primeros meses de matrimonio fueron muy difíciles, muy difíciles porque yo venía con mucha expectativa, mucha cosa que uno pone en su cabeza y entonces empezaron los conflictos, los problemas, Marino y yo nos amábamos mucho, nos amamos mucho

Roberto: Y de paso parece que habían estado 8 años de novios así que uno pensaría: wow no hay nada que descubrir, todo ya está bien conocido pero no fue así, se supone que cuando estaban dentro del matrimonio como que ya la cosa cambia ¿no? porque hay otra perspectiva.

Marino: Si, los problemas comenzaron después que nos casamos, yo seguía como si hubiese el papel de matrimonio pero seguía soltero y eso es peligroso, entonces esa era mi mentalidad

Roberto: ¿En qué sentido te sentías como soltero, en qué formas se manifestaba eso en tu mente?

Marino: Bueno pues no había aceptado el rol del matrimonio de ser cabeza del hogar, de la responsabilidad que eso conlleva entonces eso nos estaba afectando en nuestro matrimonio grandemente

Roberto: Entonces ¿cómo pasando de ese tiempo así tan difícil que yo tengo entendido fue un tiempo amargo en que estaban pensando nos vamos a divorciar, nos vamos a separar pero algo sucedió que cambió esa situación?

Marino: Sí, llegamos al punto en que la primera palabra era el divorcio porque esa era la forma que pensábamos que era más fácil, o sea teníamos una pequeña discusión y mi esposa decía: vamos a divorciarnos

Roberto: Una pregunta porque yo creo que a veces el trasfondo familiar tiene mucho que ver, ¿dirían ustedes quizás que la cultura o el trasfondo familiar influyó o no o vienen ustedes de un pasado familiar digamos, de una familia extendida o de padres donde eso no existía?

Isabel: Yo vengo de padres divorciados pero más vengo de esa doctrina de que: ¡ah la mujer sin el hombre puede! Y yo sé que hay muchos casos que la mujer lamentablemente debe seguir adelante sin el hombre, pero también hay muchas oportunidades de trabajar en el matrimonio como nos pasó a mi marido y a mí, y ¿por qué no dar la oportunidad de poder sanar nuestro matrimonio y poder salir adelante?

Roberto: ¿Y tú Marino cómo?

Marino: Sí, en mi caso mis padres siguen juntos pero yo siempre ví en la costumbre latina que el hombre es el hombre y que puede hacer lo que quiera, eso es mentira, tenemos que simplemente entender y ponernos en el rol de que cuando ya somos casados tenemos una responsabilidad, un hogar y una esposa que merece respeto y que tenemos que valorar.

Jonatán: Wow eso es un punto muy interesante porque especialmente hoy en día las personas se conocen y ya son cada uno independientes, tienen su vida hecha, tienen sus círculos sociales lo que sea entonces cuando se unen cambia eso y eso afecta la dinámica ¿verdad?, entonces ¿a eso tú te refieres cuando decías que vivías como soltero estando casado?

Marino: Claro y tenemos que saber que en todo en el hogar somos uno, tenemos que estar de acuerdo en las finanzas, tenemos que estar de acuerdo en la crianza de nuestros hijos y en la comunicación.

Roberto: Y entonces están pasando ese tiempo difícil, están pensando en divorciarse, están en crisis y tengo entendido que algo sucedió entonces que les trajo a León de Judá, cuéntenos un poco acerca de eso y cómo fue ese comienzo, qué recursos y no tanto León de Judá porque León de Judá es simplemente un instrumento, un espacio donde ustedes hacen sus cosas, pero algo sucedió allí que por lo menos trajo un rayo de luz en esa situación tan difícil que ustedes estaban pasando.

Isabel: Marino y yo éramos católicos y cuando llegamos aquí pues dijimos: ah tenemos que ir a la Iglesia pero después, y yo le decía: bueno tenemos que ir, y él decía: el próximo domingo, y ese momento nunca llegaba, y entonces en el momento de quebrantamiento en el que vimos que nuestro matrimonio estaba a punto de terminar, que Marino y yo conversamos y él dijo: yo estoy dispuesto a hacer lo que tú me digas que tenga que hacer para yo recuperar mi matrimonio y no perderlo, entonces yo que uno viene con tanta expectativa yo llegué llorando a mi trabajo y hablé con mis compañeras, y les dije: yo no sé qué pasa porque no está funcionando mi matrimonio, y entonces una compañera mía habló con una amiga de ella que venía aquí a León de Judá y actualmente vive en Connecticut, y ella le dijo así: dile a tu amiga que vaya a la Congregación León de Judá que allí la van a ayudar y yo dije: wow.

Esa firmeza de esa Palabra que me envió esa hermana yo dije bueno: empecé a buscar en el internet, busqué en la página, me contacté con Ada y Luis Payez porque Marino dijo que estaba dispuesto a hacer lo que sea.

Roberto: Que de hecho Ada y Luis Payez una pareja tremendamente madura en el Evangelio tienen muchos años de casados y no sé cuántos saben que tenemos un equipo de personas incluyendo a mi esposa Meche, y otras personas que intervienen en el área de la consejería, y gracias al Señor esos recursos han sido de gran bendición a través de los años, inclusive una de las cosas que nosotros exigimos mucho es que las parejas tomen consejería pre-matrimonial porque sentimos que se necesita una base sólida espiritualmente hablando para casarse, y gracias a Dios por gente como ellos, ¿qué rol jugaron ellos en ese proceso de transformación?

Marino: Bueno desde mi punto personal yo venía con una rebeldía completa y sí estaba dispuesto a venir a consejería y abrir mi corazón, y ser honesto con lo que yo había fallado, y cuando nos reunimos la primera vez con Luis y Ada ese amor, ese abrazo y ese calor humano que nos dieron donde me dieron a entender que no era lo que yo pensaba, yo pensaba: la Iglesia evangélica ya vienen a prohibir qué vamos a hacer, ya vienen a cambiar la forma de pensar y entonces me acuerdo muy claro que Luis me dijo: aquí no vamos a cambiar nada y sí te vamos a dar consejería matrimonial, y en lo que nosotros podamos ayudar te vamos a ayudar pero el que tiene que cambiar eres tú (aplausos).

Roberto: Qué bueno, dos cosas que yo creo que son importantes señalar ahí es que le digamos a otros acerca del Evangelio como esa amiga tuya que te dijo vayan a la Iglesia, busquen del Señor ¿no? tenemos que dejarle saber a otros recursos que hay en el Evangelio, y en segundo lugar cuando vengan los que están buscando, digamos los incrédulos, la gente que está necesitando del Evangelio vienen a veces con malos entendidos acerca de lo que es la Iglesia y es importante que los recibamos en una forma afable, generosa dándoles tiempo y espacio, y mostrándoles el amor de Jesucristo que en última instancia es lo que más te cambia.

Jonatán: Así es, así es y algo muy interesante de la historia de ustedes es que la persona que les refirió a esta Iglesia ustedes todavía no conocen a esa persona ¿verdad?

Marino e Isabel: No sabemos quién es, no la conocemos

Roberto: Eso es un ángel

Isabel: amén, amén

Jonatán: Wow, nos hubiera gustado haberla descubierto y presentársela aquí

Roberto: Si nos está escuchando en alguna parte ahora venga e identifíquese, llámenos al 5441-4455 (ríe)

Jonatán: Sí si usted nos está viendo hoy llámenos porque sus hijos espirituales la quieren conocer

Isabel: amén (ríe)

Jonatán: Pero no, me llama la atención de que ustedes encontraron ese afecto como tú dices Marino sin siquiera ser miembros de esta Iglesia, vinieron a una Iglesia completamente extraña para ustedes con otra tradición espiritual y todo lo demás, ¿llegó un momento en que ustedes se sintieron incómodos? ¿cómo fue esa transición de la consejería a la Congregación en sí?

Marino: Sí, en medio de la consejería Luis y Ada nos invitaron a que viniéramos el domingo a la Iglesia y el primer domingo que vinimos nos dieron este papelito que uno llena con su información y decía: ¿alguna petición por la que quiere que oremos? y entonces yo llené ese papel con lágrimas en mis ojos y el ujier que estaba cerca de mí corrió y recibió ese papel, y vió que yo puse la petición que yo puse era orar por mi matrimonio y él me vió mi rostro, y empezaron a orar por nosotros, nos invitaron a una célula de pareja y para la gloria de Dios esa célula de pareja hizo un cambio en nuestras vidas.

Roberto: Extraordinario, a mí me encanta mucho, lo que veo en ti que me gusta tanto es esa ternura, que estabas abierto, muchas veces los hombres somos reacios a admitir que necesitamos ¿no? pero veo esa receptividad tuya y eso es tan importante ya sea hombre o mujer porque muchas veces tenemos problemas en el matrimonio pero no queremos hacernos frágiles, no queremos revelar nuestras debilidades ante otros, pero muchas veces ese quebrantamiento interno es la clave para que Dios pueda hacer algo.

Marino: Sí, hubo un quebrantamiento dentro muy grande durante el trayecto del problema donde yo ví que iba a perder a mi esposa y a mi hijo que ella me dijo: nos divorciamos, yo me voy con el niño y aquí se acabó, entonces yo, ahí el Señor sin ni siquiera haber venido a la Iglesia me quebrantó y entendí que tenía que dejar eso del machismo, aceptar que yo estaba mal y fue cuando le dije: yo estoy dispuesto a ir a consejería, a hacer lo que tenga que hacer, yo no quiero perder a mi familia y a pedir perdón, a aceptar que yo estaba mal.

Roberto: Divorcio, evidentemente esa palabra estuvo ahí desde temprano ¿cómo ven ustedes esta idea del divorcio cuando las cosas se ponen así tan agrias y tan difíciles, qué piensan ustedes ahora mirando hacia atrás?

Isabel: No es una alternativa para nosotros porque el Señor, como dice Marino hubo, él me pidió perdón, yo lo perdoné y hubo una sanidad. Ahora nuestro amor es diferente porque es pasado en el Señor, es un amor más genuino, más original porque antes uno se basaba mucho en el físico, ah me cae bien, me hace reír, ahora es un amor muy diferente. Yo veo a Marino de una manera muy diferente, él me complementa completamente gracias al Señor porque él refleja el Señor en él entonces por eso es diferente.

Jonatán: Wow, bien

Roberto: Wow eso merece un aplauso cuando una esposa habla así de su esposo

Marino: Gloria a Dios que así es yo en mi matrimonio veo a mi esposa con un amor diferente, yo la amo, la respeto, es mi compañera, mi consejera, esa palabra ya no está en nuestro vocabulario gracias a Dios, como ella dijo nos sanó, nos sentamos y conversamos, y dijimos: esta palabra del divorcio ya no va más, yo le pregunté a ella: ¿eso es lo que tú quieres que pase que nos divorciemos? Nos sentamos a hablar y dijimos: entonces saquemos esa palabra de nuestro vocabulario, no divorcio y trabajamos, oramos juntos y el Señor hasta aquí nos ha ayudado a superarnos.

Jonatán: Amén, amén

Jonatán: Algo muy interesante en cuanto a ustedes es que ha sido una combinación de varias cosas porque la Iglesia puede tener muchos recursos que la Iglesia ofrece a la comunidad pero esos recursos en realidad no sirven de mucho a menos que las personas tengan la disponibilidad y se integren, háblennos un poquito acerca de su experiencia integrandose a la Congregación porque ha sido clave el hecho de que ustedes han estado dispuestos a unirse a un grupo de células, a unirse a un grupo de parejas, a abrir sus corazones y conocer otras personas, contarles su vida, háblennos un poquito acerca de eso.

Isabel: Bueno en en el caso caso de nosotros cuando llegamos a la célula de parejas y eran muchas parejas nosotros llegamos a estar solos, nosotros no teníamos a nadie acá, es tanto así cuando terminé de cumplir años nosotros tuvimos que ir a Puerto Rico porque no teníamos a nadie, hoy en día tenemos tantos hermanos, nos sentimos tan amados, eso de haber estado en la célula y ahora estar en el ministerio de I Wanna nos ha hecho compenetrarnos aquí en León de Judá y saberla nuestra familia.

Hoy en día estamos más que bendecidos por el Señor que nos trajo hasta acá, que Él tenía Sus planes perfectos y eso nos ha hecho cada día más integrarnos.

Roberto: Y ahora me imagino que ahora todo estará bien, perfecto, no hay ninguna discusión entre ustedes

Isabel: ¡amén! (ríe)

Roberto: Todo cambió, esto es un romance 24 horas al día, 7 días a la semana no hay ningún problema ¿cierto?

Marino: No, seguimos siendo la pareja humana, seguimos teniendo esos momentos de dificultad donde hay momentos de discusión, donde no estamos de acuerdo pero yo creo que la comunicación, el orar, el poder decir: perdóname, discúlpame que yo hice algo que te molestara y que ella aceptara mi perdón o que ella me diga a mí de igual manera de yo perdonarla eso hace una gran diferencia.

Roberto: ¿Un consejo para parejas que están pasando por problemas y dificultades, algo que ha sido clave para ustedes en esta jornada para defender su matrimonio?

Marino: Claro que sí, buscar la ayuda del que todo lo puede el Señor Jesucristo, congregarnos, de cierta manera en las células, en los grupos, aquí hay grupos de hombres que también nos ayuda a crecer mucho, la célula que nosotros visitamos de pareja fue una ayuda tremenda, ahí tuvimos una familia en Cristo y empezamos a crecer, a conocernos en la Iglesia, y un consejo que yo le daría a cualquier pareja que busquen los recursos, que tengan comunicación, que sepan aceptar las diferencias, que se puedan pedir perdón y perdonar pero hay una clave que es Cristo Jesús.

Isabel: Un consejo que yo le daría a las parejas es que se junten con parejas similares, parejas que te animen a seguir adelante, que sean como un ejemplo a seguir porque por ejemplo en el caso mío y de Marino antes compartíamos con una pareja que no eran creyentes, cada uno andaba por su lado y Marino hacía eso, iba por su lado y yo por el mío, y estar aquí esa ha sido la diferencia, ver parejas que están luchando por seguir adelante, que aman a Dios por sobre todas las cosas y que cada día quieren ser mejores entonces yo creo que ese es el mejor consejo.

Jonatán: Sí, esta mañana tú decías que esta pareja con la que ustedes compartían el matrimonio de ellos no estaba muy fuerte y cuando habían actividades sociales tú te ibas con la esposa, ellos se iban a otra actividad y eso fue algo que te despertó a ti.

Isabel: Exacto, esa fue una parte muy difícil porque ellos vivían juntos pero estaban separados, entonces cuando yo llegué a vivir acá ya Marino tenía un año aquí previamente e íbamos a las actividades, y yo quería estar con mi esposo, estábamos recién casados y Marino se iba con el amigo, y yo: yo quiero estar con él y ella me decía: ay ¡déjalo! Los hombres fastidian mucho déjalo, porque ella estaba en esa onda y yo: yo no estoy en esa, entonces Marino seguía allá, yo acá y eso realmente no nos ayudó porque ese matrimonio estaba reflejando en nosotros cosas erróneas muy negativas, entonces dije: Marino vamos a salir de aquí y ahí fue cuando conocimos a León de Judá y pudimos empezar a caminar.

Roberto: La importancia de que haya esa cualidad entre nosotros como Iglesia que las parejas con más experiencia, con más conocimiento y madurez espiritual ayuden y mentoreen a otros, les animo hermanos a buscarse unos a otros y a las parejas jóvenes necesitan ser mentoreadas, necesitan gente que las apadrine, que las acoja, que las invite a salir y que les den buenos consejos, y que modelen lo que es un matrimonio saludable.

Y también nosotros tenemos que darnos nuestro tiempo y tener una mentalidad así paternal y maternal para ayudar a otros también, dar esas oportunidades de bendecir a otras parejas y mentorearlas también porque eso es clave, la Biblia dice eso ¿no? que las mujeres maduras busquen a las jóvenes y les enseñen a ser buenas esposas, buenas cristianas y ciertamente eso también para los hombres. Yo creo que estamos en un tiempo en que hay una crisis de masculinidad en que a nuestros jovencitos no se les está enseñando a ser un esposo que protege con su vida, que enamora, que provee por su familia, que tiene cierto rol y a las jóvenes por igual también, entonces estos jóvenes tienen que inventarse el mundo prácticamente a la luz de la mañana cuando entran a un matrimonio para el cual no están preparados.

Entonces necesitamos modelar buenos y sanos matrimonios y aplicar la Palabra del Señor a esas dimensiones específicas de la vida humana, y no quedarnos allá en la estratósfera espiritual con simplemente expresiones vagas y que no reflejan el Evangelio, hay que pisar tierra y encarnar la verdad del Evangelio.

Jonatán: Así es, algo que me encanta de ustedes dos es que ustedes han sido bien intencionales en involucrarse en las diferentes actividades que hay en la Iglesia y yo creo que eso es clave para cualquier persona que esté buscando comunidad en una Iglesia. La Iglesia puede organizar todos los eventos que sean pero si usted no se une a esos eventos, si usted no se involucra con ese grupo de parejas, si usted no se une al ministerio de I Wanna, tú mencionabas a I Wanna, una de las cosas más bellas del ministerio de I Wanna es que a mí me encanta verlos a ustedes compartiendo con otras familias y me gusta ver los hombres un grupito de hombres que se ponen a jugar y no sé qué, y esas relaciones se desarrollan de una manera orgánica y se trasladan afuera de la Iglesia.

Cuando ustedes se juntan ahora a compartir en los cumpleaños de los niños fuera de la Iglesia, es una comunidad que vive dentro y fuera de la Iglesia pero esto existe porque alguien tuvo que tomar el primer paso de hacerlo intencional y unirse al grupo.

Uno de los problemas es que la gente siempre se queja de que: nadie me busca, nadie me llama, en esa Iglesia nadie me saluda pero yo creo que la clave está en uno en decir: yo me voy a involucrar, me voy a hacer parte de esto y voy a comenzar a hacer parte de estas personas.

Roberto: Muchachos gracias por compartir su vida con nosotros

Jonatán: Sí pero ¡espérese un momentito Pastor espérese, espérese, no se vaya adelante, algo muy importante!

Roberto: ¿Tenemos más? ¡Wow, okay!

Isabel: (ríe)

Jonatán: Nosotros vamos a jugar un juego ahora con Marino e Isabel

Roberto: ¡pero si ellos ya se saben las preguntas, todo! (risas)

Jonatán: No, no, no, vamos a jugar un juego porque nosotros queremos conocerlos un poquito más a fondo a ellos y ustedes nos van a contestar de la misma manera que contestaron esta mañana sin pensarlo dos veces nada más, su primer instinto ¿okay? Marino agárrame aquí, Isabel agárrame aquí (les pasa unos carteles con respuestas a las preguntas que les van a hacer: Yo, Él o Ella)

Jonatán: Okay ¿quién es el peor conductor?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: Jaja, okay ¿quién maneja más rápido?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: Okay, okay, ¿quién llega tarde siempre a las actividades?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: Hah okay, ¿quién es el padre más estricto?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: (Ríe) Okay, ¿quién es el mejor vestido?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Quién es el mejor organizado?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién dura más en el baño?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Quién es el más sociable?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Quién es el que más come?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién duerme del lado derecho de la cama?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién limpia la nevera?

Isabel: (Yo)

Marino: (Ella)

Jonatán: ¿Y quién limpia el baño?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Quién se estaciona mejor?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: ¿Y quién inició el primer beso?

Isabel: (Él)

Marino: (Yo)

Jonatán: Muy bien, muy bien, ¡gracias por acompañarnos, gracias por venir!

Isabel y Marino: ¡gracias! (se despiden de la Congregación)

Roberto: Un privilegio tenerles con nosotros gracias por compartir sus vidas, es una bendición tenerles en nuestra Iglesia, Dios les bendiga

Jonatán: Amén un fuerte aplauso para Isabel y Marino López, qué chévere, qué chévere. Bueno, pero esto no se queda aquí señores, tenemos otra pareja muy, muy especial también Pastor, una pareja un poco más madura con un trasfondo muy diferente, ella es guatemalteca ¿dónde están los chapines aquí en la Iglesia? y él es puertorriqueño

Roberto: Una receta yo diría para un matrimonio difícil

Jonatán: Ya lo sabes

Roberto: Sin embargo Dios los ha bendecido con 25 años de vida matrimonial

Jonatán: 25 años de matrimonio y Pastor ellos son una familia mixta, cada uno tiene un pasado y trajeron un hijo al matrimonio, y luego procrearon una hija en común, y eso representa ciertos riesgos también y ciertos retos en la relación

Roberto: De hecho creo que yo tuve algo que ver con que ellos se conocieran y llegaran a casarse, fui una especie de cupido para ellos también

Jonatán: (Ríe) así es, eso escuché, vamos a recibir con un fuerte aplauso a Carolina Barrutia y José León, ¡muy bien, bienvenidos!

Roberto: ¡Bienvenidos!

Jonatán: Carolina es la secretaria administrativa de nuestra Congregación por más de 16 años. José cómo estás, yo siempre le ando cambiando el nombre a José y le digo Luis, inclusive esta mañana en vivo le dije Luis y el Pastor me puso a corregir pero, José, José León bienvenidos a nuestro programa CLJ presenta

Roberto: José y Carolina we have gone a long way como dicen, tienen muchos años con nosotros, los años que tienen de casados y quizá un poquito más, entonces tienen aquí en Congregación León de Judá, una de las dos familias y de las dos personas que significan tanto para muchos de nosotros, y de paso Carolina, cuando nuestra Iglesia estaba comenzando a desarrollarse en el mover del Espíritu Santo Dios usó mucho a Carolina en el área profética, de hecho Meche mi esposa fue muy bendecida por Carolina en su ministerio y en su propio peregrinaje de buscar más del Espíritu Santo, y de recibir el bautismo del Espíritu Santo, Carolina fue vital en eso por lo cual le damos gracias al Señor, desempeña un papel precioso aquí en la Iglesia llenando muchísimos vacíos.

José es un ejemplar de una vida transformada, vino a León de Judá cuando su vida estaba destruida prácticamente y el Señor ha hecho de él de pasar de ser, una persona que pasó sirviendo muchos años en prisión y el Señor lo sacó de una prisión federal, y ha venido a ser un recurso tremendo para el Reino de Dios y para la Iglesia, así que ellos dos para mí representan dos de los testimonios más dramáticos que hay en León de Judá del Dios que transforma, que renueva, que restaura y aquí los tenemos casados y felices, 25 años de matrimonio, qué cosa, nadie lo hubiera dicho viendo a esta dama guatemalteca con toda su cultura y tan fina que es, y tan culta, y José ya se ha curtido bastante pero era un jibarito de Woolster por allá cuando se casó con un pasado también muy difícil pero un hombre muy sensitivo, muy especial, una riqueza interior tremenda, y uno hubiera pensado: caramba un guatemalteco y un puertorriqueño esto es contra la naturaleza, esto no se debe dar, pero aquí están como un testimonio del Dios que puede tomar caminos muy poco esperados.

Díganme un poco acerca de su jornada, cómo ustedes entraron así a tratarse y qué Dios hizo, qué Dios tuvo que hacer para que ustedes pudieran llegar a ser una pareja como son hoy en día, una bendición para todos.

José: Fue un proceso largo yo diría, fue un proceso donde muchas personas estuvieron involucradas incluyendo al Señor, como mencionaste al principio que fuistes como ¿cupido? Fue tu culpa

Roberto: Yo soy el culpable de todo

Jonatán: Cada vez que ustedes pelean se acuerdan del Pastor (risas)

José: Si me lo permiten voy a contar un poquito de lo que pasó, cuando Carolina y yo, había una amistad, Carolina y yo nunca fuimos novios, tan sólo fuimos amigos y éramos unos amigos que aunque siempre estuviéramos juntos, donde quiera íbamos donde quiera nos buscábamos, y pues llegaron unas circunstancias que me confrontaron a mí, que el hijo de Carolina para ese tiempo tenía 16 años, y me llamó preguntándome que por qué razón su mamá había llegado llorando y se la pasaba llorando, y pues yo le contesté que yo no entendía el por qué, entonces él me dice: ¿sabes qué? Que yo creo que tú te debes casar con mi mamá, ahí

Jonatán: El hijo de ella te dijo eso con 16 años

Roberto: Directamente al hígado

José: Entonces pues yo me quedé como dicen con la boca abierta, no sabía qué decir, entonces yo le dije: okay déjame hablar con ella, hablamos y por teléfono, y yo le dije a ella: ¿sabes qué? Debemos hablar con una persona que nos ama mucho y nos estima mucho, y para mí es más cercana a nuestro Señor, y es nuestro Pastor don Roberto, entonces pues ahí hubieron ciertas circunstancias donde nos reunimos con él, el Señor creó las circunstancias.

Yo me acuerdo que cuando él conversó conmigo él me dijo a mí estas palabras: yo los veo a ustedes casados y van a ser como dos tizones sacados del fuego que el Señor va a unir para bendecir muchas personas

Roberto: Tremendo, no me acuerdo de eso pero gloria a Dios

Carolina: Ese fue el tema de nuestra boda, cuando tú hablaste en nuestra boda tú hablaste de eso, lo que tú le habías dicho a él que éramos dos tizones sacados del fuego y que íbamos a ministrar muchas personas, te presto el video así te oyes tú mismo

Roberto: Han pasado tantos años de eso que ni me recuerdo en qué año

José: Ya ahí me acuerdo que decidimos unirnos a la Iglesia Bautista Central, ahí bajamos al basement y estaba Roberto, estaba Carolina y estaba yo, yo pensando que el Pastor nos iba a confrontar por lo que estábamos haciendo o por lo que pensábamos a hacer y pues nos pusimos a hablar, y él nos dice: yo creo que esto es del Señor y vamos a poner una fecha, y yo: ¡oh, oh! Y yo pensando dije: bueno pues quizás diciembre o el año que viene, se quedó mirando a su libreta y dijo: en agosto 4 los caso

Carolina: Y era junio

José: Y yo: ¿qué?

Roberto: Yo era más atrevido en ese tiempo ya me he puesto un poquito más suave

Jonatán: Yo creo que todavía sigue siendo atrevido (risas)

Roberto: Sí bueno, después hablamos tú y yo acerca de eso

José: Pues, eh bueno yo dije: no tenemos nada, apenas estamos empezando a trabajar y Roberto dijo: si es del Señor Él va a proveer todo, y así fue, hasta ahora ha proveído todo, ha proveído, me ha dado más y me ha dado muchísimo para bendecir a otras personas

Roberto: Una que yo siempre he creído es que, a veces nosotros buscamos, las parejas buscan como las compatibilidades obvias ¿no? en el caso de Marino e Isabel los dos son dominicanos, pero you know una pareja que está comenzando su vida matrimonial y una cantidad de cosas que uno diría: bueno no vas a tener ningún problema, sin embargo resulta que sí tuvieron problemas porque no estaba el Señor y en el caso de ellos tuvieron entonces que contar al Señor para que esas afinidades se manifestaran entonces verdaderamente, en el caso de ustedes es todo lo contrario; parecería que no hubiera ninguna afinidad porque venían de trasfondos diferentes, matrimonios ya quebrados, pasados los dos porque los dos.

Usted ve aquí esta señora tan bien comportada pero también tiene su historia y su pasado que el Señor la sanó. Pero ustedes venían con todo ese bagaje, pero lo que yo siempre pensé es que si Dios está en el asunto Él se encargará y todo se arreglará para combinarlo todo y traerlo todo a Su, y yo siempre digo eso porque muchas veces hay parejas que yo he casado que no parecería que tienen una posibilidad de tener éxito, pero yo he sentido en mi espíritu que no, hay una afinidad subyacente, interna establecida por Dios. Cuando eso está presente y el Señor está presente cualquier diferencia se puede pasar y se puede reconciliar, lo importante es eso que el Señor esté presente.

Ahora ustedes se casan y no fue tampoco un camino totalmente despejado, hubo tiempos en que la piña se puso agria también y hubieron dificultades

Jonatán: Háblennos un poquito Carolina en cuanto a la decisión de ustedes unirse porque en nuestra familia tenemos varias familias mixtas, hay hijos de relaciones anteriores, y esta mañana tú comentabas algo en cuanto a la reacción de tus padres cuando tú les comunicaste que te interesaba José, que te ibas a casar con José, háblame un poquito de eso

Roberto: De paso eso no quiere decir que todos los chapines piensen así de los puertorriqueños

Carolina: Ni todos los puertorriqueños son lo que mis papás pensaban, no quiero ofender a nadie

Roberto: Exacto

Carolina: En el momento en que decidimos casarnos José y yo mis papás tenían mucho temor de que yo volviera a casarme, yo estaba divorciada. En la sociedad que yo pertenecía en Guatemala era una sociedad donde el matrimonio se respeta, mis papás tuvieron un matrimonio de 50 años donde siempre se amaron, era un matrimonio precioso, mis tíos por igual, entonces para ellos era muy importante con quién yo iba a casarme en este país, y una de las cosas que le asustó a mi madre fue que él era puertorriqueño y que tenía un récord criminal, y para ella eso fue muy duro, hasta que yo le envié el casette del testimonio de José cuando él había dado el testimonio en nuestra Iglesia y eso alivió el corazón de mi mamá y bendijo nuestro matrimonio, porque para mí era importante recibir la bendición de mis papás, pero yo misma me preguntaba por qué me estaba casando con un hombre como José.

Compartí esta mañana que cuando yo leí el libro del doctor Cho, el Pastor de Korea, La Cuarta Dimensión ahí había un ejemplo de una mujer que le escribió una carta al Señor con lista de cómo quería el esposo y yo lo hice, yo le escribí una carta y le puse todo lo que yo quería en un esposo

Roberto: Tipo Robert Redford

Carolina: (Ríe) No, yo te dije en la mañana que él estaba muy bien complementado, él se cuidó muy bien en New York, todavía Pastor, todavía

Roberto: Se ve, se ve

Carolina: Y en esta carta dos cosas el Señor no me estaba dando, o sea me estaba dando una que le había pedido y otra que no le había pedido, y una era que fuera Pastor, y la otra era que, yo quería ser pastora de una Iglesia pero me estaba dando no Pastor, todo lo demás llenaba los requisitos sobre todo porque amaba a mi hijo y tenía una buena relación con él, y eso era algo muy importante para mí, y la segunda era que tenía un récord criminal. Y yo le dije: Señor ¿cómo es posible que me estés dando todo esto y esto que era lo más importante? Pero Dios siempre, siempre puso paz en mi corazón y el amor que Dios puso en mi corazón para José no era de este mundo.

Hay algo que yo siempre cuando hablo con mujeres es: en el mundo las mujeres vemos lo físico, vemos lo que el hombre tiene, yo mi primer matrimonio mi primer esposo fue un hombre con fincas, de mucha sociedad, de mucho apellido en mi país, aceptado por mis papás, blah blah blah y fue un total desastre, desastre, desastre. Cuando yo vine al Señor después de eso que afectó tanto mi vida me di cuenta que el hombre que Dios me diera tenía que ser un hombre que amara a Dios por sobre todas las cosas, lo demás era añadido, no tenía yo que ver su posición, su título universitario, inclusive su familia, su pasado, era su corazón, lo que él era, lo que Dios había transformado en él y este amor que el Señor me dió para él transformó mi vida porque él era para mí el complemento de lo que Dios quería para hacer Su Voluntad en mi vida, sin José como complemento yo no iba a llegar donde Dios quería que llegara.

Y una de las cosas importantes que mencionamos poco en la mañana fue la participación de nuestros hijos en nuestro matrimonio porque yo venía con Carlos Roberto que ya tenía 16 años, gracias a Dios no era un muchacho que daba problemas pero su problema era su rebeldía contra su propio padre y aceptar una autoridad encima de él, y José venía con su hijo Gio, Giovanni, un niño de 11 años con un trasfondo también dramático en Puerto Rico, y era muy difícil aceptar y adaptarnos a estos hijos que el mío no era de él y el de él no era mío.

Cuando el hijo de José vino a vivir con nosotros para mí fue traumático porque yo acababa de dar a luz a mi hija Gabriela que era de nosotros, y teníamos a Carlos Roberto ya de 18 años

Roberto: Y de paso la venida de él fue la respuesta en oración porque tú hacía años que no veía a su hijo

Carolina: Años que no veía a su hijo

Roberto: Y yo recuerdo cuando José salió de la cárcel que yo lo conocí por primera vez él hablaba del dolor que tenía de no haber visto a su hijo y no haber sido ese padre que su hijo necesitaba, y estaba totalmente su ex esposa reacia a que él lo viera, y el Señor hizo un milagro tremendo y lo trajo de nuevo a la vida de José, y entonces esto vino a complicar la situación, fue un milagro que Dios hizo

Carolina: Sí, fue un milagro pero yo como madrastra estaba reacia a hacerme responsable de una criatura que no era mía cuando ya yo tenía dos responsabilidades muy grandes, pero el Señor siempre ha sido tan bueno y siempre cuando habla a mi corazón, Él lo que me hizo ver fue que, que Gio viniera a nuestra vida era porque Dios tenía algo grande para este niño, o sea si él venía a nuestra vida era porque Dios quería que él fuera bendecido, entonces mi deber y mi obligación como esposa de José era ayudarlo con su hijo pero no fue fácil, fue muy difícil y tú fuistes parte clave de esta situación porque tú nos ayudaste muchísimo, la Iglesia como tal nos ayudó muchísimo.

Mencioné en la mañana que Nancy Miranda, tu hermana fue indispensable, ella fue madrina de nuestra boda y Nancy a mí me ayudó increíblemente en esa situación, lo mismo que Sofía y Hugo Pérez que ya no están acá pero estuvieron en la mañana, ellos fueron claves como personas de la Iglesia, como gente que ama a Dios en ayudarnos a nosotros.

José estaba más en paz, como que el corazón de José ya no dudaba de que nosotros hubiéramos venido a su vida porque Dios así lo quería para él pero yo tenía duda

Roberto: Y José también tuvo su propio drama pero algo muy interesante y muy bonito Carlos Roberto es que él también tuvo que pasar por su propio proceso, esto es una lección también para familias mixtas que a veces tienen que entrar a la vida matrimonial con el trasfondo de hijos adolescentes muchas veces, pero Dios ha hecho obras lindísimas en ustedes.

José: En mi caso pues, cuando nos casamos que vinimos a vivir juntos Carlos Roberto llegó a vivir con nosotros, llegó ¿como a los 16 años? y que yo empecé como hombre de la casa a tomar la autoridad y a mandar, a mandarlo a él, a ordenarle a tratar de que haga cosas que él quizás, que yo creía que yo estaba haciendo bien y no me daba cuenta como obligarlo a venir a la Iglesia, empujarlo y empujarlo a hacer ciertas cosas, y hubo una rebeldía de él para conmigo, en vez de vernos como padre e hijo a veces nos veíamos como enemigos ¿no?

Y yo pues me puse a orar, le oré al Señor y le dije: Señor ¿cómo se puede solucionar este problema? El Señor me contestó y me dijo: Simplemente se su amigo, se su amigo. Cuando yo decidí ser su amigo lo traté como uno trata a un amigo, o sea un amigo te llama y tú estás ahí para él, te cuenta los problemas y tú le aconsejas, y eso fue lo que yo hice, estar ahí con él.

Pues creció y seguimos creciendo juntos como familia donde él ya empezó a cambiar y de ahí empezó ya a llamarme papá, como papá ¿no? en estos momentos, en estos días pues ya sus hijos me dicen abuelo, me dicen grampa y pues me gusta, y él me presenta donde quiera como su papá. Unos meses atrás que estuvimos juntos y estuvimos compartiendo detrás de su casa me dijo: yo quiero hablar contigo, y yo: okay no hay problema, y empezamos a hablar y me dijo: yo quiero pedirte perdón, y yo le digo: ¿por qué me tienes que pedir perdón? Y me dice: por como yo me comporté contigo, y me dice: te quiero decir que ahora en este momento dos personas en mi vida que yo admiro y una es mi abuelo, y la segunda eres tú, para mí eso fue un honor, una dicha.

O sea el amor es bien importante en cualquier ser humano, de niño, de adulto, es bien importante y eso fue lo que Dios puso en mi corazón para esa persona.

Roberto: Tremendo. Hermanos les felicitamos por el ejemplo que ustedes son para esta Congregación, cómo Dios les ha usado y les está usando para bendecir esta comunidad, esta Iglesia como el trabajo, la obra evidente que Dios ha hecho en sus vidas.

Jonatán: Así es

Roberto: Ya ustedes no son tizones sacados del fuego, ya son lámparas que resplandecen en nuestra comunidad y son de gran, gran bendición para todos nosotros.

Jonatán: Carolina, para terminar con ustedes, esta mañana tú dijiste algo muy importante cuando te preguntamos que qué consejo tú le das a las parejas mixtas en nuestra Congregación que son más jóvenes, que están empezando, ¿qué fue lo que tú dijiste esta mañana?

Carolina: Primero que todo amarse mutuamente, mucha oración, buscar del Señor y hacer la Voluntad de Él, porque si Él nos puso juntos a nosotros no fue la voluntad nuestra, no fue decisión nuestra fue decisión de Él, entonces nuestro consejo es: haz la Voluntad de tu Padre. Si tu Padre te ha dado a ti, esto lo voy a añadir, si tu Padre te ha dado un niño que no es tuyo, él viene a tu vida porque Dios tiene un propósito con ese niño pero contigo también, porque Gio ahora es un hombre y él a mí no me dice Carolina me dice mom y me ama como mom, yo no soy su mamá pero para mí él es mi hijo y para él yo soy su mamá, y pienso que la aceptación de recibir a estas personitas en nuestras vidas hace una gran diferencia en la vida de ellos mismos, es la Voluntad del Padre.

Jonatán: Así es y me gustó mucho lo que dijiste esta mañana en cuanto a la perseverancia, que perseveraran, que se mantuvieran firmes, que lucharan, thank you, thank you

Carolina: La palabra es fight, pelear, pelear la buena batalla porque el enemigo anda buscando destruir familias, y nosotros éramos dos familias destruidas, él con su hijo y yo con el mío cada uno con un pasado totalmente distinto pero destruido y el Señor nos puso juntos, entonces a Satanás no le gusta eso porque si él nos destruía a nosotros destruía a nuestros tres hijos, entonces es mantenerse en batalla, mantenerse juntos, decisiones juntos, autoridad juntos, pelear la buena batalla juntos porque en la separación está el problema, pero mucha rodilla.

Jonatán: Amén, muchas gracias Carolina, José, gracias por compartir con nosotros, Dios les bendiga, ¡un fuerte aplauso para Carolina y José por favor, muchas gracias! El equipo de producción me está diciendo algo que no estaba en libreto pero yo quiero invitar a la Pastora Meche a que pase por aquí arriba, sí ¿dónde está la Pastora Meche? Que pase por aquí arriba, tenemos tiempo, tenemos tiempo

Roberto: Quiero que Meche diga una palabra aunque sea como un comentario acerca de lo que tú has experimentado, lo que has escuchado

Jonatán: ¡Un fuerte aplauso señores, bienvenida Meche, fue la producción que me dijo Meche no se preocupe! (riendo)

Roberto: Bueno, escuchando estas dos parejas como una persona que tiene mucha experiencia en la consejería y en la instrucción de parejas ¿qué resaltas, un pensamiento? Queremos escucharte

Meche: Lo que hace la diferencia entre no solamente el Señor aceptar Su Obra es asumir nuestra responsabilidad por nuestra parte en el problema. A menos que no hagamos eso, a menos que no tengamos instrospección y que haya un verdadero arrepentimiento, un deseo de volver a Él y de recibir de Él, de ser tratados por Él entonces no puede haber nada. Y ahora que la otra cosa es ser miembros de un mismo equipo.

Lo que pasa muchas veces es que cuando tenemos problemas uno se convierte en fan de los Yankees y el otro de los Red Socks, y entonces empieza a haber competencia, pelea, somos miembros de un mismo equipo. Yo no puedo ser efectiva si yo no estoy en armonía con él y él no puede ser efectivo a menos que tenga armonía conmigo. Tenemos diferencias todavía ¿verdad?

Roberto: Pocas, algunas de vez en cuando

Meche: Son 32 años y hemos como toda pareja, hay diferentes opiniones, diferentes maneras de hacer las cosas, diferentes temperamentos porque Roberto y yo somos totalmente diferentes, hay muy pocas cosas temperamentalmente

Roberto: Pero yo le estoy poco a poco enseñando a ser mejor

Meche: Lo que pasa es que yo no me dejo enseñar a veces mucho

Roberto: ¿Ven cómo salen las cosas así a la luz?

Meche: Pero dentro de la dificultad siempre lo que nos une es que el Señor me lo dió a él como un regalo y Dios me lo dió a mí como un regalo para él, eso es indiscutible, y si es así pues entonces hay que hacer lo mejor de cada día, cada día es una nueva experiencia, una nueva oportunidad para demostrarnos amor, servirnos el uno al otro, buscar armonía y eso en sí es una aventura.

Una de las cosas que yo he aprendido como mujer, que bueno es aprender eso bien temprano, pero es a no resistir el proceso de Dios sino a sujetarme al proceso de Dios, entender lo que Dios me quiere enseñar, y emocionarme, y gozarme en el proceso aún cuando sea difícil porque yo sé que si el Señor está en el proceso va a salir algo bueno.

Y después de 32 años, casi 33 que tenemos miren hermanos, si Dios me diera esta oportunidad otra vez yo otra vez me enamoraría de él y dedicaría mi vida a él.

Roberto: Lo mismo de mi parte definitivamente. Cuando nosotros dejamos que el Señor obre en nuestros matrimonios en nuestras vidas Dios nos trae lo que nosotros necesitamos, Dios usa el matrimonio para formarnos, y aún las dificultades del matrimonio para acercarnos más a Él y para hacernos más, es el instrumento como Cristo como sólo Dios lo puede inventar, lo que es el matrimonio para santificarnos, en ese roce diario de la pareja aprender a perdonar, aprender a tener visión a largo plazo, a ver lo que está escondido allí, lo positivo que Dios va a hacer, a tener fe, esperanza, perdonarnos unos a otros cuando nos ofendemos, muchas cosas bellas

Una pregunta que quiero hacerte como consejera que Dios te usa grandemente, yo siempre digo que Meche es mucho mejor consejera que yo y prefiero a todas las parejas que puedo y que ella puede con todo el tiempo que tiene a que ella sea su consejera porque tiene un don verdaderamente dado por Dios para la consejería, pero a la luz de tu experiencia en la consejería ¿qué dirías tú que es una de las cualidades más importantes que se requieren para salir del atolladero? Viendo parejas que han venido a ti para consejería matrimonial o para consejería remedial ¿qué has visto tú que hace la diferencia para que esas parejas salgan del estancamiento en que se encuentran y puedan entrar en una etapa de verdadero crecimiento espiritual?

Meche: Yo diría que lo primero es desear con todo su corazón honrar a Dios dentro de la relación, eso es lo que hace la diferencia. Las parejas que siguen adelante, que aceptan el consejo son las parejas que quieren agradar a su Padre celestial, cuando ese elemento no está es muy difícil, no es imposible pero es muy difícil y yo diría lo segundo es reconocer la responsabilidad de cada uno en llevar esto hacia adelante porque nadie cambia a nadie. Nosotros al principio de nuestro matrimonio a veces estábamos, yo deseaba cambiarlo a él, yo era como: ¡uh, ah! Y él: ¡Meche pero! Estábamos trabajando en direcciones contrarias hasta que nos dimos cuenta que somos miembros del mismo equipo y cada uno tiene que asumir su responsabilidad.

Cuando yo empecé a crecer en mis asuntos y él en los de él eso hizo toda la diferencia y eso es lo que yo veo en las parejas también, cuando cada uno dice que es mi responsabilidad trabajar en esto no es cambiar al otro es aceptar: yo tengo que crecer en esta área y voy a crecer, no solamente por mi pareja sino porque quiero agradar al Padre y porque sé que es algo bueno para mí, y si yo trabajo en mí mismo el otro también va a trabajar en lo suyo. Si los dos están deseando agradar al mismo Señor pues eso es la fórmula para tener éxito en un matrimonio, seguir adelante y seguir trabajando juntos en aquéllo que necesita cambiarse.

Roberto: ¿Qué rol crees tú que juega la transparencia? (aplausos para Meche) Está bien, aplaudan si quieren son verdades muy importantes. ¿Qué rol juegan la transparencia, el hacernos frágiles, el aceptar nuestras debilidades, qué dirías tú?

Meche: Es esencial, es esencial ser transparentes, otra vez aceptar todo como hemos mencionado, todos venimos al matrimonio con un bagaje, muchos de nosotros llevamos una maletita pequeña pero otros llevamos todo un set de maletas al matrimonio, y entonces tenemos que primero reconocer, mira, transparencia es por ejemplo: fallé en esto, perdóname, no debí haber hecho esto, no debí dicho esto, no debí haber hecho lo otro, eso es lo que es transparencia pero entonces la transparencia se tiene que dar en un ambiente de seguridad. Yo no me puedo hacer transparente si mi esposo me va a traer una bazuka y me va a disparar con una bazuka.

Ahora si hay un verdadero deseo de honrarnos el uno al otro yo puedo ser transparente, en mi fragilidad se acepta y yo hago lo mismo con mi esposo, entonces eso va a promover más transparencia. La gente habla de que en un matrimonio tenemos que hacer un lugar seguro donde el otro pueda abrir su corazón y no estar poniendo ¿qué pasa en el matrimonio? Nos ponemos pantallas, nos ponemos una barrera y pretendemos ser lo que no somos o nos endurecemos, o nos amargamos. Dios quiere que ame a Roberto como él es y Dios quiere que él ame a Meche como Meche es, y dentro de eso obviamente hay proyectos dentro de los que trabajar, pero definitivamente no podemos, si estamos cubriendo quién somos, cubriendo nuestra necesidad y no dejamos ver quién somos eso es un engaño, nos estamos engañando nosotros mismos tratando de engañar a nuestra pareja y no nos va a traer, no nos va a acercar un corazón al otro.

Cuando yo veo a Roberto siendo frágil mi deseo es enseguida aceptarlo y él lo mismo, necesitamos hacernos más frágiles y compartir más quien verdaderamente somos.