Sermón clásico 6048: Hacia una iglesia relevante

Se nos ha pedido que reflexionemos sobre el área del Evangelio integral y del envolvimiento de la iglesia en la comunidad. Yo vengo desde hace un par de días de Wisconsin, precisamente se me pidió a través de un entrenamiento para plantadores de iglesias que se estaba llevando a cabo con la denominación ‘Bautistas Americanos’.

Se me pidió precisamente que trajera una presentación sobre lo que ellos me asignaron. El tema fue: “Hacia una iglesia relevante” y se me pidió que trajera este taller porque precisamente hay un creciente conocimiento y una creciente convicción en las denominaciones en el mundo entero, en la vida de la iglesia de que en la iglesia de Jesucristo tiene que adoptar una mentalidad más abierta y más dinámica en términos de lo que quiere decir hacer ministerio efectivo.

¿Cómo podemos nosotros convertimos en iglesias y en comunidades espirituales que tengan un impacto sobre nuestras comunidades? Y se me planteó ese tema ‘Una iglesia relevante’ y mi meta es que salgamos de aquí con una idea de en qué consiste ser una iglesia efectiva en el mundo en que vivimos. Y en qué consiste ser una iglesia que tenga un impacto sobre el medio ambiente, sobre la comunidad en la cual se mueve.

Yo les decía a los hermanos que la palabra ‘relevante’ traducido del inglés “relevant” no es una traducción adecuada al español porque la palabra “relevant” en inglés traducida al español sería más bien vigente, en el sentido de una iglesia que tiene una relación que tiene algo que ver con el mundo ahí afuera, eso quiere decir la palabra “relevant” en inglés. En español la palabra relevante lo que quiere decir es algo que sobresale, algo sobresaliente, algo prominente, algo difícil de ignorar, algo que tiene relieve de ahí la palabra relevante algo que se aparta del montón y verdaderamente hermanos, si lo vemos de esa manera entonces podemos decir que esa palabra cabe para lo que nosotros queremos para nuestras iglesias. Nosotros queremos iglesias específicamente que sean iglesias de relieve.

¿En qué sentido? Queremos iglesias que su presencia, yo digo, la comunidad sea difícil de ignorar. Es como una montaña que usted ve, una montaña no se ignora porque está ahí presente, visible. Su presencia se impone sobre el horizonte y mi meta como Pastor y yo se que muchos de los que estamos aquí para nuestras iglesias -seamos laicos o seamos pastores- es precisamente edificar iglesias que sean iglesias relevantes, iglesias que tengan impacto sobre la vida de la comunidad, iglesias que sean difíciles de ignorar cuya acción, cuya vida, cuyos ministerios demanden la atención y el enfoque de la gente allá afuera. Esa es nuestra meta.

Yo digo que una iglesia relevante, una iglesia vigente, una iglesia de impacto y voy a señalar algunas características: es una iglesia que glorifica a Dios porque después de eso es el propósito principal de la iglesia. Una iglesia relevante, impactante que tiene un Evangelio integral es una presencia como he dicho imposible de ignorar.

Es una iglesia que tiene buen testimonio en la comunidad, que la gente sabe que hay buena voluntad y que esa a congregación es un recurso para los problemas y las necesidades que enfoca la comunidad. Esa iglesia relevante es un agente para la transformación de vidas, es una fuente de transformación tanto de individuos como de familias, como de toda la comunidad en la cual se mueve. Esa iglesia relevante de impacto es también una vitrina -yo lo podría decir así- una vitrina para el reino de Dios.

¿Qué es una vitrina? Es donde se pone las cosas que uno quiere que la gente vea para que las compren. Y yo creo que en nuestras iglesias nuestra meta debe ser que nuestras iglesias se conviertan en lugares donde la gente al mirar la calidad de nuestra vida, al mirar los dones que se manifiestan en medio de nosotros, al mirar el carácter de Cristo reflejado en las relaciones humanas entre los hermanos y hermanas, al mirar a la bendición que le está cayendo a los miembros en términos de progreso para las familias, de desarrollo académico, intelectual.

¡Qué bello es cuando en una congregación se ven hombres y mujeres que deciden educarse! Por ejemplo, o abrir un negocio o aprender inglés o aprender a leer y escribir o aprender de computadoras, que compran sus casas, que sus familias se están arreglando o sea si había problemas matrimoniales, que sus hijos están creciendo y floreciendo en una forma poderosa y efectiva. Eso para mí es una iglesia; es el tipo de iglesia que nosotros buscamos.

Hace poco compartía con mi Congregación ese pasaje donde Pablo dice que él lo ha dejado todo porque quiere conocer a Cristo y dice: “Y conocer el poder de su resurrección”. Y me impactó esa imagen y tomé esa imagen decir que nosotros como iglesia queremos ser una iglesia y yo creo que todos compartimos ese ideal en una manera u otra en la cual el poder de la resurrección de Cristo se vea en la gente que llega a la congregación que es impactada por su enseñanza, que es impactada por sus valores y que con el paso del tiempo van ejemplificando ese poder que fue liberado cuando Cristo resucitó de los muertos.

Esa energía que hay en el evangelio para mejorar todos los aspectos de la vida humana y eso es lo que yo quiero cuando digo nuestras iglesias deben ser una vitrina. Los que vean los de afuera que vean en esa iglesia una comunidad prosperando y siendo bendecida en todas las dimensiones de su vivir colectivo. Digan ¡guau! Denme eso, yo quiero eso, y eso debe ser nuestra meta. Es una iglesia también en la cual se encarne la prosperidad y el Shalom la paz abarcadora del reino de Dios.

Y por eso decimos que una iglesia relevante es ante todo una iglesia saludable. Dios ha constituido a la iglesia genéticamente para que crezca y prospere. Nuestras iglesias tienen en sí todos los dones y todos los atributos que necesitan para ser iglesias saludables. Nuestra meta es como infundir esos valores, como un organismo vivo. Si nuestras iglesias tienen las condiciones adecuadas van a prosperar y van a crecer.

Y por eso es que en realidad cuando hablamos de una iglesia relevante… mire, nosotros tenemos tantas diferentes metas que queremos para nuestras iglesias: queremos que nuestras iglesias _____ un número grande de personas, algunos quieren que su iglesia sea una iglesia de impacto social; otros quieren que su iglesia sea una iglesia que promueva discipulado; otros quieren que su iglesia promueva guerra espiritual.

No importa que, en realidad a mí me gusta pensar más bien: crear una iglesia saludable que tenga los nutrientes que Dios ha declarado sobre su pueblo y entonces esa iglesia saludable va a llevar a cabo la obra del evangelio en una forma poderosa y efectiva. Yo creo que el problema es que muchas veces hay tantos impedimentos y tantos obstáculos en el camino de la iglesia. Llegar a ser ese pueblo frondoso y fuerte y saludable que no estamos usando y entrando en el carácter que Dios en realidad ha determinado para su pueblo.

Por eso es que la invitación no es el camino a la salud. Nosotros tenemos que dejar esa idea de que si yo imito a la iglesia del hermano Rivera que tiene actividades sociales o imito a la Iglesia del Pastor Miranda que tiene otras actividades sociales o imito la una iglesia que está haciendo células por allá, o imito a la iglesia que tiene un servicio para personas nuevas: el seeker service, ese, que de alguna manera eso va a convertir mi iglesia en una iglesia de impacto y una iglesia relevante. Ninguna de esas cosas en realidad hace la diferencia.

Para que una iglesia sea una iglesia relevante, efectiva, poderosa tiene que entender que ese concepto es algo orgánico. Es algo que está relacionado con muchas diferentes partes, que es algo dinámico. No se trata de imitar mecánicamente un modelo.

Crear una iglesia relevante y efectiva de impacto comunitario que sea saludable es como criar a un niño para que crezca saludablemente. Requiere esfuerzo, requiere tiempo, requiere intencionalidad: que usted sepa que tiene que trabajar duro y que se proponga ciertas metas. Usted tiene siempre que estar pensando en esa iglesia como usted quiere que llegue a ese nivel.

Usted tiene que estar siempre retroalimentando a su Congregación compartiendo con ellos la visión, infundiendo, inseminando a esa congregación. La iglesia tiene que tener una meta clara de que quiere ser y a que Dios la ha llamado a ser. Esa comunidad tiene que tener metas bien definidas. Uno no llega a una iglesia efectiva y de impacto comunitario sin proponerse una meta, sin proponerse una visión, sin entender a que Dios nos ha llamado como congregaciones y como comunidades.

Aquí lo único que yo pretendo es iniciar una forma de pensar en nosotros, un paradigma, es decir una mentalidad, un modelo mental que nosotros podamos usar sobre qué es ser una iglesia efectiva y que tenga un evangelio integral, un evangelio que abarque todo los aspectos que Dios quiere que abarque. En realidad alcanzar ese tipo de iglesia es el trabajo de toda una vida. No se presta simplemente pegar con Scotch Tape un modelo que usted cogió de otro lugar.

Nosotros nunca vamos a llegar a ser una iglesia efectiva socialmente sólo porque aquellos metieron una clase de inglés pues yo voy a meter una clase de inglés, ¡ah! que aquellos tienen allí adoración como le llaman contemporánea o avivada a pues entonces yo voy a cambiar y voy a meter músicos con guitarra eléctrica, no. Tiene que haber una mentalidad, tiene que haber un cambio de sensibilidad, tiene que haber un cambio de alma.

Okay, ¿qué es lo que Dios nos ha llamado a hacer? ¿Qué dice la palabra de Dios? ¿Qué es lo que agrada al corazón de Dios? Cuando una iglesia hace obra ministerial. Una iglesia es relevante, una iglesia de un evangelio integral, completo. Yo diría que una de las características más importantes de todas es que está orientada hacia el exterior. Tiene una mente y una visión exteriorizada. No es hacia adentro.

Es una de las cosas más traicioneras en la vida de una iglesia, y es que con el paso del tiempo la iglesia que comenzó con vitalidad y con agresividad poco a poco se va tornando en una iglesia conservadora y una iglesia que está orientada para satisfacer a sus miembros. Para que los fundadores estén contentos porque se les está atendiendo a sus necesidades para que no traigan gente muy rara y muy diferente porque eso no les gusta porque ellos vienen el domingo a sentirse cómodos y a sentirse en una comunidad homogénea, donde ellos se vean reflejados en los otros. Donde no haya muchos jóvenes que sean rehuseros y que causen líos porque pues hay que estarlos vigilarlos y donde no haya niños que causen problemas, porque si es así van a ensuciar las paredes y ¡no!
La iglesia que Dios tiene en mente es una iglesia agresiva que siempre está pensando en los que están afuera, traer a la gente de afuera, servir a la gente que está afuera y buscar formas relevantes de traerlos al ámbito de la iglesia para poder impactarlos con la palabra del evangelio. Es una iglesia que tiene una mentalidad del mundo. Una de las palabras finales de Jesús, registrada en los evangelios es, ‘id por todo el mundo’. “Id” es una palabra dinámica completamente.

Yo creo que una iglesia que quiere tener impacto en su comunidad tiene que forjarse una visión y una mentalidad de como si fuera una flecha: siempre viajando hacia su blanco. Es una iglesia peregrina tiene un local posiblemente pero su campo de trabajo es toda la ciudad, es una iglesia yo digo de mentalidad empresarial. ¿Usted sabe lo que es un enterpreneur? A mí me gusta la gente empresarial. Me gusta la gente que nunca descansa siempre está pensando en el nuevo proyecto. Como líderes nosotros tenemos que ser así. Si usted dirige un ministerio usted siembre debe estar pensando en “¿cuál es la próxima etapa?”, “¿cuál es la próxima forma en la que yo puedo enriquecer el ministerio?”.

No se conforme con lo estático, no se conforme con el triunfo de ayer, vaya a buscar el triunfo próximo. Una iglesia que está orientada hacia fuera siempre está desarrollando formas creativas de hacer ministerio, de alcanzar el mundo. Yo creo que los líderes tenemos que ser gente con una mentalidad así: creativa, agresiva de vendedor y nosotros estamos vendiendo el mejor producto del mundo que es la palabra de Dios, el evangelio de Jesucristo.

No hay producto más poderoso y más transformador que ese que ese que el Señor nos ha dejado y por lo tanto, hermanos, debemos hacer todo lo posible para exponer a la gente a la belleza y el uso, la utilidad que tiene ese producto. Tenemos que abandonar hermanos esa idea sedentaria, esa idea pasiva de la iglesia: el pastor, el líder que simplemente lo que está haciendo allí es guardando el tiempo hasta que le venga la jubilación. No va ser bendecido.

Y Dios libre a nuestra congregación de ese tipo de liderazgo, de ese tipo de ministerios. Se requiere gente heroica, yo diría, gente que sepa que el evangelio es algo agónico y que las iglesias también que las iglesias también sepan que nosotros no estamos hechos para estar cómodos. La iglesia es dice el Señor Jesucristo en uno de sus pasajes famosos: ‘es como la levadura que un poquitito le leuda toda la masa.’ Y por lo tanto la iglesia siempre debe estar preguntándose, ¿cómo podemos nosotros esto valores que inseminar y distribuirlos en toda la comunidad?

Yo pienso en los que hacen repostería -yo de vez en cuando tengo un tiempo me gusta ser un pastel o un bizcocho como le llaman los caribeños de vez en cuando- y usted sabe que usted está mezclando los ingredientes secos como harina y azúcar y sal y levadura, usted tiene que coger la harina y digamos que usted coge la levadura, la echa y usted tiene que asegurarse que esa levadura este distribuida a través de toda la harina antes de mezclarla con los ingredientes como los huevos, y la mantequilla y todo lo demás. ¿Por qué? Porque si la levadura es solamente un poquito de la harina cuando se haga el pastel solo un poco va a estar leudado y va a experimentar el efecto elevador de la levadura.

Yo creo que algo así pasa a veces con nuestras iglesias. Nosotros somos como la levadura que está limitada a una esquina y ahí se echó en la harina que es la comunidad. Pero cuando eso pasa entonces tenemos que coger y cernir esa mezcla y asegurarse de que hay una compenetración total.
Y eso quiere decir que la iglesia siempre tiene que estar buscando formas de penetrar el mundo exterior. La iglesia no ha sido llamada a estar cómoda. Es una fuerza invasora, es una fuerza que siempre está invadiendo, es una fuerza yo diría imperialista, porque el imperio de Cristo está siendo llevado a todas la partes. Su meta es impactar individuos con el mensaje del evangelio pero también instituciones, estructuras y valores. Para mi el concepto de evangelismo incluye absolutamente y primordialmente impactar hombres con la palabra de Jesús.

Hola, Dios te bendiga te habla el Pastor Roberto Miranda. Gracias por escuchar nuestros mensajes y nos da mucho gozo saber que este programa está siendo de bendición para tu vida. Quiero dejarte con las palabras de bendición de Moisés al pueblo de Israel. Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz. Es un privilegio para mi ser parte de tu vida, espero que sigas sintonizado a nuestro programa: ‘Una cita con Cristo’. Te bendigo en el nombre de Jesús.

Hermanos, ¿saben qué? Cuando yo veo en el evangelio, yo veo la palabra de Dios y los valores de Cristo queriendo alcanzar y evangelizar todas las dimensiones de la comunidad. Cuando el Señor Jesucristo dio su llamada de gran comisión, dijo: “Id por todo el mundo” y añadió predicando el evangelio “y discipulad a las naciones”. ¿Sabe que nuestra traducción en español se habla de ‘Id y (no audible)’. Yo busqué el original porque me parecía que el Señor Jesucristo quería decir algo diferente.

Y yo no hablo griego, ni lo escribo. Como no estoy en seminario nunca tuve la oportunidad de discernir (no audible). Hay tantos recursos hoy día (no audible) y encontré allí que en realidad lo que el griego original lo que dice es ‘Id y discipulad a las naciones.’ ¿Qué quiso decir el Señor Jesucristo con eso? Cuando usted discipula a alguien usted le imparte sus valores, ¿si o no?

Cuando un pintor, maestro, toma un discípulo para enseñarle a pintar, en las relaciones antiguas, en la edad media por ejemplo, el discípulo venía vivir con el maestro. El maestro estaba continuamente hablándole al discípulo, impartiéndole su visión del arte, su técnica, su concepto de los colores, su forma de pintar, etc. Y ese discípulo salía como un prototipo, como una fotocopia casi de su maestro. Con los valores y la forma de ver el mundo que su maestro –aunque después quizás lo podía rebasar con sus propios talentos.

Cuando Cristo dice: ‘Id y discipulad a las naciones’, lo que está diciendo es: “Vayan e impártanle a las naciones y a los pueblos los valores que yo les he enseñado a ustedes. Y obedezcan esos valores”. Entonces la meta de la iglesia, hermanos, la gran comisión, que nosotros muchas veces solamente limitamos a un culto en un parque por allá, no cumple, yo creo la visión que tenía Jesucristo. Porque lo que Cristo llamó a la iglesia a hacer fue a tomar a las naciones, a tomar a los pueblos y sujetarlos a los valores del evangelio en toda las dimensiones, en todas sus instituciones.

¿Saben qué? Nosotros los evangelistas somos los únicos que tenemos esta mentalidad de estarnos parando en una esquina y creemos que hacer evangelismo efectivo es simplemente un tratamiento a una persona que pasa por allí. Mientras yo di este tratamiento, nacieron 200 o 300 personas en el mundo. Ya estamos atrasados. La iglesia tiene que encontrar formas mucho más efectivas, sistémicas de hacer evangelismo.

¿Saben qué? El diablo no es tan tonto como nosotros. Satanás es un ser muy sabio, con una sabiduría demoníaca, pero sabio de todas maneras. Y su sabiduría consiste en impactar sistemas, instituciones, por eso es que el diablo ha querido tomar la música y el arte, la familia, el periodismo, la literatura, la política, la economía, la filosofía.

¿Por qué? Porque esa es la fuente de donde multitud de gente. Satanás prefiere mil veces agarrar a un periodista y enbuirlo con su mentalidad satánica que si agarra niñitos cuando estén metidos entre cuatro paredes porque con ese periodista él alcanza a 100 mil personas y las lleva al infierno.

Entonces es importante que la iglesia sea mucho más sabia. Yo creo que por eso el Señor Jesucristo dijo en una sus famosas expresiones: ‘los hijos de este siglo son más astutos o sagaces en el trato a sus semejantes que los hijos de la luz’ porque las corporaciones y las instituciones humanas seculares saben qué se usted quiere alcanzar al mundo usted va a las fuentes que alimentan su mente, su corazón, su sensibilidad.

La iglesia tiene que hacer lo mismo. La iglesia tiene que entender que su cometido es evangelizar no solamente individuos sino también instituciones, estructuras, valores; nosotros tenemos que encontrar formas de impactar en la institución de la familia, la educación en nuestras ciudades, los medios de comunicación. Yo me enamoro cada vez que veo a alguien que esta educándose se allá afuera. Hablaba con una hace un momentito que cuando yo veo una cristiana o un cristiano diciendo “quiero educarme, quiero ir a la universidad”, yo les digo: Amen. Gloria a Dios. Haz lo que tengas que hacer.

Porque nosotros necesitamos gente educada en lugares estratégicos para poder llevar a cabo la obra de Dios en la tierra. Y mire yo les he dicho a hermanos de mi congregación - no pido que otros pastores hagan lo mismo- “mira si tú tienes que dejar algún ministerio por un tiempo para educarte, hazlo. Porque yo creo que tú estás invirtiendo en el reino de Dios de esa manera. Sólo que cuando tú puedas entonces vuelve otra vez, métete y entonces usa tus dones y usa tu posición para ir hacia adelante”.
Porque, hermanos, tenemos que tenemos que tener una mentalidad mucho más abierta de lo que es ser efectivo. Cuando yo veo gente como Nehemías en la escritura –piense en Nehemías, un laico, judío, amando a su pueblo que está en una posición clave como copero del rey- él tiene acceso directo al rey. Él lo ve continuamente, tiene la estima del rey y allá en Jerusalén hay una necesidad.

El pueblo está decaído, está en problemas, los muros están caídos, hay miseria, hay derrota, hay depresión institucional y Nehemías siente su corazón el deseo de ayudar a renovar a su pueblo y precisamente su posición estratégica, como hombre político y como gente de influencia social, le permite tomar ese ideal de bendecir al pueblo de Dios y traducido en una acción donde consigue fondos, consigue autorización, consigue recursos físicos, consigue autoridad y una cantidad de cosas que entonces le permiten regresar a Jerusalén y hacer una obra de restauración poderosa y estratégica.

Y nosotros necesitamos hombres y mujeres con valores claros espirituales y evangélicos y bíblicos en posiciones de autoridad; enseñando de las universidades, trabajando en los hospitales, trabajando en las agencias sociales. Porque desgraciadamente la iglesia por su falta de visión y su falta de envolvimiento y su mentalidad tradicionalista y poco efectiva, hemos dejado que nos roben todas esas instituciones, hermanos.

¿Usted sabe? Por ejemplo, la universidad de Harvard hasta los años 60 y pico requería que todos sus estudiantes fueran diariamente a capilla. Y muchos de los Presidentes de Harvard fueron pastores. Harvard deriva su nombre de un hombre muy piadoso que dio buena parte de su fortuna para crear una institución para preparar hombres -en ese tiempo- para el ministerio.

Sin embargo, hoy en día es una fuente de humanismo anticristiano y antiespiritual. No robaron esa universidad, nos la dejamos robar nosotros. Yale, Princeton, todas estas grandes universidades por igual, mientras nosotros estábamos allí dormidos con nuestros trataditos y nuestros cultos entre cuatro paredes, el diablo estaba haciendo su obra sistemática robándonos todas estas instituciones.

Y el llamado de la iglesia es a restablecer, redimir todo lo que el diablo nos ha robado: las universidades, las artes, nuestra juventud, nuestra música. ¿Quién dice que la música es solamente para el mundo secular? Si Dios es el creador de todas las armonías del universo y la iglesia tiene que estar incurriendo y trabajando en esas áreas. Pero tenemos que cambiar de mente.

A veces la gente no le gusta venir a este tipo de talleres. Ahora invítelos para un sal p’a fuera donde está todo el mundo saltando y con todo esto, y salen de ahí borrachos y con el moño caído todo el mundo y ¡felices! Todo el mundo quiere ir a eso. Pero invítelos a entrenarse y a prepararse para el ministerio para ser efectivos en la comunidad, nadie quiere venir, porque tenemos una mentalidad que se nos ha enseñado a ser tradicionales y a ser conservadores y a ser poco creativos en la forma de hacer ministerio.

Y tenemos que infundirle a nuestras congregaciones y nosotros mismos tenemos que cobrar una mentalidad de que nosotros estamos llamados a poseer la tierra, estamos llamados ha invadir todas las estructuras de la sociedad y eso también implica, claro que nuestros líderes, tenemos que ser gente educada. Hermanos, no, yo no pido que sea un genio pero en todo lo que usted pueda edúquese: leyendo, haciendo reflexión bíblica teológica, indagando por donde usted pueda. Vaya a todos los talleres que usted pueda, sea una persona que siempre este en proceso de crecimiento y desarrollo.

Así también deben ser nuestras iglesias. Nuestras iglesias siempre deben estar experimentando con nuevas cosas. Ahora mismo nosotros estamos experimentando con todo lo que tiene que ver con tecnología. Nosotros queremos aprender a usar los proyectores y las computadoras y todos los medios. Acabamos de hacer una propuesta para el gobierno Federal, para un grant que se nos dan son como 300 mil dólares, que son para un proyecto grande de tecnología para ayudar a nuestros jóvenes a estudiar tecnología y echar para adelante. Y ahí, dando traspiés, pero estamos aprendiendo a usar nuestros medios porque tenemos que hacerlo.

La iglesia tiene que ser una iglesia que aprenda. Hoy en día se habla mucho de ‘being a learning institution’, ser una institución que aprende. El mundo ya secular saber acerca de eso. Las instituciones grandes y poderosas que sobreviven en un mundo cambiante y dinámico e impredecible, con el mundo en el que nosotros vivimos, son instituciones que siempre están evolucionando, siempre están experimentando con nuevas cosas.

Mire Mc Donald’s. Mac Donald’s surgió vendiendo hamburguesas. Hoy en día usted va a Mac Donald’s y usted encuentra: sándwiches de pollo, encuentra muñequitos de Batman, de todo. Porque siempre está pensando en la próxima técnica para robarle el dinero a la gente y para evolucionar. Y usted ve que Disney hace así, compra compañías de películas y también abre diferentes tipos de parques de diversiones, establece escuelas para sus empleados. Siempre están evolucionando, siempre están creando, siempre están inventando, siempre están experimentando.

Nosotros tenemos que ser así si queremos ser iglesias y ministerios poderosos. Si nosotros queremos ser líderes impactante, hermano, déjese de dormir tanto, apague la novela y póngase a inquirir. Deje de dormir tanto y métase a ser una persona ávida de conocimiento.

Y nuestras iglesias busquemos. El Señor dice: “el que busque hallará, al que pida se le dará, al que toque se le abrirá”. Vamos hermanos a lanzarnos. Alguien dijo una vez ‘yo no quiero que Dios me, lo único que yo quiero es que me ponga donde hay’. Yo creo eso, yo creo que nosotros tenemos siempre que estar poniéndolo en posición para que la palabra de Dios y el mensaje de Dios y la visión de Dios nos agarre y nos toque.

Estadísticamente, donde usted más se mueva hay una buena posibilidad de que Dios le va a dar un batazo y que usted va a encontrar el llamado de Dios para su vida.

Volviendo al caso de Nehemías, usted mira a Nehemías, ¿dónde encuentra el llamado de Dios a Nehemías? Lo encuentra haciendo preguntas. Si usted lee el libro de Nehemías lo primero en el primer capítulo dice que ‘llegaron alguna gente de Jerusalén y él le preguntó: “díganme ¿cómo está la gente allá en Jerusalén? Y entonces le dijeron: ‘eso está terrible, muchacho. Los muros están caídos, la gente está deprimida, los psiquiatra están haciéndose ricos por donde quiera’. Y él entonces cuando escuchó eso dijo:’ ¡guau! hay que hacer algo y le vino la visión, el llamado, la misión de Dios para su vida porque estaba preguntando y estaba en contacto con la información.

Nosotros tenemos que ponernos en contacto con la información, tenemos que estar continuamente inquietos hermanos, tenemos que estar indagando, tenemos que estar inquiriendo. En ese proceso de búsqueda, el Señor nos va a encontrar. Yo creo mucho lo que dice la Palabra: “El que siembra generosamente, generosamente ha de cosechar”

Si tú inviertes, si tú siembras, si tú estás continuamente poniendo pequeños cartuchos de dinamita en pequeños lugares, un día de esos, un fuego va a prender uno de ellos y uno vas a coger. Uno de mis pasajes favoritos y lema para el ministerio se encuentra en Eclesiastés donde dice: “echa tu pan a las aguas, porque después de muchos días lo encontrarás”. Ahí habla de reparte a 7 u a 8 porque no sabes lo que te viene más adelante.

Y eso quiere decir, hermanos, yo veo eso entre muchas otras cosas, nosotros tenemos que estar haciendo, si queremos ser gente de impacto, iglesias relevante, lideres de impacto, tenemos que siempre estar experimentando, siempre buscando la vida de Dios, inquiriendo, investigando, leyendo, reflexionando, conversando, preguntando. Porque todo eso está siendo semilla que está siendo tirada a nuestra sensibilidad y mientras más semilla tenga el Espíritu Santo, más fruto puede dar. ¿Sí o no?

Mientras más leña más grande el fuego. Nuestra parte es proveer leña para que el espíritu de Dios pueda descender y prender un fuego grande para gloria de Dios. La leña no la va a proveer Dios, la tienes que proveer tú. Elías tuvo que poner un altar, poner piedras, poner madera y prepararlo todo y entonces invocar el fuego de Dios: Yo sembré, Apolo segó pero el crecimiento lo da Dios.

La parte de Dios es dar el crecimiento, mi parte es sembrar, y regar y añoran y clamar y pedir: ‘Dios dame una iglesia, dame un ministerio, dame una vida que sea fructífera y que sea de impacto y que refleje tu pasión para redimir al mundo. Vamos adelante requiere la formación de una mentalidad misionera.

¿Cómo podemos nosotros formar iglesias o ministerios? Por ejemplo si tu eres líder de mujeres o de un misterio de hombres o lo que sea, cualquier cosa que tú tengas en tu vida; o eres pastor o eres pastora. ¿Cómo podemos nosotros formar una mentalidad exteriorizada, misionera para nuestros ministerios? Bueno tenemos que tener una visión claramente articulada, como yo dicho, esto que yo estoy elaborando aquí delante de ustedes es articular.

Hermanos, cada día yo aprendo más y más acerca de la importancia de visión. Ese es un concepto que me ha tomado años desarrollarlo y entender bien que se quiere decir. Hoy en día en todas las instituciones grandes seculares se habla de visión, tener visión. Muchos de nosotros no tenemos una visión clara de lo que queremos que Dios haga de nuestras vidas o de nuestras iglesias.

Yo le recomiendo todo ese tiempo para reflexionar ¿qué tipo de el ministerio quiero yo tener? Yo les decía los pastores con quienes compartía en Wisconsin usando una imagen que nos viene de Steven Cobby en su libro “Seven habits of highly effective people”, un libro clave que yo les recomiendo mucho. Está en español también.

Pero Steven Cobby habla de que nosotros tenemos que vivir y envisionar la vida de manera que si un día nosotros pudiéramos escuchar a gente hablando de nosotros en una elegía ante nuestro ataúd, ¿qué nos gustaría que dijeran de nosotros? ¿Qué me gustaría me gustaría que dijeran de mi ministerio o de la iglesia que yo he pastoreado? Eh? Me gustaría que dijeran ‘esa iglesia era una iglesia que tuvo un impacto profundo en la comunidad, era una iglesia que no estaba allí guardándose la monedita para sí o edificios para sí sino que lo compartía con las iglesias y con las otras instituciones. Era una iglesia que tenía una mentalidad del reino y no de sí mismo o para sí misma solamente para su propio provecho institucional.

Era una iglesia que estaba a tono con la necesidad de la comunidad: la gente la veía como refugio donde podían ir y encontrar consuelo para sus dolores, educación para sus hijos, visión para la vida, ánimo, libertad para crecer a su propio paso con el Señor, tolerancia para sus problemas morales y su luchas. Una persona podía caer y en vez de que diez lo pisotearan iba a tener diez manos que lo levantaran”. Eso lo que yo envisiono.

Yo paso tiempo reflexionando, escribiendo, orando y estos son holocaustos que yo le levantó al Señor para que los haga real. Usted tiene que hacer lo mismo en su vida, tenemos que crear visión y tenemos que escribir la visión.

Habacuc, tres, creo que es, será el pasaje por excelencia siempre de visión y dice allí ‘aunque la visión tarde no te preocupes, porque llegará.’ Dice ‘escribe la visión para el que la lea corra por ella.’ Nuestras iglesias, nuestro ministerio, nuestra gente necesita saber que creemos, que envisionamos, donde está nuestra pasión.

¿Qué tipo de iglesia queremos crear nosotros? Y entonces tenemos que escribirla y tenemos que compartirla con nuestro pueblo. Tenemos también que usar sermones instructivos, evangelísticos y también pro-evangelismo. No es la misma cosa, no tengo demasiado tiempo para dilucidar todo esto.

Pero también si tú diriges un ministerio de mujeres, toma tus líderes y siéntate con ellas y háblales de “Hermanas, ¿qué queremos nosotros hacer con nuestro ministerio? ¿A dónde queremos llevarlo? ¿Cuál es nuestra visión implícita? ¿Cuáles son los valores que queremos que rijan? ¿Queremos simplemente damitas allí que se sienten a tomar te, bien elegantitas y que se olviden allá que hay mujeres solteras y jovencitas que están considerando el aborto y que no están haciendo nada para sus vidas?

Tenemos que tener esos diálogos. Una de las cosas que hicimos hace muchos años que nos causó un poco de problemas fue cambiarle el nombre a nuestra –antes era sociedad de damas, así se llamaba en nuestra iglesia- pero un día yo me puse a pensar y hablando con alguna mujeres, dije: Yo veo como damitas con guantes blancos y trajecitos muy bonitos y una tacita muy delicadita de té, tenían una tertulia entre ellas, mientras el mundo se cae a pedazos. Decidimos cambiar el nombre a Ministerio de mujeres porque me sonaba un poco más agresivo y más dinámico y más un emprendedor.

Y eso son cositas así, tenemos que preguntarnos lo que queremos. Los nombres cuentan, todo tiene significado todo tiene poder y tenemos que tener una idea clara de a dónde queremos ir y cuales son los valores que deben regir nuestras comunidades. Se necesita que esa visión misionera, agresiva, exteriorizadas impacten las estructuras mismas de la congregación.

Por eso a mí me gusta mucho las células, porque las células son una gente sumamente agresivo evangelístico, integral, donde la gente se tratan unos a otros, se aman unos a otros, se soportan y apoyan y edificar y entrenan unos a otros.

Entonces, yo quiero que nuestra iglesia tenga todos esos elementos: que promuevan la visión de mutualidad, de actividad, de agresividad, de evangelismos, de impacto, de visión para el reino. Tiene que haber consistencia entre una cosa y la otra. Es decir que nuestras estructuras también tienen que reflejar ese llamado.

Nuestro programa regular de domingo a domingo, de miércoles a miércoles también tiene que reflejar por medio de llamamientos, por medio de ministerios orientados. Una de las cosas más lindas que ha pasado últimamente es el Ministerio de Hospitalidad, donde por mucho tiempo, y últimamente nos hemos hecho concientes como iglesia, según la iglesia crece se hace más y más importante que la gente se sienta como que pertenece a una familia.

Y llega muchas veces gente nueva a las iglesias y se sienten perdidos, como pollitos mojados. Todo el mundo hablándose, al final del servicio, saludándose y ellos allí los pobres, en una esquinita que no saben si se van, si se quedan un ratito más a ver si alguien los saluda. Se van y a los dos domingos usted no los vuelve a ver más en la Iglesia.

Nos dimos cuenta que estábamos perdiendo mucha gente de esa manera. Estamos promoviendo una forma más agresiva para retener a los visitantes, retener a los nuevos creyentes y eso parece una de las cosas más revolucionarias, aunque de tan sencilla que es para una iglesia que quiere ser una iglesia que tenga impacto en la comunidad, refleje los valores abarcadores y agresivos que tiene esa comunidad. Se necesita un programa de discipulado y preparación donde la gente sea entrenada a hacer evangelismo, donde la gente sea preparada.

Una de las cosas más poderosas para hacer que nuestras iglesias crezcan es preparar líderes y que los líderes sean procreadores de líderes. Esa idea del pastor o la pastora orquesta, llanero solitario que sale de la casa, maneja la guagua y va a buscar a la gente y viene y prende las luces y dirige el devocionado y predica el sermón y luego apaga las luces y lleva la gente a la casa y llega muerto de cansancio y deprimido es una abominación ante los ojos de Dios.

Si queremos iglesias impactantes, poderosas tenemos que estar descentralizando nuestras iglesias. Tenemos que estar capacitando gente, tenemos que estar celebrando el sacerdocio universal de los creyentes. Si no esa iglesia poderosa y agresiva que queremos no se va a dar porque una sola persona no puede conducir ni un puñado de personas. Mientras más efectiva sea esa iglesia, más demandas van a haber sobre su ministerio y por lo tanto tenemos que estar preparando, sino las redes se nos van a romper cuando venga la cosecha.

Tenemos que tener una mentalidad de desarrollo institucional. Mi único deseo ha sido inquietarnos a todos nosotros a desarrollar un paradigma nuevo, una visión nueva, modelo mental -como dicen por ahí- nuevo de hacer ministerio. Hermanos que nuestro deseo nuestra visión sea no regocijarnos aquí, no quedarnos en el monte como querían los discípulos, ¿no? Hacer tres tiendas y quedarnos allí sino bajar habiendo percibido la gloria de Dios y libertar a los cautivos del diablo y predicar evangelio poderoso y relevante.

Que el Señor les bendiga.