Dios, nuestro único refugio

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No me sorprende que muchos de ustedes y nosotros lleguemos aquí esta tarde y haya un residuo en nuestro espíritu de ansiedad, porque hay una especie de ansiedad como subliminal que se tira sobre nosotros. No estamos conscientes de ella pero está allí. Quién puede ver esas imágenes de inundaciones y destrucciones en el Caribe y su mente no sea afectada en alguna manera. Y a veces las últimas imágenes que consumimos antes de acostarnos son imágenes del internet, de un carro que se lo lleva el agua o una casa que es destruida o una palmera danzando ante el ataque de los vientos. Y eso se queda allí, son imágenes muy gráficas que afectan nuestro subconsciente, nos quitan la paz, nos afectan en muchas diferentes maneras.

Y nosotros venimos aquí y declaramos bendiciones de parte de Dios pero hay allí un huracán también muchas veces en nuestras emociones y no nos extrañe que nuestro sueño es liviano y nos desvelamos y nos despertamos sobresaltados. Y uno se pregunta por qué si yo estoy bien. No estamos bien. Hay cosas que están afectando nuestra neurología.

Y por eso yo creo que es necesario que usemos el antídoto de la palabra de Dios en este momento. Y mi deseo es que al declarar ciertas cosas sea como medicina sobre el pueblo de Dios. que estas palabras sirvan como un masaje espiritual para nosotros. Amén. Que el ungüento de la palabra de Dios suavice nuestro corazón pero también para declarar proféticamente que Dios está en su templo. Amén. Dios está en su trono. Aleluya! Y sus pies están sobre la tierra. Y Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Aleluya! Él no cambia.

A él no se le olvidó la tierra cuando estaban esos huracanes rugiendo ni cuando Isis estaba conquistando ciudades y naciones en el Medio Oriente. El Señor está en su trono, sus ojos todavía están vigilando y su iglesia las puertas del infierno no prevalecerán contra ella en el nombre de Jesús lo declaramos.

Me encanta el salmo 46 que fue fuente de mi meditación esta mañana temprano cuando muchos de ustedes estaban luchando con las sábanas, a las 5 de la mañana su pastor estaba peleando con la palabra, en el sentido más positivo, como Jacob con el ángel, estrujándola para que le soltara la bendición para su pueblo. Qué gran hombre Dios tiene en usted. No estoy jugando. Al contrario, si él fuera sabio tendría su sermón preparado antes pero hay tantas cosas que suceden que él lo suda en la mañana temprano.

Salmo 46. Les invito a ir a esa palabra preciosa y que esta palabra del salmista wash over your lives right now. Que les bañe con su mensaje tranquilizante y prometedor. Dios es nuestro amparo y fortaleza, diga el pueblo de Dios Aleluya! Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Póngase de pie y léalo conmigo. Vamos a comenzar de nuevo. Prepárese. Léalo de allá.

“Dios es nuestro amparo y fortaleza. Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar.” Denle un gran aplauso al Señor. Gloria a Dios. Tome asiento. Aleluya! Lo declaramos con fe. Aunque bramen y se turben sus aguas, dice el salmista, y tiemblen los montes a causa de su graveza. Gloria al nombre del Señor. Podremos continuar leyendo este hermoso salmo.

Es un salmo de total confianza en el poder de Dios y su fidelidad para aquellos a q

uienes él ama. Y por eso es que este salmo es un buen antídoto, es una buena cucharada, un elixir, un jarabe de paz y de esperanza para nosotros. Porque en pocos salmos, y por eso es que es uno de los salmos más preferidos del pueblo de Dios hay una declaración tan gráfica, tan directa, tan sostenida de la fidelidad de Dios.

Y por eso es que necesitamos en estos tiempos de incertidumbre mirar hacia ese Dios todopoderoso. A mi mente vino esta mañana ese monte que está ahí en National Geographic, ¿cuál es? Yosemite. El hermano Julio es un gran consumidor de revistas de geografía y de muchas otras cosas como científico que él es. Y en ese periódico, en ese ejemplar de National Geographic estaba un monte, Yosemite, es una mole de roca prácticamente, cientos de pies de alturas y cientos de pies de anchura. Usted le puede disparar un cañonazo y ni se entera. Es un gigante petrificado como que ejemplifica algo firme, algo inconmovible, algo invencible, poderoso, confiable. Ha estado allí miles de años y posiblemente estará – no voy a decir miles de años porque yo creo que Cristo va a venir antes que eso, pero estará allí hasta que la tierra sea tierra.

Y sin embargo, el salmista dice aquí que aunque se traspasen los montes y la tierra sea removida y los montes traspasados al corazón del mar, Dios siempre seguirá siendo nuestro amparo y nuestra fortaleza. Hoy en día, muchas cosas que parecían bien estables se están revelando como ser inestables. Pienso de momento en la Unión Europea, por ejemplo, que es una organización sólida, formada por naciones muy fuertes y muy responsables y muy funcionales. Y sin embargo, hace poco un pedazo de ese monte se vino abajo con la salida de Inglaterra, del Reino Unido, el desprendimiento de esa… y ha habido temores de que otras partes se desmiembren igualmente.

Cosas estables están siendo removidas en el mundo, gobiernos, Estados Unidos, usted ve lo que está pasando hoy en día con el presidente Trump y algunos que piensan, cómo es posible que en esta nación haya esto, haya lo otro. Esta nación que parecería ya como que ha sobrepasado todas estas cosas, ese monte firme está como siendo traspasado al monte del mar.

Y tantos otros asuntos de ese tipo. Pero el salmista dice, Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza. God is our refuge, es nuestro refugio. Y lo que el salmista está haciendo aquí es algo bien importante que nosotros tenemos que hacer. Cuando los tiempos se ponen inciertos la palabra del Señor nos aconseja que tornemos nuestra mirada hacia Dios. Yo veo que este salmo es como una exposición de contrastes, contrastes de estabilidad y contrastes de inestabilidad, contrastes de fragilidad, y contrastes de fortaleza.

Y esta palabra del Señor nos invita a quitar nuestros ojos de la fragilidad y de lo cambiante y poner los ojos en lo que nunca cambia, en lo que nunca se revela como frágil y abierto a las circunstancias. Por eso ese salmo comienza con una de las declaraciones más fuertes, Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza. Y nosotros tenemos que aprender como cristianos, hermanos, cada día más y más a poner nuestra confianza en Dios y no en los hombres, no en nuestras tecnologías, porque la tecnología no es capaz, ahí está la cosa, es que el hombre se siente siempre confiado.

El siglo XXI es el tiempo de la confianza en las cosas que nosotros nos podemos deparar a nosotros mismos. Hoy en día, nosotros somos capaces de controlar mucho los efectos de la naturaleza, nos metemos en nuestras casa y tenemos aire acondicionado o calefacción. Violentamos las leyes de la gravedad, no las violentamos pero aprendemos cómo manipularlas y levantamos animales que pesan miles y miles y toneladas, y cientos de toneladas y los ponemos a viajar a través del cielo y mandamos gente a la luna. Tenemos tantas cosas que nos protegen, submarinos del agua, y cosas por el estilo, y yo creo que la confianza del hombre, la tentación del hombre es a poner su confianza en estas cosas y en sí mismo que es capaz de controlar todas estas cosas.

Pero qué pasa? Viene un huracán y de momento uno descubre cuán frágiles verdaderamente nosotros somos. Porque con la fuerza de un huracán que mide 300 millas de ancho y sabe uno cuánto de largo, y ese ojo que es como un ojo de muerte, tétrico y severo, dirigiendo toda su fuerza alrededor y moviendo sus ejército, su ejército compacto y poderoso y resistente y puede coger una ciudad fuerte como Miami o si llegara aquí a Nueva York, imagínese, o a Boston, qué pasaría?

Y de momento el hombre descubre que lo único que puede hacer es huir. Lo único que puede hacer es monitorear el movimiento de ese ser siniestro. Y tratar de predecir por dónde va a ir para que la gente huya de él, pero no hay manera, no hay un explosivo que se pueda tirar, a veces yo he fantaseado, si uno se pudiera meter en un avión de ciencia ficción y tirar una bomba que haga deshacerse todos esos vientos. Un día quizás pero definitivamente hoy en día nadie puede hacer eso. Lo único que pueden hacer es medirlo, tratar de determinar su trayectoria y alejarse de él lo más que uno pueda y coger refugio.

Dónde está el señorío del hombre, dónde está la fuerza del hombre? En ese momento descubrimos que somos totalmente contingentes, que somos totalmente expuestos a los elementos de la naturaleza. Un huracán, una tormenta de nieve, el deslizamiento de tierra, cosas que nos recuerdan que después de todo somos meros criaturas en las manos, no vamos a decir de Dios, sino de este mundo, de la naturaleza.

Y en esos momentos nosotros tenemos que poner nuestra mirada en Dios y no solamente en esos momentos sino siempre, hermanos. Porque cuando vienen los momentos de prueba y de dificultad, mire, a veces no hay tiempo para ponerse espiritual y llenar las iglesias. Porque este salmo es un llamado preventivo a que nos saturemos tanto de la imagen divina y de los valores del espíritu y de la eternidad, que no tengamos tiempo para poner la mirada sobre los fantasmas y los espectros que están detrás de nosotros.

Y yo he sentido en este salmo entre otras cosas, un llamado de parte de la palabra de Dios a saturarnos nuestra mente, nuestra consciencia, nuestra sensibilidad con los valores de la palabra del Señor para que nuestra mente esté tan saturada de esa consciencia de nuestro Dios todopoderoso que cuando vengan las tribulaciones estemos como bañados de una cobertura de paz y de protección y de confianza preventiva en él.

Yo he encontrado, hermanos, que como nunca antes en la historia de la humanidad no es tiempo ya para jugar a ser evangélicos o ser gente de la iglesia. Un hombre llegó esta mañana en el servicio de las 9 y recién convertido y evidenciaba todas las marcas de una vida rajada por sufrimientos y deformaciones emocionales. Vive en otra parte de Estados Unidos y yo espero que no esté aquí, no habla español de todas maneras, así que no puede entenderme. Me dijo algo bien significativo, “I’m tired of church,” y tenía todas las perezas de la gente del mundo, y yo le dije, “Bienvenido al club. Yo también estoy cansado de la iglesia, porque la iglesia no salva.”

Las iglesias no crean santos y hombres y mujeres de Dios. Las instituciones… si tu pones tu mirada en una iglesia estás recostándote de una caña muy frágil y muy débil. las iglesias nos traicionan, los pastores nos decepcionan, las instituciones nunca han sido refugios apropiados. El único es Dios. Yo le decía, “Pon tu mirada en Cristo. Asegúrate de que ahora que tu aceptaste al Señor estudia la palabra de Dios, ora, comunícate con Dios directamente. Crea intimidad con Dios y con las cosas del espíritu. No te recuestes de una institución, las instituciones nunca han sido buen refugio para una persona, Dios sí lo es.”

Y los tiempo, hermanos, de la gente poner su refugio y su confianza en una iglesia, una institución, en un pastor, en un diácono de la iglesia, en una abuela espiritual, ya esos tiempos pasaron. Si usted no se llena del aceite del espíritu de Dios y su palabra no va a sobrevivir las presiones de este tiempo, porque van a continuar.

A quién se le ocurre que esto va de momento como a desaparecerse y que ya… hemos entrado en tiempos, yo diría, irreversibles, hermanos. Y ya hay décadas que estamos viendo ese aumento y la progresión de las cosas que vemos. Es tiempo más bien para ponerse las botas espirituales y para que el jueguito a las muñecas eclesiásticas ya se termine y que los cristianos comencemos a vivir comprometidos con las herramientas y los instrumentos y los utensilios del templo de Dios, su palabra, la adoración, la santificación, el meditar en las cosas del reino, en despreciar nuestra vida hasta la muerte como dice la palabra del Señor.

Yo quiero que esta iglesia se llene de muertos en vida, todos nosotros aquí muertos, deambulando en el mundo pero vivos para Cristo, muertos para el mundo. Amén. Que ya le entreguemos al Señor nuestras vidas y que nos dediquemos a buscar de Dios radicalmente, porque eso es lo único que nos va a mantener. Cuando usted se llena de la palabra de Dios, cuando usted cada mañana se mete su dosis de heroísmo espiritual y bíblico, cuando va como un adicto y se mete su insulina bíblica todas las mañanas, ahí es donde está. Amén.

Ahí es donde está la esperanza, la fortaleza. Yo no me atrevo a salir de mi casa sin orar, sin buscar el trono, la gracia de Dios, no se vaya sin encomendar a sus hijos al Señor, su casa, su matrimonio, su salud, sus finanzas, porque el mundo está lleno de cosas terribles y se necesita que nosotros estemos tan poseídos de esa imagen del Dios que es nuestro refugio, nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, que no haya tiempo para meditar demasiado en el fantasma que está cerca de nosotros esperándonos.

Hermanos, tu tienes que llenar tu sensibilidad. Parte de ser efectivos en la vida cristiana es un asunto casi mecánico, es un asunto de que tu comas de la palabra del Señor, de que tu reprogrames tu mente con los conceptos de la Biblia porque sino los conceptos del mundo van a meterse en tu mente. A veces uno está durmiendo y el sueño de uno es interrumpido por la iluminación del celular. Cuántos les ha pasado eso? el celular se prende y es una noticia de Associated Press diciéndote que murieron tantas personas en tal sitio y que hubo un ataque terrorista en tal lugar y uno se llena de zozobra y su mente se envenena con tantas cosas, los periódicos, las noticias. Los periodistas están teniendo una fiesta increíble en este tiempo porque hay material para estar incansablemente comentando.

Irma es la cosa mejor que le ha pasado a la industria periodística en esta nación. Y nosotros somos el objetivo de toda es especulación, de toda esa entrevista y entrevista de los entrevistadores y entrevista de los entrevistadores que entrevistan a los entrevistadores. Y hay un consumo y nuestra mente… pero nosotros tenemos que oponer a eso la meditación en la palabra del Señor. Usted tiene que hacer ese versículo, Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, un motivo de meditación. Repítalo, métaselo en la mente, declárelo, cántelo. Consuma la palabra del Señor. Adore al Señor.

Nuestros hogares tienen que estar llenos en este tiempo de adoración. Tenemos que oponer las amenazas de muerte a las promesas de vida que vienen de la palabra de Dios. y si ustedes es un cristiano part time va a tener problemas en este tiempo, no va a sobrevivir, porque los tiempos son malos, dice la palabra del Señor. Vendrán tiempos, dice la Biblia, en que el mundo se llenará de doctrinas, de demonios, y la gente estará corriendo de un lugar a otro buscando una palabra, buscando una enseñanza.

Y nosotros tenemos que ser consumidores de la palabra del Señor, de las imágenes y promesas positivas de la palabra en muchas diferentes maneras. Nuestros hogares tienen que estar entregados al Señor cada día más. El cristianismo parte de tiempo ya pasó hace tiempo, mis hermanos. Dios está buscando consagración y entrega total de nuestras vidas. Yo sé que yo mismo, como pastor, siento ese llamado de Dios a entregarme más y a buscar más de la palabra del Señor y dar todo lo que yo pueda para que mi vida pueda ser usada más para el Señor.

Usted tiene que hacer lo mismo. Todos estamos en lucha, hermanos. Y yo creo que este salmo es una invitación, una afirmación a mirar lo fuerte y a quitar la mirada de lo contingente, a declarar, Dios es mi amparo y mi fortaleza. Yo pongo mi confianza en él, es mi pronto auxilio, por tanto yo no temeré aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes, aunque bramen y se turben las aguas, y los montes tiemblen a causa de la braveza de las aguas, yo voy a decir, Dios es mi amparo y mi fortaleza.

Usted tiene que pelear por encontrar ese recinto dentro de su espíritu y su psiquis en que usted se agarre de Dios y usted ponga su confianza en él y usted sepa que él es su esperanza. La Biblia está llena de esas declaraciones.

Estaba pensando en el salmo 20, por ejemplo, un salmo que comienza, el salmo de David, dice:

“Jehová te oiga en el día de conflicto, el nombre del Dios de Jacob te defienda, te envíe ayuda desde el santuario y desde Sion te sostenga.”

Pero me encanta sobre todo el versículo 7 y el versículo 8 que nos invita a recordar lo que nosotros tenemos que hacer, hermanos. No espere a que algo nefasto suceda aquí en Boston para entonces usted comenzar a buscar en la Biblia promesas que le den fuerza. No, prepárese antes, aprovisiónese antes. Por eso ese salmo tan hermoso, 20:6 dice:

“Ahora conozco que Jehová salva a su ungida, lo oirá desde sus santos cielos con la potencia salvadora de su diestra.”

Una invitación a enfocar en el poder de Dios pero dice, “Estos confían en carros, aquellos en caballos, más nosotros del nombre de Jehová, nuestro Dios, tendremos memoria.”

Aleluya! Uno puede decir, estos confían en sus tanques de guerra y sus cohetes inter continentales, otros confían en su gran tecnología y su capacidad para depararse grandes descubrimientos acerca de la naturaleza de la tierra y del genoma o de diferentes cosas que componen la naturaleza, pero nosotros del nombre de Jehová, nuestro Dios tendremos memoria.

Porque el hombre descubre que todos sus conocimientos no son capaces depararle la paz que su interior necesita. Hay enemigos que ningún arma nuclear ni ninguna capacidad tecnológica puede penetrar. El tecnólogo y el experto en las computadoras cuando se encuentra solo y desnudo ante un espejo, con un diagnóstico de cáncer o con una mujer que lo quiere dejar o unos hijos que no lo aman, está totalmente desprovisto de fuerza y necesita algo más, necesita esperanza, necesita un sentido de eternidad, necesita saber qué va a pasar al otro lado, necesita saber que no está solo, que hay algo más que lo puede ayudar.

No podemos poner nuestra confianza en las cosas humanas. Y nosotros tenemos continuamente… la pelea del cristiano es eso, siempre, siempre, siempre, reprogramar nuestra neurología de tal manera que nosotros aprendamos cómo confiar en el Señor, cómo quitar nuestra mirada de las cosas humanas y ponerla en la ayuda que solo viene de parte de Dios. es un proceso de… yo no tengo problema en decir que yo necesito programarme de una manera diferente por medio de la palabra del Señor, de manera que yo pueda confiar no en carros, caballos, tanques, tecnología, aviones, psiquiatras, conocimientos de la neurología humana o del cerebro o de las cromosomas humanas, lo que sea, sino en el poder de mi Dios, en la palabra del Señor.

Tendré memoria de estas cosas, me acordaré de ellas, las celebraré, las ensayaré, las meditaré, las afirmaré dentro de mí, las declararé de día y de noche, antes de acostarme pondré mi sueño en las manos del Señor. Y cuando me levante pondré mi vida y mi trabajo en las manos del Señor. Cuando yo salga a esa carretera llena de violencia y de cosas inesperadas, voy a pedir que los ángeles del Señor me cubran, me lleven, me guíen. Tendremos memoria.

Los que confían en caballas flaquean y caen más nosotros nos levantamos y estamos en pie. Aleluya! Gloria al Señor. El hijo de Dios se crece en medio de las crisis y las tribulaciones. Yo no sé usted pero, hermano, yo en realidad me siento excited, me siento deseoso de ver qué Dios tiene entre manos en este tiempo. God is up to something. Dios está haciendo algo en el mundo en este tiempo y como nunca yo siento que Dios está poniendo su dedo meñique, una puntita, sobre la tierra y la tierra está sintiendo y está humeando porque el cetro de Dios la está tocando con su extremidad más lejana. Y el hombre está sintiendo y yo digo gloria a Dios para que esta humanidad orgullosa y arrogante que se cree que se las sabe todas entienda que son criaturas contingente en las manos del Señor.

Y mientras más frágiles nos sintamos en Dios más fuertes seremos en él y nos creceremos entonces, hermanos. Sabe cuál es el tiempo mejor para la iglesia? Los tiempos de crisis. Estaremos de pie. Este es el tiempo para que la iglesia se ponga de pie. Este es un mercado, como dice, de la iglesia. Sabe que hay mercados de compradores y mercadores de vendedores. Nosotros predicamos el Evangelio y el mercado para el Evangelio está bueno en este tiempo porque la gente se siente frágil, la gente necesita la palabra del Señor. Y el pueblo de Dios prospera en esos tiempos. Tenemos que estarle diciendo en Cristo hay esperanza para ti. Él es el refugio.

Las iglesias tienen que ser refugios para la gente porque no hay refugio hoy en día. Uno manda a los niños a la escuela, no hay refugio en las escuelas. Es más, los lleva a la iglesia y doctrina de demonios encuentran a veces en las iglesias. Lo manda a la universidad y sale peores que cuando entraron. No hay refugio.

La iglesia es para mí, cada día tenemos que estar creando iglesias que sean, yo los llamo, sociedades sustitutivas donde la gente pueda venir y encontrar aquí familia, cultura, enseñanza para los hijos, comunidad, buen consejo, consuelo, significado para la vida, interpretación de los eventos de la vida, compañerismo y respaldo unos a los otros, generosidad, amor, sinceridad, fiesta, gloria a Dios por qué no, gozo. Las iglesias tienen que constituirse en sociedades tan completas como el mundo allá afuera. Lo único con Cristo como el fundamento y su palabra. Y se levante la iglesia.

Este es el tiempo para iglesias fuertes, iglesias saludables, hermanos, nosotros tenemos que crear algo que el mundo mire por la ventana y tenga celos, como muchachitos viendo golosinas a través de una ventana. Que el mundo vea sonrisa, amor, misericordia, generosidad, bondad, sinceridad, el fruto del espíritu, diferentes comunidades conviviendo. Allá afuera hay división hoy en día, la iglesia tiene que ser un lugar donde diferentes razas y niveles socio económicos se encuentren, se amen y se besen, generaciones, donde todas estas cosas que son signos división en la sociedad, en la iglesia deben encontrarse y unirse.

Eso es lo que me encanta de nosotros. Aquí tenemos diferentes comunidades que viven como agua y aceite allá afuera, no se ven. Quizás no se odian pero tampoco se juntan. Pero aquí vemos gente de todos los colores, razas, niveles socio económicos en la mañana hay de todo. Un africano que mide 6.6 vestido con su traje tribal y un blanco desteñido con su traje de tres piezas. Gloria a Dios. Una persona sin hogar y otro que tiene tres casas, gloria al Señor porque se encuentran las razas y la iglesia viene a ser un lugar de unidad, un lugar que es un reflejo del reino de Dios y la gente puede encontrar aquí un atisbo, un destello de lo que un día será el reino de los cielos.

Y tenemos que trabajar. Tu eres parte de ese milagro, cada uno de nosotros. Tu eres responsable por un pedacito de ese milagro. Cada vez que tu saludas a alguien que tu no conoces y te presentas, Dios le bendiga, hermano, bienvenido a la iglesia. No sé si le conozco pero qué bueno que está acá. Y usted llama a alguien que está solitario y usted invita a alguien a su casa para comer porque es alguien que tiene toda su familia en su país y está aquí solo. Cada vez que usted comparte como se hicieron con las víctimas.

De hecho, Houston que ya enviamos ese dinero a una iglesia latina que está trabajando allá para restaurar damnificados. Cada vez que usted coopera con los jóvenes para que tengan sus retiros y con los niños y usted se da voz de voluntario para I wanna o el trabajo con los niños, la escuela dominical, usted se sacrifica para esas cosas. Entienda, mi hermano, mi hermana, que eso es lo que usted está haciendo, usted está contribuyendo para crear una sociedad alternativa, regida por los valores del Reino de Dios.

Y yo necesito que usted mantenga ese sentido de visión. Yo creo que mucha gente no se ofrece de voluntario para todas las actividades que nosotros tenemos porque no han aprendido a adoptar un sentido de visión. Lo que se ven es limpiando mocos con muchachitos pero no se ven sembrando una semilla para un hombre futuro que va a bendecir el Reino de Dios y la iglesia. Usted tiene que cambiar de mente. Los futuros misioneros, los futuros evangelistas, un día usted está los preparando, los está discipulando. Nunca pierda una oportunidad por bendecir un niño, pasarle la mano en la cabeza levemente y que vea un hombre fuerte bendiciéndolo y ejemplificando amor por Dios. Muchas veces nuestros niñitos ven mujeres, y gloria a Dios por las hermanas, pero los varones hoy en día en este tiempo en que la sexualidad está tan distorsionada necesitan hombre de pelo en pecho que digan, yo amo a Cristo también y te amo a ti. Le pongan la mano, que huelen masculinidad santa.

Y nosotros tenemos que trabajar en eso. tu eres un misionero. Tu eres un evangelista. Tu estás llamado a edificar el reino. Esta iglesia tiene que ser un sustituto del reino, de los valores del Reino de Dios, que le muestren al mundo que no todo es historia y circunstancias sino que hay otras cosas eternas, que el Reino de Dios está siendo construido por la iglesia de Jesucristo en este tiempo.

Tenemos que quitar la mirada en las cosas del mundo y poner la mirada en las cosas del Reino de Dios. es tiempo para perder nuestra vida. La Biblia dice que el que pierda su vida la ganará y el que pierda para su vida para vida eterna la ganará. Y el que la gane por circunstancias y cosas de carrera y de dinero y todo esto, la perderá en última instancia.

Tenemos que perder nuestra vida para ganarla. Tenemos que quitar las miradas de las propiedades y las cosas. Hermanos, no sabemos lo que espera en el futuro, qué cosas van a pasar, pero yo quiero que ahora mismo tu le entregues al Señor todo lo que tu amas y todo lo que tu valoras, comenzando con tu cuerpo primeramente y tu vida y que hagas un ejercicio de morir al mundo. Si Dios permite que tu vida perezca hoy tu sabes que te vas directamente con Cristo, es una liberación más bien.

Yo le pido al Señor yo mismo que digo esto, qué haría yo si como Houston perdiéramos, no digamos nuestra casa, perdiéramos documentos, fotografías de seres queridos, libros que amamos y los recuerdos de nuestra vida, si perdiéramos esas cosas, podría yo todavía besar la mano de Dios como Job hizo cuando lo perdió todo? Podríamos nosotros verdaderamente decir, no, Dios está en su reino, Dios es mi amparo y mi fortaleza y no temeré aunque la tierra sea removida y los montes se traspasen al corazón de la mar.

Tenemos que hacer esos ejercicios preventivos, hermanos. Ejercicios preventivos de espiritualidad donde nosotros podamos entonces confiar, poner la mirada, la confianza en el Señor, porque ciertamente los fundamentos de nuestra felicidad material cada día se hacen más y más frágiles. Y nuestra mirada tiene que tornarse hacia el Señor aunque los montes bramen y se turben las aguas.

Dice el versículo 4, del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios. la idea es, hay un río que alegra, corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuarios de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella, no será conmovida, Dios la ayudará al clarear la mañana. Esa afirmación está entre dos afirmaciones paralelas, es un sándwich de confianza con dos pedazos de pan de desconfianza y tribulación.

Montañas que se mueven, mares que braman. En los otros versículos después, naciones que están en contorsiones, reinos que titubean, tierra que se derrite, pero en el medio dice, hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo.

Hermanos, yo quiero poner mi mente hoy y la tuya en ese río, que es el río de Dios, el río que nos muestra Apocalipsis al final de la historia. Al final de la historia se nos habla de un río que nosotros podremos nadar en él posiblemente, podremos beber de sus aguas, un río que correrá a través de las naciones.

Esa ciudad de la cual el salmista habla es Jerusalén. Dondequiera que hay hombres y mujeres de Dios, dondequiera que está la iglesia ahí es un Jerusalén porque nosotros somos elementos preservativos, somos la sal de la tierra, somos la luz del mundo, somos levadura. Boston está bendecido porque la iglesia de Dios está en ella.

Amén. En nuestras oraciones deben dirigirse a bendecir esta ciudad, ser preservativos aquí, bendecir a las personas deambulantes, bendecir a los jóvenes desorientados por el sexo y por el crimen y la violencia y la falsa comunidad, las jovencitas que creen que con un noviecito ya adquirieron su femineidad de nuevo o encontraron su destino. El diablo los engaña y la iglesia tiene que estar predicando alternativas, bendiciendo, orando, preservando para que ese río de Dios corra.

Ese río que un día será una realidad. En Apocalipsis 22 dice el profeta en un momento visionario, “Dios después me mostró un río limpio de agua de vida.” Hay agua de vida y hay agua de muerte, dice la Biblia. Hay un agua que destruye, el agua de los huracanes y el agua de las doctrinas de hombres, pero hay un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal que salía del trono de Dios y del cordero.

Ezequiel vio un río también en el capítulo 47, un río que salía del templo, como del fundamento de esta iglesia en ese estacionamiento que está debajo de nosotros yo siempre he visualizado un río de vida saliendo hacia el norte, hacia el sur, hacia el este y el oeste y llenando la ciudad de Boston con la palabra de Dios.

Esta iglesia es un depósito de energía de bendición para esta ciudad, pero hay también un río que un día bendecirá todas las naciones y en medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida que produce 12 frutos dando cada mes su fruto y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones, y no habrá más maldición y el trono de Dios y del cordero estará en ella y sus siervos le servirán y verán su rostro y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche y no tiene necesidad de luz de lámparas, ni del sol porque Dios el Señor los limpiará y reinarán por los siglos de los siglos.

Yo creo que ese fue el río del cual estaba hablando el salmista en visión profética. Ese río que corre del santuario de las moradas del Altísimo. Y nosotros tenemos que poner nuestra mirada no en el huracán, no en el mar embravecido ahora mismo que amenaza las ciudades de la Florida y otras ciudades más hacia arriba, no el río y el agua que ha destruido estructuras en muchas diferentes naciones. Yo quiero poner mi mirada en el río eterno, el río de vida, el río que corre de la palabra del Señor y esa es el agua que yo quiero que tu bebas, mi hermano, mi hermana.

Dios te está diciendo, pueblo mío, pon tu mirada en mí en este tiempo. Baja tu cabeza un momento. Visualiza el río de Dios, el río de vida que Dios quiere que tu,... ese es el río que te tiene que alimentar, no el río de las noticias continuas, el caudal de información desconcertante e inquietante, el río de la palabra de Dios, de la adoración, el río de la eternidad, el río de salud que Dios quiere para su pueblo.

Padre, queremos beber de ese río, beber de las aguas, beber de tus aguas, Señor. Tu nos invitas a poner la mirada en ti en esta tarde. Oh, Señor, que tu pueblo consuma el alimento de tu palabra, de tu verdad, que nademos en ese río, nos sumerjamos en ese río, Señor, para que tu puedas hacer tu obra. Yo te invito si tu no has todavía metido tus pies en ese río en esta mañana ahí donde tu estás, di, Señor, yo pongo mi fe en ti, pongo mi fe en la eternidad, pongo mi fe en Jesucristo, quito la mirada de los hombres y la pongo en ti y yo quiero ser un siervo o una sierva tuya. Quiero caminar para ti, vivir para ti, quiero que mi mirada esté tan enfocada en ti que no tenga tiempo para mirar otras cosas, intimaciones de muerte o de destrucción.

Entrega tu vida al Señor y entrégala de corazón y plenamente, llenamente. Comprométete con el Reino de Dios ahora mismo. Renuncia a todo lo demás y confiesa a Jesús como tu Señor y salvador y pídele que te bañe y que te llene, y entonces comienza a comer de la palabra del Señor. Sigue buscando más del Señor. Comprométete a estudiar la palabra y a ser un consumidor de las cosas que te pueden hacer un hombre o una mujer llena del Espíritu Santo.

Ahora mismo invita a Cristo a entrar a tu corazón, invita al Espíritu Santo a llenar tu vida, sumérgete en las aguas y no te quedes con el agua hasta los tobillos, que te llegue a la cintura, que te llegue a las rodillas, que te cubra los hombros y que después se convierta en un río que tengas que nadar en él porque sea tan profundo. Es el crecimiento, la imagen de la vida cristiano.

Invita a Jesús, invita la palabra del Señor a llenarte ahora mismo y comprométete a vivir esa vida radical en Cristo Jesús. Padre, te bendecimos, te adoramos, te damos gracias Señor, nos comprometemos contigo, Señor, nos comprometemos con tu palabra. Gracias por la fidelidad de tus promesas. Te adoramos, Señor. Sácanos de aquí saturados con la imagen de un Cristo fiel, un Dios que es refugio y fortaleza y pronto auxilio entonces toda tribulación.

Gracias porque estamos firmes en ti, estamos seguros en ti, Señor. Sácanos de aquí resguardados por tu palabra y saca a tu pueblo bendecido, Señor, para vivir vidas victoriosas y ser recursos para tu reino en el nombre poderoso de Jesús y el pueblo de Dios dice, amén. Les bendigo mis hermanos, la gracia del Señor sea con ustedes.