Paul Jehle - Interceder para el Avivamiento

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Quiero hablarles acerca de interceder para el avivamiento. Hay una ola ascendente de avivamiento en Nueva Inglaterra. Hay más reuniones de oración por todas partes, más creyentes que tienen hambre por el avivamiento. Estamos en una gran inundación del espíritu santo pero necesitamos dirección en nuestras oraciones. La intercesión necesita adquirir una dimensión estratégica. No podemos simplemente seguir orando al azar y simplemente pedirle al Señor que inunde la cultura. Lo que necesitamos es necesitamos es tomar su plan y ubicarlo y dirigirlo, y una vez que nosotros estemos canalizados con sus deseos, entonces podemos orar conforme a su voluntad, sus diseños, para esta cultura, en este tiempo por lo que El quiere hacer. Y por eso es que necesitamos dirección para comenzar a entender lo que es la oración.

La Biblia nos dice que podemos orar erróneamente. Podemos orar por las cosas equivocadas, en el tiempo equivocado, en el nombre de Jesús. Y por eso necesitamos aprender a orar no usando el nombre de Jesús, sino orando en el nombre de Jesús, en la naturaleza misma de Jesús, en la voluntad de Jesús, en el espíritu de Jesús, y por lo tanto necesitamos dirección de la palabra de Dios sobre qué es lo que quiere decir interceder a favor del avivamiento.

La Biblia nos dice que cuando el espíritu santo llega para santificarnos, ahí en el Libro Primero de Tesalonicenses, no tienen que buscarlo, pero Primero Tesalonicenses, Capítulo 5 se nos dice lo siguiente “que la verdadera santificación, verdadera santidad, el verdadero mover del espíritu santo involucra tu espíritu, tu alma y tu cuerpo.

El avivamiento es simplemente tomar el cuerpo de Cristo y llevarlo a una mayor medida de santificación y esto ha de involucrar estas tres áreas mencionadas, no solamente una. Hay mucha gente y muchos creyentes que han alcanzado el viento, han escuchado el sonido del avivamiento y se han enfocado meramente en el avivamiento del espíritu y esto trae un celo mayor, mayor entusiasmo, pero por si mismo, por si solo, es solamente una renovación del espíritu nos va a dejar meramente místicos. Y entonces comenzamos a hablar de revelación, pasamos horas orando en el closet de la oración, pero el deseo, el diseño de Dios, cuando él aviva nuestro espíritu es para que nos movamos hacia fuera. No está diseñado para estancarnos. No está diseñado simplemente para que nos quedemos ahí parados.

Tu y yo necesitamos darnos cuenta de que Dios renueva tu espíritu por un propósito, para una estrategia, por un diseño específico y es para que nos movamos hacia fuera, no solamente que seamos avivados simplemente para revivir. Tu naciste de nuevo para un propósito. Tu fuiste salvado para un destino. Dios tiene un plan: tu naciste en esta época específica por un propósito, por una razón. Tu no naciste de nuevo por accidente. Naciste de nuevo por diseño.

Necesitamos más que un simple avivamiento del espíritu, necesitamos el avivamiento del alma, la mente, la voluntad, las emociones, todas esas cosas necesitan ser renovadas, necesitan ser reavivadas desde el espíritu al alma. Y por la siguiente razón: en nuestros días actuales, necesitamos un avivamiento en la renovación de la mente. Necesitamos pensar como Jesús, pensar como la palabra de Dios. Necesitamos nuestros patrones de pensamiento alterados a fin de que podamos ver el mundo como Dios ve el mundo. Necesitamos verlo todo como Dios lo ve porque el alma es el contenedor del espíritu, es como tomar agua y echarla en una taza. Entonces viene a ser útil, puede ser manejada, puede ser comprendida y puede ser derramada. Pero es espíritu sin el alma simplemente desparrama el agua por todas partes y simplemente se desliza y desaparece rápidamente y no es tan útil cuando lo vamos a comenzar a usar para enfocar el río de Dios y verdaderamente poder tener impacto.

La santificación es más que simplemente el espíritu, es también el alma, pero es más que el alma, es también el cuerpo. Ven ustedes, a Dios le preocupa lo interno y lo externo y por lo tanto todo lo que tiene que ver con tu cuerpo, también está ordenado por Dios para ser santificado en el espíritu, pero externamente para revelar, para aparecer, para emanar o proyectar un sonido incierto que no parece a los demás ser verdaderamente santificado. Por lo tanto lo externo no es capaz testificar de lo que está pasando internamente cuando es un avivamiento meramente simplista. El proceso entero de santificación de parte de Dios se mueve de lo interno a lo externo. Involucra tu espíritu, tu alma, tu mente, tu intelecto, la manera que tu piensas, y también involucra tu cuerpo y todo lo que se sale hacia fuera. Ustedes ven, la cultura es la religión manifestada externamente.

Toda la cultura es simplemente una atmósfera que se crea en relaciones de la gente, de unos con otros, por ejemplo la economía es una forma de la gente de relacionarse unos con otros. El gobierno civil es una forma de la gente relacionarse también. Todo aspecto de la sociedad es simplemente una expresión del cuerpo, cómo se usa, y como se relaciona con los demás, lo cual entonces colectivamente produce una atmósfera que viene a ser la expresión de lo que está en el interior de la gente.

En cualquier época de la historia, en cualquier área del mundo que usted quiera, la sociedad es un reflejo del corazón del pueblo de Dios. ¿Se dan cuenta ustedes de que Dios nos ha puesto aquí como mayordomos? Así que cuando nosotros oramos y vemos algo que no nos gusta que está pasando en la cultura y comenzamos a interceder, entonces comenzamos a pedirle a Dios que cambie las cosas. Pero si no nos encontramos orando conforme a la palabra de Dios, lo que va a pasar es que sencillamente vamos a ser decepcionados en nuestras oraciones, porque vamos a comenzar a pedirle a Dios: cambia la legislatura, cambia la casa estatal, saca a los humanistas y el socialismo. Pero Dios es un Dios de orden y El no contesta las oraciones de esa manera. El las contesta conforme a su palabra.

Bueno, entonces ¿dónde va Dios para contestar ese tipo de oración? Aquí mismo. Porque lo interno es un reflejo de lo que está pasando adentro de nosotros y si lo externo, las condiciones sociales van a cambiar, el corazón del pueblo de Dios tiene que cambiar y ahí es donde el espíritu santo trabaja.

Le pedimos a Dios: cambia la cultura. Y lo que El hace es comenzar a poner presión sobre nosotros y decimos ‘Dios, yo estaba pidiendo que cambiara la cultura no yo. Lo que yo estaba pidiendo es que ellos cambiaran. ¿Por qué me estás poniendo tanta presión a mi? Porque Dios dice ‘si tu quieres que la cultura sea santificada tu primero debes ser santificado’. Y es por eso que Dios pone esa presión sobre nosotros.

Ahora en el salmo 85 tenemos tres áreas, ahí se nos ilustras tres cosas en una oración bíblica emitida por el salmista. Es una oración bíblica pidiendo avivamiento. Es una intercesión a favor del avivamiento. Y necesitamos las 3 áreas que aquí se mencionan: el espíritu, el alma y el cuerpo. Necesitamos el espíritu santo que se mueva sobre nuestro espíritu personal, necesitamos a Cristo, la palabra viva y escrita para que renueve nuestra mente y necesitamos a Dios, el Padre que traiga su reino a la cultura y es de esta manera que nosotros tenemos que orar.

Dios no nos da las palabras específicas de nuestras oraciones, pero sí nos da los principios que deben gobernar nuestras oraciones. En el salmo 85 dice lo siguiente: Señor, tu has sido favorable, fuiste propicio a tu tierra y volviste la cautividad de Jacob. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo y todos sus pecados los perdonaste. Has quitado todo tu enojo y te apartaste del ardor de tu ira. Danos Dios tu salvación, has cesar tu ira sobre nosotros. ¿Estarás enojado con nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti.

Inmediatamente notamos ciertas cosas en este salmo intercesorio. Es un clamor para recibir renovación espiritual. Y ese es el primer aspecto del avivamiento. Necesitamos interceder, orar por los demás, pedir un arrepentimiento profundo del pecado a fin de que Dios pueda entonces renovarnos. Arrepentimiento, eso limpia el espíritu a fin de que podamos entonces venir y estar debajo de la sangre de Jesús, entonces poder ser renovados, avivados, de adentro, de lo profundo.

Todo avivamiento comienza con Dios. El avivamiento no comienza con nosotros. Nosotros no podemos declarar un avivamiento, no podemos ordenar un avivamiento, no podemos sencillamente pedirle a Dios que lo haga esta noche por ejemplo. Lo que necesitamos es escuchar a Dios. Necesitamos arrepentirnos y pedirle al Señor de que El haga posible un avivamiento porque nosotros no lo causamos, sino que viene directamente de parte de El.

Dios también nos dice que la renovación de nuestro espíritu es una renovación de pertenencia, de quién es el dueño verdaderamente. Dios es tu dueño y Dios es dueño de la tierra. La Biblia nos dice en el primer versículo aquí que Dios al soltar la captividad de Israel, su pueblo, la tierra entonces fue bendecida como resultado. Dice que la tierra es del Señor, la tierra no pertenece al diablo, cada pulgada de esta tierra pertenece a Dios, todo lugar que tenga el diablo, él lo ha tomado ilegítimamente simplemente porque el pueblo de Dios se lo ha entregado. Porque la tierra es de Dios y toda la plenitud de la tierra. El lugar donde tu vives, tu apartamento, tu casa, tu cuarto pertenecen a Dios. Tu no vives allí por accidente, tu vives porque Dios lo quiere así. La calle misma donde tu vives no es un accidente.

En tu mente tu vives allí, simplemente porque es el precio adecuado, el lugar adecuado por ejemplo para donde necesitas ir al trabajo y lo que necesitas hacer. Pero esa no es la perspectiva de Dios. Dios dice ‘Yo te puse allí porque tengo un plan para cada pulgada de la tierra y porque yo amo la tierra te puse en ese lugar específico y para que manifiestes mi gracia y para que habites la tierra.

Esta iglesia no está aquí por accidente. Ustedes están aquí por diseño. Dios les trajo aquí, a esta calle misma, específicamente a este lugar de Roxbury, porque el llamado de Dios en diferentes aspectos de lo que está pasando en la tierra va a ser realizado en su providencia porque Dios tiene un propósito global para la tierra.

Ven ustedes, Roxbury donde estamos, originalmente fue una de 7 aldeas que fueron fundadas en el año 1630, aquí en donde estamos ahora, hace 400 años, y esos 7 pueblos fueron fundados sobre la misma visión espiritual, de ser una ciudad puesta sobre un monte alto para ser un faro para el Evangelio a fin de la luz del cristianismo derrotara al reino de las tinieblas. Ahora, esa visión original no ha cambiado en la mente de Dios, todavía está aquí.

Ven ustedes, este pueblo aquí de Roxbury, este lugar, fue fundado originalmente por una iglesia y cuando la gente se reunió ellos iniciaron la primera escuela dentro de una iglesia para entrenar a la próxima generación en toda la colonia nueva aquí europea en EEUU, aquí mismo en Roxbury. Ven ustedes, la visión que ustedes tienen para la educación para equipar a los jóvenes es de Dios. Dios tiene ese deseo de equipar en su corazón aún antes de que ustedes llegaran aquí a Roxbury. Gloria a Dios.

Ven ustedes, Dios tiene un llamado especial, único sobre cada parte del globo terráqueo. Y también es la primera iglesia que se fundó aquí en Roxbury en 1630, fue una de 6 iglesias que tenían un visión para unirse, estar en unidad, juntas y que también fundó la primera universidad en toda la colonia que comenzaba aquí en EEUU, la universidad de Harvard salió de Roxbury. Gloria a Dios. ¡Aleluya!

No solamente iban ustedes a estar entrenando a los jóvenes, sino que también iban a estar entrenando a aquellos que iban a estar en las universidades, y quiero recordarles que el preámbulo para la fundación de la universidad de Harvard su propósito, en sus propias palabras era ‘poner a Jesucristo y su palabra como la fundación para todo conocimiento’. Ese fue el pacto original de la universidad de Harvard.

La primera iglesia de Roxbury fue también la primera iglesia que envió a su pastor como misionero a los nativo americanos, los indios americanos. Ese pastor llegó en el año 1631, su nombre era John Elliot, y cuando él llegó en el año 1631, él entrenó a su congregación durante 14 años y después de esos 14 años, él sintió un gran hambre en su corazón de convertir es iglesia en un movimiento misionero y él estaba dispuesto a ir. Y se convirtió en la primera iglesia que era bilingüe. ¿Y saben por qué? Porque ese pastor estudió durante 25 años el lenguaje de los indios americanos y él publicó la primera Biblia en toda Nueva Inglaterra en el lenguaje de los indios americanos; todo el Nuevo Testamento para el año 1663.

Les digo esto, no estamos aquí para darles una lección de historia, estamos dando una lección de profecía. Dios no ha cambiado. Ustedes no son una iglesia bilingüe por accidente. Desde toda la eternidad Dios está restaurando su pacto, renovando su espíritu, renovando su propósito aquí donde Dios lo hizo antes de que ustedes llegaran aquí.

Porque ustedes ven, esta iglesia de 1630 comenzó a entender el idioma nativo americano de los indios y John Elliot le predicó a los indios en su propio lenguaje y cada vez que él predicaba, él se paraba sobre la plataforma y decía ‘estas plataformas han sido hechas por Dios’, eran rocas en realidad sus plataformas y llegaron a ser conocidas como rocas de púlpito porque de esa manera era que él predicaba. El nombre original de Roxbury, en realidad se deletreaba R O C K, porque había sido fundado sobre rocas. Es la palabra roca en inglés. Después fue acortado con x. De hecho ustedes están fundados sobre rocas.

John Elliot amaba el idioma indio y también ayudó a publicar el primer libro de himnos. El libro de los salmos 1640 y también fue aquí que William Dose comenzó su marcha de medianoche para advertirle a la gente que el enemigo, los ingleses, venían hacia Boston. Y Paul Revere estaba en Charleston, otra parte de aquí de Boston. Cuando él estaba allí en Charleston, William Dose comenzó también la primera iglesia de Roxbury porque cada iglesia tenía un cuerpo de diáconos que guardaba también las municiones y mantenía los rifles en el basement para la guerra contra los ingleses.

Ahora quiero decirles algo deben darse cuenta de los siguiente que al nosotros arrepentirnos de nuestros pecados, debemos también arrepentirnos de la iniquidad. Hay una diferencia entre pecado e iniquidad. Cuando yo me arrepiento de mis pecados, me arrepiento de las cosas malas que he hecho. Pero cuando me arrepiento de mi pecado (en singular) quiero morir a mi mismo, amarrarme a la cruz, abrazarla y comenzar a caminar con Dios.

La iniquidad es el resultado de pecado no arrepentido que reside en la cultura general. La iniquidad de Boston, los pecados de Boston, esos pecados corporativos de Boston son el resultado de pecado del cual la iglesia no se ha arrepentido. Si nosotros no nos arrepentimos de nuestros propios pecados, entonces ese pecado no confesado, no arrepentido lo que Dios hace es que lo lleva a la tercera y a la cuarta generación y se convierte en algo cultural y llega a ser lo que la Biblia llama iniquidad, es una manifestación colectiva, social del pecado.

Porque de hecho cuando nosotros nos arrepentimos, el arrepentimiento es profundo y le estamos pidiendo a Dios ‘ayúdanos a tenerlo ahora mismo en nuestros espíritus a fin de que, le decimos al Señor, el pecado no confesado, que rehusamos confrontar no se convierta en arrepentimiento colectivo y que entonces arrastre a otros también.

La esclavitud en América fue la iniquidad de pecado no confesado en la iglesia. La iglesia no resolvió el problema y entonces la sociedad sufrió y mucha gente sufrió como consecuencia. Era un tema espiritual porque la iglesia no se arrepiente.

Por eso, porque no hay arrepentimiento en la iglesia, tenemos en el aborto en la sociedad por ejemplo y la gente colectivamente sufre. No es la culpa de los que no están salvos. Si, tendrán que darle cuentas a Dios pero nosotros debemos reconocer que el primer paso hacia el avivamiento, el primer lugar para interceder en oración es que Dios trate con nosotros y pedirle a Dios, le pedimos a Dios ‘restaura nuestra visión de por qué nos pusiste aquí. Restaura nuestra visión para la tierra. Restáuranos Señor, le decimos. Pero no termina allí, nos vamos de lo espiritual, del arrepentimiento, nos vamos al alma entonces.

En el versículo 7 ‘muéstranos tu misericordia oh Dios y muéstranos tu salvación. Versículo 8, escucharé lo que hablará Jehová, Dios que hablará paz a su pueblo y a sus santos para que no se vuelvan a su locura. Ciertamente cercana está su salvación para que habite la gloria en nuestra tierra. La misericordia y la verdad se encontraron, dice. La justicia y la paz se besaron.

Ven ustedes, es el diseño, la intención de Dios traer ese celo del espíritu que se una entonces el alma con el espíritu. Su alma es pecaminosa. Usted fue concebido en pecado. Por ejemplo su mente que es parte de su alma está en realidad en enemistad contra Dios. Su voluntad, que es parte de su alma, es testaruda contra Dios. Y sus emociones que son parte de su alma, están fuera de control. Nosotros nos reímos cuando Dios está llorando. Y lloramos cuando Dios está enfurecido, airado. Nosotros fuimos concebidos en pecados y no reflejamos naturalmente nuestra verdadera imagen, ya que fuimos hechos a imagen de Dios, porque estamos en pecado. Pero cuando nos arrepentimos y le pedimos a Dios ‘Señor, danos una nueva visión.’, Dios entonces, toma ese río de su espíritu y ese río comienza a fluir y es un fluir con el alma.

La palabra en el griego original para alma y la palabra para mente se refiere a un canal, son los patrones de pensamiento que fluyen como agua en un canal para el río del espíritu, pero todos nuestros canales mentales están fluyendo en diferentes direcciones contrarias. Entonces Dios necesita ajustar ese canal de la mente, el cuerpo de Cristo no puede tomar esa mente natural e interceder y pedirle a Dios que unja esa mente carnal. Dios no unge la carne. Dios unge aquello que opera en alineamiento con su espíritu. Así que nuestra oración intercesora debe ser ‘ Dios muéstranos por qué estamos aquí. Nos arrepentimos, Señor, de todas las cosas y que nuestro corazón testarudo ha producido por neutralidad, aún cuando lo hicimos sin querer. Señor, nos arrepentimos por la iniquidad colectiva de la sociedad. Ahora pedimos, Señor, cambia nuestras mentes. Que la justicia y la verdad se unan con la misericordia y la paz.

Cuando Jesús murió era hombre y Dios a la vez. La ley de Dios, la verdad de Dios, la justicia de Dios tenía que unirse, esas tres cosas: justicia, misericordia, verdad. Porque Dios no compromete su justicia, pero nosotros necesitábamos misericordia, necesitábamos paz con Dios, necesitábamos el poder del espíritu, así que Dios tenía un problema. La ley de Dios y su misericordia.

Y la ley decía, tienes que pagar por tu pecado con muerte. Pero la misericordia de Dios decía, se libre. Y entonces ¿cuál era la solución? Ese puente eterno entre el alma y el espíritu, entre la ley de Dios y la misericordia de Dios. Ese fue el hombres de Dios, alma y espíritu, la verdad, Cristo Jesús en la cruz. El es la misericordia de Dios realizando también la ley de Dios. Dijo Jesús, consumado es, está realizado plenamente, entonces, dijo, sé libre porque la justicia ha besado en un sentido a la paz también, allí se besaron en la cruz del calvario. Y por eso nosotros ahora podemos pensar como Dios piensa. Podemos razonar como Dios razona. Podemos proclamar lo que Dios proclama. Podemos cambiar nuestra forma de pensar por su poder.

Y la Biblia nos dice, conocerán cuando llegue el avivamiento cuando vean a Dios juntando la justicia de su palabra la forma que él diseñó para que funcionara la sociedad, la cultural, los planes que él tenía para su tierra y el poder de Dios, la misericordia de Dios. Cuando esos ríos se unan entonces usted ya puede decir que el avivamiento llegó porque se unen esas corrientes.

Ahora, la unión de estas dos cosas, alma y espíritu, el espíritu y el alma se expresa a través del cuerpo físico, los resultados son entonces muy claros, ven ustedes una visión, cosmovisión, una visión del mundo bíblica, unifica la cabeza y el corazón. Cuando usted tiene un punto de vista meramente humanista, eso lo que hace es que se rebela contra Dios, la mente se rebela contra Dios cuando es humanista, por eso tenemos que interceder que cada miembro del cuerpo de Cristo se convierta en un aprendiz de lo que dice Dios de todas las áreas de la vida, porque cada área de la vida debe ser sometida a la palabra de Dios.

Tenemos que pedirle a Dios que nos de más y más creyentes que quieran que sus mentes sean renovadas para que puedan entonces ser preparados para expresar el río, la intención de Dios. Y eso es lo que constituye interceder para el avivamiento.

Porque dice el salmista ‘ que la justicia y la paz se besen’, y vean cuál es el resultado de esto.

Versículo 10 y 11: ‘la verdad brotará de la tierra y la justicia mirará desde los cielos. Dios dará lo que es bueno en la tierra y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de él y sus pasos nos pondrá por camino.

Los cristianos necesitan una nueva visión, necesitan una nueva mente y necesitan un énfasis sobre el Reino de Dios. El Reino de Dios es más grande que la iglesia, la iglesia da lugar al Reino de Dios pero reino de Cristo, sobre toda la tierra, dice la palabra, cubrirá la tierra como las aguas cubren el mar.

Esta última parte que yo acabo de leer de este salmo clama que el cielo que mira sobre la tierra haga llover justicia para que suba sobre la tierra, para que la justicia entonces, que mira hacia abajo, pueda entonces caer y reinar sobre el pueblo de Dios cuyos pasos son ordenados por la justicia de Dios.

Cuando eres renovado en tu espíritu, cuando eres nacido de nuevo entonces tu te llenas de ánimo y gozo de que el hecho de que tu vas desde la tierra hacia el cielo. Pero cuando tu obtienes una visión del Reino de Dios entonces tu corazón desea que algo del cielo también descienda sobre la tierra.

Dice la palabra, que vénganos tu reino, que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo. Eso es lo que el alma está clamando hacia Dios: ‘oh Señor, intercedemos, renueva nuestra visión, danos esa visión nueva. Oh Señor, ayúdanos a sentarnos a tus pies, aprender tu palabra, estudiar lo que ella dice acerca de todas las áreas. Cámbianos Señor, decimos. Que tu río toque tu palabra en mi. Enderézame a fin de que yo pueda llegar a ser un vehículo para el Reino de Dios, para que ese reino descienda del cielo a la tierra y que yo pueda ver entonces la cultura general, la atmósfera, mis relaciones cambiar a fin de que la gente sea bendecida porque el Reino de Dios haya descendido. ¡Aleluya! gloria a Dios. Gloria al Señor. amen. Amen.