Para que abunde toda gracia

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La verdad de los principios que yo estoy estableciendo aquí no son solamente para esta campaña financiera sino son para toda la vida. Eso es bien importante que lo recuerden.

Yo he dicho en el espíritu creo que este año es un año de enseñanza sobre fe para la Congregación León de Judá, que todo lo que vamos a estar enseñando de una manera u otra va a ser orientado a restablecer la fe de este pueblo, para que sea un pueblo agresivo, un pueblo militante, y un pueblo efectivo con respecto a las cosas del reino de Dios.

Así que, esta enseñanza que yo voy a compartir con ustedes, les aseguro, es para toda la vida. Y conlleva uno de los principios grandes de la vida cristiana que es como dar una fe para desatar la bendición de Dios, tanto alrededor de nosotros como en nuestra propia vida. Y tengo dos textos que quiero compartir con ustedes, uno se encuentra en Marcos, capítulo 12, versículo 41 al 44. Así que, quiero invitarlos si es niñito lo pueden tomar y llevarlo a su clase, se los agradezco, por favor para que tengamos, hablando de usar los servicios de la Iglesia, sería muy bueno y el puede ser bendecido también.

Marcos, 12, 41 al 44. Y quiero orientar su mente hacia esta imagen, esta escena del evangelio. El título de este mensaje es, 'Para que abunde toda gracia.' Nos dice allí este pasaje, que Jesús una vez estaba sentado delante del arca de la ofrenda. Había un lugar en el templo donde la gente venía, era como un lobby digamos, era una plaza grande en ese santuario inmenso que era todo un complejo de edificios, el templo. Y allí venía la gente a entregar sus ofrendas, sus diezmos, sus ofrecimientos para el templo. Y el Señor estaba allí sentado, nadie sabía que él era el Hijo de Dios, en ese momento, me imagino, pero él estaba allí viendo la escena.

Y así pasa muchas veces en nuestras vidas, que nosotros le damos al Señor y no entendemos que tenemos una gran nube de testigos alrededor de nosotros en el Espíritu que están viendo. Yo creo que hay ángeles, hay demonios, hay principados, potestades, arcángeles y el mismo Dios está mirando sobre este drama que se está desarrollando en esta congregación en estos días. Dios está mirando y muchas veces no sabemos cuán importante es lo que yo hago, lo que yo doy al Señor, y pienso "yo no soy nadie, yo simplemente estoy dando mecánicamente" y no sabemos lo sublime que es ese momento de dar.

El Señor estaba mirando esa escena de la gente dando cotidianamente, dice "y miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca y muchos ricos echaban mucho," primer detalle, ¿no? venía esa gente con todas sus grandes vestiduras, sus hermosos trajes, evidentemente gente de afluencia y de recursos y echaba dinero en abundancia. Algunos de ellos quizás lo hacían ostentosamente, y el Señor observaba discretamente, pero qué pasa, segundo detalle, "vino una viuda pobre," cuántas veces vemos en la Escritura gente pobre de escasos recursos que son los que Dios escoge para que le den. Haga un recuento de la Escritura y usted verá cuántas veces se repite eso.

No había nadie menos provista que una viuda en esos tiempos, era la imagen misma de la pobreza y de la incapacidad para dar, sin embargo, viene una mujer así, evidentemente el Señor la identificó como una viuda pobre, y esa mujer echó dos blancas, o sea, un cuadrante- yo no sé, cuánto exactamente equivalía dos blancas o un cuadrante, yo me imagino que era el precio de una taza de café o quizás hasta menos, 50 centavos, un dólar, no sabemos. Pero, era muy poco en comparación con la gran cantidad de dinero que daba aquella gente muy rica. Entonces, el Señor, observó, marcó esa escena y como Él siempre estaba buscando formas de edificar, instruir y preparar a sus discípulos para el ministerio, Él entendió que era importante que ellos supieran el principio espiritual que estaba detrás de ese momento. Muy importante, porque hermanos uno de los principios más poderosos de la vida cristiana es el dar y servir al Señor.

Busca tal vez en toda la escritura, cuando Dios quiere bendecir a alguien, cuando quiere algo de alguien le pide que dé, llama a alguien para que dé algo, y piensen en Abraham cuando Dios le pide que le dé a su único hijo y que se lo entregue en sacrificio. Dios siempre se impresiona y quiere que nosotros aprendamos a dar y a servir. Entonces el Señor llamó a sus discípulos y quiso compartir con ellos una lección. Fíjense, que a veces, la gente se molesta cuando tocamos los temas de dar y de dinero, y la gente dice, 'Oh, eso no es para la iglesia.' Mire aquí al mismo hijo de Dios separando tiempo de su enseñanza, para compartir acerca de dar, y si usted mira el ministerio de Jesús, muchas veces el Señor habló acerca de dinero, generosidad, darle a Él.

Entonces, él llamó a sus discípulos y les dijo, "de cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca.” Matemáticamente eso no era cierto, matemáticamente eso no era cierto- físicamente los ricos dieron mucho más en términos de cantidad total que ella. ¿Por qué dijo el Señor que ella dio más que los demás? Bueno, aquí está la respuesta, dice, "porque todos han echado de lo que les sobra, pero ésta” -esa viuda- “de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento." En otras, palabras, en la economía divina, en la economía espiritual la ofrenda de esta mujer tenía más poder y más valor que la de los que dieron mucho cuantitativamente, ¿por qué? Porque esta mujer dio en la zona de la incomodidad. Esta mujer dio con fe, dio sacrificialmente y eso fue lo que movió el corazón de Dios.

Hermanos, yo les digo que siempre en toda la escritura, lo que verdaderamente toca a Dios es cuando nos salimos de lo predecible, lo cómodo, lo confiable, lo razonable y entramos en la zona de lo que solamente Dios puede hacer posible. Allí es donde verdaderamente se activa el concepto de fe, mientras usted se mantiene en lo natural, entonces no hay fe. Cuando usted sale de lo natural y entra donde sólo Dios puede proveer, allí usted ha entrado en la zona de fe. Toda vida de fe presupone sacrificio, riesgo, si no hay sacrificio, si no hay riesgo, si no hay estiramiento, si no hay déficit en alguna manera, escuchen lo que les estoy diciendo, no hay fe. David entendió esto muy bien.

En un evento de la historia del pueblo de Dios, al rey David Dios le marcó sobrenaturalmente el lugar exacto donde se había de construir templo para Él. El primer templo. Dios por medio de una escena de un ángel parado en un solar, una era de un hombre de Israel, Dios marcó ese es el lugar donde yo quiero que se construya mi santuario. Porque hay lugares así, lugares sagrados, yo le decía a la congregación esta mañana, yo realmente no comparto esto, pero yo creo que esta iglesia, este lugar está en un lugar sagrado. No lo digo así porque es una iglesia simplemente, no, pero este lugar específicamente.

Y yo le decía a los hermanos, mire esto es importante que entendamos estas cosas, porque yo siempre he sabido que geográficamente el León de Judá está en un lugar céntrico, está céntricamente ubicado en la ciudad de Boston. Hace 2 ó 3 sábados atrás, Linda Clarke, que es una intercesora afro-americana, muy conocida aquí en el área de Boston, en Nueva Inglaterra, en una reunión de oración y alabanza que teníamos aquí con hermanos de diferente áreas de la región, dijo algo que yo pensaba que yo era el único que en realidad entendía esto. Pero no es así, ella dijo, esta iglesia que abre sus puertas para que aquí se de oración y alabanza y Dios dijo, ella tiene un propósito especial para este lugar y dijo, este lugar está y uso las palabras 'en el epicentro de la ciudad de Boston.’

Geográficamente, si usted mira un mapa del área de Boston, usted va a ver esta área es céntrica geográficamente a la ciudad de Boston. Inclusive se ha echo más céntrica todavía cuando se hizo esa salida 18 de la ruta 93, este lugar es absolutamente accesible. Uno de los lugares más fácilmente accesible de iglesia en toda la ciudad de Boston. Y Dios tenía un propósito, cuando esta iglesia era apenas escombros y apenas habíamos entrado a comenzar a trabajarla yo tuve un sueño una noche, Dios me dio varios sueños alrededor de esto, esta iglesia de echo es el origen de un sueño con el León de Judá, por eso se llama Congregación León de Judá y yo lo he compartido con ustedes.

Pero al inicio de la construcción yo tuve un sueño donde yo me veía en el basement de la iglesia que en ese tiempo era una mazmorra, feísimo, oscuro, tétrico, usted lo ve hoy y no se imagina lo terriblemente feo que era ese lugar allá abajo. Y es más los arquitectos ni querían que nosotros tratáramos de construir nada allá abajo, dijeron simplemente cierren eso porque no hay mucho que hacer. Dios nos permitió habilitarlo. Pero yo me veía allá abajo en el sueño y en mi mente yo sabía que no había nadie, era así porque yo tenía una de las pocas llaves en ese tiempo para entrar en el santuario o para entrar en el edificio completo. Entonces, yo había entrado en el sueño solo, sabía que era el único en el edificio, pero en el momento me percaté de que había alguien más adentro en el basement conmigo.

Yo me pregunté, pero ¿quién puede estar aquí? Porque yo soy el único que he entrado aquí, en un momento se materializó en mi visión, en mi vista, una mujer alta, delgada, todavía la recuerdo bien, con una mirada de locura en sus ojos, una mirada así vacua y distante, y con el pelo todo enmarañado, como cuando los deambulantes no se han bañado en mucho tiempo, y la barba y el pelo se le pone como pastoso, como una paja, así pegajosa y estaba todo así pegado su pelo; y ella me miraba pero no me veía, miraba a través de mí y comenzó a caminar, yo recuerdo el terror en el sueño cuando yo sentí cuando ella se acercaba hacia mi persona, y mientras más se acercaba más aumentaba mi terror porque yo sabía que en ella había un espíritu de locura. Esta mujer estaba desaforada, su mente ida y yo entendí que era un espíritu de locura y por eso mi terror, porque se acercaba hacía mí el espíritu de locura. Cuando yo pensé que ella iba a chocar contra mí ella simplemente pasó a través de mí y siguió caminando como si yo no existiera.

En el momento en el sueño, en el mismo basement, vi otra persona, un hombre sobrepeso, extremadamente sobrepeso, anglosajón, sentado en un lazy sofa, un lazyboy, un sofá de esos grandes, acolchonados de una sola persona de esos que se reclinan, reclinador, sentado allí también con una mirada así lejana, todo mal vestido, simplemente así bien, bien extremadamente sobrepeso, pero sin hacer nada. Y yo lo que sentí era que esta persona era un fracaso en la vida, estancado, no tenía a donde ir, simplemente estancamiento fue lo que yo sentí y en mi espíritu yo sentí que este hombre me presentaba un espíritu de estancamiento y de fracaso en la vida. Y de momento todo el lugar se iluminó y se llenó de gente, de espíritus que traficaban a través de el espacio de allá abajo, y yo entendí entonces en el sueño que esos, todos esos espíritus malignos, eran los que poseían a mucha de la gente en esta comunidad y que los afligían con diferentes males y que esos espíritus simplemente no sabían ni les interesaba que aquí había un edificio, para ellos era simplemente una zona espiritual y ellos cruzaban de un lado para otro y traficaban aquí como se haría en una gran plaza, moviéndose como a ellos les daba la gana.

Yo entendí desde ese día, apenas comenzando la construcción aquí que Dios nos había puesto en un lugar de mucho mal espiritual, de mucha necesidad. En ese tiempo teníamos Blancher's Liquors, esa deparadora de maldad y de vicio que ahora se ha convertido en una farmacia deparadora de medicina, gloria Señor teníamos allí este sitio aquí que era una barra de mala muerte también abiertas, oramos y Dios los ha ido cerrando uno tras otro. Y esta ciudad que es una de las grandes concentraciones en todo Estados Unidos de servicios sociales, aquí está el centro más grande de deambulantes, de tratamientos de ambulantes, allí en Boston Medical Center, que en, yo creo que en uno, sino en todos Estados Unidos, en un tiempo lo fue. Pero usted sabe los cientos y cientos de persona deambulantes, aquí está Rosy's Place, aquí está Pine Street Inn, uno de los grandes, grandes centro de deambulantes en toda la región, está el Salomon Carter Fuller Center aquí a un tiro de piedra, que es uno de los manicomios más grandes que hay aquí en toda la región.

Fue un área de tanto mal, de tanta violencia. Antes de nosotros llegar a este edificio, meses antes mataron a dos personas en ese callejón que está allí detrás de ustedes, una prostituta y un hombre deambulante. Este era un lugar terrible aquí, y yo entendí que Dios nos había movido a este lugar. Y Dios ha ido bendiciendo y limpiando este lugar, no solamente porque nosotros estamos aquí, pero yo creo que nuestras oraciones, nuestra presencia aquí ha ido limpiando mucho hasta el punto de que hoy en día el South End y esta avenida por aquí es una de las áreas más cotizadas de toda la ciudad de Boston.

Pero Dios me dijo que este lugar era así magnético, era un lugar espiritual y a ese lugar Dios nos había traído para hacer guerra espiritual en el nombre del León de Judá, no en el nombre del pastorcito de ovejas, el León de Judá que es una encarnación de guerra de Jesucristo. Es el temperamento que Dios le ha dado a esta iglesia hermanos, esa es la encarnación profética que ustedes tienen. Ustedes tienen el ADN de León de Judá como congregación y yo espero que ustedes se levanten a esa altura del llamado que ustedes y yo hemos recibido.

Porque eso es lo que Dios quiere, un pueblo guerrero y aguerrido, como esa guatemaltequita que se paró aquí con corazón de gigante, sabe, yo se la hecho de cualquier mujer de 6 pies con 8, sabe esta allí. Y si tengo que ir a la guerra me gustaría con 1 o 10 como Delmi, y eso es un crédito para nuestra iglesia, sabe. Pero, Dios quiere eso para hombres y mujeres de esta congregación.

Entonces lo que yo les decía es que cuando David se acercó a ese dueño de esa era, de ese solar, para comprarle esa tierra el hombre entendiendo que era una oportunidad para él dar esa tierra al Señor, porque cuando uno le da al Señor hay bendición, sabe lo que le dijo David, cuando David le dijo mira, te quiero comprar esta tierra y pagártela por su precio justo. El hombre éste, que creo que su hombre era Arauna si no me equivoco, sino no importa. El caso es que el hombre dueño de la tierra le dijo, sabe que Rey, yo te la entrego, yo te la doy, no me pagues por ella es más sabe qué yo te voy a dar bueyes y madera para que hagas un sacrificio al Señor en este lugar y consagres este sitio al Señor, yo te lo regalo todo, no me des nada.

Y sabes lo que David le dijo, sabes qué muchas gracias, pero yo no le ofreceré al Señor sacrificio que no me cueste nada. Famosas palabras. Aquí se dio un duelo entre dos dadores. Cada uno quería la bendición de darle al Señor y los dos sabían que para desatar la bendición de Dios hay que dar. Y David dijo, no, tú no me vas a quitar ese privilegio, yo no le voy a dar nada al Señor que no me cueste. Y por eso es que siempre en los textos de la Biblia va haber gente dando que le cuesta. Si a usted no le cuesta, no le dé al Señor. Si usted no siente una pullita de duda y de temor, no le dé al Señor. Si usted no se siente un poquito incómodo cuando usted da, no le dé al Señor.

Yo le digo, yo le suplico en el nombre de Jesús, en este gran momento de la historia de esta congregación, déle al Señor así, como esta viuda. Déle al Señor en la zona de lo incómodo, déle de su pobreza, déle de su desempleo, déle de su temor a quedarse sin empleo, déle de su mirar este tiempo raro y nefasto que estamos viviendo en la economía de esta nación, déle al Señor de allí. Métase allí en ese lugar incómodo y déle al Señor desde allí. Déle al Señor desde su duda, de que si yo en estos tres años verdaderamente soy capaz de dar esto y atrévase en el nombre de Dios. Sabe que cada vez que esta iglesia ha tenido que darle al Señor, siempre se ha estirado espiritualmente y siempre ha quedado más fuerte que antes. Y yo sé que esta vez va a ser diferente, veo un aquí que está asintiendo con su cabeza cuando yo digo esto, ese hombre se me acercó a mí el domingo pasado y me dijo, 'Pastor, yo quiero decir, yo prometo 7,000 dólares para esta iglesia, quiero decírselo ahora mismo. Y yo voy a tratar de dárselo al Señor lo más pronto posible, y ni siquiera voy a esperar 3 años.’ Y yo me sentí tocado por esa ofrenda y esa promesa de ofrenda. Sabe, y esta iglesia está poblada de gente así, hermanos, yo sé que a esas personas no les sobra el dinero, pero, guau, qué bendición.

Y uno se siente, y yo creo que Dios sobretodo se siente agradecido y agradado por un pueblo así que se pegue a David y a Arauna y diga yo quiero ser como ellos que dieron de manera que les costara algo. Esa viuda dio de esa manera y esa es la manera en qué nosotros estamos dando en este tiempo. Hay otro texto con lo cual quiero ya completar este estudio que se encuentra en 2a de Corintios, capítulo 9, versículo 6 al 8, que ilustran de nuevo ese tipo de experiencia de la cual estamos hablando. Yo he dicho ya que en muchos pasajes de la escritura resalta el tema de la fe, y de paso Gregory, mis gráficas no son tan cool como las tuyas, él hizo una presentación allí con muñequitos y pintura, todo esto es bien básico, yo cuando crezca voy a ser como él y ya voy a dar más... Pero, ésta aquí lo máximo que pude meter un poquito de color, eso es todo.

En muchos pasajes de la escritura resalta el tema de la fe. Estamos hablando de fe en este año, ¿no? Y la iniciativa del individuo, la agresividad espiritual que ustedes vivieron desplegada aquí esta mañana. La fe es agresividad, es una lanza que se mete y se incrusta en una pared. Vemos que Cristo reacciona positivamente ante la acción de fe que arriesga cosas confiando en su fidelidad y poder. Y hemos dicho que cuando nosotros damos como Hijos de Dios, damos mirando hacia el Dios del cual nace nuestra provisión y nuestra seguridad. Damos con un ojo mirando hacia dios y un ojo mirando hacia la necesidad.

Porque esa mano que se extiende hacia Dios dice, ‘Señor yo voy a recibir de ti y voy a canalizar tu provisión y tu bendición hacia la necesidad.’ Entonces usted no dé por si misma o por sí mismo, creyendo solamente en usted, dé creyendo en el Dios que lo respalda. Y la Biblia está llena de gente que arriesga, la fe presupone riesgo. Ya lo he dicho, Bartimeo es uno de esos ejemplares, usted recuerda la historia de Bartimeo, el ciego que cuando clamó y le gritó al Señor, "Señor hijo de David, ten misericordia de mí," la gente decía cállate, no molestes al Maestro. Y finalmente su fe prevaleció, el Maestro lo escuchó y dice que cuando lo mandó a llamar, a Bartimeo, dice que dejando su capa, fue hacia Jesús. ¿Por qué el espíritu Santo animó al evangelista, dejando su capa? Porque la capa era la capa era la fuente de seguridad de un mendigo, la capa lo cubría de la lluvia, lo abrigaba, servía para que él se sentara sobre ella, para que él pusiera sus ofrendas cuando se iba hacia la casa. La capa era esencial.

Cuando Jesús lo llamó, Bartimeo dejó su capa y se fue hacia el Señor. Y yo digo eso, que cuando nosotros vamos a un milagro a una bendición, en alguna manera tenemos que dejar la capa de seguridad, de arriesgarnos, meternos en la zona del riesgo. Esa es la fe. Ahora otro punto que quiero señalar a ustedes, es lo siguiente hermano, porque esto es también bien importante. Un principio de fe que nos va a ayudar en todos los aspectos de nuestra vida es que Dios es un Dios de pactos. Digan conmigo: Pactos. Si usted mira siempre a Dios haciendo Pactos, en la escritura, con Abraham hizo un pacto. Le digo yo, tú vas a ser mi hijo, tú vas a servirme a mí, a través de ti las naciones serán bendecidas, si tú me eres fiel yo multiplicaré tu descendencia, yo te haré tan numeroso como la arena del mar, etc. etc. y bendeciré tu descendencia. Pactos. Ahora les dijo, ustedes sírvanme a mí.

A los Hebreos, hizo pacto con el pueblo de Israel a través de Moisés, y les dijo hoy yo pongo delante de ustedes la vida y la muerte, escojan una cosa o la otra, si ustedes me sirven yo los haré prosperar, los bendeciré, les daré salud, nunca habrá estériles, su familia habrá riqueza, ustedes harán prestadores y no gente que pida prestado, serán cabeza y no cola. Una cantidad de promesas, les dijo, hizo un pacto con ellos. Dios siempre quiere hacer pactos, y por medio de su Palabra, Dios establece pactos también con nosotros, y nosotros establecemos pactos con Dios. Ahora qué quiere decir cuando Dios hace un pacto con un hombre, una mujer, eso quiere decir que lo toma en serio.

Usted nunca hace un pacto, un contrato, con un niño. Usted lo hace con una persona que usted cree en su palabra y usted traba un trato con ellos, si usted cree que esa persona está conciente, madura y sabe lo que está haciendo y que se atiene a las consecuencias del contrato y del pacto. Dios nos trata como adultos, los pactos tienen una cualidad legal, hay consecuencias si los rompemos y hay recompensas si los cumplimos. Según los violemos o los obedezcamos. Ahora recuerde eso, yo estoy aquí como un abogado, estoy montando un caso. Dios ama el riesgo y el sacrificio, Dios hace pactos con sus hijos. Un tercer elemento muy importante es esto, la importancia de la Iglesia de Jesucristo. Este trato que estamos haciendo de esta campaña financiera, lo hace la iglesia con sus feligreses. La iglesia es importante, mucha gente dice, bueno yo le doy a Dios, pero cuándo se vio a Dios tendiendo su mano para que alguien le diera algo, nunca. Usted siempre le da a una causa, una institución, un ministerio, una empresa del reino de Dios. Siempre es algo humano, concreto, personal, físico, ¿no?

Y la iglesia, Dios ha hecho un pacto con nosotros en cuanto a sus negocios aquí en la Tierra. Dios le ha dado al hombre autoridad -a la iglesia-, y funciona a través de esos canales de autoridad. Recuerden que hemos hablado mucho acerca de autoridad, Dios delega a su iglesia la autoridad. Su iglesia es autoridad en al Tierra, la iglesia vela por los asuntos de Dios aquí. El Señor Jesucristo le dijo a su iglesia, lo que ustedes aten yo ataré en el cielo, lo que ustedes desaten en la Tierra yo lo desataré en el cielo. Es más dijo, a los que ustedes les perdonen sus pecados, yo se los perdonaré. Eso es inconcebible. Dios le da a la iglesia la autoridad para derribar y para construir. Para juzgar. Dice que un día juzgaremos a los ángeles mismos de Dios, y que por lo tanto tenemos autoridad para juzgar cosas menores aquí en la Tierra. La iglesia es algo muy poderoso, entonces, cuando usted le da a su iglesia, entienda, usted le está dando a Dios, si esa iglesia fluye en conformidad con los principios bíblicos. Si la iglesia está manipulando, explotando, engañando, no. Pero si la iglesia está moviendo la Palabra de Dios, al usted darle a su iglesia usted le está dando al Señor. Porque ella es la autoridad que él ha constituido aquí, Ahora por eso, hermanos, por esa autoridad que tiene la iglesia el estado de la casa de Dios, los recursos de los cuales dispone la iglesia, son importantes para Él, porque según su iglesia tenga recursos así podrá hacer su voluntad.

Qué dice el libro de Ageo, capítulo 1, versículo 7 y 8. Dice allí, "así ha dicho Jehová de los Ejércitos, meditad sobre vuestros caminos, subid al monte y traed madera y reedificad la casa” -hablando de su templo-, “y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.” Usted ve, cuando usted construye la casa de Dios, el ministerio, la misión de la iglesia, pasan dos cosas: Dios entonces puede poner en ella su voluntad, es decir, puede desarrollar sus propósitos redentores aquí en la Tierra y también Él es glorificado. Yo sé que Dios está siendo, y va a ser glorificado, por esta empresa que nosotros hemos emprendido. Porque todo esto va a redundar en gran manera para la gloria de Dios. Entonces, por eso que el estado de la casa de Dios es tan importante. Entonces vemos una y otra vez, Dios promete que si nos preocupamos por el estado de su casa, Él se preocupará de nuestras necesidades. Él proveerá. Recuerden eso siempre, cuando tú le das a Dios tú estas dando a un Dios que dice, no te preocupes no te va a faltar. Como le dijo a la viuda de Sareta. Yo me aseguraré de que no te falte lo que tú necesitas para tu existencia, para tus necesidades. Malaquías, 3, 10 al 12 es el pasaje clásico en este sentido, donde Dios le dice al pueblo, traed todos los diezmos al alfolí.

Nunca se quede con una parte del diezmo de Dios, nunca se quede con lo que a Dios le pertenece, tráigaselo todo. Dice, “traed todos los diezmos al alfolí, es ir a la casa mía, que haya alimento en mi casa,” y mire lo que dice el Señor, “y probadme ahora en esto, dice Jehová de los Ejércitos. Si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Dios ha sido generoso, cuando nos llama a darle nos dice, no se preocupen yo les voy a bendecir. Y miren Él añade, dice, “reprenderé también por vosotros al devorador y no os destruirá el fruto de la Tierra, y vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejército, y todas las naciones os dirán bienaventurados porque seréis tierra deseable dice Jehová de los Ejércitos.” Sabe cuál es mi gran deseo como pastor, que esta Congregación de León de Judá se convierta en una tierra deseable, nuestros hijos sean prosperados, nuestras finanzas sean prosperadas, ver cada día más matrimonios bendecidos, más gente arreglando sus asuntos con Dios, gente que son buenos trabajadores, un crédito para nuestra comunidad que representen bien el reino de Dios, gente que Dios está prosperando y bendiciendo y nuestros hijos siendo hombres y mujeres funcionales, exitosos, llenos del Espíritu Santo, bendiciendo a su comunidad, y que toda la gente mire esta congregación, esta comunidad, como cuando miraron a los peregrinos, puritanos, llegaron a esta nación y la convirtieron un jardín florido y digan guau, verdaderamente, Dios está con ellos, que nos llamen bienaventurados. ¿Por qué? Porque le estemos dando al Señor esa parte sacrificial que desata su bendición y su vida, ¿entienden? Que estemos muriendo para tener vida, el grano de tierra, cayendo a la tierra- el grano de trigo cayendo a la tierra, quebrándose, abriéndose y dando vida, mucho, mucho fruto. Porque el que pierde su vida la ganará dice el Señor.

Entonces, no olvide nunca, si usted se preocupa por el estado de la casa de Dios, Él se preocupará por usted. Ahora bien, la casa del Señor lo representa a Él, su gloria, su poder, su capacidad para proveer y, hermanos, debemos ser celosos de contribuir nuestra parte al estado y la gloria de la casa de Dios. ¿Por qué estamos queriendo construir un nuevo santuario? No solamente porque ya hay una necesidad, si miramos alrededor, arriba, abajo, todas partes, está lleno esto- la segunda vez que se llena en este día. No nos damos abasto ya, pero sobre todo hermanos en nuestro corazón está ofrecer al Señor algo aún más digno de su gloria. Ese santuario, cuando esté allí lleno de gente, y se llenará dos veces, escúchenme que se lo prometo en el nombre del Señor. Usted sabe que nosotros no vamos a simplemente tener un solo servicio allá. Desde el primer día vamos a tener dos servicios. Yo no estoy buscando que se nos haga más fácil el trabajo a nosotros, sabe. Parece que una hermana, alguien me contaba que pensaba que íbamos a hacer servicio porque ya el pobre pastor está cansado de dos servicios, todavía no, quizás dentro de 10 años, 15 años, todavía me queda un poco de fuerza, sabes. Pero no, no, yo lo que quiero es más espacio para más almas salvadas, eso es lo único que me interesa, sabes.

Así que nosotros estaremos siempre abriendo este lugar para la gloria de Dios, para que haya más espacio, para que más vidas sean salvadas, para que haya más gloria para el nombre del Señor. Yo no me conformo, simplemente, okay ya tenemos este pacito aquí, no piense como pobre, hermano, no piense como una persona miserable. Tire la mentalidad miserable al piso, y pisotéela. Sálgase de ese hueco pequeño y crece en una mentalidad de prosperidad, bendición, excelencia, grandeza, ambición del Señor, no te conformes con algo chiquito, ya qué más. Mire, Dios tiene más y más bendición para su pueblo. Entonces, vamos a contribuir para el estado, para la gloria de esa casa del Señor. Hay unos principios universales que encarna, Segunda de Corintios, 9, este pasaje que acabamos de leer. Dios establece principios universales, ¿cuáles son algunos de esos principios que vimos allí en ese pasaje que leímos? En la segunda de Corintios, 9. Rápidamente, primero vemos una advertencia, dice, “pero esto digo," ese pero, es un pero como de advertencia, no, pero esto digo, el que siembra escasamente, también segará escasamente. Hay una advertencia allí. La palabra de Dios a veces es bien seria, no todo es melcocha, y jalea. Hay veces que hay que mirarlo serio también, ese Dios nos toma en serio y nos dice, sabe qué yo voy a hacer un trato con ustedes, hagan su parte yo haré la mía. Dice, “si tú siembras escasamente tú vas a segar escasamente.”

Muchos no reciben más de Dios porque no siembran más. Dios nos trata como adultos, dependiendo de nuestra inversión así cosecharemos los intereses. Yo voy a aclarar eso un poquito más, más adelante, lo voy a matizar un poco más. Si usted mira en Ageo, capítulo 1, versículo 9 al 11. Dice aquí, “buscáis mucho y halláis poco, y encerráis en casa y yo lo disiparé en un soplo." Cuántos trillones de dólares ha perdido esta nación en un soplo, ¿cuántos trillones de dólares se han perdido en este país de riqueza en un soplo desde octubre para acá? Trillones, varios trillones- yo leía en un artículo de periódico los otros días, el encabezamiento decía, es el trillón el nuevo billón, is the trillion the new billion in America? Porque hoy en día se habla de trillones, ya no se habla de billones, las pérdidas han sido de trillones y las inversiones son de trillones y no se sabe ni siquiera si van a surtir efecto. En un soplo se ha perdido en esta nación y en Europa y en todos los países del mundo, ya son no sé si más de trillones de dólares, se ha perdido una cantidad inconcebible.

Dice, “encerráis en casa y yo lo disiparé en un soplo, ¿por qué? Dice Jehová de los Ejércitos, por cuanto mi casa está desierta y cada uno de vosotros corre a su propia casa.” Cuando una nación, una familia, un individuo hace de su propia comodidad, su propia riqueza, su Dios, sabes qué y se descuida de los principios de la casa de Dios y de Dios y sus propósitos, eso es efímero. Su riqueza, su comodidad es efímera, se va en un soplo. Porque si esta nación pusiera su mirada en Dios y en los principios de justicia de la palabra de Dios y de generosidad, no estaría pasando por la tragedia por la cual está pasando. “Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos, y llamé la sequía sobre esta Tierra y sobre los montes, sobre el trigo sobre el vino, el aceita, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.” Esta nación ha sembrado en los últimos años escasamente y está segando escasamente, está cosechando. Cuando los puritanos y los peregrinos en esta nación sembraron generosamente para con Dios, Dios los bendijo, multiplicó esta nación increíblemente, ahora está escaseando porque ha escaseado la fe y el amor hacia las cosas de Dios.

Noten, hermanos, simplemente el papel directo que juega la fe en activar o desactivar el poder de Dios. Hay principios de siembra y de cosecha en todo proceso de fe. Si tú siembras generosamente, dice aquí, vas a segar generosamente. Note algo, muchas veces a la gente no le gusta este vocabulario de siembra y yo creo que hoy en día se ha abusado un poco el principio de sembrar. Y mucha gente usa eso para manipular a las personas para su propia ganancia, aún en la iglesia. Y yo reprendo ese espíritu, no somos parte de eso en absoluto, pero hay que rescatar una verdad espiritual que es bíblica. Esto de sembrar, ¿qué implica la palabra sembrar? Se siembra siempre con intención de cosechar. Sembrar en el Señor es como invertir, siempre hay que esperar rendimiento. Aún una mujer que siembra flores, por ejemplo, porque se puede decir, bueno un agricultor siembra para cosechar fruto, pero sabe que una mujer o un hombre que le gustan las flores, las flores quizás no tienen mucha utilidad pero es un fruto. Usted siembra y espera aunque sea una flor, nadie siembra una mata que no produce algo que sea bueno o provechoso. Y siempre se siembra para cosechar algo, entonces hermanos, saben qué, que uno tiene siempre que esperar rendimiento de sus inversiones.

A Dios no le da problema con que le demos con cierta expectativa de recibir. Hay gente que quiere ser más católica que el Papa, más santa que San Pablo o San Pedro, y dice no yo le voy a dar al Señor pero yo no espero nada y yo reprendo aquellos que dicen que Dios te va a dar si tú le das, etc. Pero mire usted no puede ser más generoso que usted mismo, y Dios es quien le dice a usted, da y yo te voy a bendecir. No tengas vergüenza de esperar una bendición, yo creo que hay un momento en que la santidad pasa a ser necedad. Y yo les animo hermanos, déle al Señor y mire entonces espere una bendición, usted no sabe cuándo va a llegar, pero espere bendición porque Dios se lo ha prometido. Creanlo. Eso es bíblico, entonces Dios no tiene problemas con que le demos esperando recibir sabiendo que Él ha prometido, él ha sido quien dice probadme ahora en esto. Si Él le dice, pruébame, deje al hombre allá arriba que lo pruebe. Y pruébelo.

No esté tratando de hacerle la vida más fácil a Él, Él no necesita esa ayuda. Espere recibir bendición. “Probadme en esto, yo abriré las ventanas en el cielo y yo daré bendición hasta que sobreabunde,” dice el Señor. Ahora, la aclaración que hago es que no se trata de algo mecánico, si usted me oye a mí diciendo dale al Señor $1,000 y Dios te va a dar un BMW mañana, entonces sí, allí yo me aparto de esa gente. O, dadle al Señor tu anillo de matrimonio, dame la llave de tu carro y ven que mañana Dios te va a dar un humvee o lo que sea. No se trata de eso. Ahora lo que yo sí creo, es que cuando usted le da al Señor hay una esperanza que se genera bíblicamente de que si usted es generoso con Él, su vida y aún sus finanzas en su totalidad van a reflejar la bendición y la aprobación divina.

Puede decir amén a eso. Porque yo lo he visto en mi vida, en la vida de mi familia, la vida de mi madre, que por ejemplo mi madre conoció al Señor hace 50 y pico de años en la pobreza de República Dominicana y yo he visto cuatro generaciones desde que ella hizo ese acto de fe, de entregar su vida al Señor, bendecida. Porque lo vi en ella y su generación, su familia, lo vi en sus hijos, de los cuales yo soy parte, lo vi en sus nietos, y lo he visto en sus bisnietos. Todos han sido bendecidos financieramente y son gente que han estudiado, han progresado y tienen todo lo suficiente. Yo creo que si hubieran dado más a buscar dinero más dinero tendrían, porque Dios los hubiera bendecido. Pero muchos de ellos se han dado a servir al Señor. Y allí ha sido su gozo y Dios los ha prosperado en eso, y los ha bendecido y seguirá bendiciendo. Ves, cuando tú le das al Señor hay un soplo de prosperidad y bendición que cae sobre ti y tu descendencia.

Eso es así, el Shalom, la paz de Dios se esparce a través de tu vida y tu vida fluye en una palabra de bendición. Podrán venir momentos de prueba, ciertamente, como nuestra hermana Delmi hablaba, claro que sí, pero la curva siempre va a ser en ascendencia. Eso es lo importante. Que la vida vaya como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto. Así que no tenga temor de esperar bendición, porque la bendición va a venir a su vida. Lo último es que Pablo dice, cada uno dé como propuso en su corazón. “Cada uno dé como propuso en su corazón.” Cada uno, un principio de la Biblia, todo hombre, mujer, miembro de una congregación debe darle al Señor.

Yo espero que en esta campaña no se quede nadie sin dar. Si usted tiene una ardilla en su caza, sáquele una nuez de la boca y tráigala aquí, no importa lo que sea. Pero dé, que dé todo lo que respira, que alabe y que le dé a Jehová. Voy a usar ese versículo, allí. Hermanos, esto es para todo el mundo. Mire, yo no quiero que nadie se me quede el domingo que viene porque vamos a tener la campaña. No se quede en su casa, venga y aunque sea eche una promesa allí, lo que sea. Pero prométale al Señor algo, el gozo del Señor va a ser, hermanos, que toda familia que se considere miembro de esta iglesia, parte de esta congregación que esté recibiendo. Si usted nos visita, si usted todavía no se identifica con León de Judá no se sienta aludido, pero si usted come de esta casa espiritualmente hablando, mire yo le animo en el nombre de Jesús, atrévase y déle al señor. Amén. Prepare una ofrenda.

Por eso dice, cada uno dé, por que yo separé dé. Porque sabe qué muchas veces son muy generosos con decir padre yo te amo, mi vida es tuya, cantamos coritos, ¿no? Yo lo entrego a ti, que se yo qué cuando, pero cuando viene el momento de dar, óigame, desarrollamos una tortícolis allí, un dolor se nos entra y se frena la palanca y no quiere saltar pero pa' nada, ¿no? Hay un momento en que tiene que salir uno de las promesas y de lo romántico y hay que dar, simplemente. Cada uno dé, como dice, como propuso. Yo pongo énfasis en propuso, como propuso en su corazón. Proponer quiere decir hacer una decisión consciente y hacer un propósito, tomar una deliberación y decir, yo voy a dar.

Esta semana órele al Señor, y proponga en su corazón una ofrenda generosa y de fe para con el Señor. Dice, “no dé cono tristeza ni por necesidad” Hermanos si el domingo que viene, cuando usted esté viniendo a dar su ofrenda, yo quiero que sean lágrimas de gozo, no de tristeza, ¿okay? No venga nadie aquí a dar, sabe cojeando y rengueando allí, no, No. Dé con gozo en su corazón. Venga riéndose a carcajadas. Porque Dios ama al dador alegre. Dé con soltura, generosidad, espontaneidad, dé con fe sabiendo que Dios ha de recompensarle. Entonces, lo último, ya así. Dice, "dé cada uno, dé como propuso su corazón, no con tristeza," dice, lo tercero una promesa. Vimos una advertencia, vimos un llamado, dé, y ahora vemos una promesa. “Porque poderoso es Dios,” déle al Señor sabiendo que Dios es más poderoso que la recesión, la inflación, la depresión, lo que sea. Dios es más poderoso. Dios es poderoso “para que abunde en vosotros.” Note el lenguaje abundante, sobrecogedor de este pasaje. Imágenes de abundancia. Dice, “para que abunde en vosotros toda gracia.”

Es decir, la gracia de Dios es el combustible que hace posible toda buena cosa en la economía humana. Y dice, Dios es poderoso para que en tu vida, tu negocio, tu salud, tu vida familiar, tus emociones, tu trabajo abunde toda esa esencia que se necesita para que haya bendición en tu vida, Abunde de toda gracia. “Teniendo siempre en todas las cosas,” cualquier transacción, cualquier situación de tu vida haya gracia, todo lo suficiente “para que abundes tú en toda buena obra.” Sabes qué, Dios te va a dar no solamente para ti sino para otros, cuando Dios te dé, no almacenes solamente, no amontones como el mísero de la parábola, da. Sé una fuente de bendición, en estos tiempos vamos a tener que aprender a darle a otros. Dios va a bendecir a alguno y entonces esos deben bendecir a otros. Van a ver y Dios va a bendecirlos a todos al final. No faltará, dice, el que tuvo no le falto, ni el que no tuvo lo que sea. Hubo bendición. El caso es que hubo bendición y hubo provisión para que abundéis en toda gracia. Una promesa, un llamado, una advertencia, una promesa. Bueno, eso va a ser la ilustración. Entonces, hermanos.

Yo estaba sentada así, yo vi algo precioso así, como algo brillante… yo siento que es el Espíritu Santo, llena de gente todavía más que ahora, yo dije Señor, pero qué será que tú vas a hacer. Vamos a romper esas paredes pero no hay espacio, porque yo veo que hay algo atrás. Y yo dije, será que me estoy volviendo loca, pero no. Sabes con Dios no se juega, ¿verdad? Pararme en frente a todos ustedes.

Estoy un poco nerviosa porque no me gusta hablar en público pero el Señor me ha tocado y el Señor quiere que ustedes lo sepan, desde el primer momento que vine a esta iglesia, yo sentí algo especial, el pastor es un elegido de Dios. Tengo viniendo a la iglesia desde que tengo 7 años de edad, mi abuelita sembró la semillita en mí y nunca he podido separarme de Dios, he tenido momentos bien difíciles en mi vida como el que ahora estoy pasando pero tengo a Dios en mi corazón. Tengo una visión en esta iglesia, hace un año y medio, más o menos. Yo venía aquí pidiéndole al Señor un hogar hermoso como el que tengo ahora. Y lo vi aquí orando, el Señor me lo dio así mismo como yo lo vi. Y no recuerdo de qué tema estaba predicando el Pastor, yo sé que estaba hablando del Espíritu Santo y yo tuve una visión que vi el Espíritu Santo encima de todos nosotros como algo brillante, grandísimo que nos arropaba a todos. Yo vi esta iglesia más grande, con más miembros, y no es el Pastor que quiere esta iglesia llena de gente, es el Señor. Yo dije dentro de mi corazón, Señor, será que esas paredes se van a romper y van a ser más amplias para atrás. Porque yo no tenía conocimiento que iban a ser otro templo más grande al lado, de hecho yo vine, estoy otra vez en los caminos del Señor y quiero seguir buscando más de Dios.

Y el Señor, cuando el Pastor empezó a decir, creo, 5 domingos atrás a decir que a cada uno podíamos dar $2,000 $3,000 en dos años, yo dije en mi corazón, cómo yo lo doy si tengo la economía super-mal, I dunno, no sé, en septiembre fue a Santo Domingo traje una cantidad de dinero para atrás. El Señor no ha permitido que ese dinero se vaya de mis manos, y yo hace dos domingos el pastor volvió a decir otra vez lo mismo, que podemos darle al Señor y me vino a la mente ese dinero y yo dije, “Señor, lo único que yo tengo, ¿cómo lo voy a dar? Pero seguí escuchando al Pastor. Y el domingo que pasó dije en mi corazón, ese dinero no es mío ese dinero es para el Señor. Y eso lo único que yo tengo ahorrado pero no es para mí. Es para el Señor. Y el domingo tuve una inquietud bien fuerte en mi corazón de hablarle al pastor, pero vi que estaba muy ocupado. Lo sentí tan, queriendo convencer a la gente de que le diera al Señor y yo sentí en mi corazón que el Señor iba a seguir tocando gente como me tocó a mí, que ese dinero no es para mí, es para el Señor. Y el Señor va a seguir tocando, pastor, porque yo lo vi, yo sé que es así. Porque el Señor ha hecho cosas grandes en mi vida. Nadie se puede imaginar las maravillosas cosas que el Señor ha hecho en mi vida.

Y hoy que vi a la hermana aquí parada con todas las necesidades que ella tiene, trayéndole lo que es del Señor. Yo dije, Dios mío tú eres maravilloso, y esta iglesia así se va a construir con el poder de Dios. A lo que yo quiero venir es que yo sentí que solamente fue a mi que el tocó mi corazón estos dos domingos atrás, que lo diera porque no es mío eso es del Señor, cuando yo vi a la hermana yo dije increíblemente el domingo, que el Señor iba a tocarlos para que den, mira la hermana que se paró aquí a darlo. Y así van a venir más personas que el señor va a seguir tocando porque lo que dios quiere así se va a hacer.

Gracias, gracias. Amén.

Saben, yo creo que hay mucho que decir. Gracias Señor por esa manera. Normalmente no hago eso pero sentí de Dios que había que hacerlo. La conclusión, hermanos, de todo esto es así. Lo voy a leer, en una iglesia como la nuestra, hermanos, con muchos inmigrantes, muchos de escasos recursos, este texto que yo acabo de discutir adquiere mayor significado. Aquí en esta iglesia, en el León de Judá, como en el caso de la viuda que discutimos que dio todo lo que tenía, tenemos la oportunidad de probar cuán grande verdaderamente sea nuestra fe en este tiempo. Podemos ver cuando Dios nos prospere y bendiga por medio de nuestra fe sacrificial, cuán fieles y confiables son las promesas del Señor. Amén. Gloria a Dios.

Gracias Padre, gracias por la manera en que tú concluyes tus enseñanzas, porque sólo tú haces posible estas cosas, Señor. En este tiempo profético que estamos viviendo como congregación, te pedimos solamente que nos sostengas de la mano Padre, y que tengas misericordia de tus hijos que quieren honrarte y quieren aplicar tus principios. No nos dejes caer de esta gloria ni permitas que una sola palabra caiga a tierra, Señor. De todo lo que hemos declarado, bendice a tu pueblo, fortalece sus manos, fortalece sus corazones y espíritus, Padre, para que podamos honrar tu propósito en este tiempo en la vida de nuestra congregación y te daremos a ti toda la gloria y toda la honra cuando tu voluntad haya sido cumplida, Padre. En el nombre de Jesús. Amén y amén.