Un Dios justo da castigo y recompensa

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Ezequiel, capítulo 33, versículo 11, dice la palabra: “el Señor diles… digan todos diles (diles) diles vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, ....dice Jehová el Señor que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva”. 

Ahí usted tiene una  expresión poderosa y profunda del corazón de Dios, que nos revela el amor del Padre para con su criatura. Dios no quiere que el impío, el pecador, el hombre muera, sino todo lo contrario, quiere que viva, quiere que prospere, quiere que se salve. 

Yo les decía a los hermanos, estuve conversando con nuestra hija Abigail que está en  Filadelfia, como ustedes saben está estudiando allá en la universidad y cuando Meche fue a llevar a Abi a la universidad, a los padres se les dio un programa, una presentación con los estudiantes que entraban en un programa de verano en el cual ella estaba de un mes antes de comenzada las clases regulares de septiembre y se le advirtió…(si podemos guardar los niños por favor, en quietud para poder concentrarnos específicamente, recordemos que hay clases allí arriba que podemos llevar a nuestros hijos también para que ellos puedan recibir también enseñanza). Pero les decía, fuimos… Meche estuvo allí y las autoridades de la universidad fueron muy claras con los estudiantes y les dijeron, les advirtieron a  los estudiantes que la universidad de Pensilvania tiene cero tolerancia para con el alcohol, y que si los estudiantes… si algún estudiante durante el programa de verano se le agarraba consumiendo licor, era un pasaje inmediato de regreso a la casa, eran expulsados del programa, y se lo dijeron en diferentes formas. Le advirtieron que no querían tener que expulsar a ningún estudiante. Sin embargo, en este fin de semana, invitaron a Abi a una fiesta, ella dijo que no, no podía ir porque ella sabía lo que iba a suceder en esa fiesta.  

Y efectivamente, en un momento dado, entraron las autoridades del edificio, los supervisores, y cuatro estudiantes fueron expulsados del programa y tuvieron que pasar la vergüenza, llamar a sus padres seguramente y perder una gran oportunidad que habían recibido educativa, porque no se llevaron de las advertencias de las autoridades. Violaron la ley de la institución y tuvieron que pagar el precio. 

Estas autoridades no querían expulsar a estos estudiantes, no era su deseo, todo lo contrario, querían que se quedaran, pero había una ley que ellos habían establecido por el bien de los demás. El consumo de licores es algo terrible en las universidades de Estados Unidos. Los estudiantes toman en formas descontroladas. ¿Sabe usted que la causa número uno de muerte entre los jóvenes en Estados Unidos es el consumo de alcohol? miles de jóvenes, tres mil a cuatro mil jóvenes al año mueren, no!!! como cinco mil!!! Eso lo leí en National Geographics, mueren cada año por tomar y manejar. 

Entonces, la universidad por deseo de proteger la vida de esos jóvenes y poner en ellos sanos hábitos de control y de comportamiento les dijo: “no queremos que tomen”, sin embargo estos jóvenes violaron esa ley y por lo tanto tuvieron que pagar el precio.  

Yo imagino que estos jóvenes habrán pensado: “bueno, no lo van a cumplir, esta gente son demasiado bueno y demasiado benévolos y no creemos que se van a atrever a botarnos, demasiado severo”; se equivocaron o quizás pensaron: “una vez aunque sea, que importa y lo vamos a hacer detrás de puertas así que estamos en privado, no van a hacer nada”. Desgraciadamente se equivocaron, tuvieron que pagar el precio. Y esta autoridad de la universidad se vio obligada, no querían hacerlo pero tuvieron que hacerlo. 

Yo encuentro irónico el hecho de que este tipo de drama se da en una universidad muy moderna, altamente intelectual, muy sofisticada pero todavía se rige por un principio muy importante y es que cuando se establece una ley, hay dos cosas: si uno obedece la ley hay recompensa y si uno viola la ley hay castigo. Por más sofisticada que se ponga la humanidad eso siempre será un principio, de que una ley requiere castigo y requiere recompensa. 

Dios es un Dios de ley, Dios es un Dios de justicia y cuando él establece sus leyes junto con las leyes que él establece tiene que venir también la recompensa y el castigo.  

El Señor les dijo a los israelitas cuando iban a  entrar a la tierra prometida, dijo: “hoy yo pongo delante de ustedes la vida y la muerte, escojan qué camino ustedes van a  seguir. Si  ustedes escogen el camino de servirme y obedecerme y honrarme serán prosperados, sus enemigos huirán delante de ustedes, no habrá enfermo en su tierra, les voy a prosperar en todo sentido. Ahora si violan mi ley, les dijo … siete huirán de uno solo y ustedes cavaran pozos que después no podrán disfrutar de ellos y construirán casas que no podrán habitar.  

Y así ha sido con el pueblo judío, todos estos siglos han estado perseguidos, ambulantes porque han desobedecido la ley de Dios y Dios no quiere que el impío muera, Dios no quiere que nadie se pierda. 

Una de las cosas que me conmueven acerca de este pasaje es que yo veo aquí el corazón  de Dios suplicándole al hombre que no lo obligue a cumplir la ley, a castigar al impío, porque un día el Señor tendrá que llamarnos a cuentas y cada ser humano, dice la Biblia, tendrá que dar cuenta de lo que ha hecho y cada uno de nosotros tendrá que venir ante el trono de Dios y decir ‘¿qué hiciste tu con la oferta que yo te hice?’ 

Dios es un Dios justo y por más que él quiera, él tiene que cumplir con lo que él ha establecido. Hay dos caminos para el hombre, cuando uno muere, a un lado quedan todas las distinciones. Usted puede haber sido rico o pobre aquí en la tierra, atractivo o poco atractivo o intelectualmente desarrollado o poco educado pero cuando usted muere todas esas cosas son arrancadas y lo único que queda es su alma, su identidad eterna, que no importa lo que usted hiciera aquí en la vida o no hiciera excepto una sola cosa, ¿hizo usted su paz  con Dios por medio de Cristo Jesús? Si usted obedeció la ley de Dios de buscar de Cristo, usted puede entrar a la vida eterna sino entra a otra tipo de vida, pero no  es vida sino que es una muerte eterna, es un castigo donde nadie quiere ir y Dios dice: “Yo no quiero que el impío muera, no quiero la muerte del impío sino que viva” ¿sabe usted que Dios ha estado diciendo eso a través de todos los siglos?  

En el libro Primera de Pedro, el Señor le dice a el pueblo la misma cosa. Primera de Pedro, capítulo tres, vamos a ver… perdón es Segunda de Pedro, capítulo tres, versículo nueve, dice: “....el Señor no retarda su promesa según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento....”.  

¿Sabes por qué Cristo  no ha venido todavía? No es porque Dios no cumpla su palabra, sino porque Dios está tratando de expandir el tiempo o tratando de esperar todo lo posible para que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento y sean salvados. Sin embargo, hay gente que dice que Cristo no va a venir porque ha pasado ya mucho tiempo. Y para eso la palabra de Dios tiene una respuesta, dice la Biblia que: “…habrá atrevidos y contumaces que predicarán que Cristo no ha de venir, pero así como Cristo vino cuando el tiempo de Noé, dice que todo el mundo estaba celebrando y comiendo y haciendo todas las cosas que hacen hoy en día el mundo y llegó repentinamente su juicio, así también será en estos tiempos, que también vendrá la condenación, también vendrá el día del juicio. 

En el versículo 4, Segunda de Pedro, capítulo 2 dice: “…porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron sino que, arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad para ser reservados al juicio y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos”.  

Vaya al versículo 9, dice: “…sabe el Señor librar de tentación a los piadosos y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio. Y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia y desprecian el señorío…”. 

El evangelio según San Juan dice también: “…que de tal manera amó Dios al mundo -capítulo tres- que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna, porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él…”. 

Dios no quiere que el impío se muera y a nosotros nos ha dicho “diles, que yo no quiero que se pierdan”,  

Sabes yo creo que en este tiempo de la historia Dios quiere reconciliarse con la raza humana más que nunca. La raza humana está más empedernida que nunca, la raza humana está más rebelde que nunca. Han, como las tribus antiguas del Antiguo Testamento, han colmado la copa de la paciencia de Dios. Esta humanidad que nosotros presenciamos hoy en día ha llegado a unos extremos que ni las tribus paganas del medio oriente que Dios destruyó y que Dios arrojó de Canaán para que poseyeran la tierra los hebreos llegaron a los extremos de maldad que la humanidad moderna ha llegado y sin embargo, sin embargo, yo creo que Dios todavía más que nunca desea reconciliarse con su criatura, porque Dios es un Padre de amor y porque Dios ve en cada hombre, en cada mujer un reflejo de sí mismo.  

Si Dios dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, si hay algo de Dios en cada hombre, en cada mujer y por lo tanto cuando un hombre se pierde, algo de Dios se desperdicia, y por eso Dios no quiere que la humanidad sea condenada.  

En la escritura tenemos el ejemplo de Jonás, dice la Biblia que Dios llamó a Jonás para que le predicara arrepentimiento a la ciudad Nínibe. Nínibe era la capital de un gran imperio, que era uno de los imperios más crueles que ha habido en todo la historia de la humanidad. Un imperio sanguinario y cruel en sus conquistas.  

Ese imperio había perseguido a los judíos, los había atacado y habían matado a muchos hebreos y Dios en su misericordia llama a Jonás y le dice: “Jonás ve y predícale a esa gente que si no se arrepienten yo voy a  destruir la ciudad completamente” y ¿sabes qué? Jonás, que era un judío que sabía lo que le habían hecho a su gente, a pesar de ser profeta dijo: “yo no voy a  ir de esa gente, no les voy a predicar arrepentimiento” se escapó y ustedes saben la historia. Dios lo agarró con mano fuerte, lo metió en la boca de una ballena, lo tuvo ahí tres días y escarmentado Jonás finalmente fue y le predicó a la ciudad de Nínibe, esa ciudad terriblemente pecadora.  

¿Y sabes qué? el rey se arrepintió, declaró un ayuno a toda la ciudad, hasta el gato tuvo que ayunar esa vez. Se arrepintieron de corazón y ¿sabes qué? Dios perdonó a la ciudad, perdonó a esa nación que había atacado a su propio pueblo, Dios los perdonó. 

¿Y sabes qué? eso escandalizo tanto a Jonás que se airó contra Dios y dijo: “por eso yo no quería predicarles, porque yo sé que tu eres un Dios misericordioso y sabía que si se arrepentían tu los ibas a perdonar.”  

Y Dios le dijo: “mira Jonás, ¿saben la historia?... Dios escogió una enredadera e hizo que Jonás cayera en un sueño y mandó un calor terrible en la tierra en ese momento y esa calabaza comenzó a crecer y esa enredadera y le dió sombra al profeta y el profeta encontró descanso. Pero entonces Dios mandó a que se secara la viña esta, la calabaza y entonces Jonás se despertó todo alterado y molesto porque se le había secado la viña que lo cubría y Dios le dijo: “mira, si tu te molestaste con que se te secara una mera planta, cuanto más me duele a mi que se pierda gente que no sabe dividir su mano derecha de su mano izquierda, yo los amo por eso los he perdonado”.  

Dios ama a la humanidad, ¿sabes qué? hay una humanidad que está perdida porque el diablo ha cegado el entendimiento de ellos porque la iglesia no ha hecho su trabajo, porque hay doctrinas de error que corren en el mundo hoy en día. Hay predicadores que le están predicando a la gente una seguridad falsa y le dicen: “no se preocupen hagan lo que ustedes quieran, la Biblia no se debe  tomar completamente en serio, todas esas cosas que dicen allí de santidad y de moralidad, eso pertenece a una cultura antigua, ya   Dios se puso al día con su moralidad, así que no se apuren, Dios lo acepta todo, Dios no  rechaza a nadie”. Y están predicando doctrinas falsas, doctrinas de demonios que le dan a la gente un falso sentido de reconciliación con Dios.  

Hay otras iglesias que tienen miedo de predicar la verdad porque piensan que la gente no va a querer visitar las iglesias si les predican la verdad de Dios y no hay enseñanza hoy en día y la gente no sabe muchas veces dividir su mano derecha  de su mano izquierda, no saben discernir entre el bien y el mal. Aparte de que hay otros que simplemente están empedernidos en su maldad, están atados por el diablo.  

Y la iglesia ha sido levantada para advertirle a la gente de que Dios no quiere que se pierdan, Dios ama a la gente y Dios hace todo lo posible por perdonar, Dios busca toda posible razón para aguantar su juicio y que la gente no llegue al infierno. 

El domingo pasado yo les decía hermanos que Dios ha dicho que nosotros somos la luz del mundo, nosotros somos la única esperanza, hay un juicio venidero. 

Dios ha puesto en mi corazón en estos días de predicar estas palabras, ¿cuántas veces me han ustedes escuchado hablar así tan abiertamente del infierno? muy pocas veces. Pero en este tiempo yo siento una urgencia muy grande en mi corazón de que la iglesia tiene que rescatar esas enseñanzas que se han perdido, y recordarle a la gente que hay un sistema de justicia que Dios  ha establecido y Dios no puede violar su propia justicia, Dios es un Dios de juicio, Dios es un Dios de justicia, es un Dios de amor, pero también es un Dios de sistemas.  

Y todo sistema de justicia presupone dos cosas: castigo y recompensa. Recompensa para el que se ciñe por la ley y castigo para el que viola la ley. Todo el universo se rige de esa manera. La ley de la gravedad es una ley del mundo físico, si usted respeta la ley de la gravedad, usted hace cosas maravillosas, usted puede caminar sobre la tierra, usted puede montarse en un avión. La gente piensa que un avión viola la ley de la gravedad, no!!!  Un avión respeta la ley de la gravedad y por eso puede subir a 30.000 pies de altura o mandar una persona al espacio. Los científicos saben como obedecer la ley de la gravedad, como usarla mientras la obedecen para poder enviar un avión a esas alturas. Ahora, cuando una persona viola la ley de al gravedad y sin el aparato correcto se tira de un cuarto piso… usted sabe que no va para arriba, va para abajo y se va arrepentir cuando llegue abajo, ¿si o no? de haber violado la ley de la gravedad, porque aun las leyes ciegas de la naturaleza tienen recompensa y tienen castigo.  

En el mundo de las relaciones humanas es igual. Si una persona se relaciona bien con las demás, tiene armonía con los demás, buena amistad, el respeto de la gente, tiene compañía, si se ciñe. Ahora, si esa persona viola las leyes de las relaciones públicas y comienza a oprimir a la gente, a engañarlos, a decir mentiras, a abusar de ellos, ¿qué pasa? Se queda solo o lo meten a la cárcel. Porque en el mundo de la ética y del comportamiento hay recompensa y hay castigo. 

Lo mismo pasa con las leyes espirituales. Dios dice: “yo requiero que se tome en serio mi persona y que si alguien quiere entrar en mi reino”, como la universidad de Pensilvania, dijo: “el que quiera entrar en esta universidad y mantenerse aquí tiene que respetar las leyes de no consumo de alcohol. Y sino tienen que irse” Dios ha dicho: “nadie puede entrar en mi Reino eterno sino es a través de la justicia que mi Hijo alcanzó a través de su muerte en la cruz.  

Ahora si una persona no se ciñe por esa ley, ¿de quién es la culpa? ¿Es de Dios o de la persona? De la persona, Dios estableció un sistema. Él no quiere que nadie se pierda pero él ha dicho esta es la manera. Mi reino es un reino de pureza, mi reino es un reino de perfección, mi reino es un reino de impecabilidad y no puede entrar nada impuro a ese reino. Ahora ¿quién de nosotros puede entrar por su propia justicia al reino de Dios? ¿Quién puede decir yo voy a  portarme de tal manera de que por mi propio comportamiento yo pueda entrar en ese reino perfecto de Dios? Nadie. Hay una sola manera de uno poder entrar a ese reino de perfección, es cuando Cristo por su muerte en la cruz nos cubre con su justicia y cuando Cristo paga el precio de nuestra impureza y nos adopta entonces nosotros recibimos un salvo conducto que nos permite entrar, porque Dios cumplió su justicia en su Hijo. Ahora, ese es el plan de Dios, si el hombre no lo respeta es por su mala cabeza.  

La gente dice: ¿cómo puede un Dios tan bueno enviar a la gente a un sitio tan terrible como el infierno? Dios no envía a nadie al infierno hermano, la gente va al infierno por su desobediencia. Dios ha establecido un plan y por eso dice: “diles que yo no quiero la muerte del impío, sino que se arrepienta y venga a la vida”. 

El infierno es un lugar de terrible sufrimiento donde nadie quiere ir, nadie quiere estar allí. Yo no estoy seguro si el infierno es un lago de fuego literal, yo creo personalmente que es una  especie de dimensión donde la persona es enviada cuando muere, su alma pasa a otra dimensión. Y hay dos dimensiones, una es la dimensión de la eternidad en Dios, donde todo es bendición, recompensa, gozo, paz, reconciliación, alegría y hay una dimensión donde la gracia de Dios no llega y no alcanza y es una dimensión de terrible sufrimiento. 

El Señor Jesucristo dio una ilustración acerca de ello, habló de Lázaro y del rico insensato y dice el Señor Jesucristo que cuando estos dos personas murieron; el rico y Lázaro, en la vida Lázaro era un mendigo lleno de llagas, mal oliente, desagradable en apariencia, y Lázaro iba a veces a la puerta de este hombre rico, y ese hombre era tan insensitivo a las cosas morales y espirituales que no le daba a Lázaro nada absolutamente. Un día dice que murieron los dos, y eso es bien importante, todos hemos de morir, todos tendremos que comparecer ante el trono del juicio, y todos tendremos que dar cuentas ante Dios, no importa cual fuera nuestra  condición.  

Dice la Biblia que Lázaro fue al seno de Abraham, es una ilustración más bien de ese lugar de recompensa y el rico fue por su mal comportamiento, por su  mala cabeza terminó en el infierno. Y el Señor establece un ilustración y dice  que desde donde él estaba en el infierno, el rico podía ver a Lázaro en el seno de Abraham disfrutando de bien, y el rico estaba padeciendo de una sed, de un tormento terrible, y le dice al Señor: “Padre envía a Lázaro para que con la punta de su dedo, la moje en agua y la ponga sobre mi lengua porque estoy padeciendo un tormento horrible”. Mire eso, de nuevo cada vez que la Biblia habla del juicio habla de un sitio de sufrimiento y de castigo. ¿Qué diferencia hace que sea fuego literal, que sea una sed terrible, emocional o espiritual, que sea un crujir de dientes por arrepentimiento? caramba perdí la oportunidad que tanto se me dio y ahora estoy condenado para el resto de mi vida aquí. Que diferencia hace que sea oscuridad y tinieblas o lo que sea. Es un sitio de gran sufrimiento, de gran agonía emocional, mental y física, donde nadie quiere estar.  

Por eso Dios dice: “yo no quiero la muerte del impío” siempre se habla en términos de muerte, sufrimiento, condena eterna, castigo eterno, oscuridad, tinieblas, ese es el lugar.

Y el rico le dice: “Señor que Lázaro venga, solamente y moje en mi lengua con la punta de su dedo”, y el Señor le dice: “lo siento mucho, ya no hay tiempo. Ahora hay una barrera infranqueable entre tu y los que habitan en ese lugar de eterna bendición, no hay puertas, no hay segundas oportunidades, ni apelación ni nada”. Es una cosa el infierno es definitivo, el infierno es irrevocable, la separación de Dios ya no tiene apelación, el tiempo de uno arrepentirse y  de uno buscar reconciliación con Dios es ahora. 

Y Dios está buscando todos  los medios posibles para que la gente entienda esto. Entonces el rico le dice: “bueno Señor, esta bien, si no puede él venir por lo menos envía a Lázaro a donde mis hermanos para que les diga que se arrepientan, para que no vengan a un sitio tan  terrible como este” y el Señor le dice: “no se puede tampoco” dice: “pero Señor si tu envías a Lázaro y lo ven se van a arrepentir” porque claro, quien no se arrepiente si un muerto aparece de nuevo y le dice: “mira arrepiéntete y recibe a Cristo”, no digo yo se arrepienten, se meten a un monasterios por el resto de su vida, a expiar sus pecados. ¿Y sabes qué es lo que le dice el Señor? le dice: “mira, tienen a Moisés y a los profetas, en otras palabras, tienen la Biblia, que lean la Biblia porque si no se arrepienten con todas las profecías que yo les he enviado tampoco se arrepentirán si uno resucita de los muertos. 

En otras palabras, Dios tiene un sistema, la entrada a la vida eterna es por fe. Si Dios hiciera las cosas tan claras de que absolutamente fuera convincente sin ninguna posibilidad de duda, entonces la salvación no sería por fe sino que por vista. Entonces yo creo que siempre tiene que haber un elemento de algo que se esconde, algo de duda para que el hombre pueda ejercer fe, para creerle a Dios. Y por eso Dios no va a obligar a la raza a humana a creer ni tampoco va a enviar señales absolutamente incontrovertibles porque el hombre tienen que creer porque …es por fe que se cree. Y tiene que creerle a Dios, Dios ha invertido en esta palabra siglos de experiencia humana, ha mandado a su Hijo Jesucristo, ha dejado a su Espíritu Santo, ha enviado a su iglesia. La iglesia lleva dos mil  años predicándole a la humanidad la verdad del evangelio, ¿qué más puede hacer Dios? Dios dice ya, yo hice todo lo que pude, envié a mi Hijo, vine yo en forma personal, humana, me despojé de mi gloria, sufrí la contingencia de una vida humana, me subí a la cruz, fui enterrado por tres días, ya yo no puedo hacer más. Ahora tienen que creer mi palabra y si no se arrepienten eso es problema de ellos. 

Nadie quiere ir a ese lugar de eterno sufrimiento, ni Dios quiere que vayan a ese lugar tampoco. Esa idea de que Dios es un Dios severo, uranio, molesto con la humanidad, deseando que se pierda la mayor cantidad posible, eso es una distorsión del corazón de Dios. 

Dios es un Dios de amor y de misericordia, de bendición, él quiere que todo el mundo posible se arrepienta, y tu y yo somos el medio que Dios quiere usar para que se de ese arrepentimiento. 

“…Diles que no quiero la muerte del impío sino que se vuelva el impío de su camino”. Mire un llamado a la iglesia muy importante en el versículo 14 del mismo Ezequiel 33:14, ya voy terminando… perdón vamos, vamos un poquito más, vamos al versículo 7, un poquito antes de eso, dice:  

“…a ti pues hijo de hombre te he puesto por atalaya a la casa de Israel.....” un atalaya es una persona que ve el peligro venir y avisa cuando viene el peligro. Dios nos  ha puesto por atalayas a cada uno de nosotros, “…y oirán la palabra de mi boca y los amonestarás de mi parte cuando yo le dijere al impío, impío desierto morirás, si tu no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano...”.  

En otras palabras, cuando Dios le dice a la iglesia: “adviértanle a la gente de un lugar de que … de castigo y que yo no quiero que vayan a ese lugar, si la iglesia no le advierte ese hecho, Dios  no puede hacer nada, el impío se va a morir por su pecado, porque no fue advertido, no supo que tenía posibilidad de salvación”  pero ¿sabes qué? Dice la Biblia que Dios nos hará a nosotros responsables de la muerte, del castigo de ese individuo.  

No me pregunten como esa responsabilidad se ha de materializar en nosotros pero yo la verdad es que yo no quiero tener ese cargo en mi conciencia, de que de alguna manera hay gente que se está perdiendo porque yo no estoy haciendo mi parte y que Dios un día me va a decir: “¿por qué tu no le hablaste a tu vecino? ¿Por qué tú no le hablaste a tu hermano, a tu compañero de escuela? ¿Por qué tu viviste un estilo de vida que desmentía la verdad del evangelio?¿Por qué tu fuiste indiferente? ¿Por qué tú no apoyaste a tu iglesia para que predicara el evangelio? ¿Por qué tú no respaldaste a los misioneros para que vayan a otros países a decirle a la gente que se arrepienta? ¿Por qué tú no invertiste tu vida en salvar a la gente de ese lugar de perdición? Se perdieron y se perdieron por sus obras malas pero tú hubieras podido advertirles. Así que en un sentido tu también y yo seriamos responsables. 

Yo lo que quiero asegurarme es que en mi vida yo no tenga esa carga. ¿Sabes por qué yo sirvo al Señor entre otras cosas? Por eso, porque yo se que una de las cosas más útiles que yo puedo hacer, que un ser humano puede hacer, es salvar un alma del infierno. Usted puede ser un gran trabajador social, un filántropo, un abogado, un médico y hacer cosas muy buenas y muy importantes pero… ¿sabes qué?a esa persona a quien usted salvó de la muerte y le hizo una operación del corazón tarde o temprano se va a morir. ¿Si o no? Y lo que usted hizo de bien es algo simplemente… es un parche temporal, eso es todo, a larga se va a morir otra vez y un día va a tener que venir de la eternidad y ahí es definitivo. Pero una persona que trae un alma al conocimiento de Cristo y esa persona se salva eternamente ha hecho algo absolutamente incomparable porque salvó su vida por toda la eternidad, y por eso es que hay algo especial para los que servimos al Señor y tu puedes ser uno de esa categoría, que tu vida cuente para que el impío no se pierda, sino que proceda a la vida eterna, ¿qué estás haciendo tu? ¿Qué estoy haciendo yo? ¿cómo estamos viviendo nuestra vida? ¿Cuáles son nuestras prioridades? ¿Le estamos diciendo nosotros al mundo que Dios no quiere que se pierdan sino que procedan a salvación? 

Entonces Dios te dice: “adviérteles, si no se advierten, se pierden pero voy a demandar de tu mano”. Ahora hay una segunda alternativa, versículo 9, “…y si tu avisares al impío de su camino para que se aparte de el y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado pero que tu libraste tu vida....” 

En otras palabras, te puedes lavar las manos y decir: “bueno hijo, ya eso es asunto tuyo ahora”.  

¿Sabes lo que tu puedes hacer en tu trabajo, en la escuela? Tu tienes que buscar oportunidades de compartir con alguien las buenas nuevas de salvación y decirle: “joven, compañero, amiga, Dios no quiere que tu te pierdas”. 

¿Sabes qué? Quiero decirte algo, Dios te ama. Sabes, a veces los homosexuales dicen que la iglesia los odia, o que Dios los odia, eso es mentira del diablo. Hay que recordarle a la gente que nosotros te amamos, Dios te ama, pero él dice: “no quiero que te pierdas”, reconcíliate con Dios, hoy es el día de salvación. Dios quiere tu salvación.  

Tenemos que estar predicándole al mundo mensajes de reconciliación, de salvación, de bendición, un Dios que quiere que se arrepientan, el Señor dice: “venid y estemos a cuenta, si vuestros pecados fueren rojos como la grana vendrán a ser blanco como la nieve. Si fueren rojos como el carmesí vendrán a ser blancos como blanca lana”. Si se arrepienten, ese es la postura de Dios, Dios quiere el arrepentimiento del impío, Dios quiere que el hombre se salve y como último recurso reserva un lugar de castigo no porque él quiere, sino porque su justicia lo demanda, aunque Dios quiera él no puede violar su justicia, él esta atado a su propia personalidad que dice que tiene que haber así como hay un lugar de recompensa tiene que haber un lugar de castigo. Así como la universidad de Pensilvania dijo: “él que se rige por las leyes de la universidad se puede quedar, él que no, tiene que ser expulsado aunque no queramos”. 

¿Usted no cree que esos administradores les dolió que esos jóvenes tuvieran que irse? Claro que si, y así es como a Dios le duele y Dios quiere que nosotros lo ayudemos a él en su proceso de no obligársele, que él tenga que condenar a las personas. 

Dos caminos, muerte y vida, un carácter, Dios no quiere la muerte del impío, la disposición de Dios es para vida. Una condición, el camino a la vida es el arrepentimiento. Un instrumento, tu y yo para decirle al impío que Dios está deseoso de reconciliarse con él. ¿Vamos a hacer esto? ¿Vamos nosotros a hacer nuestra parte? 

Quiero invitar a los hermanos del grupo Alabanza a que pasen por aquí, vamos nosotros a trabajar. Hay dos advertencias aquí, uno es  para la persona que no ha hecho su decisión con respecto a Cristo Jesús. Si tu estás en este lugar y tu vida no está clara con Dios, yo quiero animarte en el nombre del Señor, en esta mañana quiero alertarte y decirte reconcíliate con Dios a través de Cristo Jesús, pon tu vida en orden en esta tarde, tan sencillo que es. El Señor Jesucristo ha venido para ser el mediador entre Dios y los hombres.  

Cuando un hombre recibe a Cristo en su capacidad de mediador, inmediatamente es entrado en una relación con Dios, no tiene que irse al infierno. Ahora, cuando una persona menosprecia la oferta de Dios, entonces no tiene otra alternativa más que permanecer alejado de la presencia de Dios por toda la eternidad. 

Así que hay un llamado para  la persona no arrepentida, para la persona no reconciliada con Dios y hay un llamado para la iglesia de que tengamos cuidado nosotros también de hacer nuestra parte y de caminar ese camino de evangelización, de proclamar la palabra, de ser un instrumento.  

El predicar el evangelio no es una opción para ti, para mí, es una obligación que Dios espera que nosotros honremos. ¿Estás tu seguro que tu has agotado todas las posibilidades de hablarle a tu gente alrededor de la salvación o la perdición? Haz agotado… yo creo que hay gente que si tu le preguntas, tu puedes advertirles, tu puedes hablarles, y de nuevo hay que ponerlo en una forma positiva…decirles: “Dios no quiere la condenación, Dios quiere la bendición porque muchas veces le predicamos a la gente condenación… sino te arrepientes te vas al infierno”, es mucho mejor decirles: “mira, Dios no quiere que tu te pierdas sino que te salves, el corazón de Dios es para reconciliación, es un padre que le está diciendo a su hijo: “ven, reconcíliate conmigo, hablemos, estemos a cuenta, en otras palabras, dialoguemos”.  

Preséntale a la gente de esa manera, invítalos a la iglesia, predícales que es urgente, diles: “mira, yo no quiero molestarte, yo respeto lo que tu crees pero yo quiero descargar mi responsabilidad, dame tres minutos, y al final de ese tiempo yo te prometo que no te voy a volver a molestar, yo quiero hablarte de un Dios que quiere reconciliación contigo, y que él dice que él no está molesto contigo sino que quiere reconciliarse, pero sino te va a tener que dejar a tu propio destino, y él no quiere que eso suceda”.  

Y órale al Señor para que te de palabras convincentes. Dios… estamos en un tiempo hermanos yo creo que de cosecha, en que cuando nosotros hablemos de la palabra del evangelio hay gente que la va a recibir y van a ser tocados, este es un tiempo en que el viento de Dios está detrás de la iglesia. Si nosotros le pedimos al Señor oportunidades, Dios nos la va a dar, si invitamos a la gente a la iglesia, van a venir, y si no vienen es un asunto tuyo.  

¿Sabes lo que dijo el Señor a los discípulos? Les dijo: “miren, cuando ustedes vayan a una ciudad y prediquen el evangelio, si no lo aceptan cuando lleguen al final de esa ciudad, sacúdanse el polvo de sus pies, ya ustedes cumplieron, eso es asunto de ellos ahora”. En el día del juicio dice va a ser más tolerable lo que le pasó a Sodoma y a Gomorra que lo que le pasará a esa gente. Ustedes saben como pereció Sodoma y Gomorra, con fuego del cielo, fue destruido.  

Yo he estado en esos lugares donde estaba Sodoma y Gomorra en el desierto, ese lugar es como si hubieran caído meteoritos, cráteres por dondequiera, ahí no crece  ni un alacrán yo creo. Toda esa área por ahí complemente seca, muerta, el Mar Muerto está en esa área, es el mar más muerto, por eso lo llaman el Mar Muerto. Es salado completamente. Usted flota, cuando usted se mete en el Mar Muerto, usted flota por la densidad del agua que hay allí. Porque imagínese, si ese fue el castigo a esa región  que era una región fértil y verde y el Señor dice: “…en el día del juicio será más tolerable el castigo que recibieron ellos que el castigo que recibirán los que rechazan a Jesucristo”. 

Tenemos que decirle a la gente eso, tenemos que predicarles, así con sencillez, con amor, con ternura, no Dios no quiere que te pierdas, el día del juicio se avecina. 

Hermanos, estamos más cerca que nunca, el reloj de Dios está… por eso yo estoy predicando estos mensajes, porque Dios está poniendo en mi corazón que le advierta a la iglesia su responsabilidad y le advierta a la gente su responsabilidad, y pronto llegará el momento, ya no habrá oportunidad. Entonces el tiempo de anunciarles…  

Quiero que bajemos nuestras cabezas, nosotros hoy estamos aquí en una de esas dos categorías, los que son impíos delante del Señor porque no tienen a Cristo en su corazón aunque sean gente muy noble y trabajadora y honesta, y Dios dice: “yo no quiero que ustedes se pierdan sino que procedan al arrepentimiento y tengan vida eterna” y estamos nosotros, los que ya estamos en el camino del señor, que Dios dice: “yo no quiero hacerte a ti responsable de la muerte del impío así que adviérteles que yo no quiero que se pierdan, predícales”.  

Hermanos, esto es serio, o creemos en la Biblia o no la creemos.  Si yo creo en la Biblia yo tengo que dedicar el resto de mi vida, asegurarme de que la mayor cantidad de gente se salve. 

Entonces yo quiero que tu hagas una decisión en tu corazón ahora mismo, si tu estás en  una de esas dos categorías, en la primera categoría invita a Cristo a entrar a tu vida y a ser tu Señor y tu salvador, reconoce la función salvadora de Jesús y di: “Señor Jesucristo, yo creo en ti y yo te acepto y tu vas a ser mi medio de entrada a la vida eterna, yo me voy a pegar de ti y tu me vas a dar un salvo conducto para entrar a la vida eterna”. Y recíbelo ahora mismo y acéptalo, entrega tu corazón a él, entrega tu vida a él.

 

Quiero pedirte si tu has hecho eso en este momento me encantaría saberlo, levanta tu mano y da testimonio de ello, porque el Señor dice que: “…si alguno me recibe ante los hombres yo lo recibiré ante mi Padre”. Hay una joven allí detrás que levanta su mano en esta tarde, Dios te bendiga mi hermana, Dios te bendiga, ¿Alguien más que haga su paz con Jesucristo? Este joven aquí delante de mi también… Dios no quiere que el impío muera. Esta joven aquí a mi izquierda también, Dios no quiere que el impío muera sino que se arrepienta y proceda a la salvación.  

¿Habrá alguien más? Aquí una mano detrás de esa columna, alguien esta apuntando hacia ella, esta persona aquí, levanta su mano también aquí, a mi derecha también, amen!! Si veo esas manos, ¿alguien más? Allí detrás, por acá, óigame Dios te bendiga jovencito aquí.  

Yo me siento tan convencido, yo le he pedido al Señor en estos días que vaya renovando mi sentido de lo serio, de esto que yo estoy predicando y me siento bien seguro, bien sobrecogido por la seriedad de lo que estoy diciendo, esto es serio yo creo que con los próximos meses esto va a seguir aumentando en mi corazón, de que yo estoy predicando la mera verdad. De que hay un destino, hay dos destino; salvación o perdición y no importa cuan sofisticada sea la raza humana, eso tendrá que predicársele continuamente. 

Y cada uno de ustedes está haciendo una decisión tan y tan grande, tan y tan seria, tan y tan hermosa, ¿usted sabe lo que es garantizar que usted va a entrar a la vida eterna por medio de una transacción como la usted ha hecho? Y si usted permanece en esa transacción y usted permanece fiel a ese contrato y Dios se compromete a ayudarlo para que así sea, usted tiene su futuro eterno asegurado, no le tiene que tener miedo a la muerte ni le tiene que tener miedo a la vida tampoco. 

Sabes porque usted hizo algo tan sencillo que Dios simplemente dijo: “mira, acepta este plan que yo he elaborado y vive” y eso es lo que tu acabas de hacer ahora en el nombre de Jesús. 

Yo quiero invitar a esos hermanos a que pasen aquí al frente, esas personas que han levantado su mano, venga alguien que la acompañe inclusive, venga alguien y acompañe a esa persona aquí adelante, alguien venga y acompañe a ese individuo para que no tenga que venir solo. Venga por aquí un momento, nada más queremos orar por usted, queremos poner las manos del Señor, vamos a esperar. Si alguien allá arriba levantó su mano y yo no le vi por alguna razón, no se preocupen, hay tiempo, “…el impío Dios no quiere que se muera”. 

La persona no reconciliada, Dios no quiere que se muera, Dios quiere que viva, gloria al Señor. Mire que bella, que bello número de gente, su vida está segura, su destino está seguro.   

Young people, it’s a wonderful thing that you’re doing, and now your life is in the hands of God and you can be sure that no matter what happens in the next 30, 50 years of yr life you… at the end of at all you have an eternity of a harmony with God, while you are here, on this earth God will bless you and keep you and he will be with you every step of the way, he will never leave you or forsake you because you have done what he asked for, just to be obedient, just to follow his plan. 

Tu puedes estar seguro hoy de que tu tienes reconciliación con Dios porque tu has hecho lo que Dios te pidió que hicieras, que aceptes a su Hijo, y que lo reconozcas por lo que él es, el salvador de tu alma que vino al mudo para pagar el precio para que tu seas salvo. Y ahora yo te pido en el nombre de Jesús, que digas conmigo estas palabras, ahí siéntelas en tu corazón mientras las dices, di conmigo: 

Señor Jesús, te recibo como mi salvador y reconozco que por tu muerte en la cruz yo he recibido perdón de mis pecados, me arrepiento y reconozco que soy pecador y que te he ofendido, pero tu has enviado a tu Hijo para que yo sea salvo o salva y hoy lo recibo como mi salvador.  

Espíritu Santo entra a mi vida, Espíritu Santo entra a mi vida, y séllame con tu presencia. Soy un hijo de Dios, una hija de Dios, por medio de Cristo Jesús, gracias Señor, por mi salvación en el nombre de Jesús, amen. Gloria al Señor, gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Dios.  

Mis hermanos, esto es maravilloso lo que tu acabas de hacer, que no se pierda ese sentido de ¿cómo dijera yo? seriedad en lo que tu has hecho en esta tarde, camina con Dios. El mundo no se pondrá mejor, se pondrá peor en un sentido pero tu estás sellado, tu habitas en una dimensión diferente, aunque tu estás aquí en la tierra pero en el espíritu tu estas ya reservado para Dios, 

Y ahora sigue caminando con el Señor, sigue aprendiendo de él, entrega tu vida al Señor, no hay nada mejor que eso. Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos y él siempre seguirá tratando con la humanidad de la misma manera al que lo obedece, lo bendice y el que camina con él, hay prosperidad, bendición, salud, sanidad, gozo, esperanza, todas esas cosas para el que sirve al Señor.  

Así que les bendigo en el nombre de Dios, en el nombre de Jesús. Sepan que tienen un apoyo, como ustedes en esta congregación sus hermanos que le amamos, estamos aquí para servirles y el Espíritu Santo que va con ustedes donde quiera que ustedes vayan, el consolador que le fortalecerá y le llevará hacia toda verdad. 

Les amamos y si podemos proveerle una Biblia o lo que sea, déjele saber  al hujier o uno de los hermanos que esta alrededor de ustedes. De alguna manera pero queremos que ustedes sigan creciendo.  

Cuando comiencen las clases de discipulado en septiembre, apúntese y siga aprendiendo más. ¿Ok? 

En el salón de hospitalidad, antes usted de salir, vayan por allá que habrá hermanos allá, pastores también que le van a apoyar en esto, Omar si puedes también… y cualquier oración que usted desee, lo que sea, hay gente que le ama, le amamos, Dios les bendiga, Dios les bendiga, le amamos en el nombre del Señor, gloria a Dios.