5 obstáculos comunes para nuestra fe

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Sentí de que las mujeres que tenían que traer ese tema eran las predicadoras que vinieron este año, Susan Combs e Igna de Suarez. Ellas son mujeres que representan, son modelos excelentes de lo que es una mujer que ha creído lo que Dios ha depositado en ellas y se han movido en fe en base a ese depósito del Señor en sus vidas, y en esta mañana va a predicar Susan Combs.

Susan es oriunda de Arkansas, Colorado así que es estadounidense y ella misma dice que ella es una rama estadounidense injertada en la viña de Colombia.Y ella recibió ese llamado a ser misionera en Colombia, a los 6 años, lo cual es un wake up call, un llamado a despertarnos a nosotros como padres de que Dios le habla aún a los niños pequeños y ya pone su semilla de llamado ahí aún en un niño de 6 años, aún cuando ella ni siquiera sabía lo que quería decir Colombia. Ella no sabía ni siquiera que era el nombre de un país, pero aún así Dios le habló y pasaron años antes de que ese llamado se hiciera realidad pero se hizo realidad y lleva ya 30 años ministrando en Colombia, 25 de los cuales ha estado trabajando juntamente con Igna. Ellas son un modelo precioso de amistad. Quiera Dios que él envíe a la vida de cada una de nosotras, y cada uno de nosotros un amigo así, que lleve nuestras cargas para reír, para llorar juntos. Qué maravilla tener un apoyo de esa manera.

Susan ha viajado internacionalmente a más de 30 naciones en el mundo, así que vemos una persona que se llama a sí misma una mujer naturalmente tímida que Dios ha destapado para ser de bendición a las naciones. Así que bienvenida Susan y vamos a escuchar lo que Dios tiene a través de ella en este día.

Gracias, muy buenos días. Es un gozo muy grande volver a estar aquí con ustedes. Esta iglesia quedó en nuestro corazón y bien, bien metido. Cuando el pastor Roberto estaba hablando de los tiempos en que no habían micrófonos, y no había toda esta tecnología, y que no nos hacía falta, me hizo recordar algo en Bogotá no hace mucho.

Nuestro pastor falleció este año de repente pero hace unos años están los jóvenes llevando la alabanza y de repente se fue el sonido, y quedaron totalmente descontrolados porque nada de instrumentos, nada de nada, nada de micrófono, la iglesia es grande, entonces no sabían qué hacer. Y en eso pasó el pastor al púlpito y entonces él levantó su voz y él empezó a decir, ‘es que esta generación está mal acostumbrada’, él decía ‘porque en mí tiempo lo que tenía que hacer el pastor, el predicador, era levantar su voz y proyectarla para que los más lejanos pudieran escuchar la palabra’.

‘Y esta mañana les puedo prometer que los más lejanos me están oyendo’, y señaló allí al Mesanini que queda lejos, y entonces él hizo así y él dijo, ‘y puedo asegurarles en esta mañana que los del Mesanini me están escuchando, ¿cierto los del Mesanini? y todos los de Mesanini hicieron así... Se le olvidó que somos sordos. Es el sector de sordos.

Pero de verdad que estamos mal acostumbrados, por favor dile a la persona a tu lado, ‘estamos mal acostumbrados’. Gracias a Dios por la tecnología, ¿no es cierto? Pero cuando no funciona, podemos seguir adelante, ¿verdad?

Vamos a abrir la palabra en esta mañana en Lucas Capítulo 5 y vamos a leer versículo 17 hasta el 19.

“...Aconteció un día que Jesús estaba enseñando y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea y de Judea y Jerusalén y el poder del Señor estaba con él para sanar...”

Por favor repita esa parte conmigo, “... y el poder del Señor estaba con él para sanar. Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él, pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa y por el tejado le bajaron con el lecho poniéndole en medio, delante de Jesús....”

Y por cuestión del tiempo les cuento lo que falta aquí. Ellos lo bajaron allí y el Señor lo sanó, primero le perdonó y lo sanó y fue de gran testimonio para mucha gente. Ahora, en esta mañana queremos ver la fe de estos hombres porque ellos salieron, ellos tenían su amigo paralítico. Ellos sabían que hay un lugar de milagros.

¿Cuántos aquí saben que hay un lugar de milagros? Dice, ‘...el poder del Señor estaba con él para sanar...’ El poder de Dios sigue con él, él no ha cambiado. Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos y hay un lugar donde hay poder para el milagro que tu puedes necesitar hoy, que yo puedo necesitar hoy. Hay un lugar.

Entonces ellos sabía que Jesús era la respuesta, y ellos con mucha fe fueron y con dificultad sacaron a su amigo de allí. Les tocó llevarlo cargado, les tocó sacarle con cama y todo incorporado, porque él no podía moverse. Y lo llevaron por las calles, buscando a Jesús. Pero cuando encontraron el lugar donde Jesús estaba se les presentó un obstáculo muy tremendo para su fe, una multitud muy grande estaba bloqueando el camino. No había cómo meterse dentro de esa casa para llegar al lugar donde necesitaban llegar.

En ese momento ellos fácilmente hubieran podido decirle a su amigo, ‘lo sentimos amigo, hicimos el intento, pero pues ve que no es posible, no hay cómo hacerlo’, y hubieran dicho, ‘bueno, más bien te llevamos a la casa porque ya estás cansado, porque no has salido de casa por mucho tiempo’.

Pero no hicieron eso, se quedaron diciendo, ‘pero, ¿qué hacemos ahora, cómo podemos llegar donde el Señor, cómo podemos llevar a nuestro amigo a donde él necesita estar? Ellos actuaron con una fe determinada que venció el obstáculo y de repente alguien se acordó del techo.

Ahora, cuando yo leía esta Escritura antes, yo tenía preguntas sobre esta Escritura, porque yo imaginaba a los discípulos subirse al techo y romper el techo. Pero estar encima de un techo y romperlo y lleno de gente abajo, alguien iba a salir lastimado de allí. A lo mejor el Señor iba a tener que hacer una resurrección o algo así porque caían pedazos. Pero cuando estuvimos en el norte de África vimos el estilo de estas casas. Estas casas fueron construidas con un hueco en el techo y sobre ese hueco, en el tiempo de frío se corría una teja para mantener caliente la casa. Y cuando hacía calor, se corría la teja para abrir y dejar entrar aire y luz allí.

Entonces, alguien se acordó del techo. Y yo no se si tal vez haya corrido a casa para traer una soga porque cómo lo bajaban después al lugar donde necesitaba llegar. En todo caso hicieron todo el esfuerzo, se subieron allí y pueden imaginar la escena dentro de esa casa. La gente así..... Jesús predicando y de repente se corre el techo y se baja un paralítico con cama incorporada y llega exactamente a los pies del Señor Jesucristo. Cae exactamente en el lugar de los milagros.

Tenemos una historia muy parecida, tres Capítulo más allá. No lo vamos a leer por cuestión del tiempo en esta mañana, pero la mujer del flujo de sangre. ¿Se acuerdan de esa historia? Necesitaba llegar donde Jesús, pero se presentó un tremendo obstáculo que era también la multitud. Era una mujer considerada por el pueblo inmunda a causa de su enfermedad. No era una mujer para la cual se iba a abrir camino, el pueblo no la respetaban, la rechazaban más bien, pero ella logró llegar donde Jesús. Y dice que cuando llegó que la parte que pudo alcanzar a tocar fue el borde de su manto.

Ahora, el borde del manto se queda abajo y en una multitud que era tan apretada que cuando Jesús dijo ‘¿quién me ha tocado?’, los discípulos dijeron ‘está bromeando, básicamente, está bromeando, Señor. Mira toda la multitud te está oprimiendo, te está apretando y tu dices que alguien te ha tocado’.

Pero él sabía que en el momento que le tocó esta mujer poder salió de él y ella había sido sanada. Y yo me hago esta pregunta, no se, quiero preguntarlo cuando llegamos al cielo pero pienso que puede haber sido posible que se haya ídolo gateando en medio de los pies de la gente para poder llegar y tocar el borde, porque en una multitud tu no puedes hacer esto, muy difícil te agachas, muy difícil.

En Bogotá, en ciertas ocasiones, ahora hay más leyes, pero en el tiempo en que yo llegué allí hace casi 30 años, sobre todo en Semana Santa que había pocos buses, pocos conductores querían trabajar, esos buses los conductores aprovechan para ganar dinero y mete gente, y mete gente, y mete gente y nosotros resultábamos así. Estoy convencida que alguien se podía morir y permanecer de pie porque era un apretón de gente y me imagino que allí ese día había sido algo así con esta multitud. Difícilmente haces así, pero la mujer llegó.

Ahora, para tu fe, para mi fe se han presentado obstáculos y tenemos que ver cómo vamos a tratar con estos obstáculos. Hay cosas en nuestras vidas que nosotros nos levantamos y empezamos a creer al Señor pero con el paso del tiempo y que no hay llegado el milagro, y no ha llegado el milagro, y no ha llegado el milagro, y no ha llegado el milagro, ¿qué ha pasado con nuestra fe? Y muchos de nosotros inconscientemente dijimos, intenté, no fue posible.

Ahora queremos mirar en esta mañana 5 obstáculos comunes para nuestra fe, porque necesitamos vencerlos para poder salir adelante. El primer obstáculo que queremos ver se encuentra precisamente con la mujer de flujo de sangre, en Lucas 8.

Ella llegó, tocó al Señor, ella fue sanada. En el 48 del Capítulo 8 el Señor le dice, “... hija, tu fe te ha salvado. Ve en paz.”

Y entonces estando hablando aún cuando vino uno de casa del principal de la sinagoga a decirle, ‘tu hija ha muerto...’, está hablando a Jairo que Jesús iba en camino a sanar a la hija de Jairo cuando pasó esto de la mujer. Y ahora viene allí uno de la casa de él a decirle que la hija de él ya ha muerto, dice:

“... No molestes al Maestro, oyéndolo Jesús le respondió, ‘No temas, cree solamente y serás salva...”

Por favor, dile a la persona a tu lado ‘No temas, cree solamente y serás salvo’. No temas, cree solamente y serás salvo.

Y el primer tremendo obstáculo para nuestra fe es el temor. El temor es el enemigo de la fe. El temor paraliza la fe y no te deja actuar. El año pasado yo vine aquí a los Estados Unidos para ministrar en un evento en Pensilvania y una amiga mía misionera en Colombia lleva 40 años traduciendo el Nuevo Testamento en un dialecto de los indígenas de Amazonas y ella está viviendo allí, ya se pensionó.

Ella, aquí en Pensilvania, alquiló una casa y yo no se cuando fue la última vez que viste una película de terror, pero por el estilo es esa casa. Construida en 1825 con pasillos sellados, escaleras escondidas, varios pisos, partes cerradas para ahorrar calefacción y energía y eso era, no se qué tenía esa casa, pero una noche yo me quedé hasta tarde ministrando a una mujer. Estábamos hospedados ahí 5 personas, estaban las dos misioneras ancianas, yo estaba allí también y estaban dos pastores indígenas de la selva amazónica, muy amigos míos, Emí y Samuel. Entonces me quedé ministrando a una mujer hasta tarde, todos los demás se fueron a acostar y cuando yo empecé a orar por esta mujer, yo pensé que iba a ser algo muy sencillo de sanidad interior y empiezo a orar y se manifiesta tamaño demonio. Y la mujer quedó tiesa y se cayó como tabla contra la pared, sostenida por la cabeza allí. Y yo miré, era tarde y yo estaba tan cansado, yo dije, ‘ay, Señor, yo podía sacar esto sola, pero me demoro y estoy cansado y si ante uno huyen mil, y ante dos huyen diez mil, quién sabe ante 3 cuántos huyen. Voy por Emí y Samuel.

Y fui a buscarlos y ellos bajaron rapidito y empezamos a orar por la mujer, fue libre rápidamente. Ellos volvieron a subir, yo seguí ministrándole un ratito más. Cuando subí no había nadie despierto en el segundo piso, todos dormidos y yo entré sola a mi alcoba, no había nada raro. Cerré la puerta, cuando me acosté y apagué la luz empiezo a escuchar....uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.....uuuuuuuuuuuuuuuuuuuu..... y yo pensé, ‘Señor, se quedó un demonio aquí, nunca me había pasado esto.’.

Y en el nombre de Jesús ..uuuuuuuuuuuuuuu.. fuera de aquí,....uuuuuuuuuuu..... Yo pensé ahora voy por Emí y Samuel otra vez que liberen mi cuarto porque esto no sale. Entonces, cuando ya me puse ahí la levantadora y entonces fui a abrir la puerta para pasar al pasillo y llamarles a ellos, y allí escuché la misionera..... uuuuuuuuuuuuuuuuu, roncando. Uuuuuuuuuuuu.....

Y yo estaba paralizada. La gran mujer de fe, paralizada. No podía ni moverme por el temor en ese momento. ¿A cuántos les ha pasado algo parecido? Pero, saben que los expertos dicen que así son los temores, que el 99 por ciento nunca se hacen realidad, nunca llegan a ser realidad.

Por favor, voltéate y dile a la persona a tu lado, dile, ‘Ojo, con los temores porque la gran mayoría son espíritus de uuuuuuuuuuu’. Dile ‘hay que vencer el temor para actuar en fe’. Ok, el primer obstáculo es el temor.

El segundo obstáculo es la idea que Dios tiene preferidos, que Dios lo hará para otros pero no para mí. ¿Cuántos han luchado con eso alguna vez? Pero quiero darles estas Escrituras, solo anoten por favor: Hechos 10:34, todos dicen lo mismo en diferentes contextos; Romanos 2:11; Efesios 6:9; Colosenses 3: 25.

Todos dicen lo mismo, Dios no hace acepción de personas. Oh ¡Aleluya! Por favor, dile a la persona a tu lado ‘buenas noticias, Dios no hace acepción de personas’.

Pero entonces por qué vemos que hay personas que reciben mucho del Señor, que hay mucha bendición y siempre están testificando y el Señor responde y a veces a nosotros no. El Señor me enseñó algo muy precioso acerca de esto con mis 4 sobrinos.

Yo tengo 4 sobrinos, yo tengo 2 aquí en Estados Unidos que son de mi sangre, son los hijos de mi hermana, Christopher ahora tiene 21 años, se está preparando para el ministerio; Liza tiene 18 años se está preparando para conquistar el mundo entero para Cristo. Es algo muy lindo y estoy súper orgullosa de ellos. Y en Colombia tengo dos mas, que son los nietos de Igna, Jonathan que ahora tiene 12 años y Stephy tiene 10 años.

Yo vivo en el primer piso, alquilo un apartamento que es de Igna y en el segundo piso vive, la hija, el yerno y los dos nietos de ella. Entonces, hay una receta familiar especial nuestra para la tocineta y hay una escalera que sube hasta el segundo piso. Y cuando estaban más chiquitos entonces no era sino que yo pusiera a freír la tocineta, y empezara a subir la fragancia, el aroma de la bendición al segundo piso, daba la vuelta y habían dos chiquitos sentados allí. Pacientemente, calladamente, esperando su porción de bendición. Después se cambió el estilo del apartamento y ya no pueden hacer eso. Ya tienen que bajar y golpear la puerta. Pero en ese tiempo, allí aparecían y allí el Señor me habló algo tan hermoso.

Ellos cuando venían, lejos de su mente pensar que yo sería capaz de tener esa bendición y que no les iba a dar. Cuando venían, venían con toda la confianza de que yo les iba a dar y allí el Señor me habló y me mostró lo siguiente: yo amo a todos los 4 por igual, a Christopher, a Liza, a Jonathan a Stephany, pero Christopher y Liza, no por culpa de ellos, no se pueden acercar a mi, no vienen, no me pueden.. no me buscan. Entonces, yo los amo pero los otros dos que vienen a buscarme, vienen a mis pies, vienen a buscar la bendición, me ha sido muy fácil toda la vida de ellos derramar bendición, derramar bendición, derramar bendición, porque doy la vuelta y allí están, me muevo por aquí y allí están. Entonces yo resulto dándoles, bendiciéndoles y el Señor me dijo que así es él con nosotros.

Él nos ama a todos por igual, pero le es mucho más fácil derramar bendición en grande sobre los que le buscamos, que nos acercamos a él. Cuando tu vas a buscarle y vas con esa actitud de Jonathan y Stephany de que vas a recibir la tocineta, entonces va a venir una bendición. ¿Cuántos quieren su tocineta hoy? Amen, amen.

Gracias, Señor. Dile una vez más a la persona a tu lado, Dios no hace acepción de personas. Muy bien. El segundo obstáculo es eso: pensar que Dios tiene favoritos.

Número 3, el tercer obstáculo, una falta de entendimiento del corazón del Padre Dios. Esto sí lo vamos a ver, Hebreos 11:6. Todos juntos por favor:

“...Pero sin fe es imposible agradar a Dios porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan....”

Una vez más: “...Pero sin fe es imposible agradar a Dios porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan....”

¿Cuántos lo creen? Amen. Ahora, todos creemos que le hay. Todos creemos que Dios existe, pero la segunda parte, creer que es galardonador de los que le buscan, significa también que necesitamos creer que Dios nos quiere responder. El Señor te quiere responder. El Señor anhela responder tus oraciones, pero muchas veces nuestra propia actitud cuando nos acercamos a él para buscar corta la bendición y no lo deja darnos, porque nos acercamos a decir, ‘Señor, quiero’, pero por dentro estamos diciendo....

Me he dado cuenta muchas veces cuando oramos por gente para recibir el bautismo en el Espíritu Santo, uno que otro, no que sean una multitud tampoco, pero cuando uno va a poner la mano están diciendo ‘Señor, lléname, lléname’, y tu le pones la mano y empiezan...... con la boca diciendo, si, pero con el corazón ¿qué están diciendo? No voy a recibir.

Y muchas veces eso nos puede pasar a nosotros. No entendemos que el Señor se deleita respondiéndonos. El Señor se deleita pudiendo darte lo que tu estás pidiendo. El Señor se deleita en darnos sorpresas. El Señor se deleita en responder en detalles de nuestra vida. No solamente en cosas de vida y muerte, sino también de los deseos del corazón.

Vamos al salmo 38, versículo 9. Todos juntos por favor:

“... Señor, delante de ti están todos mis deseos y mi suspiro no te es oculto....”

Una vez más “... Señor, delante de ti están todos mis deseos y mi suspiro no te es oculto....”

Por favor haz esto conmigo, ........ahhhhh... ay qué rico, hagámoslo otra vez,.... ahhhhh..... Te vio el Señor. Esto lo dice, no lo digo yo. Te vio el Señor. Mi suspiro no te es oculto. Y no solamente te vio en este momento Dios, te ha visto cada vez en tu vida que has suspirado y también ha conocido el por qué del suspiro. Porque hjay suspiros de ...ahhhhhh.... y hay suspiros de ...ahhhhhh..... Pero él conoce, él ve todo detalle en tu vida.

Permítanme expresarlo de esta manera y agárrate de esto porque cambiará tu vida. Dios está pendiente de ti, está pendiente de ti. El escucha tus pensamientos cada momento, él siente el latir de tu corazón cada vez que late. Él ve tus suspiros y conoce el por qué, él conoce lo que estás sintiendo en cada momento de tu vida. No solamente en grandes crisis, cada momento de tu vida él está viendo por ti. No hay nadie como él. No hay nadie como él.

Y nos descontrolamos y vamos buscando respuestas, nos enfermamos y buscamos el mejor médico de Boston. Necesitamos, se presenta una crisis económica y vamos a buscar un familiar que nos pueda prestar, o vamos a buscar un banco que nos pueda prestar. Se presenta una crisis en la familia y buscamos quién puede solucionar el problema y todo ese tiempo el Señor allí está detrás de nosotros diciendo, ‘Voltéate, mírame, aquí estoy. Voltéate, mírame. Solo mírame, aquí voy, es que yo soy el que quiero solucionar tu problema, yo soy el que puede solucionar tu problema, yo soy el que tengo todo lo que tu puedes necesitar, pero mírame, voltéate, mírame, te dice el Señor.

Cambia tu manera de mirar. Quita tus ojos del problema y voltéate y mírame a mi dice el Señor. Y esta Escritura no dice solamente que todos mis necesidades están delante de él. No están hablando de necesidades, está hablando de deseos, de deseos. ¿Cuántos tienen deseos? No son cosas necesarias pero es algo que tu anhelas y dice esta palabra que el Señor, el Creador del universo se preocupa por tus deseos, se interesa por tus deseos, tus deseos.

Yo recuerdo hace unos años que estábamos ministrando con Igna en un lugar de Colombia, se llama Cúcuta. Es una tierra caliente como ella sola y estábamos en una iglesia donde nada de aire acondicionado, ni siquiera ventilador y un calor, y nos dormimos en una de las aulas de escuela dominical, metieron allí dos catres y listo, esa era nuestra alcoba. Entonces terminamos un día de trabajo largo, trabajo y ya nos llevaron allí a dormir y nos dijeron, ‘hermanas, queremos consentirles, entonces vamos a llevarles la comida allí a la alcoba, que se pongan la pijama y que descansen. Y más lindos prepararon la esposa del pastor, la pastora, pues, preparó una comida deliciosa pero la bebida era de un sorbete de fruta, que el sorbete es muy espeso, muy espeso, y nosotros con esa sed y en ese calor. Y entonces, cuando ella nos trajo eso, nosotros dijimos ‘ay, hermana, gracias de verdad, deliciosa la comida’, y cerró la puerta y miramos el sorbete y las gargantas que nos ardían porque habíamos estado predicando y no se podía tomar el agua de la llave de allí.

Y entonces en eso dice Igna, ‘ay, pero despacito dijo, yo en este momento yo quisiera una Coca Cola helada, una Coca Cola fría, y yo dije, ay, yo también, yo también. Y saben, no pasó ni un minuto, alguien golpeó la puerta, era el celador, un hermano de muy pocos recursos, muy pocos recursos y él venía con algo en las manos. Y él dijo, ‘ay, hermanas, por favor, perdonen el atrevimiento, pero me pueden recibir dos Coca Colita bien heladas que les traigo.’

Nuestro Dios, di conmigo, nuestro Dios, nuestro Padre es detallista, es detallista. Se interesa por los deseos. Hoy necesitamos cambiar nuestro punto de vista, voltear nuestra mirada, mirarle a él porque él quiere hacer cosas grandes.

Bueno, ese es el tercer obstáculo, una falta de entendimiento del corazón del Padre Dios. Es un Padre poder bendecirnos, ama poder dar.

El cuarto obstáculo es el uso errado de nuestra boca, el uso errado de nuestra boca. Por favor anoten proverbios 6:2, dice:

“... te has enlazado con las palabras de tu boca y has quedado preso en los dichos de tus labios...”

te has enlazado con las palabras de tu boca y has quedado preso en los dichos de tus labios, es proverbios 6:2.

Nosotros mismos nos atamaos y atamos las bendiciones que Dios quiere traer. Cuando están orando por ti que has estado enfermo o enferma y llegan te preguntan cómo estás. Estoy mal. Mal. Y al día siguiente, y ¿cómo estás hoy? Peor, peorrrrrrrrrrrrrr. Te enlazas con las palabras de tu boca. Y al día siguiente, ¿y hoy cómo estás? Del mal en peor, rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, te enlazas y no dejas que esas bendiciones que Dios quiere traer sobre tu vida lleguen.

Por favor, solamente anoten, Proverbios 18:21, “......la muerte y la vida están en poder de la lengua y el que la ama comerá de sus frutos.....”

Números 14:28, “.... diles, vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros....”

¿Qué has dicho tu, qué palabras has dicho? El Señor dijo eso cuando regresaron los espías de la Tierra Prometida, y dos dijeron ‘se puede’ y diez dijeron ‘no se puede’. Dos dijeron, ‘Dios está con nosotros’ y los otros dijeron ‘ No se puede, no se puede’, y los que dijeron ‘no se puede’, nunca pasaron.

El pueblo tuvo que esperar allí para que se murieran ellos y todos los que dijeron ‘no se puede con ellos’. Por favor, dile a alguien a tu lado, dile, ‘cuidado con el no se puede’. Dile, ‘ojo,’ dile, ‘porque todo se puede en Cristo Jesús, todo se puede en Cristo Jesús, no hay nada imposible en el Señor, todo lo puede él.’

Y en él todo lo puedo. En él sí se puede. Di conmigo, en él sí se puede, sí se puede, sí se puede, dilo otra vez, sí se puede, sí se puede, sí se puede y una vez más bien duros, sí se puede. Amen, en el Señor. Amen.

Ahora, cómo puedo manejar esto, porque no se trata de mentir, no se trata de decir ‘estoy divinamente’ cuando me siento mal. Pero la respuesta la encontramos en Segunda de Corintios, 4:13, por favor busquen esto y sí lo vamos a leer.

Y todos juntos por favor “... pero teniendo el mismo espíritu de fe conforme a lo que está escrito creí por lo cual hablé. Nosotros también creemos por lo cual también hablamos....”

“... pero teniendo el mismo espíritu de fe conforme a lo que está escrito creí por lo cual hablé. Nosotros también creemos por lo cual también hablamos....”

Conforme a lo que está escrito, creí por lo cual hablé. Necesito aprender a hablar según esto. Entonces, cuando alguien me pregunta ¿cómo estás? Yo puedo decir, ‘estoy luchando, pero tengo un Dios que me va a ayudar. Estoy luchando pero hay un Dios en los cielos que va a meter su mano y va a hacer algo en esta situación.’ Puedo decir, ‘estoy luchando económicamente pero el Señor de los Cielos va a proveer’, puedo decir, ‘estoy enferma pero el Señor de los Cielos me va a sanar.’ Puedo decir, ‘mi familia está luchando en sus relaciones pero el Señor de los Cielos va a sanar a mi familia’. Es creer uy hablar, creer y hablar.

Según lo que está escrito..... Cuando Igna resultó con un cáncer en un riñón hace 4 años, tuvieron que quitarle el riñón y en ese tiempo pasamos por angustias, pueden imaginar. Está sana, ¡Aleluya! Está sana, pero en ese tiempo escuchamos el testimonio de una mujer que recibió una noticia de que su nieto venía deforme. Habían hecho estudios al bebé y venía con alguna deformidad en el cuerpo. La mujer era predicadora aquí en los Estados Unidos. Entonces, ella, la hija vivía en otro estado, la que iba a tener el bebé, la mujer, la predicadora voló allí hasta donde la hija y en el avión empezó a clamar, ‘Señor, sane a mi nieto’, y apenas empezaba a orar, ‘Señor, sane a mi nieto’, ella veía en visión un predicador anciano que no había visto por muchos años, hacía años que se había muerto, pero ella lo veía a él y él siempre cuando alguien le preguntaba ¿cómo está? Y sabiendo que estaba en problemas, hacía esto con el brazo, todo está bien.

Y entonces ella, ‘Señor, sane a mi nieto’ y veía el anciano predicador, todo está bien. Y ella ‘Señor, ¿por qué estoy viendo este predicador? Señor, sane a mi nieto’. Todo está bien. Y cuando llegó allí y al día siguiente hicieron exámenes más profundos allí al bebé y de repente en el examen, con el examen enfocando al bebé el bebé hizo...... y nació perfecto. Amen, gracias Señor.

Por favor voltéate allí al lado y por favor dígale a la persona ‘No conozco tus luchas’, dile, ‘no conozco tus luchas,’ dile, ‘pero todo está bien’. Y ahora dile, ‘conozco mis luchas y todo está bien’.

¿Cuántos lo pueden creer? Amen. Gracias Señor. Gracias Señor

Y el último obstáculo aquí muy rápidamente se llama la fe herida, la fe herida. Ahora, muchos de nosotros nos hemos agarrado de Escrituras, hemos proclamado las Escrituras, hemos hecho lo posible por creer a Dios en dada situación y la respuesta de Dios no fue lo que esperábamos. Y cuando ocurre eso tenemos dos opciones, o una fe ciega, sin entender el por qué; o resultaremos con una fe herida, cuestionando, dudando y es algo peligroso para nosotros.

En mi vida, el Señor ha puesto un don para el sanar cánceres, me ha usado para el sanar a mucha gente de cáncer, pero hace 7 años perdí a mi madre al cáncer. Hicimos todo lo que sabíamos hacer, ayunamos, oramos, creímos, proclamamos, pero el Señor se la llevó, se la llevó y quedó mi padre. Y la verdad todos los hijos anhelábamos los últimos años de mi madre a solas con ella porque mi padre había sido un alcohólico muy violento. Mi madre, una mujer de Dios muy amorosa con sus hijos. Ella realmente se puso frente a la familia porque mi papá por el alcoholismo él no, él no.

Y de repente, se muere mi mamá y se queda mi papá, y nos confesamos, estoy confesando esto, no fue correcto esto, pero lo confieso delante de ustedes hoy: todos pensamos, y me incluyo, Señor, te llevaste la que no era. Te llevaste la que no era. ¿Y ahora qué vamos a hacer con mi padre? Nadie quería vivir con él, malgeniado, cruel con sus palabras. Ya pueden imaginar, pero saben... el Señor tiene propósitos que no entendemos y Dios sabía muy bien, muy bien lo que él hacía. Mi fe yo la dejé herir, y por un tiempo después de eso yo no quería orar por nadie que tuviera cáncer, oraba por los demás pero no quería orar por nadie que tuviera cáncer, diciendo ‘Señor, ¿por qué, por qué tantos otros sanos? Pero Dios tenía un propósito mayor y el Señor sabía que lo único en este mundo que fuera capaz de romper las capas de dureza del corazón de mi padre fue la muerte de mi madre. Y cuando mi mamá se murió, mi papá se derrumbó y esas capas de dureza se deshicieron y facilito cayó en los brazos de sus hijos que nunca nos había dejado abrazarlo y facilito cayó a los pies del Señor Jesucristo también. Nació de nuevo y hoy día a veces yo lo miro, y yo pienso, Señor ¿es el mismo o me lo cambiaste por otro?

Siete años después, fruto hay en su vida. Siete años después tu puedes.... yo la otra noche, yo colgué después de hablarle y yo le dije a Igna, ‘es impresionante, 5 minutos de hablar con mi papá, no me gritó ni una vez y me dijo que me amaba’. Y la tía, la más cercana a él, su hermana, ella me llama de vez en cuando y llorando y me dice, ‘es que yo llamo a tu papá solamente para escucharle decir que me ama y no puedo creer lo que él me está diciendo’.

Transformado, transformado. Hay situaciones donde hemos clamado, hemos creído y Dios tenía algo mejor pero tal vez no se ha entendido, no se ha visto lo que es mejor hasta este momento. Hay tiempo de lucha, hay un tiempo de no entender, pero obviamente es mucho más importante tener a mi padre con nosotros en el cielo, que hubiera sido tener a mi madre sobre la tierra unos años más aquí, mucho más importante.

En esta mañana quiero terminar orando por ustedes. Si tu has pasado por algo que hirió tu fe ahí rápidamente ponte de pie. Si tu puedes mirar tu vida cristiana y puedes ver que en dado momento dejaste de creer para ver milagros, por qué paso x o ye, por qué Dios no concedió lo que tu anhelabas tanto, y hoy tu quieres volver y decirle ‘Señor, perdóname porque al fin de cuentas tu eres el que sabe todo, al fin de cuenta Dios tu eres el grande, el perfecto’, y allí simplemente levanta tus manos y dile, ‘Señor, yo necesito esta sanidad en mi vida hoy, necesito que tu sanes mi fe, Señor, la dejé herir.’.

Dile, ‘hasta el día no entiendo el para qué de lo que pasó, pero Señor, yo no quiero seguir como he venido y hoy yo quiero Señor, coger por el camino de una fe ciega, una fe que te cree sin poder ver, sin poder entender.’

Dile, ‘Señor, perdóname porque pensé que me habías fallado’, dile ‘Señor, perdóname porque dudé de tu carácter, dudé de tu bondad, dudé de tu motivación. Perdóname, lávame con tu sangre, lávame con tu sangre.’

Y dile, ‘Señor, yo renuncio a toda incredulidad y duda y ahora pongo mi mano en tu mano para decirte que te creo de nuevo, te creo de nuevo, Señor. Vuelvo a colocar mi vida, mis familiares, mi pasado, presente y futuro en tus manos y te confío Dios, te confío Dios.’

Dile, 'y Señor, por fe, te agradezco por esa experiencia tan dura que viví porque creo que tu lo usarás para bien en el nombre de Jesús. Amen. Amen.'