Se puede ver la luz en ti?

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Aquí tenemos un hermano de 98 años y ahora nos toca presentar a dos bebés recién nacidos prácticamente, así que eso es una gran bendición también, porque podemos estar en los dos extremos de la vida, al comienzo y ya en los tiempos de oro también y de plata, como dice la palabra. También sabemos que el Señor es fiel llevándonos a través de todos esos renglones y esas etapas de la vida.

Y esta mañana hacemos algo excepcional porque normalmente las presentaciones de bebés las hacemos en el servicio de las 12. Y de paso, animamos a los hermanos que quieran presentar a sus bebés o que conozcan a gente que quieran presentarlos, que siempre recuerde que por razones de schedule y todo eso es mucho mejor hacerlo a las 12, para poder así tener más tiempo en la mañana, por los discipulados y todo esto. 

Pero, de todas maneras, hoy es algo muy especial porque tenemos dos de nuestros pastores que han tenido sus bebés en estos últimos breves meses y tenemos el privilegio de presentarlos. Así que quiero pedirle a ellos, a sus esposas que pasen por aquí, Gregory y Omar, Aidimaris y Kenny, ¿si están por aquí ellos? Pasen por aquí. Let’s just come forward, guys. Denle un aplauso de bendición a nuestros pastores.... 

We have not only the proud parents but also proud grandma’s as well and that is a real joy, a real blessing, to have them as well. 

Es una bendición grande tenerles..... así que esto es un asunto de familia en esta mañana en que reconocemos también que nuestros pastores tienen su propias vidas familiares también normales que viven, y Dios les ha dado el privilegio. Tenemos aquí a este precioso bebé, Noah Jonathan, Noé Jonatán y también tenemos por acá a Lucas, precioso bebé también, tan bello. Y, hermanos, esta mañana yo pensaba cómo hacerle justicia al hecho de que dos de nuestros pastores celebran su.... 

Are you getting this? Are you getting the translation? Ok, good, good, if not I’ll be happy to translate that directly. 

Pero es algo tan especial. Y el Señor me recordó dos elementos que cada vez que nosotros presentamos a un bebé recordamos a través de la Escritura. Uno de ellos es lo que dice la palabra y es que Dios escogió que siempre los primogénitos que abrieran la matriz, que iniciaran o abrieran la matriz, él dijo, esos van a ser propiedad mía, hay algo especial en eso de los primogénitos y aquí tenemos dos bebés primogénitos que han comenzado ya este proceso de tener familia más extendida de nuestros hermanos. Por lo tanto el Señor tiene algo muy especial que yo no creo que ha cambiado con el nuevo pacto, con respecto a los primogénitos, a los que abren matriz, los que inician ese proceso de maternidad y paternidad.  

Así que tanto Lucas como Noé están en un linaje muy especial, muy escogido porque Dios tiene algo muy importante, muy interesante con los que abren matriz. Pero también Dios me recordaba acerca de los vasos y los utensilios del santuario que cuando Dios hizo su templo y puso allí diferentes utensilios que se usaran en todos los rituales sagrados del templo, él dijo que esos utensilios tenían que ser también consagrados y santificados solamente para él. Y el primer concepto, o la primera imagen del primogénito se aplica muy específicamente a Noé y a Lucas, pero el segundo concepto de utensilios y vasos consagrados al Señor yo creo que se aplica a todo bebé, a todo cristiano, somos apartados, somos santificados, somos consagrados para el servicio exclusivo del Señor.  

Y por eso yo creo que podemos extender la presentación de varones de hembras, de primogénitos y también de segundos y terceros y cuartos, etc, de bebés en una familia porque nosotros somos pasos escogidos y de eso vamos a hablar de hecho un poquito esta mañana. Y por lo tanto cuando presentamos a los bebés ante el Señor, lo que estamos haciendo es santificándolos, apartándolos para el uso del Señor en su temprana edad estamos diciendo, tu estás apartado y separado para algo muy especial, muy exclusivo. Toda vida en un sentido que entra en los caminos del Señor es especial, es escogida por Dios y nosotros al presentar a los bebés, eso es lo que hacemos, es reconocemos su estatus de ser separados. Como pueblo de Dios, que pertenecemos al Pacto de Dios, ingresamos a nuestros hijos también a ese Pacto y los bendecimos y los apartamos para el uso del Señor. Así que esa es la simbología que en esta mañana estamos nosotros trabajando y ensayando aquí en este lugar. 

Yo creo que mis hermanos, como pastores al fin, tienen una palabra que quieren compartir acerca de este momento, así que, qué pastor usted ha visto que no le gusta hablar de vez en cuando, así que vamos a permitirle a Omar, y yo creo que Lucas está mirando el micrófono como que quiere ya también ser pastor o algo así. Bueno, pero vamos a dejar que su papá dirija este momento. 

Bien, hermanos, es para mi hoy yo me paro aquí más bien como papá, no tanto como pastor, teniendo a mi esposa y ahora a mi hijo aquí a mi lado. Y solamente quiero compartir unas palabras para Lucas, yo se que tal vez él no entiende ahora, pero lo digo aquí delante de ustedes y Lucas en las Escritura, en el salmo 127, verso 4, dice que: 

“... los hijos son como saetas en las manos del valiente...” 

Y hoy yo me comprometo delante de Dios y contigo de tratar de ser ese hombre valiente que tu necesitas para lanzarte a ti como una saeta hacia el futuro, y que puedas alcanzar cosas más grandes de las que tu papá ha alcanzado. Que siempre tengas tu corazón presente en Dios y que Dios dirija cada uno de tus pasos, Lucas.  

Amen. Amen. Y creo nuestro hermano Gregory también tiene algo que compartir. 

Amen. Estamos muy agradecidos con Dios. El nombre es Noah Jonathan, Noé Jonatán, el nombre Noé significa ‘descanso’ después de tormentas y Jonathan significa ‘regalo de Dios’. Y él es un regalo de Dios para nuestras vidas. Así que yo quiero leer este texto que uno de ustedes dejó en mi voicemail cuando nació Noah Jonathan ese día. 

Dice, “... Bendito el varón que confía en Jehová y cuya confianza es Jehová porque será como el árbol plantado junto a las aguas que junto a la corriente echará sus raíces y no verá cuando viene el calor sino que su hoja estará verde y en el año de sequía no se fatigará ni dejará de dar fruto....” 

I want to read that in English, it said: “.... Blessed is the man who trusts in the Lord whose confidence is in him, you, Noah Jonathan, will be like a tree planted by the water, you will send out your roots by a stream, you will not fear when he comes, your leaves will always be green. You will have no worries in the year of drought and you will never fail to bear fruit…” In the name of Jesus.  

Y ahora Padre, consagramos estas vidas a ti…. We consecrate these lives to you, Father. We acknowledge that they belong to you….. Reconocemos que pertenecen a ti, Señor y que son criaturas privilegiadas porque nacen dentro de familias que te conocen. 

They are privileged human beings because they are born in families that acknowledge you and know your name. 

Y así que Padre los apartamos para ti en el nombre de Jesús. We separate them for you, Father and we sanctify them….. los santificamos, Señor, en el nombre de Jesús para que sean hombres llenos del Espíritu Santo, hombres que amen tu palabra... that they might be men who will be filled with your Holy Spirit, will love your word and will be founded on your word, Father, and may they grow in homes that celebrate the name of Christ….. que crezcan en hogares que celebran el nombre de Cristo Jesús, hogares que ejemplifiquen los mejores valores del Reino de Dios.... home which will exemplify the best values and attributes of the Kingdom of God, and Father, may they, from their parents gain the example of lives that are best lived when serving you and dedicated completely to you. 

Padre, que ellos puedan aprender que a través de sus padres, sus hogares, de que la mejor forma de vivir la vida es sirviéndote a ti, consagrándose completamente a ti. Los bendecimos, declaramos sobre ellos la sombra del Espíritu Santo... 

We declare the shadow of the Almighty on them.... tu protección y tu cuidado de todo ataque del enemigo y Padre, despejamos su camino delante de ellos y proclamamos un camino llenos de buenas experiencias. 

We declare ahead of them, Father, a journey full of wonderful, uplifting, edifying experiences that will lead them to become that full, full manifestation of the glory of Christ here on earth. 

Que ellos puedan ser una manifestación poderosa y plena de la gloria de Cristo a través de seres humanos aquí en la tierra. Bendice a sus padres y que puedan servirte con gozo, Señor. 

May the parents always serve you with joy, Father, tasting of the sweetness of the land as they serve you, Father, as you have promised in your word. We bless them now in the name of Jesus. 

Adoramos en el nombre de Jesús y el pueblo de Dios dice, amen. Gloria a Dios. Amen. Amen.  

Amen, gloria al Señor, qué bueno, qué bueno.  

Bueno, hermanos vamos a la palabra de Dios en otra manera diferente y precisamente vamos a estar hablando un poquito de estos temas de consagración y de servicio al Señor y de santificación para Dios y ser aparte un pueblo separado para Dios, por medio de un pasaje que Dios ha puesto en mi corazón en esta mañana. Les invito a ir al Evangelio según San Mateo, Capítulo 5, ahí en el versículo 14, dice el Señor Jesucristo, palabras de él: 

“... Vosotros sois la luz del mundo –déjeme repetir eso- vosotros sois la luz del mundo.....” Lo voy a decir en una manera personal.... Tu eres, yo soy la luz del mundo... vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder, ni se enciende una luz para luego ponerla debajo de un almud, -es decir, debajo de un receptáculo que la cubre, la esconda- sino que se pone sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.....” Así alumbre vuestra luz, así alumbre tu luz delante de los hombres para que vean tus buenas obras y glorifiquen a tu Padre que está en los cielos. El Señor bendiga su santa palabra.  

Es un llamado, hermanos, un reto para nosotros que sale de la boca misma del Señor Jesucristo. Nosotros somos la luz del mundo. Es una declaración hasta cierto punto escandalosa y retante porque el Señor ha dicho que él es la luz del mundo y sin embargo en este pasaje él dice que nosotros somos la luz del mundo. Y si no lo hubiera dicho él, hubiera parecido algo escandaloso, pero el Señor está diciendo que nosotros, ¿quiénes somos nosotros? Los creyentes, los seguidores de Jesucristo, los discípulos de Jesús, a eso se refiere él, está hablando a creyentes en él. Nosotros somos la luz del mundo y eso constituye un gran reto, tiene consecuencias. Esa afirmación del Señor tiene consecuencias que él desarrolla en este pasaje. 

Vamos a  tratar de armar esto en una manera sistemática aquí, primeramente Jesús es la luz del mundo, él mismo habló en esos términos. Vamos por ejemplo, en el Evangelio según San Juan hay muchos pasajes que hablan acerca de esta temática, de la luz, Jesucristo como la luz.  

En Juan, Capítulo 1, versículo 9 se nos dice: “...Aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo – ese es Jesucristo – En el mundo estaba y el mundo por él fue hecho pero el mundo no lo conoció, la luz verdadera....” 

Juan, Capítulo 8, versículo 12, igualmente dice: “... Otra vez Jesús les habló diciendo ‘Yo soy la luz del mundo’.... – uno de los pasajes más bellos de las Escrituras donde Jesús habla claramente sin ambigüedades acerca de lo que él es y quién él es. Muchos comentaristas liberales de la Biblia han dicho que Jesús nunca hizo reclamos de divinidad o de ser un ser, digamos extraterrestre, en el sentido fuera de este mundo, y que fueron sus seguidores, después que él murió, y generaciones después quienes le asignaron a él esos atributos de divinidad o de carácter absolutamente otro, excepcional, con respecto a la raza humana, que él nunca se atribuyó esas cosas a sí mismo. Y aún estas personas que dicen eso, usan los Evangelios de Jesucristo, los 4 Evangelios para su conocimiento de Jesús.  

No podemos escoger una cosa y apartar la otra. Aquí mismo el Señor, de sus propias palabras dice, ‘Yo soy la luz del mundo...’ 

Hermano, si usted dice algo así es porque usted sabe muy bien quién usted es. Yo creo que ningún hombre natural, biológicamente humano puede decir algo tan terriblemente abarcador como eso.  

‘Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas sino tendrá la luz de la vida....’ 

En otras palabras, no solamente tiene él luz en sí mismo, sino que también los que lo siguen a él van a tener esa luz. Como un astro refleja la luz del sol que tiene luz en sí mismo, así mismo nosotros tendremos luz, y no cualquier luz sino la luz de vida, que es la vida eterna.  Entonces el Señor dice, yo soy la luz y los que me siguen no andarán en tinieblas. 

Juan, Capítulo 12, versículo 46, dice: “.... Yo, la luz, he venido al mundo....” 

Que interesante aquí, esta idea de la preexistencia de Jesucristo. “Yo he venido....” es como que él aterrizó de otra región que él, que es la luz, ha venido al mundo, ha llegado al mundo. 

“.... para que todo aquel que cree en mi no permanezca en tinieblas...” 

Comienza ahí a armarse algo también interesante y es que, como Jesús es la luz y él ha venido al mundo, los que se pegan a él, los que lo reciben a él, los que están en él, ya no es posible que anden en tinieblas, porque la luz de él los alumbra a ellos también. Ya no podemos permanecer en tinieblas.  

Y Segunda de Corintios, Capítulo 4, también dice algo similar en el versículo 6, o lo implica, dice: “..... porque Dios que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo....” 

Dios resplandeció en nuestros corazones de la misma manera que resplandeció la luz cuando Dios dijo, ‘sea la luz’, y fue la luz en medio de las tinieblas. Así la luz resplandece en aquellos que tienen a Jesús en su corazón porque él es la luz.  

Entonces vemos claramente esta idea de que une a Jesús con la luz. Ahora, otra cosa interesante es que el mundo que no conoce a Cristo dice la palabra, que está en tinieblas. Hay un conflicto inherente entre Cristo, los que están en Cristo, y los que no están en Jesús. 

Por ejemplo, mire en Segunda de Corintios, Capítulo 6, versículos 14 y 15, aquí se le dice a los creyentes en Cristo: “.... No os unáis en yugo desigual con los incrédulos..... – ahí está estableciendo una oposición, una separación radical entre los creyentes y los que son incrédulos, los que no conocen, los que no reciben a Jesús, los que se rehúsan a reconocer el señorío y la deidad de Jesús. 

“.... porque qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia, y qué comunión la luz con las tinieblas...” 

En otras palabras, los que están en Cristo, que es luz, están en luz, los que no tienen a Cristo están en tinieblas y nosotros, los creyentes, no por orgullo, ni por sentirnos como mejor que nadie, no podemos tener una compenetración de nuestras vidas, nuestra intimidad no puede ser con los que tienen valores diferentes, los que no tienen esa intimidad con Cristo Jesús, no podemos unirnos en yugo desigual, eso es lo que quiere decir. 

Algunos han interpretado esto queriendo decir en el matrimonio, que no se debe casar un creyente con un incrédulo, pero es mucho más profundo que eso. No debe haber intimidad de valores, de compartir con los que no creen en Jesús, porque nosotros somos luz y ellos son tinieblas.  

Ahora, uno debe decir eso con extremada humildad porque nosotros sabemos que solo por Cristo podemos reclamar esa luz, no por nuestras buenas obras, porque no tenemos ninguna. Amen. 

Dice, “... qué concordia Cristo con Belial, -con los demonios- o qué parte el creyente con el incrédulo..” 

Ahora, aquí es importante siempre señalar algo y es que nosotros necesitamos tener contacto con los incrédulos para poder traerlos al conocimiento de Jesucristo, ¿verdad que sí? No podemos vivir como en una isla apartados, no, no me toques, no me hables. 

Dice Pablo que si fuera así tendríamos que salir de este mundo, tenemos que coger una nave e irnos a Marte o a Júpiter o algo así. Estamos en el mundo y tenemos que ser gente amorosa, cariñosa, amistosa, humilde, atractiva, agradable a los demás, invitarlos a nuestras casas, nosotros ir a las casas de ellos, pero siempre tiene que haber una separación espiritual interna en nuestros corazones porque sabemos que la idea es que ellos vengan y entren a esa dimensión de luz donde nosotros estamos. Amen. Pero somos un pueblo separado, no hay comunión porque los valores del mundo son inherentemente opuestos a los valores de la luz.  

Ahora, nosotros comerciamos y tratamos con el mundo como Cristo lo hacía. Cristo iba a las fiestas de los incrédulos, Cristo se reunía con los incrédulos. De hecho, lo atacaban muchísimo porque él estaba con las prostitutas, con los publicanos, con los pecadores y esa gente santurrona, farisaica se molestaba con Jesús, porque se suponía que él fuera como ellos que estaban siempre con ese sentido de superioridad, no, nos queremos codear. No, esa no es la idea. La separación del creyente es una separación del ser interior, es un recato, una virginidad espiritual que el creyente tiene en su corazón porque él pertenece a una nación diferente a la del mundo, tiene la luz, tiene el conocimiento, tiene la sabiduría, tiene la verdad de Dios y él trata con los que están en tinieblas que ver si los puede sacar y entrarlos también en esa dimensión de luz. El creyente es un vendedor de algo absolutamente extraordinario, la verdad de Dios, la salvación del alma, la eternidad para el ser humano. Y el mundo está en tinieblas. 

Mire otro pasaje en Primera de Pedro, 2, versículo 9, dice allí: “.... más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios.... – usted ve, todas estas son imágenes de algo especial, aparte, único, separado – ....para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable...” 

En otras palabras, cuando nosotros estábamos sin Cristo, estábamos sin Dios y sin esperanza, alejados de las promesas de Dios, alejados de los privilegios de Dios, alejados del Pacto que Dios ha hecho con su pueblo. Estábamos en tinieblas, pero cuando aceptamos a Jesús, la luz vino a nuestros corazones, a nuestra vida y nos ha alumbrado y Cristo nos saca de las tinieblas a su luz admirable. Las tinieblas es el mundo que no conoce a Dios. 

No es que Cristo lo hace en una forma física, nos saca. No, somos sacados en el sentido de que es como nuestro record es sacado de un lugar equivocado. El divino administrador de todas las vidas va a un gavetero donde están todos los records humanos de la gente que está perdida y condenada a la perdición eterna, y va allí, y cuando una persona recibe a Cristo, automáticamente su foja de vida, su record es sacado de ese gavetero y transferido al gavetero de la luz y de la vida eterna. Somos sacados administrativamente en el terreno espiritual del dominio, el poderío, el gobierno de las tinieblas y somos puestos bajo su luz admirable. Gloria al Señor.  

Ahora dice que “....para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó....” 

En otras palabras, hay un llamado allí también a anunciar y vamos a hablar un poquito de eso dentro de un momento también. Entonces hay otro pasaje que no lo tengo aquí a mano, pero lo se, dice que “.....si nuestro Evangelio está escondido entre los que se pierden está escondido, entre los cuales el Dios de este siglo cegó el entendimiento de ellos para que les resplandezca la luz del Evangelio....” 

En otras palabras, hay mucha gente en el mundo, hombres de negocio, educadores, artistas, filósofos muy desarrollados, intelectuales de primera, gente muchos de ellos de gran filantropía y buenas motivaciones, pero están cegados por el diablo y están tan contentos con su filosofía en el mundo y sus sistemas seculares que no reconocen a Jesucristo y el diablo les ha cegado el entendimiento para que no se den cuenta de la excelencia del Evangelio y sean salvos. Pero nosotros hemos recibido el privilegio de que Dios nos ha quitado la venda de los ojos y hemos podido ver la luz y el resplandor de Cristo Jesús.  

Entonces vemos, Cristo es la luz, nosotros recibimos el beneficio de su luz y vivimos en luz nosotros. El mundo, sin Cristo está en tinieblas y hay una antinomia, hay una separación, hay un conflicto inherente entre nosotros y el mundo, hay una oposición entre la luz y las tinieblas. Eso es muy importante porque, hermanos, muchas veces yo creo que nosotros como cristianos en el siglo XXI hemos perdido esta idea, no solo de la separación del creyente, que somos un pueblo separado, apartado, diferente, sino que también hay conflicto, hay conflicto entre lo que nosotros representamos y lo que Cristo representa y lo que el mundo representa. 

Mire, por ejemplo, en Juan 3:19, dice: “.... y esta es la condenación que la luz vino al mundo –es decir, Jesús- y los hombres amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas.....” 

Cristo no puede ser agradable, la verdad de Cristo, la luz que Cristo representa no puede ser recibida por los que están metidos en el sistema del mundo y sus valores porque hay un conflicto inherente, profundo, sistémico entre esos dos esencias, esos dos mundos, esas dos zonas de la existencia. Y la persona que está embebida y metida en el mundo cuando recibe y escucha la palabra del Evangelio,  le choca, le causa desagrado, le causa conflicto y rechazo porque la esencia que está en él, la energía que está en él o en ella choca con la energía que está en ese creyente y lo que representa la luz de Cristo. 

Por eso es que mucha gente cuando llega a una iglesia, por ejemplo, donde está la presencia de Dios y están los valores del Evangelio fuertemente establecidos, generalmente la persona que viene curtida con el mundo y los valores del mundo y la sensibilidad del mundo, siente rechazo, disgusto, desagrado porque la esencia que está escuchando y están experimentando es diferente a lo que tienen por dentro. Solo cuando la persona va gradualmente, poco a poco, sensibilizándose y acalorándose al valor del Evangelio y su mente va siendo transformada poco a poco y va siendo renovada su mente comienza a gustarle lo que está viendo y escuchando, experimentando, recibiendo, porque lo interior se va acomodando a lo de afuera también. ¿Usted entiende? 

Entonces, hay un conflicto allí, por eso es que cuando Cristo vino al mundo con una verdad diferente, escandalosa la gente lo rechazó, inclusive los religiosos, porque el hecho de que usted esté metido en la religión no quiere decir que usted tiene la verdad de Cristo, ¿sabe? Mucha gente se mete en la religión pero a expensas de Jesucristo y hay mucha persona, como los fariseos, que tienen todo el aparato de la religiosidad pero no tienen la esencia de la verdad de Cristo. Entonces, también sienten ese mismo rechazo.

Hay un conflicto. 

Y por eso cuando Cristo vino al mundo, aún los religiosos,... la religiosidad es parte del mundo, no es fuera del mundo, es simplemente un juego psicológico que hace la gente para engañarse a sí mismo, pero en realidad están metidos en el mundo. La religión falsa es una manifestación sutil, psicológica de los valores del mundo, pero con un veneer, con una capa de religiosidad. ¿Entiende? Y entonces cuando la verdad de Cristo, que es una verdad acídica, corrosiva, que va al grano, a la yugular toca, sea el religioso o sea el mundano, rechaza porque su sensibilidad interna rechaza lo que Dios representa. 

Entonces dice, “.... porque todo aquel que hace lo malo aborrece la luz... –Juan 3:19- ......y no viene a la luz para que sus obras no sean reprendidas, más el que practica la verdad viene a la luz para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”. 

Usted recuerda lo que le pasó a Adán y Eva, después de pecar, Dios vino a tener intimidad con ellos, ¿qué pasó? Se escondieron, huyeron, porque ya había en ellos que la luz de Dios los hacía sentirse mal, ya había un elemento de oscuridad dentro de ellos. Ahora, cuando usted está bien con Dios y su alma está lavada por la verdad de Cristo, usted le dice ‘Espíritu Santo, ven, tómame, cómeme, absórbeme, bautízame, satúrame....’ porque usted sabe que hay intimidad con él, hay afinidad entre los valores del espíritu y usted, porque el espíritu está dentro de usted. Pero el hombre que está fuera de Dios no quiere eso. 

Entonces vemos eso, nosotros que estamos en el mundo vamos a tener conflictos. Si Cristo tuvo conflicto con el mundo, ¿cómo no lo vamos a tener nosotros? La iglesia tiene que acostumbrarse a esa idea, de que cuando predique un Evangelio verdadero y puro, va a tener conflicto con el mundo. 

Ahora bien, para mi lo más importante de este pasaje aquí es ese llamado a que como nosotros somos luz en el mundo, no podemos esconder la luz, sino todo lo contrario, tenemos que ser agresivos en exhibir la luz que tenemos dentro de nosotros. Ese es el llamado más comprometedor, más retador y más desagradable en un sentido, podría decir yo, para todo creyente. Porque qué bueno sería si nosotros pudiéramos simplemente decir, ‘ok, yo ya tengo la luz, gloria a Dios, me sellaron mi pasaporte, me voy para el cielo con todo y zapatos cuando me muera. No tengo que preocuparme por más nada, simplemente aquí hacer lo que pueda y todo el mundo que se las valgan como puedan, allá ellos, ya yo tengo mi pasaporte estampado, ¿verdad? No es así.  

Lo que dice la palabra una y otra vez es que ‘ahora que tu has sido visitado por la luz de Dios en tu corazón, ahora que tu tienes la verdad de Dios en tu vida, ahora que tu tienes luz dentro de ti, por medio de Jesucristo tu estás en la absoluta obligación de compartir esa luz con los demás. Tu tienes que estar en una posición visible donde otros puedan ver la luz que está en ti por medio de Jesucristo. Así que tu estás llamado a ser luminar en el mundo, así lo dice la palabra del Señor.  

Por eso somos pueblo escogido, “....nación santa, pueblo escogido por Dios para que anunciemos las verdades de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable....” 

Tu existes ahora para atraer a otros desafortunados como tu antes al conocimiento de la luz de Jesucristo. Por eso el Señor dice, ustedes son la luz del mundo, “....una ciudad que está sobre un monte no se puede esconder.....” 

En otras palabras, las ciudades en el mundo antiguo se ponían en lugares altos. Usted puede ver en el mundo muchas ciudades que están en montañas en lugares altos, sea para ser protegidas de los estragos del viento, del mar o lo que fuera, o para poder ver más alrededor o protegerse de enemigos que venían a atacarla o a poseerla, y esa ciudad se veía, como Jerusalén.  

Usted puede ver a Jerusalén desde bien lejos, los que han podido ir a Jerusalén, a Israel sabe. Israel está sobre un monte y usted puede venir desde el aeropuerto y de lejos y usted puede ver a Jesucristo allá en la distancia. Los peregrinos cuando venían de diferentes países del mundo a Jerusalén veían. Hay salmos, se llaman salmos de ascendencia, que eran salmos que iban subiendo y cantando los peregrinos cuando venían de diferentes partes del mundo a visitar la ciudad de Jerusalén y el Señor tomó esa imagen y dijo, “.... una ciudad que está sobre un monte no se puede esconder, sino que todo el mundo la va a ver” Y nosotros somos como una ciudad en un monte, la iglesia de Jesucristo es como una ciudad en un monte que está alumbrando y en la noche usted puede ver esa ciudad.  

Yo recuerdo, hace muchos años, más de los que quiero recordar, cuando fui a Acapulco, México, estuve estudiando en México unos meses, cuando estaba en la escuela superior. Yo recuerdo que hice al final del tiempo allá en México, los jóvenes que andaban conmigo hicimos un viaje a Acapulco y viajamos toda la noche, y en la noche a la distancia pudimos ver las hermosas luces de la ciudad de Acapulco. Y eso trajo gozo y expectativa a nuestros corazones. 

Y yo creo que la iglesia de Jesucristo tiene que ser como una ciudad puesta sobre un monte que los peregrinos que andan en tinieblas puedan ver esa ciudad y orientarse a través de las luces que salen de ella y poder dirigirse hacia lugar seguro y encontrar ahí refugio para sus vidas y sus almas. La iglesia de Jesucristo tiene que ser una luz, tiene que ser diferente al mundo, porque si la luz se hace tinieblas, entonces los peregrinos no pueden orientarse hacia ella. 

El Señor hablaba antes de ese pasaje de la luz, acerca de la sal y dijo lo mismo, ‘vosotros sois de la tierra y si la sal pierde su sabor entonces de qué sirve...’  

La iglesia de Jesucristo, cada creyente, una familia cristiana es como una ciudad puesta sobre un monte, no puede ser escondida. Tu no te puedes esconder de quién tu eres. Yo creo que la iglesia de Jesucristo en el siglo XXI tiene que llegar a un tiempo de crisis, a un momento de definición donde decidamos qué somos, qué soy. Hay demasiados cristianos encubiertos en el siglo XXI y tenemos que tomar nuestra luz y ponerla donde pueda alumbrar.  

El Señor Jesucristo dice también, “... una luz, usted no la coge y la mete debajo de la cama...” 

Usted ven aquí la palabra almud. ¿Cuántos saben lo que quiere decir la palabra almud? Levanten la mano. ¿Quién me puede decir la definición de la palabra almud? Ah..... hermano, ¿qué es un almud? Gloria a Dios. Amen. Se necesitaba un sacerdote franciscano para recordarnos de eso. Gracias, hermano. Es como una vasija. Almud es una medida de grano y entonces también por extensión es para la vasija, un bowl, un contenedor. 

Entonces, usted no coge una vela, por ejemplo, y le pone encima un contenedor plástico para cubrirlo, usted la pone en alto. ¿Dónde están las luces aquí? Mírenla, ¿dónde están? Están arriba, para que alumbren. La posición de la luz es donde es visible, donde puede ejercer su influencia, entonces nosotros no podemos esconder nuestra luz, no podemos decir, ‘yo soy cristiano’ y entonces encubrirnos. Le estamos robando al mundo el privilegio de conocer lo que nosotros tenemos.  

Ahora, ¿cómo podemos nosotros esconder la luz? ¿Cómo puede uno hacer lo que dice aquí, y poner debajo de un almud la luz de Cristo, en vez de ponerla sobre el candelero? Hay muchas maneras, yo he señalado unas 3 ó 4 y quiero compartir con ustedes. 

Número 1, las más obvia, podemos esconder nuestra luz no dando testimonio por temor o por vergüenza. El diablo se ha encargado en el siglo XXI de arropar el Evangelio puro y bíblico y ortodoxo e histórico con un olor de ignorancia y de fanatismo y de poco atractivo, de manera que hay mucha gente que cuando usted le habla del Evangelio y de ser evangélico y de recibir a Cristo, y de vivir para Jesús, y de vivir una vida agradable a Dios y según la palabra, y de vivir la vida que nosotros estamos tratando de vivir aquí como creyentes, enseguida dicen, ‘ah, eso no es para mi. Eso es para los fanáticos, para los pobres, para los ignorantes’. Y nosotros nos hemos dejado influenciar por eso y muchos de nosotros no queremos que nadie sepa que somos cristianos, ¿si o no? Somos cristianos encubiertos. Somos agentes secretos del Reino de Dios. De vez en cuando, cuando podemos sacamos y enseñamos y volvemos a esconder otra vez nuestro carné cristiano. Nos hemos dejado intimidar por el mundo, y no testificamos. En nuestra factoría nadie sabe que somos cristianos.  

Alguien me decía los otros días, ‘Pastor, he estado visitando....’, era una persona profesional, ‘..... varias oficinas de la ciudad y me doy cuenta cuántos cristianos hay en posiciones de autoridad en Boston.’ Óigame y ¿dónde están y qué están haciendo? ¿Están dando testimonio? ¿Están siendo agresivos?  

Hay tanta gente, que el diablo los ha convencido finalmente de que el Evangelio es algo para la dimensión privada y que mientras están desarrollando sus funciones oficiales, profesionales, seculares, no deben mezclar las cosas del Evangelio. Y yo digo eso es una mentira del diablo. Eso es un ardid satánico para amordazar a la iglesia y quitarle su luz, para que la iglesia coja su luz y la ponga debajo del almud.  

Ahora, hay formas sensitivas y sabias de usted dejar saber su fe y conocer su fe. Y usted se va a sorprender, hay más gente allá fuera deseosa de conocer un cristiano que está portando la luz de lo que usted se imagina. Hay muchos jefes de factorías y de hospitales, muchos médicos e intelectuales que están comiéndose un cable ahí en sujs casas, con su matrimonio destruido, su paternidad dañada, su salud destruida, temor de la muerte, deprimidos, ansiosos, con mucho dinero y mucha posición pero no tienen la luz y tienen miedo de la muerte y no saben qué hacer con las tragedias de la vida. Y a veces necesitarán una niñera o un lavador de platos o la persona que les limpia la casa, que en alguna forma sensitiva y atractiva, les ofrezca la luz de Jesucristo. 

No podemos quitar nuestra luz. Si somos maestros, si somos trabajadores sociales, si somos médicos, si somos profesores de universidad, más razón tenemos para que el mundo sepa que yo soy cristianos. Usted no tiene que estar dándole bofetadas a la gente con una Biblia para anunciar su fe, pero usted sí puede en formas discretas y en el sentido orgulloso, bueno de la palabra, usted dice, ‘sí, yo soy cristiano, ¿y qué? ¡Qué te importa! No. La idea es anunciar con un sentido de agrado de satisfacción ‘yo soy cristianos y si te gustaría hablar de mi fe, yo estoy bien dispuesto a hacerlo’. 

Usted puede darle un libro a una persona, usted puede darle un tratado a una persona, usted puede compartir... una persona que está en tribulación decir ‘mira, yo se que quizás tu.... pero puedo bendecirte con una oración breve. No te voy a dar la cabeza con el Evangelio, pero déjame bendecir tu vida’. Mucha gente va a decirle ‘sí, como no’. Se les van a salir las lágrimas, no se sorprenda también, y va a haber un conflicto, un choque entre las tinieblas y la luz y esa gente va a quedar marcada. Hay mucha gente que necesitamos anunciarle la palabra de Dios, pero el diablo nos ha intimidado a compartamentalizar nuestra vida y vivir una vida esquizofrénica: por la mañana somos médicos, maestros, trabajadores sociales, y entonces un ratito el domingo somos evangélicos. El Señor reprenda al diablo como diría Yiye Ávila, las dos cosas tienen que estar unidad en una sola. 

Tenemos que anunciar el Evangelio, tenemos que ser luz a las tinieblas. Tenemos que ser una ciudad puesta sobre un monte. Podemos esconder nuestra luz no dando testimonio por temor o vergüenza. 

Otra manera que podemos esconder nuestra luz es viviendo como el mundo, mezclándonos con los valores del mundo, y eso puede manifestarse en un consumerismo exagerado, materialismo. Hay mucha gente cristiana que vive para la próxima visita a Filene's, es una versión adquisitiva de la adicción a las drogas. La droga de esas personas es meterse un traje nuevo por las venas o un par de zapatos o lo que sea, ¿no? Es ese consumismo, comprarse unos tenis nuevos que tengan el sign de Nike o lo que sea; un t-shirt de Tommy Hilfiger, o como se llame, o lo que sea, ¿no? El mundo, los valores, la sensualidad del mundo manifestándola en nuestra forma de vestir, en nuestra forma de hablar, la música que consumimos, los programas que vemos por la televisión, las diversiones que tenemos, las relaciones que guardamos, la forma en que tratamos a los demás. Todas estas cosas es una forma de vivir como el mundo, y entonces nuestra luz se muere, porque nosotros hablamos también con nuestras vidas y no solamente con nuestras palabras. 

Creo que fue San Francisco de Asís, no se si fue él que dijo, ‘predique el Evangelio y cuando sea inevitable, usa palabras’. Solamente cuando sea inevitable, porque nosotros predicamos la palabra con nuestras vidas y si adoptamos el estilo del mundo mucha gente entra en el Evangelio, pero no experimentan una transformación, una renovación de su entendimiento, no la experimentan. Su entendimiento sigue funcionado conforme a los valores del mundo, entonces su luz queda escondida porque la gente no ve un mensaje claro. Decimos una cosa con la boca y nuestra vida manifiesta otra cosa. 

Tu eres el mensaje y no solamente tus palabras. Efesios, Capítulo 5, versículo 5 al 13 nos habla precisamente de esta necesidad y dice aquí: 

“....Nadie os engañe con palabras vanas porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis pues partícipes con ellos, los incrédulos, porque en otro tiempo erais tinieblas más ahora sois luz en el Señor, andad como hijos de luz.... –versículo 11- ... y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas....” 

Y habla ahí de una serie de elementos, entonces entra en una serie de elementos que distinguen a la persona que está en la luz. Por ejemplo, dice, versículo 18: 

“.. no os embriaguéis con vino, sino seis llenos del Espíritu Santo, hablando entre vosotros con salmos, himnos espirituales, dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, sometiéndonos unos a otros, etc....” 

Toda una conducta que viene como consecuencias de estar en la luz. Podemos esconder nuestra luz, viviendo como el mundo. 

Una tercera forma, voy avanzando, aunque no lo crean. Una tercera forma en que podemos esconder nuestra luz es abandonando los distintivos del Evangelio y ajustándonos a la cultura predominante. 

Usted sabe que el Evangelio tiene unos distintivos que son escandalosos, que son conflictivos, que chocan lo que acabamos de decir hace un tiempo. La esencia del Evangelio es este aspecto escandaloso, escandalon, reflejado por la cruz de Cristo que escandaliza tanto a los judíos que se meten en mucho en cuestiones de poder, como los griegos que están en cuestiones de intelecto. Y la cruz contradice las expectativas del hombre acerca de Dios y cómo debe ser Dios y qué le debe pasar a Dios. 

Y de ahí en adelante el Evangelio es una afirmación escandalosa tras otra para la mente racional, intelectual, no redimida por Dios. En términos de ética, de moralidad, de justicia, de leyes, de gobierno, de arte, de excelencia, todas las aseveraciones del sistema evangélico cristiano están en contra de la sensibilidad del mundo. Mire hoy en día, Hollywood, mire hoy en día, los valores de la justicia que el hombre auspicia, y de la ética, y de la moralidad contrario completamente, y la tendencia de la iglesia en este tiempo, y siempre ha sido aculturarse, acomodarse para que supuestamente no choque tanto el Evangelio y otros puedan venir al Evangelio.  

¿Saben qué? Eso es otra mentira del diablo. El hombre necesita una clara expresión del distintivo del Evangelio y al principio se da un choque de poderes, si la iglesia se mantiene firme, la iglesia prevalece, pero si la iglesia se retracta y comercia con el Evangelio y trata de suavizarlo para hacerlo más atractivo al mundo, la iglesia pierde su poder. Y eso es lo que el mundo liberal, las iglesias liberales están descubriendo, se están muriendo una tras otra porque han creído que quitando los aspectos escandalosos y conflictivos del Evangelio, por ejemplo, su insistencia en los milagros, los sobrenatural, van a hacer el Evangelio más accesible y agradable al hombre. Mentira, esto no es cuestión de técnicas de publicidad humanas. Esto es cuestión de la verdad de Dios. 

El Reino de los Cielos avanza violentamente y los violentos son los que lo arrebatan. El Evangelio siempre ha avanzado imponiéndose sobre el mundo y la iglesia, yo creo, que necesita en este tiempo, en el siglo XXI, reclamar, recuperar sus instintos de águila y de león para poder alcanzar el mundo. Porque hoy en día lo que tenemos es un gatito amansado, escondido en una esquina, temiendo a lo que el hombre y la humanidad quieren de ella. Y la iglesia ha abandonado su poder y nosotros también podemos hacer lo mismo, aculturándonos y tratando de ser como el mundo para que el mundo nos acepte y Cristo dijo “... si al árbol mismo le hicieron esto y esto, cómo no se lo van a hacer a las ramas...”  

¿Tu crees que tu vas a ser mejor que Cristo, que fue rechazado por el mundo? No podemos ser agradables al mundo, nunca lo vamos a ser. Tenemos que mantener nuestra posición firme en el amor de Cristo, pero firme y eso es lo que va a hacer cambiar al mundo. No escondamos nuestra luz tratando de aculturarnos al mundo. 

Y finalmente podemos esconder nuestra luz siendo carnales y no manifestando el fruto del Espíritu Santo, la belleza del Evangelio, la excelencia del Evangelio. Yo creo que la iglesia predica mostrándole al mundo un Evangelio funcional, un Evangelio de excelencia, un Evangelio que cambia al hombre, un Evangelio que torna a un diablo en un ángel, un Evangelio que coge un alcohólico y lo torna en un hombre en sus cinco sentidos; que coge un esposo violento y abusivo y lo torna en un hombre que ama a su mujer como Cristo amó a la iglesia; un hombre boquiduro y obsceno en su hablar y lo convierte en un hombre que sale de su boca palabras lindas y buenas; una mujer que no tiene valor propio, no tiene autoestima porque la vida se la ha destruido y la convierte en una guerrera, una Deborah llena del Espíritu Santo; un joven que no está funcionando en la escuela y con el poder de Dios y la mente de Cristo que entra en su sensibilidad se convierte en un joven que saca buenas notas y que respeta a sus maestros. 

En esa excelencia del Evangelio nosotros también levantamos la luz de Cristo ante la humanidad, le mostramos a la gente que el Evangelio funciona, que el Evangelio cambia, que el Evangelio transforma, que en el Evangelio hay esperanza, que Dios puede tornar una comunidad caída como es la comunidad latina y tornarla en una comunidad llena de poder de Dios, fructífera, progresista, avanzando, conquistando, mostrando la excelencia del Reino de Dios. Eso es algo que Dios ha puesto en mi corazón, una pasión grande para que nosotros produzcamos gente en este tiempo que ejemplifiquen el poder del Evangelio.  

No tenemos que tener temor de tener una buena casa, de tener un buen trabajo, de tener una buena profesión, de escribir libros, de dirigir empresas e instituciones porque el Evangelio donde la luz de Dios, entra toda la sabiduría de Dios y el poder funcional. Nadie me diga a mi que tiene a Cristo en su corazón y es esclavo de  la maldad y la negatividad del mundo. Es imposible. 

“... Conoceréis la verdad, la verdad os hará libres...” 

La comunidad latina, la comunidad negra necesita abrazar la verdad íntegra de Dios y mostrarle al mundo que es Cristo quien es la respuesta al mundo. No los programas de welfare, no los programas del gobierno, no los programas de las escuelas, la verdad, la luz de Cristo en el mundo, el poder de Dios a través del Espíritu Santo en nosotros.  

Yo les digo a los jóvenes de esta congregación y a los adultos también, a los que hablan inglés y a los que no hablan inglés, lo que tienen profesiones y a los que no tienen profesiones, hermano, tu tienes dentro de ti el poder de Dios, el mismo poder que levantó a Cristo de los muertos. Ese poder, esa gasolina tu la puedes usar para vivir una vida fructífera, una vida que muestra la excelencia del Espíritu Santo. No es posible nosotros decir, ‘yo soy un hijo de Dios’ y vivir como un pordiosero, como una persona que no vale nada, aunque sea en una casa pero una casa ordenada, limpia, bien arreglada, bonita; aunque sea una comida pobre, pero que esa tortilla sepa a la mejor tortilla que nadie se haya comido jamás en la vida. 

¿Entiende? Porque es el orden de Dios que tenemos que traerlo a nuestras vidas, a nuestros matrimonios, a nuestra paternidad y maternidad, a nuestra escuela, a nuestro trato de los demás, nuestra ética, nuestra vivencia. No podemos esconder la luz del Evangelio, sino que tenemos que mostrar la excelencia.  

Dondequiera que usted camina el Evangelio va con usted, la luz del Evangelio va con usted. Cuando la gente lo mira ve, yo no se cómo dicen en otros países, ¿saben lo que es un cocuyo? Estos insectitos pequeños en la noche que brillan y usted los ve cuando se mueven en la noche. El cristiano es un cocuyo espiritual, ponga el nombre ahí que usted quiera. Cuando la gente lo ve a usted caminando en un mundo lleno de tinieblas ve una lucecita alumbrando las tinieblas, ve una manifestación de la deidad, la luz, el orden de Cristo en su vida y usted tiene esa luz en usted, y usted tiene la luz del mundo dentro de usted. Usted tiene a Cristo en su corazón y cuando la gente mira su piel ve una luminiscencia en su entraña, y dice, ¿qué es esa luz que está ahí, en las entrañas de esa persona? Esa es la luz de Cristo en usted, la luz del Evangelio. Usted lleva los valores del Evangelio, no esconda esa luz. No deje que esa luz deje de brillar. 

Hay un gran compromiso que tenemos.... Se me quedó la mitad del mensaje fuera, pero voy a dejarlo ahí para no confundir demasiado las cosas. Gloria al Señor.  

Vosotros sois la luz del mundo, nosotros somos la luz del mundo. Tenemos los valores del Reino de Dios, hermanos, de una humanidad redimida, un sistema nuevo, una sociedad nueva, diferente dentro de nosotros. El Reino de los Cielos ya llegó a nuestras vidas en un sentido, hermanos, ya nosotros nos movemos en el Reino de Dios con toda su belleza, todo su orden, toda su hermosura, toda su coherencia, ya nosotros lo tenemos dentro de nosotros. Lo que falta es que lo creamos y que comencemos a vivirlo y que paguemos el precio para que se haga una realidad en nuestras vidas, que tomemos conciencia. Que nuestra mente sea renovada para que podamos entender que ya Dios está en nosotros, ya Dios está en ti, joven. Ya Dios está en ti mujer, ya Dios está en ti anciano. Ya Dios está en ti estudiante. Ya Dios está en ti, profesional. Ya Dios está en ti, ama de casa. Ya la luz de Cristo te alumbra dondequiera que tu vas y tu eres un embajador, una embajadora del Reino de Dios. 

Y Dios te dice, ‘No escondas tu luz debajo de un almud’. No le robes al mundo el privilegio de conocer a Jesucristo y no te robes a ti mismo el privilegio de ser un portador de la luz del Evangelio. No escondas tu luz. No dejes de dar testimonio por temor o vergüenza, lo que el mundo te ha adoctrinado. No vivas con el mundo adoptando sus valores. No abandones los distintivos del Evangelio que al principio chocan, pero después prevalecen, y finalmente no escondas tu luz viviendo carnalmente, viviendo una vida mediocridad, viviendo una vida que contradiga los valores hermosos, el fruto del Espíritu Santo, el carácter de Jesús, el orden del Reino de Dios, porque el mundo necesita ver el Reino de Dios encarnado en una comunidad, en un matrimonio, en una vida, en una profesión. Tu eres portador de la luz del Evangelio. 

Recibe el reto del Espíritu Santo en esta mañana, o sea que el Señor nos de una iglesia agresiva, una iglesia que conozca su llamado. Ponte de pie y recibe el llamado de Dios en tu vida, recibe el reto del Espíritu Santo para ser luz en las tinieblas. ¡Aleluya! Para ser una ciudad puesta sobre un monte, para ser una luz puesta sobre el candelero, para ser un cocuyo espiritual, para ser un portador de la luz. 

En el nombre de Jesús yo declaro en esta mañana esa luz sobre tu vida, recíbela ahora... levanta tu mano en el nombre de Jesús, abraza la luz del Evangelio, abraza el llamado de Cristo para que seas luz en las tinieblas. Tu eres luz. Dite a ti mismo, yo soy luz, yo soy luz, yo tengo la luz de Cristo. Yo soy la luz del mundo porque Cristo habita en mi vida, porque el poder del Espíritu Santo habita en mi vida, habita en mi casa, habita en mis hijos, habita en mi matrimonio, habita en la congregación León de Judá y habitará en la comunidad mayor porque el mundo será lleno del conocimiento de la gloria de Dios por una iglesia que llevará ese conocimiento a las naciones. 

En el nombre de Jesús, nos deshacemos de la timidez, nos deshacemos de el temor y pedimos perdón por esconder nuestra luz y pedimos, Señor, haznos luz. Haznos luz en medio de las tinieblas. Oh, Dios, queremos ser luz, queremos ser vida. Envía tu luz, Señor a nuestras vidas, queremos que tu nos uses Señor como luminares en el mundo, en el nombre de Cristo pedimos Señor, llénanos, llénanos de tu luz, Padre en esta mañana. 

Queremos que tu nombre sea glorificado, por medio de la luz del Evangelio en nosotros. Gracias, Señor. Gracias, te adoramos, te bendecimos, Señor.  

Se me ocurre un coro que podemos cantar que mezcla las metáforas pero está bien. Lo cantamos este viernes en el tiempo de oración, ‘Un río de vida está fluyendo’. Dios quiere que seamos luz pero que también seamos un río que fluya a las naciones y que traiga el conocimiento de Cristo a las naciones. 

Hermanos, yo creo, yo persisto en creer que Dios tiene algo especial para la humanidad en esta época de su historia. Yo no le he cedido el mundo al diablo todavía y no lo haré hasta que me muera, y siempre estaré esperando la visitación de la gloria de Dios en las naciones. Yo creo que Dios tiene el mayor avivamiento de toda la historia preparado todavía para esta nación y para el mundo, y la iglesia tiene en su poder la posibilidad de que eso se haga una realidad por medio de la predicación del Evangelio.  

Si cada cristiano se activa como un conquistador, un testigo, una luz ambulante, el mundo va a ser conquistado. Yo no se cómo eso encaja con mi escatología, pero el caso es que yo creo que todavía hay mucho terreno que conquistar por medio de un pueblo que esté orgulloso de la luz de Cristo en su corazón. 

Así que vamos a declarar eso y anticiparlo en esta mañana. Gloria al Señor ¡Aleluya! Denle un aplauso al Señor en esta mañana. Amen y amen.