Vidas transformadas

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Mientras nos preparábamos para hacer estos detalles de la graduación y las distintas cosas que uno tiene que hacer, yo me ponía a pensar: 'Señor ¡guau! ¿Cuál es el centro de todo esto? ¿Cuál es la meta final de todas estas cosas? Y claro está, está bien en línea con lo que yo mencionaba hace unos minutos y es el mero hecho de que haya vidas transformadas, vidas transformadas por el poder de Dios.

Vidas transformadas por el poder de Su Palabra obrando en medio de nosotros y son vidas que no tan solamente son transformadas por conocimiento sino que detrás de ese conocimiento hay -como diría yo- una esencia mayor que inyecta la vida de cada una de estas personas.

Y al yo decir estas cosas, yo quisiera invitarlos a que ustedes puedan abrir en sus Biblias en Primera de Corintios, 13. Hay unos versos a los cuales quiero hacer referencia aquí, meditando acerca de todo este aspecto de lo cual hemos estado celebrando en esta mañana.

Y si podemos comenzar en el verso número 8 -Primera de Corintios 13, verso 8- quisiera meditar en algunas cosas del Apóstol Pablo que para mí son de mucha inspiración cuando pienso en este aspecto del proceso de educación y aprendizaje del cuerpo de Cristo, de cada uno de ustedes, de cada uno de nosotros.

Dice el verso 8: "El amor nunca deja de ser, pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos y en parte profetizamos mas cuando venga lo perfecto..." -esto es el mismo Cristo Jesús- "… entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño yo hablaba como niño, pensaba como niño y juzgaba como un niño; mas cuando ya fui hombre dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido."

Vamos a dejarlo ahí.

¿Por qué yo hago referencia a este texto al celebrar este proceso del discipulado de aquí de Congregación León de Judá? Y yo creo que una de las cosas que más me hizo gravitar a ese texto fue el mero hecho de que aún cuando nosotros invirtamos tiempo, esfuerzo, energías en poder aprender, en poder conocer, nuestro conocimiento siempre va a estar limitado. Siempre va a tener algún límite que no nos va a permitir conocer la totalidad de las cosas. En cierto aspecto, nuestra capacidad humana siempre está limitada a un nivel u otro. Ahora, pero así como dice Pablo, ese conocimiento se va a hacer total, se va a hacer pleno, una vez que Cristo regrese y nosotros podamos ver entonces cara a cara el origen de ese conocimiento total.

Nosotros entendemos que es en Cristo Jesús donde está fundada toda esa base de conocimiento, de enseñanza, aprendizaje. ¿Por qué? porque todo se origina en Él y todo termina en Él. Por ende al yo mencionar estas cosas, mis hermanos, cada esfuerzo que nosotros hacemos de poder aprender, cada día que nosotros separamos un momento de leer aunque sea un verso, dos versos, cada día que nosotros sacamos aparte de venir a una célula o de venir a una de las clases de discipulado o de venir y exponernos a la predicación aquí en este contexto un domingo; cada una de esas oportunidades es una oportunidad para poder aprender, para poder conocer aún más.

Ahora, pero el conocimiento en sí como tal, el conocimiento en sí en su forma básica es algo nulo. ¿De que vale que yo tenga mucho conocimiento y no esté haciendo nada al respecto con ese conocimiento? ¿De qué vale que yo sepa todo lo que sumar, restar, multiplicar, dividir, cálculos, física; qué yo sepa todo con respecto a números pero no sé como aplicar ese conocimiento al trato diario con la gente a mí alrededor?

¿De qué vale que yo pase tiempo aprendiendo acerca de las leyes o los mandatos que el Señor Jesús nos enseña a través de su Palabra, pero no saco el tiempo o la energía o la intencionalidad para vivirlo o practicarlo y aplicarlo? La transformación, mis hermanos, no se da tan solamente en yo sentarme delante de un maestro o una maestra y aprender todo lo que esa persona tenga que darme. La transformación verdadera se da cuando yo una vez que tengo todo ese conocimiento, que lo tengo ahí cimentado en mi mente y lo proceso, lo mastico y lo digiero, cuando yo entonces me encuentro en situaciones de vida que de alguna forma u otra ese conocimiento se vea forzado a ponerse en práctica. Entonces es cuando la transformación de vida verdadera toma lugar.

La razón por la cual yo comienzo leyendo el verso número 8 es algo bien clave: "El amor nunca deja de ser." Hay algo que yo le digo a la clase del nivel número cuatro cada vez que empezamos; es algo que yo digo como fundamento para esa clase, porque en esa clase, obviamente discutimos todo lo que tiene que ver con el fruto del Espíritu, los dones del Espíritu Santo y como estos se ven en práctica en nuestro servicio, en nuestro trabajo. Y algo que yo hablo fundamentalmente es que nada de eso funciona si no está basado en el amor.

Por algo es que el Apóstol Pablo comienza el verso 13 diciendo: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas pero no tengo amor, soy como un metal que lo que hace es ruido y nada más.”

Si yo supiera profetizar, si yo supiera verlos a ustedes ahora mismo y Dios me da una revelación sobrenatural y empiezo a decirles a cada uno de ustedes ¡Guau! Mira, cada uno de ustedes está en pecado. Vayan, arrepiéntanse, oren 50 Aves María, caminen 5 millas de rodillas o algo así por el estilo; pero si yo digo todas esas cosas y mucha gente se asombra. ‘¡Guau! ¡Qué profeta tan grande y poderoso en medio nuestro!‘

Pero si todo lo que yo digo, no está cubierto por amor... soy un profeta nulo. Si yo tuviese toda la Fe para hacer sanidades, si yo tuviese toda la Fe para orar y que un caso de inmigración se "clareé", como quién dice, en cuestión de una semana, si yo tuviese toda la Fe para orar por ese hijo rebelde que le está dando dolores de cabeza a su madre y a su padre y el hijo rebelde vuelve; si yo tuviese toda la Fe para la orar para que en su cuenta de Banco o de repente de la nada aparezcan tres mil dólares y usted la tenía en cero; si yo tuviese toda la Fe para hacer eso... pero si lo hago sin amor... de nada sirve.

Si yo tuviese todos los bienes de la Tierra, si mis bolsillos estuviesen llenos de billetes de cien y yo empiezo a hacer una fila ahora mismo; vengan billetes de cien para todo el mundo; si yo reparto todos mis bienes, yo se que muchos dirían "Ya, tíralos para acá, muchacho" y tal vez alguno por ahí por el Internet lo estarían diciendo también. Pero si yo empiezo a tirar todos esos billetes de cien aquí a 'tutti li mundi', además de que voy a formar un caos, si no lo hago con amor... esos billetes de cien no le van a durar a ninguno de ustedes.

Hermanos, el amor se convierte en la esencia de todas las cosas. Es un amor que está fundado en la persona, en la esencia misma de Dios y entonces cuando nosotros buscamos conectar -si por si acaso se están imaginando 'Omar, ¿a qué tú vas con esta idea del conocimiento y del amor?', hermanos el nosotros buscar conocer a Dios está basado en una relación de amor.

¿De qué vale -piensen ustedes- que yo me sepa este libro de tapa a tapa, si no hay amor en mí? ¿De qué vale que yo busque conocer lo que hay en el corazón de Dios solamente por el mero hecho de conocerlo? ¿De qué vale que yo le pregunte a Dios por todos los misterios de la vida, si no voy a tener el amor para saber como lidiar con ello, para saber como compartirlo con otros, no tan solamente de darles un taller de 7 puntos y decir 'Estos son los misterios del corazón de Dios, ahí van, han con ellos como ustedes quieran? No, si no hay amor en eso, mis hermanos, yo dudo que Dios vaya a revelar ese conocimiento.

¿Saben? Dios sabe, Dios sabe, Dios SABE... repitan conmigo, Dios sabe por qué nos permite a nosotros aprender y conocer en etapas, por qué nos permite a nosotros conocer en niveles.

El mismo Pablo cuando él estaba hablando diciendo que... en Segunda de Corintios él estaba hablando acerca de todas las revelaciones que Dios le había permitido tener. Hay un cuidado que hay que tener. O sea, el mero hecho de que nosotros conozcamos no significa que vamos a estar exentos de no pecar de alguna forma u otra. Y uno de los peligros más grandes cuando uno piensa que sabe mucho es el peligro de la vanagloria. De entonces yo creerme un sabelotodo y si me cruzo con alguien al lado mío que tal vez no sabe tanto como yo, entonces empiezo a mirar la persona por encima del hombro: "Tú no sabes de lo que estás hablando". Y quién sabe si a Pablo en algún momento sufría de esto porque él mismo estaba diciendo 'para que la revelación que Dios me había dado no me sobre abrumara a mí de tal forma' -estoy hablando de Segunda de Corintios 12- ¿qué fue lo que Dios le mandó a él? Un aguijón en la carne. Le mandó ese aguijón, como quien dice, para mantenerlo humilde, para mantenerlo humillado de que esa revelación no dependía tan solamente de él, sino que esa revelación dependía del poder de Dios y los planes de Dios de querer usarlo a él para dar a conocer esos misterios a otros.

Y es por eso, que yo entiendo, mis hermanos, que aún para nosotros en el conocimiento que nosotros podamos tener; el conocimiento que nosotros podamos adquirir debemos de hacerlo con una receptividad humilde; con una humildad de corazón, sabiendo de que si esos misterios que Dios nos da a conocer a nosotros, salen de corazón de Dios eso es un tesoro bien grande. Eso es un tesoro que no es como quien dice, para esconderlo debajo de la almohada, sino que es un tesoro para darlo a conocer. Y darlo a conocer sabiamente. Más en el tiempo en el cual nosotros estamos viviendo, mis hermanos. Si nosotros pensamos en oportunidades como las que tuvo este grupo que fue allá a Ecuador o tal vez los hermanos de Lazos de Amor que se están preparando para ir allá a Santo Domingo, o tal vez en la célula en la cual usted se reúne, o tal vez en su servicio como un ujier, o tal vez en su servicio con niños en Agua-Naf o tal vez en su servicio tan simplemente como decorar el altar con algunas plantas o algo.

Cualquier cosa que nosotros hacemos, nosotros estamos impartiendo algo de Dios, a través de eso que hacemos. Impartimos algo de Dios y tenemos que hacerlo con una mente consciente, con una mente intencional, con una mente clara, de que todo esto se basa en el amor de Dios a cada uno de nosotros. Dios quiere, mis hermanos, Dios quiere que nosotros le conozcamos a Él como Él nos conoce a nosotros.

¿Usted se imagina esto? Si yo le preguntara ¿cuántos de ustedes se conocen bien? Déjame ver sus manos, ¿cuántos de ustedes se conocen bien? O sea que ustedes pueden decir "yo conozco quien es Omar Soto al cien por ciento". Es verdad, estoy mintiendo, no me conozco bien, levanté la mano y no me conozco bien.

Es imposible, mis hermanos, hay veces que nosotros podemos decir que yo me conozco bien y de repente me encuentro en una situación donde me comporto en una forma como que "Ven acá ¿de dónde salió eso? Yo pensaba que yo me conocía bien. Yo pensaba que todo estaba bien conmigo, más sin embargo salió eso ahí como que ¡puf! ¿De dónde salió eso?".

La Biblia dice: "Engañoso es el corazón, mas que cualquier otra cosa. ¿Quien lo conocerá? Solamente Dios". Dios es el que tiene el último modelo de MRIs que ha existido en la vida. Él es el único que puede vernos así por completo y sabe así al detalle, sabe ... y los MRIs de Dios no son blanco y negro, ¿Okay? Los MRIs son en vivo y a todo color, high definition, 10 ad, LP lo que usted quiera ponerle. Así son los MRIs de Dios. Y, ¿sabes qué? Eso lo puede asustar a uno. Pero lo bello de esto es que Dios quiere que nosotros le conozcamos a Él como Él nos conoce a nosotros y esto se basa en una relación de amor. Él quiere que con el mismo detalle que Él, con cada uno de los pelos que Él conoce en la cabeza de Oscar, Dios quiere que Oscar conozca a Dios, Dios quiere que Oscar conozca todos los pelos que hay en la cabeza de Dios, si hay alguno, porque la verdad es que no sé si los tiene. Pero imagino que sí.

Así es como Dios quiere que Oscar lo conozca a Él y así mismo con el resto de cada uno de nosotros. Y esto mis hermanos, yo creo que Dios nos ha dado el privilegio a nosotros de ser un pueblo que está bien educado. Y un pueblo bien educado, mis hermanos, nadie puede tomar a ese pueblo por lo que no es. En otras palabras, nadie se deja coger de bobos. Hoy día vivimos alrededor de mucha gente que busca por ahí tratando de engañar a la gente de 'que sí cree esto, si cree esto, si cree aquello o lo otro' o como yo decía en unas predicaciones hace poco 'tú puedes hacer tu propia verdad, no creas en la verdad de que dice la Biblia'. Miren, un pueblo bien educado se puede librar de muchos dolores de cabeza.

Hay un proverbio que dice: "Mi pueblo perece por falta de conocimiento". Nosotros no nos podemos dar el lujo, mis hermanos, de no conocer las intenciones que Dios tiene para nosotros, para su pueblo escogido, para un pueblo especial.

El conocimiento que nosotros podemos adquirir de la Palabra de Dios, miren , pueden funcionar como un filtro para poder dejar afuera todo ese residuo de pecado que muchas puede nublar nuestro entendimiento y que puede causar como ese sentido de terquedad, por así decirlo. Terquedad, en el sentido de uno empecinarse en hacer lo que uno quiera, sabiendo lo que está mal, pero uno vuelve y cae en el fango. O se sigue revolcando en el fango.

Un pueblo bien educado en la Palabra de Dios, un pueblo que no -miren como estoy haciendo la diferencia- un pueblo que no tan solamente sabe sino que aplica y vive lo que sabe, ese es el pueblo que sabe vivir en la abundancia de Dios.

Eso es un pueblo que ha aprendido a saber lo que significa a vivir en una relación de amor con Dios. Porque esa relación de amor, mis hermanos, no es tan solamente unilateral como quien dice "¡Ah! Dios yo se que Tú me amas así que vivo en paz y tranquilo porque sé que Tú me amas". Pero ¿qué tal yo? ¿Yo amo a Dios también? Si Dios a base de su amor, si Dios basado en ese amor que te da a ti que me da a mí, si Dios basado en ese amor te da a conocer cosas que están en su corazón para ti, porque Él quiere lo mejor para usted, Él quiere lo mejor para su vida, Él quiere lo mejor para su familia y si Él da a conocer esos misterios es porque Él sabe y desea y espera que también de parte de nosotros pueda haber un tipo de feedback, que pueda haber un tipo de respuesta de parte de nosotros.

No es necesariamente de que "¡Ah! pues Dios, ya sé como Tú me tratas, ya sé como Tú me quieres, pues Okay sigo por ahí pajareando como sea o sigo viviendo la vida como yo desee". No, si Dios da a conocer esos misterios mis hermanos, es para nosotros tener un sentido de compromiso mayor con Dios.

Un sentido de compromiso mayor de yo poder sabe '¡Guau! Dios son tantas las cosas que Tú tienes para mi vida , ¿por qué yo no habré de responder a ese trato de amor que Tú tienes conmigo?' '¿Por qué yo no habré de entregar y dedicar mi vida a lo que Tú también tienes para mí? Y de yo poder buscar ser recíproco contigo a ese amor'.

Miren, mis hermanos, cuando nosotros nos adentramos a esa dinámica yo creo que el nivel de transformación es mucho mayor. Ese es el propósito de Dios: que nuestras vidas sean transformadas. Qué nuestras vidas sean transformadas. Imagínese usted como será su vida transformada. Si usted ya ha experimentado transformación hasta el día de hoy, piense que Dios no se conforma con eso que usted ha experimentado todavía sino que puede tener aún más. Y si tiene aún más, ¿qué entonces yo debo hacer para poder seguir experimentando esa abundancia que procede de Dios para que mi vida sea transformada al nivel que Dios quiere y que Dios desea? Aquí el conocimiento es bien importante porque no es necesariamente yo tener que decir '¡Guau! pues sí Señor, yo, pues, okay, ya se estas cosas, vamos a dejarlo ahí. Ya aprendí lo que necesitaba’.

No, ese conocimiento va más allá. Es como quien dice hay una expresión en inglés que dice: "Faith seeking understanding", ese el título de un libro.

Lo que dice el es "La Fe en búsqueda de entendimiento". Eso es una constante búsqueda, nuestra fe, ese sentido de conocer más y más y más de Dios tiene que estar en constante crecimiento. Al momento que yo sienta que estoy estancado, que nada está pasando yo tengo que decir "hay algo que está ocurriendo aquí". O Dios está en stand-by o yo estoy en stand-by pero algo está ocurriendo aquí.

Y tiene que haber, mis hermanos ese sentido de intencionalidad, de fuerza, de esmero de poder seguir adelante, conociendo aún más y recuerden que yo no estoy diciendo conocer por el mero hecho de conocer. Yo estoy diciendo conocer con el sentido de que su vida sea aún mucho más abundante, mucho más plena. Una vida aún mucho más rica para entonces usted compartir su vida con aquellos que están a su alrededor

Ese es el propósito que Dios tiene con un pueblo que está bien educado, con un pueblo que tiene el conocimiento como quien dice "en check", en un buen lugar. Así que yo quiero animarle mis hermanos, como dice así el Apóstol Pablo en este texto. Por ahora en parte yo reconozco que nuestro conocimiento siempre va a estar limitado en alguna forma u otra. Mientras estemos aquí en esta tierra nunca llegaremos a conocer como Dios verdaderamente nos conoce a nosotros. Eso solamente lo lograremos cuando llegue el momento en el cual Cristo se revele y venga a llevarse su Iglesia una vez más. Para eso tenemos que estar listos, tenemos que estar preparados.

Pero mientras tanto, mis hermanos, ese conocimiento que Dios nos da, ese conocimiento que Dios permite que podamos tener está basado en una relación de amor. Está basado en una relación de un sentido de que Dios le ama a usted, que Dios quiere lo mejor para usted, que Dios quiere lo mejor para su vida y por ende Él quiere que usted también pueda repartir ese amor a otras personas que están a su alrededor. Sea su cónyuge, sea sus hijos, sea su vecino, su vecina, sea quien sea el Señor anhela y desea que nosotros podamos ser un reflejo de ese amor que Dios nos da.

Y ¿cómo transmitimos ese amor, mis hermanos? cuando tenemos ese conocimiento en su lugar, nos sale por los poros, por así decirlo. Está tan impregnado en medio de nuestro corazón que todo lo que nosotros conocemos de Dios, buscamos darlo a conocer a otros.

Así que yo les animo mis hermanos. Yo quiero que podamos meditar en esto. Cuando ustedes oyen que la iglesia está lanzándose de nuevo a reclutar gente para el discipulado para que se apunten del nivel uno al nivel cuatro los internado o la clase de Crown, o la clase de Padres, sea cual sea, mis hermanos, no vayan a pensar como que "ahí viene de nuevo, otra vez la rutina de meterse al discipulado, de aquello o si lo otro". No, no, no, véanlo como una oportunidad que Dios les da para que usted pueda llegar a un nivel mayor. Para que usted pueda ser preparado y equipado en una forma en donde usted pueda sentirse mucho más útil con las personas que están a su alrededor, para que usted de alguna forma u otra pueda experimentar un sentido de transformación interna de su corazón, de su mente, de sus pensamientos y así usted se convierta en el tipo de hombre, en el tipo de mujer que Dios tiene intencionado para usted. Que usted no es una mosca en una pared, sino que usted es una columna, una persona escogida por Dios, usted es un pueblo especial, usted es un pueblo que marca la diferencia y hace una diferencia. Así que por ende, mis hermanos, no dejemos, no dejemos de ser ese pueblo que se educa en la palabra del Señor; que mantiene un sentido de humildad sobrio pero que a la misma vez busca crecer en ese conocimiento porque hay un Dios que nos ama.

Porque hay un Dios que quiere revelar los secretos de su corazón hacia usted y por ende nosotros debemos amar a Dios también para poder experimentar la abundancia de todas esas cosas que Dios tiene para su pueblo.

Así que yo les animo mis hermanos. Vamos a ponernos de pie, vamos a orar. Gracias Señor.

Y Señor Jesús, ahora mismo, yo, humildemente Señor, yo te pido que Tú Espíritu Santo, Señor traiga un sentido de convicción sobre cada uno de mis hermanos y hermanas, Dios. Trae un sentido de convicción Padre de que hay un amor que emana de Tu corazón Señor Jesús.

Hay un amor que Tú quieres verter sobre cada uno de nosotros y que en conjunto con ese amor, Señor, viene un nivel de aprendizaje. Tú quieres que nosotros podamos aprender de Ti, Señor, que podamos aprender de Tu corazón los secretos que Tú tienes guardados, Señor Jesús en Tu corazón.

Y Señor yo pienso en la palabra que Tú le hablaste a los discípulos mientras los preparabas antes del momento de que Tú fueses arrestado.

En un momento Señor Jesús Tú les dijiste a Tus discípulos que aún tenías muchas cosas que darles a conocer, pero que aún no era el tiempo porque todavía no las podían sobrellevar.

Señor de alguna forma u otras esas palabras hacen eco ahora mismo en mi corazón. Tal vez hay muchas personas aquí escuchando este mensaje, que por mucho tiempo ha estado pidiéndote conocer algo más.

Por mucho tiempo han estado escudriñando los misterios de Tu corazón pero todavía no han hallado esa respuesta que desean. Por mucho tiempo hay personas que han tenido preguntas acerca de su vida de Fe, tal vez hay personas Señor que hasta han sentido flaquearse porque no han encontrado esa respuesta que tanto anhelan y desean.

Pero yo hago eco de Tus palabras ahora, esas palabras que nos afirman de que aún Tú tienes muchas cosas que deseas compartir. Aún Tú tienes muchas cosas que deseas enseñar, aún hay muchas cosas que tu quieres que nosotros podamos conocer pero todavía no es el tiempo, Señor.

Pero así mismo Tú dices que cuando venga el Espíritu, el Espíritu de verdad Él nos dará a conocer todas las cosas. Que ese es el Espíritu que conoce lo que está en el corazón de Dios y nosotros no hemos recibido ningún espíritu de seres humanos, sino que hemos recibido Tu Espíritu para poder conocer lo que está en Tu corazón, ¡Oh, Dios!

Señor ayúdanos a que cuando llegue esa revelación, mi Dios, cuando llegue ese conocimiento que tanto anhelamos, cuando llegue mi Dios ese vislumbre, esa manifestación de lo que Tú tienes para nuestras vidas, permite que nosotros podamos estar preparados para saber como responder, mi Dios.

Qué no enterremos ese tesoro de Tu conocimiento en la tierra sino que podamos ser confrontado por ello, que podamos ser alentados, que podamos ser animados, que podamos ser empoderados Señor Jesús con ese conocimiento que sale de Tu corazón para llevar una vida más plena, para llevar una vida, Señor, íntegra delante de Ti vidas transformadas, día tras día, hora tras hora, minuto a minuto, Señor, por Ti por Tu poder y por Tu amor.

Gracias te damos, Señor.

Yo declaro Tu bendición sobre cada uno de Tus hijos e hijas y que esta palabra pueda seguir haciendo eco en medio de sus corazones. Lo declaramos así en el nombre de Jesús. Amén y amén.