No te afanes

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Saben mis hermanos, en mi corazón, hay ahora mismo un sentido de -como puedo decir- there’s an overwhelming feeling of how God responds to our hearts and our needs. Hay un sentido abrumante de cómo el Señor responde a nuestros corazones. Antes de yo bajar aquí, yo estaba pensando y reflexionando en distintos textos y una de las cosas que yo quería compartir con ustedes esta noche era precisamente eso. Esta cruzándome yo con el texto que dice ‘Esta generación con sus labios me adora, más su corazón está lejos de mi’.

Fue uno de los textos con los cuales me crucé y al escuchar estas palabras que fueron compartidas ahora la verdad es que me trae un sentido de tener que reconocer que Dios busca confirmar estas cosas a su pueblo siempre, mis hermanos. Dios siempre va a buscar la forma de traer una palabra que llegue al corazón.

¿Y saben por qué les digo esto, mis hermanos? Yo en mi capacidad pastoral cuando yo miro aquí alrededor y me pongo a pensar “¡Guau, Señor! Tantas necesidades que hay ahí afuera y tantas personas que tienen tantas peticiones, tantos problemas, tantos altos y bajos y yo me digo es como tener una lista -¿cuál escojo para poder predicar?”.

Y ¿saben qué, mis hermanos? Para mi eso es algo imposible. Pero Dios en alguna forma u otra se encarga de que su palabra llegue a donde tiene que llegar. La Palabra de Dios es ‘viva y eficaz’, eso es algo que dice en el Libro de los Hebreos.

La palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante -es más se los voy a leer-: “Más cortante que toda espada de dos filos que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas, los tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Esa última parte de ese verso, mis hermanos, ¿saben qué? Siempre me ha cautivado de una forma u otra porque usted puede llegar aquí con unas intenciones que para mi pueden ser escondidas. Yo no conozco lo que está ahí detrás de sus ojos. Yo no puedo ver lo que está detrás de su pecho, escondido en su corazón.

Yo no lo puedo ver. Tal vez me lo puedo imaginar pero no puedo discernirlo tal y como es. Pero Dios en su soberanía si lo ve. Él sabe cuando llegamos aquí con intenciones medio nébulas y también sabe cuando llegamos aquí con unas intenciones genuinas de decir ‘Señor, mira yo te necesito. Yo necesito que tú intervengas en mi vida’.

Y yo he estado pensando a lo largo de todas estas cosas y yo me digo, mira, Señor, ahora al fin y al cabo lo más que podemos hacer es decir es, “Mira, Papá, Tú eres el que tienes la respuesta”.

Hay un pasaje en el Libro de Juan donde Jesús estaba confrontando a distintas personas acerca de quien Él era. Jesús estaba diciendo que Él es ‘el pan de vida y el que venga a Él y coma de Él no tendrá hambre jamás’.

Estas palabras que Jesús estaba diciendo, fueron palabras que escandalizaron a muchos. Porque la gente pensaba que tenían que verdaderamente morder un canto a Jesús, pero eso no era lo que Él estaba diciendo. Lo que Él estaba diciendo, la palabra que Él estaba dando, que Él estaba comunicando. Y en un momento Él mismo confrontó a sus discípulos y les dijo ‘¿Acaso las palabras que yo les estoy diciendo, ustedes también las dudan? ¿Se les está haciendo difícil recibir lo que yo estoy diciendo?’.

Y miren, ¿saben qué? Si Jesús ahora mismo nos dijera esa pregunta a cada uno de nosotros, yo estoy seguro que en algún rincón de nuestro corazón, diríamos ‘Mira, sí, Señor hay veces que se me hace difícil masticar estar cosas que tú me das, o vivir o ajustar mi vida a lo que Tú tienes para mi, a lo que Tú quieres hacer conmigo. Hay veces que se me hace difícil’

Pero aquí en este pasaje miren la respuesta que Pedro le dio a Jesús. Él le dijo: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes las palabras de vida”. ¿A quién iremos? Eso sonó como que ‘hemos tratado todo, hemos investigado, hemos chequeado con este con aquel y con el otro.

O sea ¿usted no se imagina a usted mismo cuando usted tiene sus problemas? Si usted es una persona que tal vez como yo no es una persona tan introvertida sino que se siente cómodo hablando de sus cosas con otra persona para buscar consejo, para buscar un tipo de asesoramiento y saber como tomar decisiones, miren al escuchar esas voces, de alguna forma u otra lo que estamos haciendo es exponiendo nuestro corazón para que Dios nos de dirección en alguna forma u otra.

Dios si se puede revelar a nuestras vidas. Dios puede hablar a nuestro corazón en una forma bien directa. Pero yo creo también en la revelación que Dios nos da a través del consejo de otras personas, las experiencias que han vivido otras personas.

Y ¿saben qué, mis hermanos? Yo quiero animarlos en esta noche diciéndoles algo. Yo estoy seguro que se van a reír cuando les diga esto. Tengo que hacerlos reír, han estado demasiado serios esta noche, tengo que hacerlos reír de una forma u otra.

¿Cuántos de ustedes han escuchado la frase que dice ‘Hakuna Matata’? ¿Cuántos vieron la película ‘The Lion King’? Deja ver las manos, ¿cuántos vieron la película ‘The Lion King? Okay. Miren ¿saben qué? Yo no estoy haciendo una mala promoción de Disney ni nada de eso. Porque yo se que hay personas que dicen que esas películas de Disney son del diablo o cosas así. Por favor no apunten a nadie, please. No me den en la cabeza.

Pero miren, esa frase es real. Yo pensaba que esa frase era una invención de la película. Pero cuando esa película salió a mi me gustó tanto que yo conseguí el soundtrack de esa película. Pero conseguí el soundtrack del coro africano original que canta las canciones de la película. Y ¿saben qué? En esa canción sale la canción de ese coro cantando Hakuna Matata. Hakuna Matata es una expresión africana que quiere decir ‘no hay problema’. Eso es lo que significa Hakuna Matata en africano.

Y ¿saben qué? Esa expresión sale de la Biblia. ¿Saben donde se encuentra esa expresión en la Biblia? Vayan conmigo a Mateo, capítulo 6. Por favor, no vayan a decir por ahí, ‘Mira que el Pastor Omar está predicando de películas de Disney, please’. Es más si yo hubiese planeado esto con tiempo yo hasta les ponía el clip de la película y todo ahí cuando sale la canción [canta] pero no voy a hacer eso.

Miren esto, de donde sale esta expresión en la Biblia. Mateo Capitulo 6 el verso 31. Agrándalo ahí Marlene, el verso 31. Okay, mírenlo ahí. ¿Qué dice el verso 31? “No os afanéis” ¿Saben que significa ‘no os afanéis’ en la versión según el Pastor Omar Soto? No te preocupes. Hakuna Matata. Miren yo le doy permiso. Díganle a la persona que está al lado suyo ‘Hakuna Matata’

Miren, mis hermanos. Yo sé que es bueno reírse, pero ¿saben que? En medio de todo esto, yo reconozco que hay unas realidades en la vida que son bien difíciles de lidiar con ellas. Y hay veces que el estrés de la vida pesa, pesa, tiende a pesar en nuestros hombros y yo se que las luchas que nosotros tenemos en distintas formas, en distintas maneras, que se puedan manifestar esas luchas; mira, hay veces que nos agobian.

Y nos preguntamos ‘¿qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer con este jefe mío que me está haciendo la vida imposible? ¿Qué voy a hacer con este esposo/a qué en vez de ayudarme lo que siento es que son un impedimento grande para mí? ¿Qué voy a hacer con este hijo, con esta hija? Y los hijos quizás van a decir ¿qué voy a hacer con este padre o esta madre?’

Hay veces que uno tiene issues tan internos, que uno tiene unas luchas que no ha compartido con nadie y uno se dice ‘Señor ¿qué voy a hacer con esta mentalidad tan carnal que hay en mi a veces? Que yo trato de pensar en una forma digna, santa como Tú mandas; pero mi carne es tan débil que no logro dar ‘como quien dice- pie con bola’. Que si estoy luchando con una adicción tan y tan fuerte y llevo años y años luchando con esto y no logro sobrepasarlo en distintos aspectos. Y en entonces en medio de todo ese estrés, empezamos a pensar cosas que ni tenemos que pensar.

Y hay veces que hasta nos atrevemos a pensar ‘Dios mío ¿estaré poseído yo por algún pichón o algo? En el nombre de Jesús, que Dios reprenda. ¿Habrá algún gato encerrado dentro de mí? ¿Dónde está para sacármelo de encima?

Miren, mis hermanos, el mismo Jesús dijo que nosotros en el mundo vamos a tener aflicción. Vamos a tener a gente que nos pisen los callos de ambos pies a la misma vez, no uno, ambos. Y en la misma forma usted también le va a pisar los callos a otras personas. ¡No se crea que es que a usted se los van a pisar todo el tiempo! Usted también va a pisarle los callos a otros. Intencional o no intencionalmente.

Pero en medio de todas esas cosas, en medio de todo ese estrés cuando usted llega aquí a esta iglesia o cuando usted llega a su casa y se arrodilla al lado de su cama o al lado del inodoro o al lado de la mesa del comedor, usted se arrodilla y dice ‘Señor ¿qué voy a hacer? No puedo más. Tengo un estrés que me está agobiando’

Mire, ¿sabe qué? Hakuna Matata. No hay problema. Tranquilo. Paz, paz. Mis hermanos, es tan fácil olvidar las palabras que el mismo Jesús nos ha dado a nosotros. Esas palabras que yo estoy diciendo, en su Biblia ¿salen en color rojo o en color negro? Si salen en color rojo ¿sabe quien las está diciendo? Él mismo, Él mismo te está diciendo ‘No te afanes’.

¿Cuál es la respuesta que nos da? ¿Qué dice el verso 33?

Todas las demás cosas le van a ser añadidas, mis hermanos. ¿Por qué? ¿Es tan difícil obedecer un llamado tan bello y tan especial? ¿Por qué se nos hace tan fácil olvidarnos, día tras día cuando salimos por la puerta de nuestras casas? Salimos y es como que esas palabras se fueron a ajuste.

‘Okay, tengo que hacerle este reporte a mi jefe’ o ‘Tengo que hacer un pedido de tantas cosas’ o ‘Tengo que cocinar tantas cosas’ o ‘Tengo que lavar tantas cosas’ o ‘tengo que ir a este lugar, que si tengo que ir allá’, ‘que si me van a sacar una muela, que si me van a hacer un discount o que…’ You name it, fill in the blank.

Tantas cosas que se nos pueden hacer así tan fácil olvidar que lo que el Señor nos dice ‘Mira, búscame primero a mi y todas las demás cosas que tú necesitas van a caer en su lugar’. Mire si no me cree a mí, créale a Él. Por favor, créale a Él. Yo no me canso de decir esto. Vamos a agarrar a Dios responsable a sus propias palabras.

Cuando usted se encuentra así en ese afán, en esa ansiedad, mire, acérquese a Dios y diga ‘No me quiero afanar, así que te busco a ti’. Pero si lo buscas a Él. Mira esto es como un tango: ‘It takes 2 to tango’. Yo no bailo tango así es porque hago este movimiento medio raro. Yo se que hay veces que hay que levantar la pierna así y todo. Pero el asunto es que ‘It takes 2 to tango’. Yo puedo venir delante de Dios y Dios va a dar una respuesta. O sea Dios va a dar un paso y Él va a esperar que yo siga ese paso. Yo no me puedo quedar así rendido y que Dios me arrastre por todos lados bailando así no, no.

En el baile se necesita y se requiere de las dos personas para que pueda fluir. Por lo tanto cuando nos acercamos delante de Dios, no nos acerquemos delante así esperando a que todo vaya a salir como si fuera una varita mágica y que suceda todo. Mire, nosotros tenemos que poner de nuestra parte.

Ese texto lo que está implicando es eso. Yo tengo que buscar primeramente que Dios pueda suplir a cada una de esas necesidades. Si yo no doy esa parte mía de yo buscar, de yo moverme activamente, de tomar acción, de tomar riesgos, mira el resto de las cosas no van a suceder. Es más, -¡guau, qué revelador!- esas palabras de Jesús es un acto de fe. Es un acto de fe, porque el mero hecho de que yo vaya a buscar a Dios, primero es porque yo estoy confiando que lo que viene después va a suceder.

Ahora pero no el mero hecho de yo buscar a Dios solamente por el mero hecho de obtener los resultados. Tengo que acercarme a Dios porque precisamente por lo que se nos compartió hace unos minutos atrás. El mero hecho de estar cerca del corazón de Dios. El mero hecho de estar cerca del corazón de Dios, de poder experimentar el amor de Dios. De yo darle amor porque Él me ha dado amor a mi primero.

Cuando yo entro en esa relación, en esa conexión de amor; miren, por eso es que dice que ‘todo lo demás va a fluir, va a caer en su lugar’.

Cuando un matrimonio está experimentando turbulencia que dicen “Houston, we have a problem” y están ahí como que se me cae el avión o no. ¿Qué es lo que pasa? Es como que, ¿ustedes han visto esa imagen de dos burritos que están amarrados por la misma soga y uno quiere comer pasto de un lado y el otro quiere comer pasto del otro lado y están ahorcándose porque se quieren ir los dos a la misma vez por su lado? Allí no hay una relación de amor.

Ahora cuando se encuentran en el medio y se hablan y se cuchichean, tú sabes, se acarician un poco y llegan al acuerdo, Okay, ‘Mira vamos a hacer esto: vamos a comer los dos juntos acá primero y después vamos los dos juntos y comemos acá en el otro lado’.

Cuando hay entidades que entran en ese tipo de relación de armonía, de fluidez, miren todo lo demás cae en su lugar. Es tan simple y tan dificultoso también poder hacer eso. Es algo tan simple como eso.

Cuando nosotros logramos vivir en esa armonía del amor de Dios, del amor que Dios nos da a nosotros y el amor que podemos expresar unos a otros a través de lazos de hermandad fraternales… miren, mis hermanos, crea a Dios que es una cosa misteriosa: todas las demás cosas van a caer en su lugar.

Pero para que eso se lleve a cabo yo tengo que poner de mi parte. Si yo entro en esa relación de amor apuntando dedos a quien sea el contrincante diciendo ‘el problema lo tiene esa persona y no yo. Yo estoy bien’, pues mire Hakuna Matata de nuevo.

No nos afanemos, mis hermanos. Yo quiero que usted se vaya de aquí con esa frase hoy. No se afane, no se preocupe. Y tal vez le estoy pidiendo algo inhumano porque es algo humano preocuparse. Pero cuando usted se encuentre preocupado o preocupada recuérdese de esa frase. Dígalo: Hakuna Matata.

No se ponga a decir meditaciones así, cosas de tipo yoga, eso no le va a facilitar nada. Mire, céntrese en el Señor, búsquelo a Él. Búsquelo a Él y tú verás como todas las demás cosas van a caer en su lugar.

De nuevo: no me creas a mí, créele a Dios porque esas son palabras de Él. Él sabe lo que Él tiene para cada una de sus vidas. Él sabe lo que tiene para su corazón, para el futuro suyo. Él sabe lo que tiene para usted. Él sabe por donde usted ha cruzado, Él sabe lo que usted ha hecho, con intenciones o sin intenciones. Si usted dice ‘Hay Señor, fue sin querer queriendo’ ¿pues sabes qué? Con querer o sin querer Él sabe lo que nosotros hemos hecho. Él sabe cuales han sido nuestras burradas y Él sabe cuales han sido nuestras buenas acciones.

En algún momento vamos a tener que enfrentar consecuencias. Mire, consecuencias siempre vamos a tener que lidiar con ellas. Pero enfrentar consecuencias sin la compañía de Dios versus enfrentar consecuencias con la compañía, la aseguranza y el poder de Dios: son dos historias bien distintas. Así que, mis hermanos, váyase de aquí hoy -No lo estoy botando, consta- pero salga de aquí hoy con esa certeza.

Salga de aquí hoy con esa certeza. Yo creo que estas palabras que yo estoy diciendo, muchos de ustedes pueden dar testimonio de precisamente eso: de cómo ustedes han experimentado la mano y la provisión de Dios en sus vidas en una forma u otra. Puede ser que algunos de ustedes estén en la situación de que no les pueda salir de la boca ni siquiera un Hakuna y el Matata ni se diga.

Pero mire, si usted logra centrarse en Dios, en buscarlo a Él y tal vez yo no estoy diciendo que usted se pare al día para orar, yo no estoy diciendo eso. Buscar a Dios se hace 24 horas al día 7 días a la semana. Usted se conecta con Dios, sea que esté cogiendo un examen, sea que este tipeando algo en la computadora, sea que este oyendo el último disco de no se quien que haya salido. Yo iba a decir otra persona, pero si dicen Michael Weed, está bien… Sea lo que sea que usted este haciendo, usted se puede conectar con Dios.

Cuando usted le da un estrechón de manos a alguien, usted se está conectando con Dios. Porque hay algo de Dios en esa persona aunque sea el bandolero más grande o la bandolera más grande, con todo usted se está conectando con Dios. Porque es un hijo o una hija de Dios, porque es creación de Dios. Y al yo conectarme con esa persona de alguna forma u otra se que mi situación, mis peticiones personales se están conectando con las de Dios.

Cada vez que yo como Pastor me siento en consejería o que me siento con alguien a charlar o a hablar en una forma sana, yo se que esos momento se convierten en una oración delante de Dios, se convierten en una ofrenda, en un sacrificio porque me estoy uniendo a otra persona. Y esas dos personas al tener algo común centrado en el poder y el amor de Dios, mira, las dos personas nos convertimos en un sacrificio a Dios. Olemos a Dios, porque Dios se hace presente y real en nosotros.

Así que mis hermanos, vayan con esa certeza hoy. Que cuando usted se encuentre en medio de cualquiera sea su arroz con bueyes ahí en medio de eso usted se puede encontrar ese ingrediente de Dios que le puede dar sazón a todo y que puede organizar todas las cosas en su vida. Recuerden esa palabra “No se afanen”.

No se afanen, busquen conectarse, busquen unirse al corazón de Dios y ustedes comprobarán como Dios va a permitir que todas las demás cosas caigan en su lugar. Sea lo que sea, mis hermanos, cuando digo llene el blanco, lo digo: llena el blanco. Lo digo. Sea lo que sea. En su vida o en la vida de otra persona llena el blanco y por último –es la parte más difícil- este dispuesto a hacer cambios.

Esté dispuesto a hacer cambios. No espere ver cosas diferentes si usted no hace cosas diferentes. Lo peor en la vida es querer ver cosas distintas haciendo lo mismo todo el tiempo. Si esa es su estrategia, lo espero ver en mi oficina, para orar por usted y darle un kleenex para que pueda llorar.

Pero si usted quiere ver cosas distintas en su vida, atrévase a hacer cosas distintas. Atrévase a pensar en una forma distinta, atrévase a ver a la gente en una forma distinta. En vez de decir ‘aquí viene este -ya tú sabes qué- mejor di aquí viene un hijo una hija de Dios’. Vamos a ver como podemos conectarnos con Dios a través de esta persona. O como usted puede facilitar que esa persona se conecte con Dios a través de usted.

Así que yo me voy a callar la boca. El mensaje ya ha sido dicho, vamos a ponernos de pie y vamos a orar. ¿Tú sabes la canción de Hakuna Matata? En mayor por favor. ¡Ay, eso si que sería una barbaridad! Ponerlos a cantar esa canción. Yo soy loco, pero no es para tanto.

Padre, en el nombre de Jesús nos acercamos a ti, Señor. ¡Oh, mi Dios! Porque no hay nadie más bellos y no hay nadie que se compadezca de nosotros como tú. No hay nadie que tenga un deseo de corazón de poder intervenir en nuestras vidas como tú.

Tú eres el que estás pendiente de cada uno de los suspiros que salen de nuestro ser. Tú eres el que está pendiente de cada una de nuestras ansiedades que habitan en cada terminar de los nervios de nuestro sistema.

Tú eres el que conoces, Señor, nuestros anhelos y nuestros deseos más profundos, Señor que hay veces que nos consumen por dentro, por verlos ya realizarse, tocarlos y vivirlos, saborearlos, Señor.

Tú conoces todas esas cosas. Padre tú conoces a mis hermanos y hermanas que han llegado Dios mío en medio de unas situaciones que no saben como van a salir y a esas personas, Señor, yo les digo en tu nombre: no se afanen. Busquen a Dios, busquen a Dios. Humillen su ego de tal forma que ustedes puedan buscar a Dios primero para encontrar en Él la sanidad, la fuerza, el poder, la paz, la sabiduría, el discernimiento para saber como navegar las distintas situaciones que tienen en su vida.

Y Señor, Padre, yo se que tal vez van a haber situaciones que no van a funcionar como algunos esperan. Van a haber algunos resultados que para algunas personas van a ser bien duros y bien difíciles de lidiar con ellos. Pero Tú eres el Dios que estás con nosotros aún en esos valles de sombras o de muerte.

Tú eres el Dios que va con nosotros a través de esos valles de lágrimas y Tú prometes que esas lágrimas van a cambiarse en manantiales para nuestras vidas, para las vidas de otros.

Así que Señor yo te pido que Tú fortalezcas a aquellas personas a las cuales estas palabras que yo estoy diciendo y que Tú les des la firmeza y el valor para saber esperar en ti Señor, a través de las pruebas de su vida. Y poder ver esa luz del sol que se levante al otro lado del horizonte con nueva vida, con una nueva esperanza, con un nuevo propósito, con una nueva intención.

Y el resto de nosotros que estamos andando en un camino fijo, Señor, firme que sí tenemos nuestras altas y nuestras bajas pero que estamos lidiando con cada una de ellas, sigue dándonos Tú cobertura, Señor, sigue dándonos tu fuerza, sigue hablándonos a lo largo del camino.

Que podamos seguir teniendo encuentros Señor contigo a través de distintas cosas a nuestro alrededor, distintas personas, distintos mensajes que Tú puedas transmitirnos a nosotros. Se tú ese compás, se Tú esa estrella norte que dirija nuestro paso en cada momento, Jesús.

Guía a cada uno de mis hermanos y hermanos, Señor. Una vez más yo te pido que Tú les ministres tu paz, tu paz que sobrepasa todo entendimiento, tu paz que cubre igual a nuestros corazones en tu hijo Jesús, tu paz no como el mundo la da sino solamente Tú la sabes dar.

Esa es la paz que yo ministro sobre los corazones de mis hermanos, hoy.

Llévanos con bien hasta nuestros hogares, Señor. Que podamos tener un descanso tranquilo, profundo, reparador y Padre que en el día de mañana si así Tú lo permites, mi Dios, que podamos levantarnos con nuevas fuerzas, que podamos enfrentar las sorpresas de la vida con gozo, con valor, con confianza en ti y que esos momentos duros y difíciles nos des también la firmeza que necesitamos para saber como sobrellevarlos, mi Dios.

Confiados en ti, buscándote a ti, confiando en tu palabra de que al buscarte a ti Señor, Tú permitirás que todas las demás cosas caigan en su lugar. Te entregamos nuestras vidas al cuidado tuyo y de tus manos. Pedimos todas estas cosas en el nombre de tu hijo Jesús a quien le damos toda la gloria y todo el honor por siempre y siempre.

Amén y Amén. Gracias Señor, gracias Jesús.