Has dejado tu primer amor?

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Quiero hacer una recomendación que cada uno de nosotros debe considerar cada día que se levanta hasta que se vuelve a levantar. No dejar que Jesucristo pase a ser un segundo plano en nuestra vida. En nuestra vida de fe cuando nosotros llegamos al Evangelio, cuando nosotros entregamos nuestra vida a Jesucristo muchos de nosotros no teníamos horario para estar con el Señor, muchos de nosotros no teníamos ningún impedimento, no importaba que se levantara el mundo contra nosotros, pero queríamos estar donde estaba el Señor, queríamos escuchar cada palabra, queríamos escuchar cada enseñanza. No nos olvidábamos de un servicio, no nos olvidábamos de una conferencia, no nos olvidábamos de un encuentro de iglesias, no nos olvidábamos de la célula, no nos olvidábamos de nada, no nos olvidábamos de nuestras responsabilidades. Nos podríamos olvidar de los que tenían que comer en la casa, pero no de lo que pasaba mientras estábamos conociendo al Señor. El primer amor es importante mantenerlo a través del tiempo.

Sabe por qué? Porque no es solo el primer amor, es el único amor. No es solo el primer amor sino que es el amor. Y cada uno de nosotros debe cada día levantarse y pensar cómo yo hoy le demuestro a mi Dios, a mi Señor, a mi Cristo, que lo amo. Cómo hoy día estoy dispuesto a dar pasos concretos en mi vida espiritual, en mi vida emocional, en mi vida física para demostrarle al Señor, Señor, yo te amo.

Y quiero invitarlos a pensar un momento a que es necesario que nuestra vida se convenza, que nuestro corazón esté convencido, que nuestra mente esté convencida de que sin el amor de Jesucristo nuestra vida no tiene un sentido claro, ni un rumbo directo, ni un rumbo seguro con Cristo tenemos vida eterna, con el amor de Cristo tenemos salvación. A través del amor de Cristo nuestros pecados han sido perdonados. A través del amor que Jesucristo demostró por nosotros en la cruz del calvario, nuestra vida fue llamada como vida nueva, completa y total, a través del amor de Jesucristo reflejado en la cruz del calvario fuimos hechos hijos de Dios.

No cree que es un privilegio? Yo creo que es un privilegio ser hijo de Dios. Al comienzo del Capítulo 2 en el libro de Apocalipsis nos habla un poquito acerca de la iglesia de Éfeso, una iglesia interesante. Y aunque hay muchos estudios serios con respecto a estas cartas, yo siempre he admirado estas cartas como la personalidad de cada uno de nosotros. Estas 7 cartas, o estas 7 iglesias, para mí, en una opinión muy personal, yo no sé si me van a mandar a decir cosas por el internet o no esta vez, pero tiene que ver ciertas características en nuestra vida que a veces cumplimos y se reflejan en una de estas cartas. Y yo me sentí impactado por la iglesia de Éfeso, que muchas veces refleja nuestra personalidad, ese deseo de servir al Señor, de amarlo, no solo a través de nuestras obras, ni de nuestra conducta, sino a través del comportamiento de otros.

La iglesia de Éfeso representa a esos hombres y mujeres que se han convertido al Señor y que han dado su tiempo para el Señor, y que han dado su dinero para el Señor, y que han dado los espacios de su familia para el Señor, y han dado mucho más para el Señor que han llegado a ser parte importante en el crecimiento y en el desarrollo de las iglesias en las ciudades. La iglesia de Éfeso representa a esas personas que se meten profundamente tan grande, tan íntimo con el Señor que no hay nada, que no hay nada que pueda hacer que ellos miren hacia otro lado.

Yo conozco tus obras. Yo conozco tus obras. Y hay una serie de detalles en las obras de esta iglesia que muchas veces nosotros nos sentimos identificados. A veces hemos venido enfermos a la iglesia, pero hay que estar en la iglesia, hay que estar con los hermanos, hay que estar apoyando a la célula, hay que estar apoyando las actividades de los ministerios, hay que estar ahí, presente. Una iglesia de trabajo, una iglesia donde los hombres y mujeres no solo tienen un full time, como dice un hermano en mi iglesia, sino un part time y un part time in situ. Gente de trabajo, gente sacrificada, cobran hasta para llegar a su casa. Gente que ha resuelto incluso sobre su propia salud física, el demostrar su amor por el Señor. Gente que ha de alguna manera, ha recibido insulto o persecución o ha tenido que sufrir la soledad por amar al Señor.

Esto de alguna manera representa a esta iglesia de Éfeso. ¿Saben qué? El Apóstol Pablo, 30 años atrás, cuando escribió la carta a los efesios, en el libro de Efesios, Capítulo 1, versículo 15, Pablo, el Apóstol Pablo se asombraba del amor y la fe que esta iglesia tenía. 30 años atrás de que se haya escrito el libro de Apocalipsis, esta carta en el libro de Efesios. Pablo estaba asombrado, Pablo había estado ya algunas veces, unas de las últimas veces estuvo más de dos años predicando el Evangelio, hablando de las cosas del Señor, estando asombrado por las cosas que el Señor estaba haciendo.

La iglesia de Éfeso tenía una cualidad importante, como muchas de esas iglesias. La iglesia primitiva tenía un don de discernimiento tan grande en los primeros tiempos de la iglesia. Fíjense que desnudaban, sabían quién era un mal Apóstol. Nosotros nos tenemos que enterar por las noticias como dos años después. Sabían quién eran sus malos líderes. El Señor, el Espíritu Santo estaba trabajando en esas iglesias, de una manera tan amplia, tan a campo abierto que ellos estaban, tenían una sensibilidad tan grande del Espíritu Santo para poder darse cuenta quién no estaba predicando la sana doctrina.

El discernimiento era importante. El don de milagros era importante en esos tiempos. Qué cree de hoy día? Será importante también? Bueno, pero no vamos a hablar de los dones. Pero es importante mantener esta características de esta iglesia, tenerla presente, que muchas veces se identifica con nosotros, con nuestra manera de ser, con nuestra manera de vivir, con nuestra manera de compartir el Evangelio de Jesucristo.

Dice que ha sufrido, has tenido paciencia por amor de mi nombre, pero al paso del tiempo la liturgia y la rutina fueron desplazando el amor hacia Jesucristo por las reglas humanas, por la costumbre, por simplemente lo que me parece y lo que no me parece. Por eso el Señor en este versículo 4 le reprocha a la iglesia de Éfeso: tengo algo contra ti. Mira le está diciendo, yo reconozco todo lo que tu has hecho por el bien del Evangelio, por la extensión del Evangelio, yo sé que lo que has hecho lo has hecho bien, pero con el tiempo hubo algo que dejaste de lado, y era mirarme a mí, era amarme a mí, era hacer las cosas por amor a mí, era dejar de hacer cosas por amor a mí, era hablar por amor a mí, era dejar de hablar mal por amor a mí.

Hoy día, tenemos un desafío en este tiempo, ser una iglesia que ame al Señor con todo su corazón. Y que lo demuestre no solo en sus actos, no solo en sus dichos, no solo en sus pensamientos, sino en su manera de vivir, en su manera de proyectar este Evangelio. Hay muchos de nosotros que probablemente estamos encerrados en medio de nuestras actividades, y creemos que eso es amar al Señor. Nos estresamos de tantas actividades que tenemos, hasta de mal genio nos ponemos de tanta actividades que tenemos. Dejamos a nuestra familia de lado, dejamos a nuestros hijos de lado, dejamos a nuestro entorno de lado, por tantas actividades que tenemos. Ya no estamos amando a Jesucristo, estamos más amando la idea de la organización a quién estamos sirviendo. Servimos al Señor y a través de ese servicio muchos de los que están a nuestro alrededor son impactados, pero porque servimos al Señor.

Una iglesia que sirve al Señor es una iglesia que no se olvida que su primer es Jesucristo. Una iglesia como la que cada uno de nosotros compartimos en el diario vivir es la que nunca se olvida que Jesucristo es su pasión, es todo. Tengo algo contra ti, que has dejado a tu primer amor.

Y eso en Primera de Timoteo, Capítulo 5, versículo 12 se refiere a como una… es como falsear la primera fe, es como estar falseando el primer amor. No guardaron el primer amor. Tenemos que aprender que el camino del Señor es un proceso y debemos ir guardando día a día, esa mentalidad de ser una iglesia amada por Dios a través de Jesucristo.

Cuando amamos al Señor, cuando reconocemos su amor en nosotros, nuestra fe se va haciendo verdadera, nuestro amor se va haciendo real. No vamos a olvidarnos de lo que el Señor puso al comienzo en nuestras vidas.

Pablo ya había escrito en Efesios, Capítulo 1, versículo 15 su admiración por esta iglesia, por su amor, por su fe y su amor. Efesios, Capítulo 1, versículo 15:

“… era por su amor y por su fe para con todos los santos…”

Esto lo escribió 30 años antes de que se escribiera nuevamente, de que Juan escribiera en el libro de Apocalipsis. Pero este amor se había llenado de reglas, pero este amor se había llenado de impurezas, pero este amor se había llenado de asperezas, pero este amor se había llenado de dificultades que se van desarrollando en las relaciones con las personas, con los que son hijos, con los que son llamados santos. Este amor se fue desfigurando por aquellos que de alguna manera ejercieron algún liderazgo equivocado. Este amor se fue siendo más condicionado en la medida de que si está con mis intereses, yo apoyo, si no tengo mis intereses yo guardados allí, mejor yo no apoyo. La iglesia necesita sacudirse de esa rutina litúrgica, religiosa que ha traído muchas veces mal al pueblo simplemente por haber dejado de amar al Señor.

Necesitamos sacarnos todo eso que puede impedir que el amor de Dios fluya a través de nosotros en las diferentes acciones, de las diferentes maneras, como él quiere actuar con nosotros. Cuando el amor de Jesucristo invado todo nuestro ser debemos preocuparnos día a día de que no se vaya filtrando, de que no se vaya escapando, con mucha oración, con mucha lectura de la palabra del Señor, con ayuno, con juntarnos, con mirarnos a los ojos honestamente, con mirar en nuestro hermano el rostro de Cristo por el cual Cristo fue crucificado, y no mirar al hermano como nuestro enemigo.

Tengo algo contra ti, que has dejado tu primer amor. Voy por compromiso, lo hago por compromiso, doy por compromiso, por compromiso con quién? Por compromiso para quién? Debemos analizar nuestro corazón, debemos abrir nuestro corazón, dejar que el Espíritu Santo redarguya todo nuestro ser y comience a revelarnos cuáles son las reales motivaciones que hoy día tenemos para servir al Señor. Debemos dejar que el Espíritu Santo trabaje en nuestro entendimiento, renueve nuestro entendimiento cada día, como dice Romanos, Capítulo 12, debemos ser renovados constantemente. Por qué? Porque en esa renovación nos vamos a ir dando cuenta de aquellas cosas que no le agradan a Dios y podemos corregir a tiempo.

Sabe cuál es la idea? Seguir amando al Señor con todo nuestro corazón. Sabe cuál es la idea de esto? Es seguir creyendo que su amor es suficiente para nosotros. Sabe cuál es la idea de esto? Es creer que el amor de Dios todo lo puede en nuestra vida y yo creo que cuando está el amor de Dios hay milagros, hay sanidades, hay señales, hay prodigios, hay provisiones, está la presencia, está su unción, está su autoridad. El amor de Dios presente en nosotros refleja la compañía de Jesús, la compañía del Espíritu Santo, la compañía del Padre, la compañía de este Dios divino, poderoso que nos va a llevar de victoria en victoria.

Cuidemos a la iglesia de no cambiar su amor por los intereses que cada uno de nosotros tengamos, incluyendo los líderes. Cuidemos de cambiar el amor de Dios, que no sea cambiado por la rutina litúrgica y religiosa. Hay una frase bien famosa, la oí en la radio, que yo no la comparto mucho, yo tengo una relación con Dios, no una religión. Y es bonito, pero ¿Saben qué? Yo he llegado a entender que mi religión es mi religar con el Señor, ese volver a unirme con Dios. No tiene ni un problema hablar de que mi religión es Cristo. No se guíe por esa frasecita famosa que dan en la radio. Las relaciones se rompen, cuando uno se vuelve a ligar con el Señor, no hay nada que rompa eso. No hay nada que lo haga pedazos porque yo estoy ligado, religado.

Eso significa religión, religar, volver a unir y a través de Jesucristo esta relación, que era una relación simplemente de creador a creación se transformó de Padre a hijo. Eso provoca el amor de Jesucristo en nosotros. Eso lo provoca el amor de Jesucristo en nuestras vidas. Ya no somos desconocidos, ya no somos advenedizos, somos familia por el amor de Jesús.

La iglesia necesita estar pendiente, el amor es Dios, el amor es el mayor, el amor de Dios a través de Jesucristo nos dio salvación. El amor de Cristo es, según Juan, Capítulo 13, versículo 1, es invariable. Usted puede estar con alguien al lado y un día lo ama más que otro. Según Juan, Capítulo 15, versículo 9, el amor de Dios es divino. Según Juan Capítulo 15, versículo 17, el amor de Dios es abogado, fíjense. El amor es abogado. En Romanos, Capítulo 8, versículo 35, es un versículo tradicional evangélico, a mi me encanta molestar a los evangélicos con esto. Se lo saben de memoria o no? romanos Capítulo 8, versículo 35, quien nos separará del amor de Cristo.

Así que el amor de Dios, el amor de Jesucristo es inseparable. Según Gálatas, Capítulo 2 versículo 20, el amor de Cristo es sacrificado, es por su sacrificio que él nos amó. Quién nos separará del amor de Cristo, quién? La religión, la relación, la tribulación, ángeles, principados, potestades, lo que está arriba, lo que está abajo? Quién? Nada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor y salvador nuestro.

Así que si estaba pensando seguir la religión simplemente porque le gustó el club de la iglesia. Deje de pensar así. Comience a entender de que esto se camina por amor a Dios, por amor al Señor, y nuestra vida debe estar envuelta en ese amor, y nosotros debemos dejarnos envolver por el amor de Jesucristo. Quiere vivir en victoria? Nunca se aparte del amor del Señor. Quiere ver su petición respondida? Nunca se aparte del amor de Dios. Que no se enfríe lo que el Señor ha puesto en su vida. La salvación se pagó un gran precio por la salvación. Solo eso basta para amar al Señor. Nada más, si tenemos más, si tenemos menos eso no importa. Es la salvación que él nos dio a través de su sacrificio en la cruz del calvario.

Usted está aquí porque ama al Señor. No está aquí porque no tiene nada más que hacer el día miércoles. No está aquí porque simplemente se aburrió en la casa y vino. Está aquí porque ama al Señor, porque quiere ver a todos los que aman al Señor aquí con usted y adorar y bendecir su nombre, declarar su amor delante del Rey de Reyes y Señor de Señores. El amor de Dios sobrepasa todo entendimiento. El amor de Dios sobrepasa todo conocimiento. El amor de Dios sobrepasa toda emoción. El amor de Dios sobrepasa todo lo que pueda considerarse importante en esta humanidad.

Así que, que el Señor no le diga tengo algo contra ti, sino que le diga, bien buen siervo y fiel. En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor. ¡Aleluya! Denle un aplauso al Señor.