Un llamado a la fidelidad

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Dios puso en mi corazón hablar un momento acerca de la fidelidad, ser fieles al Señor, de ser fieles en nuestra vida, ser fieles. Y eso va con esa idea de aunque que te quede poco en la vida tu llamado es a ser fiel.

Hay muchas veces que tu no vas a tener fuerza, sinceramente ya en las situaciones de la vida no te va a quedar ni un humito, ni un chinchín, se te acabó la gasolina y lo único que tu puedes oler es que había gasolina en el tanque pero eso es todo. Vas a ser como un atleta, un maratonista que está corriendo un maratón y llega a la milla 25,5 y le queda media milla para correr y ya se le acabaron todas las fuerzas. Y qué es lo que hace? Hace de tripas corazón, no se da por vencido y aunque sea arrastrándose llega a la meta porque tiene un compromiso de honor y saca fuerzas de donde no las tiene y completa la carrera.

Hay momentos en la vida en que no podemos ni siquiera depender, hermanos, déjeme decirles esto, de la consciencia de la presencia de Dios, aunque Dios esté allí pero hay situaciones en la vida en que tu te vas a sentir a veces tan cansado, tan cargado, tan abrumado por la presión del momento que estás pasando en tu vida, que aún tu vas a aclamar y no vas a sentir la presencia de Dios.

Pero ¿Saben qué? En esos momentos es como que tu tienes que simplemente decir, yo creo que mi Redentor vive, y dar ese paso, porque has sido llamado a ser fiel. Y Dios te va a dar la fuerza en ese momento para completar lo que tu has comenzado, porque no podemos depender de emociones.

El hijo o la hija de Dios no depende de emociones, depende de principios. Porque el diablo muchas veces va a venir y te va a susurrar lánzate, tírate, haz esto, haz lo otro y va a ser tan fuerte la sensación que tu vas a sentir que si tu cedes a la presión de la emoción o el apetito, o lo que sea, estás perdido. Pero los hijos de Dios aprendemos a vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios, de los principios del Evangelio.

Y yo creo que la madurez cristiana se mide no por los escalofríos que te dan, aunque hay momentos para los escalofríos en la vida del hijo de Dios, sino simplemente porque Dios lo dijo y yo lo tengo que hacer y eso es todo. Y tu vas a la meta porque eres un hombre, una mujer fiel.

La fidelidad es para mí el seguro que tiene el hijo de Dios. Es esa carta, esa última carta que tu te juegas en tu jornada cristiana. Cuando todo lo demás te falla y no tienes acceso a algo, esa carta, yo he sido llamar a ser fiel, yo soy un hombre fiel. Eres un hombre, una mujer de honor en el espíritu, eres un príncipe del ejército de Dios y un príncipe, una princesa del ejército de Dios no se ensucia porque su posición demanda altura.

Y entonces ese llamado a la fidelidad en toda situación de la vida, en tu trabajo, tu matrimonio, tus finanzas, tu compromisos, cuando tu das tu palabra, cuando todo lo demás falla tu tienes que estar seguro en tu corazón que tu vas a ser fiel, tu no puedes depender de las circunstancias. Yo amo a la gente fiel.

Esta mañana lo que me confirmó… porque yo estaba debatiéndome, hablo acerca de eso o me mantengo en el programa del sermón que yo creo que era bastante bueno, yo espero compartirlo con ustedes en algún momento, pero como digo, a veces uno tiene que aprender que a veces Dios te dice “No, guarda eso, que coja intereses, lo predicas más adelante pero ahora yo quiero esto en particular.”

Entonces quiero compartir con ustedes esa idea de fidelidad, de llamado de Dios a su pueblo a la fidelidad. Este no es un sermón que se preste quizás a mucho gloria a Dios, ¡Aleluya! Pero es arroz con habichuelas y con un pedacito de carne bien sazonado, que te va a dar fuerzas para tu vida.

Porque yo creo que la predicación pastoral es muy diferente a la predicación evangelísticas, otro tipo de predicación. Uno es como una mamá que tiene que hacer tres comidas al día para sus hijos y su esposo, a veces, y entonces hay que ser consistente. Y entonces uno le da a veces unos espaguetis con humito de carne y eso es todo, y está bien, porque lo que tu quieres es comida nutritiva para tus hijos.

Entonces quiero hablarles acerca de fidelidad y ser fieles, y voy a avanzar porque es un tema que aunque no ha sido preparado, pero tiene tantas ramificaciones. Se me ocurrió, qué texto podría yo usar como punto de partida para ese llamado a la fidelidad? Y se me ocurrió inmediatamente Ruth. Ruth fue una mujer fiel, de todos los ejemplos de fidelidad en la Biblia Ruth sobresalta para mí.

Ustedes recuerdan la historia de Ruth. La enfocamos en la Escritura en el momento en que Ruth su suegra Noemí y su concuñada, Orfa, están, yo las imagino como en un cruce de caminos, no hay nadie alrededor y hay como un camino que dirige por acá, otro dirige por allá y otro viene de por allá. Y están ahí las tres en el mismo centro de ese cruce de caminos y están conversando.

Noemí, la suegra de estas dos jóvenes mujeres, ha perdido a su esposo y es viuda. Y ellas dos, Orfa y Ruth, han perdido cada uno sus esposos, los hijos de Noemí. Tres mujeres enviudadas, sin mucho futuro, desprovistas de posibilidades, con unas decisiones grandes que tienen que hacer.

Noemí era una mujer noble y en vez de pegarse a sus nueras y alimentarse de ellas, ella les dijo a sus nueras, “¿Saben qué, muchachas? Ustedes son jóvenes todavía, yo ya mi tiempo se cumplió.” Ella pensaba que Dios la había abandonado a ella, de paso. “Así que hagan su propio destino, váyanse y déjeme, yo me las bandearé como pueda,” dice la versión dominicana de la Biblia.

Aquí tomamos la historia, miren lo que pasa entre estas dos mujeres, dice que 1:14, Ruth:

“…Ellas alzaron otra vez su voz y lloraron y Orfa besó a su suegra…”

Le dijo, “Okay, querida Dios te bendiga, nos vemos pronto, chau. Y se fue a buscar a su próximo marido en algún sitio por ahí. Ella tenía derecho a hacerlo, no hizo nada malo. Tenía derecho a vivir y ella había invitada por su suegra para hacer su propio destino. Así que se fue. Ella tomó el camino convencional de la vida. Pero miren lo que le dijo, ella nota que de momento Ruth se queda ahí plantada. Ven la figura de Orfa desaparecer en el horizonte y Ruth se queda pegada a su suegra. Y Noemí le dijo:

“…He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses, vuélvete tu tras ella…” Busca tu destino también, Ruth, no te preocupes, has lo que tienes que hacer. Y Ruth le respondió con unas palabras inmortales y muy poéticas:

“… Respondió Ruth, “No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a donde quiera que tu fueres iré yo, y dondequiera que vivieres yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios mi Dios. Donde tu murieres, moriré yo, y allí seré sepultada. Así me haga Jehová y aún me añada solo la muerte hará separación entre nosotras dos…”

Guau! Es una buena palabra en este caso. Noemí se quedó boquiabierta. Vio la determinación de su nuera y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más. Ella vio que Ruth se le pegó como una lapa y no la iba a soltar y dijo, “Bueno, si me la arranco me va a llevar un pedazo de carne con ella, así que mejor la dejo tranquila.” Dijo, “Okay, hija, pues vamos adelante, vamos a bregar tu y yo juntas.”

Y Dios las bendijo grandemente, estas dos mujeres hicieron una sociedad de apoyo mutuo y entraron al pueblo antiguo de Noemí y Dios bendijo a Ruth tanto que Ruth llegó a ser esposa de un hombre muy próspero y también llegó a ser como tatarabuela del Rey David.

David es del linaje de esta mujer, de hecho, que no era ni siquiera judía, era pagana, era de una nación pagana. Vino a ser inclusive, antepasado del Salvador la humanidad, Cristo Jesús. Guau! No le gustaría a usted tener eso en su linaje? Antepasado de Cristo Jesús, Salvador de la humanidad. Por qué? Porque a la gente fiel generalmente vence y es bendecida al final de los procesos por los cuales pasa, se sale con la suya. Porque a veces la vida tiene zigzagueos, la vida no es lineal de 0 a mil, una línea recta, la vida tiene momentos de dificultad, se pierde, se gana, uno avanza, a veces tiene que retroceder un poco, pero si tu te mantienes, tu llegas a la meta y eres bendecido, y eres bendecida.

Eso es lo que a veces muchos jóvenes no entienden, mucha gente no entiende en el mundo y cuando vienen algunos problemas en la vida se dan por vencidos inmediatamente y tiran la toalla, y entonces para mucha gente la vida es una serie de fracasos y cuando llegan a viejos no han construido nada, porque cada vez que viene una adversidad a su vida, se dan por vencidos, tiran todo y entonces tienen que volver otra vez a edificar cuando dicen, “Okay, bueno ya se me pasó la perreta, ahora voy a volver otra vez.” Pero qué pasó? Perdiste tiempo, perdiste oportunidades, no cultivaste relaciones, no aprendiste cosas, y así pasa a veces con una carrera.

Mucha gente, bueno, comienza una carrera y no le fue tan bien como pensaba los primeros 6 meses y ya pasan de querer ser enfermera a ser veterinaria o inversionista o lo que sea. No se mantienen. Hay personas que van en la vida de una cosa a otra, de una amistad a otra. Son como las langostas de Medio Oriente, que devastan una tierra, la dejan desierta y entonces se van a otra parte verde para comer más. Y así para con gente.

Hay personas en la vida que con las amistades son así, están 6 meses, 8 meses, 10 meses con un amigo, una amiga, y la llaman, y la llaman, y se ven, y comen juntos y van al parque, y duermen hasta en la misma cama, espero que portándose bien, y cuando ya la amistad se hizo aburrida, la dejan y se van a otra carne fresca para continuar otra amistad. Y su vida es una serie de… no hay constancia, no hay continuidad porque cuando ya la amistad se hizo aburrida y ya hay poco que hablar porque ya conocen todos sus secretos, entonces viene otra amiga, más interesante y más prometedora y se van detrás de esa amiga y no aprenden a ser un buen amigo. Y cuando llegan a la vejez no tiene tres o cuatro buenos amigos que puedan decir, con esta gente yo he pasado mi vida y la he vivido y hemos llorado juntos y hemos peleado y nos hemos reconciliado y somos amigos y hermanos de la vida. Por qué? Porque todo proceso en la vida tiene sus altos y sus bajos.

La vida es difícil por naturaleza, las amistades, las relaciones son como los árboles que en la primavera florecen y después viene el otoño y pierden sus hojas y en invierno están secos y desnudos pero vuelve la primavera y vuelven las flores otra vez, y somos así, y los frutos y hay tiempo para la celebración y así es la vida. La vida tiene sus tiempos de invierno y tiene su tiempo de primavera y de verano también.

Tienes que saber cuántos veranos has pasado tu en tu vida, cuántos otoños, cuántos inviernos has pasado tu? Lo que a mí me aguanta en el invierno es saber es que un día de estos yo voy a ver las primeras hojitas en los árboles y cuando está esa nieve que me llega hasta las rodillas y yo tengo que venir a la iglesia el domingo por la mañana a predicar, y está lloviendo y ese frío que te muerde, tu dices, hey, pero yo sé que abril está por ahí, aunque sea dentro de dos meses. Y yo voy a aguantarme allí, voy a esperar.

Y hermanos, solamente la gente fiel puede llegar a gozar de los frutos de la vida. La gente fiel, pero como te digo, cuando está el invierno y tu miras a veces los árboles, tu dices, es imposible que ese árbol pueda volver a dar fruto. Sin embargo, da fruto otra vez. Y así pasa, hay veces en tu vida que va a haber situaciones que tu vas a decir, “de esta no me levanto”, pero como decía la canción, si tu le das tu alabanza al Señor en ese tiempo, esa alabanza va a hacer que broten las hojas de nuevo. Y tu tienes que mantenerte allí.

Y la Biblia dice una y otra vez, es importante dice, que los siervos de Dios sean fieles. Primera de Corintios, Capítulo 4, el Apóstol Pablo dice:

“… Así pues, ténganos a los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios…”

Pablo dice, miren que los hombres que nos conocen, la gente que nos conoce sepa que nosotros ocupamos una posición muy exaltada en un mundo. Somos embajadores de Cristo Jesús, somos siervos de Jesucristo, y administramos los misterios de Dios. eso es maravilloso.

Sabes que tu eres un administrador de los misterios del universo. Cómo? Cuando tu alabas, qué misteriosa es la alabanza, qué misterioso. Si usted se pone a analizar la alabanza, la guerra espiritual, la oración, la salvación por fe, la muerte de Cristo en la cruz, su resurrección, su venida en las nubes. Esos son misterios. El que Dios haya preparado a Jesús desde la eternidad para que muriera por nosotros en la cruz del calvario, para que seamos salvos. Eso es un misterio, y nosotros administramos esas cosas. La iglesia es la que maneja esas verdades, las proclama, las interpreta como yo estoy haciendo ahora mismo aquí arriba. Somos administradores.

Es decir, tu ocupas una posición extremadamente exaltada por virtud de ser un seguidor de Cristo Jesús y un conocedor y un anunciador de la palabra de Dios. pero miren lo que dice aquí entonces, y esto es lo importante, dice:

“… Ahora bien, en otras palabras, bien, pero ¿Saben qué? Se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel…”

Por qué? Porque un administrador tiene que ser fiel. Si tu le confías a alguien que te administre algo, tu dinero, tu casa, tu profesión, lo que sea, será mejor que esa persona sea fiel, confiable en otras palabras, que tu puedas entregar tus finanzas y tu sepas que esa persona no te las va a mal administrar.

Entonces Dios te ha dado algo muy poderoso a ti, tu ocupas un lugar muy alto en el Reino de Dios y en el mundo y Dios espera que tu seas constante, que tu seas confiable, que tu seas fiel. Y una persona fiel, como te digo, no es una persona que opera por emociones. Una persona fiel es una persona de principios, es una persona que aunque le ofrezcan el mundo, si sus principios no van con esa oferta, dice, aunque brille como brille y aunque mis ojos se vayan detrás de él, eso no me pertenece a mí, eso no es mío y yo no lo voy a tocar.

Y esa fidelidad, porque como les digo, hermanos, en el mundo carismático, pentecostal, con el cual yo me identifico, y con el cual esta iglesia se identifica, muchas veces hay una dependencia del brillo de las cosas, de la emoción. Yo creo en las emociones, de la manifestación, y yo he hablado aquí de la manifestación de la presencia activa de Dios, pero ¿Saben qué? muchas veces en el curso de miles de sesiones de predicación y de servicio, de vez en cuando un servicio no va a tener el mismo brillo que tuvimos esta tarde, por ejemplo.

Yo tengo 28 años con esta iglesia, 26, 27 de ellos como pastor, y en ese tiempo han pasado tantas cosas. Hay domingos en que la gloria de Dios usted casi puede tocarla, hay otros domingos en que mira, bateamos un doble o un sencillo. Y por eso usted se va a ir a su casa pensando, oh, la presencia de Dios no estaba, fracasamos en nuestro propósito. Oh que terrible! Qué va a pasar? La iglesia se va a deshacer? No. Usted simplemente gloria a Dios, eso fue lo que Dios quiso. Adoramos al Señor. Declaramos su palabra, diezmamos y ofrendamos, diezmamos y ofrendamos y usted se va a su casa. Gloria a Dios. Usted administró los misterios del Señor, el domingo que viene la cosa será mejor y usted pasa su vida sirviendo al Señor. Y haya truenos y centellas, gloria a Dios.

Pero si la experiencia de ese día no fue tan gloriosa como la del domingo pasado, usted es un soldado, usted sigue reportándose a la casa de Dios, usted sigue adorando al Señor, usted sigue glorificando su nombre. Muchas veces Dios se glorifica más en ese pueblo que lo alaba así, a veces sencillamente, pero por obediencia y constancia, el pueblo que depende de que el pastor los haga sentir escalofríos y que se ponga de rodillas y de cabeza, y que haga maniobras para que la gente sienta la presencia del Señor aunque no esté, la van a jalar como sea. Pero no. yo creo que el pueblo de Dios es un pueblo de constancia.

Y yo hablaba con los hermanos, dediqué mucho tiempo a lo del matrimonio porque uno de los lugares donde uno tiene que ser fiel es en el matrimonio. Y eso de ser fiel quiere decir que cuando usted se casa con una persona, por eso se ha elaborado una ceremonia, y usted allí le dice a esa persona, y usted hace una confesión que dice, en enfermedad y en salud, en riqueza y en pobreza, en todo lo que la vida da y en todo lo que quita seréis fiel el uno al otro, hasta que la muerte los separe.

Y claro, cuando uno se está casando uno tiene 20 años ó 24 años, está fresquecito y lleno de ilusión y es bien fácil decir, hasta que la muerte los separe. Pero usted no sabe todo lo que le espera por delante en ese tiempo. Yo he dicho que a veces a mi me gustaría que la gente en vez de vestirse con ropa elegante y cara el día de la boda, me gustaría que se vistiera con overoles, con pantalones de mecánico y un cincho con un martillo y una cinta de medir y un par de alicates porque el matrimonio es trabajo, es bendición, gloria a Dios, es la gloria de Dios en la tierra, porque todo lo que hace Dios es bueno, pero también requiere esfuerzo, trabajo.

En el matrimonio hay de todo, es una trayectoria que tendrá muchas diferentes cosas y si tu no te armas de esa consciencia de que esto es para gente fiel, esto no es para cobardes. Si tu te rajas, como dicen los mexicanos, de la primera crisis, problema, pelea, sinsabor, disgusto, desánimo, lo que sea en el matrimonio, vas a estar yendo como el mono, de palo en palo toda tu vida y no vas a criar carácter, fidelidad, confiabilidad. Yo creo que en el matrimonio un hombre, una mujer le dice a su cónyuge, a su esposo, a su esposa, yo voy a ser tu amigo y hago un pacto, trabo pacto contigo hoy. Y aunque venga la vejez y la enfermedad, y peleemos y nos equivoquemos y cometamos errores y nos pisamos los callos y nos digamos cosas que no debimos habernos dicho, y haya heridas, yo te voy a amar, te voy a perdonar, tu me vas a perdonar y vamos a llegar aunque sea cojeando, pero vamos a entrar al Reino de Dios juntos.

Por eso hay mucha gente que no se casa, porque comienzan a pensar, uy, qué si mañana no siento entusiasmo por mi esposa, qué si hay otra mujer que me guste por allí, u otro hombre, entonces ya no quiero más… Hermanos, en el matrimonio va a haber de todo, va a haber tentaciones, va a haber errores, va a haber ofensas, va a haber enfermedades, pero en toda esa trayectoria dice la Biblia, que tu tienes que ser fiel, tu tienes que agarrarte de la mano de tu esposo o tu esposa, y ser buen esposo, buen amigo y pasar los procesos de la vida juntos. Habrá momentos en que en la cama será la gloria y cañones sonarán y angelitos cantarán, y luces de bengala y iluminarán la alcoba, y habrá otros días en que estuvo bien, usted se da un besito, se acuesta a dormir, se expresan amor el uno al otro y otro día vendrán las luces de bengala y los cañonazos y gloria a Dios. Pero es así. Y uno tiene que entender que eso es la vida matrimonial, en 25, 30, 40 años de vida matrimonial si Dios le da a una pareja, hay de todo.

Y sabe una de las cosas que más amenaza, muchas veces el matrimonio, así como cualquier otra aventura de la vida, no es tanto cuando el diablo llega con todo su ejército demoníaco y se tira encima de ti, y tu sabes que el fuego del infierno está soplando sobre tu vida, y en esos momentos la adrenalina se te sube y tu clamas al Señor, y te vuelves un gigante, una Débora y derrotas las huestes del infierno, porque tu sabes que tu estás en guerra. Pero ese no es el momento más peligroso del matrimonio o del servicio al Señor. Los momentos más peligrosos son cuando viene el aburrimiento y la cotidianeidad, es la cuestión del día a día.

Yo veo a veces hermanos y hermanas que llegan a la iglesia y están tan contentos y entusiasmados con la iglesia. Dicen, pastor, esta es la mejor iglesia del mundo y yo a veces no soy tan entusiasmado de decirle, amén, hermana, de aquí nadie me saca, dicen. Y mientras yo los saludo y los veo el domingo y los animo, gloria a Dios, y la gente contenta de que sean nuevos en la iglesia, en el ministerio, lo celebran pero cuando llegó 6 meses, 8 meses y ya son parte de la Congregación, y hay otros hermanos que hay que saludar y animar y recibir, y ya simplemente se espera que le metan mano a la vida de ser miembro de una iglesia, que sirvan y que vengan y que estén allí porque hicieron pacto con una Congregación, sabe lo que pasa? Que ya comienza a decaer el ánimo, ya no les da escalofríos más.

Entonces tiene que venir el domingo, vestirse, preparar la ropa el sábado en la noche, preparar los muchachos, llegar a la iglesia, y el domingo que viene van a tener que hacer lo mismo otra vez, y van a tener que servir en el ministerio de niños, y a veces va a haber problemas y se van a jalar los moños los líderes del ministerio, y no va a ser la gloria de Dios tan evidente como lo era el domingo pasado. Pero no, hizo un voto y tiene que ser fiel y viene y el domingo próximo viene.

A mí me bendice la gente, y esto no está calculado para tirarle indirecta a nadie, yo le digo a la gente, hay iglesias con la cual uno tiene que irse para escapar por su vida, hay iglesias que hay mala doctrina, mala administración, abuso emocional y espiritual, explotación de la gente, muchas cosas terribles se dan y yo creo que en ese caso, sí, debe usted, como digo, huir por su vida, buscarse un lugar donde usted pueda…

Pero, si tu tienes una buena Congregación donde hay buena palabra, hay un buen programa, integridad en el ministerio, hay hermanos que aman a Dios, hay oportunidades para servir y aprender y que tus hijos crezcan, para qué te vas a poner a buscar una mujercita más fresca y más gordita y prometedora, y dejar a la mujer de tu juventud para ir a otro lado.

Eso pasa en el matrimonio. Vienen los años, pasan los años y ya no somos tan musculosos y tan definidos como éramos a los 20. Muchas cosas se van para el sur o se llenan un poquito más o lo que sea, y si tu comienzas a mirar con malos ojos al que está más fresquecito y más prometedor y miras a la otra con desprecio, no vas a durar y vas a perderte de una gran bendición. Porque en la vida de los hijos de Dios se requiere darle oportunidad para que la bendición que Dios tiene guardada a veces en envolturas muy humildes, se manifieste. Y a veces que tenemos que cambiar los apetitos físicos por el vino último que es mejor que el primero en Dios.

Y muchas veces esos tiempos ya de madurez en que hemos compartido tristezas juntos, hemos llorado juntos, hemos envejecido juntos, hemos perdido pelo juntos, hemos perdido músculos juntos, nos hemos visto en el hospital en una cama con una batita fea y poco atractiva, nos hemos levantado y hemos visto la costra aquí en la boca de tu amado príncipe azul.

Pero tu te has mantenido y han pasado los años y eso le ha dado a tu amor, verdadera textura, profundidad y riqueza en vez de ese amorcito barato y superficial de los muchachitos cuando tienen 14 años que creen que van a vivir para toda la eternidad. El amor que ha pasado por las tribulaciones y los quebrantamientos y las tragedias y las pérdidas, y se mantiene erguido, ese amor trae gloria a Dios y embellece a los hombres y a las mujeres que se involucran en él, como Ruth y Noemí. Sí, tuvieron sus tiempos, cómo habrán ellas celebrado la boda de Ruth y de Orfa? Con mucho entusiasmo e ilusión de lo que les esperaba por delante. Una pareja quiere tener hijos, y tiene hijos y pasan cosas.

Esta mañana me decía, había una pareja aquí que los acompañamos al funeral de su bebita, nació muerta de 6 meses, 7 meses casi, y estuvimos allí en el funeral de la bebé, oficiamos y esa madre tenía un corazón quebrado, pero estaban aquí este domingo los dos allí, como dos tortolitos agarrados de manos, adorando al Señor en el servicio de la mañana. Ellos podrían estar en la casa echando pestes de Dios y diciendo, ah, tu me abandonaste, esto y lo otro. No. estaban aquí como soldados, fieles, reportándose ante su Dios que decidió darles algo que ellos no esperaban, pero si se mantienen quién sabe si Dios les dará los anhelos de su corazón mejor que lo primero.

Porque cuando tu besas la mano de Dios a pesar de que te da una bofetada, Dios dice, “Ese es mi hijo, lo voy a bendecir porque me fue fiel.” Cuando Dios le quitó a David el fruto de él y Betsabé, a pesar de que David sangró y se tiró al piso y no se bañó, y ayunó y le pidió a Dios que no se llevara a su hijo, Dios le dijo, “No, me lo voy a llevar.” Y saben lo que hizo David?

Cuando le dijeron que su hijo… se dio cuenta, ni siquiera se atrevían a decírselo, se dio cuenta por el cuchicheo de los siervos de que su hijo había muerto, hizo así, se levantó, se fue al baño, abrió la ducha, no sé si había ducha en ese tiempo, pero se echó agua, se enjabonó, se puso bonito, se afeitó, no se había afeitado en varios días, y pidió una hamburguesa con queso y bacon encima, y una lechuga y una french fries, se la comió con todo el apetito de tres días de no haber comido y los siervos de él lo miraban y decía, “Hey, no podemos entender a este hombre. Cuando su hijo estaba muriéndose, estaba tirado en el piso.”

Y le preguntaron cómo es que tu puedes hacer eso, David? Cuando tu hijo estaba vivo todavía tu estabas deprimido y clamando a Dios y ahora que ya se murió, te bañas y te vistes y dices, vamos adelante con la vida. Cómo es eso? David dijo, “Miren, saben por qué? Porque cuando mi hijo estaba vivo había esperanza todavía de que Dios me lo dejara, pero ya que está muerto, yo sé que un día yo voy a él, él no viene a mí pero yo voy a él. Así que ahora hay que vivir, hay que seguir adelante.

Y eso pasa, hermanos, hemos a veces aconsejado hermanos, han perdido su casa, han perdido a veces hasta su matrimonio, han perdido un ser querido, han perdido su salud, han perdido sus sueños por una razón u otra, la vida les ha quitado algo, Dios ha permitido que les suceda. Qué van a hacer ellos? La calle está fría ahí afuera sin Dios. Nadie puede vivir sin Dios. Tenemos que decir, “Padre, a dónde iré si solo tu tienes palabra de vida eterna? Así que me voy a quedar aquí hasta que tu me des una respuesta, me sanes, me restaures y me des una explicación que yo pueda entender. Yo voy a seguir adelante mientras tanto, y si no me la das la respuesta, aún así te voy a servir y te voy a amar.”

Job dijo, aunque él me mate yo lo serviré, lo adoraré. Esas son la gente que Dios bendice en la vida, gente fiel, gente fiel en su matrimonio, gente fiel en su iglesia, gente fiel en la amistad, gente fiel en su trabajo. Mire, si usted deja su trabajo porque el jefe lo miró mal o estaba de malhumor y le dijo algo y entonces se va a buscar otro trabajo, usted nunca va a tener éxito en ningún trabajo. Si usted se va de su trabajo porque se puso difícil, en una racha de tiempo con mucho trabajo y lo están explotando, y no le gusta o porque se puso aburrido el trabajo, y está de trabajo en trabajo, usted nunca va a llegar a nada. En la vida una tiene que hacer un voto, un pacto y mantenerse porque a veces los tiempos pasan y viene la primavera y vienen cosas mejores y esos tiempos pasaron.

Nosotros tenemos que ser gente de larga duración. Yo le decía a los hermanos esta mañana acerca de los disquitos de 45 revoluciones por minuto, los chiquitos, que me dicen que había esas cosas, yo no las he visto, pero me dicen que están por ahí. Yo los vi en un museo aquí en el Museo de Ciencias de Boston. Y hay muchos cristianos que son así como los discos de 45 revoluciones por minutos, chiquitos, corta duración. Duran un minuto o dos a lo máximo. Y si la cosa se puso apretada, echan un pie en lo que sea, matrimonio, amistad, trabajo, finanzas, lo que sea. No, Dios quiere que seamos como los de 33 revoluciones por minuto que, me dicen también que existían, no los he visto, pero están ahí, algunos los han visto de ustedes, yo veo que están asintiendo, los long play, LPs. Tienen como seis piezas de música dentro de ellos.

Dios quiere cristianos de larga duración. Yo amo esas parejas que han pasado por tormentas y dificultades y están ahí agarrados de la mano, a veces apretándose demasiado fuerte la mano, pero agarrados de todas maneras, porque esa es la vida, hermanos. La vida no es para cobardes. Si no han hecho una canción debieran hacerla con esa título, “La vida no es para cobardes”.

Yo le digo a la gente, el pastorado no es para cobardes, el ministerio no es para cobardes. No, Cristo dijo en el mundo hallareis aflicción, dice, pero confiad que yo he vencido al mundo. Como te digo, a veces lo único, pido a los músicos, pasen por acá por favor, lo único que va a salvarte cuando no oigas las voces de los angelitos, cuando en tu corazón no haya reservas para ni siquiera amar a Dios o creerle a Dios o creer en las promesas de Dios, cuando en ti no haya deseo ni siquiera de ir a la palabra de Dios, porque hay gente a veces que está tan deprimida que cuando abre la palabra de Dios le sabe a arena, cuando toda la plataforma de abajo se te desplome, lo único que te va a mantener es esa promesa que tu te has hecho de llegar al final, porque tu sabes que Dios es fiel y que Dios es bueno y que aunque tu no lo veas en tu vida, la primavera vendrá, la bendición vendrá.

Tenemos que ser como el escritor de Habacuc, aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales, es decir, aunque todo el mundo se esté cayendo a pedazos, y lo que yo necesito no lo vea por ninguna parte, y parezca que todo ha sido una mentira, y que todas mis ilusiones han sido una ficción, dice, con todo yo me alegraré en Jehová, con todo yo me alegraré en Jehová y me gozaré en el Dios de mi salvación.

Usted sabe los tiempos que le espera a la humanidad por delante, hay intimaciones de crisis financiera. Yo sé que vienen cosas difíciles para la humanidad, sequía, posiblemente va a venir, posiblemente no pero es muy posible. Son tiempos difíciles los que vendrán. Yo me he prometido que aunque la higuera no florezca yo con todo me gozaré en el Señor. Aunque sean los huesos, pero yo voy a llegar a Canaán, adorando a mi Dios.

Yo le pido al Señor renuévame y fortaléceme porque yo quiero serte fiel, quiere ser un hombre de palabra y quiero ser un hombre confiable. Y quiero que nuestra iglesia sea una iglesia que se distinga por ser una iglesia de gente de larga duración, que la gente diga, ahí hay personas de carácter, ahí hay personas confiables, ahí la palabra de Dios encarna en gente trabajadora, honesta, buenos amigos, buenos maestros y buenos esposos y esposas, padres confiables. Somos los mejores trabajadores de la Ciudad de Boston, que la gente quiera arrebatarnos para sus trabajos porque son gente que dan 8 horas de trabajo por 8 horas de paga.

Gente de palabra confiable, que usted le puede voltear la espalda y usted sabe que no se preocupen porque son gente fiel, son gente honesta. Eso es lo que más a mí me interesa. Pablo dice que un día las lenguas cesarán, no habrá más profecías porque no serán necesarias, ya todo se habrá cumplido, no habrá necesidad de dones de sanidad porque no habrá enfermedad. Y lo único que quedará es el amor, es el carácter de los hijos de Dios.

Yo les digo, yo amo las profecías, amo las lenguas, amo las manifestaciones del poder de Dios, amo la sanidad, amo el relajo de la adoración exaltada, me encanta la parranda del espíritu, pero cuando no está allí eso, yo todavía sé que mi Dios está en su trono. Y lo voy a servir llueva, truene o ventee y quiero ser así en mi matrimonio, en mi paternidad, como amigo, como pastor, en todas las dimensiones de mi vida. No quiero dejar una cantidad de pedazos de carne mordido para coger otro pedazo. No, yo me voy comer ese pedazo hasta lo voy a triturar los huesos. Y después me como otro pedazo más.

Una persona que agote las cosas, las trabaje y así uno pisa siempre terreno firme y uno es una persona admirable, respetable que representa bien el Reino de Dios, y el carácter de Jesucristo. Yo creo que Jesús era así. Dios ciertamente es así. No se ha cansado. Él dio su palabra. Él se comprometió con un pueblo y ese pueblo lo ha traicionado veinte mil veces pero él sigue fiel. Dice, aunque todos me traicionen yo sigo fiel, yo no olvido mis pactos porque Dios es… el carácter de Dios y es el carácter de Dios que tu sirves y tu tienes que representar bien a tu Dios. así que tu tienes que hacer un compromiso, yo voy a ser fiel, antes que ungido, yo voy a ser fiel. Entiende?

Antes de cualquier otra cosa, yo quiero que los hombres me tengan por un hombre, una mujer, fiel, un joven fiel, mis maestros sepan que pueden depender de mí. Cuando yo doy una palabra yo la cumplo. Si tengo un compromiso yo pago lo que debo. Y esa gente es admirable, respetable, y se ganan el corazón de los demás y son créditos para el Evangelio, cuando hablan la gente les pone atención y toman en serio lo que dicen porque saben que su moneda está respaldada por un oro que está ahí detrás y vale lo que dice que vale, gente fiel.

No te gustaría a ti ser tenido por fiel? Por Dios y por los hombres. Vamos a hacer un compromiso en esta tarde. Vamos a ponernos de pie ahora mismo y en cualquier área de tu vida donde el enemigo te está susurrando, echa un pie, huye, búscate otra cosa mejor, otro jardín más prometedor. No, di no, yo voy a trabajar este jardín y mi crédito ser tornar esto que está un poquito seco, en un jardín otra vez florecido, lo voy a trabajar en vez de irme a buscar otro jardín.

Yo voy a ser un hombre, una mujer fiel al Señor en todas las dimensiones de mi vida. Si mi matrimonio está tambaleándose un poco hoy yo hago un voto de renovación de mi matrimonio, si mi fe ha estado me voy, no me voy, me quedo en el Evangelio, no me quedo, yo digo, no, en el nombre de Jesús hoy adquiero nuevas fuerzas, voy a seguir adelante, Dios está conmigo, su palabra es fiel.

Si hay algún área de tu vida en que tu has estado ahora mismo titubeando, yo te invito, di en tu corazón, Padre, me arrepiento y hago un voto de fidelidad. Si tu carácter no ha sido el más confiable, arrepiéntete ahora mismo, hay segundas y terceras oportunidades. Di, no, Señor, yo voy a reformar mi carácter. Yo no puedo vivir aquí en esto de que 6 meses limpio y 4 meses en la calle. No, yo soy un hombre, una mujer de Dios así que yo hoy me comprometo a hasta que me muera mantener esta limpieza. Y aunque a veces el diablo me ofrezca todas las bolitas de vidrio diciéndome que son joyas, yo no se las voy a comprar, porque yo sé lo que vale en el Reino de Dios.

Yo te invito a hacer un voto de fidelidad en tu corazón ahora mismo, en tu espíritu, y si tu no has recibido a Jesús como tu Señor y salvador todavía, y Dios te ha traído en esta tarde también te quiero dar una oportunidad a entrar en esta jornada que estamos todos metidos, e invitar a Cristo a tu corazón y comprométete entonces con el Espíritu Santo y con su ayuda llegar a la meta comprometido con Dios. y Dios te dará la fortaleza inclusive para serle fiel a él.

Yo te invito a hacer tu pacto ahora mismo con Cristo Jesús, a recibirlo en tu corazón, a abrazarlo allí y decir, Señor Jesús, yo me comprometo con los valores de tu reino, yo recibo tu persona como mi salvador y mi Señor, yo quiero entrar en este camino, este camino vale la pena.

Así que recibo a Jesús como Señor y salvador. Por qué no lo haces ahora mismo en tu corazón? Si quieres levantar tu mano, levántala, yo voy a orar por ti también. Dios te bendiga, hermana. Amén. Habrá alguien más que quiera invitar a ese Cristo que es íntegro y fiel a entrar a su vida y a su corazón? Si hay alguien más, levante su mano, queremos orar por ti.

Es la oportunidad, no es emoción, esto es ir al banco con dinero sólido. Si alguien más quiere entregar su vida al Señor. Y si tu quieres hacer un voto de fidelidad, levanta tu mano también en esta tarde. Si tu quieres decirle a tu esposa, a tu esposo, a tu familia, a tu trabajo, yo voy a ser un hombre, una mujer fiel, levanta tu mano. Pídele al Señor que te fortalezca en fidelidad, hombres y mujeres de fidelidad. Yo quiero ser un hombre fiel delante de Dios y aquí yo levanto mi mano.

Quiero honrar el nombre de mi Dios. Ayúdanos Señor a serte files, queremos ser una iglesia de fidelidad, que esa sea la plataforma sobre la cual se den todas las demás cosas, una promesa de que llegaremos al final y tu nos ayudarás. Y cuando hayas acabado todo estar firmes en nuestra posición. Danos una iglesia, Padre, que te honre, una iglesia de carácter, una iglesia de integridad, no una iglesia de espuma, sino una iglesia seria, sólida, construida sobre la roca, construiremos sobre la roca aunque nos tome más tiempo, pero construiremos sobre la roca.

Yo bendigo a tus sierva, Señor, bendigo a los que han levantado su mano y declaro gracia de Dios sobre su vida, que ella pueda caminar sobre la roca todos los días de su vida, Señor, y que entienda que tu estás con ella, estás con él aunque no te vea, aunque no te sienta, tu la acompañarás hasta el final de sus días. Bendigo su vida, Señor. Cualquier otra persona, Señor, que haya levantado su mano, suelda en sus corazones esta promesa y ayúdanos a ser un pueblo honroso para tu gloria, Señor.

Amamos a ese Cristo íntegro y queremos imitarlo que él. Declaramos bendición sobre tu pueble en esta tarde, Señor. Escucha nuestra oración por esta palabra que hemos declarado que entre la unción de fidelidad al corazón de tu pueblo.

Gracias, ¡Aleluya! Pueblo de Dios, Dios te dice, yo estoy contigo. Yo te pido que seas fiel, pero no te preocupes, no depende solamente de ti, cree que yo estaré contigo hasta el final del mundo y haz tu parte y yo haré la mía. Yo no te dejaré ni te desampararé, yo estaré contigo dondequiera que tu vayas. Yo seré tu consejero, tu fortalecedor, tu respaldo cuando te sientas débil, misteriosamente, aunque tu no lo sientas en tu carne, yo te estaré fortaleciendo, te daré victoria para que llegues a la meta, porque yo me he comprometido contigo. Tu llegarás a la meta, dice el Señor, pero haz tu propósito en tu vida y ayúdame a ayudarte, dice el Señor. ¡Aleluya!

Padre, nuevas fuerzas para nuestra vida en esta tarde, Señor, las recibimos. Bendice a tus hijos y tus hijas, Padre, derrama tu gracia sobre nosotros. Bendice al pastor Harry Maldonado, gracias por traerlo. Llévalo, Señor, a su destino con bendición, fresca unción, Padre, y fortalece su ministerio allí. Dale palabra y dale a tus hijos que estamos aquí, Señor, pan para el día de mañana, para toda esta semana, para toda nuestra vida.

Te amamos y celebramos tu presencia en nuestra vida. En el nombre poderoso de Jesús y el pueblo de Dios dice, amén. Dios les bendiga, mis hermanos, mis hermanas. Gloria a Dios. Amén. Amén.